MIPS Inventario de Estilos de Personalidad de Millón Th. Millón
Adaptación española: Ma P. Sánchez López J. F. Díaz Morales M. Aparicio García
PUBLICACIONES DE PSICOLOGÍA APLICADA Serie menor núm. 282 TEA Ediciones, S.A. Madrid, 2001
Título original:
"MIPS, Millón Index of Personality Personality Styles, Manual". Manual". Theodore Mill Millón, ón, The Psycological Corporation, San Antonio. EE.UU. 1994.
Traducido y adaptado con permiso. Copyright© 1994 byThe Psychological Corporation, U.S.A. Adaptación española. Copyright © 2001 by TEA Ediciones, S.A. Madrid. España
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ISBN: 84-7174-674-3 Depósito Legal: M-36390-2001
Edita: TEA Ediciones, S.A., Fray Bernardino Sahagún, 24 - 28036 Madrid Printed in Spain, Impreso en España por CIPSA, Orense, 68 - 28020 Madrid
ÍNDICE INTRODUCCIÓN
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VERSIÓN Y ADAPTACIÓN ESPAÑOLA DEL MIPS
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1.
EL INVENTARIO DE ESTILOS DE PERSONALIDAD DE MILLÓN (MIPS) 1.1. Ficha técnica 1.2. Visión general 1.3. La est ructura de las escalas 1.4. Las met as motivacionales 1.5. Los mo do s cognitivos 1.6. Los comport amientos interpersonales 1.7. Comentario s sobre la interpretación de las escalas
11 11 11 15 15 16 17 18
2.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LAS ESCALAS 2.1. Introducción 2.1.1. La teoría proporciona fundamen tos sólidos par a los constructos de la personalidad 2.1.2. Ori entación 2.2. Las tres pol ari dades de las metas motivacionales 2.2.1. Existencia, Adaptac ión y Reproducción 2.2.2. Aport ación de Freud y sus paralelos actuales 2.2.3. Las Metas motivacionales Expansión y Preservación 2.2.4. Las Metas motivacionales Modificación y Adecuación 2.2.5. Las Metas motivacionales Indivi dualid ad y Protección 2.3. Las cuatro bipo laridades de los modos cognitivos 2.3.1. Perspectiva evolutiva 2.3.2. La aportación de Jung y sus paralelos actuales 2.3.3. Los Modos cognitivos Extraversión e Introversión 2.3.4. Equivalente personológico 2.3.5. Los Modos cognitivos Sensación e Intuición 2.3.6. Los Modos cognitivos Pensamiento y Sentimiento 2.3.7. Los Modos cognitivos Sistematización e Innovación 2.4. Las cinco bipol aridad es de los comport amient os interpersonales 2.4.1. Las aportaciones de Sullivan y Leary y sus paralelos actuales 2.4.2. Los Comportami entos interpersonales Retraimiento y Sociabilidad 2.4.3. Los Comportamientos interpersonales Indecisión y Decisión 2.4.4. Los Comportam ientos interpersonales Discrepancia y Conformismo 2.4.5. Los Comportamientos interpersonales Sumisión y Dominio 2.4.6. Los Comportami entos interpersonales Descontento y Aquiescencia 2.5. Conclusiones
19 19 20 21 22 22 23 25 27 29 33 33 34 36 37 38 39 40 41 42 45 46 47 48 49 50
CONSTRUCCIÓN ORIGINAL Y SU ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA 3.1. Características del MIPS 3.2. El proceso de su construcción original 3.2.1. Las escalas Impresión positiva, Impresión negati va y Consistencia 3.2.2. El índice de ajuste 3.2.3. Las puntua cio nes de prevalencia 3.3. Adapta ción española del MIPS 3.4. Descripción de las mue str as normativa s españolas 3.4.1. Muest ra adul ta 3.4.2. Mues tra univer sitaria 3.5. Conclusiones
51 51 52 56 59 60 67 68 68 70 71
3.
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4.
FIABILIDAD Y VALIDEZ 4.1. Fiabilidad 4.1.1. Consistencia interna 4.1.2. Fiabilidad test-retest 4.2. Validez de constructo 4.2.1. Validez de constructo interna 4.3. Validez externa 4.3.1. Correlaciones con el NEO-FFI 4.3.2. Correlaciones con el 16PF-5 4.3.3. Correlaciones con el BFQ 4.3.4. Correlaciones con el IPV 4.4. Conclusiones
73 73 73 76 79 79 81 81 83 86 89 90
5.
INVESTIGACIÓN APLICADA EN POBLACIÓN ESPAÑOLA 5.1. Introducción 5.2. Estilos de per son alidad y variables demográficas 5.2.1. Diferencias entre sexos 5.2.2. Diferencias en edad 5.3. Variables psicológicas relacionadas 5.3.1. Estilos de vida, satisfacción vital y variables de person ali dad 5.3.2. Objetivos de vid a y satisfacción vital 5.3.3. Mat utinidad / vespertinidad 5.3.4. Estilos de cognición y hemisfericidad 5.4. Perfiles específicos de perso nalidad: un ejemplo en mujeres mal tratad as 5.5. Estilos de person alidad en el ámbito laboral 5.6. Conclusiones
91 91 91 91 92 92 92 94 94 96 97 98 99
6.
EL MIPS EN OTRAS POBLACIONES DE HABLA HISPANA 6.1. Introducción 6.2. El MIPS en Argentina 6.2.1. Datos psicométricos 6.2.2. Estilos diferenciales de perso nal ida d 6.3. El MIPS en México 6.3.1. Datos psicométricos 6.3.2. Estilos diferenciales de persona lidad 6.4. El MIPS en Perú 6.4.1. Datos psicométricos 6.4.2. Estilos diferenciales de perso nalid ad
101 101 101 101 103 104 104 106 106 107 108
7.
NORMAS DE APLICACIÓN, CORRECCIÓN Y PUNTUACIÓN 7.1. Instrucciones generales 7.2. Materiales necesarios 7.3. Instrucciones específicas 7.4. Corrección y puntua ció n 7.4.1. Escalas de control 7.4.2. Puntuacio nes de prevalencia (PP) 7.5. índice de ajuste
125 125 125 125 126 126 127 128
APÉNDICE A (Estadísticas obtenidas en la adapta ción)
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APÉNDICE B (La unid ad de medida , el elemento)
153
BIBLIOGRAFÍA
163
INTRODUCCIÓN El proceso de traducción y adaptación del MIPS (Inventario de Estilos de Personalidad de Millón) a la población de habla española ha sido un proceso largo y complejo en el que han colaborado con nosotros muchas personas pertenecientes a distintas organizaciones. Desde aquí queremos manifestarles a todos ellos nuestro agradecimiento por su colabora ción desinteresada; también por haber tenido confianza en nosotros cuando les asegurába mos que el esfuerzo merecía la pena. El MIPS, les decíamos al principio, cuando todavía no lo conocían, es un instrumento de medida de la personalidad completo, coherente, con una buena base teórica y empírica, con un número razonable de ítems que no alarga excesiva mente su aplicación, con características originales y positivas, como la utilización de las puntuaciones de prevalencia, etc. Creo no exagerar si digo que la mayoría de ellos se con vencieron de la valía del MIPS tan pronto como empezaron a utilizarlo. Los datos empíri cos que fueron recolectándose (p. ej., Sánchez López y Casullo, 2000), fueron confirmando la utilidad del instrumento para evaluar los estilos diferenciales de la personalidad, por ejemplo, en relación con tres de las variables demográficas clásicas: sexo (Bonilla Campos y Castro Solano, 2000), edad (Díaz Morales y Castro Solano, 2000) y cult ura /nación (Aparicio García, 2000a). Así mismo, los datos confirmaron la utilidad del MIPS para detectar las rela ciones entre los Estilos de personalidad, los objetivos de vida y la satisfacción vital (Castro Solano y Díaz Morales, 2000); la aplicación al ámbito laboral (Castro Solano y Casullo, 2000); las relaciones entre Estilos de Personalidad, estilos de cognición y hemisfericidad (Ruiz Rodríguez y Fuste Escolano, 2000); y la evaluación de los Estilos de personalidad en mujeres víctimas de malos tratos (Patró Hernández, Fernández Ros y Corbalán Berna, 2000). El profesor Theodore Millón trabaja actualmente, como profesor emérito, en el Departamento de Psicología de la Universidad de Miami y en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Harvard; dirige el Instituto de Estudios Avanzados en Personología y Psicopatología. Su obra se conoce sobre todo a partir de 1969, con la publi cación de su libro Modern Pychopathology do nde prop one (usan do, entonces, 8 prototipos de personalidad), una nueva clasificación de los desórdenes emocionales basada en la nosolo gía del DSM-II, pero con descripciones y conceptualizaciones innovadoras, que irían desde la creación de los "patrones de personalidad de severidad mediana" hasta la utilización de un esquema lógico y coherente donde insertar los trastornos. Durante las dos décadas siguientes a la publicación de Modern Psychopathology, Millón tiene gran influencia en el desarrollo de nuevos sistemas de clasificación psi quiátrica, que van dando lugar sucesivamente al DSM-III, al DSM-III-R y, posteriormen te, al DSM-IV. En los años 90, Millón amplía su propuesta de Estilos de Personalidad, dando cabida a los principios y conceptos de la teoría de la evolución, lo que le lleva a reformular la fundamentación de sus estilos de personalidad. El número monográfico del Journal of Personality Assessment (1999), sobre la teoría y el modelo de personalidad de Millón, puede ser muy útil al lector interesado en profundizar sobre este modelo y sobre los instrumentos de medida y las aplicaciones emanados de él. El análisis de los distintos autores que participan en ese número especial pone de manifies to que se han producido cambios importantes y complejos en el modelo desde la primera
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propuesta, siguiendo una pauta y una racionalidad; ya en la primera obra, Modern Psychopathology, se insistía en la necesidad de vincular aspectos dispersos del estudio de la personalidad para lograr construir una ciencia clínica comprehensiva. Para poder dar una visión comprehensiva del modelo de Millón sobre la personalidad humana, se pueden resaltar las siguiente características básicas que lo definen: 1. Énfasis en la visión global, comprehensiva, estructurada e integrada, que ha dado lugar a la propuesta del término Psicosinergia, que pretende la integración de los distintos com ponentes de la labor clínica desde los principios científicos universales (teoría de la evo lución) hasta la intervención (siempre orientada a la persona) es decir, el tratamiento, pasando, sin discontinuidades, por el estudio de la teoría de la personalidad, la clasifi cación de las patologías y la evaluación psicológica. Este esfuerzo de integración es una de las características más definitorias de la pro puesta de Millón; integración, por ejemplo, entre Jung, por una parte (utilizando su tipología y presuponiéndole una orientación cognitiva, más que motivacional o conductual, a sus bipolaridades Introversión/Extraversión, Pensamiento/Sentimiento y Sensación/Intuición), el sistema clasificatorio del DSM, citado más arriba, por otra parte, y el modelo interpersonal de la personalidad de Leary (1957) por otra; los ocho tipos de este último modelo (basados en cuatro bipolaridades) corresponden también con bastante exactitud, en palabras de Millón, a los cuatro primeros factores del mode lo de los Cinco Grandes. 2. La incorporación de los principios de la teoría evolucionista; los principios explicativos empleados son esencialmente los mismos que los de Darwin, pero en vez de ser utili zados para explicar el origen de las especies, se emplean en la explicación de la estruc tura y la dinámica de los estilos de personalidad y sus desórdenes, previamente for mulados sólo sobre la base de observaciones clínicas, sin un suficiente y acreditado res paldo teórico. Según Millón, el marco teórico es proporcionado por la teoría de la evo lución. 3. La incorporación del concepto de sinergia, como conexión y organización de partes diversas, normalmente separadas, lo que pretende crear un proceso de interrelación entre esas partes. A este proceso, aplicado a su campo de trabajo, es a lo que Millón denomina Psicosinergia, entendido como el resultado de un esfuerzo activo por volver a conectar los distintos ámbitos que componen actualmente el campo del estudio de la personalidad: los principios científicos básicos, los estilos y desórdenes de personali dad deducidos de forma teórica, el modelo de clasificación de la patología psíquica, los instrumentos de evaluación con base empírica y la integración de las diversas modali dades terapéuticas. 4. La insistencia en establecer una continuidad entre normalidad y patología, lo que le lleva, por ejemplo, a la proposición de que las personalidades normales y anormales del mismo tipo son esencialmente las mismas en la composición de sus rasgos básicos, lo que es confirmado empí ricamente por el trabajo de algunos de sus colaboradores (p. ej., Strak, 1987,1991). 5. Su utilización del concepto de estilo en varios niveles: estilos de personalidad, por supues to, pero también, estilos de adaptación o desadaptación y estilos de vida (Millón, 1999). 6
6. La necesidad de construir los instrument os de medida en relación con su mod elo de personalidad, construcción emprendida, en palabras del propio Millón, como "acto defensivo", para garantizar la uniformidad instrumental y la calidad psicométrica de los instrumentos dedicados a evaluar su modelo teórico. En resumen, el modelo busca proporcionar un marco explicativo que utiliza una corta lista de principios para dar cuenta de las numerosas formas en las que se desarrollan las dis tintas personalidades. Y, como se dice más arriba, con el fin de garantizar la calidad psico métrica de los instrumentos relacionados con su modelo teórico, Theodore Millón constru ye el MIPS y lo contrasta empíricamente durante varios años. Por lo tanto, el MIPS es un instrumento creado para evaluar la concepción del autor sobre la personalidad normal; pretende evaluar dimensiones de rasgo y estilos de carác ter. Millón desarrolla su concepción de la personalidad normal sin referencia a los desór denes, pero tomando prestados muchos conceptos de su modelo original sobre los tras tornos de personalidad. Precisamente, la resonancia que han tenido a escala internacional los trabajos de Millón sobre la personalidad anormal ha hecho que sus aportaciones sobre la normal hayan pasado más desapercibidas. Brevemente y en resumen, la cronología de las aportaciones de Millón y sus colaboradores sobre la personalidad normal sería la siguiente. 1. En la década de los 70, Millón y su equipo desar rollaron un instru mento de investiga ción, el Inventario de Personalidad de Millón, qu e evaluaba los rasgos de personal idad nor males y anormales. Fue usado con estudiantes, pero no tuvo una distribución muy amplia. 2. En la década de los 80 se publican dos instrumen tos, el MAPI (Millón Adolescent Personality Inventory) y el MBHI (Millón Behavioral Health lnventory), desarrollados para usar en contextos sanitarios; utilizaban rasgos de personalidad diferentes de los que eran utilizados en los instrumentos que medían personalidades patológicas. 3. El capítul o que Millón escribió para la obra The Diversity of Normal Behavior (Offer y Sabashin, 1991), que obligó a Millón, según cuenta él mismo en el Prefacio del Manual del MIPS (1994), a extender sus ideas "hacia atrás", es decir, a aplicar sus tra bajos sobre los trastornos de la personalidad al ámbito de la personalidad normal. El capítulo escrito por Millón añadía varias polaridades conceptuales de tipo cognitivo e interpersonal a sus polaridades originales, más orientadas a la motivación y a la emoción. 4. En la década de los 90 se publican varios trabajos que propo rcionaban datos empíricos que apoyaban la propuesta de Millón de que los estilos de personalidad normal son bas tante semejantes a sus equivalentes desórdenes de personalidad (p. ej., Strack, 1994; Strack, Lorr y Campbell, 1990). Además, el propio Millón (1990) presenta un enfoque dimensional de la personalidad normal, que fue su primer esfuerzo para diseñar estilos de personalidad saludables fuera del dominio de la psicopatología. Unos años después, se publica el Millón Index of Personality Styles (MIPS, Millón, 1994); en 1998, después de algunos trabajos piloto, en colaboración con la Dr a María Martina Casullo, de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, iniciamos en España la traducción y adaptación del Inventario.
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Por lo tanto, como resumen y para finalizar esta Introducción, el instrumento de medi da de la personalidad que el lector tiene ahora en sus manos puede, a nuestro entender, ser caracterizado de la siguiente forma: 1. Es un instr ument o cuidad osamen te construido originalmente: basa do en un model o teórico de personalidad y siguiendo los estándares internacionales sobre construcción de tests (capítulos 2 y 3 de este Manual). 2. La organización del instru ment o es válida y útil: la existencia de 24 escalas permite un diagnóstico completo y flexible; se toma en consideración el universo de rasgos y esti los interpersonales que existe en la población normal y se proponen tres áreas para defi nirlas y medirlas (Metas motivacionales, Modos cognitivos y Comportamientos inter personales), de enorme importancia para comprender y abarcar la mayoría de los com portamientos humanos y las diferencias individuales. La inclusión de puntuaciones de prevalencia permite un diagnóstico mucho más exacto de la persona, al tener en cuen ta la prevalencia de ese rasgo en su población de referencia (capítulo 3). En esta edición española, además, se incluyen ya las prevalencias en España y en algunos países de habla española (capítulos 4 y 6); se incluyen otros índices muy útiles, que ayudan a afi nar el diagnóstico del sujeto concreto: el índice de Ajuste y los índices de control de las escalas Impresión positiva, Impresión negativa y Consistencia (capítulos 3, 4 y 7). 3.
El proceso de traducción y adaptación a la población española ha sido cuidado so; ha tenido como guía las directrices establecidas por la Comisión Internacional de Tests (ITC) para la adaptación de tests; en la práctica, se ha seguido el modelo normalizado de evaluación de tests (CET) que ha diseñado la Comisión de Tests del Colegio Oficial de Psicólogos de España (COP) (capítulos 3 y 4).
4. Fruto del trabajo de vario s autores a lo largo de varios años, existen datos empíricos en población española y de habla española que avalan la adecuación del instrumento de medida que se presenta y su utilidad práctica (capítulos 5 y 6). Los autores de esta adaptación esperamos, sinceramente, que el resultado de este esfuerzo sea convincente. M a del Pilar Sánchez López, UCM
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Versión y adaptación española del MIPS Adaptadores
Ma del Pilar Sánchez López (UCM) Juan Francisco Díaz Morales (UCM) Marta Aparicio García (UCM y Universidad S. Pablo-CEU) Colaboraciones especiales
María Tejerina Arráez (Universidad de Murcia) Patricia Arellano Escalera (Traductora) Nicolás Seisdedos Cubero (TEA Ediciones, I+D) Colaboradores
Alejandro Ávila Espada (Universidad de Salamanca) Carmelo Basoredo Ledo (Instituto Vasco de Administraciones Públicas) Amparo Bonilla Campos (Universidad de Valencia) Javier Corbalán Berna (Universidad de Murcia) Virginia Dresch (UCM, Universidad del Vale do Rio dos Sinos, Brasil) Milagros Ezquerra García-Noblejas (Universidad de La Coruña) Alfredo Fierro Bardají (Universidad de Málaga) Adela Fuste Escolano (Universidad de Barcelona) Margarita Gózalo Delgado (Universidad de Cáceres) Adelia de Miguel Negredo (Universidad de La Laguna) José Muñiz Fernández (Universidad de Oviedo) José Ruiz Rodríguez (Universidad de Barcelona) Marta Ortha (Universidad de Salamanca) Yojana Pavón Bonilla (UCM) Vicente Pelechano (Universidad de La Laguna) Agradecimientos
Ana M a Fuentes Alcañiz (UCM) Guillermo de Jorge Botana (UCM) Laura Lázaro Hortal (UCM) Javier Luque Hoyo (UCM) Ma Concepción Lázaro Carrascosa (UCM) Miguel Ángel Muñoz Sánchez (UCM) Alejandro Moreno Galindo (UCM) Ruth Nieto Badorrey (UCM) María de la O Olmedo Babé (UCM) Beatriz Pascual Fernández (UCM) Cristina de la Peña Álvarez (UCM) Fátima Sánchez Beleña (UCM) Ana Sánchez Musculin (UCM) Mercedes Sánchez Tallafigo (UCM) 9
I1. EL INVENTARIO DE ESTILOS DE PERSONALIDAD DE MILLÓN (MIPS) 1.1. FICHA TÉCNICA Autor: Theodore Millón (1994). Nombre: Inventario de Estilos de Personalidad de Millón (MIPS). Nombre original: MIPS, Millón Index of Personality Styles. Procedencia: The Psychological Corporation, San Antonio, EE.UU. Adaptación española: M. a P. Sánchez López, J.F. Díaz Morales y M. Aparicio García, Univer sidad Complutense. Aplicación: Individual y colectiva, adolescentes y adultos. Duración: Tiempo variable, entre 30 y 40 minutos. Finalidad: Evaluación de 24 escalas de personalidad y 3 de validez de las respuestas. Material: Manual, Cuadernillo, Hoja de respuestas especial (con posibilidades de lectura óptica) y soporte informático (disquete/disco) para la obtención de resultados. Baremacion: Puntuaciones de prevalencia (PP), para cada sexo y muestra total, en adultos de la población general y en estudiantes universitarios . 1.2. VISIÓN GENERAL El Inventario de Estilos de Personali dad de Millón (Millón Index of Personality Styles, MIPS) es un cuestionario de 180 elementos de tipo verdadero/falso; ha sido diseñado para medir los estilos de personalidad de adultos normales entre 18 y 65 años de edad. Para contestar a sus frases se requiere una escolaridad equiva lente al último año de enseñanza obliga toria. La mayorí a de las personas lo hacen en unos 30 minutos. El MIPS consta de 27 escalas, 24 de persona lida d y 3 de índices de control; las de personalidad se agrupan en 12 pares. Cada uno de estos pares consta de dos escalas yuxtapuestas. Por ejemplo, las escalas Retraimiento y Sociabilidad corresponden a un par que pertenece a
Comportamientos interpersonales. Como se señala en el cuadro 1.1, los 12 pares de las escalas del MIPS están or ganiz ados en tres campos de acción principales que son: Metas motivacionales, Modos cognitivos y Comportamientos interpersona les. En el cuadro 1.2 se proporciona una breve descripción de cada una de las 24 escalas del MIPS. Además de los 12 pares de escalas de contenido, se incluyen tres indicadores de control o validez de una aplicación: Impresión positiva, Impresión negativa y Consistencia. En los tres pares de escalas que perte necen a Metas motivacionales se evalúa la actitud que adopta la persona para obtener refuerzo de su entorno. En el pri mer par de escalas se valora hasta qué
i Traducido por Patricia Arellano Escalera, traductora, y supervisado por M a del Pilar Sánchez López, Universidad Complutense de Madrid.
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punto el comportamiento de la persona que responde, está fundamentalmente motivado por obtener un refuerzo positi vo del medio, Expansión, o por evitar el estímulo negativo, Preservación, que proviene del mundo externo. En el segundo par se evalúa hasta qué punto las actividades de la persona reflejan Modificación o Adecuación con respecto al mundo externo. En el tercer par de escalas se centra la atención en la fuente de refuerzo, y se evalúa hasta qué punto la persona está principalmente motivada por un objetivo de Individualidad (refe rido a sí mismo) o de Protección (referido a los demás). En los cuatro pares de escalas de los Modos cognitivos se analizan los estilos que adoptan las personas para procesar la información. En los dos primeros pares de este campo, Extraversión o Introversión, y Sensación o Intuición se evalúan las estrategias para reunir infor mación. En los dos pares siguientes, es decir, Pensamiento o Sentimiento, y Sistematización o Innovación, se evalúan los diferentes estilos de procesamiento de información, una vez que ésta se ha reunido.
En los cinco pares de escalas que corresponden a los Comportamientos interpersonales, se evalúa hasta qué punto el estilo de la persona en su rela ción con los demás indica en general Retraimiento o Sociabilidad, Indecisión o Decisión, Discrepancia o Conformismo, Sumisión o Dominio y Descontento o Aquiescencia. En cuanto a su agrupación, las escalas del MIPS basan su rico fundamento teórico en un modelo de personalidad que está profundamente enraizado en la teoría biosocial y evolutiva. En el capítulo 2, en el que se articula este modelo, se proporcionan las derivaciones teóricas de estos constructos. El MIPS ofrece una tipificación por separado para adultos y universitarios, con el total de esas muestras o según el sexo (mujeres o varones). Proporciona puntuaciones de prevalencia (PP) entre 0 y 100 en cada escala. Una persona que obtiene una puntuación superior a un PP 50 en cualquier escala, es probable que manifieste alguna de las características que se miden en esa escala. Cuanto más alta sea la puntuación, más pronunciados serán los rasgos distintivos.
Cuadro 1.1. Escalas Metas motivacionales
Modos cognitivos
Comportamientos interpersonales
Expansión Preservación
Extraversión Introversión
Retraimiento Sociabilidad
Modificación Adecuación
Sensación Intuición
Indecisión Decisión
Individualidad Protección
Pensamiento Sentimiento
Discrepancia Conformismo
Sistematización Innovación
Sumisión Dominio Descontento Aquiescencia
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índices de control Impresión positiva Impresión negativa Consistencia
Cuadro 1.2. Breve descripción de las escalas Metas motivacionales Expansión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala tienden a mirar el lado positivo de la vida, se muestran optimistas con respecto a las posibilidades futuras, les es fácil divertirse y enfren tan sus altibajos con ecuanimidad. Preservación. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala centran su atención en los pro blemas y los agudizan. Al percibir su pasado como algo personalmente problemático, siempre parecen estar esperando que algo nuevo salga mal y sienten que las cosas probablemente irán de mal en peor. Se molestan fácilmente con las más mínimas preocupaciones y decepciones. Modificación. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala se hacen cargo de sus vidas e intervienen para que las cosas sucedan , en vez de esperar a que sigan su curso. Se dedi can con afán a modi ficar su entorno y organizan los acontecimientos de un modo tal que satisfagan sus deseos y necesidades. Adecuación. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala hacen poco por dar forma a sus vidas o modificarlas. Ante los acontecimientos, reaccionan adaptándose a las circunstancias que otros crean. Parecen dar su consentimiento sin protestar, son incapaces de volverse activos, carecen de iniciati va y hacen muy poco para provocar los resultados que desean. Individualidad. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala se encauzan en satisfacer sus deseos y necesidades, es decir, buscan realizarse ellos mismos en primer lugar, se preocupan poco por la repercusión que pueda tener su comportamiento en los demás y suelen ser independientes y egocéntricos. Protección. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala están motivados por satisfacer en primer lugar las necesidades de los demás, por ocuparse del bienestar y los deseos de otros a expen sas de los de ellos mismos. Se les considera reforzadores y protectores, que cuidan a los demás antes de cuidarse a sí mismos.
Modos cognitivos Extraversión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala recurren a los demás para encontrar estímulo y ánimo. Utilizan a sus amigos y compañeros como fuente de ideas y guía, inspiración y energía, así como también para acumular confianza en sí mismos y se sienten reconfortados con su pre sencia. Introversión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala prefieren utilizar sus propios pensamientos y sentimientos como recursos; fundamentalmente obtienen más inspiración y estímulo de ellos mismos que de los demás. A diferencia de los extravertidos, los introvertidos se sienten más serenos y cómodos al distanciarse de los demás, de las fuentes externas; prefieren en cambio estar atentos a la ins piración que proviene de sí mismos. Sensación. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala adquieren su conocimiento de lo tangible y lo concreto, confían en la experiencia directa y en los fenómenos observables y no en la deduc ción y la abstracción. Lo que les da bienestar y confianza es lo práctico y lo real, lo exacto y lo objetivo. Intuición. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala prefieren lo simbólico y lo desco nocido a lo concreto y lo observable. Están abiertos a lo intangible de la vida y prefieren buscar y disfru tar de las experiencias más misteriosas y de las fuentes de conocimiento más especulativas. Pensamiento. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala prefieren procesar el conoci miento que tienen mediante la lógica y el razonamiento analítico. Sus decisiones se basan más en juicios fríos, impersonales y objetivos que en emociones subjetivas. Sentimiento. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala forman sus criterios según sus propias respuestas afectivas ante las circunstancias, evalúan subjetivamente la repercusión que tendrán sus acciones sobre aquellos que están involucrados y siguen sus metas y valores personales.
Sistematización. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala son muy organizados y predecibles en cuanto al enfoque de sus experiencias en la vida. Adaptan sus nuevos conocimientos a los ya habituales y son cuidadosos, cuando no perfeccionistas, al ocuparse incluso de los mínimos detalles. Como resultado de esto, los demás les consideran metódicos, meticulosos y eficientes. Innovación. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala prefieren ser creativos y arries gados, están dispuestos a cambiar y dar nueva forma a cualquier cosa que se les presente. Parecen des contentos con la rutina y lo predecible; modifican en forma espontánea lo que está dado, siguiendo sus presentimientos y buscando provocar re sultados originales e inesperados.
Comportamientos interpersonales Retraimiento. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala se caracterizan por no demostrar sus emociones y por su indiferencia social. Tienden a ser tranquilos, pasivos y a desligarse; es probable que los demás les consideren callados y aburridos, incapaces de hacer amigos y también apáticos e indiferentes. Sociabilidad. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala buscan la atención, el entu siasmo y el estímulo social. Con frecuencia reaccionan en forma exagerada ante las situaciones que tienen a su alrededor; no obstante, normalmente pierden el interés con mucha facilidad. Aunque con rasgos mundanos, llamativos y encantadores, también pueden ser exigentes y manipuladores. Indecisión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala generalmente son cohibidos, tímidos y nerviosos en contextos sociales, desean fervientemente gustar y ser aceptados por los demás, sin embargo, con frecuencia temen ser rechazados. Al mismo tiempo que son sensitivos y emocionalmente sensibles, son desconfiados, solitarios y se aislan. Decisión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala tienden a sentir que son más com petentes y que tienen más talento que las personas que les rodean. A menudo son ambiciosos y egocén tricos, seguros de sí mismos y francos. Los demás les pueden considerar arrogantes y desconsiderados. Discrepancia. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala tienden a demostrar con accio nes, más que con palabras, que son independientes e inconformistas. Con frecuencia se resisten a seguir las normas tradicionales y despliegan una audacia que puede ser considerada imprudente o vehemente y ambiciosa. Conformismo. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala es probable que sean rectos y con dominio de sí mismos. Se relacionan con la autoridad de una forma respetuosa y cooperadora, tien den a comportarse de un modo apropiado y formal en contextos sociales, y es improbable que expresen sus emociones o que actúen espontáneamente. Sumisión. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala son sus peores enemigos. Están acostumbrados más bien a sufrir que a experimentar placer; acatan y tienden a rebajarse ante los demás. Con su comportamiento dejan sin efecto cualquier esfuerzo que los demás hagan para ayudarlos, y esto hace que los sumisos no sólo pierdan oportunidades de gratificación sino que fracasen reiteradamente en su intento por lograrla a pesar de poseer las capacidades para obtenerla. Dominio. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala son enérgicos, generalmente dominantes y agresivos socialmente. Tienden a verse a sí mismos como audaces y competitivos. Para ellos, la calidez y la ternura son signos de debilidad, por tanto las evitan siendo obstinados y ambiciosos. Descontento. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala se caracterizan por su tenden cia a ser pasivo-agresivos, hoscos y, en general, insatisfechos. Sus estados de ánimo y su comportamiento son inmensamente cambiantes. En ocasiones, se relacionan con los demás de un modo sociable y amisto so. En otras ocasiones son irritables y hostiles, y dicen que son incomprendidos y no valorados. Aquiescencia. Aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala suelen agradar muy fácil mente y con frecuencia se relacionan con los demás de una manera dócil. Establecen fuertes vínculos y son muy leales con los demás. Sin embargo, disimulan cualquier sentimiento negativo, especialmente cuando ese sentimiento pueda ser censurable a los ojos de aquellos a los que quieren agradar.
1.3. LA ESTRUCTURA DE LAS ESCALAS
Al construir un instrumento de eva luación, se hace necesario incluir el con junto de conceptos más prepon derantes de la teoría y de los hechos establecidos, sin que este instrumento sea ni muy abierto ni demasiado limitado en cuanto a su enfoque. Por razones que se detalla rán en el capítulo 2, este marco que esta blece una secuencia tripartita para eva luar el modo en el que se desenvuelven las personas en su entorno y que al mismo tiempo que guarda relación con la aportación tanto de pensadores históricos como de ciencias adyacentes, pueda ser un esquema especialmente útil para los propósitos de análisis personológico. El primer segmento en esta secuencia tripartita se denomina Metas motivacionales, para expresar que el comporta miento está impulsado, estimulado y dirigido por propósitos y objetivos espe cíficos. La segunda etapa en la secuencia se denomina Modos cognitivos, para indicar la manera en la que el individuo busca, ordena, internaliza y transforma la
información proveniente de su entorno y de sí mismo. La tercera etapa en la secuencia se refiere a los Comporta mientos interpersonales, y representa las diferentes maneras en las que las perso nas se relacionan y tratan con otros en sus esferas sociales, según los objetivos que los motivan y el conocimiento que han integrado. Con el objeto de comprender la per sonalidad en su totalidad, debemos encontrar maneras de caracterizar todos los componentes de las tres secuencias: los motivos más profundos que determi nan a los individuos, los modos caracte rísticos que utilizan para elaborar y trans formar sus percepciones y los comporta mientos específicos que han aprendido para relacionarse con los demás. Mediante la caracterización y la cuantificación de estas tres dimensiones, debería mos estar en condiciones de representar las diferencias individuales de acuerdo con los principales rasgos que definen la personalidad.
1.4. LAS METAS MOTIVACIONALES Las Metas motivacionales se relacio nan con el trabajo de Freud (1915/1925) y están íntimamente vinculadas a concep tos tales como necesidad, estímulo, afecto y emoción. Pertenecen a los esfuerzos y metas que estimulan y guían a los seres humanos, los propósitos y fines que los conducen a uno u otro estilo de compor tamiento. Tienen componentes tales como existencia, adaptación y reproducción, referidos en otro trabajo (Millón, 1990). Cada uno de los tres componentes está organizado como una bipolaridad 2.
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En un extremo de la primera bipola ridad (referida a la existencia) se encuen tra la escala que se basa en la motivación llamada Expansión, que pertenece al objetivo de mejorar la propia vida o reforzar la propia capacidad para sobre vivir. En el otro extremo se encuentra la escala que se basa en una reacción psico lógica ante un estímulo, llamada Preservación, que refleja la necesidad de protegerse contra situaciones que el sujeto percibe como amenaza a su super vivencia.
El término "bipolaridad" se utiliza conceptualmente para indicar dos rasgos teóricamente opuestos, tal como sentirse inclinado a modi ficar el entorno en vez de sentirse inclinado a adecuarse a él. No obstante, las escalas del MIPS no son escalas bipolares en el sentido psicométrico del término puesto que el polo opuesto de cada dimensión bipolar se mide mediante una escala por separado en el MIPS.
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La segunda bipolaridad se relaciona con la adaptación, y se refiere a los méto dos utilizados en el propio entorno para mejorar y preservar la vida. Uno de los polos representa la tendencia a alterar las condiciones de su propia vida de forma activa y enérgica, y se denomina Modificación. El otro polo, denominado Adecuación, representa la inclinación a aceptar pasivamente y, en una forma neu tral y carente de respuesta, la forma en que se dan sus propias circunstancias.
La tercera bipolaridad que forma parte del grupo motivacional también se diferencia al contrastar las escalas. En uno de los polos se sitúa el grado en que se busca lograr y satisfacer sus propios potenciales y posibilidades antes que las de los demás; es la Individualidad. En cambio, con la otra escala llamada Protección se mide la disposición a consi derar y dar prioridad a las necesidades y oportunidades de los parientes y compa ñeros por encima de las propias.
1.5. LOS MODOS COGNITIVOS El segundo campo de bipolaridades, denominado Modos cognitivos, se relacio na con el trabajo de Cari Jung (1936/1971). En esta dimensión de la personalidad se incorporan, por una parte, las fuentes que se emplean para reunir información sobre la vida y, por la otra, la forma mediante la cual esa información es transformada. Aquí, buscamos contrastar los diferentes estilos cognitivos de las personas. En pri mer lugar, a qué prestan atención para experimentar y aprender sobre la vida y, en segundo lugar, qué hacen habitualmente para hacer que este conocimiento sea significativo y útil para ellos mismos. Esta sección está formada por cuatro bipolaridades. Los dos primeros pares se refieren a las fuentes de información que proporcionan conocimiento. En un par de escalas opuestas se aborda la disposición a mirar hacia afuera, o fuera de sí mismo, para buscar información, inspiración y orientación, llamada Extraversión frente a la disposición a recurrir a sí mismo, a su propio interior, la Introversión. En el segundo par de escalas se encuentran las predilecciones por las experiencias que se pueden observar directamente, que son de naturaleza tan gible, material y concreta, la Sensación, contrastadas con aquellas predilecciones por las deducciones derivadas de los
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fenómenos intangibles, ambigu os, simbó licos y abstractos, la Intuición. La tercera y cuarta bipolaridad de este campo se refieren a los procesos cognitivos empleados para transformar o procesar la información, es decir, la forma que utiliza la persona para evaluar y reconstruir men talmente la información y las experiencias, una vez que han sido aprehendidas e incorporadas. En el primer par de estas escalas transformativas se diferencian los procesos que se basan fundamentalmente en el intelecto, la lógica, la razón y la obje tividad, que se llama Pensamiento, de aquellos que dependen de la empatia afec tiva, los valores personales, las emociones y la subjetividad, que se llama Sentimiento. El segundo par de las bipolares trans formativas (y último del grupo cognitivo) opone Sistematización a Innovación. Sistematización refleja la tendencia a hacer que la información nueva se ciña al conocimiento ya adquirido, que tome la forma de sus esquemas tradicionales, estandarizados y estructurados en forma convencional. Innovación refleja la ten dencia opuesta para evitar concepciones cognitivas previas, tales como distanciar se de lo que ya se sabe y generar nuevas ideas de manera informal, abierta, espon tánea, individualista y, con frecuencia, imaginativa.
1.6. LOS COMPORTAMIENTOS INTERPERSONALES El tercer grupo de escalas bipolares representa la manera interpersonal de relacionarse, es decir, cómo prefiere el individuo que sea su trato con los demás. El estilo de comportamiento social se deriva en parte de la interacción entre el patrón de Metas motivacionales y el de Modos cognitivos característicos de la persona. Para representar los estilos dife renciales de comportamiento se han cons truido cinco pares. En un contexto más amplio estos estilos de comportamiento se pueden considerar ubicados en el extremo de un continuo que se funde gra dual y progresivamente en desórdenes de personalidad moderadamente severos, que aparecen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (American Psychiatric Association, 1980, 1987,1994) 3 (Millón, 1981; Millón y Davis, 1994). El primer par de escalas de este campo pertenece a grados opuestos de comunicación. La puntuación alta en el polo Retraimiento, sugie re que la persona se relaciona con los demás de una mane ra distante, independiente, sin afecto y fríamente indiferente. La puntuación alta en el otro polo, Sociabilidad, indica que la persona busca comprometerse con los demás y que está lleno de vida, locuaz e interpersonalmente comunicativo. El segundo par de escalas se refiere al nivel de comodidad y desenvoltura en contextos sociales. La escala de las ten dencias a ser inseguro y temeroso, a no sentirse seguro de su valía personal y a retirarse socialmente, se denomina Indecisión. En oposición a este grupo se encuentra el estilo que es socialmente seguro y dueño de sí mismo, así como también enérgico y resuelto en sus rela ciones, y se denomina Decisión.
El tercer par se refiere al grado de con vencionalismo y deferencia social. La pun tuación alta en el polo Discrepancia, indica que las personas tienden a inclinarse más bien por no cumplir con las normas ciuda danas, las costumbres culturales y los reglamentos organizativos, y prefieren actuar en forma autónoma y comportarse socialmente según sus propias circunstan cias. La puntuación alta de aquellos que se sitúan en el polo opuesto, Conformismo, indica que se sienten claramente obligados por lo tradicional, son socialmente condes cendientes y reaccionan fácilmente ante las sugerencias, son respetuosos de la autori dad, así como también apropiadamente diligentes y cumplidores de sus deberes. Las facetas de Dominio/Sumisión se encuentran propuestas en la cuarta bipolaridad. La puntuación alta en el polo Sumisión corresponde a aquellos que no sólo son sumisos, sino que también se rebajan, son poco seguros de sí mismos, demasiado modestos y se auto-reprimen. Aquellos que obtienen una puntuación alta en la escala opuesta, Dominio, ade más de ser dominantes, también son voluntariosos, ambiciosos, enérgicos y buscan el poder. El quinto y último grupo de bipolaridades corresponde a la dimensión de negativismo social frente a complacencia social. Uno de los polos, el Descontento, refleja en general la tendencia a encon trarse insatisfecho consigo mismo y con los demás, a sentirse molesto con el statu quo, resentido y en desacuerdo. El polo opuesto, la Aquiescencia, refleja la dispo sición a ser cooperador y comprometido, a ir más allá de lo que lo consideran los demás, a ser muy servicial y deseoso de adaptar su comportamiento a la voluntad de los demás.
N. de la T.: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM (Sociedad Estadounidense de Psiquiatría, 1980,1987,1994).
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1.7. COMENTARIOS SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESCALAS Aunque estas bipolaridades parecen tener un reflejo claro en los estilos de per sonalidad, este enfoque comparativo fue llevado a cabo fundamentalmente para lograr propósitos teóricos y pedagógicos. Pocas veces las personas caen de modo inequívoco en uno u otro extremo. Es evidente que después de esta advertencia cabe recordar que cada constructo bipolar representa un continuo y no simplemente un punto final. Las puntuaciones de las personas auténticas formarán un gradiente que representará en qué medida exhiben la característica en cuestión. Por ejemplo, existen muy pocos estilos puramente extravertidos o introvertidos; más bien, los individuos reflejan casi invariable mente niveles fluctuantes de ambos esti los, probablemente con una de las escalas algo más alta que la otra. Otra advertencia no menos impor tante hace referencia a la necesidad de ser cuidadoso con respecto al significado que se le dará a la puntuación de cada
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escala. Debido a las complejas relaciones entre las escalas del MIPS, no se puede interpretar ninguna puntuación en forma independiente de su posición relativa y de su configuración en relación con las puntuaciones de otras escalas, especial mente aquellas que pertenecen al propio campo de acción del perfil (es decir, motivacional, cognitivo o de comporta miento). Por ejemplo, una puntuación alta en Modificación tendrá un significa do personológico diferente si se empare ja con una puntuación alt a en Individualidad y Expansión que si se empareja con una puntuación alta en Protección y Preservación. Las puntua ciones covariantes altas y bajas propor cionan un contexto interpretativo de cada puntuación y, por tanto, ofrecen un significado más preciso y más extenso. Si el lector lo desea, puede consultar obras previas del autor sobre este tema sobre un análisis y una ejemplificación más completos de estos puntos (Millón, 1981, 1987c).
2\ FUNDAMENTOS
TEÓRICOS DE LAS ESCALAS
2.1. INTRODUCCIÓN Este capítulo está destinado a aque llos lectores que desean investigar los modelos teóricos que han dado una base sólida a las escalas del MIPS. La lógica y las bases fundacionales que aquí se pre sentan pueden ser más abstractas que en otras secciones de este Manual; la lectura de este capítulo proporcionará una pers pectiva de cómo se derivaron los constructos y por qué creemos que éstos están de acuerdo con los últimos avances en el campo de la personología. Éste es un momento de rápidos avan ces clínicos y científicos, un momento que parece óptimo para diseñar proyectos que generen nuevas ideas y sus combina ciones. El área donde se cruzan la perso nalidad, la psicopatología y la normalidad constituye un campo de significativa acti vidad académica y responsabilidad clíni ca. El hecho de proporcionar formulacio nes teóricas que unan estas interseccio nes, representaría por sí solo un impor tante paso intelectual; sin embargo, que remos hacer algo más . Si nuestra atención se limitase a los modelos de investigación contemporáneos que apuntan directa mente a estos puntos de intersección, podríamos pasar por alto los sólidos fun damentos que nuestros pensadores histó ricos en este campo (como Freud y Jung) han aportado, así como también las cien cias más plenamente desarrolladas (como la física y la biología evolutiva). Si no logramos coordinar las proposiciones y los constructos con los principios y las leyes establecidas por estos gigantes inte lectuales y las disciplinas de avanzada, los diferentes dominios que comprenden nuestro objeto de análisis continuarán flotando solos, por así decirlo, desconec tados de otras esferas del conocimiento y
por tanto, será necesario que volvamos a la importante tarea de combinar ideas para formar un todo en otro momento. Por esta razón, en este capítulo vamos más allá de los límites conceptuales y de la investigación actuales que existen res pecto a la personología, e incorporamos el aporte de los teóricos iniciales así como también el de nuestras ciencias adyacentes más firmemente cimentadas. Estos pasos no sólo darán frutos conceptuales nue vos, sino que también pueden proporcio nar los fundamentos que guíen las inves tigaciones de nuestra propia disciplina. Una parte considerable de la psicolo gía en su conjunto permanece a la deriva, separada de las más amplias esferas del conocimiento científico, aislada de los principios más profundos y fundamenta les, cuando no universales. Como lo ilus tra ampliamente la historia de la psicolo gía, las proposiciones de nuestra ciencia no son en sí mismas suficientes para guiar sus avances de un modo coherente y convergente. Como consecuencia, la psicología ha confeccionado una especie de tela de patchwork (remiendos) cuyos retales lo conforman diversos conceptos disonantes y datos de diversos campos de actividades o de influencia. Al estar preocupados sólo por una pequeña parte de la totalidad y temiendo acusaciones de reduccionismo, no hemos conseguido explotar las ricas posibilidades que se pueden encontrar tanto en el ámbito his tórico como en el de las ciencias adyacen tes donde buscan los eruditos. Salvo en contadas excepciones, no se han desarro llado conceptos congruentes que pudie sen conectar temas actuales con los del pasado. Parecemos estar sistemáticamen-
i Traduc ido por Patricia Arellano Escalera, trad uctor a, y supe rvis ado por M a del Pilar Sánchez López, Universidad Complutense de Madrid.
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te atrapados (¿obsesionados?) en las modas contemporáneas y en las mejoras en el mismo plano horizontal. Asimismo, se necesita una investiga ción que integre esquemas y constructos, que nos una a las observaciones y las leyes pertinentes de otros campos de la ciencia contemporánea. La meta, reconozcámos lo, algo pretenciosa, es transformar nuestra tela de retales en un tapiz coherente y hecho a la medida, que esté perfectamen te conectado con las diversas formas en las que se expresa la naturaleza. No existe mejor esfera dentro de las ciencias de la psicología que englobe de forma más apropiada dichas combinacio nes de ideas en un todo que la temática de la personología, el estudio de las per sonas. La persona como individuo es el único sistema integrado orgánicamente en el campo personológico que ha evolu cionado a través de los milenios y que fundamentalmente está creado desde su nacimiento como una entidad natural. El individuo no es tan sólo una gestalt que se derive de la experiencia ni de su vincula ción a la cultura. La cohesión intrínseca de la persona no es un a construcción retó rica, sino una auténtica unidad substanti va. Los rasgos personológicos pueden diferenciarse en normales o patológicos y pueden dividirse conceptualmente con propósitos pragmáticos o científicos; no obstante, son segmentos de una entidad biopsicosocial inseparable. 2.1.1. La Teoría proporciona fundamentos sólidos para los constructos de la personalidad
Hace unos 50 años, Kurt Lewin escri bió que "no existe nada tan práctico como una buena teoría" (1936, pág. 5). Cuando la teoría se construye de forma apropia da, proporciona a la larga más simplici dad y claridad que una información no integrada y dispersa. Además, como han
señalado Hempel (1965) y Quine (1977), la teoría proporciona el pegamento que mantiene unido el campo temático y le procura su significación científica. Al introducir la teoría en el estudio de la personología han surgido muchas dudas. Dada nuestra capacidad intuitiva para percibir la exactitud de una intuición o penetración psicológica repentina o de una especulación, los esfuerzos para for mular una teoría que imponga una estructura o la formalización de estas intuiciones en un sistema científico, podrían considerarse, probablemente, no sólo entorpecedores e inoportunos, sino también ajenos. La confusión y la resis tencia a aceptar los cambios y las nuevas ideas no surgen en campos como el de la física de las partículas, donde las obser vaciones diarias no están disponibles de inmediato y donde las intuiciones inno vadoras son pocas y muy escasas. En aquellos temas, los científicos no sólo se sienten bastante cómodos, sino que recu rren fácilmente a la teoría deductiva como un medio de ayuda para explicar y coordinar el conocimiento. Es paradójico pero cierto y desafortunado que los psi cólogos aprendan su disciplina bastante bien simplemente observando los hechos comunes de la vida. Como consecuencia de esta facilidad, pueden huir con cierto temor de los poderes aparentemente oscuros y complicados (aunque con fre cuencia productivos y metódicos), inhe rentes a la teoría formal, especialmente de las teorías diferentes a las aprendidas en la época de estudiante. A pesar de las carencias en los esque mas teóricos contemporáneos e históri cos, el hecho de sistematizar los princi pios y los conceptos abstractos puede "facilitar una óptica más profunda que vaya más allá de las apariencias superfi ciales para llegar al orden que subyace" (Bowers, 1977, pág. 130). Por ejemplo, los taxonomistas anteriores a Darwin, tales como Linnaeus y otros, se limitaron a
similitudes y diferencias evidentes entre los animales como una forma de cons truir sus categorías. A Darwin no le sedu jo lo evidente. Por el contrario, buscó comprender los principios mediante los cuales se regían las características mani fiestas. Su clasificación se basó no sólo en las cualidades descriptivas observadas minuciosamente, sino también en aque llas que daban una explicación genuinamente real.
combinar los conceptos derivados de la teoría evolutiva con los de teorías de dife rencias individuales y rasgos de la perso nalidad (p. ej., D. Buss, 1990). El objetivo común entre estas propuestas no es sólo aplicar principios análogos entre diversos dominios científicos, sino también reducir el enorme espectro de conceptos en psico logía que han proliferado a través de la historia. Esto puede lograrse investi gando el poder de la teoría de la evolución con el objeto de simplificar y ordenar las caracte rísticas diferenciales de la personalidad.
2.1.2. Orientación
Uno de los objetivos de este capítulo es conectar la estructura conceptual de la personalidad con sus fundamentos en el mundo natural, lo que también constitu yó un objetivo para Freud y Jung. La for mulación que se presentará aquí está ínti mamente relacionada con el abandonado proyecto de Freud de una psicología cien tífica ("Project for a Scientific Psychology", 1895/1966). Freud se esforzó por desarro llar nuestro conocimiento respecto a la naturaleza humana, mediante la explora ción de las interconexiones entre las disci plinas que evolucionaban desde cuerpos de investigación ostensiblemente no rela cionados entre sí y que utilizaban lengua jes manifiestamente disímiles. El plantea miento en este aspecto también está ínti mamente asociado al esfuerzo realizado por Jung para explicar las funciones de la personalidad con relación al equilibrio de bipolaridades profundamente arraiga das, una teoría que se encuentra formula da más claramente en su libro Psycological Types (1921/1971). En los últimos años hemos asistido a la aparición de la sociobiología, una cien cia nueva con la que se investiga la inter conexión entre el funcionamiento social humano y la biología evolutiva (Wilson, 1975, 1978). Asimismo, las formulaciones contemporáneas hechas por los psicólo gos han presentado el potencial y han analizado los problemas involucrados al
A modo de ejemplo, podemos señalar que todos los organismos buscan evitar el daño, encontrar alimento y reproducir su especie en el caso de que tengan que sobrevivir y mantener su población. Cada especie está marcada por las característi cas en común que tiene en su estilo de adaptación o de supervivencia. Sin embargo, dentro de cada especie existen diferencias en el estilo y en el éxito con el que los diferentes miembros se adaptan a los diversos y cambiantes entornos a los que tienen que hacer frente. En este nivel básico, el término personalidad se emplea ría para representar los estilos más o menos distintos de funcionamiento de adaptación que un miembro en particular de una especie exhibe en tanto en cuanto se relaciona con su habitual gama de hábitats o entornos. La personalidad normal, concebida de esta forma, reflejaría los modos específi cos de adaptación de los miembros de la especie que resultan eficaces en entornos normales o supuestos. En este contexto, los desórdenes de la personalidad estarían representados por los diferentes estilos de funcionamiento de inadaptación que pueden atribuirse a las deficiencias, dese quilibrios o conflictos en la capacidad del miembro de la especie para relacionarse con el medio al que se enfrenta. Podríamos agregar algo más respecto de las comparaciones realizadas, por una 21
parte, entre la teoría de la evolución y la ecología y, por la otra, respecto de la per sonalidad normal y anormal. Durante su historia vital, un organis mo desarrolla un conjunto de característi cas que contribuyen a su supervivencia individual y al éxito reproductivo, los dos componentes esenciales para la adapt abi lidad formuladas por Darwin. Este con junto de características que en la biblio grafía de la ecología evolutiva se ha deno minado complejo de adaptaciones y estrate gias, se puede conceptualizar como el equivalente biológico de los estilos de personalidad en la bibliografía sobre salud mental. Las explicaciones biológi cas de la estrategia de adaptación que un organismo tiene durante su vida están referidas fundamentalmente a las varia ciones de las características biogenéticas que lo constituyen, su estructura de covarianza total y la naturaleza y relación de los recursos ecológicos favorables o des favorables que han estado disponibles para facilitar la longevidad y optimizar la reproducción. Estas explicaciones no se diferencian en forma significativa de las utilizadas para dar cuenta del desarrollo de estilos de personalidad normales y patológicos. Se puede trazar un importante y fasci nante paralelismo entre la evolución filogenética de la composición genética de una especie y el desarrollo ontogenético de las estrategias de adaptación de un ser
vivo individual (es decir, su estilo de perso nalidad). En cualquier momento del tiem po, la especie poseerá un grupo limitado de genes que constituirán los caracteres potenciales. En las generaciones siguien tes, la frecuencia de distribución de estos genes probablemente cambiará en sus proporciones relativas, dependiendo de cuan adecuadamente los caracteres que proporcionan una base sólida contribu yan a la adaptabilidad de la especie den tro de sus cambiantes hábitats ecológicos. De un modo similar, los organismos individuales comienzan su vida con un subconjunto limitado de genes de su especie y de caracteres potenciales que los constituyen. Con el tiempo, los rasgos que predominen en estos caracteres potenciales (y no la proporción de genes en sí mismos) se volverán diferencialmente dominantes mientras el organismo interactúa con su medio. De sus experien cias, éste aprende qué rasgos son más aptos, es decir óptimos y apropiados, para su ecosistema. En la filogénesis, las fre cuencias genéticas reales cambian duran te el proceso de adaptación de generación en generación; por el contrario en la onto génesis lo que cambia son los rasgos dominantes de los genes mientras se lleva a cabo el aprendizaje de adaptación al medio. Ocurre un proceso evolutivo paralelo durante la vida de una misma especie y durante el transcurso de la vida del miembro de la especie, respectiva mente.
2.2. LAS TRES POLARIDADES DE LAS METAS MOTIVACIONALES 2.2.1. Existencia, Adaptación y Reproducción
Los últimos avances que vinculan la teoría de la evolución y la teoría ecológi ca proyectan sus principios a los estilos normales y anormales del funcionamien to humano. Las bases conceptuales de estas ciencias forman parte de los funda-
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mentos teóricos de las tres Metas motivacionales del MIPS, a través de las tres for mulaciones señaladas anteriormente lla madas Existencia, Adaptación y Repro ducción (Millón, 1990). La Existencia se refiere a las transfor maciones de los estados físicos, que son más o menos efímeros y desorganizados,
en estados que poseen mayor estabilidad y organización, y que se han descubierto en forma afortunada y casual. Pertenece a la formación y subsistencia de los fenó menos perceptibles, al proceso de evolu ción que expande y preserva la vida, y a la bipolaridad placer y dolor. La Adaptación se refiere a los proce sos homeostáticos empleados para impulsar la supervivencia en los ecosis temas abiertos. Se refiere a la manera en la que los organismos se adaptan a los ecosistemas que les rodean, a los meca nismos que emplean para modificar o adecuarse a estos entornos, y a la bipola ridad psicológica de actividad y pasivi dad. La Reproducción pertenece a los estilos de multiplicación que maximizan la diversificación y selección de los atribu tos ecológicamente eficaces. Se refiere a las estrategias utilizadas para reproducir organismos efímeros, a los métodos para maximizar la individualidad (de sí mismo) y la nutrición (de la descendencia), y a la bipolaridad psicológica de sí mismo y de los demás. 2.2.2. Aportación de Freud y sus paralelos actuales
Las tres polaridades iniciales
Las tres principales bipolaridades que se han articulado en esta sección tienen sus precursores teóricos que se pueden remontar a principios de la década de 1900. Aunque previamente se propusieron algunos esquemas para lelos, las concepciones del MIPS se pueden relacionar con las ideas presen tadas por Sigmund Freud. En 1915,
Freud (1915/1925) escribió sus impor tantes e influyentes trabajos sobre metapsicología, cuya sección llamada "Los Instintos y sus vicisitudes" (The Instincts and their Vicissitudes), es de particular interés en este caso. En estos trabajos se presentan de forma preliminar las conje turas que fueron el presagio de los diver sos conceptos que más tarde fueron desa rrollados en su totalidad, tanto por Freud como por las disciplinas derivadas de sus aportaciones. Claramente se trata de un marco que conecta las polaridades que Freud anticipara como esenciales para la comprensión de la "mente" (desafortunadamente, nunca desarrolló este trabajo preliminar como un sistema formal para conceptualizar los patrones psicológicos de normalidad y anormali dad). Los contrastes marcados por él en ese momento fueron los siguientes: Nuestra vida mental, en su conjunto, está regida por tres polaridades; específica mente por las tres antítesis siguientes: Sujeto (ego) - Objeto (mundo externo) Placer - Dolor
Activo - Pasivo Las tres polaridades dentro de la mente están interconectadas de varias formas alta mente significativas (Freud, 1915/ 1925, págs. 76-77). Podemos resumir diciendo que la caracte rística principal de las vicisitudes experi mentadas por los instintos, es su sujeción a las influencias de estas tres grandes polaridades que rigen la vida mental. De estas tres polaridades deberíamos descri bir actividad-pasividad como la biológica, ego-mundo externo como la real, y final mente placer-dolor como la económica2 , respectivamente (Freud, 1915/1925, pág. 83).
2 N. de la T.: Ch. R. Darw in dedu ce su principio de "lucha por la vida " de la noción del economista Malthu s, quien señaló que la pobla ción crece mucho más deprisa que los recursos alimentarios; el aumento de la población sigue el ritmo de una progresión geométrica, en cambio el aumento de los recursos el de una progresión aritmética. Por tanto, los individuos se ven obligados a luchar por conse guir su alimento y placer, en las mejores condiciones. La supervivencia será alcanzada por el más apto.
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Aunque Freud no pudo continuar su incursión en el potencial de su esquema tripartito de polaridades, sus seguidores han continuado basándose en sus ele mentos y lo harán durante muchas déca das venideras, como se ha observado notoriamente en el desarrollo que va desde la propia teoría del instinto de Freud (en donde el placer y el dolor son las prin cipales fuerzas), pasando por la psicología del ego (donde la actividad y la pasividad han sido los constructos centrales), hasta la más reciente psicología de sí mismo y la teoría objeto-relaciones, en donde la polari dad sí mismo/otros es el tema clave (Millón, 1990).
Respecto al enfoque del MIPS
El andamiaje para abarcar las tres polaridades anteriormente mencionadas fue construido nuevamente y de una forma diferente por Th. Millón a finales de los años 60 (Millón, 1969). Debido a que en ese momento el autor se encon traba poco familiarizado con las pro puestas de Freud y estaba empleando un modelo de aprendizaje biosocial, creó un marco similar a las grandes polaridades que rigen toda la vida mental de Freud, pero con la terminología de los concep tos de aprendizaje. El modelo compren día tres dimensiones bipolares: refuerzo positivo frente a refuerzo negativo (pla cer/dolor); sí mismo frente a otros como fuente de refuerzo; y el estilo instrumen tal activo frente a pasivo. El autor esta bleció que: Enmarcando nuestro pensamiento según qué refuerzos busca el individuo, si éste los busca, y cómo se desenvuelve, pode mos ver de forma más simple y clara las estrategias esenciales que guían el com portamiento óptimo para alcanzar lo que desea. Estos refuerzos [se refieren a] si busca fundamentalmente lograr refuerzos posi-
tivos (placer) o evitar los refuerzos nega tivos (dolor). Algunos pacientes recurren a terceros como fuente de refuerzos, en cambio otros recurren a sí mismos. La distinción [se realiza] dependiendo de si la fuente fun damental de refuerzo proviene de los demás o de sí mismos. ¿Sobre qué base se puede realizar una dis tinción útil entre los comportamientos instrumentales? El análisis de la biblio grafía sugiere que la dimensión del com portamiento actividad-pasividad puede ser de utilidad. Los pacientes activos [están] diligentemente intentando contro lar las circunstancias que les rodean. Los pacientes pasivos esperan que las circuns tancias que les rodean sigan su curso, y reaccionan ante éstas sólo después de que hayan ocurrido. (Millón, 1969, págs. 193-195).
Otros
paralelos
Hay un grupo cada vez mayor de estudiosos contemporáneos cuyos traba jos están fuertemente vinculados con las dimensiones bipolares placer/dolor, acti vidad/pasividad y sí mismo/otros, aun que en forma indirecta e incompleta. Por ejemplo, una de las concepciones moder nas fuertemente unida con los fundamen tos biológicos ha sido desarrollada por el distinguido psicólogo británico Jeffrey Gray (1964,1973). El psicólogo estadouni dense Arnold Buss y sus colaboradores (Buss y Plomin, 1975,1984) elaboraron un modelo tripartito de temperamento, que en muchos aspectos se corresponde con el modelo tripartito de las Metas motivacionales. Russel (1989) y Tellegen (1985) han publicado formatos circumplejos basados en estudios analíticos sobre el factor esta do de ánimo y activación que se alinean bien con el esquema de polaridades. El
prestigioso psiquiatra estadounidense Robert Cloninger (1986, 1987), inspirán dose en un complejo análisis de substra tos neuroanatómicos dedujo un esquema que consta de tres partes, que coincide con los elementos principales del modelo de tres bipolaridades motivacionales de Millón. Aunque menos orientados hacia los fundamentos biológicos, los últimos avances tanto en la teoría interpersonal como psicoanalítica, han demostrado análogamente marcados paralelos con una o más de las tres dimensiones bipola res (para obtener un reseña detallada de éstos y otros paralelos, véase Millón, 1990). En las páginas siguientes se resumen las características y el fundamento lógico del modelo de las Metas motivacionales que consta de tres partes. La organización de todo el modelo se encuentra presenta do en el cuadro 2.1. 2.2.3. Las Metas motivacionales Expansión y Preservación
Una de las motivaciones más básicas, la de la existencia, está constituida por dos elementos. Uno de los aspectos perte nece a la expansión o enriquecimiento de la vida; en otras palabr as, creando o refor zando ecológicamente los organismos viables. El segundo aspecto se relaciona con la preservación de la vida, es decir, creando supervivencia y seguridad, evi tando aquellas situaciones que pudiesen terminar con la vida. Aunque no estamos de acuerdo con el concepto de Freud sobre el instinto de muerte (thanatos), pensamos que en esencia es correcto reco nocer que el opuesto biológico, funda mental y de equilibrio, existe en la natu raleza y tiene su paralelo en el mundo físico. Como escribió en uno de sus últi mos trabajos, "La analogía de nuestros dos instintos básicos se extiende desde la esfera de
las cosas vivas hasta el par de fuerzas opues tas, atracción y repulsión, que rigen el mundo inorgánico" (Freud, 1940/1949, pág. 72).
Entre los seres humanos, el primer aspecto de la existencia puede ser obser vado en los actos expansivos de la vida, cuya experiencia se ha recogido como instancias placenteras (refuerzo positivo); el último aspecto puede observarse en aquellos comportamientos que preservan la vida y que están encaminados a recha zar y evitar las instancias que según la experiencia se han caracterizado por ser dolorosas (refuerzo negativo). En la sec ción siguiente profundizaremos respecto de estos mecanismos fundamentales, si no universales, de contrarrestar la disper sión entrópica. La existencia es literalmente el acto de existir o no existir. En el mundo inor gánico, existir es esencialmente una cues tión de poseer cualidades que distinguen un fenómeno de otro de su entorno, es decir, la existencia es una cuestión de no existir en un estado de entropía. Entre los seres orgánicos, existir es una cuestión de poseer las propiedades de la vida, así como también estar situado en ecosiste mas que faciliten los procesos que expan den y preservan la vida manteniendo la integridad del organismo dentro del medio que le rodea. En el mundo fenomenológico o relacionado con la expe riencia de los organismos capaces de experimentar sensaciones a través de los sentidos, los acontecimientos -que por una pa rte, ex pand en la vida, y por la otra la preservan- corresponden a términos metafóricos tales como placer y dolor; es decir, el hecho de reconocer y lograr las recompensas que enriquecen la vida se relaciona con el placer, y el hecho de reconocer y evitar las emociones y las sensaciones que amenazan la vida se relaciona con el dolor.
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Cuadro 2.1. Organización de las escalas y los constructos bipolares medidos por cada escala Nombre de la escala Metas motivacionales
Constructo bipolar
Expansión Preservación
Placer Dolor
Modificación Adecuación
Actividad Pasividad
Individualidad Protección
Hacia sí mismo Hacia los demás
Modos cognitivos Extraversión Introversión
Externa Interna
Sensación Intuición
Tangible Intangible
Pensamiento Sentimiento
Intelecto Afecto
Sistematización Innovación
Asimilación Imaginación
Comportamientos interpersonales Retraimiento Sociabilidad
Distanciamiento físico/emocional Gregarismo
Indecisión Decisión
Inseguridad Seguridad
Discrepancia Conformismo
Desacato Obediencia
Sumisión Dominio
Sumisión Dominio
Descontento Aquiescencia
Descontento Afinidad
Esta bipolaridad orientada hacia el placer/dolor no sólo sitúa las sensacio nes, motivaciones, sentimientos, emocio nes, estados de ánimo y afectos en dos dimensiones que contrastan, sino que también reconoce que cada una de ellas posee una gradación cuantitativa inde pendiente y por separado: los hechos que son atractivos, gratificantes o positiva mente reforzadores pueden experimen tarse en un continuo de débil a fuerte, así 26
como también pueden hacerlo aquellos que son hostiles, angustiosos, tristes, o que refuerzan negativamente. Lo que dis tingue una bipolaridad de una polaridad simple es que tanto las emociones positi vas como las negativas pueden exhibir todo el rango cuantitativo independient e mente de la otra (véase el capítulo 1). En este caso, los niveles bajos de placer no son los mismos que los de dolor y vice versa. Además, los niveles altos y bajos
de emoción positiva pueden coexistir con niveles variables de emoción negativa. Muchos teóricos asocian los niveles de intensidad de placer y de dolor con la dimensión de despertar/activación. No obstante, de acuerdo a nuestro juicio, los constructos de actividad y pasividad per tenecen a bipolaridades separadas que se basan en la teoría de la evolución, las cua les se describirán más adelante de forma más completa y sucinta. A través de los años, con un gran número de teorías sobre la motivación/ emoción se han propuesto modelos que se refieren esencialmente a las expresio nes afectivas de esta bipolaridad pla cer/dolor. La bibliografía reciente que guarda más relación con el enfoque del MIPS es la que se relaciona con las dimensiones analíticas del factor de la emocionalidad positiva y negativa descri ta por Tellegen (1985) y sus colaboradores (Clark y Watson, 1988; Watson y Clark, 1984; Watson y Tellegen, 1985). A pesar de que existen muchos aspec tos filosóficos y metafísicos asociados con la naturaleza del dolor y del placer como constructos, no es nuestro propósito investigar en ellos en detalle en este momento. En otra publicación (Millón, 1990) se ha hecho referencia al hecho de que en reiteradas ocasiones se repita como un fenómeno polar, en diversos campos de la psicología (por ejemplo, comportamientos aprendidos, procesos inconscientes, emoción y motivación, así como también sus substratos biológicos). Expansión. A modo de descripción, aquellos que obtienen una puntuación alta en esta escala poseen actitudes y comportamientos diseñados para impul sar y enriquecer la vida, generar alegría, placer, satisfacción, realización y, de ese modo, fortalecer su capacidad de perma necer competentes física y mentalmente. Estos individuos probablemente sosten drán que la existencia humana es algo
más que el sólo hecho de preservar la vida y evitar el dolor. Además, los que tienen puntuación alta están impulsados por el deseo de enriquecer sus vidas, por buscar experiencias y desafíos que les den vigor, por la aventura y la explora ción, todo con el fin de aumentar, cuan do no intensificar su vitalidad y viabili dad. Preservación. Entre estos individuos vemos una significativa tendencia a cen trar la atención en las potenciales amena zas a su propia seguridad emocional y física, a prever los signos que retroalimentan el potencial negativo y a aumen tar el estado de extrema alerta ante los mismos, lo que puede conducirlos a des conectarse de las relaciones diarias y de las experiencias placenteras. La mayor parte evita con éxito los riesgos y peligros innecesarios, aunque a menudo pagando el precio de disminuir el rango de sus emociones positivas y experiencias feli ces. Como consecuencia, tienden a ser más inhibidos y reprimidos, ansiosos y pesimistas, demasiado preocupados por las dificultades de la vida.
2.2.4. Las Metas motivacionales Modificación y Adecuación Perspectiva ecológica
La segunda dimensión polar se refie re a lo que hemos denominado los modos de adaptación; también ha sido descrita como una bipolaridad que cons ta de dos partes. Uno de los dos princi pales modos de adaptación se puede observar en el estilo de vida del reino animal donde se manifiesta una inclina ción básica hacia la modificación ecológi ca. Existe una tendencia activa a cambiar o a volver a disponer los elementos que comprenden el entorno global con el fin de obtener una atmósfera de quietud. Se observa una manifiesta versatilidad al cambiarse de un lugar apto a otro, si sur-
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gen situaciones imprevisibles. Se trata de un modo móvil e intervencionista que agita activamente, maniobra y provoca sometimiento y, a escala humana, trans forma sustancialmente el entorno con el fin de satisfacer sus propias metas de supervivencia. En el otro polo de la adaptación se encuentra el modo de adecuación ecoló gica, que expresa la tendencia a acomodar se en forma pasiva. Existe el deseo de localizar un espacio adecuado, que ofrez ca seguridad e instalarse, sujeto a los caprichos y los imprevistos del entorno, siempre que el medi o que lo rodea le pro porcione el alimento y la protección nece sarios para preservar la existencia. Aunque este modo (de adecuación pasi va) se basa en una bifurcación algo sim plista entre las estrategias de adaptación, constituye uno de los dos métodos fun damentales que han desarrollado los organismos vivos como medio de super vivencia. Representa el proceso crucial que se da en la evolución del reino de las plantas, un modo de supervivencia esta cionario, arraigado aunque esencialmen te dócil y dependiente. Ambos modos, activo y pasivo, han demostrado ser inmensamente capaces de alimentar y preservar la vida. Ya sea que la bipolaridad presentada anteriormente esté expresada en una relación de modificación frente a adecuación, como actividad frente a pasividad o animal frente a planta, lo que representa en su nivel más básico son los dos modos fundamentales que han desarrollado los organismos para preser var su existencia. Esta segunda bipo laridad Modificación/Adecuación difiere de la primera, Expansión/ Preservación (respecto a lo que se podría llamar apropia do para la circunstancia de la existencia), en que caracteriza los modos de ser, de qué forma aquello que es conveniente perdura.
Perspectiva
filosófica
Al ampliar el modelo de la bipolari dad actividad/pasividad para abarcar la experiencia humana, encontramos que el vasto rango de comportamientos huma nos que la conforman puede agruparse dependiendo de si toman iniciativas para alterar o darle forma a los acontecimien tos de la vida, o de si sus comportamien tos reaccionan ante los hechos o se amol dan a ellos. La distinción entre Modificación y Adecuación (o activo y pasivo) puede remontarse a las primeras nociones de Thomas Hobbes (1650), que habló del comportamiento como una respuesta a los sentimientos vitales. Hobbes percibía a los seres humanos como animales pasi vos, desvalidos, que reaccionaban ya sea ante los apetitos (lograr placer) o ante las aversiones (evitar el dolor). Las teorías más o menos tradicionales y mecanicistas, como la de Hobbes, afirman que los seres humanos están sujetos a fuerzas y tienen un mínimo control sobre aquellas que los obligan a comportarse del modo en que lo hacen, ya sea que estas fuerzas provengan desde fuera (presiones del entorno) o desde dentro (instintos bioló gicos o determinantes inconscientes). Por el contrarío, las teorías organísmicas , que reflejan la perspectiva de los pensadores y culturas más contemporá neas, descartan la afirmación de que los seres humanos son robots esencialmente pasivos que solamente reaccionan ante las incitaciones externas y ampliamente desconocidas. Más bien, los teóricos modernos aseveran que los seres huma nos determinan sus propios comporta mientos en forma activa, que aquellos se ven enfrentados a dilemas y oportunida des en su vida, eligen lo que prefieren, e incluso emprenden acciones que alteran 3
3 N. de la T. Cualqu ier punt o de vista en psicología que rechaza la visión dual mente- cuerp o del organismo, y en cambio utiliza una orientación holística, es decir, que trata a la persona en su conjunto.
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la propia naturaleza del medio que les rodea. A nuestro juicio, ambos puntos de vista son correctos. En algunas ocasiones, los seres humanos son sujetos de acción y en otras, sujetos de reacción. El desempeño normal u óptimo, al menos entre los seres humanos, parece exigir un equilibrio flexible que conecte y entrelace ambos extremos de cada polaridad. Es probable que en la prime ra bipolaridad los comportamientos que fomentan tanto la expansión de la vida (buscando placer) como la preservación de ésta (evitando el dolor) tengan más éxito para lograr la supervivencia que los que están reducidos a una u otra motivación por separado. De una forma similar respecto a la adaptación, es pro bable que los modos de comportamiento que exhiben tanto adecuación ecológica como modificación ecológica, tengan más éxito que si se manifiesta cada uno por sí solo. No obstante, nosotros sostenemos que dentro de la dimensión actividad/ pasividad quedan por descubrir impor tantes diferencias individuales de impor tancia personológica. Ningún individuo se encuentra del todo en un polo o en el otro, sino que emplea ambos modos en proporciones variables. Esta diferencia en los individuos es pertinente para la eva luación de los estilos de personalidad, y nuevamente proponemos dos escalas para representar en qué grado las perso nas equilibran estos dos modos de capa cidad de adaptación. Modificación. A modo de descripción, aquellos que se sitúan en el extremo acti vo de esta bipolaridad se caracterizan por su agudeza mental, cuidado y atención exacta de las cosas, vivacidad, vitalidad, fuerza, y por su naturaleza enérgica para buscar estímulo e impulso. Algunos pla nean estrategias y escrutan alternativas para evitar los obstáculos o la angustia del castigo, el rechazo y la ansiedad.
Otros son impulsivos, susceptibles, impe tuosos y precipitados, buscan obtener placer y recompensa. Aunque sus metas específicas cambian ocasionalmente, los individuos que las modifican activamen te buscan alterar sus vidas e interferir en los hechos que se presentan, transfor mando sus circunstancias en forma enér gica y diligente. Adecuación. Aquellos que tienen una actitud pasiva con frecuencia son reflexi vos y pausados. Emplean pocas estrate gias manifiestas para lograr sus fines. Exteriorizan una aparente inactividad, una cualidad flemática, una tendencia a la aquiescencia y a una actitud reprimida y por tanto tienen poca iniciativa para modificar las situaciones; en cambio sue len esperar que las circunstancias sigan su curso antes de adaptarse. Algunos pueden estar temperamentalmente no preparados para animarse o para hacerse valer. Quizá su experiencia pasada les ha privado de oportunidades para adquirir una gama de competencias o confianza en sus capacidades para dominar lo que ocurre en su entorno. También es posible que tengan una confianza ingenua en que las cosas tomarán su curso con poco o ningún esfuerzo puesto de su parte. Por tanto, de diversas maneras, aquellos que se sitúan en un extremo de esta bipo laridad parecen preservar su existencia, participando en pocas actividades direc tas que interfieran en los acontecimientos de la vida o para generar cambios. Parecen parados, inactivos, apacibles, estancados, reprimidos y desinteresa dos, esperando que las cosas sucedan y reaccionan sólo después de que los hechos hayan ocurrido.
2.2.5. Las Metas motivacionales Individualidad y Protección
La primera bipolaridad de las Metas motivacionales aumentaba el orden (exis tencia/vida/placer) e impedía el desor29
den (no existencia/muerte/dolor). La segunda bipolaridad diferenciaba los modos de adaptación, Modificación (ani mal/actividad) frente a Adecuación (planta/pasividad). La tercera bipolari dad, aunque es menos profunda que estas dos y se basa en la distinción de las estrategias reproductivas (replicación de genes), no es menos fundamental. En ella se contrasta la maximización de la propa gación reproductora (hacia sí mismo) con la maximización del impulso reproductor (hacia los demás).
Modelos en la población biológica
Los biólogos evolutivos (Colé, 1954; Trivers, 1972; Wilson, 1975) han registra do marcadas diferencias entre las espe cies tanto en el ciclo como en el modelo de su comportamiento reproductor. Es de sumo interés la inmensa diversidad entre las especies y dentro de ellas mismas, el número de descendientes obtenidos y la consecuente inversión nutricional y pro tectora que los progenitores realizan para la supervivencia de su progenie. Con res pecto a la población biológica, la estrate gia r , representa un modelo de propaga ción de un vasto número de descendien tes pero concediendo la mínima atención a su supervivencia. La estrategia K está tipificada por la producción de progenie reducida y por concederles mucha aten ción para asegurar su supervivencia. La estrategia r se emplea, p. ej., en el caso de las ostras que generan unos 500 millones de huevos al año. La estrategia K se encuentra entre los antropomorfos, que producen un solo descendiente cada cinco o seis años. Jung previo y anticipó este contraste en los estilos de reproducción y su funda mental significado en la adaptación: En la naturaleza hay dos modos funda mentalmente diferentes de adaptación que aseguran que la existencia de los
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organismos vivos se perpetúe. Uno con siste en un alto índice de fertilidad, con bajos poderes de defensa y corta dura ción de la vida para el individuo único. El otro consiste en dotar al individuo de muchos medios de auto-preservación además de un bajo índice de fertilidad. Me parece que esta diferencia biológica no es meramente análoga, sino el funda mento real, de los dos modos psicológicos de adaptación. La intuición de Blake no estaba errada cuando describía las dos clases de hombres como prolífico y devorador. Al igual que esto se cumple biológicamente, los dos modos de adap tación funcionan igualmente bien y tie nen éxito a su manera, y sucede lo mismo con las actitudes habituales. Con una se logra su objetivo mediante una multiplicidad de relaciones y con la otra mediante el monopolio (Jung, 1921/ 1971, págs. 331-332).
Las especies no se diferencian sólo en cuanto siguen el continuo desde la estra tegia r a la estrategia K. Dentro de la mayoría de las especies animales también se puede establecer una importante dis tinción entre sexo masculino y femenino. Esta última diferencia proporciona una base sólida a lo que se ha denominado bipolaridad Individualidad (hacia sí mismo) frente a Protección (hacia los demás). Más adelante se explicarán las repercusiones. Normalmente, una mujer produce unos 400 óvulos durante su vida, de los cuales sólo de 20 a 25 tienen posibilidad de convertirse en niños sanos. La inver sión de energía que se ha utilizado en la gestación, la alimentación y el cuidado de cada niño es extraordinaria. La mujer no sólo necesita dedicar la mayor parte de su energía para lograr que el feto se desarro lle totalmente, sino que durante ese perí odo no puede ser fertilizada nuevamente. Por el contrario, el varón es biológica mente libre de aparearse con un sinnú mero de mujeres, aunque esta práctica es
fuertemente condenada en la mayoría de las sociedades. En el caso que el niño no sobreviva, la pérdida de esfuerzo físico y emocional no sólo conlleva un enorme daño personal, sino que equivale a una significativa pér dida del potencial reproductor durante la vida de la madre. Por tanto, pareciera existir una buena razón evolutiva para que las mujeres tengan tendencias protec toras y de dar cuidado, como se puede comprobar en su sensibilidad ante los impulsos de angustia en su hijo y el deseo de insistir en atender las necesidades y la crianza del niño. A pesar de que el macho de la especie libera decenas de millones de espermato zoides en la cópula, sólo constituye una pequeña inversión, dada la capacidad de frecuencia física de actos reproductores. Después de la fecundación, su entrega física y emocional se pueden terminar, con consecuencias mínimas para que sobreviva su descendencia. Aunque los esfuerzos por proteger y reunir alimento por parte del macho de la especie pueden perderse por el prematuro abandono de la hembra de la especie y la descendencia, se puede ganar mucho más en términos de supervivencia de la especie mediante su inversión de energía para lograr la amplia propagación reproductora de estos genes. En comparación con la hembra de la especie (cuya mejor es trategia parece ser aceptar la responsa bilidad de cuidar y dar bienestar a la descendencia y familiares, es decir, usando la estrategia K), es probable que el macho de la especie sea más eficaz maximizando su autopropagación o adoptando la estrategia r. El macho de la especie esforzándose primero por alcanzar la realización de su potencial intrínseco (es decir, mediante la Indivi dualidad), se centra primordialmente en la reproducción de sí mismo y en la auto-realización dejando en segundo plano la crianza.
En la sociedad moderna, por supues to, el acto sexual con múltiples mujeres y el abandono del niño tiene consecuencias sociales, emocionales y financieras que son importantes y que no se pueden dejar de lado. Aunque el factor biológico sigue indicando que es probable que la descendencia sobreviva sin el progenitor varón. En resumen, los varones tienden a orientarse hacia sí mismos, debido al hecho de que este comportamiento maximiza las ventajas reproductoras de sus genes. Por el contrario, las mujeres tien den a orientarse hacia los demás debido al hecho de que su capacidad de criar a una progenie limitada maximiza las ven tajas reproductoras de sus genes. La estrategia r de los machos puede traducirse en lo que llamamos comporta mientos individualistas, que se caracteri zan por actuar más por interés propio que por el de los demás. Las relaciones del macho a menudo reflejan una cualidad vertical o jerárquica, caracterizada por la búsqueda del dominio de sí mismo por encima de los demás. Por el contrario, la estrategia K de la hembra se traduce en lo que llamamos una orientación protectora. Las hembras están más dispuestas a potenciar a los demás, a crear y desarro llar lazos sólidos y profundos, a compe netrarse con los demás y dar protección (Guilligan, 1982; Wilson, 1978). Las rela ciones de la hembra demuestran una cua lidad jerárquica horizontal o incluso inversa, que está fundada ya sea en las interacciones igualitarias o en dar priori dad a los demás. Para evitar equívocos, no existe una línea muy marcada que separe los sexos. Más bien estas tendencias se encuentran en un continuo con un grupo de discrimi naciones y solapamientos substanciales leves. No intentamos llamar la atención sobre las diferencias de sexo inherentes a su naturaleza, sino más bien identificar la 31
existencia de un espectro de disposicio nes profundas cimentadas en la biología, en el que la expansión o propagación de sí mismo representa un extremo del polo (la estrategia r) y la expansión o protec ción de los demás representa el otro (la estrategia K). Equivalente
personológico
En los párrafos anteriores hemos pre sentad o un conjunto de bases teóricas que remiten a los conceptos que se derivan del pensamiento evolutivo, como una manera de explicar una dimensión estu diada frecuentemente que contrasta, por una parte, con los rasgos de comporta miento esforzado, autocompasivo, emprendedor, valiente, competitivo, ambicioso, dominante, seguro de sí mismo e inde pendiente, y, por la otra, con los comportamientos orientados hacia el amor, altruismo, protección, la creación de vínculos profundos, búsqueda de armonía, calidez, confianza, y coopera ción. Creemos que estas dos amplias orientaciones reflejan una bipolaridad fundamental que existe en la naturaleza y que se expresa a sí misma en las dos metas humanas que contrastan motiva ción/emoción. La primera meta, Individualidad, se deriva y está relacio nada de forma más cercana con las estra tegias de reproducción disponibles en los varones. La segunda meta, Protección, se deriva y está conectada esencialmente a las opciones reproductoras disponibles en las mujeres. Individualidad. Centradas en sí mis mas, estas personas tien den a tomar deci siones por sí solas y lograr lo que han decidido sin ver la necesidad de buscar la energía o ganar la aprobación de los demás. Considerando su lado positivo, tienen iniciativa, se preocupan de su auto-realización, hacen esfuerzos por superar los obstáculos que podrían cons tituir severas pruebas a la hora de satis
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facer su potencial tal como ellos lo perci ben. Los demás consideran que tienen un fuerte sentido de auto-identidad con la que parecen tener su vida bajo control, ponen en orden sus experiencias y su futuro con poca inspiración externa o interferencia. Además de ser seguros de sí mismos, esforzados, emprendedores e independientes, aquellos que obtienen una puntuación alta en Individualidad buscan convertirse en lo que ellos creen que estaban destinados a ser. No obstan te, cuando su comportamiento no se encuentra bien canalizado pueden ence rrarse o abstraerse en sí mismos, preocu pándose poco de sus necesidades para centrarse sobre todo en sus propios inte reses. Protección. Aquellos que tienen una puntuación alta en esta escala buscan satisfacer sus necesidades de vínculo y necesidades sociales. Crean relaciones profundas y se preocupan de los demás, para ellos es casi tan importan te dar amor como recibirlo. Existe una cálida relación con los demás y una capacidad de manifestar fácilmente intimidad y amor por los padres, los niños, el cónyuge o los amigos más cer canos. Manifiestan un sentido de unión con el otro y una profunda preocupa ción por su bienestar. A menudo se ocu pan de las necesidades de aquellos que les son importantes antes de considerar las propias. Además de la familia y los amigos íntimos, con frecuencia existe una proyección del cariño hacia la humanidad en general, una compren sión de la condición humana y un sen timiento de igualdad con la mayoría de las personas.
El tercer par de Metas motivacionales del MIPS, Individualidad frente a Protección, que completa esta primera sección, evalúa si los seres humanos, varones y mujeres, demuestran tener un equilibrio entre la disposición hacia sí mismo y hacia los demás.
2.3. LAS CUATRO BIPOLARIDADES DE LOS MODOS COGNITIVOS 2.3.1. Perspectiva evolutiva
Al generar y evaluar los rasgos de la personalidad, se han pasad o bastante por alto las diferencias cognitivas entre los individuos y la manera en la que se expresan. Poco de la reciente "revolu ción" en la ciencia cognitiva, que ha afec tado profundamente a la psicología con temporánea, ha tenido repercusión en el estudio de la personalidad, con una o dos excepciones, ocasionales y marcadas. Históricamente los ámbitos del intelecto, la aptitud y la capacidad no se habían considerado dentro de la esfera de estu dio de la personalidad. En la actualidad la atención que se le ha prestado a la personología se ha ampliado hasta abarcar "la persona como un todo", una totalidad orgánicamente unificada y no desmembrada. En conse cuencia, existe un reconocimiento cada vez mayor de que las dimensiones cogni tivas y sus diferentes estilos no sólo debe rían estar incluidos en las Metas motivacionales y estilos de comportamiento, sino que podrían tener un significado equiva lente como fuente de rasgos y diferencias de la personalidad (Millón, 1986b, 1988). En la mayoría de los instrumentos de personalidad no se han incluido como elementos centrales las diferentes caracte rísticas y estilos de conocimiento. No obs tante, de acuerdo con la opinión del autor, componen lo que se puede consi derar como la cuarta y más reciente fase de evolución. La capacidad de pensar en forma abstracta, de trascender lo inme diato y lo concreto, de interrelacionar y combinar la diversidad, de representar los acontecimientos y los procesos en forma simbólica, de sopesar, razonar y anticipar, todo ello expresa un incremen to del quantum en el potencial evolutivo de los organismos para el cambio y la adaptación.
Se pueden crear posibilidades inespe radas y nuevas con una mente libre de lo presente y lo real, mediante los estilos particulares de procesamiento cognitivo. La capacidad de clasificar y reordenar, coordinar y disponer las representaciones simbólicas de la experiencia en nuevas configuraciones es, en cierto modo, aná loga a los procesos biológicos de replicación de recombinantes que ocurren al azar, aunque la primera está más clara mente definida y voluntaria. Para tomar nos más libertad con la analogía, la replicación genética representa los mecanis mos recombinantes que subyacen a la progresión en la adaptación filogenética, en tanto que el razonamiento abstracto representa los mecanismos recombinan tes que subyacen a la progresión cognitiva ontogenética. Los usos de la replicación física son limitados y están restringidos por el potencial finito inherente a los genes de los progenitores, en cambio, las experien cias que se han internalizado y recombi nado a través de los procesos cognitivos son infinitos. En el transcurso de una vida, ocurren un sinnúmero de aconteci mientos de carácter casual, lógico o irra cional, y se interp retan y se reformulan en forma reiterada; algunas ideas y compor tamientos demuestran tener mayor o menor capacidad de adaptación de lo que pudiesen haber exigido las ideas y los comportamientos originados por sus cir cunstancias. Aunque los actos de la mayoría de las especies subhumanas se deriven de programas genéticos que se han desarrollado con éxito (estimulando comportamientos de naturaleza relativa mente fija que sean apropiados para una gama pequeña de entornos), el proceso cognitivo tanto implícito como delibera do, da lugar a competencias de adapta ción que son aptas para circunstancias ecológicas radicalmente divergentes, las que en sí mismas pueden ser el resultado
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de actos trascendentales de creatividad tecnológica y simbólica. La mente humana puede reflejar una realidad externa, pero también lo hacen los constructos, transformando respecti vamente las percepciones en modos sub jetivos de la re alida d fenomenológica e interpretando acontecimientos sujetos a diseños individualistas. Cada acto de percepción es transformado por los ele mentos de proyección. No sólo las imá genes de sí mismo y de los demás se encuentran libres de la realidad sensorial directa (lo que les permite convertirse en entidades mentales), sino que el tiempo también pierde su inmediatez y efecto convirtiéndolos en una construcción y realidad tangibles. Las abstracciones cognitivas traen el pasado eficazmente al presente, y su poder de anticipación tam bién trae el futuro al presente. Con el pasado y el futuro profundamente arrai gado en el aquí y ahora, el ser humano puede abarcar de forma inmediata, no sólo la totalidad del cosmos, sino tam bién su origen, naturaleza y evolución. Lo que más impresiona es la variedad de concepciones que el ser humano tiene sobre el indeterminado futuro de su vida, donde todavía no existe ninguna realidad. Como se ha señalado anteriormente, consideramos las funciones cognitivas como las etapas más recientes de la pro gresión evolutiva y, por tanto, en total concordancia con nuestras formulaciones biosociales en cuanto a la arquitectura fundamental que proporciona una base sólida para el funcionamiento humano. Asimismo, consideramos los procesos cognitivos como segunda etapa en nues tra secuencia tripartita que representa de qué manera los organismos conocen el medio que les rodea. El planteamiento del MIPS, más que dar primacía al estilo de personalidad que "activa" las raíces motivacionales y emocionales (como la formulación del autor sobre desórdenes
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de la personalidad), o a las expresiones de comportami ento receptivo de la perso nalidad (por ejemplo, en el planteamien to léxico generado en el modelo de los "cinco grandes" factores; Goldberg, 1993), busca unir estos componentes de estilo vinculándolos a las funciones cog nitivas, integrando así las tres expresio nes de personalidad en un todo único y coherente. 2.3.2. La aportación de Jung y sus paralelos actuales
La orientación cognitiva de la tipología
de Jung
A través de los años, se han propues to varias dimensiones bipolares como base de un esquema de estilos cogniti vos. Se han utilizado términos opuestos tales como "nivelación frente a agudiza ción", "angosto frente a amplio" (ampli tud de categorización), "analítico frente a sintético" "rigidez frente a flexibilidad", "inducción frente a deducción", "abs tracto frente a concreto" y "convergente frente a divergente", para ejemplificar las diferencias de estilo dentro de las funcio nes cognitivas. Aunque cada uno de estos pares contribuye a distinciones importantes para describir los procesos cognitivos generales, pocos fueron conceptualizados tomando en cuenta las diferencias en la personalidad, aunque todavía pueden ser productivos en ese sentido.
Por el contrario, se ha construido un conocido esquema bipolar compuesto esencialmente de conceptos cognitivos, elaborado intencionalmente para que sir viera de base para los tipos de personali dad que se generaran. Aunque Jung no se refirió explícitamente a los procesos cog nitivos, estaría justificado considerar sus tres bipolaridades de Extraversión/ Introversión, Pensamiento/Sentimiento y Sensación/Intuición, ya que se encuen-
tran más firmemente ancladas en un campo cognitivo que motivacional o de comportamiento. Para demostrar esta tesis, podríamos preguntarnos: ¿Qué quiso decir Jung con extraversión e introversión? Los que inter pretan a Jung sostienen frecuentemente que estos términos se refieren a aspectos del comportamiento de sociabilidad, utili zando extraversión para indicar lo socialmente comunicativo e introversión para lo socialmente reservado. Desde el punto de vista del autor, Jung proponía algo signifi cativamente diferente. Su orientación era esencialmente cognitiva; por tanto, extra versión e introversión no indicaban el esti lo social del indivi duo, sino la dirección de su atención y sus intereses. Extraversión indicaría que la atención es extraceptiva, más orientada hacia el mundo externo que hacia el interno. La persona tiene la ten dencia a fiarse de los acontecimientos "objetivos" y buscar fuentes externas de inspiración. Introversión denotaría intraceptividad, es decir, la dirección de la aten ción y los intereses se orientan hacia sí mismo, lo que supone la subordinación de las fuentes externas de conocimiento a aquellas que surgen de la vida interna propia y una atención a las sugerencias más íntimas y a las inspiraciones "subjeti vas". En resumen, extraversión e introver sión, los conceptos de personalidad más aceptados y permanentes de Jung, no per tenecen a los tipos de metas motivacionales o de comportamientos interpersonales, sino a los estilos cognitivos. Es todavía más evidente que las otras dos bipolaridades formuladas por Jung (Sensación frente a Intuición y Pensamien to frente a Sentimiento), son claramente cognitivas tanto por su carácter como por su base. Ellas representan no tanto las razo nes por las que los individuos actúan, sino las "actitudes" empleadas por éstos para poner atención a su entorno y las "funcio nes" de las que se valen para interpretar y transformar sus percepciones.
Respecto al enfoque del MIPS
Como se ha señalado, muchos investigadores y teóricos han propuesto dimensiones útiles y esquemas de bipolaridades para representar los estilos cognitivos, muchos de los cuales son campos potencialmente importantes para establecer los rasgos de la personalidad. En los primeros libros del autor sobre este tema (Millón, 1969), la atención se centraba esencialmente en los estilos de percepción que caracterizan y diferencian los desórdenes de la personalidad, los cuales finalmente se incluyeron en el Eje II del DSM-III (American Psyquiatric Ássociation, 1980). Por ejemplo, el tipo histriónico indica disociación cognitiva, el tipo narcisista indica expansión cognitiva, el tipo antisocial/agresivo indica proyección cognitiva, el tipo obsesivo/compulsivo indica represión cognitiva y así sucesiva mente. Los aspectos de estos estilos cognitivos formaron parte de un modelo circunflejo junto con aspectos de autoimagen. En consecuencia, en ambos dominios de la actividad cognitiva se proporcionó un marco cercano a un esquema bipolar. Quince años más tarde (Millón, 1984, 1986b), se propuso un formato similar pero más desarrollado de estilos cogniti vos. Una vez más, se estructuraron los desórdenes con referencia no sólo a los estilos básicos de personalidad sino a las características cognitivas distintivas de cada tipo clínico, por ejemplo, el esquizoi de se caracterizó como cognitivamente empobrecido, el evasivo como cognitiva mente confundido y agitado, el dependien te como cognitivamente ingenuo, el his triónico como cognitivamente frivolo y así sucesivamente. Estas descripciones de las conceptualizaciones cognitivas fueron útiles y sir vieron para explicar estilos más bien patológicos que "normales". Expresaban diferencias cognitivas entre los tipos clí-
nicos esenciales pero no expresaban las dimensiones latentes o las bipolaridades fundamentales. También fue problemáti co el hecho de que las descripciones de orientación patológica abarcaban placer cognitivo junto con el estilo cognitivo, lo que confundía aún más el deseo de crear un esquema de características estilísticas "puras". Finalmente, el autor formuló un modelo que separaba las actividades cognitivas en dos funciones de rango supe rior. La primera pertenecía a los orígenes de la información cognitiva, o lo que se había denominado "fuentes de informa ción". La segunda pertenecía a los méto dos por los cuales estos datos eran reconstruidos por el individuo, o lo que se había denominado "procesos transformacionales". Estas dos funciones, la reunión inicial de la información y la posterior recons trucción de la misma, se subdividieron en dos bipolaridades cada una. Como se desarrollará brevemente más adelante, las "fuentes de información" se separaron en: 1) internas frente a externas, y 2) tan gibles frente a intangibles. Los "procesos transformacionales" fueron divididos en: 1) intelecto frente a afecto, y 2) asimila ción frente a imaginación. Las cuatro bipolaridades cognitivas resultantes del MIPS no son de ninguna manera exhaus tivas. Sin embargo, de forma sorprenden te y favorable, han resultado ser extrema damente armónicas con el modelo formu lado por Jung en 1921 (1921/1971). 2.3.3. Los Modos cognitivos Extraversión e Introversión
Modelo de procesamiento de informa ción basado en la teoría evolutiva
Las dos primeras funciones diferen ciales que se consideran significativas en cuanto al estilo de personalidad en el 36
dominio cognitivo, se refieren a las fuen tes utilizadas por los individuos para reu nir información acerca de su mundo. Dado nuestro punto de vista de que los dos elementos centrales que comprenden el entorno de un organismo correspon den al de sí mismo y al de los demás, no debería sorprender que estos mismos componentes sirvan como las dos fuentes fundamentales de las que un organismo reúne información. Por tanto, fijar la aten ción en los aspectos internos o externos a sí mismo es una distinción clave en la actividad cognitiva. Aunque relacionadas materialmente con la distinción Individualidad frente a Protección expuesta en la sección ante rior sobre Metas motivacionales, la correspondencia no es ni simple ni está claramente delineada, ni tampoco hay correlaciones necesariamente altas entre estas bipol arida des. Debido a que los dos grupos de constructos se interrelacionan en más de una única forma y pertenecen a configuraciones más amplias compues tas por diferentes niveles de intensidad, las correspondencias pueden ser mucho más variadas de lo que podría sugerir su punto de origen en común. Así pues, para algunos Individualidad se podría alcanzar mejor poniendo atención en las fuentes externas, en cambio Protección puede reforzarse obteniendo la inspira ción fundamentalmente de las fuentes internas. Cabe señalar que se pueden trazar paralelos útiles entre los procesos evoluti vos y las funciones cognitivas. El modelo evolutivo que proporciona una base sóli da a nuestra formulación no es menos apto en este campo cognitivo de lo que lo ha sido en la esfera de la motivación. Muchos consideran esta información como lo opuesto de la entropía. Más aún, lo que la energía o los nutrientes son para los sistemas físicos, lo es la información para los sistemas cognitivos. Un sistema
físico se sostiene a sí mismo "succionan do orden" del medio que le rodea, toman do energía o nutrientes y transformándo los para satisfacer sus necesidades de absorción. Un sistema cognitivo funciona de manera similar "succionando informa ción" del medio que le rodea, es decir, tomando la información y transformán dola para satisfacer sus necesidades cognitivas. De un modo muy parecido al de cual quier sistema abierto, una estructura cognitiva necesita mantenerse como una entidad unida e integrada. En el mundo físico, la integridad de un sistema se logra realizando adaptaciones que preservan y expanden la estructura física, evitando de este modo la disipación entrópica de sus elementos ordenados. Del mismo modo, un sistema cognitivo logra su integridad a través de una variedad de adaptaciones preservadoras y expansivas, lo cual redu ce la probabilidad de que ocurran hechos que pudiesen disminuir el orden y la cohesión lógica que constituyen su infor mación fundamental. Además, un sistema cognitivo abierto se enfoca deliberadamente del mismo modo que un sistema físico. Por lo tanto, al igual que un sistema físico debe ser selectivo en lo que se refiere a la elección de sus fuentes de alimentación con el objeto de encontrar lo que requiere para satisfacer sus necesidades de absorción, un sistema cognitivo debe ser selectivo respecto de las fuentes de información, al elegir y procesar "inputs" brutos particu lares de acuerdo con sus metas cognitivas específicas. Así como el sistema cognitivo no tiene mayor capacidad para procesar "inputs" al azar, un sistema físico no puede absorber material al azar. Como consecuencia, la información (entropía negativa) debe adquirirse más bien de forma selectiva que al azar o de forma poco precisa; algunas fuentes de informa ción serán tomadas en consideración y otras dejadas de lado o eliminadas.
La cohesión se puede optimizar adoptando y manteniendo una fuente de información regular y preferente, asegu rando de este modo un sesgo de confir mación coherente a favor de la arquitec tura organizativa y de la "visión global" de la estructura cognitiva. Por el contra rio, una estructura cognitiva que esté expuesta a fuentes de información diso nantes o contradictorias, o que preste atención a fuentes diversas e innumera bles, puede posteriormente resolver con éxito este desafío o puede agotarse anu lando su capacidad de mantener cohe sión. En otras palabras, es probable que los procesos difíciles y las fuentes discor dantes aumenten la entropía cognitiva. Para asegurar una supervivencia cogniti va óptima sería apropiado un enfoque más coherente y más estructurado que fortalezca y confirme las fuentes de infor mación previas. 2.3.4. Equivalente personológico
En resumen y a la luz de las razones que se han señalado anteriormente, con sideramos dos fuentes de información esenciales: la que se origina fuera de sí mismo y la que se origina internamente (dentro de sí mismo). Ya sea que esta orientación cognitiva polar se denomine externa frente a interna, extraceptiva frente a intraceptiva o extraversión frente a introversión, cada polaridad proporcio na una fuente de duplicación para la información cognitiva, una fuente de conocimiento selectivamente acotada a la que continuará expuesto el individuo. Extraversión. Unas pocas líneas de la obra de Jung pueden ser valiosas a la hora de destacar las características centra les de su concepción de una actitud orien tada hacia lo externo. El extravertido se caracteriza por el inte rés en los objetos externos, la capacidad de respuesta y la disponibilidad para aceptar
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los hechos externos, el deseo de influir y dejarse influir -por los acontecimientos, la necesidad de unirse "a ello", la capacidad de hacer que perdure el alboroto y el bulli cio de cualquier tipo y realmente disfru tarlo (Jung, 1936/1971, pág. 550). Introversión. De modo similar, la siguiente información extraída de los estudios de Jung establece claramente su visión respecto de la actitud orientada hacia sí mismo. El introvertido no es comunicativo, está como en una continua retirada del objeto que tiene ante sí. Se mantiene distante de los hechos que suceden en su mundo exter no, no se involucra. Para él, comunicarse consigo mismo es un placer. Su mundo pro pio constituye un refugio seguro, un jardín con acceso directo y meticulosamente cui dado, cerrado a los demás y secreto para las miradas indiscretas. Su propia compañía es la mejor. Se siente en su mundo, donde los únicos cambios los realiza él. A su manera, los mejores resultados los logra con iniciati va y recursos propios (Jung 1936/1971 págs. 550-551). 2.3.5. Los Modos cognitivos Sensación e Intuición
La información se puede clasificar de diversas formas dependiendo de si la fuente utilizada por el individuo es inter na o externa. Se puede obtener una dis tinción fundamental entre la información que es tangible frente a la que es intangi ble. Por tangible entendemos que es identificable por la capacidad sensorial huma na, bien definida, distintiva, reconocible e identificable con respecto a los fenóme nos que son concretos, objetivos, materia les, reales o evidentes a los ojos del mismo. Por el contrario, la información que denominamos intangible comprende los fenómenos que carecen de un orden intrínsecamente distintivo y de claridad estructural. Estos fenómenos son inhe 38
rentemente ambiguos, abstractos, imagi narios, imprecisos, misteriosos y confu sos. En general, estos fenómenos se pue den comprender en profundidad sólo en función de que son desconocidos, incons cientes y perspicaces o tratando de vis lumbrar dentro de su confusa y escurridi za naturaleza que material y físicamente se difumina. Según nuestro punto de vista, una diferencia fundamental del estilo cognitivo que tiene una considerable significa ción personológica es la disposición de algunos individuos a ser receptivos a la información que está bien estructurada y que es tangible, y la disposición de otros para recibir la información que es confu sa e intangible. Aunque en el lenguaje de Jung se encuentra formulada sólo parcial mente en términos cognitivos, nueva mente se pueden observar estrechos paralelismos entre la bipolaridad aquí presentada y la que ofrece Jung en su dis tinción entre Sensación e Intuición: Aquí deberíamos hablar de sensación cuando participan las impresiones perci bidas por los sentidos, y de la intuición si estamos tratando con un tipo de percep ción que no se puede remontar directa mente a la experiencia sensorial conscien te. Por tanto, defino la sensación como percepción vía funciones sensoriales cons cientes, e intuición como percepción a tra vés del inconsciente. Sensación e Intuición... nos hacen estar alerta a lo que está ocurriendo, sin embar go, no lo interpretan ni lo evalúan. Éstas no seleccionan basándose en los princi pios, sino que simplemente son receptoras de lo que está sucediendo (Jung, 1931/ 1933, págs. 538-539). Sensación. Sin duda, las fuentes de información tangibles, estructuradas y bien definidas que requieren de los cinco sentidos, se correlacionan con una amplia gama de comportamientos asociados,
tales como elegir acciones de naturaleza real y pragmática, preferir el aquí y ahora y fijarse en aspectos que necesitan hechos y una precisión cuantitativa. Jung lo con cebía así: Existen individuos que... ponen énfasis en la sensación, en la percepción de los hechos, y los elevan a la condición de determinante único y de principio absolu to. Este es el tipo de persona que se basa en los hechos, para la que el juicio intelec tual, los sentimientos y la intuición están en segundo plano y los hechos reales son de importancia primordial (Jung, 1936/ 1971, pág. 554). Intuición. Como contraste, prefieren lo intangible, lo no estructurado y lo ambi guo, por lo que es probable que se les aso cie con acciones que se inspiran en las posibilidades, los desafíos, el potencial y los pensamientos de carácter abstracto, complejo, connotativo y simbólico, así como también con los asuntos que se rela cionan con la originalidad, el misterio y la especulación. Para citar a Jung: Respecto de la intuición, los hechos reales cuentan sólo en la medida en la que pare cen albergar las posibilidades de que luego
se conviertan en la fuerza motivadora suprema, independientemente de la forma en que las cosas se encuentren realmente en el presente (Jung, 1936/1971, pág. 554). 2.3.6. Los Modos cognitivos Pensamiento y Sentimiento
Los dos primeros pares de las funcio nes cognitivas se encuentran agrupados según las fuentes y los estilos utilizados para reunir información. Los dos pares de bipolaridades siguientes representan los procesos de transformación, y se refieren a qué se hace con la información una vez que se ha recibido. La ciencia cognitiva ha articulado una serie de conceptos relacio
nados con el registro, codificación y orga nización de las experiencias de la vida. Estos conceptos pertenecen a diferentes preguntas, tales como: ¿A través de qué modo cognitivo se recibirá la informa ción, con el intelecto o el afecto?, ¿cómo se organizará la información, se asimilará de acuerdo con los sistemas de memoria formados previamente o será reestructu rada a través de la imaginación en nuevos esquemas? Aunque los individuos se sitúen en muchas otras bipolaridades (p. ej., convergente frente a divergente, con secutivo frente a jerárquico, fundamental frente a secundario, verbal frente a visual), el autor considera que los pares seleccionados en esta sección y en la siguiente constituyen las distinciones más fructíferas relacionadas con la trans formación cognitiva relativas a la perso nalidad. Para simplificar las cosas, existen esencialmente dos caminos por los que pasan las experiencias una vez registra das por nuestros sentidos, en el caso de que sean de una magnitud suficiente como para activar una respuesta codifica da. En el primer camino se evalúa si en la información se ha empleado la objetivi dad y el raciocinio, obteniendo un juicio basado en la reflexión que indica que se ha articulado y organizado de un modo tal que la experiencia registrada "cobra sentido"; en otras palabras, es intelectualmente lógica y coherente. En el segundo camino se obtiene una respuesta o reac ción subjetiva y emocional, una reacción donde se utilizan los sentimientos, lo que indica (de una forma global, a menudo difusa y menos organizada) que la expe riencia registrada se ha almacenado en forma afectivamente neutra, positiva o negativa. Pensamiento. La polaridad del intelec to que Jung denominó Pensamiento, señala una preferencia por interpretar la realidad a la luz de la razón y la lógica. Aunque los acontecimientos de la vida se
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deriven de fuentes externas o internas, y puedan tener una naturaleza tangible o intangible, el proceso de evaluación e interpretación se inclina hacia lo objetivo e impersonal, puesto que los aconteci mientos se analizan mediante un razona miento crítico y un pensamiento sensato y racional. Podría ser posible mantener un alto grado de cohesión y continuidad cognitiva a través de una progresiva des vinculación afectiva (reduciendo el indis ciplinado "input" emocional de los demás y los efectos molestos del propio estado emocional). El análisis objetivo y el desapego afectivo los protege de las incursiones no deseadas para la estabili dad cognitiva; no obstante, con frecuen cia al precio de fomentar un comporta miento rígido, excesivamente controlado e implacable. Sentimiento. En contraste con lo ante rior, las experiencias que se procesan con los sentimientos activarán estados subjeti vos tales como unir frente a desunir, sen tirse bien frente a sentirse mal, bienestar frente a incomodidad, atracción frente a rechazo, aprecio frente a desprecio, y así sucesivamente. Mediante la resonancia empática, la vía del sentimiento inclina al individuo a no registrar mucho lo que piensan los demás, sino más bien cómo se sienten en relación con las cosas. El indi viduo que tiende hacia la polaridad del Sentimiento utiliza las "vibraciones psí quicas", para aprender a partir de lo que transmite el tono emotivo de las palabras más que su contenido o lógica. La moda lidad normal de aquellos que manifiestan un estilo afectivo es la de la realidad sub jetiva, una reacción más o menos "visce ral" que se compone ya sea de estados de ánimo negativos o positivos, globales o diferenciados. Existen, por supuesto, indi viduos que son claramente introspectivos, que se inclinan por buscar con afán sus estados emocionales más profundos con un estilo cognitivo racional. Estos indivi duos no sólo tienen una mente con pre disposición psicológica; podrían exhibir
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una obsesiva búsqueda de penetración en sí mismos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el estilo emocional transformacional indica que los individuos que manifiestan un análisis introspectivo moderado, combinan una respuesta empática directa y abierta hacia los demás y una susceptibilidad subconsciente a las facetas de experiencia emocional de una manera tan pura como sea posible. 2.3.7. Los Modos cognitivos Sistematización e Innovación
Esta última polaridad cognitiva de transformación de la información apunta a la pregunta de si la nueva información recogida se transforma para que encaje en los esquemas de la memoria que se han formado previamente (integrada dentro de los sistemas cognitivos preexistentes), o si se organiza mediante la imaginación y se producen formas más originales. La teoría de la evolución afirma que la mejor opción es reforzar los sistemas (cogniti vos) que han demostrado ser estables y útiles. Por otra parte, no habrá desarrollo a menos que se exploren nuevas posibili dades. Existe claramente una tensión favorecedora en la evolución entre la con servación y el cambio, entre adherirse a lo habitual o dar rienda suelta a lo creativo. Estos dos estilos cognitivos que contras tan reflejan las dos opciones: asimilar las experiencias en los sistemas ya estableci dos frente a explorar formas innovadoras para estructurarlas. Sistematización. En el esquema del MIPS, aquellos que sistematizan están íntimamente relacionados en ciertas características con aquellos que manifies tan una "preferencia por el juicio", lo que Katherine Briggs e Isabel Briggs Myers abstrajeron de las nociones de Jung (Myers, 1962). Tanto el hecho de sistema tizar como el de tener preferencia por el juicio indica que los indi viduo s tienen un sistema de memoria bien estructurado, al
que habitualmente añaden experiencias cognitivas nuevas. Están dispuestos a desenvolverse dentro de las perspectivas establecidas; los sistemáticos que asimi lan la nueva información de acuerdo con sus puntos de vista previos, demuestran por tanto un alto grado de dependencia y coherencia, cuando no rigidez en su actuación. Normalmente, estos indivi duos son predecibles, convencionales, ordenados, planificados, decididos, metódicos, rigurosos, formales, discipli nados, concienzudos, leales y dedicados. En consecuencia, en términos evolutivos la polaridad de asimilación se traduce en continuidad y costumbre, o en el mante nimiento de niveles existentes de entro pía cognitiva. Este estilo cognitivo fomen ta una cohesión arquitectónica que per manece inquebrantable ante las variacio nes arriesgadas que potencialmente podrían disminuir los niveles de orden establecidos.
Innovación. Como contraste, aquellos que se sitúan en el polo Innovación se caracterizan por estar abiertos a formar construcciones cognitivas imaginativas y nuevas de una forma improvisada. Tienden a buscar ideas y soluciones nuevas, a encontrar nuevas formas de ordenamiento de la información y a acu mular entropía negativa, situándose, por así decirlo, fuera de lo que es cono cido y dado, para crear una organiza ción cognitiva de mayor escala. Los innovadores trascienden las perspecti vas confirmadas, buscan ampliar las interpretaciones de la experiencia y no se preocupan por demostrar su fiabilidad. Su modo imaginativo está normal mente asociado con el hecho de ser de mentalidad receptiva, espontáneo, con capacidad de improvisación, informal, adaptable, flexible, con capacidad de recuperación, impresionable, creativo, inventivo y muy ingenioso.
2.4. LAS CINCO BIPOLARIDADES DE LOS COMPORTAMIENTOS INTERPERSONALES Muchos autores han sugerido que la dimensión de Comportamientos inter personales proporciona información particularmente útil para la evaluación de la personalidad normal y clínica. En la misma línea, algunos autores sugie ren que puesto que la forma en la que los individuos se relacionan es esencial para las experiencias cotidianas, las variables interpersonales deberían tener primacía sobre los dominios personológicos. Esta tesis es aplicable específica mente a los patrones de personalidad no clínica. El estilo de relacionarse determi nará el curso futuro de una parte impor tante del trabajo de la persona, de su interacción con la familia y de las expe riencias sociales. Las estrategias que uti liza un individuo para alcanzar sus metas con los demás provocan reaccio-
nes que influyen para que la vida pro grese de un modo satisfactorio o insatisfactorio. Pueden encontrarse, de una forma u otra, interés en los comportamientos interpersonales a partir de las ideas de los primeros científicos que han aporta do su conocimiento al pensamiento personológico y psiquiátrico. Ninguna persona de la talla histórica de Freud y Jung se destaca en este ámbito de estu dio, pero muchos escritores merecen ser mencionados, especialmente en la última mitad del siglo pasado. Además, en los últimos veinte años varios inves tigadores han dedicado todos sus esfuerzos a los aspectos interpersona les, aunque con muchos patrones divergentes.
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2.4.1. Las aportaciones de Sullivan y Leary y sus paralelos actuales
sona "obsesionada por la ambición", que se caracteriza por sus abusos, competitividad y falta de escrúpulos.
Meyer y Sullivan
A pesar de que tanto Adolph Meyer (1951) y su discípulo Harry Stack Sullivan (1953), se solapan con Freud y Jung, sus obras fueron más bien poco difundidas. No obstante, ambos se centraron en el mundo psicosocial de sus pacientes y prestaron especial atención al papel de las relaciones interpersonales. Al igual que Freud y Jung, Meyer y Sullivan reco nocieron que las perturbaciones psiquiá tricas reflejaban el impacto de las expe riencias ocurridas en los primeros años de vida. Sin embargo, pusieron en primer plano la importancia de los papeles y las relaciones socialmente extravertidas. Esto llevó a Sullivan a afirmar que la tarea fun damental de la investigación psiquiátrica no se centraba en la base biológica de la psicopatología o en revelar los procesos inconscientes del pasado; más bien reque ría desenmarañar las distorsiones en la comunicación que se dan entre las perso nas que interactúan, es decir, la descodifi cación de sus transacciones interpersona les cotidianas. Para Sullivan, el comportamiento problemático proviene de los desórdenes que se interrelacionan, tanto verbales como no verbales. Sus caracterizaciones de rasgos y tipos de personalidad fueron presentados fundamentalmente en char las y seminarios de análisis en los años 30 y en los años 40. Parti cularm ente destacable, entre los muchos tipos de personali dad que propuso fue el "abstraído en sí mismo" que se involucra en una serie de relaciones de carácter íntimo que termi nan en una profunda desilusión; el tipo "incorregible", que se identifica por un patrón de comportamiento hostil e inso ciable y por una tendencia a quejarse severamente de los que tienen autoridad; la persona "negativista", que no suscribe los puntos de vista de los demás; y la per
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En Sullivan se encuentra algo de la estructura formal que caracteriza la obra teórica de Freud y Jung. Sin embargo, su énfasis en el papel central del comporta miento interpe rsonal en la personalid ad y en la psicopatología ha sido acogido por muchos seguidores. Entre ellos se encuentran Gregory Bateson y colabora dores (1956), que ayudaron a desarrollar los estudios sobre la interacción con la familia; Eric Berne, que desarrolló un esquema para el análisis transaccional (1961); además de varios investigadores que desarrollaron los modelos interperso nales y circunflejos de personalidad (Benjamín, 1974; Keisler, 1979; Wiggins, 1979). Nos centraremos brevemente en estos últimos avances y haremos un reco rrido breve por el modelo de los "cinco grandes" factores (Costa y McCrae, 1985; Goldberg, 1993; Tupes y Christal, 1992).
La tipología de Leary
Timothy Leary (1957), otro científico precursor y central de la escuela interper sonal, inspirándose en el trabajo de Sullivan y Karen Horney (1937, 1950), construyó, junto con sus colaboradores, una tipología interpersonal basada en dos dimensiones: dominio/sumisión y odio/amor. Utilizó gradaciones y un modelo visual circunflejo para represen tar la naturaleza bipolar de su tipología de la personalidad. Leary estableció 16 segmentos del comportamiento, que más tarde agrupó en ocho tipos interpersona les distintos. Cada uno fue identificado con dos variantes, una forma leve y otra extrema; por lo tanto, se utilizaron dos nombres para designar a cada uno de los ocho tipos: el primero, para referirse a la variante leve o de mayor capacidad de adaptación; el segundo, para referirse a la variante más extrema o patológica.
El patrón de personalidad "coopera dor excesivamente convencional", descri be al individuo que se esfuerza por agra dar y ser aceptado por los demás, y demuestra una amabilidad y sociabilidad extravertida. En su forma más extrema esta personalidad despliega una efusividad y optimismo superficiales, una inge nua inmadurez, una expresividad dramá tica e histriónica y una mente despropor cionadamente confusa y agitada. Otro tipo de personalidad "dócil-dependiente" que elaboró Leary, se caracteriza por una manifesta disposición a la amistad y necesidad de afiliación. Uno de los rasgos centrales es expresar una confianza y admiración inusuales por los demás; en su forma extrema, podríamos observar una dependencia halagadora y empala gosa, y una constante súplica de ayuda y consejo. La personalidad "responsable-hipernormal" es conocida por el esfuerzo por mantener la apariencia de la integridad personal, por un excesivo esfuerzo para lograr un ideal interno de comporta miento convencional y apropiado, y por ser metódica y perfeccionista. En su forma extrema, esta personalidad puede sentirse aislada por su corrección y pro piedad en el comportamiento y excluida tanto de su realidad externa de la vida como de sus sentimientos más íntimos. En la personalidad "autodespreciativamasoquista" existe un recato y una reser va sin pretensiones, junto con una ten dencia a subestimar sus capacidades y evitar aparecer capaz y segura; en su forma extrema, la persona trata de susci tar desprecio y humillación por parte de los demás, con los consecuentes senti mientos neuróticos de ansiedad, depre sión e incertidumbre. Dispuestos en una representación circunfleja, cada uno de los cuatro tipos anteriores se correspon den con una personalidad opuesta, es decir, una personalidad con característi cas que se encuentran en el otro extremo de la dimensión bipolar.
De Leary al modelo de los "Cinco gran des" factores
Se deberían señalar dos puntos con respecto a las formulaciones interperso nales de Leary: en primer lugar, muchos investigadores han desarrollado el traba jo de éste, y en segundo lugar, los ocho tipos (cuatro bipolaridades) que concibió tienen una estrecha correspondencia con los primeros cuatro factores incluidos en el modelo de los "Cinco grandes". Poco después de que Leary publicara el admirable modelo de personalidad interpersonal que comprendía los grupos señalados, varios investigadores amplia ron sus interesantes temas, mientras que otros buscaron desarrollar instrumentos para hacer operativas sus dimensiones. Los primeros, como Heider (1958), Schutz (1958) y Lorr y McNair (1963), pronto fue ron seguidos por Carson (1969) y Swensen (1973), cada uno de los cuales proporcionaron un reflexivo análisis que reforzó la lógica y la solidez de las dimen siones interpersonales. Las aportaciones y las metodologías más recientes han sido formuladas por Benjamín (1974, 1986), Kiesler (1979, 1986), y Wiggins (1979), quienes han elaborado esquemas alta mente creativos para los modelos inter personales. Al abordar el tema de la personalidad desde una posición estratégica completa mente diferente, varios psicómetras, comenzando por Thurstone (1934), empe zaron a utilizar procedimientos de análi sis de factores como un medio para obte ner características comunes del léxico popular de los rasgos psicológicos des criptivos. Thurstone fue seguido en esta búsqueda por Cattell (1943); últimamen te, Costa y Widiger (1993), Goldberg (1993) y otros han seguido este camino. También existe un alto grado de corres pondencia entre los primeros cuatro fac tores del modelo de los "cinco grandes", que pertenecen a las características de los
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comportamientos (como contraste con los cognitivos o motivacionales), y los cuatro extremos que se incluyen en el modelo circunflejo bipolar de Leary. El análisis comparativo de los "cuatro grandes" y los cuatro pares que pertenecen a los tipos de comportamiento de Leary debe ría ser esclarecedor. En general, los "cinco grandes" se encuentran enumerados y denominados de la forma siguiente: el factor I es Extraversión (ímpetu repenti no); el factor II Afabilidad; el factor III Escrupulosidad; el factor IV Neuroticismo frente a Estabilidad Emocional y el factor V Apertura a la experiencia (inte lectual y cultural), que se analizarán más adelante. El factor I, Extraversión, aparece ínti mamente relacionado con el tipo "coope rador-excesivamente convencional" de Leary (caracterizado por este autor como un tipo de comportamiento amistoso y una sociabilidad extra vertida). El factor II, Afabilidad, corresponde al tipo "dócildependiente" de Leary (descrito como persona que necesita afiliarse, que tiene un grado inusual de confianza y admira ción por los demás, así como también de sumisión, adecuación, cooperación y dis posición a formar amigos). El factor III, Escrupulosidad, es similar al tipo "responsable-hipernormal" de Leary (carac terizado por él como un deseo de alcan zar un ideal de comportamiento apropia do y convencional, así como también un comportamiento metódico y perfeccionis ta). El factor IV, Neuroticismo, manifiesta rasgos del tipo "autodesprecio-masoquismo" de Leary (que se identifica por su tendencia a suscitar menosprecio y humi llación por parte de los demás, lo que se traduce en sentimientos de ansiedad, depresión e incertidumbre).
Respecto al enfoque del MIPS
Tanto la ampliación de Leary del enfo que interpersonal de Sullivan, como los 44
fundamentos de los "cinco grandes" se refieren a los rasgos del comportamiento, es decir, a los rasgos que caracterizan las acciones de las personas, más bien a lo que hacen que a lo que les motiva o cómo funcionan en el ámbito cognitivo. El léxi co "universal" de los términos descripti vos pertenece fundamentalmente a lo que puede ser observado por los demás: lo manifiesto, los comportamientos tangi bles de las personas. Nuestro lenguaje común no registra con claridad o exacti tud las "características íntimas", que se deben inferir o deducir. En el uso común, nuestro lenguaje deductivo puede pres tarse a ambigüedad tanto en su enfoque como en su precisión. Además , esta nueva disposición a lo psicológico y a la comple ji dad en los asunt os personológicos cons tituyen avances recientes; por lo tanto, no se encuentran marcadamente codificados en nuestro vocabulario (aquí debemos excluir las excepcionales "intuiciones" de los autores como Shakespeare). Sólo recientemente las ambigüedades del conocimiento y la motivación se han con vertido en parte de nuestro vocabulario profesional diario. Llama la atención, al menos a este autor, que los instrumentos de la personalidad no hayan caracteriza do los rasgos motivacionales y cognitivos, que se hayan centrado casi exclusivamen te en el comporta miento y que sólo recien temente se empiece a prestar atención a los rasgos de comportamiento de carácter interpersonal. El desconcierto dentro del ámbito de la personología respecto al factor V del modelo de los "cinco grandes" se puede entender en parte, si se advierte que es el único factor de los cinco básicos que se relaciona con los procesos cognitivos en oposición a los rasgos del comportamien to. Quizá la confusión sobre su nombre "propio" (p. ej., apertura, intelecto o cul tura) reside en el hecho de que pertenece más bien a un proceso inferido que a uno observable. De hecho, encontramos que la escala Intuición del MIPS es la que
ofrece una correlación más alta con la "apertura a la experiencia" de Costa y McCrae (1985). La investigación futura decidirá si la dificultad con el factor V se puede atribuir a la falta de claridad que tienen en nuestro léxico los constructos de la personalidad inferida, o de si el pro blema es que los humanos son menos capaces de extraer distinciones de perso nalidad en los campos cognitivos o motivacionales. Respecto a esta clarificación, pensamos que será útil que el MIPS abar que los tres campos de aplicación de la personalidad. Volviendo al campo de los comporta mientos interpersonales, se ha afirmado al principio de este capítulo y en anterio res publicaciones (Millón 1967, 1969, 1986b, 1987c, 1990, 1991), que el funda mento para una concepción científica de las dimensiones o de los desórdenes de la personalidad no puede descansar sólo en datos empíricos o sobre ámbitos clínicos. Estos datos proporcionan inspiraciones valiosas, pero el "significado" de un esquema científico requiere un funda mento lógico teórico explícito y sistemáti co. La teoría proporciona un grupo de principios coherentes que deberían expli car cómo y por qué los hallazgos clínicos y empíricos toman la forma que tienen. En los párrafos siguientes se expondrá en líneas generales un fundamento lógico de los cinco grupos de dimensiones inter personales bipolares abarcadas con el MIPS. Intentaremos demostrar con esto, aunque en forma breve, de qué modo este formato de presentación se corresponde tanto con los tipos interpersonales de Leary como también con el modelo de los Cinco grandes factores (o cuatro +). Con respecto a estos cinco pares, en las anteriores publicaciones (Millón 1969, 1986a, 1986b) se perfilaba una teoría biosocial/aprendizaje basada en la naturale za y fuente de refuerzos, y las estrategias instrumentales pasiva y activa: un forma
to de 5 x 2 que sirvió como base para generar 10 de los desórdenes de la perso nalidad del Eje II del DSM. Aunque esta agrupación fue sustituida por un modelo evolutivo (Millón, 1990), la arquitectura básica de la teoría original sigue siendo un marco útil para conceptualizar las dimensiones interpersonales de las per sonalidades normales (Millón, 1991). 2A.2. Los Comportamientos interpersonales Retraimiento y Sociabilidad
Como primera bipolaridad corres pondiente a los Comportamientos inter personales, lo que se debería llamar dimensión "greg aris mo/ distanciamiento", enfrenta dos estilos interpersonales de relacionarse que representan extremos con respecto a los grados de disposición hacia la amistad y comunicabilidad. Esta característica de sociabilidad (o la falta de la misma) está presente en casi todos los sistemas de rasgos de la personalidad, y nos referimos a ella comúnmente como Extraversión/Introversión. Sin embargo, como se ha señalado anteriormente, hemos adoptado la noción de Jung Extraversión/ Introversión como se pensó originalmente, es decir, para referirnos a una "actitud" cognitiva o a lo que se espera respecto del objeto, y no a un com portamiento. Por el contrario, el factor I del esquema típico de los "cinco gran des", abarca tanto la faceta de comporta miento como la cognitiva de la extraver sión y de la introversión. Según el punto de vista del autor, la dimensión "gregarismo/distanciamiento" queda más acotada como una bipola ridad "puramente" de comportamiento que caracteriza a las personas que se rela cionan con otras con diferentes grados de sociabilidad y compañerismo. Esta des cripción puede clasificarse diciendo que aunque la mayoría de las personas son ocasionalmente "retraídas" y ocasional mente "sociables", es probable que se
45
comporten con más frecuencia de una manera que de la otra. Retraimiento. Aquellos que obtienen una puntuación más alta en esta escala, es decir, que manifiestan rasgos más conec tados con el polo "distanciamiento" que con el de "gregarismo", revelan poco interés social o de grupo. Exhiben (aun que en una forma no clínica) algunos de los atributos que aparecen en la persona lidad esquizoide del DSM. Su necesidad de dar y recibir afecto y de demostrar sus sentimientos tienden a ser mínimos. Prefieren involucrarse en pocas relacio nes interpersonales, y no desarrollan lazos fuertes con las demás personas. Los demás pueden considerarlos tranquilos, plácidos, apacibles, sin complicaciones y posiblemente indiferentes. Pocas veces expresan a los demás sus pensamientos o sentimientos íntimos, parecen estar más a gusto cuando se les deja solos. Prefieren trabajar en forma lenta, tranquila y metó dica; casi quedando en segundo plano de un modo poco exigente. Se sienten más cómodos trabajando en forma indepen diente, no se les distrae o molesta fácil mente con lo que ocurre a su alrededor. Al tener poca capacidad para reconocer las necesidades y sentimientos de los demás, pueden ser considerados socialmente torpes para desenvolverse e insen sibles, así como también carentes de espontaneidad y vitalidad. Sociabilidad. En el polo "gregarismo" medido por puntuaciones altas en esta escala, encontramos atributos opuestos al grupo anterior. Cuando se sitúan en los niveles más extremos del polo sociable se trata de personas que se caracterizan por tener rasgos similares a los de la persona lidad histriónica del DSM. En niveles menos extremos, las personas gregarias hacen todo lo posible por ser populares entre los demás, por tener confianza en sus habilidades sociales, por sentirse capaces de influir y gustar a los demás sin dificultad, y por tener un estilo personal
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que les hace ser agradabl es a los demá s. A la mayoría le agrada involucrarse en acti vidades sociales, y le gusta conocer a otras personas y conocer sus vidas. Son locuaces, llenos de vida, socialmente hábiles y, a menudo, llaman la atención con su dramatismo, con lo que consiguen ser el centro de los acontecimientos socia les. Muchos se aburren con facilidad, especialmente cuando se enfrentan a tare as repetitivas y rutinarias. A menudo estos tipos gregarios se caracterizan por sus intensos y cambiantes estados de ánimo y algunas veces se les considera inconstantes y fácilmente excitables. Por otra parte, con frecuencia su entusiasmo logra infundir energía y motivar a los demás. Los individuos sociables tienen tendencia a ser simplistas y emprendedo res, y pueden ser especialistas en ser manipuladores para satisfacer sus necesi dades. 2.4.3. Los Comportamientos interpersonales Indecisión y Decisión
La bipolaridad Indecisión/Decisión que también podría denominarse "inse guro" frente a "seguro", denota diferen cias en la compostura social o dominio de sí mismo, aplomo, ecuanimidad y estabi lidad. Estos atributos expresan ya sea seguridad en sí mismo y auto-control, o su antítesis, como se observa en los com portamientos que exteriorizan inseguri dad, timidez, incertidumbre, represión y cautela. Se debería esperar un paralelo entre aquellos con puntuación más alta en el extremo de la escala Indecisión y la personalidad evasiva del DSM, mientras que los que tienen puntuación alta en el extremo de la escala Decisión es probable que manifiesten rasgos que se asemejen a la personalidad narcisista del DSM. Indecisión. Esta escala representa los atribut os de inhibición y aba ndo no social. Este polo "inseguro" (opuesto a "confia do") tiene algunos aspectos en común
con el segmento autodesprecio del patrón de Leary "autodesprecio-masoquismo", que se caracteriza por su tendencia a infravalorar las capacidades personales, a ser tímido y sensible y a experimentar sentimientos de ansiedad e incertidumbre. De igual modo , este polo está íntima mente ligado al factor IV de los "cinco grandes", habitualmente llamado Neuroticismo (opuesto a Estabilidad Emocional). Aquellos que tienen una puntuación alta en Indecisión tienden a ser sensibles a la indiferencia o rechazo social, se sienten inseguros de sí mismos, y se preocupan ante las situaciones nue vas, especialmente ante aquellos actos que tienen un carácter social o interperso nal. Estos individuos son algo intranqui los y tímidos, anticipan las posibles difi cultades y temen sentirse incómodos al interrelacionarse. Tal vez se sientan ten sos cuando tienen que tratar con gente que no conocen, porque esperan que los otros no pensarán bien de ellos. Una vez que se sienten aceptados, pueden ser más abiertos, más amistosos, más cooperado res y participar con otros de un modo productivo. Decisión. Un descaro interpersonal, originado por una creencia en sí mismos y en sus talentos, caracteriza a aquellos que tienen una puntuación alta en esta escala opuesta a la anterior. Son competi tivos, ambiciosos y seguros de sí mismos, aceptan con naturalidad posiciones de liderazgo, actúan en forma decidida y determinada, y esperan que los demás reconozcan sus cualidades especiales y les complazcan. Además de mostrarse seguros de sí mismos, los que tienen un perfil decidido son a menudo osados, sagaces y persuasivos, tienen el encanto suficiente como para atraer a los demás hacia sus propios fines y propósitos. Su falta de reciprocidad social y su sentido de tener derechos sobre las cosas pueden constituir un problema: dan por supuesto que lo que quieren les corresponde. Por otra parte, con frecuencia sus ambiciones
tienen éxito y normalmente demuestran ser líderes eficaces. 2.4.4. Los Comportamientos interpersonales Discrepancia y Conformismo El grado en el que las personas se bur lan abiertamente de la tradición o se vuel can hacia ella, constituye la base de la ter cera bipolaridad. Discrepancia, frente a Conformismo, implica que algunos indi viduos actúan de un modo claramente autónomo, no tienen mentalidad social y no cumplen con las normas convenciona les, las tradiciones cultu rales y las nor mas de organización. En el otro polo, los indi viduos son muy cumplidores y responsa bles, así como concienzudos y diligentes en cuanto al cumplimiento de sus debe res. En el ámbito clínico del DSM, los que tienen una puntuación muy alta en el polo "desacato" medido por Discrepancia, manifestarán alguna similitud con la per sonalidad antisocial. En contraste, los que consiguen situarse en el extremo más alto del polo "obediente" que mide Confor mismo, tenderían a mostrar rasgos de per sonalidad obsesivo-compulsivo. Discrepancia. Una puntuación alta en Discrepancia señala a individuos no con vencionales que buscan hacer las cosas a su manera y desean aceptar las conse cuencias derivadas de ese hecho. Actúan como creen que es apropiado, indepen dientemente de cómo les juzguen los demás. A veces tienden a elaborar o transformar la verdad, así como también a comportarse al límite de la ley, no son escrupulosos, es decir, no aceptan respon sabilidades que se lleven a cabo de acuer do con formas establecidas. Por el contra rio, a menudo afirman que hay demasia das normas en el camino de las personas que quieren sentirse libres y creativas, y que prefieren pensar y actuar de una manera ingeniosa e independiente. Muchos piensan que aquellos que están en poder de la autoridad son muy duros
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con aquellos que no lo tienen. A los que discrepan no les gusta seguir la misma rutina un día tras otro y, a veces, actúan impulsiva e irresponsablemente. Harán lo que ellos piensan que es lo mejor sin preocuparse mucho de las consecuencias de sus acciones en los demás. Son escépticos con respecto a las intenciones de la mayoría de las personas, no aceptan sen tirse coartados o coaccionados y mues tran una fuerte necesidad de autonomía y auto determinación. Conformismo. En el otro extremo de la bipolaridad desacato/obediencia se en cuentran aquellos que tienen puntuación alta en Conformismo. Este polo representa los rasgos que se asemejan a los de la per sonalidad responsable-hipernormal de Leary, con su ideal de comportamiento apropiado, convencional, metódico y per feccionista, y también tiene una similitud con el factor III de los "cinco grandes", el denominado Escrupulosidad. Los confor mistas son notoriamente respetuosos de la tradición y la autoridad, y actúan de un modo concienzudo, apropiado y respon sable. Hacen todo lo posible por observar las normas y reglamentos convencionales, siguiendo rigurosamente las disposicio nes, y tienden a censurar a aquellos que no lo hacen. Son organizados y fiables, pru dentes y reservados; pueden parecer demasiado controlados, formales e inflexi bles en sus relaciones, intolerantes con las irregularidades y con aquellos que no cumplen con lo establecido por la socie dad. Son diligentes respecto a sus respon sabilidades, no les gusta tener su trabajo acumulado, se preocupan por terminar las cosas y dar una imagen de personas alta mente dependientes y diligentes ante los demás.
2.4.5. Los Comportamientos interpersonales Sumisión y Dominio
Existe un marcado contraste entre los individuos que son dóciles, obedientes, 48
serviles y que se autodegradan, y los que son dominantes, voluntariosos, enérgicos y fuertes. Esta bipolaridad ha sido clara mente establecida en la bibliografía como la dimensión principal del estilo interper sonal (p. ej., Wiggins, 1982). Una polari dad corresponde al segmento masoquista del diagnóstico autodesprecio-masoquista que hace Leary, con esa tendencia de la personalidad a suscitar menosprecio y humillación por parte de los demás a tra vés de "acciones poco convincentes y cobardes". En el otro extremo de la pola ridad se hace un paralelo con la persona lidad autoritaria-déspota de Leary, que ordena obediencia y respeto por parte de los demás, y realiza intentos de dominio para controlar y manipular sus vidas. El tipo "subordinado" o la escala Sumisión del MIPS también tiene cualidades no clí nicas que se asemejan a aquellas de la personalidad autodestructiva reciente mente eliminada del DSM. De manera similar, lo que nosotros denominamos polo extremo "controlador", o Dominio, evidencia cualidades interpersonales no clínicas vinculadas en algunos aspectos a aquellos de la personalidad sádica, elimi nada recientemente del DSM. Sumisión. Aunque es similar al factor II de los "cinco grandes" denominado Afabilidad, la polaridad Sumisión expre sa algo más que el mero hecho de ser cooperador y amistoso. Supone una dis posición a actuar de una forma autodegradante y servil. Los que tienen puntua ción alta en Sumisión permiten, e incluso estimulan, a los demás a aprovecharse de ellos situándose a sí mismos en una posi ción inferior o abyecta. No son agresivos, y sí respetuosos, cuando no serviles. A menudo se ven a sí mismos como su peor enemigo; se comportan de forma no pre sumida, autodespreciativa e incluso se autocondenan y prefieren evitar demos trar sus talentos y aptitudes. Son excesi vamente obsequiosos y se imponen sacri ficios en sus interacciones; pueden ser dependientes para cumplir las expectati-
vas de aquellos a quienes siguen. La mayoría de las personas en esta categoría poseen capacidades que superan las de aquellos que las reclaman para ellos. Dominio. Los que tienen puntuación alta en la escala disfrutan del poder de dirigir e intimidar a los demás, y de sus citar obediencia y respeto de ellos. Tienden a ser duros y poco sentime ntales, así como también a obtener satisfacción de las acciones que dictan y manipulan las vidas de los demás. Aunque muchos subliman sus tendencias orientadas al poder hacia roles y vocaciones aprobados socialmente, sus inclinaciones se hacen evidentes, con su intransigencia ocasio nal, testarudez y comportamiento coerci tivo. A pesar de estas expresiones negati vas periódicas, los tipos controladores en general son líderes eficaces y tienen talen to para supervisar y persuadir a los demás a trabajar para alcanzar metas comunes.
2.4.6. Los Comportamientos interpersonales Descontento y Aquiescencia
Esta quinta y última dimensión inter personal incluye el negativismo o insatis facción social, que denominamos Descontento, frente a docilidad social o afinidad, que denominamos Aquiescen cia. El primer extremo de la bipolaridad expresa una disconformidad general tanto consigo mismo como con los demás, combinada con una tendencia a actuar de una forma petulante, resentida, irascible y contraria. El polo opuesto representa una tendencia general a ser agradable en las relaciones y a actuar en una forma afable y pacífica, buscando el consenso (sin la tendencia a autodegradarse o autohumillarse que caracterizan el patrón subordinación/sumisión des crito previamente). Ya se ha señalado con anterioridad que el tipo del polo Sumisión tiene simili
tudes con el patrón autodestructivo ini cial del DSM, mientras que Dominio muestra una correspondencia parcial con la personalidad sádica inicial del DSM. En contraste, el polo Aquiescencia se corresponde más estrechamente con la personalidad dependiente del DSM, y el tipo Descontento muestra una similitud con el tipo de personalidad (pasiva-agresiva) negativista del DSM. Descontento. Los que tienen una pun tuación alta en esta escala a menudo afir man que han sido tratados de forma injusta, que poco de lo que han hecho ha sido valorado y que han sido culpados por cosas que no han hecho. Les parece que las oportunidades no han dado bue nos resultados, y que ellos "saben" que las cosas buenas no perduran. Con fre cuencia, se sienten agraviados por lo que consideran que son demandas injustas hacia ellos y pueden no querer llevar a cabo responsabilidades tan bien como podrían. Son ambivalentes con respecto a sus vidas y sus relaciones, pueden invo lucrarse en decepciones y discusiones problemáticas puesto que dudan entre aceptación en un determinado momento y resistencia en el siguiente. Cuando las cosas van bien, pueden ser productivos y con una mente constructivamente inde pendiente, deseosos de explicar y solu cionar los temas conflictivos. Aquiescencia. Se puede apreciar un escenario bastante distinto entre los que tienen una puntuación alta en esta escala. Este extremo de la bipolaridad está íntima mente ligado al segmento "cooperador" del estilo interpersonal "cooperador-exce sivamente convencional" propuesto por Leary, el que representa un patrón de com portamiento acomodaticio, participativo, comprometido y de beneplácito. Como se ha señalado anteriormente, la Aquies cencia del MIPS también se vincula más estrechamente con el factor II de los "cinco grandes", Afabilidad, de lo que lo hace la escala Sumisión, puesto que implica una
49
concordancia de respeto consigo mismo y con los demás; su disposición servicial es más voluntaria que coaccionadora o pro ducto de la autocondena. Aquellos que encajan en el patrón afinidad/aquiescencia son particularmente colaboradores y amis tosos; tienden a no molestar y desean adaptar sus preferencias para ser compati-
bles con las de los demás; creen que los demás son amables y considerados; tam bién están deseosos de reconciliar las dife rencias y de alcanzar soluciones pacíficas, así como de ser considerados y reconocer errores cuando es necesario. Sus relaciones interpersonales se caracterizan por la cor dialidad y el compromi so.
2.5. CONCLUSIONES El marco desarrollado para este ins trumento fue motivado por el deseo de hacer operativa una concepción teórica de la personalidad y se basa en la creen cia de que existe un modelo comprensi ble que describe fielmente las dimensio nes centrales de un modo coherente y unificado. Como muchos teóricos han propuesto, es probable que bajo la superficie compleja de las motivaciones, los modos cognitivos y los comporta mientos se encuentre oculto un orden simple y refinado de profundos vínculos interrelacionados, y del que se deriven
50
las diferentes expresiones de la persona lidad. Lo que se debería observar en el mode lo teórico no es un conjunto de rasgos inmutables, sino grupos con disposiciones interactivas dinámicas que se combinan para formar las diversas configuraciones que denominam os estilos de personalidad. Cada estilo representa patrones de adapta ción que encajan en ciertos entornos y situaciones bastante bien, y en otros no tan bien. Ningún rasgo de la personalidad es uniformemente bueno o malo.
3. CONSTRUCCIÓN ORIGINAL Y SU ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA Los objetivos de este capítulo son, en primer lugar, describir el proceso de la construcción original del MIPS, y, en segundo, presentar la primera parte del proceso de su adaptación a la población de habla hispana. La segunda parte de ese proceso será el objetivo central del siguiente capítulo. La adaptación del MIPS a la pobla ción española ha estado guiada por las directrices establecidas por la Comisión Internacional de Tests (ITC) para la adap tación de tests. Este organismo propone veintidós directrices básicas para garanti zar una correcta construcción o adapta ción de un test psicológico; están agrupa das en cuatro áreas (Hambleton, 1996) y fueron creadas para analizar las posibles decisiones erróneas a la hora de ad apt ar o construir un test. Estas áreas son el con texto, la construcción y adaptación del test, la aplicación y la interpretación de las puntuaciones (Muñiz y Hambleton, 1996). En el contexto es necesario conside rar el ámbito sociocultural en el que se utilizará el instrumento y asegurarse de que los constructos que mide el test en la población en la que se va a adaptar son equiparables a la cultura en la que origi nalmente se creó el test. La fase construc ción y adaptación del test ha de garantizar que el test mida el mismo constructo en
diferentes poblaciones, pero ajustándose a las peculiaridades de cada una de ellas. La aplicación agrup a todos aquellos aspec tos relacionados con las personas que rea lizan la evaluación, las instrucciones de la prueba o conocer las peculiaridades de la cultura donde se aplique el test en el futu ro. Por último, se incluye el área relacio nada con la interpretación, en la cual deben considerarse la formación del especialista y el conocimiento del proce so de adaptación del test. Un resumen de las 22 directrices puede consultarse en Muñiz y Ham bleton (1996) y para una descripción exhaustiva puede consultarse Ham bleton (1996) y Prieto y Muñiz (2000). Además, y como se describe en el capítu lo 4 de este Manual, se ha seguido el modelo estandarizado de evaluación de tests (CET) que ha diseñado la comisión de tests del Colegio Oficial de Psicólogos de España. A continuación se describe el proceso seguido por Millón (1994) para la cons trucción original del Inventario, la adap tación española y la descripción de las muestras normativas utilizadas en esa adaptación. En el capítulo 4 se analiza la habilidad y la validez del MIPS en pobla ción española.
3.1. CARACTERÍSTICAS DEL MIPS El MIPS es un cuestionario de evalua ción de la personalidad normal compues to por 180 elementos con un formato dicotómico de respuesta (Verdadero/ Falso). Es aplicable a personas con un nivel de estudios secundario y un funcio namiento psicológico "normal" y a partir de 18 años.
La aplicación se realiza en formato de papel y lápiz. Es necesario que la persona encargada de esa tarea posea una cualificación básica relacionada con la evalua ción psicológica en general. La corrección y puntuación se hace mediante un proce dimiento automatizado y la interpreta ción de los resultados o generación de 51
informes debe realizarla un especialista. Esa interpretación se apoya en el análisis de las puntuaciones de prevalencia tal y como se especifica en el apartado 3.2.3. El tiempo medio de aplicación de la prueba oscila entre 30 y 40 minutos y
puede realizarse tanto de forma indivi dual como colectiva. Las escalas que componen el MIPS así como su fundamentación teórica han sido presentadas en el capítulo 2 de este Manual.
3.2. EL PROCESO DE SU CONSTRUCCIÓN ORIGINAL La construcción original del MIPS se deriva directamente de los postulados teóricos de la personología de Millón (1990). Su diseño se basa en los construc tos teóricos del modelo y del análisis empírico de las propiedades de las esca las que los operativizan. De este modo, para Millón, se garantiza una elevada validez del MIPS como instrumento de medida, pues su construcción está orien tada tanto teórica como empíricamente a esa finalidad. En este sentido, Millón sigue los planteamientos de Loevinger (1957, en Millón, 1994) para el desarrollo y construcción de tests. La construcción de cada escala supuso el desarrollo de tres fases diferentes de validación: la teórico-sustantiva, la internaestructural y la externo-validacional (Millón, 1994). A esta secuencia de pasos subyace un modelo de medida basado en la crea ción de instrumentos de evaluación que reflejen el constructo teórico que se preten da medir, frente a otras concepciones que tratan de dar validez teórica al instrumen to de medida una vez que ha sido creado y utilizado junto a otras pruebas similares. La etapa teórico-sustantiva consiste en la redacción de los elementos con el pro pósito de medir los constructos teóricos basados en el modelo de la personología de Millón. Esta etapa se desarrolló en varias fases. En primer lugar, se creó un 1
52
conjunto amplio de elementos para medir cada uno de los constructos teóri cos de la teoría agrupados en las diferen tes escalas que componen el MIPS. En segundo lugar, un grupo de expertos cla sificó los elementos creados en cada una de las escalas. En tercer lugar, se realiza ron dos estudios pilotos aplicando el ins trumento a dos grupos de personas con el objetivo de analizar la compresión de los elementos de cada una de las escalas; algunos elementos fueron redactados nuevamente con el fin de mejorar su comprensión. En cuarto lugar, con una versión experimental de 300 elementos, se realizó un tercer estudio piloto en una muestra adulta estratificada por edad, sexo y cultura de origen. Con los resulta dos de esta fase se decidió crear la escala de Impresión positiva, como índice de control añadido al conjunto de elementos seleccionados; el nuevo instrumento se aplicó a otra muestra diferente. La ver sión construida para la tipificación y los cálculos de validez se obtuvieron de los dos últimos estudios, con un conjunto de 300 elementos. Posteriormente se añadió la escala de Impresión negativa, otro índice de control. En la fase interno-estructural se analizó la aportación de cada elemento al cons tructo que teóricamente estaba destinado a medir; se identificaron los elementos prototípicos (aquellos que se ponderan
Con el fin de valorar la validez de contenido de la adaptación de la prueba a la población española, el proceso de construcción original ha sido sometido a la evaluación de uno de los redactores principales del protocolo CET (citado más arriba), José Muñiz, de la Universidad de Oviedo. Su dictamen indica que el proceso seguido, y resumido a continuación, ha cumplido con solidez los requisi tos estándar para la construcción de tests, por lo que se ha considerado suficiente.
los elementos de diferentes escalas se ajustan al modelo teórico.
con un valor de 3 puntos) y se descarta ron aquellos otros con una correlación parcial muy baja en relación con el total de su escala. El análisis de los elementos se realizó empíricamente mediante el análisis correlaciona! El siguiente paso consistió en el examen de la relación de cada elemento con el resto de las escalas, de modo que fuera posible determinar si un elemento creado originariamente para una escala resultaba adecuado para otras escalas con las que teóricamente debería estar relacionado. Cuando un elemento de una escala era adecuado para otra escala teóricamente concordante se pon deraba con 1 o 2 puntos en función de la magnitud de la relación. Millón (1994) señala que esta estrategia permite com probar si las relaciones empíricas entre
Por último, la fase externo-validacional tuvo como objetivo mejorar las escalas considerando la relación que muestran con otros instrumentos de evaluación de la personalidad ya constrastados, como el Cuestionario factorial de -personalidad (16 PF), el Inventario de Personalidad de California (CPI), el Inventario de Personalidad NEO-PI, o el Inventario Tipológico de Myers-Briggs (MBTI). Los resultados encontrados por Millón se resumen en las tablas 3.1 a 3.4. (en centésimas, sin el cero ni la coma deci males), en las que se incluyen sólo las rela ciones con los principales instrumentos de medida. Puede consultarse Millón (1994) para una revisión exhaustiva.
Tabla 3.1. Correlaciones con el 16PF Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia IP Impresión positiva IN Impresión negativa
C
E
F
G
H
L
N
O
38 -37 8 -15 -1 3 15 -28 14 -25 6 -5 23 -9 -17 11 -33 17 -26 20 -30 4 -33 1 9 -29
12 -5 39 -41 42 -25 23 -11 -23 32 27 -19 8 44 -13 36 -23 48 26 -21 -20 66 13 -61 -16 -3
35 -26 41 -44 4 5 61 -54 -18 21 -6 2 26 39 -57 61 -48 48 -15 7 -36 28 -19 -21 -16 -25
12 -10 27 -23 -21 26 25 -21 17 -12 12 -1 46 -22 -18 22 -20 19 -30 44 -7 -4 -6 9 15 -18
54 -46 55 -67 3 4 72 -68 -10 5 13 -11 49 30 -63 -71 -72 70 -35 27 -46 38 -31 32 5 -42
-14 23 17 -12 31 -14 11 -4 -30 30 -2 8 -4 36 -4 22 6 17 29 -20 1 26 24 -26 5 22
-9 6 -23 22 -31 20 -19 9 28 -28 -14 9 4 -43 14 -30 19 -28 -18 13 18 -36 -4 41 18 3
-59 64 -15 37 22 -4 -27 38 -19 36 -7 23 -30 13 36 -21 55 -31 57 -19 56 -5 59 4 -6 63
53
é/1
Tabla 3.2. Correlaciones con el CPI Do
Cs
Sy
Sp
Sa
In
Em
Re
So
Se
Gi
Cm
Wb
To
Ac
Ai
le
Py
Fx
F/M
VI
V2
V3
1A. Expansión
58
37
51
55
41
52
31
32
39
16
38
22
47
18
45
34
42
48
-14
-37
-18
8
37
46
46
Escalas
MP WO
IB. Preservación
-60
44
-49
-54
-36
64
40
44
-47
-29
-54
-23
-61
-33
55
-43
-54
58
1
38
17
-13
-50
-60
-60
2A. Modificación
58
17
51
44
42
41
14
14
20
-2
20
3
14
-14
31
3
17
26
-34
-30
-21
15
2
23
10
2B. Adecuación
-69
-37
-58
-47
-47
-58
-26
-36
-37
-15
-27
-16
-31
-10
-45
-23
-34
-46
20
26
23
-15
-24
-45
-30
3A. Individualidad
27
-7
15
15
23
22
-19
-22
-21
-34
-20
-11
-17
-32
-12
-15
-13
-3
-29
-14
-23
-5
-18
-10
-23
3B. Protección
-12
-8
-3
-15
-14
-30
9
9
7
20
17
9
-3
-4
8
-11
-8
-21
-11
7
20
13
-9
-12
3
4A. Extraversión
57
43
63
54
53
39
46
30
30
5
26
25
37
16
27
22
41
28
-1
-31
-20
9
28
40
29
4B. Introversión
-53
54
-56
-49
-45
-49
-54
-36
-40
-25
40
-20
-53
-35
-39
-39
-50
-48
-12
30
22
-13
-48
-53
-47
5A. Sensación
-2
-25
-13
-14
-15
2
-33
0
11
20
27
4
9
-22
11
-27
-12
-13
-35
-4
34
13
-14
-7
13
5B. Intuición
-7
10
7
4
15
-20
14
-19
-30
-42
-41
-3
-36
-11
-28
-3
-12
-15
6
4
-25
-9
-18
-24
-40
6A. Pensamiento
25
-13
'4
2
11
20
-24
-9
-5
-6
9
-9
-2
-32
7
-24
-7
-6
-42
-21
-2
-1
-15
-5
-6
6B. Sentimiento
-28
-9
-14
-19
-15
-43
4
-15
-15
-8
-14
-5
-30
-7
-24
-13
-21
-32
2
17
11
1
-21
-25
-26
7A. Sistematización
39
4
29
17
13
25
-9
19
29
23
33
4
15
-14
41
-5
12
15
-54
-23
-1
29
0
21
17
25
23
31
36
42
9
26
-17
-29
-57
-38
3
-17
-9
-27
5
3
4
18
-15
-29
-26
-4
-12
-27
8A. Retraimiento
-46
46
-52
-50
-33
-35
55
-35
-43
-22
-30
-28
-45
37
-38
-41
-43
-45
-15
19
16
-12
-44
-50
-44
8B. Sociabilidad
67
36
65
52
55
44
35
22
22
-5
16
11
20
-1
26
13
27
28
-13
-31
-29
10
15
35
12
9A. Indecisión
71
-47
65
-58
-58
-65
-39
-37
-38
-13
-40
-30
-53
-21
-49
-40
-53
-51
9
38
25
-12
-40
-60
-48
9B. Decisión
76
34
57
51
53
58
26
19
15
-4
26
5
26
-2
31
21
31
42
-22
-45
-36
8
18
38
18
-28
31
-32
-17
-13
-32
-36
-62
-64
-59
-64
-41
-62
-51
-64
-44
-47
42
-3
16
-8
-29
-52
-61
-68
10B. Conformismo
10
-20
5
-5
-8
1
-25
11
24
32
42
1
10
-22
27
-26
-7
-14
-51
-17
23
28
-13
2
12
HA. Sumisión
59
-35
47
-48
-37
-61
-34
-39
-46
-30
-45
-22
-57
-30
-52
-43
-44
-53
6
28
23
-23
-46
-58
-55
11B. Dominio
52
12
35
37
38
45
2
-11
-14
-34
-8
-14
-3
-24
-3
-4
3
20
-14
-34
-36
-6
0
4
-8
12A. Descontento
-33
-39
-31
-28
-12
-45
-40
-56
-63
-58
-65
-31
-66
-59
-60
-54
-53
-52
-8
15
-4
-24
-62
-65
-72
12B. Aquiescencia
-54
-20
-36
-42
-47
-52
-10
7
12
34
15
2
-8
9
2
-10
-18
-29
2
32
43
11
-6
-17
5
IP Impresión positiva
-2
-8
-12
-35
-15
-10
-15
10
8
29
39
-21
-7
-17
13
-23
-17
-16
-36
9
19
20
-10
-13
-2
IN Impresión negativa
-56
-52
-54
-55
-47
-64
-48
-49
-54
-32
-47
-44
-71
-49
-59
-53
-63
-60
-13
33
18
-14
-59
-71
-68
7B. Innovación
10A. Discrepancia
Tabla 3.3. Correlaciones con el NEO-PI Escalas
N
E
O
A
C
1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. 10A. Discrepancia 10B. 10B. Conformismo Confor mismo HA. Sumisión 11B. 11B. Dominio Domin io 12A. Descontento 12B. Aquiescencia IP Impr. positiva 1N Impr. negativa
-70 80 -46 62 0 9 -32 40 0 2 -37 44 -38 21 34 -44 71 -57 41 -2 81 -33 65 19 -7 62
48 -41 49 -51 -2 38 72 -57 -22 23 -1 12 23 41 -65 77 -49 50 -16 2 -30 21 -29 -2 0 -27
17 -1 22 -19 4 2 27 -2 -45 58 3 8 11 26 -22 32 -9 48 0 -5 -6 15 1 -9 13 4
-2 -4 -16 6 -47 29 10 -27 -11 1 -46 -23 -7 -10 -25 8 6 -21 -38 6 4 -45 -36 61 17 -9
27 -19 53 -45 20 22 15 -3 32 -12 -40 -8 77 -30 -2 40 -23 47 -20 54 -36 41 -7 -1 31 -8
Nota. N=Neuroticismo, E=Extraversi E=Extraversión, ón, 0= Aper tura, A=Amabilidad y C=Responsabilidad.
Tabla 3.4. Porcentajes del MIPS en cada uno de los tipos de Modos Cognitivos en las muestras de estandarización de adul tos y estudiantes universitarios, separa dos por sexo y en conjunto Grupo
ISTZ ISFZ INFZ INTZ
Mujeres adultas Varones adultos Adultos total Mujeres universitarias Varones universitarios Universitarios total
6 12 9,3 5,1 14,2 8,5
Grupo
ISTV ISFV INFV INTV
Mujeres adultas Varones adultos Adultos total Mujeres universitarias Varones universitarios Universitarios total
Grupo Mujeres adultas Varones adultos Adultos total Mujeres universitarias Varones universitarios Universitarios total
2.4 4,2 3,1 3.5 3.6 3.7
8,6 3,6 5,6 5,4 3,5 5,2 2,4 3,4 2,8 1,6 2,9 2,4
1,2 1,8 1,8 1,4 3,6 2,4 3,2 8,2 6 7,4 8,1 7,1 7,9
0,6 2 1,1 2,6 2,9 2,4 1 5 3,5 3,6 4,7 4,2
ESTV ESFV ENFV ENTV 2,2 2,2 6,8 4,7 4,1 7,1 5,6
9,2 9,2 3,8 7,3 5,9 3,6 5,3
15,8 8,2 11,2 11,2 20,2 9,9 14,8
3,2 5,8 4,4 5,5 5,7 6,1
Grupo
ESTZ ESFZ ENFZ ENTZ
Mujeres adultas Varones adultos Adultos total Mujeres universitarias Varones universitarios Universitarios total.
12,8 14,4 24 7,6 7,6 18,3 11,7 11,2 9,6 9,6 18.2 6 13.3 9,2
8,8 2 4,8 6,7
3,7 4,8
3,2 3,8 3,4 3 4,2 3,4
Nota. Nota . E=4A; I=4B, S=5A, N=5B, T=6A, F=6B, Z=7A, V=7B. V=7B.
Por lo tanto, el MIPS consta de 180 ítems: 165 son los ítems de conteni con tenido do de las escalas descritos en el capítulo 2; otros 5 corresponden a la escala Consistencia (Cn, a partir de ahora) ahora ) y 10 a la escala Impresión Impr esión positiva (IP, (IP, a partir parti r de ahora). ahora ). Los 10 ítems de la escala Impresión negativa (IN, a par tir de ahora) fueron seleccionados entre los 165 165 ítems de conten co ntenido ido de las escalas, y, por lo tanto, no modifican el número total de ítems del test. En la tabla 3.5 puede verse una descripción específica de todo el ins trumento con los ítems prototípicos y los complementarios de cada escala.
Según Millón, debido a la existencia de elementos que puntúan en más de una escala, el test proporciona 627 átomos de medida, lo que hace que la exactitud de dicha medida supere a la que podría lograrse con 165 ítems que puntuasen una sola vez. La información sobre el por centaje de superposición de las escalas se incluye en el apartado dedicado a la vali dez de constructo, abordado en el capítu lo 4 de este mismo Manual.
Tabla 3.5. Números de ítems prototípicos y complementarios en cada escala Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. 9B. Decisión Deci sión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo 11 A. A. Sumisi ón 11B. 11B. Dominio Domi nio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia Total
Prototípicos
Complementarios
Total
5 8 7 8 7 8 4 7 6 6 8 4 10 7 8 7 7 7 7 5 7 8 9 5 165
14 11 18 18 15 16 17 7 6 19 12 31 21 30 17 22 19 25 27 30 19 18 22 28 462
19 19 25 26 22 24 21 14 12 25 20 35 31 37 25 29 26 32 34 35 26 26 31 33 627
3.2.1. Las escalas Impresión positiva, Impresión negativa y Consistencia
El propósito de estas escalas es esta blecer en qué medida el estilo de las res puestas de una persona tiene que ver con posibles sesgos relacionados con la impresión positiva, la impresión negativa o la inconsistencia a la hora de responder al Inventario. La escala de Impresión positiva (IP) incluye 10 ítems para identificar a las per sonas que intentan producir una impre sión demasiado favorable. No existe yux taposición con las escalas de contenido y la puntuación directa máxima es de 10. A la hora de decidir qué valor de la escala indica una alta o baja impresión positiva, Millón encontró que el porcentaje de cla sificaciones incorrectas era mucho mayor en aquellas personas con bajo nivel edu cativo que entre las person as con un nivel 56
educativo más elevado. Este hallazgo supuso establecer dos puntos de corte: entre las personas con bajo nivel educati vo, una puntuación igual o superior a 5 indicaba que la persona trataba de dar una imagen positiva de sí misma; entre las de nivel educativo educa tivo alto, se consideraba que quienes obtenían una puntuación igual o superior a 4 trataban de dar una imagen más favorable de sí mismas. Es necesario comentar que las personas con "bajo" nivel educativo eran aquellas con estudios secundarios o hasta segundo curso universitario, y las personas con "alto" nivel educativo eran aquellas que habían completado el tercer curso univer sitario. En la muestra de tipificación españo la también aparece esta tendencia. Hemos diferenciado entre personas con estudios primarios, secundarios y superiores, tal y como aparece en la descripción de las
muestras (apartado 3.4), y se observa que a menor nivel de estudios mayor tenden cia a dar una impresión positiva (F estudios (2,1151) =173,92, =173,92, p<0,001). Los contra con tra ste s multivariados post-hoc (test de Sheffé) indican diferencias entre los niveles edu cativos excepto entre el nivel secundario y superior. En la tabla 3.6 se incluyen los estadísticos básicos (media y desviación típica, D.t.) de IP en la muestra de adultos española. Tabla 3.6. Medias y desviaciones típicas de la escala IP según el nivel de estudios en adultos españoles Grupo Primarios
Bachillerato y FP Superiores Total
Primarios mujeres Primarios varones Bach. mujeres Bach. varones Sup. mujeres Sup. varones Total mujeres Total Total varones
Media
Dt
N
4,01 3,29 2,98 3,38 4,09 3,89 3,53 3,06 2,94 3,04 3,50 3,25
2,04 2,04 2,02 2,07 1,97 2,15 2,05 2,00 1,98 2,07 2,05 2,09
316 447 394 1.157 192 124 220 227 217 177 629 528
escala IN según el nivel de estudios (pri mario, secundario y superior), y se obser va que a mayor nivel de estudios menor tendencia a dar una imagen más negativa de uno mismo en las respuestas al Inventario (F estudios (2,1151) =328,01, p<0,001). Los contrastes multivariados post-hoc (test de Sheffé) indican diferencias entre todos los niveles educativos. Sin embar go, esta tendencia depende también del sexo en el nivel de estudios superior. Así como en la escala IP sólo aparece un efec to del nivel de estudios, en la escala IN aparecen diferencias según el nivel de estudios y el sexo. Como puede apreciar se en la tabla 3.7 3.7 (con los estadístic esta dísticos os bási cos de IN en la muestra de adultos), en el nivel de estudios superior las mujeres muestran una mayor tendencia a dar una imagen más desfavorable de sí mismas que los varones (Festudios»sexo(2,n5n = 71,83, p= 0,002). Tabla 3.7. Medias y desviaciones típicas de la escala LN según nivel de estudios y sexo en adultos españoles Grupo
Media
Dt
N
Superiores Total
4,04 3,24 2,74 3,29
2,58 2,29 2,24 2,41
316 447 394 1.157
Primarios mujeres Primarios varones
3,84 4,35
2,63 2,47
192 124
Bach. mujeres Bach. varones
3,19 3,3
2,29 2,29
220 227
Super. mujeres Super. varones
3,07 2,34
2,39 1,97
217 177
Total mujeres Total varones
3,35 3,22
2,45 2,36
629 528
Primarios
Impresión negativa (IN) incluye 10 ítems, con el propósito de identificar a las personas cuyas respuestas están asocia das con una percepción negativa genera lizada de sí mismas. Los ítems que com ponen la escala forman parte del conjun to de ítems del inventario.
Como en el caso de IP, Millón (1994) encuentra que el porcentaje de clasifica ciones incorrectas era más elevado en las personas con bajo nivel educativo compa radas con las personas con un nivel edu cativo superior. El punto de corte en el grupo con bajo nivel educativo es igual o superior a 6, mientras que en el grupo con un nivel educativo superior es igual o superior a 5. En la muestra de tipificación españo la también encontramos diferencias en la
Bachillerato y FP
El estudio de la distribución de fre cuencias de la escala IP e IN en la mues tra española adulta sugiere que los pun tos de corte pueden ser establecidos en los valores que aparecen en las tablas 3.8 y 3.9. El punto de corte se ha fijado en una unidad de desviación típica por encima de la medi a tenie ndo en cuenta el nivel de 57
estudios (en IP) y el nivel de estudios y el sexo (en IN), así como la presencia o ausencia de diferencias estadísticamente significativas entre los distintos grupos. Tabla 3.8. Puntos de corte, según nivel de estudios, en Impresión positiva (IP), en ambos sexos Primarios
Secundarios
Superiores
IP>5
IP>4
IP>4
Tabla 3.9. Puntos de corte, según nivel de estudios y sexo, en Impresión negativa (IN) Superiores Primarios
Secundarios
Mujeres
Varones
IN>5
IN>4
IN>4
IN>3
En la muestra universitaria, sus esta dísticos básicos en IP, IN y Cn aparecen en la tabla 3.10. El punto de corte en IP se ha fijado en una puntuación igual o supe rior a 4, y en IN en un valor igual o mayor que 5. Tabla 3.10. Medias y desviaciones típicas en IP, IN y Cn en universitarios Escala IP
Sexo Mujer Varón Total
IN
Mujer Varón Total
Cn
Mujer Varón Total
N
Media
Dt
673 327 1.000 673 327 1.000 673 327 1.000
2,28 2,54 2,37 3,48 3,39 3,45 3,80 3,47 3,69
1,68 1,84 1,74 2,27 2,34 2,29 1,00 1,17 1,07
El cálculo de las puntuaciones directas de IP e IN se hace a partir de las respues tas del sujeto al MIPS. Sin embargo, estos valores no deben tomarse como referente inequívoco de que la persona trata de dar una imagen positiva o negativa de sí misma. Nunca debe concluirse que una puntuación elevada en IN o IP signifique 58
que el sujeto esté simulando sus respues tas. Millón (1994) hace especial hincapié en la IN, pues una puntuación elevada puede deberse a que el sujeto, efectiva mente, trate de dar una imagen más des favorable de sí mismo, pero también pue den obtenerse falsos positivos debido a las características de los ítems y a la pauta de correlaciones de la escala IN con otros instrumentos (especialmente con el Beck Depression Inventory). Según Millón, cuan do una persona obtiene una puntuación muy elevada en IN y existe un motivo para dar una impresión desfavorable, resulta conveniente formular la hipótesis de que la persona evaluada está simulan do una enfermedad, hipótesis que deberá ser confirmada recurriendo a otros proce dimientos de evaluación. Por el contrario, una puntuación muy baja desestimaría la hipótesis de que la persona simule alguna enfermedad. Si no hay ningún motivo para presentar una impresión desfavora ble de uno mismo una puntuación en IN muy elevada (IN > 8, en datos norteame ricanos) puede indicar problemas psicoló gicos que el MIPS no puede precisar. En tal caso es oportuno una evaluación psi cológica exhaustiva con el fin de averi guar la posible existencia de algún tras torno psicológico. Otra posibilidad es que la persona obtenga puntuación alta en IN debido a dificultades de lectura o a la existencia de respuestas al azar. En este caso suele darse una alta puntuación en la escala IN e IP Si esta puntuación alta va acompa ñada de una puntuación inferior a 3 en la escala Cn, se puede confirmar este segun do caso. Tal y como señala el propio Millón (1994) son necesarios más estudios en poblaciones con algún tipo de patología para precisar el alcance y las posibilida des de la escala IN. La escala Consistencia está formada por 5 pares de ítems formulados de dos
modos diferentes (es decir, hay 10 ítems en total) para evaluar el grado de con sistencia en las respuestas del sujeto. La puntuación máxima es 5 y para obtener
esta puntuación, la persona debe contes tar de modo diferente a cada par de ítems, tal y como aparece en la tabla 3.11.
Tabla 3.11. Elementos de la escala Consistencia 138. Disfruto más de las rea lida des cotidiana s que de las fantasías.
87.
Disfruto más de las fantasías que de la realidad cotidiana.
141. No me satisface dejar que las cosas suced an y simplemente contemplarlas.
88.
Me siento satisfecho dejando que las cosas sigan su curso sin intervenir.
164. Los demá s me consider an una persona más afectiva que racional.
116. La gente piensa que soy una persona más racional que afectiva.
175. Conocer gente nuev a es un objetivo importante para mí.
142. No me atrae conocer gente nue va.
178. Mi imaginac ión es superior a mi sentido de la realidad.
117. Mi sentido de la realidad es mejor que mi imaginación.
En la muestra adulta de tipificación española, el 18,3% de las personas obtie ne una puntuación igual o inferior a 2 puntos, mientras que el 81,3% obtiene una puntuación igual o superior a 3 pun tos. En la muestra universitaria de tipifi cación 13,6% de las personas obtiene una puntuación igual o inferior a 2 puntos, mientras que el 86,4% obtiene una pun tuación igual o superior a 3 puntos. Tabla 3.12. Medias y desviaciones típicas en Consistencia, según sexo y nivel de estudios Sexo
Estudios
N
Media
Dt
Mujer
Primarios
192 220 217 629 124 227 177 528 316 447 394 1.157
3,68 3,49 3,68 3,61 3,21 3,50 3,53 3,44 3,50 3,50 3,61 3,54
1,11 1,03 1,04 1,06 1,18 1,08 1,10 1,12 1,16 1,05 1,07 1,09
Bach./FP Superiores Total Varón
Primarios
Bach./FP Superior Total Total
Primarios
Bach./FP Superiores Total
Dados los datos obtenidos, el punto de corte para la escala Cn puede situarse en una puntuación inferior a 3 tanto para
adultos como para universitarios tal y como aparece en la tabla 3.12. 3.2.2. El índice de ajuste
El MIPS incorpora un índice de ajuste elaborado por Millón "a partir de funda mentos teóricos" (Millón, 1994), y que tiene la utilidad de indicar el grado de adaptabilidad de la persona en relación con su grupo de referencia. El autor reali za un estudio aplicado para la selección de militares en el que utiliza el índice de ajus te junto con otros criterios de validez (Cuestionario sobre historia de vida, Inventario de síntomas, NEO, MMPI-2 y entrevista clínica). En este estudio, se demuestra su utilidad práctica como crite rio de selección para el servicio militar, pues permite diferenciar a los sujetos aptos/no aptos para esa actividad. Millón establece el punto de corte en el valor 35 en puntuación, para indicar que aquellas personas por debajo de esta puntuación mostrarían problemas en su adaptación al servicio militar. Antes de calcular el índice de ajuste deben obtenerse las puntuaciones de prevalencia del sujeto en las escalas e incluir 59
esos valores en la fórmula descrita más abajo. En la primera parte de la ecuación se sitúan Expansión, Sociabilidad, Deci sión, Conformismo, Dominio y Aquies cencia. A Expansión le asigna el doble del peso que al resto de las escalas. En el lado negativo de la ecuación quedan los valores en las escalas Preservación, Retraimiento, Indecisión, Discrepancia, Sumisión y Descontento, y a Preservación le asigna un peso doble que a las demás. Como puede apreciarse, Millón calcu la el balance entre la bipolaridad denomi nada existencia (placer/dolor), y conside ra, además, las escalas que forman parte del área de Comportamientos interperso nales. índice de ajuste {lA+[(8B+9B+10B+llB+12B)/5]}/2 {lB+[(8A+9A+10A+llA+12A)/5]}/2 En esta fórmula deben aplicarse las puntuaciones de prevalencia y no las pun tuaciones directas. El resultado de la fór mula se transforma a puntuaciones típicas utilizando la media y desviación típica del grupo normativo. El cálculo del índice de ajuste con la versión española se ejemplifi ca en el capítulo 7 de este Manual. 3.2.3. Las puntuaciones de prevalencia 2
Las puntuaciones de prevalencia (PP) del MIPS representan un aspecto bastan te novedoso dentro del estudio y medi ción de la personalidad. Como argumen ta el autor (Millón, 1994), es preferible su utilización, porque reflejan las diferencias de una forma mucho más precisa que las puntuaciones T; éstas imponen una regla estadística, que no siempre refleja lo que sucede realmente en la población. Es decir, la interpretación de las puntuacio nes T nos lleva a asumir por definición, 2
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una distribución normal en la que la mitad de la población posee un rasgo o característica y la otra mitad no lo posee. De manera que, si nos trasladamos a un ejemplo concreto, es obvio que no pode mos asumir que la mitad de la población sea introvertida o extravertida. En este sentido, sabemos que las variables de personalidad no necesariamente siguen una distribución normal. ¿Cuál sería entonces la contribución de las puntuaciones de prevalencia (PP) al estudio de la personalidad? El uso de estas puntuaciones se justifica porque nos hace ganar precisión a la hora de medir y de conocer empíricamente lo que real mente sucede en la población. Para interpretar una PP, se hace nece sario revisar el concepto de tasa de preva lencia, utilizado comúnmente en los estu dios epidemiológicos para el estudio de características psicológicas y psicopatológicas en distintas poblaciones. En el estu dio del MIPS se utiliza adaptado a las necesidades psicométricas dentro de su fase de validación. Mediante una tasa de prevalencia medimos el número de personas con un rasgo o característica determinada (p. ej., Individualidad, Innovación...), en una determinada población (p. ej., adolescen tes, adultos; varones, mujeres; españoles, argentinos...), y durante un periodo de tiempo específico (p. ej., día, mes,... de un determinado año). Es decir, se mide el número de perso nas que ya tienen ese rasgo o característi ca en la población. No se cuentan quienes puedan tenerlo o vayan a tenerlo, sino sólo a aquellos que ya lo tienen en el momento en que se mide. Este es un aspecto metodológico importante en los estudios epidemiológicos y que sigue
Este apa rta do ha sido elab orad o por María Tejerina, de la Univer sidad de Murcia. Ella es tambié n la autora del métod o para calcular las puntuaciones de prevalencia en población española; los cálculos de las tablas que aparecen en el Apéndice A han sido realizados por María Tejerina Arreal y Juan Francisco Díaz Morales.
siendo importante cuando se adapta a su aplicación psicométrica, como ya se comentará más adelante. Pero para calcular la prevalencia de esos rasgos en una muestra determinada (p. ej., estudiantes universitarios españo les), es necesario conocer la prevalencia de esos rasgos en la población general de donde se ha extraído la muestra. Y es a par tir de aquí, donde después se pueden pro poner análisis posteriores, para conocer la posición que ocupa una persona en un determinado rasgo o característica (p. ej., extraversión), o en comparación con otras personas dentro de un grupo determinado de rasgos (p. ej., el estilo cognitivo). Desde este marco metodológico, debe mos puntualizar que para calcular las tasas de prevalencia en población general, siempre necesitamos criterios que nos definan qué es un caso (si estudiamos aspectos psicopatológicos), un suceso o un rasgo psicológico a contabilizar. De forma que, por ejemplo, para definir como clíni co un caso en la población general conta mos con los criterios diagnósticos tipo DSM-IV o CIE-10 (American Psychiatric Association, 1994; Organización Mundial de la Salud, 1992). En la validación del MIPS en pobla ción española no disponíamos de este tipo de criterios, ni de otro tipo de referente, puesto que era la primera vez que aplicá bamos el test en español a las muestras españolas. Es decir, no disponíamos de las tasas de prevalencia en la población espa ñola de los rasgos o características de per sonalidad que mide el MIPS. Este hecho, en una primera etapa de validación, nos hizo inclinarnos a favor de la comparación de nuestros resultados con los obtenidos en el estudio original del MIPS en población norteamericana y adoptamos las tasas de prevalencia de la población general U.S.A en cada una de las escalas del MIPS. Esas tasas se obtu
vieron mediante numerosos estudios y diferentes muestras no clínicas (Millón, 1982; 1987c; Millón, Green y Meagher, 1982a; 1982b; Myers y McCaully, 1985). Esta decisión ha sido tomada también en otros países donde se ha llevado a cabo la adap taci ón del MIPS, como Suiza, Alemania y Dinamarca (Millón, 1999). Desde esta posición, asumimos las limitaciones que esta decisión conlleva, pero que se justifican por las limitaciones psicométricas que, a su vez, casi todos los instrumentos de medida deben enfrentar cuando se utilizan en diferentes contextos socio-culturales (Cohén, 1999). Es decir, no podíamos asegurar que los ítems de cada escala se comportaban de igual forma en la cultura original donde fue validado como en la nuestra, para haber sacado nuestras propias PP mediante las respuestas de la muestra española. O lo que sería lo mismo en tér minos psicométricos, no podíamos asegu rar que todos los ítems de cada escala correlacionaban en la misma magnitud en la población USA y en la española. Para ello, era necesario que previamente hicié ramos una revisión de los ítems en espa ñol y de su funcionamiento en la muestra española, así como que evaluáramos si la traducción directa e inversa del MIPS, nos aseguraba que el que responde, se identi fica con el contenido de cada ítem de manera similar en contextos socioculturales diferentes, como es el nuestro, en com paración con el norteamericano. Estas puntualizaciones intentan poner de manifiesto la importante rela ción que existe entre la prevalencia y la validez. Si tenemos un instrumento váli do, que mide con precisión lo que intenta medir, ésto influirá en la obtención de una mayor o menor prevalencia de los rasgos medidos. De ahí, se puede deducir que calcular las puntuaciones de preva lencia en un instrumento de medida de 61
las características de personalidad es una tarea ardua y complicada y que el MIPS no está exento de ello. Sin embargo, pen samos que las ventajas superan con cre ces estas dificultades, a la hora de ofrecer una mayor precisión y conocimiento de las diferencias en el estudio de la perso nalidad, en todas las comparaciones pos teriores que hagamos en distintos tipos de poblaciones. Cómo se interpretan las puntuaciones de prevalencia en el MIPS
Las puntuaciones de prevalencia (PP) tienen un rango que va de 0 a 100, ya que una tasa de prevalencia es un tipo de pro porción. Ahora bien, el sistema de estas puntuaciones se diseñó en origen, de manera que la proporción de individuos con una PP igual o superior a 50 en cada escala, se acercará a la prevalencia en la población general de aquellos individuos que poseen el rasgo. De esta forma, el punto de referencia para interpretar la puntuación de un perfil es siempre una PP de 50. Es decir, un indi viduo que obtiene puntuaciones iguales o superiores a una PP de 50 en cualquiera de las escalas del MIPS se clasifica como miembro de ese grupo de rasgos o caracte rísticas definido por cada una de las esca las. De la misma manera, las puntuaci ones de prevalencia inferiores a 50, clasificarían a un individuo como no miembro de un determinado grupo de rasgos definido por una determinada escala. A parti r de aquí, la secuencia de inter pretación procede de la forma que se indica a continuación. Una vez que los individuos han sido clasificados como miembros o no miembros de determina dos grupos de rasgos (escalas), las pun tuaciones de los perfiles se interpretan en función de la distancia a una PP de 50. De forma que las puntuaciones por encima de una PP de 50 indicarían una posición 62
más alta dentro de un determinado grupo de rasgos o dimensión subyacente, medi da por la escala. Es decir, los individuos que puntúan más alto, tienen más posibilidades (probabilidad) de poseer el rasgo medido por la escala en un mayor grado, y de mostrar ese rasgo con una mayor frecuencia e intensidad que los individuos que puntúan mas bajo, aunque también sean del mismo grupo de rasgos. De manera que si nos trasladamos a un ejemplo concreto, podríamos encon trar dos personas que tienen PP de 50 y de 69 respectivamente en la escala de Intuición. Ambos serían clasificados como intuitivos, pero la persona con una PP de 69 sería más intuitiva que la perso na con una PP de 50. Sin embargo, debemos subrayar que para valorar la intensidad y frecuencia con la que una persona puede mostrar un rasgo, también se hace necesario valorar la puntuación obtenida en el otro polo de la escala. Así, por ejemplo, si encontra mos dos personas que tienen una misma PP de 60 en la escala de Decisión, pode mos deducir que pueden mostrar diferen tes frecuencias e intensidad en la conduc ta de Decisión, en función de cuál haya sido su PP en la escala de Indecisión. Si la PP en la escala de Indecisión ha sido baja (más baja de una PP de 40) podemos pen sar que la conducta de Decisión se rela ciona más con el estilo del individuo. Pero si ambas PP compiten, en sus res pectivos polos de la escala, es decir, la persona tiene una PP de 60 en Decisión y una PP de 50 en Indecisión, la persona pue de mostrar un balance aproxima do en estos estilos que compiten entre sí, dependiendo de las demandas de la situación. Aunque, siguiendo al autor (Millón, 1994) pensamos que la preferen cia sería la de mostrar un estilo firme, cuando las exigencias de la situación fue ran ambiguas o menos claras.
De otra manera, este sistema de pun tuaciones de prevalencia se diseñó para que también estuviera relacionado con los centiles en la población. Esta relación entre las PP y los centiles se muestran en la tabla 3.13. Tabla 3.13. Relación teórica entre las PP y los centiles en miembros y no miembros de cada una de las escalas Miembros PP Centil
69 50
89 84
100 99
No miembros PP Centil
0 1
9 16
29 50
Debemos puntualizar, no obstante, que dentro de este sistema de relaciones entre PP y centiles, una puntuación de prevalencia de 69 en cualquier escala, se sitúa en la mediana o centil 50 de aquellos individuos clasificados como miembros de ese grupo de rasgo medido por cada una de las escalas del MIPS. Esta distin ción es importante, porque una PP de 69 no es el centil 50 de la población. A cam bio, sí es el centil 50 de aquella parte de la población clasificada como miembros de ese grupo de rasgo. De la misma manera, una PP de 29 en cualquier escala del MIPS es la mediana o centil 50 de aquellos indivi duos que no son miembros de ese grupo de rasgo que ha sido medi do.
Transformación de las puntuaciones directas a puntuaciones de prevalencia
La transformación y asignación de las puntuaciones directas del MIPS a pun tuaciones de prevalencia se ha realizado mediante la distribución de centiles desa rrollados a partir de las puntuaciones típicas "z" asociadas a cada puntuación directa en el test.
Esta transformación mediante centi les asegura la forma general de la distri bución y permite que todas las escalas del MIPS tengan una puntuación asociada a su correspondiente rango de centiles. La asignación de las PP a las puntua ciones directas del MIPS se realizó por el procedimiento de calcular siete posicio nes o puntos de prevalencia (0, 9, 29, 49, 69, 89, y 100) en cada una de las escalas del MIPS en la muestra combinada de varones y mujeres en dos tipos de pobla ción: adultos y universitarios. Entre los intervalos de cada una de las siete posi ciones, la asignación de las PP a las pun tuaciones directas se realizó, teniendo en cuenta el número de puntuaciones direc tas en cada intervalo, y la inclinación o pendiente de la distribución. El capítulo 7 muestra las puntuaciones de prevalencia (PP) en población española equivalentes a las puntuaciones directas en el grupo total (varones y mujeres) de adultos y en los de cada sexo, así como en el grupo de universitarios (muestra conjunta de varo nes y mujeres) y en los de cada sexo, en cada una de las escalas que componen el MIPS. En el capítulo 6 aparecen estas puntuaciones para otras poblaciones de habla hispana.
Resultados obtenidos en adultos y universitarios españoles
En los dos tipos de muestra, tanto en la de adultos como en la de universi tarios, calculamos los porcentajes de aquellos que obtuvieron una PP mayor o igual a 50 en cada una de las escalas y comparamos nuestros resultados con los obtenidos en el estudio original nor teamericano. Como se puede observar en las tablas 3.15 y 3.16, los datos son bastante comparables o similares en los dos tipos de población: adultos y uni versitarios.
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Tabla 3.14. Porcentajes obtenidos en las escalas con una PP > 50 en la muestra española Univer. mujeres 81,9 20,1 43,2 54,8 40,4 62,9 65,4 36,1 43,1 53,3 40,0 56,5 43,5 52,7 29,9 72,5 33,9 51,9 47,4 59,1 33,6 25,9 30,5 73,3
Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Univer. varones 81,0 24,2 62,7 34,6 64,2 38,8 53,5 45,0 68,8 27,2 67,0 33,3 52,6 40,7 40,7 56,6 28,7 70,9 59,0 37,0 29,0 64,0 47,0 53,2
Adultos mujeres 73,3 26,4 44,2 55,2 40,4 65,3 53,7 46,8 59,6 40,7 27,2 71,5 49,5 34,2 42,3 60,8 41,4 44,8 26,6 59,4 37,6 27,5 38,4 75,0
Adultos varones 80,2 23,8 61,2 38,3 71,2 38,1 49,7 45,7 67,8 30,0 66,7 35,5 50,3 37,7 47,9 54,2 34,9 65,2 37,7 48,0 31,8 55,6 36,0 58,0
Univer. total 81,6 22,4 53,1 41,2 52,8 55,4 58,5 40,6 55,4 40,9 54,2 46,0 47,3 47,7 35,1 66,0 30,4 62,0 55,5 45,7 30,0 47,4 36,5 60,7
Adultos total 79,1 22,9 52,4 47,2 54,7 50,8 49,8 46,3 62,6 35,6 47,4 51,7 50,8 37,4 44,8 55,7 39,3 54,3 31,7 51,8 36,6 40,6 37,3 67,2
Nota. Universitarios españoles: N = 1.000 (673 mujeres y 327 varones). Adultos españoles N = 1.184 (643 mujeres y 541 varones)
Tabla 3.15. Porcentajes obtenidos en las escalas con una PP < 50 Escalas
1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación. 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Univer. Univer. Población USA españoles USA
81,6 22,4 53,1 41,2 52,8 55,4 58,5 40,6 55,4 40,9 54,2 46,0 47,3 47,7 35,1 66,0 30,4 62,0 55,5 45,7 30,1 47,4 36,5 60,7
79,1 21,4 56,5 40,4 48,9 54,4 62,8 36,5 54,8 45,6 48,7 49,7 51,6 46,8 30,7 64,2 38,7 63,0 47,9 51,4 28,6 49,6 39,4 59,7
80,0 20,0 55,0 45,0 52,5 52,5 60,0 40,0 55,0 45,0 52,5 47,5 50,0 50,0 35,0 65,0 32,5 62,5 52,5 52,5 32,5 52,5 42,5 60,0
Nota. Universitarios USA: N = 1.600 Adultos USA = 1.000
Tabla 3.16. Porcentajes obtenidos en las escalas con un a PP > 50 Escalas
1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Adultos Adultos Población USA españoles USA 79,1 22,9 52,4 47,2 54,7 50,8 49,8 46,3 62,6 35,6 47,4 51,7 50,8 37,4 44,8 55,7 39,3 54,3 31,7 51,8 36,6 40,6 37,3 67,2
77,7 23,2 62,2 34,6 51,2 54,2 65,6 34,4 60,3 37,6 47,2 54,5 58,0 44,7 32,2 63,9 28,5 62,3 29,2 61,5 28,4 45,1 32,7 60,7
78,0 22,0 60,0 40,0 52,5 52,5 62,5 37,5 60,0 40,0 47,5 52,5 55,0 45,0 35,0 65,0 32,5 62,5 32,5 57,5 32,5 47,5 35,0 60,0
Como todas las escalas están construi das de forma bipolar quisimos evaluar el porcentaje de la población que había obte nido una PP más alta en cada uno de los polos de cada escala. De esta manera, por ejemplo, podíamos dar respuesta a la pre gunta: ¿Qué porcentaje de personas en la muestra de adultos españoles obtuvo una PP más alta en Sumisión que en Dominio? Esta evaluación se realizó mediante las siguientes estimaciones: las PP de cada suje to en una escala se sustrajeron de las PP del mismo sujeto en la escala opuesta. Entonces se calculó el porcentaje de la muestra que puntuó más alto en una polaridad u otra. Los resultados de estas estimaciones se pre sentan en la tablas 3.17,3.18 y 3.19. Como conclusión, quisiéramos señalar que debemos ubicar el sistema de puntua ciones de prevalencia en la medida de la per sonalidad en la sinergia de las orientaciones dimensionales y categóricas (Millón, 1994).
Como sabemos los modelos categóri cos distribuyen a los individuos en dife rentes grupos de clasificación, mientras que los modelos dimensionales estiman la cantidad o intensidad de rasgo que un individuo posee. Desde esta perspectiva, las puntuaciones de prevalencia actúan como un nexo entre ambas orientaciones, para darles una interpretación consisten te, con un contenido preciso y que refleje lo que realmente está ocurriendo en la población, y de manera que esta informa ción pueda ser útil tanto para el investi gador como para el profesional. Este sistema de puntuaciones de pre valencia por otra parte, resulta muy inno vador porque hasta ahora no había sido utilizado por ningún otro test de perso nalid ad y, como ya hemo s comentado sus ventajas, conviene también informar de ciertas consideraciones a tener en cuenta a modo de cautela en las interpretaciones.
Tabla 3.17. Porcentajes de la población española que puntuaron más altos en cada par de escalas Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Indi vidualida d 3B. Protección 4A. Extra versión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiesce ncia
Univer. mujeres 79,5 20,5 46,8 53,2 39,6 60,4 63,3 36,7 45,5 54,5 41,8 58,2 48,0 52,0 29,0 71,0 42,0 58,0 42,7 57,3 55,7 44,3 28,0 72,0
Univer. varones 76,5 23,5 61,8 38,2 62,3 37,7 55,0 45,0 68,5 31,5 67,9 32,1 54,4 45,6 43,7 56,3 32,7 67,3 59,6 40,4 32,7 67,3 45,0 55,0
Univer, total 78,4 21,6 57,2 42,8 48,0 52,0 58,7 41,3 56,2 43,8 54,7 45,3 50,0 50,0 36,2 63,8 36,0 64,0 53,7 46,3 45,0 55,0 37,0 63,0
Adultos mujeres 73,0 27,0 44,0 56,0 36,7 63,3 52,0 48,0 60,5 39,5 29,4 70,6 58,6 41,4 47,0 53,0 49,0 51,0 34,8 65,2 59,3 40,7 32,8 67,2
Adultos varones 78,2 21,8 60,0 40,0 64,5 35,5 50,8 49,2 67,0 33,0 64,5 35,5 58,0 42,0 50,0 50,0 36,0 64,0 45,8 54,2 41,2 58,8 41,2 58,8
Adultos total 76,7 23,3 50,5 49,5 49,7 50,3 49,9 50,1 64,4 35,6 49,7 50,3 58,6 41,4 48,0 53,0 43,6 56,4 40,4 59,6 50,8 49,2 36,4 63,6
Nota. Universitarios españoles: N = 1.000 (673 mujeres y 327 varones). Adultos españoles N = 1.184 (643 mujeres y 541 varones)
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Tabla 3.18. Porcentajes de la población española de adultos que puntuaron más alto en cada par de las escalas en comparación con la población adulta norteamericana Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación. 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
España mujeres 73,0 27,0 44,0 56,0 36,7 63,3 52,0 48,0 60,5 39,5 29,4 70,6 58,6 41,4 47,0 53,0 49,0 51,0 34,8 65,2 59,3 40,7 32,8 67,2
USA mujeres 74,0 26,0 58,2 41,8 33,8 66,2 69,6 30,4 58,0 42,0 31,2 68,8 55,6 44,4 28,4 71,6 39,0 61,0 28,0 72,0 50,8 49,2 31,4 68,6
España varones 78,2 21,8 60,0 40,0 64,5 35,5 50,8 49,2 67,0 33,0 64,5 35,5 58,0 42,0 50,0 50,0 36,0 64,0 45,8 54,2 41,2 58,8 41,2 58,8
USA varones 78,4 21,6 67,4 32,6 58,4 41,6 62,0 38,0 65,4 34,6 63,6 36,4 56,8 43,2 39,6 60,4 30,4 69,6 40,4 59,6 34,2 65,8 40,2 59,8
España total 76,7 23,3 50,5 49,5 49,7 50,3 49,9 50,1 64,4 35,6 49,7 50,3 58,6 41,4 48,0 53,0 43,6 56,4 40,4 59,6 50,8 49,2 36,4 63,6
USA total 74,7 25,3 62,8 37,2 47,4 52,5 65,8 34,2 53,2 46,8 47,2 52,8 50,0 50,0 34,8 65,2 33,7 66,3 46,4 53,6 38,7 61,3 39,1 60,9
Nota. Adultos USA: N = 1.000 (500 mujeres y 500 varones). Adultos españoles N = 1.184 (643 mujeres y 541 varones)
Tabla 3.19. Porcentajes de la población española de universitarios que puntuaron más alto en cada par de las escalas en comparación con la población universitaria norteamericana Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
España mujeres 79,5 20,5 46,8 53,2 39,6 60,4 63,3 36,7 45,5 54,5 41,8 58,2 48,0 52,0 29,0 71,0 42,0 58,0 42,7 57,3 55,7 44,3 28,0 72,0
USA mujeres 79,4 25,1 50,1 49,9 36,1 63,9 66,4 33,6 46,5 53,5 37,9 62,1 47,3 52,8 31,8 68,3 38,0 62,0 37,1 62,9 48,0 52,0 32,1 67,9
España varones 76,5 23,5 61,8 38,2 62,3 37,7 55,0 45,0 68,5 31,5 67,9 32,1 54,4 45,6 43,7 56,3 32,7 67,3 59,6 40,4 32,7 67,3 45,0 55,0
USA varones 77,3 22,7 64,6 35,4 59,3 40,7 58,6 41,4 59,3 40,7 60,9 39,1 55,3 44,7 37,6 62,4 31,1 68,9 56,4 43,6 28,9 71,1 48,0 52,0
España total 78,4 21,6 57,2 42,8 48,0 52,0 58,7 41,3 56,2 43,8 54,7 45,3 50,0 50,0 36,2 63,8 36,0 64,0 53,7 46,3 45,0 55,0 37,0 63,0
USA total 77,5 22,5 57,3 42,7 46,4 53,6 62,6 37,4 53,2 46,8 47,2 52,8 50,0 50,0 34,8 65,2 33,7 66,3 46,4 53,6 38,7 61,3 39,1 60,9
Nota. Universitarios USA: N = 1.600 (800 mujeres y 800 varones). Universitarios españoles N = 1.000 (673 mujeres y 327 varones)
66
Como ya comentamos en la introduc ción de este apartado, el calcular puntua ciones de prevalencia conlleva conocer las tasas de prevalencia en la población general de donde se extrae la muestra con el fin de conocer, desde el mundo real, qué posición ocupa el individuo estudia do en un determinado rasgo. Ahora bien, como ya comentamos, nosotros realizamos las comparaciones de nuestras muestras españolas con las tasas de prevalencia de la población general nor teamericana, específicas de adultos y uni versitarios, y que datan de los años com prendidos entre 1982 y 1985. Confiamos que en un futuro podamos estar en posi ción de calcular nuestras propias tasas de prevalencia en población española tras la utilización del MIPS en una variedad de muestras españolas; mientras tanto, debe mos apuntar cierta cautela en la interpreta ción de los resultados en dos aspectos. El primero tiene que ver con la simili tud de las poblaciones comparadas; no podemos estar completamente seguros de la equivalencia total entre la población general española y norteamericana, aun que los resultados no señalen grandes discrepancias y sean bastante compara-
bles, tal vez por el hecho de compartir la cultura occidental. El segundo aspecto de cautela estaría relacionado con el tiempo. Como ya apuntábamos las tasas de prevalencia nos ofrecen información de los rasgos de personalidad cuando los medimos en un tiempo determinado. Desconocemos la estabilidad de las variables de personali dad en el tiempo en la población general, porque no hay estudios realizados a este respecto para que podamos sacar conclu siones. No podemos saber si los patrones de cambio pueden darse cada cinco, diez años..., o son estables. Pero sí podemos deducir que algunas variables de perso nalidad puedan estar más sujetas a cam bios que otras, y que, a su vez, estos posi bles cambios puedan darse más en deter minados grupos de población (p. ej., ado lescentes frente a adultos). Esperamos que más investigación en este área con tribuya a hacer un mejor uso de nuestras estimaciones en un futuro próximo. Las puntaciones de prevalencia para población española se encuentran en el capítulo 7 y para las poblaciones argenti na, mexicana y peruana, en el capítulo 5 de este Manual.
3.3. ADAPTACIÓN ESPAÑOLA DEL MIPS El proceso de adaptaci ón española del MIPS ha sido un proceso largo y comple jo, que ha implicado la colaboración de un grupo importante de personas, algunas de las cuales serán citadas a lo largo de éste y otros capítulos; otras han formado parte de los distintos grupos (bien de expertos, bien de "población general"), que, amablemente, nos han permitido dis poner de parte de su tiempo y que siem pre nos han brindado opiniones valiosas. En primer lugar, se realizó la traduc ción directa. Con esta primera versión 3
experimental del Inventario se realizó una primera aplicación piloto, donde se preguntaba a los sujetos por sus posibles dificultades de comprensión y se les pedía su opinión sobre la corrección lin güística de todos y cada uno de los ítems. En segundo lugar, Patricia Arellano Escalera, traductora, realizó la traducción inversa. Esta segunda versión experimen tal fue sometida a la opinión de un grupo de expertos, psicólogos con experiencia en pruebas psicológicas 3.
Agradecemos especialmente a Nicolás Seisdedos, de TEA Ediciones, su revisión cuidadosa de los términos lingüísticos y psicológicos de la primera versión, así como sus comentarios y sugerencias.
67
Con los comentarios hechos por este grupo, se tuvieron varias reuniones con la traductora para llegar a acuerdos sobre la redacción definitiva. Para lle gar a ella, se fijaron una serie de crite rios: •
Que fuera fiel lingüísticamente al ori ginal inglés. • Que tuviera sentido psicológico. • Que fuera comprendid o y estuviera redactado en un español correcto. • Que respetara el mode lo teórico de personalidad. Por ejemplo, algunos juicios contenidos en algunos ítems podrían ser considerados a primera vista como excesivamente tajantes, puesto que incluyen expresiones como "siempre", "nunca", etc. La razón de su permanencia es que, ade más de que estaban así redactados en el idioma original, en todos los casos
se trataba de ítems prototípicos (que tenían un peso de tres puntos en la escala correspondiente), o bien perte necían a las escalas de control (IP e IN) por lo que era fundamental que fueran tajantes (p. ej., los ítems 2, 10, 29,31 ,32, 35, 37, 64, 74, 77, 81, 98,109, 120,131,163 y 169) Hay también un cierto número de ítems que incluyen dos afirmaciones (p. ej., los ítems 1, 28 y 79). Se trata también de ítems prototípicos, que sólo reciben la puntuación correspondiente si el sujeto está de acuerdo, precisamente, con las dos afirmaciones a la vez. Una vez logrado el consenso con la traductora, se llegó a la redacción defini tiva del protocolo y se realizó una segun da aplicación piloto para comprobar su funcionamiento práctico.
3.4. DESCRIPCIÓN DE LAS MUESTRAS NORMATIVAS ESPAÑOLAS La validación y baremación definitiva del MIPS ha sido realizada mediante la aplicación del Inventario a una amplia muestra representativa de la población adulta y universitaria española. Está for mada por un total de 5.053 casos (adultos y universitarios), con el objetivo de constituir un fondo de protocolos lo suficientemente amplio y heterogéneo del cual seleccionar las muestras utilizadas para la tipificación.
rios) y estudiantes universitarios. La muestra adulta está formada por 1.184 casos y la muestra universitaria por 1.000 estudiantes. A continuación se describen las características demográficas de estas muestras y los estadísticos básicos para de las escalas.
El proceso de recogida de datos se realizó de dos modos: a) aplicación direc ta o in situ del inventario, es decir, la eva luación tenía lugar en el lugar del trabajo, de estudio, etc. y b) aplicación a través de terceras personas entrenadas en la eva luación psicológica.
Los 1.184 casos tiene un rango de edad entre los 18 y 65 años, pertenecen a diferentes comunidades autónomas y presentan diferentes niveles de estudios y profesión. Como puede apreciarse en la tabla 3.20 la proporción de varones y mujeres está equiparada en torno al 50%, tal y como aparece en la población espa ñola (tabla 3.23). La distribución según el sexo en la muestra adulta española está formada por 643 (54,3%) mujeres y 541 (45,7%) varones.
*
Se seleccionaron dos muestras, la muestra de personas adultas de pobla ción general (es decir, que no se encon traban realizando estudios universita68
3.4.1. Muestra adulta
Tabla 3.20. Distribución de los adultos por sexo Grupo Mujeres Varones
Porcentaje 54,31
Tabla 3.23. Distribución (en porcentaje) de la población española en cuatro grupos de edad (INE, 2001) Grupo 18-29
45,69
30-39
La media en edad de estos adultos es de 37,65 (Dt=ll,90). La distribución según cuatro grupos de edad aparece en la tabla 3.21. La media en edad de las mujeres es de 37,2 (Dt=ll,36) y la de los varones de 38,18 (Dt=12,50); la diferencia de medias no es estadísticamente signifi cativa (t ii82 = 1,40; n.s.). Tabla 3.21. Disbribución de los adultos por grupos de edad Grupo 18-29 30-39 40-49
50-65
Porcentaje 35,14 16,3
40-49 50-65
Mujeres 29,56 23,94
19,82 26,69
Varones 30,78 24,17 19,76 25,3
Total 30,17 24,05
19,79 25,99
Fuente: Servidor web del INE. www.ine.es
Tabla 3.24. Media de edad en cada grupo de edad en la muestra adulta española Grupo 18-29
Mujeres 24,23
30-39 40-49
33,78
50-65 Total
44,30 53,73 37,20
Varones 24,46 33,79
45,20 54,12 38,10
Total 24,34 33,79
44,70 53,94 37,60
28,29
20,27
La distribución según cuatro grupos de edad y sexo se muestra en la tabla 3.22. En la tabla 3.23 aparece la distribución de la población española (INE, 2001). Como puede apreciarse se ha tratado de mante ner la proporción de personas en los dife rentes grupos de edad según la población española general. Sin embargo, los grupos de 30-39 y 40-50 están ligeramente infrarrepresentados y sobrerrepresentados, respectivamente, respecto a los otros gru pos de edad. La media de edad en cada uno de los cuatro grupos de edad en la muestra española aparece en la tabla 3.24. Tabla 3.22. Distribución (en porcentaje) de los adultos por el grupo de edad y el sexo Grupo 18-29
Mujeres 32,97
30-39 40-49 50-65
20,22 29,55
Varones 37,71 11,65 26,8
17,26
23,84
Total 35,14 16,3 28,29 20,27
Respecto al nivel de estudios, existen tres grupos, estudios primarios, estudios secundarios (Bachillerato, Formación Profesional, etc.) y estudios superiores (Diplomatura, Licenciatura, etc). Su dis tribución aparece en la tabla 3.25. En la muestra, 27 sujetos no indicaron este dato.
Tabla 3.25. Distribución de los adultos por nivel de estudios Nivel Primarios Bachiller/FP Superiores
Porcentaje 27,31 38,63 34,05
En la tabla 3.26 aparece la distribu ción según su profesión, siguiendo los criterios elaborados por Fernández Garrido (2000). 69
Tabla 3.26. Distribución de los adultos por profesión Profesión Administración Arte Asistencia sanitaria Comercial Comunicación Construcción Consultaría Docencia Empresario Estética Estudiante Fuerzas del orden Funcionario Hostelería Industria Informática Ingeniería Labores del hogar Mantenimiento Medio ambiente Parado Reparación Transporte Otras situaciones Total
Porcentaje 10,5 2,1 14,1 8,1 1,1 3,5 2,3 8,3 3,5 2,3 0,7 0,7 5,7 2,6 2,2 1,7 1,9 12,6 2,4 0,6 2,7 1,4 2,6 2,4 96
En la tabla 3.27 aparece la distribu ción por comunidad autónoma o lugar de residencia de la muestra adulta. Tabla 3.27. Distribución de los adultos por Comunidad autónoma Comunidad Madrid Comunidad valenciana Cataluña Murcia Andalucía País vasco Islas Canarias Galicia
Porcentaje 42,11 10,55 9,43 7,55 5,32 7,80 11,58 5,66
En resumen, las características de la muestra adulta nos permiten garantizar una suficiente heterogeneidad en cuando al número de personas que la componen, sexo, edad, nivel de estudios, categoría profesional y lugar de residencia como
70
para adoptarla como una muestra "repre sentativa" de la población española. Sus estadísticos básicos en cada una de las escalas aparecen en el Apéndice A. 3.4.2. Muestra universitaria
La población universitaria española está representada por una muestra de 1.000 casos, con edades entre 18 y 40 años pertenecientes a diferentes universida des. En la recogida de datos han colabo rado numerosas personas de modo desin teresado. En la muestra hay 673 (67,3%) mujeres y 327 (32,7%) varones, tal como aparece en la tabla 3.28. La proporción de mujeres es ligeramente superior a la de los varone s; esto sigue la tende ncia obser vada en los estudiantes matriculados en el curso 1999/2000 de primer y segundo ciclo, tal como presenta la tabla 3.29 (MEC, 2000). Tabla 3.28. Distribución de los universita rios por sexo Sexo Mujer Varón
Porcentaje 67,30 32,70
Tabla 3.29. Distribución de alumnos matriculados en primer y segundo ciclo, curso 1999/2000 Sexo Mujer Varón
Porcentaje 53,16 46,84
Fuente: MEC.
La media en edad es 21,22 años (Dt=2,71). El 92,1% de la muestra tiene una edad comprendida entre los 18-25 años y en el 7,9% restante está entre los 2630 años; en las mujeres la media de edad es 21,14 (Dt= 2,47) y en los varones de 21,38 (Dt= 3,15); la diferencia no es esta dísticamente significativa (t998= 1,30; n.s.).
La distribución de la muestra univer sitaria según la comunidad autónoma de residencia aparece en la tabla 3.30. Tabla 3.30. Distribución de los universita rios por Comunidad Autónoma Comunidad Madrid Comunidad valenciana Cataluña Murcia Andalucía Extremadura Islas Canarias Galicia
Porcentaje 58,79
10,61 6,57 6,06 1,21 6,46 3,84 6,46
En resumen, la muestra universitaria cuenta con un tamaño suficiente, está ligeramente descompensada en cuanto al sexo, pertenece a diferentes comunidades autónomas, y puede considerarse como una muestra lo suficientemente heterogé nea para representar a la población uni versitaria española. Los estadísticos básicos en las escalas, tanto de las muestras totales adulta y uni versitaria como de las de cada uno de los sexos se han trasladado al Apéndice A. Se han calculado en puntuaciones directas, (PD), pero también en puntuaciones de prevalencia (PP). Dichas tablas se han
trasladado a ese Apéndice para evitar aquí una acumulación de páginas sobre cargadas con medias, desviaciones típi cas, etc. En la introducción de ese Apéndice se indican las tablas existentes; las referidas a este apartado son las siguientes: A.l. Estadísticos descriptivos (en PD) en adultos total (N=1.184) A.2. Estadísticos descriptivos (en PD) en mujeres adultas (N=643) A.3. Estadísticos descriptivos (en PD) en varones adultos (N=541) A.4. Estadísticos descriptivos (en PD) en universitarios total (N=1.000) A.5. Estadísticos descriptivos (en PD) en mujeres universitarias (N=673) A.6. Estadísticos descriptivos (en PD) en varones universitarios (N=327) A.7. Estadísticos descriptivos (en PP según total) en adultos total (N=1.184), mujeres (N=643) y varones (N=327) A.8. Estadísticos descriptivos (en PP según sexo) en adultos mujeres (N=673) y varones (N=541) A.9. Estadísticos descriptivos (en PP según total) en universitarios total (N=1.000), mujeres (N=673) y varones (M=327) A. 10. Estadísticos descriptivos (en PP según sexo) en mujeres universitarias (N=673) y varones universitarios (N=327)
3.5. CONCLUSIONES En este capítulo se han presentado algunas de las características principales del MIPS, el proceso de construcción ori ginal, la adaptación española y la descrip ción de las muestras normativas (adulta y universitaria). Se ha intentado reflejar que el proceso de adaptación del MIPS cum ple con todas las directrices establecidas por la Comisión Internacional de Test (ITC); las directrices relacionadas con la fiabilidad y validez serán tratadas en los capítulos 4 y 5.
Una de esas características principa les es que está basado en un modelo teó rico de la personalidad y por ello es imprescindible conocer la teoría para comprender cómo está construido y poder utilizarlo adecuadamente. La adaptación española no ha sido un proce so sencillo ni simple. La articulación entre las directrices propiamente lingüísticas y la consideración del significado de los elementos dentro de cada escala ha sido el objetivo principal durante el proceso.
71
4. FIABILIDAD Y VALIDEZ Tanto en el capítulo 3 como en este capítulo, que tratan de la traducción y adaptación del MIPS a población de habla española, se ha seguido el modelo estan darizado de evaluación de tests (CET) que ha diseñado la Comisión de Tests del Colegio Oficial de Psicólogos (COP); la primera finalidad del CET es la de revisar los tests empleados en nuestro país, al objeto de informar a los usuarios sobre su calidad técnica. Pero, como se recoge en Prieto y Muñiz (2000), los autores conside ran que el sistema de evaluación y los cri terios seguidos son susceptibles de gene rar un beneficio colateral añadido, en el sentido de permitir que los autores de tests puedan proponerse cumplir los estánda res de calidad que han de poseer las nue vas pruebas que aparezcan en el mercado. El CET ha sido diseñado para analizar fundamentalmente instrumentos psicométricos basados en la Teoría clásica de los tests y está estructurado en tres apar tados; el primero tiene la finalidad de ela borar una descripción técnica del test, incluyendo la caracterización del constructo medido, el ámbito de aplicación, etc. En el segundo apartado se incluye la evaluación técnica de las características del instrumento, como la fundamentación teórica, la adaptación/traducción (si el
test ha sido construido en otro país), la fia bilidad, la validez, los haremos, etc. En la última pa rte se hace una valoración global del test (puede consultarse el modelo, así como la justificación y el proceso de cons trucción en Prieto y Muñiz, 2000). La intención, como traductores y adaptadores del MIPS a la población espa ñola, ha sido cumplir lo más estrictamente posible las recomendaciones implícitas en este modelo. En este capítulo se describe la fiabilidad de sus escalas en diferentes muestras y mediante diferentes procedi mientos de cálculo. Además, se describen algunos resultados sobre su validez obte nidos en diferentes estudios aplicados. En primer lugar, se aportan datos sobre la fiabilidad mediante dos procedi mientos: alfa y dos mitades; además, se resumen algunos resultados sobre la esta bilidad obtenidos en dos estudios dife rentes con un intervalo temporal de 3 meses y 1 año y 4 meses. En segundo lugar, respecto a la validez, se presentan algunos resultados obtenidos en estudios aplicados donde se ha abordado la vali dez de constructo (interna y externa). Todos los índices de correlación, fiabili dad y validez, se presentan en centési mas, sin el cero ni la coma decimales.
4.1. FIABILIDAD 4.1.1. Consistencia interna
En la tabla 4.1 aparecen los coeficien tes de fiabilidad de cada una de las esca las obtenidos en la muestra utilizada para la tipificación. Además, en la tabla 4.2. se resumen los resultados obtenidos en muestras diferentes que fueron utilizadas en fases anteriores del proceso de adapta ción. También se incluyen los datos obte nidos por Millón (1994) en la muestra de tipificación norteamericana.
Para el cálculo de la fiabilidad o con sistencia interna se ha utilizado el coefi ciente alfa de Cronbach. En este caso se ha empleado el coeficiente Kuder Richarson, un caso especial del coeficiente alfa con datos dicotómicos (Martínez-Arias, 1995). El cálculo de la consistencia interna por el procedimiento de las dos mitades ha con sistido en la asignación aleatoria de los elementos a las dos mitades de cada esca la del test. A la hora de realizar el cálculo de la fiabilidad por el procedimiento de
las dos mitades y para considerar el modo en el que se distribuyen los ele mentos entre ellas, se han realizado 15 divisiones en dos mitades diferentes para cada escala. Este es el procedimiento que utiliza Millón para solventar el problema del peso diferencial de los 180 elementos. El objetivo es seleccionar aquella combi nación cuyas mitades no sean muy dife rentes en variabilidad. Se ha tomado el valor más alto de la combinación en la que las varianzas de las dos mitades eran iguales. Tal y como señala Millón en sus datos, los índices de fiabilidad por el pro cedimiento de las dos mitades son ligera mente superiores a los obtenidos por el procedimiento basado en el alfa de Cronbach.
Los índices de fiabilidad alfa en la muestra adulta total (V + M = varones + mujeres), que aparecen en la tabla 4.1, oscilan entre 0,66 (Dominio) y 0,81 (Indecisión) con un promedio de 0,72. Según el sexo, en la muestra de mujeres la fiabilidad media es 0,73 y en la muestra de varones la fiabilidad media es 0,71. Los índices de fiabilidad calculados por el procedimiento de las dos mitades son ligeramente superiores a los estable cidos por el procedimiento alfa. En la muestra adulta total el índice de fiabili dad promedio (estadístico de Guttman) por el procedimiento de dos mitades es 0,77 (en las mujeres 0,78 y en los varones 0,76).
Tabla 4.1. Coeficientes de fiabilidad en adultos españoles Coeficiente alfa Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia Fiabilidad promedio
74
Coeficiente Guttman (dos mitades)
Mujer
Varón
Total
Mujer
Varón
Total
72 82 73 74 70 70 78 72 66 69 68 73 79 70 73 78 83 78 72 71 69 68 76 75 73
68 79 73 72 64 69 73 69 67 70 69 73 76 70 71 79 79 75 68 74 67 61 71 75 71
70 81 73 73 69 71
78 87 78 81 75 76 83 78 73 76 73 78 84 76 79 82 87 80 78
74 85
76 86
77
77
78 74 72 79 76 72
80 76 75 81
75
74
73 80 82 78 76 85 83 78 73 76 75 69 76 73 76
75
75
71 67 69 71 74 78 70 72 78 81 77
71 72 68 66 74 73 72
75 77
73 80 79 78
77 72
79
82 77
78 83 84 80 75 75 74 72
79 77 77
En la muestra universitaria (V + M) los valores de los índices de fiabilidad alfa oscilan entre 0,65 (Dominio) y 0,82 (Indecisión), con un promedio de 0,72 (véase la tabla 4.2). La fiabilidad media en
esta mues tra es 0,71. La fiabilidad prome dio calculada por el procedimiento de las dos mitades es 0,77 tanto en la muestra universitaria to ta l, como en los varones y en las mujeres.
Tabla 4.2. Coeficientes de fiabilidad en universitarios es pañoles Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiesce ncia Fiabilidad promedio
Mujer 72 80 74 74 69 67 78 64 67 68 71 71 80 69 69
Coeficiente alfa Varón 76 84 73 76 66 65 75 66 65 63 67 70 77
69 69
77
77
81 78 69 72 67 65 72 69 72
83 77
69 71 73 63 74 67 71
En la tabla 4.3 se presenta la compa ración de los índices de fiabilidad prome dio en las diferentes muestras españolas
Total 73 81 74 75
70 68 77
65 66 67 72 73 79 69 70 76 82 78 70 71 69 65 73 71 71
Coeficiente Guttman (dos mitades) Mujer Varón Total 82 77 78 85 88 86 79 78 78 80 83 79 74 75 76 71 69 72 82 80 81 73 75 74 74 72 73 71 73 72 72 76 76 80 78 79 86 83 85 77 74 75 75 76 76 82 80 81 84 88 86 81 80 81 74 74 73 77 76 78 79 73 74 68 70 70 77 77 76 77 74 76 77
77
77
utilizadas en el proceso de adaptación y en la muestra estadounidense, utilizada por Millón (1994).
Tabla 4.3. Comparación de los índices de fiabilidad promedio en tres muestras españolas y la muestra norteamericana Escalas Adultos 1999 m Adultos 2001 (2) Adultos Millón (3) Universitarios 1999 n) Universitarios 2001 (2) Universitarios Millón (3)
Mujer 71 73 76 71 72 78
Coeficiente alfa Varón 73 71 78 72 71 76
Total 72 73 78 72 72 77
Coeficiente Guttman (dos mitades) Mujer Varón Total 77 78 78 78 77 78 80 80 82 76 77 78 77
77
77
80
80
80
Muestra utilizada en la primera fase de adaptación del MIPS: Total adultos (N=1.025), mujeres adultas (N= 595), varones adultos (N= 426), universitarios total (N= 1412), varones universitarios (N=353), mujeres universitarias (N=1.059). Descripción más detallada de las muestras en Sánchez-López y Casullo (2000). Muestra de tipificación. Millón (1994).
75
Como es lógico y esperable, al tra tarse de un test adaptado, la fiabilidad es siempre inferior en las muestras espa ñolas que en las estadounidenses. Sin embargo, el hecho de que esa disminu ción en el índice sea siempre de peque ña magnitud permite concluir que la adaptación realizada es adecuada para ser aplicada con garantías en la pobla ción española. 4.1.2. Fiabilidad test-retest
Uno de los métodos para el cálculo de la fiabilidad de un test consiste en correla cionar las puntuaciones obtenidas por los mismos sujetos en dos momentos tempo rales distintos. El principal inconveniente de este método es determinar el intervalo temporal óptimo que permita, por una parte, evitar que los sujetos recuerden sus contestaciones a la primera aplicación del test, y por otra, evitar los posibles cambios que se pudieran producir en la variable de medida (Muñiz, 1996). Las estimaciones por el método test-retest son más apropia das en tests donde influye poco el efecto de la práctica repetida y que son estables durante el intervalo de tiempo transcurri do (Martínez-Arias, 1995). Habitualmente se considera que el coeficiente de fiabili dad obtenido por el método test-retest es una estimación del grado de estabilidad que presenta el test. Tal y como señala McCrae (1993) la estabilidad en variables de perso nalidad es menor en estudiantes universi tarios (edades comprendidas entre 18-25 años) que entre adultos y está modulada por otras variables de personalidad. Dado que la fiabilidad test-retest dis minuye a medida que aumenta el inter valo de tiempo entre las aplicaciones de las pruebas, hemos realizado dos estu dios con un intervalo temporal distinto (estudio A: 1 año y 4 meses, y est udio B: 3 meses) en estudiantes universitarios.
76
A: Estabilidad en un intervalo de 1 año y 4 meses
El grupo estaba formado por 68 estu diantes universitarios de Psicología de 18 a 25 años, con una edad media de 18,6 (Dt= 1,33). El 72,1% de la muestra eran mujeres y el 27,9% varones. Las aplicacio nes fueron colectivas y se realizaron durante el curso académico 1997/98 y 1998/99. Los resultados aparecen en la tabla 4.4. La fiabilidad test-retest promedio es r=0,68 (correlación corregida por restric ción de rango según la fórmula de Guilford y Fruchter, 1978, pág. 325). Los índices de fiabilidad oscilan desde r=0,47 en Aquiescencia a r=0,82 en Indecisión. En la tabla 4.4 se presentan los estadís ticos básicos de la primera y segunda apli cación, así como las diferencias estandari zadas entre las medias (d). Para el cálculo de d, fueron utilizadas las puntuacion es de prevalencia de la muestra total de univer sitarios (Díaz Morales y Sánchez-López, 1999). Las diferencias estandarizadas entre las medias de las puntuaciones de preva lencia correspondientes a las dos aplica ciones no son muy elevadas. La diferen cia promedio es 0,14 (en valor absoluto) unidades de desviación típica, con valo res que oscilan entre 0,01 en Descontento y Decisión a 0,39 en Protección.
B: Estabilidad en un intervalo de 3 meses
La fiabilidad test-retest fue también evaluada en una muestra de 51 univer sitarios de 18 a 23 años, con una edad media de 21,02 (Dt= 3,13). El 82,4% de la muestra eran mujeres y el 17,6% varones.
Tabla 4.4. Coeficientes de estabilidad (1 año y 4 meses) en estudiantes universitarios (puntuaciones de prevalencia) Ia aplicación, 1997 Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
T aplicación, 1998
Muestra universitaria 1"
Dt
Media
Dt
21,36
Media 62,19
22,22
62,85
22,28
40,68
22,29
34,74
20,18
23,02
50,13
46,07
28,36
49,09
28,2 28,8
47,9
28,88
36,71 51,92 47,5
45,97
26,72
50,62
27,74
50,23
25,93
61,67
24,93
51,51
52,49
25,93
56,84
23,47
54,34
26,4 25,13
54,77
26,26
45,09
26,28
44,1
25,05
45,2
26,32
43,76
28,00
46,57
28,21
52,73
26,57
58,57
26,62
52,88
27,94
47,91
25,88
47,38
29,11
45,54
26,85
50,84
26,57
58,54
28,09
26,65
48,89
26,50
47,32
27,05
49,13 44,41
27,22
51,39
26,94
57,79
24,56
53,46
26,39
49,93
25,8
40,5
25,79
38,82
23,32
42,32
25,02
55,90
25,62
26
56,48
25,34
47,04
24,27 29,03
51,97 46,13
23,96
50,43
25,61 28,01 24,7
25,92
26,27
43,21
25,97
49,68
24,73
42,75
46,28
30,03
48,12
50,98
25,85
45,91
24,06
45,78
24,7 27,41 23,12
41,83 56,14 50,7 51,01 40,91
24,9
52,03
54,51 42,9 52,31
25,87
63,63
26,99
57,74
26,43
46,31 57,81
Media 60,15
Dt
26,5 26,26
25,69 26,34 25,58
25,83
a)
d
-0,09 0,26 0,15 0,05 -0,18 0,39 0,10 0,04 -0,11 0,22 0,07 0,36 0,11 0,17 0,07 0,05 0,17 -0,01 0,06 0,11 0,27 -0,07 0,01 0,23
r 75 71 76 77 66 57 67 68 68 66 69 70 77 65 62 78 81 84 56 73 74 83 55 49
«(3)
76 72 74 74 65 59 71 68 66 65 66 68 77 67 61 78 82 81 59 73 75 79 58 47
Nota. N= 68. Intervalo promedio de 1 año y 4 meses entre las aplicaciones. 1 Muestra universitaria N=1.417 2 Diferencia estand ariz ada entre las media s de las escalas en la primer a y la seg und a adminis tració n. J Correlaciones corregidas par a la vari abil idad de las escalas del MIPS en la pri mera aplicació n (Guilford y Fruchter, 1978, pp . 325) uti lizando las desviaciones típicas de la muestra universitaria. Correlaciones basadas en las puntuaciones de prevalencia.
Las aplicaciones fueron colectivas y se realizaron durante el curso académico 2000/2001. Los resultados aparecen en la tabla 4.5. La Habilidad corregida test-retest promedio es r= 0,88. Los índices de Habili dad oscilan desde r= 0,81 en Modificación a r= 0,94 en Descontento. En la tabla 4.5 se presentan los esta dísticos básicos de la primera y segunda aplicaciones, así como las diferencias nor malizadas entre las medias (d). Para el cál culo de d, fueron utilizadas las puntuacio nes de prevalencia de la muestra total de universitarios incluidas en el capítulo 7.
Las diferencias normalizadas entre las medias de las puntuaciones de preva lencia correspondientes a las dos aplica ciones son muy bajas. La diferencia pro medio es 0,07 (en valor absoluto) unida des de desviación típica, con valores que oscilan entre 0,00 en Sociabilidad a 0,14 en Expansión. En la tabla 4.6 se recogen las compa raciones entre los dos estudios españo les y el estadounidense. Dadas las dife rencias en los intervalos temporales entre las primeras y las segundas aplica ciones, los valores encontrados son los 77
esperables (incluso hay un aumento en la r promedio desde el test-retest reali zado por Millón, con un intervalo de sólo 3 semanas, y una de las aplicacio nes españolas, con un intervalo de 3
meses). Por lo tanto, los valores de los índices de fiabilidad test-retest permiten concluir que la adaptación es adecuada para ser aplicada con garantías en la población española.
Tabla 4.5. Coeficientes de estabilidad (3 meses) en una muestra de universitarios (puntuaciones de prevalencia) Ia Api. Nov. 2000 Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
2a Api. Ene. 2001
Muestra universitaria1"
Media 63,12
Dt
Media
Dt
Media
Dt
d (2,
22,02
60,02
23,52
62,85
22,28
36,33
23,23
37,67
24,17
23,02
50,37
26,49
48,61
25,87
43,41
26,36
45,02
26,26
49,57
27,75
49,33
50,23
25,93
49,98
25,74
47,29
26,18 27,14 25,3
36,71 51,92 47,5 52,49
25,93
51,12 44,18
26,92
47,69
24,28
54,77
26,26
26,73
45,55
25,34
45,2
26,32
47,04
29,44
49,96
30,9
52,73
26,57
45,37
26,39
44,12
27,04
47,91
25,88
47,75
26,45
50,84
24,21
50,84
26,57
42,80
24,19
40,1
23,75
48,89
26,5
54,53
27,28
55,57
28,78
51,39
26,94
37,69
27,83
36,86
26,45
49,93
25,8
48,45
25,54
49,08
24,74
42,32
25,02
53,65
23,32
53,71
22,07
56,48
25,34
39,71 55,61
25,27
42,08
25,44
24,9
24,23
52,9
23,86
41,83 56,14
25,69
47,06
29,43
49,02
28,84
50,70
25,92
45,10
26,20
46,86
28,46
26,34
42,63
25,18
45,00
25,75
51,01 40,91
42,33
26,59
42,75
25,44
50,98
25,85
39,08
24,75
42,06
27,29
25,87
64,84
26,55
63,53
26,18
46,31 57,81
0,14 -0,06 0,07 -0,06 0,01 0,10 0,13 -0,05 -0,11 0,05 -0,12 0,10 -0,04 0,03 -0,03 0,00 -0,10 0,11 -0,08 -0,07 -0,09 -0,02 -0,12 0,05
26,5
25,58
25,83
r 87 92 81 86 88 83 89 92 87 90 83 87 88 89 92 85 93 92 94 88 89 90 93 92
_ (3)
87 92 81 86 87 83 89 92 85 90 83 89 88 88 92 87 93 93 92 88 89 90 94 92
Nota. N=51. Intervalo promedio entre las aplicaciones de 3 meses. 1 Muestra universitaria N=1.000. 2 Diferencia estanda riza da entre las medi as de las escalas en la prime ra y la segund a administra ción. 3 Correlaciones cor regida s para la variab ilidad de las escalas del MIPS en la primer a aplicación (Guilford & Fruchter, 1978, pp. 325) utilizando las desviaciones típicas de la muestra universitaria. Correlaciones basadas en las puntuaciones de prevalencia.
Tabla 4.6. Coeficientes de estabilidad promedio en universitarios españoles (estudio A: intervalo de 1 año y 4 meses; estudio B: intervalo de 3 meses)
Estudio A: 1 año y 4 meses Estudio B: 3 meses Millón (1994) (1>: 3 semanas 1
78
d (media)
r (media)
0,14 0,07 0,03
68 88 84
Estudi o realiza do con 110 estu diant es universitario s y con un intervalo de 3 sema nas.
4.2. VALIDEZ DE CONSTRUCTO La validez de constructo hace referen cia a la medida en la que el test mide real mente la variable que intenta medir. Para algunos autores, la validez de constructo es la única validez y englobaría la validez de contenido y la validez de criterio (Martinez-Arias, 1995). La validez de constructo de un test es un proceso en continuo estado de revisión en el cual se considera como estrategias de validación a la validez de contenido y criterio. De este modo los constructos que mide el test deben estar integrados en un modelo teórico que especifique las relaciones entre ellos y las relaciones con otros cons tructos psicológicos (Muñiz, 1996). El análisis de la estructura interna del test (patrones de correlaciones entre los items) y el estudio de las relaciones del test con otras medidas de los mismos constructos, son respectivamente, la vali dez de constructo interna y externa del test. Millón (1994) analiza la validez de constructo interna del MIPS mediante el análisis del grado de superposición de sus 180 elementos y las relaciones entre las 24 escalas. La validez de constructo externa es examinada mediante la corre lación con otros cuestionarios de persona lidad. En este apartado se analiza el grado de superposición de los elementos en la muest ra española, así como las rela ciones entre las escalas. Posteriormente, se analizan sus relaciones con otros ins trumentos de evaluación de la personali dad, como el 16PF-5 (Cattell, y Cattell, 1995) y el BFQ (Crapara Barbaranelli y Borgogni, 1997).
4.2.1. Validez de constructo interna Superposición de elementos
Como se ha mencionado en aparta dos anteriores, la construcción del MIPS está basada en una concepción de la per sonalidad integradora (Millón, 1990). En estos términos fue construido el Inven tario y como puede observarse en la tabla 4.7 la superposición de los elementos trata de reflejar la "interrelación" de todos los diferentes aspectos de la perso nalidad en una entidad biopsicosocial indivisible y única (Millón, 1999). La cuantía de superposición existente entre cada pareja de escalas puede verse en la tabla 4.7; los índices fueron calcula dos de acuerdo con una fórmula adapta da de la que ha ofrecido Guilford (1936, pág. 364); en la adaptación de la fórmula clásica se ha tenido en cuenta el sistema diferencial de pesos que tienen los ele mentos de cada escala. Cuando en la tabla aparece un índice negativo esto viene a señalar que los elementos comu nes se ponderan en dirección opuesta (verdadero frente a falso) en las dos esca las de una pareja. Aproximadamente los dos tercios de los índices de la tabla 4.7 presentan un porcen taje de superposición igual o inferior al 10%, y hay una superposición de 0 (nulo) en 37 constructos teóricamente no relacionados, como Innovación (7B) con Introversión (4B) y Sociabilidad (9B) con Sensación (5A).
79
00
o
Tabla 4.7. Porcentaje de superposición de los ítems en cada par de escalas Escalas
1A
IB
1A. IB. 2A. 2B. 3A.
-31 7 -13
-2 7
Expansión Preservación Modificación Adecuación Individualidad
3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia IP IN
0 0 14 -6 0 -10 0 -6 4 6 -10 12 -29 11 -13 4 -13 7 -11 0 0 -7
3 -2 -5 3 0 -7 0 8 -6 -4 5 -7 22 -6 6 -2 7 -2 11 0 0 16
2A
-38 12 2 15 -3 0 6 5 -9 14 -19 -11 26 0 -12 -2 11 -11 11 0 -9 0 -3
2B
3A
-4 4
-24
-7 0 0 -4 -2 -9 -19 -7 6 -12 4 -14 5 -5 6 -6 2 7 0 9
3B
-2 6 0 4 5 -8 0 9 12 11
13 0 0 2 -7 37 -2 -9 -9 4
0 8 17 -12
0 -2 -14 9
-9 23 13 -25 0 0
9 -11 -20 30 0 0
4A
-35 0 7 0 12 2 12 -35 28 -15 4 -4 6 0 0 -4 4 0 -3
4B
0 3 0 -2 -2 0 30 -16 14 -5 2 -2 0 0 5 -4 0 9
5A
-32 0 -4 13 -14 0 0 0 0 -2 15 0 0 -2 2 0 0
5B
-2 15 -10 24 -9 8 -4 -2 4
6A
-15 2 -2 10 -9 0 13 0
-9 4
8 -12
-4 4
15 2
0 0 0
-15 0 0
6B
-5 -18 -5 5 3 -3 -6 -9 5 -7 -10 19 0 5
7A
-26 -2 9 -4 7 -12
7B
8A
8B
-13 -12 -7
-29 9
-12
20 -12 -4
-8 15 -16 -9 11
-6 7 -7,
-7 2 0 -3
8 -9 0 3
6 -5 0 0
0 4
15 -5 14 -8 8 -2 -7 0 -9
9A
9B 10A 10B HA 11B 12A 12B
-38 9 -5 8 -8 10 -4
-5 8 -23 26 -2
-21 -15 -18 30
-14 0 -7
-16 0 0
0 5
-5 -7 -12 -17 0 -3
-49 -16 16 0 3
-14 -26
-31
0 -8
0 0
IP
0 0
0
Intercorrelaciones entre las escalas
En el Apéndice A se presentan las tablas de intercorrelaciones (en centési mas) entre las escalas en la muestra adulta y universitaria. Estas tablas se han trasla dado a ese Apéndice para evitar una acu mulación, en el presente capítulo, de pági nas sobrecargadas con números. Además, para facilitar la comparación de los resul tados obtenidos en los grupos (adultos y universitarios) y los sexos (varones y mujeres), en una misma matriz cuadrada se han introducido las correspondientes a las dos muestras. Así, por ejemplo, en la tabla A. 11 están las intercorrelaciones de los adultos (en la mitad superior derecha de la tabla, sobre la diagonal que va desde el ángulo superior izquierda al ángulo inferior derecho), mientras que las interco rrelaciones obtenidas en la muestra de universitarios se encuentran en la mitad inferior izquierda, por debajo de la citada diagonal. Las tablas referidas al presente apartado e incluidas en el Apéndice A son las siguientes: A. 11 Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en adultos (sobre la diagonal) y universitarios (bajo la diagonal) A.12 Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en adultos varones (sobre la dia gonal) y adultos mujeres (bajo la diagonal) A. 13 Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en universitarios varones (sobre la diagonal) y universitarios mujeres (bajo la diagonal) A. 14 Intercorrelaciones (items prototípicos) de las escalas en adultos (sobre la diagonal) y universitarios (bajo la diagonal)
Teniendo en cuenta la teoría y el pro ceso de construcción del Inventario, el lec tor observará correlaciones muy elevadas entre constructos teóricamente relaciona dos y muy bajas entre constructos poco relacionados. Como puede apreciarse en las tablas, nuestros resultados son seme jantes a los obtenidos por Millón (1994). Para su interpretación, es conveniente tener en cuenta lo indicado anteriormente sobre la superposición existente entre las escalas debido a la existencia de elemen tos comunes en algunas escalas. Ade más, en la tabla A. 14 aparecen las intercorrelaciones entre cada una de las escalas calculadas solamente a partir de los items prototípicos. Los índices de correlación descienden sustancialmente pero continúan siendo muy significativos y explicativos de las variables medidas.
Estudios aplicados sobre la validez interna
En relación con la validez interna, en el trabajo de Díaz Morales, Aparicio García, Cárdenas Montejo, Dávila León, Díaz Manjón, Rodríguez González y Sánchez-López (1998) contrastamos si la estructura bipolar de las escalas, que Millón establece desde el punto de vista teórico, se confirmaba empíricamente en nuestros datos. Con una muestra univer sitaria sometimos a prueba nuestra hipó tesis diseñando un modelo de ecuacio nes estructurales. Los resultados confir man la bipolaridad yuxtapuesta de las escalas.
4.3. VALIDEZ EXTERNA 4.3.1. Correlaciones con el NEO-FFI En este apartado, Millón analiza las correlaciones existentes entre diversos instrumentos de medida psicológica y su En un trabajo realizado con universi cuestionario. Se presentan algunas de tarios se analizaron las relaciones existen estas correlaciones y otros análisis reali tes del MIPS y el NEO-FFI y el 16 PF-5, zados en diferentes grupos y con diferen que se presentan más adelante (Sáncheztes cuestionarios. López, Aparicio, Cardenal y Castaño, 81
1999). Los resultados se presentan en la tabla 4.8. Los datos que aparecen en negri ta son los que superan el valor de 0,30 y los datos en blanco no presentaban corre laciones. Los resultados indican que la Expansión del MIPS se relaciona con Neuroticismo (r=-0,5) y Amabilidad (r= 0,39). Preservación también se relaciona con Neuroticismo (r=0,61) y Amabilidad (r=0,42). En este par se ve que correlacio nan de forma positiva o negativa según se trate del polo más adaptativo (Expansión) o desadaptativo (Preservación) del MIPS,
de forma que Neuroticismo correlaciona positivamente con Preservación y negati vamente con Expansión; lo contrario ocu rre con Amabilidad. Modificación del MIPS correlaciona positivamente con Responsabilidad (r=0,31). Adecuación, por el contrario, correlaciona negativa mente con Responsabilidad (r=-0,48). El último par de las Metas motivacionales, presenta correlaciones negativas entre Individualidad y Amabilidad (r=-0,51) y positivas entre Protección y Extraversión (r=0,41) y Amabilidad (r=0,52).
Tabla 4.8. Correlaciones con el NEO-FFI en universitarios Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Neuroticismo -50 61 4 30
0 10
Extraversión 22 -20 3 -9
Amabilidad 39 -42
-51 52 -49 -47 48
-11 31 -25 30 11 -7 40 -40 34
18 -39 37
28 -45 39 -40 16
9 60 -27
34 -58
14
11 -44 -58 -41
56 -20 34
Responsabilidad
31 -48
41 51 -46
En los Modos cognitivos, la escala Extraversión correlaciona positivamente con la Extraversión del NEO-FFI (r= 0,51), mientras que la Introversión correlaciona negativamente con la Extraversión del NEO-FFI (r=-0,46) y con Amabilidad (r=-0,49). La escala Sensación se relaciona negativamente con Apertura (r=-0,47), mientras que Intuición se relaciona posi
82
Apertura
-44 -73 61
28 -38 33 -33 16
tivamente con esa escala (r=0,48). Pensamiento se relaciona negativamente con Amabilidad (r=-0,39), mientras que Sentimiento se relaciona positivamente con Amabilidad (r=0,37) y Neuroticismo (r=0,31). Sistematización correlaciona con Responsabilidad (r=0,6) e Innovación con Neuroticismo (r=0,30) y Apertura (r= 0,34).
En el grupo de los Comportamientos interpersonales del MIPS, Retraimiento se relaciona negativamente con Extraversión (r=-0 / 45) y Amabilidad (r=-0,58), mientras que Sociabilidad se relaciona positivamente con Extraversión (r=0,39). Indecisión lo hace positivamente con Neuroticismo (r=0,40) y negativamente con Extraversión (r=-0,40) y Amabilidad (r=-0,44), mientras que Decisión correlaciona negativamente con Neuroticismo (r=-0,40). Discrepancia corre laciona positivamente con Neuroticismo (r=0,34) y negativamen te con Amabi lidad (r=-0,58) y Responsabilidad (r=-0,38), mien tras que Conformismo correlaciona positi vamente con Responsabilidad (r=0,33) y negativamente con Apertura (r=-0,41). Sumisión correlaciona positivamente con Neuroticismo (r=0,56) y negativamente con Responsabilidad (r=-0,33), mientras que Dominio se relaciona negativamente con Amabilidad (r=-0,44). Y, por último, Descontento se relaciona con Neuroticismo (r=0,34) y con Amabilidad (r=-0,73), mien tras que Aquiescencia correlaciona positiva mente con Amabilidad (r=0,61).
4.3.2. Correlaciones con el 16PF-5
En este punto presentamos en primer lugar los datos de Millón, y, en segundo lugar, los nuestros. En el análisis que Millón realiza de las correlaciones entre el MIPS y el 16PF (el autor no indica cuál de las Formas del 16PF se ha empleado), se señala que concuerdan con las relaciones esperadas. Esto es, entre las Metas motivacionales, la escala Preservación tiene una correlación muy elevada (r=0,64) con el rasgo Aprensión (O) del 16PF, mientras que la correlación inversa más elevada (r=-0,67) es la que se da entre la Adecuación del MIPS y el rasgo Atrevimiento (H) del 16PF. Con referen cia a los Modos cognitivos, las correlacio nes positivas más elevadas son las que se observan entre la Extraversión del MIPS y los rasgos Animación (F) (r=0,61) y Atrevimiento (H) (r=0,72) del 16PF; la
correlación inversa más elevada (r=-0,68) es la que se da entre la escala Introversión del MIPS y el rasgo Atrevimiento (H) del 16PF. También se observan correlaciones mu y elevadas entre el rasgo Atrevimiento (H) del 16PF y tres escalas de los Comportamientos interpersonales: So ciabilidad (r=0,71), Decisión (r=0,70) y Indecisión (r=-0,72). Los datos se presen tan en la tabla 3.1 del capítulo 3. Con respecto a las correlaciones del MIPS con los factores de segundo orden del 16PF se observa que el factor Extraversión del 16PF tiene correlación positiva con dos escalas del MIPS, Extraversión (r=0,75) y Sociabilidad (r=0,72), y correlación negativa con otras dos, Retraimiento (r=-0,68) e Indecisión (r=-0,62). El factor Ansiedad del 16PF tiene correlación moderada con los constructos Preservación (r=0,56) e Indecisión (r=0,50) del MIPS, y también con la Impresión Negativa (r=0,51). Se obtuvie ron correlaciones más bajas, pero de todos modos significativas, entre el factor Dureza del 16PF y los constructos Modificación (r=0,32), Dominio (r=0,28) y Sociabilidad (r=0,29) del MIPS. El factor Independencia del 16PF presenta una correlación elevada con la escala Dominio (r=0,67), una correlación mod erada con la escala Decisión (r=0,54) y una correlación inversa con la escala Aquiescencia (r=-0,61). También puede observarse en el cuadro que el factor Autocontrol del 16PF tiene correlación moderada con Sistematización (r=0,58) y Conformismo (r-0,50). Sánchez-López, Aparicio, Cardenal y Castaño (1999) correlacionan el MIPS y el 16PF-5 (Cattell, Cattell, 1995) en una muestra universitaria. Como puede apre ciarse en la tabla 4.9 (en la que sólo se han incluido las escalas del 16PF-5 más signi ficativas), los resultados indican la misma tendencia a los encontrados por el propio Millón (1994).
Tabla 4.9. Correlaciones con el 16PF-5 en universitarios Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo 11 A. Sumisión 11B. Domi nio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
C 16 -20
E
F 24
7 -3 22
20 -17
H 23 -19 37 -12
L
N
-11
51 -44
8 -33 38
12 26 24 24 -21 14
-7 -45 39 -29 7
O -27 31 4
21 44 -45
11 25
-5
-47 44 -39 19 -16
32 4 23 2 19
23 -14 20 -16 -25
En un estudio de selección de perso nal se analizaron las relaciones entre el MIPS y el 16PF-5 en una muestra de tele operadores. Si comparamos las correla ciones obtenidas en éstos (tabla 4.10) con las estadounidenses se observa que en las Metas motivacionales, la Preservación presenta una correlación también elevada con el rasgo Aprensión (O) del 16PF-5, significativa como en los datos estadounidenses (r=0,64) aunque en menor nivel (r=0,49); mientras que la correlación inversa más elevada en los datos estadounidenses (r=-0,67) es la que se da entre la escala Adecuación y el rasgo Atrevimiento (H) del 16 PF-5, mien tras que en el análisis español tiene un valor de (r=-0,37). En esta área, en los datos españoles las correlaciones más ele vadas son de (r=0,53) entre la Expansión del MIPS y Estabilidad (C) del 16PF-5, mientras que la correlación inversa más
84
G
-22 2 -17 8
19 -1 1
elevada es la de Preservación del MIPS con la Estabilidad (C) del 16PF-5 (r=-0,56). Con referencia a los Modos cognitivos del MIPS, las correlaciones positivas más elevadas en los datos estadouniden ses son las que se observan entre la Extraversión del MIPS y los rasgos Animación (F) (r=0,61, aunque en los datos españoles la correlación es r=0,41), y Atrevimiento (H) (r=0,72) del 16PF-5, con un valor en los datos españoles de r=0,47; la correlación inversa más eleva da en ambos países es la que se da entre la Introversión del MIPS y el rasgo Atrevimiento (H) del 16PF-5, que en los datos estadounidenses es r=-0,68, y en los españoles es r=-0,47. En esta área la puntuación más alta en los datos espa ñoles se da entre la Sistematización del MIPS y Perfeccionismo del 16PF-5 (r=0,60).
Tabla 4.10. Correlaciones con el 16PF-5 (muestra de teleoperadores) Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
A 18 -9 9 8 -13 23 34
B 7 -10 0 -6 6 -7
C
E
53 -56 31 -37 10
21 -17 36 -41 28
1
-13
28 -38 25 -27
13 -9 15 -8 28 -20 23 -1
-29 3
-6 -1 2
5 -14 20 10 8 -31
-7 2 -6 3 -8 -1
23 -17 8
2 -6 5 -4
-33
-2 -15 0
35 40 17
-6
-43
-5
-4
-6 7 -7 2 -3 11
22 -26 37 23 -36 38 -49 42
-9 35 -25 45 00 12 -24 45 -3 -37
F 19 -7 14 -7 -8 14 41 -28 -11 17
G 9 -12 12 -16 -8 13 04 -11 24
-9 16 -24 29 -34
-25 19 -8 33 -31 -11
31 -21
7 -8
13 2 0 0 4
12 -24 38 -8 -1
-3
-19
5
9
También se observan correlaciones muy elevadas entre el rasgo Atrevimiento (H) del 16PF-5 y tres escalas de los Compor tamientos interpersonales: Sociabilidad (con r=0,71 en los datos estadounidenses y r=0,45 en los españoles), Decisión (con r=0,70 y r=0,46, respectivamente) e Indecisión (r=-0,72 y r=-0,59, respectiva mente). En la tabla 4.11 se presentan las corre laciones del MIPS con los factores de segundo orden del 16PF-5, tabla que indi ca que en los datos españoles el factor Extraversión del 16PF-5 tiene correlación positiva con la Extraversión del MIPS (r=0,43) y correlación negativa con Retrai miento (r=-0,41) e Introversión (r=-0,39). El factor Ansiedad del 16PF-5 tiene corre lación con las siguientes escalas del MIPS:
H 43 -39 30 -37 5 -1 47 -47 7 -8 13 -15 16 7 -41 45 -59 46 -19 11 -35 24 -32 -12
I -11 12 -10 17 1 -7 -3 5 -23 21 -18 14 -15 13 5 -8 9 -18 10 -22 8 -5 15 -1
L -12 29 -4 16 20 -2 -18 35 -9 25 6 13 -13 23 28 -8 21 -6 -49 -8 25 11 43 -9
M -26 35 -18 28 4 8 -13 30 -45 52 -24 35 -36 40 20 -14 29 -23 40 -38 35 -6 32 4
N -14 14 -7 12 18 -18 -41 45 6 -5 20 -14 -6 -10 34 -20 23 -9 14 0 7 6 19 -17
O -36 49 -15 24 -11 24 -13 31 -25 32 -18 43 -16 19 18 -14 44 -25 29 -15 42 -7 43 14
Qi ll -12 17 -17 5 4 20 -11 23 24 -4 4 -2 25 -15 25 -13 16 3 -17 0 8 -2 -7
Q2 -28 24 -7 15 30 -16 -37 43 -13 17 6 2 -13 8 46 -18 26 -9 30 -15 11 11 30 -19
Q3 25 -21 44 -43 7 0 13 -13 25 3 32 -16 60 -29 -13 27 -22 33 -19 40 -31 24 -16 -13
Q4 -43 50 -18 24 12 -12 -30 41 -17 26 -5 15 -27 21 37 -25 41 -21 38 -30 28 11 52 -19
Preservación (r=0,48), Introversión (r= 0,35), Indecisión (r=0,41), Discrepancia (r=0,30) y Descontento (r=0,46) del MIPS, y también con la escala Impresión negativa (r=0,41). Se obtuvieron correlaciones entre el factor Dureza del 16PF-5 y el constructor Socia bilidad (r=-0,30) del MIPS. El factor Independencia del 16PF-5 presenta una correlación positiva con Modificación (r=0,36), Individualidad (r=0,32), So ciabilidad (r=0,36), Decisión (r=0,44) y Dominio (r=0,46) y correlaciones negati vas con Modificación (r=-0,35) y Aquiescencia (r=-0,38). También puede observarse en la tabla que el factor Autocontrol del 16PF-5 correlaciona posi tivamente con Sistematización (r=0,51) y Conformismo (r=0,38), y negativamente con Innovación (r=-0,31) y Adecuación (r=-0,30).
85
Tabla 4.11. Correlaciones con los factores de segundo orden del 16PF-5 (muestra de teleoperadores) Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia IP IN
Extraversión 16 -4 9 -8 -23 25 43 -39 0 5 -16 24 10 9 -41 24 -14 6 -11 8 -2 -2 -6 17 1 -6
Ansiedad -32 48 -10 20 0 6 -22 35 -3 14 -1 25 -3 5 26 -19 41 -21 30 -2 28 4 46 -2 -7 41
En resumen, el perfil de los datos españoles comparado con el estadouni dense presenta diferencias fundamental mente en la cuantía de la correlación pero no en el signo de la misma, y las correla ciones son más bajas en los datos españo les (una diferencia de alrededor de 0,20), como era esperable por lo obtenido en otros trabajos previos (Aparicio y Sánchez-López, 1999). Es decir, varía el grado de relación, pero su estructura interna sigue siendo similar a la estadou nidense. Las mayores diferencias se encuentran en la comparación entre los factores secundarios del 16PF-5 y el MIPS, donde hay un perfil de correlacio nes diferente entre los datos españoles y estadounidenses. 86
Dureza -21 26 -23 26 -10 -2 -23 20 17 -15 2 0 -8 -14 19 -30 27 -25 8 11 18 -12 17 8 -8 25
Independencia 20 -9 36 -35 32 -12 11 0 8 0 29 -14 16 11 -6 36 -21 44 14 8 -17 46 6 -38 9 -4
Autocontrol 8 -4 29 -30 0 10 3 -4 25 -22 24 -4 51 -31 -5 14 -3 18 -16 38 -14 15 -4 -4 27 -7
4.3.3. Correlaciones con el BFQ
En otro estudio, con una muestra de selección de personal, se analizan las rela ciones del MIPS con el BFQ (Caprara, Barbaranelli y Borgogni, 1997) destinado a medir los ''cinco grandes" y dos facetas en cada uno de éstos. En este caso se tra taba de seleccionar auxiliares de clínica. Los datos de la tabla 4.12 sugieren la exis tencia de pocas relaciones superiores a 0,23 (impresas en negrita). Millón no usa este cuestionario para compararlo con el MIPS, por lo que no existen datos en los análisis estadounidenses. Las Metas motivacionales sólo presentan correlacio nes con el BFQ en Adecuación; se relacio na con los factores del BFQ Perseverancia
Tabla 4.12. Correlaciones con el BFQ (muestra de auxiliares de clínica) Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individ ualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Di 20 -7 20 -22 5 23 19 -12 18 -7 14 12 30 -1 -17 24 -21 26 -15 16 -18 19 -10 -2
Do 8 -3 21 -29 11 10 12 -9 6 6 3 11 11 -2 -12 25 -22 24 -15 15 -21 15 -16 -15
E 15 -6 23 -29 9 18 17 -12 13 0 9 13 22 -2 -16 28 -25 28 -17 18 -22 19 -15 -10
Cp 5 5 5 1 11 19 0 5 -15 20 -11 30 3 13 7 9 3 10 -2 0 -1 15 11 9
Co 12 -11 17 -24 6 22 21 -9 1 10 -4 28 21 21 -15 27 -14 20 -2 11 -12 14 -5 7
Es A 10 -1 2 -15 13 6 -15 -6 10 -4 24 11 14 18 -3 -14 -7 -3 16 13 -8 -12 33 17 15 -4 20 11 -6 -10 1 22 -5 -8 18 -1 -2 0 7 -12 -2 8 17 -7 2 1 3 9
Pe 13 -4 25 -31 7 20 25 -16 16 -10 7 8 25 -4 -20 17 -19 25 -25 11 -24 8 -21 -6
T 7 -1 18 -21 1 18 25 -17 7 -4 -4 14 12 5 -18 10 -14 13 -14 -1 -15 0 -11 -2
Ce 11 -14 25 -34 16 0 11 -11 25 -22 12 -11 26 -10 -11 23 -23 25 -17 12 -29 20 -16 -16
Ci 23 -20 16 -32 15 -1 16 -10 23 -17 12 -6 22 -3 -14 22 -30 32 -19 6 -31 20 -20 -16
EE 18 -18 22 -35 16 0 14 -11 25 -21 13 -9 25 -7 -13 24 -28 30 -19 10 -32 21 -19 -17
Ac -5 8 -6 0 2 5 -2 11 -7 15 1 10 -7 14 13 1 2 6 3 9 4 16 16 8
Ae 5 -7 21 -18 16 12 9 -3 -1 -1 9 10 15 1 -7 27 -14 25 -8 17 -17 24 -3 -7
AM -1 1 8 -10 10 10 4 5 -5 9 6 12 3 9 5 15 -7 17 -2 14 -7 23 8 2
D 14 -18 2 -14 6 6 22 -8 14 7 -9 16 12 14 -13 12 -21 17 -8 8 -18 5 -22 -4
NOTA. Di=Dinamismo, Do=Dominancia, E=Energía, Cp=Cooperación, Co=Cordialidad, A=Afabilidad, Es=Escrupulosidad, Pe=Perseverancia, T=Tesón, Ce=Control de las emociones, Ci=Control de los impulsos, EE=Estabilidad Emocional, Ac=Apertura a la cul tura, Ae=Apertura a las experiencias, AM=Apertura Mental, D=Distorsión.
(r=0,31), Control de las emociones (r=-0,34), Control de los impulsos (r=-0,32) y Estabilidad Emocional (r=-0,35). En los Modos cognitivos aparecen correlaciones únicamente entre Sistematización y el fac tor Dinamismo del BFQ (r=0,30). Por últi mo, en los Comportamientos interperso nales se observa que Decisión se relaciona con el Control de los impulsos del BFQ (r=0,32). Y Sumisión se relaciona con Estabilidad Emocional (r=-0,32). Otro estudio con selección de perso nal presenta las relaciones del MIPS con el BFQ en un grupo de candidatos a beca rios de Comercio Exterior. En la tabla 4.13. aparecen las correlacio nes con el MIPS. En primer lugar, hay que señalar que en este grupo aparecen correla
ciones mayores que en el análisis anterior. En las Metas motivacionales se comprueba que Expansión se relaciona con Dinamismo (r=0,40), Control de las emociones (r=-0,34) y Apertura a la experiencia (r=-0,34). Preservación del MIPS se relaciona con Dinamismo (r=-0,43), Energía (r=0,32), Apertura a la experiencia (r=0,37) y Apertura a las emociones (r=0,34). Modifi cación se relaciona con Dominancia (r=0,41), Energía (r=0,38), Escrupulosidad (r=0,33), Perseverancia (r=0,31) y Tesón (r=0,38). Individualidad se relaciona con Dinamismo (r=0,46), Dominancia (r=0,41), Energía (0,52), Apertura a la experiencia (0,37) y Apertura a las emociones (r=0,35). Protección se relaciona con Control de las emociones (r=-0,51), Control de los impul sos (r=-0,41) y Estabilidad Emocional (r=-0,49).
Tabla 4.13. Correlaciones con el BFQ (muestra de becarios de comercio exterior) Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
Di -40 -43 21 -7 46 -13 18 -18 -18 09 19 00 -17 20 -51 36 15 22 29 -5 -25 30 -7 -14
Do -4 13 41 -19 41 7 31 -16 14 2 32 -12 0 12 -33 47 -13 54 24 14 -11 28 20 -7
E -25 32 38 -16 52 -3 29 -20 -1 7 31 -7 -10 19 -50 50 1 47 32 6 -21 34 9 -13
Cp -18 5 1 -12 10 -3 -2 6 -29 17 -10 18 -19 25 -22 12 0 8 6 -36 -16 12 -18 -17
Co -20 23 10 -19 19 -18 -3 -7 -52 17 -6 13 -25 28 40 11 -2 4 -12 -16 -20 16 -9 -9
A -23 19 7 -19 18 -14 -2 -2 -50 20 -9 17 -26 31 -17 13 -1 7 -5 -28 -21 16 -15 -14
Es 17 -16 33 -17 23 10 8 11 23 3 19 -25 16 23 -2 17 -5 31 42 -11 -31 45 35 -46
Pe -8 19 31 -11 28 11 11 7 0 9 13 -6 -2 29 -25 28 5 29 33 -18 -29 31 18 -21
T 7 -1 38 -17 29 12 11 11 15 7 19 -20 10 30 -14 25 -1 36 44 -16 -36 46 33 -41
Ce -34 -23 -4 6 14 -51 3 -12 -32 39 -15 -13 -52 12 -27 3 -3 -4 -8 -46 -12 3 -3 -28
Ci -15 -14 13 -3 14 -41 8 5 -23 42 -9 -4 -30 21 -7 1 7 -7 -3 -36 -7 3 15 -24
EE -27 -20 5 2 15 -49 06 -3 -29 43 -13 -9 -44 18 -18 2 3 -5 -6 -44 -10 3 7 -28
Ac -5 20 5 -23 22 -3 7 9 -5 11 -17 27 6 26 -24 19 -3 23 23 -14 -22 16 11 -19
Ae -34 37 4 -9 37 -20 1 -9 -18 3 -2 24 -7 4 -43 25 20 18 23 0 -15 14 -4 -3
AM -23 34 6 -19 35 -14 5 0 -14 8 -11 30 -1 18 -40 26 10 25 27 -8 -22 18 4 -13
D -1 9 22 -1 28 -8 8 21 -22 30 17 18 -4 31 12 8 15 3 19 -1 -14 26 25 -24
NOTA. Di=Dinamismo, Do=Dominancia, E=Energía, Cp=Cooperación, Co=Cordialidad, A-Afabilidad, Es=Escrupulosidad, Pe=Perseverancia, T=Tesón, Ce=Control de las emociones, Ci=Control de los impulsos, EE=Estabilidad Emocional, Ac=Apertura a la cul tura, Ae=Apertura a las experiencias, AM=Apertura Mental, D=Distorsión.
Entre los Estilos cognitivos, Extraver sión se relaciona con el Dominancia del BFQ (r=0-31). Sensación del MIPS se rela ciona con Cordialidad (r=-0,52), Afabi lidad (r=-0,50) y Control de las emociones (r=-0,32) del BFQ. Intuición del MIPS se relaciona con Control de las emociones (r=0,39), Control de los impulsos (r=0,42) y Estabilidad Emocional (r=0,43). Pensa miento se relaciona con Dominancia (r=0,32) y Energía (r=0,31). Sistemati zación se relaciona con Control de las emociones (r=-0,52) y Estabilidad Emo cional (r=-0,44). Innovación se relaciona con Afabilidad (r=0,31)/ Tesón (r=0,30) y Distorsión (r=0,31). En los Comportamientos interpersona les, Retraimiento se relaciona con Dinamis mo (r=-0,51), Dominancia (r=-0,33), Energía (r=-0,50) / Apertura a la experiencia (r=-0,43)
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y Estabilidad emocional (r=-0,40). Sociabi lidad correlaciona con Dinamismo (r=0,36), Dominancia (r=0,47) y Energía (r=0,50). Decisión se relaciona con Dominancia (r=0,54), Energía (r=0,47), Escrupulosidad (r=0,31) y Tesón (r=0,36). La Discrepancia se relaciona con Energía (r=0,32), Escrupulosi dad (r=0,42) y Tesón (r=0,44). Conformis mo se relaciona con Cooperación (r=-0,36), Control de las emociones (r=-0,46), Control de los impulsos (r=-0,36) y Estabilidad Emocional (r=-0,44). Sumisión se relaciona con Escrupulosidad (r=-0,32) y Tesón (r=-0,36). Dominio se relaciona con Energía (r=0,34), Escrupulosidad (r=0,45), Perseve rancia (r=0,31) y Tesón (r=0,46). Descon tento se relaciona con Escrupulosidad (r=0,35) y Tesón (r=0,33). Y, por último, Aquiescencia se relaciona con Escrupulo sidad (r=-0,46) y Tesón (r = -0,41).
Tabla 4.14. Correlaciones con IPV (becarios de comercio exterior) Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A- Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
I -23 10 15 1 20 -9 6 4 -3 20 1 22 4 21 -12 22 -3 4 14 3 -11 10 -22 0
II -30 15 -4 4 22 -3 14 -14 15 6 1 12 -5 -2 -17 6 7 6 2 6 -12 8 6 -5
III -3 -12 16 10 21 -10 -1 -18 11 10 -1 7 -11 2 -13 14 -8 13 16 8 16 3 12 7
IV -22 4 20 -21 7 -5 7 -13 -2 5 -3 8 -1 5 -14 10 1 1 1 4 13 -5 -19 -2
V -10 17 0 -15 11 -15 -30 24 -18 25 -19 32 21 -4 -7 19 3 14 0 8 -7 3 -4 -15
VI -10 8 7 -22 -7 -3 -10 8 7 -5 -8 2 7 1 -6 22 11 10 2 3 13 8 2 2
VII -15 5 -15 1 12 -18 -9 20 -20 26 8 4 -17 4 -21 16 -6 -4 -12 -8 -10 -6 -32 -9
VIII -22 10 8 0 8 7 -4 0 -1 1 -9 13 6 -1 -4 10 18 13 14 5 17 -4 -10 9
IX -36 4 20 3 37 7 -4 0 -1 1 -9 13 16 -1 -4 10 18 13 14 5 17 -4 -10 9
DGV -19 18 22 -8 41 -27 -8 10 -14 33 -3 9 13 5 -31 33 3 23 22 12 -15 20 -1 -17
R -36 8 19 -1 33 -12 12 -18 5 19 -1 23 -6 12 -25 24 -1 11 15 9 -1 9 -8 0
A -24 18 4 -16 11 -13 -24 23 -14 22 -13 24 9 -1 -16 29 11 15 12 5 6 1 -18 -6
NOTA: I=Comprensión, II=Adaptabilidad, III=Control de sí mismo, IV=Tolerancia a la frustración, V=Combatividad, VI=Dominancia, VII=Seguridad, VIII=Actividad, IX=Sociabilidad, DGV=Disposición general para la venta, R=Receptividad, A=Agresividad.
4.3.4. Correlaciones con el IPV
En un estudio de selección de Becarios de Comercio Exterior, se utilizó también el Inventario de Personalidad para Vendedores (TEA, 1990) junto al MIPS; los resultados están en la tabla 4.14. Expansión correlaciona con Socia bilidad (r=-0,36) y Receptividad (r=-0,36) del IPV. Individualidad correlaciona con Sociabilidad (r=0,36), Disposición general para la venta (r=0,41) y Receptividad (r=0,33). Intuición correlaciona con Disposición general para la venta (r=0,334) del IPV. Sentimiento correlacio na con la Combatividad (r=0,32) del IPV.
Retraimiento correlaciona con Dispo sición general para la venta del IPV (r=-0,31). Sociabilidad del MIPS correla ciona también con esa Disposición gene ral para la venta, pero en sentido positivo (r=0,33). Las relaciones observadas entre ambos cuestionarios son menores que las que aparecían en los candidatos a Becarios, lo cual puede ser explicado por que este Inventario está diseñado para medir la personalidad específica de comerciales, lo cual limita la variable per sonalidad a la de un grupo con caracterís ticas propias.
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4.4. CONCLUSIONES En este capítulo se ha anali zado la ha bilidad del MIPS (su consistencia interna y estabilidad temporal) y su validez. Los resultados indican que la habilidad en la muestra española es ligeramente inferior a la obtenida en la tipificación norteame ricana. Esta tendencia es similar en todas las escalas del MIPS lo cual puede ser debido a que se trata de un test adaptado a otra cultura diferente. Ello no desmere ce la consistencia de los índices de habili dad obtenidos en muestras diferentes. La estabilidad temporal con diferentes inter valos de tiempo permite constatar que los constructos evaluados por las escalas
representan disposiciones más o menos estables de la personalidad, en nuestro caso en estudiantes universitarios. Así, podríamos decir que los estilos de perso nalidad de los sujetos son los mismos pasados 3 meses y un año o 4 meses. Sin embargo, queda abierta la cuestión de hasta qué punto es un instrumento sensi ble a los verdaderos cambios en los estilos de personalidad de las personas y cuál es su habilidad para diferenciar los verda deros cambios de los errores de medida propios del Inventario. Por último, se han mostrado algunos de los trabajos relacio nados con su validez de constructo.
5. INVESTIGACIÓN APLICADA EN POBLACIÓN ESPAÑOLA 5.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo se presentan las inves tigaciones realizadas hasta el momento. Han surgido de nuestro grupo de trabajo sobre estilos psicológicos; a lo largo del capítulo se citan las personas que han desarrollado estos estudios; algunos de los trabajos se han recogido de forma más extensa en un libro de reciente publicación (Sánchez-López y Casullo, 2000). Aquí se analizan en primer lugar los estilos de personalidad según las varia bles demográficas fundamentales (edad y sexo). En segundo lugar, se ven las rela-
ciones encontradas en los análisis compa rándolos con otras variables psicológicas, como los estilos de vida, la satisfacción vital, los objetivos de vida, matutinidad/vespertinidad y los estilos de cogni ción. En el tercer pu nt o se analiza el uso del inventario para la elaboración de perfiles psicológicos individuale s, tom and o como ejemplo un caso particular como es el de mujeres víctimas de malos tratos. Y, por último, se resumen algunas investigacio nes llevadas a cabo en el ámbito laboral.
5.2. ESTILOS DE PERSONALIDAD Y VARIABLES DEMOGRÁFICAS 5.2.1. Diferencias entre sexos
Un área que ha suscitado diversas investigaciones ha sido la de las diferen cias de personalidad según sexo y género. Bonilla Campos y Castro Solano (2000) analizan las diferencias existentes en España en personalidad según esta varia ble. En este estudio, la distribución del grupo utilizado indica que en el grupo de universitarios, el 62,8% de los varones y el 64,1% de las mujeres se concentran entre los 19 y 21 años y sus edades medias res pectivas son de 21,20 años (Dt=3,32) y 20,40 años (Dt=2,70). En la muestra adul ta, el 47,9% de las mujeres y el 45,5% de los varones tienen edades comprendidas entre 20 y 30 años, con medias de 33,40 (Dt=ll,68) y 34,60 años (Dt=12,92), respec tivamente. La primera conclusión de esta investigación es que el sexo, tomado aisla damente, no es la variable más importan te para explicar las diferencias en estilos de personalidad encontrados entre indivi duos, ya que la magnitud de las diferen cias encontradas es, en general, modera
da. Se obtienen mayor número de diferen cias significativas según el sexo en las dimensiones motivacional y conductual del MIPS, confirmando las predicciones establecidas por los autores. Escalas como Individualidad y Protección, por ejemplo, siguen cumpliendo los pronósticos esta blecidos por Millón, ya que las mujeres siguen siendo más protectoras que los varones, que tienden a puntuar más alto en Individualidad. Las diferencias entre varones y mujeres son significativas sobre todo en la bipolaridad Pensamiento/ Sentimiento, y son las mujeres las que puntúan más alto en Sentimiento y los varones en Pensamiento. También en Sumisión / Dominio las diferencias entre sexos son significativas. Son los varones los que obtienen puntuaciones superiores e inferiores más extremas. Las mujeres obtie nen puntuaciones más moderadas, tanto en variables donde las tienen más altas (Protección, Sentimiento, Aquiescencia) como en aquellas en las que las obtienen más bajas (Individualidad, Pensamiento, Decisión y Dominio).
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5.2.2. Diferencias en edad
Se han analizado también las diferen cias entre grupos de edad comparando grupos de estudiantes universitarios y de adultos (Díaz Morales y Castro Solano, 2000). Este grupo está compuesto por 1.015 personas, con una edad media de 24 años (18 a 65), de los cuales 425 (41,1%) son varones y 590 (58,9%) son mujeres. Los autores encuentran que en la pobla ción española los estilos de personalidad cambian más con la edad si se les compa ra con otras poblaciones, como la argenti na. Las diferencias más relevantes se dan en el área de los Modos cognitivos y de las Comportamientos interpersonales. En cuanto a las Metas motivacionales, las diferencias entre los grupos de edad no son muy relevantes si se considera el tamaño del efecto. En Metas motivacionales las personas mayores tienden a ver el lado negativo de las cosas, a acomodarse a las situaciones
creadas por otros y a puntuar más en Protección (orientados hacia los demás) que en Individualidad (orientados hacia sí mismos). Esto es coherente con la mayor Introversión (utilización de fuentes inter nas para recopilar información), la tenden cia a basarse en datos concretos y palpables más que en abstracciones y a ser menos innovadores que el grupo más joven. En Modos cognitivos también se encuentran escalas donde se dan diferencias de edad en los varones y no en las mujeres. Es decir, cuando se analiza en qué escalas de este área se producen diferencias de edad, se encuentran diferencias en Preservación, Adecuación y Protección en las mujeres, y sólo en Preservación en los varones. En cuanto a los Comportamientos interpersonales los grupos de mayor edad son más retraídos, menos comuni cativos, inse guros en sus relaciones socia les y conformes a las costumbres y nor mas sociales, con una tendencia a rebajar se ante los demás o ser sumisos.
5.3. VARIABLES PSICOLÓGICAS RELACIONADAS A continuación se resumen los estu dios de algunas variables psicológicas relacionadas con los estilos de personali dad evaluados con el MIPS. La enumera ción no pretende ser exhaustiva; se citan aquellas variables investigadas, pero éstas, lógicamente, no son todas las posi bles. Futuras investigaciones irán ampliando el abanico de relaciones. 5.3.1. Estilos de vida, satisfacción vital y variables de personalidad
En una de nuestras investigaciones se analizó la relación existente entre estas tres áreas de estudio (Aparicio García, 2000b). Antes de analizar las tres entida des, en estudios previos analizamos las relaciones existentes entre satisfacción y estilos psicológicos (Sánchez-López y Díaz Morales, 1998) y entre estilos psico-
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lógicos y personalidad (Sánchez-López y Aparicio García, 1998), pero pese a las relaciones aparecidas, se encontraba un porcentaje de varianza no explicada por las relaciones entre estas variables dos a dos. Por ese motivo en el estudio siguien te se analizaron las relaciones entre las tres variables mencionadas. El análisis de los tres conceptos se enmarca según las definiciones que aparecen a continuación. Se parte de la consideración de la satisfacción como componente cognitivo del bienestar subjetivo (Veenhoven, 1984). Este con cepto se operativiza como satisfacción autopercibida, y en el estudio que nos ocupa se mide tanto la satisfacción familiar como la satisfacción laboral, por ser los dos ámbitos que las personas consideran más importantes a la hora
de valorar su satisfacción (SánchezLópez y Quiroga, 1995), y un índice de satisfacción global. Los estilos de vida se definen como las soluciones estraté gicas que adopta el individuo para poder cumplir sus planes y objetivos globales; en la práctica, adoptan la forma de patrones de vida episódicos (Sánchez-López, 1997). Esta variable se operativiza mediante la distribución del tiempo, tomando datos de las personas durante una semana estándar de su vida; los minutos dedicados por los participantes a las actividades de esta semana se denomina tiempo global. En un grupo de 89 personas con una edad media de 28,18 años (Dt= 10,84) se realizó un análisis de conglomerados con las variables del MIPS y el tiempo global. Los grupos obtenidos se cruzaron en una tabla de contingencia entre las dos varia bles, de tal mo do que se obtuvi eron 6 gru pos de sujetos, los cuales se cruzaron con la satisfacción. Entre los grupos obteni dos los más significativos son los dos que agrupan al mayor número de personas. Así, se obtiene un primer grupo de suje tos que están satisfechas con su vida, dedican gran parte de su tiempo a activi dades de trabajo y tienen variables de personalidad en el MIPS más adaptativas (puntúan más alto en los polos más adaptativos del cuestionario). El segundo grupo se compone de personas satisfe chas, que dedican más tiempo a activida des domésticas y que no tienen un patrón de personalidad claramente especificado, sino más bien indefinido (es decir, no es ni claramente adaptativo ni desadaptativo, pues puntúa en escalas de los distin tos polos). Este estudio permitió demostrar lo que se venía apuntando en investigacio nes anteriores (Sánchez-López y Quiroga, 1995; Quiroga y Sánchez-López, 1997) sobre las relaciones entre estos conceptos, así como comprobar que la estructura del MIPS en polos adaptativos y desadaptati-
vos se relacionaba con variables clásicas dentro del estudio psicológico, como es la satisfacción vital. Por último, comentamos una investi gación que relaciona los estilos de perso nalidad y la satisfacción; ha sido realiza da por Castro Solano y Díaz Morales (2000) y redunda en los aspectos analiza dos anteriormente. En este estudio parti ciparon 202 universitarios del primer año de licenciatura, y la mayoría de ellos eran mujeres (89%). La operativización que utilizan estos autores de la satisfacción se basa también en su autopercepción, pero crearon una escala basada en la escala DT de Andrews y Withey (1976). Esta escala mide la satisfacción que los estudiantes tienen con su familia, estudios, tiempo libre, compañeros de estudio, amigos, vida emocional, salud física, psicológica y nivel de vida en general. Se han encontra do dos perfiles diferenciales de personali dad: el primero era de orientación activa y el sujeto obtenía su refuerzo preferente mente en sí mismo (el perfil se denomina activo-independiente) y otro perfil más pasivo y que obtenía su refuerzo prefe rentemente de los demás, y se denomina pasivo-dependiente. Al analizar las rela ciones entre este perfil y satisfacción encontraron que el grup o activo-indepen diente registraba mayor satisfacción en todas sus áreas vitales excepto en relación con la familia y con sus compañeros de estudio. Por el contrario, el estilo pasivodependiente se autopercibía con menor satisfacción vital en la mayoría de los aspectos de su vida. Al analizar las áreas de satisfacción que se relacionaban con cada uno de los estilos, encontraron que la personalidad juega un papel modera dor en la autopercepción del bienestar psicológico en las diferentes áreas vitales. Aquellas personas más optimistas con la vida y más ajustadas son los más satisfe chos con la vida. En cambio, aquellos más pesimistas, aislados y sumisos, tienen tendencia a experimentar una menor satisfacción con la vida. 93
5.3.2. Objetivos de vida y satisfacción vital
Dentro de este área se realizó un estu dio que tenía como propósito aclarar la relación entre la satisfacción vital percibida, los objetivos vitales y los estilos de perso nalidad en 217 estudiantes españoles con una media de edad de 18 años y estudian tes de primer curso de licenciatura (48 varo nes y 169 mujeres) (Castro Solano, 2000). A este grupo se le aplicó una escala de Satisfacción con la vida, la SWSL (que evalúa con 5 ítems la Satisfacción vital autopercibida), una escala de objetivos vitales construida ad hoc, pero basada en la EDECA de Aramburu (1998) y el MIPS. En primer lugar, se obtuvieron cinco perfiles de personalidad y luego se anali zaron los objetivos vitales que poseía cada perfil particular. En este momento no analizamos cada uno de los perfiles por sobrepasar los objetivos de este capí tulo y remitimos al lector interesado a consultar Castro Solano y Díaz Morales (2000) para un resumen o Castro Solano (1999) para un examen mas detallado. La principal conclusión extraída de los datos es que la percepción de una baja satisfac ción con la vida está relacionada con una gran cantidad de aspectos, en el sentido de que las personas experimentan "défi cit" en gran cantidad de áreas vitales que tienen que ver con la familia, amigos y otros vínculos interpersonales. Además perciben que han logrado mucho menos de la vida y que en el futuro lograrán menos también.
5.3.3. Matutinidad / vespertinidad
En los últimos años se ha puesto de relieve la importancia de la cronopsicología y sus aplicaciones prácticas (SánchezLópez, 1999). Desde 1931, Wuth definió a
los "sujetos de mañana" y a los "sujetos de tarde", indicando que los sujetos de mañana empiezan a estar cansados al mediodía y por la tarde, se acuestan pronto, se duermen rápidamente y se levantan por la mañana en forma; mien tras, los sujetos de tarde tienen su mejor rendimiento al final del día, se acuestan relativamente tarde y se despiertan can sados por la mañana. Esta tipología pare ce estar relacionada con su capacidad de vigilancia y tiempo de reacción. También se han encontrado relaciones entre estas variables y variables de personalidad; la más estudiada ha sido la de Introversión/ Extraversión (en la acepción usada por Eysenck, por ejemplo, no estrictamente en el sentido que reivindica Millón; véase el capítulo 2 de este mismo Manual). Las relaciones, sin embargo, aparecen menos constantes y claras que con la tipología de matutinidad/vespertinidad. A partir de estos datos, Sánchez-López y Díaz Morales (2001) realizaron un estu dio de relación del MIPS con la Escala com puesta de matutinidad (CS) de Smith, Reilly y Midkiff (1989), traducida y adapta da al español por Díaz Ramiro (2000). En este estudio se analizaron las relaciones entre el MIPS y los tres grupos que se obtie nen de la escala compuesta (matutinos, indefinidos y vespertinos), en un grupo de 120 mujeres universitarias argentinas, estu diantes de Psicología de una universidad privada del oeste de Argentina 1. La edad media es de 21,02 años (Dt=l,80). Los resultados indicaban que las mujeres matutinas se diferencian de las vespertinas en que son más organizadas y predecibles en cuanto al enfoque de sus experiencias en la vida. Adaptan sus nuevos conoci mientos a los ya habituales y son cuidado sas cuando no perfeccionistas al ocuparse incluso de los mínimos detalles. Como resultado de esto, los demás las consideran metódicas, meticulosas y eficientes.
Este trabajo se realizó gracias a la colaboración de Sonia Jiménez Bawden, de la Universidad Católica de Cuyo (Argentina) y al entusiasmo de los alumnos de dicha Universidad.
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De la misma forma, es más probable que las mujeres sin una tipología defini da, si se las compara con las vespertinas, sean rectas y con dominio de sí mismas. Se relacionan con la autoridad de forma respetuosa y cooperadora, tienden a com portarse de un modo apropiado y formal en contextos sociales, y es improbable que expresen sus emociones o que actúen espontáneamente. En un estudio con población españo la hemos contado con un grupo de 194 sujetos, de los cuales, 119 son universita rios y 75 adultos. Los estudiantes se com ponen de 89 mujeres y 30 varones, de 20 a 28 años, con una media de edad de 20,65 y una Dt de 1,98. Los adultos son 42 mujeres y 33 varones, de 20 a 65 años con una media de edad de 41,72 y una Dt de 11,15.
Si analizamos los datos de los estu diantes mediante el mismo procedimien to usado por Sánchez-López y Díaz Morales (2001), observamos que las esca las donde existen diferencias entre los tipos circadianos son Modificación, Adecuación, Sistematización, Conformis mo y Sumisión. Así, las personas matuti nas, comparadas con los otros dos tipos circadianos, se caracterizan por pensar que el futuro depende de ellos, por lo que intentan cambiar su entorno para conse guir sus deseos; son cooperativas, con autodominio y respetan la autoridad. Las personas de tipo indefinido se caracteri zarían por ser sumisas ante los demás. Y las vespertinas porq ue no intentan dirigir sus vidas, se acomodan a las circunstan cias creadas por otros, sin tener iniciativa (véase los resultados de los análisis de varianza que resume la tabla 5.1).
Tabla 5.1.Estilos de personalidad y tipología circadiana en universitarios 68 vespertinos Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 3B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
37 indefinidos
9 matutinos
Media
Dt
Media
Dt
Media
Dt
F
25,20
6,16 9,22 9,83 9,99 8,05 8,64 7,76 6,18 5,75 7,43 9,29 9,61 11,5 7,66 8,25 10,53 9,72 11,35 8,45 10,09 7,82 8,27 8,71 10,13
22,89
7,82 10,60 9,41 10,21 8,65 8,47 8,77 7,68 5,54 7,89 10,13 8,90 10,7 8,38 9,81 9,75 13,42 11,45 7,24 7,45 7,71 7,80 8,93 10,16
28,22
9,01 12,56 16,29 9,33 8,16 7,41 5,78 7,04 5,51 7,52 10,04 10,07 9,25 8,84 9,51 8,24 8,38 7,03 6,98 6,89 4,06 7,49 8,07 10,44
2,57 1,26 6,54 3,64 0,42 0,20 1,61 0,24 0,65 0,90 0,43 0,36 4,71 2,24 0,09 2,65 2,69 2,99 1,02 4,27 2,31 0,87 1,25 1,05
16,41 26,79
21,32 20,36 28,69 28,45
9,92 16,17 24,52
15,98 29,72 30,92 30,44
16,32 34,77
15,41 32,26 23,05 33,63
14,94 23,89 22,22
33,13
18,10 27,97
21,16 19,02 29,70 28,02
10,64 17,45 22,89
17,48 28,67 33,29 27,27
16,54 32,89 18,864 32,45
21,51 37,54
16,86 22,48 23,62 35,97
12,33 39,88
11,88 21,22 29,77 33,22
9,11 16,11 21,77 18,33 27,22 42,88 27.00
15,11 41,55 10,00 41,77 19,55 41,44 11,00 26,22
18,55 32,44
Sign.
* *
*
* *
NOTA:* p <0,05
95
En la tabla 5.2 se observa que en el grupo de adultos existen diferencias sig nificativas en Sensación, Intuición, Senti miento e Innovación. Las personas matuti nas se caracterizan, comparadas con los otros dos tipos circadianos, por obtener su s conocimientos de lo concreto, confiar en su
experiencia y en lo observable. Y las perso nas vespertinas se caracterizan por preferir lo simbólico y desconocido, buscan lo abs tracto y lo especulativo; forman sus juicios respecto a sus propias reacciones afectivas, se guían por sus valores personales, son creativos y asumen riesgos.
Tabla 5.2. Estilos de personalidad y tipología circadiana en adultos Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B, Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
19 vespertinos Media Dt 22,57 8,53 19,31 11,52 27,84 9,29 21,26 9,52 19,84 7,26 33,57 7,76 26,73 8,72 9,63 6,87 16,63 6,31 24,21 7,31 16,36 9,03 33,52 8,57 35,57 11,67 28,21 9,53 17,68 9,55 35,47 11,94 19,47 12,04 32,57 11,13 22,00 7,47 38,52 11,22 16,63 8,38 22,00 7,03 25,21 10,51 37,78 8,11
25 indefinidos Media Dt 19,88 6,37 18,72 9,30 26,24 8,79 23,12 9,25 17,72 5,84 32,08 6,99 24,16 8,68 10,44 5,72 18,60 7,15 18,08 8,37 19,84 7,27 28,96 8,40 35,24 9,52 21,96 7,73 23,04 8,83 29,64 11,91 20,40 9,69 27,68 10,88 19,56 8,08 39,04 7,36 18,64 7,60 21,80 6,11 23,88 8,36 36,40 8,02
28 matutinos Media Dt 23,57 5,28 16,85 7,70 24,85 8,26 22,46 9,37 18,32 6,72 29,64 7,96 22,57 9,06 12,28 6,49 22,28 4,70 14,57 6,82 21,03 8,73 25,64 7,58 37,46 11,25 20,28 9,58 21,32 9,95 29,32 9,89 18,50 8,27 32,17 8,28 19,10 7,47 41,85 7,90 15,14 6,05 24,10 6,55 21,71 7,45 35,21 8,89
F 2,13 0,46 0,67 0,21 0,58 1,62 1,26 1,11 5,34 8,98 1,83 5,31 0,32 4,66 1,76 2,02 0,24 1,77 0,87 1,06 1,53 0,99 0,98 0,53
Sign.
** *** ** *
NOTA:* p <0,05, ** p <0,01, *** p <0,001.
5.3.4. Estilos de cognición y hemisfericidad
Se ha investigado el uso del MIPS como medida de estilos de cognición y su relación con la hemisfericidad (Ruiz Rodríguez y Fuste Escolano, 2000). Este estudio se basa en la evaluación de los estilos de cognición, para lo cual usan diferentes medidas de hemisfericidad junto con el MIPS. Estudiaron estos aspectos con un grupo de 207 estudiantes universitarios de Barcelona, de los cuales 89 son varones y 118 mujeres. Ambos 96
tipos de medidas presentan convergencia en el estudio de los estilos de cognición, tal y como se constataba en el análisis de correlación presentado en este estudio entre las diferentes medias. Este análisis ponía de manifiesto que Innovación, Sentimiento e Intuición son las escalas que más correlacionan con las dos escalas que utilizan los autores para evaluar el estilo cognitivo de hemisfericidad holística; por el contrario, los otros polos, Pensamiento, Sistematización y Sensación se corresponden mejor con el estilo cogni-
tivo de hemisfericidad analítica. Estos resultados se ven confirmados además por el análisis de componentes principales que se realizó. Con otros análisis diferentes se comprueba la misma estructura y se pue den considerar cada uno de los polos ana lítico frente a holístico de la dimensión cognitiva bipolar que representa el constructo hemisfericidad como un tipo cognitivo, es decir, como una estructura cogniti va de categoría superior integrada por componentes específicos de cognición. Tales componentes los constituirían cada uno de los aspectos evaluados por los Modos cognitivos que mejor definen las
estrategias analíticas (Introversión, Sen sación, Pensamiento y Sistematización) y holísticas (Extraversión, Intuición, Senti miento e Innovación) de procesamiento de la información. Por tanto, los resultados encontrados confirman datos de estudios anteriores y permiten concluir que el enfoque neuropsicológico de los estilos cognitivos aplicado a la perspectiva de los estilos de personalidad adoptada en el MIPS sugiere la posibilidad de integrar la cognición y la personalidad en un mismo paradigma de investigación.
5.4. PERFILES ESPECÍFICOS DE PERSONALIDAD: UN EJEMPLO EN MUJERES MALTRATADAS Una de las áreas de aplicación de este cuestionario de personalidad es la elabo ración de perfiles individuales que pue dan servir de apoyo en diferentes ámbi tos, tanto en la psicología educativa, como en la laboral y la clínica (siempre teniendo en cuánta que no es un inventa rio de personalidad patológica). Uno de los ejemplos donde se ha comprobado su utilidad ha sido en el estudio de mujeres víctimas de malos tratos. Un análisis realizado por Patró Hernáez, Fernández Ros y Corbalán Berna (2000) presenta unos interesantes perfiles comparativos de mujeres que acaban de ingresar en una casa de acogida y mujeres que ya llevan un tiempo viviendo en ella. Era un grupo de 15 mujeres maltratadas que ingresaron en estos centros de acogida después de solicitar ayuda pública; tenían entre 21 y 59 años con una edad media de 26 años; la mayoría están casadas (53,3%) y todas tienen hijos (normalmente entre 1 y 2). Su nivel de estudios es el siguiente: un 33,3% cursó estudios primarios, un 40% acabó la EGB y un 26% el Bachillerato. Los resultados muestran que las pri meras tienen un perfil mucho más desa-
daptativo que las segundas, lo que a nuestro entender aporta dos conclusio nes muy interesantes: primero, que el cuestionario es capaz de detectar patro nes diferenciales de personalidad en grupos de personas concretas y segun do, y mucho más importante aunque más alejado del estudio del inventario, es que probablemente la intervención que se está llevando a cabo en estos cen tros de acogida está permitiendo que estas mujeres sean capaces de cambiar su perspectiva sobre su situación y sobre sí mismas para poder continuar con sus vidas después de una situación tan compleja como la que han vivido. Así, por ejemplo, las mujeres que acaba ban de entrar en el centro de acogida tendían mucho más a proteger a los demás que a sí mismas mientras que las que llevaban un tiempo en la casa de acogida tendían más a pensar en sí mis mas antes que en los demás (balance entre Individualidad y Protección). En el caso de estas mujeres esto puede ser un avance importante para cambiar la situación en la que viven y seguir ade lante con sus vidas en otras condiciones más favorables, para ellas mismas y para su familia.
5.5. ESTILOS DE PERSONALIDAD EN EL ÁMBITO LABORAL En el ámbito laboral se han realizado varios estudios con el MIPS en contextos de selección de personal. El propio Millón (1994) presenta en el Manual ori ginal del MIPS varios estudios con dife rentes poblaciones de EEUU; comparó datos de diferentes profesiones con la muestra general estadounidense, y obtu vo interesantes resultados. En un estudio con reclutas de la fuerza aérea de Estados Unidos se aplicaron, junto con el MIPS, el NEO y el MMPI-2. Los resultados mues tran altas correlaciones entre los tres cues tionarios, que validan el uso del MIPS en diferentes investigaciones y estudios. En otro estudio con policías se analizaban características de personalidad que tenían que poner en marcha los policías en su trabajo diario. Al realizar este análisis se comprobó que las dimensiones esenciales para el ingreso en la academia de policía son minuciosidad y atención a los deta lles, sensibilidad a los intereses de los demás y Estabilidad emocional. Las esca las del MIPS relacionadas teóricamente con estos rasgos predecían el desempeño en diversas simulaciones de situaciones policiales tácticas durante la instrucción recibida en la académica. En varios estudios previos realizados con población argentina (Castro Solano, 2000), se ha encontrado que existe un patrón diferencial de estilos de personali dad entre personal directivo y personal no cualificado. La combinación de los ele mentos de las diferentes escalas del MIPS presentan relaciones internas diferentes para cada grupo laboral considerado. Al iniciar las investigaciones en España en este contexto, y especialmente en selección de personal, nuestra primera preocupación fue asegurarnos de que el 2
3
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MIPS cumplía los requisitos de no incluir preguntas que pudieran ser consideradas como invasión de la intimidad de las per sonas, con la finalidad, primero, de cum plir los requisitos deontológi cos, y, luego, de disminuir el posible sesgo de deseabilidad social2. Una vez aclarado este punto , se han realizado tres estudios diferentes que se pasan a describir a continuación. El prime r estudi o se compone de 378 tele operadoras de una empresa de telemarketing, los cuales desean promocionar a un puesto de coordinadores. El proceso de selección consta de dos fases: la pri mera incluye una dinámica de grupos y la aplicación de los tests 16PF-5 y MIPS, y la segunda consiste en una entrevista individual. En el grupo total, 301 son mujeres (79,6%) y 75 varones (19,8%); estos porcentajes son habituales en la población laboral a la que pertenecen. La edad varía de 20 a 57 años con una media de 27,45 años (Dt = 5,64); hay 114 casos con estudios superiores (30,2%) y 138 con estudios de nivel medio (36,5%); en el resto de los participantes no se dispone de su nivel de estudios. Además, este grupo pertenece a tres ciudades españo las distintas, lo cual aumenta la heteroge neidad de la muestra; estas ciudades son Madrid (39,4%), Sevilla (37%) y Bilbao (22%). En el segundo estudio han participa do 91 personas candidatos a auxiliares de clínica3; son únicamente mujeres de 22 a 57 años y una edad media de 34,57 (Dt=7,72). En cuanto al nivel de estudios, hay 40 personas que tienen estudios pri marios (43,9%), 27 con nivel de estudios de BUP/FP (29,7%) y 24 con nivel de estudios superiores (26,4%). En el proceso de selección se les evaluó con en el MIPS y el BFQ.
Agradec emos a José M a Prieto Zamora, de la Universidad Complutense de Madrid, el análisis cuidadoso que hizo de nuestra versión en español del MIPS antes de asegurarnos que el Inventario cumplía el requisito señalado. Esta selección se ha reali zado con la colabora ción de Carmelo Basor edo, del Servicio de Selección del Institut o Vasco de Administración Pública..
En el tercer estudio se contó con 71 personas que optaban a una Beca de Comercio Exterior que ofrece el Gobierno Vasco para enviar a las embajadas comer ciales de España. En el grupo había 49 mujeres (69%) y 22 varones (31%). La edad media es de 25,42 (Dt=l,83) con un mínimo de 22 años y un máximo de 30. En este proceso se les evaluó con el MIPS, el BFQ y el IPV.
Estos estudios muestran la existencia de las relaciones entre el MIPS y los cues tionarios usados en la misma línea plantea da por el autor, es decir, entre las escalas del MIPS que debían correlacionar teóricamen te con escalas de los cuestionarios usados aparecen correlaciones predecibles (véase el apartado de validez). Por otro lado, apa recen perfiles diferenciales de personalidad de las personas que superan el proceso de selección y las que no lo superan.
5.6. CONCLUSIONES Los resultados de las investigaciones que se han comentado en este apartado, llevadas a cabo por distintos investiga dores, y en muestras y contextos distin tos, permiten concluir que el MIPS es un instrumento que puede evaluar y diseñar estilos de personalidad diferenciales según las variables demográficas más clásicas, como edad y sexo (la variable "nación" será evaluada en otro capítulo de este mismo Manual); que permite relacionar estilos de personalidad con
variables psicológicas fundamentales, como estilo de vida, satisfacción y objeti vos de vida; matutinidad /vesperti nidad, estilos cognitivos y hemisfericidad; que es capaz de detectar perfiles específicos en poblaciones especiales, como la de mujeres maltratadas; y, por último, que puede ser utilizado con garantía en situa ciones relacionadas con el contexto labo ral, como la selección de personal o la elaboración de perfiles específicos de grupos profesionales.
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6. EL MIPS EN OTRAS POBLACIONES DE HABLA HISPANA 6.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo se pone de manifies to la posibilidad de poder usar este Inventario de Personalidad en otras poblaciones de habla española. En con creto, las investigaciones realizadas legiti ma n el uso del MIPS en Argent ina, Perú y México, entre los países que tienen el español como idioma oficial; se anuncia también los futuros estudios de su adap tación en Portugal y Brasil. En los siguientes puntos se analizarán los estudios realizados en poblaciones hispanoamericanas. En cada país se reali zó una adaptación idiomática del cuestio nario, siguiendo los mismos pasos que en el caso de la adaptación española (ver Capítulos 3 y 4). Dicha adaptación se rea lizó en cada uno con un grupo de exper tos de cada uno de los países, quienes marcaban aquellos ítems difíciles de entender, discutiéndolos después en con junto y de cidi endo los cambios idiomáticos. Después de realizar los análisis psicométricos oportunos, se llevaron a cabo comparaciones entre los Estilos de Personalidad de adultos españoles y argentinos; entre estudiantes y adultos mexicanos y españoles; y, por último, se comparan estudiantes y adultos perua-
nos y españoles; en estos momentos se están realizando las investigaciones correspondientes en Portugal y Brasil para validar el cuestionario en dichos paí ses. Los resultados generales se presentan en los apartados siguientes de este capí tulo, y se incluyen al final las tablas de las puntuaciones de prevalencia correspon dientes a cada uno de los países, lo que permite la correcta utilización de las pun tuaciones directas de los sujetos a los que se les aplique. En cualquier caso, será bien recibida más investigación prove niente de dichos países, y desde aquí se anima a los investigadores y usuarios en general del MIPS a que vayan aumentan do la base de datos correspondiente, lo que permitirá adaptar cada vez mejor este instrumento de evaluación a las dis tintas realidades. A causa de la magnitud de las tablas de este capítulo, todas ellas se han trasla dado al final del mismo, para evitar la interrupción del texto que supondría la inclusión dentro del mismo. Además, para clarificar su presentación, se han eli minado los ceros y coma decimales y todos los índices de habilidad se ofrecen en centésimas.
6.2. EL MIPS EN ARGENTINA 6.2.1. Datos psicométricos
Los datos que se presentan en la tabla 6.1, colocada al final de este capítulo como se ha indicado anteriormente, con los índices en centésimas (sin el cero ni la coma decimales), proceden de un estudio con un grupo de 822 españoles y 573 argentinos (Sánchez-López y Aparicio, 1998). El grupo español estaba compues-
to por 573 mujeres y 249 varones, con una media de edad de 20 años y una desvia ción típica de 2,60. El grupo argentino constaba de 299 mujeres y 150 varones, con una media de edad de 27 años y una desviación típica de 11,90. En la tabla 6.1, se incluyen los datos de habilidad en cen tésimas. El coeficiente alfa promedio en los datos argentinos fue de 0,70, con un valor mínimo de 0,59 en Dominio y un
máximo de 0,82 en Preservación. La Habi lidad promedio en las mujeres es de 0,71, desde un mínimo de 0,57 en Dominio y Aquiescencia a un máximo de 0,82 en Preservación. La fiabilidad promedio en los varones es de 0,70, con un mínimo de 0,59 en Individualidad y Dominio y un máximo de 0,80 en Sistematización. Mediante el método de dos mitades, la fiabilidad promedio es de 0,70, con un valor mínimo de 0,53 de Protección y un máximo de 0,83 en Preservación. En las mujeres la fiabilidad promedio es de 0,69, con un mínimo de 0,53 en Aquiescencia y un máximo de 0,81 en Indecisión. Los varones tienen una fiabilidad promedio de 0,71, con un mínimo de 0,57 en Descontento y un máximo de 0,85 en Preservación. Los resultados de la aplicación del MIPS a adultos españoles ofrecen un coefi ciente alfa promedio de 0,73, con un míni mo de 0,66 en Dominio y un máximo de 0,81 en Indecisión y Preservación. Las mujeres tienen un promedio de 0,73, con un mínimo en Sensación de 0,66 y un máxi mo en Indecisión de 0,83. Los varones tie nen un promedio de 0,71, con un mínimo de 0,61 en Dominio y un máximo de 0,79 en Indecisión, Sociabilidad y Preservación. Con el procedimiento de dos mitades el promedio asciende a 0,78, con un mínimo de 0,72 en Sensación y Dominio y un máxi mo de 0,86 en Preservación. Las mujeres tienen un promedio de 0,78, con un míni mo de 0,73 en Sensación y un máximo de 0,87 en Preservación. Los varones tienen un valor promedio de 0,76, con un mínimo de 0,69 en Dominio y un máximo de 0,85 en Preservación y Sociabilidad. Los datos estadounidenses presentan una fiabilidad promedio en alfa de 0,78, con un valor mínimo de 0,69 en Innovación y un valor máximo de 0,85 en Indecisión. La fiabilidad media en las mujeres es de 0,77, con un mínimo de 0,71 en Innovación y el máximo de 0,85 en Indecisión. En los varo nes el valor promedio es de 0,77, con un
mínimo de 0,67 en Innovación y un máxi mo de 0,85 en Indecisión. Con el procedi miento de dos mitades se obtiene una fia bilidad promedio de 0,82, con un mínimo de 0,75 en Sensación e Intuición y un máxi mo de 0,87 en Modificación e Indecisión. La fiabilidad promedio en las mujeres es de 0,80, con un mínimo de 0,72 en Protección y un máximo de 0,87 en Indecisión y Preservación. La fiabilidad promedio de los varones es de 0,81, con un mínimo de 0,72 en Innovación y un máxi mo de 0,88 en Indecisión. En otro estudio realizado por Casullo y Castro (2000) en el que se presentan también los índices de fiabilidad en una muestra argentina distinta, se indicaba que el coeficiente alfa oscilaba entre 0,66 y 0,78 con un promedio de 0,71. Las escalas que presentan los valores más bajos son 0,61 en Sumisión y 0,63 en Dominio, y los más altos son 0,78 en Protección, 0,76 en Extraversión y 0,75 en Expansión. Los resultados de ambos trabajos, bast ante similares, indica n que los índices de fiabilidad son aceptables, puesto que sus valores bajan ligeramente, lo que era de esperar al tratarse de una adaptación, y permiten usar el MIPS en población argentina. En cuanto a los datos de validez, en uno de los estudios m encionados anterior mente (Sánchez-López y Aparicio, 1998), se comprobó esta característica de dos maneras distintas. En primer lugar, se cal culó las intercorrelaciones de las escalas en la muestra argentina. Se comprobó que, como era de esperar, entre ambos polos (A y B) de una bipolaridad se observa corre laciones negativas elevadas. En segundo lugar, se observaban correlaciones positi vas elevadas entre constructos teórica mente relacionados (por ejemplo, entre Decisión y Sociabilidad hay r=0,75), corre laciones negativas elevadas entre cons tructos teóricamente discordantes (por ejemplo, entre Aquiescencia y Dominio
hay r=-0,67) y correlaciones muy próxi mas a cero entre constructos teóricamen te no relacionados (por ejemplo, entre In decisión y Sentimiento hay r=-0,12). Estos datos son consistentes con los encontrados por Millón y con la asunción de que el MIPS es un instrumento válido para evaluar los Estilos de Personalidad en población argentina. Por tanto, en el siguiente paso de la adaptación argentina se elaboraron las tablas de prevalencia con las muestras de mujeres, varones y total. Las tablas 6.2 (para las mujeres), 6.3 (para varones) y 6.4 (para el total) se encuentran al final de este capítulo. 6.2.2. Estilos diferenciales de personalidad
Los trabajos recogidos en este aparta do tratan de determinar si existen estilos diferenciales de personalidad en distintos grupos de sujetos. En primer lugar, se comparan sujetos españoles y argentinos. En otro estudio se analizaron las diferencias cualitativas en personalidad (Sánchez-López, Casullo y Aparicio, 1999). En este caso, el grupo español se componía de 624 casos con una media de edad de 27,59 años y una des viación típica de 9,60. El grupo argentino está compuesto por 449 casos, cuya media de edad de 27,00 años y una desviación típica de 11,90. Se observaron diferencias en 13 de las 24 escalas del MIPS, y los argentinos, cuando se les compara con los españoles, se autodefinen más tendentes a ver el lado bueno de las cosas, a ser más optimistas; tienden a autopercibirse más activos; tienen disposición a satisfacer las necesidades de los demás; procesan los conocimientos por medio de la lógica y lo analítico; forman sus juicios respecto a sus propias reacciones afectivas; creen ser talentosos y competentes y, por último, son respetuosos con la autoridad y ocultan sus sentimientos negativos.
Para analizar las posibles diferencias entre varones y mujeres se realizó un aná lisis de diferencias de sexo con los datos españoles y otro paralelo con los datos argentinos (Bonilla y Castro, 2000). En este análisis se diferenció en datos de muestra adulta, formada por 1.015 perso nas (media de edad de 34 años, desde 18 a 65 años, con 425 varones y 590 mujeres) y datos de muestra universitaria compuesta por 1.417 estudiantes (media de edad de 20,6 años, con 354 varones y 1061 muje res). Las principales conclusiones de este estudio ya se han expuesto en el capítulo 5, aquí analizamos principalmente los datos argentinos y las comparaciones entre ambo s países. Se encuen tra que en la muestra argentina las mujeres se diferen cian de los varones en que son más pasi vas, muestran menos iniciativa, dejan que las cosas sucedan para adecuarse a ellas, procesan información de modo menos lógico y racional que los varones, atien den al impacto subjetivo que tiene la información entrante en su sistema cognitivo y son mucho más retraídas y menos comunicativas y sociables que los varo nes. Por el contrario los varones resultan más orientad or ientados os hacia la actividad y menos hacia la pasividad, son más racionales y lógicos en su estilo de procesar la infor mación; en su relación con los demás son más gregarios y sociales, y observan mejo res habilidades sociales que las mujeres. Al comparar las diferencias de sexo entre los datos españoles y argentinos expuestas en el capítulo 5 y en el párrafo precedente, se puede concluir que en ambos países los varones puntúan más alto en Pensamiento y las mujeres en Sentimiento. Y en general, se encuentran menores menore s diferencias diferencias entre varon es y muje res argentinos que entre los españoles. En el análisis de las diferencias de edad se partió del mismo procedimiento y del mismo grupo de población presen tado en las diferencias de sexo, un grupo de datos españoles y otro de argentinos
(Díaz y Castro, 2000). La muestra argenti na de los estudios de edad estaba com puesta de 939 sujetos con una media de edad ed ad de 37,9 en las mujeres y de 37,1 en los varones. Los resultados del análisis de las diferencias de edad en esta muestra argen tina muestran que existe una tendencia a medida que aumenta la edad a disminuir la pauta de emocionabilidad negativa, es decir, existe una tendencia a la estabilidad emocional con la edad. Por otro lado, se encuentra que a medida que las personas se hacen mayores existe una tendencia a enfatizar las cualidades relacionadas con la calidez en los Comportamientos inter personales, subrayan las necesidades sociales y de pertenencia como Meta motivacional preponderante. También se encuentra que, en general, las personas
con la edad tienden a ser más organizadas, confiables y meticulosas, con mayor uso de rutinas preestablecidas, aunque a costa de utilizar menos soluciones creativas comparad comp aradas as con las personas m ás jóvenes, jóvenes, y a ser menos agradables y cooperativas (esto es cierto sobre todo en los varones). Las personas más jóvenes tienden a tener una orientación cognitiva más interna comparados con los mayores. Comparando los datos de los grupos español y argentino en edad encontramos que las relaciones son menos importantes en la muestra argentina que en la españo la, es decir, en aquella no existen tantas diferencias entre los estilos de personali dad de las personas jóvenes comparadas con las mayores.
6.3. EL MIPS EN MÉXICO Se hizo una adaptación idiomática del instrumento con la colaboración de un grupo de expertos, siguiendo el procedi miento general que se ha señalado en la Introducció n de este capítulo. capít ulo. Esa versión mexicana se aplicó a dos grupos, uno de adultos y otro de universitarios.
una desviación típica de 2,6. En este estu dio (Aparicio y Sánchez-López, 1998) se realizaron análisis de habilidad, así como una comparación entre las medidas de tendencia central entre españoles y mexi canos, y entre ambos sexos.
El grupo de adultos 1 está compuesto por 58 personas, de las cuales 31 (53,4%) son mujeres y 26 (44,8%) varones. La media de edad es de 40,16 (Dt = 13,80) y varía entre 20 y 77 años. El nivel de estu dios predominante son los superiores en 41 perso pe rsonas nas (70,7 (70,7%); %); hay 9 con bachillera to (15,5%) y 5 con estudios primarios (8,6%). Este grupo tiene distintas profe siones.
6.3.2. Datos psicométricos
El grupo de estudiantes está com puesto por 235 universitarios mexicanos 2, de los cuales 195 eran mujeres y 40 varo nes, con una media de edad de 20 años y 1 2
La habilidad en el grupo de adultos se presenta en la tabla 6.5, al final de este capítulo y con los índices en centésimas. La habilidad promedio estimada con el coeficiente alfa de Cronbach es de 0,70, con un mínimo de 0,52 en Introversión y un máximo de 0,82 en Indecisión. Las mujeres tienen un promedio de 0,67, con un mínimo de 0,41 en Introversión y un máximo de 0,82 en Adecuación. Los varo nes tienen un promedio de 0,74, con un mínimo de 0,52 en Aquiescencia y un máximo de 0,86 en Indecisión.
Este estudio se ha realiz ado en colaboració n con Marth a Orta de México y la Univer sidad de Salamanc a (España). Este estudio pu do realizarse gracias a la colaboración colaboración de Laura Hern ánde z Guzmán , de la Universid ad Nacional Autónoma de de México.
Los adultos españoles tienen un pro medio alfa de 0,73, con un mínimo de 0,66 en Dominio y un máximo de 0,81 en Indecisión. Las mujeres tienen un prome dio de 0,73, con un mínimo de 0,66 en Sensación y un máximo de 0,83 en Indecisión. Los varones tienen un prome dio de 0,71, con un mínimo de 0,61 en Dominio y un máximo de 0,79 en Indecisión. Los adultos estadounidenses presen tan una fiabilidad promedio de 0,78, con un mínimo de 0,69 en Innovación y un máximo de 0,85 en Indecisión. La fiabili dad promedio en las mujeres es de 0,77, con un mínimo de 0,71 en Innovación y un máximo de 0,85 en Indecisión. En los varones el promedio es de 0,77, con un mínimo de 0,67 en Innovación y un máxi mo de 0,85 en Indecisión. La fiabilidad de la prueba en la mues tra de estudiantes mexicanos se presenta en la tabla 6.6, con los índices en centési mas. El coeficiente alfa promedio es de 0,68, con un máximo de 0,85 en Indecisión y un mínimo de 0,47 en Discrepancia. El promedio en las mujeres es 0,65, con un mínimo de 0,32 en Sumisión y un máximo de 0,78 en Protección. En los varones el promedio es 0,68, con un mínimo de 0,47 en Discrepancia y un máximo de 0,87 en Indecisión. La fiabilidad promedio en la muestra total con el procedimiento de las dos mitades es 0,74, con un mínimo de 0,56 en Discrepancia y un máximo de 0,88 en Indecisión y Preservación. La fiabili dad promedio en las mujeres es 0,75, con un mínimo de 0,68 en Descontento y Conformismo y un máximo de 0,91 en Extraversión. Los varones tienen una fia bilidad promedio de 0,74, con un mínimo de 0,58 en Discrepancia y un máximo de 0,90 en Indecisión. La fiabilidad en los datos españoles tiene un alfa promedio de 0,72, con un mínimo de 0,65 en Dominio y un máximo de 0,82 en Indecisión. En las mujeres el
promedio es 0,72, con un mínimo de 0,64 en Introversión y un máximo de 0,81 en Indecisión. En los varones el promedio tiene un valor de 0,71, con un mínimo de 0,63 en Intuición y Dominio y un máximo de 0,84 en Preservación. Con el procedi miento de las dos mitades se obtiene un promedio de 0,77, con un mínimo de 0,70 en Dominio y un máximo de 0,86 en Decisión y Preservación. En las mujeres el promedio es 0,78, con un mínimo de 0,70 en Dominio y un máximo de 0,86 en Sistematización. En los varones el míni mo es de 0,68 en Dominio y el máximo de 0,88 en Preservación e Indecisión. La fiabilidad en estudiantes de EEUU tenía un alfa promedio de 0,77, con un mínimo de 0,70 en Intuición y un máximo de 0,87 en Indecisión. La fiabilidad pro medio en las mujeres era de 0,77, con un mínimo de 0,69 en Intuición y un máximo de 0,88 en Indecisión. La fiabilidad pro medio en los varones era de 0,77, con un mínimo de 0,69 en Innovación y un máxi mo de 0,87 en Preservación. Con el proce dimiento de las dos mitades se obtuvo un promedio de 0,80, con un mínimo de 0,70 en Sensación y un máximo de 0,89 en Dominio. La fiabilidad promedio en las mujeres era de 0,80, con un mínimo de 0,72 en Intuición y un máximo de 0,89 en Preservación. La fiabilidad promedio en los varones era de 0,80, con un mínimo de 0,74 en Innovación y un máximo de 0,87 en Preservación e Indecisión. Como en el caso de la población argentina, los datos indican que podemos considerar aceptables los índices de fiabi lidad, puesto que su valor desciende lo esperable al tratarse de un instrumento que ha sido adaptado, y permiten utilizar el MIPS en población mexicana. Dado el número de sujetos con el que se contaba, sólo ha sido adecuado la ela boración de las puntuaciones de prevalencia en el grupo total de universitarios, y los resultados aparecen en la tabla 6.7.
6.3.2. Estilos diferenciales de personalidad
Con los dos grupos de mexicanos se han realizado diferentes análisis para valo rar sus perfiles diferenciales. Se ha anali zado la diferencia de sexos con los dos grupos juntos y una comparación por eda des entre el grupo de universitarios y el de adultos. También se presenta un resumen del estudio realizado comparando estu diantes españoles y mexicanos en 1998. Las diferencias de sexo en los grupos mexicanos objeto de estudio se plasman en 15 de las 24 escalas del MIPS. Los datos se presentan en la tabla 6.8. Las mujeres tienen puntuaciones más altas que los varones en 7 escalas, lo que las define como personas que prefieren pro cesar los conocimientos por medio de la lógica y el razonamiento analítico, son creativas y tienden a asumir riesgos y son enérgicas y dominantes. Los varones puntúan más alto que las mujeres en 8 escalas y se definen como personas que intentan cambiar su entorno, se preocu pan primero por las necesidades de los demás, recurren a los demás en busca de estimulación y atención, forman sus jui cios tomando en consideración sus pro pias reacciones afectivas, son organiza dos y predecibles en su manera de abor dar las experiencias de la vida y tienen una relación respetuosa y cooperativa con la autoridad. En la tabla 6.9 se presentan las diferen cias entre universitarios y adultos mexica nos y se da en 18 escalas. Los universita rios obtienen puntuaciones más altas en 9 escalas, y se caracterizan por modificar su entorno influyendo en que los aconteci mientos satisfagan sus necesidades, están
motivados a satisfacer las necesidades de los demás, buscan estimulación y atención de los demás, son organizados en su manera de abordar las experiencias de la vida, su relación con la autoridad es respe tuosa y cooperativa y son receptivos en su relación con los demás. Los adultos puntúan más alto en 9 escalas, y se caracterizan por concentrar se en los problemas de la vida y agravar los, ponen muy poco empeño en dirigir su vida reaccionando ante los aconteci mientos que suceden, utilizan sus pensa mientos y sentimientos como recurso, prefieren lo simbólico y desconocido a lo concreto y observable, son creativos y asumen riesgos, son tímidos y experi mentan nerviosismo en situaciones socia les y son enérgicos y dominantes. En el estudio diferencial realizado (Aparicio y Sánchez-López, 1998) se encontraron que los universitarios mexi canos participantes se diferencian de los españoles en que creen en mayor medida que éstos que el futuro depende de ellos, por lo que intentan cambiar su entorno para conseguir sus deseos. Además, tie nen tendencia a estar más orientados a sus propias necesidades sin preocuparse de los demás. Son personas sistematiza doras, en el sentido de que son organiza dos, intentan transformar la información nueva adecuándola a lo conocido y son más perfeccionistas y eficientes. Por últi mo, y siempre en comparación con los españoles, buscan la estimulación y aten ción, se consideran a sí mismos simpáti cos y brillantes y también exigentes y manipuladores, creen tener talento y ser competentes, y se muestran ambiciosos y egocéntricos.
6.4. EL MIPS EN PERÚ Al igual que en los dos casos anterio res se partió de una adaptación idiomática del instrumento realizada por exper-
tos. Los participantes peruanos son 576 personas: estudiantes universitarios de la Pontificia Universidad Católica de
Lima y adultos pertenecientes a la plan tilla de trabajadores de tres empresas peruanas 3 . El grupo de adultos está compuesto por 119 sujetos, 27 son mujeres (22,7%) y 92 varones (77,3%); su media en edad es de 29,18 y su desviación típica de 9,33 (entre 18 y 58 años). El de universitarios está compuesto por 455 casos, 236 son mujeres (51,6%) y 219 varones (47,9%), su media de edad es de 20 años y la desvia ción típica de 2,66 (entre 16 y 40 años). 6.4.2. Datos psicométricos Los datos de fiabilidad en adultos peruanos se presentan en la tabla 6.10. El coeficiente alfa promedio es 0,71, con un mínimo de 0,60 en Innovación e Intuición y un máximo con 0,83 en Indecisión. La fiabilidad promedio en las mujeres es de 0,72, con un mínimo de 0,58 en Innovación y un máximo de 0,85 en Indecisión. El pro medio en los varones es de 0,69, con un mínimo de 0,58 en Intuición y un máximo de 0,81 en Sentimiento e Indecisión. La fia bilidad promedio con el procedimiento de las dos mitades es 0,76, con un mínimo de 0,67 en Intuición y un máximo de 0,86 en Sentimiento. La fiabilidad promedio en las mujeres es de 0,78, con un mínimo de 0,66 en Innovación y un máximo de 0,89 en Sociabilidad. Los varones tienen una fiabi lidad promedio de 0,75, con un mínimo de 0,69 en Sensación, Intuición y Pensamiento y un máximo de 0,87 en Sentimiento. Los adultos españoles tienen un pro medio en el coeficiente alfa de 0,73, con un mínimo de 0,66 en Dominio y un máximo de 0,81 en Indecisión. Las mujeres tienen un promedio de 0,73, con un mínimo de 0,66 en Sensación y un máximo de 0,83 en Indecisión. Los varones tienen un prome dio de 0,71, con un mínimo de 0,61 en 3
Dominio y un máximo de 0,79 en Indecisión. Con el procedimiento de las dos mitades el promedio asciende a 0,78, con un mínimo de 0,72 en Sensación y un mínimo de 0,86 en Preservación. Las mujeres tienen un promedio de 0,78, con un mínimo de 0,73 en Sensación y un máximo de 0,87 en Preservación. Las varones tienen un promedio de 0,76, con un mínimo de 0,72 en Aquiescencia y un máximo de 0,85 en Preservación y Sociabilidad. Los adultos estadounidenses presen tan una fiabilidad promedio de 0,775, con un valor mínimo de 0,69 en Innovación y un valor máximo de 0,85 en Indecisión; entre las mujeres el promedio es de 0,77, con un mínimo de 0,71 en Innovación y el máximo de 0,85 en Indecisión; en los varones el valor promedio es de 0,77, con un mínimo de 0,67 en Innovación y el máximo de 0,85 en Indecisión. Con el pro cedimiento de las dos mitades se obtiene una fiabilidad promedio de 0,82, con un mínimo de 0,75 en Sensación e Intuición, y un máximo de 0,87 en Modificación e Indecisión; entre las mujeres el promedio es de 0,80, con un mínimo de 0,72 en Protección y un máximo de 0,87 en Indecisión y Preservación; en los varones el promedio es de 0,81 con un mínimo de 0,72 en Innovación y un máximo de 0,88 en Indecisión. La fiabilidad en universitarios perua nos tiene un alfa promedio de 0,72, con un mínimo en Intuición de 0,59 y un máximo en Indecisión de 0,84. Las mujeres tienen un promedio de 0,72, con un mínimo en Innovación de 0,57 y un máximo también en Indecisión de 0,85; los varones tienen el promedio más bajo con 0,70, con un mínimo similar al de las mujeres, 0,58, en Intuición y un máximo también en Indecisión de 0,82. Los datos se presentan en la tabla 6.11.
Este trabajo se ha realizado en colaboración con Cecilia Thorne, de la Pontificia Univer sidad Católica del Perú (Lima) y gracias al esfuerzo de Yojana Pavón, de la Universidad Complutense, durante su estancia en la Universidad de Lima.
107
En esta misma tabla se puede ver la Habilidad de los datos españoles: un alfa promedio de 0,72, con un mínimo de 0,65 en Dominio y un máximo de 0,82 en Indecisión. En las mujeres el promedio es de 0,72, con un mínimo de 0,64 en Introversión y un máximo de 0,81 en Indecisión. En los varones el promedio tiene un valor de 0,71, con un mínimo en Intuición de 0,63 y un máximo en Preservación de 0,84. Con el procedimien to de las dos mitades se obtiene un prome dio de 0,77, con un mínimo de 0,72 en Intuición y un máximo de 0,86 en Decisión. En las universitarias el promedio es de 0,78, con un mínimo de 0,70 en Dominio y un máximo de 0,86 en Sistematización. La fiabilidad en estudiantes de EEUU tenía un alfa promedio de 0,77, con un mínimo de 0,70 en Intuición y un máximo de 0,87 en Indecisión. En las mujeres el promedio es de 0,77, con un mínimo de 0,69 en Intuición y un máximo de 0,88 en Indecisión; en los varones el promedio es de 0,77, con un mínimo de 0,71 en Intuición y un máximo de 0,87 en Preservación. Con el procedimiento de las dos mitades se obtuvo un promedio de 0,80, con un mínimo de 0,70 en Sensación y un máximo de 0,88 en Sistematización e Indecisión; el promedio en las mujeres era de 0,80, con un mínimo de 0,72 en Intuición y un máximo de 0,89 en Preservación; el promedio en los varo nes era de 0,80, con un mínimo de 0,74 en Innovación y un máximo de 0,87 en Preservación e Indecisión. Como en los dos casos anteriores, los datos indican que podemos considerar aceptables los índices de fiabilidad, pues to que su valor desciende como era de esperar al tratarse de un instrumento que ha sido adaptado, y permiten utilizar tam bién el MIPS en la población peruana. En las muestras peruanas se han ela borado aquellas tablas de prevalencia que eran apropiadas teniendo en cuenta el
tamaño de la muestra; son las siguientes: tabla 6.12 para adultos total, tabla 6.13 para universitarios total y tabla 6.14 para universitarios varones. 6.4.2. Estilos diferenciales de personalidad
A partir de los datos disponibles, se han analizado las diferencias entre sexos y edad. Así, en la tabla 6.15 se observa que en 10 escalas existen diferencias significativas entre varones y mujeres. Las mujeres se caracterizan, en comparación con los varo nes, por no intentar dirigir sus vidas, ya que se adecúan a las circunstancias creadas por otros, y por formar sus juicios basándose en sus propias reacciones afectivas y guiándo se por sus valores personales. Los varones, por el contrario, se caracterizan por intentar cambiar su entorno para conseguir sus deseos porque creen que el futuro depende de ellos; son individualistas, están orienta dos a sus propias necesidades sin preocu parse por los demás; derivan sus conoci mientos de lo concreto y confian en la expe riencia directa y en lo observable; procesan los conocimientos por medio de la lógica y lo analítico y basan sus decisiones en juicios objetivos; son organizados y transforman la información nueva que reciben adecuándo la a lo que conocen, siendo perfeccionistas y eficientes; actúan de modo independiente y no conformista, sin acatar las normas y tra diciones; y, por último, son enérgicos, dominantes, intrépidos y competitivos. Las diferencias observadas entre uni versitarios y adultos (tabla 6.16), indican que hay diferencias en Expansión, Modificación, Adecuación, Protección, Extraversión, Sensación, Intuición, Pen samiento, Sistematización, Innovación, Sociabilidad, Decisión, Conformismo y Aquiescencia. Los universitarios se carac terizan, con respecto a los adultos, por no intentar dirigir sus vidas, adecuándose a las circunstancias creadas por otros, y por tener menos iniciativa; también por prefe rir lo simbólico y desconocido, buscar lo
abstracto y especulativo; y, por último, por ser creativos, estar en desacuerdo con lo predecible y asumir riesgos. Los adultos, por el contrario, se caracterizan por ser optimistas en cuanto al futuro, les resulta fácil pasarlo bien y aceptan los altibajos de la existencia, creen que el futuro depende de ellos por lo que intentan cambiar su entorno para conseguir sus deseos; habitualmente están motivados a satisfacer primero a los demás, recurren a éstos para
buscar estimulación y para mantener alta su autoestima; derivan sus conocimientos de lo concreto y confían en la experiencia directa y en lo observable; procesan los conocimientos por medio de la lógica y lo analítico; buscan estimulación y atención; creen tener talento y ser competentes; son honrados, respetan la autoridad, son coo perativos y con autodominio; y suelen establecer vínculos y lealtades muy fuer tes, ocultando sus sentimientos negativos.
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Tabla 6.2 Puntuaciones de prevalencia (PP) en mujeres adultas de Argentina (N=299) PD 1A IB 2A 26 3A 3B 4A 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 3 0 0 0 0 0 2 0 5 0 0 0 0 0 3 0 7 0 1 0 0 0 4 0 9 0 2 3 0 0 5 0 13 0 4 3 0 0 6 0 15 0 6 5 0 0 7 1 18 0 9 6 0 1 8 1 22 0 13 9 0 1 9 2 26 1 17 13 0 2 10 3 29 1 21 17 0 3 11 9 30 1 25 21 0 4 12 13 32 1 29 25 0 9 13 17 33 2 33 29 1 12 14 21 34 4 37 32 1 15 15 25 36 6 41 35 2 18 16 29 38 9 45 38 2 21 17 34 39 13 47 42 4 24 18 39 40 16 49 45 9 27 19 44 41 20 52 49 13 29 20 49 42 23 55 53 13 33 21 53 44 26 58 57 17 37 22 55 46 29 60 61 21 40 23 58 49 32 62 65 24 43 24 60 53 35 65 69 27 46 25 62 56 38 67 73 29 49 26 65 60 41 69 77 33 52 27 67 63 44 72 82 37 55 28 69 66 47 74 85 41 58 29 73 69 49 76 87 44 61 30 77 73 53 79 89 47 64 31 81 76 56 81 94 49 67 32 85 80 60 83 96 53 69 33 89 83 63 86 97 57 72 34 92 86 66 89 98 61 76 35 96 89 69 93 99 64 79 36 100 94 73 95 100 67 82 37 100 96 77 96 100 69 85 98 81 97 100 74 89 38 39 98 85 98 100 80 93 98 89 98 100 85 96 40 99 93 98 100 89 97 41 99 95 98 100 92 100 42 43 100 97 98 100 95 100 98 98 100 96 44 45 100 99 98 100 97 100 99 46 100 47 100 100 100 100 48 100 49 100 100 50 51 100 100 52 53 100 100 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
4B 9 14 19 24 29 32 35 38 41 44 47 49 54 59 64 69 72 75 78 81 84 87 89 94 96 98 99 99 100 100 100 100 100
5A 0 0 2 3 4 6 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49 53 56 59 62 66 69 75 81 89 96 98 100
5B 6A 6B 0 0 0 0 0 0 1 0 3 0 4 0 5 0 7 0 8 0 3 9 0 6 14 0 7 19 0 8 24 0 9 29 1 13 32 1 16 35 1 20 38 2 23 41 4 26 42 9 29 44 9 33 47 13 36 49 17 40 53 21 43 57 25 46 61 29 49 65 33 53 69 37 57 72 41 61 76 45 65 80 49 69 83 52 73 86 55 77 89 58 81 94 61 85 96 64 89 97 67 94 98 69 95 99 73 98 100 77 98 100 81 99 100 85 99 100 89 99 100 91 99 100 93 100 100 96 100 96 100 98 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
7A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 4 4 6 9 11 13 15 17 18 19 20 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 52 55 58 61 64 67 69 73
7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B 11A U B 12A 12B 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 7 0 0 0 2 0 0 0 0 8 0 9 0 0 0 5 0 1 0 0 9 0 14 0 1 0 9 0 3 0 0 13 0 17 0 4 0 14 0 5 0 0 16 0 21 0 5 0 19 0 7 0 0 20 0 25 0 7 0 25 0 9 0 0 23 0 29 1 9 0 29 1 12 0 0 26 0 32 1 13 0 32 1 15 0 1 29 1 35 2 16 0 36 2 18 0 1 31 1 37 2 20 0 40 2 21 0 2 33 2 39 3 23 0 43 4 24 0 4 35 3 41 4 26 0 46 7 27 0 5 37 9 43 4 29 1 49 8 29 0 7 39 13 45 5 32 1 53 9 31 0 9 41 16 47 7 34 1 57 13 33 0 14 43 20 49 9 37 2 .60 17 35 2 19 45 23 52 11 39 3 63 21 37 3 24 47 26 55 13 42 3 66 25 39 9 29 49 29 58 15 44 5 69 29 41 9 32 53 33 61 17 47 9 71 32 43 12 35 57 36 64 19 49 12 73 35 46 16 38 61 40 67 21 53 14 75 39 49 20 41 65 43 69 23 57 16 78 42 52 23 44 69 46 71 26 61 18 80 46 55 26 47 72 49 73 29 65 20 82 49 59 29 49 75 51 75 32 69 22 84 56 62 34 53 78 53 77 35 73 24 86 62 66 39 57 81 55 79 38 76 27 88 69 69 45 61 84 57 82 41 80 29 89 73 72 49 65 87 59 84 44 83 34 94 77 75 52 69 89 61 87 47 86 38 94 81 79 55 72 93 63 89 49 89 42 94 85 83 57 75 96 64 94 53 94 46 96 89 86 60 78 98 66 96 56 96 49 96 94 89 63 81 99 67 97 60 97 52 97 96 94 65 84 100 69 97 63 98 54 98 98 96 67 87 100 71 98 66 99 56 98 98 97 69 89 100 72 98 69 99 58 98 98 97 73 92 100 74 99 73 99 60 98 99 98 77 95 100 76 99 76 99 63 99 100 98 81 96 100 78 100 80 100 66 99 100 99 85 96 100 80 100 83 100 69 99 100 99 89 97 100 S3r 100 86 100 73 100 100 99 92 98 TOO' 86 100 89 100 76 100 100 99 93 100 100 89 100 94 100 80 100 100 99 96 77 100 100 90 100 96 100 83 100 100 99 97 81 100 100 92 100 98 100 86 100 100 100 97 85 100 100 95 100 98 100 89 100 100 98 89 100 100 96 100 98 100 93 100 100 100 100 100 95 100 97 100 100 100 94 100 100 96 100 100 96 100 98 100 100 97 100 100 98 100 99 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 6.3 Pun tua cio nes de preva lencia (PP) en var one s adu lto s de Arge ntina (N=150) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 3 9 14 19 25 29 34 39 45 49 52 55 58 60 63 65 67 69 74 79 85 89 92 98 100 100
IB 0 0 6 7 9 13 17 21 25 29 30 32 33 35 36 38 39 40 41 43 45 47 49 53 56 60 63 66 69 74 79 79 79 84 84 84 89 97 98 99 99 99 100 100 100
2A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 2 2 2 3 5 9 13 17 21 25 27 27 29 34 39 45 49 52 55 58 61 67 69 73 77
81 85 89 91 92 96 98 100 100
2B 3A 0 0 2 0 2 0 4 0 6 0 7 0 8 0 9 1 13 3 17 9 21 14 25 20 29 25 31 29 33 34 36 40 39 45 42 49 45 53 47 57 49 61 53 65 58 69 63 73 69 77 72 81 75 85 78 89 81 91 84 93 87 95 87 96 89 96 89 96 96 96 96 96 98 97 98 98 98 100 98 100 98 100 98 100 98 100 98 100 98 100 98 99 99 99 100 100 100 100 100
3B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 2 4 6 6 7 7 8 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 33 37 41 45 49 59 64 69 75
82 89 95 96 97 98 99 100 100 100
4A 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 3 5 9 12 15 18 21 24 27 29 33 37 40 43 46 49 52 55 58 61 64 67 69 77
81 85 89 96 98 98 100
4B 4 7 9 16 22 29 33 36 40 43 46 49 53 57 61 65 69 72 75 78 81 83 85 87 89 94 98 100 100 100 100 100
5A 0 0 0 1 1 3 4 9 13 17 21 25 29 35 42 49 52 55 58 61 64 67 69 75 81 89 93 95 100
5B 6A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 4 0 4 4 9 5 9 7 14 9 19 14 24 19 29 25 34 29 39 32 45 35 49 38 52 40 55 42 58 44 61 47 64 49 67 53 69 56 73 59 77 63 80 66 83 69 86 73 89 76 91 79 92 83 94 89 96 95 98 96 100 97 100 98 100 98 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
6B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 2 4 4 6 .7 9 12 15 18 21 24 27 29 32 35 38 41 44 47 49 53 57 65 69 73
7B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 7 9 13 16 20 23 26 29 33 36 40 43 46 49 53 57 61 65 69 72 78 81 81 77 84 84 81 87 85 89 89 96 89 97 94 98 95 98 96 98 98 99 98 99 98 100 77 99 100 81 100 100 85 100 100 89 100 100 94 100 100 96 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 7A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1 2 2 4 5 6 9 11 13 15 17 19 21 23 25 29 31 33 35 37 41 43 45 47 49 52 55 59 62 65 66 67 69 73
8A 0 2 4 5 5 6 9 13 17 21 25 29 32 35 39 43 47 49 53 56 60 63 66 69 73 76 76 80 83 86 86 86 89 94 96 98 98 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
9B 10A 10B HA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 0 3 0 4 0 7 0 4 0 9 0 7 0 16 0 9 0 22 0 12 0 29 0 16 0 32 1 16 0 35 1 19 0 39 1 22 0 43 1 25 0 46 2 29 0 49 3 34 0 54 9 37 0 57 9 41 0 •61 9 45 2 65 12 49 2 69 15 54 2 74 18 57 3 79 18 61 5 84 21 65 9 84 77 24 69 9 89 81 27 72 11 96 85 29 75 13 96 87 33 78 15 96 89 36 82 17 97 96 39 86 19 97 96 42 89 21 98 98 45 94 23 98 98 49 96 25 98 98 55 97 29 98 98 58 98 32 98 98 60 98 35 98 98 63 99 38 98 98 65 99 41 98 98 67 99 44 98 98 69 99 47 98 77 98 72 100 49 100 79 98 75 100 52 100 82 98 78 100 55 100 84 98 81 100 58 100 86 98 83 100 61 100 87 99 86 100 63 100 89 100 89 100 65 100 91 100 92 100 67 100 93 100 94 100 69 100 95 100 95 100 74 100 97 100 98 100 79 98 98 100 84 100 100 100 89 100 100 100 94 100 100 96 100 100 100 100 97 100 100 99 100 100 100 100 100 100 8B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 2 3 3 5 6 7 9 13 17 21 24 27 29 33 37 41 45 47 49 52 58 61 64 67 69 72 75
9A 0 2 3 6 8 9 14 19 24 29 31 33 35 37 39 41 43 45 49 53 57 61 65 69 73
U B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 5 0 0 7 0 0 8 0 0 9 0 0 11 1 2 13 1 2 15 1 3 17 2 5 19 3 5 21 3 5 23 3 9 26 5 16 29 6 22 32 9 29 35 12 34 38 15 39 41 18 44 44 20 49 47 22 53 49 25 57 54 27 61 57 29 65 61 33 69 65 37 72 69 41 76 74 45 79 77 49 83 81 52 89 89 59 92 95 63 94 96 66 95 96 69 97 97 74 97 98 79 98 99 84 98 99 89 100 99 94 100 99 94 100 99 96 100 99 96 100 99 97 100 100 97 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 6.4 Pun tua cio nes de prevalenci a (PP) en adu lto s total Arg enti na (N=449)
PD 1A IB 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B H A 11B 12A 12B PD 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 0 0 0 0 9 1 0 0 0 0 0 1 0 3 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 7 0 1 0 0 0 14 1 0 1 0 0 0 5 0 4 0 0 0 0 0 0 0 2 3 0 8 0 2 0 0 0 19 3 0 2 0 0 0 6 0 7 0 0 0 2 0 0 0 3 4 0 9 0 3 1 0 0 24 3 0 3 0 0 0 7 0 9 0 1 0 4 0 1 0 4 5 0 12 0 5 2 0 0 29 5 0 5 0 0 0 9 0 13 0 2 0 9 0 3 0 5 6 0 15 0 6 3 0 0 34 9 0 7 0 0 0 12 0 17 0 4 0 14 0 5 0 6 7 0 18 0 9 5 0 0 37 13 1 9 0 0 0 16 0 21 0 5 0 19 0 7 0 7 8 1 21 0 13 9 0 1 41 17 3 13 0 0 0 19 0 25 0 7 0 24 0 9 0 8 9 1 25 1 17 14 0 2 44 21 5 17 0 0 0 23 0 29 0 9 0 29 1 12 0 9 10 3 29 1 21 17 0 3 47 25 7 21 0 0 0 26 0 32 1 13 0 32 1 15 0 10 11 9 31 1 25 21 1 4 49 29 9 25 1 1 0 29 0 35 1 17 0 36 2 18 0 11 12 14 33 1 29 25 1 5 54 33 14 29 1 1 0 32 1 37 2 20 0 39 2 20 0 12 13 19 35 2 32 29 3 9 59 37 17 33 2 2 2 34 2 39 2 23 0 43 4 23 0 13 14 24 36 3 35 34 3 12 64 41 21 37 2 3 5 36 3 41 3 26 0 46 6 25 1 14 15 29 38 5 38 37 3 15 69 45 25 41 3 3 7 39 4 43 3 29 1 49 7 27 1 15 16 33 39 9 41 41 4 18 72 49 27 45 5 5 9 42 5 45 4 34 1 52 9 29 1 16 17 37 49 13 44 45 5 21 75 53 29 49 7 7 13 44 9 47 5 37 1 56 14 32 2 17 18 41 41 17 47 49 6 25 78 57 32 52 9 9 17 47 12 49 9 40' 1 59 19 35 3 18 19 45 42 21 49 54 9 27 81 61 35 55 13 11 21 49 15 53 12 43 2 63 24 38 5 19 20 49 43 24 53 59 12 29 84 65 38 58 17 13 25 52 18 55 15 46 3 66 29 40 6 20 21 51 44 27 56 64 15 33 87 69 41 61 20 15 29 56 21 58 17 49 3 69 34 43 9 21 22 54 46 29 59 69 18 36 89 74 44 64 23 18 33 59 24 61 19 53 3 71 39 45 13 22 23 56 49 32 63 72 20 40 94 78 47 67 26 20 37 63 27 63 21 57 5 74 44 47 17 23 24 58 53 35 66 75 22 43 96 84 49 69 29 22 40 66 29 66 23 61 9 77 49 49 20 24 25 61 56 39 69 78 25 46 97 89 53 73 33 24 43 69 33 69 25 65 11 80 53 53 23 25 26 63 59 43 71 81 27 49 98 95 57 75 37 27 46 71 37 72 27 69 13 83 57 57 26 26 27 66 62 46 73 83 29 53 99 97 61 78 40 29 49 73 41 74 29 74 15 85 61 61 29 27 28 69 65 49 75 86 33 56 100 100 65 81 43 31 53 76 45 76 32 77 18 87 65 64 34 28 29 74 69 52 77 89 36 60 100 69 85 46 33 57 79 49 78 35 80 20 89 69 67 38 29 30 79 71 55 80 93 40 63 100 73 89 49 35 60 81 51 80 38 83 22 92 73 69 42 30 31 84 73 58 82 95 43 66 100 78 93 53 37 63 83 53 83 41 86 24 94 76 73 46 31 32 89 75 61 85 96 46 69 100 82 95 57 39 66 86 55 86 44 89 26 96 79 77 49 32 33 90 78 64 87 96 49 73 85 96 60 41 69 89 57 89 47 92 29 96 83 81 52 33 34 94 80 67 89 97 55 76 87 97 63 43 72 94 59 94 49 94 32 96 86 84 55 34 35 96 83 69 92 98 60 80 89 98 66 46 75 96 61 96 52 96 35 97 89 87 58 35 36 100 86 73 94 98 65 83 94 99 69 49 78 98 63 97 55 97 38 97 94 89 61 36 37 100 89 77 96 98 69 86 97 100 74 52 81 98 65 97 58 98 41 97 96 94 64 37 94 81 97 100 74 89 38 98 100 78 54 83 99 67 98 61 98 45 97 97 96 67 38 39 98 100 82 56 85 100 69 98 64 98 47 98 98 96 69 39 98 85 98 100 79 93 40 98 89 98 100 84 96 99 100 86 58 87 100 71 98 67 99 49 98 98 97 73 40 41 99 92 98 100 89 98 99 100 89 60 89 100 73 98 69 99 52 98 98 98 77 41 42 99 93 98 100 93 100 100 100 93 62 93 100 75 99 73 99 55 99 99 98 81 42 43 100 96 99 100 96 100 100 96 64 95 100 78 99 77 100 58 99 100 99 85 43 97 66 96 100 80 99 81 100 61 99 100 99 89 44 44 100 98 98 100 97 100 45 100 100 98 100 98 100 98 69 97 100 82 99 85 100 65 100 100 99 92 45 100 99 98 73 98 100 84 99 87 100 67 100 100 99 94 46 46 100 100 47 100 100 100 77 98 100 86 100 89 100 69 100 100 99 96 47 100 100 100 100 100 80 99 100 89 100 92 100 73 100 100 100 97 48 48 100 49 100 100 83 100 100 92 100 94 100 77 100 100 100 97 49 100 86 100 100 94 100 96 100 81 100 100 98 50 50 100 100 100 51 51 100 100 89 100 100 96 100 97 100 85 100 100 100 52 100 94 100 97 100 98 100 89 52 100 98 100 100 53 53 100 100 96 100 99 100 92 100 100 54 100 100 98 100 100 100 100 94 54 99 100 100 100 55 55 100 100 100 96 97 100 100 100 100 56 56 100 100 100 57 100 100 100 100 98 100 57 100 58 100 100 100 100 58 100 59 100 100 100 59 100 60 100 100 60 100 61 100 61 100 100 62 100 62 100 63 100 63
Tabla 6.5. Coeficientes de fiabilidad alfa de Cronbach en la muestra adulta de EEUU, España y México Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
M 77 84 83 80 72 67 82 76 72 72 73 73 83 71 78 83 85 83 74 76 75 74 77 75
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España
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M 72 82 73 73 70 70 78 72 66 68 68 73 79 70 73 78 83 78 72 71 68 68 76 74
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76 78 77 54 60 60 75 52 70 71 72 70 79 63 70 77 82 75 56 70 75 69 73 65
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Tabla 6.7 Puntuacio ne s de pre valencia (PP) en unive rsi tarios total de México (N=231) PD 1A IB 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B HA 11B 12A 12B PD 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 9 0 0 0 0 0 14 0 0 0 0 0 0 2 0 9 0 0 0 2 0 0 0 2 3 1 13 0 4 1 0 1 19 0 0 0 0 0 0 3 0 13 0 0 0 6 0 0 0 3 4 1 17 0 6 1 1 1 21 1 0 1 0 0 0 4 0 17 0 0 0 9 0 1 0 4 5 2 21 0 9 1 1 1 29 2 0 2 0 0 0 7 0 21 0 0 0 16 0 2 0 5 6 3 25 0 14 1 1 1 33 4 1 2 0 0 0 9 0 25 0 0 0 22 0 3 0 6 7 5 29 1 19 1 1 1 37 9 1 4 1 0 0 13 0 29 0 0 0 29 0 5 0 7 8 5 31 1 24 2 1 2 41 14 2 7 1 0 0 17 0 31 0 0 0 34 0 9 0 8 9 5 32 1 29 3 2 2 45 19 4 9 3 0 0 21 0 33 0 1 0 39 0 13 0 9 10 7 34 1 33 4 2 4 49 24 7 12 4 0 1 25 0 35 0 2 0 44 0 17 0 10 11 7 35 1 37 5 3 5 52 29 9 16 5 0 1 29 0 37 0 4 0 49 0 21 1 11 12 9 37 1 41 6 3 9 56 33 14 19 5 0 2 32 0 39 0 9 0 53 0 25 2 12 13 13 38 1 45 9 4 12 59 37 19 23 9 0 3 35 0 41 0 13 0 57 0 29 2 13 14 17 40 1 49 13 6 15 63 41 24 26 12 1 5 38 2 43 0 17 0 61 2 32 3 14 15 21 41 1 52 17 9 18 66 45 29 29 15 1 9 41 3 45 0 21 0 65 4 36 3 15 16 25 43 2 55 21 12 21 69 49 32 34 18 1 13 44 3 46 0 25 0 69 9 39 4 16 17 29 44 4 58 25 15 24 72 54 35 39 21 2 16 47 4 47 0 29 0 73 12 43 9 17 18 33 46 5 61 29 18 27 76 59 38 44 24 3 20 49 9 49 1 35 0 77 12 46 13 18 19 37 49 9 64 33 21 29 79 64 41 49 27 4 23 52 12 51 1 42 •0 81 16 49 17 19 20 41 53 13 67 37 24 32 83 69 44 53 29 4 26 55 15 54 3 49 0 85 19 52 21 20 21 45 57 17 69 41 27 35 86 74 49 56 33 5 29 58 18 56 3 53 0 89 23 54 25 21 22 49 61 21 72 45 29 38 89 79 53 60 37 9 34 61 20 59 3 57 1 91 26 57 29 22 23 51 64 25 75 49 34 41 95 84 57 63 41 12 39 64 23 61 9 61 1 93 29 59 34 23 24 54 64 29 78 53 39 44 96 89 61 66 45 15 44 67 25 63 11 65 2 96 34 62 39 24 25 56 67 32 81 57 44 47 97 96 65 69 49 18 49 69 27 66 14 69 2. 96 39 64 44 25 26 59 69 35 84 61 49 49 98 97 69 71 53 20 52 72 29 69 16 74 3 97 44 67 49 26 27 61 72 38 87 65 53 52 98 98 73 73 57 22 55 75 32 71 18 79 4 98 49 69 53 27 28 64 75 41 89 69 57 56 100 100 76 75 61 24 58 78 35 74 21 84 5 98 53 72 56 28 29 66 78 44 93 73 61 59 100 80 78 65 26 61 81 38 76 23 89 9 98 57 75 60 29 30 69 78 47 94 77 65 63 100 83 80 69 27 64 84 41 76 26 91 13 99 61 78 63 30 31 76 81 49 95 81 69 66 100 86 83 72 29 67 87 45 79 29 93 16 100 65 81 66 31 32 82 84 53 95 85 73 69 100 89 86 75 32 69 89 47 81 32 96 19 100 69 84 69 32 33 89 87 56 95 89 77 74 95 89 77 34 73 95 49 83 35 97 22 100 73 87 71 33 34 93 87 60 95 93 81 79 96 94 79 36 76 96 52 86 38 98 25 100 77 89 73 34 97 96 81 38 80 97 55 89 41 98 29 100 81 94 76 35 35 100 89 63 96 96 85 84 97 97 84 41 83 98 36 100 93 67 97 97 89 89 95 44 98 34 100 85 96 78 36 37 100 95 69 99 97 93 94 97 97 87 43 86 98 58 96 47 99 39 100 89 97 81 37 38 98 74 99 98 94 95 98 98 89 46 89 99 61 96 49 99 44 100 93 97 83 38 39 99 99 96 49 93 99 63 97 52 100 49 100 96 98 86 39 98 79 99 98 97 97 98 84 99 98 97 98 40 100 100 97 52 95 100 65 98 55 100 53 100 98 98 88 40 41 99 89 100 100 98 100 100 100 98 55 97 100 67 98 58 100 57 100 98 100 89 41 100 94 100 100 98 100 100 100 98 58 98 100 69 98 61 100 61 100 100 100 93 42 42 43 100 96 100 100 99 100 100 98 61 98 100 72 99 64 100 65 100 100 100 96 43 100 97 100 100 100 44 100 98 64 99 100 75 99 67 100 69 100 100 100 97 44 99 67 100 100 78 100 69 100 72 100 100 100 98 45 45 100 98 100 100 100 100 46 100 100 100 100 100 69 100 100 81 100 73 100 76 100 100 100 98 46 47 100 100 100 73 100 100 84 100 76 100 79 100 100 100 99 47 100 100 48 100 100 100 100 77 100 100 87 100 80 100 83 100 100 100 100 48 49 100 100 81 100 100 89 100 83 100 86 100 100 100 100 49 100 85 100 100 92 100 86 100 89 100 100 100 50 50 100 51 100 100 51 100 100 89 100 100 94 100 89 100 94 100 52 95 100 93 100 96 100 100 52 100 100 96 100 53 100 100 98 100 96 96 100 98 100 100 53 54 99 100 98 100 100 99 100 97 100 100 54 55 100 100 99 100 100 55 100 100 98 56 100 100 100 100 99 100 100 56 98 57 100 57 100 100 100 100 100 99 100 100 100 58 58 100 100 59 100 59 100 100 100 100 60 100 60 100 100 100 61 61 100 62 100 62 100 100 63 63
Tabla 6.8. Diferencias de sexo en México Varón
Mujer Escalas
1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecu ación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. I ntuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiesce ncia
Media
Dt
Media
Dt
F
27,48
7,15 9,42 8,62 9,07 8,14 9,70 9,02 8,37 7,24 7,68 10,87 8,12 10,75 8,38 9,56 9,43 8,90 8,59 8,22 9,78 8,70 8,72 9,66 13,54
27,29
7,19 9,95 8,40 8,96 7,64 8,27 8,58 7,85 6,55 7,33 9,76 8,32 10,83 8,40 8,71 10,29 11,55 9,52 6,75 8,65 7,62 6,70 9,91 11,26
0,03 0,19 9,00 8,16 0,27
14,51 27,25
19,79 23,72
18,19 22,34
14,33 17,54 23,37 30,87 21,58 30,07
29,12 17,66 35,99
17,00 39,96
18,52 32,81 14,90 30,57 12,54 16,19
13,90 30,79 16,21 23,15 26,12 26,26 10,78 17,82 20,49
21,80 25,83 36,91 26,70
16,09 36,27
16,05 39,79 20,39
38,78 11,95 27,89
17,10 26,69
Significación
** ** *** *** **
43,36
10,44 10,18 0,09 7J7 41,92 13,53
** *** *** *** *
20,54
4,27 1,59 0,04 '0,38 0,02 3,52
40,42
*** ** ** *** ***
F
Significación
23,05
7,19 7,09 11,00
Nota. *=p<0,05. **=p<0,01. ***=p<0,001
Tabla 6.9. Diferencias universitarios-adultos en México Universitarios Escalas
1A. E xpansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Domin io 12A. Descontento 12B. Aquiesc encia
Adultos
Media
Dt
Media
Dt
27,14 12,81 31,65 15,03 23,75 27,07 27,08 9,92 16,73
6,70 9,69 7,80 8,37 7,55 7,51 8,39 7,12 5,76 7,27 7,95 8,58 9,71 7,91 8,65 10,06 10,87 9,14 6,14 7,30 6,03 6,80 8,65 8,10
28,02
8,82 8,64 8,02 7,14 8,26 6,25 6,89 8,25 8,53 7,80 10,28 7,90 8,38 9,34 9,98 10,17 7,73 9,83 8,06 7,83 9,73 8,76 1,70 2,00
20,49 20,65
25,12 38,23 26,29
16,41 36,26
14,45 40,24
21,36 40,12 10,67 28,00
19,13 29,29
Nota. *=p<0,05. **=p<0,01. ***=p<0,001
19,18 23,00
25,19 21,28 12,77 17,96 18,74 21,81 23,96 37,14 23,86 23,28
31,21 16,70 35,91 23,77 37,96
14,07 26,11 20,91 30,51 3,21 3,42
0,68 20,52 55,62
71,23 4,70 176,48
57,61 65,66 28,765
*** *** *** * *** *** *** *
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*
**
10,13 173,73
*
*
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*
*
1,01 114,03
16,45 0,05 0,05 37,26
*** ***
***
2,75 56,49 163,60 100,48
5,49
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190,86 571,36
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Tabla 6.11. Coeficientes de fiabilidad alfa de Cronbach en la muestra de estudiantes de EEUU, España y Perú Perú
España
EEUU
Escalas
M
V
V+M
M
V
V+M
M
V
V+M
1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dominio 12A. Descontento 12B. Aquiescencia
81 86 83 82 73 73 83 78 70 69 73 73 81 73 80 82 88 82 75 75 76 74 79 77
81 87 84 84 72 75 81 74 74 71 74 77 83 69 78 84 86 82 72 78 75 74 74 75
81 86 84 83 74 76 82 76 72 70 76 77 82 71 79 83 87 82 74 77 76 76 77 78
72 80 74 74 69 67 78 64 67 68 71 71 80 69 69 77 81 78 69 72 67 65 72 69
76 84 73 76 66 65 75 66 65 63 67 70 77 69 69 77 83 77 69 71 73 63 74 67
73 81 74 75 70 68 77 65 66 67 72 73 79 69 70 76 82 78 70 71 69 65 73 71 '
76 82 73 78 66 70 79 72 61 60 71 70 79 57 76 78 85 78 71 73 73 60 76 71
69 79 75 70 63 64 75 67 61 58 68 65 78 58 69 79 82 80 67 72 68 70 72 63
73 81 74 76 66 68 77 70 61 59 70 68 79 58 73 79 84 79 70 72 71 66 74 68
Tabla 6.12 Pun tua cio nes de preval enci a (PP) en adul tos total de Perú (N=117) PD 1A IB 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B HA 11B 12A 12B PD 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 0 2 3 0 0 0 2 0 0 0 6 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 0 0 0 0 0 0 3 4 0 5 0 4 0 0 0 6 0 0 0 0 0 0 1 0 8 0 0 0 5 0 0 0 4 5 0 6 0 6 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 4 0 9 0 0 0 7 0 0 0 5 6 0 7 0 9 0 0 0 14 0 0 0 0 0 0 7 0 12 0 0 0 8 0 0 0 6 7 3 9 0 13 0 0 0 19 0 0 0 0 0 0 7 0 16 0 0 0 9 0 0 0 7 8 6 12 0 17 2 0 0 24 0 3 0 0 0 0 9 0 19 0 0 0 14 0 0 0 8 9 6 15 0 21 3 0 1 29 0 3 0 0 0 0 12 0 23 0 5 0 19 0 3 0 9 10 6 18 0 25 6 0 2 32 3 5 0 0 0 0 16 0 26 0 6 0 24 0 3 0 10 11 6 21 0 29 6 0 3 36 5 7 0 0 0 0 19 2 29 0 7 0 29 0 4 0 11 12 6 24 0 33 9 0 5 39 5 7 0 0 0 0 23 2 31 0 9 0 32 0 6 0 12 13 9 27 2 36 14 0 7 43 7 9 3 0 0 3 26 2 33 0 12 0 35 0 8 0 13 14 9 29 2 40 19 0 9 46 9 14 4 2 0 4 29 2 35 2 15 0 38 3 9 0 14 15 16 30 2 43 24 3 9 49 16 19 5 2 0 6 32 2 37 2 18 0 42 3 12 0 15 16 23 31 3 46 29 4 13 54 23 24 7 4 0 7 35 2 39 2 21 0 44 3 15 0 16 17 29 32 3 49 32 4 13 59 29 29 9 7 0 9 37 2 41 3 24 0 46 4 18 0 17 18 34 33 3 53 36 6 17 64 39 33 14 9 0 13 39 2 43 3 27 0 48 6 21 2 18 19 39 34 3 57 39 7 21 69 49 36 19 14 3 17 41 2 45 3 29 0 49 7 24 4 19 20 44 36 3 61 42 9 25 76 54 40 24 19 3 21 44 3 47 3 32 0 53 9 27 5 20 21 49 38 5 65 46 12 29 83 59 43 29 24 3 25 47 5 49 3 36 0 58 16 29 6 21 22 52 40 7 69 49 15 34 89 64 46 36 29 3 29 49 5 52 3 39 0 62 23 33 9 22 23 55 42 7 73 54 18 39 93 69 49 43 33 3 34 54 5 56 3 43 0 66 29 37 13 23 24 57 44 9 77 59 21 44 96 79 54 49 37 3 39 59 9 59 5 46 0 69 33 41 17 24 25 60 46 13 77 64 24 49 98 89 59 54 41 5 44 64 12 63 6 49 0 74 37 45 17 25 26 62 49 17 81 69 27 52 98 96 64 59 45 5 49 69 14 66 9 56 0 79 41 47 21 26 27 65 54 21 81 74 29 56 98 98 69 64 49 7 53 73 16 69 9 63 1 84 45 49 25 27 28 67 59 25 85 79 34 59 100 100 74 69 52 7 57 77 18 73 12 69 3 89 49 54 29 28 29 69 59 29 89 84 39 63 100 79 73 55 9 61 81 20 77 12 74 5 89 53 59 35 29 30 76 64 33 93 89 44 66 100 84 77 59 11 65 85 22 81 15 79 7 97 57 64 41 30 31 83 69 37 96 92 49 69 100 89 81 62 13 69 89 26 85 18 79 7 98 61 69 49 31 32 89 74 41 96 94 53 72 100 93 85 65 15 69 94 29 89 21 84 9 98 65 73 54 32 33 92 79 45 96 97 57 76 95 89 69 17 73 97 32 95 24 89 9 100 69 77 59 33 97 93 73 19 77 97 36 95 27 94 12 100 74 81 64 34 34 94 84 49 98 97 61 79 35 96 89 56 98 98 65 83 98 95 77 19 81 98 39 95 29 97 12 100 79 83 69 35 99 97 81 21 85 98 43 95 33 97 15 100 84 85 74 36 36 98 93 63 100 98 69 86 37 100 97 69 100 98 74 89 99 97 85 23 89 98 46 98 37 97 15 100 89 89 79 37 99 74 100 100 79 93 38 100 98 89 26 94 100 49 98 41 97 18 100 94 96 84 38 39 100 79 100 100 84 96 100 98 93 29 96 100 52 100 45 98 21 100 95 98 89 39 40 100 84 100 100 89 98 100 100 95 33 98 100 55 100 49 98 23 100 97 98 94 40 41 100 89 100 100 93 100 100 100 97 37 98 100 58 100 52 99 25 100 97 99 96 41 100 92 100 100 96 100 100 100 98 41 98 100 61 100 56 99 27 100 98 100 96 42 42 43 100 98 100 100 98 100 100 100 45 98 100 64 100 60 99 27 100 98 100 97 43 100 100 100 100 100 44 100 100 49 98 100 67 100 63 100 29 100 100 100 99 44 45 100 100 100 100 100 100 100 53 98 100 69 100 66 100 34 100 100 100 99 45 100 100 100 100 100 57 98 100 74 100 69 100 39 100 100 100 100 46 46 47 100 100 100 100 100 61 98 100 79 100 73 100 45 100 100 100 100 47 48 100 100 100 100 65 98 100 84 100 77 100 49 100 100 100 100 48 100 100 69 98 100 89 100 81 100 54 100 100 100 100 49 49 50 100 100 76 98 100 92 100 85 100 59 100 100 100 50 51 100 83 98 100 94 100 89 100 64 100 100 100 51 100 100 100 52 52 100 100 89 100 96 100 94 100 69 100 100 100 100 100 53 98 98 76 53 100 93 54 100 100 95 100 98 98 100 82 100 100 54 97 100 100 100 55 55 100 100 100 89 99 100 100 100 100 56 56 100 100 94 57 100 57 100 100 100 100 100 96 100 58 100 100 100 98 58 59 100 100 100 100 59 100 100 100 60 60 100 61 100 100 61 62 62 100 100 63 100 63
Tabla 6.13 Pun tua cio nes de prev alenc ia (PP)en uni ver sita rios total de Per ú (N=454) PD 1A IB 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B HA UB 12A 12B PD 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 1 0 0 0 5 2 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 5 0 2 0 0 0 7 3 0 0 0 0 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 0 2 3 0 6 0 3 0 0 0 9 5 0 1 0 0 0 1 0 6 0 0 0 2 Q 0 0 3 4 0 8 0 5 0 0 0 13 7 0 2 0 0 0 3 0 8 0 0 0 5 0 0 0 4 5 3 9 0 7 0 0 2 17 9 0 3 0 0 0 5 0 9 0 0 0 7 0 1 0 5 6 5 12 0 9 1 1 3 21 14 0 3 0 0 0 7 0 12 0 1 0 9 0 1 0 6 7 7 14 0 12 2 1 4 25 19 1 5 0 0 0 9 0 16 0 3 0 13 0 2 0 7 8 9 16 2 15 3 2 6 29 24 1 7 0 0 0 12 0 20 0 5 0 18 0 3 0 8 9 13 18 3 18 4 2 7 32 29 2 9 1 0 0 15 0 23 0 7 0 23 1 4 0 9 10 17 20 4 21 6 3 9 36 34 3 12 2 1 0 18 1 26 1 9 0 26 1 5 1 10 11 21 22 5 24 7 4 12 39 39 4 16 3 2 0 21 1 29 1 12 0 29 1 7 2 11 12 25 24 6 27 9 5 15 43 44 5 19 4 3 1 24 2 31 1 15 0 32 3 9 3 12 13 29 27 7 29 13 7 18 46 49 7 23 5 4 1 27 3 33 2 19 0 35 5 12 4 13 14 34 29 9 31 17 9 21 49 53 9 26 7 6 2 29 5 35 3 23 1 38 7 15 5 14 15 39 30 13 34 21 12 24 53 57 13 29 9 7 2 31 7 37 4 26 1 41 9 18 6 15 16 44 31 17 37 25 15 27 57 61 16 33 12 9 3 34 9 39 5 29 2 44 12 20 7 16 17 49 33 21 40 29 18 29 61 65 20 37 15 12 4 36 12 41 7 32 3 47 16 23 9 17 18 51 35 24 43 33 21 32 65 69 23 41 18 14 5 39 15 43 9 35 4 49 19 25 13 18 19 53 37 27 46 37 24 36 69 73 26 45 21 17 6 41 18 45 12 38 5 52 23 27 17 19 20 55 39 29 49 41 27 39 73 77 29 49 24 20 7 43 21 46 14 41 6 56 26 29 21 20 21 57 40 32 52 45 29 43 77 81 33 52 27 22 9 45 23 47 16 44 7 60 29 31 25 21 22 59 42 35 55 49 32 47 81 85 36 56 29 24 13 47 25 48 18 47 9 63 33 33 29 22 23 61 43 38 58 53 36 49 85 89 40 59 32 27 17 49 27 49 21 49 12 66 37 36 31 23 24 63 45 41 61 57 39 51 89 94 43 63 35 29 21 52 29 52 24 53 14 69 41 38 36 24 25 65 47 44 64 61 43 54 94 96 46 66 38 32 25 55 32 55 27 57 16 72 45 41 39 25 26 67 48 47 67 65 46 56 96 98 49 69 42 34 29 58 35 58 29 61 18 76 49 44 43 26 27 69 49 49 69 69 49 59 98 99 53 72 46 37 33 61 38 61 31 64 20 80 53 47 46 27 28 73 53 52 72 73 53 61 99 100 57 75 49 40 37 64 41 64 33 67 22 83 57 49 49 28 29 77 57 55 75 76 57 64 100 61 77 53 42 41 67 44 67 36 69 25 86 61 52 52 29 30 81 61 58 77 80 61 67 100 65 80 57 44 45 69 47 69 38 73 27 89 65 55 55 30 31 85 65 61 79 83 65 69 100 69 83 61 47 49 73 49 71 41 77 29 91 69 58 58 31 32 89 69 64 81 86 69 73 100 73 85 65 49 52 77 51 73 44 81 32 93 72 61 61 32 77 87 69 51 55 81 53 75 47 84 36 95 76 64 64 33 33 92 73 67 84 89 73 77 34 95 77 69 87 91 77 81 81 89 72 54 58 84 55 77 49 87 39 96 79 67 67 34 35 98 80 73 89 93 81 85 85 92 75 57 62 87 57 79 52 89 43 98 83 69 69 35 36 99 83 77 91 95 85 89 89 94 78 60 66 89 59 81 54 91 46 98 86 73 71 36 37 100 86 81 93 97 89 92 94 96 82 62 69 92 61 84 57 93 49 99 89 77 76 37 89 85 95 98 92 94 38 96 98 86 64 72 94 63 87 59 95 52 99 92 81 79 38 39 93 89 96 98 94 96 98 98 89 66 76 96 65 89 61 96 55 100 94 85 83 39 40 93 92 96 99 96 98 99 99 92 68 79 98 67 92 64 97 58 100 96 87 86 40 94 41 95 97 99 98 99 99 100 94 69 82 99 69 94 67 98 61 100 98 89 89 41 42 97 96 98 100 98 100 99 100 96 72 86 99 72 96 69 98 64 100 98 91 94 42 43 98 97 98 100 99 100 100 98 75 89 100 75 98 73 98 67 100 99 93 95 43 100 98 99 100 100 100 98 78 94 100 78 98 77 99 69 100 100 96 96 44 44 100 99 100 100 100 45 99 81 96 100 81 99 81 99 73 100 100 98 97 45 100 46 99 100 100 100 100 84 97 100 84 99 85 99 77 100 100 99 98 46 47 100 100 100 100 87 98 100 87 100 87 100 81 100 100 100 98 47 100 48 100 100 100 100 89 98 100 89 100 89 100 85 100 100 100 100 48 49 100 100 93 99 100 92 100 92 100 89 100 100 100 100 49 50 100 100 95 99 100 94 100 94 100 92 100 100 100 50 51 100 100 51 100 100 97 99 100 96 100 96 100 94 100 97 100 100 52 52 100 98 100 97 100 100 96 100 53 100 100 53 100 100 98 100 98 98 100 98 100 100 54 54 100 99 100 100 99 100 100 98 100 100 55 100 100 55 100 100 100 99 56 100 100 56 100 100 100 100 100 100 100 57 57 100 100 100 100 100 100 100 58 58 100 100 100 100 100 59 59 100 100 100 100 60 60 100 100 100 61 61 100 100 62 62 100 100 63 63 100
Tabla 6.14 Puntuaciones de prevalencia (PP) en universitarios varones de Perú (N=218) PD 1A IB 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B 11A 11B 12A 12B PD 0 0 1 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 1 0 0 0 5 2 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 5 0 1 0 0 0 6 4 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 2 3 0 7 0 3 0 0 0 9 9 0 0 0 0 0 0 0 6 0 0 0 0 0 0 0 3 4 0 8 0 3 0 0 1 13 14 0 0 0 0 0 0 0 9 0 0 0 4 0 0 0 4 5 0 9 0 5 0 0 2 16 17 0 0 0 0 0 1 0 13 0 0 0 7 0 0 0 5 6 0 11 0 7 0 0 3 19 21 0 0 0 0 0 5 0 17 0 0 0 9 0 0 0 6 7 5 13 0 9 1 2 3 23 25 0 3 1 0 0 7 0 21 0 1 0 13 0 0 1 7 8 9 15 0 12 1 2 5 26 29 1 5 1 0 0 9 0 25 0 2 0 17 0 0 1 8 9 13 17 1 15 3 2 5 29 34 1 9 2 0 0 13 0 29 0 5 0 21 1 1 1 9 10 17 19 3 18 5 3 7 34 39 2 13 2 0 0 17 0 31 0 5 0 25 1 2 1 10 11 17 21 3 21 6 4 9 37 45 3 16 2 0 0 21 2 33 0 9 0 29 1 3 1 11 12 21 23 5 24 9 5 12 41 49 4 20 4 3 1 24 2 35 0 13 2 32 2 5 1 12 13 25 26 9 27 14 6 15 45 53 5 23 5 4 1 27 2 37 0 17 2 35 3 9 2 13 14 25 29 12 29 17 7 18 49 56 7 26 7 5 1 29 2 39 2 20 2 38 9 12 3 14 15 29 30 15 32 21 9 20 54 60 8 29 7 5 2 32 4 41 3 23 2 40 14 15 4 15 16 35 31 18 35 25 12 23 57 63 9 34 9 7 2 35 5 43 9 26 2 42 19 18 5 16 17 42 33 20 38 29 15 25 61 66 13 39 13 9 3 38 9 46 12 29 3 45 25 21 7 17 18 49 35 23 40 34 18 27 65 69 16 45 16 13 4 40 11 49 15 34 3 47 29 24 9 18 19 52 37 25 42 39 21 29 69 74 20 49 19 17 5 43 14 52 18 39 4 49 34 27 14 19 20 55 39 27 45 45 24 34 74 79 23 52 23 21 7 45 17 55 20 45 5 54 39 29 19 20 21 58 40 29 47 49 27 37 77 85 26 55 26 25 9 47 19 58 22 49 7 59 45 32 25 21 22 60 41 33 49 53 29 41 81 89 29 58 29 29 9 49 21 61 25 52 7 65 49 36 29 22 23 62 43 37 52 57 32 45 85 92 32 61 32 31 14 52 23 64 27 55 9 69 52 39 32 23 24 65 45 41 55 61 35 49 89 94 35 64 35 33 19 55 25 67 29 58 11 72 55 43 36 24 25 67 47 45 59 65 39 52 95 96 38 67 38 35 25 58 27 69 33 61 13 75 58 46 40 25 26 69 49 49 62 69 43 55 98 98 41 69 41 37 29 61 29 71 33 63 15 78 60 49 43 26 27 73 53 52 66 72 46 59 98 100 44 72 44 39 32 64 33 73 37 67 17 81 62 52 46 27 28 77 57 55 69 75 49 63 99 100 47 75 47 41 35 67 35 75 41 69 19 84 64 55 49 28 29 82 61 58 72 78 54 66 100 49 78 49 43 38 69 39 78 44 72 21 87 67 58 52 29 30 85 65 60 75 81 57 69 100 54 80 54 46 41 73 43 80 47 75 23 89 69 61 56 30 31 87 69 62 78 84 61 72 100 59 82 59 49 44 77 46 82 49 78 26 95 72 64 60 31 32 89 74 65 80 87 65 75 100 65 84 65 51 47 81 49 84 51 78 29 96 75 67 63 32 33 92 79 67 82 89 69 79 69 87 69 53 49 85 52 85 53 81 32 97 78 69 66 33 34 94 85 69 84 92 73 83 73 89 73 55 55 94 55 87 55 84 35 98 81 72 69 34 35 98 89 72 87 94 77 86 77 91 77 57 57 96 58 89 57 87 38 98 84 75 73 35 36 100 95 76 89 96 81 89 81 93 81 59 61 96 60 93 59 89 41 98 87 78 77 36 37 100 98 78 94 98 85 93 85 95 85 61 65 96 62 94 61 94 44 99 89 81 81 37 38 99 82 96 99 89 95 89 96 89 63 69 98 64 94 63 95 47 99 92 83 85 38 39 99 86 97 99 96 97 96 98 94 66 73 98 65 95 65 96 49 100 93 83 89 39 40 99 89 97 99 98 98 98 99 96 69 77 99 67 95 67 96 52 100 95 85 93 40 41 99 93 98 100 100 98 98 100 96 72 84 100 69 97 69 97 55 100 96 87 94 41 42 99 95 99 100 100 100 99 100 98 75 87 100 72 98 72 98 58 100 97 89 96 42 43 100 97 100 100 100 100 100 100 78 89 100 75 98 75 98 61 100 98 93 96 43 44 100 98 100 100 100 100 100 81 94 100 78 100 78 99 64 100 99 95 97 44 45 100 99 100 100 100 100 100 84 96 100 80 100 81 100 67 100 100 97 98 45 100 46 100 100 100 100 87 97 100 82 100 84 100 69 100 100 98 98 46 47 100 100 100 100 100 89 98 100 84 100 87 100 74 100 100 100 99 47 48 100 100 100 100 93 99 100 87 100 89 100 79 100 100 100 100 48 49 100 100 95 100 100 89 100 90 100 84 100 100 100 100 49 50 100 100 50 100 100 97 100 100 92 100 92 100 89 100 51 100 100 51 100 100 98 100 100 94 100 94 100 94 100 52 96 100 96 100 100 52 100 100 98 100 95 100 100 100 53 53 98 100 97 100 100 98 100 98 54 100 100 98 100 100 54 100 100 99 100 100 55 100 100 98 100 100 55 100 100 100 56 100 100 99 100 100 56 100 100 100 57 100 100 100 100 57 100 100 100 58 100 100 100 58 100 100 100 59 59 100 100 100 100 60 100 60 100 100 61 61 100 100 62 62 100 63 63 100
Tabla 6.15. Diferencias intersexos en Perú Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensa miento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Dom inio 12A. D escontento 12B. Aquiescencia
Varones
Mujeres
Media
Dt
Media
Dt
F
23,90
7,68 10,59 8,47 10,06 7,29 7,92 8,85 7,57 6,30 7,69 8,25 8,10 11,09 7,93 9,77 10,53 11,35 9,97 8,89 9,64 8,34 7,08 9,85 8,67
24,55
6,97 9,57 8,45 9,24 7,21 8,13 8,30 6,73 6,26 7,66 7,63 7,63 11,48 8,19 8,74 10,32 10,47 10,06 8,21 10,31 7,82 7,71 8,81 7,74
1,11 1,78 7,26 4,14 7,78 0,87 0,00 2,97 4,06 3,08
18,90 29,08
20,05 21,55 28,33 25,96
12,24 15,18 25,69 20,50
28,35 33,98 30,72
18,86 35,58
18,00 37,16 22,37 38,69
15,95 26,20 25,58
31,42
17,77 31,00 18,41 23,24 27,69 25,96
13,27 16,25 24,56
23,50 26,94
36,08 30,57
19,97 36,92
17,97 37,85
23,96 40,12 15,61 27,71 26,05 29,62
20,39
4,60 4,93 0,05 2,03 2,36 - 0,00 0,68 4,90 2,91 0,26 5,80 0,36 6,93
Significación
** * **
* *** * *
*
* **
Nota. *=p<0,05. **=p<0,01. ***=p<0,001
Tabla 6.16. Diferencias entre universitarios y adultos en Perú Escalas 1A. Expansión IB. Preservación 2A. Modificación 2B. Adecuación 3A. Individualidad 3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión 5A. Sensación 5B. Intuición 6A. Pensamiento 6B. Sentimiento 7A. Sistematización 7B. Innovación 8A. Retraimiento 8B. Sociabilidad 9A. Indecisión 9B. Decisión 10A. Discrepancia 10B. Conformismo HA. Sumisión 11B. Domi nio 12A. Descontento 12B. Aquiesce ncia
Adultos
Estudiantes Media
Dt
Media
23,83
7,53 10,35 8,69 9,93 7,44 8,07 8,8 7,29 6,27 7,62 8,41 8,04 10,97 7,98 9,58 10,71 11,29 10,21 8,91 9,52 8,23 7,64 9,66 8,64
25,65 18,58 34,29 16,23
18,3 29,01 19,97 22,54 27,02 25,43
12,79 14,66 26,06 21,44 27,37 32,83
31,67 19,81 35,27
18,44 36,51 23,56 37,36
15,75 26,77
26,19 29,95
Nota. *=p<0,05. **=p<0,01. ***=p<0,001
22,23
31,5 27,79 12,95 20,1 21,14 24,78 28,28
43,71 26,61 18,29 39,95 16,63 41,23 22,16 47,52 15,95 27,86 24,54
32,33
Dt 6,45 9,13 6,31 7,91 6,69 6,97 7,31 6,5 4,13 6,69 5,88 7,24 8,38 7,04 7,68 8,73 9,36 8,45 7,02 7,52 7,38 6,68 7,57 5,97
F 5,73 0,07 38,04
14,27 0,16 30,23
7,08 0,05 79,16 40,81 16,49 1,24 100,04 39,09
2,49 19,02 2,55 21,25 2,47 114,69
0,06 2,00 2,98 7,91
Significación * *** *** *** ** *** *** *** *** X-**
*** *** ***
**
7. NORMAS DE APLICACIÓN, CORRECCIÓN Y PUNTUACIÓN 7.1. INSTRUCCIONES GENERALES Para la aplicación del MIPS deberán seguirse los requisitos habituales para la aplicación de pruebas psicológicas: prepa ración del material, disposición de la sala de examen, motivación de los sujetos, etc. Es conveniente reunir, antes del exa men, todo el material preciso para la apli cación y situarlo en un lugar accesible para el aplicador. Si no se han aplicado antes otras pruebas, es conveniente dar a los sujetos una breve explicación del motivo por el que se efectúa el examen, insistiendo en
el interés que tiene para ellos poner la mayor atención posible en su realización. Se procurará crear un clima de acepta ción, poniendo de relieve el valor que tiene la sinceridad en las respuestas y en el hecho de que esta circunstancia redun da en beneficio de los propios sujetos. De este modo se establecerá el clima adecua do para trabajar con tranquilidad. Cuando los sujetos estén anotando sus contestaciones se observará si lo hacen en el lugar y forma convenientes; si no fuese así se les darán las indicaciones oportunas.
7.2. MATERIALES NECESARIOS Además del presente Manual (con las bases teóricas, la justificación estadística y las tablas de conversión de las puntua ciones directas en puntuaciones de prevalencia), son necesarios los siguientes materiales: •
Cuadernillo con los elementos del Inventario • Hoja de respuestas • Disquete o disco de corrección Si la aplicación es colectiva y el grupo de sujetos es numeroso, tal vez
sea conveniente aprovechar los proce sos de corrección mecanizada para que éstos hagan la corrección y puntuación de todo el grupo. En este caso es nece sario el uso de una hoja de respuestas especial que permite la lectura óptica de las respuestas; el examinador dará las instrucciones adecuadas a este tipo de material y los sujetos pondrán especial cuidado a la hora de registrar sus respuestas. El proceso de mecani zación puntuará todas las escalas y elaborará un perfil gráfico con los resultados.
7.3. INSTRUCCIONES ESPECIFICAS Una vez distribuidos los sujetos en la sala de examen, el responsable de la apli cación dirá: "Voy a entregarles una Hoja como ésta
(MOSTRAR). En ella deberán anotar todas sus contestaciones''.
Se reparten las Hojas de respuestas, colocándolas a la derecha de cada sujeto en el caso de ser diestro, y a la izquierda en el caso de ser zurdo. A continuación se les ruega que anoten los datos de identifica ción (nombre, apellidos, etc.) que se piden en la cabecera del impreso. Mientras lo
hacen, se reparten los Cuadernillos, colo cándolos a la izquierda de los sujetos si son diestros, y a la derecha si son zurdos, con la portada hacia arriba. Cuando todos hayan terminado de anotar sus datos se dice: "Ahora vamos a leer las instrucciones de la
portada del Cuadernillo; yo lo haré en voz alta mientras ustedes lo hacen silenciosamente".
Se leen las instrucciones que a parecen en la portada del Cuadernillo. Si fuera necesario se ejemplificará la forma de contestar con la ayuda de los dos ejem plos que incluyen las instrucciones de la portada del Cuadernillo.
Cuando todos hayan comprendi do la tarea y la forma de dar sus res puestas en la Hoja, se les pedirá que pasen la página y comiencen a res ponder a las frases. En el momento de recoger los mate riales empleados, se comprobará que todos han contestado a todas las frases, de forma correcta y en los lugares ade cuados. Si se observa que alguna perso na ha dejado muchos elementos en blanco, es conveniente indagar la razón y, si es posible, subsanar las deficiencias o ausencia de respuestas, puesto que una Hoja mal cumplimentada puede invalidar todo el esfuerzo de la aplica ción.
7.4. CORRECCIÓN Y PUNTUACIÓN De acuerdo con lo indicado en el párrafo anterior, antes de proceder a la corrección se deben revisar las Hojas de respuestas para comprobar si el sujeto ha contestado en los lugares adecuados o si ha anotado más de una respuesta en el mismo elemento. Si hubiera más de una respuesta en un elemento, se anularán, con un trazo bien visible, todas las res puestas, invalidando de este modo la pun tuación que pueda recibir este elemento.
y la complejidad de del sistema de puntua ción, se ha diseñado un soporte informáti co (contenido en un disquete) que permite fácilmente corregir los 180 elementos del MIPS, obtener todas las puntuaciones directas, transformarlas en puntuaciones de prevalencia y elaborar un perfil gráfico. Si en este proceso informático se dispone de una impresora, el gráfico puede impri mirse para su posterior interpretación.
Debe comprobarse también si el núm e ro de respuestas no contestadas es superior al 10%. Los autores han considerado que un protocolo incompleto (con más de 18 elementos en blanco), arroja una visión dis torsionada del perfil de la personalidad. Por estas razones, se deberán descartar las Hojas de respuestas que adolezcan de este defecto; por otra parte, el tratamiento mecanizado que se comenta a continua ción tratará como "no valorables" estos casos con más de 18 elementos en blanco.
7.4.2. Escalas de control
En el MIPS hay 24 escalas y 3 índices de control, y las alternativas de respuesta de sus elementos p ueden recibir entre 0 y 3 puntos. Dada esta multiplicidad de escalas
En primer lugar se deberán consultar las puntua ciones en las escalas de control. Consistencia (Cn)
El índice de Consistencia se valora de 0 a 5 puntos. En el Inventario hay cinco pares de elementos con contenidos opuestos (p. eje., "142. No me atrae cono cer gente nueva" y "175. Conocer gente nueva es un objetivo importante para mí"). Si ante esta pareja de contenidos el sujeto contesta consistentemente (anotando V y F, o F y V), recibe 1 punto.
Por tanto, si la persona obtiene una puntuación directa (PD) inferior a 3 pun tos, hay que suponer que no ha sido con sistente en sus respuestas, por lo que sus resultados se deberán tomar con precau ción. Si la puntuación inferior a 3 en esta escala coincide con una puntuación supe rior a 8 en Impresión negativa, es posible que la persona haya respondido al azar o tuviera dificultades de lectura, por lo que se debe recurrir a otras medidas psicoló gicas de control.
Impresión positiva (IP)
Para interpretar estas puntuaciones directas hay que tener en cuenta el nivel educativo del sujeto (veáse el cuadro que viene debajo). Así, si la persona tiene estu dios primarios e Impresión positiva tiene un valor superior a 5, se puede asumir que el sujeto ha pretendido dar una impresión más positiva de sí mismo de lo que es en realidad, por lo que se deben tomar con precaución las puntuaciones en las demá s escalas. Si tiene estudios secun darios o superiores, el pu nto de corte es 4, por tanto, si se obtiene una puntuación superior a 4 se sugiere la tendencia a dar una imagen más positiva de sí mismo.
Impresión negativa (IN)
En esta escala ocurre lo mismo que en la anterior; si la persona tiene un nivel de estudios primarios y su puntua ción direc ta es superior a 5, este hecho parece indi car que la persona ha pretendido dar una impresión más negativa de sí misma de lo que es en realidad. Si tiene nivel de estu dios secundarios el punto de corte es un valor superior a 4; y con estudios supe riores, si es mujer el punto de corte es un valor superior a 4 y si es varón un valor superior a 3, como puede apreciarse en el siguiente cuadro:
Nivel
Primarios Secundarios
Superiores
Grupo
V + M
V+M
Varones
Mujeres
IP IN
>5 >5
>4 >4
>4 >4
>4 >3
En el caso de la Impresión negativa, si la persona tiene puntuaciones superiores a 8 puede indicar la presencia de algún pro blema psicológico, lo cual no se puede explorar con el Inventario; se recomi enda el uso de otros inventarios clínicos de perso nalidad para descartar posibles trastornos. Otra posibilidad es que la persona obtenga puntuación alta en IN debido a dificultades de lectura o a respuestas dadas al azar. En este caso suele darse una puntuación alta en IN y en IP. Si esta pun tuación alta va acompañada de una pun tuación inferior a 3 en Consistencia, este dato puede confirmar ese segundo caso.
7.4.2. Puntuaciones de prevalencia (PP)
1
Hechas las comprobaciones anterio res, para interpretar las escalas de perso nalidad sería necesario transformar las puntuaciones directas (PD) del sujeto en las puntuaciones de prevalencia (PP) (esta equivalencia se encuentra en las tablas 7.1 a 7.6). Al usar el disquete de corrección, la programación realiza esta tarea y presenta (por pantalla o por impresora) todas las PP de las escalas. Las tablas que recogen estas puntua ciones de prevalencia se encuentran al final de este capítulo con la siguiente numeración y contenido: 7.1. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en mujeres adultas 7.2. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en varones adultos
Los cálculos de estas tablas han sido realizados por María Tejerina Arreal y Juan Francisco Díaz Morales.
7.3. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en adultos total 7.4. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en mujeres universitarias
7.5. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en varones universitarios 7.6. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en universitarios total
7.5. ÍNDICE DE AJUSTE Como se ha indicado en el capítulo 3 (apartado 3.2.2), el MIPS incorpora un índi ce elaborado para indicar el grado de adap tabilidad del sujeto; puede ser utilizado en procesos de selección para diferenciar entre candidatos "aptos" o "no aptos", o conocer el ajuste de las personas con su entorno. En la fórmula deben introducirse las puntua ciones de prevalencia (no las puntuaciones directas), y su resultados puede transfor marse en puntuaciones típicas T' emplean do los estadísticos básicos del grupo que se considere normativo en ese caso concreto. El proceso informático (mediante disquete) o de mecanización (el que ofrece TEA Ediciones), incluirá, además de las puntuaciones directas y de prevalencia, un índice de ajuste (Iaj) en puntuaciones T, de acuerdo con la fórmula indicada en el citado apartado 3.2.2. Otro procedimiento para su inter pretación, podría ser la consulta a una de las tablas 7.7 a 7.10 (de acuerdo con la tabla de PP consultada: total o de cada sexo y de cada grupo, adultos o
universitarios); en dichas tablas se encuentran las distribuciones de los índices de ajuste en puntuaciones T', de las muestras de tipificación expresa das en centiles. Para que pueda servir de práctica del uso del soporte informático prepa rado para la obtención mediante disquete o disco de los resultados del MIPS, la figura 7.1 (situada al final de este capitulo 7) recoge la salida impresa en forma de perfil con todas las puntua ciones directas (PD), de prevalencia (PP) e índices (Impresión positiva, Impresión negativa y de ajuste) de un caso real, varón de 25 años. Una vez instalada en el ordena dor la programación incluida en el soporte informático y puesta en mar cha, se teclearon los datos de identifica ción del caso y las respuestas (V=l, F=2), a los 180 elementos. Cuando el perfil estaba en pantalla se pidió su sali da por impresora, y el resultado ha sido la citada figura 7.1.
Tabla 7.1. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en adultos mujeres (N=643) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 0 Ü 1 3 5 7 9 14 19 24 29 33 37 41 45 49 52 54 56 58 60 62 64 67 69 73 77 81 85 89 94 96 98 100 100
IB 2A 2B 3A 3B 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 7 0 0 0 0 9 0 2 3 0 12 0 3 3 0 15 0 5 5 0 18 1 7 7 0 21 1 9 9 0 23 2 12 13 0 25 3 16 17 0 27 4 20 21 0 29 5 23 25 1 31 7 26 29 2 32 8 29 32 2 34 9 32 36 3 35 12 35 40 5 37 15 38 43 7 38 18 41 46 9 40 21 44 49 12 41 24 47 53 15 43 27 49 57 18 44 29 52 61 21 46 32 55 65 24 47 36 58 69 27 48 40 61 72 29 49 43 64 76 33 52 46 67 79 37 56 49 69 82 41 59 52 72 85 45 63 55 75 89 49 66 58 78 92 52 69 61 81 93 56 73 64 83 94 60 77 67 85 95 63 81 69 87 96 66 85 72 89 96 69 89 76 90 97 73 91 80 91 98 77 93 83 92 98 81 96 86 93 100 85 96 89 93 100 89 98 92 94 100 94 98 94 96 100 96 100 96 96 100 98 100 98 97 100 99 100 100 98 100 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
4A 4B 5A 0 9 0 0 14 0 0 19 0 0 24 0 0 29 1 1 32 3 2 35 5 3 38 7 4 41 9 5 44 12 6 47 16 8 49 19 9 53 22 12 57 26 15 61 29 18 65 33 22 69 37 26 72 41 29 75 45 32 79 49 35 83 53 38 86 57 42 89 61 46 90 65 49 92 69 52 93 76 55 94 83 58 96 89 61 96 100 63 98 65 100 67 100 69 100 73 77 81 85 89 93 96 98 98 100
5B 6A 6B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 3 0 3 5 0 5 7 0 7 8 0 9 9 0 13 12 0 17 15 0 21 18 1 25 21 3 29 25 5 32 29 7 35 32 9 38 34 13 41 37 17 44 39 21 47 42 25 49 45 29 52 47 34 56 49 39 60 52 44 63 56 49 66 60 52 69 65 55 72 69 58 76 74 60 80 79 63 83 84 65 86 89 67 89 92 69 92 94 73 94 96 76 95 96 79 96 98 82 97 98 85 98 99 87 98 100 89 99 100 92 100 100 94 100 100 96 100 100 97 100 98 99 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B HA U B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 0 7 0 1 0 3 0 0 0 0 0 8 0 9 0 2 0 5 0 2 0 0 0 9 0 13 0 3 0 7 0 3 0 0 0 13 0 17 0 5 0 9 0 4 0 0 1 17 0 21 0 7 0 13 0 5 0 0 2 25 0 25 1 9 0 17 1 7 0 0 3 27 1 29 2 12 0 21 2 8 0 0 4 29 2 31 3 15 0 25 3 9 0 1 5 31 3 33 3 18 0 29 4 12 0 2 7 33 5 35 4 21 0 32 7 15 0 3 9 35 7 37 5 24 0 35 8 18 0 4 13 37 9 39 6 27 0 38 9 21 1 5 17 39 12 41 7 29 0 41 13 24 1 6 21 41 15 42 9 31 0 44 17 27 2 7 25 43 18 44 11 33 1 47 21 29 3 8 29 45 21 46 14 35 1 49 25 32 4 9 32 47 24 47 16 38 2 53 29 35 5 11 35 49 27 49 19 40 3 57 32 38 7 13 38 53 29 52 22 43 3 61 36 41 9 15 41 56 33 55 25 45 4 65 40 43 12 17 44 59 37 58 27 47 7 69 43 45 15 19 47 62 41 61 29 49 9 72 46 47 19 21 49 66 45 63 32 53 12 75 49 49 22 23 52 69 49 65 35 57 15 78 54 53 26 25 56 73 51 67 38 61 18 81 59 56 29 27 60 77 52 69 41 65 21 84 64 59 33 29 63 81 54 73 44 69 24 87 69 62 37 31 66 84 55 76 47 72 27 89 72 66 41 33 69 87 57 79 49 76 29 90 76 69 45 35 72 89 58 82 51 79 32 92 80 72 49 38 74 92 60 85 53 82 36 92 83 76 52 41 77 93 61 87 55 86 40 93 86 80 55 44 79 93 63 89 58 89 43 94 89 83 58 47 82 94 65 92 61 90 46 95 92 86 61 49 84 94 67 92 63 91 49 96 94 89 63 52 87 95 69 93 65 92 51 97 95 92 65 54 89 97 71 93 67 92 53 98 95 93 69 56 90 100 73 94 69 93 55 98 96 94 72 58 92 100 75 95 72 95 58 100 98 95 75 60 94 100 77 96 75 95 60 100 99 96 78 62 94 100 79 98 78 95 63 100 100 96 81 64 95 100 81 98 81 96 66 100 100 98 84 66 95 100 83 99 84 96 69 100 100 99 87 69 96 100 86 100 87 98 72 100 100 100 89 73 96 100 89 100 89 100 76 100 100 100 92 76 98 100 92 100 92 100 79 100 100 100 94 80 100 100 94 100 94 100 83 100 100 100 96 83 100 100 95 100 96 100 86 100 100 97 86 100 100 96 100 97 100 89 100 100 98 89 100 97 100 98 100 92 100 99 99 100 94 93 100 98 100 99 100 100 96 100 100 96 100 98 100 100 98 100 100 98 100 100 100 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.2. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en adultos varones (N=541) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 0 1 3 5 7 9 13 17 21 25 29 34 39 44 49 51 53 55 57 59 61 63 66 69 72 75 78 82 86 89 92 96 98 100 100
IB 0 3 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 30 32 33 34 35 37 38 39 41 43 45 46 47 49 52 55 58 62 66 69 73 77 81 85 89 92 93 93 95 96 96 100 100 100
2A 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 5 7 9 12 15 18 21 24 26 29 32 36 39 43 46 49 52 55 58 61 63 65 67 69 72 75 78 82 86 89 92 94 95 97 98 100 100 100
2B 0 0 0 3 4 5 6 7 9 12 15 18 21 24 27 29 31 33 35 38 40 43 45 47 49 52 56 59 63 66 69 72 75 78 81 84 87 89 92 93 94 94 95 96 96 96 97 97 98 100 100 100 100 100 100
3A 0 0 0 0 1 2 3 5 7 9 14 19 24 29 34 39 44 49 52 55 58 61 64 67 69 72 76 79 82 86 89 90 91 92 94 95 96 97 98 98 99 100 100 100 100 100
3B 4A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 3 0 4 1 5 2 7 3 9 4 12 5 16 6 20 7 23 8 27 9 29 12 32 15 35 18 38 21 41 24 44 27 47 29 49 32 52 35 55 38 58 41 61 44 64 47 67 49 69 53 72 57 76 61 80 65 83 69 86 73 89 77 92 81 95 85 96 89 98 92 99 95 100 96 98 100 100 100 100
4B 0 5 9 13 17 21 25 29 32 36 39 42 46 49 53 57 61 65 69 72 76 79 83 86 89 90 92 95 96 98 98 100 100
5A 0 0 0 1 1 3 5 7 9 14 19 24 29 33 37 41 45 49 53 56 60 63 66 69 76 83 89 95 100
5B 0 0 0 0 1 3 5 7 8 9 12 15 18 22 26 29 32 35 38 40 42 44 46 49 53 57 61 65 69 72 75 78 82 86 89 91 93 94 95 97 100 100 100 100 100 100 100 100 100
6A 0 0 0 0 1 2 3 5 7 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49 52 54 56 58 61 63 66 69 73 76 80 83 86 89 92 94 95 96 98 98 99 100 100 100
6B 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 4 5 6 8 9 12 15 18 21 24 27 29 32 35 38 41 43 45 47 49 53 57 61 65 69 73 77 81 85 89 92 93 95 96 98 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100
7A 7B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 3 1 4 1 6 1 8 2 9 3 12 4 16 5 19 7 23 9 26 11 29 13 32 15 36 18 39 21 42 24 44 27 46 29 49 31 52 33 55 35 58 38 61 41 64 43 67 45 69 47 72 49 76 51 80 53 83 56 86 58 89 60 92 62 94 65 95 67 96 69 97 72 98 75 98 78 99 81 100 84 100 87 100 89 100 92 100 94 100 96 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
8A 0 0 1 2 3 5 7 9 12 16 19 23 26 29 32 35 38 40 43 45 47 49 52 55 58 61 64 67 69 72 75 78 81 84 87 89 90 92 93 94 96 96 97 98 98 100 100 100 100 100 100 100
8B 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 4 5 7 9 11 13 15 18 21 23 26 29 32 36 39 41 43 45 47 49 51 53 55 58 60 63 65 67 69 71 74 76 79 81 84 87 89 90 93 94 96 97 97 98 99 100 100 100
9A 0 3 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 31 33 35 37 39 40 42 44 46 47 49 52 55 58 61 64 67 69 71 73 75 77 80 83 86 89 90 92 93 94 94 95 95 96 97 98 100 100 100 100 100
9B 10A 10B H A 11B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 1 0 7 0 1 0 0 2 0 9 0 2 0 0 3 0 12 0 3 0 0 4 0 16 0 4 0 0 5 0 20 0 5 0 1 7 0 25 1 6 1 2 9 0 29 3 7 1 3 12 0 32 5 9 2 3 15 0 34 7 12 2 5 18 0 37 9 15 3 7 22 1 39 13 18 4 9 26 1 41 17 21 5 12 29 2 44 21 24 6 15 32 2 47 25 27 7 18 35 3 49 29 29 9 21 38 4 53 34 32 12 24 41 5 57 39 35 15 27 44 5 61 44 38 18 29 46 6 65 49 41 21 32 49 7 69 52 43 24 36 53 9 72 56 45 27 40 57 12 75 60 47 29 43 61 15 78 63 49 32 46 65 18 81 66 53 36 49 69 21 84 69 57 40 52 73 23 87 72 61 43 54 77 25 89 75 65 46 57 80 27 90 78 69 49 59 83 29 92 81 72 52 61 86 32 92 84 76 56 63 89 35 94 87 79 60 65 92 38 96 89 82 63 67 94 41 97 92 85 66 69 96 44 98 94 87 69 72 96 47 98 96 89 72 74 98 49 98 97 92 76 76 98 52 100 98 93 81 78 98 55 100 98 94 85 80 99 59 100 99 95 89 82 99 63 100 100 96 92 84 100 66 100 100 97 94 86 100 69 100 100 98 95 89 100 72 100 100 100 97 92 100 76 100 100 100 98 93 100 80 100 100 100 98 100 99 95 100 83 100 100 99 96 100 86 100 97 100 89 100 100 100 100 98 100 92 100 100 94 100 100 100 100 100 100 96 100 100 100 100 97 100 100 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.3. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en adultos total (N=1.184) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 1 2 3 5 7 9 13 17 21 25 29 35 40 44 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 73 77 81 85 89 91 94 97 100 100
IB 0 0 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 30 31 32 33 35 36 37 39 41 43 44 45 46 47 49 53 57 61 65 69 73 77 81 85 89 91 93 95 97 98 99 100 100 100
2A 0 0 0 0 0 1 3 3 4 5 6 7 8 9 12 15 18 21 24 27 29 32 35 38 42 46 49 52 55 58 61 64 67 69 73 77 80 83 86 89 91 93 95 97 98 100 100 100
2B 3A 3B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 2 3 0 3 5 0 5 7 0 7 9 0 9 13 1 12 17 1 15 21 2 19 25 3 22 29 4 26 34 5 29 38 6 32 42 7 36 46 8 38 49 9 41 52 12 43 55 15 45 58 18 47 61 21 49 64 24 52 67 27 56 69 29 59 72 32 62 76 35 66 79 39 69 82 43 72 86 46 75 89 49 78 90 53 80 92 57 82 93 61 85 94 65 87 95 69 89 96 73 90 97 77 91 98 81 92 99 85 93 99 89 94 100 91 95 100 94 96 100 96 97 100 98 98 100 100 99 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100
4A 4B 0 5 0 9 0 15 0 20 0 25 2 29 3 32 4 35 5 38 6 41 7 44 9 47 13 49 16 53 19 57 22 61 25 65 27 69 29 73 32 77 35 81 39 85 42 87 46 89 49 92 52 94 55 96 58 98 61 98 64 98 66 99 68 100 69 100 73 77 81 85 89 91 93 95 97 100
5A 0 0 0 0 1 3 5 7 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49 53 57 61 65 69 75 81 89 96 100
5B 6A 6B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 3 0 3 5 0 5 7 0 7 8 0 8 9 0 9 12 1 13 15 3 17 18 5 21 22 6 25 26 7 29 29 8 32 32 9 35 36 12 38 39 15 41 43 18 44 46 21 47 49 25 49 52 29 51 55 32 54 58 36 58 62 39 62 66 42 66 69 46 69 72 49 72 76 52 75 80 56 78 83 59 82 86 63 86 89 66 89 91 69 90 93 73 91 94 76 93 96 80 93 98 83 95 98 86 96 99 89 98 100 92 100 100 94 100 100 96 100 100 97 100 98 100 98 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
7A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 3 3 5 7 9 11 13 15 17 20 23 25 27 29 31 33 35 37 40 42 45 47 49 51 53 56 58 60 62 64 66 69 73 76 79 83 86 89 93 96 98 100 100 100
7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B H A 11B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 7 0 0 0 3 0 0 0 0 7 0 9 0 1 0 5 0 1 0 0 9 0 12 0 3 0 7 0 2 0 0 12 0 16 0 5 0 9 0 3 0 1 15 0 20 0 7 0 13 0 5 0 1 18 1 23 1 8 0 17 1 7 0 3 21 1 26 1 9 0 21 1 7 0 4 24 2 29 1 12 0 25 2 8 0 5 27 3 30 2 15 0 29 3 9 0 7 29 5 32 3 18 0 32 5 12 1 9 31 7 34 3 21 0 35 7 15 1 12 34 9 36 5 24 0 38 9 18 2 15 36 12 38 7 27 0 41 13 21 2 19 39 15 40 9 29 1 44 17 24 3 22 41 18 42 12 32 1 47 21 27 3 26 43 21 44 15 35 2 49 25 29 5 29 45 24 46 18 37 3 52 29 32 7 33 47 27 48 21 40 3 55 33 35 9 36 49 29 49 24 42 4 58 37 38 12 39 52 33 52 27 45 5 62 41 41 15 42 55 36 55 29 47 7 66 45 43 18 46 58 39 58 32 49 9 69 49 45 21 49 62 42 61 35 53 12 72 53 47 24 52 66 45 64 38 57 15 75 57 49 27 55 69 47 67 41 61 18 78 61 53 29 58 72 49 69 44 65 20 81 65 57 33 62 76 51 71 47 69 23 84 69 61 37 66 79 53 74 49 72 25 87 73 63 41 69 82 55 77 51 75 27 89 76 67 45 72 84 57 80 54 79 29 92 80 69 49 74 87 59 83 56 83 32 93 83 72 52 77 89 61 85 58 86 36 95 86 76 55 79 93 63 87 61 89 39 95 89 79 58 82 94 65 89 63 91 42 97 91 83 61 84 95 67 93 65 93 45 97 93 86 64 87 96 69 95 67 93 47 98 95 89 67 89 97 72 97 69 95 49 98 96 91 69 91 97 74 97 72 95 52 99 97 93 72 93 98 76 97 75 95 55 100 98 95 75 95 98 78 98 78 97 58 100 99 97 78 95 100 81 98 80 97 61 100 100 97 81 96 100 83 98 82 99 64 100 100 98 84 96 100 85 99 84 100 67 100 100 99 87 98 100 87 99 86 100 69 100 100 100 89 98 100 89 100 89 100 73 100 100 100 92 98 100 91 100 91 100 77 100 100 100 94 100 100 93 100 93 100 81 100 100 100 96 100 100 96 100 95 100 85 100 100 98 100 100 98 100 97 100 89 100 100 99 100 98 100 98 100 91 100 99 100 99 99 100 93 100 99 100 99 100 100 95 100 100 100 100 100 100 96 100 100 100 100 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.4. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en mujeres universitarias (N=673) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 1 3 5 9 13 17 21 25 29 34 39 44 49 52 54 56 58 60 62 64 66 69 72 76 79 83 86 89 92 94 96 98 99 100 100
IB 2A 2B 0 0 0 1 0 0 3 0 0 5 0 0 7 1 1 8 1 3 9 2 5 12 3 7 14 3 9 16 4 13 18 5 17 20 7 21 22 9 25 24 12 29 27 15 32 29 17 34 31 20 37 33 22 41 35 25 45 37 27 49 39 29 52 40 32 55 42 35 57 43 38 60 44 41 62 45 43 65 46 45 67 47 47 69 49 49 71 53 53 73 57 57 75 61 61 77 65 65 79 69 69 81 72 73 83 76 77 85 79 81 87 83 85 89 86 89 92 89 92 94 92 93 96 95 95 97 98 98 98 100 99 98 100 100 99 100 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
3A 0 0 1 2 3 5 7 9 13 17 21 25 29 32 35 39 42 46 49 53 57 61 65 69 72 76 79 83 86 89 90 93 94 94 96 96 98 98 99 100 100 100 100 100 100 100
3B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 2 3 5 6 7 9 12 15 19 22 26 29 34 39 44 49 52 55 59 62 66 69 73 77 81 85 89 92 94 96 98 99 100 100 100 100
4A 0 0 0 0 1 1 2 2 3 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 32 35 39 42 46 49 51 54 56 58 61 64 67 69 73 77 81 85 89 94 96 98 100 100
4B 5 7 9 14 19 24 29 32 35 39 42 46 49 54 59 64 69 72 76 79 82 86 89 90 92 94 96 96 97 98 98 100 100
5A 0 0 0 3 5 7 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49 53 57 61 65 69 75 82 89 94 96 98 100
5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 2 0 0 5 0 0 0 4 0 0 7 0 0 0 6 0 0 9 0 0 0 8 0 0 14 0 0 0 9 0 1 19 0 0 0 13 0 3 24 0 1 0 17 1 5 29 0 2 1 21 1 7 32 0 3 2 25 3 9 35 1 3 3 29 5 12 38 1 4 5 32 7 16 41 1 5 7 34 9 19 44 2 6 9 36 12 23 47 3 7 12 39 15 26 49 4 9 16 42 18 29 52 6 11 19 44 21 32 56 9 14 23 46 24 36 59 13 16 26 49 27 39 63 17 18 29 52 29 43 66 21 20 32 56 32 46 69 25 22 36 59 36 49 72 29 24 39 63 39 52 76 33 26 43 66 43 56 79 37 29 46 69 46 59 83 41 32 49 72 49 63 86 45 34 52 75 51 66 89 49 36 55 78 53 69 92 52 38 58 81 55 72 93 55 40 61 84 57 75 94 58 42 64 87 59 78 94 61 44 67 89 61 81 95 64 46 69 90 63 84 96 67 47 72 92 65 87 98 69 49 74 92 67 89 98 72 52 77 93 68 93 100 76 55 79 93 69 95 100 79 58 82 94 72 96 100 83 61 84 96 74 98 100 86 64 87 96 77 99 100 89 67 89 98 79 100 100 92 69 92 98 82 100 100 94 72 93 100 84 100 96 76 95 100 87 100 97 79 97 100 89 100 98 83 98 100 92 100 99 86 98 100 94 100 100 89 98 100 95 100 92 99 100 97 100 94 100 100 98 100 96 100 100 99 100 98 100 99 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
9A 0 0 3 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 52 54 57 59 62 64 67 69 72 75 78 81 83 85 87 89 90 92 93 94 94 96 98 98 99 100 100 100 100 100
9B 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 4 5 7 8 9 12 15 18 21 24 27 29 31 34 36 39 41 44 47 49 51 54 57 59 62 64 66 69 72 75 78 81 83 85 87 89 91 93 95 96 98 98 99 100 100 100 100 100
10A 10B H A 11B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 1 0 4 0 0 0 2 0 7 0 1 0 3 0 9 1 2 0 5 0 13 2 3 0 7 0 17 3 5 0 9 0 21 5 7 0 13 0 25 7 8 0 17 1 29 8 9 0 21 1 32 9 12 0 25 2 35 13 15 1 29 3 38 17 18 1 32 4 41 21 21 2 36 5 44 25 24 3 39 6 47 29 27 5 43 7 49 32 29 7 46 9 53 35 32 9 49 12 57 38 34 12 52 16 61 41 36 16 56 19 65 44 38 19 59 22 69 47 40 22 63 26 72 49 43 26 66 29 75 54 46 29 69 32 78 59 49 33 72 36 81 64 52 37 75 39 84 69 56 41 78 43 87 73 59 45 81 46 89 77 63 49 84 49 90 81 66 52 87 52 92 85 69 54 89 55 94 89 72 56 90 58 94 92 76 58 92 61 96 93 79 60 93 64 96 94 83 63 94 67 97 95 86 66 95 69 98 96 89 69 96 72 98 98 92 72 98 76 98 98 94 75 98 79 100 100 95 78 98 82 100 100 96 81 100 86 100 100 97 84 100 89 100 100 98 87 100 92 100 100 100 89 100 93 100 100 100 92 100 94 100 100 100 94 100 96 100 100 100 96 100 97 100 100 97 100 98 100 100 98 100 99 100 99 100 100 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.5. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en varones universitarios (N=327) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 '37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
1A 0 0 0 2 4 7 9 13 17 21 25 29 34 39 44 49 51 52 54 55 57 59 61 63 65 67 69 72 76 79 83 86 89 94 96 98 100 100
IB 0 3 5 7 9 12 15 17 20 22 24 26 29 31 32 33 34 36 37 38 40 41 43 44 45 47 49 52 56 59 63 66 69 72 75 78 81 84 87 89 92 96 96 96 100 100
2A 0 0 0 0 0 1 2 3 5 7 9 12 15 18 21 23 26 29 32 36 39 43 46 49 52 54 56 58 60 62 64 66 69 72 76 79 83 86 89 92 94 96 97 98 99 100 100 100
2B 3A 3B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 2 0 0 3 0 0 5 1 0 7 2 1 9 4 2 12 6 3 14 9 4 17 14 5 19 19 7 22 24 8 24 29 9 26 34 12 29 39 15 31 44 18 34 49 21 36 52 24 38 55 27 40 58 29 43 61 32 45 64 35 57 67 38 49 69 41 52 72 44 55 76 47 58 79 49 61 83 53 64 86 57 67 89 61 69 93 65 72 94 69 75 95 74 78 96 79 81 97 84 84 98 89 87 98 93 89 99 94 90 99 95 92 100 95 94 100 96 94 100 98 96 100 98 96 100 98 97 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100
4A 4B 0 0 0 5 0 7 0 9 1 13 2 17 3 21 4 25 6 29 7 33 9 37 12 41 15 45 18 49 21 53 24 57 27 61 29 65 32 69 35 73 38 77 41 81 44 85 47 89 49 92 52 95 55 97 58 98 61 99 64 100 67 100 69 100 74 100 78 82 86 89 94 96 98 99 100 100
5A 0 3 4 8 9 14 19 24 29 34 39 44 49 52 55 58 61 64 67 69 73 77 81 85 89 95 97 99 100
5B 6A 6B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 5 0 1 9 0 1 12 1 2 16 3 3 19 3 5 23 4 7 26 5 8 29 6 9 34 7 12 39 8 16 44 9 19 49 12 23 51 16 26 54 19 29 56 23 32 58 26 35 60 29 38 62 32 41 64 35 43 67 38 45 69 40 47 72 42 49 75 44 53 78 47 57 81 49 61 84 53 65 87 57 69 89 61 74 92 65 79 94 69 84 95 73 89 96 77 92 97 81 94 98 85 96 98 89 97 100 90 98 100 92 98 100 93 100 100 95 100 95 100 96 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
7A 7B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 1 3 2 4 3 5 4 7 5 9 7 12 8 15 9 18 12 21 15 23 18 25 21 27 24 29 27 32 29 34 32 37 36 39 39 42 43 45 46 47 49 49 52 51 56 53 59 56 63 58 66 60 69 62 72 64 76 67 79 69 83 72 86 75 89 77 92 79 93 82 95 85 96 87 97 89 98 92 98 95 98 96 99 97 99 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
8A 0 0 1 2 3 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 32 36 39 43 46 49 52 55 58 61 64 67 69 72 75 78 81 83 85 87 89 92 94 95 95 96 98 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100
8B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 3 4 5 7 9 12 15 18 21 24 27 29 32 34 36 38 40 43 46 49 52 54 56 58 60 62 64 65 67 69 72 75 78 81 84 87 89 92 94 95 96 97 98 98 99 100 100 100
9A 0 0 3 5 7 9 12 16 19 23 26 29 30 32 33 34 36 38 40 41 43 45 46 47 49 52 55 58 61 64 67 69 71 74 77 79 82 84 86 89 92 93 95 95 96 96 98 98 100 100 100 100 100
9B 10A 10B HA 11B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 .0 2 0 0 0 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 6 0 0 0 0 0 0 8 0 0 0 1 0 0 9 0 0 0 2 3 0 13 0 1 0 3 5 0 17 0 3 0 4 7 0 21 5 4 1 6 9 0 25 7 5 1 8 13 1 29 9 7 2 9 17 1 31 14 9 2 12 21 2 34 19 12 3 15 25 3 36 24 16 4 18 29 4 38 29 19 6 21 33 5 41 33 23 8 24 37 6 44 37 26 9 27 41 7 47 41 29 12 29 45 8 49 45 32 15 32 49 9 52 49 36 19 36 52 12 55 52 39 23 39 55 15 59 55 43 26 43 58 18 62 58 46 29 46 61 21 66 61 49 32 49 64 23 69 64 52 35 50 67 25 72 67 55 39 51 69 27 75 69 58 43 52 71 29 78 72 61 46 53 74 32 81 75 64 49 55 76 34 84 78 67 52 56 78 37 87 81 69 55 58 81 40 89 84 72 59 60 83 43 92 87 75 63 62 86 45 94 89 79 66 64 89 47 94 92 83 69 66 92 49 95 94 86 72 69 93 53 96 95 89 76 72 94 57 98 97 90 79 75 95 61 98 97 90 83 78 96 65 99 98 92 86 81 97 69 100 98 93 89 83 98 72 100 100 94 91 85 98 76 100 100 95 94 87 99 79 100 100 96 96 89 99 83 100 100 96 96 92 99 86 100 100 97 98 94 100 89 100 100 98 98 96 100 90 100 100 98 99 97 100 93 100 99 100 98 100 94 100 100 100 99 100 96 100 100 99 100 97 100 100 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.6. Puntuaciones de prevalencia (PP) equivalentes a las puntuaciones directas (PD) en universitarios total (N=1.000) PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
134
1A 0 0 0 3 3 6 9 13 17 21 25 29 34 39 44 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 72 75 79 82 86 89 92 95 97 99 100 100
IB 0 1 3 5 7 8 9 12 14 17 20 22 25 27 29 30 31 32 34 36 38 40 42 44 45 46 47 48 49 53 57 61 65 69 72 76 79 83 86 89 91 93 95 97 100 100
2A 2B 3A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 1 1 3 1 3 5 2 5 7 3 7 9 3 9 13 4 12 17 5 15 21 7 18 25 9 21 29 12 24 33 16 27 37 19 29 41 23 32 45 26 35 49 29 38 52 32 41 55 35 44 58 38 47 62 41 49 66 44 52 69 47 55 71 49 58 74 52 61 77 55 64 80 58 67 83 61 69 86 64 71 89 67 73 91 69 76 93 73 78 94 76 80 95 80 83 96 83 85 97 86 87 98 89 89 99 91 91 100 93 93 100 95 94 100 96 96 100 97 97 100 98 98 100 100 98 100 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100
3B 4A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 2 0 3 0 4 1 5 1 7 2 9 2 12 3 15 4 18 5 22 7 25 8 27 9 29 13 32 17 35 21 38 25 41 27 44 29 47 33 49 37 52 41 55 45 58 49 60 53 63 57 66 61 69 65 73 69 77 73 81 77 85 81 89 85 92 89 95 92 97 94 98 96 100 98 99 100 100 100 100
4B 5A 0 0 5 0 9 3 14 5 19 7 24 9 29 13 32 17 35 21 39 25 43 29 46 34 49 39 54 44 58 49 62 52 66 56 69 69 74 63 76 66 79 69 84 74 89 79 91 84 93 89 95 93 96 95 97 98 98 100 98 98 100 100
5B 6A 0 0 0 0 0 2 0 4 0 7 0 9 0 14 1 19 2 24 3 29 5 33 7 37 9 40 12 43 15 46 19 49 23 52 26 55 29 58 32 61 35 64 38 67 41 69 44 72 47 75 49 78 53 82 57 85 61 87 65 89 69 91 72 93 76 95 79 96 82 97 86 98 89 98 91 99 93 99 95 100 96 100 98 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100
6B 7A 7B 8A 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 3 0 0 0 5 0 0 0 7 0 0 0 9 0 0 0 13 0 1 0 17 1 1 1 21 1 2 2 25 2 3 3 29 2 4 5 32 3 5 7 35 4 7 8 38 5 9 9 40 7 12 12 43 9 14 15 45 12 16 18 47 16 18 21 49 19 20 25 52 23 22 29 55 26 24 32 59 29 26 36 62 32 29 39 65 36 31 43 69 39 33 46 72 42 36 49 75 45 38 52 77 49 40 55 80 51 42 58 83 54 44 61 86 57 46 64 89 61 49 67 90 64 52 69 91 67 54 72 92 69 56 75 93 73 58 78 94 77 61 81 95 81 64 84 96 85 67 87 97 89 69 89 98 92 73 91 99 93 77 92 100 95 80 94 100 96 83 96 100 97 86 97 100 98 89 98 100 100 92 98 100 100 94 99 100 100 95 99 100 100 96 100 100 100 97 100 100 98 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
8B 9A 9B 10A 10B H A 11B 12A 12B 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 0 0 3 0 0 0 0 9 0 1 0 5 0 0 0 0 12 0 2 0 7 0 1 0 0 15 1 3 0 9 1 1 0 1 18 1 5 0 13 2 3 0 2 21 2 7 0 17 3 4 0 3 24 3 9 0 21 5 5 0 4 27 5 13 0 25 7 7 0 5 29 7 17 1 29 9 9 0 7 31 9 21 1 32 13 12 1 9 33 12 25 2 35 17 16 1 12 35 15 29 2 38 21 20 2 15 37 18 33 3 41 25 23 3 18 39 21 37 4 43 29 26 5 21 41 24 41 5 45 33 29 7 24 43 27 45 7 47 37 32 9 27 45 29 49 8 49 41 35 12 29 47 32 52 9 53 45 38 15 32 48 35 55 12 57 49 41 18 35 49 38 59 14 61 53 43 21 38 52 41 63 17 65 57 45 24 41 55 44 66 21 69 61 47 27 44 57 47 69 24 72 65 49 29 47 59 49 72 26 75 69 53 33 49 61 51 75 29 78 72 56 37 51 64 53 78 31 81 75 59 41 53 67 55 81 34 84 78 62 43 55 69 57 83 37 87 81 66 46 57 72 59 85 40 89 84 69 49 59 75 61 87 43 90 87 72 52 61 78 63 89 46 92 89 76 55 63 81 65 90 49 93 91 79 58 65 84 67 92 53 94 93 83 61 67 87 69 93 57 95 95 86 64 69 89 72 94 62 96 96 89 67 72 91 75 95 64 97 98 91 69 74 93 78 96 66 98 99 93 72 77 94 81 97 69 99 99 95 76 80 95 83 97 73 100 100 96 79 82 96 85 98 76 100 100 97 82 85 97 87 98 79 100 100 98 85 87 98 89 100 83 100 100 98 87 89 98 91 100 86 100 100 99 89 91 99 93 100 89 100 100 100 92 93 100 95 100 91 100 100 100 94 94 100 96 100 93 100 100 100 96 96 100 97 100 95 100 100 97 97 100 98 100 96 100 100 98 98 100 99 100 97 100 98 99 100 100 98 100 99 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
PD 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
Tabla 7.7. Distribución (en centiles) del índice de ajuste en universitarios, según las PP de cada grupo Centiles
Tabla 7.8. Distribución (en centiles) del índice de ajuste en universitarios, según las PP total
Total
Varones
Mujeres
Centiles
Mujeres
Varones
36,16 41,87
35,98
37,12 41,90
36,89
41,83
35,19 41,87
45,37 48,42
44,92 48,55
45,83 48,39
44,53 48,46
51,25
51,44
51,05
51,75
53,48 55,86 58,87 62,03
53,76 55,87 58,83
45,90 48,44 50,95 53,06 55,80 58,58
53,00
54,22 56,57
61,47 673
10 20 30 40 50 60 70 80 90 N
10 20 30 40 50 60 70 80 90 N
1.000
62,16 327
Media
50,00
50,00
50,00
Dt
10,00
10,00
9,44
42,41
55,71 61,89 673
59,41 63,01 327
Media
49,97
50,06
Dt
9,67
10,66
58,60
Nota: Las puntuaciones se han obtenido considerando las puntuaciones de prevalencia en la muestra y las puntuaciones de prevalencia según el sexo en varones y mujeres
Nota: Las puntuaciones se han obtenido considerando las puntuaciones de prevalencia total y calculando la distribución en varones y mujeres
Tabla 7.9. Distribución (en centiles) del índice de ajuste en adultos, según las PP de cada grupo
Tabla 7.10. Distribución (en centiles) del índice de ajuste en adultos, según las PP total
Centiles
Total
Varones
Mujeres
Centiles
Mujeres
Varones
10 20 30 40 50 60 70 80 90 N
36,10 42,17
36,19 42,12
36,37
35,67
36,98 42,86
45,60 48,28 50,69 53,04 55,74 58,76 62,78
45,55 48,36 50,82 52,98 55,86 59,05 62,49
45,67 47,98 50,52
1.184
643
Media
50,00
50,03
Media
Dt
10,00
541 50,01 10,00
10 20 30 40 50 60 70 80 90 N
10,00
Dt.
41,77
53,11 55,77 58,47 63,30
Nota: Las puntuaciones se han obtenido considerando las puntuaciones de prevalencia total en la muestra y según el sexo en varones y mujeres
41,54 45,30 47,84 50,22 52,75 55,59 58,39
63,13 643 49,71 10,23
46,11 48,82
51,15 53,19 56,01 59,04 62,53
541 50,35
9,72
Nota: Las puntuaciones se han obtenido considerando las puntuaciones de prevalencia total y calculando la distribución en varones y mujeres
DATOS PERSONALES Identificación: 0123456789 Nombre: Ejemplo Ilustrativo Edad: 25 Sexo: Varón Fecha: 12/7/2001 Responsable: TEA Ediciones, S.A. Baremo: Adultos varones
PERFIL GRÁFICO PD
PP 0 10
61 66 46 66 76 81
MIPS Expansión MIPS Perseveración MIPS Modificación MIPS Adecuación MIPS Individualidad MIPS Protección
1A 1B 2A 2B 3A 3B
23 30 24 29 26 38
MIPS Extraversión MIPS Introversión MIPS Sensación MIPS Intuición MIPS Pensamiento MIPS Sentimiento MIPS Sistematización MIPS Innovación
4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B
38 95 10 39 3 1 43 100 11 17 48 100 27 31 45 98
MIPS Retraimiento MIPS Sociabilidad MIPS Indecisión MIPS Decisión MIPS Discrepancia MIPS Conformismo MIPS Sumisión MIPS Dominio MIPS Descontento MIPS Aquiescencia MIPS Impresión positiva MIPS Impresión negativa MIPS Consistencia
8A 8B 9A 9B 10A 10B 11A 11B 12A 12B
14 40 18 37 13 40 17 24 17 37
IP IN Cn
2 4 5
índice de ajuste (laj) PD = 9 Típica = 42
PD
32 71 42 67 15 49 44 52 24 66
PP 0 10
PD=Puntuación directa PP=Puntuación de Prevalencia
APÉNDICE A Estadísticos obtenidos en la adaptación 1.
Estadísticos Estadís ticos descripti desc riptivos vos (en PD) en adult ad ult os total (N=1.18 (N=1.184) 4)
2.
Estadísticos Estadíst icos descript desc riptivos ivos (en PD) en mujeres adul ad ulta tass (N=643) (N=643)
3.
Estadísticos Estadís ticos descript desc riptivos ivos (en PD) en varone var oness adul ad ulto toss (N=541) (N=541)
4.
Estadísticos Estadíst icos descript desc riptivos ivos (en PD) en universi univ ersi tari os total (N=1.0 (N=1.000) 00)
5.
Estadísticos Estadí sticos descripti desc riptivos vos (en PD) en mujeres univer uni versit sitari arias as (N=673) (N=673)
6.
Estadísticos Estadíst icos descript desc riptivos ivos (en PD) en varone var oness universi univ ersi tari os (N=327 (N=327))
7.
Estadísticos descript ivos (en PP según seg ún total) en adul tos total (N=1.184), mujeres (N=643) y varones (N=327)
8.
Estadísticos Estadíst icos descript desc riptivos ivos (en PP seg ún sexo) en adult adu ltos os mujeres (N=643) y varones (N=541)
9.
Estadísticos descript ivos (en PP según segú n total) en universit arios total (N=1.000) / mujeres (N=673) y varones (M=327)
10. 10.
Estadísticos Estadíst icos descript desc riptivos ivos (en PP según seg ún sexo) en mujeres universi univ ersita ta rias (N=673) y varones universitarios (N=327)
11.
Intercorrelac Interc orrelaciones iones de las escalas (en PD) en adult ad ult os (sobre la diag di ago o nal) y universitarios (bajo la diagonal)
12. 12.
Intercorrelaci Interco rrelaciones ones de las escalas (en PD) en adult adu ltos os varone var oness (sobre la diagonal) y adultos mujeres (bajo la diagonal)
13.
Intercorrelaci Interco rrelaciones ones de las escalas (en PD) en univers uni versita itarios rios varone var oness (sobre la diagonal) y universitarios mujeres (bajo la diagonal)
14. 14.
Intercorrelaci Interco rrelaciones ones (items prototípicos) prototí picos) de las escalas en adult adu ltos os (sobre la diagonal) y universitarios (bajo la diagonal)
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2
Tabla A.2. Estadísticos descriptivos (en PD) en mujeres adultas (N=643) Escalas
Rango
Mínimo
Máximo
Media
Dt
1A. Expansión
36
1
37
23,07
7,21
1B. Preservación
43
2
45
18,70
10,51
2A. Modificación
42
3
45
25,93
8,66
2B. Adecuación Adecuación
51
0
51
22,78
9,62
3A. Individualidad
43
0
43
17,09
7,83
3B. Protección
44
3
47
31,52
7,69
4A. Extraversión
40
2
42
24,77
8,71
4B. Introversión
32
0
32
11,43
7,37
5A. Sensación
28
0
28
19,70
6,05
5B. Intuición
42
1
43
18,69
8,38
6A. Pensamiento
41
1
42
17,76
8,06
6B. Sentimiento
47
3
50
29,14
8,48
7A. Sistematización
54
2
56
36,42
11,19
7B. Innovación
50
4
54
22,63
8,98
8A. Retraimiento
45
0
45
19,57
9,35
8B. Sociabilidad
53
2
55
29,38
10,45
9A. Indecisión
49
0
49
18,78
10,89
9B. Decisión
52
3
55
30,01
10,58
10A. Discrepancia
53
1
54
19,55
8,91
10B. Conformismo
50
9
59
39,26
8,95
11 A. Sumisión
41
1
42
16,89
7,90
11B. Dominio
46
2
48
21,45
7,59
12A. Descontento
51
0
51
22,53
9,91
12B. Aquiescencia Aquiescencia
56
4
60
38,12
9,55
Impresión positiva
10
0
10
3,52
2,05
Impresión negativa
10
0
10
3,36
2,45
4
1
5
3,61
1,06
Consistencia
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CD
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2
Tabla A.4. Estadísticos descriptivos (en PD) en universitarios total (1.000) Escalas
Rango
1A. Expansión
37
1B. Preservación
45
2A. Modificación
44
2B. Adecuación
51
3A. Individualidad
45
3B. Protección
42
4A. Extraversión
41
4B. Introversión
32
5A. Sensación
28
5B. Intuición
43
6A. Pensamiento
43
6B. Sentimiento
48
7A. Sistematización
51
7B. Innovación
50
8A. Retraimiento
45
8B. Sociabilidad
52
9A. Indecisión
50
9B. Decisión
53
10A. Discrepancia
51
10B. Conformismo
58
11 A. Sumisión
43
11B. Dominio
44
12A. Descontento
54
12B. Aquiescencia
52
Impresión positiva
8
Impresión negativa
10
Consistencia
5
Mínimo
0 0 2 0 0 5 1 0 0 3 0 3 5 5 0 4 0 2 1 1 1 3 1 7 0 0 0
Máximo
Media
Dt
37
22,87
7,58
45
18,62
10,46
46
25,98
8,95
51
21,90
9,78
45
18,73
8,11
47
29,00
7,99
42
26,56
8,65
32
11,15
6,70
28
15,49
6,56
46
23,47
8,31
43
16,76
8,45
51
28,84
8,60
56
31,88
11,46
55
27,29
9,03
45
16,99
8,79
56
32,63
10,03
50
18,45
10,73
55
30,94
10,60
52
22,24
8,93
59
34,13
9,33
44
17,00
8,04
47
22,12
7,55
55 59 8
23,82
9,46
35,21
9,32
2,37
1,74
10
3,45
2,29
5
3,69
1,07
Tabla A.5. Estadísticos descriptivos (en PD) en mujeres universitarias (N=673) Escalas
Rango
1A. Expansión
37
1B. Preservación
43
2A. Modificación
44
2B. Adecuación
48
3A. Individualidad
5A. Sensación
42 40 41 32 28
5B. Intuición
43
6A. Pensamiento
43
6B. Sentimiento
45
7A. Sistematización
8A. Retraimiento
48 49 43
8B. Sociabilidad
51
9A. Indecisión 9B. Decisión
49 53
10A. Discrepancia
50
10B. Conformismo
12A. Descontento
58 42 42 54
12B. Aquiescencia
52
Impresión positiva
8
Impresión negativa
10
3B. Protección 4A. Extraversión 4B. Introversión
7B. Innovación
11 A. Sumisión 11B. Dominio
Consistencia
4
Mínimo
0 0 2 0 0 6 1 0 0 3 0 6 8 6 0 4 0 2 1 1 1 3 1 7 0 0 1
Máximo
Media
Dt
37
22,58
7,32
43
19,19
10,04
46
25,93
9,01
48
21,74
9,62
42 46
17,27
7,84
30,50
7,61
42
27,40
8,60
32
10,41
6,50
28
15,23
6,65
46
23,93
8,48
43
14,90
7,98
51
30,41
8,26
56
32,25
11,62
55
26,98
9,01
43
15,83
8,44
55
32,64
10,12
49
18,43
10,53
55
30,18
10,60
51
21,14
8,72
59
34,29
9,28
43
17,06
7,71
45
21,16
7,38
55
23,12
9,24
59
36,97
8,99
8
2,28
1,68
10
3,48
2,27
5
3,80
1,00
Tabla A.6. Estadísticos descriptivos (en PD) en varones universitarios (N=327) Rango
Mínimo
Máximo
Media
Dt
1A. Expansión
37
37
23,46
8,08
1B. Preservación
45
45
17,44
11,21
2A. Modificación
43
45
26,08
8,85
2B. Adecuación
51
51
22,23
10,11
3A. Individualidad
44
45
21,73
7,84
3B. Protección
42
47
25,90
7,87
4A. Extraversión
41
42
24,84
8,50
4B. Introversión
30
30
12,65
6,87
5A. Sensación
28
28
16,02
6,35
5B. Intuición
39
46
22,52
7,90
6A. Pensamiento
39
42
20,57
8,11
6B. Sentimiento
45
48
25,60
8,38
7A. Sistematización
48
53
31,10
11,10
7B. Innovación
48
53
27,92
9,07
8A. Retraimiento
45
45
19,39
9,03
8B. Sociabilidad
48
56
32,60
9,85
9A. Indecisión
50
50
18,48
11,16
9B. Decisión
49
53
32,50
10,45
10A. Discrepancia
47
52
24,50
8,94
10B. Conformismo
52
59
33,80
9,43
11A. Sumisión
42
44
16,88
8,68
11B. Dominio
43
47
24,10
7,51
12A. Descontento
48
52
25,25
9,75
12B. Aquiescencia
46 8 9 5
0 0 2 0 1 5 1 0 0 7 3 3 5 5 0 8 0 4 5 7 2 4 4 7 0 0 0
53 8 9 5
31,57
8,92
2,54
1,84
3,39
2,34
3,47
1,17
Escalas
Impresión positiva Impresión negativa Consistencia
Tabla A.7 Estadísticos descriptivos (en PP según total), en adultos total (N=1.184), mujeres (N=643) y varones (N=541) Mujer
Total
Varón
Escalas
Media
Dt
Media
Dt
Media
Dt
1A. Expansión
62,05
20,78
61,16
21,25
63,11
20,19
1B. Preservación
39,86
22,59
41,42
23,56
38,00
21,25
2A. Modificación
50,52
25,25
48,84
25,20
52,53
25,18
2B. Adecuación
51,63
25,18
52,21
25,27
50,94
25,07
3A. Individualidad
52,14
24,89
46,43
25,36
58,94
22,54
3B. Protección
51,64
26,28
57,19
25,30
45,04
25,93
4A. Extraversión
48,59
24,63
50,83
25,26
45,94
23,61
4B. Introversión
51,45
25,20
48,66
25,53
54,76
24,42
5A. Sensación
58,30
26,39
58,21
26,13
58,40
26,73
5B. Intuición
42,82
25,86
42,21
25,52
43,55
26,27
6A. Pensamiento
49,46
26,76
41,89
25,40
58,46
25,54
6B. Sentimiento
51,36
27,01
56,07
26,27
45,75
26,83
7A. Sistematización
50,30
25,63
51,50
26,15
48,88
24,96
7B. Innovación
42,67
26,38
40,58
26,16
45,15
26,45
8A. Retraimiento
50,60
24,79
48,22
24,87
53,43
24,42
8B. Sociabilidad
51,04
24,86
49,71
24,40
52,62
25,32
9A. Indecisión
46,32
24,89
46,60
25,49
45,99
24,18
9B. Decisión
50,89
25,77
47,47
26,13
54,95
24,75
10A. Discrepancia
43,62
25,09
39,79
24,74
48,19
24,76
10B. Conformismo
51,93
24,80
51,13
24,49
52,89
25,16
11A. Sumisión
45,33
23,86
45,77
23,72
44,80
24,05
11B. Dominio
44,65
26,80
39,24
26,60
51,07
25,62
12A. Descontento
44,62
26,12
42,83
26,52
46,74
25,50
12B. Aquiescencia
59,18
26,46
65,31
26,29
51,90
24,80
Tabla A.8. Estadísticos descriptivos (en PP según sexo) en mujeres adultas (N=643) y varones adultos (N=541) Varón
Mujer Escalas
Media
Dt
Media
Dt
1A. Expansión
60,37
22,27
63,69
20,65
1B. Preservación
43,04
22,91
38,55
21,41
2A. Modificación
46,08
24,96
54,04
24,38
2B. Adecuación
55,48
24,81
47,15
24,30
3A. Individualidad
46,31
26,25
60,87
23,50
3B. Protección
58,26
25,49
46,29
25,10
4A. Extraversión
50,27
26,15
49,94
23,93
4B. Introversión
51,63
24,62
50,04
25,41
5A. Sensación
54,51
25,45
60,24
25,86
5B. Intuición
45,46
26,09
40,77
25,69
6A. Pensamiento
40,05
25,00
57,74
24,79
6B. Sentimiento
60,28
25,50
44,30
25,20
7A. Sistematización
48,80
25,87
50,67
25,00
7B. Innovación
41,68
25,69
43,87
25,46
8A. Retraimiento
49,35
24,78
51,55
24,64
8B. Sociabilidad
50,40
24,08
50,06
25,37
9A. Indecisión
48,35
25,29
43,95
23,19
9B. Decisión
45,70
25,92
56,22
24,81
10A. Discrepancia
40,64
23,88
46,56
26,79
10B. Conformismo
53,84
24,90
50,87
25,52
11 A. Sumisión
46,56
24,47
43,80
24,02
11B. Dominio
38,57
26,07
51,83
25,19
12A. Descontento
45,14
26,77
44,51
25,99
12B. Aquiescencia
63,75
25,78
54,65
25,69
Tabla A.9. Estadísticos descriptivos (en PP según total) en universitarios total (N=1.000), mujeres (N=673) y varones (N=327) Mujer
Total
Varón
Escalas
Media
Dt
Media
Dt
Media
Dt
1A. Expansión
65,25
21,62
64,51
20,72
66,78
23,30
1B. Preservación
38,46
22,90
39,50
21,95
36,34
24,65
2A. Modificación
52,47
25,66
52,33
25,82
52,76
25,34
2B. Adecuación
45,49
25,66
45,11
25,41
46,28
26,19
3A. Individualidad
51,86
25,93
47,18
25,55
61,54
23,98
3B. Protección
53,89
27,60
59,17
26,62
43,02
26,40
4A. Extraversión
55,03
25,32
57,54
25,32
49,87
24,56
4B. Introversión
46,20
25,15
43,45
24,57
51,85
25,44
5A. Sensación
52,76
26,47
51,72
26,83
54,89
25,63
5B. Intuición
46,67
26,07
48,18
26,51
43,54
24,90
6A. Pensamiento
51,86
25,71
46,22
25,18
63,47
22,74
6B. Sentimiento
47,97
25,89
52,63
25,20
38,38
24,67
7A. Sistematización
48,58
27,45
49,47
27,93
46,77
26,39
7B. Innovación
48,40
25,96
47,43
25,95
50,40
25,91
8A. Retraimiento
44,20
24,86
40,93
24,21
50,92
24,85
8B. Sociabilidad
57,41
23,49
57,40
23,70
57,44
23,10
9A. Indecisión
41,45
24,15
41,51
23,75
41,32
24,99
9B. Decisión
55,82
24,88
53,97
24,86
59,63
24,51
10A. Discrepancia
52,93
27,03
49,74
27,09
59,50
25,73
10B. Conformismo
48,50
26,23
49,07
26,23
47,32
26,25
11 A. Sumisión
42,42
24,25
42,66
23,49
41,93
25,77
11B. Dominio
48,33
26,45
44,95
26,12
55,28
25,79
12A. Descontento
44,98
26,12
43,21
25,86
48,61
26,31
12B. Aquiescencia
57,45
26,03
62,35
24,84
47,43
25,57
Tabla A. 10. Estadísticos descriptivos (en PP según sexo) en mujeres (N=673) y varones universitarios (N=327) Mujer
Varón
Escalas
Media
Dt
Media
Dt
1A. Expansión
66,13
21,57
65,10
22,63
1B. Preservación
37,09
21,72
37,61
23,77
2A. Modificación
48,25
26,08
55,06
23,89
2B. Adecuación
52,43
25,55
44,15
24,65
3A. Individualidad
46,63
26,05
56,74
26,46
3B. Protección
56,14
26,62
46,01
24,73
4A. Extraversión
58,07
25,48
53,19
25,35
4B. Introversión
44,24
24,74
47,46
26,40
5A. Sensación
47,43
27,71
59,84
23,75
5B. Intuición
51,80
26,32
39,88
24,05
6A. Pensamiento
45,44
25,30
56,87
23,16
6B. Sentimiento
54,22
26,11
42,75
24,43
7A. Sistematización
47,00
27,54
51,36
26,01
7B. Innovación
50,09
25,47
46,44
26,66
8A. Retraimiento
40,85
24,26
45,99
25,55
8B. Sociabilidad
60,53
23,48
53,74
23,15
9A. Indecisión
42,20
24,35
41,14
24,43
9B. Decisión
51,87
25,74
58,42
23,63
10A. Discrepancia
48,13
26,51
55,50
25,65
10B. Conformismo
55,10
26,56
44,73
25,20
11A. Sumisión
43,96
24,65
40,94
24,92
11B. Dominio
39,51
24,97
55,71
24,16
12A. Descontento
40,67
25,15
47,91
27,20
12B. Aquiescencia
62,28
24,92
53,81
27,15
147
Tabla A. 11. Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en adultos (sobre la diagonal) y universitarios (bajo la diagonal) 1A 1A 1B 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B 11A 11B 12A 12B IP IN
-84 39 -47 11 10 51 -45 19 -17 8 -16 26 -1 -50 53 -75 59 -38 30 -69 24 -57 -6 -5 -65
1B
2A
2B
3A
3B
4A
4B
5A
5B
6A
6B
7A
7B
8A
8B
9A
9B
10A 10B 11A 11B 12A 12B
IP
IN
-80
38 -23
-46 47 -76
6 6 40 -17
10 7 7 6 -49
52 -41 47 -45 -5 36
-50 57 -22 42 27 -21 -77
18
-20
-18
38
11 -6 42 -21 53 -36 -12 23 30 -20
-17 38 -15 33 -29 73 18 1 -28 52 -57
36 -29 68 -61 3 16 24 -18 42 -34 35 -19
-10 26 4 12 35 1 24 9 -50 72 -14 41 -51
-53 50 -32 45 24 -29 -79 76 1 8 26 -9 -24 -2
52 -35 73 -58 28 19 75 -48 0 16 20 5 39 26 -62
-75 78 -37 55 -2 -3 -65 71 -12 22 -5 23 -29 7 59 -59
59 -46 70 -66 42 -2 52 -35 11 -2 41 -21 46 10 -37 78 -70
-40 53 -6 30 57 -27 -22 45 -24 45 18 9 -41 60 44 -7 39 -7
2 -2 -35 30 -74 66 7 -20 7 -12 -51 48 1 -32 -21 -22 8 -43 -50 17 18 -74 -38
7 3 11 6 -5 31 1 8 18 -5 14 19 27 -13 4 3 5 4 -12 42 9 -5 -4 23
-62 82 -23 52 11 7 -40 61 -17 40 -1 38 -29 32 53 -30 74 -41 60 -18 67 -2 72 -3 10
-28 45 -6 1 -42 51 -23 32 -6 30 -22 11 47 -42 75 -51 45 -24 71 -16 67 7 7 81
-80 41 5 44 -22 24 -3 36 -17 68 0 -33 70 -37 67 -16 56 -51 55 -12 -34 15 -27
-26 2 -40 33 -20 14 -21 28 -63 12 38 -57 50 -68 32 -42 61 -42 33 32 -4 51
-55 -1 18 9 9 50 -38 10 23 23 25 -12 41 49 3 -21 68 31 -75 6 0
40 -24 -4 15 -43 71 8 8 -41 20 -8 -2 -31 24 12 -29 -28 69 9 0
17
0
-13
17
-2
21
2
14
-2
7
-77 -6 23 11 -15 -73 8 16 -75 -15 22 28 -23 23 -6 -32 53 -67 17 -14 33 -28 32 32 -2 -37 65 -20 9 -78 73 -15 28 75 -51 18 7 17 -68 66 -16 13 -1 51 -36 19 -4 33 -17 31 -17 34 15 23 -16 58 -40 34 -36 39 -23 28 -17 8 20 -2 12 51 -29 45 -16 31 19 / -3 5 -15 -3 -51 -6 11 10^/4 25 31 -38 ~5T~ ^Í9 3
-23 44 -20 3 14 -22 4 -15 36 -30 3 54 -1 27
-52 -22 37 -23 46 -40 70 -43 23 -26 -5 24 -25
-7 23 -5 8 50 -46 17 24 30 -22 -13 18
-63 56 -36 43 -28 40 1 50 -23 9 49
-64 77 -16 43 -47 50 -23 -20 1 -34
-73 31 -23 67 -31 51 13 11 70
-16 44 -63 67 -25 -40 2 -47
-50 47 28 72 -42 -6 54
37 -23 52 -32 1 31 23 -14 59 -36 40 -4 72 -44 -19 39 -24 42 -42 -35 16 -32 15 32 -22
-64 70 -40 55 -12 16 -33 45 -22 38 -16 40 -39 27 44 -38 66 -52 47 -25 -41 55 27 5 66
18 -5 54 -34 72 -26 15 8 2 16 53 -22 17 34 6 48 -21 64 42 13 -29 18 -73 4 -10
-58 71 -7 35 38 -18 -33 54 -14 37 17 13 -28 40 54 -18 55 -18 75 -23 58 26 -35 1 69
8 3
9
Tabla A.12. Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en adultos varones (sobre la diagonal) y adultos mujeres (bajo la diagonal) 1A 1A 1B
1B
2A
2B
3A
3B
4A
4B
5A
5B
6A
6B
7A
7B
8A
8B
9A
9B
10A 10B 11A 11B 12A
-79
37
-44
6
12
53
-54
12
-16
8
-15
29
-5
-56
53
-74
59
-43
34
-63
24
-21
45
9
4
-40
60
-13
35
-3
38
-25
25
51
-33
77
-44
57
-19
69
-8
40
11
48
-24
19
-2
40
-10
71
4
-35
71
-34
70
-7
57
-34
-20
4
-44
41
-10
15
-18
29
-61
10
45
-56
51
-65
31
-32
51
-45
1
16
-1
18
42
-22
12
31
14
26
0
37
54
3
-12
35
-14
0
17
-28
70
8
9
-28
25
-5
6
-23
33
-76
-6
8
-9
17
15
31
-79
76
-65
56
-18
23
1
20
14
8
-10
3
73
-50
75
-44
41
-11
46
41
-34
42
-52
7
-1
-5
7
-21
60
-15
5
-30
60
-33
74
1
15
20
0
41
-35
35
14
-54
44
-26
23
17
-2
34
11
46
-15
46
14
51
-10
11
22
-13
15
-4
41
-13
16
43
19
39
-48
-16
36
-24
48
-34
72
-35
29
-18
-10
27
-24
-12
29
7
10
55
-40
29
28
34
-25
-9
33
60
-44
39
-19
43
-6
52
-18
8
49
78
-8
41
-32
52
-19
-19
6
-24
-69
42
-21
66
-25
57
6
11
72
-12
44
-49
65
-21
-37
6
-37
50
34
73
-46
-5
61
-21
23
-18
14
42
-13
-28
60
15
12
64
19
-67
4
-1
-37
5
72
15
-6
-81
2A
39
-24
2B
-48
49
-76
-76
3A
4
8
39
-14
12B
IP
IN
-58
5
1
-58
71
-5
10
81
58
-6
-35
16
-18
-38
34
31
4
46
66
32
-70
2
14
17
-15
-16
63
27
6
-30
24
-30
4
-1
-34
-5
52
-12
12
61
-9
4
16
-12
33
-8
1
37
-42
20
1
3B
11
7
7
7
-48
4A
53
-44
48
-47
-6
35
4B
-49
57
-22
43
33
-23
5A
23
-23
16
-15
-3
4
1
-12
5B
-25
41
2
20
23
12
7
25
-74
6A
12
-5
44
-24
55
-34
-10
26
23
6B
-18
37
-16
37
-29
73
16
0
-23
49
-56
7A
41
-32
66
-61
-1
22
30
-24
43
-35
33
-17
7B
-16
28
4
14
38
-2
20
12
-49
71
-10
37
-53
8A
-52
52
-32
46
28
-27
-79
78
-5
14
25
-4
-30
5
8B
51
-35
75
-60
27
17
77
-49
0
16
21
2
42
23
-61
9A
-76
78
-40
58
-3
-2
-67
70
-17
23
-7
23
-32
7
59
-61
9B
58
-46
70
-66
41
-4
52
-33
15
-4
42
-23
47
8
-35
77
10A
-41
54
-8
32
57
-26
,-23
46
-28
49
15
11
-47
64
46
-9
38
-8
10B
39
-25
48
-31
-2
33 ; / 24
-16
58
-37
36
-3
73
-48
-21
37
-27
40
-48
11A
-65
72
-44
58
-13
16/ -36
45
-27
40
-16
40
-42
25
47
-42
66
-55
47
11B
13
-1
51
-31
73/ -28
12
13
0
18
52
-23
10
37
11
45
-19
62
43
4
-30
12A
-59
72
-9
37
41
-18
-34
55
-18
39
17
14
-34
43
55
-19
54
-18
76
-28
57
30
12B
3
-2
-35
30
-75
65
6
-22
9
-14
-51
48
7
-35
-20
-24
10
-44
-49
23
21
-77
-38
IP
12
-3
7
7
-8
33
1
6
19
-10
14
17
27
-16
1
1
-1
5
-16
42
6
-10
-10
27
IN
-65
84
-26
56
11
7
-44
63
-21
42
-1
37
-33
32
57
-36
76
-45
61
-22
69
-1
73
-2
/
-77
-73 -14
-25
-65
-56 -71
-39 -28
17 4
Tabla A.13. Intercorrelaciones de las escalas (en PD) en universitarios varones (sobre la diagonal) y universitarios mujeres (bajo la diagonal 1A 1A 1B
1B
2A
2B
3A
3B
4A
4B
5A
5B
6A
6B
7A
7B
8A
8B
9A
9B
10A 10B 11A
11B 12A 12B
-86
39
-50
3
11
55
-54
20
-21
8
-19
28
-6
-53
56
-78
61
-45
30
-74
22
-62
-30
50
-2
-1
-49
61
-16
27
-4
27
-23
8
51
-47
81
-58
47
-22
75
-18
41
3
45
-27
31
-10
35
-22
71
-1
-39
68
-32
65
-18
58
-55
-22
0
-43
40
-23
16
-15
29
-64
12
46
-59
50
-69
38
-44
65
-55
1
11
20
2
45
-35
16
19
18
19
-7
32
47
6
-23
32
-14
-15
23
-39
70
3
12
-32
19
-6
2
-26
16
-77
16
0
-11
12
22
29
-76
75
-67
55
-19
21
-16
21
15
7
-18
0
70
-53
70
-43
31
-13
42
-41
32
-33
-14
23
-18
25
-14
-36
61
-28
63
11
-2
19
-11
33
-65
36
-26
19
14
2
27
8
44
-31
48
-4
-3
16
-21
13
-25
41
-24
49
-37
-6
19
-1
4
48
-70
57
-44
45
-83
2A
40
-28
2B
-46
43
-79
3A
13
-6
43
3B
-80 -30
13
-2
7
4
-50
4A
51
-41
45
-38
3
40
4B
-43
49
-21
29
16
-24
5A
18
-27
21
-18
2
3
11
-17
5B
-14
34
0
13
15
8
10
16
-75
6A
5
-4
39
-26
46
-36
-12
20
21
-15
6B
-13
30
-15
31
-32
69
24
-7
-28
49
-77
-73
-63
7A
25
-23
66
-63
10
10
14
-12
33
-28
35
-23
7B
1
13
1
12
24
8
35
-4
-40
67
-21
47
-53
8A
-51
49
-32
34
20
-41
-78
74
-18
10
27
-21
-19
-49 -10
8B
52
-40
70
-56
29
22
76
-50
15
10
20
6
36
24
-61
9A
-73
72
-40
50
-16
-9
-69
66
-14
10
-4
14
-23
-7
56
-65
9B
57
-47
68
-69
44
1
53
-36
15
0
34
-19
45
9
-36
77
-61
IP
IN
-3
-11
-69
69
6
12
83
56
-16
-35
14
-29
-41
41
29
-6
56
66
30
-73
10
4
17
-27
-27
68
6
-2
-44
25
-35
-1
-10
-46
49
-10
48
-6
6
59
61
-26
24
-8
-17
5
-14
-44
29
0
25
6
-1
26
-20
48
15
-45
22
4
-26
42
-28
7
51
-1
25
69
-44
29
-22
-10
22
-24
-47
16
21
25
-21
-12
13
-28
48
-11
51
-13
11
54 -42
78
-27
44
-56
51
-33
-19
-4
-73
40
-21
73
-29
60
10
15
76
-29
46
-70
64
-39
-33
-2
-55
49
21
72
-35
0
58
-35
23
-29
9
25
-19
-45
58
30
11
70
10
-70
5
-14
-31
0
72
5
4
-74
10A
-37
47
-15
30
46
-28
-13
27
-21
38
12
7
-42
51
39
-11
28
-13
10B
31
-26
56
-41
2
29
24
-17
57
-38
33
-11
70
-45
-28
43
-25
43
-51
11A
-66
69
-48
58
-20
10
-32
35
-22
27
-16
34
-42
19
37
-43
64
-61
47
11B
24
-13
55
-44
67
-24
22
-3
5
14
49
-26
22
25
2
51
-33
68
29
14
-40
12A
-56
67
-10
29
29
-26
-25
42
-22
35
17
6
-27
32
48
-18
46
-21
71
-33
55
20
12B
-6
4
-36
37
-74
66
3
-14
5
-11
-47
51
-4
-22
-22
-22
15
-42
-41
17
26
-73
-47 -34
-34
IP
-1
5
16
-3
1
14
-3
12
12
-3
24
2
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6
4
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4
-11
37
1
1
0
13
IN
-63
79
-25
48
-1
1
-X5
50
-21
33
3
29
-25
21
49
-31
67
-44
54
-23
64
-8
68
2
/
7 10
Tabla A.14. Intercorrelaciones (ítems prototípicos) de las escalas en adultos (sobre la diagonal) y universitarios (bajo la diagonal) 1A 1A
1B
2A
2B
3A
3B
4A
4B
5A
5B
6A
6B
7A
7B
8A
8B
9A
9B
10A
10B
11A
11B
12A
12B
-44
28
-21
14
15
28
-22
16
7
10
-2
1
0
-17
34
-29
36
7
5
-32
12
-25
0
12
39
1
7
-7
33
-16
27
-3
13
-2
27
31
-14
40
-24
15
4
62
9
56
6
-33
27
10
20
-6
26
1
28
-10
51
-1
-3
26
-11
45
0
29
-13
33
-2
-8
-5
0
-14
32
-9
10
4
9
-23
14
24
-17
39
-31
9
-4
33
-11
33
25
-29
2
14
14
3
37
-23
6
14
29
6
-4
25
29
-3
6
29
8
-18
29
-15
1
9
-21
40
17
11
-22
20
-4
5
-11
23
3
-3
0
20
-35
12
8
-10
14
9
27
-26
41
-32
22
9
10
-8
20
-2
-5
-9
16
26
-7
-3
4
42
-30
52
11
1
1
29
0
28
12
-36
30
-13
16
-14
-3
14
-8
13
-3
24
-15
9
-6
5
-6
19
0
28
12
6
10
2
14
-6
22
9
20
-1
-47
24
-16
30
-2
14
18
5
16
3
25
12
-1
-8
23
-15
7
3
-10
-1
3
10
-12
3
17
-16
-5
8
4
29
-17
38
-12
13
-4
8
12
15
0
7
33
-11
25
17
23
-8
-21
31
-4
20
- -4
31
13
32
3
-38
40
12
10
-11
34
-10
-12
-27
-3
9
34
-11
33
15
6
19
-18
38
-17
-13
-23
24
24
24
-7
-3
9
7
14
13
48
5
13
-29
1B
-34
2A
29
-5
2B
-15
47
-23
3A
10
15
25
14
3B
17
14
17
8
-22
4A
26
-2
25
-15
7
25
4B
-23
43
-4
44
27
-13
-29
5A
12
-11
24
-1
7
8
-3
3
5B
-7
31
3
22
12
10
14
23
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6B
0
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9
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18
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7A
19
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26
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-2
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28
-2
7B
-1
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4
24
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17
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37
-7
25
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13
31
-5
-4
19
/
8A
-19
38
-2
8B
34
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39 sÁ*
13
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41
-24
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0
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14
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0
-7
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1
-8
16
-17
-19
21
-9
-33
34/
8 5
APÉNDICE B1 La unidad de medida, el elemento Capacidad
discritninativa
Si se considera cada uno de los ele mentos del MIPS como la unidad más pequeña de medida, es decir, el átomo del instrumento, se puede descender el nivel de los análisis hasta esa medida unitaria para conocer su comportamiento psicométrico en cuanto a la capacidad discriminativa y la consistencia interna dentro del Inventario. Ésta es la intención de este apéndice del Manual. Así pues, se ha realizado un análisis de los 180 elementos del MIPS para deter minar la deseabilidad social que han mostrado sus contenidos en las muestras empleadas en la adaptación en español. Esa deseabilidad social se puede expresar mediante un "índice de atracción" y éste, a su vez, mediante el porcentaje de suje tos que ha contestado afirmativamente al contenido de las frases del instrumento. En la tabla B.l (situada al final de este Apéndice) se resumen todos los índices (porcentajes de atracción) encontrados entre los adultos y universitarios españo les, en las muestras totales (V+M) y en cada uno de los sexos (V=varones, M=mujeres).
La mayoría de los elementos tienen muy buena capacidad discrirninativa, y pre sentan índices de atracción que se sitúan, en general, entre los valores 25 y 75. Si en una determinada muestra el contenido de uno de los elementos fuera afirmado o negado por un porcentaje muy extremo de sujetos, dicho elemento no discrirninaría bien en esa muestra y sería poco indicativo de la con ducta que subyace en su redacción. Sin embargo, dado el contenido de la tabla B.l, parece que la mayoría de los elementos son capaces de diferenciar entre lo sujetos. Si se considera "extrema" toda atracción que sea inferior al 10% o superior al 90%, sólo hay 2 elementos (28 y 36) en la mues tra adulta española (que aumentan a 5 entre los universitarios españoles) que resultan muy poco atractivos (y este fenó meno se da más entre las mujeres de ambos grupos: 4 entre las mujeres adultas españolas y 8 entre las universitarias españolas). Sólo hay un elemento que muestra atracción extrema alta (el 140, pero sólo entre las mujeres). Estos resulta dos parecen comprensibles cuando se conoce el contenido de esos elemen tos; en el cuadro que aparece debajo puede verse el contenido de los elementos más extre mos en la muestra adulta total.
Muy poca atracción
Mucha atracción
28. Soy un a p ers ona que exagera sus sentimientos y presume para atraer la atención.
140. Aprend o mejor observ ando y habla ndo con la gente.
36. Consigo lo que qmero, aunque tenga que amenazar a los demás.
Otros elementos sólo resultan "extre mosos" en la maestra universitaria, como el 35 ("Jamás he ^desobedecido las norm as de mis padres"): los adultos admiten esa conducta en un 21%, mientras que entre
los universitarios sólo se llega al 8%. En otros casos, lo "extremoso" se da princi palmente entre las mujeres, como en el elemento 102 ("Siempre soy frío y objeti vo en el trato con los demás"), una con-
Los análisis y la redacción de este Apéndice B han sido realizados por Nicolás Seisdedos Cubero, Técnico de I+D de TEA.
ducta que es admitida en mayor grado por los varones de ambos grupos.
muestran un índice medio y 14 presentan un índice alto (superior a 75). Es una dis tribución bastante simétrica alrededor del valor central (atracción del 50%). Esta bondad del instrumento, su capacidad discriminativa, aumenta entre los adultos varones, pues en ellos se encuentran 22 índices bajos, 145 de tipo medio y 13 de valor alto. En la tabla B.2 puede verse la distribución de esos índices de atracción en las dos muestras analizadas (tanto en el total de sujetos como en las submuestras de cada sexo). El lector puede ahondar más en el contenido de la tabla, y elaborar sus propias apreciaciones. Si a la vez tiene a la vista un Cuadernillo del MIPS con la redacción de los elementos, su análisis será más comprensivo.
¿Por qué permanecen elementos de este tipo, con una atracción extrema, en el instrumento? A nuestro parecer, y aunque hayan resultado poco discriminativos en las muestras de tipificación, su presencia en el instrumento puede ayudar a discri minar aquellos sujetos que sí poseen esas características tan extremas, como la de ser duro y nada sentimental o presumir para llamar la atención. Realizado un somero recuento de la distribución de los índices en la muestra total de adultos, hay 25 elementos con un índice de atracción bajo (inferior a 25), 141
Tabla B.2. Distribución de los índices de atracción en 5 bloques de capacidad discriminativa índices de atracción
Adultos
Universitarios
M
V
V+M
M
V
V+M
4
2
8
2
5
23
28
24
28
0-9 10-24
28
1 21
25-75
131
145
141
129
146
134
76-90
16
13
14
14
8
13
91-99
1
0
0
1
0
0
Análisis diferencial (grupos y sexos)
Para conocer diferencialmente el comportamiento de cada elemento en las muestras españolas, se calcularon las diferencias entre los grupos analizados. Esas diferencias se encuentran en tabla B.3, situada al final de este Apéndice y bajo las columnas U-A (universitarios frente a adultos) y M-V (mujeres frente a varones), de modo que una diferencia positiva indica que los universitarios o las mujeres han dado un índice de atrac ción mayor; si la diferencia es negativa son los adultos o los varones los que se sienten más atraídos por el contenido de un determinado elemento. La mayoría de las diferencias son pequeñas y sugieren que el instrumento
se comporta de manera similar tanto en adultos y en universitarios, como en varones y en mujeres. Sin embargo, en la tabla sobresalen algunas diferencias con una cuantía bastante significativa, y como notas más destacadas de estos aná lisis diferenciales (atendiendo única mente a aquellas diferencias que alcan zan o superan el 20% en las muestras españolas de adultos y universitarios), se podrían señalar las siguientes obser vaciones: a) Entre los grupos, los adultos destac an de los universitarios por un índice de atracción mayor en los contenidos siguientes: 67. Siempre termino mi trabajo antes de descansar (52% frente a 24%).
30. Dep endo poco de la amist ad de los demás (49% frente a 24%). 77. Jamás envidio los éxitos de los otros (52% frente a 27%). 138. Disfruto más de las realidades cotidianas que de las fantasías (75% frente a 51%). 125. Prefiero ocuparme de realidades y no de posibilidades (73% fren te a 51%). 117. Mi sentido de la realidad es mejor que mi imaginación (62% frente a 40%). 50. Lo mejor es controlar nue stra emociones (67% frente a 46%). 109. Jamás haría algo malo, por más fuerte que sea la tentación de hacerlo (53% frente a 32%). 133. Me preocupo por el trabajo que hay que realizar y no por lo que siente la gente que participa en su realización (51% frente a 31%). b) Entre los grupos, los universitarios destacan de los adultos por un índice de atracción mayor en el contenido siguiente: 41. Hag o un gran esfuerzo por cono cer gente interesante y tener aventuras (48% frente a 28%). c) Entre los adultos, las mujeres desta can de los varones por un índice de atracción mayor en los contenidos siguientes: 74. Cuando conduzco siempre estoy atento a las señales sobre límites de velocidad y procuro no sobre pasarlos (69% frente a 46%). 110. Mis amigos y m is familiares recurren a mí en primer lugar para encontrar afecto y apoyo (63% frente a 43%). d) Entre los universitarios, los varones destacan de las mujeres por un índice de atracción mayor en los contenidos siguientes:
75. Uso mi corazón y no mi cabeza para tomar decisiones (56% fren te a 35%). 116. La gente piensa que soy una per sona más racional que afectiva (53% frente a 33%). 129. Soy más capaz que los demás de reírme de los problemas (57% frente a 37%). e) Entre los universitarios, las mujeres destacan de los varones por un índice de atracción mayor en el contenido siguiente: 110. Mis amigos y mis familiares recurren a mí en primer lugar para encontrar afecto y apoyo (63% frente a 38%). Es probable que algunos de los conte nidos anteriores estén muy influidos por los estereotipos de tipo social (como "los varones españoles son..."), y ésa sea la causa que ha provocado una diferencia tan substancial; si fuera así, se podría pensar que el instrumento ha sido sensi ble a esos estereotipos o bien habría que considerar que los estereotipos forman parte o subyacen en los estilos de perso nalidad cuando son medidos por un ins trumento de autoinforme como el MIPS. Otra razón plausible para justificar esas diferencias tan significativas (sobre todo en el caso de los adultos), podría ser el influjo de la "deseabilidad social", que normalmente está presente cuando la situación de examen ocurre en contextos de selección profesional o de psicología clínica. En el caso de un proceso de selec ción el sujeto tiende a presentar una "buena imagen" de sí mismo (variable que intenta ser medida en el MIPS con la escala IP, Impresión positiva), mientras que en el caso de una labor clínica la per sona pued e tender a presentar una "mala imagen" de sí misma (variable que inten ta ser me dida en el MIPS con la escala IN, Impresión negativa).
Los elementos más diferenciales cita dos en los párrafos anteriores pertenecen a distintas escalas, y en ellas se ha obser vado la influencia de las escalas IP e IN (véase el apartado destinado a la validez de constructo dentro del capítulo 4). Por ejemplo, el elemento más diferencial entre los universitarios y los adultos, el 67 ("Siempre termino mi trabajo antes de descansar"), entra a formar parte de las escalas 7 A (Sistematización) y 10B (Conformismo), cuando se contesta como verdadero; si el lector acude al Apéndice A podrá ver que entre los adultos y entre universitarios se han observado las siguientes correlaciones con IP e IN: Adultos
Universitarios
Escala
7A
10B
7A
10B
IP IN
0,27 -0,29
0,42 -0,18
0,24
0,32
-0,25
-0,22
A la vista de estos coeficientes de correlación, parece claro que esa conduc ta ("Siempre termino mi trabajo antes de descansar"), puede estar influida positi vamente por la variable IP (índices entre 0,24 y 0,42), y con signo negativo por la variable IN (índices entre -0,18 y -0,29). Oado el tamaño de las muestras emplea /clas (al menos con un millar de casos), ^ todos esos índices son significativos, al menos desde un punto de vista estadísti co; aunque el valor del índice no sea gran de se puede afirmar que tanto la Sistema tización como el Conformismo (y más ésta que aquélla), pueden verse afectadas por la "Impresión" que intente dar la per sona que contesta al MIPS. Consistencia interna
Para conocer este aspecto del instru mento se han calculado las correlaciones de cada elemento con la escala o escalas en las que puntúa. Se trata de saber en qué medida el elemento mide lo mismo que aprecia la escala, es decir, su homogenei dad con dicha escala. Se espera que el ele 156
mento como átomo de medida sea capaz de medir lo que mide su escala (o por lo menos algunos de los aspectos del cons tructo subyacente), y esto se aprecia mediante la correlación entre la puntua ción obtenida en el elemento y la que se logra con la escala; sin embargo, aunque pueda parecer extraño, no es deseable que la correlación sea elevada. En primer lugar, un elemento apunta sólo a una parte del conjunto que constituye la varia ble a medir, algo así como apreciar (p. ej., en patología médica) uno de los muchos síntomas (la fiebre), que definen un sín drome (la gripe); es probable que haya correlación moderada entre tener fiebre y padecer la gripe. En segundo lugar, por que si la correlación fuera perfecta o muy elevada, es decir que el elemento midiera lo mismo que la escala, ¿para qué necesi tamos aplicar un conjunto de elementos si se puede medir lo mismo con sólo un átomo de medida?; ¿bastaría con medir la fiebre para diagnosticar la existencia de la gripe?. Lo ideal es que esas correlaciones sean pequeñas, pero significativas, por que son componentes de la variable. Como se ha indicado en el párrafo anterior, esa consistencia u homogenei dad normalmente se aprecia mediante un coeficiente de correlación, y el resultado es el índice de homogeneidad (IH); sin embargo cuando se calcula la correlación entre un elemento y su escala se produce un efecto espurio debido a que el mismo elemento interviene para obtener la pun tuación de la escala. Por esta razón, se ha calculado un índice de homogeneidad corregida (IHc) mediante la correlación de cada elemento con su escala cuando en ésta no interviene ese elemento; por ejem plo en una escala con 20 elementos se cal cula la correlación entre la puntuación en cada elemento y la puntuación en la esca la formada por los otros 19 que compo nen dicha escala. El resultado de este análisis es un con junto de 647 índices de homoge ne idad
corregida, un número elevado para pre sentarlo en una tabla comprensible para el lector. Así, pues, se ha buscado con densar esa información en la forma de las medias de los índices existentes en cada una de las 26 escalas. Por otra parte , da do que un índice de correlación de Pearson como el IHc no tiene una unidad constan te y no permite obtener una media arit mética, se ha acudido a transformar pre viamente los IHc en los correspondientes valores 'z' de Fisher, calcular la media en esa escala 'z' y luego convertir el prome dio obtenido en un valor V de Pearson. Los índices medios de homogeneidad corregida de las 26 escalas se encuentran en la tabla B.4 expresados en centésimas (sin el cero ni la coma decimales). Además , en vez de presentar un solo índice en cada escala, se ha preferido ofrecer ese prome dio de forma separada con los elementos que en cada escala reciben 1 punto, con los que reciben 2 puntos y con los que reciben 3 puntos. En la tabla B.4 esos tres prome dios se encuentran bajo las cabeceras P=l, P=2 y P=3, y los análisis se han realizado en la muestra de adultos españoles y en la de universitarios españoles. En la prime ra fila se presenta el resumen de todos los elementos del MIPS en cada una de esas muestras y tipo de puntuación (P=l a P=3), y los datos resultan muy esclarecedores de la capacidad métrica del MIPS en las muestras de tipificación. En el caso de los adultos españoles, todos los elementos con peso 1 del MIPS tienen un promedio de índice de homo
geneidad corregida de 0,21; los que reci ben 2 puntos tienen una homogeneidad media de 0,28 y los de 3 puntos un índice medio de 0,34. Aunque no es aplicable a todas las escalas, los elementos que reciben mayor puntuación tienen índices de homogenei dad más alta, y la escala con mayor homogeneidad ha sido IB (Preservación), cuyos elementos con peso 3 tienen una homogeneidad media de 0,51 entre los adultos. En otros casos los índices prome dio descienden, pueden ser muy seme jantes en los tres tipos de pon dera ción (en 10B los índices promedio sólo van desde 0,24 a 0,28), e incluso pueden ser menores cuando el peso es mayor (como ocurre en la escala 10A). En las escalas IP e IN, con 10 elemen tos cada una, todos ellos reciben 1 punto, y la segunda tiene un índice promedio más elevado. Como una ayuda de tipo gráfico para apreciar la homogeneidad del MIPS, en las figuras B.l (adultos) y B.2 (universita rios), presentadas al final de este Apén dice, se han proyectado todos los índices de la tabla B.4. Las tres crestas con mayor homogeneidad en las tres muestras lo presentan los elementos de 3 puntos de las escalas IB (Preservación), 7A (Sistematización) y 9A (Indecisión); la homogeneidad más baja se ha dado en los elementos de 1 punto en las escalas HA (Sumisión) entre los adultos, y 3A (Individualidad) entre los universitarios.
Tabla B.l. índices de atracción (porcentajes) de los elementos en las muestras de tipificación J u lt o s Ad Elem.
M
A d u lt os
Univers
V V+M M
V V+M
Elem.
M
Univers
V V+M M
A d u l t o s
V V+M
Elem.
M
univers
V V+M M
V V+M
61 62
24
23
23
21
19
20
121
79
71
75
78
71
76
22
28
25
16
24
19
122
19
19
19
16
22
18
63 64
35
30
33
30
24
28
123
68
58
63
84
70
79
45
46
46
34
39
36
124
26
45
35
20
36
25
15
65
36
44
40
61
66
63
125
73
74
73
49
56
51
52 44
51 37
66 67
24 54
27 50
26 52
30 25
34 21
31 24
126 127
39 62
32 47
36 55
39 64
36 48
38 59
44
31
48
41
45
48
43
46
128
28
29
29
46
43
45
13
39 9
68
8
69
10
13
11
10
16
12
129
28
40
33
37
57
44
53
48
53
50
70
53
54
53
51
50
51
130
30
29
29
22
26
23
46
34
37
35
71
68
55
62
48
39
45
131
19
20
19
9
20
12
16
12
72
18
21
19
25
29
26
132
73
67
71
69
67
68
45
42
73
55
53
54
63
58
61
133
43
60
51
26
44
31
57
59
74
69
46
59
55
42
50
134
75
79
77
81
80
81
55
63
57
75
45
59
51
35
56
41
135
21
33
26
19
32
24
41
44
42
76
45
46
45
41
40
41
136
53
66
59
66
73
68
65
70
77
49
56
52
24
35
27
137
80
87
83
74
74
74
25 38
27
74
73
63
73
66
138
76
75
•75
50
54
51
31
78 79
73
29
26 36
66 27
58
54
56
52
50
51
139
54
49
52
66
52
62
41
41
36
38
37
80
46
35
41
42
30
38
140
91
88
90
92
82
89
69
69
67
69
68
81
66
71
68
58
70
62
141
70
72
71
76
70
74
66
61
61
63
61
82
25
23
24
30
29
29
142
22
31
26
10
18
12
43
39
43
54
47
83
13
18
15
11
18
13
143
21
25
23
19
31
23
87
85
75
68
72
84
65
70
68
57
62
59
144
81
75
78
77
60
72
33
36
34
23
29
25
85
27
29
28
25
28
26
145
44
45
44
38
35
37
26
31
40
35
19
27
22
35
38
42
33
39
146
51
46
49
52
48
51
35
38
36
32
36
34
86 87
42
27
28
35
31
45
43
45
147
47
54
50
36
49
40
28
7
12
9
9
16
11
88
31
30
31
23
28
24
148
51
39
45
55
43
51
29 30
88 44
87 56
88 49
84 22
77 31
82 24
89
76 75
70 73
52 52
69 64
58 55
149 150
31 59
30 72
30 65
41 48
35 57
39 51
31
40
35
38
41
39
40
90 91
64 71 34
40
37
31
42
34
151
65
64
65
65
59
63
32
38
50
44
41
50
44
92
82
75
79
83
71
79
152
63
72
67
48
65
53
1
74
80
77
74
79
76
2
59
67
63
58
60
58
3
61
71
65
60
65
62
4
57
63
60
52
51
51
5
16
15
15
15
15
6 7
40 48
42 53
41 50
51 34
8
56
46
9
7
16
51 11
10
48
59
11
45
47
12
12
21
16
11
13
45
45
45
40
14
49
49
49
60
15
57
69
63
16
51
59
55
17
68
72
70
18
23
19
37
26 40
20
42
21
69
22
58
23
35
24
83
25
33
69
57
64
59
54
57
93
46
44
45
53
43
50
153
35
33
34
27
21
25
34
50
51
51
43
42
43
94
79
79
79
80
74
78
154
87
79
83
73
60
69
35 36
21 7
21 9
21
8
8
95
34
8
8 7
6
7
56
33 60
24 39
22 56
23 44
155 156
57 44
50 43
54 43
63 50
47 55
57 52
37
27
32
29
17
12
15
96 97
31 66
26
32
29
22
30
24
157
73
72
72
71
69
70
38
17
18
17
14
13
14
98
20
17
18
6
10
7
158
83
82
83
85
76
82
39
31
33
32
22
30
25
99
37
28
33
28
20
25
159
75
69
72
63
57
61
40
19
25
22
15
17
16
100
35
38
36
38
40
39
160
76
75
75
80
78
79
41 42
26 17
32 20
28 18
49 29
46 36
48 31
101 102
23 9
21 24
23 16
12 5
15 17
13 9
161 162
36 62
48 66
41 64
55 71
61 67
57 70
43
10
12
11
7
15
10
103
76
68
72
68
59
65
163
84
83
84
75
66
72
44
22
35
28
25
42
30
104
40
52
45
57
65
59
164
62
46
55
60
42
54
45
34
32
33
35
38
36
105
32
38
34
49
52
50
165
50
54
52
60
59
60
46
78
72
75
77
71
75
106
51
52
51
38
49
41
166
40
53
46
44
59
49
47
24
22
23
27
29
28
107
30
47
37
36
45
39
167
29
40
34
34
39
35
48
57
62
59
51
51
51
108
14
22
18
13
28
18
168
57
60
59
49
52
50
49
52
54
53
61
59
60
109
59
46
53
33
28
32
169
65
66
65
80
75
78
50
61
74
67
42
56
46
110
63
43
54
63
38
55
170
51
57
54
51
54
52
51
70
65
68
68
65
67
111
24
25
24
33
30
32
171
53
67
60
56
62
58
52
37
37
37
36
39
37
112
67
64
66
61
54
58
172
29
42
35
34
42
37
53
22
29
25
17
30
21
41
53
47
27
44
33
173
62
67
64
60
65
62
40
37
41
38
113 114
73
77
75
50
62
54
174
51
57
53
53
58
55
70
64
61
57
53
59
55
175
45
42
44
63
53
60
54
40
40
55
44
58
28
30
18
28
21
115 116
53
56
51 29
61
35
51
42
33
53
39
176
88
78
84
88
81
86
57
19
18
19
19
24
21
117
62
62
62
40
39
40
177
65
61
63
54
57
55
58
59
70
64
46
65
52
118
21
35
27
33
48
38
178
30
38
33
45
43
45
59
63
55
59
50
38
46
119
73
74
73
68
60
65
179
57
63
59
63
68
65
60
54
53
54
51
48
50
120
35
48
41
25
43
31
180
81
74
78
82
78
81
NOTA. Los índices de atracción vienen expresados en la forma de porcentaje con el que se ha señalado la respuesta verdadero de cada elemento (Elem.) entre los adultos y universitarios (Univers.), varones (V) y mujeres (M).
158
Tabla B.3. Diferencias entre los índices de atracción en las muestras españolas Elem.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60
Total
Adultos
Univ.
U-A -1 -5 -3 -9 0 10 -13 -12 -2 -3 -11 -4 -3 10 -6 -13 -4 2 -7 -4 -1 0 8 -13 -9 -13 -2 2 -6 -25 2 0 -7 -8 -13 -1 -14 -3 -7 -6 20 13 -1 2 3 0 5 -8 7 -21 -1 0 -4 -2 13 -8 2 -12 -13 -4
M-V -6 -8 -10 -6 1 -2 -5 10 -9 -11 -2 -9 0 0 -12 -8 -4 -3 -3 1 0 -8 -8 -4 -3 -9 -3 -5 1 -12 5 -12 12 -1 0 -2 -5 -1 -2 -6 -6 -3 -2 -13 2 6 2 -5 -2 -13 5 0 -7 0 -14 -2 1 -11 8 1
M-V -5 -2 -5 1 0 -1 -10 13 -5 -5 -3 -5 -5 3 -8 -3 -5 1 -7 -2 -2 -2 -11 7 -6 -8 -4 -7 7 -9 2 -9 5 1 0 1 5 1 -8 -2 3 -7 -8 -17 -3 6 -2 0 2 -14 3 -3 -13 -4 -9 -10 -5 -19 12 3
Elem.
61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120
Total
Adultos
Univ.
U-A -3 -6 -5 -10 23 5 -28 1 1 -2 -17 7 7 -9 -10 -4 -25 -7 -5 -3 -6 5 -2 -9 -2 1 14 -7 -12 -18 -3 0 5 -1 -10 -16 -5 -11 -8 3 -10 -7 -7 14 16 -10 2 0 -21 1 8 -8 -14 -21 -2 -3 -22 11 -8 -10
M-V 1 -6 5 -1 -8 -3 4 7 -3 -1 13 -3 2 23 -14 -1 -7 -1 4 11 -5 2 -5 -5 -2 7 -7 1 -12 -4 -6 7 2 0 3 -10 -6 3 9 -3 2 -15 8 -12 -6 -1 -17 -8 13 20 -1 3 -12 -4 -8 -16 0 -14 -1 -13
M-V 2 -8 6 -5 -5 -4 4 5 -6 1 9 -4 5 13 -21 1 -11 -10 2 12 -12 1 -7 -5 -3 9 2 -5 -17 -12 -11 12 10 6 2 -17 -8 -4 8 -2 -3 -12 9 -8 -3 -11 -9 -15 5 25 3 7 -17 -12 -6 -20 1 -15 8 -18
Elem.
121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 169 170 171 172 173 174 175 176 177 178 179 180
Total
Adultos
Univ.
U-A 1 -1 16 -10 -22 2 4 16 11 -6 -7 -3 -20 4 -2 9 -9 -24 10 -1 3 -14 0 -6 -7 2 -10 6 9 -14 -2 -14 -9 -14 3 9 -2 -1 -11 4 16 6 -12 -1 8 3 1 -9 13 -2 -2 2 -2 2 16 2 -8 12 6 3
M-V 8 0 10 -19 -1 7 15 -1 -12 1 -1 6 -17 -4 -12 -13 -7 1 5 3 -2 -9 -4 6 -1 5 -7 12 1 -13 1 -9 2 8 7 1 1 1 6 1 -12 -4 1 16 -4 -13 -11 -3 -1 -6 -14 -13 -5 -6 3 10 4 -8 -6 7
M-V 7 -6 14 -16 -7 3 16 3 -20 -4 -11 2 -18 1 -13 -7 0 -4 14 10 6 -8 -12 17 3 4 -13 12 6 -9 6 -17 6 13 16 -5 2 9 6 2 -6 4 9 18 1 -15 -5 -3 5 -3 -6 -8 -5 -5 10 7 -3 2 -5 4
Tabla B.4. índices de homogeneidad corregida (IHc) de los elementos con sus escalas en las muestras de tipificación Adultos
Universitarios
P=1
P=2
P=3
P=1
P=2
P=3
MIPS
21
28
34
20
28
34
1A 1B 2A 2B 3A
18 17 22 21 15
34 30 26 22 26
31 51 36 35 33
21 17 22 20 10
3B 4A
15 22
28 35
32 33
15 23
31
27
36
36
4B 5A
31 23
38 29
36 35
22 26
34
32
26
35
5B 6A 6B 7A 7B 8A 8B 9A 9B
20 14 17 13 20 22 25 20 18 21 24 9 15 25 22 27 38
27 28 27 34 21 25 29 31 32 28 23 29 27 19 24
30 35 39 42 28 35 38 48 35 24 28 29 27 35 26
15 14 18 12 15 22 24 23 21 20 22 10 14 24 20 22 34
25
27
Esc
10A 10B 11A 11B 12A 12B IP IN
35
37
30
50
29
36
25
37
25
36
27
37
27
36
35
45
21
28
26
30
25
36
32
49
33
35
26
24
22
27
30
29
26
26
20
32
25
23
NOTA. En cada muestra y escala se presentan los promedios IHc de los elementos que reciben 1 punto (P=1), 2 puntos (P=2) y 3 pun tos (P=3)
Figura B.1. índices de homogeneidad corregida (adultos) 60 i
MIPS 1A
1B
2A
2B
3A
3B
4A 4B
5A 5B
6A 6B 7A 7B Escalas
8A
8B
9A 9B 10A 10B HA 11B 12A 12B IP
IN
Figura B.1. índices de homogeneidad corregida (adultos) 60 T
MIPS 1A
1B
2A
2B
3A
3B 4A
4B
5A 5B
6A 6B
7A 7B Escalas
8A
8B
9A
9B 10A 10B 11A 11B 12A 12B IP
IN
161
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