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I II III IV V VI VIII VI VIII IX X XI XIII XI XIII XIV XI V XV XVI XVIII XVIII
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Foto portada: © Getty Images © Esther Peñas 2008 © de esta edición: Odisea Editorial, 2011 Palma 13, local l ocal izq. - 28004 Madrid Tel.: 91 523 21 54 www.odiseaeditorial.com e-mail:
[email protected] Odisea Editorial también ta mbién en e-book: www.odiseaeditorial.com Bajo las la s sanciones establecidas por las leyes, le yes, quedan rigurosamente rigurosamente proh autorización por escrito de los titulares de los copyrights, copyrights, la reproducc reproducción ión tot de esta obra por cualquier cualquier medio o procedimiento mecánico o electrónico, e lectrónico, a —incluyendo las la s fotocopias y la difusión a través travé s de Internet— y la distribuci dist ribuci ejemplares ejempla res de esta edición mediante alquiler al quiler o préstamo préstamo públicos. ISBN: 9788415294276 D.L.: Impreso Impreso en e n España/Printed in Spain
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Para Palabro Pala bro su ingenio a y me calmó con e
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Una colilla en el cenicero. Había una maldita colilla en aquel cenicero. El pe podía haberse justificado con cualquier pretexto, una de esas muestras que regalan en las la s perfumerías, perfumerías, el encuentr encuentroo inesperado con alguien a quien hac no vemos y cuyo olor se nos empapa en la ropa y se expande, una inquietante… El perfume acusado e intenso tan de mujer vanidosa podía e cierta facilidad. Tal vez, incluso, no hubiese requerido demasiada habilidad densa y extraña sensación que se respiraba, esa misma impresión imperceptible en la escena de un crimen y que inhala quien la observa Había una tensión que anidaba esa tarde en la casa de Alicia, como una es de araña tejida tej ida por la clandestinidad y la traición. t raición. Lo percibió percibió nada más entr Curioseó en silencio. Todo estaba perfectamente colocado, pero era ya u que no acierta a convencer porque los restos de lo vivido han quedado im cada recodo de la estancia y levantan sospechas según qué disposición penetrante perfume, nuevo en aquella casa pero instalado con una soberbia la aparente normalidad de los objetos que han de acallar lo que han vis incomodidad se observa desde todos sus ángulos… Nada, salvo aq condenaba, pero algo inmaterial inculpaba con una peculiar violencia. Una cenicero era un error imperdonable. imperdonable. Y chusco. chusco. Sí, la palabra pal abra era chusco. chusco. Lo h tantas películas… Una colilla apagada en un cenicero de la casa en la qu delata siempr siempre. e. Le pareció que llevaba años allí, de pie, en silencio, acechando hallar ot corroborara sus sospechas, si bien no había prueba más incriminatoria que apagada en su cenicero. Porque era su cenicero, a pesar de que ya no f hacía semanas, y también era su casa. Aunque cohabitase en ella desde ha Sign up to vote on this title con Lola. Useful Not useful Quedó fugazmente ensimismada. Si hubiera sido un hombre le amparab ancestral de gritar e incluso de infligir un duro duro vejamiento verbal con tal de r
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sobre todo después de la muerte de los padres, pero resultó resultó imposible i mposible y, y, de no volvieron a verse. –No tengo más que habla hablarr con algui alguien en que me considera enferma. El angosto de mente. Es mi sangre y, si alguna vez me necesitase, con él mientras no sea así, no tengo por qué qué permitir que me desprecie. Lola apareció a pareció con una una bata de raso rojo estampada. estampa da. “Como las furcias furcias de Enseguida Ensegu ida se arrepintió de la comparación comparación,, y volvió a admirar el cuerpo que había adorado, como si se tratase de un ara divino en donde depositar las espíritu: devoción, fervor, contemplación, lealtad. Sobre todo lealtad. memoria cada curva, cada pendiente, cada lunar que confería una identida cuerpo. cuerp o. Idolatraba Idolatraba aquella aquell a piel tostada de olor a café. –YYa sé que no hueles – huele s a café, ca fé, pero a mí me lo parece. pa rece. No te rías, pequeño pe queño digo de verdad. Me hueles a café. Era su diosa. No deseó a ninguna otra mujer como codiciaba cada noch interés por ella no menguó a pesar de los años que llevaban juntas. “E mayúscula, mayúscu la, con todas las l as letras. le tras. Una verdadera hembra.” El machismo de su la asustó, pero no mentía. Conoció a muchas mujeres, se acostó con dece mujeres de una sola noche que abren las puertas del paraíso y cuya pr mañana siguiente, incomoda por lo efímero de su encanto; mujeres perecedero que se desnudaban intermitentemente en su habitación, de un m de un modo lento, insinuantes y provocadoras, pacatas y vergonzosas. A t de mujeres ya las había degustado. Dominaba sus ritmos, sus instrucciones Pero terminaban aburriéndola, tarde o temprano. Un día, Lola apareció y se de todas las demás. Fue en la playa de la Malvarrosa, una tarde de marzo. Alicia disponía aún días de asuntos a suntos propios propios y decidió realizar reali zar un breve breve viaje. via je. En Madrid Madrid llovía le explicó su tía Charo por teléfono, pero ella estaba lejos, sentada sobre la Sign up de to vote on this title bajo un sol amable, amabl e, sin ser contundente, contundente, con una una falda vuelo rema ngada remangada Not useful Useful Eran final de los muslos, dejando que sus piernas se aireasen. unas piern recias, bien hechas, pero no espectaculares como las que pasaron delant
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un tono cortés, y los reproches que se cruzaban resultaban casi educado mujer de pechos impúdicos se levantó. No lloraba, pero su semblante mostr abatido. Se acercó a cercó a la otra y susurró susurró un nombre nombre que captaron los atentos o Lola…” Para sorpresa de quienes hubiesen estado observando con cautela mujer de pechos descarados recompuso su gesto, recobró el empaque n airear semejante talle, y le cruzó la cara. Se marchó majestuosa, con la impropia en ella, de las señoras ofendidas que saldan su afrenta. “Se llama quita el aire de repente, cuando pasa.” A Alicia le gustaba improvisar alg verso inspirado por Erato, la musa de la lírica amorosa, como ella mism Charo cada cada vez que ésta le l e reprochaba reprochaba una cursilería. La poesía era un género que le fascinaba. Alguna vez había intentado propios poemas, pero asumió que carecía de talento ta lento para ello. e llo. En cambio, e lectora, aplicada y sistemática. Y una gran escritora de novelas policíacas. ganabaa la vida. ganab Ni ella misma podía creer que se estuviese dirigiendo a Lola para pre encontraba bien. “Te he visto esta tarde, en la playa, y te he metido en m me recuerd recuerdas?” as?” –TTodas las mujere – mujeress son unas histé histéricas. ricas. Tú no les promete prometess nada, pero sentado que eres parte de su propiedad porque porque las la s hayas hecho el amor a mor un –su voz era serena, sere na, y no traslucía acritud. acrit ud. A Alici Aliciaa le impres impresionó ionó la franqueza de aquel aquella la mujer mujer,, que manife manifestaba staba homosexualidad. Advirtió, asimismo, la altanería de sus palabras. “Es ella la el amor.” Un vértigo invertido, no de abajo a arriba sino al contrario, suc estómago y la garganta de Alicia. Le excitó tanto aquel comentario q removerse en la silla sil la con disimulo para aplacar el despertar despe rtar de su sexo. –Además, –Ademá s, odio tener tene r que comer sola, me irrita. irrit a. –Puede sentarse se ntarse en e n mi mesa. mesa . No espe espero ro a nadie. Sign upno to vote on this title volver a Esa misma noche durmieron juntas. Desde entonces tuvo que useful Useful Not pensándola, porque todos los días desde aquel, Lola le hizo sentirse mujer ella es quien hace el amor.” Se metía en la cama con ojos de depredado
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dirigió a la habitación. Alicia permanecía de pie, sin quitarse el abrigo, colgado sobre el hombro izquierdo. No sabía qué hacer. Querría haberla pidiéndole explicaciones pero su voz, aquella que por vez primera le hablas resonaba en la cabeza. “Todas “Todas las mujeres muje res son unas unas histéricas. Tú no les pr pero ellas dan por sentado que eres parte de su propiedad porque las ha amor un par de veces.” Siete años transcurrieron desde entonces. No se tr cuestión de pertenencia. Lola, como Alicia, era una mujer libre. Ambas se tan sólo con pensar en el término “posesión”. Se amaban, pero también independencia. Sin embargo, para Alicia, la promiscuidad zahería la implícitamente en toda pareja se exige. La imagen de otra mujer gozand produjo produ jo un agudo dolor en el estómago. –¿Quién ha esta estado do aquí, a quí, Lola L ola?? –gritó, –grit ó, casi ca si dese desesperada sperada,, de pie, con el el el bolso colgado. Ante Ante el e l silencio sile ncio con que que fue secundada secundada su interpelación, ins –¡Que quién quié n coño ha estado esta do aquí! Nunca antes Lola la escuchó gritar. Una infidelidad en su propia casa, s preceptos de la prudencia y el decoro, no merecían menos. Su ira Relampagueó en su mente la posibilidad de que todo hubiese acabado entr sido capaz de perpetrar su ignominia en nuestra propia casa es que no teme te me Ni siquiera a mí.” –Lola,, te lo vuelvo a preguntar –Lola preguntar,, y será la últi última ma vez que lo haga. ¡Quié aquí! Se sintió ridícula, ahí, quieta, como un pasmarote, sin deponer siquie Comenzó a llorar. Sacó del bolso un Neubrofen, porque las sienes le latí fuerza que pensó que le estallaría la cabeza. Se tragó la pastilla sin be asqueó el pensamiento, a pesar de lo pueril de su naturaleza, de que ese había afrentado su casa y se había acostado con su mujer, hubiese dejado los vasos. Sign up to vote on this Se desabotonó el abrigo y lo dejó cuidadosamente sobre el title sofá de tr Useful Not useful compró hace mucho tiempo porque le fascinó su color chillón, zanahoria. L de los colores que reinaban en su casa era alegre. Como su carácter.
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atisbar unos pechos bien formados y tersos, cobrizos como el resto de su cu descalza. Se recostó en el sofá, de espaldas a Alicia. Miró por comproba movido. –¿Te da vergüenza mirarme m irarme?? “Esto es el colmo. colmo.”” Alicia Al icia se giró y la desa desafió fió con la mirada mirada.. “Claro “Cla ro que mirarte. Por supuesto supuesto que sí.” sí .” El descaro de Lola la enfu e nfureció. reció. –Sólo nos hemos acostado, acos tado, nada más. má s. Se despejó el pelo de la cara, aunque Alicia no encontró en ella ges tribulación. “Sólo nos hemos acostado, nada más.” Sarcástica, analizó sus quiso decir exactamente lo que dijo, sino que no había habido traición, só Fue sólo sexo, cariño, pero yo te amo.” Lo había oído cien veces en c distintas. Pero esta vez la protagonista era ella y no le hizo gracia el manido La carcajada que subió hasta la garganta regresó por el mismo camino, q conductos cond uctos que, a su paso, dejaba atrás. “Jamás perdones una infidel infidelidad, idad, aunque te duela duela,, porque deja una supura supu ra día a día y va horadando la convivencia, y la conf confianza, ianza, y amenaza, ame naza, en reproche, en los labios, a punto siempre de ser pronunciada.” Eran palabras las que le vinieron a la cabeza. Es lo que dijo uno de sus perso Beltrán, a la protagonista de la saga de novela negra creada por Alicia, C debía prácticamente todo lo que tenía: tenía : su casa, su coche, coche, su popularidad… t gracias a Clara, que conquistó las librerías de toda España y que, cod estrellato, estrella to, fue fue traducida a varias lengu le nguas. as. –Tía Charo, ¿qué ¿qué le sugerirá suge rirá a un alemán ale mán el nombre de Clara? Cl ara? Alemania Ale mania era uno de los país países es que devoraba devorabann sus lilibros. bros. Ali Alicia cia lo ident misma Isabel Beltrán, inflexible, prosaica y densa, como sus gentes. “Se alemanes son así.” Cada uno de los personajes había crecido y se había en los años. Conocía Conocía las l as motivaciones de cada uno de ellos, lo que sentían, sentían, su Sign up to vote on Prefería this title sus miserias, sus virtudes. No obstante, los dejaba hacer. que Useful Not useful decidiesen cómo querían actuar en vez de ser ella quien decidiera por simplemente escribía e scribía sus andanzas.
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tiene la basura dentro de sí.” Pero la conocía, la sabía incapaz de prost modo. “Porque desgranar y convertir en público lo que es estrictamente pr forma impúdica impúdica de meretricio.” Lola jamás jamá s estará en e n venta. Se sintió sola y constreñida. constreñida. Ella, Alicia Ali cia Romero, un personaje personaje público, ten con prudenc prudencia ia y discreción si no quería que su vida privada apareciese por e prensa. Eso, Eso, precisamente precisamente eso, e so, era lo último que desearía. –Los periodi periodistas stas sabe sabenn cómo conjugar las pala palabras bras de modo que result que te quemen las manos mientras sostienen la prensa. ¿Crees que no tie fotografiarme fotogr afiarme junto a una mujer en una actitud embarazosa? Matarían por e Los detestaba en secreto. “Los periodistas son una raza peligrosa, re miente cuando le place y oculta la verdad si no gana dinero con con ella.” Alicia Ali cia eje ejerció rció como periodi periodista sta nada más lice licenciarse. nciarse. “Sé de quién esto sido uno de ellos.” Apenas se cumplió un año de contrato cuando dec profesión. No les reservaba piedad. Cuando, en las entrevistas que c promoción de sus libros, comprobaba, por las preguntas faltas de precisi majaderas, que el entrevistador e ntrevistador no se se había leído l eído la novela, novel a, perdía la compo –Si el periódi periódico co me hubiera avis avisado ado de que iban a envia enviarr a algui alguien en tan usted quizás me hubiese tomado la molestia de redactar yo misma el c responderle responder le por correo correo ele electrón ctrónico. ico. Contestaciones como aquella le habían granjeado la hostilidad del grem poco le importaba. “Los periodistas mediocres están a la orden del día. La surgirá surg irá cuando alguien al guien encuentre encuentre uno que ejerza su trabajo de una manera Intentaba reprimir sus pretenciosas declaraciones, pero le resultaba im misma, en un par de ocasiones, la reprendió por su comportamiento. P consiguió consigu ió dulcificar ese rudo talante. tal ante. En la presentación de su tercer libro, n comentario irónico. Aguantó como pudo y contestó del modo más ed preguntas inverosímiles que le realizaron. Detestaba que le pidieran su o Sign up to vote on thissino title asuntos extraliterarios, no porque no quisiera comprometerse, porque Useful Not useful que cada cual tiene ti ene que discurrir sobre sobre aquello aquell o queconoce. –Mi opinión o pinión sobre la guerra, la l a libe libertad rtad o la l a caza ililegal egal de bal ballena lenass no va
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–Ali cia, tenemos –Alicia, tene mos que hablar, habla r, hay que que poner fin a esto. Seguía de pie. “Esto” le penetró como si un manojo de alfileres en la plan sus pies descalzos. “Esto es mi vida, y mi amor por ti, y mi savia, savi a, y mi motri perfecto. Esto eres tú, Lola, Lola , y tú misma mi sma te me quieres acabar acabar..” Le gustó la lamentó que Lola no la hubiera escuchado. Era una de sus críticas más Habría sonreído. “Te me quieres acabar.” De seguro que la hubiera repetido cada palabra. Conocía a Lola casi tanto como a sus personajes, y estaba segura de aguantar allí mucho más tiempo si no se dirigía a ella, si no era capaz de silencio apestoso que la paralizaba. Los aborrecía incluso en la cama, do emitiendo sonidos delicados pero poderosos, tanto cuando recibía c procuraba placer. Al terminar, siempre encontraba un tema de conversació Engulló otra sonrisa. “¿Qué pensaría si profiero una de mis habituales ca risa era una de las cualidades que más le gustaban a Lola. Y Alicia sucumbía y el nervio sin límites de ella. Le volvía loca. Literalmente loca. “Cuando L soberana, todo y todos deberían deberían inclinarse ante ella.” el la.” Alicia Ali cia se dejó caer flexi flexionando onando las rodill rodillas, as, como en una genuflexi genuflexión ón idólatra. Comenzó a sollozar sollozar.. Se cubrió cubrió la cara con las dos manos, ma nos, y no pud como una niña. –Por Dios bendito, be ndito, levánta le vántate, te, esta est a escena esce na está resulta resultando ndo patética. patét ica. Lola se acercó a ella e intentó levantarla asiéndola por el brazo, demasiado. –¡Joder,, Alici –¡Joder Alicia! a! ¡No me jodas jodas!! Lle Llevamos vamos mese mesess discutie discutiendo ndo constante digas que te extraña que haya pasado esto. Tú vas recibiendo premios por yo no puedo puedo acudir; no no permites que caminemos de la mano por la calle, e mí utilizando utili zando apelativos apelati vos cariñosos cuando cuando hay gente delante, y si me descui infrinjo esa regla me siento como una bastarda. ¿Hace cuántas sema Signde up totu vote on this title follamos? Desde que empezaron los rumores acerca homosexualidad Useful Not useful como una auténtica neurótica. Además, qué coño, eres lesbia na. Ya lesbiana. Ya sé que n palabra pero es la que te define: lesbiana, tortillera, bollera… bolle ra…
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nos quieren hacer ver algunos. Tú lo sabes. Si mis lectores supieran que m mujeres, sería el fin de Clara y el mío propio. Esta imposibilidad, asumida resignadamente, de compaginar su vida pr una auténtica vida personal la exasperaba. Lola trataba de hacerle entrar magnitud que concedía al hecho casuístico de su condición sexual era e ra desp Discutían cientos de veces sobre sobre el tema. te ma. –Lo único que te pido es que no te invente inventess idil idilios ios con hombres, hombre s, porque habido ni los habrá seguramente. Respeto que no quieras reconocer ante sexualidad, no tienes por qué hacerlo. Pero eso no te obliga a mentir. E escuchar cómo hablas de tu relación con los hombres, intentando defen murmuraciones. murmu raciones. Es patético. Te rebaja. rebaj a. Era el reproche constante para el que no había excusa. Se aceptaba, p modo oficial, mucho menos público. Por eso insistía en las mentiras y lo Sentía animadversión por los periodistas, pero los utilizaba para dirigirse t sus miles de lectores y tranquilizarlos: “La escritora a la que ustedes ad homosexual. Tranquilos todos, gentes de bien.” Para consolidar su heterosexual entregada, solía aparecer en público con muchachos descono que se mostraba acaramelada. Todo eran especulaciones. Los titulares del la describían bien como una insaciable, bien como una completa hipócri parte de las veces, se arrepentía de su comportamiento. Le hub sencillamente con no abordar el tema. En cuanto a su aspecto físico, s prototipo que la gente se construye sobre las lesbianas. Era muy femenina encanto y una voz radiofónica. –¿Quién diría que una morenaza more naza con tus modales modal es exquisito exqui sitos, s, tu buena edu ojos es homosexual? Lola tenía razón; se había convertido en una paranoica insoportable aspectos. Representaba un papel durante más horas de las que ejercía de Sign up to votecada on this title eso acabó por afectar a su privacidad. Inconscientemente, día se volv Useful Not useful con ella. –Alicia, o te t e leva levantas ntas ahora mismo e inte intentamos ntamos soluciona solucionarr esto es to o me ma
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Las dos se extrañaron de la expresión que empleó Alicia. “Tirarse a al locución demasiado ordinaria para que la utilices. Estás por encima de eso que germinaba como recompensa por su pulcro y virtuoso modo de maneja era una de las tachas que intentaba reprimir en su personalidad. Esta vez en absoluto. Ahora era Lola la que engendr engendróó un prolongado prolongado silencio. sile ncio. –Vaya –V aya,, parece pa rece que cuando se s e trata de dar la cara y afrontar a frontar la l a verdad facilidad de palabra. –Alicia, no hagas de esto un drama. Sí, me he acosta acostado do con otra. ¿Qué haga? ¿Pedirte ¿Pedirte perdón? Pues Pues lo l o siento much mucho, o, pero la infidelidad ha sido sól ha colmado el vaso. Alicia Ali cia frunció el ceño. –Me importa una mie mierda rda que te disguste disgustenn la lass frases hechas, no pon condescendiente. Arrastramos una crisis desde hace tiempo, y no has queri Cada vez que planteaba el tema lo has esquivado con habilidad, señor Parece ser que no soy yo la única con problemas en la facilidad de pala aludes. Al menos yo no vivo de ella, eso me exime. La culpa de que nos afrontando afron tando esta situación no es solo mía, mía , Alicia. Señorita escritora. Sintió que aquellas palabras pal abras le aguijonearon a guijonearon su orgullo. orgullo. –¿Por qué la subiste a casa? ca sa? –No fue premedita preme ditado. do. Puedes creerme o no, pero sucedió s ucedió sin si n planearlo. plane arlo. N tan perversa. –¿Te besó ella e lla primero o empezast empe zastee tú? –Qué más da, maldit ma lditaa sea. sea . –A mí me importa. i mporta. ¿Por qué subió a casa? ¿La conozco? Lola desvió la l a mirada, como si sus ojos buscasen una una pequeña tregua ante enfrentarse a los de Alicia, inquisidores y crueles, enrojecidos y lánguidos llorar tampoco en esta ocasión? Tu llanto podría dulcificar mi enojo.Nunc Sign up to vote on this al vez tu llanto me conmoviese tanto que te perdonase. Pero notitlevas a llora Useful Not useful sabemos.” –Fue Marta. Marta . Salimos Sal imos del trabaj trabajo, o, tomamo t omamoss un par de cerveza cervezas; s; estaba e staba
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que se sintiese Lola. –A grandes rasgos, sí. No entendió lo que quería decir. “¿A grandes rasgos?” Las inexactitudes l Lola la l a hacían sentirse, aunque fugazmente, fugazmente, superior a ella. ella . –¿Fuiste tú quien la besó be só primero? –No lo recuerdo, Alicia, Alicia , pero no es algo trascendente. trasce ndente. –No es la primera vez que lo haces, ¿verdad? Lo sé, pero quiero oírt cuántas rameras has metido en mi cama? –Alicia, –Ali cia, todo esto es to me duele duel e a mí lo l o mismo que a ti… ti … –No señor señor,, ni mucho menos. me nos. Tú no te sie sientes ntes basura, nadie te ha sido con una una necia anoréxica que parece salida sal ida de Nosf Nosferatu. eratu. ¿Recuerdas ¿Recuerdas la pel –No hables así a sí de ella, el la, no tiene tie ne culpa de nada. –No señor, no tienes ni idea ide a de cómo me siento... si ento... –Tú – Tú tampoco sabes sa bes lo que se siente si ente al a l no poder acompañarte acompa ñarte a ningún ac vaya a ser que alguien piense que esa mujer de piel canela, tan indigna de con la encantadora Alicia Romero. ¡Al carajo lo que opinen los otros! Te gus tan lesbiana lesbia na como yo. –No me llllame amess de ese modo. Soy homosexua homosexual,l, ya lo sé, no hace falt recuerdes. –No por considerart considerartee homosexua homosexuall en vez de le lesbia sbiana na eres mej mejor or.. Ha obsesión por tu imagen lo que nos ha alejado, Alicia. Interpretar el papel d indiferente en público te ha afectado. Y yo tampoco puedo fingir que no si para mí. Por eso, sin darte cuenta, te alejabas de mí, porque cada vez era contigo misma y con los demás, demá s, en especial conmigo. Y todos esos hombres para que te acompañen, como si fueran tus amantes… No puedes mentir esa manera. Estás enferma, Alicia. –Dime –Di me ahora que yo he teni tenido do la culpa de que te acosta acostaras ras conotra Sign up to vote on this title cama. Dímelo. Useful Not useful –En cierta manera, ma nera, Alicia, Ali cia, en cierto modo, mo do, tú hastenido ta nta culpa como tanta Se apretó la sien con tres de los dedos de la mano derecha, haciend
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y terminarás admitiendo que esta situación la has originado tú también, co insensata. Lo que siento es que para entonces ya será tarde. –Ya es e s tarde, Lola, Lol a, no he sido yo quien ha metido meti do a otra mujer muje r en mi cam –No reduzcas todo a mi error error.. Han habido otros ante anteriores riores a él él,, y much por ti. –Márchate ya, ya , no quiero quiero seguir se guir hablando. Lola sopesó las palabras que pronunció. Tardó en volver a hablar. Su e áspera. –Si me echas, habrás perdido para sie siempre mpre a la persona que más te ha más te quiere… –No comprendo tu modo de ama amarr, Lola Lola.. Quizás me arrepi arrepienta enta,, pe recuperaré recup eraré la dignidad. –Magnificas las l as palabras pal abras pero pe ro no son más que eso, eso , palabras. palabra s. –No conozco otro modo de expresarme. expresarme .
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Hacía cuatro meses que Lola salió de la vida de Alicia. Y se marchó, cerra Después de aquella disputa, hizo la maleta. Se llevó lo imprescindible. Toda sí, algún libro y sus escasos discos. No quiso ningún recuerdo, no guardó fotografía. “No es despecho. No quiere demorar más esta situación tan in día vendrá, cuando hayamos recapacitado y nos encontremos con un tranquilo, y entonces lo aclararemos todo.” Alicia esperaba, con una taza d manos, intentando no pensar en nada concreto. Jugaba a eso mismo cua hundida. O cuando se sabía culpable, como aquella vez. Lola preparaba evitarla dependía de que Alicia perdonase su infidelida infidelidad, d, aceptando su parte parte supuesto supu esto de alcance inexpugnable. Aunque no sie siempre mpre a tie tiempo, mpo, los l os errores se del delata atann en e n la l a mente de quie Aunque no sie siempre mpre a tie tiempo. mpo. Lola trató de abraza abrazarla rla ante antess de marcharse inútil. Cuando cerró cerró la puerta, supo que que la había perdido definitivamente. Desde que Lola saliera por última vez de su casa, Alicia tuvo mucho registrar su comportamiento y hallar en él muchos desaires, falta de tacto, de su plano profesional sobre el personal y una enfermiza suspicacia con la qué momento empecé a disculparme y a mentirme delante de los periodis comenzó a importarme lo l o que pudieran pensar quienes no me conocen?” conocen?” Fue admitiendo que había protegido con demasiado celo su carrera detrimento de la naturalidad con que que trataba a la mujer que amaba. Convin dos facetas que no tenían por qué estar enfrentadas, que ella misma las ha desde la incompatibilidad. Sin embargo, cuando la culpabilidad brotaba, el r causado por la infidelidad no tardaba en presentarse y ella se absolvía y Lola con un rigor cruel, ingrato y desmesurado. Sign up to vote on this title No había vuelto a saber nada de ella desde ladisputa; cuando el rese Useful Not useful debilitaba la echaba terriblemente de menos. Telefoneó un par de veces pero no consiguió hablar con ella. Tampoco descolgaba el móvil. Le escribió
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documentado al respecto hace tiempo. Leyó que los cubren la cabeza preci evitar a los testigos el esperpéntico y espantoso espectáculo de que al re los ojos. Sintió un escalofrío al recordarlo. Apenas sal salía ía de su casa. Preparaba un nuevo libro, así que no compromisos. compr omisos. Y luego aquella maldita canción canción:: Sin embargo, yo te amo como quien ama lo bueno entregada, concisa, tranquila en el ánimo. Se le enquistó en la cabeza y no había manera de desahuciarla. Una letra arreglos musicales desastrosos. “¿Por qué nos aferramos a una canción momentos? ¿En qué nos ayuda si nos hunde más? ¿Por qué una canc despierta el dolor y con ella nos regodeamos en nuestro pesar? ¿Por qué como jalón biográfico? ¿Y por qué una canción que ni siquiera escogemos c voluntad? ¿Por qué es ella la que viene a nosotros para atarnos al hado de la acatamos a catamos sin negociación previa previa ni posible?” posible ?” La canción que, sin quererlo, le hablaba de Lola era mediocre, a pesar de interpretaba, maravillosa. Su tesitura era límpida y armoniosa, clásica antigua. Esa voz la fascinaba. “Sin embargo, yo te amo/ como quien am entregada, concisa,/ concisa,/ tranquila en e n el ánimo…” á nimo…” La única visita que accedía a recibir era la de su tía Charo. Lola había hab cuando se fue de casa. No le contó antecedentes ni le suministró ningún información infor mación más que la indispensable. –Alicia –Ali cia está est á mal, mal , cuida de ella, ell a, haz el favor. favo r. Te necesita. necesit a. Cuando Charo le contó que Lola la telefoneó pidiéndole que cuid aumentaron los remordimientos de Alicia Ali cia y los compartió con Charo. Charo. Adorab Adorab una mujer de carácter, de esas que han pasado hambre cuando niñas y ahor Sign up que to vote otro on this title cuatro duros duros ahorrados y que se podrían permitir algún l ujo, conoc lujo, conoc Not useful Useful las cosas y no malgastan ni su tiempo ni su dinero. Una mujer elegante, vistiera, sino por una sofisticación sencilla que brillaba en sus formas, s cualquier otro. Ún
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odiará aún más. Además, Ademá s, no me encuentro bien, no es un buen buen momento. N sola, de verdad. Desde que su tío se enterase e nterase de que Alicia era e ra homosexual, no no podía verla –Le doy asco, pero él es el único ser repugnante. No entie e ntiendo ndo qué has trata con malos modos, como si fueras su criada, no es cariñoso, ignora po mujer tan fabulosa que tiene por esposa. No te merece, me rece, tía Charo. De mí pu que le dé la gana; él es el enfermo, no yo, pero a ti que te respete, porqu que vérselas conmigo. Él pensó que Alicia estaba enamorada de su mujer, de su propia tía. És que de verdad le asqueaba. No entendía tanta llamada, tanto afecto y t ellas. ella s. Esa devoción que compartían compartían la una por la otra. De su señora (“Porqu (“Porqu para el resto eres su señora. ¿No te das cuenta? Es insufrible”) no le cabía de su sexualidad, le había dado dos hijos varones. Para él ésa era la prueb que no tenía que temer teme r nada. Pero de su sobrina sobrina política… políti ca… –Cree que soy una degene degenerada. rada. Y yo no tengo la culpa de que su enten tan angosto. ¿Qué mente retorcida puede sospechar que estoy enamorada tía? Sin embargo, la única que sufría de veras y en silencio era Charo, q apaciguar los ánimos en su casa y templar t emplar el justo enojo de su sobrina. –Ábreme ahora mismo. mi smo. No he venido veni do para marcharme m archarme cabizbaj ca bizbajaa y con el piernas. No me moveré de aquí hasta que no me abras. Así que tú verás s una pobre anciana coja una pulmonía o una inflamación de riñón por estar d Al entrar se abraza abrazaron. ron. Ali Alicia cia comenzó a llo llorar rar de un modo infanti infantil,l, aferró al cuerpo de de su tía, tía , como si aquello la eximie eximiese se de afr a frontar ontar lo sucedid calmó, trató de contarle lo ocurrido como pudo, aturullada y entrecortán accesos de llanto. Su discurso era incoherente y atropellado. Le habló distanciamiento entre ambas, del constante disimulo ante la prensa, d Sign up to vote on this title su reno ambiguos sobre su determinación sexual, del miedo a perder Useful empotrada Not useful infidelidad… describió, incluso, aquella infame canción en su apareciese justo en el momento en que supo que estaba todo perdi
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Acelera, un poco más
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escuchaba. De vez en cuando, al advertir que iba a llorar, le apretaba l acariciaba la cara. “Si nos viera el bestia de tu marido, pasaríamos a engro víctimas de la violencia doméstica.” Calló Call ó el comentario por no herir. herir. Pasaron cuatro meses desde aquella noche. Charo la visitaba dos o tr semana, en cuanto podía desasirse de sus obligaciones como esposa y mad cualquier cosa y se preocupaba por su estado físico y anímico. Aunqu contestar que bien, que ya casi estaba superado, a Charo no le convencían utilizaba su sobrina ni la debilidad psíquica que percibía en ella. Había quedaba a dormir. Eran los que más consolaban a Alicia, que aún tenía m noches. noch es. “Hay cosas que la edad no cura.” Cuatro meses en los que el dolor primero se iba endureciendo y adqui dolor encallecido y malhumorado, como como todo sufrimiento sin remedio posible Cuatro meses en los que todo lo que escribía, cuando reunía el valor su derrocar al temor previo de enfrentarse a una página en blanco, tenía un ú la papelera. Se sentaba delante del ordenador con una cafetera recién pasaba horas. Infructuosas horas aderezadas con esa martilleante m embargo, yo te amo…” Cuatro meses. Pensó Pensó en eso mientras cogía una muda del cajón de la l a mes ya, conectó la radio y se metió en la ducha. Allí se masturbó, por primera v meses. El placer le devino acentuado. No tenía prisa alguna. Mientras se f esponja reconoció una voz. Cerró el grifo, abrió la mampara y escuchó con salir de la bañera, todavía con el cuerpo enjabonado, subió el volumen de distinguió. Era ella. La misma que había sonado sin tregua hasta ese día e Y,, sin emba Y embargo rgo …” No tuvo ninguna duda, era Soleda Soledadd Cortés. El jab lentamente por su piel, dejándola pegajosa. Se apoyó sobre la encimera, cabeza al transistor. Al término la canción, la locutora recitó los consabidos concluyó con la pertinente presentación que interpelaba al oyente como si Sign up to vote on this title se tratase. Useful Not useful Cortés, –Acabas de escuchar e scuchar el primer trabajo traba jo de Soledad Sole dad Los silencios sil encios de Alicia Ali cia se quedó sin respira respiración, ción, notando que el corazón se acel aceleraba eraba..
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actuaciones. “Sus “Sus silencios son lo l o más elocuente de todo su trabajo.” trabajo.” Podr a escribir ese artículo sin saltarse salta rse una sola coma del original. Volvió a retrotra retrotraerse erse a la voz de Soleda Soledadd Cortés. La canción que acaba tenía unos arreglos más cuidados que los del disco que Alicia conocía; la más elaborada, resultaba más poética, surgía con mayor fuerza y acogía u mejor conseguidas. Le sedujo la coincidencia. Se secó, pero el jabón reseco obligó a ducharse de nuevo; cuando se hubo vestido, se encontraba de humor. “Por vez primera desde hace cuatro meses, se me está escapan Sonrió Sonr ió al a l pensarse con una frase de su tía. tí a. –Se te t e escapa e scapa el al alma ma con cada ca da cosa que haces, hace s, sea una novela, novel a, un café, es el don que te ha sido concedido y al mismo tiempo tu condena. Eres ca todas tus fuerzas en una dirección y llegar hasta el término mismo de las que tener cuidado, porque el empeño que pones en aquello que te maravil será recompensado, pero disfruta de esa descarga vital que te invade cad experimentas. Soledad Cortés había tirado del envés de ese alma, dejando al descubie aunque incierto entusiasmo. Soledad Cortés había desempolvado esa vita que confería confería a Alicia una capacidad arrolladora. Bajó a la calle. Todo lo que encontró en su camino le pareció distinto: lo escaparates, las personas… hasta los semáforos adquirieron un halo mág Alicia Ali cia sonreía exult exultante ante,, como si de una ciega que recupera la vista se tra primera desde hacía cuatro meses se sentía viva, con nervio por hace empeño por salir adelante y volver a ser Alicia Romero, “la escritora más in panorama internacional en muchos años”, como la habían tildado en publicaciones extranjeras y autóctonas. Era una triunfadora, triunfadora, y como tal se si Sabía dónde quería ir. Al llegar ll egar al centro comercial buscó sin dilación una d –Buenas tardes. t ardes. Busco el último últ imo disco dis co de Soledad Cortés. Corté s. –Soledad –Sole dad Cortés… ¿qué tipo de música hace? hace ? Sign up to vote on this title Not useful Detestaba a las dependientas que no conocenlaUseful mercancía que vende saber de memoria todo lo que tienen tie nen y lo que les falta, falt a, para informar de dó
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tan hermosa. En realidad, no la había imaginado de ningún modo. Bastan entonces con intentar suprimir esa melodía que la acompañaba día posibilidad de apaciguarla a paciguarla dentro de su cabeza. –Salióó a la venta la pasa –Sali pasada da sema semana na y ya ha sido disco de oro. Parece tiene mucho futuro. –¿Sabe si tiene ti ene más má s discos? –No, es su primer traba trabajo. jo. De eso est estoy oy segura. Disculpe el atre atrevimi vimien en Alicia Ali cia Romero? –Sí. –Perdone que se lo diga, pero me encanta encantann sus lilibros, bros, y sobre todo el Federico. ¿Usted ¿Usted cree que, al final, se casará con Clara? Federico era el eterno enamorado en las novelas de Alicia. Siempre a protagonista, condescendiente condescendiente con ella, ella , protector, protector, pero incapaz i ncapaz de conq conquist uist arrojo para seducir a Clara. Demasiada Demasi ada mujer para un hombre como él.” –¿Piensa que si Clara Cl ara se casara ca sara con Federico serían serí an felices? felice s? –Él desde luego, y ell ellaa necesi necesita ta un hombre como Fede ederico, rico, que esté plano, que la cuide como se merece me rece pero que respete su libertad. liberta d. Usted pue lo sean. Le encantaba hablar sobre sus personajes con lectores anónimos. “Usted que lo sean. Son mis criaturas, en efecto, pero se me rebelan pronto, aunq no escriba pueda entenderlo del todo.” Les escuchaba con atención y me sugerencias, sugerenc ias, pero no solía solí a conjeturar sobre sus personajes. personajes. “Lo que ellos e llos qu lo que piensen lo transcribo en las novelas. Las suposiciones crean incerti quiero que ningún tipo de prejuicio se interponga entre mis personajes y propios lectores los que tienen que completar la vida de cada uno de ellos. lectores, cada uno de los hombres y mujeres de mis historias adquiere u distinta, versátil, rica en posibilidades. Yo no puedo truncar lo que cada l Sign up to vote on this title alrededor de ellos. e llos. Es un derecho que que no me pertenece.” useful eNot –Quizás tenga t enga usted uste d razón. Prometo pensar sobre ello eUseful llo.. ¿Me ¿M cobra el disco? dis co? A la dependi dependienta enta se le ilumi iluminó nó la cara. Que una escrito escritora ra como Ali Alicia cia
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novela, Aquel cuerpo aún caliente de matices. mati ces. Alicia supuso que cogió uno n dudó de de que lo hubiese leído leí do ya. –¿Cómo se llama ll ama?? –Como usted, Alicia. Ali cia. “Para Alici Alicia, a, por sus consejos. Federi ederico co le queda ete eternamente rnamente agrade también. Con afecto, A. Romero” Le pareció que escribir dos veces el mism una dedicatoria le restaba encanto y era reiterativo. La dependienta lo l entregarle la compra. –Muchísimas gracias. graci as. Su sonrisa hubiera bastado como agradecimiento. Decía más cosas que pronunciadas. “Al igual que los silencios de Juana Erquicia.” Le dio dos despidió. Yaa en casa, desprecint Y desprecintóó el disco y cogió impa impaciente ciente el lilibreto. breto. Al abrirlo una pequeña papeleta, un descuento del veinte por ciento para cualq conciertos previstos por Soledad Cortés. Lo recogió con cuidado y lo dejó mesa. Leyó atentamente las letras de las canciones. En la última página agradecimientos, figuraba su nombre: “A Alicia Romero, por el título (Los Babel son el único camino por el que el hombre se conoce).” conoce).” Una mezcla de por no haberla pedido permiso, aunque no tenía que hacerlo, y de vanid escogido para el nombre de su disco una frase suya, confluían en la expres Es realmente preciosa.” Miró el reloj. Aún era pronto, su tía Charo todaví par de horas en llegar, así que decidió bajar otra vez para comprar e enterarse de las fechas de los conciertos. “Quizás me ayude la dependi atendió; parecía estar esta r al tanto del asunto. a sunto. Al fin y al cabo, es su trabajo.” trabajo.” Buscó a su homónima por entre los pasillos de la zona de música del cen Estaba atendiendo a una pareja, así que se hizo la distraída curioseando en sección de novedades. Cuando Cuando observó que que estaba esta ba libre se encaminó hacia e Sign un up todescuento vote on this title para e –Buenas,, de nuevo. Al abrir el disco, he encontrado –Buenas Not useful Useful el autógra –Qué despis despiste, te, con la l a emoci emoción ón de haberl haberlaa reconocido, autógrafo fo y lo olvidó comentárselo.
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–Por supuesto. supuesto . Pimi Pimientos entos rell rellenos enos de carne. A ver si les das tu aprobació salido a la calle. call e. ¿Tienes algún compromiso compromiso el viernes 13 de marzo?
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Durante las dos semanas sema nas que quedaban para el concierto había escrito buen última novela, a la que bautizó con una única palabra: Tránsito. No era Alicia Ali cia partie partiese se de un tít título ulo para desa desarrolla rrollarr el argumento. Todo lo contra acabado el libro buscaba con ahínco un título que se ajustase a la trama, sentido cuando el lector lo cerrase después de leer el último renglón. Nun fácil elegirlo. ele girlo. En esta ocasión fue fue distinto, disti nto, pero no no le dio mayor importancia. Tránsito mostraba un lado más humano de los personajes habituales policíaca. Federico, que escucha atentamente las disquisiciones de C aprovechar la debilidad anímica aními ca de la inspector i nspectoraa para besarla. besarla . Lástima que l Isabel Beltrán impidiese el deseado desenlace de la escena. No hubo beso haberlo; eso es lo que mantiene vivo el interés de los lectores.” Ese beso n en apariencia intrascendente, modificará, sin embargo, la actitud de Cl Federico. Por primera vez piensa en él como hombre. Pero sólo ellos d podrían darse una una oportunidad. Si Si merecía la pena intentarlo. Alicia se intrig Imaginó cómo sería la vida en común de ambos. No supo si le gustó la escribiendo, en un intento por alejarlos. aleja rlos. Alicia Ali cia escribí escribíaa con la facili facilidad dad de sus buenos tie tiempos, mpos, cuando empe empezaba zaba pero no conocía aún la responsabilidad del éxito. Era imposible hacerse cuántos cafés cafés ingería mientras mi entras tecleaba teclea ba a un ritmo frenético las letras le tras en su Tránsito. El título también aludía inconscientemente al cambio que hab vida en los últimos meses. Y, cómo no, a la creciente obsesión con Soledad necesario para salir del abatimiento abati miento en el que se sumió tras la separación de Se había tomado la molestia de acercarse en persona a la redacción del p para conseguir un ejemplar de aquel que le hablase la dependienta. Cuando Sign up to vote on this title lo abrió por la sección de cultura, cultura, centró su curiosidad curiosidad en la entrevista con la Useful Not useful la que hablaba de la satisfacción que le producía la buena acogida que ha primer disco. “¿Su primer disco?” Como contestación a la pregunta del porq
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editorial, suplicaba a Alicia la entrega del original. Demoraba tanto com exigencias de aquella, a quella, pero había un contrato de por medio que establecía estable cía f –Mira, Antonio, atravi a travieso eso una etapa et apa en e n la que me cuesta cue sta mucho escribir; escribi r; n qué va a pasar en la novela, cuál será el argumento, y lo que se me ocur bazofia. Y yo no escribo basura. Así que si yo no puedo entregarles nada, que esperar. No me presiones. Si había alguien comprensivo y paciente era Antonio. Incondicional de A su talento, y sospechaba que las dificultades que surgían en el plano p debían a que su relación rela ción con Lola no se encon e ncontraba traba en el mejor momento. –No sé cómo hacerlo. Entiendo que te esto estoyy abrumando, pero tie tienes nes original. Tú lo puedes escribir. Sólo tú puedes escribir esa maldita novela, a tus demonios y haz lo que mejor sabes hacer: escribir. Todos tenemos époc nos ronda la idea de tirar la toalla. Épocas en las que creemos que no pode nuestras obligaciones. Es sólo miedo. Y un miedo irreal. Cree en ti del mis que yo lo hago. Y escribe, e scribe, por Dios bendito, escribe. Me Me han dado un ultimá reinta y un días. Ni uno más. Si en ese plazo no tienen un nuevo libro contrato. Cuando la mano se cansó de los rizos, siguió bajando. “El esparto es una del cuerpo femenino más desconocido; puedes tocarlo, enrollártelo e rozarlo… no provocas el orgasmo pero despiertas un placer pequeño y plác teléfono. telé fono. Era Era Charo. –¿A qué hora me recoges? –¿Qué hora es? –Las siete si ete.. –¡Caramba, –¡Cara mba, y yo en pijama! pija ma! Me arreglo arregl o y estoy allí al lí en e n una hora. hora. *** Había ido en numerosas ocasiones al teatro, pero nunca estuvo tan inqu Sign up to vote on this title que se izara el telón. Era de color púrpura. “¿Cuánto pesará?” Se presion Useful Not useful como si en él estuviera situado el tejido fibroso de la inquietud y pudiera, imposición de una mano, aplacarla. “Tiene veleidades de mariposa.” Al
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sonrisa que llegó hasta el último asiento del teatro. “Es enigmática y cautiva gato de Cheshire.” Más aplausos. Algún que otro requiebro. Separó el micróf cantó. “La magnifi magnificencia cencia de la lass mujere mujeress únicas. únicas.”” Se desl desliza izaba ba por el escen elegancia ele gancia insólita; movía moví a sus hombros con con una gracia gracia bizarra, bi zarra, mezcla de mu y de gran dama. “Un híbrido entre Mesalina y Hatshepsut.” Los cambios parecían no costarle esfuerzo alguno. Melena rubio platino, en su apar descuidado se percibía un toque de distinción. Insinuante siempre, recor ante un público que, canción tras canción, se inmolaba con mayor fervor. Lo sucedían. Cada vez más largos. De vez en cuando, Charo hacía algún com sobrina. No No fueron replicados. Alicia estaba e staba absorta. a bsorta. Soledad Cortés se qued veces, enfrente suya, y hubiera jurado que la mirada a ella. “¿Me habrá Alicia Ali cia retenía rete nía la respira respiración. ción. Al termi terminar nar el tem temaa Lejos Lej os de ti, desa desapareció pareció del escena escenario rio para volve con dos rosas de tallo largo, y cantar Habanera del recuerdo. Soledad Cort en mano, bajó las escaleras y cantó por entre las butacas. Se dirigió hacia del escenario; allí all í entregó una de las rosas a un caballero que se levantó e h de besarle la mano. Después se desplazó hacia el otro lado, donde estaba s Rebasó la primera fila y junto a ella dejó de moverse. “Me mira, puedo sent a quien escrutan sus ojos. Sabe quién soy.” Le tendió la otra rosa. Alicia susu ni ella misma recordó más tarde, cuando le preguntase Charo. “Sus ojos ¿Acaso no me han reconocido?” Un escalofrío recorrió su cuerpo al sent Soledad Cortés. “Quizás la mía sea una cara ca ra más m ás para el ella. la. Pero me ha dado da do una rosa, s mí. Y si no sabe quién soy, es que algo en mí la ha seducido. O tal vez ha s oler la fascinación que que me causa y eso e so atrajo su cuidado.” Si Alicia hubiese tenido que explicar el magnetismo que sentía al mir on this title Se le Cortés, habría habría empleado e mpleado como argumento la sonrisaSigndeup la ltoavote cantante. useful Useful Not misma profundidad y terquedad que lo había hecho aquella canción. Subió escenario. Aplausos. Charo hablaba aprovechando la ovación. Pero Alicia p
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sabía qué decir ni cómo comportarse cuando Alicia le hablaba de muje preferido que sus gustos sexuales fueran los tradicionales, no porque le como a su marido, el hecho de que fuera homosexual, sino porque a homosexualidad la mayor ma yor parte de los sufrimientos sufrimientos que padecía. –¿Te gustaría gustarí a que Soledad Soleda d Cortés fuese tu sobrina política polí tica?? –En tal caso se convertiría conve rtiría en e n una una nuera, porque tú eres para mí como una Tenía razón. Siempre la había tratado como tal. Sentía debilidad por aqu le escribía e scribía versos y le dibujaba flores, que le consultaba las la s dudas propias propias d que se sentaba en sus piernas escuchando aquellos cuentos que improvisa que ahora, ya mujer, le dedicaba cada uno de los premios que recibía. –¿Tee has fijado en su sonrisa? –¿T sonrisa ? Era una de esas es as sonrisas sonris as fabulosas fabul osas y enigm sostienen aun cuando los labios que la prof profieren ieren se contr contraen. aen. –Cariño, ya veo que te ha cautivado. cauti vado. Cuidado, Cuida do, que te asoma la cursilerí vayamos a saludarla? Delante de la puerta del camerino conversaban algunos de los nombre Charo había reconocido de entre el público, y otros muchos. Alicia se acercó alcalde. Hacía un año que le entregó la Medalla de Oro de la Capital por “su a enriqu e nriquecer ecer la cultur cultura”. a”. –En real realidad, idad, me la concedieron porque acaba acababa ba de recibi recibirr un premio Siempre que te laurean en el extranjero recibes un galardón en tu país, pa dude de que valoran sus talentos nacionales. Cuando se abrió la puerta del camerino, los guardaespaldas iban dejan función de la importancia de los allí congregados. Algunos, antes de pasa identificarse. La mera idea de tener que decir su nombre, porque estaba s esos dos baladrones no iban a saber quién era por su cara, incomodó cuestión de orgullo, pero decidió marchar marcharse. se. –Mejor lo dejamo de jamos, s, tía. Hay Ha y mucha gente y ahora Soledad Soleda d estará esta rá aturdida up torefería vote on this a titleella nom Se dio cuenta de que era la primera vez queSignse Useful Not useful apuntalar el apellido. –Poco te ha durado el enamo enamoramie ramiento, nto, sobrina. Por Porque que no me irás
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Al lle llegar gar a casa, Ali Alicia cia seguía fascinada por el recuerdo de Soleda Soledadd Cor pronunc pron unciado iado palabra pala bra desde que salieron salie ron del teatro, y Charo no insistió en su conocer la impresión de su sobrina. “Me ha reconocido. Por eso me ha son esa sonrisa única, casi inverosímil, era para mí. Es mía.” Se descalzó y se sofá, disipando la mirada, mi rada, haciendo de sus ojos dos proyectores privados de –¿Tieness un jarroncito? –¿Tiene Alicia Ali cia dila dilató tó su respuest respuesta. a. Des Descendía cendía paula paulatinam tinamente ente.. La recreaci recreación ón siembra una rápida distancia entre el ser se r y estar. –¿Para qué lo quieres? quie res? –Para colocar colo car la rosa. Estaba tan embebida embebi da recordando recordando la sonrisa de Soledad Sole dad Cortés que olvidó había dado durante el concierto, pero no tardó en cristalizarla como el pun oscilar el péndulo de su recuerdo. recuerdo. “Quiso “Quiso que yo la tuviera. tuvie ra. Me la dio a mí. D las personas que deseaban recoger esa flor de su mano, me escogió. Pu regalado a cualquiera. A mi tía, tía , incluso. Pero Pero me eligió e ligió a mí. Seguro, sabe q eso me la entregó, e ntregó, como como un símbolo, como una una señal.” Con pereza, respond –No, no tengo uno uno tan pequeño, son todos grandes. La pondremos en e n un los de güisqui, si te parece bien. bie n. No No es el lugar más apropiado, pero tampoc Belénn se ajustaba a la Belé l a magnificencia del niño que albergó entre su heno. heno. –La comparació com paraciónn es desmedi de smedida, da, querida queri da sobrina, sobri na, y la l a acepto a cepto por po r el hecho tan epatada que la magnificencia de la que hablas es la que tu corazón le c mujer. Se sonrieron. Charo buscó un vaso alto y lo llenó, vertiendo en él una azúcar. Cuando la hubo disuelto, metió la rosa y la colocó sobre el escritori Sign up to vote on this title ordenador portátil con el que trabajaba su sobrina. Alicia las siguió con Useful Not useful ambas, a Charo y a la rosa), recobrando recobrando el presente más inmediato. i nmediato. –Dúchate si s i quieres; quiere s; mientras, mientra s, prepararé algo al go de cena.
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pero ignoro si grabó algún otro más. Compré, hará un año, un un disco de esos su sano juicio compraría sin haberlo escuchado previamente. Tiene horrorosa. horr orosa. Pero Pero ya me conoces, me llamó tanto t anto la atención a tención que que me lo l o llevé. lle vé. lleva por título su propio nombre. Muy Muy típico de los comienzos de todo cant en mi opinión, un error. No se vende el nombre de una persona, sino el realiza. –Qué raro… –¿Qué lleve lle ve su nombre? –No, qué va, no me refiero a ese deta detalle lle;; no comprendo por qué enton más canciones suyas. –El disco es muy mal malo. o. Tie Tiene ne unos arreglo arregloss espa espantosos, ntosos, pero la voz lo más medios estoy segura de que hubiera sido un gran trabajo. Podían hab versiones más elaboradas ela boradas de ese disco e incluirlas en el repertorio. –La canción que te atorme atormentaba ntaba cuando Lola y tú os sepa separaste rasteis, is, esa hablabas, pertenecía a ese disco, ¿verdad? –Sí. –Qué extra extraño… ño… Quién sabe sabe,, quizás sería un buen comienzo para uno de Clara. –No creas que no lo he pensado. –¿Por qué crees crees que lo l o encubre? –El verbo “encubrir” es un tanto peyorat peyorativo, ivo, pero me gusta que lo ha engo la sensación de que ése es el verbo exacto. Ella encubre su anter tengo ni la menor me nor idea de por qué lo hace, tía Charo. –¿Estás segura de que ese e se disco del que hablas habla s es suyo? –No creo que haya dos cantantes canta ntes que utilice uti licenn el mismo nombre artíst a rtístico ico dicho, el disco se titula ti tula Soledad Cortés, a secas. –¿De qué año es? Parece muy m uy joven para haber habe r grabado dos discos. up to vote on this title ia disco –Judy –J udy Garland tambi también én lo era cuando contabaSigncon una amplia ampl Not useful Usefules, no espaldas. No sé, la verdad es que no sé de cuándo tiene ningu respecto del año a ño en que se editó. ¿Quieres escucharlo? escucharlo?
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–¿Y la de la l a Garbo? –La Garbo… única e impar, pero, ¿sonrió alguna vez? –Tie – Tienes nes sal salida ida para todo. Me abrumas. En cualquie cualquierr caso, una sonrisa que centre tu artículo semanal me hace sospechar que se mantiene tu en vertiginoso. –Sí. Llevo Lle vo obsesionada obsesi onada con ella ell a desde que escuché su canción en la radio como novedad. Yo ya la conocía, y la reconocí. Cuando la locutora pertenecía a su primer trabajo, me sentí cómplice de un secreto. Y no hay m unión con alguien que el de compartir un secreto. Fíjate en los temp masones. Por eso me he volcado en ella. Como si fuera mi Santo Grial partic clínico obsesivo. Así me defines tú, tía Charo. –Entonces sigo sin si n comprender por qué no quisiste saludarla sa ludarla.. –No era el mejor me jor momento. mome nto. –Pues no sé cuándo la volverás vol verás a ver. ve r. Quizá Quizáss perdiste tu oportunidad. –Quién sabe sabe;; cuando se dese deseaa algo de manera inte intensa, nsa, la vida sie siempre mpre para cumplir nuestros deseos. –Muy filosófico, filosófi co, cariño. Templ Templarios, arios, masone masones, s, el desti destino… no… Me marcho, no tío empiece a llamar a todas las comisarías preguntando por mí. Te dej recién hecha; supongo supongo que te pondr pondrás ás a escribir. –Sí. Estoy en racha otra vez. –¿Habrá novedades nove dades en e n la relación rela ción entre Clara Cla ra y Federico? –Es la segunda vez ve z que me preguntan eso es o mismo mism o en pocos días. dí as. Empiezo Empie zo quizás debería haberme dedicado a la novela rosa. La mayor parte de mis l ansiosos por que surja un idilio entre ambos. No sé lo que pasará. Si depen mí, te diría desde ahora mismo que no. No, no me gustaría que se enamora personajes crecen a su antojo, ya sabes. –Cada vez que me m e dices di ces eso e so de que tus t us personajes persona jes tie tienen nen vida vi da propia me Sign up to on this title de miedo, Alicia. Tengo ganas de leerla, así que ponte a vote escribir de inmedi Useful Not useful pueda disfrutarla pron pronto. to. –Siempre –Siem pre eres la primera en e n hacerlo.
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–¿Quieres que te suba algo a lgo de la calle ca lle?? Está Estáss a tiempo… tie mpo… –No, gracias, hoy voy a trabajar trabaj ar todo el día, dí a, pero tengo provisiones. provisi ones. –Hablam –Ha blamos. os. Que se te dé bien. bie n. –Eso espero. espe ro. Escribir tan rápido y tan fluido, dejando que cada personaje hiciera y estimada correcto y oportuno y que concordase con sus expectativas, entusiasmó a Alicia. De vez en cuando dejaba de teclear y se quedaba mir De la tierra prometida. Así titularé tu artículo, porque tu sonrisa es una Paraíso.” Estaba decidida a hablar de ella su artículo dominical de La mentarla, pero recreándola. Abrió uno de los cajone cajoness de su escrito escritorio rio y sacó una hoja en blanco. Con tinta negra comenzó a convocar a las palabras para que éstas engendra sentido: “Con esa sonrisa puedo partir cualquier adversidad acaecida. Ba usto antes de que muera en tus labios, porque tus labios son el único m acabar con semejante haz de significados. significados.” ” Fue a prepararse algo de comer. Regresó a su mesa para oler la flor, hizo q disco Los silencios de babel, y se colocó el delantal. “Puedo hacer que acueste con Federico, Federico, pero no sé si gustará la idea. Sería jocoso que Federi Federi ayuntasen juntos, aunque eso me costase el enfado mayor de muchos lec escribirían poniéndome las peras a cuarto. Puedo obligarles a hacerlo… No puedes obligarles a nada. Las novelas son posibles gracias al pacto tácito d entre los personajes y su autor. Fruto de esa concordia que negocia implí que prosperan.” Verónica era e ra la antagonist a ntagonistaa en la saga sa ga policíaca poli cíaca de Alicia Al icia.. No la femme fem me fat que asesina o roba, la que es pérfida hasta sus últimas consecuencias; pero tiene oportunidad le hace la puñeta a Clara, hacia quien siente una envidia su corazoncito corazoncito aún late. Eso la salva. sa lva.”” Alicia la l a imaginaba ima ginaba con una una larga la rga mel up to vote pruebas on this title a Clara como Lola, con pocos escrúpulos si lo que desea esSignocultar Not useful tener un quien se lleve los honores de un caso resuelto. “EsUseful complicado perfecto e intachable como Clara, no me extraña que Verónica sienta celos;
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el núcleo familiar. Bien es cierto que su padre se opuso en un principio a te empeñada en ganarse la l a vida como un hombre, hombre, pero jamás le l e denegó el din para hacerlo. Además, la madre de Clara le apoyaba en todo. No tenía menos, nunca hizo mención expresa que contradijera esta suposición, lo para granjearse la cond condescendencia escendencia paterna. “Son dema demasia siados dos los deta detalllles es de Clara que irrita irritann a Verónica. Verónica.”” Person incompatibles. Pero Pero Clara intenta deslindar desl indar la faceta profesional de la person sólo los aspectos laborales. Pero ése es un propósito complejo que no siem cumplir. En una ocasión, Clara abofeteó a Verónica cuando la descubrió husm bolso. –Vaya –V aya,, vaya. va ya. Parece que los rumores que corren por ahí acerca de la rela inspector Rincón y tú son ciertos, ¿no? Ahora voy entendiendo por qué t siempre tú la que tome las riendas de los l os casos importantes. Debes de ser m la cama, querida. Verónica sacó sa có del bolso de Clara Cl ara la cartera del de l inspector, inspe ctor, con un gesto triu –Lleva –Lle va buscándola toda la mañana mañana,, y como tú esta estabas bas en el archivo, de encendió una lucecita. Os vi venir juntos esta mañana, en su coche. dormisteis en tu casa. Por eso busqué en tu bolso la prueba definitiva. Clara había escuch escuchado. ado. No podía creérselo. Para Para una mujer independiente sola idea de que alguien fisgonease en sus cosas le indignaba. Perdió la quizás la razón, y la abofeteó. La marginación a la que sometía sus juicio sobre los compañeros se desató. Verónica se quedó atónita, sujetando su manos, como si fuera a caérsele tras el golpe. Clara le arrebató la cartera del despacho, sin mediar palabra. Despechada, Verónica amarró con rabia que pretendían escapársele. Había quien pensaba que estaba enamorada, en secreto, de Clara, pero de afrontarlo. Eran Eran sólo suposiciones porque, aunque aunque Alicia pensó en explota Sign up to vote on this titlesus nove no le hacía ni pizca de gracia que hubiera concomitancias entre Not useful Useful real. Nunca aclaró los gustos sexuales de Verónica, así que el hecho de lectores pudieran pensar en su homosexualidad homosexualidad no era descabellado.
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Hubo un tiempo en que Verónica y Clara habían sido amigas. Íntimas al esto es, con muchas reservas entre ambas. Muchas de ellas herméticas Pero la relación acabó cuando Felipe, el jovencísimo policía recién en departamento de criminología, murió en acto de servicio por culpa de Veró adoraba. Se habían acostado multitud de veces, y fue el único hombre por la cabeza. Rodearon la casa. Entraron Felipe, Verónica y Clara. Sabían estaban ellos. Eran dos, nerviosos y armados. Al subir las escaleras p encontraron encontr aron con la primera puerta cerrada. Clara la señaló se ñaló con un movimien Sabían lo que hacer: Felipe la abriría de una patada y entraría; Verónica mientras, Clara se enfr e nfrentaría entaría solita soli ta a lo que hubiese dentro de la habitación habita ción llevaba siempre la peor parte. Era cuestión de reparto de responsabilida moviendo los labios: Uno, dos… Clara entró y apuntó a todos los ángulos Nada. Abrió armarios y retiró muebles. Vacía. Felipe hizo lo propio, entró y disparos se sucedieron rápido. Le secundó rauda Verónica y también disp tenía balas en el cargador. Había olvidado comprobar su munición. Al adver la estancia, dejando deja ndo a su compañero solo. Se quedó tan aturd at urdida ida por su des fue capaz capaz de empuñar el arma que llevaba sujeta al tobillo. Cuando Clara Clara pudo prestar apoyo a sus compañeros ya era tarde, t arde, al meno me no Disparó dos tiros certeros al corazón de cada uno de los delincuen desplomaron sobre el suelo de terrazo. Cuando tenía que disparar no titub instante, sabía que cualquier indecisión podía costarle la vida, que un se transformarse en un evo que, con billete de segunda en acto de servicio, la al otro barrio. Tras una mirada relampagueante para comprobar los cuerpo los abatidos se acercó a Felipe, moribundo ya. Le levantó la cabeza con lágrimas empujaban), le besó en los labios (las lágrimas resistían), guardó limpió el reguero de sangre que manaba de su boca. Las lágrimas empedra más, su carácter. Sign up to vote title –¡Qué mie mierda rda de poli policía cía no comprueba las municiones queonllev lthis leva! a! Coño, e Useful Not useful serie de televisión tel evisión.. Clara no lloró, al menos delante de ninguno de sus compañeros, pero ja
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era él quien tuvo que que morir ese día. dí a. Él cumplió con su trabajo. trabajo. Hasta qué punto sufrió Clara la muerte de Felipe era un asunto basta sobre el que Alicia no quiso insistir demasiado. “Una saga policíaca no holgado para un cerco sentimental en exceso detallado. Sólo sexo y alg enamoramiento no correspondido. correspondido. Alguna pincela pincelada da de las l as vidas privadas y escribo novela psicológica.” La idea de que Clara y Federico protagonizasen un romance rondó por Alicia Ali cia desde que ambos personaj personajes es se conocieran, pero sabí sabíaa que prec inexistencia del contacto físico era uno de los principales alicientes para su cada novela buscaban aventuras, acción, pero también la culminación de entre ambos. La muerte de Felipe se redujo a una excusa perfecta perfecta para ma alejada ale jada de Federico como hombre, hombre, pero más cerca que nunca nunca como apoyo. “Todaví “T odavíaa no. El argumento de Tránsit Tránsitoo será el pretex pretexto to para que el certidumbre de que ambos están abocados a mantener un idilio con imprevisible. Eso creará mayor ma yor expectación en futuras futuras entregas.” Alicia Ali cia colocó en e n la bandej bandejaa de la l a cadena ca dena de música m úsica el disco espurio de So Volvió a sentarse se ntarse frente a su ordenador y se adentró a dentró en la histori historia. a. Pensó en buen momento para que Verónica se ganase de nuevo la confianza de Cla salve la vida. Es un buen motivo para comenzar a reparar una relación como la suya. No, demasiados demasia dos virajes. De momento, con el acercamiento F tenemos suficiente. Además, ¿quién ¿quién iba a desempeñar el papel de Verónica? Ve rónica? un antagonista. Y Verónica es la mala perfecta. A pesar de las cinco resentimiento mutuo, es pronto para reconciliarlas.” Paró de escribir. Le escocían los ojos. Se estiró y reparó en la rosa. concentró, pero en la hoja de papel escrita a mano. Continuó alguna (“Sinuosa, tu sonrisa –como la mitad de un infinito horizontal– abate”), pe palpitaban. Cuando miró el reloj se pasmó: eran las cuatro de la mañana up to vote onnotó había sentido hambre. Cogió la rosa y se levantó. le vantó. AlSignhacerlo, nthis otótitlecierto ent Useful Not useful Quedó apoyada en la jamba de la puerta del cuarto de estar, mirando a ventanales. “Vivir en un noveno tiene muchas ventajas; una de ellas, las v
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que tenía en e n la terraza. te rraza. Al regresar al dormitorio, cayó fulminada. fulminada.
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Ali cia esta Alicia estaba ba le leyendo. yendo. En una mano soste sostenía nía una taz tazaa de café, mie mientras ntras sujetaba un libro de aventuras, de literatura infantil, como catalogaba la s de los delfines azules. Sonó el teléfono. Utilizó la cuchara como marca descolgó. –Dichosos –Di chosos los persistente persi stentess porque ellos ello s escucharán su voz. –¿Antonio? –¡Alicia –¡Al icia!! ¿Dónde te has metido? met ido? Te Te he dejado de jado mil m iles es de mensaj m ensajes es en e n el con tenías preocupado. Estuve Estuve en tu casa un par de veces, pero no había nadie, pensar, dónde buscarte. Ni siquiera pude hablar con Lola. Tía Charo, c prudente, prud ente, no soltaba solta ba prenda, y sus esquivos comentarios al respecto me pre más. –Antonio, sié siéntate ntate,, tengo que darte una noticia que quizás me absuel que te ha provocado mi ausencia. –¿Lola y tú os casáis casái s en los Jerónimos bendecidos bende cidos por el nuncio? –Lola y yo hace meses mese s que no estamos juntas. j untas. –Coño, lo sie siento, nto, Ali Alicia, cia, no sabí sabía… a… Ahora enti entiendo endo por qué ell ellaa tamp teléfono. telé fono. ¿Qué ¿Qué ha pasado? ¿Cómo estás? –Perfectamente –Perfecta mente,, escucha: tengo una novela para pa ra ti. –No puedo creerlo. –Pues ten más fe, hombre de Dios Dios.. Pása Pásate te por casa cuando quieras vistazo. –¿Cómo se titula? tit ula? –Tránsito. –Tránsi to. –Tránsito… –Tránsi to… cambio, movimi movimiento, ento, mutaci mutación, ón, moment momentoo cruc crucia ial,l, muert Sign up to vote on this title permuta… Useful Not useful –Todos los lo s sinónimos utiliz uti lizados ados lleva ll evann una una eme. eme . ¿Ha sidodeliberado? deli berado? –No, puedes estar esta r segura.
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–¿Me estás está s diciendo que voy a leer le er tu libro antes ante s que ella? ell a? ¡Eso si que es u –Es circunstancial, circunstancial , pero sí. Lleva diez di ez días día s en el pueblo, puebl o, de papeleo. papel eo. –¿Ha ocurrido algo serio? se rio? –No, es cuesti cuestión ón de linde lindess de tie tierras, rras, ya sabe sabes, s, como las escrituras en orientativas, por lo visto está sufriendo expropiaciones indebidas de su hacienda. Creo que las va a vender vender.. Total, Total, no las l as cultiva, ni alquila, no les sa ningún tipo. Aunque no le den mucho por ellas, al menos acabará con incordio. incord io. Bueno, a lo que iba. i ba. Llevo días día s sin comer como Dios manda, ma nda, y esto morir de inanición. No aguanto hasta la cena. ¿Dejarás que una pobre esc concluido su última novela en poco menos de quince días muera sola y des su apartamento? –Excuso corregirte. Más que apart apartame amento, nto, mati matizo: zo: magnífi magnífico co noveno magnífico noveno piso. Que, dado como está el precio de la vivienda hoy salvaguarda de tu jubilación. ¿Dónde quedamos? –Podemoss ir al Arena. ¿Sobre las dos y cuarto? –Podemo –Allí nos vemos. ve mos. Enhorabuena, me ale alegro gro por ti, y siento si ento de veras lo de me explicarás expli carás cómo ha sucedido. sucedido. –Está superado, supera do, Antonio, descuida. –Deja –De ja que sea se a yo, cuando te vea, vea , quien lo afirme. Antonio sie siempre mpre est estaba aba cerca en los peores mome momentos. ntos. Se conocieron estudiando Filología Hispánica. Eran inseparables: teatro, cine, vacacion hacían juntos. Al poco de conocerse, un día, en casa de Antonio, que por aq vivía con sus padres, se le declaró. Alicia llevaba tiempo pensando en c inclinación sexual, así que aprovechó la confidencia de Antonio para corres otra. Al principio fue duro para él, no lo asimiló nada bien. Era Alicia la que la que llamaba siempre, la que hacía lo imposible por verse. Le costó diger la sexualidad de Alicia como la rotunda imposibilidad de alcanzar algún día Sign up to votesus on this title Saber que Alicia era homosexual truncaba para siempre anhelos, tod Useful Not useful que, de otro modo, por otro motivo, quedaba tan sólo pospuesta. Con tesón, tiempo y paciencia, fueron capaces de afrontar ese pequeño
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mitad de la conversación, Concha, que había tenía un gesto mohíno du tiempo, se marchó a la barra. Los tres siguieron hablando, intentando descortesía. De pronto, Antonio, Antonio, que no había había dejado dej ado de escrutarla de reojo la asió por el brazo. Ni Adela ni Alicia entendieron qué se decían, pero el to en aumento y se zanjó con un “hijo de puta” espetado por Concha. Anton hasta Alicia. –Debería –De beríass tene tenerr más cuidado con tus pertene pertenencias ncias y no permit permitirir que público. Después de aquel incidente, Alicia no quiso volver a verle. Era de las que nadie debe meter me ter las narices ni verter sus opiniones, por certeras certeras que sean, ajenas. Pero tenía razón. Antonio Antonio siempre sie mpre la tuvo. Concha Concha era una golfa que toda mujer que tuviese en e n derredor. derredor. Estuvieron algo más de dos meses sin telefonearse. Por fin, Alicia decidió la librería l ibrería y firmar un armisticio. Hablaron, Habla ron, se se abrazaron, a brazaron, y quedaron con Ad algo. Alicia les llevó a un café de estilo bohemio, que había descubierto h entrar, reconoció a Concha bailando una especie de bachata con otra mujer. los tres en la puerta del local, mirando. Ninguno se atrevía a resquebrajar silencio. Concha, ajena a sus miradas, besó apasionadamente a su pareja palabras de Alicia Ali cia sirvieron de cenefa a su amargo desencanto. desencanto. –No cabe duda de que, por lo menos, tiene tie ne un gusto gusto exquisito. exquis ito. A parti partirr de entonces, nada se había inte interpuesto rpuesto entre Antonio y Ali Alicia. cia. casi nada, porque Alicia era recelosa para con sus sentimientos, y había qu cualquier comentario al respecto. Desapareció el tiempo que consideró n cicatrizar el orgullo herido y, a su vuelta, ofreció todas las explicaciones pert Con Lola fue distinto, porque ella y Antonio se cayeron estupendamen cuando Alicia no dio señales de vida en tanto tiempo, Antonio sospech motivo. No entendía por qué se esfumaba de aquel modo cuando cuando surgían c Sign up this title sentimentales, pero la quería demasiado como para noto vote seronindulgente con Useful Not useful que a él le l e parecía un tanto infantil. –¿A las dos y cuarto?
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–Lo de siempre, sie mpre, Antonio. Siempre Siem pre las hay más má s guapas e interesant inte resantes es que –Lo dudo. –¿Dudas de que halle hal le un amor más puro? –Y tú, ¿cómo te encuentras? –Pues, si te digo la verdad, lo he pasa pasado do muy mal mal,, pero tengo un nu Gracias Grac ias a él hemos terminado te rminado la novela en un tiempo récord. récord. –Como sie siempre, mpre, el plural que se refiere a ti solo. Eres tanta tantass personas cualquier manera, no te hago reponiéndote tan ta n pronto. pronto. –Yo tampoco, ta mpoco, pero no lo he buscado. –¿Quién es? –Te vas va s a reír… –Prueba. –No nos conocemos formalmente formal mente,, ni siquiera siquie ra hemos habla hablado. do. Lo único qu entre nosotras es que me ha regalado regal ado una rosa. –¿Te parece poco? ¿Quién es? En aquel momento, a Alicia le dio pudor pronunciar el nombre de Soled resultó descabellado admitir que estaba enamorada de una persona con la cruzado cru zado dos palabras; se sintió si ntió como una adolescente. –Déjam –Dé jamee que te mantenga ma ntenga el mist misterio. erio. Cuando la enamore, e namore, te la l a present –Sabes que tengo te ngo que dar el visto bueno. –Por supuesto, pero te adel adelanto anto que es e s de tu estil e stilo: o: formal, forma l, recata recatada, da, cu delicada… –Con esa esass pista pistass o eres tú misma o es Adel Adela. a. O tía Charo. Pero, ¿no de conoces? –No, pero me he formado una idea exacta e xacta de cómo es. e s. –TTen cuidado, ya sé que está muy manido pero aquel – aquello lo de que “las engañan” mantiene su vigor. up to vote on this title Ambos pidieron pidi eron un chorrito chorrito de licor li cor de güisqui en Sign el café. Useful Not useful –¿Cuándo estarán estará n las galerada gal eradas? s? –Bueno, no creo que se demore demorenn más que otras veces. Primero teng
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pensó que había influído en Tránsito. No estaba segura de que ese acerca Federico y Clara se hubiese producido por la reflexión de la dependie cualquier caso, era una casualidad que merecía un agradecimiento. No la e sección de música, así que merodeó un rato, hasta que la vio apare compañera. “Habrán ido a tomar café.” Se acercó hasta hasta ella. e lla. –Buenas tardes, t ardes, Alicia. Ali cia. La dependienta enrojeció. Miró a su compañera, y se sintió halagada por reencuentro. –Qué tal, tal , qué sorpresa. ¿Viene a lo l o de Soledad Soleda d Cortés? El semblante de Alicia se demudó. La mera idea de tenerla cerca fascinaba. Había secado se cado la rosa y la había colocado en un poyete de corch de un poco de silicona en la base. Después la cubrió con un jarrón alargado en una tienda, tie nda, confeccion confeccionando ando así una especie e specie de urn urnaa en e n la que conser conservar var u –¿Va a venir Soledad? Sole dad? –Sí, a firmar discos, pero a media me dia tarde, ta rde, sobre las siete si ete.. ¿No ¿No lo sabía? sabí a? A Alicia Alici a se le pasa pasaron ron muchas muchas cosas por la cabeza ca beza.. –Sólo venía a decirle que he termi terminado nado mi últi última ma novel novela, a, y que, más escuchado escuch ado su observación sobre Federico y Clara. Así que quería darle las La dependienta no podía disimular su satisfacción. Sonreía, miraba al sue el lóbulo l óbulo de la oreja. Finalmente, balbuceó unas palabras. –Yo, yo no sé qué decir. Muchas Muchas gracias… gracia s… yo sólo, espero no haberla mole me hacía tanta ilusión que Federico Federico y Clara… –Bueno, en real realidad idad no pasa nada lilicencioso cencioso entre el ellos, los, o sí, claro que algo muy fuerte de lo que Clara se da cuenta al mirar con otros ojos a F hasta entonces sólo había sido para ella el la como un hermano. hermano. Ya me contará q –¿Cuándo sale? sale ? –Mi edit editor or dice que en un par de sema semanas, nas, pero échel échelee usted más de Sign up to vote on this title entonces prometo prometo dedicarle otro ejemplar. eje mplar. Not useful Useful –No se crea que el e l que me firmó el e l otro día es el único dedi dedicado cado por po r uste Hará poco más de un año y medio, cuando publicó su último libro, fui a la l
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compró uno, decidió dejar de usarlo. Llamó su tía. La euforia por volver a v atropellaba sus palabras. Le contó que había entregado la novela a Antonio su disgusto disgusto por no ser la primera en leerla, le erla, le amenazó a menazó rápidamente. –Tu copia está es tá impacie im paciente nte por ser leída. leí da. Zanjó resuelta el tema de su nueva novela, y se extendió en explicarle su hablar con Soledad Cortés. Charo se interesó por las pesquisas sobre aquel cuya maternidad no ha sido reconocida”, como lo calificó. Ante la falt revelaciones que aclarasen ese punto, Charo le refirió la venta de tierr realizado. –Si es que no se puede ser se r terrateniente terrateni ente en e n pleno siglo XXI. X XI. –TTu tío tuvo que adel – adelanta antarr la vuelt vueltaa por cuestio cuestiones nes de negocios. P recogerme. El marido de su tía, Cristóbal, había amasado una pequeña fortuna esp inmuebles, algo que desaprobaba Alicia y, en parte, su propia tía. tía . Empezó p nave en el pueblo. Lo que consiguió por ella lo invirtió en una antigua v revendió obteniendo suculentos beneficios. Poco a poco, se fue introdu capital. Acudía a las subastas. La gente con la que se juntaba conformaba mafia, pero mejor tenerlos como amigos. ami gos. Quedó en esperarla a la mañana ma ñana siguiente en el aeropuerto, a eropuerto, a las diez di ez y m reloj. De pron pronto, to, se le ocur ocurrió rió una idea. Se encaminó e ncaminó hacia uno de esos loca se puede acceder a Internet. Internet. Era la primera vez que estaba esta ba en uno de esos cometió la torpeza de pedir un café. Ni siquiera lo probó. “Tiene un aspec ecleó una dirección: www.soledadcortes.es. Nada. Intentó con el do ampoco. Tanteó con un buscador. Escribió el nombre de nuevo: Set coincidencias. La primera de ellas se parecía bastante a lo que estab www.soledadcortes.info. Pulsó dos veces con el cursor sobre la dirección. E traza de página oficial. Curioseó la biografía. up to vote on this title Soledad Cortés. Veintinueve años. Nacida en Sign Madrid. “Ya tenemos a Not useful Useful común..” A los común l os diecisiete diecisi ete consigu consiguió ió una beca para formarse musicalmente en clásico. “Zarzuela, “Zarzuela, seguro.” seguro.” Ofrece numerosos recitales por distintas capitale
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Se le había hecho tarde, así que no pudo pasarse por casa para coger los que comprar otra vez Los silencios de Babel. No vio a la dependienta. Pre que la cobró en qué planta estaba esta ba firmando Soledad Cortés. Cortés. –En la tercera tercera.. Según sube por las escal escaleras eras mecáni mecánicas, cas, siguie siguiendo ndo el pa verá los paneles. Había much muchaa gente guardan guardando do cola. Se colocó la última, aunq a unque ue en pocos de serlo. Pasó una hora hasta que llegó su turno. “La gente se demora. enfrente de ti quiere tocarte, llevarse una esencia tuya en forma de mir palabras… conozco bien esa situación.” Cuando le tocó, al subir los tres acercarse a Soledad Cortés, que lucía la mejor de sus sonrisas sentada d mesa larga, se amilanó. Siempre tildó de majadería a quienes pierden su que alguien les firme cualquier cosa. Por eso rechazaba acudir a la feria soportaba ese espectáculo. “En esas casetas nos convertimos en una espe de feria. Nos observan, nos critican, critican, nos enjuician.” enjuician.” Finalmente, se plantó de y le tendió te ndió el disco. Su voz al natural sonaba demasiado demasia do nasal. –¿Cómo se llama ll ama?? Fue la misma pregunta boba que ella le hizo a la dependienta antes de firma en el libro. Al recordarlo, se creció. –Alicia –Ali cia Romero. Soy Alicia Romero. Soledad Cortés replegó su sonrisa. Quizás reconociese ese rostro, quizá familiar, familia r, pero nunca nunca hubiese averiguado a veriguado qué nombre le corr correspondía. espondía. –Usted... Perdone, no la había reconocido. Lo sie siento. nto. La admi admiro ro desde sus artículos en La Prensa todos los domingos. Como ya sabrá, el título de verso suyo. –Si quiere quiere,, espero e spero que termine t ermine y hablam ha blamos os luego. No quiero quie ro ser se r un estor e stor admiradores que aguardan a guardan impacientes su turno. –No me gustaría hacerla esperar. e sperar. Podemos quedar queda r en algún sitio, sitio , dígame Sign up to vote on this title ó–, te –No, no es mole m olestia stia,, de veras, ve ras, merodearé me rodearé por aquí. Ade Además más – mintió–, –minti Useful Not useful algunas compras. –¿Segura?
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la imagen de ambas retozando en la cama ancha de su habitación. “Todo darling, todo a su tiempo.” Le encantaba imaginar cómo desvestir a sus a hora de la verdad ve rdad nunca nunca lo hacía, porque porque urgía el deseo, fácilmente saciable sa ciable harán las cosas a mi manera. Le desabrocharé los botones de la blusa; por beso hundido dejaré que resbale por sus brazos y que caiga. Después, Cuando no lo tenga, recorreré sus muslos con mis manos sin dejar de besa Sabía que era un tópico de las escenas pseudoeróticas de películas de se gustaba solazarse en esos ensueños. Decidió invitarla a su casa; pensó qu más cómodas estarían, y donde más posibilidades tendría de besarla. Una d la complacencia que sentía: ignoraba si Soledad Cortés era homosexual. L detalles detall es y las l as atenciones at enciones procuradas procuradas a Alicia Ali cia no eran ni much muchoo menos conclu difícil resulta todo, caramba. Deberíamos desarrollar un instinto inequívoco en estas cosas.” Buscó algún pantalón de vestir oscuro. Llevaba tiempo ti empo detrás de uno, per reclusión le había impedido comprárselo antes. Mientras removía los colgados, reconoció, saliendo de los probadores, a Lola. Iba sola y con alg de colores vivos. Alicia volvió la cabeza. Tuvo el impulso de acercarse a contuvo. No era benévola la sensación que le crujía en el estómago. E resentimiento tal vez. Se le vinieron a la cabeza una sarta de insolencias fu Un vahído la hizo apoyarse en la barra sobre la que colgaban los pant mucho que no pensaba en Lola; había salido de su vida en casi todos los se la memoria, un territorio donde no le está permitido a la razón actuar a Alicia Ali cia creía creí a que lo había habí a hecho para pa ra siempre. sie mpre. No era de las l as que inte intenta nta te de amistad cuando fracasa la sentimental. “Si te falla como pareja, ¿por hacerlo como amiga?” Movió nerviosa las perchas que mostraban varios pantalones. “¿Qué coño hace aquí?” La buscó con la mirada y la observó. una mujer madura, de unos sesenta años, bien vestida. Alicia tuvo curiosid Sign up de to vote this title discreto quién era. Sintió una fuerte arcada. Buscó los servicios unon modo Useful Not useful se encaminó. Se lavó la cara y se miró al espejo. Ya no sentía amor, pero fue desagrad
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–No se preocupe, se lo diré, diré , no hay hay problema problem a alguno. al guno. –Muchas gracia gracias, s, Ali Alicia, cia, le debo una otra vez más. Prometo menta mentarla rla novela. –¿A mí? –Sí, se la dedica dedicaré. ré. Ahora tengo que marcharme. Por favor favor,, que lea domingo, no no se olvide. olvi de. –¿Se encuentra bien? bie n? Parece que va a llorar. l lorar. En efecto, Alicia Alicia se fue llorando a casa.
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Al lle llegar gar a casa, Alici Aliciaa fue directa directamente mente al baño. Intentó vomit vomitar ar,, pero pe ro no daño en la garganta al meterse los dedos. Lloró desconsolada. Era un llanto Por un lado, le afectó el reencuentro con Lola, sin cruzarse una sola palabr todo lo que vivieron juntas; por otro, le latía en la conciencia la oportunida intimar con Soledad Cortés. Desde la ruptura entre ambas, habían pasado meses. Alicia no era de la mantener o conservar una amistad después de zanjar una relación de p furiosa porque el encuentro inesperado había echado por la borda su cita Deseaba tenerla para sí a solas, conocerla, saciar su curiosidad, besarla deseaba besarla. Trató de anular el tormento producido por la coinciden centrándose centránd ose en las palabras pal abras que le dirigió Soledad. Se preparó un té, se enfundó el pijama de franela gris, se descalzó y ordenador. Le debía una disculpa a Soledad y la iba a redactar. Iba a ser su personal, el más poético, el más sincero. Buscó sobre la mesa los versos q aquella noche, la del concierto, cuando al verla por primera vez supo q enamorado. Atrajo la rosa para sí. La colocó muy cerca del ordenador, al la con té. Bebió, leyó las líneas manuscritas y tecleó en el ordenador el título d De la tierra prometida. Copió lo ya escrito e scrito y continuó continuó el párrafo sin demasiada dilación: “Con esa partir cualquier adversidad acaecida. Basta recogerla justo antes de que labios, porque tus labios son el único metal capaz de acabar con seme significados. Sinuosa, Sinuosa, tu sonrisa –como la mitad de un infinito horizontal– a verso entonado, una arruga para tu sonrisa, sabia de avatares, como los ga sortear todos los escollos, mínimos, pequeños, dificultosos. Todos. No ro Sign up to vote on this title pero los sortea, y en su esquivo avance trastoca con el mero me ro aire que suscita Useful Not useful Tenía un tope de cuatrocientas setenta palabras para cada artículo que domingos en La Prensa. Si se pasaba, el editor de turno tenía licencia para
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–Pon la segunda. se gunda. Están entrevistando entrevis tando a Soledad Sole dad Cortés. –No puede ser, esta tarde t arde estaba es taba firmando fi rmando discos. –¿La has visto? vist o? ¿Has ¿Has hablado ha blado con ella? ell a? –Más o menos, ya te contaré conta ré mañana. mañana . Quizás sea una entrevist e ntrevistaa grabada –Te dejo de jo verla. verla . Mañana a las diez di ez y media, medi a, no se te olvide, olv ide, cariño. –Gracias por el aviso. a viso. Descansa, De scansa, tía, tí a, te quiero quie ro mucho. –¿Estás bien? bie n? –Ahora sí. No te preocupes, sólo que he visto vi sto a Lola y ha sido extraño. extra ño. –¿Hablamos –¿Habl amos?? –Mañana mejor. me jor. –Como desees. dese es. No te acuestes acuest es muy tarde. Alicia Ali cia encendió rauda la tel televi evisión. sión. Sólo tení teníaa una, y est estaba aba en el cua Cogió la taza de té. Más que nunca echó en falta un cigarrillo. Subió el estaba Soledad Cortés, entrevistada por Ignacio Ruíz, “el más odioso de feroz de periodistas. Es tan pedante, tan presuntuoso y petulante q escucharle”. Hablaba Soledad sobre el maestro Peralta, la ayuda que le había prest conoció y cómo surgió la posibilidad de grabar su primer disco. “Su prime entrevistador se lamentó lame ntó de no haber disfrutado disfrutado antes de su voz. Alicia con No entendía por qué esa tendencia generalizada a tutear a todo el mundo trabajaba en distintos medios, siempre utilizaba la fórmula del “usted” entrevistado le eximía de tal proc proceder eder.. Era un ejercicio de respeto, de buen de profesionalidad. El porqué del título, pregunta obligada. A Alicia se le hizo un nudo en Soledad la mencionó. Lo sabía. Explicó que era un verso de Alicia Rom admiraba desde hacía mucho. mucho. –He leído l eído todos t odos sus libros, y sus artículos de La Prensa, Pre nsa, y me parecen ma Sign up on this titleregresa Alicia Ali cia regresó frente al a l ordenador orde nador.. Siguió tecle tecleando: ando: “ toTuvotesonrisa Useful Not useful sin ser sonrisa ya sino imagen bañada en agua, recuerdo, en las horas e ciudad incauta aún no te trasciende. Pobre del que no descinche tu mis
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en cada ángel que nos procura alegría. En las noches aferradas a la espera mejor que siempre llega, en los días que fabrican la noche para que la ge sueñe. En el sueño tu sonrisa impera.” Cerró los ojos. Estaba aún ahí. Escuchaba su voz y podía imaginar el gest del cuerpo apoyado en la mesa, el fruncir de boca de niña traviesa. Se toc Comenzó a estirarse el bello púbico, despacio. Se reclinó en la butaca y sub abriéndolas sobre el asiento. Dejó el pelo y buscó la carne, ya desvelad dedos en círculos sobre el clítoris. Echó la cabeza hacia atrás y presionó so neurálgico del placer femenino. La oía reír ahora. La suya era una risa grave Alicia Ali cia escuchaba, e scuchaba, pero estaba e staba concentrada allí a llí aba abajo. jo. Gemía, Gemí a, acariciá a cariciándose ndose pechos con la otra mano. Le llegó el espasmo. Emitió un grito sordo y gut piernas del asiento, las estiró esti ró y se levantó despacio, convaleciente. convaleciente. Alcanzó el sofá y se rindió a él. Dej Dejóó la mano cerca ce rca de su sexo, sexo , le gustab emanaba después de tener un orgasmo. Miraba a Soledad. Su respir calmando. Ignacio Ignacio Ruíz la despidió, despidi ó, agradeciéndole la cortesía de haber acu bla”, y la acompañó hasta el escenario, tendiéndole un micrófono. Un letrer superior de la pantalla advertía que la voz era en directo. Un pianista la Cantó un bolero tradicional, interpretándolo de un modo refinado. Uno d preferidos de Alicia, que no pasó por alto esta nueva casualidad. La voz de embobándola: “usted es la culpable de todas mis angustias, de todos mis q Cerró los ojos. Los orgasmos la dejaban deja ban hecha fosfatina, fosfatina, exangüe. exa ngüe. Reconoci Reconoci pero no lo procesó como palabras inteligibles, sino como símbolos on acunaban: “usted me desespera, me mata, me enloquece, y hasta la v vencer el miedo de besarla a usted.” Le despertó la sintonía del telediario. Se incorporó en el sofá y buscó vídeo. Las siete de la mañana. Movió la cabeza circularmente, estiró los bra los ojos. Acabó el té, que estaba helado, y se levantó. No se encontraba ca to vote on this titleSe acord en Lola, pero fue capaz de mantenerla al margenSign enupsu mente. Useful Not useful Cortés, de la entrevista, y de que ya era sábado y tenía que entregar el artí ir a buscar a su tía al aeropu ae ropuerto. erto.
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Volvióó a leerlo. Volvi lee rlo. Le gustó. Se conectó a Internet y preparó el correo para pa ra el
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La distinguió enseguida. Traía una maleta con ocho ruedas, pequeñas, roja, que llamaba la atención por lo intenso de la tonalidad. Charo usaba s ala ancha, de fieltro, con una cinta anudada al hongo. Toda ella er sofisticación, tanto en el vestir como en sus distinguidas maneras. Alicia la esa mirada exclusivamente femenina con la que las mujeres sondean cuant ante sus ojos. Observó los zapatos negros que gastaba Charo, al más puro de cordones. cordones. Examinó su característico característico traje de chaqueta. “Ojalá sea la mit que ella cuand cuandoo tenga su edad.” Se Se acercó a ella ell a y la besó. –¿Qué ha pasado? –Por lo visto visto,, un fall falloo en el control de mandos. Fal alta ta de coordinación entiendo muy bien de estas cosas pero, para el caso, la causa es lo de m siempre: el retraso de costumbre. El piloto no podía comunicarse con la ce oído. Ha tenido su parte buena: nos han atiborrado de comida, atencione odo con tal de aplacar nuestra furia. –Recuerdo cuando trabaj trabajaba aba de periodi periodista. sta. En al algunas gunas ocasi ocasiones ones ocurría En ciertas presentaciones, la programación de las cadenas, estrenos d eventos por el estilo, nos daban de comer y de beber, como si pudieran co un par de canapés y una copa de buen vino. Claro que que siempre sie mpre hay quien ti tan ruin. –¿Llevass mucho esperando? –¿Lleva –Más de hora y media. media . Charo miró el reloj de pulsera. –Entonces has llegado ll egado media me dia hora antes. ante s. Alicia Ali cia sonrió. Era dema demasia siado do puntual. “Lle “Llegar gar ante antess de la hora acordad Sign up to vote on this title indecoroso como retrasarse.” Useful Not useful –¿Viste la l a entrevista? entrevi sta? –Sí, a pesar pesa r del zonzo del entrevist e ntrevistador. ador. Es insoportable. insoportabl e.
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desorden. Pasó la mano sobre los objetos esparcidos y se detuvo en la h pluma. Se sentó en la butaca y leyó las líneas l íneas manuscritas. Volvió con dos martinis ma rtinis y no le gustó ver a su tía senta sentada da en e n su sillón sil lón de vergüenza, porque allí se masturbaba con frecuencia. Le resultaba em imagen, como si temiera temie ra que quien estuviese sentado en ese e se sillón sill ón pudiera pudiera entretenimientos. –De la l a tierra tie rra prometida. prometida . Un bonito título. tí tulo. –Es el artículo artí culo que he escrito para el e l próximo domingo. domi ngo. Habla sobre s obre Soled –No conoces las medi medias as tinta tintas. s. Se te ha vuelt vueltoo a escapa escaparr el e l al alma. ma. Cuand con algo o alguien no paras hasta llegar a sus entrañas mismas. Qué esp obsesivo el tuyo, cariño. cariño. –Necesito –Necesi to volve volverr a verla verla.. Tan Tan necesa necesario rio como que, de otro modo, creo crisis nerviosa. Ven, sentémonos en el sofá. Alicia Ali cia le contó lo sucedido en el centro comercia comercial,l, las pala palabras bras que Soledad, la inesperada aparición a parición de Lola, su malestar, el artículo que se le h sus pesquisas por Internet en la página oficial de la cantante, la intervenci dependienta dándole su recado a Soledad… Charo escuchaba. Le fascinaba tenía su sobrina de relatar rela tar sus vivencias. Resultaba siempre seductor. seductor. La m las veces, lo era. –No me digas que no es magnífi magnífico co que compres un disco, te em precisamente de ése y no de cualquier otro de entre los cientos que tienes por una simple casualidad, casuali dad, una canción que que por azar aza r escuchas escuchas en e n la radio, d una madeja que se va enrollando o desenvolviendo, aún no lo sabemos. donde lo mires, es una historia, como muchas de las que te suceden, suge menos. Vamos, Vamos, que te pones a inventar un argumento similar para tus nove ocurre. –Acción, tía Charo, ya sabes sa bes que prefiero hablar habl ar de Sign up to vote on this title acción en vez de argumento. useful Useful Notes –Bueno, eso es lo de menos; pero si resulta resultase se que e l disco el una pue laberinto de sucesos no me negarás que, una vez más, tu vida hace que las
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aquello. Era, tal y como la definió Charo, de cuadro clínico obsesivo y, despertaba su interés, no vacilaba en bucear hasta los rincones más in asunto, ya fuera persona, materia, mate ria, historia, actor a ctor,, actriz. Era una especie e specie de de obsesiones. Las mantenía, eso sí, las alimentaba, pero conforme pasaba una manera más intermitente, aunque jamás las extinguía del todo. No sab de ofuscaciones ofuscaciones le quitaban o le aportaban vida. Sentía que Soledad Cortés iba adquiriendo la magnitud de obstinación. Lo frenaba en sus divagaciones era la facilidad con que podía desentrañar el Basta preguntárselo a ella misma para aclarar el misterio.” La sencillez re en el asunto y, sin embargo, ya se había instalado en su cabeza y no ce proponiendo posibles explicaciones al detalle casi insignificante. Buscab fantasiosas, posibles, pero improbables, acerca de por qué Soledad Cor ocultar la existencia de su primer trabajo, aun cuando ni siquiera tenía la ce fuese algo intencionado. Aunque a Ali Alicia cia le mole molestas stasee reconocerlo, en ese aspe aspecto cto se parecía Salvo que la policía encontraba indicios que, como cebos, le conducían a casos. A Clara la pagaban por aquello. Alicia, en cambio, hacía de detalles n clarividentes. Cuando podía establecer un nexo entre un fragmento real y disquisición que desdoblase la realidad procedía a secundarlo, aunque observación enfermiza de una persona en busca de lo mágico. E inv encontraba en todo lo que se propusiese algo latente que revelase un signi Pero esta vez era distinto. El pálpito era más fuerte que de costum presentimiento con entidad recia. –¿Dónde está est á mi copia? copia ? Alicia Ali cia le entregó un duplicado de Tránsito. Tránsit o. Charo lo abrió por la prim comenzó a leer lee r el párrafo inicial. Sonrió, miró a Alicia y, cerrando el libro, se Dejó a su tía en casa a la hora de comer. Tenía sirvienta, así que sabía q Sign up to vote Ya on this eximida de tener que preparar la comida atropelladamente. at ropelladamente. lotitle habrían he –Si hay alguna al guna novedad, ponme al corriente. corrie nte. Useful Not useful –Por supuesto, tía. tía . Dame un beso.
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–Sólo hay una cosa que no termina termi na de convencerme... Alicia Ali cia se extrañó. e xtrañó. No era habitual habitua l que Antonio pusiera pusie ra reparos sus novela –¿El qué? –Lo de la Cibel Ci beles. es. En Tránsito, Clara se enfrenta a un psicópata que asesina con una ún nombre de las víctimas se corresponde con antiguos novios de Clara, lo sospechar de alguien muy cercano a ella, ya que es muy reservada p escarceos sentimentales. Su larga lista de amantes vaticina una extens crímenes. Todos aparecían con el as de corazones sobre el pecho. “Es el tí demente enamorado de la policía, ególatra y perturbado. Y exhibicionist detalle macabro del naipe.” Clara iba recibiendo anónimos a modo de pistas, pero eran demasiado para llegar a tiempo a la escena del crimen. Había cientos de hombres que nombres comunes como Carlos, Pedro o Víctor como para buscar uno al a imposible saber a quién iba a ser el siguiente. Elaboraron una lista m cronológica cron ológica de nombres. De este e ste modo, Alicia tenía la oportunidad de mostr más íntima de Clara, y así satisfacer ciertas curiosidades de sus lectores. pinceladas, breves recuerdos sintetizados que van surgiendo en Clara antiguos idilios se van convirtiendo convirtiendo en fiambres.” A pesa pesarr de la confección meti meticulosa culosa de la lis lista ta de ama amantes, ntes, con ustificada de Clara, la policía descubre, para su disgusto, que el asesino orden lineal de los nombres, lo que complica aún más el caso. Este asu comentado con Charo por teléfono. –TTal vez a Clara le resulte imposi – imposible ble menta mentarr cronológicam cronológicamente ente sus roman siente tanta presión. Eso dejaría latente una promiscuidad bárbara. Me g denota que su conducta conducta no es e s intachable. –¿Y desde cuándo consideras que la promiscuida promiscuidadd desde la solt soltería ería es to vote on this titleismo impr ¿Acaso ¿Ac aso tú, mi querida sobrina, no reflexionas sobre Sign un upconservadurismo conservadur Useful Not useful –Touché. En el nudo de la historia, Clara y Federico conversan acerca del caso
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Desconcertado por su falta de tacto, el capítulo se cierra con su llanto silenc si lenc –Eso es e s ponerle pone rle la mie miell en los l os labio l abios, s, cariño. cari ño. No sé si me gusta que Clara Cl ara así. –Tía – Tía Charo, es e s una reacción propia de Clara Clara.. Cuando trabaj trabaja, a, se olvi olvida da ciertos sentimientos. Puede no gustarte, pero ese tipo de detalles son los q a un buen policía de uno mediocre. Además, no tiene mala fe. Sólo mues Está a punto de resolver el caso. –No la justifica… justi fica… Mientras se concentra en su mesa de trabajo, un presentimiento cavilaciones: Federico será el siguiente. Trata de localizarle, pero no está cabos. “Los cabos hay que atarlos bien y pronto en la novela negra.” El celebra su novena Copa de Europa y presupone que Federico será uno de seguidores que festeje el éxito. Deduce que puede ser el escenario p asesinar a alguien y quedar impune. Alicia fue la primera extrañada de la i elemento futbolístico en la trama, pero no fue intencionado. Al princ cambiarlo por otro tipo de acontecimiento, pero se dejó de jó convencer por la ac quiere enfrentarse a una turba turba de enloquecidos e nloquecidos hinchas hinchas es su problema. problema. All Se dirige a la Cibeles, que está tomada literalmente por miles de entusia No sabe quién es el asesino, pero Federico es su objetivo primero. Se in barullo. Los nervios hacen que palpe a cada instante la pistola. Todos l resultan sospechosos. Apenas puede moverse. Tiene miedo, no controla la arrastrada por el enjambre humano. Está aturdida por los gritos y las voces Cree reconocer a Federico e intenta acercarse a él, pero es toda una hazañ le va a reventar. Saca la pistola. Se vuelve una y otra vez. Busca. Está tent el seguro de su arma, pero pero sabe que si lo hace se expone a que se dispare a empujones que sufre. Grita, pero Federico no la oye. Tampoco la ve, a aspavientos que hace. El corazón persiste en desencajarse. El pánico se up to vote Clara. Recuerda Recuerda la escena e scena en la que perdió la vida vi da Felipe, FSign elipe, y eso eonsothislatitleobliga obli ga a t Useful Not useful Respira hondo. Su respiración resuena como un eco en sus oídos. A la izquie a Verónica. De pronto lo ve todo claro. La pierde de vista. Consigue agarra
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–Era uno de el ellos, los, uno de tus t us amantes. ama ntes. Fui a avi avisarte sarte a casa, ca sa, y te vi arran Como estuviste a punto de chocar contra el contenedor de vidrio, pens ocurrido ocur rido algo grave y decidí seguirte. se guirte. ¿De ¿De veras ve ras pensaste que yo? Clara se avergonzó. Ni Ni siquiera preguntó la identidad i dentidad del asesino. a sesino. Federico Federico encajar las teselas del mosaico. Verónica tenía los ojos llorosos. Federi cuando quiso marcharse. Miró a Clara, y ésta improvisó una disculpa encontraba las palabras adecuadas. Se sentía despreciable. Abrazó a Verón perdón. –¿Por –¿P or qué no te gusta la escena escena?? Es muy cinema cinematográfica tográfica,, y creo que aumentar la tensión del desenlace. –No he dicho que no me m e guste, guste , digo que me m e resulta resul ta infrecuente i nfrecuente una escen e scen en una novela novela policíaca. –Creo que funciona. A mí también tambié n me sorprendió, pero la historia hist oria pedía pe día un características, no tengo la culpa. De tendenciosa no podrán acusarme, acusarme, no m fútbol. –De cualquier cual quier manera mane ra es fantástica fantá stica.. Además, Además , el hecho de que por prime resuelva un caso, este caso, hace que resulte un personaje más má s humano. A se revele su lado más perverso. Porque que decida vigilar día y noche a cuenta y riesgo, aunque sea porque teme por su vida, tiene algo de perv Dará pábulo a ciertos comentarios… ya sabes. Más que hablar, y eso siem para que un libro se promoc promocione. ione. –¿Crees que los de la l a editoria edi toriall censurarán la escena e scena de la l a Cibeles? Cibel es? –No tienen ti enen porqué, po rqué, pero de lo l o que no estoy est oy seguro se guro es de que les haga tus seguidores culés o colchoneros. –Es circunstancial circunstancial.. Habl Habloo del Real Madrid porque es lo que más cono casualmente ha sido ese equipo el que ha ganado la Copa de Europa. Europa. –Oye, no me m e enseñe enseñess la lass uñas, que a mí me gusta. Mañana la lle llevo vo a Signpremios up to vote onZayas. this title cierto, la próxima semana tenemos la entrega de los Useful Not useful –¿Tengo que ir? Alicia Ali cia evitaba evi taba cualquier cual quier festejo feste jo en el que no fuese
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publicación de su primera novela, antes incluso de que se empezase a exp países. Eran uno de los galardones más prestigiosos porque de nada valía cohechos. cohech os. Méritos propios eran las credenciales exigidas. Gustaba mucho su personaje de Clara, desmitificando la figura del típ siempre hombre. Clara resolvía sus casos empleando la cabeza, la lógica. A vez había tenido que disparar sobre delincuentes, causando en ocasiones fin y al cabo era policía y se enfrentaba a situaciones peligrosas que ter saldo de muertos cubiertos con ese envoltorio brillante. A Alicia le reivindicación casi social, o por lo menos extendida, de Clara como proto moderna, intele intelectual, ctual, atractiva sin excesos (salvo los sexuales). –Por cierto, cie rto, querida. He de decirte que he confirmado tu vanida vanidad. d. Todav preguntado pregun tado qué otras mujeres serán premiadas, lo que corrobora corrobora que os im resto y que sólo pensáis en e n vosotras, las grandes de España. Antonio rió por el teléfono. te léfono. Alicia Ali cia tambié ta mbién, n, pero reconociendo en parte la o –Tienes –Tie nes toda la l a razón, Antonio. –Era broma, boba. –¿Con quié quiénn tendré el gusto de aparece a parecerr en la foto? –¿Te dejarás dej arás fotografiar? fotografi ar? –YYa sabe – sabess lo pesa pesados dos que se ponen en la organiza organización ción con lo de la foto veré, pero mucho mucho me temo te mo que esta vez ve z tendré que acceder. –Pues, la verdad, ve rdad, tampoco yo pregunté quién quié n más estaba esta ba premiada. premi ada. Volvió a reír reír.. Alici Aliciaa esta vez tam también bién lo hizo, pero ya con un cómplice cómplice.. A representante inusual. Se encargaba de gestionar las citas profesionales cuestión de amistad, pero no estaba integrado en ese mundo, no sabía mo él. Se limitaba a llevar consigo una agenda y a dar hora y día, como quien volante. –Oye, en serio. serio . Tránsito es e s una joya. Una de las mejores me jores de las l as aventuras ave nturas Sign up totengas vote on thisrazón title –Gracias de nuevo. Pensaré Pensa ré en lo de la Cibel Cibeles. es. Quizás te ngas y la r Useful Not useful –Ni se te ocurra. Cuanto más lo pienso, pi enso, más me gust gusta a ese capítulo ca pítulo.. –Es un poco tópico que vaya vayann hasta la poli policía cía para ser protegi protegidos dos del
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Ali cia seguía intriga Alicia intrigada da con el pasa pasado do discográfico de Soleda Soledadd Cortés. Aún volvería a ver, o si ella querría hacerlo, después de que Alicia le plantase a artículo compensa la torpeza cometida. cometi da. Suponiendo Suponiendo que lo haya leído.” leí do.” Se sentó en el sofá tras servirse un café con hielo y analizó meticulosame del primer disco. Después de leer con suma atención todo lo que recogía, de las hojas de su libreta de trabajo. En ella apuntaba aquello que pudiera sus novelas; la llevaba siempre consigo y anotaba cualquier ocurrencia de u escueto, casi en clave. Encabezó la hoja con el membrete Caso Cortés, escribir: Portada austera. Fondo de colores crema difuminados, nombre del artist título de disco. Ausencia de fotos foto s de Cortés. No consta año de grabación. No se incluyen incluyen las letras le tras de las canciones. No hay agradecimientos. Autor de las canciones: cancio nes: Claudio Claudi o Portillo. Portill o. No aparece depósito legal. Edita: La flor de la Canela. Canela . Se quedó pensando, cubicand cubicandoo los datos dat os de que disponía. Descolgó De scolgó el te el número de información. Allí pregu preguntó ntó por el de la discogr discográfica áfica La flor de la –¿En qué provincia? –Lo ignoro. –¿Comunidad autónoma? autónoma ? El desaliento hizo que colgase el auricular. Se quedó de nuevo pen Sign up to vote on this title encender el ordenador, se conectó a Internet. Pulsó sobre Favoritos y de a Useful Not useful al buscador. Tecleó “flor de la canela”. Mil quinientas coincidencias. Demasia probar: “discográfica flor de la canela Soledad Cortés”. Ningún resultado. N
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si sería factible que le enviaran uno, así como información adicional: año d fotografías fotogr afías de la cantante, etc. Por Por último se identificó, consciente consciente de que s célebre en el país hermano, achacando la urgencia de su pedido a un art Prensa que tenía que escribir a ese respecto. Se despidió con un saludo y en El cansancio se fue apoderando de ella. Cuando terminaba una novel recuperarse un par de días. Era como si el esfuerzo mental percutiera e anímico y físico y la dejaba baldada. El marido de su tía Charo se rió m cuando, en una ocasión, lo comentaron. –Si supiera supierass lo que es traba trabajar jar de veras, podrías habla hablarr de auté auténtic ntic Cualquiera que te oiga pensaría que has estado vendimiando. vendimia ndo. Para él, escribir e scribir no no era un trabajo, así que tampoco ta mpoco tenía derecho a quejar –TTe pagan por no hacer nada, por estar – e star en tu casa inventa inventando ndo historia his torias. s. trabajo, es un chollo. chollo. Alicia Ali cia se call callaba aba por respet respetoo a su tía tía,, que sie siempre mpre interce intercedía día a su fav ordenador y se tumbó en el sofá, quedándose quedándose dormida. La casa de Antonio quedaba relativamente cerca de la de Alicia, así q caminando. Entró Entró en una tienda tie nda para comprar el postre y continu continuó. ó. Le enca de Santiago, así que siempre sie mpre llevaba una cuando cuando tenía un compromiso. compromiso. Mie la dependienta la reconoció, pero Alicia fingió no darse por enterada. S cuando alguien la reconocía y se la quedaba mirando, como si no fuese con aunque firmaba casi todos autógrafos que la solicitaban, previo pago ver comentario sobre sus novelas. Le gustaba saber de primera mano la op lectores, sus gustos, edades, sexo, aunque nunca había utilizado su aprovecharse de esa situación de irreal superioridad que se establece entre el admirador a dmirador y conseguir conseguir de de ellos ell os favores sexuales o de cualquier otra natur Cuando la dependienta le dio la vuelta y la sonrió, cayó en la cuenta d meses sin practicar sexo con nadie salvo consigo misma, lo que la abrum up to vote on this title alguno. Antes de su merecida fama de escritora Sign internacional, nunca fue useful Useful Not preocupase; sabía cortejar con la soltura suficiente como para estar se aspecto. Y respecto de sus dos relaciones, nunca habían surgido probl
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noche a Pablo con ellos, porque pensábamos que te gustaría ir después copa. –Sois un cielo. ¿Os lo he dicho alguna vez? vez ? Adelaa tenía Adel t enía un don para la cocina. El cordero que le predecía en fama fam a era mesas más exquisitas. Sabía que Alicia era devota, pero no abusaba de su En realidad, parecía sencillo: una pierna de cordero, sabiamente prep carnicero de barrio, sobre una cama de ajitos, cebolla, laurel y patata, y bizmas de manteca y un chiquete de vino blanco. Era, en apariencia, sencill algo que escapaba a los libros de cocina, algo de lo que sólo disponen algu afortunadas: ese toque de cada cual que convierte un filete a la plancha en plancha. El El quid que imponía Adela a sus platos era sublime. La primera vez cordero, Alicia achacó el delicioso sabor a la bandeja de barro en la que s pero después, tras probar probar el plato plat o en numerosos lugares, lugares, supo que que el mister el desastre, desa stre, residía en la mano ma no que que prepara. Quizás en el ánimo. Antonio descorchó un Marqués Marqués de Cáceres Cáceres,, tinto, ti nto, por supuesto. Era muy m uy m estas cosas. Hubiera considerado una ofensa beber un caldo blanco. Sería para él. Al probar el cordero, Ali Alicia cia se le levantó vantó de la mesa y besó a Adel Adela. a. complicidad entre ellas, algo que complacía a Antonio. Ignoraba si Adela sa un tiempo en que su marido estuvo enamorado de ella. Nunca hablaron sob ampoco se mencionó el nombre de Lola. Lo que despertó la locuacidad de episodio de Soledad Cortés. Tenía fresca la narración que había ofrecido a s la repitió, repiti ó, añadiendo sus últimas pesquisas por Internet. Internet. Adelaa sonreía e inte Adel interrumpía rrumpía de vez en cuando para pa ra pedir más informació Era una mujer analítica. Necesitaba todos los detalles posibles para composición exacta. Antonio repetía que era incorregible, y sugirió que estaban afectando a su vida, pero eran comentarios sin malicia y sin doblez Sign up tocon vote onla thiscantante. title lo rocambolesco de la creciente obsesión de su amiga D Useful Not useful que preámbulo alguno y sin exaltación, Antonio dijo algo trastocó a Alicia. –Supongo que esa monomanía monoma nía con Soledad Soleda d Cortés se zanjará za njará cuando se
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La conversación derivó al cine clásico. Alicia defendió de un modo a opinión acerca de que ya no se hacen películas como antes, parecer que Antonio del todo y que Adela, Adel a, sin embargo, emba rgo, secundaba. El interés inte rés que despe aplacó su turbación. Al sal salirir de casa esta estaban ban medi medioo ebrios. El vino en abundancia y la lass habían sido efectivas. Se encaminaron al Sirenas, un bar de mujeres con ambiente selecto. –Supongo que no habrá problema al entrar entrar,, pero nunca he ido a este hombree y ya sabes lo estupendas hombr e stupendas que que se ponen a veces con estas cosas. –Bueno, si no me deja dejann pasa pasarr, puedo hacer lo que Cary Grant en La disfrazarme de mujer. A pesa pesarr de la mirada de recelo que le propinó el de segurida seguridadd que vigil (“¿o es una mujer camuflada?”), entraron los tres. Cuando se sentaron, volumen de la música. Lo declararon apto. En cuanto a la calidad, era m ochenta, grandes éxitos recogidos en todas las recopilaciones que se preci su aprobación aprobación al sitio. siti o. Antonio pidió un güisqui solo, Adel Adelaa un ron con lim limón ón y Alici Aliciaa un combinado favorito. Admitía distintos tipos de ginebra, aunque prefería Go se dieron cuenta de que todas las miradas se dirigían a Antonio, y de que i de antipatía. En ese tipo de bares, las mujeres piensan que los hom frecuentan son unos viciosos y que van allí para estimularse. Como Anto atención en Adela y Alicia, pronto fue fue ignorado por el resto. Buscaba disimuladamente alguna mujer con la que mereciera la pena flirt bebían, Adela propuso salir a bailar. Antonio, que se achantaba en esos lug esperar en la mesa. Había bastantes chicas en la pista, pero se podía bail holgada, sin interferir en espacios vitales ajenos. Sonaba All night long, de A Alicia Al icia le gustó. Era una de esa esass canciones ca nciones que incita incitann a perpetra perpetrarr un ba Signdespertando up to vote on this title las de agarrar a garrar por por la cintura a una una moza o bailar bail ar sola el interés Usefuldebaj Not Alicia Ali cia llllevaba evaba una blusa de gasa blanca sin nada debajo o useful salvo sal vo el su pantalones de licra ceñidos, negros, y botas de tacón y punta pronunciad
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Volvió a lev levanta antarr la cabeza y observó que Adel Adelaa se había marchado hablaba con Antonio. Tampoco encontró a la mujer de la copa. Se volvió a la música. De pronto sintió que, por detrás, alguien la cogía con las dos cintura, moviéndose de un lado a otro. Podía notar el sexo de la otra perso ritmo. Bajaban, subían. Le dio vergüenza vergüenza mirar a la mesa, así que perdió la el aliento de la mujer en su cuello, y un beso húmedo, pero no pudo verl que se aferraban a su cintura pasaron a reposar en la pelvis, demasiado sexo. Terminaba la melodía. Distinguió el siguiente tema y se supo per Palmer le predisponía a la lujuria. Se dio la vuelta y allí estaba la mujer mirase con la copa en la mano. Se volvieron a sonreír. La desconocida cogi Alicia Ali cia y la sacó de la pista pista.. Entre la gente pudo ver a Adela que le hacía informarla infor marla de que se march ma rchaban. aban. Alicia se despidió de ellos. e llos. –Buena ele e lección, cción, Alicia, Alicia , pero ten cuidado, ¿de acuerdo? –Sí, papá Antonio. Antoni o. Descansa, Descansa , Adela. Gracias Gracia s por la cena. –No hay de qué. Hablamos. Habla mos. Alicia Ali cia y aquel aquella la mujer toma tomaron ron una copa en la esquina de la barra. T memoria. Ya casi no se acordaba de cómo funcionan estas cosas. “ civilizados. Demostrar De mostrar que que no sólo queremos irnos a la cama sino que nos m intercambiar nuestros nombres.” nombres.” Alicia Ali cia jugó. j ugó. Después de otro ging-tónic, la ya con nombre descubierto, Paula, propuso tomarse la última en su casa. A que sólo querían compañía. Alicia aceptó. Recogió su tres cuartos de cuero bolso y se marcharon. Antes de salir lamentó no acabar de escuchar The song. Cuando entraron entraron en casa de Paula, rescató parte de la sensatez que el alc cobrado en pago a la desinhibición que, en el caso de Alicia, procuraba. Nu una casa ajena para acostarse con alguien, siempre era ella la que ofrecía cuando no era dueña plenipotenciaria de sus facultades. Le inquietaba desn Sign up to vote title lugar que no conocía; le incomodaba no saber moverse a suon this antojo. Estuv useful Useful Not proponer propon er irse de allí allí,, pero ya era tarde. No procedía. procedía. “Espero que, al menos, música. No voy a beber más. Si tomo otra perderé el e l control.”
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–Me quedo con Ute. “Va a ser cierto lo de los gustos hete heterogays. rogays.”” Sonrió. Lola sie siempre mpre le ha hay cierto tipo de música, determinadas películas o actores a los que los h rinden culto. Siempre ponía el ejemplo de Ute Lemper. “No es lesbiana lesbianas lesbia nas les encanta. Es como Rocío Rocío Dúrcal, o como El mago ma go de Oz.” A Ali Alicia cia le gustaba la música. Sin acota acotaciones ciones de género. La buena implicaba que en su discoteca particular pudiese encontrarse discos de Jo Van Morrison, Concha Concha Piquer o Pedro Iturralde, pasando pasa ndo por U2, U2, Roy Orbison Orbison o Elvis Presley. Sobre todo Elvis Presley. Tango, copla, blues, jazz, canción folclore… En estos casos hubiera elegido un disco de Cole Porter o Sarah Vau le fallaban. fall aban. “Jamás uno de Rocío Rocío Dúrcal. Es marear al deseo y obligarle a do –¿Qué quieres beber? bebe r? –¿Qué vas a beber bebe r tú? –Creo que seguiré con un cubata cubata.. –¿Tieness tónica? –¿Tiene –No, coca-cola y limón. –¿Y ginebra? –Voy a ver, me lo estás e stás poniendo poni endo difícil… difícil … –Si no, cualquier cosa, no te preocupes. Abrió una de las puertas baja bajass del mural que presidí presidíaa el cuarto de esta mesa de cuatro servicios. Removió Removió botellas. botell as. –¿Te importa acercarte acercarte?? Así eliges eli ges tú misma. misma . Alicia Ali cia sacó una botel botella la de Beefeate Bee feater, r, y le pidió con excesi excesiva va ama amabili bili hielos y un poco de agua. –¿Tieness hambre? –¿Tiene –No. Trajo los hielos en un vaso y se lo tendió. “Este tipo de detalles han de c Sign up to vote title Pueden estropearte la noche. Si quieres llevarte a alguien a onlathis cama, no le Useful Not useful en un vaso de diario. Está feo.” Probó el contenido. Perfecto, muy aguado había sospechado. Si no había tónica y la tensión obligaba a seguir bebie
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mano derecha y la inclinó hacia sí con el brazo. Se besaron. Fue un beso principio sin lengua; después la introdujo en la boca de Paula. La suya er grande y grácil. Rastreaba todos los recovecos de Alicia, sus dientes, el labios. Paula aflojó el ritmo y se separó de Alicia. Cogió su vaso y bebió. Sin labios volvió a besar a Alicia, que reconoció el sabor del güisqui de inmedi pasado, de boca a boca, un buche de su combinado. Alicia lo tragó, desconcierto. desconc ierto. Ahora el beso era e ra más fornido, el ritmo se había acelerado. Pa quitando la camisa. Sin dejar de besar, la tiró al suelo. Se desabrochó el su en vez de arrojarlo, lo dejó sobre el brazo del sofá. Seguía besando. Le lam lengua era robusta y dura, y estaba templada. Empezó a mordisquear el cu que se dejaba hacer. Mientras, fue desabotonando su camisa. No se la q abrió de tal forma que podía introducir sus manos por la espalda. Le palp Seguía besando. Los cogió con las palmas de las manos, agarrándolos. Ento el sostén. Como la camisa era holgada, Paula se las ingenió para desli mangas sin necesidad de quitársela. Lo consiguió sin problemas. Volvió a pechos, sujetándolos, sujetándolos, alzándolos, alzá ndolos, como como si quisiera o pudiera desencajarlos. y el índice aprisionó los pezones de Alicia, Ali cia, endurecidos endurecidos y enhiestos como tal Seguía besando. “Vamos, atá atácala cala,, el ella la está movil moviliza izando ndo toda la arti artille llería. ría.”” Le buscó desembarazó el botón del ojal que lo cerraba. Bajó la cremallera. Le exc Paula se quitó los zapatos con un par de movimientos raudos y eficaces. So sobre la tarima. Alicia se desabrochó ella misma el pantalón. Paula lo advir su mano hasta la entrepierna. Acarició Acarició los muslos y palpó pal pó el pelo pel o público. Ute Lemper cantaba Purple Avenue, una canción del inconfundible Tom letra se sabía de memoria, y era la de Lemper una interpretación meno Recordó la original, con tan sólo un piano y un contrabajo, creandoesa a Sign up to vote on this title propia de Waits. useful Not La mano de Paula ya conquistó el sexo. ExtendiólaUseful palma a lo largo de to genital. Lo inmovilizó ejerciendo presión. Seguía besando. Alicia era zurd
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–Hoy no vendrá, tiene tie ne guardia. Ven… Alicia Ali cia se inmovil i nmovilizó. izó. –¿Qué te pasa? pasa ? –Creo que me voy a casa. casa . –Ven… –No, en serio, me marcho. –Pero, ¿qué mosca te ha picado? pica do? “Qué bonita frase para pa ra terminar termi nar una tórrida escena.” escena .” –Mira, no sabía que tenía t eníass novia. Yo respeto respe to mucho esas cosas. cosas . –Pues hace un momento te importaba i mportaba una mierda. mi erda. “Me voy voy..” Alici A liciaa no soportaba so portaba la lass palabra pa labrass soece soeces, s, por puerile pueriless que fueran coño”,, y porque coño” porque le l e resultaba muy castizo. –Antes no sabía sabí a que estabas est abas comprometida comprome tida.. –Y qué ha cambiado, cambia do, ¿acaso está aquí? ¿La ves tú? Ven, anda, no seas cría Paula asió del brazo a Alicia, pero ésta se dirigió al sofá en busca de su s vistió en e n silencio, mientras Paula se encend e ncendía ía un cigarro. Al ponerse el abrig a brig un beso beso en la mejilla, meji lla, para despedirse, pero Paula Paula le apartó la cara. –Adiós. No contestó. El portazo confirmó la intensidad del enfado. “Al fin y al ca narices me importa si tiene novia o no. Es ella la que debe sopesar ese det las escaleras, Alicia se dio la razón y confirmó que era lo mejor que había p Buscó un taxi. Empezaba a amanecer.
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Cuando entraron entraron en el recibidor del hotel la turb t urbaa de fotógr fotógrafos afos era espectac e spectac –Parece que hay gente real realmente mente importa importante nte aquí congregada. Si interés en difundir lo que decimos a propósito de nuestro trabajo que obscenidades personales, quizás la cultura estaría más atendida y h enfermos preocupados preocupados por los devaneos personales de los famosos. Acudió a la ceremoni ceremoniaa de entrega de los premio premioss Zaya ayass del brazo de acompañada por Antonio. Tuvieron que esperar a que el decorado di fotografiar a los afamados requeridos quedase despejado. Eso o pasar Antonio, que atisbó ati sbó enseguida sus intenciones, intencione s, la persuadió. persuadi ó. –Ni se te ocurra escabulli es cabullirte. rte. Eres una de la lass premia pre miadas das y tie t ienes nes derecho de fotos, como como todas las demás. demá s. –Si no lo hiciera me m e diferenciaría difere nciaría de ella e llas. s. –Pero mañana maña na no podrán admirar tus lectores le ctores el precioso pre cioso vestido vest ido que luce –No les intere intereso so yo, sino mis personaj personajes. es. Ademá Además, s, preguntarán, sabe hacer. Parece que en este país no interesa otra cosa que saber a quién t cama. Es repugnante. Vámonos. –Por favor… Iba enfundada en un ceñido vestido negro, largo hasta los tobillos, co pronunciado en la espalda y otro más comedido en el pecho, unos zapatos de hebilla (“me gustan porque son parecidos a los que se calzaban las mu bailan charlestón”) y un mantón de manila negro bordado en rojo. Por todo una pequeña cruz cruz griega de oro con una una amatista amat ista en el centro. Su tía y Antonio se retiraron cuando Alicia, solicitada por los reporteros g Después, se acercaron algunos redactores y le hicieron algunas pr Sign up to vote on this title despertaron su mal humor humor.. Useful Not useful –Alicia, –Ali cia, ¿qué supone para ti este es te premio? premi o? –Si me trata tra ta de usted uste d quizás le responda re sponda algo al go inteligente intel igente..
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–Últi mamente –Últimame nte ha habido ciertos cie rtos rumores respecto de su sexuali sex ualidad… dad… –Ésa no es e s una pregunta. pre gunta. Usted está afirma afirmando ndo algo a lgo que se ha dicho de una respuesta formule formule la l a duda. –La revist revistaa Cuéntame Cuéntam e recoge algunos rumores que la rela relacionan cionan co pelirroja. –Claro. –Cla ro. Se lla llama ma Clara y, deduzco que no las han le leído, ído, es la protago novelas. –¿Tiene novio, novi o, Alicia? Alicia ? –No creo que dicho asunto sea de su incumbencia. Muchas gracias. Resopló. Era un gesto característico en ella cuando algo o alguien la abru se acercó a cercó sonriente. sonriente. –Mira que eres antipá a ntipática tica cuando quieres. quie res. –No los soporto, de verdad, cada día dí a menos. –Alicia, tie tienes nes que modera moderarte. rte. Gran parte pa rte de tu éxi éxito to se debe al eco que medios de comun comunicación icación de tus libros. li bros. –YYa, y a que los lect – lectores ores compran mis m is novel novelas. as. Los periodi periodistas stas se dedica A nadie le l e importa import a si estoy es toy o no comprometida. comprometida . Antonio intervino, inte rvino, cogiendo por el brazo a su amiga. ami ga. –No van a cambiar, cambia r, así que trata de ser más amabl a mable, e, por favor. –Si me tratase tra tasenn de usted, como trato yo a quien no conozco, me comporta –Intentaré avisa a visarles rles antes a ntes la próxima próxi ma vez. vez . –¡Ni se te ocurra! Dirán que soy pedante. peda nte. –Era broma, veo que estás est ás muy tensa… tensa … –Lo siento. sie nto. Tenéis Tenéi s razón… Una azafata les acompañó hasta la mesa que les correspondía, mu escenario. Miró en derredor, derredor, buscando buscando a Soledad. Soleda d. Antonio Antonio le apretó el anteb –Aún no ha ha llegado ll egado.. Lo pregunté pregunté a la l a chica que nos ha sentado. Sign up to vote on this title conocid Sonrió el detalle. La sala estaba casi llena. Había muchas caras Not useful Useful saludó de pasada, pero no se paró en ninguna otra mesamás que en la proclive proc live al compadreo.
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acompañaba. Como era educada con ellos, la trataban familiarmente, aunq antemano que no respondía nunca a ninguna pregunta sobre su sobrina. –Gracias, Natalia Nata lia.. –Parece que las l as cosas te han ido bien. –Sí, llevo lle vo tiempo tie mpo escribiendo escribi endo cosas serias. seri as. –No te equivoque equivoques. s. Puedes tene tenerr muchos le lectores, ctores, pero no más suplementos especiales. Son comentados en todos los mentideros. Nadie s comprobar si aparece en nuestras páginas. Nos hemos convertido en la r mundo del corazón. –Disculpa –Di sculpa la impe impertinencia rtinencia,, pero, que yo tenga constancia constancia,, tu revist revistaa no otros idiomas, ¿verd ¿verdad? ad? –Escucha, bonita bonita,, vengo en son de paz. Sólo quería sabe saberr si tie tienes nes respecto de los rumores que corren acerca de ti. Me gustaría, por los viejos la pr primicia. imicia. –Pues tú mejor mej or que nadie podrás desmenti des mentirlos. rlos. –Cariño, yo ya no me acuerdo de aquel aquello, lo, pasó hace mucho. Ademá cambiar de gustos. Nunca Nunca se sabe. sa be. –Descuida, –De scuida, no he cambia cambiado: do: hete heterosexual rosexual u homosexua homosexuall jam jamás ás me puedes dar fe de eso. Por cierto, ¿por qué no hablas de tu sexualidad en l veo el titular: t itular: directora de importante publicación habla habla sin si n tapujos sobre sobre su Aumentarías Aumenta rías la l a tirada tira da y, por una una vez en tu vida, no tendrías tendría s que despellej despel lejar ar –TTe van a oír – oír,, cariño, y no me haría gracia al alguna. guna. Baj Bajaa la voz, anda. pareja? Natalia hizo un gesto hacia Antonio y bebió de la copa de Alicia, lo q bastante impertinente. –No, Antonio está casado desde hace tie tiempo. mpo. No te t e preocupes, tampo romper matrimonios. Su mujer, Adela, a la que adoro, que te conste, no ha Sign up to vote on this title porquee no hemos conseguido más que tres invitaciones. porqu Useful Not useful rroja –Bueno, ¿es o no cierto que vivía vivíass con una peli pelirroja que era novia tuy cuatro años y que, que, después de pillarte pill arte en la cama con Soledad Cortés, te ab
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lo más mínimo. Natalia hizo un gesto de fastidio. –¿Y qué hay de la historia hist oria de la l a pelirroja pel irroja?? –Natalia –Nata lia,, sabes que no hablo de mi vida vi da privada. privada . –Eso es una confirmación. –No, la historia histori a que me has contado conta do es falsa. falsa . –Promételo –Promét elo.. –Te doy mi pala pa labra bra de que es falsa. falsa . –Gracias, tesoro. te soro. Natalia acarició la barbilla de Alicia. –Buenas noches. Tía Tí a Charo, Antonio… –Buenas noches. –Adiós. Antonio rell rellenó enó su copa ya que, ante antess de la lanzarle nzarle el improperi improperioo a Nat apurado. Él Él y Charo perfilaron media sonrisa malévola. malévol a. –No me miréi miréiss así. así . Yo no he sido si do infiel infie l a Lola Lola;; tampoco tam poco llevába ll evábamos mos cuatro Luego la historia era e ra falsa. Además, le dará igual. i gual. Seguro Seguro que mañana la pu que es verdad, y por seguro seguro le añadirá algún que otro detalle detall e de su cosecha –Ahí tienes tie nes a tu dama… dama … Giró la cabeza y observó a Soledad Cortés acompañada por un hombre. L pocos metros. Casi de modo simultáneo sentaron a la mesa a Laura Prado veterana que había obtenido recientemente el respaldo de Naciones Unidas una gigantesca escultura que simbolizase la hermandad de los pueblos. Iba por su marido, un médico reputado que participaba en numerosas tertulias Andrés. Así se llama ll amaba, ba, aunque Alicia Alici a no recordó el apelli ape llido. do. Se saludaron atentamente, se felicitaron y se presentaron a sus acompañantes. Al poco, se sentó con ellos María del Carmen Pedraza up to vote on con this titlesu marid miembro de la Real Academia de la Historia. VeníaSigntambién Useful Not useful aspecto corriente y campechano, que que abrazó a los comensales. La mujer se el gesto que, seguro, consideró improcedente. Alicia sonrió. Le enca
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–Sé que somos la suma de insta instantes ntes sucesivo sucesivoss que el tie tiempo mpo no dest gracias por compartir conmigo este instante. Clara y yo les quedamos ade premio es tan mío como de ella, de los lectores, de mi tía Charo y de Anton cosas que son, son hermosas, pero momentos como éste dejan dej an impronta. –¿Te acordarás acordará s de todo eso? Es un poco cursi, cursi, te lo l o advierto. advie rto. –¿Cuándo he negado yo cierta querencia quere ncia hacia la l a cursilería? cursile ría? Sonrió y se entregó a la conversación. Hablaron sobre la escasa impor premios. “La misma hipocr hipocresía esía de siempre. sie mpre. El mismo desdén falso. fal so. Qué asco sincera. Le importaban muy poco los lauros. Lo que a ella de veras le afec lectores. El que altas instancias reconociesen su trabajo no tenía trascend para ella. Entre frase y frase, miraba a su tía y a Antonio y les sonreía. Di preguntó pregun tó si veía a Soledad. –No, hay demasiada demasi ada gente. ge nte. Por perspectiva, perspecti va, sólo veo ve o al hombre que ha ve Antonio había bebido, por lo menos, siete si ete copas de vino. Alicia Al icia lo advirtió a dvirtió seña. Antonio levantó hacia ella la copa, y todos los compañeros de mesa le Una vez concluido el brindis, fue Alicia quien levantó l evantó la suya y propuso otro Carmen y por Laura, que fue fue apoyado a poyado sin reticencia alguna. a lguna. Cuando Ricardo Lemus volvió a aparecer sobre el escenario comenzaron acordes similares a los que utilizan los americanos en sus barrocas fastuosos, épicos casi. La primera en recibir su premio fue Laura Prado, qu galardón a su marido y sus hijas. El premio, además de un suculento cheque al portador, consistía en un bronce que simulaba un cuerpo femenino, aunque decapitado, desde el rodillas, sin brazos ni pies. De tamaño, era más bien como un antebrazo, estilizada. “Una mujer sin curvas, aunque sea un galardón, deja mucho María del Carmen la retrotrajo de sus pensamientos. –Tú ya recibiste recibi ste una, ¿no? up to –Sí, después de publicar publi car mi primera novela nove la de la l a Sign saga saga. . vote on this title Useful Alicia Not useful Cuando pronunciaron el nombre de Soledad Cortés, calló y la mirada. El corazón le palpitaba desenfrenado. “Si es que es elegante hasta
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–Ali cia… –Alicia… –Sí, ya sé que es muy cursi, pero es lo que siento. sie nto. –¿Qué es lo cursi? Se percató de que el pensamiento no pudo ser escuchado por su tía. So más. –Perdona, estaba est aba en e n Babia. Babia . –Alicia, –Ali cia, que te han nombrado, tienes tie nes que salir sal ir a recoger la estat e statuill uilla. a. Se le añusgó la garganta, como si hubiera tragado un ovillo de lana. L había resecado de repente. Antes de levantarse le vantarse bebió un poco de vino. Su un tanto aturullado aturullado los l os escalones. Besó a Ricard Ricardoo y sostuvo el premio con la mirándolo un instante. Después, se acercó al micrófono y comenzó a hablar. –A pesa pesarr de ser la segunda se gunda vez que me conceden la responsabi responsabilida lidadd y la s recibir este premio, en realidad vengo en representación de esos miles de hacen posible que Clara siga resolviendo casos e impartiendo justicia. Lle punto, he de anunciarles que Federico quizás consiga lo que tanto desea y veces ustedes han imaginado. Hubo un murmullo murmullo general en la sala. –Gracias de verdad y con el corazón hecho pala palabra; bra; gracias a todos los vuelcan su cariño y su tiempo en Clara y, por ende, en mí, en especial a Ali mujer a la que debo mucho sin ella saberlo; gracias a la organización por h Clara merecedora de nuevo de esta preciosa y sugerente mujer de bronce tía Charo, que me cuidas en los malos momentos y coronas los buenos también, Antonio, y a tu mujer, Adela, por vuestras cenas, comidas, obs amistad; gracias a Soledad Cortés por ser tan amable conmigo, gracias p gracias a ustedes, que han tenido la enorme paciencia de escuchar educ facundo discurso. El aplauso al uníson unísonoo de los asistentes a sistentes emocionó e mocionó a Alicia, que miró al púb up to los vote on this title ojos cristalinos. cristali nos. Bajó del escenario aturdida, escuchando escuchSign ando a plausos. aplausos. Al ba Not useful Useful Soledad Cortés a saludarla. sal udarla. Se abrazaron. Alicia Alicia escuch escuchó ó lascámaras de foto –¿Por qué no no me esperaste espe raste aquel a quel día? día ?
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–Ya ves, así es mi tía Charo, otra incondiciona –Y incondicionall tuya. Antonio, representante, Soledad. –Mucho gusto. –Lo mismo digo. di go. Alicia Ali cia aprovechó para present presentar ar al resto de los comensal comensales es y intercambiaban algunos elogios, buscó en su bolso una tarjeta. Se la ofreció quedó en hablar con con ella el e l día siguiente. –Espero que no me plantes plante s otra vez. Alicia Ali cia la l a miró mi ró a los l os ojos. ojo s. “Te “Te besaría be saría hasta deja dejarte rte exhausta e xhausta.. Tienes Tie nes una b contorneada, contor neada, deliciosa. Con todas las la s vocales te beso.” –Descuida. –De scuida. Nos vemos mañana. ma ñana. Que lo celebres cele bres bien. bie n. –Igualmente. –Igualme nte. Saludó a todos y, cuando se retiró, Alicia propuso marcharse de allí. Un entregaron todos los premios, y Alicia había sido la última en recibirlo, la convertido en una algarabía. Todos hablaban entre sí, se jactaban los unos se adulaban, a dulaban, se escuchaban escuchaban fuertes risas, chocar de cristales… Después de que se despidiesen de Laura y de María del Carmen, Al Antonio, cruzaron la sala sa la con la mayor ma yor discreción posible. posibl e. Sin embargo, emba rgo, Nata el brazo a Alicia. –¿Algo que rectificar, rectifica r, querida querida?? –No, nos hemos sal saludado udado simpl simpleme emente. nte. Tie Tienes nes la foto. Si quiere quieress inventa seré yo quien te brinde datos. –Te ha gustado. gusta do. He visto vist o tu cara. Tenías Tenía s los ojos ilumina i luminados. dos. Esa mujer te –¿Y qué te dice mi expresión e xpresión en este est e momento? mome nto? –Que me odia odias, s, cariño. Porque te he descubiert descubierto. o. Seguro que habéis ha béis qued en algún lugar. –Puedes venir ve nir con nosotros, no tengo nada que esconder. esconde r. Sign up to vote on this title –¡Te vi darle una tarjeta ta rjeta!! useful Useful –Descuidas –De scuidas la particula particularidad ridad de que se la di tam también bién aNotmis compañe Parece que el periodismo afecta a la vista; cada día que pasa te haces más
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dedicase mucho más de sus meditaciones. –Te mentó me ntó en los agradecimie agrade cimientos. ntos. Adelaa brindó por Alicia. Adel Alicia . –Es a ti a quien quie n hay que darte las gracias. gra cias. –Cuando aprenda apre nda a preparar pre parar un cochinillo cochinill o como el e l que tú t ú nos cocinas con perfección perfecc ión entonces se me subirá a la l a cabeza y os haré postraros a mis pies. Rieron todos, pero Natalia seguía flotando en su mente. –Por cierto, ¿quién es esa mujer a quien quie n mencionaste, mencionaste , esa tal ta l Alicia? Ali cia? –La dependi dependienta enta,, ya sabe sabes, s, la que le dio el recado a Soleda Soledadd en el cen cuando me encontré con Lola y tuve que irme. La que le comentó que leye de La prensa. –Caramba, –Caram ba, el gesto ges to te honra. –Ojaláá lo escuche –Ojal es cuche por la tele te le y sepa se pa que me refería a ella. el la. Le haría harí a mucha –Ahora que lo mencionas, mencio nas, ¿de qué vas a hablar habla r en tu próximo próximo artículo? a rtículo? –Aún no lo sé. ¿Qué os o s parece el periodi periodismo smo rosa? Tit Titular: ular: Mezquindade miserias de un subgénero periodístico. Los cuatro se entusiasmaron con el tema. Cada uno de ellos aportó a portó su pr un artículo que que jamás ja más se escribió, pero que protagonizó protagonizó una de las l as reunione y lacerantes jamás convocadas sobre sobre el tema. te ma. Al despertarse, despe rtarse, se encontró e ncontró a Charo leyendo un libro. –Buenos días. día s. ¿Qué ¿Qué estás est ás leyendo? le yendo? –Hass tosido mucho esta noche, quizás cogiste algo de frío. –Ha –¿No te he dejado dormir? dormi r? –Digamos –Di gamos que he tenido mej mejores ores noches. No te preocupes, boba. Me he uno de de los que tenías en la mesilla, mesil la, El libro del convalecie convaleciente. nte. –En un buen libro. Lo estoy esto y releyendo. releye ndo. –Me lo he imaginado, ima ginado, tienes ti enes pintarraj pi ntarrajeada eadass casi todas toda s las páginas. pá ginas. Sign up to vote on this title –¿Qué hora es? Useful Not useful –Las diez die z y media. media . Prepararon el desayuno. Tenían hambre, así que Charo frió una docena d
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–¿Qué habías pensado? pe nsado? –¿Tieness calabacín? –¿Tiene cala bacín? –Siempre –Siem pre tengo calabací cal abacín. n. –Pues una crema, y después carne mechada me chada con puré. –No queda carne. –Pues salchichas sal chichas blancas al a l vino con guarnición de patata. pata ta. –Suena a banquete banquet e celestia cele stial.l. –Hala –Ha la,, abandona mi territorio te rritorio y arréglate arrégl ate.. Se estaba calzando cuando sonó el teléfono. Lo había dejado sobre el m encimera del cuarto de baño, así que no tardó en contestar. Era Soledad. cómo había terminado cada una la fiesta, y dónde habían colocado la estat dejó encima de una torre de libros que se apilaban junto a la cama, en el la dormía. Soledad quedó en llevar el postre y en llegar sobre las dos. Cuando co punto de de masturbarse allí all í mismo, sentada como estaba esta ba en el borde de la ba acordó de su tía Charo y se abrochó los zapatos. Al salir del baño advi calabacín. Cuando abrió abrió la puerta a Soledad Cortés se quedó mirándola, y era la l a suy atrevida y casi desvergonzada. “Qué mujer más linda. Como la chica d Llevaba un pantalón de vestir blanco, amplio, una camiseta de licra estr también, zapatos planos pl anos marrones, a juego con el abrigo de paño color cam camello. Se quitó las gafas de sol y extendió su sonrisa a modo de saludo quitaba ojo. –¿Vas a dejarme dej arme pasar pa sar o tienes tie nes pensado pensa do que comamos en el rell re llano? ano? –Perdona, pasa, pasa , pasa. Cuando cerró la puerta seguía escrutándola con la mirada. “Tienes un cue bien proporcionado. Y un trasero donde la felicidad brotaría sin dificultad Sign up to vote on this title pudo contener el requiebro. Useful Not useful –Estás preciosa. preci osa. –Muchas gracias.
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a contarlos, te asombras. En el otro lado del cuarto de estar, había una mesa de seis servicio flanqueado por dos butacones, butacones, frente al tele televisor. visor. –¿Qué quieres beber? bebe r? –Cualquier –Cualqui er cosa con gas. Lo que sea. –¿Te sirve un bitter? bitt er? –Hace –Ha ce años que no tomo un bitter. Sí, tráeme tráem e uno, por favor. –Ahora mismo. mism o. Soledad Cortés miraba por las paredes, fijándose en cada detalle de la consideró todo inspeccionado, inspeccionado, siguió el rastro de Alicia y dio con la cocin cocina. a. –He visto a tu tía y a tu represe representante ntante en las fotos de la pared. Has rec premios. –Antonio, se lla l lama ma Antonio. Es un cielo. Somos amigos ami gos desde la l a Facultad. Faculta d. –¿Quién es la chica que aparece a parece con vosotros en e n casi todas las l as fotos? Miró a Soledad. Tardó en responder porque porque calibró cali bró la respuesta. Se la jugó j ugó –Se llama ll ama Lola. Lo la. Éramos novias novi as hasta hace un par de meses. Me dejó. dej ó. Miró la expresión de Soledad. “Si querías confirmar los rumores ya lo sab gustan las mujeres?” –Vaya –V aya,, lo sie siento. nto. Espero que no te haya mole molestado stado la pregunta, no sabía quizás era tu hermana. –No te preocupes. Yo espero espe ro que a ti no te importe comer en casa de un h –No, qué va, tengo ami amigos gos que son gays. A mí no me m e importa en absol muy personales personales en e n las que nadie debe meterse. mete rse. “Por supuesto. Qué correcto. Todo ser que se precie tie tiene ne en su catá catálogo logo par de amigos ami gos homosexuales que lo convierten en alguien mucho más comp seas tan ta n mediocre, Soledad.” Soledad.” –Vamoss al cuarto de estar, –Vamo es tar, si quieres. quie res. Sign up to vote on this title –De acuerdo. a cuerdo. Oye, ¿Te ¿Te ayudo ay udo a preparar la comida? comi da? useful Useful. ¿Te Not –No, ya está todo t odo hecho, sólo tenemos tenem os que calentarlo cale ntarlo. gusta el calaba cal aba –Sí, aunque no lo he comido muchas veces, la verdad. ve rdad.
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–¿Por qué te dejó? Alicia Ali cia no se espe esperaba raba la pregunta. Imaginó que habla hablarían rían de Soleda Soledad, d, qu el enigma del disco, que se reirían por la obsesión de estas semanas, pero la posibilidad de que ella sería la interrogada. –¿Perdón? –TTu novia, – novia , digo. di go. Si no quieres quie res habla hablarr del de l tem temaa lo ente entenderé, nderé, por supuest metiéndome metié ndome en camisas de once varas. Se repuso rápido. Sintetizó lo mejor que pudo su relación con Lola, inten dramática ni provocar lástima. Cuando le narró la escena que desencaden Soledad le cogió la mano. “¿Te gusto o te provoco compasión?” Alicia se quedó mirándole a los ojos. “No seas cur cursi.” si.” –Eres tan bonita y deli delicada… cada… supongo que te lo han dicho muchas quizás sea la primera vez que una una mujer te lo confiesa. Soledad separó cuidadosamente su mano de la de Alicia y sonrió, bajan pero no pronunció palabra. –Disculpa –Di sculpa si te he intimidado intim idado,, no era mi intención, de veras. vera s. –YYa lo sé, Alici – Alicia. a. Pero es que apena apenass nos conocemos conoce mos y ya esta estamos mos habla que no se cuentan a un desconocido. Me Me siento sie nto un tanto extraña. –Es culpa mía mía,, perdona –“¿culpa mía mía?? No he sido yo quien ha real realiza iza indiscretas”–. No serviría serviría de much muchoo que te dijera di jera que no suelo hacer estas e stas c cuesta confesar confesar mi homosexualidad. homosexuali dad. Sé que no me creerás, pero contigo ha Desde que te viera por vez primera, en un cartel promocional de un centro c acompaña con insistencia tu rostro. No No se desaloja desa loja de mi mente. Siempre Sie mpre ah todo. –Alicia… –Ali cia… –Perdón, perdona, sé que no es el e l mejor me jor modo de comenzar come nzar una amist a mistad ad quiero incomodarte. ¿Tienes hambre? Sign upSe to vote on this titlea prepara La comida de Charo fue, una una vez más, todo un éxito. le vantó levantó Not useful Useful el postre: cuatro enormes enormes milhojas rellenos relle nos de crema. crema. “Si leha molestado lo perfección; perfecc ión; no creo creo que finja. He de averiguar si ella ell a es homosexual.”
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esta noch noche.” e.” Al volve volverr de la cocina se dirigi dirigióó a la est estante antería ría donde tení teníaa apil apilados ados los Hacía mucho que Porter dejó de sonar. Cogió el de Soledad, pero aguantó. aún no, disfrutemos disfrutemos de la l a calidez cali dez del momento.” Elvis calentó su voz de chic –¿Quieres una copa? –Perfecto. ¿Qué tienes? tie nes? –Si me dejas dej as sorprenderte, sorprenderte , creo creo que acertaré. ace rtaré. –Prueba entonces. ento nces. Se marchó a la cocina de nuevo. Mientras, Mientras, Soledad volvió a mirar las l as foto ya conociendo la identidad de la muchacha pelirroja que aparecía en mucha una actitud más que cariñosa con Alicia. Cuando regresó, traía dos vasos abundante hielo en las la s manos. Soledad probó el contenido. –Está buenísimo. buení simo. Almendras Alm endras amargas, ama rgas, ¿no? –Sí, amaretto ama retto.. Sólo lo sirvo en ocasiones ocasi ones especial espe ciales. es. –¿Y crees que he hecho méritos mérito s suficientes? suficiente s? –Aguanta –Agu antarme rme toda una tarde. ta rde. ¿Te ¿Te parece poco? No obstante, obsta nte, pondré a más tu entereza y tu aguante: ¿quieres ¿quieres quedarte a cenar? Soledad meditó. “Dime “Di me que sí, darling. Me portaré bien.” –Si me dejas dej as poner una condición. –Aceptada. –Acepta da. Prometo respeta res petarr todo tu cuerpo. cuerpo. Rieron las dos. “Relájate, todo va bien. A la perfección. Tranquila. Qu contigo. Si te esfuerzas. Quizás.” Quizás.” –Es tenta tentador dor,, pero creo que no mal malgasta gastaré ré mi imposi imposición ción impidi impidiénd énd atropelles, atropelle s, aunque aunque sé que soy irresistible… irresistible … Mi condición condición es un cigarrillo. –No sabía que fumases; fumase s; no te has encendido ninguno… –Fumo poco, pero me apet apetece ece uno. Baj Bajoo un mome momento nto a comprar continuamos continu amos la charla. up to vote on thismismo –Ni se te t e ocurra; soy yo la l a anfitriona a nfitriona y como tal t al ejerzo. eSign jerzo. Ahora mtitleismo subo s ubo Useful Not useful fumas? –No, deja, bajo baj o yo.
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sus papeles. –Te he traído tra ído Pall Pal l Mall, Mall , es la marca de los escritores e scritores.. Bueno, o de persona de novelas. Lo leí le í una vez. ¿Te sucede algo? Estás colorada. –No, no, esto estoyy perfectamente, perfectame nte, de pronto he notado mucho calor. –A ver si va a ser se r que te gusto… Notó que Soledad reía esta e sta vez forzada. “Ya “Ya te has excedido. Una broma e abusar de ella ell a resulta pesado.” pesa do.” Se sentaron de de nuevo en el sofá, quedándos quedándos –Es que… nunca, nunca, al menos que recuerde, no me habían había n escrito así, así , nada. Se encendió un pitillo. No entendía qué quería decir. En un principio, p refería al artículo, a rtículo, pero le extrañó porque porque ya lo l o habían comentado durante e –Es que, no quería quería,, Alicia, Alicia , de verdad. –No entiendo entie ndo a dónde quieres llega l legar. r. –Leí el e l artículo. artí culo. –Me lo has dicho ya, y nunca nunca nadie me delei del eitó tó con una una crítica tan t an minucios –He leí leído do el artí artículo culo escrito a mano, el que está encima de tu mesa mesa.. odo. Lo siento, no quería hacerlo. Cuando bajaste a por tabaco curioseé sólo mientras te esperaba. –¿Te ha molestado mole stado?? –No, todo lo contrario, es muy bonito, lo de que llllegaron egaron tarde tus man Siento… haber violado tu intimidad. –Violar mi intim intimida idad. d. Haces Ha ces que suene trági trágico. co. No te preocupes, mujer mujer,, n Si a tí no te ha incomodado, todo está bien. Al fin y al cabo, esa dedicator tenías derecho a leerla. Nos pasamos parte de nuestra vida pensando c sobre gente que jamás ja más las la s va a escuch escuchar ar.. Y es una pena. En el fondo me ale leyeras, sí, te lo l o digo de verdad. –Eres peligrosa. peli grosa. –Y eso que ni siquiera si quiera te he tocado… Sign up que to vote on this titlean dema –No, quiero decir que eres una de esa esass personas manejan manej Not useful Useful No lenguaje y que pueden embrujar a las mujeres fácilmente. estamos aco que nos digan ese tipo de cosas tan hermosas. Y menos una mujer. Eso nos
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sueltos ante la ocasión, abiertos. De pronto pronto se separó y se tocó la frente. –No soy homosexual. homosexual . Sólo una mujer que se ha sentido senti do halagada hala gada por otra debía haber pasado. –Por favor, te comprendo. –Sería mejor m ejor que me fuera. Tuvo que abordarla. “Resultará atropellado atropella do pero tengo que saberlo.” –¿Quién eres en realida rea lidad? d? –¿A qué viene esa es a pregunta? ¿Qué quieres decir? –TTengo tu disco. No el que me firmaste – firmaste.. El otro, del que no se habla intentas ocultar. –¿Me has seducido para saberlo? sa berlo? –No, no es ése mi estil e stilo. o. Desde que te escuché e scuché por vez primera me m e fascin qué reniegas de él? –No quiero hablar habla r del tema. tem a. Me marcho. –Soledad, –Sole dad, por favor favor,, llllevo evo sema semanas nas conjeturando sobre ell ello, o, es algo estú obsesiona. Por favor, dime dime la verdad. ve rdad. –No puedo. Me voy. –No util utiliza izaré ré esa información, sólo quiero sabe saberlo. rlo. Necesi Necesito to sabe saberlo. rlo. Vo loca. Soledad tomó su abrigo. Alicia la agarró del brazo. –Por favor… –Hayy cosas –Ha cosa s que es mejo mejorr ignorarlas, ignora rlas, Alici Alicia. a. Lo hago ha go por tu bien. bi en. Olvida Ol vida el asunto, a sunto, olvida el beso. Todo, olvídalo todo. A mí también. –No podré, no puedo puedo hacerlo. hacerlo . Soledad abrió la puerta. Salió majestuosa, tal y como vino. “Como una re atrás.” La escuchó escuchó bajar las escaleras. e scaleras. Sus pasos se alejaban. alejaba n. –¿Me llamarás? lla marás? up to vote title El taconeo se escuchaba muy a lo lejos. lej os. Alicia se Sign a poyó apoyó enonlathispuerta, incli Useful Not useful sostuviese una fatiga. –¿Me llamarás..? lla marás..?
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¿Vale la pena jugarse a alguien, apostar por un beso sabiendo que el r todo o nada? Ya no tiene enmienda el e l beso que nos dimos y, y, sin embargo, p que me parezca, no me arrepiento lo más mínimo. Tal vez haya perdido tardes deliciosas en su compañía, placenteras conversaciones telefónica hubiese resultado una mujer mediocre, como tantas que he conocido. Desp sucumbir a mis expectativas más carnales ha merecido la pena. La duda siquiera ella puede arrebatarme el recuerdo de sus labios ejercitándose Pero, ¿fue ¿fue el beso dado interpretado como atropello o la mención al disco lo esa reacción rea cción desairada que la hizo marcharse marcharse de mi casa? ¿Qué ¿Qué significará s de que hay cosas en las que es mejor no meter mete r las narices ?” Se frotó los brazos con las palmas extendidas. Se le erizaba el vello inmo su mente el beso. De pronto reaccionó. “Tengo que mirar el correo electrónico. Quizás hayan conte fundación y pueda aclarar definitivamente este embrollo salido de la n tonta.” Se sentó en la butaca. Mientras el ordenador se encendía, cogió amaretto, pero no el suyo, sino del que había bebido Soledad. Estaba cas era dada a este tipo de comportamientos fetichistas. A menudo guardab mujeres a las que admiraba o sobres de azúcar vacíos de algún café mecheros, pulseras de hilos… incluso unas medias de su tía Charo que hab basura por tener una carrera. Abrió el correo. “Recibie “Recibiendo ndo cinco mensa mensajes. jes.”” Ninguno de Perú. Un impu descolgase el teléfono. Buscó su libreta, en la que había ido apuntando to que había reunido acerca del disco de Soledad. Allí estaba el número de Chabucaa Granda. Cuando Chabuc Cuando lo marcó, comunicaba. comunicaba. Volvió Volvió a intentarlo. Esta ve Sign up to vote on this title pero una voz electrónica le informó de que el número marcado ya no e Useful Not useful aventó su curiosidad. Se metió en Internet y averiguó la diferencia horaria de España respecto
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–¿La escritora? escrito ra? –Sí, la misma, mi sma, verá… verá … –¡Vaya, qué sorpresa, qué lujo! Enhorabuena por el Zaya ayas. s. Dim Dimos os pudimos desplazarnos hasta España, aunque nos hubiera gustado. Las compramos compr amos a EFE, y le dedicamos bastante espacio. –Muy amable. amable . Yo… quisi quisiera era pedirle pedi rle un favor. –Lo que sea. sea . –Quisiera –Quisie ra preparar prepara r un artículo sobre la l a fundación Chabuca Granda, pero no con nadie de la institución. ¿Podría ¿Podría facilitarme algún al gún teléfono? –La cerraron hace dos años. –Entonces, ¿cómo puedo contacta contactarr con algui alguien en que haya est estado ado fundación, alguien con quien hablar de las actividades que realizaban, que historia de la entidad? –TTodo el tingla – t inglado do lo lleva ll evaba ba una tal Amal Amalia ia Rodrigo, la que fuese secretaria secre taria Chabuca. –¿Tiene usted ust ed su teléfono, tel éfono, su correo correo electrónico? el ectrónico? –Se reti retiró ró de la escena pública al cerrarse la fundación. Hombre Hombre,, podría molestia de localizarla… –Se lo agradecerí agra deceríaa eternamente ete rnamente.. –¿Me lo agradecería agrade cería tanto ta nto como para concederme una entrevista entre vista?? –Delo –De lo por hecho. –Claro –Cla ro que tendría que ser una entrevi entrevista sta disti distinta, nta, que incluyes incluyesee pregun rumores que circulan acerca de su vida sexual. Son muchos, algunos de e escandalosos. Sería una buena oportunidad oportunidad para desmentirlos… o reconocer –No hablo de mi vida vi da privada, privada , Manuel, debería sabe saberlo. rlo. –Pongamos que me esfuerzo mucho para dar con ese tel teléfono. éfono. Tenga hace dos años que que nadie sabe nada de Amalia. Amalia . Quizás Quizás hasta haya muerto, e Sign up to vote on this title –¿De qué edad eda d hablamos? hablamo s? Useful Not useful –Unos setenta. sete nta. ¿Acepta el trato trato?? –Tengo que pensármelo pensá rmelo..
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Ademá s, ¿qué te importa el mal Además, maldito dito disco? Ella sabrá por qué lo oculta, tuyo.” La inquietaba demasiado como para olvidarlo de un plumazo; So perturbado la relativa y frágil tranquilidad en la que se sumió tras la rupt pero no estaba dispuesta a quebran quebrantar tar su principio de no hablar de su vida hago en Perú, la prensa de aquí se sentirá dolida. Con razón. Y ya me de sectores lo suficiente. No puedo puedo darles más motivos. mot ivos. Además, es un trato in lo mezquino. me zquino.” ” Volvió a conectarse conecta rse a Internet. Esta vez v ez probó suerte con El Comercio. Ma y preguntó preguntó por Jenny Alva, que aparecía como redactora jefe je fe de Cultura. –¿Diga?? –¿Diga El tono de voz era mucho más amable y suave. –¿Jenny? –Sí, ¿quién es? –Soy Alicia Alici a Romero. –¡Guau, Alicia Romero! No me diga. ¿Es una broma? broma? –No, le ase aseguro guro que no. Puede comprobar el tel teléfono. éfono. Perdone que la llamado llama do para pedirle un favor. –Veamos –Vea mos si puedo ayudarla. ayuda rla. –Necesito –Necesi to hablar habla r con Amal Amalia ia Rodrigo. ¿Podría ¿Podría usted uste d facilitarme facili tarme su número su dirección de correo? –¿Amalia? –¿Amali a? Está reti retirada rada desde hace dos años. No quiere quie re sabe saberr nada de odia. Quizás no tanto, pero le fastidia que la molestemos. Desde que murió único que ha buscado Amalia es perderse en el anonimato. Vive sola, a la Aguascalient Aguascal ientes. es. No tie tiene ne tel teléfono éfono que yo sepa sepa.. Tampoco recuerdo la direc pregunta en el pueblo se lo indicarán. Yo estuve allí hace cosa de aprovechando aprovechan do la percha del aniversario a niversario de la muerte de Chabuca, pero no m no Sign up to vote on this title quiere hablar con ningún periodista. Useful Not useful –Muchísimas gracias graci as por la información. informa ción. –A usted. uste d. No todos los días el escrito escritorr llam l lamaa al periodi periodista sta para pedirl pedirlee
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le reportó beneficios, pero parecía importarle más la calidad de sus prod provecho económico que le reportasen. Escándalos, ninguno. Un momento recuerdo… una de las cantantes que grabaron con el sello de la fundac extrañas circunstancias, circunstancias, pero pe ro no hubo culpables. –Tiene –Tie ne una memoria prodigiosa prodigiosa.. –No se crea; la fundación fundació n era una fuente inagotable inagot able de noticias. notici as. Era uno d de la cultura de nuestro país. Fue una lástima su cierre. Organiza conferencias, cursos, manifestaciones de apoyo, el sello discográfico… Y n recursos. recur sos. Siempre los l os mejores mej ores técnic té cnicos, os, escritores, actores... –¿Recuerda el nombre de la cantante que falleció? fall eció? –TTendría que mirarl – mirarlo. o. Si me da diez minutos le contesto contesto,, si es que le inte artículo, pero sea indulgente. La fundación sólo hacía cosas buenas. N resucitarla para hablar sobre eso. –No se preocupe, es e s sólo curiosidad. Le doy mi palabra pa labra de que no mencio me ncio suceso en cuestión. Volveré a llamarla l lamarla en un rato. Es usted un encanto, encanto, de v –Viniendo –Vinie ndo de Alicia Romero, el cumplido cumpli do es mayor. –Oiga,, Jenny… –Oiga –Sí. –Gracias. Muchas gracias. –No las merece. me rece. Voy a investiga inves tigarr un poco. Hasta ahora mismo. mis mo. Alicia Ali cia sintió si ntió que la l a adrenali adre nalina na le robustecía las arte arterias. rias. “Me voy a Perú. S en extrañas circunstancias. Dame el nombre, Jenny. Dime ese nombre.” Co de papel en blanco. “Quieren saber de mi intimidad. Muy bien, juguemos. un poco más. Si me voy a Perú tengo que escribir el artículo del domingo. Y los que dé mucho que hablar. Para tí, Soledad. O como quiera que te llam quiera que seas.” Comenzó a escribir, pero la pluma hacía trazos discontinuos. Le puso Signrectas. up to vote onContinuó this title nuevo. Mojó el plumín con saliva e hizo dos líneas escri Useful Not usefulcomo esa existido mujeres serenas, de ojos claros, infinitas y silenciosas atraviesa un río río de agua a gua pura. pura. Han existido exi stido mujeres con contorno contorno de oro, riv
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que habló con Jenny. Descolgó el auricular. –Hola. –Hol a. –Hola, –Hol a, Alicia, Alici a, soy Manuel. Tuvo que hacer memoria. Se había concentrado demasiado en el artícu situar aquella voz. –Manuel, sí, perdone, perdone , no le había conocido. –TTengo la información. No ha sido fácil. He tenido que echar mano – contactos. Es Es complicado rastrear a una persona que ha desaparecido hace t –Lo he estado e stado pensando, pe nsando, pero no puedo acepta a ceptarr su oferta. Escribiré sobre vida privada vale val e más que un número número de teléfono, por mucho mucho que que lo necesit Manuel se quedó en silencio. Finalmente, reaccionó y trató de aparent había molestado la negativa de Alicia. –Vaya –V aya,, pensé que le l e interesa int eresaba ba de veras. v eras. Bueno, Bue no, podemos renegociar rene gociar nue reportaje sobre la fundación que tenía pensado redactar puede ser muy bu lo prefiere, podemos centrar la entrevista en aquello que considere oportu vida personal. Ni una sola pregun pregunta. ta. –No, lo he pensado pensado,, de veras, y zanjo el tem tema. a. Total otal,, Chabuca Granda conocida en España, y tal vez no me acepten el reportaje en el periódi maneras, disculpe disculpe las molestias mole stias que se ha tomado. –Precisamente –Precisa mente,, sería estupe estupendo ndo que usted rescat rescatase ase un personaj personajee Chabucaa allá. Chabuc al lá. Ella se lo merece, ¿no ¿no cree? Y podría apuntarse el tanto. ta nto. –Por supuesto, pero no seré yo quien lo haga. haga . Perdone, tengo que colgar. Sin darle mayor importancia a la conversación con Manuel, se introdujo d artículo. “Mujeres pál pálidas, idas, marchita marchitas, s, devas devastada tadas, s, ardida ardidass en la lla llama ma amorosa profund prof undoo de sí mismas, consumido el rostro tórrido, con la nariz agitada agita da por inquietas aletas, con los labios abiertos como yendo hacia los sonidospron Sign up toTachó vote on thisla titlepalabra “ los párpados lívidos como las corolas de las violetas.” Not usefulamapolas quedó pensando. Escribió varias en su lugar: Useful margaritas, clementinas. “Clementinas. Qué ridículo.” ridículo.” Escogió Escogió a las l as amapolas. ama polas. Decidió q
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dio por supuesto dos hechos: que Soledad era homosexual, y que se seducirla. “Ha sido una sandez.” Pero había tenido un pálpito con aquel aferró a él. “Tengo que que desentrañar este lío lí o o me volveré loca.” Tomó la poca crema de calabacín que había quedado y preparó un bocad punto de fregar los platos y de recoger, pero prefirió terminar el artículo. H marcharse a Perú. Salió de la cocina olvidándose del bocadillo. Estaba sen llamaron a la puerta. Miró por la mirilla. El corazón apremió su ritmo. Era S se miró. Iba descalza, sin bragas, sin sujetador; tan sólo un pantalón de pi una camiseta amplia. Se peinó con los dedos. Ignoraba con qué intención v probó suerte con un comentario conciliador. –No sabía que San Sa n Nicolá Nicoláss concediese deseos de seos fuera de temporada te mporada.. –Hola, –Hol a, Alicia. Alici a. Venía a disculpa disculparme. rme. Creo que he sido bastante basta nte estúpida. est úpida. “Estúpida no necesi necesita ta adverbi adverbios os cuantita cuantitativos tivos.. Se es o no estúpi estúpido. do. Pu Soledad, concéntrate. concéntrate. Déjate de pamplinas y dile algo bonito.” –Ya te t e había empe empezado zado a echar e char de menos. Pensé que no volvería volve ría a verte. ve rte. –Lo siento. sie nto. –¿Estaba abiert a biertoo el portal? porta l? Pasa, por favor. –Igual es tarde ta rde ya, estás está s en pijama, pijam a, no quiero molestarte mole starte más. –No, no te preocupes, me había puesto pues to a escribir escribi r el artículo artí culo para el periód pe riód –Pensaba que esa esass cosas se entrega entregaban ban el últi último mo mome momento. nto. Aún queda para el domingo. –Sí, pero me marcho con tía Charo para soluciona solucionarr unos problema problemass que lindes de las tierras. Ya sabes cómo son en los pueblos. Si no estás allí, v tus parcelas, y un día te despiertas despie rtas y ya no tienes hacienda alguna. –Vaya… –Vaya … –¿Tieness hambre? –¿Tiene –No, entré en un bar y he comido comi do un pincho de tortil tortilla. la. Pero te agrade agradecer cer Sign up vote on this title ese licor li cor de de almendr alme ndras. as. Mi reacción infantil infantil me impidió atocabarlo. acabarlo. Not useful Useful un cigarro. –Hecho. –He cho. Dame el e l abrigo, abrigo , te lo cuelgo. cuel go. Ah, te he cogido Tampoc Tampoc el día ha sido atribulado.
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compensarse con nada nada en e n este mundo mundo.. Soledad pareció no haber escuchado el cumplido. –¿Puedes leerme le erme el e l artículo artí culo que has escrito? –Aún no está termi terminado; nado; tendrás t endrás que esperar e sperar al domingo. No quiero pare ni hacerme la interesante, pero no acostumbro a leer nada que no h concluido. –¿Te queda mucho? –No, casi está remat rematado. ado. –¿Por qué no no lo terminas? termi nas? Así no me sentiré senti ré un estorbo. –No, en serio, mañana lo l o acabo. –¿Puedo quedarme a dormir? dormi r? Alicia Ali cia se encendió su segundo piti pitillo llo.. Soltó Sol tó el humo de la primera cala calada da lo suyo es e s sorprenderme.” sorprenderme.” –¿Por qué quie quieres res quedarte a dormir? –He esta estado do habla hablando ndo con mi represe representante ntante,, y no me ha dado buenas quiero estar sola esta noch noche. e. –Me alegro, ale gro, he de decírtelo, decírtel o, de que busques mi compañía. compañía . Te traeré un pi –Me vale val e con una una camiset cami seta, a, gracias. gracias . ¿Seguro ¿Seguro que no te importa? importa ? –En absoluto. Regresó con un pijama de raso blanco. Era de Lola, de las pocas prend llevó cuand cuandoo hizo la malet maleta. a. Alicia lo l o conservó, conservó, a modo de recuerdo. –Me cambiaré cambia ré ahora. Así estaré e staré más má s cómoda. –De acuerdo. a cuerdo. Voy a aprovechar para terminar te rminar el artículo. a rtículo. Tardo cinco minu Apagó el cigarro y quitó qui tó el capuchón a la pluma. No pudo evit evitar ar mirar a su asombro, se estaba cambiando allí mismo. Volvió la cabeza hacia el p cuestión de ponerse ahora puritana. Si se desviste delante de ti, está clar que la mires. Así que yo que tú no me perdería ese espectáculo fabuloso.” fabuloso. ”L up to vote on this title Soledad sobresalía un poco del respaldo del sofá. Sign Respiró hondo y aprovec Useful Not useful para continuar el artículo: “Mujeres de barro ba rro y de piedra, marmóreas, ma rmóreas, con lava la va en e n su cimbreante pa
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Le olió las manos. Desprendían un olor intenso a almizcle. “Se ha tenid perfume ahora; al venir no lo he notado.” Quería terminar cuanto antes dedicarse por entero a ella. ella . Nunca Nunca había trabajado con alguien a sus espald intimidó. “Hann exi “Ha existido stido mujere mujeress que sólo las vie vieron ron mis ojos, o los ojos devoto devotoss crearon; mujeres que jamás murieron porque nunca llegaron a nacer y, persisten; mujeres fuertes como huestes de mercenarios y recias como asola valles. Mujeres que embriagan con sólo volver la cabeza hacia ellas y tunden como puño cerrado en la boca, en el corazón. Y todavía han existi las que también se aprendieron todos los preceptos. Pero ninguna como espalda desértica que siembra en e n la boca un sabor enloquecedor de almend alme nd Cuando puso el punto y final al artículo, Soledad seguía a sus espaldas, cuello y los l os hombros. “Ella “Ella es el e l fruto bendito. Lo supe entonces, cuando cuando la el paquete de tabaco. –¿Me das un ciga cigarrillo rrillo?? –Claro. –Cla ro. Encendió uno y se lo ofreció a Soledad. De nuevo, se acomodaron en el había doblado su ropa colocándola colocándola en uno de los butacones. Brindaron sin e –Oye, Alicia, Ali cia, respecto respe cto del disco dis co del que me hablast habl aste… e… Escrutó todos sus gestos y notó que sus músculos se habían endurecid tensión, como si tuviese que disparar sobre cada palabra que pronunciase apresarlas y que no se escapasen sin ser dirimidas antes por un tribuna previa. –Perdona que te respondie respondiera ra así así.. Es un disco di sco que esta estaba ba concebido com una persona que, al poco de salir a la venta, me abandonó. Me pasó lo m con Lola. Me fue fue infiel. Por eso quiero quiero olvidarme de él y de todo lo que a é Espero que lo entiendas. Por eso no lo menciono jamás ni canto las ca Sign up to votemucho on this title daño. ¿C aparecen en él. Ya no tienen sentido. Además, me hizo Useful Not useful es Quiero dejarlo atrás y tengo derecho a hacerlo. Eso todo. Por eso me mo que eres para mí alguien muy especial, aunque te acabe de conocer, su
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–¿Sí? –¿Alicia? –¿Alici a? Soy Jenny. Jenny. –Ah, buenas noches, qué tal. –¿Es muy tarde? –No, no, no te preocupes. –Veo que, de algún al gún modo, hemos hemos intima int imado, do, ya me tuteas. tute as. –Hazz tú lo mismo, por favor. –Ha –He estado e stado revisa rev isando ndo el archivo. La chica que murió se llama ll amaba ba Soledad Sole dad C No se inmutó. Presumía la respuesta desde hace horas. Miró a Soleda toparse con su mirada. “Cara de ángel. á ngel. Eres como Jean Simmons en Cara Cara de ocultas, mujer hermosa?” –Por lo visto visto,, grabó gra bó un disco dis co titul t itulado ado con su nombre, que era real real.. Vamo un apodo artístico. Soledad Cortés, de treinta y tres años. Desapareció. De sapareció. Tod Tod un asesinato, pero no hubo culpables, culpables, así a sí que el caso quedó archivado. –¿Piensass en alguien –¿Piensa alguie n que pudiera hacerlo? No sabía cómo formular formular las la s preguntas preguntas para no llamar ll amar la atención de su inv –Bueno, yo no seguí el caso; lle l legados gados a ese punto pasó a socieda so ciedad, d, pero ser interrogado fue su novio, un tal Claudio Portillo. –Ya.. ¿Y su famil –Ya familia ia?? –TTampoco apare – aparecen cen decla declaraciones raciones o referencia referenciass a la famil familia ia en las not consultado. consu ltado. Quizás fuese huérfana, pero ese dato no puedo dártelo, no lo te –No te preocupes. Es más que suficiente. suficiente . –Me alegra ale gra haberte sido si do útil. –No sabes cuánto. –Bueno, espero espe ro que hablemos pronto. –Descuida, –De scuida, de eso me encargo yo. –Ciao. –Cia o. Sign up to vote on this title –Cuídatee y gracias de nuevo. –Cuídat nuevo . useful Useful del Not Soledad se había tumbado en el sofá. La camiseta pijama dejaba canalillo perfecto. “Me gustaría saber qué dirías si te cuento todo lo que
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–Es Dina Dinahh Washingto ashington. n. La canción se lla llama ma Wheel of fortune, la rueda Habla de eso, de la suerte. Yo la he tenido esta noche. Por partida doble. –¿Doble?? –¿Doble Se refería también a Jenny, pero pero omitió la alusión. –Hass venido por segunda vez en –Ha e n un mismo día. dí a. –Ven, siéntate sié ntate a mi lado. la do. Le levantó leva ntó las piernas y se sentó, colocándoselas colocándoselas encima e ncima de las suyas. –Una cosa, por curiosi curiosidad. dad. ¿Le has grabado mi disco di sco a alguien? alguie n? –No. Se lo prometí a tía t ía Charo, pero no he tenido tiempo. ti empo. –YYa. Te – Te lo l o decía decí a porque no me gustaría que llegas ll egasee a oídos de la l a prensa preguntas pregun tas que no me apetece contestar. Me Me entiendes, e ntiendes, ¿verdad? ¿verdad? –Por supuesto. Yo soy la primera prim era que pide respeto re speto para pa ra mi vida personal. pe rsonal. –Muchas gracias, eres un encanto. Soledad volvió a cogerle la mano. –Sientoo haberte avasa –Sient a vasalla llado do antes. antes . –Basta –Bas ta de disculpas, di sculpas, Alicia. Ali cia. En realidad, reali dad, no he sido sincera contigo. “Bien. “Bie n. Cuénta Cuéntame me la verdad. Los muertos no tienen tie nen tus labios labi os carnosos y hú –En cierto modo, tú, como escritora, escritora , has sido muy importante importa nte en mi vida. vi da. reflejada en la personalidad de Clara, sentía tanta compasión por Ve personas muy cercanas a mí. Por eso, al conocerte… no sé. Te admiro. Por la admiración con la atracción física. Pero no me importó. Al princip desconcertada, porque nunca había besado a una mujer, pero me gustó. E aturdida… –Soledad, –Sole dad, tú eres una de esa esass mujere mujeres… s… déja déjame me lee leerte rte algo algo.. Es parte Perdona. Le retiró las la s piernas y las apoyó a poyó sobre el sofá. Al regresar con el artículo, s suelo, junto a la cabeza de Soledad, que reposaba sobre el brazo delsofá, Sign up to vote on this title de los párrafos. useful Useful Notuna –Hann exi –Ha existido stido mujere mujeress tan tenues que una sola palabra, pala bra, sola,, la sola esclavas. Existieron otras, de palmas rojizas, que al tocar una frente
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la goma que sostenía el pantalón pantal ón de raso a la cintura de Soledad, y lo bajó s brusquedad. Poco a poco, le desabotonó la chaqueta del pijama. Ella mism camiseta. Sus pechos pechos se tocaron. Estaba Estaba muy excitada. e xcitada. Podía Podía sentir cuán hú el muslo de Soledad. Le tocó el sexo. Estaba empapado, así que se levantó y la buscó la mano que debían de pasar al dormitorio. La luz del cuarto de estar quedó encen conducía, caminando detrás de ella, con su cuerpo pegado al de Soledad, cuello, los omóplatos. Cuando se tumbaron en la cama, ninguna llevaba puesta prenda alg escuchaba escuch aba a Dinah Washington. La canción perfecta. perfecta. What’s a different a da Miró el reloj de la mesilla. Eran más de las once de la mañana. Se dio la v otro lado de la cama estaba vacío. Gritó el nombre de Soledad, pero nadie ¡Coño! Se ha marchado, marchado, Dios mío, se ha marchado. ¡Maldita ¡Maldita sea!” Al le levanta vantarse, rse, comprobó que, en efecto, ya no est estaba aba en casa. Buscó encontróó encima del sofá: “Buenos encontr “Buenos días, Alicia. Alicia . He tenido te nido que irme, tenía un llevado mi disco. Quiero que nuestra relación esté libre de recuerdos oscuro comprenderás. compr enderás. Te llamo l lamo en e n cuanto pueda. pueda. Mil besos. Te quiero.” “Se ha lle llevado vado el disco. Sea lo que sea lo que oculta, debe ser impo comprometido compr ometido como para no importarle i mportarle robarlo de mi casa. casa.”” Abrió el bolso bol so metiendo lo indispensable: un par de mudas, algunas camisetas, dos pan pequeño neceser. No recordaba haber preparado nunca un equipaje tan esc Charo y, sin darle muchas explicaciones, le anunció que se marchaba a Perú. no se lo comentase a nadie, ni siquiera a Antonio. Su tía se preocupó, pero ingenió para tranquilizarla tranquilizarla..
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Doce horas. Alicia no podía creer que se tardase tanto en llegar a Lim exagerado. “En pleno siglo XXI doce horas en avión. Es ridículo. ¿Cuánto t la Católica en recorrer todo su reino en las tartanas de aquel entonces? empleó Colón para arribar al continente descubierto?” Compró el billete en de viajes próxima a su casa. Aunque consideró desmedido el precio, no se veces. “Si lo medito me resultará una locura y no iré. Sólo espero que mere No era roñosa, roñosa, pero sopesaba las inversiones que hacía. El viaje a Perú era u Cogió su libreta, un cuaderno tamaño cuartilla y un reproductor de CD c discos que tomó casi al azar. Aprovechó para comprar una novela en una d del aeropuerto. Después de repasar buena parte de los títulos que se decantó por dos de ellos: El último encuentro, de Sándor Maray, y Las enseñ Juan. Se extrañó al reconocer el libro. “Resulta subversivo entre tanto tít infame.” Leyó a Castaneda muchos años atrás, y lo respetaba como a Puede ser un buen momento para revisar su iniciación. Los poderes del una huella que no se olvida nunca. Uno se enfrenta a sí mismo cuando marca de por vida.” Le gustaba releer, pero sólo libros muy determinados selectiva para regresar a un libro que no colme y embriague. Por lo que se r no conocía, conocía, ni siquiera de oídas, oí das, a Maray, pero le atrajo atraj o la sinopsis si nopsis de la con No tuvo que facturar facturar el equipaje así que, antes de embarcar embarcar,, se hizo con u agua y algunas golosinas de chocolate. “En doce horas se puede escribi inhumano tener a los pasajeros pasaje ros medio día encerr e ncerrados ados en un avión. He de ap menos, intentar hacer algo útil mientras cruzamos el charco.” No tenía alturas, ni vértigos, ni mareos siquiera, pero le agobiaba la mera idea de duración durac ión del viaje. viaje . Sign up to vote on this title Se acomodó en su plaza, lamentándose de queno estuviera al lado de Useful Not useful Mejor así, voy demasiadas veces al servicio. De este modo no molestaré atención a la gente que iba ocupando sus asientos, excepto cuando llegó s
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donde lo abra.” De pronto se dio cuenta de que su compañera llevaba m ausentada, y miró, ladeando la cabeza, por el pasillo del avión. Al no verla, fue hacia el servicio. Estaba ocupado. “¿Seguirá “¿Seguirá dentro?” dentro?” Golpeó la puerta. le contestó. –¿Se encuentra bien? bie n? La puerta se abrió. Tras ella, la mujer que ocupaba el asiento contiguo mostraba ahora un rostro desencajado. –Ah, es e s usted. Es que lo paso fatal cada vez que me subo a un avió avión. n. pero seguía mareada, por eso me he demorado tanto. Le recomiendo que hasta que se ventile ve ntile un poco. –No, no tenía intención inte nción de usar el servicio, servi cio, sólo quería sabe saberr si se encontra –Muchas gracias gracias.. No suelo marea marearme. rme. Estoy acostumbra acostumbrada da a viaj viajar ar quizás me haya sentado mal el no haber comido nada. Alicia Ali cia buscó en su mochila y le ofreció un paquete de caramelos. carame los. –Dicen –Di cen que segrega segregando ndo sal saliva iva los mareo mareoss desa desaparecen parecen –se lo acaba acabada da pero con ella funcionaban ese tipo de remedios psicológicos, así que pro cabo de un rato sirvieron la cena. Algo parecido a una tortilla a la franc ensalada. “Transgén “Transgénica, ica, seguro.” De postre un yogur y para beber un poco poco d –¿Cómo se encuentra? –Mejor, parece que se me m e ha pasado pasa do un poco. –No se preocupe, la l a única tragedi tragediaa de los avi aviones ones de hoy en día dí a son sus demás, todo en ellos es e s seguridad. –No es miedo, mie do, ya le dije dij e que viajo via jo en avión avi ón con frecuencia. Y usted, ¿va m –No, es la primera prime ra vez. –¿Trabajo? –¿Trabaj o? –Sí, soy periodista. periodi sta. –Qué profesión tan ta n interesante. interesa nte. up to vote on this title –No se crea, eso es un mito. ¿Cómo es que va a Lima? LiSign ma? Useful Not useful –Soy de allí. all í. –Qué casual casualida idad. d. Entonces, quizás pueda ayudarme ayudarme.. Tengo que ir a un
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entorno natural bárbaro. Y por las noches, estoy segura de que no debe p sus casas un solo ruido. –¿Cómo puedo llegar lle gar hasta allí a llí?? –Si lo l o que quiere es ver ve r el Machu Pichu, le aconsej aconsejaría aría hacer la l a ruta inca. caminando entre montañas, pero merece la pena. El paisaje, se lo sobrecogedor. “Se lo insisto.” insi sto.” –Espero poder po der ver ve r el Machu Pichu, pero lo l o que me han pedido pedi do es e s un repo pueblo en sí. –Entonces tendrá que toma tomarr un avi avión ón interno i nterno de Lima a Cuzco. De Cuzco con bastante frecuencia que la dejarán en el pueblo mismo. Son aproximadamente. Nada comparado con este viaje. via je. –Perfecto. Supongo que no tendré problema proble ma para dormir dormi r allí, allí , ¿verdad? –¿En Cuzco? –No, en Aguascaliente Aguascali entes. s. –Ah, no le puedo decir de cir.. No tengo te ngo la menor idea i dea de cómo func funcionan ionan al allílí los No hay hoteles, hoteles, desde luego, l uego, pero quizás quizás sí pensiones o algo similar. simi lar. –Espero poder dormir en algún sitio sit io que no sea la inte intemperie mperie.. –La gente es muy hospitalari hospita laria, a, seguro que alguien alguie n le cede una habitación. habit ación. Una azafata retiró las sobras. Casi de inmediato, les ofrecieron alcohol. A la oferta; la mujer, muje r, en cambio, pidió un coñac. coñac. –Es para calmarme; calm arme; aún a ún sigo un poco intranquila. intranquila . Se lo bebió de un trago y después se aovilló hacia la ventana, buscando cómoda. El ordenador estaba en el suelo, apoyado contra el asiento del retomó el libro. l ibro. Antes Antes de acabarlo, a cabarlo, pidió un café y se levantó un par de vece las piernas. La práctica totalidad de la tripulación dormía. Era de madrug más de cuatro horas, terminó a Castaneda. Intentó conciliar el sueño, pe Sign up to vote this title imposible encon e ncontrar trar una una postura de la que no se resintiese alonpoco. useful Useful las Notcaricias Pensaba en Soledad Cortés, recreando los besos, inter compartidas. “Fue maravilloso. Su piel olía a tierra mojada y su sexo excita
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único que que pudo ofrecerle ofrecerle la l a azafata aza fata fue una coca-cola. coca-cola. Aunque Aunque no solía solí a toma para mantenerse despierta. Apuntó en el cuaderno la información que le h mujer sobre Aguascalientes. “No nos hemos preguntado preguntado ni los nombres.” Sacó su reproductor de CD del bolso, y aprovechó la música para sola cantante. “A veces creo que todo esto que me revolotea en mi cabeza lo h que nunca sucedió, que es una especie de ensueño extraño… sin embargo pecho cada vez que lo recuerdo.” Cerró los ojos. “Ahora estará tendida quizás sola.” Fue su último pensamiento antes de sucumbir sucumbir al cansancio. La despertó su compañera de viaje cuand cuandoo trataba de encender el ordena –¿Qué escucha? –¿Cómo? Los auriculares se le habían había n caído y colgaban de su cuello. El CD había te –Fleetwood –Flee twood Mac. Es un grupo… –Lo conozco. Es uno de mis favoritos. favorito s. –¿De veras? vera s? –Sí, claro. ¿No creerá creerá que soy demasi de masiado ado mayor mayo r para conocerlos? –No, en absoluto, no quería decir de cir eso. –Me interes i nteresaron aron antes, a ntes, en los l os comienzos. comi enzos. Cuando Cua ndo hacían hacía n blues. Además, Ade más, grupoo es extravagante, digna de un artículo, pero, grup pero, claro, la conocerá de sobr Alicia Ali cia reparó en que había cierta inte intención nción en las pala palabras bras de su com desconocía desconoc ía las la s veleidades veleida des a las que se refería. –Pues si le soy sincera, ignoro esos es os detalle deta lless a los que alude. al ude. –El primer guita guitarrista rrista que tuvie tuvieron, ron, muy conocido conoci do por ser uno de los blue más reputados, un día abandonó la banda y se puso a trabajar como e segundo desapareció en plena gira. Tuvo que intervenir el FBI y todo. F encontraron en una secta. Y el tercero, que sigue ahora, creo, estuvo a pu por una sobredosis. Sign up to vote on this title –¿Quién de todos ellos el los era Peter Pe ter Green? Useful Not useful Si la escuchó, la mujer desestimó la pregunta. Parecía no haberle impo mínimo.
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–Caram ba con Steve –Caramba Stev e Nicks. Es muy atracti a tractiva, va, eso es o sí. Recuerdo Recue rdo que tuve colocó un cartel suyo en su habitación. La mujer dio por zanjado el tema de un modo brusco. brusco. –Faltann sólo dos horas para llegar. –Falta ll egar. –Vaya –V aya.. ¿Me haría un favor? favo r? He H e pedido ya tres cafés, así que no quiero las azafatas. aza fatas. ¿Sería ¿Sería tan amable ama ble de pedir otro por mí? –Claro. –Cla ro. Aunque el café de avió aviónn es el peor de todos los del mundo. compañías con las que viajes, siempre es malo. mal o. Tenga, se le ha caído. La mujer le devolvió el cuaderno y Las enseñanzas de don Juan, que e suelo. –No conozco este libro. li bro. ¿De ¿De qué trata? tra ta? –Precisamente –Precisa mente Casta Castaneda neda es un escrito escritorr peruano, si mi memori memoriaa no había leído, pero lo compré en el aeropuerto, primero, porque jamás hubie encontrarlo en una tienda de libros rápidos y, segundo, por eso mismo peruano. Trata sobre el chamanismo. Bueno, y sobre muchas más cosas, p Castaneda es uno de los grandes. Tenga, quédeselo. Lo tengo en casa. Lo tener lectura a mano. ma no. Son Son muchas muchas horas de vuelo. Además, ya lo l o he termina –Muy amable. amable . La mujer ojeó el libro, deteniéndose en las anotaciones que había hecho A –Lo sie siento, nto, tengo la costumbre de escribi escribirr en los lilibros. bros. Espero que mis trivialess no le entorpezc triviale e ntorpezcan an la lectura. l ectura. Es Es un libro magnífico. Lo aceptó, pero la mujer no mostró una excesiva gratitud. Guardó Guardó el libro l ibro buscó postura para dormirse de nuevo. Decididamente, Alicia no creyó una de lo que le comentó acerca de la historia de Fleetwood Mac, pero se prom en algún momento, cuando hubiese desentrañado el interrogante que la em a Perú. “¿Cómo convenceré conve nceré a Amal Amalia ia para que hable conmigo acerca de Soleda up to vote on this title tan áspera como me dijo Jenny, no tengo muchas Sign posibilidades de que me Not useful Usefulque hacer es así, el viaje habrá sido en balde. En tal caso, tendré turismo p el coste. No es una mala opción; al fin y al cabo, me merezco unas vaca
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novelas. Surgen de una pequeña obsesión: una palabra, pal abra, una frase, un perso Llevaba tiempo pensando en trasladar la acción de sus novelas fuera d que se circunscribían casi siempre a Madrid, aunque era normal que su viajasen a otras provincias en busca de pruebas. “Clara necesita un ambientes.” –¿No has pensado en hacer que la CIA o la INTER INTERPOL POL le l e hagan una ofert lo suficientemente brillante como para despertar el interés de los cuerpos de otros países. Lo mismo que en el fútbol. –Puede que tengas razón, tía Charo. Pero, si me ha costado años de est los modus operandi de la policía española, qué no me supondrá familiarizar métodos extranjeros. Además, no resultaría creíble. Clara guarda una idios española. Por otro lado, ¿qué hacemos con Verónica y Federico si ella ell a se ma Al bajar baj ar del avión a vión se mareó ma reó un poco. “Es la altit al titud, ud, debe ser eso.” Le faltab fal tab la ventanilla ve ntanilla del taxi, taxi , la ciudad le record recordóó a Pamplona, una ciudad gris, sucia sucia aspectos, con enormes rascacielos y una polución tal que le hizo pensar nuclear ocasionado en Hiroshima. “Lima, metrópoli de alma fea. Es lo que d al verla, seguro.” Pidió al conductor que le acercase a algún hotel céntric descansar. Hasta que no se repusiera, no tomaría el avión hacia Cuzc decidido. Le invadió el recuerdo de la mujer que viajó a su lado. Al salir del a perdido de vista. Trató de encontr encontrarla arla dentro del aeropuerto, a eropuerto, pero pero le resultó –Hace –Ha ce mal en confiar tanto en los lim limeños, eños, señorit señorita. a. Debe Debería ría tene tenerr Imagínese que la llevo ll evo fuera de la ciudad y le doy un susto. susto. No está bien eso un taxi y dejar que sea el conductor conductor el que decida dónde se va a hospedar. –Gracias por el consejo. conse jo. –¿Española?? –¿Española –Sí, de Madrid. Vengo por trabajo. trabajo . Por cierto cierto,, ¿conoce ¿conoce Aguascalient Aguascal ientes? es? –Al pie del de l Machu Pichu. Pichu. Nunca Nunca he ido. up to title –¿Nunca –¿Nun ca ha estado esta do en Aguascaliente Aguascali entess o nunca nunca haSign esta estado dovoteenon this el Machu Pich Useful Not useful conocerá –En el e l Machu Pichu. Supongo que usted tampo tampoco co el Prado. Jam cosas que se tienen más a mano. ma no.
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tumbarse en la cama pese a que estaba rendida, se dio una ducha larga agua le cayese directamente en la cara. No había cogido gel ni champú de se frotó el cuerpo con las manos. No pensaba en nada; se concentró en la liviandad del agua sobre la piel. Respiraba el vaho que ella misma provoca en el bello púbico. Descolgó la ducha y dirigió el chorro directamente a su no se hizo esperar. Se secó el pelo con la toalla y, desnuda, se metió en la cama. Se mastur como si quisiese retardar el orgasmo. Pensó, de nuevo, una vez más, otra Soledad. “Estuve encima de ella, la toqué, besé todo su cuerpo… no pudo h sueño.” Emitió Emitió un pequeño pequeño y leve le ve gemido y se quedó dormida.
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Se despertó pasada la l a hora de comer, pero sin hambre. Al incorporarse, incorporarse, can impresión de que necesitaba dormir más. Miró la habitación. “La próxima Clara tiene tie ne que reflejar todo esto. Es demasiado demasia do insólito para no aprovechar de tantas expectativas resultase un ridículo absoluto el supuesto misterio Soledad, quizás lo cuente tal y como lo he vivido. Clara sacará mejor part esta historia. historia . Ella ya habría encon e ncontrado trado una solución. solución. Puede que cambie los en vez de una cantante sea una actriz… Demasiado evidente. Pensaré alg gustaría ver a Clara en un cuchitril como éste compartiendo cama con Veró que buscar un un motivo que lo l o justifique… se me ocur ocurrirá rirá alguno. Unidas por l en un país extraño, y durmiendo juntas. Los cuerpos, claro, se rozarían. ¿ Verónica?? ¿Aprovecharía Verónica ¿Aprovecharía la l a situación? sit uación? ¿Daría pábulo pá bulo a los tocamie to camientos ntos impur Se recostó para describir en su cuaderno la escena. “Imagina que hacen e lleva ventaja cuantitativa de amantes, pero seguro que Verónica la deja as si, de veras, tal y como apuntan las mentes calenturientas de algún qu literario, lite rario, Verónica Verónica es la eterna amante ama nte de Clara? Cla ra? Un Federico Federico en femenino. carácterr, como Joan Crawford en Johnny Guitar. Ni hablar carácte habl ar.. De momento m omento nad menos entre mujeres.” Arrancó la hoja escrita, arrugándola hasta hacer de de papel. Al lev levanta antarse rse de la cama sinti sintióó un mareo. m areo. Volvi olvióó a ducharse, sin mucha vistió con los mismos vaqueros que llevaba puestos durante el viaje, con color teja, sencilla, de manga corta. Hacía calor en Lima. Antes de pagar preguntó pregun tó en qué hotel podía hospedarse en Aguascalientes. –Que yo sepa, s epa, no hay ninguna pensión pe nsión ni nada na da que se le parezca all allí.í. Es paso. Los turistas no hacen nunca noche en él. A lo sumo toman algo en Sign up to vote on this title estación y regresan a donde sea. Useful Not useful Aquelloo le pareció una seria contrarie Aquell contrariedad, dad, porque le concedía poco conseguirir la infor consegu información mación que necesitaba. necesita ba. Se descor de scorazonó. azonó. “Tal “Tal vez ni siquier
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algo que detestaba más que el fútbol era sus aficionados. “Las más violenta no las propicia la globalización, ni la deuda externa. Es el fútbol el tema moderno.”” Todavía moderno. Todavía no entendía e ntendía cómo pudo introducir introducir la escena de la Cibeles libro. “Por algún extraño motivo, la historia pedía una pincelada futbolíst ridículo que resulte que la celebración de una Copa de Europa sea algo rele novela policíaca.” El pasaje hasta Cuzco le resultó irrisoriamente económico, sobre tod comparó con lo que le había costado el vuelo desde Madrid. Pidió un ca sentó en la barra de una única única cafetería que había en el aeropuerto a eropuerto de Lima veinte minutos hasta que despegase el avión. Consultó el reloj: eran la tarde. Llegaría a Aguascalientes, como pronto, a las ocho. “Es una locura dormir a la intemperie.” La sola idea le produjo un escalofrío. Era muy mie probar suerte y, si Amalia no me recibe, mantenerme en vela hasta que pu autobús de regreso. No pasa nada. Tengo un libro por leer y un cuaderno miedo será el estimulante que me mantenga despierta.” Fue entonces cu que estaba dando por fracasada su empresa. Respiró hondo. “Qué bobada Cuzco. Así descansaré y prepararé la entrevista. Necesito una estrategia, que obligue a Amalia, Amalia , al menos, a escucharme.” escucharme.” Al baja bajarr del avió aviónn en e n Cuzco sintió si ntió náusea náuseas. s. Llegó Ll egó a la lass ocho menos cuart retrasó. Demasiado tarde para viajar a ningún sitio. Repitió la escena de L taxi y se dejó llevar a un hotel modesto elegido a criterio del conductor. Cu su carné de identidad en la consigna, la hicieron pagar por adelantado. Ap preguntar pregun tar cómo podía llegar lle gar hasta Aguascalientes. –Hayy trenes a las sie –Ha siete te de la maña mañana. na. Tardará unas horas en lle llegar gar,, Pichu lo merece. “Qué maní maníaa con el Machu Pichu. Pi chu.”” No le agrada agradaba ba viaj viajar ar.. Si se marchaba ver su monumento monumento cumbre cumbre no lo lamentaría después. Sintió una una punzada en up to votede on this titleno había y le sonó como un gemido desesperado. Cayó en laSign cuenta que Useful Not en todo el día, así que pidió que le subieran a la habitación lo useful que hubiese cantidad abundante y acompañado por un refresco.
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en su imaginación. ¿Cómo sería aquella mujer? ¿Le aclararía ella este absur ¿Habrá merecido la pena venir aquí? ¿Para qué? ¿Por qué? Pidió un paquete y escuchó la letra de la canción que sonaba. La voz era femenina, con ritm hablaba sobre infidelidades y borracheras. Sonrió, tarareando el estribillo m Si mi destino es vivir, si mi destino es llorar, mejor muriera. De tí ya nada q dirigió al camarero. –Perdone, estoy est oy buscando a Amalia Amali a Rodrigo. ¿Podría decirme dónde puedo La voz que contestó contestó venía de detrás de ella. ella . –Amalia –Amal ia no recibe a extraños. e xtraños. Alicia Ali cia se giró. Una mujer de unos cincuenta años, cargada con una bo hombro, hombr o, se encaró e ncaró a ella. ell a. Su cara era cordial pero su gesto gest o desconfiado. desconfiado. –¿Para qué quiere ver ve r a Amalia? Amali a? Hablaba Habla ba un español corr correcto ecto aunque con un marcado acento. La miró mi ró con –Tengo que hablar habl ar con ella. ella . –Todos dicen dice n lo mismo. Pero ella el la no quiere verles ve rles a ustedes ust edes.. Está cansada –Lo que tengo que decirle decirl e es importante im portante.. –Siempre –Siem pre es importante import ante.. Pero no para para ella e lla.. –Me gustaría inte intentarlo. ntarlo. –La misma mi sma cabezonería cabe zonería de los demás. dem ás. A Alicia Ali cia le l e molestó mol estó aquel aquella la general generaliza ización ción en la l a que la extraña e xtraña la incluía demás. Nadie cree ser como los demás.” Bebió un trago del refresco. Le s Empezaba a repugnarla el olor intenso a trucha característico del lugar. El sirvió un plato que apestaba a cebolla. cebolla . –Es ceviche peruano. Buen provecho. Removió la comida, en un intento por identificar los ingredientes. Prob Pescado, tal vez mero. ¿Mero en Aguascalientes? Patata, tomate, limón… más sorprendente. sorprendente. Juraría Juraría que lleva l leva lima.” l ima.” to vote on thisde title la –Venga –V enga conmigo. Tengo que lle llevarle varle sus cosas. Sign Meupencargo lavarle varle useful Useful pero Notnada bien. Usted esperará a que se las dé antes de acercarse, que le d su opinión. No No señor, ya lo verá.
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tan curiosa?” Vio salir sa lir a la mujer m ujer de la l a casa. casa . Caminaba Camina ba encorvada, encorvada , aunque no parecía cara estaba cur curtida; tida; el color de piel era e ra cobrizo, y tenía notables arru a rrugas gas que tremendo respeto. –Desengáñe –De sengáñese, se, no la recibirá. recibi rá. –Gracias por acompañarme, acompa ñarme, señora. señora . –Adiós. –Adiós, y gracias gracia s de nuevo. Le pesaban los pasos. Deseaba, por un lado, no llegar nunca a la cas deseaba, por otro, que todo aquello terminase cuanto antes. Estaba m náuseas seguían amargándola. No vio timbre alguno. Los brazos eran agota que apenas dominaba. Golpeó la puerta lo más fuerte que pudo. El corazón corazón redoble de tambor. No contestó nadie. Volvió a batir las palmas contra la p Coño, no me hagas esto. Desde España, vengo desde España sin otro p hablar contigo, Amalia.” Amalia.” Desesperada, Dese sperada, intentó batir la l a puerta. Una voz se lado. –¿Qué quiere? Le pareció que aquella voz provenía de una mujer muy mayor. Te impertinente y maleducado del que está en una situación favorable y espe contrario. contr ario. Alicia no contestó. Se limitó limi tó a golpear golpea r de nuevo. –Márchese, me echará la puerta aba abajo. jo. No pienso abrir abrir.. No quiero habla ¡Fuera! ¡Déjeme en paz! –¡Amalia –¡Ama lia!! Amalia Amal ia,, escúcheme, tengo que saber sabe r algo. –¡Váyase –¡Vá yase al a l diablo! dia blo! –Amalia,, no soy periodi –Amalia periodista, sta, ¿me oye? No quiero qui ero entrevi entrevistarl starla, a, ni vengo Chabuca. Chabuc a. Necesito saber sa ber algo que sólo sól o usted puede contarme. Se produjo produjo un silencio momentáneo al otro lado. Sign up to vote on this title –¿Qué quiere de mí? mí ? Useful Not useful –Que me expli explique que lo que sabe acerca de una cantante que grabó fundación, hace años. Tiene que acordarse de ella. Se llama Soledad C
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No había tristeza ni compasión en aquellas aquella s palabras. pala bras. Tampoco Tampoco desprecio n alguno. Alicia estaba a punto de romper a llorar. Se sentía ridícula, necia, p vómito acechaba su garganta conquistando territorio ascendiente. Quiso francaa posible franc posibl e con Amalia, Amal ia, no quería cometer ni un solo error. Era Era su única o –¿Y cómo explica expli ca entonces que me haya acosta acostado do con un un muerto? Amalia Amal ia no se sorprendió ni modificó el gesto de su rostro. Seguía im intentó explicarlo. –Conocí a Soleda Soledadd Cortés hace algunos mese meses, s, a travé travéss de un disco no compré por casualidad. Un día, después de aquello, escuché por la radio q presentado su primer disco cuando, cuando, en realidad, yo sabía sa bía que era e ra el segund no le di la l a más mínima mí nima importancia, pero poco a poco fui fui obsesionándome c hasta que conseguí hablar con ella y convencerla de que viniera a casa. Le de manera pueril sobre su primer disco, del que lo único que sé es que lo fundación y ella se enojó hasta el punto de que se marchó de mi casa desairada y con una excesiva preocupación que no hizo sino avivar mi cu mismo día, regresó y dormimos juntas. A la mañana siguiente, me encontré despedida. Me había robado el disco, la única prueba de que disponía para Soledad Cortés tenía, al menos, dos trabajos en su discografía. No lo entie No entiendo nada. Hablé con dos periodistas peruanos y lo que ellos me desconcertó aún más. Me dijeron lo mismo que usted, que Soledad había puede ser. Porque yo la conozco. Por lo que más quiera, Amalia, nece verdad. –¿Te acostaste acost aste con ella? ella ? Por un momento, Alicia se irritó. Parecía que lo que acababa de co importaba en exceso ni comprendía la magnitud del asunto. No podía en aquella mujer sólo le preocupase si se habían acostado o no. “¿Qué clas perversa es capaz de hacer esa pregunta después de haberle hablado con Signle up to vote on this title con la que lo he hecho?” Aunque se percató de que había tuteado, lo qu useful Useful Notdesganada que bajaba la guardia, al menos formalmente, Alicia contestó co sí”.
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–Chabuca. No he conocido mujer muje r más fascinante fascinante.. No creo que la vuelva como ella. Fue única. Todo el mundo la adoraba, pero nadie la quiso com amaba. Resulta irónico que te esté hablando con tanta claridad. Me han of dinero por contar esto mismo que te acabo de decir. Supongo que, como tú conmigo, yo yo lo intento inte nto ser conmigo. conmigo. Y trátame de tú. Alicia Ali cia dejó el pañuel pañueloo en su siti sitio, o, y se sentó en una pequeña butaca amarilloo y verde, guardando amarill guardando silencio. –¿No vas a preguntármelo? preguntármel o? –¿El qué? –Si fui correspondida. –No, no he venido a fisgonea fisgonearr sobre su vida privada privada.. Si quiere intim intimida ida quien la vulnere. Sé muy bien qué se siente. Es obvio que no me ha rec Alicia Ali cia Romero. –YYa lo – l o sé. ¿Crees que abro la l a puerta de mi casa a cualquiera cual quiera que la golpea go lpea información? infor mación? Trátame de tú, déjate de formalismos. No la creyó. Habría jurado que no la identificó, pero el orgullo que destila suficiente para sospechar que no admitiría un desliz por su parte, ni aunq pequeñez como esa. –Antes, leí leíaa tus novela novelas. s. Eran trepi trepidantes dantes.. Me gustaba gustaban. n. Clara Clara,, todo un clase. –¿Ya no la tienen? ti enen? –No lo l o sé. sé . Desde De sde que vivo vi vo aquí a quí no le leoo la l a prensa, ni veo v eo la tel televi evisión. sión. Ni teléfono, así que las novedades del mundo exterior son ajenas a mí por com Federico… cómo sufría el hombre. Resultaba casi pueril. Mastícala de desaparecer los mareos. ma reos. Al menos, durante un rato. Le tendió una hoja de coca. Verde cobrizo, seca, crujiente. Tenía un sabor añusgaba en la garganta. Sign up to vote this title –Debes –De bes ser la única úni ca persona que no desea que Federico seoncase con Clara Not useful Useful , yeso –Sería un completo comple to error. Y Verónica se desconcertaría de sconcertaría, no lo podem Sonrió Sonr ió por primera vez, y eso ayudó a Alicia a relajarse. relaj arse.
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Dios, a mí me dice eso un hombre hombre y lo abofeteo. –Para resultarte resul tarte cursi lo l o recuerdas a la perfección. pe rfección. Se sintió dolida. doli da. “Sé que es pura egolatría. egola tría. Sé que es cur cursi, si, pero, ¿quién ¿quién co eres para decírmelo con esa frialdad?” –Recuerdo una canción de Chabuca que decía: decí a: “flores “flore s te traigo traigo,, rosas te que ven la mañana prendidas a tu ventana”. Eso también es amanerado. Amalia Amal ia se enfur e nfureció. eció. –Escúchame. Puede que Chabuca escribi escribiera era al alguna guna que otra cursilerí cursilería, a, menos. Además, Chabuca Chabuca es e s un mito. Y los mitos mi tos lo son porque porque no conocen Y tú t ú no eres, ni mucho menos, menos , un mito. Chabuca Cha buca es sagrada sagrada,, ¿entiendes? ¿entie ndes? Y para atacarme ata carme puedes marcharte cuando cuando quieras. Hablaba en serio. Su registro era mucho más frío y distante que el que em intentaba disuadirla para que la dejara en paz. –Lo sie siento, nto, de veras. Estoy cansada cansada,, marea m areada. da. Ha sido un viaje vi aje muy larg l arg descansado, y supongo que mi vanidad me ha jugado una mala pasada. Ch cantante deliciosa. Lo digo de corazón. Creo que canciones como La Flor Fina estampa o José Antonio son magníficas. Lamento que la soberbia hay por mí. Sí, reconozco que Federico es un tipo redicho en más ocasiones d gustaría que lo fuese, quizás es el e l personaje que más se identifica conmigo. –Eres la primera prim era lesbia le sbiana na cursi que conozco. Rió, y su carcajada carcajada no dejaba de resultar un tanto fantasmagórica. –YY créeme – créeme,, he conocido a muchas. Ven, preparare prepararemos mos algo de comer hablas de tu Soledad Cortés –le dijo cogiéndole la mano. Por un momento que si quería obtener la información que buscaba tendría que ofrecer algo le gustó la idea. “Es ridículo. Podría ser mi madre. Qué estupidez. Podría s pero no lo es. Luego puedo acostarme con ella sin que surjan problema dices, Alicia. ¿La coca te ha trastornado?” trastornado?” up to vote this vino title La cena fue frugal. Bebieron, eso sí, abundanteSign dosis deonun exquis Not useful Useful una explicó Amalia, era una botella que le había regalado cantante e popularizaba las canciones de Chabuca en el país. Alicia sabía a quién s
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dónde empezar. –¿Qué ocurre? ocurre? ¿La has olvidado? olvida do? –Olvidarla –Olvi darla… … Su mero recuerdo despereza de spereza en mí una sutil suti l sensación se nsación onírica oní rica es un extraño verbo que contrae mis pechos si lo pronuncio exánime… acaso… olvidarla, nunca. Ojalá las palabras pudieran venir hasta mí, pero poder suficiente para conjurarlas en todo su dominio, en todo su esplendo dijera acerca de ella el la la harían justicia. Olvidarla… ¿de ¿de qué moriría entonces? Amalia Amal ia la besó en los labi labios. os. Fue un beso tie tierno rno y convencido, pero sin Alicia Ali cia quiso entenderl e ntenderloo como lo que fue, un bonito gesto. ge sto. –No diré que es cursi porque tus pala palabras bras me han emoci emocionado, onado, aunqu hablando de una impostora. –Eso no lo sé aún. –Sí lo sabe sabes. s. De otro modo no hubieras venido a verme verme.. Aguarda, ahora mientras desaparecía por una puerta que cerró tras de sí. Alicia se recost desgastado por diversos sitios. si tios. “¿Pertenecería “¿Pertenecería a Chabuc Chabuca? a? ¿Chabuca ¿Chabuca la grand aquí mismo, donde yo estoy sentada en este momento? ¿Y Soledad, Soledad?” Bebió un poco de té de coca. “Demasiado amargo, pero a la Como ella.” Escuchó ruidos de libros, cajones cerrándose, plásticos, paso haciendo crujir el suelo de madera. Cuando volvió, Amalia traía sobre l álbum de fotografías. Se sentó excesivamente cerca de Alicia y le l e mostró un –Es ella. ell a. “Así que tú eres la auté auténtica ntica Soleda Soledadd Cortés. Cortés.”” Cogió el álbum y qued fijamente. Era una mujer perfecta. Tenía una cara dulce, serena, de pelo con unos unos ojos arrebatadores, a rrebatadores, azul casi enferm e nfermizo. izo. Parecía alta. a lta. Su cuerpo era armonioso que provocaba fascinación. Sus piernas nervudas, prietas, inte sonrisa viva, fresca, encantadora. En la fotografía aparecía junto a una Cha longeva pero magnánima. up to vote on this¿Es title tan bella –¿Comprendes ahora por qué me acuerdo de Soledad SoleSign dad Cortés? Not useful Useful –No. Desde la l a Garbo no había visto vist o ninguna mujer como ésta. ésta . –Qué típico típi co que las lesbiana le sbianass mencionéis mencionéi s a la Garbo.
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espuma. Todas las emisoras la pinchaban. Todos los dueños de los dist querían que que actuase en e n ellos. Fue la elegida. ele gida. Cuando Cuando salió en e n televisión televisi ón no persona, hombre hombre o mujer, que no se prendase de aquel ser magnético. –¿Era peruana? –Nunca supimos nada acerca de su vida. Otro ali aliciente ciente para la fascinac Pero la fama y el dinero mal combinados resultan una mezcla letal. Pronto los excesos. Al principio, ella ocultaba sus desmanes sexuales. Claudio Cla udio suf Cuando se convirtió convirtió en una estrella, estrel la, lo trataba con un desprecio infinito, infinito, por un ser arrogante arrogante que no soportaba soportaba la presencia de aquel a quien le debía to lo bueno y lo malo, y de quien, asimismo, no podía prescindir. Pero, a pesar vez era más escandaloso su libertinaje, nunca hubo mujeres. Claudio era hijo, Manuel. En aquella época tendría quince años, no más. Un mozo apue Con esa edad, quedar deslumbrado resulta muy fácil. Y Soledad Cortés te más que suficientes para consegu conseguirlo. irlo. –¿Soledadd se acostó con su propio hijo? –¿Soleda –No era su hijo. Pero el ella la así lo considera consideraba. ba. Fue lo único que respet Manuel. Pero no pudo evitar que el muchacho se enamorase de ella. Cuand alejó de él, para no hacerle daño, y comenzó a beber. Bueno, había empe mucho antes, pero con esa historia digamos que tuvo un verdadero pro alcohol, que no superó nunca. nunca. Entre otras cosas, porque no tuvo tiempo tie mpo para Consideró irrespetuosa irrespetuosa la ironía. –O sea sea,, que las constante constantess infidel infidelidade idadess de Soleda Soledadd lle llevaron varon al hombr amaba, Claudio, a matarla ma tarla en e n un arrebato arrebato por dignificarse. –Manuel se suicidó. sui cidó. –¿Manuel? –YYa sabe – sabess cómo son los adol adolescente escentes. s. Manuel esta estaba ba enamo enamorado rado de amaba su padre, una mujer que se había beneficiado a todos los hombres Sign up on this titlesuicidios Una mujer a la que no podría tener nunca. Acabó con suto vote vida. Los Useful Not useful parecen la máxima expresión de integridad delser humano. Lástima q infrecuentes. Dejó escrita una carta para Soledad. No es muy difícil de imag
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–¿Y dónde está enterrada e nterrada Soleda Sol edad? d? –Mijita, –Miji ta, si lo supiéra supiéramos, mos, Claudi Claudioo esta estaría ría en la cárcel, que es el corresponde. –¿Cómo sabe sabess que la mató y no que Soleda Soledad, d, al a l morir Manuel, no se sin simplemente huyó huyó?? –La noche que murió Manuel, Soledad Soleda d durmió en casa de Chabuca. Estaba no paraba de repetir que Claudio la mataría por aquello. No tenía miedo estaba lúcida. Era como si se resignase a expiar su pecado. Lo único que Chabuca y a mí, fue que le diéramos sepultura. La niña, por lo vis sacramentada al otro mundo. mundo. Después de aquello, ni a ella ni al mal ma l nacido amás. Alicia Ali cia trata trataba ba de ordenar todos los datos proporcionados. Mientras Mientras,, Am una pipa hecha con un pedazo de mazorca de maíz. Al acercar el fósforo al olor agudo a hierbas se extendió por la habitación. –Ahoraa que sabe –Ahor sabess lo que venía veníass buscando, respóndeme tú a mí. ¿P querría aprovecharse del nombre de Soledad Cortés? Sólo un miserable se sacar provecho provecho de un nombre que lleva la desgracia de sgracia prendida. –El mise miserable rable responde a un nombre que te será famil familiar: iar: Claudi Claudioo representante de la falsa Soledad Cortés. –¿Crees que ella el la participa pa rticipa de este macabro y maquiavé maqui avélico lico ardid? ardi d? –No lo sé. Me robó el disco. Eso demues demuestra, tra, al menos, que sabe que el dice ser. Pero no asegura que conozca toda la historia. No lo creo, pero n explicación alguna que justifique el e l robo ni su conducta. conducta. –Mijita, –Miji ta, te has enamo enamorado rado de una mujer que util utiliza iza el nombre artí artístico stico que fue fue asesinada. asesi nada. –¿Cómo es posibl posiblee que en España nadie sepa de la exi existencia stencia de este habría llevado lleva do enseguida a averiguar lo que yo acabo de saber. Sign up toAdemá vote on this –Pero has tenido que via viajar jar a Perú para ente enterarte. rarte. Además, s,titleSoleda Soledadd Useful Not useful Chabuca Granda. Pregunta a los jóvenes de ahorapor ella. Habrá muy poc les suene siquiera el nombre. La fama es evanescente y caprichosa. Ha
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a un asesino sólo porque alguien a quien amas está de por med extravagancias, pero ninguna ninguna tan perversa como la que tú planteas. plante as. –Pero tú misma has dicho que no hubo hubo cargos contra Claudio. –No los hubo, en efecto, pero él fue el ase asesino, sino, y no debes permit permitirir ande a sus anchas por ahí. Por lo menos, debe de vivir vi vir como un ser vil, esco –No sé… esta e sta histori historia… a… si supiera, s upiera, al menos, que Soleda Soledadd está est á al a l margen ma rgen nada de esto. e sto. ¿Qué ¿Qué haré ahora? a hora? –Precisamente –Precisa mente eso e so es lo que me asusta. a susta. Que no sabes qué hacer. hace r. –¿Qué diferencia hay entre suicida suicidarse rse por amor y encubrir por ese mism posible cómplice? Mi Soledad Cortés ni siquiera conoció a la verdadera; e oven. ¿Por qué una opción te resulta fascinante y la otra réproba? –Cuando algui alguien en decide suicida suicidarse rse consuma su libe libertad rtad de una manera libertad, ¿entiendes? Ejerce la soberanía sobre sí mismo aniquilándose. destino de otra persona, sino de la única sobre sobre la que tiene ti ene potestad. –¿Cómo sé que lo que me has contado conta do es cierto? –Porque tu corazón te dice que lo que has escuchado e scuchado es verdad. –No es suficiente. suficiente . –TTendrá que serlo – serlo.. Te dije que no hubo ninguna prueba mat materia eriall que Claudio. Ése es el auténtico crimen perfecto. No el del criminal anónimo, a nunca nun ca se descub de scubrirá rirá su autoría, sino el crimen por el que no te pueden con de pruebas, aunque aunque todo el mundo sepa quién es el e l culpable. Ése es el e l crim –¿Por qué no no declaraste decla rasteis is Chabuca y tú en su contra? –Era notoria y conocida la ave aversión rsión de amba ambass hacia Claudi Claudio. o. No hubié credibilidad alguna. –Necesito –Necesi to descansar. descansa r. “Podría “Podr ía tel telefonea efonearla rla y pedirl pedirlee que vinie viniera ra hasta aquí. Si escuchase resolveríamos todo. Pero si no quiere venir, algo que entra dentrode la up to vote on this title que hag lógicas porque apenas nos conocemos y porque leSign estoy pidiendo Not useful Useful avión de miles de kilómetros, pensaré que ella le encubre. Podría pedirle a A lo contase ella misma por teléfono. Y un cuerno. No querría. Si Amalia acce
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Al baja bajarse rse del avi avión, ón, no pudo reprimir repri mir una corta carrera hasta la cabina de próxima. Tras marcar los números, buscó la cajetilla de cigarros pero, al es al otro lado del auricular, cejó en su empeño. No le adelantó nada a su excitación y la premur premuraa intrigaron sobremanera a Charo, quien prometió acu Alicia Ali cia a lo l o largo de la tarde. –¿Quieres que lleve ll eve cena? ce na? –Por favor. –¿Has averiguado a veriguado algo? a lgo? –Sí, y creo que tengo te ngo materia mat eriall para pa ra escribir es cribir siete si ete novela novelass más má s de un tirón la conmoc conmoción. ión. –TTambi – ambién én yo tengo cosas que contarte; no sé si aguanta aguantaré ré hasta esta ahora tengo que colgar, tu tío está impaciente. Íbamos a empezar a comer veo. –Lo siento, sie nto, perdona… –No te preocupes, boba, ya sabes sa bes cómo es. Un beso enorme. Al lle llegar gar a casa abrió una cerveza. cerve za. Sólo Sól o las l as bebía cuando tenía te nía mucha se congelada. Se desplomó sobre el sofá, con la lata en la mano. Pensó de nu un cigarro, pero la pereza le hizo desestimar el vicio. No podía dejar de da historia de la auténtica Soledad Cortés, Claudio y su hijo, Manuel. D escuchase, la otra Soledad no había tenido cabida en sus reflexiones. De p en Antonio. “¿Hubiera sido capaz de hacer lo mismo que hizo Claudio?” Son El corazón de Alicia volvió volvi ó a dispararse. Era Claudio Portillo. No reconoció la voz, pero de inmediato se identific perpleja. “¿Qué coño quiere este miserable?” El tono empleado era bastan Sign up to vote on this title que la desconcertó aún más. Si alguien, debido a una interferencia, Useful Not useful escuchado, escuch ado, pensaría que se habría entrometido en una conversación conversación amisto era en absoluto. a bsoluto. Tuvo Tuvo que que contenerse para no pedirle explicaciones. e xplicaciones. La pala
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una metáfora más má s oportuna.” –¿Has hablado habl ado con mi tía Charo? –Sí, así es. Nos preparó un café deli delicioso. cioso. Y tie tiene ne una casa preciosa Decorada con un gusto gusto exquisito. No esperábamos menos de ella. ell a. “¿Por “¿P or qué diablos di ablos le habrá invita i nvitado do a su casa tía Charo? Ahora él é l sabe s abe dó está amenazando? No puede ser, Alicia, piensa, piensa rápido. Nos… ha plural. ¿Habrá ido Soledad con él? ¿Con qué excusa?” –Estuve viviendo vivi endo muchos años en Perú. ¿En ¿En qué qué parte has ha s estado? esta do? –En Lima. Omitió deliberadamente el desplazamiento a Cuzco. Trataba de encaja pero le era imposible conjetur conjeturar ar algo coher coherente. ente. Todo Todo le resultaba resulta ba disparata con las peores pe ores presunciones. presunciones. –Y, ¿qué editorial editori al dices di ces que publicará tus t us novelas? novelas ? Alicia Ali cia se supo perdida. perdi da. No conocía ninguna editori e ditorial al autócto autóctona na de Perú. R por lo tajante. –Claudio, –Cla udio, habla hablamos mos otro día. Estoy espe esperando rando a al alguien guien y han lla llamado mado Disculpa que sea tan brusca, brusca, pero es importante. –Descuida, –De scuida, te espero e spero esta est a tarde ta rde a las ocho en el café ca fé del Sur. –Un mome momento, nto, es que no sé si hoy podré, acabo de lle llegar gar y tengo much hacer. Mañana he de entregar el artículo para La Prensa, me llevará t además… –Con lo suculentos que son tus últi últimos mos artí artículos culos y la cantida cantidadd de lect lectura ura no me extraña que te emplees a fondo en escribirlos. De todas maneras, debas demorar más la cita, así que te esperaré a las ocho. Seguro que e tomar un café conmigo sin perjuicio del artículo. ¿Sobre ¿Sobre qué vas va s a hablar habla r est No podría haber asegurado que lo fuese, pero a Alicia le resultó demasi pregunta pregun ta para seguir se guir manteniendo la calma, así a sí que colgó el telé teléfono fono..“Su t vote on title repugnante. Ha medido cada palabra, y la verdadSignesup toque suthisjugada ha s Useful Not useful mate. ¿Por ¿Por qué habrá ido a ver ve r a tía Charo? Está altanto del artículo que h Soledad. Son cómplices, no hay duda. Pero ¿qué pruebas tengo? Ningu
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res recados de Antonio; uno de ellos propon proponiéndole iéndole participar en e n un curso curso d un ciclo sobre literatura de mujeres. Alicia torció el gesto. Detestaba segregación literaria que tanto gustaba a los profanos. “Literatura para y de me interesa el tema.” Había intervenido en muchos ciclos, sobre novela po cine negro, sobre sobre Cirlot. Le fascinaba el poeta catalán; cata lán; más por su faceta de que por la de poeta misma, pero era un personaje personaje que no dejaba de asombr Otro de los mensajes era de tía tí a Charo, escueto escueto y parco, como todos los q incomodaba los contestadores. En él explicaba sucintamente que Soled Claudio le habían hecho una visita, pero no comentaba el motivo. “¿Por “¿Por qué su casa? ¿Qué excusa utilizaron?” Terminó la cerveza y comprimió l deformarla. El último mensaje fue el más enigmático de todos. Era de Soledad: “C sabido nada de ti en todo el día. ¿Dónde estás? Llámame Lláma me cuando puedas, puedas, te verte, de… de besarte. No he… no he dejado de pensar en ti. Llámame, p quiero.” “Tee quiero. “T qui ero.”” Lo más extra extraño ño es que parecía pa recía sincera. Miedo. Ali Alicia cia sentí sentíaa primera en su vida. Miedo físico. Miedo a morir. Nunca había pensado en la m muerte. Se quito el sudor de la frente con el dorso de la palma de la man idea. Al mentir a Claudio con la excusa de que no se podían ver porque e escribir el artículo del domingo, cayó en la cuenta de que era cierto. Cierto entregarlo. Era el único instrumento de que disponía para mostrar s enfrentarse enfren tarse cara a cara con él. “Tengo que hablar primero con tía Charo. Charo.” ” Miedo. El miedo fue lo que la llevó a echar el cerrojo de la puerta, y a puesta a medio echar. Para entonces ya había decidido no salir de casa, al momento. Las sutiles amenazas no la amedrentaron. Volvió a marcar el n Charo. Colgó. Colgó. “Quizás ya está en camino.” Se sentó en la mesa me sa y comenzó a “Imagínense “Imagíne nse ustedes ustede s una trama policía pol icíaca. ca. Les doy las la s pautas pauta s de un modo up to vote rocambolesca on this title Mujer inquieta descubre, de manera azarosa, unaSign historia e useful Useful Not suicidios. varios ingredientes explosivos: asesinato, celos, infidelidades, Un la protagonista de este ardid tenebroso. Una cantante da mucho juego e
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mismo instante en que la conoce. La amenaza con matarla, claro está. Com argumento. La mujer intrusa por casualidad se enamora de un cómplice de tiene la certeza de que sea su cómplice, pero supongamos que hay sospec fundadas. Sigan imaginando, el resto es fácil. La mujer ajena posee a incalculable: lo sabe todo. Sin embargo, su vida corre peligro. ¿Qué haría lector, en su lugar? Sin duda dejaría a buen recaudo esa información instrucciones instruc ciones por si ocurriese ocurriese alguna desgracia. De ese e se modo usted sabe que no quiere ser descubierto su vida está, en principio, a salvo. La cuestión es ¿merece la pena una vida si con ella se acalla el asesinato de una persona silenciar la conciencia a cambio del amor de un cómplice de asesinato? querido lector, ha de responderla usted. ¿Qué ¿Qué está est á pensando en este est e momen Releyó el artículo. Se conectó a Internet y lo envió al periódico con una Una ducha, tengo que ducharme. Mejor esperaré a que venga tía Charo todo.” Se lavó la cara. La untó primero con abundante jabón y después Quedó mirándose en el espejo. espej o. “¿Qué “¿Qué estás pensando pe nsando es este momento?” Charo no tardó demasiado en llegar. Justo al abrirle la puerta sonó el telé su tía y se abalanzó aba lanzó sobre el auricular. –Muy buenas, desaparecida. desapa recida. ¿Qué tal por las la s Américas? América s? –Hola, –Hol a, Antonio. ¿Habéi ¿Habéiss publicado un anuncio divulga divulgando ndo mi parti partida? da? era un viaje de incógnito, pero, por lo que veo, se ha conv convertido ertido en vox popu –Oye, conmigo no te mole molestes stes porque me he ente enterado rado por Soleda Soledad, d, así que tiene motivos para enfadarse soy yo. –Perdona. No es una disculpa a la usanza clási clásica, ca, pero tampo tampoco co se lo Qué coño, coño, ahora que caigo, ¿cómo ¿cómo es eso e so de que te has enterado e nterado por ella? –Me llam l lamóó antea a nteayer yer.. Estaba Esta ba preocupada pre ocupada porque no te local localiza izaba. ba. Quería Que ría encontrarte encontr arte en algún al gún otro número número de teléfono. Parecía urgirle hablar contigo –Ya,, pero ¿cómo –Ya ¿cómo sabía sabí a ella el la que yo estaba es taba fuera? fuera ? up to title la tie –Por lo visto, se lo comentó come ntó tía tí a Charo. Si quieres qui eres Sign saber sabe r vote mi onopinión, opithisnión, Useful Not useful Y me da a mí que va a ser la mujer m ujer de tu vida. –No sé si me gusta la l a idea, ide a, Antonio.
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–Es una buena ocasión para que… –No tie tienes nes que convencerme, ya me he comprometi comprometido. do. Te lla llamo mo despu llegar mi tía. –Dale –Da le un beso. –De tu t u parte. –¿Me has traído algo al go de Perú? –No he teni tenido do tie tiempo, mpo, de veras. Ademá Además, s, he esta estado do en un pueblo perd sólo había olor a sardinas. sa rdinas. –Nunca había escuchado una excusa tan ta n elaborada. elabo rada. –Hablam –Ha blamos. os. –Hasta –Ha sta luego, l uego, doña misterios. mist erios. –Adiós. Charo se había acomodado en el sofá, descalzándose. –¿Qué ha pasado? Cuéntame todo sin omitir omi tir detalle deta lle alguno. Me tienes tie nes en –Preferiríaa que comenzases –Preferirí comenza ses tú, tía Charo. Cha ro. ¿Qué ¿Qué tal con Soledad? Sole dad? –Es un encanto de chica. La mujer que necesi necesitas. tas. No habría habríass escogido enamoradísima de ti. –¿Por qué fueron fueron a verte? –No me has entendido ente ndido bien: está est á enamoradísi enam oradísima ma de ti. ti . –Sí, sí lo he oído, tía t ía Charo, pero aplace a placemos mos ese e se punto para después. de spués. ¿Có pusieron en contacto contigo? –A veces me resulta resultass una extra extraña; ña; no termi termino no de ente entender nder tus reaccion otro día, bebías los vientos por ella y… –No emplees emple es ese tipo de frases frase s hechas, son horribl horribles. es. ¿Por qué qué fue a verte –Por lo visto visto,, esta estaba ba preocupada. Me contó que durmió aquí y que al día tuvo que marchar por un motivo importante. Cuando regresó no te encontró te habría molestado el hecho de que se fuese sin despedirse de ti. Te visit Sign up si to vote title sucesivos, pero ignoraba si no querías abrir la puerta, noontethishabías marc Usefuldártela Not useful estabas. En definitiva, te debía una explicación y quería a toda costa –¿Te dijo dij o por qué qué se marchó ma rchó a la mañana siguiente si guiente de haber dormido aqu a qu
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–Pues sí, tía Charo, todo me suena a pampli pamplina. na. Ademá Además, s, después de por lo visto también tambié n llamó a Antonio. Quizás Quizás para contrastar lo que tú le hab –¿Por –¿P or qué te has ha s vuelto vuelt o tan desconfiada? de sconfiada? Perdona que te hable ha ble en e n estos t os habéis acostado. ¿Qué ha pasado para que reniegues de ella con esa ve la llamas, ella misma te lo explicará y punto y final a esta historia. ¿Q averiguaste en e n Perú que que te ha hecho renunciar renunciar a Soledad como mujer? Alicia Ali cia call calló. ó. Estuvo a punto de contársel contárselo; o; al a l fin y al cabo, de ese modo, aliviaría sus temores, mitigaría su tensión y compartiría unos miedos y so empezaban a pesar demasiado. –Alicia… –Ali cia… –¿Te preparo un amaretto? amare tto? –Sabes de sobra so bra que no tomo alcohol. alcohol . ¿No ¿No vas a contarme nada? na da? –No sé si conviene que te t e mezcle mezcl e en todo esto. es to. –¡Eso sí que tie tiene ne gracia! Por el amor de Dio Dios, s, Alici Alicia, a, me has mezcl mezclado ado avatares avata res amorosos, y no creo creo haberte fallado falla do en ninguno ninguno de ellos. –No es eso, tía, tía , esto es un asunto serio. serio . Demasia Dema siado do serio. Lo hago por tu –Pues olvida olvi da la caridad cari dad y ponme al día dí a de tus pesquisas pesquis as peruanas. peruana s. Sonó el teléfono. te léfono. Alicia simuló no haberlo escuchado. escuchado. –¿Tampoco –¿T ampoco vas a cogerlo? ¿Qué has descubie descubierto? rto? ¿Una conspiración Vamos, cariño, ya eres mayorcit mayorcita. a. Afronta lo que quiera que sea que ocult cuenta de que no es tan difícil. Se levantó leva ntó y descolgó el auricu auricular, lar, pero no contestó. –¿Alicia? –¿Alici a? –era Soledad. Sole dad. “Como piez piezas as de dominó. Una tras otra van haciendo acto de presen hubiera pasado lista y todos los implicados en esta e sta charada se conjugasen e Si no la resuelvo pronto me encerrarán en un psiquiátrico.” psiquiátrico.” –Dime. –Di me. Sign up to vote on this title –Alicia, –Ali cia, ¿estás ¿está s bien? Useful Not useful –¿Por –¿P or qué no iba a estarl e starlo? o? No podéis mata matarme. rme. Toda Toda l a información la i nformación est un abogado. Si me pasase algo, a lgo, se publicaría.
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–Necesi to verte, –Necesito verte , Alicia. Alicia . –¿Con o sin Cla Claudio? udio? –Sigo sin entender ente nder nada de lo que dices, dice s, no sé a dónde quieres llega l legar. r. –Actúas basta bastante nte peor que cantas, darli darling. ng. Pero est estoy oy de acuerdo co deberíamos de zanjar za njar esto cara a cara. ¿Estarás ¿Estarás hoy en casa? –Supongo que sí. Si me fueras a telefonea tel efonearr esperaría esperarí a tu llamada lla mada.. –Así lo haré. ha ré. Después Despué s hablamos. hablam os. –Alicia… –Ali cia… –¿Qué? –Te quiero. quie ro. Por vez primera desde que se march ma rchara ara a Perú, sucumbió sucumbió a la l a querencia q hacia Soledad. Su tono se desnud de snudóó de acritud a critud.. –Yo tambié ta mbién, n, a pesar de todo. “A pesar de todo, yo tambié ta mbién.” n.” –Tía Charo, ¿qué ¿qué hora tienes? tie nes? El desconcierto de Charo era tan apabullante que Alicia pensó que tart contestarla. No lo hizo. –Las seis se is y diez. die z. –Tie – Tienes nes que hacerme un favor enorme. Voy a contarte del modo más pueda todo lo que sé; luego l uego tengo que salir y debes esperarme, e sperarme, por si me o Pero no intentes, después de escuchar lo que tengo que decirte, impedir qu cita. –Hija, –Hi ja, no entiendo enti endo nada y me estás es tás asustando. a sustando. –Verás… –Verá s… Cuando terminó de explicarle el viaje a Lima y su visita a Amalia Amalia,, buscó buscó la la auténtica a uténtica Soledad Cortés y se la mostró. Charo no no abrió la boca durante e sobrina. Había enmudecido. Su asombro inquiría más información, pero Alic Sign up to vote on this title que había quedado con Claudio. Useful Not useful –No puedes verle. verle . Es… –Un asesino, asesi no, tía Charo.
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Cuando entró en el café El Sur, Claudio aún no había llegado. Escogió m alguna. Por algún extraño motivo, se sentía tranquila. Al acercarse el cam miró de manera descarada el reloj, y se recostó al comprobar que faltaban para la hora de la cita. Pidió un gin-tónic. gin-tónic. Cuando Cuando se quedó sola, sola , recordó recordó un leyó años atrás, El cuaderno de Raquel, de Martín Amis. El protagonista so pink. Siempre quiso probar aquel combinado de ginebra y bitter, pero nunca a tiempo. Con aspecto ausente, maceró la información de que disponía. La cabez vueltas, y un proyector circular lanzaba imágenes. No encontraba el modo encajar para que adquirieran a dquirieran un sentido. “Tengo “T engo que acostumbrarme a su nombre, Eva. Eva Pérez Huesa Huesa..” No absoluto, un nombre vulgar. Trató de imaginar cómo habría sido su infancia. fue una estudiante aplicada, con querencia especial a sus profesores. Ser estupenda, atenta, tierna. Quiera Dios que no estés implicada en pensamiento y pensamiento, la veía ahí, corita sobre su cama, con la sáb entre sus piernas. Maldijo el día en que compró aquel disco. “¿Hubo ante que se convirtiese en semejante detonador de discordia? Pero, ¿la hubiera no ser por él? Empiezo a desear no haberlo hecho. Da igual, de nada sirve estas alturas. Sabes de sobra que harías lo mismo una y mil veces baj circunstancias.” Dio un trago mientras recreaba, con la mayor exactitud posible, el primer dieron. “La lengua. Apenas me entrega su lengua. Es corta corta y un tanto perezo en el beso, pero sus labios me recortaron cada milímetro de piel como s instruídos.” Continuó evocando los momentos eróticos vividos con Soledad, Sign up to vote on this title en la complicidad que surgió entre ambas en el dormitorio. “Después de to Useful Not useful no es tan ta n perezosa.” Instintivamente, se tocó la l a entrepierna. Fue un contact contact –Buenas noches, Alicia. Ali cia.
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A Alicia Alici a no le apetecí ape tecíaa jugar, y zanjó cualquier cualqui er posibilida posibi lidadd de circunloquios –Sabes perfectame pe rfectamente nte a qué fui a Perú. –Muy bien, veo que quieres que entremos ent remos en faena. faena . ¿Te gustan los toros? –Claudio, –Cla udio, déjate déja te de rodeos. rode os. –De acuerdo. a cuerdo. No te negaré nega ré que intuyo el porqué de tu viaje. via je. Soledad Sole dad me c –Querrás decir Eva. Llame Ll amemos mos a la lass personas pe rsonas por su nombre para pa ra no em tema. Sonrió, Sonr ió, no con la sonrisa del cazador cazado, sino como admirándose de s –Eva me contó que conocías la exis existencia tencia del primer disco de Soleda Soledadd pues, que era la voz de otra persona la que cantaba en ese disco. Supong investigado y todas las la s pistas te condujeron al origen de la verdadera Soled has viajado hasta allá, sabiendo que la casa discográfica ya no existe, só pensar que has visitado a Amalia. O lo que es lo mismo, que has ido a merecido la pena el viaje viaje?? ¿Por ¿Por qué no me preguntaste? Te Te hubiera relatado relat ado te lo l o hubieras ahorrado. –Mientess en una cosa: jamá –Miente jamáss le dije a Eva que el disco no lo grabó el cosas porque porque era una sospecha sospecha que no confirmé confirmé hasta poco antes de march Si ella ell a no me lo l o hubiese robado, quizás quizás nada de lo ocurrido ocurrido se habría dese –Touché. Empiezo a entender e ntender por qué tienen tiene n tanto éxito éxi to tus novelas… novela s… –Claudio… –Cla udio… –Tie – Tienes nes razón; razó n; lo único que me dijo di jo Eva era que tú tenías te nías ese mal maldito dito dis de cualquier otra persona no me hubiese preocupado, pero tú eres periodi que ser muy sagaz para intuir que fisgonearías en su pasado, averiguando estaba detrás de trás de ese trabajo y, por tanto, que no no era ella ell a quien cantaba. –Por eso evi evitái táiss menciona mencionarlo rlo en la lass entrevi entrevistas stas y no inte interpreta rpreta nin canciones cancion es que contienen, ¿no? Ni Ni siquiera en la página oficial. –Es normal, no son suyas, no lo olvides. olvides . Sign up to vote on thismiró title El camarero se acercó disculpándose por la demora. Claudio la cop Useful Not usefuldos de lo punto de expirar, y pidió, solicitando permiso con la mirada, encendió otro pitillo, golpeándolo por el filtro contra la luna de su reloj. La
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–Así es, e s, Claudio, me explicó e xplicó todos to dos tus motivos. motivos . Sé perfectamente perfectame nte por qué –Mis motivos… moti vos… ¿qué ¿qué motivos moti vos tenía tení a yo, según Amalia Amal ia,, para asesinar ase sinar a Sol mujer cuyo recuerdo recuerdo me despierta despie rta cada mañana ma ñana y me adormece cada noche –Tu hijo se suicidó sui cidó por ella. ella . Por eso te vengast v engastee acabando acaba ndo con su vida. Cuando el camarero trajo las dos consumiciones, Claudio hizo un extrañ que Alicia interpretó como un ademán para limpiarse los ojos. Apagó e apurarlo. Había dos colillas colill as en el cenicero. “Dos “Dos colillas. colilla s. Dos malditas colill –Sientoo fastidi –Sient fas tidiarte arte la trama trama,, pero mi hijo no se suicidó por Soledad. Sole dad. Yo causa de su muerte. Alicia Ali cia cogió la copa. Le sorprendió la respuest respuesta. a. “P “Parece arece franco, pero engatusar. Los asesinos son listos, inteligentes, y utilizan cualquier a equivocar y engañar.” –¿Por ti? Amalia… Amali a… –Amalia no te ha podido podi do contar la l a verdad ve rdad por el e l simple si mple hecho de que ell final de la historia. Sí, Manuel no soportaba la idea de haberse enam madrastra, de la mujer que amaba su padre. Se consideraba un traidor. C hacía daño amándola. Yo lo sabía, no lo niego, sabía que mi propio enamorado de Soledad, la única mujer que existirá para mí, pero no podía él era e ra inocente. Igual Igual que Soledad. Sé que, si hubiera servido de algo, se hu ácido que quemase la belleza que irradiaba. Ella no provocó esa situació ambigua con Manuel. Siempre le trató como a un hijo. Siempre. Y como quería; por eso sé que sufrió tanto como yo cuando Manuel murió. La últim vi, al entregarme la carta que le dejó mi hijo, estaba destrozada. –¿Qué decía la carta? Encendió Enc endió otro cigarro. Tenía los ojos cargados. –No tienes ti enes ningún derecho a hacerme esa pregunta. Ni siquiera si quiera tie tienes nes aquí y acusarme de un asesinato fundamentado en el testimonio d trastornada. Ningún derecho, ¿entiendes? Ninguno…Sign up to vote on this title useful Useful como Not si Colocó la palma de la mano perpendicular a la frente, fuera un d ojos. Alicia se angustió. De pronto advirtió que no tenía ninguna prueba co
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declaración? En En ese caso, ¿serías irremediablemente irremediable mente culpable? Alicia Ali cia se estreme e stremeció. ció. –¿Qué coño estás diciendo? dici endo? ¿Me ¿Me estás est ás amenaza am enazando? ndo? Claudio prorrogó la respuesta. Parecía no entender el motivo de la furia Alicia. Ali cia. Bebió Bebi ó de la copa, lo que la l a agitó agi tó más. –Sientoo volve –Sient volverr a desi desilusio lusionarte. narte. No soy un ase asesino, sino, pero tampo tampoco co amenaza a la primera de cambio. Y te juro que jamás he provocado a algu tan grave como lo que tú has imaginado. ima ginado. Ha sido un ejemplo desafortun de safortunado ado Alicia Ali cia golpe golpeóó sin querer la copa con el codo y cayó al suelo suelo,, rompié rompiénd nd grandes. De inmediato acud a cudió ió el camarero con una una bayeta y limpió el e l peque Intentó tranquiliza tranquilizarse. rse. –Supón que te creo. –No tienes tiene s por qué hacerlo ni lo necesito. necesi to. –Supón que te creo, que tú no mataste mata ste a Soledad. Sol edad. ¿Quién lo hizo entonces e ntonces –Sobreestimé –Sobreest imé tu capaci capacidad dad de deducción. Acabas de comete cometerr un imperdonable en alguien al guien con tu experiencia policíaca. Estás dando por supu no está comprobado. ¿Por qué estás tan segura de que alguien mató a S aún, ¿por ¿por qué sabes que Soledad Sole dad está muerta? Aquellaa reflex Aquell reflexión ión no había pasa pasado do ni por asomo en las disquisi disquisiciones ciones Alicia. Ali cia. Aceptó la sonrisa victori victoriosa osa de Claudi Claudio. o. “Realm “Realmente ente es impe imperdonable rdonable Clara se me rebele y no quiera ser contada por alguien tan mezquino, torp como yo.” –Pero… si tú… quiero decir que si no está muerta… mue rta… ¿Dónde está? está ? –¿Acaso importa? importa ? De lo que estoy est oy seguro es de que yo no la he matado. mat ado. –Entonces, ¿por qué util utiliza izarr su nombre? Ella Ell a puede apare aparecer cer en e n cualquier cual quier eso ocurriese, Eva tendría un serio problema. No menor que el tuyo. Adem iba a mentirme Amalia? Amali a? ¿Qué ¿Qué ganaba con hacerlo? Signentrega up to vote on this title –Sé que Soleda Sol edadd no apa aparecerá recerá nunca. Después De spués de entregarme rme la carta Useful Not la volveríamos vol veríamos a ver ve r, que no tratase de buscarla. Me lo pidió. Leuseful di mi palab pal ab único que se me ocurrió para mantener vivo su nombre fue buscar a otr
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Ali cia se incomodó. “¿T Alicia “¿Tee gustaría sabe saberr de ell ella? a? ¿Qué le diría dirías? s? Hol Hola, a, enamorada de una mujer que utiliza tu nombre pero que obviamente no curiosidad morbosa me ha empujado a seguir tu pista. Ah, recuerdos de Am puedas pásate a verla para que compruebe que sigues viva. ¿Te enamor ¿Quién ¿Qu ién pesa más, Eva o el e l personaje que encarna?” encarna?” –No, no tengo ninguna ninguna curiosidad curiosida d por habl hablar ar con ella. ella . –Ahora presupones que está est á viva. viva . –Coño, Claudio, deja dej a los juegos jue gos para otra ocasión. oca sión. Dímel Dím elo, o, por favor, favor, ¿está –¿Por –¿P or qué tengo que confiar en ti? ¿Qué me impide pensar que no saldrás sal drás cuanto tengas mi conf confirmación? irmación? –TTe doy mi pala – palabra. bra. Voy a volve volverme rme loca si no tengo al alguna guna certeza certeza.. D no puedo más. Entró en el bar un grupo numeroso de hombres, y formaron una molesta sentaron tres mesas más allá de donde estaban Alicia y Claudio. Hablaban forma ostentosa y sus modales no hubieran superado un examen rutina educación. –Sí, está viva viva.. Alicia Ali cia respiró respi ró hondo. –¿Por qué me contó entonces Amalia Amal ia que tú..? –A su manera manera,, te dijo dij o la verdad. ve rdad. Cuando Soledad Soleda d desapareció desa pareció,, ella ell a imagin im agin la había asesinado. A mí me odiaba, desde la primera vez que me vió, y, que yo a quien culpar de su desvanecimiento? desvanecimie nto? Reconozc Reconozcoo que todo fue extr e xtr el suicidio de mi hijo, después, la inexplicable desaparición de Soledad. N ridículo pensar en un asesinato. Tenía miles de amantes despechados q hacerlo. Es más, muchas veces me he preguntado cómo no sucedió nunca. interrogó… la prensa quería un culpable, y yo daba la talla mejor que cu Móvil no me faltaba: los celos. No te niego que me dolían sus continuas up to vote on this title pero los celos actúan más rápido, no aguantanSignaños elaborando un Useful Not useful venganza. –O sí.
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Los dos bebieron la copa. La de Alicia estaba más llena; después de repusieron. Cogió, sin permiso, un cigarro a Claudio. Él se lo encendió. silencio, con las miradas perdidas. –Todo esto, est o, ¿lo sabe Eva? –No exa exactame ctamente. nte. Le dije que había sido el represe representante ntante de Soleda artista prometedora que, poco tiempo después de grabar su primer d abandonar la música para formar una familia. Otras lo han hecho. Y que apalabrado un segundo trabajo, no quería perder la oportunidad de seguir hablé de lo complicado que es que las casas discográficas apuesten por nue la conv convencí encí para que utilizase utili zase un nombre que no le pertenecía pero que, no una creación mía. Eva es una chica con unas dotes magníficas para la ca triunfar y yo quiero que triunfe. Nunca sospechó nada ni me hizo pregunta an sólo acordamos que, en la medida de lo posible, no mencionaríamo existente, algo que no le disgustó porque no era suyo. Planeé lo que diríam de que alguien lo descubriese. Desde entonces, formamos la portentosa p representante que somos hoy en día. Tampoco es un secreto oscuro que le el sueño. La mayor parte de los cantantes utilizan nombres artísticos qu auténticos. Por eso te pediría que el contenido de esta conversación queda yo. Imagina que, durante este rato, has sido mi confesor. Te ampara la ley sacramental. ¿Podrás hacerlo? –Sí; de otro modo Eva sufriría innecesaria innece sariamente mente.. Supongo. Supongo. –¿Qué supones? –Que ella el la no debería debe ría de saber sa ber esta histori historia. a. –No tiene que enterarse e nterarse,, Alicia, Alicia , su carrera carrera se acabaría a cabaría.. –Supongo que tienes razón. raz ón. No No te preocupes, no seré yo quien quie n se lo diga. Alicia Ali cia sonrió. Todo iba encaja encajando. ndo. Terminó el gin-tónic, casi la mita mitadd de trago. Sign up to vote on this title esta tard –Una última últim a cosa, Claudio. Cla udio. ¿Qué te apremiaba apremi aba a quedar que dar conmigo Useful algo. Not useful Movió la cabeza de un lado a otro, como reprochándose reprochándose –Eva. Eva es e s la única razón por la que he molesta mol estado do a tu tía tí a Charo y por l
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–En cambio tiene tie ne una voz portentosa y recia. recia . –¿La quieres? quieres ? –Si no hubieses hubie ses sido tan franco esta es ta tarde no te t e responderí respondería. a. Sí, mucho. m ucho. que me habría marchado a Perú, que que habría indagado tanto ta nto si no me import –Entonces no sé qué haces perdiendo perdie ndo el tiempo ti empo conmigo pudiendo pudie ndo estar esta r c Alicia Ali cia volvi volvióó a sonreír sonreír.. Se incorporó, i ncorporó, abriendo su bolso bols o para pa ra pagar pa gar.. Claudio Cla udio las piernas pie rnas ni pareció pareció inmutarse. –Oye… después de haber habe r aclarado todo t odo me siento sie nto avergonzada avergonza da por mucha –Omitee la –Omit lass disculpas. di sculpas. Acepta Aceptadas. das. Pero ándat ándatee con ojo: ojo : como Eva sufra, a poco, y tú seas la causante, entonces sí que te las tendrás que ver conmig favor, no no pagues. Estás invitada. invitada . –Muchas gracias. Por todo. Le besó en la mejilla y, al hacerlo, se le metió humo en el ojo, por empañó. –TTe recuerdo que soy el represe – representante ntante de tu chica, así que nos volve volverem rem numerosas ocasiones; no llores. No le dio explicaciones, tenía prisa. –Hasta –Ha sta pronto. –Ciao. –Cia o. Antes de sal salirir del café, compró un paquete de taba tabaco co en la máquina puerta del establecimie e stablecimiento. nto. Cuando Cuando lo tuvo en sus manos, buscó buscó a Claudio Cla udio c pero había demasiada gente para distinguirlo sin esfuerzo. Desistió y se pasos eran rápidos, y la cabeza comenzaba a despejarse. Iba repasando la Claudio. Se sintió obscena, preguntándole todas esas intimidades que incumbían. Se acordó de Amalia. Se imaginó viajando de nuevo a Cuzco; reunir en una misma mesa a Soledad, Eva, Claudio y a Amalia. “¿Qué se Soledad?” Sign upato vote on this titleClaro qu Mintió cuando dijo que no tenía interés en conocer Soledad. Useful formaba Not usefulparte ya había involucrado tanto en esta historia que Soledad íntimo, de esas personas en las que uno piensa a menudo porque la
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usto cuando el caso está resuelto? ¿Acaso Sherlock Holmes no fuma comienzo a su investigación? ¿Por qué hacer las cosas al revés?” Se quitó e la boca, lo miró con desprecio y lo arrojó a un pequeño charco formado jun De camino a casa, tiró el paquete de tabaco a una papelera con decisión. todo, puedo hacerlo.” Al lle l legar gar a casa pudo ver los l os pies pie s de Charo sobresalie sobresa liendo ndo del sofá. Se ace hora en el vídeo. Las once y media. Charo dormía con un gesto dulce y quitó los zapatos, entregándose al mullido sillón que hacía juego con el so había comprado posteriormente. Cayó en la cuenta de que necesitaba una d agotamiento del cambio de horario, las emociones, el viaje, la fatiga, se ma un golpe. Estaba derrengada. Cerró los ojos y a pun punto to estuvo est uvo de sucumbir sucumbir a se levantó le vantó y marcó como un autómata el e l número de Eva. Tardó en cogerlo. cogerlo. –Cariño, ¿dormías? –Sí, pero no te preocupes, esperaba espe raba tu llama ll amada. da. –Verás, –V erás, sie siento nto mi comportami comportamiento ento de est estos os días días,, he actuado como estúpida jugando a policías. Lo lamento, y si te he hecho daño sólo p perdón, porque no tenía motivos para hablarte como te hablé, ni para tra hice. Créeme Créeme:: me importas por encima de todo. –No te preocupes. Seguro que no has dormido nada desde que llllegas egas Mañana paso a verte. Un beso. –Eva… –¿Qué? –¿Te recojo en e n un taxi y dormimos juntas? junta s? –¿Y tu tía? Llamé Lla mé antes ante s y estuvimos estuvimo s hablando habla ndo un rato. Me dijo que se iba i ba –Tienes –Tie nes razón, lo había pasa pasado do por alto. –Pero mañana maña na pido cita, cita , y estoy la primera. prim era. Descansa. De scansa. –Eva… Sign up to vote on this title –¿Sí...? Useful Not useful –Te quiero. quie ro. –Y yo.
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–Tía Charo, ¿qué ¿qué hora es? –Las once, cariño. Me al alegra egra sabe saberr que has dormido a pierna suelt suelta, a, po duele todo el cuerp cuerpo. o. –¿Por qué no no te acostaste acost aste en la cama? cama ? –TTe estuve espe – esperando rando para que me contase contasess tu cita con Claudi Claudio, o, pero conmigo. Por eso te he despertado, porque no aguanto más. –Pues tendrás te ndrás que darme algún al gún tiempo para despej de spejarme… arme… –Venga, –V enga, le levánta vántate. te. Te he prepara preparado do el desa desayuno. yuno. Y te he dicho mil vece desnuda es una indecencia. No tardó mucho en relatar todo cuanto Claudio y ella hablaron el día an escuchaba cada palabra atentamente, sin interrumpir. De vez en cuando, cejas, contrariada. Mientras Mientras apuraba la segunda taza de café, sonó el teléfon te léfon –¿Sí? –¿Alicia? –¿Alici a? –Soy yo. –Hola, –Hol a, soy Sebastiá Sebast ián, n, del periódico. periódi co. –Ah, buenos días, no te había conocido. –Oye, Alicia, Ali cia, no te ofendas, pero ¿qué mierda mi erda de artí artículo culo nos has enviado envi ado de asesinos que no lo son y parecen serlo y toda esa monserga que te h Aparte de un galima gal imatía tías, s, es infumable, infumable , no hay hay quien lo lea l ea,, joder. Se avergonzó al recordar su último artículo. Sabía que era malísimo, per velada que transmitía a Claudio en aquel momento lo justificaba. Ahora aclarado el embrollo, e mbrollo, no tenía sentido alguno, así que que mintió. –¿Por –¿P or qué me dices eso? e so? El artículo artí culo que te envié aye ayerr estaba esta ba en e n la línea línea Sign up to vote on this title en clave poética. Useful Not useful –¿Si? Pues no es e s esto lo que hemos recibi recibido, do, y no puedo publicarlo. publicarl o. Te contrato contr ato de colaborador cola boradoraa y a mí me cortarían los huevos por pasar por alto e
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declinar toda responsabilidad y achacar a chacarlo lo a un error de envío. –Más que profesional, profesiona l, embusterill embuste rilla… a… –Tía Charo… –Embusterilla –Embusteri lla,, hija, no pasa nada, nada , pero has mentido. –Acepto el e l reproche. Tengo que escribirlo escribi rlo sin demora. demora . –Me voy a casa. Si pasa pasase se algo de últim últimaa hora, aví avísame same,, que a mí toda me había encand e ncandilado ilado muchísimo. Hija, tienes tie nes que utilizarlo en una de tus no –Oye, no te estaba est aba echando. e chando. Tengo que escribirlo, escribirlo , pero no ahora mismo. –No, me marcho a casa, ya sabe sabess que tu tío cuenta las horas que esto Sabiendo cómo se ha desentrañado todo, me quedo más tranquila. Porqu estabas rodeada de asesinos ase sinos no era era nada agradable, la verdad. –Por fortuna, todo recobra la normalidad. normali dad. –¿Vas a ver a Eva? –Sí, anoche hablé con ella el la,, y quedé quedé en e n que se pasaría por casa. –¿Viene a comer? com er? –Espero. –¿Quieres que prepare prepa re algo? –Mil gracia gracias, s, tía Charo, pero si quiero reconquista reconquistarla, rla, tendré que ser sinc los aspectos. Hasta en la cocina. Será una dura prueba, pero prometo qu pasará; aunque las dos echaremos en falta tus guisos, de eso no te quepa d Se sentó delante del ordenador con la premura de saber que debía artículo cuanto antes. La presión solía bloquearle la soltura. Intentó relaja salía ni una sola frase de su cabeza. De manera instintiva, i nstintiva, jugó con el vel si fuera una niña descubriendo su cuerpo. Tuvo una idea. Abrió comillas pa título: “La soledad sole dad gemida.” Sonrío Sonrío porque su idea le había parecía una pequ pero la secund secundó. ó. “Y perdura, perdura sie siempre mpre justo ante antess de que el trámi trámite te del olvi olvido do pid Sign up to vote on title hagan re No hay talonarios de imágenes que te alejen, ni rezos que tethisme Usefulmordiendo Not useful la almo piel oscura del suspiro que te implora con la boca inhumana esta soledad batiente que, cuando descansa la luz, en una afila
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es hacerte el amor. Eva quedó en silencio. Alicia se extrañó de lo que acababa de decir. No e le parecieron una tosquedad sus palabras, aunq a unque ue fueran espontaneidad pur –Perdona mi franqueza. franqueza . Quizás te haya viol violenta entado… do… –No, en absoluto, a bsoluto, lo que pasa pa sa es que… bueno… nunca me había habíann dicho p muchoo que me desean. much –No me lo creo. –Pues es verdad, ve rdad, nunca nunca nadie nadi e me habló ha bló de esa e sa manera ma nera tan… ta n… natural natural.. Y m al oírte. –Entonces no tardes mucho en venir. Te espero. espe ro. –Hasta –Ha sta ahora. a hora. –Adiós, darling. darl ing. “Se ha excita e xcitado do con mis pala palabras. bras. Las mujere mujeress realme rea lmente nte son impredeci i mpredeci a concentrar en el artículo, pero se levantó a coger una tónica de la neve trago de la botella y de nuevo nuevo se sentó delante de la pantalla. pa ntalla. “Agota tanto el esfuerzo por colma colmarse rse uno mismo que, en ocasio ocasiones, nes, ll entorpece, y finalmente la fru fruición ición sucumbe sucumbe y el espasmo se retira, medio d la mirada torva nos mira desde unos ojos puros. Por despecho vuelve al co el sueño y enciende aquellas imágenes lascivas mientras nosotros bus desesperación un recoveco recoveco del tálamo tála mo donde donde no llegue ni alcance al cance la fiebre e giramos sobre un eje mientras los inocentes roces nos tientan (no quere sueño le están restando ánimos y avanza con destellos unas ganas ap querernos, querern os, de avasallarnos avasa llarnos casi perdiendo pe rdiendo incluso incluso la noción de la ternu te rnura)…” ra)…” Empezó a acalorarse. No tanto por el artículo sino por lo que le había dich le iba de la cabeza. “Me he excitado al oírte…” Volvió a la cocina. Abrió e descubrió un panorama desalentador para una comida prometedora: un ca abierto, otro sin empezar, algunos paquetes de salchichas, una docena on this titley poco m diezmada, cervezas, tónicas, medio paquete de Sign panup todevotemolde Usefuly repongo Not useful existenc tengo. O tortilla de patatas o bajo al supermercado existencias.”” Miró el reloj. No tenía mucho tiempo, así que se quitó la camise existencias.
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que a solas desviste desvist e la aridez de cuanto encierra, encierra, quema, la boca se abre e aire que le entra en frío y sucumbe la garganta, y quema, mas no es calien sacuden sus párpados en un abrirlos y cerrarlos sin concierto y no miran, pe extrañas situaciones detonantes de este desfallecer en que uno aparta hunde hun de en el colchón y lo ladea porqu porquee ya no aguanta y necesita aturdir del t conocimiento.” Contó las palabras: pal abras: 355. “Aún me quedan un par de líneas para cerrarlo.” “Es justo entonces, cuando un últi último mo movim movimiento iento nos coloca el cuerpo cuandoo regresa el sueño y nos besa en los labios.” cuand la bios.” Lo releyó rápido, más atenta por las posibles incorrecciones ortográfica calidad del texto. Se conectó a Internet y lo envió con una nota escue Sebastián: “Disculpa el error de antes. Y descuida, no nos despedirán. Sa Apagó el ordenador y se calzó unos zapa zapatos tos cómodos, a medi medioo camin deportivas y unos de vestir. Hizo la cama y recogió un poco el salón. “Colo oler bien si queremos que una cita prospere.” Se decantó por una esencia enía más de diez frascos de perfume y otros tantos de agua de colina, elección ele cción no fue fue del todo fácil. Estaba mirándose al espejo e spejo cuando Eva Eva llamó lla mó Lucía un escote de vértigo. “Podría quedarme asomada en él toda una v entró a casa, Alicia lo besó, después de humedecer sus labios e introducirle hacerlo, Eva Eva se retiró delicadamente. deli cadamente. –¿Qué ocurre? ocurre? –Nada, sólo sól o que todo esto es e s nuevo para mí. Alicia Ali cia la asi asióó por la cintura y acercó la boca al oído, susurrándola al galantería. La miró queda a los ojos, y la besó de un modo lento, pausado acercándola a sí, aún cuando estrechar distancia era ya imposible. El bolso colgaba del hombro de Eva, resbaló por su antebrazo y quedó sujeto justo en donde comienza el brazo. Alicia la buscó la mano y culminó el beso vote on this title lóbulo de la oreja, sorteando los pendientes de bolaSignque quupetollevaba. lle vaba. Useful Not useful –¿Qué tenemos tenemo s de menú? –Lamento –Lame nto anunciarte que la lass exis existencia tenciass sólo nos permit permitirán irán cocinar
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grandes canciones canciones de amor, sencilla, humilde, clásica. Redonda.” No permitió que Eva la ayudase a pelar pel ar patatas, pero la ofrec ofreció ió una banqu se sentase cerca. Ella aprovechó para comentarle su proyecto de grabar boleros clásicos clási cos pero poco conocidos. –Hayy algunos que son maravillo –Ha maravi llosos. sos. ¿Conoces el de Obsesión? Obsesi ón? –No. Me gustan los bole boleros, ros, pero no soy una expert experta, a, ni mucho me algunos, ya sabes, los más conocidos, Toda una vida, Lo prohibido, Veinte añ –Veinte –Vei nte años no es tan ta n popular. –Lo cantaba María Teresa Te resa Vera. Ve ra. Todo lo que ella el la cantase canta se lo conozco, Lágri las demás. demá s. Ése que has mencionado tú, ¿cómo ¿cómo has dicho que que se llama? l lama? –Obsesión. –Obsesi ón. –¿De quién quié n es? –De Pedro Flores. Flore s. Debería De beríass escucharlo e scucharlo atenta at entamente mente,, tiene ti ene una letra le tra pre que esté el cielo en e n el mund mundo, o, por hondo hondo que sea el mar profundo, profundo, no habr habr en el mund mundoo que mi amor no rompa por ti.” –Es muy bello. –Tie – Tienes nes una forma extra extraña ña de habla hablarr, es una de la lass cosas que me Cualquier otra persona hubiera dicho simplemente que es bonito, pero tú h adjetivo adjeti vo “bello”. Ya te lo l o dije una vez, tu modo de hablar no es común. común. –Tal vez tenga te nga algo que ver ve r mi profesión. Sonó el teléfono. Alicia ya había dado la vuelta a la tortilla, así que le pid echase un ojo a la sartén. –No tardo. –No te preocupes, prometo que sabré sa bré quitarla quitarl a a tiempo. ti empo. Le dio un beso fugaz antes de salir sal ir de la cocina. –¿Sí? –¿Alicia? –¿Alici a? up to vote on this –Hola, –Hol a, Sebastiá Sebast ián. n. No No me digas que me he vuelto Sign a confundir detitleartículo... artículo ... Useful Not useful –Hablas –Ha blas de una masturbación, ma sturbación, ¿verdad? –Sí. ¿Es muy fuerte?
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El sacacorchos sacacorchos está en e n el primer cajón de la encimera. A pesar pes ar de lo humilde humi lde de la l a comida, com ida, la sobreme sobremesa sa duró más de lo l o que ha La conversación se dilató cuando Eva le preguntó por su viaje a Lima y Alici tenía pensado dar detalles hasta más tarde, optó por referirle sesgadament modificando algunas partes de la historia. Le explicó que se había marchad de derechos de edición de sus novelas, tal y como mintió a Claudio la prim habló con él por teléfono, tras su regreso. Lo creyó sin reservas; la completamente lógica y posible. Para cambiar de tema, le confesó que sabía que ella no cantaba en el había llevado aquella mañana. Después de hacer el comentario, Eva se le del bolso algo al go envuelto en una una bolsa pequeña. Era el disco; se lo devolvió. –Lo sie siento, nto, pero tenía mie miedo. do. Como eres periodi periodista sta,, pensé que habla hablaría ría advertirías que no era e ra yo la que cantaba. Temí Temí por mi carrera como cantant del nombre de una mujer sin dar explicaciones puede acarrear problemas a l –Claudio –Cla udio me rela relató tó todo lo referido refe rido a la l a otra ot ra mujer muje r, la primera pri mera Soledad Sol edad Co primera artista que se retira reti ra de los escenarios de pronto. Mira Humet. –¿Quién? –Joan –J oan Bautis B autista ta Humet Humet.. Un gran cantante ca ntante.. ¿Qué es de él? é l? Quién Quié n lo sabe sabe.. E lo sé, y no tienes ti enes que preocuparte, preocuparte, ni diré nada a nadie ni te quiero menos disminuido mi admiración admi ración por usted usted como cantante. –¿Usted? –Es una fórmula fórmula que utiliz uti lizoo a veces, de manera ma nera cariñosa. cariñosa . –¿Ves como eres rara hablando? ha blando? –¿Te sirvo un Amaretto? Amarett o? –Perfecto. Cuando preparó preparó las dos copas del licor li cor con con abundante abundante hielo, hiel o, Eva estaba sofá. Se había quitado las sandalias y remangado un poco poco el pantalón. upón. to vote on thisen –Ven –V en –le cogió la mano y la condujo hasta la l a habitaci habiSign tación. Salió etitle n busca de , Useful Amaretto. Amare tto. Antes Ante s de tumbarse en la cama, a su lado lado, Ali ciaseNotdesabrochó Alicia deuseful sabrochó l que cayeron por sus piernas. Se desembarazó de ellos y se colocó junto a
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Ali cia le acarici Alicia acaricióó el vient vientre re despa despacio cio y se giró, quedándose de la lado do desabotonó la blusa y, una vez desabrochada, Eva se la quitó, junto al s pantalón, quedándose en bragas. Alicia la secundó, pero se tendió desnuda moviendo de dentro a fuera la lengua, a la vez que la recorrió con sus man palpando la espalda desde el inicio de la columna vertebral hasta la raba pidió que se quedase quieta boca arriba y que cerrase cerrase los l os ojos. –Pase lo l o que pase, no los abras. abra s. Cogió el vaso de amaretto y derramó un poco en la pequeña cavidad de contacto, Eva se estremeció. Introdujo la lengua y succionó el licor, esparcié aledaños del párvulo hueco. Sonaba de fondo Mayte Martín acompañada a maestro Montoliu. Había cambiado cambia do el disco cuando fue fue por las copas. Agitó el vaso justo encima del cuello cuello,, provocando otro pequeño tem temblor blor de Eva. Vertió de nuevo un poco del líquido en la convexidad que forman la lamió. Sin prisa, retozó por el cuello, cuello, por detrás de los lóbulos, mientras Eva el pelo. Alicia sentía sus uñas en el cuero cabelludo, lo que la enardecía. M en la copa y tanteó los hielos. Sujetó uno con dos dedos y fue untándolo p mientras la besaba, y su lengua creció en longitud, marcando el ritmo. La r Eva ya estaba más que agitada, pero Alicia no se apresuró. Descendió ha recogiendo su cuerpo cuerpo para ocupar ocupar menos espacio, y frotó frotó el hielo en la l a cara muslos. Eva gimió. –No los abras aún... a ún... Paseó el hielo por el vello púbico, relamiéndose. Después volvió a dejar copa, abrió las piernas pie rnas de Eva y fue dejando un rastro de pequeños y húme húme todas ellas, desde el tobillo, desde donde la miró por vez primera buscán por comprobar si los tenía cerrados de veras, hasta los labios genitales. Se pudo sentir una pequeña bocanada de calor intenso. Aspiró todo lo fuerte olor que emanaba de ellos y trepó de nuevo hasta su boca. La besó los p up to vote nasales, on this title lo que nariz, introduciendo la punta de la lengua en los Sign orificios useful Useful Not sonrisa en el rostro de Eva. Estaba encima de ella. Reptó hacia atrás bu pechos. Sus pezones estaban erguidos, y las corolas arrugadas, susten
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fuerza con la lengua en diversos puntos, sobre todo recorriendo la espi mordía el cuello, lo que arrancaba suaves gimoteos. Besó sus nalgas, ab cuidado. Su Su lengua penetró en aquellos aquell os vanos que su longitud le permitían, después, con un sugerente movimiento de manos, que Eva se diese la vue retardó más. Con las manos apartó los labios y le propinó fuertes lametazos por adorar delicadamente su clítoris. Eva se movía con respingos recio dificultaba un tanto la labor l abor a Alicia que, a pesar de las l as fricciones, fricciones, buscaba u su objetivo. Finalmente, un sabor amargo y la respiración extenuad aseguraron el éxito de su empresa. Quedaron abrazadas, somnolientas, con las sábanas arrebujadas y mirán ojos entrecerr entrecerrados. ados.
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Durante los seis meses que transcurrieron después de haber desentrañad cernido en torno al disco de Soledad Cortés, y una vez disipadas todas l acerca de la culpabilidad de Claudio en la desaparición de la cantante, la transcurrió transcu rrió sin mayores sobresaltos. Eva estaba e staba de gira, presentando su dis país. Ya Ya había realizado rea lizado la selección de los boleros que grabaría para su pró Entree ellos, Entr el los, y después de consultar consultar a Alicia, Al icia, pese a que ésta se opusiera a q se tomase toma se en e n cuenta, se encontraban Perfidia, Perfidia, Obsesión, Obsesión, Aunque Aunque no sea se a con años. –Lo único que te pido es que la pala palabra bra “bole “bolero” ro” no aparezca a parezca en el tít título ulo por supuesto, supuesto, que no resulte cursi, ya que el contenido puede impulsar a l que así sea. –¿Alguna propuesta? propuesta ? –¿Acaso el bolero bol ero no es una de las melodí me lodías as más afligida a fligidas? s? –Sí. –¿Y si lo titulara ti tularas, s, Por qué qué me siento si ento triste, tris te, utiliza util izando ndo el nombre de una bo –Me gusta. Aprovechaba la lass ausencia ausenciass de Eva para prepara prepararr su inmedi inmediata ata novel novela. a. cómo iba a llamarla, pero las notas que extrajo de la “aventura peruana referirse a su periplo policíaco por aquel país, la animaban a escribir con Había pergeñado un buen armazón para otra de las andanzas de Clara. P cambió algunos de los elementos principales de la historia que ella mism fundamentaba el argumento: el disco como caja de Pandora, por eje convertido conver tido en un fascinante jarrón de lapislázuli lapisl ázuli y amati amatista sta de un valor inca referencia referenc ia al mund mundoo discográfico quedó quedó anulada. Eso sí, sí , había crimen,cadá Sign up to vote on this title y encontrado: el de una antigua actriz de cine mudo que en tiempos fuera Useful Not useful hoy venida a menos. Dora fue el personaje que Alicia sacrificó por el buen discurrir d
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éste es el asunto que les concierne en este momento. Quizás tambié compromete. compr omete. Eso nos lo dirán ellas ell as mismas. ¿Hasta dónde están dispuestas Si bien Alicia aún a ún no no sabía con qué jugosas revelaciones concluiría concluiría la char que Verónica la aprovecharía para tantear a su compañera, de un mo mostraría mucha ambigüedad a la hora de hablar de sí misma. “Que sigan nuestros morbosos lectores, y que esperen futuras entregas para ver inquietudes en lo relativo a relaciones más íntimas entre ambas. Toda momento. Además, si al final me decido a escribirlas, si ellas así lo desean, entender que lo único que que les le s deparará será un motivo de fricción quizás indeleble. Clara puede tener una relación homosexual, p gustan los hombres, algo que terminará minando el escarceo entre ellas. herir eternamente a Verónica. ¿Pero qué estoy pensando? Nada de lesbia novelas policíacas. ¡Faltaría más!” Escribía en papel el esquema de lo que después desarrollaría con e Mantenía la costumbre de utilizar un lápiz de grafito para esbozar los borra novelas, aunque no le era fácil encontrarlos. Y menos sacarlos punta. Era afilador de hierro, y no siempre daba buen resultado. En algunas ocasion con más cuidado que destreza, destreza , un cúter. Tía Charo era, como siempre, la primera interesada en saber cómo andanzas de una de las policías más populares de la literatura español atenta las intenciones de su sobrina. Rara vez encontraba alguna tacha, y sugería cuando cuando Alicia se mostraba dubitativa y le pedía consejo. El carácter de Charo había cambiado desde que descubriese que su ma amante. A pesar de la simpatía que seguía derrochando, había en ella u desilusión que nada podía disimular. Supo transformar el odio propio de cu despechada por el agradecimiento silencioso de quien ve recuperada su tomar decisiones sin tener que obtener el beneplácito del hombre de la up tole vote on this title gran pe embargo, la deslealtad deslea ltad sufrida resultaba un estigmaSignque causaba useful Useful Not –YYa sé que soy muy – m uy brusca, tía Charo, pero míralo mí ralo de esta e sta manera. mane ra. Es lo podido sucederte. No te atendía como mereces, estabas supeditada a él, a
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permitírmelo, no veo qué te extraña tanto. Pero la vehemencia de sus excusas, unida a las cada vez más frecuent fuera de casa aduciendo motivos laborales, iban reforzando la suposición día, observó que algo asomaba del bolsillo de la americana de uno de los marido. –Una liga roja… –Repugnante, tía Charo, qué quiere quieress que diga. Vamos amos,, grotesco, grote sco, una liga nos va a salir fetichista a su edad. Es chusco, lo mires por donde lo mires como el modo en que descubrí yo la infidelidad de Lola. ¿Te acuerdas? Dos cenicero. Pero, Pero, en tu caso, buscar buscar a otra teniendo te niendo lo que tiene tie ne en casa es e s de que no te merece, te lo he dicho mil veces. A los l os cerdos no se les puede ech –Margaritas. –Margarit as. –Eso mismo. Sus hijos ya se habían emancipado, e mancipado, y se desentendieron de los escarc e scarceos eos padre. Charo, Charo, siempre proclive y dispuesta a integrarse en el mund mundoo al que sobrina, se entregó a ese universo de conferencias, premios, tertulias, fiestas, que la propia Alicia rechazase tantas veces. Se distraía cristalizando en ese cosmos tan ajeno a ella y, sin embargo, tan fascinante. Así, entabló algunas espesas escritoras reputadas. Las invitaba a casa a merenda Consiguió Consigu ió conformar conformar una pequeña y agradable camarilla camarilla.. –No te entie entiendo, ndo, tía. tía . ¿Por ¿Por qué te asom asombra bra tanto ta nto esas e sas personas? pe rsonas? No valen val en que yo. –Hija –Hi ja mía mía,, ya lo sé, sé que mi comportami comportamiento ento es pueril pueril,, pero no puedo impresionen todas esas personas tan importantes. Por ello es por lo que Charo se fue convirtiendo en la sempiterna comp apariciones públicas de Alicia; la custodiaba en todas las fiestas, pr conferencias conf erencias e intervencion i ntervenciones es en las l as que participaba. Alicia, Ali cia, poco a poco, iba Sign up to vote on this title participar en este tipo de actos, en parte por beneplácito propio, en parte p Useful Not useful a su tía y al propio Antonio. Antonio. La prensa seguía cada vez con mayor interés su supuesta relación con S ellos siempre serás Soledad. Ése es nuestro secreto, querida Eva”); ella con
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No faltaron mujeres que se aprovecharon del del interés i nterés que suscitaba la incli de Alicia, asegurando haber mantenido contactos carnales con ella. Sólo verdad. O parte de ella. Recordaba vagamente a la mujer que había conoc hace tiempo y a la que acompañó hasta su casa para acostarse con ella. A no obstante, con la que nunca nunca compartió la intimidad i ntimidad de las la s sábanas, porqu demasiado demasia do en su cabeza. “Sí, la mujer que quiso emplear a Roc Rocío ío Dúrcal par Todas las demás mentían. Tal vez se encontraron con ella en algún bar d pero Alicia no reconocía a ninguna ninguna de las l as que juraba y perjuraba haber sido –Pierden –Pie rden el tie tiempo, mpo, ninguna puede probar lo que dice. No te preocupes. cansarán de buscarte supuestas novias. –El tie tiempo mpo no se pierde pierde,, tía Charo. Recuérdame que escriba un artí artícu cu peculiar frase hecha. Siempre la he querido comentar en uno de mis artículo a rtículo La única mujer que podría haber hablado con conocimiento de ca incluidas, Lola, jamás jamá s apareció en e n un medio de comunicación, gesto gesto que la la h Alicia Ali cia no dejó de reconocer. re conocer. –Lola vale más que todas toda s esas furcias, está est á claro. A pesar pesa r de todo. De cualquier manera, alentaba a su modo las especulaciones surgidas a e Había dejado de fingir dejándose ver en compañía compañía de mozos apuestos y varo –¿Cómo que se me acusa de ser homosexua homosexual? l? ¿Desde cuándo ser homo acusación? ¿Hemos ¿Hemos retrocedido cien años a ños para que así sea? En todo caso afi que lo soy, pero como no lo considero un delito ni una injuria sobre mi per decirle que no aclaro ningún aspecto que a mi vida personal se refiera. Deb de saberlo ya, después de tanto tiempo. tie mpo. Eva llevaba de gira tres meses, y aún faltaban otros ocho para finaliza todos los días, día s, y sólo cuando actuaban cerca cerca de Madrid Alicia perturbaba la de la cantante con una visita inesperada. Hubo una salvedad. En una oca Eva se encontraba en Almería, se desplazó hasta allí para enseñarlauno d Sign up to vote this titlede Gata, más queridos por ella, una pequeña cala perteneciente al onCabo useful Useful Notindicado, llegaba por un camino rizado y repleto de badenes, muy mal lo q su acceso a los curiosos y se lo vetaba a los impacientes. El agua era verdo
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Ali cia había Alicia ha bía al alquila quilado do una habitaci habi tación ón propia, cada una se meti m etióó en la l a suya de los periodistas, que esta vez tampoco consiguieron palabra alg protagonistas. Los medios empezaban a cansarse de no contar con tes refrendaran las imágenes y fotografías, que mostraban a una Alicia Ro Soledad Cortés más compenetradas que nunca. nunca. Antes de ducharse, Alici Aliciaa tel telefoneó efoneó a recepción inte interesándose resándose por si alguna llamada. Seguía fiel a su actitud esquiva para con el celular. “Puede mejor momento de intimidad. La peor cadena del hombre moderno: el teléfo te léfo –Ha habido dos lla llamada madass de un tal Antonio. No ha deja dejado do el número dicho que no era importante. –Muchas gracias. Antonio solí solíaa visi visitarl tarlaa con frecuencia, sobre todo mie mientras ntras Eva esta proponía cada vez más actos en los que participar. Desde que aceptase la intervenir en un ciclo sobre literatura femenina, las proposiciones profesion un ritmo vertiginoso. Si hubiera dependido de él, las hubiera aceptado toda podía permitirse el lujo de escoger sin apremios. Salvo los que se le ocurr Antonio. Iba a ser padre por tercera vez ve z y estaba esta ba tan nervioso nervio so y excitado excita do com a estrenar en la materia. –No puedes rela relajar jar la cali calidad dad de tus novela novelas, s, porque ahora tie tienes nes una alimentar. –De acuerdo, a cuerdo, pero entonces necesitaré necesi taré más má s tiempo tie mpo para elaborarl el aborarlas. as. –Tú – Tú eres capaz de compagi compaginar nar todas est estas as inquietude i nquietudess de escritora; e scritora; adem a dem cabo, son fuente de inspiración, ¿no? De vez en cuando, sentía la nostalgia de la maternidad, y se cuestionaba de pedirle el esperma a Antonio para que se lo fecundaran en un centro Pero zanjaba ella ell a misma el e l tema. tema . “Sería una una locura para los tres, para él, Ad misma, ya que no podría ocultar a mi hijo quién es su padre.” Aún no sabía up to vote this title más de u estaba decidida a ser madre y a educar a sus hijosSign (“más deon uno, Useful Not useful nos saldría un malcriado”) junto a Eva. –¿No crees cree s que es dema demasia siado do pronto para pensar en adopta adoptarr niños junta
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reconoció rauda la sumió en un estado extraño, desasosegante. reconoció –Hola, –Hol a, Alici Alicia, a, qué tal tal.. Espero que te acuerdes de mí. Soy Jenny Alva Alva,, de hablamos hará medio año acerca de Amalia Rodrigo. Como entonces interesada en e n ella, pensé que quizás querrías saber que está ingresada en u hemos publicado hoy mismo en las notas de sociedad. Por lo visto, la inconsciente en su casa, con un golpe en la cabeza. Ahora está en coma. I importa el tema, pero por si acaso quise informarte. Cuando redacté la no de ti. Bueno, si necesita algo, aquí estoy. Ciao. Se precipitó sobre el teléfono, pero tuvo que colgar hasta encontrar en libreta el e l número de teléfono telé fono de Jenny. Jenny. –Quisiera –Quisie ra hablar habla r con Jenny Alva, por favor, soy Alicia Romero, llamo ll amo des –Un momento, mome nto, no cuelgue –se demoró la apari aparición ción de la voz al a l otro o tro lado l ado Aprovechó para rastrea ra strearr en busca de un paquete de tabaco, ta baco, pero recordó qu cigarros de emergencia; había decidido dejarlo de manera definitiva. sorprendió. –Hola, –Hol a, Alici Alicia, a, qué sorpresa. ¿Cómo te va todo? Según tengo ente entendido, ndido, en una nueva novela, ¿no es cierto? –Sí, eso me temo temo.. En cuanto la termi termine ne te lla llamaré, maré, por si quieres pub primicia. –Eso aumenta aumentaría ría mi presti prestigio gio aquí, en el periódi periódico. co. Podríam odríamos os hacer para la contr contra. a. –Cuenta con el ello, lo, aunque aún no me he puesto a escribi escribirr en serio serio.. notas y, y, a pesar pesa r de que el e l argu a rgumento mento está prácticamente pergeñado, supon dentro de un par de meses, no tendré nada definitivo. Oye, he escuchado ¿quéé ha ocurrido exactamente con Amalia? ¿qu Amali a? –¿Sigues atraída atra ída por el tema t ema?? –Pues… en real realidad idad no, pero como me involucré tanto en él, lo cierto Sign up to vote on this title conmocionado conmoc ionado un tanto tu t u noticia. Useful Not useful –Parece ser que el móvil fue el e l robo. El caso es que quien quiera que fue en la cabeza con algo contu contundente. ndente. Permaneció Permaneció inconsciente inconsciente toda la noch
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–Sí, la entrevi entrevisté, sté, pero al final quedó en mi archivo personal personal;; el proye pensado desarrollar no entusiasmó aquí. Una cosa, ¿por qué hablas en agresores? ¿Se ha confirmado que fuesen más de uno? –No, lo cierto es que la poli policía cía no aportó aport ó ese e se detal de talle, le, pero no me cabe sola persona se arriesgue a enfrentarse a otra que está en su casa. No sé poco absurdo. absurdo. Tú eres la escritora e scritora de novelas policíacas. ¿Tiene sentido se ntido mi c –Siempre –Siem pre que el móvil móvi l sea el e l robo, supongo que que sí. –¿Qué otro móvil m óvil puede haber? ha ber? Amalia Amal ia era, digamos, di gamos, una mujer peculiar pe culiar conocen conoc en enemigos. –¿En qué hospital hospita l está est á ingresada? ingresa da? –En La Purísima, en Lima. Lim a. ¿Tienes ¿Tiene s intención de venir? ve nir? –No lo sé, puede que sí. –Llámame –Llá mame si s i quieres quiere s y te enseño la ciudad. Vamos, si te t e apetece ape tece.. –De acuerdo, prometo lla llamarte marte si decido marcharme para al allá. lá. ¿Puedo favor, abusando abusando de ti? ti ? –Claro. –Cla ro. Me Me encanta que me abuses. abuse s. –¿Me mantendrás informada i nformada de su estado? esta do? –¿Quiere decir deci r eso que definitivame definiti vamente nte no vienes? viene s? –No lo sé, he de pensármelo, pensárme lo, ahora tengo te ngo algunos compromisos. –Otra cosa, te vi el otro día por tel televi evisión, sión, en unas jornadas de hermana escritores españoles y sudamericanos. ¿Qué ha sido de ese rechazo tan participar en este tipo de eventos e ventos públicos? públicos? –Cedo poco a poco. Supongo que se debe a la pertina pertinacia cia de mi m i represe hipnotiza para que acepte y luego no poder echarme echarme atrás. –A mí me parece que esos e sos ojos oj os han estado e stado escondidos dema demasia siado do tiempo ti empo de que pudiéramos disfrutar disfrutar de ellos. el los. –Eres muy amable, amabl e, Jenny. Si voy a Perú te llama ll amaré. ré. Así podremos conocer Sign up to vote on this title –O.K. Cuídate. Cuídate . Useful Not useful –Lo mismo digo. di go. El timbre del telefonillo había sonado dos veces. Ahora lo hacía el de l
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Eva rió, pero Alicia no saboreó el gesto. Estaba demasiado dema siado preocupaba en había maquinado ma quinado su cerebro, cerebro, aunque aunque lo l o intuía. –Tienes –Tie nes razón, antes hubiera hubie ra dicho “a mí me pasa pas a igual”. igual ”. –Esto está lle lleno no de periodi periodistas stas insidi insidiosos. osos. Estoy cansada de ell ellos, os, cada más acostumbrarme a su presencia; supongo que a tí tampoco te habrán d Sólo me consuela consuela saber sa ber que Claudio está noche noche y día protegiéndote de esa –Sí, no te preocupes, ya sabes sabe s que viene conmigo conmi go a todas partes. pa rtes. La había visto en Almería, pero sólo el día de su llegada, el jueves. retirada como una cesión total por su parte para que disfrutase al cien por Compartieron un café los tres, durante el que hablaron sobre el éxito teniendo la gira y poco más. No había notado nada extraño en su comportam comportam –Me alegra al egra saber s aber que sólo te atie a tiende nde a tí y que todos todo s los días está a tu l veces tengo celos de él. –Qué cosas tienes. ti enes. –¿Ha estado es tado contigo todo t odo este tiem t iempo, po, verdad? –¿Ocurre –¿Ocur re algo? a lgo? ¿A qué viene v iene esa insis insistencia tencia?? Claudio Cla udio no ha falta faltado do ni un gira, salvo este fin de semana que tuvo que ir a Madrid a solucionar unas discográfica. discogr áfica. Pero estabas tú para protegerme. Me dejó en buenas manos. –¿Qué cosas? –No sé, asuntos de represe representante ntantes, s, ya sabe sabes, s, papel papeleos, eos, contrata actuaciones, supongo. ¿Qué te preocupa? –Nada, mi amor, a mor, sólo que no quiero que estés esté s desprotegida. desprote gida. –Creo que soy mayorcit mayorcitaa para enfrentarme a lo que sea sea.. No necesi necesito to convierta en mi sombra. Ni lo necesito ni creo que pudiera soportarlo. –Ya lo l o sé, perdona, soy boba, es que me duele duel e hasta el aire a ire que te da e –Qué exagerada exa gerada eres. e res. Te quiero, quie ro, amor. –Y yo, darling, darli ng, disculpa este acceso de proteccionismo. prote ccionismo. Más que acceso, acceso ,e up to vote on this, title –No te preocupes. La semana sem ana que viene vie ne actuamos actuamoSign s en Segovia Segovia, ¿vendrás? Useful Not useful –Por supuesto. ¿Dónde cantas hoy? –En Granada Granada..
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–Hol a, cariño… –Hola, Desconectó sus pesquisas mentales y reparó en su tía, a la que había ol que la abriese. –Perdona, tía Charo. Esto es una terribl terriblee pesa pesadill dilla. a. Amal Amalia ia está ing hospital, en coma. Los médicos creen que perderá la vida. –¿Quién es Amalia Amal ia?? –La mujer muje r a la que fui a visitar visit ar en Perú, la secretaria secret aria personal pe rsonal de Chabuca –Según me diji dijiste, ste, era ya muy mayor ma yor,, ¿no? ¿Qué tiene t iene de parti particular cular,, apa un hecho hecho lamentable? lamentable ? Se sentó en el sofá. Por momentos recobró aquella antigua sensación en haber perdido el juicio. Deseó que nunca hubiera existido esa llamada apartar el pensamiento acusatorio que iba amasando. “Tengo que habla reunirme con ella. Le explicaré todo y nos desharemos de Claudio. Él no po nada en contra suya. Se lo contaré a Antonio para tener la certeza, si me o de que no quedará impune. Él Él la mató. Primero mató a Soledad Sole dad Cortés y ah Ahora lo sé. Estaba Esta ba tan claro… cla ro… No No sé cómo pude despistarme despis tarme.” .” –Cariño, ¿está ¿estáss ahí? Es que no enti entiendo endo por qué te ha perturbado tan Comprendo que es algo como para entristecerte, pero hacía tiempo qu comerte las uñas, y eso me hace sospechar que ha pasado algo más que a contado. Se miró las manos. Charo tenía razón. Odiaba a las personas que se la onicofagia denota, aparte de una total falta de estética, una terrible mala Muy pocas veces incurría en este vicio, tan sólo si estaba nerviosa en exc Lola se marchó de casa, le dolían los dedos, pues había apurado tanto quedaron en carne viva. –Alicia… –Ali cia… –Tía – Tía Charo, Amal Amalia ia ha recibido un golpe en la cabeza cabeza.. Prete Pretend nd up to vote on this title ¿comprendes? La policía estudia la causa del roboSigncomo móvil, pero no e Useful Not useful nada. Nada de valor aparente… –Sigo sin ver la rela relación ción del hecho contigo. Debe de ser la eda edad, d, que
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El Lago Rosa
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Acelera, un poco más
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cientos de personas que recordarán a Soledad Sole dad Cortés? Tendría Tendría que comete para librarse de todos los testigos que podrían declarar y dar fe de que esa Y,, si Y s i se acuerdan de ell ella, a, reconocerán que no es e s la mism mismaa que ahora utili Desde ese punto de vista, y con tu escueta explicación, me parece descab que fuese Claudio, sinceramente. Jamás pensé que alguna vez te diría historia hace aguas lo mires por donde donde lo mires. –Escucha, tía Charo. Claudio fue absuelto absue lto de la l a acusación acusaci ón de asesinat ases inato. o. –Eso me dijiste dij iste.. –Pero eso no prueba que él no la mat matase ase.. –En efecto. –Es decir decir,, que en el supuesto de que lo hicie hiciera ra y encontrase encontrasen, n, al a l cabo cadáver de Soledad, no se le podría volver a juzgar. –Tienes –Tie nes razón, pero no entiendo entie ndo a dónde quieres llegar. ll egar. –Ante la opinió opiniónn pública, él é l es e s inocente. inoce nte. Soledad, Sole dad, sin si n familia famil ia que reclame recla me amigos conocidos, se diluye día a día en la memoria colectiva. Supongo temprano, sobre sobre todo si Eva traspasa t raspasa las la s fronteras fronteras nacionales y se convierte de la canción como lo es aquí en nuestro país, Claudio o ella misma expli tienen pactado, es decir, que Soledad Cortés desapareció un buen día p formar una familia. La coartada es tan hermosa que a todos contentará perfecto. Pero, imagina, que un día Eva descubre que Claudio estuvo im caso… –Pero fue declarado decla rado inocente, inocente , no te olvides. olvide s. –No lo hago. Eva se enfadarí enfadaríaa porque Claudi Claudioo le ocultó la historia de Soledad Cortés. –No sabe sabess si hay histori historia. a. Él, según tú misma me has dicho, decla declaró ró en Soledad le contó que que iba a desaparecer del mapa, ¿no? –Sí, claro. Sign up to vote on this title –Luego, ¿qué le ha ocultado oculta do a Eva? Useful Not useful –Que él estuvo e stuvo acusado de su asesinat ase sinato. o. –¿Y qué demuestra dem uestra eso? e so? Imagínate Imagínat e que yo desapa de saparezco. rezco. Alguien Alguie n analiza anal iza
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–¿Pruebas de qué? –Pruebas que incriminen incrimi nen a Claudio. Claudio . –¿Ah, sí? Y si le odia tanto y esta estaba ba en posesi posesión ón de dichas pruebas, ¿p aportó en el juicio para que se demostrara que Claudio era, tal y com aseguráis, un asesino? –No lo l o sé. s é. Bueno, quizás no tenga t enga ninguna prueba pero no me m e negará negaráss q la única persona que conoce a la perfección el pasado de Claudio, la únic hundirle. –Insisto, creo que te está estáss obsesionando obse sionando y construyes una historia hist oria que di ser congruente. Las piezas, Alicia, los datos, no cuadran. Además, ¿cómo llevaron lleva ron algo de la casa de Amalia? ¿Te lo ha dicho dicho la policía? –No, no echan en falt faltaa nada. Pero tengo te ngo un pálpi pálpito. to. Estoy segura. –Pero si la auté auténtica ntica Soleda Soledadd Cortés está viva viva,, carece de senti sentido do ase asesin sin dejar vivo al princ principal ipal testigo, te stigo, ¿no? ¿no? –Sí, pero si estuviera est uviera muerta mue rta habría suprimido s uprimido el único vestigi ve stigioo incrimina –Y todo esto, es to, ¿lo hace por él? ¿Por su carrera? –Por supuesto que sí. Por ambición. ambició n. –¿De veras vera s crees que alguien algui en va asesinando ase sinando por ahí sólo sól o por no cambia cambiarr d –Claudio –Cla udio no sabe hacer otra cosa. Ahora tie tiene ne poder poder,, y se le presenta halagüeño, con mucho dinero, nuevos artistas que le reportarán más din influencia. influenc ia. Vuelve Vuelve a la vida que él siempre añoró, de la mano de la misma m Cortés, aunque aunque sea otra. Y no está dispuesto a abandonar de nuevo nuevo ese mu –¿Crees que Eva corre peligro? peli gro? –No. Si a Eva le sucedie sucediese se algo entonces sí que sal saldrían drían a la luz sus esta vez no se libraría de la cárcel. No es tan tonto. No, tiene a Eva en pal precisamente sabe que garantizar su futuro futuro como cantante es e s asegur ase gurarse arse e ha sido capaz de asesinar a Amalia, podría asesinarme a mí. Signni up to on this title –¡Alabado –¡Al abado sea se a Dios! Di os! ¡Hija ¡Hi ja mía, mí a, no digas esas esa s cosas envotebroma! –Piénsalo –Pié nsalo fríamente fría mente,, tía Charo. ¿Es o no no posible? posibl e? Useful Not useful –Posible sí que es, aunque basta bastante nte improbabl improbablee a mi juicio juicio.. ¿Qué
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–Una cosa. ¿Y Claudi Claudioo no presumió que tú te ente enterarías rarías de lo de sospecharías de él? –Hann pasa –Ha pasado do sei seiss mese mesess desde que la vi. No tie tiene ne por qué pensar que contacto con ella. No tiene teléfono, televisión, radio ni, mucho menos Además, Ademá s, Claudi Claudioo desconoce mi rela relación ción con Jenny Jenny.. En principio, puede esta ese respecto. De cualquier manera, es un riesgo que tengo que correr. correr. –Cariño, aclárame aclá rame una última últi ma cosa. ¿Cuándo empezarás empeza rás a lleva ll evarr una una vida n Sonrió a su tía. Admiraba su sentido del humor en los momentos más crí descubrió descubr ió que su marido le engañaba, e ngañaba, lo desplegó en toda su magnitud. ma gnitud. –El humor no se aprende. apre nde. Viene siempre si empre de lo l o alto, alt o, tía Charo. Conserva es –Estoy pensando en que tal vez ahora que tengo más tie tiempo mpo y comprobar el poco respeto que me he ganado de los hombres, me dediq más de cerca el mund mundoo femenino. ¿Crees ¿Crees que doy la talla t alla para ser, bueno, –¿Te refieres refie res a mi homosexuali homose xualidad dad o a mi faceta facet a de imán imá n para los líos? lí os?
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XVIII XVII I
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Cuando regresó de su último viaje a Perú, Alicia había cambiado profun vitalidad que la caracterizaba, su inquietud tan característica, su vigor desmelenado siempre, su energía continua y renovable, se habían adormec observaron: Charo, que, por más que lo intentó, no sacó una sola palab averiguó su sobrina en su segundo viaje a Perú; Antonio, Antonio, cuyas cenas no e levantar el ánimo de la escritora que, a pesar de la decadencia, se mantenía en los primeros puestos de las listas de libros de ficción más vendidos; y, p Eva, que que atribuía la fatiga anímica de su pareja a un supuesto supuesto hastío sentim Durante más de dos semanas, llevó una existencia mecánica y casi esp que el recuerdo de Soledad Cortés la consumía lentamente. Parecía sacada de Poe. Apenas se había dedicado a continuar la novela. Nada le satisfacía. que enviaba al periódico eran antiguos, y no los revisaba más allá gramaticales. Sus comparencias en público también se habían espaciado, y de casa. A todas horas escuchaba el disco de Soledad Cortés, como hipn tarde, Alicia dijo algo. –La he visto, vi sto, tía t ía Charo. Era ella e lla,, Soledad Sole dad Cortés. Corté s. Tan Tan magnánima ma gnánima,, tan ma hubieras estado allí. Charo no comprendía la magnitud ni el porqué del hechizo que había encuentroo de su sobrina con la cantante desaparecida. Intentaba animarla encuentr a nimarla a aventuras de Clara, pero resultó una vana empresa. –Vamos –V amos a ver ver,, Alici A licia. a. ¿Cómo es posibl posiblee que, esta estando ndo enamo enamorada rada de Eva, mujer cualquiera, por mucho mucho Soledad Soledad Cortés que se llame, l lame, pueda afectarte a fectarte h de convertirte en una especie de vegetal viviente, que ni siente ni padece? todo a perder, tu carrera, tu futuro, los amigos y, lo que es más importante Sign up to vote on this title Si te has encapric encaprichado hado de Soledad, sé sincera si ncera con Eva EvaUseful y acaba con la farsa. Not useful y la estás haciendo daño. ¿Cómo crees que se siente cuando viene a vert escuchar escuch ar una y otra vez el disco de esa mujer, sabiendo sabie ndo lo que significa?
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–De acuerdo. a cuerdo. ¿Necesi ¿Necesitas tas que te llev l levee algo? al go? –No, muchas muchas gracias. gracia s. No habían pasado ni cinco minutos cuando sonó el telefonillo. Char sorprendieron sorpr endieron de la pron prontitud titud de Claudio. –Quédatee al menos –Quédat m enos hasta que suba. De ese modo te verá ve rá y no podrá hace hace –Alicia, debería de beríass de olvida o lvidarr esa histori historiaa y centrarte ce ntrarte en las la s tuyas. tuyas . Vas a cae no lo estás está s ya. Sigues obsesionada con ese pobre hombre. hombre. –Puede que tengas te ngas razón, quizás haya enloquecido e nloquecido.. –¿Quieres que me quede? quede ? –No, es suficiente con que te vea ve a salir sal ir de casa. Claudio iba ataviado con un elegante traje color mostaza, una camisa bl botones desabrochados y unos zapatos marrón ma rrón claro. claro. Su expresión era preo no demostraba nerviosismo alguno. Saludó a Charo efusivamente, preguntá marido antes de que se marchara. “Qué oportuno, querido. Siempre tan quitó la americana y la dejó sobre el respaldo de una silla. –¿Quieres beber bebe r algo? –Si tienes tie nes una cerveza fría, fría , te lo agradeceré. agrade ceré. –Déjam –Dé jamee mirar mirar,, pero no creo que haya ha ya cerveza cerveza.. La últi última ma se la bebió Eva que bajar a hacer la compra, pero aún no he reunido las ganas suficientes calle. Tendr Te ndrás ás que disculparme. –Entonces déjalo, déja lo, precisamente precisa mente vengo v engo a hablarte habla rte de ella. el la. La mirada de Alicia era desabrida desa brida y recelosa. recelosa. –¿Le sucede algo? al go? –Dímel –Dí meloo tú. Está pensando suspender lo que queda de gira para estar e star a tu –Eso es una locura. –YYa se lo he dicho, pero ignoro qué te ocurre. Si es al – algo go tan grave como haga, no pondré oposición alguna, pero necesito una buena razón para Sign up to vote on this title decisión. Useful –Voy a prepararme prepara rme un café con hiel hielo. o. ¿Te apetece apete ce uno? Not useful –Cuando me contestes. contest es.
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vasos de café con hielo. –Te he echado e chado dos cucharil cucharillas las de azúcar. a zúcar. –¿Vas a decirme deci rme qué te pasa o tendré que sonsacártelo sonsacá rtelo con malas mal as artes? arte s? Levantó los ojos, hasta que se encontraron con los de él. “Tienes buena apuesto, distinguido. ¿Por qué, Claudio? ¿Por qué lo hiciste?” –La he visto. vis to. A Soledad. El gesto de Claudio no abarcaba tanto asombro como desplegó. Buscó e un paquete de tabaco y se encendió un cigarrillo. “Está descolocado. Cre último que esperaba escuc escuchar har de mí.” –En verdad es como los cantos de sirena de Ulise Ulises. s. Acaba con aquel qu mirarla. –Y una mierda. mie rda. ¿Dónde la has visto? vi sto? Le contó cómo conoció a Jenny y cómo ésta la avisó de la hospitalizació relató escuetamente e scuetamente su segundo segundo viaje a Perú y la escena del entierro. –¿Amaliaa está –¿Amali est á muerta? muerta ? –Sí. Y cuando fui a su casa había desa desaparecido parecido todo t odo rastro de Soleda Soledadd Cor nada que certificase que alguna vez existió otra Soledad Cortés que no se parece extraño? –¿La vieja vie ja guardaba en su casa reliquias reli quias de la l a discográfica? discográfi ca? –Sí, tie tiene, ne, tení teníaa recuerdos de todas la lass acti activida vidades des que lle llevó vó a cabo incluida la discográfica. En un archivador estaban las fichas de todos los allí.. De todos, salvo la de Soledad allí Sole dad Cortés. Llamativo, ¿no? ¿no? –¿Qué está estáss pensando? ¿Me acusas de nuevo? ¿Crees que he sido yo Amalia? Amal ia? Primero me inculpas de ase asesinar sinar a Soleda Soledad; d; ahora que la incriminas en algo que desconoc desconocía ía por completo. completo. –No he dicho eso. –Pero lo piensa piensas. s. Entonces, según tu t u razonamie razo namiento, nto, ¿en qué me m e benefici Sign up to vote on this title de Amalia? useful Useful NotT –Nadie podría mole molestarte starte por el asunto de Soleda Soledad d Cortés. u carrera como la de Eva, quedarían impunes impunes a cualquier comentario malicioso. Amali
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mínimo. –Pues que no te preocupe, por mí no dejará la l a gira. –TTendrás que convencerla, cree que la necesi – necesitas tas a tu lado lado.. Ya no vas actúa. Es ella la que tiene que llamarte lla marte todos los días. ¿Crees que no me h ¿Ya no la quieres? –Más que a mi vida, vi da, tenlo por seguro, pero cada vez ve z que la veo, no puedo en Soledad. –¡Al diabl diabloo con Soleda Soledad! d! Toda su vida no ha sabi sabido do hacer otra cosa desgracias a todos los que tenía te nía cerca. A tí lo que te pasa es que te has enc mujer como no hay otra, por suerte para todos. Y si es así, te pediré que d Eva para que pueda continuar con su vida. –Quiero a Eva. –Pues no lo parece, la verdad. Si de veras te importa importa,, lucha por ell ella. a. cría, y puedes hacerle much muchoo daño. –Sientoo que la trai –Sient traiciono ciono al no contarle esta histori historia, a, sobre todo t odo porque, tú pienso que eres el causante de todo. –Muy bien, Alici Alicia. a. No me he apa apartado rtado un solo moment momentoo de Eva en ¿Cuándo ¿Cu ándo he podido viajar a Perú y asesinar a Amalia? Amal ia? –Eva me dijo que estuvi estuviste ste un fin de sema semana na en Madrid, arreg compromisos compr omisos profesionales. Tuviste tiempo t iempo de sobra. –Joder –J oder,, Alici Alicia, a, real realmente mente te has vuelt vueltoo una esquizo esquizofrénica. frénica. Ese fin de cenando con Antonio y su mujer. Le propuse preparar una fiesta sorpresa p Dentro de poco, hará un año que estáis estái s juntas. Se recostó en el sofá. No era la primera vez que sentía que había perdid revelación de Claudio la había perturbado profundamente. No tuvo que llam para saber que decía la verdad, era demasiado arriesgado mentir utilizando a Antonio. Sign up to vote on this title –Entonces, ¿quién mató a Amalia Ama lia?? Not useful Useful –¿Tengo pinta de poli, pol i, acaso? acaso ? No No tengo ni puñetera i dea,,pero idea tampoco m –No est estoy oy segura de poder afrontar esta estúpi estúpida da obsesi obsesión ón ni creo pod
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A Charo le encantó el e l título, tít ulo, aunque le apenaba ape naba la mal maldad dad de Verónica. Verónica . –En la lass novela novelass poli policíaca cíacass no puede haber santos, tía Charo. Los person viles o virtuosos como en la vida real. Y Verónica ha sido la antagonista de Gracias Grac ias a ella, el la, Clara resalta aún a ún más. más. –¿Y acabará acaba rá con Fede Federico? rico? –Qué persist persistencia… encia… Nadie lo sabe sabe,, Clara Cla ra es e s una mujer dema demasia siado do indepe i ndepe para dedicarle toda la atención a tención que que demanda dema nda y requiere Federico. –Qué chasco, hija hija.. Pues Pue s para tan poca sal salud, ud, mejor me jor morirse. No andes a ndes pobre. –No juego con ninguno ninguno de ellos. ell os. Clara es e s así. Las cosas entre Alicia y Eva habían recobrado la normalidad. Después d Claudio, Alicia le compró un anillo de oro blanco en señal de alianza. La periodistas interesados en arrancar alguna declaración de confirmarse el ro mermado. Diéronse por vencidos, y el interés inicial por lo que fue calific relación del año”, se relajó paulatinamente. Alicia Ali cia acudió al fin de gira de Eva, en el tea teatro tro de la Zarzuel arzuela, a, en Ma actuaría tras un descanso por algunas ciudades sudamericanas, la g presentación del disco había concluido. El teatro estaba lleno, y el público entregó desde antes de comenzar el concierto. Los comentarios que escuc Antonio y Ali Alicia cia en el sal salón ón del tea teatro tro hacían presagi presagiar ar los mej mejores ores aug futuro profesional. A mita m itadd del de l espe espectáculo, ctáculo, Eva recitó el párrafo comple completo to del que había tom de su trabajo, Los silencios de Babel, dedicándole a Alicia Ali cia la canción del mis Tres horas esperaron una vez terminado el concierto hasta que Eva, pl reunirsee con ellos. Habían reunirs Ha bían quedado en una cafetería próxima al teatro. –Hass triunfado a lo grande. –Ha –Gracias. Creo que ha sido un concierto concie rto muy espe especial cial,, Antonio. Gracias to vote on this title también, tía Charo. Y a ti, Adela. Y, Y , por supuesto, supuesto, aSign ti,upcariño. Useful Not useful –Lo mío es obligaci obl igación. ón. Rieron los cinco. Después de brindar numerosas veces por las
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Cerró los ojos y se arrugó la frente con la palma de la mano, como despertarse de un sueño o de recor recordarlo. darlo. –Al parecer pa recer,, la poli policía cía consiguió una orden de regist registro ro para buscar prueb de quien había encon e ncontrado trado el cuerpo, Caridad. Era Era la única que se relacionab desde hace años, y lo único que tenían. Hallaron un rifle que, después conservada restos de sangre de Amalia en su culata. Eso no es todo. encontraron numerosas fotografías de Soledad Cortés, así como algunos privados de la misma. La policía no tardó en avivar la extraña desap cantante, por lo que sus sospechas se multiplicaban. multi plicaban. –Un momento. ¿Qué relación relaci ón tenía Caridad Ca ridad con Soledad? Soleda d? –¿De veras vera s quieres saberlo? sa berlo? Te gustará. gusta rá. –Sorpréndeme de nuevo. nuevo . –Es su madre. –¿Su madre? ¿Caridad? ¿Caridad… la madre ma dre de Soledad Soleda d Cortés? –Sí señora. ¡Qué carajo carajo!! Ahí tie tienes nes el moti motivo vo que expli explica ca por qué Amal Aguascalient Aguascal ientes, es, para esta estarr cerca de la única persona pe rsona que la l a vinculaba vinculaba,, de su pasado. En aquel momento, comprendió comprendió la desairada reacción de Caridad aquella la descubriese en casa de Amalia. –¿Y Soledad Soleda d Cortés? ¿Está ¿Está impli i mplicada? cada? –No, Carida Caridadd finalm finalmente ente se confesó culpable de la muerte de Amal perjuró no saber nada de ella desde que desapareciera. En cambio tú habl Alicia. Ali cia. –Sí, pero he aprendido que a los muertos hay que deja dejarles rles que siga sigann vi ¿Noo se lo habrás contado ¿N contado a la l a policía, verdad? ve rdad? –No, tranquila, tranquil a, mi m i boca está e stá sel sella lada. da. Opino Opi no como tú respecto respe cto de los mue el caso está casi cerrado. Sign up to vote on this title –¿Por qué la mató? Not useful Useful –Caridadd explicó –Carida expli có que se acercó, como tantos ta ntos otros día s, ahacerle días, compañ en esa ocasión, se enzarzaron en una acalorada discusión acerca de su
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–En efecto. –Soledad. –Sole dad. Ella sie siempre mpre es el e l motivo moti vo de la desgraci desgracia. a. ¿Por ¿Por qué renunciaría a su madre? –¿Por qué no no se lo preguntaste preguntas te tú misma? mis ma? Ocasión tuviste… tuvist e… –No entiendo entie ndo cómo alguien alguie n decide prescindir prescindi r deliberadame delibe radamente nte de una mad –No ha prescindido de el ella la del de l todo. ¿Adivinas ¿Adivi nas quién quié n ha pagado la l a fianza fia nza q a Caridad en libertad provisional? –Por eso se enfureció e nfureció tanto ante la lass palabras pal abras de Amalia Ama lia.. Sabía que su hija pero no podía decirlo. –Pero tampoco ta mpoco soportar que alguien al guien te grite grit e que tu hija es e s una perra. –Una perra… ¿A ti te parece suficiente suficientemente mente injuriosa la pala palabra bra como alguien? –¿Tieness hijos? –¿Tiene –Touché. Hay Ha y algo al go que todavía toda vía no me cuadra. Cuando Cua ndo desapareció desa pareció Soleda me dijiste, dij iste, interpu inte rpuso so denuncia denuncia alguna. Ni siquiera su madre. –La conjetura que mast masticas icas es correcta. Eso demues demuestra tra que su escis escisión ión no fue fue absoluta. De todas maneras, en un par de días podré contarte más de –No, gracias. Acaban de salir sa lir de mi vida. Pensé que este moment momentoo no lleg nombre de Soledad Cortés y todo lo que a él esté vinculado han dejado de Gracias Grac ias a Dios. Di os. Quedaron en silencio. Alicia recibió la noticia sin sobresaltarse demasiad laxa sensación de tranquilidad, que perturbó la voz de Jenn Jenny. y. –Bueno, ya que lo hemos hemo s comentado, comentado , te dejo que sigas si gas durmiendo. –Muchas gracias, de nuevo. –No hay de qué. Te debía una. Fui demasia dema siado do grosera entonces. entonces . Eva seguía durmiendo sobre las sábanas. Estaba desnuda, tumbada bo acercó y la besó en el cuello. Sign up to vote on this title –Buenos días. día s. useful Useful Se incorporó perezosamente y se estiró, gimiendo comounNotgato. La voz timbre empastado propio del sueño.
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Cuando regresó de su último viaje a Perú, Alicia había cambiado profun vitalidad que la caracterizaba, su inquietud tan característica, su vigor desmelenado siempre, su energía continua y renovable, se habían adormec observaron: Charo, que, por más que lo intentó, no sacó una sola palab averiguó su sobrina en su segundo viaje a Perú; Antonio, Antonio, cuyas cenas no e levantar el ánimo de la escritora que, a pesar de la decadencia, se mantenía en los primeros puestos de las listas de libros de ficción más vendidos; y, p Eva, que que atribuía la fatiga anímica de su pareja a un supuesto supuesto hastío sentim Durante más de dos semanas, llevó una existencia mecánica y casi esp que el recuerdo de Soledad Cortés la consumía lentamente. Parecía sacada de Poe. Apenas se había dedicado a continuar la novela. Nada le satisfacía. que enviaba al periódico eran antiguos, y no los revisaba más allá gramaticales. Sus comparencias en público también se habían espaciado, y de casa. A todas horas escuchaba el disco de Soledad Cortés, como hipn tarde, Alicia dijo algo. –La he visto, vi sto, tía t ía Charo. Era ella e lla,, Soledad Sole dad Cortés. Corté s. Tan Tan magnánima ma gnánima,, tan ma hubieras estado allí. Charo no comprendía la magnitud ni el porqué del hechizo que había encuentroo de su sobrina con la cantante desaparecida. Intentaba animarla encuentr a nimarla a aventuras de Clara, pero resultó una vana empresa. –Vamos –V amos a ver ver,, Alici A licia. a. ¿Cómo es posibl posiblee que, esta estando ndo enamo enamorada rada de Eva, mujer cualquiera, por mucho mucho Soledad Soledad Cortés que se llame, l lame, pueda afectarte a fectarte h de convertirte en una especie de vegetal viviente, que ni siente ni padece? todo a perder, tu carrera, tu futuro, los amigos y, lo que es más importante Sign up to vote on this title Si te has encapric encaprichado hado de Soledad, sé sincera si ncera con Eva EvaUseful y acaba con la farsa. Not useful y la estás haciendo daño. ¿Cómo crees que se siente cuando viene a vert escuchar escuch ar una y otra vez el disco de esa mujer, sabiendo sabie ndo lo que significa?
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–De acuerdo. a cuerdo. ¿Necesi ¿Necesitas tas que te llev l levee algo? al go? –No, muchas muchas gracias. gracia s. No habían pasado ni cinco minutos cuando sonó el telefonillo. Char sorprendieron sorpr endieron de la pron prontitud titud de Claudio. –Quédatee al menos –Quédat m enos hasta que suba. De ese modo te verá ve rá y no podrá hace hace –Alicia, debería de beríass de olvida o lvidarr esa histori historiaa y centrarte ce ntrarte en las la s tuyas. tuyas . Vas a cae no lo estás está s ya. Sigues obsesionada con ese pobre hombre. hombre. –Puede que tengas te ngas razón, quizás haya enloquecido e nloquecido.. –¿Quieres que me quede? quede ? –No, es suficiente con que te vea ve a salir sal ir de casa. Claudio iba ataviado con un elegante traje color mostaza, una camisa bl botones desabrochados y unos zapatos marrón ma rrón claro. claro. Su expresión era preo no demostraba nerviosismo alguno. Saludó a Charo efusivamente, preguntá marido antes de que se marchara. “Qué oportuno, querido. Siempre tan quitó la americana y la dejó sobre el respaldo de una silla. –¿Quieres beber bebe r algo? –Si tienes tie nes una cerveza fría, fría , te lo agradeceré. agrade ceré. –Déjam –Dé jamee mirar mirar,, pero no creo que haya ha ya cerveza cerveza.. La últi última ma se la bebió Eva que bajar a hacer la compra, pero aún no he reunido las ganas suficientes calle. Tendr Te ndrás ás que disculparme. –Entonces déjalo, déja lo, precisamente precisa mente vengo v engo a hablarte habla rte de ella. el la. La mirada de Alicia era desabrida desa brida y recelosa. recelosa. –¿Le sucede algo? al go? –Dímel –Dí meloo tú. Está pensando suspender lo que queda de gira para estar e star a tu –Eso es una locura. –YYa se lo he dicho, pero ignoro qué te ocurre. Si es al – algo go tan grave como haga, no pondré oposición alguna, pero necesito una buena razón para Sign up to vote on this title decisión. Useful –Voy a prepararme prepara rme un café con hiel hielo. o. ¿Te apetece apete ce uno? Not useful –Cuando me contestes. contest es.
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vasos de café con hielo. –Te he echado e chado dos cucharil cucharillas las de azúcar. a zúcar. –¿Vas a decirme deci rme qué te pasa o tendré que sonsacártelo sonsacá rtelo con malas mal as artes? arte s? Levantó los ojos, hasta que se encontraron con los de él. “Tienes buena apuesto, distinguido. ¿Por qué, Claudio? ¿Por qué lo hiciste?” –La he visto. vis to. A Soledad. El gesto de Claudio no abarcaba tanto asombro como desplegó. Buscó e un paquete de tabaco y se encendió un cigarrillo. “Está descolocado. Cre último que esperaba escuc escuchar har de mí.” –En verdad es como los cantos de sirena de Ulise Ulises. s. Acaba con aquel qu mirarla. –Y una mierda. mie rda. ¿Dónde la has visto? vi sto? Le contó cómo conoció a Jenny y cómo ésta la avisó de la hospitalizació relató escuetamente e scuetamente su segundo segundo viaje a Perú y la escena del entierro. –¿Amaliaa está –¿Amali est á muerta? muerta ? –Sí. Y cuando fui a su casa había desa desaparecido parecido todo t odo rastro de Soleda Soledadd Cor nada que certificase que alguna vez existió otra Soledad Cortés que no se parece extraño? –¿La vieja vie ja guardaba en su casa reliquias reli quias de la l a discográfica? discográfi ca? –Sí, tie tiene, ne, tení teníaa recuerdos de todas la lass acti activida vidades des que lle llevó vó a cabo incluida la discográfica. En un archivador estaban las fichas de todos los allí.. De todos, salvo la de Soledad allí Sole dad Cortés. Llamativo, ¿no? ¿no? –¿Qué está estáss pensando? ¿Me acusas de nuevo? ¿Crees que he sido yo Amalia? Amal ia? Primero me inculpas de ase asesinar sinar a Soleda Soledad; d; ahora que la incriminas en algo que desconoc desconocía ía por completo. completo. –No he dicho eso. –Pero lo piensa piensas. s. Entonces, según tu t u razonamie razo namiento, nto, ¿en qué me m e benefici Sign up to vote on this title de Amalia? useful Useful NotT –Nadie podría mole molestarte starte por el asunto de Soleda Soledad d Cortés. u carrera como la de Eva, quedarían impunes impunes a cualquier comentario malicioso. Amali
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mínimo. –Pues que no te preocupe, por mí no dejará la l a gira. –TTendrás que convencerla, cree que la necesi – necesitas tas a tu lado lado.. Ya no vas actúa. Es ella la que tiene que llamarte lla marte todos los días. ¿Crees que no me h ¿Ya no la quieres? –Más que a mi vida, vi da, tenlo por seguro, pero cada vez ve z que la veo, no puedo en Soledad. –¡Al diabl diabloo con Soleda Soledad! d! Toda su vida no ha sabi sabido do hacer otra cosa desgracias a todos los que tenía te nía cerca. A tí lo que te pasa es que te has enc mujer como no hay otra, por suerte para todos. Y si es así, te pediré que d Eva para que pueda continuar con su vida. –Quiero a Eva. –Pues no lo parece, la verdad. Si de veras te importa importa,, lucha por ell ella. a. cría, y puedes hacerle much muchoo daño. –Sientoo que la trai –Sient traiciono ciono al no contarle esta histori historia, a, sobre todo t odo porque, tú pienso que eres el causante de todo. –Muy bien, Alici Alicia. a. No me he apa apartado rtado un solo moment momentoo de Eva en ¿Cuándo ¿Cu ándo he podido viajar a Perú y asesinar a Amalia? Amal ia? –Eva me dijo que estuvi estuviste ste un fin de sema semana na en Madrid, arreg compromisos compr omisos profesionales. Tuviste tiempo t iempo de sobra. –Joder –J oder,, Alici Alicia, a, real realmente mente te has vuelt vueltoo una esquizo esquizofrénica. frénica. Ese fin de cenando con Antonio y su mujer. Le propuse preparar una fiesta sorpresa p Dentro de poco, hará un año que estáis estái s juntas. Se recostó en el sofá. No era la primera vez que sentía que había perdid revelación de Claudio la había perturbado profundamente. No tuvo que llam para saber que decía la verdad, era demasiado arriesgado mentir utilizando a Antonio. Sign up to vote on this title –Entonces, ¿quién mató a Amalia Ama lia?? Not useful Useful –¿Tengo pinta de poli, pol i, acaso? acaso ? No No tengo ni puñetera i dea,,pero idea tampoco m –No est estoy oy segura de poder afrontar esta estúpi estúpida da obsesi obsesión ón ni creo pod
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A Charo le encantó el e l título, tít ulo, aunque le apenaba ape naba la mal maldad dad de Verónica. Verónica . –En la lass novela novelass poli policíaca cíacass no puede haber santos, tía Charo. Los person viles o virtuosos como en la vida real. Y Verónica ha sido la antagonista de Gracias Grac ias a ella, el la, Clara resalta aún a ún más. más. –¿Y acabará acaba rá con Fede Federico? rico? –Qué persist persistencia… encia… Nadie lo sabe sabe,, Clara Cla ra es e s una mujer dema demasia siado do indepe i ndepe para dedicarle toda la atención a tención que que demanda dema nda y requiere Federico. –Qué chasco, hija hija.. Pues Pue s para tan poca sal salud, ud, mejor me jor morirse. No andes a ndes pobre. –No juego con ninguno ninguno de ellos. ell os. Clara es e s así. Las cosas entre Alicia y Eva habían recobrado la normalidad. Después d Claudio, Alicia le compró un anillo de oro blanco en señal de alianza. La periodistas interesados en arrancar alguna declaración de confirmarse el ro mermado. Diéronse por vencidos, y el interés inicial por lo que fue calific relación del año”, se relajó paulatinamente. Alicia Ali cia acudió al fin de gira de Eva, en el tea teatro tro de la Zarzuel arzuela, a, en Ma actuaría tras un descanso por algunas ciudades sudamericanas, la g presentación del disco había concluido. El teatro estaba lleno, y el público entregó desde antes de comenzar el concierto. Los comentarios que escuc Antonio y Ali Alicia cia en el sal salón ón del tea teatro tro hacían presagi presagiar ar los mej mejores ores aug futuro profesional. A mita m itadd del de l espe espectáculo, ctáculo, Eva recitó el párrafo comple completo to del que había tom de su trabajo, Los silencios de Babel, dedicándole a Alicia Ali cia la canción del mis Tres horas esperaron una vez terminado el concierto hasta que Eva, pl reunirsee con ellos. Habían reunirs Ha bían quedado en una cafetería próxima al teatro. –Hass triunfado a lo grande. –Ha –Gracias. Creo que ha sido un concierto concie rto muy espe especial cial,, Antonio. Gracias to vote on this title también, tía Charo. Y a ti, Adela. Y, Y , por supuesto, supuesto, aSign ti,upcariño. Useful Not useful –Lo mío es obligaci obl igación. ón. Rieron los cinco. Después de brindar numerosas veces por las
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Cerró los ojos y se arrugó la frente con la palma de la mano, como despertarse de un sueño o de recor recordarlo. darlo. –Al parecer pa recer,, la poli policía cía consiguió una orden de regist registro ro para buscar prueb de quien había encon e ncontrado trado el cuerpo, Caridad. Era Era la única que se relacionab desde hace años, y lo único que tenían. Hallaron un rifle que, después conservada restos de sangre de Amalia en su culata. Eso no es todo. encontraron numerosas fotografías de Soledad Cortés, así como algunos privados de la misma. La policía no tardó en avivar la extraña desap cantante, por lo que sus sospechas se multiplicaban. multi plicaban. –Un momento. ¿Qué relación relaci ón tenía Caridad Ca ridad con Soledad? Soleda d? –¿De veras vera s quieres saberlo? sa berlo? Te gustará. gusta rá. –Sorpréndeme de nuevo. nuevo . –Es su madre. –¿Su madre? ¿Caridad? ¿Caridad… la madre ma dre de Soledad Soleda d Cortés? –Sí señora. ¡Qué carajo carajo!! Ahí tie tienes nes el moti motivo vo que expli explica ca por qué Amal Aguascalient Aguascal ientes, es, para esta estarr cerca de la única persona pe rsona que la l a vinculaba vinculaba,, de su pasado. En aquel momento, comprendió comprendió la desairada reacción de Caridad aquella la descubriese en casa de Amalia. –¿Y Soledad Soleda d Cortés? ¿Está ¿Está impli i mplicada? cada? –No, Carida Caridadd finalm finalmente ente se confesó culpable de la muerte de Amal perjuró no saber nada de ella desde que desapareciera. En cambio tú habl Alicia. Ali cia. –Sí, pero he aprendido que a los muertos hay que deja dejarles rles que siga sigann vi ¿Noo se lo habrás contado ¿N contado a la l a policía, verdad? ve rdad? –No, tranquila, tranquil a, mi m i boca está e stá sel sella lada. da. Opino Opi no como tú respecto respe cto de los mue el caso está casi cerrado. Sign up to vote on this title –¿Por qué la mató? Not useful Useful –Caridadd explicó –Carida expli có que se acercó, como tantos ta ntos otros día s, ahacerle días, compañ en esa ocasión, se enzarzaron en una acalorada discusión acerca de su
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–En efecto. –Soledad. –Sole dad. Ella sie siempre mpre es el e l motivo moti vo de la desgraci desgracia. a. ¿Por ¿Por qué renunciaría a su madre? –¿Por qué no no se lo preguntaste preguntas te tú misma? mis ma? Ocasión tuviste… tuvist e… –No entiendo entie ndo cómo alguien alguie n decide prescindir prescindi r deliberadame delibe radamente nte de una mad –No ha prescindido de el ella la del de l todo. ¿Adivinas ¿Adivi nas quién quié n ha pagado la l a fianza fia nza q a Caridad en libertad provisional? –Por eso se enfureció e nfureció tanto ante la lass palabras pal abras de Amalia Ama lia.. Sabía que su hija pero no podía decirlo. –Pero tampoco ta mpoco soportar que alguien al guien te grite grit e que tu hija es e s una perra. –Una perra… ¿A ti te parece suficiente suficientemente mente injuriosa la pala palabra bra como alguien? –¿Tieness hijos? –¿Tiene –Touché. Hay Ha y algo al go que todavía toda vía no me cuadra. Cuando Cua ndo desapareció desa pareció Soleda me dijiste, dij iste, interpu inte rpuso so denuncia denuncia alguna. Ni siquiera su madre. –La conjetura que mast masticas icas es correcta. Eso demues demuestra tra que su escis escisión ión no fue fue absoluta. De todas maneras, en un par de días podré contarte más de –No, gracias. Acaban de salir sa lir de mi vida. Pensé que este moment momentoo no lleg nombre de Soledad Cortés y todo lo que a él esté vinculado han dejado de Gracias Grac ias a Dios. Di os. Quedaron en silencio. Alicia recibió la noticia sin sobresaltarse demasiad laxa sensación de tranquilidad, que perturbó la voz de Jenn Jenny. y. –Bueno, ya que lo hemos hemo s comentado, comentado , te dejo que sigas si gas durmiendo. –Muchas gracias, de nuevo. –No hay de qué. Te debía una. Fui demasia dema siado do grosera entonces. entonces . Eva seguía durmiendo sobre las sábanas. Estaba desnuda, tumbada bo acercó y la besó en el cuello. Sign up to vote on this title –Buenos días. día s. useful Useful Se incorporó perezosamente y se estiró, gimiendo comounNotgato. La voz timbre empastado propio del sueño.
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