PSICOTERAPIA Marie-Louise von Franz LA AUTO-REALIZACIÓN EN LA TERAPIA INDIVIDUAL DE C. G. JUNG Este capítulo hace parte del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. E-mail:
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PROLOGO Psicoterapia es el tercer volumen en la serie de ensayos recopilados de Marie-Louise von Franz. Este volumen apareció originalmente como una especie de volumen conmemorativo del cumpleaños setenta y cinco de la autora. Esta ocasión fue celebrada el 4 de Enero de 1990, con la presencia de muchos amigos y antiguos alumnos. El tema que abarca todos los artículos de este libro es la psicoterapia. Los diversos capítulos tratan sobre importantes aspectos del proceso terapéutico y analítico –por ejemplo, la proyección, la transferencia, la imaginación activa- así mismo los criterios esenciales del entrenamiento de los terapeutas y los analistas. Todos los artículos se caracterizan por un interés directo en la práctica real. Evidentemente, esto no es teoría abstracta sino escritos tomados directamente de la rica experiencia de décadas de trabajo práctico con pacientes y estudiantes en entrenamiento. Muchos ejemplos extraídos de la práctica terapéutica acompañan las exposiciones de Marie-Louise von Franz, convirtiendo este volumen en un contemporáneo y fecundo informe del trabajo de una extraordinaria analista en quien encontramos un cálido y sensual humor mezclado con rigurosidad intelectual. Estos artículos aparecieron independientemente el uno del otro en un periodo de veinte años. Fueron publicados originalmente en una diversidad de antologías, publicaciones profesionales y revistas, muchas de las cuales están ahora agotadas y son casi imposibles de encontrar. En la lista de fuentes que sigue, el lector encontrará toda la información disponible sobre la primera publicación de los artículos individuales. Debe señalarse que, como rutina de política editorial, los ensayos en este volumen no han sido organizados cronológicamente de acuerdo al tiempo de su aparición sino más bien de acuerdo a su contenido temático. Las referencias y citas de los escritos de C. G. Jung en todos los artículos previamente revisados por la autora se han hecho de manera compatible con las Obras Completas de C. G. Jung publicadas por la imprenta de la Universidad de Princeton. Esto se aplica particularmente a las referencias de notas de pié de página. De acuerdo con los deseos de la autora, se agregó además un integrado índice de personas y temas al volumen. Nos gustaría agradecer especialmente a Marie-Louise von Franz, quien ayudó a los editores a través de la palabra y de obra, al señor René Malamud por su valiosa asistencia para reunir los artículos y por su muy apreciado apoyo, como también a la Fundación para la Psicología Junguiana (Stiftung für Jungsche Psychologie), cuya subvención en las ayudas contribuyó mucho a hacer posible esta publicación Robert Hinshaw Daimon Verlag Einsiedeln, Suiza *** 1
CAPÍTULO 1.- LA AUTO-REALIZACIÓN EN LA TERAPIA INDIVIDUAL DE C. G. JUNG Auto-realización es una palabra que se está utilizando hoy día por diversas escuelas psicológicas, en su mayor parte de una manera imprecisa, basada en el concepto de individuación de Jung. Con base en una observación más detallada vemos, sin embargo, que ellas la están usando en un sentido diferente del utilizado por Jung, a saber, en el sentido de descubrir cierta identidad del ego. Dicha identidad, como sabemos, surge a través de la transformación más continua y estable del ego. El ego entonces conoce algo más sobre sí mismo. Jung, por el contrario, quiso decir algo enteramente diferente, a saber, descubrir y entrar en relación conscientemente con otro contenido psíquico, el cual, basándose a los Upanishads, él llama el Sí Mismo. En este caso, además, se desarrolla una identidad de ego más continua y estable, pero de una clase más bien diferente. Es menos egocéntrica y tiene más bondad humana. Aquí el ego no se realiza tanto a sí mismo sino que más bien ayuda al Sí Mismo hacia la realización. En un principio, sin duda esto suena un poco abstracto. Es por eso que, en lo que sigue, intentaré clarificar este proceso mediante la interpretación de un sueño que aclara los aspectos principales de nuestro tema. He escogido un sueño porque el sueño es una expresión de la naturaleza inconsciente, no preconcebida, de los seres humanos; de este modo, representa no una teoría sino más bien una respuesta de parte de la psique misma a la cuestión de la Auto-realización. Aunque los conceptos de ego, Sí Mismo e Inconsciente son conocidos por la mayoría de las personas de un modo teórico, muchos hacen uso de ellos sin saber lo que éstos significan en términos de la experiencia práctica. Ese era el caso también para el protagonista de nuestro sueño. Él era un hombre de 40 años de edad, de una cultura de habla inglesa quien había aprobado sus primeros exámenes en el Instituto C. G. Jung de Zúrich. Teóricamente, él estaba bien informado acerca de los conceptos mencionados. Ahora, sin embargo, había llegado el momento de emprender, bajo supervisión, su primer tratamiento de pacientes. Es comprensible que él no se considerara adecuado para esta tarea y se asustara. Su más grande temor era que no fuera capaz de comprender los sueños de sus nuevos analizandos. (Como es bien sabido, un análisis Junguiano está basado en gran parte en la interpretación de los sueños de un paciente). Todo parecía incierto para él y comenzó a meditar sobre lo que de hecho era una “correcta” o “incorrecta” interpretación de sueños, e incluso de manera más general, qué en realidad tiene lugar en un análisis. Una noche, después de haber tenido una larga discusión con un amigo sobre este tema, él fue a dormir y tuvo el siguiente sueño: Estoy sentado en una plaza rectangular, despejada, de una antigua ciudad. Estoy reunido con un hombre joven vestido solamente con pantalones, quien se sienta frente a mí con sus pies cruzados. Su torso es poderoso y lleno de vitalidad y fuerza. El sol brilla a través de su rubio cabello. Él me relata sus sueños y quiere que yo los interprete para él. Los sueños son como una especie de fábrica que él está esparciendo delante de mí a medida que me los cuenta. A cada momento que relata un sueño, una piedra cae desde el cielo la cual impacta al sueño de un golpe. Esto hace que las piezas del sueño se desprendan. En cuanto yo las tomo en mi mano, se hace claro que ellas están hechas de pan. En tanto los pedazos del sueño vuelan desconectados dejan al descubierto una estructura interior que se parece a una escultura abstracta moderna. Con cada sueño que es relatado, una piedra adicional cae encima, y de este modo cada vez más de la estructura básica, la cual está hecha de tuercas y tornillos, empieza a aparecer. Yo digo al joven que esto muestra cómo exponer el sentido de un sueño –hasta para las tuercas y los tornillos. Entonces emerge que la interpretación del sueño es el arte de saber qué desechar y qué guardar, el cual es el derrotero que se encuentra en la vida también. Luego cambia la escena del sueño. El joven y yo estamos ahora sentados uno frente al otro en la orilla de un ancho río maravillosamente hermoso. El está aún contándome sus sueños, pero la estructura formada por los sueños ha tomado un aspecto diferente. Ellos 2
no forman una pirámide hecha de tuercas y tornillos, sino una pirámide hecha de miles de pequeños cuadrados y triángulos. Es semejante a una pintura cubista de Braque, pero es tridimensional y está viva. Los colores y sombreados de los pequeños cuadrados y triángulos están cambiando constantemente. Yo explico que es esencial para una persona mantener el equilibrio de la composición total oponiendo siempre inmediatamente un cambio de color con un cambio compensatorio correspondiente en el otro lado. Este asunto de equilibrio de los colores es algo increíblemente complejo, porque todo el objeto tridimensional está en constante movimiento. Luego yo miro la cima de la pirámide del sueño. Allí no hay nada. De hecho ese es el único punto donde la estructura total se sostiene al mismo tiempo, pero en ese punto hay espacio vacío. Mientras yo la miro, este espacio empieza a irradiar luz blanca. Una vez más la escena del sueño cambia. La pirámide permanece allí, pero ahora está compuesta de materia fecal solidificada. La cima está todavía irradiando. De repente, yo me doy cuenta que la cima invisible, sin embargo, se hace como visible por la materia fecal sólida, y que inversamente ésta también se ha hecho visible cerca de la punta. Miro profundamente en ella y reconozco que estoy mirando la mano de Dios. En un instante de iluminación comprendo por qué la cima es invisible: es el rostro de Dios. De nuevo el sueño cambia. La Dra. von Franz y yo estamos paseando a lo largo del río. Ella risueñamente dice: “yo tengo 61 años, no dieciséis, pero ambos números suman 7”. Yo me despierto abruptamente con la sensación de que alguien ha tocado estrepitosamente la puerta. Para mi sorpresa, el apartamento está completamente tranquilo y vacío. En el lenguaje de los pueblos primitivos, este es un “gran sueño” o, en el lenguaje de Jung, un sueño arquetípico, lo cual es de significado humano universal, supra-personal. Debemos ahora intentar entenderlo de una manera más precisa. Está compuesto de cuatro secciones. El lugar del primer juego de acontecimientos es una plaza rectangular en una vieja ciudad, lo cual sugiere la tradición y la cultura humana, en contraste con el río en la siguiente parte del sueño. Esto está presumiblemente relacionado con el hecho de que el soñante ha estado atormentándose a sí mismo con la pregunta, “¿Qué estamos haciendo, qué haría yo realmente en un análisis?”. La respuesta es que la manera de contar e interpretar los sueños es una tradición cultural antigua, la cual en tiempos pasados solía tener lugar en público. Ya ha llegado el primer paciente que quiere le sean interpretados sus sueños. Él es, no obstante, marcadamente vital y saludable, no está enfermo. Su cabello rubio, iluminado por el sol quizás indica que él es un héroe solar de alguna clase. Esta salubridad enfatiza que los sueños, aún en pacientes enfermos, se presentan por fuera del nivel saludable de la psique, pero dice más que eso: el héroe solar en la mitología es un portador de nueva luz, de nueva consciencia. Él es ya un aspecto de lo que Jung llamó el Sí Mismo, un aspecto todavía desconocido del soñante mismo que le aportará iluminación. Los sueños que este hombre relata tienen una especie de sustancia. No son algo espumoso, una vaporosa hada, sino algo real, un trozo de sustancia, por decirlo así. Las piedras caen sobre ellos desde el cielo. En eso, de alguna manera, se encuentra su interpretación. El soñante estaba muy aprehensivo acerca de si él sería capaz de interpretar correctamente los sueños. De manera compensatoria, la imagen del sueño en este caso indica claramente que una interpretación correcta del sueño es algo que da en el blanco. Más que ser algo que uno ha tramado, es un suceso psíquico impersonal. Las piedras caen desde el cielo; deben ser meteoritos. Si algo viene de arriba, esto significa, en lenguaje mítico, que se deriva de una esfera espiritual desconocida del inconsciente colectivo. Además, desde tiempos antiguos los meteoritos han sido objetos altamente venerados; han sido considerados como contenedores de un espíritu divino, como mensajeros de los dioses. Por ejemplo, la tribu Arikara de América del Norte nos cuenta que el supremo dios Nesaru les envió un meteorito negro como emisario, el cual les enseñó el ritual de la pipa sagrada, la pipa de la paz. La 3
famosa Kaaba, la meta del peregrinaje a la Meca, es también una piedra de meteorito negra. Puesto que las piedras llegan desde el cielo, vemos que los sueños, por una parte, y la interpretación de los sueños, por otra parte, -la idea correcta que “lo impacta” a usted- ambas vienen del inconsciente. Ambas en su esencia, provienen de la misma fuente, pero solamente cuando el terapeuta y el analizando trabajan juntos sobre el sueño las piedras “chocan”. Las partes del sueño que vuelan desconectadas cuando las piedras chocan resultan, desde un examen más detenido, estar formadas de pan, es decir, de algo que se puede comer, o en términos psicológicos, integrar. Es de hecho cierto, conforme lo podemos experimentar, que una interpretación exitosa de un sueño, aquella que da en el blanco, es de algún modo nutritiva para la consciencia. Una interpretación sintética y constructiva –una que no intente reducir el contenido del sueño a “nada más que cumplimiento de deseos” o a algún otro “nada más que”, y que en cambio siga el hilo constructivo del sueño, enriqueciendo sus motivos– trabaja como el “pan de la vida”. En realidad, en la Oración del Padre Nuestro, nosotros no pedimos el “pan diario”, como dice la traducción errónea habitual. En el texto griego encontramos hyperousion, el “pan supersubstancial”. Aquello que no se puede comer, o ser integrado directamente, es la parte del sueño que sobra. Está hecho de tuercas y tornillos los cuales gradualmente se acumulan en una pirámide entera. Estos son, como el relato del sueño dice, la estructura básica del sueño, lo que queda después de la carne, en este caso el pan, ha sido quitado. Después se nos dice que tenemos que hacer lo mismo que debemos hacer en la vida –exponer el esqueleto. Esto significa que debemos penetrar en el significado más profundo que está detrás de las imágenes del sueño. La gente a menudo dice: “Anoche tuve un ridículo, estúpido y absurdo sueño”. Ellos quedan suspendidos en la superficie del sueño, esa combinación de imágenes absurdas, sin ser capaces de penetrar hasta el sentido. Jung frecuentemente respondía en tales casos, “No hay sueños estúpidos, sino personas estúpidas que no los entiende”. El propósito de los tornillos es juntar dos cosas y sujetar las cosas, por ejemplo, los rieles entrelazados. La analogía sexual es obvia (1). Usando tornillos, las cosas se acoplan. A cada momento la interpretación de un sueño da en el blanco, una pieza del inconsciente se acopla con la consciencia, o de otro modo un complejo autónomo es acoplado con el resto de la personalidad. De este modo tiene lugar un proceso de coniunctio que se repite continuamente. Y desde aquí, la extraña pirámide de que trata el resto del sueño, toma forma. En consecuencia, debemos llevar a cabo una mirada más atenta al simbolismo de la pirámide. La función más importante otorgada a la pirámide es ciertamente aquella que le han dado los antiguos egipcios –la forma para las tumbas de sus reyes. La pirámide era la casa del difunto. La piedra que coronaba el cierre estaba colocada de tal manera que los primeros rayos del sol la golpeaban(2). Ahora bien, en Egipto, el dios supremo, el dios universal Atón, estaba originalmente representado como una piedra en forma de cono, como la así llamada “desconocida piedra benben” (3). Este nombre está conectado conwbn, que significa “ascender, iluminar”. La misma raíz se encuentra en la palabra egipcia bnw, que significa “pájaro, fénix”. El fénix simbolizaba el sol naciente y la resurrección. El templo más sagrado en Heliópolis era alternativamente llamado La Casa del Fénix. La misma piedra ben-ben se consideraba que era también la colina primordial que emergió de las aguas primordiales en el comienzo del mundo. Además, el mismo fénix fue identificado en la historia posterior egipcia con el pájaro ba. Este pájaro es el guía inmortal del alma de todo ser humano, su individualidad, el cual después de la muerte se vuelve uno con el dios universal sin perder su quintaesencia de un ser humano individual terreno. Desde el punto de vista de Helmuth Jacobsohn, el coronamiento en forma de pirámide de un obelisco también representa la piedra ben-ben. Se denomina benbenet. Cuando el rey ritualmente daba la bienvenida al dios del sol naciente desde la base del obelisco, los primeros rayos del sol caían sobre la cumbre del obelisco, que en aquellos días era dorado (4). En ese punto el ba, el guía del alma del dios, era visto. Benbenet, sin embargo, también significaba la cima de la pirámide, la cual semejaba la cima del obelisco (5). En el momento de su resurrección, un difunto que ha llegado 4
a ser el ba contemplaba al dios sol desde ese punto. Más tarde dichas piedras fueron además proporcionadas a la gente común como parte de su equipo funerario. Como Jacobsohn señala, la piedra ben-ben en Egipto representa un paralelo de la “piedra filosofal” de la alquimia occidental. La piedra filosofal simbolizaba además la guía del alma inmortal y una especie de cuerpo de resurrección del difunto. La pirámide en nuestro sueño constituye un asombroso paralelo de ésta, ya que el soñante demostrablemente no conocía ninguna de las asociaciones egipcias que hemos estado describiendo. Aún así, la pirámide con la que él soñó era también algo divino; incluso su radiante cima era la manifestación de dios, y en su inútil apariencia de materia, la mano de Dios podía incluso ser vista. Quizás merece la pena observar de paso que aquella pirámide realmente exhibe extrañas propiedades físicas que tienen sin embargo que ser explicadas (6). Los experimentos con modelos de la pirámide de Keops elaborados con cartón demostraron que los cadáveres situados dentro no se deterioraban; romas hojas de afeitar colocadas dentro recuperaban su filo. Esto debe tener que ver con la geometría del espacio interno, pero no se sabe nada con precisión. En cualquier caso, esto no es esencial para nosotros en este contexto. Lo único que es importante para nosotros es el significado psicológico de la pirámide en el sueño como un símbolo del Sí Mismo. Quizás haya quedado un poco más claro en el curso de nuestra discusión lo que Jung quiso significar por el Sí Mismo. No es el ego sino una personalidad interior más abarcadora o eterna que es aludida por este símbolo. Jung además lo definió como la totalidad consciente-inconsciente de la persona. Aunque este Sí Mismo está ya presente en cada persona como su composición básica, solo se realiza en la práctica a través del entendimiento de los sueños o por medio de la imaginación activa (7). Al ser realizado, se “encarna” él mismo, por decirlo así, en la vida mortal del ego. Si yo tuviera un don para la música como el de Beethoven pero nunca lo hubiera descubierto o hecho uso de él, podría también no existir. Solo el ego consciente es capaz de comprender los contenidos psíquicos. Incluso algo tan grande, tan divino como el Sí Mismo solo puede ser realizado por el ego. Esa es la auto-realización desde una perspectiva Junguiana. Ahora retornemos al comienzo de la primera parte del sueño, a la plaza rectangular en la ciudad. Como se puede leer en el trabajo de Mircea Eliade, dicha plaza en una ciudad es un símbolo del centro del mundo, el lugar donde el cielo y la tierra, eterna y temporalmente, se juntan (8). Este cuadrado es de este modo, en realidad un símbolo del Sí Mismo, pero en la función de un temenos maternal, o espacio protector. Y el narrador rubio del sueño es el aspecto del Sí Mismo que se esfuerza para volverse consciente, de igual manera como todos los héroes míticos son portadores de una nueva visión del mundo. En este punto se hace más fácil entender por qué Jung siempre exigía de los analistas, que en definitiva, ellos debían trabajar lo más posible en seguir avanzando en su propia individuación. Al hacerlo, llevan a sus analizandos junto con ellos en su viaje, sin tratar de influir sobre ellos directamente (lo que sería un abuso de poder). En una remota carta, Jung incluso va tan lejos como para decir que el terapeuta solo debe analizar el aspecto patológico de la psique del paciente (9). Esto se debe a que la comprensión intelectual es destructiva. Comprender (Latíncomprehendere), después de todo significa “tomar posesión de”, “agarrar”, y de este modo corresponde a un ejercicio de poder. Cuando el ser y el destino del paciente están en peligro, uno debe relacionarse con su misterio único con respeto mudo. Como Jung dijo, “Debemos comprender lo divino en nosotros, pero no en el otro en cuanto a que él es capaz de armonizarse y comprenderse con sus propios recursos”. Nuestro soñante, como recordaremos, estaba aprehensivo acerca de su encuentro con los pacientes. Su sueño le indica volver a trabajar sobre sí mismo. Ahora la imagen cambia y la escena de la acción se convierte en la ribera de un ancho río. En la mitología, un río usualmente está asociado con la corriente del tiempo, el flujo de la vida. Además por ejemplo, para los griegos el tiempo es el dios Kronos/Crono y también el popular Océano que rodea la tierra como un anillo, o que ciñe el cosmos como una corriente celestial, con los animales del zodiaco cabalgando sobre él. 5
El río es también una imagen del cambio eterno. Debemos recordar la afirmación de Heráclito de que no podemos nunca pasar dos veces por el mismo río. El esqueleto piramidal, técnico y abstracto hecho de tuercas y tornillos se ha convertido ahora en una pirámide de cuadrados y triángulos infinitamente numerosos, mutuamente coloreados, cuyos matices de color deben ser continuamente equilibrados de manera compensatoria. Esto describe un avanzado aspecto del análisis del sueño. Inicialmente, toda interpretación exitosa de sueños es una experiencia individual de ¡Ajá! Pero ahora cada cosa entra en un contacto más estrecho una con otra a través de la continuidad de la vida, el río. Uno no solo empieza a comprender los sueños individuales sino que vive con ellos de manera continua. También ahora resulta claro que la pirámide, a pesar de sus muchas facetas individuales, representa un conjunto armónico en el cual todo se enlaza con todo lo demás. Los colores significan la participación de las emociones y sentimientos. Ya no es simplemente cuestión de ver piezas individuales, sino también de relacionar todos los matices de sentimiento de una manera más viva – siempre con un ojo sobre la condición de equilibrio de la totalidad misteriosa. Los componentes básicos son triángulos y cuadrados, en tanto que la totalidad misma está compuesta de una base cuadrada y cuatro triángulos. Aquellos que están familiarizados con el trabajo de Jung saben que los símbolos del Sí Mismo son casi siempre cuaternarios, más raramente estructuras tríadicas. Los modelos del universo de las antiguas cosmologías son cuaternarios, como lo son todos los símbolos naturales de lo divino. La Iglesia Católica incluso aumentó la Trinidad Cristiana a la cuaternidad por medio de la ascensión celestial de María. Visto en términos del simbolismo numérico, el 3 y el triángulo son masculino-dinámicos, mientras que el 4 y el cuadrado son femenino-estáticos. La composición de la pirámide mas allá de ambos es una indicación de que aquí los opuestos se unen, lo cual de hecho fue ya aludido por la imagen de las tuercas y los tornillos. Esta estructura entera es un estado de continuo cambio transformacional de color. Es un vivo acontecimiento que debe ser continuamente comprendido de nuevo por quienquiera que lo contempla, en este caso, el intérprete del sueño. Ahora el soñante descubre que la cima, el punto focal de toda la estructura, está vacía, es espacio vacío. Después nos enteramos que este es el caso porque es la cara de Dios. Como es bien sabido, ¡el ser humano no puede contemplar la cara de Dios y vivir! En muchos mandalas –es decir, imágenes religiosas circulares y rectangulares del Sí Mismo- en la mitad está la figura de Cristo o Buda o alguna otra divinidad, o tal vez un símbolo semejante al rayo (el dorje tibetano), o un cristal, una flor, una bola dorada, etc. Pero particularmente en tiempos recientes, como Jung lo señaló, existen cada vez más casos donde el centro está vacío. Es, como él dice, como si mucha gente moderna ya no fuera capaz de proyectar la imagen divina –como, por ejemplo, en Cristo o Buda (10). Como resultado, ellos corren el riesgo de identificarse a sí mismos con el centro, lo cual conduciría a una disolución de la personalidad. Los límites del mandala existen para prevenir esto y para reforzar una concentración sobre un centro interior, el Sí Mismo, que no está identificado con el ego. La imagen del ser humano no reemplaza a la deidad sino que la simboliza. De este modo, la deidad sigue siendo el misterio que mora en las profundidades de la psique individual. Es el peligro de cualquier clase de ateísmo que el ser humano pueda situarse como el ego en el centro y sufrir así una inflación que podría catapultarlo dentro de una catástrofe psíquica. Nuestro soñante no está en este peligro, pero él no obstante, se toma a sí mismo como el analista, demasiado seriamente; por consiguiente surge esta imagen. Cuando él mira a la cima, ésta comienza a irradiar. Esto nos evoca la experiencia delnirvana o satori del lejano Oriente. Esta es una vacuidad que no es negativa sino mas bien el poder completo de la iluminación. En la tercera parte del sueño, una inversión sorprendente tiene lugar, una así llamada enantiodromía (11). La bella pirámide está compuesta ahora por estiércol solidificado. Esto hace visible el punto de iluminación en el vacío y viceversa. Los antiguos alquimistas medievales nunca se cansaron de repetir que la piedra filosofal está in stercore invenitur (“es descubierta en medio de excremento”) y que la gente de este mundo pasa entre este deshecho y lo pisotea. Cuantos racionalistas modernos aún hoy son de la opinión de que los sueños son “basura”, fantasías anales y genitales y cosas parecidas. Es verdad que lo que un analista tiene que escuchar sentado en su 6
oficina todo el día no es puramente edificante. Uno tiene que oír sobre lucha marital, dementes celosos, arranques de resentimiento reprimido, fantasías sexuales, necesidades de dinero e interminables “luego él dijo... y luego yo dije...”, este horrible estiércol en que los pacientes y todos nosotros estamos atascados. Pero cuando se realiza una mirada más minuciosa, ¡se puede ver la mano de Dios en ello! Ese fue quizás el mayor arte de Jung: él podía escuchar semejante basura y permanecer extrañamente inamovible, y luego con una palabra o con un gesto de repente señalar la mano de Dios que se hace visible en ella, es decir, el significado más profundo de la crisis presente que hacía posible aceptarla. Él era capaz de hacer esto porque no estaba interesado tanto en buscar los por qué –la historia personal de los síntomas neuróticos que explicaba como ellos se habían originado- sino mas bien el propósito, eltelos (tele) o significado de los fenómenos a la mano. “¿Qué significa para mí y qué he comprendido yo mismo de este viscoso estiércol?” A través de esto, la cima de la pirámide se hace visible, ese pináculo que los egipcios antiguos colocaron de tal modo que sería golpeado cada mañana por los primeros rayos del sol. En Oriente, particularmente en Persia, el Oriens, el amanecer, es aún hoy un símbolo de iluminación mística, el punto donde el iluminado ve a Dios y se vuelve uno con Él. La cuarta parte es un descenso o retorno a la vida de cada día. Yo aparezco (yo era su analista) y digo sonriendo que tengo sesenta y un años, no diecisiete, pero que la suma interna de ambos números es siete. Examinemos primero la situación concreta. Yo tengo sesenta y un años, el soñante tenía cuarenta, y la mujer que era su nueva analizando tenía alrededor de veinte. En este caso el soñante estaba en la mitad, al borde de la segunda mitad de la vida. Hasta la edad de cuarenta años, él había practicado otra profesión, y ahora estaba en peligro de volverse un miedoso para su nueva tarea, igual que un escolar enfrentando los exámenes. La experiencia de la vida que él ya había acumulado, el difícil matrimonio al que se había adaptado con éxito y sus tres hijos ya crecidos –él había olvidado todo esto. Lo que nos ayuda aquí es el simbolismo numérico. El número uno significa la divinidad y la unidad cósmica, el seis la unión de los sexos y el matrimonio. A la edad de dieciséis se vive definitivamente a la zaga de la totalidad inconsciente de la infancia y se vuelve hacia la sexualidad y las “diez mil cosas” del mundo. A la edad de sesenta y uno se ha cruzado el umbral hacia la vejez, en la cual uno se aleja de la mayoría y se mueve hacia la unidad interior. Pero la suma interna de ambos números es siete. Siete es el número de la evolución, del desarrollo (12). Tenemos solo que pensar en los siete días de la creación. En el número ocho, la meta, la totalidad diferenciada se logra. El énfasis descansa aquí sobre el número siete, sobre el hecho de que la vida es desarrollo, tanto en la juventud como en la vejez. “Todo es una transición”, o “Habentibus symbolum facilis est transitus”, como dijeron los antiguos alquimistas. Este gran sueño va más allá del temor del soñante y responde a su pregunta con una entera filosofía de vida, en el centro de la cual se encuentra la auto-realización. La totalidad está representada meramente como una serie de eventos que iluminan al soñante. Sin embargo, esto no debe llevarnos a pensar erróneamente que ser un analista no requiere una proeza de parte del ego. Sabemos por experiencia que esto es trabajo duro, difícil, y que demanda una gran cantidad de conocimiento. El sueño, que representa este trabajo meramente como algo que sucede por sí mismo, indica una compensación, porque el soñante en sus rumiaduras o reflexiones del día previo, asumió su ego, el rol del analista, demasiado seriamente. Los pacientes reales que le habían sido asignados, dos mujeres jóvenes, no aparecen en el sueño en lo más mínimo. Antes bien el paciente, el “sufridor”, es una figura interna en el soñante mismo. El paciente es una parte de su Sí Mismo. Quizás este sueño transmite un indicio del por qué nosotros los de la escuela Junguiana somos escépticos de la terapia de grupo. Este sueño demuestra que los procesos principales del desarrollo interior tienen lugar entre el ego y el Sí Mismo –o, en lenguaje anticuado, la imagen de Dios dentro de uno. Los otros y sus opiniones no tienen oficio allí. Incluso se llega a un punto donde aún el analista como compañero de uno es demasiado. En su esencia, como Jung señala, una persona tiene 7
que “estar sola si debe averiguar qué es lo que la sostiene cuando ya no puede sostenerse más a sí misma. Solo esta experiencia puede brindarle un fundamento indestructible”. Tal actitud no tiene nada que ver con el narcisismo o con individualismo egoísta. Estos no son más que una preocupación por parte del ego por “el querido ego”, no el Sí Mismo, el cual es definitivamente un misterio interior del individuo. La relación entre una persona y el Sí Mismo no es egoísta, ni con mucho –en realidad una persona puede nunca relacionarse correctamente con otras personas hasta que se haya encontrado a sí misma, es decir, su Sí Mismo. A pesar de eso, Jung admitió que su posición era unilateral. En la realidad, la senda extravertida de la adaptación social y la senda introvertida de la relación con el Sí Mismo constituyen un par de opuestos complementarios, ambos justificados e incluso al mismo tiempo mutuamente exclusivos. Pero bajo la presión de la superpoblación y el aumento de la urbanización, y con la influencia del comunismo y de la orientación extravertida de la mayoría de las escuelas psicológicas, estamos en gran peligro de enfocarnos en un solo polo y en este caso quebrantar al individuo en su unicidad. No tener en cuenta esto podría llevar a una contra-reacción inconsciente marcada por el egoísmo incontenido y, en el caso extremo, incluso a la criminalidad asocial. Por esta razón, de acuerdo con el punto de vista de Jung, ha llegado el momento de prestar más atención a la senda interior del individuo con rumbo al Sí Mismo. Pues solo el que está anclado en el Sí Mismo puede realmente actuar en forma ética. Solo dicha persona no seguirá ya más acríticamente las corrientes de las modas, las novedades y los “ismos” políticos. Él puede entonces además, como el sueño bellamente lo expresa, percibir la mano de Dios en medio de todo el fango y la porquería de la vida –por supuesto únicamente, como el sueño también indica, si él realiza una consideración más minuciosa. NOTAS (1) En este punto la autora se refiere a la connotación sexual de la palabra AlemanaMutter, la cual por regla general significa “madre” pero es también la palabra para la clase de tuerca que entra en un tornillo dándole vueltas. El Traductor del alemán. (2) Cf. Helmuth Jacobsohn, “Das gottliche Wort und der göttliche Stein im alten Ägypten” (La palabra Divina y la Piedra Divina en el Antiguo Egipto), Eranos Jahrbuch, vol. 39 (1970): 217ss. (3) Ibíd., p. 233-34. (4) Ibíd., p. 236. (5) Esto era una sólida piedra, precisamente en forma de pirámide. (6) Cf. S. Ostrander y L. Schroeder, Psi (Bern, Munich & Vienna: Scherz Verlag, 1970), pp. 308ss (Karel Drbal). (7) Vea los capítulos sobre imaginación activa en este volumen. (8) Mircea Eliade, Kosmos und Geschichte (El Cosmos y la Historia) (Rowohlt, 1966), pp. 11ss. (9) C. G. Jung, Carta a Hans Schmid, 6 de Noviembre de 1915, en Cartas, vol. I (Princeton: Imprenta Universidad de Princeton, 1973), p. 31. (10) Vea C. G. Jung, Psicología y Religión, CW 11 (Princeton: Imprenta Universidad de Princeton, 1958), para. 156, p.95. (11) Vea C. G. Jung, CW 8 (1960), p. 219. (12) Vea R. Allendy, Le Simbolisme des nombres (El Simbolismo de los Números) (París, 1928). (13) C. G. Jung, Psicología y Alquimia, CW 12 (1953), para. 32, p. 28.
LA FUNCIÓN INFERIOR Este documento es la primera parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115,
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©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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INTRODUCCIÓN Aunque el tema de este artículo es la función inferior, no se puede hablar al respecto sin discutir todo el problema de las cuatro funciones y esbozar también la función superior ya que todo está entrelazado. Yo presupongo que el lector está familiarizado con el libro de Jung sobre los tipos psicológicos,(1) e intentaré ilustrarlo de acuerdo con mis experiencias prácticas. Tipos Psicológicos es uno de los primeros libros de Jung. Cuando él lo escribió y estaba intentando averiguar acerca de los tipos, estaba en muchos aspectos luchando en la oscuridad; desde entonces él ha hecho muchos descubrimientos, los cuales se encuentran en sus otras obras, y estos son los que tengo la intención de vincular. Uno a menudo se encuentra con personas que no entienden cómo aparece la tipología en la vida práctica. Muchas personas que hablan acerca de los tipos no pueden siquiera descubrir cuál es su propio tipo, lo cual se debe por lo general a su falta de experiencia práctica. Desde que el libro fue escrito, la idea de las cuatro funciones de la consciencia y el funcionamiento de la personalidad humana consciente en esta forma cuádruple, ha demostrado ser enormemente productiva, y el problema de las cuatro funciones ha evolucionado crecientemente en el pensamiento de Jung y además aparece en su pensamiento en la forma religiosa del problema del tres y el cuatro. El problema del tres y el cuatro, especialmente en la imagen de Dios, ha resultado tan enormemente importante que las personas tienden a proyectar la función problema en esta cuestión religiosa. Lo mismo ocurre en la interpretación mitológica, pues dondequiera que la gente encuentra símbolos cuaternarios –dígase en la mitología indígena de América del Norte, donde uno se vuelve hacia los cuatro puntos cardinales o donde las pinturas de arena son obviamente de una estructura cuádruplese dice que aquello significa las cuatro funciones, y se fija ese concepto al tema mitológico. Existen tres errores aquí. Primero, tomar los conceptos Junguianos y fijarlos como con un prendedor de seguridad en el material mitológico, es una empresa completamente estéril en sí misma, pues ello tergiversa los hechos fundamentales. En segundo lugar, usar los conceptos sin pensar en lo que realmente quieren decir y en qué se basan. Y tercero, en este caso especial es un error fundamental, porque si usted piensa por un momento, se da cuenta que lo que podemos ver en el material mitológico es material inconsciente. Los Navajos, por ejemplo, no han concebido sus pinturas de arena y sus mandalas de manera consciente; dirían que les fueron revelados a ellos o a sus chamanes. Por consiguiente, aquellos primitivos e incluso evolucionados temas mitológicos cuaternarios son auto-manifestaciones del inconsciente colectivo, de manera que no podemos identificarlos con un fenómeno consciente, mientras que las funciones son modos de comportamiento de la consciencia. Tenemos que mirarlos más bien del siguiente modo. La consciencia evoluciona en la temprana infancia, como es sabido, desde el inconsciente. Desde nuestro punto de vista, el inconsciente es un hecho primario y la consciencia un hecho secundario. Por tanto la totalidad inconsciente y la estructura de la personalidad total existen en el tiempo antes que la personalidad consciente y podrían considerarse según se muestra en el diagrama siguiente. La consciencia en sí misma es un campo de representaciones, ya que las representaciones son solo llamadas conscientes en la medida en que se asocian con el complejo del ego. Si uno dice, “Yo sé que esto es así y así”, eso significa que esto es consciente para mí, es un hecho en mi campo de consciencia. Cuando las funciones se desarrollan en el campo de la consciencia –A, B, C, D, en el diagrama- allí surge desde abajo, primero digamos, la función del pensamiento, la cual luego se convierte en una de las principales funciones del ego, que usa principalmente la operación de pensar en la organización de su campo de consciencia. Lentamente otra función aparece y gradualmente todas ellas –bajo condiciones favorables- aparecen en el campo de la consciencia. De este modo se obtiene una estructura cuádruple en la consciencia la cual refleja exactamente la estructura pre9
consciente cuádruple. Tenemos un cuaternio de funciones en la consciencia porque existe ya una tendencia innata para construir dicha estructura cuádruple en el inconsciente. Los productos mitológicos por regla general reflejan la estructura básica (el círculo), pero ellos no representan su espejismo en la consciencia, por decirlo así. Esto es debido a que si nosotros intentamos fijar los conceptos del pensamiento, sentimiento, y así sucesivamente en el fenómeno mitológico, siempre la pasamos mal, porque estamos tratando de conectar de manera equivocada. Es como si intentáramos identificar el resultado con la causa. Si, por consiguiente, tenemos un fenómeno cuádruple en la mitología, es mejor decir que representa la estructura arquetípica general de la psique, la cual, entre otras cosas, ha producido la tendencia siempre a desarrollarse en las cuatro funciones en la estructura de la consciencia. La cuestión ha sido planteada con frecuencia en el sentido de por qué en la tierra debe haber cuatro funciones. ¿Por qué no tres o cinco? Eso no se puede responder teóricamente; es simplemente cuestión de revisar los hechos y de ver si se puede descubrir más o menos funciones y otra tipología que fuera igualmente justificada. Para Jung fue un gran descubrimiento cuando él más tarde encontró la confirmación de su idea concebida de manera más intuitiva, en el hecho de que en todas partes en los mitos y el simbolismo religioso, aparece el problema de la estructura cuádruple de la psique y que, estudiando el comportamiento de sus pacientes, él aparentemente había hallado una estructura básica de la psique. Naturalmente, la estructura cuádruple básica de la psique, la cual significa más que solo las funciones conscientes, está en general representada, si aparece, como una auto-manifestación puramente primitiva del inconsciente, usualmente como un cuaternio indiferenciado. Existen los cuatro principios más o menos de la misma clase: cuatro colores, o ángeles o dioses, etc. Cuanto más se relacionan con la consciencia, más tienden a convertirse en tres animales y un ser humano, o tres dioses buenos y uno malo, y después se llega a aquellos mandalas más diferenciados donde los cuatro polos de la estructura cuaternaria son diferentes entre sí. Esto es particularmente cierto si se está tratando con material que ha sido elaborado en gran medida de manera consciente, cuando se encuentra el problema clásico del tres y del cuatro, respecto del cual Jung ha escrito bastante. Esto significa que cuando, desde esta estructura básica, una u otra función se hace consciente, o cuando bajo condiciones óptimas tres funciones se hacen conscientes, esto tiene el efecto de que la estructura básica también cambia, pues ni en la psicología ni en ningún otro campo de la realidad existe un curso unilateral de acción; porque si el inconsciente vigoriza un campo de la consciencia, la repercusión de dicho cambio produce una alteración en la estructura inconsciente también. Por consiguiente, en los sueños y en el material mitológico se encuentra que esta estructura básica también aparece en forma alterada, de lo cual puede concluirse que una parte del problema de las funciones se ha hecho ya consciente de modo que, debido a la oposición, incluso la estructura básica tiene esta forma cambiada o modificada. Además hay mandalas que se encuentran principalmente en las civilizaciones superiores, tales como las imágenes de los cuatro evangelistas donde tres son animales y una un ser humano. Este tema apareció previamente en la mitología egipcia en los cuatro hijos de Horus, representado con tres animales y una cabeza humana, así mismo como los otros tergiversados mandalas, en los cuales existe una cierta tensión dentro de la estructura, por lo general entre el tres y el cuatro en particular. Me gustaría dar un breve bosquejo del modelo de las cuatro funciones en la psicología Junguiana. Jung primero diferenció dos tipos actitudinales: el extravertido y el introvertido. En el extravertido, la libido habitualmente fluye de manera consciente hacia el objeto, pero existe también una inconsciente oposición secreta hacia el sujeto. Para el extravertido el movimiento oculto hacia el sujeto es por lo general un factor inconsciente. En el caso del introvertido ocurre lo opuesto, ya que él siente como si un objeto lo abrumara de manera constante, de modo que tiene que retirarse continuamente de éste pues todo recae en él; está constantemente abrumado por las impresiones, pero no es consciente del hecho de que él secretamente está tomando prestada, o prestando, energía psíquica al objeto a través de su propia extraversión inconsciente.
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Expresado brevemente, eso representa la diferencia entre el extravertido y el introvertido y entonces, si usted toma las cuatro funciones de sensación, pensamiento, sentimiento e intuición, cada una de las cuales puede ser extravertida o introvertida, obtiene ocho tipos: pensamiento extravertido, pensamiento introvertido; sentimiento extravertido, sentimiento introvertido; intuición extravertida, intuición introvertida, sensación extravertida, sensación introvertida. Antes de seguir adelante con ejemplos prácticos, me gustaría caracterizar la función inferior en su comportamiento general. Se puede decir que todas las funciones superiores en un individuo, sea en un caso pensamiento y en otro sentimiento, tienen una tendencia a comportarse de cierto modo, y que la función inferior en un individuo, independientemente de lo que pueda ser, tiene un tipo de comportamiento general. El comportamiento de la función inferior está estupendamente reflejado en muchos mitos y particularmente en muchos cuentos de hadas, donde existe un modelo muy extendido de la estructura siguiente. Un rey tuvo tres hijos. Él prefería a sus dos hijos mayores y el más joven era considerado como un ser estúpido o tonto. El rey luego señala una tarea en la cual los hijos deben encontrar el agua de vida, o la más bella novia, o ahuyentar a un enemigo secreto que cada noche roba los caballos, o las manzanas doradas del jardín real. En general los dos hijos mayores se exponen y no llegan a ninguna parte o se quedan atascados, y luego el tercero, ensilla su caballo y todos se ríen y le dicen que él debería mejor quedarse en casa junto a la estufa, a donde él pertenece, pero es él quien por regla general ejecuta la gran tarea. Esta cuarta figura –él es el tercer hijo pero la cuarta figura en la disposición- tiene, de acuerdo con los mitos, cualidades diferentes. Algunas veces es el más estúpido o el más joven, a veces es un poco torpe y algunas otras un completo tonto. Existen diferentes versiones, pero él siempre está en alguna categoría semejante. En un bello cuento de hadas ruso, es considerado como un completo idiota y los dos hermanos mayores cabalgan sobre maravillosos caballos del establo de su padre, pero el más joven toma un pequeño caballo peludo y lo monta de manera equivocada –con la cabeza hacia la cola del caballo- y sale mal, ridiculizado por todos. Él es, por supuesto, Iván el héroe ruso, quien hereda todo. La historia del tonto o el idiota a veces ocurre por fuera de la disposición general de las cuatro figuras, de manera que él es el héroe muy desde el comienzo. Luego está el tema del pulgar o el lisiado, o muy a menudo del soldado que ha desertado o que ha sido herido y relevado del ejército y está perdido en los bosques, donde comienza la gran aventura. O puede ser un pobre campesino quien se convierte en rey o hereda el reino, y en todos estos desde el mismo comienzo de la historia, usted sabe que ello atañe a algo más que las cuatro funciones, ya que el tonto es una figura religiosa arquetípica que abarca más que solo la función inferior; él implica una parte total de la personalidad humana, o incluso de la humanidad misma, y representaría lo que quedó atrás y que por tanto aún tiene la totalidad original de la naturaleza, de modo que tiene principalmente un sentido religioso. Pero en la mitología, tan pronto como el tonto aparece como el cuarto en un grupo de personas, tenemos cierto derecho para asumir que él refleja el comportamiento general de una función inferior. He intentado a menudo, al interpretar los cuentos de hadas, ir más lejos en los detalles y llamar al rey la función pensamiento y al cuarto hijo la función sentimiento, pero en mi experiencia, eso no funciona. Usted tiene que torcer el material y hacer algunos trucos deshonestos si fuerza el material de este modo. De esta forma, he llegado a la conclusión de que no podemos ir tan lejos, y que debemos solo decir que en la mitología dicho tercer hijo, o tonto, simplemente representa un símbolo del comportamiento general de la función inferior, cualquiera que sea; no es ni individual ni específica, sino una estructura general. Eso es absolutamente correcto pues si se estudian los casos individuales, se verá que la función inferior tiende a comportarse después de todo a la manera de semejante héroe “tonto”, el tonto divino o héroe idiota, quien representa la parte despreciada de la personalidad, la parte ridícula e inadaptada pero también aquella parte que reconstruye la conexión con la totalidad inconsciente de la persona. Hay algo más en lo que hay que ser cauteloso y es que en los diversos mitos donde el tercer hijo tonto encuentra el agua de la vida o el pájaro de oro, vence al dragón o conduce a casa a la bella princesa o hereda el reino, etcétera, uno está muy tentado a interpretarlo como el puente al 11
inconsciente, porque los precedentes son todos símbolos de lo que asumimos que se encuentra en el inconsciente. No obstante, no debemos olvidar que todo el proceso mitológico simboliza todo en el inconsciente, ni tampoco que para un introvertido el inconsciente muy a menudo ¡aparece afuera! Por tanto, es bastante correcto decir que el tercer hijo o la cuarta figura en la disposición, establece el puente al inconsciente, pero esto no debe implicar que el inconsciente sea siempre experimentado como estando “adentro”, pues eso solo se aplica a un extravertido ya que la función inferior tiene el tipo actitudinal opuesto de la función consciente. Un tipo pensamiento introvertido tendrá sentimiento extravertido inferior mientras que un intuitivo extravertido tendrá sensación introvertida inferior y así sucesivamente. Se puede decir que la función inferior siempre establece el puente hacia el inconsciente, y en el caso de un introvertido está por lo general avanzando hacia una proyección inconsciente la cual aparece afuera. De este modo podría decirse que la función inferior está siempre dirigida hacia el inconsciente y al mundo simbólico, pero no está dirigida al interior o al exterior; esto último varía individualmente. Si la función inferior de un introvertido se mueve afuera, entonces significa que la esfera exterior adquirirá una cualidad simbólica para esa persona. Por ejemplo un tipo pensamiento introvertido tiene una función sentimiento inferior, por tanto el movimiento será hacia los objetos externos, es decir, hacia las otras personas; pero tales personas externas tendrán un significado simbólico para la persona, siendo conductoras de los símbolos del inconsciente. El significado simbólico de un hecho inconsciente aparece afuera, como la cualidad de un objeto externo, prima vista. Pero si un introvertido con su habitual modo de introyectar dice que no necesita telefonear a la señora fulana de tal, pues ella es precisamente el símbolo de su ánima y por tanto es simbólica, y la persona externa no importa pues solamente sucedió que su proyección cayó allí, entonces él nunca llegará al fondo de su función inferior o nunca la asimilará como un problema. Esta es la razón por la cual el sentimiento de un tipo pensamiento introvertido en general es auténticamente extravertido, y con tal trampa él simplemente intenta agarrarse a su función inferior por medio de su función superior y la jala hacia adentro. Él introyecta en el momento equivocado a fin de mantener la predominancia de su función superior sobre su función inferior. Un introvertido que quiere asimilar su función inferior debe relacionarse con los objetos externos, pero teniendo presente que ellos son simbólicos. Él no debe, sin embargo, sacar la conclusión de que son solo simbólicos y que por eso se puede prescindir de ellos. Eso es un truco muy asqueroso y deshonesto que muchos introvertidos desempeñan con su función inferior. Naturalmente los extravertidos hacen la misma cosa, solo que de un modo menos directo. Por consiguiente, no debe decirse que la función inferior esté dirigida hacia el interior, o vuelta hacia dentro del inconsciente, sino que la función inferior está dirigida hacia el inconsciente, sea que éste último aparezca en el interior o el exterior, y que es siempre la conductora de las experiencias simbólicas, las cuales pueden venir desde adentro o desde afuera. En el caso de los extravertidos, he visto con frecuencia que el inconsciente aparece directamente desde adentro como una visión o como una fantasía. De este modo con frecuencia me ha impresionado el hecho de que los extravertidos, cuando ellos se acercan a su otro lado, tienen una relación mucho más pura con el mundo interior que el introvertido. ¡Incluso he sido bastante celosa! He visto que ellos tienen una relación ingenua, auténtica y pura con los hechos internos, ¡pues pueden tener una visión y tomarla inmediatamente de manera seria, bastante ingenuamente! En un introvertido ésta es siempre tergiversada por su sombra extravertida, la cual arroja dudas sobre ella. De este modo puede decirse que si un extravertido cae en su introversión, será especialmente auténtico, puro y profundo. Es por eso que usualmente los extravertidos están tan orgullosos de esto que alardean ruidosamente que son grandes introvertidos. Ellos tratan de convertir en una pluma su gorra –lo cual es de nuevo típicamente extravertido- ¡y con eso arruinan todo! Pero realmente, si ellos no echan a perder todo con la vanidad, los extravertidos pueden tener una introversión mucho más infantil, ingenua, pura y realmente auténtica que los introvertidos. Los introvertidos por su parte, si despiertan a su extraversión inferior, pueden esparcir un brillo de vida y ¡convertir su medio en un festival simbólico mejor que cualquier extravertido! Un introvertido puede dar a la 12
vida exterior una profundidad de significado simbólico y el sentimiento de la vida como un festejo mágico de alguna clase, lo cual el extravertido no puede. Si un extravertido va a una fiesta, piensa que todo el mundo es maravilloso y está listo para decir: “¡Vamos, hagamos que esta fiesta funcione!” Pero eso es simplemente una técnica, y la fiesta nunca alcanza en realidad la profundidad mágica, o sucede muy rara vez; permanece en el nivel de la superficie amable. Pero si un introvertido puede manifestarse con su extraversión de modo correcto él puede crear una atmósfera donde las cosas exteriores se vuelven simbólicas: tomar un vaso de vino con un amigo se convierte en algo parecido a una comunión, y así sucesivamente. Con el introvertido ello está vinculado con el exterior, al tiempo que con el extravertido ello está realmente adentro, si él se abre paso al otro lado. En los Tipos Psicológicos, Jung habla del empobrecimiento general de las actitudes del pensamiento extravertido e introvertido cuando éstas comienzan a desgastarse. Él dice: Mientras el extravertido realmente se rechaza a sí mismo en su completa dispersión entre los objetos, el introvertido, para librarse a sí mismo de todos y cada uno de los contenidos, tiene que contentarse con su mera existencia. En ambos casos el desarrollo más amplio de la vida está atestado por fuera del dominio del pensamiento en la región de otras funciones psíquicas que habían existido hasta ahora en relativa inconsciencia. El extraordinario empobrecimiento del pensamiento introvertido en relación a los hechos objetivos encuentra compensación en una abundancia de hechos inconscientes. Siempre que la consciencia, casada con la función del pensamiento, se confina dentro del más pequeño y más vacío círculo posible –aunque aparente contener la plenitud de la divinidad- la fantasía inconsciente se enriquece de manera proporcionada.... (2). Este es solo un ejemplo del gran problema que Jung consideró para describir cómo la lenta extralimitación de la función superior conduce a su degeneración neurótica. Él alude también a un hecho que juega un gran papel, a saber que en el caso de una persona que no ha sido analizada, la función inferior se intrusa dentro de la superior y la falsifica. Aquí, por ejemplo, él describe lo que pasa cuando al pensamiento introvertido se le exige un esfuerzo excesivo. Hubo una maravillosa demostración de esto hace algún tiempo en el caso de un profesor de filosofía quien realizó un ataque a la psicología del inconsciente en un periódico de Zúrich, el Neue Zurcher Zeitung. Él es un alumno de Heidegger y una demostración absoluta del pensamiento introvertido excesivamente esforzado o sometido. Esto tiene el efecto de que su ser no puede afirmar nada más allá de que ¡la vida es un fenómeno ontológico de la existencia! Él enriquece su afirmación con unos cuantos adjetivos solemnes más, ¡pero eso es todo a lo que asciende! Este pensamiento, que “la existencia realmente existe”, expresa una plenitud divina para él, como también lo fue para Parménides, y él no puede dejar de tranquilizarnos acerca de tal existencia a lo largo de varias páginas. Y luego dice, “Sin embargo el inconsciente sería un misterioso teatro de marionetas y fantasmas”. Allí tiene usted una ilustración absoluta de lo que Jung dice: “La fantasía inconsciente se enriquece proporcionalmente por una multitud de hechos arcaicamente formados, un verdadero pandemonio de factores mágicos”. Eso es exactamente lo que este profesor expuso en sus artículos –que la idea del inconsciente era terrible, que era precisamente un pandemonio teatral, y luego salvó su posición consciente diciendo que simplemente no existía, ¡que era solo una invención de los psicólogos! Esa fue una bella ilustración práctica de lo que Jung, en las frases citadas dice. Para agregar a lo que Jung dice allí, si usted excede una de las actitudes conscientes, no solo la empobrece y pierde su fertilidad, sino que además la contra-función inconsciente (en un tipo pensamiento sería sentimiento) se inmiscuye en la función principal pasando sus límites, y la falsifica. Eso era obvio en los artículos de este profesor, lo cual demuestra que el sentimiento estaba realmente interesado en instruir a la humanidad en cuanto a lo absurdo de la idea de la psicología del inconsciente. Él perdió íntegramente el estilo objetivo al cual estamos acostumbrados en la discusión científica, y sintió que era un profeta cuya misión era salvar a la humanidad de algún veneno maligno; de esta manera, se veía que su moral entera o su función del sentimiento contaminó a su pensamiento. Su pensamiento se volvió subjetivo en vez de objetivo y era obvio que él no había leído siquiera la 13
literatura sobre la psicología del inconsciente, ¡ni siquiera los principales libros! Él solo estaba profundamente interesado en salvar a la humanidad de semejante doctrina venenosa. Otra forma en que la función inferior con frecuencia se intrusa sobre la superior es visible en el muy aterrizado y realista tipo sensación introvertido. Los tipos sensación, sean introvertidos o extravertidos, son por lo general bastante buenos en su relación con el dinero y en no ser demasiado extravagantes, pero si semejante tipo exagera esto, entonces su intuición inferior se complica. Por ejemplo, conocí un tipo sensación quien se volvió locamente tacaño y prácticamente no pudo ya progresar más en la vida –bien, en Suiza ¡todo cuesta algo! Cuando uno intentaba averiguar donde se originó esta repentina tacañería –hasta ahora él había sido solo moderadamente tacaño como la mayoría de la gente en Suiza- se notaba que él producía cualquier cantidad de presentimientos oscuros: podría tener un accidente y ser incapaz de trabajar y apoyar a su familia, algo podría suceder a su familia, su esposa podría tener una larga enfermedad, su hijo podría fallar en sus estudios y necesitar más años de lo usual, su madrastra, una mujer muy rica, podría repentinamente enfurecerse con él y dejar su dinero a otra familia en vez de a la suya, etcétera, etcétera. Aquellos son ejemplos de los oscuros temores de lo que podría suceder, lo cual es típico de una intuición negativa inferior. Solo se contemplaban las oscuras posibilidades pero él no encaraba el hecho de que tenía semejantes expectaciones melancólicas del futuro, pero las primeras apariciones de su intuición inferior en cambio, reforzaron su sensación de un modo equivocado haciéndolo tacaño. La vida ya no fluyó más pues todo fue falsificado por la invasión de la intuición inferior. En este caso, cuando llega el tiempo del desarrollo de las otras funciones, existen por lo general varios fenómenos: la función superior degenera como un carro viejo que comienza a irse a pique y desgastarse, el ego se fastidia de la función superior porque todo lo que usted puede hacer muy bien se vuelve aburrido y, más allá de eso, la función inferior, en vez de aparecer en su propio campo, tiende a invadir a la función principal, dándole una sacudida inadaptada y neurótica. Uno se confronta en estos términos con un neurótico mixtum compositumde un tipo pensamiento quien ya no puede pensar más, o un tipo sentimiento quien ya no presenta más ningún sentimiento agradable. Luego hay una etapa transicional donde las personas no son ni pez ni carne ni buen arenque rojo, ¡sino sólo terribles! Antiguamente eran buenos pensadores, pero ya no pueden pensar más y no han alcanzado un nuevo nivel. Es por tanto muy importante conocer el tipo de uno y reconocer lo que el inconsciente está ahora proyectando, de lo contrario uno está atrapado desde atrás. La diferenciación de los tipos realmente arranca en la primera infancia. Por ejemplo, las dos actitudes de extraversión e introversión se pueden ver en un niño de un año o un año y medio, si bien no siempre de manera muy clara. Jung en una ocasión habló de un niño que no entraba a un cuarto antes de que hubieran sido dichos los nombres de los muebles del cuarto –mesa, silla y así sucesivamente- después de lo cual se movería hacia un objeto en el cuarto. Eso es típico de una actitud definitivamente introvertida, en la cual el objeto es aterrador y tiene que ser desterrado o puesto en su lugar por una palabra: un gesto propicio por el cual el objeto se hace conocido y no puede portarse mal, pues una mesa debe seguir siendo una mesa, a fin de que usted pueda caminar hacia ella. En semejantes pequeños detalles, si uno sabe cómo buscarlos se puede observar la tendencia hacia la introversión o extraversión en un niño muy pequeño. Las funciones naturalmente no se presentan tan tempranamente en todos los casos, pero en la etapa del Jardín usualmente se puede observar el desarrollo de una función principal por una preferencia hacia alguna ocupación, o por el comportamiento del niño hacia otro niño; pues tanto los niños como los adultos tienden a hacer frecuentemente lo que ellos pueden hacer bien y a no hacer las cosas que no pueden hacer bien. Probablemente la mayoría de ustedes hizo igual que yo con su trabajo de escuela; si usted fue talentoso en matemáticas, eso es lo que hacía primero y dejaba todo lo que para usted no era bueno para el final y nunca hacía primero las cosas que no le gustaban, lo cual es algo que muy pocas personas hacen, pues la tendencia natural es aplazar las acciones o desatracar sobre otras personas los asuntos en los cuales usted no se siente superior. A través de semejante comportamiento natural la unilateralidad innata se incrementa cada vez más. Y luego viene la actitud familiar según la cual el niño que es muy inteligente debe estudiar después o el niño que es talentoso en materias prácticas 14
debe convertirse en un ingeniero, de manera que el medio refuerza las tendencias unilaterales existentes, los así llamados “dotados”. De este modo existe un incremento en el desarrollo de la función superior y un lento retraso del otro lado de la personalidad. Este es un proceso inevitable e incluso tiene grandes ventajas. Mucha gente encaja justo dentro de este modelo y usted puede descubrir su tipo inmediatamente, pero otros pueden ser muy difíciles de definir. Incluso las personas mismas tienen conflictos para averiguar su propio tipo, lo cual es muy frecuente debido al hecho de que son tipos tergiversados. Este es un acontecimiento no muy habitual, pero sucede en casos donde alguien naturalmente tendría que convertirse en un tipo sentimiento o un intuitivo, pero fue forzado por el ambiente a desarrollar otra función. Supóngase un muchacho que nace como un tipo sentimiento en una ambiciosa familia intelectual. Todo su entorno ejercerá presión sobre él para convertirlo en intelectual, y su posibilidad original como un tipo sentimiento estará frustrada o desperdiciada. Por lo general, en semejante caso él es incapaz de volverse un tipo pensamiento –lo que sería un paso demasiado remoto- pero él bien podría desarrollar la sensación o la intuición, una de las funciones auxiliares, a fin de estar relativamente mejor adaptado a su medio, pues su función principal está simplemente “afuera”, en el medio en el cual él crece. Los tipos tergiversados tienen ventajas y desventajas. La desventaja es que desde muy al comienzo ellos no pueden desarrollar completamente su disposición principal, la cual permanece por consiguiente un poco debajo de la marca que ellos habrían alcanzado si se hubieran desarrollado de modo unilateral. Por otra parte, han sido forzados por anticipado a hacer algo que en la segunda mitad de la vida ellos habrían tenido que hacer de todos modos. En el análisis, uno puede con frecuencia ayudar a las personas a desviarse hacia atrás al tipo original, y ellos son entonces capaces de restablecer alguna otra función muy rápidamente y alcanzar una etapa desarrollada, pues la disposición original es una ayuda en esa dirección. Ellos son como un pez que puede ahora retornar felizmente a su agua. Lo que determina la disposición básica original no es conocido. Jung, en una breve descripción al final de los Tipos Psicológicos, dice que probablemente tiene una base biológica. ÉL señala, por ejemplo, las dos formas en las que una especie animal se adapta a la realidad: propagándose tremendamente con un mecanismo de defensa muy pequeño, por ejemplo en pulgas y piojos o conejos; o vigorizando en forma tremenda los mecanismos de defensa, como en erizos o elefantes, entre los cuales la propagación se reduce a un grado relativamente pequeño. De esta manera, ya en la naturaleza existen dos posibilidades para habérselas con la realidad externa: o usted mismo se defiende contra ella, manteniéndola a distancia mientras reconstruye o vigoriza su propia vida interponiendo un mecanismo de defensa contra la abrumadora realidad, o se derrama, por decirlo así, en ella y de ese modo, la vence o conquista –lo cual también se corresponde con los impulsos sexuales y de poder. La base es una de estas dos. Aquello sería un introvertido y un extravertido funcionando en la esfera biológica. Cuando Jung publicó sus libros sobre los tipos, no se había dado a conocer mucho sobre el comportamiento animal, pero si usted estudia los libros modernos verá que entre los animales, en la mayoría de modelos de comportamiento, hay un mixtum compositum de factores internos y externos. En estos términos algunos aspectos del comportamiento animal vienen más de adentro, es decir, entran en juego sin ningún estímulo externo, mientras otro comportamiento animal depende más del estímulo externo. Es sabido que los monos antropoides superiores son incapaces de ejecutar el acto sexual a menos que hayan observado a otro mono y de ese modo aprendido, mientras que con otros animales sin haber visto alguna vez a animales de su especie apareándose, el instinto interior es suficiente. Pero si en un zoológico los monos superiores son criados sin que alguna vez hayan visto a un compañero consorte, de esta forma ellos permanecen ignorantes, lo mismo que un ser humano. Por tanto es obvio que el comportamiento de un animal depende en parte de un factor externo y en parte está condicionado por una disposición innata y que existe una interacción mutua entre los factores internos y externos. Existe además algunas veces cierta incertidumbre en el comportamiento animal. Se han realizado experimentos incubando huevos de cigüeña evitando a los huevos tener contacto con el grupo 15
social. Cuando los pájaros producidos de tales huevos son liberados en el tiempo que deberían volar a África del Norte, aquellas crías de huevos cuyo grupo vuela sobre Yugoslavia volarán sobre ese país, y aquellos producidos de huevos de pájaros que vuelan sobre España volarán sobre España a África –lo cual prueba que ellos confían completamente en su disposición innata interior la cual les dice cómo alcanzar África. Pero si una cría de cigüeña del grupo Yugoslavo se pone con los pájaros que vuelan sobre España, el pájaro volará con ellos y no seguirá su disposición innata. Esto muestra las dos posibilidades muy claramente: ser influenciado por los factores externos, por la influencia social de afuera, o simplemente seguir la disposición innata. Otra gran pregunta siempre es si cuando un animal que ejecuta el acto sexual o lucha o se alimenta, está solo siguiendo un impulso o actuando como una máquina, o si tiene algo parecido a una representación interior. Adolf Portmann da un ejemplo especial que muestra que mientras que un animal está actuando instintivamente, puede tener representaciones internas de lo que hace. Las ideas y representaciones son palabras peligrosas que los zoólogos tratan de evitar, pero ellos admiten que en la así llamada mente de un animal son imágenes internas. Se han realizado experimentos con un pájaro solitario en una jaula en la cual no tenía oportunidad de poner en práctica su instinto natural para pelear. Otro pájaro de la misma variedad fue introducido en la jaula y los dos disfrutaron de una gran lucha. Esto es vitalmente importante para un animal macho; contribuye a su bienestar si puede luchar con otro macho de su especie. Después de un rato el enemigo fue removido de la jaula, pero más tarde el pájaro repitió toda la pelea con un pájaro imaginario en una esquina de la jaula, obviamente teniendo una imagen del otro pájaro en su así llamada mente. Existe una analogía –aunque las palabras humanas son peligrosas y Portmann tartamudea cuando da este ejemplo- pero podemos ciertamente decir que hay una forma previa de lo que llamaríamos una representación interior –una imagen de recuerdo. Es lo que uno mismo hace algunas veces: uno tiene una pelea con alguien y luego en el camino a casa uno repasa totalmente la cosa en la mente con esta persona. Otra dificultad para definir el propio tipo o el de otras personas es que si la gente ya ha alcanzado la etapa de estar fastidiada con su función principal, con frecuencia le aseguran con absoluta sinceridad que ellos pertenecen al tipo opuesto del que realmente son. El extravertido jura que él es profundamente introvertido, y viceversa. Esto viene del hecho de que la función inferior subjetivamente se siente que es la verdadera. Se considera a sí misma la actitud más importante o auténtica, por tanto un tipo pensamiento, ya que él sabe que todo en su vida importa desde el aspecto del sentimiento, le asegurará a usted que él es un tipo sentimiento. En este caso, cuando se está tratando de encontrar el propio tipo, uno nunca debe preguntarse, “¿Qué es lo que más me importa?” sino mas bien “¿Qué es lo que más hago habitualmente?” Un extravertido puede ser constantemente extravertido pero le asegurará, y lo dirá de veras, que él es profundamente introvertido y que solo está interesado en el mundo interior. Eso no es un engaño, es como él se siente, pues sabe que aunque pueda ser solo por un minuto al día, en ese minuto en el cual él se introvierte está cerca de sí mismo: allí él es real. Además en la esfera de la función inferior uno está agobiado, uno es infeliz, se hace un gran problema de uno, se está constantemente impresionado por las cosas, y por consiguiente, en cierto modo, la intensidad de la vida es con frecuencia mucho más grande en el reino de la función inferior, especialmente si la función superior está ya desgastada, de manera que naturalmente se tiende a definir el propio tipo de uno erróneamente. En la práctica, es más útil cuando uno quiere determinar el tipo preguntar cuál es la mayor cruz para la persona, dónde está su mayor sufrimiento, dónde siente que siempre se frustra y sufre el infierno. Eso por lo general apunta a la función inferior. Muchas personas, además, desarrollan dos funciones superiores tan bien que es muy difícil decir si la persona es un pensamiento-intuitivo o un intuitivo con buen pensamiento, pues las dos parecen ser casi igualmente buenas. A veces la sensación y el sentimiento están tan bien desarrollados en un individuo que usted tendría dificultad para acertar cuál es la primera, pero la persona intuitiva-pensamiento ¿sufre más por frustrarse con los hechos de la sensación o por los
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problemas del sentimiento? Aquí usted puede decidir cuál es la primera, con la otra bien desarrollada segunda función. Yo presupongo aquí que se conoce el esquema de Jung de los tipos, en el cual las dos funciones racionales, pensamiento y sentimiento son opuestas mutuamente, y de la misma manera la intuición y la sensación, tal como se muestra en el diagrama siguiente. Muy a menudo alguien dirá ingenuamente que es un tipo pensamiento y que ahora va a desarrollar su sentimiento, ¡qué ilusión! Si usted es un tipo pensamiento, usted primero puede ir a la sensación o a la intuición; esa es su elección, naturalmente influenciado por la disposición. A continuación pasa a la opuesta de las dos funciones secundarias y por último a la inferior, pero no puede cruzar directamente a la función opuesta. La razón es muy simple y es que ellas se excluyen entre sí por completo, son incompatibles. Tome el ejemplo de un funcionario quien tiene que planear la evacuación de la población de una ciudad de la mejor forma posible bajo determinadas condiciones. Desafortunadamente su propia esposa e hijos están en la misma ciudad. Si él cede a sus sentimientos, no desarrollará un buen plan racional. Él simplemente debe borrarlos de su mente y decirse a sí mismo que su trabajo ahora es planear la evacuación tan bien como pueda y considerará a sus propios sentimientos como sentimentalismo –es decir, los despreciará para liberarse a sí mismo. O de lo contrario tomará una decisión doble en la cual los demás tienen que ir en una dirección y su familia en otra, lo cual es desleal; pero es un hecho que en ciertas situaciones de la vida, el sentimiento y el pensamiento son bastante incompatibles y solo uno de los dos puede operar. Uno no puede hacer un salto directo desde la una a la otra, pero puede asimilar el pensamiento con la sensación o hacer que funcionen relativamente juntas muy fácil, y se puede combinar las otras dos con mucha facilidad, de manera que en el salto desde una función auxiliar a la otra usted no sufrirá tanto como si tuviera que saltar a la función opuesta, porque cuando uno tiene que pasar de la intuición a la sensación, se puede no obstante usar el antiguo pensamiento como juez, y cuando la intuición y la sensación pelean como locas, uno puede separarse de esa lucha por medio del pensamiento. Tomemos como ejemplo práctico un tipo pensamiento quien de manera primaria acopla su pensamiento con su intuición. El filósofo Nietzsche es un caso. Uno es bastante dudoso frente al hecho de si él tenía muy buen pensamiento o muy buena intuición; esta última es la mayor en su caso, pero las dos están muy bien combinadas y se mueven juntas. Kant también estaría más bien en el lado pensamiento-intuición. Dicho filósofo, si él quiere ampliar su campo de consciencia, podría producir hechos. Por lo general un filósofo, después de haber desarrollado en la juventud (el introvertido infiere todo desde adentro) cierto concepto de sus ideas, tendrá la necesidad de confrontar sus ideas teóricas e intuitivas con los hechos. Allí él entrará en cierta tensión entre su intuición y el lado con el que mira los hechos, porque los dos no se mueven juntos tampoco, pero él no estará en el completo infierno porque si la tensión es demasiado mala, él siempre se puede separar de la situación y decidir por su pensamiento; solo cuando llega a la función opuesta él tiene que renunciar. La raíz de su anterior actitud del ego hacia la vida es excluida. En este caso usted no puede saltar directamente, pero si usted tiene que dar el salto, es útil si ya ha desarrollado las dos auxiliares, las cuales no batallan tanto dentro de usted, antes de tener que sacrificar la función principal. Naturalmente, toda su vida usted se topa con la una y con la otra, pero aunque se pueda chocar con el funcionamiento momentáneo en otro campo, eso no es lo que se quiere decir con asimilar o desarrollar otra función. Si yo analizo un tipo pensamiento, nunca lo empujo al sentimiento de una vez; veo que las otras funciones sean asimiladas primero. Es un error olvidar la etapa intermedia, pues eso no funciona. Tome, por ejemplo, un tipo pensamiento que se enamora perdidamente de una persona completamente inadecuada debido a su sentimiento inferior. Si él ya ha desarrollado la sensación, lo cual implica cierto sentido de realidad y cierta cantidad de intuición –la capacidad para darse cuenta que hay gato encerrado- entonces no caerá en la tontería completa. Pero si él es un tipo pensamiento unilateral y se enamora de una persona inapropiada y no tiene sentido de realidad ni intuición, entonces allí sucederá lo que es tan bellamente representado en la película El Ángel Azul donde el 17
profesor se convierte en un payaso de circo al servicio de una vampiresa, porque no ha habido campos intermedios de donde él pudiera asirse –él es golpeado por su función inferior. Pero si su analista pudiera ver que, si bien él aún no tiene mucho sentimiento, por lo menos ha desarrollado cierto sentido de realidad, entonces puede vencer la dificultad con esa función intermedia. Pienso que es algo para tener en cuenta si uno es un analista –que uno nunca puede saltar a la función inferior. Por supuesto la vida lo hace, ¡pues a la vida no le importa! Pero el proceso analítico no debe ir en esa dirección y normalmente no lo hace, si uno sigue las insinuaciones dadas en los sueños, pues uno ve que la tendencia del proceso es que el desarrollo debe estar en un movimiento serpentino, la manera normal en la que el inconsciente intenta levantar la función inferior. Otra dificultad de las etapas tempranas, cuando se está desarrollando la función principal propia pero sin tocar todavía el problema de la función inferior, consiste en la tendencia en las familias a distribuir las funciones: un miembro es el introvertido de la familia y otro se convierte en el ingeniero práctico de la familia, un tercero es el visionario y profeta de la familia y así sucesivamente, y los demás felices desisten porque uno de los miembros puede hacerlo mucho mejor, así que ¿por qué molestarse si usted está derrotado ¡desde el comienzo!? Esto exalta maravillosamente los grupos vitales que funcionan bien y solo entran en conflicto cuando se desintegran. Existe una tendencia muy fuerte en la mayoría de las familias y también en otros grupos, a resolver el problema de la función distribuyendo las funciones y confiando en la buena función del otro. En el matrimonio, como Jung señaló, se tiende a casarse con el tipo opuesto, y de nuevo se está libre de la desagradable tarea de confrontar la propia función inferior, al menos así lo piensa uno por el momento. Esa es una de las grandes bendiciones y una fuente de felicidad en las primeras etapas de un matrimonio, cuando repentinamente todo el peso de la propia función inferior se ha ido y se vive en una encantadora unidad bendita con el otro ¡y todo el problema está resuelto! Es solo si uno de los compañeros muere, o si surge en uno de ellos la necesidad de desarrollar la función inferior en lugar de dejar esos aspectos de la vida al otro, que el problema comienza. Sin embargo con frecuencia en las primeras etapas del matrimonio se elige esta solución simbiótica y las personas no son conscientes de lo que están haciendo. Lo mismo sucede además en la elección de los analistas. Con frecuencia las personas escogen el tipo opuesto como analista. Por ejemplo, el tipo sentimiento no puede pensar y por tanto admira a una persona que puede pensar; de esta manera busca un analista con una fuerte función de pensamiento. Pero eso no es recomendable, porque si usted está siempre con alguien que lo sabe todo tan bien, usted acaba desanimándose y renunciando por completo, y solo le dejará todo el pensamiento a los demás. Usted se siente muy feliz porque ahora el pensamiento está atendido, pero esto no es bueno. Jung, por ejemplo, siempre gustaba de enviar personas con los mismos puntos ciegos entre sí, pues él decía que si dos idiotas se sientan juntos y ninguno puede pensar, entonces ellos entrarán en un conflicto tal que ¡por lo menos uno de ellos comenzará a pensar! ¡No importa si es el analista primero o el paciente! Sería, por supuesto, lo mismo con las otras funciones; la persona solo se sienta y espera a que la otra lo haga. Entonces ¡algo podría ocurrir! Si uno va al tipo opuesto, esto es algo que debe tenerse en cuenta, y el analista que debería ser el más responsable, debe ser especialmente cuidadoso de no exhibir su función superior demasiado. Él debe entonces, contra su sentimiento real, pretender constantemente que no sabe o que se siente incapaz, o que no tiene idea, etc. Él tiene que renunciar a su función superior para no paralizar los primeros tímidos intentos que su analizando podría hacer en este campo, desaprobándolos por medio de su superioridad. Lo mismo es válido para un intuitivo. El intuitivo por lo general se mete en problemas con respecto a sus asuntos monetarios tales que si se encuentra a un compañero que se haga cargo de eso y haga el presupuesto de la renta y llene las formas de impuesto sobre las rentas por él, nunca se convertirá en el héroe que dice: “¡No, yo no puedo hacerlo, por lo tanto debo aprender, por favor déjamelo a mí!”. Él suspirará con alivio y lo arrojará todo sobre el escritorio del tipo sensación y se sentirá muy feliz, pero entonces nunca logrará ningún contacto con la realidad. Usted ve esta clase de asociación en el análisis y en la vida familiar así como en la vida tribal primitiva, donde el curandero en general es el introvertido-vidente del tipo intuitivo, quien cuida el enlace con el futuro 18
y la germinación de las ideas y posibilidades. Además existe el tipo sensación quien es el buen y eficiente cazador o explorador, mientras que los caciques, que pertenecen a los tipos sentimiento y racional, guardan el orden ya sea con la función del sentimiento o con la función del pensamiento. Entonces nadie tiene que desarrollar nada; la gente solo se atiene a esas tribales funciones principales de la consciencia mientras que ellos permanecen en la dichosa inconsciencia. También sucede que las personas desatracan las funciones inferiores sobre los sirvientes. En los países donde aún hay sirvientes, ¡eso se hace con el más grande regocijo! El sirviente es un símbolo conveniente para la función inferior y naturalmente la gente tiende a contratar a alguien que pueda hacer las cosas que ellos no pueden y que esté dispuesto a hacer las cosas de las que ellos desean zafarse, por consiguiente, escogerán al sirviente con ese punto de vista en la mente. Las secretarias también pueden desempeñar la misma función y, de este modo, usted puede archivar el problema de desarrollar las funciones retardadas; pero entonces tiene otros conflictos, porque todo el asunto permanece en la proyección y el sirviente se comporta con el empleador como la función inferior se comporta con la función superior: él aparentemente se somete ¡pero secretamente lo tiraniza! Las personas que no pueden cocinar o siquiera coser un botón, son tiranizadas por una criada quien en virtud del hecho de que ella puede hacer estas cosas, lo decide todo. No puede ser desechada porque el empleador estaría perdido sin ella, en estos términos ellos son tiranizados desde el exterior de la misma manera como lo serían desde su propia función inferior interna. Muchos de los así llamados problemas sociales son realmente el problema proyectado de la función inferior, el cual con frecuencia se representa en los sueños bajo la apariencia de las personas de los estratos simples de la población o los obreros. El inconsciente los usa como un símil para mostrar qué de la función inferior ha persistido en ese nivel, pero las personas no entienden esto y proyectan, pues desprecian y temen a los obreros al mismo tiempo. Se puede decir que alguien que no tiene desahogo y que no conoce su propia función inferior es socialmente desadaptado. Él no puede armonizar con la gente simple y tenderá a tener problemas o a supeditarlos, porque les teme en secreto. Desde luego en las organizaciones sociales donde existen minorías raciales, hay una tendencia incluso más grande de parte de la mayoría a proyectar la función inferior. En tal caso surge incluso el hermoso hecho simbólico de que la función inferior es, por así decirlo, de otra raza, verdaderamente muy diferente de uno mismo; se siente extraña y diferente de lo que uno es, de manera que una persona de otro medio racial es un gancho apropiado sobre el cual colgar la proyección, y eso perturba las relaciones sociales en sumo grado. Por tanto, desarrollar la función inferior propia es, en cierto modo, una obligación social también. Hasta que uno haya hecho esto y se haya ocupado de la propia función inferior, se tenderá al comportamiento unilateral y asocial, porque esa es la manera original. Tome las cuatro castas de la India, por ejemplo: usted solo distribuye ciertas funciones y por consiguiente se mantiene alejado de los problemas manteniendo así su unilateralidad. Al bosquejo general de la función inferior también pertenece el hecho de que ésta es por lo general lenta en contraste con la función superior. Jung la llama infantil y tiránica. Esta lentitud es de hecho uno de los grandes problemas de la función inferior, lo cual es una razón de por qué las personas odian comenzar a trabajar sobre ella, pues la reacción de la función superior se manifiesta en forma rápida y bien adaptada mientras que muchas personas no tienen idea de dónde está realmente su función inferior. Por ejemplo, los tipos pensamiento no tienen idea de si ellos tienen sentimiento o qué clase de sentimiento es. Ellos tienen que sentarse durante media hora y meditar en cuanto a si tienen algún sentimiento acerca de algo, y si es así, qué es. Si usted pregunta a un tipo pensamiento qué siente, él por lo general responde con un pensamiento o da una rápida reacción convencional, y si usted luego insiste en saber qué en realidad siente, él no sabe, y desarraigarlo de sus entrañas, por así decirlo, puede tomar media hora. O si un intuitivo llena una forma de impuestos, necesita una semana donde a otras personas les tomaría un día. Él simplemente no puede hacerlo, o si lo hace con precisión, se demora eternamente. Conozco una mujer introvertida intuitiva -¡ir con ella a escoger una blusa! ¡Nunca más! Toma una eternidad, ¡hasta que la tienda entera enloquece! Pero ello no puede acelerarse y no ayuda impacientarse. Es terrible, y naturalmente eso es tan desalentador respecto a desarrollar la función inferior, porque uno no tiene el tiempo. 19
A veces las personas tienen dos funciones muy altamente desarrolladas y las otras dos están muy subdesarrolladas. Eso sucede cuando un temperamento muy fuerte e impulsivo logra que el desarrollo de la función principal marche muy bien. Puede decirse que esa es la desventaja de la eficiencia. Las personas perezosas nunca tienen tales funciones tan fuertemente divididas como las personas eficientes, de manera que las personas perezosas tienen su peculiaridad – ¡por sí mismas! Ellos nunca exageran la unilateralidad, la eficiencia de la función principal, y entonces desde luego las otras funciones no están completamente tan sumergidas. Existe también otro punto que nunca se debe olvidar: esta teoría de las funciones no dice nada sobre el nivel cualitativo. Por ejemplo, un tipo sensación puede no ser un ingeniero particularmente eficiente o práctico, mientras que otro tipo sensación podría ser muy altamente diferenciado. El nivel cualitativo total de la personalidad puede ser muy diferente, y hay muchos tipos pensamiento que no se vuelven Einstein, a pesar de que el pensamiento sea su función principal. Así, si nosotros decimos que este es tal o cual tipo, ello se refiere simplemente al funcionamiento habitual y no a su cualidad. El nivel de la cualidad parece ser un asunto otorgado. Hay un viejo dicho que dice que usted no puede hacer un bolso de seda de la oreja de una marrana, pero por otra parte es muy peligroso juzgar prácticamente desde el comienzo diciendo que este chico nunca llegará muy lejos, o que no progresará mucho. Algunas veces ocurren cosas bastante sorpresivas. Es muy difícil juzgar el nivel de manera práctica, pero yo diría que existe algo como un nivel que no puede ser trascendido y que es más o menos innato. A veces por medio del tratamiento analítico usted puede mejorar el nivel general inesperadamente. Sin embargo, usted nunca puede probar científicamente que lo ha hecho. Puede cuando bien decir que ese nivel existía y que estaba simplemente obstaculizado en la salida. Usted no puede resolver la cuestión. Según el resultado, usted puede decir que el análisis puede desarrollar el nivel cualitativo, o que éste estaba allí y que el proceso simplemente ha removido el obstáculo. Hoy día damos demasiada importancia a las pruebas C. I. (Cociente de Inteligencia). Yo diría que existe también un “C. I. del sentimiento”. Los franceses tienen una expresión que habla de la intelligence du coeur –la inteligencia del corazón. Existen personas que no pueden pensar pero que tienen una tremenda inteligencia del corazón y son entonces considerados en general altamente inteligentes, no obstante su inteligencia reside en el corazón, por así decirlo. Las mujeres con frecuencia tienen esta inteligencia del corazón y se echan al bolsillo a un muy inteligente esposo con ella. Lo mismo funciona para la intuición y la sensación. Todas ellas pueden ser altamente inteligentes, ¡o bastante estúpidas! Esa es la razón por la que nosotros preferimos hablar de la diferenciación de las funciones, más bien que del C. I. de una persona. NOTAS (1) C. G. Jung, (2) Ibíd., paras. 628ss.
Psychological
Types,
CW
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(1971).
RASGOS GENERALES DE LA FUNCIÓN INFERIOR Este documento es la segunda parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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Existen algunas cualidades generales que caracterizan a la función inferior, cualquier cosa que ella sea. Una de ellas es que la función inferior no está adaptada a la sociedad. Un aspecto es, por ejemplo, su lentitud. Asimilarla e incluso permitirle a la función inferior surgir, toma gran cantidad de tiempo. Si un tipo sentimiento quiere pensar, él se sentará ocho horas a escribir dos páginas – como mucho. Si un tipo pensamiento quiere darse cuenta de su sentimiento, tiene que meditar por horas hasta que sienta que siente, pues él no sabe siquiera lo que siente, no obstante tiene una extraña clase de reacciones simpáticas nerviosas en la parte más baja de su cuerpo y tiene que meditar sobre éstas por largo rato hasta que éstas brotan como una especie de sentimiento. Si usted pregunta a un tipo pensamiento qué siente, por regla general le lanzará una cantidad de respuestas convencionales pero cuando usted le pregunta por lo que verdaderamente siente, él está aturdido y dice que no sabe. Si usted lo deja inquietarse por un largo rato, él lentamente se dará cuenta de lo que en verdad siente. Lo mismo es cierto para la sensación cuando ésta es la función inferior, por lo cual es que cuando los intuitivos comienzan a trabajar sobre su sensación inferior, ellos llegan a ser tremendamente rígidos, demasiado pedantes, y tienen que ser extraordinariamente precisos de un modo terriblemente lento. Esto no se puede remediar; es una etapa que no se puede pasar por alto. Si las personas pierden la paciencia de nuevo y dicen al diablo con eso, y se han sentado todo el día obteniendo solo ese resultado, significa que ellos se dan por vencidos y eso es desesperante, pues simplemente quiere decir que ellos cortan la cuarta función y la reemplazan por alguna especie de mecanismo artificial –por una muletilla. El proceso no puede ser acelerado, o solo en cierta medida, pero nunca a la velocidad de la función superior, y por muy buenas razones, porque si se piensa en la crisis de la vida, los problemas del envejecimiento y los reveces interiores, entonces esta retardación de todo el proceso vital que hace brotar la función inferior es precisamente el asunto que se necesita. De esta manera la lentitud no debería ser tratada con impaciencia ni tratando de educar “la detestable función inferior”; uno debe más bien aceptar realmente el hecho de que en este reino se tiene que perder tiempo y que ese es justamente el valor de ello, porque eso le da al inconsciente una oportunidad para entrar. Otro aspecto típico de todas las funciones inferiores que además está relacionado con su inadaptación y primitivismo, es su susceptibilidad y tiranía. La mayoría de la gente, cuando se trata ligeramente la cuestión de su función inferior, de alguna manera, se vuelve terriblemente pueril, frívola y quisquillosa; ellos no pueden resistir la más leve crítica porque siempre se sienten atacados pues son inseguros de sí mismos y, con eso, naturalmente ellos tiranizan a todo el mundo a su alrededor; todos tienen que caminar cuidadosamente. Si usted quiere decir algo acerca de la función inferior de otra persona, es como caminar sobre huevos, pues las personas simplemente no pueden resistir ninguna crítica allí, y se requiere un rite d´entrée, esperando el momento preciso de una atmósfera pacífica, y luego cuidadosamente, con un largo discurso introductorio, se podría superar alguna ligera crítica sobre la función inferior. Pero si usted les dispara alguna crítica a las personas, ellos se aturdirán y se volverán absolutamente emocionales y la situación se arruinará. Yo aprendí esto por primera vez con absoluto asombro hace muchos años, cuando estaba estudiando. Una compañera de estudio me mostró un artículo que ella había escrito. Ella era un tipo sentimiento y el artículo era muy bueno, pero en un pasaje menor, donde ella se desvió de un tema a otro, me pareció que había una laguna en la conexión de pensamiento. Lo que ella decía era bastante correcto, pero entre los dos pasajes, para un tipo pensamiento, la transición lógica faltaba, si bien para mí era muy fácil de ver. De manera que le dije que pensaba que era un excelente artículo pero que en una página ella podía hacer una mejor transición, ya que allí había un salto de un tema a otro, y si uno mismo no pensaba bien, no se lograba la conexión inmediata. Ella se puso absolutamente emocional y dijo, “Oh, bien, entonces todo está arruinado, yo debo simplemente quemarlo” y me lo quitó de la mano, diciendo, “¡Yo sé que es basura, debo quemarlo por completo!” Se lo arranqué de la mano y le dije, “¡Por amor a Dios, no lo queme!” “Bueno”, dijo “Yo sabía que usted pensaría que era basura”, y ella siguió así sin cesar. Cuando la tormenta terminó fui capaz de entrar en palabra y dije, “Usted no necesita ni siquiera re-escribirlo; solo necesita insertar una pequeña frase para hacer la transición –solo una oración entre estos dos parágrafos” ¡La tormenta arrancó de nuevo y yo me di por vencida! La vi después y ella me contó que la noche 21
después de eso ella soñó que su casa se incendiaba y que típicamente el fuego arrancaba en el techo. Yo pensé, “¡Dios mío, estos tipos sentimiento!” Para ella, escribir el artículo había sido un logro, publicar algunas reflexiones había estado en el límite de lo que ella podía hacer y entonces no pudo siquiera resistir aquello un poco –no era ni siquiera la crítica-, sino incluso la idea de que podía ser mejorado un poco. Aquel es un caso extremo de lo que siempre pasa con la función inferior en la mayoría de las personas. Ellos tiranizan su medio siendo quisquillosos, pues toda susceptibilidad es una forma de tiranía secreta. Las personas sensitivas son precisamente personas tiránicas –todo el mundo también tiene que adaptarse a ellos en vez de ellos intentar adaptarse a los demás. Pero las personas que están bien adaptadas, sin embargo, por lo general tienen una especie de punto pueril y quisquilloso donde no se puede hablar con ellos de manera razonable y uno tiene que adoptar “modales salvajes” como si estuviéramos tratando con tigres y elefantes. El ejemplo acerca del artículo escrito por un tipo sentimiento ilustra otro rasgo general, a saber una tremenda carga de emoción, la cual en general se relaciona con la manifestación de la función inferior. Tan pronto como usted entra en este reino, las personas fácilmente se vuelven emocionales. Esto tiene no solo la desventaja que el ejemplo precedente ilustró, sino que hay también un aspecto muy positivo, es decir que en el reino de la función inferior existe una gran concentración de vida, de modo que tan pronto como la función superior está desgastada –comienza a rechinar y a perder aceite como un automóvil viejo- si las personas tienen éxito al cambiar a su función inferior, redescubrirán un nuevo potencial de vida. Todo en el reino de la función inferior se vuelve excitante, dramático, lleno de posibilidades positivas y negativas. Existe una gran carga y el mundo es como si fuera redescubierto a través de la función inferior. Pero la desventaja es que afuera existe este aspecto desadaptado. Esa es la razón por la que en los cuentos de hadas que he mencionado antes, el tonto, el tercer hijo del grupo de cuatro personas reales, es el único que puede encontrar el agua de vida, o el gran tesoro, pues la función inferior lleva a la renovación de la vida, si uno le permite surgir en su propio reino. Muchas personas descubren relativamente pronto en la vida que el reino de su función inferior es donde ellos son emocionales, quisquillosos e inadaptados, y en consecuencia adquieren el hábito de encubrir esta parte de su personalidad con una falsa reacción sustituta. Por ejemplo, digamos que un tipo pensamiento no puede expresar sus sentimientos normalmente y del modo apropiado en el momento preciso. Puede suceder que él llore cuando oye que el esposo de una amiga ha muerto, pero cuando él se encuentra con la viuda, ninguna palabra de simpatía expresará. Dicha persona, no solo luce muy fría sino que ¡no siente nada! Él tenía todo el sentimiento antes, cuando estaba en casa, pero ahora, en la situación apropiada, no puede sacarlo en el momento preciso. Es por eso que, por ejemplo, los tipos pensamiento son con frecuencia considerados por las demás personas como si no tuvieran sentimientos, lo cual no es absolutamente cierto. No es que ellos no tengan sentimientos sino que ellos no pueden expresarlos en el momento apropiado. Ellos tienen el sentimiento de un modo u otro y en alguna parte cuando le complace al sentimiento, pero no exactamente cuando ellos deberían producirlo. Es un gran error pensar también que los tipos sentimiento no pueden pensar. Ellos piensan muy bien y con mucha frecuencia tienen pensamientos profundos, auténticos y buenos, reflexiones no convencionales, pero los pensamientos vienen y van como quieren. Por ejemplo, es muy difícil para un tipo sentimiento contener su clase correcta de pensamiento durante un examen. Allí él debe pensar, ¡pero el pensamiento simplemente se va! Tan pronto como él está en casa puede pensar de nuevo, pero su pensamiento no obedece, no es suficientemente amigable para brotar en el momento exacto, lo cual hace lucir al tipo sentimiento como si fuera totalmente estúpido. Es considerado por la sociedad como un ser estúpido porque no puede producir su pensamiento a voluntad. Por consiguiente se requiere una mínima adaptación de la función inferior. Yo, por ejemplo, siendo un tipo pensamiento, no podría simplemente ir a un funeral con mis manos en los bolsillos, silbando y diciendo: “¡Oh, a mí no me importa, yo simplemente no siento nada ahora! ¡Lo siento, trataré de nuevo en casa hasta que sienta que me importa! Esa excusa no sería aceptada. La vida no tiene misericordia con la inferioridad de la función inferior, razón por la cual es que las personas producen una falsa reacción encubierta. Porque no es su reacción verdadera, ellos simplemente 22
toman prestada una forma general del inconsciente colectivo. Es por eso que un tipo sentimiento, cuando se ve presionado por reacciones de pensamiento, le encanta servirse de una gran cantidad de observaciones o pensamientos triviales, los cuales no son sus pensamientos reales; ya que tiene que pensar rápidamente y el pensamiento verdadero no se encuentra aún en el nivel en el que podría ser expresado, él simplemente hace unas pocas observaciones vulgares. Es muy usual para los tipos sentimiento usar el material que ellos han aprendido de memoria, pues algo debe producirse y el pensamiento real no está aún allí. Lo mismo es cierto para los tipos pensamiento, quienes entran en el hábito de producir una clase de sentimiento convencional, amable. Ellos envían flores, llevan chocolates o usan alguna expresión muy ordinaria de sentimiento. Por ejemplo, yo he redactado un tipo de carta de condolencia con ciertas frases que me han impresionado por ser muy bonitas y conmovedoras, y cada vez que yo escribo tal carta, hago un coctel de aquellas frases. Si yo tratara de expresar mis sentimientos verdaderos, ¡me quedaría pegada a dicha carta por tres días! Lo mismo se aplica para los intuitivos con su sensación inferior, pues ellos simplemente tienen las formas técnicas habituales de tratar con ello, sirviéndose de la ayuda prestada de lo colectivo. Por tanto uno no debe engañarse por aquellas reacciones de falsa adaptación, sino siempre vigilar para ver dónde surge la función inferior en su propia forma, y no engañarse al pensar que alguien posee en forma absoluta buen pensamiento o sentimiento. Usted puede observar siempre estas reacciones encubiertas por el hecho de que ellas son fruslerías impersonales, banales y muy colectivas. Otro problema general relacionado con la función inferior es lo que se podría llamar el dominio que la función superior tiene sobre la función inferior. Cuando alguien intenta encontrar su función inferior y varias veces ha experimentado choques emocionales o dolores al encontrarse con reacciones verdaderas, entonces la función superior inmediatamente dice: “Ah, eso es algo, ahora tenemos que organizarlo”, y luego la función superior, como un águila apresando un ratón, trata de apoderarse de la función inferior y la lleva al interior del reino de la función principal. Por ejemplo, conozco un científico natural, un tipo pensamiento introvertido, muy exitoso. En algún momento en sus cincuenta él se fastidió de su trabajo profesional y empezó a deambular buscando otras posibilidades. Su esposa y su familia podrían haberle dicho mucho acerca de su sentimiento inferior, ¡un campo justo bajo sus narices donde podía haber iniciado algunos experimentos! Él tuvo varios sueños sobre recolectar bellas y raras flores de montaña, lo cual mostraba claramente a lo que el inconsciente estaba apuntando ahora. Él tuvo el típico sentimiento inferior del tipo pensamiento, a saber el raro y muy especial sentimiento –como las flores en las montañas, pues las flores allí tienen un color mucho más intenso que aquellas de los valles, lo cual es típico también del sentimiento inferior de un tipo pensamiento. Pensó que era una buena idea para un hobby e hizo amistad con un botánico con quien fue por días y durante todas sus vacaciones recolectando flores de la montaña, y cualquier intento hecho por las otras personas de decirle que él podía hacer algo con respecto a su sentimiento siempre encontraba como respuesta que él había desistido de su función principal y estaba haciendo algo con su otro lado, ¡que estaba estudiando las flores de la montaña! En consecuencia, (a) él se pegó de la interpretación concretista en vez de tomar el asunto simbólicamente, y (b) hizo además una especie de ciencia de ello, pues se interesó por el conocimiento de aquellas flores, por consiguiente la función principal estaba allí de nuevo y la función inferior, una vez más, fue frustrada. Para tomar un tipo irracional: existe el intuitivo quien entra en una situación donde él debe usar su sensación inferior. Él se atrae por la idea del corte de piedra, trabajar con arcilla, o algo por ese estilo, la suerte de cosas que con frecuencia ayuda a la sensación inferior a surgir en un intuitivo, pues por tales medios él puede entrar en contacto con alguna clase de material concreto, con la materia. Entonces él quizás modelará algo en arcilla, digamos que modele una estatua infantil de un animal que se vea inofensivo, o algo por el estilo, y luego él experimenta que algo mejora en sí mismo, pero inmediatamente –como un águila- la intuición salta encima y dice “Esto es, eso es lo que debería introducirse en todas las escuelas....” y se adentra en su intuición de nuevo, en todas las posibilidades del modelado de la arcilla, lo que podría contribuir a la educación de la humanidad y lo que ello abarcaría, pues desde allí se tendría la llave de la experiencia de la Divinidad. Usted 23
puede ver cómo el intuitivo siempre produce en todo el mundo –todo se produce pero ¡la única cosa que no está considerada es el modelado de otra figura! La función principal está de nuevo en el tope, habiendo tenido este avivamiento y este vivificante contacto con la tierra, se aleja, asciende al aire una vez más. Lo mismo pasa con el tipo sentimiento quien, cuando se ve comprometido por la necesidad absoluta, a veces produce unos pocos pensamientos, pero luego rápidamente escapa de este baño caliente y nunca retorna a él. Sin embargo él tiene una gran cantidad de juicios sentimentales acerca de cómo es el pensamiento y el uso que tiene y así sucesivamente, una cantidad de evaluaciones en vez de continuar su intento de pensar. Inmediatamente se evita de nuevo y entonces la función superior trata de apoderarse de la función inferior y de organizarla de algún modo. De hecho es absolutamente imposible contener la cuarta función, la función inferior, como un pescador jalando un pez con su caña, y todos los intentos como por ejemplo, acelerarla o educarla, de modo que deba surgir en el momento correcto demuestra fracasos. Se puede tratar de forzarla a funcionar en un examen o en una situación de la vida, pero esto resulta positivo solo en cierta medida y solo produciendo o apropiándose de material convencional. Después se puede tener una especie de falsa adaptación con las tres funciones, pero con la cuarta función, no se puede. Insiste en permanecer abajo porque está contaminada con todo el resto del inconsciente y permanece en esa condición. Intentar pescar su función inferior sería como tratar de hacer subir todo el inconsciente colectivo, lo cual es algo que usted no puede hacer. El pez será demasiado grande para su caña de pescar, y si usted lo atrapa, ¿qué hace? ¿Usted lo desenreda de nuevo? Si es así, ¡usted retrocede! Si no cede, pues bien, hay solo una alternativa ¡su pez lo empujará dentro del agua! De esta manera llega el gran conflicto, lo cual significa para el tipo pensamiento, por ejemplo, el famoso sacrificium intellectus –en lenguaje religioso- o, para el tipo sentimiento, el sacrificium de su sentimiento, y teniendo, por decirlo así, la humildad de bajar con sus otras tres funciones a aquel nivel inferior. Esto entonces produce una etapa entre los dos estratos, cerca del nivel donde nada es ni pensamiento ni sentimiento ni sensación ni intuición. Algo nuevo aparece, a saber, una actitud nueva y completamente diferente hacia la vida, en la cual usted usa todas y ninguna de sus funciones todo el tiempo. Realmente entrar en contacto con la función inferior es algo así como un derrumbamiento interior en determinado punto crucial de la vida de uno, pero tiene la ventaja de que después algunas funciones ya no tiranizan el núcleo del ego, sino que son simplemente utilizadas por él. Si alguien realmente ha pasado por esta transformación, entonces puede pensar a veces, si esa es la reacción adecuada, o permite que la intuición o la sensación entren a funcionar; pero ya no hay ninguna posesión automática de esas funciones. El ego puede admitir una función y reprimirla, semejante a tomar un lápiz o un borrador, de acuerdo a la situación, pero el ego mora, por así decir, en el conocimiento de su propia realidad externa al sistema funcional. Este rompimiento del sistema de las funciones se logra a través del encuentro con la función inferior, por medio del cual se transfiere una conmoción a toda la personalidad. Se puede entonces decir que la función inferior es realmente el puente a la experiencia de todos los estratos más profundos del inconsciente. Ir y quedarse con ella, no simplemente tomar un rápido baño caliente en ella y salir tan pronto como sea posible, sino que permanecer en ella por un largo tiempo, produce un cambio radical en toda la organización de la personalidad. Es por eso que Jung una y otra vez cita un viejo dicho de una legendaria alquimista y autora, María Prophetissa, el cual, traducido al español, dice: “El uno se convierte en dos, el dos se convierte en tres, y por fuera del tercero llega el cuarto como el uno”. El uno se convierte en dos, es decir, usted primero asimila su función principal, luego la primera auxiliar. Esto significa que primero usted tiene una función y luego dos, y después de eso usted asimila una tercera, y así el dos se convierte en tres. Pero el próximo paso no consiste solo en adicionar otra unidad –continuar contando uno, dos, tres, y luego adicionar otra unidad, lo cual produciría el cuatro- sino que ahora comienza un proceso muy complicado: a saber, que “por fuera del tercero llega el cuarto como el uno”, pues por fuera del tercero usted retrocede hacia el uno, de manera que el uno vuelve como el
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cuarto. Jung una vez me dijo en una conversación privada, que no existe el cuarto en el estrato superior, sino que es tal como se muestra en el diagrama siguiente: Usted puede ilustrarlo del siguiente modo: hay un ratón, un gato, un perro y un león. Usted puede hacer amistad con los tres primeros animales, si los trata bien, pero entonces llega el león. El se rehúsa a ser incluido como el cuarto sin embargo devorará a los demás, por tanto al final solo queda un animal. Eso es lo que hace la función inferior: cuando brota, devora a todo el resto de la personalidad, y es por eso que la cuarta se convierte en uno, pues ya no es más la cuarta, solo queda el uno –un fenómeno de la vida psíquica total, y ya no más una función- Naturalmente eso es un símil y da una especie de ilustración. Existe otra posibilidad, y es que el ego no sufra el sacrificium de la función principal como un sacrificio sino que caiga puerilmente en la función inferior, pero entonces no existe mérito en todo el proceso, pues luego las personas de repente abandonan su adaptabilidad y se identifican con la parte inadaptada pueril de ellas mismas, la cual es la función inferior. Ellos tratan de forzar su entorno para aceptarlo, pero eso no es sacrificar la función principal: precisamente lo contrario, es dejar al león devorar a los otros tres animales, lo que significa que usted se vuelve pueril y en tal caso tiene toda la resistencia en el mundo externo. O, en el caso de un extravertido, desaparece gradualmente de la vida y se vuelve un loco solitario. Recuerdo el caso de un intuitivo extravertido quien después de un repentino trastorno en la mitad de la vida, comenzó a usar su sensación introvertida mística en la pintura. Se retiró de la vida activa y produjo la clase más asombrosa y pueril de imágenes solitarias y desapareció anónimamente en esta ocupación. Nada vino de ello porque él evitó el estrépito de la transición; simplemente desperdició una parte y se ajustó a la otra. Es muy importante si yo simplemente caigo en mi función inferior involuntariamente o si atravieso todo el proceso de sufrir y luego sacrificar el aspecto dominante de la función superior. En el caso de un sacrificio, la personalidad del ego permanece incólume –se desprende de las funciones y, en cierto modo, puede luego usarlas como un instrumento y dejarlas a un lado de nuevo. Pero si usted encaja en la función inferior, entonces el antiguo ego armoniza con ella. Se identifica con el aspecto infantil inferior, comienza a ser completamente inadaptado, y luego naturalmente, dichas personas vigorizan alguna clase de complejo de persecución porque todos son demasiado hostiles para ellos. Ellos nunca comprenden por qué todo fracasa, pero piensan que debe ser culpa de alguien más en alguna parte –o ¡de los jesuitas o de los comunistas! Esto se debe a que ellos cayeron en la cuarta función en lugar de atravesar el proceso descrito por María Prophetissa: –el uno se convierte en dos, el dos se convierte en tres y por fuera del tercero llega el cuarto como el uno. Existe una nueva clase de personalidad que ha separado su conocimiento del ego o su consciencia del ego de la identificación con las cuatro funciones. El ejemplo más próximo posible, y muy convincente, se encuentra en algunas descripciones del comportamiento de los maestros budistas Zen, donde se dice que la puerta de la casa interior está cerrada, pero el maestro encuentra a todo el mundo, todas las situaciones y todas las cosas de la manera más común. Él continúa su vida diaria, adaptado a ella, absolutamente participante de ella de modo normal: si la gente llega para recibir enseñanza, él les enseñará con sentimiento; si se encuentra frente a un problema difícil, él puede pensar al respecto; si es el momento de comer, comerá, y si es el momento de dormir, dormirá. Por tanto él usa su función de la sensación de modo correcto, y cuando se trata de ver en un destello de intuición a través de la otra persona o la situación, eso hará, de manera que su intuición funciona. No obstante, él no será internamente idéntico a ninguna de estas situaciones, él ya no estará atado más a ninguna de ellas y además no solo no estará atado a la situación sino tampoco a las funciones de su propio ego que se encuentran con la situación. Habrá perdido cierta especie de afán infantil por encontrarse con las cosas. Si usted le expone a personas que siguen idénticas a su forma de pensar, un problema de pensamiento, ellas entran en él, lo cual es incluso necesario porque si ellas no aprenden a tener razón al respecto, nunca aprenderán a pensar en forma adecuada y apropiada. Pero después, si usted les expone un problema de pensamiento, ellos permanecen internamente por fuera de él. Aunque apliquen su pensamiento al problema, pueden dejar de pensar de un momento a otro sin tener que continuarlo. La mayoría de las personas, cuando ellas mismas se han fijado un 25
problema, no pueden dejar de pensar en él, lo cual demuestra que están poseídas por su tren de pensamiento. Por ejemplo, está el profesor distraído quien incluso a la hora del almuerzo aún está pensando en su fórmula matemática; no puede parar, lo que demuestra que el pensamiento lo tiene a él. Es difícil aportar ejemplos porque hay muy poca gente que haya alcanzado esa etapa, pero hay muy buenas descripciones del estar separado de las propias funciones conscientes de uno en ciertos ejemplos del Budismo Zen. Naturalmente hay también diferencias. No tenemos una disciplina monástica pero tenemos que desarrollar nuestra función inferior dentro de la vida diaria. Sin embargo, pienso que nuestro modo de tratar de aproximarnos al problema de la función inferior también impone alguna clase de disciplina a todos los individuos, lo cual tiene una analogía en la vida monástica, no solo en Oriente sino también en Occidente: por ejemplo, permanecer con una dificultad por mucho tiempo, desistiendo de otras ocupaciones para tener suficiente tiempo y energía para este problema principal, practicando cierta clase de ascetismo. Pero la vida monástica, sea en el Este o en Oeste, es un asunto colectivamente organizado. Usted tiene que prepararse cierto tiempo, hacer cierto trabajo, obedecer al superior, y demás, en contraste con lo cual la disciplina con la que se encuentra un individuo dentro del proceso de individuación es impuesta puramente desde adentro. No existen reglas externas, y por tanto el desarrollo es mucho más individual. Eso significa que si usted deja que ello pase espontáneamente en vez de forzar a las personas desde afuera a la disciplina organizada, entonces verá que la disciplina es completamente diferente de persona a persona. Durante un tiempo analicé a dos hombres que eran amigos; uno era un tipo pensamiento introvertido y el otro un sentimiento extravertido. La disciplina del extravertido era muy severa, pues incluso si él bebía un vaso de vino, o se quedaba en una cena media hora de más, tenía los más terribles sueños. A veces ambos recibían invitaciones, y el introvertido decía que no tenía tiempo, pero pronto soñaba que tenía que ir a la fiesta, mientras que su amigo, quien había recibido la misma invitación, esa misma noche tenía un sueño (naturalmente él ya se había decidido por su traje y sabía a qué dama invitaría para acompañarlo) ¡que le decía que no debía ir! ¡No vaya a la fiesta, quédese en casa! Era realmente divertido ver lo grande que era la agonía para el introvertido por tener que ir a una fiesta ¡como lo triste que era para el otro pobre tipo mantenerse alejado! A veces ellos intercambiaban notas que decían, “¿No es realmente desagradable? ¡Mientras que a mí me gustaría ir y no debo, usted odia ir pero sus sueños le dicen que vaya!” De manera que existe una especie de disciplina, pero es invisible y muy precisamente ajustada. Esa es la ventaja de nuestro modo de abordar el problema, porque usted logra su muy adecuada disciplina monástica privada o llega al servicio militar –invisible para el mundo externo pero muy desagradable. Es por eso que hay un gran número de personas que de vez en cuando experimentan el problema de la función inferior como meterse en el baño caliente y luego defraudarse por salir de él de nuevo. Entonces ellos continúan más o menos con sus tres funciones, constante y ligeramente incómodos a causa de la no integrada cuarta función. Cuando eso se torna demasiado malo ellos se zambullen un poco, pero tan pronto como se sienten mejor, salen otra vez, y, por principio, se quedan en su mundo trinitario, donde la cuarta es el demonio que permanece en una esquina de sus vidas. Ahora bien, vimos cuánto tiene esto que ver incluso con la imagen de Dios siendo trinitaria o cuaternaria porque, según mi experiencia, las personas que se pegan en este tipo de fase son personas que nunca comprenden muy bien lo que Jung quiere decir por todo el problema de la cuarta función, y nunca comprenden exactamente lo que en realidad significa la individuación. Ellos se quedan, por así decir, con pequeñas visitas a la otra tierra –en el mundo antiguo convencional de la identificación con la consciencia propia. Muchísimas personas, incluso aquellos que han sido objeto de un análisis Junguiano, no logran más que esa clase de visitas a la esfera de la cuarta función para luego saltar de nuevo y después hablar de ello a los demás –en realidad no tratando de mantenerse en ella, porque eso es infernalmente difícil de lograr. Mientras usted no penetre realmente en esta etapa allí permanece, por así decirlo, lo que yo llamo el demonio en la esquina, y la dificultad de ello es que, personalmente hablando, esto es simplemente el demonio personal, la inferioridad personal de un individuo, pero con él en realidad también entra 26
toda la maldad colectiva además. Eso significa que la pequeña puerta abierta de la función inferior de cada individuo es lo que contribuye a la suma de la gran maldad colectiva en el mundo. Usted podría, por ejemplo, observar eso con mucha facilidad en Alemania cuando el demonio lentamente se posesionó de la situación en el movimiento Nazi. Todo alemán que conocí en ese tiempo que fue engañado por el Nazismo obró así a causa de su función inferior. El tipo sentimiento quedó atrapado por los estúpidos argumentos de la doctrina del partido. El tipo intuitivo quedó atrapado por su dependencia del dinero –él no podía renunciar a su trabajo y no veía cómo podía abordar el problema del dinero, por tanto tuvo que quedarse allí a pesar del hecho de que no estaba de acuerdo. Y así sucesivamente. La función inferior era en cada reino personal la puerta donde algo del mal colectivo podía acumularse. O se podría decir que todo aquel que no había trabajado sobre su función inferior contribuyó a este desastre general –en una pequeña forma- ¡pero la suma de millones de funciones inferiores constituye un enorme demonio! La propaganda contra los judíos era muy inteligentemente elaborada a ese respecto. Por ejemplo, los judíos eran insultados como seres intelectuales destructivos, lo cual convenció completamente a todos los tipos sentimiento –una proyección de su pensamiento inferior. O ellos eran acusados de ser descuidados hacedores de dinero, y eso convenció completamente al intuitivo, pues ellos representaban su sensación inferior y al instante se sabía dónde estaba el demonio, y así continuamente. De esta forma, la propaganda usó las sospechas ordinarias que la gente usualmente tenía contra los demás por causa de su función inferior. Por tanto se puede decir que detrás de cada individuo la cuarta función no es idéntica al principio colectivo del mal, pero es precisamente una pequeña deficiencia; con todo la suma de éstas es realmente responsable de una tremenda cantidad de conflicto. De esa manera, el proceso de individuación es un problema ético, y alguien sin ninguna moralidad se queda atascado justo al comienzo y no llega a ninguna parte, si eso no se puede cambiar. Pero la palabra perfección no es apropiada; ese es un ideal cristiano que no coincide absolutamente con nuestra experiencia del proceso de individuación. Jung hace énfasis en que el proceso parece tender no hacia la perfección sino hacia la integridad. Esto significa que usted tiene que bajar, y eso significa una relativa disminución del nivel de la personalidad, de modo que este nivel inferior no puede seguir siendo tan oscuro como era antes. Si usted está en el medio, un lado no es tan oscuro y el otro no es completamente tan brillante, y existe más una tendencia a constituir una especie de integridad que no es ni demasiado luminosa ni demasiado oscura. Pero uno tiene que sacrificar cierta cantidad de esfuerzo por la perfección para evitar vigorizar una contraposición demasiado obscura. En consecuencia hay una obligación social de trabajar en la propia cuarta función porque ello lo hace a uno un individuo menos peligroso, y la suma de los individuos peligrosamente escindidos es lo que da lugar a las guerras y las explosiones sociales. La propaganda siempre intenta despertar esto. Alguien que practique una mala calidad de propaganda sabrá que no es por el habla razonable que se llega a las masas, sino a través de despertar la emoción, y la emoción puede despertarse en todos al mismo tiempo si usted hace brotar la función inferior, porque esa es la función emocional. Por consiguiente, si usted habla a intelectuales ¡debe despertar sentimientos primitivos! Por ejemplo, si usted habla a profesores universitarios, no debe usar lenguaje científico porque en ese campo sus mentes están claras y ellos verán si usted quiere mentirles a través de las trampas de su discurso, pero si usted justifica su mentira con una gran cantidad de sentimiento y emoción –ya que el promedio de los profesores universitarios tendrán sentimiento inferior- ellos caerán al instante. Hitler tenía el arte de producir esto. Si lee los registros de sus discursos, verá que él hablaba en forma muy diferente a los distintos grupos a los que se dirigía, y que sabía muy bien cómo despertar la función inferior. Un hombre que había estado presente en varios de sus discursos me dijo que Hitler lo hacía por medio de su intuición, o de su propio sentimiento dentro de la situación. Por momentos, él estaría al principio bastante desconcertado. Probaría sus temas como un pianista, mencionando un poco de esto y un poco de aquello, y estaría descolorido y nervioso y sus hombres de la SS se excitarían todos porque el Führer no parecía estar en forma. Pero él solo estaba 27
probando el terreno y luego notaría que si traía a discusión algún tema particular, que despertara emoción, ¡entonces se inclinaría por completo hacia aquel! ¡Eso es demagogia! Cuando siente ese lado inferior, él sabe que los complejos están allí y eso es por lo que va, y que se debe debatir de un modo emocional primitivo, el modo en el cual la función inferior argüiría. Hitler no se proponía esto, era el hecho de que estaba atrapado en su propia inferioridad lo que le daba ese talento. ¡Pero tales ejemplos no están todos en el pasado! Naturalmente la emoción y el sentimiento no están siempre acoplados. Ellos están conectados en un tipo pensamiento. Usted tiene un ejemplo muy bueno en las diferencias nacionales entre los franceses y los alemanes. El lenguaje alemán tiene muchas palabras para el sentimiento las cuales se confunden con la emoción, mientras que la palabra francesa para sentimiento, sentiment, no conlleva nada de emoción, ni una sombra de ello, porque en general el francés, como nación, tiene el sentimiento más diferenciado, por tanto para ellos no es emocional. Es por eso que los franceses siempre se burlan de los sentimientos alemanes –ellos dicen, “Oh, los alemanes con su pesado sentimiento –cerveza y canto y ‘O Heimatland’, y toda esa banalidad sentimental”. Pero un francés tiene sentiment, algo definido sin debilidad o flojera al respecto. Allí usted tiene un ejemplo del tipo sentimiento condenando el sentimiento inferior de una nación cuya superioridad no está en el sentimiento. Los alemanes piensan mucho mejor, pero su sentimiento es más bien primitivo, apasionado y lleno de la atmósfera de lo fijo, ¡pero también lleno de explosivos! Sin embargo ese es un ejemplo típico del sentimiento inferior. Con una enorme cantidad de devoción y entrenamiento, se puede vigorizar zonas donde la función inferior más o menos funcione muy bien, pero incluso en esos casos, si usted está perturbado por un complejo inconsciente, sucederá que el demonio lo meterá en un accidente de automóvil. Por ejemplo, si un intuitivo es bueno realmente conduciendo autos, el único día que él esté disociado y fuera de sí mismo, será más que probable que algo le sucederá en esta área que sería para otro tipo, porque incluso en dicho caso queda esa puerta que no está completamente cerrada contra los demás impulsos del inconsciente colectivo. Pero de manera cotidiana se puede llegar a la función inferior propia para trabajar en ciertas áreas bastante bien –con una tremenda cantidad de esfuerzo. Este es un problema mucho más grande en las sociedades civilizadas. Con personas que todavía viven completamente en la naturaleza, tales los como campesinos, los cazadores y los Bosquimanos sobre los que Laurens van der Post escribió, se puede decir que en esa clase de vida no se sobreviviría a menos que se usaran todas las funciones de uno, más o menos. Por ejemplo, un campesino nunca puede volverse tan unilateral como algunos habitantes de la ciudad. Él no puede solo ser un intuitivo; él simplemente tiene que usar su sensación. Pero no puede solo usar ésta porque tiene que planear el cultivo: cuándo debe hacerse la siembra y qué clase de zanahoria o trigo debe ser cultivada, cuánta y cuáles son los precios pues de lo contrario él se arruinaría de inmediato. Él tiene además que usar cierta cantidad de sentimiento porque usted no puede tratar a su familia o sus animales sin éste, y tiene que tener ese cierto olfato para el clima y el futuro en general –qué podría suceder o no- pues de lo contrario él estaría siempre en problemas. Por tanto, en las situaciones naturales las cosas están más o menos dispuestas de manera que uno debe hasta cierto punto usar las cuatro funciones. Por eso es que las personas que viven en condiciones naturales rara vez se vuelven tan unilaterales como las personas de la ciudad. Entre las tribus primitivas y dichas personas usted puede ver que ellos por lo general distribuyen las funciones. Por ejemplo, mi vecino campesino siempre pregunta al pescador que vive con él qué clima hará. Él dice que no sabe cómo el pescador sabe, pero simplemente sabe, por ende él no se molesta pues el pescador siempre tiene la razón. Él confía en la intuición de ese hombre y no usa la suya en ese caso, de suerte que incluso allí las personas tienden a trasladar ciertas funciones a otros que son especialistas. Sin embargo ellos no pueden hacerlo completamente como lo hacen los especialistas de la ciudad. Si por ejemplo, usted es una persona sola y trabaja como un estadígrafo para usted mismo sin compañía, ¡realmente en la práctica usted no necesita sentimiento! Eso, naturalmente, tiene sus consecuencias desagradables, pero en la naturaleza usted no podría hacer eso.
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INTUICIÓN Y SENTIMIENTO INFERIORES Este documento es la tercera parte del Capítulo 2 del libroPsicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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CAPÍTULO 2. - DESCRIPCIÓN PRÁCTICA DE LA CUARTA FUNCIÓN La Intuición Inferior del Tipo Sensación Extravertido Este es el final de mi reseña general sobre el problema de la función inferior. El próximo paso será dar a ustedes una corta descripción de la traza que tiene en cada tipo la función inferior en la vida práctica, de suerte que usted pueda relacionarla con la experiencia en su propia vida. Me gustaría empezar con la intuición del tipo sensación extravertido. No voy a describir el tipo sensación extravertido sino solo cómo la intuición inferior opera en dicho tipo. Me concentraré en el tema de lo que su intuición inferior hará en su caso y examinaré detenidamente los ocho tipos posibles de este modo. Sin embargo no puedo evitar en primer lugar darle un breve esbozo del tipo en general y luego cambiaré a lo que hace la función inferior en esta disposición. El tipo sensación extravertido está representado en alguien en quien el talento y la función especializada es percibir y relacionarse con los objetos externos de un modo concreto y práctico. Dichas personas observan cada cosa, olfatean todo y al entrar a un cuarto saben prácticamente de manera inmediata cuántas personas están presentes. Usted siempre puede preguntarles si la señora fulana de tal estaba allí y que llevaba puesto. Si usted hace tal pregunta a un intuitivo, el diría que no lo había notado y que no tenía idea, ¿y qué tenía ella puesto? ¡Es asombroso que la gente normalmente no vea! El tipo sensación es, relativamente, un maestro del pasado para notar tales cosas. Existe la famosa historia de un profesor de jurisprudencia quien intentó demostrar a sus estudiantes la falta de fiabilidad de los testimonios. Él hizo que dos personas entraran al salón de clases de la universidad e intercambiaran unas pocas frases, después de lo cual comienzan a pelear entre sí. Él las detiene y luego dice “ahora, damas y caballeros, por favor escriban exactamente lo que ustedes atestiguaron”. Luego resultó que toda la riña había sido preparada, de manera que el profesor tenía un registro exacto de lo que se había dicho. Pero prácticamente nadie fue capaz de dar cuenta exacta y objetiva de lo que había sucedido. Todos ellos perdieron algunos puntos. Basado en este incidente preparado, el profesor trató de demostrar a sus estudiantes que ellos no debían confiar demasiado en la atestiguación ocular. Esta historia ilustra la enorme relatividad individual de la sensación: algunos son más y otros menos talentosos para ella. Yo diría que el tipo sensación extravertido puntuaría lo más alto en este campo y probablemente perdería menos puntos y daría relativamente la mejor cuenta de la escena, mientras que el intuitivo introvertido probablemente solo recordaría unas pocas frases y habría visto trompetazos intercambiados, pero no sabría quien lo comenzó todo ni nada más. El tipo sensación extravertido es el mejor aparato fotográfico, por decirlo así. El puede, rápida y objetivamente, relatar hechos externos, razón por la cual usted encuentra este tipo entre los buenos montañeses, ingenieros, gente de negocios, etc., todos los cuales tienen una amplia y precisa consciencia de la realidad externa en todas sus diferenciaciones. Este tipo reparará sobre la textura de las cosas –sea seda o paño- pues él tendrá el tacto para lo material; en este caso el buen gusto estético por lo general está presente también. Jung dice que tales personas muy frecuentemente dan una impresión externa de ser bastante desalmados. Ustedes todos pueden haber conocido a dichos tipos de ingenieros desalmados, donde uno tiene la sensación de que el hombre está absolutamente dedicado a las máquinas y sus grasas y así sucesivamente y ve todo desde ese ángulo. Él no produce sentimientos y no parece pensar mucho tampoco, y la intuición está completamente ausente, pues 29
eso para él es precisamente solo el reino de la loca fantasía. El tipo sensación extravertido llama a todo lo que se aproxima a la intuición fantasía demente, completa imaginación idiota y algo que no tiene nada que ver con la realidad. Él puede incluso no gustar de la reflexión, pues si él es muy unilateral, llamará a eso siempre entrar en lo abstracto en vez de marchar con los hechos. Yo tuve dicho tipo sensación extravertido como profesor en ciencias naturales. Usted nunca podía preguntarle una cuestión teórica general, pues él llamaría a eso huir en el pensamiento abstracto, y diría que uno debe adherirse estrictamente a los hechos –mire el gusano y vea como luce y luego dibújelo, o mire en el microscopio y describa lo que usted ve allí. Eso es ciencia natural y todo el resto es fantasía, teoría y tonterías. Él era muy bueno para explicar cómo las fábricas elaboran ciertos productos químicos, y yo todavía sé el proceso Haber-Bosch de memoria, pues él me lo martilló, pero cuando llegó a la teoría general de la inter-relación de los elementos etc., no nos enseñó mucho. Dijo que eso era aún incierto en la ciencia y que era una teoría que cambiaba cada año y estaba en constante evolución. Así, él pasó por alto ese aspecto del trabajo. Todo lo que puede haber sido un presentimiento o una conjetura, o todo lo intuitivo, aparece en un tipo donde la sensación está diferenciada, de una manera desagradable. Es decir, si este hombre tuviera intuiciones siquiera un poco, ellas serían de una clase sospechosa o grotesca. Por ejemplo, una vez en una forma bastante asombrosa se aventuró en la grafología, y un día yo le llevé una carta escrita por mi madre excusándome por no haber podido venir al curso porque había tenido gripa. Él miró el escrito y dijo, “¿tu madre escribió eso?” Yo dije que sí, y él dijo, “¡Pobre niña!” ¡Solo infirió lo negativo! Él era así. Él lograba encajes sospechosos de sus colegas y los niños en su clase. Usted podía ver que él tenía alguna especie de intuición obscura de algo sombrío, pues su intuición, siendo inferior, era como un perro sollozando en los tarros de basura y lugares así –él estaba interesado solo en la ropa sucia. Esta clase inferior de intuición era muchas veces correcta, ¡pero algunas veces completamente equivocada! Algunas veces él solo tenía ideas de persecución –sospechas oscuras sin ningún fundamento. Un tipo que es tan seguro y exacto sobre el nivel factual puede de repente volverse melancólico, tener premoniciones sospechosas, ideas de posibilidades oscuras, y no se sabe cómo repentinamente éstas se descubren. Es decir cómo la intuición inferior apareció en su caso. Ahora bien, ya que él era un tipo sensación extravertido, sus intuiciones estaban más en un nivel introvertido. Esa advertencia, “pobre niña,” estaba por casualidad vuelta hacia un objeto externo, es decir hacia mí y el manuscrito de mi madre, pero normalmente, en el caso del tipo sensación extravertido, la intuición inferior gira alrededor de la posición subjetiva del tipo sensación, muy frecuentemente en oscuros sentimientos o corazonadas o premoniciones acerca de enfermedades que él podría obtener u otras desdichas que podrían sucederle. Eso quiere decir que la intuición inferior es, en general, egocéntrica, está vuelta hacia el sujeto pero con una cualidad egocéntrica en ella, y a menudo tiene esta clase de actitud negativa, despreciativa. Si usted logra sutilmente que dichas personas se emborrachen, o si están muy cansados, o si los conoce íntimamente de suerte que revelen su otro lado, si ellos producen intuiciones, pueden producir las más asombrosas, misteriosas y pavorosas historias de fantasmas. Yo conocí a una mujer quien era una de los más grandes montañistas en Suiza. Ella era evidentemente un tipo sensación extravertido y solo consideraba los hechos concretos y todo era debido a causas naturales, por supuesto. Ella podía ascender sola las cuatro mil montañas, no solo en Suiza sino en todo el rango de los Alpes –los franceses, los de Savoya, y los Alpes austriacos también. Pero después en las noches oscuras en la cabaña, con una buena chimenea ardiendo, ella se cambiaba y le contaba las más pavorosas y horribles historias de fantasmas del tipo que usted normalmente oiría entre los pastores y campesinos. Era completamente maravilloso ver esta primitiva y asombrosa fantasía salir de ella. A la mañana siguiente cuando ella se ponía sus botas, reía a carcajadas de todo y decía que ¡eran todas tonterías! Pues entonces, de manera instantánea ella se devolvía abruptamente a su función superior y se reía de lo que había dicho la noche anterior. Lo mismo era cierto para el hombre que mencioné antes, pues en las excursiones escolares él de repente se desviaba al otro lado y te contaba los eventos fantásticos y extraordinarios que aparentemente había experimentado. Siempre es una especie de experiencia personal, un evento 30
personal, dirigido a la persona misma, lo cual demuestra la introversión de la intuición; lo que dicha persona intuye en dicha situación es parte de su problema y situación personal. Otro aspecto de la intuición inferior en un tipo sensación extravertido es una repentina atracción por la antroposofía, la teosofía o algún otro coctel de la metafísica oriental, por lo general de un carácter más bien poco realista y metafísico. De repente ingenieros muy realistas y gente que usted pensaría son las personas que más improbablemente se unirían a un movimiento tal y con una mente completamente acrítica llegan a perderse completamente en él. Esto se debe a que su intuición inferior tiene dicho carácter arcaico. En sus escritorios, para su gran asombro usted encontrará escritos místicos, pero de una calidad más bien de segunda clase. Si usted les pregunta si ellos escribieron eso, dirán que son solo tonterías pero que eso les ayuda para dormir –es decir ¡cuando la función principal aún niega a la función inferior! Si, por ejemplo, usted le pregunta a los antroposofistas en Dornach quiénes abastecieron el dinero para sus edificios, encontrará que éste vino precisamente de tales personas tipo sensación extravertido. En conjunto, usted puede decir que la nación americana, por ejemplo, tiene una gran cantidad de tipos sensación extravertidos, es por eso que, por otra parte, dichos movimientos extraños prosperan especialmente bien en los Estados Unidos, en más alto grado que en Suiza, por ejemplo. En la ciudad de Los Ángeles usted puede encontrar prácticamente toda clase de secta fantástica, y le son contadas una multitud de historias irreales de carácter bastante dudoso. Yo recuerdo una vez que analicé dicho tipo, y durante el día, en medio de otra hora, repentinamente recibí una llamada telefónica de él. El hombre estaba sollozando al otro lado del teléfono y dijo que estaba agobiado: “¡ocurrió –no puedo contarle, estoy en peligro!”. Ahora bien, esta no era una persona histérica, y no tenía una psicosis latente ni nada por el estilo, por consiguiente usted nunca esperaría de él que se comportara de este modo. Yo estaba absolutamente asombrada y le pregunté si sería capaz de ir a la estación y comprar un tiquete para venir a Zúrich –él vivía en otro pueblo de Suiza. Él dijo que pensaba que podía arreglárselas, entonces le dije que viniera. En el momento en que llegó, él se había devuelto abruptamente a su sensación superior y me trajo una canasta de cerezas, las cuales comimos juntos alegremente. Yo dije: “¿Y ahora qué?”. Sin embargo ¡él no podía siquiera contarme! Porque al llegar a la estación y comprar las cerezas, había regresado al nivel superior de nuevo. Él había sido atacado durante un minuto desde el otro nivel, y la única cosa que yo saqué de él fue cuando dijo: “¡Por un minuto supe lo que era Dios! ¡Es como si yo hubiera comprendido a Dios! Y ello me sacudió tanto que pensé que enloquecería, y ahora se ha ido de nuevo. Yo lo recuerdo, pero ya no puedo transmitirlo y ya no estoy más en ello.” Allí, por la vía de la función inferior, la intuición, él de repente tuvo todo el inconsciente colectivo y el Sí Mismo, y todo. Por un minuto –como un destello de luz- todo emergió y sacudió completamente la parte superior de su personalidad, pero él no pudo contenerlo. Ese era el primer comienzo del advenimiento de la intuición inferior, lo cual demuestra tanto su aspecto tremendamente creativo y positivo, como el peligroso. La intuición tiene esa cualidad de conducir una cantidad formidable de contenidos significativos de manera simultánea. Usted ve todo el acontecimiento en un minuto, en un segundo, y eso había surgido por un minuto –y luego se fue de nuevo. Allí estaba él, mascando enérgicamente cerezas, de vuelta en su mundo de la sensación extravertida bastante insípido, ordinario. Ese sería un ejemplo de la primera aparición auténtica de la intuición inferior en dicho tipo. Entonces viene el gran peligro de lo que yo llamo el dominio de la función superior sobre la inferior. Yo conocí a un tipo sensación extravertido, un muy eficiente constructor y buen negociante –un advenedizo- quien había hecho una enorme cantidad de dinero. Él era muy práctico pero construía casas horribles. Solo los artefactos dentro de ellas eran perfectos, por lo cual a la gente le gustaba vivir allí, incluso desde un punto de vista artístico las casas eran horribles. Él era un buen esquiador, vestía muy bien, admiraba las mujeres, y tenía la clase de sensualidad refinada de la cual puede disponer un tipo sensación extravertido, con buen gusto por la comida, etc. Este hombre cayó en manos de una intuitiva mujer veinte años mayor que él. Ella era una salvaje, una figura materna fantástica y enormemente gorda, la cual en su caso representaba falta de disciplina; los tipos 31
intuitivos introvertidos son, con frecuencia, terriblemente inmoderados, excesivos en sus límites razonables tanto físicamente como psíquicamente, lo cual tiene que ver con su sensación inferior. Esta mujer vivía sólo en sus fantasías y era en absoluto incapaz de mantenerse a sí misma financieramente, por lo cual era la unión típica donde el hombre proveía el dinero y cuidaba el aspecto práctico de la vida y la mujer todo el aspecto de la fantasía. Una vez fui a esquiar con él, ¡pero nunca más! –¡me pudrí de aburrimiento! La única cosa acerca de la cual él podía hablar de un modo interesante era sus negocios, pero él no hablaba de eso a las mujeres, y de otro modo él no tenía nada que decir excepto ¡que el sol era agradable y la comida no era mala! Para mi gran sorpresa, este hombre me invitó a los antropósofos en Dornach para ver una obra. El teatro llamado el Goetheanun era su otra madre “espiritual” y guardaba una gran atracción por éste. Él estaba absolutamente agarrado por la obra, tan conmovido que estaba completamente aniquilado. Yo lo observaba de vez en cuando y me preguntaba qué le pasaba a este hombre, pues estaba absolutamente arrobado. Después yo no tuve tacto suficiente para decir que la obra era demasiado elevada para mí y que ¡lo que yo estaba anhelando era un buen bistec! Él estaba escandalizado fuera de sí ¡por mi materialismo! yo solo tenía 18 años en ese momento pero sería más prudente después de esto para no hacer tales observaciones. Sin embargo así era como este tipo de intuición inferior funcionaba. Por una parte era proyectada sobre esta mujer y por otra parte allí estaba Dornach. Él intentó romper con la mujer, habiéndose dado cuenta de la relación madre-hijo, y esperaba depositar su intuición inferior en Dornach en su lugar. Ese fue ciertamente un paso adelante a fuerza de haberla proyectado sobre una figura materna, pues al menos era un intento de asimilarla en un nivel interior, razón por la cual mi observación fue tan especialmente falta de tacto. Cómo resultó el intento no tengo idea, pues perdí contacto con él, pero uno nunca debe hacer observaciones despreciativas o dolorosas si la gente se manifiesta con su función inferior. Otro ejemplo de la intuición inferior introvertida, pero ahora realmente inferior, ilustra la forma repugnante y el abismo desesperado al cual la función inferior puede conducir. Recientemente, en una publicación de ciencia ficción estadounidense, leí la historia de un hombre que inventó un aparato con el que las personas podían ser desmaterializadas y luego re-materializadas. Con él, el operador podía estar en un lugar y podía enviar ondas electrónicas a través del espacio las cuales rematerializarían a las personas en el otro extremo. El podía, por ejemplo, estar en Zúrich y luego materializarse en New York. Por medio de tal aparato sería posible prescindir de los aeroplanos, máquinas y similares. Primero él experimentó con ceniceros, pero eso no funcionó, y luego más tarde con una mosca; unos pocos errores ocurrieron al comienzo, pero después del ajuste de unos alambres pareció funcionar con la mosca. En caso de que algo saliera mal, él decidió que sería la primera víctima, entonces se metió dentro del aparato. Desafortunadamente, el experimento se atascó en el camino y él salió por el otro extremo ¡con una enorme cabeza de mosca! El trató de contactar a su esposa y, cubriendo su cabeza con una prenda de modo que ella no pudiera verla, le dijo que ella debía tratar de liberarlo, y le dio varias instrucciones, pero nada funcionó. Finalmente, en la desesperación, él le pidió que lo matara, sin benevolencia con él, lo cual ella hizo. Después la historia solo se convierte en una del tipo criminal usual. Cuando él está muerto y enterrado, la mujer enloquece y es internada en un asilo, pero luego se halla a la mosca, de suerte que todo podría haber salido bien después de todo, pero es demasiado tarde. El proceso, sin compasión, ha metido a la mosca en una caja de fósforos, la cual se deposita sentimentalmente en la tumba, y una inscripción reza que el fallecido era “un héroe y una víctima de la ciencia”. Yo le he ahorrado a usted la mayoría de los detalles repugnantes y perversos de la historia, los cuales son expuestos con gran placer. Allí usted ve cómo la intuición inferior toma forma en un tipo sensación. Ya que la historia es escrita por un tipo sensación, se enmascara como sensación completamente práctica. La mosca representaría la intuición inferior que se mezcla con la personalidad consciente. Una mosca es un insecto diabólico. En general, las moscas representan fantasías involuntarias y pensamientos que lo fastidian a uno y zumban alrededor de nuestra cabeza, y que no puede uno ahuyentar o disipar. Aquí, este hombre se encuentra atrapado y victimizado por una idea que envuelve incluso asesinato 32
y demencia, ya que él induce a su esposa a asesinarlo. Para salvar su vida ella es internada en un manicomio donde pasa su tiempo tratando de atrapar moscas, esperando encontrar lo único que podría ser una parte de su esposo. Al final de la historia el comisionado de policía habla con el autor y dice que la mujer, después de todo, estaba simplemente loca, y se nota que él representaba el sentido común colectivo –el veredicto finalmente adoptado por el escritor, que dice que todo esto es solo demencia. Si en vez de proyectar además, el escritor hubiera establecido la continuidad de su función inferior en su consciencia, y la hubiera liberado de su sensación extravertida, entonces habría salido a la luz una historia realmente pura y limpia. En las fantasías auténticas, tales como las de Edgar Allan Poe y el poeta Gustav Meyrinck, la intuición se establece por derecho propio, pues estas fantasías son altamente simbólicas y pueden interpretarse de un modo consistente. Pero un tipo sensación siempre quiere concretizar sus intuiciones de algún modo. La Introvertida
Intuición
Inferior
del
Tipo
Sensación
Primero debo discutir la función principal del tipo sensación introvertida. Hace muchos años, en el Club de Psicología, tuvimos una reunión en la que a los miembros se les solicitó describir su tipo en sus propias palabras, en lugar de solo citar el libro de Jung sobre los tipos psicológicos. Los miembros fueron para describir cómo experimentaban ellos su propia función superior, y yo nunca he olvidado un excelente artículo que Emma Jung cedió, pues fue solo después de escucharlo que yo sentí que entonces entendía el tipo sensación introvertida mejor que como lo había entendido antes. Describiéndose a sí misma, ella decía que el tipo sensación introvertida es como una placa fotográfica sumamente sensibilizada. Cuando alguien entra al cuarto, dicho tipo nota el modo como la persona entra, el pelo, la expresión de la cara, la ropa, y el modo como la persona camina. Todo esto obra un impacto tremendo y muy preciso sobre el tipo sensación introvertida, quien está tan altamente sensibilizado que todo detalle es absorbido. La impresión llega desde el objeto al sujeto, es como si una piedra cayera en el agua profunda: la impresión cae cada vez más profundo y se hunde. Exteriormente, el tipo sensación introvertida parece absolutamente estúpido. Él solo se sienta y mira fijamente, y usted no sabe qué está pasando dentro de él, pues él luce como un pedazo de madera sin reacción en absoluto –a menos que reaccione con una de las funciones auxiliares, pensamiento o sentimiento; pero internamente la impresión está siendo absorbida. El tipo sensación introvertida por tanto da la impresión de ser muy lento, lo cual no es el caso; es solo que las rápidas reacciones interiores continúan debajo y la reacción externa entra de modo retardado. Estas son las personas que, si dijeron una broma en la mañana, probablemente reirán de ella a la medianoche. El tipo es a menudo juzgado mal y malentendido por los otros a su alrededor porque uno no se da cuenta de lo que pasa en el interior. Si dicho tipo puede expresar sus impresiones fotográficas en forma artística, entonces ellas se pueden reproducir en pinturas o en escritos. Yo tengo la fuerte sospecha de que Thomas Mann era un tipo sensación introvertida. Él puede describir maravillosamente cada detalle y dar toda la atmósfera de un cuarto o una personalidad, como por ejemplo, en La Montaña Mágica. La intuición inferior de este tipo introvertido es, en cierto modo, similar a la del tipo sensación extravertida, pues también tiene una muy misteriosa, pavorosa y fantástica vida interior, sin embargo está más interesado en el impersonal mundo externo colectivo. Con el constructor yo mencioné, por ejemplo, que usted puede ver que él es un tipo sensación extravertida. Él recoge intuiciones que le interesan a él mismo. En su sensación extravertida él está interesado en el mundo externo colectivo–en el constructor de caminos, o el constructor de grandes casas, pero su intuición se aplica a sí mismo y se mezcla con sus problemas personales. Con el tipo sensación introvertida, el movimiento desde los objetos viene hacia él. Las novelas de Thomas Mann tienen un carácter muy subjetivo, mientras que su intuición está interesada en los eventos que tienen lugar en el fondo –él recoge las posibilidades y el futuro del mundo externo. 33
He visto precisamente en el material de un tipo sensación introvertida lo que yo llamaría material muy profético –fantasías arquetípicas que principalmente representan no solo los problemas del soñante sino también aquellos de su tiempo. La asimilación de estas fantasías es muy difícil porque existe la misma dificultad que con el tipo sensación extravertida, a saber que la sensación es una función con la que nosotros comprendemos el aquí y ahora. El aspecto negativo de la sensación es que el tipo se atasca en la realidad. Como Jung escribió una vez: para ellos el futuro no existe, las posibilidades futuras no existen, ellos están en el aquí y ahora, y existe una cortina de hierro delante de ellos. Ellos se comportan en la vida como si ésta siempre fuera a ser lo mismo que es ahora; son incapaces de concebir que las cosas puedan cambiar. La desventaja del tipo es que cuando sus tremendas fantasías interiores fluyen, la persona tiene gran dificultad para asimilarlas a causa de la exactitud y la lentitud de la función consciente. Si dicho tipo está dispuesto de manera absoluta a tomar su intuición seriamente, se inclinará a intentar registrarla con esmero. Pero ¿cómo puede usted hacer eso? La intuición llega como un relámpago, y ¡si usted intenta registrarla, se aleja! Entonces él no sabe cómo tratar el problema y atraviesa zozobras porque la única forma en la cual la función inferior puede ser asimilada es liberando el dominio de la función superior. Yo conocí una mujer tipo sensación introvertida quien por muchos años había pintado los contenidos de su inconsciente de manera muy precisa. Le tomaba cerca de tres semanas completar una pintura. Las pinturas eran absolutamente bellas y logradas en cada detalle, pero, como le oí decir después, ella no pintaba ya los contenidos de su inconsciente como éstos venían, sino corregidos, mejorados y refinados. Ella decía: “yo naturalmente los mejoraba en forma estética”. Lentamente la necesidad de asimilar la función inferior se volvió imperativa, y sus sueños le habían dicho que ella debía producir sus pinturas y tomar los colores exactamente como eran, no obstante toscos, y simplemente ponerlos sobre papel rápidamente. Cuando yo traduje el mensaje de sus sueños de este modo, ella entró en pánico y dijo que no podía, que era imposible. Haberle puesto las cosas así fue como noquearla; ella no podía hacerlo pero continúo pintando en su forma usual. Las pinturas Zen japonesas pueden dar la esencia de una imagen del interior, lo cual sería lo opuesto del trabajo de esta mujer. Ella no lograba la exactitud desde el interior y no podía hacer lo que sus sueños indicaban, y tenía una tremenda batalla, pues no podía desistir de la función superior y el detalle exacto. En este caso, ella cada vez más extraviaba la llegada de la intuición inferior pues no podía registrarla cuando y como ésta llegaba. Así es como luce la lucha entre la función superior e inferior en el tipo sensación introvertida. Si usted intenta forzarlos para asimilar la intuición demasiado rápidamente, ellos tienen síntomas de vértigo o mareo. Es un poco como estar en el mar o en un aeroplano; ellos se sienten arrebatados del sólido piso de la realidad, y ya que están tan pegados allí, tienen síntomas reales de vértigo o mareo, o se vuelven frívolos desde una base puramente psicológica. Yo conocí un tipo sensación introvertida que tenía que ir a la cama para hacer imaginación activa, pues de otro modo se sentía exactamente como si estuviera en un bote y se mareaba. Ella sentía como si el piso sólido estuviera disolviéndose bajo sus pies. Naturalmente, si usted no es ese tipo, usted está más bien divertido, pero de nuevo aquí existe la posibilidad de que la función superior se apodere de la inferior. Un maravilloso ejemplo es el pintor Suizo Heinrich Füssli, quien se volvió famoso en el último siglo y fue a la corte Inglesa. Él era obviamente un tipo sensación extravertida, y su función inferior surgió en los temas más fantásticos. El pintó un maravilloso cuadro del Sueño de Una Noche de Verano de Shakespeare –este luminoso y fantástico cuento de hadas. El tema lo atrajo porque era completamente fantástico, pero en vez de pintarlo como había llegado desde el interior, hizo un pequeño estudio de éste y mezcló y pegó su intuición de una forma muy sensitiva. En el cuadro Titania está despertando y mirando el asno de quien ella está enamorada y ella ¡solo mira con asombro! Las hadas y brujas y su amante están todos allí mirándola, es un bello cuadro pero pintado de un modo clásico, con demasiado detalle de carne y vestimenta, e incluso con cada cabello pintado sobre la cabeza del asno, por lo cual esa pintura pierde justamente la atmósfera que debería transmitir, a saber aquella del mundo del sueño. Entonces, en cierto modo, falla completamente, y Füssli, a pesar de sus talentos, nunca se convierte en un pintor realmente famoso. El cuadro muestra 34
cómo él arruinó sus propias oportunidades por no desistir de su función superior. Él debía haber pintado rápidamente con toda la vaguedad del mundo de los sueños, pero en lugar de ello cayó en su función superior e hizo un cuadro, poniendo las uñas de los pies de cada figura y así sucesivamente, por lo que la pintura se volvió fría y perdió su carácter dinámico. Ya que la función superior del tipo sensación introvertida es introvertida, su intuición es extravertida y por tanto está generalmente impulsada hacia afuera por los eventos externos. Tal tipo podría, mientras baja por una calle, ver un cristal en una vitrina, por ejemplo, y su intuición podría inmediatamente captar su significado simbólico, o todo el diluvio del significado simbólico del cristal entraría a su mente, pero aquello habría sido impulsado por el evento externo, ya que su intuición inferior es esencialmente extravertida. Naturalmente, él tiene las mismas malas características del tipo sensación extravertida pues en ambos tipos las intuiciones son, muy frecuentemente, de un carácter siniestro, con oscuras premoniciones –que una guerra atómica pronto estallará, que la gente a su alrededor morirá de cáncer, y además recogen el chismorreo negativo. La fantasía material tiende a ser de un carácter siniestro y si no se trabaja sobre ella, los contenidos proféticos que rompen a través de ella serán pesimistas y negativos. Todas las funciones inferiores escindidas tienen una tendencia a ser compulsivas y a crear ideas de persecución. Usted encuentra eso además en el tipo pensamiento, por ejemplo. La función inferior es siempre el vehículo para las ideas de persecución, por tanto siempre hay que tener cuidado con ella. Si la intuición se extravía, uno está poseído por fantasías sensuales del tipo más sexual y ordinario, como una rata resollando alrededor de los basureros. Siempre, cuando la gente se siente minada y perseguida, es probable que la función inferior haya pasado a la clandestinidad y esté persiguiendo y socavando a la función superior, pues aquella es siempre la puerta por la cual tales cosas oscuras entran. Los intuitivos están enfrascados con toscas fantasías, pues ellos descuidan la sensación demasiado. Sin embargo cuando los presentimientos o intuiciones del tipo sensación aparecen, dan este oscuro sentimiento de algo inminente en alguna parte y están en consecuencia teñidos de temor. No obstante uno debe ser cuidadoso porque solamente el evento puede demostrar si una profecía era cierta o no. Las premoniciones de una guerra atómica no pueden ser expresadas para ser incorrectas y simple intuición inferior; ¡ellas podrían ser ciertas! Solo retrocediendo en la historia puede usted ver si ellas estaban equivocadas y si eran solo intuición negativa. Los profetas de la Biblia se volvieron inmortales solo porque estaban en lo correcto, por tanto ellos fueron probablemente no tipos sensación sino intuitivos auténticos, con intuiciones relativamente correctas. En el tipo sensación, la intuición puede ser absolutamente correcta o equivocada. Yo no puedo decirles con qué frecuencia en mi vida he estado rodeada de tipos sensación quienes “sabían” que Jung estaba agonizando o muerto, o que fulano de tal había ido al hospital, o que estaba desesperanzadamente enfermo, ¡cuando en realidad no había nada semejante! Lo que es peor acerca de la intuición negativa es que algunas veces da en el clavo. Jung dice que la intuición es de cualquier modo una función problemática porque llega directo a la esencia de la situación. O da en el blanco o se extravía absolutamente, incluso por fuera de la realidad. En general, cuando la intuición es la función principal y una de las otras funciones –ya sea el pensamiento o el sentimiento- ha sido desarrollada, la persona tiene una intuición que podría acertar en el blanco o salirse totalmente de él, y por consiguiente retiene. Pero la intuición inferior es primitiva, y o da en el blanco o se aleja extremadamente de la marca. Y el tipo sensación a veces sorprende acertando, lo cual solo se puede admirar, o bien con presentimientos en los que no hay veracidad ¡solo pura invención! El tipo tiene repentinas intuiciones interiores, y la gran dificultad para él es saber cómo tratar con ellas, pues pueden ser completos disparates o absolutamente ciertas. El Sentimiento Tipo Pensamiento Extravertido
Inferior
del
Siendo la personalidad consciente extravertida, intentaré describir la manera en la cual funciona el sentimiento introvertido inferior. El tipo se encuentra entre organizadores, personas de oficina y 35
puestos del gobierno, en los negocios, las leyes –muchos buenos abogados son del tipo pensamiento extravertido- y entre científicos, cuando ellos son el tipo que organiza investigaciones científicas donde ellos pueden formar equipos de trabajo. Pueden también compilar útiles enciclopedias. Ellos escarban el polvo de las viejas bibliotecas y eliminan los factores de inhibición en la ciencia debidos a la desmaña o la pereza o a una falta de claridad en el lenguaje, y las confusiones que surgen por tener una terminología diferente. El tipo pensamiento extravertido pone orden tomando una posición definida y diciendo: “Si nosotros decimos fulano de tal, queremos decir fulano de tal”, o “Si nosotros queremos decir eso, eso es lo que queremos decir”, y así sucesivamente. Ellos ponen claridad de orden en el objeto externo, la situación externa. Es una función racional, y como su dirección es exterior, es una actividad que tiende a establecer orden lógico. En una reunión de negocios, un hombre así dirá que se debe llegar a los hechos básicos y ver cómo proceder. Un abogado que tiene que escuchar todos los informes caóticos de las partes litigantes es capaz, con su mente superior, de ver cuáles son los conflictos reales y cuáles los falsos argumentos, y luego concertar una solución satisfactoria para todas las partes. El tipo tiene una gran facultad de esta manera y es socialmente creativo. Ellos pueden surcar con la claridad creativa de la mente y llevar las cosas a un orden aceptable. El énfasis siempre estará sobre el objeto, no la idea. Dicho abogado no luchará por la idea de la democracia o la paz doméstica o nada por el estilo. Toda su mente estará absorbida por la situación objetiva externa. Si se le preguntara acerca de su actitud o ideas sobre algo, él se sorprendería absolutamente, pues no está interesado en eso y sería completamente inconsciente de cualquier motivo personal. Por regla general, si usted las investiga, las motivaciones inconscientes se compondrán de una pueril e ingenua creencia en la paz, la claridad y la justicia. Si se le presiona a decir lo que él entiende por “justicia”, estaría “muy desconcertado” y probablemente lo sacaría de su oficina, debido a que “está demasiado ocupado”, de modo que el elemento subjetivo se mantiene en el segundo plano de la personalidad. Él nunca piensa acerca de lo que entiende; él lucha por la justicia ¡pero nunca considera lo que entiende por justicia! Sus premisas de altos ideales permanecen en el reino de su función inferior, la cual es el sentimiento. Para sus ideales él tendrá un extraño vínculo sentimental místico que no mostrará, y usted tendría que arrinconarlo para averiguar al respecto. Los vínculos del sentimiento a ciertos ideales o personas están presentes pero nunca aparecen en las actividades cotidianas. Semejante hombre podría pasar su vida entera clarificando problemas, reorganizando empresas o en situaciones donde habría la necesidad de poner las cosas en claro, y solo al final de su vida él comenzaría a preguntarse tristemente para qué habría vivido realmente. Y luego cae en su función inferior. Hasta aquí todo ha hecho exigencias de su función principal; él nunca ha considerado para qué vivió, pues el trasfondo oscuro ha permanecido sin aclarar. Una vez hablé con un hombre de este tipo quien estaba terriblemente sobrecargado de trabajo y necesitaba unas buenas vacaciones. El me dio un montón buenos consejos, diciendo que yo debería tener un descanso, y cuando le pregunté por qué no él, respondió, “¡Dios mío, yo debo ser demasiado solitario y me pondría demasiado triste!” Dicha persona se preguntará si su trabajo es realmente importante. Él puede recordar cómo una vez salvó a alguien de ser robado, etc., pero, ¿había mejorado el mundo? Tales sentimientos habrían aparecido en él y él se había sentido como cayendo a un abismo. Habría tenido que volver a revisar toda su evaluación de las cosas. Naturalmente, por consiguiente, él rechazó tomar ningunas vacaciones –hasta que se cayó y se rompió su cadera y tuvo que quedarse seis meses en cama- ¡y así es como la naturaleza impone la función inferior a la gente! El tipo pensamiento extravertido tiene, de un modo oculto, una especie de vínculo sentimental fiel, místico, a los ideales y frecuentemente también a las personas, sin embargo, este profundo, fuerte y caluroso sentimiento difícilmente sale alguna vez ya que está totalmente oculto. Recuerdo a un tipo pensamiento extravertido quien realmente me conmovió cuando una vez reveló sus sentimientos por su esposa. Su autenticidad, profundidad y cordialidad eran realmente conmovedoras, pero cuando yo le hablé a su esposa fue deplorable ver qué poca idea tenía ella sobre eso, porque como un loco 36
extravertido, él pasaba todo el día en su profesión, remolineando en la vida, y aquellos profundos sentimientos nunca eran expresados. Si su esposa hubiera estado muriendo de consunción él no lo habría notado hasta estar en el funeral y ser demasiado tarde, y ella no se habría dado cuenta de la profundidad de su sentimiento por ella y que, en un sentido muy profundo, él era muy leal y fiel a ella, pues todo aquello estaba profundamente escondido y nunca expresado en su vida; se mantenía adentro y estaba introvertido y no se movía hacia el objeto. Fueron necesarias bastantes conversaciones para lograr un mejor entendimiento en el matrimonio y hacer que su esposa se diera cuenta de que su esposo realmente la amaba. El estaba tan terriblemente ocupado con el mundo externo y sus sentimientos estaban tan ocultos sin ser expresados ni aceptados en su vida, que su esposa no lo notaba, aunque aquellos realmente jugaban un tremendo papel escondido dentro de él. Recuerdo el sueño de la transferencia próxima de un tipo pensamiento extravertido. El soñó que mientras venía hacia mí (era extranjero), un viejo cochero con un viejo carruaje y cuatro caballos también habían dejado el pueblo donde él vivía y se dirigía lentamente a Zúrich, pero no había llegado aún. Este hombre había venido al análisis por toda una suerte de razones externas –a aprender acerca de psicología Junguiana, etc.- pero su sentimiento estaba también en camino, sin embargo solo había viajado unos pocos kilómetros, y yo lo embromé preguntándole que ¡cuándo iba a llegar su cochero! Si la gente puede comenzar a reírse de su función inferior, eso puede ser atenuante porque entonces todo es veinte veces mejor. Cuando el sentido del humor se establece y usted puede tomarle el pelo a otra persona, así como ellos pueden burlarse de usted, muchos conflictos se aclaran, es por eso que mencioné el arquetipo del tonto al comienzo de este capítulo. Este hombre tenía sentido del humor y era capaz de reírse de su cochero. El sentimiento introvertido, incluso si es la función principal, es muy difícil de entender. Un muy buen ejemplo es el poeta de Austria Rainer María Rilke, un tipo sentimiento intuitivo, quien escribió: “Ich liebe dich, was geht´s dich an? (“¡Yo te amo, pero no es asunto tuyo!”) ¡Esto es solo el amor por el amor! El sentimiento es muy fuerte pero no fluye hacia el objeto; es más bien como estar en un estado de amor dentro de uno mismo. Naturalmente, esta clase de sentimiento es mucho más incomprendida, y dichas personas son consideradas como muy frías. Ellos no son fríos en absoluto, sino que el sentimiento está todo dentro de ellos. Por otra parte, ellos tienen una muy fuerte influencia oculta en el medio social, pues tienen modos internos muy secretos y fuertes de establecer los valores. Por ejemplo, dicho tipo sentimiento puede no expresar nunca sus sentimientos pero se comporta como si él pensara que una cosa es valiosa y otra no, lo cual ejerce cierto impacto sobre las otras personas. Cuando el sentimiento es inferior, está incluso más escondido y es más absoluto. El abogado que describí tenía su idea de la justicia, la cual tendría un muy sugestivo efecto sobre otras personas; es decir, el sentimiento escondido en lo más recóndito de su mente de lo que él considera que es la justicia inconscientemente influenciaría a las demás personas en la misma dirección sin que él lo hubiera notado. Se impondría no solo a su propio destino sino al de otros, de manera invisible, pero a través de su actividad. El oculto sentimiento introvertido del tipo pensamiento establece fuertes fidelidades invisibles. Tales personas están entre los más fieles de todos mis amigos, incluso aunque tan solo puedan escribir en navidad, y no haya otro contacto en absoluto. Yo se que ellos están absolutamente seguros de su sentimiento, pero uno tiene que moverse hacia él para lograr saber de su existencia. Exteriormente, el tipo pensamiento extravertido no da la impresión de tener un sentimiento fuerte. En un político, su sentimiento inferior podría inconscientemente manifestarse en un profundo arraigo y una inmutable fidelidad a su ciudad y le parecería que es completamente evidente –sin embargo éste podría hacerlo arrojar la bomba atómica o cometer algún otro acto destructivo. El inconsciente y no desarrollado sentimiento puede ser bárbaro y absoluto, y por consiguiente el fanatismo destructivo oculto algunas veces prorrumpe en forma repentina en el tipo pensamiento extravertido y, si no es confrontado, puede ser muy destructivo y manifestarse en una acción fanática súbita. Estas personas son incapaces de ver que, incluso de una norma de sentimiento, otras personas podrían tener otro valor, pues ellos no cuestionan los valores internos que defienden.
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Cuando ellos definitivamente sienten que algo es correcto, son incapaces de mostrar su punto de vista sensible, pero nunca dudan de sus propios valores internos. En ese punto el sentimiento inferior es diferente de la intuición inferior. La intuición es una función irracional que comprende los hechos, las posibilidades futuras y las posibilidades de evolución, pero no es una función del juicio. La intuición inferior podría tener presentimientos acerca de la guerra, o enfermedades de otras personas, las cuales podrían o no suceder, o de cambios arquetípicos en el inconsciente colectivo. La intuición introvertida tiene repentinos presentimientos acerca de la lenta transformación del inconsciente colectivo en el fluir del tiempo. Cada época tiene cierta atmósfera acerca de ello. Por ejemplo, en el arte o la literatura, hay repentinas rupturas con los temas antiguos, y la intuición introvertida tiene un sentimiento para ellos. Un escritor alemán llamado Bruno Goetz escribió un libro acerca del Tercer Imperio, significando con ello un Reino de Dios en el cual el paganismo y el cristianismo estarían mezclados. Él lo escribió mucho antes de que los Nazis llegaran al poder. Los Nazis intentaron apoyarse en él y hacerlo escribir para ellos, pero él terminantemente se rehusó. Él incluso predijo en este libro mucho de lo que los Nazis realmente hicieron, incluso al punto de describir bandas de personas jóvenes entre los 18 y 20 años que devastaron todo. Las escenas que él describió surgieron prácticamente en detalle después en la Alemania Nazi, pero en ese momento que él escribió el libro no había nada de esa clase; era aún el momento de la República Socialista de Weimar, pero la intuición introvertida de Goetz simplemente supo dónde se estaba moviendo la constelación arquetípica, y él lo expresó. Sin embargo esto puede también suceder cuando la intuición introvertida es inferior. Hay repentinos relámpagos de discernimiento en los procesos fundamentales que surgen y desaparecen de nuevo, pero no hay juicio, al momento que Goetz describe los hechos sin juzgarlos. Como escritor, él simplemente los pone delante de usted y usted no sabe si él los aprueba o desaprueba. Eso es lo que la intuición hace, presenta los hechos, sin evaluación, pero el sentimiento es bastante diferente. En términos Junguianos, es una función racional (Latín ratio = orden, cálculo, razón), una función que establece orden y juzga, diciendo esto es bueno y esto es malo, esto es agradable y esto desagradable para mí. Entonces el sentimiento inferior de un tipo pensamiento juzgaría los valores de la gente y los ideales y no solo presentaría los hechos; esa sería la diferencia. Por ejemplo, un tipo sensación extravertida que descuidó o abandonó su intuición en gran parte, tuvo un sueño recurrente de gente pobre y obreros de carácter desagradable que irrumpieron en su casa de noche. Él estaba aterrado por este sueño siempre recurrente y comenzó a girar en su círculo de amigos y en los banquetes diciendo que no había absolutamente nada que pudiera hacerse, y que él sabía que los comunistas triunfarían. Ya que él era un político muy capaz, esto tuvo un mal efecto, pues la gente escuchó lo que él dijo. Esta era una mala y errónea clase de intuición inferior, basada en la proyección personal. Eso es un ejemplo de intuición inferior. Pero alguien con sentimiento inferior podría de repente comenzar un pleito, convencido de que estaba luchando por los derechos y el bien, pero si alguien más pudiera derribar esta convicción, él le lanzaría todo el asunto encima, incluyendo el pleito que él mismo había comenzado. El cambio repentino en su juicio indicaría la repentina intrusión del sentimiento inferior, y esto lleva a otro punto. Las personas son muy fácilmente influenciadas cuando se trata de una cuestión de su función inferior, puesto que como está en el inconsciente, las personas pueden con facilidad tornarse inseguras, mientras que en el reino de la función superior ellas por lo general saben cómo actuar cuando son atacadas, pues tienen todas sus armas listas y son tolerantes y flexibles y se sienten fuertes. Tan pronto como uno se siente fuerte, se está bastante dispuesto para discutir las cosas o cambiar la actitud, pero donde uno se siente inferior, uno se vuelve fanático y sensible y es fácilmente influenciado. La expresión en la cara de un amigo puede afectar el sentimiento de un tipo pensamiento, porque su sentimiento está en el inconsciente y por tanto abierto a la influencia. En consecuencia, como mencioné antes, el tipo pensamiento extravertido puede resultar un amigo muy fiel pero usted puede repentinamente perderlo debido a que él ha sido envenenado contra usted y puede soltarlo un día ¡como a una papa caliente y usted no saber por qué o qué ha pasado! De algún modo, algo venenoso entró en su sistema, alguien dijo algo, o incluso solo ¡hizo un gesto cuando su 38
nombre fue mencionado! El sentimiento es inconsciente. Dichos efectos solo pueden ser curados cuando ellos son admitidos de manera consciente. Si usted se opone, en términos del pensamiento, respecto a su política en tener el pleito, el tipo pensamiento extravertido estaría dispuesto a discutirlo y preguntar sus razones. Él sería accesible y no estaría influenciado de manera errónea, mientras que en el reino del sentimiento se separaría repentinamente sin razón y sin saber él mismo bien por qué. Estos sentimientos introvertidos ocultos del tipo pensamiento extravertido son a veces muy infantiles. Después de la muerte de tales personas algunas veces se encuentran notas en las cuales se han escrito poemas triviales a una mujer lejana a quien ellos nunca conocieron en sus vidas y en quien es vertida una gran cantidad de sentimiento místico, y piden ser quemados después de su muerte. Aquel sentimiento está escondido, es, en cierto modo, la más valiosa posesión que ellos tienen, pero a pesar de eso es algunas veces sorprendentemente infantil; no obstante, tiene esta clase de cualidad religiosa mística interior alrededor. Algunas veces el sentimiento permanece enteramente con la madre y nunca se manifiesta por fuera de la esfera de la infancia, y se puede encontrar documentos conmovedores sobre el vínculo con ella. En tales casos la función del sentimiento introvertido nunca se ha desalojado del lugar de la infancia. El Sentimiento Tipo Pensamiento Introvertido
Inferior
del
La función principal de este tipo no intenta tanto establecer orden en el mundo exterior, sino que se refiere a las ideas. Alguien que dice que uno no debería comenzar por los hechos sino que debería primero clarificar las propias ideas, pertenecería al tipo pensamiento introvertido. Su deseo de poner orden en la vida parte de la idea de que si se es atolondrado desde el principio, nunca se llegará a ninguna parte. Se debe primero saber qué ideas se desea seguir y de dónde vienen; usted debe aclarar su propia estupidez escarbando en el fondo de su pensamiento. Por ejemplo, toda la filosofía se ocupa de los procesos lógicos de la mente humana, de la construcción de ideas, y así sucesivamente, y este es el reino donde el pensamiento introvertido está en mayor medida trabajando. En la ciencia, esas son las personas que, por ejemplo, están perpetuamente tratando de prevenir a sus colegas de perderse en experimentos y quienes, de vez en cuando, tratan de volver a los conceptos básicos y preguntarse lo que en realidad estamos haciendo mentalmente. Esto explica por qué, en la física, hay en general un profesor de física práctica y otro para la teoría: uno diserta sobre la construcción de experimentos y el otro sobre las matemáticas y otros principios y sobre la teoría de la ciencia. En todas las distintas ciencias existen siempre aquellos que tratan de clarificar las teorías básicas de su reino científico. El historiador de arte extravertido intentará averiguar acerca de los hechos y tratará de probar, por ejemplo, que un cierto tipo de Madonna fue pintado más temprano o más tarde que otro e intentará conectar eso con la historia y los antecedentes del artista, mientras que el introvertido podría incluso preguntarse qué derecho tiene uno de juzgar un trabajo de arte. Él diría que nosotros primero que todo debemos entender lo que queremos decir por arte pues de lo contrario caeremos en una estupidez. El tipo pensamiento introvertido siempre vuelve a la idea subjetiva, es decir, al papel que desempeña el tema en toda la materia. El sentimiento del tipo pensamiento introvertido, por lo que se refiere a la actitud, es al revés para el extravertido, lo cual significa que el tipo pensamiento introvertido tiene esa misma clase de sentimiento fuerte, fiel y cálido descrito como típico de los tipos pensamiento extravertido, pero con la diferencia de que el sentimiento del tipo pensamiento introvertido fluye hacia objetos definidos. Mientras que el tipo pensamiento extravertido ama profundamente a su esposa, sin embargo donde Rilke, por ejemplo, dice: “Yo te amo, pero no es asunto tuyo”, el sentimiento del tipo pensamiento introvertido tiene un objeto externo. Él diría por tanto, en el estilo de Rilke, “Yo te amo y será importante para ti; ¡yo lo haré de tu incumbencia!” Por otra parte, el sentimiento del tipo pensamiento introvertido tiene con mucho las mismas características que el sentimiento inferior del tipo pensamiento extravertido, con juicios muy negros y blancos, sí o no, amor u odio. Pero puede ser muy fácilmente envenenado por otras personas y por la atmósfera colectiva y de ese modo puede hacerse inseguro. El sentimiento inferior de ambos tipos es pegajoso, y el tipo pensamiento 39
extravertido tiene esta clase de fidelidad invisible que puede perdurar eternamente. Lo mismo es cierto para el sentimiento extravertido del tipo pensamiento introvertido, excepto que no será fidelidad invisible sino fidelidad visible. Si usted lo evalúa positivamente, será fiel, pero para la evaluación negativa es pegajoso. Se parece al fluir del sentimiento pegajoso en una persona epileptoide; tiene esa clase de vínculo pegajoso, perruno, el cual, especialmente para el objeto amado, no es siempre divertido. Se podría comparar el sentimiento inferior de un tipo pensamiento introvertido con el flujo de lava caliente de un volcán –que sólo se mueve alrededor de cinco metros en una hora pero devasta todo a su paso. Es por eso que, naturalmente, un tipo pensamiento introvertido muy pronto experimentará que con su sentimiento extravertido él siempre está metiendo la pata, porque el sentimiento es demasiado primitivo, pegajoso e infantil; pero también tiene todas las ventajas de una función primitiva, pues es también muy auténtico y cálido. Cuando un tipo pensamiento introvertido ama, no hay cálculo en él. Estará por amor al otro pero será primitivo. Eso es cierto para ambos tipos, pues los tipos pensamiento tienen sentimiento primitivo, pero por otra parte éste nunca es calculador. El sentimiento inferior de un tipo pensamiento es como una leona a la que le gustaría jugar con usted. Ella no tiene otra intención que jugar, pero se refriega, ronronea contra su pierna, o lo devora, o le da un gran golpe de modo que usted caiga cuando ella lame su cara. Pero no hay cálculo ni intención en ello; es solo una expresión del sentimiento, ¡como un perro que menea su cola! Lo que toca a las personas en el sentimiento de los animales domésticos es justamente esta falta de cálculo. Así en ambos tipos pensamiento, el sentimiento inferior no tiene cálculo, mientras que las personas que tienen sentimiento diferenciado están, de un modo oculto, calculando, y siempre ponen un poco de ego en él. Una vez vi al jefe de una mecanógrafa quien era un tipo sentimiento y me preguntaba ¡cómo aguantaba ella tal horror por un solo día! Pero ella sonreía y decía que él era su jefe, por tanto hacía lo mejor, ya que debía soportarlo, y mirándolo detenidamente ella podía descubrir que él tenía esta o aquella cualidad positiva. Se podría decir que ver buenas posibilidades y reconocerlas es admirable, pero por otra parte hay un poco de cálculo en ello: ella quería conservar su lugar con su jefe, de manera que hizo ese esfuerzo de sentimiento positivo. ¡Eso nunca le sucedería al sentimiento inferior de un tipo pensamiento! Yo nunca lo habría soportado –¡yo preferiría no comer y no podría haber persistido por veinte días! Yo estaba impactada aquí por la diferencia entre el sentimiento inferior y el sentimiento diferenciado. El tipo sentimiento había encontrado unas pocas cualidades positivas en ese horrible hombre y lo toleró. Ella no negó todas las cosas negativas que yo vi en él, pero dijo que él nunca le demandó tiempo extra y daba mérito a los que trabajaban para él, de modo que ella descubrió algunos factores positivos y se adhirió allí. En su libro, Jung explica algunos de los malentendidos entre los tipos. Si yo hubiera dicho que esta oficinista era interesada y oportunista, habría estado absolutamente equivocada, porque eso era solo un motivo de fondo en su caso –esa sería la proyección negativa del otro tipo. No es que ella sea simplemente una oportunista, o que actúe de modo calculador al tener dicho sentimiento positivo, sino que tiene sentimiento diferenciado. Ella por tanto nunca tiene fuertes reacciones emocionales pero sabe que donde hay valores, existe siempre algo negativo; nada es completamente blanco o negro, sino que en la realidad todo es grisáceo. Ella tiene esa clase de actitud filosófica. Era solo yo quien sospechaba del interés y oportunismo porque el tipo pensamiento introvertido siempre sabe conscientemente cuando es adulado. Por otra parte, se puede decir que el sentimiento inferior tiene la ventaja de que realmente no existe cálculo en él. El ego no tiene nada que ver con él, pero naturalmente esto puede crear situaciones de inadaptación. Piense, por ejemplo, en la película El Ángel Azul, en la cual un profesor se enamora de una vampiresa, y de una manera fiel y leal se arruina por ella. Esa sería la tragedia de la función del sentimiento inferior. Se podría honrar por su fidelidad pero también se podría decir que él era un condenado tonto y que su sentimiento inferior tenía muy mal gusto. Eso es también cierto para el sentimiento inferior de un tipo pensamiento: el sentimiento presenta o muy buen o muy mal gusto. Un tipo pensamiento puede a veces escoger a personas muy valiosas como amigos o puede escoger de manera absoluta a personas equivocadas, pues la función inferior tiene ambos aspectos y rara vez encaja en modelos convencionales. 40
Otra forma en la que el sentimiento infantil se puede manifestar en los tipos pensamiento es ejemplificada en el caso de Voltaire, el filósofo francés, quien era, creo, un tipo pensamiento introvertido. Él combatió la Iglesia Católica con todo su poder y fue el autor del famoso dicho “Ecrasez l´infame” (Extirpar la infamia). Él era un intelectual y un representante típico de la época de la ilustración. En su lecho de muerte, sin embargo, él se puso muy nervioso y solicitó la extrema unción y la tomó con gran derroche de sentimiento devoto. Ahí mostró al final de su vida que él estaba completamente dividido: su mente había abandonado la experiencia religiosa original y su sentimiento se había quedado allí en forma invisible, y cuando estaba moribundo y en el momento de la muerte –el cual uno tiene que recibir como una persona íntegra- el sentimiento surgió y lo abrumó de un modo completamente indiferenciado. Todas las conversiones repentinas tienen esta cualidad, o se deben a la aparición repentina de la función inferior en un tipo. En el caso del sentimiento inferior, como en los otros casos, la función inferior está mucho más acoplada con la emoción. Donde quiera que la gente tenga sentimiento muy emocional, es un signo de que el sentimiento es indiferenciado. Tan pronto como arrancan a llorar en una situación sensible que ha sido constelada y todo fluye de manera muy pesada y apasionada usted sabe que la función inferior ha sido tocada. Sin embargo esto también es cierto para la intuición inferior de los tipos sensación. Usted recordará mi descripción del tipo sensación extravertida con quien yo fui a la obra de la tragedia antroposófica. Cuando yo dije que había tenido suficiente de aquello y que quería un buen estofado, él no pensó que eso fuera una broma. Él había estado tan profunda y emocionalmente enternecido por la obra que habíamos visto juntos que fue un golpe a su emoción cuando hice esta desatinada observación. Él no era un hombre emocional, sino un pez muy frío y muy puesto en tierra; no obstante en ese momento él estaba conmovido desde el centro de su corazón y por tanto no se podía bromear al respecto. Todas las funciones inferiores tienen esta tendencia a hacer a las personas mortalmente serias, emocionales y patéticas. Usted puede verlo muy claramente en el sentimiento del tipo pensamiento. El pensamiento introvertido puede mostrar cualidades muy patéticas si no histéricas en la manifestación del sentimiento. Por otra parte, como escribe Jung en los Tipos Psicológicos, las personas que conocen tipos pensamiento saben bien que usted puede tener sentimientos muy cálidos y amistades íntimas y confiables con ellos, porque si hay sentimiento, es real y auténtico.
SENSACIÓN Y PENSAMIENTO INFERIORES Este documento es la cuarta parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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CAPÍTULO 2. - DESCRIPCIÓN PRÁCTICA DE LA CUARTA FUNCIÓN (CONTINUACIÓN) La del Tipo Intuitivo Extravertido
Sensación
Inferior
La intuición extravertida es una función por la cual concebimos las posibilidades externas. Un tipo sensación podría decir acerca de una campana, “Esto es una campana”, pero un niño diría que usted podría hacer toda clase de cosas con eso, sería una torre de iglesia y un libro podría ser la ciudad y 41
algo más podría ser otro objeto, y así sucesivamente. En cada cosa hay una posibilidad de desarrollo; así, la intuición en la mitología está muy a menudo representada por la nariz. Uno dice, “Hay gato encerrado”, es decir, mi intuición me dice que hay algo sospechoso al respecto. ¡No sé exactamente qué pero puedo olerlo! Percibimos tales posibilidades y luego, tres semanas después la rata o el gato están afuera de la bolsa y usted dice: “¡Oh, yo lo olía, y tuve una corazonada de que había algo en el aire!” Estas son posibilidades aún no materializadas, posibilidades innatas, los gérmenes del futuro. La intuición es por consiguiente la capacidad para intuir aquello que no es todavía visible, las posibilidades futuras o potencialidades en la base de una situación. El tipo intuitivo extravertido aplica esto al mundo exterior, y por eso, será muy talentoso y puntuará muy alto al conjeturar acerca de los desarrollos exteriores de las situaciones externas en general. Dichos tipos se encuentran muy a menudo entre las personas de negocios quienes tienen el coraje de fabricar nuevos inventos y colocarlos en el mercado. Usted los encuentra también entre periodistas y muy a menudo entre publicistas. Ellos son la gente que sabe lo que será popular el próximo año y harán grandes negocios porque descubrirán algo que aún no está de moda pero lo estará, y son los primeros en ponerlo en el mercado. Usted los encuentra también entre corredores de bolsa quienes, más allá del cálculo normal basado en la lectura de periódicos y reportes financieros de interés comercial, tendrán un cierto algo que les dice que ciertas acciones subirán, que el mercado estará en alza y ellos harán dinero gracias a percibir el ascenso y caída de los capitales. Ellos se darán cuenta de lo que está en el aire y serán los primeros en hablar de ello. Usted los encuentra también en el reino más espiritual. Siempre estarán en el movimiento de avanzada, interesados en los aspectos avanzados de una ciencia, llenos de actividad, y especularán en cuanto al éxito de esto, y cómo más podría usarse algo, o divulgarse otra cosa entre la gente, y así sucesivamente. Debido a que la intuición necesita mirar las cosas un poco desde lejos o vagamente para que pueda funcionar, usted tiene que medio cerrar sus ojos y no mirar los hechos demasiado cerca a fin de obtener esta corazonada desde el inconsciente. Si usted mira las cosas con demasiada precisión, se enfoca en los hechos y luego el presentimiento puede no salir bien. Esa es la razón de que los intuitivos tiendan a ser impuntuales y vagos, siempre acelerándose un poco demasiado tarde, llegando demasiado tarde, y no enfocándose en ningún hecho demasiado exactamente. Otra desventaja de esta función principal es que el tipo intuitivo generalmente siembra pero raramente cosecha. Por ejemplo, si usted comienza un nuevo negocio, existen por lo común dificultades iniciales, la cosa no funciona aún; usted tiene que esperar cierto tiempo hasta que comience a ser provechoso. El intuitivo muy a menudo, trágicamente, no espera lo suficiente; él empieza el negocio, pero eso es suficiente para él, así que lo revende y lo pierde, pero el próximo dueño hace una gran cantidad de dinero del mismo negocio. El intuitivo no cosecha lo que ha sembrado. Él es siempre el que inventa, pero quien al final no obtiene nada de ello si excede su función principal, pues él está, por decirlo así, haciendo las cosas de prisa y es incapaz de esperar hasta que lo que ha sembrado brote de la tierra y él pueda recoger el fruto. Si él es más equilibrado y puede esperar un poco, y si no se disocia completamente identificándose con su función principal, entonces será una persona que podrá suscitar nuevas cosas en todos los rincones del mundo. Naturalmente, el intuitivo extravertido tiende especialmente a no atender a su cuerpo y sus necesidades físicas: él no sabe en absoluto cuándo está cansado, no lo nota y necesita un desbarajuste para mostrárselo. Tampoco sabe cuándo tiene hambre; no sabe que tiene percepciones endosomáticas, si es un tipo unilateral exagerado. Él tiende también a perderse en el objeto. Usted encuentra a dichas personas, por ejemplo, siguiendo el rastro de la gente creativa, promoviendo la creatividad de los otros, perdiendo absolutamente sus propias posibilidades en el otro. Este es el caso especialmente de publicistas y comerciantes de arte y gente que admira a los artistas creativos y que tratan de promover su trabajo, sin darse cuenta de que ellos se pierden a sí mismos en el objeto, en la otra persona y se olvidan de ellos. La sensación inferior, como todas las funciones inferiores en dichas personas es lenta, pesada, y está cargada de emoción, y completamente –ya que es introvertida- desviada del mundo externo y sus asuntos. Tiene, como todas las funciones inferiores, una cualidad mística alrededor. 42
Una vez analicé un tipo intuitivo extravertido, un hombre de negocios quien había comenzado una admirable cantidad de negocios en algún lejano país y que también había especulado mucho; compró minas de oro y similares. Él siempre sabía dónde estaban las posibilidades e hizo una gran fortuna en muy corto tiempo, de manera absolutamente honesta –decentemente- y simplemente porque sabía. Él sabía lo que venía, lo que sucedería en pocos años, estaba siempre en el primer lugar y tenía todo el negocio en la mano. Su sensación introvertida –él era más bien una personalidad escindida- brotó al principio en los sueños como un vago muy sucio, mal humorado, quien se sentaba en las fondas de los alrededores, tenía ordinario y mal carácter, con ropas sucias, y no se sabía lo que este camarada quería del soñante. Yo induje al soñante a hablar a este vagabundo en la imaginación activa, y el vagabundo dijo que él había sido responsable de algunos síntomas físicos (síntomas psicógenos de carácter obligatorio), a cuenta de lo cual él había venido al análisis, y que éstos habían sido enviados porque él, el vago, no logró suficiente atención. Entonces en su imaginación activa, el hombre preguntó lo que él debía hacer, y el vago le dijo que una vez por semana, se vistiera con ropas tales como las que usaba el vago, debía pasear por la ciudad con él y prestar atención a lo que él tenía para decir. Yo le sugerí al soñante seguir el consejo con precisión, con el resultado de que tomó largas caminadas por muchas partes de Suiza, quedándose en las fondas más simples, irreconocibles para nadie. Él vagaría en compañía, y durante este tiempo tuvo un gran número de experiencias interiores agobiadoras las cuales venían a través del contacto con la naturaleza: el amanecer y las pequeñas cosas como ver cierta flor en una esquina de una roca, etc. Esto le atinó justo en el centro de su personalidad. Yo únicamente puedo describirlo como experimentar, de un modo muy primitivo, la Divinidad en la naturaleza. El volvió muy silencioso y calmado, y uno tenía la sensación de que algo se había movido en él, algo que no se había movido antes. Sus síntomas obligatorios desaparecieron por completo durante aquellos paseos semanales. Luego vino el problema de cómo podía mantener esta experiencia y evitar eludirla cuando volviera a casa a su propio país. Entonces consultamos al vagabundo de nuevo, quien dijo que él abandonaría los síntomas si tomaba una tarde libre cada semana y se internaba sólo en la naturaleza continuando sus caminatas con él. El hombre entonces se marchó y por sus cartas me enteré que hizo esto durante un tiempo, pero luego lo eludió porque había demasiados negocios, muchas posibilidades de comenzar otros tres negocios lo cual implicaba muchas reuniones. De este modo, él echó al vagabundo, diciendo siempre, “la próxima semana, la próxima semana –seguro, yo vengo, pero la próxima semana”- y entonces pronto ¡él tuvo sus síntomas de nuevo! Eso le enseñó y él cambió otra vez y caminó con regularidad, y todo estuvo bien de nuevo. Esto luego cristalizó en comprar una pequeña finca y tener allí un caballo de su propiedad, y una tarde por semana él atendía a su caballo, con lo que se podría solo llamar una devoción religiosa. Lo limpiaba y asistía cepillándolo, bañándolo y cuidando de él, y el caballo era su amigo. Semejante a un ritual él iba a visitarlo, a montarlo y a cuidarlo cada semana. Desde entonces en adelante él tuvo paz y no he sabido más. Estoy segura de que mucho progresa internamente con este caballo, pero no he tenido más noticias excepto por las tarjetas de Navidad –y ¡las fotografías del caballo!- que dicen que él estaba armonizando todo bien. Allí usted ve cómo la función inferior, la sensación introvertida en este caso, era la puerta para experimentar los niveles más profundos del inconsciente, sus aspectos supra-personales. Él salió de su ego y de los propósitos del ego, por vía de este contacto con la naturaleza y el caballo, y se ve también muy claramente que incluso si la sensación introvertida aparece afuera –en el caballo, en este caso- ello obviamente conlleva un significado simbólico. Atender al caballo era para él atender a su propia personalidad física e instintiva: el caballo era una primera personificación del inconsciente colectivo impersonal para él, pero era muy importante justamente para un tipo intuitivo hacer esto de una manera completa, concreta y muy lentamente, y no abandonarlo, por ejemplo, y decir “oh, el caballo es un símbolo del inconsciente”, sino ser constante realmente al caballo concreto que tenía y atenderlo incluso si sabía que era un símbolo. Acarreaba el significado de su vida, pero él tenía que atenderlo de esta forma concreta. Él tuvo una cantidad de pequeños accidentes al principio porque era muy inútil en los asuntos de la sensación, de manera que se 43
rompió una cantidad de huesos, uno después del otro, ¡un oficio bastante inofensivo! –su clavícula, y tales cosas- hasta que fue capaz de atender realmente a un caballo en forma adecuada, pues no era en absoluto bueno en las cosas de la sensación, estando acostumbrado a precipitarse y a tener sirvientes para todos los hechos concretos de la vida. Dos factores que son grandes problemas para este tipo: el dinero y el sexo, especialmente en cuanto a que ellos realmente tienen que ver con la sensación, aunque debo decir que he visto la misma cosa con el intuitivo introvertido, pues en general, esto es típico de la sensación inferior. El dinero impone cierta cantidad de sensación: debemos saber acerca de cuánto tenemos y cuánto podemos gastar; se necesita cierta precisión y realismo. El sexo, en sus aspectos físicos, es también una experiencia de la sensación. Muy a menudo los intuitivos tienen gran dificultad en estas áreas porque ellos tienen gran numinosidad para ellas. Pero los complejos del sexo o el dinero no aparecen solo en los intuitivos; otras personas pueden tener un complejo de sexo o un complejo de dinero, no obstante con los intuitivos existe el conflicto adicional de que toca su función inferior, lo cual significa que la sensación física es numinosa, es un tremendum numinosum, algo que toca sus emociones, en consecuencia ellos no pueden, por ejemplo, muchas veces acercársele; es sagrada y excitante, o de otro modo –muy ordinaria. La inferioridad de la sensación en un intuitivo extravertido algunas veces se muestra en la ordinaria vulgaridad de sus fantasías y actos sexuales. Es completamente primitiva e indiferenciada. Algunos la representan de una manera completamente dramática o teatral, y otros sufren de fantasías sexuales muy vulgares de naturaleza muy primitiva. Pero esto, en cierta forma, no es tan malo con un intuitivo extravertido porque la sensación inferior es introvertida y por tanto no está vuelta hacia el objeto externo y por consiguiente además no sirve para ser vivida a una gran escala sino más bien para ser tocada como una portadora de significado interior. La persona que está verdaderamente en contacto con el futuro, por decirlo así, con el germen del futuro, es la personalidad creativa. Ahora bien, ya que el intuitivo extravertido es capaz de olfatear el viento y saber cómo será el clima mañana, verá que este quizás completamente desconocido pintor o escritor será el hombre del mañana, y por tanto, estará fascinado. Su intuición puede reconocer el valor de dicha persona creativa. Él mismo se asociará con la gente creativa e intentará con su intuición hacer que ellos comiencen, apoyarlos y respaldarlos, pues su intuición correctamente le dice que allí está el futuro, que eso es lo que va a tener éxito, aún si hoy es completamente ignorado o no reconocido aún, y de ese modo él tiene a veces gran mérito. Las personas creativas son a menudo introvertidas y están tan ocupadas con sus creaciones que no pueden alejarse de su trabajo para promoverlo. Su trabajo absorbe tanto su energía que no pueden ser molestados por la forma como éste debería ser presentado al mundo o cómo anunciarlo, ni nada por el estilo. Además, cualquier clase de intencionalidad envenena los procesos creativos, de modo que ellos no pueden ni siquiera hacerlo, pero muy a menudo entonces el intuitivo extravertido llega y ayuda. No obstante, naturalmente si él hace eso toda su vida, entonces, como sucede con frecuencia, los publicistas y los comerciantes de arte quienes son supuestas personas creativas, proyectan una habilidad creativa menor que ellos tienen en sí mismos sobre la persona creativa y luego ellos mismos malogran. De modo que tarde o temprano dichas personas tendrán que salirse ellos mismos de su extraversión y decir, “Ahora bien, aún si es en una escala menor, ¿cuál es mi creatividad?” y entonces se verán obligados a bajar a su sensación inferior, y en lugar de atender la creatividad de las demás personas, tendrán que atender a su propia sensación inferior y lo que podría resultar de eso. Lo mismo se aplica para este hombre de negocios a quien tomé como ejemplo: él siempre ponía a funcionar nuevas fábricas y nuevas empresas y conseguía una gran cantidad de otras personas para trabajar y hacer dinero, pero cuando él me consultó, era el más pobre diablo de todos los pobres diablos. ¡No tenía nada excepto mucho dinero! Pero estaba tan ocupado lanzándose a hacer dinero que no podía disfrutar el tenerlo; ¡no tenía el tiempo! Fue solo cuando descubrió que podía comprar una finca y un caballo que tenía algo más que su dinero. Por primera vez en su vida, él tenía algo, ¡porque era capaz de tener una finca y un caballo! Pero si el análisis no lo hubiera llevado a 44
comenzar esto, él no habría tenido nada de dinero, ¡éste se habría quedado como una cosa abstracta en el banco! Pero como él no sabía cómo disfrutar la vida –cómo vivir en el aquí y el ahora, cuidar de su cuerpo y prestar atención a este mundo, ver la belleza del mundo, ver el amanecer y el florecer de los árboles- ¿cuál era la utilidad de tener dinero? Fue necesario el cambio a su función inferior para tener todo eso; antes no había sido de ninguna utilidad para él. Su esposa era un tipo sensación y él al principio me dijo que ¡estaba ganando todo el dinero para ella! Ahora bien, ella sabía cómo disfrutarlo, ¡pero él lo estaba haciendo por ella! No era culpa de ella; ella no lo quería realmente por hacer tanto dinero, pero él proyectó la sensación sobre ella, y por consiguiente lo hacía por ella. Y él no logró nada fuera de eso; estaba simplemente desmayado y siempre obsesionado, ¡abalanzándose en aviones y trenes para hacer más dinero! Incluso cuando lo había comprendido un poco, veía a cada momento la posibilidad de grandes negocios, era muy difícil dejarlos ir, permitir que alguien más los tomara. Era una batalla con su codicia. Él veía una posibilidad que nadie más había notado y podía simplemente tomarla y hacer todo ese dinero. Pero tenía que dejarla quieta de manera que alguien más pudiera tomarla –eso ¡era el infierno! Ese era el sacrificio de la función superior. Para un intuitivo extravertido significa dejar caer algún negocio en el desagüe y pensar, “Oh, bien, otras personas necesitan dinero también, permitamos que lo tengan, ¡yo tengo suficiente!” No pueden resistir la posibilidad que ellos, con su astuta intuición, ¡vieron primero! Pero usted no puede desarrollar la función inferior sin renunciar, en cierta medida, a la función superior. En su caso significaba que él tenía que renunciar a mucho dinero. Allí estaba, precisamente tendido frente a él, podía simplemente tomarlo si quería, y eso naturalmente era muy desagradable porque sabía que si no lo hacía, alguien más lo haría. Sin embargo para el extravertido es siempre renunciar a cierta cantidad de ventajas mundanales, si quiere volverse hacia la introversión, y en el intuitivo extravertido esto significaba abandonar estas posibilidades, ¡viéndolas y no utilizándolas de ningún modo! ¡Simplemente dejándolas ir! La Introvertido
Sensación
Inferior
del
Tipo
Intuitivo
El tipo intuitivo introvertido tiene la misma capacidad que el intuitivo extravertido para percibir el futuro, para tener la suposición justa o la corazonada correcta acerca de las posibilidades futuras de la situación no vistas aún, pero su intuición está vuelta hacia adentro, y por ende, se puede decir que él es fundamentalmente el tipo de profeta religioso, del vidente. En un nivel primario él es el chaman que sabe lo que los dioses, los fantasmas y los espíritus ancestrales están planeando y es quien transmite eso a la tribu. En lenguaje psicológico deberíamos decir que él sabe acerca de los lentos procesos que progresan en el inconsciente colectivo, de los cambios arquetípicos que tienen lugar en el inconsciente, y que transmite aquello a la sociedad. Los profetas del Antiguo Testamento, por ejemplo, eran personas que, mientras que el pueblo de Israel estaba durmiendo felizmente –como siempre está el pueblo- de vez en cuando les decían cuáles eran las verdaderas intenciones de Jehová, por decirlo así, qué estaba haciendo Él ahora y qué quería Él que Su pueblo hiciera, lo cual el pueblo en general no disfrutaba oír. Muchos intuitivos introvertidos se encuentran entre artistas y poetas. Ellos generalmente son artistas del tipo que produce mucho material arquetípico y fantástico, como en Así Hablaba Zaratustra, de Nietzche o en The Golem, de Gustav Meyrinck y El Otro Lado, de Kubin. Esta clase de arte visionario, como se podría llamar, es por lo general entendido solo por las generaciones posteriores como una comprensión de lo que progresaba en el inconsciente colectivo de ese tiempo. La sensación inferior de este tipo también tiene dificultades para advertir las necesidades del cuerpo, o siendo muy descontrolada acerca de ellas. Usted sabe que Swedenborg incluso tuvo una visión en la cual Dios mismo le decía que ¡él no debería comer tanto! El comía naturalmente, sin la más leve autodisciplina y con completa inconsciencia. Swedenborg era un típico intuitivo introvertido, el tipo profeta o vidente, y era ordinario, desinhibido e imposible al comer en exceso, y entonces una vez 45
tuvo una visión de Dios diciéndole que ¡él debía parar eso! El intuitivo introvertido también sufre, como el intuitivo extravertido, de una tremenda vaguedad cuando se compromete a los hechos. Como ilustración de los aspectos más ridículos de la sensación inferior de un intuitivo introvertido, podría contarles la siguiente historia. Una mujer intuitiva introvertida estaba presente cuando yo di una conferencia sobre filosofía griega primitiva y estaba tan terriblemente conmovida e impresionada que me solicitó le diera lecciones privadas sobre la filosofía griega pre-socrática primitiva, ya que ella quería profundizar más en este campo. Ella me invitó a tomar té y, como sucede frecuentemente cuando usted tiene que dar lecciones a intuitivos introvertidos, ella desperdició mi primera hora –esto fue hace muchos años- contándome acerca de lo conmovida que estaba y lo que ella imaginaba que estaba en lo más recóndito de mi pensamiento y del suyo, y lo que ella creía que podíamos hacer juntas y así sucesivamente. Ella me hablaba y me hablaba, como decimos nosotros “se hacía la de la oreja mocha”, por consiguiente la primera hora se desperdició y la segunda hora también, y como yo sentía que realmente tenía que ganarme mi dinero y hacer que ella funcionara de algún modo, insistí en que debíamos mirar el libro que yo había llevado y proceder de una forma sistemática. Ella de repente comprendió eso y dijo que sí, que lo miraría ahora, pero que yo debía dejarla sola, pues ella tenía que hacer eso completamente a su propio modo. Noté que se estaba poniendo muy nerviosa. La próxima vez que vine ella dijo que había encontrado el verdadero modo de comprender el problema, a saber, que naturalmente ella no podía estudiar filosofía griega sin saber sobre los griegos, y ella no podía saber acerca de los griegos antes de conocer suficientemente sobre su país, de modo que ahora había comenzado a dibujar un mapa de Grecia y ¡me lo mostró! ¡Aquello había tomado bastante tiempo! Con su sensación inferior primero había tenido que comprar papel, lápices y tinta, y eso la excitaba enormemente. Ella estaba absolutamente en el cielo por su descubrimiento y me mostró algo que yo debía decir que había quedado muy hermoso. Había hecho un mapa de Grecia y en verdad lo había hecho lenta y muy precisamente. Dijo que ahora no podía continuar con la filosofía; primero tenía que terminar el mapa. ¡Para la siguiente vez lo había coloreado! Eso continuó por algunos meses, y luego su intuición picoteó otro tema por el cual estaba muy entusiasmada, y ¡nunca llegamos a la filosofía griega! Ella abandonó Zúrich y yo no la volví a ver con frecuencia pero me la encontré cerca de quince años más tarde, y entonces me contó una larga historia de lo muy impresionada y conmovida que ella aún estaba por las conferencias de filosofía griega que yo había dado y todo lo que había concebido de ellas. ¡Ella simplemente había dibujado un mapa! ¡Con inmensa devoción! Era un caso extremo de intuición introvertida, pero debo admitir mirando hacia atrás, que comprendo que era una cuestión realmente numinosa para aquella mujer dibujar este mapa de Grecia, porque allí, por primera vez, ella había entrado en contacto con su sensación inferior. Los intuitivos introvertidos son a veces tan completamente inconscientes de los hechos externos que sus reportes de las cosas tienen que ser tratados con el mayor cuidado, pues aunque ellos no mienten conscientemente, pueden contar las más aterradoras historias simplemente porque no notan lo que es correcto bajo sus narices. Con frecuencia desconfío de los reportes de fantasmas, por ejemplo, y de los reportes acerca de fenómenos parapsicológicos, por esas razones. Los intuitivos introvertidos están muy interesados en dichos campos, pero debido a su absoluta poca consistencia al observar los hechos y a su falta de concentración sobre los hechos externos, ellos pueden contarle las más espantosas tonterías y jurar que es verdad, solo porque ellos no habían notado lo que pasaba. Ellos pasan por alto una cantidad absolutamente sorprendente de hechos externos inadvertidos y no los notan. Yo recuerdo por ejemplo, conduciendo con un tipo intuitivo introvertido un otoño, y en todos los campos las papas estaban siendo desenterradas y había fogatas. Yo había notado eso hacía rato y estaba disfrutando la vista. De repente la persona intuitiva introvertida que estaba conduciendo, detuvo el carro horrorizado, olfateó y dijo: “¡algo se está quemando! ¿Viene de afuera?” Él miró a los helechos y todo estaba bien, entonces decidió que era afuera y ¡que eran las fogatas! Yo había notado estas fogatas mucho antes; estaban por todas partes y ¡era absolutamente obvio que el olor del fuego venía de ellas! Pero los intuitivos introvertidos pueden conducir durante una hora a través de tal país con un fenómeno tal y no notarlo –y luego repentinamente se impresionan por el hecho y 46
por supuesto, comprenden algo que no es. ¡Ellos harán una suposición errada! Tenía, naturalmente, la cualidad que tienen todas las funciones inferiores, es decir que la sensación de un intuitivo introvertido surge en la consciencia por partes: algunas veces funciona y luego desaparece. Por ejemplo, repentinamente un olor es percibido. Tres cuartos de hora antes, no era percibido en absoluto, pero luego de pronto es asimilado con gran intensidad. La sensación inferior de un intuitivo extravertido es extremadamente fuerte, pero se abre paso aquí y allá y luego se desvanece de nuevo por fuera del campo de la consciencia. Por supuesto, el intuitivo introvertido tiene también dificultad particular al aproximarse al sexo ya que esto envuelve su sensación extravertida inferior. Usted lo ve reflejado más trágicamente en las palabras de Nietzsche, donde hacia el final, poco antes de deteriorarse su mente, alusiones sexuales vulgares, muy toscas, penetraron cada vez más algunos de sus poemas, y ya habían aparecido también en Así Hablaba Zaratustra. Cuando enloqueció él al parecer produjo material de esa clase, el cual desafortunadamente fue destruido después de su muerte debido a su carácter desagradable. La sensación extravertida en su caso estaba mucho más conectada con las mujeres y el sexo y de un modo concreto completamente exterior, y él no supo cómo abordar el problema en absoluto. El aspecto positivo de la sensación extravertida inferior en el caso de un intuitivo introvertido se encuentra también de un modo interesante en la experiencia de iluminación del místico alemán Jakob Boehme, un intuitivo introvertido. Él tenía esposa y seis hijos para quienes nunca devengaba ningún dinero y con quienes estaba en constante conflicto porque su esposa siempre le decía que en lugar de escribir libros acerca de Dios y de fantasear con el desarrollo interior de la Divinidad, él haría mejor en ver que su familia necesitaba algo para comer. Estaba realmente crucificado entre estos dos polos de la vida, pero su más grande experiencia interna, una revelación de la Divinidad sobre la cual se basaron todos sus escritos posteriores, vino de ver un rayo de luz que se reflejó sobre una delgada plancha. El sol de repente entró a través de la ventana y se reflejó en la plancha, su ojo fue golpeado por el rayo de luz y esa experiencia de sensación externa lo hizo estallar en un éxtasis interior, y en un minuto él vio todo el misterio de la Divinidad. Luego de años y años él no hizo en realidad nada más excepto traducir lentamente al lenguaje discursivo ¡lo que él había visto interiormente en un segundo! El llevó hasta el fin su visión describiéndola y dándole vueltas muchísimo tiempo, debido a lo cual su escrito es tan emocional y caótico, pues él trató de describir esta experiencia con muchas palabras y con muchas amplificaciones. Pero la visión real fue puesta en movimiento viendo un rayo de luz golpear una delgada plancha sobre su mesa, lo cual implica a la sensación extravertida –un hecho externo puso en marcha el proceso de individuación en él; todas sus más profundas comprensiones se iniciaron en ese corto momento. Allí se ve, junto al aspecto inferior de la sensación extravertida, este extraño carácter de la totalidad, el aspecto místico que la función inferior a menudo tiene. Es interesante que incluso el exceso en el comer de Swedenborg lo conectó con la Divinidad –tenía que ser el Señor mismo quien le dijera que él no debía comer demasiado, de modo que el problema de su sensación inferior está relacionado con su más profundo o su más grande interés. Ese pequeño detalle simple está conectado con su mayor interés –es el Señor mismo quien toma el problema para caldearlo. Algo interesante acerca de Boehme es que mientras él estaba crucificado entre las necesidades interiores y su cantaleteadora esposa, quien decía que era mejor que él fabricara buenos zapatos y alimentara a sus seis hijos, y después especulara sobre una Divinidad, él era muy productivo, pero después de que su primer libro fue publicado, un barón alemán estaba tan preocupado por él y se convenció tanto de que él era el gran vidente, que suprimió todos sus problemas externos asumiendo el sostenimiento de su familia y el suyo, y desde entonces los escritos de Boehme se llenaron de resentimiento y de repeticiones. Ello esterilizó su creatividad y sobre su tumba hay una imagen de la Divinidad así: )(, lo cual es realmente trágico porque demuestra que él no pudo unir la luz y los aspectos oscuros. Aquello permaneció como un problema insoluble para él, y según mi experiencia éste se relaciona con el hecho simple de que él aceptó dinero de este barón, y con eso escapó de la tortura de su función inferior.
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Una vez analicé a una mujer de ese tipo quien venía de un sector simple de la población. Ella tenía grandes visiones interiores, y también naturalmente, estaba en una constante confusión acerca del dinero y la vida externa y simplemente no sabía cómo funcionar. Estaba en conflicto con el arrendador y con el lechero porque ella olvidaba devolver las botellas o juraba que había devuelto cinco cuando la tienda aseguraba que había sido solo una –el conflicto de la sensación usual que tales profetas tienen. Ellos tropiezan por todos lados en la realidad y están bastante seguros de que han hecho algo que los otros dicen que no han hecho, y de este modo los acusan de mentir. Simplemente no saben lo que están haciendo. No pueden contar botellas o recordar si devolvieron las botellas a la tienda o no. Ahora bien, esta persona también tenía una secreta esperanza de que un día alguien descubriría sus capacidades y pagaría o asumiría su apoyo y ella escaparía de esos problemas. Sin embargo cuando salió de ellos ella ¡perdió por completo la cabeza! Tan pronto como volvió a sus preocupaciones y las aceptó, estuvo bien. De esta manera, estar crucificado entre la función superior y la función inferior es vitalmente importante, y solo puedo decirle que si usted alguna vez quiere salvar a tales artistas o profetas, por amor a Dios primero mire el caso muy circunspectamente y vea cuánto puede darse el lujo de ayudarlos, porque si usted los libra de la realidad, ¡entonces ellos abandonan la realidad! Y entonces usted no los habrá ayudado en lo más mínimo. Precisamente ese tipo le rogará a usted sobre sus rodillas, ayudarlos a salir de su problema, ayudarlos a salir de la tortura de la realidad exterior a la cual ellos no pueden hacer frente. Pero si usted los salva, la esencia creativa de su personalidad se destruye. Eso no significa que si ellos se están muriendo de hambre usted no pueda darles algo, de manera que puedan sobrevivir y ayudarlos de vez en cuando, cuando la situación es mala. Pero no alejarlos del problema de la realidad porque lo curioso es que eso esteriliza el proceso interior también. Eso le pasó a Boehme, y a causa de ello no fue capaz de unir los opuestos, ni en su sistema ni en su vida tampoco, de manera que el Barón von Merz lo destruyó por caridad imprudente. El del tipo Sentimiento Extravertido
Pensamiento
Inferior
El tipo sentimiento extravertido se caracteriza por el hecho de que su adaptación principal se lleva a cabo mediante la evaluación adecuada del objeto externo y la adecuada relación con él. El tipo en consecuencia hace amigos muy fácilmente, tendrá muy pocas ilusiones acerca de la gente pero será capaz de evaluar sus aspectos positivos y negativos apropiadamente y de saber cuánto o qué tan poco estos y la situación significa para ellos. Así, las personas de este tipo generalmente son muy del agrado de quienes les rodean. Son personas bien adaptadas, muy razonables, que se revuelven amablemente entre la sociedad, pueden obtener lo que quieren muy fácilmente y pueden de un modo u otro asegurar que todo el mundo esté dispuesto a darles lo que ellos quieren. Ellos lubrican su entorno tan maravillosamente que la vida marcha para ellos muy fácilmente. Usted los encuentra frecuentemente entre las mujeres y generalmente tienen una muy feliz vida familiar con un montón de amigos. Las cosas son fáciles en el medio, pero esto no significa que ellos tengan la más leve ilusión o que sean interesados; ellos simplemente son amables, viendo lo bueno en las situaciones y en las personas. Solo si son de algún modo neuróticamente disociados se vuelven un poco teatrales y algo mecánicos e interesados. Si usted va a un almuerzo con un tipo sentimiento extravertido, ella o él son capaces de decir pequeñas cosas como, “¡Qué bonito día hace hoy, estoy muy contento de verte de nuevo, no te he visto desde hace mucho tiempo!” y la persona realmente quiere decirlo, y con eso el automóvil, por decirlo así, es lubricado ¡y la fiesta continúa! Usted se siente feliz y entusiasmado. Ellos esparcen una especie de atmósfera de aceptación y ello es agradable: “Nos apreciamos mutuamente así es que vamos a tener un buen día juntos” Ellos hacen que aquellos a su alrededor se sientan maravillosos, y en medio de eso se dejan ir felizmente y crean una placentera atmósfera social. Solo cuando ellos se exceden, o si su sentimiento extravertido está ya desgastado, y ellos por consiguiente empiezan a pensar, usted nota que esto se convierte en un poco más que un hábito, que se vuelve una frase que ellos dicen mecánicamente. Por ejemplo, una vez advertí a un tipo sentimiento extravertido en un horrendo día en que había una horrible niebla afuera, diciendo 48
mecánicamente, “¿No es un maravilloso día?” yo pensé, “Oh querido, su función principal está recitando; ¡usted la exagera!” En general las personas de este tipo tienen muy buen gusto para la elección de los compañeros y amigos, pero son un poco convencionales al respecto. Ellos nunca se arriesgarían a escoger a alguien demasiado fuera de lo común, sino que se mantendrían en un marco socialmente aceptable. Al tipo sentimiento extravertido no le gusta pensar porque esa es la función inferior, y lo que más les disgusta sobretodo es el pensamiento introvertido, lo cual significa pensar en principios filosóficos o cosas abstractas o cuestiones básicas de la vida, tales como: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Creo yo en Dios o no? ¿Cuál es mi actitud hacia el problema del mal? Dichas cuestiones tan profundas son cuidadosamente rechazadas, y existe la reacción de que pensar acerca de dichos problemas lo volvería a uno triste. El asunto desafortunado es que, naturalmente, ellos piensan en tales cosas pero no son conscientes de ello, y debido a que su pensamiento es descuidado, éste tiende a volverse negativo y tosco. Consiste, por supuesto, en juicios de pensamiento primitivo sin la más leve diferenciación y muy a menudo con un tinte negativo. He visto además que los tipos sentimiento introvertido a veces tienen pensamientos muy negativos acerca de la gente alrededor, juicios muy críticos, yo diría excesivamente críticos que ellos nunca dejan realmente salir. Es por eso que Jung dice que el tipo sentimiento extravertido puede ser algunas veces la persona más fría sobre la tierra, y puede suceder que si usted se ve atraído por este bien-lubricado automóvil de su sentimiento extravertido y piensa, “Nosotros nos gustamos y nos llevamos bien juntos”, de repente un día ellos le dirán algo a usted que sentirá como ¡pegarle en la cabeza con un bloque de hielo! Uno a veces no puede imaginarse los pensamientos negativos y cínicos que ellos tienen. No son conscientes de éstos, pero estallan cuando empiezan a tener la gripe o cuando están apresurados, o en momentos tales cuando la función inferior brota y donde el control de la función superior falla. Un tipo sentimiento extravertido soñó que ella debía establecer una estación de observación de aves. Ella vio en el sueño una especie de edificio de cemento, una torre construida en lo alto en el aire y en la parte superior había una especie de laboratorio donde uno tenía que observar las aves. Así que pensamos que ella debía intentar ser consciente de los pensamientos autónomos, los cuales, por así decir, se posaban sobre su cabeza y se iban de nuevo. Así es como los pensamientos operan en un tipo sentimiento; ella tiene pensamientos-de-ave que se posan sobre su cabeza y se desprenden súbitamente, y antes de que ella pueda decir, “¿Qué estoy pensando?”, ellos se han ido de nuevo. La mujer estuvo de acuerdo y le pregunté cómo podría hacerse esto técnicamente. Ella dijo que debía tomar una libreta pequeña y un lápiz y llevarlos consigo, y cuando tuviera un pensamiento repentino, ¡ella solo debía apuntarlo! Nada más, y veríamos después cómo se conectaban los pensamientos. La siguiente vez ella solo trajo un pedazo de papel en el que decía: “Si mi yerno muriera, mi hija volvería a casa de nuevo”. Ella tuvo una conmoción tal a través de ese pensamiento que pensó que nunca volvería a intentarlo de nuevo ya que había sido demasiado para ella. ¡Esa sola ave fue más que suficiente para mucho tiempo! Ella confesó luego algo incluso más interesante y dijo que en cierto modo ella sabía que a veces tenía tales pensamientos pero siempre pensó que si no los apuntaba, entonces éstos no tendrían ningún efecto, pero si lo hacía actuarían como magia negra y afectarían el entorno, de modo que evitó ponerles cuidado. Ahora bien, eso era completamente erróneo; ¡es al revés! Si el tipo sentimiento es consciente de sus pensamientos negativos, éstos no actúan como magia negra; son depotenciados de cualquier efecto destructivo. Es precisamente cuando estos pensamientos se dejan quietos para volar alrededor de su cabeza sin ser discernidos que ellos realmente tienen una influencia destructiva en su medio. Si se analiza los tipos sentimiento extravertido y se es un poco sensitivo a la atmósfera, con mucha frecuencia uno se pone un poco helado o apaciguado a pesar de su amabilidad, porque se perciben estos pensamientos críticos negativos pululando en sus cabezas pero sin ser nunca expresados; lo golpean a uno de un modo desagradable. Se ve a veces una especie de frío relámpago en los ojos y 49
uno sabe que existe algún pensamiento muy negativo alrededor pero ¡al siguiente minuto se ha ido! ¡Le da a uno pavor! Por ejemplo, los pensamientos tales como, “Si tu mueres...”, están basados por lo general en un bosquejo de la vida muy cínico: el lado oscuro de la vida es la enfermedad y la muerte y cosas semejantes, y los pensamientos circulan alrededor de estos factores; pero la persona no les “permite” salir bien, así que una especie de segunda filosofía de vida, cínica y negativista, se arrastra en el fondo. La peor cosa acerca de estos pensamientos negativos en el tipo sentimiento extravertido es que son introvertidos y por tanto con mucha frecuencia se vuelven contra ellos mismos. Yo nunca he comprendido los juicios tan absolutamente destructivos como los que tienen los tipos sentimiento extravertido acerca de sí mismos. En lo más profundo ellos se permiten a sí mismos pensar que no son nadie, que no valen nada, que sus vidas no tienen valor o son insignificantes y que cualquiera otro podría desarrollar y continuar la senda de la individuación pero ellos no tienen esperanza y así sucesivamente –ideas condenatorias sobre sí mismos absolutamente destructivas, pero que ellos no piensan conscientemente. Estas reflexiones residen en lo más recóndito de sus mentes y de vez en cuando, cuando ellos están deprimidos o en malas condiciones, o especialmente cuando se introvierten (es decir, cuando están solos medio minuto), esta cosa negativa susurra desde lo más recóndito de sus pensamientos: “Tú no eres nada; todo respecto a ti es equivocado”. Estos pensamientos son burdos, primitivos y muy indiferenciados; son juicios generalizados que son como una corriente fría de aire que recorre el cuarto y lo hace estremecer. El efecto es que los tipos sentimiento extravertido naturalmente odian estar solos cuando dichos pensamientos negativos podrían surgir en sus mentes, de manera que tan pronto como ellos se han dado cuenta de uno o dos, rápidamente encienden la radio o se apresuran a reunirse con otras personas. Luego, la peor cosa con respecto a ellos es que nunca tienen tiempo para pensar. ¡Pero ellos organizan sus vidas de este modo! Ya que los tipos sentimiento extravertido tienen tal tremenda capacidad para sentir objetivamente la situación de otra persona, por lo común son las personas que se sacrifican auténticamente por los otros. Si usted está solo en el apartamento y tiene gripa, con certeza es un tipo sentimiento extravertido quien aparece primero y pregunta quién está haciendo sus compras y si él puede ayudarlo. Los otros no podrían ser tan rápidos y prácticos respecto a sentirse en su situación, pues ellos sienten como usted se siente en cada minuto y entonces naturalmente no pueden resistir echar una mano para ayudar. Para los demás, incluso aunque usted les agrade mucho, no ocurriría que pudieran hacer esto o aquello por usted, porque o son introvertidos o porque otra función es dominante en sus sistemas. Entonces usted encuentra el tipo sentimiento extravertido siempre adelantándose en las brechas, pues donde quiera que algo no funciona, ellos se dan cuenta inmediatamente y ven su importancia. Sentir es ver el valor de algo, y ellos ven la importancia o el valor de lo que debería hacerse y entonces simplemente lo hacen. Naturalmente, si ellos exageran esto, acumulan resistencia negativa contra la situación externa. Si esta mujer que tenía el nimio pensamiento –“Mi única hija volvería a casa”- hubiera profundizado más, habría tenido que decirse a sí misma, “¡Está bien, encaremos ese pensamiento!” ¿Qué soy yo después de todo? Si yo tengo tal pensamiento, ¿cuál es la premisa, y cuál es la conclusión que debe sacarse? Ella entonces podría haber desarrollado el pensamiento y podría haber dicho que la premisa es algo como una actitud materna devoradora, y la conclusión es que ella quiere apartar al hijastro. ¿Por qué? ¿Con qué propósito? Ella podía haber dicho, por ejemplo, “¿Asumir que mi hija sí viene a casa, y luego qué? Y entonces hubiera comprendido que habría odiado tener una agria solterona por hija en casa. Y continuando con ese pensamiento, habría visto que había una contradicción en él y probablemente habría descendido a un nivel más profundo y hubiera dicho, “¿Y entonces qué? Si mis hijos ahora han dejado la casa, ¿cuál es el propósito real de mi vida? Y habría tenido que filosofar sobre el propósito futuro de su vida después de los cuarenta y ocho: “¿Tiene la vida un sentido una vez que uno ha criado a los hijos y los ha iniciado en la vida, y si es así, cuál es y cuál es el sentido en conjunto de la vida?” Ella habría sido confrontada con las profundas pero humanas cuestiones filosóficas que nunca había encarado antes, y que la habrían llevado a aguas profundas. 50
Naturalmente no podría haber solucionado el problema, pero entonces podía haber tenido un sueño que la ayudase a lo largo de un proceso completo, una pregunta por el sentido de la vida que su función del pensamiento inferior había iniciado. Ahora bien, ya que el caso era el de un tipo sentimiento extravertido, la búsqueda sería un asunto interior completamente introvertido, parecido a desarrollar un punto de vista filosófico introvertido de su propia vida. Eso habría requerido que ella pasara largo tiempo a solas en su cuarto y que realmente se volviera poco a poco consciente del fundamento oscuro de sus pensamientos. El escape fácil que yo he visto en varios tipos sentimiento extravertido es que ellos salen de la dificultad simplemente vendiendo sus almas a algún sistema ya establecido. Recuerdo a una persona que se convirtió al catolicismo y simplemente adoptó en forma desenfrenada aquella filosofía escolástica fundamental y desde entonces solo citaba autores escolásticos. Eso era, en cierta forma, asumir la función del pensamiento, pero asumirla de una manera ya establecida. La misma cosa se puede hacer con la psicología Junguiana, repitiendo los conceptos de memoria en forma mecánica, pero nunca desarrollando el propio punto de vista de uno. Es una clase de afición de discípulo, una actitud no creativa que se apodera del no examinado sistema y nunca se pregunta, “¿Qué pienso yo al respecto? ¿Esto realmente me convence? ¿Me convencen los hechos sobre los cuales está basado este pensamiento? ¿Coincide con los hechos que yo he revisado? ¿Puedo yo mismo hacerme cargo de mi propia convicción? ¿Coincide con mis propias experiencias internas? En lugar de ello, es apropiada en grande, de modo que si dichas personas luego se encuentran con otros quienes saben pensar –por ejemplo, los tipos pensamiento- se vuelven fanáticos porque se sienten impotentes. Después luchan por el sistema que han escogido con cierto fanatismo apostólico porque se sienten inseguros acerca de las bases del sistema de pensamiento: cómo se desarrolló, sus conceptos básicos y así sucesivamente; y ya que ellos están inseguros y tienen la sensación de que el sistema podría ser desmontado por un buen pensador, adoptan una actitud agresiva. Otro peligro es que si un tipo sentimiento extravertido comienza a pensar se queda completamente atrapado en ello. O no puede interrumpir suficientemente sus relaciones para ir a sentarse y quedarse quieto y pensar, o si tiene éxito en interrumpir todos los lazos exteriores, teniendo suficiente tiempo a solas para descender a los problemas de sus propios pensamientos –lo cual es ya un gran progreso- entonces se ve terriblemente atrapado por ellos y realmente pierde la visión de la vida, desaparece en los libros, o dentro de una biblioteca cubriéndose de polvo, sin ser capaz ya de cambiarse a cualquiera otra actividad. Es devorado por ese trabajo reflexivo. Si usted quiere tener un ejemplo mundialmente famoso del pensamiento inferior de un tipo sentimiento extravertido, lea las Conversaciones con Eckermann de Goethe. Es precisamente una asombrosa colección de perogrulladas –apercus de así llamada profundidad, pero realmente solo francas trivialidades. Allí también se ve la función inferior de Goethe muy visiblemente expuesta al mundo. Él también ha publicado máximas, reflexiones generales que –y eso es muy típico de su nivel- ¡usted encuentra en la hoja de atrás de todo calendario! Ellas son muy ciertas, usted raras veces puede objetarlas de ningún modo, pero son precisamente tan ciertas que ninguna oveja podría haberlas pensado tan bien. Ese es Wagner trabajando en el gran poeta. Naturalmente, el pensamiento inferior del tipo sentimiento está amenazado por dichas generalidades y trivialidades, las cuales son típicas de un pensamiento subdesarrollado. Si, por ejemplo, usted da a los estudiantes de catorce a dieciocho años de edad un tema sobre el cual escribir, usted verá que a esa edad ellos por lo común no pueden producir ningún pensamiento diferenciado o especial sino que escriben generalidades –lo cual, a esa edad, es ya un logro. El modo en el cual educamos a los niños en la escuela escribiendo tales generalidades es el más idiota. Recuerdo que en mi propia juventud nosotros llegamos a tales temas como “¿El individuo o las masas deciden el curso de la historia? Ahora bien, ¡imagine! ¿Cómo puede una chica de dieciséis años saber algo diferenciado o verdadero al respecto? ¡Usted solo escribe generalidades! Debo confesar que es solo fama, pero he escuchado que muchos clubes de debate en los colegios estadounidenses parecen moverse en esos niveles, sin la más leve diferenciación de pensamiento según los hechos, o nada extraordinario de nivel superior o nada enfocado sobre un tema; hay simplemente perogrulladas evidentes y 51
generalidades que nadie podría pensar. El pensamiento inferior del tipo sentimiento extravertido tiene, por consiguiente, un muy desagradable modo de hacerlo sentir a uno secretamente intranquilo. Los tipos sentimiento gustan –inconscientemente- de tirar un balde de agua fría a su alrededor con su secreto pensamiento negativo. Hay una especie de escepticismo que puede ejercer un efecto represivo sobre los otros. Si usted entra en una discusión con el pensamiento negativo de dicho tipo sentimiento extravertido, usted ve que, en general, él ha sacado conclusiones demasiado apresuradas de tal modo que no ha llegado al fondo de las cosas. Existe todo tipo de pensamientos negativos y además frases arrolladoras que son también un rasgo típico del pensamiento inferior. El del tipo Sentimiento Introvertido
Pensamiento
Extravertido
El tipo sentimiento introvertido principalmente se adapta a la vida por el sentimiento, pero más de un modo introvertido, es decir, principalmente hacia la orientación del sujeto con una escala diferenciada de evaluación. Este tipo es muy difícil de comprender. Jung dice que la frase “Las aguas tranquilas que corren profundo” se aplica a las personas de este tipo. Ellos tienen las mismas reacciones de una escala de valor muy diferenciada, pero a diferencia del extravertido, ellos no las expresan exteriormente, sino que son afectados por ellas en el interior. A menudo los tipos sentimiento introvertido se encuentran donde tienen lugar eventos importantes y valiosos o empresas, como si su sentimiento introvertido les dijera que aquella empresa era realmente importante y que era el asunto verdadero. Con una especie de fidelidad silenciosa y sin ninguna explicación externa, ellos aparecen en lugares donde se encuentran importantes y valiosos hechos internos, constelaciones arquetípicas. Con constancia poco notable, ellos persistirán, por ejemplo, en importantes ideas arquetípicas y por lo general ejercerán una positiva influencia secreta sobre su entorno, estableciendo patrones. Los demás los observan y aunque ellos no digan nada pues son demasiado introvertidos para expresar mucho, fijan ciertos modelos porque los tienen adentro de sí mismos. Los tipos sentimiento introvertido, por ejemplo, con frecuencia dan forma al secreto fundamento ético de un grupo, ya que sin irritar a los otros con preceptos morales o éticos, secretamente emanan una influencia positiva sobre aquellos alrededor. Uno tiene que portarse correctamente porque ellos tienen esa clase de correcto modelo de valores, o buen gusto, el cual siempre de manera sugestiva lo fuerza a uno a ser decente si ellos están presentes, y eso se debe a que su sentimiento introvertido diferenciado discierne cuál es interiormente el elemento realmente importante. El pensamiento de este tipo es extravertido, fluyendo hacia el objeto externo. En contraste asombroso con su silenciosa y poco notoria apariencia externa, los tipos sentimiento introvertido están por consiguiente interesados generalmente en una inmensa cantidad de hechos externos. En su personalidad consciente, ellos no se mueven mucho, sino que se sientan en su agujero de tejón mientras que su pensamiento extravertido, su mente más inconsciente, vaga entre una extraordinaria cantidad de hechos externos. Ellos leen, por ejemplo, acerca de las cosas más inesperadas: las ciencias naturales y Dios sabe qué. Están interesados prácticamente en todos los hechos externos de la vida, pero esto es una especie de interés escondido, mientras que con los tipos pensamiento extravertido, eso sería cierto en el primer plano de sus intereses. Si los tipos sentimiento introvertido quieren usar su pensamiento extravertido de un modo creativo, tienen la dificultad común del extravertido de ser abrumados por tanto material, demasiadas referencias y demasiados hechos, así que su pensamiento extravertido inferior algunas veces solo logra perderse en una ciénaga de singulares referencias objetivas externas y de hechos a través de los cuales ellos ya no pueden encontrar su camino. La inferioridad de su pensamiento extravertido muy a menudo se expresa de cierto modo monomaníaco, en el cual ellos solo tienen uno o dos pensamientos con los que se desbocan completamente en una enorme cantidad de material. Esto es muy obvio y es la razón de qué Jung caracterizara al sistema freudiano como un ejemplo típico de pensamiento extravertido. Jung nunca ha dicho nada acerca del tipo de Freud como ser humano; solo ha dicho en muchos de sus libros que el sistema de Freud representa al pensamiento extravertido, por cuanto lo que yo 52
agrego ahora es mi convicción personal, a saber que Freud era un tipo sentimiento introvertido y que por consiguiente sus escritos conllevan las características de su pensamiento extravertido inferior. Típicamente se encuentra allí el hecho de que las ideas fundamentales son pocas y que ellas están completamente desbocadas, que el escritor ha revuelto todo en una enorme cantidad de material externo y que está completamente orientado hacia el objeto exterior, de manera que el fundamento de sus pensamientos se relaciona con una organización de hechos más bien pobre, biológica y externa. Si usted lee las notas biográficas de Freud, verá que como persona él tenía un estilo más diferenciado de tratar a las personas. Era un excelente analista y tenía un modo muy diferenciado de tratar a sus pacientes. Tenía también una clase de caballerosidad escondida la cual tenía una influencia positiva sobre sus pacientes y, en general, sobre su medio. En su caso realmente se debe hacer una distinción entre su teoría y su personalidad como ser humano. Pienso, desde lo que uno escucha sobre él, que perteneció al tipo sentimiento introvertido. La ventaja del pensamiento extravertido inferior es lo que yo caracterizo ahora negativamente como desbocarse con unas cuantas ideas a través de una enorme cantidad de material (Freud mismo se quejó de que su interpretación de los sueños se sentía terriblemente monótona –la misma interpretación de cada sueño era aburrida incluso para él). Si esto no se excede y si el tipo sentimiento introvertido es consciente del peligro de su función inferior y mantiene un refrenamiento sobre ella, tiene la gran ventaja de ser simple, claro e inteligible. Tiene algunos pensamientos amplios los cuales poseen una especie de claridad, en el sentido positivo de la palabra. Pero esto no es suficiente y el tipo sentimiento introvertido está obligado a perforar un poco más profundo y a tratar de especificar y diferenciar su pensamiento extravertido, si no quiere en algún momento caer en la trampa de esta clase de monomanía de ideas. Por consiguiente él tiene que especificar su pensamiento, es decir, crear la hipótesis de que cada hecho que él cita en prueba de sus ideas las ilustra con un punto de vista ligeramente diferenciado, y con este objetivo en la mira, su idea debe reformularse a cada momento. De ese modo él mantiene el proceso vital de contacto entre el pensamiento y el hecho, en lugar de solo imponer su pensamiento sobre los hechos. El pensamiento extravertido inferior tiene las mismas tendencias negativas de ser tiránico, rígido, amoldado, y de ese modo no adaptado completamente a su propio objeto, característica que presentan todas las funciones inferiores.
LA RELACIÓN DE LA FUNCIÓN INFERIOR CON OTROS CONTENIDOS DEL INCONSCIENTE Este documento es la quinta parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
[email protected]
CAPÍTULO 2. - DESCRIPCIÓN PRÁCTICA DE LA CUARTA FUNCIÓN (CONTINUACIÓN) LA RELACIÓN DE LA FUNCIÓN INFERIOR CON OTROS CONTENIDOS DEL INCONSCIENTE Ahora debemos preguntarnos cómo se relaciona la función inferior con la sombra, el ánima y el Sí Mismo cuando ésta aparece en los sueños. La función inferior se relaciona con ellas y otorga cierta cualidad a estas figuras. Por ejemplo, la sombra en un tipo intuitivo a menudo estará personificada por un tipo sensación; se puede decir que la función inferior está contaminada por la sombra en 53
cada tipo, pues en un tipo pensamiento aparecerá como una persona de sentimiento primitivo o relativamente inferior, y así sucesivamente. Entonces, si al interpretar un sueño usted pregunta por una descripción de esta figura de la sombra, las personas describirán su propia función inferior. Cuando usted intenta hacer consciente la sombra o volverse consciente de su propia sombra, la función inferior dará a la figura del ánima o el ánimus una cualidad especial. Por ejemplo, la figura del ánima, si es personificada por un ser humano particular, a menudo aparecerá como una persona de la función opuesta, la cuarta función. Por otra parte, cuando las personificaciones del Sí Mismo aparezcan lo mismo va a suceder. Se puede por consiguiente decir que la función inferior es la puerta a través de la cual entran todas las figuras del inconsciente. Nuestra esfera consciente es como un cuarto de cuatro puertas, y será la cuarta puerta aquella por la cual entrarán la sombra, el ánimus, el ánima y la personificación del Sí Mismo. Ellas no entrarán como a menudo a través de las otras puertas, lo cual de cierto modo es obvio, porque la función inferior está tan cerca del inconsciente y permanece tan bárbara, inferior y subdesarrollada, que es naturalmente el punto débil en la consciencia a través del cual las figuras del inconsciente pueden irrumpir. En la consciencia ella es experimentada como un punto débil, como esa cosa desagradable que nunca lo dejará en paz a usted sino que siempre le causa conflicto, pues a cada momento que usted siente que ha adquirido cierto equilibrio interno o cierto punto de vista interior, algo sucede desde adentro o desde afuera para hacerlo renunciar de nuevo, y es siempre a través de esa cuarta puerta la cual usted no puede cerrar. Usted puede mantener las tres puertas de su cuarto interior cerradas, pero en la cuarta función la cerradura no funciona, y allí, cuando usted menos lo espera, lo inesperado entrará de nuevo. Gracias a Dios, se puede decir, pues de otra manera todo el proceso de la vida se petrificaría y se estancaría en una equivocada clase de consciencia. Es la siempre sangrante herida de la personalidad consciente, pero a través de ella el inconsciente puede entrar siempre y engrandecer así la consciencia y producir nueva experiencia. Mientras usted no haya desarrollado sus otras funciones, sus funciones auxiliares, ellas también serán puertas abiertas, así, en una persona que solo ha desarrollado una función superior, las dos funciones auxiliares operarán del mismo modo y aparecerán en las personificaciones de la sombra, el ánimus y el ánima. Es solo cuando usted ha tenido éxito en el desarrollo de tres funciones, en cerrar tres de sus puertas interiores, que el problema de la cuarta puerta todavía persiste, pues aquella es la única que al parecer no está destinada para ser cerrada. Allí uno tiene que sucumbir, tiene que sufrir la derrota, para desarrollarse más. De manera que si usted atiende a sus propios sueños verá que estas figuras interiores, si aparecen personificadas como personas reales, tienden a escoger dichas personificaciones. Otra clase de personificación que naturalmente tiene que ver con la sombra, es cuando la cuarta función está contaminada con personificaciones de los niveles más bajos del estrato social de la población, o con los países subdesarrollados. Esa es una bella expresión –los países “subdesarrollados”. Es increíble cómo los occidentales en nuestra arrogancia superior miramos por debajo a los países subdesarrollados y ¡proyectamos nuestras funciones inferiores en ellos! Los países subdesarrollados están dentro de nosotros mismos, y por ende, naturalmente, dado que este es un simbolismo obvio, la función inferior de una persona blanca con frecuencia aparece como un negro salvaje o un indio salvaje. Frecuentemente la función inferior también se expresa a través de gente exótica de algún tipo: china, rusa o quien pueda otorgar esa cualidad. El inconsciente intenta de este modo transmitir la cualidad de algo que es desconocido a la esfera consciente; como si dijera: es tan desconocido para usted como los chinos son desconocidos en su cultura. La sombra, el ánimus y el ánima aparecen muy a menudo proyectados sobre los pueblos asiáticos, africanos o “primitivos”. Este símil de sueño para la función inferior es además particularmente apropiado en cuanto que esta función tiende a tener, de modo negativo, un carácter bárbaro y a causar posesión. Aunque, por ejemplo, los introvertidos caigan en la extraversión, ellos lo hacen también de una manera poseída y bárbara. Quiero decir bárbaro en el sentido de ser incapaces de ejercer control consciente, de ser arrollados, de ser incapaces de poner freno, incapaces de parar. Este tipo de extraversión exagerada, forzada, rara vez se encuentra en los extravertidos, pero en los introvertidos es semejante a un carro 54
sin frenos que prosigue sin el más leve control de la consciencia. Ese es un hecho bastante conocido, ya que la extraversión inferior de los introvertidos tiene que manifestarse afuera, socialmente. Un introvertido puede volverse desagradable y arrogante, pujando y vociferando tan ruidosamente que el cuarto entero tiene que escuchar y todo el mundo tiene que advertirlo. Dicha extraversión inferior de repente puede salir de esta manera cuando un introvertido está borracho. La introversión del extravertido es tan bárbara y poseída pero no tan visible socialmente ya que un extravertido se desaparece de la vida si es poseído por la bárbara introversión. Él se vuelve completamente loco en su propio cuarto pero esto no es visible para las otras personas. Los extravertidos que caen en su introversión primitiva gustan de parecer muy importantes. En oscuras alusiones ellos le aseguran a todo el mundo que están teniendo experiencias místicas muy profundas acerca de las cuales no pueden hablar, ellas son demasiado importantes y profundas. De un modo especialmente importante ellos indican que están ahora profundamente empapados en la imaginación activa y el proceso de individuación, y usted sabe que tiene que salir inmediatamente, porque ellos tienen que trabajar en eso. Y entonces se sientan, de una manera poseída durante horas enteras, incapaces de relajarse e incapaces de zafarse de eso. Si usted los llama por teléfono dicen que están profundamente consagrados a su proceso de individuación y no pueden ir a una reunión de té en este momento, y esto se lo lanza a usted con una especie de actitud defensiva. Usted tiene un extraño sentimiento de una especie de posesión bárbara. Si esto les sucede a ellos en la forma del yoga o la antroposofía, entonces habrá ese mismo despliegue de algo místico de gran importancia en marcha y de una insondable profundidad en la cual se han sumergido ahora. Existe una mezcla en ello pues en realidad están constantemente amenazados con volver a su extraversión, lo cual explica su exagerado énfasis en la falta de tiempo y en no querer contactarse con nadie. Les encantaría alternar a su extraversión y asistir a todas las reuniones de té y a todas las cenas, así que en una especie de modo defensivo, ellos dicen, “No, esto es absolutamente prohibido, ahora estoy en la profundidad de la psique”. Con frecuencia en esta frase las personas están seguras de que son el tipo que ahora tienen que vivir. Por ejemplo, los extravertidos que están en la fase donde ellos deberían asimilar la introversión siempre jurarán que son y siempre han sido introvertidos y que es un error el que siempre los han llamado extravertidos. De este modo ellos tratan de ayudarse a sí mismos a entrar en este otro lado, lo cual es tan difícil de lograr para ellos. Si intentan expresar sus introvertidas experiencias interiores ellos por lo general lo hacen con sobreexcitación. Se vuelven terriblemente emocionales y quieren sentarse en la palabra y tener a todo el mundo escuchando. Es por eso que para ellos es tan tremendamente único e importante. La cualidad bárbara de la función inferior que está mezclada con el otro tipo actitudinal es uno de los grandes problemas prácticos y constituye la gran escisión de la personalidad humana, pues no solamente tiene uno que desviarse de una función a otra sino que con la cuarta función definitivamente uno tiene que cambiar al otro tipo actitudinal, y entonces se corre el riesgo (o incluso no se puede evitar) ser poseído temporalmente por la actitud opuesta y en consecuencia volverse salvaje e inadaptado. Se puede agradecer a Dios si la función opuesta de uno está solo personificada por gente primitiva en los sueños, pues ésta muy a menudo está representada por gente de la Edad de Piedra o incluso por animales, de manera que la función inferior no ha alcanzado todavía un nivel primitivo humano; está aún en un nivel completamente animal. La función inferior en esa etapa habita, por así decirlo, en el cuerpo, y se puede manifestar solamente en síntomas físicos y no aún en un nivel humano consciente, ni siquiera en uno primitivo. Cuando usted ve, por ejemplo, cómo algunas veces un intuitivo introvertido se extiende al sol con semejante goce de su función inferior se tiene la sensación absoluta de que él es como un perro sentado a la luz del sol disfrutando del sol o la comida; su sensación está todavía en el nivel de un perro o un gato o algún otro animal doméstico. El sentimiento en un tipo pensamiento muy a menudo no va más allá del nivel del perro. Es más difícil imaginar que el tipo sentimiento piense como un animal pero incluso eso es verdad; estas personas tienen el hábito de expresar frases banales que uno piensa que cualquier vaca, perro o gato podrían haber expresado si pudieran hablar, pues ellos se mueven en una esfera de completas 55
generalidades. Los perros algunas veces hacen inútiles intentos de pensar. Mi perro a veces infería algunas conclusiones terriblemente equivocadas. Él siempre se tendía sobre mi sofá y yo solía tratar de ahuyentarlo, y desde eso concluyó que a mí no me gustaba de él que se sentara sobre nada más que el piso. De manera que si lo colocaba sobre algo, él se azoraba y pensaba que sería castigado. No podía comprender que era solo el sofá y no ninguna otra pieza de mueble lo que estaba prohibido. ¡Simplemente había sacado la conclusión equivocada! Es lo mismo que cuando usted trata de enseñar a los perros a ser limpios en la casa. Ellos llegan a la conclusión de que lo mismo se aplica a cualquier tipo de suelo pavimentado y ellos y sus dueños se meten en todo tipo de problemas hasta que a lo último el pobre perro comprende que ¡es solo en la casa que él tiene que ser cuidadoso! Ahí se puede ver que un perro tiene una especie de pensamiento parcial subdesarrollado el cual tiende a sacar la conclusión equivocada. Con frecuencia me ha impresionado el hecho de que los tipos sentimiento piensan exactamente de la misma forma, pues cuando usted intenta explicarles algo, ellos pueden sacar una conclusión completamente general de alguna afirmación arrolladora que no encaja en la situación de ningún modo y hacen las cosas más estúpidas. El pensamiento primitivo se inició en sus cabezas y ellos sacaron algún tipo de conclusión inadaptada sorprendente, la cual condujo a resultados totalmente equivocados. En este caso se puede decir que el nivel de pensamiento del tipo sentimiento está cerca del nivel del perro; es tan general e indefenso y rígido como se puede observar en los animales superiores. En general, en la mayoría de las sociedades normales, la gente encubre su función inferior con una persona. Una de las principales razones de por qué uno desarrolla una persona es para así no exponer inferioridades, especialmente las inferioridades de la cuarta función, la cual está contaminada con la naturaleza animal de uno, con las emociones y los afectos inadaptados de uno. Cuando Jung fundó el Club de Psicología en Zúrich, él tenía en mente la intención de averiguar cómo funcionaría un grupo, o una sociedad, en la cual la función inferior no estuviera encubierta, sino donde las personas se contactaran mutuamente a través de ella. El resultado fue absolutamente asombroso. Las personas del exterior que ingresaban en esta sociedad se sorprendían más allá de su juicio por el comportamiento rudo y perverso, y por las riñas absolutamente interminables que este grupo exhibía. Yo visité el Club hace muchos años y aún entonces nunca hice ningún intento por convertirme en miembro porque me sentí demasiado tímida. Un día Jung me dijo, “¿No quiere usted unirse al Club de Psicología o no se atreve?” yo dije, “Yo no me atrevo pero me encantaría”. Entonces él dijo, “Muy bien, yo voy a ser su padrino” –necesitamos padrinos para ingresar al Club“Pero voy a esperar primero para ver si usted tiene un sueño, si el momento preciso ha llegado” ¿Y qué soñé? Yo soñé que un científico natural, un viejo que miraba muy parecido a Jung, había integrado un grupo experimental para averiguar cómo los animales de diferentes especies se llevaban bien mutuamente. Entré al lugar y había acuarios con peces en ellos, corrales con tortugas, salamandras y criaturas semejantes, jaulas con pájaros, perros y gatos, y el viejo estaba sentado en la mitad, tomando notas sobre cómo se comportaban los animales socialmente unos con otros. Yo descubrí entonces que yo misma era un pez volador en un acuario y que podía saltar afuera. Le conté mi sueño a Jung y él dijo, con una sonrisa de satisfacción, “Pienso que ahora usted está suficientemente madura para unirse al Club de Psicología, ha comprendido la idea central, su propósito”. De esta manera jocosa el inconsciente admitió la idea, a saber, que es realmente un gran problema, pues como seres conscientes nosotros podemos contactarnos entre sí, pero en esta función inferior, una persona es un gato, otra una tortuga y una tercera una liebre –¡existen todos esos animales! Dichas adaptaciones sociales presentan una gran dificultad. Existen todos los problemas de tener territorio propio, el propio terreno de uno, pues cada especie animal tiene una tendencia a tener unos pocos metros de tierra natal. Cada pájaro y cada animal defiende su territorio contra los intrusos; uno no debe pisar el terreno del otro, y todos estos complicados rituales se vigorizan de nuevo tan pronto como los seres humanos se asocian y deponen la persona y tratan verdaderamente de contactarse entre sí. Entonces uno de verdad siente como si se estuviera moviendo en la selva o el matorral: no se debe pasar sobre esta serpiente o asustar a aquel pájaro haciendo un movimiento 56
rápido, y las cosas se vuelven muy complicadas. Esta necesidad de modales campesinos ha llevado incluso a la creencia de que la psicología induce el comportamiento social al deterioro, lo cual en gran parte es bastante cierto. En el Instituto Jung, además, somos en cierto modo un grupo más desagradable y más difícil para tener relaciones amistosas que, dijéramos, en una sociedad para criar perros o liebres o un club de pescadores, pues allí el contacto social en general está en un nivel mucho mejor. Tal acusación ha sido hecha con frecuencia no solo al Club de Psicología sino también al Instituto. Pero la verdad es simplemente que no tendemos a encubrir lo que está pasando por debajo. En todas las demás sociedades o grupos de personas eso se disimula, se actúa, y se juega a escondidas; por debajo existen todas estas dificultades pero nunca se llevan a la superficie ni se discuten abiertamente. Pero en realidad, naturalmente, enfrentar la sombra y la función inferior tiene el efecto de que las personas se vuelven socialmente más difíciles y menos convencionalmente adaptadas, y eso crea más fricción. Por otra parte, también crea una mayor vitalidad: nunca es aburrido, pues hay siempre una tormenta en una taza de té, excitación, y el grupo es mucho más vivo en vez de tener una superficie embotada, convencional y correcta. Incluso ha llegado tan lejos eso en el Club de Psicología, las tendencias animales a tener el reino propio de uno se volvieron tan fuertes, que la gente comenzó a reservar asientos; estaba la silla de fulano de tal y usted no podía sentarse en ella; eso era un insulto mayor, porque fulano de tal siempre se sentaba allí. He notado además que existen papeles en ciertas sillas sobre las cuales la gente escribe sus nombres: esta es mi silla –en otras palabras, ¡allí se sienta el perro o el gato fulano de tal! Ese es un signo muy bueno y yo pensé: “¡Bueno, eso está mejor, las cosas están mejorando!” Es una restauración de una situación original y natural. Pero es asombroso qué tan profundamente la función inferior puede re-conectarlo a uno con la esfera de la naturaleza animal dentro de uno mismo. Aparte del modo jocoso en que lo he descrito, es un hecho muy importante, pues la función inferior es realmente la conexión con los instintos más profundos de uno, con las raíces interiores de uno, y es, por decirlo así, aquello que nos conecta con el pasado total de la humanidad. Las sociedades primitivas ejecutan danzas con máscaras animales las cuales sirven para conectar a la tribu con sus fantasmas ancestrales, es decir, con el pasado íntegro de la tribu. En gran parte hemos perdido tales danzas enmascaradas, si bien existe aún el carnaval como un remanente. Cualquiera que no conozca su función inferior aún debería ir a un carnaval enmascarado y ¡averiguar cómo se siente entonces! En tales ocasiones con frecuencia usted puede reconectarse con su pasado animal y con su función inferior. Teóricamente uno puede, naturalmente, tener todas las funciones de todos modos, pero no será un problema y no habría mucha intensidad de vida en ello. Jung una vez dijo que su tipo opuesto no es la cosa más difícil de comprender. Es decir, si usted tiene sentimiento introvertido, es muy difícil comprender a un tipo pensamiento extravertido, pero es incluso más difícil comprender a alguien del mismo tipo funcional con la otra actitud. Eso significa que sería más difícil para un tipo sentimiento introvertido comprender a un tipo sentimiento extravertido. ¡Allí uno siente que no sabe cómo le funciona la cabeza a esa persona! Uno no puede pensar o sentir del mismo modo que ellos. Dichas personas permanecen en gran medida como un acertijo y son muy difíciles de entender de manera espontánea. Es por eso que toda la teoría de los tipos es enormemente importante en la práctica, pues es lo único que puede evitarle a uno malentender por completo a ciertas personas. Es una guía que a usted le gustaría tener, por lo menos teóricamente, para cierta comprensión de una persona cuyas reacciones espontáneas son un acertijo completo, y las cuales usted malinterpretaría completamente si reaccionara de manera espontánea. En una ocasión observé tal caso. Un intuitivo hizo la realidad a un lado a tal grado que dio a un tipo sensación la idea de que el otro era el peor mentiroso que había conocido jamás en su vida. Nada de lo que esa persona intuitiva decía era del todo correcto, el tipo sensación lo confrontaba todo y cada hecho particular estaba deformado o de alguna otra manera, no era completamente correcto, y así sucesivamente. Por consiguiente el tipo sensación tenía la idea de que esto era simplemente terrible, que esta persona mintiera desde la mañana hasta la noche – ¡ningún hecho que ella había citado estaba en lo cierto! Ahora bien, en aquel caso especial no era una cuestión de mentir, sino de la tremenda unilateralidad y la completa 57
imprecisión sobre el aspecto real. Pero la acusación de mentir era incorrecta, y en ese sentido es muy importante comprender los tipos, ya que entonces una gran cantidad de malentendidos difíciles pueden ser evitados. Yo fui llamada para resolver la disputa y traté de explicar que en este caso se trataba de la inexactitud clásica del tipo intuitivo. Usted debe restringir a dicha persona, interrumpir cada oración y decir, “¿cómo fue exactamente?” Pero es aún más difícil, como dije, comprender el mismo tipo de función con la otra actitud. Allí solo se puede en realidad usar la teoría para comprender al otro, porque con las reacciones espontáneas propias no se puede. En general, en el reino de la función inferior, las personas se temen mutuamente, son terriblemente temerosas porque se sienten imposibilitadas. Recuerdo una vez que reñí con una mujer de mi mismo tipo –pensamiento introvertido- y nos gritamos la una a la otra. La noche después yo soñé que una liebre y un cordero estaban juntos en una jaula, y el cordero estaba sentado sobre una percha temblando con temor y la liebre, en la otra esquina de la jaula, haciendo lo mismo. De manera que la explicación del sueño era: sobre la superficie ustedes riñen, pero por debajo ambas están mortalmente temerosas la una de la otra. La personalidad sentimiento está mortalmente temerosa de la otra personalidad sentimiento. Así que yo diría que el único modo de relacionarse en el nivel de la función inferior es a través de lo que Jung llama la cortesía campesina. En el monte, si las personas se encuentran unas con otras se detienen a diez metros un rato y bajan sus lanzas ostentosamente para mostrar que no tienen intenciones malignas y luego se inclinan, y algunas veces se arrodillan y luego, lentamente, se mueven la una hacia la otra, se detienen de nuevo y se inclinan otra vez, y entonces se aseguran mutuamente que no tienen intención de dañarse y lo único que hacen después es estrechar sus manos, lo cual es muy similar al modo en que los animales que no se conocen, se aproximan mutuamente. Ellos echan un vistazo a distancia, avanzan un poco y luego paran de nuevo, luego intentan leer en los ojos del otro lo que el otro va a hacer. ¡Nosotros hacemos exactamente la misma cosa! Tan pronto como caemos en la función inferior, nos comportamos como primitivos unos con otros y por tanto necesitamos todos los rituales del primitivo al encontrarnos. Uno solo puede compensar la ferocidad, la incertidumbre y la inadaptación de la función inferior por medio de la cortesía campesina. He leído en Les Rites de Passaje de Van Gennep ejemplos de cómo los exploradores se aproximan a una población primitiva. Ellos tienen que detenerse cuando se encuentran a muchas millas de distancia, y luego tres mensajeros de la aldea llegan, y los aldeanos tienen que asegurarse de que los exploradores no tienen intenciones malignas y especialmente que no intentan usar la magia negra contra los habitantes. Los mensajeros entonces regresan, y cuando ellos vuelven, se intercambian regalos, algunas veces incluso las mujeres son intercambiadas o pueden ser entregadas a los invitados, quienes duermen con ellas, porque eso establece una especie de parentesco; si un hombre duerme con la esposa de otro hombre, él es consanguíneo o semejante a él, ha sido incluido dentro de su familia. El pueblo Naskapi de la península de Labrador hacía eso y muchos esquimales solían prestar sus esposas a los extranjeros por la noche para evitar cualquier tipo de erupción maligna, cualquier pensamiento respecto a que un huésped podría asesinar a la gente en la casa o que ésta podría asesinar al huésped, lo cual podía suceder en cualquier momento en aquellas regiones donde no había policía, pues uno podía simplemente desaparecer para siempre si visitaba aquella gente. Entre muchos pueblos primitivos existe un intercambio de sangre; ellos se cortan mutuamente e intercambian la sangre. Existe también un modo especial de besarse y de intercambiar regalos – todos esos rites de passage entran en juego tan pronto como usted tiene que relacionarse con la gente en el nivel de la función inferior. Podemos ver lo mismo en la vida cotidiana. Por ejemplo, es posible que usted conozca a alguien desde hace dos o tres años, pero solo en el nivel convencional de tomar el té o comer juntos y hablar sobre el clima y la política y cuestiones teóricas, pero nunca atreverse a tocar los puntos dolorosos de cada uno, o a llevar la conversación en torno a un punto delicado. Sin embargo un día usted siente que no es una relación real, que ustedes no están acercándose realmente, y entonces usted toma un poco de vino, y si la atmósfera es favorable, revela sus puntos dolorosos e invita al otro a expresar los suyos, y así, gracias a todas las precauciones de la cortesía campesina ustedes 58
lentamente ¡se aproximan en forma real! Usted no conoce ninguna otra fórmula que la cortesía campesina pues esa es la fórmula con la cual se aborda el otro lado, porque los puntos sensibles por lo general están conectados con la función inferior. Existe una diferencia entre la educación personal y la cortesía campesina. Tomemos un ejemplo práctico: una vez estaba conduciendo a casa con un tipo intuitivo tarde en la noche, y él olvidó prender el encendido y trató una y otra vez de arrancar el carro, lo cual no iba a funcionar. Yo me aventuré en forma amable a preguntarle si lo había encendido. “Naturalmente”, fue la respuesta, pero con un afecto tal que yo ¡no me atreví a decir nada más! Ahora bien, esa era su sensación inferior. De modo que nos sentamos durante media hora, y yo estaba segura de cuál era el problema pero ¡no sabía cómo decírselo! El más ligero tono de saber más, o de instruir, habría producido una respuesta similar. Me sentí tan impotente porque yo sabía todo el tiempo cuál era el error pero no sabía cómo evitar el punto doloroso. De esta manera se ve que la función inferior y el punto sensible están absolutamente conectados. Si él no hubiera tenido sensación inferior, no habría sido tan susceptible. Yo hubiera dicho, “¿lo ha encendido? Y él hubiera dicho, “¡Dios mío!”, y hecho esto habríamos avanzado, pero en lugar de eso nos sentamos durante una hora en el camino adivinando cuál podría ser el problema, y yo simplemente no sabía cómo aproximarme a esta área resentida de la función inferior. Como usted ve, se trataba de su prestigio. Debo decir que una gran cantidad de alcohol sumado al abaissement, hizo que los afectos fueran mucho más explosivos, y como el hombre era mayor que yo, estaba de por medio el problema de ser descortés. El tipo de educación que se invocaba no era de la persona; es cuestión de tener sentimiento real y comprensión por la debilidad de la otra persona y no arriesgarse a tocar esa debilidad. Si usted da impulso a un afecto, siempre existe el riesgo de un completo rompimiento, es el filo de la navaja, pues allí puede haber una escisión definitiva. Sé por ejemplo que una vez un grupo de doce personas abandonaron el Club de Psicología afectados de una manera insensata. Ellos ya no iban a discutir más el asunto, sino que simplemente lo abandonarían, y entre ellos había gente bastante valiosa. Me encontré con uno de ellos más tarde –un anciano quien estaba terriblemente apenado por ello- y le pregunté por qué no volvía, sin embargo no podía; dijo que eso estaría en contra de su sentido del honor. ¡El afecto se había pasado de los límites! Él había dicho cosas tan desagradables en medio de su cólera que sintió que ya no podía volver; su orgullo lo hacía imposible. Eso es trágico y muy desafortunado, y es por eso que la cortesía campesina es necesaria al tratar con la función inferior, porque el afecto se pasa de la raya muy fácilmente y entonces la relación se rompe para siempre. Lo mismo puede suceder con dos personas tanto como con un grupo; ellos muy fácilmente rompen a un grado tal que no pueden reconciliarse de nuevo. La función inferior además de la carga de emoción detrás de ella, es un asunto realmente peligroso. La asimilación de las funciones es un asunto tan serio que las personas por lo general gastan mucho tiempo en la asimilación de sus funciones auxiliares y a veces, digamos en un lapso de por lo menos de ocho a diez años, se convierten en un tipo que no era su tipo original. En una ocasión, por ejemplo, conocí a una mujer quien era un tipo sentimiento introvertido; es decir, en el pasado ella había sido un tipo sentimiento, pero en el periodo en el que nos conocimos, ella ya había desviado el proceso desarrollando la intuición y en esa etapa tenía tantos conflictos con su sensación como si hubiera sido una auténtica intuitiva. Ella estaba en la etapa de ser una intuitiva; ¡incluso juró que ese era su tipo! Pero si se miraba cuidadosamente su historia pasada, se veía que eso no era cierto. En los años antes de que nos conociéramos, ella había estado viviendo principalmente por la intuición, ¡pues su sentimiento estaba ya desgastado y ya no contenía más vida! Después ella atravesó todas las crisis de tener que desviarse desde la intuición a la sensación, lo cual se ve con un tipo principalmente intuitivo; por ejemplo, se volvió completamente inexacta acerca de los hechos de la realidad y tenía problemas para relacionarse con ellos, exactamente como lo hace un intuitivo. Ella después declaró con gran énfasis que siempre había sido un error llamarla un tipo sentimiento, pues ella era una intuitiva, ¡pero estaba equivocada! Ella tenía razón y estaba equivocada ya que en la
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etapa en la que estaba, ella era exactamente como un intuitivo pero eso se debía a que se encontraba en la etapa de vivir en su segunda función y estaba precisamente en la crisis de superar la tercera. El proceso de asimilar las funciones no es en modo alguno fácil. Asimilar una función verdaderamente significa vivir por lo menos algunos años completamente con esa función en primer plano antes de que se pueda sostener que se ha asimilado. Si una vez usted cocina o cose un poco, eso no significa que usted ha asimilado su función sensación, y si usted produce un poco de pensamiento un sábado por la tarde eso no quiere decir que usted ha asimilado su función pensamiento. Las personas con frecuencia tienen grandes ilusiones respecto a eso. Significa que todo el énfasis de la vida, durante un tiempo, se descarga en esa única función. Cambiar a la siguiente función tiene lugar cuando usted siente que la manera en la que está conduciéndose en el presente se ha vuelto inanimada, cuando se fastidia con usted mismo y sus actividades, o cuando tiene el sentimiento constante de que esto no es –entonces ha alcanzado de nuevo la etapa donde tiene que hacer un cambio a otra función. Por lo general ocurre que usted no tiene que tomar una decisión en teoría. La mejor manera de saber cómo cambiar, es simplemente decir, “Bien, todo esto ahora es completamente aburrido; ya no significa nada para mí. ¿Donde, en mi vida pasada hay una actividad que yo sienta que podría aún disfrutar? ¿Una actividad en la cual yo podría todavía hallar placer? Y luego sólo debe elegir una de manera auténtica, y en ese caso podrá ver que ha pasado a la función inferior. PARALELOS ARQUETIPICOS MODELO DE LAS CUATRO FUNCIONES
DEL
Con este modelo de las cuatro funciones, Jung quiso exaltar un modelo heurístico que nos permitiera comprender mejor el funcionamiento de la consciencia humana. Esto es una hipótesis de trabajo, no un dogma. Lo sorprendente es que, sin embargo, los modelos cuaternarios también han surgido en la física y en la teología, modelos que parecen tener una relación con el modelo de la función de Jung. En física existe, por ejemplo, los cuatro principios de Wilkinson. De acuerdo con Wilkinson, se pueden mirar los fenómenos físicos en cuatro formas, explicando todos los fenómenos desde el punto de vista de los procesos energéticos. Eso sería análogo a la función sensación, o sentido de percepción, el cual es un proceso energético –los fotones golpean nuestros ojos y así sucesivamente. El principio de gravitación tendría cierta analogía con la función pensamiento –aprestando los hechos en cierto orden, un reino superior y uno inferior. Se pueden explicar los fenómenos materiales en gran medida desde ese principio o desde ese ángulo. El principio es la cohesión en el interior del núcleo de un átomo. Las partículas de la misma carga se repelen mutuamente a cierta distancia, pero si ellas se aproximan más allá de eso, se atraen las unas a las otras con una cohesión especialmente fuerte. Eso correspondería a la función sentimiento de relación y afinidad. Finalmente, el cuarto principio es el que los físicos llaman “interacción débil”, el cual es un proceso constante, difuso, muy lento, que disuelve todos los fenómenos materiales. Esta disolución correspondería a la intuición, la cual siempre tiende a empañar o disolver los hechos y puede operar solo si lo hace de este modo. Este es un interesante punto de vista nuevo que demuestra que Jung, con su intuición, cuando él expuso este principio de las cuatro funciones, tocó una idea muy arquetípica de la cual reaparece una analogía desde un ángulo completamente diferente en la física moderna y que es expuesta por las personas que no han sido influenciadas por el pensamiento Junguiano. Mi actitud hacia esto es que la idea de las cuatro funciones es un modelo arquetípico para mirar las cosas y que tiene las ventajas –y desventajas- de todos los modelos científicos. El físico Wolfgang Pauli una vez dijo algo que me parece muy convincente, a saber, que ninguna teoría nueva ni ninguna fructífera invención en el campo de la ciencia, ha zarpado sin el trabajo de una idea arquetípica. Por ejemplo, las ideas del espacio tridimensional o tetra-dimensional se basan en una representación arquetípica, tal como ha funcionado siempre, hasta cierto grado, de un modo muy productivo y que ha ayudado a explicar muchos fenómenos. Pero después viene lo que Pauli llama la auto-limitación de esa hipótesis arquetípica, a saber que si uno sobre-expande la idea a los fenómenos donde no se aplica, entonces esa misma idea fructífera se vuelve una inhibición para un progreso científico más amplio. 60
La idea del espacio tridimensional, por ejemplo, es todavía completamente válida para la mecánica ordinaria, y cada carpintero y albañil la usa cuando elabora un dibujo o un diseño, pero si usted intenta aplicar la idea a la microfísica, entonces usted se extravía. Por consiguiente se puede decir que esa era una idea arquetípica que se originó, como se puede probar claramente, en la mente científica de los occidentales a través del dogma de la Trinidad. Kepler, cuando elaboró sus modelos planetarios, dijo que ¡el espacio tiene tres dimensiones porque existe la Trinidad! O tome a Descartes quien aseveró la idea de la causalidad diciendo que estaba basada en el hecho de que Dios nunca tiene caprichos sino que siempre procede de manera lógica, y por tanto todo tiene que estar conectado causalmente. Si Dios tuviera ideas y caprichos repentinos, entonces no podría haber causalidad. De manera que todas las ideas básicas incluso las de la ciencia natural son modelos arquetípicos, pero ellas trabajan de un modo fructífero solo si uno no fuerza dentro de ellas los hechos o áreas de hechos donde ellas no encajan. Pienso que esta teoría de las cuatro funciones tiene una especie de valor práctico pero no es un dogma, lo cual la haría completamente rígida. Es por eso que Jung muy claramente la propone como un punto de vista heurístico –una hipótesis fructífera por medio de la cual se pueden averiguar las cosas, pero no algo que se pueda de ningún modo restringir como un dogma absoluto. Sin embargo, sabemos en la actualidad que en todas las investigaciones científicas no podemos hacer más que presentar modelos de pensamiento y ver qué tanto se ajustan los hechos, y si los hechos no coinciden entonces tenemos que corregir los modelos. A veces no tenemos que revisar todo el modelo de pensamiento, pero tenemos que decir que solo se aplica en un área determinada y que tan pronto como se pasa a otra zona de los hechos, se distorsiona. Personalmente estoy convencida, especialmente con esta nueva confirmación desde los principios de Wilkinson, que no hemos agotado aún la fecundidad del modelo, pero eso no significa que no existan hechos que no encajen dentro de él, lo cual nos obligaría a revisarlo. El problema del tercero y el cuarto en el simbolismo religioso también se relaciona con el problema de las cuatro funciones. Para referirnos al diagrama de la página 23, la constelación arquetípica estaría en la base de la psique, la tendencia estructural a desarrollar cuatro funciones las cuales se encuentran en todas las mitologías de cuatro personas, las cuatro direcciones de la brújula, los cuatro vientos, los cuatro ángulos de las cuatro esquinas del mundo y todos estos simbolismos de cuatro grupos. Está también en el simbolismo cristiano, por ejemplo, en el simbolismo de los cuatro evangelistas, donde tres son animales y uno un ser humano. Existen los cuatro hijos de Horus, con tres cabezas animales y una humana. Esas son manifestaciones de un arquetipo estructural básico en la psique humana, de la disposición en un ser humano que, tan pronto como intenta moldear un modelo de una existencia total –del mundo cósmico total, de la vida humana total, o algo similar- tiende a usar un modelo cuádruple. La elección recae naturalmente sobre un modelo cuádruple más a menudo que sobre cualquiera otro. En la China se encuentra por todas partes. Estos mandalas cuádruples siempre surgen de un impulso a moldear un modelo de la existencia total, donde las personas no quieren enfrentar un hecho único sino que quieren un mapa de los fenómenos generales. Sería por consiguiente una disposición estructural innata en la psique humana el usar dichos modelos cuádruples para las totalidades. El problema de las cuatro funciones en la consciencia de un individuo sería un producto secundario de este modelo más básico. Es por eso que, como lo he intentado explicar con respecto al diagrama de la página 23, no es aconsejable usar los elementos de las funciones conscientes para explicar las funciones en la estructura arquetípica. Más bien, debería decirse que el problema de las cuatro funciones en la consciencia de un individuo es una de las muchas manifestaciones de esta disposición arquetípica más general. Si, por ejemplo, usted trata de explicar el modelo de las cuatro montañas en las cuatro direcciones del mundo en la China, o el de los cuatro vientos en las cuatro esquinas del mundo, si usted intenta restringirlos diciendo que uno debe ser el pensamiento, y el otro debe ser otra función, usted nunca llega a ninguna parte; eso no resulta. Por tanto, yo diría que el arquetipo del cuaternio como modelo de la explicación de la situación total es más general que las cuatro funciones. Existe en el ser humano una disposición innata siempre a idear este modelo cuando intenta establecer una orientación general hacia la vida interior o exterior. Sería en 61
consecuencia peligroso reducir el dogma de la Trinidad y el problema de la cuarta persona de la Trinidad, sea la Virgen María o el demonio, al problema de las funciones. Yo le daría además un giro al revés y diría que es un problema arquetípico más general, pero en el individuo asume, entre otras cosas, la forma de –o se acerca al problema de- las cuatro funciones. Por ejemplo, en la religión cristiana el Diablo es el símbolo del mal absoluto en la Divinidad, pero sería muy presuntuoso si usted concediera a su pensamiento inferior o a su sentimiento inferior tan grande honor de llamarlo ¡el demonio en persona! Eso sería más bien una explicación pomposa de sus inferioridades –al tiempo que no podría decir que sus relativamente desarrolladas tres funciones ¡fueran idénticas a la Trinidad! Tan pronto como usted lo presentara así de bruscamente, vería qué ridícula es la idea, pero puede decir que existe alguna conexión, puesto que el mal, la negatividad y la destructividad, se conectan en el individuo con la función inferior. Como ejemplo práctico, digamos que usted tiene una tendencia innata a intrigar, aún cuando rara vez intrigará o su sombra intrigante rara vez interferirá con su función principal, porque está tan bajo su control ético que no puede escabullirse allí; no obstante se conecta muy fácilmente con la función inferior. Puedo darle un ejemplo de algo que me sucedió en una ocasión. Una persona intuitiva tenía que enviarme una carta con algunas noticias muy agradables para mí, pero ella estaba tan celosa que traspapeló aquella carta. Ahora bien, ¿su función sensación inferior le hizo extraviar la carta con las buenas noticias para mí o fue su intrigante y celosa sombra? ¡Fueron ambas! La celosa e intrigante sombra la indujo, vía la función inferior. Usted nunca puede acosar a dicha persona; solo puede decir, “Esa es su sensación inferior, ni lo mencionemos de nuevo”. Pero es bastante típico que la sombra o el impulso negativo entre a hurtadillas en la función inferior. Recuerdo el caso de un hombre, un tipo sentimiento, quien estaba terriblemente celoso porque una mujer en quien estaba interesado, tenía una tremenda transferencia con Jung, es decir, que el tipo sentimiento se sintió despreciado por ella. Ella simplemente ni lo iba a mirar, y eso le partió el corazón. Él no lo pudo superar durante mucho tiempo e incluso escribió un libro contra la psicología Junguiana, lleno de errores y citas equivocadas o falsas en el cual él propuso una así llamada mejor filosofía –mucho mejor que la de Jung- nomina sunt odiosa. En el nivel del sentimiento –su función superior- este hombre no podía hacer una cosa sucia; él no podía, por ejemplo, atacar a Jung volviéndose ordinario porque su sentimiento era demasiado diferenciado. Él vio muy claramente que Jung, quien no podía aliviar la transferencia de esta mujer, no tenía nada que ver con ello, por ende su sentimiento se mantuvo decente, pero su pensamiento inferior provocó la motivación –la cual estaba celosamente podrida y nada más- y produjo la más asombrosa basura, incluso al extremo de citar equivocadamente ciertas frases de los libros de Jung. Él no era siquiera capaz de transcribir las citas en forma adecuada porque había sido enceguecido y arrollado por un impulso sombrío. Los impulsos sombríos destructivos, los celos, el odio etc., por lo general logran una vía a la función inferior, porque ese es el punto débil, es decir, donde nosotros no tenemos constante control de nosotros mismos, donde no somos constantemente conscientes de las operaciones de nuestras acciones, de modo que en esta esquina, cualquier tendencia negativa o destructiva ataca y allí se podría decir que el demonio tiene que ver con la cuarta función, porque éste llega a la gente a través de ella. En términos medievales podríamos decir que el demonio quiere destruir a las personas y siempre tratará de llegar a usted por medio de su función inferior. Ese es el problema de la cuarta puerta de su cuarto donde los ángeles pueden entrar, ¡pero también los demonios! De esta manera pienso que el problema de la Trinidad y del demonio como Jung explica en su artículo “Una Aproximación Psicológica al Dogma de la Trinidad”, sí conecta con la función problema pero usted no puede reducirlo a la función problema. La función problema es una subdivisión, no la explicación del problema, pero prácticamente en el caso individual, desde mi experiencia, está conectada de este modo. Sin embargo, usted no podría llamar, por ejemplo, a una figura arquetípica como la Virgen María o el demonio, una personificación de la función inferior. No obstante, el problema de la cuarta función tiene de alguna manera, una dimensión arquetípica religiosa, y la integración del cuarto elemento dentro de un sistema trinitario ha ocupado las mentes de muchos alquimistas. Jung se ha expresado extensamente sobre un notable texto de la Edad Media, el cual está comprometido con este problema.3 62
Este texto alquímico refleja, en forma proyectada, el problema de la cuarta función y una manera de establecer una base media para este problema insoluble. Se llama el “Tratado del Alquimista Aristóteles dirigido a Alejandro el Grande sobre la Piedra Filosofal”. Es probablemente de origen árabe y fue traducido al latín. Se da la siguiente receta: Tome la serpiente y colóquela en el carro con las cuatro ruedas y permítale retornar tan frecuentemente a la tierra que todo el carro se hunda en las profundidades del mar y no se deje nada visible sino solo el más negro mar muerto. Allí usted debe dejar el carro con sus ruedas hasta que muchos vapores se eleven desde la serpiente, que todo el llano afuera se seque y se vuelva completamente arenoso y negro. Esta es la tierra que no es tierra, sino una piedra sin peso. Pero cuando los vapores retornen en forma de lluvia, entonces usted puede extraer el carro del agua sobre la seca tierra y en ese momento tendrá que poner sus cuatro ruedas al carro.4 Esta es una imagen muy extraña. Usted quita las ruedas del carro y las recarga sobre él. Es interesante que se pueda encontrar esa misma imagen de manera completamente independiente en el I Ching, donde se dice a veces que uno tiene que quitar las ruedas del carruaje. Hasta donde yo sé, eso no puede tener ninguna conexión con la alquimia de Occidente. Cuando usted ha puesto sus cuatro ruedas al carruaje, puede si lo desea, “continuar hacia el Mar Rojo, corriendo sin correr, moviéndose sin movimiento”. Jung luego comenta que la serpiente en la alquimia es el símbolo de Mercurio, la prima materia, la materia con la cual se inicia el proceso y en la que, además, se personifica una clase de espíritu natural lleno de opuestos. Como se muestra en el artículo de Jung “El Espíritu Mercurio”, se pensó de Mercurio como de una clase de espíritu de naturaleza doble y ambigua. Este Mercurio serpiente está puesto aquí sobre un carruaje. Las ruedas se interpretan en el texto como las ruedas de los elementos, y el carruaje o el carro se denomina una tumba esférica, una tumba redonda o sepulcro. Eso significa que el símil del carro representa la vasija alquímica en la cual el espíritu del inconsciente está contenido. Jung dice que el simbolismo describe brevemente las fases esenciales del opus: la serpiente de Hermes, el aspecto frío de la naturaleza (es decir, el inconsciente), está atrapada en la vasija redonda que está hecha de vidrio y la cual significa el Cosmos tanto como el alma. Si se lo mira desde un punto de vista psicológico, representaría la consciencia del mundo externo e interno. La colocación de las ruedas en el carruaje indica una cesación de las cuatro funciones: uno las retira hacia adentro, por así decirlo. La última transformación de estas cuatro ruedas corresponde a la asimilación psicológica del proceso de integración mediante la función trascendente. Esta función une los opuestos, que, como demuestra la alquimia, están ordenados en un quaternio, si atañen a una totalidad. No hemos resuelto el problema que esbocé en el diagrama de la página 23. Dije entonces que el ego asimila su primera función y está durante un tiempo satisfecho con aquella. Después de un tiempo asimila una segunda función consciente y vive tranquilamente con eso –ha arrastrado ambas desde el inconsciente. Luego arrastra una tercera en el plano de la consciencia la cual contiene las actividades de la vida. Ahora tres funciones están asimiladas en el nivel superior, civilizado, sobre el cual intentamos vivir normalmente. He dicho que no se puede hacer subir la cuarta función a este nivel, no importa cuánto uno lo intente. Por el contrario, si se intenta demasiado, la cuarta función lo degradará a uno a un nivel completamente primitivo. Usted puede simplemente descender de repente a un nivel animal inferior si quiere, y entonces vivir su función inferior en una forma concreta sin haberla asimilado de ningún modo, porque en tal caso usted pierde toda la estructura superior de su personalidad antigua, todo aquello que ha desarrollado hasta entonces. Usted se olvida de ella; no significa ya nada más para usted. La cuarta función es siempre el gran problema: si yo no la vivo, estoy frustrado y medio muerto y todo es aburrido. Si la vivo, es en un nivel inferior tal que no puedo hacerlo. La mayoría de las personas no tienen el coraje; otros lo tendrían pero ven que no es una solución tampoco. Entonces, ¿qué hace usted? Este es el gran problema, que por lo común llega bastante tarde en la vida, gracias a Dios, porque solo llega realmente de una manera intensa cuando las otras tres funciones han sido asimiladas, y en ese momento esta receta química tiene lugar: a saber, el esfuerzo de asimilar la cuarta función introduciéndola en una vasija esférica, es decir, dándole un marco de fantasía. Llega 63
en el momento en que uno solo puede armonizar, no viviendo la cuarta función de un modo concreto externo o interno, sino dándole la posibilidad de una expresión de fantasía, sea escribiendo o pintando o danzando, o en cualquier otra forma de la imaginación activa. Jung descubrió que la imaginación activa era prácticamente la única posibilidad de asimilar la cuarta función. Él descubrió que después de haber asimilado las tres funciones, él no podía armonizar con su función inferior, y comenzó a jugar –dar a su función inferior una expresión mediante el juego simbólico. Allí, en la elección de los medios de la imaginación activa, por lo común se ve mejor cómo la función inferior entra en juego. Por ejemplo, un tipo intuitivo por lo general tendrá un deseo auténtico de fijar su imaginación activa con arcilla o en piedra o haciéndola materialmente visible de alguna forma, quizás haciendo construcciones. De otra manera, no será real y la función inferior no entrará en juego. Siendo Jung un intuitivo, lo descubrió al principio por la necesidad de construir pequeños castillos de arcilla y piedra, y vio que aquello era como darse cuenta del problema constelado por la cuarta función. Danzar es una rara forma de imaginación activa la cual he visto que practican usualmente las personas en quienes el sentimiento es la cuarta función. Algunas veces los tipos pensamiento, cuando tienen que asimilar su función sentimiento, tienen un auténtico deseo de expresarlo danzando ciertos ritmos primitivos, de modo que danzar, como una expresión de la imaginación activa es, hasta donde he visto, típico de esa función inferior. El sentimiento inferior puede también expresarse en pinturas muy vistosas, el color en general expresando fuertes humores de sentimiento. Un tipo sensación imaginará misteriosas o salvajes historias, fantásticas novelas en las cuales la intuición puede dominar. De manera que podemos decir que cuando aparece la cuestión de cómo asimilar el problema psicológico inconsciente fantaseando, la elección está por lo general relacionada con la función inferior y usualmente es solo a través de la imaginación activa que se puede establecer la ruta media por la cual, por decirlo así, las tres funciones superiores se postran y la cuarta surge. En ese momento ya no existen cuatro funciones porque se transmite el propio sentimiento de vida de uno a un centro interior, y las cuatro funciones permanecen solo como instrumentos que pueden utilizarse a voluntad admitiéndolas y reprimiéndolas de nuevo. El ego y su actividad consciente ya no son idénticos a ninguna de las funciones; uno se mueve por fuera de ellas por completo, lo cual es lo que el texto alquímico representa por medio de la colocación de las cuatro ruedas sobre el carro. Hay una completa pausa en una especie de centro interior, y las funciones ya no funcionan más hacia el mundo externo o interno; no hay ruedas que giren. Se llega a un punto muerto de las cuatro funciones, y luego uno puede sacarlas a voluntad, como por ejemplo, un aeroplano que puede bajar sus ruedas para aterrizar y luego retirarlas de nuevo cuando tiene que volar. Esta es realmente toda la esencia del proceso de individuación. Entonces las cuatro funciones son como ruedas que han sido puestas en el carro pero que usted puede colocar a voluntad de nuevo si desea usarlas. En ese momento el problema de las funciones ya no es relevante; ellas se han vuelto simples instrumentos de una consciencia que ya no está enraizada en ellas, o de una manera activa impulsada dentro de las funciones, sino que tiene su base de operación en otra dimensión, una dimensión que solo puede ser creada por el mundo de la imaginación. Es por eso que Jung llama a esto la función trascendente. Fantasear este motivo interno es a lo que él denomina la función trascendente; ello crea los símbolos de unidad. Esto coincide extrañamente con el simbolismo alquímico, el cual siempre habla del problema de los cuatro elementos –agua, fuego, aire y tierraque están, como en nuestro texto, representados como ruedas que tienen que ser integradas. Después está la quinta esencia, que no es otro elemento sino que es, por decirlo así, la esencia de las cuatro y ninguna de las cuatro; es el cuatro en uno y no el cuatro. Allí se tiene la misma idea: en el cuatro llega una quinta cosa que no es el cuatro sino que es algo más allá de ellos y se compone de todos ellos. Eso es lo que los alquimistas llamaron la quinta esencia, la quinta essentia o la piedra filosofal. Significa un núcleo consolidado de la personalidad el cual ya no es idéntico o no está identificado con ninguna de las funciones. Aquí se sale, dijéramos, de la identificación con la propia consciencia y con el propio inconsciente, y se habita o se intenta habitar en este plano medio en el cual las cuatro están integradas. Desde entonces, como dice el texto, uno se mueve sin movimiento, 64
corre sin correr (currens sine cursu, movens sine motu) y luego comienza otra clase de desarrollo, porque en la alquimia, así como en el desarrollo de la personalidad, este problema de las cuatro funciones es solo el primer paso –es bastante difícil ¡lograr incluso hasta eso! Lo que nosotros llamamos imaginación activa es diferente de lo que por lo común se usa en otros sistemas terapéuticos donde usted les permite a las personas simplemente fantasear. Se trata de fantasear con la consciencia del ego adoptando su punto de vista. Usted puede llamar a esta quinta cosa el impulso hacia la individuación. Cuando éste es todavía inconsciente, es simplemente ese impulso hacia la individuación, ese elemento de constante descontento y desasosiego que machaca a las personas hasta que alcanzan un nivel superior una y otra vez en la vida. El principium individuationis es idéntico a la función trascendente, pero en la forma especial de la psicología Junguiana no se le permite simplemente morderlo a uno hasta que se tenga que dar el paso siguiente, sino que uno se vuelve hacia él directamente e intenta darle forma expresándolo por medio de la imaginación activa. Y eso, en cierta forma, conduce luego a una evolución que trasciende el problema de las cuatro funciones, de manera que la batalla constante de las cuatro funciones llega a un reposo. Con su núcleo interno de consciencia usted se queda en la posición media y ya no se identifica más con lo que sucede en los planos superiores o inferiores. Usted se queda dentro de su imaginación activa, por decirlo así, y tiene la sensación de que aquella es donde su proceso de vida continúa, o donde verdaderamente tiene lugar; el resto son ilustraciones de lo mismo. Por ejemplo, en el plano uno usted con frecuencia nota los eventos sincronísticos que suceden, y en el otro están los sueños, pero usted mantiene su consciencia dirigida hacia los eventos que suceden en el plano medio, es decir, en los eventos que se desenvuelven dentro de su imaginación activa, el propósito con el cual usted se mueve a lo largo de la vida. Los otros planos todavía existen para usted, pero usted no está centrado en ellos. La totalidad constituye el centro de la consciencia y las partes que uno puede visitar a voluntad, pero ellas ya no son esenciales. En realidad, cuando usted habla a las personas que todavía no han hecho esto, usted siente que ellos son idénticos a una función: un minuto ellos hablan de los pensamientos y tienen razón en lo que piensan, o le hablan acerca de los sueños y están en lo cierto, no son ajenos a ellos. Su ego –el flujo de la vida- es absolutamente idéntico a una de sus funciones. Por el contrario, cuando el otro proceso ha ocurrido, la parte central de la personalidad ha salido de las funciones. Todavía se puede pensar o sentir a voluntad, de acuerdo a los requerimientos de la situación, pero su consciencia de sí mismo ya no es idéntica a la función. El centro de gravedad se desplaza desde del ego y su marcha funcional a una posición intermedia, en atención a las insinuaciones del Sí Mismo. Para la comprensión de las cuatro funciones, Jung ha creado un instrumento por medio del cual gran cantidad de riñas innecesarias y de incomprensiones pueden suprimirse. Es especialmente útil para apaciguar riñas maritales. Lo que queda como una tarea para las generaciones futuras es aplicarlo a los grupos étnicos. Estos también están con frecuencia reglamentados por una función: por ejemplo, los irlandeses por la intuición, los británicos por la sensación, los alemanes por el pensamiento y los franceses por el sentimiento. En consecuencia, existe mucho más por investigar en el futuro. NOTAS 1. C. G. 2. 3. C. G. Jung, 4. Ibíd., para. 260.
Jung, Psychological Ibíd., Mysterium Coniunctionis,
Types, paras. CW 14
CW
6
(1963),
paras.
(1971). 628ss. 260ss.
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LA IMAGINACIÓN ACTIVA EN LA PSICOLOGÍA DE C.G. JUNG Este documento es la sexta parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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Es mi tarea aquí dar cuenta de la “imaginación activa” en la psicología de C. G. Jung. Como es bien sabido, esta es una forma dialéctica particular de convenir con el inconsciente. Jung comenzó a descubrirla alrededor de 1916 en su trabajo sobre sí mismo.(1) Él la describió por primera vez en detalle en 1929 en su introducción al Secreto de la Flor de Oro de Richard Wilhelm, y en 1933 en La Relación entre el Ego y el Inconsciente (2) Él descubrió que un efecto beneficioso surge al intentar objetivar los contenidos del inconsciente en el estado despierto y relacionándose con ellos conscientemente. Esto se puede hacer por medio de la pintura o la escultura –o, más raramente, a través de la danza- pero principalmente a través de anotar los fenómenos observados internamente. Las conversaciones con las figuras internas juegan un rol especialmente prominente aquí. Si se compara estos relatos escritos de los eventos interiores y las conversaciones con las figuras de los sueños, se ve que la participación del inconsciente con frecuencia presta un carácter significativamente más coherente, más concentrado y con frecuencia también más dramático a los mismos contenidos. En contraste con los sueños, los cuales representan un producto puro del inconsciente, la imaginación activa otorga expresión al factor psíquico que Jung llamó la función trascendente. (Esta es la función que da lugar a una síntesis entre la personalidad consciente e inconsciente). Por eso, la imaginación activa efectúa algo parecido a una intensificada y (comparada con el solitario análisis del sueño) acelerada maduración de la personalidad. Antes de entrar en mayor detalle sobre los aspectos generales de este tema, me gustaría ofrecer algunas clarificaciones prácticas. Las personas que no están practicando la imaginación activa, o que no la están practicando bajo la supervisión de un profesor que la comprenda, pueden fácilmente confundirla con la así llamada imaginación pasiva, es decir, con aquel “cinema interno”, que casi cualquier persona con algún talento para la fantasía puede hacer que desfile ante su ojo interno cuando está en un estado relajado, tal como antes de dormirse. Pero tampoco el diálogo interno con un complejo o un afecto, o la clase de diálogo interior dentro de una situación imaginada que uno tan frecuentemente practica en forma involuntaria consigo mismo, deberían de ningún modo confundirse con la imaginación activa. En las formas mencionadas de imaginación, la parte comprometida “sabe” todo el tiempo, como desde algún otro rincón de su mente, que todo el asunto es “solo” fantasía. Si él no supiera esto tendríamos que considerar que se encuentra en un estado muy dudoso. Pero la imaginación activa que, además con reservas, Jung denominó “psicosis anticipada”, (3) se distingue de estas formas de fantasear en que la totalidad de la persona entra conscientemente en el evento. Permítanme ilustrar eso con un ejemplo. Una analizando relató a Jung una imaginación que ella había comenzado en los siguientes términos: “Yo estaba en una playa en el mar, y un león se aproximaba a mí. Él se convirtió en una embarcación y estaba en el mar”. Jung la interrumpió: “Tonterías. Cuando un león viene hacia usted, usted tiene una reacción. ¡Usted no solo espera y observa hasta que el león se convierte en una embarcación!” Debemos decir que el hecho de que la analizando no tuviera reacción –por ejemplo, temor, autodefensa, asombro- demuestra que ella no tomó la imagen del león en forma completamente seria, sino más bien que en algún rincón de su mente ella estaba pensando, “Después de todo, es sólo un león de fantasía”.
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Muchos principiantes también piensan que cuando algo va mal en medio de los eventos de la fantasía, uno puede simplemente, por decirlo así, devolver la película y correrla de nuevo de forma diferente. En una imaginación, por razones “higiénicas” una analizando había evacuado y quemado la casa de su infancia, donde ella había encontrado un niño enfermo (su propia infantilidad). Pero entonces ella se dio cuenta de que esto había sido un error, porque de esta forma el niño enfermo había sido desarraigado abruptamente. Entonces sin más rodeos, ella comenzó imaginando que la casa estaba otra vez allí y “recreó” la fantasía además con el niño en la casa. Aquí de nuevo vemos un ejemplo de una imaginación que no es auténtica imaginación activa. El curso de los eventos no es real, no ha sido tomado seriamente –porque, como bien lo sabemos, lo que realmente sucede es irreversible. Otra clase de error que se comete con frecuencia ocurre cuando el meditador aparece en los eventos internos no realmente como él mismo sino como alguna personalidad ficticia. (4) A través de este enfoque, por supuesto, el suceso interno es despojado de cualquier carácter de una auténtica acción recíproca y síntesis de lo consciente y lo inconsciente. Este error es a menudo tan sutil que puede con frecuencia ser detectado solo de manera indirecta por medio de las reacciones en los sueños y por medio de la ausencia de un efecto cualquiera. Cuando la imaginación se desprende de manera muy fácil, esto es muchas veces sospechoso, ya que la imaginación activa verdadera es un considerable esfuerzo que al comienzo raramente puede mantenerse más allá de diez o quince minutos. Además, hay frecuentes dificultades al comienzo, de las cuales las siguientes son las más comunes. Una dificultad es una clase de calambre de la consciencia que hace que nada llegue a la mente de uno. Otra dificultad típica se expresa en letárgica resistencia e insuperable asco o en un humor interior negativo que está siempre diciendo, “Todo este asunto no es real, está simplemente siendo fingido”. Jung dice: “El arte de dejar que las cosas sucedan, la acción a través de la no-acción, dejarse ir uno mismo, como pensaba Meister Eckhart, se volvió para mí la llave de la puerta al camino. Debemos ser capaces de dejar que las cosas pasen en la psique. Para nosotros, esto realmente es un arte del cual poca gente sabe algo. La consciencia está eternamente interfiriendo, ayudando, corrigiendo y negando, y nunca deja el desarrollo simple de los procesos psíquicos en paz” (5). Mientras que las dos primeras dificultades mencionadas pueden ser superadas solo con paciencia o con la valentía de ser objetivo, en mi experiencia la mejor forma de tratar con la voz del que duda es simplemente dejarlo hablar y luego contestarle: “Es posible que esto no sea real, pero mientras tanto, yo voy a seguir adelante”. Usualmente después de que algo pasa eso lo convence a uno de la misteriosamente viva realidad independiente de la conversación. Uno se da cuenta, “Yo mismo nunca podría haber inventado conscientemente eso”. Si una imaginación activa es auténtica o no, ello puede expresarse mejor gracias al efecto que tiene, pues éste es enorme e inmediatamente perceptible, sea en un sentido positivo o negativo. Es por eso que la imaginación activa es un instrumento peligroso y por lo general no debería intentarse sin la supervisión de una persona experimentada. Puede, como Jung enfatizó, traer psicosis latentes al punto del estallido. (6) En tal punto, los pacientes pueden introducirse en un intervalo psicótico justo en medio de la imaginación. Un peligro adicional es la aparición de síntomas somáticos. Yo recuerdo el siguiente ejemplo. El caso era el de un artista quien había emprendido análisis a causa de una tendencia hacia el alcoholismo y un sentido general de desorientación. En sus sueños aparecía en forma repetida una figura sombría particular; llamémoslo Albert. Esta figura era un hombre esquizoide, altamente inteligente, completamente cínico y amoral quien en realidad hacía tiempo había cometido suicidio. Puesto que fuimos incapaces de convenir con esta “sombra”, yo le aconsejé al artista que tratara de poner fin al asunto con este Albert interior en una conversación franca. El acometió esto con gran coraje y franqueza. Pero Albert muy inteligentemente torció el sentido negativamente de todo lo que el artista dijo: que él estaba simplemente atravesando por un tratamiento porque estaba temeroso de las consecuencias del alcoholismo; que era un bueno para nada, un cobarde quien como último 67
recurso estaba tratando de salvarse a sí mismo por medio de la psicología, etcétera. Sus argumentos fueron tan astutos e incisivos que en cierto punto de la conversación, el artista se sintió derrotado. Él tristemente admitió que Albert tenía razón y suspendió la conversación. Poco después tuvo lugar un ataque al corazón psicógeno. El doctor, quien acudió de prisa a la escena, concluyó que no había ningún problema orgánico pero que el estado del artista era, no obstante, inquietante. Es significativo que el corazón, el lugar simbólico de los sentimientos, se revelara. Yo señalé al artista que aunque él había sido intelectualmente derrotado por Albert, existían cosas tales como los argumentos del corazón que él, el artista, no había usado en su contra. Él entonces retornó a su conversación interior. Albert inmediatamente comenzó a mofarse de él: “De manera que ahora su institutriz psicológica le ha dado un trozo de buen consejo; ¡pero no vino de usted!” y así sucesivamente. No obstante, esta vez, el artista no se permitió ser echado, sino que mantuvo sus pies sobre el terreno y tomó la delantera con Albert. La noche siguiente él soñó que Albert murió, y desde entonces, esta figura interior, con quien él había soñado hasta ese punto por lo menos dos veces por semana, apareció solo una vez más en sus sueños en los años siguientes, y después ya no fue más absolutamente el mismo viejo Albert sino que había pasado por un cambio positivo. Al mismo tiempo, una nueva fase, y desde mi punto de vista, una más significativa fase de adquisición artística, comenzó para el artista. Con esto llegamos al que es quizás el más importante aspecto de la imaginación activa: es una forma de influenciar al inconsciente. Es cierto que la comprensión correcta de un sueño, si es más que intelectual, produce un cambio en la personalidad consciente, lo cual a su vez afecta al inconsciente; pero el efecto de la imaginación activa es más fuerte más allá de toda proporción. Sin embargo, un sueño y la habilidad de comprenderlo dependen, por decirlo así, de la gracia del Espíritu Sagrado. En contraste, la imaginación activa dispone una llave en nuestra mano; por lo menos dentro de un cuadro modesto, nos capacita para formarnos a nosotros mismos. Por tal razón, es un recurso invaluable para el analizando desarrollarse hacia el ser menos dependiente infantilmente de su analista. Más allá de eso, es una experiencia liberadora para todos aquellos a quienes el destino –un matrimonio, un cambio de profesión, un retorno a la patria de uno, la muerte del analista- espacialmente separa de su analista. No obstante, más allá de eso y mucho más importante es que la imaginación activa hace completamente posible la autonomía del analizando. Ciertamente Jung se refirió a la aceptación y práctica de esta forma de meditación como el criterio de si un analizando estaba dispuesto a tomar responsabilidad de sí mismo o buscaría continuar por siempre viviendo como un parásito de su analista. En el mismo sentido de este efecto liberador está el hecho de que la imaginación activa posibilita extraordinariamente el trabajo directo con los afectos que pueden proveer una salida del atolladero de la represión o la catarsis, del cual la primera es enfermiza y la segunda, con frecuencia, externamente imposible. Me estoy acordando del ejemplo de una jovencita quien estaba sufriendo de un pronunciado complejo materno negativo con leves ideas paranoides. Tan irónicamente como puede ser el destino, ella rentó su habitación en la casa de una anciana de muy mal temperamento, totalmente paranoide quien era notoria en todo el vecindario. Esta anciana comenzó inmediatamente a hostigarla de manera inmisericorde, lo cual por supuesto coincidió de modo muy desafortunado con las tendencias subjetivas de la chica. Era parte del contrato que a la chica le fuera permitido nadar en el Rin, el cual fluía justo por el frente de la casa. Pero un día, la anciana, sin ninguna razón urgente, le prohibió en forma permanente este placer. La chica se había controlado suficiente para aceptar esta situación externamente, pero estaba tan irritada por su propia rabia que durante dos horas enteras solo pudo maldecirse a sí misma con ahínco y abreaccionar internamente, incapaz de volver a su trabajo intelectual. Como sabemos, tales afectos son muy infructuosos y exhaustivos, y el hecho de que uno esté “en lo correcto” no previene a la ira de descargar los estragos sobre uno mismo. La chica entonces llevó a cabo la siguiente imaginación activa. Ella vio el río con un letrero en él rodeado por olas altas que decían: “Prohibido nadar”. La voz “del que duda” dijo: “Eso no es más 68
que una imagen de sus propias emociones”. No obstante ella continuó resueltamente con la fantasía. Las olas se separaron, y desde ellas emergió un negro gnomo con aspecto de rana como de dos y medio pies de alto. Ella pensó, “Oh, ese es precisamente mi afecto personalizado”, pero continuó mirando objetivamente para ver lo próximo que sucedería. El gnomo caminó penosamente sobre sus pies de rana hacia la casa, y ella pensó, llena de horror, “Oh, Dios, seguramente él va a asesinar a la anciana, o quizás él explotará todo de repente ¡como un bulto de dinamita!” Un conflicto moral comenzó en ella: “¿Debería yo dejarlo entrar a la casa? ¿Pero si yo me rehúso y él se encoleriza conmigo?” Ella decidió dejar entrar al gnomo, quien estaba tocando el timbre de la puerta, y le preguntó qué quería. Él inmediatamente indicó con gestos que quería subir a donde estaba la vieja dama. Una vez más, el conflicto despierta a cuenta del problema del asesinato. La chica decidió en esta coyuntura ir adelante y tocar el timbre del apartamento de la anciana para quedarse con el gnomo allí e impedirle cualquier fechoría. La anciana se aproximó para abrir la puerta. En este punto la chica estaba poseída por la reflexión de que una impresión infinitamente divertida y asombrosa le produciría a la anciana verla a ella parada allí con el negro enano patas de rana, y ella tendría que reír. De hecho la anciana en su asombro hizo una cara ridícula, pero la chica dijo, “A este caballero le gustaría hablar con usted, señora X”. Apenada, la anciana invitó a los dos a entrar a su mejor estancia, en la cual, a propósito, la chica en realidad nunca había estado antes. (Cuando más tarde ella tuvo ocasión de entrar allí, descubrió para su asombro que en la imaginación activa ella la había imaginado como realmente era). Ahora bien, cuando los dos se habían sentado en el sofá de felpa frente a la anciana, el enano comenzó a contarle a la mujer chistes eróticos con doble sentido, lo cual la hizo tan feliz que echó a la chica de manera que pudiera así estar a solas con el bello “caballero”. Cuando la chica emergió de esta fantasía en la consciencia, estaba de un humor contento, suelto, y fue capaz de dedicarse a su trabajo intelectual sin ningún tipo de problema. Cuando hacia la noche ella se encontró con la vieja propietaria en las escaleras, pensando en la imaginada historia, ella tuvo que sonreír. Y ahora como resultado adicional inesperado: la anciana estaba objetivamente como transformada. Hasta su muerte, ella nunca conflictuó con la chica de nuevo. El efecto liberador de esta imaginación está relacionado con un motivo arquetípico. Que la “Gran Madre”, cuando absorta en furia y dolor puede ser devuelta a la humanidad a través de burdos chistes es algo que nosotros sabemos desde el mito de Deméter. Los guías aún señalan hoy la buena flecha en las ruinas de Eleusis cerca de las cuales la agraviada y enlutada Deméter se sentó cuando la doncella Baubo, con una ordinaria broma, se desnudó delante de Deméter haciendo sonreír así a la diosa además por primera vez. Sin embargo, de acuerdo a ciertas inscripciones de culto, ¡Baubo, Deméter y su hija Koré son una y la misma diosa! Que la Gran Madre estaba acompañada desde las más antiguas épocas por gnomos fálicos (Cabiros) quienes eran sus compañeros, es seguramente sabido por muchos. Aunque este antecedente arquetípico fuera familiar para la chica de nuestro ejemplo, no era muy real para su mente. También podemos ver en este ejemplo cómo la consciencia escépticamente enjuiciadora hace falsas conexiones; pues los enanos, al contrario de los gigantes, no son personificaciones de los afectos sino de los impulsos creativos. Así, las apariciones en la imaginación habían ya tomado una fuerza constructiva, por cuanto la consciencia con sus “razonables” preconcepciones estáticas sospechaba la presencia de un afecto destructivo. Se podría pensar que esta imaginación no era muy activa, y es cierto que se desplegó relativamente en forma pasiva y cinematográfica. Pero fue auténtica a tal grado que en ciertos momentos la chica participó en ella de lleno y tomó decisiones éticas: ya sea, por una parte, permitir al gnomo a pesar de ser peligroso, o por otra parte, impedirle intentar asesinar a la anciana. Naturalmente ella podía haberse comportado de manera completamente diferente. Por ejemplo, ella podía haber dicho al Cabiro que no le permitiría entrar si él antes no confesaba lo que quería. Cuando yo escucho las imaginaciones activas de los analizandos, con frecuencia pienso en puntos particulares, “¡yo no me habría comportado de ese modo!” Pero esta reacción muestra hasta qué 69
grado la imaginación que acaece es una serie única de eventos condicionada de manera personal (el Inglés diría, una “historia ni más ni menos”), como la realidad de la vida individual misma. Que la anciana paranoide también sufriera un cambio es un poco sorpresivo pero no inusual. Y esto nos lleva a otro peligro inherente en la imaginación activa, el peligro de desperdiciarla como una clase de magia negra para lograr fines egoístas o para influenciar a otros. Una joven mujer sometida a análisis una vez vino a mí con un sueño que le decía que ella había caído bajo el poder de una bruja. Como yo había estado explorando sus actividades interiores y exteriores en días recientes, ella reportó que había hecho una imaginación activa –por lo menos así es como ella la denominó- contra (¡!) una persona conocida. Esta persona la había irritado, y ella se había recreado en una fantasía en la que la había decapitado, le había volteado la percha, la abofeteaba, y así sucesivamente. De este modo, como ella lo expresó, ella quiso “abrear su ira”. No yo sino su inconsciente encontró el nombre correcto para lo que ella había hecho –no imaginación activa, sino brujería. Dicho mal uso de la imaginación es muy peligroso. Especialmente para personas con tendencias esquizoides, puede ser muy atractivo. Sin embargo, de ninguna manera las saca de su embrollo, sino que por el contrario las hace vulnerables a la psicosis. Imaginar como una forma de “hechicería de amor” o en servicio de las ilusiones de grandiosidad propias de uno (fantasías heroicas) pertenece a la misma categoría. Las fantasías del cumplimiento de deseos tienen menos que nada que ver con la imaginación activa real. La chica cuyo caso se describió no tenía intención de influenciar a la anciana. Ella solo quiso deshacerse de la influencia destructiva de su propio afecto. Esta puridad ética de intención es uno de los más importantes prerrequisitos básicos para cualquier imaginación activa. El uso de la imaginación activa por analizandos no es siempre aconsejable. Está ya limitada por el hecho de que bastantes personas simplemente no pueden superar sus resistencias a ella y no deberían por tanto ser forzadas a hacerlo. Además, como mencioné, en casos de psicosis latentes es extremadamente peligroso. También en casos límite de esquizofrenia, la debilidad del ego es con frecuencia tan grande que esta forma meditativa es difícilmente aconsejable. (Pero aquí también existen excepciones: una vez precisamente en un caso excepcional de esos, la vi tener este efecto liberador y favorecer grandemente el proceso sanador). En general el uso de la imaginación activa es indicado, o cuando hay presión exaltada desde el inconsciente –es decir, cuando demasiados sueños y fantasías llegan en forma continua- o a la inversa, cuando la vida onírica está bloqueada y no “fluye”. En todos los casos donde se busca la independencia interior, la imaginación activa ofrece una oportunidad única de realizarla. El elemento de auto-liberación rápida y eficaz de afectos e ideas obsesivas hace de la imaginación activa un instrumento especialmente importante para el terapeuta mismo. C. G. Jung considera incluso como indispensable para el analista manejar esta forma meditativa. Como sabemos, las emociones fuertes son muy contagiosas, y es difícil para el analista y a menudo no indicado además, apartarse de su contagio, porque después de todo uno necesita sim-patía y com-pasión para ser capaz de ayudar. Lo mismo favorece tener que escuchar y ver el despliegue de fantasías o imágenes perversas y mórbidas que, se quiera o no, destruyen nuestro equilibrio; pues como Jung dijo, la impresión de algo feo deja algo feo detrás en la propia psique de uno. Y con relación a estas “impresiones”, uno no siempre puede esperar por un sueño curativo o hasta que ellas se desvanezcan como resultado de nuestros propios instintos saludables. Especialmente cuando en el mismo día, otros analizandos están entrando; después de todo uno no puede recibirlos en tal estado perturbado, esparciendo aún más de este modo el contagio. Sin embargo, siempre se puede encajar en una corta imaginación activa –en dichos casos, rara vez se necesita más de diez minutos- y liberarse uno mismo por este medio. Cuando uno no tiene tiempo para eso, algunas veces la sola decisión sincera para tratar con la perturbación por medio de la imaginación activa más tarde, ayuda. Después de todo, en esencia un psicoterapeuta es una persona que puede sanarse a sí misma. De acuerdo con Aelian, el perro es el animal asociado con el dios de la sanación, Asclepios, porque él posee el conocimiento de comer pasto para hacerse a sí mismo vomitar la comida dañina y porque ¡él lame sus propias heridas con su saliva desinfectante! 70
Las personas de las regiones polares distinguen a los enfermos mentales de los médicos y los chamanes como sigue: la persona mentalmente enferma está poseída por espíritus y demonios; el médico o chamán, sin embargo, es quien, aunque también poseído, es capaz de liberarse a sí mismo además por sí mismo. (7) Los afectos feos y mórbidos, las ideas perversas, realmente actúan como demonios. Éstas nos penetran y nos obsesionan. La imaginación activa correcta, sin embargo, es un acto creativo de liberación aplicado a través de los símbolos. Podría ser incomprendida como una tendencia peligrosa hacia la “auto-salvación”, pero de hecho este peligro está excluido porque el uso adecuado de la imaginación activa solo puede tener lugar en un contexto religioso, es decir, en presencia de un henchido temor reverencial, de una concienzuda observación de lo numinoso. Además de su cualidad protectora referida en los ejemplos, la imaginación activa es incluso en un grado superior, el vehículo de lo que Jung llamó el proceso de individuación, la auto-realización completa y consciente de la totalidad individual. A través de este proceso se experimenta la imagodei (imagen de Dios) en el individuo y comienza a realizarse su influencia más allá del nivel del ego. El ego se vuelve un sirviente de sus tendencias hacia la realización, un servidor sin el cual el Sí Mismo es incapaz de encarnarse en nuestra dimensión de espacio y tiempo. Los pequeños ejemplos prácticos que he proporcionado como una ilustración de la naturaleza de la imaginación activa representan solo un mínimo segmento dentro de dicho proceso de desarrollo del individuo, y el arquetipo del Sí Mismo, la totalidad, ni siquiera aparece en ellos. Sin embargo, cuando dicho procedimiento meditativo es acometido durante un largo periodo de tiempo y en relación con los problemas esenciales de la vida, casi siempre empíricamente, este contenido central, es decir, el Sí Mismo, se ubica claramente en la delantera, y en esos contextos más esenciales se puede ver claramente cierto paralelismo con las diversas sendas religiosas de la meditación. Por esta razón, Jung elaboró además, en una serie de conferencias en la Escuela de Tecnología de Zúrich, una detallada comparación entre el inconsciente como él lo imaginó, y las formas orientales del yoga, los ejercicios de San Ignacio de Loyola, y las prácticas de meditación de los alquimistas. De esto se desprende que esta última está mucho más estrechamente relacionada con la imaginación activa de Jung que las otras dos (8) por la siguiente razón. En las formas de yoga de Oriente (quizás con excepción de la meditación budista zen, a la cual volveré más tarde), el “gurú” en gran medida se hace cargo de la iniciativa, y además en los textos se dan también ciertas instrucciones que pueden guiar al estudiante a la experiencia de aquello que llamamos el Sí Mismo. En los ejercicios cristianos, la imagen del Sí Mismo se hace visible en Cristo, y también en este caso el estudiante es conducido a que se enfoque hacia el interior en una determinada manera. En ambos casos, el estudiante es advertido acerca de los obstáculos y se le dice cómo debe “descartarlos o espantarlos como tentaciones.” (9) En comparación con todos esos procesos, la imaginación activa Junguiana es mucho menos programática. No existe meta que deba alcanzarse (ninguna “formación en la individuación”), ningún modelo, imagen o texto como guía de la senda, ninguna postura física o control de la respiración prescrita (y tampoco divanes, ni participación del analista en las fantasías). Uno simplemente comienza con lo que se presenta desde adentro, o con una relativa situación onírica en apariencia inconclusa, o un estado de ánimo momentáneo. Si surge un obstáculo, el meditador es libre de verlo como un obstáculo o no; depende de él como debe reaccionar a éste. Así, cada paso se vuelve una elección individual responsable, única, y por esa razón también una síntesis única, “ni más ni menos”, de las tendencias conscientes e inconscientes. Digamos que un imaginador está luchando en una fantasía para alcanzar la cúspide de una alta montaña, y las bellas mujeres que lo acompañan tratan de atraerlo a las profundidades. No le decimos en ese punto: “Eso es una fantasía erótica, una tentación que está tratando de impedirle alcanzar su elevada meta”. Tampoco decimos, “¡Eso es una parte de la vida que usted debe integrar antes de que usted continúe su ascenso!” No decimos nada. El imaginador debe explorar por su cuenta qué es lo que se está encontrando y lo que debe hacer al respecto –de la misma manera que en la vida individual exterior. Es esta libertad absoluta lo que diferencia la forma Junguiana de imaginación activa de casi todas las demás formas conocidas de meditación, y lo que más la hace parecerse a la imaginatio vera de 71
los alquimistas. Los alquimistas estaban experimentando con la naturaleza (para ellos) completamente desconocida de la realidad material y su aspecto psíquico. Ellos además no tenían ningún programa, pero estaban buscando en la oscuridad nada más que para tener su propia experiencia auténtica de la misma. Ellos no tenían puntos de vista, o éstos solo eran vagos e intuitivos, respecto a todo, y no adoptaron preceptos de comportamiento éticos externamente –más que su propia voz interior. Estaban buscando la “realidad divina” en el aquí y el ahora de la existencia material; ellos mismos, en su mayoría, no sabían nada más que eso. Es por eso que su estilo y su experiencia de los símbolos se asemejan de una manera tan estrecha a la de muchos hombres y mujeres modernos. En esta libertad totalmente sin programa, es quizás el budismo zen con sus pasos hacia la experiencia satori lo que más se acerca al enfoque Junguiano. También en este caso se da el hecho de que sólo varios maestros poseen una experiencia real del Sí Mismo y viven desde él –todo lo demás es in-imaginado e in-imaginable. La única cosa que distingue el zen de la imaginación activa Junguiana, hasta donde puedo ver, es lo siguiente. En el budismo zen –o así al menos me fue asegurado una vez en una conversación con el profesor D. T. Suzuki- las imágenes de la fantasía y los sueños que surgen no son considerados como esenciales, sino precisamente lo opuesto, como elementos relativamente no esenciales que aún encubren la “verdadera naturaleza”. El maestro intenta sacudir al estudiante para que se suelte de ellos como de sus otras falsas ataduras del ego. Por el contrario, en la imaginación activa de Jung, sin juicio, nos inclinamos a recoger cada fragmento de símbolo que nuestra psique nos ofrece y a trabajar con él, ya que a nosotros nos podría parecer que es una adumbración o una parte del Sí Mismo –quizás una parte no-reconocida. En cualquier caso, no hay un comportamiento prescrito. Esta libertad mayor es por cierto lo más difícil, pero en mi opinión es también el más valioso aspecto del camino interior Junguiano. Eso nos lleva a cierto problema que posiblemente podría ser un tema de controversia. Jung fue parte del grupo de psicoterapeutas del ala izquierda más extrema de los que propugnaron de manera incondicional por la libertad del individuo. En la meditación, como se representó por ejemplo por el entrenamiento autógeno de J. H. Schultz, encontramos todavía ejercicios de relajación física prescritos. En la guía para la meditación de Carl Happich, se sugieren temas como “la pradera de la infancia” o “la montaña”, y el psicoterapeuta “guía” al analizando dentro de la fantasía hacia ellos. Por lo que respecta al réve éveillé (sueño de vigilia) de René Desoille, un método que le debe mucho a Jung, una distinción fundamental es que el psicoterapeuta ofrece su propia reacción a los eventos simbólicos internos; por ejemplo, él sugiere al paciente lo que éste podría o debería hacer en la situación simbólica. Así mismo, Desoille demanda una experiencia del inconsciente colectivo y sus arquetipos y, al mismo tiempo, que éstos últimos sean dominados. De este modo, desgraciadamente para nuestro gusto, se instala un gran énfasis en la dirección del psicoterapeuta y sus reacciones; esto de ninguna manera fomenta la independencia moral y espiritual del analizando. Como vemos desde esto y los ejemplos que he proporcionado, en la imaginación activa de Jung, el psicoterapeuta sólo asume una posición sobre la cuestión de si una fantasía es auténtica o no auténtica. Su única intervención adicional es, cuando los síntomas o los sueños sobrevienen por medio de la reacción, interpretar el significado de estos sueños y síntomas en forma contraria a la habitual en el análisis. Como podemos recordar, fue un sueño y no yo quien acusó a la analizando antes mencionada de magia negra, y fue un ataque al corazón psicógeno lo que advirtió al artista de no olvidar el “corazón”. Estas reacciones espontáneas del inconsciente a la imaginación activa ocurren con frecuencia. Ellas nos permiten dar a los analizandos carta blanca como se describió. Para ellos es una experiencia valiosa que el “maestro” en esencia viva en su propia psique –un medicus intimus, como el profesor Schmaltz tan aptamente lo llamó. Las formas meditativas de Oriente y las cristianas están construidas sobre la tradición histórica secular y de este modo tienen la ventaja de ofrecer pautas que han sido ya probadas y adaptadas por mucha gente; pero por esta razón, ellas pueden convertirse en una camisa de fuerza en el promontorio ni-más-ni-menos del individuo. Como Jung señaló repetidamente, los seres humanos modernos ya están tan fuertemente sobrecargados, tanto 72
interna como externamente con preceptos, demandas, consejos, lemas, sugestiones colectivas, idealismos y otras (también buenas) pautas, que es quizás valioso el esfuerzo de proporcionarles una oportunidad para darse cuenta de su propia naturaleza de una manera no forzada y totalmente auto-responsable. Este es el modo, quizás, en que la divina influencia hace su aparición en la psique en su forma más pura –por sí misma. Y es probable también que el individuo resista mejor las influencias colectivas destructivas de su tiempo cuando, sólo y por su propia experiencia interior, él se arraigue en su relación con Dios. NOTAS (1) Ver C. G. Jung, “La Función Trascendente” en CW 8 (1960), pp. 67ss. (2) Es asombroso que el Dr. Wolfgang Kretschmer en su ensayo “Die Meditativen Verfahren in der Psychotherapie” (Procedimientos Meditativos en la Psicoterapia), Zeitschrift für Psychotherapie und Medizinische Psychotherapie I, no. 3 (Mayo 1951), en una detallada discusión de las diversas técnicas de Schultz-henke, Carl Happich, René Desoille y Friedrich Mauz, entre otros, no dice una sola palabra acerca de la imaginación activa de Jung, la cual fue desarrollada y dada a conocer al público considerablemente mucho antes que el trabajo de los susodichos psicólogos y tuvo una influencia indiscutible sobre ellos. (3) C. G. Jung, Mysterium Coniunctionis, CW 14, para. 184, pp. 156-57. (4) Ibíd., para. 184. (5) “Comentario sobre El Secreto de la Flor de Oro, 1929/1965, en Richard Wilhelm, El Secreto de la Flor de Oro (New York: Harcourt, Brace & World, 1962), 93. (6) Mysterium Coniunctionis, CW 14, p. 156. (7) Ver Mircea Eliade, Schamanismus und archaische ekstasetechnik (Zurich, 1957), 38ss. Traducción al Inglés: Chamanismo: Técnicas Arcaicas Del Éxtasis (Princeton: Imprenta de la Universidad de Princeton, 1964). (8) Ver especialmente CW 14, paras. 406 ss. (9) Por lo que a mí concierne, la excepción a esto es un texto medieval denominado “La Conversación de Hugo von St. Viktor con Su Alma” (Soliloquim de arrha animae). En este texto el meditador parece estar tan convencido de que Cristo es la meta real de su propia alma que él la trae sin forzar ese objetivo sólo a través de su amorosa convicción, incluso a pesar de que esté atado al mundo y resiste vigorosamente la conversión.
LA DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL ANÁLISIS Este documento es la sexta parte del Capítulo 3 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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“El principal interés de mi trabajo”, escribe Jung, “no está comprometido con el tratamiento de la neurosis sino más bien con la aproximación a lo numinoso. Pero el hecho es que la aproximación a lo numinoso es la terapia real y en cuanto se alcanzan las experiencias numinosas, se es liberado del curso de la patología. Incluso lo muy patógeno asume un carácter numinoso”.(1) Esta cita dice todo acerca de la importancia esencial respecto a un análisis Junguiano. Si no es posible establecer una relación con lo numinoso, no es posible la cura; lo más que se puede esperar es un progreso en la adaptación social. Pero entonces, ¿qué le es permitido hacer al analista? Jung mismo se expresó sobre este tema en una carta en los siguientes términos:
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Ya que la neurosis es un problema de actitud, y la actitud es subalterna de o está fundada en ciertos “dominantes”, es decir, en las ideas y principios fundamentales y superiores, el problema de la actitud puede denominarse un problema religioso.(2) Esto se apoya en el hecho de que en los sueños y las fantasías los motivos religiosos aparecen con el claro propósito de regular la actitud y restaurar el equilibrio perturbado... Yo he observado, por ejemplo, que como regla, cuando los contenidos “arquetípicos” surgen espontáneamente en los sueños, etc., emanan de ellos efectos numinosos y saludables. Estos son experiencias psíquicas primordiales que muy frecuentemente reanudan un acceso del paciente a verdades religiosas que han sido bloqueadas. Yo también he tenido esta experiencia por mí mismo.... Así mismo a través de opiniones preconcebidas yo puedo contener o detener realmente el influxus divinus [influencia divina], sea de donde sea que venga, es también posible para mí, por medio del comportamiento adecuado, acercarme más a ello y cuando suceda, aceptarlo. Yo no puedo forzar nada, solo puedo hacer un esfuerzo para hacer todo lo que favorezca esto y nada que vaya en su contra.... Lo que puede acaecer en tal caso, pero no necesariamente sucederá, es la clase de acción espontánea proveniente desde el inconsciente que ha sido simbolizada por los alquimistas Paracelso, Böhme y los estudiantes modernos del inconsciente como relámpago.(3) Desde este punto de vista, el trabajo del terapeuta sólo puede consistir en la eliminación de prejuicios y bloqueos a la experiencia numinosa. (Esto está relacionado con el viejo problema de la teología –si la salvación llega por la gracia o por los esfuerzos humanos; obviamente ambos son necesarios). Las formas de evitar lo numinoso son bastante numerosas. Me gustaría presentar aquí algunas que he encontrado. Una, es cierta superficialidad extravertida. Una anciana, quien nunca había tenido nada en su mente sino amor, ropas, viajes y similares, tuvo el sueño siguiente: ella estaba parada sobre una escalera y estaba a punto de desempolvar un gran crucifijo. Para su infinito horror, el Crucificado de repente abrió sus ojos y dijo, “¡Tú me podrías desempolvar un poco más frecuentemente!” La soñante era católica y había estado satisfecha a propósito del cumplimiento superficial de los preceptos externos de la Iglesia. Este sueño la hace pensar por primera vez. En su mayor parte uno encuentra en la gente moderna una colección de prejuicios filosóficos y racional-pseudocientíficos del siglo diecinueve que de hecho han sido ya desacreditados por los científicos más importantes de nuestro tiempo. Ellos comprendieron estas ideas desde sus días de escuela y por los mezquinos informes periodísticos: los sueños carecen de sentido o son expresiones de deseos sexuales; no existen tales cosas como los fantasmas; se ha sabido acerca del inconsciente pero no se considera verdaderamente como real; no existe efecto sin una causa asible racionalmente; una persona solo tiene que ser razonable y todo estará bien; si la sociedad estuviera enderezada, todo estaría enderezado, etc., etc. Junto a esta clasificación de prejuicios, lo peor y más penetrante es el evidente o implícito pensamiento estadístico: “Lo que yo hago no importa; Yo soy solo un grano de arena entre millones; mi existencia es un accidente sin sentido”. Este empeño es un veneno directo y letal para el alma. El analista tiene poca esperanza de acabar con dichos prejuicios a través de la argumentación. Este trabajo es atendido con mucha más eficacia (a veces rápidamente, a veces gradualmente) por los sueños del paciente. Pero es esencial que el analista mismo tenga una conexión con lo numinoso y tenga una creencia en ello, es decir, que se base en su propia experiencia; de lo contrario él pasa por alto el elemento en los sueños que está dirigido hacia la experiencia numinosa y, en lugar de eso, proyecta en ellos sus propias ideas de lo que el paciente “debería” ser o hacer. Él tiende automáticamente a desarrollar convicciones tales como: este analizando debería alejarse de sus padres, ese analizando debería ser menos intelectual, otro analizando debería ser más disciplinado – y aún otras convicciones basadas en cualesquiera opiniones y preconcepciones que él tiene acerca de la normalidad. Por esta razón, el analista debe decirse a sí mismo repetidas veces, “¡Yo no sé lo 74
que Dios quiere de esta persona!” Todo lo que él puede hacer es ayudar al paciente a escuchar mejor lo que la propia psique del paciente está susurrándole. Cuando yo tuve mi primera paciente, quien sufría de severa psicosis, ella se estaba arrastrando hacia un episodio esquizofrénico como resultado de un externo soplo de fe, y yo estaba bregando con ella para prevenir esto. En este punto, Jung, quien estaba supervisando el caso, seriamente me dijo, “¿Cómo sabe usted con tanta seguridad que esta mujer no tiene que atravesar dicho episodio? Muchos pacientes están mucho mejor después de salir de un episodio tal. Usted no debería estar intentando saber el secreto de su destino; eso es solo un juego de poder. ¡Usted no sabe lo que Dios quiere de ella!” Asustada, simplemente me solté y me limité a interpretar silenciosamente sus sueños tan rectamente como era posible. La analizando inesperadamente mejoró. Cuando le hablé a Jung al respecto él rió y dijo, “¡Eso era lo que yo estaba esperando, pero no se lo podía permitir saber a usted, de lo contrario usted podría haber tratado de forzar algo de nuevo!” Aquello me curó de una vez por todas del excesivo entusiasmo terapéutico juvenil. Adicionalmente a las preconcepciones intelectuales, en mi experiencia otro problema que puede surgir es que a pesar de que un analizando tenga un sueño altamente numinoso, puede, de algún modo, fallar en ser apropiadamente movido por él o siquiera tocado en absoluto. Usualmente en dicho caso, es un asunto de cierto estado de inferioridad del eros. Con frecuencia me ha sucedido que he sido profundamente sacudida por el sueño de un paciente que él mismo está relatando de un modo muy fresco y real. He aprendido en tales casos a no esconder mis propios sentimientos, a no esconder cuán profundamente tocada estoy emocionalmente, sino a expresarlo. En mi experiencia esto siempre ha tenido un efecto positivo. Jung mismo siempre tuvo reacciones emocionales fuertes a los sueños. Él reaccionaba a los sueños que las personas le llevaban con risa, alborotos de temor, mal humor o excitación, y con frecuencia su reacción podía desencadenar en un paciente una comprensión de aquello de lo que en realidad trataba el sueño. Detrás de la ausencia de reacción en un analizando, además de la debilidad de emoción, allí a menudo asecha el secreto prejuicio de que de hecho los sueños no tienen nada real acerca de ellos. Una de las mayores situaciones difíciles en mi experiencia es cuando el inconsciente aparentemente solo produce sueños banales, nada que sea remotamente numinoso. Sin embargo, es muy posible con frecuencia ver detrás del aspecto personal de un sueño la estructura básica arquetípica. Era un talento particular de Jung el ser capaz de reconocer el significado arquetípico más profundo de un sueño que, desde un punto de vista superficial, es banal. Por otra parte, algunas veces debemos ser más recelosos con los sueños míticos, ya que ellos podrían estar basados simplemente en algo que el paciente ha leído o tener alguna otra base inauténtica.4 Particularmente, los sueños estructurados de una manera mítica y bella no siempre presagian algo de significado especial para el soñante. En lugar de ello, pueden reflejar una intención de parte del inconsciente de atraer al soñante; es decir, indican que para el próximo periodo de tiempo, el desarrollo interior se llevará a cabo a través de un encuentro con el inconsciente y los sueños.(5) Los sueños banales, por el contrario, también muestran que, detrás de la a menudo desatendida realidad cotidiana personal propia, un significado más profundo está trabajando. Repetidas veces las personas admiten la reacción defensiva: “Esto es solo un sueño absurdo, estúpido”. Jung siempre solía decir que ¡no hay sueños estúpidos, sino personas estúpidas que no los comprenden! El hecho es que el Sí Mismo parece también cuidar de los detalles de nuestras vidas personales. Dios advirtió a Emmanuel Swedenborg en una visión sobre no comer demasiado. Swedenborg era una persona intuitiva y por ende, en las cosas que se basan en la función sensación –la sexualidad, la comida, etcétera-, era primitivamente inmoderado. Por tanto, es bastante típico para el Sí Mismo manifestarse justamente en esta área. Una analizando mía soñó que una voz desde arriba le dijo que ella necesitaba un “ceñidor de desayuno”. El cuestionamiento detallado reveló que toda la mañana ella holgazaneaba desaliñadamente en su bata de baño (ella era una alcohólica antes del análisis) y solo se ponía su 75
ceñidor y comenzaba el día cerca del mediodía. Con frecuencia nosotras reíamos juntas de este sueño, y yo periódicamente solía preguntarle, “¿Cómo le va con su ceñidor de desayuno?” También es especialmente difícil para el analista acercar a los teólogos y clérigos al influxus divinus. A veces simplemente ellos no son “llamados”, y entonces el análisis los extravía en el mundo. No obstante, mucho más a menudo, aunque ellos en realidad originalmente escogieron su profesión por medio de una especie de constelación del destino, han perdido su fe auténtica a lo largo del camino y la han reemplazado con frases y fórmulas mecánicas. Durante su análisis, un monje tuvo una experiencia formidable de Dios. Yo le pregunté si sus colegas estarían más asustados si ellos experimentaran, como él lo hizo, la realidad de Dios o si descubrieran que Dios no existe. Él respondió, “Ellos estarían más asustados por la realidad de Dios, puesto que lo que ellos casi todos secretamente creen, es que Él no existe”. Pero incluso a este analizando después a veces tuve que decirle, “Este condenado Dios del que usted siempre está hablando, ¿Él existe realmente para usted?, y si es así, ¿Tiene Él algo que decir acerca de su problema presente o no? Él se sostenía llevando en forma secreta su vieja religiosidad intelectual falsa, donde “Dios” estaba guardado en una gaveta para el siguiente sermón y las preguntas de su vida eran resueltas solo por el ego. Para mi asombro encontré a un budista japonés con el mismo problema. Él había tenido experiencias significativas de luz-fe desde el tiempo de su juventud y se había convertido en un profesor de budismo. Estaba sufriendo de una úlcera estomacal que aparentemente ninguna dieta prescrita podía aliviar. Por consiguiente yo le dije, “Pregúntele al dharmakaya (cuerpo de Buda) en usted mismo lo que debe comer y qué más debe hacer para sanarse a sí mismo”. Él me miró fijamente completamente estupefacto; nada así le había ocurrido en la vida a él. Más tarde me escribió que lo había intentado y que había sanado. Él agregó, “Yo veo que la psicología Junguiana añade un fundamento de realidad a la religión el cual nosotros hemos perdido”. Esta pérdida de contacto con la base empírica en los asuntos de la religión es con frecuencia el resultado de demasiado tradicionalismo. Por eso Jung señala que cuando enfatizamos demasiado el desarrollo histórico del cristianismo, pasamos por alto lo que es nuevo en éste. Lo que necesitamos es un nuevo punto de partida, y este no se puede encontrar sin la asignación de un nuevo sentido. El mensaje está vivo solo si crea un nuevo significado.... Que Cristo es el sí mismo de [los seres humanos] está implícito en el evangelio, pero la conclusión Cristo = sí mismo nunca ha sido explícitamente desentrañada. Esta es una asignación de nuevo significado, una etapa más en la encarnación o actualización de Cristo.(6) Esto es lo mismo que le sucedió al mencionado budista en la forma de una concesión de nuevo significado al dharmakaya. La dimensión religiosa en el análisis no es otra cosa que encontrar nuevo significado precisamente de esta manera que a veces devuelve a la vida las ideas religiosas ya existentes, y a veces las transforma.(7) Esto me lleva a otro problema adicional que surge repetidas veces en el análisis. El inconsciente es “religioso” –es decir, es la matriz de toda experiencia religiosa primal- pero es con frecuencia no “ortodoxo”. Lo que muchos sueños y visiones expresan a veces contradice este o aquel dogma o precepto moral religioso. Por ejemplo, he conocido una cantidad de sacerdotes cuyos sueños parecían ir en contra de mantener su celibato. Sin embargo, cuando después ellos abandonaron el sacerdocio, sus sueños les decían que ellos eran aún sacerdotes en alguna especie de forma invisible. Después de todo, el celibato es solo una regula moralis, no un dogma, y en consecuencia podría en algún momento cambiar. Debe mantenerse un equilibrio entre la innovación y la conservación de la tradición. Jung escribió al sacerdote Dominico Victor White: Si usted trata de ser literal acerca de la doctrina (de la Iglesia Católica), usted mismo se está descartando hasta que ya no quede nadie que la represente más que cadáveres. Por otra parte, si usted verdaderamente asimila la doctrina, la modificará creativamente para su comprensión 76
individual y así le dará vida. La vida de la mayoría de ideas consiste en su naturaleza controversial, es decir, usted puede estar en desacuerdo con ellas aún si reconoce su importancia para una mayoría. Si usted está de acuerdo con ellas completamente podría reemplazarse a sí mismo tan bien como una grabación gramofónica.(8) Eso significa que si el inconsciente motiva a una persona que asiste regularmente a la iglesia a favorecer algo que entra en conflicto con la doctrina de su denominación, esta persona debe convertir esto en un conflicto personal, en una forma de padecimiento de cruz. En última instancia entonces, no será él quien decida el conflicto sino la vox deidentro de él –una vez que su ego, con todas sus opiniones, en pro y contra, haya muerto en la cruz. Y como Jung señala: extra ecclesiam nulla salus(por fuera de la Iglesia no hay salvación), sin embargo la gracia de Dios alcanza aún más.(9) Más difícil me parece sin embargo, ayudar a orientar a una persona hacia la dimensión religiosa cuando ella ha estado tan atormentada por el adoctrinamiento religioso que lo echa todo por la borda y no quiere tener nada más que ver con la religión en absoluto, y mira todo puramente en términos seculares. Sin ser consciente de ello, lo numinoso lo atrapa desde atrás y lo posee con fantasías sexuales o codicia por el dinero, con sed por el poder o las drogas, con fanatismo político –es decir, él es poseído por los dioses sustitutos. De este modo Jung escribe en Psicología y Religión que en esencia todo lo que sea dominante e ineludible puede ser llamado Dios, A menos que, gracias a una decisión ética libremente tomada, uno tenga éxito en vigorizar una posición que sea igualmente fuerte e invencible contra este fenómeno natural..... El hombre es libre de decidir si “Dios” será un “Espíritu” o un fenómeno natural como el deseo vehemente de un adicto a la morfina, y en consecuencia si “Dios” actuará como una fuerza benéfica o destructiva.(10) Los dioses sustitutos traen una ausencia de libertad–posesión. Así pues, en última instancia debemos decidir a cuál señor queremos servir, de dichos dioses sustitutos o Dios como Él mismo se revela dentro de nosotros, si hacemos un esfuerzo sincero hacia el auto-conocimiento. “Dios nunca ha hablado al hombre excepto en y a través de la psique, y la psique lo entiende y lo experimentamos como algo psíquico. Cualquiera que llame a eso psicologismo está negando el ojo que contempla el sol.”(11) Actualmente de vez en cuando también tenemos personas que vienen para análisis quienes han sido levantadas en esa otra “iglesia”, el marxismo como ha sido establecido al este de la “Cortina de Hierro”. Sus dificultades son muy similares a las de cualquiera de los seguidores de una religión que dice representar la única verdad. Lo que más me ha impactado en estos casos es la supresión completa del principio femenino y de esta manera del sentimiento personal –un desagradable sentido intelectual de desprendimiento. Con esto la capacidad de ser movido, de experimentar significado o valor, se marchita. Además para estas personas todas las palabras religiosas, tales como Dios, Alma y consciencia, han sido tan estigmatizadas que es mejor no usarlas con ellos en absoluto, sino más bien tratar de transmitir cualquier “significado nuevo” que su psique esté tratando de revelar a través y en términos de las imágenes de sus sueños. En cierto sentido, estas personas tienen también una ventaja: ellos pueden experimentar la dimensión religiosa de la psique con frescura espontánea, aliviada del pasado, sin tener un sentido presuntuoso de la tradición que relacione inmediatamente sus descubrimientos con el material del pasado. Es mi esperanza que alguna vez, en estos países, una siembra particularmente dadivosa crecerá, como sucede después de un diluvio. Así como la mayoría de las sustancias curativas son también venenos, el encuentro con lo numinoso tiene un lado extremadamente peligroso. De hecho las religiones no son solo algo constructivo – solo tenemos que pensar en las quemas de heréticos y brujas, en la devastadora invasión de Europa por los Turcos llegando a las puertas de Viena, en las dudosas actividades misioneras que han 77
borrado las formas religiosas y culturales indígenas de muchos pueblos, dejándolos sin raíces. Jung escribe: Las religiones no son necesariamente amorosas o buenas. Ellas son manifestaciones poderosas del espíritu y no tenemos el poder para refrenar el espíritu. Seguramente grandes catástrofes tales como terremotos o incendios ya no son convincentes para la mente moderna, pero no las necesitamos. Existen cosas mucho más horribles, a saber, la demencia del hombre, los grandes contagios mentales de los que en realidad padecemos más, sin duda.(12) En casos individuales podemos ver el aspecto peligroso de lo numinosumtrabajando en el fenómeno de que, cuando un arquetipo llega al umbral de la consciencia, desarrolla una tendencia a fascinar al ego consciente y a presionar por su contenido simbólico para ser concretamente representado. Si el individuo no tiene éxito en mantener su cabeza y su corazón, entonces puede llegar a ser poseído e inflado. Si un elemento esquizofrénico está presente, él bien podría exteriorizar las cosas más espantosas. Así, por ejemplo, un esquizofrénico que estaba trabajando en el jardín de una institución mental de repente se agarró de la pequeña hija del director y amputó su cabeza. Él explicó que la voz del Espíritu Sagrado le había ordenado hacer esto. Si él hubiera comprendido esta voz de una manera simbólica, su significado hubiera sido sacrificar su propia infantilidad excesiva. La representación concreta de contenidos arquetípicos apremiantes es el más grande peligro que acompaña a la experiencia numinosa. En casos como este, el aspecto demoníaco de lo numinoso ha triunfado. La oportunidad de encontrar un significado nuevo y efectuar una cura se pierde. La posesión siempre significa también fanatismo. Uno tiene y representa la única verdad y se siente justificado en regatear todo lo demás. Solo la comprensión del significado psicológico puede protegernos de este peligro. Los teólogos que representan una posición religiosamente “militante” consideran esto como una relativización inadecuada de la verdad de su fe. Sin embargo, este no es el caso. Cuando una experiencia religiosa primal ha tenido lugar, para quien la ha tenido, es absoluta. No obstante, si al mismo tiempo él comprende esta experiencia como un descubrimiento personal de significado, él admitirá que Dios, o lonuminosum, podría también revelarse en otras mil formas, pues en esencia es algo insondable que solo se revela a través del filtro de la psique humana, donde nos habla a nosotros en términos de imágenes y formas míticas. Lo que ello es “en sí mismo”, sin embargo, no lo podemos saber, al menos no en esta vida. Por consiguiente, dicha persona nunca deseará predicar su experiencia como la verdad universalmente válida. Este es con seguridad el significado de la parábola de Jesús en la cual un hombre encontró un tesoro escondido en un campo, lo escondió allí de nuevo, luego vendió todo lo que él tenía para adquirir el campo (Mateo 13:44). Una persona que ha tenido una experiencia religiosa verdadera la mantiene escondida en su corazón y no la vitorea desde el púlpito. Quizás él podría hablar al respecto con otras personas que han experimentado algo similar, sabiendo que lo que experimentó es algo que Dios le reveló pero que podría haber expresado a otros también en una forma completamente diferente o con un contenido distinto. En consecuencia surge de manera bastante natural un hondo temor reverente hacia la religio del otro (si es auténtica) y una necesidad de no atacar esto. Solo una persona que duda de sí misma se siente compelida a ganar tantos admiradores como le sea posible a fin de ahogar su propia duda. En consecuencia Jung señala que la experiencia religiosa lleva su propia evidencia con ella, aún si al mismo tiempo el ego, a pesar de esa experiencia, nunca renuncia a dudar que la comprendiera correctamente. “Yo por mi parte”, decía Jung, “prefiero el precioso don de la duda, por la razón de que no viola la virginidad de las cosas más allá de nuestro saber”.(13) Dicha actitud permanece por siempre fresca y abierta a las incluso más abarcadoras experiencias internas. Cuando durante un análisis ocurre una experiencia numinosa, saludable, es deber del analista ayudar a evitar las posibles consecuencias negativas, posesión e inflación. Estas suelen tener lugar cuando el ego o la capacidad moral (sentimiento) del analizando es débil. Los sueños proveen la base que se necesita para prevenir estos efectos. A veces también el paciente falla en comprender la experiencia, pero esto es más fácil de remediar. 78
Es difícil generalizar respecto de las muchas formas concretas posibles que el más profundo contacto, la experiencia numinosa (es decir, religiosa) puede adoptar. Por esta razón Jung se concentró en sus escritos en describir ciertas tendencias generales que él había observado ya fuera en sí mismo o en sus muchos pacientes. Se trata principalmente de estas “corrientes” en el inconsciente colectivo que somos capaces de observar, por una parte, en el oficialmente todavía mundo Cristiano de Occidente, y por la otra, en sus teorías arreligiosas científico-racionalistas. La “corriente” compensatoria en el inconsciente colectivo de nuestra cultura se manifiesta a menudo especialmente en contenidos míticos que se asemejan al simbolismo de la alquimia. La mitología alquímica parece relacionarse particularmente con cuatro problemas: (1) elevar el estatus del individuo en relación a la uniformidad de la masa; (2) exaltar la valoración del principio femenino o eros (en ambos, mujeres y hombres); (3) el problema del mal; (4) reconciliar los opuestos en la estructura psíquica fundamental del ser humano. La elevación del estatus del individuo se demuestra en las experiencias de ser exhortado directamente por Dios; o en sueños, estando en una posición de determinar el curso del mundo, o cosas similares. Un ejemplo es el siguiente sueño de un joven Americano. Estoy caminando a lo largo de lo que se denomina los Farallones, desde donde se puede examinar la Ciudad de New York. Estoy caminando con una figura del anima quien me es desconocida; ambos somos conducidos por un hombre quien es nuestro guía. New York ha sido reducida a escombros – todo el mundo como lo conocemos ha sido destruido. Los incendios están devorando todo; miles de personas que huyen corren sin rumbo en todas las direcciones. El Río Hudson ha inundado grandes partes de la ciudad. Es crepúsculo. Bolas de fuego en el cielo silban hacia la tierra. Es el fin del mundo. La causa de esto era que una raza de gigantes había llegado desde el espacio exterior. Yo vi dos de ellos sentados en medio de la piedra, recogiendo tranquilamente un manojo de personas una después de otra, comiéndoselas como uno comería uvas. Era una visión horrible. Los gigantes eran de diferentes tamaños y formas. Nuestro guía nos explicó que estos gigantes venían de diferentes planetas donde ellos vivían en paz juntos. Ellos habían aterrizado en naves voladoras (esas eran las bolas de fuego). La tierra que conocimos había sido realmente ideada por estos gigantes. Ellos habían “cultivado” nuestra civilización del modo como uno cultiva vegetales en un invernadero. Ahora ellos habían venido por la cosecha. Había una razón especial para esto, de la cual me enteré solo después. Yo me había salvado porque tenía la presión sanguínea ligeramente alta Si hubiera sido normal o demasiado alta, yo habría sido comido. De este modo yo fui escogido para atravesar esta ordalía de fuego y, si lo hacía satisfactoriamente, me sería permitido salvar a otras almas también. Luego vi delante de mí un trono de oro gigante, radiante como el sol. En él se sentaron el rey y la reina de los gigantes. Ellos eran los perpetradores de la destrucción de nuestro planeta. Mi prueba, además de la tormenta de tener que experimentar todo esto, consistía en tener que ascender las escalas del trono hasta el punto donde yo pudiera mirar al rey y la reina a la cara. Esto tuvo lugar por etapas. Yo comencé el ascenso. Era largo, pero sabía que yo tenía que hacerlo, que la fe del mundo y la humanidad dependían de ello. Entonces desperté empapado en sudor. Me di cuenta después que desperté que la destrucción de la tierra era un banquete de bodas para el rey y la reina. El motivo de una invasión de gigantes que destruye todo nos recuerda el libro bíblico de Enoc (s. 100 A. C.) donde se dice que los ángeles se enamoraron de mujeres humanas y engendraron con ellas una raza de gigantes que amenazaron con destruirlo todo. Al mismo tiempo, los ángeles 79
enseñaron a la humanidad muchas artes nuevas. Como Jung ha interpretado esto, lo que tenemos aquí es una invasión caótica de la consciencia humana por los contenidos del inconsciente colectivo.(14) Los gigantes son personificaciones de la inflación resultante, quienes elevan el sentido de la humanidad al nivel de lo “gigantesco” a través de un acelerado desarrollo del conocimiento tecnológico. Pero este desarrollo negativo tiene un fundamento positivo secreto: desafía al individuo a hacer el difícil ascenso a una mayor consciencia, a la individuación. Dicho sueño fácilmente podría ser malinterpretado como una expresión de ilusiones de grandeza, pero este no era de hecho el caso del soñante. Por el contrario, la función esencial del sueño está en ayudar al soñante a darse cuenta de que todo depende solo de él, que todos los esfuerzos externos – por ejemplo los políticos o cualesquiera otros esfuerzos colectivos- no pueden rescatar al mundo de la situación por la cual él, como todos nosotros, está sufriendo. Así mismo, la colocación de un mayor valor en el principio femenino y la unión de los opuestos están claramente representadas. La unión de los opuestos de la naturaleza y la mente, la luz y la sombra, está representada a menudo en los tiempos modernos por una extraña alternancia de la imagen de Cristo en visiones interiores y en los sueños. Cristo aparece con cuernos como el antiguo Pan, o hecho de metal como Mercurio, la figura salvadora de la alquimia. Solo adicionando rasgos como éstos puede Cristo funcionar como un símbolo completo del Sí Mismo para la gente moderna. Tales motivos oníricos también indican que el inconsciente parece estar interesado no en destruir nuestra tradición cultural cristiana, sino más bien, además, en desarrollarla creativamente. La literatura alquímica es un caos en el cual encontramos bastantes tonterías y al mismo tiempo los más esenciales, infinita e individualmente variados símbolos religiosos. Jung dedicó su vida a la tarea de entresacar de este caos, a través del concienzudo trabajo detallado, los más esenciales y significativos motivos básicos y los juntó como las piezas de un rompecabezas. El mejor resumen acerca de lo que fue todo esto lo encontramos en su introducción a Psicología y Alquimia.(15) Aquí se demuestra que la producción de símbolos en la alquimia está relacionada compensatoriamente con la enseñanza de la Cristiandad con su unilateral orientación patriarcal. El histórico cambio en la consciencia del mundo hacia lo masculino está compensado por la feminidad ctónica del inconsciente. En ciertas religiones pre-cristianas el principio masculino ya se había diferenciado en la especificación padre-hijo, un cambio que iba a ser de suma importancia para la Cristiandad. Si fuera el inconsciente meramente complementario, este cambio de consciencia habría estado acompañado por la producción de una madre e hija... Pero como lo demuestra la alquimia, el inconsciente escogió más bien el tipo Cibeles-Atis en la forma de la prima materia y el filius macrocosmi.... Esto va a demostrar que el inconsciente no actúa simplemente contrario a la mente consciente sino que lamodifica más a la manera de un oponente o compañero.... De esta manera lo superior, lo espiritual, lo masculino se inclina a lo inferior, lo terreno, lo femenino, y en efecto, la madre, quien fue anterior al mundo del padre, se acomoda ella misma al principio masculino y....produce un hijo –no la antítesis de Cristo sino más bien su contraparte ctónica, no un hombre divino sino un ser fabuloso que se ajusta a la naturaleza del principio materno..... Esta respuesta de la madre-mundo muestra que el sima entre ella y el padre-mundo no es insalvable, considerando que el inconsciente sostiene la semilla de la unidad de ambos.(16) La esencia de la mente consciente es la discriminación; debe, si es consciente de las cosas, separar los opuestos, y hace estocontra naturam. En la naturaleza los opuestos buscan otro.... y por consiguiente está en el inconsciente y particularmente en el arquetipo de la unidad, el sí mismo. Aquí, como en la deidad, los opuestos se anulan. La alquimia siempre proveyó la base para la proyección de los arquetipos que no podían fácilmente hacerse parte del proceso Cristiano.(17) 80
Algo que emerge como un rasgo fundamental del simbolismo alquímico es una valoración exaltada del principio femenino, y este rasgo se encuentra también en muchísimas de las experiencias numinosas de individuos en nuestra moderna cultura de Occidente. Jung, como sabemos, fue entusiasta respecto a la “Declaratio Assumptionis Mariae” del Papa Pío XII, a lo cual denominó el más importante evento en la historia espiritual de nuestros tiempos. La mayoría de las personas no pueden ver esto, a pesar del hecho de que el conflicto sobre el celibato de los sacerdotes, el movimiento feminista, y la naturaleza de la mujer y lo femenino, se han vuelto temas de nuestros días. Ellos fallan en ver que el arquetipo de las diosas ha sido activado. Desvían la discusión a cuestiones jurídicas, sociológicas, políticas y similares sin percibir lo numinosum que está funcionando. En los sueños, por el contrario, lo numinosum con frecuencia se vuelve claramente visible como un maremoto bajo los escarceos de la superficie. Una mujer protestante quien había leído el artículo de periódico acerca de la Declaratio solemnis del Papa pero no le había puesto atención, tuvo el siguiente sueño: Ella está cruzando un puente en Zúrich hacia una plaza pública donde ella ve una enorme multitud de gente. Alguien le explica que la Ascensión de María está a punto de tener lugar aquí. Ella ve una plataforma de madera con una mujer negra desnuda maravillosamente bella parada sobre ella. La mujer negra levanta su mano y flota lentamente hacia los cielos. Lo que parece ser no-ortodoxo en este sueño es la desnudez. Por medio de esto, el inconsciente expresa que la Declaratio solo aludió a la importancia del cuerpo. La imagen no contradice el nuevo dogma sino que desarrolla sus consecuencias adicionales. Una mujer católica, quien tampoco dio mucha importancia a la Declaratio, soñó que sacerdotes mujeres eran ahora permitidas en la Iglesia. En este caso también, el inconsciente “consideró totalmente” las consecuencias adicionales de la Declaratio. De acuerdo con la Declaratio, María entra en una cámara nupcial celeste. Esto indica un desarrollo más allá, una boda sagrada en el más allá. Hoy día somos confrontados con un problema inminente o quizás completamente insoluble, relativo a la cuestión de cómo relacionarse con el mal. En la mayoría de las religiones no-cristianas, (exceptuando el Budismo), los dioses (o la deidad suprema) son destructivos tanto como buenos. El mundo Greco-Romano y el Judaísmo tardío (en los libros de sabiduría del Viejo Testamento) reforzaron unilateralmente la tendencia a ver a Dios como un summum bonum y a excluir el mal de su reino. Esto culminó en la enseñanza escolástica de que el mal no tiene existencia propia, sino que representa solo un privati boni, una atenuación o ausencia del bien. Esta clase de unilateralidad psicológica exclama por un contra-ataque compensatorio. Cristo mismo previó esto cuando indicó la venida del Anticristo. Como Jung describe, principalmente en sus trabajos Aión y Respuesta a Job, desde aproximadamente el año 1000, en el periodo correspondiente al segundo pez de la Era de Piscis, (18) este movimiento de oposición ha estado en progreso gradual, socavando la enseñanza cristiana poco a poco. Actualmente, dice él en su último escrito sobre este tema en el capítulo “Ultimas Reflexiones” de sus memorias: La vieja cuestión planteada por los gnósticos, “¿De dónde viene el mal?” no ha sido respondida por el mundo Cristiano, y la prudente indicación de Origen de una posible redención del mal fue calificada como una herejía. Hoy estamos compelidos a toparnos con ese problema, pero nos quedamos manivacíos, aturdidos y perplejos, y no podemos siquiera comprender que ningún mito vendrá en nuestra ayuda aún cuando tengamos dicha necesidad urgente de uno. Como resultado de la situación política y el terrible, por no decir diabólico triunfo de la ciencia, somos sacudidos por secretos estremecimientos y oscuros presentimientos; pero no conocemos la salida, y muy pocas personas por cierto deducen la conclusión de que en esta época el problema es la ya hace tiempo olvidada alma del hombre.(19) Jung vio este actual auge del mal como típico de las catástrofes históricas que tienden a acompañar las grandes transiciones de una era a otra, en nuestro caso el fin de la era Pisciana y el comienzo de 81
la era Acuariana. De hecho nosotros estamos incluso amenazados con una erradicación total de la vida sobre nuestra tierra, gradualmente o a través de la destrucción del medio ambiente, o por medio de una guerra global. El incremento de la criminalidad, la ocurrencia de holocaustos, y así sucesivamente, son una primera advertencia. Todo el mundo está hablando acerca de estos problemas en estos días, y nadie sabe qué se podría hacer. Apelar a la razón parece un eco lejano que no se ha oído. Como lo presenta la cita de arriba, Jung tampoco tenía una respuesta simple, pero él estaba convencido de que todo individuo que se comprometiera a convenirse con la maldad en sí mismo, haría una contribución más efectiva hacia la salvación del mundo que la que podrían hacer las maquinaciones externas idealistas. Hablamos en este caso de más que la simple penetración en la propia sombra personal; hablamos también de un conflicto con el aspecto oscuro de Dios (o el Sí Mismo), el cual el ser humano no puede encarar pero debe, como lo hizo Job. El mito en su esencia debe tomar el monoteísmo en serio y descartar su dualismo, el cual, por mucho que sea oficialmente repudiado, ha persistido hasta hoy y ha entronado una eterna oscuridad antagonista junto al omnipotente Bien.... Solo entonces le puede al Único Dios ser otorgada la totalidad y la síntesis de los opuestos las cuales deben ser Suyas. Es un hecho que los símbolos, por su misma naturaleza, pueden unir los opuestos de suerte que éstos ya no divergen o se oponen más, sino que se suplementan mutuamente unos a otros y dan forma significante a la vida. Una vez que se ha experimentado la ambivalencia en la imagen de un Dios natural y creador, deja de presentar dificultades. Por el contrario, el mito de la necesaria encarnación de Dios puede entonces ser comprendido como la confrontación creativa del hombre con los opuestos y su síntesis en el sí mismo, la totalidad de su personalidad. En la experiencia del sí mismo ya no son los opuestos “Dios” y “el hombre” los que son reconciliados, como era antes, sino más bien los opuestos dentro de la imagen misma de Dios. Ese es el significado del servicio divino, del servicio que el hombre puede rendir a Dios, que la luz puede emerger de la oscuridad, que el Creador puede volverse consciente de Su creación, y el hombre consciente de sí mismo.(20) El mal absoluto es en estos términos también un misterio divino, es además una forma de la experiencia de lo numinosum, un simple resplandor del cual salimos mudos. Cuando los estudiantes de Jung una vez preguntaron si la tercera (y probablemente la más horrenda) guerra mundial podría evitarse, el contestó que ello dependía de cuántos individuos pudieran reconciliar los opuestos dentro de sí mismos. En el análisis con frecuencia encontramos sueños de catástrofe global (como el descrito atrás a propósito del tema de la elevación del estatus del individuo); por eso no debemos rechazar la posibilidad de que el inconsciente, i. e., la naturaleza misma, esté esforzándose hacia la destrucción de la humanidad. Jung tomó en cuenta esta posibilidad pero su optimismo lo hizo esperar que pudiéramos ser capaces de arañar el momento crítico y evitar la destrucción total de la tierra. En una carta él llegó incluso a decir que, “La desviación del numen parece ser universalmente entendida como el peor y el más original pecado.” (21)Sin embargo, él señala en otra parte en la misma carta que no hay nada que en un momento u otro no pudiera llamarse mal, que por consiguiente el bien y el mal son solo relativos juicios de valor humanos. El punto decisivo es siempre si se es o no consciente del conflicto propio y uno lo sufre conscientemente; pero uno no debe entregarse a la ilusión de que incluso de este modo el mal sea eliminado. Jung señala que No sabemos si hay más bien que mal o si el bien es más fuerte. Solo podemos tener la esperanza de que el bien predomine. Si el bien está identificado con la ingeniosidad, lo constructivo, existe alguna probabilidad de que la vida continuará en una forma más o menos soportable; pero si lo destructivo fuera a prevalecer, el mundo mismo seguramente habría terminado en la muerte hace tiempo....De ahí la suposición optimista de la psicoterapia de que la realización consciente acentúa el bien más que oscurecer el mal. Volverse consciente reconcilia los opuestos y crea así un tercero superior.(22)
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Ya que el mal es en su mayor parte una desviación desde el numen, eso también significa que repetidas desviaciones de esta especie son inevitables, y el conflicto entre apartarse del numen y tornar a él es de larga duración, cuando no de toda la vida. La imagen de la crucifixión es en consecuencia una verdad eterna, y por consiguiente también el análisis no promete al paciente felicidad pero puede precisamente liberarlo del estancamiento neurótico de su vida, no de su auténtico sufrimiento. Yo misma no puedo decir más de lo que dijo Jung acerca de este problema que lo que he visto en mi trabajo, y es que por lo menos en los casos individuales, el problema del mal puede a veces (¡no siempre!), con la ayuda de Dios (es decir, con Dios haciendo frente a Dios), ser resuelto. Cuando dicho éxito ocurre, es un milagro y una de las experiencias más profundamente conmovedoras de lo numinosum. En la imagen religiosa de la deidad, es decir, el Sí Mismo, los opuestos coexisten, no obstante ellos no están unificados conscientemente. Eso solo puede ocurrir en personas conscientes en quienes ambos aspectos del Sí Mismo, el bien y el mal, están trabajando hacia la encarnación. En la forma encarnada ambos aspectos están menguados y humanizados y así, a través de la acción de la consciencia humana, son capaces de entrar en conexión. El auto-conocimiento, o el desarrollo de la consciencia, es de esta manera, el factor clave. El cuarto tema que surge repetidamente en los sueños de la gente moderna es la coniunctio. Como es claro desde nuestra discusión hasta este punto, esto está inextricablemente ligado con los tres motivos ya mencionados. Aparece en el sueño del americano de tener que poner de manifiesto laconiunctio real, en la Declaratio del Papa (María entra a la cámara nupcial para la boda con el cordero), y como la respuesta al problema del mal. Las ondas de la superficie sobre este terreno que se engrosan en las profundidades del inconsciente toman la forma de la omnipresente discusión de la sexualidad y las relaciones entre el hombre y la mujer. Sin embargo, los opuestos del inconsciente están relacionados con algo que es mucho más profundo, una unio mystica con el Sí Mismo, la cual se experimenta como una unificación de los opuestos cósmicos. Esto está conectado con la relación entre el hombre y la mujer en la medida en que todas las relaciones amorosas serias de la más profunda clase, en esencia sirven a la individuación mutua, el proceso por el cual cada compañero de la pareja se integra. Ese es también el significado del matrimonio tomado como un sacramento. No obstante, esto es algo que está constelado no solo en el matrimonio sino también en cualquier relación de amor que se acepta como compromiso. La experiencia en sí misma no puede ser transmitida con palabras secas. Jung describió la visión que él tuvo de esto cuando estaba aproximándose a la muerte en sus memorias.(23) Pero uno lo encuentra asimismo insinuado en Meister Eckhart y en los trabajos de muchos místicos, a menudo en el lenguaje de la canción de Salomón. Esta es una experiencia que libera al ser humano en una extensión cósmica. En el simbolismo de la alquimia, es el motivo central de la coniunctio solis et lunae y de todos los otros opuestos.(24) Jung consagró la obra magna de su vejez a este símbolo, (25) indicando en palabras que éste tenía un significado aún mucho mayor que él era incapaz de articular. En estos días solo algunas personas experimentan este nivel de individuación, pero es también el motivo conductor incluso detrás de todo desarrollo superficial del más corto plazo de la consciencia, (26) y detrás de todos los análisis del tipo más profundo, en los cuales primero se manifiesta como el problema de la transferencia y la contra-transferencia. Dado que muchas personas contemporáneas aún no tienen comprensión de esta experiencia, Jung ha sido descrito desdeñosamente como un místico, un profeta, como el fundador de una religión, todo con la connotación de confusión “acientífica”. Si esta connotación no estuviera allí, yo incluso estaría de acuerdo parcialmente con las dos primeras descripciones, ya que los grandes místicos de la tradición cristiana (pero también muchos Taoístas y maestros Zen de Oriente y santos del Islam) hablan como él de la experiencia personal primordial de lo numinoso. Y los profetas (sin la connotación negativa) fueron personas que recibieron la visión en la situación arquetípica de fondo de su tiempo en una experiencia primordial que los hizo ser capaces de prever los desarrollos espirituales futuros y advertir contra las incomprensiones de su tiempo. En cuanto a la tercera, como fundador de una religión, Jung nunca lo fue ni quiso serlo. Cuando sus estudiantes, bajo la presión 83
del mundo externo (principalmente de las profesiones reguladoras de las leyes) organizaron una asociación profesional, Jung consintió con ello solo a regañadientes. Para él era un absoluto que la mente tiene que ser libre de seguir sus inspiraciones, las cuales no pueden estar embotelladas o en conserva. Si estamos buscando paralelos históricos, la psicología Junguiana podría compararse más fácilmente con el Taoísmo original de la China, una sabiduría que abrazó la totalidad de la vida humana. Los taoístas, además, más tarde se reunieron en comunidades organizadas, pero al hacerlo perdieron en gran parte el sentido del Camino (el Tao) como fue indicado por Lao-tzu o Chuangtzu. En la afinidad de los taoístas con la alquimia, encontramos otra similitud entre los dos mundos. Debido a su interés en la ciencia natural, los taoístas no fueron rechazados por el maoísmo, y allí también existe un paralelo en cierto modo. El punto en este caso es que no es en absoluto cierto que la psicología Junguiana “no es científica” como se oye decir con tanta frecuencia. Muchos aspectos de ella, tales como los arquetipos y su influencia, la teoría de los sueños y la comprensión de los complejos, definitivamente cumplen con el examen de los “duros” métodos de la ciencia natural. Es solo que la experiencia sanadora del sentido, el encuentro con lo numinoso, a causa de su evolución y unicidad creativa, no puede ser captada a través de métodos estadísticos. Ello solo puede ser probado exponiéndose uno mismo directamente a ella. Y, además, como Jung señala, aún entonces, si bien algo podría pasar, no sucederá necesariamente. Por el contrario, la acción del principio divino no sería libre, estaría sujeta a las leyes de la naturaleza. Pero en vista de su naturaleza esencialmente creativa, este parece no ser el caso. Jung va tan lejos como para decir que la imaginación creativa es “el único fenómeno primordial accesible a nosotros, el Fundamento real de la psique, la única realidad inmediata.”(27) Es el principio divino mismo. Y este símbolo de la espontaneidad creativa del inconsciente en esencia se mantiene detrás de la creación de cualquier religión. En la formación de las grandes religiones, en primer lugar hay una desorientación colectiva que constela en todas partes un abrumador principio ordenador en el inconsciente (un anhelo colectivo de salvación). El profeta más allá de la necesidad crítica del momento, reconoce por medio de la visión interior el modelo útil en el inconsciente colectivo y lo expresa en el símbolo....Cuando la situación cambia, una nueva “verdad” se necesita; por tanto la verdad siempre es relativa para una situación particular....Mientras un símbolo sea la verdad y de esta manera la respuesta liberadora para una situación que corresponda a él, es verdadero y válido, con seguridad, “absoluto”. Si la situación cambia y el símbolo es simplemente perpetuado, se convierte no más que en un ídolo con un efecto empobrecedor y embrutecedor, ya que simplemente nos hace inconscientes sin proporcionar clarificación o esclarecimiento alguno.... El símbolo es enseñanza, el ídolo es ilusión. El símbolo necesita al hombre para su evolución, pero se desarrolla más allá de él, por consiguiente es llamado “Dios” porque expresa un estado psíquico de cuestiones o el elemento que es más fuerte que el ego. El Sí Mismo entonces toma la dirección y esto proporciona al ego la liberación de su sentimiento de impotencia. Se hace claro a partir de estos factores, bosquejados aquí solo de un modo general, que para Jung lonuminosum, la experiencia simbólica, lo es todo, la única dimensión significativa del proceso analítico. NOTAS (1). C. G. Jung, carta a P. W. Martín, 20 de Agosto de 1945, Cartas, vol. 1, p. 377, cf. también vol. 1, p. 118. (2). Ver Jung, Psicología y Religión, CW 11, para. 523, p. 341. “La Cura puede ser denominada un problema religioso”. (3). Jung, carta a Vera von Lier-Schmidt Ernsthausen, 25 de Abril 1952, Cartas, vol. 2, pp. 56-57. (4). Jung, Cartas, vol. 2, p. 225. (5). Jung, carta a Hermann Keyserling, 21 Mayo de 1927, Cartas, vol. 1, p. 46. 84
(6). Jung, carta a Dorothee Hoch, 23 Septiembre 1952, Cartas, vol. 2, p.84. (7). Cf. Jung, CW 11, para. 148: “Para lograr una comprensión de los asuntos religiosos, probablemente todo lo que nos queda hoy es la aproximación psicológica. Es por eso que yo tomo estas formas de pensamiento que se han vuelto históricamente fijas, trato de fundirlas de nuevo y las vierto dentro de los moldes de la experiencia inmediata”. (8). Jung, carta al Padre Victor White, 10 Abril 1954, Cartas, vol. 2, p. 169. (9). Ver también Jung, CW 12, para. 96. (10). Jung, CW 11, paras. 142ss. (11). Citado en Jung, carta al Pastor Damour, 15 Agosto 1932, Cartas, vol. 1, p. 98. (12). Jung, carta a Leslie Hollingsworth, 21 Abril 1934, Cartas, vol. 1, p.159. (13). Jung, CW, 12, para. 8. (14). Jung, “Respuesta a Job”, CW 11, para. 669s. (15). Jung, CW 12, paras. 26-30. (16). Énfasis del traductor al inglés. (17). Jung, CW 12, paras. 26-30. (18). Una noción de la tradición astrológica a la que Jung ocasionalmente aludía es la de una era Pisciana que abarcaba dos periodos de mil años cada uno. El símbolo astrológico para Piscis está compuesto de dos peces, cada uno de los cuales se dice que representan uno de los dos milenios. – El traductor al inglés. (19). Jung, Recuerdos, Sueños, Pensamientos. (New York: Vintage Books, 1965), pp. 333-34. (20). Ibíd., p. 338. (21). Jung, carta al Rev. H. L Philp, 11 Junio 1957, Cartas, vol. 2, p. 370. (22). Jung, carta a Helene Kiener, 14 Mayo 1955, Cartas, vol. 2 pp. 253-54. (23). Jung, Recuerdos, Sueños, Pensamientos, p. 294s. (24). Un excelente ejemplo está en La Aurora Consurgens, III, en Mysterium Coniunctionis, CW, 14. (25). Jung, CW 14. (26). Cf. Jung, “Psicología de la Transferencia”, en CW 16. (27). Jung, carta a Kurt Plachte, 10 Enero 1929, Cartas, vol. 1, p. 60.
LA ACTITUD RELIGIOSA O MÁGICA HACIA EL INCONSCIENTE Este documento es la sexta parte del Capítulo 5 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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Dentro de este marco restringido no es posible describir el curso ni siquiera de un corto análisis de tal forma que se presenten todas las sutilezas de los sueños, de los procesos de transformación, y de sus mutuas relaciones. En consecuencia me limitaré a singularizar solo un problema que desempeñó un rol esencial en el análisis de una soñante y alrededor del cual, por tanto, giraron sus más importantes sueños. Este problema podría describirse como la oposición de las actitudes “religiosas” y “mágicas” hacia el inconsciente. C. G. Jung escribe: La religión representa para mí una peculiar actitud de la mente la cual podría formularse de acuerdo con el uso original de la palabra religio que significa una cuidadosa consideración y observación de ciertos factores dinámicos que son concebidos como “poderes”: espíritus, demonios, dioses, leyes, ideas, ideales o cualquier nombre que el hombre le ha dado a dichos factores en su mundo a medida 85
que los ha encontrado poderosos, peligrosos o lo suficientemente útiles, como para ser tenidos muy en cuenta, o grandiosos, bellos y suficientemente significativos como para ser devotamente adorados y amados.(1) Esta tipo de consideración cuidadosa presupone cierta actitud humilde y honesta de la consciencia en presencia de lo numinosum, una actitud, sin embargo, que para muchas personas requerirá un gran esfuerzo. En ausencia de esto se encuentra con frecuencia en su lugar una actitud forzada e inconsciente del ego hacia lo numinosum de lo cual surge una actitud frente al inconsciente que podría describirse como “mágica”. Me gustaría tratar de dar una impresión más precisa de lo que está involucrado en esto por medio de los sueños presentados en este ensayo. Repetidas veces uno encuentra personas de todos los niveles de la sociedad en quienes el inconsciente está fuertemente constelado de una manera fatídica en grado extraordinario y fluye en una abundancia de imágenes arquetípicas cargadas de afecto. El peligro de ser abrumado por el inconsciente en estos casos es siempre inminente, pero esto con frecuencia puede evitarse a través de la estructuración creativa de los contenidos que arremeten. Los sueños de estas personas a menudo insisten claramente en esta posibilidad de estructuración, y uno con frecuencia se acuerda de las antiguas tradiciones que hablan de un dios, un demonio o espíritu demandando que un individuo ejecute ciertas labores bastante específicas a su servicio. Esta demanda está a menudo acompañada por la amenaza de castigo a través de enfermedades físicas o mentales, o incluso la muerte, si fallara la persona en obedecer. Pero ¿por qué es que una persona es a menudo incapaz de completar dicha tarea? ¿Por qué todo desarrollo psicológico, todo paso adelante de la consciencia está condicionado por una decisión ética que tiene que tomarse en el filo de la navaja? Es fácil condenar a las personas pero existen factores imponderables implicados en este caso de los que no todos podemos ser conscientes. En casos individuales, los sueños nos dan a menudo indicaciones indirectas de cuál es el tema. Los sueños siguientes son de una profesora de gramática, soltera de cuarenta y tres años, de Estiria, en Austria. Ella había comenzado un análisis en su ciudad natal, el cual había fracasado debido a la carencia del analista local sobre conocimiento mitológico, ya que los sueños contenían casi exclusivamente material arquetípico. Activos dolores de cabeza migrañosos que no tenían causas físicamente, y un síntoma peculiar la habían llevado a emprender este primer análisis. El síntoma peculiar era que siempre que sus alumnos la fastidiaban más allá de cierto punto, ella emitía un horrendo chillido animalesco, que efectivamente de inmediato silenciaba a los niños, y saliendo de ella algo tan oscuro y salvaje que esto mismo también la asustaba a ella profundamente. Cuando me buscó durante sus vacaciones, se encontraba en un estado de fatiga extrema y al mismo tiempo se sentía acosada por visiones y sueños que amenazaban con agobiarla por completo. En realidad la necesidad de recuperación física debía observarse primero, pero el fuerte empuje inconsciente ya no podía ser contenido más. Yo simplemente esperé a que los sueños mismos mostraran la salida de lo que era, casi desde el comienzo, una situación imposible. El sueño inicial fue como sigue. El Nacimiento del Ángel (2) Estoy encarcelada en una gran fortaleza, formada-modelada-compuesta en parte por la roca viva. Estamos completamente en la parte de atrás de la fortaleza; la parte frontal parece ser un área eclesiástica, ya que nuestra encarcelación tiene algo que ver con la religión. Conmigo están mi abuelo y mi hermana Ágata. El cuarto tapiado de roca donde estamos se encuentra en la parte superior del fuerte. Es de noche. Frente a mí una abertura en la roca toma forma. En todo el camino por detrás de ésta fluye un poderoso manantial con grandes cantidades de agua, que se forma en una ancha cascada. Yo estoy contenta por esta visión, la cual tiene un efecto liberador sobre mí. Busco un lugar para dormir. La roca está demasiado dura y desigual. Hay una escalinata de roca que va lejos más abajo. Yo desciendo algunos escalones de manera que pueda acostarme allí. Está completamente oscuro, la piedra está fría y mojada y yo me estoy congelando. 86
Me levanto y voy un poco más adelante. Allí hay una segunda escalera hecha de madera que va a un cuarto interior donde están mi hermana y mi abuelo. Tenemos que bajar, Ágata y yo, para responder una llamada de la naturaleza. Le pido a nuestro abuelo que nos acompañe de modo que él pueda protegernos. Yo visto una bata de casa color granate oscura, el tejido de la cual ha comenzado a embrollarse atrás. Puesto que me estoy congelando, pregunto a mi abuelo si él necesita la otra bata; de no ser así, yo me la pondría encima también. Pregunto esto con ternura y con el más afectuoso interés por él. Él responde que definitivamente yo debería tomar la bata; él no la necesita. Atravesamos un gran cuarto vacío. Luego entramos al dormitorio de mi madre. Detrás de una cortina hay un orinal. El abuelo acompaña a Ágata al otro lado de éste de modo que nada le pasará. Luego ellos regresan y yo paso al otro lado. En el orinal, una toalla higiénica usada, de las de mi abuelo, está colgando. Él no la había quitado, así que podía verse que él necesitaba toallas higiénicas también. Entonces es como si la toalla higiénica me perteneciera. La parte más vergonzosa para mí es que yo tengo que limpiarla completamente, pero estoy dispuesta a hacerlo con el mismo espíritu amoroso con el que le he ofrecido la bata de casa antes. Desde el momento en que yo misma me ubiqué detrás de la cortina, una mujer, grande y bella, ha estado presente. Yo salgo. En el lugar donde estaba el orinal se encuentra ahora la mujer en la cama que yo usé para dormir de niño (en el mismo cuarto del de mi madre). De la mujer ahora solo veo una hermosa cara de ángel, rodeada de un fragante y muy suave velo. Es como una aparición. Ella dice que no comprende cómo funciona (esta consumación o transformación). A su lado, bastante pequeña, aparece la figura de un santo, y detrás de él, un ángel que la orienta y la guía. Ambas figuras son coloridas y están compuestas de muchas partes como las figuras en las ventanas de la iglesia. Yo miro la aparición ¡y me doy cuenta! Digo, lo sé. (El pensamiento de fondo: ¡gracias a la guía del ángel!). En este momento, mi abuelo es vencido por la náusea. Es como si se hubiera levantado de la cama de mi madre. Se sienta frente a ella, apoyándose en la mesita de noche. Llorando, dice que tiene que morir, y agrega: nunca pensé que este sería nuestro último paseo. Yo me aproximo con gran terneza y envío a Ágata a llamar a un doctor. Lo que más me gustaría hacer es arrodillarme y colocar mis brazos alrededor de él. Yo acaricio su cara y lo beso en su sonrojada boca. La soñante era de extracción campesina y quedó huérfana a la edad de seis años. Su padre murió de un modo trágico en la guerra y su madre murió poco tiempo después. La chica fue recibida por parientes pero no hubo ninguno a quien ella se hubiera apegado. Sus únicos sentimientos fueron hacia una perra, a la cual a menudo abrazaba con entusiasmo. Sus hermanas también habían sido admitidas en alguna otra parte. Ágata, la hermana que aparece en este sueño había muerto hacía mucho de un carcinoma. El abuelo quien también aparece en el sueño, también había muerto hacía tiempo, de manera que, en efecto en este caso la soñante, conducida por dos espíritus de la muerte, está descendiendo a un nekyia en las profundidades del inconsciente. No es difícil reconocer en estos “espíritus” la sombra y el ánimus en el sentido de la Psicología Junguiana; es decir, la hermana representa el aspecto desconocido, obscuro, del ego, y el abuelo una actitud espiritual inconsciente hacia el inconsciente. La fortaleza o la cavidad religiosamente significativa en la roca, es un desconocido símbolo arquetípico que expresa la ineludibilidad de la transformación misma, la tormenta de la introversión absoluta la cual ahora se ha vuelto obviamente necesaria. Este motivo evoca las cámaras de incubación de Asclepios y otros dioses de la sanación o el katoche de la antigüedad, esa “prisión” que era además considerada como posesión, es decir, servidumbre a un dios ctónico. Los individuos entraban a esta prisión para ser iniciados en el misterio del culto del dios a través de sus sueños.(3)
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El manantial es parte de esta imagen. Como C. A. Meier demuestra en su libro Der Traum als Medizin (El Sueño como Medicina), (4) los manantiales o las corrientes artificiales se encontraban en o cerca de todos los lugares de sanación. Él dice: El agua juega un papel enteramente poderoso en el proceso Asclepiano. Estos manantiales y estanques nunca eran aguas minerales o termales. Además, solo pertenecían a Asclepios como dios ctónico, exactamente como su serpiente, y el manantial se vuelve un hagiasma (manantial de sanación) simplemente gracias a su conexión con el dios. Todos los dii chthonii tienen cerca del lugar sagrado a ellos un pege, un manantial;....incluso los sucesores cristianos de los dioses antiguos de la sanación, los santos que hicieron milagros de sanación, casi todos tienen un manantial en sus iglesias. (5) Bañarse en estos manantiales era equivalente a una lustración e incluso tenía la cualidad bautismal de un renacimiento interior y una coniunctio, es decir, una adquisición de la unidad y la totalidad. (6) Psicológicamente la imagen del manantial significa que en las profundidades del inconsciente la corriente o el fluir de la vida puede ser re-descubierta. Sea que uno esté realmente vivo o lánguido como un muerto, es después de todo, cuestión de sentimiento psíquico subjetivo que depende de si uno se está moviendo en el flujo de la energía psíquica inconsciente o está aislado de ella. La soñante está helada. Está inadecuadamente vestida con su bata de casa usada. Su actitud hacia el inconsciente es negligente, no lo suficientemente “calurosa”, siendo así inadecuada. Por tanto ella toma prestada la bata de su abuelo, es decir, intenta adoptar la actitud de él hacia el inconsciente. (Este abuelo es el padre de su madre quien había muerto hacía ya tiempo), de quien ella solo sabía que solía hacer “magia negra” y que las personas solían reunirse en su casa de noche para conjurar al demonio: “las personas con frecuencia escuchaban al demonio haciendo sonar una cadena”. La misma soñante tuvo un fuerte interés en tales cosas. Ella había leído los trabajos de Eliphas Levi y obviamente había sido profundamente afectada por ellos. No obstante –y este era el asunto peligroso al respecto- ella no estaba dispuesta a hablar mucho sobre esto. El abuelo claramente personificaba esta actitud “impura” hacia los poderes en las profundidades la cual debía ser purificada. Él aparece como un hermafrodita, como un símbolo de la totalidad, incluso con algo monstruoso en torno a él, (7) pues en él dos elementos están unificados dentro de la totalidad antes de que ellos hayan sido polarizados en forma adecuada aparte –es un caso de opuestos aún juntándose más que de una nueva coniunctio oppositorum. La figura del abuelo contiene en esencia el problema principal de la soñante: la consciencia y el inconsciente, el ego y “el otro” están en contacto de modo equivocado dentro de ella; en cierto sentido, eso podría describirse como magia más que religio. Lo antiguo entraña una posesión parcial por el inconsciente, lo cual es retratado en el sueño por el hecho de que el mago-abuelo ha asimilado un aspecto de la feminidad que realmente pertenecía al ego. (Teniendo esta feminidad de su lado, el ánimus como espíritu mágico inconsciente ha logrado la delantera, y como resultado, no solo él domina el ego de la soñante, sino que en tales casos una mujer ya no puede percibir más si es ella misma o su ánimus el que siente o cree algo –las opiniones del ánimus tienen exactamente el mismo sentimiento interior para ellas como los suyas propias. Aparte de esto, el sentimiento femenino y el cálculo secreto masculino, están mezclados de manera inapropiada). Habiendo asimilado una parte de su ego por el inconsciente, surge allí un tipo de identificación confusa con éste último, lo cual en el caso de la soñante se manifestó como un considerable grado de clarividencia y pronunciadas capacidades de médium. Gracias a esto, sin embargo, se desarrolla allí fácilmente una falsa superioridad misteriosamente confeccionada, encubierta y arrogante y un falso “conocimiento” sobre el inconsciente. Este conocimiento se basa en la posesión, es decir, se basa en el “conocimiento” impersonal del inconsciente, en su vaga luminosidad. Como Jung demostró, el inconsciente posee cierta cualidad difusa de la consciencia, (8) y en el caso de la posesión por un complejo inconsciente, naturalmente esto se vuelve parcialmente aprovechable para 88
el ego. Esto en efecto, da lugar a cierta clarividencia, pero solo a costa de una clara delimitación del campo de la consciencia o una deficiente claridad de sentimiento. En nuestro caso, es lo último de los dos. La soñante estaba extrañamente insegura de sus sentimientos e inconstante también –su corazón cayó una y otra vez bajo el dominio del frío y desconfiado interés, es decir, el dominio del mago-abuelo. En consecuencia, en su vida externa ella se encontraba repetidamente con hombres fríos y calculadores quienes abusaban de su capacidad para el amor y no le daban lo que ella más necesitaba después de su desdichada infancia –afecto y sentimiento auténticos. Las suciedades del retrete en el dormitorio de su madre indican dichas experiencias sexuales poco gratificantes. Sin embargo, allí también nace el Sí Mismo –¡in stercore invenitur! (9) La habitación de la madre, donde la soñante vino al mundo y vivió primero, simboliza el lugar interior de origen y el reino del instinto femenino. Cuando la soñante resuelve crear un estado de limpieza allí, la “mujer grande y bella” aparece, una imagen del Sí Mismo, como Jung lo expresa, es decir, una personificación de la personalidad superior y mas abarcadora y de la totalidad interior. Esta “bella mujer” obtiene el ser en el lugar donde la soñante misma vino al mundo –el lugar ocupado por el misterio del advenimiento al ser de un individuo humano. Pero esta gran figura interior no sabe nada de su propia llegada al ser; tiene tanta necesidad del ego para experimentarse a sí misma como el ego la tiene de ella para volverse consciente de sí mismo. El ego es como el ojo del Sí Mismo, y solo él puede ver y experimentar cómo el Si Mismo obtuvo el ser. Ve esto en la siguiente imagen del sueño en las dos figuras acopladas: el ángel conduciendo un santo. La figura del santo repite el motivo de la “mujer bella, grande”, representando de nuevo la personalidad religiosa individuada en la que la soñante podría convertirse si se entrega a la guía del ángel. El ángel –un mensajero de lo divino- se aclaró a través de un sueño más tarde, en el cual una eminente figura proclamaba ceremonialmente: “El inconsciente se viste en la forma de un ángel”. De esta manera, el ángel es el misterio del inconsciente mismo, el misterio divino del fundamento primordial del alma o psique. La soñante debe dejarse guiar por él. Que estas figuras tengan la apariencia de una ventana de cristal de piezas reconstruidas juntas apunta al motivo del “alma conglomerada”, el Sí Mismo como una unidad multifacética, la unidad de muchos elementos externos e internos. (10) En este momento se hace evidente que el sueño ahora demanda de la soñante una humilde actitud religiosa, y por tanto es precisamente en este momento que el espíritu del mago en ella se vuelve mortalmente nauseabundo, pues las dos actitudes son incompatibles. El mago posee y usa al inconsciente y se comporta como si, a través de su conocimiento, él tuviera el control completo sobre aquel, cuando en realidad en el mejor de los casos, como el resto de nosotros, él es capaz de vislumbrar algunas conexiones simbólicas intuitivamente captadas. Mientras tanto, la situación de la soñante en general permanecía muy inquietante. Su agotamiento le dificultó despertar esperanza, e incluso poner por escrito la abundante acometida de las imágenes oníricas, era a menudo demasiado para ella. No obstante, después de cierta cantidad de sueños más personales, vino un sueño que parecía darme una señal acerca de cómo proseguir. Con frecuencia, en los círculos psicológicos se escucha el comentario de que, cuando existe el peligro de que el inconsciente se desbordará demasiado, el analista debe tomar medidas supresoras o medidas que no estimulen al inconsciente. Según mi experiencia, esto no siempre es necesario, pues el inconsciente mismo con frecuencia nos muestra un modo de ponerlo bajo control –es decir, si uno comprende en forma correcta el sutil significado de los sueños; y un modo sugerido por el inconsciente mismo es, en su mayor parte, más convincente para el analizando que cualquiera que el analista pueda emprender por su propia cuenta. En nuestro caso surgió el siguiente sueño. El Manantial Estoy de pié en el desierto. Ellos están extrayendo agua. Un hombre está cavando con una pala. Él parece muy conocedor y superior, una clase de “profesor”. Otro parece 89
estar laborando desde abajo. De repente los dos chocan y acaban yaciendo con la cara de uno encima de la cara del otro. Esto parece muy divertido. El de abajo tiene una especie de cara de hierro o máscara y arriba y abajo parecen cambiar lugares. De repente la situación es completamente diferente –la sobreabundancia de agua tiene que ser vaciada febrilmente para prevenir una inundación y al mismo tiempo dirigir el agua a la ciudad de Roma. Cantidades de negros están trabajando bajo la dirección del profesor. Mi novia Alberta llega con un bello recipiente verde, y ayudamos a desaguar. El profesor está conduciéndonos y me golpea una vez a manera de broma en el trasero con una vara. Pero luego el profesor me envía lejos –yo he dado por sentado que voy a echarme en una cama por un rato y descansar. Mientras tanto los demás van a continuar trabajando por mí. Este sueño inmediatamente me dio una útil señal práctica. Le aconsejé a la soñante, precisamente como se indicaba en el sueño, simplemente tenderse en la cama todo el tiempo y solo levantarse brevemente para las sesiones de análisis. En cuanto al resto, yo simplemente continué interpretándole los sueños de acuerdo con los principios usuales. Esta solución probó ser favorable; la abundancia de sueños finalizó sin el colapso de la soñante o tener que evadir el contacto. Sus largas horas en cama le proporcionaron un buen descanso y un temperamento pacifico y meditativo. Como solo hasta más tarde pude averiguar, conducida por su tiránicamente deferente ánimus ella tendía a fanfarronear continuamente en esfuerzos excesivos; de manera que este descanso fue también inesperadamente muy útil para proveer el alivio de esta tensión causada por el ánimus. Fuera de esto, el sueño me parece que es una impresionante representación, casi clásica, del misterioso proceso que ocurre cuando un aspecto del inconsciente se hace consciente. El punto es que “explicamos" el inconsciente con la ayuda de los símbolos y los conceptos mismos que se derivan del mismo terreno primordial –ignotum per ignotius- (11) como los alquimistas dicen y como Jung repetidamente lo señala. Las imágenes simbólicas que emergen del inconsciente por su misma naturaleza se refieren a material que es en esencia inconsciente; (12) y por tanto “toda interpretación sigue siendo un como-si”.(13) Toda interpretación es solo una “descripción aproximada y una caracterización de un núcleo inconsciente de sentido”,(14) y en consecuencia es ella misma “una nueva indumentaria del mito”. Pero este proceso debe ser llevado a cabo para mantener la consciencia cultural en contacto con el fundamento instintivo del inconsciente.(15) El “profesor” representa obviamente una aproximación intelectual que está intentando asimilar los contenidos del inconsciente (por cuanto el hombre de la máscara de hierro personifica el espíritu generador de mito de las profundidades mismas). El cambio temporal de los roles, por una parte, muestra la afinidad natural de los dos, pero por otra parte, es también interpretado en términos del peligro de la magia. Si el espíritu del inconsciente asimila al espíritu que interpreta, el resultado será una falsa interpretación mistico-arrogante y la “proclamación” instintivamente sugerente de un “nuevo” mito. Esta suerte de acontecimiento ha sido recientemente muy apreciada por muchos estudiantes de mitología tanto como por “movimientos” medio-místicos que niegan la aproximación humana consciente y el modo humano consciente de mirar las cosas. La diferencia entre el profesor y el espíritu está precisamente en el hecho de que uno de ellos es humano y el otro parcialmente inhumano. Incluso en la investigación mitológica académica actual se está desarrollando de nuevo una tendencia a dejar hablar a los símbolos en y de ellos mismos, proliferando más símbolos sin referencia alguna a los parámetros fundamentales de la Psicología Profunda. Pienso en dichos estudios como los de Symbolon o los de la publicación Antaios de Mircea Eliade, J. Schwabe, y otros. Estos estudios corren el riesgo de perderse en la infinita amplificación, en la cual en esencia todo es todo lo demás y al mismo tiempo nada es lo que sea. Lo que está ausente es un entramado concreto y el punto Arquimédico externo del sistema simbólico mismo. Este entramado únicamente puede ser el individuo humano, pues es desde la psique de él o ella que los símbolos aparecen. Por eso me parece que la investigación sobre los símbolos que no tiene en cuenta la psicología del 90
inconsciente es una comprensión insignificante. Ello necesariamente da por resultado que el ser del investigador acabe siendo poseído por los símbolos y termine frío y sin forma, ya que está ausente el ser humano individual como el “elemento fundamental de la estructuración” en el material. Además, actualmente los nuevos movimientos Rosacruz, Antroposófico y los movimientos “mágicos” están buscando devolver la viabilidad de nuestra relación con el símbolo sin tener en cuenta la psicología profunda –la cual ellos rechazan- porque esto les permite jugar intuitivamente e intelectualmente con estos contenidos sin tener que asumir ninguna de las consecuencias personales. La soñante simpatizó con tales aproximaciones a los símbolos porque de este modo ella podía huir de la miseria de su vida real a un mundo mítico de magia donde no tenía que tomar decisiones éticas ni ninguna otra clase de decisiones al respecto. Ella relacionó indiferentemente mis intentos de referir todas las interpretaciones del sueño con el estado actual de su propia vida, y la predominancia transitoria lograda por el hombre de la cara de hierro demuestra que ella a veces se deja dominar por sus afectos e imágenes. Pero gracias al cielo, en su sueño el enredo era solo temporal y el “profesor” fue de nuevo capaz de ganar la delantera. Sin embargo, tenemos entonces la amenaza de una inundación excesiva del inconsciente, los contenidos del cual, como el sueño nos relata, deben ser dirigidos a “la ciudad de Roma”, es decir, a un centro religioso interior.(16)No es el ego el destinado para disfrutar el rapto de este rico fluir de las profundidades; más bien es un centro interior, el Sí Mismo, el que tiene que ser vivificado por él. La soñante tuvo la asociación con respecto a los negros, “trabajando como un negro”, lo cual es lo que los negros en el sueño por cierto hacen. Ellos obedecen al profesor y encarnan una vez más aquella simple y humilde devoción hacia el mundo interior que siempre se origina del trabajo serio y concienzudo sobre uno mismo en el cual se busca no solo lograr una intuitiva bocanada de los contenidos del inconsciente sino asimilarlos en su naturaleza esencial. Sin embargo, el símbolo más importante en esta serie de relaciones es el bello recipiente verde que la novia de la soñante, Alberta, usa para achicar agua. La soñante es un tipo intuitivo introvertido, (17) y su sensación, es decir, su función de realidad era –como sucede a menudo en tales casos- primitivamente intensa, pero era solo parcial y aislada y funcionaba en forma autónoma. Así, ella tenía una buena relación, casi demasiado buena, con los asuntos del dinero y la ropa, pero descuidaba su cuerpo cuando se trataba de comer y dormir, y nunca organizaba su vivienda cómodamente. Tan laboriosa y dudosamente como trabaja usualmente la función inferior en relación con el exterior, es especialmente valiosa con respecto al inconsciente porque aún posee aquella primitiva espontaneidad que es útil para asir los contenidos del inconsciente. La persona que carga el recipiente, Alberta, también indica esta dirección, siendo, según la soñante, una simple y “práctica” mujer. Entre otras cosas, el recipiente recuerda el simbolismo del Grial, (18) y representa el Sí Mismo en su función de un símbolo femenino supremo, el cual es ese elemento de la psique que es capaz de concebir el principio divino. De este modo le era claramente indicado a la soñante llevar su ego a un estado de calma meditativa, y luego permitir que algo simple y natural en ella le transmitiera de manera espontánea los contenidos del inconsciente. El hombre de la máscara de hierro o del rostro de hierro es definitivamente merecedor de un examen más exhaustivo. Él es un motivo arquetípico que se encuentra en la alquimia así como en el cuento de hadas de los Grimm, “Iron Hans”. Como hombre de hierro, él aparece en la alquimia como una personificación de Marte o Ares, y fue concebido por el Paracelsiano Adam von Bodenstein como la natura prima rerum (la naturaleza primal de las cosas), mientras que Rulandus lo comparó con el Archeus de Paracelso, quien, como Jung lo demostró, es una personificación del inconsciente.(19)De acuerdo con Rulandus, Ares es el moldeador del individuo, es decir, como dice Jung, el principium individuationis sensu strictiori.(20)Paracelso lo describe en su De Vita Longa en los siguientes términos:
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Él emana desde la parte delantera, desde el corpora supracoelestia; pues tales son las propiedades y la naturaleza de los cuerpos supra-celestiales que sin rodeos de ninguna clase, producen una imagen de fantasía corpórea (imaginationem corpoream) tal que uno la toma por un cuerpo sólido. De esta naturaleza es Ares: que cuando uno piensa en un lobo, también aparece. El mundo es similar a las criaturas producidas por los cuatro elementos. Por fuera de los elementos surge aquello que de ningún modo se asemeja a su origen, pero no obstante Ares sustenta todas las cosas dentro de él. De esta manera aparece Ares (Jung dice interpretando este pasaje) como una fuerza formadora creativa preconsciente. Johannes Braceschius, un contemporáneo cercano a Paracelso, compara a Ares con el Demogorgon, decía que él es el progenitor de todos los dioses paganos. “Él es el dios de la tierra, un horrible dios y también un dios de hierro”. Astrológicamente Marte representa los impulsos naturales y la afectividad de los seres humanos.(21) Su amansamiento y su transformación en la piedra filosofal es la meta del trabajo alquímico. En el caso de la soñante además, fuertes emociones y afectos estaban constelados bajo una tímida y suave superficie. Estos eran nada menos que, como veremos con respecto a los sueños siguientes, un problema relacionado con la creación. La poderosa fuerza imaginativa de su “Ares” estaba conectada con la magia, del mismo modo que lo encontramos claramente expresado en la cita de Paracelso. En “Iron Hans”, encontramos una figura similar. Allí él es un “hombre salvaje”, o un demonio escondido en una charca quien es en realidad un viejo rey atado por un hechizo y esperando a ser salvado. En el bosque, él posee un manantial que colorea todo lo que es sumergido dentro de él de color dorado. Como un “viejo rey”, él representa un principio espiritual que antiguamente gobernó pero de un modo u otro fue destronado y degradado al nivel de un espíritu natural del mal. Esto muestra una conexión no solo con la alquimia sino también con la tradición religiosa germánica pre-cristiana y particularmente con Wotan. Como el guardián del manantial dorado, sin embargo, Iron Hans es también un espíritu natural mágico en el sentido de la filosofía alquímica de la naturaleza, un deus absconditus de la materia.(22) En su no-redimido estado como un demonio de hierro, no obstante, él también representa la indomada agresión bárbara y la afectividad; por tanto no es sorprendente que durante la II Guerra Mundial, la soñante desarrollara tendencias Nacional Socialistas de lo cual, sin embargo, ella no se dio cuenta externamente –gracias al cielo, por lo menos no fue más que moderada simpatía. Este demonio está evidentemente ligado con el síntoma aullador de la soñante, el cual era con seguridad un brote autónomo de salvajismo. Después de que yo había discutido estas relaciones con ella y las había exaltado dentro de la consciencia, vino un sueño en el que un jabalí en el patio detrás de la escuela dejó salir un gran bramido fulminante. Apareció un cazador y disparó al jabalí y luego la soñante vio que el vientre de la bestia muerta estaba arrojando un extraño resplandor dorado. Nos recuerda el jabalí Gullinborsti de Wotan. Por el hecho de que el síntoma del chillido nunca recurrió después de que la soñante volvió a su casa, se debe asumir que este sueño representa la derrota del brote afectivo autónomo después que el aspecto espiritual-religioso del hombre de la máscara de hierro y los otros contenidos relatados habían sido llevados a la consciencia de la soñante. Dichos motivos oníricos también demuestran, sin embargo, que aquélla religión mágica pagana y las falsas doctrinas políticas de la era moderna, están de un modo oculto conectadas con los contenidos religiosos no integrados, y que el antiguo Wotan, como cazador, hombre de hierro, jabalí, y así sucesivamente, aún ronda el fondo psíquico del pueblo de descendencia alemana. El recipiente verde, el cual a través de su color se conecta con la función de la sensación, (23) indica que era necesario para la soñante integrar el flujo embestidor del material inconsciente por medio de prácticas medidas reales –algo que estaba completamente en contra de su disposición, pues ella habría preferido estropearlo en arrobados e intuitivos vuelos de la mente. Ella tenía un pronunciado desprecio por todos los problemas simples y modestos de la vida y siempre quiso comportarse como el erizo del bien conocido cuento de Alemania del Norte que apostaba una carrera con una liebre. El erizo situó a su esposa en la línea de llegada, y cuando la liebre llegó sin 92
aliento, él burlonamente gritó, “¡Ya estoy allí!”. Este es el modo en que al tipo intuitivo le gusta comportarse –él se divide en dos, y una parte de él, su intuición, ya está en el final, olvidando que ¡su otra mitad está todavía agazapándose en el polvo de la línea de partida o está solo a pocos metros del recorrido! Este problema fue ilustrado por un subsiguiente sueño, el cual a causa de su complejidad y extensión, he abreviado en las partes 1 y 3. 1. Primero la soñante ve muchos animales que son torturados siendo atados a una pesada máquina de guerra y siendo forzados a arrastrarla. Luego ella intenta, con una de sus hermanas quien representa su sombra práctica, salvar un sándwich de jamón de un gato. Ella mete el sándwich y el gato a la cocina, donde una mujer desconocida, su hermana, ella misma y el gato toman sus lugares en la mesa. Más tarde ella se pregunta si su sueño no debería quizás ser publicado. Esta parte del sueño primero muestra cuánto amedrenta a la soñante sus instintos naturales, luego da la solución al problema: formando un grupo de cuatro como un símbolo de la totalidad de su personalidad. Las tres partes adicionales del sueño siguieron la misma noche. 2. Estoy en un barco con una tripulación muy amistosa. Estamos surcando una curva alrededor de un acantilado. La gente que llegó demasiado tarde continúa en una balsa. Nos detenemos en tierra para traerlos a bordo. Tenemos que esperar un poco para hacer esto. Luego continuamos navegando sobre la tierra seca de manera completamente normal –el barco ha sido equipado para esto....Luego nos metemos al agua otra vez. Nos deslizamos sobre el agua. Es de noche. Entonces vemos sobre un risco a nuestra derecha algo extraño y misterioso: la pared del acantilado tiene un anaquel casi equidistante arriba. Hay pájaros parados encima, divididos en dos grupos de tres o cuatro cada uno. Ellos son de tamaño humano, se paran erguidos como humanos, y usan máscaras humanas y pelucas. Pelucas blancas y rostros blancos en un grupo, negro en el otro lado. En sus cuerpos pueden verse los rasgos de pájaro: alas y así sucesivamente. Por un lado, ellos también tienen color blanco en sus alas, de otro modo ellos son negros....Nosotros los miramos asombrados. Un humor de misterio penetra la escena. Los pájaros están haciendo gestos, chismorreando y cantando mutuamente como con voces humanas y hacen los correspondientes gestos y caras de angustia. Parece sobrenatural, como un juego de misterio. Yo le digo a mi vecino (una mujer): “Ahora ya no me sorprende que la gente haya inventado el teatro; ¡ellos lo aprendieron de los animales (de la naturaleza)!” Mi vecino (mucho más oscuro de lo que yo soy) de repente se va, “¡Gssh!”. Los pájaros se animan y observan, luego instantáneamente se convierten en pájaros naturales y se van volando por encima de nosotros, aterradoramente, con un amplio batir de sus alas. Ellos no quieren ser observados en este juego. Este “gssh” fue ofensivo. 3. Después de una sesión de análisis en la cual la soñante trató de trivializar un error, un lapsus linguae que había cometido, ella tiene que llegar a cierta nave, y ahora sigue el típico sueño tormentoso en el que ella empuja y empuja y es demorada repetidas veces. Primero ella es demorada por una mujer que plancha, quien, sin embargo, extrañamente renueva su lavado a través de la magia, luego por un montón de ropa que ella tiene que voltear; después la analista quien está acompañándola amistosamente saluda a una simple mujer a quien esto hace muy feliz, mientras la soñante misma está irritada por la pérdida de tiempo. Luego la soñante saluda a una joven sirvienta, a quien la analista encuentra desagradable, y finalmente, siguiendo el consejo de esta muchacha, la soñante se pierde en un laberinto de rieles de tren. Todo el tiempo ella sabe que realmente esta noche tiene que ir a una reunión –por eso es toda la prisa. En la estación del tren, ella entra en un “nivel inclinado” y se desliza dentro de la nieve y el hielo y vaga además entre los rieles y las escaleras. La narración de la soñante continúa: 93
En todo el camino de regreso yo llego a una puerta en la roca. La abro y estoy examinando una cueva de roca detrás de la cual fluye una peculiar y significativa agua desde un poderoso manantial que está más allá de mi campo de visión. Es una especie de maravilla de la naturaleza. La cueva está protegida por una mujer. Ella piensa que yo vengo para mirar la cueva, pero yo digo que no tengo tiempo, que tengo que subir al barco. Ella me acompaña para mostrarme el camino. Aún tenemos un considerable camino por ascender; luego nos detenemos frente al muelle. Un encargado del muelle está parado allí dando información: el río está congelado, pero el hielo está roto. Yo pregunto si el barco a O________(24) se ha ido. El dice que sí y explica que el hielo fue quebrado para posibilitar la partida. Pregunto si otro va a salir. El dice que el siguiente no saldrá hasta las ocho,(25) que es un barco de seguridad, (26) pero que él cree que ellos podrían llevarme. Sin embargo yo le digo que solo sería capaz de navegar hasta T________ y tendría que subir a pié a O______; entonces yo llegaría demasiado tarde, y de noche está cerrado. La medianoche se está acercando y la gente dice que después de las doce está estrictamente prohibido estar en la calle.(27) Por tanto yo no tengo otra elección que telefonear a O______, les digo que yo no voy y luego busco un lugar donde quedarme aquí. Es Víspera de Navidad y tengo que pasar la noche en “Darmstadt”. Mi hermano ha completado un pequeño proyecto manual que representa algo significativo –un proyecto simbólico. Una mujer está sosteniéndolo en su mano y da explicaciones al respecto. Hay pequeños pisos o niveles, y en cada uno hay una exhibición particular. Como parte de sus explicaciones ella dice una frase en italiano, luego continúa en tonos solemnes: “El inconsciente toma la forma de un ángel...”. En el nivel de abajo hay un gran cuchillo con un mango enrollado asegurado en la mitad. La mujer continúa: “¡El inconsciente, ese refugio, que uno no raja ni corta!”(28) El final de la primera parte del sueño, el cual trae a discusión la idea de publicar los sueños, me parece que representa un intento de parte del inconsciente de sugerir la idea a la soñante de hacer uso de su rica fuente de imágenes interiores como un autor. Este tema es luego además desarrollado en la segunda parte con los pájaros actores. La imagen habla por sí misma y muestra particularmente bien cómo nuestras inspiraciones artísticas en esencia surgen de nuestra naturaleza inconsciente, no de nuestro ego como a menudo lo imaginamos. El barco es un verdadera “barquilla Dramática” Dionisiaca, y en esta esfera artística de la vida, el uso de la intuición, la cual puede navegar a través de todos los obstáculos planteados por la realidad, está en su lugar correcto. Por otra parte, las personas de la balsa quienes tienen que ser esperados pues son los elementos “retardados” de la personalidad de la soñante, el erizo todavía sentado en la línea de partida. Este aspecto realista inferior perturba a los pájaros con su vulgar “gssh”. Es la encarnación de consideraciones tales como “Escribir no vale la pena”, “Es demasiado fatigoso”, “Nadie lo leerá”, “Es una pérdida de tiempo”, y así sucesivamente. Este es el tipo de cuestiones con las cuales la soñante repetidamente ahoga sus impulsos creativos. A pesar de eso, ella había sido bastante exitosa con diversas representaciones cortas de Navidad que había escrito para sus alumnos –pero la actividad creativa siempre tenía que ser perfecta religiosé, (29) sin ninguna consideración por el éxito o ganancia monetaria- como lo hacen los “pájaros de los cielos” –y un sombrío elemento inclinado a lo insignificante repetidamente la obstruía en esto. Es por eso que este elemento sombrío “práctico” constituye el tema de la tercera parte del sueño y aparece allí parcialmente en una forma positiva, como una mujer que plancha y como una simple mujer, pero también en una forma destructiva como la criada que envió a la soñante al caos de los rieles y al “nivel inclinado” y socavó su confianza en el analista. No obstante, es también como ella encuentra el camino al manantial de las profundidades, el cual es protegido por una personificación del Sí Mismo. Pero ella no quiere quedarse allí y busca un lugar para la “reunión”(30) –aterrizar después de muchos rodeos atrás en sus propias profundidades, pues con la palabra “Darmstadt”, la soñante asoció “intestinos” y “ciudad”, en consecuencia la “ciudad de los intestinos.”(31) De esta manera la Navidad, el sagrado nacimiento de Dios, está teniendo lugar en la cueva oscura del 94
cuerpo, el asiento de las emociones, en sus propias entrañas.(32) Entonces el artesano creativo se descubre, y luego otra venerable figura femenina, una imagen del Sí Mismo advierte a la soñante no analizar al inconsciente en forma intelectual sino darle forma religiosé en un estilo humilde e ingenuo (tal como lo hace el artesano). El problema creativo, el cual ella siempre evadió con la excusa de falta de tiempo o fatiga, se expresó incluso más bramantemente cuando en un sueño posterior la soñante encontró al autor Karl M. dormido en el retrete. El retrete es un lugar de “producción” creativa, y todo el simbolismo de los excrementos a menudo apunta en los sueños a problemas creativos. Éste desempeña un papel especialmente mayor en los esquizofrénicos, pues después de todo, como Jung con frecuencia señaló, un caso de esquizofrenia solo puede ser curado en cuanto sea posible llevar al paciente a una estructuración creativa de los contenidos que lo están agobiando. No podemos ser empujados a esta clase de creatividad por la ambición y ansiar el éxito material. Uno solo puede ser creativo de este modo “gracias a Dios”. René Gardi describe en su encantador libro Sepik cómo los nativos de esa región finalizan la construcción de una casa. Primero los constructores “profanos” van a trabajar, y a los futuros propietarios ya no se les permite más entrar a la casa. Luego es el turno de los artistas, quienes comprenden una especie de clase sacerdotal que adaptan astas totémicas con las imágenes de los espíritus y los dioses en el centro de la casa, después de lo cual, por último, la casa es consagrada por otros sacerdotes quienes ejecutan los rituales. Solo en la cuarta fase el propietario entra a la casa. Aquí se hace claro que el arte, como fenómeno psíquico primordial, cumple una tarea religiosa y representa un aspecto de aquel “cuidadoso hacer caso de los poderes trascendentales” que parangona los salmos, las oraciones y los rituales de los sacerdotes. Dar forma a los espíritus es una tarea “sagrada” y ellos tienen que estar formados por su propia (la del espíritu) causa, no de acuerdo al gusto o al talante del artista.(33) Este es también el arte de la creatividad que el inconsciente demanda de la consciencia en muchos casos así; el inconsciente demanda que el trabajo sea hecho por consideración a él, incluso si el mundo no estuviera nunca para ver el producto final. Pero esto presume una actitud generosa, no la ambición social de una insegura sirvienta, sino el amor desinteresado de un artesano. Esto tampoco funciona sin aceptación de lo que yo he llamado “desengaño creativo”. Incluso la persona más talentosa tiene que convenir repetidamente con la experiencia de que, al compararse con lo que él ha visto con el ojo interno, el producto terminado, a pesar de todo el amor y la devoción que puede haberse puesto en su figuración, es una representación tristemente imperfecta. Muchas personas, sin embargo, no pueden aceptar esta desilusión. Ellos no están dispuestos a sacrificar la brillantez de su visión interior. Son renuentes a destetarse de esto, y por consiguiente no llegan a la humildad que es ingenuamente capaz de armonizar con la creación. Desde mi experiencia, esto está relacionado con una inflación secreta que esconde la creatividad en cierto modo similar a aquella en la cual la postura “mágica” bloquea la “religio” –de hecho en esencia es el mismo problema. El ego ha sido excesivamente inflado y el Sí Mismo ha sido descargado, y por ende el ego no puede servir al inconsciente como un contra-polo positivo. Básicamente no queremos aceptar ser tan estúpidos, ingenuos e impotentes como de hecho en realidad lo somos en presencia del fenómeno del inconsciente, y no estamos dispuestos a empezar donde todo empieza, con la religio –con la cuidadosa consideración de lo numinoso por su propia causa. El siguiente sueño expresaba ahora esto en un estilo bramante. La Cocina de la Bruja 1. Lago Zúrich, muy hermoso y colorido –gran ciudad agrupada alrededor de la costa norte- ahí mismo, un extraño castillo de cuento de hadas emerge –la imagen de inmediato se aleja de nuevo. 2. Dos jóvenes que están comprometidos y quieren casarse vagan cerca....El joven me pidió escribir la carta al padre de su amada pidiéndole permiso para casarse con ella. Yo he aceptado este encargo y redacté la carta, pero no obstante no estoy segura al respecto 95
porque él me tacha de torpe y porque la tarea me avergüenza. Yo leo la carta a dos chicas para obtener su punto de vista. Ellas son de algún modo despectivas. Sonríe la una a la otra cerca de mí, y son de la opinión de que esto realmente no es de mi incumbencia. La carta es aceptable, pero yo también digo que el joven la podía haber escrito él mismo. Y agrego que con frecuencia solíamos burlarnos de las cartas de amor, que hay personas que tratan de aprender practicando con dichas cartas solo en broma. 3. En un cuarto en la casa de los Arons. Un rito de magia negra va a ocurrir. Además de mí, está presente la Señora Aron, la Señora Meier (una mujer suavemente neurótica, amiga desde hace tiempo de la familia Aron), y una de las jóvenes (de la parte 2). La Señora Aron va a ejecutar el rito. Yo estoy sentada en el sofá con la joven; tomamos parte como espectadores. Hay una especie de horno allí que está brillantemente achispado adentro, probablemente por un fuego invisible. La Señora Aron tiene toda clase de cosas listas cerca del horno y comienza a trabajar con ellas. La Señora Meier está asistiéndola. Ella dice, “Ustedes (soy yo a quien ella se refiere) van a experimentar que María también es solo el fantasma de una bruja!”. En otras palabras, la meta de los procedimientos es conjurar a María en la sustancia mágica preparada. La Señora Meier sale después de estas palabras. Yo tengo tres libros de Masereel de diferentes tamaños sobre mi regazo que estoy pretensa a examinar mientras la sustancia se está preparando. La Señora Aron me dice que debo abrir el más grande, el de la inscripción: ¿Masereel.....? (Una palabra de sonido agudo con st: ¿torsión?, ¿maestro?) (34)Yo abro el libro. Hay cuadros coloridos y muy peculiares adentro. Ellos se proyectan agrandados en el muro (o ¿hay allí un espejo que agranda?). Ellos representan figuras espectrales negras y grises que están luchando en medio del fuego de la guerra; es un infierno que el enemigo ha preparado para ellos. Los colores son fuego, azul, verde y negro. Yo pienso que Masereel está presentando aquí la inhumanidad del enemigo, de los demás, solo un aspecto, pero que estas personas de cuyo lado él está han hecho las mismas cosas a las primeras personas. Incluso otras imágenes caóticas se presentan. Mientras tanto la Señora Aron se ha ido a la chimenea en la otra esquina de la cocina para completar el conjuro. La llama arde y alumbra toda la esquina. La sustancia mágica está en un recipiente redondo que es sumergido en un baño de agua, (35) es decir, en otro gran recipiente redondo. Está principalmente compuesto de huevos (mezclados con algo) y se parece a las preparaciones para un pudín instantáneo. El baño de agua está colgando sobre el fuego – encima de él una amplia chimenea se abre hacia afuera. Todo está brillantemente chispoteado por la luz del fuego. La Señora Aron está de pié en frente de ella, agitando la sustancia y cantando duro el conjuro de encantamiento. Yo me he movido hacia atrás de ella. Estoy sintiéndome extraña y asustada. Intento calmarme diciendo que después de todo es la Señora Aron quien está conjurando y yo estoy solo observando. Sin embargo pregunto si no puedo ser dañada de algún modo. Además es solo María quien está siendo conjurada, no Dios mismo. Luego me doy cuenta que María es la madre de Dios, y por tanto incluye a Dios, o a Dios como el hijo. Yo pienso en la masa negra. María no es ciertamente la figura más sagrada, pero ella es parte de la Divinidad. Me estoy asustando. Quiero irme. El Señor Robert aparece (el director de la escuela donde yo tuve mi primer trabajo; no cree en la magia). La sustancia está ya comenzando a gelatinizarse; pronto estará lista. Parece que toda la cuestión puede tener éxito solo si el anillo mágico está allí (un anillo dorado). Yo pienso, para confortarme a mí mismo, que no está allí, pero el Señor Robert contesta, “El anillo está allí”. Es muy tarde –yo salgo con el Señor Robert. Estamos discutiendo sobre magia negra juntos. Él ha dudado de todas estas cosas. Le digo que la magia es muy peligrosa. Él responde, “¡afortunadamente nada le ha sucedido a usted!”. Yo contesto, “¡Ha sucedido ya!”. Yo pienso en dos poderosos reflejos del mundo invisible que tuve mientras soñaba. Robert explica que por mi naturaleza yo soy muy vulnerable. Confirmo esto. Sí, estoy muy 96
expuesta. Algunas personas no perciben estas cosas, otros sin embargo, si ellos cometen el más leve error, si su consciencia se desliza solo levemente, de inmediato entran en shock (fuerte emoción como causada por corriente eléctrica). Luego le digo que todo mal uso del inconsciente es ya magia negra. Nos aproximamos a una gran puerta de hierro cerrada, a través de la cual vamos a pasar en nuestro camino a una asamblea o una conferencia con muchas otras personas. En el camino en el automóvil con mi amiga la Señora Lindner. (Ella está casada, tiene un buen sentido para el aspecto práctico de la vida, tiene una naturaleza profundamente religiosa, está interesada en todos los problemas filosóficos y religiosos, es una persona que asiste regularmente a la iglesia con tendencias piadosas). Hay una bifurcación con una punta curva (tres direcciones). Los automóviles llegan de dos direcciones. Ellos conducen para pasarse los unos a los otros. Nosotros estamos precisamente en la bifurcación. Un gran automóvil llega. La Señora Lindner se quita de su camino retrocediendo en la pequeña área cerca de la curva y luego describe un círculo con el automóvil. La asociación de la soñante para el Lago Zúrich fue su análisis actual, el cual por cierto la había llevado a un lago, y la primera parte con la aparición del castillo es como una propicia insinuación visionaria del Sí Mismo. Entre otras cosas, el castillo es un conocido símbolo de María y como tal constituye también un vínculo de la tercera parte del sueño. La segunda parte del sueño representa un par de amantes intentando reunirse –en este caso, la coniunctio interior o la unificación de los opuestos- y cómo la soñante ha imaginado tomar parte activa en efectuar esta unificación, pero es obstruida en esto por las figuras de la sombra del tipo adolescente de risa fingida. Obviamente ella es incapaz de servir a lareligiosé del dios Eros: aquí entra también un frívolo y egoísta elemento, algo infantil que le evita apropiarse de la experiencia del amor, y por tanto de ella misma como una mujer totalmente seria. Este desliz conduce a la pavorosa imagen de la tercera parte del sueño, la cocina de la bruja. La Señora Aron era una conocida de la soñante y era una devota fanática del comunismo. La Señora Meier, como ella nos cuenta, era una mujer neurótica quien era amiga de los Arons. Aquí el sueño nos dice que el comunismo, desde un punto de vista espiritual, pertenece a la cocina de la bruja. La producción de María en la forma del “fantasma de una bruja” muestra la distorsión completa de la religio en el reino de la sombra: un humano la asume para controlar las figuras divinas como si ellas fueran objetos, mientras que de hecho ellas estaban presentes como arquetipos mucho antes de que su ego estuviera allí y originalmente la proveyera con todas sus ideas acerca de su naturaleza. Durante el conjuro la soñante supuestamente mira los trabajos de Franz Masereel. Las escenas en el sueño nos evocan la mayor parte de su muy conocida “Danza de la Muerte”. Esto, de acuerdo con el sueño, es el infierno que los enemigos de ciertas personas han preparado, y aquí está entrelazado con la consideración de que estas últimas personas probablemente habían hecho lo mismo a las primeras. Este infierno muestra lo que sucede cuando un conflicto ideológico no es retirado de su proyección sobre el exterior –ello conduce al infierno de los afectos negativos, a la injusticia y la venganza en un interminable tira y afloja, en un individuo así como en las vidas de las naciones. El repentino sonido penetrante o deformado recuerda al perturbador “gssh” en el sueño previo y también la última observación de la mujer de que uno no “raja o corta” al inconsciente. Estos claramente tienen que ver con el peligro de una repentina explosión de afecto autónoma. Los pacientes a veces describen el momento del brote de la esquizofrenia como algo parecido a un disparo de pistola retumbante en sus cabezas o como algo rasgándose. La idea del “estallido” mental de alguien está relacionada además con esta clase de evento afectivo. Es la excesividad del afecto lo que induce a la situación a tomar un mal giro irreversible sin esperanza en la forma de una acción agresiva, o de otro modo insano, o a una decisión fatal. En la vida de la colectividad esto corresponde a una declaración de guerra o a un ataque militar. 97
En la cocina de la bruja, las proyecciones negativas no son procesadas sino alimentadas, y los símbolos religiosos de la psique se presentan no más que como una ilusión humana- controlada. El procedimiento mágico descrito es interesante, pues el recipiente es muy claramente un bainmarie, el balneum Mariae de los profetas Judíos, la gran mujer alquimista.(36) También el huevo y el anillo dorado, los dos ingredientes más importantes, son conocidos símbolos alquímicos y representan el Sí Mismo como prima materia, “la cual contiene en sí misma todo de lo que se tiene necesidad”, y como el mandala dorado perfecto.(37)Pero la Comunista Señora Aron, quien está cocinando estas sustancias, solo está tratando de demostrar de este modo que María es el fantasma de una bruja, es decir, una ilusión creada por los seres humanos, como por cierto los comunistas en realidad dicen acerca de los símbolos religiosos, y como la soñante en cierto momento estuvo también inclinada a creer. Pues si esto es cierto, el ego no necesita situarse al servicio del proceso interno, sino que haciendo un gesto ilusorio de poder, puede pretender que tiene el control de todas las situaciones y que puede hacer con ellas lo que guste. Ya que en esta clase de magia existe algo deshonesto e impuro, provoca el surgimiento de escepticismo racional como un contra-polo, el cual está encarnado en el Señor Robert. El “Renacimiento” Comunista, por ejemplo, es también dicha postura. Mientras que la realidad de la psique permanezca sin ser aceptada, uno solo puede o insistir en la cruda realidad material de los fenómenos psíquicos como lo hace la magia (y en esto un intelectualismo latente desempeña cierta parte), o en su realidad puramente subjetiva-mental, como lo hacen las escuelas de pensamiento del Renacimiento (y en esto entra en escena furtivamente un materialismo filosófico). En estos términos en la psique de la soñante, la magia de la bruja y el obtuso escepticismo permanecen en desacuerdo, pero luego como un factor liberador en el sueño, aparece la amiga de la soñante, la Señora Lindner, quien personifica claramente la actitud que es correcta para la soñante. Los dos automóviles cuya colisión tiene que ser evitada bien pueden tener que ver con las dos actitudes psicológicas que están en vía de colisionar mutuamente, lo mágico y lo racional-escéptico. La creencia y el conocimiento son dos modos de progreso técnico (= automóvil) los cuales están también repetidas veces impulsándose de frente el uno contra el otro en la vida colectiva de nuestro tiempo, sin embargo, desde un punto de vista Junguiano, esto es un falso conflicto. La amiga de la soñante la Señora Lindner evita la posible colisión y retrocede; es decir, se distancia del problema y luego en su lugar describe un círculo con su automóvil. El dibujo del círculo protector es de hecho el más antiguo gesto religioso del hombre, con el cual desde tiempos inmemoriales él se ha protegido a sí mismo contra las influencias que amenazan a la psique con la disolución, tales como los afectos, las falsas ideas, y otros “espíritus malignos”. Esto no es un círculo de “magia negra”, porque la persona que lo dibuja en el sueño no es una bruja sino una mujer religiosa. El trabajo de la bruja, por contraste, está claramente inflado –como de hecho es el escepticismo de Robert, pues ¿cómo puede él afirmar con tal certeza que lo irracional no existe? Por consiguiente la Señora Lindner se detiene, un acto de humildad: la verdad es que no somos tan terriblemente “avanzados” como para ser capaces de hacer juicios sobre la realidad final de tales cosas. Tenemos que volver a la única cosa que podemos verdaderamente experimentar en forma directa, la psique, y la religiosé anda alrededor de sus contenidos. Solo de este modo puede el insensato conflicto entre la superstición y el racionalismo ser evitado. Su devota amiga Protestante la Señora Lindner (la soñante pertenece al grupo de campesinos Protestantes de Estiria que migraron allí desde Alemania) parece ser posiblemente una insinuación de que se admite un retorno a la Iglesia Protestante. Sin embargo, el siguiente sueño aporta un matiz diferente en esta consideración. El Baño del Invernadero 1. Estoy en una iglesia Católica, y con otras dos o tres personas estoy caminando por el lugar donde se desarrolla el rito sagrado. Yo recibo comunión de algún modo, pero esto es un ritual sacerdotal especial en el cual estoy incluida. Tengo una fuerte experiencia interna similar a una experiencia de realización, una experiencia de renovación, y estoy 98
muy feliz por ello –eso es lo que estaba buscando. Tengo que comprender eso claramente. Una especie de ayudante de iglesia o sacerdote de segunda clase escribe para mí el verso o las palabras que expresan el secreto de la experiencia. Frente a él está abierto el pequeño libro en el cual están escritas las palabras, y yo las leo (pero no puedo recordarlas cuando despierto). 2. Voy al retrete. Karl M. (el “autor” de Estiria, mi antiguo profesor y actual amigo) está sentado sobre el borde durmiendo. Yo levanto la tapa y el excremento está amontonado en el borde. Apesta terriblemente. Yo le digo a Karl M. que él no debería estar durmiendo allí en ese hedor. Él me mira extrañamente con sus soñolientos y furtivos ojos y luego vuelve a dormirse sentado. Yo estoy pasmada de que él pueda dormir en ese lugar inmundo. 3. La escuela. Las actividades escolares están comenzando de nuevo. Yo llego y explico a la directora de la escuela que aún estoy en licencia por razones de salud. Estoy muy feliz por esta licencia, porque significa obtener mi salud, y más allá de eso, un desarrollo que me liberará para un nivel superior de realización. Schulz (el director materialista de la escuela) está de pié allí recostado contra el muro con una mirada muy disgustada en su rostro. Yo le pregunto cómo está él. Él contesta, “No bien”. No bien en cuanto a la salud y despedido a causa de mi licencia. Yo voy por el tratamiento que se supone me ayudará. Supongo que seré bañada por Eberhard Müller (un simple trabajador quien a menudo hace tareas raras alrededor de nuestra casa. El baño está en un invernadero. Yo entro. La bañera está construida de un modo hermosamente moderno y el agua está corriendo dentro de ella. Está casi llena…. Eberhard Müller también se desnudará para el baño. Esto es bastante natural y me proporcionará una oportunidad para lograr conocerlo. Hacia la parte posterior, el área del baño ha sido espaciosamente extendida. Hay otras bañeras allí entre las plantas y las rocas. Luce más bien como una decoración de parque. El agua está fluyendo por todas partes. Yo camino por el área del baño (o parque) con mi amiga Lisbeth (profesora casada, además una buena ama de casa, artista, por lo general equilibrada y hasta moderada).... Nosotros estamos de pié más distantes al lado contrario donde están los manantiales que alimentan los baños. Vemos tres de ellos, vaciando sus aguas espumosas entre las plantas y las rocas. Yo le digo a Lisbeth que esa es la más bella parte de esta instalación. Vamos un poco más arriba del baño. Lisbeth tiene proyectiles en su cuerpo. Ellos son pequeñas y grandes agujas de plata que se mueven casi de un modo peligroso en su cuerpo (agujas metálicas relucientes que brillan como plata). Una parte de ellas se mueve luego hacia su pecho, dentro de su pecho, lo cual es muy peligroso. Por tal razón ella no puede aún ser bañada. Otras personas han llegado, entre ellas también Frieda (una colega con orientación muy religiosa quien además tiene mucho sentido práctico). Todos ellos quieren ser bañados aquí. Las tinas van a ser ocupadas. Yo desciendo a donde una mujer tiene un retrete y un arreglo de lavamanos, pero más lejos en la parte posterior, hay un compartimiento de baño, y yo la llamo para preguntarle si yo podría ser bañada allí. Todavía hay agua caliente para mí, y la mujer de inmediato la pone a correr dentro del profundo flujo intercalado de la palangana. 4. Estoy en una pensión o en un hotel y despierto en mi espacioso cuarto. El problema del reloj y la hora. Cerca de mí una segunda cama está preparada. La puerta doble se abre, y una joven entra, sosteniendo un niño. Ella está vestida y quiere ir a la iglesia. Coloca al niño en la orilla de mi cama y lo arregla también porque se supone que va con nosotros a la iglesia. Ella se excusa por entrar a mi cuarto, lo cual no es habitual, pero ella tenía que pasar. En la primera parte del sueño, una iglesia Católica es el asiento de una experiencia mayor, pero más tarde Lisbeth y Frieda aparecen como figuras positivas, ninguna de las dos son Católicas. En consecuencia me parece que para el inconsciente el punto importante no es tanto una denominación 99
particular como sí una actitud religiosa auténtica, no importando qué sistema se experimente adentro. La primera parte atañe a la redacción de una experiencia interna con un sentido de servicio que la hace parecer como una tarea religiosa. La persona que la escribe es un sacerdote de segunda clase o un sirviente, lo cual sugiere una actitud humilde de servicio. El ego debe tomar una posición de segunda-clase ante el Sí Mismo. Luego viene la escena que interpretamos antes con el autor Karl M., quien representa lo opuesto del sacerdote-sirviente quien escribió la experiencia. El es un periodista ambicioso y por tanto puede no tener nada que ver con la actividad de dar forma creativa a la experiencia religiosa. Luego sigue el baño alquímico de la salud y el bautismo. El hombre que se supone ejecuta esto tiene un nombre que contiene la palabra Eber (Alemán, “jabalí”), y es un simple obrero. La gran emocionalidad salvaje que el jabalí encarnaba en el anterior sueño se ha convertido ahora en un obrero, es decir, ¡se ha convertido en energía de trabajo al servicio de la labor interior! El materialista Schulz en la soñante, por otra parte, no está bien cuando ella retorna a su trabajo interior. Pero también la figura extremamente positiva de su amiga Lisbeth está llena de agujas de plata y por tanto no puede entrar al baño. Esto es un viejo motivo de magia, las agujas demoníacas o “cerriones”, los cuales, por ejemplo, los chamanes Siberianos envían para afligir a sus rivales. Psicológicamente, estas agujas simbolizan proyecciones negativas, que tienen que ser hechas conscientes desde el primer momento. En cualquier punto en que seamos todavía inconscientes y proyectemos nuestros propios elementos de sombra, somos al mismo tiempo especialmente sensitivos a las “púas” de nuestro querido prójimo hombres y mujeres, y esto puede incluso llegar hasta el desarrollo de ideas de persecución. La sombra de bruja de las mujeres a menudo sobresale ¡enviando y recibiendo estas “púas”! Finalmente por último la soñante misma puede entrar al baño renovador y así nacer de nuevo por fuera de las aguas del inconsciente. El renacido niño, sin embargo, como la siguiente parte del sueño muestra, no es su ego, sino el Sí Mismo (representado por el niño desconocido que la mujer desconocida coloca sobre su cama), y el niño tiene que ir a la iglesia, es decir, a un servicio religioso. La mujer que lo lleva a la iglesia es desconocida, significando que su propia actitud religiosa adecuada es aún desconocida para la soñante, pero que esta actitud por lo menos ya ha sido despertada dentro del inconsciente y está presente. El desarrollo adicional de la situación no fue tan dichoso como quizás hubiéramos podido esperar según este último motivo. Una de las conocidas de la soñante llegó para reunirse con ella, para medio compartir su nueva experiencia y medio destruirla de celos. Ella tuvo éxito en sembrar la desconfianza en el análisis, y por eso la analizando no volvió durante sus subsiguientes vacaciones a continuar el análisis, lo cual en cierto modo excusó diciendo que era demasiado costoso para ella. La soñante, es cierto, estaba en una mejor situación. Se había sanado de sus síntomas, las migrañas y el chillido. No obstante, la evolución creativo-religiosa pronosticada en sus sueños no avanzó más allá. La sombra realista-negativa, en forma proyectada, intervino. Como resultado la analizando se involucró con un movimiento espiritual que propugnaba por las enseñanzas intuitivo-simbólicas. De este modo, el abuelo-mago de quien la soñante no quería separarse al final del sueño inicial, recuperó parcialmente la posesión de ella. El final del sueño inicial por cierto a menudo “profetiza” el curso de un tratamiento –sin embargo aún falta por verse si el “mago” no podría posiblemente morir mas tarde. Una vida humana perdura más tiempo que el análisis de dos cortas vacaciones de verano, y no podemos saber si y cuando la apropiada religioprevalecerá en la psique de la soñante por encima del mago, el escéptico, el autor durmiente, la bruja y las chicas frívolas. A pesar de eso estos sueños me parece que iluminan con vívida claridad el proceso de individuación como un fenómeno religioso primal. Ellos también muestran que las actitudes dentro de la psique por lo general estorban este proceso. Estas muchas influencias obstaculizadoras, las cuales están en parte representadas por las 100
figuras de la sombra y en parte por las personificaciones del ánimus, se ven en forma notablemente clara en estos sueños, que contrastan con las sublimes pero vagas y desconocidas formas del Sí Mismo. Esto demuestra que la tendencia hacia la individuación todavía había sido solo muy levemente comprendida en la soñante. Solo tales figuras positivas como Lisbeth y Frieda están más agudamente bosquejadas. De manera que la soñante, para progresar, debería haber empezado con ellas, es decir, debería haber intentado adoptar dentro de ella misma sus actitudes hacia la vida. Aunque estas mujeres eran miembros de diferentes denominaciones, de acuerdo con la soñante, ellas eran al mismo tiempo religiosas y estaban arraigadas en la vida práctica. Ellas juntan de manera adecuada los dos aspectos de la vida que en su caso estaban extensivamente separados, y por tanto eran usadas por el inconsciente como modelos de una actitud correcta. Además, desde mi punto de vista, estos pocos sueños (y ellos representan solo una delgada selección de un flujo de sueños arquetípicos similares) nos muestran algo que podría quizás ser calificado como una tendencia religiosa fundamental de la psique, una tendencia que es inextricablemente inseparable del proceso de individuación, y asimismo, abarca todas las potencialidades creativas de la personalidad. NOTAS 1. C. G. Jung, Psicología y Religión, CW 11, p. 8. 2. La soñante misma, espontáneamente, dio títulos a sus sueños cuando los escribió para mí. 3. Sobre esto, ver también mi discusión en La Pasión de Perpetua (Dallas: Spring Publications, 1980), pp. 16ss. 4. C. A. Meier, Der Tratum als Medizin (Zurich: Daimon, 1985). Publicado en inglés como El Sueño Saludable y el Ritual: La Incubación Antigua y la Psicoterapia Moderna (Evanston, III.: Northwestern University Press, 1967). 5. Meier, Der Traum als Medizin, p. 78. 6. Ibid, p. 84. 7. Cf. Jung. “Psicología de la Transferencia”, CW 16, pp. 307ss. El mayor papel representado por el hermafrodita en el simbolismo de la alquimia está conectado con la “impura” mezcla de la materia y la psique inconsciente, algo de lo que los alquimistas no eran conscientes. 8. Jung, CW 8, pp.189ss. 9. In stercore invenitur: “descubierto entre el excremento” –El traductor de la versión inglesa. 10 Cf. Jung, “El Espíritu Mercurio”, CW 13. 11 Ignotum per ignotius: “lo desconocido de lo más desconocido”. -El traductor de la versión inglesa. 12 Cf. C. G. Jung y C. Kerényi, Einführung in das Wesen der Mythologie (Zurich: Rhein-Verlag, 1951), p. 113. Publicado en Inglés como Ensayos sobre una Ciencia de la Mitología (Princeton: Princeton University Press, Bollingen Series, 1973). 13 Ibíd. 14 Ibíd., p. 114 15 Ibíd., p. 115. 16 De acuerdo con las asociaciones de la soñante, esto es lo que Roma significaba para ella. Ella nunca había estado realmente en Roma. 17 Yo presumo en este caso familiaridad con la tipología Junguiana, el lector es referido a los Tipos Psicológicos de Jung, CW 6. 18 Cf. Emma Jung y Marie-Louise von Franz, La Leyenda del Grial (Boston: Sigo Press, 1986). 19 Cf. Jung, “Paracelso como Fenómeno Espiritual”, CW 13, para. 176, p. 140. 20 El Principio de Individuación en sentido estricto. –El traductor versión inglesa. 21 Jung, CW 13, para. 176. 22 Ver H. Von Beit, Symbolik des Märchens (Simbolismo de los Cuentos de Hadas) (Bern, 19521957), vol. 2, pp. 380ss. 101
23 El color verde, como el color de la superficie de la tierra, está usualmente conectado con la función de la sensación. 24 El lugar donde la soñante vivió durante el análisis. 25 Ocho es un número que indica la totalidad. 26 Police ship = ¡supervision moral! 27 Medianoche, como la “hora encantadora” es de hecho peligrosa aquí. 28 El relato de la soñante en este caso contiene palabras que no existen realmente en el lenguaje Alemán pero aún transmiten algún significado. Estas palabras, zickt y zermessert, han sido interpretadas como “necio” y “rajar”. Debe notarse que ambas pseudo-palabras Alemanas comienzan con el sonido agudo ts de la z Alemana. –El traductor de la versión inglesa. 29 Esta es la forma adverbial del latín religio, que significa “rectitud, escrupulosidad, exactitud”. Este fue un término clave para Jung. Dos pequeñas citas pueden servir para definir y dar un sentido del sabor que el término tenía para él: “...el significado original de la palabra religio –una cuidadosa observación y consideración de.... lo numinoso”. Y de nuevo: “Pero afortunadamente el hombre tenía religio, es decir que él ´cuidadosamente tenía¨ en cuenta´ su experiencia”. CW 11, pp. 596, 43. –El traductor de la versión inglesa. 30 La asociación de la soñante para “reunión” fue Navidad. 31 El nombre de esta principal ciudad Alemana podría ser literalmente traducido como “ciudad intestino”, aunque esta no es la derivación real del nombre. –Nota del traductor al inglés. 32 En el yoga tantra, esto corresponde al centro del fuego, manipura. 33 Los Indígenas Naskapi de la Península de Labrador tienen una concepción similar. 34 Aquí el alemán da palabras parciales basadas en la memoria incompleta de ciertos sonidos, los cuales una traducción solo puede interpretar por analogía. La soñante recordaba una palabra de sonido agudo con err en ella y conjeturó que contenía zerr o herrsch. Estas pueden tomarse como los radicales de verbos que significan “deformar” y “maestro”. Debe notarse que una tiene el sonido agudo ts de la z alemana y la otra un sonido agudo shh. –El traductor de la versión inglesa. 35 Este término un tanto anticuado (Wasserbad en alemán) se refiere a una gran olla de agua en la cual los contenidos de una olla más pequeña en ciertos modos inmersos en ella pueden calentarse – en efecto, la parte inferior más grande de un hervidor doble. Como será provechoso saber más tarde, esta pieza de cocina o (antiguamente) aparato químico es también conocida en alemán como un Marienbad, que significa literalmente “baño de María”. Este es análogo al vocablo Francés bainMarie, también usado en inglés. La fuente de estos términos es el Latín balneum Mariae. – El traductor de la versión inglesa. 36 Cf. Jung, CW 12, p. 225. [Esta alquimista es conocida más usualmente como María Profetisa. – El traductor versión inglesa]. 37 Jung, CW 12, p. 173s.
ALGUNOS ASPECTOS DE LA TRANSFERENCIA Este documento es la sexta parte del Capítulo 6 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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Me pidieron que hablara sobre algunos de los más profundos aspectos del problema de la transferencia, y estuve de acuerdo, quizás un poco precipitadamente, pues debo admitir abiertamente que no me siento calificada para esta tarea. Cuando Jung había terminado Mysterium Coniunctionis, él mismo dijo, “Creo que no he dicho todo sobre este tema aquí; hay mucho más 102
todavía, pero lo he dado a conocer hasta donde pude”. Por consiguiente ¿qué puede agregarse por parte de alguien como yo? De manera que sólo voy a hablar de algunos aspectos del problema sobre el que he tenido al menos atisbos de comprensión. Me parece que es útil en primer lugar dividir el problema en cuatro aspectos principales: (1) la identidad arcaica, (2) las proyecciones mutuas, (3) las relaciones personales, (4) la unión predestinada en la “eternidad”. En la práctica no es el primer aspecto el que más claramente aparece al comienzo, sino más bien el segundo. Estamos tratando en este caso con el hecho, ya discernido por Freud, de que muchas proyecciones derivadas de las relaciones familiares entran en la transferencia –transferencia de las imágenes de padre y madre y de las imágenes de hermano y hermana- y esto crea una atracción erótica poco realista oscurecida por las exigencias y prejuicios infantiles. Como Hans Dieckmann lo ha confirmado en sus experimentos, estas proyecciones además constelan en el analista todas las imágenes paralelas que aún no han sido conscientemente procesadas, y como resultado se manifiesta en forma casi inmediata, un entrampamiento de los problemas de ambas partes. Un complejo materno negativo de un analizando, por ejemplo, evoca imágenes negativas similares en la memoria del analista. En el aspecto positivo, esto forma la base para la empatía y comprensión del analista; pero existe también el lado negativo, una inconsciencia común, la cual, entre otras cosas, puede necesitar de la guía de los colegas del analista. El primer aspecto: cuando hablamos de “proyecciones” en esta etapa de los acontecimientos, debemos recordar que Jung, en su definición de este concepto, (1) dice que nosotros solo podemos hablar de proyecciones cuando hay una perturbación o una duda inconsciente que hace que el predominante punto de vista respecto de la pareja ya no parezca encajar; antes de este punto está la identidad arcaica (por lo cual he designado a esto la primera fase). Creo que a menudo nos equivocamos al considerar esto en nuestro trabajo práctico: hablamos al analizando sobre una “proyección” porque nosotros mismos la vemos como tal (es decir, dudamos), incluso al punto en que todavía no ha habido indicio –por ejemplo, en los sueños- de lo que podría aclarar esta duda al analizando. Esto despierta entonces la resistencia justificada e innecesaria en el analizando. Considero que es correcto con respecto a esta primera fase simplemente comportarse con el analizando de acuerdo con el modo en que uno en realidad se siente, pero sin ninguna confrontación verbal. Por ejemplo, uno podría reaccionar a una demanda de maternidad simplemente expresando la propia falta de tiempo o de deseo para esto, sin acusar al otro de proyectar la madre sobre uno. Con el tiempo, esto tan solo da lugar a la susodicha perturbación o duda en el otro, la cual se refleja en su mayor parte en los sueños. Solo en ese punto, en mi opinión, ha llegado el momento correcto para hablar abiertamente de una proyección. Esto se debe a que la etapa precedente tiene una función vital que no debe ser prematuramente interrumpida, ya que a menudo constituye el vehículo para el comienzo del tratamiento. Esta es además la razón de que los experimentos de grupo sean de tan dudoso valor –porque, como es de conocimiento general, a través de ellos el fenómeno de la transferencia se mantiene bajo control. El mismo problema se verifica para el analista: él debe permitir que la identidad arcaica en sí mismo viva también. He notado en mi propio caso que a veces he experimentado relativamente intensas fascinaciones de contra-transferencia con analizandos quienes desde mi punto de vista consciente no parecían particularmente agradables, y en estos casos de manera regular resultó que había un grave problema o una amenaza de muerte que yo había fracasado en reconocer. Una vez la condición del analizando mejoraba, toda la fascinación desaparecería como por magia. Especialmente una inminencia de muerte no reconocida tenía este efecto. Me parece que de este modo la naturaleza, es decir, el inconsciente, estaba tratando simplemente de forzar la necesaria participación emocional y el esfuerzo de comprensión sobre mí, ya que mi aproximación consciente era inadecuada. Si en estos casos yo hubiera tratado de descartar prematuramente esta fascinación como una “proyección”, no habría sido capaz de funcionar de manera positiva a favor del analizando. Por consiguiente me parece que, tan incómodo como pueda ser, uno debe dejar que la primera fase de la identificación arcaica siga su curso; y si yo comprendo acertadamente a Jung, él 103
mismo hizo esto también. De hecho, cuando miramos los primeros cuadros de la serie alquímica del Rosarium Philosophorum, (2) donde el rey y la reina se encuentran el uno al otro, descubrimos que una encantadora y positiva relación de amor tiene lugar, un toque de las manos abandonadas de los dos. Solo siguiendo eso el baño, la nigredo, y la muerte ocurren, es decir, aquellas perturbaciones que nos requieren emprender el trabajo de efectuar el reconocimiento consciente de las proyecciones. El segundo aspecto: efectuar el reconocimiento consciente de las proyecciones me parece que es, ante todo, un problema moral. He visto con frecuencia analistas que tienden de manera intelectual y prematura a descartar como una proyección la fascinación romántica de un analizando en la que ellos no habían deseado involucrarse, sin ninguna consideración por si había llegado o no el momento para esto, como algo indicado por la vida interior del analizando. A la inversa, muchos no interpretan sus propias fantasías de amor como proyecciones sino más bien como relaciones necesarias “destinadas” por la vida o el Sí Mismo, solo porque este es realmente su propio deseo secreto. De este modo uno está simplemente prendado de un anhelo inconsciente o tendencia al rechazo, con resultados negativos para ambas partes involucradas. Como ya lo he dicho, me parece más adecuado si por ejemplo está presente una transferencia materna, en la medida en que uno la sienta, incluso ser maternal hasta que la proyección haya madurado para hablar al respecto. Me ha impresionado particularmente el hecho de que a menudo casi compulsivamente vehemente los fenómenos de la transferencia aparecen en casos donde el analizando ha tenido que ser forzado a relacionarse con el proceso interno, porque de otro modo él o ella, más allá de la resistencia o la superficialidad, tendrían que huir de ella. “Analizar la transferencia” continuamente, como los Junguianos de la Sociedad de Psicología Analítica de Londres lo hacen, lo considero francamente perjudicial en tales situaciones. La cualidad dolorosa, pegajosa, e irresuelta de la situación simplemente debe ser soportada por ambos lados. De hecho, Jung escribe en una carta que la gente se enreda en el amor no correspondido cuando es importante para ellos evitar una experiencia erótica porque dicha experiencia podría desviarlos de la meta de la individuación, es decir, del esfuerzo hacia una mayor consciencia. (3) A veces he observado también a un analista de sexo masculino no ponerse a disposición de la “justificada” demanda emocional de una analizando mujer dando lugar de este modo a una innecesaria pérdida de tiempo y energía y a causar innecesarias lágrimas en la paciente. En esos casos, después de un tiempo la transferencia repercute sobre otra pareja con quien el potencial para la relación es mejor. El tercer aspecto, el cual debe ser parte del análisis desde el mismo comienzo pero a menudo por su naturaleza solo puede desarrollarse de manera gradual, es el de las relaciones personales o incluso de amistad. Naturalmente esto no puede efectuarse con todos los analizandos, y especialmente la estrechez o lejanía de tales relaciones varía de acuerdo a factores incalculables e imponderables. De esta manera Jung escribe en una carta a un analista: Una de las más importantes y difíciles tareas en el proceso de la individuación es salvar la distancia entre las personas. Existe siempre el peligro de que la distancia sea interrumpida por un solo individuo, y esto invariablemente dará lugar a un sentimiento de violación seguido de resentimiento. Toda relación tiene su distancia óptima, la cual por supuesto, tiene que ser encontrada por ensayo y error. El problema es particularmente delicado con las mujeres, donde la sexualidad es apta para erigir su endiablado título. Debe prestarse atención escrupulosa a las resistencias. Ellas difícilmente pueden ser tomadas en serio, ya que uno está demasiado propenso al auto-engaño. (4) Mientras muchos analizandos impactados de amor pueden buscar imponerse sobre nosotros reduciendo la distancia demasiado, hay otros que no quieren una relación personal. Ellos quieren que permanezcamos para ellos como un mecánico que repara un automóvil, nada más que un taller 104
psíquico impersonal. Y entre estos extremos existen mil matices. Incluso en el analista existen ambos extremos. Existe ya sea una tendencia a formar una relación familiar, amorosa, y adoptar al analizando como pareja, hijo, hija o similares, reduciendo así la distancia demasiado; o a aceptar la aproximación de una persona pretenciosa y pomposa cínicamente apartada quien “derrama el proceso interno en las cloacas”, como Jung en una ocasión lo formuló, es decir, negando toda necesidad de contacto humano. Y entre los dos una vez más existen todos los mil matices que son tan difíciles para precisar y entre los cuales la posición intermedia óptima es tan difícil de encontrar. Especialmente en la esfera del primer y segundo aspectos, la identificación arcaica y el reconocimiento consciente de las proyecciones, está por supuesto la sombra de poder que representa el papel del gran destructor, contra lo cual Adolf Guggenbühl-Craig nos ha advertido en su libro El Poder en las Profesiones de Ayuda. “Donde el amor está ausente, el poder ocupa el vacío”, dice Jung. Como parte de la sombra de poder encontramos en ambos aspectos no solo el impulso de competir y dominar; existe también la urgencia del analista de curar, el cual no es el menor componente aquí. Yo recuerdo con respecto a esto, mi primer análisis con una analizando seriamente perturbada, un caso limítrofe. Traté desesperadamente con todas las fuerzas a mi disposición de prevenirla de introducirse en un episodio psicótico. En ese punto Jung me había venido a ver. Él escuchó toda la historia y luego dijo muy seriamente, “¿Qué la hace a usted estar tan segura de que la analizando no tiene que pasar por una digresión? Muchas personas mejoran después de un episodio tal. ¿Qué la hace a usted pensar que conoce su destino tan precisamente? “Quizás usted esté obstruyendo el problema real que de acuerdo con Dios debería suceder”. Me quedé pasmada, y luego yo vi por primera vez que mi urgencia de producir un mejoramiento era un juego de poder. Cuando me solté de mi extraviado empuje, la analizando mejoró en lugar de caer en una digresión. Más tarde me impresionó profundamente encontrar lo siguiente en una guía de exorcismo medieval para sacerdotes: el sacerdote debe primero intentar descubrir internamente por medio de la silenciosa oración si Dios quiere liberar a la afligida persona del demonio atormentador, o si en su misteriosa sabiduría la quiere para mantener su sufrimiento y su apuro con éste. Solo cuando lo primero parece ser el caso el sacerdote debe prepararse para una ceremonia de curación. Demasiada ayuda espiritual cristiana es, como Jung escribió una vez, “una invasión de la voluntad del otro. Uno debe comportarse como alguien que está ofreciendo una oportunidad que puede ser tomada o hecha a un lado. De otra manera uno se mete en dificultades. Esto es así, ya que el ser humano no es totalmente bueno, sino que es casi la mitad de un diablo. (5) Sin embargo Jung también rechazó el cínico desprendimiento que deja todo a Dios o al destino así como la urgencia por hacer demasiado. Adherirse estrictamente a un punto medio entre estos dos extremos me parece una tarea muy difícil por cierto, pues ello varía de persona a persona y de momento a momento. No creo que sea posible manejar esto. La única cosa que puede ayudar es estar en el Tao, de modo que lo que se debe o no se debe hacer en este caso y en este momento puede llegarle a uno de manera instintiva desde el propio Sí Mismo. Pero por supuesto nosotros no estamos siempre de ninguna manera en el Tao, en verdadero contacto interior con el Sí Mismo, o por lo menos yo no. La situación desde el principio, pero con incremento de la intensidad en la tercera fase, es tal que uno no puede funcionar más en absoluto usando reglas y discernimientos conceptuales o sentimientos personales; desde la tercera fase, toda importancia crucial en el trabajo depende de uno mismo y de hasta donde uno ha evolucionado; pues aquí todos los puntos de referencia general desaparecen, y se vuelve un asunto de un encuentro humano único con su propio tiempo único. Las situaciones surgen repetidamente en un diálogo analítico en el cual se tiene que reaccionar de inmediato, con velocidad de rayo. En ese punto no es solo lo que uno piensa o dice o siente que es decisivo, sino el tono de apertura en la voz de uno, un movimiento involuntario, una vacilación – todo se vuelve crucial. De manera que en este momento lo que cuenta es solo lo que se es y hasta dónde se ha llegado en el propio desarrollo de uno, de ninguna manera ningún “comportamiento” aprendido conscientemente, por bien intencionado que pueda ser. 105
Esto nos lleva al cuarto aspecto, el cual he llamado una “unión predestinada en la eternidad”, el verdadero mysterium coniunctionis. Esta etapa tiene que ver con la experiencia del Sí Mismo, la totalidad interior que no puede ser comprendida intelectualmente, sino solo por medio del amor. Jung escribe: “Este amor no es transferencia y no es la ordinaria amistad o simpatía. Es más primitivo, más prístino y más espiritual que cualquier cosa que podamos describir.” (6) En esta esfera, ya no son más dos individuos relacionados el uno con el otro en el nivel personal, sino los “muchos, incluyéndose a sí mismo y a todos a quienes el corazón usted toque.” (7) Allí, “no hay distancia, sino presencia inmediata. Es un secreto eterno....”. (8) En cierto sentido, en la manifestación de este cuarto aspecto tiene lugar un retorno al primer aspecto, pero en un nivel superior, más consciente. Por esa razón un indicio de esta etapa superior está ya presente en la primera y da lugar a la profundidad de pasión con la cual muchos tratan de perseverar en la etapa de la participación mística y rechazar un convenio consciente con, y un reconocimiento de, la limitada realidad humana. Jung dijo en la carta citada arriba que este aspecto del amor es más primitivo y más espiritual que la transferencia, la amistad y la simpatía en el sentido usual de la palabra. Esta es la razón para las extrañas paradojas por medio de las cuales el simbolismo de la coniunctio de la alquimia intenta representar esta clase de relaciones. Me gustaría intentar ilustrarlo por medio del sueño de una joven mujer. Ella lo tuvo durante la última guerra mundial en el momento en el cual la soñante estaba resolviendo aceptar su transferencia. El sueño es como sigue. Yo estoy en Múnich en un edificio administrativo dentro del cual yo sé que Hitler se encuentra. Para mi asombro, no está protegido. Curiosa, entro e inmediatamente me encuentro cara a cara con Hitler. Yo estoy sosteniendo una pistola en mi mano y de repente me llama la atención el pensamiento de que esta es una oportunidad única. Le disparo a Hitler y me alejo. (Allí sigue una larga secuencia de huida). Finalmente me encuentro de pie sobre una sucia huella en los campos hacia la frontera Suiza en mi camino de regreso a casa. Veo en frente de mí un gallo blanco con una multitud de gallinas caminando en la misma dirección. El gallo me pregunta si yo lo introduciría a él y a sus gallinas a Suiza conmigo. Yo estoy de acuerdo, pero con la condición de que en el camino no debe haber ninguna relación sexual. El gallo asiente, y una voz dice: “Y así ellos siguieron, como un abad con sus religiosas”. Mientras continuamos, yo veo a una amable pareja humana quienes también están en su camino a la frontera. Ellos visten doradas coronas sobre sus cabezas. Es un rey y su reina. Ya que ellos parecen ser muy extraños para el mundo, yo los invito a venir con nosotros, y ellos aceptan agradecidamente. Por la noche nos dirigimos a cruzar la frontera. Los guardias Suizos nos ponen en cuarentena, donde supuestamente permanecemos durante cuatro semanas. Ellos exigen que los huevos puestos por las gallinas durante este tiempo debieran pertenecer al estado Suizo. El disparo de Hitler significa zafarse del poder del ánimus que está estancado en el camino del proceso de individuación. Luego viene el vuelo a Suiza, de vuelta a casa, es decir, al lugar interior al que uno pertenece y a la tierra de la libertad. El aspecto primitivo, primordial de la coniunctio, como Jung lo calificó, está representado por el gallo y sus gallinas, una imagen que además ocurre en el simbolismo alquímico. De este manera el alquimista árabe Senior describe cómo la sustancia lunar dice al sol, “Oh sol, yo te necesito, como el gallo necesita a la gallina.” (9) En otros textos es un lobo y un perro, un venado y un unicornio, u otros animales que representan este aspecto. Los huevos que entran en escena al final del sueño son una conocida imagen del material inicial del proceso de individuación. En el sueño esta multitud de pollos tiene una disciplina espiritual que le es impuesta, de manera que su naturaleza animal no planteará un obstáculo en su camino a la libertad interior. De acuerdo con la cita precedente de Senior, el gallo y la gallina en realidad representan el sol y la luna, como el rey y la reina lo hacen en el simbolismo alquímico. En este caso la pareja real que aparece luego en el sueño significa en realidad el otro aspecto de la misma cosa. Esto recuerda una de las advertencias de Jung de que esta forma deconiunctio, el hierosgamos, es más primitiva y más espiritual que cualquier cosa que podamos describir. El rey y la reina, así como 106
los animales, representan algo completamente transpersonal, semejante a algo que existe en el reino de lo divino, más allá del espacio y el tiempo. Es por eso que el sueño nos dice que la pareja real son “extraños para el mundo”. El ego humano tiene que ayudarlos a moverse en la esfera concreta. El sueño bellamente describe la posición intermedia del ego, el cual por una parte impone cierta disciplina espiritual sobre los animales y por la otra tiene que proveer a la pareja real con un elemento de realidad terrenal. El sentimiento para este punto medio constela esmero sin fin, pero como Jung señaló, es de vital importancia no solo para el individuo sino también para el progreso moral y espiritual de la humanidad. Así, si el psicoterapeuta trabaja sobre esto, él está trabajando no solo por estos pacientes individuales sino además para su propia alma, y tan pequeña como su realización pudiera ser, está efectuada en un lugar al cual elnumen ha migrado en la actualidad, es decir, un lugar al cual los problemas de la humanidad se han trasladado. (10) Esa es también la razón de que en este sueño un pedazo de historia mundial posible, el asesinato de Hitler, aparece como una reacción al hecho de que la soñante ha decidido tomar su transferencia en serio. Es por eso que el inconsciente a menudo usa tan cósmicas y elevadas imágenes para expresar el problema de la transferencia, es decir, para expresar que algo significativo estaba sucediendo. En estos términos una analizando una vez soñó después de que había visto la película Hiroshima, Mon Amour que o los amantes serían capaces de estar juntos adecuadamente o la bomba atómica explotaría. De este modo el inconsciente estaba diciendo que algo definitivo y crucial estaba sucediendo. Cuan significativo el problema del amor es considerado por el inconsciente también puede ser ilustrado por el siguiente sueño. Fue soñado por una mujer de mediana edad quien había experimentado un profundo amor por un hombre casado, al cual él había correspondido; pero ella en parte había continuado la lucha contra este amor por razones convencionales y racionales. Aquí está el sueño. Escucho el poderoso y profundo sonido de una campana de bronce, un extraordinario campaneo, como nunca había escuchado o imaginado, un sonido desde el más allá, de extraordinaria belleza, ¡irresistible! Fascinada, yo bajo, pues de alguna manera tenía que llegar a la fuente de este sonido, la cual solo podía ser divina. Ya que el sonido me pareció sagrado, pensé que podía provenir de una iglesia, y al instante estaba en una iglesia del más puro estilo Gótico, de piedra blanca, y estaba alistándome para subir a la torre de la campana para encontrar la campana, la fuente de este solemne y rítmico repique, que yo aún podía oír. Sin embargo todo cambió. La iglesia se convirtió en una ancha bóveda, como la nave de una catedral, hecha de un material transparente vivo, de color rojonaranja, bañada en una luz rojiza y soportada por un bosque de pilares que me evocaban las estalactitas en una cueva que yo había visto una vez en España. Por un momento me vi a mi misma como de pié minúscula y sola en esta inmensa sala. Era mi corazón. Yo estaba de pie en el interior de mi propio corazón, y me di cuenta en este momento que el maravilloso sonido de la campana, el cual yo podía aún escuchar, no era otra cosa que el latido de mi propio corazón, o que este sonido externo y el latido de mi corazón eran una y la misma cosa. Ellos estaban latiendo al mismo ritmo. El macrocosmos y el microcosmos estaban sincronizados; el ritmo del corazón del mundo y mi propio corazón eran idénticos. Pienso que este sueño no requiere interpretación. Habla por sí mismo y muestra cómo el Eros y el individuo son inextricablemente inseparables. Me gustaría referirme en este punto una vez más al sueño de un hombre casado que he discutido brevemente en otra conferencia. (11) Él estaba enamorado de una mujer casada, Alberta, y tenía una relación sexual con ella. En el momento del sueño ambas partes estaban pensando en divorciarse. Yo estaba con mi profesor, una presencia invisible, al borde de una esfera que él había descrito como “la realidad final”, algo sin tiempo ni espacio, indescriptible. Solo quienes la han visto pueden comprender esta experiencia como un “todo-nada”, un “en todas partes-en ninguna parte”, un 107
“todos-nadie”, como “la palabra que no ha sido todavía pronunciada”. De algún modo el profesor me ayudó a escoger dos seres o dos algo de esta realidad esencial. Yo no los veo, pero sabía de ellos. Para hacerlos visibles, el profesor me ayudó a extraer una materia neblinosa de color grisplateada del espacio en el que estábamos flotando, y con eso cubrimos a los dos seres y a un tercera cosa que los separaba a los dos. Cuando yo los vi, me llamó la atención un profundo aturdimiento. “¡Estos son ángeles!” grité. “Sí”, él respondió, “Ese es usted”. Vi la cortina gris que separaba a los dos ángeles, y el profesor explicó, “Ese es el velo de la ilusión”. Tenía cantidades de agujeros. Yo estaba profundamente conmovido y grité, “Oh, se está marchitando, se está marchitando”, y tuve el sentimiento de que miles de años que habían sido vividos completamente en la esperanza medioconsciente de que ello podría ser interrumpido, estaban ya cumplidos. Yo fui al ángel quien era “yo” y vi una cuerda de plata alargándose hacia abajo desde él en una muy minúscula criatura que era también “yo” en el reino de la ilusión. Otra cuerda bajaba penetrando en una mujer allí. Era Alberta. Los dos ángeles parecían idénticos y asexuados, y podían “pensar juntos” en una especie de identidad (lo que a veces me sucedía con Alberta en la realidad “allí abajo”). Y nosotros pensamos, “Dicha pequeña parte de nuestra consciencia vive en estas pequeñas criaturas, y ellos se preocupan por tales pequeñas cosas. ¡Pobres criaturitas!” Y vimos que su unión podía no efectuarse apropiadamente si las dos criaturitas no cumplían sus obligaciones con aquellos próximos a ellas más que seguir sus deseos egoístas. Y al mismo tiempo era claro para nosotros que ello sería un pecado contra aquella “realidad esencial” (¿un pecado contra el Espíritu Sagrado?) si no continuamos con el proceso de mutuo esfuerzo por la conciencia. En este caso la pareja alquímica real es reemplazada por dos ángeles, mensajeros de Dios. No obstante, ellos representan el mismo aspecto más profundo de la consciencia trascendente de la relación de amor, la cual, en esta fase de desarrollo había caído demasiado en el nivel sexual concreto. Como señala Jung, puede ser tan equivocado afectar la espiritualidad elevada como un modo de evadir las obligaciones concretas, como dejar que la relación degenere en un nivel atávicoprimitivo. Estas dos representan una Escila y Caribdis por medio de las cuales se tiene que navegar el camino propio. En esta fase, el segundo peligro había sido constelado, por lo cual es que el sueño enfatiza el aspecto espiritual tan fuertemente. Previamente sin embargo, el mismo soñante había tenido un sueño en el cual tenía que aceptar un peligroso y significativo objeto de cobre redondo alrededor del cual había serpientes enroscadas en líneas ondulantes. En esa fase de su vida, él había querido ilegítimamente separarse en forma violenta del aspecto físico del problema del amor. Este objeto redondo le evocaba en el sueño la corona de espinas de Cristo, y él sabía que significaba “sangre y lágrimas”. Y por cierto la transferencia siempre conduce a una crucifixión, es decir, a la muerte de la persona natural –es decir, inconsciente- que hasta aquí ha sido. (12) Nosotros somos el punto de resistencia para las fuerzas antagónicas, primero por la manifestación de nuestra propia sombra en forma de celos, territorialidad, pasiones sexuales, etc.; segundo por el hecho de que la pareja no es como nosotros quisiéramos tenerla a ella o él; y tercero por los contenidos del inconsciente colectivo, los cuales a través de la transferencia llegan a la superficie y comienzan a tener una influencia determinante sobre nuestro destino. Todo esto conduce a una muerte del ego, y si todo va bien, al nacimiento del Sí Mismo. La tarea principal en esta fase, como sabemos, es convenir con el ánimus y el ánima. Me gustaría repetir aquí una descripción del ánima tomada de uno de los seminarios inéditos de Jung sobre los sueños de los niños. El ánima es una especie de deseo o un sistema de expectativas que un hombre tiene en relación a una mujer, una fantasía de relación erótica. Si las expectativas externas como el deseo sensual ordinario o los esquemas con respecto al dinero, el poder, etc., se mezclan con ésta, todo está perdido. Así el reconocimiento consciente del ánima significa amar a la otra persona por ella misma y por amor. “Cuando sigo mi amor, entonces mi amor está colmado” Solo para un hombre que persigue el ánima por su propio bien, ella se convierte en Beatriz. Para dicho hombre ella se vuelve un puente para las esferas trascendentales. “Meditando, yo seguí el sendero del amor” como Dante lo expresa. Pero en un principio, el ánima también se encuentra en la ambición del hombre, y de este modo ella lo enreda en la culpa y el error si él no reconoce 108
conscientemente su anhelo de poder. Si un hombre es incapaz de esto, él finalmente termina aislado por completo en un estado de posesión. Podríamos también aplicar esta descripción al animus, el cual es en realidad un sistema de comprensión. Para el animus lo que cuenta es el discernimiento o la verdad por la verdad por encima y contra cualquier mezcla de sensualidad o de sed de poder. Solo una mujer que ama la verdad por sí misma puede integrar el animus, y entonces se convierte, como el ánima, en un puente hacia el Sí Mismo, es decir, al conocimiento del Sí Mismo. Y cuando dos personas en una relación mutua están en el sendero de un recíproco proceso de individuación, entonces el motivo de la coniunctio de una pareja supra-personal es constelado. Jung señaló en la cita dada al comienzo que en el hierosgamos, no son dos egos que están frente a frente, sino más bien “todos aquellos cuyos corazones tocamos”. Esta extraña multiplicidad es muy difícil de comprender. Es como si en el “más allá” allí existiera solo una pareja divina, Shiva y Shakti, quienes están en abrazo eterno, y el ser humano terrenal participa en su coniunctio solo como un “invitado a la fiesta”, como Andreae lo retrata en su libro La Boda Alquímica. Esta múltiple unidad puede ilustrarse por el siguiente sueño de una chica. Ella había perdido a su amado novio por un accidente trágico. Después de dos años otro joven, su esposo actual, se aproximó a ella, de quien ella estaba bastante encariñada; pero algo en ella iba contra aceptarlo, porque veía esto como deslealtad con el primer novio. Sin embargo, ella se comprometió con el segundo, y él le dio un bello anillo. Pero luego ella sufrió un adicional ataque de duda. En un sueño que ella tuvo en esta ocasión, el fallecido novio apareció y dijo, “Pero fui yo quien te dio este anillo” (y señaló el anillo otorgado por el segundo novio). Esto hizo posible para ella aceptar la nueva relación. No pretendo comprender realmente este sueño, pero me parece que apunta al misterio de la pareja singular en el más allá, en cuya fusión los muchos “cuyos corazones tocamos” está incluida. En el simbolismo de la alquimia esto está representado por la imagen de la así llamada “multiplicatio”. Cuando la piedra filosofal ha sido fabricada, se multiplica por mil como por sí misma, convirtiendo todas las piedras y los metales cercanos en oro. Cuando este evento es resaltado en la base de un encuentro humano, cuando el dios y la diosa están presentes, un sentimiento de eternidad surge, como si el momento del encuentro terreno fuera ahora y siempre al mismo tiempo, como Jung lo expresó, una “presencia inmediata”. En consecuencia Jung escribió en sus memorias que “los vínculos emocionales…. todavía contienen proyecciones, y es esencial retirar estas proyecciones con el fin de alcanzarse a uno mismo y para la objetividad…. El conocimiento objetivo se esconde detrás de la atracción de la relación emocional; éste parece ser el secreto central. Solo por medio del conocimiento objetivo es posible la coniunctio verdadera.” (13) Y en otra parte, “En nuestras relaciones con otros hombres, así mismo, la cuestión crucial es si un elemento de lo ilimitado se expresa en la relación.” (14)Este infinito me parece que es el motivo del dios y la diosa manifestándose en el fondo. El problema de la unidad múltiple también me parece que es aludido en el punto de vista Taoísta Chino de la vida y la muerte. De acuerdo con esta concepción el alma del fallecido se descompone en una parte espiritual masculina que escapa hacia arriba y una parte terrenal femenina que penetra profundamente en la tierra. Luego ambas migran, la primera al oriente, la segunda al occidente, y desde allí a un centro cósmico misterioso, el origen, los “manantiales amarillos”. Allí las dos celebran su boda, “la unión oscura”, como el Señor del Oriente y la Señora del Occidente, como la divina pareja que todo muerto siempre encarna. Cuando una relación se aproxima a la profundidad real, entonces estaconiunctio mysterium de algún modo alumbra más allá del reino sin tiempo y brilla a través de todos los deseos, las resistencias, proyecciones y las ideas que aparecen en la superficie. En su mayor parte esto sucede solo en ciertos momentos y se desvanece al momento siguiente. Nunca seremos capaces de asirla, pero me parece importante al menos tener una insinuación de la existencia de este misterio, de suerte que
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uno no cierre la puerta, sobre las bases de preconcepciones racionales, al dios y la diosa cuando ellos quieran entrar. El motivo del hierosgamos es, como Jung lo expresó en otro momento, el misterio de la individuación mutua, “pues nada se puede completar sin amor, porque el amor nos pone en un estado de ánimo en el que estamos dispuestos a arriesgarlo todo sin retener nada de importancia.” (15) Solo de este modo es posible un encuentro con el Sí Mismo. Es por esto que Jung llamó a la figura del Sí Mismo que él pintó en Bollingen, Filemón, “el amante”. El impulso por convertirse en la totalidad es el más fuerte impulso en un ser humano, y eso es lo que en realidad está escondido detrás de la más profunda pasión en la transferencia. Al final de su vida, Jung admitió: Yo vacilo ante la tarea de encontrar el lenguaje que podría expresar adecuadamente las incalculables paradojas del amor. El eros es un Kosmogonos, un creador y el padre-madre de toda… consciencia…. Aquí está lo más grande y lo más pequeño, lo más lejano y lo más cercano, lo más alto y lo más bajo, y no podemos debatir un aspecto de él sin debatir el otro…Si el [hombre] posee un grano de sabiduría, abandonará sus armas y nombrará lo desconocido por lo más desconocido,ignotum per ignotius –es decir, en el nombre de Dios. (16) Y una vez más en una conversación, él dijo, “El problema del amor es tan difícil que una persona tiene que ser feliz si al final de su vida él puede decir que nadie ha sido destruido por cuenta suya”. NOTAS 1. C. G. Jung, Tipos Psicológicos, CW 6, las “Definiciones” sección debajo de “proyección”. 2. Jung, “Psicología de la Transferencia”, CW 16. 3. Jung, carta a Elined Kotschnig, 23 de Julio de 1934, Cartas, vol.1, p.170. 4. Jung, carta a Oskar A. H. Schmitz, 20 de Septiembre de 1928, Cartas, vol.1, pp. 53-54. 5. Jung, carta a Katherine C. Briggs, 4 de Julio de 1931, Cartas, vol. 1, p. 84. 6. Jung, carta a Mary Mellon, 18 de Abril de 1941, Cartas, vol. 1, p. 298. 7. Ibíd. 8. Ibíd. 9. Senior, De Chemia (1566), p. 8. 10. Jung, “Psicología de la Transferencia”. CW 16, para. 449, p. 235. 11. En W. Bitter (ed.), Lebenskrisen (La Crisis de la Vida) (Stuttgart: Klett Verlag, 1970), p. 82. 12. Cf. Jung, “Psicología de la Transferencia”, CW 16, para. 470, p. 262. Esta es la razón de las ramas cruzadas en la representación alquímica de la pareja real. 13. Jung, Memorias, Sueños, Reflexiones, pp. 296-97. 14. Ibíd., p. 325. 15. M. de Serrano, C.G. Jung y Hermann Hesse (Londres: Routledge y Kegan Paul, 1966), p. 60. 16. Jung, Memorias, Sueños, Reflexiones, pp. 353-54.
SOBRE LA PSICOLOGÍA DE GRUPO Este documento es el Capítulo 8 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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En la literatura sociológica moderna, en general se hace una distinción entre: (1) un grupo, i. e., un conjunto de personas que están relacionadasintelectualmente y a nivel de los sentimientos unas con otras y en el cual todos cumplen determinado papel; (2) una multitud, i. e., una acumulación casual de personas; y (3) una masa, i. e., una gran multitud que está emocional e instintivamente unificada y que por lo general sigue a un líder. De acuerdo con las teorías sociológicas actuales la masa caótica y el bien-organizado grupo estaba originalmente más cerca el uno del otro de lo que lo están en la actualidad. Esto no me parece muy exacto. No estaban más cerca, ellos contrastaban incluso más claramente, pero tendían a volcarse unos dentro de otros más fácilmente; los grupos primitivos fácilmente se salen de control, como los grupos de jóvenes o de individuos mentalmente inestables, pero como fenómenos en sí mismos, son más rígidos a un nivel primitivo (¡tabús!), y los caóticos fenómenos de masa tienden a ser más salvajes y más histéricos. Incluso en el nivel superior de las primeras civilizaciones, en la cultura Samurái en Japón, por ejemplo, o en las sociedades feudales en Europa medieval, vemos una fuerte tendencia trabajando hacia la rigidez formal, porque bajo su cubierta las emociones y los afectos son aún tan poderosos que ellos tienen que ser domesticados por la fuerza. Sin embargo, cuanto más el hombre se vuelve realmente civilizado, tanto más flexibles se vuelven sus reglas de comportamiento social, y en lugar de un contraste negro y blanco encontramos un espectro multicolor de matices de comportamiento. Gustav le Bon y Sigmund Freud asumieron que la masa representa la forma original de la relación humana (Horda primal), pero esto ha probado ser erróneo, pues incluso en las sociedades más primitivas que conocemos hoy, encontramos grupos sociales bien-organizados; en su mayor parte grandes familias y clanes parecen formar la base del orden social, y por consiguiente los sociólogos han concluido, de manera imprudente, que los intereses del “nosotros” básicamente están primero, antes que los intereses del “Yo” (1) Estas teorías dejan afuera el problema del inconsciente, en su nivel tanto personal como colectivo, y por tanto sufren de terrible sobre-simplificación. Ellas ignoran el papel de los arquetipos como modelos del comportamiento mental y emocional y así pasan por alto ciertos hechos que deben ser considerados de una manera más atenta. Siguiendo a Pierre Janet, Jung distingue entre una partie superieure y unapartie inferieure de todas las funciones psicológicas, incluyendo los arquetipos. La partie inferieure de un arquetipo es un modelo de comportamiento instintivo en el sentido zoológico de la palabra; tiene más el aspecto de un impulso emocional y es más compulsivo (reacción de todo-o-nada). La partie superieure contiene más posibilidades de realización interior consciente y es más flexible. Jung comparó la psique con un espectro, el extremo infrarrojo del cual serían los impulsos del comportamiento psicosomático, el extremo ultravioleta, las realizaciones simbólicas de significado o la experiencia de idées fixes, las normas colectivas, las inspiraciones religiosas, etc. Un grupo con su orden social estaría ubicado más cerca del extremo ultravioleta, la masa con sus reacciones emocionales compulsivas estaría más cerca del extremo infrarrojo de la escala de color. En la literatura sociológica, el grupo se evalúa por lo común positivamente, la masa negativamente. Esto me parece bastante arbitrario, porque a menudo en la historia la lucha de una nación, por ejemplo, por su libertad (desplegando todos los rasgos emocionales de un fenómeno de masa) ha sido evaluada por lo general positivamente (por ejemplo, la liberación Suiza de Austria). A la inversa, los grupos razonablemente organizados que están por una ideología política, pueden dominar a una nación tan inflexiblemente que sofocan toda la vida emocional con su encanto y entusiasmo. Así ambos extremos del espectro pueden ser o positivos o negativos, de acuerdo a los diferentes puntos de vista. A mí me parece que una posición media entre los dos polos representa una situación óptima. Deslizarse hacia el extremo infrarrojo (los fenómenos de masa) produce explosiones de contenido emocional y afectivo demasiado grande. La desviación hacia el extremo ultravioleta produce fanatismo ideológico y estados de posesión religiosa o política. No existe libertad en ninguno de los extremos; solo en la posición media, entre estos opuestos, determinada cantidad de consciencia y con ello de libertad individual, parece ser posible. 111
Otra simplificación en la literatura sociológica es la afirmación de que el “nosotros” vino históricamente antes del “Yo”. Esto parece ser verdadero solo en cuanto que la consciencia colectiva (consciencia de grupo con sus reglas de comportamiento) parece ser históricamente más antigua que la “consciencia del ego”; ello no se aplica al par de opuestos “grupo-individuo” pues la individualidad no es idéntica a la consciencia del ego. Un niño pequeño, por ejemplo, o un animal, puede desplegar gran cantidad de individualidad antes de desarrollar alguna consciencia de ego estable. La polaridad grupo-versus-individuo existe ya en el mundo animal. El zoólogo Adolf Portmann ha señalado que entre los grupos de animales los cambios creativos de modelos comportamentales solo pueden ser iniciados por los individuos. Por ejemplo, un solo pájaro de una bandada de aves migratorias decide quedarse en el mismo lugar en invierno. Si sucumbe, nada más resulta; si sobrevive, sin embargo, unos pocos pájaros más pueden quedarse con él el invierno próximo, y así lentamente todo el grupo a veces cambia sus hábitos. Por tanto, hemos de contar con dos pares de opuestos: (1) la consciencia colectiva (el “nosotros” o “a nosotros”) versus la consciencia del ego, y (2) el grupo (consciente mas inconsciente) versus el individuo (consciente mas inconsciente). Los sociólogos modernos por lo general evalúan la consciencia colectiva más positivamente que la consciencia de ego, siendo el primero más “normal”, tendiendo el último a exhibir asociales características “extrañas”. Pero tenemos que considerar el hecho de que esto no es generalmente válido. (2) al igual que en un solo individuo, la actitud consciente de todo un grupo puede desviarse de sus raíces instintivas y volverse neurótico, y puede luego chocar con el ego saludable de un individuo. He observado a menudo que todo un grupo familiar neurótico combatirá a su único miembro saludable. En la Alemania Nazi cualquiera que tratara de mantener su equilibrio era perseguido. Por tanto debemos proponer la cuestión: ¿Qué es normal? ¿Cuándo es más normal el colectivo “nosotros” que el desconocido ego y cuando no? Allí entramos en aguas profundas. Los grupos definitivamente también pueden desplegar la unilateralidad tipológica. En ciertos grupos de América un introvertido es rotulado en forma automática como anormal, mientras que en el Lejano Oriente a veces vi cómo el comportamiento extravertido emprendedor de una persona era convenido con gran desconfianza. Si nos desnudamos en la Quinta Avenida para honrar a Dios terminaremos en una sala psiquiátrica, pero si hacemos la misma cosa en Calcuta seremos respetados como un santo. ¿Dónde está el criterio esencial para lo que es normal o a la inversa? ¿Es la adaptación social la única cosa importante? ¿Qué, si la sociedad se ha vuelto neurótica? ¿Es la adaptación social todavía recomendable? ¿O debe el individuo encontrar el valor para resistirla sólo? ¿En dónde va él a adquirir ese coraje? Estas preguntas no están todavía contestadas en las modernas teorías sociológicas. Por lo que se refiere a los arquetipos, esto también conduce a adicionales preguntas incontestadas. Raymund Battegay observó con sus pacientes que sus grupos terapéuticos siempre deseaban tener “su propio cuarto” de manera similar a la vinculación de un animal a su territorio y similar al vínculo territorial de las tribus y las naciones. (3) Este vínculo territorial se deriva del arquetipo materno, y con ello se ha observado que las personas tienden a proyectar la “madre” en su grupo, un hecho que con frecuencia conduce a toda suerte de regresiones infantiles. Pero esta no es la única posibilidad: entre los judíos que viven en el exilio, la Tora sustituyó al territorio y probó ser eficaz para mantener un grupo unido. En las fraternidades, las bandas de guerreros, y cosas similares, es más un “espíritu” común o una “idea”, i. e., el arquetipo paterno, lo que une a las personas. Dichos aspectos también pueden cambiar en el curso de la historia. Hans Marti ha demostrado, por ejemplo, que la Constitución Democrática Suiza estuvo primero basada más sobre la imagen patriarcal de un contrato social de los hombres, el Estado Padre, pero hoy día ha cambiando cada vez más a una imagen de la Madre Helvética, quien alimenta a sus niños y quien posee los bosques, los lagos y la tierra –todos los símbolos maternales. Estas dos imágenes parentales, no obstante, no son a pesar de eso los únicos centros posibles alrededor de los cuales los seres humanos se congregan. Existen muchos otros además. La sociología ha descubierto que todos los grupos se reúnen alrededor de alguna clase de centro, el cual se define al concentrarse en un tema de grupo, un propósito de grupo o una meta de grupo. La existencia de todos los grupos depende de este centro. (4) El centro tiene, o un propósito puramente 112
racional, como en el deporte, el comercio y los grupos políticos, o pertenece a un orden superior, tal como el tótem en las tribus primitivas, o los símbolos de las sociedades religiosas, (5) donde el centro satisface “una necesidad para la experiencia trascendental”. En los grupos de sensibilidad y los grupos terapéuticos, el centro consiste en la meta de mantener las tendencias curativas y las tendencias a volverse más conscientes del comportamiento social de uno y de los efectos mutuos que tenemos sobre los otros en las relaciones. En estas descripciones de nuevo se ha pasado por alto un factor: el efecto del arquetipo. Algunos grupos tales como los grupos comerciales o deportivos, o incluso algunos grupos políticos, solo tienen metas racionales conscientes, pero tan pronto como algún factor ideológico escondido o abierto entra en juego, aún ellos se atan “emocionalmente” revelándose por ese hecho que ellos se encuentran bajo alguna influencia arquetípica. Cuanto más grande la influencia emocional de un arquetipo, tanto mayor se vuelve la cohesión del grupo. El Nacional Socialismo y el Comunismo demuestran esto muy claramente, el primero habiendo sido un renacimiento del wotanismo y el último conteniendo un mito salvador deformado. (6) Con una mayor cohesión existe también siempre una mayor agresividad contra los forasteros y contra los “no creyentes”. Dichos grupos políticos se aproximan al modelo de los grupos con la mayor cohesión: las comunidades religiosas que se reúnen alrededor de un centro trascendental. Como vemos desde las así llamadas religiones del mundo, como el Cristianismo, el Budismo, el Islam, un “centro trascendental” puede albergar sociedades mucho más grandes que los grupos con solo un propósito racional o semi-racional. La razón se halla en el hecho de que el arquetipo del Sí Mismo es un arquetipo más poderoso que todos los demás. Se manifiesta en las imágenes monoteístas de Dios o en los conceptos de la Unicidad básica del Ser (Tao) o incluso con mayor frecuencia en las imágenes de un hombre cósmico (Antropos) o un Dios-Hombre, o en las de un mandala como un símbolo que une los opuestos (por ejemplo el T´ai-chi-t´u Chino). Hasta que los griegos entraron en contacto con la India, incluso Buda nunca fue representado en forma humana, sino como una rueda de piedra de doce radios. Hasta cierto punto los símbolos del tótem de las sociedades primitivas representan anticipaciones de estos grandes símbolos del DiosHombre los cuales se convirtieron internacionalmente en fuerzas unitarias, y a menudo encubrieron o absorbieron las imágenes arquetípicas del antiguo politeísmo local. Ellos las juntaron en un símbolo de “Unidad-pluralidad” el cual reúne en forma paradójica los muchos arquetipos y la unicidad del inconsciente colectivo en una forma única. Sin embargo, estos símbolos del DiosHombre y las imágenes del mandala reúnen una pluralidad de formas no solo en este sentido; ellos también reúnen una multitud, en cuanto que el Sí Mismo dentro de cada individuo es su propio Sí Mismo único y el Sí Mismo de todos los demás seres humanos también. Esta paradoja se expresa en la filosofía Hindú por la identidad del atman-purusha individual con el Atman-purusha cósmico. Lo mismo es válido para el “Buda” o más bien “Buda-Mente” en el Zen y otras formas de Budismo. En nuestro hemisferio el aspecto colectivo del símbolo del Sí Mismo está representado por la idea de “Cristo en nosotros”, y en la filiatio por medio del vertimiento del Espíritu Santo, y en la idea de que la multitud de creyentes forma el cuerpo visible de Cristo, la Iglesia. Por tanto, Cristo ha sido hasta ahora nuestro “centro dinámico de grupo”, un hecho que se expresa en la alocución de los primeros cristianos que se llamaban mutuamente “hermano y hermana en Cristo”. En la Iglesia primitiva, la vida psíquica de este grupo-centro arquetípico no estaba solo basada en la tradición consciente, sino que además se mantenía viva por las experiencias interiores de los individuos, tales como la experiencia de conversión de San Pablo o San Agustín, las visiones de los mártires y santos, y la experiencia de milagros entre la gente simple. Pero en el desarrollo posterior de la Iglesia, prevaleció una tendencia a “censurar” dichas experiencias cada vez más, y las normas conscientes colectivas fueron impuestas sobre la vida interior. Esto llevó a la división en toda clase de movimientos los cuales comenzaron a arracimarse en torno a nuevos centros de agrupación. Hoy podríamos describir nuestra situación como sigue: la mayoría de grupos universales son el Cristianismo con su símbolo del Dios-Hombre, Cristo; el Budismo con su símbolo del Buda-Mente 113
universal; el Hinduismo, el Islam, y los movimientos Marxistas. La imagen oficial de Cristo sufre de una falta de inclusión del principio femenino, el mal y la materia, y el símbolo Buda-Mente de una falta de inclusión de la vida terrenal real del hombre. Ambos sistemas desechan las actividades formadoras de símbolo del inconsciente en el hombre, las cuales se expresan en los sueños. En el Cristianismo los sueños son estimados como peligrosamente místicos y heréticos, en el Budismo como pertenecientes al mundo de la ilusión. El Marxismo también tiene su símbolo de un hombre perfecto o Antropos, pero aparece proyectado no sobre un individuo sino sobre toda una clase. (La tendencia a proyectarlo en un solo hombre se convierte en el prohibido culto de las personas). De acuerdo con Karl Marx, la clase trabajadora representa al hombre verdadero quien está únicamente en armonía con la naturaleza, el altruismo, lo creativo y no el neuróticamente degenerado. (7) Lo que es psicológicamente erróneo acerca de este símbolo del Antropos Marxista es el hecho de que es solo material terrenal y solo colectivo, incluso una colectividad misma, sin apertura hacia ninguna experiencia interior individual trascendental. El Maoísmo es todavía un enigma para nosotros porque, como Jung señaló, cómo será asimilado el Marxismo por la mente China de cultura superior, no se puede predecir aún. La decadencia de los grandes sistemas de enfocamiento religioso internacional, y la insatisfactoria unilateralidad del compensatorio símbolo del Antropos Marxista, han llevado al hombre moderno a un profundo aislamiento interior y a la soledad, y evocan en él una gran necesidad de contactos sociales. Esto, sin duda, evoca la nueva moda de las experiencias y experimentos de grupo de las más diversas formas. Ya en 1923, Jung predijo en su seminario en Cornwall que si el sistema cristiano continuaba declinando, habría una regresión hacia los grupos totémicos. Algunos se asemejarían a los clubes Mitraicos y “habría mucho bramido de toro”. Otros tendrían un carácter manso y jugarían a la víctima inocente. Actualmente vemos esto realizado en las criminales pandillas terroristas y en los “inocentes” promotores de la paz. Comprendiendo la necesidad del hombre moderno de salir de su aislamiento urbano, las Iglesias por un lado, y los movimientos de izquierda por el otro, intentan dirigir la onda y ofrecer experiencias grupales de toda clase. Esto es sin embargo, empezar la casa por el techo y solo puede conducir al desastre ya que impide que tenga lugar el evento salvador interior: la experiencia del Sí Mismo del individuo. Esta última solo se puede encontrar a solas, pues, como Jung escribe: “El paciente tiene que estar sólo si es que va a averiguar qué es lo que lo soporta cuando él ya no puede soportarse más a sí mismo. Únicamente esta experiencia puede darle una base indestructible.” (8) El analista responsable “prefiere por tanto el tratamiento individual a mejorías colectivas; esto está de acuerdo con la experiencia de que las influencias sociales y colectivas comúnmente producen solo una intoxicación de masa, y que solo la acción del hombre sobre el hombre puede producir una verdadera transformación.” (9) Al principio parece un gran alivio para el individuo sentirse protegido por un grupo y desembarazado de sí mismo. En el grupo, por tanto, el sentido de seguridad aumenta y el sentimiento de responsabilidad decrece. La sugestibilidad también aumenta enormemente, un hecho que incluye no obstante, una pérdida de la libertad, porque uno cae en manos de las influencias ambientales del bien o del mal. Incluso un grupo pequeño está dominado por un espíritu de grupo sugestivo. Si éste es bueno, puede haber efectos sociales positivos, pero el coste de esto es una disminución de la independencia mental y ética del individuo. Mientras el grupo refuerza al ego, uno se vuelve más corajudo, o incluso impertinente, pero el Sí Mismo es empujado al fondo. Es por eso que la gente débil e insegura quiere pertenecer a grandes organizaciones. Entonces uno se siente grande, pero pierde el Sí Mismo (el diablo atrapa nuestra alma) y el propio juicio individual. Bajarse del nivel por lo general se compensa por el hecho de que una persona se identifica con el espíritu del grupo y trata de volverse un líder. Es la razón por la que los grupos están siempre llenos de luchas de poder y prestigio. Estas batallas están basadas en el egoísmo exaltado del hombre colectivo. (10) En una carta en la que aborda este tema, Jung agrega que él no tiene ninguna objeción a la terapia de grupo, más que a la Ciencia Cristiana o al Movimiento de Oxford; ella constela y educa el 114
comportamiento social de los individuos, el cual a veces no surge suficientemente en el análisis personal. Pero ya que el hombre está siempre inclinado a adherirse a otros o a “ismos”, en lugar de buscar la fuerza independiente en sí mismo, el peligro que surge es que uno hace un padre o una madre del grupo y permanece tan infantil e inseguro como antes. Si la sociedad consistiera de individuos altamente valiosos, valdría la pena adaptarse a ella, pero por lo general está dominada por personas débiles y estúpidas, y en estos términos sofoca todos los valores individuales superiores. Incluso si los efectos socialmente positivos son alcanzados por el momento, ellos deben ser pagados más tarde y muy costosamente. (11) Si meditamos sobre estas reflexiones de Jung, debemos preguntar: ¿Está nuestra sociedad actual en un nivel en el cual desearíamos adaptarnos a ella? ¿No vivimos más bien en una era donde es especialmente importante que los individuos independientes puedan resistir la estupidez y en general las tendencias neuróticas de nuestras sociedades? Se ha objetado que si un individuo está simultáneamente en un análisis personal, los experimentos de grupo lo complementan. Yo misma he visto, sin embargo, y me ha sido confirmado por otros, que la participación en experiencias grupales más a menudo perturba el análisis individual, más que ayudarlo, ya que tales experiencias suscitan problemas en el momento equivocado, mientras que en el análisis individual el inconsciente puede “regular” su constelación. Y con todos los individuos que están ya socialmente adaptados en exceso, (como sucede a menudo, por ejemplo, con clérigos, gerentes y trabajadores sociales), sus sueños muestran abiertamente que las experiencias de grupo son ofensivas para ellos. Cuando impulsado a participar en un experimento de grupo, uno de mis analizandos soñó que él era forzado a exponer a su novia desnuda ante un sucio viejo mirón. Más tarde él soñó que las aguas del inconsciente habían sido contaminadas por otros; finalmente, cuando él abandonó el grupo, soñó que ¡se había desenredado él mismo de una exhibición vulgar! Considerando estos hechos, la experiencia de grupo nunca debe ser compulsiva. El aprendizaje de la adaptación social de las personas que no han contado con la oportunidad adecuada, podría ser suficientemente practicado participando en grupos sociales (no analíticos) libremente informados, tal como han existido por mucho tiempo entre los clubes en la mayoría de los países. En consecuencia, quien quiera que apoye la experiencia de grupo obligatoria se ha apartado de los valores básicos de la psicología Junguiana. Debemos preguntar ahora, ¿Quiénes son los analistas que gustan de guiar experimentos de grupo? Muy a menudo ellos encuentran su motivación en el hecho de que uno gana más dinero con menos esfuerzo, como alguien lo ha admitido abiertamente ante mí. Otra motivación se encuentra en el hecho de que algunos analistas no pueden habérselas con las apasionadas y demandantes transferencias de sus pacientes. Es admitido en general que los fenómenos de transferencia son debilitados en las situaciones de grupo, y esto ayuda así a aminorar la presión de las transferencias. Jung ha demostrado, sin embargo, que la transferencia es el vehículo del proceso de individuación, y con éste nada menos que de toda la transformación sanadora del individuo. El proceso de individuación, fundamentado en el vehículo de la transferencia, es la conditio sine qua non del comportamiento social real, pues si la individuación no es realizada conscientemente “ocurre de manera espontánea en una forma negativa, i. e., en la forma de un endurecimientocontra nuestros semejantes”. El logro consciente de la unidad interior necesita las relaciones humanas como una condición indispensable, pues sin el reconocimiento consciente y la aceptación de nuestro parentesco con aquellos alrededor nuestro, no podría haber síntesis de la personalidad. “Esa es la esencia de todo el fenómeno de la transferencia y es imposible debatirlo, porque la relación con el Sí Mismo es a un mismo tiempo relación con nuestro prójimo y nadie puede relacionarse con éste hasta que se relacione consigo mismo.” (12) El efecto reductor de la terapia de grupo en lo que respecta a la transferencia es sencillamente perjudicial. Solo ayuda al analista a evadir los problemas que cualquier transferencia poderosa le plantee a él. Pero existen otras motivaciones por las cuales tenemos que averiguar brevemente dentro de la historia de la psicoterapia. Las raíces tanto del sacerdocio como de la psicoterapia están en el fenómeno primitivo del chamanismo y la existencia de los curanderos. El chamán o curandero estáinteresado principalmente en el destino del alma del individuo, su preparación para la muerte, su 115
protección después de la muerte, y su protección contra los estados de posesión por espíritus y demonios –i. e., por poderes arquetípicos. Él puede hacer esto porque durante su propia iniciación ha sufrido dichos estados de posesión y ha encontrado modos de curarse a sí mismo. (13) La experiencia de iniciación de dichos chamanes y curanderos coincide con lo que llamamos ahora el proceso de individuación. Después de este proceso que ha tenido lugar, el chaman gana autoridad natural dentro de su tribu pues él representa a su individuo más individuado y consciente. Pero ya en esta temprana etapa también encontramos la sombra del chamán, el neurótico (o incluso psicótico) mago negro. Éste último demanda autoridad colectiva a cuenta de sus experiencias del mundo de los espíritus (i. e., el inconsciente colectivo); al hacerlo él demuestra estar mentalmente enfermo. (Ejemplos modernos serían Rasputín y Hitler).La individuación es en esencia incompatible con cualesquiera demandas de poder colectivo, incluso si es encubierta por la actitud de un ¡bien-intencionado, liberal, modesto y moderado líder de grupo! Pues solo el Sí Mismo puede darnos la autoridad natural que no ha sido pedida por el ego. En la primitiva Iglesia Cristiana los líderes eran personas de autoridad natural, la cual ellos habían adquirido gracias a sus experiencias internas individuales y a su conducta cristiana de vida. Con la conformación de la Iglesia como una institución externa colectiva, los lideres se volvieron cada vez más personas que demandaban autoridad y poder y sobre-impusieron reglas conscientes colectivas a la vida religiosa interna espontánea del pueblo. Las confesiones, como Jung indica, comenzaron así lo que él llama “el juego del pastor y la oveja” (14) “El rebaño de la inofensiva oveja fue alguna vez el prototipo simbólico de la crédula muchedumbre” (15) Pero la confianza ciega de dicha muchedumbre puede ser fácilmente admitida como una meta equivocada tanto como una correcta. Vemos en consecuencia que el comunismo está más extendido en los países católicos que en los protestantes, porque la Iglesia había tenido un dominio más fuerte sobre ellos antes. En contraposición a esto, en el pasado representó la búsqueda por parte de los alquimistas, de Cristo o Mercurio, como un símbolo del “hombre verdadero” interior. Jung dice: El “hombre verdadero” expresa el Antropos en el ser humano individual comparado con la revelación del Hijo del Hombre en Cristo. Esto parece un paso retrógrado, pues la singularidad histórica de la Encarnación fue el gran avance que reunió la oveja dispersa con un pastor. El “Hombre” en el individuo significaría, es temido, una dispersión del rebaño. Esto por cierto sería un paso retrógrado, pero no puede ser inculpado el “hombre verdadero”, su causa es más todas aquellas cualidades humanas malas que siempre han atemorizado y ocultado el trabajo de la civilización....el “hombre verdadero” no tiene nada que ver con esto. Por sobre todo él destruirá la forma cultural no valiosa ya que él mismo es la forma superior de la cultura. Ni en el Oriente ni en el Occidente juega el juego del pastor y la oveja, porque él tiene suficiente que hacer para ser un pastor de sí mismo. (17) NOTAS (1) Cf. Raymund Battegay, Der Mensch in der Gruppe, vol. 1 (Bern, 1967-72), pp.10-16. (2) Como Clovis Shepherd, en Los Grupos Pequeños (Chandler M. Francisco, 1967), señala, muchas teorías sociológicas modernas están influidas por los prejuicios emocionales inconscientes de sus autores. (3) Battegay, Der Mensch, vol. 1, pp. 32, 40s. (4) Cf. ibíd., p. 32. (5) Se distingue, por tanto, grupos estructurados de grupos enfocados (cf. Shepherd, Los Grupos Pequeños, p. 3). (6) Cf. C. G. Jung, El Hombre y sus Símbolos (New York: Doubleday, 1964), p. 85. (7) Cf. Robert Tucker, La Filosofía y el Mito en Karl Marx (Cambridge: Cambridge University Press, 1963). (8) Jung, Psicología y Alquimia, CW 12, para. 32. (9) Jung, Mysterium Coniunctionis, CW 14, para. 125. Cf. además notas a pie de página de Jung, ibíd. 116
(10) Jung, carta a Hans Illing, 26 de Enero de 1955, Cartas, vol. 2, pp. 218-19. (11) Ibíd., p. 453. Cf. La confirmación de estas frases por Jung en Kurt W. Back, “El Grupo Puede Confortar pero no Puede Curar”, La Psicología de Hoy, Diciembre 1972, pp. 28ss. (12) Jung, “Psicología de la Transferencia”, en CW 16, para. 445. (13) Cf. Mircea Eliade, El Chamanismo (Princeton: Princeton University Press, 1964), cap. 1, pp. 8, 14s. (14) Jung, Mysterium Coniunctionis, CW 14, para. 491. (15) Ibíd., para. 347. (16) Jung quiere decir el Antropos o el Sí Mismo. “El Antropos Alquímico demuestra él mismo ser independiente del dogma”, Ibíd., para. 492. (17) Ibíd., para. 491.
EL FUNDAMENTO RELIGIOSO DEL PROBLEMA DEL PUER AETERNUS Este documento es el último capítulo del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. Email:
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El término puer aeternus, “juventud eterna”, se usa a menudo en psicología para denotar una forma particular de neurosis en los hombres, la cual está caracterizada por una tendencia a permanecer fuertemente adherido a la adolescencia como consecuencia de una fijación materna demasiado fuerte. Sus principales contrastes, por tanto, como se indica por las observaciones de C. G. Jung en su ensayo sobre el significado del arquetipo materno, son la homosexualidad y el Don Juanismo. Ambos tipos de hombres exhiben una relación emocional débil con las mujeres de la misma edad.(1) Sin embargo también se pueden observar todos los demás rasgos adolescentes típicos: la tendencia a adoptar un estilo de vida sumamente provisorio, soñando al mismo tiempo la fantasía de una vida creativa “real”, pero emprendiendo muy poco para realizarla. Las ideas del salvador por lo general juegan un papel mayor o menor en esto. Éstas podrían asumir la forma del pensamiento de un hombre de que él es un mesías que va a salvar a la humanidad, o cuando menos que está a punto de ser capaz de decir “la última palabra” en materia de filosofía, arte o política. Para él la experiencia de la realidad tal como es resulta inaceptable. La monótona paciencia exigente de la vida cotidiana tanto como los esfuerzos sostenidos hacia la realización, son evitados, y por donde quiera –en la profesión del hombre, con la mujer con quien él vive, con sus colegas) encuentra un “pelo en la sopa”, como resultado de lo cual repetidas veces puede observarse un repentino y arbitrario rompimiento de todas las relaciones. Por lo general, no son solo las ideas especulativas y los planes del puer aeternus los que son de alto-vuelo, sino que en realidad él a menudo escoge la aviación o el montañismo como su deporte principal. En esto con frecuencia existe una fuerte tendencia suicida consciente o inconsciente en juego, lo cual lleva a muchos accidentes y fracasos. A veces, sin embargo, la “alada juventud” no tiene un fracaso físico real, sino más bien uno psíquico, en el cual, como parte de una repentina crisis él niega todos sus ideales anteriores y luego o se deteriora y se atrafaga como un petit-bourgeois cínico, o se vuelve un criminal y en ese caso da salida a su previamente represado realismo en una especie de forma de corto-circuito. De una manera general, actualmente parece que esta forma de neurosis se encuentra en el origen de nuestra cultura occidental. Las obras literarias del conocido autor Antoine de St. Exupéry reflejan la 117
forma francesa de esta problemática. La escuela de Stefan George y sus admiradores así como muchas otras en Alemania, los “jóvenes airados” en Inglaterra, en el poeta español Federico García Lorca, para mencionar solo unos pocos, pertenecen a esta categoría. Lo mismo es válido para América. El conocido psicólogo Henry Murray en Boston ha notado el enorme incremento de la evidencia de esta problemática del puer aeternusallí y está trabajando –agradezco a su asistente el Dr. Greer por esta información- en un estudio más grande de este problema. El artista George Rimmer o el poeta John Maggee serían representantes típicos de este tipo entre la gente joven de América. Mientras hablamos solo de casos individuales, el problema puede explicarse y tratarse en relación con el vínculo materno personal. Pero más allá de esto, la pregunta (que) ahora surge (es) de donde el incremento colectivo en esta constelación neurótica (para) que ahora parezcamos (parecemos) estar enfrentados con su procedencia. Sabemos que la necesidad y la dificultad de liberación de la madre representan un problema universal, se podría incluso decir que un problema “normal”, el cual se aborda, por ejemplo, en todos los pueblos primitivos por medio de las ceremonias de iniciación masculina. Las ceremonias de confirmación Católica y Protestante mutatis mutandis aún evidencian vestigios débiles de dichas iniciaciones. En ciertas ciudades italianas, los sacerdotes todavía dan a los jóvenes en su confirmación una bofetada vigorosa en lugar del toque simbólico –un pequeño rezago de las ordalías de la masculinidad. Y en Suiza es frecuente en este tiempo que el joven reciba sus primeros pantalones largos y un reloj –él deja atrás el sueño de la infancia y atraviesa la consciencia del tiempo y la masculinidad. El debilitamiento de la fe cristiana que está cada vez más en ascenso en muchos medios bien podría ser considerado como una causa contributiva de este problema moderno. Pues, después de todo, la tradición cristiana está orientada patriarcal y espiritualmente y, en consecuencia, representa un escudo protector contra el mundo de la madre y la materia. No obstante, esta observación no es suficiente. Debemos penetrar más profundamente en la raíz. Cuando estudiamos la evidencia de la literatura moderna, la cual ha dejado atrás muchos ejemplos típicos de esta constelación psíquica, vemos dos imágenes arquetípicas que se ubican de manera particularmente fuerte en primer plano: un niño dios o niño divino o joven asociado con la luz, por una parte, y un padre estricto y cínicamente inflexible, atrapado en la psicología del poder, un tirano o un jefe, por la otra. Este último es a veces glorificado en la literatura como un líder ideal de los hombres, a veces representado negativamente como el enemigo de la “juventud romántica”. Goethe describió esta oposición de una manera moderada limitada al nivel personal, es decir, concebida en términos menos arquetípicos, en el conflicto entre Torquato Tasso y Antonio. EnWerther él vierte afuera el problema de su propio puerdirectamente desde el corazón; y luego en Tasso llega tan lejos como para reconciliar al ingenioso joven Tasso con el paternal y responsable pero demasiado realista y prosaico Antonio: “¡De esta manera el marinero al final se agarra bien/A las rocas contra las cuales él podría haberse estrellado!” Esta reconciliación sucede en Goethe gracias a la mediación del principio femenino, es decir, del ánima. (2) En la literatura más reciente aparece la misma oposición en una forma mucho más arquetípica. La figura del niño dios ha sido retratada quizás más puramente –aunque no sin un desagradable tinte sentimental-infantil- en El Principito de Antoine de St. Exupéry. El principito viene de las estrellas, porque allí él ha tenido una desavenencia con su amada, la rosa. En la tierra él aprende de un lobo los primeros secretos de convertirse en un ser humano. Pero a pesar de eso él no celebra relaciones íntimas con la tierra; en lugar de eso él es liberado de la vida por la sabia serpiente y su mortal mordedura, y retorna de nuevo a su estrella. El símbolo del antagonista está dividido en este pequeño trabajo en muchas figuras diferentes, todas las cuales personifican a “los grandes” quienes no entienden, a quienes St. Exupéry ya había reservado para la mofa en su introducción a El Principito. Existe el mercader contador, el rey hambriento de poder, el desesperanzado y cínico borrachín, el quijotesco farolero, etc. El pequeño príncipe de las estrellas no admite contacto con estas figuras pero pasa cerca de ellas, intacto. En cierto sentido, la serpiente también representa un antagonista primario del principito. Él es viejo, sabio, hostil a la vida y enseña la dulce tentación 118
suicida de la libertad en la muerte. En otros de los trabajos de St. Exupéry, el adversario del niño está más claramente desentrañado y se puede ver en estos trabajos que el escritor está en la búsqueda de una relación positiva con estas figuras adversas. En consecuencia tenemos al jefe y organizador de la aerolínea Riviere en la novela Vuelo Nocturno, quien –estricto, serio, fiel a su deber, pero duro- envía a sus “hijos”, los pilotos, a sus muertes; o el jeque en Citedelle, quien gobierna de unmodo paternalmente estricto, responsable y amante del orden, pero quien, por ejemplo, no vacila en condenar a una mujer a una horrible muerte por sed en el desierto por una trasgresión erótica humanamente comprensible. La imagen del líder-dictador ideal o padre de la patria que domina las constelaciones políticas pasadas y presentes en mi opinión está basada, en parte, en una versión proyectada de dicha imagen “antagonista”. En la serie de sueños de un típico puer aeternus, de una maneracaracterística, la policía secreta Rusa, quien quiere torturar al soñante, aparece como la encarnación de dicha figura de poder paternal negativamente percibida, referida al orden. Funcionando como la representante de este poder policiaco en el sueño hay una vieja, quien golpea al soñante en el seno frontal. El irresuelto complejo materno con frecuencia contribuye a la formación de un prototipo de dictador, pues la fijación materna mantiene al joven infantil, socialmente irresponsable y desordenado, lo cual luego, por supuesto, de manera casi inevitable, pone de manifiesto dicha contraposición brutal tal como está representada en este caso por la policía secreta Rusa. Este es seguramente también el caso a una gran escala, en el sentido político. Una descripción literaria más vívida, me parece, es el fundamento arquetípico del problema del puer aeternus en la novela de ocultismo de Bruno Goetz, de 1919, Das Reich ohne Raum (El Reino sin Espacio). C. G. Jung mencionaba con frecuencia esta novela como una anticipación profética del Nacional Socialismo y además interpretó las tropas destructivas de los niños que aparecen en ella como un aspecto nefando del puer o niño divino.(3) En esta novela el héroe de la historia, llamado Melchor von Lindenhuis, se interpone entre dos partes hostiles: la del divino niño Fo (= Buda) y la de Herr Ulrich von Spät, quien lo está persiguiendo. Fo está acompañado por una tropa extática de chicos que impulsan solevantamientos y erupciones de masa “liberadora” del salvajismo en cada ciudad. Fo es una luna y un espíritu de agua, un hijo de la diosa madre Tierra, quien lo protege en forma de una mujer manzana. Las uvas, el vino, las flautas de Pan, los animales, las rosas y el fuego son sus elementos. Él proclama un cambio eterno de las formas a través de muchos renacimientos, aboga por entregarse a la vida y la muerte, la búsqueda y el extravío, la danza y el éxtasis. Su perseguidor y enemigo Ulrich von Spät (Spät en alemán significa “tardío”), en contraste, es el soberano, con sus “señores de vidrio”, de un reino trascendental de cristal transparente entre las estrellas. El orden, la ética y la espiritualidad pura son las metas que él proclama para la humanidad. Para la mayoría Herr von Spät aparece como un hechicero hambriento de poder, pero en sus raros momentos mejores, su rostro se revela a sí mismo como “el noble rostro sufriente de dios”. A causa de este aspecto más noble, el héroe de la novela, Melchor, nunca puede abandonarlo completamente, aún cuando su corazón pertenece más a Fo y a los niños. Solo al final de la novela su sombra ayuda a matar la sombra de Ulrich von Spät, y luego Melchor mismo se une en la muerte al divino niño Fo, quien se le presenta rodeado de racimos de uvas. Este último recuerda a Euforión en muchos aspectos y al niño guía en El Fausto de Goethe, o a Maximino de Stefan George. Ulrich von Spät, por otra parte, podría compararse con una figura como Klingsor en el Parsifal de Wagner. Herr von Spät representa, por decirlo así, la poderosa presión de la tradición y el pasado, la cual, como una vez dijo Jung, “entierra a los dioses en mármol y oro”. El niño Fo, por el contrario, se sitúa detrás de los excesos Nacional Socialistas. Podemos en realidad aplicarle la observación de Rabelais de que “La verité dans sa forme brute est plus fausse que le faux”. (4) Dado que, a diferencia del Tassode Goethe, en este caso la débil figura del ánima no puede desempeñar el papel de intermediaria, en la novela de Bruno Goetz no encontramos ni una transformación del adversario ni la reconciliación con él. Pero ¿Qué significa la oposición entre esta severa figura paterna y el
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alado niño dios? ¿Es éste el problema que el filósofo Klages denominó “el espíritu como el enemigo del alma”? Los análogos mitológicos más idóneos para estas dos litigantes figuras se encuentran en el simbolismo de la alquimia: el espíritu del jefe-dictador-padre corresponde allí a la substancia arcana conocida como el “viejo rey”; mientras que el puer aeternusparece corresponder al mercurius infans o filius regius, el cual es también a veces personificado como un joven alado, juvenis alatus. En Mysterium Coniunctionis Jung ofrece una interpretación detallada de la figura del viejo rey, quien representa la substancia arcana y por lo general es retratado por los alquimistas al comienzo del proceso como defectuoso, no redimido, rigidizado, enfermo o incluso maligno. La cualidad defectuosa corresponde a un egotismo intensificado y un endurecimiento del corazón que deben ser abatidos en el baño alquímico. El hambre de poder y la concupiscencia con frecuencia también caracterizan ignominiosamente al viejo rey. De manera similar, el jefe, Riviere, en Vuelo Nocturno de St. Exupéry y Ulrich von Spät en Reich ohne Raum de Goetz encarnan una actitud pura de poder y están caracterizados por una falta total de eros. El espíritu, que en sí mismo no es “adversario del alma”, degenera en dichas personificaciones al nivel del intelecto, y de esta forma contraída y rigidizada es un obstáculo para todos los impulsos creativos y fértiles de la psique. Es un enemigo de la emocionalidad y el instinto, pero precisamente por esta razón a escondidas se permite ser influenciado, en forma negativa, por los impulsos primitivos. Por otra parte el puer aeternus, entendido como una imagen alquímica, es, por comparación al viejo rey, el elemento que está destinado a remplazarlo. Este es un símbolo de la renovación de la vida o la reunión de los opuestos separados, el “nuevo hombre interior”, o la sustancia arcana resucitada, un símbolo renovado del Sí Mismo más completo. Visto a la luz del simbolismo alquímico y las observaciones de Jung sobre el tema, la imagen paterna del viejo soberano y el hijo alado no solo no son opuestos reales sino que tienen una naturaleza particular. Por tanto los alquimistas se refirieron a su substancia como puer et senex. Cristo también fue invocado en los mismos términos, ya que él mismo es el “Anciano de los Días” quien nació como un niño a través de María. Por medio de la fusión que tiene lugar en el opus alquímico, sea en el fuego o el baño, a través de la disolución en el caos o la mutilación, de un modo u otro el anciano es transformado en el hijo. Así, cuando en las variantes modernas las figuras del padre y el hijo se oponen, solo podemos concluir que algo debe haber salido mal psicológicamente. De una manera u otra, el proceso transformacional se ha atascado. Sin embargo, a este respecto Jung demostró que el viejo rey representa no solo una tradición moral o legalmente obligada, excesivamente egoísta, atascada en el principio de la consciencia, sino más bien en última instancia la imagen misma colectiva de Dios. Por consiguiente cuando se dice que el rey está en necesidad de transformación, es en definitiva nuestra concepción de lo Divino lo que hay que transformar, y es claro que dicho proceso solo es posible dentro de la psique. En otras palabras, la única cosa que podemos hacer es orientarnos nosotros mismos hacia el inconsciente si queremos averiguar de qué modo nuestros dominantes conscientes vigentes deben cambiar de manera que nuestra imagen de lo divino pueda ser transformada una vez más, como lo expresa Jung, “en un todo real y practicable, mientras que antes.... [ésta] solo había pretendido la totalidad”.(5) La imagen arquetípica del puer aeternus representa dicha experiencia de lo divino que renueva la imagen de Dios. Ahora bien, si todo este proceso de la renovación del rey que Jung describió e interpretó en detalle en Mysterium Coniunctionis no se realiza en forma consciente, parece sencillamente continuar de todos modos, pero entonces de una manera negativa. Particularmente interesante a este respecto es el despliegue de los eventos en El Principito. El niño de una estrella voluntariamente se permite ser asesinado por la serpiente, una víbora de arena amarilla, a fin de poder retornar a su estrella y a la rosa que él ha dejado atrás allí. No mucho después de escribir esto, el autor, St. Exupéry mismo siguió al principito a la muerte. Fue derribado por pilotos alemanes sobre el Mediterráneo. 120
En el simbolismo alquímico, la serpiente se identifica con el filius regius, es decir, con el príncipe de la estrella. La serpiente es, como dice Jung, “la más baja e incipiente forma” del rey en el proceso de renovación, “al principio un veneno mortal pero después el alexifármaco [antídoto] mismo”.(6) La serpiente representa el aspecto oscuro de Mercurio, un Hermes Catactonio. Se dice que cuando la luz de la vida de un héroe se extingue, él continúa viviendo en la forma de una serpiente.(7) En la vida de St. Exupéry, la serpiente en realidad adquirió su significado mortal completo, como siempre cada vez que una persona se identifica con el arquetipo del puer, ya que de este modo participa en la transformación del arquetipo in concreto, y así ella misma desaparece en el caos, la mutilación y la muerte. Es de esto que derivan las tendencias suicidas y la inclinación a la muerte delpuer aeterni humano: la mortificación alquímica de la substancia arcana toma la forma de su propia muerte personal. En esta perspectiva, el complejo materno que está entrando a dominar la sociedad moderna (recuerdo el libro de Philip WylieGeneración de Víboras y su mofa del “mamismo”) adquiere un nuevo significado. El vínculo a la madre está condicionado por el fascinante poder de atracción del inconsciente colectivo como el lugar y matriz de la “renovación del rey”. El inconsciente colectivo es el útero de la prima materia, el oscuro estado prístino que los alquimistas denominan “caos”, la massa confusa en la cual el viejo se transforma en un joven. Las mujeres que ya no tienen una orientación religiosa y cuya vida en consecuencia se ha vuelto insatisfecha, se identifican involuntariamente con este rol mágico de la Gran Madre y luego proyectan la imagen arquetípica del héroe o filius regius en su hijo –al punto de preferir incluso su muerte a la posibilidad de que él pudiera llevar una existencia humana corriente.(8) En una ocasión una mujer quien me estaba mostrando la fotografía de su único hijo ahogado, en su lecho de muerte, literalmente me dijo: ¡“Yo prefiero tenerlo de esta manera a tenerlo con vida y tener que dárselo a otra mujer”! El hijo, por otro lado, cae bajo el hechizo del principio materno porque se identifica con el filius regius, y el filius regius es atraído con tremenda fuerza apasionada por la matriz del inconsciente, desde siempre y de nuevo esto es en lo que él se transforma. Esto está constelado incluso más poderosamente en las regiones Protestantes como quiera que la imagen materna arquetípica no se encuentra en la religión. De este modo, o el poder entero de fascinación de esta imagen arquetípica recae en la madre personal, o se desarrolla allí tal temor y alienación en presencia del principio femenino que la consciencia masculina misma se aleja de todas las influencias femeninas y, con ellas, de la influencia del inconsciente; de este modo se marchita en la razonabilidad y la retrospección histórica. Surge entonces allí la actitud de consciencia de Herr von Spät, es decir, del rey que envejece y quien se ha apartado del proceso de transformación. En Reich ohne Raum de Bruno Goetz, von Spät aparece como el amigo de infancia del personaje femenino principal de la novela, Sophie (la esposa de Melchor von Lindenhuis). Así, von Spät es también una personificación del ánimus en la mujer. Con respecto a esto, he visto con frecuencia a madres que usan el argumento de la “cristiandad positiva” tradicional contra el tratamiento de sus hijos, o a esposas que lo usan contra el análisis Junguiano de sus esposos; el motivo secreto detrás de su acción no era de ningún modo el amor cristiano sino más bien la envidia y el ansia de poder. En otras palabras, ambos, el tipo padre y jefe –“Herr von Spät”- y el puer aeternus son arquetipos que pueden, además, desarrollarse como personificaciones del ánimus en la psique femenina. En un interesante trabajo, Else Hoppe ha explorado el Typus des Mannes in der Dichtung der Frau (El Tipo Masculino en las Obras Literarias de las Autores),(9) y la oposición del puer y el senex se destacó claramente en la forma en que las mujeres retrataron a los hombres en sus escritos. Con frecuencia se me ha preguntado acerca de la psicología de lapuella aeterna y si tal cosa existe. Como yo lo veo, indudablemente existe. La puella aeterna sería el tipo de mujer “hija eterna”, quien inconscientemente se identifica con el ánima del padre. Dicha mujer vive, como el joven del tipo puer, en un rol arquetípico. Ella es una koré, la numinosa anima mundi, una diosa de la luz. El tipo femenino que corresponde a Herr von Spät es la amargada, con frecuencia la vieja intrigante, quien se aferra a la tradición y a las posesiones de gran valor como el dinero, muebles, casas, 121
abrigos de piel –una vieja bruja, incapaz de amar. También las hienas de bazar que Phillip Wylie tan aptamente retrata pertenecen a esta categoría. Greta Garbo definitivamente experimentó la decadencia del rol de Koré con intensidad particular y –al menos así lo creo- sobrevivió como ser humano. Grace Kelly encontró también una manera de salir de la identificación del ánima pura que su carrera forzó en ella. Por otro lado, Brigitte Bardot, por ejemplo, continuó viviendo el papel depuella en sus películas, lo cual con frecuencia indica un matiz secundario hermafrodita-pueril, ya que en la alquimia el filius regius y su desposada son idénticos en secreto. La moda, el mundo del cine y la posesión del ánima de los hombres refuerzan la tentación para las mujeres de jugar el papel de puella, así como la posesión del ánimus de las madres y las mujeresconvierte a los jóvenes en “jóvenes eternos”. Al mismo tiempo, tanto anhelo espiritual auténtico, religioso, romántico, y tanta emoción creativa se invierten en esta identificación, que es comprensible que aquellos que lo tienen no quieran darse por vencidos. Después de todo, les parece que no existe otra alternativa fuera de la estéril tiranía de Herr von Spät o de la desilusionada vieja, puesto que ellos no saben dónde y cómo podría posiblemente ocurrir una transformación interior de estas figuras. En la revolución espiritual del Protestantismo se dio un paso adelante en el sentido de ya no ver más las imágenes religiosas como externas y de no asimilar más la función religiosa de la psique a la función de una iglesia visible. Pero si se dice A, también debe decirse B: si las imágenes ya no están “afuera” o se encuentran en una “metafísica dogmática”, entonces deben estar en nosotros –no en el sujeto, sino en la psique objetiva. Tomar a cabalidad este paso siguiente necesario es lo que el Protestantismo no enfrentó; precisamente es en este punto donde la transformación del “rey viejo” se adhirió fuertemente. Si este paso siguiente hubiera tenido lugar, entonces habría sido concebible una reconciliación del Protestantismo con el ala introvertida de la Iglesia Católica –es decir, con sus místicos. De este modo habría sido posible tender un puente para el cisma a través del principio del eros y del reconocimiento de la función religiosa del inconsciente. La realidad de la psique inconsciente en su mayor parte ha sido personificada en la mitología por el espíritu en la naturaleza de la materia, por la madre, por el anima mundi, o por el “eterno femenino” en el Fausto de Goethe. Ya que este poder femenino no está siendo reconocido hoy día en nuestra cultura occidental, se ha desarrollado en su lugar, por un lado, este incremento de un “mamismo” de apariencia sumamente regresiva, y en la homosexualidad, y por otro lado, una rigidización de la consciencia que encuentra su expresión inmediata en un aumento en la formación de los estados policiacos o dictaduras. He podido incluso observar directamente en casos individuales cómo en los sueños la imagen del “viejo dios” (en el caso de los alemanes, Wotan, en el de los Judíos Yahvé) y la del poder policiaco o el dictador se sustituyen mutuamente como motivos o bien aparecen como identificadas, pues el retiro de la imagen de Dios de la transformación, o el viejo dominante de la consciencia, simplemente no se limita a permanecer como está cuando el proceso no puede continuar, sino que evidentemente regresa a formas antiguas y primitivas. Especialmente interesante para nosotros hoy día es la creciente importancia en todas partes del mundo externo de la policía secreta y de los sistemas de espionaje. En su ocultamiento ellos encarnan en forma más o menos directa el funcionamiento secreto del inconsciente en un aspecto que, por una parte, es debilitante y revolucionario, y por otra, es regresivo y está al servicio de Herr von Spät. Sin poseer ninguna meta ideal propia, estas organizaciones sirven para fortificar el poder de los diversos principios dominantes. En la mayoría de casos su figura decorativa es la seguridad material, es decir, el arquetipo de la mater materia es el principal motivo que los seduce a la acción, o eso o la convicción de que la estricta “ley y orden” es necesaria para cuidar el caos de las masas –en otras palabras el jefe-dictador o la imagen del “viejo rey”. Por otra lado, aquellos poseídos por el arquetipo del puer aeternuscomúnmente no tienen intereses políticos, y esto va hasta el punto de la irresponsabilidad social; ellos son acogidos con entusiasmo en cada excitante y emocional movimiento de masas que llega, inobservadamente respecto a de dónde viene éste o para dónde va. Por supuesto, los dos tipos de posesión se dan entrada la una a la otra mutuamente. Les Extremes ne se touchent pas seulement; (10) ellos son con frecuencia incluso idénticos.
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Aún el cohete y los intentos de vuelo de los grupos de Oriente y Occidente se pueden ver desde esta óptica. De esta manera el aviador y poeta estadounidense John Maggee escribe respecto del éxtasis de su alto vuelo en un aeroplano abierto, que él “sacó la [su] mano y tocó la cara de Dios” ¡Y tocó la cara de Dios! En consecuencia, Dios está todavía en el mundo exterior en algún lugar del espacio, o –si aquello es solo una metáfora poética- solo es alcanzable a través de la tecnología y de las acrobacias de la aviación orientada hacia el exterior, no mediante la búsqueda dentro de uno mismo. La inflación extática que se asocia con la experiencia del vuelo, está enunciada en este caso de una manera increíblemente ingenua, Poco después de componer este poema, John Maggee murió en un accidente de avión. Él también fue mordido por el espíritu de la tierra, el aspecto mortal del Mercurio, la serpiente, al igual que el pequeño príncipe de las estrellas. Ya había emergido a partir del Tasso de Goethe que la mujer y la diferenciación del ánima en el hombre desempeñan un papel crucial en la transformación del senex al puer tanto como en la integración de todo el problema. Aquí me parece, dirigiéndonos ahora al aspecto femenino del problema, que la indefinición y la pasividad de las mujeres presenta dificultades esenciales. Si se analiza las mujeres que están identificadas con la Gran Madre, ellas con frecuencia parecen una imponente massa confusa de emociones, de intrigas inconscientes, de opiniones del ánimus, y así sucesivamente, detrás de las cuales, sin embargo, se encuentra un muy pequeño, sensitivo y pueril ego. Y las mujeres que están identificadas con el rol del ánima, aunque pasen como originales y definidas, cuando la presencia de la proyección masculina les está dando una forma, cuando están solas cara a cara con otra mujer, todo esto se disuelve en una gran sensación de vacío e incertidumbre. Y cuando por una vez uno se encuentra con una mujer que está definida e integrada y que sabe lo que quiere es, por desgracia en la mayoría de casos, su animus el que está produciendo esto y no su propio carácter. La hilandería de las maquinaciones y las intrigas está también estrechamente relacionada con esta indefinición: no se toman decisiones, pero en su lugar se espera y se desea y se (vigila) oculta un ojo a (en qué) paso “la galleta se desmorona”, entonces muy suavemente se desplazan las fuerzas del destino un poco. Una pequeña calumnia aquí, un pequeño show de emoción inauténtica allí, un error no del todo inconsciente en el lugar correcto – todos pueden ayudar al rumbo de las cosas sin uno tener que tomar ninguna responsabilidad por ello. Otra posibilidad se encuentra en una identificación vertical y no intrigante pero totalmente rígida, como masculina, con los antiguos valores colectivos –Herr von Spät o el viejo rey. En este caso, la indefinida, intrigante, y vaga mujer se encuentra en la sombra. A veces estos dos tipos de mujeres tienen una atracción homoerótica mutua, lo mismo que los dos tipos de hombres, precisamente porque de hecho (pero por supuesto internamente) ellas tienen que estar unidas. Solo la mayor exactitud y la definición muy clara de carácter como resultado de la integración del ánimus pueden contrarrestar esto, porque entonces un eros objetivo posibilita que se someta al Sí Mismo y que al mismo tiempo pueda amar al otro tal cual es. Esto va de la mano con una renunciación del papel arquetípico de la Gran Madre o de la “Diosa Anima” y un retorno a la humilde humanidad, tal como debe hacerlo el puer masculino. Lo más importante que Jung ha hecho por nosotros con respecto a esta situación es mostrarnos un camino para encontrar esta humildad sin caer en la banalidad, sin retornar a Herr von Spät, sin la pérdida del mana creativo, las emociones y el encanto que rodea las figuras del puer y la puella. Por el contrario, cuando el puer y lapuella son comprendidos como el Sí Mismo y como no-ego, que es cuando ellos primero comienzan a manifestar su secreto redentor y sus efectos liberadores y a perder su efecto tóxico –el de crear el ego irreal. Sin esta agudeza de reconocimiento, no obstante, el arquetipo del puer se vuelve nada menos que un demonio de la muerte. Bruno Goetz presenta su novela con el siguiente poema al divino niño Fo: Als nicht vom Himmel wich die schwere Wolke und allem Volke, 123
die Sonne blich, da kam aus Tiefen das neue Licht uns nah Wir schliefen und wussten: “Du bist da” O sonnen aus Deiner Augen Grund Springende Bronnen der Liebe aus Deinem Mund. Funkelnder Geist Deiner Glieder im Aethermeerüber die Wellen Lockst Du zu lohem Mut. Ewiger Knabe umspielt von der Sterne Getön Spender der Labe Brausend und frei und schön: Männer und Frauen schwingen in Deinem Schein, treiben in Tod hinein neu Dich zu schauen. Immer ins Helle, ruft Deine weisse Gestalt. Welle um Welle nie sind wir alt! (Cuando las nubes se desvanecieron para dejar vacío el firmamento y para todas las personas el sol palideció, entonces, desde las profundidades, la nueva luz se acercó. Fuimos a dormir sabiendo, “Tú estás aquí”. O soles de las profundidades de Tus ojos, manantiales de amor que manan de Tu boca, Espíritu Centelleante, con Tus jóvenes traviesos en el mar del éter a través de las ondas Tú nos atraes al flameante coraje. Niño Eterno, alrededor de quien la música de las esferas suena, Dador de frescura, entusiasta, libre y hermosohombres y mujeres resuenan en Tu luz, se apresuran a la muerte para verte a Ti de nuevo. Tu blanca figura nos hace entrar siempre a la brillante luz. 124
¡Onda nueva onda, nunca somos viejos!) ¡Los hombres y las mujeres se apresuran a la muerte para verte a ti de nuevo! Ese es seguramente el aspecto más peligroso de esta imagen arquetípica de la renovación divina. Si esta renovación no es realizada de manera consciente, la imagen del puer ejerce una poderosa seducción hacia la muerte. En nuestro tiempo esto podría incluso convertirse en el motivo para un inconsciente suicidio en masa. Lo que el aumento en la problemática del puerpodría significar para nosotros en vista de la actual situación mundial es más que espantoso y muestra cuán urgente se ha vuelto para los individuos llevar a cabo el paso hacia la realización psíquica interior de la relación con lo Divino. Puesto que, como presumo, Herr von Spät, o el senex alquímico, y el puer o infans mercurius son poderes arquetípicos que están constelados en el fondo de los eventos de nuestro tiempo como los autores de la posesión y las proyecciones, creo que en este caso debemos mantener la vigilancia por cuanto estos poderes podrían posiblemente apoderarse de nosotros, o porque quizás ya lo hicieron. Me parece que entre los analistas dos tendencias que se corresponden con ellos han hecho su aparición. Una es una convencionalidad que quiere volver a Jung un “académico” o un “médico” o “amoldarlo” de alguna otra manera. Siguiendo esta tendencia acabamos, por ejemplo, en el estilo “neo-freudiano” con Herr von Spät. La otra tendencia es que, en un estilo semejante al del puer, nos gustaría “ir más allá de Jung y tener la última palabra”, cuidando poco si lo que decimos por consiguiente es científicamente adecuado o no. Que estas tendencias son secretamente idénticas se demuestra, por ejemplo, por un puer como Ira Progoff, quien promete como un gran innovador desarrollar a Jung más ampliamente para nosotros –y acaba en el campo de Otto Rank! Podríamos aducir más ejemplos, sed nomina sunt odiosa.(11)Solo podemos salvarnos a nosotros mismos de estas tendencias a través de una mayor humanidad, es decir, discerniendo y reconociendo que las dos imágenes arquetípicas solo pueden ejercer sus efectos de posesión negativa sobre nosotros en la medida en que nuestra propia experiencia del Sí Mismo no haya llegado aún lejos y bastante profundo.
NOTAS 1. C. G. Jung, “Aspectos Psicológicos del Arquetipo Materno”, en CW 9/i. 2. El autor se refiere aquí a la famosa novela precoz de Goethe Las Penas del Joven Werther (1774) y a su clásico drama Torcuato Tasso (1790). –El traductor versión inglesa. 3. C. G. Jung y C. Kerényi, Ensayos sobre una Ciencia de la Mitología (Princeton: Princeton University Press, Bollingen Series, 1973), p. 78. 4. La verdad en su forma cruda es más falsa que la falsedad. –El traductor versión inglesa. 5. Jung, Mysterium Coniunctionis, CW 14, p. 360. 6. Ibíd., pp. 335-36. 7. Ibíd., para. 340. 8. Ibíd. 9. Mis agradecimientos a René Malamud por su amabilidad al permitirme conocer acerca de este libro. 10. “Les extremes....”: Los extremos no solo se tocan mutuamente. –El traductor versión inglesa. 11. Sed nomina sunt odiosa: Sin embargo los nombres son odiosos. -El traductor versión inglesa.
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PROFESION Y VOCACION Este capítulo hace parte del libro Psicoterapia, Sao Paulo: Editorial Vozes.
Una de las cuestiones más difíciles en el entrenamiento de los futuros analistas es la que concierne a su adecuación a la profesión. Ningún programa por mucho que se dedique exclusivamente a suministrar el conocimiento indispensable, puede transmitir a las personas aquel "algo" que crea en ellas una emanación curativa. Es verdad que la integridad moral y la necesidad de ayudar son indispensables, pero por si solas no pueden producir el resultado en cuestión. De acuerdo con mi experiencia, todo aquel que dedicó largo tiempo en su análisis al reconocimiento consciente de sus problemas, se vuelve atractivo para las personas que lo rodean, que sienten que él posee algo que las atrae. Ellas le comienzan a contar sus sueños y problemas, fuera del ambiente profesional. No obstante, me parece que ni aún eso es siempre prueba suficiente de la adecuación de la persona. Tal vez esta persona tenga otras obligaciones particulares que cumplir, para las cuales puede tener una mayor vocación, que superar el estado de conciencia relativamente elevado que logró alcanzar. Me acuerdo de una mujer que estaba en esa situación. Aunque los requisitos hubieran sido cumplidos, sus sueños no parecían apoyar la posibilidad de que ella se dedicara al trabajo analítico. Solamente después de que sus dos hijos salieron de casa, fue que tuvo el siguiente sueño: "Una voz me decía que ahora yo podía construir una piscina pública en el patio de mi casa y trabajar allí como piscinera". Obviamente significaba que ahora ella podía hacer posible que otros bucearan en las aguas profundas del inconsciente y garantizar que iban a aprender a nadar en esas aguas sin hundirse. Esta mujer se conviertió en una connotada analista. Es evidente que antes de eso, su familia la necesitaba más, lo que no le permitía gastar su energía con terceros. Un problema difícil que se presenta a los candidatos en prácticas es que son poseídos por el arquetipo de la cura. La imagen arquetípica del curador está relacionada con la del puer aeternus, hijo-dios creador de la Gran Madre. Un número considerable de jóvenes con un complejo materno tienden a identificarse con ese arquetipo; suelen manifestar una cualidad "maternal" con relación a todos los que son indefensos o sufridos, y frecuentemente también tienen un don para la enseñanza (1). A partir de ese punto de vista, ellos serían adecuados a la profesión de analista; sin embargo, a causa de su identificación con el arquetipo, esos jóvenes sufren una inflación. En esos casos, es provechoso estimularlos a emprender un estudio serio, tal vez hasta estudios en el área de la medicina, porque a la persona que está inflada no le gusta trabajar; cree que ya sabe todo mejor y más profundamente que los otros. Un trabajo arduo, por lo tanto, junto con los necesarios esclarecimientos a través del análisis, a menudo hacen posible superar la inflación. Es importante para esas personas comprender que es el consciente el que, en último análisis, causa y dirige el proceso de cura, y que el analista es sólo aquel que ayuda y apoya el proceso, y no su autor. Me gustaría ilustrar lo que acabo de decir a través del sueño de vocación de un joven colega, que lo tuvo la noche anterior a su primera sesión de análisis. Un poco antes, en la misma noche, estuvo meditando acerca de lo que efectivamente era una interpretación "adecuada" del sueño y el análisis en el sentido junguiano. Él soñó entonces lo siguiente: Estoy sentado en una plaza rectangular y abierta, en una vieja ciudad. Un joven, vistiendo sólo pantalones, se sienta delante de mí con las piernas cruzadas. Su cuerpo es fuerte y lleno de vitalidad. El sol brilla a través de su cabello rubio. Él me cuenta sus sueños y quiere que yo se los interprete. Los sueños son como una especie de tejido que él extiende delante de mí, mientras los narra. Cada vez que relata un sueño, una piedra se cae del cielo y dá en el sueño. Eso hace que el sueño se despedace. Cuando atrapo los pedazos en la mano, queda claro que son hechos de pan. Cuando los pedazos del sueño se sueltan, revelan una estructura interior que le recuerda una escultura abstracta 126
moderna. A cada sueño que es narrado, otra piedra cae sobre él, y así una parte cada vez mayor de la estructura básica, que es hecha de tuercas y tornillos con puntos de soldadura, comienza a aparecer. Yo digo al joven que eso muestra cómo exponer el significado de un sueño - punto por punto. En ese momento, surge la idea de que la interpretación de los sueños es el arte de saber lo que se puede dejar afuera y lo que se debe retener, lo cual es también la manera como las cosas son en la vida. La escena del sueño entonces cambia. El joven y yo estamos ahora sentados uno frente al otro, en la ribera de un río ancho y maravillosamente bello. Él aún está contándome sus sueños, pero la estructura construida por los sueños asumió una forma diferente. Ellos no forman una pirámide compuesta de tuercas y tornillos, sino una pirámide constituida por miles de pequeños cuadrados y triángulos. Es como un cuadro cubista de Braque, siendo sin embargo tridimensional y vivo. Los colores de los pequeños cuadrados y triángulos están constantemente modificándose. Expliqué que es esencial a la persona mantener el equilibrio de toda la composición, siempre oponiendo inmediatamente a un cambio de color una modificación compensatoria del otro lado. Esa cuestión de equilibrar los colores es increíblemente compleja, porque todo el objeto es tridimensional y está en constante movimiento. Miré entonces para lo alto de la pirámide del sueño. No hay nada allá. Ese es, en verdad, el único punto en que toda la estructura se aglutina, pero en ese punto existe un espacio vacío. Cuando lo miro a él, comienza a irradiar una luz blanca. Una vez más la escena del sueño cambia. La pirámide permanece, pero ahora es hecha de material fecal solidificado. La cima aún irradia. De pronto comprendo que es como si la cumbre invisible se hiciera visible a través del excremento sólido, e, inversamente, el excremento se hace visible a través de la cima. Examino profundamente el excremento y percibo que estoy mirando hacia la mano de Dios. En un momento de iluminación, comprendo por qué la punta es invisible: es la faz de Dios. Una vez más el sueño cambia. La Dra. von Franz y yo estamos caminando a lo largo del río. Ella dice, riendo: "Tengo sesenta y un años, no dieciséis, pero los algorismos de ambos números suman siete". Despierto abruptamente, con la sensación de que alguien hubiera golpeado con fuerza en la puerta. Para mí espanto, el apartamento está completamente silencioso y vacío. En el lenguaje de los pueblos primitivos, ese es un sueño "grande" o, en el lenguaje de Jung, un sueño arquetípico, que encierra un significado suprapersonal, universal. Como ya lo interpreté en "La auto-realización en la terapia individual de C. G. Jung", que comienza en la página 1, recomiendo al lector que relea esa discusión. En el actual contexto, lo importante es sólo el hecho de que en el sueño el inconsciente viene a la superficie como punto principal del tratamiento, que la mano de Dios es vista en el "humano, demasiado humano", y que el trabajo en el desarrollo personal continúa. Ese parece ser el aspecto crucial en este caso. Ese gran sueño lleva a mi joven colega muy lejos de sus temores y responde a sus preguntas con una filosofía de vida, en el centro de la cual reside la cuestión de la auto-realización. Toda la situación es presentada como un acontecimiento que ilumina a mi colega. Eso no debe, sin embargo, llevarnos erróneamente a pensar que el análisis no requiere un esfuerzo de parte del ego. Sabemos, a partir de la experiencia, que el análisis involucra un trabajo arduo y requiere mucho conocimiento. Ese sueño, que presenta el trabajo como mero acontecimiento, representa una compensación, pues mi colega, en su reflexión que precedió el sueño, llevó a su ego y al papel del terapeuta excesivamente en serio. Las pacientes que en la vida real le habían sido designadas, dos mujeres jóvenes, no aparecen en el sueño; en vez de eso, el paciente, el "sufriente", es una figura interna en mi colega, un pedazo de su Sí-mismo. 127
El sueño muestra que la parte principal del desarrollo interior del analista es algo puramente entre su ego y el Sí-mismo (o, en un lenguaje anticuado, la imagen de Dios dentro de él). El sueño también significa claramente que, para mi colega, es importante percibir la "mano de Dios" que gobierna el destino humano, en vez de querer "hacer alguna cosa" él mismo. Toda la verdad psicológica puede ser, y hasta debe ser, revertida: todo analista debería tener un sólido fondo de conocimiento, lo más amplio posible. Frecuentemente, ha sido destacado que los psicólogos que no poseen entrenamiento médico fácilmente dejan de darse cuenta de los estados psicosomáticos. Es de indudable importancia que el analista que no es médico aprenda in totum la sintomatología de las enfermedades psicosomáticas, para poder remitir al médico los pacientes que necesitan tratamiento clínico. Pero también existen otras áreas sobre las cuales un conocimiento completo me parece indispensable. Me acuerdo aquí de un estudiante mexicano que estaba en su análisis de entrenamiento. Yo tenía la sensación de que en verdad no lo comprendía, y él también parecía incapaz de entender lo que yo tenía que decir. La causa de todo eso era completamente misteriosa para mí, pues yo lo quería mucho. Entonces él me trajo el siguiente sueño: Él vio en la bifurcación de las ramas de un árbol una gran piedra obsidiana. Cuando avanzó en dirección de ella, la piedra saltó del árbol y comenzó a lo seguirlo. Él sintió que era muy peligrosa. Cuando huía, se encontró con algunos trabajadores que habían cavado en el suelo un agujero rectangular. Ellos le indicaron, por medio de señas, que debía entrar en el agujero y quedarse inmóvil en medio de él. Cuando hizo eso, la piedra obsidiana que lo seguía fue volviéndose cada vez menos y, finalmente, quedó a sus pies como una pequeña piedrita domesticada. Cuando oí ese sueño, exclamé: "Cuál es su relación con el dios Tetzcatlipoca?" Éntonces me lo contó todo; me dijo que era tres-cuartos azteca, pero no había mencionado el hecho en su anamnesis, porque en México, al parecer, el prejuicio racial aún predomina. De repente, yo lo comprendí. Interiormente, sin tener conciencia de eso, él vivía en la tradición espiritual de los aztecas, pero lo había negado dentro de sí mismo. Con ese sueño, su individuación tuvo inicio así como su creatividad intelectual. Tetzcatlipoca, la suprema divinidad azteca, se volvió su gurú interior en la imaginación activa. Pero, qué habría ocurrido con ese análisis, si yo no hubiera sabido que la obsidiana era un símbolo del dios Tetzcatlipoca? Es claro que una analista experta no puede conocer todos los temas mitológicos existentes, que se elevan a centenares de miles. Así pues, es importante educar al analista en perspectiva para que no interprete los sueños de manera precipitada y, sí, que continuamente se dé al trabajo de buscar informaciones en la literatura especializada de los símbolos y, además de eso, necesita ser entrenado para saber dónde buscar. A fin de cuentas, el médico también tiene manuales que puede consultar para obtener pormenores sobre medicamentos y síntomas. En el análisis junguiano, el conocimiento de la mitología es significativamente más importante que en el análisis en otras escuelas. Estas, generalmente fundamentan su abordaje en una teoría de sueños existente, que desde el inicio sugiere ciertas interpretaciones. En el abordaje junguiano existe el principio de que todo sueño expresa algo aún desconocido, algo nuevo para el paciente. Mientras el analista está lidiando con las imágenes oníricas del inconsciente personal, un cuidadoso registro de las asociaciones del paciente frecuentemente son suficientes. Pero en el caso de imágenes arquetípicas, las personas a menudo tienen muy poco que decir sobre la forma de una asociación. En este caso, es necesario buscar un material mitológico objetivamente comparable. Aunque ese problema se refiere principalmente al entrenamiento intelectual y al conocimiento del futuro analista, no debemos olvidarnos del sentimiento, o sea, del corazón. Por muy inteligente que sea un analista insensible, nunca vi a una persona de ese tipo curar a alguien! Y el "corazón" no puede ser infiltrado. La persona que no lo posee, en mi opinión, es la menos adecuada para la profesión. No obstante, existen quienes realmente tienen sentimiento y capacidad de sentir compasión, pero no osan expresarlo. Esos individuos pueden ser ayudados, a través del entrenamiento, a que se vuelvan buenos analistas. 128
En efecto, idealmente hablando, el analista necesita haber entrenado las cuatro funciones de la conciencia. Necesita de la función sensación, porque tiene que ser realista y capaz de ver los hechos internos y externos para poder funcionar. Nunca debería suceder (aunque yo ya he sido tesigo de eso) que el analista no sepa nada acerca de la situación financiera del paciente, o no perciba que no está alimentándose bien. La intuición, claro, es también indispensable, porque sin ella es imposible comprender la función prospectiva y pronosticadora de los sueños, así como adivinar todas las cosas que el analizando dejó de contar, lo que es, generalmente, muy importante. Claro que es casi imposible, bajo el aspecto práctico, que todos los analistas sean tan perfectos y completos al extremo de haber asimilado las cuatro funciones de la conciencia. Frecuentemente necesitamos quedar satisfechos en volver al futuro analista, consciente de cuáles son sus funciones no desarrolladas, para que él conozca sus flaquezas y quede atento a ellas y, en los casos de incertidumbre, cuando haya motivo para sospechar que algo en el análisis no está yendo bien, consulte a un colega. Los problemas del conocimiento y del desarrollo de las funciones de la conciencia están relacionados con el estado de normalidad del futuro terapeuta, con su ajuste al mundo exterior y a la sociedad. pero la palabra vocación está relacionada con algo aún más profundo y esencial - la conexión con Dios o con los dioses, o sea, con las fuerzas que se manifiestan dentro de la psique. Si examinamos eso de una manera histórica, veremos que en la Edad Media no era particularmente la persona "normal" la que era considerada con vocación para ser un benefactor de la psique o del alma (aunque él también tuviera que ser relativamente normal), y sí el sacerdote; o entonces las personas buscaban ayuda en el túmulo de los mártires o de los santos, imaginando que la influencia sobrenatural de la personalidad de ellos tal vez curase a aquellos que tenían disturbios psicológicos. Si retrocediéramos más en la historia, la escisión específicamente cristiana entre religión y medicina nos viene a la mente. Si retrocediéramos aún más, llegamos a la figura del médico-sacerdote, que trabajaba, por ejemplo, en los lugares consagrados la Asclépio (Cós, Epidauro y otros) (2) Aprendemos, por ejemplo, con Apuleio, que vivía a servicio de la diosa Ísis como un katocho (interndo voluntario) (3), lo que la vocación significaba aquellos días. El sacerdote-curador de la última fase de la Antigüedad es una variante arquetípica del tipo curandero o chamán encontrado en el mundo entero. Para él, la vocación continúa encerrando el significado original de la palabra: un llamado de los dioses o de los espíritus para que él se vuelva un curador. Los chamanes (así como muchos de los curanderos y curanderas de otros pueblos) pasan por un periodo específico de entrenamiento y desarrollo. Son llamados por espíritus del clan o por otros espíritus, frecuentemente contra la voluntad de ellos. "Antes que el chamán se presente, el alma de la persona destinada la esa función es tomada por espíritus y arrastrada para el mundo subterráneo o el mundo superior" (4). Las almas de los futuros chamanes son entonces colocadas en nidos de diferentes niveles en las ramas de un árbol, siendo generalmente incubadas y criadas por una madre del reino animal bajo la forma de un cuervo u otro pájaro, o por un alce o ciervo alado, etc. Esa madre del reino animal es el alter ego del chamán, su doble, su espíritu protector y su principio vital. A veces, ella devora al chamán y lo da a luz nuevamente, o entonces lo cubre mientras él está en el huevo. Además de eso, la iniciación chamanística generalmente también consiste, como sabemos, en la mutilación del candidato y de su reducción a esqueleto. Esta última representa la substancia básica imperecedera a partir de la cual el chamán renovado puede ser reconstituido. No siempre el nuevo chamán está en el control de su nueva forma; a veces, la encuentra sólo en los momentos cruciales, durante la iniciación o a la hora de la muerte, pero es a través de ese alter ego interior que realiza sus curas (5). A partir del punto de vista de la psicología profunda actual, esa experiencia chamanística consiste en sufrir una invasión del incosnciente colectivo y tener éxito al lidiar con ella. Cuando el análisis de entrenamiento del futuro analista permanece presa de la discusión de problemas personales, de acuerdo con mi experiencia, esa persona nunca se convierte en un buen analista. Solamente cuando experimenta el infinito en su vida, como Jung lo formuló, es que la vida encuentra significado. De lo contrario, se pierde en superficialidades. (6) Podríamos aún añadir que esa persona sólo podrá 129
ofrecer a los otros algo superficial: buenos consejos, interpretaciones intelectuales, recomendaciones bien intencionadas vueltas a la normalización. Es importante que el analista viva interiormente en lo que es esencial, porque así puede conducir al analizando al centro interno de él. Cierto chamán dijo adecuadamente a un pedazo de madera que él quería transformar en tambor: "Libera tu mente de la contienda y de la discordia, lariço; tú te transformarás en tambor". (7). Los símbolos del espíritu animal-madre, del tambor, del árbol y de muchos otros, son tan grandes en número que es imposible describirlos todos; son, bajo el aspecto de la psicología junguiana, símbolos del Sí-mismo. En la tradición chamanística, el futuro tutor no sólo necesita haber sufrido una invasión del inconsciente colectivo, sino también haber llegado a su núcleo, a lo que Jung llamaba el Sí-mismo. Extrañamente, a menudo el Sí-mismo primero confronta a la persona de manera hostil, como algo explosivo que podría incluso provocar la locura (8). Los Tungus siberianos tienen conciencia de eso; dicen hasta que antes de que la persona se haga chamán, necesita ser molestada por los espíritus durante algunos años. Se trata de las almas de chamanes fallecidos que hacen que tenga delirios. A menudo son aquellos que la mutilan durante la iniciación. (9). Cierto Buryat, por ejemplo, permaneció enfermo durante quince años. Corría desnudo, al azar, en el invierno, y " se portaba como un idiota". (10) Después, encontró su espíritu auxiliador, que le preguntó: "Por qué se está comportándo de esa manera? Usted no nos conoce? Sea un chamán. Dependa de nosotros, sus utcha [antepasados = espíritus auxiliares]. Esta usted de acuerdo?" Él consintió, se sometió a los ritos de iniciación y comenzó a actuar como un chamán: "dondequiera que vaya, él cura y hace el bien". Es estrictamente prohibido actuar como chamán mientras el periodo de la iniciación no termina y el iniciado no está curado de su enfermedad iniciatória. (11). Todo lo que dijimos aquí sobre el chamanismo de los pueblos circumpolares se aplica, de manera sorprendente, a la problemática vocacional de los terapeutas actuales. La persona que no haya tenido acceso a las profundidades del inconsciente, y visto allí "la naturaleza de todos los espíritus de la enfermedad", difícilmente puede poseer una empatía real y suficiente con relación al grave sufrimiento psíquico de sus semejantes. Ella sólo los tratará de acuerdo con las reglas, sin poder jamás sentir empatía por ellos, y éste es frecuentemente el factor-clave para los pacientes. Además de esto, aquel que comienza prematuramente a actuar como chamán, antes de haber superado su enfermedad iniciatória, es una visión extremadamente familiar. Muchos jóvenes entusiastas quieren comenzar a tratar las personas desde los primeros días de su análisis de entrenamiento, antes de haber logrado lidiar con sus propios problemas y los contenidos de su inconsciente. Al hacer eso, en participación mística con un paciente, generalmente acaban en el sector invidente de este último. El resultado es una locura de dos y no una cura; o entonces el paciente es lo suficientemente inteligente como para detectar que ese supuesto "médico" no está pisando en terreno muy firme. "Aquel tipo está más deprimido que yo", me dijo, cierta vez un analizando que estaba sirviendo de " cobaia" para un "tutor" aún no llenamente desarrollado. Se ha afirmado que los chamanes y curanderos tienen muchas cosas en común con las personas mentalmente enfermas, o por lo menos con aquellas que son psicológicamente inestables, pero Eliade destacó, por ejemplo, que los esquimales consiguen distinguir claramente una enfermedad "chamanística" de un caso común de disturbio mental. (12) En el decurso de la enfermedad iniciatoria chamanística, el iniciado consigue encontrar la propia cura, lo que es precisamente lo que la persona común, que sufre de enfermedad mental, no consigue hacer. Además de eso, los chamanes son los individuos creativos, los poetas y los artistas, de sus comunidades. Eso trae a cuento una cuestión que también es importante para los terapeutas de hoy - en el chiste popular es muy difundida la figura del psiquiatra que es loco. (13) En relación con eso me gustaría acercarme a la perspectiva de los esquimales: la persona que consigue curarse a sí misma no es la persona enferma y, sí, aquella capaz de ayudar a los otros, pues esa persona está intacta en su núcleo más íntimo y posee la fuerza del ego, dos requisitos indispensables en la profesión de terapeuta. Ella sufre su enfermedad iniciatoria no a causa de una debilidad sino de familiarizarse con "todos los 130
tipos de enfermedades", para saber a partir de su experiencia lo que significan la posesión, la depresión, la disociación esquizóide, y de ahí en delante. Tampoco su desmembramiento iniciatorio es esquizofrenia. De acuerdo con la descripción mitológica, se trata de una reducción al esqueleto. Pero lo que eso significa según los pueblos que crearon esos mitos es lo indestrutíble, lo eterno en el ser humano, y también aquello que es perpetuado a través de la continuidad de las generaciones. Traído al lenguaje actual, significa que el iniciado pasa por un"análisis" en el sentido de una disolución de todas sus características no auténticas - por ejemplo: convencionales o infantiles -, a fin de conquistar el camino en dirección a lo que es su verdadero ser. En el lenguaje junguiano, significa que se ha individuado, una personalidad sólida que ya no es un juego de afectos internos y proyecciones o de tendencias y modismos externos de la sociedad. En el contexto etnológico, el tutor también tiene una sombra específica, o sea, esa vocación también posee un contra-aspecto sombrío. Se trata de la figura del chamán o curandero demoníaco. La forma más superficial de esto es el terapeuta que es gobernado por un complejo de poder. Es evidente que en esa profesión, en la cual el individuo es su propio señor y amo, y en la cual las otras personas frecuentemente se agarran a él de manera ingenua e infantil, el abuso del poder representa una enorme tentación. Por ejemplo, el analista puede verse intentando asumir el papel del padre o del sabio, aquel que sabe lo que está correcto. Por más repugnante que eso sea, no es, en mi opinión, el más peligroso, por cuanto esos terapeutas son a menudo importunados por pacientes igualmente poseídos por el poder, o castigados por el hecho de que tienden a reunir alrededor de sí un tedioso jardín-de-infantes de pacientes que los atormentan con exigencias. El tutor "demoníaco" es en escala mayor, algo más peligroso. Los Yakuts, por ejemplo, creen que en el momento de la iniciación, el chamán tiene la elección de ser iniciado por los espíritus de la "fuente de la destrucción y de la muerte" o por los espíritus "de la cura y de la salvación". (14) Lo que es confuso en este caso es que aquel iniciado por los espíritus del mal también puede ser considerado un gran chamán. (15) Pero para que ese individuo se haga chamán, muchas personas (frecuentemente de su clan) tiene que morir (16), mientras que el clan de un chamán del lado de la luz florece. (17) Así pues, el primer tipo de chamán es llamado " sanguinario". A partir de un punto de vista psicológico, los chamanes del mal son aquellos que encontraron el acceso al inconsciente y se mostraron lo suficientemente fuertes para no ser derrumbados por él, pero que, por así decirlo, intencionalmente se rinden a los impulsos sombríos del inconsciente. Jung describió el "demoníaco", que también podría ser llamado de "magia negra", en los siguientes términos. (18) Mientras la "magia blanca" se esfuerza por expulsar del inconsciente las fuerzas del desorden, "la magia negra exalta los impulsos destructivos como la única verdad válida en oposición al orden hasta entonces prevaleciente, además de aplicarlos al servicio del individuo en vez de al servicio de toda la comunidad. Los medios utilizados para eso son ideas, imágenes y expresiones primitivas, fascinadoras o preocupantes, incomprensibles para la comprensión normal, palabras extrañas", y así en lo sucesivo. "El demoníaco... se basa en el hecho de que existen fuerzas inconscientes de negación y destrucción, y de que el mal es real". La persona que ejerce esas fuerzas de magia negra está generalmente poseída por un contenido inconsciente. Jung menciona ahí el ejemplo de Hitler como un salvador negativo o un destructor. En la esfera de la tradición chamanística, se conocen peligrosos chamanes de ese tipo, de los cuáles todo el mundo tiene miedo. Mircea Eliade suministra muchos ejemplos de la arrogancia de los chamanes, que frecuentemente es vista como la verdadera fuente del mal y como la causa del actual estado deteriorado del chamanismo.(19) En mi opinión, esa arrogancia también existe entre los terapeutas modernos, y los que son marcados por ella son, creo yo, más peligrosos que aquellos con entrenamiento profesional inadecuado. Imagino que no haya ningún procedimiento organizacional o racional para mantener esos individuos fuera de la profesión del análisis. Sólo podemos esperar que en el público haya el suficiente discernimiento para evitarlos.
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Reflexionando sobre los puntos presentados hasta ahora, vemos que la profesión del analista plantea exigencias muy altas, exigencias que difícilmente alguien puede satisfacer enteramente. Gracias a los cielos, los pueblos nativos también tienen conciencia de que no son sólo los grandes chamanes, sino también los chamanes secundarios y menos importantes quienes pueden curar a las personas. La grandeza o la importancia de un chamán depende de la frecuencia y de la profundidad con que penetró en el inconsciente y de cuanto sufrimiento tuvo que soportar para hacer eso. Por eso es por lo que, en mi opinión, lo que es absolutamente necesario no es convertirnos en un gran curandero sino en que conozcamos nuestros límites, porque puede suceder - y no es infrecuente - que un paciente crezca más que nosotros, o sea, avance más en el proceso interior de lo que nosotros ya avanzamos. La tendencia instintiva del analista es entonces intentar traer el paciente de vuelta para abajo, de una forma reductiva para su nivel de conciencia. Es solamente cuando está consciente de sus límites que él puede evitar ese peligro y no rebajar el elemento significativo y creciente en los otros a través de un estilo de interpretación "nada más qué...". Cuando el analista permanece consciente de sus límites, él puede a veces incluso ayudar a un paciente siendo sincero y contentándose en contribuir estrictamente con la ayuda de que es capaz, dejando el resto por cuenta del paciente. Él debe admitir sus puntos débiles e invertir las posiciones, pedir la comprensión del paciente. En ese punto, el proceso deja de ser un "tratamiento", y se convierte en una relación que envuelve un mutuo dar y recibir. Eso, es claro, debe ser llevado en cuenta en la cuestión financiera en el análisis. Un problema especial en la profesión del analista es la creatividad. Sin la menor duda, los mejores analistas son aquellos que, junto con la profesión, están involucrados en alguna actividad creativa. No es accidental que en las sociedades primitivas, los curanderos sean también, en general, los poetas, pintores y artistas de su pueblo. Los elementos creativos y curativos están muy próximos. "El ímpetu del caos ascendente",explica Jung, "busca nuevas ideas simbólicas que abarcarán y expresarán no sólo la orden anterior sino también los contenidos esenciales del desorden. Esas ideas tendrían un efecto mágico, manteniendo hechizadas las fuerzas destructivas del desorden, como fue el caso del cristianismo y de todas las otras religiones"(20). Lo que Jung está diciendo, con relación al nivel colectivo en general, también se aplica tanto a grupos menores como al individuo. En todos los contextos permanece la cuestión de encontrar en lo más profundo de nosotros la influencia ordenada del Sí-mismo y expresarla en los símbolos, en el arte, en nuestras acciones. Si además de hacerconsultas, el analista no está trabajando también en su tarea, como destacó Jung, se hace esclavo de la rutina y, con el tiempo, se convierte en un analista insípido. Pude observar que en esta difícil profesión cierta irritación y desprecio por nuestros semejantes tiende a insinuarse en nosotros. Es solamente trabajando continuamente en nuestra tarea creativa interior que podemos evitar ese deterioro. Y no basta habersentido una única vez el llamado de la vocación; el derecho de la práctica de esta profesión necesita ser permanentemente conquistado dentro de nosotros. -------------------------------------------------------------------------------1 Ver Jung, "Psychological Aspects of the Mother Archetype", en CW 9/i 2 Ver C. A. Meier, Der Traum als Medizin (El sueño como remedio), Daimon Verlag, Einsiendeln, Suiza, 1985. 3 Cf. G. Preusschen, Mönchtum und Serapiskult (El monasticismo y el culto de Serápis), Giessen, 1903 , passim. 4 Citado en A. Friedrich y L. G. Budruss, Schamanengeschichten aus Siberien (Historias de los chamanes siberianos), Múnich, 1955, p. 45. 5 Ibid, pág. 48.
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6 Jung, Memories, Dreams, Reflections, p 325. (Cf. trad. bras.: Memorias, sueños, reflexiones, Nueva Frontera, Río de Janeiro) 7 Friedrich y Budruss, Schamanengeschichten, p. 80. 8 Ver Jung, "The Philosophical Tree", in CW 13. 9 Cf. Friedrich y Budruss, Schamanengeschichten, pp. 212-13. 10 Ibid., p. 209. 11 Ibid, p. 159. 12 Ver Mircea Eliade, Shamanism: Archaic Techniques of Ecstasy, Bollingen Series, Princenton University Press, 1964, pp. 23ss. 13 Más o menos como en la siguiente broma: Cual la diferencia entre la persona mentalmente perturbada y el psiquiatra? Respuesta: El psiquiatra tiene la llave del consultorio. 14 Friedrich y Budruss, Schamanengeschichten, p. 171. 15 Cf. ibid., p. 158. 16 Ibid., p. 154. 17 Ibid., pp. 150, 147. 18 Jung, carta la Horst Scharschuch, 1º de septiembre de 1952 , Letters, vol. 2, pp. 81-82. 19 Eliade, Shamanism, p;. 72. 20 Jung, Letters, vol. 2, p. 81.
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