Fernando Lopez-Aloes
La formaci6n del Estado y la democracia en America Latina 1830-1910 TRADUCCI6N DE PAULA SERRANO
GRUPO EDITORIAL NORMA
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L6pez-Alves, Fernando La formaei6n del Estado y la demoeracia en America Latina, 18101900/ Fernando Lopes-Alves. - Bogota : Editorial Norma, 2003. 328 p. ; 23 em. - (Coleeei6n vitral) ISBN 958-04-'154-1 I. Colombia - Historia • 1810-18862. America Latina- Polftica y gobierno - Siglo XIX 3. Demoeracia - America Latina - Siglo XIX 4. Demoeraeia - Colombia - Siglo XIX 5. Colombia - Polftica y gobiernoSiglo XIX I. Tft. II. Serie 321.00980 cd 20 ed. AHN,I29 CEP-Baneo de la Repriblica-Biblioteca Luis-Angel Arango
CONTENIDO
PROLOGO A LA EDICION ESPANOLA ESTADOS, GLOBALIZACIONES, Y DEMOCRACIAS
INTRODUCCION PROBLEMAS Y CASOS
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11
23
CAPITULO I EL ARGUMENTO: GUERRAS, ORGANIZACIONES POLITICAS Y LOS POBRES RURALES
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43
CAPITULO 2 GAUCHOS, GANADEROS Y AUTONOMIA DEL ESTADO EN URUGUAY,1811 - 1890
© Fernado Lopez-Alves, 2002 © Editorial Norma S.A., 2003
CAPITULO 3
Apartado 53550, Bogota Prim era edicion en eastellanorjunio de 2003 Derechos reservados para todo eI mundo de habla hispana
COLOMBIA, 1810-1886
85
UN EJERCITO DEBIL Y UNA DEMOCRACIA RESTRICTIVA:
CAPITULO
145
4
UN ESTADO Y UN EJERCITO URBANO MAS FUERTES:
Disefio: Camilo Umana Imagen de portada:Juanambu afio de 1814 (Detalle) Jose Marfa Espinosa, Col. Museo Nacional de Colombia Armada: Blanca Villalba Palacios
ARGENTINA, 1810-1890
201
CAPITULO 5 DOS CAMINOS ALTERNATIVOS DE FORMACION DEL ESTADO:
Impreso por Cargraphics S.A.• Impresion digital Impreso en Colombia-Ptinted in Colombia
VENEZUELA Y PARAGUAY
263
CONCLUSIONES
CC 22274 ISBN 958-°4-7154-1 Prohibida la reproduccion total 0 parcial por cualquier medio sin perrniso escrito de la Editorial.
BIBLIOGRAFIA
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ESTADOS, GLOBALIZACIONES Y DEMOCRACIAS*
Ai escribir este prefacio a la edici6n espanola, la escasez de estudios comparados sobre el Estado latinoamericano, sea sobre su formacion en el siglo XIX y principios del xx, 0 su desmantelamiento durante la ultima decada del siglo pasado y 10 que va de este, sigue siendo un problema. Las pocas comparaciones que se han iutentado dentro de las ciencias sociales no calificarfan realmente de "trabajo comparado" ala Barrigtou MooreJr., a fa Perry Anderson, 0 a la Charles Tilly (ver bibliograffa). Libros que inspiraron mucha controversia y admiracion como Las venus abiertas de America Latina de Eduardo Galeano, por ejemplo, no se basaron en una metodologfa definida, ni, como en el caso de Las uenas.. , proveell un libro de historia solida, Su intencion es otra. Lo mas comparado en sentido estricto que tenemos en lengua espanola (yen ingIes), producido en America Latina, sigue siendo el clasico trabajo de Cardoso y Falleto, "Dependencia y Desarrollo...", Luego de este esfuerzo pionero de los aiios setentas -que moldeo los estudios sobre America Latina tanto en la region como en el mundo- ha habido sin ducla otras investigaciones, en su mayorfa lideraclas por enfoques marxistas y estructuralistas, Pero pocos de estos trabajos han incluido comparaciones sistematicas, y casi ninguno usa mas de un caso, generalmente enfocandose en historias nacionales y situaciones locales. En cuanto a 10 comparado se refiere, hemos cafdo en un silencio que se ha extendido hasta finales del siglo veinte. Y esto ha pasadojustamente cuando en el resto del mundo los trabajos comparados crecen, y la • Debo agradecerle a Paula Serrano por esta excelente Iraducci6n at eepafiol del original en ingles. Tambien agradezco la colaboraci6n de aquellos que dedicaron horas de sueiio a las dltimas correcciones de la versi6n espanola: Waller Aranda, Andrea Cardozo Gonzalez, Milagros Gaya, Matias Jimenez Cons tanzi, Paula Ramos, y Matias Schroder, graduados de ciencia polftica en la Universidad de Buenos Aires excepto eI primero, que incursiona en uno de mis viejos campos favorites, la filoaofla, Por suo puesto que todos los errores y omisiones que pueda encontrar el lector SOnpropiedad privada del au lor.
FERNANDO L6PEZ-ALVES
formulacion de modelos basad os en mas de un caso se entiende como la norma. Sorprendentemente, este libro es tinico en su genero en cuanto a presentar explfcitamente cual es la logica de la comparacion que se iutenta, porque se seleccionan estos casos y no otros, y porque 10 comparado contribuye a la formulacion de teorfa mas solida, Han sido los historiadores los que se han acercado mas al trabajo comparado. En Argentina y Mexico, especialmente, tenemos eI trahajo solido y pionero de historiadores que se aventuraron Ul<1S alla de sus fronteras y escribieron maravillosas historias de la region, por ejemplo, la de Tulio Halperfn Donghi. De la misma manera, en Inglaterra y los Estados Uuidos existe una tradicion de historiadores que han escrito historias solidas y excelentes del continente. Fueron los historiadores los que lideraron en cuanto a historia comparada. Pero en sus trabsjos generalmente 10 comparado se ha reducido a sugerencias en cuanto a similitudes y contrastes entre pafses, mas que a la elaboracion de teorfas sobre aspectos espedficos del proceso de formacion del Estado, de la nacion, 0 de las instituciones sociales y polfticas, Hay algunas excepciones, pero son muy pocas', Mas bien la in tencion era 0 presentar una coleccion de ensayos sobre diferentes procesos haciendo observaciones comparadas al pasar, 0 e1aborar libros de texto que pudieran ser usados en cursos sobre la historia de Latinoarneriea. Este libro pretende colocar los estudios comparados sobre Latinoamerica al nivel del analisis comparado hecho sobre Europa, por ejemplo, donde sf tenemos estudios comparados en el sentido mas estricto del termino. De ahf que el capftulo primero dedique tanto tiempo y atencion a ofrecer una panoramica de las teorfas del Estado aplicadas al viejo mundo, especialmente al trabajo de Charles Tilly. Las comparaciones que se encuentran en las paginas siguentes comenzaron a gestarse en 1991,precisamente cuando eI autor, luego de haber pasado algun tiempo en Colombia haciendo una investigacion sobre eI movimiento obrero colombiano, \lego al Rio de la Plata con una beca Fulbrigth para intentar ampliar este estudio", Me di cuenta de
1. Una de estas excepciones es Charles Bergquist, historiador que escribi6 uno de los primeros Iibros comparados sobre el sindicalismo en America Latina, libro citado mas adelante en este libro. 2. Fernando L6pez-Alves, MIJ Do Unions Coalesce? Labor Solidarity in Colombia and Un/gllay, PhD. Dissertation. University of California Los A.ngel;s, 1989.
La jormacuin del Estndo y fa democraaa en America Lattna
que sin un estudio comparado de como los procesos de centralizacion de poder tuvieron lugar en America Latina, mi trabajo sobre el movimiento obrero padeda de serias deficiencias. Y me di cuenta que la misma deficiencia afectaba tambien otras areas de investigacion: estudios sobre los militares, los partidos polfticos, la economfa, la aecion social colectiva, las burocracias estatales, la relacion entre la empresa privada y el Estado; todos podrfan enriquecerse a traves de trabajos comparados sobre la gestacion del Estado. Nueve afios de trabajo despues, este libro vio la luz en su edicion en ingles, y el autor dejo de ser un especialista en el movimiento sindical para pasar a ser un especialista en el Estado. Los capitulos que siguen analizan los procesos de formacion del Estado-nacion en el sig10 XIX y principios del xx y por 10 tanto un periodo que, creo, nos da la oportunidad de desentraiiar las claves de la centralizacion de poder en America Latina. 0 de por que el poder no se centralize como en otras partes del mundo, y por 10 tanto de poder estudiar 10espedfico de la distribucion del poder politico en America Latina cuando uno se mira en el espejo de Europa, Asia, y los Estados Unidos. AI escribir este prefacio, el Estado latinoamericano y sus elites poltticas estan padeciendo una de las crisis mas profundas de toda su historia, De manera preocupante la relacion del ciudadano con el Estado, en casi todos los pafses de sur y centro America al igual que en Mexico, esta re-definiendose de una manera muy peligrosa para 10que podrfarnos \lamar hoy la democracia neo-liberal. EI divorcio del ciudadano con el Estado es creciente, y la ciudadanfa ha perdido gran parte de la lealtad que la unia a sus Estados y organizaciones polfticas, En una encuesta que el autor condujo en Argentina en el afio 2002, encontro que casi 80% de 380 entrevistados piensan hoy que no Ie deben nada aI Estado, y creen que estarfan mucho mejor sin el. Los mismos entrevistados admiten que sf saben cuales son sus deberes para con el Estado, pero que no estan dispuestos a acatarlos pues no connan en el. Resultados parecidos, aunque en un porcentaje un poco menor, alrededor del 68% en una muestra de 160 entrevistados, encontramos tambien en Uruguay, mientras que otras encuestas en el resto del continente parecen confirmar esta incredulidad en el Estado, De hecho, a las relaciones y vfneulos cada vez mas debiles entre los ciudadanos y sus Estad os, el descreimiento en los que mandan (0 quieren mandar) y el pesimismo reinante en cuanto al futuro de America Latina que ha
FERNANDO L6PEZ-ALVES
invadido todo eI continente, se afiade una estructura debil del Estado que, este libro argumenta, ha caracterizado estos Estadost, ,A diferencia de la mayoria de los pafses europeos 0 asiaticos, los
_~J~_o;~~.Ari;~_~~~.ki!tina seconstruyeron de manera debil y fragmen-
tari~~s_por <:s~, entre otras cosas, que eI impacto de l~iIobalizaci6n
._~!l:~~ ulti;-na ola ha producido fen6menos' rapidos y alarmantesde di-
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soluci6n de poder que no se han visto en otras regiones del mundo, La capacidad de acci6n delEstado sigue siendo reducida, su autonomfa d~-'I~s~lases altas restringida, su autonomfa con respecto a grupos de interes limitada, Esto, a pesar de Estados que, como se explica en ellibro, han logrado UniL.iUlJ911QlUfa relativa mas alta (Uruguay, Venezuela). De todos los casos comparados aquf, la Colombia conternporanea es, tal vez, la que ilustre de manera mas obvia una semejanza con situaciones decimon6nicas exploradas en e1libro. EI capftulo 3, dedicado a Colombia, muestra una historia en la que generalmente la fuerza central se encontraba imposihilitada de eontrolar eI territorio lIamado "nacional" y el poder segufa dividido regionalmente. EI ejercito central, a pesar de su desarrollo en eI periodo de la "Regeneraci6n" bajo e1liderazgo del presidente Nunez, sigui6 confrontando resistencias armadas fuertes que no se incorporaban totalmente al sistema polftico. La debilidad «i~!..9~r<;i~0 como fuerza polftica en Uruguay, las caracterfsticas del llamado "proceso", la re-democratizacion que le siguio, y la resistencia del Estado a la globalizacion y privatizaci6n en eI siglo XXI recuerdan a las situaciones analizadas en e1 siglo XIX. Es importante ver como eI impacto de la globalizacion y la privatizacion afectaron los Estados uruguayo y argentino; la internacionalizacion argentina y la resistencia a la internacionalizacion uruguaya van de la mano con los procesos de forrnacion de estoe. Que los Estados de Latinoamerica sean relativamente debiles, tiene ventajas y desventajas, y ambos lados de esta ecuacion se analizan en e1libro. La comparaci6n de la formaci6n del poder central en Argentina, Uruguay, Colombia, Venezuela y Paraguay, sugiere que estos Estados
3. Para un analisis en detalle de c6mo la corrosi6n de la reIaci6n entre dudadano y Estado es~ afectando la construcci6n del futuro de Am4!rica Latina, ver Fernando L6pez-Alves, SoeieJn.Ju silt destin»: Ambiea Latina time 10 rp'"se merecetEditorial Taurus, 2002. Para un estudio de 10 que yo lIamo "Pesimismo Neoliberal" ver L6pezAlves,Johnson, and Centeno (ed.) Disciplinary' GhJbalizatioll.Duke University Press. 2003·
Laformacion del Estadoy la democracia en Amiriea Latina
no llegaron nunca a dominar la escena polftica y militar conjuntamente. Se puede llegar a esta conclusion si uno analiza estos procesos con una vara de medicion importada de Europa donde, con la excepci6n de Inglaterra, eIestamento militar y eIEstado se unieron en una fuerza conjunta y poderosa, y donde eI ejercito, y no solamente eI Estado, fue aI mismo tiempo un formador de la cultura local y nacional. Lasdiferentes fonnas que tomo e~a alianza determinaron diferentes niveles de autonomfa y capacidad estatales. En este sentido, las experiencias de Francia y Alemania son las mas opuestas a las de los parses latinoarnericanos, La centralizaci6n de poder en Italia y Espana, aunque no eompletamente opuesta aIescenario latinoamericano (especialmente la de Italia) tambien se colocan a gran distancia de latinoamerica en cuanto a la relaci6n ejercito y Estado, EI casamiento europeo entre rey y ejercito, 0 gobierno republicano y ejercito, no tuvo nunca lugar en America Latina. Las causas de la diferencia vienen, en gran parte, por las caracterfsticas de la guerra. No huho en America Latina, por ejemplo, un tipo de guerra similar a la que hundi6 a Europa cuando, en eIproceso de la formacion del Estado moderno, los palses se embarcaron en conflictos interminables con vecinos geognificamente eontiguos. Medidos con una vara de c6mputo extrafda de America Latina, encontramos sin embargo grandes diferencias entre los procesos de centralizacion de poder y la fortaleza del Estado y eIaparato militar, En cuanto aI control estatal de la economfa, hemos encontrado que ese control ha sid~teilUe; esto, a pesar de muchos intentos de control econ6mieo por parte del Estado. Que haya poco control estatal con respecto aI capital privado, es sfntOl~(fe que este ultimo tiene, aunque se 10 niegue, poder. Pero eI asunto es que cuota de poder tiene eI capital privado cuando se 10 mide a escala internacionaI. EI poder del capital privado en America Latina no se compara, por ejemplo, con eI que emerge en Inglaterra, Alemania, y tambien en Francia durante la formacion del Estado moderno. En Norte America, especialmente en los Estados Unidos durante la formaci6n del Estado, eI capital privado, pequefio y gTallde,fue ,(adiferencia de America Latina) uno de los hacedores principales del Estado. Y si vamos a la capacidad de este, aunque algunos de los gobiernos latinoamericanos parezcan tener mas poder que eIgobierno Federal en los Estados Unidos durante la misma epoca, en realidad no llegan a tenerlo, Ni, comparados con los Estados europeos, desplegaron tampoco una capacidad fuerte y efectiva en 10 que
FERNANDO L6PEZ-ALVES
se refiere a una de las actividades definitorias del Estado modernojja _ p~~tJ!lciQI~.polftica y social de suspoblaciones. En esto ultimo, Mexico
liiego de la revoluci6n es la tinica excepci6n; los casos corporativistas de A~~~~?~.I.Br
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La primera ola integr6 a las Americas, Asia (aunqueJap6n, se puede argumentar, 10 habfa hecho antes) y Africa a un mercado internacionaI. Todos sabemos que la rapidez de esta transformaci6n mundial fue (comparada con la globalizaci6n que sigui6 a la revoluci6n de la informatica de hoy dfa) lenta, Y que eI mundo de los prestamos internacionales y eI rol de las las multinacionales de hoy, por ejemplo, difiere del mundo financiero y de las compafifas internacionales de finales del siglo XIX, etc. Pero la primera ola definitivamente internacionaliz6 al rnundo europeo y americano. Integr6 viejos circuitos de comercio nacidos en Africa y eI Medio Oriente en la corriente comercial dominada por Europa Occidental, desmoron6 tarifas protectoras, transform6 mentalidades regionalistas en mentalidades mas abiertas a 10 extranjero, hizo de 10 internacional parte del programa escolar y secundario en las escuelas publicas y privadas, impuso la popularidad de los mapas -que empezaron a colgarse en las ofieinas y las casas de familia- y populariz6 los diarios de viajero como las lecturas mas populares de la epoca. Se puede argumentar que elmundo de fines del siglo XIX, en term inos de integraci6n internacional, experiment6 un cambio tan radical como eI de hoy a principios de los aiios ochenta en comparaci6n con su pasado mas inmediato, 0 sea, los primeros setenta afios del siglo XIX.
La formacio« del Estado y fa democracia en A merica Latina
Algunos factores de la ecuaci6n econ6mica, como la fuerza de trabajo, de heclio, estaban mas globalizados en esa epoca que hoy dfa, La fuerza de trabajo se movfa con mas libertad, y la radicaci6n y la ciudadanfa, por 10 menos en eI nuevo mundo, se Ie otorgaba a casi todos los inmigrantes que la desearan. No habfa fronteras estrictas para la fuerza de trabajo,o ni siquiera se requerfan pasaportes; 36.000.000 de personas emigraron desde Europa al nuevo mundo en los ultimos 50 afios antes de la primera guerra inundial, y eI comercio entre las Americas y eIviejo mundo experiment6 un incremento sin precedente historico, En las Americas antes de la Gran Guerra, los Estados existentes se asemejaban mas a los modelos de Estado a los que se quiere lIegar hoy (mas pequefio, men os intervencionista, mas eficiente) que al modelo de Estado naci6n europeo. Aunque en general poco eficientes (y esta es una caracterfstica del Estado que aun aplica hoy), los Estados latinoamericanos de fines del siglo XIX y principios del XX eran en muchos sentidos 10 opuesto de los Estados mas "fuertes" que se construyeron en las decadas del 1930 y 1940, precisamente los Estados que hoy otra vez se quieren reducir, Similarmente a 10 que esta pasando hoy bajo eI neo-liberalismo econ6mico, en la abrumadora mayorfa de los Estados latinoamericanos pre-primera guerra mundial, existfa un consenso mayoritario en cuanto a la adopci6n dellibrecomercio, a las ventajas del comercio internacional, a la primacfa del capital privado, a la no interferencia del Estado en los asuntos econ6micos. Eran, por supuesto, Estados mercantilistas, pero uno se olvida que eI mercantilismo se podfa sentir, en muchos cfrculos, de man era muy similar a la globalizaci6n de hoy. Especialmente para los que vivfan en los pafses dominantes, EI habitante de Londres en elmundo que tennin6 en 1914,escribi6 Keynes con nostalgia, en su The Economic Consequences ofPeace... , podfa ... "encargar por telefono, entre sorbo y sorbo de su te matutino, los varios productos de la tierra entera, en las cantidades que Ie fueran necesarias, y su expectativa era que se los entregara puntualmente al umbral de su puerta; el podfa, al mismo tiempo y por los mismos medios, aventurar sus riqueza en los recursos naturales de nuevas empresas en todas las esquinas del planeta, y disfrutar, sin tension 0 problemas, del fruto y ventaja de su inversion,"! .
4. La traducci6n es mfa. Ediei6n Macmillan, London, 1919: xx.
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Igual que la de hoy, en terminos de la liberalizacion de los mercados globales, la globalizacion de la primera ola fue limitada. De hecho, en cuanto al uso de tarifas y subsidios a escala globalla primera ola de globalizaci6n fue aun menos poderosa que la de hoy. Las tarifas y los impuestos a la exportacion de todo tipo testarudamente permanecieron relativamente altos entre 1875 y 19.'30 en toda la Europa continental. Debemos recalcar, sin embargo, que hoy tampoco tenemos una economfa global regida totalmente por los preceptos neo-liberales que se han convertido en la polftica exterior de Europa y los Estados Unidos. El rnercado global es simplemente una ilusi6n. De hecho, las areas del comercio internacional que se manejan realmente de manera neoliberal hoy dfa son excepcionalest, Es una globalizaci6n en la que subsite eIproteccionismo y las barreras al comercio internacional, una globalizaci6n llena de acuerdos de cooperaci6n regional como NAFTA, MERCOSUR, el emergente pacto Asiatico, 0 la Union Europea, que mas bien protegen economfas de escala de la competencia con mercado global en vez de integrarlas en el. A principios del siglo XXI, el Estado latinoamericano, en general, se ubica en un~z~na que podrfamos llamar "intermedia", definida por carecer de la presencia de un capital privado poderoso, y por no tener un poder central eficaz y socializador. En esta observacion yace una de las claves comparadas de las diferencias entre Latinoamerica y el resto del mundo, Me parece que el exito que puedan tener las diferentes formulas de reforma del Estado y de privatizaci6n de hoy dfa, depende en gran medida de c6mo integremos estas claves en el analisis del Estado. Este libro muestra cuales son las debilidades congenitas de nuest~_os.Es.tados, y como estas se desarrollan en el proceso de construcci6n .. " del poder polftico y las burocracias del Estado que hoy esta en crisis. .( ;-.1. . \. " Si eI Estado naci6n, como se Ita argumentado, esta hundiendose en '. elmar de la globalizacion, pues entonces las condiciones de este nau[18] ,,~ f" fragio se entienden mejor sabiendo como se construyo el barco", Y si, \ por otra parte, el Estado esta renaciendo como una entidad diferente a \,<1'," 5. Ver Fernando L6pez-Alves, Sodedatks sin desiino. Amel;caLatina tiene10 qlle se mrrecei Taurus. 200ll. Capftulos 1, 2, Y5. 6. Ver,entre otros,ellibro de Susan Strange TheRetreatoft/I.e State:The Diffusion J • ofPoUlel'in the W01-ldEeonomy. Cambridge University Press 1996,0 Benjamin Barber,
Jihad
uersu s
Me. World: how Globalization and Tribalism an: Reshaping the WOI'ld,
Ballantine Books, NY, 1998.
La formacum del Eslado y la democracia en America Latina
10 que liasta ahora ha sido, pues una mirada comparada al proceso de gestaci6n nos da pistas en cuanto a que tipo de Estado nos espera en el futuro proximo. Finalmente, dque nos dice este libro de la democracia? dPuede sobrevivir en America Latina? dEs deseable? Una pregunta clave,que el libro analiza, es la de por que fue que algunos de estos pafses evolucionaron hacia formas polfticas mas democraticas y otros no. Ypor que fue que en muchos de ellos formas mas autoritarias se adoptaron, y permanecen hoy como parte intrinseca del sistema de competencia por el poder. Las claves de construccion de los regfmenes polfticos que se comparan aquf pueden ayudarnos, creo, a predecir un poco eIdevenir de las democracias que hoy dia estan sufriendo los embates de la globalizacion y el neo-liberalismo, En este sentido, ellibro contribuye al creciente cuerpo de teorfa sobre los procesos democraticos, la redemocratizacion, y la consolidacion de la democracia, Pero 10 hace desde otro angulo. En lugar de estudiar casos puntuales de re-democratizaci6n, 0 democratizaci6n, 0 hacer comparaciones de procesos electorales post-apertura democratica, 0 enfocar en perfodos de pregolpe de Estado 0 pre-gobierno rnilitar para explicar las caracterfsticas del proceso democratico, ellibro estudia la democracia como un f~no meno que se genera_y consolida 9JJ.!llnJI! procesos mas largos. La democracia, como otros regfmenes, es un sistema politico que depende del contexto general de centralizacion de poder. Ellibro trata d~-~fre cer una base comparativa que permita estudiar mejor como evolucionan estas democracias 0 sistemas autoritarios hasta comienzos del siglo XXI. Comparando procesos de centralizaci6n de poder, se entiende mejor el por que de la existencia de una cultura mas democratica en algunos paises y su ausencia en otros, AI mismo tiempo, se visualizan mejor los obstaculos que emergen cuando se quiere imponer culturas democraticas desde arriba, y cuando factores internacionales como los que afectan a estos pafses hoy dta (el sistema fmanciero internacional y los bancos internacionales como el FMI, el Banco Mundial 0 el BID, la influencia de instituciones internacionales como la ONU, y el poder de los Estados Unidos y la Union Europea) se aiiaden ala ecuacion. A pesar del peso que puedan tener explicaciones de puro corte econ6mico, luego de haber sistematicamente comparado estos pafses, ellibro sugiere que 10 econ6mico es solamente una variable entre otras, y que muchas veces no es necesariamente la variable fundamental.
" INTRODUCCION
PROBLEMAS
Y
CASOS
Durante el siglo XVIII, los conceptos de "naci6n" y "nacionalismo" se convirtieron en parte de lajerga polftica diaria de los europeos. Ya sea que el nacionalismo haya surgido de profundos cambios estructurales, de ideologfas polfticas conscientes de sf rnismas 0 -como ha sugerido Benedict R. Anderson (1983:7)- de una "profunda nocion horizontal de camaraderfa" cultural (e imaginada), las naciones soberanas comenzaron a ser la nonna, y los imperios dinasticos y las instituciones monarquicas se convirtieron en la excepcion. En Latinoamerica, en el siglo XIX, el proceso de formaci6n del Estado estaba en pie no movimiento; se diseiiaron instituciones republicanas, se escribio sobre las nociones concurrentes de ciudadanfa comdn y soberania popular, se intento centralizar el poder y se creo un modelo distinto de estratificaci6n social para responder a las nuevas nociones de sociedad civil y disciplina social. EI exito no fue el mismo en todos los casos. Los productos finales difirieron, en algunas circunstancias radicalmente, de las ideas y practicas politicas de los forjadores del Estado de la primera generacion. En otros casos, el resultado final tuvo alguna semejanza con el diseiio original, pero nunca las instituciones politicas de las naciones surgidas en el siglo xx permanecieron iguales a las del periodo colonial 0 a las del republicano que provoc6 la independencia. Si concibieramos el proceso de construcci6n nacional estudiado, en este libro, como "post-colonial", el enfasis deberfa ponerse en el prelijo "post". Las sociedades agrfcolas que surgieron del turbulento siglo XIX representaron, segUn las palabras de Barrington Moore (1966), diferentes "caminos" de institucionalizar y formar regfmenes. Las diferencias se manifestaron en cuanto a recursos naturales, niveles de desarrollo y utilizacion de la mano de obra. Sin embargo, la distincion mas llamativa fue polftica, En patses como Chile, Uruguay y Colombia prevalecieron
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los partidos estructurados. En otros, como Argentina y Brasil, estructuras polfticas mas debiles (similares a agrupaciones 0 movimientos, sin cohesion) debieron enfrentar serios obstaculos para convertirse en corrientes partidistas. Y aun en los pafses donde 10 lograron, como en Argentina, algunos siguieron teniendo ciertas limitaciones para la formacion de sistemas representativos adecuados. Con respecto a las instituciones estatales, Chile, Argentina y Mexico se fortalecieron y lograron monopolizar la coercion; pero otros, Uruguay, Colombia y Venezuela continuaron debiles, manteniendo solo una Iigera presencia en eI espacio rural'. Los formadores de los Estados tambien fueron diferentes entre los distintos paises. En Colombia, Chile, Uruguay, Argentina y Peru, eI Estado fue construido por una elite polltica.junto con la coalicion tradicional de terratenientes y comerciantes; sin embargo, en Venezuela y Paraguay eI Estado fue, practicamente, creado por eI ejercito y las milicias asociadas. Este libro intenta resolver dos enigmas esenciales para explicar estas diferencias. EI primer enigma se refiere a las complejidades de la formacion del Estado; abarca problemas de centralizacion del poder, construccion del Estado y diseiio de las instituciones de gobierno. Una pregunta central, en este caso, es de qlJc m~nera y hasta que punto la ~rganizacion denominada "Estado" logra controlarlosprincipalesme_dlosde coercion dentro de un territorio definido", Para sobrevivir, esta debe mantener una estructura relativam~'i1te centralizada, di. entidad . .ferericiilaa-yautonoma. Segun Charles Tilly (1990:131) esto se logra "creando una organizacion que sea, al menos en parte, distinta de las que dominan la produceion y reproduccion en eI territorio, tomando, liquidando 0 apropiandose de otras concentraciones de coercion denI. Chile, sin embargo, 10gr6la estabilidad mlls rapidamente que Argentina. EI ritmo diferente de construcci6n del Estado se relacion6 en parte con eI grado de desarrollo del ejercito, En la deeada de 1830,Chile derrot6 definitivamente a Peru y Bolivia pero Argentina no pudo seguir dominando al rebelde Uruguay y no logr6 controlar a Paraguay y eI Alto Peru. " ~. ~ol1i,er y Collier (1,991:789) han utilizado eI t~rmino "Estado" para designar las msntucsones burocraticas y legales del sector publico y sus fimcionarios", Yo adopto es~e u,so, qu~ ab;rca al gobierno en eI sentido ,de "eIjefe de Estado y elliderazgo polftico inmediato que 10 rodea, mlls la burocracia publica, la legislatura y las fuerzas armadas. Dado que la formaci6n y la evoluci6n del Estado y las fuerzas armadas no fueron necesariamente identieas, los capftulos que se refieren a los casos las trataran
separadamente,
La formacion del Estado y la democracia en A merica Latina
tro del mismo territorio, definiendo lfrnites y ejerciendo jurisdiccion sobre esos limites". Se intentara explicar, entonces, dos procesos de formacion del Estado, paralelos, pero no djrectarnente relacionados: la construecion de la autonornfa del Estado y de sus atribuciones", Como la evolucion de la burocracia ~statal y la de las fuerzas armadas no fueron necesariamente idcnticas, seran tratadas de modo separado en cada caso particular. AI convenir esta definicion, he dejado intencionalmente el concepto de "Estado" como construccion cultural. Mas adelante se vera como los componen tes culturales de la forrnacion del Estado pueden adeeuarse a las teorfas estructurales y de la accion colectiva. Comparando a Uruguay y Argentina (pafses de rafces culturales muy similares) con Colombia, Paraguay y Venezuela (culturalmente muy diferentes), se abordara de modo tangencial eI impacto de la cultura en la formacion del Estado, pero no se hara una exploracion mas profunda para que esta investigacion no se torne indefinida. Del mismo modo, eI analisis no se centrara en la personalidad, origen etnico 0 antecedentes culturales de los protagonistas en la forrnacion de los Estados, componentes importantes del proceso de construccion de una nacion, Sus decisiones, y las estrategias que adoptan, afectaron la creacion de las instituciones, pero tampoco me concentrare exclusivamente en la toma individual de decisiones para explicar resultados'. De mi investigacion surge que enfatizar en los procesos cognitivos de los formadores de los Estados basandose en un sentido amplio de la "racionalidad" es restrictivo, y definir la "irracionalidad" presenta un problema teorico, Si se considera eI sentido amplio en el que se suele describir la racionalidad, se lIega a la sorprendente conclusion de que durante mas de 2,'30 alios de historia (si se comhinan los tres casos principales presentados en este Iibro), ningtin protagonista tomo decision "irracional" alguna. El segundo enigma involucra problemas de formacion de coaliciones y busca descubrir las condiciones bajo las cuales surgen sistemas
3. Ver,por ejemplo, Evans 1987; Mann 1988b; Migdal 1988; Nordingler 1987.Aquf asumo que e1 Estado puede ser una estructura aut6noma con "una 16gica y un interes propios no necesariarnente equivalenles 0 unidos con los intereses de las c1ases dominantes de la sociedad 0 todos los grupos miembros de la organizaei6n polftica" (Skocpol 1979:27)· 4. Ver por ejemplo Levi 1990: North 1981, 1990; Shepsle 1989; Silberman 199.'3; Rogowski 1974.
FERNANDO LOPEZ-ALVES
mas abiertos y democraticos, La construcci6n del Estado se relaciona directamente con las coaliciones y los tipos de regfmenes. Comenzando con Arist6teles, nunca ha sido posible acordar que debe incluirse en la definici6n de regimen (como serinstituciones, valores y normas). Tampoco existe un consenso sobre eI modo en que los regfmenes surgen y evolucionan, ni sobre c6mo clasificarlose. El in teres de este libro se centra en los tipos de coaliciones y su impacto en la formaci6n de regfmenes. Se adoptara aquf la definicion de regimen de Ruth Berins Collier y David Collier (1991:789), que incluye el metodo utilizado para seleccionar eI gobierno y las asambleas de representantes (tal como el golpe Estado 0 las e1ecciones), los mecanismos formales e informales de representacion y los patrones de represion adoptados, Esta definici6n rechaza la identificacion de un regimen con sus funcionarios 0 las polfticas publicae que adoptan, a menos que estas modifiquen al regimen mismo. Un interrogante central en este libro es si estas sociedades agrfcolas abrieron "caminos hacia la democracia" distintivos., asf, este segundo enigma se relaciona con la teorfa democratica y las coni diciones b.yo las cuales la democracia puede surgir en escenarios no industriales. La definicion de democracia utilizada en este libro se refiere a la democracia polftica, a diferencia de la democracia social 0 econ6mica, y es similar a la version "procesal" de la democracia que Robert Dahl (1956,1971) ha denominado "poliarqufa'",
Comparaciones, elargumenio y loscasos Para resolver estos enigmas, este libro estudia dos tipos de situaciones: en primer lugar, sociedades que compartfan muchas caracterfsticas econ6micas, culturales y sociales pero no engendraron instituciones 0 regfmenes similares; y en segundo lugar, sociedades que no tenfan mucho en conuin en materia de estructura, cultura 0 sociedad, pero engendraron Estados y regfmenes similares. Estas situaciones nos permitiran 5· Por ejemplo, los regimenes se c1asifican como monarqufa, aristocracia y demoera cia, asf como tambien, segUn Arist6teles, en sus "formas corruptas": tiranla,oligarqufa y demagogia. 6. Las versiones procesales de la democraeia faeilitan las comparaciones y se utilizan con frecuencia en los analisis comparativos a largo plazo. Siguiendo a Rueschemeyer, Stephens y Stephens (1992:43-44), mi definicion de democracia incluye: (I) elecciones de representantea regulares, libres y justas a traves delsufragio universal; (2) responsabilidad del Estado haeia parlamento 0 congreso electo; y (3) Iibertad de as~eiaei6n y expresion, y proteccion de los derechos individuales.
Laformacum del Estado y La democracia en America Latina
explorar las correlaciones ternporales entre la centralizacion del poder y la formaci6n de los reglmenes. Podrfa preguntarse, por ejemplo, si el surgimiento de Estados mas fuertes en las primeras etapas de la construcci6n de la naci6n provoca una tendencia hacia una formulaci6n de polfticas mas corporativa y centrada en el Estado. 0 si los procesos mas lentos de centralizaci6n del poder alentaron eI pluralismo, polfticas partidistas mas fuertes y gobiernos locales firmes, 0 bien, si existe una correlaci6n entre el tipo de coalicion al frente del gobierno y los diferentes procesos de centralizaci6n del poder, El hallazgo dellibro es que siempre que los partidos polfticos 0 las fuerzas armadas tomaron un rol mas activo en la creaci6n de las instituciones durante el proceso de formacion del Estaclo, los regfmenes resultantes fueron mas 0 menos democraticos. Como consecuencia de esto, los Estados tambien difirieron en su grado de centralizaci6n de poder, en la fuerza de sus burocracias, yen eI alcance de su capacidad y autonomfa. Las relaciones efvico-militares son el micleo de la construcci6n del Estado, Mi sugerencia es que eI equilibrio en esta ecuacion depende de las caracterfsticas de los conflictos internos y externos, combinados con el ritmo, tipo y alcances de la movilizaci6n rural. Por 10tanto, la guerra y la acci6n colectiva de los campesinos fueron motores ceiltrales en los procesos de institucionalizaci6n. Contribuyeron a la construcci6n del ejcrcito central, al surgimiento de nuevas clases sociales, y a la aparici6n de organizaciones civiles. Dererminaron eI ritmo de la formaci6n del Estado y eI crecimiento de un sentido compartido de nacionalidad entre poblaciones con diferencias geograficas y culturales. Y, finalmente, marcaron los llmites geograficos del Estado. En vez de enfocarse en las causas de la guerra, este libro hace enfasis en el impacto que tuvo la guerra en las clases, instituciones y coaliciones. En la America Latina del siglo XIX, el conflicto surgi6 de las causas convencionales identificadas por muchos autores: las invasiones, la expansion territorial, la competencia por los recursos, el control del comercio nacional 0 internacional, la participaci6n en la toma de decisiones, los intereses de clase, las presiones militares y los desacuerdos en cuanto al diseiio institucional". Este estudio, sin embargo, no es s610 acerca de la guerra, 0 de la noci6n a menudo demasiado
7. Ver Gillis 1989; Howard 1984; Kennedy 1987; Porter 1994.
La[ormncisn delEstado y la democracia en AmericaLatina
FERNANDO L6PEZ-ALVES
general de "conflicto". Mas bien, ofrece un argumento con bases empfricas sobre los tipos de guerra en combinaci6n con los tipos de movilizaci6n rural, y los Estados y regfmenes que surgieron como resultado. Fue el tipo de guerra, mas que su frecuencia, 10 que deline6 la formaci6n de cada Estado, Y fue el tipo de movilizaci6n rural, mas que, su economfa, 10que dio forma a los partidos politicos, rnodifico los sistemas de relaciones laborales y a menudo puso los lfmites de la capacidad estatal. Mi argumento no niega el enorme impacto del desarro\lo capitalista y de la economfa mundial en la formaci6n nacional, ni ignora las teorfas estructurales de forrnacion del Estado que se centran en los tipos de economfas, la explotaci6n de los recursos naturales y las caracterfsticas del capital financiero, agrfcola e industrial. Lo que sf hace es revelar las limitaciones de estas populates premisas. Mi argumento se basa en una comparaci6n profunda de tres casos -Uruguay, Argentina y Colombia- durante la etapa mas intensa en la formaci6n de sus Estados y regfmenes (aproximadamente entre 1810 y . 1900). Para ampliar el alcance comparativo del libro y hacer mas confiable la comprobaci6n de las teorfas presentadas, se utiliza a Paraguayy Venezuela como casos "testigo". Estos iiltimos provocan la pregunta de si los surgimientos autoritarios-militaristas de Latinoarnerica se asemejan a otros tipos de gobierno autoritario en Europa Oriental y Asia, y ayudan a delimitar el foco dellibro en las relaciones cfvico-rnilitares. Ciertamente, a diferencia de los tres casos principales, en Venezuela y Paraguay el mayor formador del Estado fue el ejercit08 • Estos dos pueden considerarse "casos negativos", ya que el argumento que surge de la comparaci6n de los tres casos principales no parecejustificar completamente los resultados que se yen en Venezuela y Paraguay. Por 10 tanto, su adici6n ayudara a refutar, ajustar y reconsiderar la premisa principal del libro. Breves referencias al proceso de formaci6n del Estado en los Estados Unidos serviran para fortalecer el argumento del libro, que se presenta en forma completa en el capitulo 1. La literatura existente acerca de la evoluci6n de los tres casos principales suele referirse al "problema uruguayo", el "problema colombiano" y el "problema argentino". Muchos estudiosos han conc1uido que
8. Aunque los formadores del Estado en Argentina lograron construir un Estado m~s fuerle en colaboraci6n con el ej6rcilo, los civiles tuvieron un rol principal en la
construccion de la organizaci6n pohtica,
estos "problemas" constituyen excepciones a una regIa tacita". Los capftulos que siguen cuestionan la calidad de "excepcionales" de estos pafses y sugieren que siguieron patrones comparables y reconocibles de formaci6n nacional.
La sociedad cioil; los partidosy elEstado Como siempre que se discute la formaci6n del Estado, es importante mencionar el concepto de sociedad civil. A diferencia de las teorfas centradas en el Estado, como la de Skocpol (1979), los casos que se examinan en este libro apuntan al peso de las fuerzas sociales. A pesar de que las instituciones no son un mero reflejo de estas fuerzas, los analistas sugieren que las fuerzas sociales dieron forma al Estado y fueron agentes c1aves de la consolidaci6n de los diferentes tipos de regfmenes'", Esto no deberfa \lamar la atenci6n, dado que en las primeras etapas de la formaci6n del Estado, los movimientos, pandillas y organizaciones polfticas suelen tener gran influencia; inc1uso institucionalistas como Terry Moe (1990:236) han reconocido que no se pueden ignorar estas fuerzas. A pesar de que el crecimiento del Estado en la mayoria de los pafses Latinoamericanos en las decadas de 1940 y 1950 borr6 de algun modo la relevancia de la sociedad civil, su reducci6n en las decadas de 1980 y 1990 ha revelado nuevamente el papel activo que puede desempeiiar la sociedad civil en el cambio de las instituciones de gobierno. liEs la "sociedad civil" 10 mismo que e1 "sistema politico"? Esta pregunta recuerda a la crftica que hizo la teorfa de la modernizaci6n a los enfoques centrados predominantemente en e1 Estado". Sin embargo, la teoria no pudo resolver completamente e1 problema de superpo- sici6n entre las definiciones de sociedad civil y sistema polftico. Logr6 \I elirninar la rigidez de la teorfa centrada en e1 Estado, pero igualando e1 ; sistema politico a la sociedad civil, abarcando asf practioaruente cual<,
9. Tambien se escucha hablar del "problema brasilefio", el "problema paraguayo" y el "problema venezolano", etc. Casi toda la literatura de los Estados Unidos ha caraclerizado tambien a ese pals como excepcional. 10. Ver Katzenstein 1978; Krasner 1978; Nordingler 1981:Skocpol1979. 11. Afirmando que ignoraba imporlanles consideraciones externas al marco gubernamental formal, el Comite de Polttioa Comparada del SSCK afirm6 en 1955 que el Estado era un objeto de estudio demasiado reducido. Ver Almond, Cole y Macridis 1955·
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Laformacidn del Estado y la democracia en Amlrica Latina
quier manifestacion de accion colectiva y "articulacion de intereses?", En un esfuerzo por evitar problemas similares, se adoptara aquf el termino "formacion de la organizacion polftica" para referirse al proceso por el cual el Estado, el ejercito, los movirnientos y los partidos politicos se convirtieron en un cuerpo ordenado de practicas y normas institucionales, Aunque sigue siendo problematica, esta conceptualizacion pennite la incorporacion de la actividad partidista y de la institucionalizacion de las fuerzas armadas como factores independientes de la formacion del Estado. Por 10 tanto, rnientras que este libro se ocupa de la
como Uruguay y Colombia surgieron sistemas partidistas, mientras que Argentina, un pais mas europeo y moderno, no. La definicion de partido politico que adopto aquf sigue la tradicion de Robert Michels (1949), segrin la cual el grado de organizaeion partidista es directamente proporcional al desarrollo de unajerarqufa partidista que puede asegurar la lealtad de los miembros ordinaries. Los partidos se diferencian de otros grupos que buscan el poder politico segun cuatro criterios: (1) conexiones regulares entre los lfderes del partido en el centro los cuadros y activistas locales en las localidades;
construccion del Estado, se diferencia de otros trabsjos poco interesantes referidos ala formacion de burocracias y su evolucion, en que no se detiene necesariamente en la construccion de las agencias del Estado ni examina sus fundamentos y objetivos". Su foco se encuentra en la interacci6n entre los partidos, los movimientos, el Estado y las fuerzas armadas. Una caracterfstica distintiva del continente americano es que sus partidos y movimientos se convirtieron en formadores del Estado al punto de convertirse en sinonimos del Estado. Por ejemplo, en Colombia y Uruguay se encuentra una situaci6n similar a la descripcion que hace Richard Bensel (1990:3-4) de los perfodos de "gobierno partidista sin mediacion" en los Estados Unidos, cuando el Estado y un partido politico eran practicamente una iinica cosa. Respetables estudios acerca de los partidos politicos norteamericanos, tales como el de William Nisbet Chambers (1969), han enfatizado en la identificacion de los partidos con el gobierno. No sorprende que Samuel Huntington (1968,1991) discuta con gran peso que los partidos politicos tuvieron el papel principal en la creacion de los sistemas polfticos modernos. Los casos examinados aquf confinnan el rol crucial de los partidos en la fonuacion del Estado, pero no apoyan el argumento de Huntington de que la polftica partidista es un signo de ruodernidad's. En pafses no tan modernos,
(2) esfuerzos coordinados para lograr el apoyo popular con el objetivo de ganar influencia y controlar las polfticas publicas; (3) una base duradera de apoyo masivo, ya sea a traves de la militancia activa 0 del voto; y (4) un conjunto de creencias 0 perspectivas compartidas conscientemente. Como se vera, esta ultima caracterfstica es problematica para nuestros casos principales porque, en distintos momentos de su historia, creencias compartidas unieron a miembros de diferentes partidos, y al mismo tiempo no fueron suficientes para unir a las distintas facciones dentro del mismo partido. Sin embargo, mantendre esta caracterfs-
12. La sociedad civil se entendla en el contexto m:ls am plio posible de organizaciones extraestatales y manifestaciones de acci6n colectiva, incluyendo organizaciones de bases; iglesias, medios I~sivos de com~nicaci6n y grupos de interes de todo tipo. 13.Silberman (1993) diseute la formacion de burocracias y su evoluci6n. 14·Para Huntington, los partidos polfticos representan el mayor grado de autonomfa y son, en efecto, los artffices del Estado. Huntington tambien hace al sistema polftico, en el que incluye principalmente al sistema partidista, bastante independiente de la economfa nacional e internacional. Para un ejemplo de la literatura sobre Estados Unidos, ver Chambers 1969.
tica, puesto que es el criterio que utilizan los miembros de los partidos para reconocerse como miembros, .
Periodos y casas El presente analisis comienza con la coyuntura crftica que significaron las guerras independentistas (alrededor de 1810), incluye sus confusos resultados (desde la decada de 1830 hasta la decada de 186o), y finaliza con la consolidacion de estos Estados en las decadas de 1880 y 1890. En algunos casos, el analisis se extiende hasta la primera decada del siglo xx. Asumir la nocion de "coyuntura crftica" significa establecer lfniites analfticos para separar "perfodos"'-\ Siguiendo los conceptos de Arthur Stinchcombe (1968:120-22), este libro asume que existen patrones establecidos que se reproducen sin la repeticion de la causa original, y que una vez que se establece un conjunto de iustituciones, quienes esten en el poder intentaran perpetuarlas 15.Para hallar detalles sobre el concepto de "coyuntura crftica", ver el ilustrativo tratamieuto de Collier y Collier 1991:27-39. Las coyunturas pueden incluir elecciones, la incorporaci6n del movimiento obrero, la extension de los derechos civiles, la promulgacion de una nueva ley, el impacto de los sucesos internacionales 0 las crisis econ6micas y la guerra.
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porque, entre otras cosas, esa es la opci6n que tiene los men ores costos sociales y poli'ticos. Me uno a la sugerencia de que las guerras de la Independencia y sus consecuencias proporcionaron una coyuntura crftica que comenz6 un perfodo innovador de institucionalizaci6n. Tradicionalmente eI estudio de este perfodo ha sido dominio de los historiadores'", incluyendo a algunos que han realizado perspectivas comparativas sobre estos caSOSI7. Dentro de los cientfficos sociales, sin embargo, solo unos pocos han comparado las experiencias de creaci6n de instituciones durante eI periodo post-independentista'", En su mayorfa han sostenido que los afios de mayor relevancia fueron los que van de 1870 a 1914, intentando encontrar en ese perfodo la clave para explicar la trayectoria polftica o econ6mica de estos Estados". Este perfodo se ha convertido en eI terreno de pruebas favorito de las teorfas que hacen enfasis en eI impacto de la economfa mundial y la expansi6n de las exportaciones en la centralizaci6n del poder". Este libro sugiere en cambio que diversos eventos anteriores, en un perfodo "pre-moderno", establecieron eI diseiio institucional que se consolid6 a fines del siglo XIX,modelaron la expansion del Estado, y ayudaron a explicar la formaci6n de los lIamados "Estados oligarquicos"de principios del siglo xx y sus transformaciones radicales luego de la decada de 1930. En cierto sentido, este estudio contribuye a la explicaci6n de 10 que Collier y Collier (1991),en su estudio de los giros crfticos, han denominado "perfodo de incorporaci6n". IlPor que comparar a Uruguay, Colombia y Argentina? EI motivo principal toma en cuenta la sugerencia del enfoque comparativo de un universo acotado: un analisis profundo de los casos logra mejores resul16. Ver Rippy 1943; W. Robertson 1918;Rojas Mery 1946. 17·Eltrabllio de Lynch (1986) sobre las revoluciones hispanoamericanas es uno de las mejores historias narrarivas comparadas de esos eventos. A este se debe agregar Bushnell y Macaulay 1988;Tulchin 1973;el volumen editado por Humphreys y Lynch 1964; Moses 1926; y la obra clasica de Halperfn Donghi 1993. 18.Verpor ejemplo Centeno 1997; Domfnguez 1980; Lopez-Alves 1993b. La profiJR~ obra de Dom(~~~z se enfoca en las guerras de la Independencia y,por 10tanto, s610 m~luye la etapa inicial de los eventos mlisamplios que se examinan en este Iibro. ~erg~U1~t (1?86) tambien adopta un enfoque comparativo para analizar la construecion insntucional, pero se enfoca en un perfodo posterior. 19· Remmer (1984)discute la trayectoria polfrica. 20. Ver Cardoso y Falello 1979; Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992; Schwartz 1989; Sunkel y Paz 1970.
La fonn.acion del Esiado y la democracia en America Latina
tados comparativos. En otras palabras, las explicaciones puramente deductivas basadas en un conjunto de suposiciones reconocidas y breves esbozos hist6ricos crean descripciones imprecisas y IIevan a conclusiones incorrectas. EI resultado de esto es una teorizaci6n pobre y una escasez de proposiciones contrarias a la intuici6n. En la primera pagina de un encantador ensayo acerca del "milagro" del desarrollo europeo, Michael Mann (1988a:5) afirma que "existen dos tipos de explicaciones: las comparativas y las historicas", En su libro, no surgen grandes contradicciones entre los dos "tipos", En los capftulos siguientes se vera que la combinaci6n de explicaciones comparativas e hist6ricas ofrece un prometedor camino hacia la investigacion comparativa. EI cuadro 0.1 representa las caracterfsticas mas salientes de los tres casos principales y describe brevemente las diferencias de sus instituciones y sus regfmenes, presentando eI problema comparativo que este libro intenta resolver. Basicamente, mientras que las diferencias entre Argentina y Uruguay fueron institucionales, la separacion entre Uruguay y Colombia fue principalmente estructural y cultural. Para reducir eI ruimero de variables, he tornado una ruta poco ortodoxa, al yuxtaponer dos metodos clasicos de analisis comparativo. Por una parte, Arend Lijphart (1975) y Arthur Stinchcombe (1978) han apoyado la seleccion de unos pocos casos extremadamente semejantes, 0 10 que se denomina "analogfa profunda". Por otra parte, Adam Przeworski y Henry Teune (1970) han resaltado las ventajas de un sistema de "mayores diferencias", en eI que los casos deben ser tan distintos entre sf como sea posible, pero deben poseer desarrollos especfficos y bastante analogos que seran explorados por eI analista. Cada metodo sigue una de las conocidas opciones que John Stuart Mill present6 para la investigacion comparativa, eI metodo de la diferencia y eI metodo del acuerdo, . Uruguay, Colombia y Argentina proporcionan una buena oportunidad para emparejar casos siguiendo ambos metodos, Mientras que las semejanzas generales entre Argentina y Uruguay los hacen una comparaci6n ideal bajo del sistema de "analogfa profunda", Uruguay y Colombia presentan una base mas que apropiada para aplicar eI sistema de "rnayores diferencias". EI simple diagrama presentado en la figura 0.1 i1ustra este punto. En ambos extremos del diagrama Argentina y Colombia presentan a1ternativas que serfan de otro modo diflciles de
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Laformacum del Estado y La democracia en America Latina
fERNANDO L6PEZ-ALVES
eruparejar", Las conclusiones comparativas se obtienen contrastandolos, utilizando a Uruguay como un caso nexo, por asf decirlo. Dada la relativa escasez de informacion sobre los levantamientos rurales en Colombia durante el siglo XIX, las conclusiones del capitulo 3 surgen rnuchas veces de la logica de esta comparacion mas que de las cifras reales de los disturbios rurales y sus efectos sobe los lkleres politicos. Las comparaciones que siguen este criterio muestran las limitaciones de muchas de las teorfas mas populares de formacion del Estado y regfmenes resultantes que se suelen aplicar a Latinoamerica, Comencemos con el primer par de la figura 0.1, Uruguay y Argentina"". Dadas sus semejanzas geognificas, estructurales y culturales, existen pocos casos que sean tan com parables como Argentina y Uruguay. En primer lugar, Uruguay y la provincia de Buenos Aires tenfan muchas semejanzas geograficas. Sus capitales, Montevideo y Buenos Aires operaban puertos en margenes opuestas del Rio de la Plata, y disfrutaban de una situaci6n privilegiada que dio lugar practicamente a un monopolio del comercio maritimo. En segundo lugar, compartfan uruchos elementos estructurales. Ambos pafses eran parte delllamado Imperio Britanico informal, y ambos dependfan de los rnismos mercados, Ambos exportaban en su mayor parte los mismos productos (siendo la rinica excepci6n eI trigo, que era exportado por Argentina pero no por Uruguay) y
pedfan prestamos basicamente a las mismas fuentes internacionales de financiacion. Amhas ciudades crecieron como enlaces para la produccion ganadera. Ambos pafses empleaban granparte de su fuerza de trabajo en la crfa de ganado vacuno y ovino; y en las areas rurales de ambos se hicieron predominantes el trabajo porjornales y formas similares de arrendamiento. Las diferencias se dieron en el ritmo, mas que en el tipo, de desarrollo econ6mico. En tercer lugar, con respecto a su composici6n cultural, Uruguay y la provincia de Buenos Aires tambien eran muy similares, Ambas eran tierras de asentamiento reciente que recibieron grandes caudales de inmigrantes europeos de los mismos pafses, practicamente al mismo tiempo. Puede afirmarse que la nocion de nacionalidad que surgio en estos pafses respondi6 a construcciones culturales similares y que -tornando prestada la conceptualizacion de Benedict R. Anderson (1983)-, tanto los criollos como los no criollos "imaginaron" que pertenecfan a "comunidades" muy similares", Por 10 tanto, la geograll'a, la estructura y la cultura no son suficientes para explicar los distintos caminos de formacion del Estado que siguieron estos dos pafses. Sin duda, existieron diferencias en la magnitud y el ritmo del desarrollo que podrfan brindar una explicacion para las diferencias polfticas que separaron a Argentina y a Uruguay. Despues de todo, segUn la mayorfa de los relatos, Uruguay, hasta fines de la decada de 1830, era s610otra provincia rebelde que luchaba por establecer su independencia de la creciente Buenos Aires. En efecto, la perdida territorial que sufri6 Uruguay en 1815 signific6 una ganancia para Argentina, y las diferencias en tamaiio llevaron a relaciones particulares entre las capitales y sus alrededores. Sin embargo, aunque los capftulos siguientes indican que la magnitud y el ritmo del desarrollo fueron factores importantes para la formacion del Estado, no sirven para explicar completarnente las diferencias que se observan entre estos dos paises, Es la adici6n de Colombia a esta comparacion entre Uruguay y Argentina 10 que hace mas evidente a este punto.
21.Ver cuadro 8.1 en Collier y Collier 1991:747. 22. En mi analisis de Argentina del capftulo 4, trato principalmente la provincia de Buenos Aires, que incluye la capital y sus alrededores. La informaci6n sobre las otras provincias fue 1II~8 diRcil de hallar; sin embargo, aunque hubiera mas informaci6n disponible, mi interes comparative central seguirfa siendo Buenos Aires, por sus semejanzas geograficas, estructurales y culturales con Umguay.
23. Argentina posefa una poblaci6n indfgena IIl~S amplia, que resisti6 tanto a los conquistadores como a los criollos; pero los habitantes nativos estaban en retirada, y sus tierras fueron ocupadas por ganaderos 0 funcionarios del gobierno en la tercera decada posterior a la Independencia. Por 10 tanto, no s610en la provincia de Buenos Aires sino tambien en las ciudades dellitoral y eI interior. las intluencias europeas se hieieron predominantes, aI igual que en Uruguay,
FIGURA 0.1 METODOS DE ACUERDO Y DIFERENCIA
Diseiiode analogfa profunda
Diseiio de sistema de mayores diferencias
FERNANDO L6PEZ-ALVES
Mientras que con respecto a su economfa, sus patrones comerciales, su cultura y su geografia Argentina y Uruguay proporcionan una fuerte "analogi'a profunda", eI par Colombia-Uruguay ofrece un ejercicio ideal de sistemas de "mayores diferencias". Como 10 muestra eI cuadro 0.1, los dos pafses desarrollaron instituciones similares de gobierno pero en practicamente todo 10 demas difirieron. En Colombia, al igual que en Uruguay, la competencia entre dos partidos model6la organizacion polftica. Aproximadamente hacia fines de la decada de 1880, estos dos partidos habfan establecido mecanismos de cooperacion bajo la hegemonfa civil. Tanto eI ejercito uruguayo como el colombiano habfan perdido espacio politico en cornparacion con la elite polftica, y las instituciones casi tuvieron que reconstruirse a sf mismas en eI fin del siglo.
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En ambos casos, los generales eran partidistas, dominaban en nombre de sus partidos y Ie prestaban gran atenci6n a sus distritos polfticos, En estos dos pafses, el Estado enfrento graves obstaculos para la centralizacion de la autoridad y fue en general debil durante eI perfodo consi-
derado, GCmin distintos eran los contextos en los que estas instituciones similares crecieron y se desarrollaron? Los patrones de urbanizacion y las caracterfsticas de la vida social y la cultura en las ciudades, variables importantes cuando se intenta explicar la formacion y la actividad de los partidos, eran muy diferentes en Colombia y Uruguay. Uruguay desarrollo un solo centro urbano de importancia: la "eur6fila" ciudadpuerto de Montevideo, cuyo crecimiento delllografico ubico al pafs entre las sociedades mas urbanizadas del momento, Ninguno de los centros urbanos, entre los muchos que surgjeron en Colombia, compartfan estas caracterfsticas, Lo que es mas, los Indices de urbanizacion eran bastante modestos, y la mayor parte de la poblaeion vivfa en las areas rurales. En Uruguay, eI predominio de Montevideo contribuyo a una profunda division entre 10 urbano y 10 rural que caracterizo la com-
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petencia partidista y las luchas polfticas hasta bien entrado eI siglo xx. En Colombia, no existio ninguna division de semejante intensidad, ya que allf los pequefios y medianos centros urbanos conformaban diversos circuitos comerciales, 10 que evitaba que una ciudad dominara los vfnculos con la economfa internacionaI. Por 10 tanto, Uruguay y Colombia siguieron caminos similares de construccion del Estado en contextos geograficos, demograficos y fisicos muy diferentes, EI cuadro 0.1 muestra que Colombia, a diferencia
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de Uruguay, alojaba varios ecosistemas y economfas rurales que, a veces, no se conectaban entre sl en forma comercial, mucho menos social. Como resultado, Colombia gener6 sistemas complejos de relaciones laborales practicamente desconocidos en Uruguay. La fuerza de trabajar rural de Colombia estaba compuesta porjornaleros y escIavos en el campo de la minerfa 0 la agricultura, hasta vaqueros, aparceros, campesinos, agricultores 0 arrendatarios de diversos tipos. Estos pafses tambien eran muy diferentes en materia cultural. Las explicaciones de la influencia cultural y organizativa de los inmigrantes europeos en la construcci6n de los partidos, afirmada con gran enfasis por la literatura que se refiere a Uruguay, tienen problemas en Colombia, en donde eI miniero de europeos extranjeros que se estahlecieron en las ciudades principales fue escaso y disperse. Aunque podfan encontrarse en irnportantes cantidades en Bogota y la region de Antioquia, la importancia cultural y la influencia social de los europeos en Colombia no puede comparase con la que tuvieron en Uruguay. Ademas, Colombia era centro de una rica mezcla cultural y etnica que se diferenciaba en gran medida del paisaje etnico y cultural mas homogeneo de Uruguay. Con respecto al ritmo de la centralizaci6n del poder en relaci6n con la geografia, la cultura y la extension territorial, estos tres casos,junto con Venezuela y Paraguay, nos lIevan a cuestionar ciertas suposiciones generalmente aceptadas. En Colombia, el proceso de centralizaci6n del poder fue lento, y los estudiosos han afirmado tradicionalmente que las causas principales de esto fueron la diversidad cultural y la geografla adversa", En Uruguay, aSI, podrfa predecirse razonablemente que los creadores del Estado en esta area pequefia y bastante homogenea, dominada por un iinico centro urbano enfrentarfa menos problemas a la hora de centralizar eIpoder, Sin embargo, Uruguay atraves6 un proceso retardado de formaci6n del Estado. Esta poco clara correlaci6n entre eI tamafio y la formaci6n del Estado es confirmada por Argentina, la mas extensa de los tres y la que, durante eI gobierno de Rosas, centraliz6 primero eI poder".
24. EI aparato del Estado no penetr6 realmente el campo 0 desarrol16 cornpletamente su burocracia hasta despues de la resurrecci6n blanca de Aparicio Saravia en Uruguay en 1904 y la Guerra de los Mil Dtas en Colombia en 1903. 25. Rosas fue gobemador de la provincia de Buenos Aires desde 1829 hasta 1832y des~e 1835 has~ 1852. EI concepto de ritmo es, por supuesto, subjetivo. Aunque Argentma centrahz6 eI poder m's temprano que Uruguay 0 Colombia, puede citarse a
Laformacum del Estado y La democracia en America Latina
Ademas de tratar con mas profundidad eI argumento central, eI capitulo 1 contrasta brevemente el derrumbe de la dominaci6n colonial en Latinoamerica y su experiencia en el perfodo posterior a la independencia con Europa, China y el Imperio Otomano. Los capftulos 2,3 y 4 presentan un estudio de los casos de Uruguay, Colombia y Argentina. Para facilitar las comparaciones, he organizado la presentaci6n de los casos segrin las variables, para que los casos individuales puedan ubicarse directamente dentro del argumento general dellibro. Cada capitulo comienza con una resefia de las teorfas recientes sobre el caso y una sinopsis del argumento que se presentara en ese capftulo. Aunque existe cierto trabajo comparative de Colombia y Argentina en eI siglo XIX, eI capitulo 2 ofrece una de las pocas discusiones sobre la formaci6n de la organizaci6n polftica en Uruguay y,segun mi conocimiento, eI unico tratamiento comparative del caso. EI capitulo 5 trata sohre Paraguay y Venezuela. A traves del libro, e1lector tambien encontrara referencias tangenciales a otras instancias de formaci6n del Estado en Latinoarnerica, y referencias sucintas a los Estados Unidos, cuyo unico prop6sito es acIarar e ilustrar. En particular, eIproceso de construecion nacional en los Estados Unidos brinda una oportunidad de enfocarse en la importancia de la industrializaci6n y los grandes mercados internos para la formaci6n del estado'", Tambien sugiere las ventajas de redirigir la investigaci6n para incluir comparaciones que incluyan a todo eI continente americano, una direcci6n ignorada durante mucho tiempo por la literatura comparativa.
Argentina como un ejemplo de construccion del Estado mois lenta en comparaci6n con M~jico 0 Brasil. 26. La literatnra referida a Estados Unidos es muy numerosa, y yo he utilizado s610 la obra de un numero limitado de autores.
" CAPITULO I
EL
ARGUMENTO:
GUERRAS,ORGANIZACIONES POLITICAS Y LOS POBRES RURALES
Antes de entrar de lIeno en la tesis principal dellibro, debemos ubicar a Latinoamerica en un contexto mas amplio de construccion del Estado. Existen muy buenos estudios referidos al Estado y serfa redundante repetirlas aquf', Los estudios sobre Europa, Asia y eI Medio Oriente han definido correctamente la formacion del Estado como el proceso por eI cual quienes 10 forman logran superar una preexistente oposicion de sus poblaciones y someter a los jefes politicos regionales". EI desaflo, desde una perspectiva comparativa, es explicar las diferencias cronologicas de centralizacicn del pocler,describir las condiciones bajo las cuales los formadores de los distintos Estados triunfaron o fracasaron y detectar los fundamentos que subyacen a la aparicion de resultados mas democraticos 0 autoritarios.
1.1. Lecciones que surgen de Europa y los Imperios El primer lugar, y eI mas logico, para buscar indicios comparativos sea probablemente Europa, que posee innumerables teorfas acerca de la formacion del Estado. Algunas de las variables mas utilizadas en la explicacion de los distintos tipos de Estados y los resultados autoritarios 0 democraticos incluyen la comercialisacion agricola, eIsurgimiento de la burguesla, la formacion de las c1asessociales y su subsecuente incorporacion ala polftica, eIcrecimiento del sector industrial, la existencia de formas medievales de "institucionalisrno", las relaciones laborales bajo eI regimen feudal e incluso la influencia penetrante del
1.Ademas de las fuentes citadas en la introducciou, ver las resei'iasde Mann 1993:4491; Migdal, Kohli y Shue 1994:7-37. 2. Ver por ejemplo Anderson 1974; Barkey 1995; Bartlett 1991; Goldstone 1991; Kasaba 1988; Kennedy 1987; Kuhn 1980; Mann 1986, 1993; MigdaII988; North 1981, 1990; Spense 1990: Tilly 1978, 1990.
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"derecho romano" en Europa occidental", La mayor parte de estas teorfas tiene una inclinaci6n estructural. cCual de estas teorfas es mas ilustrativa de los caminos que se observan en Latinoarnerica? Algunas no parecen muy relevantes ya que mientras que la dinamica de la alianza de clases fue similar, sus integrantes y los contextos internacionales de formaci6n del Estado fueron distintos. Latinoamerica carecfa de una nobleza arraigada, enfrentaba presiones muy diferentes en el ambito internacional, no atraveso ninguna revolucion industrial, fonn6 una burguesfa industrial tardfa y relativamente debil, no posefa colonias y estaba bajo un dominio colonial. A esto deben agregarse las diferencias demograficas, culturales y circunstanciales. Son precisamente estos contrastes los que marcan las limitaciones de las teorfas basadas en las experiencias europeas y contribuyen a crear una imagen mas clara de la fonnaci6n del Estado en ambos lados del Atlantico, Muchos, incluyendo aJohn A. Crow (1922:255-63), han hallado un fuerte vfnculo conceptual entre las teorfas de formacion del Estado en Latinoamerica y en Europa en el fuerte caracter "feudal" latinoamericanot, La aplicacion de las categorias feudales en Latinoamerica que hace Crow sigue siendo una de las mas convincentes; sin embargo, Crow, finalmente, admite que el feudalismo del Nuevo Mundo fue diferente ala variedad europea. EI grado de diferencia sigui6 siendo bastante inflexible y el traslado conceptual quedo sin resolver", A pesar de que en materia de estructura los nuevos Estados tenfan ciertas caracterfsticas "feudales", las nuevas republicas del siglo XIX no se parecfan ala Europa feudal, ni polftica ni institucionalmente. Lo que es mas, existe
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3. Ver Moore 1966 sobre la comercializaci6n de Iaagricultura; Marx 1959 y Moore 1966 sobre eI surgimiento de la burguesla; Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992 sobre la formaci6n e integraci6n de la clase trabajadora; Marx 1959 y Kemp 1993 sobre eI crecimiento del sector industrial; Downing 1992 sobre la preexistencia de formas medievales de constitueionalismo; Brenner 1976, Dobb 1947, Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992 sobre las relacioneslaborales y el caracter de la mando de obra en Ia agricultura bajo el r~imen feudal; y P. Anderson 1974 sobre la inOuencia penetrante del "derecho romano". 4. Ver tarnbien Hartz 1964:26-33. 5. Ver Laclau 1971;y la controversia en el American Historical Review provocada por Stem (1988:841), que concluy6 denominar a Latinoamerica "feudal" 0 "sefiorial" y compararla con esclavitud temprana del Viejo Mundo oscurece el problema mas que aclararlo. Ver tambien Veliz 1980:16-28.
La f017llaci6n del Eslado y
to. democracut
en America Lalina
una imnensa diferencia entre las nociones aceptadas de los dos feudalismos. Aquellos que vefan el feudalismo en Latinoamerica 10 vefan como un pesado obstaeulo para las practicas democraticas, Quienes estudiaban el feudalismo en Europa, en cambio, 10 vefan como el predecesor de la Revoluci6n Industrial y, pOI' todas sus caracterfsticas oscuras, tambien como un noble precursor del capitalismo y la democracia, Los capftulos que se refieren a Uruguay, Colombia y Argentina muestran que las caracterfsticas "feudales" de la vida rural que puedan detectarse en estas sociedades no son, a pesar de estar bien definidas, muy iitiles ala hora de hacer predicciones acerca de la formaci6n del Estado. Lo que es mas, en terminos culturales, polfticos e institucionales existen muy pocas semejanzas entre la evoluci6n hist6rica de estos casos latinoamericanos y las variedades europeas del feudalismo, En el Nuevo Mundo, el predominio de ciertas caracterfsticas "feudales" se explica en terminos de razones distintas del feudalismo, tales como la preponderancia de empresas rurales con pocos requisitos tecnol6gicos, el acceso limitado a creditos, los problemas de comunicacion y las frecuentes guerras 6• Aunque son ideales para comparar procesos historicos extensos, los argmnentos sobre Latinoamerica basados en las fonnas de produccion son dificilmente ritiles para explicar la aparicion de los nuevos Estados luego de la Independencia'. Si las explicaciones basadas en las formas de produccion tienen alguna importancia, la tienen en un sentido similar a la interpretacion realizada pol' Perry Anderson (1974:421-22) con respecto ala aparici6n del Estado absolutista en Europa. £1 argum~nta que las transformaciones polfticas, institucionales yjurfdicas que acompafiaron al Absolutismo no fueron precedidas pOI'una reorganizaci6n substancial del modo feudal de produccione "Contrariamente a todas las hipotesis estructuralistas, no existi6 un mecanismo de desplazamiento con movimiento propio desde... [10 feudal] hacia la forma capitalista de produccion, como si fueran dos sistemas contiguos y cerrados". Verdaderamente,
6. No habla banco en la regi6n antes de 1808, y los productores estaban limitados a las fuentes tradicionales de Iinanciaci6n: los gremios, la Iglesia Cat6lica y los comerciantes y corredores, Ver Bushnell y Macaulay 1988:5°. 7. Ver por ejemplo Ansaldi 1988; Puiggr6s 1948, 1974·
Lafonnaci6n del Estado y la democracia en Amtrica Latina
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eI argumento de Anderson acerca de Europa parece menos disputable ya que aunque la mayor parte de la Iiteratura academica esta de acuerdo en que las transformaciones estructurales en Latinoamerica fueron mfnimas, no se ha lIegado a un consenso similar en 10 que respecta a Europa. AI comparar a Europa y Latinoamerica se lIega a la conclusion de que aunque el ritmo de desarrollo economico y los diferentes factores legados afectaron sin duda la formacion del Estado e influencian la aparicion de resultados democraticos 0 autoritarios, hacer enfasis en estas variables iinicamente no facilita necesariamente la formulacion de una teorfa mas amplia. Los factores relacionados con la guerra y la resolucien de conflictos, por otra parte, parecen crear una base mas simple y compartida para la comparacion. Todas las teorfas tienen un margen de error; sin embargo, cuando un cuadro te6rico se conforma solo con variables puramente estructuralistas 0 institucionalistas sin incluir factores relacionados con la resolucion de conflictos y la accion colectiva, ese margen de error aumenta significativamente. EI capitulo siguiente ruuestra, entre otras cosas, como los distintos tipos de conflictos originan fenomenos que la mayorfa de las teorfas han asociado exclusivamente con cambios estructurales. Los conflictos y las acciones colectivas que los acompaiiaron, determinaron eIacceso a los medios de produccion, alteraronlas relaciones de propiedad, crearon nuevas clases y desplazaron antiguos monopolios en la tierra y eI comercio. EI argumento de North (1981) ace rca de la importancia de los derechos de propiedad, los precios y los costos de las transacciones en la formacion del Estado son muy aceptables; y parece aiin mas importante su insistencia en que los modelos economicos tradicionales no son suficientes", Lasconclusiones a las que lIega Huntington (1968:6) de que eIdesarrollo economico y la estabilidad polftica son dos objetivos separados e independientes y que eI progreso hacia uno no siempre lIeva hacia la otra, se adaptan perfectamente a los casos estudiados en este Iibro.
8. Ver North y Thomas 1973; North 1990:395. Para North la teorfa econ6mica marxista y la neoclasica no pueden explicar completamente la cohesion de Ia acci6n polftica grupal 0 eI comportamiento de los bur6cratas; de ahl su inclusi6n de Ia ideologla como factor clave del mantenimiento del Estado.
El conflicto y fa[ormacio« delEstado Michael Mann (1993) y Charles Tilly (1990) han sugerido que los Estados europeos intentaban asegurar la posesion de los territorios a traves de la guerra y que la guerra facilitaba las a1ianzas de c1ases,con el resultado de fortalecer 0 debilitar aI Estado". En Europa, de manera similar que en otros lugares, las guerras Ie dieron forma ados dinamicas de formacion del Estado relacionados pero diferentes, En primer lugar, los conflictos tuvieron influencia sobre eIcontrol de recursos, la aplicacion de impuestos y la creacion de un ejercito central. En segundo lugar, los conflictos determinaron, en gran medida, los modos a trayeS de los cuales las coaliciones dominantes adquirieron poder polftico y como erigieron regimenes viables. Tilly (199°:3°, 1993:31-32) ha presentado una util categorizacion para explicar los distintos caminos hacia la formacion del Estado. Tres de los modos son consecuencia de la guerra y la relacion entre la coercion y eI capital. Todos ellos convergen en eI Estado nacional moderno. En eI proceso, tanto Tilly (id.) como Mann (1968:vol. 1)observan un continuo que va de los modos con utilizacion intensiva de la coercion a los de utilizacicn intensiva del capital. EI primer modo, eIcamino de utilizacicn intensiva del capital practicado por Brandenburgo-Prusia y Rusia, file en gran parte cUeno a Latinoamerica, En este sentido, los Estados -movidos por las necesidades de la guerra-Iograron aumentar los ingresos y agrandar sus burocracias al imponer a las poblaciones rurales nuevos irnpuestos. EI patron file dominante en las regiones donde habia pocas ciudades y la coercion directa desempeiiaba un papel importante en la produccion agricola. Luego de finalizadas las guerras de la Independencia, ningun Estado de Latinoamerica pudo ya efectuar una recaudacion de impuestos eficaz, las ciudades comenzaron a dominar las areas rurales y la coercion directa del trabajo no fue siempre posible'". De hecho, las naciones latinoamericanas en ascenso evolucionaron rapidamente en una rona de ruuchas ciudades, que las acerco a las regiones concentradas en eI capital que describe Tilly (1990)' Aun en Argentina, eI Estado mas fuerte entre los casos estudiados, aI poder
9. Mann afirma esto para Europa y los Estados Unidos 1986:vol. 1:~8. EI Salvador parece haber sido un caso extreme. SegUnLindo-Fuentes 1990, el Estado no podia recaudar los ingresos mob basicos, 10.
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central siempre Ie resulto muy dificil (yen ocasiones, incluso, no deseable) depender de la coerci6n para recaudar sus impuestos, En casi toda la regi6n, los palses dependfan en gran medida de los impuestos aduaneros porql1e los Estados no realizaban una recaudaci6n de irnpuestos eficaz y esto los hacfa extremadamente sensibles a cualquier alteraci6n en los precios de las exportaciones 0 importaciones. Con tarifas muy altas, el gobierno podrfa tener que recurrir directamente al contrabando; si eran 1I1uy bajas, los ingresos se reduefan drasticarnenteo Como se vera, en pafses como Colombia y Uruguay, el Estado s610 era una de las muchas organizaciones que competfan para conseguir recursos y lealtad de parte de la poblaci6n. Esto quisas acerque mas estos casos a la descripci6n que hace Resat Kasaba (1988, 1994) del Estado otomano del siglo XIX que en los Estados europeos. AI igual que algunos monarcas europeos, los Estados latinoamericanos se vefan compelidos, con frecuencia, a pedir prestadas grandes cantidades de dinero de las c1asesmercantiles y hacendadas para armar su ejercito y hacer la guerra 0 Ilevar a cabo las actividades basicas del proceso de fonnaci6n del Estado. El Estado tradicionalmente reconoci6 y lament6 esta dependencia con el capital local. Una diferencia importante con Europa, sin embargo, era la disponibilidad de recursos externos ya que los Estados latinoamericanos podfan recurrir a fuentes externas de capital. La historia de los "grandes" prestamos tomados de los bancos europeos y, luego y de allf en adelante, norteamericanos, es conocida. Sin embargo, los prestamos no parecieron ayudar a la centralizaci6n del poder 0 contribuir a una adrninistraci6n mas eficiente. Mas bien, una creciente y preocupante deuda externa contribuy6 a una inestable balanza de pagos y a varias crisis fiscales, que debilitaron aun mas al Estado, Para satisfacer a los acreed~res internos (y a veces a los externos tambien), el Estado intent6 reducir sus deudas a traves de cesiones de territorio e impuestos, pensiones 0 designaciones para puestos importantes dentro de la burocracia central. Podrfa argumentarse que hacia la mitad del siglo XIX, algunos Estados tomaron el segundo camino descrito por Tilly (1990:51-66), definido por Europa: un camino concentrado en el capital, en el que los fonnadores del Estado y los capitalistas intercambiaban, en su forma mas basica, recursos por protecci6n. Estos acuerdos se aplicaban a las ciudades-Estado, las ciudades-imperio, las federaciones urbanas y otras formas de soberanfa fragmentada. La regi6n del Cono Sur en particu-
Laformaci6n del Estado y la democracia en Amirica Latina
lar, con su amplio grado de urbanizaci6n y sus pr6speras ciudades, parece acercarse mas a este modo. Lo que es mas, al menos en los casos que se consideran aquf, la disponibilidad de prestamos externos les permitio a los fonnadores de los Estados importar capital a un grado desconocido en Europa. Sin embargo, las semejanzas no son absolutas. Las c1ases mercantiles y los capitalistas rurales solfan controlar los recursos suficientes como para lograr un convenio con el Estado, pero el Estado solfa carecer de los medics para brindarles una protecci6n adecuada. La mayor parte de los duefios del capital tenfan que organizar sus propias milicias para hacer respetar sus derechos de propiedad y defender sus bienes, 10que contribufa ala fonnaci6n de milicias que estaban fuera del control del Estado. Lo que es mas, los capitalistas no siempre estaban de acuerdo con los objetivos de desarrollo del Estado y cuando 10estaban, pedfan mucho mas que proteccion. De nuestros tres casos principales, Argentina -debido a su acaudalada c1ase alta terrateniente y su ejercito mas organizado-, posefa los ingredientes necesarios para esa alianza y fue la que mas se acerc6 a este camino. No obstante, la contribuci6n de los capitalistas rurales al Estado siempre, en general, era modesta, De hecho, como Schwartz (1989) ha demostrado para Argentina, en la segunda mitad del siglo XIX, los hacendados lograron despojarse de su responsabilidad por la creciente deuda externa y cargarla toda sobre los hombros del Estado. Con frecuencia, el Estado no pudo, 0 no quiso, subordinar a los potentados locales e imponer el pago de impuestos. Como se vera, la ineptitud del Estado para tomar cualquiera de esas medidas dependi6 de su falta de habilidad para resolver los conflictos internos. SegUn la c1asificaci6n de Tilly, Latinoamerica se ubica mejor en una tercera categoria de "coercion capitalizada", en la que los fonnadores del Estado utilizan tanto la coercion como el capital para centralizar eI poder, Sin embargo, la coercion y eI capital se utilizaron en Latinoamerica en forma dispareja ya que la coercion fue brutal e ineficaz y la escasez de capital fue a menudo 10 conuin, Es importante tambien comprender otros elementos. En eI Nuevo Mundo, las fuentes de capital no siempre estaban en control del Estado; tampoco este capital gener6 una economfa dinamica como en Europa. Una diferencia importante, por supuesto, fue que los Estados latinoamericanos no instituyeron colonias que sustentaran sus procesos de
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consolidaci6n y, en parte por esa causa, no fueron muchas veces capaces de controlar las fuerzas del mercado para aumentar sus ingresos. Entre los casos aquf seleccionados, Argentina es eI Estado que mejor se adapta al modelo, Podrfa decirse que dado eI amplio margen de autonomfa local y la fuerza de las redes de poder provinciales, los Estados latinoamericanos utilizaron la coercion y el capital de un modo con mas reruiniscencias de Francia 0 Inglaterra que de Rusia 0 Prusia. Sin embargo existen importantes diferencias. EI camino tomado por Francia no se adapta completamente a America. En su mayor parte, los formadores del Estado en Latinoarnerica no pudieron, 0 no quisieron, movilizar a sus poblaciones hacia un ejercito central y una fuerte administracion burocratica del modo en que 10 hizo Francia. Con respecto a la incorporaci6n de las clases superiores, los Estados latinoamericanos tampoco pudieron so meter a las clases sociales que se resistfan a la penetraci6n estatal, como ocurri6 en Francia. Los Estados que mas se asemejaban a Francia hacia el fin del siglo XIX, s610 10 hadan con respecto al peso que Ie otorgaban a las Fuerzas Armadas. Sin embargo nunca fueron capaces de crear una burocracia adecuada, mucho menos una fuerte. Y como se dijo, ninguno fue capaz de crear un sistema eficaz de recaudaci6n impositiva.
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A pesar de tener un mecanismo de impuestos eficiente, que iba mucho mas alia de los ingresos aduaneros, Inglaterra presenta una analogfa ruejor, Especialmente, con respecto a la relaci6n entre el Estado y las clases que se resistfan a su crecimiento, un mimero considerable de pafses latinoamericanos -Colombia, Costa Rica, Chile, Uruguay y Argentina- se asemejaban a Inglaterra, donde eI poder real era limitado. Allf, la creaci6n del Parlamento como representante conjunto de los terratenientes y la burguesfa limitaba eIpoder del monarca; en Latinoamerica, esa Iimitaci6n estaba a cargo de los caudillos locales y el Congreso. Estructuralmente, sin embargo, las limitaciones de la analogfa estan marcadas por dos diferencias basicas: en Latinoamerica, la burguesfa era uiucho mas debil y la disponibilidad para los fonnadores del Estado de capitaIes generados internamente era mucho mas restringida. Las comparaciones anteriores ayudan a comprender el proceso de formacion del Estado a ambos lados del Atlantico pero nos dicen que los caminos tomados por Europa se aplican s610 en parte a Latinoamerica, Los lfmites estan marcados por fuertes diferencias culturales y estructurales. AI misrno tiernpo, pueden hallarse similitudes en el pro-
Laformacum delEstadoJ fa democracia en AmericaLatina
ceso de institucionalizacion y a pesar de los distintos contextos, puede decirse que tanto los fonnadores de los Estados europeos como los latinoamericanos recurrieron en gran medida a la guerra y la coerci6n. Lo que es mas importante, puede decirse que los distintos tipos de guerra dieron lugar a distintos tipos de Estado. Las recurrentes guerras de guerrillas y guerras de ejercitos en Suramerica hicieron surgir confusas lfneas de mando que pueden compararse con la vendee en Francia, por ejemplo 0 con otros conflictos europeos similares. Sin embargo, tambien hay diferencias reveladoras en 10que respecta a los tipos de conflictos asociados con la formacion de los Estados a ambos lados del Atlantico. Estas diferencias nos permiten lograr una imagen aun mas precisa del proceso de organizaci6n nacional en Latinoamerica, Por ejemplo, las frecuentes guerras entre los monarcas europeos no tienen ningtin equivalente directo en el Nuevo Mundo. Luego de la Independencia, los principales enfrentamientos annados sobre la centralizaci6n del poder tuvieron lugar en territorios confinados geograficamente. En comparacion con la experiencia de Europa, en la cual Estados vecinos luchaban entre sf por prolongados perfodos, puede decirse que en Latinoamerica no se lucharon suficientes guerras. La cuesti6n, sin embargo, no es eI mimero de guerras que se libran, sino el impacto de la guerra en perfodos cruciales de proceso de formaci6n del Estado. Latinoamerica tuvo numerosas guerras y estas tuvieron tanto impacto en la institucionalizaci6n como 10 tuvieron las guerras de Europa. Pero eI tipo de guerra y los Estados resultantes fueron diferentes. En America, se luchaban guerras de guerrilla, generalmente locales y de corta duracion, Como se vera, los conflictos dieron lugar a distintas clases de relaciones entre civiles y militares y de coaliciones doruinantes. AI igual que en Europa, los Estados latinoamcricanos sufrieron invasiones extranjeras y libraron disputas territoriales, pero la mayor parte de los conflictos fueron internos, caracterizados por una intensa participacion civil. Una clara leccion que puede extraerse de las contrastantes experiencias de Europa y Latinoainerica es que el conflicto resulta inherente a la formaci6n del Estado: ayuda a dar forma a los Estados y regfmenes, y la acci6n colectiva que genera sienta las bases para la creaci6n de coaliciones. Esto puede decirse tambien de otras areas del mundo, tales como Oriente y eI Lejano Oriente. China, en el siglo XVII y xvm, un periodo agotador pero exitoso de su historia en el que la dinastfa Quing
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logr6 fortalecer eI poder central e incorporar nuevos territorios, demuestra que la consolidaci6n del poder imperial no puede comprenderse sin examinar las caracterfsticas del conflicto". AI igual que en Europa 0 Latinoameriea, eI hecho que eI Estado pudiera reclutar a la nobleza y asegurarse su apoyo podfa significar una gran diferencia en eI tiempo de aparici6n y el caracter de las alianzas de c1ases y en eI desarrollo de las burocracias estatales. Las guerras entre el gobiemo central y los asf Hamados "Tres Feudatorios", por ejemplo, ofrecen una lecci6n con la que los formadores de los Estados latinoamericanos estaban bien familiarizados: los intentos fallidos de la nobleza rebelde de unirse contra el poder central aceleraron la centralizaci6n del poder". Una segunda lecci6n, no tan obvia pero importante de todos modos, es que la ubicaci6n geografica del esfuerzo belico podfa marcar una diferencia. Cuando los nobles eran vencidos en sus propios dominios, el gobiemo central podfa concentrar eI poder mas rapldamente, En Uruguay, Colombia y Argentina, la ubicaci6n geografiea de las guerras tambien tuvo importantes consecuencias para la formaci6n del Estado. Si eI conflicto tenfa lugar en eI area en que se ubicaba el gobiemo central y sus zonas aledafias, la nuclealizaci6n del poder tenia lugar de un modo mas lento. Si las batallas se libraban en fronteras distantes, eI Estado central y sus alrededores disfrutaban en general de una mejor situaci6n econ6mica y podlan, en consecuencia, dedicar mas recursos a la formaci6n de un ejercito profesional. Los capftulos 2,3 y 4 dan testimonio del poder explicativo de este simple hallazgo. La formaci6n del Estado en Europa, asf como en Asia y en el Medio Oriente, tambien demuestra la importancia de la acci6n colectiva de las c1asesinferiores. Laformacum del Estado y las rebeliones rurales
Para el especialista europeo, el cuadro general que surge de Latinoamerica es bastante convencional. Los barones, potentados 0 caudillos locales formaron alianzas con la poblaci6n que estaba bajo su control para oponerse al poder central 0 se aliaron con el Estado para someter 11. Ver Naquin y Rawski 1987:4; Spense 1990:90-116. 1.2. Ver Naquin y Rawski 1987:5-6; Spense 199°:51-53. Serfa inadecuado aplicar el t~rmmo "nobleza" a las elites de Latinoamerica, No obstante, a fines de la comparacI6~, puede afirmarse que las elites hacendadas que participaron de la lucha armada tuvieron un rol similar.
La form-adon de!Estado y La democracia en A mbica Latina
a las c1ases inferiores que se sublevaban. Gran parte de la literatura ha mostrado a la centralizaci6n del poder como un juego en eI que tres participantes principales -el Estado, las c1ases superiores y las c1ases inferiores- se unfan 0 se enfrentaban, determinando la relaci6n entre el Estado y la sociedad civil e influenciando el diseiio institucional que se adoptaria finalmente", Un hallazgo com partido por Mann (1986,1993) YTilly (1990) es que
el Estado y la nobleza trabajaron juntos en la construccion del Estado, pero que no todos los Estados que surgieron -incluyendo a Prusia y Rusia- fueron capaces de consolidar la asociaci6n entre ambos. Los disturbios frecuentes entre las c1asesinferiores provocaban una profunda preocupaeion en la monarqufa y detenninaban las condiciones bajo las cuales se aliaban el Estado y los barones locales. AI igual que en Latinoamerica, distintas rebeliones antiestatales (mas que antifeudales) formaron parte del panorama de institucionalizaci6n en Francia, Inglaterra y Espana. Los disturbios rurales tambien le dieron forma al Estado imperial en China, la cual ofrece un ejemplo de un conocido tipo de alianza: la de los campesinos y los senores locales en contra del poder central. En particular tendfan a ser antiestado y en muchos casos eran apoyadas por los senores locales. Pero en otras situaciones, los senores eran vistos como el enemigo y se abrfan las oportunidades de alianzas entre el Estado y los campesinos. Esto Ie daba al poder eentral la oportunidad de l1egardirectamente a las poblaciones rurales e incremen tar su fuerza con respecto a las c1ases nobles. Las alianzas entre los campesinos y el Estado tenlan lugar aun cuando no s610la nobleza sino tambien el Estado apoyaban las polfticas extractivas que habfan causado el problema en primer lugar. AI igual que Europa, China fue un ejemplo de que estas movilizaciones rurales dependfan en gran parte de quien, a los ojos de la poblaci6n, implementaba las polfticas tributaries. En Latinoamerica en el siglo XIX, la fijaci6n de impuestos por parte del Estado central no ocup6 un lugar principal en las reb eliones rurales y las alianzas entre el poder central y las poblaciones rurales nunca se materializaron's. Los motivos principales de rebelion eran los derechos de propiedad territorial y las
13. P. Anderson 1974; Moore 1966; Skocpol 1979; Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992. 14. Hubo excepciones, que se analizaran con mlls detalle en los capftulos siguientes.
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fricciones entre la mano de obra rural y los senores locales, pero, por encima de todo, las poblaciones rurales se rebelaban contra eIgobierno central. Los jefes polfticos locales y los lfderes comunitarios desempenaban un papel importante en estas rebeliones, que en la mayorfa de los casos reforzaban los lazos de c1ientela entre la fuerza de trabajo y la elite local. En efecto, los caudillos con frecuencia incitaban a la rebelidn contra eI poder central 0 eljefe politico vecino para fortalecer esas alianzas. Las promesas de mejoras sociales y enriquecimiento tambien funcionaban como incentivos para la rebelion, A diferencia de 10 que solfa ocurrir en Europa 0 China, las alianzas entre eI Estado y las elites regionales no se traducfa necesariamente en una polftica coordinada de recaudacion de impuestos. Tampoco esas relaciones entre las elites locales y eI poder central representaban sieinpre una polftica conjunta, mucho menos coherente, de explotacion de los recursos y eI trabajo. En consecuencia, las rebeliones rara vez expresaban un esfuerzo coordinado contra eI poder central y los senores locales. Las elites locales segufan siendo poderosas, y los lazos entre eI Estado y los caudillos regionales dependfan mas de favores politicos y prebendas que de una burocracia utilizable. Con respecto al caracter y la frecuencia de las rebeliones rurales, las experiencias de forrnacion del Estado en Latinoamerica y Europa encuentran su mas severo contraste en Oriente Medio. Las consideraciones acerca de esta region apuntan a la importancia del papel que desernpefio eI ejercito en la movilizacion de las c1ases inferiores, un componente de la formacion del Estado que se tratara mas detalladamente en breve. AlIf,los fonnadores del Estado otomano lograron construir eI Estado de manera eficaz provocando un mimero mfnimo de revoluciones antiestatales 0 antifeudales". Logro tal que debio mucho a un convenio entre eI Estado y las "tropas de bandidos mercenaries", que seiiala un proceso alternativo de construccion del ejercito". AI comparar al imperio otomano con la Francia del siglo XVII, Karen Barkley (1991:699) ha concluido que la principal diferencia en la formacion de Estados residin en las fuertes alianzas entre eI campesinado y la nobleza que existfan en Francia.
15·Este es Ull argumento principal de Barkey 1991, 1995. 16. Barkey 1995:9.
Laformacuin del Estado y La democracia en America Latina
Estos escenarios contrastantes de insurreccion rural exigen un tratamiento mas profundo de al menos tres preguntas clave para la formacion del Estado en Latinoamerica. La primera pregunta es: cpor que fueron tan infrecuentes las alianzas entre eI poder central y las clases inferiores? La segunda, relacionada con la anterior es: cpor que los seiiores locales y los pobres de las zonas rurales tendieron a desarrollar asociaciones de guerra en eI ambito nacional, con las enormes consecuencias que esto tuvo para la formacion de partidos? La tercera es: cpor que fueron estas alianzas rebeldes casi siempre alianzas de grupos provenientes de sectores muy diferentes de la economfa que, en oportunidades, obtenfan parte de su fuerza de la c1ase media urbana?
Mds lecciones desde los imperios: el equilibria entre el Estado y la sociedad civil Considerar las rebeliones de los sectores inferiores como factor causal de la formaci6n del Estado conduce inevitablemente a buscar eI papel de la sociedad civil en la forrnacion de la nacion, Como con cualquier otra literatura academica, la que se refiere al tema en Latinoamerica ha luchado por encontrar eI equilibrio entre eI Estado y la sociedad civil. Sin embargo, aun no existe una imagen clara. Una descripcion generalmente aceptada de la America Latina del siglo XiX muestra Estados debiles con democracias mal preparadas, luchando con recursos limitados para centralizar su poder frente a una poderosa oposici0!l y una predominante cultura antidemocratica", AI misuio tiempo y de un modo algo contradictorio, esta literatura tambien muestra al Estado post-colonial como una instituci6n centralista y corporativista, con la fuerza suficiente como para brindar los cimientos para la determinacion de politicas centralistas y corporativistas en eI siglo xx. Podrfa concluirse que los Estados emergentes eran debiles y desprovistos de poder en terminos de capacidad 0 autonomfa, mientras que eran al mismo tiempo centralizantes y corporativistas. Esto es algo confuso. Para unir estos aspectos contradictorios de los emergentes Estados latinoamericanos puede recurrirse ala cultura. Siempre es posible afir-
17. Ver Chapman 1993; Bushnell y Macaulay 1988; Madariaga 1955; Halperfn Donghi 1993; Hartz 1954; Mora 1973;Morse 1964; Parry 1966; Rojas Mery 1946; Rock 1987; Veliz 1980; Wiarda 1992; Worcester 1992.
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mar que a pesar de su debilidad, estos Estados tendieron hacia la ~en tralizacion movidos por su fuerte herencia colonial espanola. Quizas un conjunto de instituciones debiles no podrfa lograr la centralizacion, pero la cuItura, sf. Esta vision asume eI concepto de que la cuItura constituy6 un pocleroso motor para la determinacion de politicas y la disciplina social, si es que pudo generar formas de autori clad centralizadas y corporativas en la sociedacl civil a pesar de la debiliclad del Estado. Queda por explicar, sin embargo, como puede considerarse exitosamente centralista y corporativista a un Estado debil con una burocracia escasamente desarrollada. Sin duda, los capftulos siguientes muestran que a pesar de las huellas aparentes de la arnbicion centralista del antiguo Estado colonial, estas republicas permanecieron suficientemente descentralizadas. Ni siquiera Argentina y Paraguay, los casos mas centralizados, se parecen al retrato presentado por la mayor parte de la literatura. Parte de la soluci6n para este hallazgo contradictorio puede provenir de las nociones tradicionalmente aceptadas del Estado, la cuItura y la relaci6n del Estado con la sociedad civil. Una comparacion de panoramas de formacion del Estado extrafdos del imperio otomano y del imperio chino ayudan a desentrafiar eIproblema. La fuerza del Estado suele medirse en tenninos de la fuerza de la Socie~ad civil. Si una es fuerte, se asume que la otra es debil y viceversa. Sin embargo, observando el cambiante equilibrio de poder entre eI Estado y la sociedad civil en el imperio otomano y especialmente su evolucion durante eI siglo XIX, se lIega a la conclusion de que esta "c1-<' "SIca" diicotomfa puede no ser totalmente confiable. Hacia los siglos XV y XVII, el imperio otomano ya habia centralizado la autoridad y organizado un sistema eficiente de recaudacion de impuestos. Paul M. Kennedy (1987:10-12) dice que el imperio otomano, al igual que China, habfa crecido y luego se habfa vueIto "hacia adentro", Una IIamativadiferencia entre eIimperio y Latin~america en la e~oca.colonial y post-colonial es que los suItanes lograron organizar un eJerctto central, controlar la propiedad de la tierra y monopolizar la coe~~io~18. Hacia el fin del siglo XVI este poderoso Estado colapso y eI equilibrio entre el Estado y la sociedad civil se incline hacia e1lado de 18. NingUn Estad~ latinoa~ericano -incluyendo Paraguay, que en un momento poseyo grandes extensrones de herr:' y esclavos, y Venezuela, que era eI mayor terratemente para la segunda decada del siglo xx- se compara con esta situacion,
La jormacum del Estado y la democracia en Amen'ea Latina
la segunda, que se volvio fuerte y ernprendedora". Hacia la decada de 1800, sin embargo, los fonnadores del Estaclo otomano recuperaron parte de su fuerza. Expandieron la burocracia estatal y reestructuraron eIejercito. No obstante, la sociedad civil no se debilito y tanto uno como la otra pennanecieron fuertes. Distintos grupos que actuaban en cimbitos no estatales habfan adquirido una influencia social considerable y en ese momento no pudieron, 0 no quisieron, penetrar en eI Estado. La sociedad civil controlaba ciertas actividades que en Occiclente se han considerado general mente prerrogativas del poder central.... Lasorganizaciones privaclas tenfan influencia sobre la regulacion de las actividades del mercado y participaban activamente en la determinacion de pollticas priblicas, sin interferir con el Estado. Se lIego a una especie de division del trabajo. Los grupos que estaban fuera de Estado "tendfan... [sus]... redes" sobre ciertas actividades atribuidas traclicionalmente al gobierno y la elite burocratico-militar se concentraba en profesionalizar al ejercito, diversificar la burocracia y recauclar impuestos de una manera mas eficaz". Muchas diferencias entre eI imperio otomano y eI espafiol pueden explicar sus evoluciones divergentes, su resistencia y su colapso. Aquf eI foco esta en eI desarrollo de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil en ambos casos, 10 cual exige reconsiderar la hipotesis planteada de esta ecuacion en Latinoarnerica en eI perfodo anterior a la Independencia y eI perfodo post-colonial. En America se lIego a un equilibrio cliferente en la ecuacion, A semejanza del imperio otomano, la mayor parte de las Indias espafiolas a fines del siglo XVII y durante eI siglo XVIII experimentaron una suerte de simetrfa entre los participantes estatales y no estatales. Esa sirnetrfa, sin embargo, aparecfa como una imagen en espejo del imperio otomano. AlH, se hahfa lIegado a un equiIibrio entre los fonnadores del Estado y los pueblos indigenas 0 criollos que habfan annado una base de poder fuera del cimbito estatal pero no habfan sido capaces lograr una penetracion en eI Estado, La polarizacion entre la socieclad civil y eI Estado coloniallatinoamericano repre-
19.Ver Goldstone 1991:365-68. Los gobernantes enfrentaban un descenso significativo de sus ingresos. Hacia eI siglo XVII, las revueltas abiertas de los funcionarios provinciales y los potentados eran comunes en eI imperio. 20. Ver Kasaba 1994:22. 21. Tornado del comentario de un contemporaneo que Ie atribufa a la sociedad las funciones que la literatura occidental suele atribuirle al Estado. Ver Kasaba 1994:208.
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sento un equilibrio entre partes debiles y fue, por tanto, opuesta ala situacion otomana, Este contraste revela las rafces europeas de la tradicional dicotomfa entre un Estado fuerte y una sociedad civil debil, Hasta cierto pun to, esta dicotomfa tamhien halla solidos precedentes en la literatura acerca de los Estados Unidos que ha puesto el enfasis tradicionalmente en la fuerza de la sociedad civil". La sugerencia que se hace aquf es que, antes de la Independencia, Latinoamerica logro una cierta estabilidad durante los casi tres siglos en que las instituciones estatales no lograron una penetracion completa en la sociedad civil. Las diferencias regionales eran demasiado marcadas y las instituciones dependfan demasiado de personalidades locales y distantes autoridades espafiolas, AI mismo tiempo, la accion colectiva externa al Estado que surgfa tanto de grupos de notables dominantes y sus aliados como de las clases inferiores, gan6 fuerza pero no amenaz6 decisivamente la estabilidad del Imperio.
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No quedan dudas de que el Estado colonial, a pesar de su debilidad, fue capas de excluir a determinados grupos del proceso de determinacion de polfticas, No obstante, dado que el Estado era debil, la exclusion afectaba casi exclusivamente a las clases inferiores; como ya se menciono, las alianzas entre el Estado y las clases inferiores casi nunca sematerialiaaron, Esto fue una caracterfstica definitoria del Estado en el perfodo posterior a la Independencia. Precisamente por el hecho de que la sociedad civil era debil, no alcanzo el vigor que Alexis de Tocqueville observ6 en los Estados Unidos. La mayor parte de la accion grupal apuntaba a obtener favores y servicios de un gobiemo debil, servicios que, segUnse percibfa, solo el Estado podia proporcionar, Cuando el Estado no respondfa efectivamente, que era 10 que solfa suceder, estos grupos tomaban lajusticia en sus propias manos, Por un lado, las barreras para entrar en los asuntos de gobierno eran pocas para las clases superiores; por 10 tanto, muchos de sus sectores estahan representadas en el Estado. Por otro lado, como regia general, el Estado colonial era incapaz de cumplir con las exigencias de protecci6n 0 de resolver disputas relacionadas con los derechos de propiedad, El
22. Para visones disidentes sobre las nociones aceptadas de la debilidad del utado norteamericano, ver Bensel 1990, Skocpol1992; Skowronek 1982.
La formacuin. del Estadoy fa democmcia en Arnlrica Latina
equilibrio entre en Estado debil y una sociedad civil debil significaba que el imperio no tenia graves arnenasas internas. Solo a partir de la decada de 1760 las poblaciones rurales y los pueblos pequeiios -en particular Quito, Peru, Nueva Granada y Mexicose rebelaron en contra de las autoridades locales, algunos apelando al Rey ausente para la redistrihucion de la tierra y lajusticia social", Sin embargo, Anthony McFarlane (1995:313) observa la poca frecuencia con que se dieron "rebeliones de escala y duraci6n suficientes como para amenazar a los gobiernos coloniales en forma directa". Lo misnio puede decirse del caso Otomano, en donde tanto el Estado como la sociedad civil eran fuertes. La Independencia rompi6 el equilibrio de la ecuacion. En nuestros casos y en Latinoarnerica en general, las guerras favorecieron a las fuerzas sociales sobre el Estado. Un logro irnportante de las guerras de la Independencia fue el aumento del poder de la sociedad civil. Este poder, en especial en relacion con las organisaciones de base, llego muy lentamente y debi6 enfrentar muchas contrarrevoluciones.lo cual afect6 al capital social y la autodeterminacion de la sociedad civil ell las republicas emergentes. Durante la mayor parte del perfodo de formacion del Estado, este y la sociedad civil siguieron siendo debiles y por 10 tanto ninguno fue capaz de generar esferas confiables de actividad econ6mica y polftica que les dieran fuerza. En Colombia y Uruguay, las instituciones estatales siguieron siendo fnigiles hasta el comienzo del siglo xx. La sociedad civil se organiz6 pero perdi6 gradualmente el impulso. La capacidad del Estado era mas fuerte en Argentina, pero segufa dependiendo en gran medida de los duefios de la economfa de exportaciones. La activa sociedad civil que habfa apoyado la Revoluci6n de Mayo entre en decadencia inmediatamente despues. Hacia el siglo xx, el equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad civil, que recuerda al caso Otomano, se incline a favor del Estado. La mayor parte de la historia de 10 primeros sesenta afios del siglo xx muestra su crecimiento. Sin embargo, a diferencia del caso Otomano, en los Estados Latinoamericanos, mas pequefios, la fuerza que obtuvo la sociedad civil durante el convulsionado perfodo de la Independencia y los afios subsiguientes, se perdi6 casi totalmente, Los grupos que 23. Ver McFarlane 1985, 1995. Existe un considerable corpus de literatura acerca de las rebeliones de fines del siglo XVII.
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surgfan de la sociedad civil decayeron en mimero e importancia. De un modo u otro, la mayoria de estos desarroll6 lazos de c1ientela con eI Estado; de ahf surge la imagen de sistema corporativista que muestra gran parte de la literatura academica, AI mismo tiempo, sin embargo, este lIamado "Estado corporativista" no acumul6 necesariamente bastante poder como para dominar a los grupos que en teorfa controlaba. En nuestros casos negativos, Venezuela y Paraguay, la Independencia rompi6 eI equilibrio de un modo diferente. En Venezuela, 10 inclino a favor de los caudillos militares y las Fuerzas Armadas mas que a favor de la "sociedad" en general. En Paraguay, el equilibrio colonial se inclin6 a favor del Estado. Ambos, al igual que Argentina, vieron c6mo el ejercito pas6 aIfrente en eIproceso de construcci6n del Estado, Yen ambos, de manera algo similar a 10 que ocurri6 en eIimperio otomano, eI ejcrcito se convirtio en un eslabon directo entre eI Estado y los pobres de las zonas rurales,
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Mas leccumes de los impenos: bandidos y ejlrcilos La autonomfa estatal de todos los casos analizados aquf estuvo siempre ligada a los aspectos del reclutarniento y composicion del ljercito y a la construcci6n de lfneas de man do entre oficiales, partidos y forinadores del Estado. Tener ejercitos mas poderosos y centralizados no siempre simplificaba la autonomia del Estado. Un ejemplo de esto es Argentina. En los capftulos siguientes se vera c6mo la incorporaci6n de los pobres rurales y los grupos excluidos (mestizos, negros e indios) a los ejercitos y partidos, asf como las conexiones entre eI ejercito y la elite polftica, ayudan a explicar los caminos de la formaci6n del Estado. La organizaci6n del Estado en eI caso otomano ayuda a detectar algunos aspectos del papel desernpeiiado por eI ejercito en la formacion del Estado en Latinoameriea que no suelen ser considerados por la Iiteratura. En particular, los contrastes permiten explicar por que las a1ianzas entre eI ejercito, eI poder central y los pobres rurales fueron escasos, Barkey (1995) dice que en eI siglo XVIl, eI Estado otomano utilizaba los servicios de bandidos mercenarios. EI bandidaje tambien era, por supuesto, conuin en Europa y China. EI caso otomano, sin embargo, se diferenciaba de los otros en que "los vagabundos se convertfan en mercenarios y se organizaban segiin las lfneas militares del Estado. Es dificil, bajo estas condiciones, ver al bandido como un producto rural; mas bien, es necesario aceptar el papel que desempeii6 el Estado
La [ormacitm del Estado y la democracia en America Latina
en la generacion de este nuevo tipo social""'!. Sin embargo, esta estrategia presentaba un problema de control ya que producir eI bandidaje era mas facil que controlarlo. EI Sultan resolvio este problema creando y reprimiendo al mismo tiempo eI bandidaje. AI responder a las quejas contra los bandidos que hadan los campesinos, eI Estado solfa lograr legitimidad al reprimir a los mismos ban didos que habfa empleado. AI igual que los formadores del imperio otomano, los latinoamericanos tarnbien realizaron acuerdos f1exibles con los patrones locales y las milicias que de vez en cuando desempeiiaban eI papel de bandidos, no aI estilo romantico de Eric]. Hobsbawm (1981) sino en eI sentido mas crudo que presenta Barkey (1995). La organizaci6n del ejercito incluyo la absorci6n flexible de "generales" disidentes que a menudo se valfan del bandidaje para mantener sus rnilicias, pero a los cuales se oponfa el poder central-cuando le convenfa- para defender los derechos de propiedad y la seguridad de la poblaci6n local. Sin embargo, a diferencia del caso otomano, al Estado solfan faltarle los recursos necesarios para suprimir las actividades de losjefes locales. Por 10 tanto, los pobres de las zonas rurales tendian a quedar bajo eIcontrol de los caudillos locales y se rebelaban con mas frecuencia en contra del Estado. Ning6n Estado latinoamericano se acerc6 siquiera a trabar a1ianzas con eI campesinado 0 las c1ases trabaiadoras rurales que se comparen a los exitosos casos populistas de Europa, tales como Suecia, que sueIe citarse como una alianzatinica entre el Rey y eI campesino a traves de un ejercito de ciudadanos". Recien en el siglo XX algunos Estados latinoamericanos pudieron galvanizar eIapoyo popular y establecer un lazo directo con las c1ases bajas; estos casos incluyemn a Argentina, Brasil, Mexico, Uruguay y, en forma mas limitada, Venezuela. En los pr6ximos capftulos se vera c6mo ese Estado realiz6 convenios con centros alternativos de militarismo (los bandidos) para construir su ejercito central. Los formadores del Estado solian utilizar a los caudillos, que acosaban, como bandidos, los pueblos y ciudades que se oponfan aI gobierno central. En forma similar aI argumento de Barkey para el caso otomano, pem a diferencia de 10 que Elizabeth]. Perry
24· Barkey 1995:230. 25. Incluso bajo en absolutismo caroline, Suecia se diferenciaba de los estados absolutisms europeos, ya que su fuerza militar era un ejereito de ciudadanos leal a la constitucion, Para detalles, ver P.Anderson 1974;Downing 1992: cap. 8.
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(1980) sugiere para China, losjefes politicos de las comunidades rurales desarrollaron fuertes lazos de c1ientelacon eI distante Estado y los partidos pollticos que estaban en eI poder, En parte como en la afinnaci6n de Barkey, los caudillos locales no eran en general un producto exclusivo de la vida rural y sus circunstancias; mas bien, la historia de la mayorfa muestra que tenfan convenios con las elites militares coloniales y las c1asescomerciales urbanas, todo 10 cual facilit6 eIacceso de los caudillos al poder central. A pesar de la influencia de la ideologfa militar europea, que hacfa hincapie en las ventajas de un ejercito central fuerte, los casos latiuoamericanos estudiados aquf se desviaron de ese modelo luego de lograr la Independencia. Como en eI caso otomano, la centralizaci6n del poder tuvo lugar "en su mayor parte a travesde la negociaci6n y la incorporaci6n" de ejercitos que habfan surgido de distintas revueltas durante intentos previos de centralizaci6n a fines del siglo xvur",
1.2. Formacion del Estado en America
Los partidos A pesar de que los partidos polfticos fueron la caracterfstica dis tintiva de la fonnaci6n del Estado en America, entre 1810 y 1900, tambien pueden encontrarse semejanzas entre estosj6venes partidos y los bandidos del imperio otomano 0 las unidades cfvico-militares llamadas "Estandartes" en China", Las lfneas de mando de c1ientela y los lazos flexibles con el poder central eran similares. EI bandidaje tarnbien incorporaba incentivos selectivos fuertemente asociados con la actividad y las guerras partidarias, desde el pillaje y eI robo hasta la utilizaci6n de haciendas como escondites temporaries 0 el saqueo de cultivos y ganado. La utilizacion de milicias que estaban bajo la supervision de lfderes leales era siempre una alternativa viable y barata para monopolizar la coercion e imponer el orden'", Mas que en cualquier otra area, 26. Barkey 1995:230. . 27. Ver Naquin y Rawski 1987:4. Durante la declinaci6n de la dinastfa Ming en China, los rnanchues crearon losllamados Estandartes, que cumplfan funciones similares a los primeros partidos politicos en Latinoamerica, Los Estandartes se convirtieroll en las unidades administrativas de registro, conscripci6n y movilizaci6n. 28. Aquf debo agradecerles a Miguel Centeno y Jonathan Rosenberg, que me seiialaron que estas sugerencias tamhien podrfan aplicarse a Mexico durante el Porfiriato y eI perfodo revolucionario.
Laf?T7nacion del Estadoy La democracia enAmlrica Latina sin embargo, los partidos en America contrihuyeron a demarcar los Ifmies de la ciudadanfa y la nacionalidad y a organizar el ejercito. En su mayor parte, la actividad de las milicias en Latinoamerica sigui6 estando unida no aIEstado 0 a las bandas de mercenarios sino a los partidos. Los partidos se formaron aI mismo tiempo que el Estado y se convirtieron en fonnadores del Estado; aI mismo tiempo, la organizaci6n partidaria se convirti6 en la forma mas connin de resistencia regional aI Estado. America se diferencio de Europa con respecto al tiempo de fonnaci6n de los partidos en relacion con la fonnaci6n del Estado. En Europa, los partidos lIegaron mas tarde a la escena polftica, una vez que los Estados ya eran fuertes y consolidados, 10 cual acerca a America de Norte y a America Latina dentro del panorama general de formaci6n del Estado. Sin duda, abundante literatura ha visto el surgimiento de la republica estadounidense como una experiencia distinta de cualquier otra precisamente a causa de la aparicion de los partidos en una etapa ternprana de la formacion del Estadov. En todo el continente americano, los partidos desempeiiaron el papel de formadores del Estado y sirvieron de union entre el Estado, el ejercito y la sociedad civil". Como menciona Richard Bensel (1990) a proposito de los Estados Unidos, los formadores del Estado en Latinoamerica tambien oficiaron de formadores de los partidos, de modo tal que la pertenencia a los distintos partidos dividi6 aI Estado, Los partidos politicos trataban de atraer una c1ientela a1go contradictoria; afirmaban defender los intereses de tanto las clases altas como las bajas, como opuesto a 10 que hacfa el Estado, pero aI mismo tiempo dedan representar los intereses del Estado en el interior. Los capftulos siguientes cuentan la historia de c6mo y por que los partidos se convirtieron en organizaciones perdurables y sistemas partidarios en algunos pafses y por que los partidos pudieron darle fonna aIEstado en algunos pafses, pero no en otros, Parte importante de la respuesta se encuentra en la competencia que surgi6 entre los partidos y las Fuerzas Armadas aI movilizar a los pobres rurales,
29. Ver, por ejemplo, Chambers 1969; Degler 1959; Hartz 1955; Huntington 1981; Morone 1990; Lipset; 1963, 1990; Wood 1972. 30. Ver Dinkin 1982; Shefter 1979.
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Elejercito EI ejercito y los partidos fueron los vehfculos mas importantes de la incorporacion. A diferencia de Europa, en donde los monarcas contrataban con frecueneia mercenarios extranjeros, en los casos estudiados aquf el ejercito rec1utaba a sus miembros casi exc1usivamente entre los pobres locales, en un contexte de escasez de trabajo, Testimonios de la epoca indican que en los ejercitos de los tres casos estudiados habra sold ados mercenarios (britanicos, holandeses, italianos, franceses, norteamericanos, espafioles y alemanes), pero eran excepcion, Argentina y Paraguay pudieron, por diferentes razones, profesionalizar sus ejercitos antes del fin del siglo XIX, pero el cuadro general muestra a los Estados forzando a extranjeros y criollos, por igual, a alistarse. En algunas ocasiones, se llegaba a tomar como rehenes a las familias de quienes habran sido reclutados por la fuerza, para garantizar su permanencia en el servicio. Si se dejan de lado los partidos, e1 proceso de organizacion militar en correlacion con el momento de formaci6n del Estado en Latinoamerica se asemeja mas a 10que ocurri6 en Europa que a 10 que ocurrio en Asia. EI argumento de Brian M. Downing (1992) acerca de la experiencia europea establece un iitil contraste. Downing encuentra los orfgenes de la democracia europea en la relaci6n de la organizaci6n rnilitar con la fuerza del Estado, Basandose en su (breve) comparaci6n con Asia, afirrna que la diferencia principal entre Oriente y Occidente "parece ser el poder relative del Estado... [en Asia] ... al comienzo del sistema de beneficio rnilitar" (1992:53). Un mayor poder estatal al momenta de la formaci6n del ejercito central tuvo como resultado "un sistema mas centralizado de beneficios militares, sin contrato, sin inmunidades y sin apoyo constitucional," mientras que recursos monetarios debiles y un menor poder estatal en Europa dieron lugar a "un feudalismo militar contractual"?'. Tanto Europa como Asia utilizaban concesiones de tierras para construir sus establecimientos militates, pero mientras que las organizaciones militares occidentales eran descentralizadas y libres, las de "Shogun y el Zar" no 10eran'",
La formacion del Estado y la demotracia en Amtrica Latina
der, dada la debilidad del Estado, Algunos de los derechos otorgados a las Fuerzas Armadas perduraron, tales como el fuero militar, un controvertido privilegio otorgado durante el perfodo colonial que exceptuaba a los oficiales del sistema oficial dejusticia y que se mantuvo, con ligeras modificaciones, luego de la Independenciav. Una diferencia importante de Latinoamerica es que, aImenos en los casos examinados aqui, las Fuerzas Armadas surgieron en un perfodo en que el Estado nacional era embrionario y no existfa, aun, una aristocracia terrateniente poderosa. En Europa pueden hallarse casos sirnilares, Pero que haya existido 0 no, una clase acomodada urbana 0 rural poderosa aI momento de la fonnaci6n de las Fuerzas Armadas y que los dos grupos se hayan aliado, hace una gran diferencia. Con respecto a este importante aspecto de la formacion del Estado, los casos analizados aquf se asemejan mas a Inglaterra y a Polonia que a pafses como Francia. Esta comparaci6n ayuda a explicar por que las formas de Estado ahsolutistas no fueron viables en Latinoamerica, Las guerras de Inglaterra en la Edad Media, 0 incluso durante el periodo Tudor (aproximadamente entre 1485y 1609) requerfan bajos niveles de movilizacion de recursos; en realidad, el ejercito estaba compuesto, en general, de una gran infanterfa (milicia) libre. En Francia, sin embargo, el ejercito estaba fonnado dentro del contexto de un Estado y una c1asealta mas fuerte, que tomaron el control de su desarrollo. EI resultado de esta situaci6n en Francia fue el surgimiento del Absolutismo. Por 10 tanto, el Ahsolutismo no floreci6 en Latinoamerica. Este inclufa un crecimiento paralelo del Estado y el ejercito, ambos con altos niveles de institucionalizacion, ambos fuertes, Tambie~ debe agregarse que en este y otros aspectos de la formacion del Estado, Francia se a1eja en cierto modo del contexto europeo, acercandose mas a China y al imperio otomano que al resto de Europa 0 a los casos latinoarnericanos que aquf se consideran. Al igual que en otros lugares, las cesiones de tierras eran cruciales para el crecimiento del cuerpo de oficiales. Ataban a los militares a un Estado que segufa siendo, en teorfa, el mayor terrateniente, aunque no fuera mas que como poseedor de baldfos. Los distintos procesos de
Latinoamerica sigui61a ruta contractual. Esto no deberfa sorpren31. Downing 1992:54. 32. (dem.
33. £1 fuero era un cuerpo de privilegios y derechos, 'jurisdicciones, funciones y obligaciones otorgados (lor la Corona a un pueblo, corporacion, asociaci6n, c1ases 0 iudividuos a trav~s de una cedula 0 una ley" Gilmore 1964:23.
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cesion de tierras y organizacion del ejercito afectaron el tipo de organizaci6n polftica, En Uruguay y Colombia, a los oficiales y los heroes de guerra se les otorgaban tierras por sus rneritos militares, pero los militares tambien tenfan acceso a obtener tierras a causa de su desempefio como lfderes partidarios. Los partidos pollticos les otorgaban tierras a sus generales leales, pensiones y beneficios del Estado tambien, 10 cual los ataba progresivamente a la maquinaria partidaria y a un Estado rnanejado por civiles. Hacia la decada de 1890, los oficiales retirados de Uruguay que recibfan pensiones del partido que estaba en el poder (generalmente el Partido Colorado) superaban ampliamente en ntimero a sus pares en actividad y, en algunos batallones, incluso superaban en mimero a los soldados rasos, Lo mismo puede decirse de Colombia. Como resultado de esto, el ejercito central se debilito y perdi6 autonomfa durante el proceso de formaci6n del Estado, En Argentina, la formaci6n del ejercito estuvo caracterizada por un sistema similar de cesion de tierras, pero quien entregaba las tierras era, en su mayor parte, el Estado, Tarnbien era el gobierno, mas que los principales partidos politicos, quien otorgaba pensiones y beneficios a los oficiales retirados. En Paraguay y tambien en Venezuela, las guerras de la Independencia y las luchas subsiguientes, tambien favorecieron el control de la tierra en manos del Estado, AlII, hacia fin del siglo, el sistema de cesion de tierras habi'a favorecido, por encima de todo, a los oficiales y caudillos iuilitares, convirtiendose el Estado,junto con sus generales, en uno de los mayores, si no el mayor, terrateniente.
1.3. El argumento
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Mientras existe un consenso en que el perfodo que va de 1810a 1900 fue para Latinoamerica una epoca de desorden polftico, no existe un acuerdo acerca de las causas del conflicto. Frank Safford (1992: 96) sostiene que la literatura que se refiere a la formaci6n del Estado esta caracterizada por tres afinnaciones predominantes. Una, enfatiza las caracterfsticas de la cultura Hispanoamericana; la otra, apunta a problemas economicos estructurales y,la tercera, afirma la importancia de las ideologfas polfticas y el miedo a las clases inferiores. El argumento presentado aqui reconoce todos estos factores, pero ofrece una explicacion alternativa de causas, fonnaci6n del Estado y regfmenes resultantes.
Lafonnacion del Estado J la democracia en Ambica Latina
Formacuin del Estadoy reuoluaones Las diferencias temporales y la falta de semejanza entre las revoluciones independentistas expresaron una gran variedad de tipos de conflictos.Jorge Domi'nguez (1980) ha enfatizado las diferencias en velocidad y determinacion de los movirnientos revolucionarios. Mientras que Cuba y Peru no cuestionaron seriaruente la autoridad espanola y paso mas de una decada antes de que Mexico se uniera decididamente al movimiento revolucionario, ciudades tan distantes y diferentes como Buenos Aires y Caracas demostraron una temprana detenninacion por volverse independientes. AI observar los casos individuales, queda claro que a pesar de una reacci6n compartida en contra de la dominacion espanola, las diferencias temporales de la Independencia respondieron a un complejo C0rUUlltO de factores locales". Este libro considera al perfodo de la Independencia como una epoca de revoluciones polfticas que determinaron distintos panoramas de organizacion institucional'", En otras palabras, la formaci6n del Estado puede entenderse como un proceso de reconstruccion post-revolucionaria. Esta vision de la Independencia no deja de ser controvertida. A pesar de que muchos han considerado a la guerra de la Independencia norteamericana como una "revoluci6n" -incluso academicos que han ignorado los efectos de la guerra 0 las teorfas estructurales de la revoluci6n, tales como James A. Morrone (1990) 0 Gordon S. Wood (1972), u otros que han expresado una vision mas critica de la democracia en los Estados Unidos, tales como Charles Beard (1913)- en la literatura que se refiere a Latinoarnerica ha ocurrido 10 opuesto. El desacuerdo depende, en gran medida, de si la herencia del Estado colonial determine el camino que tomaron los nuevos Estados, El debate es muy conocido y no necesita repetirse aquf, Las referencias comparativas que se examinan en la primera parte de este capitulo, y los estudios de casos que siguen, presentan evidencias persuasivas de que hacia la decada de 1850, el conflicto en curso habfa destruido las caracterfsticas mas importantes de la herencia co-
34. Ver, por ejemplo, el analisis que hace Andrews de estos everuos (1985:127). 35. El iennino "revoluci6n pohtica" se refiere exclusivamente a los cambios en las instituciones de gobierno y las instituciones dominantes. Signilica que el cambio institucional fue 10suficientemente significativo como para crear una nueva orr;anizaci6n polftica, pero no implica cambios radicales en eI modo de producci6n 0 en la estructura de las relaciones de clase,
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lonial y habfa dado lugar a nuevas alianzas politicas, instituciones y estilos de liderazgo y organizaci6n. Durante eI siglo XIX, las economfas latinoamericanas se hicieron cada vez mas dependientes de los mercados intemacionales controlados por Europa y mas tarde por los Estados Unidos y eso signific6 un camhio en las instituciones; pero el cambio mayor fue dado por la guerra. Como escribeJohn Lynch (1992:82), las guerras de la Independencia no fueron conflictos cortos "seguidos por la partida de los soldados y la entrada de los civiles". Mas bien, estas guerras significaron cinco, diez 0 quince afios de lucha, de modo que las "instituciones estaban fuera de lugar"3 6• S610 unos pocos de los que estaban en el poder antes de la Independencia siguieron ocupando puestos de influencia y muchos que pertenedan a los rangos medios y bajos de la sociedad civil saltaron al extremo superior de la escala social. Los nuevos Estados contrastaban profundamente con sus predecesores coloniales. Las tinicas instituciones arraigadas, el ejercito y la Iglesia Cat6lica, sufrieron rapidas transfermaciones. Las tareas burocraticas se volvieron mas simples y,como ha observado Tulio Halperin Donghi (1989b: 140) mas subordinadas a la polftica, Como ya se dijo, aunque al comienzo de la formaci6n del Estado pueda haber sido fuerte una "tradici6n centralista", la concentraci6n, en la practica, sigui6 siendo debil",
La.fonnaci6ndelEsta.do y La democracia en America Latina
un contexto relativo de indices de tierra-poblacion y crecimiento demografico, pod ria incluso decirse que los efectos de las guerras civiles sobre la sociedad se acercaron a los de los conflictos europeos. La region tamhien estaba involucrada en varios de estos conflictos internacionales. El cuadro 1.1muestra su frecuencia y su duraci6n. Algunos de estos incidentes iniciaron, a su vez, guerras civiles, que no se muestran en el cuadro 1.1.Las instancias de participacion de las fuerzas estadounidenses en estos conllictos fueron, en la mayoria de los casos, triviales; sin embargo, se induyen porque indican una modesta actividad de las fuerzas estadounidenses en Latinoamerica en el siglo XIX y porque ofrecen una referencia comparativa para evaluar la intervencion de los Estados Unidos despues de 1880. Tilly (1990:11)afirma que "muchos tipos de Estado fueron viables en diferentes etapas de la historia europea"; un argumento analogo puede aplicarse a Latinoameriea, Al igual que en Europa, ningnn pais estableci6 un modelo de centralizaci6n de poder que fuera adoptado por todos los demaS·~9. Para explicar sus diferencias, este libro ofrece cuatro afirmaciones espeefficas pero relacionadas entre sf.
Guerras urbanas 0 rurales y tipos de organizaci6n poljtica La primera afirmaci6n sugiere que el poder y la autonomia de las Fuerzas Armadas en consecuencia el grado en el cual los regfmenes resultantes fueron mas dernocraticos 0 autoritarios, se explican parcialmente teniendo en cuenta si las guerras revolucionarias fueron apoyadas por la ciudad 0 el campo.
y
Cuatroajirmaci01les y una tesis
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Algunos, tales como Blainey (1973:18), notan que aun es misterio la raz6n por la cual el siglo XIX en Occidente estuvo caracterizado por "perfodos de paz inusualmente prolongados". Gran parte de Oceidente, sin embargo, no parece presentar ningtin enigma. En ese siglo, Latiuoamerica luch6 feroces guerras. Si a principios del siglo XX la muerte de mas de setecientos hombres y mujeres era un criterio para difere~ciar a las pequefias escaramuzas de la guerra, puede decirse entonces que la mayor parte de Latinoamerica estuvo en guerra casi constante durante todo el siglo Xlx38. Miguel Centeno (1997) ha descubierto que el ntimero de muertes de las guerras civiles latinoamericanas en el siglo XIX lleg6 a niveles extremadamente altos. Si estas guerras se ubican en
3 6. Lynch 1992:82. 37· Ver Veliz 1980. 3 8. Ver B1ainey1973:i".
Que el ejercito central se hubiera formado bajo la tutela de un centro urbano marcaba una gran diferencia para su desarrollo y sus relaciones con la elite politica, Antes del siglo XIX, contingentes de espafioles armados desempei'iaban el papel de fuerzas "oficiales" en los centros urbanos, que eran los nricleos de toma de decisiones y actividad comercial. Estas ciudades personificaban una vaga nocion de Estado, A partir de las guerras de la Independencia, las cosas cambiaron abruptamente, en especial la relaci6n entre las Fuerzas Armadas y las elites dominantes. La Independencia represent6, en muchas formas, la "ruralizaci6n" de la organizaci6n polftica; las ciudades continuaron 39· Tilly (1990:12) afirma que Gran Bretafia, Francia y Brandenburgo-Prusia, por ejemplo, no pueden considerarse como modelos generales de fonnaci6n del Estado.
[69]
Laformacuin del Estado y fa democracia en America Latina
fERNANDO L6PEZ-ALVES
siendo militarizadas, pero fueron obligadas a compartir el poder militar con las areas rurales. En los casos presentados aquf, pueden identificarse dos patrones diferenciados. Cuando eIreclutamiento de milicias y la formaci6n del ejercito descentraliz6 eIpoder de la ciudad,las Fuerzas Armadas tendieron a desarrollar un vago sentido de autonomla y no se identificaban necesariamente con el poder central.
Colombia. En los casos en que el ejercito mantuvo cierto grado de autonomfa y eI poder militar sigui6 asociado a las clases altas urbanas, eI Estado se fortaleci6 y los partidos se debilitaron, tal como ocurri6 en Argentina. CUADRO 1.1 GUERRAS INDEPENDENTISTAS DEL SIGLO XIX.
1824
Guerras independentistas
1810 1810 1810 1810 1810 1810 1810 1810 1810
1816 1825 1818 1822 1821 1826 1826 1828 1820
Argentina Bolivia Chile Gran Colombia Mexico Paraguay Peru Uruguay Venezuela
1840 1848 1848 185 2 1853
EI Estado se
debilito y los partidos se fortalecieron, tal como ocurri6 en Uruguay y
1804
1838 1841 1845 1846 1851 1852 185,'3 1854 1855 185 6 1857 1858 t859 1860 1861 1861
GUERRAS EXTERNAS, INVASIONES EXTRANJERAS Y BLOQUEOS EXTRANJEROS EN LATINOAMERICA
Desde 1825 1829 1833 1835 1836 1836 1836 1836 1837 18,'38
Hasta
Invasion
0
bloqueo
Guerra Cisplatina: Argentina y Uruguay vs. Brasil Guerra de Mexico con Espaiia Estados Unidos desembarca sus tropas en Buenos Aires Estados Unidos desembarca sus tropas en Callao y Lima Guerra de Texas, Mexico Confederaci6n de Peru-Bolivia contra Chile Argentina contra Chile Chile contra Bolivia Pastry War, Mexico contra Francia Guerra Grande-Plata
1861 1862 1863 1864 1865 1865 1865 1868 1868 1879 1885 1888 1890
1865 1867 1866 1866 1870
1883
189 1 1891 1894 1895 189 6 1898 189 8
1899
Bloqueo frances de Argentina Peru contra Bolivia Bloqueo frances y britanico de Argentina Mexico contra los Estados Unidos La Plata Estados Unidos desembarca tropas en Argentina (dos veces) Estados Unidos desembarca tropas en Nicaragua Estados Unidos desembarca tropas en Nicaragua Estados Unidos desembarca tropas en Uruguay Estados Unidos desembarca tropas en Panama Estados Unidos desembarca tropas en Nicaragua Estados Unidos desembarca tropas en Uruguay Muestra de poderfo naval estadounidense en Paraguay Estados U nidos desembarca tropas en Panama Intervenci6n tripartita de Mexico: Gran Bretaiia, Francia y Espana Ocupaci6n francesa de Mexico (1864-1867 imperio de Maximiliano) Reocupacion espaiiola de Santo Domingo Guerra Franco-Mexicana Ecuador contra Colombia Peru contra Espaiia Guerra de Espana contra el Pacifico Estados Unidos desembarca tropas en Panama Guerra de la Triple Alianza: Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay Estados Unidos desembarca tropas en Uruguay Estados Unidos desembarca tropas en Colombia Guerra en el Pacifico: Chile contra Peru y Bolivia Estados Unidos desembarca tropas en Panama Estados U nidos desembarca tropas en Haiti Estados Unidos desembarca tropas navales en Buenos Aires Estados Unidos desembarca tropas en Haiti Estados U nidos desembarca tropas en Chile Estados Unidos desembarca tropas navales en Rio de Janeiro, Brasil Estados Unidos desembarca tropas en Colombia Estados Unidos desembarca tropas en Nicaragua Estados Unidos desembarca tropas en Nicaragua Guerra entre Estados Unidos, Espana y Cuba
Fuentes: Bannon y Dunne 1958, Centeno 1997,Small y Singer1982.
..
Nola: Referirsea los capftulos2-4para analisis detalladosde los trescasosprineipales
[71]
La formacui« del Estadoy la democracia en Ambica Latina
FERNANDO L6PEZ-ALVES
Argentina ofrece eI ejemplo mas fuerte de la eonsolidacion temprana de una alianza entre las elites econ6micas y
eI ejercito profesional en
similares, logrando as} semejanzas en las conformaciones institucionales. Lo opuesto tambien se presenta COIllO cierto.
un ambito urbano. A diferencia de los otros dos casos, Buenos Aires
EI cuadro 1.2 muestra c1aramente este punto, Puede observarse que
logr6 poner en practica agresivas campafias militares para dominar al
en Colombia, coaliciones de cafetaleros, dueiios de minas, pequefios
interior. EI Estado y el ejercito se convirtieron en una estrecha sociedad,
agricultores y campesinos sin tierra se organizaron politicamente en for-
que en ultima instancia alento una intervenci6n militar mas frecuente
mas similares a las alianzas que se dieron en Uruguay entre trabajado-
y la fonnaci6n de movimientos mas que de partidos. En Uruguay, eImo-
res rurales y los sectores menos empresariales de las elites hacendadas;
vimiento revolucionario tuvo una base principalmente rural y las gue-
ambos tipos de coalicion adoptaban organizaciones y competencias de
rras se extendieron desde eI campo a la ciudad; aI final, a los gobiernos
partido. Sin embargo, alianzas sirnilares de ganaderos y productores de
civiles y a los partidos les result6 mas facil ejercer la dominaci6n. Co-
lana en Argentina y Uruguay se organizaron y actuarou en forma diferente.
lombia se adapta en general aI mismo patron, a pesar que el campo no gener6 un movimiento popular comparable con el de Uruguay. En el capitulo 5 se sugiere que los conflictos que tuvieron lugar en Venezuela y Paraguay debilitaron el control civil de las fuerzas militares.
CUADRO 1.2. TIPOS DE COALICIONES Y TIPOS DE INSTITUCIONES
Pars (aprox. 1810-18 90)
Composici6n de la coalici6n dominante
Tipo de organizaci6n polftica
Sector ganadero' Criadores de ganado vacuno
Sistema con dos partidos dominantes Estado mas debil Menor intervenci6n militar Corporativismo mas debit
Tipo de coalici6n y tipo de instituci6n La segunda afinnaci6n dice que la correlacion entre el tipo de coalici6n y el tipo de conforrnacion institucional (0 el tipo de organizaci6n polftica) no es simetrica, A pesar de que las caracterfsticas del desarrollo econ6mico y el tipo de economfa de exportaciones son iitiles para pre-
,
decir y explicar la composici6n de las coaliciones dominantes no
URUGUAY
prestan el rnismo servicio para explicar el tipo de conformaeion institu-
~ional. ~l c~ad~o 1.2 ilustra la correlacion entre eI tipo de coalicion y eI upo de institucidn, En los casos examinados, el esfuerzo por correlacionar un cierto tipo de coalicion con un cierto tipo de conformacion institucional, fue infructuoso, EI efecto de los conflictos y las acciones coleetivas subsecuentes, fueron mas persuasivos para la explicacion de
COLOMBIA
por que conformaciones institucionales similares permanecieron bajo la dominacion de coaliciones muy diferentes y viceversa. Este simple punto ha atrafdo cierta atenci6n en las teorfas actuales de formacion de coaliciones y desarrollo de regfmenes", Los capftulos 2,3,4 Y5 muestran c6mo coaliciones con composiciones diferentes actuaron en fonnas ARGENTINA
,
40. Con la excepci6n de Gou.revitch 1986 y Katzenstein 1985, a mayorparte de la
ble':'l~ra sobre la economfa polftlca se ha enfocadoen las divisiones y en los tiposde coabclOn~s, m's que,en los t!posde instituciones. La "exposiei6nal comercio"de Rogowski (1989) y la integracion general de las unidades nacionales al "sistemamundial" d~ ~allerstein (1974) contribuyen a la comprension de las divisiones y los tipos ~e coahclOnes, pero no son su6eientes para explicarlos tipos de organizaciones poltucas,
Criadores de ganado ovino Comerciantes urbanos, mayormente importadores y exportadores Productores de cereales PoUticos Grandes productores de cafe' Duefios de minas Duefios de plantaciones' Comerciantes urbanos Medianos terratenientes PoUticos Sector ganadero' Criadores de ganado vacuno Criadores de ganado ovino Comerciantes urbanos, mayonnente importadores y exportadores Productores de cereales Politicos
• Sectordominantedentro de la coalici6n
Igual que en Uruguay
Sin sistema partidista Estado mas fuerte Ejercito mas fuerte Intervenci6n mititar mas frecuente Corporativismo mas debil
FERNANDO L6rEZ-ALVES
Desarrollo y democracia La tercera afirmacion sugiere que niveles mas altos de desarrollo economico no favorecen necesariamente el surgimiento de regfmenes mas inclusivos y dernocraticos", Esto remite a la pregunta de sf puede aplicarse el termino "democracia" a Latinoarnerica en eI siglo XIX. Para algunos, el gobierno democratico surgio bajo un conjunto especffico de circunstancias asociadas con el desarrollo capitalista temprano, circunstancias que no se repetirfan para los industrializadores posteriores, Incluso un defensor de la teorfa democratica como fuejohn Stuart Mill (199 1:122-4:3)sentfa que el gobierno representativo era problematico en muchos sentidos y 10 era mas en las sociedades con niveles mas bajos de "civilizaci6n". Sin embargo, si se siguen los criterios generales expresados en la Introducci6n, no pueden hallarse en el siglo XIX regfrnenes democraticos maduros, ni en Latinoamerica ni en ningun otro lugar, En Inglaterra yen Estados Unidos la participacion era limitada a mitad del siglo XIX y la situaci6n no era mucho mejor en Alemania y los Estados italianos. Con respecto a la extension del sufragio, Argentina estaba, en la decada de 1820, por encima de Europa y Estados Unidos en la misma decada y hacia la segunda decada del siglo xx Uruguay Ilegarfa a niveles similares 0 superiores, Lo importante es que a pesar de los frecuentes casos de corrupcion y c1ientelismo, las "democracias" latinoamericanas se asemejaban al modelo dernocratico liberal mas que a ningun otro, En el mas desarrollado de los tres casos principales, Argentina, el resultado politico no fue mas democratico, Mas bien, la expansion de la economfa de exportaciones alento la consolidacion de una alianza entre las Fuerzas Armadas y las clases altas hacendadas que, durante la construccion del Estado, reaccionaron en forma negativa a la refonna democratica, En Uruguay y Colombia, un desarrollo economico mucho mas lento, sumado al desorden coustante, contribuyeron a debilitar las coaliciones entre terratenientes y militares, 10 cuan alento la competencia polftica a traves de la organizaci6n de partidos, El amplio grado de libertad que caracterizaha a los distintos niveles de desarrollo agrfcola y al tipo de coalici6n dominante puede ilustrarse mejor al comparar a la Argentina con el mucho menos desarrollado Paraguay, que engendraron alianzas similares entre las fuerzas militares y la elite hacendada, 41. Ver Bollen 1979.
LafOT7Ilacion delEstado y la demecracia enAmerica Latina iTuvo la expansion de la agricultura comercial un efecto sobre la democracia? EI momen to del cambio hacia una agricultura comercial era un factor crucial en el modelo de Barrington Moore. Rueschemeyer, Stephens y Stephens (1992:8) han enfatizado aiin mas el aumento del poder de las clases subordinadas como factor necesario para la democracia en Latinoamerica y Europa, argumentando que la clase trabajadora era la "fuerza mas firmemente pro-democratica" y que estaba mucho mas "aislada" de la hegemonfa de las clases dominantes que los estratos rurales inferiores. EI enfasis que hacen estos autores en el 010mento del cambio merece una cita: "Sin una expansion significativa de las exportaciones, no habfa tampoco un movimiento hacia la dernocracia y si la expansion comenzaba tardfamente, el movimiento hacia la democracia se retrasaba (...) La democracia dependfa de las secuencias de desarrollos institucionales sociales, estructurales y politicos puestos en marcha por la expansion de las exportaciones'l", La explicacion basada simplemente en un concepto de ubicaci6n temporal parece ser un problema importante de este plantearniento. Uruguay, Colombia y Argentina indican que la fundacion de las instituciones que contribuyeron ala democracia se materializ6 antes del cambio hacia una agricultura comercial, durante 10 que puede llamarse el perfodo pre-moderno. Los casos presentados aquf ofrecen una buena oportunidad para evaluar la influencia del cambio en los reglmenes y las instituciones, dado que en cada uno de ellos fueron diferentes su intensidad y las consecuencias de su desarrollo. Despues de todo, fue el atrasado Uruguay -en donde el cambio fue penosamente tardfoquien emergio como defensor principal de la democracia parlamentaria. En Colombia ya existfa la semilla de un sistema partidario antes de las decadas de 1870 y 1880, cuando tuvo lugar el cambio hacia el cafe como principal producto de exportacion, Y las decadas de 1880 y 1890, e incluso los primeros aDOS de la decada de 1900 no fueron aDOS particularmente democraticos en Colombia. Argentina, la mas desarrollada econornicamente de los tres casos, finalizo el siglo bajo el orden conservador, a pesar de su floreciente economfa de exportaciones, En todos los casos principales, el cambio alter61a composici6n de las coaliciones, pero no afecto necesariamente la conformaci6n institucional y las nuevas coaliciones que surgieron no fueron necesariamente mas democra42. Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992:165.
f!RNANDO LOP!Z-ALVU
La[ormacisn del Estado y fa democracia en America Latina
ticas. Lo que es mas, en Venezuela, la exportaci6n agricola, que creci6 a principios del sigIo XIX, sirvi6 de base para distinto tipos de regime-
bio espectacular tambien pudieron elegir otros caminos. A pesar de las limitaciones que Ie irnponfa una econornfa de len to crecimiento, Para-
nes semiautoritarios; cuando tuvo lugar eI cambio principal, a fines del siglo, tennin6 consolidando eI gobierno rnilitar. Y en Paraguay, las dis-
guay destin6 gran parte de sus recursos a la preparacion de las Fuerzas Armadas y por 10 tanto fue capaz de centralizar eI poder mas rapidamente; eI resultado no fue democratico, Mientras tanto Uruguay, tam-
tintas etapas del cambio apoyaron benignas dictaduras y gobiernos
bien un Estado de ingresos humildes y un cambio modesto, invirti6
militares. Europa enseiia una lecci6n similar: los conflictos y los desarrollos poIrticos antes del cambio hacia una agricultura comercial determinaron los resultados posteriores. Moore ha afinnado que esto era parti-
muy poco en la creaci6n de su ~ercito central. El Estado tarde mas en centralizar eI poder y surgio un sistema democratico,
cularmente cierto en Francia. AI igual que Rusia 0 Asia, Francia tenia una fuerte burocracia estatal y un campesinado fuerte que se habra hecho su lugar, en una revoluci6n que cambi61as instituciones france-
La euarta y ultima afirrnacion significa que el modo de in corpora-
sas antes de que el pafs se comercializara completamente. Por esto, en varias formas, la Revoluci6n Francesa podrfa considerarse -con respecto a sus efeetos sobre la demoeracia- como un sustituto de la comercializaci6n de la agricultura, que nunea alcanz61a intensidad que tuvo en lnglaterra. Finalmente, aceptar la ecuaci6n de desarrollo eeon6mico y demoeraeia eomo se la acepta en la literatura actual significa considerar que las relaciones entre civiles y militares y la constituci6n del ejercito fueron constantes, Una estrategia tal puede distorsionar gravemente nuestras conclusiones, Mientras que es evidente que mas ingresos para eI Estado tienden a acelerar eI proceso de centralizacion de! poder, tambien es cierto que esto depende de si los formadores del Estado pueden, 0 desean, invertir sus ingresos en fortalecer al ejercito central. En Argentina, 10 hicieron; dado eI crecimiento de ejercito y las relaciones cfvico-militares previas, el resultado no fue democratico, EI conflicto, mas que el desarrollo eeon6mico, puede Ilevar a los gobiernos que pueden extraer ingresos adecuados en otra direcci6n, distinta de la organizaci6n militar. Por ejemplo, comenzando en la decada de 1870, la comercializaci6n del cafe en El Salvador se intensifie6 entre tres y cuatro veces; la mayor parte de los ingresos iban a parar a la elite haeendada, pero tarnbien una parte considerable iba al Estadov'. Sin embargo, hasta bien entrado eI siglo XX eI pafs no habfa investido atin en un ejercito central y se valfa de milicias bajo eI control de terratenientes locales. Los Estados con ingresos modestos que no experimentaron un cam43· Ver Lindo-Fuentes 1990; Dunkerley 1988.
La incorporaci6n de los pobres rurales ci6n de los pobres rurales a la guerra y a la polftica model6 sustancialmente las instituciones y eI tipo de regimen resultante. El trabajo era escaso en las sociedades agrfcolas de Argentina, Uruguay y Colombia, 10 cual creaba una situaci6n en la eual eI apoyo de la fuerza de trabajo rural era esencial no s610 para el desarrollo econ6mico, sino tam bien para el control politico. A diferencia de Europa oriental, una segunda servidumbre era imposible y a diferencia de Europa occidental, un erecimiento del sector industrial no alter61as relaciones laborales. Cuando cambiaron las relaciones de producci6n, 10 hicieron en general como respuesta al conflicto, mas que a cambios generales en eI modo de producci6n. Pueden comprenderse mejor los resultados, si se analiza quien lider6las movilizaciones de las clases bajas rurales y que instituci6n los redut6 para la guerra y la polftica. Pueden identificarse al menos tres tipos de conflicto, representados en eI cuadro 1.3. CUADRO
1.3. MOVILIZACI0N
DE LOS
POBRES RURALES, 1800-1900
Tipo de movilizaci6n
Pars
Aleance de la movilizaei6n
Movilisacion a traves de un ejercito central Movilizaciona traves de un partido 0 partidos Movilizaci6na traves de ejereitos de caudillos
Paraguay Argentina Uruguay Colombia Venezuela Argentina
Muyalto Alto Alto Alto Alto Medio
En la columna 3, eIalcance de la movilizaci6n se evahia en tenninos del papel dominante desempeiiado por eIejercito central, los partidos,
[77]
La f077nacion del Esiado y fa democracia en Amlrica Latina
FERNANDO L6pIl2-ALVES
u otros ejercitos distintos del central. Estas especificaciones son, por supuesto, relativas a los otros casos y no tienen un valor absoluto, dadas las dificultades que presentan los datos disponibles para realizar una medici6n real. Ademas, todos los pafses representan una mezela de estos tipos de rnovilizacicnw, Argentina, por ejemplo, puede ubicarse en las categorfas 1 y 3, pero, como 10 indica la columna 3, se ajusta mejor a la categoria 1 que ala 3. Lo que se muestra es que cuando surgran guerras civiles, conflictos internacionales 0 rebeliones locales, los pobres rurales eran reelutados a traves de uno de tres medios: (1) un ejercito que respondfa al gobierno central, (2) un partido 0 partidos 0 (3) ejercitos de caudillos sin conexi6n directa con el gobierno 0 un partido. El baudidaje tambien tuvo un lugar en la fonnaci6n de milicias, peTO de menor importancia. De este modo, existieron distintos resultados dependiendo de cual grupo 0 instituci6n realizara el reclutamiento. La fonnaci6n del Estado estuvo influenciada por el control del campo y el temor a las movilizaciones rurales, Como se vera, el temor a una revoluci6n desde abajo era mas agudo en Uruguay y Colombia que en Argentina. A pesar de que no puede decirse con certeza que las elites dominantes tenian un "temor compartido" 0 que, si de hecho 10 tenfan, este tuvo alguna influencia en su comportamiento, tanto la noci6n de Guillermo O'Donnell (1979) de "niveles percihidos de arnenaza" y el argumento similar que utiliza Carlos Waismann para explicar la dedinaci6n econ6mica de Argentina, son ilustrativos"; En contra de la evidencia presentada en los capftulos siguientes, existe literatura que apoya una correlaci6n entre el uso del trabajo y el nivel percibido de temor", En sistemas de utilizacion extensiva de la manu de obra, la amenaza pareda menor; en los de utilizaci6n intensiva de la manu de obra, el "nivel percibido de amenaza" pareda mayor. Argentina, sin embargo, fortalecio su ejercito y sus mecanismos de represion rural, en el contexto de una economfa de utilizaci6n extensiva de la manu de obra y un menor nivel percibido de amenaza, al menos
en la provincia de Buenos Aires. Uruguay, que tambien tenfa una econornfa de manu de obra extensiva, experiment6 no obstante una rnoviIizacion rural intensa durante todo el siglo XIX; alH, el nivel percibido de amenaza pareda tan alto como el de Colombia, de mano de obra intensiva 0 incluso mas alto. Adicionalmente, los casos que aqui se examinan muestran que las rebeliones y la formacion de coaliciones durante el proceso de construccion del Estado, tuvieron muy poca relacion con la utilizacion intensiva 0 extensiva de la manu de obra y las relaciones dominantes de producci6n en la economla rural.
FIGURA 1.1 VARIABLES INDEPENDIENTES E INTERVINIENTES
f+
GUERRA Interuacional
Regional lnterna
Acci6n :+ colectiva grupal y movilizacion de los pobres rurales
Surgimiento f+ de nuevas cIasessociales
7'
/
Crecimiento
/
de la elite polftica Patr6n de conflicto: rural-urbano,
Evoluci6n del ejercito
urbane-rural
<,
Tipo de organizaci6n polftica
--
T I /
/ / /
/
1/ Iutegraciou a la econornia mundial
Nivelde desarrollo Estructura de cIases Tipo de economia agricolay de utilizaci6nde la mauo de obra
Medios culturales y origenes emicos 44.Lo mismo seaplica alcuadro 10445.Waisman afirma que en 1a decada de 1940,Juan Per6n y e1 corporativismo esta~1 ~trafan a mU~!las. de la~ elites econ6micas de Argentina, porque percibfan al movmuento obrero acuvado' como unagrave amenaza desdeabajo. 46. Ver L6pez-Alves 1989b:32-45; Rogowski 1989; Rueschemeyer, Stephens y Stephens 1992:165-66; Stephens 1989.
-+
Variables independientes intervinientes
~ Variables
fERNANDO L6PEZ-ALVES
(80]
Las cuatro afirmaciones presentadas pueden eondensarse en una tesis: en las sociedades agrfeolas post-coloniales, los tipos de guerra y eI tipo y alcance de la movilizaci6n de los pobres de las zonas rurales durante la formaci6n del Estado dieron forma a las instituciones, las relaciones entre civiles y militares y los regfmenes resultantes, La FIgura 1.1 relaciona las variables independientes (tipos de guerra y conflicto) al alcance de la movilizaci6n de los pobres rurales, la fonnaci6n de las Fuerzas Armadas y el surgimiento de nuevas clases sociales y la nueva elite polftica para explicar las organizaciones resultantes, en ese orden, Otros factores importantes se incorporan como variables intervinientes. Dentro del tipo de guerra (por ejemplo guerra de ejercito contra ejercito, guerra de guerrillas) se incluye eI papel desempeiiado por los centros urbanos y la direcci6n en que se desarrollaron los conflictos (rural-urbano 0 urbane-rural). La FIgura 1.1, sin embargo, no muestra la correlaci6n entre causas y resultados particulares de los patses. Esto se ve en el cuadro 1.4, que induye datos especfficos acerca de los tipos de movilizaci6n rural, la fuerza del ejercito, el ritmo de centralizaci6n del poder y la frecuencia del conflicto. Las relaciones entre civiles y militares, como 10 demuestran los capftulos siguientes, se concatenan directamente con los tipos de guerra y movilizaci6n. Lo mismo puede decirse del ritmo de eentralizaci6n del poder. EI cuadro 1.4 tambien haee una distinci6n entre la frecuencia de las revoluciones partidarias y la frecueneia de las guerras civiles y sugiere que, al menos en estos casos, la frecuencia de la guerra civil no es coherente directamente con las organizaciones resultantes, Con excepci6n de Paraguay, todos los casos experimentaron frecuentes guerras civiles, pero con diversos resultados; 10 que marc6la diferencia fue el tipo de movilizaci6n de los pobres rurales y si los esfuerzos belicos fueron Iiderados por los partidos 0 eI ejercito central. A continuaci6n se presenta la evidencia necesaria para apoyar este argumento,
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