breve reseña historia de la era romanaFull description
3_ LOS Romanos Prueba
Descripción: Un estudio minucioso de la epístola a los Romanos
Descripción: técnica de extracción
resumen de los disoses aymaras y quechuas
mayas
A primeira edição da Bíblia King James foi publicada em Londres, em 1611 (temos uma réplica da página de apresentação original desta edição de 1611 no início do NTKJA), é justamente essa a e…Descrição completa
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La división estructural en libros base y monografías referidas a hechos cruciales para la interpretación de la historia de los pueblos ( conflictos, desarrollo social, cultural y tecnológico…Full description
Imagínese el lector 160.000 vacas mugiendo alborotadas
mientrá hs [evan por \]/hitelrall y que son
sacrificadas
posteriormente en ipatio dela abadnde Westrninster duceremonia de coronación. Pues, según Suetonio, irttt el acceso al poder de Calígula se celebró a lo largo de tres de esa cantidad -.so -ediint" el sacrificio en el Capitolioque la aaitud de de víctimas. La idea nos repugna, ig,td de Bandula fuente Horacio (quien estaba tan agraáecido a de el sacrificio prometió que sia por un irago de agua fresia, hasta Y. Campbell A. a un cabrito dátro dé ella) impactó el punto de exclamar: .rDespués de eso,- ¿quié-n puede qt99to b"b"t de la fuente de Bandusia?>. F,l sacrificio, especialmente el sacrificio cruento, es tan ajeno alas formas modernas de pensamiento que es imposible revivir la fe de aquellos que, como los antiguos judíos o los romanos, creían que era el medio más efectivo de influir en los dioses.
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lSacrificio significa literalmente . (sacer), apartándolo de cualquier uso común y entregándolo exclusivamente a los dioses.lUn lugar sagrado es aquel reservado a un dios y en el cud tiene éste su residencia: en el curso normal de los acontecimientos los hombres no pueden penetrar en é1, del mismo modo que no había ningún barco en el lago Vadimo porque era un lago sagrado (p.26). En la antigüedad, el máximo castigo que el Estado podía imponer a un criminal era declararlo <>,lo cual significaba que seía aislado de todo trato humano y podúa ser matado con impunidaá afn de que los dioses pudieran disfrutar de lo suyo lo antes posible: de hecho se trataba de una sentencia de muerte. Por eso, en el culto, el creyente elegía algo especial y se 1o ofrecía a los dioses. Pero la diferencia básica entre un sacrificio y la ofrenda de un objeto de oro o una joya era que lo que se daba,por medio de un sacrificio contenía el principio de la vida.No tenía que ser necesariamente un animal. La mayoría de las ofrendas que se hacían a los dioses en los cultos familiares eran cereales tortas (strues) he-pequeñas chas de farco (far), una variedad de trigo, o harina mezcla-
da con
sal,
(mola salsd. Tloracio menciona la frecuente
escena doméstica de (Odas, m,23 .20) , que Ovidio describe con ma-
yor extensión cuando cuenta cómo había una interrupción en 1a comida principal del día y se ponía un trozo pequeño de comida en un plato y se arrojaba al fuego para que fuera consugrido por los dioses de la fanÁia (Fastos,W,307 y ss.)iOtras ofrendas utilizadas frecuentemente para el sacrificio eran las flores, la miel, el queso, la fru-
ta, el vino y la leche. Pero los animales eran y lo más visible.'..t
lo
más ehcaz
ilT-a idea subya€nte a la elección de sacrificios animados o-üuasi-animados era fácilmente comprensible. Los dioses tenían a su cargo esencialmente una actiüdad par-losy una tos, por ejemplo, o la curación de enfermedades-,
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acividad requiere vitalidad.
Si la
vitalidad de los dioses no
mantenía y renovaba, tal actividad se debilitaría I Ya no podrían lle,tar acabo sus funciones eficazmente. El grano io crecería o se extendería la enfermedad porque los dios€s correspondientes no tendrían suficiente $9or para cumplir sus objetivos aunque quisieran hacerlolarrón 1o relata con bastante sencillez cuando escribe fre teme la
se
muerte de algunos dioses simplemente por descuido' La existencia de'Íos dioses dependía en gran medida de la devoción del hombre hacia ellos. En las grandes oraciones que se pronunciaban cuando se ofrecía un sacrificio como á de CatOn o el de Augusto citados en el capítulo anterior, la frase clave siempr.lt, ..prt, que seas engrandecido>> (por esta ofrenda).ia palabialatina es macte' qullerela-
.liot, .or, lnagnus y palabras similares. El devorez para que su sacrificio revitalice al dios, capacitán'
to
dolo asipara ótorgar las peticiones que se le hacen' De todos los ser.s viuos, los a¡imales, obviamente, son los más vigorosos y, por lo tanto, los sacrif- icios más poderosos, y lai partes más vitales de un animal' las-partes que supuestarnente contienen la auténtica chiqpa de la vida' son el coraz6n, el hígado, los riñones, etc' Éstas eran las que.habitualmente s*e ofrecían a los dioses' Era una coincidencia afortunada, desde un punto de vista humano, que al menos fueran partes comestibles. Sin embárgo, hasta la época de Augusto los motivos habían sido mái mundanot. Et drrdoso que Horacio deseara conscientemente aumentar la frescura de la fuente de Bandusia al sacrificar un cabrito. Con seguridad sabía que un cabrito era el sacrificio que tradicionalmente se hacía al
dios de una fuente (cualquiera que fuera el origen de la tadición) y creería qrr", yá qu. et el pasado se granjeaban la büena voluntad d-e loi dioses haciendo las cosas de la forma tradicional, se debería seguir haciéndolas de la misma manera. O qttzápodía haber pensado que los-dioses compartían tnt gottoi y sus aficiones y por eso podría ha-
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[,os romanos y sus dioses
ber querido agradecérselo dándoles una parre de lo que a él más le agradaba.
En todos los acontecimientos el sacrificio de un animal erala característica habitual de la üda romana, y aparece constantemente mencionada en las páginas de escritora como Virgilio y Livio.;lsí pues, merece la pena ver qué ocurría con exactitud.iEn los templos de la propia Roma el sacrificio era ofrecidó trnto poi magistradts y empleados del Estado en el habitual tanscurso de las ceiebraciones públicas como pof individuos concretos a expensas de su peculio particular, ya en cumplimiento de un voto cuandoJuvenal sacrificó en una ocasión dos cor-
-como deros blancos
a Juno Regina y a Minerva y un temero a Júpiter Capitolino que había prometido por el regreso de su amigo Catulo sano y salvo- o, más raramente, como acompañamiento a una oración. El procedimiento en
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cada caso era poco más o menos el mismo. La elección de la víctima era dictada, según nos cuenta Cicerón (Sobre ks
leyes,II,19), por los manuales delos pontifices y dependía del dios implicado y de las r^zones del sacrificio. Un principio invariable era que los machos se ofrecían a los dioses y las hembras a las diosas. El color también importaba: blanco para Juno y Júpiter, deidades celesriales, y negro para los dioses de ultrarumbaf-ucrecio habla de hombres que sacrifican ganado de coloFnegro y hacen ofrendas a los dioses del infiemo, y de cuando Eneas sacrifica en honor de Anquises en el aniversario de su muerte <> (Eneida,V,97).El tamaño variaba-crias (laaenks) o adultos (rnaiores)- según la ocasiónoffiasándonos en las celebraciones estatales nos podemoíhacer una idea del tipo de animales que se empleaba: cabras en las Lupercalia, dos vacas preñadas ofrecidas a la Tierra el 15 de abril, un perro rojo a Robigus el25 de abril (el dios <>), un caballo a Marte el 15 de octubre, un buey, una oveja y un cerdo sin castrar al acabar de elaborar el censo, etc. El romano de a pie podía averiguar cuál era el
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animal apropiado para su voto si preguntaba en el templo del dios en cuestión. Parece que en cada templo había ex-*l puesta una lista de los sacrifiiior q.r. urrptuúu la deidad. lAl afrontar el cumplimiento de un voto que había sidocóicedido, se comenzaba por ir al templo paru fljar el&a apropiado con eI aedituus, decidir qué oficiantes profesionales (las personas que realmente degollaban y diseccionaban los animales , popae y uictimarii) iban aestar presentes, y conratar a un flautista (tibicen). Había unas tarifas estipuladas para estos servicios. Todavta conservamos una ley que da todos estos detalles (Cl.L., VI, 820). Dado que lamayotía de los romanos no poseían propiedades rurales y por lo tanto no podían apoftar los animales requeridos por sus propios medios, el paso siguiente sería ir al mercaio d. gunuio y comprar J adecuado$enía que ser perfecto: cualquier deformidad sería un ins*ulto para el dios. Llegado el gran día, enfundado en su toga, ataba unas cintas a los cuernos (o, a veces, si era rico, los cubría de oro) y al rabo y 1o llevaba por las calles hasta el templo. 'Era buena señal que el animal [ueru alamafanza sin oponer resistencia. Juvenal, por ejemplo , habla con admiración de su buey que tiraba de la cuerda para llegar al cuchillo del sacerdote. Si, por el'contrario, luchaba e intentaba escapar, era, evidentemente, un animal que no obtendría e.l favor de los dioses.Habíaque devolverlo, comprar otro y empezar de nuevo. Una vez que se lTegaba d. templo, se entregaba a los sacerdotes y daba comienzo el
*itá
sacifi cio propiamente dicho. En muchos aspectos los templos antiguos eran lo contrario de las iglesias modernas. En las iglesias católicas el acto principal, es decig la misa, tiene lugar en el interior del santuario, pero en los templos el ritual se hacía fuera. Los principales elementos de un templo grande eran cuatro. El centro lo ocupaba una habitación tabicada (cella) en la que estaba la estatua del dios, a menudo decorada osten¡osamente con joyas y valiosos ornamentos, donacio-
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d\nadamás, a excepción, posiblemente, de un pequeño altar en el que se quemaría incienso. No había sillas ni ningún otro tipo de mobiüario. Rara vezhabíaventanas ylaluz provenía de un agujero en el techo. Debía de ser-impactantelaimpresión que la estatua, cubierta de oro y plata centelleando en la penumbra, causaba en el suplicante que llegaba de la d¿ridad y del calor del sol, sólo comparable con la experiencia de entrar en una iglesia ortodoxa griega en la actualidad. Detrás dela cella había una o varias habitaciones que servían como sacristía, pafa uso de los oficiantes y para guar,;lar los tesoros que no estuvieran expuestos en la cella. !_Hasta en los templos pequeños dichos tesoros debían de ser muy considerables. Adriano encontró casi kilo y medio de oro y más de 9l kilos de plata en las ruinas de r¡n templo en Lanuvio (Cl.L., )OV,2.088), mientras que los regalos que Augusto envió a los cinco templos principales de Roma se valoraron en 100 millones de sestercios, quizás unos mil millones de pesetas actualeópel ante deli cella había una antecámara habitualmente abierta al exterior. Este complejo de habitaciones estaba rodeado por una columnata, generalmente rectangular en los templos italianos y ctadrada en los romano-celtas, que no tenía ningún propósito funcional excepto proporcionar cobijo del sol y la lluvia. Cuando un romano hacía un voto, entraba enla cella, colgaba las tablillas de cera de la estatua y luego rezaba freñte a la estatua extendiendo las manos Éacia é[a, o, en momentos de gran emoción, arrodillado, como Tibulo (I, 2.85), o incluso echado en el suelo delante de la estatua, como cuando Lucrecio desprecia al supersticioso que así lo hace (V 1.200). Pero ¿dónde exactamente se llevaba a cabo el sacrificio? Hasta en manos de expertos debía de ser un rito realmente sangriento. Es bastante curioso que ni las fuentes literarias ni las investigaciones arqueológicas aporten una respuesta clan. No era en el pequeño altar de nes de los fieles. No había
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la cella. Eso es seguro, aunque sea solamente porque era demasiado pequeño e interior. Sabemos de unos cuantos <> {Festo, 356, L) pero eüdentemente eran excepcionales. Normalmente, donde se ofrecían sacrificios cruentos se mlocaba un altar de piedra delante del templo, o al pie de los escalones que conducían a élo a la enffada de la antecÁman. En los templos primitivos, se construía un altar nuevo de césped para cadasacrificio y en época de Augusto y posteriormente pervivía un recuerdo de ello en la práctica de poner un simple trozo de césped sobre el altar antes del sacrificio. Los templos romanos que tenían que hacer frente a una constante sucesión de sacrificios habrían tenido unos grandes altares pemanentes hechos de piedra. A continuación, la víctima era conducida ante el altar sobre el cual se había encendido un fuego y empezaba el ntral,.Laprimera precaución era asegurarse de que no esfuviera presente ningun intruso que pudiera contaminar los actos. Las mujeres (y los peros), por ejemplo, estabán excluidas de los sacrificios a Hércules y a Marte (Plutarco, Cuestiones romana560), mientras que a los esclavos sólo se les permitía asistir a un pequeño número de cultos, tales como los de Fortuna. Es poco probable que se prohi" bien a todos los extraños estar presentes, como parece confirmar una fuente antigua (Servio, Sobre la Eneid.a, VIII, 172), pero a los exffanjeros, los no romanos, sí se les podría haber prohibido la entada, ya que, en porencia, eran enemigos peligrosos que habían podido proferir una maldición. Así se hacía en los ritos umbros de Iguvio, lo cual explica el grito ritual de que rodos los profanos debían alejarse o procul este profani, como gritó la Sibila cuando-procul Eneas ofreció un sacrificio a la entráda del infierno. Pero el suplicante cierramente había invitado a asistir y a p^rÍicipar en la celebración a todos sus amigos. Después, los sacerdotes y quienes estuvieran ofreciendo el
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lavaían las manos con el agua sagrada de una vasija especial y se las secarían con toallas de lino' En el saLrltmpteza' Tila limpieza. cntrcro se atribuía atflbuÍa una gran rmportancm a Ia crficio bulo encargaba a aquellos que iban a una celebración rural <r (II, 1.11-14) y Liüo O(LV 5'4) usa el lenguaje del ritual romano cuando hace que L. Atilio sacrificio
se
describa las prácticas religiosas de Samotracia: <. Este detalle explica latreta empleada pan engafiar al sabino que venía a sacrifícar a Dianauna espléndidavacaen el nuevo templo que Servio
Tulio había construido (Livio, 1,4.5). El oficiante le dijo con indignación que primero se lavara y, mienras el sabi-
no estabá fuera, aprovechó la ocasión y él mismo sacrificó
lavaca.
Entonces se ordenaba silencio (en los sacrificios del Estado r¡n heraldo pronunciaba un antiguo grito, fauete linguis, <>), exceptuando la constante música del flautista que se empleaba, como durante una oración solemne, para ahogar los ruidos extraños' Los sacerdotes se cubúan la cabezacon los pliegues de sus togas y elevaban una bandeja cuadrada de madera colmada áe harina sagradamezcladacon sal (rnola salsa) que luego esparcían entre los cuernos del animal, mientras los ayudantes lo sujetaban, y sobre el cuchillo de sacrificios. Este paacto se lTannba immolare. También podían -aunque rece que era opcional- deramar sobre la testuz el vino que sé goardaba panla ocasión, en un pequeño hogar móvl, (focalus) con la ayuda de un platillo (patera). Por eso Dido, < (Eneida, ry 60-1). El animal era entonces despojado de las cintas y adomos mientras un ayudante pasaba el cuchillo simbólicamente por su lomo desde lacabezahasta el rabo (Servio, Sobre la Eneida, )(JI,l73). Era en ese
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momeJlto de la celebración cuando parece que se pronun_
aabala oración
gpayada para_eürar 9l ¡fesgo de cualquier eror que pudiera suponer la repetición áe toda b clremonia Eír"p[ cante,.de pie y vuelto hacjala derecha, la pronunciaba en alreccton a Ia estatua venerada dentro del templo, como cuando los cristianos miran hacia el ajtar fesión de fe. Se consid.ro_* siniestro presagio que Carni_ lo resbalara d oara decir la oración truíi" .lpr*u a. _s:r?,
alh;é;;;;;_
(l,iüo,V,21.16).Después llegaba el puntó cuhi_ El4op1, de pie a la deiecha dá animj, pregunraba "Tt:.hago?> (a.go1e?) <¿lo y, al recibir una respuesr i aftimativa, lanzaba un golpe bien dirigido con un martillo ala cabeza del anirnal que lo hacía Jesplomarse sobre sus rodillas. Lq.go, r¡n victimario (culnaius), manreniendola cabiza del animal hacia arctbasi se iba á ofrecer a un dios celes_ tial y hacia abajo_ si era a un dios de los infiemos, le cortaba el cuello. Un buey tienr gran cantidad de sangre (unos nueve litros) y cuando se le corta la atenaprincilal salea borbotones. No sabemos quéhaúanlos romanos con mn_ Veyes
ta sangre. Por supuesto no estaba bien visto que no corrie_ ra libremente. Por eso Virgfio consideraba qrr" sacrifi_ cio en el que la sangr" up.nar manchara c.r.hl[o era un to1.-u:" inequívoco (Geórgicas, In,492),"l y Lucrecio (V,
rr
1.200) nos ofrece un horriLle cuadro de,.átares rociados con abund-ante_sangre de animales>, pero los romanos di_ ticilmente los dejarían desangrarse por completo sobre el altar, ya,que, de otro m.odo, la sangre habría apagado eI tuegg Una parte se podía recoger án recipientes para un uso fltual posterior (así, los acompañantes de Eneai, al ha_
cer un sacrificio a Hécate, <
lc,s
cuchillos_y la tibia sangre recogen en páterair, [Eneiii, W, 2!9-91y hay referen.Ia, o.ariónal., u ,u...dot", do lasangre) y orra parte se utiüzaba put^iori^rel altar (el templo de Venus de Pafos en Chipre era excepcional por_ que no estaba permitido que la ,*gr" tocara el uJtnr'ia
p.ot*l
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Robert M. Ogilvie
II, 3l); pero la mayoría.de la sangre debía t"átoy t".i"ti-piuda óuando la ceremoniahu-
cito, Historia-i,
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terminado. biera -El ,rro-.nto de la muerte era tenso y se buscaba con ano un siedad una muerte úpiáa' Un animal medio muerlo reser de-quePudiera *t-rt que escapara cbrriendo antes la Sólo fallaáo ha''lrt*",u¿.=tig"in;t; q* el sacrificio omiso caso hacer podía ¡"r"*iUitiáud de unJulio César la ;J-i;; pt ;agio áe una víctima que escapó cuando africang elrey ib;;;;;"fi.:* uni.t d" 'na campañuiot'tt" algo similar le ocurrió l"¡á iS".t "i" , César,59). Cuando para luchar en Mevania' en preparaba á Vi ¿lo mienras se y corrió a su casa indirecta la J Og d.C., éste comprendió había ido bien' todo momento ese d.l;;.'P;ro si hasta Los y descuartizado' desmembrado J*md era entonces cuidaun pan.llanat.acabo apartaban se órganos intemos q.re urég.rrrta que e] Trcnol estaba en tan do"ro ""^-"r, de la víctima' Cualquier ermdo .o-o""1 o"t".ro ""t"riot sobre todo porque estos á"f"Jo invalidaría la ceremonia, ¿ú;;t "run la, partes más ütales del animal,las partes re;;ñ;d^ ú.u.1co.,rrr-o del dios: también qgq't::I T de terrible aüso. Cuando Calígula ofreció un sacrificio eI la de hígado del .""t" ¿.i+r d.C., se d"t.ribti¿ que parte asesinado' fue año ;.dhábra desaparecido: ese mismo junto a Eso, ó.g"tos, llarnados exta, se cortaban a veces (prosec porciones pequeñas ,..^t ¿-J t"sto del cadáver en de los consumo dó;tiiu¡* t"ut" d'altai.paruá ;;F;" "A"iá-ffiilirrA. llamas' por las dévorados eran Más tarde El problema entonces consistía en deshacerse del resto de la cam.. Si era un animal pequeño, una cabra o un corde,o, ,ro era tan difícil, p"ro l'tt buey puede alimentar ffanquilamente a un centenar de person1.y.lot romanos no Jut gt-d.. consumidores delame' Tácko (Anales'YV' la) J";.ir^que el hambre impulsó a unos soldados a comer came, lo que sugiere que 9o ela ul componente nor¿" i" á"tu, y.otÉ.-utt.l d^to lut descripciones de co-
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¡ülvtnos y sus dioses
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rúlas normales que encontramos en Cicerón o Juvenal.
ftn muy pocos
fu.
casos el c1-dáver completo se qüemába en el
Esta ceremonia sellamaba
y aparece
rrmgi6¡¿cl¿, oor eiemplo, en la "J?;r;"; detallada'áer.rip.ió, d" hsJuegos S.ó.ilur.r dá fi ;i.-
En la mayoría de los sacrificios la came probablemente nra consumida in situ por el sacerdote yb.. tp;;r;;;
q'elo ofrecía, junto con sus amigos. Coífr".rr.ncia tene_ mos noticias de la existencia, en las cercanías d"l t"Áflo, cocina donde se podá t ul", p."prrua;, y;-q* ;i altar eru demasiado pe{ueño, y tr-Uie.iJ" un comedor
* *u
(cenaculum) adosado al -templo donde se podría haber consumido. En los sacrificios esrarales, "l;";¡;;";l;; Sagistrados o, incluso, si se trataba d" *u gran ocasión el Senado así como todo el pueblo estaban .üir¿árlú;_ quete. Pero es mucha la Came que proporcionan 160.000 cabezas de ganado. Es posible á*, .r,i+á cuando esra_
r*e
ba expresamenre recomendadoiuá ;;¡;lu se con_ sumiera según las normas, comotcurría en los sacrificios a Hércules y a Silvano$arte de lr.um" Ios,camrceros y se vendiera al público habitual. San pablo dedrca clefta atención ala actitud de los corintios
fu.r;J;;"i;
iban a comer la came $ los mercado (Cgrintios, 8). j ,El
cuando
,"¿rrfi.r*;;;prrdt;;;l
procedimientoeraTet allado y exacto, perfeccionado
a 1o largo de siglos de
t.rdi.i*. É" **á'r'¿"
sacerdotes
expertos' un sacrificio era probablemente tanto un acto de devoción como un acto cbnmovedor. presenciar el mo_ mento de la muerte, ya sea de un ser hr-;; o de un ani_ mal, es una experiencia enormemente emotiva como lo es eI momento culminante de una corrida de toros. y los ro_ manos.hacían todo lo posibl. prr, ,r"grlrrrr" a. q""i, .. remgnil completa fuera solemne. Uüescuido, -"" .r.*, un desliz en cualquier momento suponía la r etición del fltual.complet,o (instauratio), junto con una o?enda adi_ cional como ii5st,lFa por el-error prra"
ip;o*lum). Del
Roben M.
Ogihh
mismomodo que si un trozo de carne que se arcojaba al tuego durante una comida de una famtln cualquiera caía alsuelo,.había- gue llevar_a cabo tma
y der,uelto a las llamas), Catón rransmire
ofrecerrun
i¿r*"1" ir. cerdo expiatorio a Marte, ,i ,"""" d"r."briu ilJ
cerdo destinado al sacrificio tenía aLg6n defecto 6obre la agricuhura,141). Liüo recuerda variÁ ocasion",.n qrr.l,
carísima ceremonia en la que las ffeinta tribus latinas ofre_ cían un sacrificio en el monte Albano tuvo que repetirse
porque por un descuido una de las tribus nó habia sido
mencionada ()OO(II, 1.9; )OO(\III, 3.4). Incluso r. podi" hacer un sacrificio preliminar (p ro"iid" ."piu. d" puia hacerse .rna antemano cualquier desliz involuntario."ro)pur" rdea de los horrores que podían ocurrir en el curso de una de estas ceremonias, basta leer el relato del sacrificio de Dido enEneido (IlI,45j, ss.). El agua sagradase volvió ne_ gra, el vino se convirtió .tr rrtg.Ji-pura, etc. Reforzaba la dignidad de esros actos la fiá,. .ré"n.i¿ á"';"; únilr_ mente los fallos accidentales podían tener remedio. Un error deliberado era iremediable, como afrrmaba"l.r* dito hombre _de.leyes Escévola. Ningrrna expiación, escri_ be lloracio (Odas, I,28.34), absohérá al hámbre á.1 p" cado de descuidar intencionadamente los ritos que se áe_
ben a los muertos. Era un código severo pero permitía a
un hombre saber exacramente é.rál era ,ü d"bá, ó-; t cumplir con é1. El modo de recrear un sacrificio antiguo es con_ .mej-or templando-imágenes como los frescos de la "casa de los Vetuo en Pompeya. Existen también diversas esculturas que mu€stran los.pasos clave del ritual, y quaásla repre_ sentación más gráfrca sea un grabado ¿ó Mil,en en donde
el que ofrece el sacrificio e_stá de pie mirando al frente, con latogaechada sobre la cabeza,u lu d.r..hu luy g" un pequeño- altar de tres paras. Det¡ás Ilautlsta toca con apücación y un ayudante sostiene un co_
d;ifu;6;;; ¿-á,;
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M,m ¡onoanos y sus
dioses
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prep arudo paraser arrojado al fuego. F,-ry" * incienso ir ra Equrerda del altar ¡n
t
*
lo,-,.rstrado má( Oel altar.
uictimarius sujeta pof el cuello que mira ansiosa y alégre;ente las lla_
El sacrificio formaba parte de la vida romana. No siem_ pre era a gtan escala; muchos de los sacrificios
más devo_
panes o de animales -.ly p"qu.Áos. pero des_ F,..Ad. € u ntnez un romano era educado, en el círculo familiar yen la.esfera más amplia de la religián p;li;" con sus ce_
reDracrones anua.tes y ceremonias especiales, en la idea de gue tates otrendas eral-{el agtado de los dioses. Un epi grama,de Marcial (X,92),.r.irr..rru r.,irl'rd. H sus propiedades rurales a un hombre llamado
";;.;L I'Ttd" preocupado, y-a que el nuevo propietario H*o f,estálos tugares sagrados que ranto hablan,signifi::?:.*oT cÍlcro para el: Ios bosques consagrados
a Flora y a los*Fau_ nos, los santuarios de D_iana y Marte y, sobre iodo, los al_
tares deJúpiter y de Silvano, consrruij;s por rnexpert¿s del encargado de la finca y ..que
lur'-*o.
ion frecuencia
mancharon con Ia sangre de un cordero o de un cabri_ La_actirud de Horacio hacialafuente de Bandusia no era un lamentable detalle i" -ul g"r*, no.l;;-p;;;: ---- miento normal de un hombr...üiioro. se
to>>.
Capítulo 4 La adivinación Una por pena, Dos por alegría, Tres por una nuchach4 Caatro por un mucl¡acbo.
La creencia de que los fenómenos naturales revelan ia voluntad de los dioses o predicen el futuro es muy anti_ goa.Lareügión
se
ocupa áe establecerla correca áación
con éstos incitándoles a colaborar en el satisfactorio desarrollo de los procesos de la üda, lo cual requiere una mu_
tua comunicación. El hombre dene que sÁer si sus ora_
ciones y sacrificios son aceptablo o iro; de otra manera, no tendrían ningun sentido. La prueba definitiva .r, d.r_ de luego, recrbrr una respuesta, pero la mayoría de los se-
res_humanos no se hañüá.ifo'lor-satisfechá', .o, este pro_ cedimiento im-piedecible. En su lugar, han buscado siña_ les en las estrellas, en los huesos d."c.re"^,* im t óá, ¿. ié, en las bolas de cristal y a ffavés d. oiros *ll m.diás. Al Trsmg tiempo, sucesos térribles .o-o,roi"rr.rrroro o una inundación, queno pueden expücarse fácilmente con las leyes científicas disponibles, son considerados como la in_ tervención directa de un poder sobrenatural en el devenir 71.
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Roben M. Oglvie
*?r#:#?n:.,n::l:,1'ffiffi;T*:.l*f::9r h búsqu.dH
.á"l.il1'*.l"T"XT,!"ff *:: qu..Í'n*¿" *.""Járj. ij".inor. det horn_ i:.j.: Í: Dre es mrerpretar el.sucer", d.r"ub¡, .;;1,;i; ;;,",,.Estas doi creencias _.p9r un lrdo, q,re puede averi_ guarse cuál es Ia voluntad'*r{*I** oL, q,r.los dio_ ses envían señales en forma d" í*;;;s extaordina_ una parre.esen.irl d;l;;.üión ij.Ifr:r.l romana. En la epoca de de todó,
Augusto recibieron-un fu.ri.-?"rpado intelec_ tual a partir de Ia expansión d"i;;;;;;o en menor x medida, de las te.,rías desde Oriente. El estoicismo soste¡íaqr.
;;;;G;"üril¿u.,¿rs *d':; li
estaba
"l-Liu.rso J. *o ** ;;;;;
ñf#::'f*#,":tt* ;;,i;#:Jit#ltr,*,1#*#Xj.; *f laba cualquier cosa que ocurrierr, Ouáo q,r" .,;,
q;
sente en todas las criaruras, hrar, mún enrre las diferentes pames d.l caba que un suceso ,.
::1Tp.':,b.te divina se po_ ora reproducir en el el vuelo de las aves>>. Uno de los.estoi-cos más ilústrados, Epicteto sóto limitaba su creencia en el ane de escruar
hígadó.de;r;;;';.,
la votuntad d"l
."];;di.;rffi:
.i"d;l;;;iii"Jr,r".r,
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::'q,:ii:l*;f r.lr"?::E*Jr#ttri,trá; en la,Apglogíaa"
muestra de esta actitu,
d"r.¡b"1floica {nJ.y" ,.p".¿".ni.J,-ffi ;'.""T1,Tf::T.*1ilT,.ffff . ::':j: tat manera qu"..olüJrá;-,ááil;'; -ai"a",'vvuerve a su i"- on'I'f a,í pueoe p uede, como i#ijipor::i::1' insdnro, ::: predecir.tfu;;Jrr:"!¡a v abr (4.3), cuando
¡ = ,"':ffi ':;'lTj:u#ff *'*.1:t¿,_3?i';xiil: \-
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romanos y sus
dón entre
dioses
7
las mentes más crédulas.
En
j
su forma más rigu-
rysa,fu sqq¡o,lo-sile.r4incempadblg.."iaraigió";b;dl -1ln1ción,,ra que,sostenía qué cualquie, .oru q.r" ocurrie_ 14 !pto_ hgchos h¡¡qanos como fenómenos náturáles, de_ pendía de las.revoluciones de los éstos erun gobemados por una necéiiaá¿'infl."iúí¿'¿jo
cuerpos;¡;;r,;;;;
estaba predestinado y determinado. suetonio cuenta que er-emperador liberio era indife¡ente hacia los dioses .r l, religión,puesr? que era aficionado ;
il;;r"ldr";.i#
que todo es-t1la_¡egido por el destino (Tibená Sg¡. fá mrsmo escribió Venio Valente: <
gqer persona modfique por medio d. ü;;;.ió" o del s"_ crficio,lo que desde él piirr.ipio iii"¿. yt. rk.*;,; "rra gusto; lo que se nos ha ásignaio o."rrir¿ ,ir, de lo qu; no está piedestinado no olurrirá "ecesidad u,.,rrq,r. ltl.i_.l.r' ro nayrimos pedrdo en nuestras oraciones>>. pero parj h mayorialas esffellas no eran tan mecánicas. Si conffolaban
y presagiaban el curso futgro de los acontecimientos, lo \aúan porque los dioses habían *.;td" *. asi fuára. Averiguar lo que las esrrellas t""i* l.r.*rdl .ru sencilaInerlte
descubrir qué habían decidido lo, Jior.r. La asto_
t_.^gtrrypq".,pq.'prqr¡y_gfl.boga4pgnqiplos,-dell¡npe_ no, como ndrca un largo poema sobre está materia^de
Manilio, y como afirrl,a"Ticit"
."*J" .oir*,u
qr'r.lá,
son
"*
por el estilo. Asípues, el estoicismo y la astrología ayudaron terrer la fe en los métodós trrdi.ion-uler'J" sas
y.o_
a man_
practicados.en Roma, a pesar del-er..pri.i.-o"¿"i"".i¿" ¡" p;rr;_ Cicerón, 9r9: sjend_o ,üor, re.opilO l"bo_ :1t^.-"-o ".m la adiuinición) flosamenre una obra (Sobrl p^r^ refutar sus posibilidades. Afornrnadamente, t" iá¡o*idnoficial
-:RobenM. Ogilüe
I i
nynca adquirió mal.afamynunca descendió al nivel de ho_
i:t";t:Í.1$":'Í:::E'';"J;:#parre,porquese
ggff{fg,6jsmfrffi ;:;;ilJ..iÍ;m;#:'nff :*#:#,H 'f::?:::ná"ut'Hfgeg¡r'¡lüi-*ii,o-.-¿effi"i p,etei¿s'¡¿qli*18],L:nrff:fi *,triX in
terpretacio,*
¿. r", ü;:::'i;.," ne :.,#t f;il::T:r*k:f sus noaán poderet u-"ot'o.i.t i.tto, pur" in ro"ui']lár"J'*'ar ;mÍ¿:ni:: ff Li*:d;tr*T"ni*"{i;T,ffi magistrados
ir¿ó .oíno
po'm.dio
coraboración;
''da
no-u'. J.i'Érl
ü#;T^l':: 'n j;il;;:L:,'rTi::tii:1T1,%#*:i* r.ro-o.,.á¡,li¿riti.
.rti'á¿iur¿.,o privaday "rr de Ios magirr.u¿*-"i-^.,ii#ooUri.os
*
"n ave_
j: *ffi #.,f;Fj*,?Hffi ii#*;x¿n p^ráotd*u..._-..
r* di*"i;;#';t?::
v-asesorar' n o
-t¿i*t.
upos de signos: uou.¡il^no-to su voluntad aÁ se producían d"lib"ruáá_ menreanresde.mpr.nd"r,,_u";"ír¿;tü;;:ri:;i;i:; menre
;;,7,,9;:4r*:,h:ra:ili",**iJ.# ^ la pnvada. :rsos que tenemos sob¡e
Antgs de cualquier
ptaili^
=decis-ión _ de- Estado importante como Ia celéb¡ación de una uru*bl.u,üii...la.r.i¿n d. sue*a o Ia aprobació, d.
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romanos y sus dioses
rcluntad d.J qidp Cuando dos o tres magistados de di[er€nte rango estaban presentes (p.ej., un Jónsul, pr.*
yun edil), setlcita1
¡ó-lo el
"" m4gistrado.opoár.rrubu autpri)ado a
ui,á-lJrd,r4 ;i"ú,
;"i h;ti;;Jffi;";;;dr"
dela_observacióndelus.aves.p¿rir,r,.rpr.*_f ó"-;É gos (auspicia, que literalm.nt. qlgrrifi.u ..ábr.*r¿ooi" &s¿yeu), se sentaba,al aire libre y designaba una zona del gelo 9t la.que buscaba un signo. E_n Roma había un sitio egscral(d,,quguracT.lum)94"e1C.api¿l¿.a¿*ádñ;; .gl magistrado, acompañado p*' Tl: P-pirito,y membrl.dgl colegio de quince aug,rr.s, personá¡ei pfUti "" cos.tan drstnguidos como él mismo, pronunciaba ia fór_ m_ula,ritual para designa rla zonaaa áiit" ini.i "r.ogi¿u "que el lgt ojo¡ ve¡dados, rodo aquello gol áe lo lt.tl?u, magrstrado mformaba. La práctica era tan respetadá que cuando T. Claudio Centumalo." gq r.ó. .orrrtr.ryó rrnu "l ql. nr,rRedía la visra desde eJ. auguraculu* t".áAigi:1tua do demolerla. .huera de Roma el magistrad o rcalaabl d ritual completo.sin ayuda cuando ñrbia ningún augur buscaba "o con la mjtaía paiiíi", !,resente. frincrna]mente
oDservandos:, p.l9 y su canto. Se suponía que el cuervo, Ia ulraca y eI búho daban su señal medianre él canto (osi
nel, 1l ág.ila y el buitre mediante
,ruáo fut¡te).
n
"l tono, la enronación y la frecuencia determinaban si ia de tos osunes era buena o mientras que la veloci dad,la Td?, dirección, el número y Ia alturia"* nilá"r""r¿". Já* saber el significado dálas at¡tis. i, l"i.rp* ación exacta era,muy complicada y no podemos reconstruirl, * l, ,._ tualldad. Gran parte dependía evidentemente de la hora
clet dia y de la estación d9l año,.nero disputas como la que hubo.enqre Remo, 9.ue üo ,.i, b'ui;., pii-Jro, y
no-ulo,
:]i:^t:99* poco después (T. Livio, I,Z.t) podian surgii sr ros maglstrados y sus asesofes no estaban totalmenteáe qué signo qugrían ver. La cuestión siguiente ifl!i|.,:" era estudrar cómo comían las aves (q tripudiis). Cualquie_ ra serviría (según Cicerón, Sobre la adiuinación, II,'34),
-
RobeaM. Ogilüe
pero en Ia nráaiclyos cuidadores aurorizados (puttanl) guardaban con este
fin unas
gil"rr, .*,
_zabannormd-;;;;;:-:51-*:T_sas-radasqueseurü-
h'b',ffi esüil?'::5*r::,1*mildlll:
puesra rápida.
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nrri.:.-Tr"f;i;r,s;;;s
se abría
ta
ia¿p-.-Eü mal signo que .* :il'fiHr:*:.m1nérselo, o iu. r" J.;aran revototeánse les
arrojabatn¡-11o de
:q:¡;ü',;f, ü;,3f; HA#.;'f,
uX,;;,*ll:;**
[t1üü.,",.,:,n:gux*#JEitrií:ilf,:FJ *q.rg1,
arrojó las gallinas
ffin':fftr"'r'"f
J.rr;'iiii.?ir*¿o
se nesaron habíasolicit,d;;;;;determinante
p.a.i;n'J,i"!rf
i,ti"if,T,*;TJ,"JffiH::r?::. ü;;ü t"J#;;#;.; l. *ár¡n¿, "!i..*;; ,-"IáJ Éi,o +a a.C. Cice_ p."cavidumenü;Gi** o Cecina,
que cicerón, .::H:ffffitr::y r. " ü' "üg",i.l abienamente carras. en
¡v.
.ü"J.iiiji'
lY-t-:d"laba
sus
i#ffiffil#fr#ffiiffi nsectos se guafezcan y coman a ras
E
Lc
romanos y sus
i{
suelg. La repentina llegada de los zorzales por el norte
dioses
77
es con frecuencia el anuncio de un periodo fri,o. Cuando se adoptó la adivinación en Roma, lo, romr.ro,
eran toda_ vía campesinos prestos a ap,rovecharse de .rrulq,ri., uflI_que las aves o los animales pudieran propoóionarles. "rriro
Otro 4étodo pan averiguaila voluniad d" 1",
di;.,
era.observar los rayos. pl rayo era, por excélenciá, prerro_ gativa deJúpiter y, por lo tanto, la señal con mayor autori oro;.Pi Itgg donde c+íq W f ay9 e¡ a declarado sagrado in_ meqratamente, porgue se interpretabá que Júpiter lo ha_ bla redamado para sL La zona, JJamada bidental, era c.ercada y se ofrecían en ella sacrificios y oraciones. Cuan_
do Anquises se negó a abandonar
froír,
que se quedara (Virgilio, Eneida,
il.
.rru llama mila_
grosa brotó sobre la cabezade su nietó. para saber si esto era un presagio favorable o no, pidió a que le en_ Júpiter üara una,señal. Júpiter lo compiació .on .l ,.páti"o .r_ truendo de un trueno por la izquierda y el resplandor de relím,n1sg eue iba áesde los tejados de Troya hasta J ,un bosque de lda. Anquises supo así que.|úpiter no deseaba
e}g_eglL La üsión
oe un relámpago por parte de un magisüado mientras in_ terpretaba los auspicios antes de una asamblea pública,
$empre era sutlclente para evitar cualqüer reunión ese dí,3, ner9, en particular con la luz ,olur, más fá_
-ucho
"iu de un relám_ cil tmaginarse que uno había visto el destello pago que convencer al pueblo de un inexistente,"uelo de pájaros. Los auspicios d9f esraban, por lo tanto, suje_ ¡ay-o