Manual venenos Andalucía Anexo X completo[1].pdf

Nota. Este apéndice surge como respuesta a las numerosas solicitudes recibidas desde los Agentes de la Autoridad, de ampliación en campos concretos a lo explicado en la primera edición del Manual. Supone, por lo tanto, una extensión de datos e información respecto a la sección de capítulos del libro y son totalmente dependientes de ellos.

Munición de caza mayor habitual en Andalucía (IF-JMM).

Anexo X: I. Cuadros posturales y DETECCIÓN DE manipulación postmortem II. Guía rápida de identificación de fauna cadavérica III. Balística forense aplicada IV. CLAVES PARA LA DETECCIÓN DE Captura ilegal de aves fringílidas

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I. CUADROS POSTURALES Y DETECCIÓN DE MANIPULACIÓN POSTMORTEM Anexo X

Dr. Iñigo Fajardo López-Cuervo Asesor Técnico Dirección General Gestión del Medio Natural. Consejería de Medio Ambiente José Antonio Alfaro Moreno Alférez Jefe de Sección SEPRONA, Huelva Francisco Velasco Jiménez Cabo 1.º Jefe de equipo SEPRONA, Huelva Antonio Ruiz García Estrategia de Control de Venenos y otras amenazas a la Fauna catalogada EGMASA - Consejería de Medio Ambiente Laureano Infante Gómez Agente de Medio Ambiente Como se ha dicho en el capítulo 12, los Agentes de la Autoridad Ambiental necesitamos tener una idea aproximada sobre el terreno de la causa de muerte del animal silvestre, como base e hipótesis de trabajo para dirigir en la dirección adecuada nuestras inspecciones técnico oculares y por tanto, la investigación del ilícito. No obstante, hemos de ser siempre conscientes de que es el informe oficial definitivo, emitido por el Centro de Análisis y Diagnóstico (CAD), el que recoge con validez legal las causas reales de muerte. Tenemos que ser conscientes de que todo lo que nace, ha de morir lógicamente, por lo cual siempre encontraremos animales silvestres muertos, muchas veces por causas totalmente naturales y esperables, sin que ello deba ser origen de actuaciones posteriores o especiales, con la salvedad de aquellos casos en los que se ven involucradas especies notables y/o amenazadas. Sin embargo, hay circunstancias en las que sí debemos ser más suspicaces y deben despertar nuestro interés. Como se ha dicho ya en repetidas ocasiones a lo largo del manual, nunca debemos dar nada por sentado. Por lo tanto, estaremos vigilantes cuando nos encontremos ante cadáveres de fauna silvestre de individuos jóvenes y adultos en buen estado general físico y fisiológico (carnes, plumaje, grasa, dentición completa y perfecta, huesos, ...). Aunque hay numerosas excepciones, por regla general los individuos que mueren de manera natural tienden a sucumbir por enfermedades, falta de adaptación al medio natural o selección natural en una palabra y suelen presentar delgadez apreciable y estado físico deteriorado. Por el contrario, la muerte por envenenamiento o por otras causas derivadas de la actividad humana, pueden afectar a individuos que en otras circunstancias habrían vivido perfectamente en el medio natural, lo que queda de manifiesto al comprobar su perfecta condición física. Estas bajas son las que deben ser objeto de mayor atención, pues pueden estar revelando la existencia de actividades ilícitas. Por otro lado no resulta infrecuente que haya manipulaciones o alteraciones posteriores a la muerte o alteraciones post-mortem, realizadas por el autor de los hechos para despistarnos o por alguien ajeno

MANUAL DE PROTECCIÓN LEGAL DE LA BIODIVERSIDAD PARA AGENTES DE LA AUTORIDAD AMBIENTAL EN ANDALUCÍA

CUADRO POSTURAL

Momento de la muerte (figura 1.a)

Iniciada la putrefacción (figura 1.b) CLAVes detección alteración - - - - - -

Placa hacia arriba Pupas y estuches en cara superior Postura antigravedad Pelo o pluma apelmazado en cara superior Ausencia placa en suelo Ausencia de pelo, pluma, en suelo

Con alteración postmortem (figura 1.c) Fauna cadavérica, pupas + piel apelmazada Calva putrefacción

Placa

Figura 1 Cuadro postural, placa cadavérica y calva de putrefacción (IF).

al suceso y es conveniente que sepamos reconocer cuándo esto ha sucedido. Nos ayudaremos en estas circunstancias de lo que denominamos cuadro postural, entendiendo por tal al conjunto de la postura de un cadáver y sus circunstancias asociadas (básicamente placa cadavérica y calva de putrefacción). En el momento de la muerte, un animal silvestre obviamente cae sobre el suelo (ver figura 1a y foto 1) y como ya sabemos se inicia ahí el proceso de putrefacción (ver capítulo 16). La sangre y fluidos corporales por gravedad se van depositando hacia las partes del cadáver situadas en contacto con el suelo. De la misma manera, los miembros y extremidades caen también hacia abajo, mostrando un típico perfil de recostamiento, como puede apreciarse claramente en la figura 1b y figura 2. Con la llegada de la fauna cadavérica (ver capítulo 16) se producirán procesos de pupación y formación de crisálidas o capullos, que se producen bajo el cadáver y en contacto con el suelo, huyendo de la luz. Surge ahora el concepto de placa cadavérica. Denominamos placa cadavérica al perfil compacto, plano y bien definido que se forma en la parte inferior del cadáver, aglutinando estuches y pupas de fauna cadavérica, junto con pelo y plumas apelmazadas del animal (foto 2) y restos de tierra y vegetación adheridos, idénticos al del sustrato subyacente (figura 1b). En un cadáver no manipulado, la placa siempre estará en contacto con el suelo, presentando una postura natural de gravedad en concordancia con el perfil de recostamiento (figura 1b y figura 2). Por el contrario, cuando ha habido manipulación postmortem, la experiencia nos ha mostrado que es muy habitual hallar cadáveres presentando una postura anómala antigravedad y con la placa hacia arriba,

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I. CUADROS POSTURALES Y DETECCIÓN DE MANIPULACIÓN POSTMORTEM Anexo X

en lugar de situarse en contacto con el suelo como es de esperar (figura 1c y ver foto 26 del capítulo 13). Si además de esto, detectamos que el tipo de vegetación adherida en la placa es diferente a la del lugar exacto donde encontramos el cadáver (por ejemplo un cadáver con acículas de pino en su placa en lugar de hojas de encina, si así es el sustrato propio del lugar de hallazgo), es entonces evidente que nos encontramos ante una manipulación y traslado postmortem del cadáver por carroñeros, curiosos o por el mismo autor de los hechos, caso de tratarse de una muerte por causas ilícitas. Minuciosas investigaciones llevadas a cabo por el SEPRONA de Huelva y corroboradas posteriormente por la Consejería de Medio Ambiente, han puesto también de manifiesto un hecho interesante en cuanto a cadáveres de mamíferos envenenados. Cuando el animal comienza a sentirse mal tras la ingestión del veneno, sus primeras reacciones son vomitar la ingesta y buscar refugio, tendiendo por regla general a alejarse del lugar donde ingirió el cebo, de la misma manera que un ciervo huye de los perros en una montería, dejando atrás el peligro. Así, es habitual hallar en la posición de un cadáver envenenado de mamífero, una direccionalidad opuesta a la procedencia y lugar exacto donde el cebo ingerido se encontraba. En animales domésticos con dueño, es igualmente habitual que al inicio de sentirse mal el animal tienda a buscar a su dueño o a dirigirse a su domicilio. Aunque estos hallazgos son siempre orientativos y pueden variar según las circunstancias, no debemos dejar pasar por alto su valor y contribución para nuestras investigaciones policiales.

Fluidos corporales*

Figura 2 Perfil de recostamiento típico de un cadáver no manipulado, *fluidos corporales: en lugares exactos de atropello o muerte por traumatismos severos, es habitual hallar fluidos corporales (sangre, orina o heces) (ver página 341 capítulo 13) (IF).


Foto 1 Perro muerto tras ingerir cebos envenenados con aldicarb muy pocos minutos antes de tomar la fotografía. Obsérvese el cuadro postural. El cebo ingerido se encontraba en la caseta ubicada en su espalda. Obsérvese también la direccionalidad del cadáver, en la dirección opuesta y alejándose del lugar de colocación del veneno (Seprona-HU).

Foto 2. Detalle de placa cadavérica en un buitre negro. Pueden observarse las numerosas pupas o estuches vacíos de fauna cadavérica, así como plumas apelmazadas tras haber estado semanas soportando el peso del cuerpo. La parte de la placa está oculta de la luz solar y en contacto con el suelo, por lo que debe llevar adheridas partículas de suelo y restos de vegetación natural del entorno (IF).

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II. GUÍA RÁPIDA DE IDENTIFICACIÓN DE FAUNA CADAVÉRICA Anexo X

Isabel Fernández Verón Centro de Análisis y Diagnóstico, CAD. EGMASA Consejería de Medio Ambiente Día 1

Día 3

Descenso temperatura

Día 10

Día

20


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Tabla ilustrativa de los diferentes estadíos de descomposición de un cadáver en relación con el tiempo transcurrido desde la muerte y la actividad entomológica que se desarrolla sobre él. Como se ha comentado en el desarrollo del capítulo, esta división es aproximada, estando influenciada por muchos factores tanto ambientales como del propio cadáver. En cuanto a la fauna cadavérica, para simplificar se ha incluido la imagen de un representante de cada tipo de insecto, en este caso las especies que habitualmente observamos en los cadáveres que llegan al laboratorio, pudiendo aparecer otros insectosde aspecto diferente.

Día

20

2 meses

Años

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III. BALÍSTICA FORENSE APLICADA Anexo X

Dr. Iñigo Fajardo López-Cuervo Asesor Técnico Dirección General Gestión del Medio Natural. Consejería de Medio Ambiente José Antonio Alfaro Moreno Alférez Jefe de Sección SEPRONA, Huelva Francisco Velasco Jiménez Cabo 1.º Jefe de equipo SEPRONA, Huelva Antonio Ruiz García Estrategia de Control de Venenos y otras amenazas a la Fauna catalogada EGMASA - Consejería de Medio Ambiente Laureano Infante Gómez Agente de Medio Ambiente La balística es una ciencia compleja. Aborda el estudio de la munición (cartuchería), su comportamiento dentro del arma en el momento del disparo (balística interior) y en trayecto hasta su objetivo (balística exterior) e incluso una vez dentro de él (b. terminal, o de efectos, según la terminología militar*). En nuestro trabajo es conveniente y a veces necesario poseer algunas nociones básicas de cada una de ellas para dirigir adecuadamente nuestras investigaciones, como ya hemos adelantado en otros capítulos del manual (4, 8, 12 y 13) y cuya lectura es esencial. Estos conceptos se aplican al caso de la investigación de delitos contra la fauna, en sus implicaciones legales y jurídicas y recibe pues el nombre de balística forense aplicada a la fauna. En los últimos años hemos realizado espectaculares avances en este campo, aplicados a la resolución de delitos cometidos contra la biodiversidad, verdaderamente impensables hasta hace muy poco y que han permitido identificar y vincular al sospechoso con el delito. De hecho, desgraciadamente algunos de estos avances son tan actuales que en el momento de redactar este texto, se encuentran muchos de estos sasos en fase de investigación y bajo secreto de sumario, por lo que no podemos exponer los ejemplos más ilustrativos. Los avances no solo se circunscriben a municiones relativas a armas de la categoría 2ª.2. del Reglamento de Armas (ánima rayada), sino que incluso a munición de escopeta categoría 3ª.2. Debemos decir que, obviamente y por razones técnico-policiales, estos casos han de remitirse siempre a los laboratorios altamente especializados de la Policía Judicial de la Guardia Civil a través del SEPRONA, aunque en las investigaciones participen directamente Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, como está ocurriendo en la actualidad en actuaciones concretas, con excelente resultado. Insistimos una vez más, la colaboración entre ambos cuerpos es la base del éxito. Debemos tener en cuenta que la experiencia nos ha mostrado que menos de la mitad de las reses abatidas en caza mayor (legal o furtiva) y que no son cobrados de inmediato, pueden recuperarse

*En el ámbito militar, b. terminal es referida al impacto sobre blindajes y b. de efectos, sobre tejidos vivos.


Factor

Rifle

Escopeta

Precisión

Alta

Baja

Velocidad

Alta (superior a 800m/s) hipervelocidad

Baja (alrededor de 350m/s en bala y 500m/s en perdigón)

Ánima

Rayada

Lisa

Coste Económico

Elevado

Bajo

Munición

Bala

Bala/Perdigón/Posta

Alcance Efectivo

Larga (200-700 m.)

Corta (menor 50m)

Categoría Reglamento Armas

2ª.2

3ª.2

Penetración en Objetivo

Elevada

Escasa

Daños Producidos

1ario, 2ario e Hidroshock

1ario

Silenciador/Mira Telescópica Visión Nocturna

Sí

Generalmente no

Tabla 1. Características comparadas de las distintas armas.

sin la ayuda de perros. Esto implica que en nuestro quehacer diario hallaremos con cierta frecuencia cadáveres de animales abatidos por furtivos y no recuperados, que o bien no han dado con la res o bien se han visto obligados a darse a la fuga ante nuestra presencia. Por ello, debemos conocer algo más sobre lesiones y munición, con el fin de clarificar los hechos e identificar al autor. En primer lugar debemos mencionar unas nociones sobre las armas utilizadas, que son, generalmente, rifles y escopetas. La Tabla 1 muestra las diferencias entre ambas y de su análisis se deduce fácilmente el uso de rifles como arma de primera elección en furtivismo organizado (ver capítulo 8), con independencia su uso lícito en la caza mayor reglada. Cartuchos De la misma manera debemos estar familiarizados con la anatomía de los distintos tipos de munición, tanto de rifle (fusil en términos militares) como de escopeta, que aparece detallada y comparada en la figura 1a, 2 y 1b. Ambos cartuchos, de rifle y de escopeta, tienen las mismas partes o equivalentes, con la excepción del taco, que es exclusiva del cartucho de escopeta; su función es triple y determinante, pues aprovecha al máximo los gases producidos en la combustión de la pólvora en el disparo, contiene y protege a los perdigones en su trayecto por el interior del cañón evitando que se deformen por rozamiento con las paredes y suaviza el retroceso del arma al amortiguar el impacto inicial que se produce en el momento del disparo (al flexionar el codo de unión entre las dos cazoletas hace de amortiguador y contribuye a reducir el efecto de retroceso del arma). La figura 2 detalla las partes y tipos de vaina o casquillo de bala de rifle (casi siempre metálicos) y la figura 3a y 3b las leyendas del culote de ambos cartuchos y en la vaina de los de escopeta (semi-metálica o de otros materiales). La leyenda del culote del casquillo de rifle refleja el calibre, tipo y fabricante del cartucho y podemos consultar la completa base de datos de Asociación Española de Coleccionistas de Cartuchería (AECC) (www.municion.org) para obtener información detallada del mismo. Esta excelente dirección es de consulta obligada y allí encontraremos una ingente información, conversores de medidas, calibres, asesoramiento e información muy útil para nuestro trabajo.

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Cartucho. terminología Cabeza/Ojiva

Proyectil

Cartucho

Proyectil o bala

Cuerpo Base

Boca Gollete/Cuello Gola

Vaina Vaina o Casquillo

Pólvora

Cuerpo Ranura/Garganta Pestaña/Reborde

Cartucho de rifle

Cápsula Iniciadora

Figura 1a Anatomía comparada de los cartuchos de munición de rifle.

Tipos de casquillo

Con reborde

Abotelladas

Cilíndricas

Tronco cónicas

Sin reborde o lisas

Con garganta y reborde

Con cinturón garganta y reborde

Figura 2 Partes y tipos de vaina o casquillo de bala de rifle.

Culotes de cartuchos de rifle

Ejemplo Fabricante (Remington-Peters) Zona de percusión 7 mm.

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Tipo de cartucho (Springfield)

Calibre y modelo

(0,30 pulgadas, año 1906) Figura 3a Leyenda de culotes en cartuchería de rifle.


xxxxxx

Calibre de la escopeta

Cartucho Calibre del perdigón

N.º 8

Taco

Marca/ Fabricante

12

Peso de los perdigones

Bala, Posta o Perdigón

30 gr.

Sin embargo, en lo que respecta a los cartuchos semimetálicos (cartuchos de escopeta) los dividiremos en las siguientes partes:

Pólvora

Cartucho de escopeta

Cápsula Iniciadora Figura 1b Anatomía comparada de los cartuchos de munición de escopeta.

A diferencia de la munición metálica, en los cartuchos utilizados por las ecopetas debemos referenciar un componente más: “el taco”. La calidad de un cartucho depende de la de su taco (figura 1c). Por el contrario, el culote del cartucho de escopeta solo informa del fabricante y del calibre de la escopeta, pero no de los perdigones que aloja el taco; en la leyenda del lateral de su vaina sí se detalla además el calibre del perdigón y su peso en gramos.

Cubeta contenedor de perdigones Amortiguador Cubeta distribuidor de presión

Ejemplos de tipos de taco

Figura 1c El taco: partes y tipos.

Culotes de cartuchos de escopeta

Ejemplo

22 mm.

Fabricante

Calibre de la escopeta Zona de percusión

Figura 3b Leyenda de culotes en cartuchos de escopeta.

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Bala NE de rifle de uso generalmente militar

Núcleo de plomo al antimonio

Envoltura de latón (aleación cobre y zinc)

Figura 4.1 Bala blindada o sólida (FMJ), Full Metal Jacket

En el caso de la munición de rifle, nos encontramos con tres tipos (figura 4.1): No Expansiva (NE) con bala sólida o blindada (FMJ) que tiende a no deformarse dentro del animal y asegura el alcance de los órganos vitales y por tanto tiene mayor probabilidad de atravesar a la pieza; Expansiva Violenta (EV), que se deforma y/o fragmenta drásticamente formando el llamado hongo (figura 4.3) nada más penetrar en el cuerpo de la víctima y Expansiva Controlada (EC), que se abre y deforma aunque no de forma inmediata. La munición EC (figura 4.2) es la de uso preferente en la caza mayor legal en España.

Figura 4.2 (izquierda) Ejemplos de balas expansivas (ec o ev) de rifle, de uso cinegético. Figura 4.3 (derecha) Ejemplos de deformación en balas expansivas; es el denominado hongo de balística forense.

Foto 1 Puntas de bala o proyectil de cartuchería expansiva de rifle. En la foto de la derecha se observan las estrias de precorte para facilitar la expansión y partes de policarbonato (IF).


a)

b)

c)

d)

e)

f) Figura 4.4 Efectos del proyectil

a)  Esquema de herida producida por bala a baja velocidad, velocidad subsónica, inferior a 800m/s (escopeta o rifle a muy larga distancia). Los efectos son debidos a aplastamiento y solo se daña el tejido que se encuentra en la trayectoria de la bala; se produce solo cavidad permanente, no temporal. Son daños semejantes a los de un arma blanca. b)  Herida producida por bala de rifle, a hipervelocidad. Hay una transferencia de energía tan fuerte a los tejidos adyacentes, que se produce cavidad temporal, que es a su vez la que produce el hidroshock y la muerte rápida, si el disparo impacta en la cavidad torácica, aunque no perfore directamente órganos vitales. c)  Al penetrar en el organismo, la bala cabecea y se desestabiliza, por tener el centro de gravedad retrasado, de forma que aumenta la superficie de contacto y por consiguiente la sección de cavidad permanente, aumentando la magnitud de las lesiones. Así, en caso de existir, el orificio de salida es siempre mayor, más irregular y sucio que el de entrada (Fotos 6 b y c). d)  Esquema de formación de la cavidad temporal o secundaria, consecuencia de la hipervelocidad del proyectil y que tiene una duración de apenas unos milisegundos. Esta cavidad es la responsable del hidroimpacto y la mayor parte del poder de detención de la munición y puede llegar a tener hasta doce veces el diámetro de la bala. e)  Ejemplo de cómo quedan los fragmentos de una bala expansiva que se ha fragmentado tras penetrar en el cuerpo, con su consiguiente cavidad secundaria. En este caso no se ha producido orificio de salida, que es más propio del uso de munición tipo NE. f)  Ejemplo de herida similar a la anterior, pero con bala no fragmentada, solo expansionada y deformada en el típico hongo.

(ver capítulo 12), aunque las NE comienzan ahora a ponerse de moda en nuestro país por ser las habituales para las piezas grandes y de piel gruesa/dura en los safaris al continente africano. Solo las NE están permitidas en uso militar por la Convención de Ginebra.

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564


La expansión controlada o violenta se consigue con una bala semi-hueca o de exterior con estrias de precorte, interiores diseñados al efecto preparados para la deformación y con puntas de bala con iniciadores de expansión de metal poco denso o policarbonato, (ver foto 1). Existen decenas de tipos y marcas diferentes en el mercado y obviamente cada usuario tiende a emplear uno o varios tipos muy concretos de munición, que se ajustan más a sus gustos y necesidades, lo cual debemos considerar en nuestras investigaciones. Calibres Hay dos tipos, de munición y del arma. Solo en el rifle coinciden ambos y un tipo de rifle únicamente puede disparar un calibre de cartucho determinado. Por el contrario, una escopeta de un calibre puede disparar perdigones de muy diversos calibres, bala y postas incluidas. Como se explicó en el capítulo 8, los rifles pueden ser modificados ilegalmente. Se han dado casos de encontrar un arma con el cañón de un rifle inutilizado legalmente (reparado) y el cuerpo del arma de una escopeta de caza inutilizada (reparada) o de una escopeta de aire comprimido de 5,5 milímetros (mm) preparada para disparar balas del calibre 22 (en realidad, 0,22 pulgadas, que equivalen exactamente a 5,5mm). Existen también en el mercado escopetas de caza con cañones intercambiables que pueden disparar balas de rifle. Puede darse el caso igualmente de uso de rifles monotiro, especialmente cuando nos resulte imposible hallar casquillos abandonados. En lo que respecta a munición, el calibre es la medida del diámetro de la bala para el caso del rifle o de la posta o perdigón, para las escopetas. Para rifle en nuestro país y en el ámbito europeo lo referimos en mm, por ejemplo 7,62 x 51mm, munición militar muy conocida por ser la empleada por el mítico CETME y de uso ilegal para la caza (ver capítulo 4). El primer número refleja el diámetro de la bala y el segundo, la longitud de la vaina. Sin embargo, hay otro sistema de medición de calibres, el

MUNICION DE RIFLE MAS HABITUAL EN ANDALUCÍA Nombre original

Equivalencia mm

Tenencia/uso

Uso secundario

.222 Remington

5,7x43

Legal solo la variante civil

Furtivismo

.243 Winchester

6x52

Legal

Furtivismo

.270 Winchester

6,8

Legal

-----

.280 Rem

7,11x82

legal

-----

.30-06

7,6

Legal

-----

.308 Winchester

7,62x51

Legal solo la variante civil

Furtivismo

.338 Winchester Magnum

8,6

Legal

-----

.30-30 Winchester

7,6

Legal

-----

.300 Weatherby

7,6

Legal

-----

.300 Winchester Magnum

7,6

Legal

-----

.375 Holland & Holland

9,5x72

Legal

-----

8x57mm

8x5

Legal

-----

7mm Remington Magnum

7

Legal

-----

.22

5,5

ilegal

Furtivismo

Tabla 2 Munición o cartuchos de rifle más habituales en Andalucía, equivalencia en mm y uso secundario en furtivismo (ver capítulo 8).


Número

Diámetro (mm.)

00000

Tamaño real

Número

Diámetro (mm.)

5,25

1

0000

5

000

Tamaño real

Número

Diámetro (mm.)

4

7

2,5

2

3,75

8

2,25

4,75

3

3,5

9

2

00

4,5

4

3,25

10

1.75

0

4,25

5

3

11

1,5

6

2,75

12

1,25

Tamaño real

Tabla 3 Calibres y tamaño real de los perdigones del cartucho de escopeta.

anglosajón, muy extendido en el ámbito cinegético y es expresado en pulgadas (inches en inglés); así el anterior Cetme encuentra su equivalencia en el 0.308 Win (.308 Winchester), que es la legalmente utilizada en el contexto cinegético. El calibre 7,62 es habitual en uso militar y tiene varias versiones en su contraparte cinegética, por ejemplo .30-06, .30-30. En este caso, los guiones explican ya sea el año de invención (1906) o el peso de la pólvora en el cartucho: 30 grains. En ocasiones aparece la palabra Mag (Magnum), (como en la figura 3a) que implica una mayor carga de pólvora y por tanto mayor alcance de la bala, pero no es habitual en furtivismo en España, ya que implica mayor velocidad, potencia y alcance ¡¡y ruido!! Generalmente los furtivos se colocan a cortas distancias de las piezas a abatir, por lo que no requieren de este tipo de cartucho. En la Tabla 2 se reflejan los calibres y cartuchos de rifle más habituales en España en caza mayor legal, furtiva y sus equivalencias (ver capítulo 8 para explicaciones detalladas). Los calibres de los perdigones de escopeta aparecen en la Tabla 3, junto con su diámetro a tamaño real dibujado, dibujo que nos supone una excelente herramienta de campo para cotejar y comprobar in situ el calibre de los perdigones que investiguemos.

Especie

Choke

Perdigón (n.º)

Perdiz

++++ / ++

8-6

Carga (gramos) 32-34-36

Perdiz (ojeo)

+++ / ++++

8-7

30-32-34

Liebre

++++ / ++

7-5

34-36

Conejo

++++ / +++

8-6

34-36

Codorniz

+++++ / ++++

11-9

30-32

Becada

+++++ / ++++

10-5

34-36

Paloma (puesto)

+++ / +

5-6-7

34-36

Zorro

+++ / +

0-5

36-50

Ansar

+++ / +

3-5

34-36

Azulón

+++ / +

5-6

34-36

Tabla 4 Munición recomendada y habitual para caza menor y Choke de la escopeta (ver capítulo 12).

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Columna vertebral

Omóplato Corazón Húmero Torácicas Abdominales Extremidades Figura 5 Puntos de disparo y heridas en reses de caza mayor: Torácica, abdominales y extremidades.

En el caso de la escopeta, esta tiene igualmente su propio calibre, pero a diferencia de la gran variedad existente para el caso del rifle, en España es casi exclusivo el uso del calibre 12, que equivale a 18,5mm de diámetro de ánima del cañón. Por su irrelevancia no haremos mención detallada del resto. Puede consultarse el brillante trabajo de Mauro Hernández, especialista forense en fauna pionero en España, ya citado en otras partes del manual y cuya referencia aparece en la bibliografía. Lesiones y Balística Terminal La clave de este apartado es una fórmula esencial, pero muy simple e informativa que debemos conocer, es la Energía Cinética (EnC), que es igual a la mitad de la masa del proyectil por su velocidad al cuadrado en el momento del impacto (EnC=1/2MxV2). Dicho en términos generales y simplificando al máximo, es la EnC la que lesiona o mata al animal y ésta depende de dos factores básicos, la masa de la bala y su velocidad. Como a mayor masa y a veces calibre (propio de la munición de pistola) menor alcance/penetración y menor velocidad, los diseñadores han optado por cartuchos tecnológicamente muy avanzados basados en bajo peso y mayor velocidad (alrededor de los 900m/s), para lograr así una munición de gran EnC y alto poder letal. La entrada de un proyectil en el cuerpo del animal produce dos tipos de lesiones: las primarias o permanentes (figura 4.4a), fruto del agujero de entrada física de la bala y la secundaria o temporal, que es la que genera fruto de la transferencia de EnC a los tejidos del animal; por decirlo de una manera muy sencilla, es como la onda expansiva, que puede ser mucho más letal y causar mayores estragos que las primarias en si (figura 4.4b). De hecho, lo que persigue la tecnología es un cartucho que libere tal cantidad de EnC en el animal al penetrar, que se produzca una muerte inmediata por la rotura generalizada de grandes vasos sanguíneos, aunque no haya llegado a contactar directamente con ellos. Esto es lo que se conoce como hidroimpacto, hidroshock o efecto remoto y produce una muerte


practicamente fulminante. Este efecto se logra con balas EC y EV y en menor medida en las NE, en las que la energía del proyectil no se libera o transfiere tanto dentro del animal ni se emplea en romper tejido, pero que por el contrario sí poseen un alto grado de poder de penetración y alcance de órganos vitales. En una palabra, las balas NE matan en mayor medida por efecto 1ario mientras que las EC y EV tienden a hacerlo además del primario, por 2ario e hidroimpacto, aunque para piezas grandes de piel dura su valor sea escaso (elefantes o búfalos, por ejemplo). Sin embargo a mayor velocidad alcanzada por cualquier tipo de bala, mayor hidroimpacto causará al portar y ceder mayor EnC. Se entiende por muerte rápida la que tiene lugar en menos de 10 segundos desde la entrada de la bala y esta puede ser directa, cuando afecta al cerebro o la médula espinal o indirecta, cuando afecta a la privación de oxígeno, causando un colapso en el sistema circulatorio. Si el corazón o grandes vasos se ven afectados, la sangre no puede llevar más oxígeno a los tejidos y el animal solo podrá recorrer unos pocos metros, los que le permita el bombeado del corazón justo anterior al impacto, entre 100 y 200m. Por ello la zona de disparo ideal es la torácica (figura 5), que garantiza el colapso directo o indirecto (sistema nervioso o circulatorio). En una pieza de 50-150 kg, ciervo, cabra montés o jabalí, la muerte rápida se asegura con heridas torácicas de 13 cm de penetración (ver figura 6 de heridas de entrada y salida de bala de rifle y escopeta). Otro caso diferente es el de las heridas abdominales (figura 5), que producen la muerte igualmente, debida generalmente a una peritonitis, aunque esta no suele ser una muerte rápida, sino lenta, es decir desde los 10s hasta varios días transcurridos tras el impacto. Obviamente la distancia de huída en estos casos es mucho mayor, desde los 300m hasta varios Km. y si no va ayudado de perros, el furtivo no podrá generalmente cobrar la pieza. Puede no obstante producirse una muerte rápida si la bala genera estallido hepático o renal por el impacto, pero esto no sucede con mucha frecuencia. Las distancias de huída en la res herida mortalmente son claves en nuestro trabajo. Tras el impacto, al animal empleará sus últimas fuerzas en huir si se siente perseguida (por ejemplo, por perros); por el contrario, si no presiente más amenazas tras la detonación y herida, su distancia de huída será la mínima y caerá muerta en las inmediaciones. Esta es precisamente la estrategia del furtivo, al efecto de maximizar la probabilidad de cobrar pieza. Por todo ello si hallamos una res muerta por herida de bala en región torácica, debemos sospechar como regla general que con cierta probabilidad el disparo lo ha recibido a no más de 200m del lugar de hallazgo del cadáver (en la realidad a menos de 60m) y que a su vez el disparo se ha efectuado a no más de 50 (100m a lo sumo) del radio anterior, lo que nos aporta una información muy útil para detectar el aguardo del furtivo y allí recoger muestras que lo vinculen (capítulo 13). La perspectiva se complica mucho más si la herida es abdominal, como hemos visto. Por todo esto, el furtivo, que no suele ayudarse de perros por razones lógicas de cautela, tiende a producir la muerte in situ, rápida y a partir de un solo disparo, de gran poder de parada, con munición silenciosa (lenta, ver capítulo 8) y a efectuar el disparo a la distancia más corta posible (no precisa de grandes calibres ni alcances lejanos). No será pues difícil hallar vainas o casquillos en las inmediaciones si este es poco cauto.

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Foto 2 Trofeos de cabra montes abatidos ilegalmente por un furtivo y escondidos en un pozo al detectar la presencia de los agentes. (C.P.M.)

Las heridas por arma de fuego en extremidades no suelen ser mortales en el caso de furtivismo, en el que no hay ayuda de perros. Para nuestras investigaciones iniciales y a modo de orientación, podemos ayudarnos de los abundantes calculadores de balística que ofrece Internet y así direcciones como http://es.gun-shots. net/ballistics-software.shtml o www.winchester.com ofrecen gratuitamente software para cálculo de distancias y comportamiento de la misma munición o equivalente que hayamos encontrado en el lugar. Cuando nos encontremos ante cadáveres supuestamente furtiveados de reses cinegéticas o de especies amenazadas y que merezcan una investigación minuciosa, procederemos siempre de acuerdo a los protocolos de investigación ocular como se describe en el capítulo 13, sin cometer los errores allí descritos y rastrearemos el lugar de los hechos en busca de vainas, tacos y cualquier otro indicio de balística, como es habitual cajas vacías de munición, por ejemplo. Haremos una buena descripción del calibre, forma y estado, luego esta información será convenientemente cotejada con la munición hallada en el interior del cadáver. Si el caso lo merece, el Laboratorio de Policía Judicial cotejará nuestra información de campo con la remitida extraída del cadáver e incluso con las armas a que hubiera dado lugar intervenir. Análogamente, se podrá consultar en armerías y establecimientos cercanos para continuar las investigaciones en busca de más datos. No debemos olvidar que además de la información en si, los cartuchos y otros elementos relacionados pueden portar ADN o huellas dactilares, por lo que deben manipularse adecuadamente. Los cartuchos nunca se manipularán con pinzas o material metálico, pues podemos producir marcas que alterarán las propias forenses producidas por el arma que las disparó. Recordemos también que cada usuario tiende a adquirir su munición en los mismos establecimientos y especializarse en uno o pocos tipos concretos de calibre,


modelo, peso y marca. En Andalucía ya tenemos excelentes ejemplos de casos resueltos gracias a estos recursos de investigación policial, que han derivado e sentencias condenatorias firmes (foto 2). Lesiones producidas por escopeta En este apartado nos referimos a las lesiones producidas por perdigones y sobre todo, en especies amenazadas o silvestres no cinegéticas. Mientras que las heridas de bala de rifle se refieren más al ilícito del furtivismo, estas se refieren más a la muerte de especies amenazadas por otras causas (control ilícito de depredadores, o por ejemplo errores de identificación). Lógicamente no se trata de una única herida mortal, sino de numerosas penetraciones*, no necesariamente mortales y con señales bien diferentes, como se describen el capítulo 12. Simplemente se añaden aquí imágenes de lesiones concretas para ilustrar lo ya explicado (fotos 3, 4 y 5) y se aportan datos sobre calibre recomendados para las distintas especies de caza (Tabla 4). La velocidad de los perdigones es menor que en una bala de rifle, encontrándose en torno a los 500m/s en la boca del arma. Existe una abundantísima variedad de cartuchería disponible en el mercado y los Agentes de la Autoridad debemos tener unas nociones básicas de sus características generales (foto 6).

a)

b)

Foto 3 a) Fractura conminuta o multifragmentada por el efecto de un perdigón en el ala de un ave rapaz. Las manchas más claras de las radiografía corresponde al perdigón fragmentado tras contactar con el hueso, b) Fractura en pico de flauta producida por un perdigón de escopeta en el cúbito de un águila culebrera (IF).

Foto 4 Fractura multifragmentada causada por disparo de escopeta en el húmero de un búho real (IF). * Se utiliza el término perforación cuando el proyectil atraviesa por completo al animal y penetración, cuando no hay orificio de salida.

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Foto 5 Roturas típicas en el plumaje de ave rapaz por efecto de disparo de escopeta de perdigones. (ver capítulo 12) (IF.).

Foto 6 Existe una abundantísima variedad de cartuchería disponible en el mercado. Los agentes de la autoridad debemos tener unas nociones básicas de sus características generales (IF).

CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE


a) CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE

d)

c)

CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE

b)

Figura 6 Zonas de impacto y formas de orificios de entrada y salida de bala tanto de rifle como de escopeta. a) Disparo en la región torácica en jabalí. Esta es la zona donde los daños causados por el proyectil son más cuantiosos, asegurando una muerte rápida ya sea por lesiones en el sistema nervioso o por comprometer la circulación de la sangre y el aporte de oxigeno (IF). b) Orificio de entrada del disparo con rifle en el jabalí anterior. Observesé un contorno más circular y limpio que el orificio de salida. El disparo, causó una muerte rápida, inferior a 10 segundos. Munición empleada 0.375 H&H (9,5x7,2 mm.) (ver página 307 capítulo 12) (IF). c) Orificio de salida del disparo anterior. Se observa un borde irregular y mayor que el orificio de entrada, habiendo duplicado su superficie. (ver página 307 capítulo 12) (IF). d) Orificio de entrada de una bala de escopeta sobre un venado abatido ilegalmente por un furtivo y desde un aguardo a corta distancia. Calibre del arma n.º 12 (18,5 mm.) (IF).

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IV. CLAVES PARA LA DETECCIÓN DE CAPTURA ILEGAL DE AVES FRINGÍLIDAS Anexo X

Ernesto Sáez Manzano* Estrategia de control de Venenos y otras amenazas a la Fauna catalogada EGMASA - Consejería de Medio Ambiente

Como se ha avanzado ya en otras partes del Manual, la captura de fringílidas está regulada por la Administración andaluza, de forma y manera que garantiza la viabilidad de las poblaciones de aves a capturar en el largo plazo y al mismo tiempo lo hace compatible con los usos y costumbres tradicionales de nuestra tierra, en los que se han venido extrayendo del campo pequeños cupos para la reproducción en cautividad y educación de los cantos. Se da así respuesta a la demanda popular de poder usar de forma sostenible un recurso natural, como se ha venido haciendo desde tiempos ancestrales. Para tal efecto, la Administración establece unos cupos variables, que autorizan la captura de únicamente tres especies: Jilguero o Colorín (Carduelis carduelis), Verderón o Verdón (Carduelis chloris) y Pardillo o Jamase (Carduelis cannabina). El número anual o cupo de capturas global autorizado se revisa anualmente, en función de los datos aportados por entidades científicas solventes sobre las poblaciones de estas aves, permitiendo mayores volúmenes en años o períodos más favorables y viceversa. No está autorizada la captura de otras especies (foto 1), salvo que la propia Consejería de Medio Ambiente emita una autorización al respecto mediante resolución. Los cupos autorizados son concedidos a las sociedades de silvestrismo, a través de la Federación Andaluza de Caza (FAC). Por consiguiente la captura de aves fringílidas está autorizada y perfectamente regulada, solo sobre esas especies, en las fechas autorizadas y siguiendo métodos muy concretos, ya comentados en el capítulo 4 del Manual. Los Agentes de la Autoridad Ambiental, por lo tanto, tienen entre sus cometidos velar por que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al uso de este recurso, que es además el reflejo de una larga tradición. No obstante, son también los custodios del cumplimiento de la normativa legal, que garantiza la existencia futura de este importante recurso natural, las poblaciones de aves en particular y la biodiversidad en general. Condiciones autorizadas de captura En primer lugar el titular habrá de portar siempre consigo en todo el procedimiento de capturas, la autorización correspondiente y queda obligado a mostrarla a requerimiento de cualquier Agente de la Autoridad Ambiental, suponiendo la oposición a esto una infracción grave por incumplimiento del Art. 74.15 de la Ley 8/2003 de 28 de octubre de la flora y fauna silvestres.

(Este Apéndice se corresponde y depende directamente de los capítulos 4 y 9 del Manual) * Texto y fotografías Ernesto Sáez Manzano


La normativa actual autoriza un máximo de seis jornadas de captura en el período estival (11 de julio al 22 de agosto), oscilando entre tres o seis según sea el número de años de experiencia del titular de la licencia. Durante el período otoñal, el número de jornadas se incrementa hasta las catorce. Las jornadas de captura habrán de ir además especificadas y concretadas mediante sello y firma en la licencia, vulgarmente denominada “cartulina”. Por otra parte, debe destacarse que los reclamos y jarillas (cimbeles) (fotos 3, 4 y 6) deberán ir marcados con anillas oficiales de la FAC, mientras que el arte empleada tendrá que portar el precinto de la Consejería de Medio Ambiente. Para el caso de red abatible (ver página 114, Capítulo 4), su longitud máxima no podrá sobrepasar los ocho metros y la luz de malla quedará fijada entre el intervalo de 18-22 mm.

Foto 1 Pinzón vulgar atrapado accidentalmente en liga y preparado para ser liberado una vez eliminados los restos de pegamento del plumaje, al no tratarse de una de las especies cuya captura está autorizada.

Los arbolillos para el pegamento no superarán los dos metros de altura y su copa no sobrepasará los cuatro de diámetro, autorizándose tan solo un solo pie por titular. Asimismo, la liga, visco o ajonje, únicamente será natural y en los términos explicados en la página 112 del Capítulo 4. Esto es así para garantizar una rápida limpieza del plumaje del pájaro en caso de que este no mereciera el interés por parte del capturador y poder proceder a su suelta en las condiciones más seguras y como se dijo en el mismo capítulo del Manual (página 117), los atrayentes y reclamos electrónicos o digitales quedan totalmente prohibidos. Como se ve, la normativa es muy clara y estricta en este sentido, al objeto de garantizar que esta práctica pueda seguir practicándose sin perjuicio para la fauna. Seremos siempre muy estrictos para garantizar que las personas acreditadas y que ejerzan esta práctica correctamente, se sientan completamente respaldadas y respetadas por parte de la Administración. Actividad ilícita Sin embargo, cada año se levantan actas de denuncia por parte de los Agentes, por incumplimiento en mayor o menor grado de estos condicionados o bien por proceder de forma totalmente ilícita, con fines lucrativos a la extracción abusiva de aves (fotos 2 y 5). A continuación se detallan las claves y aspectos más determinantes en los que debemos fijarnos muy especialmente en lo referente al último caso, que supone no solo una clara amenaza para las poblaciones de aves silvestres de numerosas especies, sino que además perjudica seriamente la imagen de los que se dedican a esta práctica con respeto a la normativa y que, recordemos, han de sentirse amparados por la Consejería de Medio Ambiente.

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Red japonesa

Tensores

Paño de red

Varales Varales

Tensores

Capturas

Figura 1 Red japonesa, de disposición vertical.

Foto 2. Ave insectívora capturada en una red japonesa. Estas redes está prohibidas terminantemente, salvo con fines científicos, aunque los usuarios deberán portar siempre la correspondiente autorización en vigor y deberán mostrarla a petición de los agentes.

En primer lugar estaremos atentos al posible empleo de redes japonesas o invisibles (ver página 114). En términos generales estás siempre prohibidas, salvo para fines científicos, en cuyo caso han de portar siempre autorización expresa y estar manipuladas por personal muy cualificado. Por lo tanto, la probabilidad de que nos encontremos ante un uso ilícito de este medio si lo encontramos activado en el campo, es muy alta. Estas redes se disponen en vertical (figura 1 y foto 2), interrumpiendo el paso de las aves. Es tal vez el medio de captura masivo y no selectivo más dañino de cuantos puedan encontrarse en el medio natural y todos los esfuerzos dirigidos a su eliminación serán bien empleados. Es habitual encontrarlas dispuestas entre las calles de los campos de pipas o girasol, sin que su altura sobresalga la de las flores del cultivo; por consiguiente su detección es verdaderamente difícil para ojos no avezados. Como decimos, se disponen para la captura de grandes bandos completos de fringílidos, hacia las fechas de maduración de la pipa, a finales de verano y en los días previos a la siega. En ocasiones se colocan


Foto 3 y 4 Los jilgueros empleados como reclamos o cimbeles han de estar equipados con anillas oficiales de la FAC.

cientos de metros de redes, que son colocadas por el infractor durante la madrugada. Las capturas se realizan con las primeras horas de luz, coincidiendo con el pico de alimentación de las aves y una vez satisfechas las expectativas, se procede al levantamiento de las redes. El destino de las capturas suele ser para venta ilícita o para consumo en bares. Durante el período otoñal es también relativamente frecuente el uso de redes japonesas, esta vez en hurtas de naranjos y cañaverales. Al contrario que en el caso anterior, se emplean las últimas horas del día aprovechando la afluencia de las aves a los dormideros comunales y los objetivos son predominantemente zorzales, mirlos y aves insectívoras (foto 2 y 5), en lugar de fringílidas. Las capturas son destinadas al consumo en hostelería. Las claves para la detección de redes japonesas en el campo se basan en tener un conocimiento previo de la existencia de grandes bandos de aves en los campos de pipas en verano y la localización de los lugares de dormidero en huertas y riveras en invierno. Serán estos enclaves objeto de mayor prospección por parte nuestra. En el caso de campos de girasol, trataremos de localizar los varales que sujetan las redes (figura 1) y de la misma manera los constantes debates y agitación de las aves ya capturadas en los paños de red, ubicadas entre las filas o calles del girasol. Ya que las redes en si son difíciles de localizar, de ahí su nombre de red invisible, puede servirnos la observación desde varios puntos cruzados, tratando de buscar o encontrar el perfil negro de las redes. Esta labor podemos realizarla con prismáticos y abarcar así mayor superficie de terreno. Las redes de suelo o abatibles son las empeladas para el silvestrismo legal o captura autorizada, por lo que debemos ser extremadamente cautos y pulcros para no confundir la práctica lícita, que respetaremos y respaldaremos, con la ilícita. Un uso ilícito pasa por la carencia de algún tipo de requisito “menor” en el titular acreditado (por ejemplo, falta del sello del día, o haber olvidado la cartulina, siendo

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verdaderamente poseedor de ella). Son, por decirlo de alguna manera, infracciones de grado menor. Por el contrario, en ausencia total de documentación alguna, captura en cantidades abusivas y prácticas totalmente ilícitas, hemos de hacer cumplir el ordenamiento jurídico con mayor contundencia. Un ejemplo muy claro de esto es cuando las redes abatibles, que son siempre horizontales y colocadas sobre el suelo (foto 6 y 7), están cebadas con semillas (girasol en la mayor parte de los casos por su bajo precio y alta palatabilidad para las aves al ser muy calóricas, ver foto 4-42 página 116). Los cebaderos están siempre prohibidos, sin excepción. Su uso ilícito es más habitual durante los meses invernales, cuando este recurso es más necesario para la subsistencia de las aves y suelen disponerse a lo largo de los paños de red. Las horas más frecuentes de captura ilícita, coinciden con la autorizada, lo que nos obliga de nuevo a ser prudentes en nuestro trabajo y discriminar bien una captura de la otra. De nuevo, son las primeras luces las más seleccionadas por los infractores, que ayudados de la alimentación suplementaria capturan numerosas aves en tan solo unos pocos tirones. Para la detección de esta práctica, buscaremos llanos baldíos o plantaciones de arbolado, localizaremos bandos muy concentrados de aves fringílidas y echándose siempre en el mismo punto, alrededor del cual buscaremos el “puesto” o “chozo”, donde se oculta el trampero camuflado a unos veinte metros de distancia.

Foto 5. Abubilla capturada ilegalmente en una red japonesa.


Foto 6. Las redes abatibles, de uso horizontal, pueden ir acompañadas de reclamos vivos y cimbeles, pero nunca de alimento o cebadero.

Por otro lado el trampero intentará buscar un árbol seco, alambrada, o algo que pueda servir de posadero a las aves antes de entrar a comer. Estos elementos, son indicadores de una posible ubicación de las redes, especialmente si vemos con gran asiduidad a la bandada posarse en las mismas ramas secas o en la misma alambrada. Análogamente en los cebaderos, insistimos siempre ilegales, podemos encontrar “varetas” de esparto o cardo u otra planta similar (ver foto 4-38 página 112) impregnadas de pegamento, no tan eficaces como las redes pero también muy dañinas. Dicha varetas también nos las podemos encontrar a lo largo de las orillas del caudal de un arroyo o alrededor de charcas o bien colocadas sobre matas de gramíneas acompañadas de reclamos vivos. Con la red abatible, también se pueden capturar un gran número de ejemplares, en lo que se llama “al paso”, días en los que es fácil conseguir engañar y atraer a las aves en sus primeras llegadas a nuestros campos, acudiendo estas

Foto 7. Silvestrista realizando arreglos en la red, despues de haber capturado algunas aves. Al fondo se aprecia la barrera de vegetación, empleada para esconderse en el chozo o aguardo.

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Foto 8. En algunas ocasiones, pequeñas rapaces como este gavilán, quedan atrapadas en las redes de silvestristas al perseguir a aves capturadas y a los propios reclamos. En todos los casos, estas rapaces han de ser devueltas al medio natural en perfectas condiciones.

ciegamente a la llamada de reclamos y jarillas; incluyendo también, en estas fechas especies solo invernantes y de captura totalmente prohibida, como son los casos: pinzón real (Fringilla montifringilla) y lúgano (Carduelis spinus), entre otros, que pueden alcanzan un gran valor en el mercado clandestino. Especial mención tenemos que hacer a la captura colateral o accidental de otras aves (foto 4) en estas redes, al igual que en las japonesas. Nos referimos aquí a pequeñas rapaces invernantes, de las que destacan gavilanes (foto 8) y cernícalos y en menor medida, esmerejones. Las rapaces entran a la red para cazar los saltones o reclamos, dándoles muerte en un alto porcentaje de las ocasiones, lo que desencadena el correspondiente disgusto en el trampero, que consiguientemente los captura mediante el tirón y elimina posteriormente. Debemos insistir una vez más en la necesidad de ser extremadamente pulcros y cautos para diferenciar con claridad la lícita práctica del silvestrismo, que responde como hemos visto a una larga tradición y encaja con el uso sostenible y regulado de un recurso natural renovable, con la actividad ilícita de captura masiva y no selectiva, totalmente al margen de la ley y que sí supone una verdadera amenaza para las poblaciones de aves y para nuestro entorno natural. Mientras que los titulares de acreditación legal, que practiquen esta modalidad de acuerdo a las normas, han de verse amparados y asistidos por nosotros, como custodios del medio natural, los responsables de actividades al margen del ordenamiento jurídico han de ser identificados y sus acciones puestas en conocimiento de la autoridad, según los cauces ya conocidos.

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Este manual es el fruto de casi una década de intenso trabajo por parte de agentes y técnicos en Andalucía, para garantizar el cumplimiento del ordenamiento jurídico que protege a la biodiversidad. Recoge la experiencia acumulada, a lo largo de todo este tiempo. Por todo ello y en aras de mantener ese criterio, desde la Dirección General de Gestión del Medio Natural se agradece cualquier contribución y aportaciones para mejorar sucesivas ediciones futuras, ya sea desde Andalucía, como desde otras comunidades autónomas españolas.

Esta edición se terminó de imprimir el 17 de Febrero de 2011

Manual venenos Andalucía Anexo X completo[1].pdf

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