Capítulo I
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina: teoría e historia
Uno de los problemas más importantes del análisis territorial, urbano y regional, radica en la manera de establecer, en un periodo histórico dado, las
conexiones
existentes
entre
las
estructuras
económicas,
sociales,
culturales y políticas, y las formas de distribución de la población sobre ni territorio, y de configuración de las estructuras físicas que soportan a la población y a sus actividades. En este texto, se aborda esta temática en dos niveles distintos de abstrac ción: en primer lugar, en el ámbito teórico, poniendo el acento en la esfera de lo económico, es decir, en la relación entre acumulación de capital y estruclura territorial; y en segundo lugar, en un ensayo de interpretación general de i Mías relaciones en las sociedades latinoamericanas, desde la conquista espai ii )l;i, hasta inicios de los noventa del siglo xx, cuando se escribió este ensayo. A pesar de la llamada "crisis de los paradigmas teóricos" en las cien cias sociales, producida en gran medida por los cambios socioeconómicos i ><'.urridos en las últimas tres décadas, y el intento neoliberal de imponer una concepción única del mundo, estamos convencidos de que los plan teamientos aquí incluidos siguen manteniendo su utilidad.
I II MENTOS TEÓRICOS PARA LA INTERPRETACIÓN: LAS ONDAS LARGAS I >1 I DESARROLLO CAPITALISTA Y LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL1
r.n el periodo histórico durante el cual un modo de producción es domi nante en una formación económico-social concreta, el desarrollo de las 11 » versión inicial de esta parte del texto, fue publicada en 1989, con el título "Acumulación tli’ i /i|iii.al y estructura territorial en América Latina", en Mario Lungo Uclés [comp.], 1989, Lo iii luinii: teoría y métodos, San José, Costa Rica, Editorial Universitaria Centroamericana. 15
contradicciones estructurales propias de la totalidad social,3 de su inserción
Sólo el tránsito violento o revolucionario, la transición rápida de un
en una totalidad mayor, o de sus partes constitutivas (estructuras o instan
.... do de producción a otro, puede determinar cambios fundamentales en
cias, elementos, procesos, etcétera], y las formas concretas de su resolu
Imi estructuras físico-territoriales en periodos relativamente muy cortos.
ción, determinan cambios coyunturales y/o estructurales que modifican la
l'.Mir hecho es evidente en la organización territorial en el capitalismo en
estructura, los procesos y las contradicciones de las partes y la totalidad.
/i.rneral y en particular, en su desarrollo tardío5 en América Latina.
No existen, por tanto, formaciones sociales ni modos de producción está
III análisis del desarrollo histórico del capitalismo mundial, en los paí-
ticos, aun en los casos en los que sus características estructurales tienden
ni'H dominantes y en los latinoamericanos, como generalidad o particulari
a darles una estabilidad, aparente o real, durante largos periodos, como
dad, arroja como resultado la presencia periódica y recurrente de las cri
ocurrió con la comunidad primitiva o el modo de producción asiático (Marx y
áis,11 como explosión violenta de las contradicciones internas de la
Hobsbawm [1857-1858] 1971],
acumulación de capital en el corto plazo, ondas cortas, que se expresan en
Son esas modificaciones las que determinan, al interior de las grandes
la sobreacumulación de capital y la sobreproducción de mercancías y, si
etapas históricas diferenciadas por la dominancia de distintos modos de
multáneamente, como una de sus más drásticas mediatizaciones o "solu-
producción, la existencia de diversos periodos históricos de duración media,
('ioríes" temporales.7 En las ondas cortas, se suceden la recesión y la expan
nos permiten diferenciarlos científicamente y dan las claves esenciales para
sión de la economía, en particular de la producción agraria e industrial y el
su análisis. Estos periodos históricos pueden ser múltiples, y no correspon
miercambio mercantil, determinadas por las fluctuaciones periódicas de la lasa de ganancia.
dientes en el tiempo y el territorio, según la naturaleza y las contradiccio nes particulares de la parte, proceso, instancia o totalidad parcial (en la combinación de totalidades parciales que forma una totalidad superior], en razón de su desarrollo desigual y combinado.3 La organización territorial, del sistema de soportes materiales de la for mación social
(ssm]4
das cortas y sus características particulares, dan lugar a periodos u ondas largas en las que dominan las tendencias expansivas o las recesivas. Según Mandel:
y de sus partes constitutivas, como expresión, soporte
y parte activa necesaria de las estructuras sociales, manifiesta estas modi ficaciones, pero lo hace acumulativamente y a ritmos diferentes, desigua les, normalmente más lentos que los de las estructuras sociales y sus elementos y procesos fundamentales. Por ello, sus periodos de histori cidad son distintos, y sus cambios no son ni inmediatos, ni evidentes, ni analizables en relación con los movimientos coyunturales y los perio dos cortos, sino con respecto a los procesos estructurales, en los periodos largos de la historia en los que se producen las mutaciones fundamen tales de las formaciones sociales. 2 Nos referimos a la inserción de cada formación económico-social concreta en el sistema capitalista mundial, como totalidad compleja superior y, desde el triunfo de la Revolución bolchevique rusa hasta su derrumbe a finales de la década de los ochenta del siglo xx, en el ámbito contradictorio de las relaciones entre el mundo capitalista y el entonces llamado "cam po socialista". 3Sobre la ley del desarrollo desigual y combinado, ver Trotsky, Novack y Moreno, 1977. 4 Sobre el concepto descriptivo del sistema de soportes materiales de la formación social, ver Pradilla, 1994: cap. I. 4.
16 • Emilio Pradilla Cobos
Al mismo tiempo, se observa que la combinación de las sucesivas on
... las ondas largas de signo expansivo son periodos en los que las fuer zas que operan contra la tendencia a la caída de la tasa media de ganan cia actúan con fuerza y de forma sincronizada. Las ondas largas de signo depresivo son periodos en los que las fuerzas que operan contra la tenden cia a la caída de la tasa de ganancia son más escasas, más débiles y están claramente menos sincronizadas. El hecho de que esto se produzca en ciertos puntos de inflexión sólo puede explicarse a la luz de un análisis histórico concreto de un periodo dado del desarrollo capitalista que condu ce a un punto de inflexión (Mandel [1980] 1986: 13], ... estas "ondas largas" no se manifiestan en forma mecánica, sino que funcionan a través de la articulación de los "ciclos básicos". En una fase de expansión, los periodos de auge cíclico serán más largos y más intensos, 5 En el sentido dado al término por Salomón Kalmanovitz [1983], que difiere del concep to de capitalismo tardío elaborado por Mandel ([1972] 1979]. 6 Esta conceptualización fue propuesta, en su vertiente marxista, por León Trotsky ([1923] 1977] y desarrollada por Ernest Mandel ([1972] 1979: cap. IV; y [1980] 1986], 7 Ver la recopilación de Pedro López Díaz, 1986, y la explicación de Ernest Mandel [1962] 1969: 1 .1 , cap. XI].
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 17
y las crisis cíclicas de sobreproducción serán más cortas y superficiales. Inversamente, en las fases de la onda larga en las que la tendencia al es tancamiento prevalece, los periodos de auge serán menos febriles y más breves, mientras que los periodos de crisis cíclicas de sobreproducción serán, por contraste, más largos y profundos (Mandel [1972] 1979: 119]. El capitalismo unificó la historia universal, generalizó las relaciones capitalistas de producción a escala mundial, combinó y articuló las diferen tes formaciones sociales a través del mercado mundial de mercancías y capitales. En la fase imperialista, el capitalismo eslabonó los ciclos de la acumulación de capital (auge y receso] mediante la exportación de capital
li ración de la tasa de incremento de la composición orgánl capital, una aceleración de la circulación del capital, una combinaciónrios de estos Indures o de todos ellos, pueden provocar un ascensoco de la tasa media de ganancia (Mandel [1980] 1986: 12; y [1972] 19/3). I jas relaciones entre estos procesos, la organizaciórtorial y la esiructura y características del sistema de soportes materie la formación social (ssm], son múltiples, pero no se localizan única y emente en el nivel de las condiciones generales: se anudan e interacton las causas untes señaladas del movimiento de la tasa de ganancia. La naturaleza es la fuente inmediata de todas las m¿ brutas, inor-
agrario, industrial, bancario y financiero de los países avanzados a los atra
gánicas u orgánicas, necesarias para la agricultura y la iria. El descu
sados (semicoloniales]; dio lugar al desarrollo posterior de las empresas
brimiento de nuevos yacimientos de minerales o la puei explotación
transnacionales; y en las últimas décadas, a la internacionalización de los
de nuevas áreas forestales o agrícolas, territorialmenalizadas, con
procesos productivos, una de cuyas manifestaciones es la industria de
magnitudes específicas y condiciones particulares de fad o distintas
ensamblaje o maquila.
calidades de las materias, que dan lugar a rentas difefes del suelo,
El llamado "campo socialista", a pesar de la autonomía, especificidad y di
pueden desembocar inicialmente en incrementos de lay la masa de
ferenciación estructural de sus procesos de transición, no escapó a estas rela
ganancias en los países o regiones donde se ubican, yreducciones
ciones mundiales y fue sujeto de sus determinaciones y contradicciones.
significativas del valor de las materias primas en los } de origen y
En estas condiciones, el análisis de las ondas cortas y largas del desarro
el mercado mundial y, por este camino, redundar en uja de la com
llo capitalista en un país, debe realizarse en función de sus relaciones
posición orgánica del capital en las ramas y países coiores, y una
dialécticas con las de los demás países, en especial los hegemónicos, y de
elevación de la tasa de plusvalía, pero conducir a una ebn de la com
su integración en el capitalismo a escala mundial. Sin embargo, el desarro
posición orgánica en los países y sectores productoreás tarde, a la
llo desigual en el tiempo, el territorio y las estructuras de las formaciones
caída de la tasa de ganancia. Se trata de una dialéctica dictoria.
sociales capitalistas, y la relación contradictoria entre sus procesos y de
Un ejemplo lo constituye el boom de los precios de>leo de 1973-
terminaciones internas y externas (Kalmanovitz, 1983: cap. I], han dado
1981, y de la acumulación capitalista en los países expofis, que refor
lugar a desigualdades de naturaleza cualitativa y cuantitativa, y asincronías
zó las tendencias recesivas en los países importadoresisterior crack
en las ondas cortas y aun en las ondas largas del desarrollo capitalista
de esos precios, al entrar masivamente en explotación n yacimientos
entre países o regiones. Tal es el caso de la asincronía de la entrada del
y provocarse la sobreproducción, produjo la inversión situación en
capitalismo mundial a una onda larga recesiva a fines de los setenta, mien
unos y otros países.
tras en Latinoamérica se mantenía la expansión hasta 1981, como lo seña la Bortz [1985], hecho que detallaremos más adelante.
El agotamiento de las reservas o la entrada al me de materias primas extraídas o producidas en tierras menos fértilon recursos
Para Mandel, apoyándose en Marx, los factores determinantes de la
de menor calidad relativa, por el contrario, pueden edr a la eleva
evolución de la tasa media de ganancia, que regula los ciclos cortos y largos
ción de las rentas absolutas del suelo, de los precios de l.erias primas
de la economía, son: a] las fluctuaciones de la composición orgánica de capital
y de la composición orgánica del capital para los comprac
(coc]; b] las de la tasa de plusvalía¡ y c] las de la tasa de circulación del ca pital. Por ejemplo, un incremento de la tasa de plusvalía, una fuerte desace18 • Emilio Pradilla Cobos
Uno y otros procesos actúan sobre la distribución rial de la po blación, del capital, del empleo, la producción y la activconómica en Acumulación de capital y estructura tem\mérica Latina • 19
general, que a su vez, determinan la estructuración físico-territorial. La
y/o relativos cada vez más bajos o que crecen menos que la productivi
magnitud y las características de la inversión de capital, constante o varia
dad, y por este camino, da lugar al incremento de la tasa de plusvalía. Pero
ble, fijo, individual o social, en la producción de nuevos soportes materiales,
eleva la composición orgánica del capital en la industria, si coincide con la repo
particularmente de condiciones generales de la producción y el intercambio, de
sición o transformación del capital constante fijo (Pradilla, 1987: cap. IV). Las
la reproducción de la fuerza de trabajo [Pradilla, 1984: caps. II y III), o la mo
migraciones campo-ciudad modifican permanentemente la estructura física
dificación generalizada del sistema de soportes materiales preexistente,
cuantitativa y, por la transformación de la cantidad en calidad, la cualitativa, de
necesarios para la puesta en explotación o la reproducción simple o amplia
los puntos de origen y. sobre todo, de destino. Es decir, cambia las estruc
da del capital, modifican, elevando la composición orgánica del capital y la
turas territoriales y del sistema de soportes materiales en su conjunto.
tasa de ganancia regional o nacional. La penetración, expansión o transformación del capitalismo en la agri
hacia la baja a la tasa media de ganancia, toma dos formas distintas: el
cultura, determinadas por la necesidad de asegurar un flujo constante y
mejoramiento cualitativo y la expansión cuantitativa de los medios de pro
creciente de materias primas industriales y de bienes salario para los tra
ducción y la escala técnica productiva preexistentes; o la renovación a
bajadores, de la mejor calidad y al menor precio posible, permiten la reduc
fondo del proceso productivo mediante cambios tecnológicos radicales,
ción del valor de las materias primas y de la fuerza de trabajo. Dependien
sobre todo en los medios de producción, y la expansión sustancial de la escala técnica (Mandel [1972] 1979: 109).
do de la magnitud relativa de estas variaciones, la composición orgánica del capital en la industria disminuirá si es mayor la baja de las materias primas,
La reproducción ampliada del capital fijo, que eleva la coc y presiona
La reproducción simple o ampliada de la producción industrial, la in
o aumentará si es a favor de los bienes salario. Al mismo tiempo, la baja de
dustrialización, y su correlato la del intercambio mercantil y monetario,
los productos alimenticios puede dar lugar al incremento de la plusvalía
efectuadas en los centros urbanos preexistentes para apropiarse de las
relativa y, por este camino, actuar sobre la tasa de ganancia. Si, como es el caso, la disminución del valor de las materias primas se
ventajas de aglomeración de compradores, o que genera ella misma concen tración urbana (Pradilla, 1984: cap. IV), elevan la coc local o global. Esta
obtiene mediante el incremento del capital constante, fijo o circulante, in
elevación presiona a la baja de la tasa de ganancia y desencadena endóge
cluyendo la inversión en las condiciones generales de la producción, la circu
namente las tendencias a la recesión en el plazo corto o largo.
lación y el intercambio [cgp, ceijy las condiciones generales de reproducción
Estos son los determinantes del proceso de urbanización y de sus contra
de la fuerza de trabajo (cgrft), por la introducción de nuevas maquinarias e
dicciones fundamentales, al modificar la situación del mercado de trabajo
insumos, que incrementan la coc, la caída de la tasa de ganancia en la agri
urbano, las condiciones de subsistencia del ejército industrial de reserva,
cultura será la condición de su elevación en la industria. Por otra parte, la penetración capitalista en el agro, sobredeterminada
sus propios procesos de reproducción capitalista y la magnitud de la su
por el curso expansivo del ciclo corto y la onda larga, la expropiación o
perpoblación relativa generada y expulsada hacia las ciudades (Meek,
las magnitudes y calidades de la demanda de materias primas al campo, y
pauperización del campesinado parcelario que la acompañan, y la intro
1973; Kalmanovitz, 1983: cap. III; Pradilla, 1981 y 1987: cap. 4). La urbani
ducción de nuevos y más productivos medios de producción, son los de
zación está determinada cuantitativamente por las características de las
terminantes fundamentales de la expulsión de campesinos hacia las ciuda
(indas cortas y largas del desarrollo capitalista que expresan el curso de la producción y la economía en su conjunto.
des, la urbanización [Kalmanovitz, 1978; Pradilla, 1981], Este desplazamiento ha producido la saturación del mercado de traba
Las condiciones generales de la producción, la circulación y el intercambio
jo urbano y la conformación de un ejército industrial de reserva de gran
(<¡op, c e i), son parte esencial, en cualquiera de las dos variantes, de la
magnitud en nuestro continente. Este ejército, ahora como en el periodo
reproducción capitalista a escala social. La ampliación o mejoramiento
histórico analizado por Marx, permite el mantenimiento de salarios reales
progresivo de las vías de comunicación (carreteras, vías férreas, aeropuer
20 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 21
tos, puertos marítimos, canales navegables), de los medios de transporte
concentración y centralización en las ciudades preexistentes a la industriali
(automotor, ferroviario, marítimo, aéreo), de las comunicaciones (correos,
zación, y la reproducción acumulativa de estas condiciones, inherente a la
telégrafos, teléfonos fijos o móviles, comunicación inalámbrica y electróni
lógica concentracionista y centralizadora localizada de la producción indus
ca), de la producción y las redes de distribución de energía eléctrica, agua
trial y el intercambio mercantil, o su penetración en el territorio aún no ocu
potable, drenaje, hidráulica, etcétera, elevan la composición orgánica del
pado entre centros urbanos o nudos de transporte, determinan el surgimien
capital (coc) a escala social y presionan para bajar la tasa media de ganan
to, expansión o, en su opuesto, la contracción o desaparición de procesos de
cia. En el mismo sentido actúan la transformación tecnológica radical de
ocupación o transformación de los asentamientos humanos existentes.
los medios preexistentes o la introducción de nuevos medios (telefonía
El ritmo y el signo de estos procesos están directamente determinados
digital y celular, cibernetización de la información, comunicaciones por
por las ondas largas, expansivas o recesivas, de la economía y de la acción
satélite, energía nuclear), indispensables para la reproducción ampliada
estatal o privada. Las condiciones generales de la reproducción de la pobla
del capital fijo a escala social, en la agricultura, la industria, el comercio o
ción, sobre todo las de la fuerza de trabajo, son subsidiarias y, con frecuencia
las finanzas; para la reducción del tiempo y el costo de circulación mercan
en América Latina, apéndices subordinados y marginales de las condiciones
til y monetaria; y para el incremento de la plusvalía relativa por la vía del
generales de la acumulación con las cuales forman una unidad física y, apa
crecimiento de la productividad. En las ondas largas expansivas, crece sin cesar la masa de condiciones
rentemente, económico-social: agua potable, drenaje, energía eléctrica, viali dad; o bien, su creación depende de la magnitud de los salarios indirectos o
generales de la producción, consumo e intercambio, en manos privadas o
diferidos, o de los adelantos de capital variable entregados por el capital al
públicas, la cual incrementa la productividad, acelera el ritmo de circulación
I ‘.stado, en función de las condiciones vigentes en la acumulación en el lar
de las mercancías y el capital, pero se agudiza la contradicción entre la
go plazo, en las ondas largas, en particular de la magnitud y las tendencias de la tasa y la masa de ganancias obtenidas por el capital.
elevación de la coc y la caída tendencial de la tasa de ganancia. En las fases recesivas, disminuye el ritmo de expansión o cambio de las condiciones
La socialización de las fuerzas productivas y de la producción, el esla
señaladas, hasta llegar a su estancamiento, y se reduce así y se inmoviliza
bonamiento de las cadenas productivas y del intercambio, el acortamiento
la tasa de crecimiento de la coc. Se genera por esta vía una contratendencia
de los ciclos de circulación mercantil y monetaria y de rotación del capital,
a la caída de la tasa de ganancia. Una nueva fase expansiva podría encon
la propagación de la tecnología en las empresas agropecuarias, industria-
trarse con fuertes límites al incremento de la productividad y la plusvalía
l< :s, comerciales y bancarias, con conocidas relaciones con la intensidad y
relativa, derivados del atraso de las condiciones mencionadas, los cuales
la productividad del trabajo, la magnitud y las tendencias de las tasas de
imponen una inversión masiva que puede repetir el ciclo contradictorio. Las condiciones generales de producción, consumo e intercambio, constitu
plusvalía y de ganancia, tienen a las condiciones generales como sus me dios; forman parte activa, por tanto, de las llamadas economías de aglome
yen el esqueleto estructurador del sistema de soportes materiales y de la
ración, que no son más que el efecto de la socialización objetiva de la
organización territorial. Su presencia forma parte de la penetración y el de
producción sobre la tasa y la masa de ganancia, cuyas tendencias deter
sarrollo del capitalismo en la agricultura y es factor de la recomposición del
minan la sucesión de las ondas largas recesivas y expansivas.
territorio rural y del surgimiento de asentamientos residenciales para el pro
La concentración y la centralización de las condiciones generales, particu
letariado agrario, o de centros de comercialización de medios de produc
larmente de las que suministran materias primas o auxiliares (energéticos
ción y productos agropecuarios. La creación de las cgp, i y c, simultánea a la instalación de unidades
y agua), las comunicaciones y los transportes, de los medios de circulación
minero-extractivas o industriales, determinadas éstas por la localización
venden fuerza de trabajo y compran bienes de subsistencia al capital, jun
territorial de las materias brutas o primas, genera aglomeración urbana. Su
io e.( in la concentración territorial de la producción industrial, en su unidad
22 • Emilio Pradilla Cobos
mercantil y monetaria, y la acumulación urbana de los trabajadores que
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 23
contradictoria, constituyen la esencia de las ciudades capitalistas. Ellas
riiil en América Latina es, como veremos posteriormente, específica de I
actúan como fuerzas positivas para reducir el tiempo de circulación mer
última parte de la onda larga expansiva qua se prolonga hasta mediados d> la década de los años setenta del siglo xx.
cantil y de rotación del capital, incompatibles con la dispersión territorial. Discrepamos de quienes consideran que las dimensiones y el creci
Para superar la onda larga recesiva, iniciada en los países dominante
miento de las ciudades en los países capitalistas, en particular en América
del capitalismo a principios de los años setenta, las burguesías y los es
Latina, se han revertido en contra de la acumulación de capital; que lo que
indos han impulsado, a nombre del ajuste neoliberal, estas medidas: a) 1j
fueron economías de escala o de aglomeración, se han transformado en de
reducción del salario real en sus dos componentes: directo e indirecto
seconomías y que las ciudades ya no pueden asegurar adecuadamente el
/i) la sustitución creciente de capital variable (trabajadores) por capita
desarrollo capitalista (Pradilla, 1984: cap. V]. La aparición de las desecono
constante fijo (robots, computadoras, máquinas de control numérico, ta
mías de aglomeración es real, y tiene grandes costos para los empresarios
lleres flexibles automatizados, etcétera) y el consecuente incremento df
-y también para la población-, pero el capital ha construido alternativas
lo productividad y la intensidad del trabajo; c) la reducción forzada de
para mitigarlas o en su caso, transferirlas a la sociedad, socializando sus
precio de las materias primas en el mercado mundial y la sustitución de las de origen agrícola por las de origen industrial, particularmente petro
privados-los
costos pero manteniendo beneficios. Las posibles o reales deseconomías, manifestación de las contradiccio
químicas; d) la mayor transnacionalización de la economía: e) la reduc
nes esenciales a la ciudad capitalista, cualquiera que sea el grado de su
ción de la intervención del capitalista colectivo ideal, el Estado, y la priva-
crecimiento, han sido en parte transferidas a toda la sociedad mediante la
ii/,ación creciente de sus actividades, en particular en la industria básice
acción urbana del Estado. Esta acción, financiada a título de "gasto social",
y las
con los tributos de todos sus integrantes y el capital, ha gestado nuevas
mundial: se integra a los países semiindustrializados (Mandel, 1986b) y
formas de organización territorial y del
cgp,
c e i; í) la reorganización de los procesos productivos a escala
que resuelven, temporal y
i»; los conviene en maquiladores (ensambladores) y exportadores de par
parcialmente, sus necesidades aunque tengan ya los gérmenes de las mis
les o manufacturas para utilizar su mano de obra barata, las mejores
mas o de nuevas contradicciones. De hecho, el crecimiento urbano ha venido acompañado por la homo-
condiciones de explotación de los trabajadores locales y materias primas
geneización del territorio mediante la creación y/o articulación de sistemas
H) la aceleración del ritmo de obsolescencia de los productos,- y h) la aper-
de condiciones generales de producción, circulación e intercambio como
lura comercial total, consistente en la imposición de las manufacturas
ssm,
V auxiliares (los valores de uso de ciertas cgp) a bajos precios relativos;
parte del proceso llamado de "conurbación" o formación de "metrópolis".
provenientes de los países imperialistas, a los mercados internos de los
Este proceso hace que sea cada vez más indiferente en qué lugares se localicen las actividades económicas en amplias regiones o sistemas urba
países semicoloniales, para evacuar hacia éstos los excedentes de pro ducción de aquéllos.
nos, donde tienden a igualarse las posibilidades de apropiación de los
La combinación de todas estas medidas, que actúan contradictoria
valores de uso y las ventajas para las empresas, gracias a la densidad
mente sobre las determinaciones fundamentales ya señaladas de la evolu
cuantitativa y el mejoramiento de las condiciones creadas por el Estado o
ción de la tasa de ganancia, pretende revertir la tendencia a la baja de ésta
las empresas privadas. Simultáneamente, las empresas capitalistas se han desplazado hacia
hus
V abrir un nuevo curso ascendente de la economía capitalista mundial y de polos hegemónicos.
ciudades "medias" donde esas contradicciones no han alcanzado un nivel
Independientemente de que se logre o no este objetivo, la relación con
agudo, reproduciéndose en ellas los procesos concentradores, justificando
la
el apoyo masivo del Estado y la socialización de sus costos, bajo el discur
clara. Lo es tanto por sus características y relaciones nacionales o regiona
so ideológico de la "descentralización". Esta forma de organización territo-
les
24 • Emilio Pradilla Cobos
organización territorial y la reestructuración global del
ssm
es bastante
como por ciertas condiciones internacionales, de acuerdo con la inser Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 25
ción de cada país en lo que se ha denominado la "nueva división internacio nal
del
trabajo",
entendida
como
el
redespliegue
de
las
En cambio, el tránsito de la onda larga recesiva a la expansiva no surge
empresas
de las mismas determinaciones internas, ni está asegurado. Este viraje
transnacionales orientadas a la exportación de partes o productos hacia
supone un movimiento sustancial y relativamente brusco de las contraten-
los países imperialistas, en puertos o ciudades fronterizas con los países
dencias a la caída de la tasa de ganancia. Tiene como base fundamental y
de mayor grado de desarrollo, o en "ciudades medias" ubicadas a corta
salida última para el capital el debilitamiento extremo, la desorganización
distancia de nodos de comunicación cerca de las fronteras, para reducir
más o menos prolongada o la derrota brutal del movimiento obrero, con el
costos de transporte y, sobre todo, acelerar la rotación de mercancías
l'in de imponer nuevas y más agudas condiciones de explotación: reduc
(medios de consumo final o intermedio productivo] y de capitales; y obte
ción drástica del valor de la fuerza de trabajo y su expresión salarial; recu
ner mejores condiciones generales (sobre todo comunicaciones y trans
peración burguesa de una parte significativa de las conquistas obreras en
portes], exigidas por las transnacionales y otorgadas por ios estados recep
las condiciones de vida y trabajo; imposición de los cambios tecnológicos
tores en las nuevas implantaciones, etcétera. La reestructuración supone
que suponen el reemplazo de fuerza de trabajo por máquinas; reorganiza
la subordinación del territorio a las exigencias de la superación de la onda
ción del proceso de trabajo para disminuir su control por el trabajador
larga recesiva, en 1989 aun en curso a escala mundial. • La irrupción del Japón en la lucha por la hegemonía en el capitalismo
colectivo; pérdida del poder logrado por las expresiones políticas, refor
mundial -un aspecto geoeconómico de la crisis- tiende a modificar las re
sía local o internacional puedan establecer nuevos esquemas de domina
laciones territoriales en un sistema de soportes materiales mundializado: incrementa el papel de la Cuenca del Pacífico y de las áreas y los centros
ción y control de clase y de reestructuración del Estado, llegando incluso a regímenes autoritarios o abiertamente dictatoriales.
urbanos latinoamericanos orientados hacia esa parte del planeta, lo que
A nivel de las relaciones entre países imperialistas y semicoloniales, se
mistas o revolucionarias, de la clase trabajadora, para que las de la burgue
constituye una nueva determinación externa de la organización territorial
produce una reorganización de la hegemonía mundial, con el propósito de
de la región latinoamericana. En este mismo plano, tenemos que incluir procesos regionales seme
imponer, por ejemplo: la reducción drástica de los precios de materias primas; el manejo expedito de las masas de trabajadores inmigrantes; la
jantes: la formación de un territorio supranacional articulado en la frontera
apertura de los mercados locales a las mercancías de los países desarro
entre Estados Unidos y México, los efectos territoriales del proceso de in
llados, mientras se mantiene el proteccionismo de éstos contra las expor
tegración entre Argentina y Brasil y otros de menor significación. La teoría y el método de análisis de las ondas largas del desarrollo capi
taciones de los países atrasados; la libertad de los centros neurálgicos del capital financiero para entrar o salir de los mercados locales de capital; la
talista, y su aplicación creativa a la interpretación de los procesos territo
imposición de sus condiciones y su dominio político-ideológico para gene
riales concretos e históricamente fechados, adquiere en estas condiciones,
ralizar y unlversalizar su concepción del mundo y el Estado: el neoliberalismo en el momento actual.
una particular importancia. Mandel señala claramente que el ámbito de las determinaciones de las ondas del desarrollo capitalista no se limita a la estructura económica o a
El análisis de los diferentes regímenes políticos y los gobiernos y de su inserción en el campo político imperialista, así como de la correlación de
la política económica estatal y sus procesos, ni ahora ni en ningún momen
fuerzas, objetiva y subjetiva, entre las clases sociales (las organizaciones
to de la historia pasada (Mandel [1980] 1986: cap. 2). El paso de una onda
políticas y de masas, sus programas y sus luchas concretas, incluidas las
larga expansiva a una recesiva, podría caracterizarse como el resultado del
manifestaciones territoriales de unas y otras], nos permite interpretar la
desarrollo de las contradicciones internas de la acumulación capitalista,
relación entre lo político y lo económico y pre-figurar las tendencias del
ubicadas en el terreno de la lucha de clases, en su nivel nacional e interna
desarrollo capitalista. Nos permite, asimismo, establecer el campo comple
cional: la expansión conduce inevitablemente a la recesión.
jo de las determinaciones de las políticas territoriales del Estado, los efec
26 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 21
tos de éstas y de los procesos económico-sociales en el corto plazo, y las
lugal, una parte muy importante del oro y la plata arrebatados por los
tendencias estructurales a largo plazo, la naturaleza de las reivindicaciones
conquistadores ibéricos a las comunidades bárbaras, aldeanas primitivas
de las clases en pugna que hacen referencia a la organización territorial y
0 asiáticas precolombinas,9 así como los excedentes económicos transfe
a la estructuración, contradicciones y funcionamiento del sistema de so
ridos como tributo a las coronas durante la Colonia, los apropiados por los mercaderes europeos gracias al intercambio desigual entre sus mer
portes materiales y sus elementos dominantes: las ciudades.
cancías y el oro pagado por los colonizadores, los saqueados por los pi ratas, o los obtenidos en el tráfico de esclavos desde África a América Esbozo histórico de la estructuración
1
DEL TERRITORIO EN AMÉRICA LATINA8
gación de las Leyes de Indias (Marx [1867] 1975: t. 1, vol. 3, cap. XXIV; Vilar, 1969).
.atina por las compañías inglesas y holandesas, después de la promul
La interpretación de los procesos históricos es uno de los instrumentos del
Sin embargo, el modo de producción resultante de la colonización
análisis de las estructuras y los procesos actuales. Esto es válido también
europea no fue ni el feudalismo, que iniciaba en Europa su prolongada
para nuestro campo de estudio: la estructuración territorial, regional y
descomposición,10 ni el capitalismo que vería la luz más tarde, sino una
urbana. En esta sección, intentamos un esbozo preliminar de interpreta
desigual
ción de los procesos históricos (económicos, sociales y políticos) que han
primitivas heredadas de la época precolombina pero degradadas por la
combinación
de
formas
sociales
precapitalistas:
comunitarias
determinado la configuración de las estructuras territoriales del subconti-
superposición del régimen colonial; semiserviles sustentadas en la suje
nente latinoamericano, a lo largo del desarrollo capitalista. Para ello, nos apoyamos en la teoría de las ondas largas del desarrollo
ción de la fuerza de trabajo aborigen en la mita minera y urbana, y la encomienda agraria; esclavistas en las minas y plantaciones; y en algu
capitalista (esbozada en el apartado anterior), utilizando la periodización
nas regiones, núcleos de campesinado libre, más o menos autárquicas
histórica de las fases concretas elaborada por Ernest Mandel ([1972] 1979
(Konetzke [1965] 1972: cap. 6). Estas formas configuraban economías
y [1980] 1986); y ponemos a prueba las derivaciones que hemos realizado
regionales poco articuladas entre sí, sin intercambios mercantiles y mo
para la interpretación de la estructuración territorial (Pradilla, 1989a, inte
netarios
grado en este texto). Es necesario señalar que una interpretación acabada
vínculos políticos con las monarquías absolutas y luego con el despotis
considerables,
con
gobiernos
locales
débilmente
unidos
por
de este largo proceso requiere de un trabajo teórico, interpretativo e histó
mo ilustrado, en los que los funcionarios coloniales ejercían casi autóno
rico mucho mayor del que sustenta este ensayo, el cual tendrá que ser
mamente su dominio, y por la extorsión del tributo para las coronas y las iglesias.
realizado en el futuro; para prepararlo, sometemos estas notas a la prueba enriquecedora de la crítica.
,
Acumulación originaria de capital, formación de Estados Nacionales y urbanización hacia afuera América Latina jugó un papel muy significativo en el proceso de acumula ción originaria de capital en los países europeos, particularmente en Ingla terra, a donde fue a parar, a través de la intermediación de España y Por8
La versión inicial de esta parte del texto, fue publicada con el mismo título en Diseño y Sociedad, núm. 3/93, invierno, División de Ciencias y Artes para el Diseño, Universidad Autó noma Metropolitana, México.
28 • Emilio Pradilla Cobos
La venta o concesión de títulos de propiedad individual a colonos ibéri cos o criollos, llevada a cabo por las coronas hacia finales del periodo colo nial, para paliar su crisis financiera, y la decadencia de la minería durante el 'Asumimos la diferenciación y caracterización marxista de las formas precapitalistas de liriiducción establecidas por Marx (Marx y Hobsbawn [1857-1858] 1971), y desarrolladas por oíros autores [Godelier, 1969). Por la homología que guardan sus estructuras económico-so( ImIch, caracterizamos las grandes culturas precolombinas americanas, como una forma I ¡articular del modo de producción asiático analizado por Marx (Bartra, 1969). '"El debate sobre feudalismo o capitalismo en América Latina durante el periodo colo nial, está contenido, entre otros textos, en Vítale, Bagú et al., 1977. Creemos que la investign< huí histórica ha arrojado nuevas respuestas. Asumimos la caracterización, bastante coinciilmili!, de Kalmanovitz (1983), Cueva (1977) y De Oliveira (1982).
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 29
siglo xvm11 la cual había logrado impulsar el desarrollo de cierta articula
i n m i m las condiciones político-militares de debilidad de las coronas que
ción con la producción agrícola de alimentos y de bestias de carga, produ
Iim Hilan m su iriunfo.
je; un reforzamiento y ampliación de la propiedad territorial, y de las for
Iiiin primeros años de las nuevas repúblicas coincidieron con la fase
mas de sujeción semiservil de los trabajadores, las cuales ya habían cedido
i/i n i'iiili'iil.d de la acumulación en Europa (1825 a 1848], signada por el
terreno ante un embrionario trabajo asalariado, debido a la escasez de bra
'li 'iivi' de la lasa de ganancia, el agotamiento del cambio técnico desarro-
zos en estas regiones. Se iniciaba así la conformación de las grandes hacien
llniln ni la lase anterior, las crisis cíclicas de sobreproducción y el desper-
das que constituyeron el elemento dominante de la estructura agraria du
mi de las luchas proletarias contra la burguesía. Los primeros pasos de la
rante más de siglo y medio, y que aún no han desaparecido totalmente.
1 1
Las guerras de independencia de las colonias españolas no rompieron
Mmiillición de los gobiernos independientes correspondieron también al
' niíillido de las contradicciones entre regiones y caudillos militares, que
estas formas de propiedad y producción, ni unificaron las sociedades re
.....dujeron a la fragmentación de las antiguas demarcaciones administra-
gionales; pero las medidas posteriores de la liquidación de los resguardos
H
iiTi'itoriales españolas, o surgidas inicialmente en el proceso de inde-
1 1
indígenas que habían sobrevivido a la concentración de pueblos de indios
piiidrncia (la Gran Colombia y la Federación Centroamericana, etcétera],
realizada a finales de la Colonia, la liberación de los esclavos y la desamor
i
1 1
l lalses independientes, y al mismo tiempo, entre las clases sociales que
tización de los bienes de la Iglesia -principal terrateniente agrario y urba-
i incidieron de la guerra como dominantes: los grandes terratenientes, los
no-, permitieron un nuevo crecimiento de la gran propiedad agraria, ahora
...... .
y, las más débiles, las agrupaciones de artesanos. Imperio
en manos de criollos y "proceres" independentistas, y crearon condiciones
I Mr ■.ico y Brasil], República burguesa centralista o federalista, libre cambio
jurídicas formales para la liberación de una parte de la fuerza de trabajo
\ pn iteccionismo, como ideologías políticas y económicas, se enfrentaron
que fue, en gran medida, sometida de nueva cuenta a condiciones semiser-
piilllica y militarmente durante décadas hasta la constitución definitiva de
viles en las haciendas. En el Brasil, el Imperio prolongaría casi un siglo la
lint l'.stados nacionales.
presencia lusitana y la existencia de la esclavitud negra en la minería y las plantaciones rurales.
I .a nueva fase ascendente del capitalismo de "libre competencia" (1848 a 1873], coincidió con el despliegue de la primera revolución tecnológica
Las luchas de independencia se incubaron y desarrollaron en la fase
Iaplicación industrial de la máquina de vapor] y las primeras derrotas de
ascendente (1789 a 1825] de la acumulación capitalista industrial europea
la lucha proletaria (Mandel [1972] 1979: 115]. El auge económico euro
(Mandel [1980] 1986: 95] correspondiente a la primera revolución indus
peo creó las condiciones para que los países latinoamericanos incursio-
trial (Hobsbawm, 1971], contando con la ayuda poco desinteresada del
naran en el mercado mundial mediante la exportación de diferentes
capitalismo inglés. Los cambios técnicos, el acelerado crecimiento indus
materias primas agrícolas y mineras; pero los mercados europeos resul-
trial, y la búsqueda de fuentes externas de materias primas y mercados
uiron inestables y de poca duración. El efecto fue el reforzamiento de las
para las manufacturas europeas (la constitución del mercado mundial
li irmas semiserviles de explotación y sujeción personal en las haciendas,
capitalista], exigían la ruptura del monopolio colonial ibérico sobre el co
caracterizado como la segunda servidumbre en América Latina, la cual se
mercio de sus colonias y dieron razones económicas a los mercaderes
acentuó en el posterior auge de las exportaciones, sin que se produjera
instalados en América Latina para luchar contra la Madre Patria. Las re
la ruptura de las sociedades regionales y/o su articulación mercantil y
voluciones burguesas, las guerras napoleónicas y la cruenta constitución
territorial.12
de los estados burgueses mediante revoluciones armadas, aportaron la
La larga fase depresiva descendente de la curva del desarrollo capitalista
ideología política y la ayuda militar para las guerras independentistas y
(1873 a 1893], trajo consigo dos procesos "exógenos" que, combinados con los
11 Con la excepción del Brasil, donde a mediados del siglo xvm se descubrieron grandes y ricos yacimientos de oro.
18Seguimos el análisis de Witold Kula, 1970, para explicar la segunda servidumbre en los países de Europa Oriental, cuando en la occidental ocurría el desarrollo capitalista acelerado.
30 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 31
"endógenos", son fundamentales en la explicación de la estructuración econó
liirnilmilunte (I.enin [1907] s/f: 26 y ss.; Kalmanovitz, 1978: cap. VII; Pradi
mica, política y territorial de América Latina (Kalmanovitz, 1983: cap. 1}.
lia 11)1)1 78), se sustentó en sus inicios sobre formas de trabajo esclavas,
En primer lugar, la exportación masiva de capitales europeos y norte
Mi'iniiu'i'viles como el peonaje acasillado o la aparcería, o formalmente libres
americanos, excedentarios y no valorizables en las condiciones recesivas
Im
imperantes en sus países de origen y cuya salida a valorizarse en el exte
iait diferencias regionales: grandes estancias ganaderas con trabajo asala-
rior actuaba como contratendencia a la caída de la tasa de ganancia y a la
i imli) relativamente libre [gaueños] en Argentina y Uruguay; plantaciones
recesión, hacia los países semicoloniales, incluidos los latinoamericanos
« meras con trabajo esclavo, haciendas algodoneras con trabajo semiser-
(Mandel [1972] 1979: 113], los cuales se orientaron a la construcción de
1 1 1
alijólas a coerción extraeconómica, cuya combinación determinaba
il v «mujas y producción parcelaria cafetera en Brasil; grandes plantacio-
ferrocarriles (los casos argentino y mexicano son los más significativos], la
iii -i ile tipo enclave de capital extranjero con trabajo esclavo o formalmente
explotación agrícola o minera de "enclave" (caña de azúcar en las islas del
i ialariado en el banano y la caña en las islas caribeñas, Centroamérica,
Caribe, banano en Colombia, Ecuador y Centroamérica, salitre en Chile,
i i ili iinbia y Ecuador; pequeña producción campesina en el café en Colom-
cobre en Chile y México, etcétera].
Iiia grandes ranchos con indígenas semiserviles, aparceros o peones
En segundo lugar, la migración masiva de excedentes de fuerza de trabajo, convertidos en superpoblación relativa en los países europeos,
ai ii/iill/idos en México; etcétera. Un general, la hacienda, reforzada y extendida, sustentada en formas de
hacia Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Venezuela, Costa Rica y otros
i ra I a i |i i semiservil agudizadas, constituyó la forma de propiedad de la tierra y
países (Sánchez, 1973: cap. 5], con niveles superiores de calificación y
i li | in k lueción de materias primas de exportación dominante. La acumulación
una tradición de lucha sindical y política que fue muy importante en el
i H urinaria de capital hegemonizada política y económicamente por latifun
despuntar de las luchas del proletariado agrícola y minero en las prime
distas y comerciantes, se basó en la segunda servidumbre de los trabajado-
ras décadas del siglo xx. En esta fase y en la ascendente que la sucedió (1893 a 1913], de desarro
ri'it laiinoamericanos, que habían luchado en la Independencia bajo las i n i lenes de caudillos militares, convertidos ahora en sus explotadores.
llo del capital monopolista industrial, bancario y luego financiero, engen
11 < >s enclaves mineros del cobre mexicano, el estaño boliviano, el salitre
drado por la fusión de los dos anteriores, de consolidación del imperialismo
i I uleño y el petróleo venezolano, al igual que los de agroexportación, con-
(Lenin [1917] 1969], se puso en marcha, en forma efectiva, la acumulación
in liados por el capital extranjero, explotaban extensiva y agudamente la
originaria de capital en los países latinoamericanos, en medio de profundas
Iih r/,a de trabajo, y aunque utilizaban trabajo formalmente libre, asalaria-
convulsiones sociales y políticas.
' I' i aplicaban la coerción extraeconómica, la fijación territorial mediante el
Esta fue la época de fijación de los productos agrícolas y minerales de
i iiilcndamiento en las "tiendas de raya" y la represión, en territorios casi
exportación en los distintos países (café en Brasil, Colombia, Ecuador, Ve
ni iiiínomos, con la aquiescencia o el apoyo abierto de los regímenes políti-
nezuela, Centroamérica y México; azúcar en las islas y los países costeros
i mi oligárquicos, antidemocráticos por naturaleza. En todos los casos, el
del Caribe y Brasil; plátano en Centroamérica y las costas colombianas y
intercambio de los productos de exportación era realizado por los mono-
ecuatorianas; algodón en Brasil; cacao en Ecuador y Venezuela; granos,
l ii ilii >s extranjeros que los producían, o los que compraban para las empre
carne de res y cueros en Uruguay y Argentina; salitre y luego cobre en
nda i :t insumidoras o distribuidoras en los países de destino.
Chile; etcétera], según las ventajas relativas determinadas por las condicio
I ja importación de productos manufacturados de consumo desde los
nes naturales y las formas de organización productiva preexistentes, y de
I Kiiaes capitalistas europeos, destinados a la oligarquía terrateniente y a las
especialización en el marco de un mercado mundial en expansión.
i lites de comerciantes y burócratas urbanos, que cerraba la articulación de
La acumulación originaria de capital en el campo, que abrió el proceso
la región al capitalismo mundial a través del mercado, era llevada a cabo
de desarrollo capitalista agrario en el que dominaría la vía junher o gran
IH ir la floreciente burguesía comercial urbana, heredera de los mercaderes
32 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 33
coloniales, en cuyas áreas se depositó una parte considerable de la riqueza
y organización territorial y urbana, y el movimiento de conformación y di
acumulada en el comercio importador y exportador.
solución de las "regiones", en el campo de fuerzas del mercado mundial,
Los cambios económicos y políticos dieron lugar a una profunda reor
I/in políticas del capital y las potencias imperialistas hegemónicas durante
ganización territorial, orientada hacia afuera, hacia los polos hegemónicos
ruin fase. La expansión de las plantaciones inglesas y norteamericanas de
de la industrialización y el comercio mundial y sus puertos y ciudades in
curta en las islas caribeñas, y el control que estas empresas ejercían sobre
dustriales en acelerada expansión, como producto de la desigual combina
el mercado mundial, determinaron la decadencia de las plantaciones escla
ción, según los países, de cuatro grandes procesos (Hardoy, 1972: 85 y ss.
vinas del Nordeste, heredadas de la Colonia; la modernización de la pro
y 1976: 106 y ss.; Singer [1973] 1975: 121 y ss.].
ducción y, sobre todo, la extracción y refinación del azúcar, introdujo la contradicción entre el trabajo asalariado en el ingenio y el semiservil-semi-
El crecimiento demográfico Después del estancamiento o el retroceso determinado por las guerras de independencia, la población reinició su crecimiento, gracias a la estabi lización de las condiciones de vida y a la llegada de grandes contingentes
proletario en el cultivo, después de la liberación de los esclavos; la manu factura textil urbana completó la estructura económica, política y física de la 'región". I
.a economía azucarera-textil y su "región" fue desplazada por la eco
de inmigrantes venidos de los países europeos sumidos en una larga fase
nomía pecuaria-algodonera, basada en la explotación extensiva, casi natu
recesiva y atraídos por las políticas estatales favorables, y sus promesas de
ral, de la primera y en la aparcería precapitalista con coerción extraeconó-
tierra y trabajo, en muchos casos incumplidas.
miea en la hacienda, la segunda: la "región" y los centros urbanos del complejo ganadería-algodón, hegemonizaron al noroeste,- el auge algodo
La expansión de la frontera territorial
nero ocurrió gracias a que la Guerra Civil norteamericana y la consecuen
La expansión rápida de la extracción de minerales y la producción
te crisis de la producción algodonera en el sur de Estados Unidos abrieron
agrícola y pecuaria para la exportación, dio lugar a un importante proceso
el mercado de la industria textil inglesa a la producción brasileña; las em
de colonización, movimientos poblacionales internos y fundación de asen
presas comerciales imperialistas controlaron la comercialización del pro
tamientos humanos en tierras inexplotadas hasta entonces. En Argentina,
ducto y acumularon el excedente, en asociación con la oligarquía agraria.
hacia El Chaco y la Patagonia ganadera; en Chile hacia la Patagonia y las
La expansión de la producción cafetalera en el Centro-Sur Paulista, en
áreas mineras del norte; en Perú, desde la Sierra hacia las selvas orientales
pleno auge del mercado mundial del grano, vino acompañada del desarro
(Hardoy, 1972: 89]. En Ecuador, desde las estancadas haciendas y comuni
llo pleno de las relaciones capitalistas de explotación en el campo y se ar-
dades indígenas del altiplano, hacia las prósperas plantaciones cacaoteras
i ic'.uló a la industrialización urbana; su "región" desplazó el centro de gra
de la costa (Carrión, 1986: 158]. En Colombia, hacia las llanuras ganaderas,
vedad del poder hacia Sao Paulo, y gestó las contradicciones y condiciones
las selvas huleras y las zonas templadas cafetaleras, sobre todo desdé An-
para la revolución burguesa de los treinta. Cada "economía regional" gene
tioquia hacia Caldas (Kalmanovitz, 1985]. En México, hacia el sureste cafe
re') movimientos poblacionales, la ocupación de nuevas tierras, estructuró
talero o el norte minero y agrícola. En su clásico ensayo sobre el Nordeste brasileño, Francisco de Oliveira13
(1982], establece en forma precisa la relación entre los cambios en las
formas de producción e intercambio agrario y manufacturero, la ocupación 13
El método utilizado por De Oliveira es un camino fecundo para hacer avanzar el análi sis del llamado "problema regional". El autor utiliza las comillas para indicar la naturaleza precapitalista y finita de este fenómeno.
34 • Emilio Pradilla Cobos
un territorio diferente y produjo sus centros urbanos propios. El desarrollo capitalista cafetalero-industrial abrió el proceso de homogeneización terri torial y de disolución de las economías regionales precapitalistas.
La construcción de ferrocarriles y la expansión de la navegación La colonización, la comunicación de los centros urbanos, la evacua ción de los productos de exportación y la distribución de los de importa Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 35
ción para el consumo de los terratenientes, la burocracia política y las ca
I m ir
pas medias urbanas, llevó al desarrollo del transporte, particularmente
iiikhla por las relaciones de producción que iban surgiendo de las entra
ferroviario, marítimo y fluvial, en gran parte controlado por el capital euro
nuil del preoapitalismo, las de intercambio que vehiculaban el flujo físico;
peo, que ligaba las regiones productoras o consumidoras con los puertos
un un'i (i rio de exportaciones e importaciones, y las políticas que acompaña
I/im
condiciones generales de la producción y til intercambio, y estrue
marítimos, que sin llegar inicialmente a romper orgánicamente las econo
I mi i ln Formación del Estado nacional. Al mismo tiempo, las ciudades em
mías regionales, significaba un paso adelante en la formación del mercado
i" . irc >n n manifestar las contradicciones de las relaciones entre las clases
interno, y traía consigo la proletarización de los constructores y los opera
l/wi i i indiciones de explotación y la lucha política. I iKtH fue la época de la constitución de los Estados nacionales, en me
rios en la prestación del servicio. En la producción de los soportes -ferrovías, puentes, estaciones- y la
ilin de las luchas entre caudillos militares y fracciones regionales, y de
prestación del servicio de transporte, se asociaron el capital proveniente de
i ni iv ii la miento entre federalistas y centralistas, entre librecambistas (cuan
los países imperialistas y el Estado, que cumplió el papel de promotor, o el
i li i va el libre cambio estaba muriendo a manos del capitalismo monopolis
de apoyo en la creación de las condiciones básicas (la concesión del suelo,
i ■ 1 1 v proteccionistas, como expresión superestructural de las contradiccio
o el control y represión de los trabajadores, por ejemplo], anudando la rela
ni
m
'Miación, campesinos independientes, mercaderes, artesanos e incipienu
materiales entre terratenientes precapitalistas, burguesía agraria ni
ción política entre Estados nacionales en formación, dominados, y Estados
1'i
imperialistas dominantes. En todos los países latinoamericanos, el transpor
i Hiiv.uesía manufacturera, sobredeterminados por la naturaleza de sus re
te y sus soportes constituyeron un sistema de drenaje de la producción y los
lnriones específicas con la burguesía imperialista, y sus concepciones de
excedentes, vertido hacia el exterior, hacia las grandes ciudades y las capita
ciliado y las formas de dominación de las clases explotadas.
I
,as guerras civiles entre facciones o partidos políticos, entre "regio
donde se acumulaba la parte del excedente correspondiente a la oligarquía
iich",
o de éstas con el poder central, como forma de dirimir el conñictt
terrateniente y la burguesía comercial en franco enriquecimiento.
i ni re clases y fracciones dominantes, llenan las páginas de la historia di
les político-administrativas, casi siempre puertos, o ubicadas en la periferia,
i iie periodo en casi todos los países de Latinoamérica, actuando come
El crecimiento urbano Durante esa fase, surgieron infinidad de nuevos centros urbanos en las
I I
mira tendencia a la expansión demográfica y territorial y a la consolida
elón de la economía de exportación e importación. También se manifesu
remotas áreas de explotación agropecuaria y minera, a lo largo de las nue
■ o opuesto dialéctico, la fragmentación de Centroamérica y la escisión d<
vas vías de comunicación ferroviaria o fluvial, o en las costas; y las antiguas
Panamá con motivo de la construcción del Canal, en la que intervino direc
poblaciones coloniales integradas en los nuevos procesos económicos, tu
lamente el imperialismo norteamericano, inaugurando en la región la poli
vieron un crecimiento demográfico muy importante (Hardoy 1976: 107y
lien que mantendrá hasta nuestros días, justificada cínicamente en "la de
ss.]. Las capitales administrativas y los puertos coloniales donde se concen
leí ma de los intereses norteamericanos en la región", materializados sobre
traba en el pasado el poder político y militar, la actividad mercantil, la aristo
todo en los enclaves bananeros (Kalmanovitz, 1977: 191 y ss.; Kaplan
cracia colonial, las residencias obligadas de los terratenientes ibéricos y
1976; Halperin-Donghi, 1977].
criollos, y los mercaderes, reprodujeron la concentración económica y polí tica y, en esta lógica, el crecimiento poblacional.
Simultáneamente, se iniciaron las luchas del joven proletariado latino americano contra la explotación salvaje y la coerción a la que era sometide
La acumulación originaria de capital, materialización de las rentas del
por los terratenientes o el capital extranjero en las plantaciones bananera;
suelo mineras y agrarias y la ganancia comercial, gestó lo que será en la
y en las estancias ganaderas rioplatenses, donde más había avanzado e
fase posterior -de industrialización-, en sentido pleno, la ciudad capitalista
capitalismo agrario, en las minas de salitre chilenas y de cobre en México
semicolonial, organizadora del sistema de soportes materiales articulado
en los frigoríficos y saladeros rioplatenses donde laboraban obreros euro
36 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 3'
peos inmigrados, en las compañías constructoras y de transporte; muchas
Idh países que la integraban, se llevaban a cabo con las potencias imperialis
de estas luchas concluyeron con la represión violenta y las masacres, eje
tas externas, mientras entre ellos dominaba el aislamiento y la dispersión;
cutadas por el Estado, como forma de garantizar la acumulación salvaje de
entonces tenía sentido la fórmula de Lambert: "las 21 Américas Latinas".
capital y de demostrar su alianza incondicional con el capital imperialista.
La fase descendente de la acumulación capitalista mundial (1914 a
En México, se desarrolló el proceso revolucionario campesino, demo
1940], se caracterizó por grandes conflictos político-militares: las revolu
crático agrario, como respuesta de los granjeros del norte y los indígenas
ciones proletarias europeas, el triunfo de la Revolución rusa, las contrarre
y campesinos sin tierra del centro y sur, a la violenta concentración de la
voluciones en Alemania, Hungría y otros países, las dos guerras mundia
propiedad en manos de los terratenientes y a la opresión política que im
les en las que se enfrentaron los países imperialistas por el control de las
ponía a toda la sociedad el despotismo porfirista, como superestructura de
colonias como fuentes de materias primas, y del mercado mundial.
la acumulación originaria de capital (Gilly, 1974], En la acumulación originaria de capital en América Latina, cobran tam
lo
bién validez las palabras de Marx referidas a este mismo proceso en Euro
mundial de materias primas no estratégicas, por la caída de la demanda, y
pa: "Si el dinero, como dice Augier, viene al mundo con manchas de sangre
disminuir los flujos de bienes de consumo. Esta situación fue particular
en una mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo por todos los
mente grave para los países que no habían iniciado aún su industrializa
poros, desde la cabeza hasta los pies" (Marx [1867] 1975: t. 1, vol. 3, 950],
ción. Aquellos que ya contaban con una limitada base productiva, o que
El refinado y procesamiento de los minerales, o el tratamiento primario
En lo económico, ocurrió la Gran Depresión de 1929-1930, la cual afée el desarrollo de los países latinoamericanos, al fracturarse el mercado
empezaron a formarla entre las dos guerras mundiales, lograron incre
de los productos agropecuarios (ingenios azucareros, frigoríficos y salade
mentar la producción mediante el uso intensivo del capital fijo disponible
ros de carne, curtiembre de cueros, despulpado, secado y trilla del café,
y, en ausencia de reposición, a costa de su disminución rápida; y el uso
secado y selección del tabaco], junto con algunas manufacturas primitivas
extensivo de fuerza de trabajo, llegando a agotar las reservas de artesanos
destinadas a la alimentación y vestido de los sectores populares, constitu
y desempleados urbanos proletarizables. La crisis del mercado mundial y
yeron un núcleo primario de desarrollo de la manufactura en Argentina,
el consecuente debilitamiento del control de las potencias en conflicto, las
Uruguay, Brasil, Chile y en menor medida, Colombia y Perú (onu, 1963 y
más desarrolladas, abrió un espacio al incremento de la producción manu-
1965;
BID,
1969;
CEPAL,
1979].14 El crecimiento urbano del periodo fue la
liieturera de bienes primarios de consumo para el mercado interno.
expresión de la acumulación originaria de capital en la agricultura de ex
Este crecimiento capitalista, cuyo sustento de clase fue el más reaccio
portación y la minería, de la embrionaria manufactura, del crecimiento del
nario de los analizados por Marx, el de la burguesía comercial enriquecida
comercio exportador e importador y de la consolidación de la burocracia
y los rentistas y usureros financieros, tuvo por asiento lógico a los centros
política urbanizada al servicio del joven Estado nacional.
u i'banos, donde la expansión del comercio importador-exportador habla
Los regímenes políticos, aparentemente republicanos burgueses, for
eencentrado el capital-dinero, se localizaba la fuerza de trabajo fácilmente
malmente democráticos, tenían un marcado carácter semicolonial, real
proletarizable, se habían desarrollado las redes del intercambio, confluían
mente autoritario, encabezados frecuentemente por dictadores y caudillos
las vías de comunicación, se hallaban los bancos y los usureros, se con
reaccionarios, abiertamente dependientes del imperialismo inglés o del
centraban los sectores de ingresos altos consumidores de manufacturas y
más joven y dinámico,
el norteamericano.
América Latina como totalidad,
no existía realmente; las relaciones económicas, políticas y territoriales de u
En general, utilizamos la información estadística de la
onu,
y
su Comisión Económica
pura América Latina (cepal]; Sin embargo, sus cifras varían de un trabajo a otro, de un infor me anual a otro, haciendo riesgosa su utilización para construir series estadísticas históricas limyiH, por dar lugar a irregularidades.
38 • Emilio Pradilla Cobos
el aparato político-administrativo nacional o regional. Con excepción de los centros costeros de extracción de materias primas (por ejemplo el petróleo en Venezuela], la acumulación era un proceso acumulativo ampliado, so bre la base del generado por el intercambio mercantil de la producción agraria y la importación manufacturera en la fase anterior. Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 39
En el campo, continuaba la acumulación originaria sobre las mismas
h
1 1
iihi'ImI del ('.ampo hacia las ciudades. En Argentina, luego de tres déca-
bases económicas y territoriales anteriores, aunque en la superestructura
* lint de apertura, retorna el dominio oligárquico durante la década infame
política se producían cambios sustantivos, que creaban las condiciones
I Pi ni 1943). En Uruguay, la democratización, operada desde 1903 por el
para el posterior despliegue acelerado del capitalismo en campos y ciuda
Hiilllumo, se cerró con la dictadura surgida a raíz de la crisis del 29. Chile
des (Cueva, 1977: cap. 8).
\-ivin en 1932 una de las experiencias democráticas más radicales de la
Concluida la fase armada de la gran revolución democrática mexicana con la derrota del porfirismo, se echaron las bases del nuevo régimen po
r.n m, ln República Socialista de Grove, que a pesar de su corta duración,
I I
manarla políticamente a la sociedad.
lítico bonapartista progresivo, que apoyándose en las masas campesinas y urbanas armadas, inició la aplicación de la Reforma Agraria y los cambios
l n Colombia, las reformas liberales de los años treinta, particularii
H'lili' las introducidas por López Pumajero y su "revolución en marcha",
en las condiciones sociales de producción en el campo; renegoció su rela
' >11 1 desplazar del poder a los terratenientes, posibilitaron el inicio de la
ción con el imperialismo norteamericano; armado con una ideología nacio
industrialización primaria y modificaron parcialmente la correlación de;
nalista, expropió el petróleo y los ferrocarriles y empezó a constituir un
luí i ms en favor de la burguesía industrial. Pero al no resolver las contra-
sector capitalista de Estado, en el que jugaban un papel importante las
..........nes entre las clases dominantes, ni las reivindicaciones democráü-
condiciones generales de la producción y el intercambio, para impulsar el
i lindel campesinado, abrieron el camino a la larga y cruenta lucha deno
desarrollo capitalista que la débil burguesía era incapaz de emprender por
minada ¡a violencia, que enrojeció las páginas de la historia colombiana
sí sola (Aguilar, 1982: t. í, cap. 1]. El punto culminante de este proceso lo
duranie cerca de tres décadas, a cuya sombra se llevó a cabo la violenta
constituyó el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940].
expropiación y expulsión del campesinado parcelario, y fue uno de los
La fase armada, extremadamente violenta, que costó un millón de vidas
larlores fundamentales del proceso migratorio del campo a la ciudad, uno
humanas y paralizó los sistemas de transporte, particularmente el ferrovia
de los más acelerados del continente (Kalmanovitz, 1983: cap. V], Bolivia
rio que jugó un papel clave en la lucha, dio lugar al estancamiento demo
ivi(') en este periodo procesos revolucionarios intensos, que serían re-
gráfico y de la expansión de la producción agraria, dominada hasta enton
venidos, sin lograr garantizar ni el bienestar de obreros y campesinos
ces por la plantación y la hacienda latifundista, y a flujos migratorios
Indígenas, ni un desarrollo capitalista intenso. Ecuador tendrá que espe-
importantes hacia las ciudades en busca de refugio. Después del triunfo
i ir a la posguerra para que se produzcan cambios significativos en su
revolucionario, la aplicación de la reforma agraria y la paulatina estabiliza
re.",unen político.
ción de la situación del campesinado parcelario y comunitario indígena en
Centroamérica, donde la oligarquía terrateniente local estaba profun
el centro-sur, apoyado sobre todo por Cárdenas con el reparto de tierras y
damente articulada a las grandes empresas bananeras extranjeras, sobre
la creación de ejidos, así como el desarrollo de núcleos importantes de
ludo la United Fruit, verdaderos enclaves territoriales autónomos donde
agricultura íarmer (granjera] en el norte, ampliamente impulsado por el
imperaba la ley de los patrones convertida en razón de Estado, presenció
i grupo militar en el poder hasta 1934, sobre todo mediante la creación de
el levantamiento popular Salvadoreño de 1932, ahogado en sangre, la lucha
infraestructura, volvieron a crear condiciones pare la expansión demográ
antiimperialista de Sandino, y al inicio de la fase siguiente, la experiencia
fica, territorial y urbana.
democrático-burguesa de 1944-1954, derrotada por la oligarquía terrate
En Brasil, la revolución de 1930 desplazó del poder a la oligarquía terra
niente y la intervención imperialista estadounidense.
teniente y aunque no removió a fondo las relaciones precapitalistas de
Hoy día (1992], con el cierre de la experiencia sandinista en Nicaragua
producción en la agricultura (por ejemplo en el Nordeste], creó las condi
que resistió la guerra contrarrevolucionaria apoyada cínicamente por los
ciones para la expansión del capital agrario e industrial, hegemonizado por
estadounidenses, en medio de un insufrible bloqueo económico, las repú
la fracción paulista que desplazó el centro de gravedad de la organización
blicas centroamericanas continúan bajo regímenes autoritarios, subordi
40 • Emilio Pradilla Cobos
Acumuladón de capital y estructura territorial en América Latina • 41
nados al gobierno norteamericano, sin cuyo apoyo no podrían detener los curso.15
procesos revolucionarios populares en En toda América Latina, esta fase de violentos enfrentamientos de cla
como amo de los mercados mundiales y potencia capitalista hegemónica. Al final de la guerra, la recuperación de la acumulación y luego la expan
se, en la que la lucha entre la burguesía industrial emergente, con su tibio
sión se produjeron en Europa y Japón, con el apoyo del Plan Marshall y los capitales excedentes estadounidenses.
nacionalismo y su castrada y temerosa "vocación democrática", y los gran
Luego de la guerra, la economía latinoamericana sincronizó su desarro
des terratenientes, se combinó con el despuntar de la democracia revolucio
llo con la capitalista mundial; su ritmo de crecimiento fue ascendente y
naria del campesinado y la socialista del naciente proletariado, no concluirá
acelerado, a pesar de las ondas cortas recesivas de 1952-1953, 1958-1959,
con el triunfo total y global de la democracia burguesa plena; la presencia
1961-1963, 1965-1968, e iniciada la onda larga recesiva mundial, la de 1974-
del imperialismo conducirá a una solución negociada entre la burguesía y
1976, que no alcanzó a romper la tendencia ascendente del ciclo largo.
los terratenientes, el mantenimiento de regímenes políticos semicoloniales,
La rápida expansión del consumo de materias primas agrícolas y mi
formalmente democráticos y esencialmente autoritarios, en alternancia con
neras en los países imperialistas después de la guerra permitió, hasta
regímenes abiertamente dictatoriales. Así quedó delimitado el terreno social para que la vía gran terratenien
ciones latinoamericanas, cuyos frutos sirvieron a la adquisición de medios
te, junker, la más reaccionaria y opresiva para el campesinado, de desarro
de producción para recuperar y sobrepasar rápidamente los niveles de
mediados de la década siguiente, un incesante crecimiento de las exporta
llo capitalista agrario se despliegue y complete, en la etapa siguiente, la
acumulación de capital constante fijo industrial de antes de la guerra. Sin
complementariedad y la simbiosis de las dos clases sociales, y el capitalis
embargo, en la medida que avanzó la industrialización en los países mayo
mo industrial se desarrolle sobre la base de las más agudas condiciones de
res, y otros nuevos entraron en el proceso, se anudó la contradicción es
explotación de la fuerza de trabajo.
tructural del comercio exterior y la balanza de pagos: la reproducción
Acumulación capitalista industrial, integración territorial y urbanización acelerada La gigantesca destrucción de capital en las guerras mundiales ínterimperialistas y la crisis de los años treinta, vía violenta de desvalorización ma
nimple y ampliada del capital industrial exigía una masa creciente de me dios de producción importados (materias primas industriales, partes y maquinaria, y equipo de transporte], cuyo costo debería ser cubierto por Gráfica 1
América Latina Tasas anuales de crecimiento
pib
siva de capital y de liquidación de fuerza de trabajo, para superar la sobreacumulación de capitales y la sobreproducción de mercancías en los países industrializados, abrió el paso a la onda larga expansiva de la acumulación, que se inició en 1940 en Estados Unidos. Este país se benefició de la guerra como forma de realización de su producción industrial superavitaria, sin que su aparato productivo fuera destruido como el europeo, quedando 15 (Nota del 2008] Casi dos décadas después de escrito el texto, la situación centroameri cana ha variado significativamente: los movimientos armados de resistencia popular se han desmovilizado en todos los países; en todos ellos, se llevan a cabo procesos electorales más o menos democrático-burgueses; en algunos países (Guatemala, Nicaragua, Panamá], han lle gado al poder gobiernos presididos por políticos y partidos más o menos liberales o progre sistas, entre ellos, el retorno de un sandinismo moderado a la presidencia de Nicaragua; pero en general, sigue dominando la tendencia conservadora, con una presencia importante del
gobierno de derecha mexicano.
42 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 43
las exportaciones agropecuarias y mineras; sin embargo, éstas no podían
Cuadro 2 América Latina: crecimiento agropecuario y manufacturero (tasas anuales de crecimiento]
crecer al mismo ritmo en la medida que su demanda era externa y autóno ma, y el mercado tendía a saturarse rápidamente; surgió entonces el déficit crónico de la balanza comercial, que debió ser cubierto por el endeuda
Agropecuario
miento externo o las inversiones extranjeras reales, diferentes a aquellas que se nutren de capital-dinero obtenido en la banca interna o la plusvalía extraída localmente, que no se manifiesta en ingreso de divisas (Guillén, 1984: cap. 2; Kalmanovitz, 1977: 49 y ss.; onu, 1965]. Entre 1945 y 1950, el crecimiento industrial y de la economía en gene
Manufacturero
1950-1977
1970-1977
1950-1977
1970-1977
América Latina
3.4
3.3
6.6
6.4
Argentina
2.2
2.1
4.5
3.4
Brasil
4.4
6.3
8.5
10.1
País
ral fue muy rápido en los grandes países (México, Brasil y Argentina], en
Colombia
3.6
4.0
6.4
6.8
los que habían iniciado la industrialización antes de la crisis (Chile, Colom
Chile
2.6
3.1
3.5
-0.9
bia y Perú] y en los que entraban al proceso, alcanzando una tasa anual
México
3.3
1.1
7.0
5.1
promedio de crecimiento del producto interno bruto (pib] de 5.7 por ciento,
Perú
3.0
1.0
6.7
5.0
mientras el pib por habitante lo hacía al 3.2 por ciento anual, a pesar del
Venezuela
5.1
3.7
7.9
6.6
crecimiento poblacional que tendía a acelerarse. En el quinquenio siguien te, el dinamismo disminuyó, creciendo el pib al 4.7 por ciento, y el pib por habitante al 2.0 por ciento. Entre 1955 y 1961, la tasa de crecimiento del pib cayó al 4.3 por ciento,
Fuente:
onu:
"América Latina en el umbral de los años 80", cuadro 5, p. 17, cepal, 1979.
mortalidad general e infantil por el mejoramiento de las condiciones de salud, no compensada por una reducción correlativa de las tasas de nata
y la del pib por habitante al 1.4 por ciento, mostrando ya los signos de ago
lidad, así como la concentración del ingreso que lleva consigo el crecimien
tamiento del impacto social de la "sustitución de importaciones", y el efec
to capitalista semicolonial. En la década de los sesenta, se recuperó el di
to contradictorio de la "explosión demográfica" resultante de la caída de la Cuadro 1 América Latina: evolución del producto interno bruto total (tasas anuales medias de crecimiento]
País
namismo, alcanzándose una tasa anual promedio del 5.7 por ciento, y entre 1970 y 1974, se alcanzó el récord histórico de 7.5 por ciento anual, para que después se iniciara el descenso hacia la crisis, con tasas de 4.0 por ciento entre 1974 y 1978. De 1950 a 1978, se alcanzó un promedio anual de crecimiento del
pib
de 5.4 por ciento, muy superior al de los países
1950
1950
1960
1970
1974
1970
1978
1960
1970
1974
1978
1978
miento económico fue desigual entre los distintos países, siendo mucho mayor de la media en los que avanzaban hacia la semindustrialización, a partir de una base más amplia.
industrializados en el mismo periodo (cuadro 1], Sin embargo, el creci
América Latina
5.4
5.1
5.7
7.5
4.0
5.7
Argentina
3.2
3.0
4.3
5.1
8.0
2.1
Brasil
7.2
6.8
6.1
12.2
6.1
9.1
La industrialización era el motor del crecimiento económico, y avanza
3.8
4.9
ba a ritmos mayores que el crecimiento del sector agropecuario y la eco
México
6.0
5.8
7.0
6.0
Venezuela
6.5
7.6
6.0
4.7
6.8
5.8
nomía en su conjunto (cuadro 2]. Se inició en la ramas de alimentos y be
Colombia
5.2
4.6
5.2
6.9
4.9
5.9
bidas, textil y de enseres domésticos, pero se bloqueó debido a la más
Chile
3.5
3.9
4.5
2.3
1.4
1.8
lenta ampliación de la demanda solvente y la saturación del mercado, cu
3.5
yas determinaciones fueron: a] la industria reprodujo las condiciones mo-
4.8
Perú
5.3
5.4
6.0
1.1
nopólicas imperantes en las casas matrices del extranjero, o debía alcan Fuente:
onu:
"América Latina en el umbral de los años 80", cuadro 2, p. 8, cepal, 1979.
44 • Emilio Pradilla Cobos
zarla para competir con ellas en el mercado interno (en el caso de las de Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 45
capital local); b) la composición orgánica del capital en la industria era relati
n I I ,n succión masiva de rentas del suelo y de plusvalor bajo la forma de
vamente alta, similar a la imperante en los países de origen del capital y los
repatriación de ganancias y regalías de patentes de tecnología produc-
medios de producción, no producidos localmente, por lo que era poco
i iva y del producto, que reducía la magnitud del fondo de acumulación
consumidora de fuerza de trabajo, y sumada al comercio, la banca, las
interna y limitaba los incrementos salariales que permitirían un creci
condiciones generales de la reproducción de la formación social en su conjunto
miento sostenido del mercado interno de los bienes de consumo.
[infraestructura y servicios) y las actividades burocráticas, no lograba ni
Iij III sector I, productor de medios de producción y materias primas
necesitaba absorber a toda la población desplazada del sector rural por el
industriales, se reproducía a ritmos menores a los requeridos por la
desarrollo capitalista desencadenado en la actividad agropecuaria; c) los
rt'producción ampliada propia y la del sector II, productor de medios
niveles salariales eran bajísimos, casi iguales a los de ingresos imperantes
de consumo, o no avanzaba en las ramas y los productos de tecnolo
en el campo, debido a la migración masiva de campesinos, la gran magni
gía de punta y producción de máquinas para producir máquinas,
tud del ejército industrial de reserva que saturaba el mercado de trabajo, y
i ibligando a su permanente y creciente importación, lo cual anudaba la llamada "dependencia tecnológica".
el control de la burguesía y el Estado sobre el movimiento sindical. La industrialización se orientó entonces hacia los bienes de consumo
n| 1.a importación de medios de producción y materias primas indus
durable (electrodomésticos y automóviles) cuya característica técnica era
triales, avanzaba más rápidamente que la exportación de materias
el ensamblaje de piezas importadas, dirigidos mayoritariamente hacia la
brutas agropecuarias o minerales, determinando el déficit perma
esfera de mercado de altos ingresos o suntuario de la burguesía, la peque
nente y creciente de la balanza comercial, el cual se "resolvía" me
ña burguesía urbana y las capas burocráticas en expansión, esfera alta de
diante el incremento del endeudamiento externo, cuyo servicio se
la circulación mercantil relativamente estrecha y rápidamente saturada. Se
volvía otro factor creciente del déficit de la balanza de pagos y su
incursionó crecientemente en las ramas de producción de herramientas,
e.obertura, a la vez que imposibilitaba el mantenimiento de las impor
maquinaria y equipo ligero para la agricultura y la industria, que requerían poca tecnología productiva, mientras las importaciones de medios de pro
taciones al nivel necesario, llevaba a un nuevo crecimiento de la deu(la, etcétera, formando un círculo perverso.
ducción se desplazaban hacia las máquinas complejas y las máquinas para
(/) El proteccionismo aduanal y arancelario generalizado, no selectivo
producir máquinas y herramientas simples. Se avanzó también en las ra
ni condicional, ayudaba por igual al capital local y al transnacional
mas de extracción y transformación primaria de materias primas minera
localizado internamente, no empujaba a la integración vertical y ho
les para la exportación o para el consumo productivo industrial interno, y
rizontal interna, permitía las prácticas de encadenamiento con las
la producción de energía (carbón, petróleo, gas natural, hidroeléctrica, et
matrices extranjeras en el suministro de insumos, máquinas y tec
cétera), donde el capitalismo de Estado cumplió su función de medio y
nología -frecuente fuente de evasión fiscal y repatriación ilegal de
palanca de la acumulación de capital en su conjunto. Este desarrollo capitalista industrial y de las fuerzas productivas, muy
ganancias-, y creaba las condiciones para una competencia oligopó-
acelerado si se le compara con el de los países capitalistas desarrollados
aisladas de la competencia en el mercado mundial,
lica cerrada entre unas pocas grandes empresas sobreprotegidas y
en el mismo periodo, que quemaba etapas hacia su cristalización monopóli-
r I I .as elevadas tasas de explotación de la fuerza de trabajo, posibles por
ca, tenía como punta de lanza a los capitales de los países imperialistas, so
la sobresaturación constante y creciente del mercado de trabajo, los
bre todo, de Estados Unidos, dominantemente de empresas trasnacionales
bajos niveles de sindicalización, entrabada por la legislación laboral
como filiales o como sociedades mixtas con capital estatal o privado local
restrictiva y la constante represión estatal de las luchas obreras, y el
subordinado, pero era portador de límites estructurales a la reproducción
control vertical del sindicalismo corporativizado al Estado o sometido
ampliada sostenida interna:
(i los partidos políticos burgueses (México, Argentina, Venezuela, Co-
46 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 47
lombia) o por la patronal, no obligaban a incrementar permanente
(roló de romper las barreras a la acumulación y las presiones de las luchas
mente la plusvalía relativa, permitían un muy lento cambio tecnológi
campesinas y la guerrilla a la manera cubana, mediante la combinación de
co y bajos ritmos de incremento de la productividad, determinando la
la represión militar, un castrado y timorato reformismo, y el intervencionis
casi nula capacidad competitiva frente a la industria extranjera.
mo estatal, teorizado por el keynesianismo. I
f) Finalmente, la desigualdad en los ritmos de acumulación, cambio
,uego, el capital financiero transnacionalizado asumió la hegemonía, y
tecnológico, incremento de la productividad y la producción, entre la
ante el despuntar de las luchas obreras, la persistencia de la guerrilla, el
agricultura y la industria, con un rezago marcado de la actividad
i li 'sgaste del patrón de acumulación y los primeros signos de crisis, mostró
agropecuaria, explicable parcialmente por el monopolio territorial de
■
u i I lolitica reaccionaria, e impuso un retorno al autoritarismo y la dictadura
los terratenientes y la gran magnitud de las rentas del suelo, no per
militar, cuyas orientaciones variaron desde el intervencionismo desarrollis-
mitía un abaratamiento progresivo de la materias primas y los ali
i/i decidido y prepotente del gobierno militar brasileño o el "populismo"
mentos para consumo obrero, es decir, la reducción del valor de la
larilío de Velasco Alvarado en Perú, Torres en Bolivia y Rodríguez en Ecua
fuerza de trabajo y la consecuente elevación de la plusvalía relativa,
dor, hasta el neoliberalismo antiintervencionista, monetarista, privatizador,
y del capital fijo circulante (Fajnzylber, 1983: cap. III).
iu nniso al Fondo Monetario Internacional y abiertamente proimperialista de
Los estados latinoamericanos, desigualmente según su estructura, la
las represivas dictaduras militares de Argentina, Uruguay y Chile desde mediados de la década de los setenta.
naturaleza de su régimen político, la ideología política del bloque de clases
En el caso mexicano, los cambios neoliberales fueron más tardíos
en el poder y de sus expresiones partidistas, las contradicciones concre
11! 183), pero más bruscos y profundos, y partieron del interior mismo del
tas y la correlación de fuerzas en la lucha de clases, y las distintas coyun
pai ti do gobernante y del propio régimen político. Centroamérica, sumida
turas históricas, cumplieron su papel de nodrizas y palancas de la indus
en el dominio autoritario terrateniente, considerada "su patio trasero" por
trialización y la acumulación de capital en general. En los primeros años de la fase expansiva, los regímenes políticos bo-
ayuda militar y económica de Estados Unidos; sus trabajadores, campesi
napartistas progresivos de México, Argentina (bajo el "peronismo" de Perón),
nos e indígenas, sólo encontraron el camino de la rebelión armada.
Brasil (bajo el "varguismo") y Uruguay (el retomo del "ballismo"), crearon las condiciones políticas y sociales para la industrialización acelerada (Cue
el imperialismo norteamericano, y sus economías subsistían gracias a la
Las funciones y acciones de los estados latinoamericanos en apoyo a la industrialización fueron en esa etapa, en desigual combinación según el caso:
va, 1977: cap. 11). La revolución democrática guatemalteca de 1944, masa crada, y la boliviana de 1952, domesticada, buscaron crear estas condicio
a) La creación de condiciones generales de la producción, la circulación y
nes, pero su temprana reversión se los impidió. En Cuba, la revolución
el cambio: la continuación de la construcción de ferrocarriles e infra
triunfante de 1958 pasó rápidamente de la fase democrática a la socialista
estructuras portuarias a comienzos de la fase y, luego, de vialidad
y abrió para la región un nuevo camino de desarrollo. Al mismo tiempo, en
carretera e instalaciones aeroportuarias; la generación de electrici
otros países (Venezuela, Colombia, Perú, de Centroamérica y el Caribe), el
dad, la conducción y potabilización de agua, y obras de desecación,
auge industrial se llevó a cabo en condiciones de aguda explotación y repre
drenaje y riego; y la creación de sistemas de comunicaciones tele
sión política impuesta por gobiernos militares reaccionarios y dictatoriales.
gráficas, telefónicas e inalámbricas, etcétera; los valores de uso de
En la década de los sesenta, cuando la burguesía industrial reformista
estas actividades constituyen materias primas o auxiliares de los
y desarrollista logró convertirse en hegemónica en el bloque de clases en
procesos productivos, o prolongaciones en la circulación de mercan
el poder gracias al peso político que le concedía la propia industrialización
cías del proceso de producción de valor y añaden plusvalía a los productos industriales.
y el desgaste de los gobiernos autoritarios, conservadores y oligárquicos, 48 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 49
Al ser asumida su producción por el Estado, con base en la tributa
la inversión industrial, comercial o turística en general, o localizada
ción social, se reduce la inversión y el costo individual de producción
territorialmente en zonas francas, áreas fronterizas, "polos de desarro
y, por tanto, su efecto sobre la composición orgánica del capital para el
llo", ciudades medias, como parte de la política de "descentraliza
capitalista individual, pero al mismo tiempo y contradictoriamente,
ción", etcétera; y apoyos a las exportaciones, política esta última que
se eleva la coc a escala social, presionando a la baja la tasa media de
se práctica desde comienzos de la década de los setenta, como parte
ganancias. b) La formación de un importante sector capitalista de Estado en la
del "modelo" imitativo, pero deformado, del auge maquilador de los países del sudeste asiático.
explotación y transformación de materias primas básicas para la ex
/') I ,a creación de soportes materiales específicos para entregar gratui
portación (la obtención de divisas para financiar la importación de
tamente, rentar o vender a bajo precio a las industrias u otras activi
medios de producción industriales), como insumos industriales y
dades como el turismo (parques y ciudades industriales, desarrollos
energéticos (carbón, petróleo o gas industrial, por ejemplo) entrega
hoteleros), o el apoyo a la expansión industrial en ciertos puntos
dos a las empresas a precios subsidiados, menores que su costo o
particulares del sistema urbano, descargando a las empresas nacio
precio de producción. Por este camino, o por el señalado en el punto
nales y extranjeras de parte o la totalidad de los costos en capital
anterior, se opera una transferencia de valor y plusvalía del sector
constante fijo representados por los inmuebles y las infraestrucm
estatal al sector privado, cuyo papel en la acumulación es innegable y
ras, con los efectos ya señalados sobre la coc y la tasa de ganancia a nivel individual o social (Pradilla, 1984: caps. II y III).
esencial. También se invertía en sectores de producción de "bienes interme
#) Finalmente, y no por ello secundariamente, el mantenimiento de la
dios". Partes o piezas de otros procesos industriales, para llenar las
dominación política e ideológica de la burguesía local e imperialista
lagunas en las cadenas productivas no cubiertas por el capital priva
sobre el conjunto de la sociedad y particularmente, sobre los traba
do. Finalmente, se realizaba inversión en agroindustria y producción
jadores, reprimiendo o mediatizando sus luchas por la democracia
de otros bienes-salario, o en su comercialización, para reducir el cos
real, formal o de clase, o por la transformación de las estructuras
to de las subsistencias obreras, el valor de la fuerza de trabajo y
sociales. Es lo que los empresarios denominan eufemísticamente, el
permitir un incremento de la plusvalía por la vía relativa.
"mantenimiento del clima de confianza" de la burguesía, que según
c) El mantenimiento de las condiciones concretas de explotación (y en
ellos, es clave en la toma de decisiones de inversión, sobre todo de
muchas ocasiones, de sobreexplotación) de la fuerza de trabajo, me
las empresas trasnacionales. Es en este contexto que el actual dis
diante una legislación laboral restrictiva, la represión a la lucha defen
curso empresarial neoliberal contra el intervencionismo estatal toma su verdadero carácter de ideología encubridora.
siva de los trabajadoras, o su control corporativizado a través del sindicalismo oficial burocratizado, que fue uno de los elementos ex plicativos de los llamados "milagros" económicos de la región duran te esta fase. d) El proteccionismo arancelario y aduanal de la industria y el comercio local, cuyas implicaciones analizamos anteriormente. e) Los estímulos, apoyos crediticios preferenciales y a tasas inferiores
1 1 8
magnitud del cambio económico producido por la industrialización
en evidente al analizar la evolución de la participación de los distintos sec tores en el pib en el corto lapso de tres décadas (cuadro 3). La industria paitó del 18.8 al 25.2 por ciento, y la construcción, encargada de la produc I
luí
1
de las
cgp e
I y los soportes del capital (parte significativa del capital
a las vigentes en el sistema bancario (lo que constituye otra vía de la
I I
transferencia de valor), exenciones fiscales, y los donativos (cada vez
blon fueron muy desiguales según los países. También se expresaron en
más importantes hoy día en el marco de las políticas neoliberales) a
lim cambios sufridos en las importaciones. Los productos manufacturad' m
50 • Emilio Pradilla Cobos
Mistante fijo), creció del 0.9 al 5.7 por ciento del pib. Obviamente, los cam
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latín 1 •
Cuadro 3 América Latina: cambios en la estructura del pib [porcentajes]
País
Comercio, Electricidad, restaurantes y hoteles gas y agua
Transporte, almacenaje y comunicaciones
Servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler
Servicios comunales, sociales y personales
Agropecuaria, silvicultura y pesca
Minería
Industria manufacturera
Construcción
19.8
4.1
18.8
5.6
0.9
6.4
18.9
9.5
16.2
11.1
17.0
13.9
11.1
1950 Total América Latina Argentina
16.7
0.6
23.2
5.6
0.8
Brasil
16.7
0.4
21.1
9.1
1.9
4.5
21.7
8.2
16.4
15.1
6.7
13.6
Colombia
38.2
2.5
13.7
4.0
0.6
5.6
Chile
11.2
12.5
23.1
4.4
0.9
3.4
15.5
6.5
22.5
5.9
18.6
México
18.2
4.0
18.6
4.1
0.4
2.8
27.4
Perú
24.6
7.0
13.7
6.5
0.8
4.4
16.1
9.5
17.4
7.7
22.7
9.3
5.4
0.3
12.5
9.8
21.5
10.8
Venezuela
América Latina
13.8
4.3
24.2
5.2
1.8
6.1
20.7
8.2
15.7
Argentina
13.1
' 2.1
30.2
5.7
2.1
10.1
16.1
9.3
11.1
Brasil
10.0
0.8
28.4
5.8
2.4
5.7
20.7
8.6
17.5
Colombia
28.6
2.1
17.5
5.5
1.5
7.4
17.3
6.9
13.2
7.9
11.7
27.2
4.2
1.4
5.7
17.2
6.4
18.3
México
11.8
4.1
23.4
5.4
1.4
2.6
28.9
6.5
15.0
Perú
18.8
8.6
20.6
4.5
1.2
4.5
16.1
8.9
16.9
7.5
19.9
15.0
3.8
1.7
10.9
13.2
11.7
16.4
América Latina
11.7
3.5
25.2
5.7
2.3
6.6
20.7
8.7
15.7
Argentina
12.5
1.9
31.4
4.5
2.8
9.7
16.5
9.4
11.2
8.1
0.9
29.4
6.7
2.8
6.0
20.5
7.8
17.7
25.6
1.1
18.9
4.3
1.8
9.0
18.9
6.5
13.9
Chile
9.0
13.9
23.4
2.4
2.2
5.6
18.2
7.2
18.1
México
9.3
4.9
24.1
5.5
1.8
3.2
28.0
8.6
14.6
15.2
8.4
22.0
5.3
1.2
5.0
16.7
8.9
17.4
6.5
8.4
15.9
7.1
2.3
13.5
14.2
14.1
18.1
Chile
Venezuela 1977 Total
Brasil Colombia
Perú Venezuela Fuente:
onu:
"América Latina en el umbral de los años 80", cuadro 4, pp. 15-16, cepal, 1979.
de consumo, ampliamente dominantes al inicio de la fase, cedieron su lu
lila, mineras (cobre, estaño, mineral de hierro y siderurgia) en México,
gar a los medios de producción: máquinas, materias primas, partes para
< IiiIií,
ensamble y otros insumos productivos. La localización territorial de la nueva industria y las actividades comer
dieron lugar a la creación de grandes aglomeraciones con una participa-
ciales y bancarias relacionadas, estuvo determinada por la acumulación
i ii m muy importante del capitalismo de Estado: Chimbóte en Perú, Paz del
histórica de ventajas relativas en las grandes ciudades heredadas del perio
lili i en Colombia, Ciudad Guayana en Venezuela, Ciudad Lázaro Cárdenas en México.
do anterior, en su mayoría capitales de los Estados nacionales y/o grandes
liolivia, Colombia, Perú, Venezuela, Brasil: hidroeléctricas en Méxi-
i ii, Venezuela, Brasil-Paraguay, etcétera. Algunas de estas implantaciones
puertos marítimos:16 concentración de la fuerza de trabajo proletarizable
I lespués de la primera ola de industrialización, desarrollo agrario y
con bajos salarios, aportada masivamente por las migraciones campesinas
urbanización, la industria de bienes de consumo inmediato se desplazó
y autosostenida mediante actividades de subsistencia,- inversión estatal
hacia los centros urbanos que actuaban como nudos de intercambio mer-
acumulada en condiciones generales de la producción y el intercambio; siste mas de transporte, comunicaciones, financieros y comerciales en opera
' miil para la agricultura capitalista o la industria, o a centros administrativi ni secundarios y, por ello, polos de la migración campesina.
ción; concentración de compradores de altos ingresos; acumulación pri
I )esde mediados de la década de los sesenta, la producción industrial
maria de capital en manos de comerciantes y rentistas, que financiaron la
ite i irientó hacia las ramas de bienes de capital primarios, intermedios (par
inversión productiva local autónoma o asociada al capital extranjero; loca
len y piezas), de consumo semidurable (electrodomésticos, automóviles,
lización de los aparatos estatales centrales cuya gestión estaba vinculada a
equipo de oficina), y en los setenta, hacia la expansión del ensamblaje o
la producción industrial, el comercio externo, la protección aduanera, la in
nni
versión pública, etcétera; inserción en procesos de socialización de la pro
|m:i de aglomeración en las grandes ciudades empezaron a ser contrarresi íidas por los costos generales y las contradicciones que el crecimiento
ducción, etcétera. La localización industrial inicial generó la necesidad, la demanda y la
i - plosivo generaba, el precio de la mano de obra subió por los sobrecostos
fuerza política para que el Estado reprodujera en forma ampliada la con
urbanos, se alcanzó un cierto nivel de homogeneización y ampliación terrilurial de las ventajas relativas de la concentración.
centración de condiciones generales de la producción, la circulación y el cam bio-, la acumulación de capital y las políticas urbanas del Estado se combi naron para que los demás procesos económico-sociales que constituyen "ventajas de aglomeración" se reprodujeran concentradamente. Los recursos naturales localizados territorialmente, impusieron la ubi cación territorial de la minería, la transformación primaria de materias primas y la generación de valores de uso que son condiciones generales (energía eléctrica o agua potable y de riego) y de las infraestructuras y ser
111
generales impulsó entonces políticas de descentralización (creación de iiurredores, ciudades y parques industriales, zonas francas, exenciones
llo de nuevos centros urbanos: ciudades petroleras y de refinación y, en las
binarias y arancelarias, créditos preferenciales, etcétera); la nueva inver-
1 1 1
tendió a localizarse en ciudades "intermedias" interiores o fronteri-
mIi'iii
/,mh,17 puertos, o en los sistemas urbanos generados por el doble movi miento de concentración y dispersión de las grandes ciudades, las llamadas Vi murbaciones".
vicios requeridos por esta producción, y la correlativa fijación territorial de la fuerza de trabajo necesaria, dando lugar al rápido surgimiento y desarro
Estado, presionado por las exigencias de creación de condiciones
I ,a concentración y centralización del capital determinó la de la fuerza i le
1
rabajo y sirvió de polo orientador a la migración campesina, condenada
liiir la estrechez del mercado de trabajo a permanecer como gigantesco
décadas recientes, petroquímicas en México, Venezuela, Ecuador y Colom16
Ciudad de México, Bogotá, Caracas, Lima, Santiago, Buenos Aires, Río de Janeiro, entre las capitales; Barranquilla y Guayaquil entre los puertos; Sao Paulo, Monterrey, Medellín y Cali como centros comerciales.
54 • Emilio Pradilla Cobos
l;La industria maquiladora de exportación en la frontera norte de México con Estados Unidos, o la industria que se localiza en las áreas metropolitanas del centro de México, en Inri i d a la Zona Metropolitana del Valle de México, y la urbanización que generan, son ejem|i|i im significativos.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 55
ejército industrial de reserva, a reproducirse mediante la realización de mi serables e infrahumanas actividades de subsistencia: mendicidad, ambu-
He ln concentración pacífica o violenta de las tierras de las comunidades Indígenas o los minifundistas.
lantaje, servicio doméstico o lumpenización [Pradilla, 1987: caps. 2 y 4).
Ln la penetración capitalista en el campo se combinaron como formas
La ampliación de la frontera agraria (territorial, social y del capital), la
liberadoras" o expulsores de fuerza de trabajo: a) la expropiación violenta
generalización de las relaciones mercantiles, el crecimiento de la vialidad
ii por la vía del mercado, de las tierras de propiedad individual o comuni-
y los medios de transporte, la expansión rápida del mercado interno y la
i a na, o usufructuadas por los arrendatarios y aparceros, y de sus preca-
articulación y homogeneización del territorio, fueron disolviendo las econo
riun medios de producción; h) la proletarización o semiproletarización, en
mías regionales precedentes, destruyendo las antiguas regiones, aunque
ei hnliciones más agudas de explotación que en la industria, de una parte
sin llegar a liquidar la "cuestión regional", alimentada por la subsistencia,
i le li is campesinos liberados: c) la pauperización constante y creciente del
sobre todo en los países donde su peso relativo era muy importante, de la
' ampesinado no expropiado, arrinconado en las tierras menos fértiles y
"cuestión indígena", combinada a la campesina, como supervivencia y re
man difíciles de explotar, presionado por el crecimiento demográfico y la
producción de formas de producción precapitalistas, y el desigual desarro
lien neia que jibarizan las parcelas, la sobreexplotación de la tierra durante
llo de las capitalistas que mantiene formas muy atrasadas en el campo (De
Mirlos y el subempleo de la mano de obra familiar, la mala ubicación en
Oliveira, 1982: caps. I y IV).
i elación a los mercados urbanos, la competencia desigual con la agricultu-
En Argentina y Uruguay, la vía prusiana, junker o gran terrateniente
ra capitalista en el mercado interno o internacional, la imposibilidad del
(Lenin [1907] s/f: 26; Kalmanovitz, 1978; cap. VII; Pradilla, 1981: 78), de
i ambio técnico por la ausencia de excedente reínvertible, y el sometimien-
desarrollo capitalista en la agricultura, dominada por la gran estancia ga
ii • 1i usureros prestamistas, mercaderes locales y socios productivos y co-
nadera o cerealera, avanzó desde sus inicios en ausencia de población in
1 1
dígena y esclava y con una reducida cantidad de pequeño campesinado
reemplaza obreros por nuevas máquinas, semillas mejoradas, fertilizantes
parcelario libre, formándose un proletariado agrario en buena medida pro
\ | ii mi icidas, etcétera.
H 'reíales agiotistas; y d) la modernización de la producción capitalista que
veniente de la migración europea.
!¡urgía así la superpoblación relativa (Pradilla, 1987: cap. IV) que alimen-
En los demás países del área, el desarrollo capitalista se llevó a cabo con
i" entonces a la colonización de la frontera agrícola, la migración a las
la significativa presencia de formas precapitalistas de propiedad y posesión
i H H ludes, el semiproletariado agrario transhumante, y el que temporal o
de la tierra, y producción: comunitaria degradada y subordinada, hereda
permanentemente emigra hacia países vecinos de mayor desarrollo relati-
da de la época precolombina y la colonia; aparcería y peonaje acasillado
vi i (México hacia Estados Unidos, Centroamérica a México y Estados Uni-
semiservil en las grandes y medianas haciendas; y pequeña propiedad y
ili
in (¡olombia hacia Venezuela, Paraguay y Bolivia hacia Argentina y Bra-
producción campesina independiente, el minifundio. Su forma específica fue
"il I l’or su carácter opresivo, la vía terrateniente ha sido la más expulsora
y sigue siendo la gran explotación resultante de grandes haciendas libera
i h 11 icrza de trabajo, lo que explica la rapidez del proceso de urbanización;
das de aparceros y arrendatarios por los latifundistas y transformadas en
|*i ir el contrario, experiencias más democráticas como el ejido mexicano
unidades capitalistas bajo su dirección, o rentadas a la burguesía agraria;
||HW> de la revolución-, tienden a retener la población campesina, dando
la resultante de la apropiación legal o ilegal de tierras baldías o públicas
lile,ai a una relativamente más lenta descomposición del campesinado y a
en la colonización de selvas y llanuras periféricas;18 o la conformada a partir
lina mrts pausada migración a las ciudades, lo que no significa niveles su-
18 Después de la independencia de España, la transferencia de las grandes propieda des de los colonizadores a los criollos; la distribución de tierras a los caudillos y héroes do la Independencia en premio por sus hazañas; las tierras expropiadas a la Iglesia mediante la desamortización de ios bienes de manos muertas, vendidas a propietarios privados por las repúblicas nacientes; los latifundios formados durante la expansión de la frontera agrícola
56 • Emilio Pradilla Cobos
jliM li ires de ingreso ni mejores condiciones de vida en el largo plazo. ii Ih ih mui rucción de vías de comunicación en la segunda mitad del siglo xix, o a lo largo |||i li ni | in ir,esos de colonización, sobre todo en la Amazonia brasileña, peruana, colombiaIih v i'i iiMtoriana.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 57
Aunque la vía gran terrateniente se llevó a cabo logrando una comple-
la'i materias primas industriales y los alimentos para los asalariados, frenan-
mentariedad entre los terratenientes y la burguesía agraria, el monopolio
i li m 'I crecimiento de la plusvalía por la vía relativa; c) desabasto de la indus-
territorial permitía a los primeros extraer a los segundos una parte mayor
i na, obligando a la importación de materias primas agropecuarias; d) tenden-
de las sobreganancias obtenidas, bajo la forma de rentas absolutas del sue
i m i inflacionarias derivadas de la insuficiencia de la producción agraria
lo; y la persistencia de la agricultura campesina en las peores tierras daba
ln me a la demanda industrial y de los consumidores; e) crecimiento de la
a los latifundistas el derecho a rentas diferenciales I, lo que más adelante se
ni realdad de importar alimentos, sustrayendo estos recursos a la importa-
convertirá en un freno a la expansión de la producción agraria y, desenca
i ii ni de medios de producción para la industria; f] finalmente, lo fundamen
denada la crisis agrícola, encarecerá los bienes de consumo del proletaria
tal d< !s< ‘tnpleo y miseria creciente del campesinado y el proletariado agrícola,
do urbano y las materias primas industriales, obligando a destinar una
I'I' ii|in‘ando la expansión del mercado interno de productos manufacturados
parte creciente de las divisas obtenidas a la compra de alimentos básicos
, an.ri 'pecuarios, migración y crecimiento urbano muy rápido. I .a pérdida de dinamismo de la industrialización a fines de la década de
del exterior. En este marco estructural, la revolución verde, entendida como paquete tecnológico, impulsada a mediados de la década de los cuarenta
li mi cincuenta, a la cual no fueron ajenas las contradicciones de la vía gran
del siglo xx, lejos de resolver los problemas alimentarios, se convirtió en
n rraicniente de desarrollo de la agricultura, mayoritariamente responsa
otra fuerza expulsora de campesinos (Gligo, 1986: 74).
ble
de
la
obtención de las divisas necesarias para las importaciones, y la
En el terreno de la política, la vía junker fue acompañada de regímenes
i "> i ili isión en casi todos los países de movimientos guerrilleros rurales, de
políticos abiertamente represivos, a los que el campesinado respondió en
iimv diferentes ideologías y composiciones de clase, fueron enfrentadas
México, Bolivia, Guatemala, El Salvador y Colombia con movimientos de-
un i liante un limitado reformismo burgués apoyado por Estados Unidos y
mocrático-revolucionarios que cuando llegaron al poder, fueron traiciona
mii Mhinza para el Progreso, el cual aprobó leyes de Reforma Agraria margi-
dos, escamoteadas sus conquistas o masacrados; la violencia que acompa
flMltm c ineficientes, y abrió la discusión, rápidamente clausurada, sobre
ñó estos procesos, fue otra causa de expulsión o pretexto de extorsión del
lii t i mas Urbanas que nunca llegaron a aprobarse.
campesinado. La contradicción entre terratenientes y burguesía no siem
Bln embargo, la acumulación volvió a ganar dinamismo a partir de
pre se resolvió por este camino; Cárdenas en México, Vargas en Brasil,
HUlH t, con un movimiento cíclico pero ascendente, hasta 1974. El auge fue
Perón en Argentina, López Pumarejo en Colombia, y Haya de la Torre en
■lliilcnlilo por el flujo de capital extranjero trasnacional que se invirtió en
Perú fueron, en momentos y grados diferentes, expresión de movimientos
lllicvau ramas, más dinámicas, de la producción como electrodomésticos,
nacionalistas, antiimperialistas, democráticos, que en el poder jugaron el
■^Inmóviles y algunas áreas de partes, maquinaria y equipo poco comple-
papel de bonapartes más o menos progresivos, cuyo objetivo era obtener
jliH y la expansión del capitalismo de Estado en la industria básica (petró-
las condiciones económicas y políticas para el proyecto de desarrollo capi talista, aun al precio de rupturas del bloque burgués-terrateniente, o de) sacrificio de alguno de sus sectores o estratos (Cueva, 1977: cap. 8).
|ih i peirciquímica, siderurgia y otras ramas de la minería), alimentados con
■ (tl'i'illto externo, cuyo monto creció de 6,600 millones en 1960 a 34,300 nilliihea de'dólares en 1974.
Estas condiciones estructurales explican el hecho de que el crecimien
A pesar de que todo el proceso de industrialización se realizaba en con-
to de la agricultura haya sido muy inferior al de la industria durante el
Pltjniici! de explotación salvaje de la fuerza de trabajo y de creciente mise-
periodo analizado (cuadro 2), con los consecuentes frenos a la acumula
i ln ilc las masas urbanas, la burguesía y sus regímenes políticos, ante la
ción de capital: a) expansión limitada de las exportaciones, por baja conv
■hllln 1 1*' la tasa de ganancia y el agotamiento del modelo, volvieron a romper
petitividad en calidad y precio, frente a un crecimiento mucho mayor de Iíih
■t VMl lait países su propia legalidad burguesa mediante golpes de Estado o
importaciones con destine a la industria, constituyéndose así el déficit es
■pilViiiiiiInrito del autoritarismo, para doblegar las luchas obreras, campe-
tructural de la balanza comercial; b) ritmo lento de reducción del valor do
l||Hn \ universitarias e imponer la sobreexplotación a los trabajadores,
58 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 59
cuyo mantenimiento condujo a una fuerte depresión del salario real y al
población "urbana" y "rural"™ (cuaaro 4), pasando la primera a dominar
consiguiente incremento del plusvalor. Combinando la pauperización abso
mibre la segunda. Como resultado de las migraciones hacia las ciudades,
luta y la relativa, se mantuvieron elevadas tasas de crecimiento hasta me
la población rural estabiliza su crecimiento en términos absolutos, mien-
diados de la década de los setenta; se hablaba entonces de los milagros
ii'ai; la urbana y la total crecen rápidamente (gráfica 2). Las tasas de creci-
económicos en Brasil, México, Colombia y otros países, calificados por Kal
nilento de la población total descienden lentamente, alejando el fantasma
manovitz como desarrollo represivo acelerado (Kalmanovitz, 1977: 91 y ss.;
i Ir la "explosión demográfica" que fue utilizado durante años por los ideó-
Cueva, 1977: cap. 12; Dos Santos, 1976).
li >m< is de derecha para explicar la persistencia de la pobreza de las masas
Es este el periodo denominado por algunos analistas como de urbani zación acelerada (Singer [1973] 1975). En él se revierte la proporción entre
Gráfica 3 América Latina Tasas de crecimiento poblacional, 1950-2000
Cuadro 4 América Latina: participación de la población urbana y rural en la total, 1950-2000
1950
1960
1970
1980
1990
2000
Total
100
100
100
100
100
100
Urbana
41.0
49.3
57.4
65.4
72.1
76.8
Rural
59.0
50.7
42.6
34.6
27.9
23.2
Fuente:
habitat,
"Global Report on Human Seettlements", tabla 1, onu, 1986. Gráfica 2 América Latina Población total, urbana, rural, 1950-2000
■ Total Fuente:
□Población total Fuente:
habitat
+ Población urbana OPoblación rural
"Global Report on Human Settlements", ONU, 1986.
60 • Emilio Pradilla Cobos
habitat
• Urbana
"Global Report on Human Settlements",
+ Rural onu,
1986.
19 El criterio empírico tradicional y generalizado de considerar como "población urbana" /i la localizada en aglomeraciones de más de 1,500 o 2,500 habitantes, según los casos, no nos parece correcto; sin embargo, muchas fuentes estadísticas difíciles de sustituir, lo utilizan, por lo que no tenemos más remedio que recurrir a ellas.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 61
Cuadro 7 América Latina: número de localidades por tipo de tamaño de las localidades urbanas y participación de los grupos en el total, 1 1950-2000
Cuadro 5 América Latina: tasas de crecimiento de la población total, urbana y rural, 1950-2000
1950/1960
1960/1970
1970/1980
1980/1990
1990/2000
Total
2.7
2.7
2.4
2.2
1.9
Urbana
4.6
4.2
3.7
3.2
2.6
Rural
1.2
0.9
0.3
0.1
0.1
Total de localidades % Mán de 4'000,000
Fuente:
habitat,
“Global Report on Human Seettlements", tabla 1, onu, 1986.
%
en pleno auge económico; las de la población rural presentaron una brus
. l'í)99,999/2'000,000
106,909
162,891
236,507
325,748
421,335
%
100
100
100
100
100
100
Más de 4'000,000
5,251
22,052
33,089
51,699
89,016
118,448
%
7.8
20.6
20.3
21.9
27.3
28.1
3'999,999/2'000,000
9,285
0
10,380
23,214
27,493
42,821
% 1'999,999/1'000,000 % 999,999/500,000 % 499,999/250,000 % 249,999/100,000 % Pob. restante % Fuente:
habitat,
146
102
100
100
100
100
100
100
1
4
4
5
9
11
1.4
3.5
2.3
2.4
6.2
10.8
3
8
10
15
3.9
6.8
13
23
31
5.6
7.0
5.7
6.3
15.8
30.4
5
12
17
27
43
45
%
7.0
10.5
9.7
13.2
29.5
44.1
499,999/250,000
17
20
37
56
61
23.9
17.5
21.0
27.3
41.8
41
70
104
96
57.7
61.4
59.1
46.8
249,999/100,000
Fuente: habitat, "Global Report on Human Settlements", tabla 5, onu, 1986.
Asumiendo que durante este periodo (hasta 1980), las ciudades de mim de 100 mil habitantes concentraban la totalidad de la actividad manui . ñ u irera significativa, la mayor parte de la comercial, bancaria, burocráti-
13.7
0.0
6.4
9.8
8.4
10.2
ui y de servicios, y el empleo directamente generado por las relaciones
4,688
11,214
14,043
17,611
30,857
42,696
' apitalistas, tenemos que las 71 existentes en 1950 concentraban el 21.24
6.9
10.5
8.6
7.4
9.5
10.1
pui' ciento de la población total; las 114 de 1960, el 26.93 por ciento; las
3,444
7,873
11,656
19,757
28,997
32,666
5.1
7.4
7.2
8.4
8.9
7.8
6,049
7,008
12,807
19,727
20,820
que concentraban la mayoría, cuantitativa y cualitativa, de las industrias di
6.4
námicas, alojaban, en los mismos años, el 13.2; el 16.5; el 20.3 y el 24.9 por i lento del total de la población. Ellas registraban tasas de crecimiento mucho
8.9
6.6
7.9
8.3
6,293
10,234
15,884
15,918
i ‘/(i de ,1970, el 34.53 por ciento; y las 205 de 1980, el 40.93 por ciento. I .as 27 mayores ciudades (de más de un millón de habitantes en 1980),
9.3
9.6
9.8
6.7
mayores que el resto de las ciudades, aunque mostraban también una ten-
32,7696
48,528
65,030
88,581
48.3
45.4
39.9
37.5
i li •ncia a la baja, como consecuencia de la caída de la tasa media general de i n 'cimiento poblacional y la modificación de la relación entre el crecimiento
"Global Report on Human Settlements", tabla 5, onu, 1986.
62 • Emilio Pradilla Cobos
205
10
%
67,707
176
8
% Pob. Urbana
114
0.0
'11)0,999/500,000
2000
71
4
%
1990
2000
14.7
iniciaron un lento descenso.
1980
1990
4
términos absolutos, y las de la urbana, altas en la década del cincuenta,
1970
1980
2.3
1 'í)99,999/l'000,000
1960
1970
0
%
1950
1960
4.2
ca caída, hasta llegar casi al punto en que empezaría el decremento en
Cuadro 6 América Latina: población urbana en localidades de más de 10,000 habitantes y participación de los grupos en el total (en miles]
1950
vegetativo de la población urbana y el proveniente de la migración. Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 63
Cuadro 8 América Latina: población urbana de las ciudades con más de un millón de habitantes para 1980 y tasas de crecimiento promedio anual, 4950-2000 (en miles]
1950
Tasa
1960
Tasa
1970
Tasa
1980
Tasa
1990
Tasa
2000
Ciudad de México
2,967
7.2
5,121
7.5
8,997
6.7
15,032
5.2
22,855
3.5
31,025
Sao Paulo
2,483
7.9
4,451
8.0
8,027
6.8
13,541
4.6
19,892
2.9
25,796
Río de Janeiro
2,737
6.3
4,472
5.8
7,074
5.0
10,653
3.8
14,729
2.8
18,961
Buenos Aires
5,251
3.1
6,925
2.2
8,469
1.9
10,084
1.3
11,445
0.5
12,104
633
10.0
1,309
11.0
2,776
9.7
5,493
6.1
8,892
3.1
11,663
Lima
1,091
6.1
1,757
6.6
2,934
5.9
4,682
4.4
6,762
3.2
8,930
Santiago
1,349
4.4
1,950
4.8
2,889
1.9
3,448
1.5
3,977
2.6
5,036
702
9.0
1,335
5.8
2,111
4.6
3,093
3.5
4,198
2.4
5,209
9.3
2,987
6.0
4,797
3.4
6,471
5.9
4,392
4.0
6,170
Ciudad
Bogotá
Caracas Belo Horizonte
374
9.7
740
10.0
1,543
Guadalajara
471
7.9
847
8.4
1,565
7.6
2,762
Recife
660
5.8
1,045
5.8
1,659
5.1
2,516
4.0
3,535
3.1
4,666
436
ai
792
8.3
1.451
7.2
2,502
5.0
3,775
3.3
5,049
----
7.8
3.772
3.8
5.212
35£:
liD
914
13.0
Mocoerrey
729
7.3
1.264
6.6
2,109
5.4
3,260
4.0
4,575
El Salvador
661
6.4
1,087
5.6
1,702
4.3
2,443
3.3
3,258
Santo Domingo
464
9.3
900
8.4
1,661
6.7
2,783
5.0
4,176
Cali
529
8.0
954
6.8
1,606
4.9
2,402
3.1
3,165
Brasilia
142
25.0
510
21.0
1,605
11.0
3,390
4.3
4,853
Fortaleza
263
8.5
487
8.6
906
7.5
1,586
5.2
2,422
3.5
3,270
Montevideo
991
1.8
,175
1.1
1,312
0.9
1,439
0.9
1,574
0.7
1,687
Barranquilla
307
5.4
473
6.2
767
5.9
1,221
4.5
1,775
3.1
2,336
San Juan de PR.
489
1.5
564
5.2
858
4.0
1,205
2.7
1,535
1.2
1,731
Guayaquil
258
1.5
461
5.8
730
4.9
1,093
4.9
1,638
4.4
2,370
Córdoba
419
4.0
590
3.5
800
3.1
1,051
2.2
1,285
1.0
1,426
3.3
544
3.4
3.6
1,004
4.1
1,425
4.6
2,084
Guatemala Fuente:
406 onu,
733
"Population Studies". Núm. 68. Modalidades de crecimiento de la población urbana y rural, cuadro 48, pp. 142-146.
En la década de los setenta, empezó a cristalizar la combinación de ln
limihien, por su cara más oscura: el desempleo y las actividades de sub-
expansión y densificación de las redes y sistemas de condiciones generalc»
Hiuii'iicia (venta ambulante, pepenado de basura, prostitución callejera,
de la reproducción de la íormación social, la homogeneización relativa del
.......lindad, robo, etcétera], la multiplicación de barrios populares irregu-
territorio en términos de ventajas relativas de aglomeración, la concentra
lun ti .uitoconstruidos, carentes de vialidad, transporte, infraestructuras
ción de la población y la actividad económica, y el desplazamiento de in
v
dustrias y otras actividades económicas hacia ciudades "intermedias", lo
li i inra tenientes, los casatenientes y el Estado convertido en celoso guar
cual dio lugar a: la apariencia de un proceso de descentralización, que no
id
i i'vk ios públicos, en permanente conflicto con el capital inmobiliario,
modificaba el hecho de que las más grandes ciudades seguían teniendo
d e sus intereses. I '.i i estas condiciones, fue natural que emergieran y se multiplicaran los
una dinámica mayor en todas las variables que expresarían su lugar en la
hm'i imiuntos de colonos e inquilinos pobres en casi todas las ciudades de Amé-
acumulación capitalista. Igualmente se manifestó la conformación de conur
ii. ,i I, / 1 1 i na, como una nueva forma de defensa y reivindicación de los traba-
baciones, megalópolis, o más exactamente, sistemas urbanos regionales resul
lili li nvs explotados directa o indirectamente, y oprimidos por el desarrollo
tantes de la integración territorial de varias ciudades y localidades agrarias antes separadas, teniendo como elemento estructurador a la aglomeración
i ii|iiinlÍHta semicolonial.20 I ,i i desigualdad del desarrollo capitalista en la agricultura, la industria
de mayor dinamismo en la acumulación capitalista y la concentración pobla-
y luí; condiciones generales déla producción y el intercambio, determinada por
cional, en una trama imbricada en la que las discontinuidades reales desapa
ln i nmbinación de las condiciones naturales, históricas (entendidas como
recen o se debilitan, para conformar una verdadera unidad territorial.
Ion | irocesos previos de apropiación del territorio por las formaciones pre-
mi
Puesto que las ciudades que integran estos sistemas han sido las re
i ni iimlistas, la acumulación originaria, la propiamente capitalista y la lucha
ceptoras de una parte importante de las industrias "descentralizadas" o
di i lases, su eterna compañera), y políticas (incluyendo las distintas inter-
"relocalizadas", podemos llegar a la conclusión de que las políticas estata
Vi'in iones del Estado sobre las estructuras sociales y territoriales), homo-
les de "descentralización" y "desarrollo equilibrado" puestas de moda entre
/H iII/,aban y diferenciaban simultáneamente al territorio, apareciendo for
la tecnocracia y la burocracia a fines de la década de los sesenta, en reem
malmente
plazo o en apoyo de una planeación urbana básicamente discursiva y de
n|i|i'iivamente la estructuración diferencial del territorio en función del ci-
como
"desigualdad
regional"
o
"desequilibrio",
lo
que
era
magógica, con muy pocos resultados reales, tampoco han sido muy efica
i I•
ces y sus resultados parecen más ilusiones empíricas que realidades
u cuyas determinaciones corresponden la política y la ideología en lo con-
concretas. Los sistemas urbanos en constante expansión eran una nueva
i m ío (De Oliveira, 1982). I jas diferentes intensidades de las relaciones económicas, sociales y polí-
manifestación, ampliada, de la concentración y centralización del creci
1 1
1el capital, materializado en las cadenas productivas y del intercambio,
miento urbano, que expresa el mismo movimiento en el ámbito de la re producción del capital.
iii n:¡ capitalistas y de la lucha de clases que conllevan, generaron también la
En el periodo, las migraciones campesinas se dirigieron fundamental
lili nopórtes materiales y sus tendencias de desarrollo que, lenta o rápidamente
mente hacia las ciudades que habían concentrado a la industria y, a su
iic/Miii los países y/o sus diferentes territorios interiores, iban engullendo,
impulso, a lo más significativo de la actividad económica, que se diferen
liir.indo, la diferenciación campo-ciudad (Pradilla, 1984: cap. IV].
ciaban netamente del resto de las concentraciones urbanas por las mani
n Mina desigual y combinada de elementos dominantes (ciudades) del sistema
I
jas agudas contradicciones urbanas, en particular las que golpeaban
festaciones físicas de la acumulación capitalista: torres de oficinas y hote
illirotamente a los trabajadores, interpretadas por algunos, más moralista
les,
"Sobre los conceptos marxistes de la superpoblación relativa en el campo y la formación lli'l iijrtrcito industrial de reserva en las ciudades, ver Pradilla, 1987: cap. IV; en el capítulo V del llilimio texto, se analizan la emergencia y determinaciones de los movimientos de colonos e
centros
y
zonas
comerciales,
hospitales
y
universidades,
clubes
privados y fraccionamientos residenciales, áreas fabriles, grandes infraes tructuras energéticas, hidráulicas, de vialidad y transporte, etcétera; y 66 • Emilio Pradilla Cobos
liii/ulllno8 pobres.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 67
que científicamente,21 como signos de una "crisis urbana'', tuvieron su gé
mundial. A ellas vinieron a añadirse los gigantescos excedentes de capital
nesis histórica en la onda larga expansiva de la acumulación capitalista
llnn pctrodólares) procedentes de los países petroleros después de los dos
semicolonial, y no son una situación transitoria que la modernización vaya
i Iioi/iios del mercado mundial, y los que llegaron directamente a los países
resolviendo, como sostienen los marginalistas, sino su expresión estructu
1 1
ral, inevitable, creciente e insoluble en este marco social, como lo demues
*Iui' sin eliminar el recurso al endeudamiento, garantizándolo formalmen-
tra su curso en la fase siguiente, la de la onda larga recesiva.
u incrementaron sustancialmente la disponibilidad de capital.
Economía y territorios en crisis: los efectos de la onda larga recesiva
nni aumentar el recurso al crédito para cubrir este nuevo factor de déficit
<'troleros latinoamericanos (Venezuela, Ecuador y, desde 1978, México),
I’or el contrario, los países importadores de petróleo como Brasil, debiei nmercial. El crédito fácil y a bajas tasas de interés, era abundante y los I minos del tercer mundo, sobre todo los petroleros (México, Venezuela y A finales de la década de los sesenta del siglo xx, cambió el curso ascenden
r.mador, en América Latina) recurrieron copiosa y reiteradamente a él,
te de la economía capitalista mundial con una recesión asincrónica y desigual
ii/',uiendo la idea, sintetizada por algún ministro de finanzas latinoamerica-
en los países imperialistas. Ésta no se manifestó en las tasas de crecimien
m i, de que era un error no pedir dinero prestado (Guillén, 1984: cap. 2;
to de las economías latinoamericanas, la mayoría de las cuales aún se en
Mandel y Jaber, [1974-1975] 1977).
contraba en el punto más alto de la orgía de acumulación y ganancias po
I ja empresa privada nacional y transnacional y los gobiernos latinoame
sibilitada por el desarrollo represivo acelerado impuesto por las dictaduras
ricanos utilizaron el crédito para impulsar la industrialización orientada
militares y civiles. Entre 1973 y 1976, la nueva recesión en los países im
hacia la producción de electrodomésticos, electrónicos (se iniciaba enton-
perialistas, ahora sincrónica y generalizada, por el contrario, mostró clara
ccit el boom de las microcomputadoras), automóviles y otros bienes de
mente sus efectos sobre el curso de las economías latinoamericanas,
I I
insumo duradero de las capas adineradas. Igualmente, sirvió para finan-
aunque sin llegar a generar tasas negativas de crecimiento industrial y del
' iar el inicio de la maquila o ensamblaje de productos para exportación a
(Mandel, 1974 y 1980); sin embargo, su impacto fue más dramático en
los países desarrollados, elaborados con partes provenientes de esos mis
términos de la caída del pib por habitante (gráficas 4 a 7). Los "milagros"
mos países y utilizando trabajo barato e intensivo, caracterizada por Kal
pib
manovitz como la exportación de trabajo sobreexplotado, en un proceso de
económicos latinoamericanos habían llegado a su fin. y
imwnnización de América Latina que, sin embargo, reproducía sólo los vi-
por habitante siguieron creciendo hasta 1981 y 1980 respectivamente;
don y no las "virtudes" del camino seguido por los países del sudeste
Aunque las tasas de crecimiento nunca volvieron a recuperarse, el el
pib
pib
pero el producto por habitante es una simple medida estadística que está muy lejos de mostrar la situación económica de los trabajadores, si tenemos en cuenta el proceso simultáneo de concentración del capital y el ingreso. Según Bortz (1985), la explicación de esta desigualdad en los ciclos se encuentra en el flujo de capitales hacia América Latina canalizado a través del crédito externo, cuya acumulación en la deuda externa paso de 16,100 millones de dólares en 1970, a 330,700 millones en 1982, provenientes de las masas de capital-dinero liberadas por la recesión en los países imperia listas, no reinvertibles localmente e introducidas al mercado financiero
a ni ético en la década anterior (Fajnzylber, 1983: cap. 2). Por su parte, el Estado utilizaba el crédito para la creación de las coniliciones generales de la producción y el intercambio, necesarias para esta expansión, así como para financiar los incentivos y descargas fiscales y arancelarias, y otras ventajas y regalías otorgadas a las empresas privadas, la ampliación acelerada de las empresas petroleras (México en particular) V i itras ramas de la minería básica y de la petroquímica para la exportación, i'l previsible crecimiento industrial y, en muchos casos, para obras públi cas suntuarias y de prestigio. La burguesía, por su parte, dio un uso especulativo a gran parte de
21
Hemos criticado en detalle la concepción de la "crisis urbana" de Manuel Castells, en
Pradilla, 1984: cap. v.
68 • Emilio Pradilla Cobos
ente capital: lo retornó en forma de depósitos e inversiones, a los bancos Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 69
de los países imperialistas, donde nacionales latinoamericanos tenían de
Gráfica 4 América Latina Evolución del pib, 1970-1986
positada, hacia 1982, una suma muy cacana al monto de la deuda externa. I'.sta masiva fuga de capitales se acentuó a medida que se avecinaba la recesión de 1982. La búsqueda desaforada de dólares llevó también al impulso de las exportaciones agropecuarias, aun a costa del consumo interno y del incre mento del déficit de la balanza comercial agropecuaria, para sustituirlas (casos de Colombia y México con la carne, algunos granos y otros produc ios], Sin embargo, los productos agropecuarios y manufacturados de ex portación se enfrentaban ya a la legislación proteccionista que, a raíz de las recesiones, ponían en práctica los países capitalistas desarrollados, en par ticular Estados Unidos, cliente privilegiado de las exportaciones latinoame ricanas. El turismo de gran lujo para extranjeros fue otro de los filones apoyados masivamente durante este periodo de las "vacas gordas"; Méxi co fue también un buen ejemplo en este rubro. Se trataba, sin embargo, del último ciclo expansivo de la onda larga
Años total
anterior, de corta duración (1976-1979) y poca intensidad, que abría el ca mino a la explosión violenta de las contradicciones congénitas de las eco nomías latinoamericanas, en particular de las semindustrializadas, y a la vez, del primer ciclo corto de la onda larga recesiva en la que aún se en cuentra sumida la región. Las tendencias del proceso de urbanización en estos años parecen ser bastante claras. Los grandes proyectos industriales y turísticos definían las áreas de desarrollo en la planeación indicativa dominada aún por las con cepciones del desarrollo regional equilibrado y de la polarización del desarro llo (Perroux, 1964; Rostow, 1963; Hirschnman, 1964). Estas áreas fueron convertidas, al menos en los textos, en las receptoras fundamentales de la inversión estatal en infraestructura, inversión directa y crédito a las em presas privadas, así como en polos de migración campesina, a pesar de que eran incapaces de absorber a toda la mano de obra que llegaba a ellas, en muchos casos ubicadas en regiones remotas. Las grandes empresas y las obras públicas de soporte rompían y des truían masivamente la naturaleza, sobre todo en el trópico húmedo, desor ganizaban y descomponían la producción campesina parcelaria o comuni taria, a cuyo relevo llegaba el capital agrario. Por último, los asentamientos urbanos que se ubicaban en estas áreas, crecían explosivamente, acumu70 • Emilio Pradilla Cobos
pib
Fuente: cepal, "Balances preliminares de la economía Latinoamericana”, en Comercio Exterior,
México. laban penurias y necesidades ante una muy limitada inversión estatal en la creación de condiciones generales de la reproducción de la fuerza de trabajo, consideradas secundarias por el Estado.22 El pregonado desarrollo regional equilibrado se convirtió en su opues to: un drenaje de recursos naturales, explotados irracionalmente para obtener rentas del suelo y mantener la acumulación capitalista en su conjunto, la succión de plusvalía extraída en condiciones de sobreexplotación a los trabajadores, y el deterioro de las condiciones de vida de los habitantes., A raíz de la recesión de 1973, que en los países capitalistas avanzados golpeó ramas enteras de la producción industrial de gran importancia es tratégica, como la siderurgia, la industria naval y la automotriz, el gran capital transnacional puso en marcha un conjunto de políticas que confor82 Es extensa la bibliografía acerca de los impactos sobre la urbanización y el medio am biente, causados por los grandes proyectos mineros, hidroeléctricos e industriales de Lázaro Gárdenas-Las truchas y la zona petrolera del Golfo de México en México, Ciudad Guayana en Venezuela, la presa de Itaipú en Paraguay, entre otros.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 71
marían lu reestructuración del capitalismo a escala mundial, las cuales han
clon en México de siete complejos de producción de motores y ensaamble
tenido grandes impactos sobre las economías y los territorios de la región
iln mitos para exportación (cuatro de ellos en los estados fronterizosis con
(para el caso mexicano, ver Gilly, 1988; Pradilla, 1989].
r.nlndos Unidos), pertenecientes al capital norteamericano, japonés y e euro-
En primer lugar, la relocalización e integración transnacional de los
pro. listos complejos tienden a constituir cadenas productivas y un ssiste
procesos de producción, una parte de los cuales están siendo desplazados,
ma territorial unificado supranacional, con el creado por el nuevo deespla-
bajo la forma de maquila, hacia los países semicoloniales de Asia y Améri
amiento industrial hacia el sur de Estados Unidos.33 Otros países,¡, con
ca Latina con ventajas relativas como la mano de obra barata (sobre todo en áreas campesinas o urbanas atrasadas, con poco desarrollo sindical], el
diversas características, intentan hacer fortuna en otros renglones, irincluvendo productos agropecuarios diversos.
control gubernamental o patronal sobre los sindicatos y las luchas de los
I .a llamada "política de promoción de las exportaciones", combirinada
trabajadores, una jornada laboral más larga, menores prestaciones socia
con la liberación de las importaciones, que había empezado a inicios dde los
les, precios más bajos de las materias primas, dotación de infraestructuras
ai'lenta, tuvo como decididos promotores a las dictaduras del Cono SSur y
o subsidio por parte del Estado de aquellas que constituyen materias pri
lia dado como resultado la desindustrialización acelerada (entre otitros,
mas o auxiliares de la producción, incentivos y concesiones arancelarias y
I ’ajnzylber, 1983: cap. 10). Desde la recesión del 73, esta política fue asuumi-
fiscales, etcétera. En el mismo sentido del abaratamiento de los costos salariales, aunado
*
al incremento de la productividad del capital, apunta la modernización de los procesos productivos mediante la robotización, la cibernetización y la
políticas neoliberales anticrisis y de la historia económica y territoriaal de dos décadas.
flexibilización (disminución de costos y de la fuerza de trabajo), así como
En la década de los setenta, se agudizaron las contradicciones i que
la por los capitales transnacionales; el inicio de la onda larga recesiví/a en
América Latina le dio nuevo impulso y hoy forma parte sustancial dée las
la modificación de las condiciones laborales, salariales y de organización
llevaron en los ochenta a la fase más crítica de la acumulación de cappital
del trabajo para debilitar a los sindicatos y liquidar las conquistas logradas
que ha tenido lugar durante el último siglo en los países latinoamericannos:
durante decenios de lucha. En América Latina, los más importantes receptores de los capitales
agotamiento brusco del patrón de industrialización por sustitución de imjiporIliciones-, internacionalización acelerada del capital; reconcentración moono-
norteamericanos, europeos y japoneses han sido Brasil, Argentina y, sobre
pólica en todas las áreas de la actividad económica; reforzamiento dde la
todo, México por la gran ventaja que le da su contigüidad geográfica con
crisis agrícola; creciente endeudamiento público y privado con la baanca
Estados Unidos, el mayor mercado mundial y objetivo para la actividad
multinacional y local; rápido crecimiento de las importaciones en las c que
maquiladora; en particular, los japoneses estaban entonces en proceso de
aparecen de nuevo, en forma significativa, los medios de consumo innme-
convertirse en los hegemónicos en el mercado mundial a raíz del especta
diato y suntuario; fuga masiva de capitales hacia los países imperialistjtas;
cular éxito de sus productos, sus tecnologías y sistemas productivos.
aumento del déficit de la balanza de pagos,- y aceleración de los proceesos
La forma "productiva" adoptada es la maquila o ensamblaje intensivo
inflacionarios: la tasa anual de inflación en la región pasó de 12.2 por emen
de piezas importadas de las casas matrices o de filiales en otros países,
to en 1970, a 56.1 por ciento en 1980.a4 Esta crisis ha transcurrido enn el
cuyos productos parciales o finales son re-exportados, fundamentalmente
marco de una economía mundial sumida en una fase recesiva, en la qque
en la electrónica, los electrodomésticos, las autopartes y los textiles; se trabaja también con base en una nueva modalidad que sobrepasa a la for ma anterior: las grandes plantas de producción de partes complejas y en samblaje automatizado de productos terminales, sobre todo en las ramas de autopartes y automotriz terminal. Un ejemplo significativo es la crea72 • Emilio Pradilla Cobos
23Ver mis artículos sobre el tema, publicados en el diario Unomásuno, de la ciudadd de México, desde septiembre de 1986. 24 La información estadística proviene de la serie histórica de informes preliminaares anuales sobre la economía latinoamericana, elaborados por la Comisión Económica ppara América Latina, y publicados por la revista Comercio Exterior, del Banco Nacional de Corrmeroio Exterior de México.
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • • 73
Gráfica 5 América Latina Evolución de tasa de crecimiento
I 1970 71
I
I
I
I
I
I
72
73
74
75
76
77
I
I
78 79 80
Gráfica 6 América Latina Evolución del pib por habitante
pib
I----1--- 1--- 1--- 1--- 1--- 1----1 81
83
83
84 85 86
87
Años Fuente: México.
cepal,
"Balances preliminares de la economía latinoamericana", en Comercio Exterior,
Años rúente: Minino.
cepal,
"Balances preliminares de la economía latinoamericana", en Comercio Exterior,
I ,a fuga de capitales se aceleró en toda la región, alcanzando magnitulas cortas y débiles recuperaciones son incapaces de compensar las largas y profundas recesiones. En 1981-1982 la economía capitalista mundial cayó en la más profunda
ilrn muy próximas a las de la deuda externa. La acentuación del proteccioi in uno en los países desarrollados colocó en crisis a la minería, la manu11
ii aura y la agricultura de exportación, y en la imposibilidad de suministrar
recesión de la posguerra, comparable sólo a la Gran Depresión de los años
I/ih divisas necesarias para mantener al aparato productivo en marcha. La
treinta. La sobreproducción en los países productores y las medidas de
producción industrial inició su caída, arrastrando tras de sí al conjunto de
control del consumo en los compradores, determinaron una caída vertical
la actividad económica (gráficas 4 y 5). Las devaluaciones de las monedas
de los precios del petróleo, la cual empujó y potenció la del resto de las
nacionales frente a las divisas fueron abruptas y cotidianas y, junto con
materias primas agropecuarias y mineras de exportación de los países
oíros factores, determinaron una aceleración irrefrenable de la espiral in-
atrasados, ya declinantes, agudizando la contradicción estructural de la
llacionaria: la tasa anual de inflación alcanzó en 1985 el récord de 275.3
balanza comercial. La banca multinacional cerró los grifos del crédito fácil,
por ciento, para luego bajar, en 1986, y volver a iniciar el ascenso el año
abundante y barato, elevó las tasas de interés y puso gravosas condiciones
inguiente. El incremento del desempleo abierto, la congelación salarial me
en la negociación del servicio de la deuda y la concesión de nuevos crédi
diante topes de aumento inferiores a los del costo de la vida, y la inflación
tos para cubrirla, llevando a los deudores a la insolvencia y colocando al
c.tindujeron al rápido descenso de la capacidad de compra de las mayorías,
Fondo Monetario Internacional en una posición de fuerza para imponer las
la retracción del mercado interno y su correlato, la contracción en cadena
políticas económicas de corte neoliberal y monetarista.
de la producción industrial y agraria.
74 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 75
Gráfica 7 América Latina Tasas de crecimiento pib por habitante
mrle de la misma reflexión anterior, condena la intervención del Estado ii ir medio del gasto público, y al sector estatal de la economía como culpafundamentales de la inflación.
iIch
I.os ejes de las políticas neoliberales de choque anticrisis han sido: /t) Privatización acelerada de las empresas paraestatales, mediante su venta en barata al gran capital local y transnacional o su cambio por bonos de la deuda externa, y liquidación de los organismos no transferibles, hasta reducir el sector estatal a ramas o unidades que no compitan con la iniciativa privada o en las que esta no tenga interés alguno en intervenir por considerar que están en decadencia o requie ren de inversiones y subsidios que no está interesada en asumir. b) Penetración del capital privado local y extranjero en la creación y gestión de las condiciones generales de la producción y el intercambio, como carreteras, puertos, aeropuertos e instalaciones ferroviarias, en las comunicaciones y los medios de transporte hasta ahora gestio nados por el Estado; así como en condiciones generales de repro ducción de la población tales como educación, salud, recreación, recolección y reciclaje de desechos. La vivienda popular, antes a cargo
Años Fuente:
cepal,
'Balances preliminares de la economía latinoamericana”, en Comercio Exterior,
de organismos estatales, se somete ahora plenamente a las condicio nes de funcionamiento del mercado capitalista, es decir, a la fijación oligopólica de los precios y a la rentabilidad.
México.
Aunque los regímenes políticos dictatoriales hicieron crisis en Argenti
c) Reducción acelerada del gasto público en el denominado "sector so
na, Brasil, Uruguay, Perú, Ecuador y algunos países caribeños y centro
cial" y su aplicación, fundamentalmente, en la creación de infraes
americanos, impactados por sus contradicciones internas y la movilización
tructura para la producción y el cambio, el financiamiento preferen-
popular, los regímenes democrático-burgueses semicoloniales que los re
cial y subsidiado al sector privado y el pago de la deuda externa e
emplazaron se enraízan claramente en la corriente conservadora -neolibe
interna, que en la mayoría de los casos se ha convertido en el rubro
ral- que domina en los países imperialistas (Estados Unidos, Gran Bretaña,
fundamental del presupuesto estatal al que se destina la mayor parte
Alemania Federal, Japón, Francia con Chirac, etcétera] y en las dictaduras
de las divisas obtenidas por la exportación, a pesar de lo cual no se
militares de la región desde la década anterior, y con la coordinación y
logra responder a las exigencias de la banca acreedora ni se evita
presión de la banca multinacional y el
fmi,
ponen en marcha la lucha con
tra la crisis mediante políticas económicas contraccionistas, ideológica mente sustentadas en la contrarrevolución antikeynesiana monetarista.
que siga creciendo, aunque sea un poco más lentamente: en 1987 la deuda externa latinoamericana llegó a 410 mil millones de dólares. d) Austeridad salarial consistente en otorgar a los trabajadores aumen
Para esta corriente, que define como enemigo principal a vencer, a la
tos salariales inferiores al crecimiento de los precios de los productos
inflación elevada formalmente de síntoma de la crisis a enfermedad, la re
básicos, con el fin de reducir el salario directo y, junto a la reducción
ceta para todos los males son las políticas de ajuste o de austeridad. Como
simultánea del salario indirecto o diíerido, lograda mediante la contrac
76 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 77
ción del gasto social, disminuir el salario real, reducir el valor de la
• I instrucción programada de las organizaciones defensivas de las ma
fuerza de trabajo e incrementar el plusvalor por la vía absoluta y, por
sas, encubierta ideológicamente con el manto de la defensa de la
tanto, las ganancias de los empresarios. e) Desmantelar las conquistas obreras mediante la liquidación o el de
planta productiva, el mantenimiento del empleo y la recuperación del crecimiento.
bilitamiento de los sindicatos y la supresión de los contratos colecti
• Regresión en la distribución del ingreso, como manifestación de la
vos de trabajo y de las conquistas salariales y extrasalariales obteni
concentración del capital, en beneficio de las grandes empresas agra
das en la fase expansiva de la economía.
rias, industriales, comerciales y de servicios y del capital financiero
El carácter abiertamente recesivo de estas políticas, sumado a las
especulativo, hegemonizadas crecientemente por el capital extranje ro, y que refuerzan su transnacionalización.
fuerzas contraccionistas de la crisis, no se oculta a nadie y, paradójica
• Caída de los niveles de nutrición de las familias trabajadoras, por la
mente, es publicitado como uno de sus logros. Sin embargo, luego de
retracción del consumo alimentario, avance de las enfermedades en
siete años de aplicación de la política, no se logran controlar los efectos
el marco del crecimiento del déficit del sistema de salud pública, y aumento de los índices de mortalidad.
fenomenológicos de la crisis, ni mucho menos sus determinantes estruc turales. La prueba contundente la está dando el fracaso de los drásticos planes de choque para controlar la inflación, convertida en el estado natu
Como una respuesta objetiva de la terca realidad a las "teorías de la
ral de las economías, con su carga de miseria, y sin que se encuentren
dependencia", de derecha o radicales, los países que habían alcanzado un
salidas al problema de la deuda externa, el mayor canal de drenaje de la
mayor nivel de industrialización, de desarrollo de las fuerzas productivas
renta nacional. De una forma u otra, estas políticas anticrisis han sido aplicadas por
V de crecimiento capitalista, aparecen como los más golpeados por la cri
todos los países latinoamericanos, sea con gobiernos dictatoriales o con
les y menos resultados obtienen de ellas, los que más pauperizan a las
democráticos semicoloniales, y sus efectos sobre los sectores mayorita-
mayorías y más barreras estructurales encuentran a la salida del pantano económico.
rios de la población son ya evidentes:
sis; también son los que más drásticamente aplican las políticas neolibera
La crisis y las políticas puestas en marcha por la burguesía y el Estado • Incremento acelerado del ejército industrial de reserva, al cual se aña
para superarla, han profundizado las tendencias de la urbanización y sus
den los emigrantes campesinos, expulsados por la profundización de
contradicciones, generadas por el auge de la acumulación de capital, y están determinando el surgimiento de otras nuevas.
la crisis agraria, y el creciente desempleo abierto (quienes tenían em pleo y lo perdieron y los nuevos demandantes no absorbidos], gene
El proceso de descomposición de las formas precapitalistas de produc
rado por la recesión y las políticas anticrisis, cuya supervivencia de
ción agraria, iniciado en el auge, no se frenó, se profundizó con la crisis al
pende de la realización de actividades de subsistencia improductiva o
empeorar los términos del intercambio con la producción industrial, dismi
la lumpenización de cantidades crecientes de trabajadores.
nuir el excedente de los productores y aumentar los costos de los medios
• Reducción de los salarios reales de los trabajadores (en magnitudes
de producción, reducirse aún más el escaso gasto público orientado al
variables según el país: hasta un 70 por ciento en México, por ejem
campesinado parcelario y comunitario, contraerse el mercado interno y
plo), de su participación global en la renta nacional y de los ingresos
externo, y exacerbarse la competencia desigual con la agricultura y la
de los no asalariados, en el marco de una disminución brutal del
agroindustria controladas hegemónicamente por el capital transnacional.
pib
por habitante (gráficas 6 y 7); es decir, se trata de una pauperización profunda de los sectores populares. 78 • Emilio Pradilla Cobos
Ahora, se añaden al proceso las formas capitalistas atrasadas y su peonaje, mientras la reducción de la inversión en la agricultura comercial Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 79
y las áreas cultivadas, por la carencia de demanda solvente para sus pro
/ación (que no es descentralización) potencia los efectos de las tendencias
ductos, genera excedentes nuevos de fuerza de trabajo que inflan la super
desiguales, combinadas y contradictorias de la concentración y la disper
población relativa, potencian las fuerzas expulsoras e impulsan la migra
sión de las ciudades y acelera el proceso de homogenización-integración del
ción interna o internacional, principalmente a las ciudades. La tendencia a la concentración de la actividad económica y la pobla
lerritorio. La lógica de estructuración del sistema de soportes materiales en i ;sta nueva etapa de la acumulación y su crisis, retoma, objetiva y fenomeno-
ción en los grandes centros urbanos hegemónicos no se detiene. Sus rit
lúgicamente, la producción como motor y fuerza determinante y dominante.
mos de crecimiento siguen siendo mayores que los del resto de las ciuda
La gran agricultura capitalista de exportación o encadenada a la agroin-
des, alimentados por la migración, por la localización centralizada de los
dustria, la minería de materias primas industriales básicas, con la de ex
capitales y su gestión -dominados por el financiero especulativo-, la exa
portación al frente y sus procesos primarios y secundarios de exportación,
cerbación del consumo suntuario de los perceptores de plusvalía en con
la industria de bienes sofisticados de consumo durable o de productos de
diciones de rápida des valorización monetaria, y por las necesidades de
uso amplio y complejo como los electrónicos, el ensamblaje de partes y
subsistencia de las masas pauperizadas, Sus procesos expansivos forman nuevos sistemas urbanos tentacula-
productos terminales para la exportación en sus dos formas diferenciadas, las condiciones generales para estas producciones y su intercambio, el con
res, gigantescas telas de araña que integran a nuevas localidades peque
sumo sofisticado para las esferas alias de consumidores, así como el de la
ñas y medianas, reproducen a escala ampliada, en lo cuantitativo y cualita
naturaleza a través del turismo, asumen su papel protagónico en la orga nización territorial y urbana.
tivo, la concentración previa y homogenizan las ventajas y contradicciones de la aglomeración. Al mismo tiempo, surgen otros puntos de concentra
Las grandes aglomeraciones superan sus límites históricos, creciendo
ción en las llamadas "ciudades medias", como resultado de la penetración
en forma tentacular, anárquica y dispersa e integrando aldeas, pueblos y
de la maquila en sus dos generaciones, la cual busca niveles salariales más
centros medios localizados en su periferia. A las conocidas contradiccio
bajos (mediante la proletarización de campesinos y mujeres jóvenes], traba
nes del crecimiento urbano, se unen ahora las surgidas de la fragmenta
jadores que tengan menos tradición de organización defensiva, precios del
ción de las administraciones municipales y estatales, la cual genera un
suelo inferiores, localización más adecuada en relación con las fronteras o
^rado mayor de inaplicabilidad de la planeación urbana, cuyos escasos
los puertos y nudos de transporte, y apropiarse de los incentivos de todo
instrumentos operativos han sido debilitados por las políticas de austeri dad y de reordenamiento económico.
tipo otorgados por el Estado en el marco de las políticas de descentraliza
La expansión física de las ciudades, el incremento de la demanda de
ción y promoción de las exportaciones. El sistema de soportes materiales en su conjunto y el de ciudades en
suelo urbano y la reificación de la propiedad privada de éste en situación
particular, cambia su orientación. Su estructuración es nuevamente domi
de abierto control monopólico, han elevado las rentas en sus diferentes
nada por las fuerzas externas y tiende a organizarse hacia afuera, hacia las
iormas y agudizado la inaccesibilidad de la tierra para los inmigrantes y la
áreas de producción para la exportación, hacia la periferia del territorio
nueva población urbana resultante del crecimiento natural interno. El in
nacional, los nudos de transporte de exportación e importación y a las ciudades fronterizas y los puertos. En la otra cara de la moneda, las ventajas y subsidios otorgados al gran
cremento de las rentas ha intensificado la defensa de la propiedad privada y reducido los límites de la permisividad gubernamental, que en otras épo cas hizo posible la ocupación irregular y la formación de colonias autocons-
capital consumen una parte importante del disminuido gasto social y limitan
i ruidas. La consigna es ahora la prohibición y la represión de todo intento
la disponibilidad de fondos para atender las necesidades de los sectores ma-
de "paracaidismo" o invasión de tierras, lo que junto con la disminución de
yoritarios de la población. El sistema de condiciones generales de la producción
los ingresos, restringe la autoconstrucción con la cual se había producido más de la mitad de los soportes urbanos.
y el Intercambio, estructurado y desarrollado en función de esta nueva locali80 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 81
El subarrendamiento de cuartos redondos, ahora localizados en las anti
1 ,as nuevas formas de despliegue del capital inmobiliario y comercial
guas y nuevas colonias populares periféricas, se ha convertido en la alter
(hotelería, centros comerciales, edificios de oficinas) han roto la vieja es-
nativa y da lugar a un incremento de la densidad en ellas, y a tasas elevadas
iructura de la centralidad única y creado otras nuevas y dispersas, locali
de hacinamiento y promiscuidad. Es el redespliegue de las vecindades, in
zadas en función de determinaciones puramente mercantiles, uno de cu-
quilinatos, palomares, cuarterías y otras formas particulares.
vi m efectos derivados es la fragmentación, diferenciación y segregación de
Los costos de la integración del suelo a los sistemas de infraestructura
ln vida cotidiana de las diferentes clases y estratos sociales urbanos. Los
han crecido con la ilimitada expansión física dispersa, consumiendo un
«rondes y complejos sistemas viales, realizados en función del transporte
fondo de inversión estatal cada vez menor como efecto de la austeridad, lo
privado, producen y reproducen esos efectos y convierten a la ciudad en
que se ha resuelto con una mayor desigualdad cuantitativa y cualitativa en
Intransitable peatonalmente, restringiendo aún más la convivencia.
su distribución estructural y social. La tendencia a la privatización de la
I .as calles, compulsivamente disputadas por cientos de miles de desem
infraestructura v los servicios, o la racionalización capitalista de los que
pleados y subempleados, como soporte de sus actividades de subsistencia
quedan en manos del Estado, han hecho cada vez más difícil su acceso a
(ventas ambulantes y semifijas, servicios callejeros, cuidado, lavado y repa-
los sectores mayoritarios, propicia el crecimiento de los déficit y deteriora
rneión de coches, prostitución, mendicidad abierta o disfrazada, delincuen
las condiciones de vida de los ciudadanos. Todos tos problemas urbanos
cia callejera, etcétera) asemejan gigantescas ferias de desheredados, al
conocidos desde la década de los sesenta, aumentaron pero la desestatiza-
tiempo que los empresarios tratan, apoyándose en los gobiernos locales, de
ción impulsada por el neoliberalismo creó nuevas barreras estructurales a
mantener su control, su apropiación privada, de avanzar en la privatización
una solución acorde con los intereses de las mayorías. El auge de la industria automotriz y del automóvil particular en los
de condiciones creadas y hechas viables colectivamente.
setenta, el lento crecimiento del transporte público estatal o privado, y el
enriquecimiento rápido mediante la violencia (consustancial a la ideología
surgimiento espontáneo y desordenado de medios poco racionales como
de la iniciativa privada, tradicional en la formación de las burguesías), la
los microbuses, peseros o colectivos, han llevado hasta límites inimaginables
opresión social y política, se disputan también las calles de la ciudad, im
en el contexto del desarrollo tecnológico, la saturación de la vialidad, la
pidiendo su apropiación democrática y libre por los ciudadanos. Es la
La miseria, el hambre, la neurosis, la represión sexual objetivada, el
lentitud de los desplazamientos, el gasto inútil de capacidad productiva, el
crisis, manifiesta en todos los niveles, los instantes, los procesos, las co
desgaste de la fuerza de trabajo y el costo para los trabajadores. La contami
yunturas del asiento territorial dominante de la sociedad capitalista semienlonial.
nación del aire por los automotores, sumada a la de las industrias encerra das en la trama urbana, se ha elevado hasta niveles intolerables para la salud de los habitantes. Los ejemplos más dramáticos, aunque no los úni cos, son Ciudad de México, Santiago de Chile y Sao Paulo. La contaminación del agua por los desechos químicos y orgánicos, des
U MODERNIDAD DEL GRAN CAPITAL Y b‘L INCIERTO FUTURO DE LA CIUDAD LATINOAMERICANA
borda los límites urbanos, destruye extensas zonas agrícolas cercanas, se difunde a lo largo de los ríos y llega hasta el mar. El consumo irracional de
1.1 proyecto de reestructuración capitalista poscrisis del gran capital transna
la naturaleza, debido a que es fuente de rentas del suelo y sobreganancias
cional internacionalizado, internalizado por las burguesías locales y los ma
productivas para el capital inmobiliario, constructor, industrial o comercial,
illera y servidores de las extranjeras, convertido en dogma por los estados
y condición indispensable de subsistencia para los sectores populares, está
burgueses del norte y del sur, tiene componentes aterradoramente sim
poniendo en peligro la conservación de esta fuente fundamental de vida y
ples, magistralmente adecuados al reconocimiento o el encubrimiento
riqueza de las generaciones futuras de latinoamericanos (Pradilla, 1991).
ideológico. Los lemas neo-conservadores de libertad comercial, privatiza
82 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 83
ción, reconversión, modernización, sustituyen al de Libertad, Igualdad, Frater
i ii ni de la jornada de trabajo por el incremento de su productividad, pues
nidad coreado por los revolucionarios burgueses del siglo xvm; ahora como
rulos beneficios son apropiados por el capital como plusvalía adicional.
entonces, quienes cargan el peso de la subsistencia del capital y su reno vación, son los trabajadores. La privatización significa destrucción del sector capitalista de Estado;
I .a modernización significa incremento de las formas de subsistencia, ai’iid¡/,ación de la confrontación por el territorio como soporte obligado de ■
ii desarrollo, y más exclusión de los canales de distribución del salario in
entrega de la propiedad de las empresas al capital privado local y/o trans
di recio. Entraña también incremento de los factores determinantes de la
nacional, después de haber sido creadas y sostenidas con los recursos
vil ilencia urbana individualizada. Conduce al aumento de las necesidades y
públicos; sometimiento pleno de los bienes y servicios producidos a las
la:; demandas de medios de vida urbana, en proporción inversa a los medios
leyes de la explotación y la acumulación de capital, de la ganancia priva
en poder del capitalista colectivo ideal, el Estado, para obtener legitimidad
da; accesibilidad exclusiva reservada a la demanda solvente, cada vez
mediante la concesión a las clases dominantes; y, desde el otro lado de la
más reducida a una minoría ubicada en la cúspide de la estructura de
I larrera de clase, implica empeoramiento de las condiciones de la lucha rei-
clases; negación de las transferencias presupuéstales a la base mayori-
\ indicativa de las masas.
taria de los contribuyentes; supresión de las mediaciones políticas y
Incrementa estructuralmente las fuerzas de descomposición y expul-
sociales en la fijación de precios y tarifas; liquidación o debilitamiento
iilón del campesinado y el proletariado agrícola, reemplazados por má
de los organismos públicos que vehiculaban la solidaridad interna de
quinas, insumos y medios de circulación tecnológicamente avanzados,
los trabajadores, como la Seguridad Social y los Fondos de Vivienda
Inflando la superpoblación relativa y la masa emigrante. El incremento
para los Trabajadores.
n irrelativo de la productividad capitalista no se manifiesta en aumento de
En pocas palabras, se trata de la privatización y segregación capitalista
nalarios e ingresos, de bienes y servicios, reducción del tiempo de traba-
de las condiciones generales que constituyen las venas y arterias que
|o o mejoramiento de sus condiciones, pues está sometida a las leyes bur
transmiten la vida urbana; privatización del territorio, la naturaleza y la
guesas de distribución del producto social, cuya naturaleza conocemos de
ciudad, creados colectivamente en el proceso histórico; exclusión de las
MObra.
mayorías del acceso a las condiciones básicas de vida urbana y agudiza ción antagónica de las contradicciones expresadas en el territorio.
En suma, hablamos de mayor diferenciación en el consumo de bienes, iiervicios y objetos que constituyen la ciudad, agravamiento de la desigual
La modernización supone el desplazamiento masivo de trabajadores,
dad entre la minoría de perceptores de plusvalía, el grupo cada vez más
reemplazados por el trabajo muerto, cristalizado en los robots, las compu
restringido de trabajadores explotados absoluta y relativamente, que man
tadoras, las máquinas de control numérico, los sistemas flexibles de pro
tienen a los primeros y cargan con la subsistencia de la mayoría, y las
ducción; su imposición sobre el trabajo vivo convertido en su apéndice
masas desempleadas, excluidas hasta de la explotación misma.
esclavizado e impotente. En sociedades donde el desempleo, el subempleo y el pauperismo afec
La libertad comercial, restringida en la fase monopolista del desarrollo i apitalista a los grandes monopolios transnacionales externos o internali-
tan a más de la mitad de la población económicamente activa, la moderni zación significa expropiación acelerada de los medios de subsistencia a los
.ai los hegemónicamente en nuestros países, conlleva la desindustrializai •ion al liquidar en la competencia desigual a la atrasada y desprotegida
pocos que aún los obtienen mediante el sometimiento a la explotación asa
I k 'queña y mediana industria local. Por este camino, libera aún más fuerza
lariada. En las condiciones de pauperización extrema de los trabajadores,
1
la modernización no significa un mejoramiento de los bienes y servicios de
ii is, cada vez más sofisticados y frágiles, sobre la que se basa el manteni
1< • trabajo en la agricultura y la industria. La obsolescencia rápida de obje-
que dispone, pues se encuentra excluido de ellos por la desigual y concen
miento del ritmo de realización de las mercancías y el aumento de la masa
trada distribución de la producción social; tampoco redundará en reduc-
de ganancias, impone y generaliza el consumo de chatarra electrónica,
84 • Emilio Pradilla Cobos
Acumulación de capital y estructura territorial en América Latina • 85
textil, alimenticia, para una minoría, pero excluye a la mayoría del acceso
iiwis, que la economía (la producción, el cambio y la distribución] es la base
a los consumos básicos de subsistencia.
material sobre la que se levanta todo el edificio social. La crisis y la rees-
Es libre competencia para el capital, pero sometimiento del trabajador a
iructuración capitalista muestran claramente lo que hubiéramos podido y
los dictados del consumo inútil y exclusión del necesario. No se trata siquiera
debido comprender en el auge de la acumulación. Está también derrum
de una ampliación de la democracia burguesa, pues no existe "libre compe
bando las apariencias fenomenológicas sobre las que se construyeron
tencia" entre quienes controlan todo, incluido el poder de las armas, y quienes
iei >ri/,aciones "urbanas" donde el consumo, el estado como fetichización de
han sido expropiados de todo, hasta de sus condiciones de subsistencia. La reconversión, encasillada en la orientación a las exportaciones, tiene
la política, o la ideología aparecían como las estructuradoras y determinanii \'i del territorio y la ciudad.
múltiples implicaciones; es dominio del mercado externo de los países
Como siempre, la terca realidad derriba los mitos construidos por una
imperialistas, sobre el interno de satisfacción de las necesidades popula
investigación nacida para satisfacer los intereses de sus creadores y sus
res; es subabasto de alimentos y bienes necesarios en aras del beneficio
financistas, y no para comprender los procesos reales, ni mucho menos,
del comprador extranjero y la burguesía industrial y comercial exportado
l iam transformarlos. Es de lamentar que la sociedad pague un costo social
ra. Esta direccionalidad y las "ventajas relativas" otorgadas para alcanzarla,
demasiado alto por volver a poner patas abajo lo que el materialismo his-
significan la subordinación de las condiciones generales de reproducción
li trico había puesto en su lugar, y los neohegelianos habían puesto patas
de toda la formación social a los imperativos externos y sus agentes, domi
arriba otra vez, siguiendo a su maestro no reconocido.
nados por el capital transnacional, colocado por la historia del capitalismo en el sitio hegemónico y único capaz, por su control de la tecnología, las redes de intercambio, circulación y comunicación, los hilos del poder y el
Hlltl IOGRAFÍA
poder de las armas, de llevar a cabo este objetivo. Una tal reconversión subordina la naturaleza, el territorio, la ciudad, a una integración supranacional, a las estructuras territoriales hegemonizadas por los centros neurálgicos del poder económico y político mundial, negando o restringiendo la autodeterminación nacional, que es necesaria mente, también territorial. Mientras no exista el pleno empleo de la fuerza de trabajo, mientras no se reintegre a los trabajadores el salario real perdi do y éste no crezca más rápidamente que la productividad y los precios de los bienes, mientras no se oriente el crecimiento de la producción a la sa tisfacción de las necesidades fundamentales de la población de nuestros países, toda reconversión será expropiación de las masas. La reestructuración del gran capital, convierte a nuestros países de socie dades de sucursales y Males, en sociedades sucursales y filiales. La ciudad, el territorio, por este camino de reconversión avanza hacia una nueva forma de la barbarie, como la descrita por Orwell, en la fecha que él la ubicó: 1984. Hay, sin embargo, algo positivo en este proceso en lo que se refiere al conocimiento científico de la relación naturaleza-sociedad y del territorio que construye el capitalismo. Hoy todos sabemos, aunque no sepamos 86 • Emilio Pradilla Cobos
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ii
hI ideaciones significativas en sus estructuras territoriales, regionales y
in lianas, y en la naturaleza y magnitud de las contradicciones que ellas i presan, en particular, en las que afectan a los sectores mayoritarios de mi población trabajadora. Ello nos obliga a llevar a cabo una profunda re ligión teórica, que no puede ser resuelta mediante el método simplista de decretar, sin expediente ni juicio objetivo, la crisis del materialismo histól'lu i-dialéctico en general,25 y sus aplicaciones a la cuestión territorial y ur bana, su abandono vergonzante y su sustitución por las "nuevas" ideoloKímh burguesas hegemónicas, o por viejas "teorías" idealistas vestidas con nuevos ropajes. *l,a versión original fue publicada en Sociológica, año 5, núm. 12, enero-abril 1990, UniviTMÍdad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco, México. 1 La "crisis del marxismo", entendido como teoría y método para el análisis de las socieiliuIi-s capitalistas, sólo seria objetiva si éste hubiera perdido su capacidad para dar cuenta, M u llíante la investigación concreta, de los procesos reales (en nuestro caso, los "territoriales") V ni m contradicciones, desde el punto de vista de los intereses de las clases explotadas. En Mtc campo, a pesar de las enormes limitaciones subsistentes, la investigación que ha logrado imperar, al menos en parte, los mitos de la ideología burguesa, y dar explicaciones coherentes v 1 1 ii respondientes con la realidad, se ha apoyado, en una u otra forma, en el marxismo. I iHto es válido aún en el caso de la corriente eurocomunista, cuya importancia en el desarro llo ili'l campo de investigación nadie puede negar; por ello se justifica su crítica. La primera m u i i lición para lanzar el veredicto de "crisis" de esta teoría general, es analizar criticamente si ln uniría particular que ha "fracasado" se deriva realmente del materialismo histórico-dialéclinii, K i no es así, la crisis constatada será la de los teóricos incapaces de aplicar el marxismo M imic aspecto particular de la realidad social.
91
I ja realidad misma nos abre puertas de entrada a esta reflexión. La crisis económica de larga duración y las políticas para superarla y rees
' <>li
tructurar duraderamente el capitalismo en América Latina (y todo el mundo
Los procesos reales actualmente en curso en todos los países capita-
capitalista], han colocado nuevamente en el primer plano, como determi
Iimiuh ponen de relieve la ausencia de reflexión rigurosa, tanto en esta
nantes, a los procesos económicos en su relación dialéctica con el Estado
imrización como en nuestra crítica, sobre las observaciones hechas por
y la política. Al mismo tiempo, han puesto en evidencia una de las fallas
Marx en los borradores de El Capital, escritos hace más de 140 años, y que
esenciales de la teoría y la investigación sobre la denominada cuestión re
Im.V pueden servir de punto de partida para su interpretación:
gional y urbana, en sus dos vertientes opuestas fundamentales, la idealista burguesa y la materialista histórica en sus múltiples variantes: la importan cia secundaria concedida a esta relación, como consecuencia de la sobrevaloración de otros procesos políticos, sociales y culturales, analizados sin tener en cuenta sus relaciones con los procesos económicos de pro ducción, circulación, intercambio y distribución social y las políticas esta tales en estos ámbitos;26 es decir, el análisis de partes de la realidad, sin tener en cuenta su relación con la totalidad, ni las partes dominantes y determinantes en ella. Los hechos recientes han dado el golpe de gracia a la "teoría urbana" eurocomunista, construida en Europa en los años setenta por autores como Manuel Gastells, Jean Lojkine, Christian Topalov, Jordi Borja, Edmond Preteceille y colaboradores, a partir del estructuralismo como epistemología, la
I il más alto desarrollo del capital ocurre cuando las condiciones generales del proceso social de producción no se crean a partir de una deducción del rédito social, de los impuestos estatales [donde es el rédito y no el capital el que aparece como fondo de trabajo, y el obrero, aunque es un asalariado libre como cualquier otro, desde el punto de vista económico, está sin em bargo en otra relación], sino del capital en cuanto capital. Ello revela, por un lado, el grado en que el capital ha sometido a su dominio todas las condi ciones de la producción social, y por otro lado, consiguientemente, en qué medida está capitalizada la riqueza social reproductiva y se satisfacen to das las necesidades bajo la forma del intercambio; también las necesida des del individuo puestas como sociales, esto es, las que satisface y experi menta colectivamente, con otros -y cuyo modo de satisfacción es por su naturaleza, social, también éstas son no sólo satisfechas sino también pro ducidas a través del intercambio [Marx [1858] 1972: vol. 2, 22).
teoría del capitalismo monopolista de Estado en el ámbito de la economía, y la vía democrática, pacífica y parlamentaria al socialismo como línea política, en su combinación específica, que apareció para muchos como la única alterna
I I AVANCE DEL NEOLIBERALISMO
tiva sistemática y estructurada para analizar los procesos urbanos deter minados por el desarrollo capitalista en ese momento en los países "avan zados". Ya hemos sometido a la crítica, extensamente, sus bases teóricas concretas, sus conceptos y leyes fundamentales, su lógica interna y su
A finales de la década de los años sesenta, llegó a su fin en los países im perialistas, la onda larga expansiva de la economía capitalista mundial mi ríada después de la Segunda Guerra Mundial, y comienza la onda larga recesiva, en la cual se halla aún inmersa [Bortz, 1985, Mandel [1980] 1986;
26 El trabajo realizado por los investigadores marxistas sobre la relación economía-terri torio y, más precisamente, producción-ciudad, temas centrales para la teoría general, ha sido casi nulo; el énfasis se ha puesto en la problemática del consumo de “lo urbano”, las políticas urbanas del Estado, los movimientos sociales "urbanos" o la cultura urbana, sin tener en cuenta, en muchos casos, las relaciones de determinación de estos procesos por la base material. Quince años después de iniciada la crisis en la región y la aplicación de las políticas neoliberales, cuyos efectos territoriales son integrales y desastrosos, es excepcional que la investigación concreta o la teorización incluyan esos aspectos. Se ha usado con demasiada ligereza y simplismo, casi como exorcismo, el anatema del economismo para calificar a quie nes insistimos en partir de la relación que es, para el marxismo, la piedra clave de la teoría
de la sociedad.
92 • Emilio Pradilla Cobos
l’mclilla, 1989). La superación de la crisis de la acumulación capitalista, vista I ii ir la burguesía como el agotamiento del patrón de acumulación sustentado en el intervencionismo estatal [lo que los eurocomunistas identificaban a la emructura del Capitalismo Monopolista de Estado) teorizado por el Keynehianismo, abrió el camino al monetarismo, cuyas raíces se hunden en el nmrginalismo (Kalmanovitz, 1983: cap. VIII; Guillen Romo, 1984; Foxley, 1988; Gilly, 1988). Sus ideas básicas son: el retorno pleno a la economía de libre mercado¡ la reducción del intervencionismo estatal mediante la privatiLas políticas neoliberales y la cuestión territorial • 93
/ación de sus empresas y la desregulación; la reestructuración global de los
y /.ig zags, se impusieron entonces en regímenes considerados democráti
procesos de trabajo; la "modernización" de la producción y las demás es
cos en su forma semicolonial, como Colombia, México, Bolivia y más re cientemente, Venezuela y Argentina.
teras de la actividad económica; una nueva división internacional del tra bajo y la relocalización territorial de los procesos productivos a escala
La crisis y el avance de la ideología y las políticas neoliberales en Amé
planetaria; la liberalización del comercio internacional¡ y sobre todo, la reor
rica Latina, ignorados por la mayoría de los investigadores urbano-regio-
ganización de las relaciones de explotación de la fuerza de trabajo asalaria
nales del establecimiento y de la oposición democrática o de izquierda, han
da, para debilitar al movimiento obrero en beneficio del capital, y la reduc
¡ igudizado notoriamente las contradicciones territoriales y urbanas, gene
ción del salario real, tanto el directo, como el indirecto, entregado mediante
rado otras nuevas problemáticas, e impulsado tendencias de cambio en la
las condiciones generales de la reproducción de la fuerza de trabajo controla
organización territorial y urbana de la mayoría de los países del área. Por
das por el Estado (Pradilla, 1985: caps. II y III). Para imponer los cambios a la clase obrera, fortalecida durante la onda
ello, se imponen como terreno privilegiado de análisis y exigen un esfuerzo
larga expansiva de la posguerra, se requirió de una postura política del
que da cuenta de la naturaleza estructural de las crisis y su manifestación
Estado más autoritaria, más conservadora que las ideologías y prácticas de
i iclica corta y larga, y brinda las herramientas para analizar las contradiccio-
los estados liberales o socialdemócratas de la fase expansiva. En los países
i ii 's internas del régimen capitalista de producción, la naturaleza antagónica
imperialistas se desarrollaron rápidamente las ideologías y las políticas
ile las relaciones de explotación, y la necesidad periódica de "reestructurar"
denominadas neoliberales,27 con el impulso del gobierno norteamericano y los organismos financieros multinacionales como el Fondo Monetario In ternacional y el Banco Mundial, cuyas expresiones más "puras" fueron las aplicadas por el gobierno conservador en Inglaterra, el demócrata cristiano en Alemania, el liberal en Japón, y sobre todo, el republicano de Ronald Reagan y George Bush en Estados Unidos. En América Latina, el tránsito de la expansión a la recesión ocurrió desigualmente, en la medida que el flujo creciente de endeudamiento ex
redoblado de teorización. En la medida que la teoría marxista es la única
"modernizar" la economía y la política burguesas para resolver coyuntural-
1 1
ilíente estas contradicciones (no reconocidas por las variantes "teóricas" burguesas en ninguno de sus campos parcelarios), es imperativo replantear la leorización sobre la relación economía-territorio a partir del marxismo, pero criticando y superando, en el mismo movimiento, la "teoría urbana" n instruida por los eurocomunistas, y sus fuentes europeas y latinas, incapaces de dar explicaciones y respuestas a la situación actual.
terno y el boom petrolero permitieron a algunos países mantener la acumu lación de capital durante la década de los setenta (Bortz, 1985); pero a fina les de esa década y principios de los ochenta, la crisis se generalizó a toda la región. En germen en los planes de ajuste y estabilización aplicados a fi nes de los sesenta y principios de los setenta en algunos países, bajo la coordinación impuesta del
fmi
y el Banco Mundial, las políticas neoliberales
cristalizaron y empezaron a ganar hegemonía con los regímenes dictatoria les de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile en los setenta (Kalmanovitz, 1983; Fajnzylver, 1983: Lichtensztejn, 1984; Foxley, 1988), para hacerse domi nantes en los ochenta, a partir del estallido brutal de la crisis; con altibajos 27
Usamos la denominación popularizada de neoliberalismo, pero creemos que es incorrec ta, pues esta corriente carece del carácter democrático que caracterizó al liberalismo clásico y, en Latinoamérica, del componente nacionalista y antiimperialista; seria más correcto ha blar de neoconservatismo.
94 • Emilio Pradilla Cobos
I 'AUPERIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, URBANIZACIÓN i AGUDIZACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES TERRITORIALES
I piedra clave de las políticas neoliberales para "salir de la crisis", "moderiii.',ai’" y "reestructurar" el capitalismo desarrollado, o el semicolonial y de pendiente, es el incremento de la tasa de explotación de la fuerza de trabajo imtünriada, mediante la combinación de sus vías absoluta y relativa, a fin de ri ii n pensar o revertir la tendencia a la caída de la tasa de ganancia, cuyo n imitado es la pauperización, creciente en intensidad y extensión, de los ii abajadores. I
ia modernización de los procesos de producción, de circulación mer-
rainil y monetaria, de intercambio, y las condiciones generales de la repro Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 95
ducción de la formación social en su conjunto, con énfasis especial en las
la ausencia de encadenamiento con otros procesos productivos, da lugar a
condiciones generales de la producción, tiene como objetivo el aumento de la
i Ii 'Hcmpleo localizado, migraciones y deterioro general de las condiciones de
intensidad y la productividad del trabajo, para incrementar la plusvalía por
h insistencia en las aglomeraciones-enclave que las soportan.
la vía relativa, y su aspecto fundamental es la transformación de los proce
I
.a modernización de la agricultura, impulsada para reducir los costos
sos de trabajo. Los cambios tecnológicos en los medios de producción, los
i Ir los alimentos y materias primas exportadas, o las destinadas a la indus-
procesos de producción y los productos (sistemas flexibles de producción,
iria local y al consumo de los trabajadores para reducir también por esta
i'obotización, cibernetización, maquinaria de control numérico automatiza
' L i d valor de la fuerza de trabajo y aumentar la plusvalía relativa, implica:
do, diseño de productos y control de producción por computadora, etcéte
i*1 dcsmantelamiento, congelamiento o reversión de las leyes agrarias y los
ra) y la reorganización de los procesos de trabajo (sistemas kanban y just
n partos de tierras en aquellos países donde el campesinado había con
in time, círculos de calidad, etcétera), tienen por objeto sustituir el capital
quistado con su lucha alguna forma de Reforma Agraria (por ejemplo,
variable por el constante, el trabajo vivo por el cristalizado en las maquina
México y Colombia), por tibia y marginal que fuera; la reconcentración de
rias, el trabajo asalariado por el capital. El resultado es el incremento del desempleo generado por el despido
ili! trabajadores por máquinas o paquetes tecnológicos de producción; una
Id propiedad para alcanzar las economías de escala necesarias; el reemplazo
masivo de trabajadores de todas las ramas de actividad capitalista pública
mayor desigualdad en la competencia entre formas precapitalistas, capita
y privada, registrado por las estadísticas, y la reducción permanente del
linas atrasadas y capitalistas avanzadas de producción; y la descomposi-
trabajo necesario en cualquier expansión de la planta productiva, el comer
< li >i i más acelerada de las primeras. Los efectos territoriales han sido: acen-
cio y los servicios; se refuerza así la presencia, estructural e insuperable,
i nación de las desigualdades regionales determinadas por el desarrollo
de un ejército industrial de reserva permanente y creciente en los países
ililrroncial de las formas productivas agrarias territorializadas; pauperiza-
latinoamericanos. El pleno empleo, el libre mercado de la fuerza de trabajo
i Ii >i i global de los trabajadores rurales; degradación general de las condicio-
y los "equilibrios" entre oferta y demanda, publicitados como cualidades de
i
la nueva estructura económica, en países donde el desequilibrio del mer
llu|i >s migratorios campo-ciudad determinados por el crecimiento del desempln i rural y la pauperización.
cado laboral ha sido permanente a lo largo de la historia del capitalismo
ii
‘ii de vida en los pueblos y aldeas campesinas; y nuevo impulso a los
industrial, aparecen así como discursos puramente demagógicos. En las condiciones generales de la reproducción de la formación social (cgrfs),
rtlunaciones y contradicciones crecientes. En el marco de la recesión pro-
controladas por el Estado o el capital privado, la modernización implica, al
i Inri iva y la consecuente contracción del mercado interno, las empresas
AI interior de la misma burguesía, la modernización ha generado dife-
mismo tiempo: liberación masiva de fuerza de trabajo; elevación de los cos
pi'quenas y medianas (ep y m) carecen del capital suficiente para empren-
tos de los servicios públicos debido a la carga de la amortización del nuevo
ilri las cuantiosas inversiones en capital constante fijo y circulante nece
capital invertido, presiones crecientes para la rentabilización capitalista y
sarias a la modernización; sólo los grandes monopolios, particularmente
el "autofinanciamiento" (nivelación de las tasas de ganancia con los demás
lint Iransnacionales que controlan las fuentes locales e internacionales de
sectores de la economía) de las infraestructuras y servicios; mayor selec
rapnal, la investigación y desarrollo y la producción mundial de las tecno-
tividad de los usuarios y más barreras al acceso de los sectores populares;
h i)i,ias avanzadas de producción y producto, están en condiciones de llevar
y, consecuentemente, incremento del deterioro y los déficit cuantitativos y
ii t al
ii
i la modernización, nivelar su productividad con la de los países indus
cualitativos para los sectores mayoritarios pauperizados en campos y ciuda
trializados, adquirir competitividad en el mercado "libre" mundial, resistir la
des. La modernización de la extracción minera y la producción de energéti
11 ii
cos y agua potable, fijadas territorialmente por la localización de las fuentes de recursos naturales, generadoras de concentración urbana limitada por 96 • Emilio Pradilla Cobos
i ip< üencia de los productos extranjeros en el mercado interno y, gracias a
Iiim iiwis bajos niveles salariales en los países latinoamericanos, obtener soIMi r,¡ 1 1 iiincias monopólicas. Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 97
A la concentración y centralización técnica y social del capital produci da por la crisis y la quiebra masiva de
ep
y
m,
se ha añadido la generada
muí La austeridad salarial, que hace que el salario nominal crezca más I' lilamente que las tasas de inflación, no importa si éstas son altas o ba-
por la desigualdad en la modernización y la competencia exacerbada entre
i ' disminuyendo su poder de compra de bienes-salario; mantenida du-
empresas. En la época del capitalismo monopolista, la "libre competencia",
• míe largos periodos, esta política ha cercenado más de la mitad del sala-
i :| "libre mercado" interno e internacional y la "libre iniciativa" son demago
i in real de los trabajadores en la mayoría de los países del área. La
gia ideológica; sólo pueden interpretarse como "libre competencia y libre
d mi ilion contracción del mercado de bienes básicos, se traduce en un fac-
mercado entre monopolios". El resultado territorial es el reforzamiento y
inr recesivo para la industria del Departamento II de la producción de
reproducción a escala ampliada de la concentración urbana, en las grandes
i ni i
metrópolis tradicionales o en las "ciudades intermedias" de nueva indus
•
trialización, por la concentración cada vez mayor de los procesos producti
......... de la demanda de bienes de capital al Departamento I, muy poco
ii
'ii
de consumo, el aumento de la capacidad instalada ociosa, la quiebra i' u1 y
M
(destrucción del capital ineñciente según los neoliberales), la dis-
vos, los trabajadores y los circuitos de circulación e intercambio mercantil
i Ii wirrttllado en nuestros países, una mayor concentración del capital, desin-
y monetario, al tiempo que desaparecen los capitales no competitivos, en
1
1
in u ria I ización y desempleo. La expansión de la producción podrá realizarse
un proceso desigual de desindustrialización que afecta a las ciudades que
mi ilu en el Departamento III (bienes de consumo de lujo), poco elástico, o
carecen de ventajas relativas en las nuevas condiciones de la competencia
mi i liante la evacuación de excedentes de producción hacia el mercado in
internacional, y en menor medida a las grandes metrópolis, que son com
ternacional, restringido por la competencia, por la poca productividad, los
pensadas por la reconcentración monopólica.
nlii ni costos relativos y los ciclos de las economías imperialistas.
Sin embargo, la modernización trae consigo una contradicción futura,
I ’.l otro camino para la reducción del salario real, consiste en la reduc-
i ,a elevación de la composición orgánica del capital individual y el social
i Ii n i, por múltiples acciones, de la forma indirecta del salario. Ello se logra
(cuando se trata de capital, en las condiciones generales de la reproducción
.....liante la combinación de: a) la contracción del gasto público, más que
de la formación social), puede elevar transitoriamente la tasa de plusvalía,
fin iporcional en el caso del llamado gasto social en condiciones generales
pero generar como contratendencias, la sobreacumulación de capital y la
th' l/i n'/iroducción de la fuerza de trabajo, también considerado "excesivo"
sobreproducción de mercancías en el marco de un mercado interno fuerte
pi ir la burguesía; b) la elevación de los precios relativos de estos bienes y
mente contraído y un mercado internacional sometido a una competencia
mi
exacerbada e inestable. Al mismo tiempo, la significativa elevación de la
iwm n privadas que los suministran; c) la eliminación de subsidios y pre-
composición orgánica del capital refuerza la tendencia a largo plazo a la caída
i ii iii políticos o su transferencia de los sectores populares al capital por la
i \ ii'ios, para alcanzar la rentabilidad capitalista de las empresas públi-
de la tasa de ganancias, es decir, hacia nuevas explosiones recesivas. El
VIh de los precios diferenciales (transferencias de valor); d) la disminución
nuevo desempleo generado engrosa necesariamente las actividades de
Hlii relativa de las prestaciones sociales directas por la caída de los sala-
subsistencia en el comercio y los servicios urbanos (venta ambulante,
i'lnii e) la eliminación de las prestaciones extralegales conquistadas en el
prostitución, reparación callejera y artesanía, robo, tráfico de drogas, etcé
pintado por los trabajadores, con la anulación de los contratos colectivos
tera) donde se estabiliza y estanca el ejército industrial de reserva
en
ile imbajo, su retroceso, o la aprobación autoritaria de nuevas legislacio
niveles infrahumanos de consumo y reproducción, al tiempo que se repro
nes laborales que anulan o restringen el derecho de huelga, eliminan o
duce el particular funcionamiento cotidiano de las ciudades que hoy cono
I'mi i irían el derecho a la estabilidad laboral y disminuyen las prestaciones
cemos, muy alejado de cualquier "ideal" de modernidad.
li'l'ales.
(eir),
La reducción del salario real, camino fundamental para el incrementi i de la plusvalía por la vía absoluta, justificado por los neoliberales por un supuesto excesivo crecimiento salarial (invisible en lo real), toma dos cami 98 • Emilio Pradilla Cobos
I Islas "nuevas" leyes, que la burguesía proclama como el retorno al libre
mercado" de la fuerza de trabajo mediante la üexibilización de la re-
Im Ion laboral, incluyen en algunos casos el incremento de la jornada de Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 99
trabajo o su no acortamiento en función del incremento de la productivi dad del trabajo, es decir, el aumento de la explotación por la vía absoluta.
nlón en los grandes centros urbanos garantiza el acceso a las formas de Imlmjo y consumo de subsistencia. Esta concentración de población actúa
Las políticas estatales de autoconstrucción de vivienda e infraestruc
romo palanca de: la elevación de las rentas del suelo, particularmente las
turas, que han acompañado la acumulación industrial y la acelerada ur
almc ilutas o de monopolio, ingrediente básico de la penuria de vivienda; del
banización correlativa desde los sesenta, o su práctica impuesta por las
Minutante aumento de los costos de su producción, capitalista o precapita-
condiciones laborales, salariales y de funcionamiento del mercado del
Inna y las rentas de la vivienda en alquiler; del incremento de los déficit de
suelo y la producción privada de vivienda, son otro camino para el incre
n mdiciones generales de la reproducción y de los costos para producirlas;
mento de la plusvalía por sus dos vías históricas, al transferir al trabajo
i le la dispersión de la expansión física urbana, que eleva el costo y el tiem
familiar adicional no retribuido, una de las partes más importantes del
po de transporte, y es determinada por las condiciones inevitables de ilega
valor de la fuerza de trabajo, y generar en el largo plazo una disminución
lidad en la ocupación de suelo y la producción de viviendas de subsistencia de los sectores pauperizados.
real global de éste, gracias a la generalización de la vivienda propia auto construida (Pradilla, 1987: cap. IV). La pauperización creciente y constante de la población, expresión de una reducción histórico-moral del valor de la fuerza de trabajo mediante
I A PRIVATIZACIÓN DE LO PÚBLICO
situaciones sucesivas de sobreexplotación del trabajo asalariado por el capital, se evidencia en la mayor concentración del ingreso registrada en
( Uro de los ejes ideológicos y prácticos del neoliberalismo en América La
todos los países latinoamericanos en los años de crisis, así como en la
una, ha sido la drástica reducción de la intervención del Estado en la vida
caída constante de la participación relativa del trabajo asalariado en la ren
norial, particularmente en la economía, su "redimensionamiento", y el "re-
ta nacional, en beneficio de la parte apropiada por el capital, también regis
li u no a la economía de libre mercado", expresados en la reducción acele
trada en la región. La pauperización de la fuerza de trabajo es una de las
rada del sector paraestatal de la economía, la contracción del gasto público,
condiciones necesarias del proyecto neoliberal de modernización en su
mi il >re todo en el sector social (condiciones generales de la reproducción de la
aspecto de orientación hacia las exportaciones de la planta productiva o de
tuerza de trabajo), el avance de la participación directa o en asociación con
ensamblaje (maquila), pues la enorme diferencia salarial existente entre
i l l iHtado, del capital privado, nacional y extranjero, en la producción y
los países semiindustrializados productores y maquiladores, con los com
tíeniión de las condiciones generales de la reproducción de la formación social,
pradores o subcontratadores, da lugar a sobreganancias de monopolio que
ln rentabilización capitalista de aquellas actividades que se mantienen en pi nli i' del Estado, y la "desregulación" de la vida social.
justifican la relocalización de procesos productivos, intensivos en trabajo manual, en nuestros países bajo la forma de la maquila-, el efecto se ha
I ln los países "avanzados", el desarrollo de la intervención estatal en la
incrementado, acumulando la plusvalía relativa, mediante la moderniza
pri ulucción de las cgrfs, particularmente las de la producción, no tuvo que
ción constante del ensamblaje para lograr la combinación de una elevada
imperar la llegada de las teorías keynesianas; apenas concluida la primera
composición orgánica de capital, con tecnología avanzada y mano de obra
|*iv< ilución industrial, a mediados del siglo xix, las contradicciones y límites
muy barata, abundante, controlada y sin derechos laborales plenos o no
ile la producción privada de estos bienes y servicios esenciales a la acumu-
equivalentes a los de los países de destino de las mercancías (Pradilla y
Innún capitalista, llevó desigualmente a los Estados a la estatización y/o
Castro, 1990). La pauperización de los trabajadores es una de las explicaciones fun
ivuinilización y/o nacionalización211 de ramas completas como los ferrocarri-
damentales de las contradicciones urbanas y de las fuerzas concentracionistas que actúan sobre las migraciones poblacionales; sólo su concentra100 • Emilio Pradilla Cobos
"‘En sentido estricto, la nacionalización es el proceso por el cual una empresa controlada ln ii ni capital extranjero pasa a manos del capital nacional, público o privado; estatización sería H |mili) de una empresa de capital privado, nacional o extranjero, a propiedad del Estado.
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial * 1 0 1
les, las comunicaciones, la producción de energéticos y agua potable, la
inicio de las políticas estatales de vivienda (Engels [1845] 1974; Benévolo
dotación de vialidades urbanas, carreteras y puertos, o a su producción y
11963] 1979].
gestión directa. Como lo señala Marx en el texto citado anteriormente, el
Las crisis periódicas de la acumulación capitalista, particularmente en
íinanciamiento estatal de estas actividades, hechas en muchas casos a
Id primera mitad del siglo xx, impusieron al Estado la necesidad de inter
fondo perdido recayó sobre los hombros de toda la sociedad, sobre parte de
venir y lo impulsaron a asumir el control de empresas privadas en quiebra
la renta nacional obtenida por el Estado mediante la tributación del conjun
para salvar a sus propietarios capitalistas. Las empresas paraestatales lle
to de los productores; se trataba de la socialización de los costos generales
naron los vacíos neurálgicos dejados por las privadas en las cadenas de
de la acumulación privada (Pradilla, 1984: cap. II]. Las determinaciones estructurales de estas acciones fueron: a] la mag
producción, circulación, intercambio y financiamiento, o realizaron las r.randes inversiones necesarias al desarrollo tecnológico para las sucesi "modernizaciones" del aparato productivo. Las guerras interimperia-
nitud elevada de las inversiones necesarias, para un capital aún poco de
vas
sarrollado; b) la baja rentabilidad de la producción y el intercambio en
hmas y coloniales del siglo xx, por el control de los mercados mundiales
condiciones de un lento crecimiento del mercado de estos bienes y servi
de materias primas y productos, impusieron la penetración estatal en sec
cios, y la presencia de sectores obreros de bajos ingresos relativos, como
tores esenciales a la lucha por la hegemonía en el capitalismo. El papel
sus consumidores mayoritarios; c) las contradicciones surgidas de la com
creciente del Estado en la economía, se derivó de las necesidades y con-
petencia entre las empresas productoras privadas, los altos costos de pro
iradicciones del capital privado mismo, el cual juzgó que podían ser asu
ducción derivados de la dispersión de los productores y los consumidores,
midas y resueltas por su expresión colectiva, sirviendo como medio de
las quiebras de empresas productoras y sus efectos negativos sobre la
reversión o, al menos, moderación de las crisis de la acumulación o los
acumulación en su conjunto; d) el carácter estructuralmente monopólico
enfrentamientos interburgueses.
de su producción, circulación e intercambio, determinado por la necesa
En los países semicoloniales latinoamericanos, a estas mismas deter
ria unidad de los sistemas de producción y distribución y del territorio ne
minaciones objetivas se añadieron luego las contradicciones generadas
cesario para la producción de sus soportes materiales; y e) la incompatibili
por: a] el control monopólico del capital extranjero imperialista sobre ra
dad técnica de los sistemas producidos por la "libre iniciativa" de los
mas estratégicas de la acumulación o de las condiciones generales de la
diferentes agentes empresariales y la correlativa anarquía en la producción.
producción y el intercambio, o la reproducción de la fuerza de trabajo, que
En el ámbito de los servicios sociales, se sumaron otras determinantes: a)
entorpecían el desarrollo del capital local y lesionaban la soberanía nacio-
la creciente necesidad capitalista de racionalizar y socializar una parte de los
nal: ferrocarriles, petróleo, energía eléctrica, medios de comunicación,
costos de reproducción de la fuerza de trabajo, particularmente el de aque
etcétera; b] la necesidad de crear aceleradamente las condiciones genera
llos bienes y servicios que requieren sistemas complejos e integrados para
les internas de la acumulación industrial, e integrar el mercado interno,- y
su producción y circulación; b) la lucha de los trabajadores por mejorar las
r) en medio de procesos acelerados de urbanización, la urgencia de garan-
condiciones de venta y reproducción de su fuerza de trabajo (educación,
ii/,ar mediante precios subsidiados, políticos, un mínimo de bienes de
seguridad social y sistemas de vivienda); y c] los graves procesos de con
subsistencia a los trabajadores en activo o en reserva. La búsqueda de una
taminación ambiental y de salud, generados por la industria en la fábrica y
integración de las cadenas productivas, mínima y limitada pero necesaria,
en el hábitat de los obreros en las condiciones de explotación salvaje de los
v más tarde, llegada la fase de estancamiento o recesión de la economía, la
orígenes de la acumulación industrial y las fases de crisis, que llegaron a
necesidad de salvar de la quiebra a los capitalistas en dificultades mediante
afectar, sin distingos de clase, a toda la población urbana y, por ello, lleva
la expropiación con indemnización, llevaron a la formación de importantes
ron al higienismo burgués de mediados del siglo xix, precursor del ecologis-
Héctores capitalistas de Estado, pero muy desiguales según los países
mo, a la reglamentación urbanística, la creación de servicios públicos y el
(oi.ad, 1979). La creación de un sector público importante constituyó una
10/ • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 103
condición esencial de la acumulación dependiente y subordinada del capi
(desempieados y subempleados); en estos casos, no hay lógica alguna que
tal privado nacional y extranjero en la región.
lusti fique ni la necesidad ni la razón de la obtención de ganancias, pues lo
En términos generales, la "no rentabilidad" capitalista, la "inefíciencia" y otros "problemas" de las empresas estatales, se derivaban precisamente
invertido es renta, no capital, que pertenece a los trabajadores, administra da por el Estado debido a las condiciones del régimen político.
de las necesidades, las condiciones de operación y las contradicciones que
Por otra parte, de una forma u otra, las empresas paraestatales sumi
llevaron al Estado capitalista a su nacionalización o estatización, o de los
nistran bienes y servicios al Estado mismo, sus aparatos políticos, represi-
vicios endémicos de la expresión política colectiva del capital (Theret y
v< is, judiciales e ideológicos, indispensables al mantenimiento de la legiti-
Wieviorka [1978] 1980; Pradilla, 1984). Cuando eran el resultado del con
midad o la coerción del Estado y, por tanto, a la dominación de clase y a la
trol estatal de empresas privadas en quiebra, arrastraron durante años o
reproducción del sistema capitalista en su conjunto; estos gastos generales
décadas los pasivos financieros, las irracionalidades y atrasos tecnológicos
del capital son cubiertos a fondo perdido por la burguesía, y no es necesa
y operativos legados por sus antiguos propietarios privados. La elevada
ria su rentabilidad.
composición orgánica del capital y la gran magnitud de la inversión que ca
En general, el Estado, sus organismos y empresas constituían (o cóns
racterizan a muchas de las ramas en que se concentraba la actividad em
ul uyen, según el caso) el cliente mayoritario de la producción privada de
presarial del Estado, llevaban a una muy lenta recuperación de la inversión
bienes y servicios,- una parte sustancial del consumo posibilitado por el
y a tasas de ganancia inferiores a las prevalecientes en otras ramas. Como
gasto público ingresa al ciclo del capital privado al realizar sus mercan
apoyos y promotores de la acumulación privada en su conjunto, las empre
cías. La acumulación capitalista en la industria de la construcción en su
sas paraestatales realizaban permanentes y cuantiosas transíerencias de
conjunto, empezando por la producción de materiales de construcción y
valor a las privadas, mediante la entrega a éstas de bienes y servicios a
maquinaria, el sector de Obras Públicas y los grandes monopolios que lo
precios inferiores al precio de producción o, aun, al costo de producción, o
encabezan, dependía [y depende aún, aunque en menor escala) de la mag
gratuitamente (k gr. vialidades y carreteras), es decir, con tasas de ganancia
uí lud del gasto estatal en grandes obras públicas, y de sus políticas habita-
menores a la media o negativas. Financiadas con fondos públicos prove
eionales. En estas relaciones, el consumo productivo o improductivo esta-
nientes de impuestos, no reembolsables ni perceptores de intereses, las
lal
paraestatales no estaban objetivamente obligadas a obtener una tasa de
circuitos del capital, y era (y sigue siendo) un apoyo esencial de la acumu
ganancia igual a la del sector privado, financiado con capitales provenien
lación privada de capitales.
tes del mercado financiero.
alimentaba
permanentemente
la
realización
de
mercancías
y
los
La corrupción de los administradores públicos y la burocracia sindical
Las empresas de servicios públicos cumplían (o cumplen, según el
eorporativizada al Estado o subordinada al capital, consustancial a la historia
caso), objetivamente el papel de intermediarios del capital en la entrega a
i leí capitalismo desarrollado o atrasado, y latinoamericano, en la que partici-
los trabajadores de una parte del salario real total, la indirecta o diferida,
I >a el capital privado como promotor, cómplice y beneficiario, la ausencia de
con base en los adelantos de capital variable hechos por la burguesía al
un sistema de sanción social objetiva, económica, a sus ineficiencias y
listado para tal fin, bajo la forma de impuestos o "aportes" a las institucio
errores, y el papel político que se les asigna como agentes de la legitimidad
nes de seguridad social y de vivienda, o a las cotizaciones directas de los
del régimen, han sido subjetividades omnipresentes en la ineficiencia y el
ira bajadores. Así se logra racionalidad, economías de escala y menores
mal funcionamiento objetivo de las empresas públicas, particularmente en
costos por trabajador, que reducen la magnitud de los adelantos de capital
las que actúan como "servicios públicos".
hechos por la burguesía y, por tanto, de los salarios, aumentando sus ga
¿Por qué reclamó [y sigue reclamando) el capital privado nacional y
nancias. Homólogamente, proveen una parte, bastante limitada, de las
multinacional la privatización acelerada de las empresas paraestatales?
condiciones mínimas de reproducción de la fuerza de trabajo en reserva
I ,as razones económicas, políticas e ideológicas son múltiples. El Estado,
104 • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 105
basándose en los fondos públicos, ha llevado a cabo las grandes inversio
expropiado de las conquistas laborales logradas por sus antecesores en dé
nes necesarias a su implantación, ha asumido los riesgos y los costos de
cadas o centurias de lucha y sacrificio: condiciones de trabajo, de organiza-
ellas y de su "maduración", ha logrado mantener y rescatar las empresas
cu ni sindical, salariales y de prestaciones sociales. Un estupendo negocio.
privadas quebradas, ha organizado un mercado interno o internacional
Ideológicamente, cuando el capitalismo llega a un momento crítico en
para los bienes y servicios que produce, ha creado las condiciones de fun
mis contradicciones, puede asignarle al Estado, del cual aparentemente
cionamiento monopólico que les son propias; en una palabra, sin riesgos
i'iitá divorciado aunque sea su expresión colectiva y su instrumento, la
para el capital privado, ha creado las condiciones de su rentabilidad pre
responsabilidad de su crisis y, como ave Fénix, tratar de renacer de sus
sente y/o futura, cuando sean eliminadas las sobredeterminaciones de su
cenizas. Identificando en forma espuria al Estado y al nacionalismo. Así, el
carácter público-, el capital privado considera que ha alcanzado la suficien
capital nacional y extranjero pueden desmantelar las barreras ideológicas
te madurez y poder para retomar en sus manos, a un costo sustancialmen
v legales al proceso de transnacionalización de las economías latinoameri-
te bajo, estas empresas y cosechar privadamente los dividendos gestados públicamente, que ha llegado el momento de privatizar lo creado y mante
i anas y, con esta base objetiva, reforzar las condiciones de su dominación política, desigualmente compartida.
nido socialmente. Este es el sentido prospectivo y premonitorio de la frase
Con el apoyo de la teoría monetarista, el capital convirtió al gasto pú
de Marx arriba citada, escrita hace 140 años.
blico y al déficit fiscal, uno de los factores, en el responsable fundamental de
Políticamente, la burguesía quería (y quiere aún) imponer su dominio
Ii is procesos inflacionarios y, "por tanto", de la caída de los salarios reales
directo sobre un sector de la clase trabajadora que, independientemente de
He la población, ocultando las determinaciones estructurales de los proce-
las condiciones históricas en las que lo haya logrado, o por ellas mismas,
n( is de estanflación y el papel de las políticas burguesas y estatales de aus-
había alcanzado un alto grado de concentración y centralización organizativa
leridad salarial en la disminución histórica del valor de la fuerza de trabajo
y de poder, control e influencia sobre el resto del movimiento obrero, en lo
v el incremento de las tasas de explotación.
laboral y lo político, y tenía relaciones estrechas con la tecnoburocracia es
La reducción del gasto público, otro pilar de la política neoliberal, ha
tatal, por lo que representaba un enemigo demasiado fuerte para los capi
nido (y es) un mecanismo de reducción del salario real en su componente
talistas. En los países donde el movimiento obrero al servicio del Estado se
indirecto y diferido, en la medida que afecta fundamentalmente al denomi
había desarrollado en la relación con gobiernos socialdemócratas, bona-
nado gasto social, es decir, al destinado a la producción y gestión de las
partistas progresivos o socializantes (llamados "populistas" por la burgue
t undiciones generales de la reproducción de la fuerza de trabajo, cubierto por la
sía conservadora), como Argentina o México, la sensación de peligro se
patronal mediante adelantos de capital variable a fondo perdido. Al mismo
acentuaba. La privatización de las empresas públicas fragmenta la unidad sindical
neinpo, permite reorientar el gasto restante hacia las "inversiones producnvas", las que serían rentables en términos capitalistas, que sirven a la
de los trabajadores al servicio del Estado y las grandes corporaciones in
acumulación de capital y transfieren valor de las empresas estatales a las
dustriales paraestatales, dispersa a los trabajadores, los aísla y mengua su
privadas: las condiciones generales de la producción y el intercambio. Esta
poder de negociación laboral y política. Si, como es la tendencia dominan
reducción permite, al mismo tiempo, la disminución de las transferencias
te, la privatización pasa por la anulación de los contratos colectivos de
de capital de la patronal al Estado por la vía de los impuestos, que se ma-
trabajo, la destrucción de los sindicatos y el despido de todos o una parte
lerializa en las reformas tributarias regresivas propuestas y aplicadas, de
de los trabajadores, en un mercado de trabajo superavitario, el capital re
disminución o supresión de los impuestos al patrimonio empresarial o a las
cibe los activos fijos de la empresa, su mercado (en la mayoría de los casos,
financias capitalistas, y su sustitución por impuestos indirectos que recaen
controlado monopólicamente), y puede reconstituir una fuerza de trabajo
en forma inmediata sobre las rentas del trabajo. Las
joven, sin antigüedad, desorganizada, sin tradición de lucha, a la cual se ha
i n isas de esta política sobre las condiciones urbanas de vida de los traba
106 • Emilio Pradilla Cobos
implicaciones
desas-
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 107
jadores en activo o reserva (vivienda, infraestructuras y servicios socialcH:
"modernización" del aparato productivo, comercial y bancario para
educación, salud, recreación, etcétera] son ya lugares comunes, aún en el
"aumentar la productividad", enfrentar la "libre competencia" y el
discurso de los gobiernos y los organismos multilaterales; se la justifica,
"desafío de la libertad de comercio", exigen un acelerado proceso de
sin embargo, como un costo "no deseado" pero inevitable del ajuste. III
construcción y renovación de éstas.
Estado “adelgaza” gracias a la dieta forzada de los trabajadores, cada vez w/in
/>) AJ transferir al sector privado, parcial o totalmente, estas actividades,
pauperizados. El proceso de privatización de paraestatales y contracción del Estado, ha
los aumentos consiguientes de la composición orgánica del capital, cuyos efectos sobre la tendencia a la caída de la tasa media de ganancia y
sido asumido como consigna central de la cruzada de la burguesía latinoami!
sobre los capitales individuales era mediatizada por los fondos públi
ricana, la transnacional territorializada en nuestros países, sus expresiones
cos y sus transferencias, recaerá ahora directamente sobre los capi
políticas, y los organismos multinacionales que controlan los circuitos finan
tales individuales.
cieros internacionales. Llama la atención que las acciones reales en eslr
(:) La privatización de las condiciones generales de reproducción de la fuer
campo, realizadas en nuestros países (Chile, Uruguay, Brasil, Argentina,
za de trabajo, su sometimiento a las condiciones de rentabilidad priva
Perú, Venezuela, Colombia y México], han sido mucho más amplias, profim
da, la eliminación de los subsidios estatales, elevará necesariamente
das y aceleradas que las aplicadas en los países imperialistas donde se ge
sus precios de mercado y generará una presión por los aumentos
neró y puso en marcha la ideología neoliberal. Las explicaciones habría que
salariales correspondientes. Al mismo tiempo, disminuirán las eco
encontrarlas en: la diversa naturaleza de sus regímenes políticos, bastante
nomías de escala logradas por la centralización estatal de las cgrft y
más democráticos en los países centrales; la distinta correlación de fuer
la solidaridad forzosa entre los trabajadores adscritos a los sistemas
zas entre las clases sociales, siendo más débiles en América Latina lan
de seguridad social, haciendo elevar sus costos y precios. Si estas
clases subalternas; el poder y organización del movimiento sindical en Ion
presiones de los trabajadores no encuentran respuestas del capital,
viejos países capitalistas; la debilidad y desarticulación de nuestras estrile
continuará la caída de los niveles de reproducción iniciada con la
turas económicas; la profunda desigualdad de las crisis, más agudas en Ion
crisis y la austeridad, la cual tiene límites objetivos que superados, se
países atrasados; las condiciones estructurales de dependencia de América
vuelven barreras insalvables al aumento de la productividad y la in
Latina; y el yugo hipotecario de la deuda externa latinoamericana, que per
tensidad del trabajo y, por tanto, al aumento de la plusvalía relativa.
mite efectivas presiones del capital financiero mundial, e impone y facilita
) El control estatal de diversas y significativas empresas permitía (aun
respuestas aceleradas de las burguesías y los gobiernos locales. Sin embargo, en el mediano y largo plazo, las implicaciones de esta
que no se llevara a cabo], la aplicación de una lógica de localización territorial y urbana que caminara en el sentido de la eliminación de
política, en lo económico y lo territorial, no garantizan un futuro tranquilo
las llamadas deseconomías de aglomeración (costos sociales de las ex
y sin sobresaltos para el capital nacional y transnacional; resurgen contra
presiones territoriales de la anarquía en la producción social], o de la
dicciones objetivas que la acción estatal había aminorado y aparecen otra»
relocalización de las ventajas de aglomeración (dotación privilegiada
tendencias "malsanas" nuevas.
de infraestructura y servicios para la producción, o efectos "polarizadores" de las implantaciones de grandes empresas productivas esta
a] El Estado no garantizaría ya aquellas condiciones generales de la pro
tales], tendientes a la redistribución territorial de la actividad econó
ducción y el cambio que no sean asumidas rentablemente por el capí
mica y la población; con la privatización, la lógica de localización se
tal privado (lo que en el pasado determinó su estatización], abriendo
transfiere a los capitalistas individuales y las fuerzas del mercado (en
nuevamente el camino al surgimiento de vacíos y estrangulamienton
condiciones monopólicas], que históricamente sólo han producido,
en las cadenas o sistemas de dotación, en un momento en que la
precisamente, estas "deseconomías" y desigualdades.
108 • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 109
La reconversión económica
diferenciales de valor de la fuerza de trabajo -expresadas en el salario
Y LA REORGANIZACIÓN TERRITORIAL
real con relación al de los países importadores, y su constante caída en lerminos reales como efecto de las políticas neoliberales de austeridad
La reconversión económica neoliberal incluyó varios procesos íntimamente
nalai’ial, el enorme excedente de fuerza de trabajo en el mercado laboral, la
relacionados con la lógica de estructuración territorial y urbana: la orientación
más larga jornada de trabajo, las menores prestaciones sociales, la poca
hacia las exportaciones; la liberación del comercio internacional; y la moder
Miidicalización, y las constantes y violentas devaluaciones de nuestras
nización de los procesos de producción, intercambio mercantil y monetario y
monedas frente a las de los importadores, que lo degradan aún más en
de las
lerminos relativos. El resultado para los capitales externos maquiladores o
cgrfs.
Todos ellos forman parte de un proceso más global de transna
cionalización o internacionalización del capital, en el marco de una nueva divi sión internacional de los procesos de trabajo, o simplemente, del trabajo.
Ii
ih
locales exportadores son elevadas tasas de sobreganancia.
La maquila o ensamblaje intensivo en fuerza de trabajo, de piezas e
Uno de los determinantes de la onda larga recesiva de la economía
msumos provenientes en su casi totalidad de las casas matrices en los
mundial iniciada en los setenta, fue la exacerbación de la competencia co
países imperialistas, para el armado de partes de diferente importancia o
mercial entre los países imperialistas, en el marco de tendencias claras
productos finales destinados en su totalidad al mercado extranjero, se ha
hacia la sobreacumulación de capital en las ramas más dinámicas de la
desarrollado ampliamente en México (por su "ventajosa" posición geográ
producción: automotriz, aeroespacial, petroquímica, electrónica y ciberné
fica en relación con Estados Unidos y los países de la Cuenca del Pacifico];
tica, al tiempo que se desarrollaba una dura confrontación, hasta ahora
.maque desigualmente, también se expande en otros países. La fuerza de
pacífica, por la hegemonía económica y política en el mundo capitalista,
irabajo de la maquila, en su mayoría, es remunerada con el mínimo sala
entre Estados Unidos y sus satélites, Europa Occidental, y el Japón y sus
rial,
carece de estabilidad laboral por la alta rotación de la mano de obra
satélites asiáticos. Latinoamérica forma parte de este campo de batalla, en
para evadir el pago de prestaciones sociales, hay casi nula sindicalización,
algunos casos con un papel muy significativo (México, Argentina y Brasil],
es una mano de obra juvenil mayoritariamente femenina, con altas tasas
que incluye y genera una competencia entre los países de la región por la
de desempleo en la población masculina o que ha superado la edad de
vinculación privilegiada a la reestructuración en marcha.
máxima productividad, no tiene seguridad social, realiza extenuantes jor
La orientación hacia las exportaciones fue postulada como solución al
nadas de trabajo en las líneas de montaje prolongadas con horas extras y
estancamiento productivo interno, la evacuación de los excedentes de pro
dobles jornadas; estas son las condiciones de explotación vigentes en la
ducción surgidos a raíz de la caída del mercado interno, la obtención de re
maquila (Pradilla y Castro, 1990],
cursos para el pago de la deuda externa, la alimentación de la acumulación
Los centros urbanos privilegiados con la implantación de plantas ma
y la solución del desequilibrio estructural de la balanza comercial y la de pagos
quiladoras son, en México, las ciudades y pueblos campesinos fronterizos
(Guillén, 1984: cap. 2], en medio de la persistente recesión y las fuertes ten
v los puertos, donde imperan todas las carencias, déficit y penurias imagi
dencias inflacionarias. Esta orientación se ha desarrollado con tres diferen
nables de condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo (vivienda,
tes bases productivas: la industria maquiladora de exportación o ensamblaje,
educación, salud, energía eléctrica, agua potable, drenajes, vialidad] ante la
la reorientación de la producción de las empresas locales antes orientadas
imposibilidad de acceder a las producidas por el capital privado, y la ausen
al mercado interno, y el reforzamiento del papel exportador del sector agro
cia de políticas estatales de dotación equiparables con las necesidades que
pecuario y el minero-extractivo y de primer procesamiento.
iie acumulan debido a las explosivas tasas de crecimiento urbano alimen-
En estos tres casos, independientemente de su "modernización", la
ladas por las migraciones.
competitividad en el mercado mundial se deriva fundamentalmente de las
Las empresas japonesas, europeas o norteamericanas que relocalizan
altísimas tasas de explotación de la mano de obra local, expresadas en los
I (arte de sus procesos productivos en América Latina, se benefician tam
1 1 0 * Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial * 1 1 1
bién de la gratuidad o el bajo costo de las infraestructuras (vialidad, trans
.... .. el mercado a partir de la liberación parcial o total de las importa-
portes, comunicaciones], los servicios y, sobre todo, las materias primas y
1
auxiliares como los energéticos, la electricidad y el agua, que en muchos
iones y su desgravación, condujeron a la quiebra de numerosas empre-
> • 1 1 1
pequeñas y medianas, incapacitadas para modernizarse y mantenerse
casos son el resultado de millonarias inversiones hechas por el Estado
en ln libre competencia entre monopolios. Estos últimos, particularmente
para promover la instalación de las maquiladoras. Esta inversión absorbe
Ii ni transnacionales, son los únicos en condiciones de reproducir el patrón
lo fundamental del gasto público, en desmedro del gasto social. Exencio
1
portador, elevando el grado de concentración y centralización monopó-
nes arancelarias, aduanales y fiscales, y créditos subsidiados preferencia
lir/i del capital y la hegemonía del extranjero; para su ingreso a nuestros
les completan los beneficios de los "paraísos maquiladores" para las trans
países, buscado casi fanáticamente por la tecno-burocracia estatal, se su
nacionales. Por su naturaleza, la maquila y su territorio están totalmente
primen o modifican legislaciones, se hacen concesiones fiscales, laborales,
desarticulados de la estructura productiva y los mercados locales de ma
ndi lanales y arancelarias, y se crean Condiciones Generales, consumiendo
terias primas y productos, y carecen de efectos multiplicadores sobre
en ello lo que queda del gasto público recortado. Sin embargo, las exporta-
ellos, limitándose a multiplicar los sectores bancarios y de servicios. Más que integrar la economía y el territorio nacional, lo desintegran, fragmen
' iones no logran compensar y superar la caída de la producción para el mercado interno.
tan, articulando sus porciones a las de los países imperialistas de origen y
I .a adecuación de la producción agraria a la competencia en el mercado
destino de los capitales y mercancías. El beneficio casi exclusivo de núes
mundial, supone un desarrollo desigual de su sector capitalista, en térmi-
tros países, son los salarios miserables pagados a los operarios.
i
ii
m de la localización territorial de los productos para los que existe de-
Lograr la competitividad en el mercado mundial de la producción ma
mmida internacional y de las regiones adecuadas natural e infraestructu-
nufacturera orientada antes al interno, caracterizada por su atraso tecno
rilímente a estas producciones específicas. La mecanización, el cambio
lógico, su mano de obra poco calificada y peor pagada (explicación funda
leenológico, la concentración de la propiedad para formar unidades con
mental del atraso tecnológico], la baja productividad, una mala calidad de
encalas técnicas adecuadas y altos niveles de productividad, significan la
los productos y elevados precios en un mercado antes protegido de la
ex | iropiación de tierras a los campesinos parcelarios y la expulsión de traba-
competencia externa y controlado monopólicamente, supone una moder
|ai lores agrarios, es decir, aceleración del proceso de urbanización. Desabasto
nización acelerada; su primer y más evidente resultado es el despido ma
del mercado interno, dependencia creciente de la importación de alimen-
sivo de trabajadores y el incremento del ya gigantesco ejército industrial de
Ioh, aun de los que simultáneamente se exportan y altos precios internos,
reserva cuya subsistencia depende de la realización de actividades muy
non subproductos de la orientación exportadora del sector agropecuario.
poco productivas, peor remuneradas, antisociales y degradantes. El cam
El turismo es otro de los sectores privilegiados por el proyecto expor-
bio tecnológico en los procesos de producción reemplaza capital variable
liulor, sobre todo en México, por su cercanía a Estados Unidos y sus gran
por constante, trabajadores por máquinas, y empuja a la importación de
des
bienes de capital e intermedios (medios de producción] contrarrestando en
nmliimillonarias en infraestructuras urbanas, aeroportuarias, carreteras y
recursos patrimoniales, históricos y naturales. Inversiones públicas
parte el crecimiento de las exportaciones y sus efectos sobre la balanza
marítimas, sirven de soporte a la inversión de capital inmobiliario y comer
comercial. La orientación hacia las exportaciones respondió a, y reprodujo la caí
cial
da del mercado interno como efecto de la pauperización acelerada de la
mo y aéreo; sus usuarios son los turistas extranjeros y los de la cúspide
población, que unida a la entrada masiva de productos de consumo de alta
de
tecnología y bajos precios provenientes del extranjero (o de la producción
las divisas introducidas, son repatriadas por las transnacionales; sumadas
maquilada reexportada], en muchos casos simple chatarra industrial, que
al turismo suntuario de egreso, por lo que la balanza comercial del sector
112 • Emilio Pradilla Cobos
en hoteleríay servicios conexos, mayoritariamente controlados por las
iransnacionales hoteleras, restauranteras, de viajes y de transporte maríti la escala de distribución nacional del ingreso. Una parte sustancial de
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial * 1 1 3
tiende a mantenerse deficitaria, haciendo injustificable la gigantesca inver
l’cro no se revierte sustancialmente la tendencia a la concentración territo
sión. Convertidos en focos de atracción para el ejercicio de actividades de
rial en las viejas aglomeraciones primaciales, en la medida que los proce-
subsistencia de muy bajo ingreso (comercio callejero) o asociales (prostitu
kos económicos aceleran aún más los movimientos poblacionales del
ción, narcotráfico, delincuencia), estos "polos de desarrollo" presentan un
campo a las ciudades y de las regiones de mayor atraso capitalista, hacia
crecimiento poblacional acelerado y reproducen, en forma ampliada, las
las viejas y nuevas urbes en expansión. Aunque las políticas estatales ha
mismas contradicciones de la ciudad semicolonial. Las políticas neoliberales han conducido a un nuevo patrón de acumu lación, denominado por Valenzuela de sustitución de exportaciones (Valen-
blan de desconcentración o descentralización, la realidad muestra continui dad en la concentración previa y reproducción ampliada de ella en otros puntos del territorio (Pradilla y Castro, 1989).
/.uela, 1988), cuyas manifestaciones serían: orientación de las estructuras
La estructura territorial, vertida hacia adentro con la industrialización
productivas hacia el mercado internacional, en un momento en que los
sustitutiva, vuelve a orientarse hacia fuera para adecuarse a la variante
países imperialistas acentúan el proteccionismo, y hacia los consumidores
exportadora. En los centros urbanos de "nueva industrialización", los
extranjeros; liberación casi total de la inversión extranjera como condición
puertos o los polos turísticos, la inversión productiva del capital (zonas
del flujo de capitales hacia el sector maquilador y exportador; apertura
industriales, hoteleras, portuarias, etcétera), vuelve a aparecer como el
comercial que permite la introducción de cualquier producto extranjero;
motor de la estructuración urbana y el lugar de concentración de las ma
rápida contracción de la producción orientada al mercado interno en ra
yores y mejores infraestructuras y servicios, atrayendo hacia sus perife
zón de la caída de los ingresos y el aumento de las importaciones, y ge
rias los procesos de ocupación irregular de tierras y autoconstrucción de vivienda popular.
neración de excedentes que se tratan de evacuar hacia el exterior; mayor grado de concentración y centralización técnica y social del capital y cre ciente hegemonía del capital transnacional en las estructuras económicas. En síntesis, reindustrialización maquiladora periférica para la exportación
I RANSNACIONALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA Y EL TERRITORIO
y desindustrialización interior en las ramas para el mercado interno. Las políticas neoliberales han generado tendencias de reorganización
l',n la fase de la industrialización sustitutiva, el capital transnacional llegó
del territorio y de los sistemas urbanos nacionales. Las nuevas industrias
a dominar hegemónicamente la estructura productiva industrial en térmi
para la exportación tienden a localizarse en las áreas de más bajos sala
nos cualitativos, y a ocupar un lugar cuantitativo fundamental, por la
rios relativos, es decir, donde en la fase anterior de industrialización y
ubicación de sus grandes empresas monopólicas en las ramas claves,
consolidación del movimiento obrero, no se habían dado transformacio
más dinámicas de cada fase de la acumulación. Con el agotamiento de ese
nes importantes del mercado de trabajo que determinaran altos niveles
patrón y la llegada de las crisis, este capital fue desplazándose hacia los
salariales directos e indirectos; en ciudades o pueblos con adecuada rela
iicctores comercial, bancario y de servicios especializados sin perder la
ción con los países de origen de piezas e insumos o destino de los productos
hegemonía industrial. Convertidos por la ideología neoliberal en los agen-
finales: fronteras y litorales marítimos periféricos; en áreas donde la inver
ics claves de la recuperación, la modernización y la reconversión de la
sión estatal ha producido Condiciones Generales de la Producción y el Cam
economía, incluida la producción de las condiciones generales de la produc
bio que garantizan al capital menores costos de inversión y producción.
ción, y eliminadas parcial o totalmente las barreras creadas en el pasado
La nueva industrialización se produce en las denominadas "ciudades
pi ti' el proteccionismo y el nacionalismo, los grandes capitales extranjeros,
medias", o las genera, mientras la desindustrialización ligada a la contrac
iransnacionales, incluyendo ahora en lugar primordial a los japoneses y
ción del mercado interno, ocurre en las grandes ciudades que soportaron
i ii ros asiáticos, reestructuraron su papel y su lugar y ocupan los puntos
la fase anterior "sustitutiva de importaciones": las grandes metrópolis.
neurálgicos de la "nueva economía".
1 1 4 * Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial * 1 1 5
Mientras los capitales latinoamericanos se fugan hacia los países im
do, cediendo su lugar a los grandes proyectos o ideologías de integración
perialistas en busca de ganancias especulativas, los extranjeros fluyen
mundial geoeconómica y geopolítica: la Cuenca del Pacífico, la Cuenca del
selectivamente y en una escala menor a la deseada por las burguesías y
(¡aribe, el Mercado Común Norteamericano entre Canadá, Estados Unidos
los gobiernos del área, hacia la maquila industrial, las empresas industria
y México, etcétera.
les estratégicas y prioritarias estatales privatizadas, las ramas de exporta ción más dinámicas, las redes de grandes centros comerciales, la banca, las comunicaciones, en particular las ligadas al desarrollo de la electrónica
La
desregulación y la muerte de la planeación indicativa
y la computarización, los transportes, los medios electrónicos de comuni cación social y los servicios especializados. En la transnacionalización, la
I ,a planeación indicativa, impulsada en los países latinoamericanos en las
cantidad cede su lugar a la calidad.
décadas del sesenta y el setenta, ha mostrado plenamente su carácter limi-
La crisis del endeudamiento externo, la caída de los precios internacio
lado, ideológico-demagógico y estrechamente normativo; su incapacidad
nales de las materias primas, los déficit de la balanza de pagos, las renego
para modificar las tendencias naturales y contradictorias del capitalismo
ciaciones periódicas de la deuda y el papel de "árbitros" que adquieren los
semicolonial y dependiente y de su expresión territorial y urbana, o para
organismos financieros internacionales, a la vez económicos y políticos,
cumplir sus propias metas y objetivos, ha sido evidente. Carente de ins-
crean condiciones excepcionales de maniobra al capital transnacional, de
i i'umentos objetivos, se había apoyado en la práctica contradictoria y re
bilitando el margen de negociación que habían adquirido los más grandes
lativamente muy débil en relación con los procesos objetivos y la acción
países latinoamericanos en el pasado. La "nueva" división internacional del
del capital privado, del intervencionismo estatal ejercido a través de los
trabajo combina el papel histórico de los países latinoamericanos como
organismos y empresas paraestatales y, sobre todo, en la ahora denomina
exportadores de materias primas mineras básicas y agropecuarias, en
da "regulación" de la actividad económica, la localización territorial y la
constante devaluación, con el de exportadores de manufacturas intensi
producción de los soportes materiales urbanos.
vas en trabajo sobreexplotado (para abaratar los costos de la fuerza de
El neoliberalismo trajo consigo la desregulación como uno de sus ejes
trabajo en los países centrales], de maquiladores de piezas y productos
ideológicos y prácticos consustanciales, que conduce, más o menos rápi
finales en el marco de una reorganización mundial de las cadenas produc
damente según el caso, a la supresión de los instrumentos normativos de
tivas, y compradores de medios de producción sofisticados, partes e insu-
que disponía la planeación. En su versión vulgar y pretendidamente "po
mos intermedios, y de productos manufacturados de consumo inmediato
pular", la del otro sendero de Vargas Llosa y Hernando de Soto (Pradilla,
y durable de alta tecnología.
1988), se hacen más evidentes los posibles efectos de la desregulación
Las decisiones de localización territorial se desplazan del Estado nacio nal, sus débiles instrumentos de planeación y programación y las burgue
para "liberar la creatividad de la informalidad", sobre el desmantelamiento de cualquier intento de planeación y normatividad de la actividad urbana.
sías locales o regionales, hacia las empresas transnacionales y su progra
La deificación neoliberal del "libre mercado" y la "libre iniciativa", agudiza
mación mundial de la actividad, en el marco de la competencia entre
la contradicción estructural y la oposición coyuntural entre el régimen capita
monopolios y bloques regionales por el control de los mercados mundiales
lista, la anarquía de la producción privada en general y de los soportes mate-
de bienes y de capitales. La integración territorial nacional cede su lugar a
riales, y la posibilidad de una planeación que resuelva sus contradicciones y
la internacional, que la mayoría de las veces, redunda en una desintegra
privilegie el "bien común", los intereses generales de la nación y sus habitan-
ción de la interna. Las desigualdades regionales se profundizan en lo cuan
les, por encima de los capitalistas privados y los grandes monopolios.
titativo y lo cualitativo. Los procesos de integración económica regional
El neoliberalismo es la negación de la planeación. La privatización re
latinoamericanos, abortados o desgastados por la realidad, se han olvida
duce drásticamente los instrumentos de acción "planificada" o "programa
1 1 6 » Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 117
da" del Estado: carece de empresas estatales que puedan impulsar (al
madores, ideologizados y demagógicos, e instrumentos de programación y
menos según la ideología keynesiana de la "polarización") el desarrollo
ciccución de las acciones de impulso y apoyo de la expansión plena del
regional mediante sus decisiones de localización territorial; disminuyen
capitalismo salvaje en su nueva versión histórica.
sus instituciones financieras y los capitales disponibles para "orientar" los flujos de inversión; coloca en manos del capital privado, local o transnacio nal, la inversión en condiciones generales de la reproducción de la formación
I )l L AUTORITARISMO A LA DEMOCRACIA AUTORITARIA
social -cgrfs— y, por lo tanto, bajo los imperativos de la rentabilidad capita lista y no del "desarrollo armónico" como lo sostuvo en el pasado; la con
Kalmanovitz, Foxleyy Fajnsylver señalan reiteradamente dos hechos fun
tracción del gasto público, sobre todo el social, disminuye aún más la
damentales. En América Latina, las primeras experiencias de estabiliza-
siempre insuficiente acción del Estado en la creación y gestión de las con
cuín monetarista y de transformación estructural neoliberal, tuvieron lugar
iliciones generales de reproducción de la fuerza de trabajo -cgrft- en campos
en Brasil (1964-1967), Argentina (después de 1976), Uruguay (desde 1974)
y ciudades; la reversión de las conquistas laborales de los trabajadores, de
y Chile (desde 1973), a partir de golpes militares contra regímenes políticos
las prestaciones legales y extralegales contenidas en los Contratos Colec
caracterizados por la burguesía local y transnacional como "populistas" y
tivos de Trabajo y en la anterior legislación laboral, y la liquidación de los
se aplicaron mediante un ejercicio abiertamente autoritario del poder políti-
organismos que las materializaban y ejercían, castra su posible acción en
i (>-militar. En segundo lugar, todos los componentes del proyecto económico
la "redistribución" social y territorial del ingreso nacional.
v social conducen a una pauperización creciente de los sectores populares,
La transnacionalización desplaza las decisiones económicas y territo
en especial de los obreros y asalariados, lo cual exige el mantenimiento de
riales de los aparatos estatales a los centros de gestión del capital transna
esta forma de ejercicio del poder para enfrentar sus luchas defensivas en
cional, de sus acuerdos regionales, o al terreno anárquico de la libre com
l< i económico y político y garantizar la permanencia de los cambios regre
petencia
sivos de sus condiciones de vida y trabajo.
entre
grandes
empresas,
oligopolios
o
acuerdos
económicos
multinacionales. La política de articulación a la nueva división internacio
Por lo anterior, el proyecto neoliberal es portador de una contradicción
nal del trabajo, suplanta la meta de integración nacional por la de integra
entre la libertad absoluta que se otorga al capital y sus agentes, y la limita
ción multinacional y somete más estrechamente las economías nacionales
ción de los derechos defensivos de organización, movilización y huelga en
a los ciclos de las de los países imperialistas, en el marco de su lucha por
lo económico, y la cancelación del derecho a las manifestaciones políticas
la hegemonía. La pauperización de las masas trabajadoras, por la crisis y
de todas las clases sociales. Por su autoritarismo congénito, su negación
las políticas para superarla, reproduce ampliamente las necesidades, ca
del nacionalismo, su proclividad a la subordinación a los países imperialis-
rencias, penurias y contradicciones materiales y sociales que se expresa
las, su recorte de las libertades democráticas y populares, su recurso a las
ban en las estructuras urbanas y las caracterizaban; insolubles e insolu
viejas ideologías burguesas, y su neta diferenciación con el liberalismo tra
tas en el pasado intervencionista, a pesar de los múltiples planes y programas o, muchas veces, por ellos mismos, en el presente neoliberal
dicional y el nacionalismo latinoamericano, más que de neoliberalismo, debe ríamos hablar de neoconservatismo.
esas contradicciones aparecen como condiciones "naturales" de la vida
El estallido de la crisis global del patrón anterior de acumulación capi-
social, que sólo podrían resolverse por automatismos económicos que
ialista en los ochenta llevó, en un doble movimiento, al agotamiento de
los nuevos ideólogos o teóricos no logran ni demostrar en la historia
estos regímenes militares, y al avance y generalización de la ideología neo
1 1 1
liberal y su proyecto modernizador, impuesto por los organismos multina
definir en la ideología. La planeación global y la territorial (regional y urbana), son reubicadas
cionales y asumido como remedio único al estancamiento de la acumula
por el neoliberalismo en su lugar objetivo: el de discursos políticos legiti
ción capitalista. Pero ahora, al inicio de los años noventa, el proyecto tiene
118 • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas neoliberales y la cuestión territorial • 119
que ser aplicado por gobiernos elegidos por el voto popular (Argentina, Uruguay, Brasil y en unos meses, Chile). El proyecto se expandirá al Perú, Venezuela y México y adquiere celeridad mayor en Brasil y Argentina. La interrogante, aún no muy claramente respondida en la práctica, es cómo conciliar la necesidad del autoritarismo y la formalidad democrática. El Presidente militar chileno Augusto Pinochet, acuñó hace unos años el "concepto" de democracia autoritaria como la "solución" al dilema; ella sería, a nuestro juicio, una variante aún más recortada de la democracia semico lonial limitada o restringida que ha dominado la historia del continente, en alternancia con los regímenes dictatoriales. Sin embargo, la respuesta final no depende solamente de los deseos o voluntades de los gobiernos, sino de la correlación de fuerzas con los sectores populares y sus luchas demo cráticas y defensivas. En el mismo dilema histórico se encuentran el gobierno de las ciudades y la planeación territorial y urbana. Mientras los movimientos sociales y políti cos populares demandan insistentemente la participación democrática en ambas esferas, en el primero se mantienen expresiones limitadas, foimales y en muchos casos impotentes o inoperantes; y en la segunda, sigue imperando el carácter burocrático, autoritario, sin participación ciudadana, al tiempo que su posibilidad transformadora y ordenadora se esconde y desvanece frente al avance incesante del individualismo burgués, la negación de lo colectivo, y la crítica a la justicia social, sustituida por el encubridor "bien común".
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120 • Emilio Pradilla Cobos
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I rfpltulolll
I .is contradicciones de la privatización drlos servicios públicos*
111
m i dn los ejes fundamentales de las políticas neoliberales para la reestruc-
ii unción del capitalismo, aplicadas en forma generalizada en los países luí un minericanos en la actualidad, como parte de la "reforma" o "redimeniih linimiento" del Estado, es la privatización de las empresas agrícolas, mu ii i'. is, industriales, comerciales, bancarias y financieras, la infraestrucIin n \ los organismos de prestación de servicios públicos pertenecientes til Hulado [Pradilla, 1990; capítulo II de este libro]. limo proceso de transferencia parcial o total al capital privado nacioiml o extranjero de la propiedad, el control y/o la gestión de los soportes lliiilitwiIos, los medios y los procesos de producción, intercambio y disMliución social, incluye las condiciones generales para la reproducción de lll Inri nación social
(cgrfs)
[Pradilla, 1984; caps. II y III), controladas du-
Mliii' muchos años o desde su creación, parcial o totalmente, por el sec||il publico: carreteras y vialidad urbana, vías férreas, puertos marítimos y JM'i'opuortos, empresas de transporte aéreo, marítimo, fluvial, camione|n iIm mercancías y pasajeros urbano e interurbano; sistemas hidráulicos
■(i (h enaje e irrigación rural y provisión de agua potable; producción y disII
ii ii
lón de energía eléctrica, gas doméstico e industrial, gasolina y otros
ll'lí'etie.os; correo, telégrafo, teléfono y otras telecomunicaciones; drena, ('ni nlección de desechos sólidos y líquidos, cementerios; educación, p'Vli ion culturales, salud, recreación, vigilancia, etcétera. |'l Impacto de esta privatización en los procesos de estructuración del 'lli lid i (las ciudades, las "regiones", los bloques de países), es innegable; * | ><• versión original de este capítulo fue publicada en Martin Frechilla, Juan José y Al lí I ii iv i i n (comps.), 1994, La ciudad: de la planiñcación a la privatización, Universidad Cen■ VpiH'/.ticla, Caracas, Venezuela.
123
ello nos obliga a los investigadores en temas territoriales, a llevar a cabo
empresas. La izquierda en particular, ha ignorado los planteamientos de
un esfuerzo de interpretación, teorización y proyección tendencial. Lamen
Marx, sobre la penetración del capital en las condiciones generales de la
tablemente, el desarrollo del conocimiento científico y crítico sobre estos
reproducción social, formulados en 1857:
elementos fundamentales de la estructura económica y territorial, en par ticular la urbana, es bastante reducido [Coing, 1987] e insuficiente, lo cual limita y hace más aleatorio este esfuerzo.
La privatización: nueva ortodoxia capitalista neoliberal
La privatización, por diferentes vías, de organismos, empresas e instituciones estatales en los sectores pesquero, agropecuario, minero, industrial, comer cial, bancario y financiero, de infraestructuras y servicios en general y públi cos, etcétera, ha sido asumida por la burguesía local y transnacional, propagandizada y aplicada por casi todos los gobiernos latinoamericanos, y recomendada o impuesta por los organismos financieros multinacionales
El más alto desarrollo del capital ocurre cuando las condiciones generales del proceso social de producción no se crean a partir de una deducción del rédito social, de los impuestos estatales (donde es el rédito y no el capital el que aparece como fondo de trabajo, y el obrero, aunque es un asalariado libre como cualquier otro, desde el punto de vista económico, está sin em bargo en otra relación], sino del capital en cuanto capital. Ello revela, por un lado, el grado en que el capital ha sometido a su dominio todas las condi ciones de la producción social, y por otro lado, consiguientemente, en qué medida está capitalizada la riqueza social reproductiva y se satisfacen to das las necesidades bajo la forma del intercambio; también las necesida des del individuo puestas como sociales, esto es, las que satisface y experi menta colectivamente, con otros, -y cuyo modo de satisfacción es por su naturaleza, social, también éstas son no sólo satisfechas sino también pro ducidas a través del intercambio (Marx [1857-1858] 1975: 22).
dominados hegemónicamente por los países capitalistas más desarrolla dos, como una fórmula general, válida en todos los países y sectores, para
Se olvidan, por tanto, sus implicaciones actuales; tampoco recordamos
la superación de todas las contradicciones propias de cada una de ellas, y
que en el pasado, criticamos ampliamente el papel jugado por las políticas y las
de la crisis de las economías nacionales en su conjunto.
empresas estatales en la reproducción capitalista en general, y su naturaleza
Desde el inicio de la oleada neoliberal, a mediados de los años setenta en Chile, la justificación empresarial o gubernamental de las privatizaciones, formalmente diversa según los países, los momentos del proceso y las
iiegregativa y clasista cuando su acción estaba relacionada con las condiciones •'.morales de la reproducción de la población (Pradilla, 1984: caps.
II
y
III).
A juicio de varios autores, esta ideologización del debate sobre la priva-
empresas u organismos concretos a privatizar, ha tenido siempre un con
ii/,ación de los servicios públicos, le resta pertinencia, objetividad, profundi
tenido universal, abstracto, al margen de la realidad histórica y las deter
dad y eficacia política, sobre todo cuando se refiere a los llamados "servi
minaciones objetivas o subjetivas, económicas, sociales o políticas que
dos públicos" (Coing, 1991; Lovera, 1991; Lungo, 1991). Según Coing, un
llevaron a su control por el Estado, y las evidentes particularidades estruc
mipecto central de la desideologización de la discusión y el análisis, es in
turales u operacionales de cada uno de los sectores o unidades individua
terpretar las determinaciones objetivas tanto de la estatización, como de la
les objeto de la privatización; igual carácter presenta la enumeración de las
privatización, es decir, asumirlas como procesos reales, históricos, más
ventajas y beneficios, casi milagrosos, de su realización.
illa de sus determinaciones subjetivas, políticas e ideológicas.
La práctica privatizadora se rodea así de un discurso ideológico justifi
Para nosotros, los "servicios públicos", que caracterizamos como con-
cador, convirtiéndose en una nueva ortodoxia casi religiosa, fundamenta-
i linones generales de la reproducción de las formaciones sociales (cgrfs) (Pra-
lista, que avanza rápidamente, creciendo como bola de nieve por la pen
i lilla,
1984: caps.
II
y
III),
se diferencian estructural, funcional y operativa
diente. Pero la oposición al proceso, en la derecha, el centro o la izquierda
mente de otras actividades de la producción y el intercambio mercantil y
asume una postura ideológica similar, que olvida la historicidad, la particu
monetario, que también fueron objeto en el pasado de la intervención di-
laridad y las contradicciones del control estatal y de la operación de las
recia
124 • Emilio Pradilla Cobos
del Estado y hoy lo son de la "desincorporación", por lo cual requie Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 125
ren un tratamiento distinto y específico. Ello significa, no olvidar la hetero
etcétera, funcionan alícuota y simultáneamente para satisfacer todas estas
geneidad de las actividades consideradas como parte de las cgrfs, y sus
necesidades; serían las más generales de las condiciones generales.
instantes constitutivos, su historicidad, sus particularidades, la desigualdad
I ',sta diferenciación, esencial en términos analíticos y políticos, está
de su desarrollo, etcétera. Se trata entonces, de partir de aquello que es
i leterminada por la relación de cada una de las actividades o una parte de
universal a todas ellas en la medida que se expresa en todas sus particu
ni in productos o efectos útiles, con el funcionamiento de la sociedad en su
laridades, teniéndolas en cuenta permanentemente, para llegar a las
n ni i unto y sus partes constitutivas. Esta diferenciación, como todo [la con
particularidades concretas y volver a reconstruir la generalidad.
dición general o actividad en su conjunto) o como parte del todo [una parte <
Heterogeneidad y desigualdad en las condiciones GENERALES DE LA REPRODUCCIÓN DE LAS FORMACIONES SOCIALES (LOS "SERVICIOS PÚBLICOS")
Es necesario recordar [Pradilla, 1984: cap. III), en primer lugar, que las cgrfs
■
tilles distintas, diversas formas de articulación con lo económico, lo polí-
ileo y lo ideológico, que se expresan cualitativa y cuantitativamente en su ' mructura, que son analizables y deben ser analizadas. Es un aspecto enencial de su particularidad. I Jesde el punto de vista analítico, en las condiciones generales de la re
se diferencian internamente en términos estructurales, funcionales
y operativos, en:
I< • los efectos útiles de una actividad o condición general, o una unidad
productora o de intercambio de ella), determina relaciones técnicas y so-
producción de las formaciones sociales [cgrfs) existen elementos y caracte rial ie.as generales, comunes a todas o a un grupo de ellas, y particulares o
a) Aquellas necesarias a la acumulación de capital en sentido estricto,
enpecíficas, que diferencian su funcionamiento estructural y nos obligan a
cuyo valor de uso o efecto útil es realizado por y en la producción y
I iíii i t un estudio particular y específico de cada una. En este trabajo anali-
el intercambio de mercancías [cgp e i). b) Las necesarias a la reproducción de la dominación ideológica y política de la sociedad existente, cuyos efectos útiles son realizados por los
(iri 'inos básicamente el proceso de privatización de las cgrfs en sus aspecli
particularidades y desigualdades esenciales. I .as relaciones sociales y técnicas imperantes en la producción, inter-
aparatos estatales, políticos e ideológicos [cgrdi y p). c) Las necesarias a la reproducción de la población: fuerza de trabajo [cgrft) y no trabajo o perceptores de plusvalía [cgrnt).
ni más generales. Sin embargo, para ello es necesario tener en cuenta las
i mnhio y distribución en cada grupo de actividades, y al interior de cada una, son o pueden ser diferentes [por ejemplo, la educación o la salud, con retipecto a las comunicaciones o la producción de energía eléctrica); esto
Algunas condiciones generales son específicas de la acumulación de
en particularmente válido para las condiciones de la acumulación de capi
capital en sentido estricto, como la irrigación destinada a la producción
tal en cada una, o su relación con la acumulación de capital en su conjun
agrícola y pecuaria, las que suministran materias primas o auxiliares a la
ta (lomo resultado de estas diferencias, y de las transformaciones en las
producción [agua, electricidad y otros energéticos, drenaje en las plantas
necesidades, en términos técnicos y sociales, sus procesos y ritmos de
fabriles), el transporte terrestre, fluvial, marítimo o aéreo de materias
ilciiarrollo, estancamiento u obsolescencia, son desiguales y diferentes, por
primas o mercancías, etcétera. Otras, en cambio, como la educación, la
i'|em[)lo, entre los correos y las comunicaciones electrónicas¡ entre la reco
salud, la recreación, etcétera, satisfacen esencial y solamente las nece
lección de desechos y la producción de energía; entre la salud y la educa-
sidades de la población, incluyendo los trabajadores y los no trabajadores.
i ti ni; etcétera. Un aspecto particular de esta heterogeneidad y desigualdad
Algunas otras, como los distintos medios de transporte y sus soportes
en
ln naturaleza de su cambio tecnológico y las condiciones de desarrollo de
materiales, la energía eléctrica y otros energéticos, las comunicaciones, el
i filia una de las actividades; el resultado ha sido una combinación desigual
agua potable, el drenaje, la recolección de desechos sólidos o líquidos,
de formas, niveles y procesos de desarrollo técnico y social.
126 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 127
El proceso histórico de surgimiento, localización territorial, e interven ción pública o privada, ha dado lugar en cada país a una combinación de empresas locales y nacionales, pequeñas y grandes, nacionales y transna cionales, públicas y privadas, que constituyeron en el pasado el universo
huta-revolucionaria'' del Partido de Estado (el Revolucionario Institucional) constituido después de la Revolución democrático-agraria de 1910, hasta entonces claramente estatizante; ha sido acelerado y global. En Venezuela, ' 1 gobierno de un socialdemócrata, con un pasado intervencionista, echó a ■
complejo objeto de la estatización, y hoy constituyen el de la privatización
indar la privatización recientemente, en medio de un rechazo militar y civil
auivo, y es aún muy limitado. En Argentina, su impulsor llegó al poder a
(Coing, 1991; Lungo, 1991). En todos los casos nacionales y en todas las actividades, el sector
nombre del peronismo, que unas décadas atrás fue abiertamente estati-
estatal compitió, coexistió o se complementó con el privado, pues el Es
anie; ha sido generalizado y rápido. En Perú, sumido en la crisis econó
tado nunca llegó a tomar el control total de la producción y circulación de
mica y política, un gobierno modernizante y moralizante, autoritario, lo
los valores de uso (bienes o servicios) en todas y cada una de las
aplica autoritariamente desde hace apenas un par de años, con pretensio-
cgrfs.
Los
grados de participación del Estado fueron variables en el tiempo y dife
globales. Brasil, Colombia y Paraguay lo empiezan apenas en forma
iich
rentes en cada actividad. En cada país, la participación del sector público
Hunda y parcial, en circunstancias políticas y sociales diversas. En 1992,
en su conjunto y de las
nna consulta democrática realizada en Uruguay, permitió a la oposición
cgrts
públicas en la producción sectorial y global,
ha sido variable y distinta en calidad y cantidad; igual ocurre con cada
ilcicner parcialmente la legislación privatizante emanada del gobierno.
1971).39 El desarrollo de la intervención estatal
lin cada caso, el papel y la posición de las clases sociales, sus expre-
no sólo no eliminó la participación directa del
NIoiii'h políticas y su práctica frente a la privatización han sido distintas,
capital privado en cada sector, sino que promovió su crecimiento compel i
pm iicularmente en lo que respecta a los trabajadores. En todos los casos,
actividad aislada
(cepal,
nacional o local en las
cgrfs,
tivo o complementario directo (en el mismo sector o rama), o indirecto (en
t i proceso ha sido autoritario, decidido desde arriba, desde la cúspide del
la producción de soportes materiales y el suministro de bienes y servicioH
|(|i il iierno y sin consulta específica a la sociedad, aunque sus circunstancias
-medios de producción- para las empresas u organismos estatales), lo cual niega la ficción publicitaria de la contraposición antagónica entre ambíin
Ihimii
sido diferentes. Esta desigualdad está determinada por las particu
lar lm les económicas y políticas de la relación entre las clases, históricaMinnic lechadas, de cada país. La ideología neoliberal, empresarial o guber-
lógicas (De Souza, 1990). En los países latinoamericanos, el ritmo de surgimiento y desarrollo do
flMiiicul.nl, oculta estos hechos para dar validez universal a sus prácticas
las
NHnnleH; lamentablemente, también la crítica cae frecuentemente en este
cgrfs
fue desigual en el tiempo, la situación político-social, la calidad ,y la
cantidad. Igual naturaleza tuvo la intervención estatal en ellas, y la tiene
in iilunniento.
actualmente la privatización. Chile, el pionero, inició el proceso privativa dor en 1973, en medio de una dictadura militar sanguinaria y como forma para desmantelar la obra del gobierno socializante de Allende; él fue rápl do y global. México lo emprendió 10 años más tarde, luego de estallar la
i H n ILINACIONES HISTÓRICAS Mía INI i rvención estatal en los "servicios públicos"
profunda crisis de 1982, mediante un viraje radical de la política "naciona Iiii Inii i vención del Estado en las cgrfs ("Servicios públicos"), se inició si29La
participación del Estado en la infraestructura y los servicios públicos era y cu mili diferente según los países y las ramas y sectores. Hacia 1971, la casi totalidad de las emptiM sas ferroviarias pertenecían a los Estados,- entre un 20 y un 70 por ciento según el pnlH, illl las unidades de marina mercante estatales, se distribuían en porcentajes variables Ihh nil«( y pasajes, extraían la mayor parte del petróleo nacional; y las empresas públicas conui ilnl mil en su gran mayoría la generación de electricidad [cepal, 1971: 25-39). El grado de privui i/.«l ción ha sido también muy distinto, por ejemplo entre Chile y México de un lado, y Bninil v
pilllnnenmente al desarrollo del capitalismo industrial, aunque ya tenía M|t*ici lentes en la fase de transición del feudalismo al capitalismo, partícu la un ule durante la constitución de las monarquías absolutas y la lucha ■HUI) n Ii ni privilegios de los señores feudales locales, como el control de los ■éfMih h, los caminos y las vías de navegación. No fue el resultado de con
Colombia de otro.
128 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de la privatización de los servicio
capciones ideológicas subjetivas, sino de combinaciones de factores económi
La gran magnilud relativa de las inversiones necesarias para la pro
eos (necesidades de la acumulación capitalista y lucha económica de los
ducción y circulación de las condiciones más generales y complejas de la
trabajadores), y políticos (conflictos armados internacionales, guerras civi
a cumulación (represas y acueductos, hidroeléctricas y redes de distribu-
les, legitimación del Estado burgués y reivindicación de los explotados y
ción, ferrocarriles
oprimidos).
capital privado no había alcanzado aún el alto grado de desarrollo, con-
nacionales, puertos marítimos, etcétera), cuando el
cimiración y centralización necesario para llevarlas a cabo directamente, determinó que sólo pudieran ser cubiertas por el capitalista colectivo
En el capitalismo "avanzado"
estatal mediante la tributación social concentrada y el gasto público que lili los países capitalistas "avanzados", la intervención estatal en el con li'ol, gestión o regulación de la producción, distribución social e intercam bio de los efectos útiles de las
hace posible. La lenta recuperación de la inversión de capital y la baja rentabilidad
en particular las de la producción y
relativa de la inversión en soportes materiales, medios de producción, pro
el intercambio, no tuvo que esperar la llegada de la política y la teoría key-
ducción y redes de distribución de estos bienes y servicios, por la elevada
nesiana, como respuesta a las grandes crisis del capitalismo monopolista,
composición orgánica del capital en algunas condiciones generales (pro
a principios del siglo xx. Apenas había concluido la primera revolución
ducción eléctrica o de carreteras y puertos, ferrocarriles, telégrafos, teléfo
industrial, a mediados del siglo xix, cuando la ausencia de
las
nos, etcétera) o su naturaleza de servicio social en las condiciones generales
contradicciones e ineficiencias de la producción privada de estos bienes y
de reproducción de la tuerza de trabajo (educación y salud pública), en expan
servicios esenciales a la acumulación capitalista y a la reproducción de la
sión pero de muy bajos ingresos, hizo necesaria la inversión del capital o
cgrfs,
cgrfs, o
fuerza de trabajo, en condiciones adecuadas a las necesidades del capital,
la renta social en manos del Estado, no sometidos plenamente a la lógica
llevaron a los estados burgueses a la centralización y/o estatización y/o
de la ganancia privada.
nacionalización30 de empresas, ramas o actividades completas, desarro
Las contradicciones técnicas y económicas derivadas de la exacerbada
lladas previamente por el capital privado, o a su producción y gestión di
competencia entre productores privados, afectaban y dificultaban seria
recta (Engels [1845] 1974 y [1872] s/f; Ragón [1971] 1979: cap. 5; Benévo
mente la acumulación privada o social del resto del capital (caso de los
lo [1963] 1979). Desde entonces, estas acciones se repitieron periódicamente. La onda
ferrocarriles europeos en sus primeras décadas); la anarquía en su pro ducción, la fragmentación de las redes y los sobrecostos derivados, la in
larga recesiva de la economía capitalista mundial, ocurrida entre 1914 y 1940
compatibilidad técnica entre lo producido por diferentes empresarios y la
(Mandel [1980] 1986: 92), durante la cual se vivieron dos guerras mundia
guerra ruinosa de precios, impusieron su centralización monopólica en
les y la Gran Depresión de los años 1929-1930, colocó al intervencionismo
un agente externo a los capitales individuales, colocado por encima de ellos,
estatal (incluyendo el ámbito de los "servicios públicos") teorizado por
pero destinado a beneficiarlos a todos: el Estado capitalista.
J. M. Keynes, como la práctica dominante y generalizada de los estados
La necesaria unidad de la propiedad del suelo para el despliegue de los
burgueses. Las determinaciones estructurales y coyunturales, históricas,
soportes materiales y redes, también unitarios (carreteras, ferrocarriles,
han sido complejas y desigualmente combinadas según el momento y las
energía eléctrica, agua potable), imponía la intervención estatal mediante el
condiciones particulares de cada país.
recurso a la expropiación en aras del "bien común", para la concentración
30
En sentido estricto, la nacionalización es el proceso por el cual una empresa controlada por el capital extranjero pasa a manos del capital nacional, público o privado. Estatización seria el paso de una empresa de capital privado nacional o extranjero, a propiedad del Estado. Centralización seria el proceso de transferencia de una empresa controlada por una entidad gubernamental local o regional, al control del gobierno central y sus empresas nacionales.
130 • Emilio Pradilla Cobos
de la propiedad territorial de las áreas necesarias, y de sus procesos de producción. A ello se combinaba la imposibilidad técnica o económica (so luble hoy día en algunos casos como la telefonía celular), de superponer redes competidoras de distribución privada de bienes o servicios como el Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos * 1 3 1
teléfono, el agua potable o la energía hasta el lugar fragmentado del mismo
y el gasto público, se elevaba la composición orgánica del capital social y
consumidor, para poder competir, lo cual dio lugar a la necesaria monopo-
no la privada, y el capital privado evitaba que recayera sobre sus ganan cias individuales.
lización u oligopoiización segmentada o global de la producción y/o la
Los graves procesos de contaminación ambiental generalizada causa
distribución del bien o servicio. El carácter estructuralmente monopólico de la producción, intercam
dos por la industrialización masiva y anárquica, las pésimas condiciones
bio, y fijación de precios de mercado de estos bienes y servicios, esenciales
de vida en los barrios obreros determinadas por los bajos salarios durante
a la acumulación de capital y la reproducción de la fuerza de trabajo, resul
la (¡poca de la acumulación y explotación salvaje, y el resurgimiento de las
tante de la unidad de los procesos productivos y de distribución, acentuada
pestes y epidemias en las ciudades industriales atestadas, antihigiénicas y
por la tecnología (por ejemplo, la interconexión eléctrica] o resuelta por ella
carentes de infraestructuras y en las míseras viviendas obreras, dieron
mediante la fragmentación (Lovera, 1991], entraba (y sigue entrando] en
lugar, a mediados del siglo xix al higienismo burgués, la legislación fabril,
contradicción con los intereses de una parte del capital, y con los de la
el inicio de la regulación urbanística y el control de las municipalidades so
fuerza de trabajo, designando como forma de resolución parcial a los
bre algunas infraestructuras y servicios urbanos básicos como los servicios
monopolios estatales que privilegian a las clases sociales, fracciones o sec
de agua potable, drenajes, recolección de desechos, servicios funerarios,
tores según la correlación de fuerzas en el bloque en el poder del Estado.
eicétera (Engels [1845] 1974; Marx [1867] 1975; Benévolo [1963] 1979; Ra
Las frecuentes quiebras de las empresas privadas en las ramas de las cgrfs,
derivadas de su baja rentabilidad, sobre todo en fases recesivas o de
crisis de la acumulación, castigaban a capitalistas individuales, generaban
león [1971] 1979). Hoy día, el nuevo choque ambiental, más generalizado y más destructor, coloca al Estado, en este caso con la aceptación relativa del capital, como el agente social responsable de la protección ecológica.
desempleo o dificultaban el normal desarrollo de la acumulación de capital,
La lucha reivindicativa y revolucionaria de los obreros contra la explo-
haciendo de la estatización una fórmula adecuada para salvar a los burgue
l ación salvaje de los empresarios en la fábrica, la usura de los casatenien-
ses de la quiebra, mantener empleada a la fuerza de trabajo, y garantizar
les y las miserables condiciones de vida en sus barrios y viviendas, que
las condiciones para proseguir el proceso de acumulación. También actuaba en este sentido la necesidad del capital privado, para
estalló periódicamente en Europa desde principios del siglo xix, obligó a
reducir sus costos de producción y mantener la tasa de ganancia, de socia
eu la transformación de las estructuras urbanas (por ejemplo, el urbanis
l< is estados y burguesías a usar la represión urbana, para lo cual intervino
lizar los costos privados de bienes y servicios como el transporte de mer
mo haussmaniano en Francia), a hacer concesiones a los trabajadores en
cancías, la energía y el agua, en cuanto medios de producción (materias
lerminos de la creación o mejoramiento de las
cgrft
(educación, salud,
primas y auxiliares) o circulación mercantil; y mediante las economías de
recolección de desechos, etcétera) y de condiciones particulares como la
escala y la solidaridad entre los trabajadores, racionalizar, reducir y socia
vivienda, y a impulsar la regulación urbana y el control de la actividad
lizar una parte importante de los costos de reproducción de la fuerza de
constructora privada mediante el urbanismo y los reglamentos de cons-
trabajo. Esta exigencia se resolvió gracias a la centralización en el Estado
irucción (Engels [1845] 1974; Benévolo [1963] 1979; Ragón [1971] 1979).
de los procesos de producción, intercambio y gestión de condiciones gene
I ,as crisis periódicas de la acumulación de capital, particularmente en
rales para la acumulación (carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos,
la primera mitad del siglo xix y en la onda larga recesiva de 1914 a 1940,
energía eléctrica, agua potable, irrigación, etcétera) y de la reproducción de
llevaron posteriormente a los estados burgueses a aplicar políticas inter
la población como salud y seguridad social, vivienda obrera y servicios
vencionistas que incluían: la estatización de empresas privadas (incluyen-
conexos, educación, etcétera. Mediante la transferencia de sus costos de inversión y operación y
empresas estatales los vacíos estratégicos y neurálgicos para la acumula-
sus pérdidas al conjunto de la sociedad, a través del Estado, los impuestos
i lón de capital, en las cadenas productivas, financieras y de intercambio no
132 • Emilio Pradilla Cobos
i Ii i (JGRFS)
en quiebra para salvar a sus propietarios de la ruina; llenar con
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 133
cubiertos por el capital privado; realizar una parte de las grandes inver
debilidad de los aparatos esleíales locales, las crisis financieras y la insol
siones necesarias al desarrollo tecnológico para las sucesivas "moderni
vencia de las municipalidades (sobre todo las pequeñas), en su relación con
zaciones" o revoluciones tecnológicas; reducir los costos de producción
el conjunto de determinaciones antes señaladas, llevaron en muchos casos
mediante materias primas y medios de circulación a precios subsidiados,
a que la intervención estatal incluyera la mayor o menor centralización en el
como medio para la transferencia de plusvalía de las empresas estatales a
lisiado nacional de aquellas
las privadas (Theret y Wieviorka [1978] 1980]; alimentar la demanda de
lancias estatales locales o regionales, en un movimiento homólogo e integra
mercancías a la empresa privada, mediante las compras estatales y el gas
do a la concentración monopólica en el capital estatal y el privado.
cgrfs
que históricamente controlaban las ins-
to público, amortiguando las crisis de realización mercantil que acompa ñan a las de sobreacumulación; y alimentar la acumulación privada me
I n el capitalismo "atrasado" latinoamericano
diante flujos directos de capital dinero provenientes del fondo presupuestaI Formación de empresas estatales en países de América Latina*
o del crédito obtenido y garantizado por el Estado. Las guerras europeas del siglo xix y las dos grandes guerras interim penalistas del siglo xx por la hegemonía en el mundo capitalista y el con trol de los mercados de materias primas y productos, y la posterior recons trucción de las economías destruidas, el salvamento de sus burguesías y la reanudación de la acumulación, impusieron la penetración estatal en
Total
Sin dato
1930
30/44
45/54
55/64
65/75
1,110
251
29
100
172
205
353
'Ecuador, México, Bolivia, Venezuela, Argentina, Perú y Uruguay. Fuente: Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 1979, Las empresas iml/iliiles en América Latina, Editorial Arte, Caracas, p. 76.
muchas ramas de la producción, el intercambio y las finanzas, incluyendo las
y el otorgamiento de créditos y ayudas estatales extraordinarias
lin los países semicoloniales latinoamericanos, la expansión de las empre
como el Plan Marshall de ayuda norteamericana a Europa en la segunda
ñan estatales, incluidas las que producen y gestionan las condiciones gene
posguerra. La guerra misma había convertido a los estados en productores
rales, fue rápida aunque desigual según los países y las coyunturas econó
de armamento y otros bienes necesarios a la defensa, en sustento funda
micas y políticas, particularmente desde los años treinta.
cgrfs,
mental de la industria armamentista privada mediante sus compras masi
La Comisión Económica para América Latina
(cepal),
sintetiza así, en
vas, o en propietarios de condiciones generales estratégicas para la defensa
lerminos keynesianos, la justificación general de la intervención del Estado
militar y el espionaje. Esta situación, exacerbada durante la "guerra fría"
iiobre las empresas:
con el denominado Bloque Socialista, persiste hoy día a pesar del neolibe ralismo y del derrumbe del estalinismo en Europa del Este. La legitimación, por la vía democrática o la autoritaria, del Estado y las expresiones políticas burguesas, enfrentadas a las de los trabajadores del campo y la ciudad y sus luchas reivindicativas o revolucionarias, tuvo y sigue teniendo, a pesar del avance neoliberal, como medio la intervención estatal en campos muy sensibles a la opinión pública como la salud, la educación, la recreación, los medios de transporte de pasajeros, la vivien da, la salubridad urbana, el medio ambiente, etcétera.
En teoría, el Estado incorporaría a su patrimonio y a su administración determinadas actividades, cuidadosamente elegidas, en el entendimiento de que la gestión privada no garantiza -o, en casos extremos, contradice. el interés general o la ejecución de determinadas políticas; ello asegurarla una coincidencia de propósitos y una orientación común en actividades directamente vinculadas al interés público. De tal modo, la creación de una empresa pública o el paso de una privada al Estado sería la consecuencia de un proceso ordenado y sistemático e implicaría la existencia de algunas condiciones básicas (cepal, 1971: 2).
La expansión e integración de los mercados internos, las necesidades técnicas de interconexión o crecimiento de la escala productiva, el control
En el argumento cepalino, limitado al no tener en cuenta muchas de las
político-ideológico del Estado central y sus bloques políticos en el poder, la
contradicciones históricas y objetivas antes señaladas, existen imprecisio
134 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de ia privatización de los servicios públicos • 135
nes teóricas que habría que señalar. Es correcto anotar, para esa época y
I 'iHiado a asumir su control directo, mediante la nacionalización y estatiza-
para la presente, que la gestión privada no garantiza, ni podría hacerlo
nón
(ciad,
1979: cap. III; Garza, 1985: cap. V;
cepal,
1971: 3). Otras pasa-
pues se trata de una relación estructural y no sujeta a la buena voluntad
n in a manos del Estado mediante la confiscación de bienes de familias de
de los agentes individuales, el "interés general"; el capital privado se rige
dictadores o gobernantes venales, o fueron estatizadas por gobiernos re-
por la lógica de la ganancia individual y no por la del beneficio colectivo
l'o rmadores, democrático-revolucionarios o pro socialistas, por razones
que sale de los límites de lo privado e individual, y no se constituye me
ideológicas y políticas. La nacionalización y estatización de empresas extranjeras vinculadas
diante su sumatoria. Pero, ¿que es el interés general? Si lo asumimos comí > la garantía de los intereses de las clases y sectores dominantes en la socio
i la explotación de recursos naturales (petróleo, energía eléctrica), o a la
dad capitalista, el Estado podría garantizarlos, pero sólo en los límites es
prestación de servicios públicos básicos (acueductos, ferrocarriles, trans-
tructurales y coyunturales propios de su realidad como Estado capitalista,
I
es decir, en el campo de fuerzas de sus contradicciones orgánicas. Si, por
lieo sobre ramas estratégicas de la acumulación, la reproducción de la
el contrario, lo entendemos como el interés de la mayoría de la sociedad,
fuerza de trabajo y sus condiciones generales o la seguridad interna, vul
esta posibilidad se reduce al mínimo, en la medida que entra en confliclo
neraba la soberanía nacional y dificultaba la acumulación autónoma del
con el de la minoría hegemónica en el poder, que es el interés dominante.
capital local, a la luz de la ideología del nacionalismo, muy expandida en
Esta ha sido la situación real en nuestro continente.
Ii
Por otra parte, la misma
cepal
considera que el "proceso ordenado y
ii
irte urbano, teléfonos, telégrafos) se justificó por que su control monopó-
jh
años treinta y cuarenta. Durante la Segunda Guerra Mundial, la conf
cación de inversiones alemanas tuvo como motivación el vínculo político
sistemático", planeado, de incorporación de empresas a la órbita estatal no
i Ii ■ los países latinoamericanos con Estados Unidos y sus aliados, y se re-
ha tenido lugar, y que la intervención estatal ha respondido a motivaciones
visiió de causas estratégicas.
coyunturales y aleatorias, derivadas de las contradicciones estructurales
Como parte del proceso de "industrialización por sustitución de impor-
del sistema, las cuales no estaba, ni está en condiciones de resolver. En lo
iaciones", los estados latinoamericanos enfrentaron la necesidad de crear
que se refiere a las
las determinaciones de su centralización, esta
¡iceleradamente las empresas claves para sustentar el proceso, que el ca
cgrfs,
tización, nacionalización, o creación por el Estado han sido en parte
pital nacional o transnacional no quería o no podía (en términos de sus
homologas a las de los países capitalistas avanzados, antes enlistadas,
intereses propios) constituir: las condiciones generales de la producción y
pues son formas particulares del mismo sistema económico, pero en la
el intercambio, así como empresas productivas, comerciales y financieras
concreción de la historia y el territorio específicos de cada país y su gene
para soportar la industrialización, articular las cadenas productivas y de
ralización regional. Otras han surgido de las necesidades de la acumula
intercambio, cubriendo los eslabones estratégicos no resueltos por el capi-
ción dependiente y de la ideología nacionalista del desarrollo autónomo del
lal privado nacional o extranjero, integrar el mercado interno y articularse
capitalismo, asumida por movimientos de derecha o populistas y practica
al mercado mundial de materias primas y manufacturas; ello se hizo más
da desde el poder.
imperioso cuando el agotamiento de la primera fase de industrialización
Algunas empresas de servicio público
(cgrfs)
creadas a fines del siglo
xix o comienzos del xx por empresas extranjeras, bajo concesiones a me
empujó a la segunda fase, la de producción de bienes de consumo durable y de capital.
diano y largo plazo (electricidad, ferrocarriles, comunicaciones, puertos,
Desde principios del siglo xx, la creación de empresas estatales de
transporte urbano, etcétera), se retrasaron tecnológicamente o fueron
servicios públicos y la estatización y/o nacionalización de otras ya existen-
abandonadas al acercarse el fin de las concesiones, al caer su rentabilidad
les, formó parte del pacto social sobre el que se basó el régimen político y
inicial, o al perder importancia o vigencia concesiones territoriales o fisca
el crecimiento económico durante los regímenes políticos sustentados en
les colaterales otorgadas en el momento de la construcción, obligando al
movimientos de masas trabajadoras (el varguismo en Brasil, el peronismo
136 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 137
en Argentina, los gobiernos surgidos de las revoluciones mexicana y boli
ñas, el sudeste petrolero, los polos turísticos costeros y las ciudades ma
viana, el velasquismo en Perú, etcétera]. Desde los años sesenta, en medio
quiladoras en México, para citar los más conocidos ejemplos. Sobre ellos
de procesos acelerados de urbanización y significativas convulsiones polí
h<‘
tico-militares en campos y ciudades, pareció necesario garantizar a los
ol ámbito de la investigación territorial latinoamericana.
han llevado a cabo múltiples análisis y diagnósticos, muy conocidos en
trabajadores en activo y al ejército industrial de reserva un mínimo de con
Similar orientación, articulada a las políticas de "descentralización" y
diciones materiales de subsistencia, en razón de las necesidades de la
desarrollo de las "ciudades medias" para frenar y/o revertir la concentra
acumulación y/o de la erosionada legitimidad política de los estados y go
ción demográfica, económica y territorial en las grandes metrópolis, han
biernos, en particular los militares que por esos años dominaron en la
lenido múltiples planes y programas que han requerido cuantiosas inver
mayoría de los países del continente. En las recurrentes fases de recesión y crisis, fue imperativo para el
v servicios públicos, y creación de empresas y organismos estatales. Ante
siones estatales en industria, comercio, banca y servicios, infraestructura
Estado, salvar a los capitalistas amenazados de quiebra (como objetivo pri
la icrca realidad de la concentración territorial, los gobiernos neoliberales
mordial), las fuentes de trabajo o la subsistencia de fracciones enteras de la
mguen poniendo en marcha estos planes, y haciendo grandes inversiones,
burguesía31 mediante la adquisición de sus empresas por expropiación con
pero concediendo ahora el papel protagónico a la empresa privada y
indemnización, a precios generosos o que premiaban su ineficiencia. Esta es la razón de parte muy importante, en algunos casos mayoritaria, de las es-
mimetizando su papel interventor mediante asociaciones de capital, subsi dios o financiamiento preferencial.
latizaciones y la formación del sector empresarial estatal en todos los países
A pesar de las grandes limitaciones y contradicciones de estas políticas
del continente, incluyendo las empresas de servicios públicos (cepal, 1971;
v acciones de valorización de recursos, desarrollo regional y descentrali
Aguilera etal., 1989; Casar y Peres, 1988: 31). En América Latina, la creación de empresas estatales, incluyendo in
zación, particularmente desde el punto de vista de las condiciones de vida de la mayoría de la población, puestos en evidencia por múltiples
fraestructuras y servicios públicos, estuvo ligada íntimamente a grandes
irabajos de investigación, es innegable que han formado parte de los pro
proyectos de inversión relacionados con la explotación de recursos natura
cesos globales de acumulación de capital, han contribuido al crecimiento
les (petróleo, mineral de hierro y otros minerales, energía hidráulica, etcéte
económico cuando éste ha tenido lugar, y han beneficiado al gran capital nacional y transnacional.
ra), el desarrollo regional, la expansión de sectores particulares de actividad como el turismo, etcétera. Partiendo de la teoría de los polos de desarrollo, la
En el sector de las
cgrfs,
la importancia del papel del Estado en Amé
gran inversión estatal pretendía atraer hacia determinadas zonas la inver
rica Latina se debe a la constante y acumulativa inversión en empresas o
sión privada eslabonada a ella "hacia atrás" o "hacia adelante" y lograr así
Héctores sometidos al aumento de la presión de la demanda por sus bienes
el desarrollo regional y/o la explotación capitalista de recursos naturales y
V servicios, derivada del crecimiento económico privado nacional y trans
geográficos. En estos casos, era evidente que sólo una gran inversión estatal podía
dentera), dél Estado y sus aparatos y empresas, o de las necesidades de la
desencadenar los procesos de acumulación social o privada de capital. Los
|i< iblación urbanizada en aumento. En todos los casos, la intervención del
ejemplos en la región son numerosos: Brasilia y el nordeste brasileño;
I '.litado en la creación y gestión de las
Ciudad Guayana en Venezuela; las cuencas hidrográficas, Lázaro Cárde-
y apoyar la acumulación dependiente y subordinada de capital.
31
Es el caso de la estatización de la banca mexicana en 1982, en medio del estallido de 1» crisis, cuando se encontraba en situación de quiebra técnica como consecuencia de la fugn masiva de capitales al exterior. Poco tiempo después el siguiente gobierno transfirió una par te de la propiedad a los banqueros privados, y en 1992, se llevó a cabo su reprivatización total.
38 • Emilio Pradilla Cobos
nacional (agroindustria, minería, industria, comercio, finanzas, servicios,
cgrfs,
ha tenido por objeto soportar
Cuando se trataba de capital productivo, se constituían empresas capi talistas de Estado, que funcionaban según la lógica capitalista, modificada por la especificidad de su manejo por el capitalista colectivo, responsable de garantizar el mantenimiento global del régimen, tanto en lo económico Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 139
como en lo social; estaban sometidas por tanto a la necesidad de legitimar
en ln naturaleza de estas empresas, su relación con el Estado y sus
se política e ideológicamente. Cuando el objetivo era la producción y ln
Iunciones estructurales, sus modalidades de operación y las circuns-
entrega de un servicio constitutivo de la reproducción de la población,
inncias de su toma de control. Desde luego, la generalización es espuria
parte de la renta social (salario o plusvalía para consumo), surgían organis
en ln medida que muchas empresas estatales latinoamericanas, inclu
mos o instituciones administrativas no sujetas a la lógica empresarial de ln
yendo de servicios públicos, han mostrado adecuados, normales o altos
ganancia, asumidas como parte del "servicio público social" (trasporte,
muios de rentabilidad y eficiencia desde el punto de vista puramente
educación, salud, cementerios, agua potable, recreación, recolección de
■ mpresarial (cepal, 1971; Casar y Peres, 1988: cap. 3; Aguilera et al, 1989; Knrrera, 1991).
desechos, etcétera). El Estado nunca llegó a controlar totalmente ninguna rama de las cgri s, donde cohabitaba y se combinaba desigualmente según el sector, con pe
Desde luego, un análisis de esta naturaleza es totalmente sesgado, ideológicamente manipulado e inadecuado, aun desde el punto de vista de
queñas, medianas y grandes empresas privadas; sus acciones fueron
ln acumulación capitalista en su conjunto y, por tanto, de los intereses de los
siempre pragmáticas, en ausencia de un verdadero plan global de confoi'
nectores privados, nacionales o extranjeros, dominantes en ella. No tiene
mación de un sector estatal, como reconoce la cepal. Décadas de análisis crítico de la planeación y las políticas estatales en
en cuenta los resultados de la acción estatal: a) el papel concreto jugado IK ir la intervención del Estado en la acumulación de capital en su conjunto;
la región, han mostrado que ellas y la acción real de los aparatos y ern
/i| ln apertura de nuevas fronteras regionales y sectoriales a la acción priva-
presas del Estado no han garantizado la satisfacción de las necesidades
iln, íi) el eslabonamiento de cadenas productivas y de redes de intercambio
históricas esenciales de los trabajadores y, en general, de los sectores po
nncional e internacional; d) la demanda estatal masiva de capital-dinero, de
pulares, ni siquiera han respondido adecuadamente a sus demandas y rei
I n i iductos y servicios de la empresa privada; e) la oferta masiva de bienes y
vindicaciones más urgentes e imperiosas; sus objetivos fundamentales
Hervidos como los generados por las condiciones generales de la produc
eran garantizar la acumulación capitalista y la legitimidad de la dominaciói i
ción y el intercambio; í] la socialización de costos privados mediante la
política en los límites mínimos de la necesidad; esta es una realidad que no
acción del Estado en las
puede ocultarse ni siquiera frente a las presiones de la privatización, y de
niveles; y í¡) la estabilidad social y la legitimidad política del régimen capita-
los aspectos más conservadores del neoliberalismo,3a
lutin, contradictoriamente vehiculadas por su acción en las infraestructuras v servicios públicos.
Los "problemas" de las empresas
i Iones no son válidas, lo son parcialmente, o no corresponden a razones
cgrfs;
g) la creación de empleo a muy distintos
Aun en el marco restringido del análisis neoliberal, estas argumentaInirínsecas a la acción estatal en abstracto, sino a contradicciones o defor-
y organismos estatales de servicios públicos
Con frecuencia se habla de la "ineficiencia" y la "no rentabilidad" de las empresas y organismos públicos, sobre todo de las encargadas de ln producción y gestión de las
cgrfs,
justificando así su privatización; estn
explicación se apoya exclusivamente en las apariencias, sin profundizar
iiinciones de los estados burgueses concretos, en general o en las condii ii mes neocoloniales y/o dependientes latinoamericanas. (Juan do las paraestatales han sido el resultado de la estatización o nai li mnlización de empresas en quiebra, o que descuidaron la reposición de m ih medios de producción y la calidad de los bienes y servicios producidos v nn distribución, la "nueva" administración pública cargó durante años o
la denominación popularizada de neoliberalismo, pero creemos que es incorrup
ti' cadas con el peso de los pasivos y deudas, los costos extraordinarios de
ta, pues esta corriente carece del carácter democrático y antiimperialista que caracterizó al liberalismo clásico; seria mucho más correcto hablar de neoconservatismo como lo hacen íiI
ln inversión necesaria para su modernización, las irracionalidades y los
3aUsamos
gunos autores en sus análisis.
140 • Emilio Pradilla Cobos
vicios administrativos legados por sus anteriores dueños privados. Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos * 1 4 1
La gran magnitud de la inversión necesaria y la alta composición orgíi
l'.ii forma homologa, se provee una parte limitada de las condiciones míni
nica del capital en ramas tales como la producción y distribución de agua
mas de reproducción de la fuerza de trabajo en reserva (desempleados, su-
potable, la energía eléctrica y otros energéticos, las telecomunicaciones o
hempleados). En estos casos, no hay lógica alguna que justifique la necesi
medios de transporte como los ferrocarriles o el Metro, implican una ele
dad o razón de la obtención de ganancias, pues se trata de renta salarial, no
vada inversión inicial en capital fijo, lenta y prolongada recuperación de la
ile capital, que pertenece a los trabajadores y forma parte de su fondo de
inversión y tasas de ganancia inferiores a la media durante un cierto tiem
subsistencia, administrada forzosamente por el Estado y la patronal. Los
po
ejemplos paradigmáticos son el Seguro Social y los Fondos sociales de vi-
(CEPAL,
1971: 24; Aguilera et al., 1989: 196]. Ligadas directamente al
crecimiento económico o demográfico, las empresas deben mantener una
v leuda para los trabajadores, en México y otros países, que se financian
constante inversión expansiva que no responde a la demanda solvente o a
i nii aportes directos de los patronos y los trabajadores, deducidos del sa
la rentabilidad inmediata, sino al incremento de la necesidad, por motivos
lario de estos últimos, sin ningún apoyo de fondos estatales, aunque sean
políticos y/o económicos de largo plazo. Como promotores y apoyos de la acumulación, las empresas estatales
manejados directamente por el Estado, o en forma tripartita.
(en transporte, comunicaciones, energéticos, agua potable, etcétera) real i
i inpresas públicas y a sus usuarios, de su no rentabilidad e ineficiencia. Es
Con frecuencia se culpa a los "subsidios" otorgados por el Estado a las
zan cuantiosas transferencias de valor y plusvalía a las privadas, nacionales
I >(isible demostrar empíricamente que la mayor parte de ellos se otorgan al
y extranjeras, bajo la forma de tarifas y precios subsidiados, menores al
eapital privado, en sus empresas o sus colonias residenciales, siempre
precio y, aun, al costo de producción de los bienes y servicios
1971:
i Ii nadas de la mayor cantidad y la mejor calidad de servicios e infraestruc-
26), y/o a los cobrados al usuario doméstico, asimilables a baja rentabili
iiiras. Una política de eliminación de estos subsidios a la actividad capita-
dad, ausencia de ganancia o pérdidas de la empresa estatal particular, pero
lista, económica y socialmente no justificables al formar parte del costo de
(cepal,
no a nivel del capital social en su conjunto, y que actúan como "economías
producción y generar ganancia, modificaría positivamente la rentabilidad
externas" de las empresas privadas. Cuando las inversiones de las empresas estatales se realizan con fon
ile las empresas estatales, pero no se aplica porque afectaría la acumula
dos presupuéstales provenientes de la tributación de toda la sociedad, que
subsidios son la mínima retribución a la que tienen derecho y quieren re
no pagan intereses ni dividendos a los contribuyentes, sin violar la lógica
cibir
capitalista las empresas estatales están en condiciones objetivas de reducir
retribuida en acciones, dividendos o intereses, y por su participación en la
su margen de ganancia por debajo de la tasa media social, que necesaria
veneración de la riqueza privada y sus contribuciones al erario público.
mente incluye el costo del capital dinero adelantado por el sector financiero
I ,as empresas públicas suministran gratuitamente o a bajo precio, bienes
a la inversión y la producción privada (Theret y Wieviorka, 1980: cap. III). Los organismos de servicios públicos (educación, salud, recreación,
ción
privada y social. En lo que concierne a los sectores populares, los por su participación tributaria directa en el presupuesto público, no
v servicios al Estado mismo, a sus aparatos jurídicos, políticos, represivos e ideológicos, necesarios al mantenimiento de su legitimidad o coerción, a
vivienda, etcétera) cumplen el papel de intermediarios del capital privado
la dominación de clase y a la reproducción del sistema; estos gastos gene
en la entrega a los trabajadores de la parte indirecta y diferida del salario
rales del capital son, evidentemente, hechos a fondo perdido y no reciben
real total, con base en los adelantos de capital variable hechos para tal fin
retribución ni generan ganancias.
por los empresarios, o a las cotizaciones directas de los asalariados; así se
El Estado, sus organismos y empresas son el mayor cliente de la pro
logran economías de escala, menores costos de producción por trabajador,
ducción privada de bienes y servicios; una parte considerable del gasto
mayor racionalidad y transferencias solidarias de rentas salariales entre
público ingresa al ciclo del capital privado al realizar sus mercancías. La
los trabajadores cotizantes, que repercuten en una disminución correlativa
acumulación en la industria privada de la construcción, particularmente la
del costo de la reproducción de la fuerza de trabajo y su expresión salarial.
de obras públicas, fuertemente concentrada monopólicamente, y la rama
142 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 143
de materiales y maquinaria para construcción, depende en gran medida de la magnitud del gasto estatal en grandes obras públicas, en soportes y me
perder su control político; no responden por tanto a una determinación económica, sino política.
dios para las cgrfs, y en las políticas habitacionales. Igual ocurre con la industria de armamentos e insumos para los cuerpos armados y represi vos del Estado, y en otras muchas ramas. La relación monopólica se da en
Il ISIIIICACIONES NEOLIBERALES
beneficio del capital privado y en costo adicional para el estatal o los orga
I 'I I A PRIVATIZACIÓN DE LOS "SERVICIOS PÚBLICOS"
nismos no capitalistas que gestionan el gasto público. La corrupción de los políticos en el poder, los administradores públicos
I ni teóricos neoliberales y los funcionarios del Fondo Monetario Internacio
y la burocracia sindical corporativizada o subordinada al Estado o los em
nal, el Banco Mundial y otros organismos financieros internacionales,
presarios, consustancial al capitalismo avanzado o atrasado, pero particu
i'iiiiiiideran que uno de los factores determinantes de la crisis económica
larmente enquistada en los regímenes políticos latinoamericanos a lo largo
del capitalismo mundial iniciada en los años setenta, fue el alto déficit pre-
de la historia pasada y presente, sobre todo en los dictatoriales que la jalo
mipuestal generado por un "excesivo" y creciente gasto del Estado, sobre
nan periódica y recurrentemente, la cual no es ajena tampoco el capital
Inilii en servicios públicos sociales cobrados por debajo de su costo o su
privado su gran beneficiario, la ausencia en las democracias representan
|in'ció de producción, "subsidiados" [Larosiere, 1984); en los países lati-
vas o en las dictaduras de un sistema objetivo operante de sanción econó
lamericanos, gran parte de este déficit habría sido financiado mediante la lleuda externa; otro factor clave de la crisis.
mica o política de sus errores e ineñciencias, y el papel que se les asigna a
iii
I in el mismo sentido, los neoliberales afirman que las prestaciones
las cgrfs como medios de la legitimación del régimen político, son subjetivida des omnipresentes en el funcionamiento de las empresas públicas. Sin
mídales de los trabajadores, parcialmente cubiertas con la mediación del
embargo, son citadas recurrentemente como justificación de las priva tiza
Untado y sus organismos (salario indirecto o diferido), son demasiado ele-
ciones (Hanke, 1986], Pero no son determinaciones comparables. Las primeras son excre
v ai laa I .a conclusión de este obtuso razonamiento es obvia: debe reducirmii iiniiiancialmente el gasto público, el social en particular, estableciendo
cencías burocráticas de los sistemas políticos antidemocráticos, autorita
precios "realistas" a los bienes y servicios públicos, es decir, que incluyan
rios o restringida y formalmente democráticos, que sustentan su legitirni
Im lana de ganancia media o monopólica imperante en el resto de la econo
dad sobre los privilegios y los beneficios sociales y económicos de
mía al mismo tiempo, deben reducirse drásticamente las prestaciones
suh
agentes soportes. Los imperativos de la legitimación ante las clases subal
Ni ii lali s, particularmente las que pasan por los organismos estatales. Para la
ternas, mediante los servicios públicos y sus tarifas, aunque objeto de
j Idi
manipulación abusiva y patrimonialista, responden a las exigencias de la
HMlea sería la privatización global de los servicios públicos (Hanke, 1986:
i ili i^ia neoliberal opuesta a la empresa estatal, la solución "ideal" a estos
&!i| I .alas políticas forman parte de todos los planes de "ajuste", "reordena-
sociedad, frente a las funciones formales asumidas por el Estado como "representación de la ciudadanía y garantía del bien común". Sin aceptar la
Hllit im" o "modernización" de las economías y los estados latinoamericanos,
validez del argumento, tendríamos que reconocer que el gran número y
DPMi H lados con el fmi y la banca multinacional (Valenzuela, 1991).
laa
"excesivas ventajas laborales" de que gozarían los trabajadores del Estado, en sus empresas y organismos de gestión de servicios públicos, bastante aparentes y exageradas por la patronal y los políticos neoliberales, resultan de su peso cuantitativo, su alto grado de centralización y su importanc ia
i l’or qué el capital transnacional y local, y los organismos financieros Hiulllnaeionales reclaman la privatización acelerada de las empresas públi|*ii*i Incluidas las que producen y administran las cgrfs? Las razones son itytlllliples.
como base de sustentación del Estado y los partidos políticos en el poder,
U listado, basándose en el crédito interno y externo y los fondos
por ello, los gobiernos los mantienen hasta los límites aceptables, para no
(llllilH na, es decir, la tributación de toda la sociedad, ha realizado gran
144 • Emilio Pradilla Cobos
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 145
des proyectos de inversión, ha asumido sus riesgos y las bajas ganan
que las infraestructuras y las empresas de servicios públicos serían de
cuas durante el más o menos largo periodo de gestación y maduración, ha
i'.ivin interés para estos capitales dado su carácter monopólico y su merca
logrado rescatar a las empresas privadas en quiebra mediante la estatiza
do cautivo, se opta por su privatización indiscriminada, sin tener en cuen
eión, ha transferido los costos financieros de estas acciones a toda la so
ta si realmente interesan al capital transnacional, y menos aún, las impli
ciedad mediante los impuestos, ha organizado el mercado interno para sus
caciones políticas y sociales internas de su transferencia.
efectos útiles en condiciones monopólicas u oligopólicas, sin riesgo para el
I .a esperanza de que la participación del capital extranjero signifique
capital privado; ha creado muchas de las condiciones requeridas para su
u n salto tecnológico en la producción de infraestructuras y redes y la pres-
rentabilidad presente y/o futura. En estas circunstancias, el capital privado
ilición del servicio, aumentando la productividad interna de la empresa y
considera que ha alcanzado la madurez y poder suficientes para retomar
Im
en su beneficio, a un costo sustancialmente bajo, inferior al real, estas em
en el "libre mercado" internacional, es otro de los objetivos explícitos de la
presas y cosechar sus dividendos; privatizar los beneficios de lo producido
Mpertura
de las que consumen sus efectos útiles, para mejorar la competitividad de las empresas públicas de servicios al capital transnacional,
socialmente. Bastaría para ello eliminar las "trabas" a la rentabilidad deri
lista
vadas de las determinaciones y límites sociales y políticos de la operación
/icumulación capitalista en las condiciones impuestas por la moderniza
de las empresas públicas. Los gobiernos latinoamericanos, agobiados en el corto plazo por el peso
ción de los procesos productivos, como las telecomunicaciones y los trans
idea-objetivo se hace prioritaria en las actividades más ligadas a la
portes, y subordina a los servicios sociales ligados a la reproducción de la
del servicio de la deuda externa e interna, maniatados por la crisis fiscal y
fuerza de trabajo que, en el marco de la austeridad salarial, reciben una
presupuestal de las municipalidades y regiones, y presionados por la cre
•
ciente demanda empresarial y popular por más y mejores infraestructuras
dad en el desarrollo global y tecnológico.
Mención marginal y acentúan su situación histórica de creciente desigual
y servicios, encuentran la solución a sus problemas en la reducción del
Políticamente, la burguesía quiere imponer su pleno dominio directo
gasto público y, en particular, los subsidios directos a la población, y la
sobre un sector del proletariado, el de las empresas públicas, que ha llega
transferencia
parcial o total de las empresas y organismos al sector priva
do a un alto grado de concentración y centralización organizativa y de po
do. Además de obtener fondos "frescos" para responder a sus acuciantes
der, control e influencia sobre el resto del movimiento obrero en lo laboral
compromisos, la privatización permitiría al Estado, a largo plazo, deshace
y lo político, por lo que representa un contradictor potencial o real muy
rse de su problemática gestión y de las presiones sociales sobre infraes
poderoso; este temor se acentúa en los países donde el sindicalismo de los
tructuras, bienes y servicios, remitiéndolas a los agentes individuales y/o
Hervidores del Estado se ha desarrollado a la sombra de regímenes social-
al abstracto, despersonalizado e invisible "libre mercado".
demócratas, socializantes o bonapartistas progresivos, llamados populistas:
En el plano macroeconómico, la privatización de las empresas estata
peronismo en la Argentina, varguismo en Brasil, cardenismo en México,
les en general, y de las de "servicios públicos" en particular, corresponde
etcétera. La privatización fragmenta la unidad sindical de los trabajadores
al movimiento mundial hacia la "globalización" de las economías, cuyo eje
m!
fundamental es la transnacionalización del capital. Las empresas en ma
ción; si la privatización pasa por la anulación de los contratos colectivos de
nos del Estado nacional, se oponen histórica y objetivamente, parcial o
trabajo, la destrucción de sindicatos y el despido parcial o total de sus tra
totalmente a este movimiento, al no estar abiertas a la libre circulación de
lla ¡adores, en una situación de saturación del mercado de trabajo, el capital
capitales locales o internacionales. En la medida que el proyecto neoliberal
recibe los activos de la empresa, un mercado organizado monopólicamente,
subordinado de relanzamiento de la acumulación de capital finca sus espe
y puede reconstruir su fuerza de trabajo con obreros jóvenes, sin antigüe
ranzas, a nuestro juicio en forma mítica y poco objetiva, en los flujos de
dad, sin tradición sindical o de lucha, a los que se despoja de las conquistas
inversión externa, y que se supone, a veces con razón y a veces sin ella,
laborales y salariales obtenidas por sus antecesores en décadas de lucha.
146 • Emilio Pradilla Cobos
servicio del Estado, los dispersa, aísla y mengua su poder de negocia
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 147
Guando el capitalismo llega a un momento crítico en sus contradiccio
ruínales de ios países hegemónicos, donde la aplicación del neoliberalismo
nes, puede asignar ideológicamente al Estado, del cual está aparentemente
lia sido bastante más cauta, cuidadosa y lenta.33 En esta vía, el Estado
divorciado aunque sea su expresión colectiva, la responsabilidad de su
abandona cualquier intervención directa, manteniendo solamente la regu
crisis. Identificando espuriamente Estado y nacionalismo, el capital trans
lación normativa de los servicios prestados.
nacional y local puede desmantelar las barreras ideológicas que se oponen
La segunda vía consiste en la asociación del capital estatal y privado en
al proceso de transnacionalización monopólica del capital y, con esta base
la propiedad de las empresas prestadoras del bien o servicio; esta fórmula
objetiva, reforzar su dominio político desigualmente compartido. Los em
lia sido utilizada sobre todo en las empresas periféricas, subsidiarias o
presarios convierten al gasto público y al déficit fiscal, de manifestaciones de
complementarias de aquellas que controlan ramas consideradas hasta
la crisis en las causas fundamentales de los procesos inflacionarios que
ahora como estratégicas o prioritarias para el desarrollo económico-social,
degradan acumulativamente el salario real, ocultando el papel de las polí
sobre todo en la explotación de recursos naturales como el petróleo o la
ticas burguesas y estatales anticrisis y de austeridad en la disminución his
energía eléctrica. Esta privatización periférica ha sido utilizada para man
tórica del valor de la fuerza de trabajo y el incremento de las tasas de explo
tener en la forma el respeto a mandatos constitucionales, políticamente
tación. Detrás de estas argumentaciones están las valoraciones neoliberales
muy sensibles, pero negándolos en el proceso real.
de la individualidad, la iniciativa privada, la libertad comercial, la diferencia
La tercera forma, ha sido la concesión en administración o usufructo
ción, la prioridad de lo privado, las cuales son negadas por la realidad de la
en arrendamiento, de infraestructuras, soportes, redes y medios de pro
concentración monopólica del capital y el control privado centralizado de
ducción y circulación de efectos útiles, mientras el Estado mantiene su
la economía, que acrecientan las políticas neoliberales, ampliándolo a esfe
propiedad jurídica formal (carreteras, ferrocarriles, instalaciones maríti
ras como las infraestructuras y servicios públicos, hasta ahora en manos de
mas o aeroportuarias, acueductos, recolección de desechos, etcétera). Esta lorma se utiliza cuando la participación estatal es esencial en su constitu
un agente burgués, pero colectivo (Valenzuela, 1991].
ción y la aportación de recursos naturales fragmentados o escasos34 (carre teras, ferrocarriles, trenes subterráneos, puertos, aeropuertos, depósito de desechos, etcétera), cuando la baja rentabilidad del servicio requiere del
Ly\S DIFERENTES VÍAS DE LA PRIVATIZACIÓN DE LOS "SERVICIOS PÚBLICOS"
mantenimiento de subsidios y aportes estatales (acueductos y recolección
Las vías generales, desigualmente aplicadas y combinadas según los países,
de desechos), o el carácter de servicio esencial exige conservar la formali dad del control y la decisión estatal plena.
los sectores y las ramas, de la privatización de las empresas u organismos
La cuarta vía, es la reducción brusca o constante en un largo periodo,
estatales encargados de la producción y gestión de las
cgrfs son
cuatro.
La primera consiste en la venta directa, parcial o total de las empresas al capital privado local y/o transnacional. Esta vía se ha utilizado esencial mente en las ramas más rentables: comunicaciones (correos, telégrafos, teléfonos, telex, etcétera), transportes (aéreos, terrestres interurbanos y urbanos, marítimos, etcétera), y producción y distribución de energéticos (petróleo y derivados, energía eléctrica, etcétera), estos últimos considera dos hasta ahora como política y socialmente estratégicos para el Estado. En muchos casos, la "privatización" es formal, oculta una desnacionaliza ción real, ya que se transfiere la propiedad a empresas estatales transna148 • Emilio Pradilla Cobos
del gasto público, particularmente del llamado "social". Ante el crecimiento continuo de la población y su demanda, se abre el camino a la creciente
33 En diferentes procesos de privatización de empresas aéreas, telefónicas y de telecomu nicaciones, automotrices e industriales estatales latinoamericanas, el comprador parcial o total ha sido una empresa estatal europea con intereses transnacionales, lo que reduce la operación a una transferencia de propiedad entre empresas estatales, una simple transnacionalización estatal, que induce a pensar que la motivación es el reconocimiento de la incapa cidad estructural de la burocracia de nuestros países para manejar adecuadamente el patri monio público, y no la demostración de la inferioridad orgánica de la empresa pública. 34 Un caso paradigmático lo constituye la dificultad privada de encontrar en el mercado terrenos cercanos a las ciudades aptos para instalar basureros o cementerios de residuos tóxi cos o radiactivos industriales, debido en parte al rechazo comunitario, y la necesaria interven ción estatal para localizarlos e imponer su uso contaminante y peligroso [Coing, 1991],
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 149
producción privada de estos valores de uso, sobre todo de los que pueden
ln única y precaria retribución por su participación en la formación del
ser fragmentados y asumidos por capitales individuales, pequeños o me
ingreso fiscal. I ',1 pragmatismo privatizador neoliberal se ha manifestado en múltiples
dianos, en la medida que técnica y estructuralmente no requieren de un funcionamiento ni de soportes o redes unificadas; es el caso de la educa
v desiguales formas de combinación de estas vías y, al mismo tiempo, en
ción, la salud, la recreación, el transporte urbano, entre otros. Tiene la
diversas y abigarradas justificaciones discursivas para ellas, al menos
ventaja ideológica y política de que no aparece como privatización, ni exige
mientras las requieren por razones de legitimidad ideológico-política.
la negación formal de la función del Estado, aunque el resultado sea preci sámente éste. La caída del gasto público es un mecanismo de reducción del salario
I AS VIEJAS Y NUEVAS CONTRADICCIONES DE LA PRIVATIZACIÓN
real de los trabajadores, en su parte indirecta y/o diferida, en la medida que afecta principalmente al "gasto social", es decir, el destinado a la inversión
Las contradicciones propias de la política de privatización de las infraes-
y funcionamiento de las condiciones generales de reproducción de la fuer
i n muirás y los "servicios públicos", aun si su éxito inmediato fuera real, no
za de trabajo, activa o en reserva, otro de los ejes de la política neoliberal.
garantizan en el mediano y largo plazo un futuro tranquilo ni exento de
Al mismo tiempo, permite reorientar el excedente hacia inversiones pro
conflictos: resurgen problemas que la acción estatal había minimizado o
ductivas, rentables en términos capitalistas, que sirven a la acumulación y
reducido en el pasado, y surgen nuevas tendencias malsanas.
transfieren valor a las empresas privadas: las condiciones generales de la
El capital privado, particularmente el transnacional, sólo garantizará la
producción y el intercambio. También permite la reducción de las transfe
producción de aquellas condiciones generales de la producción y el inter
rencias de capital del sector empresarial al Estado por la vía impositiva,
cambio
que sean rentables en forma inmediata o a corto plazo, abriéndose
que se materializan en las reformas tributarias que reducen los impuestos
nuevamente el camino a vacíos y estrangulamientos en las cadenas pro
patrimoniales y a la ganancia, elevando los impuestos al consumo, que
ductivas y del intercambio, en el momento en que la modernización del
recaen sobre el conjunto de los compradores. El impacto de esta política
aparato productivo, comercial, financiero y de servicios, para aumentar la
sobre el rápido deterioro de las condiciones materiales de vida de los tra
productividad y enfrentar la competencia con el capital transnacional en el
bajadores en campos y ciudades es un hecho conocido. El Estado adelgaza,
mercado interno e internacional, que requiere su acelerado y extensivo
gracias a la dieta de los trabajadores.
proceso de desarrollo. La producción de infraestructuras o la prestación
La racionalización y rentabilización capitalista de las empresas de servi
de servicios, selectiva según su rentabilidad privada, afectará fundamen
cios públicos, se entiende como su sometimiento a la lógica plena del capi
talmente a: los territorios (regiones y ciudades) no estratégicos para la
talismo, lo cual supone la desaparición de los subsidios y la fijación de pre
acumulación transnacionalizada de capital; los productores individuales
cios de mercado en condiciones monopólicas, al nivel de los precios de
o las pequeñas y medianas empresas, no dominantes; y los pequeños
producción; esta elevación adicional de los precios cierra aún más su ac
asentamientos urbanos o las áreas rurales poco rentables y poco signifi
ceso a los sectores populares mayoritarios pauperizados. Es necesario
cativos para los circuitos territorializados de la acumulación.
precisar que hasta ahora, en América Latina, el sector más beneficiado
El pago de los valores de uso de las
cgrfs
a su precio de producción,
ha
justo en lo general y abstracto del discurso de la economía de mercado,
sido el empresarial, en la producción y en el consumo de lujo; pero el más
acentuará la diferenciación de las empresas, afectando más a las formas
afectado por su eliminación está siendo el de los trabajadores, quienes
precapitalistas agrarias o artesanales y a las capitalistas atrasadas, convir-
reciben la menor parte; para ellos, el subsidio a los servicios aparece
t iéndose en mecanismo de penalización del denominado "capital ineficien
como condición de subsistencia duramente conquistada y, a la vez, como
te" y por tanto, de concentración monopólica del capital. Guiándose por la
cuantitativa y cualitativamente por los subsidios estatales en las
150 • Emilio Pradilla Cobos
cgrfs,
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos * 1 5 1
lógica privada de la ganancia, se dejarán de construir y producir infraestrur.
correlato la democratización; y las políticas de desconcentración territo
turas y servicios poco rentables en áreas atrasadas o deprimidas, intensiíi
rial emprendidas por el Estado para revertir las crecientes deseconomías
cándose la tendencia a la desigualdad en el desarrollo territorial. Al transferir
de aglomeración en las grandes metrópolis. Válida en términos genera
las condiciones generales de la producción y el intercambio
e i- (Pradilla,
les, esta reivindicación democrática ha sido respondida por los gobiernos
1984: cap. II), parcial o totalmente al sector privado, cuya naturaleza inten
neoliberales latinoamericanos en forma antinómica: ha llevado a descar
-cgp
siva en capital se ha acentuado por el cambio tecnológico, los aumentos
gar el peso financiero de su creación y mantenimiento sobre los hombros
consiguientes de la composición orgánica del capital, cuyos efectos sobre la
de los gobiernos y los usuarios y tributarios locales, que en las regiones
calda de la tasa de ganancia de los capitales individuales eran mediatizados
y ciudades atrasadas, castigadas en la distribución del gasto público
y socializados por la intervención del Estado, los fondos públicos y las
central, carecen de recursos para mantenerlos, dando lugar a una aten
transferencias de valor, recaerán directamente sobre el capital privado in
ción desigual y deteriorante; ha sido utilizada mañosamente para justifi
dividualmente considerado. Se reforzará así la tendencia a la caída de la
c a r la privatización, que sería sólo una de las alternativas posibles; y
lasa de ganancia, que constituye uno de los factores reales esenciales de la crisis.
lleva a la fragmentación de procesos de producción, circulación y ges
La privatización de las condiciones generales de reproducción de la fuerza
t icnen ventajas comparativas derivadas de la unidad y/o la interconexión
de trabajo, su sometimiento a la rentabilidad privada y la eliminación de los subsidios estatales, elevarán notoriamente sus precios de mercado y gene
tión de bienes y servicios que, aún a pesar del cambio tecnológico, mani iperativa y la regulación unitaria. El control estatal centralizado de las
cgrfs,
mediante la planeación indi-
rarán una presión equivalente para lograr aumentos de los salarios; si
i al iva y la gestión pública, permitía en el pasado, aunque no se ejerciera esa
éstos no son concedidos, se degradarán aún más las condiciones materia
capacidad, la aplicación de una lógica de localización territorial y urbana
les de vida de los trabajadores, cuyo efecto inevitable es la reducción de la
que caminaba en el sentido de la eliminación de las denominadas desecono-
productividad del trabajo y la competitividad internacional, contrarias a los
mías de aglomeración entendidas como costos sociales e individuales de las
objetivos del proyecto neoliberal globalizante. Si la patronal no compensa
expresiones territoriales de la anarquía en la producción, o la relocalización
las alzas de las
con incrementos correspondientes de salarios, éstos
ilc las ventajas de aglomeración, mediante la dotación privilegiada a ciertas
continuarán cayendo hasta alcanzar los límites biológicos en los cuales se
áreas de infraestructuras y servicios, o los efectos "polarizadores" de la lo
entra en contradicción con el mantenimiento o incremento de la producti
calización de grandes empresas industriales estatales, tendientes a la redis
vidad y la intensidad del trabajo, es decir, de la plusvalía relativa.
tribución territorial de la actividad económica y la población.
cgrft
Con la privatización disminuirán también las economías de escala y
Con la extinción de la planeación, resultado del conjunto de políticas
desaparecerán las solidaridades forzadas de los trabajadores, logradas por
neoliberales, y la privatización, esta lógica se transfiere al capital privado
particularmente en la Seguridad Social
Ii ical asentado territorialmente, al transnacional deslocalizado en relación
y los fondos de vivienda de los trabajadores, haciendo elevar sus costos y
a la nación, y a las fuerzas del mercado monopólico, que históricamente
la intervención estatal en las
cgrft,
precios; este efecto será agravado por la fragmentación sectorial o regional
lian producido la anarquía, la concentración territorial y las deseconomías
de las infraestructuras y las unidades productivas de bienes y servicios
correspondientes. Por ello, se desvanece aún más la posibilidad, no reali
públicos, inherente a la privatización y a la descentralización local que, por
zada, de la planeación territorial y se gestan nuevas fuerzas de generación
otras razones, ha acompañado el proceso.
ile la desigualdad territorial (regional y urbana) y la crisis urbana. in
El proceso de privatización de las paraestatales y su correlato la
fraestructuras y los servicios públicos a nivel local, ha sido resultado de:
contracción del Estado, ha sido asumido como consigna central de la bur
la presión de la ciudadanía para lograr la descentralización política y su
guesía latinoamericana, la transnacional territorializada en nuestros paí
La
descentralización
152 • Emilio Pradilla Cobos
del
financiamiento
y
la
gestión
de
las
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 153
ses, sus expresiones políticas y los organismos financieros multinaciona
legitimidad de los gobiernos neoliberales y sus políticas de modernización
les que tutelan nuestras economías.
iransnacionalizada. Era necesario, por tanto, aplicar políticas sociales esta
Llama la atención que los procesos reales de privatización llevados a
tales que controlaran "la tensión entre las necesidades de acumulación de
cabo en Latinoamérica hayan sido más rápidos, amplios y profundos que
capital e inversión por una parte, y de legitimación del sistema mediante la
en los países capitalistas desarrollados donde se gestó la ideología neolibe
integración sociopolítica por la otra" (James Malloy, citado por Lovera, 1992:
ral. Las explicaciones tenemos que encontrarlas en la naturaleza diversa
t\). La alternativa puesta en marcha por varios gobiernos fueron los progra
de sus regímenes políticos, bastante más democrática en los países centra
mas de lucha contra la pobreza extrema, bajo diferentes denominaciones.
les, el desprecio histórico del poder político latinoamericano hacia la opinión
En términos generales, se trata de llevar a cabo programas discrecio
pública expresada por una sociedad civil poco desarrollada y desarticulada,
nales de los aparatos del Ejecutivo estatal, dirigidos a atender mediante la
la distinta correlación de fuerzas entre las clases sociales, el mayor poder del
combinación de recursos financieros del Estado y aportes en dinero y
movimiento obrero y sindical en los viejos países capitalistas, la debilidad y
trabajo de los integrantes del grupo social respectivo, obras de construc
desarticulación de nuestras estructuras económicas, las profundas relacio
ción de infraestructuras y soportes materiales de servicios públicos como
nes de dependencia hacia los países centrales del capitalismo, y el yugo
pavimentación de calles, drenajes, desecación y descontaminación de
hipotecario de la deuda externa, que concede poderes tutelares a la banca
corrientes de agua superficiales, sistemas de dotación de agua potable y
multinacional.
electricidad, construcción y mantenimiento de escuelas y puestos de sa lud, construcción y mejoramiento de viviendas, etcétera. Así, mientras se aplican políticas de privatización de infraestructuras y servicios públicos,
Asistencialismo,
compensación y contención
SOCIAL, RESPUESTAS NEOLIBERALES A LA PAUPERIZACIÓN
y se eliminan las prestaciones sociales respectivas de los contratos colec tivos de trabajo particulares y la legislación laboral, y se borran los dere chos legales conquistados por los trabajadores o concedidos por la patro
La onda larga recesiva de la economía latinoamericana iniciada a mediados
nal y el gobierno en el pasado, reduciendo históricamente el valor de la
de los años setenta, profundizada a partir de 1982, y las políticas neolibera
fuerza de trabajo y el salario, se moderan los resultados empobrecedores
les de ajuste y modernización para superarla, han tenido como efecto agravar
mediante acciones que no implican el reconocimiento de derechos ciuda
las situaciones de pobreza que gestó o no pudo resolver el auge de las eco
danos, sino la respuesta "benevolente" a demandas sentidas de los núcleos
nomías latinoamericanas después de la Segunda Guerra Mundial. El desem
sociales más golpeados por la miseria. Ellos se sustentan en recursos ex
pleo creciente derivado de la crisis, el cambio tecnológico y la apertura comer
traordinarios, nutridos por parte de los antiguos presupuestos destinados
cial, la caída de los ingresos reales y el salario en particular, como resultado
al gasto público y recursos frescos provenientes del crédito externo o la
de la inflación galopante y la aplicación sostenida de la austeridad salarial, la
venta de empresas estatales.35 Se apoyan, además, mediante acciones le
contracción durable del gasto público social y las demás formas de privatiza
gales como la regularización de la tenencia ilegal de la tierra, que institu
ción de los servicios sociales, han dado lugar a un crecimiento sin preceden
cionalizan la propiedad privada y someten a sus tenedores al control fiscal
tes de la pobreza en el subcontinente. La cepal calcula que en 1989, la pobre
y la tributación.
za afectaba a un 44 por ciento de la población total, un 21 por ciento de la cual se encontraría en la indigencia; estos porcentajes se elevarían en el campo a
Como en el caso de la autoconstrucción de vivienda pasada y presente, estos programas transfieren parte sustancial de la carga de la reproduc-
61 y 37 por ciento respectivamente [cepal, 1990: cuadro 5). Como era de suponer, este empobrecimiento de la población trabajado ra crea una tensión social, partera de violencia, que amenaza y socava la 154 • Emilio Pradilla Cobos
35 En México, los fondos utilizados para el Programa Nacional de Solidaridad [Pronasot], provinieron del presupuesto normal mediante el rebautizo de programas, de créditos exter nos, y de parte de los recursos obtenidos de la venta de empresas estatales.
Las contradicciones de la privatización de los servicios públicos • 155
ción de su fuerza de trabajo a los habitantes pauperizados, mediante el alargamiento de la jornada laboral o de subsistencia normal, introducen el trabajo familiar femenino o infantil, absorben parte del fondo de consu mo de subsistencia y, en definitiva, se manifiestan en reducción del salario de todos los trabajadores por el mecanismo descrito por Engels hace 120 años (Engels, 1872; Pradilla, 1987: cap. 4], Adicionalmente, dado el carác ter discrecional no sujeto a derechos ni planes institucionalizados, que coloca su otorgamiento en manos del gobierno, estos programas permiten mantener la legitimidad del Estado y, sobre todo, el control político directo o a través de los partidos políticos gobernantes. En suma, se trata de políticas de asistencia social a la pobreza extrema, para compensar parcialmente a las familias y núcleos sociales más afecta dos de lo perdido por la aplicación del ajuste económico y la reforma del Estado, y para contener y controlar en la medida de lo posible, la hipotética pero probable o la real movilización de protesta y reivindicación de los sectores más golpeados por la crisis y por el neoliberalismo en el poder. Como afirma Alberto Lovera (1992), estos programas son la "ambulancia" de las políticas de ajuste neoliberal.
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(. ipftulo IV
Las teorías urbanas en la crisis actual*
La década de los ochenta se caracterizó por dos procesos simultáneos do cambio, aún inconclusos: la reestructuración del sistema capitalista .i escala mundial, para superar la onda larga recesiva iniciada a media dos de los setenta; y el inicio de la restauración del capitalismo en la mayoría de los países del "socialismo real", a raíz del derrumbe de sus regímenes estalinistas. Su combinación abrió las puertas a lo que los gobiernos
de
los
países
capitalistas
hegemónicos
denominan
"Nuevo
()rden Mundial", al cual se someten crecientemente los países ex soi ¡alistas y los capitalistas semicoloniales y semiindustrializados, inclui dos los latinoamericanos. Estos cambios han impactado a las teorías sociales en su conjunto, y a las "urbanas" y "regionales". Las teorías burguesas buscaron reencontrar sus fuentes en el pasado más o menos remoto, cohesionándose en la ideo logía neoliberal.36 El "establecimiento" político e intelectual declaró muertos al marxismo y al socialismo; y políticos e intelectuales que se reclamaban de ellos, abandonaron sus postulados para refugiarse en el nihilismo, el empirismo, o engrosar las filas neoliberales de derecha o de "izquierda". *La versión original de este ensayo fue publicada en la revista Sociológica, año 7, núm. IH, enero-abril 1992, Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco, México. 36Usamos la denominación “neoliberal", en la medida que es la que se ha popularizado umversalmente; sin embargo, creemos que la apropiada sería "neoconservadora", pues esta ideología y sus políticas, aunque formalmente se sustentan en el liberalismo de los orígenes del capitalismo, no contienen sus valores democráticos, nacionalistas y antiimperialistas, y lian sido aplicadas por las fuerzas sociales y políticas más conservadoras, en muchas ocasio nes mediante el recurso al autoritarismo y la coerción. En realidad, sus fuentes más vivas y concretas se ubican en el pensamiento económico y político del periodo de consolidación del capitalismo monopolista y el imperialismo, de finales del siglo xix y principios del xx. 159
Otros decretaron el fin de la modernidad y el advenimiento de la posmo-
/)) El cambio de las relaciones entre capital y trabajo asalariado, en bene
dernidad. La crisis de las teorías es evidente. Pero el aparente triunfo del
ficio del primero, mediante la reducción del salario real (directo e indi
capitalismo no resulta de la solución de sus contradicciones estructurales,
recto], reformas a la legislación laboral, la "flexibilización" de la relación
que siguen agudizándose. Hoy, el debate teórico-político en el campo de la
laboral, el debilitamiento de los sindicatos y el ataque a la contratación colectiva, como vías para incrementar la explotación absoluta.
teoría social y la urbano-regional, adquiere renovada importancia.
r:) La extensión y profundización de la internacionalización monopólica del capital, el desplazamiento de partes del proceso productivo a países Crisis y reestructuración del capitalismo mundial
semiindustrializados, la subcontratación internacional y la reorganiza ción deslocalizada de las cadenas productivas.
A mediados de los años setenta, el reconocimiento de la naturaleza estruc
d) La consolidación del dominio de los polos capitalistas hegemónicos
tural de la onda larga recesiva de la economía capitalista mundial (Mandel
(Estados Unidos, Europa Occidental y Japón) y sus esferas o blo
[1980] 1986), llevó a la burguesía de los países capitalistas hegemónicos, a
ques regionales ampliados, en el marco de una reorganización de la
sus instituciones económicas y financieras
división internacional del trabajo.
(fmi,
Banco Mundial,
ocde,
et
cétera), a sus expresiones políticas dominantes, incluida la socialdemocra-
e) El dominio de la ideología del "libre mercado", la liberación comercial
cia, y a sus gobiernos, a abandonar su concepción del Estado Interventor,
de los países semicoloniales, la exacerbación de la competencia co
del Estado del Bienestar, teorizada por el Keynesianismo, y a iniciar una
mercial entre países hegemónicos y la extensión del proceso de for
reestructuración global del régimen político, económico y social, cuyos
mación de mercados regionales.
términos fueron integrados en la ideología neoliberal, sustentada en las
f)
La reforma del Estado capitalista, consistente en el cambio de sus
ideas económicas del monetarismo. Los países semiindustrializados y se-
modalidades de intervención en la economía y la vida social, el
micoloniales, particularmente los latinoamericanos, sumidos en la profun
desmantelamiento del sector capitalista de Estado, la privatización
da crisis abierta en 1982, prisioneros de sus gigantescas deudas externas
de sus empresas, la reducción y reorientación del gasto público, par
y presionados por los organismos financieros internacionales, siguieron el
ticularmente el "social", y la desregulación de la economía (Pradilla,
mismo camino: algunos tempranamente como los del Cono Sur, y el resto
1990, capítulo II de este libro).
en una sucesión cada vez más acelerada, en forma más abrupta y profun da que en los países hegemónicos (Kalmanovitz, 1983: cap. VIII; Foxley, 1988; Guillén, 1990; Valenzuela, 1991). Los ejes básicos de la reestructuración neoliberal han sido:
Apoyado en un desarrollo tecnológico sin precedentes (Coriat, 1991], una selectiva exportación de capital financiero e industrial hacia países desarrollados o semiindustrializados claves, una política comercial externa agresiva pero manteniendo la protección de su mercado interno, y el do
a) La reorganización y modernización de los procesos de producción
minio sobre el bloque económico asiático, prolongado a la Cuenca del Pa
agropecuaria e industrial, la circulación mercantil y monetaria, la pro
cífico, Japón parece avanzar hacia la hegemonía económica en el mundo
ducción y gestión de las condiciones generales de la reproducción de las
capitalista. Los países de Europa Occidental, que caminan hacia la for
formaciones sociales (Pradilla, 1984: caps. II y III) y la administración
mación de la comunidad económica y política Europea, bajo el liderazgo de
pública, gracias a la introducción masiva de nuevas tecnologías (biotec
Alemania y Francia, orientan su política hacia la integración de los frag
nología, robótica, automatización, cibernética, comunicación electróni
mentos del "bloque socialista" en transición hacia el capitalismo, como
ca, sistemas de producción flexible, nuevos materiales, etcétera), redu
mercados para sus capitales y mercancías, compiten también por la
ciendo la fuerza de trabajo necesaria y profundizando su explotación
hegemonía mundial. Estados Unidos, cuya hegemonía económica se debi
intensiva con base en el incremento de la plusvalía relativa.
litó frente a Europa Occidental y el Japón, a pesar del despliegue planetario
160 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual * 1 6 1
de sus capitales, busca mantenerla en lo político-militar', reforzando su
marxista y leninista como la esencia de la construcción del socialismo,
poder tecnológico, manteniendo su presencia militar en todos los conti
sustituida por una propiedad estatal centralizada, realmente existente (Sán
nentes, interviniendo selectivamente en los conflictos internos de otros
chez Vázquez, 1991); b) la negación de la autoorganización democrática de los
países (Granada, Panamá, Irak-Kuwait, para citar las más violentas) y
trabajadores, forma política correspondiente a la propiedad social, por el au-
amplificando su discurso anticomunista y su espuria identificación demo
loritarismo del estado burocratizado y centralizado propio del régimen estali-
cracia = liberalismo económico. En América Latina, el neoliberalismo avanza con la misma velocidad que
ilista (Sánchez Vázquez, 1991); c) la contradicción entre la forma estatizada de la producción y la reproducción de las normas burguesas de distribu
el cólera, síntoma de su otra cara, la miseria. Uno tras otro, compitiendo en
ción social del producto (Bensaid, 1978); d) la contradicción entre la planeación
la amplitud y celeridad de las reformas, sus países se suman a la ola privati-
férreamente centralizada y el mantenimiento de las relaciones de mercado
zadora, integracionista y "globalizante". La fiebre de los "mercados comunes"
(Bensaid, 1978); e) el privilegio absoluto concedido a la industria militar pesada,
se extiende: México-Estados Unidos-Canadá, México-Chile, México-Colom-
en relación con la de bienes de consumo, y el correlativo estancamiento de los
bia-Venezuela, libre mercado andino, Mercosur; pasos fragmentarios y zigza
niveles de vida (Mandel [1989] 1991; Samary, 1991); y f] los conflictos re
gueantes ante la imposibilidad de un acuerdo global, sobredeterminados por
currentes con la burguesía mundial (Primera Guerra Mundial y guerra civil
la "Iniciativa de las Américas" del presidente norteamericano Bush. En ausencia de un proyecto nacional integral, los gobiernos desmantelan
posrevolucionaria, Segunda Guerra Mundial, "guerra fría", conflictos regiona les en países que iniciaban la "transición al socialismo" como China, Alema
los aparatos económicos de Estado, entregándolos al capital privado nacional
nia, Europa del Este y Yugoslavia, Corea, Vietnam, Camboya y Laos, Cuba,
y transnacional, cambian sus constituciones y leyes, sobre todo las de benefi
Afganistán, etcétera, que unidos a las implicaciones internas del autoritaris
cio social, aun aquellas surgidas de dolorosos procesos revolucionarios
mo estalinista, empujaron a la carrera armamentista (Mandel [1989] 1991; Castells, 1990).
como el mexicano, el boliviano, el sandinista, el de la Unidad Popular chile na, o los movimientos-gobiernos bonapartistas nacionalistas en Brasil y Ar
Los resultados fueron: el bloqueo del desarrollo de las fuerzas produc-
gentina. Desde las dictaduras militares de Chile, Argentina y Uruguay en los
livas sociales, con manifestaciones como el atraso tecnológico, el freno del
años setenta, hasta las democracias restringidas actuales, las políticas neo
crecimiento y la crisis económica, y el estancamiento de los niveles de vida
liberales se aplican autoritariamente. Sin embargo, los países latinoameri
de la población,- y el surgimiento de movimientos de resistencia, de izquier
canos siguen sumergidos en la crisis económica iniciada en 1981, al tiempo
da y derecha, contra el autoritarismo de los regímenes políticos. Como se
que crecen los índices de pobreza extrema (Vuskovic, 1990).
había previsto cinco décadas atrás (Trotsky [1937] 1972; Trotsky, 1938), el
El derrumbe del "socialismo real"
generalizado a todos los países en transición al socialismo, jugó el papel de contradicción social dominante.
régimen estalinista (de Stalin, de los países satélites y de sus sucesores),
Y LA RESTAURACIÓN DEL CAPITALISMO
Para salvar su existencia social y su poder, la burocracia emprendió tardías, ingenuas y atropelladas reformas económicas y/o políticas desde arriba,
El derrumbe estrepitoso de los estados obreros burocratizados (Trotsky
cuyo objetivo no fue superar las contradicciones en la construcción del
[1937] 1972; Mandel y Berger, 1978; Bensaid, 1978) en muchos de los paí
socialismo, sino retornar a la "economía de mercado" y la democracia bur
ses del llamado "socialismo real", en particular en la Unión Soviética y los
guesa (Gorbachev [1987] 1991; Iakovlev, 1991), demagógicamente disfra
de Europa del Este, fue el resultado de la combinación de sus contradiccio
zado bajo "...las ideas de la Revolución de octubre de 1917, las ideas de Le-
nes antagónicas, internas y externas: a) la negación de la socialización de la
nin, los intereses del pueblo soviético" (Gorbachev [1987] 1991: 368). Estas
propiedad de los medios de producción, postulada en la teoría y la política
reformas no lograron detener a las masas, a los burócratas disidentes o a las
162 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual • 163
dirigencias alternativas, ansiosas de poder, que desbordaron o liquidaron a las antiguas cúpulas dirigentes. El otro resultado fue la desestructuración total de los aparatos económicos y la profundización radical de la crisis, que hoy amenaza con hundir en la hambruna a millones de trabajadores.
externa, para satisfacer las necesidades de la restauración capitalista y las condiciones mínimas de subsistencia de la población. (i) La privatización anárquica de la propiedad estatal, la penetración in discriminada del capital transnacional, insuficiente para poner en
El cambio unilateral y autoritario de la política intervencionista de la
marcha el capitalismo, la conversión de la burocracia estalinista en
URSS hacia sus satélites, por una de "no compromiso" total, libró a su
burocracia capitalista y nueva burguesía, aprovechando sus anterio
suerte a los regímenes políticos del Este, a los que había impuesto y
res privilegios, y la desorganización e incapacidad de respuesta de
controlado, acelerando su derrumbe. En agosto de 1991, el frustrado
los sindicatos, antes sometidos al aparato estatal ("Perfil" de La Jornti
golpe de estado en la URSS desencadenó procesos que llevaron a la
da, 3-IX-1991). La vieja burocracia estalinista y las transnacionales se
proscripción del Partido Comunista de la Unión Soviética, la exacerbación
apropian así del producto acumulado del sacrificio de los trabajadores
del nacionalismo, particularmente el ruso, y la desintegración nacional en diciembre de 1991 [La Jornada, 21-XII-1991) y su sustitución por una
durante décadas de aislamiento, hostigamiento externo, control y re presión de las burocracias.
inviable y asimétrica Comunidad de Estados Independientes, al ascenso
d) Las tendencias nacionalistas centrífugas, sometidas antes por el cen
al poder de los sectores más proburgueses y proimperialistas de la bu
tralismo autoritario estalinista (ex URSS, Yugoslavia, Checoslovaquia,
rocracia estalinista "autorreformada", y al derrumbe final del llamado
etcétera) empujan violentamente a la ruptura de los anteriores víncu
"bloque socialista". La Federación Rusa y su derechista "Zar Boris", mediante minigolpes
los internacionales o nacionales, teniendo como únicos interlocutores
de Estado y maniobras autoritarias, tan antidemocráticas como el golpe
cias; marchan así en sentido contrario a la tendencia a la integración
frustrado de agosto de 1991, se ha apropiado del poder económico y político y los aparatos de la URSS, perfilándose como el Estado hegemónico de la comunidad, a semejanza de lo que ocurría en el Imperio ruso antes de la Revolución de 1917. Como en una tragicomedia, las 16 repúbli cas y otros territorios "autónomos" forcejean en la rapiña de los bienes y aparatos de lo que fue el Estado soviético, y se desgarran en cruentos enfrentamientos. Los rasgos fundamentales del proceso, con sus particularidades nacio nales, son: a] La pérdida del papel dirigente y la hegemonía en el poder del Estado, de los partidos comunistas, su desintegración o proscripción, el arri bo al poder de partidos conservadores o democrático-burgueses, no exentos de autoritarismo, la marginaeión política de la clase obrera y el campesinado, y la generalización de la ideología antimarxista, an tisocialista, anticomunista. b) La generalización y agudización de la crisis económica, debido a la desorganización de las estructuras productivas, financieras y de dis tribución, y la búsqueda incondicional de ayuda, crédito e inversión 164 • Emilio Pradilla Cobos
a los grandes países capitalistas convertidos en árbitros de las diferen de grandes bloques regionales hegemónicos de países capitalistas, que acompaña al proyecto neoliberal de reestructuración. e) Los trabajadores pierden la seguridad en el trabajo, el empleo, y otras garantías y servicios sociales que habían conquistado en los procesos revolucionarios, en aras de la restauración capitalista y la privatización, quedando como fuerza de trabajo barata y dócil para la nueva burguesía. En lugar de dar pasos hacia la instauración de la democracia obrera, la autoorganización de los productores y la socialización efectiva de la propie dad, hacia la construcción del socialismo, la burocracia estalinista que había expropiado el poder político a los trabajadores y gobernaba a su nombre pero en su contra, abandonó el proyecto socialista y regresó al capitalismo y a la democracia burguesa, que no ha cambiado su carácter de dictadura de la burguesía sobre los trabajadores, luego de haber gene rado un odio totalmente explicable de las masas hacia un sistema que sin icner nada que ver con el comunismo propuesto por los marxistas revolu cionarios, usaba su nombre. En medio de una profunda recesión económi Las teorías urbanas en la crisis actual • 165
ca, cuyos signos más visibles son la caída de la producción industrial y
I i Nuevo Orden Mundial capitalista
agraria, el desempleo masivo antes desconocido, la reducción de los sala rios, la desestructuración de los sistemas de abasto, la hiperinflación y ni
I ,a guerra del Golfo Pérsico fue el primer acto formal del Nuevo Orden Mun
hambre (La Jornada, 24-XII-1991), los países ex socialistas transitan do
dial pregonado por el gobierno norteamericano, sustentado por las otras
modelos-esperanza de la humanidad, lo que fueron durante siete déca
potencias capitalistas y apoyado explícita o implícitamente por la ex URSS y
das, a países precapitalistas atrasados, subordinados al imperialismo en
(¡hiña. Los siete grandes, comandados por Estados Unidos, a través del
lo tecnológico, productivo, financiero, comercial y político-militar. En pa
(¡onsejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se autoerigieron en instancia
labras del Grupo de Iniciativa Moscovita por un Movimiento Popular
supranacional con derecho de intervenir, política o militarmente, directa o
Autogestionario de la Izquierda Unida, se trata del "renacimiento de un
indirectamente, en cualquier lugar del mundo, en nombre de "la paz y el
capitalismo ruso semi-feudal, autoritario, monopolista y salvaje" (Sama-
humanitarismo", haciendo letra muerta de la soberanía y autodeterminación
ry, 1991, 26). No cabe duda que se trata de una de las más grandes y
nacional. La sustitución de la URSS en el Consejo de Seguridad, por la Fe
dolorosas derrotas del movimiento obrero revolucionario en la historia del capitalismo mundial.
deración Rusa, sólo agravó esta tendencia, dadas las posiciones pro-impe
Ese tránsito será difícil, doloroso y cruzado por muchos conflictos so
político de las grandes potencias capitalistas se puso en evidencia, mag
ciales. Ni el capital transnacional está interesado o en capacidad de absor
nificado, en los conflictos de los países ex socialistas de Europa del Este,
rialistas, subordinadas y autoritarias de sus dirigentes. El intervencionismo
ber toda la estructura económica de estos países, ni los nacionales privile
Yugoslavia y la URSS, cuyos dirigentes "reformistas" han aceptado y propi
giados han acumulado capital suficiente para hacerlo; esto abre un proceso
ciado oportunistamente su injerencia y arbitraje.
salvaje de acumulación originaria de capital, seguramente más trágico que
En lo económico, las empresas transnacionales controlan el espacio
el vivido en los países europeos en el tránsito del feudalismo al capita
productivo mundial mediante los flujos de inversión, la tecnología avanza
lismo, o que el conocido en América Latina. Tanto las viejas estructuras
da de producción y producto, y la subordinación de los países atrasados
burocráticas "socialistas", como los obreros expropiados opondrán resis
donde se localiza la subcontratación internacional y la maquila, a cuyos
tencia, al menos pasiva y larvada, al montaje del nuevo modelo. El hambre,
operarios sobreexplotan, beneficiándose además de las "ventajas relativas"
el desempleo y la miseria golpean ya a decenas de millones de trabajado
y estímulos otorgados por las políticas gubernamentales (Pradilla, 1991).
res, que hasta hace poco contaban con los mínimos de subsistencia, así
En los bloques comerciales integrados o en formación, las potencias indus
fuera deficientes. El nacionalismo exacerbado está generando conflictos
triales someten a sus condiciones a los socios desiguales y los convierten
violentos y sangrientos entre etnias, razas y naciones (Samary, 1991: 24; Almeyra, 1991).
en mercados cautivos para sus capitales y productos. La banca transna
El futuro es sombrío y no viene acompañado de la esperanza de un
ses mediante el yugo de la deuda externa y su servicio y los indispensables
cional controla los mercados financieros mundiales e impone sus intere
mundo nuevo y desconocido, que trajo la Revolución socialista. En China,
flujos de crédito. En el nuevo modelo "secundario-exportador" (taiwanés),
Cuba, Vietnam, Corea y otros países socialistas, la moneda está aún en el
que supone la orientación prioritaria hacia las exportaciones, la subcon
aire, bajo la presión férrea de los imperialismos.37
tratación, y la subordinación del mercado interno, el dominio extensivo del capital transnacional y la contracción y concentración monopólica de
37
[Nota de 2008] Bn el 2008, 16 años después de haber escrito este texto, ya conocemos la respuesta china: un gigantesco proceso de acumulación capitalista transnacionalizada, ha convertido a la China en el gran dragón que avanza sobre los mercados de todos los países capitalistas, incluido el de Estados Unidos. Su gigantesca y sostenida expansión económica se sustenta sobre el autoritarismo férreo de la burocracia del "Partido Comunista", la sobreexplotación salvaje de los trabajadores, y el recurso a la piratería como práctica clásica de
166 • Emilio Pradilla Cobos
la industria nacional tradicional, generada por la crisis y acentuada por la participar en el mercado mundial. Ahora, los países capitalistas avanzados, consideran a China un aliado, al que temen, pero del que obtienen inmensas ganancias, con sus miles de millones de trabajadores bien calificados, dóciles y mal pagados.
Las teorías urbanas en la crisis actual • 167
liberación comercial, la desigualdad y la dependencia tecnológica estrile tural se acentúan. El Nuevo Orden Mundial, una versión actualizada del pacto colonial, está atravesado por contradicciones no resueltas. Estados Unidos, poten
inihajo para las empresas transnacionales en los países semicoloniales y i'x socialistas, en condiciones de muy bajos salarios, relaciones laborales n 'slrictivas y control político y sindical; "pax romana" en lo político-sindical i Ii
tí
vada de la derrota histórica propinada al movimiento obrero y revolucio-
cia hegemónica militar, no lo es más en lo tecnológico y productivo, supe
nario por el imperialismo y el derrumbe del estalinismo, que mejora las
rado por Japón y Alemania. La competencia entre capitales de los países
condiciones de dominio del capital mundial. Sin embargo, las contraten-
hegemónicos se exacerba en el mercado financiero y de productos, y por
delicias a esta posible expansión de larga duración, están presentes, no
el control de los nuevos territorios para el capital abiertos en los países ex
lian sido resueltas; y si se produce, será en beneficio del gran capital mo
socialistas. En contradicción con la globalización, el nacionalismo se reae
nopolista, y se sustentará en una agudización de la explotación relativa y
tiva, presagiando conflictos entre los estados nacionales y los acuerdos supranacionale s.
absoluta de los trabajadores. Las economías capitalistas hegemónicas mantienen un curso desigual, irregular y heterogéneo, marcado por los ciclos cortos recesivos como el que actualmente (1991) ocurre en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra y
Las crecientes contradicciones sociales y territoriales
iiende a surgir en Japón. En tanto, las economías de la mayoría de los paí ses semicoloniales y dependientes, en particular los latinoamericanos,
El derrumbe del "socialismo real" no ha sido el resultado de la fortaleza del
permanecen en la onda larga recesiva iniciada a comienzos de los años
capitalismo, sino de la debilidad extrema del estalinismo, la incapacidad de
ochenta. Los ex socialistas inician su tránsito al capitalismo en condiciones
sus burocracias para darle una solución progresiva a sus contradicciones
de desorganización total de sus estructuras económicas, recesión produc
internas e internacionales, y el ingenuo pragmatismo oportunista que los
tiva profunda, desempleo masivo, desabasto y creciente dependencia del
llevó a buscar la salida en el retorno a una maltrecha economía capitalista.
capitalismo hegemónico. Sin que se haya resuelto el problema del servicio de la deuda externa
Las contradicciones sociales y territoriales congénitas al capitalismo, par ticularmente en su forma semicolonial, siguen presentes o se agudizan y
del Tercer Mundo, que incluye a los ex socialistas, las políticas neoliberales
la situación de las mayorías se hace aún más penosa; su sustento sigue
generalizadas abren las puertas de los Estados-nación atrasados a la trans
siendo la explotación creciente de la fuerza de trabajo y la expoliación irra cional de la naturaleza.
nacionalización del capital en sus diferentes esferas y al libre comercio internacional de capitales y mercancías, ampliando el canal histórico de
Las condiciones mundiales hacen prever una nueva onda larga expan
drenaje de la plusvalía social hacia los países hegemónicos, en el cual jue
siva del capitalismo mundial (Mandel [1980] 1986): ampliación ilimitada de
ga un papel creciente la sobreexplotación de la fuerza de trabajo local en
los mercados de capital y de las posibilidades de su exportación desde los
la subcontratación internacional -maquila- y las sobreganancias que gene
países hegemónicos hacia los semicoloniales y ex socialistas; difusión rá
ra para las transnacionales; al mismo tiempo, estas fuerzas acentúan las
pida y extensiva del cambio tecnológico y de las rentas monopólicas apro
tendencias a la desindustrialización local, generadas por la crisis (Gunder
piadas por las grandes empresas, derivadas de él; apertura potencial de grandes mercados para los productos de los países hegemónicos, gracias
Franck, 1988; Pradilla, 1991). La tasa de explotación de los trabajadores en el mundo entero aumen
a la liberación comercial de los países semicoloniales o ex socialistas; in
ta, como resultado de la reducción del salario real, directo, indirecto y dife
cremento a nivel mundial de las tasas de explotación de la fuerza de traba
rido (explotación absoluta) y el incremento de la intensidad y productividad
jo, gracias a la imposición a los trabajadores de las nuevas relaciones capi-
del trabajo (explotación relativa), por la aplicación generalizada de políticas
tal-trabajo asalariado; ampliación casi ilimitada del mercado de fuerza de
neoliberales de austeridad y modernización (Pradilla, 1990: cap. II de este
168 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual • 169
libro). Con la crisis y/o la caída de las tasas de crecimiento económico y la
(los en minorías étnicas y culturales, sobreexplotados y empobrecido?
modernización de los procesos productivos, crece el número de desem pleados en todo el mundo, en los países hegemónicos, en los semicolonia
segregados e indefensos, construyen explosivos inframundos en medio d la opulencia de estas naciones.
les y en los ex socialistas. Los desempleados, trabajadores inmigrantes y
Las minorías étnicas y las nacionalidades subordinadas de mucho
obreros no calificados conforman un estrato de "nuevos pobres" en los
países (irlandeses en Inglaterra; vascos y catalanes en España; negro
países desarrollados (Bihr, 1991), y la pobreza extrema se generaliza en el
en Estados Unidos y Sudáfrica; kurdos en Irak, Irán y Turquía; indígr
mundo desarrollado, atrasado y en Latinoamérica.38 El deterioro absoluto
ñas en México, Centroamérica, y países andinos; croatas en Yugoslavia
y/o relativo de las condiciones materiales y sociales de vida de las masas
entre otros), algunas abiertamente en lucha, muestran que la "cuestiói
se acentúa, así como el de sus expresiones territoriales.
nacional" tampoco ha sido resuelta democráticamente por el capitalismo
Los
sindicatos
y
otras
formas
de
organización
defensiva
de
los
Hay que añadir la conflictiva fragmentación de los países ex socialistas
trabajadores, aun las integradas a la burguesía o corporativizadas a sus
particularmente de la URSS, en cada una de cuyas repúblicas escindida;
partidos o estados, son golpeadas por la privatización de las condiciones
existen agudos problemas étnicos. La xenofobia, el racismo y el fascisnu
generales de reproducción de la fuerza de trabajo (Pradilla, 1984), la reduc
crecen aceleradamente, expresando la crisis económica y moral, sobn
ción del gasto público social y la ñexibilización autoritaria de la legislación
lodo en los países desarrollados y los ex socialistas.
laboral, por lo que se debilitan y carecen de propuestas alternativas ante
Las ciudades de los países desarrollados se pueblan de múltiples "ghe
la arremetida neoliberal y el cambio tecnológico y su impacto sobre el pa
ios" de minorías nacionales o étnicas (locales o inmigradas), en especial ei
pel decreciente del trabajo asalariado en los procesos productivos y la
los centros urbanos deteriorados, plagados de desempleados y vagabun
renta nacional (Bihr, 1991). La pauperización de los trabajadores en los países del llamado Tercer
dos, formados por viviendas en pésimas condiciones, hacinadas, carentes
Mundo, y de los ex socialistas, ha dado lugar a un incremento significativo
le, infestados de delincuentes y grupos violentos, inseguros, amenazado}
de los movimientos migratorios hacia los países capitalistas avanzados de
por las policías y los xenófobos. Son las imágenes urbanas de la periferia
Europa Occidental, Japón y Estados Unidos, o hacia los semiindustrializa
incrustadas en las centralidades de los centros del capitalismo.
de infraestructuras y servicios sociales de calidad, segregados socialmen
dos de mayor grado de desarrollo relativo: México, Brasil, Argentina y Ve
La carrera desaforada a la ganancia empresarial y la necesidad de sub
nezuela en América Latina. Los emigrados (mexicanos, portorriqueños,
sistencia de las masas pauperizadas, agudizadas por la larga crisis econó
centroamericanos en Estados Unidos; centroamericanos en México; euro
mica, han acelerado a escala mundial los procesos de destrucción de I;
peos del este, asiáticos, africanos y árabes en Europa Occidental; de otros
naturaleza y contaminación del medio ambiente, sobre todo en las grandes-
países asiáticos en Japón; colombianos en Venezuela; etcétera) constitui-
metrópolis, los cuales alcanzan niveles catastróficos en ríos y mares, gran
38Citemos solamente algunos datos periodísticos. El Secretario General de la onu afirmó que en el Tercer Mundo hay actualmente mil millones de pobres [La Jornada, ll-IX-1991]. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ubica a 370 millones de latinoamericanos (el 62 por ciento del total] en la situación de pobreza extrema (La Jornada, 18-VIII-1991], En Brasil, el país capitalista más desarrollado de América Latina, el número de desnutridos o hambrientos alcanza a 100 millones de personas y, por ello, en el Nordeste de ese país ha surgido una "nueva raza" de enanos (La Jornada, 28-XI y 10-XII-1991]. La oficina del Censo de Estados Unidos calcula en 33.6 millones el número de pobres en ese país en 1990, un 13.5 por ciento más que en 1989 (La Jornada, 27-IX-1991], Un tercio de los niños de Washing ton, capital de Estados Unidos, la nación más rica y poderosa del Orbe, viven en la indigen cia o en la calle (La Jornada, ll-V-1991 y 19-IX-1991], El listado empírico podría continuar
indefinidamente.
170 • Emilio Pradilla Cobos
des selvas tropicales y la atmósfera, amenazando ya el equilibrio genera, con el recalentamiento de la tierra, la desertificación planetaria y el agujere: en la capa de ozono. La reducción estructural generalizada del papel del Estado, la contrac ción del gasto público, sobre todo social, la desregulación y el declive o extinción de la planeación global y territorial, inherentes al modelo neolibe ral, retiran los débiles obstáculos que se oponían a la anarquía capitalista en la producción y apropiación social de las estructuras territoriales, regio nales y urbanas. La nueva división internacional del trabajo, la integración Las teorías urbanas en la crisis actual * 1 7 1
subordinada de las áreas maquiladoras a los centros hegemónicos, ln Im
N11 1 1 1 d e 11’, s tildo b urgué s. La amp I i ación de las libertade s fórmale s, democráti-
mación de bloques económicos y de libre mercado regionales, el eamliln
• ni burguesas, no está generalizada, ni trae consigo, necesariamente, aque-
tecnológico acelerado y otros procesos globalizados, librados a las Ii n m -um
n i ili las libertades reales, de clase, cotidianas, que se contraponen a la
anárquicas del mercado, profundizan, diferencialmente según los iniem
Mnpli ilación capitalista.
ses del capital monopolista y transnacional, las desigualdades y opimlnlm
n individualismo se adueña de las conciencias y las prácticas socia-
nes sociales en el desarrollo urbano y regional interno e internaeionnli
If» la lusticia social es sustituida en el discurso y la práctica estatal por el
Avanza el proceso de homogeneización capitalista, fragmentaria y deai/aml
MNencinlismo discrecional, por una solidaridad que se asemeja a la cari-
del territorio de los países semicoloniales y semiindustrializados, suborill
•l**iI pública, que no crea derechos ni pretende continuidad. La competen-
nada a la sociedad y el territorio de los hegemónicos, factor de desigual' Im!
i ia enlre capitalistas y entre trabajadores se acentúa, pero reducida al
social y territorial interna e internacional, contrario a la soberanía nacli n ial>
HihIiíIi) de los individuos, desregulada y desinstitucionalizada. Crece el
El caso mexicano es ilustrativo. Los clásicos problemas urbanos, controlados o mediatizados en piillf
I 'i ii
j*llv¡ i ( < ntral de productores y consumidores, como soporte y máscara de
por la intervención del Estado en el pasado, retoman un curso creclrnm,
la.......ii (ilación de capital. La cultura se banaliza y extranjeriza según el
sobre todo en los ámbitos de la dotación de condiciones generales y parl ll u»
Mimlrlo listados Unidos, haciéndose más mercantil y utilitaria, desdibu jando Lia identidades nacionales.
lares para la reproducción de la fuerza de trabajo y la protección ambii mal en los países desarrollados y, con mucha mayor agudeza, en los atrawnIi
u
1 1 1
is mo, depredador del hombre y la naturaleza, convertido en el ob-
I i drogadicción y el alcoholismo se multiplican, en razón directa a la
mi
El empobrecimiento generalizado y la austeridad en el gasto público Honial,
1 1 1
liiui ríe ile los grandes proyectos sociales, destruyendo simultáneamente
elevan los déficits cuantitativos y cualitativos de condiciones materinlui i||
H laa naciones envueltas en el torbellino violento del narcotráfico y su
vida en las ciudades, acentuando la segregación socio-territorial, la dcHlfual
l)|li/ie/i/)urguesja mafiosa, y a aquellas donde las masas están hundidas en
dad y la brecha entre los asentamientos de las distintas actividades y claan*
la lili indicción (Kalmanovitz, 1991], La violencia individual, el resurgi
sociales en el territorio. A pesar del desmantelamiento del Pacto de Varsovia y la debilidad v
miento de epidemias milenarias como el cólera, las nuevas enfermedades Mliboli/adas por el
fragmentación de la ex URSS y su ejército, el despilfarro armamentinla tiff
IimIHiiihms.
sida,
afectan sobre todo a las masas populares, más
los países capitalistas continúa, incentivado por su creciente interven) Hi*
ha exacerbación de las contradicciones sociales y territoriales no per-
nismo político-militar global, en el Nuevo Orden Mundial; aunque se han
M|lc avizorar el sueño ideológico americano, aparentemente compartido
reducido los riesgos de conflagración mundial, el arsenal nuclear aiuuf
Hhv |K ir el mundo entero, del "fin de la historia", de los grandes proyectos
existiendo y no parece próximo su desmantelamiento total. Adenuiii, ni
Mi I raí información, de la lucha de clases, de razas y de géneros; por el
guen vigentes y tienden a exacerbarse los conflictos armados regionales ■
■milano, presagia un futuro mediato de nuevas confrontaciones sociales ■ lini 1 1 1 .kdónales.
nacionales. En el marco formal de la democracia burguesa restringida, no nennHB riamente garantizada ni generalizada, la aplicación de las políticas neiilllM rales conlleva el reforzamiento del autoritarismo de los regímenes poMllnDfl
■M i kISIS TEÓRICAS Y EL RETORNO AL PASADO
sobre los trabajadores fabriles y el campesinado, y la férrea disciplina lft« bril impuesta por los grandes monopolios, en aras de la productividad y Im
lili
competitividad internacional desigual y asimétrica; por ello, no es portlliw
I Mi ili i vencido; y como es lógico, a las teorías que sustentaban ideológica-
imaginar la desaparición de los conflictos sociales y su correlato, la repcá
ftlHiir
172 • Emilio Pradilla Cobos
1 1
lula social global ha afectado por igual al campo del aparente vencedor y justificaban prácticamente su funcionamiento. El camino tomado Las teorías urbanas en la crisis actual • 173
ha sido un retorno al pasado en las teorías y las ideologías. La crisis econó
\\\ desgaste del modernismo y sus grandes proyectos o "metarre-
mica del capitalismo y su reestructuración, trajeron consigo la "contrarrc
Iniim" de modernización burguesa o proletaria, en el capitalismo o el
volución antikeynesiana" sistematizada en el "monetarismo", que busen
no( inlismo, cuyas "promesas" no han sido cumplidas, ha dado lugar al
cartas de nobleza en el pensamiento clásico burgués y reifica el neoclasiciit
mi raimiento de una generación de artistas (literatos, pintores, esculto-
mo de la época de consolidación del capitalismo monopolista, para sustcn
n n, etcétera), arquitectos y urbanistas, filósofos y cientistas sociales
lar su ataque a la intervención estatal (Kalmanovitz, 1983; Guillén, 1984 y
que niegan su vigencia histórica y anuncian la llegada de la posmoder-
1990). El idealismo materialista hegeliano, criticado por Marx, renace de
n idnd. Se erigen en críticos y verdugos de la modernidad, sus grandes
las cenizas, se enlaza con Weber y se deforma para justificar la "doctrinn
ii i n i/,aciones, sus filosofías de la historia y sus utopías, postulando en
Reagan-Bush" que idealiza al capitalismo como el único, último e ideal mo do de producir, intercambiar, gobernar y vivir. La democracia americana de
i nmbio el dominio de "la diferencia", "la discontinuidad", "la deconstrucnli'tii" y la "diseminación".
los fundadores del imperio, a cuyo nombre se ha oprimido y esclavizado n
I'.l rechazo posmoderno a los totalitarismos y las burocracias, justo
muchas naciones y generaciones, se identifica espuriamente al ideal huma
Itero carente de análisis de sus determinaciones esenciales, establece
no universal de libertad, para imponer la democracia burguesa como ln
iiii/i
falsa identidad entre éstos y los proyectos globales o totalizantes de
única aceptable y, por lo tanto, dotada de derecho a intervenir económica
i-nmbio social, y lleva a su negación como parámetros de la crítica de lo
política y militarmente allí donde a su juicio no se la practique.
real mente existente. Su aceptación pasiva y mistificadora del tecnologis-
En el otrora "campo socialista", en acelerada descomposición, la buró
I
I
ii
i capitalista, particularmente de la cibernetización y la informatización
cracia estalinista en proceso de conversión en burocracia burguesa y bur
nonsumista, conducen a una pretendida, irreal y paradójicamente utópi-
guesía burocrática, justifica la restauración autoritaria desde arriba del ca
i n, "sociedad informatizada con libre acceso a las memorias y bancos de
pitalismo semicolonial, acusando al marxismo de los errores y crímencu
ilmos", que excluye los consensos sociales. Su "sujeto (social) débil" lle-
del estalinismo, y recurre a la teoría burguesa clásica, mal conocida y peí ir
vn ni abandono de la justicia social y la protección de los débiles y opri
entendida, decorada con pinceladas socialdemócratas, en su ingenua y
midos. Su "fin de todo proyecto y normativa histórica totalizante", su
encubridora "economía de mercado socialmente orientada" (Iakovlev, 1991)
relativismo cultural", caen en la aceptación, sólo aparentemente demo-
Pero en definitiva, asume como propia toda la ideología neoliberal y se
emlica, de la dispersión total y la negación de toda utopía o propuesta
convierte en la principal, aunque débil, aliada de las potencias capitalistan
ile cambio social. Su orientación hacia el "localismo", que oculta la na-
hegemónicas y su Nuevo Orden Mundial intervencionista. El nacional
is
I I I
raleza de las hegemonías económicas y político-militares reales y las
mo renace: en las masas como ideología para enfrentar el viejo centralismo
ii ndencias globalizantes e internacionalizadoras actuales, excluye los
autoritario estalinista y el nuevo centralismo restaurador burgués; en ln
I in tyectos nacionales de autodeterminación e independencia (Mardones,
burocracia estalinista "reformada", para incrementar su poder político por
II IDO).
la fragmentación y mejorar las condiciones de su tránsito hacia la clase
lin definitiva, los posmodernistas llegan a una contradictoria acepta-
burguesa. En ambos casos, el resultado es la subordinación vergonzante o
eiúu acrítica de uno solo de los metarrelatos modernizadores, el capitalis-
la internacionalización del capital, la globalización del mercado mundial y
ln, en su castrada realidad neoliberal actual. Se trata, por tanto, de una
los grandes bloques económicos, negación de la autodeterminación, la so
|ioniura neoconservadora por esencia (Habermas [1984] 1989; Mardones,
beranía y la cultura nacional. El anticomunismo, el antimarxismo, el anli-
11190). Sin embargo, quienes defienden perspectivas críticas de izquierda
leninismo exacerbados justifican la represión contra quienes se oponen,
ile la modernidad, postulan que debe "completarse" la tarea incompleta e
desde muy diversas posiciones, al entierro del socialismo como proyecto y
Inconclusa de la modernidad (Habermas [1984] 1989; Berman [1982]
al retorno al ayer en condiciones de explotación salvaje.
II188), o trascenderse mediante la revolución social (Anderson, 1984). El
174 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual • 175
debate apenas está abierto, en un archipiélago de mil pequeñas batallas inconclusas.39
responsabilidad de los sujetos históricos, y su solución aparece como el re sultado del devenir cuantitativo, lineal y mecánico de los procesos privados
El tránsito hacia la hegemonía mundial consensuada entre los "siete
espontáneos o, cada vez menos, de las acciones públicas.
grandes" capitalistas, vehiculada por las transnacionales y el Consejo de
La totalidad compleja de los procesos y estructuras urbano-regionales
Seguridad de las Naciones Unidas, se cruza en sentido opuesto con el regre
reales se fragmenta en sus partes constitutivas, cada una de las cuales se
so ideológico y teórico al pasado, simbolizado en la sustitución de Marx y
analiza por sí misma, autónomamente, sin tener en cuenta las determina
Keynes por Malthus y Hayek, la restauración de San Petersburgo, alemán
ciones estructurales, ni su integración en los procesos globales, que des
y /.arista, como nombre de la ciudad soviética de Leningrado, y el reempla
aparecen en la particularidad. O bien, interpretaciones eclécticas, en las
zo de la bandera roja de Octubre por la de tiempos del Zarismo en Rusia.
que en la aparente explicación se usan conceptos de diversos orígenes, desprovistos de contenido, desligados de la unidad teórica que los produjo, por fuera de una legalidad científica y lógica que los llene de contenido
Las encrucijadas de las teorías urbanas
explicativo, extraídos de cuerpos teóricos distintos o abiertamente contra
La teoría urbana no podía dejar de expresar la crisis global de la teoría
do por resultado textos y discursos inútiles para unos y otros, que no
social, en sus dos vertientes fundamentales, de la cual es concreción y/o
aportan ningún conocimiento. Dotados de una inexplicable atemporalidad
particularización. En el pasado, ninguna de las vertientes había llegado ;i
histórica, sobreviven y renacen los planteamientos de "las plazas centra
constituir una teoría completa y sistemática de los fenómenos territoriales
les" de Christaller y Losch, la "ecología urbana" de la Escuela de Chicago,
[regionales
los "tipos ideales" de Weber, la "ley de la gravedad" de Reilly, el "continuo
puestos, sumados o yuxtapuestos al azar o según las conveniencias, dan
y
urbanos);
fueron
elaboraciones
sectoriales,
parcelarias,
incompletas y asistemáticas; en la mayoría de los casos, su apropiación
íolk-urbano" de Redfield, y otras muchas "teorías" que en su tiempo, no
por los teóricos y, sobre todo, por los prácticos, era insuficiente, superficial,
llegaron a explicar objetivamente los objetos históricos de análisis sobre
poco rigurosa y sin sistematicidad, siempre subordinada al pragmatismo de
los que se construyeron, pero que son mantenidos vivos por la ideología
las políticas. El efecto inmediato de esta crisis ha sido la generalización del
social o la de los investigadores.
empirismo descriptivo y/o el eclecticismo teórico y conceptual, que permi ten evadir la toma de posición y el compromiso teórico y político, y adecuar
II neoliberalismo como ideología práctica
se pragmáticamente a las circunstancias; o bien, la ideología neoliberal asumida como "teoría" justificativa de uso general. Simultáneamente, se ha
III neoliberalismo no es una teoría; es una ideología de clase, materializada
iniciado, junto con la economía, la resurrección de las teorías muertas y su
en un conjunto de políticas prácticas, pragmáticas, que se sustenta en vie-
embellecimiento con vestiduras nuevas.
ias o nuevas teorías parcelarias, apropiadas fragmentariamente de acuer
Hoy, como ayer, proliferan las descripciones minuciosas, los estudios de
do con las conveniencias, o las genera como justificación, en diversos
caso, los análisis comparativos poblados de cuadros y gráficos estadísticos,
ámbitos de la vida social. Estos fragmentos o parcelas se reviven o reade-
de las estructuras, formas o procesos territoriales, en los cuales la lectura o
eúan a la explicación de los fenómenos y procesos, o se "modernizan" de
narración de las apariencias evita y suplanta el análisis de la esencia, se
acuerdo con las necesidades y circunstancias prácticas.
mantiene oculta la determinación social, los agentes reales involucrados, la
Dos casos ejemplares en el ámbito de lo urbano en América Latina, son el discurso actual de la moribunda planificación urbana y regional, y
111 Va en aumento la literatura en torno a este debate; a título referencial, señalamos: Berman [1982] 1988; Casullo, 1989; Harvey; 1990; Lyotard [1989] 1990; Picó, 1988; y Vattimo
et al., 1990.
176 • Emilio Pradilla Cobos
las interpretaciones de la "informalidad". En el discurso de la planeación urbano-regional, contrapuesto en esencia al neoliberalismo, pero que aún Las teorías urbanas en la crisis actual • 177
11 derrumbe de la teoría urbana eurocomumsta se mantiene por conveniencias de legitimación política gubernamen o fl de subsistencia profesional, parece que nada en la sociedad ha cambia 0 | jj
I ,a única tentativa hecha a nombre del marxismo, para constituir una "teo
se
ría urbana" integral fue la llevada a cabo por la escuela francesa euroco-
siguen
manteniendo
los
mismos
diagnósticos,
objetivos,
proce
1
mientos, instrumentos e instituciones que en el periodo anterior a la ap
munista (Castells, Topalov, Lojkine, Borja, Preteceille, etcétera], apoyándo
cación de las políticas neoliberales, el proceso de reestructuración capita I
la (ni el estructuralismo marxiano de Althusser, la "teoría del capitalismo
lista y de reforma del Estado que, por su propia objetividad, est n I
monopolista de Estado" de Boceara y la línea política de la "transición de
determinando la extinción de la planeación indicativa como medio de in« j
mocrática, pacífica y parlamentaria al socialismo" planteada por los parti
tervención del Estado sobre el territorio. Sus apoyos teóricos fueron, 1
dos comunistas europeos hasta la crisis del "socialismo real". Durante
cuando el planteamiento se hizo por primera vez, y siguen siendo hoy día,
más de una década fue la corriente de análisis dominante en la investiga
las técnicas de la "regionalización" y la "jerarquización de las ciudades , a
ción urbana de izquierda en Europa y Latinoamérica. En ambos casos, se
"teoría de la polarización" de Francois Perroux de clara filiación keynesia
asumió como la pionera en el intento de sistematizar, hacer coherente,
na, los métodos del "diseño urbano" y las políticas derivadas de la inter
estructurar, modernizar y desarrollar el análisis marxista sobre la proble
vención planificada del Estado, hoy rechazadas por el neoliberalismo
mática territorial y urbana, cuando menos en algunos de sus aspectos
(Pradilla, 1990], El resultado son textos cristalizados y retóricos que en tran en contradicción con el discurso de los agentes estatales, la política
fundamentales. Sin embargo, su contenido y los procesos históricos simultáneos o
económica y social real, las prácticas estatales concretas y las teorías
posteriores a su elaboración, llevaron al hoy evidente derrumbe de la teo
ideológicas que las En la interpretación más vulgar del "sector informal en América
ría: a] la fragilidad de su construcción teórica y metodológica, desde el
Latina (De Soto, 1986], en los juicios de valor explicativos y las propues
/)) las características de los procesos objetivos del desarrollo capitalista, su
tas de solución de la problemática, nos encontramos a la vez con un
crisis y posterior reestructuración neoliberal en los países imperialistas,
grave desconocimiento de la historia, un claro predominio de los valores
cuya explicación era su objeto explícito, y en los semicoloniales y depen
ideológicos neoliberales, y conceptos y explicaciones tomados en pr s
dientes en proceso de semiindustrialización a los cuales se extrapoló y
tamo a la "teoría de la marginalidad" según Desal y la apología turneriana
adecuó; y c] el dramático y estrepitoso derrumbe del socialismo real en la
de la autoconstrucción de los años sesenta, que a pesar de haber si o desmontados pieza por pieza por la crítica (Singer, 1973; Pradilla, 197 y 1
URSS y los países del Este europeo. Como sus tres fuentes, esta teorización presentaba serios problemas
1988], resurgen a la sombra del neoliberalismo, ideología del gran capi
desde el punto de vista de la teoría y el método marxista, inconsistencias
monopolista, populistamente adecuada a los sectores populares. Otras
internas y limitaciones serias para su aplicación al análisis concreto de las
versiones críticas de la "informalidad" (Portes, 1989], se derivan a su vez
realidades concretas, puestas en evidencia por la crítica (Theret y Wievior-
de la "marginalidad estructural" y la "teoría de la dependencia , variantes
ka [1978] 1980; Theret, s/f; Pradilla [1981] 1987 y 1984]. Esta teoría evadía y violentaba la lógica dialéctica materialista mediante
sustentan.40
críticas radicales del keynesianismo de la
cepal
punto de vista del materialismo histórico-dialéctico del cual se reclamaba;
y de la marginalidad e
Desal, que no llegaron a romper el cordón umbilical con sus progenito
procedimientos mecanicistas y reduccionistas como las identificaciones
ras (Kalmanovitz, 1983],
espurias y contradictorias entre estructura espacial y estructura urbana, ciudad y reproducción de la fuerza de trabajo, Condiciones generales de la pro
40Es
el caso de la sección de "población, desarrollo regional y urbano del Plan Desarrollo 1989-1994 del gobierno mexicano, que en gran medida reproduce o p an c „ Plan Global de Desarrollo 1980-1982 y más concretamente en el Plan Nación TJrbano 1978, cuando las condiciones económicas, la política y la ideología eran m tes a las actuales.
178 • Emilio Pradilla Cobos
, ,jf. 1
n.
ducción y medios de consumo colectivo -mcc- (el concepto fundamental en esa teoría], lucha de clases en la ciudad y por la ciudad, Movimientos sociaLas teorías urbanas en la crisis actual • 179
Íes urbanos y transformación estructural de la ciudad, Políticas urbanas y
la historia. Por ello, el Estado capitalista iría asumiendo inexorablemente
planeación urbana, entre otras muchas. Recurrió a caracterizaciones ambi
las actividades denominadas mcc, indebidamente identificadas a la repro
guas, referidas a diferentes aspectos de la realidad connotada, asumidos
ducción de la fuerza de trabajo, lo cual les asignaría un carácter "progresi
indistintamente (por ejemplo, "efectos útiles" y soportes materiales en I/im
vo" en el sentido de su democratización y tránsito evolutivo al socialismo.
"características" de los mcc], y a hacer generalizaciones a partir de partieu
I ',1 neoliberalismo vendría a mostrar las equivocaciones de la teorización y
laridades no universales, que nublaban lo real, borraban las especificida
la línea política sobre la que se sustentaba. Su concepción estructuralista de la crisis económica, suma ecléctica de
des e imposibilitaban el uso de las categorías para interpretarlas. En muchos casos, se recurrió a un manejo superficial de los plañirá
los supuestos del "derrumbe" del capitalismo y de su "evolución" hacia el so
mientos "clásicos" del marxismo, como en la aplicación de la ley de la .so
cialismo por la vía del "capitalismo monopolista de Estado", y de la "crisis
breacumulación y la desvalorización del capital, la diferenciación entre capilnl
urbana" como crisis de la provisión y gestión de los "medios de consumo
y renta, las metamorfosis del dinero, las transferencias de valor, la tasn
colectivo", les impidió ver la relación orgánica entre ambas y la posibilidad
media de ganancia o la definición de las formas del consumo.
real que tiene el capital de resolverlas mediante cambios en los patrones de
Mediante argumentos pragmáticos o abiertamente ilógicos, se supn mieron del análisis relaciones fundamentales en la ciudad y el resto del
la acumulación sustentados sobre la agudización de las condiciones de explo tación de la fuerza de trabajo, la reducción del trabajo necesario mediante su
territorio del capital, pero incómodas para su epistemología: la producción
sustitución por máquinas (cambio tecnológico] o el despliegue de una nueva
industrial se remitió a "lo regional", el consumo productivo ("demasiado
división territorial, nacional e internacional, de los procesos de producción.
complejo" para analizarlo, según Castells), el intercambio mercantil y mo
Su aplicación en América Latina se dio mediante el sincretismo con la
netario, o el consumo de lujo de elementos urbanos por parte de la burguc
teoría radical de la dependencia (Kalmanovitz, 1983, cap. I; Pradilla, 1984,
sía, el Estado y sus agentes. Mecánica e injustificadamente, se invirtieron
cap. V] y la de la marginalidad estructural-, así, se convirtió en la más difun
las relaciones de determinación y dominancia, colocando al denominado
dida e influyente entre los investigadores críticos y progresistas.
"consumo colectivo" como la relación fundamental en las estructuras tern
Para adecuar la teoría a América Latina, Castells asumió, sacraüzó y con
toriales formadas por el capitalismo, hasta convertir la "teoría urbana" en
geló históricamente, sin confrontarlas con la realidad, ni criticarlas, ni enfren
una teoría más del consumo y la lucha social por alcanzarlo.
tar a sus críticos, las teorías de la dependencia y la marginalidad, en su versión
Los supuestos de la línea estratégica de un(os] partido(s] político(s) y
radical de izquierda, de los años setenta, que no lograron romper sus lazos
las alianzas de clase que postulaba(n), se convirtieron en leyes estructura
orgánicos con las explicaciones burguesas en cuya crítica se construyeron,
les y universales del capitalismo, para sustentar la existencia de un Estado
con su concepción lineal y unívoca (adialéctica] de las relaciones económicas,
neutral, colocado por encima de las clases sociales, que negaba la ley del
políticas y culturales internas e internacionales, ni superar su "dualismo" con-
valor, eliminaba las crisis y conducía inevitable y evolutivamente hacia el
génito y su evolucionismo "modernizante", ni explicar científica y rigurosa
socialismo, e identificar los intereses del "capital no monopolista" con los del proletariado.
mente los procesos históricos y sus contradicciones desde el punto de vista
En este mismo camino, después de ignorar las múltiples formas de
de los intereses de las clases sociales de los cuales se reclamaban (Kalmano vitz, 1983; Singer, 1973; Pradilla, 1984: cap. II; Pradilla [1981] 1987, cap. 5].
presencia del capital privado en los instantes de la producción, circulación,
Totalmente desarmada, esta teoría hizo caso omiso del surgimiento y
cambio y consumo de los llamados mcc, y el carácter plenamente capitalis
difusión de las ideas neoliberales en Europa y América Latina, y del avance
ta de las empresas estatales que producen (o producían entonces] algunos
del monetarismo y su contrarrevolución antikeynesiana. La burguesía
de ellos, asumieron el intervencionismo estatal como un movimiento es
mundial, sus agencias financieras multinacionales y los gobiernos echaban
tructural, lineal, universal y sin retorno, colocándolo de hecho por fuera de
a andar más o menos aceleradamente sus políticas de reestructuración del
180 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual * 1 8 1
lisiado y su dominio pulitico y la economía en su conjunto (particular.! neu
mI|',una, pasaron a engrosar el regulacionismo, o directamente dieron el
te los procesos de trabajo, las relaciones de explotación y la división inicr
milto hacia el neoliberalismo y sus nuevos mitos como la glohalización. Así, algunos de los conceptos de esta teorización han ingresado al libre
nacional del trabajo], las cuales golpeaban abiertamente los supuesLos lia sicos de esa teoría sobre la cuestión urbana y sus fuentes fundadoras l'.l
mercado del eclecticismo, lo que obviamente no es la culpa de sus autores,
abandono del intervencionismo estatal keynesiano y la generalización di'
míiio
las políticas neoliberales en los países capitalistas avanzados, dio un golfín
de los eclécticos que los usan. Por su lógica interna, esta "teoría urbana" desvió a los investigadores del
mortal al núcleo básico de la teorización del capitalismo monopolista de
análisis de la relación economía-territorio y más particularmente, prodúc
Estado y sus derivaciones,- la crisis del "socialismo real" y de los partición
elo n-territorio y explotación de la fuerza de trabajo-territorio; los focalizó en
comunistas europeos, cuya línea política tenía profundas raíces en el culo linismo, fue el puntillazo final.
la problemática de los mal llamados "medios de consumo colectivo" gestio-
Algunos de los autores de esta teorización no esperaron el derrumbe
i ia< los por el Estado y en la contradicción reduccionista Estado-movimientos
unciales
urbanos, excluyendo las implicaciones territoriales de las prácti-
y cruzaron el puente a la socialdemocracia, estructural y prácticamenie
i as y la lucha de los trabajadores y el capital en sus múltiples manifestacio
neoliberalizada; otros, más rigurosos y comprometidos, buscaron nueva-;
nes y, al mismo tiempo, mistificó las políticas estatales y los movimientos
alternativas desde otras posturas del marxismo.
unciales de base territorial. Además, insertó el todo en una mecánica lineal
Los más populares, abandonaron a su suerte a la teoría, cambiaron de objeto de trabajo, o hicieron "balances" que, lejos de ser autocríticos, de abrir
a histórica de creciente intervención estatal, de corte evolucionista que no resistió siquiera los primeros impactos de la política neoliberal.
alternativas, se justificaban diciendo que habían sido procesos de investiga
Aunque en sus inicios esta comente significó un importante avance en
ción inconclusos, echaban la culpa de los errores a quienes aplicaban in
relación a la impotencia explicativa o el ocultamiento ideológico de las teo
cautamente sus formulaciones, o al marxismo-leninismo sobre el que, a su juicio, se basaron (Castells, 1985],
rías burguesas, o al dogma impuesto por el estalinismo, luego cerró las puertas que había abierto. Como afirma Lucio Kowarick, llevó a la investi
Ante el derrumbe de esta "teoría urbana", muchos de los que la siguie
gación urbana a un contradictorio zig zag entre unas "estructuras sin suje
ron se refugian ahora en la fraseología de la "crisis del marxismo", sin
tos" y unos "sujetos sin estructuras". En consecuencia, hoy carecemos de
haber cuestionado siquiera si ella era realmente marxista, y llaman en su
instrumentos teóricos y conocimiento científico suficiente sobre el impacto
auxilio a las viejas ideologías, que renacen bajo nuevas vestiduras; otros,
regional y urbano, presente y futuro, de la reestructuración capitalista.
para mantener el estatuto de la intelectualidad, reproducen los empirismos y positivismos de apariencia neutral y "bajo perfil" político; y los más opor tunos, cruzan el puente, convirtiéndose en intelectuales orgánicos de la nueva "modernidad" neoliberal.
Las carencias de las derivaciones territoriales de la teoría regulacionista
Los menos, toman el camino difícil de la crítica y la construcción de
A mediados de los años setenta, se inició el desarrollo de una nueva corriente
otro camino mediante la recuperación plena y consciente de la teoría y el
teórica que, según sus propios integrantes, surgió en mayor o menor me
método del materialismo histórico-dialéctico que, a pesar de todos los ata
dida de la articulación sincrética entre el marxismo y el keynesianismo: la
ques de enemigos y amigos de ocasión, sigue siendo el único que ha podi
"Teoría de la regulación" (Boyer, 1989: 38]. Se ubica en el análisis económi
do dar cuenta y explicar, con todas sus limitaciones, los procesos y leyes
co, sin pretender construir una explicación de otras esferas de la vida so
de organización del territorio y sus formas fundamentales en el capitalismo
cial y de la sociedad en su conjunto. Su aporte más importante se localiza
imperialista y en el semicolonial, en la fase intervencionista y en la neoli
en el análisis histórico detallado de las estructuras económicas, sobre todo
beral. Quienes habían utilizado esta teoría, la abandonaron sin autocrítica
las productivas, capitalistas nacionales, en especial de:
182 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual • i 83
a] los diferentes "regímenes de acumulación", entendidos como: el modo de distribución y de reasignación sistemática del producto
para el análisis de la economía en la actualidad, sobre todo en el caso de las
social que logra en un periodo prolongado, cierta adecuación entre
es la ausencia de interpretación de las relaciones capitalistas a escala mun
la transformación de las condiciones de producción (volumen de
dial y, por tanto, del desarrollo desigual entre países y de la dominación
capital invertido, distribución entre las ramas y normas de produe ción] y las transformaciones en las condiciones del consumo final
internacional de unos sobre otros. Finalmente, su restricción al ámbito eco
(normas de consumo de los asalariados y de las otras clases socia les, gastos colectivos, etcétera] (Lipietz, 1984: 117]; b] el "modo de regulación", o "el conjunto de las formas institucionales, redes, normas explícitas o implícitas, que garantizan la compatibilidad de los comportamientos dentro del marco de un régimen de acumula ción, de acuerdo con el estado de las relaciones sociales, y más allá de las contradicciones y del carácter conflictivo de las relaciones entre los agentes y los grupos sociales", es decir, las regulaciones de la reía ción salarial, de la reasignación del capital-dinero, de la reproducción y la administración del dinero, y de las formas de lo jurídico a lo ec< > nómico, de las intervenciones del Estado (Lipietz, 1984: 117 a 119]; c] el estudio detallado de la naturaleza de los procesos de trabajo y del papel de la tecnología en ellos, en los diferentes "regímenes de acumu lación" (Coriat, 1990 y 1991], aspecto poco desarrollado en la teoría económica y casi totalmente olvidado en el análisis territorial y, par ticularmente, urbano. Las críticas a esta teorización desde el punto de vista del marxismi >,
sociedades semicoloniales, y para el estudio de sus procesos territoriales,
nómico, sin tener en cuenta las estructuras políticas e ideológicas en gene ral, es decir, la ausencia de constitución teórica de la totalidad social y de la inserción de lo económico en ella. Se reduce así la potencialidad de sus aportes para el análisis pormenorizado de la esfera productiva en las distin tas fases del desarrollo capitalista, que constituye su mérito primordial. Estas limitaciones son muy evidentes cuando se intenta pasar de la esfera de lo productivo o lo económico, a la del "espacio" regional y urbano propio de un "modo de regulación" (Leborgne y Lipietz, 1987 y 1989; Benko y Lipietz, 1991], Reconocemos la importancia crucial de las determinaciones de las condiciones
concretas
de
funcionamiento
de
la
producción
industrial
("pre-fordista", "fordista" o "pos-fordista" según la periodización estableci da por los regulacionistas para el capitalismo] sobre lo regional y urbano, ignorada generalmente por las teorizaciones anteriores. Creemos que allí se encuentra su aporte y debemos integrar este aspecto a la elaboración. Sin embargo, el territorio se conforma a partir del despliegue del conjunto de las relaciones sociales, económicas, políticas e ideológicas (Pradilla, 1984], por lo cual los esbozos de análisis regional y urbano regulacionistas,
han sido ásperas. Se señala en lo metodológico, como problemáticos, su
lodavía poco desarrollados, son, o bien parcelarios, o definitivamente
eclecticismo genético, su estructuralismo, la fragmentación categorial, el
i 'Xlrapolaciones mecánicas del ámbito de la producción en sentido estricto, al de la totalidad social, territorial o urbana.
"articulacionismo", y el espontaneismo al que conduce su concepción de las relaciones entre los sujetos sociales (Psychopedis, s/f].
Las formas de teorización, periodización y modelización del desarrollo
Esta teoría tiene como primer límite, el abandono de la ley del valor,
ile la estructura productiva capitalista en la fase "posfordista", conducen a
piedra clave de la teoría marxista, sustituida como núcleo explicativo del
modelos "espaciales" cerrados, desarticulados y fragmentados unos de
funcionamiento del capital, por formas fragmentadas de regulación. Un
(aros ("vía neotayloriana", "vía californiana" y "vía saturniana"] (Leborgne
segundo límite es, en su ámbito de análisis, la separación que establece
y Lipietz, 1987], que aunque arrojan luces sobre el impacto de los cambios
entre las que considera "leyes objetivas del funcionamiento del capital", y la
en los procesos productivos sobre la localización industrial, su territoriali
lucha de clases, lo que le impide, a la vez, ser útil para el análisis de laH
dad y sus efectos sobre otros elementos de la estructura territorial, no lo
relaciones capital-trabajo asalariado en la esfera económica, y para con i
aran dar cuenta de las complejas realidades sociales y territoriales que
prender la relación entre ésta y la política en su nivel más general (Hallo
produce su desarrollo desigual y combinado en estos tres niveles; menos
way, 1990; Peláez y Halloway, 1990], Un tercer límite, en un ámbito esencial
aún, de sus relaciones complejas con otras esferas de la vida social y, por
184 • Emilio Pradilla Cobos
Las teorías urbanas en la crisis actual • 185
tanto, de las estructuras físicas, profundamente imbricadas en la totalidad
capitalismo, es, al menos, prematura, y llena de un comprensible pero vacío
territorial y, más precisamente, en la urbana. Las primeras aplicaciones de la teoría regulacionista al análisis de las
iriunfalismo. Las contradicciones orgánicas del capitalismo que dieron ori gen a la lucha revolucionaria de los trabajadores y a la construcción de la
estructuras territoriales latinoamericanas añaden a las anteriores limitacio
teoría marxista siguen estando presentes; en muchos casos, se han agudi
nes: a] la aplicación esquemática, casi nominalista, y poco profunda de los
zado. La opresión política de clase y el papel del Estado burgués en ella, los
conceptos generales de la teoría; b] el uso o transplante de "formas" econó
i istrechos límites formales de la democracia parlamentaria, la explotación de
micas y territoriales elaboradas a partir del análisis histórico concreto de
los trabajadores por el capital, el costo de las crisis de la acumulación capi
otras realidades nacionales, a la situación latinoamericana, sin mediar su
tal ista pagado por las masas y su presencia periódica, la desigualdad en el
comprobación empírica o lógica; c) la falta de investigaciones históricas sobre
desarrollo capitalista, la agudeza de los conflictos entre burguesías imperia
la región o países concretos utilizando las herramientas teórico-metodológi
listas, las hegemonías internacionales y su dominio sobre los países atrasa
cas regulacionistas, que validen la existencia del "fordismo periférico", la
dos, la opresión sobre las minorías étnicas y nacionales, etcétera, siguen
identidad entre reestructuración neoliberal y tránsito al "posfordismo perifé
exigiendo la presencia de teorías críticas de la desigualdad y la injusticia
rico", la presencia de una o las "vías espaciales" lipietzianas, y determinei i
social, y seguirán generando enfrentamientos entre las clases sociales y
sus características particulares; y d] la ausencia, constitutiva de la teoría, de
luchas por el poder político y económico, independientemente de las teo
un método de interpretación de la inserción subordinada de las sociedades y
rías o los teóricos. Los sucesos conflictivos de la liquidación del "socialis
los territorios latinoamericanos en el sistema capitalista mundial, en el campo
mo real" en la ex URSS, de la separación de sus repúblicas y de la lucha
de fuerzas geoeconómicas y geopolíticas de Estados Unidos, y sus relacione:»
por el poder en Georgia, y la guerra civil en Yugoslavia y su fragmentación, son otras tantas pruebas de ello.
de hegemonía y dominación concretas, y sus expresiones territoriales (Stor per, 1989], En la medida que empiezan a aumentar los adeptos de esta teoría en la región, será necesario ampliar la crítica y el debate en tomo a ella.41
En los países latinoamericanos y del Tercer Mundo, el autoritarismo y la violencia con que ha sido aplicado el modelo neoliberal, y el fantasma de la pobreza extrema agudizada por la crisis y las políticas para superarla, a haden un componente moral y humanístico a esta objetividad. De hecho,
El marxismo no ha muerto Uno no puede morir antes de nacer El comunismo no está muerto porque no Im nacido todavía. Lo mismo se puede aplicar al socialismo. Lo que los medios de comunicación occidentales Uani/iu los estados comunistas y la ideología de oriente socialismo realmente existcule tampoco fueron talen. Lowy, 1991: 411
La euforia burguesa por la muerte del marxismo como teoría y del social is mo como proyecto histórico, y el "fin de la historia" como eternización del
los conflictos ya se están presentando, con este signo, en Venezuela, Perú, brasil, Argentina y Centroamérica. Lo que se derrumbó en los países del Este fue el estalinismo como re ligión dogmática y excluyente y su régimen de dictadura burocrática repre siva y economía estatal centralizada burocráticamente, que tuvieron poco que ver con el materialismo histórico-dialéctico como teoría y las ideas generalés planteadas por Marx, Engels, Lenin y Trotsky para el desarrollo de la transición al comunismo: fin de la explotación de clase; desalienación del trabajo asalariado; autoorganización de los trabajadores,- propiedad colectiva socializada de los medios de producción; democracia proletaria
41
[Nota del 8008] Como señalamos en el capítulo VIII de esta obra, el campo de estudin de lo urbano se ha poblado de múltiples conceptualizaciones, provenientes muchas de ellnn, abiertamente, de la ideología de la globalización neoliberal y sus derivaciones, y otras que mi reclaman, sin probarlo, de una neutralidad social, más aparente que real. Al mismo tiempi >, se asiste a una continua fragmentación parcelaria del campo de estudio, que hace perder cada vez más la unicidad de la realidad y sobre todo, de sus determinaciones.
186 • Emilio Pradilla Cobos
directa,- desaparición de las clases sociales; extinción del Estado y sus medios de coerción; supresión planetaria del modo de producción capita lista; liberación de las capacidades individuales,- etcétera. La oposición entre marxismo y estalinismo, que llegó a ser antagónica, está demostrada Las teorías urbanas en la crisis actual • 187
por La sacralización religiosa y dogmática do loa textos marxistas en la
Inei
ii
isistencia al que había sido llevado por la moda y por la charlatanería.
URSS y todos los países "socialistas", la feroz persecución inquisitorial dn
I ti balance crítico de lo que fue el "socialismo real", el estalinismo, y de sus
los teóricos marxistas críticos y autónomos llevada a cabo por la buroora
diferencias esenciales con el pensamiento marxista, forma parte esencial
cia estalinista y la esclerosis total del pensamiento oficial e intelectual, que
de este proceso de reconstrucción.
no produjo en el campo de las ciencias sociales, en seis décadas, nada de interés que expresara su desarrollo.
Un el campo del análisis de las crecientes expresiones territoriales de laa contradicciones sociales, del sistema de soportes materiales de la vida
Sin embargo, la caída del socialismo real arrastró detrás de sí al mo
uncial (Pradilla, 1984: cap. I], donde la teorización marxista es muy incom-
vimiento revolucionario, en la medida que fue dirigido por expresionen
|»leia, llena de pistas erráticas y poco apropiada científicamente por una
políticas burocráticas o burguesas y no por una dirección revolucionaria
i'.i an parte de los investigadores, la tarea inmediata será la recuperación y
de los trabajadores; ella constituye sin lugar a dudas una derrota
laiematización de los aportes producidos por la crítica de las teorizacio-
hisio
rica, quizás la más grave en la historia del capitalismo, de las masan
ni a burguesas y de aquellas que se presentaron como marxistas, su pro-
trabajadoras, que les arrebata la esperanza, y muchas conquistas logra
líindización autocrítica y su aplicación creativa al análisis de los procesos
das mediante su lucha. Se trata de una crisis política del movimiento re
I I
volucionario anticapitalista, y no de una crisis teórica del pensamienin
apropiación profunda, de reorientación de sus líneas de trabajo hacia el
marxista revolucionario, que ha estado en la base de todas las comenten
' ampo de las contradicciones fundamentales, de aplicación creadora y
críticas innovadoras del conocimiento en las ciencias sociales, humanan y
abierta a las realidades del presente, de desdogmatización, de articulación
de la conducta, por la positiva o la negativa, incluyendo el campo de ln
I impositiva con los movimientos sociales democráticos y anticapitalistas,
territorial, urbano y regional, desde mediados del siglo pasado hania
-iin impedir su autonomía. Se trata de recuperar el carácter libertario y
nuestros
democrático popular que siempre tuvo el marxismo.
días.
La
identificación
estalinismo-comunismo-marxismo,
en
meretos. Es necesario un enorme trabajo de sistematización rigurosa, de
uno de los productos de la conjunción de la demagogia burocrática y dr
Pensamos que la tarea inmediata más importante es criticar sistemáti-
La propaganda anticomunista burguesa, cuya base objetiva y efectividad
i amonte la ideología neoliberal, sus políticas y prácticas económicas, so-
no podemos negar. El marxismo como teoría y método sigue conservando toda su valide/,
i tales y territoriales, ir develando las profundas contradicciones sociales y
piara el análisis de la estructura y las contradicciones del régimen capital ím
li il inación de las demandas y reivindicaciones territoriales de los movi
lerritoriales que agrava o genera su aplicación unlversalizada, y la trans-
ta de producción, que no han cambiado por el derrumbe del "socialismo
mientos sociales populares, democráticos y anticapitalistas en nuevas
xeal", y también para analizar críticamente lo que fue o no fue este último
uto pías viables, dotadas de capacidad social y realidad, tendientes a la
IPor lo tanto, a pesar del paso de muchos intelectuales y militantes al campi i
iransformación de las actuales estructuras sociales y territoriales deca
■
dentes, irracionales, opresoras y destructivas.
del neoliberalismo, o a una de las muchas variantes "neutras" de moda, v
la agresiva campaña publicitaria en su contra, el marxismo seguirá siendo
Desde finales del siglo xvm, con los "socialistas utópicos" franceses e
una herramienta del conocimiento científico y de la lucha contra la ex pin
Ingleses (Choay, 1965: cap. I; Benévolo [1963] 1979; Ragón [1971] 1979],
tacióny la opresión nacional y de clase.
pasando por los rusos pre y post revolucionarios (Rerman [1982] 1988:
Ahora, el marxismo se ha desembarazado de las mordazas y grillcicn
M'iM; Ceccarelli [1970] 1972], las utopías urbanas han formado parte del
que le colocó durante décadas el estalinismo, de su sombra nefasta, Ii i
acervo anticapitalista; la burguesía también ha generado sus utopías urba
cual, al menos, es una ganancia. Ahora, su desarrollo podrá ser libre ,v
nas como la "ciudad jardín", la "ciudad lineal", la "ciudad radiante", "broa-
democrático; pero, también, deberá ser mucho más riguroso, científico, mí
i lacre city", el "desarrollo regional armónico", etcétera, como recetas, es-
quiere sobrevivir, lo cual es otra ventaja dado el nivel de vulgarización n
i
I88 • Mo Pradilla Cobos
ructuralmente
contradictorias,
para
resolver
los
graves
problemas
Las teorías urbanas en la crisis actual • 189
generados por la "economía de mercado"; ni siquiera los posmodernistan han dado argumentos suficientemente sólidos para renunciar a esta rica tradición histórica. Este es el reto para quienes pensamos que la crisis actual no ha significado el fin de la explotación del trabajo por el capital, ni de los antagonismos sociales, ni el “fin de la historia”, con el triunfo final y deünitivo del capitalismo “realmen te existente”.™ Será continuar nadando contra la corriente hegemónica, ahora más fuerte que nunca.
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[Nota del 2008] Desde la publicación original de este texto en 1993, en México ho mos padecido las recesiones de 1994-1995, 2001-2002, y hoy empezamos a sufrir Iob embates de la recesión en curso, originada en los círculos del capital financiero estado unidense, y que ha contaminado a todo el mundo y derivado en recesión económica. Hoy, los políticos y gobernantes de todos los mundos ya hablan abiertamente de abandonar el neoliberalismo y regresar a formas més estrictas de regulación pública y multinacional de los mercados.
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(apftulo V
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo*
A mi: nuestros ojos se desvanece una certeza que acompañó el devenir de ln:; ciudades en la mayor parte del siglo xx, con sus sueños de construcción ilc la nueva sociedad y ciudad socialistas, o de reconstrucción moderna luego de la destrucción de las guerras mundiales, de equilibrios urbanos Ii lirados mediante la intervención estatal para regular el capitalismo, o de mejoramiento de la calidad de vida gracias al cambio tecnológico: la necesiilnil, ln viabilidad y la utilidad de la planeación urbana. Durante ese siglo de intensa urbanización mundial, crecimiento y i un información de las ciudades, destrucción urbana en las conñagracioiii
ii
militares, introducción de cambios tecnológicos, y manifestación de
i'i 'iveK problemas sociales en las ciudades, se elaboraron en el mundo y i ii particular en América Latina, infinidad de planes de desarrollo urbano h urbanismo para viejas o nuevas ciudades, se desarrollaron teorías, meli
ii
Ii ilogías y técnicas para la planeación, se evaluaron sus resultados, casi
Ulempre escasos y limitados, y el discurso político se llenó de frases eloi
nenies
sobre "la necesidad y la utilidad de la planeación urbana".
Pero desde mediados de los años setenta, el despliegue de la contrarreVnliición añtikeynesiana neoliberal (Guillén, 1997], cuyos componentes |nime,os han sido un mayor protagonismo del gran capital privado y la inlenmeionalización de sus acciones, la liberación del comercio internacioiml, el cambio de lógica de intervención de los estados nacionales y su ni lelga/,amiento" estructural incluyendo el desmantelamiento de muchas *1 ¡(inferencia magistral en el Seminario Internacional La globalización neoliberal y la planea|)|iili minino-regional: perspectivas para América Latina, Universidad Nacional de Colombia, Sede Mi i Ii lili i, Escuela de Planeación Urbano-Regional, Medellín, Colombia. 23 y 24 de agosto 2007.
195
de sus empresas, instituciones y regulaciones, llevó a la exacerbación de
m cada época histórica. Indiferenciadamente,44 se habla de urbanismo y
las contradicciones entre la planeación, la urbana en particular, y la lógica del régimen capitalista y su ciudad.
urbanistas para denominar esta práctica y a sus actores, lo cual no parece
Una década después, el derrumbe del socialismo real llevó a la desapn
correcto. Sería imposible hacer un seguimiento histórico de la evolución de esas
rición de lo que se había asumido, al menos al inicio, como el paradigma
prácticas y sus actores en este texto, por lo que nos limitaremos a propo
de la planeación como instrumento de la construcción de la ciudad socialin
ner la diferenciación general de algunas de ellas y su naturaleza en el ca
ta. Este derrumbe y la imposición planetaria del capitalismo neoliberal y mi
pitalismo. Podrían hacerse clasificaciones funcionales, sectoriales, de enfo-
globalización imperialista [Pradilla, 2004a y 2008], hicieron que la sólida
(|ue,
certeza se disolviera en el aire. La paradoja en México, donde se aplicó la
naturaleza estructural diferente define su presente y futuro en el capitalis
planeación desde los años treinta, fue que su institucionalización y la legis
mo neoliberal y su globalización: investigación urbana,45 políticas urbanas,
lación sobre el sistema de planeación democrática llegó en 1982, al tiempo
I ilaneación urbana y urbanismo.
con su sepulturero neoliberal
[spp,
1985).
etcétera, pero sólo señalaremos aquellos campos amplios cuya
El desarrollo de la investigación urbana se produjo al tiempo con el despliegue del capitalismo durante la primera revolución industrial de fines del siglo xvm e inicios del xix, y el crecimiento acelerado y conflictivo de las
Políticas urbanas, planeación urbana y urbanismo
(■Iudades46 (Benévolo [1963] 1979 y [1975] 1977; Choay, 1985). En América I .atina, el auge de la investigación urbana tuvo lugar desde la industrializa
Desde que la división de la sociedad en clases sociales unidas y enfrenta
ción y urbanización acelerada posterior a la Segunda Guerra Mundial,47 y
das por relaciones de explotación, y la formación del Estado y sus estrur.
la emergencia de numerosos conflictos urbanos, en particular derivados
turas militares y burocráticas para mantener el dominio de unas clases
de la ocupación ilegal de tierras por los inmigrantes campesinos.
sobre otras, llevaron al surgimiento de la ciudad43 como forma socioterrito
Esta investigación tuvo y tiene como objeto y contenido la descripción,
rial, en el tránsito diferenciado de la comunidad aldeana hacia las socieda
interpretación, análisis y teorización de los diferentes procesos que ocurren
des esclavistas, asiáticas, o americanas, entre el IV y VI milenio a.c. según
en los ámbitos definidos como urbanos, de los "globales" a los locales, de los
diferentes autores (Korn, 1953; Benévolo, 1975: 2; Delfante, 1997), los es
generales a los particulares. Aún no está cerrada la discusión sobre si todo
tados, las clases dominantes, sus técnicos y artistas, filósofos, historiado res e intelectuales [Ansayy Schoonbrodt, 1989) han propuesto, promovido o llevado a cabo procesos de prefiguración (diseño) de ordenamiento, o destrucción y reconstrucción de estas aglomeraciones, sobre todo de las áreas donde se localizaban los aparatos estatales o las clases dominantes “Parecería que el México Tenochtitlan azteca del siglo xv y la Zona Metropolitana de ln Ciudad de México del xxi son igualmente "ciudades" y que se sitúan en una línea continua de evolución, lo que no es cierto, ni posible. En otras ocasiones (Pradilla, 1984], hemos señalado que las concentraciones “urbanas" de entonces y de hoy no tienen nada en común en térmi nos de la magnitud de la población concentrada, del número de soportes materiales aglome rados, de la morfología y estructura urbana resultantes, de las actividades realizadas en ellas, de la estructura y el tipo de relaciones sociales que allí ocurren, etcétera. Sin embargo, no hemos tenido oportunidad o capacidad de construir conceptos diferentes para designar esas realidades distintas, ni para caracterizar sus etapas de historicidad, formación, desaparición, o reconstrucción.
196 • Emilio Pradilla Cobos
44 Entre muchos ejemplos de esta indiferenciación, citemos a Lewis Munford [[1961) 1964] y a Leonardo Benévolo ([1975] 1977]. Otros autores han trabajado rigurosamente las diferencias estructurales entre las formas históricas de concentración física de las poblacio nes y actividades, y las practicas de su análisis, prefiguración, construcción y ordenamiento. “Nos enfrentamos a otra paradoja: a medida que avanza el proceso de urbanización y nos acercamos a la urbanización global del mundo (Pradilla, 2002], tiende a desvanecerse la diferencia campo-ciudad y a desaparecer el primero como forma socioterritorial; el campo quedaría reducido a un territorio cada vez menos apropiado socioeconómicamente por el hombre convertido en ser urbano. ¿Podremos seguir llamando ciudad o urbana a esta única, aunque desigual, estructura de soportes materiales? 46 Los socialistas utópicos de fines del siglo xvm, Carlos Marx y Federico Engels, o los hi gienistas burgueses de mediados del siglo xix aparecen a la vez como investigadores de las causas de los problemas urbanos, elaboradores de alternativas sociales, legales y/o físicas de solución, y promotores prácticos de sus propuestas. 47 En América Latina, este desarrollo se produce sobre todo a partir de la década de los sesenta del siglo xx, simultáneamente en el campo conservador con los teóricos marginaiistas, y en el de izquierda, con diversos enfoques críticos.
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo * 1 9 7
lo que ocurre en las ciudades es urbano, pues toda aclividad social dej/i huellas permanentes o transitorias sobre el territorio; o sobre si existe ln especificidad de lo urbano-, y es probable que sea un problema académico intrascendente para el conocimiento. Luego de la expedición del acta de defunción, gratuita creemos, de las grandes concepciones del mundo, decretada por los posmodernistas (Casu llo, 1989), y de la división continua de las ciencias en disciplinas parcelarias cada vez más limitadas, la investigación urbana se halla fragmentada en múltiples parcelas (economía, sociología, política, antropología, arqueolo gía, etnología, geografía, historia, psicología, etcétera, con apellido urbana), y se han multiplicado los enfoques teóricos o técnicos, desde los globales < > macros, hasta los mini o micro. El aumento de la complejidad estructural de las ciudades, la multiplica ción de sus problemas socioeconómicos, ambientales y físicos, la desigual dad social creciente, la plurietnicidad y multiculturalidad de la población, el impacto del cambio tecnológico, la inestabilidad de las estructuras políticas, las interrelaciones entre ciudades, entre otros muchos factores objetivos, y la formación de varias profesiones dedicadas a llevarla a cabo como práctica vital, garantizan que esta actividad se mantenga en el presente y el futuro, a pesar del desinterés o la oposición de los gobiernos, las tecnocracias orgA nicas y las burocracias académicas neoliberales, o las restricciones financie ras impuestas a la investigación social. El campo de las políticas urbanas es muy vasto, pues incluye todas aquellas acciones, prácticas o discursivas, que llevan a cabo los distintos poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, militar) en diferentes campos de la actividad económica, social, política, territorial, cultural, etcé tera, que tienen efectos directos o indirectos, temporales o durables sobre las estructuras y el funcionamiento de las ciudades. Su existencia se re monta muy atrás en la historia: al surgimiento del Estado y las concentra ciones llamadas ciudades. En América Latina tendríamos que remontarnos a las políticas de regulación de los pueblos indígenas, o las de su destruc ción y fundación de las ciudades españolas, o a las Leyes de Indias a me diados del siglo xvi, que regulaban la forma de la traza urbana.
’ll
Pero su mayor desarrollo ocurre con el surgimiento de la ciudad capi talista mercantil, la ciudad renacentista (Korn [1953] 1963: 92 y ss.), alean zando su mayor amplitud y profundidad en el patrón de acumulación de
capital con intervensionismo estatal que siguió a la Segunda Guerra Mun dial a mediados del siglo xx y hasta 1980. Las políticas urbanas no han desaparecido, ni desaparecerán con el neoliberalismo; pero sí se ha modi ficado profundamente su forma, contenido y objetivos. La planeación urbana, la entendemos como el proceso público, estatal y/o participativo, de prefiguración y regulación del desarrollo futuro de la irama de procesos y relaciones económicas, sociales, culturales, ambienlales y territoriales que forman la estructura urbana. Sus orígenes teóricos pueden remontarse a la segunda mitad del siglo xix, cuando los socialistas revolucionarios la plantearon como la forma de funcionamiento de la socie dad en el tránsito al comunismo, con carácter imperativo para todos los actores e instituciones de la sociedad. Su práctica ocurrió en los países que se fueron sumando al campo del socialismo real, desde el triunfo de la re volución rusa en 1917 (Bettelheim, 1968; Tabeev et al. [1965] 1968; Cecarelli [1970] 1972; Chambre, 1959), y fue desapareciendo a medida que se derrumbaron sus regímenes políticos a partir de 1989. Como herramienta de la reconstrucción luego de la hecatombe de las i iconomías y las ciudades europeas causada por la Segunda Guerra Mundial, los países capitalistas europeos plantearon y aplicaron una variante de la planeación (general, regional, sectorial, urbana), la planeación indica tiva (Labasse, 1966), obligatoria para las instituciones del Estado, y normaliva e indicativa para el sector privado. El marco general lo aportó el intervensionismo estatal keynesiano, que siguió a la Gran Depresión de los /mos treinta, y a la economía de guerra, cuyo objetivo era reconstruir las economías y resolver la consecuente crisis de la acumulación de capital. Luego de la guerra, los países latinoamericanos siguieron el mismo camino, enriquecido con el aporte de la corriente cepalina de fines de los cuarenta, coincidente en la necesidad de la intervención estatal (Guillén, 1984). La introducción de la planeación del desarrollo en general y urbana ocurrió luego desigualmente en los países de la región. La Revolución mexicana de 1910-1917, con su contenido social, intro dujo en la Constitución de 1917, fundadora del Estado posrevolucionario, el concepto de economía mixta que suponía la intervención del Estado. México fue pionero en la introducción de la planeación, en la Ley sobre l’laneación General de la República de 1930 y los Planes Sexenales 19341040 y 1940-1946
(spp,
1985, t. 1). Su institucionalización en 1982 coincidió
198 • Emilio Pradilla Cobos Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 199
con la implantación del neoliberalismo y el inicio de su extinción como herramienta del desarrollo. El urbanismo tiene una naturaleza más específica relacionada con
iies, o los planes de usos del suelo, llegando aún a los proyectos urbanos específicos. I'.l urbanismo y la planeación urbana, cada uno con su especificidad,
ln
prefiguración o reordenamiento de la forma-función física de las ciudades
forman parte de las políticas urbanas, pero no pueden identificarse con
o parte de ellas, mediante la aplicación del diseño. Aunque no considem
ellas pues las últimas incluyen muchas otras acciones y discursos que no
mos válido suponer que el urbanismo es una esencia histórica continua,
enián en las primeras. Estas tres prácticas pueden, o no, apoyarse en la
sin rupturas, esta actividad puede remontarse hasta las formaciones escla
investigación urbana, en alguna de sus variantes, aunque su naturaleza es
vistas, asiáticas y americanas y sus "ciudades". En cada momento de
mas pragmática.
ln
historia encontramos proyectos urbanos, utopías urbanas y urbanist.nn (Korn [1953] 1963; Galantay [1975] 1977; Benévolo [1975] 1977; Delfanh [1997] 2006).
I I I RACASO DE LA PLANEACIÓN URBANA
En plena Revolución Industrial, a inicios del siglo xix, surgieron Ion
. I L URBANISMO EN EL INTERVENCIONISMO ESTATAL
socialistas utópicos (Owen, Saint Simón, Fourier, Godin y otros), que propu sieron, y realizaron en algunos casos, sus proyectos ideales para reformar
I ,i m antecedentes latinoamericanos del gran diseño urbano se remontan a
el capitalismo y sus ciudades: la Institución para la Formación del Carne
luíales del siglo xix cuando se fundaron las ciudades de La Plata en Argen-
ter, Nueva Armonía, el Familisterio, etcétera. Luego de la revolución obren
ima y Belo Horizonte en Brasil, con diseños específicos (Galantay [1975]
de 1848 en París surgió el urbanismo estatal de Haussman que se difundit i
1077). Conocemos desde entonces planes de urbanismo para distintas
en otras ciudades de Europa; y a finales de ese siglo, los proyectos de ln
i mdades latinoamericanas, incluida la Ciudad de México, algunos realiza
ciudad lineal de Soria, la ciudad jardín de Howard y otros, siguieron el catín
dos por diseñadores afamados como Le Corbusier (Bogotá, Colombia),
no del urbanismo burgués (Benévolo [1963] 1979; Choay, 1965; Galantay
aplicando los principios de la Carta de Atenas. Los planes más conocidos
[1975] 1977).
non los que sirvieron para construir Brasilia (1954 a 1960) y Ciudad Gua-
Con el triunfo de la revolución bolchevique y la formación de la URSS,
vniui, Venezuela, iniciada en 1960.
se abrió el debate sobre la ciudad socialista que se materializó en la clisen
Los planes de urbanismo eran realizados por arquitectos y urbanistas,
sión entre urbanistas y desurbanistas, cancelado despóticamente por José
en ocasiones con apoyo de otros profesionistas, en oficinas públicas o
Stalin, para imponer sus concepciones monumentalistas neoclasicisum
despachos privados por contrato con organismos gubernamentales. Su
(Cecarelli [1970] 1972), copiadas en los países que entraron al "campo
elnboración respondía a la relación entre la lógica tecnocrática, no exenta
socialista", después de la Segunda Guerra Mundial, y sustituidas luego
1
de
1< ■ referentes utópicos de los diseñadores sobre el deber ser, y la burocrá-
su muerte por los esquemas de la arquitectura y el urbanismo moderno i >
i n a y/o política de los administradores. En su elaboración se excluía la
internacional. Hoy, el urbanismo a escala urbana tiende a extinguirse,
piirticipación de los ciudadanos, con excepción de los grupos de poder
manteniéndose como débil instrumento de regulación, mientras ganan
económico con intereses en lo urbano, que hacían valer su peso usando
importancia el capital inmobiliario y sus grandes proyectos urbanos o me
mi i h relaciones privilegiadas con la administración. Aunque generalmente los planes de urbanismo se referían -y refieren
gaproyectos. El urbanismo se integró a la planeación urbana, como materialización física, en los planes de desarrollo urbano de la posguerra en Europa
o
nun, cuando se elaboran- a un horizonte temporal de largo plazo (20 años I I
más), su vida útil, si eran adoptados, se reducía al periodo de ejercicio de
América Latina, con diferentes grados de precisión o distintas concepeio
la administración que los realizaba, pues caían en el olvido, eran rápida
nes, incluyendo variantes como los planes de estructura, las zonificacio
mente desbordados por la realidad, o la administración siguiente los modi-
200 • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 201
finaba. En México, esta periodicidad se insiiiucionalizó en la Ley de Plañen
I nil ilicas de las ciudades latinoamericanas, cubriéndose de polvo y olvido, sin
ción Democrática de 1983, para todos los ámbitos de la planeación.
IuiIht
Puesto que la planeación tenía -y tiene aún- un carácter sectorial, el sector de desarrollo urbano, y se aplicaba fragmentadamente, a los plañen
servido para resolver los problemas o modificar
la
realidad urbana.
I in México, se pretendió que luego de la aprobación de la Ley General i Ii ■ Asentamientos Humanos en 1976, debía elaborarse un Plan de Desarro
de urbanismo correspondía el "ordenamiento y desarrollo" de las estruci i1
llo Urbano para cada centro de población, lo que se cumplió contratando a
ras físicas. Por ello, los componentes esenciales del plan han sido la znnl
muchos despachos privados que elaboraron documentos similares para
fícación que establece áreas homogéneas o combinadas de actividades ur
localidades distintas, sin capacidad administrativa ni de aplicación. Nadie
bañas, expresadas en usos del suelo detallados, los programas de vialidad
recuerda esos miles de planes, y la mayoría de las localidades, incluyendo
y transporte, infraestructura y equipamiento público y la normatividad de
i ludíides medianas, sigue sin un instrumento de ordenamiento de su esiruetura y funcionamiento urbano.
regulación y control, adjunta o separada, sobre índices de ocupación del suelo y construcción, alturas, aislamientos, áreas verdes, etcétera. La elaboración de la planeación urbana "integral" y el gran urbanimin i se consideran actividades delimitadas en el tiempo, cuyo producto es un
Suponemos que en las cuatro décadas de intervencionismo estatal, los i mudos nacionales y locales contaban con instrumentos para aplicar la pla ñe; k'.¡ón indicativa: tenían la legitimidad que les otorgaba el patrón de acumu
documento, chico o grande, que debe ser adoptado por el Poder Ejeculivt i
lación de capital y el régimen político vigentes; contaban con la facultad
y/o el Legislativo local, aplicado y controlado su respeto por los partieu
I I
institucional de la expropiación del suelo por motivo de utilidad pública;
lares, según el criterio de la oficina local responsable. Por lo general, un
1 1
mi rolaron la infraestructura pública y los servicios sociales que constituyen
se da seguimiento continuo a la relación entre la realidad y el plan, y émn
i leu lentos básicos en la configuración del territorio; y podían invertir recur-
no se somete a una adecuación permanente a la cambiante realidad. U
m in públicos, legal y legítimamente, en actividades económicas para promo
planeación consiste en la elaboración de un libro; no es un proceso actl
ver un desarrollo urbano planeado. En realidad, estos instrumentos no se
vo y continuo: se trata, por tanto, de la idea de laplaneación-producto yim
ni ilIzaron, se aplicaron poco, o se usaron discrecionalmente para beneficiar
de la planeación-proceso. Hacia los años sesenta del siglo xx, se introdujeron en América Latinn
ni poder económico según sus intereses, para llevar a cabo obras de interés
las ideas de la planeación integral, que reconocía la importancia econónm n
I .os instrumentos en manos de los gobiernos no eran suficientes ni
y social de las ciudades y pretendía articular la planeación física con ln
mli ruados para controlar y orientar las variables demográficas y los movi
económica, la social y, muy tímidamente, la ecológica. En algunas ocaHlo
mientos de población según los designios del plan; los planes de todas las
nes, los planes de urbanismo formaron parte de esa planeación gene mi
i ludades tendían formalmente a reducir su impacto sobre la ciudad que
i Ii
Ii is
gobiernos, y no para aplicar el plan en función del interés colectivo.
Pero en muchos casos, la "Integración" de las partes se realizaba sólo con
lo
la engrapadora, como sumatoria de textos sectoriales separados, a falta de
m urria con las variables económicas, factores fundamentales del creci
una teoría operacional sobre la relación entre los diferentes componen leu
miento y mejoramiento urbano y sus características sometidas a las fuer-
de la realidad urbana. A pesar de los discursos técnicos y políticos que asignaban un alto v«h n
iiii internas e internacionales autónomas de los gobiernos y a la lógica i n lica de la acumulación de capital, en los ciclos cortos y largos, que mu
a la necesidad y la potencialidad del urbanismo, y luego de la planeación ur
chas veces ni siquiera se contemplaban en el plan. Otra variable económi-
baña, no podemos afirmar que el balance haya sido muy favorable.™ I .i m
i n clave para el desarrollo urbano, era y es el funcionamiento de las rentas
planes de urbanismo o desarrollo urbano se amontonaron en las oficnum
del suelo urbano, sobre las cuales no tenía ni tiene control ni el plan ni los
Para un análisis crítico de la planeación en América Latina, en ese periodo, ver ni mi gerente libro de Marcos Kaplan [Kaplan, 1980).
Mi'liicmos locales, aunque sí podrían regularse si se cuenta con los instru mentos adecuados.
48
202 • Emilio Pradilla Cobos
elaboraba, pero aislada de las demás que planteaban lo mismo. Igual
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 203
Las decisiones mayoritarias de inversión en industria, comercio, serví
generales, territoriales y políticas para que la acumulación de capital se
cios o construcción de inmuebles, seguían en manos de los empresarios
mantuviera; y tenían que aportar las condiciones mínimas para que
privados, los más importantes de ellos transnacionales y deslocalizadou
".i' reprodujera la fuerza laboral necesaria a esa acumulación, incluyendo
del territorio planeado. Las decisiones cruciales estaban regidas por la ló
la subsistencia mínima del ejército de desempleados. AI mismo tiempo, la planeación constituía para el capital, un instrumento
gica de la ganancia individual, que no se comprometía con el plan, ni con el bienestar colectivo mayoritario. En las ciudades operaban dos fuerzas constructoras que no se somel.ie
para la previsión y coordinación de las acciones tendientes a socializar, es decir, transferir a la sociedad a través del Estado y los impuestos, los costos
ron a la lógica de los planes, por imposibilidad de hacerlo, porque su lógica
■
particular no coincidía con la tecno-burocrática de los planificadores, y/o p< ir
■
que tampoco se les preguntaba si estaban de acuerdo con las propuestas: Ii m
■
fraccionadores y promotores inmobiliarios que aunque tenían que obtener
del suelo, los soportes urbanos y las economías de escala y aglomeración
licencias para sus proyectos, contaban con el poder factual para obtenerlas y
/'.eneradas por la ciudad (Pradilla, 1984).
ii
mcmles de la acumulación de capital (infraestructura, equipamiento y serviis públicos, etcétera], y a privatizar los benefícios mediante el mejoramiento
Ii - las condiciones de apropiación por los propietarios del suelo, de las rentas
el de la coacción económica que significa la ubicación de su inversión; y Ion
I .a racionalidad de la planeación y el urbanismo, propia de la moderni
sectores populares mayoritarios sin suelo ni vivienda, cuya forma de resolver
dad, constituía un marco necesario del discurso, aunque ni el capital, ni los
esta necesidad consistía en esos años en la ocupación ilegal de suelo, la luc.l wi
agentes sociales productores y usuarios de la ciudad se comprometieran
por la regularización de la tenencia y la autoproducción de la vivienda, foi
con ella, por desconocimiento, o por que no respondía a sus lógicas indi
mas que no eran reconocidas por el Estado ni se podían incluir en un plan,
viduales de acumulación de capital o de subsistencia.
porque afectaban su legalidad y legitimidad, a pesar de que produjeron el (id
I '.1 fracaso de la planeación urbana indicativa en las ciudades de Amé
por ciento de la superficie de las grandes ciudades latinoamericanas, puen
rica Latina durante la fase de intervensionismo estatal, su incapacidad
estaban por fuera de la ley y los procesos de planeación.
para convertirse en un instrumento eficaz de la racionalización de los pro-
En Brasilia, la construcción de la ciudad diseñada generó el surgimien
I esos y estructuras urbanas, y del mejoramiento sustancial de la calidad
to de ciudades informales, populares e irregulares, que fueron y son hoy
di' vida de los sectores sociales mayoritarios, se debió en esencia a que el
las que tienen vitalidad y vida urbana, mientras la parte planificada sobre
patrón de acumulación de capital con intervención estatal, a pesar del sig
vive en la pesantez de la lógica tecnocrática del planificador. En Ciudad
nificativo peso del sector público, estaba dominado por el capital privado y
Guayana, la parte planificada no atrajo a los pobladores pobres, que no le
en particular por el capital monopólico transnacional, que de todos modos
nían cabida allí, y se refugiaron en la no planificada (Puerto Ordaz], causan
Inncionaba mediante las relaciones mercantiles entre productores priva
do una inversión de las cifras de población previstas para las dos partes en
dos a pesar de las regulaciones estatales; y que todo ello entraba en con
el plan urbano de Harvard-MIT. El trabajo informal, siempre presente en laa
finan con el intento de mediatizar y moderar las contradicciones con el uso
grandes ciudades latinoamericanas, sobre todo el comercio en la vía pública,
de la planeación racional de los procesos urbanos.
no siguió, ni sigue, las indicaciones de la planeación: su objetivo es la suh sistencia y opera según esta lógica, no con la de la burocracia y la tecnocra cia panificadoras que, además, supone su erradicación. Como afirmábamos los investigadores críticos en los años sesenta y
Ni oliberalismo y tendencia a la extinción I >1 LA PLANEACIÓN URBANA
setenta, las políticas urbanas y la planeación urbana indicativa, respondían a dos determinaciones fundamentales: sometidas a los límites estructurales
lil agotamiento de la industrialización sustitutiva de importaciones en la
y coyunturales de su acción, debían garantizar las condiciones materialea
década de los setenta, y la entrada de la economía latinoamericana en
204 • Emilio Pradilla Cobos
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 205
la onda larga recesiva a partir de la grave crisis económica de 1982, abrir
Dos procesos actuales, la desindustrialización y su correlato, la terciari-
ron las puertas políticas e ideológicas a la progresiva implantación de Iíih
znción de las economías de las metrópolis latinoamericanas, las convierten
políticas neoliberales y al inicio de la extinción de la planeación urbana y
en ámbitos de circulación de bienes producidos en otros territorios, redu
del gran urbanismo. Los componentes
cen su productividad, competitividad y autonomía económica y desequili 1897¡
bran su balanza comercial y de pagos con otros territorios nacionales y
Valenzuela, 1991), al modificar la naturaleza de los procesos territoriales
estructurales
del
neoliberalismo
(Guillén,
extranjeros (Coriat, 1989; Márquez y Pradilla, 2008). Se genera al mismo
y urbanos [Pradilla, 1990), han acentuado la contradicción entre planea
i lempo un cambio continuo y difícilmente reversible en la estructura del
ción y mercado. Hoy, 20 o 30 años después según el país, su lenta agonía
empleo urbano, donde avanza la llamada informalidad pues la declinante
ha dejado un cuerpo famélico, débil, cuya energía se agota en un discu r
industria y el terciario moderno competitivo no son capaces de generar los
so formal sin impacto en la realidad. Este debilitamiento se presenil')
empleos necesarios para cubrir la oferta laboral (Pradilla y Márquez, 2004).
tanto en los países desarrollados (Scott, 2002) como en los atrasados. La inserción subordinada de los países latinoamericanos en la glob/i
I .os cambios en las actividades económicas se expresan sobre el territorio en cambios de usos del suelo e inmuebles, con nuevas lógicas estructura
lización, nueva fase del viejo imperialismo (Amin [2001] 2003; Petras y
les como la formación de corredores urbanos terciarios (Pradilla y Pino,
Veltmeyer [2001] 2003; Pradilla, 2004a y 2008), resultante de la aplicación
2004), que convierten la planeación en una incierta previsión de inciertos y lioco previsibles procesos urbanos.
abrupta, indiscriminada, incondicional de las políticas neoliberales en ea da realidad nacional, en el marco férreo de los acuerdos y procesos de
Así, se hacen impredecibles el devenir de la economía urbana (inver
dominio de los países y bloques hegemónicos y las instituciones multina
sión, empleo, derrama de ingresos, uso del suelo e inmuebles, infraestruc-
cionales que sirven a su control
Banco Mundial), y la operación
l ura y servicios, etcétera), sus ciclos, y la disponibilidad de recursos prove
interna directa de las grandes corporaciones transnacionales en todos Ii m
nientes de la tributación empresarial local. Las ciudades tienen que
sectores económicos, es el factor supranacional y superestructural que
enfrentarse entre sí en una competencia incierta en el libre mercado49 de la
socava uno de los pilares del plan urbano: la definición del curso de la
ai versión de capital nacional y extranjero, sin reglas conocidas, y sin que los
economía urbana, que hoy ocupa el papel determinante en los procesen
planificadores cuenten con las certezas mínimas para diseñar el futuro.
[fmi,
omc,
urbanos, nublado en la fase anterior por el intervensionismo estatal [h a
El debilitamiento del Estado derivado de la privatización, en la ideolo
dilla, 1984). La transnacionalización monopólica de las economías latinoameriea
gía y la realidad, la desregulación, y el cambio de sus funciones, de inter
ñas ha colocado las decisiones fundamentales sobre las relaciones econó
creador de condiciones para la libre acción de la empresa privada, implican
micas básicas, los flujos de capitales y mercancías, la inversión directa en
la deslegitimación de sus intervenciones, incluida la planeación urbana.
empresas industriales, comerciales, bancarias y de servicios, la instalación
También en este campo transitamos del Estado al mercado.
ventor en aras del interés colectivo (al menos en el discurso) a facilitador o
y modernización de infraestructuras y servicios, el empleo, etcétera, en
Lo más significativo para el debilitamiento de la planeación urbana y la
manos de las casas matrices de las corporaciones transnacionales deslu
aplicación de la normatividad urbanística es la pérdida por los gobiernos
calizadas, ajenas a las necesidades y potenciales de los territorios partieu
Ii icales, de instrumentos activos de aplicación de los planes, desmantelados
lares donde se localizan, con relaciones fantasmales con ellos a través (le mecanismos financieros impersonales (bolsas de valores, fondos de invei sión y redes financieras, etcétera), articulados a los gobiernos nacionalen, pero sin relación directa con los locales, los ciudadanos o los equipos que elaboran la planeación urbana. 206 • Emilio Pradilla Cobos
48 No podemos asumir que exista un "libre mercado" de capitales entre ciudades, pues ni i hay igualdad que garantice la libertad en un mercado de bienes y servicios dominado por Imi corporaciones transnacionales, por lo que tampoco existe un “libre mercado" de capitales dr inversión entre ciudades cuyo desarrollo ha sido históricamente desigual, con rentabilidad V competitividad distintas, beneficiarias de economías o que padecen deseconomías de aglo meración muy diferenciadas.
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 207
I .a tendencia es a transitar de la regulación normativa y el control res-
por su carácter de límites a la libre acción del capital inmobiliario y Ion ni lores urbanos privados. Sin tener en cuenta la racionalidad o juste/,a de Inn
n ii livo, al ¡uego de los incentivos, sobre todo fiscales (desgravación y
razones que llevaron a su estatización, la privatización de empresas indim
niilmidió] y administrativos que han demostrado su limitada capacidad
tríales, comerciales, bancarias, y de servicios estatales, fue un prncimii
Imirii inducir prácticas urbanas que respondan a los lineamientos de un
emblemático de la aplicación del neoliberalismo, y quitó a la planeaciót i.........
|ilnn o proyecto urbano. Estos instrumentos actúan como canales de trans
de sus instrumentos de acción para orientar la localización territorial ili<|
id u ncía de recursos públicos de los contribuyentes a las empresas, de
desarrollo económico y social, utilizado en el pasado unas veces accrladn
icdiMlribución inversa de la renta nacional. Un un contexto de competencia urbana exacerbada, regida por el juego
mente y otras aumentando solamente la concentración económica. En el caso de la infraestructura y los servicios públicos, condii ioih h
a. l,i¡i rentas especulativas del suelo y la ganancia inmobiliaria, se genera-
generales estructurantes del territorio y estratégicas en el crecimiento i >< n i
li amn la arquitectura y el urbanismo desechables -a la manera de las
nómico y el desarrollo social (Pradilla, 1984: cap. 2), su privatización v mi
im ndas Wall Mart-, transitorios, de rápida realización como inversión, y la
muchos casos desnacionalización, dejó en manos de los monopolios i caí im
decadencia y obsolescencia continua de zonas urbanas que se degradan
nacionales, únicos con capacidad de invertir, de la lógica de la ganani ln
I linca, económica y socialmente y se abandonan, pues es más cara su reuti-
monopólica, y de la capacidad de compra de los usuarios, la prestación il< i
li , ición que la construcción de nuevas zonas desechables en lugares donde
servicio, eliminando el potencial carácter redistributivo de la planeacinn y
mc
lia desencadenado la rentabilidad. Todos los caminos neoliberales llevan a la privatización de lo público, a la
la acción del Estado.50 En las infraestructuras que son monopolios naturales (carreteras, arn i
ih•!¡aparición de los ámbitos de disfrute común de los ciudadanos, transforma-
puertos, puertos, sistemas de agua potable, evacuación de desechos líquidurt
ilnn en negocio privado luego de dudosas operaciones de rescate, rehabili
y sólidos, electricidad, etcétera], cuya naturaleza impide su repetición pnm
tación, concesión a largo plazo o desincorporación. 1,1 abandono del transporte urbano colectivo, la preferencia estatal y
lograr la libre competencia, pasamos del monopolio estatal planificabli' y controlable política y socialmente, al incontrolable y no planificable
moni >|
tu
lio privado, con su mercado cautivo por la necesidad y sus sobreganannnn
I invada por el automóvil cuyo precio relativo cae rápidamente y para el cual mc
construyen complejas estructuras viales que fragmentan el territorio e
monopólicas. La privatización de los servicios sociales que deberían gaivut
impiden el desplazamiento peatonal, y la proliferación de centros y plazas
tizar la reproducción social de la población y el mejoramiento de su calidad
i omerciales que segregan, interiorizan y privatizan la calle y la plaza, han
de vida, los convierte en bienes mercantiles sujetos a la oferta y a la
i (invertido la vieja trama de calles y plazas públicas en desiertas áreas de
solví mi
cia de la demanda, cada vez más limitada por el avance de la pobreza. Otra política neoliberal emblemática ha sido la desregulación, elimina
i ireulación vehicular y aparcamiento de coches excedentes. Los ámbitos pnblicos, cruciales para la vida urbana, salen de la regulación y el control
ción o simplificación de los reglamentos y normas, que fueron instrunicn
I I
ilectivo, "planificado", exigióle, y se convierten en objetos de decisión y
tos esenciales en la aplicación de los planes de desarrollo urbano, norma
1 1
mtrol empresarial y/o privado.
tivos por naturaleza; ahora, es la "libre competencia" entre actores urbam m
I ,a planeación urbana y el gran urbanismo enfrentan otra dificultad
-productores privados y demandantes- la que define campos como la pu
derivada del tránsito de la ciudad tradicional monocéntrica a la ciudad-región
lítica estatal de dotación de vivienda.
plurinuclear, discontinua y de trama difusa, superpuesta sobre múltiples
50
En México, las experiencias de privatización de las grandes infraestructuras carreta ni n de los años noventa fracasaron, obligando al Estado a un costoso rescate aún no concluiiln, sin embargo, la experiencia se repite ahora, sin autocrítica seria; en otros campos como Ion sistemas de agua potable o recolección de desechos, el capital privado ha mostrado muy poco interés.
208 • Emilio Pradilla Cobos
unidades político-administrativas distintas (Pradilla, 1998 y 2002), que in troduce nuevas barreras difíciles de superar para desarrollar una planeadon territorial unitaria, integrada y corresponsable, y para lograr su apli cación concertada, en medio de la competencia entre ciudades por la Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo • 209
inversión de capital. El resultado es la fragmentación de planes y políllenn,
ili ciones estatales que actúan sobre lo urbano, aunque no tengan ese ape-
la discoordinación de las acciones y la elevación de los costos público»
llltlo, siguen elaborándose en las oficinas de partidos, gobiernos, consultoi las privadas u organismos multinacionales, y siguen aplicándose y
directos o los derivados de la desconexión y la duplicidad. El pragmatismo se ha adueñado de las políticas y acciones de los >>,"
ni mando sobre el territorio, unificadas por el capital y la ideología neolibe-
biernos urbanos de todos los signos ideológicos, de la derecha a la izquler
i ni Mientras tanto, muchos de los que creyeron en la planeación y el ur
da; el plan es reemplazado por la suma de megaproyectos urbanos (gnuidcn
banismo piensan que los cambios que observan son el destino inevitable
obras públicas o intervenciones inmobiliarias) desarticulados, en función
ilc las ciudades, que es imposible detenerlos, o aceptan resignados que
de la competencia interurbana, de las necesidades de la acumulación ile
ni ni el camino para el futuro, para el mejoramiento de la ciudad y de aque-
capital, o de la popularidad de las grandes figuras políticas.51
llim ciudadanos incluidos por el patrón de acumulación de capital, pues al
Por inercia o por la subsistencia de obligaciones
legales,52
hoy obw ile
reslo no hay cómo hacerlos salir de la pobreza y la exclusión. I .as políticas urbanas de la izquierda latinoamericana se han evapora
tas, se siguen elaborando planes; pero objetiva y subjetivamente la plant m ción urbana y el gran urbanismo han perdido importancia y, sobre toiln,
'ln, arrastradas por el derrumbe del socialismo real y el pragmatismo de la
aplicabilidad en las condiciones actuales.
participación electoral y la gestión urbana (Pradilla, 2004b). En tres déca
No ocurre lo mismo con los megaproyectos urbanos, el urbanismo a ln
das, el discurso de la izquierda latinoamericana, históricamente la corrien-
escala de grandes intervenciones inmobiliarias promovidas y realizad un
ic política más afín a la planeación y su mayor impulsora, transitó de la
predominantemente por el capital inmobiliario en asociación con el SMim
lucha de clases a la democracia representativa, lo cual no significa que
público o apoyado por las facilidades creadas por éste. A pesar de (|in
la
este urbanismo tiene impactos sobre amplias zonas de la ciudad o en mu
garantizada. En los partidos y gobiernos que siguen llamándose "de
chos casos, por el tipo de actividades, sobre toda la urbe, los llamado"
izquierda" en el discurso electoral, ya no se habla de la reforma urbana
"estudios de impacto urbano y ambiental" no tienen esta dimensión ni apll
de los años sesenta y setenta, ni de la socialdemócrata municipalización de
can metodologías que permitan evaluar sus costos y beneficios global i 'm
la
primera haya desaparecido y que la segunda se haya alcanzado ni esté
tierra, ni de la expropiación y desarrollo estatal de las infraestructuras y
iiervicios básicos, y menos aún, de las consignas libertarias de cambio uncial del siglo xix o inicios del xx. Las
políticas urbanas de izquierda se desvanecen en el aire
Este espacio de la política ha sido llenado por versiones "con rostro humano" de las propuestas neoliberales. Los partidos y gobiernos "de iz
A diferencia de la exangüe planeación territorial, las políticas urbanas, en tendidas en sentido amplio como todos aquellos discursos, practican v 5« sexenales o trienales de desarrollo, cuyo cumplimiento nadie tiene capacidad de evaluar. '
210 • Emilio Pradilla Cobos
quierda" prometen e implantan políticas de construcción de vialidades para el automóvil, con pago de peaje, construidas con o por el capital cons tructor; estas grandes inversiones las "equilibran" socialmente con peque ños gastos en el económico sistema de metrobús confinado; se hacen arreglos con empresas privadas para construir o mantener infraestructu ras urbanas esenciales, y la operación de servicios; se mantienen algunos nubsídios en su prestación a los sectores populares, pero se "balancean" con cuantiosos estímulos y desgravaciones a los empresarios inmobilia rios y de otros sectores para lograr un estado "igualitario" y "generar em pleos"; y para combatir la pobreza, consigna que reemplazó a la justicia norial, se aplican políticas asistenciales compensatorias similares a las del Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo * 2 1 1
Banco Mundial y se reparten minúsculos apoyos a los sectores más vulne
lumias territoriales como gigantescas, extendidas, desordenadas, privatiza-
rabies: adultos mayores, discapacitados, madres solteras, etcétera (Pradilla
das, fragmentadas, informatizadas, excluyentes, conflictivas, violentas, con
y Sodi, 2006). Hoy, hay poca diferencia entre las políticas urbanas de dere cha e "izquierda".
taminadas y obsolescentes (Pradilla, 4998 y 2002). Además, hemos constata
En la política urbana, se reemplazó a los movimientos populares urbttium
de elegir neoliberal han modificado estas tendencias, ni hecho más habita
do que ni la planeación indicativa del intervensionismo estatal, ni la libertad
como forma de acción colectiva, por la participación ciudadana, como expn •
bles las ciudades para sus pobladores y usuarios, en su mayoría empobre-
sión de intereses y acciones individuales a la manera de los liberales eur< >
i idos. El fracaso involucra como responsables, en primer lugar a los patro
peos. En diversos países y ciudades, el discurso y la práctica de la planea
nes de acumulación de capital que engendraron, mantuvieron inoperante y
ción tiene hoy abiertos procesos y espacios para esta participación; lo que no está resuelto, es como se transita de lo particular y local a lo global dn
luego mataron a la planeación. Las evidencias nos llevan a concluir que en el necesario y urgente,
la ciudad, como se manifiestan las expresiones individuales en lo colectivi i,
aunque difícil, proceso de cambio del patrón de desarrollo económico, so-
o como se hace efectiva la participación ciudadana en la planeación.
eial y territorial, habrá que construir otra forma distinta de política urbana, y
Poco se habla ya de movilización social colectiva, libertad, democracia
como parte de ella, de planeación urbana que resuelva los límites y contradic
directa, justicia social, equidad distributiva, inclusión social, defensa y nm
ciones detectadas en las formas del pasado. Muy sintéticamente planteare
pliación del espacio público, vivienda y servicios adecuados como derc
mos algunos ejes de reflexión y acción que podrían hacer parte de este
chos universales, apropiación colectiva de la ciudad y sus ámbitos públici m y patrimoniales, organización racional e incluyente del territorio, etcétera
proceso de construcción de lo nuevo. Las políticas urbanas deben ser la prioridad. En su trama podremos ubi
Ya no creamos nada nuevo, sólo hacemos caricaturas virtuales del pasado, pan
car la compleja combinación de factores determinantes de la problemática
sando que son el futuro. Todo se hace para la publicidad electoral que per
urbana y actuar sobre ellos integralmente, sin preocuparnos de que nues
mitirá mantenerse en el poder, si se logró conquistarlo.
tras propuestas y acciones no lleven el apellido urbano, no sea nuestro "objeto de trabajo". Una segunda "ventaja" es que en ellas es inevitable el diálogo, difícil, con los políticos con los que, quizás, compartimos objetivos
Algo
y medios para el cambio, o para quienes trabajamos, aunque no lo reco
distinto habrá que construir
La pregunta que hay que responder es: ¿podemos aceptar en América La
nozcamos, por subsistencia. Aunque atravesada y determinada por múltiples problemas técnicos y
tina la extinción de la planeación urbana y confiar en que el libre mercado
tecnológicos, la planeación no puede seguir siendo un ejercicio tecnocráti-
establecerá los equilibrios ambientales, territoriales y sociales necesarios
co; debería ser campo de aplicación de las decisiones políticas estratégicas
o deseables en nuestras grandes ciudades?
y tácticas; hay que asumirla como un conjunto estructurado de políticas
Una ojeada a la realidad territorial latinoamericana nos indica que avanzamos hacia la urbanización global, transitamos de la ciudad tradicio
públicas de corto, mediano y largo plazo con efectos territoriales y ambien tales, que desborda lo morfológico y físico, para adentrarse en campos
y que los terri
económicos, culturales, sociales, ambientales, mutuamente relacionados y
torios se estructuran a partir de la combinación desigual y compleja
condicionados, que es necesario integrar estructuralmente. La planeación
de estas tres formas socioterritoriales. Podemos también caracterizar estas
urbana debe asumirse por tanto como parte de las políticas públicas urbanas,
nal a la metrópoli y hacia la formación de ciudades
53
región-,53
Buenos Aires en Argentina, Sao Paulo y Río de Janeiro en Brasil, la Zona Metropolitana del Valle de México, y Lima en Perú, superan los 10 millones de habitantes y forman parte de grandes sistemas urbanos regionales [ciudades-región] crecientemente integrados.
212 • Emilio Pradilla Cobos
entendidas en su sentido más amplio e incluyente. Este carácter político de la planeación, la urbana en particular, impone que en su elaboración y aplicación jueguen un papel esencial las institucio Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo * 2 1 3
nes y actores de los poderes de los estados democráticos locales: un
corrección de lo pasado. Por lo mismo, los planes de desarrollo urbano no
poder ejecutivo que cumpla plenamente sus funciones de promotor acti
deben corresponder a un periodo de gobierno, lo que implica la ausencia de
vo del crecimiento económico con justicia distributiva y del desarrollo
continuidad de las políticas, es decir, convierte al plan en el mejor de los
social, de instrumento de la regulación social de los procesos, de garante
casos en una política de corto o mediano plazo, según el periodo del go
de los derechos sociales y humanos, y de institución socialmente respon
bernante, en contradicción con los procesos de larga duración que carac
sable y sujeta a su control; y el Poder Legislativo convertido en instancia
terizan a la configuración territorial.
legítima y plural de la representación política de la ciudadanía. El Ejecu
Varias de estas razones conducen a la certeza de que la planeación
i i vo elabora y propone las políticas, planes y programas,- el Legislativo
urbana debe ser realizada básicamente por grupos o instituciones públicas
consulta a la sociedad, y debería aprobar las políticas y los planes, dí'm
autónomas o semiautónomas, altamente especializadas, que mantengan
doles vigencia legal, garantizar su exigibilidad y vigilar su aplicación.
actualizada la información, y que cuenten con relaciones y mecanismos de
La participación social, indispensable para transitar de la planeación
comunicación y debate preferencial con los actores políticos y sociales in
autoritaria a la democrática participativa, debe superar el carácter formal
volucrados. Las empresas privadas de asesoría difícilmente pueden res
que hoy tiene, incluir instancias formales e informales, integrar expresio
ponder a estas exigencias y deberían limitarse a actuar como consultores
nes organizadas, representativas y colectivas de los distintos grupos y estratos sociales, construir instrumentos de consenso y corresponsabili
en cuestiones particulares. Es inoficioso señalar que la planeación urbana debe trascender los en
dad, tener carácter consultivo y decisorio (aprobación por plebiscito o
foques del diseño físico o urbanismo tradicional, para integrar los temas
referendo de las políticas estratégicas contenidas en el plan], contar con
económicos, sociales, tecnológicos, culturales y ambientales, y ser realiza
mecanismos y espacios transparentes de control de su aplicación, y que
da a partir de concepciones transdisciplinarias y multiprofesionales. La
la población pueda legalmente exigir su cumplimiento al Estado.
época del urbanista, como hombre síntesis visionario, depositario de toda
Esto remite a la necesidad de que la planeación urbana democrática y
la imaginación y creatividad de una sociedad, ha desaparecido, engullida
participativa se consagre en las leyes generales de la nación y en las espe
por la complejidad de los procesos urbanos y por la exigencia creciente de
cíficas de las ciudades como uno de los derechos de los ciudadanos en la
participación democrática de la población en la construcción de su futuro.
ciudad, y que sea exigible a través de los organismos de tutela de estos derechos.
organizados, añadimos la integración de los productos de la investigación,
Si a la relación de los planificadores con los políticos y los ciudadanos
La complejidad de las actuales formas territoriales (metrópolis, ciuda
podremos aspirar a una planeación como política urbana, eficaz y dotada
des región, sistemas urbanos regionales, etcétera], que desbordan los lími
de racionalidad. De allí, a las políticas y la planeación críticas, progresivas,
tes de las unidades político-administrativas tradicionales, pero que actúan
hay un gran paso, el de la opción política, el cual se podrá dar gracias al
económica y socialmente como una unidad y tienen problemas comunes,
conocimiento de los vectores contrapuestos: política estatal hegemónica y
demandan la creación de instancias unitarias de gestión, imponen la neee
demandas de los ciudadanos.
sidad de que las políticas urbanas, incluyendo la planeación, sean unitarias e integradas para el conjunto de la unidad territorial real.
Los lectores podrían calificar estas notas de utópicas o voluntaristas; no tienen esa presunción ni ese alcance; pero no se rechaza ese carácter
Hay que transitar de la planeación-producto (actividad delimitada en el
pues todo cambio implica un cierto grado de utopía o visión de futuro, y de
tiempo que genera un libro o documento), a la planeación-proceso conti
voluntad de avanzar hacia ella. Será todavía más difícil reconstruir las re
nuo, que implica la revisión constante de la relación entre políticas y rea
laciones sociales y políticas, dejar atrás el neoliberalismo excluyente y
lidad, para hacer los ajustes necesarios y adaptar las políticas a los cam
empobrecedor y llegar a la sociedad igualitaria, incluyente, justa y sobera
bios sociales continuos, con sentido de anticipación del futuro y no de
na que muchos exigen, incluyendo algunos líderes políticos y gobernantes
2 1 4 * Emilio Pradilla Cobos
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo * 2 1 5
del continente, ante el fracaso estrepitoso del neoliberalismo y su global i zaoión imperialista, para garantizar la acumulación ampliada del capital, el empleo para todos y el bienestar general de los pueblos de América Latinn, hoy dominantemente urbanos.
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Capítulo VI
De lo rural a lo urbano: las relaciones campo-ciudad en América Latina y México*
I )esde 1980 y hasta ahora, el mundo rural latinoamericano y mexicano54 ha sufrido notorios cambios como resultado de la aplicación generalizada y abrupta de las políticas neoliberales en los países de la región y de su cre ciente inserción subordinada en la llamada globalización, entendida como la fase actual del proceso multisecular de mundialización capitalista. Algunos autores han tratado de explicar estos cambios, asumiéndolos como manifestaciones de una nueva situación estructural económica, social, política y cultural del campo y los campesinos, utilizando concep tos como nueva ruralidad, nueva rusticidad o rurbalidad.b¡> Otros, en cambio, creemos que se trata de la expresión en los ámbitos rurales de una etapa particular más del proceso de desarrollo capitalista que, en el mundo de sarrollado y el atrasado, ha implicado la destrucción o la subsunción formal o real de las formas y relaciones pre-capitalistas en la producción agraria, la pérdida relativa y luego absoluta de población campesina y el avance de la urbanización, en el marco de las especificidades de cada uno de los países latinoamericanos y sus territorios interiores. *Ensayo inédito, elaborado en el 2003. “México sigue formando parte del mundo latinoamericano con el que lo unen múltiples rasgos estructurales, a pesar de los deseos, las declaraciones y acciones de sus gobernantes neoliberales y de los grandes empresarios locales y transnacionales, y de la particularidad deter minada por su creciente integración a Estados Unidos y Canadá a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan). Desde luego, estas especificidades y diferencias han existido a lo largo de toda su historia, sobreviviendo aun a las imposiciones homogeneizadoras de los procesos sucesivos de modernización e integración a la economía mundo: conquista, mercantilismo, industrialización y globalización neoliberal. 55 En tal sentido, son ilustrativos los artículos contenidos en la revista Ciudades, núm. 54, abril-junio 2002, "Nueva ruralidad, nueva urbanidad", Red Nacional de Investigación Urbana, México.
219
Parece, por tanto, necesario retomar la discusión teórica e interpretan
I AS DOS FASES DEL TRÁNSITO DE LO RURAL A LO URBANO
va, muy intensa en la región en los años sesenta y setenta del siglo xx, en Iíi Que participamos [Pradilla, 1981 y 1984: cap. V], por su importancia para Id
l ’.i i América Latina y México, los orígenes y la gestación de las formas y los
explicación de los intensos procesos de migración campo-ciudad y de urhn
procesos del tránsito de lo rural a lo urbano se remontan a la segunda mi-
ni/.ación que acompañaron a la fase de industrialización por sustitución de
ind del siglo xix y los inicios del siglo xx, con la articulación mercantil
importaciones, pero casi abandonada en los ochenta y noventa a causa de ln
(minero o agroexportadora e importadora de manufacturas], al desarrollo
crisis de las teorías críticas y el aplastante dominio de las interpretacionen
del capitalismo industrial en Europa y Estados Unidos; la violenta consoli
neoliberales, convertidas en verdad única por los intelectuales afines o ni
dación del latifundio rural y los movimientos campesinos de respuesta,
servicio de los gobiernos y los organismos internacionales.
ii
Al reiniciar el debate, que esperamos sea intenso, sostendremos Inn hipótesis de: a) que los innegables cambios en el mundo rural no nos lie van a suponer la constitución de una nueva realidad estructural que exi|n
n
luida la Revolución mexicana y su reforma agraria; e intensos procesos
de redistribución territorial de la población derivada de la colonización in terna y la lenta formación de las ciudades comerciales (Pradilla, 1993a]. I’ero lo fundamental y sustantivo de este proceso ha transcurrido en
acuñar conceptos nuevos; h) que estos cambios expresan las partieu Inri
i Ii >s fases distintas, desplegadas a partir de mediados del siglo xx, diferen-
dades y desigualdades del curso seguido por la generalización del patrón
cindas en sus características esenciales por el patrón de acumulación de
neoliberal de acumulación de capital a escala mundial y de su impacto
capital imperante en cada una de ellas.
sobre una estructura rural en la cual se mantuvieron muy importan!rn
I ,a primera fase corresponde al desarrollo tardío del capitalismo indus-
áreas y formas supervivientes del pasado que no fueron descompuesian
irial en la región, por sustitución de importaciones, iniciado en distintos
por el capitalismo industrial y cuya exclusión se acentúa hoy; y c] que en
momentos según los países, luego de las tres grandes crisis del capitalismo
otros ámbitos territoriales, en las áreas de urbanización creciente, la den
desarrollado (las dos guerras mundiales y la Gran Depresión de los años
i moción o subsunción de estas formas ha continuado desigualmente dando
ireinta], a su impacto en el desarrollo capitalista agrario y la expropiación,
lugar a fenomenologías socioculturales complejas y confusas. Estas sillín
descomposición y expulsión del campesinado; y a la intensa migración
('iones no son generalizables en un mundo donde se acentúa agresivamen
i ampo-ciudad, la reorganización hacia adentro del territorio y el tránsito de
te el carácter desigual, combinado y excluyeme del desarrollo capitalista en
la ciudad comercial a la industrial (Pradilla, 1981 y 1993a]. Ello ocurre en el
su expresión territorial.
ei mtexto del proteccionismo y el intervensionismo estatal keynesianos.
En este ensayo sintético, nos moveremos en dos planos distintos: 1. 1
La segunda fase ocurre a partir de mediados de los setenta y sobre todo
evolución de las teorías explicativas, en sus dos vertientes opuestas, sin
desde la crisis mundial generalizada de 1981-1982, corresponde a la aplica-
pretender ser exhaustivos; y la interpretación general de los procesos n ¡i
eión del ajuste estructural neoliberal y la inserción subordinada de la región
les en los países latinoamericanos, y en particular en México. En ambón
en la globalización imperialista,56 que da lugar a un nuevo proceso de migra
planos, abordaremos las dos etapas fundamentales determinadas por
ción campo-ciudad, como efecto de la crisis de la agricultura latinoamerica-
Ion
patrones sucesivos de acumulación de capital: el intervensionismo estatnl que sustenta la industrialización y la urbanización correlativa; y el neolihe ral vigente, subordinado a la acumulación a escala mundial, buscando marcar sus continuidades y sus rupturas y cambios. En lo teórico y en lo interpretativo, pondremos el énfasis en los asp< i
,,n Dejando de lado los mitos propagandísticos, y las realidades contradictorias, la globaliiii ión adquiere -o mantiene- un carácter imperialista, determinado por la hegemonía mundial ilr listados Unidos en todos los campos -económico, político-militar y cultural-, que no llega i i Her compensada por la Comunidad Europea o el bloque asiático comandado por Japón, ni I ii ir la China en expansión o por la debilitada Rusia luego del derrumbe de la Unión Soviética. I iiua agresiva hegemonía coloca a los demás países, en particular a México y al resto de Amér|rn Latina incluidos en la órbita inmediata de la potencia imperial, en una situación de asiII i i •tria y subordinación que los hace más víctimas que beneficiarios de la fase actual de la immdialización.
De lo rural a lo urbano • 221
na -precapitalista o capiialista atrasada-, la reestructuración hacia aAwm
En el segundo grupo, los autores que nos reclamábamos del marxismo
del territorio, y el tránsito de las ciudades industriales a las metrópolis y
en cualquiera de sus variantes políticas, apoyándonos en sus planteamien
ciudades región. Entre estas dos fases ocurren profundos cambios estructurales en lo
tos teóricos en torno a la cuestión agraria y las relaciones campo-ciudad57 en el capitalismo, criticamos la conceptualización anterior (entre otros mu
rural y lo urbano, como resultado del proceso de cambio del patrón de
chos, ver Pradilla 1976 y 1981]; algunos de estos autores, sin embargo,
acumulación de capital; sin embargo, las dos son expresión de distini/m
mantuvieron el concepto de marginalidad urbana, dándole un contenido
l'ormas del desarrollo del capitalismo, por lo que presentan continuidad! :i
estructural y radical (Castells, 1973a, Quijano, 1973],
estructurales, entre las que descuella la tendencia continua a la disoluch m de las formas de producción campesina y la urbanización de los poblado
Al interior de esta corriente crítica también se llevó a cabo un intenso debate sobre el origen de las migraciones del campo a la ciudad y las rela ciones estructurales entre estos dos ámbitos territoriales, en el que parti
res del campo.
ciparon muchos autores (ver entre otras, las recopilaciones de Castells, 1973b; Schteingart, 1973, y muchos textos individuales]. Castells sostenía El
debate teórico sobre las relaciones
entonces que la masiva migración campesina a las ciudades era generada
CAMPO-CIUDAD
por la crisis interna de las estructuras agrarias tradicionales y la atracción
EN LA FASE DE URBANIZACIÓN ACELERADA
de las ciudades (Castells, 1973a], mientras que Singer y yo mismo sostuvi En los años sesenta, setenta e inicios de los ochenta del siglo xx, cu.ii i
mos que era el resultado de la destrucción de las formas productivas pre
do las intensas migraciones campesinas, la urbanización acelerada y Ii m
capitalistas agrarias debida a la violenta penetración del capitalismo en el
conflictos sociales en uno y otro polo ponían en evidencia los cambum
campo latinoamericano, impulsada por la industrialización, que sin embar
en curso en el campo y la ciudad latinoamericanos, se llevó a cabo lina
go no tenía que incluir a todas las propiedades rurales ni a todos los cam
fuerte polémica entre los investigadores de derecha y de izquierda, v entre estos últimos, sobre la naturaleza, determinaciones y amplitud di1
pesinos, por las limitaciones propias de su desarrollo tardío y dependien te58 (Singer, 1973; Pradilla, 1981 y 1984: cap. V],
estos procesos. En el primer grupo, la antropología y la sociología americanas propo
levancia política en la medida que la derecha y sus gobiernos optaron por
Aunque realizada en el ámbito intelectual, esta discusión adquirió re
nían una explicación basada en el continuo folk-urbano y el proceso seculai
un tibio y limitado reformismo para enfrentar a los movimientos campesi
de tránsito de lo tradicional representado por lo rural, a lo moderno idcnii
nos -en particular a los armados- que se expresó en diversas reformas
ficado al despliegue del capitalismo y al dominio de su forma territorial
agrarias
propia: la ciudad (Bassols et al. 1988: cap. IV]. Haciéndose eco de esia vi
México luego de la revolución de 1910-1920, que fue particularmente in-
sión lineal y mecanicista, pero tratando de explicar la particularidad du América Latina, en las filas de la intelectualidad del sistema surgió el con cepto de marginalidad que denotaba la superposición de quienes cu tí campo y la ciudad se integraban a la modernidad y quienes se mantenían, transitoriamente, "al margen" de ella, en el atraso secular, como resultad^ de la especificidad introducida en el continente latinoamericano por la c<
1 1 1
quista y la colonización europea. Esta situación desaparecería paulaiiua mente con el desarrollo capitalista, la urbanización y la modernización do toda la sociedad (Desal, 1969; Germani, 1973; Bassols et al., 1988: cap. V), 222 • Emilio Pradilla Cobos
(siap,
1978], que no tuvieron la amplitud de la que se aplicó en
57 La bibliografía marxista "clásica" sobre el tema agrario es muy amplia y rica. En la se gunda mitad del siglo xix, Carlos Marx, en toda su obra y particularmente en El Capital ([1867] 1975: Libro Primero, cap. XXIV; Libro Tercero, caps. XXXVII a XLVII), y Karl Kautsky en La cuestión agraria ([1898] s/f), desarrollaron una compleja teoría sobre el desarrollo capitalista en la agricultura, su impacto sobre la sociedad rural y las relaciones campo-ciudad. En la primera mitad del siglo xx, V. I. Lenin en muchos textos (sobre todo [1907] s/f), explicó los diversos caminos seguidos por el desarrollo capitalista agrario en el mundo, en particular en la atrasada Rusia; otros marxistas lo hicieron para otros países y situaciones. Desde enton ces, muchos autores marxistas o críticos radicales han abordado la temática a partir de estos conceptos, enfrentando la dura crítica de la derecha teórica y, en las últimas dos décadas, la descalificación espuria de los neoliberales. 5sVer
la síntesis de este debate, incluyendo mis posiciones, en Pradilla, 1984: cap. V
De lo rural a lo urbano • 223
tensa en el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940). Igualmente,
mundial de materias primas, en cuya base se encontraban agudas formas
los problemas generados por la urbanización acelerada y los movimienu m
de explotación pre-capitalista del campesinado.
urbanos derivados, llevaron a un debate, menos importante que el agru
Así, desde antes del inicio de la industrialización, en América Latina se
rio, en torno a la posibilidad de aplicar reformas urbanas, las cuales no
habían prefigurado las condiciones para un desarrollo capitalista agrario
lograron una existencia real.
por la vía caracterizada por Lenin como junker o prusiana, que se sustenta en la gran propiedad territorial (Pradilla, 1981), la cual ha sido la más auto ritaria y violenta, la que genera más expropiación y expulsión del campe
Desarrollo
capitalista, industrialización,
DESCOMPOSICIÓN DEL CAMPESINADO Y URBANIZACIÓN
sinado, mayor migración del campo a la ciudad y, por tanto, una más am plia y acelerada urbanización. Este proceso de aguda expropiación y explotación del campesinado
En las últimas décadas del siglo xix y las primeras del xx, en diversos pal
l úe particularmente intenso en México durante el porfiriato, y llevó a la
ses de América Latina, el campo fue escenario de la consolidación de l< m
explosión de la Revolución mexicana de 1910-1920, pionera y precurso
latifundios heredados de la colonia o entregados como premio a los próee
ra temprana de otras revoluciones agrarias y muchos movimientos cam
res de las guerras de independencia, de la formación de nuevos o su am
pesinos de resistencia en la región. Su triunfo frenó la expansión viólen
pliación por la vía de la expropiación violenta de las comunidades indíge
la de la hacienda, sin eliminarla del todo, y echó las bases legales para
ñas supervivientes o de los pequeños campesinos parcelarios, o por las
la constitución de la forma híbrida y contradictoria de propiedad y pro
concesiones de inmensas superficies de tierra baldía o pública a nuevos
ducción conocida como ejidal, que desde su generalización a finales de
propietarios, entre ellos, a compañías extranjeras (Pradilla, 1993a). En las
los años treinta durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (Gilly (19711
medianas y grandes propiedades rurales imperaban formas semi-serviles
1974: caps. I y X), le dio a la situación agraria mexicana la especificidad
de explotación de la fuerza de trabajo tales como la aparcería donde la ren
que aún mantiene, a pesar de la contrarrevolución agraria neoliberal de
ta de la tierra se pagaba en tiempo de trabajo y/o producto, o el peonaje
inicios de los noventa. El inicio del desarrollo tardío del capitalismo industrial, por la vía de la
acasillado, formalmente libre pero atado a la hacienda por las impagables deudas en la tienda de raya, y otras formas de sujeción.69 La tierra rural adquirió importancia en la medida que los países lati noamericanos se especializaban en la exportación de productos agrope cuarios (cacao, tabaco, plátano, café, caña de azúcar, algodón), o mineros (salitre, cobre, estaño y luego petróleo) según los países, para obtener di visas con las cuales se importarían las manufacturas para el consumo de las capas medias y altas de ingresos, en su mayor parte urbanizadas. Esta relación, característica del llamado patrón de acumulación primario exporta dor implicaba una transferencia de excedente del campo a la ciudad, reali zada por los terratenientes y los comerciantes y mediada por el mercado 59
La excepción general se dio en Argentina, donde la formación de la gran propiedad en la pampa extensa, en la colonia y luego de la independencia, no se enfrentó a la existencia de una población indígena importante; allí, la explotación ganadera de exportación se llevó a cabo mediante peones asalariados: los gauchos.
224 • Emilio Pradilla Cobos
sustitución de importaciones en condiciones de proteccionismo arancelario, ocurrió en algunos países (Argentina, Brasil, México, Colombia) en medio de las tres grandes crisis del capitalismo europeo -las dos guerras mun diales y la gran depresión-, como respuesta a la ruptura del esquema de exportación agropecuaria o minera e importación de manufacturas, y tuvo como actores a los comerciantes que habían acumulado capitales en el periodo anterior, o a empresas extranjeras cuyos capitales no podían valo rizarse en los países de origen debido a la guerra o a la crisis. Su desplie gue fue más intenso y amplio a partir de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, con el soporte del intervensionismo estatal; entonces, se generalizó a casi todos los países, con notorias diferencias de ritmo, mag nitud y profundidad (Pradilla, 1993a). Para alimentar al proceso de industrialización con materias primas agrícolas, pecuarias y forestales baratas, generar excedentes de alimentos De lo rural a lo urbano • 225
para la masa creciente de trabajadores fabriles y comerciales de las ciuda
urbanización que la acompañó.'*2 Pero esta situación se revirtió a partir de
des en expansión, y liberar fuerza de trabajo rural para proletarizarla en la
1966, abriendo paso al estancamiento agrícola que se mantuvo hasta
industria, era necesario transformar social y técnicamente las formas tí a
1977, y se reinició en 1982 luego de unos años de recuperación del cre
dicionales de producción agraria en unidades capitalistas. Al mismo tiem
cimiento. El efecto fue el constante crecimiento de la importación de
po, los sectores agropecuario y minero tenían que incrementar el esfuera)
alimentos y materias primas agrícolas, cuya participación en el total
exportador para obtener en el mercado externo las divisas que financiaría
de importaciones pasó de 5 por ciento entre 1954 y 1969 a 10 por ciento
1 1
la creciente importación de maquinaria e insumos para la nueva industria,
entre 1973 y 1978, lo que mostraba el principio del fin de la autosuficien
lo que era un factor más para impulsar la transformación capitalista del
cia alimentaria y de la capacidad del sector agrario mexicano para aportar
campo,6U valorizar la gran propiedad territorial y promover su formación a
suficientes materias primas a la industria, alimentar a la población urba
toda costa.
na y generar divisas, es decir, para soportar la industrialización y la ur
En el complejo latifundio-minifundio (pequeñas propiedades, parcelas en aparcería, y formas de propiedad más o menos colectiva como la comu
banización, para cumplir sus funciones en el desarrollo capitalista (Calva, 1988 y 1999b; Zermeño, 1997).
nidad indígena] que dominaba la estructura agraria de la mayoría de los
La población campesina parcelaria, propietaria o arrendataria precapi
países latinoamericanos,61 fue la gran propiedad terrateniente existente o
talista, fue expulsada del campo por la violencia al constituirse o ampliarse
la que se formó en ese periodo mediante la expropiación, mercantil o vio
los latifundios, al no ser proletarizada y convertirse en población excedente
lenta del campesinado, la que modificó su organización productiva, intro
para la producción más tecnificada, o al no poder competir en el mercado
dujo la relación capital-trabajo asalariado (en muchos casos, bajo formas
agropecuario en expansión; tuvo que emigrar del campo a las ciudades en
atrasadas como el peonaje) y las nuevas técnicas agrícolas: maquinaria,
crecimiento en busca del trabajo que ofrecían, aparente o realmente, las
fertilizantes y pesticidas, semillas mejoradas, etcétera. Este cambio tecno
nuevas fábricas y comercios y la industria de la construcción.
lógico, que tuvo impactos negativos sobre el campesinado pobre al colo
Así, la intensa migración del campo hacia las ciudades llevó a que en
carlo en una situación de competencia desigual, está simbolizado por la
la década de los ochenta, de ser mayoritaria en términos absolutos y rela
revolución verde impulsada en la década de los cincuenta del siglo xx, con
tivos, la población rural pasara a ser minoritaria en la región (Pradilla,
los objetivos antes señalados (Arroyo, 1989).
1993a), aunque sin cesar de crecer en números absolutos debido a la lla
En México, la nueva estructura agraria constituida a partir del repar
mada explosión demográfíca derivada de la reducción generalizada de la
to masivo de tierras bajo la forma de ejidos o comunidades realizado du
mortalidad, particularmente la infantil, producida por las campañas masi
rante el gobierno de Lázaro Cárdenas, del esfuerzo educativo y de capa
vas de saneamiento ambiental, vacunación y ampliación de la atención
citación, del crédito y de la asesoría técnica, tuvo un auge productivo muy
médica en el campo y la ciudad.
importante entre 1946 y 1965 (tasa de crecimiento anual promedio del sector de 6.1 por ciento), y soportó tanto la industrialización, como la “Según José Luis Calva (1999b), son las funciones más importantes atribuidas al campo por la teoría del desarrollo capitalista, las cuales cumplió relativamente en esta fase en los países latinoamericanos, incluido México. 61 En la mayoría de los países latinoamericanos, fue la gran propiedad terrateniente la que se transformó en empresa capitalista, siguiendo la vía junker o terrateniente, muy violen ta y expropiadora, como lo demuestra la experiencia colombiana desde los años cuarenta (Pradilla, 1981). El caso paradigmático es Argentina donde casi no existían comunidades ni pequeña propiedad agraria, por lo que el latifundio entró temprana y rápidamente a las rela ciones capital-trabajo asalariado y se articuló al mercado mundial.
226 • Emilio Pradilla Cobos
Al mismo tiempo, la tierra rural periférica a las ciudades en expansión se valorizó al convertirse en reserva para el crecimiento urbano regular (nuevas zonas industriales, fraccionamientos residenciales, servicios públi cos e infraestructura), o irregular (invasiones de tierra por parte de los inmi grantes pobres recién llegados), lo cual significó la urbanización de los campesinos allí ubicados, por simple absorción territorial. 62Entre 1940 y 1970, el porcentaje de la población total residente en concentraciones urbanas de más de 15 mil habitantes pasó del 20.0 al 47.1 por ciento (Garza, 2003: 30-33, cuadro 4).
De lo rural a lo urbano • 227
En México, el intenso crecimiento demográfico de la población rural, ln
relación campo-ciudad en el capitalismo atrasado y se cerraba el circuito
reducción del ritmo del reparto de tierras por los gobiernos posteriores a
del desarrollo tardío del capitalismo latinoamericano, con sus límites y con-
1940, la persistencia de la violencia en el campo, y luego el inicio del están
i radicciones.
camiento productivo, alimentaron los flujos del campo hacia la ciudad. I .a
La expansión económica capitalista de las ciudades, a pesar de su ce
expansión de las grandes ciudades mexicanas, sobre todo la de México
leridad, tampoco requería de toda la fuerza de trabajo expulsada del cam
que desde 1950 inició su fase de metropolización, se llevó a cabo dominan
po, por lo que se formó el ejército industrial de reserva (Marx [1867] 1975:
tómente sobre tierra ejidal o comunal, en forma irregular dado que la ley
lomo 3, cap. XXIII, sec. 3 y 4) -de desempleados-, y sus múltiples formas
impedía su comercialización por los ejidatarios, siendo el Estado federal el
de subsistencia precaria (comercio callejero, trabajo precario ocasional,
único en condiciones de expropiar la tierra a éstos para regularizar la pn >
servicios personales, delincuencia, etcétera) que ha ayudado a mantener
piedad de los ocupantes, por motivos de utilidad
bajos los salarios de los trabajadores, que ha acompañado desde entonces
pública.63
Pero la expansión de la producción capitalista en el campo, cuyo mor
la historia, la cultura y la vida cotidiana en las grandes ciudades latinoame
cado interno (materias primas industriales o bienes de consumo final) o
ricanas, y que dio lugar a los mitos ideológicos conservadores de la masa
externo no crecía lo suficiente, no necesitaba transformar toda la extensión
marginal o informal, convertidos en temas colaterales de debate teórico
de tierra rural disponible, ni expulsar a toda su población campesina; una
(Pradilla, 1984: cap. Y y 1987: cap. IV; Connolly, 1990).
parte del campesinado, atado a la tierra por lazos económicos de supervi
La incapacidad de la economía rural y urbana para absorber producti
vencía e identidades culturales, ubicado en las zonas más alejadas de Ion
vamente a toda la población, sobre todo a la superpoblación relativa genera
mercados agropecuarios, o poco productivo por la baja fertilidad de la tierra
da en el campo, llevó a varios millones de mexicanos a emigrar a Estados
o su geografía no mecanizable, se mantuvo en sus pequeñas
propiedades
y continuó su explotación de subsistencia.
Unidos, legal o ilegalmente, afrontando para ello la represión de las autori dades estadounidenses, la sobreexplotación de los empresarios basada en
Casos particulares fueron las comunidades indígenas en países como
la ilegalidad, la segregación social y la exclusión de los derechos civiles y
México, Guatemala, Perú, Bolivia, Ecuador o Colombia, que tenían una
sociales. La cifra real de los mexicanos en Estados Unidos era imposible
alta densidad poblacional original, que no fueron aniquiladas por la con
de precisar, pero los cálculos alrededor de 1980 oscilaban entre seis y 12
quista y la colonización española, ni por el proceso de sobreexplotación ei i
millones, aunque su origen estadounidense hace suponer una magnifica
la fase posterior a la independencia: ellas fueron progresivamente aisladas
ción (Morales, 1989: cap. VII).
y concentradas en áreas poco fértiles y alejadas de los centros urbanos, o
En todos los países latinoamericanos, las ciudades en crecimiento
sobrevivieron en las sierras o, aun, en la cercanía de grandes ciudades
transformaron al suelo rural periférico en urbano, e integraron pequeños
gracias a su cohesión comunitaria, a su identidad cultural y étnica, a la
poblados cercanos, por la acción de los fraccionadores capitalistas o los
resistencia pasiva o a movimientos revolucionarios (México, Guatemala,
ilegales, o la invasión irregular de los pobladores pobres
Perú, Bolivia].
(siap,
1982). En
México, donde la reforma agraria revolucionaria había institucionalizado
Al mismo tiempo, los productores agrarios capitalistas y los asalaria
las formas ejidal y comunal de posesión de la tierra, ilegalizando la vía de
dos rurales se transformaron en mercado para la industria urbana produc
la concentración de la propiedad rural, la urbanización se llevó a cabo en
tora de maquinaria y equipo simple e insumos agropecuarios y de bienes
su mayor parte sobre tierra ejidal o comunitaria mediante procesos de
de consumo individual. Se formaba así el mercado interno, se anudaba la
ocupación ilegal y regularización posterior. El diferencial de rentas entre el
63
Entre 1940 y 1975, el crecimiento de la mancha urbana de la Zona Metropolitana de ln Ciudad de México se llevó a cabo en un 21 por ciento sobre tierra ejidal, un 27 por ciento sobre tierra comunal, un 10 por ciento sobre tierra pública y sólo un 42 por ciento sobiv tierra de propiedad privada (Cruz, 2001: 151).
228 • Emilio Pradilla Cobos
suelo urbano y el rural, y la pobreza de los campesinos peri-urbanos fue ron -y siguen siendo- el motor económico de esta transformación, legal o ilegal (Jaramillo, 1994). De lo rural a lo urbano • 229
I ,n penetración de las relaciones capitalistas de producción e interca
1 1 1
bio en el campo, el mejoramiento de la infraestructura de transporte y eo municaciones exigido por la nueva relación con el mercado interno
,v
llamada globalización capitalista; a la desigual liberación del comercio inter nacional; y a la constitución de nuevas formas de concentración urbana. Estos cambios han profundizado los procesos de descomposición de
i ixterno, y la ampliación de los servicios de educación y salud, introdujeri h i
las formas tradicionales de producción y organización del sector agrario, y
nuevas formas culturales y laborales en los pueblos rurales, sobre todo en
al mismo tiempo han dado lugar a mutaciones significativas en las formas
aquellos que, por localizarse en las zonas de mayor desarrollo capitalista,
de inserción del mundo rural en las economías y sociedades latinoameri
se e.onvirtieron en nodos regionales de comercialización de insumos y productos agropecuarios y de distribución de bienes industriales de cotí
canas. Pero estos procesos siguen siendo muy desiguales, entre países y en
sumo final para la producción rural.
tre territorios interiores. El campo inserto en territorios sometidos a pro
La penetración del capitalismo en el mundo rural inició la extinción,
cesos intensos de urbanización se transforma estructuralmente, al tiempo
aún lejos de concluir, de la oposición campo-ciudad, señalada por Marx para
que se mantienen grandes áreas donde domina la producción precapitalis
la láse de transición del feudalismo al capitalismo en Europa, entendida
ta, parcelaria o comunitaria de subsistencia, con complejas articulaciones
como la confrontación entre dos modos de producción diferentes. En su lu
de dependencia, explotación y opresión con el mundo global. Estas contra
gar, en las condiciones latinoamericanas, el desarrollo desigual del capita
dicciones se expresan intensamente en lo político y cultural.
lismo entre campo y ciudad, y al interior del campo, dio lugar a una com pleja combinación de formas productivas, sociales y culturales ligadas por
El estancamiento del sector agrario latinoamericano y mexicano
relaciones de exclusión de las formas precapitalistas de subsistencia so brevivientes, de explotación de la fuerza de trabajo asalariada o semiprole-
Desigualmente según los países, la producción agropecuaria entró en cri
larizada, de extracción de excedente mediante las formas de aparcería, o
sis a partir de los años setenta. Desde entonces, las tasas de crecimiento
de transferencia de valor en forma de rentas del suelo.
del producto interno bruto
Esta compleja combinación de procesos de cambio ocurre desde ('I
(pib)
agrícola han sido inferiores a las del
periodo entre las dos guerras mundiales, con notorias diferencias según
fase de muy bajo crecimiento económico de la región
i 'I país y el momento histórico concreto, y se prolonga hasta nuestros días,
CEPAL
(cepal,
2001: 10;
y David, 2001: 141; 2007: 91).
En varios países del área, la tibieza y limitación de las reformas agra
sin lugar a dudas con evidentes continuidades y también con modificacio nes notorias.
pib
total, sobre todo a partir de la gran crisis de 1982 que marcó el inicio de la
rias, muy publicitadas en los sesenta y setenta como respuesta a los movi mientos guerrilleros, no modificaron el proceso de expropiación, violenta o legal, del campesinado pobre, ni el patrón de explotación agraria basada
La
continuidad y los cambios
I N EL NEOLIBERALISMO Y SU GLOBALIZACIÓN
en
la gran propiedad (siap, 1978). El estancamiento del sector agrario fue el resultado de múltiples facto
res: la pérdida de dinamismo o la contracción de la producción industrial I .a crisis generalizada del capitalismo mundial, el cual cambió de curso a
compradora de insumos primarios; la caída del mercado interno de bienes
mediados de los setenta para entrar en una onda larga recesiva (Mandel
agrícolas de consumo directo debido al desempleo y a la reducción gene
11980] 1986), condujo al triunfo político del antikeynesianismo (Guillén,
ralizada y violenta del salario real como efecto de la política neoliberal de
1997); a la aplicación abrupta e incondicional en América Latina de las
austeridad salarial; la creciente penetración de productos agroalimentarios
políticas neoliberales y su "ajuste estructural", en distintos momentos se-
y agroindustriales provenientes de los países desarrollados o, aun, de
gún los países; a la creciente integración subordinada de la región en la
otros países atrasados, dotados de ventajas comparativas, o con menores
230 • Emilio Pradilla Cobos
De lo rural a lo urbano • 231
costos, mayor calidad y cuantiosos subsidios públicos; la caída notoria ,v
apoyo a la producción ejidal y comunal, a nombre del "libre" mercado,
mineralizada de los precios internacionales de los productos primarios de
reemplazadas por el asistencialismo compensatorio (Zermeño, 1997; Cal
exportación; y el mantenimiento de barreras arancelarias y no arancelarían al ingreso de productos latinoamericanos a los países desarrollados, a pe
va, 1988 y 1999). La crisis del sector agropecuario mexicano puede evidenciarse con dos
sai' de la imposición de la liberación comercial a los países atrasados. Asi,
i ilras básicas: el valor de la producción agropecuaria y forestal por habi-
desde 1980 han caído los precios reales de la mayoría de los producton
lante cayó un 20.4 por ciento entre 1981 y 1998; y las importaciones de
agrícolas en el conjunto de América Latina
productos alimentarios crecieron de 1 millón 790 mil a 8 millones 633 mil
(cepal,
2001: 114],
Si a lo anterior sumamos la desaparición de las políticas agrarias estala les a partir de la ideología del "libre mercado" y la no-intervención del Esta 1
1<), la eliminación o reducción de los subsidios públicos al sector agrario p< ir
las políticas neoliberales y las crisis fiscales, y la restricción aguda del crédi
, 1
8'633.000 dólares entre 1982 y 1998, un crecimiento del 482.29 por ciento
(Calva, 1999).
I a privatización de la propiedad ejidal en México
to bancario al sector, el resultado ha sido la pérdida de rentabilidad de la producción agropecuaria nacional y, por tanto, los menores incentivos para
Ll agotamiento y anquilosamiento de la reforma agraria revolucionaria,
la inversión de capital en el campo. De esta situación sólo han escapado
explicable por la agudización de las contradicciones originarias (Gilly
relativamente las áreas de explotación agraria capitalista intensiva, dotadan
|1971] 1974: cap. X), que hacían que la cuestión agraria no estuviera re
de ventajas competitivas muy notorias, vinculadas a la exportación.
suelta desde el punto de vista de los intereses del gran capital nacional y
La caída de la rentabilidad capitalista de la producción agraria lleva a
t ransnacional, y en gran medida por la política agraria y el control del régi
que se reduzcan las áreas explotadas por los productores comerciales,
men del Partido Revolucionario Institucional desde los años cincuenta,
a las más fértiles y mejor ubicadas en relación con los mercados internon
justificó la contrarreforma agraria neoliberal de inicios de los noventa, que
o internacionales. Así, cede relativamente, sin desaparecer, la presión ex
dio por concluido el reparto agrario, abrió las puertas a la privatización de
propiatoria, por el mercado o la coerción, contra las tierras, muy aislada:;
la propiedad ejidal y comunal, y permitió de nueva cuenta que las empre
y menos fértiles, que aún permanecen en manos de los pequeños propie
sas comerciales agropecuarias accedieran a la propiedad rural.
tarios o las comunidades campesinas e indígenas, permitiendo que
se
mantengan en el atraso técnico, el autoconsumo y la pobreza.
Sus objetivos explícitos eran: la reconcentración de la propiedad agra ria, muy fragmentada según sus impulsores; la promoción de la participa
En México, luego de una recuperación relativa de la producción agro
ción de las empresas agrarias capitalistas mediante la ampliación del límite
pecuaria entre 1978 y 1981, alimentada en parte por el boom petrolero,
de tierras que podían adquirir, o la posibilidad de "asociarse"64 con los pro
vino el desastre del sector, que hoy puede sintetizarse en el lema del mo
pietarios ejidales y comunales; la reducción de la población campesina que
vimiento campesino del 2003: el campo no aguanta más. Sus factores estructurales han sido: las crisis cíclicas recurrentes de la economía mexi cana (1981-1982, 1985-1986, 1995-1996 y 2001-2003, hasta ahora), que se manifiestan con particular agudeza en el sector agropecuario; el fracaso de la contrarreforma agraria de 1991-1992, desde el punto de vista de la concentración de la propiedad de la tierra y de la acumulación capitalista en el sector; la abrupta e incondicional apertura comercial iniciada en 1086 y profundizada desde la entrada en vigor del tlcan; y el abandono por los últimos cuatro gobiernos federales de las políticas públicas de 212 • Emilio Pradilla Cobos
aún se consideraba excesiva (Pradilla, 1992); y, en la lógica neoliberal de la competencia; la reducción de los precios de las materias primas agrope cuarias y los alimentos (Zermeño, 1997). Todos los objetivos explícitos de la contrarreforma agraria iban en el sentido de acelerar la descomposición de las formas no capitalistas de propiedad y de producción, en aras de un nuevo impulso a la acumulación 64 En la práctica, esta "asociación" lleva a convertir a los ejidatarios o comuneros en sim ples obreros asalariados de las empresas capitalistas, en su propia tierra, en el caso agrario; o a una relación absolutamente desigual entre propietarios de la tierra y empresas inmobilia
rias en el caso de la periferia urbana.
De lo rural a lo urbano • 233
de capital en el sector, en condiciones de "libre" mercado interno e intert
im
cional (Rivera, 1993); una de sus consecuencias previsibles era y hirih siendo la aceleración de la migración de campesinos hacia las ciudades v hacia Estados Unidos (Pradilla, 1992; Varios autores, 1994). La entrada en vigor de la contrarreforma, y la posterior certificaciói
1 1
h
la tenencia individual de la tierra por los integrantes de las comunidad en agrarias, abrieron la puerta a un proceso significativo de cambio de ln si
Desde el momento de la negociación del
tlüan,
se preveían estos im
pactos negativos, cuyas determinaciones eran, según Calva (1991): a) la desigual magnitud de la superficie agrícola total: 196, 963 y 887 millones de hectáreas en México, Estados Unidos y Canadá respec tivamente; de la tierra arable: 27, 179 y 45 millones de hectáreas respectivamente; y de la tierra irrigada: 6.5, 22.4 y 0.7 millones de hectáreas (Márquez, 2003);
tuación de la propiedad agraria, a través de su compraventa, pero sol s e
h) la enorme diferencia de la productividad del sector agropecuario en
todo por el camino del arrendamiento, en el que los campesinos acimut
tre los tres países, que coloca en una posición muy desventajosa a
fundamentalmente movidos por la necesidad de subsistencia (Conchetn > y
México, sobre todo en relación con Estados Unidos: la productividad
Diego, 2001). Sin embargo, la apertura comercial acelerada iniciada a fina
en valor por trabajador agrícola era 18 veces mayor en Estados Uni
les de los ochenta, que incluyó al sector agrario, la pérdida de competid vi
dos que en México, y el rendimiento en maíz, como ejemplo signifi
dad y rentabilidad del sector, y la resistencia activa o pasiva del campen!
cativo, era de 2.50 toneladas por hectárea en México, 7.15 en Canadá y 8.55 en Estados Unidos (Márquez, 2003);
nado no han justificado o permitido una transformación radical de ln estructura de la propiedad y la producción agraria.
e) la productividad desigual se derivaba de las grandes diferencias de
Donde el cambio de tipo de propiedad ha sido más activo, es cu las tierras de riego, en las periferias urbanas o en los intersticios de los j’i nn
desarrollo tecnológico, en nivel de calificación de la fuerza laboral, sistemas de irrigación y de cultivo artificial, calidad de las semillas,
des sistemas urbanos (ciudades-región), donde la privatización de la pi n
uso de fertilizantes e insecticidas -sin juzgar sobre sus efectos eco-
piedad social agraria ha permitido evitar los complejos y largos proceso*
lógicos-, maquinaria y equipo -20 tractores por 1,000 trabajadores
de expropiación pública y regularización que en el pasado caracterizan m
agrícolas en México, 1,484 en Estados Unidos y 1,842 en Canadá
dominantemente el crecimiento urbano, abriendo el paso a la vía de mee cado para que los fraccionadores comerciales y las empresas inmobiliarias
(Márquez, 2003)-, tratamiento y procesamiento de productos, avan ce de la investigación en biotecnología, etcétera.
transformen la tierra rural en urbana y se apropien de las sobregananrmn
d) las diferencias en la provisión de recursos naturales y condiciones ambientales para productos en los que existe competencia;
que materializan el tránsito de la renta agraria a la urbana.
e) las diferencias abismales en términos de las políticas públicas para el
El campo y el "libre comercio" internacional
sector agropecuario en los tres países, particularmente respecto al
Uno de los factores sustantivos de la crisis del campo mexicano en Ion
monto de los subsidios públicos otorgados a los productores: del 35 por ciento del valor total de la producción del sector en Estados Uni
últimos 18 años ha sido la apertura comercial. Si bien, los impactos un
dos, y de 22 por ciento en México; lejos de ser reducidos, estos sub
empezaron a producir desde la entrada de México al
en 1986, el ver
sidios fueron incrementados significativamente en el 2002 por el go
y la inclusión de la producción agropen is
bierno de Estados Unidos, con base en la Ley de Seguridad e Inversión Rural65 (Bartra, 2003);
dadero verdugo ha sido el
tlcan
gatt
ria en el proceso de desgravación arancelaria, la cual concluyó en enero del 2003, con la eliminación de los aranceles a todos los productos agn >i" cuarios importados de Estados Unidos y Canadá, incluyendo a los granen básicos. En el mismo sentido han actuado otros tratados de libre comercio, en particular el firmado con la Comunidad Europea. 234 • Emilio Pradilla Cobos
65 La negativa de los países con alto grado de desarrollo económico, sobre todo de los I '.stados Unidos, a reducir o eliminar los subsidios a la producción agropecuaria, llevó al fracaso a la ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio celebrada en (Ifincún, México, en el 2003, ante la respuesta de los países productores del Tercer Mundo, que se negaron a aceptar las condiciones que los países desarrollados pretendían imponer |vcr la información sobre la reunión publicada en La Jornada).
De lo rural a lo urbano • 235
/I las estructuras de comercialización y transporto de pn u l m i n l f l atrasadas en México, donde un 90 por ciento de Ion iiumIiimT agropecuarios son en mayor o menor medida de mili
1 1
........ .... itfBH
sólo un 40 por ciento concurre al mercado con algún pn idmUlT tra, 2002], En términos de comercio internacional, minnli ’an u| nMtt
■c „u y XI1-2003) o a 11 millones de adultos, y sostienen a 20 millones ■
|h monas según otra fuente [La Jornada, 29-X-2003), paradójicamente
■l lino convertido en el factor que permite que muchas familias que vi»)' i'i' aldeas y pueblos rurales no tengan que abandonarlos. I,im resultados han confirmado las previsiones de los analistas.66 A la
agropecuario estadounidense obtuvo un superávit anual di IK I
wI'Im
millones de dólares, el de México fue deficitario en 1,71»(i inllli mng dólares en 2002.
B|h importación de alimentos -entre 1987 y 1993 se importaron 52 millo-
de l/i producción agropecuaria por habitante y el aumento acelerado
■ft|t de toneladas de alimentos, mientras que entre 1994 y 1999 llegaron a 90 flilll.... mi de toneladas (Bartra, 2002)-, transformando el superávit de la ba-
En estas condiciones, Calva [1991: 74 y ss.) consideraba (|iin pol i
|itn n ci nnercial agropecuaria en un déficit de 1,778 millones de dólares en
efecto combinado de la contrarreforma agraria y el libre mercadn di* |i|fl
■Hm i )()()(Márquez, 2003), que elimina la capacidad del sector para colabo-
ductos agropecuarios, cerca de tres millones de familias campchiiiiH|^|
Mi i o el l'inanciamiento externo del crecimiento económico. Desde 1981, los
rían desplazadas del campo. Pero en la medida que no estaba j>,/n anll Ht||
pi'inlnoH de intercambio de los productos agropecuarios no han cesado de
su absorción por la economía urbana ante un panorama de estani aniin|||fl
(Miel en relación con el índice general de precios (Calva, 1999: 45), lo que
industrial que ya ha sido confirmado por la recesión de 1995-1 í)! l(t y ln i||fl vive el sector desde el último trimestre del 2000, la cual involucró I.......... lim
Ivdundn en empobrecimiento de los productores rurales. I ii is productores más golpeados por la apertura comercial, aunada al
a la industria maquiladora (Bendesky y Godínez, 2002), cuyo remiliinlH im
Incremento de la deuda de los campesinos como efecto de la crisis de 1995
sido la imposibilidad de crear los empleos necesarios para atender el ih
V Im ri 'ducción de los subsidios, y que se han movilizado por tal motivo, son
cimiento de la población económicamente activa, y la pérdida abiinlulu i|f
Ion de maíz, frijol, café, caña de azúcar, sorgo, piña, carne bovina y leche
empleos previamente existentes, esta fuerza de trabajo estaría einlMrilltfl masivamente a Estados Unidos.
(hnrira, 2002). I
(alca),
El aumento de los flujos migratorios legales y sobre todo ilc/v'l' m 0
Impulsada y presionada por Estados Unidos, haría que todos los producto-
Estados Unidos, que involucrarían actualmente a 22 millones de pu ní nuig
leu rurales de los países de América Latina sufrieran similares efectos, de
[La Jornada, 28-X- 2003) incluyen ahora a sectores medios y de pmli'HM
rivados de la liberación comercial en condiciones de abierta desigualdad.
nistas [La Jornada, 29-X-2003), cuyo origen no se limita ya a los cHiai|il| atrasados tradicionales e incluye a grandes ciudades como la de Mc -1 , h flujos fronterizos por parte de las autoridades estadounidenses, y en n|
I .i persistencia de las formas pre-capitalistas I I <. ipitalistas atrasadas en el campo
crecimiento del monto de las remesas que alcanzó en 2006 una mima
I a /)oblación no urbana,67 o rural, de México ha decrecido relativamente
cercana a los 14 mil 500 millones de dólares, equivalente a la invcniliiil
lí ente a la urbana: disminuyó del 78.1 por ciento en 1950, al 38.6 por cíen
extranjera directa que llegó al país en el 2002, y superó los 20 mil
lo
se hace evidente en el endurecimiento de las medidas de control dr Ihm
1 1
n ll< •
i
en el 2000; pero su tamaño absoluto creció, pasando de 19 millones 581
nes de dólares en el 2006, para hacer de la exportación de fuerza de tnihtilo una de las mayores fuentes de divisas, casi equivalente a la exportación de petróleo. Estos recursos, que llegaban en 2000 a 1 millón 225 mil hoyaron mexicanos, 665 mil más que en 1994 cuando entró en vigor el tlcan (/ /i
""Ver, además de Calva, 1991, las recopilaciones de ensayos de Varios autores, 1992, y Homero, Torres y Del Valle, 1994. 87 La población no urbana, definida como aquella que habita en asentamientos de menos i ln 15 mil habitantes, puede identificarse con la rural, que de una u otra forma subsiste a partir de la producción agropecuaria y su comercialización, o del comercio de bienes y servi cios para la población rural.
De lo rural a lo urbano • 237
mil a 38 millones 439 personas en ese mismo periodo (Covarrubias, 2000
del suelo, transformadas en sobreganancias;68 un ejemplo, entre muchos,
5). Entre 1960 y 2000, la masa de campesinos pasó de 17 a 24 millones; de
de esta transferencia social de valor es el cultivo de maíz en México.
ellos, sólo dos de cada 10 individuos económicamente activos se dedica
La acentuada pobreza campesina derivada de estos procesos,69 sus
ban a actividades agropecuarias, nueve de cada 10 de estos agricultores
necesidades de subsistencia, la ausencia de otras alternativas y los lazos
vivían en mayor o menor medida en el autoconsumo, y sólo cuatro de cada
individuales y comunitarios con la tierra actúan como factores importantes
10 concurrían al mercado con algún producto, dejando a la mayoría en la
de la permanencia de estas formas productivas pre-capitalistas. Pero con
situación de productores para el autoconsumo total, al margen de cualquier
tinúa la emigración de excedentes de población campesina, sobre todo jó
modalidad de relación capitalista o de mercado en términos de su produc
venes, hacia las grandes ciudades o al extranjero; en particular, en México
ción (Bartra, 2002],
y Centroamérica hacia Estados Unidos. En las zonas rurales atrasadas
En medio de la debacle de la producción agropecuaria, ello ha signil'i
permanecen fundamentalmente las personas de mayor edad y menor cali
cado un incremento de la incidencia de la pobreza en el campo mexicano:
ficación, lo que aumenta los factores estructurales de baja productividad y
según Boltvinik (2002), entre 1989 y 1998, en el ámbito rural, los pobres
de estancamiento tecnológico.
pasaron del 85.0 al 93.9 por ciento, y los indigentes lo hicieron del 45.7 al 70.9 por ciento del total de la población rural.
En el caso mexicano y centroamericano, observamos la paradoja de que las remesas de divisas de los emigrantes legales o ilegales a Estados
En las circunstancias de desastre de la producción agropecuaria mexi
Unidos, producto de la pobreza y manifestación de la descomposición
cana, el proceso de descomposición de las formas pre-capitalistas o capí
campesina, apoyan la permanencia de sus familias en las áreas de baja
talistas atrasadas que no funcionan en el ciclo de la acumulación de capital,
productividad agraria y los pueblos rurales, al elevar sus ingresos, y darle
ahora mundializado, reduce relativamente su intensidad, permitiendo su
cierto dinamismo comercial a sus poblados.
subsistencia en las zonas apartadas y mal comunicadas con los mercados urbanos internos o los internacionales, cuyas tierras son poco fértiles para los cultivos que aún mantienen su rentabilidad en el mercado interno o externo, que por su geografía son poco mecanizables, o que no se encuen tran en la periferia de las ciudades o al interior de sistemas urbanos regio nales donde se convierten en reservas para la urbanización. Pero la población que permanece en estas formas atrasadas de produc ción subsiste en la miseria, la cual es motivo suficiente para el abandono de su tierra o la migración temporal de parte de sus miembros a las ciudades o
a Estados Unidos. En estos casos, nos encontramos ante una aparente
paradoja, propia de la subsunción formal al capital: la familia subsiste en las formas agrarias de autoconsumo gracias a las remesas que recibe de los familiares absorbidos como fuerza laboral por la producción capitalista en las ciudades o el extranjero, o por las actividades urbanas de subsistencia. Aun así, en presencia de una demanda de los productos agrarios espe cíficos, así sea marginal al mercado, la permanencia de formas atrasadas y poco productivas pero mercantiles permite a los productores y a los inter mediarios capitalistas la apropiación de rentas absolutas y/o diferenciales 238 • Emilio Pradilla Cobos
El campesinado y el narcotráfico en la etapa actual El estancamiento de la producción agraria y el empobrecimiento de los campesinos han arrojado a cientos de miles de familias campesinas en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador o México a las manos de las mafias del narcotráfico. Una parte de ellas, dedican su tierra u ocupan nuevas porcio nes de la selva o las montañas altas y aisladas, a producir cocaína, amapo la o marihuana para alimentar el narcotráfico mundial y el consumo en Estados Unidos y otros países consumidores. Para sobrevivir, estos campesinos enfrentan los riesgos de la represión militar, la destrucción de sus cultivos de subsistencia, y la fumigación de sus tierras, sus animales y sus propias familias, con grave daño ambiental, 68 Para un análisis de esta situación en América Latina a principios de la década de los ochenta, ver siap, 1982. 69 Con diferencias según los países, en el campo latinoamericano se observan proporcio nes de población hundida en la pobreza o la miseria mayores que el promedio nacional y que en las áreas urbanas [cepal y David, 2001: 24 y 25]. No juzgamos la validez de estas cifras, discutidas por los especialistas sobre el terna; nos limitamos a observar las proporciones que establece este organismo.
De lo rural a lo urbano • 239
social y humano (para el caso colombiano, ver Ortiz, 2002); corren eslon
Paradójicamente, se mantienen los altos índices de desnutrición en el
riesgos por un reducido pago, mientras las mañas internacionales se mi
i ampo y la ciudad, pues los pobres no pueden acceder en el mercado a
bolsan gigantescas sumas de dinero que circulan por los circuitos financie ros mundializados.
mía producción agropecuaria. Algunas de estas tecnologías, no sustentables ambientalmente o usadas irracionalmente en función de la ganancia
Los que se benefician fundamentalmente de la ominosa riqueza gene
máxima, destruyen en el largo plazo la fertilidad natural de la tierra, hacién-
rada por el cultivo de drogas son quienes realizan las distintas fases de mi
comercialización, y los sistemas financieros que llevan a cabo el "lavado''
ile depredadores imponiendo el uso constante y creciente de pesticidas.
del dinero sucio obtenido (Kaplan, 1990).
I ,i is insecticidas, pesticidas y herbicidas contaminan el agua, matan su fau
Aun en este campo, los campesinos latinoamericanos enfrentan l.i competencia desigual con los productores de estupefacientes sintéticos o,
na, y se transmiten a los humanos a través de las cadenas alimenticias. Hoy, los alimentos transgénicos plantean serios problemas económicos,
aun, de productores clandestinos de variedades biotecnológicamente mu
noriales y éticos: la ignorancia sobre sus efectos de largo plazo en los con-
dificadas ubicados en los países consumidores.
ii unidores humanos y animales; la destrucción de los progenitores anima-
El impacto del cambio tecnológico sobre el campesinado
li 'H y vegetales tradicionales, más adecuados al medio natural y a la cultura ile los campesinos; y la dependencia creciente de las grandes empresas iransnacionales que controlan las patentes y la producción de semillas y
El cambio tecnológico, caracterizado por novedosos instrumentos de cultivi i
especies. Las víctimas de esta innovación, como lo fueron en el siglo pasa-
y recolección, semillas mejoradas, abonos químicos, insecticidas, herbiei
ilo de la revolución verde, son los pequeños productores rurales.
das, métodos de riego por aspersión e hidroponía, nuevas variedades < l< • plantas y animales y más recientemente por los productos transgénicos, hi
Luego de medio siglo de cambio tecnológico en el campo, el agua y la I ierra rural se encuentran gravemente contaminadas por el uso y abuso
vuelve contra los campesinos pobres, su tierra y su cultura. Así ha ocurrí< Ii i
más o menos generalizado de los químicos aplicados en la explotación
en México y América Latina desde mediados del siglo xx, cuando la indim
agropecuaria, y por la basura, las aguas negras y los residuos peligrosos
trialización empujó la transformación capitalista -siempre parcial y acola
industriales vertidos por las ciudades que, además, le quitan el agua limpia
da- del campo latinoamericano. En esos años, fue la revolución verde, la
al campo y su producción para abastecer el consumo de la población ur
cual suponía la aplicación de un paquete tecnológico (mecanización, semí
bana. El metabolismo campo-ciudad de la contaminación ambiental se
lias mejoradas, abonos químicos e insecticidas) que mejoraba notoriamenir
cierra, cuando ella es devuelta a la ciudad y sus consumidores a través de
la productividad de la tierra, pero al cual no tenían acceso los campesinon
los productos agropecuarios contaminados.
parcelarios o comunitarios, ni los minifundistas, por lo que se volvió en mi contra (Esteva, 1980; Arroyo, 1989). Al elevar la productividad de la tierra y el trabajo, el cambio tecnológica i
II cambio cultural y las identidades híbridas i
introducido por los productores agrarios capitalistas, sobre todo por lan
Todo cambio económico, social y territorial genera nuevas formas cultura
grandes empresas agroalimentarias transnacionales, saca de la produe
les, a través de procesos complejos de hibridación. Lo tradicional se com
ción a superficies crecientes de cultivo que no pueden competir en precio
bina en forma compleja con lo nuevo y da lugar a formas particulares que
y calidad en los saturados mercados internos e internacionales, o cuyoH
no son ni lo uno ni lo otro. Esto es aún más cierto en la era de la informa
explotadores carecen de recursos para introducirlo, y reduce la fuerza de
ción y los medios de comunicación transnacionalizados, que penetran en
trabajo necesaria, ampliando la superpoblación relativa condenada a la emí gración o la miseria.
todos los estratos sociales y se extienden sobre todo el territorio (García
240 • Emilio Pradilla Cobos
Canclini, 1989). La modernidad (o posmodernidad) cultural capitalista penetra De lo rural a lo urbano • 241
fragmentariamente en el campo y la ciudad, teniendo a esta última como
Se multiplican las religiones, casi siempre conflictivamente, desplazan
nodo de emisión y punta de lanza de la penetración. El ámbito rural mí'xi
do al híbrido religioso formado por las creencias ancestrales y las católicas
cano y latinoamericano no es la excepción.
e.oIonizadoras. Se sincretizan los ritos y cultos. El castellano y el inglés y
Las formas culturales nacionales y, sobre todo, transnacionales h< 'i\<1 mónicas, en sus variantes menos desarrolladas, se difunden creciente
mus
híbridos, se hacen dominantes, al tiempo que desaparecen las lenguas
indígenas originales.
mente en el campo, teniendo como vehículos al comercio, la publicidad, Ion
Es el proceso continuo de modernización capitalista que avanza a rit
medios de comunicación, los aparatos estatales, y los emigrantes temporil
mos e intensidades cambiantes, según los ciclos de la acumulación. Nada
les a la ciudad o el extranjero.
es permanente, todo es transitorio, nunca hay formas definitivas ni puras,
Los hábitos laborales ancestrales se combinan o subordinan a la iérre, i disciplina empresarial: las normas y los capataces patronales sustituyen
Im
íi
organización consensúa! del trabajo comunitario o familiar. Sin que desai
im
sólo híbridos. La lógica y los ritmos de permanencia o cambio de la cultura y la identidad del campo y los campesinos no son autónomos; le vienen de líiera: de la ciudad, del exterior, del capital.
rezcan del todo las formas precapitalistas de sujeción de la fuerza de trabaji >,
Sin embargo, se mantiene la resistencia de las culturas e identidades
refuncionalizadas, aparecen los contratos de trabajo y el salario para los jor
tradicionales, aun en las comunidades rurales de las periferias urbanas,
naleros agrícolas, siempre inferiores a los urbanos. El reloj sustituye al cielo
con sus rituales religiosos y sus fiestas civiles, aunque penetradas crecien
solar en la regulación del tiempo de trabajo. Los medios manuales de traba ¡i i
temente, más o menos rápidamente, por las mercancías y el mercantilis
sometidos a la destreza del operario, son reemplazados por las máquiliMn
mo, o las formas culturales dominantes. En particular, es importante la
que imponen sus condiciones de funcionamiento a los trabajadores.
resistencia de las comunidades indígenas sobrevivientes, simbolizada por
Cambian los productos y hábitos de consumo: lo industrial sustituye
m
lo artesanal y aparecen nuevos objetos e instrumentos; los refrescos em
la que desarrollan los pueblos indígenas de los Altos de Chiapas desde hace más de
10
años, bajo la conducción del
ezln.
botellados y alimentos chatarra, cuyas redes de distribución llegan hasta el último rincón del campo; la ropa y calzado -jeans y tenis-, nacionales o extranjeros de bajo precio, importados o de contrabando; las medicinan
El
químicas; los radios o "sonidos" portátiles y televisores, casettes o cds; Ion
I A URBANIZACIÓN generalizada
fin de la descomposición del campesinado:
refrigeradores; los automotores; etcétera., transformando el consumo y Im vida cotidiana de los campesinos. La emigración a Estados Unidos y Ion
I 'n el 2000, América Latina había alcanzado una tasa promedio de urbani
sistemas de remesas pagaderas en mercancías aceleran estos procesos en
zación del 75.3 por ciento, y tenía 49 grandes ciudades de más de un millón
las áreas de mayor emigración.
de habitantes, seis de las cuales sobrepasaban los cinco millones; en el
La administración estatal centralista, marcadamente autoritaria, aleja
2030, esta tasa llegará al 83.2 por ciento, cerrando el ciclo de la urbaniza
da de los integrantes de la comunidad rural o aldeana, con sus practican
ción, y habrá 58 ciudades de más de un millón de habitantes, nueve de las
burocráticas rígidas, los trámites interminables y sus formatos a llenar
cuales tendrán más de cinco millones (Pradilla, 2002a: 259 y 260].
desplaza a las viejas formas comunitarias de organización civil.
Según Cabrera, si en el 2000, la población rural en México era de 23.5
El rock, la balada pop o el rap, sustituyen a la música tradicional; y las en
millones de personas, el 23.6 por ciento del total, en el 2025 disminuirá a
trellas nacionales o internacionales a los músicos locales; la música vernácula
20.0 millones, el 15.9 por ciento del total, acercándonos en términos re
se amalgama con la nacional o internacional contemporánea. Los santos y
lativos a la urbanización casi total, y marcando así la tendencia al descen
proceres revolucionarios son desplazados del imaginario rural por los nuevon
so en términos absolutos de la población del campo (Cabrera, 2000). Sin
héroes de la pantalla chica o grande, o el deporte nacional o internacional.
embargo, esta población rural, parte de la cual no realizará ya actividades
242 • Emilio Pradilla Cobos
De lo rural a lo urbano • 243
productivas agropecuarias sino que se dedicará al comercio y los wrvl
mirtilo residencial primario o secundario (fraccionamientos o casas aisla
cios en las pequeñas localidades rurales o a muy diversas actividadi'M
dos si;mi-rurales de fin de semana), industrial o de servicios; por los go
laborales en los centros urbanos próximos, aún parece excesiva ni lene
biernos para la construcción de infraestructura, equipamiento y obra
mos en cuenta las tendencias declinantes del crecimiento del sector a/',i' 1
publica urbana; y por los fraccionadores ilegales o los invasores pobres
pecuario y de los ingresos reales de los campesinos ejidatarios, comuna
1 1
rl muios para resolver su necesidad de suelo para autoconstruir. Sus pro-
ros o minifundistas. De todos modos, las cifras muestran el inexorable 1
1 1
M Lirios, muchos de ellos en situación de pobreza, no están en condicio-
proceso presente y futuro de descomposición del campesinado.
iint de resistir los efectos de la transformación de las rentas del suelo
En el 2000, había en México 393 asentamientos con más de 1!> mil
i umles en urbanas (Jaramillo, 1994). I
habitantes, considerados urbanos, nueve de los cuales superaba el millón
.os campesinos pobres atrapados en la trama urbano-regional usan su
de habitantes; estas metrópolis llegarían a 21 en el 2030, expresando mil
llura para cultivos de autoconsumo o crianza de animales, como apoyo a
otra de las características de la urbanización: su creciente concentración I
ln subsistencia, al tiempo que venden su fuerza de trabajo excedente en el
en grandes centros urbanos o metrópolis711 (Govarrubias, 2000].
murado laboral urbano, sobre todo en la construcción, en las industrias i|iie se instalan en las periferias metropolitanas, o realizan actividades pre
Ei mundo rural al interior de las nuevas formas urbanas
finas como la venta callejera o la delincuencia. La división del trabajo por • i lades deja en el campo a los hombres y las mujeres de mayor edad. Estos
Muchas de estas metrópolis se combinan en formas territoriales muclm
i ampesinos combinan también actividades de subsistencia como la venta
más complejas como sistemas urbanos regionales o ciudades región cornil» í
de artesanías o la prestación de servicios personales, ambas de baja cali
tuidas por tramas densas pero discontinuas de asentamientos humanoM d»
llad, ligadas a la recreación de fin de semana de los urbanos, enfrentando
distinta dimensión, incluidas varias grandes metrópolis, articuladme pni
ni estos campos la competencia desigual con proveedores mercantiles de
densas redes de infraestructuras de vialidad, energéticos, hidráullnmi,
las ciudades. Estos procesos se repiten en la periferia de casi todas las
transporte y comunicaciones, etcétera, e intensos flujos cotidianos de
Minas metropolitanas en expansión o en los intersticios agrarios de los
sonas, mercancías, capitales e informaciones71 (Pradilla, 1998).
uInternas urbanos regionales o ciudades-región latinoamericanas.
Al interior de estas tramas o en la periferia discontinua y fragmentad# i
Pero estas áreas agropecuarias, son esenciales para la prestación de
de las grandes metrópolis, quedan atrapadas tierras agrícolas de dial Ii iIm
mu
extensión y fertilidad, y productores de diverso peso, incluidos camptiMlp i
ros, preservación de fauna y flora vernáculas, etcétera) y recreativos a la
nos parcelarios o comunidades campesinas o indígenas pobres. I imImn
población urbanizada; de otra parte, cuentan con las ventajas comparati
tierras son consideradas por el capital y los gobiernos como reservan | uirti
vas de su proximidad a los grandes mercados urbanos de productos agro-
la urbanización, más que como áreas productivas, y están amena/,adán
I kruanos y servicios recreativos. Sin embargo, son tratados por los gobier
constantemente por los desabolladores inmobiliarios para el fracción»
nos de la misma forma y con iguales políticas -cuando existen- que el
70
Las cifras presentadas no tienen las mismas bases estadísticas, ni se manejan onu liM I mismos criterios, por lo que no son comparables y hay que tomarlas solamente como Imlli ir j tivas. 71 En México, los ejemplos más importantes de sistemas urbanos regionales son lo# il&| fl Bajío, Orizaba-Córdoba-Veracruz, o de la costa de Sonora y Sinaloa; y las ciudadtm I del Centro (formada por las zonas metropolitanas del Valle de México, Cuernavaca, PiliOilHÍ Tlaxcala, Pachuca, Querétaro y Toluca y cientos de asentamientos interiores menormt|( Im 1 del Noreste que se forma desde Saltillo-Ramos Arizpe y Monterrey hasta las ciudaden IiIiih» I cionales de la frontera con Texas, o la que se organiza en torno a Guadalajara.
244 • Emilio Pradilla Cobos
vicios ambientales (captura de carbono, recarga de los mantos acuífe-
resto del sector rural nacional, cuya limitación e ineficacia han sido proba das en las últimas décadas, sobre todo en México72 (Fideicomiso, 2000b). 72 Un ejemplo paradigmático en ambos aspectos, es el de la gran extensión de tierra rural V la masa de productores rurales atrapadas en los intersticios de la trama urbana dispersa y discontinua de la Ciudad-Región del Centro de México, cuyo núcleo es la Zona Metropolitana drl Valle de México. El mercado urbano de la megalópolis, representado por la población de más altos ingresos del país, era de 26.8 millones en el 2000 y llegaré a 33.4 millones en el ,",(120 [Fideicomiso, 2000a: 31],
De lo rural a lo urbano • 245
En el campo alejadu territorial, económica y culturalmente de las gran des ciudades, las cosas ocurren de distinta manera. Lo viejo parece mi'm
oprimidas de la sociedad urbana, a cuya situación añaden los factores de exclusión derivados de su baja integración a las formas laborales y cultura
estable, los ritmos de penetración del capital, descomposición de las Im
les urbanas, y en el caso de los indígenas, de la ausencia o limitado manejo
mas campesinas y de cambio social son casi imperceptibles, la estruclum
del idioma nacional dominante. Ante las restricciones cuantitativas y cuali
laboral casi no cambia, los hábitos y culturas se mantienen; sin embargo, ln
tativas del mercado laboral "formal", se ubican en formas y nichos de tra
presencia de la radio, quizás la televisión, el automóvil, los productos (li
bajo precario: trabajo poco calificado en la construcción, servicio doméstico
las transnacionales, o los hábitos culturales y de consumo aportados por Ii m
y personal, prostitución, venta callejera, artesanía marginal, o delincuencia
emigrantes temporales a Estados Unidos -en el caso mexicano y centro
incidental u organizada, etcétera. Son los más pobres de los pobres.
americano indican que ese mundo rural, aparentemente congelado, tam bién se reinserta en el mundo del capital. Los pequeños pueblos campesinos, por aislados que estén y pobrut
La reconstitución en las ciudades de las redes de relación comunitaria y cultural, la formación de barrios o vecindades con población del mismo oi'igen étnico o local [en ciudades de su país o del extranjero como en Es
que sean, integran una parte, en muchos casos muy limitada, de su pro
tados Unidos], facilita su subsistencia y su defensa ante la exclusión y
ducción al mercado, para adquirir algunos productos manufacturados m
opresión; pero dialécticamente, las focaliza y reproduce. La inserción en el
cluyendo herramientas para el trabajo,- sufren la penetración de los pro
mundo laboral, aun el precario, o de sus hijos en los sistemas educativos
ductos industrializados y sus realizadores comerciales; dejan de producir
básicos, la exposición a las fuerzas de destrucción o hibridación cultural,
sus vestidos y utensilios domésticos; y una parte de su población se trann
tarde o temprano producen como efecto la destrucción -no necesariamen
forma en empleados o comerciantes por cuenta propia en sus puebloH
te completa- de sus identidades culturales o étnicas.
1 1
las ciudades. La integración del territorio mediante las vialidades, el traim porte y las comunicaciones es un factor de esta transformación.
Los hijos o nietos de los campesinos o indígenas emigrantes de ayer, con servan hoy muy poco de su cultura e identidad anterior, han sido absorbidos
La semiproletarización de la fuerza de trabajo rural, la transformación
en gran medida, en situación de explotados, oprimidos y excluidos, por la
de sus pueblos, es la expresión de la descomposición del campesinado por
sociedad urbana capitalista. Sus redes e identidades comunitarias o étnicas ya
el capital y la ciudad capitalista. A pesar de las apariencias, no se trata (li
no son suficientes para garantizar su subsistencia y tienen que actuar en el
la formación de una nueva ruralidad, sino de una fase transitoria y unn
mundo hostil de la gran metrópoli; al mismo tiempo, su presencia y su prác
forma de su desaparición como campesinado.
tica cotidiana dejan huellas, pues también participan en el proceso de hibrida
Indígenas y campesinos en las ciudades
valores de que son portadores, siempre en situación de subordinación.
ción cultural, aportando elementos del lenguaje, los rituales, los hábitos y los
Como es de suponer, la migración de población del campo y las aldeas a las grandes ciudades, o la incorporación de áreas rurales a las ciudades y sis temas urbanos en su proceso de expansión física, a lo largo de más
dr
medio siglo ha llevado a éstas a una masa de campesinos e indígenas,
en
También en la cultura actúa inexorablemente el proceso continuo y agresivo de modernización capitalista, que coloca a los indígenas y campe sinos emigrados a las ciudades o absorbidos por éstas, en medio de una dolorosa transición que les quita sus rasgos propios.
los países donde esta población es significativa: Perú, Bolivia, Ecuador, Gua témala, México;73 allí, entran a formar parte de las capas más pobres y La resistencia campesina 73 Se calcula que en la Ciudad de México, Distrito Federal, incluyendo su área rural, ha bitan cerca de 500 mil indígenas, aproximadamente un 5.8 por ciento de su población total Estas proporciones pueden crecer en las ciudades del sureste de México, ubicadas en las zonas de concentración de la población indígena sobreviviente.
246 • Emilio Pradilla Cobos
El proceso continuo de transformación capitalista del campo latinoame ricano y mexicano no ha ocurrido, en ningún momento desde principios De lo rural a lo urbano • 247
del siglo xx, sin la presencia de movimientos de resistencia campesina e
Reflexión final: la teoría frente
indígena.
A LOS PROCESOS RURALES ACTUALES
La Revolución mexicana fue la precursora, en el siglo xx, ante el tempivi no agravamiento durante el porfíriato de la expropiación violenta de las co
I )e esta sumaria exposición de los procesos seguidos por el campo latino
inunidades campesinas por los rancheros para formar o ampliar los latifun
americano y mexicano, y por sus pobladores, podemos derivar algunas
dios (Gilly, 1971], En la primera mitad del siglo, ocurrieron procesoH
conclusiones preliminares, que son sobre todo interrogantes y líneas de
revolucionarios en distintos países [Guatemala, El Salvador, Bolivia, sobre todo), que involucraron a campesinos e indígenas. La "violencia" guerrillera
trabajo. Si queremos entender la situación actual del campo, debemos colocar
en Colombia desde los cuarenta, sin final previsible, se gestó inicialmenie
la, tanto en la teoría como en la interpretación concreta, en el curso con-
como respuesta a la expropiación de los campesinos por los terratenientes,
i radictorio, no lineal, de su larga historia (¿el tiempo?) y en sus territorios
Los movimientos armados que se generalizaron en la región desde media
específicos [¿el espacio?), modelados desde dentro y desde fuera [¿desde
dos de los años cincuenta, luego de la Revolución cubana, incluyendo a
lo urbano, desde el exterior?), sobre todo en esta nueva etapa de la mun-
Centroamérica hasta la década pasada, tuvieron como banderas las deman
dialización capitalista, denominada de globalización.
das campesinas e indígenas y como combatientes a sus hombres y mujeres Su debilitamiento y su derrota tuvieron relación con el de esta clase social
En los procesos concretos encontramos continuidades y rupturas, expli cables por la historia entrecortada del desarrollo capitalista en América
Hoy se manifiestan también los movimientos de resistencia campesina,
I .atina y México, las diversas etapas que ha recorrido, y el impacto de cada
con un componente que aunque presente en el pasado, cobra mucha ma
una sobre el desarrollo capitalista en el campo y la descomposición de las
yor relevancia: el de las comunidades indígenas que con su especificidad,
formas precapitalistas de producción agraria y sus culturas propias.
son también las más explotadas, oprimidas y excluidas de las comunidades
Encontraremos también grandes desigualdades de ritmo, intensidad,
campesinas. Las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas y el ezln
tiempo y resultados entre países, entre territorios campesinos interiores, y
en México, los indios cocaleros de Perú y Bolivia, las organizaciones indígi;
entre situaciones diversas en relación con las formas urbanas también cam
ñas ecuatorianas, se unen al Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, en
biantes y desiguales, que dan como resultado muy distintas combinaciones
la
resistencia a la expropiación, la explotación y la opresión capitalista mun dializada [Petras, 2000: cap. II). Sus formas de lucha combinan el ayer y
y situaciones estructurales complejas en cada uno de estos ámbitos.
el
Ninguna experiencia particular, ningún resultado concreto de estudio
hoy: resistencia armada, movimientos cívicos, participación electoral, rei
de caso es generalizable; un rasgo cualquiera de los arrojados por este es
vindicación de derechos civiles, y uso de los medios de comunicación elec
tudio particular sólo alcanzaría el estatuto de universal -en cada uno de los
trónicos como Internet.
niveles posibles de totalidad concreta- si lo hallamos en todas las situacio
Al tiempo que defienden su autonomía y su identidad cultural, exigen formas de gobierno propias -en el caso de las comunidades indígenas-, se oponen a las políticas neoliberales locales y globales que aceleran su em
nes particulares, lo cual nos debe llamar a la prudencia sobre las conclu siones y generalizaciones de nuestra investigación. Los estudios de caso que abordan un aspecto particular del entramado
pobrecimiento y descomposición, combaten a los gobiernos autoritarios,
complejo de relaciones del mundo rural, o un ámbito territorial particular
reivindican la atención del Estado capitalista en la dotación de infraestruc
y limitado, y sus resultados, deben colocarse en el campo de sus relacio
tura y la prestación de servicios públicos, exigen la igualdad de derechos
nes con el resto de la estructura económica, social, política, territorial y
con los demás connacionales y la participación equitativa en la distribución
cultural que constituye su entorno -regional, nacional, internacional-, sin
de los beneficios -pocos o muchos- del crecimiento económico de cuyo
tener necesariamente que estudiarlo todo; sólo así podremos plantearnos
modelo son contestatarios.
la posibilidad de analizar su generalidad.
248 • Emilio Pradilla Cobos
De lo rural a lo urbano • 249
Tenemos que retomar el hilo de la discusión teórica e interpretativa abandonada con motivo de la llamada crisis de los paradigmas teóricos, en particular del marxismo que fue el que más profundizó en el análisis de la cuestión agraria, para poder salir del estrecho campo del empirismo que hoy domina la investigación en casi todos los ámbitos de las ciencifiH sociales; sólo así podremos saber qué es lo nuevo y dónde se expresa lo viejo, cuáles son las combinaciones, las continuidades y las rupturas reales, y si nos enfrentamos a nuevas estructuras durables o sólo a for mas transicionales; así podremos saber si las propuestas de nuevos conceptos son válidas o útiles, o si los anteriores conceptos siguen man teniendo su validez explicativa, lo que haría innecesario acuñar otros nuevos. En el conocimiento no hay caminos únicos, ni sencillos, ni verdades absolutas, ni destinos manifiestos; sólo hay la búsqueda de la esencia de los procesos que se oculta tras la apariencia, y que valida socialmente a la ciencia. Este texto sólo pretende llamar la atención a las nuevas generacii > nes de investigadores, en este tema y en otros, sobre la necesidad de vol ver a la teoría, al debate abierto y plural de los conceptos y las interpreia ciones que de ellos se derivan, que son la esencia de nuestro trabajo, de nuestro oficio de investigadores. La teoría y la investigación tienen también su historia y sus territorios; ignorarlos no los hace desaparecer.
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Capitulo VII
Presente y futuro de las metrópolis de América Latina* Emilio Pradilla Cobos y Lisett Márquez López**
I ln América Latina se han aplicado las políticas neoliberales desde inicios de la década de los años ochenta del siglo xx en forma salvaje, más rápida y profunda que en los países capitalistas hegemónicos donde se gestaron liara tratar de resolver el agotamiento del patrón de acumulación de capital con intervención estatal, evidente desde finales de los años sesenta. Las explicaciones de la virulencia neoliberal en América Latina, se ubi caron en: la naturaleza autoritaria de los regímenes políticos, aun de los formalmente democráticos; la desorganización gremial de los trabajadores y otros sectores sociales; la poca capacidad defensiva de los ciudadanos, en muchos casos no constituidos como tales; las limitaciones de los derechos democráticos y sociales conquistados históricamente; y los problemas estructurales de las economías, que hacían -y hacen- más frecuentes y profundas sus crisis periódicas y justificarían acciones radicales de sus burguesías y estados. El balance de dos o tres décadas de neoliberalismo a ultranza es la mentable. Las economías latinoamericanas no han logrado una acumula ción de capital sostenida y ampliada; se han debatido en continuas crisis coyunturales que expresan la de larga duración; en algunos países no se inició la industrialización, y en otros observamos ya un proceso de desin* Texto basado en la fusión y actualización de los textos originales "Metrópolis y megalópolis en América Latina”, Diseño y Sociedad, núm. 8/98, otoño, División de Ciencias y Artes para el Di seño, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, México, D.F., México, y "El futuro de las grandes metrópolis latinoamericanas”, en Raúl Villegas Dávalos [ed.], 2002, ¿Adonde va el mundo?, Fundación Cultural Tercer Milenio, México. Publicado en esta nueva versión, en Gadernos Mntropole, núm. 18, diciembre 2007, Río de Janeiro, Brasil. ** Licenciada en Diseño de los Asentamientos Humanos y maestra en Estudios Regiona les. Asistente de Investigación.
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