MARCO TEÓRICO CAPITULO I 1. MENDICIDAD 1.1.DEFINICIÓN 1.1. DEFINICIÓN El término mendicidad, “proviene etimológicamente del latín mendicitas, que significa: estado y situación de mendigo”. Es decir, mendicidad es la actividad de pedir dinero o recursos
materiales, para la subsistencia u otros fines, en beneficio de él o ella, de sus familiares o de terceros a través de la caridad pública, motivado por necesidad o abandono o porque es coaccionado, inducido o utilizado por sus padres, tutores, curadores o terceras personas responsables de su cuidado y protección, sin obligación de brindar contraprestación alguna. Lo anotado anteriormente tiende a convertir la mendicidad en un fenómeno económico y social de todos los pueblos a nivel mundial, que ha existido desde tiempos remotos y se mantiene hasta la actualidad con mucha más afectación para quienes la realizan. Francisco Arias,(2007), sostiene que la mendicidad se vuelve una necesidad de solicitar dinero o cosas materiales para la supervivencia del mendigo o de su familia, por lo tanto, no se la puede prohibir, ya que el donativo que reciben, les permite a ellos aliviar en parte su miseria; sin embargo la beneficencia beneficencia privada está continuamente expuesta al peligro de ser engañada y es causa a su vez de que la mendicidad se ejercite de una manera constante y regular, como medio de obtener una ganancia sin trabajo, tr abajo, lo que representa mal ejemplo social. La mendicidad fomenta un sentimiento de repugnancia al trabajo, constituyéndose ésta en un peligro cuando se ejerce por personas desconocidas, errantes, sin domicilio, que bien pueden ser delincuentes y antisociales, que a pretexto de la pobreza ejercen esta actividad, logrando piedad con sus peticiones y cuando no lo consiguen utilizan la intimidación y la amenaza. Por lo tanto, la mendicidad se constituye como un mal social, que revela el desequilibrio entre las clases sociales, cuando algunos individuos carecen de los medios para mejorar su situación de miseria. La mendicidad se convierte en un problema sociológico y policial, ya que el mendigo traspasa los límites del delito, quedando al borde del mismo; porque nadie es vago o mendigo porque quiere serlo, sino que la mendicidad se debe a factores externos como el desempleo, pobreza, migración y otros. 1.2.MENDICIDAD 1.2. MENDICIDAD INFANTIL La mendicidad infantil es uno de los problemas sociales, que vive no sólo el Ecuador en los actuales momentos, sino que se ha convertido en un problema social a nivel mundial. Los niños y niñas en muchas ocasiones son obligados por sus propios padres a mendigar, quienes deambulan por las calles como pirañas por un pedazo de pan. 1
El problema de la mendicidad infantil es producto y consecuencia, entre otros factores de la marginación económica y la irresponsabilidad de los padres, la cual se ha convertido en una actividad improductiva y parasitaria que está insertada en el sector de la economía como la más residual y precaria situación, reproduciéndose con rapidez generando niveles de actividad entre cuatro y seis veces mayores que los existentes al inicio de la década de los 90; la mendicidad infantil donde los niños y niñas se ven obligados a realizar continúas actividades que consiste en demandar o pedir dinero en la vía pública, situación que está relacionado con la explotación laboral. La mendicidad se ha vuelto parte del paisaje urbano, donde los mendigos son principalmente los niños y niñas de nuestra ciudad que están en todas las calles, restaurantes, a la salida de los bancos y todo negocio, a toda hora del día, bajo un sol abrasador o bajo la lluvia más cruel, son los niños y niñas pobres, aquellos que se ven despojados de su mundo infantil para formar parte del mundo adulto; sin embargo, por triste que sea esta realidad, estos pequeños se adaptan al mundo de los grandes, van solos por la ciudad, la recorren, la conocen quizás más que nadie, la exprimen en vivencias, las calles son sus casas, el cielo su techo, las frías y sucias baldosas su cama y los periódicos sus cobijas; a pesar de aquello conocen el valor del dinero, lo piden, lo mendigan, lo manejan y lo negocian. La mendicidad en tiempos de navidad se acentúa con mayor énfasis, niños, niñas, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad, aprovechan la ocasión en actitudes lastimeras y pordioseras lograr obtener una limosna de las personas a quienes ya han conmovido con sus frases o peticiones, la misma que no se deja esperar. La actividad equivocada de la mendicidad si se le sigue incentivando, y alimentando, no se la va a detener, mucho menos a erradicar, si continuamos dándoles dinero, seguimos propiciando la mendicidad como patrón de cultura equivocada. En nuestro país, la Ministra de Inclusión Económica y Social, Jeannette Sánchez, explicó al Diario La Hora, que la mendicidad infantil “no es un problema de un Gobierno, de una
institución ni de un grupo de gente, sino que es un problema de la sociedad, en la que se necesita de la solidaridad y de la unidad de todos los ecuatorianos y ecuatorianas para combatirla”, así lo señaló, la Ministra de Estado durante la presentación oficial de la Campaña Navidad Digna y Solidaria, sin Mendicidad Infantil 2013, 2013, en donde reveló el esfuerzo conjunto entre las instituciones públicas, iglesias, escuelas, gobiernos locales, juntas parroquiales, autoridades locales para lograr disminuir en este año la presencia de niños, niñas y adolescentes en vías y carreteras durante la época de Navidad. 1.3.NIÑOS 1.3. NIÑOS Y NIÑAS MENDIGOS Los niños y niñas mendigos, se constituyen en un problema social de nunca acabar, tiene sus raíces en la difícil situación económica, la despreocupación de los padres y la carencia de 2
leyes; actividad que es realizada en situación de riesgo personal, en la vía pública, en los medios de transporte, y lo que es peor hasta altas horas de la noche. Niños y niñas sin educación, indefensos e inocentes, sin culpa, descalzos, mal vestidos, desnutridos; de padres que quizá también crecieron en las mismas condiciones y que permiten que sus hijos e hijas mendiguen. Si bien es cierto, que hubo pobres y mendigos desde épocas inmemorables, es inconcebible que en la actualidad, en pleno siglo XXI, se siga exponiendo, a menores de edad a la humillación y explotación, obligados a llevar una vida impropia e inadecuada; problema que afecta a niños y niñas a quienes obligados a realizar esta tarea, cuando sean mayores, retrocederán a su infeliz infancia tendrán sus corazones llenos de rencor hacia la sociedad que nada hizo o les dio y, a modo de revancha, muchos de ellos se transformarán en personas de mal vivir, dedicándose a robar, matar, prostituirse, traficar con drogas, violadores, adictos a estupefacientes, u otros males menores. H. Massot; (2007), director de la revista Al frente, señala que la mendicidad de los niños y niñas debe ser erradicada, por lo tanto, “es necesario atacar el mal en lo medular y para
lograrlo los gobiernos deben buscar estructurar una red de contener a los padres, puesto que los niños y niñas no nacieron de la nada, por consiguiente, los padres son los responsables de la existencia de los menores que deambulan por las calles de las ciudades”. Niños y niñas
mendigos que en la mayoría de los casos son obligados por sus propios progenitores. 1.4.LOS 1.4. LOS NIÑOS Y NIÑAS VÍCTIMAS DE LA MANIPULACIÓN FAMILIAR La mendicidad infantil es un problema a escala planetaria que necesita solución rápida y emergente, debido a la presencia creciente de niños y niñas pidiendo limosna en la calle, la que se convierte en un tipo de maltrato social y a la vez familiar, por su condición pública, facilitado por el contexto social permitido que la favorece o la mantiene. La limosna constituye un fenómeno reproductor de la mendicidad, en tanto que posibilita un efecto continuista, las personas que donan limosnas satisfacen la necesidad momentánea del niño y niña mendigo, y, al mismo tiempo, favorecen su conciencia personal; en muchos casos, la limosna no es más que un remedio contra la vergüenza ajena. “Los padres hacen profesionales a los hijos en el arte de la mendicidad, cumpliendo los menores una función de seducción sobre la actitud de los ciudadanos” La presencia de la
mujer con un niño es más elocuente, más sensible para el reclamo social de la limosna, por ello, la representación de las mujeres en el ejercicio de la mendicidad es mayor que la de los varones. Los niños y niñas, últimas víctimas de la manipulación familiar, son el grupo sobre el que se sustenta la mendicidad organizada. Alfredo Andulaz (2007), sostiene que “el componente 3
infantil en la mendicidad familiar es preponderante, y es el elemento básico que activa la atracción de la limosna, por ello, se explota, especialmente, a los niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años, e incluso, a los niños en edad lactante pues facilitan más todavía la actitud lastimera.”
La utilización de los niños y niñas por parte de sus familiares u otros adultos para pedir dinero, constituye una conducta que debe ser investigada por las autoridades correspondientes, ya que los menores son víctimas de la manipulación de su propia familia, son los padres quienes propician la mendicidad infantil, como reflejo de la expresión más acentuada de la marginación y exclusión social, situación que hay que afrontar mediante políticas sociales, medidas de seguridad y vigilancia. Datos periodísticos, del 20/12/2007- www.eldiario.com.ec, anotan un ejemplo de cómo la mendicidad infantil es propiciada por los padres: “No es un juego, pero Marcos y Daniela
apuestan para ver quien llega primero a la camioneta doble cabina que se estaciona a la altura de la Gobernación de Manabí. En el vehículo una mujer baja el vidrio y mientras espera que el semáforo de la calle Sucre y Olmedo cambie de rojo a verde, abre su cartera y le da diez centavos a cada niño. De pie, cerca de la glorieta del parque central, Blanca Salvatierra espera a los menores. Es su madre y les arrebata la plata que han pedido a los conductores y peatones en este sector. Ella no trabaja, vive de lavar ropa ajena en La Piñonada y asegura que recaudar dinero de esta forma no es delito. Cerca del lugar hay más de veinte niños mendigando y padres que los esperan en las esquinas o en el parque. La mendicidad se acentúa en estos días previos a la Navidad y nadie hace nada por evitar este problema, aunque se presente en pleno centro de la ciudad. Todo comienza antes de las 08h00 y hacia el mediodía Blanca Salvatierra y los demás padres que envían a sus hijos a pedir limosna han reunido ya cerca de diez dólares. Algunos niños, como Marcos y Daniela, de 8 y 9 años, andan descalzos. Uno de los padres, que ha preferido la reserva, dice que así la gente da más plata y que en Navidad todos se acuerdan de los pobres, así sea para tranquilizar en algo su conciencia. Sobre el destino del dinero recaudado, los progenitores optan por no hablar. Algunos ciudadanos creen que lo destinan a comprar licor o fomentar algún vicio. El intendente, Luis Cando, asegura que el problema no es de su competencia, sino del Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies), que la semana anterior presentó el programa “Voces Inocentes” para erradicar la mendicidad infantil. No obstante la iniciativa
aún no se aplica en Manabí.
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Marllely Vásconez, directora provincial de la entidad, afirma que este problema se está tratando en el Consejo Cantonal de la Niñez. La directora ejecutiva de este organismo, Tamara Briones, expresa que la entidad aún no ha definido sus políticas de acción y que empezará a analizar el problema recién en enero próximo”.
1.5.LA CULTURA DE LA MENDICIDAD Una de las expresiones que más impresiona en los últimos tiempos, es la cultura de la mendicidad, referida a este problema social, en todas sus formas y modalidades. Es evidente que la mendicidad, se ha convertido en una patología característica de todas las ciudades del país, ninguna autoridad pública ha resuelto nada perdurable en esta delicada situación, en la cual está demostrado que no alcanza con las buenas intenciones. Dentro de la cultura de la mendicidad, están inmersos los niños, niñas, adolescentes y personas mayores, es muy usual encontrar a mendigos al cruzar una esquina, en el cambio de semáforo, pedir dinero a pretexto de actividades que en ocasiones se vuelven permanentes interferencias como: limpia vidrios, madres con sus hijos en brazos, menores malabaristas, niños y niñas enfermos en carretas, consiguiendo la lástima de los transeúntes, otros con pedazos de recetas médicas, o papeles manifestando calamidades domésticas que les han ocurrido, en fin, una serie de situaciones que han convertido a las calles de la ciudad en auténticos escenarios de desintegración social, presentando además molestias para la fluida circulación de conductores, vehículos y transeúntes. Lo mencionado es una evidencia de la proliferación de improvisados mendigos en los parqueaderos, donde no existe la protección de la propiedad privada, ni control alguno de las autoridades municipales y los cientos de hurgadores o recolectores de basura que recorren la ciudad, lo que seguramente tiene como base el problema del desempleo, determinando que la cultura de la mendicidad va impregnada en cada sociedad. 1.6.LA OTRA CARA DE LA MENDICIDAD: UN NEGOCIO La mendicidad como negocio está alimentado por bandas de individuos que diseñan estrategias, que incluyen guiones lastimeros o amenazantes; rudimentarios espectáculos circenses de malabaristas y de hombres que escupen o tragan fuego, que simulan limpiar los parabrisas de los carros, que trabajan para que les paguen con monedas que salen por una rendija de las ventanillas entrecerradas de los automotores. La información sacada en línea, “un estudio de un alumno en una práctica estadística narra el
siguiente ejemplo: un semáforo cambia de luces en promedio, cada 30 segundos (treinta segundos en rojo, treinta segundos en verde). Por lo tanto, por cada 1 minuto, un mendigo tiene 30 segundos de tiempo útil para lograr facturar un mínimo de 0,10 ctvo de dólar. Con este esquema, en 1 hora de trabajo el mendigo habrá recaudado: 6 dólares en una hora; si el 5
mendigo trabaja 8 horas por día, descansando los domingos, da un promedio de 25 días por mes, lo que deja una facturación de 120 dólares al mes. Ahora bien, 6 dólares en una hora es una suma razonable para quien trabaja en el semáforo, porque las personas que colaboran no siempre dan solo 0,5 ctvos, a veces dan 0,10 o 0,15 ctvos, los más generosos dan hasta 0,25 ctvos de dólar. Sin embargo, hay que asumir que en realidad el mendigo solo recauda la mitad de la cuenta inicial, o sea: 3usd hora. Haciendo nuevamente las cuentas, se tiene un valor final de 600usd /mes. Esto, ni siquiera equivale al salario promedio de un Ingeniero, que se desempeña en una empresa de mediano porte; trabajando 48 horas nominal por semana, y aun teniendo que ir los sábados o domingos a resolver algo pendiente. De esta forma, cuando el mendigo recibe 0,25usd (que no es raro), puede descansar tranquilo debajo de un árbol por los próximos 9 cambios de luz del semáforo, y sin ningún jefe que lo moleste porque está descansando en medio de la jornada de trabajo. Pero hasta aquí todo es teoría, ahora vamos al mundo real: Con estos datos en mano, fui a entrevistar a una mujer que pide limosnas, y que siempre va a cambiar las monedas en una tienda del barrio (a los tenderos les encanta los sueltos). Le pregunte cuanto ella facturaba por día; ¿saben lo que me respondía? Pues la cuenta inicial estuvo bastante aproximada: un promedio de 50usd a 60usd diarios. Con esto nos queda un ingreso mensual de: (25 días/mes x 50usd/día) = 1250usd/mes O de: (25 días/mes x 60usd/día) = 1500usd/mes. Lo que en promedio da: 1375usd/mes!!! Y pero aún: ella me dijo que jamás llega a trabajar ni siquiera 8 horas diarias. La moraleja de esta historia que es real, es que: es mejor ser mendigo que trabajar como ingeniero pedir limosna es más lucrativo que conseguir un empleo como ingeniero. 1.7.MARCO LEGAL DE LA MENDICIDAD El incremento de la mendicidad es algo que está arraigado, en el Ecuador desde hace muchos años, esta actividad la realizan algunas personas como una forma de sobrevivencia, que les permite la posibilidad de incrementar ingresos adicionales. Analizando el término costo beneficio resulta conveniente, sobre todo desde el punto de vista de una estrategia de supervivencia; proceso lógico dentro de lo que se ha venido dando en los últimos años, como una expansión de una tendencia que aprovecha la ocasión para incrementar el pedido de dádivas. Sin embargo, desde el punto de vista ético de la clase media y de los derechos humanos, la mendicidad es un acto totalmente reprobable. “Los padres y madres de familias que no tienen noción de la ética, que desconocen los
derechos y por tanto mal pueden ejercerlos; inclusive conociendo estos derechos, en un análisis de relación costo-beneficio van a priorizar siempre la utilización de sus hijos para tener esos fondos adicionales y no hacer las consideraciones de carácter ético". 6
Holger Dután (2007), representante de la Comisión Azuaya de los derechos humanos, opina que en tiempos de navidad y año nuevo, esta actividad es tan especial que se convierte en solidaridad y en un país como el nuestro en donde existe mucha desigualdad, la gente perteneciente a los sectores populares no tiene esa capacidad de adquisición; entonces sus niveles de frustración e inclusive de depresión son altos. Por eso no solo la navidad sino la despedida del año, se transforman en una fiesta triste para la gran mayoría de personas, por lo que recurren a la mendicidad. No se puede olvidar que esta época es también una oportunidad para que algunos padres utilicen a sus hijos en la caridad, ellos suplen temporalmente la necesidad que impone la época. El problema no se soluciona cuando alguien lanza una moneda, funda de caramelos o hace una dotación, intentando limpiar la conciencia, el problema se soluciona con un sistema social que garantice a los niños, su derecho a estudiar, a la salud y a crecer como buen ciudadano, las expresiones son un fenómeno de una sociedad que está en crisis total, que cubre las diferencias a través de migajas o de dar cosas muy pequeñas. El Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (INNFA) sumándose al gran frente social que lucha por el respeto de los derechos humanos de los niños, adolescentes y sus familias, es una institución que está convocada a receptar denuncias de toda índole, que se van resolviendo en el camino. José Hurtado, director de la entidad considera que la afluencia de niños mendigos hacia las calles, es una problemática que va enraizándose en la vida social y obedece a ciertos factores paradigmáticos de la ciudadanía en general. En función de ello, el INNFA reorienta ciertas políticas institucionales, para que vayan en función de protección integral; revalorizando derechos de estudio, salud, recreación y vida digna de un niño en la familia, y en ese sentido se pone mucho énfasis en la familia, por ser el detonante de la niñez hacia las calles, el abandono, el abuso sexual y físico, entonces se piensa que una de las políticas institucionales debe enfocarse a fortalecer la familia. Hurtado sostiene que el Código de la Niñez, es un patrón legal referencial de gran valía, porque es la directriz que conduce a actuar con mayor fuerza; actividad que es reforzada por un Consejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia y las judicaturas especializadas en el tema, a quienes se remiten los casos para que sean analizados y juzgados en las diferentes instancias sea civil o penal. "El someter a un menor a la mendicidad es una conducta que en el Código constituye maltrato; entonces estamos ante la posibilidad de que cualquier persona sometida a una condición similar, puede denunciar, es decir hay acción pública y a través de ella se dicta un mecanismo de protección para el niño”.
También puede ser una causa en la que ya no cualquier persona sino la que establece el Código: parientes, defensor del pueblo o cualquiera de los dos cónyuges, presente una denuncia de privación de patria potestad, en la que los padres pierden la representación de 7
ese niño o adolescente, por incumplimiento al conjunto de derechos y obligaciones que tienen con sus niños. Esto no es para toda la vida, porque la constitución, las leyes y todos los ecuatorianos aspiramos que cualquier situación irregular que se presente con los menores pueda ser enmendada; es decir, que a la par de una medida de protección el juez debe ordenar una serie de medidas para que quienes incurrieron en una conducta negativa, rectifiquen y cambien de actitud y los niños puedan retornar al hogar.
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CAPITULO II 2. DESARROLLO INTEGRAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS 2.1.DEFINICIÓN Varias son las definiciones sobre el desarrollo integral, la UNICEF sostiene que el desarrollo integral: “es el crecimiento o aumento en el orden físico, biológico, intelectual o normal de un individuo hasta alcanzar una plenitud aceptada”10. Según el Dicc ionario – Biblioteca Encarta desarrollo integral “es el crecimiento económico, social, cultural, estructural o político de una comunidad humana y dentro de la misma.”11. Mientras que para Dennos Chile (1975) el desarrollo integral “es disfrutar de salud, nutrición y educación, así como de un buen cuidado
y afecto por parte de los padres y madres, que en las etapas tempranas de crecimiento, previenen el riesgo de que se produzcan retrasos en el desarrollo de sus hijos e hijas que pueden ser irreversibles”. Por otro lado, una información sacada en línea, sostiene que el desarrollo integral es: “la
cobertura total de las necesidades sentidas tanto en lo económico, social (salud, educación, deporte), laboral, político y por supuesto personal”.
Sobre la base de estas definiciones, es imposible conocer parámetros de algún desarrollo o formalizar sus diferentes significados, ya que en todo desarrollo hay una serie de elementos contextuales, así como causas y efectos que demarcan el camino dinámico de un proceso de desarrollo. Por muchos años el desarrollo de los niños y niñas estaba solamente en manos de los padres. Sin embargo, actualmente la pobreza, enfermedad, mala nutrición, falta de registro de nacimiento, violencia, falta de servicios de calidad, rompimiento de las estructuras familiares tradicionales y otros, obstaculiza, la posibilidad de que los padres puedan proveer el cuidado, afecto y atención necesaria para que los niños y niñas desarrollen todas sus potencialidades; pero existen instituciones como el INFA (Instituto Nacional de la Familia), y varias Fundaciones de ayuda social, que colaboran con las familias en proveer bienestar y asegurar el desarrollo normal y adecuado de los menores y jóvenes de escasos recursos económicos que son desprotegidos, inclusive de sus propias familias. En este sentido, a la familia se la ha considerado desde siempre, como el conjunto de personas unidas por lazos de parentesco, como la unidad básica de organización social, cuyas funciones y roles son proporcionar a sus miembros protección, compañía, seguridad, socialización y principalmente ser fuente de afecto y apoyo emocional especialmente para los hijos e hijas, quienes se encuentran en pleno proceso de desarrollo. La familia es el principal agente a partir del cual el niño desarrolla su personalidad, sus conductas, aprendizajes y valores.
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2.2.DESARROLLO HUMANO El desarrollo humano es el proceso de ampliación de las opciones de las personas, aumentando las funciones y capacidades humanas. De esta manera el desarrollo humano refleja, además, los resultados de esas funciones y capacidades en cuanto se relacionan con los seres humanos. En todos los niveles del desarrollo las tres capacidades esenciales consisten en que la gente viva una vida larga y saludable, tenga conocimientos y acceso a recursos necesarios para un nivel de vida decente. Pero el ámbito del desarrollo humano va mucho más allá: otras esferas de opciones que la gente considera en alta medida incluyen la participación, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos, todas necesarias para gozar de respeto por sí mismo, potenciación y una sensación de pertenecer a una comunidad. En definitiva, el desarrollo humano es el desarrollo de la gente, para la gente y por la gente. En base a lo expuesto, éste se refiere al desarrollo de las diferentes esferas del ser humano, es decir, al desarrollo cognitivo (conocimiento, información, conceptos), desarrollo afectivo (valores y actitudes), y al desarrollo procedimental (como hace, como se ejercita). Es decir, que la persona se desarrolla en todos los aspectos y capacidades: físicas, afectivas, sociales e intelectuales, por lo tanto el desarrollo integral se lo consigue a lo largo de toda la vida. La etapa infantil, se la considera como la base clave para obtener un desarrollo integral adecuado, porque muchas de las bases para formar estas capacidades se las adquieren en esta etapa, dado que “existe clara evidencia que los primeros 36 meses de vida son la base
fundamental para el desarrollo físico, emocional, intelectual y social de las personas. Disfrutar de salud, nutrición y educación, así como de un buen cuidado físico y afectivo de parte de los padres y madres en las etapas tempranas previene el riesgo de que se produzcan retrasos en el desarrollo que pueden ser irreversible”. Dentro de este contexto se desarrolla la vida cotidiana de los niños y niñas normalmente, en cualquier parte del mundo, sin distinción de raza, religión y sexo; sin embargo, no todos los menores disfrutan de una vida plena y de bienestar al interior de sus hogares, por razones diferentes, muchas veces desconocidas y otras silenciadas. Para asegurar el desarrollo integral infantil, es fundamental el registro de nacimiento, derecho que abre las puertas a otros derechos. Si los niños y niñas no tienen todavía un nombre, una nacionalidad y una identidad; no existen legalmente, no cuentan en los procesos de planificación y no tienen acceso a los servicios de salud, educación, protección y participación.
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Es necesario que las políticas y los programas diseñados para niños y niñas en la primera infancia, tengan un enfoque integral, es decir, que incluya todas las áreas de crecimiento, que busquen asegurar que cada niño y niña sea saludable, que esté bien nutrido, y que viva en un medio ambiente limpio y saneado. El ambiente ideal para el desarrollo adecuado de los niños y niñas debe reunir elementos que brinden armonía y afecto entre los integrantes de la familia, ya que en la actualidad se conoce que el tipo de relación que existe entre los padres y el niño va a influenciar en el comportamiento y en la personalidad de los menores. Por ello, las estrategias para el desarrollo integral infantil, deben incluir el trabajo con padres, madres, miembros de la comunidad, instituciones gubernamentales que brindan servicios de: salud, educación, registro de nacimiento, y organizaciones no gubernamentales, que proveen servicios y atención a niños y niñas. El desarrollo integral de los niños y niñas es un proceso que abarca cuatro etapas, el cual se hace mediante grados sucesivos, donde se distinguen las siguientes: físico, intelectual, emocional y social, consideradas indispensables y necesarias para que los menores alcancen un desarrollo apropiado. 2.2.1. Desarrollo físico En el desarrollo físico del niño o niña, el crecimiento se emplea para referirse al aumento de tamaño y peso; mientras que el desarrollo se aplica a los cambios en composición y complejidad, es decir, que el crecimiento es el proceso mediante el cual los seres humanos aumentan su tamaño y se desarrollan hasta alcanzar la forma y la fisiología propia de su estado de madurez; tanto el aumento de tamaño como la maduración dependen de que exista un aporte adecuado de sustancias nutritivas y de vitaminas, y de que se produzcan las distintas hormonas necesarias para un buen desarrollo físico. De acuerdo al informe sobre el desarrollo humano (2002), este aspecto está marcado durante los primeros dieciocho meses de vida, el niño o niña en su desarrollo normal incrementa mucho su peso y su altura, comienza la dentición, desarrolla la discriminación sensorial, y comienza a hablar y a caminar, el ritmo de crecimiento es muy intenso durante los 2 primeros años de vida, disminuyendo de forma progresiva y estabilizándose en el período comprendido entre los 3 y 6 años de edad. Durante este proceso la agudeza sensorial se desarrolla con rapidez durante los tres primeros meses de vida. En la información se sostiene que de acuerdo a investigaciones realizadas han demostrado que los recién nacidos son capaces de realizar discriminación visual y auditiva; dos días después del nacimiento los niños y niñas ya pueden distinguir olores.
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Reaccionan a los ruidos elevados y, probablemente, poseen el sentido del gusto, en estos tres primeros meses pueden distinguir colores y formas, y pueden también mostrar sus preferencias por estímulos complejos y nuevos, en contraposición a los estímulos sencillos y familiares de su crecimiento. 2.2.2. Desarrollo intelectual En el desarrollo intelectual del niño se pueden distinguir dos aspectos, por un lado, lo que se denomina aspecto psicosocial, es decir, todo lo que el niño recibe del exterior, aprendiendo por transmisión familiar, escolar, educativa en general; y por otro lado, el aspecto espontáneo, que se denomina psicológico, que es el desarrollo de la inteligencia misma: lo que el niño aprende por sí mismo, lo que no se le ha enseñado sino que debe descubrir solo; y éste es esencialmente el que requiere tiempo. 2.2.3. Desarrollo emocional La niñez se constituye sólo una fracción del ciclo vital total del ser humano, que está en constante desarrollo; esta etapa es un vínculo que consiste en una unión psicológica entre el niño o la niña y la persona que lo cuida, por lo general, su madre, el llanto y la risa ponen en contacto a los niños y niñas con quienes los cuidan, este vínculo proporciona una base emocional segura, a partir de la cual se desarrollan las relaciones maduras. Un vínculo inadecuado impedirá el desarrollo emocional y social a lo largo de la vida; es decir, si un niño o niña es separado de su madre y, tras esa situación no establece un vínculo seguro, se perturbará su desarrollo. Lo más probable es que sucesos traumáticos que se producen durante la infancia, tales como: abusos físicos o la malnutrición, afecten el desarrollo y al comportamiento de una forma negativa; experiencias menos extremas también tienen su influencia, pero sus efectos pueden ser temporales y menos llamativos, se ha demostrado que las primeras experiencias influyen en las actitudes hacia un proceso de aprendizaje, en el concepto que el niño o niña tiene de sí mismo, y en la capacidad para formar y mantener relaciones sociales y emocionales en el futuro. 2.2.4. Desarrollo social Este aspecto no requiere que el niño y niña sea muy popular, lo importante es la calidad más que la cantidad de sus amistades, es necesario tener en mente que existen evidencias de que algunos menores son más tímidos que otros y que podría ser contraproducente forzarlos a mantener relaciones sociales que les hacen sentir incómodos; más aún, a menos que la timidez sea lo suficientemente severa para impedir que el niño disfrute de la mayoría de las
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cosas buenas de la vida, tales como fiestas, es asumir que cuando se les maneje con sensibilidad, su timidez disminuirá espontáneamente. Antes estas circunstancias, las personas responsables del cuidado de los menores, deben implementar estrategias que le ayudarán a disminuir y vencer las dificultades sociales, es importante tener presente que los niños y niñas difieren en su conducta social por una variedad de razones. Algunas investigaciones muestran que los menores tienen diferentes personalidades y temperamentos desde el nacimiento, adicionalmente, las relaciones en las familias extensas afectan la conducta social; lo que es apropiado o una conducta social eficaz en una cultura podría ser menos en otra, por lo tanto, los niños que provienen de culturas y antecedentes familiares diversos podrían necesitar ayuda para disminuir sus diferencias y encontrar formas para aprender y disfrutar de la compañía entre sí. 2.3.EL COCIENTE DEL DESARROLLO “El cociente del desarrollo, es el indicador del desarrollo psicomotor de un niño, el mismo que
se obtiene dividiendo la edad del desarrollo por la edad cronológica y multiplicando el resultado por cien. La edad de desarrollo es cualquier medida estandarizada de desarrollo que se pone en relación con la edad”; los elementos más utilizados para medir el cociente del
desarrollo son: la percepción sensorial, la habilidad motriz, la sociabilidad y la reactividad emocional, entre otras. Con cada una de ellas se obtienen puntuaciones, que algunos autores denominan como edad social o edad emocional, y con el conjunto se determina el perfil de desarrollo, estas medidas son más o menos arbitrarias, pero una vez especificadas se estandarizan para el conjunto de la población y se utilizan a efectos de comparación y para establecer diagnóstico en pediatría, psicología de la educación, en el estudio de poblaciones, y otros. 2.3.1. Percepción sensorial Para entender el significado de la percepción, habrá que iniciar considerando que los sentidos son, en primera instancia, el vehículo a través del cual el ser humano recibe los estímulos provenientes tanto de su interior, como del exterior; posteriormente, cuando un conjunto de sensaciones han sido procesadas por la mente, se transforman en una percepción sensorial, de tal forma, que todo movimiento voluntario, es resultante de la información percibida a través de los distintos estímulos sensoriales. El desarrollo perceptivo-sensorial es el umbral desde que se inicia el movimiento en el ser humano a partir del momento en que abre los ojos a este mundo, se va dando a la par que el desarrollo biológico (en donde se observan los cambios físicos relativos al peso y la estatura); y 13
también los cambios psicológicos (en donde la conducta se va transformando a medida que el ser humano crece, se comunica y se interrelaciona con sus semejantes hasta llegar a conformar una personalidad propia). 2.3.2. Habilidad motriz Para entender qué son las habilidades motrices, hay que definirlas como los patrones de movimiento fundamentales de movimiento, es decir, una serie de movimientos relacionado entre sí; en otras palabras, se refiere al movimiento que se da en el ser humano desde que nace y cómo se va afinando a través de la maduración y las experiencias propias, desde el momento en que el niño nace, inicia, a la par de su crecimiento biológico, el proceso de descubrimiento de su yo y del mundo que le rodea; el conocimiento progresivo de sí y de su entorno se fundamenta en el desarrollo de sus capacidades de percepción y de movimiento. 2.3.3. Sociabilidad En este aspecto se asume y aceptan todas las normas sociales imperantes, intervienen no sólo personas significativas para el niño, como por ejemplo los padres o los hermanos, sino también instituciones como la escuela, la iglesia y otros; todos estos agentes influyen de alguna manera en el proceso socializador del niño, se les denomina agentes de socialización. Existen diversos agentes de socialización, que juegan un papel importante según las características concretas de la sociedad, de la etapa en la vida del sujeto y de su posición dentro de la estructura social, en la medida en que la sociedad se va haciendo más compleja y diferenciada, el proceso de socialización también se hace más complejo y se ve en la necesidad a su vez de homogeneizar a los miembros de la sociedad, con el fin de que exista tanto la indispensable cohesión entre todos ellos, como al adaptación de los individuos a los diferentes grupos y contextos socioculturales en que tienen que desempeñarse asumiendo distintos roles o papeles tales como padre, empresario, profesor. Uno de los principales agentes de socialización en la vida de los individuos, en la historia de la humanidad, ha sido la familia, el niño es un ser fundamentalmente social desde el mismo momento de su nacimiento, su conducta está modulada por la interrelación con los otros y su conocimiento sobre sí mismo lo va a adquirir mediante la imagen que va a recibir a través de los demás. 2.3.4. Reactividad emocional Se refiere a la vigilancia controlada y cognitiva de las acciones y los pasos necesarios para lograr una meta u obtener un resultado, es decir, “los cambios relacionados con la edad en la
auto-regulación básica que ocurre durante el primer año de vida; además de las diferencias individuales que existe a cierta edad o etapa del desarrollo del niño y niña, cambios que 14
requieren de vigilancia y control como por ejemplo la coordinación intencional del andar y alcanzar para lograr alguna meta), hasta el control activo y cognitivo del comportamiento durante la niñez temprana, como recordar y seguir reglas, todos estos elementos representan avances claves en el desarrollo de las capacidades de niños según Kopp.(1989). Estudios sobre el desarrollo infantil han llegado a enfocar estos cambios y las maneras en que los padres toman un papel importante en el desarrollo de la auto-regulación de niños y niñas; no obstante, las diferencias individuales en la reactividad emocional de los menores es de acuerdo con su temperamento (siendo esta una respuesta automática de conducta a un estímulo que evoca una emoción) y la capacidad de controlar esta reactividad también son importantes para entender el desarrollo de la auto-regulación; la reactividad emocional y su relación con el desarrollo de funciones cognitivas sirven en la auto-regulación de niños y niñas pequeños, también examina como las emociones podrán influir en el desarrollo de las funciones cognitivas que contribuyen a la auto-regulación exitosa y de este modo apoyan la preparación escolar. 2.4.LA FAMILIA Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO INTEGRAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS La familia es considerada como el conjunto de personas unidas por lazos de parentesco, como la unidad básica de organización social, cuyas funciones y roles son proporcionar a sus miembros: protección, compañía, seguridad, socialización y principalmente ser fuente de afecto y apoyo emocional especialmente para los hijos, quienes se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Por ello que la familia es el principal agente a partir del cual el niño desarrollará su personalidad, sus conductas, aprendizaje y valores. En este contexto, el desarrollo integral del niño y la niña se logra en el seno familiar, es decir, el ambiente que se le proporcione a los menores al interior del hogar, va a influenciar en su comportamiento, temperamento y personalidad, por lo tanto, si los padres demuestran actitudes y conductas rígidas, autoritarias y violentas es casi seguro que los hijos se muestren tímidos, retraídos, inseguros, rebeldes y agresivos; un ambiente donde se perciba violencia y discusiones entre los integrantes del núcleo familiar, se convertirá en factores que desencadenen problemas tanto en la conducta, el rendimiento académico, como en el desarrollo emocional y social de los hijos e hijas. Por el contrario, los niños y niñas que son espontáneos, son aquellos menores que se les ha brindado la oportunidad de expresarse, de decidir y desarrollarse en un clima de afecto, confianza y armonía. Los valores son otros patrones de conducta y actitudes que se forman en el niño desde edades muy tempranas. La solidaridad, el respeto, la tolerancia son valores que surgen en el seno familiar; el niño y niña observa de sus padres y aprende de su conducta, si percibe que son solidarios, que ayudan a los demás o que cumplen con sus responsabilidades, éstos asimilarán estos patrones y hará que formen parte de su actuar diario. En la escuela, esto sólo se
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reforzará puesto que la familia es y siempre ha sido el principal agente educativo en la vida del niño y niña. En definitiva, la familia es un agente positivamente influenciado en el desarrollo integral de los hijos e hijas, si cumple con sus funciones tales como:
Brindar seguridad y los recursos necesarios que el niño y niña necesita para desarrollarse biológicamente, el cuidado y apoyo que le brindan sus padres, como la alimentación y el vestido les permitirán gozar de salud, desarrollarse y aprender habilidades básicas que se requieren para su supervivencia.
Brindar la educación, los patrones de conducta y normas que les permitan desarrollar su inteligencia, autoestima y valores haciéndolo un ser competitivo y capaz de desenvolverse en sociedad.
Proporcionar un ambiente que le permitan al niño y niña formar aspectos de su personalidad y desarrollarse a nivel socio-emocional.
Teniendo en consideración la influencia que tiene la familia en el desarrollo integral del niño y niña, es fundamental proporcionar un ambiente libre de tensión y violencia, donde exista un equilibrio y se logre brindar las pautas y modelos adecuados que permitan a los hijos e hijas actuar adecuadamente, desarrollar las habilidades personales y sociales que perduren a lo largo de su vida y que estén reflejados más claramente en ellos cuando formen sus propios hogares. Desde siempre las funciones de la familia son y serán las mismas: brindar apoyo, protección, educación y alimentación, sostenidos por el amor que se constituye en la aspiración más profunda de la mujer y el hombre, como institución familiar, es decir, como padre y madre. Éstos son modelos de sus hijos e hijas, que van identificando como una dimensión de su propia persona. 2.5.FUNCIONES BÁSICAS DE LA FAMILIA La familia basa sus funciones en la fuente irremplazable de satisfacción emocional, pues, entrega comprensión, afecto, solidaridad y compañía. De ahí, que resulta la responsabilidad de cada función familiar:
Función biológica: en esta función, la familia cumple con la manutención de la especie a través de la procreación, basada en las relaciones afectivas, de apoyo, y amor el que se prolonga y proyecta en los hijos.
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Función educativa o social: implica la inserción de los hijos en la comunidad. La familia enseña a sus miembros en las actividades diarias comportamientos que necesitan para vivir junto a los demás; modelación de los roles sexuales y responsabilidad grupal.
Función económica: esta función está orientada a proveer los alimentos, el abrigo y todos aquellos elementos necesarios para la subsistencia.
Función solidaria o sicológica: cumple con identificar el apoyo de los padres en el ámbito emocional – afectivo, debe ser un apoyo positivo para determinar un camino eficaz hacia la identidad y aceptación de lo que cada uno es. Cada miembro de la familia debe definirse como un ser individual y desarrollar sus talentos en un marco de respeto y tolerancia.
Función Espiritual: los padres y las madres que ponen a Dios en primer lugar en su familia, que enseñan a sus hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, glorifican a Dios delante de los ángeles y delante de los hombres presentado al mundo una familia bien ordenada y disciplinada, una familia que ama y obedece a Dios.
La familia es el pilar afectivo, es base para que los hijos e hijas tengan una actitud positiva y constructiva con respecto al mundo; éstos aprenden de los buenos modales de los padres, llevándolos hacer amigos con facilidad y ser más feliz, aceptado y querido. De allí la necesidad de que los niños, niñas y adolescentes convivan junto a la familia, debido a los cuidados, estímulos y cariño que reciban de los padres, influye en el desarrollo integral. 2.6.INFLUENCIA DEL AMBIENTE FAMILIAR El ambiente familiar influye de manera decisiva en la personalidad de los hijos e hijas, las relaciones entre los miembros de la casa determinan valores, afectos, actitudes y modos de ser que el niño y niña va asimilando desde que nace, por eso, la vida en familia es un eficaz medio educativo al que se le debe dedicar tiempo y esfuerzo, la escuela complementará la tarea, pero en ningún caso sustituirá a los padres. El ambiente es el conjunto de relaciones que se establecen entre los miembros de la familia que comparten el mismo espacio, cada familia vive y participa en estas relaciones de una manera particular, de ahí que cada una desarrolle unas peculiaridades propias que le diferencian de otras familias, pero el ambiente familiar, sea como sea la familia, tiene funciones educativas y afectivas importantes, ya que se parte de la base de que los padres tienen una gran influencia en el comportamiento de sus hijos y que este comportamiento es aprendido en el seno de la familia.
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Lo que difiere a unas familias de otras es que unas tienen un ambiente familiar positivo y constructivo que propicia el desarrollo adecuado y feliz del niño, y en cambio otras familias, no viven correctamente las relaciones interpersonales de manera amorosa, lo que provoca que el niño no adquiera de sus padres el mejor modelo de conducta o que tenga carencias afectivas importantes. El ambiente familiar no es fruto de la casualidad ni de la suerte; es consecuencia de las aportaciones de todos los miembros de la familia y especialmente de los padres capacidad de modificar las conductas erróneas de los hijos e hijas y de potenciar al máximo aquellas que se consideran correctas. 2.7.RELACIONES FAMILIARES Las actitudes, valores y conducta de los padres influyen sin duda en el desarrollo de los hijos, al igual que las características específicas de éstos influyen en el comportamiento y actitud de los padres. Respecto a esto, se ha llegado a la conclusión de que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la honestidad, o de la implicación ansiosa a la más serena despreocupación. Estas variaciones en las actitudes originan distintos tipos de relaciones familiares, la hostilidad paterna o la total permisividad, por ejemplo, suelen relacionarse con niños muy agresivos y rebeldes, mientras que una actitud cálida y restrictiva por parte de los padres suele motivar en los hijos e hijas un comportamiento tranquilo. Asímismo, los padres que abusan del castigo físico tienden a generar hijos e hijas que se exceden en el uso de la agresión física, ya que precisamente uno de los modos más frecuentes de adquisición de pautas de comportamiento es por imitación de las pautas paternas. Los padres toman parte de la disciplina de los hijos e hijas, en sus juegos y en la comunicación de aprobación o de rechazo de sus aspiraciones, las prácticas de crianza infantil, exigen a los padres traducir en tipos específicos de interacción sus teorías sobre el papel que juegan como padres. Las relaciones familiares entre los distintos miembros, llegan en ocasiones a constituirse en un problema bastante serio y preocupante, cuando no se logra establecer los vínculos afectivos que se desea tener con el resto de la familia. El convivir en armonía se ha constituido en todo un arte, que muchos no cultivan, en ocasiones, no por considerarlo importante si al fin de cuentas a la familia hay que soportarla; y otras veces porque no se está dispuesto a destinarle el esfuerzo e interés que demanda una tarea así, cuyos resultados quizá no son apreciables ni cuantificables, pero que indudablemente van a enriquecer profundamente la vida personal y emocional.
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Para mantener excelentes relaciones familiares en el hogar, es importante, tener en cuenta lo siguientes aspectos o principios, muy básicos para sostener y mantener una vida en armonía familiar:
“Establecer o asumir los roles adecuados y necesarios al bu en funcionamiento de un
sistema familiar.
Las buenas relaciones familiares se desarrollan y se fortalecen mediante una comunicación asertiva, es decir, clara, positiva, directa y continua.
El compañerismo sano, es requerido también en el área relacional, hay que desarrollar una verdadera amistad entre los miembros de la familia, conociéndose, cediendo a tiempo, o dejando de lado las preferencias para compartir, de esta forma el entorno familiar se va a constituir en la forma más cercana y segura de llenar las necesidades más profundas de intimidad familiar.
Unas relaciones familiares adecuadas requiere aprender a manejar a personas difíciles, conflictos, crisis y a desarrollar formas creativas de solución en el seno de la misma.
Se tiene que trabajar seriamente para mantener momentos especiales y tradiciones familiares, llenar de detalles significativos que se graben en los corazones de todos los que conforman la familia.
Indiscutiblemente la presencia de DIOS, en la vida familiar va a llevar con toda seguridad a mejorar el área de las relaciones familiares.”
La clave de las relaciones correctas para la familia y entre las personas en general, no radica en el no hacer, sino más bien en el hacer.
2.8.RELACIONES SOCIALES INFANTILES La socialización de las relaciones infantiles se refiere a un proceso mediante el cual el niño y niña adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad, es decir, que es un proceso por el cual los menores aprenden a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento. Este proceso es muy importante que deba fomentarse en los niños y niñas desde temprana edad. La primera infancia es el período en el que tiene lugar el proceso de socialización más intenso, cuando el ser humano es más apto para aprender, desde que se nace se está aprendiendo y se continúa haciéndolo hasta la muerte, así como no todos los niños y niñas gatean, caminan o hablan a la misma edad, tampoco para aprender hay una edad fija. Los niños y niñas difieren 19
uno de otros en cuanto a su ritmo de aprendizaje, de ahí la importancia de ofrecer estímulos, experiencias o materiales que contribuyan en el aprendizaje, ya que el proceso mismo lo realizan los propios infantes. Este proceso mediante el cual los niños y niñas aprenden a diferenciar lo positivo y negativo en su comportamiento se llama socialización, se espera que ellos aprendan, por ejemplo, que las agresiones físicas, el robo y el engaño son negativos; y que la cooperación, la honestidad y el compartir sean positivos. “Algunos teorías sugieren que la socialización o las relaciones
sociales infantiles, solo se aprenden a través de la imitación de un proceso de premios y castigos, sin embargo, las teorías más recientes destacan el papel de las variables cognitivas y perceptivas, del pensamiento y el conocimiento, y sostienen que la madurez social exige la comprensión explícita de las reglas del comportamiento social aplicados en las diferentes situaciones”.
Las relaciones sociales de los niños y niñas en la infancia no constituyen en sí una preparación suficiente y perfecta, sino que a medida que crece y se desarrolla su medio ambiente podrá variar exigiéndole nuevos tipos de comportamiento; por lo tanto, es fundamental ir enfrentándolos a diversos ambientes: familiar, escolar, comunitario y otros, los diversos aspectos del desarrollo de los menores abarcan el crecimiento físico, los cambios psicológicos y emocionales y la adaptación social. “Es válido e importante propiciar la adaptación social, como la fuente de socialización en los
niños y niñas. Motivarlos a relacionar y socializar, redundará en beneficio de una sana personalidad. Porque les permitirá a éstos aprender a evitar conflictos y a manejarlos cuando inevitablemente ocurren.”. En este contexto, los padres excesivamente estrictos o permisivos limitan las posibilidades de los niños y niñas al evitar o controlar esos conflictos. Se ha llegado a la conclusión de que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos e hijas es muy variada y abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad, o de la implicación ansiosa a las más serena despreocupación, es decir, que los padres que abusan del castigo físico tienden a generar que los hijos e hijas se excedan en el uso de la agresión física; ya que precisamente es por imitación de los modelos paternos. Las relaciones sociales infantiles suponen la interacción y coordinación de los intereses mutuos, en la que los niños y niñas adquieren pautas de comportamiento social a través de los juegos, especialmente dentro de lo que se conoce como su grupo de pares, (niños de la misma edad y status social igual que comparten tiempo, espacio físico y actividades comunes); de esta manera los niños y niñas pasan, desde los años previos a su escolarización hasta su adolescencia por sistemas sociales progresivamente más sofisticados que influirán en sus valores y en su comportamiento futuro.
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2.9. LA FAMILIA Y LA ESCUELA COMO ENTORNOS EDUCATIVOS La familia constituida principalmente por el padre y la madre, es considerada como el agente primario de la educación de sus hijos e hijas, depende de ellos preparar el hogar como el primer ambiente educativo; tal es así, que la Doctrina del Concilio del Vaticano II, reafirma que “Los padres tienen el derecho originario, primario e inalienable de educar a los hijos…
derecho que permite educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, teniendo presentes las tradiciones culturales de la familia que favorezcan el bien y la dignidad del hijo”.
El deber y derecho educativo de los padres, se califica como esencial relacionándolo con la transmisión de la vida humana; como original y primario respecto al deber educativo de los demás, por la unidad de la relación de amor que subiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que por consiguiente, no debe ser ni totalmente delegado ni usurpado por otras personas; salvo el caso obvio de una incapacidad física o psíquica de los progenitores. Esto hay que afirmarlo especialmente, pues no en pocas ocasiones las familias dejan de lado esta tarea que a ellas les toca y delegan totalmente su responsabilidad en otras instituciones que, aunque dignas en sí mismas, sólo deberían ejercer esta función de modo subsidiario y no supletorio. La función familiar implica la responsabilidad en la tarea educativa, constituida como una obligatoriedad en la educación básica, de ahí parte la educación unificada como familia – escuela. Ambas instituciones educativas sin lugar a dudas, tienen en sus manos (una forma de decir), la educación o la formación de los menores: la familia como primeros educadores basados en el amor y valores y la escuela como fortalecedor de los mismos. Tanto el medio familiar como el educativo son elementos influenciados en el comportamiento y formación de la personalidad de los niños y niñas, porque ellos tomarán como modelos a éstos entornos. La gestión educativa a nivel del aula de clases, es responsabilidad del maestro, por lo mismo, se supone que el trabajo de éste es arduo, intelectual, creativo, eficiente, que apunta a que los niños y niñas reciban una orientación acertada y adecuada. La información proporcionada en el proceso secuencial y técnico acerca del conocimiento científico de la enseñanza – aprendizaje aportará a que los niños y niñas se proyecten hacia una vida consiente y segura, que los ayudará a lograr el respeto asimismo, que se puedan cuidar y desenvolver en un marco seguro, sin problemas ni violencia en su vida cotidiana. Tanto la familia y la escuela tienden a asumir un compromiso de responsabilidad, en cuanto a la educación de los niños y niñas, ya que la identidad de ellos se establece en gran medida, 21
por las costumbres familiares, los padres como los mejores orientados para el grupo familiar, brindarán afecto, ternura, comprensión, respeto, seguridad, estabilidad emocional y económica a sus hijos. En conclusión, la familia es la primera escuela de los hijos e hijas, donde los padres pueden enseñar todos los aspectos que tienen que ver con el desarrollo de éstos.
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CAPÍTULO III 3. MENDICIDAD DE LOS NIÑOS Y NIÑAS 3.1.EFECTOS DE LA MENDICIDAD DE LOS NIÑOS Y NIÑAS EN SU DESARROLLO INTEGRAL La mendicidad de los niños, niñas y adolescentes en las calles de las ciudades, es motivo de sensibilidad, interés y preocupación de la sociedad, ya que esta situación es fiel reflejo del agravamiento de la pobreza en nuestro país y del fuerte impacto que han tenido en la niñez y la adolescencia, a pesar de ello hasta el momento no existe información que permita dimensionar esta realidad. Los niños y niñas mendigos proceden de familias en situación de pobreza y transcurren muchas horas en el accionar diario de la calle, donde realizan las actividades de caridad que cubren gran parte de sus necesidades y expectativas: económicas y de sustento básico y al mismo tiempo de recreación, de afecto, áreas que se han ido independizando y poco a poco van dejando de depender solamente del ámbito familiar. El ámbito familiar reconocido por la sociedad como la base principal para el desarrollo de la niñez y adolescencia, cobra importancia sustantiva el lugar donde viven, interactuando como escenario social, incidiendo directa e indirectamente en su crecimiento personal, en las características y modalidades de la misma, las que van a estar relacionadas con las características de cada y niña, con su edad, con las características de la familia y con la realidad social, cambiante de acuerdo a los contextos particulares. La incorporación del niño y niña a la calle se convierte en una problemática singularmente compleja por las condiciones difíciles que viven los menores. La calle implica para ellos un aprendizaje de cómo sobrevivir a expensas de la mendicidad, lo que incide negativamente en desarrollo integral; ya que no cuentan con las necesidades básicas satisfechas, están expuestos a la utilización y a la explotación de parte de los adultos, maltrato, soledad y desprotección frente a situaciones diversas, están alejados de los servicios de protección a la infancia, de la escuela, del hogar, del goce del tiempo libre, entre otras actividades que ellos debieran realizar sin que les perjudique en su crecimiento. La familia es considerada como el conjunto de personas unidas por lazos de parentesco, como la unidad básica de organización social, cuyas funciones y roles son proporcionar a sus miembros protección, compañía, seguridad, socialización y principalmente ser fuente de afecto y apoyo emocional especialmente para los hijos, quienes se encuentran en pleno proceso de desarrollo. La familia es el principal agente a partir del cual el niño desarrollará su personalidad, sus conductas, aprendizajes y valores. Como se mencionó en párrafos anteriores, el ambiente ideal para el desarrollo adecuado de estos elementos es aquel que brinde armonía y afecto entre los integrantes de la familia, hoy 23
en día se sabe que el tipo relación que exista entre los padres y el niño va influenciar en el comportamiento y en la personalidad del menor Los niños y niñas en las calles de nuestra ciudad que ejercen la mendicidad son cada vez más numerosos: situados en las calles y avenidas de mayor tránsito venden caramelos, periódicos, números de la lotería y en altas horas de la noche es muy frecuente encontrar a niñas con ramos de flores para que las compren las personas, en estos últimos tiempos se han dado en imitar los saltos, piruetas y otros malabares de muchachos venidos de otros lados. Para muchos de estos niños y niñas no hay hogar ni escuela, su espacio público y privado es la calle, si tienen padres o alguna persona mayor es explotada por éstos para que les entreguen el dinero de las ventas o de las limosnas. La mendicidad infantil crece en determinadas épocas del año como la Navidad, fin de año, día del niño, día del padre, madre, y otras de fechas de importancia, donde se incrementa el número de ellos pidiendo limosnas. Cuando los niños crecen no es raro encontrarlos aspirando soluciones para calmar el hambre, las niñas sufren acosos sexuales y caen en la prostitución. Para este sector marginal no hay futuro porque son muy pocos los que logran superar sus condiciones de miseria y abandono. 3.1.1. Salud Física Los traumatismos y algunas infecciones (parasitosis) son las más comunes entre los chicos de la calle. El 80% usa drogas regularmente, las más frecuentes son los adhesivos de contacto muchas veces para matar al hambre, iniciándolos así en la droga, siguiendo en frecuencia la cocaína y la marihuana. La actividad sexual comienza a edades tempranas, los embarazos en adolescentes son muy frecuentes. 3.1.2. Salud Mental Los niños realizan actividades intermitentes. Lavar o cuidar autos, venta ambulante, pedir limosna, robar o caer en la prostitucion. Algunos forman bandas que presentan una estructura de tipo jerarquico, pero la mayoria forman grupos menos estables y con roles menos definidos, y consecuentemente mas adaptables a los problemas de la calle. Muchos son correos para pequeñas dosis de drogas, que son pagadas con un sandwich y la cuota de pegamento o marihuana. Los niños y niñas mendigos están expuestos con mayor frecuencia a una compleja combinación de factores de riesgo como son: enfermedad, desnutrición, stress familiar, poca y mala educación, inadecuados servicios sociales, un ambiente peligroso y de alta vulnerabilidad y un entorno social poco estimulante y amenazante.
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Además tiene consecuencias negativas, a mediano y largo plazo, como son la pérdida de vidas o de una pesada carga de enfermedades, o en términos de deserción y repetición escolar, en términos de delincuencia y otras conductas anti-sociales. Los niños y niñas utilizados para la mendicidad cuando se exponen en las calles son inducidos al uso de drogas o sustancias tóxicas. Es común que éstos sufran abusos sexuales. Por otro lado, al ocuparse en este tipo de actividades interrumpen sus estudios con las consiguientes secuelas en su desarrollo integral que alientan la marginación y la pobreza. Las secuelas físicas y emocionales de la mendicidad en el desarrollo integral de los niños y niñas se las puede resumir así: a) Efectos Físicos:
Enfermedades crónicas Dependencia de fármacos Retraso en el crecimiento Menor estatura y menor desarrollo físico Infecciones de la piel
b) Efectos psicológicos:
Condiciones más difíciles Alcohol y drogas Se enfrentan con una violencia y discriminación más fuerte Falta de sueño Acelera los procesos de maduración Enfrentan a los niños a un ambiente adulto y a veces hostil Produce perdida de la autoestima Problemas de adaptación social
c) Efectos en la educación:
Impide o limita el adecuado proceso educativo No deja tiempo para la educación Cuando el niño o niña trabaja, difícilmente tiene acceso a la escuela El agotamiento dificulta el aprendizaje Niños y niñas retrasados en sus estudios. Somnolientos, cansados. Dificultad en asimilar los conocimientos. Pérdida del interés. Deserción del sistema escolar.
d) La pérdida de escolaridad a largo plazo significa: 25
Ingresos más bajos durante toda su vida adulta. Pérdida de poder adquisitivo del mercado nacional. Una calidad inferior del capital humano disponible en una sociedad, además de una incidencia negativa en el PIB.
e) La mendicidad infantil corta el futuro:
Ancla a la persona de por vida en trabajar en lo mismo. Complica y retrasa su proceso de construcción de la identidad. La madurez a destiempo no es una ventaja. El exceso de responsabilidades impide crecer armónicamente Profundiza la desigualdad. Viola los derechos humanos fundamentales de la infancia y la adolescencia.
3.2.LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS VULNERADOS A CONSECUENCIA DE LA MENDICIDAD. Como resultado de obligar a un niño o niña, a practicar la mendicidad, y como consecuencia del ambiente hostil y nada adecuado en el que se realiza este tipo de actividades, se vulneran los siguientes principios y derechos reconocidos a estos menores. 3.2.1. El principio de igualdad y no discriminación El Art. 6 del Código de la Niñez y la Adolescencia, señala textualmente: “Igualdad y no
discriminación.- Todos los niños, niñas y adolescentes son iguales ante la ley y no serán discriminados por causa de su nacimiento, nacionalidad, edad, sexo, etnia, color, origen social, idioma, religión, filiación, opinión política, situación económica, orientación sexual, estado de salud, discapacidad o diversidad cultural o cualquier otra condición propia o de sus progenitores, representantes o familiares. El Estado adoptará las medidas necesarias para eliminar toda forma de discriminación”.
Personalmente considero que el principio fundamental al que hace referencia el artículo anterior, no se cumple a favor de los niños, niñas y adolescentes que se dedican a la mendicidad, pues esta práctica genera en ellos una condición socioeconómica, que les hace ser mal vistos en el contexto de la sociedad, y por lo mismo son relegados de ejercer adecuadamente sus derechos. Un niño, niña o adolescente que se dedique a la mendicidad, por ejemplo no tiene iguales oportunidades de acceder al ejercicio pleno de derechos como la educación, la salud, la nutrición; nuestra sociedad prejuiciada ve con desagrado y r echaza a estos menores, los cuales 26
son impedidos por ejemplo de entrar a determinados lugares, de relacionarse con las demás personas de su edad. Hay que tener en cuenta que los niños, niñas y adolescentes que se dedican a la mendicidad, provienen de hogares en que sus progenitores son deficientes económicamente, por lo que en general estas familias son relegadas del ejercicio pleno de sus derechos, y son discriminadas socialmente en todos los ámbitos. La discriminación a los niños, niñas y adolescentes que se dedican a la mendicidad se produce aún a costa, de lo señalado en el inciso segundo del Art. 6 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que establece que el Estado adoptará las medidas necesarias para eliminar toda forma de discriminación que perjudique el ejercicio de los derechos reconocidos en este cuerpo normativo. Es verdad que el Estado especialmente en los últimos tiempos ha hecho mucho por desterrar la discriminación en perjuicio de los niños, niñas y adolescentes, sin embargo este mal social, aún existe en el Ecuador y es necesario que todos contribuyamos, para que vivamos en conjunto con nuestros semejantes en un ambiente de equidad y de igualdad, pues todos somos seres humanos con los mismos derechos. 3.2.2. El Derecho A La Integridad Personal Manifiesto en el Art. 50 del Código en estudio, que reza: “Los niños, niñas y adolescentes
tienen derecho a que se respete su integridad personal, física, psicológica, cultural, afectiva y sexual. No podrán ser sometidos a torturas, tratos crueles y degradantes”. Este derecho se orienta a garantizar la integridad personal de los niños y adolescentes, en este caso la integridad se refiere al aspecto físico, psicológico, cultural, afectivo y sexual, que deberán ser respetados por todos los ciudadanos que tengan interrelación con los niños y adolescentes; se prohíbe terminantemente las torturas, los tratos crueles y degradantes. Sobre este último aspecto debo manifestar que en el país se han denunciado casos escalofriantes donde los mismos progenitores o las personas que viven permanentemente con el niño como son sus hermanos, sus familiares, las personas encargadas de su cuidado, les propinan maltratos físicos de graves secuelas, esto debe ser frenado mediante la acción activa de todos quienes integramos la sociedad ecuatoriana, en pro de que se respete a toda costa los derechos de un grupo tan importante de la población como son los niños y adolescentes ecuatorianos. Un trato denigrante e inhumano, es justamente el de obligar a que estos menores salgan a mendigar, aún a sabiendas de los perjuicios que con ello se ocasiona a su desarrollo personal. Un ataque evidente a su integridad personal especialmente en el ámbito psicológico y moral, es justamente el de utilizar a los niños, niñas y adolescentes en la mendicidad, con el objeto de 27
que los adultos puedan objeto de obtener beneficios económicos, pues aun cuando el menor ceda voluntariamente para ser expuesto al público con el objeto de obtener de las demás personas ayudas económicas, esto constituye una afrenta evidente a su integridad moral ya que esta exposición puede causar perjuicios psicológicos que le afecten de por vida. El derecho a la integridad de los niños, niñas y adolescentes resulta vulnerado a consecuencia de la mendicidad, por los riesgos constantes a los que están expuestos los menores de edad que realizan esta actividad, pues como reitero en muchos casos en vez de recibir la limosna que persiguen, son objeto de maltratos físicos y psicológicos que afectan tremendamente su integridad personas. El maltrato y los daños al a integridad personal de los niños, niñas y adolescentes mendigos no es ocasionado solamente en la calle por parte de las personas a las que estos requieren ayuda, o por quienes realizan actividades similares, sino que incluso las personas encargadas de su cuidado, los progenitores y quienes hacen de la mendicidad un negocio les maltratan con el objeto de obligarles para que salgan a mendigar, o por la inconformidad respecto a los resultados que los menores obtienen, que a veces no son los mejores, entonces las personas adultas descargan su ira, a través de maltratos que provocan graves daños a la integridad personal. 3.2.3. El Derecho A Una Vida Digna Garantizado por el artículo 26 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que de forma textual prescribe lo siguiente: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una vida digna, que
les permita disfrutar de las condiciones socioeconómicas necesarias para su desarrollo integral. Este derecho incluye aquellas prestaciones que aseguren una alimentación nutritiva, equilibrada y suficiente, recreación y juego, acceso a los servicios de salud, a educación de calidad, vestuario adecuado, vivienda segura, higiénica y dotada de los servicios básicos. Para el caso de los niños, niñas y adolescentes con discapacidades, el Estado y las instituciones que las atienden deberán garantizar las condiciones, ayudas técnicas y eliminación de barreras arquitectónicas para la comunicación y transporte”.
Los niños, niñas y adolescentes utilizados en la mendicidad son los más relegados del derecho a tener una calidad de vida digna, pues no cuentan con las condiciones socioeconómicas necesarias para satisfacer sus requerimientos y lograr su desarrollo integral. En vez de recibir de su familia y del estado las prestaciones que les aseguren una adecuada alimentación, recreación, acceso a los servicios de salud, educación, vestuario, vivienda, etc., ellos son obligados a realizar una actividad humillante e indigna como es la mendicidad, y son 28
justamente ellos quienes tienen que a veces a través del grave costo moral y psicológico que provoca el acto de mendigar, proporcionar los recursos económicos para el sustento de sus familias. Lo señalado en el inciso tercero del artículo citado no se cumple en el caso de la mendicidad, pues hay muchos niños, niñas y adolescentes que tienen alguna discapacidad, la cual es incluso aprovechada por personas inescrupulosas con el objeto de obligarles a mendigar. 3.2.4. El Derecho A La Salud La disposición que el Código de la Niñez y la Adolescencia, prevé en relación con el derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes las que merecen ser debidamente analizadas en este trabajo son las siguientes: Art. 27.- Derecho a la salud.- Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a disfrutar del más alto nivel de salud física, mental, psicológica y sexual. El derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes comprende: 1. Acceso gratuito a los programas y acciones de salud públicos, a una nutrición adecuada y a un medio ambiente saludable. 2. Acceso permanente e ininterrumpido a los servicios de salud públicos, para la prevención, tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los servicios de salud pública son gratuitos para los niños, niñas y adolescentes que los necesiten. 3. Acceso a medicina gratuita para los niños, niñas y adolescentes que las necesiten. 4. Acceso inmediato y eficaz a los servicios médicos de emergencia, públicos y privados. 5. Información sobre su estado de salud, de acuerdo al nivel evolutivo del niño, niña o adolescente. 6. Información y educación sobre los principios básicos de prevención en materia de salud, saneamiento ambiental, primeros auxilios. 7. Atención con procedimientos y recursos de las medicinas alternativas y tradicionales. 8. El vivir y desarrollarse en un ambiente estable y afectivo que les permitan un adecuado desarrollo emocional.
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9. El acceso a servicios que fortalezcan el vínculo afectivo entre el niño o niña y su madre y padre. 10. El derecho de las madres a recibir atención sanitaria prenatal y postnatal apropiadas. Se prohíbe la venta de estupefacientes, substancias psicotrópicas y otras que puedan producir adicción, bebidas alcohólicas, pegamentos industriales, tabaco, armas de fuego y explosivos de cualquier clase, a niños, niñas y adolescentes”.
La anterior es una disposición muy amplia que pretende que los niños, niñas y adolescentes gocen del más alto nivel de salud tanto en su aspecto físico y mental, como también en el ámbito psicológico, y sexual. La protección a tan importante derecho comprende algunos aspectos que han sido particularizados por el criterio legislativo, así a los niños y adolescentes se les garantiza:
Acceder gratuitamente a los programas y acciones de salud pública, es decir planificada, dirigida y ejecutada por las instituciones del Estado, y a una nutrición adecuada así como también a contar con un medio ambiente saludable que les permita su adecuado desarrollo.
También se les garantiza que puedan acceder de manera permanente e ininterrumpida a los servicios que prestan las instituciones públicas, tanto en lo concerniente a la prevención como en lo que se refiere al tratamiento de las enfermedades como medios para garantizar la rehabilitación de la salud de los niños y adolescentes enfermos, se establece en esta misma disposición la gratuidad de los servicios de salud pública para beneficiar a los niños y adolescentes que los necesiten.
Como medio para procurar la salud se contempla también el acceso a medicina gratuita para los niños y adolescentes que las necesitan, también se garantiza que puedan acceder de manera inmediata y eficaz a servicios médicos de emergencia prestado tanto por las entidades públicas como privadas.
Otra de las garantías respecto del derecho a la salud es que los niños, niñas y adolescentes puedan ser informados sobre su estado de salud, de acuerdo al nivel evolutivo. También deberán ser informados y educados sobre los principios básicos relacionados con la prevención en materias como la salud, el saneamiento ambiental y primeros auxilios.
Se garantiza también la posibilidad de que la salud sea atendida con procedimientos y recursos relacionados con las medicinas alternativas y tradicionales, esto se establece creo yo dada la pluralidad cultural y étnica que existe en nuestro país, donde los pueblos
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mantienen tradiciones milenarias respecto de diferentes productos extraídos de la naturaleza que pueden ser útiles para combatir las enfermedades.
Como otros medios que sirven para garantizar el derecho a la salud el Estado les reconoce a los niños y adolescentes que puedan vivir y desarrollarse en un ambiente estable y efectivo que permitan un adecuado desarrollo emocional, que puedan acceder a servicios que fortalezcan el vínculo afectivo entre los niños y sus progenitores; el derecho de que las madres puedan recibir una atención sanitaria tanto en el período prenatal como postnatal.
3.2.5. El derecho a la educación. El derecho a la educación se encuentra determinado en el Art. 37 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que manifiesta: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una educación de calidad. Este derecho demanda de un sistema educativo que: 1. Garantice el acceso y permanencia de todo niño y niña a la educación básica, así como del adolescente hasta el bachillerato o su equivalente. 2. Respete las culturas y especificidades de cada región y lugar. 3. Contemple propuestas educacionales flexibles y alternativas para atender las necesidades de todos los niños, niñas y adolescentes, con prioridad de quienes tienen discapacidad, trabajan o viven una situación que requiera mayores oportunidades para aprender. 4. Garantice que los niños, niñas y adolescentes cuenten con docentes, materiales didácticos, laboratorios, locales, instalaciones y recursos adecuados y gocen de un ambiente favorable para el aprendizaje. Este derecho incluye el acceso efectivo a la educación inicial de cero a cinco años, y por lo tanto se desarrollarán programas y proyectos flexibles y abiertos adecuados a las necesidades culturales de los educandos; y, 5. Que respete las convicciones éticas, morales y religiosas de los padres y de los mismos niños, niñas y adolescentes. La educación pública es laica en todos sus niveles, obligatoria hasta el décimo año de educación básica y gratuita hasta el bachillerato o su equivalencia. La educación es un derecho irrenunciable de todas las personas que les permite obtener la formación necesaria para enfrentar las realidades cotidianas de la vida y para poder exigir sus derechos, de allí que debe ser fomentada y protegida por el Estado, la sociedad, la familia y todas las instituciones que se relacionan con ella; en efecto el precepto del artículo pretende garantizar teóricamente en forma efectiva el ejercicio del derecho a la educación por parte de 31
los niños y adolescentes ecuatorianos. Lamentablemente este derecho no se cumple a cabalidad en el país, por la existencia de falencias como las que anoto a continuación. No todos los niños ecuatorianos pueden acceder oportunamente a la educación, y menos aquellos que se encuentran destinados a la mendicidad, pues estos menores ni siquiera acceden a la escuela, y mucho menos pueden concluir su educación, ya que a sus progenitores no les interesa la educación de sus hijos, sino únicamente que estos obtengan recursos económicos de cualquier forma, por más humillante que esta sea. 3.3.LA MENDICIDAD EN PROVINCIA DE IMBABURA Hasta hace seis años era común ver a niños, ancianos y discapacitados mendigando en la época de Navidad a lo largo de la Panamericana Norte, en la provincia de Imbabura. Los puntos críticos, recordó Sixto Ruiz, director distrital del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), eran las comunidades otavaleñas ubicadas frente a la carretera, como Tocagón, Caluquí, Huaycopungo y San Miguel Bajo. Mientras que más al norte, los moradores de las comunidades afro descendientes de Ambuquí, parroquia de Ibarra, y las asentadas en el Valle del Chota, como Chota, Carpuela, Pusir y El Juncal, eran quienes se volcaban a las vías en busca de caramelos, prendas de vestir o simplemente dinero. “En esa época había al menos unos 1.000 niños que eran usados por sus padres, incluso por
mafias organizadas, para conseguir dinero, ropa y caramelos. Luego estas organizaciones delictivas vendían los artículos obtenidos por los menores”, explicó el funcionario.
Mariana Túquerres es madre de tres menores y vive en la comunidad de Tocagón (Otavalo). Ella recordó claramente el calvario que pasaba durante la época navideña. “Solían venir mestizos a ofrecer comida y dinero a cambio de que permita salir a pedir limosna
en la carretera a mis hijos. Si no aceptaba la propuesta nos amenazaban con incendiar la casa y hasta con matarnos”, narró la mujer.
Pero a partir de 2007, el panorama ha cambiado paulatinamente, manifestó el director del MIES-Imbabura. A escala nacional, según el funcionario, hasta 2011 se redujo la presencia de niños, ancianos y discapacitados en las vías hasta un 50% en época navideña, gracias a la implementación de la campaña “Da dignidad por un Ecuador sin mendicidad”.
Ruiz fue enfático al asegurar que en lo que respecta a Imbabura hasta diciembre de 2012 no había mendicidad infantil.
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Esto se logró por los compromisos interinstitucionales de cooperación en contra de la mendicidad infantil. “Aquí están involucrados directamente los seis patronatos cantonales de
la provincia y más de 100 promotoras del MIES-Imbabura”, acotó Ruiz. Ellos se encargan, desde octubre hasta el 31 de diciembre, de sensibilizar, casa por casa, a las comunidades en las que había mayor incidencia del problema. Él objetivo es concienciar a los padres para que eviten la explotación laboral de sus hijos. Asimismo, la participación de la Dirección Nacional de Policía Especializada para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) permitió reconocer las zonas más conflictivas, el abordaje de padres y la capacitación en seguridad ante intentos de amedrentamiento de los explotadores. Pero para Sixto Ruiz, la clave del éxito son las caravanas recreativas que las promotoras realizan por los sectores vulnerables. “Es el momento de mayor felicidad de los ni ños que ya no tienen que pasar madrugadas enteras arriesgando su vida al filo de la carretera para recibir una funda de caramelos, pues los promotores de diversas instituciones recogen las contribuciones que hacen los ciudadanos en los patronatos municipales y en las oficinas del MIES de la provincia, como juguetes, ropa, caramelos y los distribuyen en un evento navideño al cual también se invita a los padres”, e xplicó Ruiz.
Según la página web del MIES, para la erradicación progresiva de la mendicidad a escala nacional se invirtió cerca de 2 millones de dólares en este año. Aunque el problema de la mendicidad no se produce exclusivamente en diciembre, este mes se han realizado varios eventos para contrarrestar esta situación. 3.3.1. Acciones Conjuntas Para Erradicar La Mendicidad Y El Trabajo Infantil
Ejercítate Ecuador Da Dignidad’ es otra actividad de la campaña ‘Da Dignidad por un Ecuador sin mendicidad y sin trabajo infantil’, que se realizó ayer en Ibarra; el evento busca concienciar
para que no se continúe con dádivas que fomentan la mendicidad y sensibilizar a la ciudadanía. A nivel nacional es una política de Estado, ya no un programa o una campaña, manifestó Germán Flores, Coordinador Zonal del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), es una campaña permanente en la que redoblamos esfuerzos en noviembre y diciembre, dirigida a niños, personas con discapacidad y adultos mayores en coordinación con los Gobiernos Locales y las Juntas de Protección de derechos.
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Llegaron de todos los cantones de la provincia para distraerse en este programa desarrollado en el Coliseo Luis Leoro Franco matizado con coreografías del programa ‘Ejercítate Ecuador’,
grupos de payasos y de artistas de música folclórica. Se han reducido los niveles de mendicidad y trabajo infantil, manifestó Flores apoyado en datos estadísticos. “Creemos fundamental que tenemos que mostrar un rostro diferente, no
un rostro de mendicidad en el país. Por ello trabajamos por este grupo social mayoritario, generar un rostro humano, solidario; sin dejar de lado a los adultos mayores y personas con discapacidad”, destacó.
El proceso consiste en el abordaje a un niño o una niña, luego se realiza un análisis socio económico de la familia para llegar con los servicios sociales a las comunidades, en coordinación con las entidades destinados al aspecto social, que esas familias tengan servicios de salud, de educación y luego el trabajo de contención por un lapso de seis meses a un año y para eso se han firmado convenios con los GADs, ONG y organismos involucrados, explicó. Miembros de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) hacen la labor de abordaje. Verónica Monroy, agente de esta unidad aseveró que “colaboran con personal del MIES en esta tar ea. No se ha erradicado totalmente la mendicidad infantil, pero sí se la ha reducido”.
La campaña de abordajes inició el 12 de diciembre y finalizará el 31 de este mes. Tres agentes de la Dinapen, rotan, en coordinación con miembros de la Policía Nacional actúan en la ciudad. Los casos más recurrentes, de adultos mayores y personas con discapacidad se observan en Otavalo, Cotacachi y el sector de la Terminal Terrestre de Ibarra. Dato. En un 90% se ha reducido la mendicidad infantil del periodo 2007-2012 y de 16 puntos a 8.5 en el trabajo infantil.
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4. CONCLUSIONES
Los niños y niñas mendigos andan mal vestidos, mal olientes y en su mayoría descalzos, además, su contextura por lo general son delgados y pequeños.
El dinero que ellos recaudan es para ayudar a solventar los gastos en sus hogares y así apaliar la difícil situación económica que atraviesan la mayor parte de los hogares, sobre todo los más pobres. El promedio de dinero recaudado por los menores durante el día se encuentra desde 2 a seis dólares.
El comportamiento de la mayoría de los menores mendigos es de rebeldía y agresividad.
Las áreas más frecuentadas por los niños y niñas mendigos para pedir limosna son: Centro de las ciudades, Parques, Terminal Terrestre y Avenidas principales.
La mayoría de los menores mendigos salen a pedir limosnas en compañía de sus amigos, también lo hacen con sus hermanos, otros lo hacen solo, algunos con tíos y llevan realizando esta actividad en su mayor porcentaje varios años; otros algunos meses.
Buen porcentaje de los padres y madres, cuando los niños y niños no recaudan mucho dinero se disgustan con los menores, otros le castigan y la mayoría de ellos no les dicen nada.
La mayoría de las personas colabora con los menores dándoles la limosna solicitada, pocos son los que se disgustan. Los habitantes de la ciudades consideran que los menores piden dinero es por la falta de trabajo y la difícil situación económica.
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5. RECOMENDACIONES
Que se rescate a estos menores de los peligros de la calle, haciendo seguimiento de estos casos.
Que se coordine con la Dinapen acciones que vayan encaminadas a erradicar la mendicidad de los niños y niñas.
Que el gobierno de cada ciudad a través de los departamentos de ayuda a la comunidad, dirija campañas contra la mendicidad infantil.
Que la presente propuesta se lleve a ejecución para orientar e informar a los padres y madres de familia sobre la importancia de asumir sus funciones familiares con responsabilidad.
Que permanentemente se vigile que los menores no regresen a las calles a mendigar.
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6. BIBLIOGRAFÍA
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7. ANEXOS
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