n.o48/2011 6,50 €
REDES SOCIALES Cómo influyen en nuestro comportamiento y emociones
NUEVAS TECNOLOGÍAS
INTELIGENCIA 2.0 EDUCACIÓN
¿POR QUÉ FALTAN A CLASE? PSICOLOGÍA
MAYO/JUNIO 2011
SINAPSIS «DURMIENTES» PSICOBIOLOGÍA
LA ADICCIÓN
9 771695 088703
NEUROCIENCIA
00048
VIOLENCIA DE GÉNERO
SUMARIO
INTELIGENCIA Y TECNOLOGÍA
MALOS TRATOS
20
68 48 MIMETISMO SOCIAL
SINAPSIS Y APRENDIZAJE
32 78 CIBERACOSO
EDUCACIÓN
DROGAS Y CEREBRO
MIMETISMO
16 NOVILLOS ESCOLARES
26 LA TRAMPA DE LA ADICCIÓN
48 CAMALEONES SOCIALES
Margrit Stamm
Christian Lüscher
Arnd Florack y Oliver Genschow
Casi todos los jóvenes dejan alguna vez de ir a clase. Los motivos no deben buscarse exclusivamente en los alumnos: los maestros y las escuelas tienen gran parte de responsabilidad.
Drogas como la cocaína y la heroína bloquean, a través de mecanismos neuronales aprendidos, la capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa. ¿Qué ocurre en las neuronas?
La capacidad inconsciente de imitar el lenguaje, los ademanes o los gestos de otras personas nos facilita la relación con los demás; tal mimetismo también puede influir en nuestros hábitos de consumo.
PSICOLOGÍA SOCIAL
PLASTICIDAD NEURONAL CONTAGIO SOCIAL
20 VIOLENCIA DE GÉNERO
32 SINAPSIS «DURMIENTES»
Francisca Expósito
Mark Hübener
54 JUNTOS SOMOS DIFERENTES
Montar en bicicleta, tocar la guitarra, leer en francés. Con facilidad logramos reactivar capacidades que creíamos perdidas. Aunque no utilicemos las conexiones nerviosas correspondientes desde hace largo tiempo, una vez anudadas, permanecen.
Nikolas Westerhoff
La asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del problema: su naturaleza ideológica.
Mayo / Junio de 2011 Nº 48
Familia, compañeros de trabajo, vecinos, amigos. Cada persona participa en diversas redes sociales, las cuales influyen en los pensamientos, sentimientos y comportamientos de cada uno, incluso invaden la vida privada.
© ISTOCKPHOTO / NATALIA SILYCH
REDES SOCIALES 54 60 66
JUNTOS SOMOS DIFERENTES COMUNIDADES VIRTUALES GLAMOUR EN FACEBOOK
REDES SOCIALES
ENTREVISTA
60 COMUNIDADES VIRTUALES David Disalvo
75 CAMBIO FUNDAMENTAL EN LAS ESTRUCTURAS DE PENSAMIENTO
Facebook, Myspace, Twitter, Tuenti y otras redes sociales en Internet han evolucionado en pocos años hacia un fenómeno global. ¿Cómo influyen este tipo de relaciones en la psique de los usuarios?
Desde hace décadas crece el promedio de cociente intelectual en todo el mundo. El psicólogo Heiner Rindermann aclara la razón del fenómeno y la función que desempeñan en ello los nuevos medios.
SECCIONES 5
Encefaloscopio Creatividad... Estados de ánimo... Sociabilidad... Subconsciencia... Relaciones afectivas... Neurociencias... Neuroimagen.
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Retrospectiva Desde el manicomio a la psiquiatría comunitaria
36 Punto de vista COGNICIÓN
CONDUCTA
68 INTELIGENCIA 2.0
78 MOBBING 2.0
Christian Wolf
Dieter Krowatschek
Navegar en Internet y jugar a videojuegos aumenta la inteligencia visuoespacial y la atención. Sin embargo, su uso relega el desarrollo de otras facultades cognitivas esenciales.
Desde SMS ofensivos hasta alusiones ridículas en Internet. El cyberbullying, o acoso cibernético, supone una variante de violencia entre los jóvenes. ¿Qué causas originan el fenómeno? ¿Cómo deben actuar padres y maestros para evitarlo?
¿Psicoterapia a partir del escáner cerebral?
40 Mente, cerebro y sociedad Bioelectricidad cerebral y patologías neurológicas. Red de proteínas en el alzhéimer. Origen prenatal de la esquizofrenia. Adicción a Internet.
84 Syllabus Movimiento de masas
90 Ilusiones Dos ojos, dos visiones
94 Libros Potenciación radical Ética y naturaleza
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ASESORAMIENTO Y TRADUCCIÓN:
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LUIS BOU: Encefaloscopio, Ilusiones; F. A SENSI: Novillos escolares, Punto de vista, Mobbing 2.0; M.a DOLORES ESCARABAJAL: Violencia de género; IGNACIO NAVASCUÉS: La trampa de la adicción, Sinapsis «durmientes»; ROLF GÁSER: Camaleones sociales; NOELIA DE LA TORRE: Juntos somos diferentes; BRUNO MORENO: Glamour en Facebook; SIXTO J. C ASTRO: Inteligencia 2.0, Cambio fundamental en las estructuras de pensamiento; M AR SANZ PREVOSTI: Syllabus
EDITA
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ENCEFALOSCOPIO CREATIVIDAD
El cerebro del artista Pruebas fisiológicas sobre la relación entre la inventiva y el trastorno mental
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© ISTOCKPHOTO / PRILL MEDIENDESIGN & FOTOGRAFIE
a creencia popular de que los artistas y pensadores originales poseen algún ramalazo de locura se encuentra muy arraigada. Los émulos de Vincent van Gogh o Sylvia Plath han hecho pensar que la creatividad y la locura van de la mano. En el pasado, ciertas investigaciones establecieron una correlación entre ambas: estudios epidemiológicos indicaban que en las familias de individuos sumamente creativos era más frecuente la enfermedad mental, lo que indicaba un vínculo genético. Un estudio realizado en Suecia expone un mecanismo biológico: individuos sanos y creativos comparten con las personas con esquizofrenia ciertos rasgos en su química cerebral. Un equipo de investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo ha estudiado un grupo de trece personas de ambos sexos, todas ellas creativas. Como indicaban en su artículo publicado en PLoS ONE, otros científicos habían observado con anterioridad que en el pensamiento divergente (la capacidad de «escapar del marco») interviene el sistema dopamíni-
co del cerebro. El equipo determinó, mediante tomografía por emisión de positrones, la abundancia en estos individuos creativos de un «sensor», esto es, de cierto receptor de dopamina en el tálamo y en el estriado, regiones cerebrales que procesan y clasifican la información antes de que se torne en pensamiento consciente, y que también se relacionan con la esquizofrenia. El equipo observó que los individuos que exhibían menor actividad talámica del receptor obtenían mayores puntuaciones en las pruebas de pensamiento divergente: daban múltiples soluciones a un problema. Trabajos anteriores habían demostrado que los sujetos con esquizofrenia exhiben, asimismo, una actividad infranormal en el receptor de dopamina. Esta llamativa semejanza pone de manifiesto un vínculo clave entre la creatividad y la psicopatología. «Para salirse del marco puede ser conveniente no tenerlo completamente intacto», escribe el autor principal, Fredrik Ullén, experto en cognición del Karolinska. —Elizabeth King Humphrey
ESTADOS DE ÁNIMO
Excusas para ocuparse
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unque a muchos de nosotros nos repelen los «trabajos inútiles», que acabamos realizando sin prestar atención, tales tareas pueden mejorar nuestro estado de humor, siempre y cuando exista una excusa para desarrollarlas. Psicólogos de las universidades de Chicago y Jiaotong de Shanghái ofrecieron a sus probandos la posibilidad de elegir entre rehacer una pulsera de cuentas o sentarse sin hacer nada durante quince minutos. La mayoría prefirió la segunda opción, salvo si se les permitía reordenar las cuentas del brazalete a su gusto. En otro experimento, los probandos debían cumplimentar un cuestionario; después podían optar entre entregárselo a un ayudante que se encontraba en la sala y esperar a que empezase la segunda parte
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del experimento, o bien matar el tiempo con una caminata hasta otro edificio para entregar el documento y volver. En todos los casos se recompensaba a los estudiantes con un dulce al depositar su ejercicio. Los probandos solo optaron por el paseo si las golosinas en uno y otro lugar eran diferentes. Ambos experimentos parecen indicar que cuando existe una justificación, como expresarse de forma artística u obtener una recompensa distinta, las personas prefieren ocuparse en alguna actividad. De hecho, quienes optaron por la versión más activa de la situación informaron de promedio sentirse al final de la prueba de mejor humor que aquellas que permanecieron desocupadas. Sirva de consejo: la próxima vez que
GETTY IMAGES
Quienes encuentran razones para ocupar su tiempo son más felices
deba esperar por algún motivo, piense en alguna actividad que le mantenga ocupado. Incluso acciones sencillas, como pasear u organizar un armario, pueden mejorar el estado de ánimo. —Allison Bond
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SOCIABILIDAD
Ayuda hormonal para el autismo La administración de oxitocina parece aumentar las destrezas sociales
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© DREAMSTIME / MARCIN PAWINSKI
n las interacciones sociales íntimas es probable que intervenga la oxitocina, la llamada «hormona de la confianza», fundamental para establecer relaciones normales. Incluso una variante sintética podría reforzar los sentimientos de seguridad. La oxitocina podría corregir, asimismo, algunas de las deficiencias interpersonales que experimentan las personas autistas. En un estudio publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences USA, trece adultos autistas de gran capacidad participaron en un videojuego que requería ir pasando un balón entre tres personajes ficticios controlados por el ordenador. Algunos de los jugadores apenas cooperaban, por lo que para triunfar en el juego era necesario identificarlos y no pasarles la pelota. Tras administrarles un placebo, los voluntarios autistas se manifestaban incapaces de discriminar unos de otros jugadores, situación que cambiaba si recibían oxitocina: los probandos lograban puntuaciones similares a las que registraban los individuos no autistas, gracias a que favorecían a los jugadores más cooperativos. «Bajo los efectos de la oxitocina, los autistas no solo participan más en las actividades sociales, sino que logran comprender
las conductas de otros y responder de forma acorde», explica Angela Sirigu, coautora del estudio y directora de investigación en el Centro de Neurociencia Cognitiva de Bron en Francia. En estudios anteriores se había observado que la oxitocina refuerza la capacidad de los autistas adultos para percibir emociones en el habla y amortiguar el comportamiento repetitivo, otro síntoma que se da con frecuencia en dicha enfermedad. El compuesto ayuda también a los niños autistas a discernir mejor las intenciones de otras personas a través de lo que expresa su mirada. Tales estudios apenas son comprobaciones iniciales pero inducen a pensar que la oxitocina, si se administra al poco de un diagnóstico de autismo, podría facilitar las interacciones sociales tempranas y orientarlas a favor de un desarrollo más normal. No obstante, serán necesarios muchos más ensayos antes de que sea aprobado un fármaco. «No contamos con un gran número de medicamentos para tratar los síntomas centrales del autismo, incluso podría sostenerse que no disponemos de ninguno», explica Thomas R. Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., «así que si este posee algún efecto, valdría la pena ensayarlo». —Nikhil Swaminathan
SUBCONSCIENCIA
Pensamiento delator Un test de prejuicios ocultos pronostica el declive de una relación
CORBIS / JOHN-FRANCIS BOURKE
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veces resulta fácil saber cuándo una relación romántica va a fracasar. Si resulta preferible ordenar calcetines que tener una cita con la pareja o si a ninguno de los dos se le ocurre nada que decir, parece que el asunto decae. Otra mala señal es que —conscientemente o no— se asocie al ser amado con palabras como muerte o ataque. En un estudio basado en asociación de palabras, psicólogos de la Universidad de Rochester solicitaron a 222 personas de ambos sexos, todas ellas casadas, prometidas o con relaciones estables, que
clasificaran las palabras que les presentaba un ordenador. Los probandos debían emparejar los nombres o peculiaridades de sus parejas con términos que evocaban ideas gratas (paz, atención o cariño) o, por el contrario, negativas (fastidio y crítica); todo ello con la mayor rapidez posible. Dicha prueba está diseñada para descubrir en los sentimientos implícitos de las personas prejuicios que no se saben o no se quieren reconocer de forma explícita. Los resultados del test demostraron que cuanto más erraban los probandos en aparear palabras asociadas a sus parejas con palabras de significado positivo, mayor era la probabilidad de que se separaran al cabo de un año; incluso al tener en cuenta variables como satisfacción o conflicto en la relación. Tras efectuar
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RELACIONES AFECTIVAS
No sin mi madre El vínculo maternal da forma a decisiones y estados de ánimo os fuertes lazos emotivos entre madres e hijos aumentan la disposición de los niños a explorar el mundo. Un efecto que se ha observado en humanos, monos e incluso en arañas. Cuanta mayor seguridad tenemos en nuestro vínculo con mamá, más proclives somos a ensayar cosas nuevas y a asumir riesgos, efecto que perdura hasta la edad adulta. La mera evocación de una caricia de la madre o su voz por teléfono bastan para cambiar el estado de ánimo y las opiniones de los hijos; también afecta en forma mensurable las decisiones de los vástagos. En un estudio publicado en línea en Psychological Science, un grupo de estudiantes de economía debía elegir entre apostar sobre seguro o arriesgarse en opciones inciertas, por ejemplo, entre bonos con una rentabilidad anual garantizada del cuatro por ciento o una participación en acciones con retornos mucho más fluctuantes. En la mitad de los casos, los experimentadores dieron a los participantes una palmadita en el hombro de un segundo de duración al tiempo que les proporcionaban verbalmente instrucciones para
dos experimentos que utilizan clases de palabras ligeramente diferentes, los participantes que puntuaron por debajo de la media en asociaciones positivas con su pareja y por encima de la media en las negativas presentaban una probabilidad de un 70 o un 75 por ciento de romper en el plazo de un año, frente a valores del 11 al 14 por ciento de los otros voluntarios. Los resultados demuestran que las actitudes negativas implícitas hacia un compañero sentimental pueden reflejar confusiones o quejas demasiado sutiles como para reconocerlas de forma consciente o lamentables para admitirlas. Mas no es posible ignorar por siempre jamás el propio subconsciente. —Siri Carpenter
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la prueba. Los estudiantes de uno y otro sexo tocados por una experimentadora eligieron con mucha mayor frecuencia la opción más arriesgada, en comparación con aquellos alentados por un hombre o quienes no contaron con tal aliento en absoluto. El contacto alentador de una mujer pudo evocar asociaciones afectivas muy tempranas, inspirando la misma disposición por explorar que la que se observa en los niños pequeños cuyas madres son afectuosas, según explica Jonathan Levav, profesor de economía en la Universidad de Columbia y autor del estudio. Para confirmar que el contacto femenino vincula sentimientos de seguridad con la adopción de riesgos, se pidió a un grupo distinto de estudiantes que efectuasen decisiones financieras después de realizar un ejercicio escrito. Una mitad de los probandos debía redactar experiencias en las que se sintieron seguros y respaldados, mientras que la otra mitad de los participantes debía escribir sobre momentos de soledad e indecisión. La evocación de sentimientos de inseguridad tornó a los estudiantes del segundo grupo receptivos a los toquecitos alentadores de las experimentadoras y les dispuso mucho más a asumir un riesgo,
al igual que un niño que participa en una excursión escolar puede buscar el abrazo tranquilizador de su madre antes de subir al autobús. Sin embargo, no es el contacto físico la única fuente de confortación materna. En un estudio publicado también en línea en Proceedings of the Royal Society B, investigadoras de la Universidad de Wisconsin-Madison estresaron a un grupo de niñas de siete a doce años: les exigieron que realizasen ejercicios de matemáticas y que hablasen en público. Después, algunas niñas se reunieron con su madre; otras solo pudieron hablar con ella por teléfono. Las últimas liberaron iguales dosis de oxitocina, la hormona que induce vínculos sociales, que aquellas abrazadas por mamá. Ambos grupos presentaban similares niveles bajos de cortisol (hormona del estrés), lo que podría explicar por qué tantas personas, sean jóvenes o adultas, llaman a su madre cuando se sienten tristes. «Se trata de un fenómeno con carácter muy fundamental», afirma Levav. «En el fondo, se reduce a que nuestra madre fue la primera en abrazarnos.» Los efectos de ese vínculo perduran. —Ferris Jabr
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NEUROCIENCIAS
Retroalimentación neuronal El cerebro genera campos eléctricos que influyen en su propia actividad ntre los miles de millones de neuronas de nuestro cerebro corren sin cesar impulsos eléctricos que generan campos eléctricos, que a su vez lo envuelven como una nube invisible. Un estudio publicado en línea en Neuron conjetura que el campo eléctrico del encéfalo no constituye un subproducto pasivo de su actividad neuronal, como se creía. Este campo puede contribuir a regular de forma activa el funcionamiento del cerebro, sobre todo durante el sueño profundo. Se sabía desde hace tiempo que las fuentes externas de electricidad (como la terapia por electrochoque) pueden alterar la función cerebral; ahora se dispone de la primera indicación directa de que el campo eléctrico nativo del cerebro modifica la forma de conducta del mismo. En el estudio, dos neurobiólogos de la Universidad de Yale, David McCormick y Flavio Fröhlich, envolvieron un corte, vivo todavía, de cerebro
de hurón en un campo eléctrico que remedaba al que produce un encéfalo intacto de dicho mustélido en la fase de ondas lentas del sueño. El campo aplicado amplificaba y sincronizaba la actividad neuronal que todavía existía en el
titud de espectadores cuando animan a su equipo incita al gentío a seguir animándolo. Dicho de otro modo, el campo eléctrico cerebral no constituye un subproducto: se trata de un bucle de retroalimentación.
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corte. Tales resultados indican que el campo eléctrico generado facilita las mismas reacciones neuronales que crearon el campo en un inicio, al igual que la nube de entusiasmo que envuelve a una mul-
Se sabía que los períodos de elevada actividad neuronal sincronizada (como la del sueño profundo) revisten una importancia crucial para el mantenimiento del funcionamiento normal del cere-
NEUROIMAGEN
Tres son multitud
Si hemos de realizar dos cosas al mismo tiempo,
La estructura del cerebro podría explicar la dificultad de efectuar varias tareas a la vez
tarea en dos. Así se afirma en un estudio publicado
nuestro cerebro escinde, en sentido estricto, la
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en Science. Los investigadores midieron la actividad cerebral en tareas de emparejamiento de letras. Cuando los probandos tenían que habérselas con dos ristras de letras y realizar al mismo tiempo dos tareas de emparejamiento, la actividad de una mitad del cerebro correspondía a una de las tareas, mientras que el trabajo de la otra mitad, a la otra labor. Ello podría explicar nuestra notoria torpeza para llevar a cabo tres o más tareas a la vez. Cuando las actividades son más de dos... nos quedamos sin hemisferios. —Graciela Flores
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bro, pero nunca estuvo claro de qué forma se coordinaban esas fases estables, ni por qué se descarriaban en trastornos como la epilepsia. El estudio apunta la posibilidad de obtener algunas respuestas sobre la función del campo eléctrico del encéfalo, que es sorprendentemente activo. «Se trata de un descubrimiento muy nuevo e interesante», afirma Ole Paulsen, neurocientífico de la Universidad de Cambridge, quien no tomó parte en la investigación. «Sabíamos que campos eléctricos débiles podían influir en la actividad cerebral, pero nadie había comprobado con anterioridad que los campos generados por el cerebro pudieran influir en su propia actividad». Fröhlich contempla asimismo posibles aplicaciones terapéuticas, sobre todo en el perfeccionamiento de la estimulación transcraneana por corriente continua (tDCS, por sus siglas inglesas). Dicha técnica se basa en la aplicación de campos eléctricos débiles sobre el cuero cabelludo con el objeto de tratar la depresión o los dolores crónicos, entre otras dolencias. En su aplicación tradicional, la tDCS se centra en campos eléctricos estándar, que no varían mucho, a diferencia de los dinámicos utilizados en el presente estudio para remedar un cerebro vivo. «El paso lógico siguiente consistiría en utilizar estas formas de onda más complejas en un contexto clínico y comprobar si mejoran el tratamiento», opina Fröhlich. —Ferris Jabr MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
RETROSPECTIVA
DESDE EL MANICOMIO A LA PSIQUIATRÍA COMUNITARIA Una biografía profesional y personal resume 60 años de la historia psiquiátrica en Alemania y España AGUSTÍN JIMENO VALDÉS
egresemos a los años cincuenta del siglo XX, en el sanatorio psiquiátrico provincial Nuestra Señora de la Fuencisla en Segovia. Durante mi etapa adolescente comencé a frecuentar este «manicomio» situado en el bello paraje serrano entre Segovia y La Granja de San Ildefonso. Allí trabajaba mi padre, el también psiquiatra Agustín Jimeno Cattaneo, siguiendo las normas asistenciales de La psiquiatría activa de H. Simon: todos los enfermos, incluso los catatónicos, debían estar activos. En Segovia, las mujeres en corro, en el patatero de la cocina, pelaban lentamente patatas, algunas faenaban en la alpargatería, otras en el costurero donde bordaban en la mejor artesanía segoviana preciosos manteles y juegos de sábanas. Los hombres se empleaban en las vaquerías, en la labranza, en el cuidado de cerdos y gallinas. Mi padre llevaba fichas de cada uno de los pacientes en la «laborterapia», nombre por aquel entonces todavía en desuso. El hospital no solo era autosuficiente, sino que abastecía al Hospicio, y al Hospital Provincial. En una limpia aunque pobre enfermería se administraban electrochoques y curas de Sakel de insulina, como se hacía en los mejores centros sanitarios. Hoy sin embargo nos horrorizaríamos de las precarias condiciones de aquellos tratamientos. Existía en la finca paludismo endémico, herencia de las tropas de regulares que se albergaron allí durante la Guerra Civil. Mi padre realizó observaciones sobre el
paludismo espontáneo en los esquizofrénicos a semejanza de las curas eficaces con paludismo que empleaba J. von Jauregg para el tratamiento de las parálisis cerebrales. De este modo constató que la fiebre producía una disminución meramente sintomática de la agitación y la ansiedad, aunque solo durante los abscesos de fiebre. Las instalaciones recientes y relativamente pequeñas del sanatorio permitían evitar las peores lacras de los «asilos manicomiales». Se hallaba en una magnifica finca de la diputación provincial, propiedad anterior de los condes de Mallada denominada ya en ese entonces «Quitapesares» por encontrar allí solaz la reina regente María Cristina y su marido morganático, Muñoz.
Unidad de agudos Muy pocos hospitales generales en España contaban por entonces con una unidad de psiquiatría de agudos. La diferencia entre esta y una unidad de crónicos había marcado trayectorias biográficas y posiciones doctrinales en Alemania y Francia; es decir, en la psiquiatría dirigente de la época. Una de las escasas unidades de agudos en España se hallaba en el Clínico de Madrid, donde trabajaron Rodríguez Lafora, B. Llopis y J. J. López Ibor, entre otros. Las salas se encontraban en un magnífico edificio, hoy el Museo Reina Sofía. Allí, como asistente voluntario y alumno de doctorado, asistí a la aparición de nuevos fármacos, a las psicosis agudas del alcoholismo y al kif (léase marihuana, a la que eran adictos antiguos militares
TODAS LAS FOTOGRAFÍAS DE ESTE ARTÍCULO: CORTESÍA DEL AUTOR
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AGUSTÍN JIMENO en el Instituto Max Planck de Múnich en 1960.
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RESUMEN
Época de reforma
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En los años sesenta del siglo XX, muy pocos hospitales generales
en España contaban con una unidad de psiquiatría de agudos.
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Los servicios psiquiátricos alemanes ofrecían mayor posibilidad
para la formación, además de un ejemplo a seguir para el cambio necesario en la asistencia de los centros españoles.
3
El Sanatorio de Conjo, en Santiago de Compostela, fue uno de
los primeros en España en adoptar mejoras en el sistema asistencial de los enfermos mentales.
que habían prestado servicios en Marruecos), y también a brotes agudos de psicosis «endógenas». Todo ello en pacientes casi todos indigentes, asistidos por la Beneficencia Provincial. En 1960 continué mi formación en calidad de médico interno en la Casa de
Salud Valdecilla de Santander, otro de los centros en España que contaban con unidades de agudos. En el pabellón 20 se encontraban las tres unidades: una de psiquiatría de hombres, otra de mujeres y una tercera de pacientes neurológicos. No estaba claro el concepto asistencial. Había casos de ataxia de Fridreich y de miotonía de Thomsen. La neurocirugía también era bastante elemental, pues en esos años no se contaba con la posibilidad de realizar angiografías. Sin embargo, bajo la dirección de J. M.a Aldama Truchuelo se llevaba a cabo una asistencia individual con la máxima calidad de la época: técnicas de sugestión, de narcoanálisis, de electrochoques, así como curas con los psicofármacos disponibles. Con la apertura por las hermanas hospitalarias de un hospital para mujeres en Cueto, en las laderas de El Sardinero, se produjo una innovación asistencial importante. Allí se trasladó a las enfermas procedentes de Santander que se hallaban dispersas por España, sobre todo en los grandes hospitales de Palencia. La apertura de un centro específico para hombres tuvo que esperar algunos años; con todo, la coordinación entre ambos centros era muy buena, pues el doctor J. M.a Aldama
Truchuelo era también director del centro de Cueto. Empezamos a trabajar y a hacer guardias, lo que nos proporcionó, amén de un modesto estipendio económico, el estudio simultáneo de pacientes agudos y de crónicos, además del seguimiento parcial de las escasas altas. Se iniciaba la colaboración asistencial entre psiquiatría de agudos y de crónicos. La casa de salud Valdecilla ofrecía enorme experiencia, aunque escasa formación docente y nula posibilidad de desarrollar una tesis doctoral. Ello contrastaba con su magnífica trayectoria en los años anteriores a la guerra, período en el que trabajaron allí López Albo y Lorente de No, uno de los primeros investigadores que diseñó redes neuronales con capacidad de desarrollar funciones complejas.
Experiencia en Alemania Tras terminar en junio de 1962 la tesis doctoral en el Instituto Max Planck de psiquiatría de Múnich, trabajé como asistente médico de la Clínica Universitaria de Neuropsiquiatría en Giessen (Nervenklinik), puesto análogo al del MIR, durante cuyo desempeño se adquiría el título de especialista en enfermedades nerviosas y mentales. El lugar permitía conocer las
HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE HEILIGENHAFEN El centro disponía de un servicio especializado en alcoholismo y toxicomanías. Como todo hospital alemán, el personal iniciaba la jornada con el intercambio de información sobre cada paciente.
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características asistenciales tradicionales de la psiquiatría en Alemania. A mediados de los años sesenta, se dividieron las cátedras y sus servicios en neurología y psiquiatría. Sin embargo, el título de especialista comprendía ambas disciplinas, por lo que la formación obligaba a rotar por ambos servicios, al menos dos años en cada uno. En neurología tomó el cargo de dirección F. Erbslöh, quien falleciera de manera trágica asesinado por la madre de uno de sus pacientes. Erbslöh era un especialista de fama mundial en enfermedades neurodegenerativas. El responsable de psiquiatría era A. Derwort, interesado, sobre todo, en neurofisiología cerebral.
Centros psiquiátricos en Alemania A finales de los sesenta, los servicios psiquiátricos alemanes se organizaban en tres tipos de centros que, aparte de su propio personal de plantilla, recibían investigadores becados alemanes y de todos los países, así como psiquiatras que gozaban de un año sabático que dedicaban a la investigación. Estos centros eran: Las clínicas universitarias de agudos. Desde finales del siglo XIX casi todas las escuelas de medicina mantenían unidades psiquiátricas o neuropsiquiátricas, puesto que englobaban a la neurología. Dirigidas por el catedrático u ordinario, no estaban adscritas a un área geográfica ni tenían obligación de ingresar: podían escoger a sus pacientes en razón a su interés para la investigación o para la docencia. Los grandes asilos o manicomios (Landeskrankenhaus). Como en todas partes a mediados del siglo XX, eran instituciones fundamentalmente de beneficencia,
El trabajo asistencial
cerradas y con numerosos ingresos judiciales. Tales centros tenían obligación de
La clínica universitaria de Giessen carecía de Aufnahmepflicht; es decir, obligación de ingresar. Durante las guardias sufrí en más de una ocasión el acoso de pacientes, familiares, urgencias y médicos de familia que demandaban por teléfono o en la puerta el ingreso del enfermo. Si había cama disponible, ingresaba siempre a los pacientes ante la tremenda dificultad que suponía discutir en mi alemán todavía precario. La estancia me permitió un amplio trabajo docente y de investigación sobre todo en psicopatología. Ya con el título de especialista bajo el brazo, me trasladé al Hospital Psiquiátrico (Landeskrankenhaus) de Heiligenhafen, un pueblo remoto en las orillas del mar Báltico, perteneciente al Land de Schleswig Holstein. Ello me permitió conocer de primera mano una reforma asistencial. Se trataba de un manicomio tradicional albergado en un magnífico y antiguo cuartel de la marina alemana que tenía sus arsenales en la cercana ciudad de Kiel. El hospital creaba entonces un servicio especializado en alcoholismo y toxicomanías al que me incorporé con el jefe de servicio (Oberarzt) H. Derwort. Como en todas las clínicas alemanas, la jornada comenzaba a primera hora con una reunión de todo el personal para comentar e intercambiar información de cada uno de los pacientes. También se realizaban dos veces por semana y en cada unidad reuniones a modo de terapia grupal. Dichas terapias cumplían dos objetivos: por un lado, el de recoger información so-
ingreso, fuese por orden de las autoridades médicas, judiciales o policiales, o
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por su área de referencia, generalmente muy amplias. Los directores no eran profesores, ni los centros se utilizaban para la docencia. Centros de Investigación pura. Los más famosos eran los acogidos a la denominación de la posguerra de Institutos Max Planck que sucedieron a los institutos Kaiser Wilhelm (Emperador Guillermo). El de Múnich fue fundado por E. Kraepelin y sufragado por la Fundación Rockefeller americana.
bre el enfermo; por otro, de conversación libre para los enfermos, quienes podían exponer su caso sin sentirse presionados. Se intentaba excluir toda atmósfera emocional o pseudo mística, a diferencia de como es frecuente hoy en algunos grupos y comunas en el tratamiento de toxicómanos. Los familiares apenas existían. Además, el hospital se encontraba lejos de los centros urbanos. La mayor parte de los pacientes asistían a los talleres. La organización del personal del hospital se prestaba para comprender la organización funcionarial alemana, la cual no resultaba tan patente en la Universidad de Giessen por primar allí la organización académica. El funcionariado alemán en general constaba de tres «carreras» (Laufbahn): alta, media e inferior; cada una de ellas con jerarquías diferentes, con sus correspondientes sueldos y denominaciones. En cada carrera se ascendía por antigüedad y méritos. Sin embargo, el cambio de una carrera a otra exigía pruebas específicas. Así pues, el hospital mantenía la organización y el
funcionamiento tradicional de «antes de las reformas psiquiátricas». Todo ello me recordaba al cursus honorum de la República Romana, en el que seguramente se inspiró Federico de Prusia para establecer tal organización funcionarial. Como anécdota, se refiere que después de la Guerra, los militares de EE.UU. ocupantes no lograban aclararse en ese bosque de denominaciones que los alemanes tan puristas intentaban perpetuar. En tal coyuntura se dice que los estadounidenses arreglaron el asunto llamando a todos «Herr Doktor». Sin embargo, la dificultad mayor en el trabajo del día a día consistía, como tantas veces después volví a experimentar, en la adecuada actitud y colaboración del personal. Es decir, en su transformación desde la actitud paternalista y autoritaria a la técnica y de colaboración en los tratamientos terapéuticos.
Actividades extrahospitalarias Al margen de las estrictas obligaciones en el hospital, contactamos y colaboramos con diversos grupos activos en la lucha
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Transformación de un sanatorio español La reforma del Sanatorio de Conjo, en Santiago de Compostela, ofrece un ejemplo de los avances que la asistencia psiquiátrica estaba viviendo en España entre los años sesenta y setenta del siglo pasado. Consistió en tres grandes mejoras: Instalaciones. La transformación arquitectónica supuso la dotación de espacios de intimidad, con módulos de ocho a diez camas como máximo por sala. También se instalaron salas de estar, agua caliente, servicios higiénicos suficientes y accesibles, calendarios, televisores y espejos. Además, se dotó a los pacientes de vestimenta adecuada. Funcionamiento médico y social. Se instauró la revisión y puesta al día de todos los pacientes (DNI, actualización de posibles derechos, pensiones o ayudas). Asimismo se asignó a cada paciente una cartilla de ahorro en la que se ingresaría el dinero procedente de la laborterapia u otras ayudas. Se empezaron a aplicar tratamientos psicoterapéuticos (terapia ocupacional o laboral, reuniones de grupo), actividades lúdicas dentro y fuera del sanatorio (romerías, baile, salidas a la ciudad, al cine o a la playa, entre otras). Por otro lado, se puso énfasis en la formación y selección del personal, transformando los celadores y cuidadores en auxiliares sanitarios, supervisores de unidad, etcétera. Sistema asistencial. Se decidió por la cancelación del sistema manicomial y la sectorización. Cada provincia se haría cargo de sus pacientes. Así, se desarrollaron servicios extrahospitalarios creándose una red de dispensarios por La Coruña y zonas limítrofes de la provincia. También se realizó un intenso esfuerzo por disminuir el censo de pacientes ingresados y suprimir camas (entre 1972 y 1978 se pasó de 1400 a 800 camas en el Sanatorio de Conjo). En el sistema de financiación se incluyeron los servicios ambulatorios esenciales para mantener a los enfermos en la comunidad.
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antialcohólica. Los nombres de estas instituciones son análogos a los de las ONG actuales: alcohólicos anónimos, orden de los Buenos Templarios, la Cruz Azul (organización dependiente de la iglesia evangélica y con potentes medios) y la Cruz de Oro (organización de la Iglesia Católica). En Heiligenhafen aprendí las técnicas intra y extrahospitalarias de tratamiento y prevención del alcoholismo, experiencia que facilitó el contacto con los equipos españoles dedicados al tema. En concreto, con J. Santodomingo y F. Alonso Fernández. Estos contactos me ayudaron a volver a España en 1968, año en que F. Soto Yarritu me apoyó para conseguir una plaza de jefe de servicio en el Hospital Psiquiátrico San Francisco Javier de Pamplona. El centro psiquiátrico se hallaba en el barrio de la Rochapea. Se trataba de un edificio inmenso, casi escurialense. Con un enorme cuadrado de pasillos y tránsitos anchísimos y altísimos de techo; con ventanas solo en lo alto, de forma que el exterior era invisible. A la mitad de uno de los lados, la entrada principal; a la derecha, todas las unidades de hombres, a la izquierda, las de mujeres. Una gran capilla hacía de límite, de tal forma que los y las pacientes no se mezclaban ni veían. Los pabellones, unos veinte, colgaban, por así decir, de los tránsitos que formaban los lados del cuadrilátero. Todos ellos
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disponían de diversos patios y dependencias. Las instalaciones de servicios, como cocinas y roperías, se situaban de forma análoga respecto a los tránsitos. Cada pabellón contaba con servicios de comedor, patios, salas de estar y dormitorios. Los pabellones ostentaban en la entrada su nombre oficial, que, como era habitual, correspondía al de algún santo: «San Fermín», «San Francisco»... Sin embargo, en la vida cotidiana la alusión a los grupos de pacientes se sustituía por descripciones más expresivas y funcionales: «sucios», «agitados», «trabajadores», «tranquilos», «tontos» o «epilépticos». Había unos 600 enfermos. Muchos de ellos activos en las dependencias del hospital o con permisos de salida en régimen custodial. En resumen, se trataba de un ejemplo de lo que no debía ser un hospital de acuerdo con las normas de rehabilitación psiquiátrica que había aprendido en Alemania y que debía poner en práctica en el centro psiquiátrico de Pamplona. La verdad es que dentro de su contexto y época, el Hospital era magnífico. Se trataba de un manicomio, pero se habían hecho algunos esfuerzos de renovación. En concreto, la construcción de un pabellón de agudos totalmente nuevo delante del vestíbulo principal antiguo y de arquitectura moderna y más adecuada, con despachos que albergaban las oficinas ad-
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ministrativas; también reproducía en parte las separaciones por sexos del Hospital antiguo, con dos áreas de 30 camas cada una. Aun así, parece que las discrepancias respecto al personal más las divergencias del director respecto a la administración y a la Comunidad de Religiosas (de la Caridad) del Hospital retrasó su puesta en funcionamiento. Falto de ayudas oficiales, no pudo avanzarse prácticamente nada en la reforma asistencial del hospital ni en la instalación de psicoterapias y técnicas de rehabilitación, motivo por el cual me centré en el problema del alcoholismo. En el Hospital me hice cargo de todos los alcohólicos, con un seguimiento después del alta. También «prediqué» la lucha antialcohólica por toda Navarra, en gran parte con la inestimable ayuda de las cátedras ambulantes de la Sección Femenina.
Reforma en Galicia El Sanatorio («manicomio») de Conjo, en Santiago de Compostela, también fue uno de los pocos centros de España que experimentó en los años setenta un plan asistencial moderno. J. M.a Hernández Cochón, a la sazón director del Instituto de Sanidad, y J. L. Montoya, procedente del Hospital Psiquiátrico de Oviedo, encabezaron la iniciativa, en la que me integré tras el correspondiente concurso, como jefe de servicio.
El Sanatorio estaba instalado en el barrio de Conjo. Los edificios, el sanatorio como institución, el personal y todo el resto pertenecían a la «mitra», es decir, el arzobispado poderoso y magnífico de la gran sede arzobispal de Santiago. La mitra había arrendado el Sanatorio a una sociedad mercantil. El arzobispo cardenal Quiroga Palacios decidió, en valiente criterio, que la situación no podía continuar así, por lo que conminó a que se disolviera la sociedad y vendiera el centro a la Diputación Provincial de La Coruña, organismo que habría de proceder a las necesarias reformas. El plan de construcción consistía en un nuevo sanatorio con 2000 camas para Galicia, León y el norte de Portugal. La primera lucha de Montoya y nuestra fue frenar esa técnica del ladrillo y convencer a todos de que el plan consistiría en la descentralización, la supresión del manicomio, el desarrollo de dispensarios y la obligación de que cada provincia gallega se responsabilizase de sus enfermos y de su psiquiatría. El estado del sanatorio de Conjo era lamentable: unos 1500 asilados, abundancia
EL SANATORIO DE CONJO Los enfermos se hacinaban en los patios y las celdas. El centro carecía de cuidadores y celadores suficientes. Abundaban las infecciones por sarna, piojos y, sobre todo, tuberculosis.
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de deficientes y de enfermedades neurológicas degenerativas discapacitantes, hacinamiento y masificación, internamiento continuo en patios o en celdas, existencia de infecciones como sarna, piojos y, sobre todo, tuberculosis sin diagnosticar (se realizó un estudio masivo de todos los enfermos y se crearon unidades antituberculosas independientes de toda consideración psiquiátrica), deficiencias en calidad y cantidad de los cuidadores y celadores. La mayoría de los pacientes vestían solo un mono (sin ropa interior), llevaban los cabellos cortados al cero, se les lavaba con una manguera desnudos contra la pared sobre un canalillo en los patios; primero por delante, luego por detrás.
Las bases de la reforma Una primera condición fue la transformación de Conjo en una fundación pública de servicios, lo que significaba que no estaba sometido al régimen lento y complejo funcionarial. A modo de pincelada, se realizaron tres grandes grupos de reformas: una arquitectura más humanitaria, una asistencia médica más organizada y formada, y un sistema asistencial descentralizado, que suponía el fin del sistema manicomial.
No obstante, varias circunstancias dificultaron las reformas. Así, falló la integración de los enfermos mentales en la Seguridad Social (Conjo no podía cobrar de la Seguridad Social por pacientes asegurados que ingresaran, a pesar de solicitarlo en diversas ocasiones); no se obtuvo la colaboración necesaria por parte de las unidades de agudos de otros centros (hospitales generales y universitarios); los planes de formación de los residentes y de formación continuada o investigación de los especialistas de plantilla tuvieron poco éxito (sobre todo por las tremendas luchas ideológico-políticas que llegaron a paralizar el centro por corto tiempo). Asimismo, aquellos que preconizábamos unas reformas médico-sociales nos encontramos con la resistencia inicial de las clases ultraconservadoras de Santiago (en puestos administrativos, profesionales y políticos). Tuvimos también sin embargo apoyo en otros sectores. Amén de insultos y amenazas en la calle, anónimos al teléfono y al correo, se nos acusó públicamente de promover una terapia por la libido, de fomentar las relaciones sexuales en el centro, de administrar la píldora anticonceptiva de forma rutinaria y de liberar a la ca-
lle a enfermos peligrosos. El momento álgido fue en febrero de 1974. Al fin, la campaña fue palideciendo para pasar a la fase siguiente, de alguna manera más peligrosa, pues los ataques procedieron del mismo interior del Hospital.
Revueltas internas La selección del abundante personal nuevo se realizó de forma sesgada: en su mayoría eran personas con compromisos políticos con el partido comunista, algunos grupos anarcosindicalistas y la nueva izquierda de movimiento sindical que se estaba organizando en Galicia. Adoptaron la reforma hospitalaria bajo la ideología de la antipsiquiatría en su línea más dura, semejante a la de Franco Basaglia, líder de la antipsiquiatría italiana. Eran los últimos años de la vida de Franco. En la culminación del proceso, aprovechando las negociaciones para nuevos pactos laborales, se promovió un movimiento supuestamente asambleario que intentó usurpar toda autoridad del Hospital. Es sabido que este proceso ocurrió en otros lugares con tanta o mayor virulencia, como en la asociación de pacientes socialistas del Clínico de Heidelberg o en los hospitales de Madrid y Oviedo.
HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE CONJO El hacinamiento obligó a llenar hasta la antigua capilla con camas (derecha). A la izquierda, establecimiento de «módulos» con cuatro camas como primera fase de la reforma arquitectónica.
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La culminación en el centro de Conjo se produjo entre el 2 y el 7 de julio de 1975, con una huelga general salvaje: abandono de los puestos de trabajo bajo las presiones de los piquetes y que resolvió el presidente de la Fundación con la supresión de la docencia y la expulsión de responsables en puestos superiores. En los meses siguientes, con nuevas convocatorias de especialistas y residentes, volvió poco a poco el centro a recuperar los niveles asistenciales anteriores y continuó la reforma. El 7 de julio de 1976 se declaró un terrible incendio en el Hospital, en el que fallecieron siete pacientes y quedaron destruidas 200 camas. Aunque nada pudo probarse, todos aceptamos que aquel incendio fue provocado. Cuando el centro recuperó su ritmo, con la ayuda de V. Conde López, pude trasladarme en mayo de 1978 al Hospital Clínico y Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid como jefe de sección responsable de la unidad de agudos y profesor adjunto interino en la Facultad de Medicina, posteriormente profesor titular numerario hasta mi jubilación. Comenzaba el sistema de las autonomías. En Valladolid existían las consultas de neuropsiquiatría, los centros de diagnóstico de Sanidad y el antiguo Hospital Psiquiátrico Doctor Villacián. En esos primeros años nos esforzamos en que la unidad de agudos del centro recibiera a los pacientes difíciles de toda Castilla y León. De esta manera, recibiríamos pacientes de toda la comunidad autónoma, ya que, por otra parte, no existían unidades de agudos en ningún otro lugar, salvo en Salamanca. Posteriormente cada provincia fue contando con sus centros y en Valladolid mismo se crearon dos sectores o áreas, de las cuales una pasó a ser responsabilidad nuestra en el Hospital Clínico.
¿Quo vadis psiquiatría? En el futuro cabe esperar que cada vez más los trastornos menores y los síntomas psicológicos individuales sean asumidos por «no médicos». El psiquiatra se transformará de esta manera en superespecialista capaz de aplicar técnicas de condicionamiento y aprendizaje, o de administrar medicamentos bajo análisis genéticos o de liberar el producto exac-
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La psiquiatría a mediados del siglo XX Tres aspectos caracterizaban a la psiquiatría en ese período: Poco experimental: Existía un distanciamiento de la psicología experimental, a pesar de los esfuerzos de Kraepelin, discípulo de Wundt. Ello fue consecuencia de los espectaculares triunfos en la identificación de la parálisis cerebral y de la enfermedad de Alzheimer que dirigieron la investigación a la neuropatología. Poco psicodinámica: Alejamiento asimismo de las corrientes psicodinámicas. Demasiado filosófica: Contaminación, tras el rechazo del psicoanálisis por muy doctrinal y poco científico, por conceptos holísticos, humanísticos, filosóficos (existencialismo) y aun religiosos, situación que la alejaba de los paradigmas científicos puros necesarios para su progreso. Casi todas las monografías de los mejores profesores, sobre todo en Europa, revelaban más reflexión que investigación.
tamente en las células diana; o de actuar como electrofisiólogo y cirujano cerebral y capaz de realizar sutiles investigaciones en neuroimagen, neuroquímica y neuroelectrofisiología en tiempo real; así como implantar marcapasos o controlar Holters (registros electrocardiográficos) que supervisen en todo momento conductas, pensamientos, emociones y deseos del paciente. Puede que muchos se estremezcan ante tal descripción, quizás exagerada, de la manipulación de las funciones humanas, pero en la psiquiatría se trata precisamente de eso, de manipulación, modificación e intervención para curar, de la misma manera que un cirujano manipula una pierna o un ojo extirpándolo. Lo importante y esencial, aunque por desgracia escasamente logrado, es que todo ello se realice bajo férreas normas morales. Konrad Lorenz, uno de los padres de la etología, ya advirtió que el problema central de nuestra civilización es el enorme auge de la técnica frente al enorme atraso de la moralidad y la ley a escala mundial. En este camino, la función de la psiquiatría resultará cada vez más relevante. Agustín Jimeno Valdés estudió medicina en Valladolid. Desde 1978 hasta su jubilación en 2005, ha sido jefe de la Unidad de Hospitalización de psiquiatría del Hospital Clínico de Valladolid y profesor titular de psiquiatría de su universidad.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA ALCOHOLISMO EN NAVARRA. EPIDEMIOLOGÍA 1969, 1970, 1971. A. Jimeno Valdés
en Archivos de Neurobiología, vol. XXVI, n.o 5, págs. 393-410, 1973. CINCO AÑOS DE PSIQUIATRÍA SECTORIAL A PARTIR DEL SANATORIO PSIQUIÁTRICO DE CONJO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA. A. Jimeno Valdés en Archivos de
Neurobiología, vol. XLII, n.o 2, págs. 87114, 1979. LA CASA DEL TEJADO COLORADO. MEMORIA GENERAL DEL MANICOMIO DE NAVARRA. L. J. Lizarraga Larrión. Depar-
tamento de Salud, Gobierno de Navarra; Pamplona, 1992. SETENTA AÑOS DE VALDECILLA. Coordina-
do por J. M.ª Izquierdo. Caja Cantabria; Santander, 1999. CONCIENCIA HISTÓRICA DE LA PSIQUIATRÍA. PRIMERA ENTREGA. Coordinado
por J. Santodomingo Carrasco. Colegio de Psiquiatras Eméritos. KRK Ediciones, colección Delirema; Oviedo, 2009.
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Novillos escolares Casi todos los jóvenes dejan alguna vez de ir a clase. Los motivos no deben buscarse exclusivamente en los alumnos: los maestros y las escuelas tienen gran parte de responsabilidad MARGRIT STAMM
R
RESUMEN
Absentistas, ¿por qué?
1
Los motivos por los que los jóvenes se
ausentan de clase son múltiples: desde el cansancio o desinterés escolar hasta evitar exámenes o profesores.
2
No existe un vínculo claro entre absentis-
mo y rendimiento escolar: muchos de los alumnos absentistas sacan buenas notas.
3
Sin embargo, una ausencia prolongada
de la escuela puede desembocar en un abandono completo de los estudios.
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esponda con la mano en el corazón: ¿nunca se escabulló de ir a clase cuando era niño? Algunos piensan que haberlo hecho ocasionalmente es motivo de prestigio y hablan a favor de la autoafirmación de los alumnos. ¿Estamos, por tanto, ante un «delito de caballeros»? Si hacemos caso a los medios de comunicación, la respuesta es: no. Suele leerse que en Alemania medio millón de alumnos hace novillos por sistema y que este número va creciendo de forma alarmante. En realidad no existen datos fiables que lo confirmen. También suele decirse que quien hace novillos tiene más probabilidades de caer en la criminalidad o de seguir cualquier otro descarriado camino. Los padres, preocupados, se preguntan: ¿los novillos son algo baladí o constituyen un problema que hay que tomar en serio? O también: ¿qué ha movido a huir de clase a los niños y jóvenes que lo han hecho? Por desgracia es difícil encontrar estudios amplios que se ocupen de este complejo problema. Para disponer de más información sobre el absentismo escolar en Suiza, hemos realizado una encuesta por todo el país y hemos entrevistado a casi 4000 alumnos de entre 13 y 17 años, escogidos al azar. Por un lado, constatamos que el fenómeno está muy difundido; por el otro, llegamos a la conclusión de que no es posible definir un prototipo de «alumno que hace novillos». El 95 por ciento de los escolares reconocen haberse ausentado de clase al menos una vez. Pero menos de la mitad de ellos lo hace de vez en cuando. En los seis meses anteriores a la encuesta estos «alumnos que hacen ocasionalmente novillos» no se ausentaron injustificadamente de clase más de una vez. Alrededor del 13 por ciento de todos los alumnos declararon hacer novillos muy a menudo (por ejemplo: durante MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
frecuentes se refieren al cansancio escolar o al desinterés por la enseñanza. Otros dicen que no van a clase porque no quieren asistir a ciertos exámenes, porque necesitan tiempo para hacer los deberes domésticos o porque quieren alejarse de determinados profesores.
¿QUIÉN FALTA? La mayoría de padres y maes-
Rechazo a las horas iniciales y finales
tros creen que solo hacen
Tan variadas como los motivos son las estrategias seguidas para hacer novillos. Algunos se ausentan de las desagradables clases del comienzo o del final de la jornada escolar, otros huyen de determinada asignatura. Según los resultados de nuestro estudio, la mayoría pertenecen a los
novillos los malos alumnos. Los resultados de las investigaciones indican lo contrario: no hay relación alguna entre las notas obtenidas y el absentismo escolar. GEHIRN & GEIST / MANFRED ZENTSCH
el período de la encuesta se ausentaron toda o media jornada escolar más de cinco veces). Una encuesta de 2004, centrada en los jóvenes alemanes y dirigida por el sociólogo de la Universidad de Colonia Michael Wagner, arrojó cifras similares. Se llega a la conclusión de que en ambos países hay un volumen nada despreciable de alumnos que faltan a clase; entre ellos, el sexo masculino es predominante. En nuestra encuesta, los alumnos hacían el doble de novillos que las alumnas. En el estudio de Colonia también se observó una clara diferencia. Los motivos por los que los jóvenes adoptan esta conducta son múltiples. Las respuestas más
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Por qué los alumnos faltan a clase Falta de motivación: ningún interés por la escuela
64 %
Querer dormir más
42 %
Enseñanza aburrida
40 %
Evitar los exámenes
31 %
Preparar los exámenes en casa
20 %
Hacer los deberes
19 %
No entenderse bien con el maestro
22 %
Hacer novillos junto a otros amigos Acoso y violencia por parte de compañeros de escuela
19 % 7%
(Datos de Margrit Stamm)
El factor clave para la prevención de los novillos escolares es una relación de plena confianza entre maestros y alumnos
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que huyen de las horas marginales o de asignaturas poco gratas. También se dan aquellos que prolongan las vacaciones por su cuenta y se ausentan del primer o del último días de clase. Tan solo uno de cada diez llega a faltar varios días a la escuela. Es, de hecho, muy corriente que los escolares se ausenten de clase al menos de forma ocasional. Supone, por tanto, un problema que no habla solo de un grupo de alumnos flojos. En los institutos son precisamente las clases iniciales y finales, así como determinadas asignaturas, las que experimentan más ausencias, incluso por parte de muchos estudiantes buenos. ¿Es, por ende, falso que el absentismo represente una señal de alarma que delate problemas escolares, en contra de lo que muchos padres, profesores e incluso investigadores creen? Es probable que sean justo los mejores alumnos quienes se ausenten reiteradamente de clase porque se sientan exigidos por debajo de sus posibilidades. Dado que aprenden más rápidamente y con mayor autonomía, los adolescentes más dotados pueden obtener rendimientos iguales o incluso superiores a los de sus compañeros. ¿Es posible que para ellos los novillos supongan simplemente una inteligente estrategia para alcanzar sus objetivos con el mínimo esfuerzo? Hemos investigado tal interrogante en otro estudio centrado en la comparación entre el absentismo y el rendimiento escolar de los alumnos altamente dotados y el del resto de sus compañeros. El resultado muestra que no puede establecerse relación alguna entre la inteligencia y la frecuencia de absentismo escolar. Muchos de los alumnos altamente dotados pertenecen a un grupo al que denominamos «alumnos con tendencia a hacer novillos». Se
trata de jóvenes con un alto perfil intelectual que solo de forma ocasional se ausentan de clase. Es el caso, por ejemplo, de un alumno que dijo: «Cuando tengo muchas cosas que hacer, necesito imperiosamente disponer de un par de horas libres». O también: «Algunas asignaturas son tan aburridas que seguro que no me pierdo nada si no voy a clase». Este tipo de alumnos alcanzan un buen rendimiento escolar y no parece que vaya a tener problemas en el futuro. Sin embargo, también para los alumnos altamente dotados es cierto que una ausencia que al principio parece no suponer ningún problema puede desembocar de forma paulatina en un gran distanciamiento que lleve a malos rendimientos escolares e incluso, finalmente, a una completa ruptura con la escuela, pese a disponer de buenas condiciones intelectuales para una carrera exitosa. Algo así resulta problemático en el grupo de alumnos que podemos tipificar como «distanciados». Son jóvenes que, con frecuencia, obtienen varios suspensos, a pesar de tener buenas dotes. En los tests de inteligencia consiguen buenas calificaciones. Pero tienen poco interés por aprender y obtienen unos rendimientos escolares inferiores a la media.
Quien falta a clase sale perdiendo Hay distintas razones que explican dicho fenómeno: al principio ciertos alumnos pueden permitirse el lujo de saltarse alguna clase, mas luego fracasan en asignaturas concretas y tienen que repetir todo el curso. De esta forma, pierden el interés por otras materias supuestamente fáciles, de las cuales se ausentan cada vez con mayor frecuencia. Otros alumnos muestran ya en primer o segundo curso una conducta absentista, en algunos casos justificada incluso por los padres, so capa de enfermedad. Nuestro estudio anterior ya había mostrado cómo el absentismo frecuente pone en peligro el posterior desarrollo de niños y jóvenes. En comparación con los alumnos que faltan a clase en contadas ocasiones, quienes no asisten con asiduidad obtienen peores notas y repiten curso con casi el doble de frecuencia. El pronóstico a largo plazo también les es desfavorable: aquellos que faltan con reiteración tienen especial peligro de no conseguir el certificado escolar final, con lo que disminuyen sus posibilidades de acceder a una plaza de capacitación superior. Fuera de la escuela, estos alumnos con ausencias frecuentes tienen más probabilidades de entrar en conflicto con la ley. El 51 por ciento de MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
ellos ya ha cometido delitos de lesiones corporales, mientras que solo el 23 por ciento de los que se ausentan ocasionalmente han perpetrado tales actos. Quienes hacen novillos con frecuencia, sobre todo si son varones, se encuentran más involucrados en delitos de robo, participan con mayor frecuencia en delitos de daños a la propiedad y cometen más falsificaciones de firmas o de certificados. Trabajos realizados por científicos que desde hace tiempo se ocupan del problema en otros países obtienen datos semejantes. Ya en los años noventa del pasado siglo, el investigador y pedagogo Ken Reid, de la Universidad Metropolitana Swansea de Gales, demostró que el absentismo escolar va emparejado con una elevada delincuencia juvenil. Según Reid, aun no tratándose de una relación constante, el absentismo escolar es un factor de riesgo para el abandono de la enseñanza y la caída en la delincuencia. Hace tiempo que los investigadores indagan las causas de los novillos escolares en la personalidad de los jóvenes y en sus relaciones familiares. Se extiende la opinión de que el absentismo supone no tanto un problema individual como un problema del que tiene que responsabilizarse la escuela. Dicho crudamente: las escuelas con unas elevadas cuotas de absentismo están negando a sus alumnos el derecho a recibir formación. ¿Puede que la razón del absentismo escolar resida en la enseñanza? Habla a favor de ello el hecho de que el número de ausencias a clase varía mucho de unos colegios a otros, incluso cuando el nivel educativo y social de los padres es análogo. En un mismo barrio suele haber escuelas con elevadas y otras con bajas cifras de absentismo. De ahí que algunos expertos tiendan a pensar que la cuota de absentismo constituye un índice de la calidad de las escuelas, lo mismo que lo es el resultado del informe PISA. Hay buenas razones para suponer tal cosa, puesto que un bajo absentismo puede elevar el rendimiento global de los alumnos. Los maestros necesitarían, entonces, invertir menos tiempo en «alumnos problemáticos»; todo el clima escolar mejora.
¿Oficializar los novillos? Algunos cantones suizos intentan afrontar el problema mediante los llamados «días comodín». Se trata de días del curso escolar que los alumnos pueden tomarse libre de forma completamente oficial. Es dudoso, sin embargo, que con esta medida se consiga reducir las faltas a
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clase, pues los proyectos modelo todavía no permiten demostrar la repercusión que estos «días comodín» puedan tener en el absentismo. ¿Qué más pueden hacer las escuelas? En primer lugar han de tomar el problema en serio. Para ello, conviene que empiecen formando a los maestros. En nuestra encuesta, la mayoría de ellos no conocían la magnitud del absentismo en su centro. Dos terceras partes de los docentes tenían la impresión de que en sus clases no se hacía en absoluto novillos. Solo un ocho por ciento creía que entre sus alumnos había algunos que hacían novillos con elevada frecuencia. Parece ser que este porcentaje depende en gran medida de la conducta de cada maestro en particular. Lo esencial para la prevención de los novillos es una relación de confianza entre los profesores, los alumnos y los padres, además de que todos se propongan afrontar las causas del problema. Conocer la magnitud del absentismo escolar es una premisa necesaria. En Inglaterra, a ciertos investigadores de la educación que trabajan con proyectos modelo les ha resultado una buena experiencia mantener un registro homogéneo y centralizado. En él, los profesores inscriben las ausencias de todos sus alumnos, también aquellas que supuestamente se deben a enfermedad. Cuando las faltas llegan a un determinado número, hablan del problema con los padres. Solo este hecho, incluso cuando se presentan dificultades de contacto, suele producir una mejoría. En Oer-Erkenschwick (Renania del NorteWestfalia, Alemania) se ha dado un paso más. En enero de 2009, el ayuntamiento puso en marcha un discutido proyecto centrado en las familias de los alumnos que se ausentan de la escuela. Los padres de escolares que faltan con frecuencia a clase disponen de una especie de tarjeta en la que registran cuándo sus hijos se presentan puntualmente a clase y cuándo acuden al médico. Al final del curso escolar pueden canjear estos puntos por objetos de un valor de hasta cien euros. Resta por ver que este proyecto de recompensa repercuta en un cambio de conducta. En todo caso parece una medida más inteligente que las reacciones de la mayoría de las escuelas ante las ausencias en clase: esperar, hacer la vista gorda y, a lo sumo, realizar controles esporádicos de absentismo.
PALABRAS CLAVE
Novillos y absentismo escolar Por «hacer novillos» suele entenderse un rechazo consciente de las reglas que siguen los adultos. El absentismo escolar hace referencia sobre todo a casos más difíciles: estos objetores son niños con problemas emocionales y de conducta que, a menudo con el conocimiento de los padres, abandonan por completo la asistencia a clase. En ocasiones, el miedo o la fobia a la escuela juega un papel importante [véase «Absentismo escolar», por Gerd Lehmkuhl; MENTE Y CEREBRO,
n.o 31]. Sin embargo,
no pocas veces el rechazo o incluso el abandono escolar comienza con unos «inocentes» novillos.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA DIE PSICOLOGIE DES SCHULESSCHWÄNZENS: RAT FÜR ELTERN, LEHRER UND BILDUNSPOLITIKER. M. Stamm. Huber.
Margrit Stamm dirige el departamento de ciencias de la educación de la Universidad suiza de Friburgo.
Berna, 2008.
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Violencia de género La asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del problema: su naturaleza ideológica FRANCISCA EXPÓSITO
L
RESUMEN
Agresión encubierta
1
La cultura ha legiti-
Un binomio inseparable
mado la creencia de
La violencia de género ha ido impregnándose con el tiempo de significado social, adulterando de esa manera su definición original basada en el binomio inseparable de violencia y género. Así, de satisfacer una necesidad de supervivencia se ha convertido en una conducta instrumental que introduce desigualdad en una relación interpersonal o mantiene una desigualdad subyacente y estructural. Es precisamente en este sentido que la violencia y el género se convierten en un binomio inseparable, ya que la primera se usa como mecanismo para conseguir un plus de presencia o influencia respecto a lo segundo. Para explicar la conducta del maltratador se ha apelado con frecuencia a la existencia de una serie de psicopatologías: carácter agresivo, falta de control de la ira o una infancia marcada por experiencias de malos tratos. Dichas explicacio-
la posición superior del varón, lo cual ha facilitado que las mujeres se sientan inferiores.
2
El agresor actúa de forma coherente con
su propio objetivo de sumisión y control, por lo que no existe un único perfil de maltratador.
3
Al tratarse de maniobras habituales, no
parecen dañinas. Las víctimas deben reconocer el maltrato y rechazarlo.
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a definición más aceptada de violencia de género es la propuesta por la ONU en 1995: «Todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada». En este marco conceptualizamos la violencia como «la coacción física o psíquica ejercida sobre una persona para viciar su voluntad y obligarla a ejecutar un acto determinado». Puede adoptar formas diferentes: física, verbal, psíquica, sexual, social, económica, etcétera. Unas formas de coacción que se han ejercido, en mayor o menor medida, a lo largo de la historia.
nes tienden a buscar una causa externa, por lo que reducen el grado de responsabilidad de la persona que lleva a cabo la acción. Así, los principales modelos teóricos sobre violencia de género proponen teorías asentadas en problemas de tipo individual, investigan alteraciones de la personalidad, disposiciones biológicas o experiencias violentas a temprana edad que puedan explicar tales reacciones. Las teorías basadas en la dinámica familiar asumen que la violencia es el resultado de problemas derivados de una interacción inadecuada en la familia y de los patrones desadaptativos de resolución de problemas de pareja o familiares (o ambos) inherentes en sus relaciones. Las teorías sociales y culturales, por su parte, abogan por la existencia de valores culturales que legitiman el control del hombre sobre la mujer. Tales hipótesis surgen precisamente ante la necesidad de explicar el fenómeno emergente de la violencia de género. Mas tal enfoque, en el que las mujeres aparecen a menudo como las víctimas y los hombres como los victimarios, no señala a las disposiciones biológicas o de interacción como factores que aclaran por sí solos la violencia de género: ni las mujeres nacen víctimas ni los varones están predeterminados para actuar como agresores. De hecho, los estereotipos sobre cómo unos y otras deben comportarse, las experiencias que refuerzan la conducta estereotípica y la estructura social que apoyan la desigualdad de poder entre géneros ha contribuido a que se originen patrones de violencia a lo largo de nuestro ciclo vital. En las sociedades en las que no existe una jerarquía formal de privilegios de unos grupos MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
La violencia es un recurso que la sociedad y la cultura pone a disposición de los hombres para su uso en «caso de necesidad».
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NI AGRESIVOS NI PSICÓPATAS
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REGALOS ENVENENADOS En la fase de remisión o «luna de miel», el agresor refuerza a
sobre otros, donde hombres y mujeres ejercen el mismo poder, los niveles generales de agresión y de violencia contra la mujer son inferiores. En cambio, el sistema social del patriarcado integra un mensaje claro que afirma que los más poderosos se hallan en su derecho de dominar a los menos poderosos y que la violencia se contempla como una herramienta válida y necesaria para ello. Hasta hace poco, un artículo del código penal español recogía la forma de proceder de los hombres (maridos o padres), otorgándoles derecho pleno sobre las mujeres en determinadas circunstancias: «El marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer, matare en el acto a los adúlteros o a alguno de ellos, o les causare cualesquiera lesiones graves, será castigado con la pena de destierro. Si les produjera lesiones de otra clase, quedará exento de pena. Estas reglas son aplicables, en análogas circunstancias, a los padres respecto de sus hijas menores de veintitrés años y sus corruptores mientras aquellas vivieren en la casa paterna». El contenido de este artículo no es más que el reflejo de una sociedad en la que las relaciones entre hombre y mujer se articulaban en torno a la relación de género y poder.
su víctima con regalos o signos de arrepentimiento, para man-
Objetivo: sumisión y control
tenerla junto a él.
El ejercicio del poder tiene dos efectos fundamentales, uno opresivo (uso de la violencia para conseguir un fin) y otro configurador (redefine las relaciones en una situación de asimetría y desigualdad). El sometimiento se convierte en la única salida posible para mantener la nueva situación. La cultura ha legitimado la creencia de la posición superior del varón, reforzada a su vez a través de la socialización. Todo ello ha facilitado que las mujeres se sientan inferiores y necesiten la aprobación de los hombres para sentirse bien consigo mismas y con el papel en la vida para la que han sido educadas. La asimetría de poder de un género sobre otro ampara las diferencias y configura el diseño «apropiado» de proceder en las relaciones: los varones ofrecen la protección a las mujeres a cambio de la obediencia y el sometimiento. Ellos ocupan así una posición de control y dominio. El carácter sutil y encubierto de dicho tipo de sexismo («sexismo benévolo») dificulta su detección al tiempo que obstaculiza las reacciones de rechazo por parte de las afectadas. Si la violencia de género es una cuestión cultural que resulta de un proceso de socialización, cabría preguntarse entonces si todos los hombres son maltratadores o si existe una psicolo-
Uno de los principales síntomas que experimenta la víctima de malos tratos es el síndrome del estrés postraumático 22
gía del maltratador. Según la bibliografía y mi experiencia profesional, no se trata de hombres agresivos ni de psicópatas. La violencia es un recurso que la sociedad y la cultura ponen a disposición de los hombres para su uso en «caso de necesidad», dejando a criterio de cada uno cuándo surge ese requerimiento. No es posible, por tanto, establecer un perfil único de maltratador: cada cual representa el papel de forma distinta y se comporta de manera diferente. Existen formas diversas de ejercer la violencia contra las mujeres. La cuestión estriba en poner énfasis en la clave del problema: ¿quién agrede y por qué? El agresor actúa de forma coherente con su objetivo de sumisión y control, lo que contribuye a que no exista un único perfil del victimario, ya que cada uno experimenta el poder y la amenaza de forma distinta y actúa en consecuencia. Así, solo podemos inferir que el elemento único en común entre los maltratadores masculinos es su condición de varón. Pese a la dificultad para determinar un perfil concreto, existen una serie de rasgos comunes de comportamiento en todos los hombres que maltratan a sus parejas o ex parejas. Responsabilizan a la mujer de la situación. Ellos son las víctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia se escucha en los grupos de tratamiento con hombres maltratadores comentarios como: «[...] ella saca lo peor de mí»; «[...] lo hace para provocarme». O se aferran a ideales masculinos tradicionales. La violencia resulta para ellos una conducta aprendida y legítima, así como una forma de simbolizar su poder. Muchos afirman que «es la única manera de calmarla y ponerla en su sitio». A los anteriores rasgos se suman una empatía pobre, una necesidad elevada de reafirmación, una intolerancia a no situarse a la altura de su papel, un pensamiento rígido, la creencia de tener siempre la razón en sus actos («[...] lo hago por tu bien») y una minimización de las consecuencias de su comportamiento, además de sentimientos de autoestima baja, inseguridad, dependencia y celos. Estos últimos suponen una actitud posesiva más allá del aspecto puramente sexual, ya que sirven de mecanismo para conseguir el aislamiento social de la víctima. Nuestro estudio cuestiona los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador (como el consumo de alcohol y drogas, las vivencias traumáticas en la infancia, la violencia inherente al varón, los problemas psíquicos) y destaca, en cambio, la normalidad del agresor. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Maltratadores «normales» No existe un perfil único de maltratador. Tampoco se trata de hombres agresivos ni de psicópatas. Nuestro estudio pone en cuestión los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador, como puede ser el consumo de sustancias tóxicas y de alcohol, la vivencia de experiencias traumáticas en la edad infantil o los problemas psíquicos. En este último aspecto, los datos del patrón de personalidad de un grupo de maltratadores basados en el inventario clínico multiaxial Millon-II señalan a la compulsividad como rasgo más destacado de estas personas; no obstante, el percentil no supera el grado de normalidad, por lo que se descarta la posibilidad de una psicopatología. Otros rasgos, como la esquizofrenia, la personalidad límite, paranoide o la neurosis depresiva, muestran un percentil aún menor (a). De todos modos, el tratamiento psicológico contribuye a que la sintomatología específica de los maltratadores mejore, según demuestran los datos del inventario SCL90-R aplicado en un grupo de maltratadores. Este cuestionario indica, asimismo, la normalidad en los rasgos de personalidad de los victimarios (b).
b Patrón
De se ab ilid ad Fó Es so bi qu cia ca l i (e zoi De vita de pe tiv nd a) Hi ien st rió te Na nic rc a i Ag An sist re tis a siv oc ia o C -sá l Pa om dic siv pu a Au o-a lsiv to gr a de es i Es stru va qu ct iz iva ot íp ic Lí a Pa mi ra te n An oid Hi sie e st er dad ifo Ne ur Hip rm os om e Ab is d an ep ía us re o siv Ab de a l us al co o de ho dr l og as
90 80 70 60 50 40 30 20 10 0
Síndrome de la mujer maltratada Tal como mantiene Luis Bonino, psiquiatra y director del Centro de estudios de la condición masculina, existe una serie de micromachismos que dificultan la visualización del fenómeno del maltrato. Se trata de maniobras «normalizadas» que desarrollan los varones y que prácticamente aceptan las mujeres. Los micromachismos sirven para mantener el dominio y la superioridad de los hombres frente a las mujeres, para recuperar la dominación ante la que se rebela o para poner resistencia al aumento de poder personal o interpersonal del sexo femenino actual. En pocas palabras, el denominador común es atentar contra la autonomía de la mujer. Al tratarse de maniobras habituales, en ocasiones encubiertas, no parecen dañinas. Incluso se presentan antes de que afloren las situaciones de violencia. Entre tales maniobras destacan la insistencia abusiva (el varón persiste en imponer su punto de vista hasta que la mujer cede por cansancio) o la intimidación (el autor insinúa que si no se le obedece, puede suceder algo). Asimismo, las actuaciones encubiertas pueden producirse durante la situación abusiva o de violencia, de tal manera que la mujer muestra dificultades para interpretarlas de forma correcta. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
80 70 60 50 40 30 20 10 0
Pretratamiento
Postratamiento
co Ob m se pu sió ls n S in en ión te si rp bi er lid so a De na d pr l es ió n An sie da d Ho st ili d An ad sie fó da bi d ca pa Ide ra ac no ió id n Ps ico e tic ism o
a
Es el caso del paternalismo protector (el hombre argumenta actuar siempre por el bien de la mujer; porque la quiere), las maniobras de desautorización (descalifica cualquier trasgresión del papel tradicional) o incluso el impedimento de que la víctima busque ayuda para poner fin a una relación abusiva, mediante estrategias de lástima (el hombre se muestra incapaz de cuidarse solo, se abandona físicamente) o con méritos (regalos, promesas de cambio y conductas de seducción). Sin embargo, la violencia doméstica es una interacción. ¿Qué sucede con la mujer? ¿Existe un perfil para la víctima? Desde que la psicóloga Leonor Walker describiera en 1984 el síndrome de la mujer maltratada, se han llevado a cabo múltiples estudios en torno al tema. Variables sociológicas como la edad, el estado civil, la ocupación y la distribución del trabajo doméstico aparecen como algunos factores definitorios en el maltrato a la mujer. No obstante, de igual forma que en el intento de definir una psicología del maltratador, la insistencia de un perfil concreto para la víctima dificulta la comprensión del proceso. Resulta más eficaz estudiar los obstáculos de las mujeres afectadas para terminar con una relación de abuso.
Final mortal De enero a abril de 2011 han fallecido un total de 19 mujeres en España víctimas de violencia de género. Solo 5 de ellas solicitaron medidas de protección y presentaron denuncia. La franja de edad de las afectadas y los victimarios oscilaba en un 31,6 por ciento de los casos entre 41 y 50 años. Un 68,4 por ciento de las mujeres vivía en convivencia y un 52,6 por ciento en relación de pareja. (Fuente: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad)
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Normalización de las conductas
La violencia de género en la Red www.observatorioviolencia.org Observatorio de la Violencia Estadistica, victimarios, informes y estudios, denuncias, opiniones, etcétera. www.inmujer.es Instituto de la mujer. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Estadísticas, información general, proyectos, cursos, congresos y seminarios, publicaciones y cuadernos bibliográficos. www.eclac.cl/mujer Naciones Unidas. División de Asuntos de Género. División Económica para América Latina y el Caribe. Áreas de desarrollo económico, social, de derechos humanos y poder e institucionalidad (estadísticas, publicaciones, análisis e investigaciones, proyectos). www.fundacionmujeres.es Fundación Mujeres. Organización sin ánimo de lucro. Documentos, campañas, legislación, estadísticas, talleres preventivos, etcétera. www.pueg.unam.mx Programa Universitario de estudios de género. Universidad Nacional Autónoma de México. Líneas de trabajo, publicaciones, actividades, seminarios y noticias.
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Con frecuencia nos preguntamos cómo una mujer puede permanecer en una relación de maltrato. La respuesta es multidimensional. Por una parte, interviene la idea que las mujeres tienen del maltrato. Al tratarse de un fenómeno cultural, muchas de ellas están socializadas en la aceptación de patrones de conducta abusivos sin ser conscientes de ello. Según un estudio reciente, en torno al 90 por ciento de las entrevistadas consideraba la agresión física como única forma de maltrato y las participantes de mayor edad asociaban en menor medida el hecho de sufrir golpes con la idea de malos tratos. Los resultados reflejan la «normalización» de determinadas conductas en las relaciones de pareja. El ciclo de la violencia descrito por Walker no solo constata las diversas fases del fenómeno (tensión-agresión-remisión), sino que también recoge las principales sintomatologías de la mujer maltratada, de tal manera que revela la trampa en la que muchas mujeres caen y permanecen hasta incluso morir. En la fase de remisión (o «luna de miel»), el agresor «refuerza» a su víctima con regalos o signos de arrepentimiento para mantenerla junto a él y evitar que actúe, de manera que elude las denuncias y el abandono de la relación. Se trata de una ideología ambivalente que combina refuerzos y castigos, y dificulta a la mujer detectar la situación y actuar. Si el marido se muestra unas veces hostil y otras benevolente, la esposa tiende a pensar que su propia conducta precipita el maltrato, por lo que se atribuye la responsabilidad de lo ocurrido. La frecuencia y peligrosidad de dicho ciclo aumenta con las reincidencias. De cada recaída, él aprende que la violencia resulta un mecanismo útil de control y dominio sobre ella, quien cada vez se siente más dependiente e incapaz de predecir los golpes; se anula y se centra en él, volviéndose más sumisa y dependiente en un intento de evitar la agresión. Una vez iniciado, ¿qué mantiene el ciclo de violencia? La ideología sexista desempeña de nuevo una función importante. Las mujeres tienden a utilizar una serie de mecanismos personales y sociales para afrontar dicha experiencia. Entre tales métodos destaca la negación. Negar el maltrato constituye un mecanismo de defensa psicológica, no supone ni mentir ni ocultar lo que ocurre. Dos factores propician que se mantenga o se rompa la relación abusiva. Por un lado, los
exteriores y sociales, por otro, los de índole psicológica, derivados del desempeño de su rol femenino. La mujer es víctima de unas funciones y actitudes prejuiciosas: desigualdad en el reparto de poder entre sexos, menor empleo femenino y menos recursos materiales (lo cual contribuye en gran medida a mantenerla en una situación de dependencia), además de mayores cargas domésticas. La expectativa de salir de la situación y valerse por sí misma es escasa. Por otro lado, la confianza en el sistema de justicia y social es muy débil. Todo ello influye en que la situación no se denuncie y se perpetúe. La mujer maltratada se siente atrapada en una circunstancia ambivalente ya que el marido la maltrata, sin embargo se ocupa de ella y de sus hijos, de manera que evita alejarse; la sociedad le ofrece una serie de apoyos, mas no los percibe de forma clara, de modo que dificulta que se acerque a la ayuda social. Entre tanto, los síntomas se agudizan y las secuelas se cronifican.
Mujeres atrapadas Sin duda, uno de los factores de mayor riesgo para las mujeres maltratadas es el «atrapamiento». Estas mujeres suelen sentirse atrapadas en sus relaciones. Su proceso de decisión se determina por la inversión que han hecho en la relación (el tiempo que llevan con el novio o el marido, la dependencia emocional que sienten, las expectativas de futuro, el significado del matrimonio y la familia, etcétera). Es como si se activara un sesgo que influye en la toma de decisión, al que podríamos denominar «error de inversionista». Las mujeres invierten mucho tiempo y apego emocional en sus relaciones para conseguir compromiso, seguridad y estabilidad. Cuando empiezan a experimentar abuso, aparecen dudas que pueden provocar conflictos en sus decisiones, es entonces cuando se plantean cuánto control tiene en la relación. Si perciben poco, acaban desarrollando la «indefensión aprendida», actitud que supone un obstáculo para tomar decisiones encaminadas al abandono de la relación. Otras razones que agrandan los obstáculos para separase de la pareja son la dependencia emocional y económica respecto del agresor, la falta de recursos, el miedo a romper la familia y de afrontar en solitario la atención de los hijos, las propias vivencias familiares (tolerancia al maltrato aprendido en la infancia), así como la inseguridad que crea para las mujeres el proceso judicial. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Entre el domino y el sometimiento Formas de maltrato No existe un consenso claro sobre qué es violencia de género y qué conducta debe excluirse de la tipología penal de «violencia de género». No obstante, cada forma de violencia contribuye a establecer el patrón de «configuración» que mantiene la relación de poder y dominio del hombre sobre la mujer. Los diferentes tipos de maltrato son: Violencia física (la más explícita).
Manipulación de los hijos.
Intimidación (miradas, gestos, acciones).
Aislamiento.
Abuso emocional.
Justificación del maltrato Las mujeres deben evitar las racionalizaciones que justifican y contribuyen a perpetuar la situación de maltrato, con el fin de reconocerla y evitarla. Se trata de justificaciones relacionadas con el desempeño del papel femenino tradicional. Entre las más habituales destacan:
Apelar a ideales (mantenimiento de la familia). No separarse por el perjuicio a los hijos. Atribuirse el fracaso en el papel de mujer, como esposa y madre.
Uno de los principales síntomas que experimentan las mujeres maltratadas, como sucede en cualquier otro tipo de delito o hecho traumático, es el síndrome de estrés postraumático (a nivel general, un 25 por ciento de los afectados). Pero mientras que en el caso de una agresión sexual el porcentaje se sitúa entre el 50 y el 60 por ciento, en circunstancias de maltrato alcanza el 51 por ciento de las víctimas. Los síntomas principales son depresión, ansiedad, baja autoestima e inadaptación en diferentes áreas de la vida. Existen también otros síntomas temporales como estrategia de afrontamiento ante una situación insostenible (abuso de alcohol y fármacos). Todo ello puede provocar en las mujeres maltratadas el desarrollo de cierto tipo de comportamientos que pueden resultar problemáticos fuera de la situación de maltrato. Entre los más comunes están ciertas pautas de comunicación de tipo manipulativo-seductor ya que la mujer maltratada ha aprendido a manipular como medio eficaz de mantener el control de su situación. Asimismo, puede mostrarse seductora, sexualizando las relaciones sociales para ganar afecto y neutralizar la agresión. Y sobre todo, desarrolla suspicacia en exceso, un estado de hipervigilancia crónica que le hace estar preparada para anticipar la violencia. Todas esas estrategias que resultan adaptativas en las relaciones de violencia, se tornan un obstáculo en las relaciones normales. A consecuencia de ello, la mujer maltratada manifiesta MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
una baja autoestima y una disminuida valoración de sí misma, sentimientos que inciden en una alta probabilidad de que conviva de nuevo con el maltratador o empiece una relación con otro hombre que también la maltrate. Es un comportamiento aprendido: la mujer busca de forma inconsciente modelos de varón (y de relación) que refuercen la conducta que ellas han aprendido ante la agresión. Las víctimas de malos tratos muestran una gran complacencia y deseo de agradar, se creen capaces de realizar todo a la perfección que su maltratador reclama. Mas, cuando fallan en esas expectativas irreales, se sienten culpables (influencia de la ideología sexista). Asimismo, piensan que de ellas depende el funcionamiento de la pareja y de la familia, convicción que se traduce en un comportamiento sumiso, dócil en exceso, que entorpece la recuperación posterior. La respuesta social es otro de los elementos fundamentales en la lucha para erradicar el problema. La Ley Integral de Violencia de Género es sin duda una herramienta necesaria para ello, pero no suficiente. Urge la necesidad de abordar la verdadera causa del problema, su naturaleza ideológica. Una cuestión de ideología de género que afecta a hombres y a mujeres de esta sociedad.
ASIMETRÍA SOCIAL © FOTOLIA / PHOTOSANI
Negar el daño que se sufre.
Agresor y víctima justifican su situación según el papel masculino y femenino aprendido.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA IT’S FOR YOUR GOOD: BENEVOLENT SEXISM AND WOMEN’S REACTIONS PROTECTIVELY JUSTIFIED RESTRICTIONS. M. Moya,
P. Glick, F. Expósito, S. de Lemus y J. Hart en Personality and Social Psychological Bulletin, vol. 33, n.o 10, págs. 1421-1434, 2007. DON’T ROCK THE BOAT: WOMEN’S BENEVOLENT SEXISM PREDICTS FEARS OF MARITAL VIOLENCE. F. Expósi-
to, M. C. Herrera, M. Moya y P. Glick en Psychology of Women Quarterly, vol. 34, págs. 36-42, 2010. VICTIM BLAMING AND EXONERATION OF THE PERPETRATOR IN DOMESTIC VIOLENCE: THE ROLE OF BELIEFS IN A JUST WORLD AND AMBIVALENT SEXISM.
I. Valor-Segura, F. Expósito y M. Moya en Spanish Journal
Francisca Expósito es profesora de psicología social aplicada en la facultad de psicología de la Universidad de Granada.
of Psychology, vol. 14, n.o 1, págs. 191-202, 2011.
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CORTESÍA DEL AUTOR
La trampa de la adicción Drogas como la cocaína y la heroína bloquean, a través de mecanismos neuronales aprendidos, la capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa. ¿Qué ocurre en las neuronas? CHRISTIAN LÜSCHER
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RESUMEN
Una enfermedad cerebral
1
Los mecanismos biológicos de apren-
dizaje hacen que se automatice el consumo de una sustancia o una conducta en los drogodependientes.
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Drogas como la cocaína o la heroína
modifican ciertos recepIDILIO ENGAÑOSO
tores de glutamato en el
La imagen muestra una apacible casa de campo en Berna Alta tras la cosecha del heno. Mas para las
mesencéfalo. Se pone en
personas adictas a la cocaína significa algo más: la contemplación de las bolsas de plástico blancas puede
marcha una cascada de
acelerar su frecuencia cardiaca, así como desencadenar un ansia insaciable de la droga.
señales cuyo final culmina en la enfermedad adictiva.
C
ontemple por un momento el paisaje que se muestra en estas páginas. Apacible, ¿cierto? Incluso puede que le resulte relajante. No obstante, las personas adictas a la cocaína reaccionan de otra manera frente a la misma instantánea: se les acelera el pulso, sus manos se humedecen y experimentan un ansia insaciable de droga. Dicho efecto lo observó el investigador en drogadicción Daniele Zullino, del Hospital Universitario de Ginebra, en varios de sus pacientes al mostrarles la imagen de marras.
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La explicación del ensayo es sencilla: las bolsas blancas de plástico llenas de heno recuerdan a los afectados el envoltorio usual de la cocaína. En múltiples ocasiones bastan tales imágenes para despertar un ansia poderosa de droga, incluso a veces para provocar una recaída. El experimento pone sobre el tapete el problema básico de la adicción: ciertas asociaciones con el consumo de droga pueden llevar a una pérdida de control y, con ello, a un consumo forzoso. A menudo, la asociación se halla
3
La activación de los receptores metabo-
trópicos de glutamato impide la plasticidad sináptica mediada por las drogas y, con ello, quizá también la aparición de la adicción. Es posible que los tratamientos futuros actúen sobre esta diana.
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Siguientes pasos Los investigadores pretenden desarrollar modelos animales optimizados, de manera que representen el proceso de la adicción de forma más completa, además de ser accesibles a técnicas genéticas, moleculares y de biología celular. Los nuevos métodos —como los canales iónicos que se activan por la luz y que pueden introducirse de manera selectiva en las neuronas del centro de gratificación— deberían facilitar mediante dichos modelos una verificación más fiable de las hipótesis.
tan arraigada que ni siquiera el sujeto adicto la percibe. En Europa, 37 millones de personas sufren dependencia de alguna sustancia; las drogas más habituales son la nicotina, el alcohol, la cocaína y la heroína. A ellos hay que sumar los millones de adictos al juego o a la comida. Desde el punto de vista clínico, todos comparten una característica: la pérdida de control. A pesar de la repercusión negativa, las personas afectadas prefieren el consumo de una sustancia o un determinado comportamiento a cualquier otra actividad. Una curación completa es por ahora difícil, afirmación que, por otro lado, denota una clara misión para la neurobiología experimental, puesto que la adicción representa una enfermedad del cerebro. En los diez últimos años, los neurobiólogos han descubierto algunos procesos corporales que explican el trastorno. Hoy sabemos que la activación excesiva de una pequeña parte del mesencéfalo puede ocasionar la adicción: el área tegmental ventral. Experimentos como el des-
crito al inicio del artículo, además de investigaciones con animales, indican que la adicción se genera a través de un aprendizaje patológico en el que el área tegmental ventral desempeña una función capital. Para entender el fenómeno de la adicción, hay que ocuparse primero de una cuestión esencial: ¿qué ocurre cuando la persona toma decisiones soberanas? Dicha facultad aparece muy limitada entre los adictos. Los humanos y los animales poseen dos sistemas complementarios de toma de decisiones que se asientan en lugares anatómicos diferentes del cerebro según la decisión sea planeada o automática. La decisión sopesada persigue obtener el mejor resultado. Para ello exige comparar diversas opciones, proceso que a su vez requiere tiempo. Se trata de un procedimiento muy flexible; según las circunstancias, pueden tomarse decisiones diferentes. En una decisión automática, en cambio, el estímulo lleva de inmediato a una reacción,
Dependencia y adicción, diferentes En el lenguaje coloquial se usan, de manera indistinta, los términos «dependencia» y «adicción». Sin embargo, desde el punto de vista neurobiológico, deben diferenciarse. La dependencia se define como la aparición de un síndrome de abstinencia en cuanto deja de administrarse la sustancia tóxica. El síndrome de abstinencia resulta muy acusado en el caso de la heroína y otros opiáceos, puesto que aparece horas después de la última dosis. La dependencia puede tratarse con éxito a través de un programa de desintoxicación. La adicción, por el contrario, designa un estado persistente en el que, a pesar de toda la repercusión negativa, se consume la sustancia o se adopta una determinada conducta. Esto también significa que, tras una desintoxicación satisfactoria, la persona deja de ser dependiente, pero sigue siendo adicta. En cuanto vuelve a tomar la droga, pierde de nuevo el control en muy poco tiempo. Mientras algunas drogas, como los opiáceos (la heroína, entre otras), crean una dependencia rapidísima, no todas las personas dependientes son en absoluto adictas. En el caso de los opiáceos, la adicción se da en un porcentaje reducido de consumidores; de hecho, con la droga más adictiva, la cocaína, solo una quinta parte cumple los criterios diagnósticos de adicción. Lo mismo ocurre con comportamientos y acciones como los juegos de azar. Según los estudios epidemiológicos, la ludopatía afecta a menos de un uno por ciento de las personas que han jugado alguna vez en su vida. La inmensa mayoría de los individuos puede acudir sin temor al casino, ya que podrá abandonarlo sin problemas. La diferencia entre adicción y dependencia, además de la observación de que, incluso tras una exposición repetida, solo una minoría pierde el control de su conducta, ha llevado a plantear dos preguntas fundamentales en la investigación moderna de la adicción: ¿sobre qué estructuras cerebrales actúan las drogas?; ¿qué alteraciones producen allí? También debe averiguarse en qué grado se diferencian las alteraciones entre las personas que realmente padecen adicción.
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Los tres caminos hacia la adicción El área tegmental ventral del mesen-
que se les ofrecía. Cuando Uwe Maskos,
llenen de dopamina. De esta manera, se
céfalo es una acumulación de cuerpos
del Instituto Pasteur de París, restauró la
eleva la concentración de dopamina den-
de células nerviosas (núcleo nervioso) con
subunidad b2 en las células nerviosas del
tro de la neurona y se invierte en última
dos tipos de neuronas: por un lado, las
área tegmental ventral de los múridos,
instancia el sentido de transporte de di-
neuronas de proyección liberan el neu-
estos empezaron a consumir la nicotina
cho neurotransmisor: la célula absorbe
rotransmisor dopamina hacia la porción
ofrecida.
menos dopamina y libera más hacia la sinapsis. Como las anfetaminas, el éxtasis
ventral del estriado (en concreto, al núcleo accumbens) y hacia la corteza pre-
3) La cocaína, la anfetamina y el éxtasis
también entra dentro de la célula y con
frontal. Las interneuronas, por su parte,
modifican el transportador de dopamina
ello destruye las neuronas, a diferencia
descargan el transmisor inhibidor GABA
que vuelve a captar la dopamina liberada
de la cocaína.
al área tegmental ventral y frenan así la
en el espacio sináptico entre dos neuro-
actividad de las neuronas de proyección.
nas, de manera que bloquean el proceso
Las drogas como la dietilamina del áci-
Todas las drogas adictivas incrementan las
normal. Las anfetaminas penetran hasta
do lisérgico (LSD) no aumentan, sin em-
cifras de dopamina del núcleo accumbens
el interior de la célula nerviosa, donde
bargo, las cifras de dopamina; por este
(las bases moleculares se han descubierto
impiden que las vesículas sinápticas se
motivo, tampoco producen adicción.
en los últimos años con ratones genéticamente modificados). Hoy, los investigadores diferencian tres mecanismos.
Área tegmental ventral 1. Inhibición de interneuronas (opiáceos, cannabis, GHB, benzodiacepinas)
1) Algunas drogas inhiben las interneuronas y potencian, con ello, la actividad de las neuronas dopaminérgicas. A este grupo pertenecen los opiáceos, el cannabis, el gammahidroxibutirato (GHB) y, probablemente, también las benzodiacepinas, aunque en estas últimas todavía
Región ventral del cuerpo estriado 3. Bloqueo de la recaptación de dopamina (cocaína, anfetamina, éxtasis)
GABA Interneurona
2. Activación directa (nicotina)
falta la comprobación experimental. 2) La nicotina activa directamente las receptores de acetilcolina a4b2. Así se
GEHIRN & GEIST / ART FOR SCIENCE
neuronas dopaminérgicas a través de los
Dopamina
ha comprobado en un experimento con ratones que carecían de la subunidad b2 del receptor: los animales no mani-
Neuronas de proyección
festaron interés alguno por la nicotina
con la ventaja de que las acciones discurren de forma inconsciente. Ello permite dirigir al mismo tiempo la atención hacia otras actividades, como cuando se conduce un vehículo mientras se conversa con el copiloto. Los experimentos conductuales con múridos revelan que las drogas causantes de adicción conectan entre sí los dos sistemas con una consecuencia: la «automatización» del consumo. El sujeto no decide de manera voluntaria sobre el consumo de la droga, sino que se ve obligado a consumirla. Para validar tal hipótesis, David Belin, del Laboratorio Barry Everitts de la Universidad de Cambridge, seccionó
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Dopamina
las vías nerviosas que comunican entre sí los dos sistemas decisorios del cerebro en ratas cocainómanas. Acto seguido, los animales desplegaron mucho menos interés por el polvo blanco; se interrumpió la automatización del consumo. En 2001, Mark Ungless, del Laboratorio de Antonello Bonci, y Robert Malenka, de la Universidad de California en San Francisco, desarrollaron una observación trascendente: una sola dosis de cocaína refuerza determinadas sinapsis del área tegmental ventral. Dicho efecto, de varios días de duración, se halla mediado por iones de calcio que entran en la célula
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La cocaína en la memoria de los ratones Se introduce el ratón en una jaula con dos mitades diferentes. Se graba al animal con una videocámara durante 15 minutos. Tras administrarle cocaína, se aprecia una preferencia del múrido por el lado del habitáculo en el que se le inyectó la droga; en este caso, el izquierdo. En la imagen inferior
CORTESÍA DEL AUTOR
aparece el recorrido del ratón.
a través de los receptores NMDA (receptores ionotrópicos del neurotransmisor glutamato). El aumento de la concentración de calcio pone en marcha una cascada de reacciones bioquímicas, cuya consecuencia es la modificación de otro tipo de receptores de glutamato, los receptores AMPA.
Mecanismo de aprendizaje fatal Entre tanto, algunos grupos de investigación han confirmado tal observación, incluso con otras drogas adictivas. Estas sustancias modifican los lugares de contacto entre las células nerviosas del cerebro. Los neuroinvestigadores hablan de plasticidad sináptica, un proceso neuronal que se desarrolla siempre que aprendemos. En nuestro laboratorio de Ginebra tratamos de seguir la pista al mecanismo molecular que genera la adicción. Mi colaboradora Camilla Bellone se centró en los receptores de glutamato de tipo AMPA. De este modo comprobó que la síntesis de tales receptores experimentan cambios sustanciales cuando se potencia la transmisión de la señal: en lugar de contener una subunidad GluR2 y otra GluR1, solo contienen subunidades GluR1. Este juego de variaciones afecta por partida doble en la función de la sinapsis. Los receptores reaccionan entonces con más sensibilidad —en consecuencia, la respuesta neuronal se potencia— y, además, siguen mostrándose permeables a los iones de calcio, los cuales no solo actúan como neurotransmisores para la plasticidad sináptica, sino que regulan otras muchas funciones esenciales de la neurona.
30
En nuestro laboratorio, Manuel Mameli investigó la posibilidad de revertir la plasticidad producida por las drogas. Aisló cortes finos de encéfalos de ratón en placas de Petri y comprobó, a través de mediciones eléctricas, que se necesita para ello otro tipo de receptores de glutamato, los metabotrópicos. A los pocos minutos de su activación, se producen nuevos receptores AMPA que contienen GluR2 y se incorporan a la sinapsis. En otros experimentos, Mameli comprobó que el mecanismo ocurre en cortes cerebrales y en ratones vivos. Los receptores metabotrópicos de glutamato representan, pues, una especie de sistema defensivo contra la adicción, lo que explicaría por qué un pequeño porcentaje de todos los consumidores de drogas sufren una adicción clínica: es posible que estas personas presenten una vulnerabilidad especial debido a que sus receptores metabotrópicos se activen con dificultad. La plasticidad originada por las drogas no se limita al área tegmental ventral, también se presenta en la corteza cerebral o en el núcleo accumbens, ambos conectados directamente con el área tegmental ventral. Para que ocurra esta modificación cerebral en una rata, debe administrarse de forma repetida la droga durante al menos una semana, a diferencia del «efecto único» característico en los receptores de glutamato NMDA del área tegmental ventral. Tal secuencia temporal lleva a pensar que las distintas formas de plasticidad inducidas por las sustancias tóxicas se relacionan entre sí, de tal manera que suman juntas una reacción en cadena. Así, las modificaciones sinápticas del área tegmental ventral podrían, con el tiempo, determinar cambios en las neuronas del núcleo accumbens. Solo entonces, la toma de decisiones pasaría al modo automático que llevaría a una conducta compulsiva. Con el fin de comprobar tales supuestos pueden efectuarse pruebas conductuales en ratones; no obstante, la complejidad de la adicción no puede simularse en toda su extensión en este tipo de modelos experimentales. Por tal motivo, los investigadores se concentran en algunos aspectos como la activación de la conducta adictiva a través de los contenidos de la memoria. En este tipo de experimentos se introduce a un ratón en una jaula dividida en dos mitades (izquierda y derecha) con paredes de diferente color o cenefa. Una cámara de vídeo registra, durante un cuarto de hora, los movimientos espontáneos del múrido; también se anota la trayectoria que lleva a cabo. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Hipocampo
Corteza orbitofrontal
Lóbulo parietal
Corteza cerebral
Tálamo
Tálamo
Decisión planeada
Decisión automática
Globo pálido
Cuerpo estriado
Mesencéfalo
Globo pálido
Núcleo accumbens
Porción dorsal del cuerpo estriado
Área tegmental ventral
Sustancia negra
Cuerpo estriado GEHIRN & GEIST / ART FOR SCIENCE
Corteza cerebral
Mesencéfalo
DIFERENCIA DECISIVA Las decisiones conscientes y planificadas se originan en la porción ventral del cuerpo estriado (núcleo accumbens), en el hipocampo y en la corteza orbitofrontal. Las decisiones automáticas, en cambio, activan otras regiones dorsales del lóbulo parietal y del cuerpo estriado. Los dos sistemas son
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
regulados por la dopamina; por un lado, desde el área tegmental ventral, por otro, desde la sustancia negra.
COCAINE-EVOKED SYNAPTIC PLASTICITY: PERSISTENCE IN THE VTA TRIGGERS ADAPTA-
Dosis pequeña, larga acción Tras inyectar una dosis de cocaína al ratón, se le mantiene mediante un obstáculo en la parte izquierda de la jaula. Al día siguiente, se retira la barrera. Sin embargo, el ratón permanece en la mitad izquierda del habitáculo, ya que al parecer asocia el color de la pared de la izquierda con la droga. Este efecto recordatorio dura varios días. Incluso puede provocarse semanas después al administrar una nueva pequeña dosis de cocaína al animal. Lo mismo ocurre con los humanos toxicómanos. Ainhoa Bilbao, del Laboratorio de Rainer Spanagel en el Instituto Central de Salud Mental de Mannheim, efectuó en 2008 la misma prueba con un ratón modificado genéticamente. El animal carecía de los receptores NMDA en las neuronas dopaminérgicas del área tegmental ventral, cuya activación representa el disparo inicial para la drogadicción. El resultado fue significativo: a diferencia de los ratones normales, una dosis única y pequeña de cocaína no ocasionaba un efecto duradero en la memoria. En cuanto el roedor olvidaba
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
la relación entre espacio y droga, no se reactivaba el recuerdo. Es decir, no ocurría ningún riesgo duradero de recaída y, en consecuencia, tampoco aparecía ninguna adicción en el sentido clínico. Nuestro grupo comprobó asimismo que la plasticidad sináptica inducida por las drogas se extiende en pocos días desde el área tegmental ventral hasta el cuerpo estriado. Así pues, se modifican círculos cada vez más extensos del sistema de gratificación lo que, en última instancia, puede llevar a una pérdida del control. Los conocimientos crecientes de ambos mecanismos auguran que pronto entenderemos por qué diferentes personas presentan distinta vulnerabilidad frente a la adicción. Es de prever que en un período razonable de tiempo podrá disponerse de un tratamiento causal para este trastorno.
TIONS IN THE NAC. M. Mameli
Christian Lüscher es neurólogo, neurobiólogo y profesor en la facultad de medicina en la Universidad de Ginebra.
publicado online el 20 de
et al. en Nature Neuroscience, vol. 12, págs. 10351041, 2009. DRUG-EVOKED SYNAPTIC PLASTICITY IN ADDICTION: FROM MOLECULAR CHANGES TO CIRCUIT REMODELING.
C. Lüscher y R. C. Malenka en Neuron, vol. 69, págs. 650-663, 24 de febrero de 2011. COCAINE INVERTS RULES FOR SYNAPTIC PLASTICITY OF GLUTAMATE TRANSMISSION IN THE VENTRAL TEGMENTAL AREA.
M. Mameli, C. Bellone, M. T. C. Brown y C. Lüscher en Nature Neuroscience, febrero de 2011.
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Sinapsis «durmientes» Montar en bicicleta, tocar la guitarra, leer en francés. Con facilidad logramos reactivar capacidades que creíamos perdidas. Aunque no utilicemos las conexiones nerviosas correspondientes desde hace largo tiempo, una vez anudadas, permanecen MARK HÜBENER
E
RESUMEN
Huellas del recuerdo
1
El cerebro puede recuperar las capa-
cidades que se creían perdidas en un instante; se trata del método del «ahorro».
2
Experimentos con ratones demuestran
que al practicar una actividad se crean espinas dendríticas nuevas en las neuronas que establecen contacto con otras neuronas.
3
Pese a un desuso prolongado, las
conexiones adicionales permanecen y permiten refrescar el recuerdo.
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squiar, jugar al tenis o tejer un jersey representan acciones motoras complejas que debemos practicar durante un tiempo para llegar a dominarlas. Una vez que las hemos interiorizado, tales capacidades casi nunca desaparecen; incluso después de un prolongado desuso somos capaces de volverlas a ejercer con mayor facilidad que cuando las aprendíamos. Aunque pasen muchos años, nos sigue sorprendiendo la rapidez con la que recordamos unos determinados pasos de baile que creíamos olvidados para siempre. Este fenómeno tan familiar para los humanos no ocurre solo en el aprendizaje de patrones de movimiento. También se da en la memoria declarativa, la cual almacena los recuerdos relacionados con hechos y vivencias personales. El primer científico en escrutar dicha propiedad de nuestra memoria fue el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus (1859-1909). Ya a finales del siglo XIX, Ebbinghaus aprendió de memoria largas listas de sílabas absurdas (tipo «huk», «lik», «bök») para medir acto seguido cuántas repeticiones precisaba para reproducir de forma correcta una secuencia. Comprobó que, al memorizar de nuevo una serie de sílabas ya estudiada, requería de menos repeticiones para recordarla. La diferencia entre las reiteraciones necesarias de las primeras grabaciones y las siguientes la bautizó con el término «ahorro». No solo la memoria humana dispone de tal capacidad, sino también la de muchos animales. Así lo demostraron los experimentos de condicionamiento clásico desarrollados con conejos: si se soplaba a los ojos del animal un chorro de aire, este cerraba enseguida los párpados. Si dicho estímulo se combina cada vez con un sonido determinado, al cabo de un rato el sonido
por sí solo desencadenaba el reflejo de oclusión palpebral. No obstante, el aprendizaje no resultaba ilimitado en el tiempo, pues ocurría una «extinción»: el estímulo acústico acababa por no inducir el reflejo del párpado en los conejos. Si se retomaba el experimento, se observaba asimismo un «ahorro». Durante el segundo proceso bastaban menos combinaciones de sonido y chorro de aire para condicionar el cierre palpebral. Estudiosos de la memoria han observado fenómenos similares incluso en organismos simples como el caracol de mar Aplysia. Cuando los seres humanos, así como los animales, aprenden, ocurre al parecer un cambio permanente en su sistema nervioso. Este persiste, al menos de manera parcial, aun cuando el conocimiento adquirido parece haberse olvidado con el transcurrir del tiempo. ¿Qué mecanismos neuronales subyacen a tales recuerdos «ocultos»? Según se sabe hasta ahora, el aprendizaje se basa en la modificación de las sinapsis, los lugares de contacto entre las células del cerebro. Dichas conexiones neuronales pueden tornarse más fuertes o más débiles, generar nuevos contactos o destruir los ya existentes, con lo que se modifica la transmisión de la información desde una neurona a la siguiente. En el condicionamiento descrito del cierre palpebral, la idea resulta muy simple: la percepción repetida y simultánea del sonido y del chorro de aire genera nuevas comunicaciones sinápticas entre las neuronas auditivas que procesan los ruidos y las neuronas motoras que desencadenan el cierre del párpado. Gracias a dicha comunicación, el estímulo acústico puede inducir una oclusión del párpado en el animal. Los procesos concretos que tienen lugar dentro MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
del cerebro son complejos; no obstante, el principio no cambia: el aprendizaje consiste en la modificación de la intensidad de transmisión de las señales en la sinapsis. ¿Sobre qué mecanismo se sustenta «el ahorro» cuando se refresca un recuerdo que se creía olvidado? Para explorarlo, empleamos en el Instituto Max Planck de Neurobiología de Martinsried un modelo ya concebido en los años sesenta por los entonces futuros premios nóbel Torsten Wisel y David Hubel. Ambos médicos de la Universidad de Harvard en Cambridge (Massachusetts) eliminaron temporalmente las aferencias en uno de los ojos de los gatos jóvenes experimentales, colocándoles un parche ocular que tan solo permitía el paso de luz difusa.
Al cabo de unas semanas, los investigadores restablecieron la visión normal de los animales. Comprobaron que se había modificado la actividad de las neuronas situadas en la corteza visual (región cerebral en la que se procesan por primera vez en conjunto las informaciones que llegan de ambos ojos). Las neuronas del centro de la visión respondieron con menor intensidad ante los estímulos luminosos en el ojo que había sido ocluido durante un tiempo, mientras que la misma estimulación en el ojo preservado en condiciones normales se dispararon con mayor fuerza. Sin embargo, experimentos posteriores revelaron que el efecto no permanecía a largo plazo; al poco tiempo, las células nerviosas entrenadas de esta manera regresaban a la normalidad. En 2008, nuestro grupo demostró, mediante la investigación con múridos, que el ahorro se daba incluso en aprendizajes sencillos. Cuando oscurecimos uno de los ojos de los animales solo durante tres días y luego estimulamos ambos ojos por separado con un haz de luz, las neuronas aún no se habían adaptado a la ceguera unilateral: siguieron igual de activas que en los animales con visión normal, fuese cual fuese el ojo estimulado. En cambio, las neuronas de aquellos ratones que durante seis semanas solo habían podido gozar de una visión monocular reaccionaron con mayor intensidad al estimularse su ojo no tapado. Semanas después, volvimos a colocar un parche en el ojo de los ratones «entrenados», cuya MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
CORTESÍA DEL AUTOR
Células con capacidad de adaptación
UNIDAD ELEMENTAL DE LA MEMORIA Las neuronas, como esta célula piramidal de la corteza visual, son las responsables del aprendizaje. A través de las espinas dendríticas situadas en sus ramas se comunican con otras neuronas.
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¿Qué significa plasticidad? El concepto de plasticidad designa la capacidad del cerebro para adaptarse. En la «plasticidad cortical», regiones enteras de la corteza cerebral asumen nuevas tareas en el caso de lesiones. En cambio, la «plasticidad sináptica» significa que la intensidad con que se transmiten las señales entre dos neuronas se refuerza mediante el uso repetido. Ello puede suceder a través de procesos químicos o del crecimiento de la sinapsis.
OLVIDADO, NO DESAPARECIDO Según nuestro modelo, los recuerdos ocultos se basan en sinapsis que retroceden después de una larga pausa pero que todavía se conservan.
Con el aprendizaje
manera habitual al estímulo de luz, las espinas y la sinapsis recién formadas permanecían, si bien habían retrocedido bastante. ¿Podrían estas conexiones nerviosas adicionales y «durmientes» explicar que los ratones aprendieran con mayor rapidez en la segunda ocasión de adaptación al estímulo visual alterado?
La segunda vez, más rápida Para verificarlo, volvimos a ocluir uno de los ojos de los ratones experimentales. Como era previsible, la sensibilidad de las neuronas se desplazó enseguida hacia el lado con visión. A diferencia del primer aprendizaje, no se formaron nuevas espinas, pero se conservaron las comunicaciones debilitadas. Al tapar otra vez el ojo no aparecían sinapsis nuevas, empero se reforzaban las conexiones establecidas con anterioridad. Ello requiere un menor esfuerzo, por lo que, en una segunda exposición, los animales aprenden más deprisa. La hipótesis se corresponde con una observación realizada en los últimos años por otros científicos: cuanto mayor es una sinapsis y la espina dendrítica correspondiente, más impulsos eléctricos intensos pueden intercambiarse las neuronas a través de ese nexo. De hecho, con la ayuda de un microscopio de dos fotones, observamos que las espinas dendríticas nuevas que se creaban en las neuronas de los múridos durante el primer aprendizaje habían aumentado de tamaño, aunque se contraían de nuevo tras destapar el ojo «cegado» del ratón. En la segunda
Con el olvido
Con el reaprendizaje
GEHIRN & GEIST / MEGANIM
Antes del aprendizaje
visión y actividad neuronal ya se habían normalizado. Bastaron tres días para que las neuronas aprendieran a dar de nuevo preferencia al lado con visión normal. La primera oclusión duradera propició que el aprendizaje reapareciera en poco tiempo en las pruebas posteriores. A pesar de tratarse de un proceso muy sencillo de aprendizaje, el efecto coincide con el «ahorro» descrito por Hermann Ebbinghaus en la repetición de sílabas absurdas. Con el fin de comprender el fundamento de las modificaciones sinápticas, desarrollamos el mismo experimento con ratones sometidos a modificación genética. Un microscopio de dos fotones permitía contemplar con exactitud la estructura de las neuronas de estos múridos. En particular, nos interesaban las espinas dendríticas: prolongaciones minúsculas, de escasas milésimas de milímetro, situadas en las neuronas. Cada una de estas espinas se comunica, a través de una sinapsis, con otra célula nerviosa. Poco después de la oclusión pasajera de un ojo del ratón, el número de estas espinas y, en consecuencia, el número de sinapsis, aumentó en las células piramidales de la corteza visual examinada. Sospechamos que las conexiones nerviosas adicionales explicaban por qué las células respondían con mayor intensidad ante el estímulo luminoso en el ojo intacto. Sin embargo, sorprendió que, incluso después de que los animales recuperaran la visión en ambos ojos y que las neuronas reaccionaran de
Dendrita
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Espina recién formada
Axón de otra neurona
Espina en retroceso
Espina reactivada
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Mirada nítida del cerebro con la fluorescencia Los investigadores se sirvieron de un microscopio de dos fotones para analizar las neuronas y otras células en detalle. Dicha técnica aprovecha la capacidad de «fluorescencia» de algunas sustancias: cuando se proyecta sobre ellas una luz con una longitud de onda determinada, emiten fotones que percibimos a simple vista. Un ejemplo conocido de este efecto son las prendas de vestir blancas que bajo la luz ultravioleta o «luz CORTESÍA DEL AUTOR
negra» brillan en la oscuridad. En la microscopía de dos fotones se iluminan con un láser las células preparadas; en el extremo del láser, dos partículas luminosas inciden de forma simultánea sobre un colorante fluorescente. De esta manera se puede operar con una luz de menos energía; solo cuando se re-
ca permite, asimismo, examinar el cerebro de
EJEMPLAR ESPLÉNDIDO
únen los dos fotones brilla el tejido. El enfoque
animales vivos. Existen ratones modificados
Neurona de la corteza
preciso permite, además, una mayor resolución
genéticamente para que algunas de sus neu-
visual de un ratón vivo,
y un menor ruido de fondo.
ronas fabriquen una proteína especial: la pro-
proyectada con un
Con todo, ¿cómo penetran los pigmentos
teína verde fluorescente. Para irradiar dichas
microscopio de dos
fluorescentes en las neuronas? En las placas
neuronas in vivo y rastrear su luz, es necesario
fotones.
de cultivo se pueden introducir colorantes
reemplazar antes una parte del cráneo por un
que penetren en un tipo de célula. Esta técni-
disco transparente.
oclusión, su espesor volvió a reducirse. Así, el tamaño de las espinas variaba según la reacción de las neuronas de la corteza visual en su conjunto a los estímulos visuales. Pese a que estos datos despejan los procesos celulares que subyacen en el aprendizaje y el fenómeno del «ahorro» en la memoria, quedan todavía una serie de interrogantes por resolver. Así, partimos de la idea de que, tras el primer aprendizaje, la actividad neuronal modificada se debe a las espinas recién formadas. Para confirmar tal suposición, cabe observar de forma selectiva y exacta la sinapsis después de aplicar un estímulo luminoso. No obstante, existen dificultades técnicas que complican el experimento, pues se trata de estructuras con tamaños de milésimas de milímetro. Es probable que en próximas investigaciones podamos marcar las neuronas de la corteza visual con un pigmento especial que permita visualizar los cambios minúsculos en las concentraciones de calcio de cada espina dendrítica. Para probar de forma directa que las espinas recién formadas y permanentes favorecen el «ahorro» con el aprendizaje repetido, deberían desconectarse de manera selectiva las sinapsis
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después del primer aprendizaje, con lo que el segundo aprendizaje duraría el mismo tiempo que el primero. En principio, dicho experimento puede efectuarse, por ejemplo, mediante un rayo láser que elimine las espinas correspondientes. Sin embargo, al poseer cada neurona cortical multitud de miles de espinas a las que deben sumarse otros centenares relacionados con la oclusión de los ojos, el experimento resultaría extraordinariamente laborioso. Aunque resten detalles por aclarar, nuestros experimentos revelan que con los procesos de aprendizaje permanecen las nuevas conexiones creadas entre las neuronas, las cuales facilitan el aprendizaje posterior. Todo apunta a que se trata de un principio general: la memoria no destruye las sinapsis en desuso, sino que opta por conservarlas en una especie de «sueño de la Bella Durmiente». Si al cabo de años o decenios decidimos volver a montar en bicicleta, no debemos aprender de cero a guardar el equilibrio. Las sinapsis durmientes despiertan.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA MASSIVE RESTRUCTURING OF NEURONAL CIRCUITS DURING FUNCTIONAL REORGANIZATION OF ADULT VISUAL CORTEX. T. Keck et al. en Nature
Neuroscience, vol. 11, n.o 10, págs. 1162-1167, 2008. EXPERIENCE LEAVES A LASTING STRUCTURAL TRACE IN CORTICAL CIRCUITS. S. B. Hofer
et al. en Nature, vol. 457, n.o 7227, págs. 313-317, 2009. SEARCHING FOR ENGRAMS.
M. Hübener y T. Bonhoeffer
Mark Hübener es director del grupo de trabajo sobre Desarrollo del Sistema Visual en el Instituto Max Planck de Neurobiología de Martinsried.
en Neuron, vol. 67, págs. 363-371, 2010.
35
PUNTO DE VISTA
¿Psicoterapia a partir del escáner cerebral? Los expertos intentan mejorar el diagnóstico y tratamiento de los trastornos psíquicos con el estudio de imágenes del encéfalo. ¿Es la neuropsicoterapia la panacea para tratar las patologías mentales, o se trata solo de una moda pasajera? ¿Nos encontramos ante una era de manipulación del cerebro? DEBATE COORDINADO POR JASMIN ANDRESH Y STEVE AYAN
«I
magínese la siguiente escena: en el año 2030 un joven acude a una consulta psicoterapéutica. Padece un constante impulso a utilizar Metanet, una versión avanzada de Internet. Este le lleva a una segunda existencia virtual que apenas puede distinguir de la vida real. Se retrae de sus relaciones sociales, con frecuencia se manifiesta intranquilo. Después de una primera conversación, el terapeuta lo lleva a una habitación contigua en la que se realizan escáneres cerebrales bajo estímulos de diverso tipo. Las imágenes muestran que el hombre en cuestión padece un trastorno impulsivo, es decir, ni una dependencia ni un trastorno esquizoide. Asimismo, se le realiza un análisis de sangre. A través del perfil ge-
nético del paciente, el terapeuta confirma qué medicamentos se deben considerar en su caso. El tratamiento sigue en la consulta a lo largo de varias sesiones. Al cabo de seis semanas, se le practican de nuevo escáneres cerebrales, los cuales demuestran que los patrones de actividad cerebral del paciente se han normalizado. Asimismo ha mejorado el impulso a utilizar Metanet y, en general, el sujeto se encuentra satisfecho. El tratamiento ha sido un éxito, por lo que, en principio, se le da el alta.» ¿Hasta qué punto consideran realista la visión del futuro descrita? Gred Rudolf: No la considero ni probable ni deseable. En el fondo refleja una interpretación demasiado mecanicista
de los procesos psíquicos. En estos procesos siempre se halla en juego la persona en su totalidad, sus vivencias, su conducta, sus relaciones con los demás. ¿Qué dicen la compañera o los padres del joven? ¿Por qué utiliza siempre Metanet? ¿Qué hay detrás de ello? ¿Qué factores condicionan esa conducta? Espero y supongo que nunca podremos responder a dichas preguntas a base de conceptos fisiológicos puros. Peter Henningsen: Yo lo veo de otra manera. Tampoco creo que llegue un momento en que se pueda diagnosticar una enfermedad psíquica con solo conocer un patrón de la actividad cerebral. Una psicoterapia no puede limitarse a alterar parámetros determinados en el cerebro.
GERD RUDOLF Nació en 1939 en Neunkirchen. De 1959 a 1964 estudió medicina en Homburg, Colonia y Berlín. Fue asistente en la Universidad Libre de Berlín. de la Clínica Psicosomática de Heidelberg. En 2004 recibió el premio Heigl por méritos al servicio de la psicoterapia. De 2006 a 2009 fue presidente del Consejo Científico de Psicoterapia alemán.
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TODAS LAS FOTOS DE ESTE ARTÍCULO: GEHIRN & GEIST / PHILLIPP ROTHE
De 1989 a 2004 fue director médico
Aunque espero que se perfeccionen nuestros modelos y criterios diagnósticos. Es posible que algunos trastornos que tomamos como diferentes se deban, al menos en parte, a procesos de aprendizaje o déficits funcionales similares. No se descarta que cuando sepamos qué procesos neuronales intervienen se puedan planear y supervisar mejor los tratamientos. Dr. Rudolf, ¿en qué se basa su temor a un gran peligro? ¿Teme una reducción unilateral de la persona a su cerebro? Rudolf: Naturalmente, en la base de nuestras vivencias subjetivas existen siempre actividades neuronales. La cuestión es ¿de qué nos sirve este conocimiento? Espero que la investigación neurológica aclare la fisiología de funciones psíquicas importantes como la autorreflexión, el control de los impulsos o la empatía. Ello ayudaría de manera decisiva al estímulo terapéutico de tales funciones y a la explicación de los trastornos. Podrían conocerse, por ejemplo, cuándo existen fases especialmente sensibles, es decir, vulnerables en el desarrollo. En el tratamiento de los niños ello puede proporcionar conocimientos muy significativos. Pero en psicoterapia la relación entre el terapeuta y el paciente resulta decisiva. El pensamiento biologista puede llevar a una disociación notable que podría re-
sumirse en la frase: «El que se encuentra enfermo es mi cerebro, no yo». Muchos hablan hoy de su amígdala, no de sus sentimientos, o de «neuronas espejo» en lugar de relaciones sociales. Tales expresiones no aclaran nada. Dr. Henningsen, ¿dónde ve usted las grandes oportunidades para una «neuropsicoterapia»? Henningsen: En dos ámbitos. Por una parte, como muestra la escena descrita, en un futuro debe ser posible adecuar mejor la terapia a los pacientes. Hoy ya hemos dado importantes avances en este sentido, por ejemplo en la búsqueda de biomarcadores que indiquen la receptividad a determinados medicamentos. Un problema de la terapia es que con frecuencia deben ensayarse métodos diversos hasta dar con el tratamiento apropiado. Varía mucho de un paciente a otro. Una mejor predicción de los posibles efectos aportaría una ayuda importante, incluso en psicoterapia. Por otra parte, espero que nuestros diagnósticos sean más exactos. Una mejor comprensión de lo que pasa en el cerebro con relación a los trastornos, por ejemplo, en conductas compulsivas o en depresiones, contribuiría a plantear la actitud de manera diferenciada ante pacientes con síntomas determinados.
Los trastornos psíquicos ¿son también enfermedades del cerebro? Henningsen: No, de ninguna manera. No existe ningún patrón neuronal que permita determinar si una persona está sana o enferma. No puede determinarse limitándose en exclusiva a estudiar el cerebro. En los trastornos psíquicos intervienen muchas dimensiones: el pensamiento, los sentimientos, la conducta, también el ambiente social en la vida cotidiana. Aunque tampoco pueden describirse atendiendo tan solo a estos aspectos. A menudo los trastornos psíquicos van acompañados de alteraciones neuronales, pero no necesariamente en todos los casos. Con frecuencia no está claro si las alteraciones neuronales son la causa del trastorno, su consecuencia, o la expresión de un mecanismo compensatorio. En todo caso, las explicaciones neuronales de los fenómenos psíquicos resultan hoy muy atractivas. Parece que muchas personas se quedan más tranquilas con sus vivencias si saben que durante ellas sucede algún fenómeno en su cerebro. ¿Se trata de una huida o una bendición? Henningsen: En el ámbito psicosomático, área de la que me ocupo, se trata de un hecho muy frecuente. Los pacientes
PETER HENNINGSEN Nació en 1959 en Stuttgart. De 1977 a 1984 estudió medicina en Stuttgart, Friburgo, Berlín y Cambridge. Fue asistente de neurología y psicosomática en Berlín y Heidelberg. Desde 2005 es director de la Clínica de Medicina Psicosomática y Psicoterapia en el Klinikum rechts der Isar de la Universidad Técnica de Múnich.
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temen que no se les tome en serio si no existe una causa somática de su trastorno. Incluso personas con depresión o esquizofrenia manifiestan el prejuicio de que su enfermedad se debe a una pequeña lesión en el cerebro. Con frecuencia la remisión a un proceso neuronal produce mejoría porque legitima el propio sufrimiento. Rudolf: Me parece que a menudo la satisfacción se la llevan los propios terapeutas. Si puede demostrarse que «realmente hay algo» que puede verse, una causa material y perceptible del trastorno psíquico, parece que a los ojos de muchos gana peso la comprensión de la enfermedad. Creo que es contraproducente, ya que el problema se diluye en su descripción fisiológica. Henningsen: De todas formas considero un avance que la investigación neurológica de hoy señale dónde radica el problema, es decir, en la cabeza. El dolor en una parte del cuerpo con frecuencia no tiene nada que ver con esa zona determinada. En todo caso hay que prevenirse de
«La exploración del cerebro tal vez pueda en un futuro apoyar a una psicoterapia eficaz, pero nunca la sustituirá» Peter Henningsen
creer que nuestro destino se encuentra en el cerebro. Algo similar ocurre con los genes: desde que los desciframos, descubrimos cada vez más la flexibilidad de nuestra dotación genética. Lo mismo puede decirse de los procesos neuronales: son igual de fácil o difícil de alterar, como las vivencias y las conductas. ¿Piensan que el entusiasmo por la neurología actual es una moda pasajera o nos encontramos ante un cambio de paradigma? Rudolf: Con toda mi admiración por los avances en el conocimiento del cerebro, no veo en ello ningún cambio fundamental. Sobre todo porque una parte importante de nuestra vida psíquica permanece todavía bastante a oscuras. Me refiero a la fuerza que tienen nues-
«Con frecuencia minusvaloramos el poder las relaciones sociales. También para las neurociencias tal dimensión continua siendo una terra incognita» Gerd Rudolf
tras relaciones sociales. Minusvaloramos a menudo la importancia de su influencia; incluso para las ciencias neurológicas tal dimensión social sigue siendo en gran parte una terra incognita. Henningsen: Desde el punto de vista histórico hemos superado, al menos en parte, la estricta separación entre psique y soma. Esto seguirá siendo así. La separación puede haber tenido una importancia histórica; sin un claro alejamiento de las estrictas ideas fisiológicas de su tiempo, Freud y otros hubieran tenido muchas dificultades para desarrollar sus métodos y modelos psicológicos. Entre tanto, por fortuna, hemos superado esa división artificial; vemos cómo escuelas que en otro tiempo mantenían posturas irreconciliables hoy van teniéndose cada vez más mutuamente en cuenta. No existe ni «la» neurología ni una única psicoterapia, pero las diferencias entre las posturas dispares, como la terapia conductista, la terapia conversacional o el psicoanálisis, ya no resultan tan grandes. A ello han contribuido también los hallazgos de la neurología. En definitiva, no se trata de quién tiene razón, sino de qué es lo mejor para cada paciente. A propósito, ¿puede abrir el estudio del cerebro nuevos caminos para la terapia? Henningsen: A menudo, basta un simple mecanismo de espejos para aliviar el dolor del «miembro fantasma» después de una amputación. Solo puede llegarse a ese tipo de métodos con la observación de cómo se reorganiza la corteza somatosensorial, es decir, la parte de la corteza cerebral donde se procesan las sensaciones táctiles. Dichas sensaciones
MAESTRO Y DISCÍPULO Peter Henningsen (derecha) ejerció de asistente médico de Gerd Rudolf en la Clínica Psicosomática de Heidelberg.
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ha publicado sobre el tema, entre otros, los siguientes artículos:
ANIMADA CONVERSACIÓN Gerd Rudolf (izquierda) y Peter Hennigsen (segundo por la derecha) antes de la entrevista con los redactores Jasmin Andresch y Steve Ayan.
acompañan a los síntomas dolorosos y pueden influenciarse mediante la estimulación correspondiente. Tal vez no podamos esperar métodos psicoterapéuticos completamente nuevos, pero sí podemos imaginar su perfeccionamiento para el tratamiento de cuadros clínicos o grupos de pacientes específicos. Herta Flor explica que con frecuencia en el núcleo de un trastorno psíquico existen procesos inconscientes de aprendizaje. ¿Significa esto que la psicoterapia ha de realizarse en buena parte «a espaldas del paciente»? Rudolf: La psicoterapia se basa, sobre todo, en la concienciación de reacciones sentimentales o patrones de conducta personales. Ello no significa que el terapeuta tenga respuesta para todo y que el paciente lo único que necesite sea aceptar y adaptarse a esas verdades. La posible solución a cada problema ha de plantearse de manera conjunta, el terapeuta no siempre dispone de todas las armas para ello. En este sentido, algunas partes esenciales de una psicoterapia se encuentran a espaldas del terapeuta. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Henningsen: Me da la sensación de que tras la fascinación por el cerebro suele existir una especie de temor a descubrir cosas de las que la persona no tiene ni la más remota idea. Creo que es exagerado. Tal vez en un futuro el conocimiento del cerebro pueda apoyar una psicoterapia eficaz, pero nunca podrá sustituirla. ¿Supone la investigación del cerebro un renacimiento del inconsciente? Henningsen: Creo que hay que tratar el tema con precaución. Con frecuencia se confunden cosas muy diferentes. En principio, para los neurólogos el inconsciente es todo aquello que el paciente no percibe o sobre lo cual no puede dar ninguna información. El psicoanálisis, por el contrario, se basa en un modelo dinámico del inconsciente. Freud describe incluso una estructura perfectamente determinada del yo, del ello y del super-yo, y postula una serie de mecanismos, tales como represión, sublimación o proyección. No debe arrojarse todo ello por la borda. Otra cuestión es hasta qué punto conceptos básicos de la psicoterapia pueden confirmarse mediante la investigación neurológica. La mayoría de los conceptos tienen que ver con las interacciones sociales entre el terapeuta y el paciente, interacciones que, hasta ahora, solo han sido investigadas de manera puntual por los neurólogos. Ese momento todavía puede llegar.
Salvar las neuronas nuevas, de Tracey J. Shors Mayo 2009 Lateralización del cerebro, de P. F. MacNeilage, L. J. Rogers y G. Vallortigara Septiembre 2009 Circuitos defectuosos, de Thomas R. Insel Junio 2010 Ciegos con visión, de Beatrice de Gelder Julio 2010 Anticiparse al alzheimer, de Gary Stix Agosto 2010 Control del cerebro por medio de la luz, de Karl Deisseroth Enero 2011 Cien billones de conexiones, de Carl Zimmer Marzo 2011 Una mente extracorpórea, de Miguel A. L. Nicolelis Abril 2011 Claves de la resiliencia, de Gary Stix Mayo 2011
39
MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD BIOELECTRICIDAD CEREBRAL Y PATOLOGÍAS NEUROLÓGICAS La mayoría de las enfermedades neurológicas se manifiestan desde niveles celulares y moleculares con actividad magnética CARLOS GUERRERO MOSQUERA
A
finales del siglo XVIII, el experimen-
sombra a los descubrimientos de Galvani.
una respuesta eléctrica cerebral fácil de
to de Luigi Galvani se ganó el título
Giovanni Aldini, sobrino de este, demostró
detectar, la mayoría de las enfermedades
de «espectáculo de moda»: todo salón de
con otro experimento la existencia de la
neurológicas se manifiestan desde niveles
reuniones italiano que se preciara debía
«electricidad animal» que su tío pregona-
celulares y moleculares con actividad mag-
ofrecer a sus convidados la posibilidad de
ba. De esta manera zanjaba la discusión:
nética medible fuera del cuero cabelludo,
gozar del impactante y entretenido fenó-
quedaba demostrada la influencia de la
lo cual permite localizar la zona dañada
meno científico. Los espectadores presen-
energía eléctrica en el sistema nervioso y
del cerebro, la causa y su posible función
ciaban expectantes cómo las patas de una
muscular humano.
fisiológica. La actividad neuronal en el cerebro hu-
rana se movían bajo el efecto de descargas eléctricas, sin saber que estaban siendo
Capacidad eléctrica
mano se inicia desde las primeras etapas
testigos de los primeros pasos hacia una
Desde el punto de vista celular y químico,
de desarrollo prenatal. Como ya se sabe,
nueva ciencia conocida hoy como electro-
el desequilibrio de iones positivos y nega-
las señales generadas por el encéfalo son
fisiología o incluso, por qué no, del origen
tivos en la membrana de la célula crea el
eléctricas en naturaleza y representan no
de la ingeniería biomédica.
escenario necesario para propiciar la ca-
solo la función cerebral, sino también el
Los resultados de las investigaciones
pacidad eléctrica, la cual surge en primera
estado del cuerpo entero. Una manera de
de Galvani propiciaron asimismo un gran
instancia en forma de impulsos bioeléctri-
registrar los potenciales eléctricos genera-
revuelo entre la comunidad científica. Ca-
cos en las células. La actividad sináptica
dos en el encéfalo —ya sea de forma es-
laron hondo en Alessandro Volta, quien
de las neuronas constituye el ejemplo por
pontánea o evocada por algún estímulo—
interpretó los experimentos desde el rigor
excelencia de flujo de corriente extracelu-
es a través del electroencefalograma (EEG),
de la física, por lo que negaba la existen-
lar que produce los potenciales eléctricos
exploración que proporciona estimaciones
cia de la electricidad de origen animal de
cerebrales.
de la acción sináptica a grandes escalas y relacionadas con el comportamiento y la
la que parecía estar convencido su coe-
Las anormalidades que ocurren en la
táneo. Se iniciaba así una famosa contro-
corteza del encéfalo pueden clasificarse,
versia que, fruto del afán de Volta por
de forma general, según su etiología (por
Un caso particular de registro inmediato
detentar la razón, dio paso al invento de
ejemplo, trauma, enfermedad, toxinas o
en el EEG frente a un «estallido» repentino
la pila. No obstante, dicho ingenio no hizo
infecciones). Aunque no siempre existe
y asíncrono de flujo de corriente eléctrica
cognición.
entre neuronas, sucede con la epilepsia. Existen formas de ondas cerebrales clasi-
TOMADO DE LAS INVESTIGACIONES HECHAS POR J. SANES Y J. LICHTMAN DEL DPTO. DE BIOLOGÍA MOLECULAR Y CELULAR, UNIVERSIDAD DE HARVARD).
ficadas que permiten diagnosticar la clase
ACTIVIDAD SINÁPTICA Bajo un microscopio equipado con óptica fluorescente, se observan neuronas motoras en sinapsis (puntos rojos) que provocan el movimiento del músculo esternocleidomastoideo de un ratón con dos semanas de edad.
40
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Frecuencia
con epilepsia, así como en la localización de patrones cerebrales en las zonas de la memoria de pacientes con alzhéimer debido a su alta resolución espacial. La IRMf se ha utilizado asimismo en psiquiatría con el objetivo de investigar la activación cerebral de pacientes que sufren esquizofrenia y depresión.
UC3M-TSC
Se espera en un futuro detectar o clasificar la actividad eléctrica cerebral geTiempo de ocurrencia
nerada por una patología neurológica a través de algoritmos basados en aprendizaje máquina.
SEÑAL BIOELÉCTRICA EN TIEMPO Y FRECUENCIA Primer estallido neuronal visto desde una distribución tiempo-frecuencia de una señal EEG con epilepsia. La gráfica bidimensional permite calcular el cambio energético (en rojo, alta energía), el valor de frecuencia y el tiempo de ocurrencia.
Carlos Guerrero Mosquera Dpto. Teoría de la señal y comunicaciones Universidad Carlos III de Madrid
de epilepsia además de su localización en
análisis de campos magnéticos generados
el cerebro. El análisis del EEG ha demos-
por la bioelectricidad que fluye entre las
trado asimismo cambios de altas a bajas
neuronas. Dicha técnica ha demostrado
frecuencias en zonas del encéfalo de pa-
ser útil en la detección del flujo magnético
cientes afectados de alzhéimer. Un análisis
asociado a patrones en lesiones cerebrales
CITY IN EIGHTEENTH-CENTURY ITALY:
cuantitativo del EEG (qEEG) permite clasi-
traumáticas determinadas. En la epilepsia,
GALVANI, VOLTA AND OTHERS. W. Ber-
ficar, por otra parte, pacientes con leves y
el MEG constituye una alternativa tremen-
nardi en Nova Voltiana. Studies on
graves lesiones traumáticas cerebrales.
damente útil en los casos en los que se
Volta and his Times, coordinado por
requiere emplear electrodos intracranea-
F. Bevilacqua, L. Fregonese, vol. 1,
Interacciones neuronales en imágenes
les (en ocasiones los campos magnéticos
págs. 101-114, 2000 .
En la actualidad, aparte del EEG, existen
epilepsia parcial compleja coinciden con
THE NEUROPHYSIOLOGY OF BRAIN INJURY.
dos métodos adicionales que registran
sus localizaciones intracraneales). Dicha
M. Gaetz en Clinical Neurophysiology,
los cambios funcionales y fisiológicos de
técnica puede localizar las zonas cerebra-
vol. 115, págs. 4-18, 2003.
las interacciones neuronales a nivel de
les en crisis epilépticas de una forma más
red y con una alta resolución temporal: el
exacta, por lo que registra de forma eficaz
CURRENT PRACTICE OF CLINICAL ELECTRO-
magnetoencefalograma (MEG) y la ima-
zonas con otra disfunción cerebral.
ENCEPHALOGRAPHY, 3a EDICIÓN. J. Eber-
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA THE CONTROVERSY ON ANIMAL ELECTRI-
generados por las puntas de onda en la
gen por resonancia magnética funcional
Por su parte, la IRMf ha demostrado su
(IRMf), cada uno de ellos con sus ventajas
utilidad como herramienta de diagnóstico
y deficiencias. Así, el MEG se basa en el
en la evaluación de precirugía de pacientes
sole y T. Pedley. Lippincott Williams & Wilkins, 2003.
RED DE PROTEÍNAS EN EL ALZHÉIMER Las técnicas de genética molecular revelan 200 interacciones entre proteínas que podrían hallarse relacionadas con la enfermedad de Alzheimer MONTSERRAT SOLER LÓPEZ, ANDREAS ZANZONI, RICART LLUÍS Y PATRICK ALOY
L
a enfermedad de Alzheimer (EA) es una
dida que las células nerviosas mueren y
Las investigaciones suelen asociar di-
patología neurodegenerativa aso-
ciertas zonas del cerebro se atrofian. El
cha patología a dos tipos de lesiones: la
ciada a la edad que se caracteriza por
alzhéimer tiene una duración aproximada
aparición de placas seniles, resultantes
una pérdida progresiva de la memoria
de entre cuatro y doce años después del
de la agregación del péptido amiloide
y de otras capacidades mentales a me-
diagnóstico.
beta procedente de la ruptura enzimá-
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
41
tica de una proteína precursora (PPA); y
Del ordenador al laboratorio
de marras. Como resultado, obtuvimos un
de ovillos neurofibrilares, formados por
Las proteínas son los instrumentos molecu-
total de 200 nuevas interacciones. Esta in-
deposiciones de la proteína tau [véase
lares que utilizan las células para desarrollar
formación, añadida a la que ya se conocía
«Bases moleculares de la enfermedad de
sus funciones. Normalmente no operan so-
acerca de interacciones entre proteínas
Alzheimer», por Vernon M. Ingram; MENTE
las; interactúan entre ellas formando redes
relacionadas, resultó en una red de 6000
Y CEREBRO,
intra y extracelulares. En nuestro estudio
interacciones en total, en la que participan
No obstante, todavía se desconoce la
hemos analizado la biología de la EA de
1700 proteínas. Constituye la mayor red de
causa de tales lesiones. La mayoría de
una forma global (no individualizada, como
interacciones entre proteínas asociada al
los pacientes carecen de antecedentes
en la mayoría de los estudios anteriores),
alzhéimer descrita hasta el momento.
familiares, aunque en una minoría apa-
combinando métodos experimentales con
El análisis computacional de todas esas
rece de manera hereditaria, con un debut
métodos computacionales con el fin de es-
interacciones, realizado en el superordena-
precoz de los síntomas. A pesar de los
tudiar las conexiones entre proteínas y con-
dor MareNostrum del Centro de Supercom-
grandes esfuerzos realizados en los últi-
textualizarlas en su entorno biológico.
putación de Barcelona, revela un complejo
n.o 15].
mos años para entender los mecanismos
En un primer paso, utilizamos técnicas
análisis de interacciones entre numerosos
que la desencadenan, no se dispone de
de genética molecular para estudiar las
grupos de proteínas intensamente conecta-
tratamientos eficaces que puedan com-
miles de posibles interacciones entre pro-
das y con funciones celulares similares. Al-
batirla. Mientras que el avance en otras
teínas implicadas en la enfermedad o bien
gunos de estos grupos funcionales sugieren
enfermedades es notable, los casos de
posibles candidatas, tales como aquellas
nuevos mecanismos moleculares que po-
muerte por EA siguen aumentando en
cuyos genes se localizan en regiones cro-
drían hallarse relacionados con la enferme-
todo el mundo.
mosómicas relacionadas con la dolencia
dad. Un claro ejemplo es la identificación
De los genes a los mecanismos moleculares La estrategia para la identificación y análisis de redes de proteínas asociadas a la enfermedad de Alzheimer se compone de cinco pasos fundamentales, en los que se combinan métodos de genética y biología moleculares con el análisis computacional de las interacciones. La generación de la red de proteínas asociadas al alzhéimer permite el análisis de grupos de proteínas funcionalmente conectados y quizás implicados en dicha patología.
1. Identificación de genes implicados en el alzhéimer y posibles candidatos.
2. Caracterización de las interacciones entre proteínas codificadas por los genes seleccionados.
Superordenador MareNostrum
5. Análisis funcional de los grupos de proteínas y elaboración de mecanismos moleculares implicados en el alzhéimer.
CORTESÍA DE LOS AUTORES
3. Análisis computacional de las interacciones identificadas y su interacción en la red de interacciones conocidas (interactoma humano).
4. Generación de la red de interacciones proteínicas.
42
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
de la proteína SITPEC (del gen ECSIT), la
cipales de la patogénesis del alzhéimer en
cual está interconectada con otras proteí-
su forma tardía. Así, el daño oxidativo, que
nas implicadas en la regulación del estrés
podría iniciarse en las mitocondrias, en el
oxidativo, la inflamación o las alteraciones
citosol o bien en el espacio extracelular, se
LA GENÉTICA Y LA ENFERMEDAD DE ALZ-
en las mitocondrias. Curiosamente, SITPEC
iría acumulando de forma progresiva con
HEIMER. J. Pérez Tur en Revista de Neu-
también guarda relación con proteínas
la edad en las neuronas hasta desencade-
rología, vol. 30, págs. 161-169, 2000.
que presentan alteraciones en pacientes
nar reacciones celulares, tales como la in-
con alzhéimer, por lo que tales procesos
flamación, que conducirían a los primeros
ALZHEIMER’S DISEASE. H. W. Querfurth
podrían estar relacionados durante el de-
síntomas de la enfermedad.
y F. M. LaFerla en The New England
sarrollo de la enfermedad, estableciendo a SITPEC como nodo molecular.
A pesar de todos los avances, la EA se encuentra lejos de haber revelado todos
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Journal of Medicine, vol. 362, págs. 329-344, 2010.
sus secretos. Es probable que exista más de
Disfunción mitocondrial
una sola vía de enfoque. El presente traba-
INTERACTOME MAPPING SUGGESTS NEW
Los factores de riesgo más importantes en
jo abre la puerta a nuevas investigaciones
MECHANISTIC DETAILS UNDERLYING
la EA son el envejecimiento, el ambiente
destinadas a su tratamiento.
y la predisposición genética. Nuestros estudios aportan datos sobre mecanismos moleculares que pueden contribuir a entender mejor la enfermedad. En particular, concuerdan con hipótesis postuladas anteriormente acerca del origen de la EA, donde se implica un mal funcionamiento de las mitocondrias como causantes prin-
ALZHEIMER’S DISEASE. M. Soler López,
A. Zanzoni, R. Lluís, U. Stelzl y
Montserrat Soler López, Andreas Zanzoni, Ricart Lluís y Patrick Aloy Programa Conjunto IRB-BSC en Biología Computacional Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona
P. Aloy en Genome Research, vol. 21, págs. 364-376, 2010. ALZHEIMER. VV. AA. Colección Temas
de Investigación y Ciencia, n.o 63; 4o trimestre, 2010.
ORIGEN PRENATAL DE LA ESQUIZOFRENIA El comienzo prenatal de la esquizofrenia parece cada vez más plausible. En especial, durante el segundo trimestre de embarazo SEGUNDO MESA CASTILLO
P
or su incidencia, su potencial cronici-
se de por vida a la atención del enfermo,
cuestiones científicas, el conocimiento
dad, su severidad y sus consecuencias
sobre todo durante las etapas de crisis; en
de la enfermedad ha dependido de tres
en el ámbito familiar y la sociedad en ge-
el 50 por ciento de los casos es necesaria la
patas principales: la ideología imperante,
neral, la esquizofrenia se impone como
hospitalización. Por otro lado, la evolución
el desarrollo científico y técnico y el de-
un gran reto social. Junto a la demencia,
crónica del trastorno supone un deterioro
sarrollo socioeconómico. En la Edad Me-
constituye un problema prioritario de la
progresivo de todas las capacidades del
dia, el paciente esquizofrénico se creía
salud mental a escala mundial que afecta
enfermo, lo cual significa un costo elevado
poseído por los demonios. Fue a partir del
a 1 de cada 100 habitantes, situación que
directo por la atención médica y paramédi-
desarrollo del microscopio y de las técni-
supone una repercusión humana, econó-
ca recibida e indirecto por lo que dejan de
cas de imagen en los siglos XIX y XX que
mica y social importante. A nivel indivi-
producir pacientes y familiares cuidadores.
comenzó a aclararse su causa orgánica,
dual, el trastorno incide en la etapa más
A ello se suma el gasto intangible por el
lo que determinó la histología y la ana-
productiva de la vida (en el 75 por ciento
sufrimiento que produce la psicopatología
tomía patológica, además de contribuir a
de los casos los primeros síntomas apare-
en el paciente, la familia, los amigos y la
la observación directa de los cerebros de
cen entre los 16 y 25 años de edad), por lo
sociedad en general.
pacientes fallecidos y en vida. Se concibió
que los estudios, el trabajo y la vida social
Aunque la esquizofrenia siempre se
plena de la persona afectada quedan da-
consideró una patología biopsicosocial,
ñados a causa del grado de incapacidad
persiste la incógnita de hasta qué punto
que produce.
es el componente biológico, el psicológico
así por primera vez la esquizofrenia como una enfermedad del cerebro.
Etiología del trastorno
El entorno familiar sufre también las
o el social su motivo principal. A lo lar-
En la primera mitad del siglo XX apareció
consecuencias; el cuidador debe dedicar-
go de la historia, como sucede en otras
la teoría psicogénica fundamentada, entre
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
43
prenatales y perinatales como motivo de vulnerabilidad. Los componentes psicosociales se consideraban factores desencadenantes.
¿En los genes?
Partículas víricas
La teoría genética, a través de los estudios de adopción, se fundamenta en una mayor incidencia familiar del problema, señalando de esta manera los factores prenatales en relación a la etiología de la enfermedad. Mas el hecho de observar que solo el 45 por ciento de los gemelos monocigóticos padecen la enfermedad pone en entredicho tal teoría. La herencia acaba considerándose un factor predisponente, pero no determinante. Hasta ahora no se ha identificado un gen específico de la enfermedad; más bien parece que genes distintos actúan de manera conjunta y contribuyen en la apari-
© ISTOCKPHOTO / DIETER HAWLAN (mujer embarazada); © ISTOCKPHOTO / CHRIS DOWNIE (bebé)
ción de la psicopatología. Mas, ¿hasta qué punto inciden los factores genéticos o los ambientales intrauterinos? La respuesta es aún motivo de controversia. Si la causa de la enfermedad fuera puramente genética, ambos gemelos idénticos (monocigóticos) deberían manifestar la patología, ya que proceden de un solo óvulo y comparten el mismo genoma. De vuelta a los estudios postnatales, surge la teoría del neurodesarrollo, que DAÑO CEREBRAL PRENATAL
destaca una mayor aparición de anoma-
La agresión directa de una infección vírica sobre el cerebro del
lías físicas, signos neurológicos menores y
feto, junto a la respuesta inmunitaria de la madre ante la presencia
alteraciones en el dermatoglifo en perso-
de partículas víricas en las envolturas del feto, podría explicar la
nas con esquizofrenia que en la población
posibilidad del carácter genético e infeccioso de la esquizofrenia.
normal. Tales anomalías se relacionan, en humanos y en animales, con la agresión que sufre el feto durante el segundo tri-
otros aspectos, en la falta de alteraciones
monocigóticos, acabaron con la etiología
mestre de vida, período crítico para el de-
específicas en las células nerviosas. Hasta
psicogénica postnatal.
sarrollo del cerebro. Surge aquí de nuevo
entonces, la mayor parte de los estudios
Por su parte, la teoría sociológica, ba-
la controversia; ¿hasta qué punto influyen
histológicos con microscopía óptica se ha-
sada asimismo en el período postnatal,
los factores genéticos? ¿y los ambientales
bían concentrado en la corteza cerebral
apuntaba la influencia de la sociedad y
prenatales? Entre los últimos destacan los
y en la región frontal, no en las regiones
los intereses económicos (movimiento
trastornos nutritivos, la hipoxia, el calor
profundas del cerebro ahora relaciona-
de la antipsiquiatría). En contra de tal
y la respuesta inmunitaria de la madre,
das con la enfermedad, en particular, el
teoría, se observó que la prevalencia de
además de los factores infecciosos (entre
sistema límbico. Surgió también la teoría
la enfermedad era de alrededor un uno
ellos, los virus y el protozoario Toxoplasma
psicoanalítica, la cual hacía hincapié en los
por ciento en todas las sociedades (con
gondi).
factores ambientales postnatales; asímis-
independencia del sistema social, econó-
La teoría del neurodesarrollo de la etio-
mo apareció el concepto de «madre esqui-
mico y político); también que existía una
logía de la esquizofrenia, basada en las
zofrenogénica», que incide en la influen-
incidencia familiar en la enfermedad. De
pruebas acumuladas de daño prenatal, se
cia ambiental familiar de la enfermedad.
esa forma pasaron a un segundo plano
tiene por la más consistente. Sin embargo,
Sin embargo, más adelante los estudios
los factores postnatales en relación con la
no despeja la incógnita sobre qué sucede
epidemiológicos de adopción (cruzados
etiología de la esquizofrenia, ocupando
en el cerebro de un feto en el período crí-
y no cruzados), en especial de gemelos
su lugar causas genéticas, ambientales
tico del segundo trimestre de embarazo de
44
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
jer embarazada con riesgo de tener des-
Factores ambientales intrauterinos
se ha comprobado la función de las cito-
cendencia con el trastorno. No es posible
En nuestras investigaciones mediante mi-
quinas en el daño cerebral en el feto, en la
por ahora disponer de un examen directo
croscopía electrónica observamos la pre-
placenta y en el líquido amniótico de ma-
en tiempo y espacio del encéfalo en ese
sencia de partículas víricas en componen-
dres expuestas previamente a infecciones.
proceso. Solo una circunstancia eventual,
tes de las envolturas del feto, de origen
Una investigación de las células del líquido
como la supresión o interrupción de un
materno y fetal, en células del amnios y
amniótico en el segundo trimestre de em-
embarazo por razones médicas, permite
del corion. La posibilidad de que la infec-
barazo en mujeres con riesgo de engen-
estudiar el encéfalo en las circunstancias
ción pase del feto a estructuras vecinas o,
drar descendencia con esquizofrenia debe
señaladas.
en sentido inverso, de estas estructuras
ser motivo de investigaciones que tengan
una madre con esquizofrenia o de una mu-
En estudios experimentales en animales
En nuestros estudios hemos observado
al feto, debe motivar investigaciones pos-
como objetivo fundamental la preven-
partículas víricas que reaccionan con an-
teriores. La respuesta inmunitaria de la
ción de la enfermedad, ofreciéndose de
ticuerpos contra el virus herpes simplex
madre puede interactuar junto a la agre-
tal manera la interrupción voluntaria del
hominis tipo I (HSV-1) en cerebros post
sión directa del virus sobre el cerebro del
embarazo o un tratamiento antiviral tem-
mortem de adultos con esquizofrenia (la
feto. Tal hipótesis resultaría compatible
prano en caso de comprobarse en dichas
mayor parte menores de 40 años de edad,
con la teoría genética, ya que los virus
células (mediante técnicas de microscopía
etapa en la que aún persisten de forma
se incorporarían al genoma celular y se
electrónica, así como virológicas) una in-
crítica las crisis psicóticas), en animales en
transmitirían por los progenitores (proce-
fección activa en el período de tiempo y
los que se ha inoculado el líquido cefalo-
so que se observa en la práctica clínica).
espacio crítico.
rraquídeo de pacientes con esquizofrenia,
Ello explicaría la posibilidad del carácter
así como en el cerebro de fetos de madres
genético a la vez que infeccioso de la es-
afectadas por el trastorno.
quizofrenia.
Segundo Mesa Castillo Hospital Psiquiátrico de la Habana
ADICCIÓN A INTERNET Lo que supone un riesgo de adicción no es la Red, sino el uso excesivo de ciertas aplicaciones. Entre ellas, los videojuegos en línea XAVIER CARBONELL Y ANDRÉS CHAMARRO
L
as tecnologías de la información y la comunicación (TIC), sobre todo Inter-
net, han revolucionado la forma de comunicarse e informarse de las personas. Su presencia en el hogar, el trabajo y el ocio es omnipresente. Al igual que ha sucedido con otros avances tecnológicos, y como parte del proceso de adaptación, surgen voces que advierten sobre sus riesgos. En el caso de la Red, uno de los peligros más extendidos es la posibilidad de caer en una adicción. La preocupación por el supuesto potencial adictivo de Internet se refleja en la tíficas que tratan sobre el tema. Entre 1996 y 2005, de un total de 184 artículos en re-
ENGANCHADOS A LA RED
vistas científicas de medicina y psicología
Las aplicaciones sociales, sincrónicas y en las
sobre adicción a las TIC, se observó que
que el usuario modifica su identidad son las
casi el 85 por ciento de los textos publica-
que mayor potencial presentan para generar
dos se referían en concreto a la adicción
un estado adictivo.
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
© FOTOLIA / SCOTT MAXWELL
cantidad creciente de publicaciones cien-
45
a Internet. El resto se repartía entre la
línea. Mas, ¿qué se entiende por juegos
mandato puede incidir en los usos pro-
conducta adictiva a los videojuegos, a los
en línea? En sentido literal, se trata de
blemáticos que se observan en algunos
juegos de rol multijugador masivo en lí-
jugadores.
juegos en línea y al teléfono móvil.
nea (MMORPG, por sus siglas en inglés).
Por tanto, los juegos de rol multijuga-
Definir el problema
Dichos videojuegos permiten a miles de
dor masivo en línea aparecen como un
Para comprender la aparición de la
jugadores introducirse en un mundo vir-
arma de doble filo: por un lado contienen
adicción a Internet es necesario dife-
tual de forma simultánea e interactuar
un claro componente socializador, fanta-
renciar las distintas aplicaciones o usos
entre ellos. Son un subgénero de los jue-
sioso y desinhibidor; por otro, presentan
del mismo, que pueden agruparse bajo
gos de rol, en los cuales el jugador crea un
el riesgo de su uso en exceso, práctica
tres criterios principales: la interacción,
personaje o avatar que supera niveles y
que podría desembocar en una adicción.
el tiempo transcurrido entre estímulo
aumenta su experiencia en peleas contra
Los pocos casos de personas que solicitan
y respuesta y la identidad del usuario.
otros personajes o a través de la ejecución
tratamiento en hospitales por su adicción
Según la interacción, las aplicaciones
de aventuras o misiones concretas. El más
a la Red corresponden a jugadores de
pueden ser sociales o individuales. En
popular de tales videojuegos es World of
MMOPPG.
el primer caso encontramos servicios
Warcraft, que cuenta con 11 millones de
De todo ello cabe concluir que el térmi-
como el Messenger, los videojuegos en
subscriptores de pago en todo el mundo.
no «adicción a Internet» resulta inapropia-
línea, el correo electrónico, los chats y
Su segunda extensión, The wrath of the
do. Por otro lado, debemos permanecer
los foros de discusión; todos ellos impli-
Lich King, vendió 2,8 millones de copias
atentos a la evolución del problema en
can una relación con otras personas. El
durante las primeras 24 horas de su pues-
nuestro país, así como en los países asiáti-
segundo supuesto incluye aplicaciones
ta a la venta. Otros juegos muy populares
cos, donde el uso de las nuevas tecnologías
de tipo individual, a saber, la navegación
son Everquest o Final Fantasy.
se halla más avanzado y las patologías relacionadas podrían alcanzar proporciones
por páginas web o el trabajo con un procesador de textos. Cuanto menor es el
Mundo persistente y gratificante
tiempo que transcurre entre la emisión
Si jugar y comunicarse se consideran acti-
de un estímulo por parte del usuario y la
vidades humanas imprescindibles, ¿cómo
obtención de una respuesta, más poder
es posible que lleguen a resultar patoló-
reforzador manifiesta la respuesta, por
gicas? Los MMORPG ofrecen una particu-
lo que su capacidad para incrementar la
laridad muy relevante: la posibilidad de
frecuencia de la conducta (uso de Inter-
crear una identidad propia para desen-
net) también es mayor. En dicho contex-
volverse en el juego. La alteración de la
to, los escenarios sociales en la Red son
identidad puede manifestarse tan refor-
sincrónicos (chats, Messenger) o asincró-
zadora como también lo es el dinero en el
nicos (correo electrónico).
caso del juego de azar; además, permite
epidémicas.
Xavier Carbonell Facultad de Psicología Blanquerna - Universidad Ramon Llull Barcelona Andrés Chamarro Facultad de Psicología Universidad Autónoma de Barcelona
El último criterio, no por ello menos
que el jugador sienta con mayor auten-
importante, es la identidad. En el uso del
ticidad su «yo» en el mundo virtual que
correo electrónico del trabajo, cuando con-
en el real. De esta manera, los refuerzos
sultamos una página web o al charlar con
continuos acompañados de cambios psi-
nuestros amigos mediante un programa
cofisiológicos alteran el estado emocional
¿MODA O TRASTORNO? X. Sánchez-
de mensajería instantánea, mantenemos
del jugador. Dichos estados alterados de
Carbonell, M. Beranuy, M. Castellana,
nuestra identidad. Mas, cuando jugamos
conciencia, a los que cuesta meses llegar
A. Chamarro y U. Oberst en Adicciones,
a videojuegos en línea o participamos en
por otros medios, se originan con simples
vol. 20, n.o 2, págs. 149-160, 2008.
algunos chats anónimos (casi todos con
clics en un teclado. El jugador puede en-
fines sexuales o románticos), la identidad
trar en un estado de trance altamente
se altera.
gratificante.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA LA ADICCIÓN A INTERNET Y AL MÓVIL:
ALGUNAS REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LOS JUEGOS (Y LOS JUGADORES) DE ROL
De la misma forma que no es correcto
Otra característica más propia de los
ON LINE. IDENTIDAD Y ADICCIÓN. Antoni
hablar de una adicción a la bebida —solo
MMORPG que los acerca a la realidad es la
Talarn y Xavier Carbonell en Revista de
producen alcoholismo las bebidas que
representación de un mundo persistente,
Psicoterapia, vol. 19, n.o 73, págs. 50-
contienen etanol—, algunas aplicacio-
es decir, un mundo que sigue su curso aun-
68, 2009.
nes concretas de Internet, no la Red en
que el participante no se halle presente.
su conjunto, muestran un potencial para
Aunque un jugador o un grupo de jugado-
TERAPIA DE LA ADICCIÓN A INTERNET Y
provocar adicción, un estado patológi-
res (clan) no participen en el juego, la vida
VIDEOJUEGOS EN NIÑOS Y ADOLESCEN-
co. Se trata de las aplicaciones sociales,
virtual prosigue su devenir y evoluciona.
TES. Rosa Díaz, Marta Beranuy y Ursula
sincrónicas y en las que la identidad se
La persistencia temporal implica, pues, en
Oberst en Revista de Psicoterapia,
halla en juego. Por tanto, incluyen los
el usuario un sentimiento de pertenencia
vol. 19, n.o 73, págs. 69-100, 2009.
chats con desconocidos y los juegos en
a un grupo y una obligación de jugar. Tal
46
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Camaleones sociales La capacidad inconsciente de imitar el lenguaje, los ademanes o los gestos de otras personas nos facilita la relación con los demás; tal mimetismo también puede influir en nuestros hábitos de consumo ARND FLORACK Y OLIVER GENSCHOW
RESUMEN
El reflejo en un espejo
1
Los investigadores utilizan el concepto
de mimetismo para designar la propensión a imitar a los interlocutores.
2
La imitación provoca simpatía y fomenta
las relaciones comerciales. Así, las camareras reciben más propinas si repiten el pedido de sus clientes.
3
La observación de una acción puede
provocar de manera inconsciente un comportamiento similar en el observador: el área cerebral responsable de la percepción de movimientos se halla vinculada a la que gobierna los impulsos motrices.
48
E
l parecido entre los miembros de una pareja aumenta con el tiempo. Haga la prueba: si en su círculo de amistades cuenta con una pareja casada o de hecho que convive desde hace años, recupere alguna fotografía antigua de la pareja en cuestión y compárela con una instantánea más actual. Según determinan los estudios psicológicos, el parecido entre las dos personas habrá aumentado con el paso del tiempo. El asombroso fenómeno fue descrito en los años ochenta del siglo XX por Robert Zajonc. El psicólogo social, junto con Ann Arbor, de la Universidad de Michigan, realizó la siguiente prueba: los participantes debían juzgar a partir de unas fotografías la semejanza física entre los dos miembros de una pareja. Los probandos atribuyeron un mayor grado de semejanza en los rasgos faciales a las parejas que llevaban muchos años de convivencia. Otro resultado a tener en cuenta fue que cuanto más patente resultaba la similitud de la fisonomía de ambas personas
—según la opinión de los probandos—, más satisfechos se mostraban los propios miembros de la pareja con su relación. En 1983, el director de cine Woody Allen llevó a la gran pantalla y a los extremos el «efecto camaleón». En su película Zelig, el personaje principal del largometraje, Leonard Zelig, se adapta psíquica y físicamente a su entorno. Tal es así que cuando coincide con personas obesas, su barriga se hincha de manera mimética. Naturalmente, Allen exagera en su filme la necesidad humana de sentirse aceptado por los demás: las personas no podemos adaptar nuestra apariencia al entorno en tan solo unos segundos. No obstante, sí es verdad que tendemos a imitar a los individuos con los que interactuamos. Los psicólogos se refieren a ello como transformación mimética o mimetismo (del griego clásico mimesis, «imitación»), en referencia al concepto biológico homónimo. (Algunas especies de animales adoptan las características
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
GEHIRN & GEIST / EMDE-GRAFIK
ESPECIES TRANSFORMABLES Las personas que se adaptan a sus socios comerciales ganan prestigio con mayor facilidad, con lo que aumentan sus posibilidades de éxito.
externas de organismos más agresivos con el objetivo de ahuyentar a sus depredadores.) La capacidad de transformación mimética en los humanos se inicia en los primeros días de vida. Los recién nacidos comienzan a llorar cuando oyen gritar a sus coetáneos; a los tres o cuatro meses, los bebés imitan los movimientos sencillos con la boca y aprenden a sacar la lengua; ya con nueve meses reproducen las expresiones de alegría, tristeza o enfado del rostro de su madre. Por su parte, los progenitores aprovechan la inclinación a imitar en la primera infancia de sus hijos: un padre o una madre abre la boca cuando acerca la cuchara con papilla a su bebé con el fin de que actúe de la misma manera. A la inversa el fenómeno también funciona. Los adultos imitan con frecuencia el lenguaje infantil al comunicarse con los pequeños. Un proceder que, de manera inconsciente, las personas adultas también ejercen con interlocutores
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de la misma edad. Si un gallego conversa con un andaluz, el primero acabará ceceando un poco, mientras que el segundo terminará por adoptar la cantinela típica en el español hablado en Galicia. Con frecuencia, los dialogantes se imitan en la velocidad del habla, el ritmo, el vocabulario; se acaba copiando incluso la sintaxis de la otra persona. El tono de voz y el estado emocional también se dejan influir por el entorno. En el año 2000, los psicólogos Roland Neumann y Fritz Strack, de las universidades de Trier y Wurzburg, respectivamente, mostraron a una serie de probandos la grabación de un orador que leía en voz alta un texto filosófico, ora con tono alegre, ora triste, con el fin de que repitiesen el texto. Los voluntarios adoptaban la misma tonalidad del orador, así como su estado emocional, como demostró una encuesta posterior. Las personas pueden mimetizarse: aquellas con un compañero bienhumorado siempre al lado afrontan la
«Efecto camaleón» Debe su nombre a la especie de reptiles homónima que cambia de color de piel con mayor o menor intensidad. El camaleón utiliza la capacidad de transformación mimética para camuflarse, pero también para comunicar a sus congéneres su disposición para el apareamiento.
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CORTESÍA DE RAFAEL HAYMANN
COMPORTAMIENTO SINCRÓNICO Largos años de imitación recíproca explican por qué algunos cónyuges se asemejan con el paso del tiempo.
vida con mayor alegría. Este estado de ánimo se esculpe en la expresión del rostro. Ulf Dimberg, de la Universidad de Uppsala, comprobó en los años ochenta el modo en que la imitación condiciona, a largo plazo, la apariencia externa. El psicólogo mostró a los probandos fotografías en las que aparecían personas alegres o bien malhumoradas a la vez que registraba la actividad muscular del rostro de los participantes mediante sensores especiales. Constató que las contracciones imperceptibles registradas en el rostro de los voluntarios reflejaban, como un efecto de mimetismo, las emociones de las personas que aparecían en las imágenes.
Consonancia muscular La repetición sucesiva de una expresión facial fortalece los músculos activados, a la vez que influye en los vasos sanguíneos que intervienen en el movimiento; a largo plazo, ello puede modificar la fisonomía de una persona. La imitación repetida podría provocar de este modo, con el tiempo, una semejanza de los rasgos de los miembros de una pareja. En 1975, los psicólogos Seymour M. Berger y Suzanne W. Hadley, de la Universidad de Massa-
50
chusetts en Amherst, llegaron a conclusiones similares. Mediante un electromiógrafo registraron la actividad muscular de los probandos mientras observaban a unos individuos a los que se les presionaba el brazo. A los participantes espectadores se les movían los mismos músculos que resultaban afectados por la acción de presionar el brazo de las «víctimas». Tales estudios sugieren que al observar movimientos ajenos se activan las regiones cerebrales que coordinan la motricidad propia de la persona que observa. Los procesos generadores de imágenes, como la tomografía por resonancia magnética, han demostrado que determinadas regiones del encéfalo manifiestan una actividad elevada tanto al ejecutar como al observar movimientos. Un estudio de los neurocientíficos Nobuyuki Nishitani y Riitta Hari, de la Universidad de Helsinki, constató que la sola observación de un movimiento activa la corteza motora primaria, así como el centro para el control, coordinación y ejecución de movimientos, además de una parte del centro del habla, el área de Broca. Nishitani y Hari sostienen que dichas zonas constituyen el centro de coordinación para
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un sistema de las «neuronas espejo», las cuales simulan el comportamiento de otra persona [véase «El descubrimiento del otro», por Katja Gaschler; M ENTE Y CEREBRO, n.o 23]. La especial importancia de la región del habla es posible que provenga de la comunicación con movimientos del hombre primitivo: todo indica que nuestros antepasados se entendieron durante mucho tiempo con las manos y los pies. Por otro lado, los estudios llevados a cabo por Friedemann Pulvermüller, de la Universidad de Cambridge en Gran Bretaña, demuestran el grado de unión entre el lenguaje y el movimiento. El neurocientífico comprobó que la lectura de una palabra como «andar» o «agarrar» es suficiente para activar áreas cerebrales responsables de dichas acciones. Según Pulvermüller, existen muchos elementos que inducen a suponer que, además de la observación de movimientos, las palabras que los designan pueden desencadenar impulsos motrices. Desde la perspectiva de la biología evolutiva, todo ello tiene sentido: cuando un hombre primitivo veía a otro salir corriendo, lo aconsejable era imitarle, sin pensarlo dos veces, ya que era probable que el peligro acechara. Tomar precauciones nunca estaba de más para asegurarse la propia supervivencia, aunque en realidad la situación de peligro fuese inexistente. De esta forma, la imitación automática pudo haberse impuesto entre nuestros antepasados. En la actualidad, raras son las ocasiones en las que debemos huir del ataque de animales peligrosos, sin embargo, el mimetismo social continúa cumpliendo una función. Mientras que los recién nacidos utilizan la imitación para comunicarse con sus congéneres, a la vez que aprenden a comportarse de forma adecuada, los adultos imitan para ser como los demás (al mudarse de casa, por ejemplo, para integrarse en una nueva comunidad). El mimetismo resulta asimismo importante para sobrevivir: la persona que se aísla se siente sola y, por término medio, fallece antes que aquellos individuos que gozan de múltiples contactos. La psicóloga Jessica L. Lakin, de la Universidad de Drew en Nueva Jersey, sostiene que imitamos en especial a nuestro prójimo cuando buscamos adhesión social. En un estudio publicado en 2008, pidió a unos estudiantes que jugaran a Cyberball, un juego para ordenador basado en el fútbol americano. Los estudiantes pensaban que jugarían en equipo con otros participantes de la prueba. Mas los responsables de la investigación manipularon el entretenimiento de MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
tal manera que algunos participantes apenas entraban en acción, mientras que otros recibían el balón muy a menudo. Según la hipótesis de Lakin, el mimetismo debía surgir de forma intensa en aquellos probandos que se sentían excluidos del juego. Tras finalizar la partida, entre los participantes que aguardaban en una habitación se sentó una cómplice de los científicos. La infiltrada tenía la orden de mover el pie de una forma determinada, dibujando un círculo. Apenas empezó a hacerlo, los voluntarios excluidos del juego imitaron el movimiento de forma más ostensible que los otros participantes. En un segundo experimento, los participantes excluidos socialmente mimetizaban con mayor énfasis a su prójimo si, por lo que parecía, este pertenecía al otro grupo de jugadores.
Armonía mediante copia Imitamos a los otros con mayor frecuencia si nos sentimos excluidos. También aumenta nuestro ímpetu de mimetizar en situaciones en las que la proximidad resulta importante por otras razones, como cuando hablamos de temas personales. No obstante, ¿cumple la imitación su función? Cuando las personas se imitan entre sí, ¿valoran mejor a su interlocutor? Los primeros indicios de que así es los aportó un estudio de 1979 a cargo de Marianne LaFrance, del Boston College. Según constató LaFrance, los escolares y los docentes experimentaban una relación más armónica si los primeros imitaban más a los segundos. Sin embargo, tal relación causa-afecto resulta incompleta: puede que el mimetismo surgiera precisamente porque alumnos y profesores percibían su relación como armónica. Con el objetivo de determinar si la mímica fomenta la simpatía mutua, Tanya Chartrand, de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, y John Barg, de la Universidad de Yale, realizaron a finales de la década de los noventa diversos experimentos en los que ocultaban el motivo real del estudio a los probandos. Una de las conclusiones fue que cuando uno de los responsables del experimento imitaba de manera premeditada a los participantes, la interacción resultaba más fluida que si no lo hacía, además de despertar mayor simpatía entre los participantes. Al parecer, pues, el mimetismo fomenta una relación armónica y la comunicación social. Tras concluir la investigación, Chartrand y sus colaboradores preguntaron a los participantes si
¿Mata el Botox la comunicación? El reflejo de la imitación de emociones parece ayudar a reconocerlas. Así, al paralizar la toxina botulínica (Botox) determinados músculos de la frente, los sujetos necesitan más tiempo para comprender y «leer» los sentimientos expresados en textos. («Cosmetic use of botulinum toxin affects processing of emotional language». D. A. Havas et al. en Psychological Science, vol. 21, n.o 7, págs. 895-900, julio 2010.)
El mimetismo perturba la capacidad de juicio ¿Comprendemos mejor a nuestro interlocutor cuando le imitamos? Al contrario: cuando se solicita a los probandos que renuncien conscientemente al mimetismo, valoran mejor a su interlocutor. La capacidad para reconocer si este último miente o dice la verdad empeora cuando los voluntarios le imitan o no reciben instrucción alguna para renunciar de manera consciente a las prácticas miméticas. («You want to know the truth? Then don’t mimic!», M. Stel et al. en Psycological Science, vol. 20, n.o 6, págs. 693-699, 2009.)
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ENTRENAMIENTO MENTAL La imagen de un deportista que contrae sus bíceps (izquierda) incita a los espectadores a beber una mayor cantidad de refresco isotónico. En cambio, el consumo resulta menor si se contempla al gimnasta levantado la barra de pesas con los brazos extendidos (derecha). Al observar el movimiento de contracción de bíceps, el espectador activa los mismos músculos que se emplean para alzar un vaso, por lo que tiende a beber más.
Cuestión de valores Los japoneses imitan más los gestos de sus interlocutores que los estadounidenses. Un estudio realizado con ciudadanos de distintos países demostró que cuando el interlocutor se tocaba el rostro, los asiáticos repetían con mayor frecuencia el movimiento que los probandos de EE UU. Algunos psicólogos sociales relacionan dicho fenómeno con las diferencias en los sistemas de valores: las personas de culturas en las que se da especial valor al rendimiento e independencia tienden en menor medida a la imitación que los individuos procedentes de culturas en las que se valora más la cohesión social. («It takes two to mimic», por R. B. Van Baaren et al. en Journal of Personality and Social Psychology, vol. 84, n.o 5, págs. 1093-1102, 2003.)
52
les había llamado la atención algún aspecto de la prueba. Casi ningún probando percibió haber sido objeto de imitación. Los sujetos también negaron mimetizar de forma consciente a su interlocutor. Ello sugiere que las personas utilizan de forma automática el mimetismo cuando buscan la integración social. ¿Puede usarse el fenómeno para fines comerciales? Nuestro grupo de investigación estudió si el hábito de consumo deja influirse por la imitación. Desde hace tiempo se sabe que las personas, por ejemplo a la hora de comer, se orientan por los hábitos de consumo de los demás. Así lo describe un estudio, ya clásico, que se realizó con un par de probandos sentados a una mesa en una habitación mientras llevaban a cabo algún ejercicio escrito o miraban un vídeo. Una fuente con galletas saladas ocupaba parte de la mesa. Otra persona con la instrucción previa de servirse de forma copiosa del aperitivo salado o bien dejarlo intacto se encontraba en la estancia. Los participantes de la prueba comían más cuando la persona «infiltrada» también se servía del aperitivo. El notorio efecto se mostró en todos los participantes, estuvieran hambrientos o saciados. En diversos experimentos de la Universidad de Basilea y la Universidad Zeppelin de Friedrichshafen estudiamos, de forma conjun-
ta con nuestro compañero Simon Ineichen, si existía la posibilidad de que una forma más sutil de mimetismo tuviese efecto en el comportamiento. Nos planteamos si la observación de una acción podía incrementar el consumo de una bebida cuando los respectivos movimientos solo tenían en común los músculos que intervenían en ellos.
Incitación a la bebida Con el pretexto de probar una nueva bebida isotónica, reunimos a un grupo de personas para un estudio de mercado. Al mismo tiempo que cataban nuestro refresco, los probandos contemplaban un vídeo en el que aparecía un deportista que se entrenaba en el gimnasio. A una mitad del grupo se le proyectó un corte de la grabación que mostraba al deportista que contraía sus bíceps al sostener una barra de pesas con las manos; la otra mitad contempló unas imágenes en las que el gimnasta levantaba la barra con los brazos extendidos. Dado que el movimiento de contracción de bíceps activa prácticamente los mismos músculos que se emplean para levantar un vaso al beber, esperábamos que el consumo entre el primer grupo fuese más elevado. Los resultados así lo confirmaron, aunque solo para aquellos probandos que habían manifestado identificarse plenamente con el deportista. Por
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AMBAS FOTOS: CORTESÍA DE ARND FLORACK Y OLIVER GENSCHOW
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA MIMICRY FOR MONEY: BEHAVIORAL CONSEQUENCES OF IMITATION. R. B. Van Baaren
et al. en Journal of Experimental Social Psychology, vol. 39, n.o 4, págs. 393398, 2003. BEYOND THE PERCEPTION-BE-
consiguiente, los efectos sutiles de la imitación no resultan ilimitados. Los resultados confirman una vez más la estrecha relación entre la percepción y la acción. Ap Dijksterhuis, de la Universidad de Nimega, entre otros psicólogos, defiende la existencia de un vínculo de percepción y comportamiento de interacción social, en virtud del cual una observación siempre impulsa un comportamiento. Mas el ánimo de consumir no se incentiva solo mediante la imitación interna de movimientos. Robin J. Tanner, de la Escuela de Negocios de Wisconsin en Madison, demostró que la simpatía también desempeña una función importante. Según su hipótesis, se prefiere a las personas que nos imitan; a ellas se acaba comprando género antes que a otras. En este caso, comprar se convierte en una forma de comportamiento prosocial (comportamiento que beneficia a otros o que tiene consecuencias positivas). Los resultados dieron la razón a Tanner: los probandos valoraban con mejor puntuación un aperitivo cuando el agente comercial que presentaba el producto imitaba su postura corporal y sus movimientos. No obstante, las opiniones mejoraban solo cuando el agente comunicaba con anterioridad a los participantes sobre la importancia que tenían para él sus opiniones.
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Sin dicha confesión, la imitación no hubiera obtenido ningún efecto. Es posible que el lector crea improbable que se deje influir por tales maniobras. No obstante, el ensayo de campo publicado en 2003 por el grupo de Rick van Baaren, psicólogo social de la Universidad de Nimega, quizá le haga dudar de tal convicción. El científico pidió a un grupo de camareras que imitara a sus clientes al servir, por ejemplo, repitiendo el pedido (cliente: «Una coca cola»; camarera: «Una coca cola»). A otro grupo de camareras se le pidió que evitara de manera consciente tal actitud. El primer grupo recibió por cada mesa y por término medio un florín más de propina (casi un euro, por entonces) que el segundo. Si el efecto del mimetismo resulta positivo, también puede mostrar su cara menos agradable: de la misma manera que llegamos a casa alegres tras una noche de diversión con los amigos, nos podemos contagiar del mal humor del jefe o de los compañeros de oficina. Incluso cabe la posibilidad de que con el paso de los años nos parezcamos cada vez más al huraño de nuestro superior.
HAVIOR LINK. T. L. Chartrand
et al. en The New Unconscious, págs. 334-361, 2005. OF CHAMELEONS AND CONSUMPTION: THE IMPACT OF MIMICRY ON CHOICE AND PREFERENCES. R. J. Tanner et
al. en Journal of Consumer Research, vol. 34, n.o 6, págs. 754-766, 2007. I AM TOO JUST LIKE YOU: NONCONSCIOUS MIMICRY AS AN AUTOMATIC BEHAVIORAL RESPONSE TO SOCIAL EXCLUSION. J. L. Lakin et al. en
Psychological Science, vol. 19, n.o 8, págs. 816822, 2008. THE INFLUENCE OF OBSERVED BODY MOVEMENTS ON CONSUMER BEHAVIOR. S. Inei-
chen, A. Florack y O. Gens-
Arnd Florack es profesor de comunicación estratégica en la Universidad Zeppelin de Friedrichshafen. Oliver Genschow es psicólogo y colaborador científico en la Universidad de Basilea.
chow en Advances in Consumer Research, vol. 36, págs. 997-998, 2009.
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Juntos somos diferentes Familia, compañeros de trabajo, vecinos, amigos. Cada persona participa en diversas redes sociales, las cuales influyen en los pensamientos, sentimientos y comportamientos de cada uno, incluso invaden la vida privada NIKOLAS WESTERHOFF
© ISTOCKPHOTO / IMAGE DEPOT PRO
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E
¡CHOCA ESOS CINCO! Las comunidades humanas fomentan rituales que se exteriorizan y se hacen visibles. La influencia de los demás determina la psique del individuo.
RESUMEN
Individuo y grupo
1
Los psicólogos denominan contagio
social a la transmisión de actitudes, sentimientos y conductas que se da dentro de las comunidades humanas. Tal influencia se mantiene latente en los integrantes del grupo.
2
Los mecanismos subyacentes no están
claros. No obstante, la identificación (inconsciente) con el grupo parece importante, sea con los amigos, la familia o una comunidad religiosa.
3
Atender numerosas redes sociales forta-
lece el estado psicológico y corporal; sin embargo, no significa una panacea para la salud y la felicidad.
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
l 30 de enero de 1962, tres chicas de un pueblo de Tanzania estallaron en una risa incontrolable. Su ataque duró horas y se extendió de forma virulenta. Hasta el 18 de marzo se contagiaron 95 habitantes de esas carcajadas histéricas. Durante los siguientes diez días, la risa alcanzó Nshamba, una población a unos 90 kilómetros del lugar. Allí se registró el «contagio» de más de 200 personas. La ola fue expandiéndose progresivamente e «infectó» a miles de habitantes al oeste del territorio africano. Este fenómeno, conocido como la «epidemia de la risa de Tanganica», fue documentado por última vez en 2007, de la mano de Christian F. Hempelmann, estudioso especializado en humor de la Universidad del Sur de Georgia en Statesboro. Para el médico y sociólogo Nicholas A. Christakis, de la Universidad de Harvard en Boston, el caso muestra hasta qué punto pueden replicarse y contagiarse las emociones de una persona a otra, y supone una prueba firme de la gran influencia que los demás pueden ejercer sobre nuestros sentimientos y comportamientos. Junto al politólogo James H. Fowler, de la Universidad de California en San Diego, Christakis aportó diversos ejemplos similares en su libro Connected! La conclusión de los investigadores fue que el contagio no es una característica exclusiva de los agentes patógenos, sino que las formas de comportarnos también se expanden: la risa, los comportamientos suicidas, las elecciones de compra o los hábitos alimentarios. Esta especie de contagio social dominaría diversos ámbitos de la vida cotidiana sin que seamos conscientes de ello. Para comprobar su hipótesis, Fowler y Christakis valoraron las relaciones sociales de más de 5000 ciudadanos estadounidenses. Puesto que cada sujeto mantenía un promedio de diez contactos cercanos, obtuvieron un cuadro total de 50.000 personas, de las cuales se pudieron extraer datos interesantes con suma regularidad. El análisis estadístico reveló que el incremento de peso de los participantes coincidía con los kilos de más de sus amigos. Este efecto no se puede atribuir al solo hecho de que compartiesen los momentos de las comidas, según los expertos. «Los aumentos de peso se igualaban entre contactos sociales muy diferentes», explica Fowler. «Las parejas y los hermanos se influían mutuamente, de la misma manera que ocurría entre los compañeros de trabajo o los amigos» [véase «Camaleones sociales», por Arnd Florack y Oliver Genschow; en este mismo número].
Mapa de la soledad Dichos análisis sobre las redes demuestran hasta qué punto los humanos estamos preparados para reproducir e incorporar comportamientos ajenos. Un segundo estudio de Christakis y Fowler constató que ello también es aplicable a las actitudes y emociones. Los valores relativos al humor obtenidos con regularidad de varios miles de personas fueron organizados gráficamente, formando una especie de «mapa de la soledad». «Cuando un amigo cercano se siente solo unos diez días adicionales al año, aumenta el número de días de la propia soledad en tres y hasta cuatro días», explica Fowler. «El sentimiento de soledad también se transmite entre aquellos vagamente conectados. Si el vecino se siente solo durante diez días más al año, se suman entonces dos días más de soledad en la puerta vecina. Tan solo se pierde este efecto cuando las personas viven distanciadas más de un kilómetro y medio.» Los expertos se muestran convencidos de que en las redes sociales se transmiten los sentimientos y gustos según determinadas leyes matemáticas regulares. Aquello que siente una persona no tiene que ver estrictamente con sus parientes o vecinos más cercanos, sino también con gente con la que mantenga contacto. Christakis y Fowler registraron los valores de felicidad de miles de habitantes de la ciudad de Framingham (Massachusetts) mediante un minucioso trabajo con cuestionarios. Tras 32 años de estudio (entre 1971 y 2003), los datos fueron ilustrativos: las personas infelices solían moverse «hacia el límite de la red social y final de una cadena de relaciones sociales».
La felicidad, muy contagiosa Por otro lado, los análisis revelaron el elevado nivel de contagio de la felicidad. Aquel que se hallaba en contacto directo con personas felices parecía experimentar un auge medio de hasta el quince por ciento en satisfacción. La persona que conocía tan solo a un amigo de una persona feliz aprovechaba alrededor de un diez por ciento. En comparación, la ganancia de 10.000 dólares aumentaba la felicidad tan solo un dos por ciento. Los economistas John Knight, de la Universidad de Oxford, y Ramani Gunatilaka, de la Universidad Monash en Melbourne, también constataron en el año 2009 que la satisfacción de las personas depende en gran parte del nivel
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¿Son contagiosos los sufrimientos? Alrededor de 16 millones de personas en Alemania sufren trastornos psicológicos; allí donde existe una red de psicoterapeutas son más frecuentes los problemas mentales. Es decir, en regiones con mayor densidad de terapeutas suele darse un mayor índice de psicopatologías. Algunos investigadores valoran dicho fenómeno como una variante especial de contagio social: en los lugares en los que abundan los psicólogos existe más demanda. Las características estructurales de la población desempeñan en este contexto también una función fundamental: la diferencia se da entre la ciudad y el ámbito rural.
de felicidad de otras personas de su alrededor. Ambos científicos valoraron datos del Proyecto sobre los ingresos familiares en China (CHIP, por sus siglas en inglés). En él reunieron información acerca de los ingresos y la satisfacción de miles de chinos de 22 provincias rurales. En una comunidad rural en la que al conjunto de la población le iba bien, aparecían pocos sujetos insatisfechos y de forma aislada. Mas la satisfacción individual no era solo atribuible a factores sociales. El bienestar, las condiciones laborales y la salud física desempeñaban también papeles relevantes. Las redes sociales son formaciones complejas, en las cuales se mezclan diversos sentimientos o emociones de forma simultánea. Al parecer son estas las que determinan, de forma global, si adelgazamos o engordamos, si nos encontramos deprimidos o alegres, incluso si nos sentimos solos o no. Entonces, ¿determinan también la toma de decisiones vitales? En cualquier caso, las personas reclamamos actuar con autonomía a la vez que consideramos las opiniones de los allegados. Aquello que creemos correcto o erróneo, necesario o prescindible, repercute de nuevo sobre nuestros actos (trátese de elecciones políticas o de temas profesionales o familiares). La experta en economía Ilyana Kuziemko, de la Universidad Princeton en Nueva Jersey,
Manejo colectivo de las crisis Las personas que pertenecen a muchas redes sociales manejan los cambios vitales con mayor facilidad. Una persona que se queda en el paro suele perder el contacto con los compañeros de trabajo, lo cual afecta a su bienestar. Ahora bien, cuantas más alternativas de contacto tenga (desde el club de tenis hasta ocupaciones para la comunidad), mayor posibilidad tendrá de mantener los antiguos lazos o de entablar nuevas relaciones. Cambios vitales (pérdida de trabajo) –
GEHIRN & GEIST
Pertenencia a diversos grupos
+
Construir lazos con grupos nuevos
+ Bienestar
+
Conservar lazos con grupos antiguos
+
Tiempo
56
analizó varias «dinastías familiares» estadounidenses estudiadas previamente desde 1968 por investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. A raíz de los datos de la Comisión de estudio de la dinámica de los ingresos (PSID, por las siglas en inglés), Kuziemko describió 823 familias primarias. Con el transcurrir de los años, nacieron 1817 niños de ellas, las cuales, a su vez, engendraron un total de 3666 hijos. El hallazgo más destacado fue que los hermanos se contagian el deseo de procrear. Los sujetos con hermanos que habían tenido hijos tenían hijos propios con más probabilidad durante los siguientes dos años. Incluso la diferencia de edad entre los niños y la cantidad de hijos daría continuidad a la comunidad familiar, sostiene Kuziemko. Si se deseaban dos niños, las familias aspiraban a tener el doble de descendencia, mientras que si reinaba el ideal de la familia con un solo hijo, tuvieron el crío correspondiente. Al parecer, no solo las emociones son contagiosas; también los deseos personales y los proyectos vitales.
Hechizo de la identidad grupal ¿A qué se debe tal tendencia? Muchos psicólogos sociales consideran que el mayor objetivo de los miembros de una determinada red consiste en demostrar que ellos piensan, sienten y se comportan de la misma manera que los demás, solo que, por lo general, no son conscientes de ello. Esto refuerza la propia identidad grupal y fomenta de manera consecuente el «nadar a favor de la corriente», lo cual favorece a la mayoría de las personas, porque les confiere seguridad. El estudio Add-Health es uno de los mayores sondeos acerca del efecto de los grupos sociales. Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill encuestaron a más de 90.000 escolares entre los años 1994 y 2008. Cada participante debía nombrar a cinco contactos cercanos y facilitar información, entre otros temas, de su vida amorosa, sus creencias religiosas y sus posibles experiencias con las drogas. De esta manera se pudo comprobar que en las relaciones entre jóvenes aparece un alto nivel de contagio social. Los adolescentes solían practicar aquello que les recomendaba su círculo de amigos, ya fuese el sexo sin protección, frecuentar la iglesia o consumir marihuana. Un estudio del sociólogo Peter Shawn Bearman, de la Universidad de Columbia en Nueva York, constató en 2001 el sutil poder de un círculo exclusivista. Bearman realizó un seguimiento de los adolescentes creyentes de la Iglesia Bautista MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
TOPOLOGIA DE LOS KILOS DE MÁS El diagrama representa la red social compleja en relación al contagio de la obesidad investigada por el politólogo James H. Fowler y el médico Nicholas A. Christakis. Cada círculo simboliza una persona; las líneas son relaciones familiares o de amistad. Cuanto más céntrico se halla un círculo, más directa es la relación de una persona con las demás. Los sujetos con más sobrepeso aparecen marcadas de color verde claro: estos se hallan interconectados sobre todo con personas también obesas, tal y como indican las estadísticas.
del Sur, quienes mostraban entusiasmo por su voto de castidad. La mayoría de ellos se aferraba a la fe y no practicaba sexo antes del matrimonio. En caso de que tal opción provocase la burla o el rechazo por parte de los demás, el seguidor conservaba con más ímpetu la restricción de su comportamiento sexual; mas si generaba en otras personas las ganas de vivir en castidad, ¡el sujeto tendía a romper su promesa! Bearman señala que cuando una promesa de una minoría religiosa es asumida por la mayoría
parece perder su efecto exclusivo como señal de identidad. Las convenciones sociales cumplen esa función concreta; deben unir más al grupo y delimitarlo de cara al exterior. En el momento en que deja de funcionar (porque se ha «contagiado» demasiada gente), pierde su finalidad y su efecto. Otro argumento explica el fenómeno del contagio social: «Cuando las personas tienen libertad de hacer lo que quieren, se imitan unas a otras», explicaba ya el filósofo moral Eric Hoffer (1902-1983). El ser humano posee una predilec-
CORTESÍA DE JAMES H. FOWLER Y NICHOLAS A. CHRISTAKIS
El sentido comunitario promueve el humor En 2006, Briten S. Alexander Haslam y Stephen Reicher, en colaboración con la BBC, replicaron el clásico experimento de la prisión del psicólogo
(«Stressing the group: social identity and the unfolding dynamics of responses to stress», por S. A. Haslam y S. D. Reicher en Journal of Applied Psychology, vol. 91, n.o 5, págs. 1037-1052, 2006)
Philip Zimbardo, de la Universidad de Stanford. Demostraron un fenómeno desconcertante.
a: Sensación de estrés
b: Identificación social
Mientras que los probandos elegidos al azar para BBC / CORTESÍA DE ALEXANDER HASLAM (THE BBC PRISON STUDY, S. D. REICHER Y S. A. HASLAM EN BRITISH JOURNAL OF SOCIAL PSYCHOLOGY, VOL. 45, N.o 1, 2006)
hacer de presos se sentían con el transcurso del tiempo menos estresados, a aquellos que desempeñaban la función de vigilantes les ocurría justo lo contrario (a). Una posible explicación sería que en el primer grupo la identificación social era mayor, y la situación común mantuvo a los sujetos unidos (b).
día 1 día 6 Duración del experimento Presos
día 1 día 2 día 3 día 4 día 5 día 6 Duración del experimento Vigilantes EL MUNDO AL REVÉS En una «cautividad autoimpuesta», los sujetos fueron escogidos al azar para ser vigilantes o presos. Mientras que los presos iban acostumbrándose a la vida tras los barrotes (derecha), los vigilantes sentían cada vez mayor presión.
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Calidad frente a cantidad Durante mucho tiempo, los investigadores sostuvieron que el exceso de roles y contactos sociales ejercía un efecto negativo sobre el estado psíquico, puesto que implicaría más obligaciones y estrés. Estudios más recientes afirman que el mero número de relaciones resulta menos preponderante que la valoración subjetiva de su calidad. Las psicólogas Elianne van Steenbergen y Naomi Ellemers, de la Universidad de Leiden, encuestaron a mujeres exitosas y comprometidas con su profesión. Las trabajadoras que consideraban que su vida familiar era rica, activaban más su potencial de trabajo. Por el contrario, aquellas que respondían aportar más en casa era porque su actividad laboral les había defraudado. Al parecer, la presunta disparidad entre trabajo y familia es una cuestión de valoración. (Is managing the work-family interface worthwhile? Benefits for employee health and performance, por E. F. van Steenbergen y N. Ellemers en Journal of Organizational Behavior, vol. 30, n.o 5, págs. 617-642, 2009.)
ción por la sincronización: los soldados marchan al mismo paso, los enamorados piensan en consonancia, los creyentes rezan al unísono y los hinchas corean a una sola voz. Con el fin de examinar los efectos del comportamiento sincronizado, el psicólogo Scott S. Wiltermuth, de la Universidad de Stanford en California, convirtió su propio campus en una academia militar. Para su estudio, publicado en 2009, hizo que los sujetos marcharan al mismo paso. También fomentó la participación a través de las apuestas de dinero. Observó que los estudiantes que habían marchado previamente juntos cooperaban más entre sí en comparación con el grupo de control que solo había paseado por el edificio universitario en una excursión preparativa. Los «caminantes sincronizados» parecían confiar más unos en otros, además de sentirse más unidos que los «deambuladores», según las conclusiones de Wiltermuth. Charles R. Seger, de la Universidad de Indiana en Bloomington, demostró cuán sencillo es activar los sentimientos colectivos. Para ello, planteó la siguiente cuestión a los probandos: «¿Cómo se siente como ciudadano de EE.UU. en este momento?» Los participantes indicaban, en relación a su sentimiento de patriotismo, si se sentían orgullosos, más bien culpables, rabiosos o si miraban hacia el futuro con una actitud de confianza o miedo. Con ello, Seger elaboró un «perfil emocional» para cada sujeto. Después, algunos escuchaban el himno nacional estadounidense o bien se les mostraban fotografías de símbolos nacionales. Tras ello debían describir de nuevo sus sentimientos patrióticos con detalle. El himno y los emblemas nacionales acercaron las emociones de los participantes. De forma similar a la sincronía de los movimientos corporales bajo condiciones determinadas, las emociones se sincronizan, resumió Seger. El acto de la imitación se basa, de la misma manera que otros procesos relativos a las redes sociales, en la similitud entre los integrantes. Tener cosas en común promueve la confianza y la comprensión mutua. Por ello los médicos suelen relacionarse con amigos médicos y los artistas con artistas; los padres de familia se reúnen con otros padres de familia, y los solteros, con otros individuos en la misma situación.
El lado oscuro de las semejanzas Sin embargo, relacionarse con gente que se asemeja conlleva también riesgos. En los grupos homogéneos tan solo se intercambia información
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de la que los miembros ya disponen; por otro lado, el sentimiento de similitud puede tomar el rumbo de amenaza en situaciones de crisis: de forma espontánea, una persona siente miedo porque podría correr el mismo destino que su semejante. Para un padre de familia, la separación matrimonial de otro padre con el que tiene amistad le resulta más amenazante que a un hombre soltero; si un vecino fumador enferma de cáncer de pulmón, otros fumadores se sienten incómodos; incluso, con frecuencia, excluyen al primero, dado que la enfermedad pone en duda el estilo de vida de los otros miembros de la red social. La socióloga Martina Eller analizó hace algunos años las relaciones sociales de unos 1000 diabéticos. Comprobó que, con la aparición de la enfermedad, menguaban sus redes sociales. Dos motivos, al menos, explican la reacción: existe una tendencia a excluir a la persona enferma; a su vez, el propio afectado se aparta y se muestra menos activo. El fenómeno resulta crítico, según Eller, puesto que el transcurso de una enfermedad como la diabetes depende en parte de la amplitud y la estabilidad de las relaciones de los enfermos. «Cuando alguien dispone de una gran red social, gozará de una mejor salud años después que aquella persona cuya red es escasa desde el principio», indica Eller. Entretanto, numerosos estudios prueban que el aislamiento social supone un importante riesgo para la salud. Las personas que sienten el apoyo de los demás viven con mayor satisfacción, durante más años y envejecen mejor. Más importante que el hecho de recibir ayuda puntual de los demás es el sentimiento de ser atendidos en caso de emergencia. La cuestión sobre si ese último sentimiento es real o fundado, queda en un segundo término. Bernadette Boden-Alaba, de la Universidad de Columbia en Nueva York, estudió a 656 pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio. Pudo constatar que las personas aisladas mostraban el doble de probabilidades de sufrir un segundo infarto en comparación con los pacientes con mayor integración social. Dicho factor suponía un mayor riesgo para su salud que el sedentarismo o la arteriosclerosis. Boden-Alaba critica la poca atención de los médicos hacia los factores sociales en la salud. La psicóloga Sheldon Cohen, de la Universidad Carnegie Mellon, constató, por su parte, que las personas con numerosas relaciones sociales MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Redes sociales: pequeñas y sutiles Según el sociólogo Sören Petermann, de la Universidad Halle-Wittenberg, las redes sociales de un solo individuo abarcan de media unas 11 personas. El margen es, empero, amplio: alcanza entre 1 y 30 contactos. Petermann distingue tres tipos de apoyo social: instrumental (ayudar en la mudanza, prestar favores amistosos), emocional (aconsejar y escuchar los problemas) y social (acudir a fiestas, salir con otros). Por norma general, sugiere que el apoyo social se logra con facilidad; el instrumental resulta más complicado. Los miembros de una red que cumplen los tres criterios se encuentran con mayor frecuencia en el círculo más próximo del sujeto, como los amigos íntimos. Cuanto más grande es una
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
comunidad, más especializados aparecen los roles. En redes sociales virtuales, como Facebook o Twitter, es posible vincular a cientos de contactos. Sin embargo, solo seis de las relaciones
IS HAVING BABIES CONTA-
en línea suelen ser estrechas (con las que se comparten fotos y experiencias personales, por
GIOUS? ESTIMATING FERTILITY
ejemplo). En general, las personas no se involucran en grandes redes a través de Internet; la
PEER EFFECTS BETWEEN SI-
mayoría no dispone de tiempo suficiente para ello.
BLINGS. I. Kuziemko. Prince-
ton University, 2006. THE SPREAD OF OBESITY IN
sufren menos procesos de gripe y resfriados (a pesar de su mayor exposición a los virus por su actividad social). Los estudiosos de la resiliencia también señalan la importancia del apoyo social en los tiempos de crisis. La psique aprovecha, por regla general, la variedad de contactos. Según la psicóloga Jolanda Jetten, de la Universidad de Queensland en Brisbane, los estudiantes que se implican en diferentes redes sociales se hallan más protegidos contra las depresiones. En 2010, Jetten y los investigadores Cara Pugliese y James Tonks, de la Universidad de Exeter, establecieron que las personas con inicios de demencia valoran su estado de salud de forma más negativa que aquellas cuya enfermedad es más avanzada. Por lo que parece, los enfermos más graves se consideran bien integrados; si se sienten conectados, se encuentran mejor.
Sin protección total No obstante, el apoyo social no beneficia por igual. «Las redes sociales tienen efectos beneficiosos sobre el sistema circulatorio», afirma la psicóloga Beate Ditzen de la Universidad de Zúrich. Sin embargo, no queda claro si en las patologías inmunitarias como el sida o la hepatitis C dicho supuesto es válido. En algunos estudios con enfermos de sida se llegó a encontrar una relación inversa: cuanto más grande y cuidadosa era la red, peor resultaban los valores inmunológicos de los afectados. Es probable que la creencia popular de que «las redes fomentan la salud» induzca al error, igual que sucede con la afirmación de que «la MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
televisión es culpable de la soledad». Las redes sociales no son una panacea contra la enfermedad y el dolor. ¿Cómo diferenciar las relaciones beneficiosas de las perjudiciales? Las psicólogas Barbara G. Melamed y Gail F. Brenner desarrollaron observaciones sistemáticas del comportamiento de 35 matrimonios mayores, en los que uno de los miembros sufría una enfermedad crónica desde hacía 14 años como mínimo. Anotaron al detalle el tipo de ayuda que prestaba la pareja a la persona enferma: ¿Le leía el periódico? ¿Le aconsejaba sobre la medicación? ¿Le acariciaba? ¿Consideraba el enfermo que ello le ayudaba? Prestar apoyo en exceso no resulta del todo recomendable, ya que el enfermo se vuelve dependiente con rapidez. Pese a que la pareja atendía al enfermo con la mejor de las intenciones —le cortaba la comida en trocitos, le ponía la ropa en orden, le organizaba el día—, tal interés causaba en el enfermo la sensación de encontrarse peor de lo que en realidad estaba y de tener mayores necesidades. Por el contrario, el sostén «benévolo» resultaba suficiente. Bastaba con estar ahí. Mejor menos que mal, indica la quinta esencia de los estudiosos. Sin duda, tarea más fácil de decir que de acometer. Cuando sentimos estima por una persona, deseamos apoyarla en todo momento. Los miembros hiperactivos de una red social obvian, pues, un detalle: para ganarse la simpatía y la confianza de los demás basta con dar una señal, «Estoy aquí para cuando me necesites».
A LARGE SOCIAL NETWORK OVER 32 YEARS. N. A. Chris-
takis y J. H. Fowler en New England Journal of Medicine, vol. 357, págs. 370-379, 2007. THE LAUGHTER OF THE 1962 TANGANYIKA «LAUGHTER EPIDEMIC». C. F. Hempelmann
en International Journal of Humor Research, vol. 20, n.o 1, págs. 49-71, 2007. ESTIMATING PEER EFFECTS ON HEALTH IN SOCIAL NETWORKS.
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en Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, vol. 32, n.o 4, págs. 408-416, 2010.
Nikolas Westerhoff es psicólogo y periodista científico.
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Comunidades virtuales Facebook, Myspace, Twitter, Tuenti y otras redes sociales en Internet han evolucionado en pocos años hacia un fenómeno global. ¿Cómo influyen este tipo de relaciones en la psique de los usuarios? DAVID DISALVO
A
Javier (nombre ficticio) le gusta explicar a todo el mundo, en todo momento y con todo detalle sus quehaceres. Su página en Facebook expone sin cesar entradas como «He terminado mi capuchino; ahora voy a salir a pasear con Pluto un rato»; «He perdido la receta de mi deliciosa tarta de chocolate... vaya desastre... glups». A la sazón de otros millones de miembros de las redes sociales en Internet, Javier está convencido de que sus amigos de la Red quieren saber a cada instante acerca de su vida, por ello procura mantenerlos informados cada 30 o 60 minutos. A simple vista, el comportamiento de Javier y demás usuarios de las redes sociales puede resultar una banalidad; sin embargo, todos ellos participan en el mayor ensayo de interacción social jamás realizado. Si bien Internet ha ofrecido desde sus inicios un ámbito flexible para congregar mentalidades afines, la aparición de las redes sociales contribuye a poner orden en el caos.
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En un trabajo inicial publicado en 2007, los expertos en medios sociales Danah Boyd, de Microsoft Research New England en Cambridge (Massachusetts), y Nicole B. Ellison, de la Universidad estatal de Michigan, atribuyen una triple función a los sitios web de redes sociales: deben proporcionar un foro en el que los usuarios construyan un perfil público o semipúblico; deben crear una lista de otros usuarios con los que mantener una conexión; deben permitir la visión y movimiento por la propia lista de conexiones, así como de otros usuarios. Tales requisitos los cumplen MySpace, LinkedIn, Bebo, Qzone (enorme sitio web de redes sociales chino para adolescentes), el español Tuenti y el coloso mundial Facebook. También otros sitios que se dirigen a un público más joven, como el Club Penguin de Disney, en el que los chicos interactúan como personajes animados. Desde su lanzamiento en la Universidad de Harvard en 2004, Facebook ha llegado a contar
ENREDOS VIRTUALES Las redes sociales en línea permiten a los usuarios establecer múltiples contactos. Su preferencia de uso aparece por delante de los correos electrónicos.
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RESUMEN
El efecto Facebook
1
A medida que proliferan las redes sociales,
la gente modifica su modo de pensar acerca de Internet: de un instrumento de
con unos 600 millones de miembros en 190 países y territorios de todos los continentes, incluso en la Antártida. Si fuese un país, sería el cuarto más poblado del mundo, después de EE.UU. Casi la mitad de los miembros de Facebook lo visitan a diario. Otros sitios de redes sociales también se expanden. LinkedIn, destinado a profesionales, cuenta con más de 100 millones de usuarios y cada segundo incorpora un nuevo miembro. MySpace, que poseía la red social más extensa hasta que Facebook la sobrepasara en 2008, relaciona a 63 millones de usuarios, y los siete millones de usuarios de Twitter distribuyen cada día más de 65 millones de notas breves a quien quiera leerlas. Aunque cerca del 40 por ciento de los usuarios de redes sociales son adolescentes y escolares, los crecimientos más rápidos en Facebook se dan entre personas que se acercan a los 40 años o que sobrepasan los 60. Según datos de Nielsen Online, la comunicación en las redes sociales (además de los blogs MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
o bitácoras que incluye) ocupa el cuarto lugar entre las actividades en línea, por delante del correo electrónico personal y solo por detrás de los motores de búsqueda, los portales de interés general (MSN, Yahoo, AOL...) y las descargas de programas. El tiempo invertido en frecuentar las redes sociales crece a un ritmo tres veces superior que el uso general de Internet; constituye así cerca del 10 por ciento del tiempo total de conexión en línea. A medida que proliferan las redes sociales, varía el criterio sobre el uso de Internet. De un instrumento utilizado en el solitario anonimato ha pasado a convertirse en un medio que incide en cuestiones relacionadas con la naturaleza y la identidad humana: quiénes somos, qué sentimos en relación a nosotros mismos y cómo nos comportamos unos con otros. Mientras las viejas teorías sobre la socialización en línea se derrumban, brotan nuevas preguntas en torno a la relevancia psicosocial del uso de redes sociales.
uso en solitario anonimato se ha convertido en un medio que incide en aspectos de la naturaleza y la identidad humanas.
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El tiempo invertido en sitios de red social
crece tres veces más que el uso general de Internet. Así, alcanza casi el diez por ciento del tiempo total de conexión en línea.
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Las redes sociales pueden mitigar la
soledad y fortalecer la autoestima, aunque también pueden producir el efecto contrario. Depende del usuario.
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GETTY IMAGES
MILLONES EN FACEBOOK
A todos los solitarios
El uso per capita de Facebook
En general, se cree que la soledad significa un aislamiento físico respecto a las demás personas. Sin embargo, tal definición no acierta a expresar la carga negativa del sentimiento, es decir, la profunda decepción de sentir que las relaciones sociales no se corresponden con las expectativas. Algo semejante ocurre en la navegación a través de distintas redes sociales; sería lógico que la abundancia de contactos fuese una cura de la melancolía y que, cuanto más numerosos sean los contactos, más oportunidades habrá de encontrar relaciones gratificantes. La realidad, sin embargo, es más compleja. Hasta no hace mucho, la Red se consideraba un lugar social monótono. El neurocientífico social John Cacioppo, de la Universidad de Chicago, coautor del libro Loneliness: Human Nature and the Need for Social Connection («Soledad: naturaleza humana y necesidad de la relación social»), afirma que casi todos los primeros estudios sobre los usuarios de Internet con miras sociales revelaban una tendencia al aislamiento. La idea era que la gente utilizaba la Red como sustitutivo de las relaciones a cara descubierta y que los contactos establecidos por la red se mantendrían en ese medio. Según Cacioppo, eso resultaba ventajoso para las personas con discapacidades que no podían salir y entrar, pero no satisfacía a los demás usuarios. No sabían con seguridad quién se encontraba en el otro extremo de la línea. Los psicólogos criticaban esta situación; a menudo descalificaban la socialización en línea como una vía de escape para ahorrar la molestia de unas relaciones reales a las personas solitarias. Esta visión fatalista de la comunicación a través de las redes sociales comenzó a modificarse a medida que la investigación se matizaba. En 2008, los psicólogos Kaveri Subrahmanyam y Gloria Lin, ambos de la Universidad estatal de
entre los estadounidenses creció un 175 por ciento en 2009; numerosos usuarios se han apuntado a ese sitio y a otros competidores a través de móviles.
Los millones de usuarios de las redes sociales participan en el mayor experimento de interacción social jamás realizado
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California en Los Ángeles, interrogaron a 192 estudiantes de escuelas superiores sobre el uso de Internet para comunicarse (el tiempo que dedicaban a ello y los sitios que solían frecuentar). Tras ello, los participantes se sometieron a pruebas psicológicas con el propósito de evaluar su nivel de soledad y de apoyo social. Ni el tiempo total invertido en línea ni el dedicado a la propia comunicación se compaginaban con una mayor sensación de soledad. Los resultados confirmaban un estudio realizado dos años antes por el psicólogo Andrew Campbell y sus colaboradores de la Universidad de Sydney que negaba la relación entre el tiempo dedicado a la interconexión en línea y los niveles de ansiedad o depresión, compañeros habituales de la soledad. Además de no presentar mayores recelos sociales que otras personas, los asiduos a la Red pensaban que el tiempo dedicado a la conexión les beneficiaba psicológicamente, pese a manifestarse convencidos de que los usuarios de Internet, en general, se sentían más solitarios que el promedio de la población. La relación entre la sensación de soledad y la socialización en red aparece solo cuando las variables se permutan: la soledad se estudia entonces como precursora de la integración en redes sociales. Para comprender la causa, hay que recurrir a las ideas recientes sobre el comportamiento de un cerebro solitario. En 2009, Cacioppo y su equipo demostraron mediante imágenes cerebrales que los mecanismos neuronales de las personas solitarias se diferencian de las de sujetos comunicativos por su distinta percepción del aislamiento social, componente clave del sentimiento de soledad. Conectados a una máquina de resonancia magnética, los voluntarios contemplaron una serie de imágenes: unas presentaban connotaciones positivas (gente alegre, fiestas, dinero); otras, negativas (escenas de desgracias, conflictos). A medida que ambos grupos veían las imágenes agradables, la zona del cerebro sensible a las recompensas mostraba una respuesta más acusada en las personas comunicativas que en las solitarias. De modo análogo, la corteza visual de los sujetos solitarios respondía con mayor intensidad ante las fotografías de escenas desagradables con personas que ante las imágenes desagradables con objetos, lo cual sugiere que tales individuos fijan una mayor atención en las aflicciones humanas. En cambio, los probandos comunicativos no mostraron diferencia alguna. Dichas distinciones en la actividad cerebral indican por qué la tendencia a la soledad dificulMENTE Y CEREBRO 48 / 2011
de establecer nuevas relaciones a través de las redes sociales, por lo general, se sentirán más en soledad que antes de su incursión en línea. Sin duda, la interacción cara a cara resulta la variable básica para calibrar los efectos de las redes sociales. La psicóloga Laura Freberg, de la Universidad Politécnica de California, estudió junto a su equipo en 2009 el sentimiento de soledad entre los miembros de Facebook: aquellos estudiantes que en sus relaciones cotidianas se manifestaban comunicativos aportaban ese talante a la red social, cosa que les beneficiaba. Por el contrario, los probandos de ánimo retraído acentuaban su carácter cuando usaban los medios de comunicación tecnológicos. Las personas solitarias también vuelcan en la Red su auténtica personalidad al intentar «mudar» de apariencia psicológica. De este modo, una persona retraída y asocial podría, durante un rato, asumir un carácter extrovertido, abierto y conversador, empero le será harto difícil representar ese papel durante más tiempo. Según Freberg, la sensación de soledad proviene de la diferencia entre lo que apetecemos y lo que poseemos; si dicha diferencia se cronifica, provoca comportamientos que repelen a los demás. «Las redes sociales no están preparadas para atender estas situaciones. De hecho, pueden agravarlas», afirma Freberg. Por sí mismas, las redes no crean ansiedades y temores en quienes las usan, pero si las personas se sienten así desde el principio, sus contertulios no tardarán en notarlo.
Utilización en CRESCENDO © ISTOCKPHOTO / KEN BROWN
ta la participación en las redes sociales. Según Cacioppo, en el cerebro de una persona retraída se agudiza el estado de alerta ante posibles amenazas sociales, aunque no se concreten de forma expresa. En dichos sujetos, los insultos, los desaires, las disputas y las murmuraciones provocan niveles de tensión mucho más altos, efecto que puede cuantificarse en parte a través de la elevada producción de cortisol, hormona del estrés. Tales efectos son más acusados en la comunicación en línea, puesto que en este caso los riesgos resultan más difíciles de prever. Además, los largos silencios entre las respuestas en una conversación virtual pueden suscitar el temor en algunas personas de que estén observando o comentando a sus espaldas. También crea inseguridad a los usuarios la multiplicidad de posibles contactos de las redes sociales. Un individuo solitario, con muy pocos contactos registrados, puede sentirse incluso más incapacitado a ampliarlos al ver que otros sujetos podrían llenar un estadio con su lista de direcciones favoritas. No es de extrañar, pues, que las personas que utilizan la tecnología como apoyo de sus amistades ya existentes saquen el mejor provecho de las redes sociales. En un estudio en adultos mayores, el doctorando en gerontología Shima Sum, de la Universidad de Sydney, y sus colaboradores descubrieron que el uso de las redes sociales mitigaba la soledad cuando los contactos virtuales se correspondían con físicos. Así, las personas de edad avanzada que tratan
El uso de las redes sociales creció en España un 7 por ciento en 2010 respecto al año anterior. En total, un 83 por ciento de los internautas españoles utilizaron alguna red social en el año 2010. Las redes más populares en 2009 fueron, en primer lugar, Facebook, seguida de Tuenti. Fuente: «Estudio de hábitos de Internet» de Ocio Networks
RELACIONES FRÍVOLAS © DREAMSTIME / SELLINGPIX
La difusión de las redes sociales en Internet podría sustituir la riqueza de las relaciones en el mundo real por una interminable retahíla de interacciones triviales.
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¿MÁS SOLOS? las redes sociales pueden crear inseguridad y ansiedad en la difícil percibir las amenazas sociales en la Red. Sin embargo, sí pueden mitigar la soledad si se establece comunicación con amistades de la vida real.
© DREAMSTIME / WRANGEL
gente solitaria, ya que resulta
Mirarse al espejo
El máximo provecho de una red social se obtiene cuando se basa en amistades ya existentes
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En teoría, los sitios de redes sociales deberían representar todo un hallazgo para quienes necesitan reforzar su autoestima: ofrecen un escenario donde practicar las aptitudes sociales sin la necesidad de afrontar la vergüenza de un equívoco en vivo y en directo. En un estudio sobre usuarios de Facebook en 2008, Cliff Lampe, investigador mediático, desmenuzaba las ventajas susceptibles de acumularse para algunos de sus miembros. El equipo de Lampe examinó a 477 usuarios al principio y al final de un período de un año, con el fin de evaluar los cambios en diversos parámetros de bienestar psicológico. El uso del sitio de redes sociales guardaba estrecha relación con un aumento del capital social, es decir, los beneficios tangibles derivados de la participación en una red de ese tipo, especialmente en personas con baja autoestima. (El capital social potencia la autoestima: depura las aptitudes sociales, suscita alegrías más duraderas y aumenta el nivel de confianza.) Los efectos positivos fueron más notables en los adolescentes, quienes parecen más dispuestos a sacar provecho de la experiencia a largo plazo. Según Lampe, los muchachos encuentran el modo de utilizar ese capital social en otras actividades, sobre todo, a través de la adquisición de una mayor confianza en sí mismos cuando interaccionan cara a cara. Es decir, existe un efecto multiplicador. A una conclusión semejante llegó en 2009 Patti M. Valkenburg, de la Escuela de Investigación en Comunicaciones de la Universidad de Ámsterdam, tras analizar las consecuencias sociales del uso de Internet en adolescentes. Descubrió que asociarse a un sitio de las redes sociales refuerza la autoestima al potenciar la evolución de amistades, así como intensificar la calidad de las relaciones existentes.
El contexto de Internet estimula en los adolescentes la apertura hacia los demás y la propia presentación. Al contrario que en la comunicación cara a cara, las redes sociales solo permiten señales visuales o acústicas limitadas. Valkenburg sostiene que, de este modo, a los adolescentes les estorban menos las emociones y las molestias físicas. Sin embargo, la conexión en Red no beneficia a todos ellos. De igual modo que las personas solitarias, los jóvenes se benefician de las redes sociales en Internet si las utilizan como medio para mantener sus relaciones ya existentes. Aunque el uso de las redes sociales tienda a fortalecer la autoestima, la predisposición a subestimarse acentúa la repercusión de los fracasos, sean en el cara a cara o en línea. Quizá por facilitar el contacto y la comunicación, las redes sociales se han convertido en refugio para personas con escasa autoestima, pero también para aquellas que se complacen demasiado en sí mismas. Sin duda, una crítica muy frecuente a las redes sociales es el hecho de dar cancha a los narcisistas que reclaman atención de todo el mundo, que desean contactos sin importarles la superficialidad de las relaciones que se establezcan, e incluso asaltan los foros de debate en línea con el objetivo de acaparar el protagonismo. Sin embargo, su arma resulta de doble filo: el mismo foro que da pábulo al narcisista también puede convertirse en su ruina. La doctoranda Laura Buffardi, de la Universidad de Georgia, dirigió un ensayo de psicología social con el fin de averiguar los rasgos que definen a un narcisista en la Red y así «darle caza» con facilidad. Junto con el psicólogo W. Keith Campbell, Buffardi examinó a 130 usuarios de Facebook mediante el Inventario de Personalidad Narcisista. Cada probando debía elegir entre dos descripciones posibles, la que, según su opinión, mejor correspondiese con su persona; por ejemplo, entre «Soy más capaz que otros» y «Tengo mucho que aprender de otros». Las personas que puntúan alto tienden a engañar y bromear más en sus relaciones, acaparan los recursos y son demasiado materialistas. El estudio comprobó que los narcisistas en la Red se comportan de modo análogo que en el mundo real: acumulan muchos contactos, pese a ser superficiales, y no cesan en pregonar su valía. También es cierto que no cuesta descubrirlos. Personas no habituadas al uso del Facebook mostraron una capacidad similar para detectar a sujetos narcisistas en páginas del sitio elegidas al azar que al valorar la personalidad de los amigos, capacidad determinada en anteriores MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
investigaciones. Tres características descubrían a los narcisistas: un gran número de contactos, una apariencia sugestiva y una fotografía de calidad profesional. Los narcisistas quizá no puedan pasar inadvertidos, pero sería más interesante saber si llegaron a la red social provistos ya de un egotismo delatador, o por el contrario, los propios sitios de red social contribuyeron a desarrollar tal personalidad. Las conclusiones no resultan definitivas, aunque sí interesantes. Ciertos estudios sugieren que los valores del Inventario de Personalidad Narcisista en EE.UU. han variado poco desde 1982; otros indican la existencia de apreciables repuntes de narcisismo entre grupos de adultos jóvenes en 2002, año en el que nacieron las redes sociales. Sean los sitios de las redes sociales fuente o sumidero de ese tipo de personalidad, resulta fácil pensar que el espectacular auge de estas comunidades virtuales forma parte de la cultura de la ostentación.
Uso excesivo El término «adicción» se asocia con facilidad a este contexto. Póngase el calificativo que se prefiera, lo cierto es que el tiempo que se invierte en las redes sociales va en aumento. Según un informe de Nielsen Online, 70 millones de miembros de Facebook en EE.UU. consumieron 233 millones de horas en las redes sociales durante abril de 2009. Si se compara dicha cifra con los 28 millones de horas que dedicaron 23 millones de miembros el abril anterior, el incremento de uso per cápita fue del 175 por ciento. Un estudio de
Nucleus Research en Boston indica que los usuarios «más adictos» invierten en las redes sociales dos horas diarias de su horario laboral. De esta manera, las compañías que permiten el acceso a Facebook a sus empleados pueden perder el 1,5 por ciento de su productividad total. No resulta raro que las redes sociales ejerzan tal atracción. A semejanza de la televisión, los videojuegos y otro tipo de medios electrónicos, estos sitios ofrecen una gratificación instantánea. Judith Donah, directora del Sociable Media Group en el Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts, asegura que tales redes proporcionan una serie de pequeñas recompensas mentales sin necesidad de grandes esfuerzos, las cuales aportan energía para recargar el mecanismo de la compulsión, como el estremecimiento que siente un jugador de naipes ante una nueva carta sobre el tapete. De forma acumulativa, su efecto resulta poderoso y difícil de resistir. Dedicar algo más de tiempo a las redes sociales no amenaza el equilibrio psíquico de la mayoría de la gente. De hecho, dos horas diarias en Facebook significaría dos horas menos ante el televisor. Sin embargo, para quienes vuelcan sobre el teclado una personalidad compulsiva, las horas pueden acumularse con rapidez, situación que desencadena toda una retahíla de perjuicios en el trabajo y en casa. Las tendencias obsesivo-compulsivas predisponen a una gama de comportamientos adictivos, afirma el neurocientífico Gary Small, de la Universidad de California en Los Ángeles. En el caso de EE.UU., el grupo de riesgo es bastante nutrido, ya que
La interacción cara a cara resulta esencial para nuestro modo de ser; su riqueza afecta a nuestro cerebro
POTENCIAR LA AUTOESTIMA El uso de Facebook puede fomentar la autoestima en los adolescentes: estimula su franqueza y apertura, además de reforzar la confianza en sí mis-
GETTY IMAGES
mos al relacionarse cara a cara.
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Glamour en Facebook Las redes sociales ofrecen a los usuarios maneras sencillas de
Aunque parece que los narcisistas pueden utilizar Facebook
presentarse con imágenes idealizadas de sí mismos, incluso si
con el objetivo de alimentar su ego sobredimensionado, Meh-
tales ideales no concuerdan con su personalidad real. La in-
dizadeh no llega a confirmar que invertir un tiempo excesivo
vestigadora Soraya Mehdizadeh ha descubierto una forma de
en Facebook convierta a los usuarios en narcisistas. Asimismo
atravesar la cortina entre el mundo real y el virtual: Facebook
señala que las redes sociales podrían tener efectos positivos en
como filtro para predecir el nivel de narcisismo y autoestima
las personas con depresión o baja autoestima. «Si los individuos
de las personas.
con baja autoestima presentan una mayor tendencia a utilizar
Todavía como estudiante en la Universidad de York en To-
Facebook», afirma, «la cuestión es si Facebook puede ayudar-
ronto, Mehdizadeh recibió el permiso para acceder a las cuen-
les a aumentar su autoestima al permitir conversar y ayudarse
tas de Facebook de 100 universitarios. Evaluó sus actividades
mutuamente en un entorno social interactivo. No creo que sea
en la red social: compartir fotografías, poner mensajes en el
necesariamente negativo el hecho de que las personas con baja
muro y actualización del estado. También estudió la frecuen-
autoestima utilicen Facebook».
cebook y el cia con la que los estudiantes se conectaban a Facebook
Joh H. Tucker — John
tiempo que duraba cada sesión. Los resultados se publicaron king. en Cyberpsychology, Behavior and Social Networking. te medianTras obtener la evaluación de cada participante a Escala de te el Inventario de la Personalidad Narcisista y la Autoestima de Rosenberg, descubrió que los sujetoss narcisistas y aquellos con una baja autoestima manifestaban una mayor a red social probabilidad de pasar tiempos prolongados en la e introducir (en general, más de una hora diaria), así como de ¿AUTOESTIMA DIGITAL? ¿AUTOESTI
ocionarse a tocadas con Photoshop). Los narcisistas solían promocionarse
El uso de las redes sociales
o (aparecían sí mismos a través de las actualizaciones de estado
q convertir a no tiene por qué
rpurina») y frases como «Soy tan glamoroso que sangro purpurina»)
sus usuarios en narcisistas,
la actividad en el muro (con enlaces egocéntricoss del estilo «Famosos que se parecen a mí»). La autoestima y el narcisismo suelen aparecerr relaciona-
aunque sí podría po conllevar efectos positiv positivos en las personas con baj baja autoestima.
dos, empero no siempre van de la mano. Algunos psicólogos n un patrón creen que los narcisistas, es decir, las personas con dad de ada ad dominante de actitud grandilocuente, una necesidad ar de forma miración y una falta de empatía, tienden a exagerar a contra los inconsciente su supuesta importancia como defensa sentimientos de inferioridad. No existen suficientess investigaciones empíricas que confirmen tal vinculación, sin embargo, el esis. Ya que estudio de Mehdizadeh parece apoyar dicha hipótesis. acidad para las personas narcisistas presentan una menor capacidad zadeh penmantener relaciones íntimas o a largo plazo, Mehdizadeh só que se sentirían más atraídos por el mundo de los amigos cia. virtuales y de la comunicación emocional a distancia.
uno de cada 50 adultos tos sufre en alguna medida l i un trastorno obsesivo-compulsivo. La red social no es más que un nuevo foro para las malas costumbres, señalan múltiples estudios. El investigador Scott Caplan, de la Universidad de Delaware, argumenta que las personas que prefieren la comunicación virtual al encuentro cara a cara también puntúan alto en el uso compulsivo de Internet y en utilizarlo
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En 2007, Caplan para alterar su estado de ánimo. E analizó de 343 estudiantes universili ó un grupo d t di tarios con el fin de averiguar el factor desencadenante de su comportamiento compulsivo en línea. Se basó en rasgos de la personalidad que hacen vulnerable al individuo (aislamiento y ansiedad social), así como actividades de la Red que acentúan las tendencias compulsivas (videojuegos, pornografía y apuestas). MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
© ISTOCKPHOTO / SERGEY NOVIKOV (espejo); © ISTOCKPHOTO / URFINGUSS (ratón)
sando o refotografías que intentasen resultar atractivas (posando
IMÁN PARA LOS OBSESIVOS Internet es un imán para las personas con tendencias obsesivo-compulsivas. Las redes sociales pueden proporcionar el mismo tipo de gratificación inmediata que la televisión y los videojuegos.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA BORN DIGITAL: UNDERSTANDING THE FIRST GENERATION OF DIGITAL NATIVES. John GETTY IMAGES
Palfrey y Urs Gasser. Basic Books, 2008. DO TODAY’S YOUNG PEOPLE
De todos los factores señalados, la ansiedad social se reveló prevalente. «Los individuos con ansiedad social, con dificultades para los encuentros cara a cara, se ven atraídos por las singulares características de la conversación en línea», señala Caplan.
El futuro de las redes sociales La conexión a las redes sociales, hoy ya muy difundida, parece destinada a penetrar todavía más en nuestras vidas. Lampe sostiene que nos acercamos a un tiempo en el que la distinción entre la relación virtual y la física tiende a borrarse. Habrá que luchar para evitar que la constante invasión de la conectividad social diluya nuestras relaciones del mundo real al arrastrarnos a interacciones triviales. La socialización en Red carece de muchos elementos esenciales de la comunicación personal, entre ellos, el lenguaje corporal y el tacto. Cacioppo asegura que la interacción cara a cara es necesaria para nuestra manera de ser. «Necesitamos su riqueza en nuestras vidas, y esa riqueza afecta a nuestro cerebro.» Espera que, en último término, la interacción de las relaciones virtuales se vuelva más compleja, incluso plantea la posibilidad de que en un futuro la comunicación en línea se produzca por medio de hologramas, no de modo bidimensional como hasta ahora, de tal manera que preserve una parte mayor del núcleo vital de la comunicación en persona. Una aplicación dinámica que probablemente no tardará en aparecer es el filtrado cognitivo. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
La infraestructura de la red social, según Boyd, va a configurarse en moldes de todo tipo, sobre todo en servicios multimedia. El filtrado cognitivo permitirá a los usuarios concentrarse en la información ya revisada por sus respectivas redes, lo cual ahorrará tiempo y disgustos. Por ejemplo, a la hora de repasar listas de películas en el teléfono móvil inteligente se podrían ver primero las que recomienda nuestra red social seguidas de las valoradas según nuestro límite de calidad. No obstante, se corre el riesgo de que la técnica limite la perspectiva de quienes la usan, de tal manera que fomente un pensamiento insular, lo que nos convertiría en una sociedad de comunidades de miopes. Por todo ello, las redes sociales, a modo de microcosmos, constituyen un fenómeno tan importante. Más allá de las recetas de cocina, las historias de mascotas y los relatos de lo que hizo el bebé al despertarse, surge una corriente de transformación. Lo que al principio parecía una caprichosa aplicación de comunicación a través de la Red tiende a ubicuidad global. No a mucho tardar, la conexión en redes sociales puede formar parte de cualquier herramienta de comunicación que utilicemos: cambiará nuestra manera de relacionarnos y, con ello, a nosotros mismos.
REALLY THINK THEY ARE SO EXTRAORDINARY? AN EXAMINATION OF SECULAR TRENDS IN NARCISSISM AND SELF ENHANCEMENT. Kali H. Trzesniewski,
M. Brent Donnellan y Richard W. Robins en Psychological Science, vol. 19, n.o 2, págs. 181-188, 2008. SOCIAL CAPITAL, SELF-ESTEEM, AND USE OF ONLINE SOCIAL NETWORK SITES: A LONGITUDINAL ANALYSIS. Charles Stein-
field, Nicole B. Ellison y Cliff Lampe en Journal of Applied Developmental Psychology, vol. 29, págs. 434-445, 2008. SOCIAL CONSEQUENCES OF THE INTERNET FOR ADOLESCENTS: A DECADE OF RESEARCH. Patti
M. Valkenburg y Jochen Peter en Current Directions in Psychological Science, vol. 18, n.o 1, págs. 1-5, 2009. THE NARCISSISM EPIDEMIC: LIVING IN THE AGE OF ENTITLE-
David DiSalvo escribe sobre ciencia y tecnología para varias revistas sobre psicología y neurociencias. Publica también en Neuronarrative.com y otros blogs
MENT. Jean Twenge y W. Keith
Campbell. Free Press, 2009.
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Inteligencia 2.0 Navegar en Internet y jugar a videojuegos aumenta la inteligencia visuoespacial y la atención. Sin embargo, su uso relega el desarrollo de otras facultades cognitivas esenciales CHRISTIAN WOLF
RESUMEN
¿Nuevo mundo inteligente?
1
El cociente medio de inteligencia aumenta
desde hace décadas. Algunos investigadores creen que los medios electrónicos tienen parte de responsabilidad en esta tendencia.
2
Ciertos estudios muestran que el
trabajo con las nuevas tecnologías fomenta el pensamiento visuoespacial; también fortalece la capacidad de interaccionar con diversas tareas al mismo tiempo.
3
Otras investigaciones relacionan el uso de
los medios tecnológicos con una conducta impulsiva y una disminución en la capacidad de concentración.
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H
ogares sin aparatos electrónicos como un televisor, un DVD, un ordenador con conexión a Internet o una videoconsola escasean. Los detractores de tal tendencia advierten: pasar mucho tiempo conectado a la Red provoca que el interés en la vida «real» se centre solo en porciones de información rápida, elemental y digerible; jugar a los videojuegos en exceso disminuye la capacidad de atención de niños y adolescentes, por lo que les cuesta cada vez más concentrarse. Así de claro y conciso. Mas, ¿se trata de temores infundados o de certezas comprobadas? A pesar de la opinión de los agoreros, el cociente de inteligencia (CI) medio de la población mundial ha aumentado en los últimos 60 años, un fenómeno que se conoce como el «efecto Flynn». No existe consenso sobre el motivo, aunque se barajan diversas causas, entre ellas, el aumento en la etapa de educación y formación, una mejor alimentación y la creciente tecnificación de la vida cotidiana; esta última obliga más que nunca a digerir información nueva de modo constante, lo que contribuye a mantener la materia gris activa. Sin embargo, no todas las formas de inteligencia han experimentado un aumento en los últimos tiempos. Según un estudio panorámico de 2009 de la psicóloga evolutiva Patricia Greenfield, de la Universidad de California en Los Ángeles, el incremento del CI se acusa sobre todo en pruebas no lingüísticas, es decir, en
aquellas en las que se exige una mayor inteligencia visuoespacial a través de la comparación de diseños complejos o el giro mental de figuras geométricas. En los tests verbales, en cambio, la tendencia al alza se presenta menos definida, según Greenfield. Si bien el vocabulario básico de los estadounidenses ha aumentado en las últimas décadas, en las pruebas escolares de aptitud (SAT, de Scholastic Aptitude Test), los estudiantes manifiestan una menor comprensión de los conceptos abstractos. Ambos resultados podrían deberse a la presencia casi omnipresente de la televisión frente a una menor inclinación por la lectura en el tiempo libre. Por el contrario, señala Greenfield, los medios electrónicos podrían ser responsables del incremento de la inteligencia visuoespacial. Existen estudios que apoyan tal hipótesis. En 1994, el psicólogo Peter Frensch, quien por aquel entonces trabajaba en la Universidad de Missouri en Columbia, demostró que los juegos de ordenador educan el pensamiento espacial. Junto a la psicóloga evolutiva Lynn Okagaki, de la Universidad Purdue en West Laffayete, sometió a más de 100 probandos a diversas pruebas
CONEXIÓN TOTAL En la oficina, en casa o al aire libre. Internet y las formas móviles de comunicación penetran en nuestra vida cotidiana.
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GEHIRN & GEIST / EBOY
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¿Qué es la inteligencia? A los psicólogos les resulta difícil definir con precisión esta importante cualidad. Desde que William Stern, de la Universidad de Breslau, introdujera en 1912 el cociente de inteligencia, se han desarrollado sistemas de tests para cuantificar las capacidades cognitivas de las personas. Ello llevó a Edwin Boring (1886-1968), de la Universidad de Harvard, a la afirmación lapidaria de que «la inteligencia es aquello que miden los tests de inteligencia». La mayoría de los investigadores, entretanto, pueden comulgar con la idea de que la inteligencia se halla compuesta de dos grandes factores: la capacidad general de pensamiento («inteligencia fluida») y los conocimientos aprendidos («inteligencia cristalizada»). El test de estructura de la inteligencia que se aplica con mayor frecuencia divide el primer ámbito, el pensamiento deductivo, en los siguientes componentes: inteligencia visuoespacial (rotar mentalmente figuras espaciales, completar modelos desde el punto de vista lógico, etcétera). inteligencia numérica (calcular, continuar una serie de números, etcétera). inteligencia verbal (completar frases, construir analogías, entre otras). El saber y la capacidad de recuerdo de los candidatos que realizan el test se detectan en tareas separadas.
TV total Tiempo promedio al día que dedican los escolares de entre 6 y 13 años de edad en Alemania a los diferentes medios de información (según datos de los tutores).
: : : : io ra or ón i s i t o s n a d t o s R a d to s c t u t o s v u Le nu l e nu e nu in i Te mi Ord mi m m 7 1 0 9 3 23 4 (KIM-Studio de 2008 de la Asociación de Investigadores de Pedagogía de los Medios del Sudoeste.)
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de imaginación visuoespacial. Una parte de los sujetos se entretuvieron en varias ocasiones durante seis horas con el ya clásico videojuego de lógica Tetris (rompecabezas digital que consiste en colocar de forma adecuada y bajo la presión del tiempo las piezas geométricas que caen sin cesar de la parte superior de la pantalla). En una prueba posterior con figuras espaciales, dichos jugadores, en especial los varones, manifestaron una mayor destreza para solucionar las tareas que aquellos probandos que no habían empleado unas horas resolviendo el Tetris. De entrada, el mundo de la pantalla en el que c crecen los niños y los jóvenes de hoy no resulta d dañino para el cerebro. Al contrario: el const tante bombardeo mediático podría preparar a l nuevas generaciones ante las demandas de las l vida moderna. Cada vez más se exige a los la t trabajadores la capacidad de la «multitarea», e decir, de dedicarse a diversas labores a un es m mismo tiempo. En 2005, Paul Kearney, del Instituto Unitec de T Tecnología de Auckland, descubrió que algunos j juegos de ordenador entrenaban dicha facultad. K Kearney solicitó a sus probandos que completas un test virtual, en origen desarrollado para sen l reclutas de la armada de Estados Unidos. Los los voluntarios debían afrontar de forma simultánea tareas habituales en una oficina: cálculos mentales, memorizar series de nombres en poco tiempo, prestar atención a estímulos visuales o acústicos, entre otras. Antes de iniciar la prueba por segunda vez, parte de los sujetos jugó
durante dos horas con el videojuego de acción Counter-strike. Estos participantes consiguieron mejorar sus resultados en la segunda prueba de multitarea, así como los obtenidos por aquellos sujetos que no habían jugado. ¿Por qué? En los juegos de disparo en primera persona como el Counter-strike, el jugador debe superar tareas simultáneas: mover el personaje, atacar al adversario, reaccionar ante los sucesos imprevistos, vigilar su estado de salud y su provisión de municiones, además de idear una estrategia para llegar al siguiente nivel. El completo reto cognitivo preparó a los probandos para la prueba de tareas simultáneas final, concluye Kearney.
Todo a la vista Los videojuegos pueden influir también en aspectos de la atención visual. En 2003, los investigadores de la cognición Shaw Green y Daphne Bavelier, de la Universidad de Rochester en Nueva York, compararon individuos que habían empleado gran parte de su tiempo libre a lo largo de los seis meses en juegos digitales de acción con personas que nunca cogían un mando de videojuego. En la prueba, los voluntarios debían detectar cuántos cuadrados destellaban en una pantalla. Aquellos probandos que habían ejercitado con anterioridad su vista en el monitor podían detectar más estímulos en un mismo momento; también cuando los elementos aparecían en menor número y posiciones más separadas. Asimismo, los probandos jugadores demostraron su superioridad en el MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
al contrario de lo que sucedía con el juego de lógica, el de acción incrementó en gran medida la atención visual de los participantes. Green y Bavalier atribuyen dicho efecto a que los juegos de acción obligan a prestar mayor atención a multitud de objetos al mismo tiempo. En un estudio de 2008, ambos investigadores adujeron además un posible mecanismo por el que desarrollan los efectos del aprendizaje; los estímulos vinculados con recompensas conducen con mayor facilidad a conexiones nuevas en el cerebro. Los estudios han mostrado que al jugar en el ordenador o la consola se segrega dopamina (neurotransmisor que desempeña una importante función en el sistema neuronal de recompensa) en determinadas áreas del cerebro, como el cuerpo estriado. Este «golpe» de dopamina podría contribuir a que, al poco tiempo de juego, se refuercen las capacidades necesarias para jugar. «Los videojuegos pueden resultar muy beneficiosos para capacidades como la atención visual», confirma el pedagogo Jürgen Fritz, de la Escuela Técnica Superior de Colonia. «Faltan pruebas, no obstante, sobre los efectos a largo plazo, ya que los estudios de laboratorio reali-
Iconos en vez de palabras Los «emoticonos» que se emplean con frecuencia en Internet, como :-), representan rostros estilizados. El procesamiento de tales pictogramas estimula una actividad cerebral más compleja que la contemplación de rostros reales. En dicho proceso se activan áreas responsables de la descodificación de las palabras además de aquellas responsables del reconocimiento de objetos reales. («Objects and their icons in the brain: The neural correlates of visual concept formation», por Y.-W. Shin et al. en Neuroscience Letters, vol. 436, págs. 300-304, 2008.)
Principiante en Internet leyendo
Principiante en Internet buscando en la web
Experto en Internet leyendo
Experto en Internet buscando en la web
YOUR BRAIN ON GOOGLE: PATTERNS OF CEREBRAL ACTIVATION DURING INTERNET SEARCHING. GARY SMALL, TEENA MOODY, PRABHA SIDDARTH Y SUSAN BOOKHEIMER EN THE AMERICAN JOURNAL OF GERIATRIC PSYC HIATRY, VOL. 17, N.o 2, 2009
procesamiento temporal. Los científicos investigaron también en los voluntarios el «parpadeo de la atención», fenómeno psicológico que consiste en presentar, tras un primer estímulo, un segundo objeto durante solo unos cientos de milisegundos (elemento que escapa fácilmente de la percepción visual). Mostraron a los sujetos una serie de letras en negro de forma repetida y rápida en la pantalla (diez por segundo). En un punto aleatorio se insertó una letra en blanco. En la mitad de los casos se añadió a la serie final una X negra tras la letra blanca. Después de la ejecución de cada serie, los probandos debían indicar qué letra había aparecido en blanco, aunque el verdadero interés de los investigadores residía en saber si los voluntarios acertaban sobre la aparición de una X negra. La curiosidad de los científicos obtuvo la siguiente respuesta: aquellos participantes aficionados a entretenerse con videojuegos mostraron claramente más aciertos que los probandos no habituados a tal entretenimiento, sobre todo en relación a la pregunta sobre la presencia de una X negra tras la letra blanca. Solo cuando aumentaba el intervalo temporal entre ambos estímulos, los «abstemios» al videojuego alcanzaban resultados similares a los de los jugadores. Pasar mucho tiempo ante el monitor, afirman los psicólogos, podría pues incrementar la rapidez en asimilar informaciones. ¿Se trata solo de un efecto de entrenamiento? Podría pensarse también que los aficionados a los videojuegos sienten especial atracción por los juegos de acción, precisamente porque disponen de antemano de una mayor atención visual, con lo que logran resultados mejores. Ante el dilema, Green y Bavelier enviaron a una parte de los probandos no duchos en los juegos digitales a entrenarse en tales maniobras. La mitad de ellos debía dedicar una hora al día durante 10 días al juego de disparos y puntería Medalla de honor, mientras que la otra mitad de voluntarios coleccionaba puntos en el Tetris, más tranquilo. Los tests llevados a cabo antes y después del periodo de entrenamiento mostraron que,
EL CEREBRO «BUSCADOR» La comparación de la actividad cerebral de probandos con y sin experiencia en Internet al leer el texto de un libro y al navegar en una página web muestra que quienes usan con regularidad los buscadores activan al navegar por la Red regiones cerebrales adicionales importantes para procesos de decisión complejos.
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Tendencia al alza En 1948 el psicólogo Read Tuddenham, de la Universidad de California en Berkeley, señaló por primera vez que el cociente de inteligencia (CI) aumenta con el tiempo. Comparó el CI de los reclutas estadounidenses de la Primera y la Segunda Guerra Mundial; los resultados de los test de aptitud de la generación más joven resultaron mejores. A principios de los años ochenta del siglo XX, el politólogo James Flynn empezó a recopilar los resultados de los tests de inteligencia de diferentes países. Constató que la tendencia mundial era la subida continua: según el test y el país, crecía el CI de generación en generación de 5 a 15 puntos, fenómeno conocido como «el efecto Flynn». Sin embargo, el propio descubridor es escéptico sobre qué conclusiones se pueden sacar de ello. Según Flynn, los test de inteligencia medirían sobre todo aquellas capacidades cognitivas que habrían mejorado en el último siglo, el pensamiento abstracto y el científico. Ello constituiría solo una parte de la inteligencia. El mayor incremento en el CI se muestra en procedimientos que utilizan tareas visuales. Al parecer se incrementa sobre todo la inteligencia espacial.
Incremento de puntos en el CI
30 25
WISC Test de matrices de Raven
20 15 10 5
Búsqueda activa 0 1940
1950
1960
1970
1980
1990
2000
2010
Año Test de inteligencia Wechsler para niños (WISC, Wechsler Intelligence Scale for Children), que registra, entre otras capacidades, las verbales, lógicas y matemáticas. El test de matrices de Raven solo consta de ejercicios con imágenes. («What is intelligence?», por J. R. Flynn. Cambridge University Press; Cambridge; 2009.)
zados hasta la fecha solo analizan los efectos a corto plazo.» Por otro lado, hasta ahora se ha comprobado que las competencias adquiridas a través de la práctica virtual pueden aplicarse a otros juegos y tests psicológicos en pantalla, mas resta por investigar hasta qué punto tales competencias resultan útiles en el mundo real. Internet se encuentra, desde hace algunos años, bajo el punto de mira de científicos cognitivos e investigadores del aprendizaje. Los resultados, en parte, sorprenden. En 2008 la psicóloga Genevieve Johnson, de la Universidad Grant MacEwan de Edmonton en Canadá, investigó mediante tests cognitivos a alrededor de
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400 estudiantes usuarios de la Red en su tiempo libre. Para examinar la capacidad de planificación, los probandos debían hallar en una lista de números de siete dígitos, bajo la presión de un cronómetro, las cifras que se correspondían. (Dicho ejercicio requiere una estrategia efectiva de búsqueda, como puede ser comparar los tres primeros dígitos de cada cifra.) Se ideó además una prueba para comprobar la atención visual de los sujetos: debían encontrar en una amalgama de números impresos en distinta tipografía aquellos que se correspondían con las indicaciones que los experimentadores les facilitaban previamente. Aquellos probandos que, según su propio testimonio, navegaban con asiduidad por Internet, obtenían mejores resultados en ambas tareas que los participantes que se describieron como usuarios ocasionales o incluso no consumidores de la conexión en línea. Según el estudio, la capacidad de planificación a corto plazo destacaba, sobre todo, si los estudiantes usaban con frecuencia la Red para preparar sus trabajos y los buscadores en línea (como Google o Yahoo). La atención visual, por el contrario, despuntaba entre aquellos que utilizaban Internet preferentemente para comunicarse y mandar correos electrónicos.
Según Johnson, navegar por la Red estimula la mente. A diferencia de la televisión, el consumo de información en Internet no sucede de forma pasiva, sino que permite una búsqueda activa. Sin embargo, establecer una simple relación causa-efecto entre el uso de Internet y la inteligencia no resulta de recibo: es probable que se necesite de cierta capacidad mental que induciría a las personas a navegar cada vez con mayor frecuencia en la Red, lo que a su vez aumentaría las capacidades cognitivas. Si el uso regular de Internet potencia la sustancia gris, ello debería acusarse asimismo en la actividad cerebral. En 2009, el psiquiatra Gary Small y su equipo de la Universidad de California en Los Ángeles examinaron tal hipótesis en 24 personas adultas. La mitad de ellas, de entre 55 y 76 años de edad, no tenía ninguna o tenía muy poca experiencia con los buscadores de Internet. El resto de los probandos usaban con frecuencia este tipo de servicio. Los participantes, dentro del tomógrafo de resonancia magnética, veían a través de una pantalla una serie de textos relacionados con temas diversos, entre ellos, la marcha nórdica. Las informaciones aparecían en MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
dos tipos de formato: como libro virtual o bien distribuidas en varias páginas web, las cuales contenían los mismos textos e imágenes, mas los probandos debían decidir qué páginas y en qué orden las contemplaban. Resultado: al observar la reproducción virtual de las páginas de un libro se activaban en todos los sujetos regiones cerebrales asociadas con la lectura (en especial, en el hemisferio izquierdo aparecían activos el centro cerebral del lenguaje y la corteza visual). En cambio, en la experiencia con las páginas web, ambos grupos mostraron diferencias entre ellos: mientras que los cerebros de los sujetos no ejercitados en el uso de Internet presentaban actividades semejantes a cuando leían el texto de un libro, en los encéfalos de los «expertos en buscadores» se activaban regiones del lóbulo frontal y temporal, además del hipocampo, estructuras cerebrales todas ellas implicadas en complejos procesos de decisión. Con el fin de confirmar que la navegación por la Red provoca diferencias en la actividad cerebral, Small y su grupo escogieron de entre los probandos a tres voluntarios inexpertos para que se lanzasen a la «piscina» de las nuevas tecnologías: a lo largo de cinco días y durante una hora debían buscar por separado en Internet respuestas a preguntas preestablecidas. Tras la
búsqueda se observaría de nuevo la actividad cerebral en el tomógrafo. En esta segunda prueba se activaba en el cerebro de los internautas novatos una red de la región frontal izquierda, más en concreto, en la corteza prefrontal dorsolateral. «Esta área controla nuestra capacidad de tomar decisiones y de relacionar unas informaciones con otras», señala Small. Aunque es probable que el uso frecuente de la búsqueda en Internet ayude a mejorar dichas funciones cerebrales, aún resta por estudiar las consecuencias a largo plazo de tal práctica, sobre todo en niños, cuyo encéfalo experimenta un desarrollo más intenso.
Errores en los mensajes Los medios electrónicos pueden, pues, estimular aspectos particulares del pensamiento, así como preparar al cerebro para ciertas exigencias de la vida cotidiana. No obstante, otras investigaciones oscurecen la cara amable del mundo de las nuevas tecnologías. En 2009 el médico Michael Abramson, de la Universidad Monash en Melbourne, preguntó a más de 300 alumnos de entre 12 y 13 años de edad sobre el uso que hacían del teléfono móvil; también sometió a los estudiantes a diversos tests de atención en el ordenador. Resultado: aquellos probandos que ESCRIBIR BLOGS EN VEZ DE LEER Internet, como instrumento «multimedia», incluye textos, música y vídeos. En la web 2.0 cada usuario puede construir y actualizar contenidos. Así, puede escribir un bitácoras, colaborar en proyectos abiertos, como wikipedia, o atender un perfil en una red social (como Facebook o Twitter).
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Crítica a los medios en el cambio de época Hacia finales del siglo XVIII se extendieron en Alemania numerosas advertencias sobre la «adicción a la lectura», postura que se asemeja a las críticas actuales a Internet. La amalgama de libros expandiría en aquellos tiempos demasiadas historias fútiles, con efectos dañinos para el espíritu de aquellos que leían mucho: los consumidores, principalmente jóvenes, se distraerían y desconcentrarían, siempre a la busca de consumo ligero, y ya no sabrían separar lo esencial de lo secundario. Hoy los padres animan a sus hijos a leer mucho y contemplan la navegación por Internet con recelo.
telefoneaban y escribían mensajes de texto con frecuencia mostraban una velocidad mayor de procesamiento, aunque también cometían más fallos. «Quizá la comunicación móvil promueva un comportamiento impulsivo y menos controlado», arguye Abramson. Los críticos advierten desde hace tiempo que el uso frecuente de la videoconsola refuerza la hiperactividad y el déficit de atención. Tras dicha sospecha andaban en 2009 la psicóloga Kira Bailey y sus colaboradores de la Universidad estatal de Iowa en Ames. Los investigadores distinguieron en su estudio dos formas de atención: la variante «proactiva», en la que se preestablecen ciertos estímulos de manera que el sujeto anticipa mentalmente determinados resultados, y la atención «reactiva», que ayuda a captar los estímulos inesperados y reaccionar después. Los probandos divididos en jugadores usuales y ocasionales debían superar el test Stroop [véase «El efecto Stroop, una colorida trampa verbal», de Rainer Rosenzweig; MENTE Y CEREBRO n.o 47]. La prueba consiste en nombrar los colores en los que aparecen escritas unas palabras que se refieren a su vez a nombres de colores; si no coinciden uno con otro (como en «azul»), se tarda más en determinar el color que significa la palabra.
Muestras de cansancio
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA NEUE INTELLIGENZ. WARUM WIR DURCH COMPUTERSPIELE UND TV KLÜGER WERDEN.
S. Johnson. Kiepenheuer & Witsch. Colonia, 2006. TECHNOLOGY AND INFORMAL EDUCATION: WHAT IS TAUGHT, WHAT IS LEARNED.
P. M. Greenfield en Science, vol. 323, págs. 69-71, 2009.
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Con el fin de medir la atención reactiva, los investigadores tomaron como base la rapidez y la corrección con las que los probandos nombraban los colores cuando aparecían palabras «incongruentes» en la pantalla. Los aficionados a los videojuegos y los no habituados a ello obtuvieron aciertos similares. Para la atención proactiva, los científicos comprobaron que los sujetos se mantenían en sus trece si se alternaban palabras congruentes con incongruentes. En este caso, los jugadores versados mostraron un peor resultado: cuanto más duraba la prueba, más tiempo necesitaban para procesar las palabras escritas en colores «equivocados» si estas seguían a correspondencias correctas. Las ondas cerebrales registradas a través del electroencefalograma reflejaron también tales muestras de enlentecimiento. Aquellas frecuencias que acontecen en un control cognitivo elevado continuaban en los jugadores ocasionales alrededor de dos segundos más después de la aparición de una palabra. En cambio, en los probandos que consumen las horas libres frente a un monitor, la señal se mantenía solo la mitad
del tiempo; al parecer les resultaba más difícil destinar la actividad de su lóbulo frontal por un tiempo prolongado a la atención proactiva. Según el coautor del estudio, Rob West, los videojugadores podrían manifestar problemas para concentrarse en un asunto durante largo tiempo en la vida real. Buscar en Google tampoco fomenta la lectura atenta. En 2008, científicos del University College de Londres investigaron el modo en que los navegantes utilizaban las páginas web de la Biblioteca Británica. Para ello analizaron los rastros digitales que los usuarios dejaban a lo largo de sus indagaciones. El resultado fue desalentador. La investigación y la lectura en la web se asemejan más a un rastreo superficial de información que a la lectura detenida de un libro: alrededor del 60 por ciento de los usuarios de periódicos electrónicos apenas entraban en tres páginas. «No parece que los usuarios en línea lean en el sentido tradicional», concluyen los investigadores. En cambio, parecen surgir nuevas formas de consumo de la información: una ojeada rápida al título, al índice y al resumen; nada de profundizar en textos largos. La lectura detenida, no obstante, conlleva un significado relevante, destaca Patricia Greenfield. Muchos medios electrónicos apenas dejan tiempo al usuario para la reflexión crítica; el paso rápido a la siguiente información, sección, a un nuevo clic, rompe el curso del pensamiento. Los investigadores del desarrollo también apuntan los inconvenientes de la televisión. En los años ochenta del siglo XX comprobaron que los niños, después de una reducción a la mitad de su consumo habitual de televisión durante seis semanas, mostraban una conducta menos impulsiva que antes del experimento. En 2009, el pediatra Dimitri Christakis, de la Universidad de Washington, demostró en más de 300 niños el temor que los críticos venían advirtiendo desde hacia tiempo: cuantas más horas pasaban los pequeños frente al televisor, menos conversan sus padres con ellos. Dicha interacción humana resulta sumamente importante para el desarrollo cognitivo en la edad preescolar. Greenfield señala que, aunque la televisión, la Red y los videojuegos pueden estimular la inteligencia visual, ello sucede a costa del procesamiento cognitivo profundo. «Cada medio posee sus fuerzas y debilidades, y promueve capacidades mentales a costa de otras», puntualiza la investigadora. Christian Wolf es doctor en filosofía y periodista científico. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
ENTREVISTA
Cambio fundamental en las estructuras de pensamiento Desde hace décadas crece el promedio de cociente intelectual en todo el mundo. El psicólogo Heiner Rindermann aclara la razón del fenómeno y la función que desempeñan en ello los nuevos medios ENTREVISTA REALIZADA POR JOACHIM MARSCHALL
Profesor Rindermann, ¿somos cada vez más inteligentes? Al menos, las personas en todo el mundo puntúan mejor en los tests de inteligencia que hace dos o tres generaciones. Cuanto más se retrocede en el tiempo, mayor es la diferencia: hasta 20 o 30 puntos de diferencia en el cociente intelectual (CI) en comparación con el comienzo del siglo XX. El politólogo neozelandés James Flynn fue el primero en documentar de forma sistemática tal incremento en distintos países. Por este motivo hoy hablamos del «efecto Flynn». Quizá las personas han aprendido simplemente a adaptarse mejor a esos tests... Esa sería la contratesis crítica: los sujetos experimentales pueden responder mejor a las preguntas, pero no se han vuelto más inteligentes. Por ello deben buscarse más indicadores sobre si realmente ha mejorado la capacidad intelectual en las últimas décadas. Un factor muy importante es que, como mínimo, las personas en los países desarrollados acuden durante más más tiempo a la escuela que hace 50 años; la educación fomenta naturalmente la inteligencia. Asimismo, determinadas formas de superstición, como las brujas o los demonios, están menos difundidas en la actualidad. La racionalidad ha aumentado. Con lo cual llegaríamos a una pregunta difícil: ¿Qué es propiamente la inteligencia? En primer lugar, la inteligencia es la capacidad de pensar. Dentro de ella se incluye poder sacar conclusiones lógicas o deducir reglas generales a partir de observaciones. Reconocer las afinidades de cosas diferentes y construir conceptos son otras competencias que la componen. ¿No es demasiado occidental este planteamiento rigurosamente lógico? Cierto. Un ejemplo conocido de cómo otras culturas tratan este tema son las investigaciones MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
del psicólogo ruso Alexander Luria. En los años treinta del siglo XX quiso investigar la inteligencia de los campesinos uzbecos, poniéndoles tareas como: «Allí donde siempre hay nieve, los osos son blancos. En el norte de Siberia siempre hay nieve. ¿De qué color son allí los osos?». Algunos de los campesinos a los que se les preguntaba rehusaban por sistema responder a la pregunta. Al fin y al cabo ellos nunca habían estado en el norte de Siberia, por lo que tampoco podían saber de qué color eran allí los osos. No solo no se habían introducido en absoluto en la estructura lógica de la pregunta, sino que querían hacer valer solo su propia experiencia. ¿Es nuestro pensamiento racional deductivo forzosamente mejor? Se podría decir que es más correcto. En muchas actividades no se necesita una capacidad intelectual racional, como, por ejemplo, cultivar la música, disfrutar de una buena comida o mantener relaciones sociales. Pero la inteligencia ayuda a solucionar problemas abstractos, una capacidad que en el mundo moderno resulta
HEINER RINDERMANN Nació en 1966 en Colonia. Estudió psicología, filosofía, etnología y politología en Heidelberg. Obtuvo el premio William Stern de la Sociedad Alemana de Psicología en 2007. De 2008 a 2010 fue profesor de evaluación y métodos de psicología del desarrollo en la Universidad de Graz. En la actualidad es profesor de psicología educacional y del desarrollo en la Universidad Técnica de Chemnitz.
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ESCUELA E INTELIGENCIA Los períodos más largos de formación son una causa importante del incremento del CI promedio en las últimas décadas.
cada vez más importante. También esto, dicho sea de paso, indica que las personas se han vuelto más inteligentes. ¿Por qué? Puede ser bastante complicado utilizar un coche o un teléfono, no digamos los ordenadores. Antes apenas existían aparatos técnicos; además, resultaban de manejo mucho más fácil, ya que carecían de tantas funciones. Si las personas no fuesen desde el punto de vista cognitivo más competentes que hace dos o tres generaciones, difícilmente podrían acometer las demandas crecientes. Los niños nacen hoy en un ambiente más complejo que el de sus abuelos. ¿Les convierte ello en más inteligentes? Sí, esa es la hipótesis básica en investigación: un ambiente variado y estimulante fomenta las capacidades cognitivas. Además, debe diferenciarse entre conocimiento e inteligencia. Adquirimos conocimientos en la medida en que estudiamos las instrucciones de uso de un modelo de teléfono determinado. Por el contrario, la inteligencia sería la capacidad de aplicar aquello
«Si las personas no fuesen más competentes desde el punto de vista cognitivo que hace dos o tres generaciones, difícilmente podrían hacer frente a las demandas crecientes de la vida cotidiana» 76
aprendido a otros aparatos, lo cual resulta mucho más fácil a los jóvenes de hoy. ¿Qué incrementa nuestra inteligencia, además de un período escolar más largo y la ocupación con una técnica compleja? Muchos estudios han mostrado que los padres más educados tienen, por término medio, hijos más inteligentes. Los progenitores universitarios hablan más con sus vástagos y utilizan para ello gran variedad de palabras. Eso fomenta el desarrollo lingüístico; también el desarrollo cognitivo general de los niños. Un segundo factor interesante es que cuantos más libros ocupan las estanterías de la casa, más inteligentes son los descendientes. Es posible que los niños de familias próximas a la cultura lean, de modo automático, más y desarrollen por ello mejor su potencial. Quizá también las personas que gozan genéticamente de una inteligencia más alta poseen más libros en casa. Presumiblemente sean ambas cosas. Los niños de hoy sin diccionario en casa pueden consultar en Internet el asunto que les interesa. ¿Fomentan los medios electrónicos la distribución adecuada de la inteligencia? En todo caso, el saber se ha vuelto más accesible gracias a Internet. Pero con frecuencia se plantea el problema de cómo los niños y jóvenes utilizan la Red: para aprovecharla desde el punto de vista mental, deben ver las páginas adecuadas. Sin embargo, en Internet se encuentra, junto a informaciones políticas razonables, por ejemplo, toda la información posible acerca de extremismos de izquierda y derecha. Uno mismo debe poder elegir lo que es importante y correcto; no basta con el acceso a la Red como tal. ¿Usted no comparte la euforia por el «saber libre disponible para todos»? Naturalmente que los niños y los jóvenes pueden adquirir conocimientos en Internet que les sirven para la escuela o para su formación. Un buen ejemplo de ello es Wikipedia. Sin embargo, de la misma manera pueden jugar en línea, descargar música o ver pornografía. Resulta necesario seleccionar entre la masa de información. Los hoy nacidos crecen con Internet. Por este solo motivo, ¿no se manejará mucho mejor la generación actual con la avalancha de información? Es muy posible. Pero con ello es probable que también se transformen de raíz nuestras estructuras de pensamiento: en lugar de llegar al fondo de las cosas, tendemos cada vez más a abordarlas en superficie. Tal tendencia se observa también MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
en la ciencia. Los investigadores producen resultados cada vez más detallados y publican cada vez más artículos, pero con frecuencia falta un proyecto teórico maduro. Incluso en la filosofía puede observarse dicho fenómeno. ¿Cómo? Tome por ejemplo los trabajos de Peter Sloterdijk: resulta todo muy polifacético, muy elaborado, con numerosas referencias. Sin embargo, falta una estructura clara, faltan posiciones definidas, como en cambio sí se encuentran todavía, por ejemplo, en Jürgen Habermas. Por ello, se podría caracterizar a Sloterdijk como el «fósil filosófico característico» de nuestra época. Creo que este estilo caprichoso de pensamiento se va a extender más. ¿Podría basarse también el incremento actual del CI en un cambio en el modelo de pensamiento? Los estudios muestran que sobre todo las capacidades visuoespaciales sacan provecho de la progresiva estimulación de los medios. Es cierto. Son sobre todo las tareas visuoespaciales las que se resuelven hoy mejor que antes. En el test de matrices de Raven, por ejemplo, que solo se compone de preguntas sobre imágenes, se encuentra el mayor incremento de CI. En los tests que exigen conocimientos de palabras o capacidades matemáticas, el incremento disminuye. En los clásicos de cultura general, los resultados son también regresivos. Tales indicios se reflejan asimismo en el efecto Flynn: estudios desarrollados en Dinamarca, Noruega y Holanda demuestran que el incremento del CI se ha detenido en estos países; incluso en parte vuelve a disminuir ligeramente el valor medio. Lo mismo podría valer para Alemania. Entonces, ¿no seremos más inteligentes en un futuro? Parece que en los países desarrollados hayamos alcanzado un tope máximo, ya que todos los efectos de potenciación se encuentran agotados. Algo así como lo que sucede con los suplementos de vitaminas: solo quien se encuentra mal nutrido puede aprovecharse de ellos. Mas si se come lo suficiente y de forma variada, no presentan ningún beneficio adicional; poco importa cuántas pastillas se tomen al día. Según lo anterior, solo podría valer para los países industrializados ricos. Sí. En los países en desarrollo observamos hoy por hoy el mismo incremento de CI que en nuestras sociedades en el siglo XX. Por ejemplo, estudios de Kenia o de la isla caribeña de Dominica muestran que allí la inteligencia ha incrementado con fuerza en los últimos 30 años. Por diferentes
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«En lugar de llegar al fondo de las cosas, tenderemos cada vez más a abordarlas solo en superficie. Incluso en la filosofía se observa este fenómeno» causas. Con el crecimiento económico retrocede la malnutrición; la educación médica también aumenta, como por ejemplo, el conocimiento de las consecuencias de fumar durante el embarazo. Los padres están más educados. Eso mejora de forma notable el desarrollo de los niños. Dicho a la inversa: si aquí hay empeoramientos, puede también revertirse la tendencia. Usted suele subrayar que la democracia y el estado constitucional dependen de la inteligencia, ¿por qué? Cuanto mayor es el grado de democratización y la libertad política de un país, más despunta en los estudios comparativos internacionales, como Pisa o TIMSS. Existen diferentes modelos explicativos para ello. Por ejemplo, los investigadores han constatado que la inteligencia ayuda a percibir la perspectiva de otros y juzgarla con moralidad. Ambas llevan al comportamiento democrático. Otros estudios muestran que las personas educadas e inteligentes son, en conjunto, más liberales, acuden a las urnas con mayor frecuencia y rara vez votan a partidos extremistas. En el otro sentido, parece que una cultura política abierta fomenta la inteligencia. ¿Por qué puntúa entonces tan bien en las comparaciones internacionales de CI, por ejemplo China, donde las libertades políticas andan más bien mal? Yo lo atribuiría a la fuerte tradición del confucianismo, que subraya el esfuerzo personal, la moderación y la aplicación. Este pensamiento profundamente arraigado, ciertamente interrumpido por la revolución cultural, parece ahora que vuelve de nuevo a salir a flote. También las naciones vecinas, marcadas por el confucianismo, puntúan muy bien en los tests de CI. Con todo, en China existe un problema con la falta de un Estado de Derecho. Eso afecta al desarrollo económico del país y al desarrollo cognitivo de sus habitantes. ¿Cambiará el mundo cuando todos los países hayan agotado su CI potencial? Creo que gracias a la formación y la inteligencia nuestro mundo será en conjunto más pacífico, más democrático y con un mayor Estado de Derecho. Esa es una vieja idea de la Ilustración: el pensamiento libera. La estamos poniendo en práctica.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA RELEVANCE OF EDUCATION AND INTELLIGENCE FOR THE POLITICAL DEVELOPMENT OF NATIONS: DEMOCRACY, RULE OF LAW AND POLITICAL LIBERTY. H. Rindermann en
Intelligence. vol. 36, n.o 4, págs. 306-322, 2008. RELEVANCE OF EDUCATION AND INTELLIGENCE AT THE NATIONAL LEVEL FOR HEALTH: THE CASE OF HIV AND AIDS. H. Rindermann
y G. Meisenberg en Intelligence, vol. 37, págs. 383395, 2009. EDUCATIONAL POLICY AND COUNTRY OUTCOMES IN INTERNATIONAL COGNITIVE COMPETENCE STUDIES.
H. Rindermann y S. J. Ceci en Perspectives on Psychological Science, vol. 4, n.o 6, págs. 551-577, 2009. RECIPROCAL EFFECTS BETWEEN FLUID AND CRYSTALLIZED INTELLIGENCE AND THEIR DEPENDENCE ON PARENTS’ SOCIOECONOMIC STATUS AND EDUCATION.
H. Rindermann, C. FloresMendoza y M. Mansur-Alves en Learning and Individual Differences, vol. 20, págs. 544-548, 2010.
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Mobbing 2.0 Desde SMS ofensivos hasta alusiones ridículas en Internet. El cyberbullying, o acoso cibernético, supone una variante de violencia entre los jóvenes. ¿Qué causas originan el fenómeno? ¿Cómo deben actuar padres y maestros para evitarlo? DIETER KROWATSCHEK
Dentro y fuera de la escuela
1
El ciberacoso se desarrolla a cualquier
hora a través del correo electrónico, servicios de mensajería instantánea o teléfonos móviles, entre otras herramientas electrónicas.
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Si un joven padece acoso repetido en la
escuela, el riesgo de ser víctima de ciberacoso es siete veces mayor.
3
Padres y maestros deben tener en cuen-
ta signos de alarma de esta forma de violencia, como el aislamiento o el empeoramiento en el rendimiento escolar de la víctima.
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D
urante las vacaciones de verano, Ryan, un adolescente de 13 años natural de Vermont, estableció vía correo electrónico y SMS un animado contacto con una compañera de colegio. El interés de ella era solo fingido. Tras el periodo estival, al encontrarse el colegial cara a cara con la joven, ella lo calificó de «perdedor» y se burló de él delante de todos sus amigos. El 3 de octubre de 2003, Ryan se suicidó. También el conocido como «chico de la Guerra de las Galaxias» (Star Wars kid) ganó popularidad de forma trágica. En 2002, el joven canadiense filmó por diversión, con una videocámara del colegio, escenas en las que aparecía simulando luchar con una espada de rayos láser. Algo después, unos alumnos encontraron la grabación por casualidad en el ordenador escolar y decidieron colgar las imágenes en Internet, para regocijo general. Desde ese día, internautas de todo el mundo han editado, añadido música, parodiado y descargado la filmación millones de veces. Víctima involuntaria de la fama originada por la difusión de unas imágenes que lo dejaban en ridículo, el adolescente cayó en una depresión que lo llevó a seguir un tratamiento terapéutico. Ambos sucesos son solo dos ejemplos de un fenómeno social en expansión: el cyberbullying o acoso cibernético, una modalidad de
PICTURE ALLIANCE / KEYSTONE, MARTIN RÜTSCHI
RESUMEN
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GRABACIONES VIOLENTAS La violencia tradicional y la cibernética pueden entremezclarse: los acosadores filman los ataques físicos y luego los cuelgan en Internet.
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Formas de bullying cibernético Discusión acalorada (flaming, de flame, «llama» en inglés): Los jóvenes se atacan unos a otros mientras chatean. Puede tratarse de un intercambio breve y violento, pero también llegar al flame war, situación en la que los interlocutores se insultan de mala manera. Hostigamiento (harassment): Esta variedad supone un grado más en la interacción de insultos y vejación; su duración es también mayor. El agresor envía cientos de mensajes insultantes. Ciberacoso: El acosador utiliza diversos medios electrónicos con el fin de perseguir a la víctima. La hostiga repetidas veces con amenazas o falsas acusaciones. Pegar por diversión (happy slapping): Los autores golpean a alguien en la calle mientras uno de ellos graba la escena. Cuelgan la grabación en Internet. Exclusión: Los actores expulsan a otro joven de su grupo virtual o le niegan el acceso.
Investigación Los datos referentes a la magnitud del acoso cibernético resultan muy dispares. La mayoría de las estimaciones indican que entre el 4 y el 15 por ciento de los jóvenes están afectados. Tales cifras dependen de la definición que utilizan los investigadores para el «acoso cibernético», así como del grupo de personas o edades que han elegido para la muestra y de la fecha de la encuesta, entre otros factores.
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violencia psíquica entre menores. A través del correo electrónico, los servicios de mensajería instantánea y teléfonos móviles, además de otras herramientas electrónicas, niños y jóvenes son acosados y afectados física o psicológicamente. Algunos acosadores consiguen el acceso personal a la cuenta de correo electrónico de la víctima, adoptan su nombre y envían bajo la identidad usurpada mensajes agresivos dirigidos a terceras personas. En Estados Unidos, un acosador cibernético remitió a través de una cuenta ajena de correo instantáneo de Messenger mensajes de contenido sexual a los compañeros de colegio del alumno víctima de la intromisión cibernética. Este, como cabía esperar, experimentó graves problemas en clase. El acosador clásico aterroriza a su víctima en un lugar concreto y durante un espacio limitado de tiempo. El acoso cibernético, en cambio, se desarrolla a cualquier hora, sea de día o de noche. Además, no basta con cerrar la puerta de la habitación al regresar a casa para olvidar las humillaciones de la jornada: cualquiera puede descargar fotos comprometidas en Internet durante las 24 horas del día. Las escasas investigaciones sobre ataques virtuales contradicen los datos sobre la auténtica magnitud del fenómeno psicosocial. Según un estudio llevado a cabo en 2007 por científicos del Centro de Investigación Pedagógica Empírica de la Universidad de Landau, en el que se encuestaron a cerca de 2000 alumnos de primaria, secundaria y bachillerato, uno de cada
cinco escolares admitía que en alguna ocasión había sufrido acoso virtual. Por el contrario, un grupo de investigadores dirigido por el sociólogo David Finkelhor, de la Universidad de New Hampshire, informó en 2006 de que en Estados Unidos apenas uno de cada diez internautas era víctima de acoso cibernético. Estas cifras se basaban en una encuesta telefónica y representativa efectuada a un total de 1500 jóvenes estadounidenses de entre 10 y 17 años seleccionados de forma aleatoria. No obstante, el número de afectados parece que no cesa de crecer: cinco años antes, una encuesta similar situaba en un seis por ciento el porcentaje de alumnos acosados. En 2007, un episodio de acoso en un colegio de una pequeña ciudad de Hesse produjo gran revuelo en Alemania. Varios alumnos torturaron a un compañero de su misma edad en los vestuarios del gimnasio, grabaron la cruel escena con un móvil y colgaron las imágenes en Internet. Los autores justificaron su acción alegando que la víctima llevaba el pelo largo. Asimismo afirmaron que el chico estuvo riéndose todo el rato, por lo que pensaron que a él también le divertía la situación.
Torturadores reales y virtuales El ejemplo muestra cómo el mobbing se funde entre dos mundos, el real y el virtual. Para muchos jóvenes el asedio no finaliza al salir de la escuela, sino que se prolonga en el ciberespacio. Según Nancy Willard, directora del Centro para el Uso Seguro y Responsable de Internet (CSRIU, por sus siglas en inglés), existen dos modelos posibles de fusión entre agresiones tradicionales y virtuales. Por un lado, el acoso se inicia en el mundo real y se traslada posteriormente a Internet, donde el hostigador y la víctima desempeñan sus respectivos papeles. Por otra parte, el sujeto perjudicado utiliza la Red (colgando material comprometedor, por ejemplo) como herramienta de venganza ante las experiencias reales sufridas. Michele Ybarra, investigadora de la organización sin ánimo de lucro Internet Solutions for Kids, desarrolló en Irvine (California) durante los años 2004 y 2007 dos estudios con el fin de comprobar dicha relación. Junto con Kimberley Mitchell, de la Universidad de New Hampshire, observó que muchos de los encuestados involucrados en extorsiones a través de Internet —como autores, víctimas o ambos roles a la vez— también eran objeto de un acoso convencional. Así, la mitad de los que en el mundo MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
virtual eran de forma simultánea acosador y acosado sufrían asimismo mobbing en la vida real. Si un joven padece de forma repetida acoso en la escuela, el riesgo de que sufra a su vez mobbing en el ciberespacio es siete veces mayor. A esta conclusión llegaron en 2008 las psicólogas Jaana Juvonen y Elisheva Gross, de la Universidad de California, tras entrevistar a unos 1450 usuarios de Internet.
¿Cómo protegerse? Nunca facilitar datos personales de acceso (PIN, contraseña). No creer todo lo que digan los chateadores anónimos o desconocidos; tampoco transmitirles ninguna información personal. Pulsar la tecla «ignorar» para dar por terminada una conversación malintencionada. Informar al moderador de la sala cibernética de cualquier incidencia. Dejar sin respuesta los mensajes insultantes, de este modo se evita que el acosador cibernético se sienta motivado a acometer nuevas
Desinhibición en la Red
provocaciones.
El acoso cibernético, a pesar de presentar muchas coincidencias con el del mundo real, incluye aspectos novedosos, ya que el hostigamiento a través de la Red aporta al actor virtual ventajas significativas en comparación con el acometido en el patio de la escuela: entre ellas, resulta anónimo y de gran eficacia. Los jóvenes pueden, por ejemplo, adoptar identidades falsas y propagar rumores o mentiras en un amplio abanico de personas. Según publicó en 2006 la revista Die Polizei, en los ataques cibernéticos desciende la inhibición natural que se origina al molestar a otras personas, ya que los acosadores evitan de esta manera enfrentarse cara a cara con sus víctimas, mientras que en el mobbing real pueden comprobar de inmediato las consecuencias de su conducta. La Red, no obstante, no siempre garantiza el anonimato. El estudio antes mencionado de Juvonen y Gross señala que un 73 por ciento de los internautas acosados se manifestaba bastante o del todo convencido al reconocer al autor o autores de los hechos; en su mayoría se trataba de compañeros de clase. ¿Qué induce a los jóvenes a acosar a sus compañeros? ¿Existen rasgos comunes entre los acosadores? ¿Y entre las víctimas? Sea en el patio del colegio o en Internet, los involucrados suelen presentar anomalías psíquicas y sociales con mayor frecuencia que sus compañeros de clase. En 2006, las psicólogas Robin Kowalski y Susan Limber, de la Universidad Clemson en Carolina el Sur, observaron que todos los participantes en casos de mobbing manifestaban una baja autoestima. Víctimas «puras» y acosadores-víctimas presentan mayores trastornos de angustia social que los sujetos que desempeñan exclusivamente el rol de hostigador o los no afectados. Las investigadoras preguntaron a cerca de 4000 escolares cuán nerviosos se solían poner en determinadas situaciones sociales, entre otras cuestiones. Kowalski y Limber aducen que con
En caso necesario, abrir una nueva cuenta de acceso.
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Confiar en un adulto. Informar al proveedor de Internet, mensajería instantánea o telefonía móvil sobre la presencia de amenazas o materiales inapropiados. No borrar de inmediato insultos o intimidaciones repetidas. Es mejor conservarlas como posibles pruebas. Desconectar de vez en cuando el ordenador o el teléfono móvil y relajarse. (De la revista Die Polizei, 10/2006)
ayuda de los ataques de mobbing, los jóvenes compensan problemas de angustia y autoestima. Las psicólogas indicaron, a raíz de los resultados de encuestas realizadas entre alumnos de enseñanza secundaria y bachillerato, otros motivos: el niño o adolescente acosador busca notoriedad, quiere resultar impasible y poderoso, actúa guiado por los celos o por la venganza; en ocasiones ejerce el acoso simplemente por aburrimiento. La forma en que el menor percibía el ambiente escolar parecía influir también en la práctica de «psicoterror»: cuanto más vinculado se sentía a la escuela, menos acosaba a sus compañeros. Del mismo modo, si mantenía con un escolar de la misma edad una relación de confianza y colaboración, disminuía la práctica de mobbing. A tales conclusiones llegó un grupo de investigadores dirigido por Kurt Williams y Nancy Guerra, de la Universidad de California en Riverside, a partir de una encuesta a más de 3300 alumnos en el año 2005. Los mencionados estudios de Ybarra y Mitchell mostraban que la probabilidad de que un joven presentase de forma habitual otro tipo de comportamiento problemático, como agresividad o trasgresión de normas, aumentaba cuanto más acosaban a sus compañeros de escuela. Jóvenes que habían acosado en el pasado de forma reiterada a sus compañeros de colegio transgredían las normas con una frecuencia
El acoso cibernético se puede desarrollar a cualquier hora del día y de la noche
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GEHIRN & GEIST / STEFANIE SCHMITT
CONMOCIÓN Un 11,6 por ciento de jóvenes entre 12 y 18 años reconoce haber sufrido ciberacoso en la Red, mientras un 8 por ciento a través del móvil. (Fuente: Juventud y Violencia, Pfizer 2010)
siete veces mayor que aquellos escolares de la misma edad sin tales antecedentes. Establecer a partir de dichos estudios de correlación qué factores son causa y cuáles consecuencia del fenómeno resulta complicado. El acoso cibernético puede compensar y también reforzar la baja autoestima.
Señales de alarma A menudo los jóvenes sometidos a acoso en la escuela explican que a causa de la situación sufren depresiones, se sienten desamparados y temerosos y les resulta difícil concentrarse. Es probable que el acoso virtual suponga incluso consecuencias más graves a largo plazo, ya que los jóvenes no pueden refugiarse de la situación ni en su casa. En un estudio desarrollado en línea por Kowalski en 2006, las víctimas del acoso cibernético admitieron sentirse irritados, deprimidos, estresados o turbados tras el acecho. Asimismo, un grupo de investigadores dirigido por David Finkelhor señalaba que en un 38 por ciento de las víctimas, el acoso les había consternado y les había convertido en personas temerosas. Los efectos del acoso virtual se traducen en ciertos signos de alarma que padres y maestros
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deben tener en cuenta: después de una incursión por Internet o de leer un mensaje SMS, el adolescente se muestra emocionalmente irritado, evita el contacto con compañeros de su edad y empeora el rendimiento escolar. Dicha conducta resulta muy significativa, ya que los menores acosados no suelen contar su problema a los adultos. Datos de Juvonen y Gross indican que tan solo uno de cada diez jóvenes informa a alguna persona adulta de sufrir mobbing. Por otra parte, la mayoría de los padres y educadores apenas se desenvuelven con las nuevas tecnologías. En este sentido, Nancy Wilard insiste en la necesidad de que los padres muestren mayor interés por la actividad en línea de sus hijos. También deberían ayudarles a defenderse ante posibles agresiones virtuales. Los adolescentes deben evitar la publicación en Internet de información que pueda utilizarse en su contra. Si un niño ya ha sufrido acoso a través de la Red, la manera más efectiva de reaccionar consiste en almacenar todo el material implicado y enviarlo a los padres del acosador. Los consejos de Kowalski y Limber tienen un enfoque similar. Si se trata de un acoso inocuo, recomiendan borrarlo e ignorarlo. En el supuesMENTE Y CEREBRO 48 / 2011
filosofía ciencia a opinión o p educación
Consejos para padres y profesores Tomar en consideración cualquier sospecha de acoso cibernético. Animar a los jóvenes a hablar sobre el tema. El objetivo principal debería ser terminar con el acoso. Anteponer la ayuda a la víctima al castigo del autor. Los acosadores también necesitan una expectativa de superación. Permitir soluciones alternativas como el modelo de «no inculpación» de Maines y Robinson.
universidad
comunicación historia cuestionar
ética
conocimiento
20 reflexiónblo blog experimento
diálogo investigación ti ió d
(De la revista Die Polizei, 10/23006)
to de que el autor sea compañero de colegio de la víctima, conviene notificárselo al director. El método de «no inculpación» (no blame approach) supone un modo especial de afrontar el acoso cibernético. En los años ochenta, Barbara Maines y George Robinson, psiquiatra y director, respectivamente, de una escuela especial para niños con problemas de conducta, desarrollaron dicho sistema. El modelo parte del supuesto de que, por principio, el mobbing no puede evitarse en las escuelas; el castigo tampoco sirve de nada. Por dicha razón, los maestros no debieran sancionar las acciones en sí mismas, sino identificar a los involucrados con el fin de analizar juntos los problemas de base que han llevado a tal situación. El objetivo es lograr la comprensión del acosador hacia su víctima para que, finalmente, le pida perdón o «hagan las paces». En marzo de 2008, un consultorio asesor para casos de conflicto de Colonia, en colaboración con la Federación para la Defensa Social en Menores, presentó dicho método en diversas escuelas de Alemania. Según señalan los promotores del proyecto, la mayoría de los casos afrontados con el método de «no inculpación» pudieron resolverse en un plazo relativamente corto de tiempo. Siempre que se conozca a los acosadores y que procedan de la misma escuela que la víctima, ese modelo de afrontamiento resulta una herramienta útil para tratar el acoso cibernético. De todos modos, la sinceridad y la curiosidad por los temas que preocupan a los jóvenes de hoy son dos bases indispensables para los padres y profesores que quieran resolver con éxito el problema.
SciLogs Ciencia en primera persona
JORDI SOLÉ CASALS Tecnología, ciencia y sociedad
YVONNE BUCHHOLZ Psicología y neurociencia al día
CLAUDI MANS TEIXIDÓ Ciencia de la vida cotidiana
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
RAMÓN PASCUAL DE SANS TICS AND ASSOCIATED DISTRESS RELATED TO INTERNET HARASSMENT: FINDINGS FROM
JULIO RODRÍGUEZ LÓPEZ
THE SECOND YOUTH INTERNET
La bitácora del Beagle
SAFETY SURVEY. M. L. Ybarra
et al. en Pediatrics, vol. 118, n.o 4, págs. 1169-1177, 2006.
MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
JOSÉ MARÍA VALDERAS De la sinapsis a la conciencia
PREVALENCE AND PREDICTORS OF INTERNET BULLYING.
K. R. Williams y N. G. Guerra
LUIS CARDONA PASCUAL
en Journal of Adolescent
Ciencia marina
Health, vol. 41, págs. 14-21, 2007.
JUAN GARCÍA-BELLIDO CAPDEVILA Cosmología de precisión
CYBER BULLYING: BULLYING IN THE DIGITAL AGE.
Dieter Krowatschek es psicólogo escolar y maestro. Trabaja en el Servicio de Asesoramiento Psicológico Escolar de Marburg.
Física y universidad
EXAMINING CHARACTERIS-
R. M. Kowalski et al. Blackwell. Oxford, 2008.
Y MÁS...
www.investigacionyciencia.es/blogs
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SYLLABUS
MOVIMIENTO DE MASAS Ante una catástrofe, ¿cunde el pánico y predomina el «sálvese quien pueda» en una multitud humana, o impera la cooperación y la sensatez entre las personas? El cine ha contribuido a arraigar la primera idea TOBIAS KRETZ
U
n coche atraviesa un edificio en llamas. Se oyen gritos de personas y aullidos de sirena. La gente corre sin orden, en confusión; cada uno busca ponerse a salvo; ni un instante para comprobar si alguien necesita ayuda. La desesperación aumenta. La muchedumbre huye atemorizada. Secuencias similares se repiten en numerosas películas de catástrofes de Hollywood, una visión sobre el comportamiento de las masas en peligro que alimenta, a su vez, la imaginación de los espectadores. ¿Se corresponde el imaginario cinematográfico con la realidad? Las escenas en las calles de Nueva York después del ataque del 11 de septiembre de 2001 difieren del argumento sobre el comportamiento humano anterior. En las numerosas imágenes disponibles en Internet en relación al terrible suceso acaecido en Nueva York destaca la formación sistemática de grupos de dos o tres personas que, al huir, actuaban de forma relativamente civilizada y coordinada, teniendo en cuenta el miedo y las prisas del momento. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) en Gaithersbur estudió por orden del Gobierno estadounidense las repercusiones del ataque al World Trade Center. Un capítulo del informe final se centra en el comportamiento de la gente dentro del edificio y en el momento de la evacuación. Jason Averill y los coautores del documento describen, entre otras cosas, que muchas de las personas que se hallaban en las torres en llamas permanecieron largo rato en su oficina antes de inten-
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tar escapar por la escalera abarrotada de gente; fueron muy pocas las que salieron corriendo presas del pánico o empujaron a otras a un lado. Según informaron en 2004 las expertas en seguridad, Rita Fahy, de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, y Guylène Proulx, del Consejo Nacional de Investigación de Canadá, muchas personas se ayudaron unas a otras. «Según se desprende de los informes de análisis de 745 testigos, en general la evacuación de las torres se desarrolló de forma tranquila y ordenada», resumen ambas investigadoras.
Escasa pérdida de control Testimonios de otras catástrofes proporcionan relatos parecidos. Sobre todo, si se trata de situaciones en las que el peligro no se percibe de manera directa (por ejemplo, cuando existe una alarma de fuego pero todavía no se advierte el humo); en general reina una gran disposición a la ayuda mutua. El experto en catástrofes Lee Clarke, de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey, afirmó en un artículo de 2002 que uno de los resultados más estables tras cincuenta años de investigación sostiene que «los afectados directos raras veces pierden el control». Ello se confirma sobre todo en situaciones en las que la probabilidad de escapar de la amenaza es elevada. Así, la evacuación por una escalera amplia suscita mayor cooperación entre los evacuados que la huida a través de una salida estrecha y con gente amontonada. Tales factores de-
RESUMEN
¡Que no cunda el pánico!
1
La opinión general atribuye a las masas humanas un compor-
tamiento irracional y egoísta, sobre todo ante una situación de peligro.
2
Encuestas a víctimas de catástrofes, así como la reproducción de
escenarios en el laboratorio, demuestran que en tales casos tiende a dominar la calma.
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Un factor importante es la identidad social: el sentimiento de
grupo puede crecer ante una amenaza común, hecho que potencia el altruismo.
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CAPTURAS DE PANTALLA DE ESTE ARTÍCULO: CORTESÍA DE TOBIAS KRETZ / PTV AG
Ficción y realidad A través de escenarios creados por ordenador se simulan los flujos de movimiento en multitudes humanas. Basándose en diversos parámetros como el número, la densidad y el ritmo de las personas, el programa VISSIM genera imágenes y vídeos que pronostican la capacidad de admisión de espacios públicos, así como la posibilidad de congestión. Pese a depender de los datos orientativos, la simulación puede contribuir a la detección de peligros potenciales y prevenirlos. El sistema no puede garantizar la seguridad, aunque sí revela posibles problemas.
ben tenerse en cuenta a la hora de trazar los planes de evacuación. Por otro lado, si se observa un comportamiento irracional o de pánico es probable que se deba a causas «físicas»: en una gran multitud resulta fácil que las personas que se encuentran al final de la masa y que siguen a las demás desconozcan aquello que sucede delante. Si allí se encuentra un obstáculo estable, como puede ser una valla, los sujetos situados a la cola difícilmente podrán adivinar tal circunstancia sin la ayuda exterior. Numerosos acontecimientos trágicos, como la catástrofe en la Loveparade de Duisburg, suceden por la insuficiente comunicación de delante hacia atrás, es decir, por la dificultad de mantener un flujo de información en los grandes gruMENTE Y CEREBRO 48 / 2011
pos, carencia que como mínimo agrava las posibles consecuencias. La necesidad de moverse, el ambiente revuelto y el ruido de fondo contribuyen a incrementar el riesgo. En situaciones de peligro, ¿tienden los grupos a reaccionar con menos pánico y caos de lo que suponemos por influencia de los reportajes de los medios de comunicación? En 2009, los psicólogos sociales Chris Cocking, de la Universidad Metropolitana en Londres, y John Drury, de la Universidad de Sussex en Brighton, corroboraron dicha idea. Los investigadores evaluaron unos 150 informes de supervivientes del atentado suicida en el metro de Londres en 2005, en el que murieron 56 personas; otras 700 resultaron heridas.
El estudio sistemático de protocolos de testigos y entrevistas reveló que una minoría de los entrevistados hablaba de reacciones de pánico entre los ocupantes del metro o de situaciones egoístas del tipo «sálvese quien pueda». Al contrario, la mayoría de los afectados mantuvieron la calma y se ocuparon de los heridos hasta que llegaron los equipos de salvamento. Junto con Stephen Reicher, en 2008 Drury y Cocking recopilaron indicios sobre la sorprendente resiliencia de los grupos de personas. Los tres psicólogos sociales refieren dicho término, basado en la capacidad de resistencia psíquica del individuo, para mostrar su disconformidad con el prejuicio de que las multitudes tienden, por norma general, al pánico y la irracionalidad.
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Flujo de movimiento seguro Las personas que se dirigen desde un lugar determinado hacia varios accesos o taquillas suelen optar por las entradas situadas al principio, mientras que las traseras son menos frecuentadas, por lo que se crean atascos innecesarios. A pesar de que en teoría existe suficiente sitio, las personas se amontonan en aquellos lugares que consideran más cortos y directos para llegar a su objetivo. Pocos sujetos toman caminos alternativos de manera consciente. ¿Pueden compensar su decisión caminando más rápido? Este tipo de simulaciones analizan tales factores para la distribución óptima en aeropuertos o estaciones de tren.
Las evacuaciones simuladas y los escenarios de realidad virtual de sus experimentos arrojaron aún más indicios en esta dirección: cuando la identidad de grupo era alta entre los probandos (los investigadores habían provocado un sentimiento de similitud entre ellos), estos se manifestaban más deferentes y dispuestos a ayudar. Según los psicólogos, las situaciones de peligro pueden incluso fortalecer la cohesión social porque convierten a personas desconocidas en «compañeros de destino». Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el estudio posterior de catástrofes y el análisis de informes de testigos son susceptibles de error. El recuerdo de los super-
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vivientes puede ser engañoso, y aquellos que murieron ya no pueden opinar. Por otro lado, los escenarios simulados para los experimentos solo se pueden replicar con limitaciones. En 1951, el psicólogo Alexander Mintz, del City College de Nueva York, realizó un experimento de este tipo. Los probandos debían sacar de una botella unos bolos pequeños atados a un cordel; solo pasaba de una vez una figura por el cuello de la botella, por lo que si tiraban varias personas al mismo tiempo, los bolos se atascaban y el proceso se alargaba. Para complicar aún más la situación, de vez en cuando subía lentamente agua desde el fondo de la botella. Quien conseguía
que su bolo se mantuviera seco recibía una recompensa, condición que aumentaba la presión psicológica entre los participantes, con las siguientes consecuencias: cuando el agua no ascendía, los participantes cooperaban entre ellos (decidían entre todos quién iba tirar del cordel en cada turno), mas en la variante con agua, los bolos se estancaban en el cuello de botella con mayor frecuencia. El estrés dificultaba la cooperación de grupo y, con ello, el rendimiento grupal. Los resultados de Mintz no pueden trasladarse sin más a las situaciones de peligro, puesto que competir por una recompensa no supone la misma tesitura que huir ante una amenaza de peligro. MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Por otra parte, en la realidad, las consecuencias de los actos humanos no suelen reconocerse con tanta facilidad como en los experimentos. ¿De qué depende, pues, que las personas cooperen en una situación de alarma? El psicólogo social Henri Tajfel, de la Universidad de Oxford, realizó, casi veinte años después que Mintz, varios experimentos reveladores. Dividió a sus participantes en dos grupos según sus preferencias secundarias, tales como la afición por un pintor u otro (Klee frente a Kandinsky). A continuación, los probandos debían asignar un importe de dinero a otras personas, de las que solo sabían a qué grupo pertenecían. Podían escoger entre importes dobles, cuya suma variaba.
Sentimiento de grupo y marginación
Más información en Internet: El proyecto de investigación SKRIBT (protección de puentes y túneles críticos en la red de carreteras) corresponde a una asociación de científicos de diversas disciplinas promovida por el Ministerio Federal Alemán de Investigación y Técnica. Simulan y estudian métodos para mejorar la seguridad de flujos de tráfico: www.skribt.org Los investigadores realizan pruebas con el asistente para evacuaciones «Hermes» en el estadio de Düsseldorf ESPRIT Arena: www.fz-juelich. de/jsc/appliedmath/ped/projects/ hermes-de El software de simulación VISSIM, desarrollado por la empresa PTV Planung Transport Verkehr AG de Karlsruhe, se ha impuesto en la planificación de acontecimientos multitudinarios y de tráfico: www. vissim.de
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Al contrario de lo que cabía esperar, los probandos no maximizaron el importe para los miembros de su propio grupo ni el de los participantes en su conjunto, sino que se preocuparon de que la diferencia entre ambos grupos fuera la mayor posible. En otras palabras, lo importante no era recibir más, sino que los demás obtuvieran menos.
Un motivo mínimo bastó para generar un sentimiento de grupo que influyó en el comportamiento de los probandos: el paradigma del grupo mínimo. Tajfel y John Turner formularon, basándose en los resultados obtenidos, la teoría de la identidad social, según la cual cambiamos de grupo de forma constante. Sábado por la tarde. Anton y Berta ocupan dos asientos de las graderías del estadio de fútbol con bufandas azules; Clemens y Dagmar, vestidos de rojo, se encuentran en la zona contrincante. Lunes por la mañana. Anton y Dagmar, compañeros de trabajo, echan pestes sobre Berta y Clemens, empleados de la competencia. Todo ello, sin conocerse personalmente. En cuanto domina una identidad social concreta crece la disposición a la cooperación y al altruismo en un grupo, al mismo tiempo que dejamos de reprimir sentimientos amorales contra los miembros de otros grupos. En contra de la tesis que establece que en una situación peligrosa cada uno mira por sí mismo, solo la vivencia conjunta de una experiencia semejante puede crear una identidad social y, por consiguiente, fortalecer la cooperación y el altruismo, según la teoría de Drury y sus colaboradores.
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La identidad de grupo desaparece, sin embargo, con rapidez en situaciones en las que se requiere «buscar alguna cosa» o existe la posibilidad de perder algo; sería el caso de la inauguración de una tienda que atrae al público con grandes descuentos o, en el otro supuesto, las ansias de los hinchas para entrar al estadio, que tiene el acceso limitado, para no perderse el primer minuto del partido. En tales situaciones, las personas consideran a los demás sujetos como competencia; el posible beneficio o la probable amenaza de pérdida dominan el pensamiento. Estas ideas se valoran a la hora de planificar acontecimientos multitudinarios. La psicóloga Ingrid Hylander, del Instituto Karolinska en Huddinge, y Kjell Granström, de la Universidad de Linkö-
ping, describieron cómo los responsables de la organización en torno al partido de Alemania contra Polonia en el mundial de fútbol de 2006 reforzaron de forma deliberada la solidaridad de grupo entre ambas aficiones. Debido a la relación especial entre los dos países, las fuerzas de seguridad mantenían en su punto de mira el partido que se celebraba en el estadio de Dortmund; finalmente transcurrió con igual normalidad que el resto de los encuentros del campeonato.
La unión hace la fuerza Según Hylander y Granström, el anuncio a través de los altavoces del estadio de una fiesta futbolística conjunta y las caras pintadas con los colores nacionales de ambos países contribuyeron a lograr el ánimo esperado.
De todos modos, continúa siendo un reto gestionar con éxito el encuentro de miles de personas en un espacio limitado; objetivo para el cual se emplean cada vez más las herramientas tecnológicas. En 2007, los físicos Anders Johansson y Dirk Helbing, ambos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, presentaron un sistema de alerta temprana que reconoce señales previas a un colapso de masa humana y activa la alarma correspondiente. El sistema se basa en un modelo matemático que Johansson y Helbing obtuvieron a partir del análisis de vídeos del Hajj. Cientos de miles de musulmanes peregrinan cada año a la Meca para rodear siete veces el gran monolito negro; en tales aglomeraciones suele haber fallecidos. Cuando los investigadores pasaron los vídeos de las peregrinaciones
Aglomeraciones a prueba Los obstáculos pueden significar trampas fatales en los acontecimientos multitudinarios, como sucediera en 2010 en la Loveparade celebrada en Duisburg. Por ello, es necesario estudiar los flujos de personas en escenarios definidos con exactitud. Factores como el ambiente agitado o el ruido de fondo contribuyen a que tales simulaciones solo se aproximen a la realidad.
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Conducta correcta en caso de emergencia: cuestión de perspectiva Cuando el comportamiento de las per-
bría sido la mejor manera de actuar. La
porque el humo le ha impedido verlo no
sonas nos parece irracional en una si-
conducta que a posteriori puede parecer
puede considerarse una falta de altruis-
tuación de peligro, es posible que nos
irracional, desde el punto de vista del
mo. Del mismo modo, las personas que
influya la perspectiva. Después de una
afectado resulta totalmente razonable;
caen encima de otras que se encuentran
catástrofe, por lo general, disponemos
por ejemplo, en muchos casos la pasivi-
ya en el suelo o aquellas que pisan a otros
de una información más completa de lo
dad es una estrategia que en principio
sujetos por la inclinación de un barco a
ocurrido que los afectados mismos du-
contribuye al éxito.
la deriva no actúan de forma egoísta. El
rante el suceso. A partir de los conoci-
Es importante diferenciar entre la
comportamiento en situaciones de emer-
mientos sobre las causas y el transcurso
acción intencionada y los factores pura-
gencia requiere un mínimo de libertad de
de un accidente o de una catástrofe na-
mente físicos. El hecho de que un adulto
decisión; no puede determinarse simple-
tural, resulta más fácil evaluar cuál ha-
dé un golpe a un niño en un incendio
mente por cuestiones físicas.
a una velocidad veinte veces más alta, descubrieron ondas de «avance-parada» (stop-and-go) no visibles a tiempo real. La detención repentina de una parte de la multitud puede provocar aglomeraciones y, con ello, cundir el pánico. Los vídeos permitieron calcular la oscilación en el ritmo de marcha de los peregrinos. Al densificarse la masa, en principio, el andar es más lento; los ritmos más rápidos no se deben a que los peregrinos decidan caminar más rápido, sino a que los empujan. Si el producto de la densidad y la varianza de la velocidad sobrepasa un valor crítico, la situación amenaza con descontrolarse.
Ayuda tecnológica «Hermes», otra iniciativa de investigación que debe contribuir a la tarea de los organizadores de acontecimientos multitudinarios, realiza pruebas con un asistente de evacuación desarrollado para ello. El dispositivo proporciona al personal de seguridad el pronóstico del movimiento de la masa previsto para los próximos quince minutos. El análisis de vídeos y las simulaciones de flujos de multitudes actualizados permiten al sistema elaborar tal previsión. Ahora bien, por muy sofisticado que resulte el plan de evacuación, carece de valor si no repara en otro aspecto: la psique humana. En la actualidad se desarrolla en Alemania un proyecto interdisciplinario de seguridad para la protección en puentes y túneles críticos de la red de carreteras, el SKRIBT (por sus siglas en MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
alemán), iniciativa en la que participan psicólogos. Desde Wurzburgo se investiga, entre otras cuestiones, cómo diseñar las salidas de emergencia para que personas angustiadas y desorientadas sean capaces de encontrarlas de forma fácil y rápida. En situaciones de emergencia, las personas actúan con impulsividad (ante la amenaza de fuego, muchas tratan de salir por la entrada principal en lugar de tomar la salida de emergencia más cercana). La causa de tal comportamiento suele encontrarse en los cambios que sufre nuestra psique en estado de estrés; sudando, tiritando y con el pulso a mil resulta difícil concentrarse en la ideación de un plan de huida. Con el objetivo de diseñar un túnel de forma que incluso un manojo de nervios localice la salida sin problemas, los investigadores de Wurzburgo simulan situaciones de emergencia mediante escenarios de peligro virtuales. De este modo han comprobado que las salidas iluminadas de color verde facilitan un reconocimiento más rápido que aquellas señalizadas con luz blanca. La investigación sobre la mejor manera de conducir a las personas de un sitio a otro en acontecimientos multitudinarios, estaciones de tren y aeropuertos debe continuar. Con la simulación de flujos de movimiento de multitudes únicamente no llegaremos muy lejos; se necesita la colaboración multidisciplinar entre psicólogos, sociólogos, informáticos, matemáticos y físicos para lograr que los lugares y acontecimientos públicos resulten más seguros en un futuro.
Tobias Kretz es doctor en física. Simula flujos de multitudes en carretera y eventos multitudinarios en la empresa de planificación de transporte y tráfico alemana PTV (Planung Transport Verkehr AG) en Karlsruhe.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA PANIC: MYTH OR REALITY? L. Clarke
en Contexts, vol. 1, n.o 3, págs. 21-26, 2002. DYNAMICS OF CROWD DISASTERS: AN EMPIRICAL STUDY. D. Helbing et al.
en Physical Review, vol. E75, n.o 4, pág. 046109, 2007. THE MASS PSYCHOLOGY OF DISASTERS AND EMERGENCY EVACUATIONS: A RESEARCH REPORT AND IMPLICATIONS FOR THE FIRE AND RESCUE SERVICE. C. Cocking
y J. Drury en Fire Safety, Technology, and Management, vol. 10, págs. 13-19, 2008. REACTIONS TO LONDON BOMBINGS.
J. Drury et al. en International Journal of Mass Emergencies and Disasters, vol. 27, n.o 1, págs. 66-95, 2009. ORGANIZING A PEACEFUL CROWD: AN EXAMPLE OF A FOOTBALL MATCH.
I. Hylander y K. Granström en Qualitative Sozialforschung, vol. 11, n.o 2, pág. 8, 2010.
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ILUSIONES
DOS OJOS, DOS VISIONES Cada uno de nuestros ojos percibe un mundo distinto, ello proporciona matices en la percepción de la profundidad VILAYANUR S. RAMACHANDRAN Y DIANE ROGERS-RAMACHANDRAN
os humanos gozamos de visión estestedos reoscópica. Al tener los ojos separados horizontalmente, las imágenes que vemos mos a través de cada uno de ellos resultan algo diferentes entre sí, diferencia que a su vez tiva es proporcional a la profundidad relativa (b). Las áreas visuales del cerebro miden den eridichas diferencias, resultado que experimentamos en la percepción del volumen men una y del que hemos disfrutado todos alguna vez de pequeños con juguetes estereoscóscópicos (a). maEl procesamiento que convierte la imapas. gen retinal en visión procede por etapas. Los rasgos rudimentarios (la orientación ción o, el de bordes, la dirección de movimiento, n en color, entre otros aspectos) se extraen fases iniciales (regiones V1 y V2) antess de alcanzar las etapas siguientes en la jerarrarquía de procesamiento visual, el cual engendra de manera progresiva un análisis cada vez más refinado. Dicha descripción por etapas no es más que una caricatura; son muchas las vías que «vuelven» de una etapa a otra, proceso que permite que el cerebro practique una especie de juego de las 20 preguntas antes de llegar, tras iteraciones sucesivas, a una solución concreta. De vuelta al concepto de la estereopsis, o visión volumétrica, puede surgir la pregunta, ¿en qué estadio acontece la comparación de las imágenes de los dos ojos? Si se mira una escena que contiene centenares de características, ¿cómo se sabe qué rasgo visto por un ojo casa con uno percibido por el otro ojo? ¿Cómo se evitan las falsas concordancias? Mientras no se logre la concordancia correcta, no resultará posible medir diferencias. Se trata del problema de la correspondencia.
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a
WIKIMEDIA COMMONS (a), SCIENTIFIC AMERICAN MIND (b-g)
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Cuestión de contornos Hermann von Helmholtz, gran físico, oftalmólogo y fisiólogo decimonónico alemán, se preguntaba sobre el problema: ¿Efectúa el celebro la comparación muy al principio, antes de que sean reconocibles los contornos de los objetos, o bien extrae por separado los contornos antes de compararlos? Helmholtz concluyó, aunque sin muchas pruebas, que la percepción de la forma de las siluetas correspondientes a cada ojo se produce antes de la comparación interocular. «La percepción monocular de formas precede a la estereopsis», afirmó, arguyendo que la tarea de comparar ambas imágenes de los respectivos ojos suponía una complejidad horrenda y se producía en un estadio muy avanzado del proceso de visión. Según Helmholtz, para resolver el problema de la correspondencia, el encéfalo primero reconoce las formas, para luego comparar los perfiles
planos de dichas formas. La estrategia permite al cerebro evitar (o reducir al mínimo) las falsas concordancias. Casi cien años después, Béla Julesz, científico ya fallecido y por otro lado personaje de escasa modestia y genialidad sin par, puso en tela de juicio la idea de Helmholtz mientras trabajaba en los Laboratorios Bell. Julesz se valió de un estereograma diferente (c), para el cual utilizó configuraciones de gruesos puntos generados por ordenador al azar en lugar de las fotografías o los dibujos lineales. De tal manera, ni en la imagen del ojo derecho ni en la del izquierdo aparecía ningún contorno o forma reconocible. Pese a que los puntos de la imagen se obtuvieron mediante ordenador (como se esquematiza en d), puede comprenderse el principio utilizando una cámara digital e imágenes de puntos distribuidos de forma casual. Se parte de un motivo aleatorio de puntos sobre un MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
cuadrado de unos cinco centímetros de lado. Por otro lado, se recorta con unas tijeras un cuadrado de un centímetro con otro motivo aleatorio, al que llamaremos C, de «cuadrado». Se centra este cuadrado sobre la primera configuración y se toma una fotografía para preparar la imagen del ojo izquierdo (I). Si C se encuentra situado en la posición correcta, resultará prácticamente invisible debido al camuflaje de los puntos de fondo. Ahora se desplaza C horizontalmente un poco hacia la derecha (situándolo de modo que no se aprecie desde el cuadrado pequeño ningún contorno por una superposición de puntos). Se toma otra fotografía correspondiente a la imagen al ojo derecho (D). Julesz presentó a cada ojo solo una imagen de su estereograma de puntos aleatorios; observó con asombro que un cuadrado pequeño destacaba y flotaba de forma tan real que casi sintió la tentación de asirlo, a pesar de que ningún cuadrado fuese visible para ninguno de los dos ojos. El experimento original se realizó con píxeles generados a través de medios digitales, no con trocitos de papel, por lo que el desplazamiento contó con una precisión digital. Así que no se trata de que
Ojo izquierdo
Ojo derecho
b haya un cuadrado oculto en la imagen que recibe cada ojo; matemáticamente, ni siquiera existe en cada ojo por sí solo. Se define exclusivamente por la diferencia; el desplazamiento horizontal de C (véase la columna de las X y las Y en d). Julesz llegó a la conclusión de que Helmholtz se equivocaba. Dado que el cuadrado emerge tan solo a resultas de una fusión estereoscópica, la concordancia en estéreo tiene que consistir en una medida del desplazamiento «punto a punto» (o «píxel a píxel»); el perfil del cuadrado aflora solo a partir de esta comparación. La apreciación del volumen precede a la detección de forma (en este contexto debe entenderse «forma» de modo intercambiable con perfiles y contornos generalizados).
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La demostración de Julesz inspiró a Jack Pettigrew, por entonces un joven estudiante de medicina en la Universidad de California en Berkeley, a examinar la fisiología de las neuronas binoculares en la etapa más temprana del procesamiento binocular. Hasta entonces, el problema de la visión estereoscópica parecía intratable: si von Helmholtz estuviera en lo cierto, los investigadores tendrían que habérselas primero con la fisiología de la percepción de formas, problema que nadie sabía abordar. Pettigrew descubrió, sin embargo, que su corazonada era correcta: esas células estaban extrayendo los desplazamientos horizontales y señalando la estereovisión. Esta sencilla historia se complicó cuando un estudiante venido de India (Ramachandran) descubrió que, en ciertas circunstancias, la percepción de la forma precedía a la visión «en estéreo», lo que revelaba la versatilidad de los centros visuales del cerebro. Ramachandran creó un estereograma que poseía para cada ojo un cuadrado definido por textura. Entonces desplazó el cuadrado entero en lugar de desplazar los puntos que definían las texturas (e). Tenía dos motivos puntuales aleatorios, uno en cada ojo. Pero esta vez hay un cuadrado individualmente visible en cada ojo, a diferencia de los motivos de Julesz. Sigue estando formado todavía por puntos repartidos al azar, pero a causa de la diferencia en textura, hay un cuadrado visible de forma individual en cada ojo. Los puntos que constituyen la imagen del ojo izquierdo (incluido C) son completamente
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e
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g distintos en los dos ojos; a diferencia de las figuras de Julesz, no tienen correlación mutua. Este estereograma es el recíproco del de Julesz: existe un cuadrado visible en cada ojo, pero los puntos que lo constituyen (y su fondo) se encuentran sin relación en los dos ojos. Ramachandran observó que al examinar esta imagen a través de un estereoscopio, el cuadrado central aparecía en altorrelieve. Dado que los puntos que definen los cuadrados carecían de correlación en los dos ojos, sus colegas y él concluyeron que, en este caso, la percepción de la forma era anterior a la percepción de profundidad. El cuadrado era reconocido
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por separado en cada ojo antes de que fuera medido su desplazamiento. La regla de Julesz podría resultar infringida. El cerebro se vale de muchas astucias para lograr un mismo fin. En un ambiente «ruidoso» camuflado, es razonable que se apliquen ambas estrategias. La segunda presentación inventada por él confirma esta misma tesis. Se aprovecha de un curioso efecto visual denominado «contornos ilusorios» ( f ). Se han hecho cuatro «comecocos» (pacmen) con sendos discos negros a los que se les ha recortado un cuadrante. Pero lo que se ve no son comecocos situados unos frente a otros: lo que se percibe es un cuadrado blanco,
opaco e ilusorio, que cubre parcialmente a cuatro discos negros situados más al fondo. El cerebro se plantea «¿Cuál es la probabilidad de que un científico malvado haya alineado estos discos de esta forma precisa? Lo más probable es que se trate de un cuadrado opaco, y eso es lo que voy a ver». Los lados del cuadrado son una alucinación, llamada segmentación de imagen. ¿Pueden dichos lados ilusorios inducir una visión en profundidad? Comencemos con la figura correspondiente al ojo izquierdo en f y desplacemos el cuadrado ilusorio hacia la izquierda con el fin de crear la imagen correspondiente al ojo derecho. (Tal corrimiento supone tomar raciones mayores del disco.) Al observar las imágenes a través de un visor... ¡Zas! ¡El cuadrado ilusorio flota! Lo mismo que antes, el procesamiento de formas y la segmentación de la imagen se da antes que la visión en estéreo. Todavía se puede mejorar. Tomemos una plantilla de este estereograma y peguémoslo sobre un fondo creado por repetición de columnas de puntos (g). Los puntos son idénticos en los dos ojos: no aportan información de disparidad. Mas, sorprendentemente, los puntos situados en el interior del ilusorio cuadrado flotan juntamente con él, ilusión que llamamos captura de estéreo; los puntos son capturados por el cuadrado ilusorio y llevados hacia delante, a pesar de que ellos mismos no han sufrido ningún desplazamiento. Tal resultado hace pensar que la tesis de Julesz no era correcta del todo: la estereopsis entraña más que la mera comparación de píxeles a través de los dos ojos. Incluso si se consideran las células de disparidad de Pettigrew, es forzoso que estén extrayendo diminutas agrupaciones de puntos orientados (no puntos individuales) y «buscando» grupos idénticos que casen. Pero los experimentos de Ramachandran (también otros resultados muy parecidos del psicólogo Lloyd Kaufman, de la Universidad de Nueva York) han permitido ver que el mecanismo era todavía más complejo: la imagen podría resultar segmentada por oclusión implícita y crear contornos ilusorios que sirvan de hitos para la concordancia estereoscópica. Una vez que esta información ha sido extraída MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
y medida la disparidad, el cerebro construye una superficie ilusoria en el espacio. El hecho de que los puntos incluidos sean proyectados hacia delante implica que la superficie es retroalimentada y aplicada a los puntos. Así pues, podemos concluir que von Helmholtz, Julesz, Pettigrew y Ramachandran están en lo cierto: el procesamiento visual de la estereopsis es más complejo de lo que pensábamos. No tenemos ni atisbos de los mecanismos fisiológicos subyacentes a dichas interacciones. Las neuronas detectoras de disparidades se encuentran en V1 (como fue demostrado por Pettigrew), pero las encargadas de la extracción de contornos ilusorios (de la oclusión implícita) residen en la región V2, el siguiente estadio en sentido ascendente, como demostró Rudiger von der Heydt, de la Universidad Johns Hopkins. Estos descubrimientos implican que ha de producirse una retroalimentación de mensajes desde V2 hacia V1 con el fin de modular el procesamiento de rasgos más pequeños. Tal idea no se ha comprobado todavía. Vilayanur S. Ramachandran y Diane RogersRamachandran investigan en el Centro para el Cerebro y la Cognición en la Universidad de California en San Diego.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA FUNDATIONS OF CYCLOPEAN PERCEPTION.
Bela Julesz. University of Chicago Press,
Las cuestiones sobre la estructura y la transformación de la materia subyacen bajo los mayores retos científicos de la humanidad. La química es, por ello, una de las ciencias más transversales y con mayor impacto en nuestra sociedad. Con motivo del Año Internacional de la Química, INVESTIGACIÓN Y CIENCIA regala cada mes, durante todo el 2011, artículos relacionados con el desarrollo y las aplicaciones de la química.
1971. (Edición MIT Press, 2006.) THE ROLE OF CONTOURS IN STEREOPSIS.
En mayo:
V. S. Ramachandran, V. Madhusudhan
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Rao y T. R. Vidyasagar en Nature,
Radiaciones ionizantes, por Guillem Cortés Rossell
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TALLER Y LABORATORIO
Miscelánea electroquímica, por Marc Boada
Psychophysics, vol. 39, n.o 5, págs. 361373, 1986. SEEING IN DEPTH: VOL. 1: BASIC MECHANICS Y VOL. 2: DEPTH PERCEPTION.
Ian P. Howard y Brian J. Rogers. Oxford University Press, 2008.
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Descárgalos gratis en nuestra web
www.investigacionyciencia.es 93
LIBROS
POTENCIACIÓN RADICAL Trascendiendo los límites de la naturaleza
HUMANITY’S END. WHY WE SHOULD REJECT RADICAL ENHANCEMENT,
por Nicholas Agar. The MIT Press; Cambridge, Massachusetts, 2010.
L
a historia de la humanidad es una historia de potenciación. Homo sapiens ha sido una especie prolífica que ha sabido adaptarse tenazmente al medio. Controló el fuego y creó útiles para forjar el mundo entorno. Aprovechó abrigos donde refugiarse o construyó habitáculos; tejió la vestimenta que le protegía de la intemperie hostil. Y lo que ha revestido simpar interés, desde el comienzo de su historia el hombre ha pugnado por superarse a sí mismo, mejoramos la mente con el estudio y el cuerpo con la dieta y el ejercicio. No le bastan, sin embargo, en esa tarea, creaciones externas, como los binoculares, el martillo o la calculadora digital. Hemos empezado a incorporar mecanismos técnicos en nuestro organismo que acortan las distancias entre la realidad y lo que hasta ayer mismo pertenecía al dominio de la fantasía científica. Las nuevas técnicas, al prescindir de teléfonos celulares, ordenadores de bolsillo y GPS portátil, prometen grandes beneficios: una creatividad intelectual aumentada, larga vida, equilibrio de ánimo, etcétera. Accederemos sin mediación a las fuentes de información y la transmitiremos.
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La nanotecnología desempeña una función esencial en el desarrollo de la potenciación humana, junto con los adelantos en sistemas microelectromecánicos, ingeniería genética, robótica, ciencia cognitiva, tecnología de la información y farmacología. Disponemos ya de diseños para innovaciones fantásticas, como la del respirocito: una célula roja artificial que mantiene un reservorio de oxígeno. Un respirocito podría instalarse en el teléfono móvil para que la víctima de un ataque al corazón pudiera continuar respirando una hora más hasta recibir la asistencia médica, pese a la falta de circulación sanguínea a los pulmones. Pero en manos de un atleta o un soldado, el respirocito podría aportar oxígeno extra a los músculos y al cerebro, como si el individuo respirara de una bomba de oxígeno puro. La potenciación radical no constituye una idea nueva. La mitología abunda en relatos de humanos que buscan y experimentan una transformación drástica. Pensemos en la épica de Gilgamesh, en los relatos sobre las fuentes de eterna juventud, en la concesión, de Zeus a Titón, del don de la vida eterna. Dante Alighieri empleó ya el término «transumanare» en la Divina Comedia en el sentido de trascender la condición y percepción humanas. Y Giovanni Pico della Mirandola invitaba a esculpir cada uno su propia estatua. La diferencia con la potenciación radical actual estriba en lo que los anglosajones abrevian con las siglas DIY (de «do it yourself», lógrelo por sí mismo). En 1923, J. B. S. Haldane, predecía en su futurista Daedalus unos grandes beneficios para la biología con las aportaciones de otras ciencias. Algunas reflexiones de Julian
Huxley (New Bottles for the Wine) sirven de punto directo de partida para la historia reciente de la potenciación radical DIY. Llamó la atención de la posibilidad de un cambio en la evolución de nuestra especie, provocado por el propio hombre. ¿Ejemplos de potenciación radical? Abarcan desde la adquisición de una inteligencia capaz de superar de lejos los logros de Einstein, Picasso, Mozart o cualquier otro genio hasta la prolongación milenaria de la vida sin achaques de la senescencia, pasando por la experiencia de sensaciones más excitantes que la escalada del monte Everest o el consumo de peyote. Una forma sistematizada de la potenciación radical nos la ofrece el transhumanismo, cuyo abanderado, Nick Bostrom, lo define como el movimiento intelectual y cultural que afirma la posibilidad y desiderabilidad del perfeccionamiento fundamental de la condición humana a través de la razón práctica y en particular mediante el desarrollo de técnicas para eliminar el envejecimiento y potenciar drásticamente las facultades física, intelectual y psicológica del hombre. Llevada a su radicalidad, la potenciación soñada nos eleva a la categoría de superhumanos. Nicholas Agar, contrario a ese movimiento, describe en Humanity’s End las consecuencias destructivas para nuestra especie. Sistematiza su crítica a través del análisis de cuatro defensores acérrimos de la potenciación radical: Ray mond Kurzweil, quien sostiene que la tecnología nos catapultará más allá de la biología humana; Aubrey de Grey, partidario de terapias antienvejecimiento que nos hagan sortear ese destino inexorable; Nick Bostrom, teórico de la moralidad y racionalidad de la potenciación, y James Hughes, sociólogo que divisa una democracia armónica entre los potenciados y el común. Al razonar su oposición, Agar evita caer en extremos irracionales, como MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
ya lo hizo en Liberal Eugenics, sobre el futuro de la raza humana. Se opone a la potenciación radical el movimiento «bioconservador». A Leon Kass le produce náuseas la posibilidad de neuroimplantes electrónicos y la potenciación genética, declara en el artículo «The Wisdom of Repugnance: Why We Should Ban the Cloning of Humans» y en Life, Liberty, and the Defense of Dignity: The Challenge for Bioethics (2002). En la misma onda, Francis Fukuyama encuentra nuestra humanidad demasiado frágil para resistir los múltiples asaltos de las técnicas de potenciación; lo razona en Our Posthuman Future: Consequences of the Biotechnology Revolution (2002). En su animadversión, Bill McKibben equipara las técnicas potenciadoras radicales con las técnicas que destruyen el medio (Enough: Staying Human in an Engineered Age, publicado en 2003). Esos bioconservadores se proponen ahorrar a la humanidad las modificaciones genéticas e implantes electrónicos anuladores. Kurzweil ha defendido su tesis favorable a la potenciación radical en The Age of Intelligent Machines (1990), The Age of Spiritual Machines: When Computers Exceed Human Intelligence (2000) y Singularity is Near: When Humans Transcend Biology (2005). Pionero en inteligencia artificial e inventor de la técnica de reconocimiento del habla que permite a los invidentes servirse de los computadores, declara que los avances técnicos que propiciarán la potenciación radical son consecuencias de una ley que gobierna el cambio tecnológico, la ley de los retornos acelerados. Resume en tres letras el significado de la ley para nosotros: GNR, iniciales de genética, nanotecnología y robótica. Los genéticos, tras cartografiar el genoma humano, han comenzado a ensartar segmentos de ADN con propiedades humanas e identificado genes que nos muestra cuán proclives a tal o cual enfermedad somos, el ritmo de envejecimiento o el nivel de nuestra inteligencia. Para Kurzweil la combinación de esos conocimientos con técnicas de selección y alteración del ADN es lo que nos constituirá más inteligentes y más sanos. La nanotecnología implica la manipulación de la materia a escala atómica y molecular; se valdrá de robots microscópicos, nanobots, para inMENTE Y CEREBRO 48 / 2011
troducirlos en el cuerpo y transformar así al hombre. Los nanobots permitirán potenciaciones que no pueden conseguirse mediante la inserción, deleción o transposición de nucleótidos; los habrá que limpiarán nuestras arterias del colesterol «malo», mientras que otros fijarán retales en nuestra memoria. Otros crearán realidades virtuales. Moveremos objetos con la mente. La robótica culminará nuestro abandono de la biología humana. Y de su mano llegaremos a la singularidad, un período durante el cual el ritmo del cambio tecnológico será tan rápido y tan profundo, que la vida humana se transformará irreversiblemente. La mente del potenciado, aunque humana, no será biológica. Sus neuronas se habrán sustituido por circuitos electrónicos, computacionalmente más eficientes e inmunes a las enfermedades. Aubert de Grey aborda en Ending Aging: The Rejuvenation Breakthroughts That Could Reverse Human Aging in Our Lifetime (2007), escrito con Michael Rae, las bases en que dice apoyar la prolongación de nuestra esperanza de vida. Ante un hecho de observación común —nadie se libra de la senescencia que lleva a la muerte—, se propuso revertir el proceso: la senescencia orillable. El principio central de De Grey concierne a la velocidad de fuga de la longevidad, que explica su confianza de que algunas personas vivas hoy pueden vivir mil años. Para ello necesitamos resolver el problema de la reparación del año asociado a la edad. Las técnicas que inventemos y las nuevas terapias añadirán años a la esperanza de vida de quien tenga acceso a ellas. Bostrom se enfrenta a quienes cuestionan la moralidad y racionalidad de la potenciación radical. En un artículo escrito en 2006 para Ethics con Toby Ord («The Reversal Test: Eliminating Status Quo Bias in Applied Ethics») que la idea de que un estado de cosas es mejor que otro por la sencilla razón de que es el estado en que las cosas son ahora constituye una sinrazón. Tal planteamiento, prosiguen, impide abordar cambios que mejorarían nuestra situación, y así ocurre a propósito de la potenciación radical. En cuanto a los valores morales que los bioconservadores dicen defender, exponen que si realmente los entendiéramos en su alcance cabal, reco-
noceríamos que todos deseamos las cosas que nos vienen dadas por la potenciación radical. Bostrom vincula posthumanidad con potenciación radical. Por capacidad posthumana cabe entender la que supera el máximo alcanzable por cualquier persona normal sin recurrir a medios técnicos; puede tratarse de una esperanza de vida larga y sana, de la cognición (incluida la memoria, el razonamiento deductivo y analógico y la atención), del gusto estético y la emoción. Hughes, por fin, presenta su aportación sobre el contexto social y las consecuencias de la potenciación radical en Citizen Cyborg: Why Democratic Societies Must Respond to the Redesigned Human of the Future (2004). Abandera un transhumanismo democrático, en el que los ciudadanos comprenderán que las enormes distancias de poder entre los carentes de potenciación y los radicalmente potenciados no tiene por qué repercutir en su valoración moral. Considerarán el cociente intelectual o la esperanza de vida como irrelevantes para su ubicación en la sociedad. Para Hughes, el transhumanismo democrático asegura un futuro de armonía. No se discute que, en algunas circunstancias, quepa hablar de obligación de potenciación, o de razones sólidas en pro de ella. Pensemos en la vacunación o en el entrenamiento exigido a los pilotos para reforzar su capacidad por mor de la seguridad del pasaje. Muy distinto es el caso de los chips implantados en el cerebro. O la selección embrionaria de determinados individuos con unas características genéticamente buscadas. Agar aconseja plantearse la ética de la potenciación radical desde la perspectiva del principio de precaución. A la manera de lo que ocurre con el calentamiento global y las medidas a tomar para paliar el efecto invernadero, donde sería desastroso confiar en una solución desconocida hoy por hoy, también aquí existe una gran diferencia entre un plan que tiene visos reales de ejecutarse y una esperanza infundada en que las cosas nunca serán tan malas como se teme. La carga de la prueba recae en los defensores de la potenciación radical, quienes deben demostrar que los obscuros escenarios que se prevén pueden evitarse. LUIS ALONSO
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ÉTICA Y NATURALEZA La regla de oro en el mundo medieval
LEX UND IUS. LEX AND IUS. Dirigido por
Alexander Fidora, Matthias Lutz-Bachmann y Andreas Wagner. Frommann-Holzboog; Stuttgart-Bad Cannstatt, 2010.
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n las nuevas áreas que contempla la reflexión ética, pensemos el mundo virtual, el de la genética o el de la biología sintética; un recurso de referencia constante es el del orden de la naturaleza, el respeto a lo natural, que en el hombre incluye su racionalidad. Ni siquiera los de formación humanística suelen saber que la fundamentación ontológica de la moral en la naturaleza se articuló en el Medievo, cuando se la unió a los conceptos de orden, razón y ley. Germinó en un contexto jurídico: en torno a los conceptos básicos de ley (lex) y derecho (ius). Para los romanos, el derecho era indisoluble de la justicia. Con Cicerón, la justicia no debe solo vincularse con el derecho, sino también con el bien común. Ulpiano afirma, a comienzos del siglo III de nuestra era, que la justicia es la voluntad libre y perpetua de conceder a cada uno su derecho. Lo reiterará Ulpiano. Isidoro de Sevilla afirmará que ius se llama así «quia iustum est» («porque es justo»). Las palabras de Isidoro son retomadas por Graciano. Este enseñó derecho canónico en Bolonia y compiló, en la primera mitad del siglo XII, un tratado introductorio sobre la ley (Tractatus de legibus). Indica que la raza
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humana se regulaba por un derecho natural, contenido en la ley, y unas costumbres. Cada persona, señalaba, debe hacer con los demás lo que quiere que se haga consigo misma y evitar causar el daño ajeno que no queremos para nosotros mismos. Hasta Graciano, la sociedad medieval se regía por usos y costumbres. Un siglo más tarde, los juristas hablaban ya de derecho positivo. Graciano conformó su pensamiento al Digestum de Justiniano (siglo VI). Graciano se inspiró también en las Etimologías de san Isidoro. Los primeros comentaristas del Decretum de Graciano subrayaron que las costumbres, a diferencia de las leyes, no tenían que darse por escrito. La ley se establece cuando se promulga, si bien adquiere validez cuando entra en las costumbres de los ciudadanos que la utilizan. La primera persona que asoció con la ley natural la regla de oro (compórtate con los demás como quisieras que se comportaran contigo) fue Próspero de Aquitania, un discípulo de san Jerónimo. En ello abundaba Haimo de Halberstadt (m. 853), para quien la ley natural constaba de dos preceptos: hacer a los demás lo que quisiéramos que los demás hicieran con nosotros y evitar en los demás lo que no quisiéramos para nosotros. Remigio de Auxerre (m. 980) repetía la tradición en su comentario al Génesis. Los primeros textos sistemáticos sobre la misma aparecen en los escritos de la escuela de Anselmo de Laon (1050-1117), que vinculaban ley natural y razón. A finales del siglo XI y comienzos del XII, Rupert de Deutz declaraba que la ley natural estaba escrita en los corazones de los hombres y que su expresión era la regla de oro. Hugo de san Víctor (m. 1141), cuya obra pudo ser conocida por Graciano, y Honorio Augustodunensis (m. 1156) reiteraban la tradición.
En breve, la regla de oro era el mandato y precepto de la ley natural. Del legado jurídico de Roma, condensado en el primer título del Digestum, pasó al mundo medieval la idea de un derecho vertebrado en tres esferas concéntricas: el derecho natural, el derecho de gentes y el derecho civil. Según la imagen emergente de la definición de Ulpiano, el derecho natural reúne, en su dimensión puramente instintiva, a hombre y animales. El derecho de gentes presenta una connotación genuinamente racional, que construye un derecho común para todos los humanos. Cipriano pudo, pues, afirmar, en la segunda mitad del siglo XII, que ius naturale, ius gentium y ius civile eran especies de un mismo género, ius. Para Huguccio (ca. 1190), la ley mandaba lo que era justo y prohibía lo contrario. A finales del siglo XII, también, Azo admitía, en su Summa sobre el código de Justiniano, una doble acepción de ley; en sentido restringido designaba, por ejemplo, la constitución romana; en sentido lato, todos los estatutos razonables. Si hasta el siglo XII predominaba el empleo de la expresión ley natural, en el XIII comenzó gradualmente a incorporarse la utilización de derecho natural. Tomás de Aquino representa ese cambio. Así, en su primer Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo mantiene todavía el uso de ley natural. Pero cuando aborda la ley natural en la parte moral de la Summa theologiae (1265-1272) dubita entre derecho natural y ley natural. Empleaba ambas expresiones de manera intercambiable. Parte de tres precursores inmediatos: Guillermo de Auxerre, quien aporta la fundamentación de la ley natural en su Summa aurea; Alberto Magno, maestro de Tomás y avanzado del derecho natural, y Alejandro de Hales, quien aborda la ley natural desde una perspectiva teológica. Para Tomás de Aquino, el derecho natural sería algo objetivo, no una mera facultad subjetiva. LUIS ALONSO
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