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http://www.archive.org/details/lavidademexicoenOOgonz
>S¿^i^
i
L.
«"M-yis
GONZÁLEZ OBREGON
La Vidg
exico
ES PROPIEDAD DEL AUTOR
La Vida de México en 1810
OBRAS DE
LUIS GONZÁLEZ OBREGON
México Viejo. 1521-1821. (Época
—
Colonial.)
Noticias históricas, tradiciones, leyen-
das y costumbres. Nueva edición aumentada con profusión de ilustraciones dibujos originales retratos, vistas, planos sacados de antiguos cuadros al óleo, fotografías tomadas directamente de monumentos, monedas, medallas, ote. 1 t. 4"^ Pasta de lujo, planos y cortes :
S 12-
dorados.
— es
—
su exactitud histórica. Pero decia Gutiérrez Nájera El principal mérito de este libro no está muerto lo que encierra, no contiene simplemente este valor histórico tiene otro el talento del autor da intensa vida á sus datos secos, no son cajones de pasas sus capítulos páginas, resucita cosas idas, nos hace ver lo que describe. > <.
amén de
:
:
—
Historia detala Independencia Mexicana en el Siglo XVI. la Colonia durante esa hubo en los intentos que uno de cada todos de minuciosa llada V y centuria para emanciparse de la Metrópoli, desde las tentaciones que asaltaron á Hernán Retratos, vistas Cortés hasta las conspiraciones de sus hijos y de los hermanos Avilas.
Los Precursores de
—
edificios y otras ilustraciones de la época.
de
1
—
dijo un crítico « Ninguno de nuestros historiadores independencia con tanto acopio de datos y con tanta Obregón. >
—
t.
H" tela. S 3; rústica. $ 2.25.
ha investigado
solidez
los orígenes de nuestra
como
de juicio
el
Sr.
González
—
D. Guillen de Lampart, la Inquisición y la Independencia en el Siglo XVII. Continuación de la obra anterior. Conjuración de los portugueses para hacer la independencia. Proceso del irlandés Lampart que refleja los deseos de los criollos para emanciRetratos é ilustraciones tomados de parse. Sublevaciones de indios, motines, tumultos.
—
los
monumentos contemporáneos.
1
t.
8» tela S 3; rústica S 2. 25.
—
— ha
palpita el anhelo oculto, pero ardiente, dicho un escritor independencia, y González Obregón ha trazado un cuadro admirable de la época, lleno de color y de vida, profundamente ameno y dramático. • •
Como
en
Los Precursores
que en México teníase por hacer
la
—
Tradiciones, episodios, leyendas de la época colonial y guerra de independencia. Cómo se viajaba en México entre los aztecas y después durante la dominación hispánica. Anécdotas literarias. Cómo vino el Quijote á la 1 vol. 12" tela, S 2; rústica, S 1. Nueva España. Los restos de Hernán Cortés, etc.
México Viejo y Anecdótico.
del período de
'
la
México Anecdótico
—
dijo
El Imparcial
documentado, tan ameno y tan castizamente
1277 10.
—
París. IniprenU.
—
escrito,
ele
la
es
un libro tan interesante,
como
V'
de C.
los anteriores.
BOURET.
—
»
12-lü.
si
cabe, tan bien
HMex.
LUIS
GONZÁLEZ OBREQON
La
Vida de México en 1810
LIBRERÍA DE LA
V^^-^
C.
BOURET MÉXICO
parís ¡3,
DE
RUÉ VlbCONTI, 23
45, AVENIDA CINCO DE
I
9
I
I
MAYO, 45
La Vida de México en 1810
CAPÍTULO PRIMERO COMO ERA LA CIUDAD ENTONCES
de traunsentes, porque para andar por
I
Las calles
y
los coches.
Carros,
los caballeros
México en 1810 presentaba un aspecto en
al
de ahora, en las
las plazas,
en los edificios y
o siniestra,
las tiendas
de comercio, aunque hoy
á
Más de cuatrocientas jones tenía
entonces
ostentaban en
las
calles la
calle-
y
ciudad,
neo'i'os
o
que
caracteres
nombres que les habían impuesto; y eso sí, la mayor los
parte eran anchas, espaciosas y tiradas á cordel.
Las aguas que procedían de
¿Y las
esquinas, y en placas
de barro vidriado con del siglo xviii,
fin
las llu-
tuosas,
drados presentaban un marcado declive la
banqueta hasta
el
centro de
la
que aveces parecía escarpada loma, con grandes diferencias de una á otra calle; y los pavimentos de calle; declive
mal aspecto
é
incómodos
á toda clase
nu'is
ligeramente
de
ó
la
Catedral,
menos defec-
muy
inclinadas,
vexas, y limitadas de trecho en trecho
por unos
pilarcillos
que
fueron
la
eterna pesadilla de nuestros bisabuelos
pues
los tales pilarcillos, decían,
<(
son
perjudicialísimos, así porque estrechan el
empe-
que
la vía
angostas, de losas diferentes en color y tamaño, lisas, separadas entre sí, con-
que
los
lado de
el atrio
eran las restantes
donde estaban
:
el
banquetas? Con excepción de
las
que rodeaban
vias caían resbalando hacia el arrovo, las atarjeas
según
recorrieran.
conserva todavía muchas cosas que han persistido sin cambiar del todo.
desde
con sumas precauciones
de no caer con cabalgaduras y todo, é inclinándose los coches, á diestra
bastante diferente
en
ó en
coche, había que subir y bajar, yendo
caballos y peatones.
calles,
fuera á pie, á caballo
se
ellos,
—
paso por
las
banquetas, como por-
de noche y de día, están las gentes tropezando con ellos, á todas horas,
lastimándose gravemente lo
que
los
precisa á
las
piernas
:
andar siempre
con mucho cuidado por las banquetas, para evitar tales accidentes, no bas-
tando todavía esto, para libertarse siem-
La Vida de México en 1810.
8
pre de ciarse algún doloroso golpe'
malhadados
Los traían
aun
ni
pilarcillos
más
la
que
niencia, porque lo
que impedían el que coches no treparan
».
no
«
conve-
ligera
se pretextaba de
ruedas de los
las
banquetas,
las
carecía de fundamento... »; y además, «
cocheros en lugar de dirigir
los
las
medida que el lujo iba en aumenlo, crecía el buen gusto en ellos, nientos, y a
pues
las
á
pesadas
de los anti-
tallas
guos forlones y carrozas, había succdido la sencillez en los adornos; á las antiguas molduras, los
comparables
roles,
porque
extranjeros;
mejores
á
cha-
los
barnices
de
advertir,
es
quetas, se guardaban bien de aproxi-
que ya por aquella fecha se fabricaban coches en México y en la casa de
marse, porque su encuentro retardaba
D. Manuel Tolsa'.
ruedas por
la'
inmediación de
ban-
las
movimiento, hacía trabajar más
el
muías y
las
ruedas
maltrataba
En cambio,
».
no estaban en
pilarcillos
mismas
las
molestos
los
que era uno mismo el quetas y empedrados,
las calles
Crecido también era
á
en
nivel de ban-
carros que
el
número de
diariamente recorrían las
fernal
incomodando con el ruido inde su tráfico, cimbrando los edi-
ficios
con
calles,
pesado de
lo
las
cargas,
ruedas
estropeando el empedrado, y causando no poca alarma á los buenos habitantes
de los carruajes pasaran por los en-
de aquellos tiempos. Los carros iban
arrimándose
losados,
ocasiones
hasta
las
daba
que
lo
lugar muchas veces á que las
no
en
pocas de
puertas
las
¡
Las
atarjeas
de
las
calles
fueron
motivo de justas lamentaciones!
La parte superior estaba sumida la orilla inferior del
empedrado
«
bajo
»; las
convexas y muy lisas; entre unas y otras había grandes aberturas, lo que daba lugar á que se desprenlosas
muy
miasmas molestos y dañosos,
diesen
pobres bestias, y aun gentes, resbalasen, metieran las patas
y
á
ó
que
los
las
las
pies,
según fuesen bípedos
ó
cuadrúpedos, y á que no pocos individuos ó animales, anduviesen por resultas
de
esto,
cojos
ó
perniquc-
Los coches que en 1810 rodaban por
1.
mo
calles
pasaban
Diario de Medico,
de
dos
mil
qui-
«
de una porción de vigas, y
encima de ellos el conductor, que conservando un perfecto equilibrio con las rodillas, un poco encorvado y separados los pies, con
la
una mano dirigía
los brutos y en la otra llevaba una vara larga con su corderillo, que en el
remate tenía atada una pequeña piedra,
que
la
le
servía de látigo'... »
Estos
carros carecían de lanzas; y ahí era de verlos rodar
como desbocados en
las
bajadas de los puentes! ¡
Ah
!
muchas
Los puentes todavía cruzaban dar paso sobre las
vías para
articulo Uanquelas, lo-
quias
ciudad
habían azteca
sido á
la
el
legado
ciudad
de
la
española,
con aguas sucias y pestilentes, feas á
XIII, pág. lüg.
Para comprobación de lo arriba dicho, véase Diario de México de i8io, arliculos intitulados Calles, Banquetas y Atarjeas etc., tomo XIIl. 2.
el
mas
los
antiguas acequias ó canales; estas ace-
brados^,
las
harina, tercios de
piedras, sacos de
azúcar, barriles de vino o de pulque, y
casas.
otro
tirados por cuatro muías, colmados de
i.
2.
ídem, tomo XII, pág. i8g. Diario de México, del Sábado 17 de P'ebrero
de 1810, pág. 189.
,
Cómo vista y
la
venenosas para
era la
la
Ciudad entonces.
salud do
una
los vecinos.
Como hoy
brioso, ó derribados, pies arriba, por
los
vagones eléctricos,
las
cargada, vulgo
bestia
cordel.
bicicletas y los automóviles, son terror
Era de verse
y espanto de los medrosos peatones, en 1810 lo eran los coches, los caballos
en los días de
y los cargadores.
—
mozo de
á los
pobres aludidos,
fiesta,
enredados por
clamaba un buen Señor Diarista vecino de aquel tiempo viejo; vuesamerced que es paño de lágrimas, báculo de la vejez, padrino de grandes «
—
y chicos, órgano del público, etc., etc. ¿quiere vuesamerced decirme qué pe-
cado han cometido
nacen, vegetan
y
los
(;omo yo
fjue
pobres,
subsisten
para que los ricos y los que tienen medianas proporciones los opriman
por arriba y por abajo?... Muchos son pobres sin deslino, y sin embargo de esto se presentan con levita de
moda,
pantalones, botas lustrosas
rechi-
v
nantes y gordo garrote torneado hay pobres empleados con poco sueldo :
muy
galanes
otros
:
unos,
muy
trapientos
hay pobres artesanos humilde-
mente vestidos, pero calzados, y entro ellos los hay también, que por su empaque son conocidos por de la chichi
EL COCHERO
carruajes y
entre
caballos, correr á
pelada; y hay pobres pordioseros, nocturnos, romancistas de las esquinas,
escape de los cocheros, que montados
que pasan
brío con los látigos y espuelas, enca-
la
vida con los
mendrugos
y bachichas que les ofrecen
sus pia-
dosos creyentes^.. »
Y
este introito lacrimoso dirigido al
hnen
diarista, venía
testar en
encaminado
nombre de
andaban por
las
á
pro-
esos pobres, que
México en
calles de
en sendas muías,
les
sacaban todo
jando
los carruajes
gente,
para que los señores y señoque en ellos iban muy « repan-
ras
I),
por en medio de
tigados
)),
se divirtieran
con los brin-
cos, carreras y sustos de los pobres, ([ue
huyendo
del
peligro,
embarazán-
dose
con piernas aligeradas por
timas de Irecuentes atropellos.
el
miedo
coche I.
y
1
03.
,
atropellados
Diario
de
México,
por tomo
un
caballo
el
paso unos con otros, eran víc-
págs.
—
« Soy testigo ocular decía aquel buen vecino de algunas de estas
—
«, y puedo acreditar que chusma cocheresca, cuva mavor
desgracias XIII,
la
«
1810, con ojos saltados por el espanto,
de ser arrollados bajo un charolado
el
loi
entre
la
La Vida de México en 1810.
lo parte se forma de
ínfima plebe, hay
la
muchos bribonzuelos engreídos, que cuando ven á un hombre ú corta dlstancia
paso de
el
una
atravesar
correr
calle
muías
las
para
hacerlo
me he
peso, derribar á un
el
sesudo Oidor de pelucóu, gorgnera y ofarnacha.
Pero
violentan
,
en este apurado trance
:
agobiado por
coches y ca-
bullicio de
si el
rretas, si el caracolear de caballos, ir
si el
y venir de mercaderes ambulantes,
muchas veces, y confieso que lo he sufrido, porque no hay un juez de
que con roncas o chillonas voces pregonaban. á todas horas del día, frutas,
policía á quien llevar
el
dulces, nieve y toda clase de golosinas y baratijas, incomodaba á los vecinos
al
estantes y habitantes de la ciudad de
visto
mi queja
pues
;
me proporcionan
auncjue mis puños
impulso necesario para escarmentar
me permiten
atrevido, no
tomar
satisfacción
mano'.
»
¿Y
propia
También
los jinetes?
con de
los
pie,
á
« ellos
el
año 1810,
porque
se
hacen
los
huyendo de sus mal-
ditas ginetadas, con doble diligencia,
de
tratan
escaparse
de
dos
noche con su
la
manto negro y estrellado tranquilos en
Un
también
función, y
la
estirar las zancas,
porque
México
transparante de
divierten
con
mi
por
leyes
las
vecino
ocupado que
ú
queda, se vería expuesto á que el buen sereno, trepado en alta escalera, al encender los faroles del alumbrado la
le
cuentro desagradable con
las calles
el
inspiraron
al
catilinarias.
bendito
año
de
1810,
buen vecino tremebundas Eran una multitud, dice.
Conducían en
gasa
la
transitara las calles antes del toque de
monta".
Los cargadores que transitaban por
con
apacibilidad silenciosa, ocioso
brutos, que son el caballo y quien lo ))
o
luna, no los dejaba
la
propinase un lustroso baño;
al
en-
carro noc-
el
', formado por horizontal barrica, montada sobre un eje y dos ruedas, que arrastraba paciente muía dirigida
Z?//'«o
por asqueroso conductor;
el
cual, al
en los hom-
son de campana había llamado á los
bros y en las manos, pesados tercios, largas y gruesas vigas, y grandes ca-
vasos en aquel horroroso coche; coche
zuelas de espeso y caliente mole.
que iba escurriendo líquidos y espar-
Imaginad las
las espaldas,
escobero picando
al
puntas de los
traunsente;
al
/>»o/;o¿tís
á
con
un distraído
sebe/o untar
rostro
el
de un meditabundo poeta con
la pesti-
que tenían que vaciar sus pestilentes
ciendo
á ciencia y paciencia de la higiene, los perfumes que canto el in-
mortal Quevedo
lente mercancía; al vendedor de asa-
Rosario
duras sancochadas, manchar
acompañaban
el
mante levitón de un almibarado melre;
la
albóndigas
chiniolera (>
mantilla airosa o
1.
ungir
mondongo
de una currutaca
2.
,
;
peti-
sus
hirviendo,
la
ajustada basquina
la al
con
íla-
conductor de vigas,
ídem, idciii, pág. 102. ídem. ídem, pág. io3.
;
á
tropezar, por último,
aquel vecino v ponerse triste con
de
cuyos
Ani/?ias,
monótono
el
el
cofrades ti/in,
tilín,
de su campanilla, con voces plañideras
que pedían
con
iVí/es¿/o y
?í/i
se
rezara
A(^c ^l/az-m
un Padre
por el descanso
Don Fulano de Tal; mencionado excursio-
eterno del alma de y
si
i.
el
vecino
Diario de México,
tomo
XII, i>ág.
liSk-
1
Cómo naba después
ele
que
hiiijía
era la sonado
Ciudad entonces. la
podría ser víctima de un robo,
(jiteda,
de un asesinato ó de caer en o ofarras de la ronda.
Los que dormían en duro suelo ó en
1
de los buenos tiempos del Virrey Re-
Gigedo;
villa
de
aceite, y
— linterna seguido
con lámpara
de
perro
fiel,
único compañero en sus noches
frías
ó lluviosas
blandas plumas, no padecían menos
incomodidades. Las campanitas de los 11
conventos, va de monjas ó de frailes,
de un perro calle-
Los nombres de las calles,
maullido de un gato enamo-
y hospederías.
el aullar tristísimo
jero ó
el
rado desvelaban
al
más
fiel
Y
s(')lo
en algunas calles desiertas
del centro, calles de suntuosas
moradas
en que vivían ricos comerciantes, condes y
Casas, plazas y barrios.
devoto de
Morfeo.
marqueses, apenas se oían
las
Mesones
México en 1810 estaba dividido en ocho cuarteles mayores y treinta y dos menores. Contaba 3o4 calles, i/jo callejones, 12 puentes, 64 plazas, 19
me-
sones, 2 posadas, 28 corrales y 2 barrios
'.
La mayor parte de los nombres de esas calles subsistían hasta hace pocos
muchos ya habían desaparecido. Ninguno recuerda hoy años, pero
las
calles
otros
llamadas de
Apahuázcan, del del
Andalicio
,
de
Cristal, de Ceballos,
Copado, del Destierro, de Garay,
de las Gradas, de
la
Higuera, de La-
franco, del Lavadero de los Canónigos, del Obrajito, de
Morcón, de Cueritos;
y de los puentes de San Marcos, Santa
Cruz y Navajas. Muchos callejones han perdido su nombre antiguo, pues hoy
tampoco nadie recuerda los que se llamaron de la Bizcochera, de las Camoteras, de los
cápan
,
del
Cedaceros, de Chichime-
Cebollón, de Coconepan,
de Campanel, de Doña Andrea, de
Dama, KL M.KE.NO
lentas pisadas del sereno,
que iba por la banqueta calzando botas de campana, vestido con calzoneras y capote, chuzo al hombro, sombrero l'orrado de hule prenda que
le
la
la
Hacienda de
Santa María, de Juanico, de Loquitos, de
— única
del Egipto, de
había (quedado
la
Locería, de Mata, de Hormigas,
del Picadero, de Papitas, de Palina, de México dícidido en Cuarteles Mayores y Nombres de sus calles. Los de sus Jueces y Alcaldes., etc., pág. /17. (Edición de 181 1, iiiipi'esa por Manuel Antonio Valdés.) i.
Menores.
La Vida de México en 1810.
12
Los nombres de varias plazas lam-
Pinta, de Cuátlan, del Sanio Ecce-
la
homo, de
San Cristóbal, de
Sólito, de
Titiriteros, del Torito y de los Zopilotes,
Trabajo
tendría esos
identificar
el
que
intentase
nombres con
los
fia-
mantés que hoy llevan nuestras calles y callejas; porque algunos han acabado
parque
pequeñas industrias que tenían sus habitantes; no pocos han sido rebautizados al capricho ó con al
las
cifras cabalísticas,
que no pudieron ó
bien se han mudado. ¿Cuáles fueron
de Colgatongo, del Copado, de los
la
Mercedarios de San Pedro Pascual, de Vacas, de Tremiño, de los Viejos y
las
de Zavala? El
año de 1810 no había como ahora
hoteles suntuosos con elevadores, baños
y restaurants sólo
buena
La
.
entonces, como
mesones y
19
no quisieron retener nuestros contcm-
alojar á los viajeros
poráneos, y no muchos, han dcsaparecido por completo, al derrumbarse
de
manzanas enteras de
Acapulco.
sería aquello,
casas.
Tan
que sólo buscar
dilícil
la
sino-
Península por
y
el
ciudad de
dijimos, contaba
va
a posadas para que venían de la
puerto de Veracruz ó
América del Sur por
la
Allí,
la
de
vía
en esas viejas posadas
mesones, eran huéspedes
los
cole-
nimiade las calles que llevaban en 1810 los nombres de n y de la Monterilla
ó
Vieja, situadas en cuarteles distintos á
bachilleres o doctores; los curas que
•2."
los
que hoy ocupan
las calles del
mis-
giales
que
que cursaban en llegaban
para
la
Universidad
graduarse
de
caminaban leguas enteras persiguiendo
mo nombre, demandaría mucho tiempo
una canongía;
y engolfarse en los registros de anliguos planos y papeles.
jaban en pos de una Mitra; los comer-
La misma empresa y labor ocuparía que buscara en el Portal de Merca-
platas, procedentes de los minerales,
al
deres,
el
tanilla,
Cajón de D. Francisco Quindonde en 1810 estaban á la
venta los billetes de la Real Lotería; la
Tienda de Modas, situada en una de de San Francisco, en que un
las calles
Pedro Le Roy, expendía
francés,
las
tinturas de Girón para los dolores de
los
canónigos que
via-
cianles que traían las conductas de las
y los arrieros, que con tnucha frecuencia
entraban
en
México
con
de
recuas
muías cargadas de productos y mercancías del interior o de tierra caliente,
Apenas cjuedan hoy algunos de los mesones existentes en 1810. Sus nomsí los sabemos, y por ser pocos consignamos aquí, como memoria
bres los
cabeza; las boticas de Santa Inés, del
de cosas viejas. Las dos
Refugio y de la Esquina del Portal de Santo Domingo; las platerías, de las
llamaron de Atanasio v de Sinforosa,
mismo nombre con
calles del
sus apa-
muv
posadas se
céntricas ambas, pues estuvieron
en los
cuarteles
Mayor número
i
y
radores deslumbrantes por custodias.
Menor número
copones
taban rótulos más ó menos legibles ó
Valle, en
la
Arizpe, en _
,
y filigranas, y las Calvan y de Manuel del calle de Tacuba, y la de
vajillas
,
librerías de
la
,
los
nombres de Aldana, de Animas,
del
Chino, de
,
estos dalos los I. Todos México, tomos XII y XIII.
loiiu)
del
Diariu de
Los mesones osten-
historiados, en que podían leerse
Ángel, de
Monterilla'.
2.
los la
Cinco
Señores, del
Garrapata, de ,
la ,
Herra.
dura, dcl Parque del Conde, de Regina,
Cómo
era
la
Ciudad entonces.
Evan_
de San Vicente, de San Juan
de Santo Tomás, de San Dimas^
gelista,
de San Antonio, de San Cayetano, y los de cuatro que la fama ha callado sus
nombres, hayan sido éstos de santos ó de cosas profanas y vulgares.
Para
había
camino,
como
carros
bestias,
corrales
o pensiones.
Posaban
se dice ahora.
meras en
coches de
v
las pri-
cuadras 6 bajo los cober-
las
de tejados que había en los co-
tizos
que eran también hospederías de
rrales,
toda clase de vehículos rodantes. Tuvo
México en 1810 Vázquez,
el
nabé León, Granillo,
de
el
del Rosario,
—
sin
el
va
el
el
del
de Onorato
—
escrito
el
Parcialidad de
la
Crist(jbal, el de
Quesadas,
de Santa Barbara,
y los de Soriano'. Los barrios de
la Cal,
de Jurado,
el
Peralta, el de
el
de Ber-
de
el
el
de
San
de Rivera,
de San Pablo
solitarios, ó jugaban á la guerra y á pedradas. Esos barrios estaban pobla-
dos de miseria, de insalubridad y de incuria y no pocas veces eran teatros
la
Ciudad eran pol-
que había algún zacate anémico,
vacas escuálidas, rocinantes hambrientos,
asnos llagados; revolcándose en
los
pantanos
cebados
cerdos,
con
en que
escenas Jiorrorosas,
de
ensal)anados
tenorios
enfurecidos por
dos
<)
dos
ebrios
pulque, con som-
el
breros por escudos y filosos y agudos puñales por armas, se disputaban la vida
rasgaban
ó
cando
sus carnes enchar-
piso polvoriento de aquellos
el
abandonados,
sitios
en
había ni un policía
término
pusiera
ni
los
un
Solo
San
el
que
farol,
alumbrase
o
riñas vanales y sangrientas
barrio de
no que esas
'.
albarrada de
la
Cosme, era alegre y pintoresco,
con huertas y jardines plantados desde xvi por los primeros conquis-
el siglo
tadores y vecinos,
acueducto
el
(jue
y atravesado
conducía
el agup.
por de
manantiales de Santa Fe, con una
los
vosos, llenos de basuras; pastando en los
gabanse al rayo del sol, y muchachos harapientos, mugrosos y enmarañados trepaban en los pocos árboles, allí
de Nuestra Señora
de Ortiz,
como
//
el
el
el
de Fermín,
el
de Illescas,
Lechera,
la
Animas,
las
Andrea
corral de
de Basurto,
de los Carros,
el
el
de el
el
i3
luente
monumental en
la
garita de la
Tlaxpana y una Caja de agua en el crucero de las bocacalles de San Andrés, Santa Isabel y Puente de la Maríscala,
donde
remataba
aquella
arquería del acueducto, que junto con
inmundicias; y saltando entre las trancas de los corrales, o por encima
el
que venía desde Chapultepec hasta
la
luente del
de los techos de sus miserables casu-
ambos
chas
fabricadas de
gallos
de
la
(>
adobes,
erguidos
maternales gallinas seguidas
prole de vivísimos polluelos. Los
perros
famélicos
muladares,
moscas
;
husmeaban
poblados
de
en
los
asqueroras
léperos semidesnudos espul-
ii
/,(',.
del precioso líquido á los babi-
tantes de México en icSio.
Las calles y
las plazas estaban limi-
tadas por los inmensos
muros de
los
conventos de frailes y de monjas; por las cercas con arcos invertidos de los atrios de los templos,
en cuyos ángu-
muchas veces
levantaban altas
los Los datos que consigna el Diario estiin I. contenidos en el o|>iiscnlo impreso por D. Manuel Antonio Valdés, páj^'s. iS
Salto del agna, surtían
i.
Sobre
tomo
el
se
desaseo de la ciudad véase /12/I, y /i3o á /i35.
XIII, pág. 422 á
ol
Diario,
;
La Vida de México en 1810.
14
cruces de piedra, v por las fachadas de edificios
los
construidas
menos
ó
públicos ó particulares,
marcos
mu-
tejados
las
más de
tetzontle;
aplanado
grandes,
con
sostenidos
plomo
de
de
cubiertos
y
'.
usados en los siglos xvi y xvii nichos de santos y con
Todavía el año de 1810 la ciudad de México presentaba en casas, palacios, hospitales y conventos, modelos de cada uno de los estilos que en el curso
leyendas religiosas grabadas con letras
de tres centurias habían caracterizado
chas conservando todavía
el
de arabescos ó figuras caprichosas de estilos
con
otras
en alto relieve, y bastantes, que eran
la
habitación de hijosdalgo ó de títulos
teresco
de Castilla, ostentaban orgullosas los
tanto
escudos
de
su nobleza, esculpidos en
arquitectura colonial, desde hasta
pla-
el
de Churriguera que
el
predominó
en
siglo
el
xviii;
positivo lujo y derroche de imaginados
y fantásticos adornos. Apenas comen-
zaba Tolsa
hermosear
á
ciudad con
la
sus elegantes y clásicos edificios.
también,
Todavía,
memorable, en edificios, v
en
el
en
año
aquel
muros de algunos
los
centro de las plazas
podían verse fuentes públicas, alcantaS»!
rillas V
f'
chorros de agua, de donde se
proveían las buenas gentes de
ciudad,
la
donde podía estudiarse minuciosamente el legendario aguador con toda su indumentaria cuerima y trastos de barro, heredados de sus progenitores, y
los primitivos
de
aztecas
antigua
la
Tenochtitlan.
Y EL AGUADOR
todavía,
por
terios, se hallaban
magníficamente
piedra ó
las hojas de las puertas,
tallados en
herradas éstas
con sendos clavos y provistas de aldabones colgantes, que figuraban monstruos, crarras,
En
(>
último,
en
las
paredes de los templos ó de los monas-
rostros fabulosos'.
ventanas bajas y altas de las casas y edificios, y en los balcones, podían verse grandes rejas salientes. las
barandales de fierro legítimo de Vizcaya y cerrados miradores de cristales mas
Gomo puede verse todavía en las piierLas de Casa de los Condes de Santiago, situada en calle de Jesús, y en otras casas que perte-
esculpidas,
o
estampas, ¿gallos,
y
pendientes
farolillos
alumbra])an
imágenes pintadas
llamadas de
á
la
sazón
de
pies
de
cristal
que
se
con lámparas lacrimosas
de aceite, y ardían todas las noches, encendidas algunas á costa de un devoto, católico y observante.
Las plazas y plazuelas servían para bien diferentes usos. Rara era la que ^^^-.^
árboles,
más
rara la que contaba
I.
la
la
necieron á
ti
lulos de Castilla.
i.
ZJi'aWo í¿e í¥c'j-/co,
estampas del primer pasado.
tomo XIII, p;ig. 83, y algunas tercio y mediados del siglo
Cómo
era
con un jardín como ahora, y en
muy temprano
se instalaban
las
la
Ciudad entonces.
ellas
orde-
de
fachada, y
la
i5 de
cerca
la
llamada de Arista, un poco más
puerta al
Sur,
ñas de vacas, los sitios de coches, los
hubo otra puerta baja y angosta que
Domingo toda
servía de entrada á la Cárcel de Corte,
o en
departamento que ocupó el sitio en donde está actualmente la Secretaría
carros, y en la de Santo
clase de efectos c|ue en carretas
muías, llevaban
comerciantes
los
allí
para registrar sus mercancías y pagar al fisco los derechos en la Real Aduana,
que hacia de
el
oriente, y frente al Portal
misma
la
plaza, tenía sus oficinas
en amplio edificio
construido por
el
Tribunal del Consulado. Otras plazas, como
la
del Volador,
servían de mercado; la de
Factor, de baratillo
;
y
la
la
Cruz del
de Mixcalco,
para ejecuciones de justicia, cuando
no eran ahorcados o agarrota-
los reos
dos en
picota pública
la
de Hacienda.
En
parte superior de
la
puertas central y meridional, y á uno y otro lado, se veían claramente las
las inscripciones
Carlos
II
con los nombres de
y Felipe V, reyes de España,
y los escudos de la naciíin con los leones y castillos. Los balcones conti-
guos
al
baluarte de la esquina S. O. se
hallaban
con miradores de
cubiertos
mismo
cristales, lo
los
que daban
plaza que los cjue caían
á la
de
calle
á la
Meleros.
'.
A
la
derecha del Real Palacio, con
como ahora
vista hacia el Sur, erguíase III
La Plaza de Armas.
la
suntuosa Catedral, ya concluidos
la
sazón sus dos altas torres,
la
á
esbelta
linternilla de la cúpula principal y las
La Plaza de Armas o Plaza Mayor como de las dos maneras se le desicfnaba entonces tenía las mismas dimensiones que la actual, estaba limi-
—
—
tada por los les, el
pero en
mismos
edificios v porta-
centro de ella existían
el
monumento
á
Carlos IV
y
el
mer-
cado del Parián.
La
fachada
semejante
á
que arriba de otra
campana
que hoy
Todas
del
Real
de ahora,
la
caseta del reloj había
solamente
tradicional, distinta á la
se ve debajo del
las
Palacio era
la
nuevo
ventanas de los entresuelos
ostentaban grandes rejas como todavía
reloj.
existen
en
uno de
las
que
los lados
balaustradas de cantería y demás adornos que por ese tiempo le había
puesto
el
célebre arquitecto valenciano
Tolsa, y obra del sorios
mismo eran
los acce-
muy amplio cementerio
del
y
despejado atrio, limitado éste en los ángulos del frente por
las
cruces de
la
Parroquia de San Pedro y San Pablo y de Mañozca, respectivamente colocadas
hacia
el
Poniente
y hacia
Oriente, y rodeado todo
el atrio,
el
por
ciento veinticuatro postes de dos varas
de altura, colocados distancias,
á proporcionadas pendiendo de unos á otros,
ciento veinticinco cadenas
de
hierro.
Al pie de
la
gruesas y torre Occi-
dental, tangente á ella, podía contem-
famoso monolito del Calen-
Precisamente en 1810 fué ejecutado en la plazuela de Mixcalco un tal Anastasio Lora, que había asesinado á su mujer. Diario de México,
plarse
tomo
ángulo N. O., esquina de
I.
XII, pags. 373 ú Zjj.
el
dario azteca, y hacia
el
Norte, en
el
las calles
de
La Vida de México en 1810.
i6 las
Escalerillas
célebre
Capilla
Empcdiadillo,
y
de los
que adornaban en
En
la
Talabarteros,
su interior cuatro
escribanos públicos tenían sus notarías en cada una de las dos extremidades,
curiosos lienzos de asuntos bistóricos
cerrando
y tradicionales.
En
Del lado izquierdo del Real Palacio,
Diputación los
los portales de la
la
galería de la planta baja.
los de las Flores, sobre el suelo y ocupando los claros de las salidas, se
la
expendían variedad de baratijas que han
esquina; seguían después los Portales
desaparecido para siempre, como los
bacía
de á
el
Norte, viejas casas babía en
las Flores, y mediando la callejuela, continuación estaban las Casas de
Cabildo, cerrando
el
Portal de éstas
dos especies de baluartes en sus dos
extremos. Frente
al
Real Palacio, pero inter-
puesto enmedio
el Parití/i, los
Portales
muñecos de trapo,
típicos
de cuero,
montado en
caporal
escuálido
roci-
una cuerda, y todos ellos y otros más, mezclados entre otras mil baratijas, espejos,
y de libros, donde Diario, reimpresiones la Caceta v el
piedras
vendían también
toritos
nante; picadores, toreros y bichos de cartón, movidos todos por medio de
de Mercaderes, con alacenas de juguetes se
los
en grupos, con su
solos o
peines,
aretes
patoles
falsas,
colorines,
y
sartas de cuentas de vidrio
de
anillos
y
de corales
<)
imitados.
mismo
Va\ el
Portal de las Flores y la Plaza, entre el
en circunlcrcncia de
monumento de
Carlos IV y el mercado del Parián, bajo los arcos o al aire
resguardados bajo sombras de
libre,
petates
()
de viejos y desteñidos para-
soles, estaban en
1810 los evangelistas
o escribientes del pucl)l(),
leaban
pues
lo
que pendo-
mismo en prosaque en
cuentan
las
verso,
que eran
crónicas
poetas, y tipos de otras cataduras
diferentes
á
conocimos en mingo. listas, al
EL EVANGELISTA
de papeles
V
las
políticos
de
la
últimas noticias de
Península la
guerra,
caricaturas grotescas é iluminadas,
represenlaiulo ó á
á
A^apoleón y su Corte,
Pepe Botellas,
el
Rey
intruso.
los
muy que
Portal de Santo Do-
Muchos de
aquellos
evange-
sentábanse en un banco, frente improvisadas, caladas
las narices,
sobre
con
el
que tenían
Real Palacio, cubiertos con las som-
brillas
en
las
las rodillas,
teniendo
canino compañero y papel,
la
las gafas
escribiendo en una tablita
tinta
y
del oficio. Junto
los
la
á
su lado
canasta con
el el
demás chismes
veíase á
la
cliente,
de Calda blanca y i'cbozo colorado de bolita, narrándole sus cuitas, sus celos,
Cómo
era
EL parían y
Ciudad entonces.
la
í7
las CASAS CONSISTORL\LL.^
(De una litografía antigua mexicana).
amores mal correspondidos, acompañados los relatos de iras y de lágrimas, de ademanes elocuentes, que daban el tono para que el popular escritor, trasladase al papel, timbrado « con un corazón atravesado por una flecha », las confidencias de la mal corresponSUS
dida hembra, que una vez concluida epístola,
pagaba dos
la
cuartillas é íbase
camino de las cárceles de Corte ó de la Acordada, para hacer llegar al ingrato sus doloridas quejas,
mientras
los cJuKjiietas,
depuesto
al
mercaderes que habían Virrey Iturrigaray, por
haber sido afecto
anhelaban
la
á los criollos que Independencia en 1808,
y que intentaron realizar sin guerras y legalmente.
Parián era un edificio sin arte y constituyo un pegote en la amplia Plaza, en cambio el monumento á Si el
Carlos IV, con todos sus accesorios,
le
imprimía majestuoso aspecto y fué el mejor ornato que ha tenido la gran
éste
purgaba en una bartolina otras fechorías inspiradas por los dioses
Plaza.
Caco, Venus y Birjan'. El centro de la Plaza Mayor estuvo
puerta principal y la que era conocida entonces por Puerta de los
ocupado como ya se dijo por el monumento erigido al más bonachón de monarcas españoles y por el los Paridn, donde radicaba el comercio de
Virreyes.
Se hallaba frente entre
« Para dar más grandiosidad al monumento, se estimo conveniente al
construirlo, elevar cuatro píes v el
I.
Diario de
Me jico, lomo
XIII, pág. 26.
Real Palacio,
al
la
terreno
destinado
á
medio
contener
Estatua, y circunscribirlo con un
la
muro
La Vida de México en 1810.
i8
ataluzado de igual altura,
con un
filete
y una gran
terminado
dórico. Las primeras con basa y capitel,
plana de
y sin basa las segundas, « porque la parte inferior de ellas, desde los dos
faja
muro nombre
poco vuelo. El revestimiento del de
sillería dura,
conocida con
de donde viene.
muro
el
de su altura...
se
»
desviaba
del plano vertical con suave inclinación,
era elíp-
terminando con una castela inversa, que recogida en forma de voluta, « para
apenas sensible por su excentri-
cidad, pues el eje
tercios
lugar
el
»
La figura que ceñía tica,
el
por ser éste
de Culhuacan,
mayor medía i36 varas
apear mejor
las pilastras »,
en
las
descansaban vistosos jarrones etruscos
modo de remate.
y ii4 el menor, presentando por consiguiente un aspecto casi circular. El
á
pavimento que cubría su área estaba
hierro, pintadas de negro y de
formado de labradas baldosas,
labor,
distri-
que
Las hojas de
grandes puertas de
las
buena
de curiosos enlaces y adornos dorados, formando su remate otros
buidas en variados y bien entendidos compartimientos, sirviéndose para for-
adornos, cuyo centro ocupaba un óvalo,
mar
con
cadenas y sujetar el enlosado de sillares de cantería. El área extensa las
monumento
del
tenía desagite, pues se
elevaba dos pies y medio más que circunferencia, rodeada ésta de una
la
banqueta de tres varas de ancho y con una altura de seis pulgadas, con sus coladeras respectivas para
agua, di-
el
raba á raíz del piso de banqueta, como
las cifras iniciales del
Virrey Mar-
qués de Branciforte, con su Corona
Marquesal, todo de bronce dorado, y en cada puerta en chapas de bronce,
también dorado,
se
leía el trisagio
de
Sanctiis Deas, etc.
Al lado de cada puerta y en exlcrior había dos garitones á
la la
parte izqui-
parapeto ó antepecho, una balaustrada,
erda y a la derecha, y junto de ellas en pies de madera faroles ([ue se encen-
con postes de cuatro en cuatro varas, sosteniendo alternados uno grande y
dían todas las noches y que estaban sujetos en arbotantes de hierro,
otro
mediano,
vistosos
jarrones
fuera de
bella forma.
Fuera del muro dé
la
Plaza,
se
Plaza,
espaciosas
calles
banqueta,
con
de más
la
deado de diez y
formaba
unidos con
carón en cada frente que arrojaba con-
treinta
ti
unamente agua sobre vasos etruscos. El pedestal de
el
centro de
la
Estatua estaba en
la elipse,
sobre un emba-
extremidades de los ejes que
samiento de planta octagonal con un
monumento,
diámetro de trece y media varas, formado de dos gradas cuyo peralte medía
la
elipse
del
había simétricamente
situadas
puertas que daban entrada la
seis postes
por
ancho, y de sesenta la que conducía al atrio de la Catedral. las
estaban
zócalo de ocho varas de diámetro, ro-
varas de
En
fuentes
levantadas sobre un
misma
éstas
de
hermosas la elipse,
cadenas, y entre cada fuente o pila, se levantal)a un pedestal, con un mas-
giiardaruedas,
de las aceras de
comunicada
y
otra <»
del piso
nivel
al
\
veía
defendida con postes io-aal a las
Cuatro
de
á la
cuatro
plaza de
*J
pulgadas cada una y construido de
Estatua, formando sus pies derechos
piedra negra de Culhuacan. Encima se
orden
levantaba un zócalo de piedra de Chi-
pilastras
y
contrapilastras
de
Cómo
era
la
Ciudad entonces.
de media vara de altura y adornado de molduras labradas, sobre el luca,
cual
asentaba
que rodeaba
el
al
enverjado de hierro
pedestal. La altura de
de dos varas y media, con balaustres imitando una pica o lanza
19
jaba
al
mármol de Carrara, combinado
con
el
color rosado
Sincotel,
de
la
piedra de
de que eran los campos ó
fondos del dado, que tenía en cada uno cuatro frentes una lápida
éste era
de sus
con su moharra en
cinco tercias de altura, y poco menos de ancho, conteniendo repetida con
lo alto,
también de
figura octagonal, y tenía una pilastrilla en cada ángulo labrado de piedra de
cantería,
que servía para
afianzar
letras la
de
de bronce dorado con oro molido,
inscripción que sigue
:
el
enverjado y soportar un jarrón de hermosa hechura v forma.
A.
CARLOS.
IV.
EL BENÉFICO. EL RELIGIOSO. REY.
Sobre
el
zócalo había cuatro gradas
circulares de
un
pie de alto cada una,
con su bocelón y filete, y encima de ellas asentaba el pedestal de la Estatua,
de forma casi elíptica en
la
planta. El
zócalo era de Chiluca, color las
molduras de
DE. ESPAÑA. Y. DE. LAS. INDIAS. ERIGÍÓ. Y. DEDICÓ.
la
basa de
la
plomo
:
ESTA. ESTATUA. PERENNE. MONUMENTO. DE. SU. FIDELIDAD. Y. DE. LA. QUE. ANIMA. A. TODOS. ESTOS. SUS. AMANTES. VASALLOS. MIGUEL. LA. GRÚA. MARQUÉS. DE. BRANCIFORTE. VIRREY. DE. NUEVA. ESPAÑA.
cornisa,
AÑO. DE. 1796.
los adornos de su dado, las pilas estria-
das de los ángulos, todos de piedra de sillería,
cuya blancura y grano seme-
EL MONUMENTO DE CARLOS
Coronando cada lápida
se
veía
un
medallón circular representando cada
IV (De
un gfiíbado antiguo).
La Vida de México en 1810.
20
una de las cuatro partes del Mundo. La América tenía el lugar preferente; seguía Europa á la derecha, el Asia á la izquierda y en
la
parte
posterior
le
sus matronas ne
África, simbolizando
expresiva actitud,
que
ras
tiendas y accesorias, abrían
:
puertas
comercio; pero
al
sus
las tiendas
entonces no eran lujosas como ahora, ni tenían
los
de grandes
aparadores
que tienen hoy.
cristales
todas
Las boticas con frascos de vidrio y
Monarca español. El pedestal medía siete varas y media, adornado en sus lados mayores con
con tarros de barro, eran bien mo-
bella y
sostenían
al
trofeos de guerra, v otros de
nmy
fina
y oportuna elección repartidos en los
cuatro frentes, todos de bronce.
El Rey
se la
la
y
monumento. El Rey va á caballo, vesá la heroica, empuñando con la diestra el cetro en ademán de mandar un ejército. El caballo camina en actitido
tud de andar pausadamente,
izquierda y
la
izquierda,
para
paño,
sujeto
cruza
el
levan-
frente
con
la
del Rey, cuyo traje ó
sólo
una
en
un
una banda
con
pecho,
de
y
tiene
ofrande o
que
ceñida
hermosa corona
le la
de
'
diferente:
los
obscuros,
armazones de madera
;
tenían toscas los estanquillos
de puros y cigarros, carecían de los escaparates y de los pavimentos de mármol ó mosaico que tienen las mo-
dernas tabaquerías
;
las
barberías de
grandes espejos y de los cómodos sillones que ahora ostentan. los
Fábricas de chocolate había muchas,
pie de-
que haya contraposila
adorno consiste
laurel. »
«
el
cabeza inclinada hacia
ción exacta con
cajones
muy
el
recho, con
as-
feos y
de todo
mano
mostrador, presentaban
ropa,
sin los accesorios artísticos
la
el
pecto
hoy, aunque situada en otro lugar
tando
cadas en
puede ver todavía
del
ta-
sus piqueras para la venta de licores y grandes balanzas metálicas colo-
habilísimo
estatua
como
Tolsa, tal
das en 1810 de pulpeiia, con sus
pancos repletos de pilones de azúcar, sus
representado en
estaba
hermosísima
destas; las tiendas de abarrotes, llama-
porque
nuestros
abuelos
se
desayu-
naban con chocolate, tomaban chocolate
á
la
hora de
chocolate en chocolate
No
á la
la
siesta,
bebían
merienda, y cenaban hora de acostarse.
la
México entonces grandes salones de billares, pero sí trucos, con mesas tapizadas de paño verde y construidas de palo blanco; no había restenía
taurajites, sino fondas ó almuercerías
IV
en
las c[ue servían platillos á la
del país
Las casas de comercio. Los cafés
:
arroz á
la
usanza
valenciana, huevos
estrellados, puchero, asados de pollo,
y Napoleón.
chiles rellenos y mole de guajolote; ni
Fuera de calles
la
Plaza
en
las
más céntricas y aun en las más donde los espaciosos muros conventos no ocupaban las ace-
lejanas, en
de los
Mayor,
contaba joyerías numerosas, que sazón
lo
donde con su visto de á la vista
I.
Gaceta de México.
á la
eran solamente las platerías, artífice a la puerta,
pro-
soplete, martillo y yunque, y de todo el público, fabricaba
preciosas filigranas, ricos cálices, so-
Cómo
Ciudad entonces.
era la
21
ni pastoral de
Obispo ó
herblas custodias y espléndidas vajillas
inquisitorial,
de plata
Arzobispo, que no fulminase en contra
ii
oro.
como ene-
suya tremendos anatemas,
más abundante entonces, pues los liabi'a lo mismo en los portales, que en las calles más inmediatas á la Plaza o en los barrios más apartados,
Y
lo
migos del trono, del potestades de
las
altar y de todas
la iglesia.
eran los cafés; centros de reunión de
Es raro no encontrar alusiones á los odiados Bonapartes, cuando se Ícenlos
escritores, de militares, de clérigos, y en general de gente ociosa, que iba á
discursos eclesiásticos de
para
ellos,
beber
tomar dulces ó
natillas, los
versos,
los
folletos,
la
los
época. Es
en unos verdadero odio; es en los más,
negro liquido,
el
los
libros,
más paci-
un odio
fingido,
retíirico,
imitativo;
los menos viciosos; v los políticos, á componer el mundo, levendo y comen-
un odio nacido á veces, es cierto, del más sincero patriotismo al considerar invadida la madre patria; del más puro
tando diarios v gacetas, en voz
sentimiento,
fieos;
jugar
á
malilla ó al
la
tresillo,
alta, á
considerar
al
ultrajadas
creencias religiosas; del temor
más
veces en tono destemplado, cuando los
las
imprudentes defendían ideas nuevas, ideas de independencia que ya no se ocultaban; ó cuando exaltados
fundado al pensar que se iba perdiendo el dominio español en las Américas,
criollos
barrenado por
realistas,
hacían panegí-
por
ricos hiperbíUicos del
Rev Fernando,
invitaban
chaíjiiclas
<»
amado, el deseado, el católico, el cautivo », porque los buenos españoles « el
los agentes secretos
proclamas napolecmicas
las
colonos para que fuesen
á los
libres. '
Y
nacidos del miedo
esos odios
habían forjado un semidi()s del ídolo
lejos de los odiados personajes,
más monstruoso,
infantiles é inocentes,
Pero
lo
que
falso
y repugnante,
en los cafés hacía subir
las voces hasta el grito, era el disputar
sobre Napoleón
hermano tuían la
el
;
porque Napoleón y su
José, el
Rey
intruso, consti-
tema de toda plática y atraían
atención
pública
en
México.
No
había poeta ramplón, que no les disparase un
soneto injurioso ó un epi-
grama sucio; no había predicador que en los pulpitos no los presentara como entes
diabólicos
infierno, y
satánica; tero
que
vomitados
por
el
como modelos de impiedad no había periodista o gaceno
los
llamase
«
crueles,
tiranos, ambiciosos », y no había edicto
(')
que
saban daño
á
éstos,
y
eran
porque no cauni
en los
cafés
pasaban de disputas más ó menos acaloradas. Esos odios no apagados y sí avivados por ó por
dentes
las
autoridades
los
peninsulares
impruorgu-
embargo, otro odio más temible, «n odio real, que liosos, acrecentaron, sin
en 1810 iba tadora ciosos
:
:
el
á
hacer explosión devas-
odio
que para
á
los tiranos y
ambi-
los criollos, mestizos
y demás castas del Reino de
mismo
la
Nueva
que aquellos déspotas ó dóciles gobernantes se liamaran Napoleón o José Bonaparte, que Fernando VII ó Carlos lY. España,
lo
era
CAPITULO SEGUNDO TIPOS, TRAJES Y
iban de una
I ,
¡De 1810
á
1910, cuánta ha sido
transformación de del
la
'
la
de arrieros, de estudiantes o de indivi-
ciudad de México,
dúos, célibes y sin familia; los chisporrolcos de lamparillas, ante las estam-
México que alcanzaron
á
ver nucs-
pas de imágenes de piedra; los ruidos
Cuántas cosas de ese México, del
México de hace un
siglo,
han desapa-
recido para siempre! Los
acueductos
de coches y carretas,
empedrados
alegres en
las
de Santa Fe y Chapultepec, de arcos
las
pestes
y que remataban en fuentes hermosas y monumentales; las fuentes piíblicas embutidas en los muros de los edificios
la
construidas en
plazas;
las
ángulos de
ciuces los
rogativas <)
mares
turbulentos
reinas,
de
arzobispos ó virreyes
Todo
ha deraparecido en
la
caridad privada,
:
infantes,
pausadas, cuan-
esto, y el
más, poco
poco
de una centuria; largo para nosotros,
pero brevísimo segundo en
lechos ocupados por gente pobre y dolorida; los hospicios de niños y niñas,
período de los tiempos...
Y
si
de
las
que abandonaban sus padres, ó huérfanos porque la muerte se los había
mos
á
la
gente
los hospicios, donde se hospedaban misioneros que habían predicado en lejanas provincias, o que
á
largo transcurso
de largas galeras en donde se veían
arrebatado;
de
al
queda...
que fundaba
o
descanso y lentamente imponían silencio con el toque de la
do invitaban
santos barbudos ó mitrados tales,
de monarcas o
príncipes
milagrosas vírgenes, castos patriarcas, los hospi-
sufri-
fúnebres en los
:
los
;
hambres, la flota ó
nao de Cliinn, pudiese haber
de piedra en
representando
de
do alguna tormenta ó naufragado en por muertes
las esquinas de las casas,
campanas,
suplicantes en
públicas,
dobles,
plos; las esculturas de los nichos, en
las
por temores de que
las
cementerios de los tem-
;
fiestas,
centros de
los
rodar en los
al
paleolíticos
toscos, destilando agua por las grietas,
ó
la
.
tros abuelos! ¡
por negocios de
á otra
orden; los mesones y hospederías de f j caminantes ocupados en el comercio,
A AOAn La indumeníaria de 1810. T
.
COSTUMBRES
el infinito
cosas inanimadas, pasa¡
cuántas transforma-
cíones en un siglo! ¡qué cambios tan
completos
en
trajes
y
costumbres!
¡qué metamorfosis en los tipos populares!
Tipos, trajes y costumbres. Todavía conocimos
muchos
á
viejos,
restos vivientes de aquel antaño, que
23
eos portales, brindaba en jicaras ó vasos cristalinos,
aguas
frescas,
dulces
y
desmoronarse en 1810 con
comenzíi á
de libertad, lanzado allá en la o Cuando esos parroquia de Dolores
el ffrito
!
buenos
como
y venerables
rugosos
viejos,
ahuehuetes canosos de heno,
los
referían cosas de su niñez á juventud, les parecía oír las
voces de
las
entonando sus cánticos bajo
monjas,
las b<')vedas
de los coros conventuales; se imagina-
ban ver á los frailes de cerquillo ó calala capucha; á los vetustos alabar-
da
deros de
en
la
guardia del Virrey, creada
remota
la
i568; á
de
fecha
los
orgullosos y estirados oidores, de goy garnachas, v á los temidos y crueles inquisidores, con sus veneras lillas
en los trajes;
á los
doctores de
la
Uni-
versidad con capelos y borlas, blancos, verdes, rojos, amaiillos v azules, según fueran «raduados en teoloffín, en dere-
cho canónico, fía
;
civil,
medicina o fdoso-
abogados con
á los
con
escribanos
las
las
togas y á los
capas
y tinteros
portátiles, de encorvados cuernos; á los
alguaciles con las vacilantes linterni-
Uas V
altas varas,
las
mando
á los
;
cargando en
pollinos,
portadoras gallinas
ínsi";nias
<)
de su
legos en pos de pacíficos las
de limosnas,
angarillas,
manojos de
de pollos, frutas, sabrosos
quesos ó tortas de pan blanco, caliente y apetitoso...
Todavía hace pocos años vivían muchos que alcanzaron los tipos supervivientes al año secular de 1810. ,Pero,
ahora, en dónde está
la
china poblana
LA CHINA
de enaguas bordadas con lentejuelas, raso verde o blanco en las caderas, y rojo castor en el resto de la fakla?
aromáticas, de limón, naranja, pina, o
¿Qué
sedientos traunsentes, sofocados por
el
estación ó rendidos por
el
se hizo la escanciadora incitante,
que en
los floridos puestos
de los arcai-
de chía con calor de
la
horchata, para calmar á
La Vida de México en 1810.
24
cansancio de andar en las procesiones ó de visitar los
monumentos de
mana Santa? ¿Por qué ya no en
se
la
Se-
escucha
pregón de las alfajorecharamusqueros; el lento
las calles, el
ras y de los
y gangoso anuncio de las
horno quillas
»
;
el
ronco
ofrito
cabezas de
«
de
las
dos ros-
y un mamón, que en la Semana el mercader ambulante,
Mayor lanzaba
con una larga tabla en espolvoreadas ¿
con
<)
azúcar
Yel chillido estridente de
sebera, prorrumpido
cabeza, re-
la
pleta de obscuros panes
la
modas de principios
últimas
las
La miseria y
siglo.
léperos y nobles, y la sencilla indumentaria de indios aborigénes y de petimetres afrancesados, se codeaban
en
las calles,
en las plazas, en los tem-
La azteca de falda enredada, de
plos.
de quesquémil, con
huipilli y
de
taca
medio
de
túnico
de pelo enmarañado, con
mantilla y
solferina?
á
un poeta
asquerosa
:
Yo no se, Clori hermosa, cómo en tu delicadeza
las
zaguanes, con gran espanto de los
Mas va
ni-
lo sé la mollera cargada con tanto exceso, lejos de serte de peso te la pone más ligera 1.
ños?
Todos estos tipos que existieron aún después de consumada la Independensaqueo del Parián, de
los pasteles, eran
de
tantos cintajos y adornos, que hizo decir
sufres sobre esa cabeza tanto moño y tanta cosa.
la
curru-
de roscas
enmedio de
revolución del cobre o de
la
paso,
vías públicas o en los dinteles de los
cia; antes del
del
ostentación de
la
Podíanse ver aún en 1810,
la
guerra de
numerosos en 1810;
:
casacones
bordados,
colores crudos rojo
las
los viejos
chupas
de
amarillo, y las
(')
pero hoy nos parecen fantásticos, extravagantes, caprichosos, exóticos, porque
empolvadas pelucas de
coleta, en
los
hombres
amponas,
los
en este Siglo de bicicletas y automóviles, de aeroplanos y dirigibles, se les
v los peinados
desconoce y se borran para siempre, como todo lo nacional y propio.
y corpinos ajustados
Trajes civiles y religiosos.
—
del insurgente
diversidad de íormas y de
cortes, de colores y matices, de calzados
y sombreros, presentaban todos aquellos tipos el año de 181 o! Era aquello
un guardaropa de vetustos
trajes del
pasado con flamantes vestidos del presente. Las
í/c í7'/?^í//T¿
de abeja,
monumentales, en
las
Ahora eran de verse, en señoras y señoritas, los túnicos negros de seda,
mantillas
de
sargui
de
Málaofa,
de Francia, de listones de raso angosUni-
formes del ejército realista y
modas anteriores
lución Francesa, se daban
;
damas.
las
Y qué
faldas
guarnecidas de terciopelos o de blondas
II
i
las
la
á la
to o
landa y de estopilla lisa; las levitas negras de paño de primera, con alamares; las casacas negras
botones
amarillos;
ó azules,
los
chalecos
con
de
cotonía de rayas moradas ó blancos y lisos los pantalones azules, de cotonia ;
ó de casimir; las
Revo-
mano con
de blondas inglesas y anchas-. Fn
seilores y señoritos las camisas de Ir-
medias tomo
1.
Diario dv Méjico,
2.
Ídem, idcni, tomo XIII, pág.
infflesas o
XII, pág. 457. 12.
de
.
25
Tipos, trajes y costumbres, hilo
de seda, rayadas,
las francesas
(')
blancas ó
roj
diadas
'.
La plebe, léperos, mestizos, mulatos. c/iinos ó coyotes, andaba casi desnuda.
y ricos hacendados, iban caballeros en hermosos cuacos. Estos con mantillas
más
ó
menos
costosas, con sillas llama-
das vaqueras, sencillas,
con ribetes
<)
de plata incrustada, ó de pelo josco, amarillo
negro;
y
con
guarniciones
coloradas, bordadas de pita de plata y
blanca; las cabezadas del freno y bozalillo, guarnecidas también de plata ;
anqueras, largas y colgantes de y piel curtida con campanillas ó de pelulas
das pieles de chivos, bayas ó negras. El jinete, de traje abigarrado, chaqueta, y calzonera de
gamuza
:
cacldrul con
botonadura de plata, ó chaparreras de zalea pelosa de chivo; espada al cinescapulario y medalla, pendientes del cuello, sobre la descubierta camisa,
to;
blanca ó de color, de manta ó de cambray;
botas
espuelas de
de
campana, con
metal fino ó
ricas
de hierro,
pero grandes y labradas; la cabeza, abrigada á modo de montera, con
pañuelo de aguas, aquí llamado paliacates; y el sombrero ancho de copa re-
donda y
baja, ribeatado con
cinta de
seda sencilla, ó de galón de plata ú oro,
con toquillas de cordones de seda,
LE RANCHERO
hilo,
plata ú oro, según la fortuna ó gusto
como
panaderos,
los
sólo
con una manta cuando salían ó iban á la misa; sin
como complemento se hombro la manga ó el sa-
cubiertos
del dueño, que
á la calle
terciaba
embargo, aunque
rape
al
^
por excepción, los había con camisas v calzones de manta trigueña; con cal-
El clero alto y ostentoso, que disfrutaba de rentas y sueldos pingües, ves-
zones cortos de cuero* amarillo y medias de algodón; con chaquetas de indiana
tía
y calzón hasta las rodillas y de pana;
sas por el metal y pedrería, no siendo raro que hasta en las hebillas del cal-
capotíMi negro y
sombrero de copa de
los
con lujo y riqueza, pues aparte de buenos paños, portaba joyas valio-
los
zado hiciera derroche de perlas y diamantes finísimos. En cambio el clero
rancheros del Bajío, los bonachones
bajo, que vivía en los pueblos, en los
bacín
Los
'-.
campesinos
interior,
mismo tomo, pág. i5(j. México, tomo XIII, piígs. uo y 88.
I.
Idi'ni, idciii, el
a.
Diario
del
I.
vista
Para hacer esta descripción he tenido á grabados antiguos de la época.
la
La Vida de México en 1810.
26
ó en las aldeas, los curas pobres y humildes, que subsistían sólo de limosnas voluntarias ó de aranceles mezquinos, vestían, en general, zapa,
Los trajes especiales de algunos eran
villorrios
tos corrientes,
calzón corto, chupa y
chaqueta de un género de lana que
como el
modo de
á
pertiguero de
uniformes. Los tenían, Catedral, los mace-
la
ros de la Universidad Pontificia y del
Ayuntamiento; y los colegiales con su manto y beca, de colores distintos, según fueran del Seminario ó
Ilustre
de Letrán, de Santos ó
de San Ilde-
fonso. Los clarineros y timbaleros que salían en el famoso paseo del el dia
Pendón,
10 de Agosto de cada año, iban
montados en sendas muías, con trajes y con los escudos de México
típicos,
en los timbales y en los clarines. Los Regidores de la Nobilísima Ciu-
dad usaban en
las
ceremonias solemnes
casaca y calzón azul, collarín, vuelta y chupa blanca y solapa del mismo color,
por privilegio y distinción de las otras ciudades; bordado todo al canto, y en
pequeño unilorme galón de oro y con una corona y leyenda que decía « Imperial Ciudad de México ». El ejército de la Nueva Lspaña se el
bot('>n
'
:
por
distinguía
Desde
el
su
vestuario
Virrey, que era
el
vistoso.
Capitán
General, hasla los Mariscales de
Campo
y Brigadieres, llevaban lujosos uniformes de paños de primera, ricamente
bordados con hilos de oro El
Capitán,
Cabos y
constituían
EL TAMnoRn.Eno (De una acuarela de la Bibliotnca Nacional de México).
venía de China, llamado Rompecoche. capote de paño negro, sombrero redon-
bastón
do y cn
el
dalo"0 I.
nota
grande
para
apoyarse.
que usó casi siempre pueblo de Dolores el Cura Hi-
Este traje fué
el
*.
Alanian, Ilisíoria de México, lomo 1% pag. 354, II.
los
Virrey,
fino.
Subteniente,
los
tres
veinte Alabarderos, que
la
Guardia del Excmo Sr.
vestían casaca ó calzón azul,
chupa y vuelta encarnada, botón y alamares de plata, v los Oficiales galón en las costuras
".
Los Cuerpos Veteranos de Infantería usaban unil'ormcs compuestos de casa!• Calendario Manual y Guia de I'urasteros en México, para el aiio de ISld, por Don Mariano Ziiñiga y Ontiveros, pág. io5. 2. ídem, pág. 178.
Tipos, trajes y costumbres, celeste;
las
encarnadas; el
y
27
vueltas
solapa
y
chicas,
botón blanco,
el
pantalón de lienzo, por
el
caluroso de
redondo,
el
la
región, y
de copa
alta,
chupín
temple sombrero con una ala el
levantada, y su correspondiente escarapela \.
Los uniformes del Real Cuerpo de Artilleria fueron los mismos que usaban los soldados de
Regimientos
la
Península. Los
Veteranos
de
Dragones de Caballería, unos llevaban casacas y otros chaI.
Guia
(le
Forasteros,
ya citada.
EL f;LAHINEi:0 (De una acuarela do
la Biblioteca
Nacional de México).
cas y chupas, azules ó blancas, y calzón corto
de los mismos colores, distinguiéndose por los
botones blancos ó dorados, y por el color de las vueltas, collarín y solapas; por esto el pueblo llamaba « los verdes », á los soldados
Nueva España, que usaban vuelta verde sobre casaca blanca « los del Regimiento de la
;
colorados
«,
á los
del
de México, por llevar
vivos de este color; y « los morados », ¡i los del de Puebla, pues morados eran el vivo, el collarín y la vuelta de sus casacas blancas
'.
Distinto fué el uniforme del Batallón Fijo de
Veracruz, pues I.
la
casaca
Alaináii, llisloria de México,
era tomo
corta
]",
p;ig. 78,
y
azul
nota 58.
UN GHANADEIÍO (De una acuarela de la Dibliotcca Nacional de México).
;
La Vida de México en
28
i
(Si
o.
quetas; unos chupas y otros chalecos unos pantahhi con medias hotas y
toresca por
otros calzón corto con medias; capas
los colores chillones
sombreros
todos, y
galones
al
de
rededor de
alas
cortas,
copa, y plu-
la
mas. Los colores predominantes, como en
la
infantería, eran azules, encarna-
dos y blancos. Las Compañías Fijas de blancos ¿pardos, según
que pertenecían
á
los
la
raza ó casta
soldados, que
existían en las costas del Norte y Sur de Nueva España^ usaban el traje pro-
pió del país, distinguiéndose del paisanaje fijas
por en
las
el ala
escarapelas
encarnadas
levantada de los sombre-
ros redondos, v por las
Armas Reales
de tirantes cuerdas; era cliusma pin-
de sus trajes, que confundidos dejaban percibir, empero, las casacas azules
i-egimientos
los
en los que resaltaba
madas de
la
Nueva España, y chusmas
de caporales, de mayordomos y de peones de las haciendas de campo, (|uc se habían unido voluntariamente á los jefes
de
la
independencia
— como ya
nacional.
las
modo de escudo
ó enseña,
imagen querida de todos,
aquellas turbas de criollos, mestizos é
/v//, á
soldados c|ue
los
Virgen de Guadalupe, venerada por
la
Jiménez y demás caudillos de 1810, no un ejército, pues era propiamente tropas unifor-
á
la
moción
él,
y
peonadas de
Saltillo; los guiones y banderas, gualdas y rojas, de los cuerpos, y los estandartes improvisados, azules v blancos,
por Hidalgo, Allende, Aldama, x\basolo,
á las
pronunciados
haciendas; los capotes militares y las mangas ó sarapes de San Miguel ó del
indígenas.
mezclados iban en
de los uniformes de
rojos jorongos de las
que en un pequeño escudo tenía la manga derecha de los uniformes '. El ejército insurgente improvisado
habían pertenecido
misma desigualdad de
la
Cuando
el
ejército ó
en Acámbaro, se hizo
nombrando
«
Generalísimo,
á
chusma estuvo
allí la
al
gran pro-
Sr.
Hidalgo
Allende Capitán Gene-
Balleza, Jiménez, Arias y Aldama,
Tenientes Generales y á Abasólo, Ocón y á los dos Martínez, Mariscales de
Campo,
«
con cuyo motivo hubo misa
de gracias y 7eZ)ew/72, repiques y salvas, y después se pasó una revista al ejército ». Entonces ya los jefes insurgentes usaron uniformes especiales.
dijimos
Hidalgo, como Generalísimo, llevaba
campesi-
nos semi-desnudos ó vestidos de cuero,
vestido azul con collarín, vuelta y solapa encarnada, con un bordado de
calzando botas de campana o ¡niara-
labor
ches, con sombreros anchos de palma ó de fieltro, entoquillados ó galoneados;
tahalí negro,
Perola
talc/i/zs/wr/
en otro libro- — formada de
lo
los
muy menuda
de
plata y
oro;
también bordado, y todos cabos dorados, y colgada al pecho
y armados de toscos chuzos y garrotes, de encorvados machetes y largas picas
una imagen de oro de
ó lanzas, de viejos arcabuces ó airosas hondas, de flechas voladoras y arcos
El uniforme de Capitán General, que vestía Allende, consistía en cha-
queta ídem, pags. i8i á 192. Fulgencio Vargas, La Insurrección de ÍSIO en el Estado de Giianajuato, Prólogo, pags. ik y i5 1.
2.
la
Virgen de
Guadalupe.
azul, collarín,
solapa
vuelta y
encamada, con galón de plata en
las
cOSturaS, \ Un COrdón en Cada hombrO, que dando vuelta en circulo se juntaba i
1
1
1
•
1
Tipos, trajes y costumbres. por
con
debajo del brazo,
Ijorla
colcrando o
hasta
el
botón y
medio
del
tres «jalones de Coronel,
muy
angosto.
Los
tenían insurgentes o
muslo. El
29
mismo
uniforme
tenían
los
que
las
uno bordado
demás oficiales mismas divisas
los del Ejército realista
^
Tenientes Generales, los Mariscales de
Campo y los
los Brigadieres,
señalándose
primeros porque sólo llevaban un
cordón
á la
derecha, los segundos
á la
Relación que liizo al Virrey Venenas el I. Coronel D. Die^o García Conde, de todos los sncesos ocurridos en el ejército de Hidalgo desde el día 7 de Octubre... hasta el 1 de Noviembre (de
izquierda, y los últimos, á
más de
los
1810).
mero
18,
—
pags.
Alamán, tomo 5()
y Co.
I,
Documento Nú-
!
CAPITULO TERCERO CURRUTACAS Y PETIMETRES
Pero
los tipos característicos, típicos
caudal de su peculio. Poco les impor-
del año de 1810, y de sus inmediatos
taba
que
trapos y habitudes. Preocupábanse sólo en inquirir el valor y mérito de un
le
precedieron
fueron las
v
sucedieron,
madamas que
vestían á ¡a
nombres de
devnier, conocidas por los «
petímetras,
currutacas
pirra(jui-
tas », y los señoritos sus
llamados también tacos y petimetres
«
y congéneres,
manojitos, curru-
de santos
v
autores profanos,
hubiese
suspiro, calcular
una
de
mente
censores
el
minuciosa-
las
(c
y bordados del motrices vueltas del aba-
y todos aquellos pormenores y las hacían recomendables
minucias que á
de pirrocos y petimetres. les dolía que las llamasen « locas »,
los ojos
No
publicaron en diarios y gacetas v en diversos impresos^, sobre los trajes
pues
y costumbres de aquellas señoronas y
á girar
de aquellos señoritos!
soslavo, á torcer el cciq/iito,
se
Las currutacas, saron
mismas confe^
ellas
públicamente
sus
pecados,
diciendo ingenuamente que no habían
las
formas del
las filigranas
velilo, las ))
sus
medio paso,
cintas para el zorongo,
nico
de
precio inestimable
analizar
sonrisa,
los túnicos de
zapato,
».
¡Válgame Dios! ¡Qué sátiras en verso, qué morales discursos en prosa, qué sermones tan edificantes y qué edictos tan empedrados de citas y textos
que
que
near
locas » habían sido sus
«
enseñaron
las
«
á
madres
hacerla cortesía,
sobre los talones, á sonreír á
al
conto-
cuerpo y darse toda la prosoque las hacía tan apreciables
el
popeya
))
mérito
y tan gratas en la sociedad de currutacos y manojitos Si bien es cierto que muchas petí-
sería granjearse el aprecio público, con
metras vestían honestamente basquinas
nacido ni para esposas ni para madres
de
la
familia;
que su
principal
brillantez de su exterior en modas,
dijes y
demás chucherías
c|ue llevaban,
pues su genio y carácter desventurado no les permitía ni coger el punto de
'
de tafetán, con guarniciones de terciopelo y blonda sarfífa,
ciopelo
al
canto; mantillas de
con íxuarnición del mismo ter;
basquinas de largo fleco guar-
una media. Sus ocupaciones favoritas eran las últimas modas,
los afeites
aumentar con nuevas gracias
el
y
fjran
I. Carta re una señorita. Semanario económico de México del Jueves ii de Enero de 1810, pags 12 y siguientes.
Currutacas y Petimetres, de
neciclas .
terciopelo
blondas,
y '.
-
,
<'"» 1"» tunicos estrechos,
y "
.
y za|>atos de colores,
,
mantillas de antolas, 6 blancas y airosas de anchos llecos, las había tam-
basquinas de red y
bien que usaban
mantillas transparentes... Aquí estaba lo
pecaminoso
solicitan
compradores
de sus deshonestos pechos....
y en oíros versos que llevan el título ^^^ Consejos de una madre á su hija
'.
Más aumentaba lo
3i
pecaminoso con
lo
censurado por moralistas, en prosa
y verso, en periódicos y pastorales y era
basquinas
muy
escotadas por
espal-
la
da, con los senos v los brazos
Tal
dos.
costumbre porque
Prelado,
concupiscencia,
almas
»
:
obscena costumbre de llevar
la
;
del corte
a »
vestido,
y de
la
desnu-
la
condenó
era
incendio
que abrasaría «
en que
tela
la
el
de las
«
calidad
estaba poniendo
delante de los ojos, aunque fuese encu bierto, lo
pudor
-.
que no permite nombrar
•
el
»
Deben
de
haber
sido
demasiado
crudas aquellas desnudeces, porque no sólo arzobispos Sr.
Lizana,
escrupulosos como
también
escritores
el
que
nada tenían de mogigatos
ni
de hipó-
clamaban en todos
los
tonos en
critas,
contra de aquellas modas de su tiempo, y describen las inconveniencias de los trajes.
En unos versos que intitulo el La virtud abandonada por ellujo hablando
tino,
decía
de
autor liber-
currutacas,
las
:
Sus trajes escandalosos, desnudos pechos y brazos, de la obscenidad son lazos, que ponen á los virtuosos
LA CURHUTACA (Dilnijo de J. Eiiciso).
En
los dias más festivos se presentan indecentes,
incautas c irreverentes,
con ademanes lascivos.
doncel/ila
,
dice aquella á ésta, habláii-
..
dole del vcsiido I. Colección general de Ti ages que en Ja actualidad se man en España, láminas i, 2, 8. •j. Instrucción Pastoral del Unto. Sr. Ü. Fran-
cisco
Xavier Lizana y Daumont.
:
Este un traje sea,
que
la
moda haceamaltlo hasta una
túnico traerás, bien embarrado, de tafetán, de coco muy delgado,
el
fea
:
La Vida de México en 1810.
J2 ó ya de muselina,
blanca,
j)orquc
doncellas
indias,
mestizas,
había
en
ó de otra cualquier cosa, pero fina, el
caso es que
pellejo
el
se deje traslucir
mi alma, porque
México,
este consejo
:
te
negras. Sobre
la
discretamente
las
tiinico
ceñido
si tiene su desgote, de manera que los pechos descubra, que es friolera andar con pañueletas propias para la edad de las chancletas; pues tienes lindos brazos, desnúdatelos todos, que son lazos en que caerán, no digo los mocitos, sino los viejos más chucharraditos las medias, ya se sabe tendrán color de carne, cuanto cabe, que es una moda honesta y esquisita que da á entender quién es la señorita que tales medias usa, á más de que lo que se usa, no se excusa
no pueden por el lujo andar sin ellas con las piernas peladas, han hallado este arbitrio, que pintadas las medias del color que yo las veo, manifiestan al menos, el deseo con que todas quisiera» andar desnudas porque así las vieran.... el chai, si es de color, traelo de modo que muestre el pecho, y que descubra y si fuere de iglesia, ó negro sea, súbelos á la cíibeza, que se vea toda la espalda, brazos y pescuezo, pechos y cara, mí alma, pues con eso conocerán tu intento y que lo traes no más por cumplimiento.
indumentaria
incómoda y
como ha
rinde culto á
nado,
guno,
ros,
la
muv
caminaban
las
madamas
la
patria
era nacional. Procedía
común de
todas las modas
venía y quiénes lo confeccionaban. « La fábrica diabólica de modas se el
codo,
autorizada y proteCiudad y Corte de París
halla establecida,
gida en
la
hace ya mucho tiempo
:
dirige, circula,
y vende á buen precio sus manufacturas á todas las demás cortes, que recibién-
ridíctda
que
Comen-
dedos,
ranas
con
pasivo, las
aplauso
con
y
comunican
poblaciones con
á
el activo,
comercio
demás
las
tan executi-
vamente que todo el inmenso espacio del océano no ha podido impedir, que después de haber pasado progresiva y prontamente de París á Madrid, y de Madrid á Sevilla y Cádiz, hayan dexado de llegar también remotos de
haciéndose
como
que hoy se
en su erudita y edificante Pastoral, nos informa menudamente de dónde pro-
:
sacudiéndose
los
á
extravagantes y caprichosas, y el llustrísimo Prelado á que hemos aludido,
siempre,
los
cabellos,
rizos, cintas
:
mucha trompa y mucha pala y asiento ninoprimidos
semejantes
El traje no
de
cuirutacas,
voluble Diosa.
de
furia
el pei-
usan.
los pies, los zapatos parecían
porque
violencia,
l'ué
verdadera
cabeza
la
y flores, con canastillos invertidos que por irrisión llamaban gorros ó sombre-
de toda mujer
pezuñas de borrico cuadrada,
las
martirizadora
sido la
zando por
de
y estaba tan ajustado y cuerpo que seguía todos sus
enmarañado laberinto de
dolas
la
al
contornos. Remataba
y cuando las doncellas
deshonesta,
crónicas, pero el mal encubría brazos, pechos y
espaldas,
:
lo
ropa interior callan
asombre,
hará que cualquier hombre en viéndote, al instante deseara por lo menos ser tu amante, y más si el tuniquillo sube una cuarta arriba del tobillo
A más de
pardas y
«
las
á los
Países
como
estáis
Américas.
Esos mismos,
que,
ahora lerendo cada dia en los papeles
temblonas, y con huellas manifiestas de callos, clavos y gavilanes. Las medias habían de ser precisamente de coló/'
piíblicos,
de ca?'ne de doncella, quiza de doncella
desahogo de su impiedad y codicia,
ni
no tienen Religión,
humana, palabra
en defensa de
ni
fe
divina
vergüenza
la traición
más
vil
:
que y en
,
Currutacas y Petimetres. roban y cauoncau los Templos Sagrados de nuestra España que con una irrisión sacrilega de los misterios y de los :
ministerios más santos de nuestra Reli-
gión Católica, se ponen públicamente las
Albas y las Casullas Sacerdotales el vestido militar y petulante que
sobre
les caracteriza
no
mismos
(se
desfallece
toda
el
á las
(casi
decirlo),
que esos
al
copones que han
los
Iglesias...
¡ó gran Dios, ¡uz-
mueble más despreciable de su tren oiguUoso! esos mismos que han echado á las Esposas de Jesucristo de que han forzado á sus Conventos que han hecho casadas pecar á las :
:
públicamente
llevar
en
las
las mugeres compañeros que han dejado en Francia, quizá peores que esos, sus mugeres y sus hijas, ellos
Bayonetas esos
los
pechos de
mismos, ó
:
los
:
sus parientas y concubinas los autores, los
Florencia, de Santo
Juan Crisóstomo,
San
de
Borromeo, y
de
otros textos de
la
Biblia,
de
Santos
Padres,
Pontífices,
los
Arzo-
bispos y Obispos,
EL PETIMETRE
Sínodos y Concilios, que con
enumera
erudición
tanta
(Dibujo de
J.
Enciso)
Pastoral
la
del Arzobispo de México, convencieron á
las
quitas,
currutacas, petimetras y pirroni arrinconaron sus trajes
deshonestos, no obstante las excomuniones que en infinidad de casos fulmi-
moda abominable las
Señoras
mugeres
y venenosa el
pecho y
:
esos son los que
siempre
espíiilus infernales,
están
intro-
astucia
diabólica
las
muchos de
los
varones vene-
rables y santos mencionados.
Porque
entraba por un oído y les salía por otro, y haciendo dengues y les
cambiando de conversación, decíanse unas
á las
otras
:
muy bien, que refular la Moda siempre ha sido majar en hierro frío hablemos de otra cosa, pues el Mundo fué siempre, es ahora y ha de ser el mismo Dices
;
Inslrucción l'aslural, citada, pags. Fernández de Lizardi , D¿üIoí;os sobre diferentes asuntos, pag. 8. 1.
2.
con
Carlos
inventores originales,
en sobervia y en invenciones malignas á semejanza de
duciendo
de
esos son
:
brazos descubiertos, y un vestido los hombres que exite y provoque con su
los
Tomás de Aquino,
Clemente
San
Alexandrino,
todo ello
creciendo
Santo Rey
Job,
de Tertuliano, de
mos, han introducido, y propagado en México el estilo, la costumbre per-
vista á las
del
de San Gregorio Magno, de San Antonino de
naron
de que lleven
»
paciente
del
Profeta,
que para destruir nuestra fe y apoderarse de nosotros y de quanto tene-
versa, la
citas
las
San Francisco de Sales, de San Jer()nimo, de San Pablo, de San
el
de
ni
y se conturba pronunciarlo), esos
gad vuestra causa contra esos profanadores incrédulos, que llevan las formas consagradas en el equipage
gala
Pero
San Agustín, de
Dios de las vencranzas! levantaos v
como
medias de color de carne, y enrrejado ó calado diabólico'...
carnes,
las
espíritu,
mismos, que en robado
á
estremecen
alma
el
mismos
esos
:
atrevemos
nos
33
3(1
-....
>.
á 38.
ci ¿lieos
;
!
La Vida de México en 1810.
34
«
Los currutacos ó petimcUcs en 1810 corrían parejas con las supradichas
¡
á fin
de no descubrir
;
!
colgados y encarrujadas; los chupines, ó fraques, casacones los dijes; de y abomuy tobillo, el hasta llegábanles
tonados
por
la
al
parle de atrás
Y
el
anda muy pulido de minnc con pasos,
:
No era otra cosa que una pobre Que
:
lisongea, adula,
angostos
haciendo pinitos. Ninguno le gana, de cuantos se han visto, á coger pañuelos,
sin mentira
Que hablando
u
tira,
aire la volaba,
al infeliz trasero
destapaba
'.
»
alzar abanicos, saber dar el brazo,
Tales señoritos más semejaban monas que monos; de hembra parecían sus
cuerpos, y era
difícil
dulce parece
Qué
terso, qué limpio qué rizos, qué olores, qué gusto en vestidos, qué puesto en las modas, qué arte, qué brio Las danias le aclaman por parisién fino. Los gestos estudia, sabe los cumplidos, se postra hasla el suelo, saluda expresivo
la
;
pecho, pero tan
Callen los Adonis,
Un
de calzones los pantalones, cortos ó largos, les nacían en los sobacos las camisas o camisolitas, muy almidonadas
falta
!
perdone Narciso..!
¡
con hebillas,
:
!
¡
medias detenidas
las
Señor petimetre
¡
madamas, por su calzado extravagante que á veces parecía lanceta y á veces barco veneciano;
¡
sea bien venido Oh qué bien peinado Y qué bravo chico
dulces esquisitos; llevando dos cajas de rapé, y palillos á doblar mantillas,
distinguirlos de
hembras, por el mujeril peinado, cada del que pendía una balcarra en
:
componer un rizo, mondar una pera,
las
trinchar de lo lindo El dibuja, borda,
lado y zarcillos ó aretes en cada oreja. Los poetas de aquel entonces los
V para decirlo,
en una palabra, es estuche vivo. Habla con remilgos,
pintan con viveza y exactitud, y sería robarles los pinceles y privarnos de sus
busca terminillos hace cuatro versos aunque robe cinco
:
versos festivos y graciosos, si los cambiáramos en prosa. He aquí un Soneto
:
:
dice dos refranes, textos... infinitos
Yo visto, ya vé Vd., perfectamente, mis medias son sutiles y estiradas,
al ver las damas tan raro prodigio, dándole la borla de Doctor eximio, pasa entre ellas plaza
y
envidiadas, las hebillas preciosas y
sumamente; los calzones estrechos Charretera á la corba cabalmente, mis muestras son de Cabrlcr, muy mis sortijas en miles valuadas sombrero de tres altos prepotente. italiano, Sé un poco de francés y de pienso bien, me produzco á maravilla,
preciadas,
de más erudito,
:
atento,^ soy marcial, y á las damas muy Tengo, Señor, razón de estar contento? ^Qué me falta? No más de una cosilla... entendimiento! ^"temor de Dios... y algún
discreto, elocuente,
sabio y entendido, que los Cicerones, que los Tito Lívios, que los diccionarios y los Calepinos »
•
!
»
Soneto dibuja el retrato sólo de busto, la letrilla que sigue, lo traza de cuerpo entero
Pero
el
:
I.
Gómez Marin, El Currutaco por alambique.
Fuera de las
tales habilidades y talentos,
más veces
tenía
otro
el
vivaracho señorito nc
7iioJns
i>wendi
que hacci
trampas, pegar topillos, dar sablazos, La casta de los arrancados era numC'
;
!
Currutacas y Petimetres. rosa, y otro poeta festivo y
de 1810, que se ocultó bajo
cosa de lo mismo, que en la casa venden, luego es admitido
modesto el
seudó-
el convite,
Flégile Pavea, des-
nimo de ElChulito
que
cribe á los currutacos bajo este aspecto,
informándonos que bién
«
recetantes, planchados, ó
ma-
nojitos mexicanos ». Tiene la palabra,
oigámosle
:
i
<
En México viven
niega esto socorro ¡pobres manojitos! Se van al Portal, pasan el martirio de ver tanto bueno como alli advertimos clavan en la fruta los ojos
ciertos hombrecillos; con perdón de ustedes voy á describirlos. Ellos son muy pobres, no tienen destino ni colocación
y comen
es bello prodigio,
como que es de coca Mas si el cruel destino
llamaban tam-
los
35
hundidos
:
:
hallan quien ofrezca, queso, fruta, vino si
et cetera...
admiten
al instante
mismo;
mas
si
esto no encuentran
;
pero son tan vivos que pasan la vida de agcno bolsillo ellos se levantan rabiando de frió, de su como-cama, de haber m^al dormido á ponerse empiezan su como-vestido, que consta de piezas que á otros han servido; y después acuden á un como-!ebrillu, que tienen con agua siempre prevenido y haciendo mil gestos, por causa del frío, se lavan el rostro, y con un cepillo cruelmente se estregan
¡
Gafé, fonda, bailecillo,
:
donde no se metan por ser socorridos... ¡Pobres rccctanics, pobres manoj iios\
:
;
entrambos carrillos, y queda aquel cutis, que antes tan pajizo por el hambre estaba, de buen colorido van al como-espejo, que es tan reducido, que no cabe un ojo, para en él ser visto cuando ven que están
pobres manojitos
No dejan
Y
el
buen
diarista, á
»
quien debemos
conservación de estas pintorescas y antiguas estampas, que representan tan la
al
vivo
señoritos mencionados,
los
á
puso una nota importante versos de
á los i'iltimos
nota en
letrilla;
la
la
que
asegura que los manojitos, cuando iban á los bailes,
mejoraban de sombrero ó
capa, cambiando uno
mino; y que de Calatrava
ó
de
11
otro, invito
allí salían,
como
Do-
los
de
Santiago, Caballeros
:
:
muy
cari-raidos,
Armados, espada ó sable ajeno al cinto, que impensadamente se llevaban, mientras que el dueño embobado, bailaba un niinuet ó contradanza, entre-
salen á la calle
tenido con
con aspecto altivo se entran á un Gafé,
de una cnrru taquilla,
y entre los corrillos de conversación se introducen ü:ios en todo dan voló,
cómplice, y sin fijarse en las afiladas uñas del atrevido y audaz petimetre,
mirar los ojos seductores tal
vez del otro
:
como hombres
instruidos en todas materias. Si hay algún amigo que ofrezca café,
chocolate hervido, ponclie,
té,
ó alguna
digno émulo de
la currutaca, y ambos coco y pesadilla de moralistas, prelados y poetas satíricos del año memorable
que venimos historiando.
CAPITULO CUARTO LA SEMANA SANTA EN 1810
Un
y sus pastorales y edictos son aderes monumentos de la censu-
ticas;
I
'*\'cr(l
Edicto político-religioso.
rable é impropia conducta, que en 1810
Los primeros cinco meses del año 181 o, había gobernado la Nueva España, con el doble empleo de Arzo-
él
inauguró, esgrimiendo las armas de
de
la
Iglesia en los asuntos del Estado.
bispo y Virrey, el limo, y Excmo. Señor D. Francisco Javier Lizana y Beauniont,
durante
prelado austero y candoroso, modesto é ingenuo, pero que por sus mismas virtudes y falta de carácter, sin conocimiento de los hombres ni del mundo,
cometió errores lando entre entre
Por
benignidad y
la
vací-
energía,
conciliación y la rigidez.
la
difícil,
la
como gobernante,
otra
y
él
parte, tocóle
una
época
vino á ser un ejemplo más,
Los buenos vecinos de México, que la Cuaresma, habían cumplido
santamente
con
que
cristianas;
todas se
las
prácticas
habían
abstenido
todos los viernes de comer carne, y habían asistido á los edificantes ó con-
movedores
sermones que predicaron más célebres oradores en los piupitos; sorprendidos deben de haber quedado el Jueves de Dolores, 12 de
los
Abril, con la publicación de un Edicto del limo, v
Excmo. Señor D. Francisco Lizana y Bcaumont, enca-
de que el Estado y la Iglesia en general, y especialmente en circunstancias
Javier
las que le tocaron durante su breve virreinato no deben de estar unidos, ni en bien de los intereses
celebrase
la
tando
vez que sentimientos pura-
como
,
eclesiásticos ni
De
de los políticos.
esa unión indebida de
las
dos
postestadcs en un varón santo y ajeno á la ciencia de gobierno, resultaron
monstruosas disposiciones, porque la vez
quiso
empuñar
el
báculo
á
de
Pastor y el bastón de Virrey, y cobonestar las creencias y el culto católico
con
las
opiniones y propagandas poli-
de
minado
á
á la
preparar
á su
grey para que
Semana Santa, desper-
mente religiosos pasiones esencialmente políticas, que con ayunos, confesiones y todo, tenían que enardecer los ánimos de las mansas ovejas que pastoreaba Su llustrísima. ,
Cosas profanas y divinas, anuncian va las líneas primeras del Edicto. «
que
la
razón dicta
gión enseña
:
lo
— dice — y '
Lo
la reli-
que nuestro piadoso
monarca desea, su
virrey
anhela,
y
Semana
La
santa en 1810.
37
actual
alguna manera
santo tiempo de cuaresma en que nos
blasfemias con
hallamos, y semana santa en que vamos
todo culto, poniendo atrevidos su boca
vuestro prelado encarga en
á entrar
como
esto es puntualmente lo que
:
virrey
y presente
hacer
el
arzobispo solicitamos
medio
por
de
en
el cielo,
mofar en
por
que
los
y
enemigos de
han intentado ridiculizar y
la tierra al
Sr. de la Majestad,
este
edicto... »
Y
las repetidas injurias,
.
.
Su Iluslrísima
entra desde luego
enmarañada senda de la polítemor de que sus inocentes
la
tica, sin
corderos dejen azuzados por
él,
entre
zarzales espinosos, vellones de blanca
lana
y
de
lipe V,
venas
sus
mucho
Aplaude
roja
sangre
.
conducta de Fe-
la
quien por encargo de su pre-
decesor, con
el
mantener
l:i
pureza de
Religión Católica v
el
la
fin
Santo Tribunal de
la
de
Inquisición, que
según Pió V, era de
la
que
« el mejor ejército Monarquía Española », ordenó
en
desagravio
hechos por
los
de
los
insultos
herejes, se celebrase
con sermón y misa en una de las Dominicas de Adviento, como en efecto fiesta
había practicado en
se
la
Península y
en América.
Y
sin
poder
D.
citar
un acuerdo seme-
jante dictado por Fernando VII, que
como
gobernaba en embargo, disculpándole de no hnber hecho cosa igual que Felipe V, con la siguiente el
Reino,
Iranceses, ya en vísperas de celebrarse la
Semana
dejaría de hacer y
mandar
augustas ceremonias de ^
Mayor. « ¡
Qué
arrojando con escarnio sagradas
el Sr.
D. Fer-
nando VII, si libre del cautiverio con que está oprimido, y colocado en el trono de sus padres, á que le destinó Providencia, pudiera desahogar
celo que lo
las hostias
i
•
i
'
las herejías
católica
.
'
la
i
Iglesia, y
de
la
monarquía
? »
Más de un observante de
•
día á los hijos verdaderos de
el
santa
la
\
''
íiy sectas que lian arligido
y buen vecino
Imperial Ciudad de México, ten-
dría que reconciliarse por el berrinche
el
consume, y componer en
con-
lugares inmundos, em-
en
,
pleándolas en cerrar cartas, y excediendo en impiedad y desprecio á todas hasta
nuestro piadosísimo rey
la
de arzobispos de la Catedral de México).
la galeria
lo elogia, sin
peroración evangélica en contra de los las
(De
ridículo fantasma
esos días
FRANCISCO JAVIER DE LIZANA Y BEAUMONT ARZOBISPO DE MÉXICO Y VIRREY DE NUEVA ESPAÑA
I.
Diario de México, tomo XII, pág. ii5.
La Vida de México en 1810.
38
que haría con aquel inoportuno recuerdo de las irreverencias de los galos, y á
á todos, y
muy particularmente á las mu-
más
jeres, á
cjuienes
berrinche, sentiría ímpetus
del
bélicos,
cuando
á continuación el ilustre
Prelado, les dice, aludiendo á Napoleón
«
:
Pero
lo
que no puede practicar
rogamos por
hemos
las entraíias
hecho
en
ya
de Jesucristo ocasión
otra
amonestaciones
sobre
este
punto en una de nuestras pasto-
rales
'.
))
nuestro monarca oprimido, puede practicarlo su virrey, y pueden reducirlo á ejecución los vasallos amados de Amé-
rica
la distancia,
:
un océano
El ladrón sacrilego.
dilatado, que defrauda vues-
impacientes
tros
interposición de
la
y
II
deseos
Al día siguiente de
escar-
de
,
publicación
la
mentar Y REDUCIR Á POLVO AL TIRANO DE LOS TRONOS Y LOS ALTARES, aumcuta cada
del Edicto político-moral de
momento
Era
caudales á
de
patria
la
de contribuir con vuestros
los
defensa de
la ;
y es
religión y
la
una prueba
sin réplica
DEL FUEGO SAGRADO de vuestros corazones la buena causa. » Después empuña de nuevo
por
y recordando, sin duda, sus antiguas el abuso en los ves-
pero sin olvidar á
exhorta á las siguen «
fieles
Derramadlos
santa ante cristo
— la
los
en
el
—
se
la
próxima semana
refiere
á
los
presencia divina de Jesu-
monumentos
visitéis las :
adorad
al
resti-
:
un corazón contrito y humique intentan
culto soberano, de
despojarle aquellos protervos vuestra modestia en
conmovió de nuevo.
se
Viernes de Dolores, v los vecinos
el
que alegres habían asistido resco y matinal paseo
que en
de
al
pinto-
Viga, y noche se preparaban á con-
la
la
Virgen se ponían en
las
se les obsequiaba con
supieron
frescas,
casas,
á
la
donde
sabrosas aguas
que
escandalizados
aquel día, un ladrón sacrilego había
robado
de
sol
el
la
de
custodia
la
Parroquia de San Pablo, sacando del
franceses l)lasfemen
tuidle con
liado
con las palabras que
sacramentado cuando
estaciones y
que
los franceses,
:
corazones
Ilustrí-
templar los vistosos altares que báculo
el
pastorales sobre tidos,
sima, México
Su
el
:
acredite
vestido y en
el
viril,
con sus manos impuras,
grada forma ¡
c|ue
Considérese
el
dejó
ejecutado en
sa-
horror que causaría
robo en vísperas de y
la
abandonada.
la
tal
Semana Santa,
lugar
sagrado
!
Por
fortuna, para consuelo de los buenos
Jueves Santo fué aprehendido
fieles, el el
ladrón, previa oferta que había hecho
Juez de
el
con
la
la
Acordada de
gratificar,
cantidad de cien pesos á
No
la
per-
porte, que sólo discípulos del Crucifi-
sona que
cado y no de las modas, y desvergüenza de los filósofos incrédulos de este siglo
de pulpería, D. Ignacio Maza, quien
de depravación, cuya doctrina detestáis, y cuya dominición aborrecéis. Honrad, hijos míos, nuestra inmaculada reli-
gión con vuestra compostura, y modeos lo ración en el traje y modales :
empero,
lo
el
entregase.
la
recibió,
piadoso varón y comerciante
que denunció al ladrón por haberle comprado unos pedazos de plata fué el
al
precio de cinco reales
i.
/Jí-w, págs. /,i5 y /ii6.
la
onza, haber
;
La Semana santa en 1810. sospechado que serían del robo cometido en la Parroquia de San Pablo, y haber leído los carteles que se fijaron en los parajes públicos y en los cuales se brindaba con los dichos cien pesos'. El ladrón, á pesar de su edad, con-
Mana
de
3g colocada en los
Santísima
claustros de su coristado; en
Snn Juan
resplandor y rosario de la Dolorosa que se veneraba en la puerta
de Dios, de
el
enfermería, y por último, en
la
iglesia del
la
Tercer Orden del Carmen
taba dieciséis años, resultó pájaro de
un candelero de Cobre
cuenta. Se llamaba Joaquín Berdugo,
Confesados, como confesó, otros robos de carácter profano, y seguida brevemente la causa, aunque merecía
antes
V
robado
había
Parroquia,
la
en
la
misma
tapa de un copón con su
*.
remate de otro y la dao-a de calamina de una imagen de una corona de plata, dos los Dolores
pena de muerte, sus benignos jueces le condenaron á diez años de presidio en
de poco valor y un zarcillo á una Purísima de la Parroquia de Santa Ana, un candelero de plata y un blan-
ser
capillo, la cruz del
:
cintillos
;
doncillo; de
la
de Santa Catalina
INIártir,
el Castillo
é
de Acapulco, en atención á
menor de edad,
ignorante, con
« la
y además sencillo circunstancia de
haber salido sumamente angustiado Jueves de Dolores día del robo
—
el
—
hermanos
una bandeja del mismo metal y el resplandor v daga de una Dolorosa; de la
sin
de San José, otro resplandor de plata
y una pastilla de chocolate, y estrechado por su indiscreto padre á dar diaria-
y una daga de acero de otra Dolorosa de la del Salto del Agua, la corona y
resplandor de plata de
Piedad; de
la
de Espinas con plata
la
Virgen de
de Santa María, las
la
la
corona
tres potencias de
de un Señor Crucificado, y en el resplandor de otra
de Tacubava
la
Dolorosa.
No
dejar para
sus tiernos
más alimento que un cuarterón de pan
mente
lo
que no alcanzaba en su
de platero
»
y á
;
tndo aquel día,
a
y pegada la llave del sagrario donde robó la custodia, acatando el no tocar la sagrada Jiostia sacudiendo el
la capilla,
,
viril
sobre
capillo
el
que
la
dejándole colocado sobre
el
aquel aficionado á robar con preferencia
marcharse, quitando
el
parroquias y las esculturas de las Dolorosas. En la Colegiata de Guada-
pedazo á
fueron estos los únicos hurtos de
las
oficio
que había sido incicon encontrar abierta
en
cubría, y ara para
acto
un
custodia, con que estimó
la
haber perdido su consagración-
«.
lupe robó una imagen con un óvalo de
Estas últimas circunstancias demues-
mismo
tran que no era tan sencillo el inocente,
plata y
tres
metal; en
la
ramilletitos
Capilla
del
del
Pocito, dos
imágenes de Jesús Nazareno y á la Virgen de los Dolores, una corona, un resplandor y una daga, todo de plata; en San Diego de México, la corona de
ni las atenuantes alegadas
por los jueces,
tan dignas de tenerse en cuenta, pero
todo ello pinta
el criterio
jurídico-reli-
gioso de aquellos tiempos..,!
un Sr. Crucificado que se hallaba en la escalera del convento y una imagen 1.
2. I.
ídem, Ídem, pág. 132.
ídem, Ídem págs. 728 y 729. Semanario Económico de México, tomo
P^o- 2iG.
,
II,
La Vida de México en 1810.
40
que había robado el sol de la custodia de San Pablo; el Jueves y Viernes Santo, sí aparecieron dos composi-
III
La piedad en 1810.
ciones alusivas á las augustas fiestas o al Señor de Contrcras y una :
La piedad y respeto en los días no era tanta como se cacarea ahora, pues en aquella Semana Mayor de 1810 no dejó de aparecer un solo santos,
Diario de México, y los asuntos que publicó fueron bien profanos. Una día
el
poesía amorosa, cierto proyecto, para
acuñar moneda de cobre, y la lista de los premios de la Real Lotería, correspondientes el
al
Sorteo 5i4, aparecieron
Domin<^o de Ramos; de
provecto
L/ines Santo,
el
pararayos
continuación
,
moneda de cobre y
del artículo sobre
anuncios agrícolas y comerciales; Martes Santo, un Soneto criticando
una
tertulias de los cafés,
el
las
biliosa carta
de un ¿íYioso viejo que había censurado de
los trajes y hijo
las
mujeres, ciertas
lamentaciones patrióticas por un pañol americano la
»,
sobre
invasión francesa en
la
«
es-
guerra de Península,
la
Fernando VII,
que terminan llamando á « virtuoso monarca, ídolo de P^spaña é Indias y más* justo y católico que Teodosio
que
varios avisos, y
)),
noticia de
la
día 8, en la Iglesia de la Tercer
el
un Soneto
poesía, intitulada «
al pie de la Cruz », pero barajadas con una proclama bélica del Capitán gene-
de
ral
Y
para mayor edificación,
en aquellos santos días, y es la sabrosa que Pancho el Payo, cuenta
haber encontrado en una cierto paisano suyo de
porfiando con
que
de estrenar
coles
Santo,
mienza
(c
una proclama
—
«
de
la
el
fabulilla
cobre, precios de los
consumo, y al que entregara el
prosa
,
la
moneda de efectos de mayor
aviso ofreciendo los cien al
reo sacrilego
siguiente día.
le
endilgó
el
:
conmigo tan
lujo
que estás preparando
Jueves Santo, se convirtiera en eficaz
de visitar
tú, sólo vas á
los
monu-
ver lo que las
currutacas estrenaron, y no te acuerdas de meditar, en la estación primera,
Cenáculo
en
del proyecto de la
para
señoría, que yo no tengo? Mejor
que ese
una
»
taller
vestido que había
¿Cliepe, tú para
cómo
crítica
pesos
co-
al
el
cortés, y tan subido en ese caballote
Valerosos patriotas ameri-
canos
,
que
maestro del
muy afable y elegante, sermoncillo que se copia
un deseo mentos « Pero
botones de oro, y medalla de lo mismo, del Señor de Santa Teresa; el Miér-
José, y
Saludáronse los conterráneos, y el Pa?/o, dirigiéndose á 67
», en que un dedal de oro, un rosario
misterios, con
el
entregara
le
llevaba
siete
sastrería, á
nombre
que por cariño llamaban Chepito,
al
tado á una señora una bolsa
de Jerusalén de
Jnei>es
cartita, en
para
«
el
Sanio insertó el Diario un aiticulillo, que nos viene á demostrar qué devoción gastaban currutacas y petimetres
sería
« le
de Cuba en contra de los
la Isla
franceses y de José Bonaparle, y con noticias profanas y mercantiles ^
habían cor-
Orden de San Agustín,
A María Santísima
I.
salió
Además
al
mi Señor Jesucristo
del
huerto de Gethsemaní, en
del
Diario, se publicaban en
1810
Semanario Económico, Correo Semanario Político y Mercantil, y la Gacela, que era el órgano oficial del Gobierno.
los periódicos intitulados
La Semana santa en 1810. donde sudó sangre y
fué
de sus discípulos. En
la
saldi
desamparado
segunda, cómo
del huerto, ya preso, para casa
ía
de Anas, conducido por aquellos rabiosos lobos por las calles públicas de
Jerusalcn, con
conduce la
la
un salteador. En
á
de quien
algaraza
tercera,
la
crueldad de aquellos soldados que
llevaron de la casa de
Anas
á
lo
de
la
41
metre? No, señores, con desdén olímpico, contestó
—
:
Kso está muy pesado, y yo no so// beata, y mejor será que Vd., lo haga por mí' » VA Sábado Sanio ó de Gloria^ como ha sido costumbre inmemorial en «
!
México,
calles
las
y plazas
se
veían
henchidas de curiosa gente que iba á
Caifas, en
donde recibió la bofetada, negó San Pedro, y lo tiraron en un aposentillo, es decir, en una bartolina
ver quemar en efigie,
le
suicida traidor,
inmunda,
dentes estaban los odios excitados por
á esperar la resolución del
concilio pleno del siguiente día.
cómo hecho un
cuarta,
En
la
retablo de do-
manos, descalzos
los
pies, lastimado el rostro, desvelado
con
lores, atadas las
m;da noche,
la
Caífás
cómo
la
á
lo
de
pasan de
la
casa de
En
la
quinta,
Pilatos.
de
lo llevan
la
casa de ésto á
En
del torpe y cruel Herodcs.
cómo de aquí
volvió otra vez á
la
sexta,
la
la
casa
de Pilatos, lleno de mofa y vestido con una vestidura blanca, como á mentecato.
de
la
como en
trísima, por
najes alusivos, y en
;í
publicó
como
dole por cetro una
vil caña y por traje una ropa colorada y sucia; conducido por aquellos mismos que al presen-
aquí
hombre
al
de
apártalo calo... ; ,
»
:
!
«
« y odio nuestra vista,
he de hacei' judas de moda.. ¿Si saldrá con todo y cola, de Soult un par de juditas? Bravo y sacan tres editas
crucifí-
causaría
el
sermón
genuidad con que
lo
dijo?
•III
,:
la
in-
Lloraría •
contrito y arrepentido el elegante peti-
!
Diario de México, tomo XII, págs. /i3/i y 43o. Palabra despectiva con que el pueblo bajo designaba á los franceses en la Península Espanola y que fué introducida en México desde entonces. I.
.
j
.
del nuevo cuño, muchachos, de esos malditos gabachos 2
¡
Y qué impresión,
,
Este Sábado de Gloria,
Veis
»
del Payo, de suyo elocuente por
!
:
Quítalo,
:
:
¡
acababan de gritar
de furor,
llenos
:
Diario
¡
burlas, coronándolo de espinas, ponién-
társelos Pilatos, diciéndoles
el
Señoritas el judero Este Sábado de Gloria ya no sirves Judas viejo, ya yo tengo otro pellejo de que hacer judas de moda. ¿Si saldrá, cotí todo y cola, del rey Ü. Clicpe un juditas? ¡Bravo! ¡y con sus botellitos! ¿este Judas arderá? todo es fuego! Allá va / Señoritas el judero !
de
rey
confirmación de
LOS JUDITAS DEL NIEVO CUNO
Barrabás; azotarlo de orden tratarlo
Ilus-
eUo, se pueden alegar estos versos, que
la
Pilatos...
proclamas de Su
del Capitán General de
gados en cuerdas, tronaron y ardieron aquel día, representaban tipos y perso-
mismos impíos, que acababan de posde
1810, can-
Habana y por la de un D. F. R.F.R., en contra de los franceses y bonapartes, quizá los muñecos de cartón, que col-
conducido en confusotropel por aquellos ponerlo
y-
la
Semana de
la
séptima y última, cómo sale casa de Pilatos al Monte Calvario,
En
aquella
las pastorales
al repugnante y Judas Iscariote; pero
;i
3.
La Vida de México en 1810.
42
¿este judas arderá?
imploraba
« é
todo es fuego Allá vá ¡Señoritas el judero!
pie de los altares el
al
!
¡
socorro de las necesidades de
la iorlesia
en tan amargas circunstancias
»,
o
:
!
dice
!
¡
Allá vá ¡Señoritas :
el
judero!
Diario
—
«
un
—
de una
ci'imulo
que eran á la sazón, el Dr. D. Bernardo de Prado y Ovejero, el Lie. D. Isidoro Sainz de Alfaro y el Dr. D. Manuel de
cuando dicen los muchachos, que sin cortar con la tara, mis juditas una vara,
Flores,
á
pesar de
días
ser
santos,
empuñaron la péñola, apenas estuvo en sus manos la herética Proclama,
al .ludas viejo?
hiciste Judas añejo? Corso hoy te coronara!
¿qué ¡el
el
supuesto que los Señores Inquisidores,
¡Por vida de los borrachos! ¡señor Editor, bonanza! ¿qué tal andará la danza de los juditas gabachos
exceden
Virrey
Proclama que el infame Josef Bonaparte mandaba á esta América por medio de emisarios fatuos, y tan ignorantes como él ». Cosas tremendas decía la Proclama
!
¡
del Arzbispo
Ltzana, « por Providencia Divina »
:
¡
manos
llegado á
Este Sábado de Gloria >? enriqueces Pantaleón e del tirano Napoleón, he de hacer judas de moda. ® ¿Sí saldrá con todo y cola? cáspita si todo es patas ¡miren un judas á gatas! ¿Este judas arderá? Más que el fuego
habían
que les proporcionó inmediatamente con celo vigilante el Virrey, y lanzaron un Edicto
IV
Y
para mavor prueba de que hasta
lo
seudónimos rebosaba
el
odio,
el
autor de los copiados y festivos versos, firmó
:
El Judero
L. H. E. o vendedor
de Galos- Jadas! ¿
Pero este odio popular, era verda-
á
la
Capitán del Siglo, tábase
al
más ambicioso cuya sombra proyec-
patria por el
través del Océano, infundiendo
terror y espanto...
Y
espanto y terror embargó á las mismas autoridades del Virreinato, en aquella
memorable Semana Mayor de iSio,
porque mientras
pueblo cristiano y devoto conmemoraba en los templos los misterios
el
grandes de
la
Redención,
—
la rebelión
más enorme
horrenda anarquía
más infame,
trayción,
y á una
á los fieles
pueblos
América Española, por medio de una Proclama, parto igualmente detesla
table por
su
impiedad, como por su
io-norancia del idioma castellano...
o
Pero
nio colonial, en los españoles que veían sit
—
:
para excitar á
de
dero y espontáneo? En algunos sí, ya lo dijimos, en los partidarios del domiinvadida
Domincfo de Pascua
Sabed decían que Josef Napoleón ha tenido la temeridad, de tirar desde Madrid su ronca trompeta, «
La proclama de José Bonaparte.
en
el
de Rcsiirrecióti del aquel año de 1810.
se
los
».
Señores del Santo Oficio
encargaron de hacer un
fiel
traslado
del texto de la Proclama, en estilo co-
rrecto y castizo, dando en un resumen todo lo que contenía, de lo cual resultó
que aquellos que no
la
habían leído ú
oido leer, se enteraron de su objeto,
porque aparte de haberse fijado el Edicto de la Inquisición en las puertas de los templos v en los parajes piiblicos
más concurridos,
se le dio lectura
en
La Semana santa en 1810. las
misas aquel
Domingo celebradas
y
Señorías los Inquisidores, que á
no dudarlo redactaron
la
espada contra
Napoleón, como
á la hora del Evangelio.
Y sus
empuñen
Edicto en los
el
43
lo
el
famoso
executó en Siria y
que le hayan sido medidas hasta aquí sus y precauciones, en
Israel.^
Por
felices
REFUTACIÓN, DE UN ESPAÑOL AMERICANO A LOS PRINCIPALES ARTÍCULOS DE LAS PROCLAMAS
DE
JOSÉ BONAPARTE.
Que de orden
del Superior Gobierno se han
Guemado públicamente por mano de Verdugo en
esta Capital.
4^r CON SUPERIOR PERMISO. ============================ =^ México: en
la oficina de D. Mariano de Zúñiga y Ontiveros, año de 1810.
FACSÍMILE DE UN IMPRESO DE 1810
mismos tregada
días santos en la
que
les fué en-
P/oc/r/ma, dieron muestra
f/e
de que hace tanto mérito en la proclama su hermano Josef, acaso una saeta
sus sentimientos cristianos, deseando el mal del prójimo, porque prójimos eran
disparada sin objeto determinado, pero dirigida por la mano dis'ina que nunca
ambicioso Napoleón y el intruso José, y no obstante les consagra-
yerra golpe,
ron estas líneas
miento y execución no se escapará Josef tan malvado como su hermano el emperador, pues no perdona medio de cuan-
suyos
«
el
oporluno
á
:
no levantará en tiempo Iheus y Hazaeles para que
Pues qué,
¿
le
herirá de muerte,
hirió al impío Achab...
De
como
su cumpli-
La Vida de México en 1810.
44 los
sugiere
adelante
impiedad, para llevar
la
usurpación
la
uno y otro
;
han hecho pacto con
parece que
la
muerte, y confederación con Satanás, para que no les falten hombres tan perversos
como
ellos
documento con amenazar, pc?ia de excomunión Terminaba
mayor
el caritath'o
latx sentencioe, y pecuniaria al
arbitrio de los Señores Incjuisidores, á los
que en
plazo de seis días, no Uc-
el
truncada, se hizo una grande hoguera, donde por mano del verdugo, y á presencia de iin Escribano Real y de cuatro Alguaciles de Corte, dio fuego á los despreciables é in-
« se
decentes folletos ó proclamas del rey
»
*...
cuya cúspide
Quixote
'.
»
Toda la plaza estuvo rodeada de innumerable tropa, tanto de infantería
como de menso,
«
un concurso
caballería, y
in-
de más de cien mil almas de
—
vasen, exhibiesen y presentasen ante ellos, ó ante los Comisarios del Santo
todas clases y estados, cifra que entre paréntesis es un embuste, pues
Oficio, la sobredicha P/0(:Za/;?<7, y cualquiera otro papel sedicioso, impreso ó
hubiera
manuscrito; así como los que los
blación que entonces tenía
viesen
lí
tu-
ocultasen, debían de ser denun-
ciados, lo
mismo que
propagaran
personas que
las
con proposiciones sedi-
«
ciosas y seductivas, el espíritu de indc-
pendencia, sedición, y sujeción intruso Josef Napoleón »
;
y
«
al
rey
los con-
fesores que abrigaran, aprobaran, ins-
y no mandaran denunciar semejantes sentimientos », incurrirían
piraran
en las propias penas-.
Por su parte
civil
cele-
bró un famoso auto de fe con los ejempiares de aquella Prodama, que según
misma autoridad
la
estaba rebosando
promesas y amenazas, ignorancia,
«
perfidia, blasfemias
y al efecto dispuso
dos públicamente,
y brutalidades
como
mayor parte de
— llenaba
la
la
la
po-
ciudad
vasta extensión
plaza grande, las azoteas, balcones
la
y torres, para unirse todas á proferir el anatema público con que una nación
condenaba en su corazón al tirano usurpador, que ya la sueña suya. Mueran los Bonapartes y viva Fernando Vil estas fueron las voces que resonaron por los ayres, al tiempo de arrojar al fuego las viles proclamas religiosa y
fiel
:
este
l'ué
el
como en un que
hizo
voto
conmover en su trono al
demonio de
la rebelión
para ocultarse en El
proferido
general,
torrente de abominación,
el
y
discordia,
la
abismo
"...
»
mismo periódico que publicó
esta
crónica, concluía con las líneas siguientes, á
modo
de exhortación,
las cuales
con todas
contienen algunas voces que deben de
solemnidades acostumbradas en caso
haber sonado dulcemente en los oídos
Colocado
el
do VII en un
retrato del
sitial
Plaza de Armas, una pirámide de 1.
;
se verificó el
de suplicio de reo infame
2.
»
que fueran quema-
Jueves 26 Abril de 1810, las
la
:
autoridad
la
de México, de
necesario que en aquel
sido
lugar cupiese
Diario de México,
Ídem,
que
«
)).
de los que no amaban á Fernando VII,
'
Rey Fernán-
se levantó en la
á su frente levantóse
cuerpos,
tres
tomo
idcni, ¡Kígs. ')67
Xlt, págs.
y
IfGS.
/|(35
sobre y 460.
por
mismas razones que no querían Napoleón su hermano José, Generosos mexicanos descansad
las
los españoles peninsulares á
y k «
i.
2.
:
Idcrii, ídem, págs. ^Gi y 462. ídem, ídem, p;ig. iOa.
La Semana santa en 1810.
46
en vuestra propia conciencia, y en el inolvidable zelo de vuestro Gobierno
troduxese en estos afortunados países
ilustrado. Los Bonapartes os tratan de ignorantes v brutales; pero no saben
referida
que
mayor sabiduría
la
en
consiste,
saber sostener su religión v su libertad,
Mexicanos nación serlo,
es
:
que
vosotros sabéis
baxo de una unión inviolable
lejos de vosotros la discordia el
una
que quiere
siempre
libre
:
:
esta es
objeto principal de los viles Bona-
partes
:
huidla
como
el
misno acto de
la
quema de
la
Proclama napoleónica, el Arzobispo Virrey ordenó se promulgase un Bando suyo, en el que á la postre de elogios hiperbólicos que estaba muy lejos de merecer el llamado monarca Fernando VII, y de las frases de essubversiva
tampilla
Rey
denigrantes para
el
intruso
José, encargaba á lodos los habí-
algunos exemplares de la Proclama, ó cualquiera otro
papel seductivo origen
»,
incendiario de igual
é
no sólo debían
«
abominarlo
y detestarlo » sino entregarlo inmedialamente, bajo el concepto de que se daría
una gratificación
pecuniaria
á
quien ó quienes descubrieran y delataran, « á los espías, seductores ó introductores de tan viles libelos ^
del soplo de la
muerte, y vosotros seréis un pueblo de héroes, un pueblo español '. »
En
alguno ó
Y así
¡
Santa
se
de
sermones,
pasó
..
«
memorable Semana
la
entre penitencias y
1810,
extenuados
los
católicos
observantes con los ayunos y abstinencias, pero nerviosamente excitados y
conmovidos por
el
escandaloso robo
del sacrilego ladrón de
la
Parroquia de
San Pablo; pero más, mucho más, con la
Proclama de José Bonaparte, que
estremeció á todos, autoridades y vasalios; igualmente á los que veían en ella el
presagio de un peligro próximo,
tantes de la
como
á
realización de un ideal, que cada día
Nueva España en general, y cada uno en particular, « que si la ca-
sualidad ó malicia de los enemigos, in1.
ídem, ídem, pug.
¿,62.
á los
que ansiosos esperaban
contaba más prosélitos! i.
ídem, Ídem, págs.
ltC>2
y k63.
la
CAPITULO QUINTO EL CULTO, LA VANIDAD Y LA POLÍTICA
magníficas de gala, y acompañada de
I
Una
la
sola esperanza.
Mayo de
El 7 de Capital
1810, celebróse en
Reino
del
de
la
Nueva
''''
escuadrón
la
Santa Iglesia
ele
caballen'a se dirigió á
enmedio
orquesta,
donde
(Catedral,
cantó un grandioso Te
Deum,
de un
se
á toda
concurso
España, con toda
la solemnidad posible, juramento de obediencia al Supremo Consejo de España é Indias, que pres-
también innumerable, á cuyo efecto
el
babía
taron las autoridades y habitantes. La ceremonia se verificó en el Salón principal del Real Palacio, previo
de esquilas y toques de campanas, y el Diario anunció pomposamente la cere-
bando que
publicado anticipada-
los futuros siglos,
señalando
invitación que se hizo para
de los esfuerzos de
la
de los
>^,
mente,
que
é
fué
concurriesen á
Real Acuerdo, ía
la
aquel
la
el
Santo Oficio
Inquisición, los Tribunales, los
Cuerpos eclesiásticos y seculares,
Comunidades de
el
Real Sala del Crimen,
Nobilísima Ciudad,
de
lugar,
las
religiosas, la flor y nata
Nobleza y de personas distinguidas, y los Gobernadores de indios de las Parcialidades de los barrios de la
San Juan y de Santiago Tlatelolco. Juntos
todos,
á
las
once
de
la
mañana, prestaron el solemne juramentó, que se anunció con una gran salva de artillería y
un repique
vuelo en los templos de «
Concluido
salió toda
la
el
la
á todo
Capital.
acto del juramento,
iluminado
templo...
magníficamente
Se repitió
»
la salva,
asombro de
la
el
y vueltas
monia, diciendo que haría época
españoles
se
el
«
en
mayor
virtud y heroísmo
que
sería
Europa toda y
la
«
el
confu-
sión de los enemigos'»,
Pero para quien no debe de haber del todo grata aquella nueva de
sido
haberse instalado
el
Supremo Consejo,
Su Ilustrísima el Sr. Arzobispo y Excmo. Virrey D. Francisco Javier Lizana y Beaumont, pues junto con los pliegos que anunciaban tal noticia, le vino una Real Orden fechada el 22 de Febrero próximo anterior, firmada por el Marqués de las Hormazas, en la que se le comunicaba que, en fué para
atención á su avanzada edad y achaques,
pero sin desconocer su
celo, afán
y
comitiva solemnemente
por sus respectivos órdenes, en carrozas
1.
Diario
,le
México, tomo XII, pags. 5ii y 5i2.
El culto, patriotismo,
relevaba
lo
vanidad y
la
M.
S.
las
tas; y
nombraba nuevo gober-
ínterin se
nazaba
nante'.
lo
que se
Reino
al
si
no existía aquella
nnión entre colonos y peninsulares,
Cumplió Su Uustrísima y Excelencia con
47
proclamas y en los diarios y gacepor más que se intentase avivar el odio en contra de los Bonapartes, para encarecer el peligro que ame-
del
caroo de Virrey, encargándole pusiera el mando en manos de la Real Audiencia,
la política.
prevenía,
le
mañana Mayo de 1810,
V á las once de la
del día 8 de
juntos los Ministros de
Real Audiencia en
mera
sala
la
pri-
la
de Palacio, se
dirigieron al Salón respectivo
incorporándoseles
_,
Lizana y Beaumont en la antesala, y una vez que
en
estuvieron
pronunció
el
el
Salón,
Virrey Arzo-
bispo breve arenga,
é
hizo
entrega del gobierno y de la capitanía general, y po-
niendo en manos del Regente
bastón, se retiró
el
enseguida en su carroza,
ordenándole á su cocliero lo
la
Alameda,
satisfacer
una inopues
llevara á
para cente
curiosidad,
desde que había venido México nunca había ido
á
á LA
ese paseo".
Pero este cambio repentino,
en nada modificó
nato
de
Nueva
la
deseos ardientes
España,
de
y
separarse de
Metrópoli prevalecieron en
la
los la
mayoría
de los habitantes, por más unión que se predicara
en
aconsejara en
los pídpitos, ó
los
que
se
confesionarios, en
ídem, Ídem, pág. 5iC. Diario de México, púe'. üiü del tomo XII, V Los Tres siglos de Méxía,, tomo IIP. 1.
2.
el
Sr. D. José
María de Agreda).
la
social del Virrei-
situación política y
de los remedios
vinG:¡;N
(De un óleo que posee
'
Con fecha Obispo Abad primera
10 de
Mayo de
1810,
el
Queipo, dirigió á la Regencia de España una y
Representación,
en que
se
describe
compendiosamente el estado de fermentación en la Nueva España, que era anuncio de un próximo rompimiento y se proponían los medios con que tal s>ez hubicra podido evitar éste. La gg ;
„
.
-
Representación es notable mas poi ,
.
i
i
„1
el
La Vida de México en 1810.
48
diagnóstico, que por el
tratamiento
hablaremos del primero
y
:
omitiremos
remedios. Ya era tarde, y sólo falla voz xle un varón audaz y abue-
los
taba
gado, que pusiera
fin
á
tremenda
la
crisis. «
Nuestras posesiones de América y
—
esta Nueva España Obispo de Michoacán están dispuestas insurrección á una muy general, si la sabiduría de V. M. no la
cspecialmente
—
dice el
previene. «
El fuego eléctrico de
revolución
la
simultáneamente
hiriendo
francesa,
impudencia inaudita. Por este coiiceplo, nuestros americanos juzgando estin^ guido el carácter del pueblo español, crej^eron perdida para siempre la metrópoli, en el momento que la vieron ocupada: y creyeron también imposible la reconquista y defensa que empren-
dieron con tanto heroísmo aquellos sus
hermanos. Desde entonces comenzaron
como
agitando y conmoviendo las
más
independencia y medios de realizarla, en el caso hipotético y la
que
de
preciso
no
se
recobrase
la
metrópoli.
todas las demás naciones, destruyendo las unas,
era natural, á ocuparse con
intención de
«
Sin embargo, en México se pre-
sentó
asunto más dudoso, porque
el
la
otras,
puso en movimiento y reunió en estos países los primeros elementos de
ambigua del virrey Yturrigaray hizo creer á los más ansiosos de
la división y del deseo aidiente de la independencia. La fuerza revolucio-
la
naria
numerosa
de aquella
nación,
organizada por un sistema militar
el
más perfecto, y concentrada en las manos de un tirano emprendedor y astuto,
proporcionó
le
sucesos que sabemos;
los
á los
grandes que con-
mayor parte la demás gobiernos.
conduela
independencia, que era de su opi-
nión y la intentaba protcjer. Algunos propusieron una junta nacional, y hubo en pro y en contra muchas contestaclones de palabra y por escrito. Voló la especie por todas partes, dando nuevos
grados de calor tente.
Y
la
á la
fermentación exis-
juventud europea del comer-
Ceguera inconcebible, pues que ninguno de ellos ha abierto todavía los
que la Nueva más predilecta, trataba de sustraerse y abandonar la madre patria en su mayor conflicto, con la
ojos por escarmientos propios ni aje-
fuerza pública ó protección del virrey;
nos, y que sólo puede ser
v de aquí resultó su prisión,
currió
tal
vez en
ceguera de todos
la
los
el
producto
de un despotismo inveteíado v de una
ció de la capital, creyó
España, hija
«
Este
la
suceso extraordinario, que
modo
corrupción general.
inculpaba de algún
La magnitud y brillantez de estos sucesos, que tanto deslumhran á los hombres, granjearon al tirano en todas las partes del globo una turba inmensa
Españoles ameiicanos, pues que con-
de idólatras admiradores, que lo con-
entre gachupines y criollos. El virrey
«
templaban historia,
el
omnipotente empresas,
héroe más famoso de
la
regenerador del mundo,
el
é
como
irresistible él
se
en
sus
preconiza con
fundía la
con
la
á todos los
opinión del mayor número
opinión de algunos pocos, exaltó
en gran manera
la
interino Garibay y
teniendo los
dos
rivalidad y división
el
arzobispo virrey,
las
mejores inten-
clones, lejos de reunir los ánimos y calmar estas pasiones, las han exacer-
culto, la
El
más
vado
con
medidas
sus
vanidad y diver-
Tal es
disposición general de
la
nuestras posesiones de América, y partes
se
la
Nueva España. En
particular de esta
todas
desea con
ardor
la
los,
á nuestro idolatrado
soberano
señor D. Fernando VII y á su dinastía, con aplauso y gusto por lo menos
hombres sensatos, porque
de los
consideran como
el
lo
centro de unidad
ejecución de su proyecto en caso
que sucumba la metrópoli, y causa de un gobierno más justo y en caso que prevalezca...
Y más parte,
liberal
:
Por otra
«
en estos países se perturba
el
Abad y Queipo,
saber de
el
El
dificilísima.
mismo Obispo, más
tarde, en vez de abstenerse en contra-
que
riar lo
se ejecutaba en favor de la
independencia, rindió parias
más abyecto y
lismo
ruines,
condenando
manera de ver entonces
europeos
y
Españoles
Componen toda
la
los
americanos,
dos décimos escasos de
población. Son los que
y los que tienen casi estos dominios. Pero
quisieran
mandar
la
los
solos y
mayor parte de
las cosas, tan
los
partidarios
dominio español, apartados de
del
inmediato que
les
esperaba, pero ciegos
pasiones, enervados
ser propie-
las
bajo un
dejaron correr
el
tiempo indolentemente, entregándose en la Capital á derroches ostentosos
son efectos naturales de
y sin fruto, con objeto de obtener por
la
rije,
medio de un milagro lo que humanamente juzgaron ellos, no les era ya posible conseguir,
componen de Indios y
Esta gran masa de habitantes no tiene apenas propiedad, ni en gran
j¡
parte domicilio, se hallan realmente en
Vanitas vanitatum.
castas.
un estado abyecto y miserable, sin eostumbres ni moral. Se aborrecen entre •'
los
contra de y exaltados en Napoletuí, quizjí pensaron en el peligro
criollos
grosero fanatismo,
y que no se conocen en el norte de América por una razón contraria. Los ocho décimos se
la
por
de donde resulta
constitución que nos
restantes
Y
Americanos
envidia, rivalidad y división que
la
revolución
quedan
tarios esclusivos;
indicadas, y
mandan
propiedad de
la
servi-
pasiones
con edictos y pastorales que contradicen su modo de pensar anterior y su clara y racional.
compone de Españoles
al
á las
riamente una espantosa anarquía. Su se
la
ni las gentes sensatas de la Nueva España tenían el carácter suficiente para imponerse sobre aquella situación
orden público, debe seguirse necesapoblación
ni
Regencia tuvo tiempo ya para aplicar-
más
»
adelante agregaba
si
como
»
dios que prescribía la clara inteligencia
embargo el
general '...
y eficaces que hubiesen sido los reme-
y
la
prevención
aquella
Repetimos, ya era tarde, este grito de alarma no pudo oirse y por buenos
independencia, y se ha consentido en ella. En todas partes se ha jurado sin
en
en
49
contra los Españoles europeos
gentes. «
nos
la política.
-^
'
.
y envidian y aborrecen á los Españoles por su riqueza y dominio. Pero Pero
c ^ i ^+^^ la protecelecto, para implorar ji ^ j } ^; Clon divina « por las grandes caiami•
En x?
•
i
•
sí,
convienen con los Españoles America-
Escritos del Obispo Electo de Michoacán '• D. Manuel Abad Queipo, apud Obras Sueltas del d.-.
Mora, tomo
I,
págs.
i/,5
a
i/ig.
La Vida de México en 1810.
5o dades
y
enormes angustias
que
»
sufrían los españoles en la Península,
por
cautividad del
la
Sumo
Pontífice
y por la prisión del Rey Fernando VII, determinó la Real Audiencia hacer
ventos de religiosos que había en
camino,
rogaciones públicas y un novenario á Virgen de los Remedios, pequeña
pie.
escultura que trajo Hernán Cortés á México, y á la que se levantó un tempío por haber ayudado á los españoles
quia
en
Conquista, arrojando tierra en
la
con
de que
el fin
no vieran durante los combates.
Al siguiente día de estar en
y gachupines estaban más divididos que nunca, en que las pasiones políticas de unos y otros los criollos
haberse sofocado,
una
deberían imprudencia del Gobierno trasladarla
Virgen
de
los
Remedios,
de
taban todas
fué
que nada
carmelitas
se
le
de
descalzos,
de
canos,
de
hipólitos,
los
los
de los mercedarios, de los agustinos,
de los
la
y
los
francis-
los
dominicos; cada comunidad bajo cruz
que con sus minisornamentos morados,
alta, cirialesy preste,
llevaban
tros,
Con
culto que
de
belemitas,
juaninos,
procesión
del
de indios,
órdenes, con sus guiones y las comunidades de los
terceras
y que desde luego despertó celos y encendió más los odios, dado el carácter religioso y político que revistieron
ceremonias
las parcialidades
presididas de sus alcaldes y gobernadores; las cofradías, hermandades y
grata era á la mayoría de los mexicanos
las
Parro-
la
Santa Veracruz, se jun-
la
estandartes;
Así es que, en aquellos momentos en
que
el
letanía y la
la
salve y la acompañaba una multitud innumerable de toda clase de personas, en coches, á caballo y muchísimas á
la
los ojos á los indios
entonaban
le
los
mencionados
ordenaba
se
conducir
para
la
la
sagrada
y seguían á ellos Archicofradía de la Virgen de los
efigie á la Catedral, la
Remedios, compuesta de
los
más enco-
tributó en aquel año memorable.
petados títulos de Castilla, encargados
Siempre que era traída á México la Virsren de los Remedios, en calamidades públicas y en años de extremada
de propagar
sequía,
la
traslación era suntuosa.
Concedida
la
licencia por el Virrey
ó por la Audiencia, dos capitulares eclesiásticos y dos regidores la
hasta
la
Parroquia de
la
cruz; previa escritura en
conducían
Santa Vera-
forma que
otorgaban los canónigos ante Escribano Público y á favor del Ayuntamiento,
que ejercía
el
cargo de patrono del
Santuario, comprometiéndose en ella á devolver la imagen inmediatamente que terminara el novenario que se le
Por todas
las
revestidos
secular
precedidos de dral
con
,
en
parroquias,
y con-
la
centro
el
la
los
entonando
la
imagen;
de
sobrepellices,
cruz alta de
individuos
la
Cate-
del
coro
letanía de los santos, y del Cabildo, en andas,
bajo de Palio y en hombros de sacerdotes iba la Virgen, precediéndola un
gran número de niños y niñas, vestidos unos de ángeles, otros á la española antigua, ó á la usanza de los nobles indios mexicanos,
toda
la
carrera
polas y otras
Cerraba
hacía en México.
de
culto
el
luego venían los individuos del clero
en su
la
falta
que esparcían por
claveles,
muchas
ama-
flores,
procesión la
rosas,
el
Arzobispo, ó
primera dignidad
c'el
El culto,
vanidad y
la
Coro, asistido de sus ministros, tam-
nario en
bien vestidos de morado.
se
A
Catedral, cuando
la
Real y Pontificia Universidad, bajo las ínfulas de sus grados;
y desviándose hacia el Poniente hasta el cerro de Totoltepec, donde se halla
Nobilísima Ciudad, á su vez bajo
ubicado
con
mazas,
:
toda
nobleza,
la
el
jefes
militares y de oficinas; el Real
Tri-
el
templo de
derrumbando
mitad de
la
lastimando también
y seguida de una compañía de granaderos de infantería y de otra de caba-
este
llería.
cluída
Tres
salvas
se
disparaban
en
Plaza Mayor durante aquella fiesta
de
salir
la
Santa Veracruz
cuando estaba al
á
la
correspondientes por
que había motivado
la
la
imagen, comenzaba
el
novenario respectivo Tal fué
el
:
donde termi-
con
letanías
las
al
:
Virgen
la
mitad del camino,
llegar á la (Catedral,
nadas
la
las
preces
las
necesidades
conducción de siguiente
al día
cruz, y el 12 por la
reparar
la
ruina del Santuario, y con-
la
novena que
la
Estando
Reyes.
Mayo publicó
mañana
á la
Regente del Reino, pues á no había Virrey, y formando el
aquí,
el
en
la
Altar de los día
el
Diario un
piadoso, proponiendo que imagen circulase por todas
24
de
proyecto santa
la
las parro-
quias y conventos de religiosos y de monjas, a para que lejos de entibiarse la
devoción del pueblo creciese más
con
la
novedad de tan diversos
manecer
cultos.
»
origen de per-
el
el la
festaciones religiosas,
Santa
mando
la
el
imagen en México setenta días más que fueron de continuas mani-
Santa Vera-
Catedral, llevando el bastón de
se la hacía
Catedral se colocó en
Tal proyecto fué
ceremonial que rigió casi
Virgen del Santuario á
torre y
la
bóvedas,
las
La Real Audiencia determinó con motivo detener la imagen hasta
'.
siempre, y tal pompa se observó II de Mayo de 1810 al conducir
Virgen de los
la
Remedios, descargó formidable rayo,
bunal de Cuentas, y la Real Audiencia, presidida del Virrey cuando lo había,
y
día i4
el
México una nube negra y amenazadora,
dejó ver sobre
sumamente acompañada de truenos y relámpagos,
civil
mazas y con la
5i
los tribunales,
procesiíMi religiosa sucedía
la
acompañamiento la
política.
la
sazón
valla la
la
en
que los
las
sentimientos patrióticos de los afectos al
dominio español se desbordaron en
sátiras,
haciendo
en
caricaturas
y
Bonaparte
y el
de
su
contra
hermano
culto público
de
José;
más
tanto
tropa de infantería de Nueva España y milicias de México, que se iba reple-
aparatoso cuanto más ruidosas querían
gando
como enseña una Virgen que recordaba
medida que pasaba por su frente la imagen, para luego marchar tras de ella, yendo á retaguardia un á
escuadrón de caballería con su respectiva
música.
Pero no había concluido
expresarse las ideas políticas, tomando
la
Conquista de
Un
la
Nueva España,
minucioso podría escribirse de todas y cada una de las fiestas diario
celebradas con inusitada el
nove-
del 3 Diaz Galvillo Noticias para la historia de Nuestra Señora de los Remedios desde el año de I SOS hasta el... de 18Í2, págs. 79 á 80. I.
jí
l^g
1
de
Mayo comenzaron
conventOS, tocáudolc al
de monjas de
la
á la
noche
las visitas el
primer ^ ^
.
lugar
pompa
de los Remedios. En
efigie
la
Encarnación;
La Vida de México en 1810.
52
9 de Junio pasó al de la Enseñanza, 12 al de Jesús María, y el i5 al de San Bernardo. « En cada una de estas
el el
—
traslaciones
—
dice un cronista
había aumentado sobremanera
se
con-
la
currencia del pueblo, y en consideración á los muchos desórdenes que de ellas
como nocturnas podían
determinó
de
hiciesen
resultar,
Audiencia que se
real
la
por
adelante
allí
las
de
18
Junio, la
el 21 al
24
al
al
3o
el
;
3 de Julio
al
Convento de
de
la
el
27
de
al
Concepción;
de San Lorenzo;
al
tal
de Santa Brígida;
de Corpus Cristi;
Santa Clara el
en virtud de
imagen
orden, pasó
Capuchinas; el
y de San Miguel de Belén ó de las Mochas, los días 6 y 28 de Julio, y 3
y
1 1
de Agosto.
Todas
el
6
las
ya mencio-
traslaciones
nadas se habían hecho antes del día 28 de Julio, llevando
la
imacfen « en
coche de segunda gala de quia
Sagrario,
del
muías
tardes. »
El
Guadalupe, de San Ignacio ó Vizcaínas, la Visitación y Caridad ó de Niñas,
de
de quatro
tirado
de
sirviendo
)),
el
Parro-
la
cocheros
lacayos los de igual clase de
y Archi-
la
cofradía del Santísimo, que eran sujetos
de
primera
la
aquel
nobleza; quitaron
se
día,
desde
pero
muías
las
al
carruaje y fué arrastrado sucesivamente por indios vestidlos á la usanza de los
al
de Santa Teresa la Nueva y el 9 al de San Jerónimo; pero en estas cinco
antiguos aztecas, por muchos señores
traslaciones cayó una continua y espesa
más distinguidos y por
lluvia, sin
que impidiese que
la
gente
en gran número dejara de acompañar á la imagen, por cuyo motivo, y el de haberse advertido que muchos devotos
temprano
abandonaban
Universidad, y al ser conducida de al Santuario, por los cómicos del
nuevo
de gentes, y en un largo espacio de dos leguas y Coliseo, por toda clase
media.
Durante
el
tiempo
que
Real Audiencia expidió nuevo decreto
Virgen en
la
Ciudad,
se
para se
que
de asistir á
fin
sucesivas
traslaciones
las
en
verificaran
las
mañanas
á
las
ocho.
Continuó
mañana
de
i3
Julio,
trasladándose
á
la
Convento de Santa Catalina; de Santa Inés; la 2.5
Antigua; al
22
al
efigie el
la
hora 16
de Balbanera;
de San José de Gracia;
de San Juan de
la
la
el
Penitencia, y
Coeli. El 4
28 el
de Agosto
ochenta
la
las
tardes y por las mañanas, al entrar á las iglesias que visitaba y al salir de ellas. Todos los vecinos de las calles
por donde pasó
la
imagen,
que
«
casi
fueron todas las de México
al
el
naron sus casas con verdadero lujo y riqueza, sacando á relucir en los frentes lo más precioso que tenían en dia-
al
mantes, oro,
3i la
lanas; fluecos
,
sedas,
estampados
longada
lluvia
de paso, los colegios de Inditas ó de
aquellos
días.
sin
demeritase
,
las telas
que
»,
ador-
y porcegalones,
muselinas
importarles
encajes;
al
cristal
plata,
como en
así
Convento de religiosos de Santo Domingo y el 6 al de monjas de Santa Isabel; visitando además, aunque
llevaron
por
sermones,
ocho
y
estuvo
predicaron
al
19 al de Santa Teresa
el
el
de Regina
en
peregrinación
la
del
señalada,
al
la
las fiestas,
ciones, con el la
ocupa-
sus
sacerdotes y frailes, por los caballeros los doctores de
nada
y que
y objetos la proestuvo cayendo
Se levantaron
en
las
—
;
El culto,
la
vanidad y
vías públicas infinidad de altares,
que
los
también
lucían
53
la política.
nombre, que de no hacerlo,
en
magníficos
en público auto de
fe
;
lo
queman
pero no obstante
sobre
colgaduras, y cuando las traslaciones se hacían por las noches,
esto,
hubo vez en que el número de personas que iban en la procesión con
en diarios y periódicos de todos tamaños, y aun en las fachadas de las casas,
tapices
\v\ces
las
y
encencUdíxs e.vcedió de cuat/o mi/,
cuales no abandonaron su
cuando
puesto
con fuerza.
llovía
Tal culto rendido á
imagen que
la
recordaba los tiempos de
la
Conquista,
más político que religioso, comprendieron algunas per-
fin
y así lo sonas ilustradas otras,
1
época,
la
Sueño
del
autor
el
publicado en
de
de
entre
mefítico
Diario de 28 de Junio
el
Refería, que
como
en que estaba
«
á la
en
el
media noche, más profundo
v sabroso sueño », se le había aparesu mujer en
cido
dándole
cama,
«¡Ilijo! ¡hijo!
cabecera de su
la
escandalosos
gritos.
— decía — despierta, le
soñado que nos traen
porque he
á
nuestro oratorio á la Santísima Virgen de los Remedios, Despierta, y vengan ocho mil pesos, una caja de oro, y otras piezas de más valor, para regalar, y quedar bien. » Que entonces, soltóla risa,
con un poco de cólera su esposa si
:
yo tuviera
)>,
«
revuelta
y respondió á
¡Quítate de aquí, loca
«
tal
religión y de
aquella
:
cantidad, la mandaría
la patria...
vanidad,
la
la
y yo, en lugar socorrería
La Madre de Dios no puede complacerse con la vanidad, y por esto Dios no nos oye, ni nos
oirá,
perversa. Vete, loca!
»
Inútil es decir
tuvo
el
buen
que
el
juicio
generación
artí-
pusieron repe-
días, le
tidos y sangrientos epigramas, D. Lucas Alamán, autoridad nada sospechosa, refiriéndose al adorno
extraordinario de las calles, dice acer-
sonas pueden
para muchas per-
si,
estas
ser
fiestas
más no son
las
un
«
acto devoto de culto religioso »,
para
otra cosa « que ocasión
de lujo y entretenimiento », á que se da el nombre « de piedad y devo)).
La compostura de
las
fachadas de las
casas no lué, en efecto, para la mayoría
de los vecinos, más que derroche de vanidad humana. ¿Podían tener devoción y piedad, cuando en algunos balcones colocaron esculturas de dioses
mitológicos,
híbridamente
mezcladas
con efigies de santos católicos? Muchos censuraron con justicia tan mostruosas confusiones y no faltaron defensores y disculpas, aduciendo argumentos que
podrían
para socorro de las necesidades de
de
sucesivos
los
ción'
81 o.
cartas,
él
culos, versos, toda clase de refutaciones
tadamente, que
fué más de ostentación que de piedad
con un
llovieron
los
que
ser
acertados tratándose de
se escandalizan ante las
desnu-
deces artísticas de las obras del Paga-
nismo, pero no para defender aberra-
como
clones
las
de aquellas
dades en que deidades del
codeaban con imágenes
He oído criticar el que en esta mante «
—
se
festivi-
Olimpo
se
cristianas,
—
decía Busta-
clase de adornos
coloquen estatuas desnudas; qui-
muchos ver
siéranlas
mía que
vestidas, y á fe
haría una bella persona
Apolo
autor del sueño
de
ocultar
su
i.
//ts^o/ía
f/t-
íI/c'jpíco,
tomo
I,
págs. 339 y 34o.
La Vida de México en 1810.
54 embozado en su debe decírseles
Pan
cap;i,
con una sotana; pero
estos
á
eubiorto
me parece que críticos,
que
es necesario distinguir los altares de
adornados
los balcones
:
que
ponen por gusto de
tuas se
muy
indecentes
:
mos, porque es
el mejor documento que puede presentar sobre qué clase de
criterio presidía en
desnudos y que aún entre los un San Bartolomé
desnudo, á San Juan Bautista no vestido, al Apostolado, y lo
siguiente escrito que íntegro copia-
las artes
Angeles
Santos se pinta á
el
se
:
los
Bustamante, elevó al Exmo. Ayuntamiento, Patrono del Santuario,
las esta-
que si son tan y para propagarlo modestos y castos, reflexionen, en que los antiguos colaterales y rctablones
abundaban
María
muy
mismo
á
el culto y en las creencias religiosas que se profesaban
en aquellos buenos tiempos «
Exmo. Señor,
y capellán del Convento de San Jeró-
nimo, á V. E.
digo
que entre
:
los
sentimientos y expresiones dulcísimas nacidas del corazón, y con que cele-
braron
que
imagen de
menester tener una imaginación demasiado corrompida, para que todo lo que pase por ella se contagie con ideas lascivas ^.. »
Mo-
presbítero de este Arzobispado
rales,
Santa María Magdalena, v finalmente es
:
— D. Mariano
la
peregrinación dichosa de los
la
Remedios en dicho con-
vento, fué una de ellas llamarla Capi-
tana Generala de
América,
y
nuestro exército de
en concepto de
fué
tal
jurada y vestida con la banda y bastón por las religiosas del monasterio, y
con tales insignias se dexó ver quando
III
pasó
Generala y Generalísima.
«
Pero
si
aquellas efigies mitológicas
por el gusto de propagar aunque la ocasión no era oportuna; « por el gusto de hacer se colocaron « las artes »,
política
)),
se pusieron é hicieron otras
cosas, que bien
merecen alguna recor-
convento de Santa Catalina. darse á mi juicio epíteto
denominación más propia á esta Señora ella conduxo la expedición de los españoles á esta América el año de 5 19. Ella (si creemos á la tradición) se
ó
:
1
mostró formidable
á los indios prote-
giendo nuestros cxércitos
el
tan peregrina ocurrencia, el Capellán
arquilla de hoja de lata,
la
Convento, D,
Mariano
Morales,
bajo la dirección del Lie. D.
Carlos
de Juan Rodríguez de Villafuerte, uno de los
trece capitanes del exército
:
combates en compañía de este valiente soldado, metida en una ella fué á los
acomodada en manga de su gabán, de modo que quando blandía la lanza con la mano
la
derecha, Memoria Principal de
¡a Piedad y Lealtad del Pueblo de Mt'xico, en los solemnes cultos de Nuestra Señora de los Remedios (México, 1810). pág. 25. I.
ella fué co-
templo mayor de esta ciudad por mano
imagen de los Remedios o estuvo en el Convento de San Jerónimo, las monjas la vistieron de Genera/a, poniéndole á la Virgen un bastón y al Niño un sable, y no conformes con del
:
locada de orden de Fernando Cortés en
dación para que no se olviden.
Cuando
al
No puede
aseguraba
maravilloso con
mente, con
el
ella
la
este
simulacro
izquierda
ha desempeñado
pueblo de Nueva España
:
final-
tan bien el título
El culto, de protectora de
la
vanidad y
la
seguridad de estos
como de proveedora de
reynos,
singulares
mieses
y
finezas,
no interrumpidas en
cosechas,
'l'an
las
curso
el
de 290 años, ¿qué piden de nosotros?
Febrero de iSii, militar
más
consta
por
última hora
como á
menor de
el
tal
concepto, yo,
sus esclavos, ruego
V. E. á quien está conferido
patro-
el
siguiente
como
curiosísimo
bando que impreso ya, iba á publicarse cuando á la solemnidad debida,
una nueva señal que eche para siempre el sello de
En
con
á la citada Virgen, el
con
nuestra gratitud.
punto de un g-rado
se estuvo á
declarar oHcialmente
exigen de justicia por nuestra parte un distintivo de honor, y
55
la política.
«
suspendió
se
publi-
la
cación por justas consideraciones del
superior Gobierno
según reza una al margen.
»,
nota manuscrita que consta
Dice así
:
Don Francisco Xavier Venegas de
nato de su santuario, y la vigilancia y fomento de sus cultos, se sirva aplicar
Saavedra,
todo su iníluxo y valimiento para que se declare y jure á nuestra Señora de
Güemes, Mora, Pacheco, Daza y Maldonado, Caballero de la Orden de
LOS Remedios, Generalísima de nuestros e.vérciíos
por todos los cuerpos
y militares;
que como
simulacro,
civiles
tal traiga
este
precioso
«
Calatrava,
Rodríguez
de
Arenzana,
General
Teniente
de
los
Reales Exércitos, Virey, Gobernador y Capitán General de esta N. E,, Presidente de su Real Audiencia, Superin-
Niño, la y banda, bastón y espada que se le hagan todos los honores de ordenanza
tendente General Subdelegado de Real
correspondientes á semejante denomi-
Tabaco,
nación y empleo, y que esta demostración de nuestra gratitud se haga con
legado general de Correos en
su
:
las
Presidente de su Real Junta, y Subde-
solemnidades correspondientes. No
dudo que
la
así lo decrete
S.
mismo
el
Reyno.
Capitanía general acceda
y que
á ello,
Hacienda, Minas, Azogues y Ramo del Juez Conservador de éste,
«
M. á menos
Las RR.
MM.
Priora, Difinidoras,
Vicaria y Contadora del Convento de
Jerónimo
quien se dé cuenta y apruebe, ni dudo que V. E. practique todas las
S.
diligencias
viuda del Sr. Regente que fué de esta
culos
Real Audiencia D. Cosme de Mier, animadas de los sentimientos más apre-
para
(si la
y allane todos los obstáacaso se presentan algunos
execución) de esta idea piado-
— Por tanto — V. E. suplico — Carlos Mnria Bustamante. — Br. Mariano Morales sísima.
á
acceda á mi solicitud.
'.
Más
tarde, ya
independencia,
en plena los
guerra
fervorosos
cianos, juzgaron que la efigie
Remedios no
sólo era
de
mili-
de los
buena en contra
de los franceses, sino que también ser-
en
viría para derrotar á los patriotas, y .
I.
.
,
Memoria Principal de
,
la
.
,
,
,
Piedad y Lealtad
del Pueblo de México, ele, pk^s. iS j
ic).
Señora
de
esta
Capital,
Doña Ana María de
y
la
Iracta,
de piedad, lealtad y patriotismo, han solicitado que se proclame ciables
á María
Santísima en su
Imagen de
Portentosa
Remedios, por especial protectora de las armas de este Reyno, baxo el título de Generalísima, ofreciéndose generosamente á erogar parte los
de los costos
que demanda
el
acto
solemne de rsconocimiento, y á colectar las limosnas con que quieran concurrir •
b»s
1
1
demás Comunidades y
los vecinos
La Vida de México en 1810.
56
de esta Capital; y considerando yo que es así muy justo y debido, por los beneficios que
particulares
tiempos desde este
Reyno,
Reyna de
de
el
dispensado
ha
nos
por medio
Cielos
los
en todos
Conquista de
la
la
del
;
Octubre, en
en que encomendado á su patrocinio
Bautista
armas del Rey, han sido repetidas victorias que han
las
visibles las
conseguido éstas de los insurgentes he accedido con mucho gusto laudable
edificante
y
á
solicitud,
:
Catedral y en acción de Victoria del Monte de I
Cruces, una función solemne, con
las
suceso de
la
gracias por la
propio Soberano Simulacro, y con singularidad en las circunstancias actuales, el
—
Por mandado de S. E '... » Pero los fervorosos milicianos no desmayaron con que no se cumpliese el bando anterior celebraron el 3o de
Venegas.
sermón que predicó Diaz
P. Dr. D. Juan
el
quien
Calvillo,
entre
otras barbaridades, dijo las siguientes «
:
Yo no puedo menos que confesar
aquí mi rudeza; pues ni tengo voces,
tan
ni hallo palabras
con
como
que den
á
entender
quisiera los vivos sentimientos
demostraciones
de gratitud á tan insigne bienhechora
públicas que se han de hacer con este
que deben animar nuestros corazones,
Señores
quando hoy 3o de Octubre, día en cjue se ha cumplido el primer año después de la memorable batalla délas Cruces, hemos venido á este magnífico templo
calidad
motivo,
que
de
las
discreción de
á
los
Don Ramón
Corregidor
Intendente Gutiérrez
Mazo,
del
Manuel
D.
Gamboa, D. Francisco Maniau, y Conde del Peñasco, comisionados por mí para el efecto,
reduzcan
se
que pre-
las
á
cisamente cedan en culto de
la
Sa-
grada Imagen, como son adornos de Altares en
los
públicos de lleve
la
Conventos y
edificios
carrera por donde
en procesión, colgaduras
nación general en
proclamación,
el día
é
se
ilumi-
y noche de la
omitiéndose
todas
las
de diversión, ostentación y luxo, por no ser correspondientes en un tiempo
á protestar á
cordiosa madre en las circunstancias
más
el
año pasado de 1810.
fué la que cegó los ojos
Y
á fin de
mando
que publicada por Bando esta determinación,
se
Prelados,
dos
y
ponda.
circule
Ge fes
á
los
las
opulentas riquezas de México, se
arrojaban precipitados sobre las pocas
México
Febrero de 181
en I
.
les
opusieron. María
que extendió su manto sobre exército, este
acaso
si
nombre
el
el
pudo
que defendía
su causa, su honor, y su gloria tan vilipendiada de los sacrilegos facciosos,
María
fué la
que con
el soplo
de su
boca varió la dirección de las balas,
Magistra-
hondas y piedras que de otro modo hubieran acabado necesariamente con
quienes
á
Dado
bayonetas que se
Tribunales,
militares,
Ministros
de los innu-
merables bandidos que ansiando por
pequeño merecer
de todos,
que pudieron acaecemos en Sí, María
tristes
todo
dignamente el patrocinio de la Santísima Virgen para alcanzar la continuaá noticia
nues-
libertadora, nuestra benigna y miseri-
fué la
que llegue
ella fué
nuestra defensa, nuestra
escudo,
tro
de angustias y calamidades como en el actual, en que se debe implorar
ción de sus misericordias.
María, con quantas lenguas
pudiésemos hablar, que
á
corres18
de
Francisco Xavier
i.
Existe en
mi poder
este curioso
Bando.
El culto,
María
los nuestros.
vanidad y
la
que con una
fué la
heridos á los enemigos,
mano prostraba
y con la otra lei^antaba del polvo de la
que
tierra héroes invencibles
situaron
se
nuestros
soldados, para impedir
el
valientes
estrago que
en ellos debía causar el vivo fuego que de allí se les hacía. María fué, por último, la que no desdeñándose de tomar personalmente el cargo de un
general de exército, gefes,
maba
ayudaba á i'i
los
los
,-
que desfallecían, daba '
,
,
las colunas,
67 mayor
vigor,
nosotros nos descuidamos en clamar
al
cielo... ».
con
batallón quedó constituido
El
más de dos mil quinientas señoras,
las
cuales hacían guardias á la efigie
de
Remedios, alternándose de tres en
los
tres en la Catedral
la
mañana hasta
por espacio de
y
tres cuartos de hora,
desde
medio
el
las tres hasta la
cinco de
que
templo.
se
cerraba
el
de
las seis
día, y la
desde
tarde en
los
subalternos, ani-
vidad á los perezosos, trables
á
inspiraba
la política.
tras ellos pelean con el
los des-
truyesen y acabasen. María fué la que ocupó la cumbre de los montes á cuya falda
'
;
!
1
acti-
hacía impene-
,
sostenía los fuegos, y¿ qué sé yo si hizo la vista del enemigo como
•
,
i
Las dos banderas.
^. ... , dirigía los tiros,
Volviendo á tomar
la
punta del hilo
parecer á
¿^ Jog cultos político-religiosos tribu-
un exército de cien mil hombres el que apenas contaría ochocientos^?... » Los que habían visto entrar en
tados
México
á las fuerzas
derrotadas de D.
Torcuato Trujillo, después de del
Monte de
pensarían
del
las
la batalla
Cruces; no se qué
Sermón homérico
del
Reverendo Padre Díaz Calvillo Pero e\ fervor miliciano no se detuvo aquí; se formó un batallón de señoras con e\ nomhre de Patriotas Marianas «
porque
si
Moyses
Padre — no con
— dice
el
mismo
la espada sino con fervo-
rosas oraciones venció á los amalecitas
orgullosos con su ordinario poder; no
tendremos éxito en
ahora
que
esperar
nuestras batallas,
buen
por exce-
lentes que sean los generales que las
dirigen, militares
y valientes y esforzados que las emprenden, si mienlos
á
Sermón que en el aniversario solemne de graMaría Santísima de los Remedios... predicó Dr. D. Juan Bautista Díaz Calvillo,... púgs. 3i
efigie
de
Remedios
los
durante los meses de Mayo á Agosto ¿g
y los relifachadas de
los particulares
1810,
o-iosos
que adornaron
\^^ casas ó los
las
muros de
los
conventos,
^^^ gg limitaron en hacer derroche de menos ó lujosos adornos, de más buen gusto, sino que también pusieron gj^
lienzos, con grandes letras para
que
fuesen fácilmente leídos, ó con gigantescas
figuras
distinguir
con
para toda
que
se
pudiesen
claridad,
versos
epigramáticos y caricaturas políticorelio-iosas, con el fin de desahogar sus sentimientos en contra de los bonapartes y comunicarlos á las turbas, ^gf^ en los balcones de la casa de
jQg¿ María Villaseñor, Oficial piñmero de la Renta de Lotería casa
j)
;
situada en la
calle del
Puente de
la
que allí se gUStO, buen elegancia COn y dispuSO
Aduana i.
la
Vieja, en un altar
cias á el
P.
¿ 34.
I.
Op.
cit.,
Noticias históricas, púgs. 100 y i5i.
La Vida de México en 1810
58
composiciones
varias
leían
se
ticas, entre otras esta
poé-
:
A BONAPARTE
la
esquina
la
el
ochavo que Portal
del
acordes de
la
música de
la
de
cuya letra comenzaba
tica,
Briíxada de
que tocó una canción así
las
otro tenía asido
el
manos, en actitud
:
Arruina, arruina Pueblos y Ciudades, Destruye, acaba Reynos y Naciones, Ensaya insidias, iras y crueldades, Y hasta el abismo lleva tus pendones;
Agustinos y el de Mercaderes, resonaron « con indecible alegría » los Artillería,
mundo con
:
procesión se situaban bandas mili-
formaba
una serpiente, y
versos explicativos, así decían
por donde circulaba
cuando pasó por
uno tenía una cruz que hería y hollaba
de protegerlo y librarlo de las garras del que acecha á nuestra Uberlad los
:
tares, y
la
la
un
Envanécete, bárbaro tirano, Tala, desoía, arruina fementido Con corazón protervo é inhumano A ese Pueblo de Dios, Pueblo escogido Pero aguarda traidor, deten la mano, Mira que en Nueva España prevenido Todo el Poder está de una Princesa, Que ha de hollar, Bonaparte, tu cabeza.
calles
el
mano con
á
OCTAVA
las
política actual;
en
Ipsa conicret capul iuum.
En
demasiado sencillas y fáciles de entender, sabiendo nuestra situación rías
patri(')-
No De
finalizen, no, las
impiedades
tus soberbias vanas intenciones,
Prosigue, si pero antes te aconsejo te veas, Napoleón, en este Espejo.
Que
¿Ves, Napoleón, hollada tu cabeza Por un mejor David, Pastor divino. Que en la bandera de la Cruz expresa Su gran Poder de un modo peregrino? ¿Ves esa sierpe así? pues si te pesa Ver retratado en ella tu destino. Todavía es tiempo, llora atribulado <'
Que en
ella sólo figura tu j)ecado.
:
Cuando m^ás engolfado el pensamiento Tus designios fomentas orgulloso, Y llevando tu nombre por el viento «
«
¡Españoles, la Patria oprimida campos de honor!
os convoca en los
La casa del
Lie.
por
el
Quieres llamarte
D. Manuel Villa-
señor, calle de Venero^ n°
tuosa
»
adorno.
i,
fué sun-
Once
parte
superior,
cantaban
encerrados en sus jaulas. Al
Todopoderoso
:
vé tu intento, Por boca de este niño el más gracioso Te está diciendo « Loco, deja el brío, No to envanezcas, que este mundo es mío :
»
arcos
ocupaban los balcones; de los arranques pendían canastillas doradas, y en la
el
Un supremo Poder que
pájaros pie
de
En
la Condesa de Regla, San Felipe Neri n" 6, el adorno fué riquísimo y suntuoso, pues
calle
la
casa de
de
podían verse
allí
finísimos tapices de
cada columna se ercfuían estatuas de o
china, magníficos damascos con galo-
estuco y espejos de clarísimas lunas, y entre unas y otras se pusieron
nes, flecos y goteras de seda amarilla,
Estaban
versos.
sentando
á
allí
Fernando
pinturas Vil, y
repre-
en una
espléndidas muselinas, grandes espejos,
soberbios
fanales
de
cristal,
sobre una peana también de
y
cristal,
columna « de chaquira azul y blanca, que brillaba herida del Sol... una \í\ peana imagen de bulto de María... se/H'ia de taza á una [nenie... en el friso principal. .. dos marcos dorados...
tamaño de su de los Remedios, original, « vestida con banda y bastón de Generala y el Niño con un sablecito
y en
á los lados
:
el
centro, dos niños de bellísima
escultura, que
figuraban
dos
alego-
pero abrillantado, se colocó
la
efigie
del
de oro con su vayna de filigrana de
ella,
», y cuatro angelitos
en ademán de dar música á
la
Virgen.
El culto,
vanidad y
la
la política.
Los versos que podían leerse entre los
varas de alto,
adornos, eran nueve sonetos, seis octa-
ríos,
vas y
un epigrama, terminando uno
modo
de los sonetos de este
barrancos
briéndose
Levántate, Princesa esclarecida Guerrera, oponte á la enemiga saña; Amiga, ampara ú tu nación querida. :
traje de
,
« volaba una india rica y per^ fectamente vestida, según su antiguo
enfrente, '
-^
después de
sión arrojaba
al
la
proce-
pueblo versos,
flores,
canastitas de dulce y otras friolerillas
con que
divertido
tenía
lo
Entre
».
que tiraba esta india voladora, uno de ellos comenzaba así los sonetos
* c + banto tenia -
1
el
1
•
•
izquierda y en
fiffuraba
partir,
como
ventana,
la
riqueza y lujo,
del
el
la
de
la
hacia
í;aía
la
casa por
Casa de
San Felipe calle de San
José el Real.
Con tu
:
lo
Dr. D. Matías
al
Mon-
teagudo. Presbítero, Director de este Oratorio
é
Inquisidor honorario
Santo Oficio, con
que
en
sus
Ignacio de deras
«,
alusión
ejercicios
Loyola,
poner
allí
«
en
al
del
pasaje,
intituló
San
Las dos banel
política peculiar;
que había respondido
tenía su política peculiar
« él
mencionado
hermoseando
ameno manos
derecha
».
y
mostraba
«
benigno y apacible, su presencia un
con
frondoso
valle,
de
Con
cuyas
recibía el patriarca S. Ignacio
una bandera blanca que llevaba mi Evangelio.
Cinco sonetos,
Musas
«
escrito
:
»
parto poético
»
de
del Dr. D, Francisco Alonso
Ruiz y Conejares y de D. José María Cervantes, y cuatro Villaseñor y octavas anónimas, explicaban aquellos episodios que se atrajeron
toda del público, á
devoto
mandó
á
tal
la
atención
grado, que un
cierto artífice
que
grabase una lámina, que perpetuase
frente un gran lienzo de quince varas
feliz
de largo por veinte
el
de altura, en el que se pintó sobre un zócalo de tres
la
á Jesús con rostro
las
Ocurriósele
sobremanera
Ministro Ceballos, quien habiéndole
que
ejercicios del Oratorio de
Neri, que
1
»
vulgo dice, no por
frente
el
derecha una pluma.
hecho reflexiones justas sobre su conEspaña, contestó el Corso
sí por lo monumental desahogo patriótico- político -rcli-
gioso fué en
que
mano
la
una bandera roxa con esta ins-
El episodio de
Pero en donde se echó
111 la
lo
1
ducta en
temáis, yo voy delante!
la
11 libro en
un
demonio,
al
aludiendo á
Aplica, pues, tu oído vigilante, Y oye los ecos dulces y melosos. Que resuenan sus labios amorosos
No
serafines,
arrojando llamas y denso humo, y entregando á Napoleón, que estaba á su presencia en ademán de
al
:
de
espantoso,
Va
triunfante.
fijos
y otro lado de este episodio, se pintaron otros dos. El de la izquierda
Por es las calles hoy, oh pueblo amante, De damascos ornadas muy preciosos, Entre aplausos y vivas armoniosos
Diciendo
de
A uno
cripción
Emperatriz
rodeada
para dictarle los ejercicios, por
:
á transitar la
ciudad
la
una Virgen que bajaba en
nube,
blanca
traxe, v antes y
lejos
lo
penitente, arrodillado y
los ojos en
>•
Además, desde la acotea de la casa de la Condesa de Reíala hasta la de ,
á
un bosque con árboles, y montes », descu-
Manresa, y en la cueva principal aparecía una escultura de San Ignacio en
:
«
^
a
59
idea
artífice
del fué
Dr. tan
le la
Monteagudo; mas poco
leliz
en
la
ejecución del pensamiento, que no se
La Vida de México en 1810.
6o
podía dudar cuál figura estaba más fea V horrorosa,
de San Ignacio ó
si la
la
del Diablo'...!
Por
fin
terminaron
,
Remedios por
sesenta
los
DE PEREGRINACIÓN de
DÍAS
efigie
la
de
mismo patriotismo que veían
exaltar
por todas partes, y apasionados cou el propio odio que los españoles sentían en contra de los franceses, opondrían á la Virgen espartóla
de los Piemedios,
con-
traída por los conquistadores, la KíV'^'en
ventos de México, durante los cuales
india de Guadalupe, que sería paseada
los
calles y
las
pocas veces había visto la
solemnes
procesiones,
Ciudad tan
tan
lujosos
adornos, tanto entusiasmo por
asistir
con
aquel
á
las
fiestas
celebradas
público y continuado culto. La Virgen Conquistadora volvió al Santuario de los
Remedios, enmedio de un concurso con los honores militares
inmenso,
que era costumbre hacerle, arrastrado coche por toda clase de personas y por los actores del Coliseo. el
La devoción plegó sus
y vitoreada no
la
aclamarían envuelta entre
de
repetimos,
fué
del incienso y al entonar
victoriosos
porque
;
un símbolo de
cumbres remoto siglo
del xvi
los
acaudalados y poderosos; y para
sus
los patriotas sinceros
sentimientos políticos
del temido
aquellas
las
Corso. Pero últimas
¡
en contra ay!
fueron
explosiones
ruidoso entusiasmo hacia
la
pronto los criollos electrizados por
I.
Diario de México,
tomo
de
Conquista
XIII, pág. 3io.
;
las
me
demás
la
himnos
la Patria,
y desde
Tepeyac y desde ,
había
vuestra Piadosa Madre, á
de
los
Virgen
derroche de
que desahogasen
humo
aquella
ne()fito
y de vanidad,
el
la
un pretexto piadoso para que hicieran riquezas
sitios
pólvora y al exhalar el postrer suspiro, que entre las blancas nubes
era
lo
por
luchar los insurgentes
al
en los campos de batalla, en los
las
porque
sino,
de
heroicos que sostendrían y al entrar triunfantes en los pueblos; y lo mismo
herida su
festación;
las calles
Ciudad como aquella,
una
todas partes,
modestia con aquella ostentosa mani-
alas,
sólo por
raza vencida
el
dicho á un :
a
Yo soy
y á todas mis queridas gentes, que
llaman, que
me
confían... les oiré
tí
buscan, que en mí su llanto, sus pala-
bras, para que dulcifique y cure todas sus dolencias, sus trabajos y sus miserias'
»
el I. Antonio Valeriano, Relación ms. que se conserva en el Archivo de la Colegiata, hoy Basílica, de Nuestra Señora de Guadalupe de México.
.
CAPITULO SEXTO DE CÓMO ENTRÓ EL VIRREY VENEGAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
ciones en
I
„
la
,
Preparativos.
Desde que
la
los
destinos de
la
Nueva España en 1810, tuvo ciertas ó vagas noticias de que á substituirla llegaba pronto un nuevo Virrey, se puso en movimiento á fin de hacer todos V cada uno de los preparativos acostumbrados, pues
la entrada y recibimiento de los virreyes hasta entonces
había sido solemne y bastante dispendiosa para el Real Erario.
En aquel año memorable
« la
Mag-
dalena no estaba para tafetanes
entrada de los virreyes, respecto
»,
es
en la Villa de Guadalupe y en la ciudad el llegar los dichos virreyes,
y proponiendo que se tidad de S3ooo.
pueblo, bajo subscriciones aquélla
y
el
impuestos
al
disimulado nombre de
ó socorros
éste,
los
se
;
así
es
que
hallaban pobres y
en
can-
la
Los señores cabildantes, vulgo regi-
acostumbrados como estaban
derro-
al
y pompa, no
embargante que tuviesen que pedir prestado, y empeñar che
como
garantía, los productos de
al-
gunas de sus rentas ó arbitrios;
así es
que, oído con
oficio
protestaron
préstamos
fijara
dores, corta les pareció esa cantidad,
sangrías por situación de fondos á la
Península, con motivo de los sucesos
la
Real
toda atención
Audiencia
el
Gobernadora
que señalaban, qué gastos habían de erogarse en tales ceremonias; que reducidos
éstos
como estaban ya por
práctica antigua,
recámara que se
la
disponía en Guadalupe para alojar
Nada extraño parecerá, por consiguiente, que en el Cabildo que celebró
Virrev, á pesar de
Ciudad
el
28 de Agosto de 181
o, se
un oficio de la Real Audiencia Gobernadora, contraído á modifica-
recibiera
,
obediencia y respetos de fórmula, y acordaron representar sobre el contenido, basados en las cédulas la
esquilmados.
la
al
,
de México,
de
de la invasión napoleónica, y de
,
numero de personas que deberían convidarse á la mesa y refresco servidos
decir, la Real Hacienda, á causa de las
embozados
presupuesto de gastos en
.
Real Audiencia Gober-
nadora que regía
el
la
al
abundancia de
los géneros, tenía de costo cerca de los
^3 000 que había
que
se
presuponían, á
sumar
el
camas regulares para
costo
lo
de
la familia
que ocho
de Su
La Vida de México en 1810.
62 Excelencia,
el
de tres días de función,
comidas y refrescos abundantes y finos, porque solían asistir por lo menos cien personas distinguidas
:
más,
itcm
la
tijaba las siguientes reglas,
de observarse en i''
Que
que habían
sucesivo
lo
:
á la entrada del Virrey
en
la
Guadalupe, que había de veri-
Villa de
habilitación de la despensa del Virrey,
ficarse de tarde ó
con objeto de que luego que terminaran
cieran á los Tribunales ó Cuerpos ofi-
las funciones, se
comenzara
« á
hacer
ciales los
hasta f<^N%
cumplimientos acostumbrados sino
allí,
mediatamente al
el
de noche, no se hi-
al
día siguiente, é in-
se trasladaría el Virrey
Real Palacio de México para prestar
juramento de 2"
Que para
la
estilo.
noche en que llegaran
de Guadalupe se dispusiera
á la Villa
un refresco y cena
al
Virrey y á su
familia, pero sin invitar á
ninguna otra
persona. 3"
Que
el
gasto se limitara á un solo
día de refresco, aquél en que entraran los virreyes á la Capital, y
días 4"'
como
no
á tres
antes.
IjOS invitados
deberían de redu-
cirse á sesenta individuos. 5"
La
lista
de invitados se formaría
previamente por
\0l^
Ayuntamiento y se Goberna-
el
remitiría á la Real Audiencia
dora para completarla y aprobarla. 6" Se volvía á fijar, como en el. pri-
mer oficio, la cantidad de S 3 ooo por monto total de todos los gastos, bajo el
REGIDOR
concepto que
cantidad
(Dibujo de Claudio Linati).
la
si
se excedían
de esta
pagarían los regidores por
su cuenta. el
gasto diario por cuenta de Su Exce-
lencia*...
»
En Cabildo celebrado
seis días des-
pués, recibíase otro oficio de
Real
Audiencia
que á
la
la
Gobernadora
,
propia
en
el
postre de citas y referencias
de todas y á cada una de las disposiciones ordenadas en cédulas y acuerdos,
Los rumbosos y pródigos cabildantes, no se conformaron con las anteriores reglas que les prescribía
la
Real Au-
diencia Gobernadora; de antaño y por herencia, como los viejos nobles, preferían arruinarse por vanidad y osten-
mezquinos y poco dadivosos, pues estaban acostumbrados
tación, que aparecer
á tales festejos ini'itiles y costosísimos; Actas de Cabildo de la Ciudad de México Sesión del 28 de Agosto de 1810. Ms. del Archivo del Ayuntamiento de la misma Ciudad. 1.
;
por tanto y de común acuerdo los regidores todos, resolvieron a representar
De cómo de nuevo
»,
que estaba
á
Virrey á
la
Ciudad, tomaron
reso-
la
:
Atendiendo
á la falta
de nume-
rario en las arcas, el Sr. Cervantes (y Padilla D. Juan) ofreció suplir siete
pesos
mil
entretanto reria
para se
los
gastos precisos,
sastifacen por la Teso-
y habiéndole dado las
;
se
acordó que
D.
Ignacio José
suma para
Peza
Sr.
el
de
(y
gracias
Casas
reciba dicha
la)
los fines indicados'.., »
Kl 25 de Agosto había arribado al
de Veracruz el Excmo. Sr. D. Francisco Javier Venegas, electo Virrey, Gobernador y Capitán General de la Nueva España y Presidente de la Real Audiencia de México; y habiendo puerto
remitido
á
ésta
nombramiento 6 de Julio por la
Real despacho y expedido en Cádiz á su
el
Supremo Consejo de
Regencia, que gobernaba á
nombre de Fernando
en
debidos obedecimientos
la
Nación
VII, puso los
la
citada tantas
como GobernaReino v como Tribunal de
Virrey Venegas.
el
y en atención seguramente muy próxima la llegada del
lución que sigue «
entró
G3
blar relaciones con todas aquellas per-
sonas que juzgó necesarias. Detúvose
en Xalapa, y aquí fué agasajado, lo mismo que en Puebla, donde contrajo
amistad con
Obispo y
el
Intendente,
el
acompañándole el último hasta México'. Venegas llegó el i3 de Septiembre de 1810 la Villa de Guadalupe, en la que fué recibido y obsequiado por el Ayuntamiento de aquel lugar, y allí pasó la noche con todo su cortejo, acordándose que al día siguiente haría su entrada solemne en la ciudad capital del Virreinato de la Nueva España, siguiendo la Calzada de Guadalupe, y cá
de Santiago Tlatelolco, Tet-
las calles
zontlate, Santa Catarina, y Santo Do-
mingo, hasta
el
Real Palacio.
Las tropas de caballería se
pusieron
sobre
é infantería
armas
las
para
hacer los debidos honores á Su Excelencia, el
formándose en dos alas desde
Real
Nuestra
Palacio
hasta
Garita
de
Guadalupe, cuya
Señora de
carrera se hallaba
la
muy
colgada y ocu-
inmenso con-
veces Real Audiencia,
pado todo
dora del
curso formado de gentes de uno ú otro
Justicia,
remitiendo inmediatamente
al
el
tránsito por
sexo.
Virrey dos itinerarios de los caminos,
La Real Audiencia partió desde tem-
para que se sirviera elegir uno en su
prano rumbo
viaje
y á la llegada á la Capital le pusieran en posesión de sus altos em-
de
Gobernadora del Reino, y luego que
pleos^.
estuvo en aquel
D. Francisco Javier Venegas había
hecho
la
travesía por el
mar en
la fia-
Atocha », y tardó en venir de Veracruz á México más de lo que habían tenido de costumbre sus antecesores porque quiso durante el cagata
«
,
mino
instruirse poco á poco del estado
en que se hallaba
la
Colonia, y enta-
I.
Junta del 29 de Agosto de 1810. Ms.
a.
Diario de México,
tomo
XIII, pág. aña.
al
la
á
la
tropa que
le
Villa,
acompañada
correspondía como
sitio,
entregó
el
mando
Virrey, con las ceremonias de eos-
tumbrc, y ante el concurso de los Tribunales y Cuerpos que habían ido allá á
cumplimentarle.
Venegas, inmediatamente de concluidos estos cumplimientos
pasó
al
Virgen de Guadalupe, donde fué recibido por los canónigos Santuario de
la
I. Ala man, Historia de Mc.rico, tomo y 341.
I,
págs.
3/io
La Vida de México en 1810.
64 de
la
Insigne y Real Colegiata, que
le
acompañaron en el acto de dar gracias á la Augusta Patrona de los mexicanos, por el feliz arribo y toma de gobierno; y cantado á toda orquesta un solemne Te Deum, celebróse una misa, ofreciéndose
las
implorar
el
preces eclesiásticas para
acierto en los actos del que
de
iba á regir los destinos
Nueva
la
España. Concluido esto, fué Venegas ala Sala
cum-
Capitular, y aquí de nuevo se le
plimentó con elocuentes arengas por los oidores del
Real Acuerdo, por
los
regidores del Ayuntamiento, y por los doctores de la Real y Pontificia Universidad, y por los diputados ó repre-
Virrey.
Una Compañía
se estacionó en Seminario, y todos los cuerpos se apostaron en dirección de las calles ya citadas, por donde debía la
del
calle
de pasar Venegas. La infantería estaba
compuesta de una columna de Granaderos, de los batallones de Voluntarios de Fernando Vil y de la mencionada
Compañía
Batallón de la Nueva
del
España, con otras tropas que formaron á uno y otro lado de la carrera, en valla
muy
En
cerrada.
Plaza Mayor
la
de Dragones de España, y desde la Garita de Peralvillo hasta Guadalupe, en pelosituóse parte
del escuadrón
tones formaron los regimientos de ca-
Dragones de México,
ballería llamados
sentantes del Real Colegio de Abogados
que era de
y demás Tribunales y Cuerpos; á cuyas arengas, no poco laudatorias, corres-
de Puebla, quedando
pondió Su Excelencia
Virrey y á su séquito, En la Garila y en batalla estaban
laconismo
con energía y
«
».
Dirigióse acto continuo á la Capital,
y aquí fué recibido por el vecindario enmedio de los más entusiastas regócijos,
con
artillería, y
de
estrepitosas
salvas
la
con ruidosos repiques de
campanas, que fueron echadas
á
todo
vuelo en todas las torres de las muchas iglesias
que entonces había en
noble y
leal
la
muy
Ciudad*.
línea, y el de Provinciales
ocho cañones de cientos
hombres
mando de un Co-
las
En un costado la
calle del
ala plaza del
Seminario que desemboca
mismo nombre, estuvieron
situados dos pedreros encargados tam-
los
de
clarines
Peralvillo avistasen á
n„.
de
.
La entrada en México.
,
se verificó el
desde
las
la
ciudad de México
i4 de Septiembre, y ya
nueve de
la
mañana estaban
tendidas las fuerzas de
que habían de hacer
la
los
,
I.
Su Excelencia y
momento
el
,,
,
1
,
^r-
de respeto del Virrey, con
la
ansiedad era grande por presenciar
ceremonia;
esperaban
guarnición
la
honores
silenciosas y rendidas de estar
al
Gaceta de México de 1810, tomo
I,
págs. 766
de
monturas costosas y elegantes, Como es costumbre en estos casos,
viles, lo
y ^5^
Garita
la
entrada. Cerca estaban también
la
los caballos
La entrada en
de ordenanza,
salvas
del Real Palacio, y en
anunciasen con sus toques
,
al
cuatro, con tres-
á al
de
bien de hacer las salvas respectivas,
n ^
del
ronel de Artillería, de los cuales dos
disparaban
cuando
,
resto
el
Dragones de España para escoltar
las
propio que
tropas
la
inmó-
gente curiosa, -
•
que desde muy de mañana había inva1
1
De cómo dído
banquetas de
las
entró
el
65
marcha un piquete de Dragones de España, en número de 25 caballos,
por
las calles
Virrey Venegas.
donde se había formado la valla, ocupando además las entradas de las tien-
briosos y encabritándose, con un on-
das, de las accesorias y de las casas,
cial
y llenando los cubos de los zaguanes
rrozas arrastradas por no
que permanecieron abiertos. Los muchachos, ágiles y para ver mejor, dada
animales^
su
pequeña estatura, trepábanse en las de las ventanas, que entonces había muchas, formando verdaderos racimos humanos, con sus cabecillas simpáticas, risueños, y con los ojillos
de
rejas
mismo que
y curiososamentc presenciar la entrada del Virrey.
tados
ávidos
alegres
á
cabeza
la
:
seguían varias ca-
menos fogosos
manejaban cocheros erguidos, montados en las caballerías silla
que
y llevando lujosas libreas,
En
los lacayos.
lo
carrozas
las
iban los ricos y nobles de la Nueva España, de linajuda estirpe, unos de reciente
de
creación por servicios pres-
á
Corona en
la
calamidades
públicas de hambres, pestes ó guerras,
Los balcones y ventanas altas, las henchidas por per-
y otros, que eran árboles añosos cuyas
azoteas, se veían
raíces arrancaban desde el tiempo de
sonas de todas las clases sociales; se
la
mecían majestuosas cortinas con bor-
dosas por
dados escudos nobiliarios de los
de Castilla, cuyos dueños eran, ornadas
dueños y poderosos señores de inmensos y no cultivados campos, ó explo-
de llecos y de pesadas borlas; ó movía
tadores
títulos
viento floreadas y modestas sobre-
el
camas, con que
media ó
la clase
pobre había adornado
los
De repente, clarín
se
muy
En carrozas venían también
barandales y
y de cada
dejó oír allá á lo
sonido,
cual
al
matemática
los aires
con marcial
el
hallaban
Aquí fué
humano las
á
la
calles;
tendidos en
sulado,
invadía
dirigir miradas
rumbo
el
moverse
el
hacer esfuerzos para no rebasar el
escuchar todos
la
un toque,
también de atención, que en estos casos se
La su
dan los curiosos
viene
En
:
«
Ya
viene, ya
».
efecto,
venía,
abriendo
la
la
Capital,
como
Acordada, Minería, áG,\di
muchedumbre
del Con-
el
lo
de
el
y
la
Real Hacienda. en
clavó
que iba
estos
fijó
toda
desfilar
á
sus ojos. Lloriqueaban los niños
magullados, aullaban los perros piso.
teados, maldecían las viejas, pellizcaban las doncellas, reían los chuscos,
porque
y acomodo conveniente, y porque todos no querían perder en aquel minuto supremo, ni
todos buscaban buen
el
ya
la
de
atención en
ante
donde había de aparecer Su Exce-
valla, y
Ayun-
los diversos tribu-
instantes todas sus miradas y
oleaje
lencia; el estrujarse sin miramientos;
de el
Contaduría Mayor
carrera.
la
como muchedumbre que
el
el
del Santo Oficio, el de Fiel Ejecu-
toría, el
sucesivamente
todas las cornetas de los cuerpos que se
uno de
nales que residían en
correspondieron con
exactitud
qvie
tamiento, los Oidores, y los comisionados del alto Clero, de la Universidad
toque de atención del primer
que hirió
minas
de
infatigables
habían producido fabulosas bonanzas,
rejas de sus habitaciones exteriores.
lejos el
Conquista, y que tenían ram.as fronsus ricas dádivas al Rey;
menor
ni el
más
sitio
insignificante detalle
de aquel desfile majestuoso. 5
:
66
La Vida de México en 1810. Precedida
de dos batidores de
la
que pertenecían
clase de sargentos,
al
Regimiento de Dragones de España, pasó saludada
por vivas,
aplausos y
gritos de entusiasmo, la lujosa carroza
ocho muías, que una de las delanteras iba montada por un zagalón con peluca empolvada, casaca amarilla, del Virrey, « tirada por
apareadas,
y
de
la
botas altas v sombrero á guiíindo, y
Federica
la
:
empingorotado en elevado iba
asiento,
con
la
que
las
cochero
el
como
vestido
el anterior,
única diferencia botas
se susti-
media
tuían en él por la
blanca y
zapato bajo
el
de hebilla dorada
en
trás,
la
dos
pie
dere-
lacayos,
como
chos
agarrados
de-
:
zaga, iban de
un huso y unos
de
ti-
rantes anchos, que pen-
dían del techo del coche
de aquella caja
dentro
inmensa,
pintada
de
amarillo, con las armas
de España á
las porte-
bam-
zuelas, y la que se
boleaba sobre
las
sopan-
das, colocadas en el ar-
mazón que sostenían pesadas
y
ruedas, se veía
cabeza
la
que
las
fenomenales
saludaba
asomar Virrey,
del á
uno y
otro lado... »
Los
soldados
de
cuerpos presentaban
armas;
parches
y
los las
cla-
rines redoblaban y toca-
ban EL CAPITÁN GENERAL (Dibujo de
J. Enciso).
marcha;
balcones
«
llovían
de los flores
De cómo
entró
el
cuyo adornaban varios listones con
y se dejaban escapar palomas, cuello
de
tos colores
la
cucarda nacional;
el
cañón retumbaba y el eco de las campanas de la Catedral y otros templos ensordecía los oídos..,
Como
cortejo
»
seguían á
virrei-
la
nal carroza, Brigadieres, Mariscales y otros jefes del Fljército, y la escolta
lodos montados
respectiva;
mosos
caballos,
uniformes,
cuerpos de
gando
y
al
luciendo
bordados
marchaban los que se iban replc-
fin
la valla,
para
en her-
desfilar
frente
al
Real
cuando Su Excelencia, una vez entonado en la Catedral el Te Deum y prestado el juramento ante el Palacio,
Acuerdo, se asomase
Real
al
Virrey Venegas.
aquel impreso. El autor quedó confundido, é ignorando la causa la atri-
buyó
á suma moderación del nuevo Mantúvose en su concepto, hasta que el tiempo, que todo lo anazca
jefe.
y descubre, nos manifestó que en aquella acción había sido derrotado Venegas
'....
))
Más afortunado estuvo
todos los tas
americanos
por su
feliz
la
Villa de
Guadalupe, hubo un
Un famépensando que medraría á la sombra de Venegas, recopiló de antemano noticias sobre las campañas de poetas ramplones y serviles. lico vate,
éste en la Metrópoli, publicadas en las
Gacetas de
Península, y con ellas propuso tejer su elogio. « Oyó hablar las
la
acciones que
Uclés y
había tenido en
Tarancón, hizo una
cuantiosa de su papel los
llegada á
disparándole estas cuatro
Virrey
al
esta
Capital
:
octavas Salve insigne Campeón, hijo de Marte salve mil veces. General prudente de valor y lealtad firme baluarte, que puso espanto á la francesa gente. Sólo á ti mismo puedo compararte, porque te ilustra mérito eminente "
incidente curioso y ejemplar para los
de
sus compatrio-
dio la enhorabuena
»,
balcón
'
En
otro versero
adulón y oportunista, D. Juan Camilo Mendívil, Oficial supernumerario de la Secretaría de Cámara del Virreinato, que llamándose representante « de
principal para ver la brillante forma-
ción
67
versos
—
—
:
:
:
quede á
como
la
Fama pregonar
testigo
fiel
tus glorias
de tus victorias.
En hora buena ven á gobernarnos á nombre del Monarca más querido
;
en hora buena ven á libertarnos de los tiros del Corso fementido En hora buena ven á consolarnos, con las noticias que hayas adquirido de nuestra madre patria, y de Fernando, por quienes Nueva España está llorando. :
edición
que contenía
y para ganar albricias
antes de publicarla en México, remitió
gran número de ejemplares á su héroe en Guadalupe. En el estaba momento en que los recibió Venegas, mandó eficazmente que no corriese
que
En este pueblo fiel y religioso, que amante te recibe y reverencia, hallarás, gran Virrey, el muy precioso carácter de lealtad, á competencia. Los escritos del Genio revoltoso, sobre sembrar aquí la inobediencia, á poder del verdugo se mandaron y por sus propias manos se quemaron
-.
Aqui, Señor, verás, que están reinando la dulce paz y fraternal concordia aquí el augusto nombre de Fernando no deja ver la cara á la discordia :
:
Todos los pormenores de la entrada del I. Virrey Venegas en México, los he entresacado de la Gaceta, del Diario, de los libros de Alamán Bustamante y del precioso episodio histórico de D. José Severino de la Sota, intitulado El Grito de Dolores.
Los Tres Siglos de México, tomo III, pág. 27O. Alude á las proclamas de los Bonaparte que se mandaron quemar públicamente en la Plaza 1.
2.
Mayor.
La Vida de México en 1810.
68
tribunal de
aquí verás al pobre pregonando cuánta es del rico la misericordia aquí verás, en fin, de un pueblo honrado tu Vice Regio mando respetado'. :
y toreros
gentón
la el
:
:
Cabo
ó
dispuesto
los matones Acordada andar era de un Sar-
atufado,
furriel
muchos
dar
á
palos;
y por
pésima idea que los reflexivos habían formado de su persona,
desgracia III
esta
se extendió á la gente de la plebe*... »
Los pasquines.
Los partidarios del antiguo régimen, contradecían este aspecto exterior de
¡Qué ajeno estaba el vate cortesano que dos días después y adulador, estallaría allá en Dolores la tremenda
Venegas. Aseguraban que estaba en la medianía de la edad, que tenía buenos modales, que
revolución, y le desmentiría, á la faz
todos sus
de
canos
la
»,
imperaba
«
concordia
«,
como
y
que
la
de sus la «
sores habían dado ejemplo. Le elogian,
embusteras
cara » de
más
la dis-
no se dejaba ver ante el llamado augusto nombre de Fernando! desmentiría
la
Musa
Empero,
riores, serios y orgullosos, vestidos y
examinar su cráneo; su misma catadura indicaba lo que se podía esperar de él. Era alto, fornido, avinagrado, labios gruesos, mirar sa-
ssevus
ni
é
hombro izquierdo... la piiltas, como describe
Ule
el
historia á Domiciano. Presentóse con una enorme patilla y furia alborotada :
la patilla
México
sólo la usaban entonces
los
pachones ó
esbirros
en
peinados como en ((
Corte de España,
la
que había conservado
Francia
antes
observando en
de el
la
los usos
de
la
Revolución,
y
palacio un ceremonial
imitado del de los monarcas españoles
que
lo
habían continuado sin altera-
ción desde los príncipes de austriaca
mucho «
con
»,
que el
por
lo
Venegas
que se
la
dinastía
se
extrañó
presentase
pelo cortado, sin polvos y con
del I
T.
impresio-
habían hecho gala los virreyes ante-
recurrir á las doctrinas del
inclinada sobre
trato,
fácil
naron y desagradaron á los habitantes de la Capital, acostumbrados á la rigidez y á la ostentación de que
—
ñudo y amenazante, cabeza enorme
y llano y
traje,
—
Doctor Gall,
la
la
venía su exterior revestido, su sencillo
Los mexicanos penetrativos concibieron luego dice Bustamante sin necepersona, su de idea peor la sidad de
Nueva España - )). corteza amarga de que
mejores virreyes de
popular y espontánea, autora de los pasquines que le fijaron al Virrey, porque Venegas no se hizo simpático ni por su aspecto, ni por sus hechos
((
habría contado sin duda entre los
le
festiva,
posteriores.
tarde, su probidad y desinterés,
y afirman que si otras hubiesen sido las circunstancias de su gobierno, « se
cordia
Lo
le
que era expedito en el trabajo y que desplegaba una actividad en el despacho, de que pocos de sus predece-
aquí
y fraternal evidente mentireja,
las
de que
octavas,
de
dulce paz
la
todas
compatriotas ameri-
«
falsedad
guerra en España
la
había hecho conocer á los hombres,
Diario de México, tomo XIII, págs. 3oi y 3o2.
Los
Tres
tomo III. 2. Atamán,
Siglos
de México, pág.
Historia de México,
tomo
I",
277 del
pág.
3/ii.
:
De cómo botas y pantalón
siendo como era
»,
suprema dignidad
de
revestido
í'iincionario
alto
«
entró
«
la
quando Govierna en y no teme la malicia
Siendo
entonces
de
muy
vulgar
los pasquines,
todo tiempo en que
nso
el
como en
pueblo no goza de
el
libertades para decir lo que siente, se
acudió á éstos y á los cobardes anónimos, para manifestar ideas reprimidas, y
le
pusieron á Venegas, entre otros, :
Con botas y pantalón, hechura de Napoleón;
y que, según otros, rezaba
Dístico que claramente al
hacía
traje del Virrey y al
rele-
desdén
apareció en contra del Virrey, publi-
cado varias veces, pero con adulteraciones posteriores, por cuyo motivo lo á reproducir,
tomándolo de un
texto inédito y contemporáneo. Dice así
:
Venegas respondió alas que se
!
Venegas, ó alguno de :
Mi cara no es de Excelencia mi trage de Virrey, pero represento al Rey y tengo su Real potencia. « Esta sencilla advertencia os hago, por lo que importe, la Ley ha de ser mi Norte que previenen mis acciones ¡cuidado con las traiciones que se han hecho en esta Corte! "
ni
:
1.
ídem, ¿clem,
la
misma página.
la
Capital, « con tan pocas palabras y voz
estentórea, petulante, y
como de
bóveda, cual pudiera un Espartano que
estado
fectamente teniendo en cuenta
el
de ánimo del nuevo Virrey.
Traía ya
«
S. E. la pildora de la revolución en el
cuerpo,
pues
en
el
camino recibió
algunas cartas, en que se
le
decía
la
mala disposición en que estaba la tierra » Los dos comisionados que
adentro
tenía el
Gobierno español en México,
D. José Luvando y D. Juan Antonio Yandiola, habían ido hasta el castillo de Perote para informarle de las malas noticias
del
que aquí
Reino, pero
se tenían del interior les dio
poca impor-
no previo su trascendencia.
En Querétaro ya estaba arrestado
de Virrey ¡Dios ponga tiento en tus manos no destruyas nuestra Grey! »
cortesanos, contestó
felicitaciones
hicieron á su entrada en
le
tancia y
¡Ni tu cara es de Excelencia
ni tu Ira ge
atroz.
sionado que haya sido, se explica per-
:
medroso que en todos despertaba el Capitán del Siglo, por la conducta que en España había observado. Más expresivo fué otro pasquín que
vamos
más
economizaba hasta la saliva ». Tal juicio de Bustamante, por apa-
De patilla y pantalón, hechura de Napoleón.
«
delito
Castiga, sin ver respetos no complace á los sujetos ni se lleva del dinero, pues que su alma es lo primero que todos estos objetos '. »
tan
un pasquín que, según unos, decía
rencia
justicia,
del Potentado Feroz el
La antipatía, por consiguiente, fué general.
69
El Juez representa á Dios
el
».
'
Virrey Venegas.
el
el
Corregidor, su esposa y los hermanos González, cuando se celebraban las sus
poetas
fiestas del
recibimiento de Venegas, y
aun no habían concluido de celebrarse, cuando el 16 de septiembre de i8io, á la madrugada. Hidalgo y los primeros caudillos habían tomado la pronta y audaz resolución de lanzar
el
valeroso
y decisivo Grito de Dolores, que conmovió á toda la Nueva España anunciando un cambio radical en I.
la
Manuscrito original en mi poder.
Colonia.
La Vida de México en 1810.
70 Precisamente en
el
i6 de Septiembre,
mañana, comenzaba
la
el
día de fiestas para celebrar en la
tercero
México
entrada del Virrey. La víspera había
ido
el
CaJjildo eclesiástico,
en forma.
esmerado en las tres noches de aquellas solemnes festividades', Pero Su Excelencia, el Virrey D. Francisco Javier Venegas de Saavedra,
Rodríguez
Güemes, Daza y Maldonado,
de
Arenzana,
y precedido del Pertiguero, á cuplimentar á S. E. en Palacio, acompañado de
Mora, Pacheco,
cuatro capellanes de Coro, á cuya sa-
Teniente General de los Reales Ejér-
lida de la Catedral y regreso,
cítos.
habían
repicado las campanas de las torres
arengándole
;
Caballero de
la
Calatrava,
Gobernador y Capitán Nueva España y Presi-
Virrey,
General de
Orden de
la
Presidente del Cabildo
dente de su Real Audiencia, á pesar
en nombre de los canónigos, contes-
de todos sus ilustres cognómenes y de su poder como supremo mandatario en
el
tó el Sr. Virrey
enérgicos y
dora
«
en términos sucintos,
muy adequados
c|ue traía S. E.
en
Ya antes habían hecho Real Acuerdo,
el
».
¡La píl-
cuerpo!
el
mismo
lo
el
de
Ciudad, y así continuaron por su orden los demás Tribunales y Cuerpos, Títulos de Castilla, Oficialidad,
la
Nobleza y las Parcialidades de indios de los barrios de San Juan y de San-
ya traía
«
revolución
Tribunal de Cuentas,
los Oficiales Reales y los regidores
Colonia,
la
en
el
pildora de la
la
cuerpo
»,
y todas
aquellas adulaciones serviles de auto-
ridades y cortesanos ávidos de medrar, ha de haber apreciado como esté-
las
riles lisonjas
sentaciones quizá
toda aquella ostentación
;
Deum, paseos públicos y
de Te
teatrales,
pompas vanas
;
le
repre-
parecerían
por eso contes-
taba ahorrando palabras, con voz es-
en términos sucintos, enér-
tiago.
tentórea,
Los paseos por las tardes de los días consagrados á las fiestas, fueron com-
gicos y
pletos, así por la concurrencia Incidí-
alegría falsa, con que intentaban ocultar
sima de gente
á
que dieron ocasión
las
siete músicas militares que en distintos
puntos de
la
Alameda
se
colocaron,
porque México en celebridad de su nuevo gobernante había querido « hacer ostentación
de
sus
vistosos
y
ricos
La compañía que representrenes taba en el Coliseo se había también
muy
adecuados; porque se ha-
Haba de veras
triste,
los cortesanos
toda
la
candente anhelo de
Colonia, de todos los que no
estaban
medrando el
el
rodeado de aquella
en
los
puestos
públicos,
ó viviendo del Erario Real
descarado anhelo de ser libres
dependientes!
».
i.
K/a/io Je .i/e>/co, tomo XIII, pág. 3ii.
:
é in-
CAPITULO SÉPTIMO LAS BELLAS ARTES
La
I
estaba
La Pintura. Si
meno
Bellas Artes no tuvieron
las
el
año de 1810 un florecimiento que marque una época en nuestra historia de la
arquitectura y pintura, del grabado
técnica
parte
encomendada r,i y rlanes,
particular de tura; á D.
de
á D. *
r»-
Academia
la
Rafael Xi-
general i
Director
enseñanza de
la
Manuel Tolsa, de
la
escul-
la
Velázquez, de
tura; á D. Antonio
y
pin-
la
arquitectura; á D. Francisco Gordillo,
grabado en
hueco; á
Pedro
D.
y de la escultura, y de la música pro-
del
lana y religiosa, es preciso convenir,
Rodríguez, del grabado en lámina;
embargo, que contaron con muy dignos representantes en aquel año
Br. D. José Avila y Roxano, de matemáticas. Eran tenientes de estos direc-
memorable, tanto en maestros de
pri-
tores,
mer orden, como en discípulos y
afi-
pintura, lo mismo que D. José María Vázquez; y Académicos de mérito, este último señor y D. José Pernani; de
sin
cionados distinguidos.
Academia
La
de
las
Nobles
tres
Artes de San Carlos estaba á
la
sazón
bajo un Viceprotector, que era el Airrey de
la
dente,
el
Nueva España; de un PresiMarqués de San Román; de
Conciliarios,
siete
contaban
varios
entre
militares v comerciantes tario,
el
se
Castilla,
de un Secre-
Capitán D. Antonio Piñeiro,
Tesorero de de
;
que
los
de
títulos
la
Real Casa de Moneda;
Académicos de Honor, que figuraban los más ilustres
cuarenta
entre los
personajes de
la
en
en
las ciencias,
sia,
en
el
Colonia en la milicia,
las artes.
en
la igle-
gobierno, y se dintinguía
entre ellos una ilustre dama,
la Señora Marquesa de San Román, que mereció también ser titulada Directora Hono-
raria,
en
el
ramo de pintura.
D.
escultura,
había sido en
la
Francisco
D.
en
Clapera,
Francisco
al
la
López, que
Académico de igual
clase
Real de Valencia, y D. Cosme la de Cádiz,
Velázquez, Director de
Los
Académicos de
mérito
en
el
ramo de arquitectura, aprobados para la ejecución de su arte en la Nueva España, eran en
i8ro,
D.
Esteban
González, D. Luís Martín, D. Joaquín Ileredia, D. José Gutiérrez, D.
Manuel
Tolsa, D. Luís Toca y Salcedo, D. José Avila y Roxano, D. Ignacio Castora,
D. José Velasco y Buitrón y D. José del Mazo y Aviles. Los Académicos de
mérito en
el
ramo de grabado en hueAlconedo y D. Fran-
co, D. José Luís
cisco Gordillo.
La Academia,
cumpliendo
con
lo
La Vida de México en 1810.
72
prevenido en sus Estatutos, sostenía en 1810 dieciséis pensionados
cuatro
:
de ellos, indios de raza pura, que percibían cincuenta centavos diarios
pensionados restantes en
la
:
;
y los
cuatro lo eran
escultura y cuatro en
la
arquitec-
mia, y particular del ramo de la pinD Rafael Ximcno y Planes, que-
tura,
dan en México monumentos importanentre otros la pintura de la cúpula
tes,
de
Catedral
la
metropolitana,
nado precisamente día
1
«
el
estre-
año de 1810,
Sobre un cuerpo de arquitectura
en perspectiva, se representa á
gen bajo su advocación de al
el
5 de Agosto.
la
acompañada de todas
Cielo,
la
Vir-
Asunción las vir-
modo más adecuado. En la parte
personificadas
tudes,
del
conveniente y superior, se ven figuradas
las tres
sim-
augustísima Tri-
l)ólicas
personas de
nidad,
Dios Padre, Dios Hijo y Dios
la
Espíritu Santo, en actitud de bajar á recibir
á
Santa Virgen. Enmedio
la
está el Eterno la
mano. A
la
enseñándole
Padre con una corona en diestra el Hijo Redentor
el
trono que tenía prepa-
rado para su Santísima Madre,
puesto de querubines, de
Testamento, lla,
y á la
contemplar
la
media Luna y
siniestra al
la
mano
Espíritu
com-
Arca del la
Estre-
se
puede
Santo empu-
ñando un cetro, como para hacer efecde tan Soberana la coronación Reina. A los lados, pero en primer tértiva
SR. D.
MANUEL TOLSA, ESCULTOR Y ARQUITECTO (De un pastel de la época).
en
tura; dos,
el
mino, y del lado del Evangelio están los Santos Padres del Testamento An-
grabado en hueco y
otros dos, en el de lámina.
Todos
los
meses
se distribuían en
varios premios sesenta y los discípulos de la
seis
pesos á
Academia que pre-
tiguo, y á la parte de la Epístola, la Familia Sagrada, por su orden, en
ademán de alabar y bendecir aquel dulce
Con
ó el
«
incomprensible prodigio
mismo
fin
se
representan
sentaban
las
mejores obras y dibujos, previa calificación que hacia la Junta
frente todas las Matronas
Ordinaria
'.
y sobre estos grupos se
Del Director General de
la
Acade-
1. Calendario manual y guia de forasteras en México, para el año de 1810, por Don Mariano de Zúñiga y Ontiveros. Con Privilegio. En la Oficina del Autor. Págs. 78 á 79.
«.
al
del Antiguo
Testamento, como símbolos de María, descubre
la
Corte Celestial, comandada por los tres arcángeles, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, y cerca de la Trinidad
augustísima, aparecen multitud de án-
Las Bellas Artes. gcles tocando diversos instrumentos de
música,
como para manifestar
cijo V culto al
Tal es
«
Criador del Universo
pintura de
la
su regó'.
cúpula de
la
»
la
Catedral, en que representó, Ximeno,
Asunción de
la
hay quiza en
No
Nuestra Señora.
género más
el arte
dilicílj
y en que más pueda campear la habilidad de un maestro. Sin embargo, se
desempeñó
de ornamentación
teria
ma-
bien, v su obra es en lo
mejor que
se
Que Ximeno
era un artista de méno tiene duda. Y cabalmente el género en que me parece descollaba es rito
ese... la
No
gran pintura mural".
fué la única
mosa cúpula de
mente aprovechados,
que
habían
lo
sido ya de otros profesores de la Aca-
demia, antes de que
él
viniese
Nueva España. Juan Sáenz
fué
á
la
cola-
borador suyo en
la
cúpula de
pues pintó
el
hermoso grupo de
dral,
la
Cate-
San Miguel y los ángeles rebeldes, y autor de dos grandes cuadros murales, \i\
Irn'ención de la
que existen en
Cruz por Scniln Elena,
la iglesia
de
la
Soledad
de México. José María Vázquez,
el se-
gundo discípulo de Ximeno, pintó cua-
rejistra en aquel teniiplo. «
73
»
que ejecutó. La her.
Señor de
la capilla del
dros para
de Loreto y para la Antonio Cas-
la iglesia
capilla del Sagrario. José tro,
el
tercero v último de los discí-
pulos, y quizá el más original de los tres, concibió y ejecutó « una alegoría
España contrajo
alusiva á la alianza que
Santa Teresa, que por desgracia fué
con Inglaterra
á
dcstruítla en un célebre terremoto del
en contra de
Francia'
la
principios del siglo ».
decorada por
El día 10 de Marzo de 1810, murió
que imagen; en el ábside el alboroto que hubo en el pueblo del Cardonal cuando se dispuso trasladarla México; el resto del tem-
D. Francisco Clapera, teniente direc-
también
siglo pasado, él. «
En
corre de
el
dombo
fué
pintó
la historia
renovación de
la
la
;i
pío lo adorui» con elegancia.
aquello acabt» en
el
Abril de i845, á los
estrenado^.
Mas todo
terremoto del 7 de 82 años de haberse
Los frescos de Ximeno fueron supepor
el
dibujo, de colorido
agradable, sin concluir
ni
poco
afinar
los
cuadros, buscando pinceladas fuertes,
para producir estila
efecto,
el
como hoy
célebre
la
que
pintura,
dexó, entre
hermoso retablo de Nuestra Señora de la Merced en la otras de mérito
:
el
parroquia del Sagrario^
Llamaban también
la
».
atención enton-
y señoras mexicanas, como los de la Señorita Marquesa de Villahermosa, destrísima
en
la
pintura;
discípulos
Dial io de México
^
del
i'i
regular-
casas; de la Señorita Montaña, que se
de Agusto de 1810.
P"&s. 17- y 178. 2. Coulo, Diálogo sobre la historia de en México, P;igs. 92 y y'}. 3. ídem, idem. Pág. 9a y 98. 4. El iiiidmo autor y obra.
Doña
su habilidad las obras de sus delicadas
manos que adornaban
Ximeno
de
Francisca Mendívil y de Doña Mariana Cervantes, dando la más alta idea de
distinguió por 1.
cuya memoria
«
se
\
Tuvo
Academia,
quedará en México inmortalizada por
ees, los talentos artísticos de señoritas
»
riores á sus pinturas al óleo, incorrectas
tor de la
la
Pintura
el
principalmente á soljresalía en I.
a.
el
las piezas
amor la
de sus
á las ciencias,
Botánica, v que
arte de Apeles; y el
Revilla, El Arte en México. Púgs. 98 y 09. Diario de México, a5 de Marzo de itSio.
La Vida de México en 1810.
74 de
Señora Marquesa de San Román,
la
que como hemos visto, se le concedieron honores de Académico Honorario, recibiendo premios de la de San Carlos,
por sus obras que
existían y
allí
que eran de todos admiradas
atrevimiento de D. Antonio Velázquez,
plantador del bello gusto en tectura de esta capital...
la
arqui-
mi cargo
está publicar su gloria' ».
Tolsa trabajaba á cluir el
'.
á
hermoso
sazón en con-
la
edificio del
Colegio
de Minería, que no se inauguró sino,
años después, pero II
4 de
el
1810, se estrenó en
el
vento Imperial de Santo
La Arquitectura.
En
México y en obra suya,
arquitectura sobresalían
Agosto de
entonces Con-
Domingo de
una mayor que todavía
la iglesia
el altar
principal,
año
el
existe.
de 1810 los nombres ilustres de D. Antonio González Velázquez y de D. nuel Tolsa.
Ma-
Un
González Velázquez murió
el 21
181 o, dejando muestras
de
de
sus grandes dotes en la airosa y bellí-
sima cúpula de
Capilla del Señor
la
desapareció en
el
en los retablos de
terremoto de i845; la
Parroquia de San
Pablo y de la iglesia de Jesús María; en los colaterales menores del templo de la Profesa en la obra arquitectónica ;
del
monutnento
levantó en
la
á
Carlos IV
que
se
Plaza, y en los conoci-
mientos que impartió á sus discípulos
Academia, que íuferon muchos, no obstante que no hubo uno solo que honrara la memoria de aquel habilísimo de
la
y modesto maestro, reuniendo datos para su vida y obras, ó siquiera quemando incienso y esparciendo flores
sobre
su
tumba;
pero los
templos
augustos, los edificios magníficos que se
elevan erguidos en o
México,
«
la
ciudad
de
hablarán en todos tiempos
y dirán á la posteridad... nosotros somos obra de la sabiduría v noble I.
ídem,
ideT7i,
Septiembre de
28 de Julio, de Agosto y de
181 o.
:
Sobre un
hay dos portadas y puertas, que litan la subida al Tabernáculo y altura del altar, se eleva
de Santa Teresa, que desgraciadamente
memo-
pedestal y zócalo de cuatro varas de altura, en cuyos lados «
Abril de
periódico de aquel año
rable lo describe en estos términos
faci-
total
un cuerpo de
arquitectura jónica con sus capiteles,
compuestos
columnas,
ocho
de
las
cuatro del centro aisladas, y las restantes amarradas al tercio, en cuyos dos
intercolumnios
cpie forma,
y
encima
de las indicadas portadas, se ven colocados los santos S. Francisco de Asis y S. Luis Beltrán, estatuas de dos varas y tercia de altura; y en la parte superior de dichos intercolumnios se ven
dos bajos relieves con
vador del «
En
el
busto del Sal-
Mundo el
y de María Santísima. intercolumnio del centro
un grande arco con su bóveda artesonada, que proporciona un espahav
cioso lugar, en que
está colocado
el
columnas que en cuyo cúpula elíptica, una sostienen centro está colocado un pedestal con Tabernáculo
con
seis
grupo de nubes y Serafines, para exponer al Divinísimo, que se reserva,
2 1.
Diario de México, 4 de Agosto de 1810.
INTERIOR DE LA IGLESIA DEL CONVENTO DE (De una
S'"
DOMINGO CON EL ALTAR DE TOLSA
litografía antigua).
La Vida de México en 18 10.
76
dexando caer unas cortinas de tercio-
de armas
pelo carmesí con franjas y galones de
Inquisición sostenido de dos genios, y en el otro lado otro grupo igual con el
Sobre
oro.
la
gran mesa del altar se
elevan tres gradas,
sobre
está colocado el Sagrario,
qualcs
las
formado de
un pequeño ático triangular, y de dos columnitas aisladas. «
escudo de armas de
la
Orden, en cuyos
la
cuerpos hay dos bajos relieves de San Pedi'o en
acto de arrepentimiento, y el Irage de peregrino.
el
Santiago con
Las indicadas ocho columnas tienen
ocho varas y tercia de altura, y sobre su cornisa, en el centro, se forma un
Tribunal de
del Santo
«
La altura
de 27 toda esta obra
total del altar es
ancho
varas, por 16 de
:
está executada, parte de piedra, parte
que
de estuco, parte de escayola, toda imi-
proporciona lugar para recibir un se-
tando los mejores mármoles y jaspes; y el cúmulo de adornos, bases y capite-
frontis
circular
con su
zócalo,
gundo cuerpo de arquitectura
corintia,
columnas aisladas de 6 varas de altura, rematando este
á fuego. »
cuerpo con su cornisa y ático trianguen cuyo ángulo del centro sienta
quitectura
un escudo con sus festones de
derroche de adornos
compuesta de
seis
lar,
y en que termina
laurel,
parte superior del
la
altar, «
En
el
intercolumnio del centro se
les
dorados, imitando
El
aduna
altar,
al
á la
bronce, dorado
majestad de su ar-
porque no hay
sencillez,
la
decorativos,
que
ve colocado
un gran resplandor que
ción para
dimana
triángulo, símbolo de
cuto con tanta limpieza
del
la
Santísima Trinidad, y en la parle infcrior se halla colocado un grupo de
ni
abuso de columnas y cornisas, ni profusión de esculturas. Es severo, elegante, y produce en el ánimo admirael artista
Fuera de en
la
la
lo ideó
como
y eje-
talento.
Capital del Virreinato,
entonces humilde
de Celaya,
villa
Guanajuato, donde
nubes y Serafines, sobre el qual está colocado el patriarca Santo Domingo,
Provincia
en ademán de elevarse
D. Francisco Eduardo de Tres Guerras,
al cielo
:
solare
el frontis están colocados dos ángeles
en ademán de adoración, uniformando estos, y «
En
mina se
el
uniéndose
al
indicado grupo.
ángulos del zócalo que terprimer cuerpo de arquitectura,
los
ven colocadas, en
el
lado del Evan-
gelio Santa Catalina Mártir, y en el de la
Epístola
Santa
María Magdalena,
todas estatuas de dos varas y media de altura.
En los costados, encima del primer cuerpo de arquitectura, se elevan ce
había mecido su cuna, vivía en
pintor,
arquitecto,
escritor
genial,
artista
en toda
noble de
la
la
músico,
poeta,
patriota
se
18 10,
ardiente
significación
:
grande y
palabra,
Bosquejó su genio en el muro de uno de los artísticos templos de aquella Villa, el
tremendo episodio del
Final, retratándose él
Juicio
mismo con
rara
excentricidad entre los reprobos y escogidos, abriendo su sepulcro y revelan-
do en
semblante
angustia y la indecisión del ignorar su postrera suerte,
otros dos, compuestos de jarrones per-
fumatorios, pilastras y cornisas, sobre las quales termina un grupo del escudo
de
el
la
Delineó su pincel, al
como
contraste
fresco anterior, vírgenes hermosas,
que invitan
á
tranquila y
verdadera
Las Bellas Artes. piedad;
pero en donde aquel talento
sobremanera, fué en
brilló
lectura,
concibiendo
puente atrevido de sísimo templo del V embelleciendo
chos
edificios
y
arqui-
la
ejecutando
el
77
también escritor ingenuo y pintoresco, que de baberse consagrado las letras, ;i
mucbo,
bubicra descollado
como
lo
Laja, el
bermo-
revela la breve,
Carmen de
Celaya,
y desenfadada autobiografía que trazó su pluma; cuadro ameno é inimitable
la
la villa natal,
con mu-
conceptuosa, sencilla
de facbadas elegantes,
ligeras cornisas y torneadas columnas.
Consagró su inspiración poética á cantar,
el
primero,
nuestros béroes ca, ésta le
:
las
de
glorias
dilettante por la músi-
proporcionó goces inocentes
y románticos, porque tarde con tarde y á pie, dirigíase á la Hacienda cercana del Romerillo, apoyado en un bas-
con la capa al hombro, seguido un perro, su fiel é inseparable acompañante; tocando una flauta, cuyos
tón,
de
en
sones melancólicos se perdían
la
soledad vespertina de los campos, apenas interrumpida por
el
balar de cabras
mugidos de las vacas, que pausadamente venían á recogerse II
ovejas, por los
en los corrales ó en los establos, seguidas de pastores tostados
por
el
cansados, pero que venían con tito
despertado por
el
humo
de
y ansiosos de tumbarse en para dormir tranquilos. za,
sol,
el
ape-
la
cho-
(Dibujo de Santiago Hernández). el
suelo
de un artista que vive en época de igno-
Tres Guerras regresaba en pos de ellos,
acompañado
perro
del
ladraba y saltaba de gusto
FRANCISCO EDUARDO DE TRES-ÜUERRAS
que
fiel
al ir
junta-
rancia, olvidado en modesta villa del
Virreinato, sin que aprecien sus méri tos los analfabetas vecinos del
lugar,
mente con su amo; y el instrumento músico no se apartaba de la boca, sonando, sonando, bajo la bóveda
censuran;
estrellada de la noche..
medianías insignes, embarronan lien-
Y
aquel músico melancólico, pintor
atrevido
de
escenas
dantescas
de
que
ni
lo
comprenden
elogian, pero que los
sí lo
que,
ni
menos
lo
envidian y lo
no^,
pasando
zos, pintarrajean fachadas y
d
mal cons-
madonas dulcemente hermosas, arqui-
truyen casas, iglesias y edificios públicos, por el hambre ó por el lucro. Tal
tecto insigne, entusiasta patriota, par-
fué el cuadro en
tidario ardiente de la insurrección, el
Guerras, con
ó
primero en levantar una columna con memorativa á la Independencia; fué
«
Me
vates,
el
que
mano
crié, dice,
se retrató 'lies
fácil
y maestra.
con Nebrija y los
trompo y
los
papelotes...
La Vida de México en 1810.
78
Cumplí quince años y mis estudios;
Tres
quise ser fraile, y Dios demasiado misericordioso lo frustró por un viage que
artista, á
donde á esfuerzos de mi inclinación abandoné las letras y me entregué al dibujo; estuve como un año absorto en tan hermosa doctrina; volví á mi patria y traté de casarme... los frailes querían reconvenirme con hice á México, y
Guerras
había
pesar de
nacido
para
envidiosa ignoran-
la
de sus contemporáneos á los que alude con franqueza en la citada autocia
biografía, y á quienes designa con el
mote de
chupa-larga
«
».
Defiende sus
obras de esos « follones y malandrines », y les prueba la injusticia de sus ataques,
mi antigua pretensión, creían virtud en mí lo que en realidad era mogigatez y poco mundo; ,..sí, porque muy piadoso Dios, evitó mi inadvertida preten^ sión, y me ahorré de unos cargos que,
III t
ix
-n
La Escultura,
'
Los más elogiados escultores en 1810
insoportables á mi genio
yá mis inclime hubieran prestado el
fueran los poblanos D. Zacarías Cora
papel más disipado y delincuente. « ... Sobre ya casado, me destiné á
y D. José Villegas, discípulos ambos del maestro D. José Villegas Cora. Son
naciones
la
,
noble arte de
la
pintura, á
la
suave
considerados los tres como restaura-
y dulcísima pintura; pero qué dolor! nada medraba con las producciones
dores de un arte
más
detestable, por las feísimas esculturas
que había llegado
¡
difíciles y graciosas
encantadora al
:
de esta arte
un estudio que exponía
público, de raro pensamiento, magis-
terial ejecución, estilo
hechicero, dibii-
jo corregido y en todo de un
muy
re-
guiar mérito, se miraba con indiferencia...
mas luego que embarraba un
coche de verde y colorado, que brillaba el oro de sus tallas, que campeaban
unos mamarrachos
á
modo de monos,
que se manipulaba el maque, el baradmiraciones y elogios...
niz... llovían «
sica
Enfadado ya, quise juntar la niiíá mi ocupación, me disipaba y me
no convenía con mi grabador en una tem-
esponía infinito,
educación;
fui
porada, carpintero y tallista otra, agrimensor algunas veces, y siempre vacilando, di de hocicos tecto
I.
'...
en
lo
de arqui-
»
Museo Mexicano, tomo
II,
págs 18 y
19.
antes
de ellos á ser verdaderamente
conque
habían llenado los atrios de
se
los templos, los nichos de las esquinas
de
las calles, los
retablos en
intercolumnios délos
interior de las iglesias, y los oratorios en las casas particulares, el
Más que aquellas lizar
con
devoción, inspiraban risa
imágenes que podían los
riva-
peores ídolos de los anti-
guos indios, y masque representaciones de vírgenes inmaculadas, de santos venerables parecían truos
ó
de
piadosos
varones,
harpías mitológicas,
mons-
marinos ó demonios infernales,
José Villegas, que añadió á su apellido
el
de
Cora, como homenaje de
gratitud á su maestro,
hizo obras de
manejó bien los paños, pero cayó á veces en amaneramiento, moviéndolos y adelgazándolos mucho. Zacarías Cora demostró en las escultucompleta
i'ss
talla,
SUS conocimicntos anatómicos, ha-
Las Bellas Artes.
79
oiendo resaltar venas y músculos, pero incurrió en dar á aquellas proporciones
Rodríguez, y un discípulo de Tolsa, D. Pedro Patino Ixtolinque.
indebidas.
Poco sabemos del primero. Fué muy la Nueva España, y es seguro que muchísimas esculturas de las más hermosas que se
Sobre
hay que reconocer que en
Cora,
los
méritos indisputables de
los
aquella época quien llevó
el
cetro
como
Manuel Tolsa, que no número de obras que de
escultor fué D.
produjo
el
podido de
genio hubieran
su
porque
rarse,
lucha por
la
demandó más consagración
la
espevida
le
á la arqui-
tectura.
empero, daba
Tolsa,
movimiento,
donaire y vida á las esculturas y, sobretodo, era « grandioso en las proporcioúes, en la concepción de sus tipos, en
posturas, en los ademanes, en los
las
ropajes
». Allí está la
de su genio, en
la
muestra colosal
ecuestre estatua del
Monarca Carlos IV, en la que reveló maestría suma para inspirarse en el más puro clasicismo, y en la que no sabemos qué loar más, si las lormas hermosísimas, camina, ó
to,
la
natural paso con que
el
animado del bruactitud del jinete, que á pesar el
garbo y
lo
cisco
conocido entonces en toda
conservan en los
oratorios privados,
De éstas, queMuseo Nacional una pequeña
son obras de sus manos. da en
el
que representa á D. Miguel Hidalgo y Costilla, á quien retrató estando éste en el Monte de las Cruces, por haber sido compadre suyo; pero estatua
sepultada
estatuita
la
mucho tiempo,
por temor y evitar para su autor persecuciones ó sospechas, sus discípulos la restauraron
gurándola
al
posteriormente desfi-
grado de vestirla de nuevo
con traje distintísimo por
lo tanto,
no
la
al que tenía, y juzgamos como obra
genuina del popular
Más
artista,
noticias conservó
el
Diario, del
otro artista José Francisco Rodríguez,
joven á «
la sazón y nacido en México, cuya habilidad en los retratos en
cera, i/H'e/iiados por él, no tiene
seme-
de su pesadez y de la mala impresión que despierta la memoria del repre-
jante
sentado, no obstante, se admira en
de esta verdad, pues veía gran cantidad
la
él
augusta actitud de un César pode-
un
impone, no
César que
roso,
de
por
recuerdo de repugnantes y mun-
el
danos hechos, sino por ser creación del cincel de Tolsa; César que domina al la
mundo
artístico
con
la
majestad de
sería olvido
imperdonable, ya que
hcmoshablado de
los niiís
nobles repre-
sentantes del arte escultórico en México el
año de 1810,
de la
electo,
ellos
si
no consagrásemos
un recuerdo á tres modestos artistas, muy populares en aquellos tiempos, D. Clemente Terrazas, D.
José Fran-
todo México era testigo
perfectamente acabados, con
particularidad especialísima de que
bastábale
á
un momento
Rodríguez tener delante á la persona que iba á
retratar, para reproducir en el acto su
fisonomía
rasgos
obra.
Y
En
».
exactísima,
que
la
de
la
piel
en
la
expresión,
lidad,
la
con
todos
caracterizaban
y de los cabellos, viveza
el
enojo ó
ó
la
la
:
el
los
color
gesto
tranqui-
dulzura en
las
miradas, y hasta los lunares y bello de las epidermis, reproducían aquellas
pequeñas imágenes en cera, que podían rivalizar con las mejores fotografías
La Vida de México en 1810.
8o modernas
por
semejanza con los
la
á
originales.
además, fecundísimo. personajes célebres de su
Rodríguez Retrató á
sus facciones y los ha sacado perfectos
fué,
tiempo, á D. José de Uurrigaray y á la virreina Doña María Inés de Jauregui, Mariscal D. Pedro de Garibay y al Arzobispo D. Francisco Javier Lizana, al Obispo de Oaxaca, D. Fr. Ramón al
juicio de
quantos los han visto, y
por consiguiente conocido á los originales
».
Estos
en
retratos
cera,
los
hacía
Rodríguez generalmente de perfd, en relieve y ovalados. Por el ano de i835,
cuando ya había muerto gados de
la
él, los
encar-
testamentaría ofrecieron
Museo Nacional una preciosa
Casaus, y al Mariscal de Castilla; á casi todos los caudillos de la inde-
al
Morelos de clérigo y á Morelos prisionero en la Cindadela al Corregidor Domínguez y á su esposa
dejado, y que representaban á los héroes de la Independencia y á los principales generales de la República,
pendencia;
á
;
Doña María
Josefa
;
á la
heroína Leona
Vicario y á D. Leonardo y D. Nicolás Rravo, á Ravón, á Victoria y á Itur-
No hubo
sujeto, ni señora de fino
—
—
dice el Diario y delicado gusto que no tuviese su retrato formado por este incomparable joven,
mano
diestra
que con su
tuvo ocasión de retratar
Honorable Mr.
al
Andrés
Cochrane
Jonsthone cuando estuvo en México, y cjuien al partir para Londres, fué tanto el
aprecio que
c|ue
le
propuso
le
varias
ocasiones
mereció Rodríguez, reiteradamente
en
llevárselo consigo á
la
Entre los muchos retratos que ha
formado
—
decía
elmismo
fecha 4 de Junio de 1810
i)íV7/7'o
— son
con
dignos
escasez de fondos del Estable-
ignórase qué
fin
D.
alumno fundador de la Academia de San Carlos, distinnfuido ques,
fué
discípulo
de
escultura,
como ha dicho muy bien un
Tolsa,
juicioso crítico,
Muñoz, su esposa y familia, cuya obra se ha celebrado como merece, y para dar una idea más alta de este diestro joven, es
muy
del caso
manifestar...
sus
y
de
obras
pueden presentarse
«
como muestra de
vivacidad de los
la
indios y de sus aptitudes artísticas...
A
los diez
de
la
la
Academia, y
á principios
pasada centuria, colaboraba con
maestro
el
»
años de edad ya era pensio-
Tolsa
ejecutando
«
la
estatua de San Pedro con c(ue remata
los ángeles del
Francisco
doble punto de vista
Pedro Patino Ixtolinque, indio
él
D.
el
noble, descendiente de antiguos caci-
ha hecho
Capitán
é
tuvo esa serie impor-
histórico y artíslico'.
de mencionarse los que últimamente del
colec-
que había
retratos
cimiento hizo que no se compraran
nado de
Inglaterra. ((
pero
tantísima desde
bide. «
ochenta
de
ción
Ciprés de la Catedral de Puebla y
mismo
parte escultórica
»
«, así
como
« la
de los altares de
la
Profesa y de Santo Domingo de México, Patino Ixtolinque salió vencedor
en
las
pruebas á que
fué
sometido
que su fantasía y retención es tanta, que ha retratado á sugetos, muertos
delante de los académicos, y obtuvo el título de honor, no sin cierta resis-
meses ha, sin más antecedentes que la memoria que hace de
en
muchos
.
I.
.
.
,
Vi las comunicaciones origínalos manuscritas Archivo del Museo.
el
RETHATÜ EX
CEH.V
DE D. JOSÉ MARÍA M ÓRELOS Y PAVÓN, QUE SE CONSERVA EN EL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO
La Vida de México en 1810.
82
del Sagrario
tencia de los que alegaban, que siendo
no podía otorgársele
indio, '
Después de
«
que
honra.
tal
académico
iceiljirse de
lidad
— nos informa un docto biógrafo — no concurrió ya más Patino á
personal,
amigo
en
alcanzando
traslucir nuestro escultor en
que denuncia artista.
presuroso
á
Patino
acudió
Ecalepec
indicado pueblo, no era otro que tomar sigilosamente la mascarilla de
de conservar
Logró
al
la efigie
fin
de
su inlen-
ción Patino y de esa propia mascarilla sirvióse más tarde paia el mausoleo
Gobierno del Estado de México encargóle en el año de 3o del pasado
que
el
sifflo
'.
))
Patino Ixlolinque no volvió á la Acádemia sino hasta Octubre de 1821 en
que
presentó á jurar
se
dencia-
murió tura,
de
la
y por
la
indepen-
Jimcno cuando
subsliluvó á
éste,
como Subdirector de fué
fin
el
pin-
cuarto Director
Academia de San Carlos en 1826,
compartiendo
sus
tan
discípulos
conocimientos
á
como
el
aventajados
escultor D. Francisco Terrazas y con-
sagrándose
á otras
Establecimiento,
I.
Manuel
conocimientos, y época menos
en
vivido
labores fuera del
como
Revilla, Obras,
al
IV El Grabado.
ir al
á fin
hubiese
pretextando
asuntos de terrenos de los indios de Tlaltclolco. Mas su verdadero objeto al
este personaje.
agradable
un hecho que al á
Morelos
muy
-
patrióla al par
al
Cristóbal
San
dejado
Apenas habíase ajusticiado
Morelos,
en cambio, más
azarosa y con más protección, es indudable que habría sido un gran aitista.
cau-
á los
insurgentes, habíala ya
es,
«
Si Patino Ixlolinque hubiera viajado
si
Su simpatía y adhesión
«
modelos de su
para ensanchar sus
la
milicia el errado de teniente.
dillos
parte
la
los
á
y presenta
conjunto'».
Independencia. Militó bajo las órdenes de Guerrero, de quien fué la
en
inferior
maestro Tolsa, pintoresco
hasta cierto
es
lo
sí
porque
arquitectónica
pues abandonó á poco el arte por las armas, yéndose á combatir en pro de
absoluta,
punto,
Academia,
la
que íué toda obra suya, y no se distingue por su origina-
si
retablo
tomo
I,
pág.
mayor
i5.
VA gral^ado, en hueco y en lámina,
que tuvo un verdadero maestro en la Academia de San Carlos, á fines del siglo xviii, D. Jerónimo Antonio Gil, había degenerado
mucho
siguiente,
siglo
del
á principios
sólo
y
pueden
que grabó láminas y medallas, á D. Luis Rodríguez Alconedo, que mereció ser nombrado en este arle Académico de Honor y á D. Manuel Araoz, buen grabador en
citarse á Gordillo
lámina,
Rodríguez Alconedo merece simpatías
nuestras patriota
y
como
elogios,
y
artista.
todas
como
Nació
en
donde pasó los primeros años de la niñez, y fué conducido á poco tiempo á México, pues desde
Atlixco, Puebla,
tierna edad manifestaba grandes apti-
intelectuales.
ludes
también para
disposiciones
pintura
la
simpatía
i.
Aquí
Ic/eni,
de
al
demostró
sobresalientes
pastel, y se captó la
todos
por
iJcm, púgs. iG á 20.
sus
prendas
UN GRABADO DE MANUEL AUAOZ EJKCUTADO EN
1809.
La Vida de México en 1810.
84
personales, afabilidad, cortesía; distin-
guiéndole mucho
el
Virrey D. José de
Iturrigaray. Este afecto del Virrey fué
su retrato pintado por
causa de que se hiciera sospechoso á los
servan en
Puebla,
primeros movimientos de los criollos
influencia.
la
improbable que Rodríguez Alconedo ella en 1808 y
es
pertenecido
grupo de
al
dores que tanto
que se
es,
los conspira-
anhelaban. Lo cierto
la
acusó de estar cincelando
le
la
coronaque había de ceñirse Iturrigaray proclamado Rey de México^ con
al
ser
el
nombre de José
1°.
Tal acusación,
fundada ó calumniosa, dio por resultado
que fuese remitido
el
bajo partida de registro,
España,
á
«
centro
el
llamar allí
el
mismo de
su.
prisión logró
atención de los inteligentes
la
:
trabajaba pinturas, relieves, y con producto tenía lo bastante para
subvenir
sus
á
necesidades
y
dejar
algo en reserva, lo que aprovechó en el
momento de
su
su libertad, para hacerse
claramente
aquella
á su patria y al
en
familia,
vivió
seno de
meses que
pocos
los
Rodríguez Alconedo,
tranquilo
ocupóse sólo de
las artes y
dios favoritos, pero
el
en sus estu-
grito de Dolores
lanzado desde lejana aldea por
el in-
mortal Hidalgo, despertó en
artista
mas no
extinto,
y
Alconedo
Rodríguez
hondamente; riesgos á que
sin
y se
con
avivado
penas del destierro y con que había sufrido.
el
el
sentimiento patriótico, adormecido,
el
en donde
permaneció dos años preso; pero en
él
Academia de Pintura de
la
revelan
De regreso
independencia, aunque no
hubiese trabajado por
éste,
de una dama española, que se con-
ojos de los que entonces sofocaron los
para hacer
como mismo y el
porque algunas pinturas de
las
las prisiones
se
conmovió
pensar
en
los
exponía, sofocando
cariño por su familia, abandona los
pinceles, deja el cincel y los utensilios del
taller
de platería en
el
que tanto
sobresalió, y sin titubeos ni temores, vuela entusiasta para incorporarse al ejército de Morelos.
de una excelente colección de pinturas
Morelos, con su mirada investigadora
que trajo consigo al regresar á su patria. Durante el tiempo de su cautiverio fué invitado por unos ingleses
de grande
con
objeto de que fuese á radicarse
que había sido admirado por propios
un partido ven-
y extranjeros, presta con su valor y sus conocimientos servicios inapreciables
el
á su país, ofreciéndole
pero todo
tajoso y su vindicación;
rehusó esperando con calma
el
lo
momento
en que terminase su prisión'.
pues
artísticas,
á
la
sazón
sobresalía el genial Goya, que influyó á
no dudarlo en
modesto mexicano,
el
'
^.
I.
dice,
.
•
7
Diccionario de
tomo
III,
„-
.
•
fJisloria
pág. 278.
él
su confianza; y aquel artista
á la causa de la patria.
Como
soldado
suma habilidad procura combinar
ele-
mentos heterogéneos separados por
la
emulación, y como troqueles para acuñar
ignorancia ó por
la
artista
abre
moneda
y funde cañones para combatir
al
n y Geograpa, Aj)en.
toda
combate, con valor; como político, con
»
La permanencia de Rodríguez Aleonedo en la Península le fué de muchísimo provecho para perfeccionar sus aptitudes
y genial caudillo, apreció desde luego sus méritos y depositó en
.
El
enemiero. o A las triunfos suceden las derrotas. ejército
y
Morelos
al
llegar
al
.
Las Bellas Artes. pueblo de Apan, Estado de Oaxaca, no permanecen mucho aquí y prosiguen su camino. Alconedo y el cura Crespo se quedan solos, con el objeto de oir misa en aquel lugar, y « estaban en
pueblo
el
preces
dirigiendo
fervorosas
85
compañero, consiguiendo tan sólo él mismo, pues que fué hecho prisionero también'. » á su
sacrificarse
La prisión de Crespo y Rodríguez Alconedo se efectuó en Zacatlan, siendo conducidos ambos al pueblo de Apan
Dios de Israel por
al
libertad de los mexica-
la
cuando hirieron
nos,
oídos bras
:
¡
sus
terribles
las
pala-
Los españoles! ¡Los
españídes
pronunciadas
!
con
todo
ellas
inspiraban
chándose de
que
horror
el
;
la
y aproveconfusión
que en todas partes reinaba ponerse
logran
en salvo.
Habían andado como media legua cuando Alconedo re-
cuerda que
secretaría
la
debía de caer irremediable-
mente en poder de los españoles. Se presentaron en su imaginación los inmeno sos males que de esta apre-
hensión
resultarían
causa de
la patria,
á
la
y espo
niendo su vida, vuelve
las
riendas á su caballo, y sin atender á las observaciones
de Crespo, parte á salvar aquel
tesoro
efecto, sacarlo
triunfante,
con
;
LUIS RODRÍGUEZ ALCONEDO
en
logra,
:
(De una autoiconografia que se conserva en la Academia de Pintura de la ciudad de Puebla-Méx.).
ya se creía
pues caminaba
cuanta celeridad
le
era
posible,
cuando de improviso escuchó tiros
y
la
disparados
contra
su
detrás
persona
voz de ¡alto ahí! voz que, aun-
que con
repugnancia,
se
vio
en
necesidad de obedecer, pero su
la
asis-
no obedece, y á todo correr marcha á dar aviso al cura Crespo, que retrocede con la esperanza de salvar tente
y puestos á disposición del Virrey, Este ordenó que se les juzgara por un
Consejo de Guerra y que fueran pasados inmediatamente por las armas, Crespo fué ejecutado el 19 de octubre de 181 el 1"
i.
4,
y Rodríguez Alconedo hasta
de Marzo de i8i5, porque
O/j. c/<.,
pág. 278,
col. 2".
el jefe
La Vida de México en 1810.
86 realista Jalón,
compadecido
suspendido
había
del último,
fusilamiento
el
espera del indulto que se había
en
soli-
citado*.
Murió mártir
el
noble
patriota y
forle; el de la
señorita Elhiiyar, hija
del
Director del
que
lo
tocaba
Colegio de la
á
extraordinaria habilidad
Alconedo en donde
tuvo su
taller, al
mente
cambiar
por
flamante
admirable
de
nomenclatura impuesta á la ciudad de México, ha hecho desaparecer aquel nombre ilustre por la ignorancia de
diversas y
muy
los
título
la
que no saben quién fué el distincolaborador del gran Morelos
guido
ó por la apática ingratitud
hacia los
Un contemporáneo la
ii/r
pianista,
damas,
estas
por
las
variadas composiciones
resulta
de
ellas
la
».
Pudo observar cómo
^
como
elogia calurosa-
singular expedición y destreza
diferentemente,
al
-
de
que tocaban en el teclado, tan naturalmente eje(;utadas que le parecía ver, « cómo la armonía es un conjunto de voces, que sonando todas á un tiempo
armonía
que bregaron por darnos Patria.
el
Madamita Camblor, que contando sólo once años de edad, era admirada por su
distinguido artista, y lo único que lo recordaba á la posteridad, la Calle de
de
Minería
perfección, y
el
instrumento,
conjuro de aquellas manos delicadas,
producía melodías de tonos dulces y suaves, que imitando la voz natural,
•
parecía cantar cuando sonaba, de un
La
por
afición
la
memorable de 1810 no sólo en
los
música en
el
año
se veía manifiesta
coros de los templos,
en los paseos públicos, donde entonces
como ahora tocaban
las
bandas
mili-
tares, sino también en las casas, pues la
moda
modo
por tener pianos se había he-
sencillo,
seguido y agradable*,
El gusto por tocar
el
piano estaba
extendido tanto en 1810, que
á princi-
píos de Octuljre pensó establecer una fábrica de ellos D. Juan
mol,
procedente
Sevilla,
de
la
Manuel Márciudad
pensionado de Su Majestad
de el
cho general, y rara era la señora ó señorita que en su habitación no se distinguiese en tocar, ya en tertulias
Rey, y que se anunció como constructor de toda clase de claves-pianos, cla-
seno
fortes, monocordios; muy reputado en el oficio por haber merecido sus obras
que daban frecuentemente ó en de sus amistades íntimas. Populares
México
Doña
los
fueron en
nombres de
Rafaela
Aristeguí,
Bataller,
la
las
el
ciudad de señoritas
Doña
Doña Mercedes
Pilar
Miravalle,
Doña Mariana Cervantes, Doña Ana Catán y Doña Francisca Pérez Calvez, por
la
agilidad y destreza en el Piano-
i.Bustamanle, í'f
i>esvei-t¿cales, claves
la
mayor aceptación
Soberanos, de toda y
de plumas, pianos-
la
y aprecio de los la
mayor parte de
reinos extranjeros
nación española las
Américas y
'.
Y
ya que de instrumentos y de mú-
sica
nos ocupamos, no será ocioso con-
signar aquí una noticia curiosa. Por
el
i. Diarlo de México, tomo XIII, págs no, 1^2 y iih3. ídem, ídem, pág. 372.
Las Bellas Artes. mes de Agosto de 1810, un D. Manuel Gambino León, que vivía en el Callejón del Coyote n° 6, pudo observar lo molestas y peligrosas que eran para la salud, las vibraciones que producían los
parches de los tambores cuando
los
87
consagrándose de continuo
pudiendo
su rara habilidad,
olvidar de hacer caridades
mantener
á
dable que
le proles(').
fuese
menos penoso en
tantes del cuartel
'.
las
marchas
Pero dejando alas hermosas tes
dis-
»
di/etlan-
y á los ingeniosos constructores,
es tiempo va de hablar de dos maestros que en aquel tiempo se distinguían por la habilidad en tocar y en compo-
ner música, D. Manuel de Aldana y D. Manuel Corral. D. Manuel de Aldana murió
el n
de
Febrero de 1810, sepultíindose su cadáver en la capilla de la Antigua de la
el
convento de Santa Brígida. Compu-
un Himno á San Felipe do Jesús glorioso mártir mexicano y paisano so
suyo, y dioso
ministro del Coro y Maestro de escoleta del Colegio de Infantes. Al anunciar
mondaba
Diario
el
hizo
el
debido
curiosa coincidencia
la
momentos en que
los
á
su
morir, se tocaba
santo el
Compuso también
taremos aquí varios de
tercia
consagrados
que
lo
enaltecerle,
á
mereció, pues
la
párrafos
como bien
Música perdía
«
ta
se enco-
compatriota
Himno en
al
casa
la
Prebendado D. Joaquín Guevara,
del
elogio del célebre profesor, y extraclos
otros y
á
Fué muy devoto, y por consiguiente consagr(') muchas de sus composiciones al género religioso, como fueron los himnos y canciones á la Virgen de Cuadalupe y las jaculatorias de Señor y Dios, y Señora y Madre mía, que se cantaban los días doces de cada mes en
que en
muerte,
soste-
una niña pobre, reclusa en un convento, que había sido nieta de su maestro y que sostenía como un debido tributo de la gratitud inolvi-
Catedral do México, de donde había sido
su
asi'
de más de veinticinco individuos, sin
estómago y en los pulmones, y preocupado por ello, púsose á inventar « una máquina para alivio de los dichos, y al mismo tiempo, el que les el
trabajo
ner una numerosa familia compuesta
tocaban los músicos, pues repercutían
en
al
de su empleo y dar lecciones en casas particulares, ;i las que le llamaban por
con
«
órgano
unos versos de obligado
un
»,
delicado acompañamiento de orqnes»
para las funciones de
la
virgen
uno de sus más iiiibiles alumnos », porque mucho se distinguió en su arte, tanto en las composi-
de Guadalupe, y « un magnífico le Deum » en acción do gracias por el
ciones de cariícter sagrado ó religioso,
núltima vez que había estado enfermo,
como en
y que no lleg(') ii concluir. Sus composiciónos todas fueron netamente del esti-
en Aldana,
las
su singular
morales,
pre
«
«
dramáticas, adunando á habilidad nobles prendas
como que supo cumplir
con
las
siem-
obligaciones de buen
esposo, buen padre y buen ciudadano )). Amó v fué amado do sus discípulos,
i.idcm, ¡deni,Yr:^g.
172.
restablecimiento de su salud, en
lo
español, distinguiéndose por
zura,
sencillez
y
naturalidad
carácter profano, así
como una
po-
la
la
dul-
las
de
ú otra
pieza de las tonadillas que hizo, y por su gran ternura y majestad en la música Sagrada.
,
La Vida de México en 1810.
88
A
D. Manuel Corral se
1810 de
en
música
»,
«
pero
le calificaba
insigne compositor de
pesar
á
«
de su singu-
en este ramo y de su notoría docilidad » para agradar y compla-
El sueño y
«
aniSnima
cer á todos, no se escapó
y de para
—
— como
no
los verdaderos artis-
emulación y tas faltando cntonno de la maledicencia; ees en México personas que asegurade los tiros de
la
sen que las obras del maestro, eran tomadas en su mayor parte de Ilayden, tanto que el Diario designó tal especie gratuita de « impostura », y para desvanecerla, emplazaba á los émulos de
que visitasen su casa Calle de Santo Domingo, núm. i,
Corral 1"
para
podría mostrar muoriginales de composiciones chísimas
donde
clones con acompañamiento de violín
obligado y violoncelo, dedicadas á la Señora Doña Manuela Alegría de Murphy, que hizo especialmente para el concierto que el esposo de dicha Señora, D.
Tomás Murphy,
dio al
le
honorable caballero inglés Cochrannc,
cuando estuvo en esta Capital. Aparte de otras variaciones con acompañamiento, para clave, y de óperas que había compuesto en Madrid, aquí en México, fué autor de unas muy populares para una canción muy favorita de los habitantes de la
España, que
intitulaba
se
la
cana, y que comenzaba así frondoso de un verde prado »
dedicado
para un miniiet
do Vil; de una
i.
«
Sonata
á »
«
:
la
el
«
Gran
ejercicios de profesores,
la
»,
Sonata
»,
que dedicó
á
Almeida Bontempo, S'Teibelt y Dusck, grabada por D. Fausto Martínez Torre, Grabador de Cámara de S. M., en cuyo poder había dejado Corral todas las láminas, « las que no pudo recojer por la precipitada y sigilosa fuga, que Corte
tuvo que hacer de aquella
»,
para venir á México, trayendo sólo
el
borrador del original,
De música de canto
á
toda orquesta
y arreglada después al clave, compuso Corral toda la ópera de « El saqueo, ó los franceses en
España
»,
dividida en
dos actos, así como de otras óperas suyas; y de canciones patrióticas, la celebrada marcha que llevó el título de
A
armas da en Madrid; «
á
las
las
armas,
», «
Al triunfo
la intitulada
al
graba-
»,
A
«
la lid,
triunfo », que hizo en
que acomodó para toda orques-
Sevilla,
y sustituyó para el clave. « Vivir en cadenas », que hizo en México, tras-
ta
tocada
al
clave y letra del poeta espa-
ñol D. Juan Bautista Arriaza; por ino,
un
«
Himno
y zorcico
»
últi-
para
el
Coliseo'.
Así es que, en síntesis,
la
música
Nueva Aran-
cultivada en México el año de i8i o fueron piezas clásicas tocadas en los pia-
En
nos por
lo
las
damas más distinguidas de
Sociedad de entonces
la
Fernán-
tros rendían
intitulada
Diario de Medico, tomo XIII, pags.
de otra
;
segunda obertura ó sinfonía acto segundo de la misma. En
de otras
;
»
célebre abertura de
Madrid hizo una
vivía y allí
que era autor'. De música para clave, el maestro Corral había compuesto unas varia-
amanecer
el la
El Saqueo ó los franceses en España
«
nunca
do
ópera que compuso en Madrid, titulada
lar destreza
se escapan
;
i(j4
ú
igíi-
grando sus aptitudes
i.
;
y los maes-
culto á su época, consaá
las
composi-
Diario de México, tomo XII, púgs. 3il á 3i5.
Las clones
religiosas
de
alta
himnos piadosos entonados
Bellcis Artes.
escuela,
á
á los santos,
á las óperas, y ú las tonadillas ó zorzicos,
que
al
son de
las castañuelas,
las guitarras ó
cantaban
las
de
cómicas
del Coliseo,
89 enmedio de
los oles y
los aplausos entusiastas
que
taban los concurrentes á
\di?,
al
mosquete del viejo teatro,
de
les tribu-
galet'ias y
!
CAPITULO OCTAVO LAS SOMBRAS CHINESCAS Y OTROS PASATIEMPOS
¡Silencio!; que ya van á salir las
«
» todos callaban y los acordes de una música militar anuncia-
Primera Tanda.
Como
ahora los cinematóííraros son o
diversión
moda
y preferida, en 1810 nuestros abuelos se desvivían por
la
asistir á las
ele
—
sombras!
Sombras Chinescas,
ó sean
ban
el
fondo
—
es nn ejemplo sombras con sus testas
Aparecía entonces
— una
serie de
coronadas.
—
pi'oyeciones luminosas, que se hacían
por medio de linterna, v sobre
principio de la diversión.
el
Esa tropa ó porción de gente
-
exclamaba
el
apuntador
—
—
que hace
de un telón, de tipos populares v epi-
funciones de cuadrúpedos ó esclavos,
sodios célebres, y aunque tenían movimiento, no los detalles suo;estivos de
Witemberg, Wesfalia, Holanda, Pru-
la
son
de
reyes
los
invención moderna.
sia,
El salón eslaba ocupado con asien-
aran Protector de
y una vez acomodados los concurrenles, se locaban chirimías tos ó júnelas;
allá
en
gaban
la
al
Confederación del
Rhin. Ved c()mo descubre su imperial el grandísimo Napoleón, y recibe con la sonrisa, de Majes-
caladura
por quién sabe qué mano
tad satisfecha, las mil arengas adulato-
quedando
á
obscuras
currencia
que era muclia, y
empezaba
«
á
susurrar
»
la
la
al
»
letrero en
podía leerse
rias
cual
esos serviles
:
ó representación de las cosas del día.
Cubierto por una concha, como
que en
alta
el teatro, se
la
ocul-
voz describía las
escenas representadas, y
al
Uno de
mismo
medio círculo en el que Las Sombras C/ünescas
de los apuntadores en
que rendidos
con-
tiempo que se descorría el telón, descubriendo una hermosa portada iluminada por la parte de adentro, con un
el
que sacan en triunfo
cómo
las luces,
taba
Sajonia,
foro del teatro; luego se apa-
el ((
etc., etc.,
Baviera,
imponer.
el
codo
á
los
á
sus pies le tributan
espectadores daba con
su compañero, que tenía
al
lado, diciéndole en voz baja y al oído
:
— Cómo hay sufrimiento para esto? contestaba interrogado Y — Porque despotismo, resultado le
el
:
el
funesto
del
mucho
podei",
así
lo
exige.
Pasaba el carro triunfal del déspota admirado, y luego veíase desfilar un ejército numeroso compuesto de los
Las Sombras chinescas y otros pasatiempos. de ellos; y
vasallos de aquellos humillados reyes,
con sus pendones tado miriñaque, que ostentaban diversos y emblemáticos jeroglíficos, todos
España dichosa!
fritaba el
Gloríate y date mil parabienes de estar bajo la alta protección
consueta
de carneros
¡
chorre-
desollados
ando sangre plicando
cabezas
de
«
pluma, un dedo del mis-
mo Godoy.
y banderas de pin-
cercados
la
91
ex-
»,
apunta-
el
dor, que aquel for-
midable ejército era una parte pequeña de la tuerza impe-
poderoso
del
rial
y
co-
mentando
los
es-
pectadores
la triste
Napoleón
;
de aquellos
suerte
pobres vasallos, tados por
tra-
Capi-
el
tán del Siglo peor
que mansos borregos, que eran sacri-
desme-
ficados á sus
ambiciones,
didas
causando no pocas lástimas en los conc u rre
nte
sensi-
s
y arrancando, alhi en su interior, bles
;
no pocas frases de indignaci(')n
á
amantes
la
de
los
ms
bertad.
D
L a Junta Centraí
átmlmnc^o laElstoimíle Napol.
lirrítituí)
tt
O
nírn,
amoÁissimoYt' rinnÁa ,ú mntí "todaí
!GUí'_/"eu
-
OMjJfS. e s a p a r e c
i <>
« y ocupó su lugar un sober-
aquello,
CARICATURA DE NATULLuN
bio gabinete, y sentado en una gran poltrona, estaba
Emperador de arreglando
la
papel era
de españoles
los franceses trazando y
regeneración de España
Godoy puesto el
el
á gatas servía
(,;
:
de mesa
:
:
qué horror !) de pellejo la tinta sangre caliente
de
tan
augusto
y
benéfico
tutelar!
el cuadro y se ofreció á la un jardín ameno, donde podía verse á la Emperatriz Josefina rodeada
Borróse
vista
«
del avispero de sus
sanos
»,
damas y corteel « más
pero sumcrjida en
La Vida de México en 1810.
92 amargo
el
«
la
acababa de
el
breve
rato
la
en calidad de por ahora
diversión,
».
sombras de una
las
»
y grandes, entre los claramente distinguirse cuales podían
potentados
muchos obispos; muchos
clérigos,
y monjas », (jue parecían andar de aquí para allá, como moscas desvefrailes
zumbonas
ladas y
Encendiéronse
marido,
voluntarioso
su
de hombres y mujeres, de todos tamaños y fisonomías, como
«
»
con luces, y por que estuvo suspensa
candiles
turba multa
de
Sombras chinescas.
varios
Surgían luego ((
«
imperial hastío ó capricho
de
voluble
aunque
porque
llanto
repudiar
rededor de una
al
concurrentes
los
reflexiones sobre lo
ronse á sesudas
que habían
entrega-
y razón tenían de
visto,
porque admira en verdad, cómo en aquel tiempo, en pleno virreinato y en vísperas de asomar los primeros ello,
albores de la independencia y libertad, los ya alborotados subditos del monarca
español
que
llamó Fernando VII,
se
podían leer impresa en
Diario de
el
—
bujía encendida, y revelando en sus semblantes doloridos, la acerba pena
9 de Septiembre de 1810 antes del Giito de Dolores
de que eran devorados.
cripción de un espectáculo que sugería
Aquello
Apuntador
significaba
—
((
la
nación y trastorno
Napoleón; y
»
—
según
el
tan
siete días
—
la
des-
sabrosos comentarios y que desodios, desprecios é iras en
universal constcr-
pertaba
que había causado
contra de tiranos opresores, no obstante
los asistentes al especia-
culo edificante, comentaban en voz baja
que tuviesen del
aureola y
la
primero de
los
nombre
el
Bonapartes.
aquella época de espanto y de horror,
devastada por
un
sólo
hombre, que 1^
traía pendiente del hilo de su capricho
un revuelto mundo! Apareció enseguida cierta turba de no tan numerosa como la gentuza Ci supradicha, y cuantos la formaban á
tenían los vestidos
puestos
significando con esto
á
al
revés,
los españoles
dernaturalizados, que se habían pasado
bando de la P'rancia, traicionando que les vio nacer, « y abandonando vilmente la triple sagrada causa que defendía « la católica y fidelísima España; » con gran indignación de los curiosos espectadores, que se decían al
al país
))
para
sí
:
«
si
no fuera por esa gavilla
de picaros ingratos, sería otra de nuestra madre patria.
la
el
la
las curiosas, divertidas y
ejemplares
el
teatro para continuar
función, quedó á obscuras
representarse levantarse
la
como
al
primera parte, y al cortina, se descubrió con la
gran regocijo y admiración de todos los concurrentes, una hermosa ciudad, en la
la que todos también percibieron á hermosa México, que iba á mostrar
sus bellezas, pero á
la
vez cosas raras,
reproducción del retrato y moral, de
la
fiel,
material
fisonomía que presen-
taba en 181 o.
á
cronista telón — dice Echaron — por haber acabado primera parte,
de
Dispuesto la
suerte
»
el
Segunda Tanda.
Aparecieron estatuas representando los leales servidores del Soberano,
á los sabios doctores
de
de México, haciendo
la
la
Universidad
corte á Minerva
en un amplio Claustro, citando entre
Las Sombras chinescas y otros pasatiempos. los primeros,
Apuntador
diligente
el
nombres de
los
un
Basoco, de un
Acha, de un Heras Soto, de un Agreda de un Iturbe y de un Terán, cjue jun-
tamente con
los títulos nobiliarios
que
más
fieos, á los
que
por
juiciosos y prudentes,
humor
su
g3
jovial
festivo
y
acuden allí', para codearse indebidamente con los ociosos de profesión, ávidos
de inculcar vidas ajenas,
«
y.
maromas
respondían á los nombres de Mariscal
pasar las propias á fuerza de
de Castilla, Marqués
y zancadillas )>, desfilando en conversaciones de boca en boca, la mujer
Rayas, Conde de
la
de Castañiza, eran
veneración de ralidad
y
segundos
la
de San Juan de
Cortina y Marqués el
ornamento y
beneficencia; y á
los
la
patria, por su libe-
entre
venerables
política
eclesiás-
tono, y
brano, Sartorio, Gómez,
Román, Torres
Cuando del
el
nente en
inmoral, ó
las ciencias,
— Dios guarde muchos años — exclamaba concurrencia — ¡México! ¡México! — añadía apunte — ¡cuántas riquezas posees «
los
j
!
»
la
«
el
en tantos sabios que te ilustran los!
ama-
;
respétalos! búscalos en todas tus
dudas, para que te den consejo!
Borráronse
las ilustres
y de aquellos eruditos y elocuentes literatos, para reproducirse en
danos,
blanco é iluminado telón una gran
plaza,
con almacenes, tiendas, cafés,
vinaterías, casas de juego, llenos
de
otras,
y
unos
gente que disputaba ó
compraba, con grande algazara y ruido, Véanse allí decía el Apunte
—
—
los platicones
—
de tiendas y almacenes;
rales »
más estadistas conjeluque componen á su modo el
mundo
y
«
todos
los
la
nación,
con
como héroe
aclamado, aunque sea
la
para satisfacer sus necesidades
que pide
la
á
el
fuente
juego
sangría de dos pesetillas
un camarada, asechándolo
en el instante en que acaba de ganar un albur. Allí está un puntero, ó muchos, sacando la «/?2rt«(?s6'(2, y cuando á la postre de haber vivido así cuatro ó seis meses, tiene la mala suerte de
perder cincuenta ó cien pesos, vedlo
»
sombras de aquellos buenos y beneméritos ciuda-
el
que más
grita, y el
del patriotismo, creyéndolo á pies juntillas el
en
voces suben de
las
día,
que más
honesta
la
versa sobre
dy^rt/í^j/ze
sandeces dice, es saludado
y otros muchos, que como el Dr. D. Luís Montano, ocupaban un lugar emilas letras y
viuda reciente y
la
doncella.
los
Gazano, Beristáin, Ziim-
ticos, Alcalá,
casada,
quiméricos
proyectos;
en fondas y cafés, mirad marchantes cotidianos, que sentados, de pie, andando, dando de sus
cómo
va á delatar al montero ante un
ganado malamente doble ó triple cantidad de las que ha perdido. Las vinaterías son otros tantos Aranjueces, donde van á solozarse esos patriotas, que adobados
juez, para acuzarle de que le ha
por
las
repetidas libaciones, figúranse
en campaña, á los
«
dando
tales
malditos gabachos,
«
tajarrazos
como llaman
que no dejarían una sola cabeza de ellos si realmente allí
á
los franceses,
estuvieran
».
la corta pausa que hace el Apuntador, el público comenta. Le son muy conocidos aquellos tunantes, que comen, beben y juegan en fondas,
Durante
gritos ó levantando los brazos, enredan
tabernas y billares, y que sin pagar lo que han consumido ó perdido, sin
en su charla y danza
empacho dicen
á los
más
pací-
:
—
«
Pagaré cuando
La Vida de México en 1810.
94
tenga y huyen « con mucha marcialidad y presencia de ánimo ». Regresan á otro día para ratificar el parentesco )>
con
;
fondero, cafetero ó dueño del
el
cuando
billar, y
se los niegan, se atu-
amenazan con trancazos y Pobres soberbios y mentecatos » exclaman los espectadores Polilla de la República Agenfan
les
y
bofetadas.
«
¡
—
!
!
!
j
¡
de
tes indiscretos
discordia! Alta-
la
ñeros jactanciosos, enemigos de
paz,
la
que de no corregir su conducta, mereciáis que el Gobierno os hiciera sentir los efectos de su celo! »
En
esto aparece un regular edificio,
en cuya portada hay un letrero
Administración de Alcabalas. verse
allí
nando
las pajuelas
infinidad de
«
:
»
Real
Era de
arrieros, tro-
de los tapaojos, (pie
aun
latiga...
que hacían mucho ruido... estaban en una sala de baile, títulos de Castilla, muchos lisias por ser empleados, militares,
señoras,
— decía
Ved
señorita secreto,
con
el
damas ó mujeres... Apante « cómo
—
Fulana retoza y con Don Fulano »
los currutacos,
marido haciendo
el
selas oficiales
a
de
moda,
(c
;
sus hijas
muy
y allá
la
en
reir á ciertas
lejos
dami-
más lejos todavía, muchos merendando, colgados de sus
cinturones, ultima
sables y estoques
los
haros de barril
dientes
platica
»
»
que más parecían
»
ó simples
«
limpia-
unos con plumas de ave encajadas en orejas y otros con papeles en las manos, atropelladamente iban de un
las
lugar á
otro de
pasaban con prontitud
los originales
que recibían. Había sujetos de todos tamaños y cataduras: chaparros; altos ó de cuerpo regular; buen color ó pálido; de ros-
simpáticos
ó repulsivos
:
había
patulecos, tuertos, prietos, chatos,
narizones, corcobados, flacos, gordos y barrigones,
y barrigones
reveren-
mentor mechudo, grabador de láminas menticas, que á causa de un sueño que teniente
por
divertidos
había tenido sobre
tado aquel
año
Remedios,
pluma en
á
un
derroche y vana
el
pompa desplegados en
el
culto tribu-
Virgen
la
ristre,
de
los
habíanle
acometido en verso ó prosa, fanáticos é
hipócritas malandrines, amantes de
exterioridades religiosas,
¿Quiénes eran estos sujetos de tan raras y diversas fisonomías?
—
Todos
—
dijo
el
Apuntador
son las producciones,
figuras,
las
prueba está en Intermedio y w lioiuii uc de j conclusión el
sentándose
sala,
la
delante de las mesas aquéllos, y éstos de pie ante las cajas de la imprenta,
—
son los escritores del Diario y, según
». j.j
Con
acceso, continuaba
el
Podían observarse aquí muchas
luz.
«
no cayeran rendidas de Aparecieron después sombras
paraba
pero una
personas de aspectos diferentes, que
de
carga,
le
tos,
El salón del baile se transformó en una larga y angosta bodega, que en su mayor parle estaba casi á obscuras y que sólo en algunos lugares recibía
tros
la
sobrevenía fuerte
representación.
la
empuñaban en sus manos, para que abrumadas por el inmoderado peso
las
le
vez que
•
mucho
secábasele
el
2-^ Tanda. la ^ xaiiua.
hablar, y hablar recio,
gaznate
al
consueta y
las
manos, véanse
la
los
ic periodicos y lo quc lucrc souara. Borróse la animada escena, y para •
-
1
complemento, apareció un gabinete de
;
Las Sombras chinescas y otros pasatiempos. estudio, lleno de estuiiles de libros, y en el centro una mesa también col-
mada de
ellos; y al lado de la
sentado en una
dúo
mesa y
estaba un indivi-
silla,
de interesante y agradable presencia >>, que con sus propias manos «
y sus mismos ojos, uno á uno leía ó revisaba los ]nil y un manuscritos que dia á
día
pocos
le
sobre
muchos serviit
mandaban, separando la mesa y arrojando
íi
un tompeate, que entonces
de
cesto para arrojar papeles
Por sus movimientos y genu-
inútiles.
flexiones claramente podia
percibirse
de
individuo
([ue las m;is
mencionado,
las veces, el
se sonreía
ó reía
JÍ
man-
de
vistos
tijeras y hormas saliendo y entrando
tenazas,
respeclivamcnle,
afanosos en sus talleres.
— explicó
gS
el
Esta gentuza
«
— no ofrece
Apiinle
cosa
más son unos embusteros, y sólo se emplean en sacar dinero, comer y beber mucho, y decirparticular
:
los
cositas de puro cariño á las señoras que peinan, visten y calzan', n Y qué animada y qué pintoresca fué ¡
escena
la
de
final
Sombras
las «
chi-
Era una reproducción exactisima del mercado de cosas inservibles, nescas
»
!
del llamado
Baratillo de
Cruz del
la
mismo lugar que ocupó en nuestros días la Cámara Factor, que estuvo en
el
díbula batiente, haciendo también reír
de
á carcajadas á los espectadores de las
Iturbide. Podía el geólogo social estu-
((
chinescas sombras
cuenta,
por
causa de
Pero cuando en
mas
sin darse
el
se hizo
salón
Apuntador exclamó
silencio, el
— Este
»,
pronto, del origen y aquella regocijada alegría. lo
el
:
sujeto es el señor Diarista,
que está leyendo remiten para que
Diputados, y
diar
allí
una
ií
antes
el
una
las
Teatro de
capas que
como
residuos iban dejando las generaciones
pasadas, constituidas por toda clase de
domésticos, y en las que figuraban también las muestras de la
utensilios
indumentaria de toda
unos y
la
época colonial
los
papeles que
los
publique en su
viblcs todavía ó inservibles á pesar del
periódico; y son tantas las tonteras y despropósitos que encuentra en ellos,
ingenio para transformarlos de mer-
le
que no puede menos que reirse, y hacerlo que el cura y el baibero, cuando estaban purificando la lijjrería de D. Quijote
la
escena de
la
redacción
iJ'aiio
otras
como
remate y fin de la tanda. Primero una extensa
calle,
y
y dirección
del
letreros
sobre
las
puertas,
que
indicaban que aquellas eran sastrerías, peluquerías
y
zapaterías,
con
sus
maestros, oficiales y aprendices, pro-
I.
Diario de México,
lomo
usados, rotos, ser-
barjo; instrumentos músicos gicos
;
chapas
y
libros
llaves
XIII, pág. 295.
('»
quirúr-
de todos grasicntos
viejos,
los
ó
truncos; monedas y medalhis, falsas ó lisas, sin leyendas ó cordones; sillas
de montar, guarniciones en
todas sus accesorias ó tiendas podíanse ver
las oli-as
caderes y marchantes. Cuadros, nuiebles, porcelanas, tiastos de vidrio ó de
tiempos;
'.
Siguieron á
los
:
to:lo
en pin-
toresca confusión; pero sobresaliendo
por su inutilidad
la
ropa...
«
¡cuántos
en almoneda! ¡y cuántos trapientos dándoles vueltas, para conocer trapos
la piccecita
si
enaguas blancas
i.
hlcín, idcni, la
era una camisa ó unas !
Tantas modificaciones
misma
pi'igiiia.
La Vida de México en 1810.
96
y aspestos presentaban aquellos girones de lienzos viejos...
Póngase cuidado, gritó
a
como digno epílogo
dor,
Apunta-
el
á la curiosa y
edificante representación de las «
Som-
bras cliinescas »; póngase cuidado en cuanto aquí pasa, y se vendrá en conocimiento de la miseria en que viven
de habitantes de esta Capi-
millares
\
tal
))
los otros,
tanto divertían á
nuestros abuelos, y menos semejantes á los
seudónimo
publicó en
Tocayo
de
son
Diario,
el
de
Clavito
luminosa
representación de loque sentía aquella
Sociedad en contra de los tiranos de su
estado de pobreza en
siglo y del
citado día
La gente encopetada en forlones, ó cupés, que ya se usaban entonces. Los jinetes en briosos cabacalesas
luciendo
llos,
sillas
vaqueras ostentosas
adornos de plata, y sombreros galoneados, chaquetas, pantaloneras
por
los
que vejetaba un pueblo desnudo, que se vestía con los liai-apos de los
que
lo
hahian desnudado.
muy
g^i^nes, p^,^,^ ^-^^ i^^
el
el
Ascensión. Paseos animados, ale-
la
gres.
Cronista, que bajo
el
de fiesta por las primer Domingo de
di'as
el
Cuaresma, hasta concluir de
chivo,
Así eran aquellos espectáculos que
que más ó
desde
tardes,
de cuero ó chaparreras con pieles de
Y »
imaginados por
en los
ostentosas también por los
alamares
^^^^^^^^^ jj^^
j^
y botonaduras de
^j^^^. ¿^ ^j^^^ quintada y valiosa.
¿^
^.^j^^,^^
^^
^^^^^,^ ^^^^^ ^^.^ ^^^,^^^
según comentan
^^
^^^^^
hojalata
las abuelas.
Y
la
»,
gente
pobre, principalmente en alegre, qué regocijada,
sinas á la orilla del
la Viga, qué comiendo golo-
canal
cenagoso,
cubierto por infinitas chalupas tripula-
das por pintorescas floreras indígenas
de los buenos tiempos de Moctezuma, de trajes típicos, remando á
la
vez que
ofrecían perfumadas rosas de castilla ó
Paseos y
fiestas.
IV
hermosas amapolas; y largas y anchas canoas, con techumbres decoradas al
Los juegos infantiles.
gusto popular,
en
que
las
al
son de
arpas, vihuelas, guitarras, tamboriles
Además de
las «
Sombras chinescas
representaciones
ó
día
»,
de
las
cosas
del
nuestros abuelos de 1810, tuvie-
ron otros pasatiempos y diversiones. Ir en las tardes en coche, á caballo ó á pie,
al
vueltas
Domingo
paseo de Bucareli ó á dar
por
la
Alameda,
siguiente á
tres días de
en
que
;
el
Ascensión hasta
la
de Carnestolendas
el
desde
exceptuando
los
Pascua de Espirita Santo, paseos se
hacían
y flautas, bailaban y cantaban jarabes
y juilomos^ léperos \ chinas, charros y £>alas, de vestimentas deslumbrantes
por los colores de
las telas, el satín
de
los rasos de las faldas y chapines, y el
brillo y cabrilleo de los galones, lente-
juelas y piedras falsas
A
lo
humano y
!
á lo divino
en 181 o
había diversión y holganza en las pomposas procesiones del Corpus y de la
en
el
Se/nana Mayor; en las letanías; en
Pradito de Belén. El nombrado de
la
peleas de gallos y en lides de toros; en
los
Viga ó de la I.
Orilla,
Idc m, Klcm, idcm.
empezaba como
las vísperas
de
las fiestas titulares
muchos templos y conventos; en
las
de
las re-
La Vida de México en 1810.
g8
bandas de múcuerpos militares, ó en las
tretas, tocadas
sica de los
por
las
ejecuciones públicas, de reos fusilados
en
ahorcados
plaza de Mixcalco ó
la
de
Cerbatana, accesoria
la
B,
letra
núm.
casa
ridad,
2, y con permiso de la autoun real por cabeza, « á María
;i
Rosa, india, doncella, de edad de veinte
tamaño
en la picota que se erguía en la Plaza Mayor; situándose los coches previamente desde las tres de la mañana, para « tomar buen lugar » y poder divertirse cómodamente los dueños,
anos; cuya construcción en
arrellanados en los asientos de carrozas
una
yquitrines\
cuarta escasa, y cUiplicadas las coyunturas de las manos los muslos, piernas
Relucían entonces
por su
los trajes
novedad, riqueza y estar ajustados á
la
última moda; y los que sólo podían exhumar, de baúles olientes á canela ó alcanfor, su vetusta indumentaria, con-
formábanse en tijeretear ó embobarse con el lujo de potentados ó nobles; lo
una diversión, ir los templos en las
cual constituía
Paiacio, ó á
dades
de gala
debían deponerse
el
»,
Real
festivi-
en que
reliííiosas, « los días
Corte se vestía
al
la
y en los que
uniforme
los capi-
el
de su cuerpo es tan digna de notar,
que
solamente
vista
la
escasa que estuvo
produjo
criatura
de
vara
la
tan
calificará
naturaleza
extraña.
lo
que
Tiene
cuerpo; de brazos una
:
guardan sus tamaños, según la cortedad del cuerpo. En medio de esta
y pies,
imperfección, sabe coser, enhebrar
la
ahuja y acomodar el lienzo baila y se va civilizando con toda propiedad'. » :
Los niños tenían también diversiones y paseos, é iban á los títeres, representados en el callejón del mismo
nombre, ó á la Alameda con sus nanas ó pilmamas, para jugar al trompo, al burro, á las canicas, y los leperitos á rayuela.
tañes generales, mariscales, brigadieres
la
y oficiales del Real líjército; días que fueron en 181 o, el 3o de Mayo, « santo
estaban
Dos pasatiempos
infantiles
muy en boga el año de 1810, empinar papalotes y el disparar
el
Casiano,
cañoncitos en las guerras, y los dos, por peligrosos, los prohibió el Virrey
Patronosdela Ciudad; el i4 de Octubre, « años del Rey Nuestro Señor « el 3 de
Venegas. En Bando de 12 de Octubre de aquel año, recordaba otro de 21 de
Rey Nuestro Señor
del
Agosto,
Santos
Hipólito
»
;
i3 de
el
y
;
Diciembre,
«
días del
rrey)),yel 12 del
Excmo.
mismo mes,
Sr. Vi-
aniversa-
Noviembre de 1797, que prevenía padres de familia, cuidaran
los
de Guadalupe, Patrona jurada de esta
que sus suban á
Nueva España-
por
rio de « la aparición de
Y no
Nuestra Señora
».
faltaba en esos tiempos alguna
las
hijos,
lo cual se
nimiento,
expuso
Por
mes de Enero de 1810,
á la vista púldica,
en
la calle
muy
frecuentemente en este pueril éntretetidas veces- ».
se
criados y allegados no
desgracias experimentadas
de tipos teratológicos. Así, por ejemplo, principios del
á
de
las azoteas á volar papalotes,
exhibición de animales adiestrados, ó
á
«
el
el
mismo
ha prohibido repe-
mes de Diciembre, noticioso Virrey, « de que aunque por
una parte se contuvieron los excesos 1.
2.
Diario de México, lomo XIII, piig. lOi. Calendario Manual y Gaia de Foi ásteres
México para
el
año de ISIO,
pág-. ^i'i.
en
i.
2.
Diario de Mi'.rico, tomo XII, ídem, lomo XIII, pág-. k-ih-
piíg.
"2.
,
Las Sombras chinescas y otros pasatiempos. de
los
como
muchachos prohibiéndoseles
se les prohibieron, las travesuras
de guerra que inventaron, recogiéndose las lanzas
v otros instrumentos que usa-
pero como por otra habían encontrado cierta diversión, « acaso de
ban
))
;
peores resultas, cual es
la
de los canon-
venden en el citos de portal de Mercaderes, en los cuales hay algunos de longitud hasta de media
que
artillería,
vara »
se
resolvía el propio Virrey ad-
;
los tipos que salían en el Paseo del Pendón; que en los días de San Juan y de San Pedro y San Pablo, hacían
alardes ó resistas y vestidos de soldados, como acostumbraban los españoles
desde
á raíz
se
tamente fundieran todos
los
sen; apercibidos, de que
si
de tres días se encontraban derlos todos «
el
plazo
algunos
ordenando
con
ó en defensa de los realistas
:
la
propia
Iglesia esgrimía sus
siempre espejo del tiempo en que viven
se
cuyos juguetes y entretenimientos son
el
estado de guerra
el
país.
Por otros
documentos de la época colonial se sabe que los niños jugaban, muy entretenidos, con capillas y altarcitos, con
ídem, Ídem,
escritos
plumas, y en los pulpitos con la oratoria, en contra de los insurgentes las
fué la prohibición, el úl-
en que se hallaba
I.
milia; se luchaba en los
fa-
cipios añejos é impopulares; y en tal estado de guerrear continuo, los niños,
disposición
timo juego refleja
figurillas de
diversidad de pareceres
para que
esta
como
la
miembros de una misma
doras, para luchar en defensa de prin-
las
á
nadie alegara ignorancia'. Justa
entre los
campos de bata-
con vehemencia en los
penas que con-
», se
oportunas, v
publicara
«
reñía
armas de edictos, pastorales y excomuniones amenaza-
imponerles
siderase
cu
tuvie-
se
más de perreservaba Su Excc-
de los referidos cañones, lencia
que
guerra imponente,
imponía por todas partes. Se com-
hogares, por
uso de tan per-
y prevenía á los cxpendedores de ellos, que inmedia-
Conquista; pero en la
batía con ardor en los
con toda diligencia
el
la
sangrienta y desoladora, perseguía el ideal de independencia, impresionaba y
Ha,
juguetes,
de
octubre de 1810,
vertir á los padres de familia, evitaran
niciosos
99
barro que representaban
-pág. 700.
y de las costumbres de sus padres, en
1810 jugaban
tí
las gne/'ras,
^cro estas
guerras infantiles ya no eran inocentes, eran guerras en que se disparaban armas que causaban desgracias lamentables, y entre los
que
sin
duda encendían la ira que bregaban
hijos de los
cntouces CU uuo ú otro baudo.
CAPITULO NOVENO EL FRONTÓN Y EL TEATRO
saltos, botes y rebotes en los
I
hombros,
en los cuadriles y en otras partes del cuerpo, pero nunca con las palmas de
El Juego de Pelota en San Camilo.
manos. Las apuestas eran mantas,
Los dos espectáculos públicos niíis concurridos en el año de 1810, fueron
las
Jue^o de Pelota y el Coliseo, que andando el tiempo había de llamarse
tejos preciosos de oro ó plata.
Teatro principal.
al
el
Con mucha
frecuenia
e\
Diario publi-
caba anuncios del tenor que «
Hoy
sigue
:
á las cuatro de la tarde se ha de
jugar en San Camilo, siguiente
:
el
juego de pelota
Josef María, Vicente Casas,
Ignacio Díaz y Nazario, contra los dos entran Antonios, D. Ramón y Jolillo :
Josef María y Antonio el chico.
al resto
ricos trajes de pluma, valiosas joyas y La his-
toria ha
conservado
el
recuerdo de que
juego de pelota fueron
dos
el
muy
inclina-
rey poeta Netzahualcóyotl y el
monarca pusilánime y supersticioso, Motecuhzoma Xocoyotzin. Mas tornando al año de 181 o, los concurrentes
al
estaba situado en
juego de pelota, que la calle
de San Camilo,
eran viejos y rancios españoles, cajeros de chaqueta y boina, dueños ó depen-
Saca, Josef María del 78 y Jorge del 80, y se retira. Juegan cincuenta
dientes de los cajones de ropa ó de las
pesos.
colegio
))
pulperías, y estudiantes escapados del
que iban
á
salar sus
ocios,
de herencia azteca y de inclinación his-
estando más diestros en pié y rebote, que en declinar el doniinus, domini;
pánica. TlacJitli, llamaban los indios
regocijados en
La
afición al
juego de pelota venía al
juego y tenían sitios especiales, largos y angostos, estrechos en la parte inferior y anchos arriba, y colocadas de trecho en trecho, en lo que hoy se
llaman frontones, unas piedras redondas, horadadas y de preciosa labor por donde
artística
muchas de
ellas,
pasaban
las pelotas,
que eran de hule
puro, recibiéndolas los indios en sus
el ajuste
ágiles y pendencieros,
de una partida, botabany bolea-
ban; sacaban y celebraban la reñida disputa de un tanto, con francas, estrepitosas risas y con al
argüir
como
más
habilidad, que
peripatéticos,
en
las
cátedras de filosofía escolástica, que
al
discutir sobre el ente de razón, ó sobre si
nuestro padre Adán tuvo ó no om-
bligo.
Frontón y
El
El lugar del juego, que estaba en San Camilo, era una altísima galera, seis varas
de
limitada
al
de ochenta y largo por diez de ancho, sin techo,
Teatro.
el
lOI
Los jugadores llegaban pedían en
la
puerta
usado aquí para calzar
el
especta-
intro-
la
frac
:
«
cam-
bota cortesana por una alpar-
gata incivil »; arrojaban
los
guante :
ducíanse en un gabinete donde
biaban
en que tomaban asiento
.y
mano
la
elevada pared y al Sur por una serie de gradas de madera
Norte por tersa
frontón,
al
el cliacnal,
la
chaqueta ó
poníanse un pañuelo en
la
ZORCICOS
8
VI ira, pues su Gobierno empieza a revivir Ja paz y unión que al cielo le debemos pedir. Viva nuestro FERNANDO\ viva, y llegue á reynar tranquilo sobre
QUE
CANTARON
lA NOCHE DEL DÍA > DE DICIEMBRE
trono
el
SE
que le hemos de guardar. Vivan sus defensores:
DE
1810.
viva, viva decid
México^ que leal no dobla la cerviz.
EN EL COLISEO DE ESTA CORTE,
CON MOTIVO DE LOS DÍAS DEL excelentísimo SEÑOR
DON FRANCISCO XAVIER VENEGAS. VN IMPRESO DE LA ÉPOCA RELATIVO AL TEATRO DE MÉXICO
dores. Los muros oriental y occidental se
llamaban frontones, distinguiéndose
el
primero, con
con
el
de resto,
el
nombre de saque,
el
segundo.
Los partidos constaban de contra cuatro personas
:
y
cabeza, y lanzábanse alegres á la lid Era de verlos ágiles, ligeros, listos, escurridizos, fuertes
tiles;
ciialro,
uno sacaba
sin
miedo
para
á los proyec-
recibirlos y
arro-
Ya era un heroico sacador, que con la palma desnuda, después de
jarlos
sesenta ú ochenta
otro boleaba y dos eran contrarestos.
votar
Jugaban alternativamente los individuos que constituían cada bando ó partido, colocándose ya en el saque ya en el resto, según las marcas que hacia
varas; ya un hábil boleador que en el
el
rayador, que á
la
vez tenía encargo
aire
la pelota, salva
la
recibe y la
devuelve;
ya
el
atento contraresto que al verla cruzar sin fuerza y rastrera, corre en
pos de
sigue y persigue y la retorna Oh tú, teatro inmortal de los
ella, la
de pregonar y de apuntar, y aun muchas veces de decidir como juez en las
Peritos y de los Echaríeas,
contiendas.
maba
«
¡
Fidel
recordando
—
sus
excla-
verdes
La Vida de México en 1810.
I02 mocedades,
— que
el
diestro impulso
de sus brazos robustos hacían volar pelota sobre
aplausos
el
enmedio de
frontón,
dame
estrepitosos,
la
los
aliento
Camilo... ¡qué francas carcajadas, qué
para referir las hazañas que en tu seno
con
he visto.
brazo, iban
Ya adopta
«
el
juego,
qué sátiras punzantes
festivas pullas,
disparaban sobre un sesudo y vencido Oidor, los estudiantes juguetones, que el
Nebrija ó allí'
el
^^
cual pelota, y diz que corre y
sofocándose.
Ya
«
el
conduce
Los espectáculos en
el Coliseo.
tierno padre de familia (|ue
al
de donde
pié,
En
después
á su prole traviesa, y
partido juega
del
el
como sudorí-
un gordo elefantino que coje tal bambolea
fero,
Jacquier bajo
pintar venadoX
i¡
las
aquel año memorable de
funciones teatrales
en
el
1810,
Coliseo
salen enderrota los vestidos, y algunas
eran para todos los gustos, pueslacom-
veces contusos los carrillos ó
pañía complacía
la frente
de los infantes.
Ya imagen de
«
como
aristocracia,
la
si
la pelota fuese un destino pingüe,
la
persiguen con ahinco,
con afán, y va á menos la espera
'
alcanzan
la
manos
las
público con dramas,
y tonadillas populares, alusivas á los asuntos de la época,
Pero no todo
que
del
al
óperas, zarzuelas, y juntamente canto y música clásica, canciones patrióticas
respetable público
el
parece que correspondía á tales afanes
»
¡Y cuántos buenos viejos, como el buen anciano de Fidel, recordaban
del empresario, cómicos y cantarínas,
travesuras juveniles, allá en
botarates,
teatro de
la
el
vetusto
arcaica calle de San
Ca-
llamaban
;i
los partidarios del
ó
criollos,
como decían
á
cosas,
se habían
hecho amos
del
los
sobre
un canónigo, impenitomador de rapé, servil adulador de arzobispos y virreyes, que desquila
ambas
enseñoreado ó
allí
abochornaban á las actrices que se les antojaba, las más veces « sin el menor
amantes déla independencia! ¡Cuántas pelotas, lanzadas de propósito,
ó
que algunos necios ó
Rey
— formaban bandos en contra de insnrqentes
el caso,
Coliseo, y ya por pasión, en competencia ó malicia, silbaban, ceceaban y
milo! ¡Cuántos, realistas ó chaquetas así
pues es
roja nariz de
tente
taba sus rabias de candidato derrotado
auna
mitra, haciendo votar frenético
bola
de hule!
la
¡Y cuántos burras y cuando un partido de
fundamento, pretexto ó disculpa ». A principios de Febrero de 1810, sucedió,
en
que
el
que apenas había aparecido
escenario una de las cantarínas,
se distinguía
por su modestia, voz
entera y dulce, sonora y afinada, cuando á armarle tal bronca, que
comenzaron
faltóle aliento, cortó la tonadilla, y
em-
insurgentes celebraba su victoria sobre
pezóá llorar copiosa.. y amargamente. Pero el curioso observador y censor
un bando de realistasl Y al salir, del hoy olvidado colonial palenque de San
de aquellas groserías, nos ha dejado también consignado el motivo de
vítores audaces,
.
aquellas broncas, 1.
28 y
Rei'istn 3rj.
Mexicana,
Segunda
ílpoca, púers.
1,1
candad de
las
pues refiere que
tu
tonadillas
que
el
se can-
.
El tnban en
el
Frontón y la
y á pesar de esto, he aquí la cuenta que publicó, para escarmiento de literatos
m
que
Coliseo era escaso, que ya
memoria, que música no brillaba por su novedad,
todos las sabían de
por su bondad, ni por su ejecución, y que si las cantarínas merecían indulgencia, no así el empresario, porque
si
no había facilidad de pedir á Cádiz ó á Sevilla, piezas nuevas, vivía entonces
un gran compositor, qne con conocimiento individual de las habilidades, y dándole letras acomodadas á las mismas, según sus caracen México
teres, y
«
con asuntos del país
haber agradado
público; v que en
al
último caso, había letras »,
de un
pues
podría
»,
«
el
de variar
io3
Teatro.
el
las
imprimían
Nueva España
capital de la
Costos de imprenta y papel de los 000 ejemplares 24 ejemplares vendidos 20 rs. docena 5 ps. 30 ejemplares vendidos á 2 rs. cada i'i
uno 7 ps. 4 rs. 2fi dados gratis á la Real Audiencia, Arzobispado é Inquisición. loo remitidos al que
mandó
51 ps. h rs. \ i f
T
\ ]
liacer
la edición.
39 ps
No obstante
eslo, las entradas á las
á los
empresarios no escasas
para
poder
utilidades,
vestían aquí con otros trajes, dignos de
de
saladas críticas y de festiva música
capital, en la presente
constan en
i8io
como
ción
un
la « Lista
compañía
la
Los autores ó compositores no esen
deben haber
Coliseo,
producido
elenco y erogar gastos
ahora,
1
del
metres como en París y Londres, que aunque eran los mismos en substancia,
entonces,
!
funciones
ociosos que parecían señorones, \ peti-
'.
Producto 12 ps. 4 rs.
418 existentes. Utilidades liquidas, reales, y efectivas contra el bolsillo, amén de las diligencias, corrección y chasco
tiene nueva gracia »,
y á más existían á la sazón « tramposos, petardistas de muchas especies »,
»,
:
una misma cosa dicha
«
modo nuevo,
taban
mérito, en
obras de
aquella « grande y rica población
»
;
lista
sostener
como
los
un que
de los individuos
del
teatro
de
esta
temporada de
que copiamos
á continua-
:
Suoldos.
lecho de rosas. Se refiere en del
1
4
de Febrero
de
el
Diario
1810 que un
individuo, por encargo de un amigo,
hubo de correr con ópera
la
cuatro
ó
la
zarzuela
Ser Ser
Las
h
intitulada
español,
mejor sin duda de
la
las
que
los
acontecimientos político-patrióticos
se
habían importado, aludía
de aquellos días, honorífica
á la
«
y era
neffocio ajeno,
minó
á
sumamente
América española
Vaciló, el comisionado,
ejemplares de
Sen Sen Sen
reimpresión de
columnas del trono
pieza alegórica,
/
si
».
tirar mil
pieza, pero por ser anduvo tímido v dctcr-
la
tirar sólo seiscientos ejemplares;
,
La Vida de México en 1810.
I04
Señora Maria Dolores Murguía Señora Inés García Señora Andrea Escalona y su hija. ^Señora Maria Guadalupe Esleía .
^
2.800 1.800 1.000
.
.
0.400 1.600
.
Rocamora
Sr. Victorio
Miguel Maya Señora Maria Guadalupe Gallardo. Señora Isabel Rendón Señora Magdalena Lubert Señora Ignacia Aguilar Sr. Josof Maria Morales D. Josef Maria Bibióa, maestro de orquesta y sus compañeros Compositor de letras para música y maestro maquinista, Sr. Fernando Govila Pintor, D. Antonio Bargas Guardaropa, Sr. Miguel Silon
1.000 O.GOO
Sr.
m
y
.
.
Peluquero, Sr. Vicente Giner. Archivista, Sr. Gazpar Ortuño.
.
Total de gastos,
brado, carteles, decoraciones,
inherentes
al
.
.
.
.
.
.
0.450 0.300 0.200
0.250 0.250'
a/t
i
c
•
•
que
primer
diputado
^ Lortes
espauolas.
^
el
precio
Coliseo en 181 o,
cobraba
i'ini-
y>>a^a
•
i
mandó
quc
i
.
i
del
cleccion
la
las
íí
La elección se verificó el i8 de Jumo, en Vista de la ilista que se había .
.
i
con
remitido
i
i
anterioridad,
el
i
-
28 de
_
.
.
,
Ayuntamiento. Los porme-
Reunidos en
Cabildo los
regidores,
el el
mencionado día 18, se ordenó al Secreque se retirase, y lo hizo previa
tario
Procedióse luego á
la
vola-
ción de los candidatos contenidos en la lista,
.losé
obteniendo de
1.0
votos, D. Ignacio
Peza y Casas
la
9,
;
doble, en las funciones extraordinarias,
Velázquez de León
como fueron
Reye y Cisneros, y otros
las siguientes.
memo-
,
de
gastos
^
lue
Salón
entrada,
.
rabie para los habitantes de la ciudad
mozos, alumde
COn
VCrificÓSe .
de un acontecimiento
niotivo
protesta.
se
l8lO
,
.
son curiosos.
averiguar
camente sabemos que
Cn
ColíseO
¿^q\
•
ñores
teatro.
al
ir-
sueldos,
de
otros
y
4.900
,
el
Rosamora*. t segunda íuncion extraordinaria
'^^'^
"c Mexico,
.
cliasqueado ,
.
al
billetes
trajes
No hemos podido de los billetes
los
1.350
médico
,
gr. VictOlÚO
0.500
0.300 0.250
El
:
,
Mayo,
sólo
S 82 490» fuera de
.
nominada
Cantada por los mcncionados y por
D. Manuel
Dr. D.
5, el
;
5,
el
José
Oidor
El 3o de Mayo, en justa celebridad
D. José Arias de Villafaue. Habiendo
amado Sobe-
sacado estos dos iillimos igual número
de los felices días del
«
rano Fernando VII (Q. D. G.) », la conipañia del Teatro ofreció al respe-
un
table público, la representación de
drama
La
nueivo y patriótico, intitulado fineza de Inglaterra y embarque en
el
Norte de las
:
tropas españolas al
mando del Exmo. Romana. Los intermedios
Sr.
Marqués de
la
de votos,
el
Ayunta-
nombres de Peza, Velázquez de León y Reye y Cisneros, y movida la
los
urna,
el
Alcalde Ordinario, que era el
que fungía como Presidente, sacó una se
cubrieron
:
i"
de
las
cédulas,
numbre quedando
Rey
Virreinato.
un
que cantaron la Señora Ynés García y el Sr. Miguel Maya; y un baile. 2° con la tonadilla á tres,
I.
del
colocaron en una urna las cédulas con
Dúo, nuevo también, que llevaba por título Los sentimientos de los leales habitantes de América por su con
Presidente
miento dio su voto deciswo por el Dr. Reye y Cisneros; y acto continuo se
cautii>o,
ídem, í'ácw, págs. kk^ J
¿i/i3.
contenía
cual
la
el
Reye y Cisneros, nombrado este señor
del Dr. José
Diputado
así
á Cortes
por
Para cumplir con los incisos i5 y
1.
19
ídem, Ídem, pág. Coo.
lo
la
Capital del
prevenido en
del Capítulo
II
de
Frontón y
El
el
que vino ú ser del Reyno Ángel tutelar.
Inslrucción de elecciones, se acordó
la
io5
Teatro. el
solemnizar
la
neros con
Te
adorno
Deuin en
la
Dilatado Océano cruza en viage feliz, la sacra Providencia lo quiso conducir.
Catedral,
general en
iluminación
é
Beye y Cis-
del Doctor
la
ciudad de México y en las Casas de Cabildo por tres dias; un baile en el
Apenas toma el mando empiézase á mostrar, minadora, encendida,
Ayuntamiento y función extraordinaria en el Teatro; librando S 3ooo para
la
insurrección fatal.
Su ánimo imperturbable nada jjuede oprimir
al Doctor electo'. La representación en el Coliseo se verificó el ib de Junio, con la comedia en dos actos titulada Los Pages de Federico II, Augusto y Teodoro; una pequeña zarzuela, nueva, de una escena
gastos de viaje
;
saca la faz serena, y está pronto á batir. Ni los riesgos
:
ni el
le arredran, cancerado mal :
por nuestro bien activo se sabe desvelar.
nominada El Labrador y la Criada honrada; y dos intermedios 1° Dúo (también nuevo). Los fieles
Con presencia tranquila valor logra infundir en los subditos fieles, dispuestos á la lid.
amantes;
Hidalgo, Allende, Aldama y Abasólo, al mirar el rayo, tiembla luego su brío militar.
sola,
:
:
lada
da
i" la
marcha cantada y
Espartóles,
:
bai-
Patria oprimi-
la
etc.
-,
Con motivo de
la
entrada en México
hubo
del Virrey Venegas,
ciones extraordinarias en
el
Tan sabias providencias consiguen confundir, la turba de bandidos que embisten para huir.
fun-
tres
Teatro
las
noches, del i4, i5 y i6de Septiembre, esmerándose los cómicos durante las representaciones de
Barbero de
Sevilla
piezas
las
Los
,
campeón
sabe dar pronta salida, haciendo antídoto del mal.
El
Viajes del
Emperador Segismundo, y El las niñas;
:
El ilustre á todo
En
Si de
con intermedios correspon-
de Marte Francés furor
la escuela
contra
el
aprendió la pericia, y
dientes de dúos, zarzuelas y tonadillas ^. El 3 de Diciembre fué el dia de dias
el arte del
valor.
Forma de
extraordinaria, en la que se cantaron
Voluntarios tropa tan varonil, que resuelta se ofrece á vencer ó morir.
noche en el Coliseo unos Zorcique como muestra de las tonadillas de aquellos tiempos y por aludir
toda comodidad, y en ello el ciudadano logra tranquilidad.
del
por
mismo
Virrey,
y
hubo función
la
Abandonan
cos,
á sucesos del
aquí
año de 1810. copiamos
Hoy
se celebra el dia
nos quiso reunir.
de un Ge fe singular, 1. Actas de Cabildo de la Ciudad de México, Mss. en el Archivo municipal. 2. Diario de México, tomo XII, pág. 710. 3. ídem, tomo XIII, pág. 3ii.
leales
Dos Principes tocayos debemos aplaudir, que el Cielo compasivo
:
«
1
Alude á los soldados del Cuerpo de VolunFernando VIL 2. El Azobispo y el Virrey se llamaban los dos Francisco, asi es que eran homónimos. i.
torios de
La Vida de México en 1810.
io6
Sus amables virtudes,
Temió nuestros soldados prontos á combatir, y al General famoso
su zelo y probidad, son exes donde estriva nuestra felicidad.
Columnas
que
Estado ?quién no os ha de seguir, del
le
sólo vuestra vista nos debe persuadir?
si
<•
;
Todos por el afecto que saben grangear, á
lo iba ú resistir.
Tal lección con la fuerza dieron inferior, que dixo para el necio que embista la mayor. »
:
Presentóse en Acúleo. con exército tal, que parecía su campo montaña de metal.
dos Excelentísimos
ofrecieron amar.
Llegan los valerosos, y se ven desunir corriendo por la sierra como quarenta mil. Se acoge «' Guana.ruato planta su Real, trincheras formidables, y gente sin igual.
:
allí
Pero...¿ de qué le sirve tanto aparato al fin...?
de salir disfr;izado con la fuga más vil. ¡
Viva
el
las tres
Señor Villas
todos los de la
que no
se vio
Trii.villo :
:
y más, acción
jamás!
Viva el Se/lor Calleja por guerrero adalid, un Flón y un Valparaíso... ¡
toda la tropa en
fin
!
¡Viva el Señor Virrey, que nos sabrá librar del orgullo Francés,
del insurgente audaz!
UN VOLUNTARIO DE FERNANDO
Vil
Viva, pues su Gobierno empieza á revivir la paz y unión que al Cielo ¡
Mírense los sucesos, será de colegir que el Todopoderoso
ayuda
á dirigir.
le
debemos pedir!
Viva nuestro FERNANDO viva, y llegue á reynar ¡
Los enemigos viles se lian logrado aterrar, pues tiene dobles armas quien sabe gobernar.
Vino á las Cruces el insano motín,
fiero
:
tranquilo sobre el trono que le hemos de guardar!
¡Vivan sus defensores viva, viva decid México, que leal no dobla la cerviz
'
!
:
»
formando monumento ú
más de quatro
Asómase
mil.
el rebelde para querer entrar, y al ver el campamento se empieza á retirar.
Zorzicos que se cantaron la noche del dia I. 3 de Diciembre de 1810, en el Coliseo de esta Corte, con motivo de los días del Excelentísimo Señor Don Francisco Xavier Venegas. Págs. 3 á S. ,
El
Frontón y
realistas, rabiosos
Los chaquetas ó
Teatro.
el
107
una nueva forma en
manera de
la
de entusiasmo, correspondían convivas,
gobernado.
aplausos y gritos á esos vivas. El Coliseo resonaba con los aplausos y vivas,
Cuerpos, presididos por
palcos, lunetas, inos-
pero en algunos niiete v allá en
cazuela ó galería,
la
los patriotas ó insurgentes, reíanse
de
aquellos versos ramplones, embusteros v llenos de fanfarronadas, pues
mada
victoria del
Monte de
las
la lia-
Cruces,
sido tremenda derrota para el
había
regimiento de Tres
Villas.
Aunque no queda programa alguno de
la
función, debe haberse celebi-ado
también en la
el
Coliseo con motivo de
jura que se hizo por
la
Soberanía
Dirigiéronse después los expresados
instaladas el
iSio en
la
de Septiembre de
24
Real
Isla
de León, después
prestó
el
México mencionado el
ciudad
fidelísima
juramento
de
completamente iluminada, y en donde se entonó como era de rigor en tales actos un majestuoso Te Deuní á toda orquesta, solemnizando tan imponente ceremonia otro repique general de campanas, y los disparos de los cañones y de la lucidísima Conipañia del bata-
Granaderos del Comercio, que
llón
había situado en
para hacer
acostumbradas
el
Bando respec-
que tuvo mayor celebridad por
tivo,
pañias de Patriotas
las
que fueron admiradas por
caballería,
brillante de sus uniformes,
España
el
Salón de respeto
del Real Palacio, el Virrey, la Audiencia,
el
gallardía y gentileza de los
dúos que
Por
la
formaban y por
las
tarde
hubo paseo en
de Chapultepec, quizá
Congregados en
Ayuntamiento y demás Tribu-
nales y Cuerpos, con los Gobernadores
de las Parcialidades de Indios de San
dos Com-
de infantería y
tan augusto Congreso, que reasumía el los reinos de
al
publicó por las
se
la
é Indias.
se
Catedral
honores militares
continuación
calles
la
Vcnegas.
Viri'ey
A
los
de
el atrio
4 de Diciembre, con todo el entusiasmo y magnificencia correspondientes á
poder soberano de
Virrey, á
el
cual se hallaba
la
haber marchado delante
se trasladaron á Cádiz.
La
Catedral,
la Iglesia
de las Cortes Españolas, que reunidas é
ser
nica,
pues
la
la
de
indivi-
lo lino
la
y
calzada
la
Verá-
actual no existía, y las
descargas de
músicas militares y tropa que estuvo
allí
la
acampada, «acabó
de llenar de alegría y de magnificencia un día tan memorable y glorioso para
Juan y Santiago, Prelados y Rectores de las Religiones y Colegios, Títulos
toda
de Castilla y Nobleza, se procedió al acto de prestar vasallaje y obediencia.
porque en aquellas Cortes se discutirían nuevos principios, se abolirían penas infamantes, cayendo para siempre
El repique general de las campanas
anunció las
la
i[ue estai)an
lo
propio que
vetustas
de artillería
invocarían
tendidas en
la
Plaza
Mayor
conmoviéndose el pucblo de ternura y regocijo », porque para este efecto,
nación'. »
Día glorioso y memorable, en efecto,
las piezas
ceremonia,
descargas de
la
«
presentía y esperaba de aquellas Cortes
y
odiosas instituciones
derechos
que
hasta
:
se
en-
tonces no se habían gozado, y por primera vez se harían oir las voces elo-
,.
Diario de México,
tomo
XIII, pcigs.G29 yG3o.
La Vida de México en 1810.
io8
cuentes de los diputados de las colonias
americanas, que como los de México,
en
y razonados discursos pedirían para sus compatriotas libertad é
atrevidos
independencia, aunque
tiempo
había resonado
Nuevo
Continente
el
ya por ese
por grito
todo
el
unánime
que invocaba esos principios, y como por un conjuro, criollos, indios y mestizos,
habíanse
armados,
levantado
amenazadores,
erguidos,
estreme-
ciendo de espanto y terror á los partidarios y sostenedores del antiguo
régimen.
índice
CAPITULO PRIMERO Cómo era
la ciudad entonces
r
CAPÍTULO SEGUNDO Tipos, trajes y costumbres
aa
CAPÍTULO TERCERO Currutacas y petimetres
Bo
CAPÍTULO CUARTO La semana santa en 1810
36
CAPÍTULO QUINTO El culto, la vamdad y la política
46
CAPÍTULO SEXTO De cómo entró
el virrey venegas en la ciudad de méxico
61
CAPÍTULO SÉPTIMO Las bellas artes
ni
CAPÍTULO OCTAVO Las sombras chinescas y otros pasatiempos
go
CAPÍTULO NOVENO El frontón y el teatro
100
ACABÓSE DE ESCRIBIR E IMPRIMIR ESTE LIBRO
EN EL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO MEMORABLE DE CENTESIMO A NI VERSA RIO
DE LA INICIACIÓN DE LA INDEPENDENCIA
DE MÉNICO
10 ¡O,
1277-10.
—
Paris.
Impienla de
la
Vda de Cu. BOURET.
—
12-10.
University of Toronto
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