Tu camino para ser y hacer Leo Schlesinger
MI
MEJOR
YO
Tu camino para ser y hacer
Leo Schlesinger
Datos de catalogación bibliográfca
Autor: Schlesinger Grandi, Leonardo Franco Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer
Primera edición Pearson Educación de México, S. A. de C. V., 2019 ISBN: 978-607-32-4530-2 Área: Ciencias Sociales Formato: 15 x 23 cm Páginas: 112
Dirección general: Sergio Fonseca ■ Dirección de innovación y servicios educativos: Alan David Palau ■ Gerencia de contenidos y servicios editoriales: Jorge Luis Íñiguez ■ Coordinación de contenidos de Bachillerato-Custom: Lilia Moreno ■ Coordinación de arte y diseño: Mónica Galván ■ Especialista en contenidos de aprendizaje: Fabiola Román (editora) ■ Corrección de estilo: Esteban Barraza ■ Lectura de pruebas: Felipe Martínez ■ Diseño de interiores: Alberto Sandoval (ZasaDesign) ■ Diseño de portada: Alberto Sandoval (ZasaDesign) ■ Composición y diagramación: Alberto Sandoval (ZasaDesign). Contacto:
[email protected]
Primera edición, 2019 ISBN LIBRO IMPRESO: 978-607-32-4530-2 ISBN E-BOOK: 978-607-32-4533-3
D. R. © 2019 por Pearson Educación de México, S. A. de C. V. Avenida Antonio Dovalí Jaime #70 Torre B, Piso 6, Colonia Zedec, Ed. Plaza Santa Fe Delegación Álvaro Obregón, México, Ciudad de México, C. P. 01210
Impreso en México. Printed in Mexico. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 0 - 21 20 19 18
Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. Núm. 1031. www.pearsonenespañol.com
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito del editor.
Pearson Hispanoamérica
Argentina Belice Bolivia Chile Colombia Costa Rica Cuba República Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela ■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
Para mis hijos Alex y Sofía, para mi madre de quien heredé el gusto por la escritura, para mi familia y especialmente para Rocío, mi compañera de vida. Gracias a María Asunción Aramburuzabala, al equipo de Tresalia y al de Aliat Universidades por el apoyo, consejo e inspiración.
Contenido VII
Acerca del autor
IX
Introducción
1
Capítulo 01 Quién soy? La historia que me cuento — 2 Conócete — 11 No a dónde llego, sino en quién me convierto — 13
15
Capítulo 02 Propósito ¿A quién quiero construir? — 16 Motivación — 20
23
Capítulo 03 Éxito Ganar versus éxito — 24 Éxito material y felicidad — 25 Avanzar fallando — 27 Pagar el precio — 28 Talento — 29 Más allá de uno mismo — 32
35
Capítulo 04 Metas, estándares y objeciones Estándares — 36 Objeciones — 40 Compromiso — 42 Inacción — 44
47
Capítulo 05 Modelos Te desempeñas en el promedio de quienes te rodean — 48 Un modelo, un referente — 50 ¿Imposible? — 52 Optimismo — 52
V
MI MEJOR YO
55
Capítulo 06 Estrategia
61
Capítulo 07 Hábitos Eres la suma de tus hábitos — 62 Práctica deliberada — 66 Hábitos fundamentales, ejercicio, alimentación y descanso — 69 Hábitos mentales — 78
89
Epílogo
97
Bibliografía Recursos electrónicos — 99 Otros — 102
VI
Acerca del autor Leo Schlesinger radica en México desde 2007. Estudió Psicología en Chile, cuenta con una Maestría en Business Administration () por la London Business School, así como diversos cursos en las universidades de Yale y Harvard. Es miembro del Young Global Leaders del World Economic Forum, así como de Endeavor, y del Consejo del Young Presidents Organization. Sirve en varios boards de empresas y fundaciones, como el de American School Foundation. De 2012 a 2014 fue Chairman de la Agenda Global de negocios sustentables y capital natural en Davos. Su carrera profesional abarca diferentes industrias, sectores y geografías. Comenzó en Sun Chemical en Nueva York (1992-1994) y luego en Citigroup (1994-2001), en Chile, Brasil y Londres. Posteriormente trabajó en Cigna (2001- 2004), en Londres y Estados Unidos. Desde 2005 trabaja en fondos de capital privado como Director Consejero y Director General de sus empresas, primero en el fondo Suizo GrupoNueva (2005-2014), en donde fue Director General en la empresa MASISA y trabajó en las adquisiciones, fusiones y desinversiones de Rexcel, Arclin, fábricas de Resistol, Terranova, Plycem y Amanco. Desde 2015 se desempeña como Director General de Aliat Universidades, empresa de Tresalia Capital. Aliat es uno de los principales grupos de educación superior privados en México, con operaciones digitales y presenciales en 15 estados mexicanos a través de sus 34 campus, 7 sedes y 50 000 estudiantes.
VII
Introducción Comencé a escribir este libro de manera informal, como un proyecto personal para destilar los principales consejos de vida para mi familia y nuestros estudiantes en Aliat Universidades. Luego de más de tres años de trabajo, más de 80 libros resumidos, de analizar un sinnúmero de charlas y conversar con expertos en el tema; este proyecto se transforma en Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer . En este libro vas a encontrar una visión concisa y práctica, pero a su vez respaldada tanto por consejos milenarios como por las últimas investigaciones científicas. Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer desarrolla un modelo, una guía para construir a la persona que queremos ser y alcanzar las metas que nos proponemos. El modelo para desarrollar la mejor versión de ti mismo se basa en siete etapas. La primera etapa (¿quién soy?) es la de conocerse a uno mismo, entender que no “eres”, sino que te construyes, todos los días, con la historia que te cuentas de ti mismo. Esa historia te puede limitar o empoderar, por lo tanto, tomar control de esa narrativa es clave para tu éxito. La segunda etapa (propósito) comienza con la comprensión de que si tú te construyes a ti mismo debes tener claro a quién quieres construir, cuál es tu propósito, el cual requiere decidir conscientemente tanto la persona que deseas ser como aquello que quieres lograr. La tercera etapa (éxito) nos lleva a entender qué es el éxito y que en la vida éste va más allá de los logros que alcanzas y que el verdadero éxito te obliga a desarrollar todo tu potencial, dar tu máximo esfuerzo, pagar el precio requerido e ir más allá de tus limitaciones. La cuarta etapa (metas) nos lleva a entender que nuestros estándares están programados de manera implícita en esa historia que nos contamos acerca de nosotros mismos, así como esa identidad que asumimos o aquel nivel que esperamos de nosotros mismos. Nuestras expectativas y estándares determinarán el nivel de excelencia que alcanzaremos y serán los que facilitarán o impedirán que consistentemente alcancemos nuestras metas. Tus metas son herramientas vitales para garantizar que avanzas en el camino correcto, aquel que te has propuesto para convertirte en la persona que deseas ser y alcanzar tu propósito. La quinta etapa (modelos) comienza una vez que hemos trazado el camino y determinado nuestras metas, y en la cual procuramos modelos o personas que sean referentes, que nos inspiren y nos permitan destilar los elementos clave que nos facilitarán crear nuestro plan
IX
MI MEJOR YO
o estrategia. La sexta etapa (estrategia) nos lleva a destilar este plan en una estrategia consistente, trazar el camino, los hitos de corto, mediano y largo plazo y las acciones requeridas para alcanzar nuestros objetivos. La séptima y última etapa (hábitos) ayuda a entender los mecanismos mediante los cuales llevamos un plan a la acción, y esto pasa por utilizar toda la fuerza y potencial de la formación de hábitos, primero de aquellos que son fundamentales para nuestra salud, como son el ejercicio, la alimentación y el descanso, y luego aquellos que son vitales para el éxito, como son los hábitos mentales. Espero que encuentres en Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer algunas de las lecciones que nunca tuviste y que hubieses querido aprender desde niño. Si algo he aprendido al escribir este libro es que, en efecto, el potencial humano no tiene límites, éstos nos los ponemos nosotros mismos. Que si te conoces a ti mismo, cristalizas y te comprometes con tu propósito y estás dispuesto a dar lo mejor de ti, no hay límites a donde puedes llegar. Espero que Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer te sea de ayuda y te deseo mucho éxito en tu camino. Leo Schlesinger
X
01
C A P Í T U L O
¿Quién soy?
MI MEJOR YO
Una noche fría de invierno, Ana dormía. Justo en el momento en el que no se puede distinguir de lo que es sueño y lo que es realidad, creyó escuchar una voz. — ¿Quién eres? –le dijo. — Soy Ana, la mujer del doctor –replicó ella. — Yo no te pregunté de quién eres mujer, sino quién eres tú. — Soy Ana, la mamá de tres hijos –contestó. — No te pregunté cuántos hijos tienes, sino quién eres. — Soy Ana, la maestra de colegio. — No quiero saber cuál es tu profesión, sino quién eres. — Angustiada, Ana no encontraba respuesta a la pregunta. Pasado un tiempo, la voz dijo: ¡Despierta! No has vivido verdaderamente hasta que no sepas quién eres. “¿Quién soy?”. Ésta es de esas preguntas que solías hacerte años atrás, cuando todo lo cuestionabas; pero ahora que has madurado, nunca te lo has vuelto a preguntar. De la misma forma como aprendemos que respirar es básico para vivir, damos por hecho que somos algo, alguien, sin cuestionarlo. Cuando nos lo preguntan, tenemos una respuesta inmediata: soy mujer, hombre, estudiante, profesional, mexicano, blanco, católico, musulmán, judío. Cualquier rol, estado o condición con la que me identifico es lo que creo ser. Esa identidad que asumimos nos hace creer que hay sueños para los que somos capaces y otros que jamás podremos alcanzar, esa identidad nos acerca a ciertas personas y nos aleja de otras, hace que juzguemos algunas conductas como apropiadas y otras como inaceptables. Nos limita o nos potencializa. Pero, ¿qué pasaría si descubrieras que eso con lo que te identificas lo construiste años atrás, lo asumiste como propio y nunca más lo cuestionaste, que eso que siempre has creído ser no es más que una construcción mental? En ese caso, las cosas que veías imposibles de lograr tal vez no lo sean tanto.
La historia que me cuento La vida no se trata de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo. George Bernard Shaw
No somos más que la historia que nos contamos. Esta historia nos encasilla o nos libera, nos define y otorga una identidad con una condición: blanco, negro,
2
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
asiático, hombre o mujer; con una orientación sexual: heterosexual, bisexual, homosexual; con un calificativo: gordo, delgado, alto, bajo; con un rol: padre, madre, hijo, estudiante, profesional; con una religión: católico, musulmán, judío, etcétera. A cada una de estas etiquetas, roles o identidades le asignamos una expectativa, un estatus o un juicio. Nos definimos por ellas y las defendemos. Nada nos preocupa, nos genera ansiedad y nos perturba más que el atentar contra las identidades que hemos adoptado y con estos roles que esperamos cumplir. La identidad es una herramienta para sobrevivir. Se moldea en una cultura, la cual impone valores y expectativas respecto a cómo actuar, pensar y sentir. Constituye un sistema de símbolos y valores que permiten afrontar diferentes situaciones cotidianas. Opera como un filtro que nos ayuda a interpretar la realidad y a comportarnos acorde con lo esperado a los roles que asumimos. La identidad no es inflexible, fija ni está determinada, sino que la construimos activamente, tanto consciente como inconscientemente. De manera que no soy por nacimiento, sino que inconscientemente me transformo a mí mismo en lo que la sociedad quiere que sea; aunque, si tomo consciencia y me hago responsable, me transformo en quien quiero ser. Entender quiénes somos y cómo funcionan los procesos mediante los cuales construimos nuestra identidad es una de las claves fundamentales para tomar el control de nuestra vida. Descubrir que nosotros somos los creadores de nuestra identidad es la primera lección para aprender a liberarnos de las trabas que nos limitan. Las etiquetas o roles con los que nos identificamos tienen el poder de guiar nuestro comportamiento. Son paradigmas que rigen nuestra vida y nos pueden liberar si los asumimos de manera consciente o esclavizar si operan automáticamente. Para comenzar a desenredar esta madeja que hemos construido y que creemos ser, partimos por cuestionarnos cuán verdadera es nuestra realidad.
Cuestión de percepción
La identidad que nos creamos y que aceptamos como algo que tiene fundamento en la realidad, es sólo una abstracción de la mente. ¿Dónde está el mundo? La anterior podría parecer una pregunta fácil, si no fuera porque nunca has experimentado nada fuera de ti mismo. No podrías, porque toda tu experiencia está encapsulada dentro de ti. Cuando le das la mano a alguien, por ejemplo, no estás experimentando la existencia de otra persona, son tus sentidos los que la perciben. Tú no experimentas directamente al otro, lo que obtienes es una sensación en tu mano. Lo que percibes,
3
MI MEJOR YO
entonces, es sólo tu reacción a estos estímulos. Todo el mundo, toda la realidad, está dentro de ti. Cuando vemos una manzana, no vemos los procesos y partículas que la generan. De la misma forma en que las aspas de un ventilador en movimiento se ven como un disco, nosotros vemos un objeto redondo, sólido y rojo al que hemos acordado llamarle, conforme a nuestra cultura y lengua, “manzana”. Desde este punto de vista, nosotros creamos a esa manzana. Transformamos nuestras percepciones en algo a lo que llamamos “realidad”, influidos por nuestros paradigmas, conceptos, lenguaje, prejuicios conscientes e inconscientes. No somos entes pasivos que simplemente percibimos el mundo “tal como es”, sino que la mente busca de manera constante patrones con qué construir nuestra realidad. A este proceso ya subjetivo se le suma el hecho de que sensorialmente tenemos una capacidad limitada para percatarnos de todos los estímulos que recibimos. Cada segundo captamos millones de sensaciones y aunque algunas lo hacemos de forma consciente, la mayoría no. Esto se debe a que el cerebro evolucionó para nuestra supervivencia, de manera que escanea el ambiente que nos rodea y nos alerta respecto a peligros potenciales o acerca de la presencia de elementos que pueden satisfacer nuestras necesidades. Imaginemos que tenemos una conversación con un amigo en un restaurante lleno de gente. Aunque prestamos atención a nuestro acompañante, no podemos evitar escuchar fragmentos de las conversaciones de las personas a nuestro alrededor, el choque de los platos al ser recogidos de las mesas, el chiflido del vapor de la máquina de café, la música ambiental, la impresión del recibo en la máquina registradora. Además, percibimos el olor de los diferentes tipos de platillos, vemos cientos de colores, formas, tamaños y modelos de ropa. Personas altas, blancas, morenas, bajas, así como sus respectivos movimientos. Sentimos el calor del ambiente, la dureza de la silla y lo suave del cojín. Todo al mismo tiempo. Sin hablar de la tormenta de pensamientos que tenemos normalmente, las preocupaciones banales y las fantasías, además de la charla que mantenemos en ese preciso momento. Y aunque nuestros sentidos captan todo esto, nuestra atención consciente está focalizada en un ínfimo porcentaje de estímulos y es sólo a éstos a los que les damos un sentido. Nuestra realidad se reduce entonces a este breve segmento de colores, sonidos, formas y expresiones que logramos capturar en una especie de marco contextual, mientras que el resto se transforma automáticamente en ruido ambiental. Así es como nuestro cerebro no sólo escanea el ambiente, sino que además filtra y selecciona lo que procesamos conscientemente.
4
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
Escaneamos la realidad buscando encontrar aquello que nos falta, lo que necesitamos o lo que creemos necesitar. Nuestra atención opera como un filtro y ésta es la base de la percepción. Desde el siglo , filósofos como Immanuel Kant, Henri Bergson y William James nos han indicado que los objetos que percibimos en el “mundo real” no están completamente fuera de nosotros y que la mente humana es, en gran parte, responsable de construir la percepción de las cosas. En nuestra cultura somos devotos del intelecto. Es a lo que le adjudicamos la diferencia entre humanos y animales. Nuestra mente se ha desarrollado como una herramienta extremadamente poderosa, pero, de manera paradójica, no siempre entendemos cómo funciona y, más importante aún, cuáles son sus limitaciones. Una de las limitaciones que tiene nuestra inteligencia es, por ejemplo, que nos hace creer que la realidad es exactamente como la percibimos; en gran parte dado que el primer insumo de nuestros pensamientos proviene de los sentidos. Sin embargo, nuestro cerebro evolucionó para abreviar la realidad en categorías y conceptos procesables que nos permitan sobrevivir, no necesariamente para ver la realidad tal como es. Steven Gaulin y Donald McBurney (2003), especialistas en psicología evolutiva, estudian la percepción desde el punto de vista de los sentidos. Dichos autores concluyen que éstos evolucionaron para subsistir y sólo captan un espectro muy limitado de estímulos posibles, sólo captan aquellos que por adaptación nos han servido mejor para la sobrevivencia de nuestra especie. Vivimos en un espejismo. La percepción humana es tan limitada que ni nuestro sentido principal, la vista, captura completos los espectros de luz. Los seres humanos no escuchamos los sonidos por debajo de los 20 hercios ni más allá de los 20 mil, esto en comparación con otras especies que sí pueden; así, un halcón es capaz de ver los objetos con una nitidez que no tiene el ojo humano; de igual forma los delfines, algunas ballenas y los murciélagos desarrollaron otros sentidos como la capacidad de ecolocalización. Incluso entre los seres humanos hay diferencias: una persona que ha perdido la vista escucha sonidos con una agudeza que no desarrollan quienes sí ven. Esto quiere decir que cada ser vivo percibe el mismo ambiente de manera distinta en función de lo que su fisiología requiere para sobrevivir. Para procesar efectivamente los cientos de miles de estímulos que nos impactan en forma simultánea, nuestro cerebro tiene un sistema regulador que controla la cantidad de estímulos y asigna la atención a aquellos que está activamente escaneando. Por lo tanto, sólo percibimos una fracción de los estímulos que en realidad nos están llegando; de ellos, sólo le prestamos atención a una proporción aún menor.
5
MI MEJOR YO
Las ilusiones ópticas revelan de manera clara cómo nuestra percepción distorsiona la realidad. Lo vemos en las imágenes que abundan en Internet, puntos de colores que en realidad no se mueven, figuras geométricas que se ven aunque no estén ahí, prendas de vestir que dependiendo quien las vea, las percibe de diferente color; éstos son claros ejemplos del esfuerzo que hace la mente para ofrecernos una versión de la realidad ajustada a nuestras expectativas. La naturaleza de la atención humana es la de ser selectiva, sólo le prestamos atención a lo que estamos buscando consciente o inconscientemente.
Memoria
Otro elemento que añade aún más subjetividad a nuestra percepción de la realidad se refiere a los procesos de nuestra memoria. Una investigación de la Universidad Rockefeller concluyó que los humanos recordamos 35% de lo que olemos, 5% de lo que vemos y tan sólo 1% de lo que tocamos (García Uceda, M., 2008). Pensemos en lo que somos capaces de recordar cuando vemos la fotografía de alguien. Observamos detalles clave como la expresión facial, la postura, el color del cabello o de la piel, pero siempre quedará algún pormenor al que no prestemos atención, como el color de la silla en la que estaba sentada, esto a pesar de que, en sentido estricto, se supone que tuvimos acceso a todos los elementos que había en la foto. Lo mismo ocurre con la memoria. Los recuerdos quedan guardados en diferentes partes del cerebro hasta que algo evoca su memoria. Algo curioso sobre los recuerdos es que entre más tiempo estén guardados en la memoria, menos fidelidad tendrán. Como una batería de celular que pierde su carga lentamente y después es recargada, los recuerdos también son “recargados” por nuestro cerebro hasta que se convierten en una mezcla de lo que en realidad sucedió y detalles que simplemente no existieron, estos últimos tomados de un “respaldo” de información creado y actualizado constantemente por la mente.
¿Qué realidad?
Entendamos que toda percepción de la realidad está restringida, en primer lugar, por el limitado rango de estímulos que nuestros sentidos logran recibir; en segundo, por aquellos a los que selectivamente prestamos atención y, tercero, por las propias limitaciones de nuestra memoria, la cual activa y selectivamente también modifica los recuerdos.
6
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
Éstos son los insumos y procesos base para la creación de nuestros conceptos o la unidad operativa de nuestra mente. Una vez que la información sensorial es percibida, nuestra mente le otorga significados y, a su vez, la categoriza en conceptos. Los conceptos nos permiten abreviar la realidad. Estas abreviaciones y conexiones que establecemos entre estos conceptos, nos permiten crear nuestra realidad. Tanto así que sólo percibimos aquello para lo cual hemos creado conceptos. Los esquimales, por ejemplo, ven más de 15 tipos de blanco para los cuales tienen nombres específicos, que derivan de su importancia para asegurar su sobrevivencia, dado que evidencian la densidad y resistencia del hielo en el que caminan. Para nosotros, en el mundo occidental, sólo vemos un par de variantes de este color. Nosotros creamos categorías conceptuales, las que nos sirven para interactuar con el mundo que nos rodea, abstraerlo y comunicarlo a los demás. ¿Cuál es la importancia de esto? Un objeto para el cual no tenemos un concepto, virtualmente no existe. Construimos nuestra realidad de manera activa y con base en abstracciones. En la medida que creamos el concepto, lo podemos ver en la realidad y como su construcción es subjetiva, no podemos asegurar que un concepto tenga exactamente el mismo significado para mí que para otro. Mi concepto de “madre” puede no ser exactamente igual que el tuyo. Al asignar un significado y categorizarlo en un concepto, nuestra mente implícitamente le otorga una carga emocional. A ciertas categorías las consideramos buenas o malas, bonitas o feas, placenteras o incómodas dependiendo de si su significado contribuye o no a la satisfacción de nuestras necesidades, si coinciden con nuestra programación, valores, creencias e identidad. Conforme convertimos lo que percibimos en conceptos, creamos juicios de valor. Esto ocurre de forma tan rápida y automática que, una vez asumido un juicio, difícilmente dedicaremos un momento a pensar sobre las implicaciones que éste tiene en nuestra vida. Así es como los conceptos y los juicios de valor se convierten en el prisma con el que observamos la realidad y la interpretamos. Nuestra realidad es una paradoja. No hacemos más que experimentar una versión muy limitada, la cual estamos lejos de percibir tal y como es, y eso produce una pobre interpretación de la misma. Nosotros hacemos los conceptos que nos permiten crear nuestra realidad y automáticamente pensamos que es verdadera porque la “estamos viendo”. Entender que somos los creadores de nuestra realidad, de su significado y, por lo tanto, de la calidad de nuestras experiencias, es el insight más poderoso para hacernos responsables de nuestra estancia en este mundo.
7
MI MEJOR YO
Anthony de Mello (2011), sacerdote jesuita y psicoterapeuta, dice que las personas ven el mundo como una proyección de la mente. El problema no está en la “pantalla”, sino en las “pelusas” que ensucian la lente mediante la cual proyectan su realidad. Cuando las personas ven por medio de lentes sucias, el mundo les parece inadecuado o atemorizante, e intentan modificarlo, cuando lo que tendrían que hacer es limpiar el filtro con el que observan el exterior. La gente suele pensar que al cambiar las cosas que perciben en el exterior podrán ser felices, cuando de lo que se trata es de modificar la forma en que perciben al mundo. Tratar de cambiar al mundo y no al ser interior equivale a ir a un psiquiatra y pedirle medicamentos para que los tomen todas aquellas personas que te causan molestia; cuando lo que deberías hacer es cambiar tú y aprender a ver la realidad de diferente forma. “Cambia la forma en que miras las cosas y automáticamente las cosas cambiarán”, dice De Mello. Tú tienes que ser el cambio que quieres ver en el mundo. Así es como funciona. Sólo de esta manera puedes vivir tu vida a tu manera. Si entiendes esto, te darás cuenta de que puedes no ser culpable directo de muchos de los eventos y circunstancias que ocurren en tu vida, pero cómo los interpretes, el significado que les atribuyes, las emociones que te generen y la manera en que reaccionas a ellos están bajo tu control. Tomemos como ejemplo el dolor. Es una sensación en ocasiones ineludible. El sufrimiento proviene de los significados que le atribuimos a una situación y de la interpretación que hagamos de ella. El dolor puede ser inevitable, pero el sufrimiento es opcional. El sufrimiento surge del significado que le otorgamos a una situación. De cómo manejamos nuestras expectativas, nuestros estándares, nuestra imaginación, nuestros miedos. Solemos poner atención en el pasado o en el futuro, es decir, en situaciones que ya no existen o que probablemente nunca sucederán; de manera irónica, estar concentrados en circunstancias imaginarias influye en lo que sí está sucediendo. Que decidas vivir en el pasado, por doloroso o impactante que éste sea, paradójicamente determinará tu futuro. Lo que hay en el fondo del sufrimiento es miedo, un sentimiento que surge de la anticipación de algo que no existe. La cuestión es que podemos trabajar para resolver un problema que existe, pero difícilmente encontraremos una solución para un conflicto que no está ahí. Cuando te das cuenta de que la película de terror sobre tu vida no es más que una creación de tu mente, puedes dar el siguiente paso: cambiar el género. Puede ser una de aventuras, de acción o una comedia. El punto es que, si vas a crearte una historia, ¿por qué no puede ser una que disfrutes?
8
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
Si podemos crear una versión propia del mundo dominada por el miedo, entonces podemos construir una en la que experimentemos felicidad. Claro que hay condiciones materiales que la favorecen, pero la felicidad nunca viene del exterior, sino del significado que le das a las cosas que te suceden. La clave está en la representación que decides darle a lo que acontece en tu exterior y la actitud con la que recibes los hechos. Así es como la interpretación que le das a tus circunstancias se convierte en tu historia. La historia que nos contamos termina siendo en lo que nos convertimos, lo mismo puede empoderarnos que limitarnos. Por eso es importante el tipo de relato que nos narremos, dado que de éste depende si sufrimos o somos felices, si fracasamos o tenemos éxito, si somos víctimas o héroes, si nos caemos algunas veces o nos levantamos muchas otras. Al final es sólo una historia. Crea una que te mueva y no una que te paralice.
Ser o construirse
Así como la religión que practiques (o el no practicar alguna) depende en su mayoría del hogar en el que creciste y esto lo asumes de manera inconsciente, de igual forma adoptas de manera automática una serie de creencias, hábitos e identidades de tu familia o de tu entorno social. La consecuencia de asumir inconscientemente una identidad, es que de manera automática generamos expectativas que se corresponden con lo que creemos que somos. Si soy un hombre profesional y católico en México, mis expectativas serán muy diferentes a una mujer que sea ama de casa y practique la religión protestante en Estados Unidos. Actuamos acorde con esa programación, defendemos las ideas que “van” con ese paradigma consciente o inconscientemente. El problema está en que la mayoría de la programación contenida en nuestra identidad fue realizada de manera inconsciente, esas categorías o roles que asumimos nunca fueron cuestionados y, por lo tanto, gran parte de nuestras interpretaciones y comportamientos son reacciones automáticas a este programa. La educación que recibimos en el hogar y la escuela está pensada para enseñarnos a enfrentar el mundo, pero no para conocernos a nosotros mismos. Es una falta grave, porque revisar nuestras creencias es la única forma de convertirnos en seres humanos plenos, libres, con imaginación, capaces de considerar todas las posibilidades y evitar ser víctimas de nuestra programación. Si dejamos que estas ideas preconcebidas, probablemente nunca analizadas, dirijan nuestras acciones, corremos el riesgo de ser esclavos permanentes del pasado, de la sociedad, del marketing o de miedos sin fundamentos.
9
MI MEJOR YO
La solución es aprender a tomar el control de nosotros mismos, de nuestros paradigmas, de nuestra identidad. Nadie tiene el control sobre lo que pasa en el mundo, pero todos somos cien por ciento responsables de cómo reaccionamos a lo que sucede en el exterior. La única manera de responder adecuadamente es conocerse e interpretar las situaciones de manera que podamos sacar lo mejor de nosotros mismos. Estamos programados para prestar atención a lo que ocurre en el exterior, pero no, al menos no lo suficiente, a lo que ocurre en nuestro interior. Lo paradójico es que la calidad de nuestras experiencias en el exterior dependerá siempre de la interpretación que les demos. Solemos creer que nuestra vida estará solucionada si arreglamos lo que pasa afuera, sólo para darnos cuenta, al final del camino, que ninguno de nuestros logros materiales ha servido para llenar el vacío que sentimos. El desarrollo de la civilización occidental nos ha convertido en la generación humana que ha vivido mejor históricamente, en términos de longevidad, salud y comodidad. Sin embargo, no podemos afirmar que sea la más feliz. Nos hemos esforzado al máximo por modificar el hábitat a nuestra conveniencia, tanto que hemos olvidado cuidar nuestro interior. Ese interior del que hablo, es la capacidad de crear, expandirse y trascender. La identidad es una construcción. El ser humano no es lo que construye, es quien construye. Tú no eres lo mismo que tus creencias, por la sencilla razón de que eres tú quien las crea. Tú no eres de tal país o de tal religión, sino el artífice de estas nociones. Entre mejor lo entendamos, más tolerantes seremos. Las identidades pueden distinguirnos de otros seres humanos, de la naturaleza, de nuestro propio ser. Esto se transforma en un verdadero problema cuando estas identidades son rígidas. Algunas de las peores atrocidades que hemos cometido como humanidad fueron originadas por asumir de manera rígida ciertas identidades, sean religiosas, nacionalistas o políticas. La mente humana evolucionó protegiendo su identidad, cualquiera que ésta sea, y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de conservarla, incluso morir o matar. La identidad funciona como un límite que nos separa de los demás y del mundo. De ella deriva una concepción estrecha de lo que somos y de lo que no. Ésta determina en nuestras mentes para qué somos buenos, para qué no, nuestras aspiraciones, hasta dónde podemos llegar, lo que es correcto e incorrecto, nuestros valores, nuestra humanidad. El sistema operativo de nuestra mente está regido por las identidades que asumimos. Tenemos a nuestra disposición el instrumento más sofisticado que existe en el planeta: la mente humana, pero no sabemos usarla a nuestro favor. Nuestra mente es tan poderosa que convierte nuestras creencias en algo tan real como si fueran experiencias físicas, esto lo vemos implementado mediante
10
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
las técnicas de propaganda que son capaces de hacernos creer en algo que no sólo no hemos experimentado, sino que posiblemente ni siquiera existe. Si comprendemos cómo opera nuestra mente, será posible tomar el control de esta mecánica y liberarnos.
Conócete Conócete a ti mismo. Inscrito en el templo de Apolo en Delfos
En este momento haz un pequeño autoanálisis. La ropa que traes puesta, tu trabajo, el tipo de automóvil que manejas, la casa en la que vives, ¿qué tan feliz estás en este momento? Este tipo de condiciones no tendrían por qué determinar la calidad de tu experiencia de vida, pero las personas solemos ponernos expectativas imposibles para alcanzar la felicidad. Quieres que tu pareja sea de un modo determinado, que tus hijos se comporten de tal forma, que tu trabajo sea de tal cosa, que tu casa se vea de cierta manera y así tenemos una lista interminable de cosas que deseamos para “ser felices”. Aun peor, cuando alcanzamos estas metas elevamos nuestro estándar y lo único que logramos es estar insatisfechos eternamente. Las experiencias de la vida no las medimos en términos de los logros que alcanzamos, sino en el significado que les damos. La misma vivencia puede ser completamente diferente para dos personas por el simple hecho de que cada quien le atribuye un significado distinto. A cada situación que vivimos, cada éxito o caída que sufrimos, elegimos asignarle un significado; eventualmente, esas acepciones se convertirán en emociones y al final lo que obtenemos es una serie de impresiones que enmarcan nuestra vida. Pero no fueron efectos causados por nuestro exterior, sino por nosotros mismos. Sólo por un momento mira hacia dentro e intenta reconocer las identidades de las que te has apropiado y piensa cuáles de ellas están en consonancia con las prácticas culturales que te rodean. Si ves un comercial y te sientes muy identificado con él, por ejemplo, es porque alguien ha trabajado arduamente para crear un anuncio que tenga un impacto determinado en personas con paradigmas similares a los tuyos. ¿En qué te puede convertir eso? En una persona cuya identidad ha sido for jada desde afuera. Asumimos identidades sin pensarlo y luego nos esforzamos cada día por mantenerlas, por mostrar al mundo que realmente somos la persona que nos hemos vendido a nosotros mismos.
11
MI MEJOR YO
De la misma manera que podemos sentirnos identificados con un anuncio comercial, nos podemos molestar con alguna escena de la vida cotidiana, en el periódico, en un comentario pasajero o algo que vimos en redes sociales. Aquí nuestro cerebro opera de la misma manera, es decir, identifica patrones con los que nos identificamos. Si hay algo que vimos y nos molestó, más allá de pelearnos con esa situación, es mejor preguntarnos qué fue lo que se movió en nuestro interior que nos hizo reaccionar con enojo. La respuesta podría ser reveladora: tal vez lo que está mal no es lo de afuera, sino lo que llevamos dentro. Hay una tendencia generalizada a plantear que el sufrimiento proviene del apego a las demás personas o a las cosas materiales y que, por lo tanto, es necesario aprender a desprendernos de ellas. Pero no es sólo con el desapego a las cosas, y menos con la desconexión de nuestros seres amados, con el que lograremos dejar de sufrir, sino con el desapego de las identidades y expectativas que hemos cargado toda la vida como un pesado bulto sobre nuestros hombros. Construimos una identidad con características similares a los muros que conforman nuestra casa. Nos colocamos al centro y alrededor forjamos una estructura para protegernos de lo cultural, social y físico que proviene del exterior. Cada categoría de nuestra identidad, como el rol familiar, el de género, la identidad sexual y religiosa, es un muro que levantamos para salvaguardarnos. El problema reside en que la mayoría de las veces estas paredes no son las más adecuadas, de manera que nos quedan algo estrechas, al grado de sofocarnos, o son tan altas que nos sentimos pequeños y solitarios ante muchas de ellas. Lo primero que necesitamos aprender es que podemos liberarnos y derrumbar esos muros, esas ideas rígidas, paradigmas, expectativas y reconstruirlos de la manera en que nos permitan desarrollarnos a plenitud.
Tus límites y la cuerda del elefante
Una madre y su hijo caminaban en un circo y, al pasar por la carpa de los elefantes, el niño se sorprendió de que estos enormes animales estaban atados sólo con una delgada cuerda en su pierna delantera. ¿Cómo es que no necesitan cadenas o jaulas si en cualquier momento podrían romper esa débil cuerda? Entonces, el niño se acercó al entrenador que estaba cerca y se lo preguntó. Excelente observación, respondió el entrenador. Lo que ocurre es que cuando los elefantes son pequeños nosotros utilizamos una cuerda de este mismo tamaño para atarlos. A esa edad, los elefantes intentan escaparse una y otra vez, pero esta cuerda es más que suficiente para retenerlos. Después de un tiempo de intentar zafarse, se agotan y se dan por vencidos, por lo que dejan de
12
CAPÍTULO I •
QUIÉN SOY?
intentarlo. Cuando crecen, los elefantes están condicionados a creer que no se pueden escapar. Y lo continúan creyendo hasta su muerte, por lo que nunca más intentan desatarse. El niño estaba asombrado. Estos enormes animales podrían liberarse en cualquier momento, pero su programación desde la infancia los mantenía encarcelados. La única razón por la que esa cuerda los sostenía era porque los elefantes lo creían. Y así como en el caso de estos elefantes, ¿cuántos de nuestros límites vienen de esa historia que nos contamos?, ¿a cuántas cuerdas le otorgamos poderes de encarcelarnos que en realidad no lo tienen?
No a dónde llego, sino en quién me convierto Lo que una persona puede ser, lo debe ser. A. Maslow
Nadie sabe cuál es su límite hasta que comienza a trabajar por lo que quiere. Puedes creer que no tienes capacidad para hacer algo y ésa puede ser parte de la historia que te cuentas. Si es así, cuestiónate: ¿cuándo fue la última vez que lo intentaste? Probablemente te darás cuenta que esta concepción viene de años atrás, en la que te diste por vencido y asumiste que “eras” malo para tal o cual cosa. Esto se convierte en una profecía autocumplida. Porque tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estarás en lo correcto. Determinar que hay cosas que “no puedes hacer” sin siquiera intentarlo es condenarte al fracaso. Deja de subestimar tus capacidades. Mientras más creas que eres capaz de lograr cualquier cosa, más te empeñarás en conseguirlas. Daniel Burrus, experto en innovación y tecnologías del futuro, dice que cuando piensas que no eres lo suficientemente bueno para hacer algo ni siquiera lo intentas, lo que deriva en que subestimes casi todas tus habilidades. Burrus sugiere que quites esa duda de tajo. “Debes preguntarte: ‘¿qué necesito para hacerlo?’; en lugar de ‘¿puedo hacerlo?’”. Y en esa forma de razonar está resumida toda la diferencia entre una persona extraordinaria y una ordinaria. El potencial humano no tiene límites y es precisamente por esta libertad que las personas sufren. De todos los seres vivientes en este planeta, el ser humano es el único que constantemente se pregunta sobre quién es. Es el único animal que quiere ser y tener todo. Un león, por ejemplo, no tendría estas expectativas, jamás se preguntaría si algún día se convertiría en un león exitoso, ellos son lo
13
MI MEJOR YO
que son. Ese problema sólo se lo plantean las personas, porque siempre quieren ser algo más de lo que ya son. Como seres humanos somos conscientes de que estamos a una decisión de distancia de una vida completamente diferente. La falta de límites y las ansias de expansión nos presentan uno de nuestros principales desafíos. Si tú te convirtieras en rey o reina del planeta, no estarás feliz por mucho tiempo, porque pronto empezarás a pensar cómo conquistar las estrellas. Tenemos un deseo enorme y aparentemente incontrolable por expandirnos, por ser más, por tener más. En el momento exacto en el que conseguimos llegar a una meta, ya estamos pensando en otra más grande; cuando vemos algo que no es nuestro, automáticamente queremos que lo sea y así sucesivamente. La paradoja es que estas ansias de expandirnos nos han llevado a logros inimaginables, pero también a la insatisfacción y la infelicidad. ¿Cómo congeniamos entonces estas fuerzas?, ¿cómo logramos el crecimiento, el progreso y, a su vez, la felicidad? La clave está en examinar la fuente de estas aspiraciones. ¿Son una verdadera expresión de quiénes somos?, ¿vienen de desear ser todo lo que podemos o de cumplir con patrones culturales, con expectativas sociales y conformar una identidad con la cual no terminamos por congeniar? Cuando sufrimos, normalmente lo hacemos por cosas que no existen, por incumplir metas inventadas, externas y aspiraciones innecesarias. Las expectativas externas hacen de la vida un sueño imposible. Creamos un gran monstruo que sólo vive en nuestra cabeza y dedicamos nuestra vida a luchar contra él. La solución no es la ausencia de metas, ni en bajar el estándar, sino alinear nuestras expectativas con quien verdaderamente somos, con nuestro propósito. La satisfacción no viene por el puro logro de una meta, sino por la convicción de que estamos siguiendo el camino correcto, el que queremos recorrer y por el que estamos dispuestos a pagar el costo dando nuestro mayor esfuerzo para lograrlo. El psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1991) llama a este proceso “autorrealización”, en el que cada persona es capaz de desarrollar todo su potencial al perseguir un propósito que trasciende a las recompensas materiales o a los cánones culturales impuestos. Cuando estamos en este camino nos comprometemos con nuestras decisiones y no hay sueño imposible.
14
02
C A P Í T U L O
Propósito
MI MEJOR YO
Hay dos grandes días en la vida de una persona: El día en que nace y el día en que descubre para qué. Mark Twain
A quién quiero construir? Imagínate en 30 años, ¿qué pensaría tu yo del futuro del camino que estás siguiendo? Lo que observarías sería la suma de todas y cada una de las elecciones que tomaste. Al final, tu vida será el fruto de todas tus decisiones. Si aceptamos que somos los creadores de nuestra historia, de nuestra identidad y entendemos que no “somos”, sino que nos construimos, la pregunta que sigue es: ¿a quién quiero construir? Esto implica que la responsabilidad de nuestro desarrollo y de nuestra felicidad está en nuestras decisiones, no en nuestras condiciones. Tu procedencia no es destino. Sólo se convierte en él si dejas que su programación opere de manera automática. Eres capaz de romper la compulsión si tomas las riendas y asumes un camino consciente, en el que tú decides en qué persona te quieres convertir. Ésta es una perspectiva diferente de lo que normalmente entendemos como propósito. Por lo común, propósito se usa como sinónimo de alcanzar una meta o logro. Sin embargo, tanto o más importante que lo que logres o la meta que alcances, es en quién te conviertes persiguiéndola. Puedes alcanzar una meta y no cumplir tu propósito si en el camino para su logro te perdiste como persona. Cuando hablamos de propósito o sentido de vida, supone también responsabilizarse por hacerla magnífica en tus propios términos, no en los de los demás; en ser consecuente con tus valores, con quien tú conscientemente has decidido ser. Es necesario, entonces, decidir qué persona quieres ser antes de plantearte qué quieres lograr. Esa visión de persona, de tus valores, carácter e integridad, se convertirá en un ideal al que aspires, el cual debe ser tu brújula, la guía respecto a cómo te comportarás en la vida. Existen muchas formas de alcanzar tus metas, pero sólo algunas son consistentes con los valores que asumas. Algunos medios te acercarán a la persona que quieres ser, otros te pueden destruir. Puedes robar un millón de pesos o puedes ganarlo, puedes entrenarte para una competencia deportiva o puedes doparte, puedes estudiar o puedes copiar. Todos estos caminos te llevan a tu meta, pero no todos te desarrollan como una persona íntegra. Tu propósito en la vida debe contemplar tanto lo que te propones lograr; metas y cimas que vas a conquistar, como en qué persona te vas a convertir durante ese camino.
16
CAPÍTULO 2 • PROPÓSITO
Bill George (2017), profesor de la Universidad de Harvard, dice que todos tenemos un “auténtico norte”, un propósito que nos guía por medio de nuestra brújula interna. Cuando seguimos la misma ruta que otros sin considerar una propia, estamos destinados al fracaso. Después de entrevistar a decenas de líderes exitosos, Bill George encontró que todos ellos, sin excepción, piensan que ser auténticos ha sido la clave para su éxito. “La realidad es que nadie puede ser auténtico tratando de ser como alguien más. Puedes aprender de las experiencias de otras personas, pero no puedes ser exitoso intentando ser como esas personas” (2017). En el modelo de Maslow, el ser humano se actualiza, alcanza su potencial, su propósito, en la medida en que va satisfaciendo desde las necesidades más básicas hasta las de trascendencia o altruistas. Entendemos que la persona tiene una jerarquía de valores y que el propósito de toda persona plena, últimamente, tiene que ver con su legado, el cual trasciende a sí mismo. Es un plan de vida que la compromete con algo más importante que ella misma. En muchos casos será como “plantar semillas en un jardín que nunca verás florecer” (Miranda, L. M. y Odom, L., 2016), pero que no por ello deja de ser gratificante. Esto es parte del secreto para tener una vida significativa. De acuerdo con William Damon (2009), profesor de la Escuela de Posgrado en Educación de Stanford, las personas que tienen un fuerte sentido del propósito y que se comprometen con algo más grande que ellas mismas, logran experimentar una alegría más profunda en los buenos tiempos, así como una mejor resiliencia en las malas épocas. Mientras que las personas que van por la vida sin un propósito, experimentan constantes crisis existenciales.
Ikigai
La mayoría de la gente fue educada de tal forma que conforme crece hace de lado las cosas que realmente le apasionan para concentrarse en las que cree tener más habilidad, en aras de ser “realista”. Las universidades están llenas de personas que escogieron una carrera no por vocación o satisfacción, sino porque consideran que así podrán ganarse la vida cuando se conviertan en profesionales. Gracias a esa manera de educar, ampliamente difundida, la sociedad está llena de personas frustradas que no son felices con lo que hacen, que trabajan de forma mediocre porque su labor no es más que una forma de subsistencia. Una noción que permite balancear la ecuación es la de Ikigai. Originaria de Japón, significa “la razón de vivir” o “la razón de ser”. Todos, de acuerdo con la cultura japonesa, tenemos un ikigai. Descubrirlo resulta de una búsqueda
17
MI MEJOR YO
intensa y continua en uno mismo. Este proceso de exploración se considera fundamental para el desarrollo de cada uno como persona. En la cultura de Okinawa, el ikigai se concibe como “una razón para levantarse por la mañana para disfrutar de la vida” y se refiere a las circunstancias mentales y espirituales en las que las personas sienten que sus vidas son valiosas. Curiosamente no existe una palabra en japonés que signifique jubilarse con la idea exacta de “retirarse para siempre”, como lo entendemos en occidente. Tal como afirma Jan Buettner, periodista de National Geographic, “tener un propósito vital es tan importante en esta cultura que por eso no tienen nuestro concepto de jubilación”. Significa que si eliges un trabajo que te guste, no tendrás que trabajar ni un día de tu vida. Probablemente no es coincidencia entonces que la cultura de Okinawa haya producido a la población más longeva del planeta. Del concepto de Ikigai se deriva un método que tiene por objeto identificar aquello en lo que se es bueno, que genera placer realizarlo, que otros están dispuestos a pagar y además aporta valor al mundo. Estas cuatro grandes áreas se pueden ilustrar como círculos que se entrelazan entre sí. Estas áreas son: 1. Lo que nos gusta hacer: lo que verdaderamente disfrutamos y que lo podríamos hacer todos los días sin aburrirnos. 2. Lo que somos buenos haciendo: nuestras habilidades, talentos y fortalezas. 3. Por lo que nos pueden pagar: que nos permitirá ganarnos la vida. 4. Lo que el mundo necesita: el valor que le agregamos a la comunidad y a los demás. Lograr alinear estas cuatro áreas no es tarea fácil; aunque vale la pena, pues nos permite entender cómo procurar una vida plena, con sentido, que aporta valor al individuo, a la sociedad y al planeta (véase Figura 1).
Cómo hacer de tu vida una obra maestra
El emperador y filósofo romano Marco Aurelio sugiere, en sus Meditaciones, un ejercicio muy sencillo: imagina que ya has muerto y que cada momento que vives a partir de ahora es un regalo precioso que podría no volver a repetirse jamás. Esta forma de ver la vida, en perspectiva, te ayudará a clarificar tu propósito esencial. Dice Marco Aurelio: “Que no te arrastren los accidentes exteriores; procúrate tiempo libre para aprender y cesa ya de girar como un trompo” (2016).
18
CAPÍTULO 2 • PROPÓSITO
Figura 1 Ikigai, “Razón de ser”.
Satisfacción pero sensación de inutilidad
Placer y plenitud sin compensación económica
Lo que AMAS
PASIÓN En lo que ERES BUENO
MISIÓN Lo que el mundo NECESITA
IKIGAI
PROFESIÓN
Comodidad pero sensación de vacío
VOCACIÓN
Por lo que TE PAGAN
Emoción y complacencia pero sensacion de incertidumbre
Con esto ganarás coherencia y será más difícil dejarte influir por externalidades. Los eventos que ocurren a tu alrededor, las oportunidades, los consejos, las opiniones de otros son positivos sólo si te ayudan a mejorar el ritmo, a dar pasos más fuertes hacia tu meta, pero no si te seducen con recompensas vanas que sólo te alejarán de tu propósito.
Encuentra tu elemento
El educador y escritor Ken Robinson llama “el elemento” a esa intersección entre lo que las personas aman hacer y en las que son buenas. El elemento es una manera distinta de definir nuestro potencial, éste se manifiesta de manera diferente en cada persona, pero sus componentes son universales. Encontrar tu elemento es esencial para tu bienestar, así como para alcanzar el éxito (Robinson, K., 2017). Se trata de identificar cuál es nuestro talento distintivo, cuál nuestra pasión y dibujar una intersección en la que las dos partes se encuentren. Así es como surgen las grandes ideas y los propósitos que se llevan a la realidad.
19
MI MEJOR YO
Motivación Puedo enseñarle a cualquier persona cómo conseguir lo que quiere en la vida. El problema es que no puedo encontrar a quien pueda decirme qué es lo que quiere. Mark Twain
Tener claridad sobre nuestra intención y metas es el primer paso para alcanzarlas. Si las metas son difusas corremos el riesgo de sentir que jamás podremos consumarlas. Una visión clara de lo que queremos conseguir también nos ayuda a pasar del “tal vez debería hacer esto” al “debo hacer esto”. Una vez que sabes exactamente lo que quieres, tienes que cuestionarte por qué lo quieres. Si tienes una razón, un porqué lo suficientemente poderoso siempre encontrarás cómo alcanzarlo. Saber qué nos motiva es clave para mantener la energía necesaria para persistir en nuestras metas y no sólo mantenerlas como un “gran sueño”.
Motivación extrínseca y motivación intrínseca
En general, podemos hablar de dos tipos de motivaciones: la extrínseca y la intrínseca.
Motivación extrínseca Entendemos por motivación extrínseca aquélla guiada por las recompensas que se esperan al realizar una determinada tarea; por ejemplo, la obtención de estatus social, salario, recompensas materiales. Cuando estamos motivados extrínsecamente, lo que más nos importa es el resultado de lo que hacemos y no lo que hacemos en sí. Podríamos dedicarnos a cualquier cosa que nos lleve a este resultado o recompensa. Lo anterior no quiere decir que todas las motivaciones extrínsecas sean superficiales. Sentirnos gratificados por nuestro emprendimiento nos ayuda a seguir trabajando por las metas que nos hemos fijado; no obstante, dejarnos llevar únicamente por este tipo de motivaciones evidencia la falta de un propósito.
Motivación intrínseca La motivación intrínseca es la que nos impulsa a hacer cosas por el simple gusto de hacerlas. La propia ejecución de la tarea es la recompensa. A diferencia de
20
CAPÍTULO 2 • PROPÓSITO
la motivación extrínseca, basada en presiones externas como la búsqueda de recompensas o de evitar castigos, la motivación intrínseca nace en el propio individuo e implica el simple deseo de desarrollar todo su potencial, sin de jarse influir por las opiniones ajenas o las posibles recompensas que vengan del exterior. Debes hacer tu introspección y entender por qué te has planteado tal o cual meta. ¿Cuál es tu intención? La energía necesaria para lograr tus objetivos vendrá de tu motivación. Mientras más extrínseca sea, más vulnerable será tu determinación. Si todo lo que buscas es un salario, reconocimiento o estatus, esto lo podrás lograr de muchas maneras que, sin duda, atentarán contra tus valores y con la visión que deseas alcanzar como persona. En cambio, mientras más intrínseca sea tu motivación, ésta será más cercana a quien eres, a tu propósito y más fuerte será. Es la pasión que sientes por algo que te proveerá la fuerza para persistir en tu camino.
21
03
C A P Í T U L O
Éxito
MI MEJOR YO
Ganar versus éxito El éxito es la paz interior que resulta de la satisfacción de saber que te esforzaste al máximo de tus capacidades. John Wooden, coach de baloncesto en la UCLA
John Wooden, conocido por entrenar por más de 27 años al equipo de baloncesto de la UCLA y considerado el mejor entrenador de la historia de la NCAA, gracias a los 10 campeonatos conseguidos por su equipo, decía que hay dos principios fundamentales para alcanzar el éxito: no tratar de ser mejor que otros y tratar de ser lo mejor que tú puedas ser. Algunos de los jugadores que él entrenó no llegaron a ser los más famosos, pero los consideró igual de exitosos porque, aunque no tenían todas las capacidades físicas o habilidades extraordinarias, consiguieron hacer lo que debían en el momento indicado, gracias a su trabajo y esfuerzo. Ellos lograron sacar lo mejor de sí mismos. Puedes ganar cualquier cosa, un partido de baloncesto, dinero, una mayor posición social o de trabajo pero, según Wooden, el verdadero éxito “es la paz interior que resulta de la satisfacción de saber que te esforzaste al máximo de tus capacidades”. Ver el éxito como la simple consecución de recompensas extrínsecas, es una fórmula miserable de estructurar la vida. De la misma manera, percibir el éxito como una competición que te permitirá estar por encima de los demás, en términos económicos o sociales, evidencia una pobre visión del mundo y de ti mismo. Sobre todo porque estás dejando que sean otros quienes califiquen tu éxito; es decir, permites que alguien más determine cuánto vales o quién eres. En cambio, si piensas en el éxito como resultado de tu mayor esfuerzo para alcanzar tu propósito y plan de vida, te darás cuenta que el único juicio válido será el tuyo. Desde esta perspectiva, aun habiendo perdido el juego pudiste haber sido exitoso o por el contrario puede que a pesar de haber ganado estés fracasando. Más importante que lo que diga el marcador es la convicción de que estamos dando el máximo de cada uno por alcanzar todo nuestro potencial. No debemos confundir el logro con el éxito. Sólo cuando tienes la convicción de que tu esfuerzo sacó lo mejor de ti, es que efectivamente te sentirás exitoso. Sólo cuando te enfrentas a tu zona de stretch, esa que está entre el confort y el pánico, es que efectivamente te encuentras dando todo aquello que puedes dar. Si alcanzas tus metas pero en el interior sabes que no diste todo lo que pudiste haber dado o que no fuiste la persona que esperas ser, no tendrás una sensación de éxito, sino más bien de fracaso.
24
CAPÍTULO 3 • ÉXITO
El éxito es subjetivo, es un estado mental, una interpretación de tus logros, los cuales sólo los entendemos cómo “exitosos” cuando éstos calzan con nuestras expectativas y con lo que esperamos de nuestro comportamiento y de quien queremos ser. Ser el mejor no es la meta, lo que buscamos es siempre hacerlo mejor. Si constantemente trabajamos dando lo máximo de cada uno, tarde o temprano veremos los frutos de este trabajo. Por eso sabemos de tantas personas supuestamente exitosas o que lo tienen todo y aun así son infelices.
Éxito material y felicidad La felicidad no depende de hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace. Jean Paul Sartre
El actor Jim Carrey dice que ojalá todos puedan ser ricos y famosos lo más rápido posible para darse cuenta que ése no es el camino. En una variedad de investigaciones se ha confirmado que la felicidad se deriva principalmente del ser, no del tener. En estudios científicos acerca de la correlación entre la riqueza y la felicidad se encontró que a partir de un nivel básico, aquel en que cubrimos nuestras necesidades principales de alimento, casa, educación, salud y suficiente entretenimiento, existe una correlación indirecta entre riqueza y felicidad, en la que si no se cumplen estos niveles se establece una correspondencia con mayores niveles de infelicidad. Pero se encontró también que a partir de este nivel, el tener más riqueza no se relaciona con experimentar mayores niveles de felicidad. Por supuesto que la riqueza ayuda a generar un sentimiento de seguridad y es indudable que la mayoría prefiere tener más que menos, el punto es que la riqueza por sí misma no nos hace más felices. Los logros materiales no son la llave de la felicidad. La felicidad es la llave del éxito. Gandhi decía que la riqueza sin trabajo es tóxica. Nos envenena la inseguridad de saber que no la merecemos. Así vemos cómo tantos niños que heredan fortunas son infelices, ansiosos y muchos caen en la depresión o drogadicción. Lo que da la felicidad, lo que genera orgullo es la certidumbre que aquello que somos, que aquello que tenemos, lo hemos ganado. En un ejercicio en el que un sociólogo le explicaba a un grupo de banqueros el perfil psicológico, en muchos casos disfuncional, de familias de extraordinaria riqueza, se explicaba cómo la dinámica de satisfacer todas las necesidades
25
MI MEJOR YO
de un hijo o de una persona, sin que esto implique un esfuerzo de su parte, conlleva casi irremediablemente a sentimientos de depresión, ansiedad y falta de sentido en la vida. Esto que muchos envidian, eso de tenerlo todo, idealmente gratis o ganándose la lotería es, en realidad, una receta segura para la infelicidad. A modo de ejemplo, el sociólogo le preguntaba a la audiencia si a ellos les gustaba el golf. Ante esto, muchos levantaron la mano de manera afirmativa. Y luego él procedió a preguntar si les seguiría gustando el golf si supieran que cada vez que le pegan a la pelota, ésta caería en el hoyo. Pensativos todos concordaron que a ninguno le gustaría el juego si el éxito estuviese garantizado. Esto es lo que hacemos cuando esperamos satisfacer las necesidades de alguien o las nuestras sin haberlo ganado. Sin un esfuerzo de por medio, lo que hacemos es garantizarles que la pelota caerá en el hoyo. Con esto, no les hacemos un favor, les quitamos el desafío, el sentido a la vida. Los seres humanos necesitamos desafíos para crecer, esfuerzo para valorar y necesitamos de la dificultad para sentirnos orgullosos. El camino está en la lucha, en el vencer los obstáculos y nuestra limitaciones. Nuestros propósitos se cumplen en este camino sembrado de desafíos y miedos. Enfrentándonos a ellos es como crecemos y nos medimos no sólo por las metas que alcanzamos y por lo que obtenemos, sino por la vara que compara en quién nos estamos convirtiendo contra la persona que deseamos ser.
Mentalidad de crecimiento
Para la psicóloga Carol Dweck (2014),, pionera de los estudios sobre motivación y logro, existen dos tipos de mentalidad: fija y de crecimiento. Según Dweck, los individuos pueden ser colocados en un continuo de acuerdo con sus puntos de vista personales respecto a dónde proviene su capacidad. Algunos creen que su éxito se basa en la capacidad innata, por lo que se dice que tienen una teoría “fija” de la inteligencia (mentalidad fija). Otros creen que su éxito se basa en el trabajo duro, el aprendizaje, la formación y la tenacidad, entendiendo esto como un “crecimiento” o una teoría de “incremento” de la inteligencia y capacidad (mentalidad de crecimiento). Los individuos pueden no ser necesariamente conscientes de su propio modo de pensar, pero éste se puede discernir en función de su comportamiento. Es especialmente evidente en su reacción frente al fracaso. Los individuos de mentalidad fija temen al fracaso, porque para ellos es una declaración negativa acerca de sus capacidades, mientras que los individuos con mentalidad de
26
CAPÍTULO 3 • ÉXITO
crecimiento no temen fallar, porque se dan cuenta de que es una forma más de aprender y mejorar. Para desarrollar la mentalidad de crecimiento, Dweck cuenta el caso de una escuela secundaria en Chicago en la que los alumnos tienen que pasar cierto número de clases para graduarse; si no lo consiguen, en lugar de recibir una calificación reprobatoria se les asigna un “todavía no”. Es decir, esta institución incentiva a sus alumnos a que entiendan sus logros en un continuo que depende de sus esfuerzos para que sigan trabajando hasta que consigan graduarse. En uno de sus experimentos con niños de 10 años, la psicóloga descubrió que los menores con mentalidad fija huyen de las dificultades. Les aplicó una serie de pruebas con un elevado grado de dificultad y encontró que estos pequeños evadían los riesgos por miedo al fracaso; además, en lugar de insistir en resolver el problema, buscaron compararse con niños a los que les fue peor para sentirse mejor con ellos mismos. En cambio, los niños con mentalidad de crecimiento aceptaron el error, lo procesaron y lo intentaron de nuevo hasta que consiguieron superar la prueba. La actitud de estos niños fue clave para enfrentar sus pruebas y en lugar de sentirse intimidados por los exámenes, tendían a referirse a ellos como retos. Hay algunas claves que Dweck sugiere para desarrollar una mentalidad de crecimiento: • Elogia con sabiduría. Si le dices a un niño que es inteligente o talentoso no lo estás ayudando; esto porque cuando cometa un error se sentirá mal consigo mismo, ya que creerá que no es tan capaz como pensaba. Es preferible entonces alagar el esfuerzo que hizo para lograrlo, su enfoque y perseverancia. • Mantente siempre en versión Beta y usa el “todavía no”. Cuando tu proyecto, plan o idea no salga como planeabas, en lugar de sentirte fracasado elige decirte a ti mismo: “todavía puedo lograrlo” o “todavía no lo alcanzo, pero perseverando más lo lograré”. Se trata de desarrollar la capacidad de insistir en las metas que se quieren alcanzar.
Avanzar fallando El éxito consiste en pasar de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Winston Churchill, ex primer ministro de Reino Unido
Así como un barco siempre está a salvo en su muelle, nosotros creemos estar contentos en nuestra zona de confort. Mas el barco no fue construido para
27
MI MEJOR YO
quedarse anclado y en nuestra naturaleza está el siempre desafiarnos y las ansias de crecer. Lo que a muchos les impide avanzar no es el desconocimiento de sus sueños, sino su miedo a enfrentarlos. El miedo, al final del día, no es nada más que un estado mental y el valiente no es quien no lo siente, sino quien lo conquista. Como dice el escritor Paulo Coelho: “cuántas cosas perdemos por miedo a perder”. El miedo a perder, a fracasar, es nuestra principal ancla, pero el fracaso no es derrota. El fracaso es el obstáculo, la piedra que debemos esperar que sea parte del camino. Sólo cuando nos damos por vencidos es que caemos en la derrota. Dice Tony Robbins, coach ejecutivo, que “el éxito en la vida es resultado del buen juicio. El buen juicio habitualmente es resultado de la experiencia. La experiencia habitualmente es resultado del mal juicio”. Es fundamental entender el fracaso como una experiencia útil para triunfar. Uno de los ejemplos más famosos de la utilidad de fallar una y otra vez es la historia del inventor estadounidense Thomas Alva Edison, quien creó la bombilla incandescente. Cuando consiguió por fin el resultado deseado, después de intentarlo más de mil veces, se negó a ver las pruebas anteriores como fracasos y dijo que ahora conocía “mil maneras distintas de cómo no hacer una bombilla”. No existe tal cosa como fallar o triunfar en la vida. Ambas son ideas que reflejan la manera en que interpretamos la respuesta social a lo que hacemos. Una vida bien vivida es una aventura llena de obstáculos a vencer, es un constante desafío a nuestros límites, por conocer de qué estamos hechos. Fallar es parte necesaria del camino y fundamental del éxito.
Pagar el precio Es sólo tu forma de pensar lo que decide si tendrás éxito o fracasarás. Henry Ford
El éxito depende de decisiones y todas ellas tienen un costo. El precio del éxito no tiene descuentos, debe pagarse completo y por adelantado. El principal insumo del éxito es la perseverancia y allí radica su costo. En el proceso para alcanzar el éxito intervienen muchos factores en los que no se tiene control. El único factor que se controla es la determinación y el nivel de esfuerzo que se pone en las tareas.
28
CAPÍTULO 3 • ÉXITO
El escritor y ex tenista de mesa británico Matthew Syed (2010) dice que cuando alguien es exitoso la gente suele crear la ilusión del iceberg. De la misma manera que un témpano de hielo sólo puede ser apreciado por fuera del mar en un 10%, mientras que el 90% restante queda por debajo del agua, invisible a la vista, así sucede con el titánico esfuerzo que hay detrás de las personas exitosas. Quienes están a su alrededor, no suelen ver todo el trabajo que les costó alcanzar el éxito: el esfuerzo, la dedicación, la disciplina, los riesgos, la acción decidida, los hábitos, las metas, la gran cantidad de fracasos, la decepción, la persistencia y el trabajo duro. La gente sólo ve lo superficial y tiende a creer que esa persona está en la cima sólo porque es talentosa, genial o carismática. No caigas en esa trampa. Syed critica la clásica narrativa del surgimiento del héroe que solemos ver en las películas de Hollywood, según la cual, un chico talentoso de escasos recursos que vivía con padres normales en un suburbio logra triunfar a pesar de que tiene todo en su contra. En cambio, él prefiere contar cómo algunos sucesos básicos pero significativos en su vida, como que sus padres compraron una mesa de tenis y su hermano practicó diariamente con él durante años, lo llevaron a ser el jugador británico número uno en tenis de mesa a los 24 años de edad. Más allá de plantear que su triunfo sucedió “contra todas las posibilidades”, Syed prefiere decir que fue un conjunto de factores los que lo llevaron a lo más alto. No es que fuera único y especial, ni que naciera para ser jugador de tenis de mesa, sino que reunió las condiciones materiales (una tabla y un club en el cual practicar) y puso el esfuerzo necesario (miles de horas de práctica con su hermano) para lograrlo. Todo éxito tiene un costo. Ése es el que pagas por alcanzar tus sueños. Sin embargo, no hay precio mayor a pagar que el llegar un día, al final del camino y arrepentirse de haber dejado un sueño sin perseguir. El costo del éxito es siempre mucho menor que el costo del arrepentimiento.
Talento El trabajo duro le gana al talento, cuando el talento no trabaja duro.
Un mito acerca del éxito es que sólo lo alcanzan quienes tienen talento, pero la historia de grandes personajes de nuestra época demuestra que hay otras características que pueden ser más efectivas que el talento natural. Si ya encontraste lo que quieres de la vida, la rama en la que te quieres desarrollar, seguramente consideraste qué tan talentoso puedes ser en lo que elegiste. Lo ideal es que escojas algo para lo que sientas vocación, pero aun cuando no sea así, si sumas
29
MI MEJOR YO
esfuerzo e inteligencia a tu preparación, lograrás desarrollar competencias y habilidades que te permitirán llegar a tu meta. La psicóloga Angela Duckworth dice que los grandes triunfadores son “la perseverancia personificada”. Ella desarrolló un concepto conocido como grit, la capacidad de perseverar ante las metas. También podemos llamarle determinación o mentalidad de crecimiento. Más allá de ser talentoso, lo que te permite alcanzar cualquier objetivo es tener grit, ser perseverante. Duckworth entrevistó durante años a líderes mundiales en negocios, arte, atletismo, periodismo y academia, y descubrió que la determinación de estas personas funcionaba de dos formas, una en la que exhibían una fortaleza y tenacidad fuera de lo común; y otra en la que sabían a un nivel muy profundo lo que querían de la vida, esto es, tenían un propósito esencial. Mientras que las personas que solamente contaban con un talento innato, por decirlo así, demostraron tener menos perseverancia. A partir de éste y otros estudios, la psicóloga creó la Escala del Grit,1 un test que cualquier persona puede responder y que determina, si es respondido con sinceridad, hasta qué punto se es capaz de avanzar en la vida con pasión y perseverancia a largo plazo. Tras aplicar este test a 1 218 cadetes de West Point (una academia militar de Estados Unidos, famosa por ser de difícil acceso y por imponer pruebas extremas), Duckworth concluyó que la perseverancia no se correlaciona con el talento. De hecho, encontró que la mayoría de los jóvenes talentosos que se preparan durante dos años para entrar a esta escuela desertan durante los dos primeros meses de entrenamiento. En contraste, quienes logran graduarse son quienes, aun sin talento, tienen un alto grado de perseverancia. La conclusión de Ángela Duckworth es simple: “nuestro potencial es una cosa. Lo que decidimos hacer con él es otra” y lo que determina el éxito es nuestra capacidad de perseverancia.
Suerte, destino y otras cadenas
Cierto día, iba paseando por una calle cuando de repente vi a un niño hambriento, sucio y tiritando de frío dentro de sus harapos. Me encolericé y le dije a Dios: — ¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para ayudar a ese pobre niño? –Esperé la respuesta, pero fue en vano. 1
Puedes realizar el test aquí: https://angeladuckworth.com/grit-scale/
30
CAPÍTULO 3 • ÉXITO
Sin embargo, aquella noche, cuando menos lo esperaba, Dios respondió a mis preguntas airadas. — Ciertamente que he hecho algo –dijo. –Te he hecho a ti.2 Es innegable que el punto de partida de una persona, sus condiciones de vida, familiar, económica y social sean factores que provean ventajas a algunos y desventajas a otros. Este punto de partida es una lotería. Nadie hizo nada para merecer nacer en una u otra familia o condición social. Ésta es cuestión de pura suerte. Sin embargo, atribuirle a estas condiciones un valor determinante es sólo la mitad de la historia. Claro que las circunstancias facilitarán o dificultarán el que alguien logre sus objetivos, pero el verdadero factor causal del éxito es nuestro paradigma mental, o sea, las lentes con las cuales interpretamos una situación. Si la persona asume que sus condiciones son determinantes, que su procedencia es su destino, que no hay nada que pueda hacer por escapar a las cadenas impuestas, entonces, esas condiciones efectivamente serán determinantes. Si asume que no hay nada que pueda hacer, entonces no hará nada. No son tus condiciones, lo que te está ocurriendo o lo que te ocurrió en el pasado lo que determinará en quién te convertirás. Serán tus decisiones acerca de su interpretación, de lo que estas circunstancias significan para ti y, por lo tanto, es lo que decidirás hacer lo que determinará tu destino. Si tu paradigma mental es que el éxito recae en el esfuerzo, que eres responsable de tu camino; entonces, tu punto de partida no será tu destino. Jack Nicklaus, el gran golfista, dijo sobre la suerte: “Mientras más practico, más suerte tengo”. Benjamin Franklin hizo eco de esto al decir que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Solemos responsabilizar a las condiciones externas de nuestros fracasos: a la falta de recursos materiales, dinero, educación, tiempo o de alguien que crea en nosotros; sin embargo, todos conocemos a personas que han sido capaces de superar estas condiciones. Muchas personas exitosas tuvieron infancias difíciles y algunas vivieron en la miseria. Sus condiciones materiales eran desastrosas y sus recursos nulos. El actor Jim Carrey tuvo que trabajar como conserje desde los 15 años para hacerse cargo de su familia. La presentadora de televisión Oprah Winfrey, hija de madre soltera quien la tuvo a los 18 años, creció en comunidades muy pobres, además de haber sufrido de abuso sexual en su infancia. J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter , empezó a escribir como forma de terapia para salir de 2
Cuento de Anthony de Mello.
31
MI MEJOR YO
la depresión, luego de ser abandonada por su esposo y verse obligada a vivir de ayudas gubernamentales para criar a su hijo como madre soltera. Todos ellos decidieron enfocarse en lo que sí podían resolver, en crear condiciones para salir adelante. La enseñanza que nos dejan es que entre más atención pongamos en cosas que no podemos resolver, menos capacidad tendremos para solucionar las cosas que sí están a nuestro alcance. Mientras más nos enfoquemos en las circunstancias que nos limitan, menos capacidad tendremos de enfocarnos en las que nos fortalecen.
Más allá de uno mismo No busques la felicidad, busca dar y progresar. Tony Robbins
El verdadero éxito y la felicidad vienen de crecer y contribuir a un propósito más grande que uno mismo. Tanto la felicidad como el dinero no son un fin, son el resultado de nuestra entrega. Las personas que persiguen la felicidad son como los perros que se persiguen la cola, están destinados a nunca alcanzarla. La felicidad resulta del compromiso a un camino auténtico en el que crecemos, desarrollamos nuestro potencial y con él contribuimos no sólo a la satisfacción de nuestras ambiciones, sino también a las necesidades de otros. La regla de oro, la de las enseñanzas ancestrales, es la mejor guía. Trata a los demás como quieras que te traten a ti. Pon tu foco en lo que vas a entregar y que no te preocupe en demasía lo que vas a recibir. Agradece lo que tienes hoy y disfrútalo. Si no eres capaz de hacerlo, tampoco lo harás cuando tengas más. Al contrario a lo que se suele pensar popularmente, la felicidad no llega después del triunfo sino que, cuando es real y perdura, se experimenta durante todo el camino. Lo mismo ocurre con el dinero, quien lo persigue como un fin en sí mismo es poco probable que lo encuentre. El dinero también resulta del valor que creamos para otros y si hoy no agradeces y disfrutas lo poco o mucho que tienes, tampoco lo harás cuando tengas más. En tu vida te encontrarás con gente que alcanzó la riqueza, pero no la felicidad. El filósofo chino Lao-Tse, autor de la obra esencial del taoísmo, 3 el Tao Te Ching (2008), asegura que la riqueza y la acumulación de cosas y actividades El taoísmo es un sistema filosófico que plantea que todo está conectado, que existe un orden que rige toda existencia, que es el que dicta la naturaleza y que a toda acción corresponde una reacción. 3
32
CAPÍTULO 3 • ÉXITO
no conducen a la felicidad. Una persona feliz “es luminosa, mas no brilla”, dice el Tao. Su luz es interior, no necesita llamar la atención con posesiones materiales innecesarias, sencillamente porque no tiene nada que demostrar. La medición del éxito, de nuestro valor como personas, no está en lo que tenemos, no se mide en pesos, en ceros de la cuenta bancaria o en posesiones, sino en cuánto hemos avanzado en convertirnos en esa persona que conscientemente hemos decidido ser. Éste es el camino del éxito. Para algunos comienza con más dificultades que para otros, lo que es esencial es que estas dificultades no se transformen en excusas. Florence Nightingale, pionera de la enfermería moderna, dijo: “yo le atribuyo mi éxito a esto; nunca di ni acepté ninguna excusa”. Las excusas son nuestras cadenas que enmascaran el miedo a hacernos responsables. Se nos hace más fácil culpar a nuestras condiciones que asumir el camino para cambiarlas. Mas entendamos que todos, en lo profundo de nuestro ser, tenemos un sueño, un propósito por el cual vale la pena el sacrificio, el exponernos al fracaso y a trabajar duro. Que ese punto de partida, que esas circunstancias que la vida nos dio no se transformen en la excusa, sino en ese camino difícil que hace que sea aún más digno de orgullo.
33
04
C A P Í T U L O
Metas, estándares y objeciones
MI MEJOR YO
Estándares Las personas no cumplen sus metas, cumplen sus estándares.
¿Cuál es el estándar al que te sometes? En la vida hay una gran diferencia entre lo que logramos y el estándar al que aspiramos y con el cual nos identificamos. Hay una diferencia entre despertar temprano y ser un madrugador, entre hacer deporte y ser un atleta, entre comer algunos alimentos sanos y ser saludable. Lo que debemos identificar es cuál es la medida, el nivel al que aspiramos. ¿Vamos a ser corredores de fin de semana o atletas? El nivel al que aspiramos debe ser consistente con nuestra identidad y metas. Y una vez que son consistentes, nuestras conductas se hacen habituales, de manera que operan de forma inconsciente (Tynan, S., 2014). En la vida uno recibe como máximo aquello que espera o acepta. ¿Qué esperas de ti mismo?, ¿esperas ser normal?, ¿esperas una vida y un trabajo promedio?, ¿qué es lo que estás aceptando? ¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo que “deberías” hacer algo? Pensamos que tal vez deberíamos perder peso, empezar un negocio, ganar más dinero, ser más apasionados en nuestras relaciones, tener más amigos, aprovechar nuestro potencial. Invertimos mucho tiempo de nuestras vidas pensando que deberíamos perseguir estas metas, pero pocas veces tomamos cartas en el asunto. Es común que tengamos una lista infinita de cosas que deberíamos hacer, pero estos “debería hacer” tienen la misma convicción que las resoluciones que muchos toman en Año Nuevo. Esas que duran aproximadamente una semana. ¿Qué sucede cuando decides que un “debería” se convierta en realidad, que pase de la duda en el “debería hacer” a la certeza del “voy a hacer”? Tony Robbins dice que elevamos nuestros estándares cuando decidimos transformar las buenas intenciones en metas realizables, cuando cortamos cualquier otra posibilidad que no sea alcanzar lo que nos proponemos, cuando decidimos encontrar a como dé lugar una forma de llegar a la meta. Cambiar de un “debería” a un “voy a hacer”, implica hacer un clic interior, un cambio emocional que permitirá tomar el control. Puedes decir “debería dejar de fumar” y eso te genera conciencia del problema, pero no te colocas en posición de resolverlo. Es hasta que algo te hace “tomar acción” y te pones un parche, reduces tu dosis o acudes a un profesional, cuando realmente estás haciendo un cambio de conciencia profundo. Cuando se dificulta tomar acción es señal que esa historia que nos contamos, esa identidad que nos creamos, no calza con las metas que nos hemos
36
CAPÍTULO 4 • METAS, ESTÁNDARES Y OBJECIONES
puesto. El hecho es que nos vamos a comportar de acuerdo con los estándares que nos hemos fijado y éstos dependen directamente de la identidad que construiste años atrás. Tal vez crees que eres malo para los estudios y bueno para los deportes, que tu comunidad te respeta por ser el duro del barrio, que lo tuyo es apreciar el cine, pero no leer libros, que eres malo para las matemáticas o piensas que eres tímido y conservador y que tu valor viene por ser una persona generosa. Cada una de tus creencias determinará los estándares que te has impuesto y, por ende, tu comportamiento. Toma conciencia de que probablemente ninguna de estas creencias sean verdaderas, sino que tu comportamiento las ha hecho realidad. En algún momento decidiste que eras bueno para esto y malo para aquello; esa decisión, de hecho, te llevó a dejar de hacer esto y aplicarte a aquello, lo cual te llevó a ser malo para esto y bueno para esto otro. Es una profecía autocumplida. El decidir que eras bueno para algo te hizo practicarlo, lo que a su vez te hizo ser bueno. La mayoría de esas decisiones las tomaste años atrás y nunca más las cuestionaste, las diste por verdaderas. Es hora de que revisites estos supuestos, especialmente los que te restringen para alcanzar todo tu potencial, para que te des cuenta de lo que te impide seguir creciendo, dado que muchas de estas creencias se transforman en un techo de cristal que te limita. Tú construyes tu identidad. Esta historia que te cuentas a ti mismo es sólo una interpretación de quién eres. Si esta historia, construida hace años y nunca cuestionada, hoy está obsoleta y te limita, es momento de que la cuestiones. Los estándares que te has impuesto pueden modificarse. La mente funciona para hacernos sentir que somos consistentes con la definición que tenemos de nosotros mismos, pero puedes reprogramarla. Si te autoimpusiste limitaciones, es tiempo de revisar la historia que tú mismo inventaste. La capacidad de alcanzar tus metas está directamente relacionada con tus estándares. Esa historia que me cuento tiene repercusiones concretas y determinará cómo me comporto. Si me identifico como un atleta exitoso, si ésa es mi historia, me voy a comportar de acuerdo con ello. Mis hábitos concordarán con esa identidad. Probablemente lo primero que haré al despertar será ponerme tenis y salir a correr. Mi alimentación será consecuente y comeré aquellas cosas que los atletas consumen y, por lo tanto, mi cuerpo, mi peso, mi energía serán los de un atleta. Sin embargo, si la historia que me cuento me dice que la felicidad la encuentro en la comida, que mi modo de expresar afecto, de relacionarme con otros, de manejar mi ansiedad es a través del alimento y éste es mi estándar, la probabilidad de que tendré problemas de sobrepeso es alta.
37
MI MEJOR YO
Ahora, supongamos que las dos personas de los ejemplos anteriores se proponen bajar unos kilos. No es difícil imaginarse quién lo logrará y mantendrá su peso con el tiempo. La meta es la misma, pero el estándar es muy diferente. El aprendizaje es que las personas no cumplimos nuestras metas, sino que alcanzamos nuestros estándares. Si nuestras metas no están alineadas a nuestra identidad, difícilmente las vamos a lograr. Si has hecho ese trabajo de introspección, conoces esa historia que te cuentas y conscientemente has decidido tomar control de tu propósito, entonces estás listo para ponerle fechas a tus sueños.
Metas
No hay viento bueno para quien no sabe a dónde va. Si no te responsabilizas de la dirección que quieres que tu vida tome, de entender cuál es tu camino, entonces, dejas que la suerte, buena o mala, decida tu destino. Cada una de tus decisiones te conducirá a un futuro diferente, por eso es que “eres el arquitecto de tu destino”, lo construyes con cada decisión que tomas. No tener un plan es lo mismo que planificar el fracaso. Carecer de metas y planes es como jugar golf sin banderillas y difícilmente podrás meter la bola. ¿Quieres decidir tú o quieres jugar a la ruleta con tu vida? La manera de encauzar tu vida es preparando un plan. Éste debe ser flexible y permitir que fluya en la medida que se presenten los desafíos que inevitablemente vendrán, pero siempre con un norte claro. Debe contener una visión clara de tus expectativas, de lo que quieres alcanzar y en quién te quieres convertir. Al establecer tus metas utiliza la “ley de Pareto extrema”, la cual establece que 80% de los resultados de un plan proviene del 20% de las acciones. Pregúntate, por ejemplo, ¿qué 20% de lo que hago produce el 80% de mis resultados? y una vez que respondas la pregunta y encuentres esas causas que representan el 20%, vuelve a hacerte la misma pregunta, pero ahora con la nueva lista reducida y así sucesivamente hasta llegar a las acciones que generarán la mayoría del impacto en tu plan. Lo importante es que tengas claridad en cuáles son las acciones esenciales para realizar tus sueños y que mantengas la atención focalizada en éstas. La atención y el foco son clave para la ejecución. La energía fluye hacia donde enfocas tu atención. Éste es un mecanismo selectivo y guiado por nuestras expectativas y metas. Si conscientemente asumimos un norte y objetivos claros, nuestra atención será una aliada; consciente e inconscientemente buscará las
38
CAPÍTULO 4 • METAS, ESTÁNDARES Y OBJECIONES
señales, las claves para encontrar el camino deseado. La complejidad es enemiga de la atención, por lo que tus objetivos deben ser simples y concretos. Escribe tus metas en un papel y describe una razón de peso por la cual quieres cumplir cada una. Si tienes varias ideas de metas de vida, apúntalas de la siguiente manera: 1. Metas de vida (largo plazo). Empieza describiendo la persona en que te quieres convertir. Define cómo se comporta esa persona, los valores y principios que guían su conducta, cómo se relaciona y hace sentir a los demás, qué la hace feliz. Identifica las acciones específicas que debes tomar para convertirte en esa persona y luego reconoce qué es lo que quieres lograr, los sueños o los grandes retos de tu vida. Asegura que tus objetivos estén alineados con tus verdaderas ambiciones en la vida. Para los objetivos a largo plazo, no seas realista, ¡sueña en grande! Imagina que dentro de 20 años te encuentras con un amigo al que hacía mucho que no veías, ¿qué le contarías?, ¿dónde te ves y qué has conseguido? Visualiza no sólo lo que lograrás, sino cómo lo harás sin olvidar la consistencia entre tus metas y el comportamiento que esperas de ti mismo al alcanzarlas. Analiza tanto lo que estás dispuesto a dar de ti, el precio que pagarás, como los límites que no cruzarás para conseguir lo que quieres. Asegura que no comprometerás a la persona que quieres ser por lo que deseas obtener. Revisa estos objetivos una vez al año. 2. Metas intermedias (medio plazo). Describe qué te gustaría alcanzar en los próximos cinco años. Intenta imaginarte en ese momento, la edad que tendrás, lo que harás cada día, lo que te gustaría haber alcanzado y pon manos a la obra. Intenta que tus objetivos sean concretos, aunque no tienen que ser totalmente realistas. Apóyate en la experiencia de otras personas que hayan conseguido algo parecido y pregúntate cómo lo consiguieron ellas. Revisa estos objetivos también una vez al año y alinea tu conducta con la persona que has decidido ser. 3. Metas anuales y mensuales (corto plazo). Para cada una de las categorías que hayas definido, pregúntate qué puedes hacer este año y mes, que a la larga pueda acercarte a conseguir tus sueños. Escribe una respuesta concreta, realista y medible. Una vez que hayas definido el objetivo que quieres alcanzar, pregúntate cómo puedes enfocarlo, qué acción concreta podrías hacer empezando hoy mismo. Revisa estos objetivos varias veces al año y date cuenta de cómo te estás comportando. 4. Metas inmediatas. Cada noche planea tu siguiente día. Los fines de semana haz tu agenda con las metas de la próxima semana y compromete las metas del siguiente mes.
39
MI MEJOR YO
Asegúrate de ser honesto con tus metas, pues cabe la posibilidad de que cuando estés cerca, después de mucho esfuerzo, tiempo y recursos invertidos, descubras que ésa no era la cima que querías ascender. Pregúntate si la motivación que te mueve es intrínseca, que nace verdaderamente de ti o si es extrínseca y lo que te mueve, entonces, es cumplir con una expectativa social. Mientras más extrínseco sea el motivo, menos pasión te generará y más improbable sea que tengas éxito. Si no puedes identificar de manera clara por qué te gustaría alcanzar una meta, es que no es suficientemente convincente, así que déjala y reflexiona por qué te la estás planteando. Elige objetivos que te reten a sacar lo mejor de ti mismo. A este punto del libro ya quedó claro que los límites los pones tú, así que elimina tus falsas limitaciones, esas ideas inventadas que te hacen creer que no eres capaz de hacer muchas de esas cosas a las que aspiras. Entre más expandas la idea de lo que eres capaz de hacer, más posibilidades habrá de transformarte en esa persona en la que te quieres convertir. Puedes desarrollar esas habilidades que requieres si estás dispuesto a pagar el precio y poner el esfuerzo requerido. Pon un plazo, diseña un plan y comienza a realizar pequeñas acciones diarias encaminadas a tu objetivo. El truco está en permanecer comprometido con tus metas, pero ser flexible, de manera que cada día revises si la forma en que las estás abordando es la correcta. Las metas no son el fin del camino, sino hitos, señales que nos ayudan a mantenernos en él.
Objeciones Lo opuesto del valor no es la cobardía, sino que la conformidad. Victor Frankl
Es más fácil dar excusas respecto al porqué no hemos logrado un objetivo, más sencillo decir que no somos lo suficientemente inteligentes, fuertes, aptos o ricos, que dar ese esfuerzo adicional para conseguirlo.
Miedo
El principal obstáculo para alcanzar un sueño es tu miedo. El miedo es lo único que realmente te detiene en la vida y todos lo hemos experimentado.
40
CAPÍTULO 4 • METAS, ESTÁNDARES Y OBJECIONES
El miedo es una herramienta de sobrevivencia para alertarnos del peligro. Es un reloj con alarma obligándonos a despertar. Es un mecanismo por el cual anticipamos las consecuencias negativas de un evento. Controlar el miedo no significa que lo hagamos desaparecer, implica reconocerlo, saber que está ahí, sentirlo y seguir caminando junto a él, sin dejar que nos controle. ¿Cómo superar el miedo? El truco está en no luchar contra él, sino en aprovecharlo para romper con los pensamientos y creencias que te limitan. Lo primero es aceptar que tienes miedo. Fingir que no es así sólo empeorará las cosas. Es como tener una enfermedad y no atenderse. Tony Robbins sugiere que de la misma manera que escribirás en un papel tus metas, en otro anotes tu terror más grande y respondas a dos preguntas: ¿en qué me ha beneficiado este miedo en el pasado? y ¿en qué me ayudaría liberarme de él ahora? Si sabemos usarlo adecuadamente, podemos convertir el miedo en un gran motivador, en una fuerza que nos ayudará a superarnos. El miedo se manifiesta de muchas maneras, una de las principales son las excusas. Debes aprender a reconocerlas. ¿Cuántas veces te has dicho: “no tengo tiempo”, “tengo familia”, “no tengo suficiente dinero”, “no sé del tema”, “mi físico me lo impide”? Todas son excusas detrás de las cuales nos escondemos para justificar por qué no tomamos acción. Las excusas siempre aparecen después del miedo, son la reacción natural al cambio. ¿Cuál es tu excusa? Aprende a reconocerla cuando surja y hazla a un lado. Otra manifestación es el miedo al fracaso. Sé consciente de que el fracaso es inevitable. En algún momento de tu vida, en alguna parte de tu plan, vas a fallar. No es una posibilidad, es un hecho. No existe ninguna persona exitosa que no haya fracasado más de alguna vez ya sea en lo familiar, profesional, sentimental o en cualquier emprendimiento. Fallar no es sólo una realidad ineludible, sino necesaria. Es útil en este proceso definir claramente cuáles son nuestros miedos con relación a nuestras metas. Tim Ferris, autor de Herramientas de Titanes y otros libros de desempeño personal, sugiere identificar los escenarios negativos que podemos enfrentar: pensar qué es lo peor que pasaría si se hace X, Y o Z, y frente a cada uno de estos escenarios planear qué podemos hacer para prevenir que ocurra o, en caso que suceda, qué podemos hacer para repararlo. Debemos identificar, claramente, los beneficios de tomar el riesgo y pensar cuál es el costo personal de no tomar acción y de qué nos arrepentiremos en unos años más por no haberlo hecho.
41
MI MEJOR YO
Procrastinación
Además del miedo, uno de los grandes obstáculos para la gran mayoría de las personas es dejar para después lo que tienen pendiente por hacer: “lo hago mañana” o “lo hago al ratito”, son frases que la gente suele decir todo el tiempo. La verdad es que cuando alguien dice eso significa que no sólo no lo hará “al ratito” o mañana, sino que es probable que nunca lo haga. El psicólogo canadiense Timothy Pychyl (2013) dice que cuando procrastinas, tomas la decisión de no hacer algo para evitarte la sensación desagradable del acto en sí mismo, a pesar de que sabes que la inacción traerá consecuencias mucho más desagradables para ti en el futuro. Es una reacción instintiva de autoprotección, pero cuando dejamos algo para más tarde, cuando procrastinamos, invertimos una gran cantidad de energía mental para recordarnos que debemos cumplir con la tarea. No nos damos cuenta que no descansamos cuando no hacemos las cosas, éstas siguen ahí inconscientemente consumiendo energía y generando estrés para que eventualmente las hagamos. El principal consejo de Pychyl para luchar contra la procrastinación es simplemente empezar. Muchas veces no quieres hacer algo porque crees que tienes que terminar toda la tarea justo en ese momento. Pychyl opone la idea del “sólo empieza” con la del “sólo hazlo”, ya que esta última implica la ejecución de una tarea hasta el fin, mientras que la primera sólo se trata de comenzar y dar el primer paso. En el momento en el que empiezas a hacer algo, obtienes una gratificación inmediata por el solo hecho de comenzar a hacer esa tarea. Este pequeño paso significa mucho en términos emocionales, dado que con un poco de esfuerzo superas la abrumadora sensación de ansiedad que te generan estas tareas pendientes. Necesitas tener estrategias que te ayuden a lidiar con las actividades inevitables. Primero toma conciencia de qué es lo que haces exactamente cuando procrastinas y toma el compromiso de que cada vez que lo identifiques tomarás acción.
Compromiso Es más fácil la vida cuando nos comprometemos al 100%, no al 99%.
Si alguna vez te has escuchado decir la frase “daría lo que fuera” o “daría mi vida entera” por tener tal o cual talento, esto es para ti. Matthew Kelly, coach y escritor, nos cuenta lo que ocurrió una vez con el violinista Itzhak Perlman
42
CAPÍTULO 4 • METAS, ESTÁNDARES Y OBJECIONES
y una persona que aprovechó una fiesta de caridad para halagar al músico por la gran interpretación de esa noche. “Daría toda mi vida por tener la capacidad de tocar el violín como lo hace usted”, dijo el admirador, a lo que Perlman, quien había permanecido callado durante toda la conversación, respondió: “Yo la he dado”. Perlman practica nueve horas diarias. El resto de su tiempo lo dedica a su familia. La lección es que mientras hay gente que sueña con tener el gran talento de este violinista o que están pensando en “todo lo que darían” por ser una gran deportista, un genial político, una fantástica científica, hay personas que en ese mismo momento están dando, de hecho, su vida entera para conseguirlo. Lo que posibilita el que unos lo hagan y otros no, es su capacidad de compromiso. Cualquier compromiso con una meta que no sea del 100% conlleva un conflicto, una lucha adicional con uno mismo. El comprometerte totalmente no admite más que la sola idea de hacer lo que tienes que hacer. En ese punto, eliminas los conflictos internos que te dificultan la ejecución. Cuando trabajas al 99%, las cosas pueden ponerse bastante difíciles, porque antes, incluso de comenzar tu labor, una pequeña voz en tu cabeza constantemente te hará preguntas como si estás seguro de qué es lo que quieres hacer o si no sería mejor hacer algo diferente. Dar el 99% se convierte en algo agotador para tu mente porque estás viviendo de manera continua en conflicto. Sin compromiso no hay éxito. Estamos acostumbrados a hacer las cosas a medias, pero para ser exitoso no debes negociar contigo mismo. Luego de establecer los compromisos necesarios para cumplir tus metas, hazlos no negociables. Esto facilita enormemente tu vida, dado que reemplazas el tiempo y la energía que gastas en esta continua negociación, en energía que utilizas para hacer lo que tienes que hacer y crear los hábitos que te llevarán en la dirección deseada. La gente exitosa utiliza esta energía para no depender de cómo se siente para actuar. Cómo te sientes en este momento no debe interferir en tu desempeño ni en tus decisiones. A los que logran sus metas les es indiferente lo que “quieran hacer” ahora, ellos se focalizan en lo que “hay que hacer” ahora. El compromiso con tu propósito se expresa en la determinación de dar lo máximo de uno mismo para lograrlo. Las personas exitosas no se preguntan cómo obtener lo que quieren con el mínimo esfuerzo que es lo que la gran mayoría de las personas se preguntan. Lo que marca la diferencia entre las personas normales y las extraordinarias es la manera de plantearse esta pregunta. Los campeones, los medallistas de oro de la vida, son aquellos que se preguntan cómo puedo hacer lo mejor, cómo puedo dar lo máximo de mí.
43
MI MEJOR YO
Inacción Decisiones fáciles, vida difícil. Decisiones difíciles, vida fácil. Jerzy Gregorek
Tanto o más difícil que descubrir nuestro propósito y ponernos metas es tomar acción. Un ejemplo que vemos a diario es con las personas que quieren bajar de peso. Vemos que su intención es clara, las razones para ponerse a dieta son obvias y las medidas que pueden tomar son conocidas por todos: comer sanamente y hacer deporte. Entonces, si es tan simple, ¿por qué es tan difícil? ¿Qué te detiene para lograr tus metas? Puede que creas que necesitas estudiar más, conocer más, trabajar o ahorrar más, pero lo cierto es que para empezar no “necesitas” nada más que fuerza de voluntad bien utilizada. Gregg Krech (2014), especialista en filosofía japonesa, explica que más allá de las técnicas de administración de tiempo y productividad, tan propias de la cultura laboral occidental, hay que poner atención en las cosas que te detienen de tomar acción. Una de esas cosas, la más común, es arambhashura, una palabra en sánscrito que significa “ser héroe sólo al principio” y que describe a aquellas personas que comienzan todos sus proyectos con mucha emoción y toneladas de energía, pero al poco tiempo se aburren y terminan renunciando. Suena familiar, ¿cierto? Anticipar el plateau
George Leonard (1992), educador y escritor, nos dice que en el camino hacia la maestría solemos perder el interés cuando llegamos a un punto del aprendizaje llamado plateau, en el que se siente que ya no avanzamos más. Cuando comenzamos a adquirir nuevas habilidades, la curva de aprendizaje es muy empinada, aprendemos una cosa tras otra y mejoramos constantemente, hasta que descubrimos que con el mismo esfuerzo estamos obteniendo menores resultados. Ya no crecemos y nos sentimos estancados. En este punto, las cosas comienzan a ponerse aburridas. El plateau es donde la gran mayoría de la gente se estanca y suele desistir; no obstante, para conseguir tus metas es necesario anticipar y honrar ese periodo en el que no avanzas ni retrocedes. La idea popular es que el crecimiento o éxito es una línea ascendente, como en una gráfica de finanzas pero, en realidad, el éxito se representa en la práctica como una línea fluctuante que asciende, se mantiene, vuelve a ascender y así sucesivamente. La clave está en entender que este estancamiento es parte del crecimiento y que si nos mantenemos practicando lo vamos a superar. Entender este
44
CAPÍTULO 4 • METAS, ESTÁNDARES Y OBJECIONES
proceso de zigzag nos permite controlar nuestras expectativas y emociones para mantenernos en el camino y sostener el esfuerzo. esfuerzo. Un verdadero maestro es aquel que anticipa el plateau , que sabe que es natural y que no debe ser una causa de renuncia, sino que éste es el momento de redoblar la práctica hasta dejar el estancamiento atrás y comenzar a crecer de nuevo.
Inercia
Otra idea que suele detenerte es la creencia de que para empezar a hacer algo necesitas un gran esfuerzo inicial. Sin embargo, en la mayoría de los casos, lo que necesitas es tan sólo un pequeño empujón, un levantarte del sillón y escribir una línea de tu plan de negocio, negocio, un salir a la calle y comenzar a correr. La de la inercia es la primera ley de la física newtoniana y nos dice que un objeto en reposo permanece en ese estado e stado o, o, si está en movimiento, movimiento, permanece en él a una velocidad constante, a menos que una fuerza externa neta actúe a ctúe sobre éste. Esta ley aplica también al comportamient comportamientoo humano. Cuando inicias un movimient movimientoo, sea grande o pequeño, tiendes a seguir activo. A eso se le llama momentum, y es un estado que, una vez creado, puedes aprovechar para mantenerte activo. Romper la inercia, la inactividad, es fundamental. Por eso, eso, por pequeño que sea el paso, si es en la dirección correcta, te ayudará a que el próximo sea mayor y así sucesivament sucesivamente. e. Pero, ¿cómo tomar acción si no estás seguro de lo que debes hacer? Una solución es experimentar. No existe una sola cosa que sea la correcta, sino que hay muchos caminos que puedes tomar tomar.. En el momento en que tomas acción, por pequeña que sea, Krech dice que creas ondas o ecos en tu mundo, como cuando tiras una piedra al lago y el movimiento genera ondas a su alrededor; es decir,, logras ver los efectos de tus decisiones y así es como te guías para saber decir si necesitas corregir el rumbo rumbo.. Esto es lo que ocurre cuando un arquero comienza a practicar el tiro: éste no se queda observando la diana todo el día, mientras piensa si tira con la mano izquierda o la derecha, con mucha fuerza o delicadamente, sólo tira y ese primer intento intento es el paso necesario para calibrar ca librar su puntería hasta dar en el centro. Así es como funcionan tus decisiones, no hay una correcta, a veces lo que necesitas es actuar actuar.. Otra razón por la que las personas suelen detenerse en el camino a su meta es la falta de resultados inmediatos visibles. Sin embargo, en la vida el progreso es un proceso gradual. Según el gradualismo, los cambios no
45
MI MEJOR YO
suceden de un día para otro, otro, ya que los grandes logros son el resultado de la acumulación de pequeñas decisiones y acciones. En un mundo donde la tecnología avanza cada vez más rápido, la gente quiere que todo sea instantáneo. Perder peso sin esfuerzo, encontrar al amor de tu vida con un clic, tener relaciones fantásticas sin trabajar en ellas. La realidad no funciona así. Tus metas se verán cumplidas con el tiempo. A veces, lo único que necesitas es un cambio de 2 mm, dice Tony Tony Robbins (también llamada, la regla de los 2 mm). Dos milímetros pueden decidir si ese balón entra en el aro o no no,, si alguien se salva de un accidente o no, no, si un mueble entra o no en tu nuevo hogar. Dejar de consumir 300 calorías diarias sumadas a caminata y ejercicio moderado puede resultar en un kilo de peso corporal perdido al mes, lo que en un año suman los 12 kilos que te faltaban bajar para llegar a tu meta de peso ideal. Si intentas perder perder 12 kilos en 60 días sometiéndote a rutinas de ejercicio brutales y dietas espartanas, no sólo puedes causar daños serios a tu salud, sino probablemente te estés encauzando al fracaso. fracaso. Debemos tener claro que así como una desviación de milímetros al pegarle a una pelota de golf tiene un impacto de metros al llegar al gree greenn, lo mismo ocurre con nuestra conducta. Pequeños cambios en nuestro comportamiento comportamiento a lo largo del tiempo también tienen grandes impactos.
46
05
C A P Í T U L O
Modelos
MI MEJOR YO
Te desempeñas en el promedio de quienes te rodean Dime con quién andas y te diré quién eres. Refrán popular
El ser humano siempre ha entendido que su supervivencia depende de cómo se desenvuelve en sociedad, tanto así que Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.) afirmaba que el “hombre es un ser social por naturaleza”. Desde que nacemos comienza nuestro proceso de sociabilización con el que aprendemos a relacionarnos con otros, vivir en comunidad y nuestro grupo social se transforma en modelos y referentes de afecto, autoestima, sustento y sobrevivencia. Piensa en tu círculo social, tus amigos, tu familia, tus compañeros de trabajo, tu pareja. Ellos son tus referentes y determinan tus estándares y expectativas. Tú medirás el éxito en comparación con este grupo, por lo que tu desempeño en cualquier ámbito tiende a estar en el promedio de las personas que te rodean. Conforme pasa el tiempo asimilas los estándares, comportamientos, valores y normas de tu grupo social. Para ser aceptado debes actuar de manera congruente. Por eso, muchas de tus decisiones y tu desempeño dependen directamente de tu grupo de referencia. De acuerdo con el Proyecto Williams sobre el Estudio de la Economía en la Educación Superior,1 los mejores estudiantes tienden a influir en el resto de sus compañeros y contribuyen a que el desempeño académico general del salón se incremente. Si en tu vida tienes referentes positivos, de alto desempeño, que te inspiren a ser mejor, aumenta la probabilidad de que efectivamente mejores. ¿Esto significa que debes renunciar a tus amistades? No necesariamente, pero si quieres cambiar tu vida y te das cuenta de que requieres renovar tu manera de pensar y actuar, tienes que ampliar tu círculo social. Busca personas que te inspiren, con aspiraciones similares a las tuyas, con quienes puedas compartir ideas, experiencias y aprender.
Círculo social abierto
De acuerdo con estudios acerca de la influencia de los pares y grupos sociales, el pertenecer a una red social abierta en lugar de una cerrada es uno de los me jores predictores del éxito (Simmons, M., 2015). Proyecto Williams sobre el Estudio de la Economía en la Educación Superior, citado por Valorie Delp en How Peers Influence Academic Performance, LoveToKnow.com, 2011. 1
48
CAPÍTULO 5 • MODELOS
Una red social cerrada consiste en un grupo de personas que interactúan constantemente entre sí sin integrar nuevos miembros. En estas redes te sientes en casa, conoces a sus miembros en profundidad y ellos a ti. Probablemente piensan de manera similar y reafirman tu visión del mundo una y otra vez. Con esto vives en un loop que minimiza la oportunidad de progreso. Por otro lado, las personas que construyen una red abierta, y la siguen cultivando conforme pasa el tiempo, encuentran oportunidades y retos únicos. Tienen acceso a diversas visiones del mundo, lo que les permite innovar y enterarse de oportunidades anticipadamente. Innovar es sumamente difícil si te desenvuelves en una red social cerrada dado que pierdes la diversidad de ideas y experiencias que pueden proporcionarte múltiples grupos, que no están en la misma dinámica que tú.
Modelos y fguras de autoridad
Tanto los experimentos de Stanley Milgram2 en la Universidad de Yale como los de Philip Zimbardo3 en Stanford nos demuestran que nuestro comportamiento se ve directamente influido por nuestra posición relativa dentro de grupos sociales. Cuando asumimos posiciones de autoridad o se las asignamos a otros, afecta directamente en cómo nos comportamos y no siempre de una forma correcta. En el experimento de Milgram, el fin de la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad, aplicando choques eléctricos a desconocidos. Esta prueba demostró que las personas tendían a obedecer las órdenes de otros cuando se les atribuía una posición de autoridad, aun cuando éstas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal. El experimento de la cárcel de la Universidad de Stanford de Philip Zimbardo es un conocido estudio psicológico acerca de la influencia de un ambiente extremo, la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre dependiendo de los roles sociales que asumían (cautivo-guardia). Se reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento se les salió de las manos y se canceló en la primera Stanley Milgram fue un psicólogo de la Universidad de Yale que llevó en 1961 una serie de experimentos cuya finalidad era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad, incluso cuando estas órdenes pudieran ocasionar un conflicto con su sistema de valores y conciencia. 3 Philip Zimbardo es un psicólogo, investigador del comportamiento, fue presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en 2002 reconocido por sus trabajos en psicología social, especialmente el célebre experimento de la cárcel de Stanford. 2
49
MI MEJOR YO
semana. El asumir un rol cambió radicalmente la manera de comportarse de estas personas, que en su mayor parte la empeoraba. Los roles que asumimos y los modelos a los que les asignamos autoridad, tienen una enorme influencia sobre cómo nos comportamos, mucho más de lo que reconocemos, al punto que podemos cometer actos con los que moralmente estamos en desacuerdo. Debemos ser muy cuidadosos con quienes consideramos modelos y figuras de autoridad en nuestra vida, dado que nuestra conducta se ve directamente influida por ellos.
Un modelo, un referente El éxito deja pistas. No es suerte lo que tienen las personas exitosas. Ellas encuentran lo que funciona y hacerlo consistentemente es lo que las conduce a un éxito. Si deseas tener éxito, busca a alguien que haya logrado los resultados que quieres y aprende cómo lo hace. Tony Robbins
Un modelo es una persona que ha alcanzado metas o estándares similares a las que tú aspiras lograr y se transforma en un referente de lo que es posible. Un modelo para seguir puede ser alguien cercano, que esté algunos pasos por delante en el cumplimiento de metas similares a las tuyas. En este caso, aprovecha la cercanía y pasa tanto tiempo como puedas con esta persona. Forja relaciones valiosas que te ayuden a crecer. Investiga acerca de tus modelos, lee sobre ellos, sobre sus hábitos, su visión, sus principios, lo que estudiaron, las decisiones profesionales que tomaron, la forma en que manejan sus carreras. No se trata de copiar todas las características de tu modelo, sino tomar lo que te sirve y lo que te inspira. Relacionarte con personas que están por delante de ti en las metas que te has propuesto es la mejor forma de obtener información sobre cómo puede ser tu camino y darte la confianza que es factible. Incluso un profesor, un amigo, un familiar puede que no sea tu modelo de lo que quieres lograr, pero sí de cómo quieres ser. Este modelo te proporcionará consejos que te empujen a conseguir lo que quieres. Muchas de las personas más exitosas del mundo cuentan que en algún momento recibieron una lección de alguien importante en sus vidas y que resultó determinante para alcanzar el triunfo. Jeff Weiner, gerente general de LinkedIn, cuenta: “cuando era niño, no puedo acordarme de ningún día en que mi padre no me haya dicho que podía hacer
50
CAPÍTULO 5 • MODELOS
todo lo que mi mente se propusiera. Lo decía con tanta frecuencia que dejé de escucharlo. No fue hasta que habían pasado un par de décadas que pude apreciar completamente la importancia de dichas palabras y el impacto que habían tenido en mí”. Tener un modelo a seguir es importante cuando queremos construir un camino extraordinario porque, ¿quién mejor para guiarnos que alguien que ya caminó por el mismo lugar, ya tropezó muchas veces y se levantó otras tantas hasta llegar a la meta?
Quién sí lo ha logrado
No busques un modelo perfecto, puedes tener varios y aprender algo de cada uno. No esperes encontrar la perfección en ninguno, porque no la vas a encontrar o, o, peor, puedes desilusionarte. En lugar de buscar personas que cumplan con un ideal, busca a quienes lograron superar sus problemas y alcanzar sus objetivos. El que efectivamente lo hayan logrado es de suma importancia. Seguir al modelo equivocado te puede llevar por un mal camino. camino. Saber que existen personas que cumplieron con metas similares a las que aspiras, es uno de los grandes motivadores que te ayudan a convencerte de que es posible lograrlo.
¿Cómo identifcar a un modelo positivo?
¿Cuáles son las principales cualidades de un líder exitoso?, ¿hay ¿hay rasgos fundamentales que definan a un modelo positivo? Jack y Suzy Welch4 dicen que sí. Estos líderes son modelos que mantienen siempre una energía positiva y tienen la capacidad de seguir avanzando con vigor y buena actitud a través de las situaciones que se presenten, sean simples o desafiantes. Y a su vez son capaces de energizar a otros. Son personas que saben tomar las decisiones difíciles, saben decir “sí” “sí” o “no “no”” y rara vez responderán “tal vez”. Tienen el talento de ejecutar, hacen que las cosas pasen, siempre trabajan para hacer mejor las cosas en lugar de rendirse. Se asumen como sujetos en constante aprendizaje, no creen que ya alcanzaron la cima del conocimiento ni presumen que lo saben todo. Ayudan a los otros Escritores y columnistas especialistas en el mundo de los negocios. Entre sus múltiples éxitos está haber fungido como CEO de General Electric, en el caso de Jack, mientras que Suzy fue editora de la Harvard Business Review. 4
51
MI MEJOR YO
a mejorar y las personas a su alrededor saben que ellos ejercen una influencia positiva. Buscan tener el máximo impacto impacto y por eso saben qué cosas necesitan hacer y qué actividades es mejor dejar de hacerlas. Son buenos comunicadores, saben contar una historia convincente acerca de sus proyectos individuales y en equipo, equipo, porque le añaden un significado valioso a lo que hacen. Trabajan Trabajan no sólo para pa ra conseguir dinero, dinero, sino para aportar algo al mundo. Los mejores modelos saben que nada es permanente, por eso una de sus mayores cualidades es la adaptabilidad, por lo que su resistencia al cambio es mínima.
Imposible? La palabra “imposible” no está en mi diccionario. Napoleón Bonaparte
John Calvin Calv in Maxwell, autor au tor de más de 80 libros sobre liderazgo, lide razgo, dice en How Successful People Think; Change Your Thinking, Change Your Life (2009), uno de sus textos más famosos, que la gente exitosa tiene en común una particular forma de pensar que le ayuda a avanzar en la vida y superar cada problema hasta lograr convertirse en lo que aspira. Entiende que los límites se los pone uno mismo, que nada es imposible. A menudo se etiqueta como imposible algo que en realidad es muy difícil o bastante complicado; no obstante, el hecho de que algo requiera una gran cantidad de esfuerzo, esfuerzo, disciplina e inspiración no quiere decir que sea imposible. Aprende a prestar oídos sordos a las personas a tu alrededor que te dicen que tus sueños son “imposibles de lograr”. lograr”. A lo sumo serán excesivamente difíciles, pero de tu imaginación y esfuerzo depende alcanzarlos.
Optimismo Aléjate de la gente negativa. Ellos tienen un problema para cada solución. Albert Einstein
De todas las cualidades que se han mencionado, mencionado, hay una que se repite con diferentes nombres nombres o en varias formas, y es la capacidad de mantener el optimismo en las buenas y en las malas.
52
CAPÍTULO 5 • MODELOS
Seguramente todos tus modelos pasaron por grandes dificultades para llegar hasta donde están, y aunque pasar por un camino largo y difícil pareciera una condición obligatoria del éxito, el secreto está en mantenerse optimista. La gente exitosa tiene una manera distinta de ver la vida. Ve los desafíos desde la perspectiva de las posibilidades y no de los obstáculos. Cada uno es una invitación a una nueva aventura, a pensar diferente y a sacar lo mejor de cada persona. Si el modelo que aspiras a seguir es una persona miserable o que hace que la vida de los demás lo sea, es aconsejable que lo reconsideres. Probablemente Probablemente no coincida con la persona en e n quien esperas convertirte. El optimismo es un estado creado por tu interpretación de la situación, no por tus circunstancias. Sin embargo, nuestro propio sistema adaptativo nos sabotea dado que nuestro cerebro cerebro evolucionó para advertirnos a dvertirnos sobre los peligros del exterior, exterior, y por eso estamos constantement constantementee escaneando potenciales problemas y amenazas. Marci Shimoff (2013), autora especializada en la felicidad, dice que una persona promedio experimenta alrededor de 60 mil pensamientos diarios, de los cuales 95% son los mismos del día anterior, anterior, y de estos pensamientos pensamientos repetidos, el 80% son negativos, lo que implica que una persona normal suele bombardear a su mente con unos 45 mil pensamientos negativos cada día. De acuerdo con Loretta Breuning, para romper con estas respuestas automáticas, lo que debemos hacer es crear un circuito de positividad interno. Entrenar al cerebro para que detecte situaciones positivas de la misma forma en que ya sabe descubrir situaciones negativas La clave está en aprender a darle forma de nuevo a tu cerebro para que tu porcentaje de pensamientos automáticos automáticos negativos disminuya paulatinamente y dé paso a ideas positivas. Para esto es necesario practicar y la forma más sencilla es forzarte a ti mismo a tener pensamientos pensamientos positivos constantemente constantemente hasta que sean los dominantes. La escritora propone propon e que inviertas inviert as un minuto de tu tiempo, tres veces al día, en pensar en cosas positivas de ti mismo, de tu vida o de tu entorno, por un periodo de 45 días. Sugiere que cada día agradezcas lo que tienes, lo que has logrado y por las personas a tu alrededor, que evites las comparaciones sociales y realices cada día un acto de amabilidad. Con esto entrenarás tu mente para mantenerte optimista y positivo, positivo, tanto en los buenos como en los malos momentos.
53
06
C A P Í T U L O
Estrategia
MI MEJOR YO
Nunca se ganó una batalla siguiendo un plan, pero ninguna batalla ganada carecía de uno… Los planes son inútiles, pero planificar es indispensable. Dwight Eisenhower
El éxito en tu vida no ocurre por accidente, se construye a partir de una estrategia. Si tienes claridad de quién eres, lo que quieres, en quién te quieres convertir y de ahí diseñas el camino que te lleva en esa dirección, tu estrategia, esto incrementa de manera significativa la probabilidad de que tengas éxito. Hasta que decides construirla, te das cuenta que tu vida opera al azar como serie de actividades y proyectos desconectados e incidentales. Al darles el contexto y la guía estratégica entiendes cómo este foco te permite maximizar tu potencial. Una vez establecida tu estrategia, ésta se transforma en la brújula que te ayuda a identificar las verdaderas oportunidades que se atravesarán en tu camino. Determinar una estrategia nos fuerza a ser los líderes de nuestra vida, a determinar nuestro propósito, visión y los valores que representamos. Nos obliga a priorizar Comenzamos por formalizar nuestro propósito e identificar las prioridades vitales que nos permitirán materializarlo. Debemos entender las tres o cuatro prioridades que no pueden ser delegadas ni omitidas, y ellas guiarán el cómo invertimos nuestro tiempo, dinero, energía y recursos. Estas prioridades deben estar alineadas con la persona que nos queremos convertir y delimitan tanto lo que haremos como lo que dejaremos de hacer, por lo que inevitablemente conllevan un precio a pagar, un sacrificio. Vamos a dejar de hacer y no tendremos tiempo ni los recursos para muchas actividades que quisiéramos hacer de no habernos enfocado. Probablemente limitarán tiempo de esparcimiento, familiar, recursos para hobbies, tiempo para viajar, para las amistades. Cada misión, sea un éxito o un fracaso, involucra un costo, un precio que pagamos por dedicarnos al camino que hemos elegido. Parte del proceso de desarrollar nuestra estrategia requiere que identifiquemos esos costos y que la decisión de pagarlos sea un acto consciente. Esta introspección debe hacerse de la mano con la consideración de los recursos con los que contamos o aquellos que debemos desarrollar u obtener para lograr nuestras metas. Enfrentarse a un desafío con recursos insuficientes es de por sí desmoralizador, pero aún más es darse cuenta que no lo habíamos planificado. Este proceso nos obliga a comprometernos y su poder reside en el foco en aquellas cosas y actividades que son las verdaderamente importantes para
56
CAPÍTULO 6 • ESTRATEGIA
convertirnos en las personas que queremos ser y alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Para la mayoría de las personas, formalizar un compromiso con una estrategia involucra la dificultad de optar y el terror de perder. En gran medida, el elegir el camino A significa despedirse del B. Sin embargo, cuando fallamos en decidir, en comprometernos, de hecho lo que hacemos es decidir no ir ni a A ni a B. La única forma de llegar a algún lado es comprometiéndonos con ese camino. Jim Collins escribió: “el verdadero camino al éxito requiere simplicidad y dedicación. Requiere claridad no iluminación. Demanda de cada uno el foco en aquello que es vital y eliminar las distracciones superficiales”. El proceso de planificación estratégica nos ayuda a decidir la dirección que emprenderemos para alcanzar nuestras metas, entender nuestro propósito y cómo nuestra vida contribuirá a la de otros, a clarificar y formalizar nuestros valores, a focalizar nuestra energía y priorizar en aquello que más valoramos y que más impacto tiene. Al contar con este plan reducimos la ansiedad, las dudas y el miedo, dado que tenemos paz interior que proviene de la certeza de saber que estamos en el camino correcto y que sea cual fuere el costo ha sido asumido de manera voluntaria y consciente. Cada minuto que inviertes en planear tu estrategia y metas, se convierte en 10 minutos ahorrados en la ejecución, con esto aumentamos la efectividad. El éxito no sólo requiere de esfuerzo, sino también del esfuerzo correcto. Si eres un agricultor sabes que el plantar en la estación incorrecta requiere el mismo esfuerzo que en la correcta, pero se traducirá en resultados completamente diferentes. La estrategia nos debe proveer de las herramientas y la inteligencia para lograr aquello que estamos procurando. Nos ayuda a encauzar nuestros esfuerzos para maximizar nuestros resultados. Al diseñar tu estrategia, la idea es que identifiques diferentes formas para llegar a tu meta: poner un negocio, liderar un emprendimiento social, cambiar de trabajo, comenzar una familia, mudarte a otra ciudad, modificar tus hábitos de consumo, invertir, etc. Toda meta tiene diferentes maneras de alcanzarla y no existe certeza de cuál será la correcta. Toda buena estrategia contempla diferentes escenarios, por lo que si falla un plan, tienes otro y si éste falla tienes otro más y si tampoco funciona tienes una larga lista de rutas que puedes intentar hasta alcanzar tu sueño. La estrategia sintetiza lo que has aprendido de ti mismo, de tu propósito, de quién eres, incluye ideas innovadoras que tienes de cómo llegar a tu meta y de cómo lo han hecho tus modelos. De ellos te has inspirado y has aprendido diferentes caminos para llegar a tu destino.
57
MI MEJOR YO
Tony Robbins propone en su sitio de Internet 1 un modelo de estrategia que consiste en tres pasos: 1. Emula a quien ya es exitoso. 2. Pide a alguien que sepa más que te ayude. 3. Identifica aquello que las personas exitosas hicieron diferente de todas las demás. Es decir, encuentra la estrategia que funciona y luego adáptala a tu estilo. Otro modelo de estrategia es el de Alden Mills 2 quien dice que el secreto del éxito está en seguir un método que él llama “Tú persistes”, o UPERSIST (por sus siglas en inglés) y que consiste en desarrollar tu estrategia personal con base en ocho pasos: 1. Understand (Entender). Entiende por qué haces lo que haces. Tener clara tu motivación final, tu gran meta o sueño, te permitirá hacer las cosas evitando la indecisión o las distracciones. ¿Qué es lo que tienes que hacer si no hay otra opción más que cumplir tu meta?, ¿qué esperas lograr u obtener para ti mismo con tus sueños?, ¿qué estás dispuesto a hacer y qué no harías jamás con tal de conseguir lo que te propones? 2. Plan. Una vez que tienes la suficiente claridad puedes definir con exactitud tus metas, agregar fecha, hito y responsabilidad; Mills propone que hagas un plan de tres dimensiones. La primera es definir exactamente qué quieres; la segunda, dividir eso que quieres en pequeñas metas y la tercera dimensión hacer algo cada día que te acerque más a tu meta. La clave está en ser muy específico con lo que deseas y con la forma en que vas a tenerlo, de manera que constantemente estés avanzando en la dirección correcta. 3. Exercise to Ejecute (Ejercitarse para implementar). Necesitas energía para cumplir todos tus sueños. Se trata de desarrollar una óptima condición física básica para rendir cada día, porque alcanzar tus metas requiere trabajo duro. 4. Recognize (Reconocer). Reconoce las razones por las cuales crees que puedes lograr lo que quieres. Echa un vistazo a tus victorias, a todo lo que has logrado, sin importar si es mucho o poco, y concéntrate en ellas para adquirir confianza en ti mismo. Si te has propuesto algo, es porque Tony Robbins, “¿La clave para lograr el éxito? El Modelo de Estrategia”, sitio web oficial de Tony Robbins. 2 Alden Mills, ex navy SEAL y autor del libro Be Unstoppable. 1
58
CAPÍTULO 6 • ESTRATEGIA
5.
6.
7.
8.
en tu interior sientes que puedes lograrlo. Sé consciente de cuáles son tus razones para desarrollar la confianza en ti mismo y en tus capacidades. Survey (Analiza). Inspecciona tus hábitos, analiza tus rutinas y entiende cuáles son tus patrones de comportamiento que suman a tu propósito y cuáles restan. Improvise (Improvisar). Las cosas no siempre van a ir bien. Es un hecho, no una posibilidad. Las grandes mentes, los grandes deportistas, actores, escritores o empresarios han atravesado por dificultades increíbles y a pesar de todo han triunfado. La lección que dejan es que, aunque es de suma importancia tener un plan definido y específico, también hay que saber adaptarse y cambiar cuando algo no avanza conforme a lo diseñado. Por eso es que siempre debemos desarrollar escenarios con planes A, B y C para poder improvisar de manera calculada. Seek advice (Pide consejo). Busca consejo con expertos. Busca ayuda en los modelos que has identificado. Observar y aprender detalle por detalle de lo que hacen los mejores, es la forma más rápida de llegar a la meta, porque evitarás dar pasos innecesarios, cometer errores que ya otros cometieron y te dará ideas de qué hacer en cada situación. Team Up (Trabaja en equipo). Rodéate de un equipo de trabajo. El mito del héroe solitario es erróneo. Siempre nos beneficiamos de la perspectiva y trabajo de otros, especialmente si a tu equipo lo une un propósito y valores comunes pero diverso en competencias y mentalidad.
Según Mills, si sigues una estrategia basada en estos ocho elementos, las únicas dos cosas que podrían impedirte alcanzar tus metas serían tu incapacidad para soñar en grande y la falta de coraje para perseguir tus sueños. Ambas están en tus manos. El gran desafío de toda estrategia es asegurar que se implemente y debe incorporar herramientas para pasar del saber que tenemos que hacer algo a hacerlo. Es siempre preferible una buena estrategia implementada que una excelente que queda sólo en fantasías. De hecho, aun cuando es clave para el éxito el contar con un plan estratégico, nos damos cuenta que contar con él no garantiza que se implemente. Innumerables son los ejemplos de personas que tienen una meta clara, saben lo que quieren y cómo alcanzarla; tienen las herramientas para hacerlo y aun así no lo hacen. Lo vemos a diario con personas obesas que quieren bajar de peso, tienen claridad de los kilos que quieren perder, saben lo que deben o no comer y que se deben ejercitar, cuentan con todas las herramientas necesarias y aun así no lo hacen.
59
MI MEJOR YO
Entender los procesos que habilitan o dificultan la implementación de nuestros planes es fundamental para el éxito y aquí es donde entramos en el ámbito de los hábitos. Al analizar los factores que llevan al éxito te darás cuenta que gran parte de una excelente ejecución es debido a que mantiene rutinas habituales que nos permiten avanzar hacia nuestro destino y eliminar aquellas rutinas que nos ale jan. Para esto es que debemos desarrollar y manejar conscientemente nuestros hábitos.
60
07
C A P Í T U L O
Hábitos
MI MEJOR YO
Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida. Mahatma Gandhi
Eres la suma de tus hábitos La mitad de nuestro comportamiento es automático. Según investigaciones de la Universidad de Duke, los hábitos conforman aproximadamente entre 40 y 45% de nuestros comportamientos diarios. Estas conductas habituales las repetimos de forma mecánica, sin detenernos a reflexionar por qué las hacemos e incluyen no sólo acciones, sino también actitudes o una predeterminada inclinación a reaccionar de cierta manera cada vez que respondemos a una situación determinada. A qué hora nos despertamos, qué comemos, cómo nos lavamos los dientes, cuánto nos ejercitamos, cómo saludamos, cómo organizamos nuestro día, el camino que tomamos hacia el trabajo, a qué le prestamos atención, con quién nos reunimos, si fumamos, si tomamos alcohol, si leemos el periódico por la mañana o vemos televisión por la tarde, hasta los pensamientos compulsivos que evocamos en nuestra mente una y otra vez, son rutinas habituales. La persona que hoy eres es en gran medida el resultado de todos tus hábitos, la mayoría los aprendiste desde niño como parte de tu cultura y muchos otros los adquiriste siendo ya adulto pero sin mayor consideración. Muchos son consistentes con nuestra identidad y, por lo tanto, no los cuestionamos, e incluso, algunos ya dejaron de ser apropiados y de vez en cuando debatimos si deberíamos continuar con ellos. Es común explicar un hábito como una manera de ser. Frente a cuestionamientos de hábitos como fumar, tomar, no ejercitarse u otros solemos responder que los realizamos porque “somos así”; soy un fumador, un comedor o un bon vivant, para justificar algunos hábitos que tenemos y los experimentamos como parte de nuestra identidad.
62
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Los hábitos no los heredamos, sino que son comportamientos aprendidos. Muchos los adquirimos como parte de decisiones conscientes que luego se vuelven automáticas y otros se van fortaleciendo a través de la repetición sin que nos demos cuenta. Algunos hábitos son un obstáculo para nuestro éxito y otros son positivos y fundamentales para alcanzar nuestras metas. El que nos comportemos como robots la mitad del tiempo tiene una razón lógica; la generación de hábitos es un mecanismo adaptativo para liberar capacidad mental. Los hábitos, según estudios científicos, surgen porque nuestra mente está siempre buscando formas de economizar esfuerzo. Nuestra mente constantemente busca convertir rutinas en hábitos, ya que esto le permite ser más eficiente. Un cerebro eficiente deja de utilizar capacidad de procesamiento en conductas rutinarias para dedicar su energía a resolver problemas complejos. Según Ann Graybiel, investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos, “los hábitos nunca llegan a desaparecer. Quedan grabados en las estructuras profundas de nuestro cerebro, lo cual es una ventaja, porque sería terrible que después de un periodo de vacaciones tuviéramos que aprender a conducir de nuevo. El problema radica en que el cerebro no diferencia entre los buenos y los malos hábitos; por eso, si desarrollaste un hábito perjudicial, siempre te estará acechando”. Esto explica por qué nos cuesta tanto trabajo cambiar hábitos negativos o crear hábitos benéficos una vez que hemos desarrollado la rutina arraigada en nuestro comportamiento, éstos son patrones que tienden a permanecer en nuestra programación. Podemos utilizar esta regla a nuestro favor si aprendemos a crear nuevas rutinas positivas que se impongan a las perjudiciales y, de esta manera, tomar control de nuestros hábitos. Siempre que busquemos conseguir un cambio en nuestro comportamiento, debemos recordar que, en general, nuestros hábitos en un comienzo fueron resultado de decisiones conscientes, hasta que, por la fuerza de la repetición, esas conductas se automatizaron, abdicando así la capacidad de decisión. Una conducta habitual no gatilla un cuestionamiento de la conducta, no nos preguntamos el porqué de su ejecución, sino que se implementa de manera automática por lo que se realiza con mínima fricción y sin requerir fuerza de voluntad. La principal ventaja de los hábitos frente a conductas no rutinarias es que una vez instalados, no requieren fuerza de voluntad para operar, sino que funcionan de manera automática. Y por el contrario, para realizar actividades o comportamientos nuevos o no rutinarios necesitamos de gran motivación, esfuerzo y concentración.
63
MI MEJOR YO
Los hábitos, positivos y negativos, se forman a través de la repetición constante. Si una acción es persistente en tu rutina, es muy probable que termine por grabarse en el “disco duro” de tu cerebro en forma de hábitos. La tendencia de nuestro comportamiento es a realizar conductas habituales y operar en “piloto automático”, por lo que casi la mitad de todas nuestras conductas son habituales. Estas rutinas se adueñan de nuestro comportamiento y de nuestra capacidad de decidir, pues cedemos al hábito como la manera adecuada de reaccionar. Nuestro comportamiento en gran medida es la suma de nuestros hábitos. Ellos manejan nuestra vida en piloto automático, por lo que es necesario hacerlos conscientes y si se requiere, eliminarlos o modificarlos. Entender cómo se instalan y hacernos cargo de la formación de hábitos es clave para alcanzar nuestras metas. Desarrollar hábitos positivos y eliminar rutinas negativas es de vital importancia para lograr el éxito.
Construcción y modifcación de hábitos
El escritor James Clear y el reportero Charles Duhigg (2015), ganador de un Pulitzer, coinciden en que todos los hábitos siguen un patrón de tres pasos que puedes usar a tu favor para crear uno nuevo. Clear lo llama las “3 R del cambio de hábitos”: 1. Recordatorio. Es el estímulo o disparador que inicia el comportamiento rutinario. Son señales que activan la ejecución de un hábito. Por ejemplo, el sonido matutino de una alarma activa una secuencia habitual de conductas: por cuál lado de la cama nos levantamos, ir al baño, lavarse los dientes, tomar agua, ponerse la ropa deportiva, tenis, salir a correr, etc. En este caso, la alarma sería el recordatorio de una serie de hábitos matutinos. Cuando desarrollas un nuevo hábito necesitas una señal que te lo recuerde y lo active. 2. Rutina. La rutina es la secuencia de comportamientos rutinarios o el hábito en cuestión. Si tu objetivo es crear un nuevo hábito, lo recomendable es comenzar por elegir una secuencia de conductas que sean fáciles de recordar y ejecutar. Comienza por preparar las condiciones para que se automatice la conducta. Si estás comprometido con una rutina deportiva al despertar, puedes, por ejemplo, preparar dos alarmas y dejar la ropa preparada al lado de la cama. La idea es que sea simple recordarlo y hacerlo.
64
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
3. Recompensa. Se refiere al beneficio que obtienes por seguir este comportamiento. Todo hábito fue reforzado con recompensas en su inicio. La idea es que celebres las pequeñas victorias. Siguiendo con el ejemplo anterior, vincula el hacer ejercicio con una pequeña celebración. Regálate algo, por pequeño que sea, para recordarte el valor del esfuerzo. Al repetir estas secuencias, el cerebro establece una conexión neuronal permanente para iniciar, ejecutar y terminar una acción habitual, siempre que se tenga el mismo impulso o recordatorio. Si el resultado de la acción es positivo, la próxima vez que se presente el recordatorio se implementará la misma rutina. Los hábitos se instalan en el tiempo, con trabajo y repetición, por lo que debes ser paciente para ver los resultados de tu formación de nuevos hábitos. Cuando siembras una semilla en la tierra, los primeros brotes no aparecen instantáneamente ni al siguiente día. Con suerte, verás un pequeñísimo tallo al tercer día y con toda seguridad después de una semana. Lo mismo sucede cuando creas nuevos hábitos. Los frutos no aparecerán de un día para otro. Hábitos versus fuerza de voluntad
Los hábitos, por su naturaleza automática, no requieren fuerza de voluntad para perpetuarse, pero sí requieren de mucha disciplina para romperlos. El autocontrol se puede desarrollar, de hecho, así como los músculos, que mientras más los entrenamos, más fuertes son, así la fuerza de voluntad se puede robustecer; mientras más la practicamos en cualquier ámbito de nuestra vida, más potente será; sin embargo, es limitada, por lo que el secreto del éxito está en transformar, tan pronto sea posible, estos nuevos patrones conductuales positivos en rutinas habituales para que dejen de consumir nuestra voluntad. La voluntad es como un músculo que crece y se mantiene en forma sólo si la ejercitamos. Podemos compararla con la batería de un teléfono inteligente al empezar el día, cuando está llena de energía, pero se va descargando conforme pasan las horas, por eso es necesario aprender a utilizarla con sabiduría. La técnica es muy simple: utiliza tu voluntad para crear un hábito, una vez que lo tengas bien cimentado, no tendrás que volver a preocuparte por él, porque lo seguirás realizando en automático. El siguiente paso es desarrollar otro hábito y así sucesivamente. Al principio, la creación de un nuevo hábito será difícil hasta que ya no lo sea más. Es similar a poner en órbita un cohete espacial. Se necesita mucha
65
MI MEJOR YO
energía para su lanzamiento, pero después de alcanzar el espacio exterior, necesita muy poca. Ése es el gran secreto de la gente exitosa. Pareciera que todo les sale muy fácil, ser diligentes, disciplinados y pacientes, pero es porque antes de eso tuvieron que realizar un gran esfuerzo. De los hábitos que tienes (fumar, correr diario, rezar, beber alcohol, meditar), ¿cuál dirías que es el que más influye en tu calidad de vida? Piensa en los hábitos que realmente quieres en tu vida, cuál te beneficiaría por encima de todos los demás, y desarróllalo y, con la misma lógica, identifica cuál hábito de los que ya tienes impacta de manera negativa en tu vida y elimínalo. El escritor motivacional Tom Corley, quien estudió durante cinco años los hábitos de decenas de personas exitosas, sugiere comprometerse con lo que él llama “El reto de los 100 días”, el cual consiste en elegir una actividad y enfocarse en ella durante ese periodo. Leer para aprender algo nuevo, hacer ejercicio cardiovascular, ahorrar 15% de tus ingresos, dejar de comer frituras, decir “te amo” a tu pareja o a los miembros de tu familia, etcétera. Completar este reto permite la creación de una nueva red neuronal que garantiza la estabilidad del hábito deseado, dice Corley. Para cumplir con los 100 días, sugiere dos trucos: centrarse en una única actividad y hacerla por un máximo de 20 minutos diarios, ya que si excedes este límite, el cerebro tenderá a rechazar la nueva actividad. Lo ideal es que cada hábito nuevo sustituya uno negativo. Tomar agua en lugar de fumar un cigarrillo, leer una página de un libro en vez de ver la televisión, pensar bien cómo respondes a una agresión antes de enojarte. Crea hábitos que uses a diario. Si te comprometiste a meditar 20 minutos al día, no sirve que lo hagas un día sí y tres no. Tienen que ser 20 minutos cada día. Tenemos dos opciones: hacerlo mal o dejarlo para otro día. Hacerlo mal siempre será mejor, porque puedes superarlo con práctica, pero no cumplir es nefasto, porque sin consistencia no puedes crear un hábito.
Práctica deliberada No es sólo cuánto practicas, sino cuánto te demoras en corregir tus errores.
“El trabajo duro se paga solo”, solemos escuchar, pero no siempre funciona. El periodista y escritor Malcolm Gladwell (2012) popularizó la idea de que cualquier persona puede dominar una actividad después de practicarla durante, al menos, 10 mil horas. O, aproximadamente, cuatro horas diarias, cinco días a la semana, por un espacio de 10 años.
66
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
No obstante, es posible que a esta altura acumules 10 mil horas de práctica en el manejo de un automóvil, pero esto no te ha convertido en un piloto de Fórmula 1, ¿cierto? No se trata sólo de tener constancia, sino de seguir cierto sistema que te permita obtener resultados extraordinarios. Los psicólogos Anders Ericsson, Ralf Krampe y Clemens Tesch-Romer, expertos en psicología del rendimiento y experiencia, consideran que existen tres tipos de actividades humanas: trabajo, juego y práctica deliberada. El trabajo consiste en actividades remuneradas o motivadas por gratificaciones externas; el juego no tiene objetivos particulares y suele ser agradable, mientras que la práctica deliberada incluye actividades “que han sido especialmente diseñadas para mejorar el nivel actual de rendimiento” (Ericsson, K. y Tesch-Romer, 1993), que no implican una remuneración inmediata y, al contrario, requieren una inversión de tu parte en esfuerzo, tiempo, tutores, cursos o condiciones de entrenamiento. La práctica deliberada te conducirá al perfeccionamiento y se consigue al perseverar procurando retroalimentación, instrucción adecuada y al presionarse siempre por ser mejor. Ericsson, Krampe y Tesch-Romer coinciden en que “la cantidad de tiempo que un individuo le dedica a actividades de práctica deliberada se correlaciona con el nivel de rendimiento que alcanzará” (1993). La práctica deliberada es lo que convierte a una persona amateur en un profesional. En otra investigación, Anders Ericsson estudió por más de 30 años a personas reconocidas como “geniales”, que destacaban por tener habilidades extraordinarias y a quienes se les atribuían talentos “innatos”. Ericsson concluyó que en general las personas no nacen con talentos especiales, sino que las habilidades pueden ser desarrolladas “con el entrenamiento correcto” (Anders, E. y Pool, R., 2017). Cuando se habla de genios de la música, Wolfgang Amadeus Mozart suele ser una referencia popular por ser uno de los primeros que se nos viene a la mente. A los 4 años, Mozart tocaba el clavicordio y compuso sus primeras obras, a los 6 ya tocaba el violín y el clavecín. Fue dotado de oído absoluto, que es la habilidad de reconocer cualquier nota musical sin necesidad de ninguna referencia, lo que le ayudaba a reproducir una canción con sólo escucharla una vez. Según las conclusiones de Ericsson, el genio de Mozart no fue un “regalo de Dios”, sino la consecuencia del riguroso entrenamiento que desde temprana edad recibió de su padre. Los resultados de un proyecto que el psicólogo japonés Ayako Sakakibara aplicó en 24 niños, cuyas edades iban de entre 2 a 5 años, reforzaron este punto.
67
MI MEJOR YO
Sakakibara entrenó durante meses a los pequeños para que aprendieran a identificar acordes de piano. Ellos recibieron entre cuatro y cinco sesiones por día, cada una con una duración de pocos minutos. El entrenamiento terminó cuando cada niño consiguió identificar las tonalidades, algunos lo lograron en un año y otros en un año y medio. Al final, todos desarrollaron oído absoluto. Mozart sí nació con un don, “el mismo con el que nacieron los niños del estudio de Sakakibara”, dice Ericsson. “Todos ellos están dotados de un cerebro tan flexible y adaptable que podrían, con el tipo de entrenamiento adecuado, desarrollar una capacidad que parecería mágica ante los ojos de quienes no la poseen”. Este psicólogo consiguió que niños normales desarrollaran una habilidad que sólo se encuentra en 1 de cada 10 mil personas. Un factor importante fue que el entrenamiento se dio a temprana edad, ya que los estudios realizados por Ericsson sobre el cerebro señalan que algunas habilidades, como el oído absoluto, sólo pueden ser desarrolladas antes de los 12 años. Sin embargo, el cuerpo y la mente de una persona adulta mantienen una gran capacidad de adaptabilidad, mucho mayor de la que normalmente se cree, la cual permite que adultos, e incluso personas de la tercera edad, desarrollen una amplia variedad de nuevas capacidades, siempre y cuando reciban el entrenamiento correcto. El escritor Mason Currey, autor de Daily Rituals: How Artists Work, se dio a la tarea de investigar qué hacían en su vida diaria los grandes genios creativos como Charles Darwin, Voltaire, Maya Angelou, Haruki Murakami, Victor Hugo, Sigmund Freud o Pablo Picasso; lo que encontró fue que todos tenían una rutina diaria ejecutada rigurosamente (Currey, M., 2014). El prolífico escritor francés Honoré de Balzac dormía desde las seis de la tarde a la una de la mañana, escribía hasta las ocho, dormía una hora y media más y reiniciaba su trabajo de diez de la mañana a tres de la tarde. De cuatro a seis cenaba, se reunía con amigos y después se iba a la cama. Su rutina difiere bastante de lo que se suele considerar “normal”, pero a él le funcionó para publicar decenas de novelas y cuentos cortos. El filósofo Immanuel Kant adoptó un estricto horario a partir de los 40 años y lo siguió hasta su muerte, él sólo dedicaba una hora diaria a su trabajo creativo, de seis a siete de la mañana. El resto del día lo repartía entre sus conferencias en la Universidad de Könisberg, una comida con sus amigos, un tiempo en las mañanas para tomar café y su famosa caminata, que iniciaba todos los días sin excepción a las tres y media de la tarde. Con esos hábitos consiguió escribir la Crítica de la razón pura, un libro que sigue siendo obligatorio en toda clase de filosofía.
68
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
El truco de la formación de hábitos está en interrumpir la inercia de nuestros hábitos negativos, muchos de ellos arraigados en años de refuerzo, y reemplazarlos con hábitos positivos.
Hábitos fundamentales, ejercicio, alimentación y descanso Salud, eso que cuando se tiene no se valora y que se valora cuando no se tiene. David Fishman
Tu éxito comienza con cuán saludable eres y tu salud depende principalmente de tres hábitos: alimenticios, actividad física y descanso. Tony Robbins sostiene que tu salud y la forma en que te sientes físicamente determinan tu actitud mental y tu capacidad de tomar decisiones. Si estás bien alimentado, descansado y tienes la energía que te proporciona el ejercicio, estarás preparado para enfrentar tus desafíos.
Ejercicio físico
El ser humano no fue hecho para ser sedentario, nuestros antepasados se ejercitaban constantemente, al menos caminando en promedio 14 km diarios. Sin embargo, nuestra vida moderna ha minimizado la actividad física causando serios perjuicios a nuestra salud. Todos sabemos de la importancia del ejercicio, pero ejercitarse regularmente es una de las actividades más difíciles para la mayoría de las personas. El ejercicio provee múltiples beneficios para la salud: a nivel mental, te mantiene en óptima forma, mejorando tu desempeño, aumenta tus niveles de energía, atención y vitalidad, y te aleja de trastornos mentales. La actividad física regular ayuda a mantener el razonamiento analítico, el juicio crítico, la capacidad de aprendizaje y reduce el riesgo de depresión y Alzheimer. El psiquiatra John Ratey (2009), profesor en la Universidad de Harvard y escritor de varios libros sobre el tema, postula que el ejercicio físico es uno de los principales factores para que nuestro cerebro funcione a toda su capacidad. Los efectos de ejercitarse, según él, son similares a los que conseguirías si tomaras medicamentos como Ritalin y Prozac, es decir, funciona como un antidepresivo y estimulante natural sin los efectos secundarios negativos de estos fármacos. Las investigaciones de Ratey demuestran que el ejercicio incrementa los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina, sustancias que funcionan
69
MI MEJOR YO
como neurotransmisores y que ayudan a regular el estado de ánimo y a revertir los efectos causados por la depresión crónica. Tras años de trabajar con pacientes con severos trastornos psiquiátricos, Ratey llegó a la conclusión de que una de las mejores formas de sanar la mente es trabajar con el cuerpo. Además, el deporte ayuda a controlar el peso, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, fortalece el sistema inmunológico, huesos, músculos y ayuda a mitigar el impacto de la artritis, reduce el riesgo de contraer una variedad de tipos de cáncer, retrasa el envejecimiento, ayuda a dormir mejor y a vivir más. La investigación muestra que una combinación de actividad aeróbica y de fortalecimiento muscular de 3 a 5 veces por semana y entre 30 a 60 minutos por sesión, es capaz de proveerte estos beneficios.
Alimentación Eres lo que comes. Proverbio
El consenso científico respecto a los hábitos alimenticios de la sociedad moderna es que han sido desastrosos para la salud. El reemplazo de alimentos frescos y naturales por comida procesada, la cual incorpora conservadores, químicos y grandes cantidades de sal y azúcares para los cuales nuestro cuerpo no tiene la capacidad de metabolizar de manera adecuada, han causado una epidemia de obesidad e incrementado el riesgo de contraer diabetes, cáncer, depresión, demencia y estrés. Según Ron Friedman, en un artículo del Harvard Business Review , la comida causa un impacto directo en nuestro desempeño cognitivo y es por eso que “una mala decisión en la comida puede perjudicar toda una tarde”. Todo lo que comemos se metaboliza en nuestro cuerpo en glucosa, la cual le provee energía a nuestro cerebro para mantenernos alerta. Cuando nuestros niveles de glucosa están bajos se nos dificulta mantener nuestro foco y atención. Por eso es difícil concentrarse con el estómago vacío. Algunos alimentos, como la mayoría de la comida chatarra, productos refinados, procesados, así como la pasta, pan, cereales, jugos y refrescos, que son densos en azúcares, por lo que tienen un alto índice glicémico y aumentan bruscamente la glucosa sanguínea, producen una descarga de insulina posterior, llevando de la euforia momentánea, a una sensación de crush o aletargamiento posterior.
70
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Los autores de La dieta de la felicidad (2012), Tyler Graham y Drew Ramsey, explican que el consumo de cantidades extremas de azúcar y químicos en las comidas procesadas es el cambio más importante en la dieta de la humanidad desde que descubrimos el fuego. Este cambio es tan reciente, menos de 100 años, que nuestra fisiología no ha tenido tiempo de evolucionar para procesar las grandes cantidades que ingerimos de estos alimentos. En países como México, este cambio en la alimentación ha sido una verdadera calamidad. La progresiva incorporación en la dieta de comidas densas en energía y pobres en fibras, proteínas, vitaminas y minerales, como son los refrescos y la comida chatarra, han generado una epidemia de diabetes y obesidad, en la que la paradoja es que no sólo los mexicanos han ganado peso, sino que a su vez esta obesidad está asociada con altos niveles de desnutrición, por lo que paradójicamente hemos desarrollado una población progresivamente gorda y desnutrida. Los hábitos alimenticios forman parte del estilo de vida de una persona. De hecho, el concepto dieta proviene del término griego díaita, que significa “modo de vida”. Aunque los seres humanos en general somos omnívoros, cada cultura mantiene preferencias y mitos respecto a algunos alimentos y éstas pueden ser o no saludables desde el punto de vista nutricional. Una alimentación equilibrada requiere una ingesta variada de alimentos con el fin de obtener las cantidades adecuadas de energía, pH, antioxidantes y nutrientes. La alimentación es uno de los pilares esenciales de la salud y el bienestar, y debería planearse teniendo en cuenta su importancia, sin embargo, es una de las actividades que solemos dejar al azar. Lo que resulta en que a veces se transgrede por exceso o defecto, ignorancia, por no tomarse el tiempo necesario, gula, descuido, porque no hay más y hasta por gusto. Los hábitos alimenticios tienen un impacto directo en nuestro desempeño, desde la memoria, nuestras emociones, nuestra eficiencia en el trabajo, en los estudios y nuestra productividad; además pueden causar padecimientos como la obesidad, la diabetes, estrés, enfermedades cardiovasculares y se estima que más del 30% de los cánceres tienen una conexión directa con nuestra dieta. No es el objetivo de este libro, y nos tomaría un volumen completo redactarlo, comprender los principios básicos de la nutrición, pero es fundamental para nuestro bienestar y garantizar una vida sana y exitosa. Algunos consejos al respecto son: 1. Lo recomendable es alejarse de las pseudocomidas, la chatarra y de todo tipo de refrescos para reemplazarlos por alimentos frescos y naturales, los que nuestro cuerpo tiene la capacidad de metabolizar.
71
MI MEJOR YO
2. Hidratación. Ni mucho, ni poco. El agua es necesaria para todos los procesos metabólicos del organismo, para transportar los nutrientes hasta las células y garantizar su aprovechamiento. De hecho, se requiere un centímetro cúbico de agua por cada caloría ingerida. Una de las consecuencias de la baja ingesta de agua son los problemas digestivos como el estreñimiento. El consenso es ingerir entre 8 a 10 vasos de agua al día. Sin embargo, podemos exagerar en su consumo y “sobrehidratarnos”, con lo que también se alteran las funciones metabólicas. Es más, si se ingiere mucha agua antes de una comida, causa que se diluyan los jugos gástricos necesarios para la digestión. 3. No desayunar es una de las principales causas de trastornos del apetito y del peso. Esto debido a que cuando el cuerpo no recibe alimento al despertar, los niveles de azúcar se alteran y dado que con la actividad diaria los niveles disminuyen, se produce hipoglicemia. Por eso nunca debes saltarte el desayuno, ya que, en estas condiciones, al final del día, terminarás comiendo porciones exageradas en la comida y en la cena. Lo sugerido es que, de acuerdo con las actividades de cada persona, se ingieran alimentos cada tres horas, pero en porciones moderadas. Esto quiere decir, tres comidas principales y dos refrigerios. 4. Grandes y repetidas porciones. El consumo de calorías recomendado para un adulto normal oscila entre las 1500 y 2100 al día. Es muy fácil ingerir más de lo requerido si no tomamos control de lo que comemos y la cantidad que consumimos. Aun tratándose de comidas saludables, siempre debemos controlar el tamaño de las porciones. 5. Las grasas. Obsesionarse con no consumir grasas es un error, dado que no todas son nocivas, principalmente, las saturadas. El organismo requiere entre un 20 y 30% de aporte de grasas para cumplir sus funciones neurológicas, por lo que la ingesta de grasas saludables, como las presentes en el aguacate o el aceite de oliva, entre otros, son benéficas para el organismo. 6. Proteínas. La función de las proteínas en nuestro organismo es significativa, aunque es conveniente controlar la ingesta diaria, ya que en caso de tener una carencia podemos desarrollar padecimientos como deficiencias en el sistema inmunológico, problemas de crecimiento, musculares, etc. El consumo excesivo tampoco nos beneficia y genera una serie de condiciones médicas. Por todos estos motivos es recomendable controlar la cantidad diaria de alimentos ricos en proteínas para tener una alimentación sana y equilibrada. La cantidad diaria de proteínas recomendada varía en función de factores como el tipo de proteínas que se consuman o nuestra masa corporal.
72
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Una regla general de aproximación a las cantidades adecuadas es que se recomienda consumir 1 gramo diario por kilo de peso corporal sano. Es decir, un hombre que debería pesar 80 kg tendría suficiente con 80 g de proteína al día para cubrir sus necesidades básicas. La Organización Mundial de la Salud () recomienda que la ingesta total de proteínas diarias se componga mitad de proteínas de origen animal y mitad de origen vegetal, aunque la tendencia actual de los nutriólogos es incrementar el consumo de fuentes proteicas vegetales, ya que éstas contienen una extraordinaria concentración de aminoácidos esenciales, son bajas en grasas saturadas y colesterol, altas en fibra, antioxidantes y fitoquímicos. Podemos encontrar proteínas vegetales en una variedad de fuentes como cereales no procesados, semillas, amaranto, soja, frutos secos, raíces y tubérculos, así como en alimentos como tofu, quínoa, algas como wakame o espirulina, y en legumbres como frijoles, lentejas y garbanzos. 7. Lácteos. Hasta hace relativamente poco tiempo, la leche era la bebida con mejor fama del mundo. Actualmente, esto ha cambiado. Hay posturas a favor y en contra sobre el consumo de lácteos y muchas de ellas argumentan que es menos imprescindible en nuestra dieta de lo que pensábamos. Uno de los detractores de los productos lácteos es la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, que en su guía de nutrición recuerda que si bien el calcio es importante en nuestra dieta, la leche no es ni la única ni la mejor fuente posible. Argumenta que la leche incluso puede llegar a ser contraproducente para los huesos, como señaló una investigación publicada en 1998 en Annals of Internal Medicine. El estudio concluyó que consumir altas cantidades de vitamina A (retinol) puede dañarlos, por lo que la guía de la Escuela Médica recomienda tener cuidado con la leche fortificada y que la mejor manera para conseguir unos huesos fuertes es hacer ejercicio y mantener un estilo de vida saludable. La Escuela de Salud de Harvard señala que la ingesta de leche puede incrementar el riesgo de sufrir cáncer de próstata y de ovario. Según la doctora Ganmaa Davaasambuu, de la Universidad de Harvard, las hormonas que se encuentran en la leche que solemos consumir hoy en día, en concreto los estrógenos que se transmiten a través de la leche de las vacas embarazadas, pueden influir en la aparición de cánceres como el de próstata, de ovarios y de pecho. La autora recordaba una investigación que había puesto de manifiesto que aquellos países en los que se consume más queso y leche eran también en los que estos tumores
73
MI MEJOR YO
malignos se habían disparado y quienes desarrollan más padecimientos autoinmunes y alergias. El principal beneficio que se asocia al consumo de lácteos se relaciona con la obtención de proteínas y calcio, como si ésta fuera la única fuente para ingerirlos. Lo cierto es que si bien los lácteos contienen altos niveles de proteínas y calcio, otras alternativas, como la acelga, contienen mayor cantidad y generan menos riesgos a la salud, lo mismo con la leche de amaranto y de almendras que son mejores para tu dieta y además no contienen ninguna hormona ni aditivos. 8. pH. Así como la temperatura corporal oscila entre rangos saludables y aquellos que denotan una enfermedad, lo mismo ocurre con el pH corporal. Cuando hablamos de pH, nos referimos a la medición de la concentración de iones de hidrógeno en el cuerpo, que rige cuán ácido o alcalino será nuestro organismo. El nivel idóneo para gozar de buena salud va de 7.3 a 7.45; sin embargo, agentes presentes en la contaminación, malos hábitos alimenticios e incluso el estrés, pueden elevar los niveles de acidez en el cuerpo y alterar el pH. Cuando el pH se acidifica, la sangre reacciona absorbiendo los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de los órganos vitales, esto dispara una serie de padecimientos crónicos como la diabetes, la obesidad, las migrañas, cataratas, artritis, alergias, osteoporosis y cáncer. El doctor Otto Warburg, ganador del Premio Nobel, descubrió que cuando las células y tejidos del organismo son ácidas (pH inferior a 6.5 a 7.0) pierden su capacidad para el intercambio de oxígeno, lo que facilita el desarrollo de células cancerosas. Por el contrario, cuando las células y los tejidos son alcalinos (por encima de pH de 7.0), las células cancerosas tienen dificultades para sobrevivir debido a la alta cantidad de oxígeno presente. Un tejido alcalino contiene 20 veces más oxígeno que los tejidos ácidos y este entorno oxigenado previene el crecimiento de células cancerígenas y nos protege de una gran gama de enfermedades. Todo lo que comemos y bebemos influye en nuestro pH, algunos alimentos aumentan los niveles de acidez en nuestro cuerpo, mientras que otros nos ayudan a alcalinizarlo. En general, los alimentos de origen animal, como la carne, los productos lácteos, así como la mayoría de los alimentos procesados, refrescos y comidas chatarra hacen que nuestros niveles de acidez se eleven. En cambio, alimentos de origen vegetal, como las frutas y verduras, tienen propiedades que nos ayudan a alcalinizarlo. La dieta moderna, basada en comidas rápidas y alimentos procesados, ha hecho que nuestro organismo se acidifique progresivamente,
74
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
perjudicando nuestra salud y facilitando el advenimiento de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes. Una manera de contrarrestar la acidez y balancear el pH es consumiendo más alimentos y productos alcalinos, así como disminuir la ingesta de alimentos que acidifiquen el organismo.
Descanso y recuperación ¡Le enseñamos a nuestros jugadores: El sueño es un arma! Sam Ramsden, director de salud y desempeño del equipo de futbol americano Seattle Seahawks
Para desempeñarte a tu máximo nivel, sea en tu profesión, como atleta, estudiante o en cualquier aspecto de tu vida, requieres estar alerta, con energía, en buen estado de ánimo y con tus facultades cognitivas en excelente condición. Debes ser capaz de concentrarte, recordar, reaccionar, tomar decisiones rápidas, comunicar persuasivamente y ser productivo. Nada de esto es posible sin un sueño o descanso de calidad. El sueño provee de un sinnúmero de beneficios y ha probado ser uno de los mejores predictores de longevidad; sin embargo, la vida moderna, con todas sus exigencias, favorece los malos hábitos de sueño. El cerebro humano posee al menos 86 mil millones de neuronas. Cada una se conecta con otras 5 000, lo que da por resultado 430 billones de sinapsis o conexiones entre neuronas. Cuando duermes, el cerebro realiza una “labor de limpieza” en la que se desechan las conexiones neuronales débiles o de poco uso. Durante el sueño tu “jardinero mental” desecha lo que no utilizas, mientras que refuerza las conexiones sinápticas que sí. Esto garantiza la buena salud y funcionamiento de tu cerebro; cuando no duermes, este proceso no se realiza.
Sueño En la sociedad actual, la mayoría de las personas no duermen lo suficiente, lo que causa bajos niveles de concentración y productividad y, a su vez, un incremento en el estrés, cambios de ánimo, irritabilidad, propensión a accidentes y enfermedades. En uno de sus estudios acerca del sueño, la Universidad de California concluyó que los atletas que duermen menos de seis horas incrementaban
75
MI MEJOR YO
significativamente su probabilidad de lesionarse. También, en otro estudio, descubrieron que las horas de sueño eran un mejor predictor de lesiones que las horas de práctica. ¿Por qué?, porque la fatiga afecta directamente los tiempos de reacción y un atleta cansado reacciona lentamente a un potencial accidente. Además, la fatiga impacta el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de enfermedades y no le provee al cuerpo con el suficiente tiempo para regenerar los tejidos dañados. La división de medicina del sueño de la Escuela de Medicina de Harvard advierte que la falta de sueño perjudica tanto la capacidad de raciocinio, como la de atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Sin el sueño suficiente, el cerebro no logra absorber y consolidar nuevos aprendizajes. Aun cuando la recomendación general es que un adulto duerma aproximadamente ocho horas diarias, esto puede variar de persona en persona y cada una debe encontrar los rangos que le sean apropiados. Algunos consejos para descansar de manera adecuada incluyen el determinar un horario para dormir e intentar mantenerlo. Evitar tomar estimulantes antes de dormir, como alcohol, café o drogas, mantener la habitación oscura y fresca, evitar mirar el celular, la computadora o cualquier luz azul que estimule los ciclos de alerta y, por último, establecer un ritual de relajación antes de dormir, como puede ser el leer o meditar.
Meditación
Meditar 20 minutos al día es suficiente para ayudar a recuperar y agilizar el funcionamiento de la mente, ayuda a restablecer el balance hormonal, a mejorar la concentración, la disciplina y mantener un estado emocional equilibrado. El funcionamiento “normal” de la mente en la vida moderna es equivalente a padecer una constante “diarrea mental”. Estamos continuamente bombardeados por estímulos que compiten por nuestra atención y con dificultad logramos mantenerla focalizada. Sin embargo, este funcionamiento esperado de nuestra concentración no tiene nada ni de normal ni de sano. Afecta negativamente nuestra capacidad de aprendizaje, de atención, emocional y nos sujeta a un constante estado de estimulación que altera nuestras capacidades cognitivas. Una valiosa herramienta para mitigar los impactos de esta sobreestimulación la encontramos en las técnicas de meditación Zen como las basadas en Mindfulness o de atención plena y consciente. Los cambios que la meditación produce en el cerebro y sus efectos positivos tanto corporales como emocionales, se han constatado en diversos estudios científicos.
76
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Richard Davidson, de la Universidad de Wisconsin, descubrió que en las personas con tendencia a la depresión predominaba la activación de la zona prefrontal derecha del cerebro, mientras que en las personas con mayor capacidad para regular sus emociones predominaba la izquierda. Un estudio demostró que tras 8 semanas de meditación, este último se activaba y los síntomas depresivos comenzaban a mitigarse. Asimismo, otros estudios revelaron que los meditadores a largo plazo tienen mayor densidad neuronal, sus cerebros se conservan jóvenes más tiempo y presentan mayor rugosidad, aspecto relacionado con la capacidad para procesar información. Matthieu Ricard, un reconocido monje budista, está tan convencido del valor de la meditación que propone meditar sin importar si este ejercicio está bien o mal ejecutado. Meditar de la forma que sea, siempre será más provechoso que no hacerlo en absoluto (Ricard, M., 2008). La meditación es una de las formas más efectivas de controlar nuestra mente. La meditación y técnicas afines como las de Yoga, Tai Chi o Zen han probado ser herramientas extremadamente útiles para apoyar en la recuperación de nuestras capacidades cognitivas, focalizar nuestra atención y mantener nuestro balance emocional.
Respiración consciente
Cuando estás en un momento de estrés, tu respiración se acorta y provoca que comiences a sentir ansiedad, momento en el que los pensamientos negativos llegan, uno tras otro, a tu cabeza. Es en esos instantes cuando respirar conscientemente, de manera larga y pausada, te ayudará a regresar a un estado de calma. Tú tienes la capacidad de mantenerte equilibrado con diferentes técnicas de respiración. Una de ellas es la “La caja de respiración”, la cual consiste en inhalar durante 5 segundos, mantener el aire otros 5, exhalar durante el mismo tiempo y mantener de nuevo la respiración durante 5 segundos más. Controlar la respiración te ayuda a dominar tus emociones, a ser más consciente de lo que estás sintiendo. Este ejercicio puedes hacerlo en cualquier momento, en el tráfico, en una larga fila, en una sala de espera, cuando inicies o cuando termines una tarea. La respiración profunda no sólo te ayudará a retomar el control sobre lo que sientes, también la concentración que necesitas para el conteo te obligará a dejar de enfocarte en la situación estresante o en los pensamientos negativos que te consumían momentos antes. El consenso, ya sea de los entrenadores de deportistas de alto rendimiento, de un maestro budista o de un terapeuta, es
77
MI MEJOR YO
que para poner tu mente en orden tienes que empezar por controlar tu fisiología, y la mejor forma de manejar tu cuerpo es mediante la respiración.
Hábitos mentales Nos convertimos en lo que pensamos. Earl Nightingale, conductor de radio y escritor motivacional.
Atención y ujo
Nuestros sentidos captan una gran cantidad de estímulos; sin embargo, nuestra atención opera como un filtro y sólo puede enfocarse en un pequeño porcenta je, al cual es al que le damos un sentido. Nuestra realidad se reduce, entonces, a aquello en que focalizamos nuestra atención, mientras que el resto se transforma, automáticamente, en ruido ambiental. Tu atención es la lente con la que observas al mundo, puede ser ampliada y controlada, y responde a una programación muy simple: tu atención siempre está buscando lo que necesitas y procura contestar las preguntas que consciente o inconscientemente te preocupan, por lo que descarta del campo perceptual aquello que no es relevante para contestar esas preguntas o para resolver esas necesidades. La mayoría del tiempo no eliges conscientemente cómo utilizas tu atención y ésta funciona en piloto automático. Sin embargo, tienes la capacidad de dirigirla hacia lo que decidas. La atención funciona mejor cuando tiene un objetivo claro, por lo que la complejidad es su enemiga. Puedes guiar tu atención al hacer de tus metas una decisión consciente, clara, precisa y detallada. Si te haces responsable y asumes un rol activo en el logro de tus objetivos, si sabes a dónde vas y qué resultado buscas, sabrás en qué te tienes que concentrar y tu atención será tu principal aliada. La atención y el foco son clave para la ejecución. La energía fluye hacia donde enfocas tu atención. Ésta es un mecanismo selectivo y guiado por nuestras expectativas y metas, si conscientemente asumimos un norte y objetivos claros, nuestra atención será una compañera que consciente e inconscientemente buscará las señales, las claves para encontrar el camino deseado. Es común que la forma de trabajar de muchas personas consista en una dosis de labor y otra, de mayor tamaño, de distracción; regresar a lo que hacían y después volverse a distraer y así sucesivamente, lo que convierte cualquier actividad en un proceso largo, poco efectivo y productivo.
78
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Una de las claves para focalizar tu atención es que identifiques qué actividad es la principal a realizar y te concentres exclusivamente en sólo hacer eso. Gary Keller, emprendedor y autor de Sólo una cosa (2016), dice que para lograr lo que sea, lo que necesitas es enfocarte en “sólo una cosa” a la vez. Ya sea perder peso, tener un mejor equipo de trabajo, cumplir el sueño de tu vida, lo que tienes que hacer es identificar esa “sola cosa” que será la que te ayude a conseguir tu meta y enfocarte en ella. Focalízate en aquellas acciones que te traigan el máximo retorno. Haz una pequeña pausa en tus actividades para preguntarte cuál sería la cosa número uno que podrías hacer en tu vida y que te dejaría el máximo beneficio, aquellas que más te acercarán a tu meta y luego prosigue poniéndole fecha a tus sueños. Estamos acostumbrados a decir que “algún día” haremos algo que realmente nos gusta, cambiaremos de trabajo, haremos ese viaje, leeremos algún libro o veremos cierto documental, pero nunca lo hacemos. Adquiere la costumbre de asignar una fecha fija y no negociable a cada cosa que quieras hacer. Anótalo todo en una agenda. Luego asigna el tiempo requerido para lograrlo. Bloquea el tiempo en tu agenda como si fuera una cita importante que no puedes perder, ésta es una de las herramientas de productividad más útiles que puedes encontrar. Una vez que has identificado esa meta de manera clara y detallada, debes enfocarte en cumplirla. Bloquea el tiempo que vas a destinar para hacer esta tarea. El bloqueo consiste en eliminar toda distracción posible, deja tu teléfono, las redes sociales, el correo electrónico, etc. No dejes que nada te interrumpa. Enfócate en el proceso y en dar tu mejor esfuerzo, no en el producto ni en el resultado. El truco está en concentrarte en las tareas que debes realizar día con día, en tu mejora, en quién te conviertes y en enamorarte del proceso, ésta es la mejor forma de alcanzar el resultado deseado. ¿Alguna vez has estado tan concentrado en una tarea, física o intelectual, que incluso pierdes la noción de ti mismo y del tiempo? Si te ha sucedido quiere decir que has estado en el flujo o “en la zona”, un estado mental que se caracteriza por obtener tu máximo rendimiento en todos los aspectos, y en el que experimentas un flujo, sin fricción, en que cada acción y cada decisión fluye naturalmente a la siguiente. Es un estado de experiencia óptima. El término flujo fue acuñado por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi, quien junto con su equipo de trabajo recogió 100 mil experiencias de personas de todas las clases sociales, países, género o empleo, cuyo único factor en común era la descripción de las actividades en las que experimentabas “flujo”. Esta investigación concluyó que las experiencias de flujo no ocurren mágicamente, sino que nosotros las creamos. “La experiencia óptima de flujo depende de la capacidad de controlar lo que sucede en nuestra conciencia momento a
79
MI MEJOR YO
momento, y cada persona lo consigue basándose en su propio esfuerzo y creatividad” (Csíkszentmihályi, 1997). El estado óptimo de experiencia interna se da cuando hay orden en la conciencia. Esto sucede cuando la atención se focaliza en alcanzar metas realistas para las que nos hemos preparado y cuyo nivel es comparable con el del desafío. Cuando te concentras en alcanzar tu objetivo, tu conciencia se ordena dado que toda tu atención está enfocada en una sola tarea y dejas de lado todo lo demás. Es común que algunas actividades humanas produzcan más flujo que otras, como los juegos, bailar, el deporte, algunas aficiones, leer, pintar o cualquier cosa relacionada con el arte. Sin embargo, podemos crear flujo en una actividad al tener objetivos claros, concentrarnos al máximo en una sola cosa, al retroalimentarnos de nuestros éxitos y fracasos, así como al tener equilibrio entre nuestro nivel de habilidad y el tamaño del desafío, de manera que la actividad que realizamos no sea ni demasiado fácil ni complicada. Y finalmente que la actividad sea intrínsecamente gratificante, así no somos conscientes del esfuerzo que requiere. “Al adiestrar nuestras habilidades, al enfrentarnos a desafíos superiores, tal persona se convierte, cada vez más, en un individuo extraordinario”, concluye Csíkszentmihályi (1997). Se trata de desarrollar la habilidad de encontrar pasión en cada actividad y de transformar actividades que normalmente no encontramos placenteras, como el trabajo, en fuentes permanentes de flujo.
Entrenamiento mental
En el libro El arte del entrenamiento mental (2014), D. C. González cuenta que el gran futbolista brasileño Pelé solía hacer un ejercicio de visualización cada vez que tenía que jugar. Antes de salir a la cancha, uno de los mejores futbolistas de la historia se acostaba en algún rincón de los vestidores, colocaba una toalla bajo su cabeza, otra encima de su rostro y se imaginaba a sí mismo cuando era niño y jugaba feliz en la playa, después recordaba algunos de sus grandes momentos como jugador profesional y, finalmente, se imaginaba dando la mejor de sus actuaciones en el partido que estaba a punto de disputar. La lección número uno que siempre debes tener en mente es tener confianza en ti mismo. Si piensas que puedes o si crees que no, siempre estarás en lo correcto. Para lograrlo requieres una mente inquebrantable. Antes de entrar a esa arena de combate, a una competencia o una reunión importante, primero que nada necesitas ganar en tu cabeza. No importa el contrincante, la dificultad o la situación, una persona con “mente ganadora” es aquella que antes de hacer cualquier cosa se ha convencido en su interior que va a conseguir lo que
80
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
sea que se proponga. Mark Divine, ex miembro de las fuerzas especiales de la Marina de Estados Unidos, dice que la premisa número uno para ganar cualquier batalla es que primero la ganes en tu mente, que des por sentado que vas a lograr tu meta, sin dudas (Divine, M., 2014). Divine propone algunas técnicas para que tu mente se convierta en invencible. La primera es la de asumir toda la responsabilidad. Muchos factores pueden influir en que cualquier emprendimiento fracase o triunfe, y de lo único que puedes hacerte cargo es de tu esfuerzo personal, del empeño que pones para reunir todos los factores que determinen tu éxito. Dado que no puedes controlar los factores externos a ti, es tu responsabilidad tener el máximo dominio sobre tus actos. Si tomas decisiones a la ligera, si no estás seguro de tus metas y te dejas llevar por la marea, el resultado siempre será una lotería. Hacerte responsable de tu vida significa tomar las riendas de ésta, no dar pasos en falso y construir un plan que contemple las diferentes alternativas y opciones que estás dispuesto a implementar. Si deseas que las cosas salgan de la forma que quieres, debes comprometerte con el proceso. Esto no quiere decir que no puedas delegar en otras personas, sino que te mantengas lo suficientemente involucrado como para que no termines echando la culpa a los demás de lo que te corresponde a ti mismo. Las personas promedio sufren de algo llamado “excusitis”, un “desorden” que los vuelve incapaces de hacerse responsables de sus propias vidas. Las personas excepcionales se hacen responsables de todos sus actos y sus consecuencias.
Conversación interna
Hacerse responsable y creer en uno mismo es difícil. Si te has forjado el hábito de pensar siempre lo peor ante la adversidad, tu cerebro tiende a identificar ese patrón como el adecuado, por lo que tu capacidad para responder con audacia y optimismo ante los desafíos tiende a disminuir con el tiempo. La mente es como la tierra, cosechas lo que plantas. Los pensamientos con los que alimentes tu conciencia se verán reflejados en tu vida diaria. Tú decides si éstos son nutritivos o tóxicos, si alimentas tus miedos, tu pesimismo, tu indiferencia o decides por el optimismo, la responsabilidad y la acción. Earl Nightingale, autor de una de las publicaciones de motivación más famosas (El secreto más raro, 2007), dice que el secreto para entender la diferencia entre las personas exitosas y las demás es la forma como pensamos. La manera como te hables a ti mismo se transformará en un hábito. La forma en que reaccionas, si es con agradecimiento o reclamo, con pasión o
81
MI MEJOR YO
indiferencia, si ves los obstáculos como un problema o como un desafío, con compasión o egoísmo, es algo que has interiorizado y te repites una y otra vez. Tú decides cómo alimentar tu mente. De la misma forma en que vas a dejar de comer alimentos chatarra para ser más saludable, también puedes abandonar los pensamientos negativos y cambiar a formas más productivas de ver el mundo. John McDonald, quien fue escritor y editor de la revista Fortune durante 30 años, sugirió en el libro El mensaje del maestro (1994) una serie de pasos para cambiar tus hábitos mentales: limpia tu “casa mental”. Imagina que tu mente es una casa. Te has encargado de que luzca perfecta desde afuera. Bien pintada, bien iluminada, con grandes ventanas, hermosas cortinas y un jardín fenomenal, pero cuando alguien abre la puerta encuentra un verdadero desastre: decenas de muebles desacomodados por todos lados, paredes repletas de retratos y adornos que no encajan. Esos muebles desordenados simbolizan la serie de pensamientos y comportamientos negativos que repites constantemente. McDonald sugiere que hagas el ejercicio de ordenar tus muebles o “podar” tus ideas nocivas, porque sólo de esa manera podrás hacer que crezcan otras nuevas, ordenadas y óptimas para tu nueva vida. Cambia tus expresiones lingüísticas, pues la realidad la creamos con el lenguaje, lo que no se conceptualiza, no existe. En The Achievement Habit (2015), Bernard Roth, profesor de ingeniería de la Universidad de Stanford, dice que puedes facilitarte el camino hacia tus metas cambiando algunos conceptos que te predisponen negativamente por otros que te preparan positivamente. • El “pero” por la “y”. Un ejemplo puede ser: “quiero ir a una fiesta con mis amigos, pero tengo que trabajar”. En su lugar, Roth sugiere que cambies a “quiero ir a una fiesta con mis amigos y tengo que trabajar”. ¿Cuál es la diferencia? El profesor explica que cuando agregas la palabra “pero”, se crea en tu mente una idea de conflicto que no necesariamente tiene que existir. ¿Es posible ir a una fiesta y después trabajar? Lo es, siempre y cuando encuentres una solución, misma que te será más fácil de encontrar si eliminas el conflicto de la idea principal. • El “tengo que” por el “quiero”. Es diferente ver una actividad como algo que tú elegiste, en lugar de verla como algo a lo que estás obligado. Si haces el ejercicio y cambias la frase “tengo que dormir temprano” por “quiero dormir temprano”, haces conciencia sobre cómo todas las cosas que haces en tu vida en realidad son tu decisión. Cambiar esta palabra también te hará reflexionar sobre los motivos o las razones por las que decidiste dormirte temprano en primer lugar, tal vez porque quieres estar más tiempo con tu familia, ponerte en forma o porque quieres más tiempo productivo en tus mañanas.
82
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
Una de las claves es desarrollar una visión optimista de tus opciones. Sí, tu futuro puede ser mejor si tu actitud frente al mundo cambia. La manera en que ves al mundo determina cómo te sientes y reaccionas. Si lo ves como un lugar en el que las cosas siempre están mal, así es como te sentirás y actuarás frente a él. Cambiar de perspectiva es también un hábito. Aprender a cambiar la forma en que sueles ver tu entorno, a las personas, a tu propio futuro, puede cambiarte para siempre. Si todo el tiempo te estás criticando, si tienes una mala imagen de ti mismo, si te ves como un ser lleno de defectos y sin virtudes, ¿cómo esperas conseguir algo de la vida? Cuando comienzas a trabajar en algo, pero internamente crees que no vas a conseguirlo, tu cerebro también actúa en consonancia y atrae “razones” para respaldar esta creencia negativa. Comienzas a justificar de antemano el fracaso, a inventar excusas en lugar de construir una ruta para conseguir el éxito. Cuando crees realmente en que puedes lograr tus metas, tu cerebro se enfoca en ellas y comienzas a pensar cómo alcanzarlas, ahí está la diferencia entre desear y creer . La clave está no en preguntarse si puedes o no hacer algo, sino en preguntarte cómo lo puedes hacer. Aprende a pensar en grande. ¿Qué tan grande es tu sueño? Soñar en grande te tomará la misma energía que soñar en pequeño. Las grandes obras de ingeniería de la humanidad, los increíbles logros espaciales, los avances científicos en salud, sólo fueron posibles gracias a que alguien creyó en que eran posibles. Lao Tse, a quien se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china (siglo a. C.), dijo que todos los seres humanos tienen dos lobos en su interior que están en constante lucha uno contra el otro. El primer lobo representa el miedo y el segundo encarna la valentía. Lao-Tse propone que pongas en práctica un ejercicio que consiste en dejar morir de hambre al lobo del miedo, mientras que alimentas constantemente al lobo del valor. Para dejar hambriento al lobo del miedo, basta con no alimentar tus pensamientos negativos cada vez que éstos emergen. Es común pensar que las cosas van a salir mal y que no eres lo suficientemente capaz. Lo que ya no te puedes permitir es que una vez que surgen estos pensamientos en tu mente, los dejes crecer. Estas ideas siempre van a estar ahí, así que tienes que entrenarte para reconocerlas en el momento, interceptarlas y “bombardearlas” con pensamientos positivos. Justo en ese momento es cuando debes alimentar a tu lobo valiente con pensamientos optimistas, con ideas que te ayuden a conseguir tus objetivos y no te paralicen. Una técnica moderna similar a la analogía de los lobos es la del reemplazo de pensamientos. No se pueden sostener dos pensamientos en la mente al mismo tiempo, podemos tener uno tras otro, en oleadas, revueltos, que llegan
83
MI MEJOR YO
como granizo sobre nuestras mentes, pero el hecho es que necesitamos prestarle un momento a cada uno por separado. Bajo esta lógica, la idea es que cada vez que te percates de que estás teniendo pensamientos ansiosos, estresantes o negativos, te des la orden rápida y firme de reemplazarlos por pensamientos que estén alineados con el cumplimiento de tus metas. Sé implacable con tus pensamientos negativos. Enojarte, buscar culpables, excusas o criticar no te ayudará a resolver ningún problema. Concéntrate en la solución. En la misma lógica, enfocarte en lo mal que va tu vida no te ayudará a mejorarla, pero enfocarte en la vida que quieres te impulsará a construirla. Sé siempre inclemente con tu negatividad, no le des permiso de salir y cada vez que se te escape reemplázala inmediatamente por un pensamiento optimista. Ve las cosas malas que suceden como temporales y conviértelas en una oportunidad para hacer cambios positivos. En lugar de afligirte en pensamientos negativos y hacerlos cada vez más grandes, páralos en el momento en que los experimentas e inmediatamente reemplázalos por un pensamiento mejor. Una mente inquebrantable requiere ser positiva. Entrenar la mente es tan importante como entrenar el físico. Así como en el ejemplo de Pelé, expertos en psicología deportiva a menudo piden a los atletas que hagan el ejercicio de imaginar cómo se verían dando su máximo rendimiento y cómo se sentirían en ese momento. Utiliza esta técnica y visualízate conquistando tu meta, viendo todo lo que puedes lograr a largo, mediano y corto plazos. La visualización es un ejercicio que puede servirte para cualquier cosa si la incorporas a tus hábitos. E inmediatamente después, piensa en qué es lo que te detiene para alcanzar todo tu potencial, cuál es el obstáculo que no te deja avanzar. Este ejercicio puedes hacerlo siempre que sientas que no avanzas. Te servirá para clarificar cuáles pensamientos o emociones negativos tienes que “podar” de tu sistema.
Las tres decisiones No es lo que te está pasando ahora o lo que viviste en el pasado lo que determina en quién te convertirás. Más bien, son tus decisiones acerca de las cosas en las que te enfocas, lo que significan las cosas para ti y lo que haces al respecto lo que determinará tu destino final. Tony Robbins
Tony Robbins, famoso escritor y líder motivacional estadounidense, asegura que hay tres decisiones que tomas todo el tiempo, a cada momento, y que son
84
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
las que determinan tu vida. De la forma en que tomes estas decisiones depende la calidad de tu existencia y, en especial, la forma en que te desarrollas como ser humano. 1. ¿En qué te enfocas? Qué es lo que tu atención procura y dónde se centra; qué necesidades busca resolver y qué preguntas procura contestar; si decides enfocarte en el pasado o en el futuro en lugar de vivir el presente, o si prefieres centrarte en las situaciones que no puedes controlar, en lugar de sacar adelante lo que sí está bajo tu control. 2. ¿Qué significa? Solemos asignar un significado a todo lo que vivimos. ¿Lo tomaste como algo positivo o como negativo?, ¿fue un castigo o una bendición?, ¿es un problema o una oportunidad? 3. ¿Qué haces? Según el significado que asignas a la situación decidirás qué vas a hacer al respecto. Respondemos a estas tres preguntas en un patrón que tiende a ser consistente y en gran medida determina cómo actuamos.
Del querer y saber al hacer
Alcanzar tus metas requiere no sólo que quieras o sepas lo que tienes que hacer, sino que hagas lo que sabes. Cuántos casos conocemos de personas que quieren bajar de peso, que saben exactamente lo que tienen que hacer pero no lo hacen. El querer y el saber no garantizan el hacer. Para la formación de hábitos debemos tener los siguientes principios en mente: 1. Hazlo fácil. Si al inicio te pones objetivos de extrema dificultad será muy difícil crear un nuevo hábito. Por ejemplo, si jamás has meditado y de pronto quieres hacerlo 30 minutos todos los días a las 6 de la mañana, afróntalo, probablemente no va a suceder. En cambio, si comienzas meditando cinco minutos el primer día y el segundo seis, y así sucesivamente, te resultará mucho más fácil. 2. No te pierdas un día. Aquí un pequeño truco: si por cualquier razón dejas de practicar el hábito que estás creando, “agéndalo” para ese mismo día u otro de la semana. 3. Nunca pierdas dos días. Somos humanos, en algún momento y a sabiendas de las consecuencias, dejaremos pasar un día sin fortalecer el hábito. Si ya perdiste un día, lo peor que podrías hacer es perder
85
MI MEJOR YO
dos. Si pierdes dos días es probable que también pierdas el propósito de crear un hábito y probablemente tendrás que iniciar todo de nuevo. Simplemente no lo hagas. 4. Abraza el proceso. La mayoría de la gente no intenta desarrollar buenos hábitos porque cuando lo intenta le resultan sumamente difíciles, pero debemos anticipar las etapas requeridas para que un hábito se instale, éstas son: insoportable, incómodo e imparable. Tener en mente estas fases puede ayudar a perseverar Lo primero que notarás cuando comiences a practicar tu hábito es la sensación de que es insoportable. Pero pasada la primera o segunda semana sólo será una incomodidad; te darás cuenta que puedes hacerlo, pero igual te molestará un poco. Lo mejor llega al final. Una vez superados lo insoportable y lo incómodo, comenzarás a sentirte imparable y es entonces cuando eres dueño de tu hábito; cuando dejas de negociar contigo mismo y sólo lo haces.
Intensidad sostenida y ley de la acomodación
Si te excedes y pones toda tu energía en tu práctica, esto eventualmente se convertirá en estrés, lo que también podría llevarte a renunciar antes de tiempo. Lo que necesitas es controlar tu respuesta de manera que conserves el nivel de energía durante todo el proceso. Mientras creas un hábito es necesario que sostengas la intensidad cada día hasta que alcances tu meta. A eso se le llama intensidad sostenida. La ley de la acomodación se refiere a cuando el cuerpo humano es capaz de ajustarse a casi cualquier carga que le pongas. Si un día decides correr la Maratón de la Ciudad de México después de años de sedentarismo, lo más probable es que el primer día no puedas llegar corriendo ni a la esquina, pero si continúas haciéndolo todos los días, con un ritmo, con tiempo y dedicación, comenzarás poco a poco a estar en forma, hasta que te veas a ti mismo corriendo la prueba del siguiente año. No se trata de intensidad, sino de constancia. De hecho, en términos de entrenamiento, es mucho mejor hacer algo con constancia, aunque sea de bajo impacto, que intentar hacer algo fuerte y repentino.
Sólo hazlo
Cuando se plantean un sueño la mayoría de las personas suelen pasar la mayor parte del tiempo pensando en sus expectativas, en cómo las alcanzarán y
86
CAPÍTULO 7 • HÁBITOS
sienten que cada una de sus acciones debe generar un gran paso que les acerque al objetivo, es por eso que suelen tardarse demasiado en tomar decisiones. La técnica más efectiva es dejar de ver el camino hacia tus sueños como una línea recta ascendente y comenzar a entenderla como un sinuoso camino con obstáculos. Claro que requiere planeación, pero fundamentalmente lo que requiere es que lo pongas en práctica. En pocas palabras... ¡Sólo hazlo!
87
Epílogo
MI MEJOR YO
Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer desarrolla un modelo, una guía de sie-
te etapas para construir la persona que queremos ser y alcanzar las metas que nos proponemos. Está basado tanto en consejos milenarios como en los últimos descubrimientos científicos. A continuación una versión abreviada del modelo. 1. ¿Quién soy? No somos más que la historia que nos contamos. Esta historia define nuestra identidad y nos encasilla o nos libera, nos convence que hay sueños para los que somos capaces y otros que jamás podremos alcanzar. Opera como un filtro que nos ayuda a interpretar la realidad y a comportarnos acorde con lo esperado a los roles que asumimos. Nada nos genera más ansiedad que el atentar contra las identidades que hemos adoptado y con estos roles que esperamos cumplir. La identidad es una construcción activa, de manera que no soy por nacimiento, sino que inconscientemente me transformo en lo que la sociedad quiere que sea; o si tomo conciencia y me hago responsable, me transformo en quien quiero ser. La identidad que nos creamos y que aceptamos como algo que tiene fundamento en la realidad, es sólo una abstracción de la mente. Una de las limitaciones que tiene nuestra inteligencia es que nos hace creer que la realidad es exactamente como la percibimos. Mas toda percepción de la realidad está restringida, en primer lugar, por el limitado rango de estímulos que nuestros sentidos logran recibir; en segundo, por aquellos a los que selectivamente prestamos atención y, tercero, por las propias limitaciones de nuestra memoria, la cual activa y selectivamente modifica, también, los recuerdos. Vivimos en un espejismo y nuestra realidad es una paradoja. No hacemos más que experimentar una versión muy limitada, la cual estamos lejos de percibir tal como es. Nosotros creamos los conceptos que nos permiten experimentar nuestra realidad y automáticamente pensamos que es verdadera, porque la “estamos viendo”. Entender que somos los creadores de nuestra realidad, de su significado y, por lo tanto, de la calidad de nuestras experiencias, es la lección más poderosa para hacernos responsables de nuestra estancia en este mundo. La identidad es una construcción y el ser humano no es lo que construye, es quien construye. Tú no eres lo mismo que tus creencias, por la sencilla razón de que eres tú quien las crea. Tú no eres de tal país o de tal religión, sino el artífice de estas nociones. Entre mejor lo entendamos, más tolerantes seremos. El punto es que, si vas a crearte una historia, ¿por qué no puede ser una que disfrutes? Si podemos crear una versión propia del mundo
90
EPÍLOGO
dominada por el miedo, entonces podemos construir una en la que experimentemos felicidad. La historia que nos contamos es determinante para quien nos convertimos, es el sistema operativo de nuestra mente y lo mismo puede empoderarnos que limitarnos. Por eso es importante el tipo de relato que nos narremos, dado que de éste depende si sufrimos o somos felices, si fracasamos o tenemos éxito, si somos víctimas o héroes, si nos caemos algunas veces o nos levantamos muchas otras. Al final es sólo una historia. Crea una que te mueva y no una que te paralice. Puedes creer que no tienes capacidad para hacer algo y ésa puede ser parte de la historia que te cuentas. Ten claro que esto se convierte en una profecía autocumplida, porque tanto si crees que puedes como si crees que no, estarás en lo correcto. Nadie sabe cuál es su límite hasta que comienza a trabajar por lo que quiere. Si es así, cuestiónate: ¿cuándo fue la última vez que lo intentaste? 2. Propósito. Si aceptamos que somos los creadores de nuestra historia, de nuestra identidad y entendemos que no “somos”, sino que nos construimos, la pregunta que sigue es: ¿a quién quiero construir? Esto implica que la responsabilidad de nuestro desarrollo y de nuestra felicidad está en nuestras decisiones, no en nuestras condiciones. Puedes alcanzar una meta y no cumplir tu propósito si en el camino para su logro te perdiste como persona. Es necesario, entonces, decidir qué persona quieres ser antes de plantearte qué quieres lograr. Existen muchas formas de alcanzar tus metas, pero sólo algunas son consistentes con la persona que quieres ser. Debes hacer una introspección y entender por qué te has planteado tal o cual meta. ¿Cuál es tu intención? La energía necesaria para lograr tus objetivos vendrá de tu motivación. Mientras más extrínseca sea, más vulnerable será tu determinación. Si todo lo que buscas es un salario, reconocimiento o estatus, lo podrás lograr de muchas maneras que, algunas de ellas, atentarán contra tus valores y con la visión que deseas alcanzar como persona. En cambio, mientras más intrínseca sea tu motivación, ésta será más cercana a quien eres, a tu propósito y más fuerte será. 3. Éxito. No debemos confundir el logro con el éxito. Sólo cuando tienes la convicción de que tu esfuerzo sacó lo mejor de ti, es que efectivamente te sentirás exitoso. Si alcanzas tus metas pero en el interior sabes que no diste todo lo que pudiste haber dado o que no fuiste la persona que esperabas ser, no tendrás una sensación de éxito, sino más bien de fracaso.
91
MI MEJOR YO
Los seres humanos necesitamos desafíos para crecer, esfuerzo para valorar y necesitamos de la dificultad para sentirnos orgullosos. El camino está en la lucha, en vencer los obstáculos y nuestras propias limitaciones. El verdadero éxito y la felicidad vienen de crecer y contribuir a un propósito más grande que uno mismo. Las personas que persiguen la felicidad son como los perros que se persiguen la cola, están destinados a nunca alcanzarla. La felicidad resulta del compromiso a un camino auténtico en el que crecemos, desarrollamos nuestro potencial y con él contribuimos no sólo a la satisfacción de nuestras ambiciones, sino también a las necesidades de otros. El éxito depende de decisiones y todas ellas tienen un costo. Ése es el precio que pagas por alcanzar tus sueños. Sin embargo, no hay precio mayor a pagar que el llegar un día, al final del camino y arrepentirse de haber dejado un sueño sin perseguir. El costo del éxito es siempre mucho menor que el costo del arrepentimiento. 4. Metas, estándares y objeciones. No hay viento bueno para quien no sabe a dónde va. Si no te responsabilizas de establecer metas y de la dirección que quieres que tu vida tome, entender cuál es tu camino, entonces, dejas que la suerte, buena o mala, decida tu destino. Como seres humanos somos conscientes de que estamos a una decisión de distancia de una vida completamente diferente, por eso es que “eres el arquitecto de tu destino”, lo construyes con cada decisión que tomas. No tener un plan es lo mismo que planificar el fracaso. Elige objetivos que te reten a sacar lo mejor de ti mismo. Los límites los pones tú, así que entre más expandas la idea de lo que eres capaz de hacer, más posibilidades habrá de transformarte en esa persona en la que te quieres convertir. Pon un plazo, diseña un plan y comienza a realizar pequeñas acciones diarias encaminadas a tu objetivo. El principal obstáculo para alcanzar un sueño es tu miedo. El miedo es lo único que realmente te detiene en la vida y todos lo hemos experimentado. El miedo a perder, a fracasar, es nuestra principal ancla, pero el fracaso no es derrota. El fracaso es el obstáculo, la piedra que debemos esperar que sea parte del camino. Sólo cuando nos damos por vencidos es que caemos en la derrota. No existe tal cosa como fallar o triunfar en la vida. Ambas son ideas que reflejan la manera en que interpretamos la respuesta social a lo que hacemos. Una vida bien vivida es una aventura
92
EPÍLOGO
llena de obstáculos a vencer, es un constante desafío a nuestros límites, por conocer de qué estamos hechos. Fallar es parte necesaria del camino y fundamental del éxito. ¿Cómo superar el miedo? El truco está en no luchar contra él, sino en aprovecharlo para romper con los pensamientos y creencias que nos limitan. Lo primero es aceptar que tienes miedo. Todas son excusas detrás de las cuales nos escondemos para justificar por qué no tomamos acción. Las excusas siempre aparecen después del miedo, son la reacción natural al cambio. Cualquier compromiso con una meta que no sea del 100% conlleva un conflicto, una lucha adicional con uno mismo. El comprometerte totalmente no admite más que la sola idea de hacer lo que tienes que hacer. En ese punto, eliminas los conflictos internos que te dificultan la ejecución. Cuando trabajas al 99%, las cosas pueden ponerse bastante difíciles, porque antes, incluso de comenzar tu labor, una pequeña voz en tu cabeza constantemente te hará preguntas, como si estás seguro qué es lo que quieres hacer o si no sería mejor hacer algo diferente. Dar el 99% se convierte en algo agotador para tu mente porque estás viviendo de manera continua en conflicto. A menudo se etiqueta como imposible algo que en realidad es muy difícil o bastante complicado; no obstante, el hecho de que algo requiera una gran cantidad de esfuerzo, disciplina e inspiración no quiere decir que sea imposible. Sin compromiso no hay éxito. El compromiso con tu propósito se expresa en la determinación de dar lo máximo de uno mismo para lograrlo. 5. Modelos. Tiendes a desempeñarte en el promedio de quienes te rodean y buscas insertarte en ese grupo de referencia, por lo que muchas de tus decisiones y tu desempeño dependen directamente de tu grupo social. Procura siempre ampliar tu grupo, busca a personas que te inspiren y modelos que han alcanzado metas o estándares similares a las que tú aspiras lograr, ellos se transformarán en un referente de lo que es posible y te darán ideas de cómo lograr tus objetivos 6. Estrategia. El éxito en tu vida no ocurre por accidente, se construye a partir de una estrategia. Si tienes claridad de quién eres, lo que quieres, en quién te quieres convertir y de ahí diseñas el camino que te lleva en esa dirección, se incrementa de manera significativa la probabilidad de que tengas éxito. Es siempre preferible una buena estrategia implementada que una excelente que queda sólo en fantasías.
93
MI MEJOR YO
De hecho, aun cuando es clave para el éxito tener un plan estratégico, nos damos cuenta que contar con él no garantiza que se implemente. Una clave para garantizar la ejecución permanente de nuestros planes es transformar nuestras conductas en hábitos. 7. Hábitos. Eres la suma de tus hábitos. La mitad de nuestro comportamiento es automático. La persona que hoy eres es en gran medida el resultado de todos tus hábitos, la mayoría los aprendiste desde niño como parte de tu cultura y muchos otros los adquiriste siendo ya adulto, pero sin mayor consideración. Muchos son consistentes con nuestra identidad y, por lo tanto, no los cuestionamos, e incluso, algunos ya dejaron de ser apropiados y de vez en cuando debatimos si deberíamos continuar con ellos. Nuestros hábitos en un comienzo fueron resultado de decisiones conscientes, hasta que, por la fuerza de la repetición, esas conductas se automatizaron, delegando así la capacidad de decisión. La principal ventaja de los hábitos frente a conductas no rutinarias es que una vez instalados, no requieren fuerza de voluntad para operar, sino que funcionan de manera automática. Y por el contrario, para realizar actividades o comportamientos nuevos o no rutinarios necesitamos de una gran motivación, esfuerzo y concentración. Los hábitos, positivos y negativos se forman mediante la repetición constante. Si una acción es persistente en tu rutina, es muy probable que termine por grabarse en el “disco duro” de tu cerebro en forma de hábitos. La tendencia de nuestro comportamiento es realizar conductas habituales y operar en “piloto automático”, por lo que casi la mitad de todas nuestras conductas son habituales. Estas rutinas se adueñan de nuestro comportamiento y de nuestra capacidad de decidir, pues cedemos al hábito como la manera adecuada de reaccionar. Los hábitos, por su naturaleza automática, no requieren fuerza de voluntad para perpetuarse, pero sí mucha disciplina para romperlos. La voluntad es como un músculo que crece y se mantiene en forma sólo si la ejercitamos. La técnica es muy simple: utiliza tu voluntad para crear un hábito, una vez que lo tengas bien cimentado, no tendrás que volver a preocuparte por él, porque lo seguirás realizando en automático. El siguiente paso es desarrollar otro hábito y así sucesivamente. Al principio, la creación de un nuevo hábito será difícil hasta que ya no lo sea más. Lo ideal es que cada nuevo hábito sustituya uno negativo. Tomar agua en lugar de fumar un cigarrillo, leer una página de un libro en vez de ver la televisión, pensar bien cómo respondes a una agresión antes de enojarte.
94
EPÍLOGO
Para alcanzar la maestría no es suficiente la mera repetición de una conducta. Esta repetición debe transformarse en una práctica deliberada, la cual te conducirá al perfeccionamiento y se consigue al perseverar procurando retroalimentación, instrucción adecuada y al presionarse siempre por ser mejor. Tu éxito comienza con cuán saludable eres y tu salud depende principalmente de tres hábitos fundamentales: alimenticios, actividad física y descanso. Dado que nos convertimos en lo que pensamos, la clave para alcanzar todas tus metas y ser la mejor versión de ti mismo está en desarrollar una mente inquebrantable y ésta depende de tus hábitos mentales. Lo primero es tomar control de tu atención. Ella es la lente con la que observas el mundo, puede ser ampliada y controlada, y responde a una programación muy simple: tu atención siempre está activamente buscando aquello que necesitas y procura contestar las preguntas que consciente o inconscientemente te preocupan, por lo que descarta del campo perceptual lo que no es relevante para contestar o para resolver necesidades. La mayoría del tiempo no eliges conscientemente cómo utilizas tu atención y ésta funciona en piloto automático. Sin embargo, tienes la capacidad de dirigirla hacia lo que decidas. La atención y el foco son clave para la ejecución. La energía fluye hacia donde enfocas tu atención. Ésta es un mecanismo selectivo y guiado por nuestras expectativas y metas; si conscientemente asumimos un norte y objetivos claros, nuestra atención será una compañera que consciente e inconscientemente buscará las señales, las claves para encontrar el camino deseado. Focalízate en aquellas acciones que te traigan el máximo beneficio para el logro de tus metas, ponle fecha a tus sueños y asigna el tiempo requerido para lograrlos. Para ganar cualquier batalla, antes que nada, debes ganarla en tu mente. Debes dar por sentado que vas a lograr tu meta, sin dudas, y esto parte por asumir toda la responsabilidad de tus acciones. Debes eliminar todas las excusas de tu discurso. La “excusitis” es un “desorden” que nos vuelve incapaces de hacernos responsables de nuestras propias vidas. Hacerse responsable y creer en uno mismo es difícil. La mente es como la tierra, cosechas lo que plantas. Los pensamientos con los que alimentes tu conciencia se verán reflejados en tu vida diaria. Tú decides si éstos son nutritivos o tóxicos, si alimentas tus miedos, tu pesimismo, tu indiferencia o decides por el optimismo, la responsabilidad y la acción.
95
MI MEJOR YO
Tú decides cómo alimentar tu mente. De la misma forma en que vas a dejar de comer alimentos chatarra para ser más saludable, también puedes abandonar los pensamientos negativos y cambiar a formas más productivas de ver el mundo. Una de las claves es desarrollar una visión optimista de tus opciones. Cuando comienzas a trabajar en algo, pero internamente crees que no vas a conseguirlo, tu cerebro también actúa en consonancia y atrae “razones” para respaldar esta creencia negativa. Comienzas a justificar de antemano el fracaso, en lugar de construir una ruta para conseguir el éxito. Cuando crees realmente en que puedes lograr tus metas, tu cerebro se enfoca en ellas y comienzas a pensar en cómo alcanzarlas. Visualízate conquistando tu meta, viendo todo lo que puedes lograr a largo, mediano y corto plazos. La visualización es un ejercicio que puede servirte para cualquier cosa si la incorporas a tus hábitos. Entrenar la mente es tan importante como entrenar el físico. Sé implacable con tus pensamientos negativos. Son tus decisiones, no tus condiciones, las que determinarán tu éxito. Las tres decisiones fundamentales son: ¿en qué te enfocas?, ¿qué significado le asignas? y ¿qué harás al respecto? Muchos factores pueden influir en que cualquier emprendimiento fracase o triunfe, y de lo único que puedes hacerte cargo es de tu esfuerzo personal, del empeño que pones para reunir todos los factores que determinen tu éxito. Dado que no puedes controlar los factores externos a ti, es tu responsabilidad tener el máximo dominio sobre tus actos. Mi mejor yo. Tu camino para ser y hacer contiene un modelo y consejos que sin
duda te ayudarán a definir y alcanzar tus metas y máximo potencial. Éste es un camino de desarrollo personal que nadie puede caminar por ti. Según Lao-Tse, un viaje de 1 000 km comienza con un primer paso. Te deseo que este viaje sea exitoso, que esté lleno de aventuras, desafíos, que expanda tus límites, te haga responsable, te construya como persona, saque lo mejor de ti y que, en palabras de Ralph Waldo Emerson, “no vayas por donde el camino te lleve, ve, en cambio, por donde no hay camino y deja tu huella”. ¡Es hora de comenzar el viaje!
96
Bibliografía
MI MEJOR YO
Berns, G. (2010). Iconoclast . Harvard Business School. Breuning, L. (2015). Habits of a Happy Brain: Retrain Your Brain to Boost Your Serotonin, Dopamine, Oxytocin & Endorphin Levels. Adams Media Corp. Brooks, D. (2015). The Road to Character . Allen Lane. Burg, B. y Mann, J. (2008). Dar para recibir. El secreto del éxito en los negocios . Empresa activa. Choquette, S. (2004). Trust Your Vibes. Hay House UK. Collins, J. (2006). Empresas que sobresalen . Ediciones Gestión 2000. Csíkszentmihályi, M. (1997). Fluir: una psicología de la felicidad . Kairos. Cuddy, A. (2016). El poder de la presencia. Ediciones Urano. Currey, M. (2014). Rituales cotidianos. Cómo trabajan los artistas. Turner. Damon, W. (2009). The Path to Purpose. Free Press. De Mello, A. (2011). Despierta. Gaia Ediciones. Divine, M. (2014). Unbeatable Mind. Createspace. Duckworth, A. (2017). Grit: el poder de la pasión y la perseverancia. Urano. Duhigg, C. (2015). El poder de los hábitos. Books4Pocket. Elrod, H. (2016). Mañanas milagrosas. Zenith. Ericsson, A. y Pool, R. (2017). Peak: How All of Us Can Achieve Extraordinary Things. Vintage. Ericsson, A., Krampe, R. y Tesch-Romer, C. (1993). The Role of Deliberate Practice in the Acquisition of Expert Performance. Psychological Review . Vol. 100. Núm. 3. American Psychological Review. García, M. (2008). Las claves de la publicidad. ESIC editorial. Gaulin, S. y McBurney, D. (2003). Evolutionary Psychology. Prentice Hall. Gelb, M. (2006). Atrévase a pensar como Leonardo da Vinci. Siete claves para ser un genio. Punto de Lectura. George, B. y Sims, P. (2017). True North. Wiley. Gladwell, M. (2012). Fuera de Serie (Outliers) . Punto de Lectura. Glei, J. (2013). Maximize Your Potencial: Grow Your Expertise, Take Bold Risks & Build an Incredible Career . Brilliance Corp. González, D. C. (2014). El arte del entrenamiento mental. Gonzolane Media. Graham, T. y Ramsey, D. (2012). The Happiness Diet. Rodale. Hargrave, Sir John (2016). Mind Hacking: How to Change your Life for Good in 21 Days. Gallery. Hendricks, G. (2013). Conscious Living. Harperone. Keller, G. (2016). Sólo una cosa. Aguilar. Kelly, M. (2008). Perfectly Yourself: 9 Lessons for Enduring Happiness . Random House Australia. . (2017). El ritmo de la vida. Beacon Publishing. Krech, G. (2014). The Art of Taking Action. ToDo Institute Books.
98
BIBLIOGRAFÍA
Lao-Tse (2008). Tao Te Ching, edición de Vladimir Antonov. New Atlanteans. Leonard, G. (1992). Mastery; The Keys to Success and Long-Term Fullfillment . Plume. López, S. J. (2014). Making Hope Happen: Create the Future You Want for Yourself and Others. Atria Books. Marco Aurelio (2016). Meditaciones. CreateSpace Independent Publishing Platform. Maslow, A. H. (1991). Motivación y personalidad. Ediciones Díaz de Santos. Maxwell, J. C. (2009). How Successful People Think; Change Your Thinking, Change Your Life. Center Street. McDonald, J. (1994). El mensaje del maestro. Selector Actualidad Editorial. Millman, D. (1999). Body Mind Mastery. New World Library. Newport, C. (2007). How to Become a Straight-A Student . Broadway Books. Orwell, G. (2013). 1984. Debolsillo. Pink, D. H. (2010). La sorprendente verdad sobre lo que nos motiva . Ediciones Gestión 2000. Pychyl, T. A. (2013). Solving the Procrastination Puzzle. Tarcher/Putnam. Ratey, J. (2009). Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain . Quercus. Ricard, M. (2008). Why Meditate?: Working with Thoughts and Emotions. Hay House. Robinson, K. (2017). El Elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo. Debolsillo. Roth, B. (2015). The Achievement Habit. HarperBusiness. Schwartz, D. J. (2011). La magia de pensar en grande. Taller del éxito. Seligman, M. (2011). La auténtica felicidad. Zeta Bolsillo. Selk, J. (2008). 10-Minute Toughness. McGraw-Hill Education. Shimoff, M. (2013). Feliz porque sí . Books4Pocket. Syed, M. (2010). Bounce: The Myt of Talent and the Power of Practice . Fourth Estate. Tolle, E. (2014). El silencio habla. Gaia. Tracy, B. (2004). Focal Point. Amacom. Tynan (2014). Superhuman by Habit. Createspace Independent Publishing Platform.
Recursos electrónicos
Ariely, D. “Dan Ariely habla sobre nuestro código moral defectuoso”, charla TED. https://www.ted.com/talks/dan_ariely_on_our_buggy_moral_code? language=es
99
MI MEJOR YO
Breuning, L. “How To Train Your Brain To Go Positive Instead of Negative”.Forbes. https://www.forbes.com/sites/womensmedia/2016/12/21/how-to-trainyour-brain-to-go-positive-instead-of-negative/2/#4f3f40005e55 Burrus, D. “Stop Being Ordinary – Choose to be Extraordinary!”.Big Think. http:// bigthink.com/flash-foresight/stop-being-ordinary-nil-choose-to-beextraordinary Carrol, L. “Genetic Studies Promise a Path to Better Treatment of Addictions”. The New York Times. http://www.nytimes.com/2000/11/14/health/genetic-studies-promise-a-path-to-better-treatment-of-addictions.html Clear, J. “The 3 R’s of Habit Change: How To Start New Habits That Actually Stick”. Sitio web oficial de James Clear. http://jamesclear.com/threesteps-habit-change Conflict Resolution Education Connection. “Nonverbal Communication for Educators”. Creducation. http://creducation.net/resources/nonverbal_ communication/ Corley, T. “The 100 Day Challenge”. Rich Habits. http://richhabits.net/100-daychallenge/ Duckworth, A. Grit Scale. Angeladuckworth. https://angeladuckworth.com/ grit-scale/ Dweck, C. El poder de creer que se puede mejorar , charla TED. 2014. https:// www.ted.com/talks/carol_dweck_the_power_of_believing_that_you_ can_improve?language=es Extra, “Forbes lista Pelé entre os 12 atletas aposentados mais bem pagos do mundo”, sitio de noticias online Extra. https://extra.globo.com/noticias/ economia/forbes-lista-pele-entre-os-12-atletas-aposentados-mais-bempagos-do-mundo-11846648.html Fundación del Español Urgente. Buscador urgente de dudas. Fundéu BBVA. http://www.fundeu.es/ HBO Adicction. “Stop! Go! A Rogue System in the Brain”. HBO. https://www. hbo.com/addiction/understanding_addiction/112_stop_go_mechanisms.html Johnson, B. “Habits 101: How to Create Habits that Can Change Your Life”. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=rXYAEtht4_w . “The Tao te Ching by Lao Tzu”. YouTube. https://www.youtube. com/watch?v=-vCS1Kn-4_g Martín, G. “Maestría del cuerpo y la mente”. Salud Estratégica. http://www.saludestrategica.com/wp-content/uploads/2016/05/Maestria-del-Cuerpoy-la-Mente.pdf Masih-D’Silva, S. “7 Secrets of Extraordinary People”. Complete Wellbeing. https:// completewellbeing.com/article/7-secrets-of-extraordinary-people/
100
BIBLIOGRAFÍA
Mattmiller, B. “Can love change your mind? New project explores neuroscience of ‘positive qualities’”. University of Wisconsin-Madison. http://news.wisc.edu/can-love-change-your-mind-new-project-explores-neuroscience-of-positive-qualities/ Mind Tools. “Body Language. Understanding Non-Verbal Communication”. MindTools. https://www.mindtools.com/pages/article/Body_Language.htm Moorehead, B. “The Paradox of Our Age”, publicado originalmente en Words Aptly Spoken. 1995. http://garywolff.com/paradox.html O’Toole, G. Quote Investigator. Exploring the Origins of Quotation . https://quoteinvestigator.com/about/ Pam, C. “7 Things You Need To Stop Doing To Be More Productive, Backed By Science”. Medium. https://medium.com/learn-unlearn-relearn/7-things-you-need-tostop-doing-to-be-more-productive-backed-by-science-a988c17383a6 Proyecto Williams sobre el Estudio de la Economía en la Educación Superior, citado por Valorie Delp en “How Peers Influence Academic Performance”. Love To Know. http://teens.lovetoknow.com/The_Extent_to_which_Peer _Groups_Affect_Academic_Performance Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española , versión online. http://www.rae.es/ Robbins, T. “¿La clave para lograr el éxito? El Modelo de Estrategia”, en sitio web oficial de Tony Robbins. https://www.tonyrobbins.com/es/historia/ la-clave-para-lograr-el-exito-el-modelo-de-estrategia/ . “How To Raise Your Standards”, en sitio web oficial de Tony Robbins. https://www.tonyrobbins.com/mind-meaning/how-to-raise-yourstandards/ . “How To Use Fear Before It Uses You”, en sitio web oficial de Tony Robbins. https://store.tonyrobbins.com/?_ga=2.265105228.212848138 0.1503679551-1678011333.1503679551 . “Pure Energy and Endurance with Stu Mittleman Slow Burn: How Stu Trained Himself to Run 50-Plus Miles Every Day”, en sitio web oficial de Tony Robbins. https://www.tonyrobbins.com/training/pureenergy-and-endurance-with-stu-mittleman-slow-burn-how-stu-trained-himself-to-run-50-plus-miles-every-day/ . “La Regla de 2-Milímetros”, en sitio web oficial de Tony Robbins. https://www.tonyrobbins.com/es/historia/la-regla-de-2-milimetros/ . “Las tres decisiones que marcan tu destino”, en sitio web oficial de Tony Robbins en España. http://www.tonyrobbinsspain.com/ las-3-decisiones-que-marcan-tu-destino-3/ Rodríguez, J. “Cómo hackear tu cerebro para que logres lo imposible”. ModoEmprendedor. http://www.modoemprendedor.com/como-hackeartu-cerebro-para-que-logres-aquello-que-crees-imposible/
101
MI MEJOR YO
Secretaría de Estado para la Cooperación al Desarrollo de Bélgica. “El concepto de identidad” en Vivre ensemble autrement, traducción al español de Elsa Velasco publicada en Dossier para una Educación Intercultural . FUHEM. http://www.fuhem.es/ecosocial/dossierintercultural/contenido/9%20 EL%20CONCEPTO%20DE%20IDENTIDAD.pdf Siddiq, A. “10 Amazing Life Lessons I’ve Learned from Tony Robbins”. Lifehack. http://www.lifehack.org/articles/communication/10-amazing-life-lessons-ive-learned-from-tony-robbins.html Simmons, M. “The No. 1 Predictor of Career Success According to Network Science”, Forbes. https://www.forbes.com/sites/michaelsimmons/2015 /01/15/this-is-the-1-predictor-of-career-success-according-to-networkscience/#55513c1be829 Tolle, E. Buscando el sentido de la vida , conferencia en video publicada en seis partes en YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=jv-jK5BgmuM Universidad de Pennsylvania, Authentic Happiness. https://www.authentichappiness.sas.upenn.edu Universidad Nacional Autónoma de México, “El cerebro, 86 mil millones de neuronas”. Gaceta UNAM. http://www.gaceta.unam.mx/20150406/elcerebro-86-mil-millones-de-neuronas/ Welch, J. y Suzy. “Are Leaders Born or Made?”. LinkedIn. https://www.linkedin.com/pulse/leaders-born-made-heres-whats-coachable-definitely-jack-welch?trk=mp-reader-card Wooden, J. “John Wooden habla sobre la diferencia entre ganar y el éxito”. TED. https://www.ted.com/talks/john_wooden_on_the_difference_between _winning_and_success?language=es Yanes, J. “Cinco versiones del fin de mundo, según Stephen King”. El Huffington Post. http://www.huffingtonpost.es/2015/01/24/fin-del-mundo-stephenhawking_n_6531032.html
Otros
Nightingale, E. (2007). El secreto más raro. Audiolibro. BN Publishing. Miranda, L. M. y Odom, L. Jr. (2016). “The World Was Wide Enough” en el musical Hamilton. Muccino, G. (Dir.) (2006). En busca de la felicidad. Estados Unidos. Will Smith (Prod.). National Geographic (2011-2016). Brain Games. Serie de televisión. Estados Unidos. Russel, D. (Dir.) (2013). Silver Linings Playbook. Estados Unidos.
102