Loqnerías, manicomios y · hospitales psiquiátricos de Lima
SANTIAGO STUCCHI PORTOCARRERO
Loqnerías, rnaniuornios y hospitales psiquiátricos de Lima
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UNIVERSIDAD PERUANA
W'CAYETANO
HEREDIA
CP WM 27DP6 S84 Stucchi Portocarrero, Santiago Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima. -- Lima : Universidad Peruana Cayetano Heredia, 2012. 142 p.: ilus HOSPITALES PSIQUIÁTRICOS I DERECHOS HUMANOS/ SALUD MENTAL I REGLAMENTOS /LIMA/
Primera edición: Febrero de 2012 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2012-00473 ISBN: 978-9972~806-87-2 © 2012 Santiago Stucchi Portocarrero © 2012 Universidad Peruana Cayetano Heredia Av. Honorio Delgado 430, San Martín de Porras. Lima 31, Perú. Teléfono: 319-0000 anexo 2248 / 2331
[email protected] http://www.upch.edu. pe/rector/ ceditorial
Cuidado de edición: Diseño y diagramación: Diseño de carátula: Ilustraciones:
Paola Pinedo García. Centro Editorial UPCH. Jorge Valer Bonnett. Archivo fotográfico del autor.
Carátula: Fragmento del óleosobre lienzo Confesiones en la prisión, de Francisco de Goya ( 1812,Monasterio de Guadalupe, Cáceres ), sobre una fotografía del Hospital de San Andrés (propiedad del autor). Impresión: Ediciones Carruitero S.A.C. Av. Fray Bartolomé de las Casas 515 Urb. Los Jardines - Lima 31 - telefax: 534-1738 Impreso en el Perú.
"No debe asombrar en exceso la importancia extrema que atribuyo al mantenimiento de la calma y el orden en un hospicio de alienados y a las cualidades físicas y morales que exige una vigilancia de esas características, pues en ella se encuentra una de las bases fundamentales del tratamiento de la manía y, de no existir, no se obtienen observaciones exactas ni una curación permanente, por mucho que se insista, por lo demás, en los medicamentos más elogiados".
Philippe Pinel
Agradecimientos:
Al Dr. Grover Mori Romero, por su ayuda en la obtención de algunos datos bibliográficos.
A la Lic. Diana Bustamante Montoro, por permitirme acceder una vez más al valioso material histórico que, contra viento y marea, conserva,en eLMuseo del Hospital "Víctor Larca Herrera':
Al Comandante P.N.P. Banes Ricardo Córdova, director del Colegio Alipio Ponce Vásquez, y al Arq. Jorge Alexis Medina Rodríguez, de la Beneficencia Pública de Lima, por la ayuda prestada en la toma de fotos en el colegio mencionado y en el antiguo local del Hospital de San Andrés, respectivamente.
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Índice Página Introducción.......................................................................................................
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Las lo querías
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El Manicomio del Cercado...............................................................................
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El Asilo Colonia de la Magdalena...................................................................
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El Hospital del "Asesor" y el Centro de Salud Comunitario "San Juan Bosco"
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Derechos humanos y salud mental.................................................................
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Anexo l. El Manicomio de Lima, por Manuel A. Muñiz (1884)
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Anexo 2. Reglamento provisional del Hospicio de Insanos (1897)
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Anexo 3. Reglamento interno del Asilo Colonia de Alienados de la Magdalena (1919).....................................................................................
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Referencias bibliográficas.................................................................................
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Introducción En el imaginario popular, los establecimientos psiquiátricos han sido siempre vinculados a imágenes degradantes o inclusive aterradoras; lugares temidos en donde internos y custodios conviven y conforman un submundo signado por el caos y el desconcierto. Tal apreciación puede pecar de exageraday no generalizable, pero históricamente no carece de algún fundamento. La evolución de la asistencia manicomial en el Perú nos muestra así momentos de esplendor bajo la -guía de almas caritativas conmovidas por el sufrimiento humano, que dieron lugar a la creación de ambientes idóneos para el resguardo y tratamiento de los enfermos mentales, al menos bajo la óptica coyuntural. Pero también nos revela la historia de que tales momentos han sido invariablemente seguidos por periodos de lamentable decadencia -quizás más prolongados que aquellos de auge-, al esfumarse los ímpetus reformadores iniciales. Fue así que la obra fundadora de Fray Jerónimo de Loayza y Francisco de Molina en el siglo XVI degeneró a la postre en las deplorables loquerías de Santa Ana y San Andrés, respectivamente. El Hospital de la Misericordia, fruto del tesonero trabajo de José Casimiro Ulloa, quien prometió situarlo "entre los mejores de su clase de las capitales más civilizadas" (El Comercio, 1859a), devino en pocos años en el tristemente célebre Manicomio del Cercado, tan minuciosamente descrito en el lapidario artículo de Manuel Antonio Muñiz (1885-1886), que se incluye como anexo. El Asilo Colonia de la Magdalena, fundado gracias al esfuerzo de Baltazar Caravedo, Hermilio Valdizán y Sebastián Lorente, quienes supieron tomar la posta dejada por Ulloa y Muñíz, fue en sus albores "centro asistencial modelo en América Latina, solera y cuna de la Escuela Peruana de Psiquiatría'' (en palabras de Javier Mariátegui, 1989a),para atravesar luego, ya como Hospital "Víctor Larco Herrera': por una larga y penosa etapa de oscuridad. La fundación del Hospital "Hermilio Valdizán" en 1961, y la del Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado - Hideyo Noguchi" en 1982,pusieron fin al monopolio del hasta entonces único establecimiento psiquiátrico de Lima (y en algún momento de todo el Perú). Sin embargo, el problema de la asistencia mental en nuestro medio ha continuado en crisis. Los informes de la asociación Mental Disability Rights International y la Asociación Pro Derechos Humanos (2004), y de la Defensoría del Pueblo (2005 y 2009) así lo revelaron, poniéndonos frente a un panorama decepcionante.
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Santiago Stucchi Portocarrero
El lector advertirá que, en su intento por humanizar la condición de los enfermos mentales, los dos primeros actos de reforma psiquiátrica buscaron y consiguieron centralizar la asistencia en hospitales construidos exclusivamente para dicho fin (el Hospital de la Misericordia en 1859 y el Asilo Colonia de la Magdalena en 1918), extrayendo la enfermedad mental del seno del hospital general. Un análisis superficialmente crítico contrastaría tal postura con planteamientos más recientes que buscan, por el contrario, la reintegración de la atención psiquiátrica al hospital general, o inclusive a la red de salud comunitaria1• No obstante, injusto y poco acertado resultaría el equiparar momentos históricos tan disímiles, pues media entre ellos casi un siglo, que no ha sido exiguo en avances terapéuticos auténticamente revolucionarios que han disminuido en gran forma los requerimientos de internamientos prolongados (aunque no en la medida en que se esperaría, como veremos). Los primeros intentos de reforma psiquiátrica deben más bien evaluarse en el marco ideológico del tratamiento moral de la insanía -ínspirado por Philippe Pinel, aunque con más de medio siglo de retraso en el Perú-, que anhelaba un trato dignopara los enfermos mentales, pero en el contexto del ambiente controlado y (pretendidamente) curativo de la reclusión. En palabras de Michel Foucault (2003), "lo que cura en el hospital es el hospital mismo. Vale decir que la disposición arquitectónica, la organización del espacio, la manera de distribuir a los individuos en ese espacio, el modo de circulación por él, el modo de observar y ser observado, todo eso, tiene de por sí valor terapéutico. En la psiquiatría de esa época, la máquina de curación es el hospital': "Ese objetivo -dice Augusto Ruiz Zevallos (2004) 1 La Declaración de Caracas (1990), por ejemplo, menciona: ''Notando:( ... ) 2. Que el hospital psiquiátrico, como única modalidad asistencial, obstaculiza el logro de los objetivos antes mencionados al: a) aislar al enfermo de su medio, generando de esa manera mayor discapacidad social, b) crear condiciones desfavorables que ponen en peligro los derechos humanos y civiles del enfermo, c) requerir la mayor parte de los recursos financieros y humanos asignados por los países a los servicios de salud mental, d) impartir una enseñanza insuficientemente vinculada con las necesidades de salud mental de las poblaciones, de los servicios de salud y otros sectores. ( ... )Declaran: ( ... ) 3. Que la reestructuración de la atención psiquiátrica en la Región implica la revisión crítica del papel hegemónico y centralizador del hospital psiquiátrico en la prestación de servicios; ( .•. ) 4. Que las legislaciones de los países deben ajustarse de manera que: ( ... ) b) promuevan la organización de servicios comunitarios de salud mental que garanticen su cumplimiento; 5. Que la capacitación del recurso humano en Salud Mental y Psiquiatría debe hacerse apuntando a un modelo cuyo eje pasa por el servicio de salud comunitaria y propicia la internación psiquiátrica en los hospitales generales, de acuerdo con los principios rectores que fundamentan esta reestructuración; ( ... )". En tal línea va por ejemplo, el trabajo de la Dirección de Salud Colectiva del Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado -Hideyo Noguchi" (http://www.insm.gob.pe/comunitaria.htm), y del Departamento de Promoción de la Salud Mental del Hospital "Hermilio Valdizán" (http:/ /www.hhv. gob.pe/comunidad2.html). Una visión opuesta pareciera tener el Centro de Rehabilitación de Salud Mental "San Ramón" de Tacna, inaugurado en mayo del 2009 en medio de un páramo desolado a 30 minutos de la ciudad, con pacientes asilados trasladados desde el antiguo local.
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refiriéndose a la reclusión- constituía la clave para que los alienistas del siglo XIX pudieran diferenciar el encierro manicomial del antiguo encierro, puesto que para ellos tenía, ante todo, una función terapéutica. El encierro no era, en su concepto, el camino hacia la terapia, era la terapia misma': El manicomio se diferenciaba así de las vergonzantes loquerías para constituirse en ambiente de protección y cura científica, como eje de la labor de una especialidad médica nacida en su seno por la convivenciaobligada entre asilados y cuidadores. Recordemos pues que el "asilo no se instituyó para practicar la psiquiatría; más bien la psiquiatría fue la práctica que se desarrolló para manejar a los internos" (Porter, 2003). Tal fue la lógica que inspiró el prolijo proyecto de Muñiz (1897) para la construcción del futuro Asilo Colonia de la Magdalena, como se verá más adelante. De este modo, nuestros hospitales psiquiátricos se ajustaron casi perfectamente a la idea de institución total, desarrollada por Erving Goffman (2001): "lugar de residenciay trabajo, donde un gran número de individuos en igualsituación, aislados de la sociedad por un período apreciable detiempo, comparten.en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente': Vemos así que los Reglamentos del Hospicio de Insanos (1897) y del Asilo Colonia ( 1919)(presentados como anexos), exponen un meticuloso control de cada una de las actividades diarias, tanto de los internos como del personal. Sin embargo, el hacinamiento producto del encierro compulsivo, aunado al centralismo capitalino y al funesto pero tradicional desinterés por la suerte de los enfermos mentales por parte del Estado y de la sociedad en su conjunto (sociedad que en algún momento no tuvo reparos en exhibir dominicalmente a los internados como fieras de zoológico), minaron todos los ideales reformistas, con las consecuencias que se describirán. Y esto pese a que desde sus inicios los mismos adalides del Hospital de la Misericordia y del Asilo Colonia avizoraron el problema y lo denunciaron, con escaso auditorio. Es aquí donde se hace más patente aquello de medir la conciencia social de una comunidad en base al trato que proporciona a sus ancianos, a sus niños y a sus enfermos mentales. La nueva visión de la asistencia psiquiátrica -decíamos- busca entonces el retorno de la enfermedad mental al hospital general, luego del alejamiento transitorio, aunque prolongado;--que ·~permitió ·al alienismo ·convertirse en la moderna psiquiatría, con todos los traspiés ocurridos en el camino. No obstante, la imposición de tal modelo exige una prudente paciencia. Clausurar súbitamente una institución de tanta raigambre en una sociedad no preparada -como lo es la nuestra-, probablemente generaría más contratiempos que beneficios.Valela pena citar aquí al mismo Goffman (2001 ): ''Si hubieran de evacuarse y clausurarse desde hoy todos los (hospitalespsiquiátricos) de una región dada, mañana los parientes, la policía y los jueces clamarían pidiendo otros; y éstos, que son los verdaderos clientes de los hospitalespsiquiátricos, exigirían una institución que satisficierasus necesidades': El autor, febrero del 2011.
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Las lo querías La historia de los asilos para enfermos mentales en el Perú comienza con la llegada . de los españoles y tiene como antecedente la tradición hospitalaria peninsular; recordemos que fue en Valencia donde se fundó el primer hospital europeo destinado exclusivamente a tales padecimientos, en 1409 (Alexander y Selesnick, 1966). Aunque Garcilaso (citado por Lastres, 1951a) menciona la existencia prehispánica de las corpahuasi, lugares destinados a los caminantes, en los cuales los incas "les daban de comer( ... ); y si enfermaban los cuidaban con grandísimo cuidado y regalo, de manera que no echasen de menos sus casas': no se tiene noticia de establecimientos dedicados propiamente al cuidado o reclusión de individuos con trastornos mentales. Desde los inicios del Virreinato, la Corona propició el desarrollo de servicios sanitarios, tanto para los españoles como para los indígenas. Es así que mediante la Real Cédula del 7 de octubre de 1541, el Emperador Carlos V, en Fuenzalida, dictaminó lo siguiente: "Encargamos y mandamos a nuestros Virreyes, Audiencias y Gobernadores, que con especial cuidado provean que en todos los Pueblos de Españoles y Indios de sus Provincias y Jurisdicciones, se funden Hospitales donde sean curados los pobres enfermos y se ejercite la caridad cristiana': Del mismo modo, el 13 de julio de 1573 Felipe II ordenó desde Segovia lo siguiente: "Nos el Rey mando que cuando se fundare o poblare alguna Ciudad, Villa o Lugar,pongan Hospitales para pobres y enfermos de enfermedades que no sean contagiosas, junto a las Iglesias y por claustro de ellas, y para los enfermos de enfermedades contagiosas en lugares levantados y partes que ningún viento dañoso, pasando por . · los Hospitales vaya a herir a las poblaciones" (Paz Soldán, 1943). Es bajo esta guía que se edificó en 1538 el primer Hospital en la.Rinconada de Santo Domingo, el cual fue. seguido por el Hospital de San Cosme y San Damián (Lastres, 1951b). El 7 de marzo de 1548 el Arzobispo de Lima, Fray Jerónimo de Loayza,inició la construcción del Hospital Realde Santa Ana delos Naturales,destinado a la "curación de los miserablesindios que morían como bestias en los campos y en las calles"(según Córdova y Urrutia, citado por Lastres, 1951b). En 1558, el escribano público de la ciudad, Joan de Padilla, donó unos terrenos de su propiedad para ampliar la plaza aledaña al hospital, que pasó a denominarse Plaza de Santa Ana (laactual Plaza Italia) (Rabí, 1999).Enterado el Rey de España de tan benéfica obra, gratificó al Arzobispo en los siguientes términos: "Yo os agradesco mucho lo que habeis hecho en darme el Patronasgo de este Hospital, y casa, y en lo demás que en él habeis hecho por mi
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servicio,que lo continuares,pues es obra de tanta charidad" (Lastres,1951b). Luego,el hospitalpasó a ser administrado por la Hermandad 24 de SantaAna, "con la asistencia de las limosnas y contribucionesque ellosmismos tienen establecidase impuestas en los navíosy embarcacionesde carga''(Valdizán,1958). Alrededor del año 1552 el clérigo Francisco de Molina destinó su morada, en el callejón de Santo Domingo, al cuidado gratuito de los enfermos pobres de origen hispano. La llegada del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, pocos años después, proveyó al clérigo de la ayuda económica que necesitaba para fundar un hospital, al cual dio en agradecimiento el nombre de pila de su benefactor, en su versión hagiográfica (San Andrés), y al que ubicó a corta distancia del Hospital de Santa Ana. El cronista Fernando de Montesinos (citado por Lastres, 195lb) nos narra a continuación el acto fundacional: "1560, vivía en este tiempo en Lima, un varan puro y santo llamado Francisco de Molina, clérigo; era natural.simplícímo y sencillo, y tan caritativo, que llevaba a los pobres españoles a curar a su casa; doliase mucho porque en ella no había capacidad para curarlos tenia de ordinario seis camas y procurabales a los enfermos todo regalo; eran muchos los que acudían a valerse de su caridad, y hallandose imposibilitado de curarlos en la pequeña casa, pidio al Virrey le diera un sitio para llebar alli a sus pobres; diole el arrabal que es oy el sitio donde esta el ospital de San Andrés, con cargo que el ospital se habia de llamar
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Local actual del Hospital de San Andrés.
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En el número total de enfermos entraban, por supuesto, los alienados que iban día por día aumentando y entorpeciendo, con sus actitudes espeluznantes, el alivio y curación de los demás. Losprimeros locos de la flamante capital residieron, como se ve, en el pequeño hospital de San Andrés, por no existir otro, y de ahí que se les haya adjudicado aquel santo por Patrón y Señor, sin más, ni más': Colocado bajo el amparo del Rey de España (y de ahí la denominación de Hospital Real), la Corona brindó en lo sucesivo un aporte anual para su mantenimiento, el cual no fue sin embargo perpetuo, lo que motivaba "los constantes pedidos de prorrogación de los donativos y las repetidas informaciones sobre el estado económico del hospital" (Castelli, 1981). Desde los inicios del Hospital de San Andrés, el clérigo Molina "dispuso una enfermería para aquellos perturbados de la mente que la sociedad limeña quería eliminar. La musa popular bautizaría después a aquellas modestas alcobas con el mote 'Loquerías de San Andrés" (Lastres, 1951b). En la visita "efectuada el 17 de abril de 1563 por los Drs. Saraviay Cuenca y licenciados Saavedra y Don Alvaro Ponce de León oidores de la Real Audiencia y ante el escribano de ella.Francisco de Carbajal ( ... ) San Andrés prestaba ayuda a los locos y en otro patio del edificio fue construída casa para ellos con nueve aposentos y lugar para hasiendas; durante la visita realizada se menciona la existencia de '7 hombres que parescían estar locos'.( ... ) que a causa de la casa de orates que está en el hospital traen a todos los que pierden el juicio en este reino y en Chile también'' (Castelli, 1981). En 1570 se dieron las primeras ordenanzas y reglamentos del hospital y, en 1602, fue aprobada la Hermandad de Notables, que se encargó de la administración (Valdizán, 1958). En 1559 "hubo en esta capital una epidemia que hizo cruel estrago en los habitantes de ella, y en los de los alrededores" (Fuentes, 1858).Tal desgracia motivó al Padre Ambrosio de Guerra a constituir la Hermandad de la Misericordia, a la cual se agregó luego la Hermandad de la Caridad, por obra del Arzobispo Loayza; la unión de ambas sociedades recibió el nombre de Hermandad de la Caridad y la Misericordia. Doña Ana Rodríguez de Solórzano hizo entonces la donación de una casa "para hospicio de mugeres pobres enfermas y colegio de educación para doncellas desvalidas" (Fuentes, 1858).Fue en ese contexto que se fundó el Hospital de la Caridad, que llegó a tener al Rey como Patrono. Según Paz Soldán (citado por Lastres, 1951b),este "templo, dice, por años fué el predilecto de la aristocrática sociedad limense: para que se bendijeran las bodas, consagración de las tradiciones hospitalarias, donde las doncellas que asilaba, se casaban recibiendo dotes de la Hermandad y apadrinadas por el Virrey o por algún grande''. No está de más mencionar que el priiner hospital en América destinado a los enfermos mentales fue el Hospicio de San Hipólito, fundado el 2 de noviembre de 1566 en México por el monje Bernardino Alvarez, el mismo que años después
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Santiago Stucchi Portocarrero estableció la orden religiosa de los hipólitos, "encargada desgraciadala suerte de los enagenados" (Paz Soldán, 1943).
de tornar menos
Según Agustín Iza y Oswaldo Salaverry (2000), "en esas épocas la atención de los enfermos era un acto de caridad cristiana. La salud era un don divino y la enfermedad una prueba de fe. El médico se formaba más como académico que como práctico y socialmente era mejor considerado en cuanto podía comentar adecuadamente los clásicos hipocráticos y galénicos. El principal objetivo al fundar un Hospital era brindar un ambiente para el buen morir. Los que padecían una enfermedad ligera o curable eran atendidos en sus domicilios': Cuenta la historia que entre 1580 y 1628, el mismo Virrey Marqués de Cañete habría ordenado enterrar en los jardines del Hospital de San Andrés las momias de los incas Pachacútec, Túpac Yupanqui y Huayna Cápac -descubiertas pocos años atrás .en el Cusco por Polo de Ondegardo- para evitar la adoración de los indígenas (Lastres, 19 51 b). José de Acosta ( 1999) nos brinda el siguiente testimonio refiriéndose a la momia de Pachacútec: "Estaba el cuerpo tan entero y bien aderezado con cierto betún, que aparecía vivo. Los ojos tenia hechos de una telilla de oro tan bien puestos, que no le hacían de falta los naturales; y tenía en la cabeza una pedrada que le dieron en cierta guerra. Estaba cano y no le faltaba cabello, como si muriera aquel mismo día, habiendo más de sesenta u ochenta años que había muerto. Este cuerpo, con otros de Ingas, envió el dicho Polo a la ciudad de Lima, por mandado del Virrey Marqués de Cañete, que para desarraigar la idolatría del Cuzco, fue muy necesario; y en el hospital de San Andrés, han visto muchos españoles este cuerpo, con los demás aunque ya están maltratados y gastados': Las posteriores búsquedas llevadas a cabo por Teodorico Olaechea y José Toribio Polo (1876), y luego por José de la Riva-Agüero (1937), resultaron infructuosas. Sin embargo, en el 2005 las excavaciones de los arqueólogos Brian S. Bauer y Antonio Coello Martínez lograron ubicar el "primer cementerio del hospital, los restos de una fuente del siglo XIX, un vertedero de basura del periodo colonial temprano y, lo más fascinante, una estructura acorazada" (Bauer et al, 2007).
Durante el siglo xvn los Hospitales de Santa Ana y San Andrés gozaron en términos generales de un cierto prestigio. Vale la pena citar aquí la halagadora descripción que de ambos hizo el cronista Vásquez Espinosa (citado por Lastres, 1951b): "El hospital Real de San Andrés fundó la piedad del Marquez de Cañete el viejo don Hurtado de mendoca, puede competir con los mejores del mundo, por que sin limite recibe, y sin fabores humanos los enfermos de todas enfermedades,
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que por salas diferentes se reparten, sus salas, citio, y offi.cinas parecen vn pueblo, tiene casa aparte de locos, y aunque en habitos de terceros tiene algunas personas siruientes, tiene cantidad de esclavosy esclauas para el servicio de los pobres; ( ... ). El famoso hospital de Santa Ana lo fundó el piadocísimo don Gerónimo de Loaysa primero Arcobíspo del Piru para la cura de los indios, tienen mas de 30.000 pezos de renta, y por administradores corre como el de San Andrés, y en el mismo tiempo establezioel Marquez de Salinas don Luis de Velascocon el calory caridad del Santo padre [oan sebastan de la Compañía de Jesús hermandad como la de San Andres, que sirue con el mismo orden, aunque con mayor numero de mugeres a parte, y enfermerías tan grandiosas, que exceden a todo encarecimientocon camas aseadas y limpias, y su ropería tan abastecida, que puede dar lo necessarioa mili camas, ( ... )': Inclusive en 1816 el informe del Protomédico interino del Virreinato, Miguel Tafur (citado por Valdivia Ponce, 1964) elogiaba la labor del Hospital de San Andrés en el cuidado de los alienados, al compararlo con otros establecimientos: "La única casa que tenemos para estos es la loquería de San Andrés a donde se les cuida como exige su constitución, bañándolos, aseándolos y asistiéndolos del modo más conveniente al común y a cada uno en particular. Así el bien de la humanidad me estimula a lamentar el desorden y preocupación de que solo han de ir a ella los locos seculares, desdeñándose el clero y comunidades de readmitir allí los suyos, contentándose con separarlos en un cuarto de sus enfermerías, donde el desaseo, la falta de ventilación y el total encierro si son bravos, aumenta un padecimiento que en muchos se curaría sin duda, si en los conventos tuviesen asistencia y cuidado con que tales enfermos se tiene en la loquería de San Andrés, cuidado y asistencia que es imposible proporcionar en el Hospital de San Pedro y en las enfermerías de los conventos, a pesar de la dedicación y esmero que hay en todas ellas para la asistencia de las demás enfermedades': Sobre el Hospital de la Caridad, dice Manuel A. Fuentes (1858):"Hasta el año de 1784, el número mas crecido de enfermas que se curaban en el hospital solo llegaba al de setenta: regularmente no pasaba del de cuarenta. ( .... ) Desde la mitad del de 86 hasta igual fecha del siguiente de 87, con ocasión de la plaga de garrotillos y sarampiones que tanto cundió en el pueblo, se curaron 1582pacientes. En el mes de Mayo de este año tenía 90 camas ocupadas; las 84 por enfermas y las restantes por dementes". En 1788 el botanista Hipólito Ruiz resumía de la siguiente forma el panorama hospitalario limeño al final del Virreinato: "Son 12 los Hospitales: "Sn, Andrés de Españoles y con su casa de locos; Santa María de la Caridad, de Españolas; St. Ana, de indios e indias; San Bartolomé de Negros y Negras; Sn. Pedro de Clérigos, Sn. Lázaro de Leprosos y los dos de incurables a que se agrega las de Convalescencias de Sn. Juan de Dios de Españoles; dos de Betlemitas de Indios de ambos sexos; y la de Sn. Pedro de Alcántara de Españoles que está casi destruida'' (Lastres, 195lb) ..
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Portal (1932) nos brinda las siguientes anécdotas manicomiales, que nos ilustran acerca de los prejuicios predominantes en aquellos tiempos: "También, entre otros muchos casos relativos a los locos furiosos, que se hallaban solos y entre rejas, me refería que en cierta ocasión se acercó, con varios amigos, a un tal Vitaliano, que había sido guitarrista de alto vuelo en las jaranas de la aristocracia, y sostuvo con él este interesante diálogo: - ¿Cómo se siente usted, mi querido Vitaliano?... - Perfectamente, perfectamente ... - Me alegro mucho. - Y yo lo mismo. - ¿Se acuerda usted siempre de la guitarra, amigo mío? ... - Ya lo creo!... - Entonces, si le trajeran· a usted una ¿le oiríamos tocar como en sus buenos tiempos? · - Ya lo creo!... El instrumento fué adquirido en una de las tiendas inmediatas y pronto llegó a las manos del desequilibrado artista, alcanzándosele desde prudente distancia, no obstante la seguridad de la jaula y la aparente tranquilidad del pajarraco. Vitaliano recibió la guitarra con insospechable · alegría y agradeciendo cortézmente la atención; hizo luego recuerdos fervorosos de su pasión por la música y los triunfos que había alcanzado; templó la guitarra con excepcional maestría, y cuando el auditorio le contemplaba ávido esperando los primeros destellos de su maltrecha inspiración, Vitaliano cogió por el cuello la guitarra, y mirándola fijamente díjole con estentórea voz y gesto infernal: '¡Canalla, por ti me veo aquí!"... Y lleno de ira la arrojó contra el suelo, pisoteándola hasta volverla astillas, en medio de los alaridos de espanto lanzados por aquellos imprudentes, que partieron a escape tendido hasta la misma calle. Refiérese, asimismo, que hallándose en su celda de San Pedro el sabio presbítero limeño doctor Pedro Bravo de Lagunas y Castilla (de muy elevada figuración en .nuestra historia) presentósele de improviso un loco a quien abusivamente se le había permitido salir aquel día al público. - Vengo a sacarte el mondongo, díjole con toda calma y sacando a relucir tremendo cuchillo. - Te lo agradeceré infinito, hijo mío; pero es lástima que un suelo tan limpio se convierta ahora eh asqueroso muladar. Moléstate en traer de aquel cuartito una pequeña batea que tengo, para que allí caiga este rimero de tripas que tanto me molesta ....
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- Tienes razón, agregó el visitante, abriendo apresuradamente y sin soltar el acero, la indicada puertecilla. Bravo de Lagunas, corrió con rara viveza el cerrojo que por ese lado tenía la salvadora puerta y nuestro espantable varón quedó así, afortunadamente, encerrado. Enseguida, echáronle por una ventana alta unas varas de cuerda, y la terrible arma blanca fué victoriosamente izada sin la menor oposición por parte del inocente corderillo que por extraña circunstancia no llegó a realizar el asesinato que se proponía y del que sólo habría sido responsable el 'loquero mayor' que autorizó la salida del inconsciente y, por ende, el crimen. Este caso típico de nuestros enajenados lleva cerca de siglo y medio, y aunque algunos lo atribuyen equivocadamente, no al insigne Bravo de Lagunas sino a diferentes personas, es lo cierto que perdura en la conciencia pública a modo de protesta contra quien, faltando a su deber, había puesto en peligro una y tal vez muchas vidas. Y es que, en nuestro país, la falta de juicio no está en los locos, sino en los cuerdos ..." Aunque excede el tema central de la presente revisión, cabe mencionar que el Hospital Real de San Andrés se convirtió en 1792en la sede del anfiteatro anatómico de la Universidad de San Marcos, gracias a las gestiones de Hipólito Unanue y al apoyo del Virrey Frey Francisco Gil de Taboada y Lemos y Villamarín; en la ceremonia, pronunció Unanue su famosa oración "Decadenciay restauración del Perú" (Lastres, 1951b).Al transformarse la Escuela de San Fernando en la Facultad de Medicina en 1856,se crearon dos cátedras de clínica médica: la de hombres, que se enseñó en el Hospital de San Andrés, y la de mujeres, que se dictó en el Hospital de Santa Ana (Iza y Salaverry,2000).
Con los vientos independentistas, los hospitales de Santa Ana, San Andrés, San Bartolomé y San Juan de Dios fueron convertidos en establecimientos militares, en julio de 1821, destinados al cuidado de los heridos de guerra. En octubre de 1826 todos los enfermos militares fueron concentrados en el Hospital de Santa Ana, quedando el mismo a cargo del Ministerio de Guerra. El 12 de junio de 1834fue creada la Sociedad de BeneficenciaPública de Lima, por el Presidente Luis José de Orbegoso, en la naciente República del Perú. Para Paz Soldán (1943), las nuevas sociedades de beneficencia "fueron un híbrido que nació de la Caridad languideciente de la Colonia y del ímpetu juvenil del Estado republicano': En aquel entonces funcionaba la loquería de hombres en el Hospital de San Andrés, y la de mujeres en el Hospital de la Caridad; las loquerías de La
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Santiago Stucchi Portocarrero Caridad "hacían estremecer de horror, pues no eran sino un pequeño patio de ocho varas por cuatro, con cuatro cuartos para 29 amentes" (según Manuel Muñiz, citado por Valdivia Ponce, 1964). En 1840 se decidió convertir el entonces Hospital Militar de Santa Ana en el Hospital General de Mujeres, a donde deberían ser trasladadas todas las enfermas del Hospital de la Caridad, incluyendo las asiladas de la loquería. En una carta dirigida a la Beneficencia, el Ministerio de Instrucción Pública, Beneficencia y Negocios Eclesiásticos, mencionó lo siguiente: "El Gobierno tiene la idea de formar en Santa Ana el Hospital General de Mujeres, por que el de La Caridad tiene las salas bajas y menos comodidades, como que fue destinado para solo mujeres blancas. Además, la situación del de Santa Ana, que fue hecho para indígenas de uno y otro .sexo, .es. ventajosa a la población y a las mismas enfermas, .por la mayor ventilación de que goza, y porque tiene más capacidad para formar en él la loquería; y a fin de que si vea si este proyecto es realizable, y se calcule lo que podrá gastarse en la instalación de un hospital a otro, nombrará U.S. una comisión, compuesta de tres individuos de actividad e inteligencia, que pasen a reconocer Santa Ana e informen circunstancialmente acerca de los dos puntos indicados; avisándome U.S. las personas en quienes recaiga la comisión" (Rabí, 1999). Conformóse entonces una comisión, que luego de realizar el estudio, informó lo siguiente: "La comisión encargada pe examinar el local del Hospital de Santa Ana, al efecto de trasladar las enfermas de La Caridad, tiene el honor de decir a U.S. que en concepto de élla, y a virtud del reconocimiento que ha practicado del primer local, lo ha encontrado bueno y capaz de poder servir con más desahogo y comodidad, que el que actualmente ocupan las enfermas, y por consiguiente debe ser más saludable. Por la parte exterior de dicho Hospital de Santa Ana habrá que hacer algunas refacciones; más esto no embaraza para que las enfermas lo ocupen, pues quelosrepa:ros no siendo urgentes, pueden irse haciendo paulatinamente. Por ahora podrán colocarse en el referido Hospital de Santa Ana, las enfermas, las locas y la maternidad" (Rabí, 1999). Tal fue entonces, "el verdadero origen de la loquería de Santa Ana' (Valdizán, 1958). "Del Hospital de la Caridad -dice también Valdizán- nada queda actualmente, pues en el lugar que ocupara esta casa de misericordia se halla actualmente la plaza del Congreso''. En 1848 el Presidente Ramón Castilla trasladó a la Beneficencia la administración de los hospitales, reemplazando a las antiguas hermandades. En febrero de 1858 llegaron al Perú, invitadas por el Gobierno, las Hermanas de la
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
Caridad-orden religiosa fundada en 1633por San Vicente de Paul-, para el servicio interno de los hospitales de San Andrés, Santa Ana y San Bartolomé, asumiendo "la inspección o dirección de todo lo que es concerniente al buen gobierno y moralidad de las casas, así es que ellas tendrán las respectivas llaves, abriendo y cerrando sus puertas en las horas prescritas, y elegirán los criados y los despedirán, de acuerdo cuanto sea posible con los administradores respectivos".En 1859 el vicepresidente elogió los servicios hospitalarios de las religiosas, afirmando que "son de un orden muy superior al de las cosas de este mundo. Del cielo les vienen sus preceptos, y en el cielo serán juzgadas y premiadas" (Rabí, 1999). Sin embargo, el antiguo prestigio de los Hospitales Reales se fue esfumando junto con el recuerdo del Virreinato. En 1827 el médico francés Abel Victorino Brandin protestó contra los métodos brutales empleados en las loquerías de Lima, exclamando que "los medios de contener los furiosos, están sancionados y aprobados por la razón yla humanidad, sin cargar de cadenas a los desgraciados, ni dejarlos podrir en los calabozos infectos" (Lastres, 1951c).La misma Beneficencia llegó a tildar de "verdaderas pocilgas" a las loquerías de Santa Ana y San Andrés (Caravedo Prado, 1985). En 1853, el médico Miguel E. De los Ríos informó a la Beneficencia "sobre el estado lamentable en que se encontraba la loquería que funciona en dicho establecimiento (el Hospital de San Andrés), solicitando para los enajenados, régimen menos cruel. Los pobres enfermos eran considerados como en tiempo de la colonia: encerrados en inmundos calabozos o sujetos con cadenas a los muros, sufrían el maltrato de guardianes convencidos de que la agresión era el mejor procedimiento para dominar a los agitados, a los indisciplinados y para todos aquellos que perturbaran la tranquilidad de la casa o de sus cuidadores" (Caravedo Prado, 1985). En un artículo publicado en 1857,José Casimiro Ulloa (el "primer psiquiatra peruano': en palabras de Valdivia Ponce), se refirió a ambos hospitales en los siguientes términos: "Hemos recorrido esas especies de cárcelesque en Lima se-honra con el nombrede casa de locos, nuestro corazón ha sido cruelmente herido de pesadumbre y angustia. Al ver el semblante de estos desdichados recostados en inmundos colchones sobre el suelo, o sobre gruesas tarimas, encerrados a pares en estrechas y húmedas celdas, sin más mueble que las vasijas de barro indispensables a sus más apremiantes necesidades, al verlos atados a las paredes de ellas con cadenas de hierro, o colocados sus pies en un cepo, al mirarlos vagar por un corredor estrecho, sin otro cuadro a que volver los ojos que el espectáculo de las desgracias de sus compañeros de cárcel, no hemos podido alejar de nuestra memoria el recuerdo de las lastimosas escenas de que hemos hecho mención'' (ValdiviaPonce, 1991a).
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Santiago Stucchi Portocarrero
En 1859, el mismo Ulloa (citado por Muñiz, 1885-1886) hizo la siguiente descripción: "Es imposible, dice, atravesar el dintel de lo que se llama loquerias sin huir la vista de escena tan desoladora. La loquería de Santa Ana nos presenta, desde luego, un patio húmedo ó cubierto de lodo, donde se ven aquí ó allá montones de piedras, y en donde yacen sentadas, echadas ó en cuclillas, las desgraciadas locas que, cubiertas de harapos y con la expresion particular que da á sus semblantes su mal, se nos presentan como las brujas de Macbeth. Esa es su residencia en el dia y es allí donde reciben la insolacion en los calores· del verano y 1a humedad en las lluvias del invierno. En la noche, tres estrechos salones, sin pavimento, reciben sobre tarimas, en un colchan las unas, las otras sin él, á aquellas infortunadas; . no se comprende de una parte como no sea espantosa la mortalidad de este Establecimiento; y de otra, como todos los días no ocurran graves accidentes entre locas exaltadas que-tienen la libertad de maltratarse á su placer, y á su disposicion medios con que matarse. La loqueria de hombres, sita en el Hospital de San Andres, agrega, sin estar en tan deplorables condiciones, deja sin embargo mucho que desear porque los infelices amentes muden cuanto antes de alojamiento': También en 1859, Ulloa reportaba los siguientes acontecimientos al mayordomo del Hospital Santa Ana: "Repetidas veces he tenido el honor de manifestar de palabra, tanto a Ud. como al señor director de la Sociedad de Beneficencia, el deplorable estado en que se encuentra la loquería de ·~ste Hospital, estado a que es preciso poner cuanto antes un término, so pena de que tengamos que lamentar de un momento a otro algunas graves desgracias.. Privada esta loquería de todo medio de represión, faltos los enfermos de la suficiente vigilancia, todos los días y a cada instante ocurren riñas entre ellos, que alguna vez pueden terminar con la muerte o la grave herida de alguno. Ayer, en mi presencia, dos de los locos más excitadosse han lanzado mutuamente piedras, después de haberse maltratado, sin que yo hubiera podido reprimir estos arrestos de agitación y evitar se pudiesen repetir, por la absoluta carencia de todo medio de represión. Las hermanas de Caridad, a cuyo celo se ha confiado el cuidado de los amentes, no se bastan para este servicio, ni tienen tampoco la fuerza física suficiente para intimidar a los amentes. En tal situación, la inminencia de una gran desgracia es cada día más alarmante, sin que me sea dado evitarla, limitándome únicamente a hacerle presente como jefe del establecimiento, en guarda de mi responsabilidad. La ausencia de toda higiene no permite aquí, por otra parte, el empleo de todo método curativo, para cuya práctica se requiere una asistencia prolija hecha por un
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Hospital de San Andrés. El "patio de los locos".
Local actual del Hospital de San Andrés.
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personal inteligente. Los enfermos no tienen el abrigo necesario, ni se hallan en las condiciones hospitalarias que son menester para someterlos a un tratamiento. En semejante estado de cosas, mi presencia en esta loquería es enteramente inútil, y ello no sirve más que para procurarme todos los días el dolor de v~r a esos infelices semejantes en su condición a bestias de establo, que tal vez reciben a veces mejores cuidados" (Caravedo Prado, 1985). La descripción que hizo en la década de 1830 el viajero suizo Johann Jakob von Tschudi (2003), tampoco resulta muy halagadora: "Lima ·tiene varios hospitales cuya utilidad práctica de sus instalaciones internas, su cuidado de asistencia a los ·enfermos y, sobre todo, cuya dirección por médicos imprudentes deja mucho que desear. El más grande es el San Andrés. Fue fondado por el licenciado Francisco de Molina en 1552, con el fin de cuidar a españoles enfermos-y pobres. { ... ) En este hospital. también se cuida a los desquiciados de los que siempre existe un número importante. El ~O· de noviembre, el día de San Andrés, se permite el acceso al público. Esta ocasión es aprovechada por los habitantes de Lima para poder divertirse mirando . a los locos. Es un espectáculo escandaloso ver.a estos infelices expuestos como objetos de burlas y de curiosidad del público2• La colección de limosnas de los numerosos visitantes es el fin de esta costumbre, pero aun así es reprochable': Con el objeto de aliviar tan lamentable estado, en 1832 el Gobierno convocó a una subasta para la asistencia de los asilados del Hospital de San Andrés, aunque sin mucho éxito. Uno de los postores, "el.ciudadano Pedro José Alvarez, conocido como El Loquero por su antigua sensibilidad hacia los orates, propuso, calculando el costo de tres reales por cada 'enfermo, una atención que incluía una alimentación básicamente cárnica por las mañanas y por las tardes, cigarros, dulces y cambio de vestuario. Sin. embargo, esta iniciativa no prosperaría. La crueldad y el desprecio por los locos siguieron reinando en las viejas loquerías por varios lustros más" (Ruiz Zevallos, 2004). ·Cabemencionar que en 1858 laloquería de mujeres continuaba en el Hospital de Santa Ana, en tanto que la de hombres estaba "accidentalmente, en el Colegio de Huérfanos de San José" (Fuentes, 1858), situación, al parecer, transitoria. Luego del traslado de las loquerías al Hospital de la Misericordia en 1859 (como se verá más adelante), el Hospital de San Andrés siguió funcionando hasta el 8 de marzo de 1875, cuando todos los pacientes fueron trasladados al recién inaugurado Hospital Dos de Mayo (Alzamora Castro, 1963). El edificio fue destinado entonces a la Escuela Taller de San Andrés, que tuvo como objetivo "la enseñanza gratuita para niñas pobres, ( ... ) a cargo de las Madres de la Caridad" 2 Situación similar a la descrita en el tristemente célebre Bethlehem Hospital de Londres (Alexandery Selesnick,1966).
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
(Laos, 1928), pasando a partir de 1929 a la congregación de las Hijas de María Inmaculada (Iza y Salaverry,2000). En 1907una parte se destinó a la construcción de la Prefectura e Intendencia de Policía, actual Comisaría de San Andrés (frente a la Plaza Italia). En diciembre de 1971 el local fue declarado monumento, mediante la Resolución Suprema N° 2900-72-ED. Hasta el 2007 estuvo funcionando ahí el Colegio Óscar Miró Quesada; en aquel año los alumnos fueron evacuados por Defensa Civil,por riesgo de derrumbe tras el sismo del 15 de agosto3• En marzo de 201O el diario El Comercio de Lima alertó a la opinión pública acerca del alquiler con fines destructivamente comerciales de una parte del histórico local (sito en el Jr. Huallaga 846, Lima); los ímpetus mercantilistas de los nuevos inquilinos habían sepultado bajo el cemento los hallazgos arqueológicos antes mencionados (SalazarVega,2010). Hasta el momento, solo se tiene noticia de la interrupción de la "remodelacíón'; mas no de algún tipo de restauración. El Hospital de Santa Ana, por su parte, mudó de terreno en 1924 para constituirse en el actual Hospital Arzobispo Loayza;un año antes, Valdizán (1958) lo había descrito como "una de las pocas reliquias históricas de la asistencia colonial de enfermos. Inadecuado para la época, sólo ha modernizado la transformación de las cobachas de la época colonial, que han sido suprimidas por antihigiénicas y poco humanitarias': Tras la mudanza, funcionó en el antiguo locai · la Casa de la· Maternidad (fundada en 1826), que había venido ocupando parte de sus instalaciones desde 1877 (Huamán et al, 1993). En julio de 1925 el histórico edificio fue demolido y el terreno destinado a "la edificación de viviendas y locales comerciales, que fueron vendidas en condiciones ventajosas y con apreciable utilidad"4 (Rabí, 1999), quedando en pie solamente la capilla, convertida hoy en la iglesia de Santa Ana. La Maternidad pasó entonces al edificio que ocupa hasta hoy, denominándose desde 1993 Instituto Materno Perinatal (Huamán et al, 1993).
3 En una visita reciente que hicimos al abandonado local pudimos observar todavía las sillas, pupitres y pizarras del colegio (p. 27, abajo). 4 "Utilidad" que no tomó en cuenta el valor del patrimonio histórico.
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Una de las "covachas" del Hospital de Santa Ana (Paz Soldán, 1935).
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El Hospital de Santa Ana a principios del siglo XX (Camacho, 1922).
Lugar donde se ubicaba el Hospital de Santa Ana hasta la década de 1920, frente a la actual Plaza Italia. Al fondo, la antigua capilla del Hospital.
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El Manicomio del Cercado La aciaga situación de las loquerías exigía una auténtica reforma en la asistencia psiquiátrica. Francisco Carassa, director de la Beneficencia, elaboró el proyecto de construcción de un nuevo hospital, eligiéndose como lugar la Quinta Cortés, local de convalecencia de los jesuitas en el barrio del Cercado, allende a la muralla, desde 1568 hasta 1767, convertido luego en asilo para inválidos y después en cuartel. Inaugurado el 16 de diciembre de 1859,el Hospital Civil de la Misericordia (conocido también como Hospicio de Insanos o Manicomio del Cercado), tuvo como primer director a Casimiro Ulloa, recibiendo a los "153·enfermos de los cuales hay 76 hombres y 77 mujeres': procedentes de las loquerías, repartiéndose los mismos "para cada departamento de cuatro principales cuarteles a saber: 1) los tranquilos, 2) excitados periódicamente, 3) idiotas, epilépticos e inmundos y 4) furiosos" (Valdivia Ponce, 1964). Un año antes de la inauguración, Manuel A. Fuentes (1858) había anunciado lo siguiente: "La circunstancia feliz de estar en obra el edificio que se destina para los amentes de ambos sexos, escusa el harto penoso y sensible trabajo de déscríbír las loquerías, que mas que de refugio ó asilo de séres racionales y desgraciados, ofrecen el aspecto de inmundas y repugnantes pocilgas. La Beneficencia ha comprendido muy bien que las actuales no eran susceptibles del. mejoramiento material que exijen los establecimientos de su clase, para que se logre el primero y mas importante objeto que consiste en hacer recuperar la razon á los infelices que la han perdido': Ulloa se refirió a la fundación del nuevo hospital con las siguientes palabras: "Hay en los Anales de la Medicina mental una fecha de eterna conmemoración; · es el ·IS 'de octubre de 1792, día en que Pinel, médico de la Loquería de la Bícétre, en presencia de un Delegado de la Municipalidad de París, procedió a liberar a los enagenados de este hospicio de las cadenas con que algunos de ellos estaban atados hacía cuarenta años. Este hecho histórico tan placentero a los ojos del cristianismo, como a los de la filantropía, ha venido a reproducirse en el Perú, a los sesenta y siete años después, es decir el 16 de diciembre día en que el Presidente de la República acompañado de sus Ministros, fue a presenciar la inauguración de las nuevas Loquerías, edificadas bajo la dirección y con los esfuerzos de la Sociedad de Beneficencia de esta capital" (Valdivia Ponce, 199la). Por su parte, el diario El Comercio (1859a) informó la noticia como sigue: "Inauguración de la casa de Amentes.
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Loquerlas, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
Hoy ha tenido lugar la inauguración del magnífico establecimiento de caridad nacional edificado por la Sociedad de Beneficencia y destinado á la asistencia y curación de los locos de ambos sexos. S.E. el Vicepresidente, acompañado de los señores Ministros Carpio y Melgar, de los señores Prefecto, Subprefecto y otros jefes y oficiales,llegó al Hospital de la Misericordia (así se llama el nuevo edificio) á las doce, y fue recibido por el señor Carassa, director de la Beneficenciay otros miembros de la Sociedad. Después de una misa cantada con orquesta, el Dr. Heres pronunció un hermoso sermón, y S.E. acompañado de su séquito pasó al patio principal, donde en medio de un numeroso concurso de espectadores de ambos sexos pronunció el señor Carassa el siguiente discurso:( ... ). Terminaremos nuestra breve reseña de la inauguración del nuevo Hospital de la Misericordia, rindiendo un tributo de gracias á la Beneficenciapor haber creado un establecimiento tan útil á la Sociedad, y al Gobierno por haberle prestado su apoyo. El nuevo hospicio de amentes honra en alto grado a las personas que han contribuido á su erección -y aquí debemos citar en primera línea el nombre del inteligente y celoso señor D. Pedro Maury, encargado de dirigir los trabajos- y es digno de figurar entre los mejores de su clase de las capitales más civilizadas. De hoy en adelante los infelices que yacían casi entregados á sí mismos en inmundas y repugnantes celdas, serán tratados con todas las atenciones que su triste estado requiere y recibirán los cuidados de médicos que se dedicarán especialmente a su curación; y esta noble y filantrópica obra la deberemos á la generosa caridad de los señores Chacón y Ugarte que han legado cuantiosas sumas para este objeto á la Sociedad de Beneficencia,que ha ejecutado dignamente su última voluntad, y al Gobierno que le ha extendido su protección y apoyo': El mismo diario difundió a los pocos días que el Hospicio de Insanos estaba destinado únicamente "á los que hubiesen sido clasificadoscomo tales, y en ningún caso á las personas que estando en el uso completo de razón, se quiera ponerlas allí por vía de corrección': siendo además la asistencia "gratuita para los pobres" (El
Comercio, 1859b). El edificio, reacondicionado de acuerdo con el plano del arquitecto Cluzeau, tenía dos alas:la derecha para las mujeres y la izquierda para los varones, separadas ambas por un patio enclaustrado. "El ala derecha de mujeres tenía una serie de salones con aire y luz necesarias. De ellos, los tres primeros eran dormitorios en común y el cuarto el comedor, usado también como sala de labor. El ala izquierda de hombres mantenía la misma distribución, pero con la diferencia de ser salones más amplios, siéndolo también el patio de recreo, su galería era anchísima y el centro lo formaba la antigua huerta de la quinta, en la que los pacientes hacían labor de cultivo. Además de los baños y el lavadero situados en el pequeño patio, punto de unión de las dos alas, había dos pares de pozuelos destinados, uno por cada par, para los baños comunes y el otro
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Santiago Stucchi Portocarrero para los baños llamados de sorpresa. En las galerías había pequeños cuartos con tinas para baños, entre las cuales dos eran conforme al modelo que utilizaban en la Salpétriere (Loquería de mujeres de París) destinados a los baños de los furiosos. El centro del edificio, separado en dos pequeñas alas por un vestíbulo ancho, contenía las habitaciones destinadas al personal de la administración y a las dependencias del servicio. En el ala izquierda estaban la botica y la cocina y en el otro extremo del ala derecha la ropería y la capilla. A este vestíbulo precede un amplio patio, separado de la vía pública por una verja de hierro, en cuyo centro estaba la puerta de entrada, también de metal" (Valdivia Ponce, 1991a). El nuevo hospital no podía -al menos en principio- descuidar aspectos que habían originado las acerbas críticas contra las loquerías, siendo manifiesta la influencia del tratamiento moral propugnado por Philippe Pinel y sus seguidores (de hecho, el Hospicio poseyó durante años .una .copía a mano de la obra del célebre francés, mandada a elaborar por el mismo Carassa). Así, en su Reglamento Provisional (1897)5 puede leerse, como funciones de las Hermanas de Caridad: ''Art 54. ( ... ) 6. 0 Procurar con todo empeño que los enfermos estén constantemente limpios y sean tratados con afecto, sin obligarlos á prácticas religiosas que ellos no acepten. ( ... ) 9. 0 Impedir que los enfermos sean maltratados de palabra ó de hecho por los guardianes ú otros enfermeros. ( ... ) 11.0 Las Hermanas deben velar rigurosamente para que los enfermos goi:;en toda la libertad de acción y de movimiento compatibles con este Reglamento': En cuanto a los guardianes, figuraba entre sus obligaciones: ''Art. 94. ( ... ) 4. ª Emplear siempre la persuasión y la dulzura, sin injuriar ni maltratará sus pacientes, de obra ó de palabra.( ... )': También Manuel Antonio Muñiz declaró como director del hospital, en su memoria del año 1892: "Convencido partidario de la inutilidad de los medios de violencia, he proscrito, en lo absoluto, todo castigo y toda amarra medio de contención; ( ... ).Sólo empleo la reclusión o aislamiento en una celda, en los casos muy agudos y siempre previo mandato expreso mío, no tolerando que los guardianes lo impongan a su antojo, salvo los casos muy urgentes, siendo entonces .indispensable la-intervención-de las Hermanas de la Caridad. Persigo incansable todo abuso y ya se ha borrado hasta el recuerdo de los grillos y cadenas, de las esposas, de las camisolas y de los baños de chaqueta, etc., empleando aún con mucha cautela y reserva la alimentación forzada" (Valdivia Ponce, 1991a). ó
La escritora argentina Juana Manuela Gorriti (1876) nos brinda la siguiente versión novelada del Hospicio de la Misericordia en "Una visita al manicomio": "En el lindo - pueblecito del Cercado, lugar sombroso y romántico, situado como un apéndice de Lima, entre el circuito de sus murallas, elévase ese suntuoso y lúgubre edificio rodeado de huertos, jardines y fuentes. 5 Ver el texto completo en el Anexo 2.
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Sü Ropería ele mujeres, Atrio. ss Celda.. Capilla. 37 Enformeria de mujeres. Depósito. 38 (lnartoa, Sala de bennanas. 39 Oapillito. Oorral. Botica, . 40 Sala de enjaa. 27 Oorredoeeede las hetmanna. 41 112 48 45 Dormitorios de bres. Corredor do entrado (departa· 44 Eoíermm"la.da hombres. mento de hombres). 46 CeldBS de hombres. 20 Vestibu!o. 47 Corredor de Ioeos tro.uquilos. 48 Lavo.nderia. 4D Comunes. 82 Depósito. 50 Sa.Ja de baños. 83 Cor.redor de mujeres. Gl E.tanque de hombres, 84 Sala ds trobajo.
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52 Corredor de locos fü.dosM y s11 cíes. 511 Etitl\oque y b:Wos de mujores. ¡;4 Patio. 55 MortuCJrio. 56 Cuartos. fJ7 Huerta,_ GS Reíeetorio.de hombrea. 59 60 Celdas. 61 Comunes. 611 68 Pi!aa. 64 Casas particul.ar~s. 65 Cl11u.atro del patio do mujerse,
Croquis del Hospital de la Misericordia (Muñiz, 1885).
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El Hospital de la Misericordia (Lastres, 1951c).
El Hospital de la Misericordia a fines del siglo xrx (Garreaud, 1900).
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El Hospital de la Misericordia a fines del siglo XIX (Garreaud, 1900).
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Envuélvelo profundo silencio, tan solo interrumpido allá, de vez en cuando, por algún extraño grito que aleja a los paseantes de aquel ameno sitio, y desgarra el corazón a aquellos que vagan atraídos por el amor de seres queridos encerrados entre sus fúnebres muros. Cuán honda compasión inspiran esas madres, hijas y esposas que vienen cada día a pasar horas enteras ante la gran verja, pegado el rostro a las barras de hierro, fijos los tristes ojos en esa puerta que recuerda el Lasciate ogni speranza de la terrible leyenda. -Jamás me atrevería a pasar esos siniestros umbrales, madre Teresa -dije a la hermana de Caridad, superiora de esa casa, un día que pasando por allí me divisó desde el peristilo, y me llamaba con expresivas señas. -Pues sí, que los atravesará usted -Insistió ella, viniendo a mí, que me había detenido cerca de la verja. Estaba vacilando, entre usted y Carmencita, para dar a la una o la otra una delicada misión. - ¿De qué se trata, madre? -De devolver a su familia a Delfina H. que está ya del todo curada de su locura; pero empleando para ello las precauciones necesarias a fin de que no se aperciba de qué lugar sale, pues la hemos hecho creer que se halla en una casa de campo a seis leguas de Lima, donde la hermana María y yo estamos convaleciendo, y la trajimos a ella enferma de tercianas a la cabeza. He ahí todo. Ahora invente usted a su modo y compóngase como pueda. - ¡Y bien! ¡espéreme usted aquí un momento! ... Supongo que en este carruaje he de llevarla. -Precisamente. -Vuelvo luego. Corrí a casa de una amiga que habita en la huerta inmediata, dejo mi manto, endoso una talma, calo un sombrerito, y regreso a reunirme con madre Teresa. Di previamente algunas órdenes al cochero, y_seguLaaquella-enelinterior~de.esa mansión más temible que la tumba. Asida al brazo de la superiora caminaba yo profundamente conmovida a la idea de las escenas dolorosas que iba a presenciar. Pero a medida que avanzábamos, ofrecíanse a mis ojos cuadros de una alegría y sencillez infantiles que serenaron mi espíritu y me dieron ánimo para contemplar en todos sus detalles la fantástica existencia de esos seres, cuya alma habita el mundo misterioso de los delirios': Según Portal (1932), en el Hospital de la Misericordia se habría repetido la malhadada exhibición pública de los internos. "Costumbre que implicaba el más craso de los errores, era la de permitir al público el libre acceso a esa Casa
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima de Orates el día de San Andrés, 30 de Noviembre. Para ese paseo, de estragado gusto, hacíanse aprestos desde muchos días antes, y aunque la novelería limeña, endémica, pretextaba ir a consolar a deudos y amigos allí recluídos, lo positivo era que los mortificaban con preguntas necias y miradas odiosas, provocando así escenas tristes y algunas veces dramáticas". Esto sin embargo, se contradice con el Reglamento del Hospicio (1897), que en su artículo 114 decía expresamente que "las personas extrañas al Establecimiento no podrán visitarlo, siendo prohibido todo permiso de visita ( ... )':
Durante su funcionamiento, el Hospicio de Insanos tuvo algunos internos ilustres, los que lejos de exaltar su imagen, contribuyeron por el contrario a su desprestigio. El primero de ellos fue Carlos Paz Soldán, recluido en 1886 y "cuya locura fue creer en el espiritismo" (Ruiz Zevallos, 1995). Las denuncias públicas de Paz Soldán sobre los abusos padecidos durante su encierro llevaron al mismo Muñiz a defenderse afirmando que muchas de las quejas fueron formuladas "a la ligera", aunque dejando en claro que si las autoridades hubieran tomado en cuenta las reformas propuestas por él, se hubieran evitado "los efectos que se vienen notando" (Valdivia Ponce, 1991a). En 1900, la escritora y precursora del feminismo en el Perú, Mercedes Cabello de Carbonera, fue internada en el Manicomio, tras haber sido declarada insana tres años antes. Aunque los síntomas mentales de la parálisis general progresiva que padecía fueron clínicamente evidentes -incluyendo "insomnio, delirios de grandeza, dificultad en la memoria, personalidad y afecto': además de un conato de incendio de su casa (Voysest, 2007), manifestándose inclusive tales síntomas en sus últimos escritos6 -, algunos sectores de la opinión pública interpretaron el internamiento como una maniobra de los enemigos ideológicos de la escritora, incrementando con sus escritos el cuestionamiento a la institución psiquiátrica, Años después, El Comercio (1909) informó del fallecimiento de Mercedes Cabello con las siguientes palabras: "Una mujer de talento, que embelleció las letras peruanas durante más de un cuarto de centuria ha dejado de existir en la funesta casa de insanos, tras prolongado eclipse intelectual". 6 Por ejemplo, en la siguiente carta publicada en 1898 en Valparaíso: "Yo vengo a Chile con la mente llena de ideales, de proyectos, de sueños sublimes; yo vengo a Chile con mi naciona-_ lización a trueque de que acepte mi proyecto de paz perpetua y universal, que pondré a sus pies. Yo pediré la devolución de Tarapacá, con la garantía del desarme de la Argentina y un jurado o tribunal jurídico que será el árbitro en las gestiones de límites y en la administración de los productos de Tarapacá, que se dividirán por término de 25 años en partes iguales entre mi patria, a la que renuncio por lo ingrata e indigna de mí, y la gloriosa patria de usted" (citada por Voysest, 2007).
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Santiago Stucchi Portocarrero El escritor Jorge Miota González •. a quien se le atribuye la invención del término "huachafo" (Pinto Gamboa, 1976), fue internado en el Hospicio en 1913. Unos meses atrás había exigido en la embajada de Francia la nacionalidad francesa, alegando que en París había sido víctima de "un acto de encantamiento", habiendo además recibido en la nuca "un puñetazo dado por una mano invisible'; por lo cual alegaba que "el gobierno francés le debía una compensación'' (carta de la Legación de Francia al director del Manicomio, David Matto, 1914); el médico argentino Domingo Cabred extendió, por su parte, el siguiente certificado: "El médico que suscribe certifica: Que Jorge Miota, peruano, de 35 años de edad, soltero, internado en el Manicomio de Lima, se halla atacado de alienación mental revistiendo ésta la forma de delirio sistematizado crónico, persecuciones, enfermedad que hace de Miota un insano peligroso y que exige su hospitalización por un tiempo prolongado" (Pinto Gamboa, 1976)7. Poco después del internamiento, los colegas de Miota iniciaron una campaña mediática en contra de la "secuestración" del escritor, que culminó en su liberación, a pesar de los evidentes síntomas mentales que padecía. Para Ruiz Zevallos (1995), tal hecho significó "una gran derrota del autoritarismo médico': aunque "no necesariamente un triunfo de las causas justicieras y liberadoras". A tal punto había llegado pues la visión negativa del Manicomio. En 1916, Miota partió con su madre a Buenos Aires, en donde falleció 10 años después, en circunstancias poco claras.
No pasó mucho tiempo desde su fundación para que el Hospital de la Misericordia resultara estrecho ante la creciente demanda. Tan solo cuatro meses después de la inauguración, en abril de 1860, Casimiro Ulloa informaba lo siguiente en su primera memoria: 7 El mismo Miota escribió lo siguiente al Dr. Matto, en diciembre de 1913: 'No obstante haberle dado la mano sin asesinarlo como Ud. ha inventado, así como mi madre manifestarle también no tenerle la menor animadversión, sigue usted en la tarea de sugestionarme con toda clase de torturas; entre ellas los hálitos y conjugaciones de tuberculosos, para enfermarme, sin que. ello pertenezca a un sistema que podría parecer de oscilaciones de analogías, si usted fuese un sabio que quisiera establecer este sofisma para defenderse. Pero como esto es infame solamente le dirijo la presente para que la enseñe usted a quien quiera y así se conozca lo que usted hace mientras que la corte que ya sabe todo esto lo meta ... gusanos, moscas, etc. como lo hizo usted se refiere y tortura llamando 'medicina de las pasiones' y que no es otra que la pobre viuda de Samanés donde empezó usted su vida de sugestiones desde la época de Cáceres!..." (Pinto Gamboa, 1976).
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima "Como Ud. lo ha notado ya, la estrechez del sitio no permite hacer estas construcciones si no es tomando algo del espacio que ocupa la huerta y formando un segundo piso. ( ... ) En efecto, estando las celdas mencionadas en extremo vecinas al patio de las mujeres, y cayendo sus ventanas al patio donde está la lavandería y el baño, se escucha constantemente en los tres lugares los gritos y las vociferaciones de los encerrados en ellos, siendo ésta una causa permanente de excitación para aquellos desgraciados. Estando además estas celdas más próximas a los demás dormitorios, acontece también que cuando hay en ellos enfermos en estado de gran agitación o de furor, sus golpes y sus gritos excitan a los enfermos de otros dormitorios, los interrumpen o privan absolutamente de sueño; de manera que entorpecen o empeoran considerablemente el estado mental de estos últimos. ( ... )
A estas causas debo agregar también la falta de una sala apropiada de baños, que reúna las condiciones especiales que requiere esta dependencia del servicio en los hospitales de la naturaleza del nuestro, en donde es preciso aprovechar la consecución de los buenos efectos del baño, bajo· sus distintas y variadas formas, sin exponer a los pacientes a ningún género de peligros. ( ... ) Como Ud. lo sabe también, desde el ingreso de los insanos a este asilo dispuse comenzaran a ejercitarse en el cultivo del jardín unos, y otros en el trabajo de costura. Las labores del jardín, por lo reducido de éste, no proporcionan gran trabajo a los pacientes, así es que el mayor número de ellos y el mayor número de días, están privados de ocupación en la más absoluta ociosidad. ( ... ) Habiéndose aumentado considerablemente la población del hospicio en ambos departamentos, y habiéndose resuelto igualmente por la dirección que ello no tenga una proporción definida, se hace necesario también aumentar el número de catres comunes de hierro, así como los de madera, llamados de fuerza, que la experiencia ha manifestado ser de indispensable necesidad para el servicio de las celdas" (Caravedo Prado, 1985). Sin embargo, no se permitió Ulloa dejar de reconocer que a "pesar de todos los inconvenientes, entre los cuales están en primera linea los vicios de construccion de este asilo, su marcha no puede ser mas próspera. Casi no hay un enajenado que desde su traslación á este establecimiento no se haya mejorado en su estado mental ó físico. Los agitados constantemente han entrado en calma permanente los unos y en intervalos de tranquilidad los otros. En los epilépticos los ataques se han hecho mas raros, á tal punto que, en los quince primeros dias, los pacientes de este tristísimo mal no sufrieron ataque alguno, cuando antes los experimentaban diariamente" (Muñiz, 1885-1886). Las denuncias de Ulloa se enfrentaban a una sociedad indolente hacia el enfermo mental. Así, cuando en el Congreso de la República se presentó una
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moción para nombrar un médico que verificase las defunciones de los asilados, "fue recibido con una sonora carcajada y no se permitió concluir su lectura" (Valdivia Ponce, 199la). En su memoria del año 1867, el entonces presidente de la Sociedad de Beneficencia, José Dávila Condemarín, informó de la presencia de "205 insanos, 95 hombres, 110 mugeres" (Sociedad de Beneficencia, 1867), Dos años después, en diciembre de 1869, la población se había elevado a 244, es decir, un 50% más que al momento de su apertura, 10 años antes (ValdiviaPonce, 1964). En su memoria del año 1885, el encargado temporal de la dirección del Hospicio, Eduardo Sánchez Concha, informó entre otras cosas, lo siguiente: "La notoria falta de condiciones especiales que debe tener nuestro Hospicio para llenar debidamente el objeto á que ha sido destinado, me obliga á insistir en la necesidad inaplazable de establecer otro local que reuna todas las condiciones que hoy la ciencia tiene designadas, después de largas y minuciosas observaciones, como indispensables en esta clase de establecimientos. En efecto; la situación topográfica del Hospicio, próximo lugares pantanosos, expone indudablemente á los que lo . habitan á la funesta influencia de miásmas infecciosos, y de cuyo resultado dan razón exacta las estadísticas, en las que se registran no pocas víctimas por año. El sistema de comunidad que se observa con los enajenados, es otro inconveniente que es necesario salvar toda costa. á
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Pedir el aislamiento de ciertos enagenados y su clasificación según la forma de delirio que ofrezcan, es repetir una verdad trivial en la ciencia, comprobada por sus magníficos resultados en continuas experiencias; y como, por otra parte, una de las causas más frecuentes de la locura, entre nosotros, es el abuso de los licores espirituosos, siendo el delirio alcohólico la forma del mayor número de enajenados que se asisten en el Hospicio, bien podría destinarse este local á una casa de corrección, que contuviera á esos desgraciados víctimas del vicio, hoy tan esparcido, y los sustrajera á la dolorosa contemplación de nuestra sociedad. Es la única aplicación que, á mi modo de ver, puede tener el actual Hospicio de insanos. Mientras se realiza esta Idea, varias veces insinuada, recordando las prescripciones propuestas en el informe aludido, agregaré á ellas, la necesidad de establecer para el servicio terapéutico, dos mejoras indispensables, y de absoluto deficiente, por no decir nulo, el sistema de baños y duchas que existe en la actualidad, y nadie ignora lo poderoso que es ese recurso en el tratamiento de todas las formas de enajenación; sin él es materialmente inútil cualquier otra medicación. Lo mismo se puede repetir respecto de la electricidad8, poderoso agente motor, fuerza en actividad, cuyo uso se ha generalizado, en mérito de sus 8 No debe confundirse con el electrochoque, método introducido recién en 1933.
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brillantes resultados, á tal punto, que no hay asilo en las ciudades de Europa y Norte-América que no cuente con estos dos elementos terapéuticos" (Sociedad de Beneficencia,1886). Fallecido Ulloa en 1890,la Beneficencia nombró a Manuel Antonio Muñiz en su reemplazo como médico director del hospital. Refiriéndose al local, el nuevo director afirmó: "No se pueden dividir y separar absolutamente los enajenados curables de los incurables, los sucios de los aseados, los furiosos de los tranquilos, los epilépticos de sus congéneres enfermos, etc. La enfermería está en el centro de cada departamento. No hay en verdad sino dos grandes secciones. No se puede evitar la constante acción de unos sobre otros, conociéndose todos en el mismo sitio, en la misma actitud, todo instante. No hay celdas de reclusión de buenas o siquiera medianas condiciones. Es difícil y muy pesada la vigilancia y observación continuas. Y, como si todo esto no fuera bastante, hay un verdadero hacinamiento de enfermos, especialmente en la sección hombres, más estrecha, más triste que la de las mujeres, que goza de más extensión y de más luz. Faltan talleres. No hay distracciones. Los corredores son estrechos para el gran número de enfermos, que apenas pueden hacer ejercicios.Los refectorios son insuficientes.Los dormitorios, especialmente el de los agitados,felizmente siempre muy escasos, son a medianoche completamente intolerables, cuando menos. No hay una sección hidroterápica completa. Si un asilo,como ha dicho un gran alienista, es como una red con la que rodea el médico a sus enfermos para coordinar sus movimientos, regular sus pensamientos, moderar sus sentimientos y presidir a todas sus operaciones vitales,bien claro se ve que el manicomio actual no responde a sus fines" ( Caravedo Prado, 1985). Cabe mencionar que el mismo Muñiz (1885-1886)había afirmado lo siguiente en un artículo publicado en La Crónica Médica, algunos años antes de acceder a la dirección 9: "Se puede decir, sin exagerar, que el manicomio de Lima, ni en su principio ni aún con sus mejoras posteriores, satisface las múltiples exigenciascientíficas. Y hasta duro es decirlo no merece el nombre de hospital de insanos. La verdad debe decirse entera. ( ... ) · El local no es ni siquieraapropiado para casa de reclusion.Fáltalemucho para eso. Fundar un manicomio es una obra muy difícil, muy laboriosa, muy delicada. Y todas estas circunstancias le faltaron al de Lima en su fundacion. Quizá hubo demasiado talento para convertir un convento en una casa de locos. ( ... ) 9 Ver el artículo completo en el Anexo 1.
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O se tiene un buen manicomio ó no se dá tal nombre, á un edificio, á un local que no lo merece'?" En su memoria del año 1895,el inspector del Hospicio de Insanos, M. Moscoso Melgar, informó lo siguiente: "La Junta General resolvió hace meses, en atención á la escaséz de fondos, que se limitase el número de enfermos á 250. Esta disposición ha sido imposible cumplirla; porque de los 307 enfermos, pensionistas y gratuitos, que quedaron existentes en el 1.0 de Diciembre de 1893, no han salido curados mas que 49 y por muerte 22. Este número de 71 habría sido el único con el que hubiera podido limitarse la existencia anterior; . pero las exigencias han sido tan apremiantes y de naturaleza tan alarmante, que ha sido del todo imposible dejar de recibir 61 enfermos, de manera que hemos llegadoal 30 de Noviembre con una existencia de 297 en los departamentos. Las casas . de misericordia, como hospitales y hospicios, están construidas en todas partes para un número determinado de enfermos. Este número está en relación con la capacidad de la casa y con las rentas disponibles, pretender con instancia que reciban enfermos sin tasa en este hospicio, cuando el local y las rentas no lo permiten, y cuando no se cuenta con el apoyo de las instituciones públicas llamadas á favorecer á las clases indigentes: es querer que se haga aquí, lo que en países mejor constituidos, solo se hace con el auxilio que en estos casos le prestan" (Sociedad de Beneficencia, 1894). Lasbuenas intenciones inaugurales colisionaron pues con el hacinamiento y con una sociedad que recurría al internamiento como única salida ante la enfermedad mental o cualquier situación análoga. "Fue en el encierro indiscriminado de todos los que eran percibidos como locos -díce Ruiz Zevallos (2004) -, donde los límites del bienestar y del trato humano eran más claros. Es allí donde se entrecruzaban las necesidades de orden y bienestar, en sus matices diversos. Vistas en perspectiva las obsesiones por el control, y por el orden, conspiraron contra la vocación humanitaria de estos alienistas. A la larga, la sobrepoblación del manicomio a que llevó estas obsesiones, tornó inviable el tratamiento humanitario. Con ello, la frontera que separaba la era de lasfoquerías y la del Manicomio del Cercado se hacía cada vez más borrosa': En 1913 llegó a Lima una delegación argentina presidida por el profesor de la Universidad de Buenos Aires, Domingo Cabred (de quien se dijo que era "dulce con los pobres, enfermos alienados, y bravío con los cuerdos que no sabían comprenderlos"), para participar en un congreso médico. Invitado por Caravedo 10 El carácter elogioso del término 'manicomio' devendría luego en oprobioso estigma del cual habría que deshacerse, en aras del término 'hospital'. Así, Carlos Anticona Bringas titula uno de los capítulos de su libro: ''.La identidad del Hospital Víctor Larca Herrera: ¿hospital o manicomio?". Obviamente se inclina por el primer concepto.
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Colegio Alipio Ponce Vásquez, antiguo local del Hospital de la Misericordia.
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al Hospicio de Insanos, "al contemplar tanta miseria, tanta inmundicia, tanta desidia, similar al espectáculo que un psiquiatra uruguayo viera en su propio país y lo hiciera decir que era 'un hacinamiento de tubos digestivos en delirio: hizo una hoguera con las jaulas-Ios cepos las camisas de fuerza, los grilletes y demás -materiales de tortura, cuyas llamas "iluminaron muchas conciencias" (Caravedo Prado, 1985). Tras la inauguración del Asilo Colonia de la Magdalena en 1918, el edificio del Hospital de la Misericordia (sito en la actual Av. Sebastián Lorente 769, Barrios Altos, Lima) fue elegido a partir de 1922 como sede de la Escuela de la Guardia Civil y Policía de la República. En 1961 se fundó ahí el Colegio de la Guardia Civil "Leoncio Prado': el cual _cambióde nombre en 1977 por Colegio "Alípio Ponce Vásquez'; dependencia en la actualidad de la Dirección de Bienestar de la Policía Nacional del Perú.
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El Asilo Colonia de la Magdalena La tenacidad de Ulloa y Muñiz rindió a la postre sus frutos: en octubre de 1896,el Presidente Nicolás de Piérola convocó un concurso entre los médicos "con el objeto de obtener un estudio completo y circunstanciado sobre las condiciones á que debe satisfacer una Casa de Insanos, conforme al sistema de tratamiento que actualmente se sigue en los establecimientos de esa clase" (Muñiz, 1897). El jurado, conformado por los médicos Armando Vélez, Ricardo L. Flores, Ignacio La Puente y Pablo Patrón, y el ingeniero Alejandro Guevara, dio por ganador a Manuel Muñiz (que había participado con el pseudónimo "Eureka"), El minucioso trabajo de Muñiz (1897)incluía temas que iban desde lo netamente clínicohastala arquitecturamisma,lascondicionesdelterreno y la ubicacióngeográfica del establecimientopropuesto. Del mismo pueden leerselos siguientespárrafos: "Tratándose del número y distribución de los asilos indispensables en el Perú, para satisfacer las necesidades que se deducen de las anteriores consideraciones, esencialmente prácticas, desprendidas de la observación de los hechos, hay que convenir que Lima, por su clima sobre todo, por sus recursos, por razones mil, debe ser el lugar en donde debe existir un Manicomio Central, cuando menos para cuatrocientos enfermos y que, fácilmente, en tres ó cuatro años más pudiera ' albergar quinientos ó seiscientos insanos. Un manicomio tan poblado no obedece sin duda al desideratum propuesto, de no hacer subir la población de los asilos, sobre doscientos ó doscientos cincuenta enfermos. Además que este precepto en Europa mismo no se observa, el actual estado económico del país, y muchas otras razones de todo orden, justifican esta concentración.( ... ) En todo asilo de más de trescientos ó cuatrocientos enfermos, ó de menor número, siempre debe existir un médico jefe, director responsable, acompañado de un médico cuando menos para cada ochenta enfermos, tomando un término medio entre agudos y crónicos, y del número de asistentes, estudiantes ó médicos, necesarios para hacer del Establecimiento no sólo una casa de caridad, sino un centro de estudio y educación especialista.( ... ) Un hospital salubre debe reposar en un suelo salubre. No basta que el terreno por su constitución geológica sea aceptable; es decir, permeable, seco, absorbente, y con declive. Debe rechazarse todo suelo arcilloso y aún los de aluvión: por desgracia el suelo de Lima es un aluvión con pedruzcos. Deben preferirse, entre los terrenos compactos ó flojos, estos últimos que son más porosos. Debe rechazarse
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en lo absoluto todo suelo artificial, compuesto por la hacinación de inmundicias, desperdicios ó basuras. Napias sostiene que, si es imperativo construir en terrenos cultivados, debe extraerse cuidadosamente toda la capa vegetal.( ... ) La ubicación de un Establecimiento hospitalario tiene que reposar en la dirección de los vientos dominantes. Si fueran fuertes debería estar protegido el Establecimiento y se tendría que procurar formarle una zona propia de aereación, ó sea un cordón sanitario de hojas perennes. No hay razón, en Lima, para buscar la protección de arboledas, de montículos ó pequeñas colinas, que no harían sino limitarle la influencia bienhechora de las suaves corrientes de aire reinantes ó de los rayos solares nunca tropicales.( ... ) El asilo, tal como se propone, está compuesto de dos partes bien distintas: sección de asistencia y sección agrícola.( ... ) La sección agrícola, debe estar circundada por una pared-de barro, como las que se usan en la campiña de Lima, de 1 m. 30 c. de altura y de un diámetro que garantice su solidez. Puede ó no, estar pintada al temple. Por el lado exterior, debe existir un pequeño foso, que haga menos fácil la entrada. Esta misma pared de barro, ó una reja, deben separar la sección de asistencia de la agrícola. La sección habitada ó de asistencia, estará circunscrita con una reja de fierro y madera, con base de ladrillo ó cimiento (2.50altura), comprendiendo 80 centímetros á la base. Por el lado exterior debe existir la respectiva vereda para los transeuntes ó paseantes. Siempre se procurará cultivar enredaderas vivaces; y á dos metros ó menos, de distancia, hacia adentro y hacia afuera, debe sembrarse una alameda de árboles frondosos y siempre verdes, con sus respectivasvías para coches, etc.( ... )': La muerte sorprendió súbita y prematuramente a Muñiz en 1897. La Beneficencia entonces escogió al médico David Matto como director del Hospital de la Misericordia, previa especialización (pues no era psiquiatra) en Europa durante 14 meses, tiempo durante el cual se comprometió a "hacer un estudio de la organizaciónde las casas de Insanos de las mejores introducidas últimamente en el servicio técnico y administrativo de ellas, y de todas las cuestiones de jurisprudencia médica relacionadas con la admisión y permanencia de los enajenados ( ... )" (Caravedo Prado, 1985). De retorno al Perú, Matto asumió la dirección en mayo de 1899.En su primera memoria, de enero de 1900, dijo: ''Al no poder llevarse a cabo las reformas que solicito, habremos de conformarnos con el triste estado actual de la casa de insanos, que todo puede ser, menos manicomio" (Caravedo Prado; 1985). · En mayo de 1900 el Gobierno conformó una junta económica encargada de la edificación del nuevo hospital, la cual estuvo integrada por "dos representantes de la Beneficencia de Lima, uno del Callao; el arquitecto señor Doig y el Director de Obras Públicas que la presidiría': Meses antes había dispuesto que se destinase
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a la obra el 25% de las ganancias obtenidas por las loterías de Lima y Callao. La junta escogió como sede el poblado de Magdalena del Mar "tomando parte de los fundos de Orbea, Oyague, Mata Lechuza"(con la oposición inicial de Matto, quien opinó a favor de las fincas de Santa Beatriz), iniciándose la construcción en agosto de 1901 (ValdiviaPonce, 1991b). El camino, sin embargo, estaba sembrado de obstáculos. Así, el "año de 1902 fue empleado en una tramitación rica en documentos y huérfana en hechos.( ... ) Al finalizar el año de 1903 ( ... ) se ha llegado casi al convencimiento de que la terminación de la obra va resultando poco menos que imposible, y que, a fin de no ahondar el desastre, se ha impuesto la precisión de suspenderla" En 1904 la Beneficencia propuso la modificación del plan general, cosa que el gobierno de turno rechazó, ordenando que "se reanudase los trabajos suspendidos con sujeción al proyecto laureado del doctor Muñiz", Entre 1906 y 1910 la obra se paralizó nuevamente, esta vez por carecer de "los estudios enderezados a asegurar, en cantidad suficiente y perenne, el agua potable" (ValdiviaPonce, 199lb). Habiéndose levantado algunos edificios, en 1912 se estableció en aquellos el Higiocomio de la Infancia, cuya efímera duración dio paso luego a la Escuela de Economía Doméstica. Vemos así que la "Sociedad de Beneficenciay el Gobierno mismo manifestaban entusiasmos momentáneos que se disolvían por las resistencias que surgían y que consistieron en cambios frecuentes de pareceres, proyectos, planos o dificultades económicas que, en el fondo, representaban resistencias inconscientes a sentimientos humanitaríos'! de los que se privó al enfermo mental por un gran número de años" (ValdiviaPonce, 1964). Finalmente, en marzo de 1914 el Gobierno devolvió a la Beneficencia los terrenos de la Magdalena, reiniciándose las labores de construcción, que culminaron el 1 de enero de 1918, cuando fue oficialmente inaugurado el Asilo Colonia de la Magdalena, con una población de 561 pacientes de ambos sexos, quienes fueron trasladados desde el Hospital de la Misericordia. Desde su inicio quedó indicado en su Reglamento Interno (1919)12 que el nuevo establecimiento "estádestinado exclusivamente-ála asistenciay tratamiento de los sujetos de ambos sexos que padezcan de cualquier forma de alienación mental" "El 1 ° de enero de 1918 sólo quedaban en el Manicomio del Cercado unos sesenta enfermos de ambos sexos y comenzaba sus labores el Hospicio Nacional de Insanos con el nombre de Asilo Colonia de Magdalena. Se hallaban terminados en aquella fecha los siguientes edificios: De asistencia: 2 pabellones para Pensionistas; 2 pabellones para crónicos; 2 pabellones para débiles y gatosos, un pabellón mixto de Administración. Servicios Generales: Pabellón de Administración. Casa 11 O nuesti:a proverbial discapacidad para ponernos de acuerdo en torno a proyectos realizables, por preferir obstinadamente las divagaciones grandilocuentes y utópicas. 12 Ver el texto completo en el Anexo 3.
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del Médico Residente y del Portero. Cocina. Lavandería. Establo. Mortuorio. Hidroterapia (incluso por falta de tanque, castillo, etc.)" (ValdiviaPonce, 1964). El Inspector del Hospicio de la Misericordia dijo lo siguiente en una carta dirigida al director de la Beneficencia, el 31 de diciembre de 1917: ''Al cesar hoy, en la inspección del hospicio de insanos, que la sociedad me encomendó en 1914, tengo la complacencia de participarle, que dejo implantado el Asilo Colonia de la Magdalena, que se proyectó y principió a edificarse, hace aproximadamente 20 años. La Casa del Cercado, inaugurada en 1859, con cerca de cien enfermos, se clausura, después de haber alojado 560, los mismos que instalados en la Magdalena, recibirán los beneficios del campo, de locales amplios y cómodos, construidos á todo costo y preparados para implantarse en ellos, los sistemas modernos que la ciencia aconseja, parael tratamiento de los alienados.( ... ) La Junta seha declarado en receso,por haber llenado su cometido, y ha dispuesto que pasen á la sociedad, los planos de las obras y las cuentas documentadas de los desembolsos que han impuesto. Toca ahora á la sociedad, obtener del nuevo manicomio, los mayores beneficios, para los seres desgraciados que en él aloja y aprovechar al mismo tiempo, a favor de los pobres, la nueva fuente de recursos que le abre el Asilo Colonia de la Magdalena" (El Comercio, 1918). Como otrora en el Hospital de la Misericordia, el Reglamento del Asilo Colonia (1919)13 puso énfasis en el buen trato. Así, entre las obligaciones de las Hermanas de la Caridad figuraba: ''Art. 22 ( ... ) 3 - Procurar, con el mayor empeño, que los enfermos estén constantemente limpios y sean tratados con afecto, sin obligarlos a prácticas religiosas que ellos no acepten''. Por otro lado, entre las funciones de los enfermeros se mencionaba: ''Art. 97 - Emplear siempre la persuasión y la dulzura, sin injuriar ni maltratará sus enfermos, y velar por el cumplimiento de los artículos de este Reglamento que tienen relación con la asistencia de los enfermos. Art, 98 Los enfermeros ni sus jefes emplearán jamás medios de contención alguna y sólo podrán recurrir al aislamiento celular, de un modo excepcional y momentáneo, estando obligados en este último caso de comunicar el hecho al interno de guardia, quien dispondrá lo conveniente". Pese a todos los esfuerzos, las nuevas instalaciones resultaban todavía insuficientes. Tempranamente, Caravedo (1985) advertía lo siguiente: ''A pesar de las obras realizadas, que representaban un esfuerzo económico para la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, y que expresaban claramente el deseo de mejorar la situación de los enfermos mentales, poco se había avanzado 13 Ver el texto completo en el Anexo 3.
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para satisfacer las múltiples exigencias científicas. El local resultó estrecho; carecía de elementos de confort; el servicio médico era rudimentario y falto de autoridad; no existían servicios auxiliares ni personal subalterno capaz de asistir humanamente; se usaban métodos reprobables, no había organización.( ... ) Hice mi primera visita el 27 del mismo mes, y no es mi intención, señor inspector, ocultar la dolorosa impresión que me produjo ver el estado de abandono terapéutico en que vivían las enfermas, quienes por lo mismo que no pueden presidir su tratamiento, merecen no sólo los cuidados y solicitudes de los enfermos en general, sino también la protección de los poderes públicos y de la sociedad entera': Exactamente un año después de la fundación del Asilo Colonia, el 1 de enero de 1919fue designado como su inspector el hacendado, exsenador por La Libertad y exalcalde de Trujillo, Víctor Larco Herrera, quien "hizo el más grande donativo que recuerda la historia de la filantropía en el Perú para llevar a cabo las obras indispensables y reformar la asistencia'' (Valdizán, 1934):más un millón de soles, que permitieron la ampliación del local, así como la creación de servicios auxiliares y el equipamiento correspondiente. Contagiado del espíritu de reforma defendido por los médicos psiquiatras Hermilio Valdizán Medrano, Baltazar Caravedo Prado y Sebastián Lorente Patrón, Larco Herrera tropezó, sin embargo, con la dura oposición de las Hermanas de la Caridad. Ya en el Hospital de la Misericordia había hecho notar Muñiz (1885) que: "Hay un error, indisculpable, en suponer que en los citados establecimientos ese servicio no se puede conseguir mejor sino empleando las congregaciones religiosas. Es muy aventurado hacer patrimonio de un grupo de seres la caridad y el amor á los semejantes. ( ... ) El hábito las hace incrédulas é indiferentes y satisfechasy engreidas hacen de su noble tarea la rutinaria mision de una máquina. No tienen aspiraciones y con muy raras exepciones jiran en una órbita, gozan de un prestigio y disponen de una autoridad, muy superiores á las.que le hubiera.asignado el.mundo.jeníendo presente su educación, sus creencias y sus fines': Pronto hizo ver el cuerpo médico del nuevo hospital al nuevo inspector: "la necesidad de proceder a la abolición absoluta de los medios de contención brutal de los enfermos y de instituir una verdadera asistencia de éstos, en la cual fuese la enfermedad mental el verdadero objetivo principal de la obra médica y no lo fuera, como lo había sido en época de las religiosas, el tratamiento imperfecto de las enfermedades intercurrentes, adquiridas muchas de ellas no por defectos de índole higiénica, cuando no por absoluta desatendencia de las religiosas, que limitaban su acción a mantener el depósito de alienados que les había hecho la Sociedad de Beneficencia.
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( ... )estas religiosas, que siempre vieron en el cuerpo médico un estorbo, estas religiosas que dificultaron por todos los medíos a su alcance, la instalación del médico residente, estas religiosas procuraron; en todo tiempo, disponer las cosas en forma tal que el médico procurara terminar brevemente la visita del Asilo para abandonarlo prontamente y para tomar aquella visita diaria como un verdadero sacrificio cotidiano. ( ... ) se vino en conocimiento de que las religiosas, en ausencia de los médicos, seguían empleando los bárbaros sistemas de asistencia que habían mantenido en uso en el Manicomio del Cercado. Se supo así que en uno de los servicios se empleaba hasta seis camisetas de fuerza, que en otro de los servicios se administraba a los enfermos, a título de punición, el torturador baño de chaqueta, que en otro servicio se había procedido a habilitar dos habitaciones como calabozos y que, en todos los servicios, en ausencia de los médicos, se daba a los enfermosel.trato brutal y despiadado que es el pavoroso resumen de la asistencia de alienados por religiosas en el Perú" (Valdizán, 1934). Por su parte, Larco Herrera informó lo siguiente en la memoria presentada ante la Sociedad de Beneficencia en diciembre de 1919: "La· traslación de los enfermos del ignominioso Manicomio del Cercado, al Asilo Colonia de Magdalena no había constituído, corno debió ser en realidad, el inicio de una era nueva en la asistencia de alienados. Las Hermanas de Caridad no sólo no iniciaron este movimiento de reforma de los métodos, sino que se manifestaron rehacías a aceptarlos, constituyendo uno de los obstáculos más serios que ha debido salvarse para conducir la asistencia de alienados del periodo bárbaro en que se encontraba al período humano, iniciado hace más de un siglo en otros países cultos. En este Asilo de construcción moderna y de modernas orientaciones de asistencia, las Hermanas de Caridad mantuvieron toda la crueldad inconcebible de los métodos de violencia y de castigo, a despecho de las insinuaciones, delos ruegos y también de las exigencias de un cuerpo médico que contemplaba en la perpetuación de los métodos de las religiosas una vergüenza profesional que debían evitar y una complicidad a cuya aceptación no estaban obligados. El único instrumento de tortura que no acompañó a las Religiosas en su traslación al Asilo Colonia de Magdalena fue la célebrejaula, tristemente célebre en los Anales de la asistencia de alienados en el Perú y de la cual se hizo un verdadero auto de fe durante la permanencia en Lima del Prof. Cabred, el celebrado alienista argentino. Pero si las jaulas se quedaron en Lima, marcharon con las religiosas las camisas de fuerza, y, lo que es más grave todavía, aquella convicción empírica de ser la alienación merital un castigo de la divinidad o una perversidad moral que sólo la pena puede modificar o curar. Las Hermanas de Caridad improvisaron calabozos donde no los había y encerraron en ellos a los agitados y también a los fastidiosos y a los malos, grupos de alienados que sólo ellas han insinuado enuna
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clasificación psiquiátrica, considerando en el primero de los grupos nombrados a aquellos enfermos que 'daban fastidio' al personal de asistencia y considerando entre los 'malos' a aquellos que, por razón de su misma enfermedad, hacían discursos o maniobras obscenas. Temerosas de una pública denuncia de estos sistemas de trato brutal de los enfermos, las religiosas aparentaban, en presencia de los médicos, haberlos abandonado en absoluto; pero apenas el médico se había alejado de su pabellón, apenas existía la seguridad de que el médico no volvería, eran aplicadas las camisas de fuerza, eran encerrados los enfermos en los calabozos y se iniciaba el castigo de aquellos enfermos que de palabra u obra habían ofendido(¡) a las religiosas. No se halla otra explicación a esta devoción de las religiosas por los bárbaros métodos de asistencia, que en el hecho de ser estos métodos los que menor esfuerzo exigen por parte del personal de asistencia: un agitado encerrado en un calabozo o en una jaula, aprisionado en una camiseta de fuerza o reducido a la impotencia por medio de fuertes ligaduras, permite al personal dedicarse tranquilamente a todo género de ocupaciones, con exclusión del cuidado de enfermos. Un personal semejante puede contemplar impasible que la agitación aumenta y conduce a la muerte cuando se recurre a tales procedimientos. ( ... ) La anterior organización del Asilo había reducido la condición de los médicos a la de médicos de enfermería, cuya única misión debía ser, a juicio de las religiosas, la de asistir las enfermedades intercurrentes. Esta apreciación originalísima de la obra médica del Asilo, había echado tan hondas raíces en el espíritu conservador de las Religiosas que cuando no existía caso alguno de estas enfermedades, la religiosa encargada del pabellón esperaba muy satisfecha al médico para manifestarle que 'no había enfermos' ¡Y esta frase era pronunciada a las puertas de un pabellón que aprisionaba a un par de centenares de enfermos!" (Valdizán, 1934). Opina Mariátegui (1980) sobre el mismo asunto: "Como es sabido, la inoperancia de la reglamentaciónylas limitadas funciones de los médicos enel Asilo se debía a la permanencia influyente de las Hermanas de la Caridad, que pretendían continuar en el nuevo establecimiento el sistema represivo e inhumano -propio de su concepción demonológica y perversa del desorden mental- que durante mucho tiempo se mantuvo en el viejo Hospicio del Cercado que también tuvieron a su cargo. En una ciudad como Lima, de gazmoña religiosidad,la salida de las Hermanas de la Caridad como paso obligado para la reforma y la humanización de la asistencia de los enfermos mentales, creó una situación difícil por la actitud proteccionista de la 'sociedad limeña' y de destacados dirigentes de la Sociedad de BeneficenciaPública de Lima, la entidad propietaria del Asilo. De no mediar la tenacidad de don Víctor Larco Herrera y su fuerza económica, representativa de la burguesía agraria pingüe y en ascenso al poder, el movimiento de reforma de la asistencia de los alienados
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Santiago Stucchi Portocarrero en el país, que ya llevaba más de un siglo de atraso en relación al que aconteció en Europa, se hubiera diferido aún más. El apoyo de un laico decidido, influyente y rico, permitió que primara el criterio técnico sobre el peso de la tradición y que los médicos asumieran a plenitud sus propias funciones': En :marzo de 1919 se retiraron las Hermanas de la Caridad del Asilo Colonia de la Magdalena, siendo reemplazadas por personal laico de enfermería de la Escuela Mixta de la Sociedad-de-Beneficencia. Según Valdizán (1934): "La salida de las religiosas del Asilo Colonia no provocó la pública protesta que ellas pensaron habría de provocar forzosamente, lejos de ello, provocó una expresión de alivio, porque se comprendió que ellas se llevaban dos vergüenzas de nuestro siglo: el abandono de los alienados a su propia suerte y el mal trato de los alienados': Se implantaron entonces procedimientos modernos, aboliéndose las viejas técnicas de coerción. En 1920, el Asilo Colonia tomó el epónimo de su benefactor, y en diciembre de 1930 adoptó definitivamente el nombre de Hospital "Víctor Larco Herrera" (Caravedo Prado, 1985). La calidad en la atención de los enfermos en los años inaugurales del establecimiento se evidenciaba hasta en la alimentación que se les brindaba a aquellos, como lo demuestra el siguiente menú (dato proporcionado por Grover Mori): "DOMINGO DESAYUNO Té - Café - Leche - Pan. ALMUERZO Menestrón - Panamitos - Arroz - Biftek - Pan - Té. COMIDA Sopa de fideos - Arroz - Asado - Guiso de papas - Dulce - Té - Pan. LUNES . DESAYUNO Té - Café - Leche - Pan. ALMUERZO Chupe - Arroz con carne - Frejol - Biftek - Té - Pan. COMIDA Sopa de fideos- Guiso de papas -Arroz-Asado -Té- Pan.( ... )': En las siguientes décadas el hospital adquiriría renombre gracias al trabajo de figuras emblemáticas de la psíquíatría.nacional. Métodos terapéuticos (o que -pretendieron serlo) revolucionarios en su momento fueron conocidos en nuestro medio poco después de su invención. Entre ellos cabe mencionar en primer lugar la malarioterapia, propuesta por el austriaco Julius Wagner von Jauregg en 1917 (y que le valió el Premio Nobel de Medicina en 1927), y prontamente aplicada por Honorio Delgado en pacientes del Asilo Colonia (Delgado, 1922). Cabe aquí citar la siguiente anécdota de Valdizán (1924): "El Asilo Colonia 'Víctor Larco Herrera', ha sido el primer establecimiento hospitalario peruano en el cual se llevó a cabo la cura de Wagner vox JAUREG en el tratamiento de la sífilis nerviosa y con un éxito brillante por cierto, en el servicio de Honorio F. DELGADO, introductor, entre nosotros, del afortunado sistema. Años después, los diarios publicaron en Lima un telegrama de Dinamarca en el cual se
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Loquerlas, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima comunicaba como novedad el indicado tratamiento. A raíz de esta publicación recibí de Trujillo una carta de la cual tomo el párrafo siguiente: 'Remito a usted cinco soles para que se digne encargar a Dinamarca esa malaria que dicen es tan buena para curar la locura. Si acaso necesitase usted más dinero, le enviaré; pues estoy llana a cualquier sacrificio para salvar a mi enfermo"'. Otros métodos tempranamente introducidos en nuestro país fueron las convulsiones inducidas por cardiazol (Krumdieck, 1938), la insulinoterapia (Delgado et al, 1938), la terapia electroconvulsiva (Delgado Cornejo, 1943) y el uso de la clorpromazina, el primer medicamento antipsicótico (Trelles y Saavedra, 1954). Cabe mencionar, sin embargo, que mientras en otros países la introducción de los fármacos antipsicóticos significó una importante reducción en el número total de hospitalizaciones y en el tiempo promedio de estancia hospitalaria -en Estados Unidos, por ejemplo, el número de internados bajó de manera constante desde 512 mil en 1950, hasta 90 mil en 1990 (Gellar, 2000) -, en el Perú no sucedió lo mismo, como veremos más adelante, pese a la temprana llegada de aquellos fármacos.
Ya en 1930, Caravedo afirmaba que "no es científico ni humanitario centralizar la asistencia en el Hospital 'Víctor Larco Herrera', en la actualidad sobrepoblado en 85%, pues éste no permite atender el conjunto de las necesidades nacionales. (. .. ) La proporción de enfermos internados en el Hospital al 30 de ' junio del presente, con relación al número de habitantes del Perú {6'147,000 habitantes), es de 17.4 por cada 100,000. La población de internados al 30 de junio del presente, es de 1,071 enfermos de ambos sexos. Este índice es inferior a la realidad. ( ... ) Los enfermos mentales del resto del país no reciben asistencia: no hay establecimientos especiales; todos los médicos alienistas radican en Lima ( ... )"14 (Caravedo Prado, 1985). Pocosaños después-la revista Archivos Peruanos deHigiene Mental informó lo siguiente:
14 Situación que no ha cambiado en gran medida, pues según un informe de la Defensoría del Pueblo (2009), el 82% de los médicos psiquiatras del Ministerio de Salud ejerce su trabajo en Llma y Callao, no existiendo atención psiquiátrica estable en las cinco regiones más pobres del Perú: Amazonas, Ayacucho, Huancavelica, Paseo y Ucayali. No está de más mencionar, sin embargo, que ante el histórico abandono oficial, en Ayacucho viene funcionando desde 2003 la Comisión de Salud Mental, a iniciativa de la religiosa filipina Antonnette Carbone y con el apoyo de algunos médicos psiquiatras de Lima (más información en: http:/ /www.ayacuchomerttalhealth.org/, último acceso: enero del 2012).
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Santiago Stucchi Portocarrero "Comentarios de toda índole ha merecido por parte del público la situación en que se hallan los enfermos mentales de provincias, en las que se carece absolutamente de instituciones de asistencia psiquiátrica y donde, en forma reñida con la más elemental urbanidad colectiva, la policía se vé obligada a depositar a los enfermos mentales en los calabozos de las comisarías, mientras se espera, a veces hasta varias semanas, la tramitación de los expedientes de internación respectivos y su embarque a la capital de la República para obtener su ingreso en el Hospital 'Víctor Larco Herrera' de Magdalena del Mar. ( ... ) Debemos observar, sin embargo, que esta no es, desgraciadamente, la verdadera naturaleza del problema relacionado con los enfermos mentales entre nosotros, el cual no se resolvería con el envío inmediato de los pacientes al único Hospital Mental del país, ni se reduce tampoco a su depósito en los alojamientos provisorios de los hospitales generales. Su solución supone más bien el planteamiento definitivo del problema-de la asistencia psiquiátrica en-el Perú, que ya no puede realizarse en un solo establecimientosobrepoblado hoy en más del 200%.·Lo urgente es construir hospitales psiquiátricos regionales y colonias rurales, los primeros destinados a atender a los curables con la aplicación científica de los correspondientes métodos terapéuticos, y las segundas, que podrían estar situadas fuera del radio de los centros urbanos, destinados a prestar asistencia a los enfermos crónicos de acuerdo con los principios psiquiátricos actuales. Esta separación de los enfermos agudos de los crónicos, entre otras considerables ventajas; evitaría que la asistencia de los unos perturbase a la de los otros y, al mismo tiempo, produciría indudable beneficio social y hospitalario" (Anónimo, 1937). ª¿A qué se debe este crecimiento del número de enfermos mentales en nuestro hospital 'Víctor Larco Herrera'?" -Se preguntaba Juan Francisco Valega (1940) "En primer lugar, la acumulación. Cada año deja un remanente de incurables o crónicos, que tienen que permanecer en el hospital. En segundo lugar, las facilidades actuales para el viaje a Lima, hecho que aumenta la población de todos nuestros hospitales. En tercer lugar, el progreso de la cultura popular. Se considera ya al enfermo mental digno de.asistencia.Jo que antes no ocurría, porque se le dejaba vagar por las calles. En cuarto lugar, la idea de la curabilidad que ha reemplazado a la de incurabilidad. Este importante cambio en el criterio público, debido a los nuevos procedimientos, provoca, sin duda, una mayor afluencia de enfermos al hospital, no obstante carecer éste de acomodo para ellos': Algunos años después, Honorio Delgado (1949} afirmaba que "El Hospital 'Víctor Larco Herrera, cada vez más sobrepoblado ofrece creciente dificultad para el tratamiento de los casos de psicosis incipiente. Abierto el año 1918, apenas ha aumentado. la capacidad de sus construcciones, y sin embargo, el número de enfermos alojados ha subido considerablemente: de 606 ese año, llega a 1 519 en 1948. De modo que en treinta años casi se ha triplicado su población. Respecto a los primeros ingresos, ha subido la cifra de 571en1939 a 939 en 194~, mientras que
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Placa del Hospital de la Misericordia. Museo del Hospital Víctor Larco Herrera.
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Grilletes que se usaron en el Hospital de la Misericordia. Museo del Hospital Víctor Larca Herrera.
Cama restrictiva que se usó en el Hopital de la Misericordia. Museo del Hospital Víctor Larco Herrera.
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en el decenio anterior el incremento fué de 539 a 571. En realidad, la proporción de enfermos hospitalizados corresponde a una pequeña fracción de los que deberían ser recluidos. Según los cálculos más moderados que puedan hacerse, sólo están internados el 5% de los casos que deberían estarlo". Posteriormente, Federico Sal y Rosas (1957) informó que de "181 establecimientos asistenciales públicos y privados existentes al finalizar el año 1955,sólo 6 son para enfermos mentales. Todos ellos están en Lima; 5 son clínicas privadas, sólo uno de carácter público, el Hospital 'Víctor Larco Herrera" También Mariano Querol y JavierMariátegui (1962) refirieron que "El Hospital 'Víctor Larco Herrera', que desde su fundación hasta la fecha es el único hospital psiquiátrico de la República, sólo en los primeros años de su-funcionamiento dió cómoda cabida a sus asistidos. De una capacidad inicial de 750 camas, con nuevas construcciones el número de ellas se ha elevado oficialmente a 1,000 de las cuales 257 son para pensionistas. La capacidad del hospital sigue siendo notoriamente insuficiente para el volumen de pacientes que requieren atención especializada por lo cual, principalmente desde las cuatro últimas décadas, se observa una sobrepoblación, pues la cantidad de pacientes asistidos supera ampliamente la disponibilidad de los medios. Hasta 1950 en que, por disposición gubernativa, se suspendió el ingreso de pacientes gratuitos, el número de enfermos internados fue de más de 1,600.Desde entonces y hasta la actualidad, es decir a los 11 años de la clausura del ingreso de indigentes, se mantiene la superpoblación, mayormente condicionada por el remanente de pacientes crónicos, existiendo en los últimos años una población de alrededor de 1,200 pacientes". William Stein (1996) hizo la siguiente descripción del Hospital "Víctor Larco Herrera" en 1959: "El 4 de diciembre había un total de 1,248 pacientes en el hospital: 694 hombres y 554 mujeres, divididos en 300 pacientes pagantes, que incluían muchos asegurados, y 948 pacientes de régimen común. El personal estaba constituido por 47 médicos, 82 enfermeras y enfermeros diplomados (en la Escuela de Enfermería que se encontraba en la misma sede del hospital), 448 trabajadores que eran clasificados como 'obreros' para fines de la seguridad social, y 43 empleados administrativos, que eran clasificados como 'empleados' para el otro sistema de seguridad social. El hospital estaba compuesto de 20 pabellones, diferenciados según el sexo, la edad, mezclas variables de diagnósticos crónicos y agudos, nuevas admisiones, y la variedad de regímenes ('extra','de primera', 'de segunda','de tercera' y 'de caridad') que dependían de la cantidad y la calidad de la comida y la disponibilidad de medicamentos. Además había una guardería y un taller de terapia laboral que producía ganancias para la administración. En la sede del Hospital también había una Escuela de Enfermería, que ofrecía un curso de tres años de duración,
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Santiago Stucchi Portocarrero y formaba enfermeras y enfermeros psiquiátricos; estudiantes que vivían en el local.
en aquel tiempo habían 56
Los médicos( ... ) estaban divididos en jefes de servicio (4), médicos asistentes eón estipendio (35), asistentes libres sin estipendio (8), yun número continuamente cambiante de asistentes voluntarios, también sin paga, que estaban adquiriendo experiencia clínica. Ellos se encontraban distribuidos en los pabellones según las categorías de regímenes: así, un pabellón con pacientes que pagan podía tener cuatro doctores mientras otro con 233 pacientes de caridad podía tener dos. El hospital solía asignar dos enfermeros a cada pabellón, uno para el día y otro para la noche, pero si la población de pacientes era mayor de 50, el número de enfermeros podía ser duplicado. También se asignaban más enfermeros para los tratamientos especializados, así como de siete a 26 asistentes por pabellón': Según Bruno Tarazona (2003): "A comienzos de la década de 1960, el hospital se encontraba virtualmente abandonado, con prácticamente un único médico por pabellón, y en una crisis profunda. En efecto, en la última década, el gasto en personal había aumentado de un 30% del presupuesto a un 65% debido a la burocracia creada por las disposiciones de los gobiernos anteriores, mientras que la porción del presupuesto destinada a la asistencia había caído del 70 al 35%. Como resultado, el gasto diario por enfermo en el Hospital Víctor Larca Herrera era de tan solo 55 soles, mientras que, por ejemplo, el Hospital del Obrero gastaba 300 soles diarios por paciente y el Hospital del Empleado 500 soles. Por otro lado, del total de la población interna, el 85% eran enfermos crónicos y solo el 20% pagaba pensión completa. Como atestiguan diarios de la época, el hospital 'parecía un campo de concentración' El índice de mortalidad era altísimo y en el curso de la década se mantuvo a la población alrededor de los 1.200 internos': En septiembre de 1962 el hospital se declaró en reorganización. A fines de 1963 se creó el Cuerpo Médico (en reemplazo de la Asociación de Médicos), el cual "planteó cuatro puntos: i) la ejecución de obras preliminares destinadas a evaluar elaspecto demográfico, económico y adminístratixo.de.la.instítucíón; ii) un plan de acción asistencial inmediata para aumentar el movimiento de los enfermos que incluyera la preparación del personal médico y auxiliar, así como la remodelación de pabellones; iii) la rehabilitación de los pacientes crónicos; y, iv) el mejoramiento del sistema de consulta externa y la iniplantación de la asistencia post-hospitalaria con el fin de evitar la cronicidad" (Tarazona, 2003). · Mediante la Resolución Suprema N° 157 del 10 de junio de 1965 se formó una comisión encargada de estudiar el traspaso del Hospital "Víctor Larca Herrera': de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, la misma que estuvo presidida por Baltazar Caravedo Carranza e integrada además por los médicos Grover Mari, Segisfredo Luza y Arnaldo Cano, y por el gerente de la Beneficencia, Manuel Lores. Luego de una amplia
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evaluación del estado del hospital, la comisión llegó a las siguientes conclusiones en su informe final del 18 de octubre del mismo año (dato proporcionado por Grover Mori): "Para 1200enfermos y 600 empleados existe un presupuesto de S/. 800 diarios, 500 litros de leche y 200 kilos de carne, resultando de tal manera, completamente insuficientes. ( ... ) No existe horno crematorio de basuras, ni depósito adecuado para desperdicios, ni carros para su transporte. Los desperdicios son recogidos en cada pabellón, en los mismos recipientes en que se transporta la comida desde la cocina. Son depositados en zonas cercanas a la cocina, en inmundos toneles sin tapa, por lo que se esparcen por el suelo y están llenos de moscas, insectos y ratas, hasta que se trasladan en parte al fundo 'El Asesor' para la alimentación de los cerdos.( ... ) El plantel Médico del.Hospital, está formado por profesionales competentes, pero debido a la desorganización, la terapéutica individual es reducida. Otro factor es el incumplimiento del horario del trabajo establecido, por parte de algunos médicos.( ... ) El lavado se hace con agua fría. No hay agua caliente. No hay lavaderos a presión y a vapor. Los artículos de aseo son muy escasos. El personal que manipula los alimentos no ha sido entrenado ni ha pasado por control médico de la salud. Casi no existen las dietas especiales, salvo excepciones y a ruego de los , Médicos. Sólo hay una Dietista, que prácticamente no ejerce supervigilancia alguna en la preparación de los alimentos.( ... ) El vestuario es totalmente inadecuado. Hay pacientes que no poseen vestuario alguno; otros no tienen casi nada de ropa: a muchos les falta zapatos y poseen apenas una muda.(... ) Gran número de pabellones están en malas condiciones porque no están bien pintados ni arreglados-suspisos, paredes y ventanas muy descuidados-y falta aseo y mantenimiento.( ... ) La falta de peines, cepillos de dientes, jabón y toallas, hace que la higiene personal sea muy deficiente. ( ... ) No hay ambulancia, ni equipo adiestrado para casos de desastre.( ... ) Recomendaciones: Transferencia inmediata del Hospital al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social: a. Se recomienda esta medida en forma inmediata, ya que el Hospital acusa un alto índice de deterioro, tal como puede apreciarse de lo expuesto más arriba.
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El mayor deterioro está en servicios de mantenimiento: agua, desagüe y fuerza eléctrica. La Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, no ha manifestado mayor interés en mejorar el Hospital con sus propios recursos, ya que estaba ansiosa de obtener el traslado del Hospital al Ministerio. Si el círculo vicioso continuara, el deterioro iría en aumento progresivo. La Comisión cree urgente e importante, un cambio en la filosofía administrativa.( .. .)" El 24 de junio de 1966 la administración del Hospital "Víctor Larco Herrera" pasó al Ministerio de Salud Pública por un periodo de 30 años. Tal medida permitió un (transitorio) alivio de los problemas mayores del establecimiento, por lo menos en los primeros años. Al celebrar su medio siglo (en 1968), el hospital contaba con "laboratorio de investigaciones biológicas, fisioterapia, gabinete de psicología experimental, gabinete odontológico, farmacia, granja, museo, biblioteca, peluquería, salones de distracciones, juegos, y talleres de confección, baile, conversación, pintura, ebanistería y cerámica'' (Tarazona, 2003). Desafortunadamente, la crisis recrudeció a inicios de la década de 1980. En 1983, "los servicios de cocina y lavandería no reunían los requisitos indispensables para brindar un servicio adecuado y los talleres de terapia ocupacional no funcionaban por falta de recursos': Ese mismo año, "un diario local había denunciado la existencia de 140 casos de tuberculosis en el hospital': "A fines de 1985 no se lograban cubrir ni siquiera las necesidades básicas de alimentación y vestido de los pacientes, y había tan solo 26 psiquiatras para atender a 1.200 enfermos mentales" (Tarazana, 2003). Javier Mariátegui (1989a) llegó a decir que la "asistencia psiquiátrica hospitalaria en el país sufre una larga enfermedad, en cuyo auxilio nada se ha aportado en los últimos tiempos y que, por el contrario, muestra ahora señales notorias de agravamiento.( ... ) La deplorable alimentación es sólo uno de los serios problemas que enfrenta, en condiciones casi heroicas, el personal profesional y auxiliar de instituciones grandes como el 'Hospital Víctor Larco Herrera; otrora centro asistencial modelo en América Latina, solera y cuna de la Escuela Peruana de Psiquiatría': En abril de 1982 el Hospital "Víctor Larco Herrera'' fue visitado por una comisión procedente de Gran Bretaña, de la cual formaban parte Germán Berríos (de la Universidad de Cambridge), Edgar Miller (de la Universidad de Leicester) y [ohn Stone (auditor de enfermería). Entre sus múltiples observaciones, citamos las siguientes: "La mayoría de los edificios están en muy mal estado de mantenimiento, muchas ventanas no tienen vidrios y las reparaciones que se ven parecen ser hechas improvisadamente. Hay senderos y veredas en las cuales hay grandes agujeros que exponen desagües cuyastapas están faltando. Algunos pabellones están rodeados por jardines bien cuidados y otros muestran áreas de abandono general, algunos patios
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pavimentados y extremadamente vacíos. Los baños en la mayoría de pabellones están en un triste estado de reparación y no ofrecen sino poca privacidad y dignidad para los pacientes. Los baños en el patio del pabellón 4 fueron según informaron demolidos, hace algún tiempo y no han sido reemplazados, por lo tanto obligan a 126 pacientes varones a usar las acequias de desagüe como baños. La acomodación para dormir es principalmente en dormitorios de varios tamaños y con diferentes estandards de limpieza e higiene así como la poca provisión para las posesiones personales. Algunos pacientes tienen cuartos propios y son comparativamente de alto estándar.Algunos pacientes incontinentes tienen acomodaciónpara dormir que sólo puede reforzar su conducta inapropiada y antisocial. Las instalaciones para la alimentación y para cocinar también variaban mucho desde lo comparativamente bueno a lo plenamente desastroso. Las facilidades de tratamiento y de terapia también varían a un grado asombroso con ejemplos de prácticas recomendables y acertadas en algunos pabellones junto con otros en donde parece que hubiera muy poco o ningún esfuerzo que se estuviera haciendo. ( ... ) En el hospital los pacientes generalmente duermen en dormitorios grandes, a veces no tienen posesiones personales o lugares en donde guardarlas si las tuvieran. Tienen muy poco control sobre la forma en que ellos usan su tiempo. Más aún la mayoría permanecen inactivos pasando su día en el mismo ambiente monótono. Para estos pacientes el vivir en el hospital se parece muy poco a la vida en el exterior, aún cuando vengan de los estratos más pobres de la población". (Berríos, 1997). ·En julio de 1995 una nueva comisión británica, conformada por Germán Berríos, Edgar Miller y John Boyington, reportó mejoras sustancialesen el Hospital "Víctor Larca Herrera": "En 1982 toda la institución parecía ser una colección de 'mini hospitales: los pabellones separados parecían operar más o menos independientemente el uno del otro, teniendo cada uno sus propias admisiones, su población de larga permanencia y cosas por el estilo. Aquellos que acudían al hospital como pacientes externos eran vistos en los diferentes pabellones, ya que no había servicio de Consultorios Externos centralizado. Parecía haber muy poca comunicación y coordinación en las actividades del hospital. Este cuadro general ahora ha cambiado( ... ). Nosotros estamos de acuerdo con estos cambios. El hospital parece estar desarrollándose con mejores lineamientos. Ahora existe la sensación que hay un Plan General o Dirección del hospital. ( ... )': (Berríos, 1997).
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Hospital Víctor Larca Herrera en la actualidad.
Hospital Víctor Larca Herrera en Ja actualidad. Cortesía del Dr. Antonio Lozano Vargas.
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El Hospital del "Asesor"y el Centro de Salud Mental Comunitario"San Juan Rosco" En 1928 la Comisión Peruana de la Primera Conferencia Latino-Americana de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal recomendó la creación de "servicios psiquiátricos y dispensarios de Neurología y de Higiene Mental en los hospitales generales". Bajo esta óptica, fueron creándose en los años sucesivos:el consultorio de neuropsiquiatría infantil del Hospital del Niño (1930), por iniciativa de Carlos Krumdieck; el servicio de neuropsiquiatría del Hospital Obrero de Lima (1942), bajo la guía de Carlos Alberto Seguín; el servicio de neuropsiquiatría del Hospital de Policía (1942), bajo la dirección de Federico Sal y Rosas; el consultorio de psiquiatría del Hospital Arzobispo Loayza (1944); la Clínica Santa Clara (1950), fundada por Honorio Delgado y Julio Óscar Trelles;y el consultorio de psiquiatría e higiene mental del Hospital Daniel Alcides Carrión (1953), entre los más representativos de Lima (ValdiviaPonce, 1964). En 1944la BeneficenciaPública de Lima construyó en el terreno del fundo "El Asesor': en el actual distrito de Ate, un local destinado a los pacientes crónicos del Hospital "Víctor Larca Herrera''. Dicho establecimiento, sin embargo, permaneció cerrado hasta el 10 de septiembre de 1961; cuando por gestiones del Ministerio de Salud Pública fue abierto con el nombre de Hospital Psiquiátrico del Asesor. Se nombró como su director a Antonio García Erazo, y como psiquiatra jefe a Humberto Rotando Grimaldi (Valdivia Ponce, 1964); en 1964, el establecimiento cambió su denominación por Hospital "Hermílio Valdizán", que conserva hasta hoy. El diario El Comercio (1961) informó lo siguiente a propósito del acontecimiento: "Se inauguró ayer el nuevo Hospital para Enfermos Mentales de 'El Asesor'. Quedó inaugurado, en la mañana de ayer, el Hospital para Enfermos Mentales de 'El Asesor: cuyo edificio fue construído hace varios años por la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima y ha sido recientemente remodelado, ampliado y equipado por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, a un costo de S/. 9'771,408.72,en poco menos de cuatro meses. Características del nosocomio La capacidad del Hospital de '.Asesor' es de 520 camas, distribuídas en siete pabellones. Tiene servicios de Electroencefalografía, electroshock, electrocardiografía, metabolismo basal, rayos X, Laboratorio, Cardiología, Otorrinolaringología, Oftalmología y Odontología.( ... )
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Los enfermos Se ha trasladado a 'Asesor' un total de cien enfermos del Hospital 'Víctor Larco Herrera: Los restantes serán recibidos, posteriormente, de diversos puntos del país. Uno de los pabellones del Hospital ha sido dedicado a la atención de niños, iniciándose así un programa de atención a la niñez. ( ... ) Discurso del Ministro de Salud Pública A las doce del día, el Ministro de Salud Pública, doctor Rodrigo Franco Guerra, situándose enfrente de la placa conmemorativa que se encontraba cubierta con velo y orlada con cinta con los colores nacionales, pronunció su discurso de inauguración. Manifestó, en primer término, que el Jefe del Estado no había podido concurrir por razones inesperadas al acto que se realizaba, con el cual colmaba una de sus más fervientes preocupaciones, por cuanto la asistencia médica del enfermo mental es uno de los más agudos y complejos problemas médico sociales surgido como fruto inevitable e indeseable de las conflagraciones mundiales ocurridas en este siglo, así como de los vertiginosos progresos de la civilización en múltiples campos de la actividad humana. La escasez de recursos, señaló, pudo haber sido uno de los factores que dificultó entre nosotros el avance en la asistencia del enfermo psiquiátrico, pero aún dentro de esa estrechez económica se pudo merced a la colaboración del Presidente de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, transferir el 28 de abril de 1960, al Ministerio de Salud Pública, el local de la Colonia de '.Asesor: con un área de 44,010 metros cuadrados, que la indicada Beneficencia estaba en la imposibilidad económica de poner en funcionamiento. Asesor, prosiguió, es el primero de los Hospitales para Enfermos Mentales que se inaugura como dependencia estatal directa, y su finalidad primaria es la de buscar y conseguir la recuperación de la salud mental en cuanto sea posible. Además, servirá como centro de enseñanza para la formación de futuros psiquiatras que el país necesita en gran número y, a este propósito, la preparación en el postgrado habrá de tener una duración de cuatro años15 conforme al respectivo programa de enseñanza': En palabras de Alfonso Mendoza (2002): "En el nuevo hospital se hace realidad el sueño de una comunidad terapéutica adaptada a nuestro medio y, bajo la dirección de Rotonda, psiquiatras que luego tomarían las más diversas orientaciones, sientan las bases de desarrollos que habrían de enriquecer los dominios de la psiquiatría social en el Perú. Rotando impulsó muchos programas y servicios con el fin de darle al hospital una orientación acorde con la dignidad del hombre. 15 Cabe mencionar que el posgrado de Psiquiatría sigue hasta hoy siendo de tres años.
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Fue su preocupación el reforzamiento de la consulta externa y la humanización del tratamiento psiquiátrico. Propició una política de estancias cortas para evitar la institucionalización del paciente y el síndrome de exclusión familiar. Para él, el internamiento, cuando no podía evitarse, era solo un eslabón de una cadena de servicios integrados y la meta del tratamiento era la reinserción del paciente en el seno de su familia y su comunidad. Sólo así puede entenderse el verdadero sentido de la comunidad terapéutica y la necesidad tanto del diagnóstico precoz y del tratamiento oportuno cuanto la de impulsar programas de rehabilitación con el propósito de que el paciente vuelva a ser una persona integrada y productiva o, por lo menos, alcance el máximo nivel de adaptación posible y pueda vivir en un ambiente protegido y estimulante, lejos de la estigmatización y la marginación de la vida social. Todo esto debía complementarse con el 'seguimiento' del paciente y una amplia comunicación con la familia, a fin de asegurar él cuidado extra hospitalario y disminuir la frecuencia de recaídas y readmisiones':
El proyecto de dotar al Hospital "Víctor Larco Herrera'' de una instalación destinada a sus pacientes crónicos, con un propósito rehabilitador, no se extinguió con el Hospital "Hermilio Valdizán" Así, la Resolución Ministerial N° 000471-SA/ DS del 15 de agosto de 1972autorizó al Hospital "Víctor Larca Herrera'' a organizar un centro piloto para la rehabilitación de pacientes crónicos, de preferencia familiarizados con las labores agrícolas, en el Fundo "Los Anitos" (distrito de Barranca,provincia de Chancay), que había sido cedido por la BeneficenciaPública de Lima. Constituido en Centro de Rehabilitación de Salud Mental "Manuel C. Tello"pasó mediante Resolución Ministerial N° 0099-85-SA/DVM,del 26 de abril de 1985, "a depender Técnica y Administrativamente del Hospital Víctor Larco Herrera, de la VI Región de Salud de Lima': (Datos proporcionados por Grover Mori). Sin embargo, el proyecto no rindió a la postre.los resultados anhelados. "Desde el comienzo -informó la Comisión Británica (1997) - el rol de rehabilitación y el más amplio de educación comunitaria parecen no haberse complementado con comodidad. El trabajo de rehabilitación ha sido efectivo e imaginativo en el uso de técnicas simples de re-educación social. Por otro lado el objetivo comunitario lo ha sido menos porque quizá se basó en algunas premisas no comprobadas. Por ejemplo,la idea de que la prevención primaria de las psicosis puede ser conseguida por medio de un cambio social antropológico es algo ingenua ya que no hay evidencias de que un cambio social modifica la prevalencia de las enfermedades mentales mayores': Por su parte, Mariátegui (1988) opina lo siguiente: "Cuando se revisa los documentos que antecedieron la apertura de Barranca, su cuidadosa planeación y
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las promisorias perspectivas que significaba disponer de un centro agro-industrial con ayuda de países amigos y con miras a su autofinanciamiento, el observador genuinamente comprometido con la realidad no podrá sino lamentar la enorme distancia entre las normas y principios que le dieron nacimiento y su penosa situación actual. Sólo durante un tiempo breve se hizo la selección de pacientes con criterio técnico y se dio cierto desarrollo al Proyecto, además de las aisladas ampliaciones que la improvisación aconseja cuando se pretende, mediante iniciativas personales, obtener dividendo político en una sociedad como la nuestra, en que la población urbana generalmente reacciona con rechazo, hostilidad y hasta franca aversión hacia sus enfermos mentales, principalmente a los evadidos de los hospitales especializados y cuya erranza cotidiana aprecia la comunidad en casi todos los lugares públicos, en patética demostración de su exclusión total del organismo social, sin el reconocimiento mínimo de la condición humana': Posteriormente, el mismo Mariátegui (1989b) hacía alusión al "medio centenar de pacientes, casi abandonados o pobremente asistidos, en situación lesiva a la condición humana. Sólo unos pocos realizan trabajos agrícolas en lugares aledaños. La mayoría deambula sin programa terapéutico ni jornada estructurada, con pobre o nula supervisión del tratamiento farmacológico': Hacia el año 2000, el Centro de Rehabilitación de Barranca fue definitivamente clausurado.
La idea de crear un instituto especializado de salud mental en el Perú tiene su referente más antiguo en el Proyecto sobre Asistencia de Alienados y Toxicómanos, presentado por Baltazar Caravedo Prado en 1927, en el cual se menciona "la necesidad, que conceptuamos inaplazable, de fundar el Instituto Nacional de Psiquiatría, organismo técnico de consulta de altos estudios en materia de psiquiatría e higiene mental, y que permitiría a los psiquiatras peruanos ..... dedícarse.cde.preferencía, a investigaciones relacionadas con nuestros.problemas en este vasto campo': En 1935 una comisión conformada por Baltazar Caravedo Prado, Honorio Delgado, Ernesto Lizárraga Fischer y José Max Arnillas planteó ante la Sección Psiquiátrica de la Conferencia Médica Nacional, organizada por la Asociación Médica Peruana, "la fundación del Instituto de Psiquiatría en la Facultad de Ciencias Médicas, encargado del aspecto psicológico de la cultura profesional desde la etapa de los estudios pre-clínicos': En su Proyecto de Ley de Higiene Mental de 1944, Caravedo propuso nuevamente que "el Ejecutivo creará el Instituto Nacional de Psiquiatría que será el organismo técnico del Consejo Nacional de Higiene Mental y funcionará como Hospital Psiquiátrico en la ciudad de Lima". En 1949 Honorio Delgado consideró una vez más como "indispensable la creación, en la Ciudad de Lima, de un Instituto
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de Neuro-Psiquíatría e Higiene Mental, dedicado al diagnóstico, tratamiento y profilaxis de los desórdenes nerviosos y mentales, con amplios servicios externos y pequeñas secciones de hospitalización': (Mariátegui, 1988). La oportunidad llegó recién en 1978, a propósito de los preparativos por el octogésimo aniversario de la primera migración japonesa al Perú, cuando el Gobierno de Japón otorgó una donación destinada a la construcción de un Hospital Psiquiátrico -al que se denominó "San Juan Bosco" por petición expresa de la esposa del entonces Presidente Francisco Morales Bermúdez-, proyecto que fue cambiado en 1980 por el de un Centro de Salud Mental Comunitario, que conservaría el mismo epónimo y sería erigido en los terrenos aledaños al Hospital General Base Cayetano Heredia. En julio de 1981 el centro cambió de nombre por el de Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi",que aún mantiene, oficialmente inaugurado en junio de 1982, con Javier Mariátegui Chiappe como su primer director. En su balance del primer quinquenio, Mariátegui (1988) refiere que la ''Primera prioridad en la asistencia de los enfermos psiquiátricos es beneficiarlos con los avances de la terapéutica y con las modalidades innovativas que la estructura societal de la realidad nacional permita desarrollar, tanto para simplificar los procedimientos cuanto y principalmente para mantener activos los estímulos de la comunidad, haciéndola desde luego agente eficaz de cambios y red social receptora de los pacientes recuperados con sintomatología atenuada compatible con la vida familiar". En 1985 el Ministerio de Salud determinó la sectorización de la atención de salud mental en Lima y Callao (Resolución Ministerial N° 193-85-SA/DVM), correspondiéndole los distritos del cono sur al Hospital "Víctor Larca Herrera': los del cono este al Hospital "Hermilio Valdizán'' y los del cono norte al Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi" (Resolución Ministerial Nº 193-85-SA/DVM). Tres establecimientos del Estado velarían a partir de entonces por la salud mental de los ciudadanos, además de los servicios de psiquiatría del Seguro Social, de las Fuerzas Armadas y Policiales, y de las clínicasparticulares. Sin embargo, la asistencia de las personas con padecimientos mentales estaba aún lejos de aproximarse al ideal.
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Hospital Hermillo Valdizán (http:/ /www.hhv.gob.pe).
Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi".
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Derechos humanos y salud mental En el siglo xxr el tema de los derechos humanos cobró mayor relevancia, y el mundo de la salud mental no le fue ajeno. Entre octubre de 2002 y febrero de 2003, la Asociación Mental Disability Rights International (MDRI) y la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) (2004) llevaron a cabo una investigación en nuestro país. Las conclusiones de su informe final fueron bastante críticas: "Los investigadores de MDRI y APRODEH documentaron flagrantes abusos contra las personas con discapacidades mentales en Ias ínstítucíones psiquiátricas peruanas, los cuales incluían condiciones inhumanas y degradantes tales como: el uso impropio de la reclusión, el uso peligroso de la terapia electro convulsiva no modificada; el incumplimiento del consentimiento informado, y el encierro en pabellones desoladores y yermos donde la gente era mantenida en total inactividad durante años. ( ... ) (En el Hospital "Víctor Larca Herrera''): "En el pabellón masculino de pacientes crónicos que visitamos, las condiciones de vida eran desoladoras. Los baños estaban sucios y el estricto régimen de actividades no permitía, a los pacientes, el desarrollo de los más mínimos niveles de autonomía. ( ... ) Contraviniendo el artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos, los cuales garantizan el Derecho a la Integridad Personal, los baños de este pabellón eran inmundos y el hedor de los desagües abiertos impregnaba el aire. Había excrementos y orines sobre los pisos, baños y pozos ciegos -unas casetas con agujeros en el piso. Infringiendo el Derecho a la Privacidad, amparada bajo el artículo 11 de la Convención Americana y el Ber Principio de Salud Mental, los baños no tenían puertas o ningún otro mecanismo que asegurara la privacidad. _ Las.duchas comunes tampoco poseían puertasni ningún otro medio para asegurar la privacidad de los internos. De igual manera, los cuartos del pabellón no ofrecían el más mínimo nivel de privacidad. La mayoría de ellos eran amplios, desoladores y baldíos. Comprendían tan sólo dos largas hileras de camas con veintidós o veinticinco camas por cuarto. No había más muebles o lugar alguno donde se pudiesen guardar las pertenencias personales. ( ... ) · En el pabellón para personas con retardo mental del Larco Herrera, los investigadores de MDRI y APRODEH fueron testigos de una situación de negligencia generalizada, así como de la ausencia de un programa de habilitación. ( ... ) En el patio de concreto del pabellón cinco individuos, echados sobre sus espaldas, rodaban de un lado a otro, uno de ellos desnudo de la cintura hacia abajo. Otro individuo yacía en medio de un charco en el corredor del edificio
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Santiago Stucchi Portocarrero central; otros tres yacían enrollados en posición fetal sobre el jardín; dos más estaban sentados, balanceándose contra la pared en unas sillas de ruedas, con los pantalones empapados. La vestimenta de los pacientes en este pabellón también estaba por debajo de los estándares. Los investigadores observaron a los pacientes con la ropa podrida cayéndose de sus cuerpos, los pantalones hechos jirones, y las camisas con grandes agujeros en las mangas.( ... ) (En el Hospital "Hermilio Valdizán"): "Las instalaciones presentaban una apariencia limpia aunque la mayoría de los pacientes parecían haber sucumbido a la extendida inactividad del hospital y deambulaban carentes de propósito alrededor de las instalaciones o se encontraban sentados sobre las bancas. ( ... ) Durante un encuentro con la Asociación Peruana de Psiquiatría (sic) en octubre de 2002, un psiquiatra reportó que "el 40% de los pacientes del Hospital Valdízán han sido 'abandonados' por sus familias y que 'no necesitan estar hospitalizados"; ( ... ) "El Instituto (Nacional de Salud Mental 'Honorio Delgado-Hideyo) Noguchi, a diferencia del Larca Herrera y del Valdizán, se encontraba limpio y bien dotado de personal, con un notable programa de terapia ocupacional. Uno de los triunfos de este programa consistía en integrar a los pacientes internados con los que eran tratados ambulatoriamente, permitiendo que los que se encontraban recibiendo un tratamiento dentro del hospital interactúen y socialicen con sus pares que viven en la comunidad. ( ... ) Los investigadores documentaron un uso inadecuado de los cuartos de reclusión en el Instituto Noguchi. ( ... )Un psiquiatra en el pabellón de los pacientes agudos del Noguchi informó a los investigadores que los pacientes pasan un promedio de una semana recluidos por haber tenido un comportamiento agresivo.( ... ) Los investigadores también documentaron el uso impropio de la terapia electroconvulsiva (TEC) como substituto a la medicación cuando se juzgaba que las medicinas eran demasiado costosas. El psiquiatra encargado en el Instituto Noguchi informó a los investigadores que la TEC no modificada -sin anestesia ni relajantes musculares- era sustituida por medicamentos dos o tres veces por semana. De acuerdo al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes (CPT), la aplicación de la TEC sin anestesia ni relajantes musculares no es más una práctica aceptada por la psiquiatría moderna':
En 2004 la Defensoría del Pueblo (2005) supervisó seis establecimientos de salud mental del Ministerio de Salud (en Lima, Arequipa, Tacna y Loreto) y dos de EsSalud (en Lima y Paseo); del informe final cabe citar las siguientes conclusiones:
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Loquerías, manicomiosy hospitales psiquiátricos de Lima "21. Tres de los seis hospitales supervisados del MINSA (Hospital Víctor Larco Herrera, Hospital Hipólito Unanue y CREMI) tienen instalaciones bastante deficientes. En estos establecimientos las condiciones de higiene, principalmente en algunos baños y habitaciones, son pésimas. En el Hospital Hipólito Unanue muchas de las edificaciones del local del servicio de psiquiatría están deterioradas y a punto de colapsar. El pabellón 6 del Hospital Víctor Larca Herrera se encuentra en riesgo de derrumbe. 22. Los/las pacientes en abandono son los/las que afrontan peores condiciones de vida. Los útiles de higiene personal, la vestimenta y el calzado que dichos/as pacientes usan son obtenidos en base a donaciones; y por lo general, se encuentran bastante deteriorados. En el Hospital Víctor Larco Herrera y en el CREMI la ropa es de uso comunitario y se encuentra en mal estado. 23. En el Hospital Valdizán, Hospital Rebagliati e Instituto Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, se observó la adopción de medidas que podrían constituir un trato discriminatorio contra los/las pacientes portadores/as de VIH. Estos/as pacientes son con frecuencia puestos/as bajo medidas de bioseguridad extremas, como son el aislamiento permanente, la ropa que éstos/as usan es incinerada o recogida en bolsas para material contaminante; y no se mantiene la reserva del diagnóstico. ( ... ) 32. En ningún hospital supervisado se aplica la ECT con anestesiólogos y con relajantes musculares. Además, sólo dos de los seis hospitales donde se aplica dicha terapia (Instituto Honorio Delgado-Hideyo Noguchi y Hospital Valdizán) tienen equipos modernos, que permiten controlar la intensidad y tiempo de las descargas, y los efectos electroencefalográficos. ( ... ) 34. Los procedimientos de contención mecánica (sujeción y aislamiento) tienen una función esencialmente terapéutica. Sin embargo, en tres de los ocho establecimientos supervisados (Instituto Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, Hospital Víctor Larca Herrera y CREMI) se encontraron casos en que dichas medidas fueron empleadas como forma de castigo, por una trasgresión. En estos casos la aplicación de las medidas de contención fueron adoptadas por personal de enfermería y personal auxiliar. En el pabellón 5 del Hospital Víctor Larco Herrera se detectó un caso de aislamiento producido sin el conocimiento del médico y en una habitación que no cumple con condiciones mínimas de seguridad.( ... ) 37. La Defensoría del Pueblo constató afectaciones al derecho a la integridad de pacientes del CREMI. Los pacientes P.S.H. y T.T.G. fueron encontrados con laceraciones, edemas y cianosis distal en los miembros superiores, debido a la fuerza y duración de la sujeción física de la que fueron objeto. En peores condiciones se encontró a los pacientes E.E.CH., R.U.M. y S.J.P., quienes estaban recluidos en celdas de aislamiento desde hacía dos años y podían salir únicamente para bañarse. Estas condiciones constituyen tratos inhumanos y degradantes. Dichas celdas son
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habitaciones sumamente pequeñas, con puertas de metal, con poca ventilación y con poca iluminación. En cada una de las celdas había un pequeño silo para que los pacientes hagan sus necesidades fisiológicas. En ese mismo ambiente los pacientes debían alimentarse y dormir. Posteriormente, la Defensoría del Pueblo fue informada que los pacientes R.U.M.y S.J.P. fallecieron': Si a tales descripciones agregamos las fotos que ilustran las últimas páginas del informe en mención, el recuerdo de las loquerías de antaño nos será penosamente ineludible. Una nueva supervisión de la Defensoría del Pueblo (2009),Ilevadaa cabo entre el 2007 y el 2008 en 19 establecimientos del Ministerio de Salud de 15 regiones del Perú, encontró lo siguiente: "l. La condición de postergación que tiene la salud mental en las políticas
públicas y enla agenda nacional, así como las precarias condiciones en que se brinda el tratamiento y la atención a las personas con trastornos mentales, constituyen una afectación del derecho a la salud de la población y un incumplimiento por parte del Estado peruano de sus obligaciones internacionales en esta materia.( ... ) 59. ( ... ) Asimismo, esta institución ha podido determinar que sólo el Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, el Hospital Hermilio Valdizán y el Hospital Víctor Larco Herrera estaban aplicando la terapia electroconvulsiva con anestesia y relajante muscular. ( ... ) 61. La Defensoría del Pueblo ha identificado el empleo de medidas de contención mecánica bajo, criterios ajenos al terapéutico como, por ejemplo, para sancionar una conducta que pudiese resultar molesta o inadecuada para el personal de salud. No obstante, se debe resaltar que durante la presente supervisión no se han encontrado medidas de contención mecánica que constituyan un trato degradante e inhumano para los pacientes. 62. La Defensoría del Pueblo ha podido constatar mejoras sustanciales en la infraestructura del Hospital Larco Herrera y del Hospital Hermilio Valdizán.~ Por el contrario, las instalaciones del Hospital Hipólito Unanue y del CREMI no presentaron mejoras, manteniéndose en una situación crítica. Asimismo, el Hospital Domingo Olavegoyarequiere la refacción de algunos de sus pabellones.( ... ) 65. Las condiciones de vida de los pacientes en situación de abandono del CREMI aún se encuentran lejos de estar acordes con el derecho a un trato digno. Si bien se ha procedido a la clausura de las celdas de los pacientes de alta peligrosidad, las camas y los colchones del establecimiento se encuentran en mal estado y se percibe un fuerte hedor por todos los ambientes. Asimismo, el CREMI muestra un alto grado de hacinamiento.
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66. En el caso del Hospital Hipólito Unanue, la Defensoría del Pueblo pudo constatar que las condiciones de vida de los pacientes en situación de abandono habían empeorado. Sin embargo, a partir de la demanda de amparo interpuesta y el traslado de los pacientes a la sede central del nosocomio, las condiciones de internamiento habrían mejorado. 67. En el Hospital tarco Herrera, la Defensoría del Pueblo pudo constatar mejoras en las condiciones de los pacientes institucionalizados a partir de la emisión del Informe N° 102. La ropa de los pacientes ahora es personalizada y se guarda en roperos individuales asignados a cada uno. Asimismo, las condiciones de higiene de los ambientes y de los propios pacientes son adecuadas".
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Anexo 1 El Manicomio de Lima Manuel Muñiz, 188416•
AL DR.
JOSÉ
c. ULLOA
El manicomiono es producto directo de la locura, sino el hijo predilecto, nacido en parto tardío, de la civilización moderna. GINt y PARTAGAS
La Frenopatía es una ciencia moderna, con límites bien definidos, con principios ciertos, con problemas é incógnitas por resolver. Suimportancia es innegable.Ysin embargo, entre nosotros,su estudio está muy descuidado. Por esto, una pluma principiante, bajo la éjida del maestro, inicia hoy un trabajo de actualidad, dando á la luz pública estas apuntaciones, útiles sin duda, para los que se dedican á explorar el fructuoso é intrincado laberinto de la Patología mental. Pretendemos estudiar el manicomio de Lima. El campo es vasto y el programa estense. - Altratar de-la Enagenacion mental, resalta.la necesidad de un sistema, de una filosofía,por base. El hombre en una casa de locos, dice Esquirol, se muestra en toda su desnudez; ni disimula su pensamiento, ni oculta sus defectos, ni da á sus pasiones el encanto que seduce, ni sus vicios la apariencia que engaña. Al contemplar este cuadro tan maestramente retratado, el pensador desmenuzando la miseria humana, pierde, muchas veces, la última ilusión que ha acariciado. Si, estamos seguros, no hay lecciones mas profundas de filosofía, que las suministradas por el estudio de las diferentes formas de locura. Fenómenos cerebrales síquicos raros, estraños, aberraciones morales, á
16 Publicado en sucesivos números de La Crónica Médica (Muñiz, 1885-1886).
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima que suministran preciosa luz para comprender los actos, materiales, que se han llamado facultades del espíritu. Impone al ánimo mas despreocupado el exámen frío y minucioso de un loco. Seres robustos, llenos de vida, de salud, yacen en las tinieblas mas horrendas, gimiendo victimas de la fatalidad de su organizacion. Viven siguiendo el camino que le trazan sus pasiones sin freno ó los errados conceptos que les sujiere su desordenado cerebro. El medio, las costumbres, la civilizacion, influyen enormemente en la vida del individuo, en la vida social. Ya para resolver este problema no ocurre la ciencia á la filosofía especulativa: no, los sabios se conforman con el espíritu y tendencias de la época, y de esas luchas renace el hombre, por decirlo así, como ser individual y como miembro de la sociedad: se reconstituye y ocupa el lugar que le pertenece entre lo que existe.
Hoy que la frenopatía establece su código y que se considera la locura, en sus diferentes formas, como una enfermedad, curable muchas veces, no debemos incurrir en las opiniones antiguas, cuando, como dice Maudsley, de todo lo que se refería á la naturaleza de las afecciones mentales y á su tratamiento, la humanidad no ha recibido de la teología y de la metafísica el menor beneficio, debiéndoles muchos errores é infinitos sufrimientos. á
La observación es la base del progreso y adelanto científico. El estudio del estado intelectual y moral de los locos, comprobando atrevidas inducciones, ha dado y dará cierto sello de positivismo y exactitud que caracteriza la Sicología fisiolójica y que falta en la caduca filosofía secular. La sicología trascendental no puede ilustrar las cuestiones de locura: está muy lejos de la realidad. á
En 1854 un profesor de la Escuela de medicina, dirijiendo una exposicion la Sociedad de Beneficencia, describió el estado de los locos, en San Andres y Santa Ana, y llamó la atencion pública sobre lastimosas escenas que, desgraciadamente, se consentían aún en Lima. á
Posteriormente, en 1857,el actual médico en jefe del manicomio, insistiendo en la necesidad de satisfacer el vacio apuntado, provocaba la construccion del actual, en el local que hoy existe, conocida entonces como Quinta de Cortés, que "ocupa un manzana, posee vastos salones, un estanque, una capilla, una espaciosa huerta,'&., en el que con pequeñas alteraciones podían establecerse los dos grandes departamentos de una casa de locos." Este local antiguamente servía de quinta de convalecencia ó de retiro de los padres Jesuitas. La Sociedad de Beneficencia, sometió el proyecto al estudio de la Sociedad médica de Lima, la que por órgano de una comision demostró la utilidad y necesidad de la obra y la bondad de la localidad elejida.
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Para comprender el deplorable estado de las loquerias, bastará trascribir los siguientes párrafos de un artículo del Dr. José C. Ulloa, publicado en el número 74 de la antigua Gaceta médica (Octubre de 1859). "Es imposible, dice, atravesar el dintel de lo que se llama loquerias sin huir la vista de escena tan desoladora. La loquería de Santa Ana nos presenta, desde luego, un patio húmedo ó cubierto de lodo, donde se ven aquí 6 allá montones de piedras, y en donde yacen sentadas, echadas 6 en cuclillas, las desgraciadas locas que, cubiertas de harapos y con la expresion particular que da á sus semblantes su mal, se nos presentan como las brujas de Macbeth. Esa es su residencia en el dia y es allí donde reciben la insolacion en los calores del verano y la humedad en las lluvias del invierno. En la noche, tres estrechos salones, sin pavimento,reciben sobre tarimas, en un colchen las unas, las otras sin él, á aquellas infortunadas;...no se comprende de una parte como no sea espantosa la mortalidad de este Establecimiento;y de otra, como todos los dias no ocurran graves accidentes entre locas exaltadas que tienen la libertad de maltratarse á su placer, y á su disposicion medios con que matarse." "La loqueria de hombres, sita en el Hospital de San Andres, agrega, sin estar en tan deplorables condiciones, deja sin embargo mucho que desear porque los infelices amentes muden cuanto antes de alojamiento." La Sociedad de Beneficencia era impotente para concluir las refacciones del local y útiles. El Supremo Gobierno, interpretando los deseos de la opinion, proveyó á aquella de los recursos que se necesitaban.Y el 16 de Diciembre de 1859tuvo lugar la apertura solemne del manicomio de Lima,construido en la quinta ya citada, conforme á los planos trazados por el arquitecto Cluzeau. El costo del nuevo establecímiento, era el siguiente: Valor del local é intereses. $ 27,5975 Importe de las construcciones " 82,7 43 Ya Muebles traidos de Europa " 3,358 6 Ya $ 113,6994 El Asilo se abrió con una poblacion de 153 enfermos, de los que 78 eran hombres y~75mugares. Lo que era de preveerse sucedió. Las mejoras hechas eran insuficientes para adaptará su nuevo destino un local dedicado á muy diversos fines. Las imperfecciones de su disposicion interior, se hicieron notar desde el primer momento. Y, á los cinco meses de su inauguracion, en el año de 1860,el Dr. José C. Ulloa,decia en un oficio:"La division de la poblacion de cada departamento, cuyo objeto es separar ó mantener en absoluta incomunicacionlas diferentes categorías de pacientes, cuyo mútuo contacto perjudica tanto su curacion, no hapodido por desgracia efectuarse con todo rigor, por cuanto no existiendo
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima cuarteles aislados con sus respectivos patios, en donde confinar á cada clase de enfermos, esta conñnacíon ha tenido que limitarse á los dormitorios. De aquí resulta que si bien no han podido obtenerse todas las ventajas que se reportan de la absoluta íncomunicacíon de los diversos cuarteles de insanos, se han obtenido al menos algunas de ellas, tales corno el órden y la disciplina de los dormitorios durante la noche ... Este estado de cosas seria pues un tanto mas satisfactorio si durante el dia se pudiera incomunicar al menos dos categorias de enfermos, cuyo tratamiento racional exije corno condicion precisa su absoluta interdicción: quiero hablar de los convalescientes y de los ajitados, ... Las celdas para furiosos, vecinas á los dormitorios ó á los patios de la lavandería y baño, son poderosas causas de perturbacion, haciendo ineficaz toda su ventajosa influencia... Falta una sala apropiada de baños ... Faltan medios de contencion tan necesarios para el mantenimiento de la disciplina y del tratamiento ... Es de urgencia el establecimiento de un taller de obras manuables, en ambos departamentos ... El servicio médico y administrativo de nuestro asilo, exige tarnbien algunas modificaciones ... " Hace pues 25 años que el actual manicomio era insuficiente para su objeto! Sin embargo, su fundacion fué un progreso, una obra de humanidad. Así como hoy, su estacionarisrno es quizá hasta un crímen, una falta. En el mismo año, decia el médico en jefe: "A pesar de todos los inconvenientes, entre los cuales están en primera linea los vicios de construccion de este asilo, su marcha no puede ser mas próspera. Casi no hay un enajenado que desde su traslación á este establecimiento no se haya mejorado en su estado mental ó físico. Los agitados constantemente han entrado en calma permanente los unos y en intervalos de tranquilidad los otros. En los epilépticos los ataques se han hecho mas raros, á tal punto que, en los quince primeros dias, los pacientes de este tristísimo mal no sufrieron ataque alguno, cuando antes los experimentaban diariamente." Guislain en sus magistrales y elocuentísimas lecciones de frenopatía, caracterizaba perfectamente una casa de insanos. Creía él, que debía ser, á la vez, hospital para el tratamiento de los enagenados, refugio para los enagenados incurables, casa de educacion moral y física, escuela primaria artística y científica, establecimiento industrial y agrícola, y por último, lugar de aislamiento, preservacion y seguridad. Se puede decir, sin exagerar, que el manicomio de Lima, ni en su principio ni aún con sus mejoras posteriores, satisface las múltiples exigencias científicas. Y hasta duro es decirlo no merece el nombre de hospital de insanos. La verdad debe decirse entera. En la memoria que el médico en jefe elevó en 1883, y publicada en los números 6 y 7 de este periódico, encontrarnos los siguientes párrafos. "No construido especialmente para su objeto, sino apropiado á él únicamente la casa quinta que le sirvió de base, ni por su situacion, ni por sus demas accidentes, ofrecia todas las condiciones adecuadas para un hospicio de insanos ... quedó mucho por desear á la ciencia, lo que una dolorosa experiencia ha venido
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Santiago Stucchi Portocarrero á confirmar," Cita enseguida los peligros de su situacion en la proximidad de tantas casas huertas, y su irunediacion á extramuros, lugares por donde corren acequias numerosas, causa de constantes aniegos y focos de miasmas palúdicos. Señala la defectuosa distribucion del local y concluye diciendo, "sino convendría mejor la construccion de otro manicomio, en un local mas conveniente, construido conforme á las prescripciones de la ciencia en su estado actual." El local no es ni siquiera apropiado para casa de reclusion. Fáltale mucho para eso. Fundar un manicomio es una obra muy difícil, muy laboriosa, muy delicada. Y todas estas circunstancias le faltaron al de Lima en su fundacion. Quizá hubo demasiado talento para convertir un convento en una casa de locos. El adjunto plano nos exime la descripcion detallada. Como se vé el local actual, inseguro, oprime la libertad individual, no proporciona sus pobladores distraccion alguna agradable y está en contradiccion con las reglas mas triviales de la higiene. á
Dividir en ambos sexos, los enajenados curables de las incurables, los indigentes de los pensionistas, los sucios de los aseados, los furiosos de los tranquilos, los ociosos de los trabajadores, los atacados de enfermedades contagiosas ó no de los sanos, es imposible en un local que no tiene sino dos grandes departamentos. No se puede asi evitar la constante accion de unos sobre otros, viéndose, conociéndose, todos, en el mismo sitio, en la misma actitud, en cada instante. Esto es no solo inhumano sino repugnante. Cada seccion, cuatro por lo menos para cada sexo, debe tener salas de reunion, de trabajo, de estudio y distraccion (lectura, música, etc. ,) de dormir, de enfermería, separadas por anchos y ventilados corredores, y todas ellas bien ventiladas, alumbradas y limpias. No hay celdas de reclusion sino calabozos. Falta una seccion del Establecimiento, dedicada al estudio prelímínarráIa observacion primera de los enfermos que ingresan. El cuerpo facultativo, el administrativo, los sirvientes, carecen de locales ó habitaciones especiales para las variadas aplicaciones, diversos usos, que sus obligaciones respectivas les imponen. Faltan departamentos pensionistas.
de
diversas
categorías
para
los
enfermos
Tenemos á la vista la descripcion de los manicomios de España, de casi toda la Europa, de la misma América meridional. Y, por desgracia, aunque esto subleve el fátuo amor propio de algunos, muy pocos, contándoles en nuestra madre patria y en algunas naciones hermanas de la América latina, encontramos semejantes al nuestro.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima En Europa la existencia de los grandes manicomios centrales, de los particulares, de los provinciales sostenidos por las corporaciones comunales, aumentando la oferta, mejorando el servicio, sostienen provechosa competencia. En el Perú, el que existe, ni tiene competidores cercanos y es el único para una estensísima porcion de territorio. Hoy por hoy, el manicomio particular quizá no sería conveniente ni de práctica ejecucion. Pero si es indispensable, y á eso deben tender las sociedades de Beneficencia departamentales, el establecimiento á prorrata de manicomios en el Norte y Sur de la República, ó cuando menos subvencionar el de Lima para facilitar la reforma completa de su insuficiente local. Tarnbien se puede, y esto es mas hacedero, convertir el actual manicomio de ambos sexos en de un solo sexo, estableciendo el otro en un local apropiado, .hasta que se verifique la construccion del que - exigen imperiosamente las necesidades del país. O se tiene un buen manicomio ó no se dá tal nombre, á un edificio, á un local que no lo merece. Ser ó no ser. Creernos que nunca se debe llenar el expediente; y nuestro Establecimiento para asistir los insanos, ni por su construccion, ni por su distribucion, tiene las condiciones que requieren los asilos, en los que la ciencia y la humanidad cuidan y atienden á los desgraciados cuyo cerebro no está sano. La existencia de una casa de locos, implantada en un local apropiado, es una seguridad social, de la que no se puede prescindir en esta época.
Si nuestro manicomio no está instalado en un local conveniente, tampoco tiene el material imprescindible en un hospital de este género. Entre nosotros se ha comprendido perfectamente que los medios violentos de represion, en el enagenado, solo exacerban su delirio y aumentan su furor. Corno muy bien lo ha dicho un notable profesor espa.ñol,la alienacion es una violenta tempestad del cerebro y los vientos no amainan tempestades. De acuerdo con el régimen seguido en los mejores manicomios del mundo se ha adoptado, con feliz éxito, un sistema misto de represion, que no maltrate, no hiera el amor propio é impida dañar á los otros y á uno mismo: es casi el sistema de la no sujecion, como lo permiten las condiciones del local. El mobiliario del hospicio si bien en lo referente á los locos tranquilos, no necesita reforma apremiante, si la requiere y urgente en los útiles de uso para los furiosos y los sucios. Sin embargo la ropería está bien provista: hay suficiente ropa de cama, faltando si la ropa interior, y debiendo en verano hacerse quincenal el cambio de sábanas y no mensual.
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Santiago Stucchi Portocarrero En este año 1884 se ha hecho notar la falta de ropa de uso, para los insanos de ambos sexos. En una palabra, con un gasto insignificante se proveerian esas necesidades. No hay una sola celda acolchada, con pisos apropiados, por lo que no es raro encontrar entre los epilépticos y en los furiosos, gravísimas lesiones externas. No existe ni una sonda para la alimentacion forzada, debiendo haber un surtido de ellas. Anomalía vergonzosa que no debe permanecer por mas tiempo sin su inmediata satisfaccion. El arsenal quirúrgico es muy pobre, insignificante. Los· variados é ingeniosos medios de contencion, de que dispone la moderna patología mental, faltan completamente. Solo se tiene camisas de fueraeypequeños-anñlosde fierro unidos, que secolocanen la muñeca y_en el pié, para evitar accidentes en los afectados de locura impulsiva furiosa. Las jaulas ó catres cerrados son de madera, muy pesadas, malsanas, antihigiénicas. La masturbacion, plaga de los asilos de reclusion, merece fijar la atencion de la Beneficencia, dotando al hospicio de los medios mecánicos modernos, usados con espléndido éxito en todos los paises civilizados, y que evitan y combaten con ventaja, los perniciosos efectos del vicio solitario. Debe tambien encargarse (cinturones, trabas, pantalones de Perigot, guantaletes, cuellos, urinarios de suspencion, etc.,) aparatos cómodos, de utilidad innegable, de poco, costo y cuya falta es insanable. Las enfermerías, tan cercanas los dormitorios, las mismas salas de dormir, deben dotarse de aparatos de desinfeccion. á
La botica necesita una seria reforma. Si aparentemente satisface las necesidades y exigencias de la actualidad, depende del régimen· usado hasta hoy. Reformado radicalmente él, como lo será, no se encuentran en ella multitud de preciosos agentes medicamentosos, da.ínestímables ... alcaloides, dé los específicos y especialidades mas reputadas, que solo se dan á los insanos, en el caso de que las traigan las familias, lo que no es justo, porque el pobre y el rico tierien derecho á gozar de sus benéficas propiedades: al uno por humanidad y al segundo por obligacion. Carece el manicomio, como lo hemos dicho antes, de sus respectivas dependencias hidrológicas, dotadas de todos los adelantos modernos. Asi mismo, y esta necesidad es de carácter urgente, se hace sentir la falta absoluta de un gabinete eléctrico. Una pequeña biblioteca médica, un periódico ó revista especialista, unos cuantos aparatos metereológicos, un gabinete para experiencias sobre la sugestion hipnótica, no ensayada hasta hoy, son vacíos que se dejan sentir.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Y no se diga que son sueños de difícil realízacion, satisfacer las necesidades apuntadas. Hay un medio muy expedito para llenarlas: aplicar las pensiones de los insanos de paga al fomento del establecimiento, siendo á cargo de la caja de Beneficencia, el presupuesto ordinario mensual.
Un médico en jefe, un auxiliar (no rentado) y un practicante interno, constituyeron el personal médico del establecimiento, ayudados por una hija de San Vicente de Paul, encargada de la botica. Tambien aquí encontramos
observaciones que hacer.
En la ya citada memoria del médico en jefe, encontramos párrafos:
los siguientes
"Hay, sin embargo, este respecto, una necesidad mas radical y destinada á llenar el mayor de los vacios que ofrece el réjimen actual del Manicomio. Este vacío consiste en la falta de un Director, cuyas funciones en los establecimientos de este género, separadas ántes de las del médico en jefe, hoy se ha convenido en la necesidad de reunirlas, por las graves razones que paso á exponer." á
"He dicho ya que, en un asilo de enajenados, desde el local, todo debe estar destinado á concurrir á la curacion de esos infortunados. Con mucha mas razon debe proponerse el mismo fin, cuando atañe ó concierne al servicio de todos sus ramos, de un establecimiento de este género. Todo cuanto hay en él, así el personal como el material, debe estar dispuesto y dirijido con ese gran fin, que es el principal de la instruccion. Ahora bien ¿quién sino el médico, es el único competente para dar esa direccion conforme á los preceptos de la ciencia, que le es propia, al estudio y observacion de los insanos en general y de cada uno de ellos en particular? ¿Quién sino el médico puede ser el mejor juez de las aptitudes del personal del servicio, del mejor modo de ejecutar éste, de la mas conveniente organizacion de la disciplina, de la mejor distribucion de los alimentos y medicamentos; en una palabra, de cuanto hace relacion al funcionamiento ó ejercicio de la lnstitucion?" ''¿Se trata del personal del servicio? El médico solo debe escojerlo, porque él solo sabe las aptitudes que necesita exijir de ese personal, el concurso que está llamado á prestarle ó que tiene que exijir de él, y la forma en que debe tener efecto ese concurso, bajo su sola autoridad." "El tratamiento moral, mas eficaz que el mismo tratamiento depende de esto exclusivamente."
médico,
"¿Se trata del material del servicio? Es tambien el médico quien debe organizarlo, prepararlo y disponerlo, porque· ese material constituye sus elementos ó medios de accion, que él solo está llamado á disponer ó aplicar, segun las necesidades del servicio en general y el particular de los enajenados. Un asilo de insanos; 6 mejor dicho su servicio, ha dicho un célebre alienista, es como una red de la que rodea el médico á sus enfermos, para coordinar sus
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Santiago Stucchi Portocarrero movimientos, regular sus pensamientos, moderar sus sentimientos y presidir todas su operación."
á
"De estas poderosas razones; en todos los paises civilizados hoy, se ha deducido la necesidad de reunir en la persona del médico en jefe de los asilos de insanos, las funciones de su direccion, y la experiencia ha confirmado las ventajas de esta reunion, en todas partes. Casi no hay en la actualidad en Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, Bélgica, asilo de insanos en que su director no sea el médico en jefe." "Medida es esta, cuya implantacion exije imperiosamente el mejor servicio de nuestro Manicomio, dejando su administracion ó economía, á cargo de las Hermanas de Caridad, bajo de esa Inspeccion, como debe estarlo la Direccion misma." Un médico alienista no se forma en un momento, con solo la lectura de obras especiales, aún suponiendo una cabeza privilegiada. No. A 1a teoria debe unirse la práctica, la educacion alienista por decirlo asi. Debe alentarse el especialismo científico, el único compatible con los modernos adelantos. Debe darse toda la importancia, tener· menos desden, por cargo tan elevado, y se acreditará el puesto que nunca debe ser hijo del favor sino del talento y méritos comprobados. Hay una notable diferencia entre asistir un enfermo de un manicomio y otro de un hospital. No podemos dejar de trascribir las elocuentes palabras de Giné y Partagas. "El alienista, el médico director de un manicomio, es el vir probus medendi peri tus... Conocedor de los mas íntimos secretos de la organización y de los desvíos que ésta sufre por los estados patológicos, ha especializado sus estudios, investigando con paciente afan, las células y las fibrillas tubulares de la complicadísima masa del encefalo; ha inquirido las actividades dinámicas que estan adscritas cada uno de los innumerables grupos y departamentos del cerebro, asi como sus mútuas relaciones; se ha mirado en el espejo de si mismo, en el nítido reverbero de la conciencia, y ha entrevisto fo que podríamos figuradamente llamar mecánica del pensamiento, del sentimiento y de las voliciones; fija su escrutadora mirada en el admirable conjunto de órganos y de movimientos, estudiando las lesiones cadavésicas, ha atesorado la nocion de las causas orgánicas inmediatamente productoras de los trastornos mentales. Por tan científicas vías, ha conseguido conocer que el loco no es mas que un cerebro defectuoso de sangre, ó exedente de este humor ó de calórico ó de fluido nervioso; anomalías que por prudentes maneras de obrar y de medicar, pueden ser corregidas, volviendo las funciones á su estado normal. Sabe, pues, que puede redimir la razon!!... ¡Redimir la razon! es mas, mucho mas, que curar un desórden visceral; mas, mucho mas, que corregir el alterado mecanismo de un miembro ó de una estraña; mas, mucho mas, que atemperar la fiebre, que acallar una neuralgia y que cohibir una hemorragia." á
No se aprecia casi nunca la importancia del puesto de médico en jefe de un
manicomio. Se llega á desconocer la necesidad del médico auxiliar. Doble error.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Ademas cada departamento, de hombres 6 mujeres, debe tener y como antes, un practicante interno, en íntima relacion con los enfermos, estudiándolos y haciendo cumplir las prescripciones de su superior, momento á momento, encargándose á cada uno la estadistica mas minuciosa y la observacion clínica mas delicada, Hay un vacío en nuestros estudios médicos. Se obtiene el título profesional sin tener la mas lejana idea de lo que es un loco, participándose muchas veces de las creencias erróneas del vulgo y de las suposiciones estúpidas de la ignorancia. Hay pues que establecer la clínica frenopática. No solo debe enseñarse todos, sino que debe tenderse á formar especialistas, médicos para los manicomios provinciales que, tarde ó temprano, tienen que establecerse; á
Una leccion clínica semanal los alumnos de los tres últimos años de estudios, daría los nuevos médicos nociones mas ó menos precisas de tan importante clase de enfermedades, cuya frecuencia no es tan rara y las que nuestros prácticos han descuidado completamente, á tal punto que el delirio febril de un alcohólico, atacado de una fiebre tifoidea, ha sido tomado como un delirio agudo maniaco. á
á
Así se hará progresar la ciencia. Se inculcará amor al estudio. Se formará verdadera escuela científica. Con la práctica de la clínica mental se adquieren conocimientos útiles, para apreciar muchos síntomas síquicos de otras enfermedades; se dá sólidas bases á la medicina legal y, por último, se estudia la sicología mórbida que tanto ilustra al filósofo desapasionado é inteligente. Una enfermedad comun se conoce fácilmente: la aprecia cualquiera médico. Una vesania incipiente, es difícil de diagnosticar y solo se hace palpable, cuando ha tomado cuerpo. El médico especialista es llamado combatirla, no al iniciarse, en donde sus servicios ni se sospechan necesarios, sino ya cuando apoderada del individuo, la terrible afeccion, ha pasado hasta entonces desapercibida para los que le rodeaban, y aun para médicos no acostumbrados y educados convenientemente. á
Lanzamos una idea que puede ser provecho, que abre nuevos campos de actividad, para los que, como nosotros, creemos que enseñar es la mas noble ntision que puede tener un hombre en el planeta mundo. Somos decididos partidarios Hospicios.
del servicio laico de los Hospitales y
Hay un error, indisculpable, en suponer que en los citados establecimientos ese servicio no se puede conseguir mejor sino empleando las congregaciones
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Santiago Stucchi Portocarrero
religiosas. Es muy aventurado hacer patrimonio de un grupo de seres la caridad y el amor á los semejantes. Hay mucha ligereza en adornar los que componen esas congregaciones con tantas cualidades preciosas que, la verdad, no son tan comunes entre los que hemos nacido en la época actual. Esas congregaciones tienen las mismas pasiones, los mismos defectos, los mismos vicios, que caracterizan toda agrupacion humana. Las corporaciones religiosas tienen una disciplina, una regla, un modo de vivir,unas tendencias, incompatibles, absolutamente incompatibles, El hábito las hace incrédulas é indiferentes y satisfechas y engreídas hacen de su noble tarea la rutinaria mision de una máquina. No tienen aspiraciones y con muy raras exepcionesjiran en una órbita, gozan de un prestigio y disponen de una autoridad, muy superiores á las que le hubiera asignado el mundo, teniendo presentesu educación, sus creencias y sus fines. La secularizacion de los hospitales en ninguna parte se puede ensayar mejor que en el hospicio de insanos y si la Sociedad de Beneficencia no quiere ejecutoriar su crédito de retrógrada, debe implantar un sistema de organizacion y administracion, sin ellas, mas económico, mas ventajoso, mas humanitario y aceptado en los grandes paises del mundo, á pesar de la resistencia desesperada que hacen los eternos servidores del estacíonarismo. El jefe superior del Establecimiento es un socio de Beneficencia elejido anualmente en junta general. Primer error. Si bien todos los miembros de aquella respetable asociacion, ocupan elevada posicion en la sociedad y son acreedores las· consideraciones de todos, no siempre disponen del tiempo ni pueden consagrar su actividad al desempeño de sus delicadas funciones. á
Ni son completamente responsables ni su accion ejecutiva es inmediata. Ademas sus atribuciones no descienden hasta las minuciosidades del manejo íntimo del establecimiento. _Hay mas. La duracion del cargo de Inspector es de un año: debe ser mayor. Debe dárselas atribuciones mas latas, haciendo mas efectiva su responsabilidad.Y si no se quiere crear el cargo de Director,cuando menos el socio de Beneficenciadebe reasumiresas funcionesy no consentirseenla singular anomalía de que el jefe responsable de la casa sea una hermana de caridad, encargándola de funcionescompletamenteagenas á su estado y á su sexo. La Beneficencia de Lima administra los bienes de los pobres, tan cuantiosos en Lima,para atender la conservacion, adelanto y administracion de las casas de caridad. Es una de las instituciones que ha podido conservarse á
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
dando elocuentes muestras de su vitalidad y del patriotismo de sus miembros, durante la ocupacion enemiga. Tiene la ineludible obligacion de atender al sin número de desgraciados que solicitan asistencia en su afliccion,y sí, juicio imparcial, su situacion económica ha mejorado irunensamente, claro es que debe preocuparse tambien en subsanar los defectos radicales de que adolecen algunos de los establecimientos públicos que ella fomenta, entre los que merece atencion el manicomio. á
Si sobra buena voluntad, á pesar de que creernos que la asistencia pública no debe confiarse á una corporacion particular, pronto se llenaran tantos vacíos. Elreglamento que actualmente rije en el manicomioes malo, es deficiente, es incompleto,es viejo por último. Representa un pasado que debe desaparecer y su reforma inmediata es clamorosa. Ni siquiera tiene el mérito del éxito. ¿Es suficiente la alimentacion que se dá á los enagenados? Creemos que no.Noformulamosuna queja.Pero se dirá que las condiciones económicas de la Beneficenciano son muy desahogadas.Perfectamente. Quizá sin aumento de gasto, podía hacercela variada, mas abundante y de mejor calidad. Sus horas de distribucion son muy inoportunas. Los detalles son inútiles.Vale mas, muchas veces, señalar delicadamente el mal y no herir susceptibilidadesmuy excitables. Incidentalmente nos ocuparemos de la distribucion del tiempo. Es defectuosa. Levántase.el enfermo á las 6. ó 6. 30. h a.m., segun la estacion, y despues de unos pocos momentos, consagrados al aseo personal, ocupaunasiento.en los bancos corridos, fries y duros, de los corredores. En molestosa confusion dá ligeras vueltas hasta las 9. a. m., despues de la visita médica, en que almuerza.Vuelve al estrecho corredor hasta la 1. 30.p. m., en que divididos en dos categorías, de paga y gratuitos, sucesivamente, se bañan en un estrecho estanque. Mal enjugados, se Visteny vuelven á los corredores, la inmovilidad, hasta las 3. p.m., hora en la que comen. Desde este momento hasta las 7. p.m., en el verano y las 6 30 p. rn, en el invierno, que pasan á los dormitorios, no se ocupan de nada. Y esto se realiza todos los dias, todo el año! á
Los enfermos que mas necesitan distraccion, ejercicio,actividad, estan así condenados la monotonía de un régimen, que mas parece de castigo que de tratamiento. á
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Santiago Stucchi Portocarrero En el departamento de mujeres hay mas trabajo, se ejercita mas la actividad individual. La lavandería, el taller de costura, la capilla, brindan á esas desgraciadas momentos de alivio. Ademas del personal médico, el manicomio tiene los siguientes empleados. El departamento de hombres, con una poblacion de 100 á 120 insanos, tiene una hermana de caridad, un bañero, un barbero, un guardian de epilépticos y dos guardianes mas. En el de mujeres, tambien con una poblacion de 100 á 120 insanas, encontramos una hermana de caridad y siete guardianas, muchachas huérfanas casi todas. La despensa y cocina está á cargo de una hermana de caridad, un cocinero y un ayudante de cocina. La lavandería tiene otra hermana de caridad. El servicio religioso está á cargo de un capellan. Hay además un portero y un jardinero. ¿Es posible siquiera suponer que con este diminuto personal empleados, pueda atenderse medianamente bien á los enfermos?
de
I entiéndase que esta falta se ha denunciado hasta la saciedad. Los comentarios sobran. Réstanos ocuparnos del réjimen económico de nuestro manicomio. Sin que esto importe una acusación, lo creemos dañoso para la buena marcha del Establecimiento. Absorbidas todas las funciones administrativas por las hermanas de Caridad, ellas solas, casi sin otra intervención, dan completa inversión al mezquino presupuesto mensual.Y decimos mezquino por que no otro calificativo merece la escasa contribución, que á penas basta para el mal alimento que allí propinan y parael pago de los ridículos sueldos de los modestos y laboriosos empleados del Manicomio. No se trata sino de vejetar: vivir de cualquier modo. Y toda institución y todo establecimiento público que no progresa muere. La cantidad mensual es insuficiente. No hay porque entrar en detalles. La alimentacion no es buena: es muy deficiente. Risibles son los sueldos de los empleados y es algo que subleva el ánimo el haber del cuerpo médico, cuyos servicios son tan importantes. Buenos servidores, aun para el orden disciplinario, no se obtienen sino rentándolos bien. Pero se ha hecho siempre gala, no solo en el Manicomio sino en todos los Hospitales y Establecimientos de Beneficencia, de no valorizar los servicios médicos y creerlos tan mecánicos y fáciles como los de los empleados subalternos.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima No es nuestro objeto pero podriarnos probar que con un poco de consagracion é interes, las rentas de Beneficencia serian suficientes para la próspera marcha de los Establecimientos de Caridad que administra; pero para esto se requeriría la firme resolución de estirpar tantos y tantos abusos, que se toleran y sobre lo que no es nuestra mision insistir, limitándonos á apunar el hecho. En todas partes del mundo todo establecimiento de esta clase tiene un consejo de vijilancia y administracion. ¿Porque no se establece acá? Pueden tolerarse los Hospitales de Lima. Pero ya llenan la medida la casa de Huerfanos y la de locos. La parte mas desgraciada de la humanidad es la que menos cuidado merece! Reasumamos. El Manicomio de Lima,bajo todos sus aspectos, ni satisface ni los principios de la ciencia, ni menos las exijencias de la caridad bien entendida. Construido en un local no apropiado es insuficiente para su objeto y en séria responsabilidad moral y social incurren los que no llevan á cabo ó estudian los variados medios que, en diversas ocasiones y hasta la saciedad, se han propuesto para llenar esas faltas y esos defectos. !
Debe, cuando menos, convertirse el actual manicomio de ambos sexos en de un solo sexo, estableciendo el otro en un local que se puede apropiar para los nuevos fines, vista la completa imposibilidad de construir uno nuevo conforme á las exijencias de la ciencia moderna. Es de inaplazable realización surtir el Manicomio del material imprescindible en un hcspital de este género. Falta todo. Nada existe. Los Baños, la Botica y el Arsenal, etc., deben establecerse porque no merecen este nombre las dependencias que hoy lo llevan. Debe crearse el cargo de médico en jefe del establecimiento, asi como una comision de fomento y vijilancia. Debe intentarse la secularización del Manicomio o cuando menos, hacer que las hermanas de Caridad sean lo que deben ser. Debe dictarse un buen Reglamento interior modificando todos los defectos apuntados. Debe formarse un presupuesto racional de gastos naturales, aumentando los haberes de los empleados, mejorando la alimentación, etc. Debe autorizarse al médico en jefe, verificada la separación, para que haga la respectiva clasificación, y proponga en el dia, cuando menos, las medidas de inmediata realización.
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Santiago Stucchi Portocarrero Debe hacerse una formal Estadística del Manicomio. Muchas otras conclusiones podriamos deducir, pero estas, así como la parte médica, seran materia de un trabajo especial. Nunca olvidaremos los párrafos siguientes del discurso de un elocuente frenópata español, que quedaron gTavadas en nuestra mente. "El Manicomio, es uno de los pocos templos vivos de la moderna civilizacion: de sus bóvedas, elevadas como la aspiracion de la humana intelijencia, penden trofeos de inmarcesibles victorias: los trofeos de la ignorancia y de la superstición." "Ante su atrio, apáganse los rencores de secta, y en su saqrada ara, la ciencia celebra cotidiano sacrificio ... El manicomio debería ser un lugar de refugio, un verdadero templo higiénico." La administración pública, nefando por el interes - de las colectividades, debe hacer entender, como dice Giné y Parta.zes, que . no es aventurado afirmar que el noventa por ciento de los enfermos mentales, desprovistos de complicaciones, se encaminarían gradual y positivamente á la curacion, en un manicomio que tuviera todas las condiciones de la moderna Frenopatía. ¿Y en el nuestro? Vale mas callar.
El loco merece mas atencion que la que le consaqran los que se llaman padres de los pobres. ( 1) Parece que responsabilidad.
olvidaría
la
Sociedad
de
Beneficencia,
su inmensa
MANUELA. MUÑIZ Lima, Enero de 1886.
(1) Si se hiciera para el Hospicio de insanos un estudio semejante al que ha hecho el Sr. Ramirez Gastan sobre el asilo de Huérfanos, se obtendría tan terribles y desconsoladoras deducciones que justificarían una vez más, las amargas censuras que, sobre la marcha de los Hospitales y Hospicios, en muchas ocasiones, hemos hecho públicas. - Mayo de 1886.
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Anexo 2 Reglamento provisional del Hospicio de Insanos (1897) CAPITULO! DEL HOSPICIO
y su JEFE
Art. l. 0 El Hospicio de Insanos es un establecimiento público exclusivamente destinado á la asistencia y curación de los enfermos de ambos sexos, atacados de cualquiera forma de enagenación mental. Art. 2.0 Este establecimiento depende y es sostenido por la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, y en él se prestará asistencia gratuita á los enfermos que llenen las condiciones que señala este Reglamento. Art. 3. º El Inspector designado por la Sociedad de Beneficencia, en Junta General, es el Jefe del Establecimiento. Art. 4.º La hermana Superiora, en la parte administrativa y económica, y el Jefe del cuerpo médico, en la parte técnica y disciplinaria, responden ante el Inspector del cumplimiento de ambos servicios. Art. 5.º El Hospicio está dividido en dos Departamentos, correspondientes á cada sexo.
CAPITULO II DEL INSPECTOR
Art. 6.º El Inspector es el Jefe directo del Hospicio. Están sometidos á su autoridad los empleados, dependientes y los enfermos. Es de su competencia todo lo relativo á la policía, órden, disciplina y gobierno interior, y tiene la dirección inmediata de los ramos administrativos. Art. 7.º Son atribuciones del Inspector: l.º Cwnplir y hacer cumplir las disposiciones de este Reglamento y las órdenes que le comunique la Dirección.
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Santiago Stucchi Portocarrero 2.º Dictar las providencias que considere oportunas para la más esmerada asistencia de los enagenados, y cuidar de que no falte en el Establecimiento nada de cuantosea necesario para su servicio. 3.ºVisitar con frecuencia los departamentos para cerciorarse de su aseo y buenórden. 4. º Vigilar que los empleados llenen con exactitud las funciones que respectivamente les corresponden, corrigiendo en el acto cualquiera falta, abuso ó inobediencia, á fin de que no se altere el régimen establecido ni se relaje la disciplina. 5.º Cuidar de que el Cuerpo Médico cumpla con las obligaciones que le impone este Reglamento. 6. ºProponer las ternas para las vacantes en los cargos de médicos titulares ó auxiliares. En estas ternas, cuando se trate de proveer unaplaza de titular, considerará, de . preferencia, á los auxiliares de la Casa que hayan servido en el Hospicio más de dos años; y en las vacantes de auxiliares también dará colocación preferente en la tema á los antiguos internos del Manicomio. 7.º Proponer las ternas para el cargo de médico encargado del "Gabinete Eléctrico" y "Arsenal Quirúrgico". 8.º Proponer las ternas para el cargo de Capellán. 9.º Consultar la traslación ó remoción de estos y de los alumnos; suspenderlos en el ejercicio de sus funciones, cuando hubiere justos motivos, y reemplazarlos, accidentalmente, dando cuenta á la Dirección para que se provea el remedio oportuno. 10.º Nombrar y removerá los demás empleados y sirvientes. 11. º Aumentar ó disminuir el número de lavanderas y sirvientes. 12.º Conceder licencia hasta por un mes al Capellán, médicos y alumnos, y por el tiempo que juzgue conveniente á los empleados que son de nombramiento suyo. 13.º Acordar.con el Jefe del Cuerpo médíco.Ia mejcr.cdistríbucíón del tiempo, el régimen dietario, y hacer cumplir las disposiciones que éste dicte en el ejercicio de las atribuciones que le señala este Reglamento. 14.º Acordar con la Superiora los gastos ordinarios que deban hacerse, pasando cada mes ála Dirección el correspondiente presupuesto. 15. ºConsultar los gastos extraordinarios y fijar las bases para las contratas de obras nuevas, así como cualesquiera otros objetos que sean materia de presupuestos especiales. 16.º Vigilar que el importe de los presupuestos decretados tenga justa y económica inversión, pudiendo reducir ó suprimir cualquier gasto de los ordinarios, en caso de considerarlo superfluo ó excesivo, así como también que se realicen esos gastos si es insuficiente la cantidad presupuestada.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 17.º Invertir hasta la suma de cincuenta soles mensuales en atenciones urjentes y extraordinarias, sin necesidad de presupuesto, dando aviso á la Dirección. 18.º Examinar y poner el VºBº las cuentas y planillas de gastos. á
19.0 Arreglar el sistema que debe seguirse en el ramo de contabilidad. 20.º Remitirá la Dirección, al fin de cada mes, un estado comprensivo de cuanto haya ocurrido en el Establecimiento. 21. ºDar cuenta, á fin del año, de cuanto se haya hecho en el Establecimiento y de las mejoras que, á su juicio, deban hacerse. 22.º Ordenar la admisión de los enfermos pensionistas ó gratuitos. 23;º Autorizar la salida de los enfermos que no estén curados, según las observaciones del médico de servicio, en los casos en que la soliciten los tutores del enfermo. 24.º Pasar á la díreccíón parte semanal de la asistencia diaria de los médicos y horas de sus visitas. 25. º Reunir
á
los médicos en Junta, cuando lo crea necesario.
26.º Comunicará la Dirección, para los reclamos de ley, los casos en que los enfermos gratuitos tengan bienes ó institución protectora que pueda y deba sostenerlos en condición de pensionistas. Art. 8.º En las ausencias Sub-Inspector.
ó
enfermedades del Inspector, hará sus veces el
Art. 9.º El Inspector saliente entregará el Hospicio al Socio que lo reemplace, bajo de inventario, cuyo documento se extenderá por duplicado, firmado por ambos, y de los que un ejemplar se pasará la Dirección, y el otro quedará archivado en el Establecimiento. á
CAPITULO III DE LA SUPERIORA
Art. 10.º El régimen administrativo y económico, así como la vigilancia en la ejecución práctica del servicio hospitalario en todos sus ramos, corren á cargo de la Superiora de las· Hermanas de Caridad que asisten al Hospicio, . siendo potestativo de ella designar sostituir á las Hermanas encargadas de las diversas dependencias de la Casa. ó
Art. 11.º La Superiora depende directamente del Inspector, cuyas órdenes cumplirá puntualmente, quedando directamente bajo las suyas los empleados subalternos que el Inspector 6 ella hayan nombrado. 1
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Santiago Stucchi Portocarrero Art. 12.o Sus atribuciones son: 1. ª Recorrer constantemente todas las dependencias del Establecimiento, para corregir las faltas que notase, y cerciorarse de si los empleados llenan puntualmente las funciones de su cargo. 2.ª Cuidar del estricto cumplimiento de las disposiciones del Cuerpo médico. 3.ª Proveer al Establecimiento de cuanto hubiese menester, comprar los artículos que se necesitaren, y designar de un día para otro los que deban pedirse á los contratistas. 4.ª Examinar los estados que se pasen, el número y calidad de las raciones que se hubiesen pedido, y los libramientos contra la ropería y botica confrontándolos con los respectivos documentos. 5.ª Comprobar -la exactitud de los -manifiestos que le deben pasar las dependencias administrativas y económicas, poniendo la anotación correspondiente. 6.ªFormar el presupuesto de los gastos ordinarios que, por disposición del Inspector, deben hacerse en cada mes. 7. ªRendir cuenta documentada de los ingresos y egresos presupuestados, y de los gastos extraordinarios que hubiese mandado ejecutar el Inspector. 8.ª Nombrará los sirvientes y lavanderas. 9.ª Ejercer todas las demás facultades administrativas. 1 O.ª Responder por todas las existencias del Establecimiento y fondos que se le entreguen. 11.ª Cuidar de la capilla, sus útiles y ornamentos. Art. 13.º Para la contrata de artículos y demás encargos se valdrá del Tenedor de Libros, cuando lo estimare conveniente.
DEL TENEDOR DE LIBROS
Art. 14.º Sus obligaciones son: l.ª Llevar la razón de los ingresos y su distribución y aplicación, arreglándose á los formularios que adopte el Inspector en el modo de llevar los libros, así como en la manera de estampar los asientos y dar balance. 2.ª Examinar y confrontar los partes 3.ª Llevar la estadística personal.
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y· manifiestos.
Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 4.ª Asentar las partidas de ingresos consumos y exclusiones dependencias.
de las tres
5.ªTener al corriente el inventario general del Establecimiento. 6. ªDar en los libros un balance mensual de los ingresos y consumos. 7. ªTotalizar la estadística personal y arreglar los estados que deben pasar
á la Dirección. 8.ª Copiar los presupuestos, cuentas y planillas. 9.ª Llevar los partes que deben pasarse á la Dirección y á la Contaduría. 1 O.ª Cuidar del Archivo y de la buena clasificación de los papeles. 11.ª Llevar la correspondencia del Inspector. 12.ª Arreglar cualesquiera otros documentos. 13.ª Desempeñar todas las comisiones ó encargos que tenga la superiora dentro y fuera del Establecimiento, compatibles con su cargo. 14. ª Pagar los presupuestos mensuales del Cuerpo médico, con el V.º B. 0 del Inspector. 15. ªPermanecer en el Establecimiento, días de trabajo.
cuanto menos, de 8 á 11 a.m. en los
16.ª Llevar con el día los siguientes libros: A Movimiento diario .. B Estadistica mensual y anual. C Entrada. D Indices alfabéticos. E Copiador de correspondencia. F Salidas. G Defunciones. H Planillas de pensionistas. I Presupuestos. J Pago del Cuerpo médico. KCuentas. L Indice general. CAPITULO V DEL SERVICIO RELIGIOSO
Art. 15. Habrá un Capellán en el Establecimiento religioso. Es de su deber:
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para atender al servicio
Santiago Stucchi Portocarrero 1. ª Decir todos los días una misa rezada en la Capilla del Establecimiento. 2.ª Auxiliará los enfermos en sus últimos momentos, administrando los Sacramentos aquellos que el estado de su razón lo permita. á
3.ª Encomendar el alma de los que fallezcan y acompañar los cadáveres hasta el mortuorio, y de allí hasta la carroza. 4.ª Cuidar de que los cadáveres vayan cubiertos, exigiendo de la ropería las piezas que sean necesarias para este objeto. 5.ªDar parte á la parroquia inmediatamente que fallezca algún enagenado. Art. 16. El Capellán tiene á su cargo los ornamentos, vasos saqrados y demás objetos del culto.
CAPITULO VI DEL JEFE DEL SERVICIO MÉDICO
Art. 17. El méclico titular más antiguo en ese cargo será el jefe del servicio méclico del Hospicio. Art. 18. El Cuerpo médico del Establecimiento se compone de un médico titular y un alumno interno por cada Departamento. Art. 19. Se comprende también en el servicio médico el servicio Farmacéutico, el Electro Terapéutico y el de vigilancia de cada Departamento. Art. 20. El Jefe del servicio médico es responsable de las faltas ú omisiones del servicio de sanidad y de vigilancia del Establecimiento. Art. 21. Son atribuciones del Jefe del servicio: 1. ª Recibir y elevar al conocimiento del Inspector todas las indicaciones técnicas del Cuerpo Médico. 2.ª Inspeccionar el estado de Botica, fijando su atención sobre la calidad de las drogas, el despacho de los recetarios y cuanto se relacione con el buen servicio farmacéutico del Establecimiento. 3.ª Inspeccionar la calidad y preparación de los alimentos y la hora de administrarlos, así como la cantidad y composición de cada ración. 4.ªVigilar y organizar el servicio de vigilancia de los guardianes y todo lo que refiera la disciplina interna de los Departamentos. á
5.ª Cuidar de que el jefe de guardianes haga efectiva su vigilancia y cumpla sus deberes. 6.ª Dictar las medidas de momento que se hagan indispensables á mérito del parte diario del jefe de Guardianes.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 7. ª Proponer al Inspector la separación ó destitución de los empleados subalternos. 8.ªOrdenar, cuando sea necesario, el empleo de las medidas de contención
y reclusión de los enfermos. 9.ª Vigilar la marcha regular de los servicios Hidro-terápico y Electroterápico. 10. ª Proponer á la Inspección, de acuerdo con el Cuerpo médico, las modificaciones en la distribución del tiempo. 11. ªVelar por la Higiene y mejora del Establecimiento. 12.ª Dar su voto consultivo en todos los asuntos de la administración para los cuales fuese consultado. 13.ª Formar al fin de cada año, de acuerdo con la Hermana de la botica, la relación de los medicamentos- que deben pedirse á Europa, así como lo de los repuestos quirúrjicos, eléctricos, etc. 14.ª Evacuar todos los informes que se le pidan por la Inspección. 15.ª Elevar anualmente una memoria y proponer al Inspector todas las reformas que juzgue indispensables.
CAPITULO VII DE
tos MÉDICOS TrrmAREs
Art. 22. El médico titular de cada Departamento tiene la dirección en la asistencia y régimen de los enfermos desde el punto de vista médico é higiénico, así como la vigilancia. Art. 23. Son sus atribuciones:
1. ª Visitar diariamente el Departamento de su cargo, sin perjuicio de las visitas urgentes, sea por ingreso de un paciente, sea por el estado grave~de ~ alguno de los enfermos. 2.ª Velar por el cumplimiento de los artículos de este Reglamento que tienen relación con el servicio médico. 3.ªPresidirla redacción yformacióndelregistro médico del Establecimiento, en donde se anotará cada quince días el estado de los pacientes sujetos á un tratamiento. 4.ª Expedir las ordenes de salida y licencia, firmando las papeletas de entrada y de defunción de todo enfermo. 5.ª Distribuir los pacientes de su Departamento en las diversas salas, é imponer los medios de contención y aislamiento.
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Santiago Stucchi Portocarrero 6.ª Conceder permisos escritos á los enfermos que puedan ser visitados por su familia y amigos. 7.ª Proponer y acordar con el jefe del Cuerpo médico el servicio interno de vigilancia, distribuyendo los turnos, diurnos y nocturnos, delos guardianes. RªExigir un parte diario de ocurrencias del jefe de guardianes, cuidando que sea minucioso y detallado. 9.ª Reprimir severamente toda infracción de los Reglamentos. 10.ª Atender las quejas delos enfermos. 11.ª Poner en conocimiento del Inspector, por órgano del Cuerpo médico, las faltas de los empleados. 12.ª Vigilar el servicio farmacéutico, hidro-terápico y electro-terápico, cuidando que se cumplan sus prescripciones que siempre formulará por escrito. · 13.ª Formular el tratamiento especial á cada enagenado. 14.ª Llevar la Estadística médica, mensual y anual de su Departamento. 15.ª Firmar los certificados de defunción y los Estados mensuales que, por cada Departamento, se pasen á la Dirección y Municipalidad, así como el libro Municipal.
CAPITULO VIII
DE LOS MÉDICOS
AUXIIJARES
Art. 24. Habrá un médico auxiliar en cada uno de los Departamentos. Art. 25. Sus atribuciones son: 1. a Acompañar á los médicos titulares en la visita de la mañana. 2.ª Alternarse,-sernanalmente~paradormirenc-el·esta:blecimientoy~atender, en la noche, á los casos graves. 3. ªVigilar la mas exacta ejecución en el registro médico del Departamento y en las Historias Clínicas de los enfermos, así como en los estados estadísticos que los internos están obligados á llevar. 4.a Dirigir á los internos en la práctica de las aplicaciones terapéuticas y observaciones clínicas ordenadas por el médico titular, así como en las autopsias que ordene. 5. ªTener exclusivamente á su cargo la asistencia de la enfermería. 6.ª Suplir al médico principal en los casos de ausencia ó enfermedad.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO IX DE Los lNTERNos Art. 26. Habrá un interno en cada Departamento, el cual llenará las funciones siguientes:
1. ªAcompañar al médico en sus visitas, llevando el recetario. 2.ª Preparar, después de la visita, los estados de Botica, Hidroterapia, Electroterapia,Alimentación,etc. 3. a Hacer una visita cada tarde á los enfermos de su Departamento, para cumplirlas prescripciones médicas, y dar cuenta al titularde las observaciones que hiciere. 4.ª Recibir los enfermos, cuidando se llenen las prescripciones reglamentarias. 5.ª Llevar con el día los registros médicos é historias clínicas que ordene el médico titular. 6.ª Velar en todo lo relativo al servicio medico y de vigilancia, dando cuenta de las faltas que notare al médico titular de su Departamento ó al jefe del Cuerpo médico. 7 .ªOrdenar la aplicaciónde los medios de contención,en casos muy urgentes. 8.ªCumplir las órdenes referentes al servicio médico que le dicte el cuerpo facultativoy las que le señale, corno interno, el Reglamento de la Facultad de Medicina. 9.ª Practicar las autopsias, registrando sus resultados. Art. 27. Los internos se alternarán para hacer guardia permanente, diurna y nocturna, en el Establecimiento,que les proporcionará los alimentos. Art. 28.Los dos internos serán nombrados por el Decano de la Facultad de Medicina, en la forma acostumbrada. CAPITULO X DE LA BOTICA Art. 29. La Hermana Boticaria tiene á su cargo la provisión de todos los medicamentos, los que debe distribuir con sujeción estricta á las recetas del médico, llevando un libro de las medicinas que ingresen, y comprobando los consumos con las recetas del Cuerpo Médico. Sus labores están sujetas á la inspección de los médicos de la casa y á la del Inspector de Boticas rentado por la Beneficencia.
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Santiago Stucchi Portocarrero
CAPITULO XI DEL GABINETE ELÉCTRICO y ARsENAL QUIRÚRGICO
Art. 30. Esta dependencia correrá á cargo de un médico nombrado como los del Establecimiento, con los requisitos de ellos y cuyas atribuciones son: l.ª Asistir al Gabinete todos los días, no feriados, en las horas que se señalarán por el Jefe del servicio médico, según las estaciones del año, á fin de evitar los inconvenientes de la humedad atmosférica. 2.ª Practicar las aplicaciones eléctricas17 que ordenen los médicos de cada Departamento del Establecimiento, y los de los restantes Establecimientos de Caridad sostenidos por la Sociedad de Beneficencia de Lima, cumplíendo estricta.mente los formularios impresos que siempre deben estar firmados por el médico tratante. 3. ª Vigilar la buena conservación y aseo de los aparatos del Gabinete Eléctrico y del Arsenal Quirúrgico. 4.ª Llevar una estadística detallada de las aplicaciones que hiciese. 5.ª Exigirá los enfermos que provengan de los Hospitales, el V°. Bº. del Inspector en la órden firmada por el médico. 6. ªElevar, anualmente, al jefe del servicio médico una memoria acompañada de la Estadística, proponiendo las indicaciones para el mejoramiento del servicio y elevando los pedidos de repuestos y adquisiciones que deben hacerse.
CAPITULO XII DEL SERVICIO HIDROTEAAPICO
Art. 31. El Departamento de Baños, para cada sexo, correrá á cargo de las Hermanas de Caridad exclusivamente,_para.las.mujeres,y~de~-empleado para los hombres. Son obligaciones del empleado y Hermanas: l.ª Practicar, á las horas designadas, hidroterápicas ordenadas por los médicos.
las
diversas
aplicaciones
2.ª Vigilar, ayudado por los guaxdianes de cada sección, la aplicación diaria de los baños generales para los enfermos. 3. ª Cuidar y tener en buen estado el material de su servicio. 4. ª Dedicarse, exclusivamente,
á las atenciones de su cargo.
17 No deben confundirse con el electrochoque,método introducido recién en 1933.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO XIII
DE LA ENFERMERíA Art. 32. En cada Departamento, en las mejores condiciones posibles de aislamiento, habrá una Enfermería en la que serán asistidos todos los enagenados que padezcan de afecciones intercurrentes, internas o quirúrgicas, á cargo del enfermero, que obedecerá las prescripciones y órdenes de los médicos y de los internos. Art. 33. La Hermana de cada Departamento dirigirá inmediatamente la respectiva enfermería. Art. 34. El enfermero estará constantemente cerca de los pacientes, se encargará de darles sus alimentos y bebidas, anotará las novedades que observe, tomará las temperaturas á las horas que se le indique, y no podrá abandonar su servicio antes de que llegue su reemplazo. El enfermero ayudará á los médicos en las autopsias.
CAPITULO XIV
DE LOS ENAGENADOS Art. 35. En el Hospital de Insanos solo se admitirá á los que hubiesen sido clasificados como tales, y en ningún caso á las personas que, estando en el uso completo de su razón, se quiera ponerlos allí por vía de corrección. Art. 36. La dirección de la asistencia y del sistema de tratamiento de cada insano corresponde solo al médico titular de cada Departamento, el que designará el salón sección en que debe ser colocado. ó
Art. 37. Los insanos podrán ser pensionistas gratuitos. Los primeros serán de dos clases: de primera, abonando sesenta soles mensuales, y de segunda, treinta soles mensuales. ó
Art. 38. Son pensionistas para los derechos del Manicomio: 1. º Los que contraten con el Inspector del Hospicio. 2.0 Los clérigos, frailes y monjas. 3.0 Los enjuiciados y rematados. 4.º Los empleados titulares del Estado. 5.0 Los enfermos remitidos de fuera de Lima. 6.º Los extrangeros que tienen Beneficencia de su nacionalidad. 7.º Los que tienen bienes ocultos
ó
que les estén usurpados.
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Santiago Stucchi Portocarrero Art. 39. El tutor, apoderado 6 representante de cada pensionista debe presentar un fiador, á satisfacción del Inspector del Establecimiento, que garantice el pago exacto y adelantado de la pensión, debiendo firmar un documento especial por duplicado. Art. 40. Los enfermos cuyas pensiones no se abonen durante tres meses consecutivos pasarán, de hecho, á la sección de gratuitos, prévio aviso de la Inspección sus personeros. á
Art. 41. El Establecimiento asiste y alimenta los pensionistas, que serán vestidos por sus familias, las que también deben cuidar del lavado y renovación de la ropa de uso. También se les proporcionará muebles y utensilios, salvo el caso que las familias los envíen voluntariamente. á
Art. 42. A cada enfermo gratuito se le proveerá de una cama y de todas las vasijas y útiles indispensables, así corno del vestuario, calzado, ropa de cama, etc., que serán renovados periódicamente, conforme á los presupuestos de la casa.
CAPITULO XV DE LA ADMISIÓN DE LOS ENAGENADOS
Art. 43. Corno para los hospitales comunes, hay admisiones ordinarias y urgentes. Art. 44. La solicitud de admisión ara todo enfermo, firmada por un miembro cercano de la familia, debe ser dirigida al Director de la Sociedad y estar acompañada de un certificado, según formula impresa, firmado por dos médicos, cuando más cuarenta y ocho horas antes. En la solicitud de admisión de un gratuito, se acompañará otro certificado del Cura de la Parroquia y de dos vecinos garantizando la indigencia, así corno la permanencia en la provincia de LIMApor más de dos años. Art. 45. No será recibido ningún enagenado que no sea conducido al Establecimiento,~11or~uapadres, hijos,herrnanos~cónyuge,Jutor~ó~quien tenqa, personería sobre el enfermo. Tampoco se recibirá al insano, aunque provenga de la autoridad de policía, si no se acompaña el certificado médico. Art. 46. Los conductores del paciente están obligados traer una relación escrita de todo lo que hayan observado en él, ó contestar de palabra las preguntas que se les hagan conforme al formulario establecido. á
á
á
Art. 4 7. El Jefe del servicio médico, ó en su defecto el interno que haga la admisión, está obligado hacer asentar ó sentar él mismo la entrada en el registro que se abrirá al efecto, en el que se copiarán los documentos de la admisión y las contestaciones dadas al formulario de preguntas. á
102
Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Art. 48. Hecha la admisión la comunicará inmediatamente á la Superiora del Establecimiento, para que ésta lo avise al encargado de llevar el libro de su movilidad y á las demás dependencias. Art. 49. El Jefe del servicio médico será el único que designe el cuartel que deben ocupar los enfermos; pero en su ausencia podrá hacerlo el interno de una manera provisional. Art. SO. La autoridad de Policía, puede solicitar la admisión de un enagenado siempre que acompañe, firmado por dos médicos de policía, el formulario modelo, y solo remitirá al enfermo cuando se le anuncie por la Dirección el decreto de admisión. Art. 51. En casos muy graves, cuando hay peligro inminente para el enfermo ó para los que le rodean, el Inspector del Establecimiento puede ordenar la inmediata admisión, siempre que se le presenten los certificados médicos, y sin perjuicio de tramitar después el respectivo expediente de admisión.
CAPITULO XVl DE LOS DEPARTAMENTOSDE HOMBRES Y MUJERES
Art. 52. La Hermana ó Hermanas designadas por la Superiora están---encargadas del cuidado de los enfermos y de su alimentación é higiene, limpieza y renovación de sus ropas, aseo del local y de todo lo concerniente á los especiales fines caritativos de la institución, en cada uno de los grandes Departamentos del Establecimiento. Art. 53. Las Hermanas de Caridad no son responsables de las faltas ú omisiones del servicio médico y de vigilancia, que funciona con completa independencia de ellas. Art.54.Corresponde
á las Hermanas de cada Departamento:
l.º Suministrar con toda exactitud y puntualidad las medicinas prescritas para los enfermos. 2.° Cumplir extrictamente las medidas indicadas por los médicos respecto á los enfermos. 3.º Cuidar del aseo y limpieza de las salas. 4.0 Ordenar y vigilar el cambio, cuando menos semanal, de las ropas de cama é internas de cada enfermo.
5.º Inspeccionar la calidad de los alimentos y presidir su distribución.
103
Santiago Stucchi Portocarrero 6.0 Procurar con todo empeño que los enfermos estén constantemente limpios y sean tratados con afecto, sin obligarlos á prácticas religiosas que ellos no acepten. 7. 0 Acompañar á los médicos en las visitas. 8.0 Dar á los guardianes y empleados de cada Departamento, oportunamente, las órdenes más convenientes para el mejor servicio. 9.0 Impedir que los enfermos sean maltratados de palabra 6 de hecho por los guardianes ú otros enfermeros. 10.º Dar cuenta á los médicos de las novedades ú ocurrencias del Departamento, ó de las faltas que observaren en el servicio y en los turnos de guardia de los enfermos. 11. º Las Hermanas deben velar rigurosamente para que los enfermos gocen toda la libertad de acción y de movimiento compatibles con este Reglamento.
CAPITULO XVII DE LA PERMANENCIAY SALIDA DE LosENFERMOs
Art. 55. Los insanos permanecerán en el Establecimiento hasta que los médicos titulares, en su Departamento, ordenen por escrito la salida. · Art. 56. El médico titular de cada Departamento, ordenará la salida en los casos siguientes: 1. º Cuando hayan desaparecido los síntomas de la afección mental. 2.º Cuando el enfermo tenga familia y su estado mental no imponga la necesidad de la reclusión y aislamiento. 3.º Cuando lo soliciten las personas que tengan derecho de tutela sobre el paciente, aun cuando la curación no esté terminada. En este caso el médico hará sus observaciones por escrito, y las elevará al Inspector para que la Dirección proceda como estimare conveniente. 4.º Cuando la reclusión sea resultado de error ó malicia, una vez comprobada la integridad mental del recluso, siempre con intervención del Inspector, quien lo comunicará a la Dirección. Art. 57. Las salidas pueden ser temporales autorizadas por el médico titular, determinándose su duración. Vencido este plazo se dará por salido definitivamente al enfermo, y para su reingreso se seguirán nuevamente los trámites que para la admisión.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO XVIII DE LAS VISITAS y PASEOS
Art. 58. Los domingos y jueves, de doce dos de la tarde, se admitirá la visita de los parientes, guardadores ó encargados de los amentes, excepto el caso en que el médico lo prohiba para ellos. Esta visita se recibirá en el parlatorio y estará presente una Hermana, el interno ó un guardián, debiendo las visitas conformarse, en cuanto á la forma y duración, á las prescripciones del médico, hechas por conducto del interno. á
Art. 59. Es prohibido conversar en alta voz con el paciente, ni menos hacer mensión alguna de su estado. Es también prohibido á los visitantes dar cosa alguna á los enagenados, sin el correspondiente permiso. Art. 60. Los permisos para recibir visitas los dará por escrito solo el médico titular del Departamento. Art. 61. En muy señalados casos, y solo con acuerdo del Cuerpo médico, los parientes de los pensionistas pueden sacará paseo sus deudos, tomando las debidas precauciones. á
Art. 62. El médico titular de cada Departamento, cuando lo juzgue conveniente, puede hacer salir paseo, acompañados de los respectivos guardianes, á los enfermos que lo necesiten como medio curativo. á
Art. 63. Queda absoluta y terminantemente prohibida la salida momentánea ó temporal de los enfermos, con otro fin distinto de su curación. Cuando sea necesario dedicar al enfermo las faenas agrícolas fuera del Establecimiento, será indispensable la órden del médico titular del Departamento. á
CAPITULO XIX DE LA DISTRIBUCIÓNDEL TIEMPO
Art. 64. Tanto en el Departamento de Hombres como en el de las Mujeres se observará la siguiente distribución del tiempo: De 1 º de Noviembre á 1 º de Mayo: 5.30. a.m. Prevención general, repique campana.- Deben levantarse todos los empleados.- El enfermero de guardia nocturna debe dar parte por escrito al Jefe de Guardianes.- Distribución de los puestos de guardia para el servicio diurno. 6. h. a. m. Segundo repique.- Deben levantarse todos los enfermos, con excepción de los que se sienten mal, ó hayan pasado mala noche con fiebre, etc.
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Santiago Stucchí Portocarrero 7. h. a.m. Desayuno. 7 .30. " "Ejercicio de gimnasia y marchas. 8. h. " " Distribución de remedios.- Visita médica. 10. h. " "Almuerzo. Descanso - Lectura - Música - Juegos diversos Trabajo manual. 1. h. p.rn, Distribución de remedios. l. 30." "Baños generales y especiales paralos gratuitos. 3. h. " "Distribución de remedios -Aplicaciones eléctricas. 4. 30. ~ "Comida - Distribución de remedios, 5. 30. ""Marchas- Gimnasia-Descanso. 7. 30. " "Distribución remedios - Repique: Acostarse. 10. """Visita de las salas por el guardián de servicio nocturno. 12. """Id id id id 2."" "Id id id id 4. " " " Id id id id De 1 ºde Mayo á 31 de Octubre. Todo el servicio se hará media hora más tarde.
CAPÍTULO XX DEL TRABAJO, EJERCICIO, OCUPACIONES Y DISTRACCIONES DE LOS ENAGENADOS
Art. 65. El trabajo manual es un medio de distracción y tratamiento para todos los enfermos, sin distinción de condiciones y clases. Art. 66. Las horas y clase de trabajo para cada enfermo serán señaladas por los médicos. Art. 67. Diariamente, dos veces, todos los enfermos designados por el médico practicarán de 15 á 20 minutos ejercicios de marcha y gimnasia muscular de salón. Art. 68. La lectura, en común ó privadamente, en voz alta ó mentalmente, solo se permitirá á los enfermos que designe el médico, el que tendrá especial cuidado en vigilar la clase de lectura conveniente á cada paciente. Art. 69. Los juegos de salón (ajedrez, damas, etc.) y los corporales (billar, pelota, etc.) se permitirán solo á los enfermos que designe el médico del Departamento. Art. 70. En el Departamento de mugeres el trabajo manual (costura, bordado, etc.) los ejercicios, ocupaciones y distracciones serán apropiadas su sexo, y siempre exclusivamente designadas por el médico. á
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO XXI DEL RÉGIMEN ALIMENTICIO
Art. 71. El régimen alimenticio general será fijado por acuerdo del Cuerpo médico, y para la modificación de la tabla dietaría se necesita la aprobación del Inspector. Art. 72. La carne, pan, arroz, menestras, fideos, papas, leche, legumbres y verduras constituirán la base del régimen alimenticio ordinario. Art. 73. Las sobrerraciones ó extras de pescado, aves, carnes especiales, huevos, chocolate, vino, dulces, etc. serán prescritas por el médico. Art. 7 4. Las comidas se servirán en los Refectorios Generales, salvo el caso en que, por prescripción médica, ciertos enfermos deban tomar sus alimentos aislados. Art. 75. El régimen alimenticio no puede ser modificado individualmente, salvo prescripción médica. Art. 76. Los pensionistas, según su categoría, especialmente preparados.
recibirán sus alimentos
CAPITULO XXII Art. 77. Las defunciones de los enfermos serán comprobadas por el médico ó por el interno de guardia. Art. 78. Los cadáveres serán inmediatamente trasladados al depósito fúnebre del Establecimiento, procurando dar aviso á los parientes, deudos apoderados, los que pueden disponer la inhumación particular.
ó
Art. 79. Las autopsias solo se harán cuando sean necesarias, y no se opongan . á ellas los dolientes. Los resultados se consignarán en un libro especial.
CAPITULO XXIII
DE ENFERMEROS
ó
GUARDIANES
Art. 80. El jefe de Guardianes tiene bajo sus ordenes y es responsable del servicio de los guardianes de primera y segunda clase. Art. 81. El médico titular distribuirá los guardianes, según sus aptitudes, en las diversas salas ó secciones del Departamento.
107
Santiago Stucchi Portocarrero Art. 82. Estos empleados se turnarán en guardias de día y de noche, según el rol y distribución de puestos acordado por el médico. Art. 83. Los guardianes tendrán derecho en el mes dos veces, á veinticuatro horas de licencia para permanecer fuera del Hospicio. El turno lo señalará el médico titular, y en ausencia de éste la Superiora. Art. 84. Las faltas comunes de los guardianes se castigarán con reconvención, ó expulsión, á juicio del Inspector, quien cuando fuere preciso, podrá remitirlos á la Policía para pena correccional. Art.85. Ningún guardián podrá abandonar la vigilancia de sus pacientes, por causas necesarias, sin prevenirlo al guardián de su cuartel más inmediato. Art. 86. Los guardianes dormirán en la noche en sus respectivos cuarteles, en el sitio en donde puedan mejor ejercer su vigilancia.
Art. 87. Los guardianes deben fijar su atención en todo lo que digan ú observen en los pacientes, á fin de comunicarlo al interno ó al médico. Art. 88. Los guardianes están encargados de cumplir las prescripciones del médico respecto al tratamiento de los pacientes, cuidando de observar y comunicarle los efectos que produzcan en los enfermos los medios empleados. Art. 89. Los guardianes ayudarán al bañero en la administración de los baños de aseo y medicinales de los enfermos de su sección. Art. 90. Los guardianes, finalmente, son los encargados del servicio higiénico y de la policía de su respectivo cuartel, para lo cual no podrán servirse de ningún paciente sin previo consentimiento del médico. Art. 91. Los guardianes cuidarán de no reir en presencia de los pacientes, de no hablar de sus males en presencia de extraños, y de no contradecirles sino por medio de las más suaves persuasiones. Art. 92. Durante la visita los guardianes no abandonarán sus puestos sino cuando los llame el médico y harán guardar durante ella el más profundo silencio. Art. 93. Los guardianes, cada ocho días, han de hacer administrar á sus enfermos un baño de limpieza, y hacerles cortar el pelo y afeitar por el barbero. Art. 94. Tendrán además las siguientes obligaciones: l.ª Velar por el aseo del vestido y la álimentación, é impedir los daños que puedan hacerse ó las tentativas de evasión de cada uno de los pacientes confiados á su cuidado. 2.ª Vigilar constantemente los enfermos y auxiliarlos, en la mañana, al vestirse, en las horas de refectorio al comer, y en la noche al desnudarse. 3.ª Impedir la conversación entre uno y otro paciente, los gritos, las vociferaciones y los actos de mano de los unos contra los otros.
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. .1.
Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 4.ª Emplear siempre la persuasión y la dulzura, sin injuriar ni maltratar á sus pacientes, de obra ó de palabra. Art. 95. Los guardianes, ni su jefe, podrán, en ningún caso, encerrar a un paciente en una celda, ni emplear medio alguno de contención ó reclusión que no hubiere sido autorizado por el médico. Art. 96. En el Departamento de mujeres habrá por ahora nueve guardianas, rigiendo para ellas las disposiciones consignadas en los anteriores artículos. Art. 97. Los guardianes usarán un modesto uniforme, consistente en una blusa ó saco que les dará la Casa, y una gorra enfundada con tela blanca, llevando sobre la visera una G de 5 centímetros como inicial de su cargo. Estarán provistos de un pito que, con toques convencionales, les ervirá para reunión y llamamiento al Jefe. Las guardianas llevarán por todo distintivo una cinta azul con medallón de la Virgen María.
CAPITULO XXN DE LA DISCIPLINA
Art. 98. Los empleados y sirvientes que desatiendan el cumplimiento de sus obligaciones ó cometan alguna falta de subordinación, serán amonestados, multados ó expulsados cuando el Inspector lo determinare así atendiendo á la gravedad del caso. Art. 99. El que se ausente del Hospicio, sin causa suficiente ni previa licencia, perderá la sexta parte de sus sueldo por la ausencia de un día; la tercera por dos días, y la mitad por ausencia de tres días, maximun de falta tolerable. Estos descuentos se repartirán mensualmente entre los que presten el servicio del castigado. Art. 1 OO. Por las demás faltas en que incurran los empleados y sirvientes sufrirán la pena que les imponga el inspector ó la Superiora, ó serán entregados á la autoridad pública si el caso lo requiriere. Art. 101. El médico titular, cuando lo juzgue conveniente, puede pedir la separación de todo empleado subalterno que no sea de su satisfacción ó confianza, ó que incurra en alguna falta grave. Art. 102. Es prohibida toda comunicación entre ambos sexos, tanto entre los enfermos como entre los empleados; así como también que puedan entrar en la Botica, Despensa y Cocina.
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Santiago Stucchí Portocarrero
CAPITULO XXV DE LA RoPERíA Y DESPENSA
J\rt. 103.La Superiora designará las Hermanas que deben encargarse de estas dependencias, y cuidará que llenen en toda su extensión los deberes anexos á cada uno de estos cargos. J\rt. 104.LaRopera tendrá á su cargo todo el material del Establecimiento, y bajo su inmediata dependencia al colchonero,lavanderas y costureras. J\rt. 105.Son sus obligaciones: 1. ºTendrá especial cuidado de conservar los repuestos bien arreglados y en perfecto estado de limpieza. 2.º Llevará un libro de alta y baja de las prendas de ropería, y manifestará los consumos de estas prendas. J\rt. 106.Ladespensera tendrá a su cargo todos los artículos de subsistencia, los enseres de la despensa y útiles de mesa y de cocina, y bajo su dependencia inmediata á los cocineros. J\rt. 107.Son sus obligaciones: 1. º Mantener provista la Despensa de los artículos necesarios, cuidar que los alimentos sean de buena calidad, que estén bien condimentados y que se distribuyan á las horas señaladas, cubriendo las papeletas que se le presenten. 2~ º Debe llevar un libro de los artículos que ingresen y de los consumos que se hagan, documentando estos con los correspondientes estados. J\rt. 108. La Hermana encargada de la Despensa y Cocina procurará cumplir estrictamente, en la composición y cantidad, el dietario aprobado para el Establecimiento. CAPITULO_XXVI DEL PORTERO
J\rt. 109. El portero estará constantemente al cuidado de la puerta principal, la que se abrirá á las seis de la mañana y cerrará á las siete de la noche; pudiendo dar entrada hasta las diez de la noche, únicamente al médico é interno de guardia. Art. 11 O. Son sus obligaciones: . 1 º Debe velar que no se saque cosa alguna del Establecimiento, que no salgan los amentes, que á éstos no se les introduzca ninguna provisión sin conocimiento de la Superiora.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 2º Debe recojer las papeletas de salida de los enfermos y llevar una relación del movimiento que ha de elevar al Inspector. Art. 111. Los sirvientes, que serán dos, llenarán todas las funciones que les encomienden las Hermanas, bajo cuya inmediata dependencia se hayan. Art. 112. El jardinero cumplirá los deberes a su cargo bajo la vigilancia de la Superiora.
CAPITULO XXVII DEL PERSONAL y
sus
HABERES
Art.113. El Inspector tiene bajo sus órdenes, conforme á las disposiciones de este Reglamento, el siguiente personal con los haberes que se indican: HERMANASDE CARIDAD Una Hermana Superiora.
"
para la Botica.
"
"
" Despensa y Cocina.
"
"
" dpto. de Hombres,
"
"
" el de Mujeres,
"
"
" Lavandería y Baños.
Con el sueldo de su contrata - Al mes cada una
$ 15 60
PERSONAL MÉDICO Dos médicos titulares, cada uno Dos
"
Un
.
$ 80 ..
auxiliares, cada uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . " 51 .. para el servicio eléctrico
"51 ..
Dos internos, inclusive ración, cada uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 33 30 PERSONAL RELIGIOSO Un Capellán
$ 56 ..
PERSONAL ECONÓMICO Un Tenedor de libros
$ .. . .
111
Santiago Stucchi Portocarrero DEPARTAMENTO DE HOMBRES Un jefe de guardianes . .. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
$ 40 ..
" bañero
" 30 ..
"
barbero . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . ..... " 30 ..
"
enfermero
" 30 ..
Seis guardianes de 1 ª clase, cada uno Dos
id.
" 25 ..
de 2ª clase, cada uno
,
" 18 ..
Gratificación por guardia nocturna, al mes
" 15 ..
DEPARTAMENTO DE MUJERES Nueve guardianas, cada una
~
~ .. ··~····
_
$ 12 ..
EMPLEADOS SUB.ALTERNOS
Un portero . . .. .. .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . . .. . ..
.. .. .. .. $ 20 ..
Un jardinero
"20 ..
Dos lavanderas, cada una
"12 ..
Un cocinero . .. .. .. . . .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . .. .. .. . .. .. .. .. .. ..
" 30 ..
Dos ayudantes de cocina, cada uno .. .. ..
" 18 ..
..
Dos sirvientes, cada uno
.
DISPOSICIONES
GENERALES
Art. 114. Las personas extrañas al Establecimiento no podrán visitarlo, siendo prohibido todo permiso de visita, salvo cuando el Director 6 Inspector acompañen los particulares á quienes estimaren dignos de esa atención. Quedan exceptuados de la prohibición los Ministros de Estado, el Prefecto de Lima y autoridades de Policía, los socios de Beneficencia, y los médicos nacionales y extrangeros. á
Art. 115. Es prohibido firmar documento alguno
á
á
las familias de los insanos 6 á los empleados hacer los enfermos.
Art. 116. Todas las cartas que se dirijan los enfermos 6 que ellos escriban serán leídas por el médico del Departamento, y solo seguirán su curso cuando tengan su V° Bº. á
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Art. 117.Es prohibida la introducción de comestibles, bebidas espirituosas, instrumentos, libros, periódicos, etc., salvo permiso del médico titular de cada Departamento. Art. 118. Los enfermos no pueden tener dinero á su disposición, ni prenda objeto alguno de valor ó peligroso. La Superiora conservará en depósito lo que se encontrare en poder de un enfermo. ú
Art. 119. Es prohibido á la servidumbre del asilo recibir dinero bajo pretexto alguno, sea como remuneración ó gratificación de servicios, ó como depósito para gastos menudos de un alienado.
Lima,]unio 30 de 1897. En cumplimiento del acuerdo de la Junta Particular del 29 de Mayo, y decreto de esta Dirección de 31 del mismo, en mérito de los cuales se mandó poner en vigencia, provisionalmente, por un año, á propuesta del señor don Pedro D. Gallagher, el proyecto de Reglamento para el Hospicio de Insanos, redactado por la comisión de los médicos del Establecimiento doctores Manuel A. Muñíz y Eduardo Sánchez Concha, en 17 de Mayo de 1894, con las modificaciones propuestas por la comisión especial de los señores Socios doctor Manuel T. Espinoza, doctor ArístidesV. de Velazco y don.Manuel J. San Martín, en 30 de Junio del propio año; imprímase, concordando préviamente el señor Sub-Inspector don Ricardo Palma, encargado de la inspección, los artículos del proyecto primitivo, con las modificaciones posteriores; regístrese en la Contaduría General y póngase en vigencia á partir del 1 º de Julio entrante. Tómese razón. D. M. Ar.MENARA
E.E.CARRILLO Secretario.
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ANEXO 3
Reglamento interno del Asilo Colonia de Alienados de la Magdalenta (1919) CAPITULO! Art. 1 o - El Asilo Colonia de la Magdalena esta destinado exC:lusivamente a la asistencia y tratamiento de los sujetos de ambos sexos que padezcan de cualquier forma de alienación mental. (Art. l º,Cap. l ºdel Reglamento Orgánico del Asilo).
CAPITULO II
DEL lNsPECTOR Art. 2º - El Inspector del Asilo es el jefe directo del establecimiento. Art. 3° - Son atribuciones del Inspector: 1 º.- Cumplir y hacer cumplir las disposiciones de este Reglamento y las que le fueren comunicadas por la Dirección de la Sociedad de Beneficencia. 2°.- Dictar las providencias que considere oportunas para la mas esmerada asistencia de los enfermos. 3º.- Vigilar el estricto cumplimiento de las atribuciones que señala este Reglamento al personal del.ASilo. 4°.- Formular las ternas necesarias para el nombramiento de Médico Residente y de médicos jefes de servicio. En estas ternas sólo podrán figurar médicos especialistas y serán preferidos en ellas los antiguos internos del Asilo. 5°.- Formular las ternas para la provisión de los cargos de médicos jefes de Laboratorio y ayudantes de Laboratorios, así como para el odontólogo del Asilo. 6º.- Formular las ternas necesarias para la provisión del cargo de capellán del Asilo.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
7º.- Nombrar y remover, cuando fuere necesario, á los demás empleados. 8º.- Conceder licencia, hasta por un mes, á los médicos é internos y al capellán y, por el tiempo que juzgue conveniente, á los empleados cuya designación le está encomendada. 9°.- Acordar, con la Superiora y con el Médico Residente los gastos ordinarios que deban hacerse, elevando mensualmente á la Dirección, los respectivos presupuestos. 10º.- Consultar los gastos extraordinarios y fijar las bases para las contratas de obras nuevas, proyectadas de acuerdo con el Médico Residente ó con los médicos jefes de servicio; asi como para cualquiera otro objeto que sea materia de presupuesto especial. 11º.-Vigilar, de acuerdo con el Médico Residente, que el importe de los presupuestos decretados tenga justa y económica inversión, pudiendo reducir ó suprimir cualquier gasto de los ordinarios, en caso de considerarlo superfluo ó excesivo, así como también que se realicen esos gastos si es insuficiente la cantidad presupuestada. 12º.- Invertir hasta la suma de cien soles mensuales en atenciones urgentes
y extraordinarias, sin necesidad de previa autorización de la Dirección de la
Sociedad de Beneficencia.
13º.- Examinar las cuentas y planillas de gastos, las que deberán llevar su Vº.Bº. 14°.-Establecer, de acuerdo con el cuerpo médico del Asilo, las industrias que crea conveniente. 15º.- Remitir á la Dirección, mensualmente, un estado comprensivo de cuanto haya ocurrido en el Establecimiento. 16º.- Dar cuenta á la Sociedad de Beneficencia, anualmente, de la marcha del Establecimiento, insinuando las reformas que, de acuerdo con el cuerpo médico, deba recomendar en beneficio del Asilo. 17º.- Ordenar la admisión de los enfermos pensionistas y gratuitos. 18º.- Elevar la Dirección parte semanal de la asistencia de los médicos é internos. á
19º.- Reunirá los médicos en Junta cuando lo crea necesario. 20º.- Comunicar á la Dirección, para los reclamos á que hubiere lugar, los casos en que los enfermos gratuitos tengan bienes ó institución protectora que pueda y deba sostenerlos en condición de pensionistas. 21 º .- El Inspector saliente entregará el Asilo al Socio de Beneficencia que le reemplace en el cargo, bajo de inventario, cuyo documento se extenderá por duplicado, y será firmado por ambos y del cual una copia será enviada á la Dirección de la Sociedad, quedando la segunda copia archivada en el Establecimiento.
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Santiago Stucchi Portocarrero
CAPITULO III DE LA SUPERIORA
.Art. 4 º - El régimen administrativo y económico corre á cargo de la Superiora de las Hermanas de Caridad que asisten en el Asilo, siendo potestativo de ella designar ó sustituir á las Hermanas encargadas de las diversas dependencias del Asilo . .Art. Sº - La Superiora depende órdenes cumplirá puntualmente . .Art. 6º - Son atribuciones
inmediatamente
del Inspector,
cuyas
de la Superiora:
1.- Cumplir y hacer cumplir álos empleados que esten bajo sudependencia las prescripciones de este Reglamento. 2.- Proveer al Establecimiento de cuanto hubiese menester, adquiriendo los artículos que se necesitaren para la mejor marcha del Asilo. 3.- Examinar los estados que se pasen, el número y calidad de las raciones que se hubiese pedido, asi como los libramientos contra la Roperia y Botica, confrontándolos con los documentos respectivos. 4.- Formar el presupuesto de los gastos ordinarios que, por disposición del Inspector, deben hacerse cada mes y á cuya formación se refiere el § 9° del ArJ. 3° del presente Reglamento. -5.- Rendir cuenta documentada de los ingresos y egresos presupuestos, y de los gastos extraordinarios que hubiese mandado ejecutar el Inspector. 6.- Nombrará los sirvientes y lavanderas. 7 .- Responder por todas las existencias del Establecimiento le sean entregados.
y fondos que
8.- Cuidar de la capilla, de sus útiles y ornamentos. 9.- Para la contratación de artículos y· demás encargos se valdrá del Tenedor de Libios, cuando asi lo estime conveniente.
CAPITULON DEL SERVICIO MÉDICO
Art. 7° - Son atribuciones de los médicos jefes de servicio: 1.- Visitar, diariamente, en las mañanas, el servicio de su cargo, sin perjuicio de las visitas .de urgencia, elevando un parte diario del movimiento de enfermos y de las ocurrencias del servicio. 2.- Concurrirá las reuniones semanales del cuerpo médico del Asilo, las que tendrán por objeto discutir las observaciones recogidas y acordar las medidas indispensables para la mejor marcha del establecimiento.
116
Loquerlas, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 3.- Velar por el cumplimiento de los artículos, de este Regla.mento relativos al servicio médico. 4.- Llevar el registro médico de su servicio. 5.- Expedir las ordenes de salida y de licencia. 6.- Indicar los enfermos que puedan ser visitados por sus parientes y amigos. 7 .- Distribuir el servicio diurno y nocturno de enfermeros en los pabellones de su servicio médico. 8.- Formular, diaria.mente, el régimen de asistencia de los enfermos del servicio. 9.- Consultar los enfermeros y empleados cuya conducta ó cuya falta de cumplimiento de las prescripciones médicas le hiciere elemento nocivo la buena asistencia. á
á
10.- Firmar los certificados de defunción y los estados mensuales que cada servicio deberá pasar la Inspección del Asilo y la Municipalidad. á
á
11.- Redactar, anualmente, una Memoria relativa al servicio, la cual será enviada al Inspector. 12.- Organizar los servicios en armonía con los progresos de la ciencia y la técnica de los Asilos de Alienados. Art. 8° - Son atribuciones del Médico Residente. 1.- Ejercer la vigilancia general del Asilo, teniendo la responsabilidad del funciona.miento de todos los servicios. 2.- Vivir en el Asilo, que le proporcionará casa y alimentación ó una retribución proporcionada para ésta. 3.-Tener bajo su inmediata dependencia, como médico jefe, el servicio de admisión y observación de ambas secciones y la distribución de enfermos en los diferentes servicios. 4.- Ejercer vigilancia en los diferentes servicios con el objeto de controlar el mejor cumplimiento de las prescripciones médicas en cada uno de ellos. 5.- Hacer cumplir en el Asilo los acuerdos del cuerpo médico. 6.-Atender las llamadas de urgencia, asi como las consultas que le haga el interno de guardia ó un miembro cualquiera del personal de asistencia. 7 .- Velar por la disciplina del establecimiento. 8.- Llevar la correspondencia científica del Asilo. 9.- Ejercer el control administrativo del art. 3º del Cap. II de este Reglamento.
á
que hacen referencia el§ 9 y el§ 11
Art. 9º - Los internos serán nombrados por el Decano de la facultad de Medicina, en la forma acostumbrada. Art. 10.- Habrá un interno por cada uno de los cinco servicios, el cual llenará las funciones siguientes:
117
Santiago Stucchi Portocarrero
1 ... Acompañará al médico jefe del servicio en la visita diaria, llevando el recetario en el cual anotará las prescripciones respectivas. 2.- Llevará con el día los registros médicos e historias clínicas del servicio. 3.- Cumplirá las obligaciones señaladas por el Reglamento de Internos de Hospital de la Facultad de Medicina. 4.- Ayudará al jefe del Laboratorio anátomo-patológico en la práctica de las autopsias que correspondan á su servicio, registrando los resultados en un libro especial. 5.- Permanecer en el Asilo durante las 24 horas de su turno de guardia, durante el cual deberá atender las llamadas de urgencia de los diversos servicios. 6.-Vigilar,durante los turnos de guardia á que hace referencia el§ anterior, los servicios de electroterapia, hidroterapia y mecanoterapia. Art. 11.- El Laboratorio de Química, Anatomía Patológica y Bacteriología constituye una dependencia del servicio médico, encargada de llevar á cabo todas las investigaciones que el cuerpo médico considere necesarias. Art. 12.- El Laboratorio á que se refiere el art. Anterior estará a cargo de un médico jefe, nombrado por la Sociedad de Beneficencia en conformidad con las prescripciones del presente Reglamento. Art. 13.- Para figurar en las ternas de médico jefe del Laboratorio á que se refieren los dos artículos anteriores se requiere comprobación de un periodo mínimo de cinco años de dedicación investigaciones de laboratorio. á
Art. 14.- Son atribuciones del jefe del Laboratorio de Química,Anatomía Patológica y Bacteriología:
1.- Concurrir al Asilo,diariamente, en las mañanas. 2.- Verificar todas las investigaciones que le solicite el cuerpo médico. 3.- Practicar las autopsias acompañado del interno del servicio correspondiente al occiso y anotar los resultados en un registro especial. 4.- Conservare incrementarla secciónanátomopatológicadel Museodel Asilo. 5.- Elevar anualmente á la Inspección una Memoria de Ia-marcha del ~ servicio y de las investigaciones practicadas. Art. 15.- El Laboratorio de Psicología Experimental estará cargo del Médico Residente, quien tendrá un médico ayudante cuyas atribuciones son las siguientes: á
1.- Concurrir, diariamente, al Asiloen las horas que el Laboratorio señalará como de trabajo diario. 2.- Llevar á cabo las investigaciones y estudios que fueren solicitadas por los médicos jefes de servicio. 3.- Redactar el protocolo de las diversas experimentaciones y organizar el archivo correspondiente.
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Loquerias. manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 4.- La mejor conservación del instrumental. 5.- Ayudar al Médico Residente en el estudio de enfermos que hubiere sido solicitado por los jefes de servicio. 6.- Redactar anualmente la Memoria de los trabajos llevados á cabo en el Laboratorio. Art. 16.- El Gabinete antropológico estará, asimismo, á cargo del Médico Residente, quien tendrá un médico ayudante cuyas atribuciones son las siguientes: 1.- Concurrir diariamente al Asilo en las horas que el Gabinete señalará como de trabajo diario. 2.- Llevar á cabo la identificación de los enfermos entrantes, con sujeción al modelo de ficha de identificación adoptado por el Asilo. 3.- Encargarse de las labores de fotografía que pudieran ser reclamadas por los diversos jefes de-servicio. 4.- Catalogar las fichas de identificación de enfermos. 5.-Llevar á cabo los estudios é investigaciones que le fueren encomendadas por el médico jefe del Gabinete ó por los diversos jefes de servicio. 6 .- Redactar anualmente la memoria de la labor llevada á cabo por el Gabinete. Art. 17 .- El servicio odontológico del Asilo correrá á cargo de un cirujano dentista elegido por la Sociedad de Beneficencia y cuyas atribuciones serán las siguientes: 1.- Dar tres veces por semana una hora de consulta, sin perjuicio de atender las llamadas de urgencia. 2.- Realizar todas las operaciones que requieran los enfermos y el personal del Asilo. 3.- Llevar un registro en el cual anotará, las curaciones y operaciones que hubiere llevado á cabo. 4.- Cuidar de la conservación del material y de solicitar de la Inspección Jarenovación:necesaria. 5.- Elevará la Inspección una Memoria anual relativa á la marcha del servicio. Art. 18.- Funcionará en el Asilo un Consultorio Psiquiátrico externo, en el cual se dará consultas gratuitas de medicina mental y desde el cual se dirijirá el tratamiento de los convalecientes pobres fuera del Asilo. Este servicio correrá a cargo del Médico Residente, quien podrá solicitar, cuando lo crea conveniente, los servicios de los otros médicos del establecimiento.
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Santiago Stucchi Portocarrero
CAPITULO V DEL SERVICIO RELIGIOSO
Art. 19.- Habrá un capellán en el Establecimiento, para atender al servicio religioso. Son sus atribuciones: 1.- Vivir en el Asilo. 2 .- Celebrar todos los días una misa rezada en la Capilla del establecimiento. 3.- Auxiliar á los enfermos en sus últimos momentos, administrando los sacramentos á aquellos cuyo estado mental lo permita. 4.- Cuidar que los cadáveresvayan convenientemente cubiertos, exigiendo de la ropería las piezas necesarias para ese objeto. 5.- Dar parte á la Parroquia inmediatamente que ocurra el .fallecimiento de algún enfermo. 6.- Dar conferencias, sobre temas morales y religiosos, á los enfermos, cuando fuere solicitado por los médicos jefes de servicio. 7 .-Tener á su cargo los ornamentos, vasos sagrados y demás objetos del culto. Art. 19ª- El capellán tiene derecho á alimentación y á cuidados médicos. CAPITULO VI DE LAS HERMANAS DE CARIDAD
Art. 20 - La Hermana ó Hermanas designadas por la Superiora están encargadas del cuidado de los enfermos y de su alimentación, limpieza y renovación de sus ropas, aseo del local y de todo lo concerniente á los especiales fines de la institución, en cada uno de los servicios del establecimiento y, en conformidad con las indicaciones de los médicos jefes de servicio. Art. 21 - Las Hermanas de Caridad no son responsables de las faltas ú omisiones del servicio médico y de la vigilancia, que funciona con completa indiferencia de ellas. Art. 22 - Corresponde á las Hermanas, en cada servicio del Asilo: 1 - Cuidar del aseo y limpieza de las salas y demás compartimentos de cada pabellón. 2 - Ordenar y vigilar el cambio, cuando menos semanal, de las ropas de cama é internas de cada enfermo. 3 - Procurar, con el mayor empeño, que los enfermos estén constantemente limpios y sean tratados con afecto, sin obligarlos á prácticas religiosas que ellos no acepten. 4 -Acompañar al médico jefe de servicio en la visita diaria de enfermos.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO VlI DEL TENEDOR DE LIBROS
Art. 23 - Son obligaciones del Tenedor de Libros: 1 - Llevar razón de los ingresos y de su distribución y aplicación, arreglándose á los formularios que adopte el Inspector en el modo de llevar los libros, así como en la manera de estampar los asientos y dar balance. 2 - Examinar y confrontar los partes y manifiestos. 3 - Llevar la estadística personal. 4 - Asentar las partidas de ingresos, consumos y exclusiones de las dependencias. 5 -Tener al corriente el inventario general del Establecimiento. 6 - Dar en los libros un balance mensual de los ingresos y consumos. 7 -Totalizar la estadística personal y arreglar los estados que deben pasar á la Dirección de la Sociedad de Beneficencia. 8 - Copiar los presupuestos, cuentas y planillas. 9 - Llevar los partes que deben pasarse á la Dirección y á la Contaduría. 1 O - Cuidar del Archivo y de la buena clasificación de los documentos. 11 - Llevar la correspondencia del Inspector. 12 - Desempeñar los encargos ó comisiones de la Superiora, dentro y fuera del Establecimiento, siempre que ellos fueren compatibles con el cargo que él desempeña. 13 - Pagar los presupuestos mensuales del cuerpo médico, con el Vº Bº del Inspector. 14 - Permanecer en el establecimiento, cuando menos, de 8 á 11 a.m. todos los dias de trabajo. 15 - Llevar con el dia los .siguientes libros: a) - Movimiento diario. b)-Estadística rnensual·y anual. c) - Entradas. d) - Indices alfabéticos. e) - Copiador de correspondencia. f) - Salidas. g) - Defunciones. h) - Planillas de pensionistas. i) - Presupuestos. j) - Pago del cuerpo médico. 1) - Cuentas. rn) - Indice general.
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Santiago Stucchi Portocarrero
CAPITULO VIII DEL SER.VICIOFISIOTERAPICO
Art. 24 - Los servicios de Hidroterapia, Electro y Mecanoterapia estarán á disposición de ambas secciones del Asilo y funcionarán diariamente. Art. 25 - Estos servicios estarán á cargo de enfermeros de ambos sexos bajo la vigilancia del interno de guardia. Son obligaciones de los enfermeros adscritos á este servicio: 1 - Practicar, á las horas designadas, las aplicaciones que prescriban los médicos jefes de servicio. 2 - Cuidar y mantener en buen estado el material del servicio. 3 - Dedicarse exclusivamente
á las atenciones de su cargo.
4 - Llevar una estadistica detallada de las aplicaciones que verifiquen. Art. 26 ..;.. El Médico Residente tendrá la alta vigilancia y control de esta dependencia y pasará un parte diario á la Inspección á la que elevará una Memoria anual.
CAPITULO IX DE LA BIBLIOTECA
Art. 27 - El Asilo contará con una Biblioteca dividida en dos secciones: una destinada á los médicos y personal técnico del Establecimiento y una segunda destinada á los enfermos. Art. 28 - La Biblioteca estará á cargo del Médico Residente, quien tendrá á su servicio un enfermero encargado de la catalogación, de la distribución de libros á los enfermos y de la mejor conservación de los volúmenes.
CAPITULO X DELA BOTICA
Art. 29 - La Hermana boticaria tiene á su cargo la provisión de todos los medicamentos, los que deberá distribuir con sujeción estricta á las recetas de los médicos, llevando un libro de las medicinas que ingresen, comprobando los consumos con las recetas del cuerpo médico. Las labores de la Hermana boticaria están sujetas á la inspección de los médicos del establecimiento y á la del Inspector de Boticas rentado por la Sociedad de Beneficencia.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima
CAPITULO XI DE LOS ENFERMOS
Art. 30 - La asistencia y tratamiento de cada erúermo médico jefe del servicio en el cual el erúermo es asistido.
corresponde al
Art. 31 -Los erúermos podrán ser pensionistas ó gratuitos. Los pensionistas son de tres clases: pensión extraordinaria de Lp. 30 al mes, con asistencia en pabellón independiente; pensión de primera clase de Lp. 12.0.00 al mes; pensión de segunda clase de Lp. 8.0.00 al mes; pensión de tercera clase de Lp. 4.0.00 al mes. Art. 32 - Para ingresar como pensionista es necesario que el tutor ó apoderado del pensionista, contrate con el Inspector del Asilo, en conformidad con los modelos de esta contratación aprobados por al Sociedad de Beneficencia y vigentes actualmente. Art. 33 - Los enfermos cuyas pensiones no sean abonadas durante tres meses consecutivos pasarán, de hecho, la sección de gratuitos, previo aviso de la Inspección los personeros de los enfermos. á
á
Art. 34 - El establecimiento asiste y alimenta á los pensionistas, que serán vestidos por sus familias, las que también deben cuidar del lavado y renovación de la ropa de uso. El Asilo les proporcionará muebles y demas útiles. Art. 35 - El Asilo se encarga del lavado de las ropas de los enfermos que deseen aprovechar estos servicios, en conformidad con la siguiente tarifa: Pensionistas de clase extra, de primera y de segunda clase, Lp. 0.8.00 por mes. Pensionistas de tercera clase, Lp. 0.5.00 por mes. Gratuitos, Lp. 0.2.00 por mes. Art. 36 - Los enfermos gratuitos serán provistos de una cama y de todas las vasijas y útiles indispensables, asi corno el vestuario, calzado, ropa de cama, etc., que serán renovados periódicamente, conforme los presupuestos del Asilo. á
-cAPITULO XII DE LA ADMISIÓN DE ENFERMOS
Art. 37 - El ingreso de los enfermos al Asilo puede ser solicitado: l - Por el enfermo mismo. 2 - Por su representante legal. 3 - Por todo miembro de su familia siempre que justifique su pedido. 4 - Por el médico de un policlínico psiquiátrico. 5 - Por las autoridades de justicia y policía.
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Santiago Stucchi Portocarrero Art. 38 -Todo pedido de admisión debe ser formulado por escrito, dirigido al Director de la Sociedad de Beneficencia y firmado por la persona ó autoridad requeridora y debe estar acompañado de un certificado, según fórmula impresa firmado por dos médicos, atestiguando la existencia de la enfermedad mental y la necesidad de su tratamiento en el Asilo. Este expediente será enviado al Médico Residente. Esta declaración estará basada en el exámen personal del enfermo, practicado lo sumo 1 O días antes del pedido de admisión por médicos que no formen parte del personal técnico del Establecimiento. á
Art. 39 - Los médicos que firmen el certificado no pueden ser ni parientes ni tener intereses mancomunados ni ser tutores del enfermo. Art. 40 .,.. Sólo en caso de urgencia y cuando un retardo podría ser perjudicial . para el propio enfermo ó peligroso para las personas que lo rodean, la admisión inmediata puede ser concedida por el Médico Residente sin perjuícíode continuar los trámites correspondientes dentro de un plazo no mayor de 48 horas. Art. 41 - El Inspector del Asilo debe ser informado sin demora en estos casos. Art. 42-Todo enfermo entrante debe ser colocado en una sección especial separado del resto de los asilados (pabellón de admisión y observación) en la que no deberá permanecer más de 30 días. Al cabo de los cuales, los enfermos que continúen en asistencia pasarán á la sección correspondiente. Art. 43 - Cuando el enfermo sea trasladado de la sección de observación y en general á los 30 días de internamiento será inscrito en el registro general.
CAPITULO XIII DE LA SALIDADE LOS ENFERMOS
Art. 44 - Los enfermos permanecerán en el Establecimiento, hasta que los médicos jefes de servicio comuniquen al Médico Residente, por escrito, la orden de salida el que enviará el expediente al Inspector. Art. 45 - La salida es provisional ó definitiva. La salida provisional puede ser concedida, con la condición de que un pariente ó tutor, se comprometa por escrito á velar por el enfermo ó darle los cuidados que exige su estado. Toda salida provisional será definitiva al cabo de un mes. En este caso para el reingreso del enfermo se seguirán los mismos trámites que para su admisión. Art. 46 - La salida será definitiva en los casos siguientes: 1 - Cuando el enfermo es declarado curado por el médico jefe del servicio. 2 - Cuando se pruebe que su permanencia en el Establecimiento le sea perjudicial.
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Loquerías, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima 3 - Cuando lo soliciten las personas que tengan derecho de tutela sobre el enfermo, aún cuando la curación no esté terminada. En este caso el médico hará sus observaciones por escrito y las elevará al Inspector, para que disponga lo conveniente . .Art. 47 - Los asilados judiciales, no podrán salir sin autorización del juez respectivo.
CAPITULO XIV DE LAS VISITAS
.Art. 48 - Los domingos y jueves de 12 á 2 de la tarde, se admitirá la visita de los parientes, guardadores ó encargados de los enfermos, excepto el caso en que el médico lo prohiba. Esta visita se recibirá.en el parlatorio de cada pabellón y estará presente un enfermero, debiendo las visitas conformarse, en cuanto la forma y duración, á las prescripciones del médico . á
.Art. 49 - Está prohibido los visitantes dar cosa alguna el correspondiente permiso . á
á
los enfermos sin
.Art. 50 - Los permisos para recibir visitas los dará por escrito sólo el médico jefe de cada servicio.
CAPITULO XV DE LAS DEFUNCIONES
.Art. 51 - Las defunciones de los enfermos serán comprobadas por el médico del servicio ó por el Médico Residente . .Art. 52 - Los cadáveres serán inmediatamente trasladados al depósito fúnebre del Establecimiento, procurando dar aviso los parientes, deudos ó apoderados, los que pueden disponer la ínhumacíén particular . á
.Art. 53 - Las autopsias sólo se harán cuando sean necesarias, y no se opongan ella los dolientes. Los resultados se consignarán en un libro especial. á
CAPITULO XVI DE LA DISCIPLINA
.Art. 54 - Los empleados, enfermeros y sirvientes que desatiendan el cumplimiento de sus obligaciones, ó cometan alguna falta de insubordinación serán amonestados, multados ó expulsados cuando el Inspector lo determinare así, atendiendo la gravedad del caso, y en conformidad con el jefe de servicio. á
125
Santiago Stucchi Portocarrero .Art. 55 - El que se ausente del Asilo, sin causa suficiente ni previa licencia, perderá la sexta parte de su sueldo por la ausencia de un día; la tercera por dos días, y la mitad por la ausencia de tres dias, má.ximun de falta tolerable. Estos descuentos se repartirán mensualmente entre. los que presten el servicio del castigado . .Art. 56 - Por las demás faltas en que incurran los empleados, enfermeros y sirvientes sufrirán la pena que les imponga el Inspector ó la Superiora ó el jefe de servicio, ó serán entregados á la autoridad pública si el caso lo requiere . .Art. 57 - El médico jefe del servicio, cuando lo juzgue conveniente, puede pedir al Inspector la separación de todo empleado subalterno que no sea de su satisfacción ó confianza, ó que incurra en alguna falta grave.
CAPITULO XVII _D-E.LA-DISTRIBUCIÓN
DEL TIEMPO
.Art. 58 - Tanto en la sección de hombres como en la de mujeres se observará la siguiente distribución del tiempo: Del l 0 de Noviembre al 1 ° de Mayo las 6 a.m., deben levantarse todos los enfermeros y empleados. á
Los enfermos se levantarán una hora más tarde á excepción de los que el médico autorice á quedarse en cama ó aquellos que se sientan mal. Inmediatamente después de levantados procederán los enfermos á hacerse la "toilette" en los locales destinados á ese objeto. Los enfermeros cuidarán de que los vestidos de los enfermos estén limpios y en buen estado de conservación; y ayudarán á vestir á los enfermos que no lo puedan hacer por sí solos. Los dormitorios deben ser arreglados inmediatamente después de la salida de los enfermos siendo prohibido el acceso á ellos durante el día, salvo orden del jefe del servicio. Los enfermos deben haber terminado su aseo á la hora del desayuno que se.servírá.á.las 7~y30a .. m.eneLcomedor-de.cadapabellón.-·La limpieza de los dormitorios debe estar terminada á las 8 a. m. Después del desayuno los enfermos pasarán al trabajo, que durará de 8 á 11 en la mañana, con un descanso de media hora á las 9 Ya . En la tarde de 2 á 5 Ya p. m. con un descanso á las 3 Ya p. m. Después del trabajo y antes de entrar á la sala de reunión y al comedor los enfermos deben limpiar sus vestidos, zapatos y demás prendas personales en el local especial que se destine en cada pabellón . .Art. 59 -A las 9 p. ni. los enfermos serán conducidos por los enfermeros á sus dormitorios los que ayudarán á desvestirse á los que no puedan hacerlo por sí solos. Bajo ningún pretexto se tolerará la permanencia de los vestidos y calzados en los dormitorios durante la noche.
126
Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Las puertas de los dormitorios que dan al exterior deben cerrarse con llave para abrirse las 5 Ya en el verano y á las 6 a m. en el invierno. á
Comidas Los enfermos tomarán sus comidas en los comedores de cada pabellón, en la siguiente forma: 7 y 30 a.m desayuno 11 y 30 a.m almuerzo 6 y 30 a.m comida Art. 60 - Las comidas serán servidas por los enfermeros que vigilarán el orden. Inmediatamente después de las comidas debe limpiarse la vajilla y ser puesta en su sitio con la ayuda de los trabajadores. Después del almuerzo hasta la hora de entrar al trabajo pasarán á la sala de reunión, en donde podrán dedicarse la lectura, la música y á juegos diversos. á
Después de la comida hasta la hora de acostarse, se proporcionará á los enfermos las distracciones que estén más en armonía con su estado. Art. 61 - Los trabajadores tendrán derecho dulce, tabaco, etc.
á
sobre alimentación, frutas,
Art. 62 - Siendo el trabajo un agente terapéutico de primer orden es obligatorio para todos los enfermos válidos sin distinción. Art. 63 - Los enfermos tendrán ocupaciones apropiadas desarrollo intelectual.
á
sus fuerzas y
Es á los médicos á quienes incumbe la elección de los trabajos y ocupaciones, que deben tener por objeto el interés de los enfermos y el del Establecimiento. Art. 64 - Los trabajadores no pueden realizar otra clase de trabajo que no sea el señalado por el jefe del servicio médico que pertenecen. á
Art. 65 -A las horas fijadas por el médico jefe de cada servicio el capellán del Establecimiento dará los enfermos conferencias sobre cuestiones morales ó religiosas. á
Art. 66 - Cuando el Inspector del Establecimiento lo crea conveniente organizará de acuerdo con el cuerpo médico fiestas, conciertos, .baílesy representaciones teatrales, etc., etc. Art. 67 - En cada pabellón existirán á disposición de los enfermos juegos diversos, diarios y la Biblioteca del Establecimiento les suministrará las obras que autorice el medico jefe del servicio. Art. 68 - Los domingos y días de fiesta tendrá lugar en la capilla un servicio religioso al cual asistirán los enfermos , y el personal del Establecimiento. Art. 69 - La proporción entre los enfermeros y los enfermos en el servicio diario, será 1 por cada 15 tranquilos, y 1 por cada 8 agitados; en el servicio de admisión y observación 1 por cada 6. Del 1 º de mayo al 31 de octubre todo servicio se hará media hora más tarde.
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CAPITULO XVIII
DE LOS
ENFERMEROS
Art. 70 - Los enfermeros vivirán en el Asilo,tendrán derecho á alimentos y
á cuidados médicos.
Art. 71 - Los enfermeros jefes de servicio deben vigilar á los enfermos y los enfermeros subalternos tanto en el interior de los pabellones, como en los talleres y trabajos agrícolas. á
Art. 72 - Los enfermeros jefes deben dar ejemplo de buena conducta y de cumplimiento de sus deberes profesionales. Art. 73 - Harán conocer el Reglamento del Asilo á los nuevos enfermeros. Art. 7 4 - Reglarán la salida de los enfermeros que estén bajo sus ordenes. Art 75 - Repartirán entre los enfermerosy los enfermos las diversaspartes del servicio según las instrucciones del médico jefe.
Art. 76 - Llevarán un registro del personal que esté bajo sus órdenes, en el que anotarán: las salidas, las entradas, las horas de trabajo y las faltas cometidas. Este registro lo presentarán al médico jefe del servicio. Art. 77 - Llevarán el rol de guardia diurna y nocturna y la distribución del personal de su dependencia. Art. 78 - A la entrada de cada enfermo deben hacer un inventario de su ropa y demás prendas. Art. 79 - Los enfermeros jefes de servicio, deberán cuidar . de que los enfermos sean tratados con,benevolenciay esten siempre limpios. Art. 80 - Informarán al médico jefe de lo que pasa fuera de las visitas, y en los casos de urgencia al interno de guardia. Art. 81 -Asistirán á los recreos, distracciones y al servicio religioso. Art. 82 - A las 9 p. m. deben asegurarse que los enfermos y enfermeros estén en reposo y que todo esté en orden en el pabellón de su vigilancia; que las luces sean apagadas, los vestidos y los zapatos fuera de los dormitorios y que los veladores de noche estén en su puesto. Art. 83 - Los jefes de enfermeros tendrán la lista de los trabajadores y la naturaleza de. sus ocupaciones, la lista de los baños medicamentosos de limpieza, y de las aplicaciones eléctricas, etc. Art. 84 - Los enfermeros jefes se alternarán en sus· labores diurnas y nocturnas de acuerdo con el cuerpo médico y tendrán una salida cada 8 dias por 24 horas. Art. 85 - El enfermero jefe de cada servicio acompañará al médico en la visita diaria, comunicándole las observaciones recogidas. Art.86-Los enfermeros subalternos serán distribuídosen las proporciones fijadas por este Reglamento y según sus aptitudes, en los diferentes servicios.
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Loouerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima .Art. 87 - Estos empleados se turnarán en la vigilancia de día y de noche, según el rol fijado por el enfermero jefe de acuerdo con el médico del servicio. Los enfermeros del servicio de vela tendrán una linterna de mano para los casos de urgencia . .Art. 88 - Ningún enfermero podrá abandonar la vigilancia de los enfermos sin prevenirlo al enfermero jefe, de su servicio, el que nombrará su reemplazo . .Art. 89 - Los enfermeros deben fijar su atención en todo lo que digan ú observen en los enfermos y comunicarlo al enfermero jefe, para que éste á su vez lo comunique al interno ó al médico del servicio . .Art. 90 - Los enfermeros cumplirán estrictamente las prescripciones médicas, que les indique el enfermero jefe, cuidando de observar y comunicarle los efectos que produzcan en los enfermos los medios empleados . .Art. 91 - Los enfermeros vigilarán los baños de aseo y ayudarán al bañero en la administración de los baños medicinales en los enfermos de su servicio . .Art. 92 - Los enfermeros cuidarán de que todos los dias, los enfermos se den un baño de limpieza y cuando sea necesario los harán afeitar y cortar el pelo por el barbero . .Art. 93 - Durante la visita médica los enfermeros no podrán abandonar sus puestos y harán guardar el orden . .Art. 94 - Los enfermeros están encargados de la limpieza y del servicio higiénico de su respectiva sección pudiendo servirse previa autorización médica, de algunos enfermos . .Art. 95 - Los enfermeros no deben frecuentar los servicios á los cuales ellos son extraños . .Art. 96 - Los enfermeros deben impedir los daños que puedan hacerse y las tentativas de evasión de cada uno de los enfermos confiados á su cuidado . .Art. 97 - Emplear siempre la persuasión y la dulzura, sin injuriar ni maltratar á sus enfermos, y velar por el cumplimiento de los artículos de este Reglamento que tienen relación con la asistencia de los enfermos . .Art. 98-Los enfermeros ni sus jefes emplearán jamás medios de contención alguna y sólo podrán recurrir al aislamiento celular, de un modo excepcional y momentáneo, estando obligados en este último caso de comunicar el hecho al interno de guardia, quien dispondrá lo conveniente . .Art. 99 - Los enfermeros dormirán en sus respectivas secciones, en los sitios en que se les haya designado . .Art. 100 - Ayudarán al jefe del Laboratorio y á los internos en la práctica de las autopsias que correspondan á su servicio . .Art. l O l - Los enfermeros usarán el siguiente uniforme:
1 ª - Los hombres vestirán de kaqui en verano y de azul en invierno con sus respectivas gorras de la misma tela en la que llevarán las iniciales A. C. M. Los enfermeros jefes usarán como distinción en su uniforme una placa de metal blanco de cuatro centímetros de longitud por dos de ancho con el número del servicio á que pertenecen.
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2ª Las mujeres usarán un mandil blanco y una gorra del mismo color. Las enfermeras jefes de servicio usarán en el pecho el mismo distintivo que los enfermeros jefes. CAPITULO XIX DE LOS SERVICIOS DE DESINFECCIÓN, LAVANDERÍAy ROPERÍA
Art. 102 - La Superiora designará las hermanas que deben encargarse de estas dependencias. Art. 103 - La hermana del servicio de desinfección y lavandería tendrá bajo su dependencia . .Al mecánico, colchonero y lavanderas. Art. 104 --Sonsus ·obligaciones:-
1 "'- Conservar en perfecto estado de uso el material del servicio. 2 - Ordenar la desinfección de todas las prendas, colchones, etc., que han servido á los enfermos, antes de pasar á la lavanderia. Art. 105 - Podrá emplear en la lavandería las enfermas válidas que indiquen los médicos jefes de servicio. Art. 106 - Llevará un libro en el que anotará el alta y baja de las prendas que reciben y de las desinfecciones que se realicen. Art. 107- La hermana de la Ropería tendrá á su cargo todo el material del Establecimiento y bajo su inmediata dependencia el taller de costura. Art. 108- En el taller de costura podrán trabajar las enfermas que indiquen los médicos jefes de servicio. Art. 109- Son sus obligaciones: l - Tener especial cuidado de conservar los repuestos bien arreglados y en perfecto estado de limpieza. 2 - Llevarun libro de alta y baja de las prendas de ropería y manifestar los consumos de-estas prendas-> CAPITULO XX DE LA DESPENSA y COCINA
Art. 11 O - Esta sección estará á cargo de. una hermana, nombrada por la Superiora, a que tendrá bajo su inmediata dependencia á los cocineros y sirvientes. Art. 111 - Son sus obligaciones: l -Tener á su cargo la despensa y todos los artículos de subsistencia.
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2 - Mantener provista la despensa de los artículos necesarios, cuidando de que los artículos sean de buena calidad, que estén bien preparados y que se distribuyan las horas señaladas, cubriendo las papeletas que se le presente. á
3 - llevar un libro de los artículos que ingresen y de los consumos que se hagan, documentando éstos con los correspondientes estados. 4 - Cumplir estrictamente en la composición y cantidad del régimen alimenticio prescrito por los médicos. CAPITULO XXI DEL PORTERO
Art. 112 - El portero estará constantemente al cuidado de la puerta principal, desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. Art. 113 - Son sus obligaciones: 1 - Vigilar la entrada de las personas extrañas al Establecimiento. 2 - Controlar la entrada y salida de los empleados dando cuenta al Médico Residente. 3 - El es intermediario entre los diversos servicios y se ocupará del envío de cartas, de introducir á los visitantes en la sala de espera, de conservar la limpieza del vestíbulo, de las escaleras y de los corredores del pabellón de Administración y de las vías de acceso principal. 4 - Prender las luces de ese pabellón. 5-Vigilar que los visitantes no introduzcan nada ilícito en el Establecimiento
y que no se lleven objeto alguno perteneciente al Asilo.
6 - No abandonar su puesto sin previa autorización. 7 - Vigilar todo lo que pase delante del Establecimiento y en el pabellón de Administración. 8-No exigir recompensa alquna á los visitantes. 9 - Asegurarse que durante la noche nada anormal pase en los locales confiados á su cargo. 1 O - Impedir la salida de los enfermos que carezcan de la autorización facultativa. 11 - Recoger las papeletas de salida de los enfermos y llevar una relación del movimiento para elevarlo al Médico Residente. Art. 114 - El portero será nombrado por el Inspector.
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CAPITULO XXII
DEL JARDINERO Art.· 115 - El jardinero está encargado de todos los trabajos de jardines, avenidas, etc. Art. 116 - Son sus obligaciones: 1 - Procurar que todo el año el Establecimiento tenga frutas, flores y legumbres. 2 - Tener un registro del material que le ha confiado el Establecimiento, de los productos que saque cada día y del número de obreros y enfermos colocados bajo su dirección y los trabajos ejecutados por éstos. 3 - Ejecutar trabajos de otra naturaleza cuando el tiempo lo permita. Art. 117-.Al lado del jardinero podrán trabajar los enfermos que designen los médicos jefes de servicio. Art. 118 - El jardinero está encargado de la vigilancia de la puerta de servicios, al lado de la cual tendrá su habitación. Art. 119 - Esta puerta deberá estar siempre cerrada y sólo se abrirá para librar pasaje al servicio de provisiones, materiales, etc. Art. 120 - El jardinero será nombrado por el Inspector. CAPITULO XXIII DE LOS SlRVIENTES
Art. 121 -Estos tendrán por funciones:lalimpieza de las oficinas y demás dependencias del pabellón de Administración,las habitaciones de los internos, la· casa del Médico Residente, el mortuorio y los trabajos que les ordene la Superiora. Art. 122 - Ellos conducirán la ropa de los diversos pabellones á la lavandería y ropería y tendrán cargo el alumbrado del Establecimiento. á
Art. 123 - Los sirvientes serán tres por cada sección, nombrados por la .: Superiora y tendrán derecho á un día de licencia cada quincena.
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CAPITULO
xxrv
DEL PERSONAL
Axt. 124-El Inspector tiene bajo sus órdenes conforme á las disposiciones de este Reglamento, el siguiente personal: HERMANAS DE CARIDAD Una Hermana Superiora. " " por cada servicio. Sección de hombres 4 " "mujeres4 Botica 1 Desinfectorio y lavandería 1 Ropería 1 Cocina y despensa 1 PERSONAL MEDICO Un Medico Residente Cuatro médicos jefes de servicio Cinco internos DEPENDENCIAS DEL SERVICIO MEDICO Un jefe de laboratorio Un dentista PERSONAL RELIGIOSO Un capellán PERSONAL ECONOMICO Un tenedor de libros SECCION DE HOMBRES S jefes de enfermeros 40 enfermeros Un barbero SECCION DE MUJERES S jefes de enfermeras 40 enfermeras
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Un portero Un jardinero Un cocinero 2 lavanderas 2 ayudantes de cocina 6 sirvientes Un jefe de taller para cada industria que se establezca
DISPOSICIONES GENERALES Art. 125 - Está prohibida la entrada las personas extrañas al Establecimiento, salvo permiso especial del Inspector y excepción hecha de las autoridades que tengan que ver con los asilados. á
Art. 126 - Está prohibido la familia de los enfermos ó los empleados del Asilo hacer firmar documento alguno los asilados. á
á
á
Art. 127 - Todas las cartas que se dirijan á los enfermos ó las que ellos escriban serán leídas por el médico jefe del servicio, y sólo podrán seguir su curso cuando tengan el V° Bº de éste. Art. 128 - Está prohibida la introducción de comestibles, bebidas espirituosas, instrumentos, libros, periódicos, etc., salvo permiso del médico de cada servicio. ú
Art.129 - Los enfermos no pueden tener dinero á su disposición ni prenda objeto de valor ó peligroso.
Art. 130 - Está prohibido los empleados del Asilo recibir dinero bajo pretexto alquno, sea como remuneración ó gratificación de servicios ó como depósito para gastos menudos de un enfermo. á
Art. 131 -Todos los días, a las 6 p.m. en invierno, y á las 7 en verano, se prenderán las luces del Establecimiento y se apagarán á las 9 p. m; quedando encendidas, sólo las indispensables para el buen servicio. Art. 132 -Todoslos~aterialesJnflamables,_deberán_estar-eonservados vasos y lugares especiales con el objeto de evitar siniestros.
en
Art. 133 - Está prohibido fumar en los talleres y en los sitios en donde hayan materiales inflamables. Art. 134 - Cada pabellón tendrá servicio incendios.
telefónico
·
y un poste para
Art. 135 - En el Asilo habrá una bomba de ruedas y los útiles necesarios para amagar un siniestro. · Art. 136 - El Médico Residente organizará entre los empleados del Asilo, el servicio de seguridad nocturna, los que se presentarán en el lugar del siniestro, á la llamada convenida, sin perjuicio de que los demás empleados presten su concurso.
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Loquerias, manicomios y hospitales psiquiátricos de Lima Art. 137 - Cuando un empleado del Asilo se dé cuenta del siniestro avisará al portero quien llamará á los empleados de guardia. Art. 138 - El interno de guardia cuidará de tomar las medidas convenientes para con los enfermos, avisando en caso necesario á las Bombas de la Capital.
- .ACUERDO DE LA JUNTA GENERAL DE BENEFICENCIA, QUE .APRUEBA EL PRESENTE REGLAMENTO Lima, 8 de noviembre de 1918 PerezAranibar E. E. Carrillo
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