10 que tu enfermedad quiere decirte El lenguaje de los síntomas Kurt Tepperwein
ELFOS EDICIONES
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Nota: Este libro no podrá sustituir al médico. Cada persona deberá decidir ella misma cuándo necesita de la ayuda médica convencional. La finalidad de este libro es el autodescubrimento y el trato críticoconstructivo personal.
Índice
Prólogo
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Los mensajes del cuerpo
TItulo original: Was Dir Deine Krankheit sagen will: die Sprache der Symptone Autor: Kurt Tepperwein (e) mvg - Moderne Verlagsgesellschaft mbH, München (e) diciembre 1992 edición española Ediciones Elfos, S.L. Alberes 34, 08017 Barcelona. Te!. 406 94 79. Fax 406 90 06 Versión española: Marianne Ramei Director de edición: Rita Schnitzer ISBN 84-87251-69-2 Depósito legal: BAO.606-1992 Impreso por Rornanyá Valls, Capellades (Barcelona) Todos los derechos reservados
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El sentido profundo de la enfermedad . La enfermedad, camino del desarrollo personal .. , "soy 1 ¿Q men rea mente.? . . . El test corporal . Las enfermedades psiquosomáticas Las consecuencias de un bloqueo de la energía vital Cada uno vive su enfermedad de distinta manera . La vida es el mejor terapeuta . Las circunstancias de la vida como reflejo de mi forma de ser . La alimentación correcta . Cada uno de nosotros es. único . . Las tres maneras de enfrentarse al síntoma
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La integridad como camino de la sanación
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La clave de la alegría de vivir . La enfermedad corno un síntoma de la falta de integridad . . Sé tú mismo Eliminar los viejos esquemas y programar el comportamiento . Integridad significa armonia . . El amor es la mayor fuerza curativa ¿Cómo se produce la enfermedad? . En el origen de la enfermedad hay un problema .. El problema como indicación de un cambio .
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Nosotros mismos somos la meta y el camino
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El cuerpo no puede enfermar solo por sí mismo La clave del lenguaje de los síntomas Los siete niveles de un síntoma Señales que indican que no respetamos nuestra personalidad ¿Cómo ser yo mismo?
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Los síntomas más importantes de la A a la Z y sus correspondencias mentales
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Los síntomas más importantes de la A a la Z
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y lo que hay que hacer
Accidentes Acné Achaques de la vejez (en general) Alcoholismo Alergia Alopecia (caída del pelo) Amigdalitis Anemia....................................... Angustia Anorexia Ardores de estómago Artritis Artrosis Asma Atrofia muscular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. . . Cabeza (dolor de) Calambres Cáncer Caries Cataratas Catarro Ceguera Ciática Circulación (trastornos de) Colitis
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Conjuntivitis Dependencia (en general) :...... Depresión Desvanecimientos Diabetes Diarrea Disfagia Dolores (en general) Dolores de nuca Dolores menstruales Dureza de oído Embarazo (trastornos del) Enfermedades infantiles (en general) Enfermedad de Still Enuresis nocturna Erupciones cutáneas Esclerosis múltiple Espalda (problemas de la) . . . . . . . . . . .. Esterilidad Estrabismo Estrés Fiebre del heno Flatulencia Fracturas .óseas Frigidez Gastritis Glaucoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Gota Hematomas Hemeropía Hepatitis Hernia inguinal Herpes Hipertensión Hipotensión Impotencia Infarto cardíaco Infecciones (en general) Inferioridad (sentimientos de) 7
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Insomnio Manía de limpieza :... Mareo en viajes Miopía Náuseas y vómitos Nerviosidad Neuralgias del trigémino Obesidad Orden exagerado Otitis Parálisis (en general) Parkinson (sindrome de) Parodontosis Parto (prematuro) Parto (tardío) Presbicia Próstata (afecciones de la) Prurito Psoriasis Resfriado Reumatismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Ronquera Tartamudez Trastornos digestivos Trastornos menstruales Trombosis Uñas (morderse las) Varices Vértigo Zóster
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Los más importantes órganos y partes del cuerpo y sus correspondencias mentales
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Las articulaciones Los bronquios La cabeza Las caderas La cara
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El colon La columna vertebral El corazón El cuello Los dientes Los discos intervertebrales El duodeno Las encías El estómago La glándula tiroides El hígado Los hombros Los huesos , El intestino delgado Las manos Los músculos La nariz Los nervios Los oídos Los ojos Los ovarios/útero El páncreas El pene El pecho/los senos Los cabellos Los pies La piel Los riñones Las rodillas La sangre El tejido conjuntivo La vagina La vejiga Las varices La vesícula biliar
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Conclusiones Epílogo
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Prólogo
La enfermedad tiene un sentido. Es un mensaje de la vida,
que expresa un desequilibrio energético con una situación determinada. Señala que nuestra fuerza vital no ha sido utilizada de forma adecuada, que no se ha expresado libremente. La enfermedad es un camino del desarrollo personal. Llama nuestra atención para que descifremos el significado de su mensaje. Si aprendemos a escuchar atentamente estos mensajes del cuerpo, nos conoceremos mejor a nosotros mismos y encontraremos nuestra autenticidad. La enfermedad nos invita a actuar; nos hace responsables de nuestra sanacián, ilustrando as! la relación entre psiquis y soma, alma y cuerpo. «Volver al equilibrio interior», o «Sé tú mismo», son los principios para la integridad mental y fisica, para la armonta, para la salud. La vida nos habla en muchos lenguajes. El lenguaje de los hechos y de las circunstancias, el de nuestros problemas o el de nuestros deseos, y sobre todo el lenguaje del cuerpo, por nombrar tan solo algunos. El lenguaje de los sintomas es una de las formas de expresión de las que se sirve la vida, y su mensaje es tan válido como todos los demás. Entender ese lenguaje y activar las fuerzas curativas de la mente y del alma es la finalidad a la que se consagra este libro.
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Los mensajes del cuerpo
Tarde o temprano, toda persona se pregunta por el sentido de la vida, busca posibilidades de comprenderla mejor y de conocerse a sí mismo. La vida nos ha dotado de un maravilloso embajador que está dispuesto gustosamente a enseñarnos y explicarnos todo ello: nuestro cuerpo. Si aprendemos a comprenderlo, nos comprendemos a nosotros mismos, a la vida, a toda la creación y, finalmente, a Dios. Nuestro cuerpo, ese formidable embajador de la vida, no sólo nos indica nuestros fallos de comportamiento frente a la existencia; también nos esclarece siempre, con precisión, cuál debe ser nuestra conducta para volver a estar en armonía con, la vida. Nos envía mensajes permanentemente, no sólo a través de los distintos síntomas de enfermedad, sino por medio del aspecto que presenta nuestro semblante, y sus alteraciones de forma o funcionamiento, así como el conjunto de nuestros movimientos, de nuestros gestos, de nuestra manera de andar, todos ellos factores de rica expresividad. Además de poder reconocer las enfermedades a través de la cara, de la expresión del rostro, todo nuestro cuerpo indica también nuestro carácter. Pone en evidencia algo que por lo general nosotros no percibimos conscientemente como para reconocerlo. Cuando no advertimos un síntoma, nos envía el dolor para que éste nos llame la atención sobre el mensaje. Nuestro cuerpo nos está hablando continuamente. Sólo tenemos que aprender a comprender su lenguaje, a seguir sus consejos, y estaremos en condiciones. de lograr una armonía con la vida, con toda la creación. La mente humana ha conseguido unos logros magnífiI3
coso Hemos escalado las montañas más altas y explorado las profundidades de los mares. Hemos llevado hombres a la luna y estamos construyendo ordenadores que pueden resolver problemas mil veces más rápido que nosotros mismos. Dominamos lo más grande como lo más pequeño; pero sucede que no dominamos lo más cercano: nuestro cuerpo. Hemos construido bombas atómicas con las cuales se puede destruir el mundo, pero seguimos sin aprender a preservarlo y a evitar que se desnaturalice a fuerza de la contaminación, que invade nuestro medio ambiente. Seguimos sin estar en condiciones de mantener nuestra salud y a pesar de toda la ciencia, nuestras ideas sobre la enfermedad se parecen a las supersticiones de los pueblos llamados primitivos, si bien los espíritus malignos han sido sustituidos por virus y bacterias que atacan al hombre desprevenido y, evidentemente, inocente. Con ello no quiero menoscabar, en ningún caso, los méritos de la medicina moderna. Al contrario, hemos de reconocer que, justamente en los últimos cien años, se han logrado adelantos magníficos en ese ámbito. Las grandes epidemias que exterminaron a los hombres en los tiempos pasados han sido vencidas y hemos encontrado una o incluso varias vías de tratamiento para casi todas las enfermedades. En el fondo, los humanos deberíamos estar más sanos que nunca, porque en ninguna época se dedicó tanta atención al cuerpo, ni se gastó tanto dinero para mantenerlo, y por lo menos, para recuperar la salud. De hecho, bajo estas circunstancias, una persona enferma debería ser la gran excepción. Pero todos sabemos que no es así. Creemos que la gente nunca ha estado tan enferma como hoy. ¿Cuál puede ser la explicación de esta contradicción aparente? Seguramente es el hecho de que, hasta hoy, seguimos sin advertir lo que es el trasfondo de la enfermedad. Aunque las enfermedades han estado presentes desde que existe el hombre, la mayoría de las personas sigue considerando la enfermedad como un revés de la fortuna, como un capricho de la naturaleza o, sencillamente, como una casualidad que afecta a uno y, por el mismo azar, respeta al otro. Sobre todo, consideran la enfermedad como una avería que se debe
eliminar lo antes posible para luego volver a vivir de la misma manera equivocada que antes. Pero lo que solemos denominar como enfermedad, no es la enfermedad en si, sino sus síntomas, su expresión física. La enfermedad misma es, más bien, una desarmonía en la conciencia del hombre, una señal de que el hombre ha salido de su orden natural, una avería del hombre entero y no sólo de su cuerpo. Y, evidentemente, es, al mismo tiempo, una invitación a abandonar el camino que lo ha conducido a ese estado y a reconstruir la armonía en su conciencia. Cada enfermedad es, para el afectado, un mensaje de la vida, un problema que hay que solucionar, modificando nuestra línea de conducta y de pensamientos y ensanchando nuestro ser consciente. Tomemos como ejemplo al coche. Si la luz de control del nivel de aceite parpadea, sabemos enseguida lo que hay que hacer. No necesitamos repostar gasolina ni controlar la presión de los neumáticos, sino tan sólo abastecerlo de aceite. A nadie se le ocurriría apagar simplemente la luz de aviso, porque sabe exactamente lo que pasaría entonces: en un primer momento, se habria conseguido que desapareciera la luz de aviso, ya no estaría encendida, y el coche seguiría funcionando en apariencia de igual forma que antes, aunque por poco tiempo. Al cabo de algún tiempo, producirían otros síntomas: el agua de refrigeración se calentaría por la mayor fricción y su termómetro alcanzaría la zona roja. Si entonces no lo tuviéramos en cuenta o fijáramos la aguja del termómetro en la zona verde, todo volvería a estar aparentemente en.orden durante algún tiempo. El coche funcionaría y no habría ninguna luz de aviso. Pero pronto oiríamos un ruido raro proveniente del motor, y si tuviéramos mala suerte, los pistones saltarían. Es obvio que nadie haría semejante disparate con su coche; y es inexplicable que con nuestro cuerpo, que no podemos vender de segunda mano cuando lo hemos arruinado, estemos siempre procediendo erróneamente sin encarar dificultades. Y, como es natural, esto no puede salir bien. ¡Y de hecho es así! Apenas hemos «curado» de una enfermedad, el cuerpo nos envía otra, porque la verdadera enferme-
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dad no había sido reconocida, diagnosticada y tratada. Cuando seamos capaces de estar sobre aviso para captar los sintomas o mensajes, oírlos e interpretarlos, habremos dado un paso adelante en el mantenimiento de nuestra salud.
El sentido profundo de la enfermedad La enfermedad en un sentido profundo nos obliga si es necesario. Exige que nos escuchemos razonablemente y que cambiemos nuestra manera de actuar antes de que sea tarde. Por lo tanto, la verdadera curación no requiere que se hagan desaparecer artificialmente los síntomas, sino que se les reconozca con acierto y se recree la armonía orgánica y espiritual perturbada. Para ello no basta con emplear píldoras o inyecciones, incluso si se utilizan productos naturales. Al contrario, lo importante es volver a comprender lo que nuestro cuerpo nos quiere decir y, naturalmente, respetar sus avisos. Si volvemos a poner en orden nuestro pensamiento, nuestros sentimientos y nuestros actos, retornará, por lo general, la armonía y la salud física. Es posible que esto resulte incómodo, pero es el único camino hacia una verdadera sanación que comprende cuerpo, espíritu y mente.
dece a leyes periódicas como en el caso de algunas enfermedades psíquicas. En cuanto lo comprendamos dependerá de nosotros dar los pasos necesarios para obtener una verdadera curación; si no lo hacemos, nos espera la dolorosa lección de una experiencia negativa. Si estamos preparados para aprender no necesitamos de la enfermedad para encontrarnos a nosotros mismos.
¿Quién soy realmente?
Por la misma razón, la enfermedad tampoco es nuestra enemiga. Podemos considerarla como un factor que nos ofrece su colaboración. A través de la enfermedad, el organismo nos expresa que hemos tomado una dirección equivocada, que nos estamos comportando de manera incorrecta cara a la vida y que, por lo tanto, debemos cambiar el camino en el que nos encontramos. Las diferentes clases de síntomas nos indican, igualmente, dónde está el problema y lo que hay que hacer para volver a estar sano, también en nuestro interior. Sólo necesitamos aprender su lenguaje, comprenderlo, para cambiar. El «lenguaje de los síntomas» es sencillo y a veces obe-
No importa en qué fase de desarrollo se encuentra una enfermedad; detrás de ella existe siempre un problema no solucionado, un deber que nos impone la vida y no hemos cumplido, una incapacidad o negación de reaccionar correctamente a ciertas exigencias vitales y hasta la huida de la realidad cuando ésta resulta difícil de soportar. Pero, ¿cómo encontrar una respuesta correcta si ni siquiera se sabe quién somos realmente? ¿Se ha preguntado alguna vez, en serio, quién es usted en verdad? Si. se mira al espejo, puede decir «Éste es mi cuerpo». Pero, ¿quién lo dice? El cuerpo no puede pertenecerse a sí mismo. Por lo tanto, hay alguien dentro del cuerpo que puede pensar y decir: «Éste es mi cuerpo». El cuerpo es materia, y sin la conciencia está privado de la vivencia del mundo exterior y de la pertenencia a sí mismo. A través de la conciencia, siente, recuerda y decide. Usted piensa y siente, usted puede recordar y decidir. Por lo tanto, usted es conciencia y cuerpo. Su conciencia es la expresión psíquica de su cuerpo y, con ello, su reflejo. El cuerpo muestra hacia el exterior lo que usted piensa y siente en el interior; en definitiva, cómo es usted. Reconozcamos, pues, que nuestro «verdadero yo» está sano porque la conciencia no envejece ni enferma. Si le cuesta creérselo a la vista de sus sintomas, quisiera demostrárselo con una ilustración práctica. Haga ahora mismo un pequeño test que le mostrará la interacción entre su conciencia y su cuerpo.
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La enfermedad, camino del desarrollo personal
El test corporal Para realizarlo, pida a un amigo que le ayude. Estire su brazo en horizontal, al lado del cuerpo. Da igual si se sirve del brazo derecho o izquierdo. Ahora, pida a la otra persona que se apoye sobre su brazo, aproximadamente en la muñeca, para determinar cuánta fuerza hay. Éste es el test básico. Ahora, piense en una enfermedad o en un problema que, en la actualidad, le está creando dificultades. A continuación, pida a su amigo que se vuelva a apoyar en su brazo con la misma fuerza de antes. Si realmente tiene «presente» la enfermedad o el problema, el brazo bajará, porque la pura idea de una enfermedad o de un problema bloquea gran parte de nuestra fuerza vital. Ahora, imagínese que está sano y alegre, o piense en la solución de su problema. Si vuelve a hacer el test, comprobará que está más fuerte que antes. Aunque haya pensado en la misma situación que le había debilitado antes, ahora le hace fuerte, porque ha pensado de manera positiva en soluciones. Lo mismo puede conseguir diciendo: «Soy del todo conciencia», Pida de nuevo a su amigo que se apoye en su brazo con la misma fuerza. El brazo está fuerte. La conciencia no conoce la enfermedad, no tiene problemas, está «intacta», y en cuanto usted toma conciencia de su propia realidad, también es fuerte, porque la fuerza vital puede fluir sin impedimentos. El hombre es un ser espiritual de nacimiento, enfermedad, vejez y muerte. El hecho de que nacemos, enfermamos, envejecemos y, finalmente, morimos, no tiene nada que ver con ello, porque no afecta a nuestro verdadero yo, sino sólo a nuestro cuerpo. Pero es nuestro deber el conservar nuestro cuerpo en buen estado, hasta que hayamos concluido también nuestro «nacimiento espiritual». Nuestro encargo, por parte de la creación, es el de vivir sanos y felices en la abundancia y mantenernos jóvenes, aunque nos hagamos viejos. Para ello, debemos poner en armonía con la creación a nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras palabras y nuestros actos. 18
El cuerpo es siempre un efecto, nunca una causa. También los llamados achaques- de la vej ez no son más que la información sobre aspectos de la vida que no se han solucionado. Se puede observar que unas personas que habían estado enfermas durante toda su vida, una vez llegadas a la vejez, de pronto se encuentran libres de enfermedad y que incluso rejuvenecen. La enfermedad y la desgracia son las consecuencias de diversos desórdenes. Si el cuerpo deja de ser un instrumento en condiciones de uso, el espíritu lo abandonará, tanto si la tarea está cumplida como si no. Las enfermedades psicosomáticas En 1818, el médico alemán Heinroth expresó la opinión de que las enfermedades fisicas podrían tener causas psíquicas. Sus colegas no lo tomaban en serio, pues creían absurda la idea de que, en la medicina científica, pudiera existir la disciplina psicosomática, como Heinroth ya la llamaba entonces. Esta dificultad para reconocer la realidad detrás de las apariencias no es nueva. Sócrates ya proclamó hace unos 2.400 años: «No hay enfermedad del cuerpo que esté separada del alma», y Platón, seguramente el alumno más famoso de Sócrates, lamentó: «El mayor error en el tratamiento de las enfermedades es que haya unos médicos para el cuerpo y otros para el alma, cuando ocurre que ambas cosas no pueden ser separadas». Pero se siguen considerando por separado desde que ya no hay médicos-sacerdotes competentes para el hombre en su integridad o, por lo menos, el buen viejo médico de familia que conocía a sus pacientes y sus preocupaciones psiquicas. En vez de ello, tenemos especialistas para cada ámbito especial, con los correspondientes éxitos parciales, pero no integrales. Una vez dispuestos a considerar la probabilidad de los aspectos psicosomáticos buscaremos las correspondientes pruebas. ¿No es suficiente prueba el hecho de que nos ruboricemos cuando estamos confusos y de que lloremos si estamos tristes? Damos gritos de alegría a la vista de algo muy grato, y palidecemos por un susto. Sea lo que sea lo 19
que experimentemos, nuestro cuerpo lo manifiesta hacia el exterior. Lo que afecta el espíritu, afecta también al cuerpo, y ese efecto puede ser positivo o negativo; puede enfermarnos o hacernos sanos y felices.
la propia vida a confrontarse con la correspondiente lección. De esta manera, se ha. dado el paso necesario.
Las consecuencias de un bloqueo de la energía vital
El encadenamiento armónico de las distintas situaciones es el mejor terapeuta; cura finalmente a casi todos, y cada uno puede elegir por sí mismo por qué camino quiere aprender: si por la vía del conocimíento o por la de la enfermedad y la desgracia. Porque si no se está dispuesto a aprender se obliga al destino a dar «clases de recuperación». Y a través del «lenguaje de los síntomas», el cuerpo dice que se está apartando del camino, y también en qué punto se ha salido del orden, qué hay que hacer para volver a crear la armonía.
Si observamos el desarrollo de una acción, podemos reconocer que cualquier acto empieza primero con un pensamiento y una idea. En segundo lugar, se produce como consecuencia una situación especial de las funciones corporales; por ejemplo, el aumento de la presión arterial, un mayor riego sanguíneo o una aceleración del pulso. Al mismo tiempo, y en tercer lugar, el cuerpo reacciona con una mayor actividad nerviosa. Esto lleva, en cuarto lugar, a una activación de los músculos correspondientes que deben realizar el acto que se proyecta.
La vida es el mejor terapeuta
Las circunstancias de la vida como reflejo de mi forma de ser
yectado) es bloqueada en el pensamiento, se pueden producir dolores de cabeza a causa dela tensión, perturbaciones del sueño y una postura mental equívocada. 2. Si la energía es bloqueada a nivel del funcionamiento físico, produce hipertensión y, fínalmente, distonía vegetativa. 3. Si la energía es bloqueada a nivel de los nervios, acarrea neuralgia del trigémino, esclerosis múltiple o zóster, tics nerviosos o dolores del ciático. 4. Si la energía es bloqueada a nivel muscular, causa enfermedades del aparato motor, como reumatismo, gota, un accidente, o una parálisis. Pero si la fuerza vital está bloqueada de alguna manera y no se consigue deshacer el bloqueo, es preciso obligar a
Por consiguiente, todas las circunstancias de mi vida no son más que el reflejo de mi forma de ser y tan sólo las puedo cambiar cambiando yo mismo. Con razón se dice: «Quien desoye siempre lo que no se puede desoír e ignora constantemente lo que no se puede ignorar, no debe sorprenderse si un día se queda enajenado». Porque «quien no cultiva lo psíquico y lo material, quien no se cultiva, será un extraño mismo». El ego y el alma tienen unos deseos distintos. El ego quiere comodidad y el alma desarrollo. Mi propia decisión determina a cuál seguir. Si no sigo a mi verdadero yo, si no realizo mi voluntad interior, traiciono a mi verdadero yo, al curandero dentro de mi, a mi maestro interior. En ese caso, el maestro interior me envía un mensaje, sirviéndose para ello del lenguaje de los síntomas. Cada enfermedad sólo se puede producir si, entre la central de mando en el cerebro, y el órgano o la parte del cuerpo subordinada, se ha creado un fallo de información o, en caso extremo, una interrupción de la información. Porque
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Cada uno vive su enfermedad de distinta manera La energía puede ser bloqueada en cualquier nivel. 1. Si la energía (enfado, agresión, sexualidad, un acto pro-
cada órgano y cada parte del cuerpo se encuentra en contacto directo ton una determinada área del cerebro, de la que recibe sus informaciones. Sin embargo, esa parte del cerebro también es responsable del trabajo y la solución de determinados problemas y conflictos. Entonces, si una determinada área del cerebro está ocupada constantemente por tales conflictos, ya no puede controlar de manera óptima la parte del cuerpo o el órgano de que se trate. La información perturbada o inexistente provoca, por lo tanto, un trastorno en ese órgano o parte del cuerpo. La persona se enferma. Sólo una vez que el conflicto es eliminado, la información puede volver a fluir libremente, el cuerpo se regula a sí mismo y el síntoma desaparece, salvo que se hayan producido daños irreparables por la interrupción de dicha información. Pero si el conflicto no es resuelto, se produce una imagen fija en el área correspondiente del cerebro, que se apodera de la persona ocupándola incesantemente. La transmisión de la información se agota entonces del todo. Por ello, la enfermedad se convierte en crónica, el cuerpo emite permanentemente una señal de que existe un fallo, y pide de manera dolorosa que el deterioro sea eliminado.
3 . La correcta alimentación mental: pensar, hablar y actuar de manera positiva, porque al final nos convertimos en lo que esa actitud ha marcado. Es importante también leer, escuchar y mirar lo adecuado. En una palabra: si se vive en la verdadera auto-conciencia, se es sano y así se permanece. Con esta actitud, se refuerza el sistema inmunitario mental-psíquico, que es la llave de una salud permanente, porque hoy cada uno es en cierto modo lo que pensó ayer, y mañana será lo que piensa hoy. Por consiguiente, lo que necesitamos es una renovación mental a través de la disciplina del pensamiento.
Cada uno de nosotros es único
Quien está dispuesto a ayudar a su cuerpo deberá empezar cuanto antes a mantenerse sano y en forma durante toda la vida. Lo más lógico es cuidar la alimentación. Distinguimos en ella tres niveles. Los tres deberían ser considerados en sus más favorables aspectos si deseamos objetivos finales positivos. 1 . La correcta alimentación física: esto significa dejar de comer lo equivocado, en el momento equivocado, y con la conciencia equivocada. 2. La correcta alimentación psíquica: implica no enfadarse, no excitarse, huir del estrés, tratar de vencer el miedo y sentimientos de culpabilidad y no herir a los que le rodean, para lograr andar por la vida alegre y serenamente.
Reconozcamos la realidad: cada uno de nosotros es el dueño de un inmenso universo, el universo de su cuerpo. Cada cuerpo tiene alrededor de 100 billones de células, cada célula es una galaxia aparte, consistente en innumerables átomos, cada átomo se parece a un sistema solar, con un sol central (el núcleo) y planetas que son los protones, electrones y neutrones. Y usted es el único pensador en ese reino inmenso. Cada uno de sus pensamientos tiene influencia inmediata con cada una de las células y determina así las condiciones de salud o enfermedad del cuerpo. ¡Cuide de reinar como un sabio soberano sobre el inmenso reino de su cuerpo! Usted crea su propio destino, y deberá soportarlo. Sólo usted mismo lo podrá cambiar. El cuerpo, superficie de proyección de la conciencia, no puede enfermar por sí mismo. Es como una pantalla que no tiene autonomía para crear imágenes. Los pensamientos son la pelicula y la conciencia decide qué pelicula se está proyectando. Por lo tanto, no tiene ningún sentido recortar la pelicula si no es de nuestro agrado (operaciones) o volver cada vez a pintar de blanco la pantalla (tratamiento sintomático). Si se tiene verdadera auto-conciencia el cuerpo no puede enfermar, porque tan sólo se crean imágenes sanas y perfec-
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La alimentación correcta
taso El cuerpo señala a través de su enfermedad: «Tú no eres el que eres en realidad» y «Ante todo, te falta el amor hacia ti mismo, hacia tu verdadero yo». Las enfermedades pueden llegar a ser nuestros consej eros para volver a encontrarnos a nosotros mismos y vivir en la conciencia de nuestro verdadero yo. Por lo tanto, la peor enfermedad sería no poder enfermarse, porque las enfermedades transmiten informaciones que dicen que nos hemos apartado del camino correcto. Sin las enfermedades, las correcciones tampoco serían posibles. Deberíamos agradecer los mensajes de nuestro cuerpo y aprovechar la oportunidad de volver inmediatamente al buen camino, llegando a ser cada vez más lo que somos realmente: conciencia pura.
Las tres maneras de enfrentarse al síntoma Todos los contenídos de la conciencia tienen su equivalente en el cuerpo y al revés y, finalmente, todos son también un síntoma. Quien no quiere continuar una relación, está rápidamente «hasta las narices», teniendo así una razón física para no acercarse al otro. Debemos preguntarnos a qué nos obliga precisamente este síntoma. Podemos imputar un sentido a la enfermedad; entonces, también lo reconoceremos. Del mismo modo que la alegría puede manifestarse a través de la risa o de las lágrimas, la huida de los problemas puede manifestarse como presión arterial baja o alta. El miedo puede provocar una parálisis completa, pero también una huida en pánico. De nuevo es nuestra postura individual frente al problema la que decide sobre la clase de pantalla de proyección. Por lo tanto, todo es un síntoma, y cada síntoma es un mensaje, una información. En cuanto comprendamos su lenguaje, podremos hacer lo necesario y el síntoma desaparecerá. El síntoma es nuestro consejero, nos obliga a sufrir y, eventualmente, incluso a morir. Nos ayuda a crecer y a madurar, alcanzando así un grado de conocimiento y libertad que no hubiera sido posible sin la crisis. 24
Pero, sobre todo, se trata de comprender el mensaje de la perturbación. Esto se realiza, casi siempre, en tres etapas: 1. La confrontación inconsciente En esta fase notamos un creciente malestar. Tenemos problemas con nosotros mismos. Nuestros sentimientos buscan una expresión y si no la encuentran, queda la sensación de no tener ninguna salida. Si este proceso inconsciente no se supera, se produce la enfermedad. 2. La confrontación consciente Los síntomas nos obligan a la confrontación consciente. En un primer momento, nos sentimos como víctimas, creemos haber tenido mala suerte, hasta que reconocemos que la perturbación no es un enemigo exterior, sino nuestro personal colaborador y asociado que tiene preparada una importante información para nosotros. Ha tomado forma, un contenido mental. Reconocemos que no tiene ningún sentido suprimir el síntoma. Debemos comprenderlo y hacerle caso. Esto significa descubrirse a sí mismo, descubrir lo que estaba cubierto, confrontarse con uno mismo. 3. El entendimiento Esta confrontación lleva siempre a un mayor conocimiento de uno mismo y a nuevos entendimientos. Reconocemos lo que hay que hacer y modificamos, en consecuencia, nuestro comportamiento y nuestras costumbres vitales. La enfermedad ha tenido como resultado una mejor comprensión de la vída y, por eso, el síntoma ha llegado a ser superfluo. Hemos madurado a través de la enfermedad.
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La integridad como camino de la sanación
La clave de la alegría de vivir En general, no vivimos enteramente nuestra identidad, sino que hemos aprendido a interpretar determinados papeles. Por ejemplo, de la manera corno comportarnos para lograr el éxito, así corno para encontrar gratificaciones y afecto. Somos corno somos porque los demás quieren que seamos asi y al resultado le denominarnos orgullosarnente, «personalidad». Sin embargo, sentirnos en nuestro interior que algo no va bien, que nuestro auténtico yo es distinto. Nos sentirnos a disgusto, vacíos, aunque aparentemente tengamos éxito, porque nos esforzarnos en adaptarnos a patrones, programas, papeles y comportamientos inculcados que, en realidad, no nos pertenecen. De esta manera, nos violentarnos a nosotros mismos y luego nos sorprendernos si nos sentirnos enfermos e infelices. Pero nuestra alma está pidiendo a gritos su derecho, a ser ella misma. Cada enfermedad, cada desgracia, es siempre una señal de que no somos nosotros mismos. Ya es hora de dedicarnos, por fin, el respeto, la atención y el amor que merecernos. Abandonemos los viejos papeles y tengamos el valor de ser auténticos; entonces volveremos por fin a ser íntegros y, con ello, sanos.
La enfermedad como un síntoma de la falta de integridad La enfermedad no es más que una señal externa de la falta de integridad. Mientras que no la hayamos alcanzado, nece-
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sitamos la enfermedad como mensaje. Antes de enfermar físicamente, ya estamos enfermos en un sentido mucho más profundo, y lo que llamamos enfermedad es, en el fondo, el intento del organismo de volver a crear la armonía. Por consiguiente, lo que llamamos enfermedad no es la enfermedad en sí, sino, en todo el sentido de la palabra, la «información» del organismo de que algo no va bien. El mensaje perturbador quiere decir que la armonía debe «tomar nuevamente forma». Se trata de la información que recibe el organismo. Pero, ¿qué hacemos nosotros? Acostumbramos a eliminar la información y a no ocuparnos de la verdadera enfermedad. Cada uno vive su enfermedad de manera singular. El materialista piensa que su enfermedad no tiene sentido y considera a su cuerpo como un obstáculo «con el cual se puede tener buena o mala suerte». El creyente interpretará su enfermedad como consecuencia de la infracción de mandamientos religiosos y rogará por su curación. El esotérico tendrá la tendencia a ver la enfermedad como el efecto de leyes kármicas, el moderno bien informado ve muchas de las enfermedades como la consecuencia del ataque de bacterias o virus que producen infecciones. El hombre mentalmente maduro, reconoce la realidad detrás de las apariencias y la enfermedad como un efecto al cual precedió la correspondiente causa. Sabe que no puede ser apropiado eliminar tan sólo el efecto, es decir, el síntoma, sino que el síntoma desaparecerá por sí mismo una vez que la causa haya sido eliminada. Reconoce y respeta las leyes de la naturaleza y sabe que la naturaleza contribuye a la salud. Sabe también que su conciencia posee el saber más profundo sobre el propio cuerpo y consulta, conscientemente, a su intuición. Es un paciente emancipado y el terapeuta es solamente su asesor, cuyos conocimientos especiales utiliza para tomar luego su propia decisión responsable. Nunca es demasiado temprano para empezar a cuidarse si se quiere mantener en forma durante toda la vida. Existen, no obstante, muchas personas que ignoran lo que podrían hacer para sí mismos. Hay que recordar que casi siempre lo más sencillo suele resultar lo mej or.
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Si los obesos comieran menos, los bebedores bebieran me-
nos, los fumadores dejaran de fumar, los perezosos se movieran un poco más y si todos respiraran correctamente, pensaran de manera positiva, leyeran buenos libros y miraran cosas hermosas, podriamos conservar más vidas y erradicar más enfermedades que con todos los onerosos procedimientos de la medicina actual. Si queremos curarnos y seguir sanos, si queremos tener un nuevo cuerpo a cambio del antiguo, debemos eliminar de nuestra conciencia todos los pensamientos sobre enfermedad y vejez. Alguna gente parece creer que, si uno sólo confía en Dios, puede violar sus leyes con toda tranquilidad sin tener que soportar las consecuencias. La integridad de cuerpo, mente y alma es nuestra herencia espiritual y no habríamos conocido nunca las enfermedades si viviéramos conforme a la creación. Volvemos a ser íntegros si fundimos las cuatro naturalezas del hombre que todos llevamos en nuestro interior: la espiritual, la mental, la emocional y la física, armoniosa unidad, y actuamos desde esa unidad en feliz relación con la creación. La llave de la alegría de vivir no es la juventud, porque ésta supone al mismo tiempo falta de experiencia, factor del cual, en realidad, casi nadie quisiera prescindir. La verdadera llave de la alegría de vivir es la vitalidad, que por cierto no está ligada a una determinada edad; puede ser construida, cuidada y aumentada. Todos quieren llegar a viejos, pero nadie quiere ser viejo. Un reto de la vida, seguramente, es llegar al máximo de edad, pero no para padecer enfermedades o ser infeliz. Aunque en el presente se ha progresado, todavía son muchas las personas que viven más tiempo, pero sin conservar su buena salud. Mientras cumplamos nuestros deberes con la naturaleza, ésta responderá cumpliendo su parte.
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Sé tú mismo La mayoría de la gente está supeditada a lo que los demás le aconsejan, ya sean los padres, el jefe o su pareja. O hacen exactamente lo contrario de lo que se les dice en su entorno. Ambas posiciones están lejos de ser inteligentes. Cada uno debe soportar las consecuencias de sus actos, por lo tanto no haga lo que dicen los demás, a no ser que su verdadero yo lo afirme. Escúchese a sí mismo, porque todo el cono cimiento y toda la sabiduría están en usted; los demás tan sólo pueden recordárselo. El verdadero yo solamente interviene si usted le pide que le guíe y si lo sigue. Sólo necesita una introspección. La primera respuesta espontánea provendrá de su verdadero yo; la segunda, en cambio, ya está influida por su intelecto, y la tercera y la cuarta respuesta están determinadas únicamente por su intelecto. Puede volver a preguntar una y otra vez; la primera respuesta vendrá siempre de su verdadero yo. ¿Por qué no prueba esta técnica ahora mismo? ¿Cuánto tiempo, cuánta atención y cuántos esfuerzos invierte para llegar a ser usted mismo? ¿Y cuánta energía gasta en cosas que, de todos modos, tendrá que dejar en este mundo? ¿Qué consecuencia resulta de ello? Queremos que cambien las cosas, pero es. preciso compenetrarse con el hecho de que tal situación sólo puede cambiar si cambiamos interiormente y adquirimos la conciencia de nuestras «imágenes interiores». Incluso si nos sentimos bien en determinado momento, tan sólo es una fracción del bienestar que podríamos y deberíamos tener si fuéramos capaces de asumir nuestra verdadera individualidad. Si alguien se parece a mí mismo, ni lo alabo ni lo juzgo, pues sería estimular artificiosamente mi ego. En ambos casos no necesito cambiar en absoluto. Es mejor no ocuparse del mensaj ero, sino explorar la verdad del mensaj e y hacer lo que corresponde. ¿Qué significa «ser uno mismo»? No es otra cosa que ejercer una manera peculiar e individualizada en cada acto de la vida, con la conciencia plena de respetar el propio yo, 30
expresándolo de modo que mantenga la armonía consigo mismo y refleje su personalidad. ¿Por qué hay cada vez más enfermos y cada vez menos gente que asume su verdadero ser? La mayoría de nosotros actúa acorde a un papel que representa e intentamos vivir un ideal al que atribuimos cualidades superiores a nuestra espontánea expresión. Abundan las personas que no están nunca satisfechas, y se rechazan a sí mismas. No aceptan su manera de ser y menos aún pueden quererse tal como son. Si a esa actitud se suma la enfermedad, todo hace pensar que algo no funciona bien en la propia personalidad, que se ha cometido un error, y la enfermedad es su castigo. Sin embargo, sería fácil estar sano; sólo necesitaríamos adoptar medidas prácticas para conservar la unidad y singularidad de nuestro ser, vivir por completo lo que somos. Así estaríamos en armonía con nosotros mismos, con nuestra vida, y con la vida en general. Ya no existiría ninguna razón, ninguna causa, que revocase la enfermedad. ¿Por qué hemos perdido el valor de ser totalmente nosotros mismos? ¿Por qué no podemos aceptar nuestra manera de ser, e interpretamos cambio de papeles, cumpliendo con clichés y expectativas que nos vuelven cada vez más' descontentos y al tiempo más enfermos? Ya no vivimos según nuestra verdadera identidad, con todas nuestras debilidades y defectos. Buscamos quedar bien, representar algo, hacerlo todo correctamente, y no nos damos cuenta que «bien» y «correcto» son adjetivos que sólo pueden aplicarse a un modo de vivir de acuerdo con nuestra realidad. Y esto quiere decir: vivir según la propia verdad, y de la manera que corresponde en cada momento. Lo que importa realmente es la capacidad de poder aprobarse y respetarse a sí mismo. Cuando falta la autoestima nos sentimos descontentos, a disgusto y sin afecto. Aunque tal vez ya hayamos tenido algunos éxitos en la vida, si se carece de autoestima se carece de lo esencial.
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Eliminarlos viejos esquemas y programar el comportamiento Nos faltamos a nosotros mismos. Y esto nos hace vivir en desarmonía, nos hace enfermos, y es aquí donde debemos atacar si queremos volvernos sanos, «íntegros». Debemos dejar de obrar según patrones o programas y de interpretar determinados papeles, porque nuestra alma está clamando por cambiar. Cada enfermedad es un grito espiritual, el llamado a nosotros mismos, a ser por fin lo que somos realmente. Mientras no tengamos el valor de aceptarnos tal como somos, para avanzar desde nuestra manera de ser hacia nuestro verdadero yo, viviremos en desarmonía y como consecuencia en la enfermedad. Solamente cuando seamos auténticos en cada circunstancia tendremos la oportunidad de reconocer nuestros patrones y bloqueos y de transformarlos y eliminarlos.
falsedades y, lo que es muy importante, que no hayan negaciones, rechazos,. sino reconocimiento intelectual, que constituye una gran defensa del Yo. Los rechazos significan desacuerdo con la vida, trabajar en contra de sí mismo, obstaculizar con esa conducta el libre flujo de la vida. La negación se convierte a menudo en la vía para las enfermedades, salvo cuando esa negación es el resultado dialéctico de la afirmación de sí mismo, de la personalidad total. Por consiguiente, quien sabe a qué atenerse frente a su yo, quien se corresponde a sí mismo, vive en armonía y en la verdad, tanto consigo mismo como con la vida, y llega a la integridad.
El amor es la mayor fuerza curativa
¿Qué significa integridad? Significa ser uno mismo por completo, vivir en la totalidad en la que uno se integra, tomar en consideración la relación estrecha entre conciencia y vida. Significa también no suprimir nada, no renegar de nada, aceptación y crítica de su manera de ser. Al mismo tiempo, significa observarse a sí mismo para ver si se vive realmente según a sí mismo o según patrones, programas Y papeles. Al reconocerlos se tiene la oportunidad de quitarles validez, siempre que no sean una vivencia personal auténtica. Esto trae como consecuencia otra condición importante para la salud física y mental: vivir en armonía consigo mismo y con la vida. Quien no se acepta a sí mismo no vive en la verdad, y no vive en armonía, Pero la integridad significa también ser verdadero, ser puro. Quien practica el engaño frente a sí mismo, mintiéndose, vive en desarmonía. Puedo estar sano e integro solamente si no existen en mí zonas opacas, con impurezas y
La mayor fuerza curativa que la vida nos ha deparado es el amor. Quien ama de verdad apenas puede enfermar, porque el amor es la energía más pura y más saludable que existe. Estar pleno de esa energía que es el amor, es vivir una situación que no deja sitio para la enfermedad. Sólo puedo amar de verdad si he aprendido a estimar y valorar mi propio yo. El amor hacia mí mismo y, con ello, en mí, debe poder fluir sin obstáculos, sin dudas. Sin embargo, sólo puedo quererme en profundidad, con toda el alma, si me he encontrado a mí mismo, sintiéndome así «digno» de aceptar mi amor. Si amamos de verdad somos íntegros y, .con ello, intactos y sanos. Porque el verdadero amor es la empresa más san(t)a y más perfecta de nuestra vida. Solamente quien se acepta y se quiere a sí mismo puede ofrecer su amor también a los demás. En esa situación es cuando se advierte que al lograr una maduración desde el punto de vista de la conciencia, el amor a uno mismo, su amor hacia los demás puede fluir libremente sin pretender utilizar ni ser posesivo. Y la vitalidad del yo, la aceptación de sí mismo como unidad, determina un afecto mucho más pleno, de aquél que se entrega, con-
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Integridad significa armonía
di ocre. Vivir significa madurar, acercarse cada vez más al propio yo. Para ello, debemos estar abiertos en cada instante, preparados para vivir profundamente, para transformarnos, renovarnos y ser nosotros mismos.
trariamente al amor que ofrece el inseguro que sólo busca en los demás las cualidades que él no tiene. Amar significa dar, empezando por darnos a nosotros mismos. El amor hacia uno mismo es un sendero que conduce hacia la verdadera felicidad. Amar a otra persona significa llevarla hacia sí mismo, llevarla hacia la vida, fomentar su crecimiento, ayudarle a encontrar su personalidad, realizarse. El amor es la fuerza más saludable que existe. Disuelve enfados y miedos y procura alegría de vivir. El amor enseña el camino y ayuda a avanzar por el mismo, incluso podría decirse que es el camino mismo. Aceptándote amorosamente a ti mismo y al mundo entero, la vida puede volver a fluir libremente en ti, porque vuelve a corresponder a tu verdadero carácter. Empecemos, pues, a amar. Aprovechemos la oportunidad de vivir según nuestra personalidad, a conservar nuestra identidad y, por consiguiente, a aceptarnos cada vez más, lo que nos lleva a aceptar más a la vida. Ésta es la base para una vida íntegra y lo más perfecta posible. Sólo cuando hayamos aprendido a ser fieles con nosotros mismos, existirá la posibilidad de conocer el verdadero amor. Y de ese modo se desencadena el mayor potencial curativo que poseemos, repercutiendo en todo el organismo y en sus circunstancias vitales. También cesarán entonces los mensajes dolorosos. Los dolores físicos o psíquicos nos alcanzan sólo cuando no vivimos según nuestro yo. Podemos elegir libremente lo que vivimos, ya que somos responsables de nosotros mismos y de nuestro destino. La vida es un espejo, tal como nuestro cuerpo es un espej o, una expresión de todo nuestro ser. El cuerpo y las circunstancias vitales son un seguro indicador de nuestra armonía interior y de nuestra libertad. Si nos hemos liberado estamos intactos. Si vivimos el momento actual con la mayor intensidad, con confianza, amor, pasión y alegría, nuestra existencia será plena y prolongada. La enfermedad detecta siempre una corriente vital me-
La enfermedad se puede producir si • creemos haber cometido una «falta», juzgamos duramente y nos obsesionamos con la duda. Pero no nos equivoquemos respecto a las verdaderas faltas, porque vivimos para aprender y reconocer que nuestra mayor falta es el hecho de no ser nosotros mismos. Esforcémonos, por lo tanto, en no cometer esta gran falta. Tenemos el deber de intentar que nuestra vida sea lograda con la mayor amplitud. Por lo tanto nuestra primera ambición deberá encaminarse como necesidad básica a buscar la armonía de lo de dentro con lo de fuera, lo que conduce a la verdadera realización. La enfermedad se puede producir si e estamos en contra de nuestra manera de ser. Porque no actuamos de acuerdo a lo que somos realmente, proyectamos nuestra falta en nuestro entorno, oponiéndonos a todo muchas veces arbitrariamente. Esta postura negativa influye en la propia vida y en la vida de los que nos rodean. Vivimos en desarmonía. La enfermedad se puede producir si • vivimos en desarmonía. Al no ser como somos, tocamos una melodía distinta y no armonizamos con la melodía de la vida. Siempre que interpretamos un papel, tocamos el tono equivocado. La enfermedad se puede producir si • estamos en contra de algo. Pero sólo podemos estar en contra de algo, si rechazamos algo interior nuestro. Lo que nos molesta en realidad es que no somos leales a nuestro ser. Estamos en contra de la «falsedad» de un comportamiento.
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¿Cómo se produce la enfermedad?
La enfermedad se puede producir si • vivimos una carencia, si nuestra vida no es plena, si actuamos como un ser fraccionado. Si no admitimos o si modificamos una parte de nuestra personalidad, interpretando, por ejemplo, un papel o siguiendo programas o patrones ajenos, significa que vivimos en la ausencia de nosotros mismos y, por lo tanto, sin armonía. La enfermedad se puede producir si • vivimos en el pecado. Vivir en pecado significa vivir en la separación; no en la unidad, sino en la dualidad. Cada vez que nos distanciamos de nosotros mismos indiferentes a nuestra personalidad, nos apartamos de nuestra manera de ser auténtica, vivimos en forma desarmoniosa y con ello en el pecado. La enfermedad se puede producir si • vivimos sin amor. Porque si no amamos, tampoco nos queremos a nosotros mismos, no nos aceptamos como somos. y cada rechazo causa enfermedad. El verdadero amor significa aceptar, significa vivir y ser libre. Y el amor es el mayor mandamiento divino y la primera ley espiritual. La enfermedad se puede producir si • no estamos realizados. Y no lo estarnos si le falta algo a nuestro ser, si no somos del todo lo que representamos ser de hecho aqui y ahora. No estar realizados significa que estamos de algún modo incompletos, que no vivimos plenamente porque no nos aceptamos del todo. La enfermedad es la consecuencia. La enfermedad se puede producir si • no vivimos debidamente, no dejamos correr el flujo de la vida en nosotros sin obstáculos. Si tenemos bloqueos internos, si vivimos según programas adoptados, según el entendimiento y la opinión de otros; si las energías de la vida no pueden fluir en nosotros como sería lo correcto. Vivir correctamente significa ser uno mismo, en todos los aspectos y sin límites. La enfermedad se puede producir si • dudamos de algo que nos afecta y no hemos podido perdonar a alguien, le culpamos o, incluso, lo acusamos, pero en el fondo no tenemos gran seguridad si acertamos al ac-
tuar de ese modo. Si no concordamos con nuestro entorno y advertimos una honda disonancia. Nuestro ser se distorsiona a causa de los patrones, valores impropios o sen." ti mientas de culpabilidad. Y estas impurezas causan las enfermedades. La enfermedad se puede producir si • algo nos pesa y deprime, como por ejemplo los problemas sin resolver, las cosas de las que no nos hemos desprendido aunque ya no pertenezcan a nosotros, los papeles que estamos interpretando, los patrones con los cuales nos orientamos, aunque ya sean parte de nuestro pasado desde hace tiempo y no nos correspondan. Todo lo que ya no nos pertenece ahora y aquí, pero que seguimos manteniendo aferrado a nuestros deberes y que ya no nos corresponden y nos empeñamos en cumplir. Son factores que pesan, restan energias, lo que impide el libre deslizarse de la vida. Esto también causa la enfermedad. La enfermedad se puede producir si • no cumplimos y resolvemos las tareas de la vida. Una tarea siempre es algo que la vida nos está imponiendo para dar un paso adelante. Los problemas y hechos confusos nos obligan a dar un paso para resolverlos y esclarecerlos, y ese paso debe ser hacia nosotros mismos. Nuestro deber principal, insistimos, es respetarnos y acercarnos en cada instante más a nosotros mismos. Si no damos el paso necesario, la vida nos llama al orden bajo la forma de enfermedad y desgracia. . La enfermedad se puede producir si • no tratamos de ser libres, nos orientamos por las opiniones, las ideas o los deseos ajenos, y no nos admitimos en nuestra individualidad. La enfermedad se puede producir si • no vivimos aquí y ahora. Porque la vida tan sólo puede desarrollarse a partir del presente. Si vivimos del pasado no podemos vivir el presente. Si vivimos en el futuro, estamos viviendo igualmente un tiempo que no corresponde. Sólo podemos vivir en el presente, porque la vida es, fluye y se modifica de un instante a otro. Cuando no vivimos el presente no tenemos oportunidad de percibirnos
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cómo somos nosotros realmente ahora en ese determinado momento. • La vida es dinám:ica y precisa fluir sin cesar evitando obstáculos que podrían detener la corriente y obstruir su curso causando la enfermedad.
¿Cuántas veces decimos «Es que soy así», o «Las cosas son así, no se puede hacer nada»? Pero, ¿realmente no se puede hacer nada? Si nosotros no podemos cambiar nada, ¿quién puede hacerlo? Muy a menudo, lo que expresamos ni siquiera son nuestras propias opiniones sino la de personas, que por su influencia pueden llegar a determinar nuestra vida, si las aceptamos y las hacemos nuestras creyéndolo, en realidad, que lo son.
Por consiguiente, analicemos con atención nuestros pensamientos. ¿Qué pensamos en estos momentos? En este instante modelamos nuestro futuro, si bien, de un momento a otro puede cambiar la dirección de nuestros pensamientos y, con ello, toda nuestra vida. Esos cambios, de todos modos, no deben darse como los de una veleta movilizada por el viento sino con la coherencia de la reflexión. Reconozcamos que tenemos la libre elección; podemos empezar en todo momento a determinar conscientemente nuestra vida, optando por una nueva dirección en relación a nuestra salud y a nuestro destino. Pero nuestro poder se encuentra en el presente. No puede cambiar el pasado, y el futuro también es incierto, puede ser que en muchos aspectos se determinen aquí y ahora. Ahora tenemos todas las posibilidades en nuestras manos. Pero si no damos el paso necesario, obligamos a la vida a plantearnos problemas que nos exige resolver. Un problema, sea en forma de enfermedad u otra dificultad, nos indica que nos hemos alejado de nosotros mismos. Por medio del problema, la vida nos invita a abandonar, a reconocer, a tomar conciencia, a transformar, y a decidirse por el respeto hacia si mismo, eliminando así la causa de la enfermedad. La vida puede presentarnos distintas clases de problemas. Pueden producirse, por ejemplo, en una relación de pareja, en el trabajo o también en una enfermedad. Siempre nos enfrenta a la energia que nos ayuda a hacer el paso posible hacia nosotros mismos. Asi la pareja tiene, por ejemplo, ciertas características que nos gustan y que pertenecen también a nuestro verdadero yo, pero que aún no estamos viviendo. O posee características que no apreciamos, que incluso rechazamos. Pero todos estos factores, en el fondo, son el resultado de un problema propio nuestro que deberíamos analizar y resolver para alcanzar la armonía en nuestro interior. La vida nos obliga, a través de un problema, a conocernos a nosotros mismos. Nos ayuda a encontrarnos, confrontándonos con algo, ayudándonos a tomar conciencia de ello, para poder dar un paso más hacia nosotros mismos. Cuando la tarea se ha cumplido, o sea, cuando el pro-
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En el origen de la enfermedad hay un problema La enfermedad no es más que una expresión, una forma de un problema. No es más que una posibilidad que utiliza la vida para enviarnos un mensaje de que algo no va bien, que no estamos siendo lo que somos en realidad. Si no comprendemos el lenguaje y el mensaje del cuerpo, o si no reaccionamos ante ello, la vida tiene preparadas para nosotros otras formas de problemas para despertarnos con el fin de investigar y empezar a buscar el sentido de la vida y, con ello, emprender el camino hacia nosotros
mismos. No sólo es el cuerpo el que puede enfermar. La enfermedad se manifiesta también en el trabajo, en la relación de pareja, en la familia, en la situación económica o en las ideas religiosas, en el intelecto o en el alma. Se puede estar enfermo en muchos niveles, si bien la enfermedad sólo quiere indicar siempre que, en algún ámbito, la vida ya no puede fluir de manera armoniosa, que existe en algún sitio un bloqueo o una carencia.
El problema como indicación de un cambio
blema está resuelto, debemos abandonarlo, No podemos retener lo que no es parte de nosotros. Esta es una ley invariable que no debemos olvidar. La enfermedad es algo ín~i rno, pero que en realidad no forma parte de nosotros mismos. Si estamos enfermos, esto significa que estamos haciendo nuestra una causa que no nos pertenece y nos agarramos a ella, queremos representar algún papel impropio, o que creemos ser lo que no somos en realidad. La clase de enfermedad es un signo que indica lo que aún no hemos abandonado, Y lo que no nos deja ser nosotros mismos. Si somos realmente nosotros mismos, aparecremos también como somos en realidad: intactos y sanos. Sólo lo que es ajeno a la propia personalidad puede perderse. El auténtico «yo» no se puede perder. Todo lo que no constituye la verdad de la persona es obviamente pura apariencia, mera ilusión, y desaparecerá un día redimiendo, valorizando el verdadero yo.
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Nosotros mismos somos la meta y el camino
Una señal explicita para el hecho de que todavía estamos en la búsqueda y que, con ello, todavía no admitimos la vida por completo, es la voluntad. La voluntad se interpone entre nosotros y la realización. Mientras sigamos sin soltar, nuestras manos, en sentido figurado, están cerradas. Mientras nos neguemos a la vida como si fuésemos un apretadísimo puño no alcanzaremos la plenitud del ser y no estamos abiertos a la vida, y tampoco estamos dispuestos para nosotros mismos. Sólo al ser nosotros mismos, estamos abiertos y preparados para una vida plena. Nos colmamos de bienestar y éxito porque nuestra propia plenitud produce la felicidad. Ésta es ia ley de la resonancia. Cada momento ofrece una nueva oportunidad (ley de la gracia), porque cada nuevo instante es un nuevo presente y una nueva posibilidad de ser nosotros mismos. Pongamos un ejemplo. El automóvil en sí es materia muerta, no se mueve por sí solo. Existe, pero necesita alguien que lo ponga en marcha. Lo mismo se aplica a nosotros. Éramos desde siempre y siempre seremos. Decidimos por nosotros mismos si «vivimos». Debemos tomar posesión de nosotros mismos, debemos ser nosotros mismos, como necesitamos sentarnos en el automóvil para poder ponerlo en marcha. Por esta razón, los maestros espirituales invitan a tomar el camino interior para poder «conducir», o sea, para vivir desde el centro como nosotros mismos. Lo mismo que cuando conducimos un automóvil, debemos procurar adaptarnos a las circunstancias y situaciones. 41
Al conducir un automóvil, no se puede vivir en el pasado o conducir en el futuro; se debe estar por completo en el presente, para que no ocurra un accidente. La enfermedad, en nuestro caso, equivale a un accidente. Este ejemplo muestra que somos parte de la vida y que debemos vivir en armonía con nuestro entorno. Debemos adaptarnos en cada instante al presente y ser auténticos, porque las circunstancias son marcadas por nuestra manera de ser. La vida sigue la ley espiritual, «como es el interior, así es también el exterior». Por lo tanto, si soy un conductor agresivo, encontraré también usuarios agresivos en la carretera. Por desgracia, hoy en día, la medicina convencional se ocupa, casi exclusivamente, de la enfermedad y trabaja como el mecánico en el taller. Se prepara tan sólo cuando algo está estropeado. La mayoría no piensan en el hecho de que muchas veces si hay deterioro y mal funcionamiento se debe al descuido o la ignorancia del automovilista y que lo más acertado sería hablar con él y explicarle los defectos de su forma de conducir y de tratar el coche. Debe conducir con más calma o añadir aceite al tiempo oportuno. Pero sólo suelen ocuparse de la «materia», del coche, del cuerpo. No es culpa del automóvil si se oxida, su propietario, sencillamente, no lo ha cuidado lo suficiente. Lo mismo ocurre con el cuerpo. Incluso quienes utilizan remedios naturales incurren en el mismo error. Confían su «coche» a un taller respetuoso del medio ambiente y «natural». Pero incluso los procedimientos de medicina naturista son, en el fondo, incompletos. No consideran lo esencial, la causa esencial, el ser interior, la persona, el alma, la chispa divina, aquello que realmente somos. Algunas personas después de reconocer que la meta está en reforzar la conciencia de la gente en cuanto a su salud siguen, no obstante, bricolaje en el «automóvil» en vez de vivir simplemente sanos y estar intactos siendo ellos mismos. Es tan sencillo y, en el fondo, sin embargo, tan difícil para muchos. No podemos separar el cuerpo y el alma, el coche y el conductor. El uno no podría moverse sin el otro. El cuerpo y el alma forman una unidad, y el cuerpo la ex-
presión visible de la conciencia. Cualquier sentimiento encuentra su expresión en la «pantalla» del cuerpo. El cuerpo hace visib'les las energías que movilizamos en nuestro interíor. Algunos ejemplos: • Una idea excitante es capaz de ponernos la carne de gallina. • Sólo pensar mucho en una actividad dura eleva nuestra presión arterial, aunque físicamente todavía no haya sido realizada. • Una mala noticia nos afecta el estómago, no podemos «digerirla»; otra, nos impresiona como un «golpe bajo», pesa sobre nuestra manera de ser, y nos paraliza. • Si nos enfadamos, la irritación nos «exalta la bilis». • Diversas agresiones que recibimos cotidianamente y cuyos responsables no son identificados con nitidez, nos provocan amargura, «un nudo en la garganta», que con esfuerzo debemos neutralizar. • El «corazón no nos cabe en el pecho» de alegría o «el ánimo se nos cae a los pies» por una sorpresa agradable o un susto, respectivamente. Nuestra tarea es, por consiguiente, ser nosotros mismos, en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto en el profesional como en el social y físico. Cuando no somos nosotros mismos, o cuando creemos no poder serlo, cuando nuestra personalidad está inhibida, estamos enfermos. Y percibimos esa enfermedad como una perturbación, carencia o desarmonía. Una vez que nos hayamos encontrado a nosotros mismos, ya no necesitaremos luchar, ya no necesitaremos agarrar nada, podremos dejar fluir libremente a la vida. Siendo tal como somos volvemos a encontrar la alegría de vivir y la felicidad. La vida ya no consiste sólo en el deber y el trabajo, sino en la alegría y la satisfacción, porque estamos llenos de nosotros mismos, con la vivacidad de nuestro ser, que nos hace ser felices. Llegamos a ser los «arquitectos» de nuestro destino, construyendo cada instante de acuerdo a lo que somos aquí y ahora y viviendo la vida que corresponde a nuestro verdadero ser. No precisamos planificar la vida, porque la vida sigue el plan del propio yo, y ese viaje hacia si mismo es la verdadera aventura en el inmenso escenario de la creación.
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Nosotros mismos somos ia meta y el camino. Nosotros mismos somos la culminación de todos nuestros deseos. Nosotros mismos somos la solución a todos nuestros problemas. Nosotros mismos somos el mejor medícamento. Nosotros mismos somos la vida.
de la comprensión es muy sencílla. Las siguientes preguntas . ayudan a su explicación,
No hay recetas aplícables para que cada uno se encuentre a sí mismo, ya que cada persona es singular y por tanto reacciona de forma particular frente a los hechos. Pero todos tienen una posibilidad de volver a encontrar el camino hacia la verdadera integridad si escuchan la voz interior del verdadero yo. Quien persevera en cada acto cotidiano en la búsqueda de su individualidad se acerca a la verdad, dejando para siempre la máscara que luce a veces para coincidir con la opinión de los demás por la presión del ambiente. Nuestra unidad es nuestra particularidad y un factor de la vida plena. Al mismo tiempo es, también, una tarea que nos plantea la existencia. También es nuestro deber lograr y de acuerdo a nuestra individualidad ayudar a los demás a aceptar, igualmente, su unidad, el todo de su ser. El auténtico sentido de nuestra vida nos exige asumir la plena responsabílidad de la misma. En los primeros esfuerzos por ser nosotros mismos, nos podemos topar una y otra vez con la desaprobación de nuestro entorno. Ese esfuerzo significa una dificultad y, al mismo tiempo, un reto por el cual hemos de luchar, pues quien no vive según su propio yo se siente apesadumbrado, disgustado con su inauténtica manera de ser, lo que le predispone a oponerse a cualquiera que actúe con la fuerza de su personalidad. Comprendemos que la vida nos envía mensajes cuando salimos de determinado orden. Nos puede llegar a través de una enfermedad, una desgracia, de conflictos con la pareja u otras personas. ¿Cómo podemos interpretar estos mensajes? ¿De qué manera nos ayudan a acercarnos a nosotros mismos? Tomemos como ejemplo el mensaje del cuerpo. La clave
• ¿Qué órgano, qué parte del cuerpo (qué ámbito de la vida) está afectado, enfermo, fuera del orden, sin su integridad? • ¿Qué función tiene la enfermedad, qué tarea? ¿Para qué la necesito, en qué me ayuda, y esto, en un primer paso, a nivel fisico? Entonces, debería preguntarse: ¿Qué se corresponde con ella a nivel psíquico? O sea, ¿en qué manera me ayuda, o en qué manera me impide encontrar mi verdadero yo? ¿Mis pensamientos se desarrollan de una manera mecánica? Es la enfermedad parte de un papel o de una costumbre? Existe algo que debería volver a considerar y, eventualmente, cambiar? ¿Deberia «funcionan> de otra manera? • ¿Qué consecuencias resultan de estos interrogantes? ¿Mi manera de «funcionar» está anticuada, se ha estancado? ¿Deberia abandonarla o corregirla? ¿Debería ser más consciente de ese modo de funcionar? • ¿A qué me obliga el mensaje, el síntoma? ¿Debo buscar la tranquílidad, el silencio, o necesíto volverme más activo? ¿Tiene que haber más dinamismo o atención en mi vida, se exige demasiado o demasiado poco de mí? ¿Tengo que reconocer que juego un papel que debo cambiar para que éste deje de doler? ¿Tan sólo es un antiguo programa, un patrón que me obliga a reconocerlo y abandonarlo? • ¿Qué debo hacer para ser más yo mismo? • ¿En qué aspecto no he sido yo mismo? • ¿He hecho algo que, en el fondo, no quería hacer, o que quería hacer de otra manera? • ¿Qué debería dejar, cambiar o aceptar? • ¿Qué consecuencias resultan de estos conocimientos? • ¿Dónde he recibido más claridad sobre mí mismo, cómo puedo aplicarlo en mi vida? • ¿Qué debilidades o defectos tengo en el sentido físico o mental? • ¿Qué indica esto sobre mí? ¿En qué aspecto no soy yo mismo?
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• ¿Cómo se manifiesta esto en otros niveles? • ¿Cómo soy en realidad? • ¿Cuál es mi postura frente a ello? ¿Es justa o no corresponde a la realidad actual, sino que proviene de una antigua experiencia, un antiguo concepto? ¿Cuál es mi postura en este momento frente a mis experiencias y mi enfermedad? ¿Puedo defender mi conocimiento? • ¿Qué me impide ser, pensar, vivir de forma auténtica? Por lo tanto, ¿qué obstáculos para la curación hay realmente o sólo soy yo quién cree que los hay? • ¿Pienso que puedo cambiar mi «destino»? ¿Qué «milagro» debería hacerse para que cambie? ¿Podría considerarlo como posible? • ¿Creo realmente en mi integridad, o me falta fe en mi mismo? • ¿Qué me impide creer en mí y confiar en mis capacidades? ¿Mis juicios se componen de las opiniones y juicios de los demás? ¿Es mi poca confianza en mí mismo únicamente culpa mía? ¿Qué experiencias he hecho que me impiden creer en mí mismo? ¿Qué debería ocurrir para que vuelva a creer en mí? • ¿Qué me ayudaría? ¿En qué nivel? ¿Qué debería ocurrir para que vuelva a estar «intacto»? ¿Qué puedo hacer 'para ello? ¿Podría, tal vez, tomarlo todo en mis manos? • ¿Qué corresponde a esa ayuda en otro nivel? ¿Debería empezar por ahí? ¿Estoy viviendo demasiado a un solo nivel? ¿Dónde creo no ser «correcto», ser «falso», y no «estar en orden»? • ¿Qué parte de mí es afectada más a menudo por la enfermedad? ¿Qué problema me preocupa desde hace largo tiempo? ¿Cuáles son los problemas que todavía no he resuelto? • ¿La perturbación es total o parcial? ¿Me aniquila o me hace comportar de manera parcial? ¿Soy demasiado parcial o demasiado amplia y totalizadora? ¿Existe en mí un exceso o una carencia? • ¿Qué combinaciones se producen en mí, o sea, de qué manera los antiguos papeles/programas/patrones/esquemas de pensamiento están entrelazados entre sí, cómo se condicionan, cómo se estimulan mutuamente, cómo se activan?
Al evaluar los síntomas, se ha de tener en cuenta que un determinado problema o una carga negativa pueden manifestarse a través de distintos órganos o pantallas de proyección. Qué pantalla se presente depende, sobre todo, de la reacción individual frente al problema. Si alguien, por ejemplo, se encuentra bajo una presión y en estado de estrés, las consecuencias pueden manifestarse de la siguiente forma: L Comportamiento agresivo frente a los demás; la presión interior es descargada hacia afuera, hacia los otros. 2. Alta presión arterial (hipertensión); pone de manifiesto que existe la intención de una actividad, pero que ésta no se realiza, y por tanto no elimina la presión. 3 . Aumento de la presión intraocular (glaucoma); al presentarse esta pantalla de proyección para liberar la presión interior, nos indica que la manera de ver las cosas, las propias ideas, han creado la presión. 4. La presión en la cabeza muestra que las tensiones son creadas por verdaderas batallas mentales sin encontrar solución. 5 . Músculos tensos que pueden llegar a ser rígidos. De ello podemos deducir la falta de disposición para enfrentarse mentalmente con lo que ocasiona la presión, y no es capaz de asimilarla. Cuando se la asume, esa tensión desaparece del sistema muscular. 6. Los dolores de estómago nos indican que los hechos no son «digeridos». Existe, por lo tanto, la incapacidad o la falta de disposición para aceptarlo. 7 . Absceso: por esa pantalla de proyección reconocemos que la presión ínterior está buscando un camino hacia fuera, manifestándose en un punto determinado de la piel, nuestra superficie de contacto. Por lo mismo, la verdadera solución del problema debería buscarse a través de ese punto determinado. 8 . La presión en la vejiga demuestra que debemos abandonar lo inútil, puesto que se vuelve inerte, considerando tanto lo físico como lo mental. Si no podemos liberarnos de la presión a nivel menta! el cuerpo intenta aminorar la presión, por lo menos, físicamente.
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El cuerpo no puede enfermar sólo por sí mismo Interpretación de algunos síntomas Sin/ama
Significado
Una parte del cuerpo puede inflamarse
Esto significa en el sentido mental que existe una carga aguda.
supurar
Algo ajeno se ha introducido y debería ser eliminado (también en lo mental).
estar tensionada, distendida (o incluso
Se hace un esfuerzo excesivo que debe ser eliminado.
desgarrarse o rom-
perse) dislocarse
Algo es inarmónico en el sentido mental y debería ser ajustado. Esto también se puede referir a una situación.
estar demasiado débil
En este caso se debe tratar de ejercítarse, reforzarse o estimularse, pues por medio de esa exigencia se logra el fortalecimiento que está requiriendo la situación.
estar perturbada
Debo preguntarme: «¿Qué es lo que me molesta en realidad? ¿Cómo puedo volver a crear el orden?»
escocer, picar
La pregunta es: ·«¿Qué es lo que me ocasiona escozor realmente? o ¿Qué
es lo que me produce picazón para obligarme a ocuparme de ello?» estar dilatada
¿En qué aspecto he ido demasiado lejos, o me he esforzado excesivamente?
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La clave del lenguaje de los síntomas 1. El primer paso hacia la sanación es la disposición a enfrentarse con la enfermedad y a descubrir y reconocer la verdadera causa. Un tratamiento puede liberar de los síntomas, pero no consigue la curación. Por consiguiente, deberíamos contestar con toda precisión a las siguientes preguntas: 2 . ¿Qué órgano, qué parte del cuerpo está afectado? ¿Qué función le corresponde a nivel físico y a nivel mental? 3 . ¿Qué síntomas se advierten? Apunte los acontecimientos físicos con toda claridad y detalladamente, y analice después, con cuidado, cómo ha expresado verbalmente sus indicaciones. En su correcta formulación, en la mayoría de los casos, aparece la información sobre la verdadera causa: si en un accidente de tráfico se dice «he patinado» o si estoy «hasta las narices» de algo, si no podemos «tragan> algo, si nos tomamos algo «a pecho»; antes que nada nuestro lenguaje indica una postura mental. De ahí que se debe observar y considerar el lenguaje y su sabiduría. 4. En el siguiente paso, se debería averiguar en qué momento exacto se origina la afección, porque de ello se puede deducir la relación que guarda con cambios esenciales de nuestra situación vital o de nuestros sentimientos. ·5 . ¿Qué alivia el síntoma a nivel físico? y ¿qué es lo que le corresponde a nivel mental? ¿Qué alivia el síntoma a nivel mental? ¿Qué le corresponde a nivel físico o materíal? 6. ¿A qué obliga el síntoma? ¿Qué hay que hacer? ¿Qué se debería dejar de hacer? ¿Qué consecuencias resultan de la actitud en uno u otro caso? No se deje distraer por el agente que provoca la enfermedad, ya se trate de bacterias, virus, herencia genética, accidente, u otros factores, sino que debe reconocer la causa asimismo psíquica, es decir, la realidad detrás de las aparíencias. 7 . ¿Qué debilidades de carácter tengo? ¿Cómo se manifiestan a nivel físico.
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8. ¿Qué debilidades físicas tengo? ¿Cómo se manifiestan a nivel de carácter? 9. ¿Cuál es mi órgano problemático? ¿Qué parte del cuerpo está afectada? ¿Qué lado del cuerpo está afectado? ¿Qué mensaje conlleva esto? 10. ¿Qué combinaciones de síntomas se producen? ¿Qué significa esto a nivel mental? ¿Qué consecuencias resultan de ello? 11. ¿Cuáles son los obstáculos para la curación? ¿Cómo puedo eliminar estos obstáculos para la curación? 12. ¿He reconocido y comprendido el mensaje? ¿Qué dice? ¿Qué significa eso para mí y en el momento actual? (¿Para resolver mi tarea? ¿Para poder reconocer mejor mi camino y usarlo más fácilmente?) ¿Qué consecuencías trae aparejadas para mí? ¿Las acepto? ¿Qué cambíos se producen por ello en mi vida? ¿A partir de cuándo cambia algo en mi existencia?
3. 4. 5.
Si contestamos con franqueza a las preguntas, comprendemos realmente y seguirnos el mensaje del cuerpo, el síntoma no se transformará en enfermedad crónica. 6. Recuerde que la causa de un síntoma se encuentra siernpre en la conciencia, en los pensamientos, aunque la enfermedad sea desencadenada por bacterias, virus, herencia genética, accidentes, otras causas, o el azar.
ca. Pregunta: «¿En qué sentído me encuentro débil? «¿Cómo se manifiesta mi falta de actividad?» ¿Qué síntoma se manifiesta? Apunte por escríto los acontecimientos físicos y observe la sabiduría del lenguaje. ¿En qué momento el síntoma se manifestó por primera vez? ¿Qué cambio esencial de mi situación vital está relacionado con ello? ¿Qué es lo que alivia a nivel fisico? Más ejercicio, deporte, actividad, duchas con agua caliente y fría. Mentalmente: ampliar las experiencias, exponerse a los efectos de la vida. Subir escaleras tiene mentalmente el efecto de aumentar la conciencia. El masaje significa exponerse a presión y fricción, encontrar el punto correcto (terapia de zonas). ¿Qué es lo que alivia a nivel mental? Enfrentarse con las tareas de la vida. Actuar donde sea necesario, no abandonarse, volverse realmente más ágil. En cuanto a lo físico cualquier tipo de actividad es conveniente. No evadirse de las cosas por desagradables que sean, aclarar situaciones conflictivas, afrontar discusiones cuando son necesarias. Físicamente significa también enfrentarse con lo desagradable, no vivir en forma fraccionada o parcial, pretendiendo hacer sólo lo agradable. ¿A qué me obliga el síntoma? A volverme más activo, de lo contrario, mi circulación sanguínea se enlentece cada vez más.
Los siete niveles de un síntoma Aplicación de la clave del lenguaje de los síntomas en personas con problemas circulatorios: 1. Disposición a la confrontación. 2. ¿Qué órganos, qué parte del cuerpo está afectado? La sangre. La sangre es la «sede del alma». Quien se desangra «rinde el alma». La sangre tiene una determinada presión que expresa la dinámica de una persona. Extremo: desvanecimiento-debilidad; contrario: actividad dinárni-
1 . Antes de que un problema o una carga aparezca corno síntoma, se manifiesta como idea, deseo, sueño o fantasía. 2. Corno segunda advertencia aparece una perturbación funcional, aparentemente insignificante y poco grave. El problema se vuelve visible o notable a nivel físico. 3 . Si no se observa, se produce una aguda perturbación física, una inflamación, una herida o un pequeño accidente. la petición de cambio es presentada de manera más dolorosa.
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4. Si incluso la llamada insistente no encuentra atención ' . el proceso infl,\matorio, agudo en un primer momento, se vuelve crónico. El organismo envía una advertencia permanente. 5 . Si tampoco se atiende la advertencia permanente, se producen daños irreversibles, alteraciones de órganos o cáncer. 6. Si esta última advertencia no lleva al cambio deseado el desarrollo termina tarde o temprano con la muerte. 'La muerte obliga a abandonar y ofrece la posibilidad de ver la situación desde un ángulo distinto y de cambiarla dentro de lo posible. 7 . Si se pierde esta oportunidad, se puede producir otra encarnación, esta vez quizá bajo unas condiciones más difíciles. Empezará un nuevo ciclo (karma) con un defecto fisico, una malformación o una perturbación congénita.
Señales que indican que no respetamos nuestra personalidad
• Los temores y preocupaciones se producen si no nos aceptilmas, si, en consecuencia, no vivimos adecuadamente. • Engañar a nuestro propio yo, y en consecuencia, no vivir adecuadamente, constituye un «pecado». Por lo tanto, debemos volver a la «inocencia», libres de valoraciones, sin pensamientos duales de «bien y mal». Son los pensamientos los que producen miedo, preocupaciones y temores. Sin embargo, podremos constatar que el miedo desaparece cuando realmente sucede algo. Porque el miedo sólo existe en nuestro pensamiento. Lo que entendemos como pensamiento es la reflexión sobre lo ya pensado, vivido u oído anteriormente. El problema es que, en el momento de reflexión no podemos vivir/ver la vida, porque estamos viendo y viviendo imágenes del pasado o del futuro. No podemos ser nosotros mismos, porque los pensamientos sobre lo pasado, y los temores del porvenir, nos impiden vivir ese preciso momento presente.
Una perturbación, un síntoma, no importa la zona que afecte, es una señal de que nos hemos apartado de nuestro orden. Deberíamos entonces dirigir nuestras observaciones a nuestra conciencia, que es la principal fuente de nuestra experiencia para verificar y comprender los procesos de nuestra vida, nuestros actos, pensamientos y sentimientos en cuanto a su correspondencia con nuestra propia personalidad. También deberiamos preguntarnos por qué no actuamos reflejando lo que realmente somos. Cuando no hay unidad en el ser se producen situaciones anormales como: • El vado, porque sólo nos puede faltar algo si falta una parte de nosotros mismos. • Ansiedad, puesto que toda ansiedad significa la búsqueda del propio ser. Malos hábitos como el consumo de drogas, de alcohol, exceso de alimentación, de vida sexual y de trabajo, indican que no estamos viviendo conforme a nuestro verdadero yo.
• Juzgar, valorar: tener una opinión fija. Creer haber cometido errores. No saber perdonar; • Ideas, expectativas; , • Patrones, programas, imágenes, costumbres: la imaginación. Hacer algo porque otra persona lo quiere así...; • Estar en contra: algo nos molesta en el otro. El otro comete un error. Algo debería ser distinto (nosotros). Solo nos puede molestar en el exterior lo que está dentro de nosotros; • Ciertas actitudes; • Ser deshonesto; • Estar enfermo: ¿qué es lo que mortifica, ofende, hiere, fastidia, pesa, duele o me pone agresivo? • ¿En qué contexto nos negamos o rechazamos a nosotros mismos? La vida, las circunstancias; • Vivir en el pasado/futuro; vivir fuera de su tiempo; • Estar preocupado; • Percibir una carencia; • No sentirse libre; • Querer ser distinto;
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1. Reconocer que existimos de verdad y que lo correcto es ser uno mismo. Reconocer que hemos sufrido lo suficiente por el hecho de estar interpretando un papel en vez de ser nosotros mismos. 2 . Demostrar disposición al reconocimiento personal y al
cambio, a pesar de que resulte más cómodo comportarse tal- como lo quiere el entorno. Recordemos: «Quien quiere llegar a la fuente tiene que nadar a contracorriente». 3. Encontrar momentos regulares de reflexión. Nos debemos preguntar una y otra vez: «¿Por qué hago esto»? «¿Soy realmente yo?» «¿Deseo hacer realmente lo que hago, y por qué lo deseo?» «¿Me siento bien con ello?» «¿Me hace sentir feliz?» «¿Puedo contestar afirmativamente a esto?» Y, sobre todo: «¿Me conduce más cerca de mí misrno?» 4. Cultivar el valor para defender nuestro propio yo, para afirmarnos en nuestra individualidad, desalentando e incluso destruyendo la imagen que los demás tienen de nosotros. Hay que tener valor para admitir la aparente propia imperfección, aunque todos nieguen que denota coraje y que en cambio es dar un paso atrás. Debe reconocerse que, en realidad, se trata de un acercamiento hacia la propia y última individualidad. Es indispensable no dejarse enajenar por las necesidades y expectativas del entorno. Se debe tener el valor para continuar con firmeza «el camino» personal, aunque los demás consideren que es una terquedad. Frente a esto, es importante observar el «lenguaje de los síntomas» al igual que el «lenguaje de las circunstancias vitales». Desarrolle su coraje para conseguir abandonar su postura «ideab y convertirse en usted mismo, realizando su auténtico yo, para lograr ser «ideal». 5 . Dejar de intentar aparecer como alguien que ha cumplido todas sus aspiraciones y ya no desea nada más, cuando en realidad aún se tienen deseos. Se debe aprender a no quemar etapas y «llegar a la meta» enseguida, sino a disfrutar del camino. Un deseo indica que todavía falta algo para la felicidad. Reconozca la carencia existente en usted mismo e intente abandonar la vanidad de aparecer ante los demás como una persona totalmente realizada, cuando aún no lo está. 6. Intentar ofrecer a la gente un interés verdadero, una actitud benevolente de amistad y amor. Ser abierto y querer a las personas, pero no se engañe y sea totalmente sincero, huyendo de falsos sentimientos.
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• Tener necesidades, desear ser el centro de atención; Experimentar antipatía hacia alguien: ¿hacia quién? ¿por. qué? • Desear algo: ¿qué, por qué? • Presentar problemas; • No poder vivir en paz; • Tener miedo; • Necesitar adaptarse; • Ser insensible; • Ser insincero; • Padecer ansiedad; • Ser desagradecido; • No permitir algo por convencionalismo; • Retenerse en vez de actuar; • Tener sobrepeso; estoy arrastrando cosas equivocadas conmigo, algo me pesa.
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¿Cómo ser yo mismo? El hombre ha hecho los más grandes descubrimientos, pero ha olvidado conocer lo que le es más próximo: él mismo. No importa adónde llegaremos en el mundo; sólo nos podemos encontrar cuando emprendamos el camino hacia nuestro interior. La puerta hacia el interior está siempre abierta y ahí nos está esperando el yo. Solamente cuando hemos llegado a la unión con nosotros mismos se despertará la verdadera conciencia de sí mismo y viviremos en armonía con toda la creación. ¿Qué podemos hacer para ser en realidad nosotros mismos? Hay un camino de verdadero aprendizaje que exige que lleguemos a ser nuestro propio «maestro espiritual». Los primeros pasos en ese camino son:
7. Reconocer que lo deseable es ser paciente. Pero si pretendemos ser pacientes cuando en verdad no lo somos, nos volveremos, por el contrario, bastante más impacientes. Al forzar una situación, falseándola, se acentúa un desequilibrio del ser, situándonos así en desarmonía con el yo. Es igualmente deseable ser tolerante y aceptar a cualquier persona tal como es y tener comprensión, incluso en aspectos que personalmente no entendemos muy bien. Pero deberiamos vencer la ambición de ser tolerantes mientras no lo seamos de verdad. Debemos dejar de interpretar papeles aunque éstos parezcan ideales. Sólo de esta manera se puede ir serenamente por la vida y lograr satisfacción con lo conseguido. Uno se puede sentir a salvo al estar consciente del propio yo. Cuando nacimos todo era alegria y amor. Sabiamos todavía quién éramos, conociamos nuestro verdadero significado y nos sentíamos el centro del mundo. Entonces teníamos aún el valor de decir lo que queríamos y de mostrar abiertamente nuestros sentimientos. Entonces todavia teniamos el valor de ser «nosotros mismos». Esto y sólo esto es la verdad y la realidad, todo lo demás es un papel aprendido. Si algún día su cuerpo vuelve a enviarle un mensaje en el «lenguaje de los síntomas», lo comprenderá y sabrá que hacer. Cada síntoma es una invitación a volverse hacia el interior y darle al cuerpo la respuesta acertada a su mensaje. El síntoma desaparecerá una vez que haya encontrado la buena respuesta. Usted reconocerá que su cuerpo es un buen amigo que le pide ayuda en su idioma para que pueda servirle hasta que haya cumplido su tarea en la vida. En las páginas siguientes encontrará una lista detallada de enfermedades-síntomas y la descodificación del mensaje que su cuerpo le tiene preparado en el «lenguaje de los sintomas». 56
Los síntomas más importantes de la A a la Z y sus correspondencias mentales
Accidentes
Pérdida del equilibrio, me he deslizado por un camino incierto, he sido «echado de la vía», falta de armonía conmigo mismo.
Acné
Dificultades en el trato con los demás, conflicto corporal, falta de claridad en la forma de pensar.
Achaques de la vejez (en general)
Tareas vitales sin resolver, incapacidad para comprender que hay que abandonar muchas cosas, consecuencias de experiencias de la juventud.
Alcoholismo
Búsqueda de «uno mismo», sentimiento de excesiva responsabilidad, falta de valor para enfrentarse con los problemas de la vida.
Alergia
Hipersensibilidad, agresión, rechazo, inhibición de la agresividad, miedo de la vida.
Alopecia (caida del pelo)
Fatiga, falta de fuerza vital, carencias alimenticias, alma cargada.
Amigdalitis
Ya no puedo tolerar ciertas cosas, me siento incomprendido. Debo expresar mi singularidad.
Anemia
Debilidad del yo, falta de interés, disminución de la voluntad. 57
Angustia Anorexia
Apoplejia
Ardores de estómago Artritis
Conciencia estrecha, tareas vitales sin resolver, falta de autoconciencia. Querer estar libre de todo lo malo, inferior, materialista. Ideales elevados, rechazo de relación y a la vez apego. Un aspecto vital ha desfallecido, incapacidad, indiferencia emotiva, ceguera funcional, rechazo. Rechazo, agresión, enfado, confrontación con una situación desagradable, desaliento. Falta de movilidad, rigidez, testarudez, falta de calor, normas restringidas y limitaciones.
Caries
Falta de solidez, de dureza y de substancia. Eludo las dificultades, evado los problemas en vez de resolverlos.
Cataratas
Perturbación del metabolismo, falta ejercicio mental, opiniones rígidas. Invitación a participar y a propiciar la participación de los demás.
Ceguera
Invitación a reforzar el «punto de vista espiritual», ver la realidad con los «ojos interiores».
Ciática
Sobrecarga de responsabilidades. Falta de confianza en uno mismo.
Circulación, (trastornos de)
Falta de energía y motivación, desinterés, rechazo o indiferencia, fastidio, negación a admitir responsabilidades.
Artrosis
Deformación psíquica, deformación del propio ser, postura equivocada, pesadez.
Colitis
Asma
Pretensión inhibida de dominio, restricción o supresión de la agresividad, deseo insatisfecho de libertad.
Miedo a defender la propia opinión, falta de capacidad para hacerse respetar, deseo de evitar conflictos.
Conjuntivitis
Atrofia muscular
Pérdida de la capacidad para actuar, negativa a resolver tareas y problemas, miedo al fracaso y a sus consecuencias.
Falta de disposición a enfrentar un conflicto, sobrecarga, tendencia a contradecir, a oponerse.
Dependencia' (en general)
Cabeza (dolor de)
Tensiones, demasiada reflexión e hiperactividad mental, excesiva ambición, deseos que pasan de la raya.
Ansia por encontrarse a uno mismo. La clase de dependencia muestra la cualidad de la ansiedad, falta autoconciencia.
Depresión
Lo suprimido provoca un descenso de
Calambres
Falsa postura mental y psíquica, parcialidad, excesiva ambición, querer demasiado, comportamiento obstinado y crispado.
Desvanecimientos
Situación personal subordinada, defensas reducidas, aislamiento interior, excesivo desarrollo de sentimientos negativos.
Sentimientos de impotencia, incapacidad general para actuar, huida hacia la irresponsabilidad, querer evadirse de una situación, sobrecarga.
Diabetes
Capacidad de amar sin compensar, decepción, sentirse indigno. Invitación
Cáncer
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la presión. No soy «yo mismo», no permito el libre cauce de mis sentimientos, no vivo realmente.
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a amarse más a sí mismo, a disfrutar de la vida.
tra un tratamiento equivocado y dificultades, sobrecarga, presión. interior.
Diarrea
Temores, incapacidad o falta de voluntad para enfrentarse a la vida, falta de flexibilidad.
Erupciones cutáneas Invitación a ocuparse más de uno mismo. Algo está «escociendo» que ya no se puede soportar por más tiempo.
Disfagia
Falta de disposición para aceptar determinadas circunstancias, rechazo de los hechos.
Esclerosis múltiple
Aislamiento por endurecimiento, pretensión de dominar. Rechazo hacia aspectos de la propia manera de ser.
Espalda (problemas de la)
Falta de firmeza y auto-confianza, Frustración, temores, preocupaciones.
Esterilidad
Falta de disposición a renunciar a una parte de mi libertad; miedo a la responsabilidad; la razón y los sentimientos son inarmónicos, prevalece el desacuerdo.
Estrabismo
Invitación a pensar con mayor flexibilidad, a reconocer la realidad detrás de las apariencias.
Estrés
Vano intento de rendir más de lo que se puede rendir en un tiempo determinado, falsa ambición, perfeccionismo.
Dolores (en general) Advertencia ineludible para tomar en cuenta un mensaje del cuerpo, pero también una oportunidad para la transformación. Señal de congestión o bloqueo. Dolores de nuca
Indicios de obstinación, terquedad, tozudez, inmovilidad mental. Se debe ser más tolerante y paciente.
Dolores menstruales Rechazo de la feminidad, falta de apertura hacia lo 'nuevo, miedo a las responsabilidades. Invitación a dejar de lado la estrechez de la conciencia. Dureza de oído
Invitación a observar los finos matices de la vida. Obstinación a querer escuchar.
Miedo a los cambios-y a sus consecuencias, apego a lo antiguo y conocido, falta de disposición a conocer un nuevo ámbito del ser. Enfermedad de Still Sensación de que se está exigiendo demasiado. Postura mental negativa frente al trabajo. Sentimiento de ser explotado y de estar sobrecargado.
Embarazo (trastornos del)
Enfermedades infan- Proceso de adaptación al mundo, intiles (en general) dicios de maduración, enfrentamiento a las circunstancias dadas. Enuresis nocturna
«Llorar con la vejiga», protesta con60
Fiebre del heno (ver Alergia) Flatulencia
Confrontación con cosas indigestas, presión interior por resistencias, falta de tolerancia.
Fracturas óseas
Rigidez general, falta de elasticidad, he «roto» con algo pasado; nuevo comienzo.
Frigidez
Excesivo control y dominio sobre sí mismo, patrones de comportamiento inconscientes y omitidos, rechazo, no querer ser «inferior». 61
Gastritis
Enfado, ira, miedo, agresividad, prisas, falta de tiempo para «digerir» algo, desacuerdo, conflictos «tragados».
Hipotensión
Falta de enfrentamiento con los conflictos. Falta de dinamismo y de actividad. Evasión de problemas o situaciones incómodas.
Glaucoma
Presión interior por causa de bloqueos emocionales, depresión profundamente arraigada, tareas sin resolver por escaparse de ellas, falta de relajamiento.
Impotencia
Miedo, obligación de rendimiento, sentimientos de culpabilidad, inexperiencia, expectativas no justificadas, inseguridad, falta de comprensión.
Gota
Conciencia inflexible. Invitación a abandonar una modalidad autoritaria y dominante, a volver sobre uno mismo.
Infarto cardiaco
Hematomas
Exceso de docilidad. Susceptibilidad a ser herido. Irritabilidad. Falta de confianza en uno mismo.
Por culpa de bloqueos internos, la vida ya no puede fluir libremente, se da excesiva importancia al intelecto. Se ha de escuchar más al corazón, a sus sentimientos.
Infecciones (en general)
Invitación a cambiar la visión de las cosas, abrir los ojos ante la vida, ver todo bajo otro aspecto.
Conflictos inconscientes agudos. Invitación a enfrentarse con una tarea, a decidir y a ser consecuente.
Inferioridad (sentimientos de)
Creencia de no ser digno para ser amado, falta de amor hacia uno mismo, imagen personal negativa. Invitación a reconocer la verdadera personalidad.
Insomnio
Miedo, «imagen artificial de uno mismo», voluntad de control, circunstancias inadecuadas (cama, ruidos, temperatura). Se debe aprender a dar, a entregarse.
Manta de limpieza
Sentimiento de una culpa real o imaginaria; deseo de «lavarse las manos», mala conciencia; obligación de «enmendar» algo.
Mareo en viajes
Falta de disposición o capacidad de soltar; voluntad inconsciente de querer controlarlo todo, sentimiento de estar a merced de algo, de no poder escapar.
Hemeropia
Hepatitis
Enojo y agresiones que son soportadas sin protestar. Se necesita aprender a «exteriorizarse», a defenderse y a «expresarse».
Hernia inguinal
No estoy en condiciones de hacer frente a la presión y la carga. Algo en mí se ha «roto». Tendencia al autocastigo, arrogancia.
Herpes
Conflictos internos agudos, descontento o agresiones, tensiones psíquicas.
Hipertensión
Dinamismo excesivo, agresividad suprimida, sentimientos dominados, ambición, falta de flexibilidad.
Hipertiroidismo
Supresión de sentimientos agresivos y negativos; estado de alarma o hiperactividad interna, constante «preparación vegetativa al combate».
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Miopia
Náuseas y vómitos
Miedo al mundo exterior, obligación de rendir, estrés, falta de .«vista». Inhibición para manifestar abiertamente miedo y agresividades. Deseo de que algo no hubiera ocurrido. Sentimientos de repugnancia, tendencia a las circunstancias; resistencia, rechazo.
imponerse, falta de confianza original. Parto (prematuro)
Rechazo inconsciente y callado, evasión de las responsabilidades, miedo al cambio.
Parto (tardto)
Deseo excesivo de poseer al hijo. Rechazo de la independencia del hijo.
Presbicia
Rabia y enfado retenido que no son/no pueden ser exteriorizados; tendencia a hacer constantemente «la vista gorda», endurecimiento de la postura mental.
Próstata (afecciones de la)
Señal de presión interior. No puedo como quiero, ya no puedo cumplir como «todo un hombre». Tengo que dejar de querer cumplir con espectativas.
Prurito
Algo me está «escociendo», me invita a ocuparme de mi mismo. Me siento desatendido, necesito proximidad y contacto.
Nerviosidad
Miedo, estrés, sobrecarga, miedo a la consecuencia de ciertos actos, alimentación incorrecta, presión interior, falta de tranquilidad y de serenidad.
Neuralgias
Uno se está exigiendo demasiado en la obligación de servir, pero sublevándose constantemente contra el propio comportamiento. Choque de ideales, miedo a las consecuencias.
Obesidad
Vacío interior, necesidad de amor, deseo de cariño, debilidad del yo, imagen equivocada de uno mismo.
Orden exagerado
Falta de seguridad. Deseo de reconocimiento por el mérito.
Psoriasis
Otitis
Conflicto interior no encarado, consecuentemente indocilidad. Invitación a escucharse a sí mismo. Hacer demasiado caso a los deseos de los otros.
Búsqueda de afecto, miedo a ser herido, coraza protectora. Invitación a .salir del caparazón.
Resfriado
Invitación a ocuparse más de uno mismo, a ser más permisivo, a no dejar entrar nada ajeno o equivocado.
Reumatismo
Impulsos agresivos provocan tensiones musculares; acumulación de ira, enfado, agresiones, amargura, anhelo de venganza, bloqueos internos.
Ronquera
Estupefacción, sentimiento de impotencia, sentimiento de no tener nada que decir, conflictos internos.
Tartamudez
Miedo de las emociones acumuladas,
Parálisis (en general)
Miedo profundo, rigidez mental y psíquica. No permito el desarrollo de mi ser. Bloqueo sentimental, presión interior.
Parkinson (síndrome de)
Un ser movido por fuerzas contrarias. Situación conflictiva sin esperanza de solución; deseos de deshacerse de algo.
Parodontosis
Falta de firmeza interior, volubilidad de sentimientos, incapacidad para 64
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sensual y físicas. Deseo de control. Se debe aprender a aceptarse uno mísmo.
Trastornos digestivos
Sobrealimentación mental, incapacidad o falta de voluntad para digerir críticas, agresíones, no saber dar.
Trastornos menstruales
Descontento con el propio papel social, tozudez, falta de disposición a entregarse.
Trombosis
Un problema localizable con precisión bloquea el libre flujo de la vida; opiniones estancadas, punto de vista fijo.
Varices
Obstinación frente a ciertas posiciones, falta de capacidad para transigir y acomodarse a situaciones cambiantes. Carencia de energia.
Vértigo
Falta de equilibrio interior, sensación de recibir escasa atencíón de parte de los demás. Falta de confíanza en si mismo.
Zóster
Necesídad de contacto y rechazo del mismo. Miedo, desconfianza, círculo vicioso mental y sentimental.
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Los síntomas más importantes de la A a la Z y lo que hay que hacer
Accidentes Todo el mundo es plenamente responsable de sus actos y de su vida. Las consecuencias se manifiestan en sus circunstancias vitales. Asi, tambíén un accidente puede ser causado o buscado por nosotros mismos, si bien en la mayoría de los casos de manera inconsciente, para experimentar un determinado efecto y resolver, con ello, la correspondiente energía. Analizando el desarrollo del accidente, reconoceremos también el problema que lo ha provocado. Tal vez hemos perdido el equilibrio o hemos dado un patinazo, hemos perdido el controlo el dominio sobre algo, saliendo por ello del carril. O ya no (nos) hemos podido frenar. Como en la carretera, en la vida también podemos salir de la via o dar un patinazo, perder el equilibrio, descarrilar o atropellar a alguien. Si en un accidente ya no puedo frenar a tiempo, esto indica que en mi vida también he acelerado tanto (una situación, un desarrollo) que me estoy poniendo en peligro a mí mismo. Tal vez me arriesgo también en la vida a adelantamientos innecesarios, o no advierto algo y, entonces, otra persona tiene que sacar el carro de la cuneta. . Si estamos atentos a todos los comportamientos observamos que el camino de nuestra propia vida ya no es el acertado. Puede ser nuestra profesión lo que ya no nos guste, pero la seguimos ejerciendo porque ganamos bien; o la relación de pareja que dejamos que continúe por comodidad o cobardía, aunque esté vacía de contenido desde hace mucho tiempo. Así, se produce algún día un acontecimiento externo que nos saca de la via.
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El acné no es sólo un mal de la pubertad; cada vez más afecta a personas mayores entre los 30-40 años y puede producirse hasta casi los 55. Las causas puramente físicas del acné radican en una función exagerada de las glándulas sebáceas y los poros, que son obturados por células queratinosas, dejan de cumplir su papel. En la variante más inocua, los poros están abiertos o cerrados falsamente por lo que se conoce con el nombre de «cornedones». Todo se vuelve más difícil cuando se forman trombos de células queratinosas debajo de la piel, que no encuentran ninguna salida. En poco tiempo son colonizados por bacterias a la vez que anexan otras masas de células queratinasas hasta que se inflaman, supuran y salen a la superficie. Después de su curación pueden quedar cicatrices que, en algunos casos,. no desaparecen jamás.
Esta afección y la forma en que aparece y se desarrolla es programada genéticamente. No se puede prevenir el acné considerando sólo aspectos físicos. Incluso la renuncia a los dulces, a la comida grasa, así como un distinto comportamiento, no podrán evitar el acné. La piel es la parte externa de nuestro cuerpo, nuestro órgano de contacto con el mundo exterior. Las impurezas de la piel indican, por lo tanto, «dificultades de contacto» en su sentido más amplio. Se observa que el acné suele manifestarse cuando se empieza la relación con el sexo opuesto, cuando comienza la búsqueda de una manera de contacto nueva en la pubertad. En este período, nuestro cuerpo nos obliga a la confrontación con nuestra propia sexualidad que se está despertando. N o estamos preparados para ello y los padres y amigos por lo general, no son de mucha ayuda en ese período. Por causa de ideas y expectativas equivocadas y falta de educación sexual, se producen mentalmente asociaciones entre lo sexual y lo «impuro». Todo lo sensual es suprimido, rechazado como «sucio». Según la ley, «tal como es el interior, es el exterior», estas impurezas se manifiestan en la piel, el órgano de proyección de nuestros contactos. Al mismo tiempo, esas impurezas consideradas como repugnantes protegen «al portador» de la confrontación con la sexualidad, porque dificulta vivir los deseos sexuales propios al repeler a la eventual pareja, aunque sea sólo en la propia imaginación. El acné afecta más a las mujeres. ¿A qué se debe esto? Los hombres tienen una tendencia más fuerte a vivir su sexualidad, a aceptarla y a expresarla con menos trabas que las mujeres, aunque a menudo, al comienzo, lo hagan algo torpemente. Pero es cierto también que si un hombre sufre de acné, la afección suele presentarse con más fuerza, ya que el deseo sexual del hombre en la pubertad suele ser más intenso que el de la mujer y, con ello, las reacciones en los casos problemáticos son también más fuertes. Los niños pequeños no tienen problemas con el acné, pues la función de sus glándulas sebáceas es a esa edad muy limitada. A nivel psíquico y mental, los bebés y los niños
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Pero ese acontecimiento externo es el reflejo de la verdadera problemática. Porque la ley de la resonancia procura, de manera fiable, que cada uno sólo pueda ser confrontado con el efecto que ha provocado o hecho necesario por sí mismo. Sin embargo, siempre hay algo que parece influir en la persona desde el exterior. Entonces, la mayoría de las personas lo consideran aquello como la causa. Pero del mismo modo que las causas de un cuadro no son el lienzo, las pinturas y la brocha, el borracho que nos ha atropellado no es la única causa del accidente, aunque así lo creamos. Si sufrimos, sufrimos de nosotros mismos, de nuestra manera de ser, con cuyas consecuencias nos confronta la vida. Somos siempre el autor y víctima en una persona pero, a menudo, falta la vista para reconocer ambas cosas como una. Si comprendemos de esta manera el desarrollo de un accidente, encontramos también las indicaciones en cuanto a la causa real, al problema que se encuentra detrás, y podemos evitar otros posteriores. La tarea de la vida se vuelve manifiesta, al igual que la oportunidad de ver la realidad detrás de las apariencias y obtener nuevos conocimientos que nos ayudarán a ser, cada vez más, nosotros mismos.
Acné
A.
pequeños tampoco tienen problemas con la sexualidad, porque viven de manera abierta y placentera hasta que sean detenidos en su ser por los adultos y su «educación». Las limitaciones a través de la moral vigente crea las condiciones para las dificultades con la sexualidad, que en muchos casos propicia esa alteración de la piel que es el acné. Los médicos recetan actualmente con bastante éxito a las chicas la píldora anticonceptiva contra el acné, porque ésta simula para el cuerpo un embarazo. De esta manera, parece ya haberse producido lo que la adolescente está temiendo en secreto y la confrontación se vuelve superflua. Otro remedio eficaz contra el acné son los baños de sol, y también es evidente el por qué. Para tornar el sol se desnuda el cuerpo, hay que aceptar en cierto modo su físico, quitarse la envoltura protectora de los vestidos. Éste es el primer paso para enfrentarse con la sexualidad. Así, nos abrirnos al «calan> que nos falta. El acné es una enfermedad de la piel inocua y no contagiosa pero que deja cicatrices, no sólo en el cuerpo, sino también en el alma. El conflicto se produce porque el cuerpo desarrolla, de repente, una fuerte sexualidad que quisiera vivir y la mente se opone. Estas dos fuerzas opuestas pueden llegar casi a desgarrar a una persona, hasta que se dé cuenta de que lo aparentemente sucio no existe, porque la sexualidad es un importante factor natural del desarrollo del hombre. Es su deber integrar también ese aspecto en su vida y estar en armonía con él.
Achaques de la vejez (en general)
El acné es un llamado de la vida a admitirnos tal como sornas. Reconozca: «Estoy en orden tal corno soy ahora, la vida quiere que sea tal corno soy. Puedo entrar en contacto abiertamente con mi entorno y defenderme. Ya no quiero ser distinto, «más puro», y me acepto en todo momento tal corno soy, porque es la forma más pura de la realidad que puedo cumplir actualmente.» El acné desaparece si los poros están «abiertos» y si nos permitirnos ser tal corno somos.
Los achaques de la vejez indican problemas y tareas vitales sin resolver. El síntoma señala de qué se trata. La enfermedad no es inevitable en la vejez si uno aprende algunas lecciones en el curso de la vida. Una tarea partícular de la vejez es la de olvidar enfados, miedos, decepciones, ofensas y dejarlos relegados al propio pasado, lo mismo que la obstinación y las expectativas desmesuradas. Quien vive su vejez de esta manera se vuelve con la edad cada vez más libre y ligero y, finalmente, puede soltar también la vida misma con toda facilidad para volver a lo incorpóreo. Pero hasta entonces, se debería aprovechar la oportunidad que brinda la vejez: estar libre de obligaciones profesionales y objetivos materiales, de deseos corporales y hasta de la crítica del entorno. En una palabra, estar libre del exterior para dedicarse al interior, para sí mismo. En la vejez tenernos tiempo para experimentar activamente nuestro interior, terminar de dar forma a nuestro carácter y dejar que el saber se transforme en sabiduría. Podernos aceptar conscientemente las últimas lecciones, cumplir las últimas tareas que la vida nos ofrece. En la medida en que el cuerpo ya ha decaido en lo exterior, se puede adquirir belleza interior, juventud y vivacidad interiores. Durante los años que nos quedan podernos ir conscientemente por la vida. El pasado individual puede ser ajustado y el sentido de los acontecimientos guiará a quien quiera aprender de ellos. La alegría por lo conseguido se puede al fin disfrutar y se tiene la posibilidad de hacer lo que falta para alcanzar una vida plena. Lo que queda sin esclarecer puede ser aclarado, aún se tiene la oportunidad de perdonar lo que aún no se había perdonado y de desprenderse de algunas cosas a las que se sigue aferrado. Alejarse de la superficie para llegar a la sustancia profunda. Así podernos superarnos más y más en la vej ez, podernos mantener un talante flexible y un corazón joven y, sobre todo, enriquecernos cada vez más espiritualmente. Podernos ser modelo para los demás y para nosotros mismos y cuidar la propia vida corno si fuese una obra de arte.
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Finalmente, podemos ser una oportunidad para que nuestros hijos y nietos vean en nosotros una cualidad no formal, sino viva y luminosa. Por supuesto que otra tarea consiste en ayudar a otros viejos a reconocer la etapa final como una oportunidad limitada, sí, pero con posibilidades distintas. La vida es aceptada, por fin, con gratitud como regalo, y cada mínuto es disfrutado con total conciencia. Quien busca encuentra la «fuente de la juventud, la conciencia», experimenta el rejuvenecimiento desde el interior y, finalmente, su «nacimiento espiritual». Quien reconoce quién es en realidad y vive su verdadero yo, puede, cuando llega el momento de la muerte, abandonar la vida tan tranquila y serenamente como ha marchado a través de ella.
Alcoholismo
de manera convincente que el alcoholismo es realmente una enfermedad. Por lo tanto, el alcohólico no necesita nuestra condena, sino nuestra ayuda, ya que por sí solo no puede liberarse de su dependencia. En tal situación, en particular los familiares y amigos pueden intervenir de manera beneficiosa. Aún no se ha aclarado del todo cómo se produce el alcoholismo, pero sabemos que algunas características genéticas podrían jugar un cierto papel. Cerca de un doce por ciento de las personas parecen ser inmunes al alcoholismo, aunque beban de vez en cuando alcohol en exceso. Pueden dejarlo en el momento que lo deseen. Otros se convierten en alcohólicos. Sin embargo, existen varios tipos de alcohólicos, que Jellinek distingue como sigue:
El alcohólico alfa Cuando bebe alcohol, este tipo de alcohólico experimenta un efecto satisfactorio que le hace más fácil cualquier empresa. Como consecuencia de esa experiencia «positiva» en un primer momento, recurre cada vez más al alcohol en casos de conflictos o preocupaciones, y desarrolla cierta dependencia psíquica. Al cabo de algún tiempo, ya no le es posible prescindir del alcohol y dominar su vida sin Ía ayuda del «benéfico» efecto del mismo, que le quita inseguridad e inhibiciones.
En nuestra sociedad, la droga «alcohol» está tomando una importancia cada vez más grande. En los últimos 25 años, el consumo de bebidas alcohólicas ha aumentado continuamente y, por consiguiente, también han aumentado los daños provocados por su consumo. El alcoholismo se puede considerar, con razón, como uno de los problemas sociales más importantes. Bajo estas circunstancias, es incomprensible que el consumo de alcohol no sólo sea tolerado, sino incluso fomentado. En las invitaciones, en las fiestas, se reciben reiteradas exhortaciones negativas para beber, para tomar sólo «una copita más» y un rechazo ocasiona ciertas burlas o bromas. Se propicia tanto el consumo de alcohol que se está expuesto a constantes tentaciones para beber. Pero si se sucumbe y se cae en el alcoholismo, el panorama cambia: uno se encuentra de repente totalmente solo y la misma sociedad que lo indujo a beber ya no quiere tener nada que ver con una persona con ese hábito. Considerado entonces como débil de voluntad, e incluso sin carácter y, vicioso, sin amigos, sólo tendrá entonces compañeros para beber, pero no amigos. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, la ciencia ha explicado
El alcohólico gamma El alcohólico gamma, más allá de la fase inicial del «bebedor por alivio», llega a ser incapaz de dominar su vida sin recurrir al alcohol. Las cargas emocionales, en particular,
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El alcohólico beta Se trata del tipo de bebedor habitual que, en sociedad, busca y aprovecha cada posibilidad para consumir alcohol. Dado que el efecto «agradable» se produce cada vez más tarde, el alcohólico aumenta progresivamente la cantidad de bebida que ingiere para lograr el efecto apetecido. Ese consumo de alcohol, en poco tiempo se hace imprescindible, y el enfermo sufre considerables daños físicos secundarios.
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ya no pueden ser controladas sin el alcohol, el cual se convierte, para el alcohólico, en una «medicina» indispensable para tranquilizarse y estar a la altura de las circunstancias. Debido al consumo constante, la tolerancia del bebedor hacia el alcohol va aumentando, por lo cual se necesita ingerir cada vez mayores cantidades para obtener el efecto deseado. Sin embargo, rechaza ser considerado como alcohólico, ya que no bebe por placer. A medida que pasa el tiempo la persona con este vicio recaerá con frecuencia en la total embriaguez, y algún día se producirá la famosa «rotura de la película»: ya no recordará lo que ha hecho cuando se encontraba en ese estado. Más tarde eso ocurrirá incluso con un consumo relativamente reducido de alcohol, y cometerá acciones o dirá algo que a posteriori no podrá recordar. Para evitar la crítica del entorno se convierte, progresivamente, en bebedor secreto. Busca escondrijos para sus provisiones de alcohol y se da cuenta de que sus pensamientos giran más y más a menudo alrededor de la bebida. Toma conciencia de su particular comportamiento y al beber provoca, a su vez, sentimientos de culpabilidad, por lo cual evita hablar del alcohol. Por este motivo se aisla aún más y se vuelve solitario. Sin embargo, este tipo de personas apenas llama la atención en nuestra sociedad. lmpresíona como un ser abierto y tolerante, incluso sociable. Se le alaba por su «resistencia» al alcohol. Y sin embargo, ya ha perdido desde hace mucho tiempo el control sobre su consumo, y empiezan a afectarle conflictos de tipo social. La gran tensión y el sufrimiento le llevan una y otra vez al intento de «beber de manera controlada». A veces consigue incluso prescindir del alcohol durante algún tiempo, o por lo menos, limitar su consumo. A la hora de beber, se impone determinadas reglas que al final será incapaz de cumplir. La pérdida del control implica una disminución constante del sentido del valor propío y un «debilitamiento del yo». Para compensarlo huye refugiándose en un comportamiento agresivo o en la autocompasión. Mientras tanto, el cuerpo reacciona frente a esos inten-
tos de limitar el consumo de alcohol con síntomas que denotan un proceso de desintoxicación durante los períodos· en que se interrumpe la bebida, que se traduce en intranquilidad, temblor y sudores, por lo cual vuelve a emplear la «medicina». Y así se pasa a la fase crónica. Ahora, la tolerancia del alcohol se reduce rápidamente, y bastan unas mínimas cantidades para producir la embriaguez y, por último, el deterioro prematuro del cuerpo y la decadencia intelectual.
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El alcohólico delta Este tipo desarrolla una importante dependencia física y, por ello, la persona se siente obligada a beber constantemente una cantidad determinada de alcohol para evitar los penosos síntomas de la desintoxicación. El alcohólico épsilon Este tipo muestra, casi regularmente, períodos de humor depresivo, mucha irritabilidad, y sus pensamientos giran de forma obsesiva alrededor del alcohol. El consumo de alcohol le causa una rápida pérdida de control. Después de la resaca y del arrepentimiento sigue un período en que no prueba ni una gota de alcohol. Pareciera que su antigua necesidad se ha colmado para siempre y la persona ha roto toda relación con la bebida. No hay que hacerse ilusiones... la recaída es bastante común. Las posibles consecuencias: • degeneración de las células y muerte de las neuronas; • los daños cerebrales son permanentes, como la retracción del cerebro; • el hígado sufre graves daños; • los vasos sanguíneos se inflaman. Consecuencia: arterioesclerosis; • los riñones son dañados y se retractan; • las articulaciones dejan de funcionar correctamente; • temblor de manos, al principio ligero y luego más fuerte; • neuritis, polineuritis, (afección inflamatoria degenerativa de los nervios);
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• gastritis crónica; • impotencia.
Resumamos
• Los riñones están cargados porque eludimos la confrontación con los demás, con las preocupaciones, los problemas, las gentes que entran en dificultades por nuestra culo pa. Los riñones son, al mismo tiempo, uno de nuestros órganos simbólicos para la relación de pareja. • Al ingerir alcohol entramos en otro estado de conciencia en el que ya no somos molestados por ninguna «medida», y en ese espacio podemos ser «desmesurados». • Pretendemos tener la vida más agradable en vez de hacerla agradable nosotros mismos mediante la acción.
El alcoholismo indica: • Aún no nos hemos encontrado «a nosotros mismos», porque toda dependencia es una búsqueda del propio yo. Vivimos en la carencia de nosotros mismos y esa carencia causa inseguridad, intranquilidad, falta de satisfacción. Experimentamos la carencia como vacío interior e intentamas llenarla o, por lo menos, olvidarla. El alcohol nos hace olvidar la carencia, pero a continuación entra de manera aún más fuerte en la consciencia, porque no debemas olvidar sino cumplir. • Sentimos que nos exige demasiado, creemos que necesitamos ayuda. Bebemos para conseguir valor o serenidad. Somas demasiado (o demasiado poco) sentimentales y nuestras emociones no están en armonía. • Vivimos también carentes de espiritualidad, porque el alcohol es consecuencia de algo «espiritual», intentamos eliminar la carencia a nivel material en vez de hacerlo en el punto donde existe. Intentamos ahogar 'nuestras preocupaciones en el alcohol, y también soportar lo que es muy difícil de soportar. No queremos «sufrir» las cosas tal como son. • No somos los protagonistas de nuestras propias vidas. • Nuestra potencia es paralizada, porque no tratamos nuestras propias vidas de manera positiva, no empleamos nuestra creatividad para resolver nuestros problemas. Por lo tanto, no hemos hecho nuestros deberes en la «escuela de la vida» y ahora estamos recibiendo «clases de recuperación». • Nuestro entorno nos deja solos y nos invita a hacer lo correcto por nosotros mismos. • Nuestras articulaciones se vuelven rígidas porque nos hemas vuelto inflexibles a nuestros problemas. • El hígado está cargado porque hemos perdido nuestra «medida interior».
No existe una verdadera curación para el alcoholismo. Sin embargo, es posible detenerlo si nunca más se vuelve a beber ni una sola gota de alcohol. Naturalmente, esto exige una alta motivación y un tratamiento de desintoxicación. El alcohólico tiene que sentir la necesidad del tratamiento y desearlo. Sólo puede tener éxito si está dispuesto a volver a asumir la responsabilidad de sí mismo y dejar de declinarla sobre los demás. Si lo consigue por si mismo, puede unirse a un grupo de autoayuda. Alli encontrará la seguridad imprescindible para evitar la recaída. Controle en qué ocasiones o situaciones bebe o se siente inclinado a beber. Esta importante observación nos da indio cios para comprender qué aspectos o escenarios se quieren evitar, qué es lo que no se deseaver, Reconozca: «No neceo sito ayuda del exterior. Puedo y debo encontrar la seguridad dentro de mí mismo. Soy lo bastante bueno y me basto a mí mismo. Si soy «yo mismo», estoy satisfecho, encuentro la paz en mi interior.» Reconozca que no existen problemas sin solución, porque cada tarea de la vida se adapta a nuestras capacidades para resolverlos. Quien reconoce y cumple el sentido de la vida está satisfecho. Quien busca su verdadero yo y vive consciente de sí mismo no necesita huir del presente con la ayuda del alcohol, puede empezar a vivir en vez de morir lentamente.
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Lo que hay que hacer
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Alergia
chazo de la forma agresiva y masculina de la sexualidad, la manera directa o pretensión del contacto sexual.
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Las enfermedades alérgicas se deben a una hipersensíblidad y una fuerte modificación de la capacidad de reacción defensiva del cuerpo frente a ciertas substancias extrañas al organismo, pero que pueden ser inocuas para otras personas. La alergia es, por lo tanto, una reacción excesiva del cuerpo frente a algunas agresiones del exterior que no son realmente ataques. La alergia es señal de una defensa exagerada frente a un agente determinado. Sin embargo, esa agresión no suele ser reconocida conscientemente. Incluso si la agresión es de carácter individual, el sujeto a menudo trata de ignorarla. La agresividad que no ha sido enfrentada se libera afectando el cuerpo. Si se examinan las alergias de acuerdo a su peculiaridad, enseguida se encuentra la clave de los rechazos, a veces muy angustiosos.
Alergia a los pelos de caballo Lo sensual en sí es rechazado. De esta manera se manifiesta el miedo y el rechazo del propio físico.
Alergia a los pelos de perro Esta forma de alergia a los pelos de animales indica el re-
Alergia al polvo En esta forma de alergia, ciertos ámbitos de la vida son considerados como impuros y son rechazados. La medida interior la determina un alto ideal, pero que no puede ser realizado. Indirectamente, el alérgico manifiesta su agresividad al obligar a todos en su entorno a evitar determinadas situaciones o circunstancias que podrían desencadenar una molestia. Con su sensibilidad, el alérgico tiraniza (inconscientemente) su entorno. A menudo basta con una imagen del alérgeno para desencadenar un ataque. De modo que no es siempre el alérgeno mismo sino la idea que está detrás de él o unida a él, el factor responsable de una alergia, con la lógica del reflejo condicionado. La estadística demuestra que en particular los adolescentes, y entre ellos principalmente los de 16 a 17 años, están afectados por reacciones alérgicas. Esto se explica por el hecho de que, a esa edad, el joven tiene que enfrentarse de manera creciente con su sexualidad, en pleno desarrollo. En el caso de una alergia, la conciencia pasa a un plano secundario pues es dominada por un temor inconsciente, de modo que los ámbitos del exterior que corresponden a ello son rechazados por el cuerpo simbólicamente y como si fuesen un alérgeno. El yo se aísla y no quiere ser confrontado con determinadas situaciones. Esa defensa mental se traspone a la pantalla de proyección del cuerpo y se vuelve visible. El alérgico lucha de forma inconsciente contra ciertos ámbitos parciales de su vida, pero dado que la agresión ya ha sido pasada por alto en el espacio mental, la lucha se traslada simbólicamente al nivel corporal y la agresión se vive allí. Las agresiones están siempre estrechamente ligadas con los temores. Se lucha sólo contra lo que se teme, de modo
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Fiebre del heno Se trata de una alergia al polen, símbolo de la fecundación y la reproducción. La fiebre del heno indica un rechazo, casi siempre inconsciente, de la sexualidad en cualquiera de sus aspectos. Alergia a los pelos de los animales La alergia a los pelos de los animales en general es una señal del rechazo de la naturaleza animal o del hombre. Lo sensual es considerado como sucio y por ello se rechaza, aunque con frecuencia existe al mismo tiempo una fuerte atracción hacia ello. Alergia a los pelos de gato En esta forma especial de alergia a los pelos de animales, se esconde un problema relacionado con la sexualidad femenina, el de acercamiento, consentimiento y el acto de abrirse.
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que el alérgeno al que se es sensible demuestra qué ámbitos de la vida están desprotegidos Y asustan al alérgico. . La alergia como consecuencia de una postura mental se demuestra también por el hecho de que bajo los efectos de la anestesia, no son posibles las reacciones alérgicas. Por lo tanto, la reacción alérgica procede de la conciencia; el causante físico juega tan sólo un papel subordinado. El tratamiento médico de la «desensibilización» es acertado en cuanto a la idea, sólo que ésta no debería ser aplicada exclusivamente a nivel corporal sino, sobre todo, a nivel psíquico si se quiere conseguir una verdadera curación. Sólo una honesta confrontación con los ámbitos vitales que se evitan afrontar y se rechazan, y su integración armoniosa en la propia vida, crean las condiciones para la verdadera sanación. En el fondo, el alérgico tiene miedo de la vida y por eso rechaza lo que es de una vitalidad apremiante: la sexualidad, el amor y las agresiones, incluso lo material, como el polvo. Su idea es lo puro, elevado, noble. No se da cuenta de que esto es parcial e irreal. Si fuera posible, quisiera liberar la vida de instintos y agresiones y vivir en una atmósfera estéril. Está buscando una vida que apenas merece su nombre.
provoca nuestra alergia: una reacción excesiva del cuerpo frente a ataques que en realidad no son tales.
Lo que hay que hacer
La alergia indica: e Que no deseamos entrar en contacto con un ámbito parcial de la vida, que no queremos confrontaciones. e En nuestro interior rechazamos algo y, por ello, le damos la espalda. e Estamos en contra de algo porque se opone a nuestras ideas. e Creemos que no debemos ser tal como somos. e Rechazamos una parte de nuestra personalidad. e Quisiéramos ser distintos de lo que somos, mejores, más puros, si bien esto es sólo nuestro propio juicio. e No estamos dispuestos para los cambios. e Tenemos poca disposición para admitir lo nuevo. e Nos defendemos contra algo, nos aislamos. e Nuestra postura equivocada frente a la realidad de la vida
Las alergias son una invitación de la vida a abrirnos, a decir sí a sus distintos aspectos, incluso a sus aparentes imperfecciones. Son el reto de vivir la vida y no la idea de la vida. Hay que abandonar la actitud ideal y permitir la expansión de lo que está dentro de nosotros mismos, nuestra propia realidad. La vida es tal como es porque así debe ser. Igualmente, cada persona es tal como es, no tal como cree que debe ser. Acepte la realidad de la vida, abandone su exagerado sistema de valores, deje de evaluar constantemente las cosas. Tómelas tal como son. Todo está bien tal como es, porque todo puede servir como experiencia, incluso las experiencias dolorosas y desagradables. Reconozca también las agresiones ocultas y admítalas. Encuentre una forma cariñosa para expresarse y vivir. Tome conciencia del temor, que no es más que una estrechez de la conciencia. Pregúntese: «¿Qué es lo que me da miedo, y por qué? ¿Qué estoy temiendo en el fondo? Aprenda a dejar de valorar y de juzgar. Ya no necesita formarse ninguna imagen. En vez de ello, acepte la realidad, admitala, vívala. Vuelva siempre a decirse: «Estoy aprendiendo, cada vez mejor, a amar todo yana excluir nada, ni siquiera lo aparentemente malo e imperfecto. Acepto también lo animal como parte de la humanidad, lo descubro y lo vivo». ¡Actúe así! Al admitir la vida tal como es y no excluir partes de ella, se experimenta una vitalidad completamente nueva. Vivir significa también dejar entrar el mundo en nosotros, reconocer la perfección de lo imperfecto. Y al reconocer con más claridad la unidad de todo ser, deja de existir lo ajeno, y hasta los desconocidos sólo pueden ser considerados como amigos que aún no se han podido encontrar.
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Alopecia-Caída del pelo Desde tiempos remotos, el pelo es el símbolo de la fuerza vital de una persona. Las personas rubias tienen, aproximadamente, 140.000 pelos; los morenos, aproximadamente, 110.000, y los pelirrojos, unos 90.000. Un pelo sano permanece en la cabeza de cinco a siete años y crece, en ese tiempo, unos 70 centímetros antes de caer. Una persona sana pierde cada día, aproximadamente, 70 pelos. La caída excesiva del pelo se debe muchas veces a situaciones de estrés y angistia. Se pueden emplear métodos para prevenir la caída prematura del cabello.
o hacerlo y lo dejamos pasar, lo «tragamos». Las amígdalas tienen la función. de un filtro que absorbe lo equivocado. y ese filtro se obstruye si son muchas las equivocaciones que se cree cometer y que se expresan desde el interior. Lo mismo se aplica si rechazamos algo porque lo consideramos negativo. Las amígdalas también se inflaman si nos sentimos incomprendidos y nos callamos ante algo «necesario» porque, visto superficialmente, no tiene sentido. Deberíamos intentar siempre ver la realidad detrás de las apariencias. Nuestra tarea fundamental es expresar nuestro ser, nuestra unicidad. Entonces, la amigdalitis ya no es en absoluto necesaria para recordárnoslo.
Lo que hay que hacer Dado que el pelo es un símbolo y un sensible indicador de la fuerza vital, una alimentación sana puede contribuir mucho para que el pelo no se caiga prematuramente. Los científicos modernos que se ocupan de la alimentación, los bioquímicos y los endocrinólogos han averiguado que el germen de trigo, las semillas de girasol y la lecitina tienen un efecto benéfico sobre el pelo. Además, el consumo de lechuga, la 'fruta fresca (particularmente, los albaricoques), las almendras y las nueces ayudan. También en ese aspecto, la higiene psicológica es importante, porque una persona cargada de problemas tiene mayor tendencia a la caída de su cabello. En una palabra, todo lo que favorece la salud sirve también para mantener un cabello sano.
Anemia Si existe anemia suele faltar hierro y, con ello, firmeza. La energía cósmica que respiramos no puede ser transformada en energía propia del cuerpo. Esta carencia es una expresión , física de nuestra negativa a prestar nuestra parte de actividad, no aceptando siquiera nuestra parte de energía. La anemia es una forma particular de la «debilidad del yo» que provoca desgana y debilidad. Aquí también, la curación pasa por la activación de las fuerzas. Tenemos que aprender a actuar firmemente y exigirnos a nosotros mismos a hacer lo necesario.
Angustia Amigdalitis Una amigdalitis indica que tengo que «tragar algo duro» o lo he «tragado» hasta ahora. Ya no quiero seguir «tragándolo», no puedo seguir aceptándolo. Es un conflicto fuerte, agudo y no reconocido hasta ahora, el que me está creando problemas. La amigdalitis puede resultar también de la obligación que creemos tener de decir o hacer algo, sin poder decirlo
La angustia es un sentimiento que provoca una perturbación del ánimo en muchas personas. Si vemos las cosas desde una conciencia demasiado limitada, nos entra angustia. Entonces, nos es dificil asimilar y clasificar correctamente ciertas impresiones y experiencias. La angustia tiene muchas caras. Tenemos miedo de dificultades, catástrofes, accidentes, del hundimiento de nuestra economía o de una pérdida; tenemos miedo a perder una
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l. El miedo es una sensación extremadamente desagradable. 2. Las consecuencias del miedo no sólo son muy dañinas para el cuerpo, sino: • Obstaculizan las facultades mentales. • La digestión funciona de manera insuficiente. • Fatiga el corazón. • El miedo propicia la producción de valores altos de azúcar y colesterol en la sangre.
• Los vasos sanguíneos son dañados. • Ya no se experimenta alegría. 3'. El miedo es un mal consejero, sobre todo si es el único. El miedo hace perder el buen sentido de la vida. Hay gente que emplea una controlada reacción contraria, por ejemplo, los paracaidistas, los cazadores de caza mayor, y también los acróbatas y los actores. Todos ellos entran mentalmente una y otra vez en la situación que provoca el miedo, y la imaginan con tanta vivacidad que se acaba por producir el miedo. Se enfrentan al miedo y lo atraviesan de cierta manera. Si, finalmente, llegan de verdad a una situación peligrosa o angustiosa, están preparados y pueden reaccionar rápida y correctamente. Una ayuda consiste en imaginar la situación angustiosa siempre con un final positivo; tener la vivencia de que al fin de cuentas, todo saldrá bien. Una forma especial del miedo es la fobia (del griego phobos> el temor). Se trata de sensaciones de angustia que aparecen de manera obsesiva y obligan al afectado a utilizar ciertos mecanismos de defensa. Una fobia es un miedo determinado ante objetos o situaciones que realmente no presentan peligro. Por ejemplo, la agorafobia: el miedo a los grandes espacios abiertos, al aire libre, acompañado de vértigo. Claustrofobia: el miedo a los espacios cerrados como ascensores, aviones o lavabos; la bacteriofobia: el miedo a contagiarse por contacto; fobia de animales: el miedo-pánico a ratones u otros animales; pobofobia: el miedo a tener miedo. Estas fobias casi siempre tienen su causa, en experiencias no asimiladas. Quien tiene miedo a la muerte tiene, en el fondo, miedo a la vida. Quien puede aceptar y afirmar plenamente su vida, tampoco tiene miedo de la muerte, la terminación que culmina, en realidad, el proceso de toda vida. El miedo a la muerte no es más que el resultado de una vida insatisfactoria. La vida puede definirse como la búsqueda de lo infinito, de lo absoluto, de la fuerza única que se encuentra detrás de todo. Por ello, no hay razón para temer la muerte. Nuestra preocupación debería dirigirse, más bien, a la vida para que estemos realmente vivos mientras ella perdure. El miedo en
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persona querida o incluso nuestra vida. La angustia ha llegado a ser una compañia constante para muchas personas que al final apenas pueden imaginarse una vida sin esa tensión. Las causas de la angustia que se señalan con mayor frecuencia son: el fracaso, la falta de sentido, el rechazo, la guerra y la soledad. Pero, en el mejor de los casos, esos factores sólo son los desencadenantes de la angustia. La verdadera causa se encuentra siempre en la propia personalidad, en la falta de amplitud del pensamiento y en la carencia de vínculos con el núcleo original del ser. Cuando se amplía la conciencia, la angustia desaparece. Un primer paso puede ser reconocer el problema: «Tengo miedo, pero no soy el miedo». La angustia constitu ye una gran fuerza. A través de esa fuerza, la persona angustiada provoca exactamente lo que está temiendo. Es sencillo andar sobre una tabla colocada a nivel del suelo. En cambio, andar sobre la misma tabla situada a varios metros de altura se vuelve dificil porque se tiene miedo de caer. No la dificultad de la prueba sino sólo el miedo, puede hacer que la persona caiga. No todo es negativo en la angustia: l. El miedo permite o facilita una rápida reacción donde ésta es necesaria. 2. El miedo impide o disminuye la posibilidad de una herida del cuerpo, incitando a la persona a salir del peligro imaginado. Pero la angustia tiene también concretas desventajas:
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cualquier forma es, seguramente, el obstáculo más fuerte para nuestro desarrollo, porque nos impide llegar a afrontar ple.narnente la existencia. . Reconozca que sólo le puede ocurrir lo que usted ha causado. De todos modos, hay que tener en cuenta que muchas situaciones y sentimientos pueden modificarse en el momento que se proponga. Si escapamos corriendo y nos refugiamos en el miedo la primera vez, en la segunda será más fuerte la sensación de temor. Si vencemos el miedo esta primera vez, la próxima será más débil. Quien está dispuesto a mirar de frente aquello que teme está en camino de vencer el miedo.
Resumamos El miedo indica que: o Estamos bloqueando nuestra conciencia por una experiencia o un problema no resuelto o una forma rígida de actuar que creemos nuestro deber cumplir. o Tenemos muy poca seguridad en nosotros mísmos, una escasísima confianza. A causa del miedo, mi conciencia se vuelve aún más estrecha. o Espiritualmente pedimos auxilio porque nos estamos cerrando a algo desagradable, pero necesario. "e En el fondo, quisiera estar abierto a la vida. El miedo es una sensación normal, como el hambre y el frío; nada agradable, pero una invitación a hacer 10 necesario para no sentirlo. o Estoy invitado a reconocer y aceptarlo como información normal y crear soluciones. Aceptándolo impedimos que aumente. Al desafiar el miedo estamos confrontados con nuestro lado oscuro, con algo que rechazamos. Por lo tanto, nos preguntamos «¿Qué es lo que estamos rechazando?» El miedo es un espejo. Tenemos miedo de 10 que no queremos permitir pero que deberíamos permitir, porque nos ayudaría a llegar a ser más «nosotros mismos». o Estamos temiendo lo que incluso no quisiéramos infligir a otros. El miedo es un síntoma que nos invita a ocuparnos de esa energía, una energía que quiere llevarnos a la
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realidad de nuestro ser. Por lo tanto, el miedo atrae lo que tememos para que nos ocupemos de nuestros temores. El miedo nos enfrenta una y otra vez, con la situación que no hemos solucionado hasta que hayamos acertado a resolverlo. El miedo indica dónde nos estamos restringiendo, obligándonos a ser algo que no somos. o Cada fobia indica el ámbito del cual nos debemos ocupar. Si tenemos miedo de los espacios cerrados, el miedo incluye la invitación a eliminar la estrechez en nuestro interior. Si tenemos miedo de la amplitud, esto conlleva la invitación a permitir la amplitud en nuestra conciencia, a engrandecernos interiormente. Sólo tenemos miedo mientras que no 10 hemos realizado en nosotros. El miedo no es más que el «dedo índice» de la vida, no lo índicado.
Lo que hay que hacer Detras del miedo hay una causa que quiere ser reconocida y elimínada. Una vez eliminada la causa, el miedo desaparece por si solo porque ya no se le necesita. El miedo tiene relación con el temor de perder algo que nos es grato. Obliga a permitir lo desagradable porque es parte de la vida. Invita a aceptar la vida en su totalidad, sin exclusiones; a reconocer que todo es bueno, porque al final sirve al desarrollo de la propia personalidad. Cuando se siente miedo se es muy consciente y sensible. Deberíamos dejar de dirigir esa conciencia aumentada hacia lo que tememos, y aprovecharla para encontrar cada vez más nuestro «verdadero yo». Esto significa estar atento y vivir realmente aqui y ahora. Sólo así se amplia nuestra conciencia y se elimina la causa del miedo. Vivir realmente significa morir y volver a nacer en cada instante, ser auténticamente una persona singular. El miedo a la muerte muestra que tenemos miedo de morir antes de haber vivido. No se debe luchar contra el miedo, no se necesita vencerlo, porque no es más que una señal que desaparece en cuanto hayamos hecho lo adecuado. La terapia clásica del miedo se ocupa del mismo y ha dado algunos pasos para resolverlo. He aqui los cuatro más importantes para reducirlo.
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l t" paso: Me imagino que otro se encuentra en la situación que temo. Hago vivir una y' otra vez mi angustia pensando a ese otro en la situación que he imaginado hasta que el miedo del otro ya no me afecta. 2.° paso:
Me imagino que vivo una y otra vez una determinada situación. En mi imaginación, vivo esas repetidas situaciones desagradables y trato de experimentar mi miedo a fondo hasta que deje de sentir angustia con la idea. Sólo entonces estoy preparado para el tercer paso.
paso: Me acerco a la situación temida. Si, por ejemplo, tengo miedo de ir en ascensor, voy a unos grandes almacenes, me coloco cerca del ascensor y miro cómo los demás viaj an en él. Así, me acerco cada día más a mi miedo, pero tan gradualmente que no tengo realmente miedo en ningún momento. A veces el ascensor estará vacío y podré entrar por un instante, pero sin viajar en él. Antes de que el miedo se produzca ya habré salido. Al cabo de algún tiempo tendré el valor para cerrar la puerta, volver a abrirla inmediatamente y salir antes de sentir miedo. Cuando esta operación sea habitual y ya nci me afecte, estoy preparado para el último paso. 3~r
al mismo, paso a través de él y reconozco qué energía se encuentra detrás como causa, qué es lo que en el fondo, mi. miedo quiere enseñarme. 2.° paso:
Si he reconocido la verdadera causa de mi angustia, me pregunto: «¿A qué actitud me invita esta angustia? ¿Qué hay que cambiar? ¿En qué aspecto no soy yo mismo y qué debo hacer para llegar a serlo? ¿Estoy dispuesto a dar ahora ese paso necesario?» Si estoy dispuesto, doy el paso ahora mismo y experimento la sensación de ausencia de miedo, porque ya no es necesario como señalo síntoma. El miedo entonces quedará eliminado de raiz, porque se liquidó su causa y ya no volverá. El miedo nos habrá ayudado a cumplir con el sentido de la vida, o sea, a ampliar nuestra conciencia, a liberarnos de ideas e imaginaciones y a vivir del todo el presente. Ahora y aquí ya no existe el miedo, ¡por fin soy libre!
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paso: En mi imaginación o en la realidad, entro en una situación angustiosa y caigo por completo en el miedo. Me enfrento
La anorexia es frecuente, en particular, al principio de la pubertad femenina, cuando la muchacha está madurando y tiene que familiarizarse con la etapa de su desarrollo sexual. Al no comer, ese desarrollo se obstaculiza simbólicamente. Las enfermedades de anorexia tienen un ideal exagerado de pureza, espiritualidad, ingravidez; quieren deshacerse de lo físico y de la parte «animal» a través de la asexualidad y la desmaterialización. El hecho de comer se comprende como un acto que alimenta lo impuro, lo físico y también lo sexual, y por ello es rechazado. La enferma de anorexia teme a las redondeces que la identificarían como mujer. Por ello, casi todas las afecciones de anorexia se producen acompañadas de trastornos menstruales o de la ausencia total de la menstruación. En cuanto a lo externo, la enferma de anorexia se mantiene cuanto puede alejada de todo lo físico, ama la soledad y el retiro y teme la proximidad de la gente. Son obvias sus
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4.° paso: Subo a una planta en ascensor y salgo antes de que se pueda producir una sensación de miedo. Cuando estoy más acostumbrado viajo más tiempo a mayor altura, y hasta subo y bajo seguidamente. He vencido a mi miedo: lo he eliminado; Pero el miedo no comporta la invitación a eliminar el miedo, sino a hacer desaparecer su causa. Más útiles serán, por lo tanto, los siguientes pasos si se está preparado a reconocer y a resolver las causas de la angustia. l~r
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dificultades para participar en una comida común, aunque sólo sea para hacer, acto de presencia. La proximidad con los demás, en festejos o actos compartidos, le resulta desagradable. La escasa comida que se permite, casi siempre es de sabor agrio, el gusto contrario de lo dulce. Aquí también se percibe el excesivo rechazo del cuerpo, al placer. Detrás de ese rechazo absoluto, sin embargo, se encuentra un fuerte anhelo de lo que se rehusa tan vehemente: el afecto, la proximidad fisica, el goce y las «sensaciones dulces», en una palabra, el placer sensual. Este anhelo se manifiesta cuando la enferma ingiere a veces enormes cantidades de alimentos sin orden ni concierto y cuyo rechazo, es decir, su vómito, provoca a continuación. El hecho de vomitar explica que la voracidad hacia lo «físico» que tanto teme pero ansía al mismo tiempo, no se puede reprimir constantemente, y la persona anoréxica evita admitir su debilidad frente a sí misma y frente a los demás, se castiga por haberse permitido comer tanto y vomita. Esta postura neurótica frente a las propias necesidades se desarrolla sobre todo en familias con actitudes básicas negativas. Una postura marcadamente puritana puede ser provocada por un padre dominante o colérico, si bien del mismo modo una madre o abuela autoritarias o a veces incluso una hermana «competidora» y contra la cual se cree no tener ninguna posibilidad, son las causas de este tipo de conducta desequilibrada. En estas circunstancias, se produce un profundo rechazo de cualquier relación y unión y, como resultado de ello, la negación de la sexualidad en sí. Las enfermas de anorexia a menudo son muy inteligentes y disimulan sus manías y debilidades, apareciendo frente a los que no son sus intimas como personas dóciles, pero persiguen sus fines en su interior de manera obstinada o incluso fanática, lo que provoca grandes conflictos en su ambiente inmediato. Detrás de la anorexia se encuentra un móvil del todo noble, aunque con un modo equivocado de enfocarlo. La enferma reprime su anhelo, su apetencia hacia la vida, y la refuerza con ello. No tiene nada de malo reconocer dicha necesidad en forma tácita. Sería más acertado admitir los
propios deseos vitales y ceder a ellos para poder superar las situaciones conflictivas. Asi, .la enferma ha de aprender primero a aceptarse a sí misma como ser físico y sexual. Solamente cuando la paciente se permite vivir, sus necesidades, su comportamiento en cuanto a la alimentación, se normalizará.
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Lo que hay que hacer Estar afectada de anorexia significa tener un alto ideal, querer ser libre de todo lo aparentemente malo, baj o, material. Este ideal deriva del recuerdo inconsciente de sí misma como ser puro y espiritual y se rechaza a si misma, se experimenta a sí misma y a todo lo físico como algo malo de lo cual quiere desprenderse o, por lo menos, reducirlo a la mínima expresión. Quiere volver a ser lo que es en realidad: un ser puro y espiritual. Pero nuestro deber es llevar nuestro ser espiritual a lo físico. Si rechazamos nuestra condición ñsica, estamos eludiendo nuestra condición. Dado que llevamos la conciencia de nuestra espiritualidad en nuestro interior, la anhelamos y quisiéramos alimentarnos tan sólo espiritualmente, no deseamos entrar en contacto con el cuerpo, el peso, la comida y la sexualidad, Sin embargo, es importante reconocer que también la materia es parte de la creación, con igual valor que el aspecto espiritual. No deberíamos retirarnos sino reconocer, aceptar y cumplir nuestra función. Porque quien vive tan sólo sus ideales, niega la realidad total. Sólo podemos ser íntegros si dejamos de cumplir ideales y normas y vivimos en cambio las propias ideas, para dar al mundo lo mejor que podemos dar: nosotros mismos. Si empezamos a admitirnos tal como somos realmente, habremos dado el primer paso hacia la salud, y esa integridad puede manifestarse cada día más hacia el exterior, porque sólo en un cuerpo sano puede vivir una mente sana.
A •
Ardores de estómago Si estamos trabajando en un problema muy difícil que intentamos «digerir» con toda nuestra fuerza, producimos durante la ingestión de alimentos cantidades excesivas de ácido gástrico que, a continuación, suben por el esófago: nos hemos vuelto «agrios». El exceso de ácido gástrico que causa la sensación de ardor en la zona detrás del esternón y de la garganta es un símbolo para nuestro esfuerzo de acabar con el problema, pero también es un indicio de nuestra agresividad, de nuestro enfado por la molestia. Los ardores de estómago podrían considerarse como un paso prevía a las afecciones biliares o las úlceras de estómago. Los ardores de estómago pueden producirse de manera aguda si nos toca «roer» un asunto agudo; algunas perso~as se quejan también de constantes ardores de estómago. Estos se producirán si ya hace algún tiempo que se está acumulando la agresivídad dentro de nosotros, si estamos confrontados constantemente a una situación desagradable en la cual tenemos miedo de defendernos o no estamos dispuestos a afrontar sus consecuencias.
Lo que hay que hacer La persona que sufre de ardores de estómago debe aprender a defenderse, a expresar sus agresiones, aunque por ello pierda simpatías, o deberá enfrentarse durante un tiempo prolongado a los demás.
Artritis
n.i~n fija, se manifiestan también como físicamente fijas y rígidas. De manera análoga, la artritis se produce con frecuencia paralelamente a un comportamiento duro frente al entorno. En la misma medida que la artritis reacciona por lo general frente al calor, en el sentido físico, mental y psíquico reacciona también al «verdadero calor interior» y al afecto. De este modo, la rigidez física puede ser eliminada poco a poco y el pensamiento rígido se vuelve a orientar en otras dírecciones y es liberado. Las normas estrechas y las ideas limitadoras desaparecen y, progresivamente, el cuerpo retoma su libertad y flexibilidad. La artritis nos hace tomar conciencia de manera dolorosa que no dejamos fluir libremente la vida. Y por tanto no la enfocamos con la debida amplitud. Una persona, una determinada situación, la profesión, U? problema sin resolver, un aspecto de uno mismo, nuestra VIda en general o algún aspecto que impresiona como desfavorable hacia nosotros (mientras tengamos esa «idea» no podemos estar en armonía) pueden denotar que no dejamos fluir libremente nuestra vida en alguno de esos puntos; por lo tanto, empieza a manifestarse en nosotros una gran rigidez. No estamos de acuerdo con una parte de nuestra vida quisiéramos que fuera distinta, tal como la queremos nosotras. Por lo tanto, nos preguntamos: «¿Qué es lo que quisiéramos tener realmente? ¿Qué es lo que nos molesta en nuestra vida? ¿Qué nos limita? ¿Qué es lo que no nos deja ser tal como quísíéramos ser en el fondo? ¿Qué es lo que nos hace daño?» Todo esto no son más que causas que nos índican hasta qué punto no estamos en armonía con nosotros mismos, qué parte de nosotros no está libre. Además, nos índican que:
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nos hacemos daño a nostros mísmos; nos Iimítamos; creemos tener que cumplír formas rígídas; creemos no poder ser distintos; tenemos unas normas equivocadas o demasiado elevadas' quisiéramos atenernos a algo, orientarnos en algún sentido:
La artritis o la inflamación de las articulacíones denota rigidez e incapacidad para moverse en el ámbito físico. Esto demuestra que el enfermo de artritis también se ha vuelto «incapaz de moverse» en el sentido mental y psíquico, o sea, que es rígido u obstinado. La artritis se manifiesta sobre todo en las personas de mayor edad. Del mismo modo que la gente mayor a menudo ya no puede desplazar o eliminar una opi-
La artritis nos señala que estamos intentando vivir según
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la imaginación o ideas desconectadas de la realidad en vez de vivir esta última. Demuestra que las ideas y opiniones están bloqueadas. Creemos saber cómo es la vida en vez de mirar y ver cómo es realmente. En el fondo, la artritis es consecuencia de nuestra «obstinación», de nuestra incapacidad para entregarnos realmente a la vida, de nuestra falta de movilidad y flexibilidad en los aspectos más diversos.
Lo que hay que hacer El enfermo de artritis debe aprender a volver a abrirse, a dejarse «conmover» de nuevo por otros temas, ideas y sucesos que los habituales para volver a ser, en lo exterior también, más flexible y móvil. Debe reconocer que, en el fondo, no ha vivido, sino creado dogmas y actuado según ellos. Pero si reconoce que nunca es tarde para dar el paso necesario, que tan sólo se necesita un poco de valor, existe siempre una verdadera oportunidad de mejorar. La artritis resulta, pues, como una invitación a vivir desde el centro, desde la seguridad de la «sabiduría interior», dejando de lado ciertos propósitos como por ejemplo querer cambiar a los demás y decidiéndose en cambio a modificarse en el mejor sentido a uno mismo.
Artrosis La artrosis es un desgaste de las articulaciones provocada por una desproporción entre los esfuerzos realizados y la capacidad, resistencia y sensibilidad de las distintas articulaciones. Es muy frecuente y se produce en casi todas las personas en la vejez, por lo menos de forma leve. Las siguientes causas pueden provocar artrosis: • • • •
debilidad congénita de los cartílagos; esfuerzos de los miembros; golpes y fracturas mal curadas; sobrecarga de las articulaciones por obesidad; 94
• sobreesfuerzo deportivo; • influencias de tipo hormonal. (Las mujeres que han pasado la menopausia a menudo sufren de artrosis causada por cambios hormonales). Las alteraciones articulares atacan en primer lugar la sustancia cartilaginosa. El cartílago comienza perdiendo su elasticidad, se vuelve quebradizo y, finalmente, sufre un notable deterioro. A continuación sufre también el hueso. Las primeras señales de la artrosis son sensaciones de tensión, rigidez y dolores, que aumentan después de una actividad física. A veces se puede percibir perfectamente, según los movimientos que se realicen, en las articulaciones afectadas. En estado avanzado las limitaciones de la movilidad aumentan progresivamente.
La artrosis me indica: • He cambiado tanto que se ha deformado mi propio ser. La vida ya no puede ir por su verdadero camino sin dolores. • Ya no me estoy admitiendo a mí mismo, he deformado a mi propio ser. Se produce un sobreesfuerzo por un comportamiento equivocado frente a mí mismo. La deformación me muestra que estoy cumpliendo una forma equivocada de vida. • Me he apartado mucho de mí mismo y por eso estoy adoptando, tanto en lo interior como también en el exterior, una forma de vida antinatural. Todo esto me molesta y me altera.
Lo que hay que hacer Debo preguntarme: «¿Qué es o qué me está pesando realmente? ¿Por qué no me comporto conforme a mí mismo?» También puedo llegar a tener artrosis si no utilizo mi cuerpo adecuadamente. Tengo que reconocer que las piernas afectadas de artrosis son señal de una postura equivocada. Por lo tanto, debo preguntarme: «¿En qué aspecto no estoy siguiendo mi ca95
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mino? ¿De qué manera me estoy deformando a mí mismo?» Una fractura mal curada me indica que he roto conmigo mismo, que no soy una totalidad y que sigo sin ordenarme. La invitación es la de volver a ser una unídad conmigo mismo. En el caso de una artrosis provocada por la obesidad me tengo que preguntar: ¿«Por qué estoy demasiado pesado o demasiado torpe? ¿Por qué estoy arrastrando tantas cosas equivocadas? ¿Por qué no estoy viviendo según mi «forma interior, tal como soy realmente?» En el caso de una artrosis en la menopausia, he de preguntarme: «¿Realmente me he hecho independiente y «adulto», o tan sólo viejo? ¿Qué me está pidiendo ahora la vida, después de haber sido mujer y madre? ¿Qué he de hacer para vivir según mi ser interior?» Es la misma invitación que en el caso de la artritis, solamente que en la artrosis se refuerza porque ya se ha adoptado una forma equivocada. El mensaje es que seamos finalmente «nosotros mismos», que encontremos el acceso al verdadero yo y que consideremos lo más esencial de nosotros mismos.
Asma Asma significa en griego «estrechez de pecho». En esta enfermedad existe una constricción de bronquios y bronquiolos que puede causar la irritación de las vías respiratorias y la tumefacción y secreción de las capas mucosas por espasmos musculares independientes de nuestra voluntad. El tratamiento médico puede suavizar los síntomas a través de medicamentos que alivian los espasmos bronquiales, pero por eficaces que sean tratan siempre sólo el síntoma, no la causa. Una crisis asmática se experimenta como un ataque de asfixia, que llega a poner en peligro la vida. La dificultad mayor consiste en la gran disminución de la expiración. El asma significa rechazos de contactos. Con la primera respiración entramos en relación directa con este mundo, y con el último suspiro expiramos la vida. La vida es un cons-
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tante dar y tomar. Vivimos en la dualidad: inspirar-expirar, dormir-despertar, vivir-morir. Actos que se condicionan, mutuamente. La vida obliga a la muerte, y la muerte obliga a una nueva vida. El asmático traslada la sexualidad hacia planos elevados, hacia la conciencia, quedándose atrapado a medio camino, en el pecho. Quiere recibir amor, pero no puede darlo. Tener problemas con el aire significa también que se tienen problemas con el pensamiento. El asmático ama lo puro y claro y evita lo oscuro e impuro. En la montaña, por encima de las «bajezas del sen>, se siente a gusto, sano. Lo mismo le ocurre en el mar, donde la claridad de la vida mineral le es beneficiosa. Para el asmático, la mayor pureza se encuentra en lo estéril. Lo contrario de lo estéril es, al mismo tiempo, una forma de terapia muy eficaz: el tratamiento con la propia orina. El asmático es puesto en contacto con su propia impureza, tiene que enfrentarse a lo que rechaza. También se puede considerar el asma como una erupción interna. Porque si al tratar un eczema éste desaparece, se transforma, muchas veces, en asma alérgico. El tratamiento del asma provoca entonces, a menudo y rápidamente, la reaparición del eczema, porque la piel y los pulmones son los dos grandes órganos de contacto del hombre. Ya la palabra asma, o sea, «estrechez de pecho», nos da una indicación importante; porque donde se produce una estrechez, como en la angina de cuello o la angina péctoris, también se produce angustia. La estrechez y la angustia son inseparables una de la otra. El miedo nos hace sentir un nudo en la garganta y cuando somos liberados de algo, respiramos hondo. Así, nos deberíamos preguntar: 1. «¿Qué es lo que me quita el aliento? ¿De qué tengo
miedo?» El único remedio fiable contra la angustia (estrechez) es la ampliación de la conciencia. Debemos abrirnos y dejar entrar lo que hemos evitado hasta ahora. 2. «¿En qué campo quiero recibir sin dar nada?» 3. «¿Qué causa mi agresividad, qué registro inconsciente 97
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mente, y qué posibilidades tengo para manifestarlas de una manera adecuada?» . 4. «¿Qué es lo que no quiero dejar entrar y contra qué me estoy defendiendo realrnente?» 5 . «¿Qué es lo que me da miedo y qué estoy temiendo en el fondo?» 6. «¿Con qué o con quién no quiero entrar en contacto, por qué evito esa relación?» Si miramos con más atención encontramos, en el caso del asma, varios problemas que se pueden distinguir con nitidez, pero que están estrechamente relacionados. I . El problema del dar y tomar y del querer aislarse: existe un profundo deseo de contacto y de verdadero afecto que ha sido provocado, en la mayoría de los casos, por cuidados excesivos por parte de la madre. Ésta ha transmitido un amor que coarta, que obstaculiza el propio desarrollo. También puede tener su origen en una conducta opuesta a la mencionada, es decir, a la falta de atención prestada por la madre en los primeros años de vida. Asimismo se atribuye como posible causa el hecho de estar sometido a la represión de un autoritarismo exagerado. Lo significativo es el tipo de relación madre-hijo. 2. Una pretensión de dominio que es eliminada y que contrasta con la propia pequeñez: el enfermo experimenta una sensación de impotencia, una perturbación de la capacidad de dejar pasar las cosas pasivamente. Por eso, los ataques de asma se producen casi siempre en situaciones especiales en las cuales se rechaza lo que está sucediendo. Ese indignado rechazo a los acontecimientos le quita el aliento al enfermo. 3 . Una agresividad suprimida, al mismo tiempo, con la incapacidad o el miedo de liberar la agresividad para poder volver a respirar hondo: esa agresividad sale de la indignación de tener que vivir o soportar algo que resulta desagradable. 4. Un rechazo de un ámbito de la vida considerado como bajo o innoble. Puede ser la sexualidad, lo animal, la suciedad o algo similar.
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5 . En la vejez, las causas psíquicas juegan un papel muy importante, particularmente las dificultades de adaptación a esa etapa del vivir. Enfado, miedo, desesperanza, soledad, rechazo, pueden provocar tensiones que desembocan en ataques de asma, los que se vuelven tanto más violentos cuanto más se trata de callar esos sentimientos negativos o sensaciones, sin eliminar las causas que los originan. Cada vez que experimentamos un espasmo, como sucede en un ataque de asma en el momento de expirar, significa que se envía también una señal de rechazo. Ese espasmo es, por lo tanto, una «respiración contraria». El asmático quiere retener lo que tiene y, con ello, se envenena a sí mismo porque no puede entregar. Al mismo tiempo, se encuentra en una posición defensiva. No quiere dejar entrar nada nuevo. Se cierra, y la última forma de cerrarse es la muerte. El asmático debe aprender a aceptar su imperfección y su pequeñez en vez de hacer ostentaciones vanas. Al cabo de un tiempo prolongado como enfermo de asma, se produce una ampliación de la caja torácica. Aunque ésta suele ser de un aspecto exterior imponente en el interior por la falta de elasticidad de los órganos respiratorios, la capacidad de los mismos es muy reducida. En su lenguaje el cuerpo enseña con toda claridad la pretensión de la persona y su pequeñez. En vez de un poder real, exhibe una actitud jactanciosa. Uno quisiera desahogarse gritando, pero el grito se pierde en los pulmones. De modo que tan sólo se puede toser, «escupir» delante de los demás, una señal de agresividad que no logra manifestarse de otra manera.
El asma indica: o
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Algo o alguien me ha ofendido y me siento limitado por ello, no puedo desarrollarme por completo. Tengo un deseo insatisfecho de libertad, quisiera manifestarme y desarrollarme plenamente. Tengo la sensación de que no debo admitirme o, tal vez, de ya no poder admitirme, de tener que limitarme, parti-
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cularmente, en mi individualidad, y de ahí la fuerte necesidad de acercarme a mí mismo. • Mis propias ideas, las expectativas o la moral del entorno me restringen y me limitan. Vivo al borde de mi vida sin entrar conscientemente en ella.
Lo que hay que hacer Reconozca que no sólo tiene libertad sino también obligación de ser tal cual es. Es importante que aprenda a admitir sus sentimientos, a manifestarse, a abrirse para dar y recibir. j Lo vital es la función completa, inspirar y expirar! j Recibir y dar! En la vida nada puede realmente dañar u ofender. Sólo si podemos aceptar la vida tal como es, estamos preparados para vivirla en plenitud. Igualmente importante es desprendernos de lo que ya no es en realidad parte de nosotros. Debemos aprender a aceptarnos tal como somos y a admitir nuestra manera de ser. Esto significa permitirnos dar entrada a lo que está oculto en lo más profundo del alma, lo que nos gustaría no enseñar a nadie. El enfermo es invitado a tomar el camino hacia el interior; solamente entonces puede descansar en sí mismo, donde encontrará seguridad y dejará de sentir la necesidad de toser. Reconozca que no puede sólo dar o sólo tomar: no puede inspirar sin expirar, y cumplir este acto completo es la única posibilidad de obtener su integridad; si no fuese de ese modo, se estaría frente a lo incompleto. Si damos amor, incluso a nosotros mismos, seremos amados. Y es dando que se recibe. En el propio «Yo» no existe ni lo impuro ni lo inferior, porque todo ello es una parte del todo. Sólo hay sombras mientras las permitimos. Si admitimos nuestros temores con honestidad, sin disimularlos, pronto ya no trataremos de evadirnos de lo que provoca angustia, sino que lo integraremos como parte útil en nuestra vida. Sabiendo que hasta las experiencias desagradables tienen su utilidad para el crecimiento personal, la angustia va desapareciendo. Pregúntese: ¿Cuál es la razón de mi rechazo? ¿Qué
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quisiera cambiar de mí? ¿Qué es lo que temo que se pueda descubrir sobre mi persona? ¿Con qué o con quién ya no quisiera tener ninguna relación y por qué?» • Un síntoma es una invitación a ocuparse de algún aspecto de nuestro ser que hemos descuidado y de admitirnos tal como somos. No hay nada que se necesite rechazar. Todos somos uno y todos tenemos los mismos derechos. Debemos dejar de contenernos, de abandonar las apariencias, porque solamente quien es auténtico y reconoce que es único e insustituible, puede construir libremente su vida.
Atrofia muscular En la atrofia muscular, los músculos del cuerpo sufren la consunción y su desarrollo queda detenido, la persona se vuelve débil e incapacitada. El cuerpo indica, a través de la atrofia muscular, que la persona pierde su natural capacidad de obrar por el hecho de no servirse de sus músculos, no moverse, por lo tanto de no cambiar. El cuerpo refleja que el afectado no emprende sus trabajos, que se niega a resolver sus problemas, que se encuentra en un estado que simula la muerte. . La rigidez muscular se produce en la persona que se equivoca en forma reiterada sin tener en cuenta las advertencias del destino. Se obstina en una determinada postura. La atrofia muscular demuestra que el afectado adopta la «inmovilidad», como si no hubieran problemas o trabajos que cumplir. Quien no utiliza sus músculos provoca su atrofia por falta de impulsos que los movilicen. Nuestros «músculos interiores» también se atrofian si nos negamos a utilizarlos, sino entrenamos nuestras fuerzas interiores. Quien padezca una atrofia muscular debe aprender a ser activo, a tomar su vida en sus manos y a superar sus eventuales miedos al fracaso o a las consecuencias de sus actos.
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Cabeza (dolor de)
«una fuerza mayor» pueden desencadenar los ataques. Quien tiene que resignarse a -una situación (o debiera hacerlo) aun- . que hubiera planificado su vida de una manera distinta, expresa a través de la jaqueca «su huida». Otra causa para la jaqueca son las dificultades y los problemas inconscientes en el aspecto sexual. Se producen normalmente dos posturas contrarias en los enfermos de jaqueca: por un lado, la supresión total de la sexualidad, y por otro, la sobrecompensación, la «exhibición», la apertura y el relajamiento forzados. Ambas posturas expresan que ese terna comporta problemas para el afectado. Sin embargo, el enfermo no está dispuesto a afrontar la dificultad en su nivel, ya que tiene miedo de entrar en el terna a nivel físico. Por eso, traslada el tratamiento del problema a la cabeza, donde la tensión reinante se descarga corno jaqueca o cefalalgia.
Dolores de cabeza tiene aquel que se «rompe la cabeza», aquel al que le «zumba la cabeza» de tantas reflexiones, que en vez de resolver los problemas, los crea a través de su hiperactividad intelectual. Quien se encastilla en los mismos pensamientos no debe extrañarse si «la linea se sobrecalienta». La mayoría de las veces, esas cefaleas van acompañadas de una presión en la misma región. Nos encontramos bajo una presión que intentarnos eliminar discutiendo, comprendiendo o asimilando mediante nuestro intelecto. Junto al dolor de cabeza se percibe también una sensación de tensión. La situación puede encontrar alivio en un apropiado relajamiento, que elimine la tensión. La presión sólo se mantiene mientras exista una contrapresión. Si cedemos, si reaccionamos corno unidad de cuerpo y mente, la cabeza es descargada como único responsable. En cuanto lograrnos quitar toda presión sobre nosotros mismos, por ejemplo, distanciándonos de un particular motivo de agitación, la presión y la tensión desaparecen. Si nos concentramos por completo en nuestros pies, sentimos un alivio instantáneo o incluso la mejoría completa. Esto demuestra que el dolor de cabeza es causado únicamente por la sobrecarga derivada de la confianza exclusiva en los mecanismos intelectuales, La jaqueca tiene su causa particular en una exagerada ambición. Quien se exige mucho a si mismo por ambición y anhelo de perfección, éxito y reconocimiento, pronto sentirá físicamente esa presión. La cefalalgia es la consecuencia directa de la tensión, pero también una justificación del enfermo para sustraerse a la responsabilidad. Hemos optado nosotros mismos por los méritos y el reconocimiento, intentarnos obtener afecto de esa manera, pero el miedo al fracaso y, con él, el (imaginario) menosprecio del entorno, es literalmente programado. Por ello, de vez en cuando, los dolores de cabeza (la jaqueca) se hacen tan fuertes que de tal enfermo «ya no se puede esperar que rinda». El ataque de jaqueca procura la huida de la realidad para no cumplir ciertas tareas. También un profundo descontento o agresiones inconscientes contra
La vida es un constante flujo e intercambio de energía, un nacer y morir, una permanente construcción y destrucción. En el caso ideal, todos los ámbitos de nuestra vida, y todas
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Lo que hay que hacer Debería preguntarse: «¿Soy demasiado ambicioso, me esfuerzo en exceso por llegar a la cumbre? ¿Soy demasiado obstinado e intento atravesar la pared con mi cabeza? ¿Qué es lo que me hace destrozar la cabeza?» A menudo existe un dualismo entre lo que consideramos justo a nivel mental y lo que quisiéramos vivir, y ello determina la aparición de la presión. Por ello, deberíamos ser más consecuentes con nuestro instinto y no sólo fundarnos en nuestro intelecto. Con el intelecto rechazamos las circunstancias en vez de aceptar la vida, tal corno es. Debería tornar conciencia de que estoy viviendo ahora tal corno soy, estoy viviendo desde mi realidad interior y ya no desde mi idea, que me hace comportarme de otra forma.
Calambres
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las partes de nuestro cuerpo, son abastecidos uniformemente de energía. Sin embargo, si preferimos ciertos actos, actitudes u opiniones a otros, si nos concentramos en un solo aspecto, siempre volvemos a adoptar la misma postura o nos obstinamos en determinadas opiniones e ideas tercamente, también nos volvemos rígidos a nivel físico. Si un músculo recibe la información permanente de contraerse, se vuelve pronto incapaz de actuar y de cambiar debido a la sobrecarga. Si intentamos por todos los medios alcanzar nuestro objetivo sin preguntarnos si el camino que seguimos es el correcto o necesita ser rectificado, nos estamos comportando de manera equivocada. No hay que olvidar que el curso natural de la vida es una formulación constante de preguntas y respuestas y una dinámica reorientación para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Los calambres señalan rigidez, estrés y temor a los cambios. Son el mensaje para que nos relajemos y reflexionemos.
Lo que hay que hacer Quien sufre a menudo de calambres debe analizar si su postura en ciertos aspectos es justa o demasiado parcial, obstinada o crispada. Quien trabaja con intensidad y una excesiva ambición deberá encontrar. una mejor organización de su trabajo. Quien en cambio cada día trabaja con desinterés y debe hacer grandes esfuerzos para cumplir con su deber, debería intentar encontrar la razón de su descontento y de su crispación interior. Tal vez tenga que cambiar de profesión, tal vez sea necesario una conversación con la pareja o el superior. Tal vez las propias ambiciones deban ser reducidas o la verdadera tarea consta en ser paciente. Las causas p~eden ser múltiples, pero pueden averiguarse analizando los momentos en que se producen los calambres.
de unos 60 billones de células, no es una cifra muy elevada. Cada día se regeneran alrededor dé 100.000 millones de células. Por lo tanto, todos tenemos un cáncer potencial; es un estado natural. Las células cancerosas son débiles y tienen una menor cuota reproductora que las células sanas del cuerpo. Además, en determinadas circunstancias pueden regenerarse y volver a ser células sanas. El sistema defensivo propio del cuerpo es lo suficientemente fuerte como para destruir las células degeneradas en cuanto las ha reconocido como tales. Sólo existe peligro si una persona bloquea su sistema defensivo, aunque sea de manera pasajera. El proceso es originado por cargas psíquicas, estrés, alcohol, drogas, amargura, odio, soledad, tristeza excesiva, pero también por mala alimentación, respiración insuficiente, focos patógenos en los dientes, amígdalas o fosas nasales. También las zonas de excitación geopática, las llamadas radiaciones de la tierra, pueden jugar un papel. En consecuencia, existen factores especiales que favorecen el cáncer, que están basados casi siempre en una postura mental equivocada. Las personas en esa situación tienden a la autocompasión o son proclives a conservar en su espíritu viejos rencores. No son capaces de perdonar ni de cuidar y mantener una relación humana. Tienen un sentimiento pobre de su propia valía y la sensación de no ser estimados, o hasta rechazados. A menudo, estas sensaciones tienen su origen en la infancia. El cancerólogo alemán Dr. Hamer investigó los criterios acerca de la formación del cáncer y averiguó que las siguientes características podian ser comprobadas a través de la histologia. 1. e criterio
Cada persona tiene, aproximadamente, 200.000 células cancerosas en su cuerpo. Dado que nuestro cuerpo se compone
El cáncer se origina a consecuencia de una tragedia personal no superada, unida al aislamiento interior. Se produce con mayor facilidad cuanto peor es el estado general de la persona. Por lo tanto, han de contribuir tres causas: a) una tragedia personal b) defensas reducidas del cuerpo
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Cáncer
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e) aislamiento interior. Apenas se sobrepasa un determinado valor limite, puede producirse un cáncer.
1. El cáncer es producido por un bloqueo de las defensas propias del cuerpo, desencadenado por un programa psíquico equivocado.
2 . El cáncer se desarrolla durante el tiempo y en la medida que exista el programa equivocado. 3 . Si se resuelve el acontecimiento desencadenante, el cáncer queda ínactivo. El tiempo de desarrollo del cáncer según el Dr. Hamer: a) Cáncer de mama: 2-3 meses b) Cáncer de bronquios: aproximadamente, 18 meses c) Cáncer del cuello uterino: 12 meses d) Focos redondos del pulmón: 7 meses e) Cáncer de ovarios: 5-8 meses f) Cáncer del cuerpo uterino: 5-7 meses Al cabo de estos plazos, el cáncer puede empezar a ser detectado. El momento preciso depende de algunos factores, como su localización, sensibilidad y aspectos similares. Nuestra salud refleja nuestra manera de vivir. Si queremos mejorar nuestro estado de salud, tenemos que mejorar nuestra forma de vivir. Una enfermedad es siempre una señal para que abandonemos el camino en el que nos encontramos en ese momento. Las personas que presentan mayor propensión a contraer cáncer son las que reprimen sus sentimientos. Cuando viven una tragedia personal, no pueden dominar sus reacciones y son dominadas por ellas. . El Dr. Masaharu Taniguchi dice, con razón, que el cáncer es la consecuencia de la proliferación de sentimientos negativos en el alma. El cuerpo no hace más que reflejar los estados del alma. Si el cuerpo en algunos aspectos resulta ajeno significa que también hay algo ajeno en la mente que debe ser analizado y resuelto. La importancia de este conocimiento se demostró por una investigación llevada a cabo en EE.uU. con 4.000 pacientes de cáncer. Todos, sin ninguna excepción, habían sufrido, en el pasado, una fase no superada de depresión, y ésta indicaba también el inicio de su enfermedad. El cáncer no sólo se manifiesta en el cuerpo, sino también en la postura mental, en la relación de pareja y en el trabajo. Por ello, tampoco tiene sentido curar sólo el cuerpo; las metástasis mentales volverían a producir el mal.
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2.° criterio La naturaleza de la tragedia personal determina la localización del cáncer. a) Cáncer de mama (especialmente en mujeres): La relación psíquica de la pareja sufre serias perturbaciones. Esto puede referirse también a los hijos, al jefe, a un profesor, a las personas afectivamente más cercanas. b) Cáncer de bronquios (casi sólo en hombres): Este tipo tiene las mismas causas que el cáncer de mama. c) Cáncer del cuello uterino: Conflictos sexuales, también en un sentido más amplio. d) Focos redondos de cáncer del pulmón: Angustia mortal en hombres y mujeres. e) Cáncer del estómago y de los intestinos: Algo no puede ser aceptado, y somos confrontados constantemente con ello.
Es interesante señalar que, hasta hace poco, el cáncer de cuello uterino era la forma más frecuente de cáncer en las mujeres. A través de la ola de liberalización sexual y la píldora, el ámbito sexual ha sido desprovisto y normalizado de la crispación que lo acompañaba y que ha beneficiado a tal punto a las mujeres que esta forma de cáncer ha disminuido de forma notoria. 3!,T
criterio
El desarrollo del cáncer corresponde paralelamente al proceso del tratamiento y sus efectos que en este caso significa también la superación de la materia conflictiva que ha provocado la enfermedad. Esto se aplica tanto a la intensidad, como al tiempo y a la detención total de la afección. De ahí parte la siguiente teoria del cáncer:
e .
Lo que hay que hacer
Lo que hay que hacer de modo preventivo
En primer lugar, hay que tomar conciencia del problema que ha desencadenado la enfermedad y superarlo. Esto puede hacerse a través de una terapia de conversación, psicoterapia o por medio de la iniciación de filosofía vital. En todos estos métodos juega un papel importante la religión de cada uno. A través de la localización del cáncer y el lenguaje de los síntomas tenemos una indicación clara del ámbíto donde se encuentra el problema. Se puede tener también una índicación temporal sobre el período de formación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el problema desen cadenante puede subyacer durante algún tiempo antes de desencadenar la enfermedad. U na vez asimilado el conflicto desencadenante, la úlcera cancerosa puede disolverse o encerrarse en relación directa a la eficacia con que se resuelva el conflicto. Tambíén es necesario elevar lo más posible el umbral de las defensas propias del cuerpo, porque la fuerza curativa en nosotros mismos es el mejor medicamento. Sobre todo, se deberá cambiar la manera de vivir para que, en el futuro, ya no se puedan producir conflictos-insalvables. Además, se debería mejorar la alimentación y evitar el consumo de todos los tóxicos. A ellos pertenecen, sobre todo, la nícotina, el alcohol y la cafeína en exceso. Dentro de lo posible, se debería evítar la carne, lo mismo que los alimentos desnaturalizados. Ya que no nos es posible escapar del todo a las sustancias tóxicas en el medía ambiente, debemos, por lo menos, apoyar a nuestro cuerpo en su defensa y su función de desintoxícación. Muy beneficiosa para ello son la vitamina e y la levadura de cerveza. Favorece y protege el hígado, como principal órgano de desintoxicación. Además normaliza la flora intestinal. Los focos patógenos y los campos de perturbación, tales como las amígdalas o los senos frontales, que suelen inflamarse crónícamente, y los dientes careados son algunos de los aspectos que se han de detectar y elirnínar.
Es favorable intentar una instrospección nocturna en la que se trate de comprender los hechos y los procesos de pensamiento, así como las dificultades sentidas durante el día que ha transcurrido, con el fin de evitar la acumulación de conflictos sin resolver. Y apenas nos levantemos por la mañana deberíamos prepararnos para afrontar la nueva jornada y el esperar el día que comienza con buen ánimo, alentándonos nosotros mísmos hacia todo lo positivo. Exísten muchos desencadenantes del cáncer, pero hay una causa primaria: la contaminación e intoxícación del mundo interíor. Además, exíste tambíén una causa secundaria: el míedo al cáncer, literalmente cultivado y fomentado por la llamada información sobre sus distintas causas. Muy beneficioso es el siguiente ejercicío de imaginación: represente en su pensamíento de manera plástíca la acción de los poderosos glóbulos blancos cuando se lanzan sobre las débiles células cancerosas y las destruyen. Míentras tanto, debería llenar su conciencia de pensamíentos positivos. Encuentre en sí mísmo la certeza de que el cuerpo es lo suficientemente fuerte como para acabar con el cáncer, que la causa está detectada y eliminada y que, con ello, el cáncer desaparece. El proceso ínterior de Curación avanza rápidamente si el paciente cree en esa capacidad de su cuerpo. Pero lo más ímportante es la religión, o sea, la unión con el princípio ordenador de la creación. Se trata de descubrir el sentido de la vida y comprender los procesos de nacimiento y de muerte. Quien se ha experímentado como alma de duración eterna y está preparado, en armonía con la vida a cumplir su función, no puede, y éste es mí íntimo convencimiento, tener cáncer.
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Caries Nuestros dientes sirven para trabajar, «desmontan> y preclasificar las cosas que ingerimos, de lo cual nos ocupamos tambíén a nível mental.
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La caries significa que las herramientas que utilizamos para masticar son defectuosas; les falta firmeza, dureza y sustancia. Pero también indican carencias interiores, falta de capacidad para enfrentar resistencias y durezas externas, falta de sustancia interior para superar circunstancias adversas. Quien evita las dificultades, quien suprime los problemas en vez de resolverlos, quien no se enfrenta a la vida, es desprovisto de sus herramientas, que se vuelven inservibles. Entonces, los «alimentos» en forma de papilla, o sea, sin trozos sólidos, sin huesos (problemas, obstáculos) son la única forma de que los debilitados dientes puedan seguir cumpliendo, malamente, su función. En consecuencia, el mejor remedio contra la caries aparte del buen cuidado de los dientes- no es el flúor, sino el abrir paso en verdad a la propia acción. La disposición a la disciplina y a la firmeza tiene un efecto saludable en todo el ser.
También el ayuno es muy beneficioso. Además, se deben mejorarlas costumbres respiratorias y el enfermo debe volver a participar en el mundo exterior, por lo menos más de lo que lo hacia hasta ahora. Literalmente, esto significa dar y recibir su parte. Si la catarata se produce en relación con la diabetes, significa que debemos volver a aprender a dar amor y a recibirlo cuando nos es ofrecido. Mientras que esto no se cumpla, o sólo se realice de manera insuficiente, no vemos claro y así se enturbia también nuestra córnea y, con ella, nuestra vista, hasta que perdemos por completo la capacidad de percibir las cosas tal como son realmente. Si nos negamos a ver algo, esto tendrá, finalmente, la consecuencia de que ya no podamos verlo.
Catarro
Las cataratas se originan por una perturbación del metabolismo. La lente es alimentada de una manera equivocada o insuficiente, y quedan restos resultantes del metabolismo en la lente que enturbian la vista y también la córnea. La enfermedad puede producirse, de repente, como consecuencia de acontecimientos desafortunados o con la visita de personas indeseadas y desaparecer con la misma rapidez. A menudo, va asociada con la diabetes. Esta enfermedad señala que el afectado deforma la realidad; la visión nebulosa le tranquiliza. Resulta beneficioso un cambio de alimentación, lo que significa, a nivel mental y psíquico, que evitamos en el futuro asimilar las impresiones equivocadas. Además, es necesario eliminar la falta de movimientos y volver a ser más flexible a nivel mental para no endurecernos en nuestras opiniones. Hemos de cambiar también, en general, nuestra equivocada manera de vivir, es decir, reconocer y volver a observar las leyes vitales a nivel mental y psíquico.
El trasfondo mental de un catarro es fácil de reconocer, observando los datos externos. Estamos «hasta las narices» de algo. El catarro siempre se produce en una situación en la que nos sentimos sobrecargados, y buscamos una razón para retirarnos, porque en ese momento no estamos dispuestos a enfrentarnos a la exigencia no deseada. Todo el mundo comprende que abandonamos semejante situación; al fin y al cabo, nos duele la cabeza, la nariz nos gotea, los ojos están llorosos y todo el cuerpo reacciona de manera irritada. A nivel físico, estos sintomas son unas señales obvias de nuestra sensibilidad. Si a pesar de ello alguien se nos acercara demasiado, mantenemos la distancia estornudando o tosiendo. Por otro lado, el resfriado obliga a la persona con un deseo excesivo de contacto a mantener más distancia y a volver un poco más sobre si mismo. También la inflamación de las amigdalas indica que ya no podemos ni debemos «tragar» todo, sino que deberíamos vivir más en la realidad de nuestro verdadero ser y no seguir hinchándonos de cosas externas. En todo caso, el catarro hace siempre fluir algo, se produce una limpieza interna de la cual el cuerpo y el
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Cataratas
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alma salen fortalecidos... hasta que volvemos a estar de nuevo «hasta las narices». . Catarro, ver también Resfriado.
Ceguera Estar ciego significa no ver nada, no poder reconocer nada. El ciego no puede ver la realidad y las relaciones entre las cosas, por eso se ve obligado a «entenderlas». En el exterior no puede ver nada; y la mirada se dirige necesariamente hacia su interior. El ciego debe reconocer y entender su interior, tiene que ocuparse directamente por otros sentidos, de su entorno, para seguir desenvolviéndose. La ceguera nos parece una desgracia particularmente dura, si bien, el siguiente ejemplo nos debería hacer reflexionar: A través de cierta técnica de operación, hace algún tiempo se devolvió la vista a algunos ciegos, pero el resultado fue asombroso: los «enfermos» no se desenvolvían tan bien como podía esperarse viendo el exterior. Puede ser que existan otros casos de una gran felicidad después de parecida intervención, pero hay un aspecto seguro: la ceguera no es un golpe que la suerte nos depara «ciegamente», sino el aviso directo de la vida para aprender a entender las cosas, confrontándose realmente con el entorno a través del tacto. La ceguera puede ser la consecuencia de una anterior visión equivocada. Había cerrado mis ojos al mundo, no quería verlo, estaba ciego ante la realidad. La ceguera es de algún modo una invitación a no ignorarme a mí mismo, sino a verme tal como soy en realidad.
Lo que hay que hacer El ciego está privado de la visión exterior y por consiguiente obligado a dirigir su mirada hacia el interior y a vivir según su imagen interna. De todos modos, con los ojos no vemos más de un ocho por ciento de todo el espectro; el 92 por ciento de la realidad es «invisible» para nuestros ojos. Lo sabemos, pero a menudo nos comportamos como si lo que
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vemos fuera la totalidad. Sólo creemos lo que podemos ver y, además, nos consideramos «realistas». Por lo tanto, la ceguera es también una oportunidad (que se paga muy cara) para concentrarnos, por fuerza, en ese mayor porcentaje de la realidad, que por lo general ignoramos. Solamente si somos capaces de aceptar que un defecto físico no es una catástrofe, podemos extraer provecho de él, y a no dejar que nuestro impedimento nos niegue continuar viviendo como hasta ahora, dentro de otras perspectivas. Así, la ceguera puede ser un camino que enseña a ver y conduce, finalmente, a un mayor conocimiento.
Ciática Los dolores ciáticos son la señal de una sobrecarga real o experimentada como tal sin serlo. Nos hemos cargado demasiado o propuesto exigencias demesuradas; soportamos excesivas responsabilidades o estamos aplazando nuestros problemas de modo que nuestra vida se vuelve cada vez más difícil. Eventualmente, las afecciones ciáticas están relacionadas también con problemas económicos y el temor al futuro. O se siguen arrastrando conflictos del pasado. Como expresión física de esta sobrecarga, los discos cartilaginosos intervertebrales de la columna lumbar sufren una especie de aplastamiento y presionan los nervios de la región. El dolor resultante obliga al descanso y a la «reflexión» para encontrar una vía que permita que la presión desaparezca. Por lo tanto, deberíamos preguntarnos por qué nos estamos cargando tanto. «¿Qué quiero demostrar con ello, a quién y por qué quiero demostrar algo?» Además, también deberíamos preguntarnos: «¿Me considero insignificante? ¿Estoy intentando compensar esta sensación de inferioridad a través de un rendimiento alto? ¿Es posible que no me ame lo suficiente a mí mismo? ¿O sencillamente estoy amargado porque la vida no es como me gustaría que fuera?»
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La circulación sanguínea simboliza las corrientes interiores en la vida del hombre, la recepción y distribución de energía, la penetración de la sangre (de la propia sustancia) en todos los ámbitos del propio ser. Cuando se espera realizar una actividad, la circulación es estimulada, y también en caso de excitación aumenta el pulso para preparar la energía suficiente para las acciones previstas y evacuar más rápidamente las sustancias de desecho. La circulación sanguínea y las vías sanguíneas son el sistema de tuberías de nuestro «motor interior». Una tensión baja indica que nuestro motor funciona en régimen de economía restringida, que no disponemos de suficiente energía para las actividades. Esta carencia es causada por la indiferencia interior, a menudo inconsciente, frente a determinadas actividades y actos, y también por miedo y desánimo. Quien no ve sentido en su vida, quien no sabe
por qué está cumpliendo su trabajo y qué provecho real le aporta, proyectará su falta interior de energía también a! exterior. A través de la hipotensión señala: «No tengo ganas de hacer nada, no tiene sentido, no lleva a ninguna parte». El típico café de la mañana que infunde ánimo, sustituye la espontánea y verdadera motivación que deberán ser las ganas de trabajar y la alegría en general. El bebedor de café se anima sólo después de ingerir su dosis cotidiana, que estimula su cuerpo como si le inyectaran adrenalina. Esta costumbre es una señal de rechazo, aversión o indiferencia frente a lo cotidiano, a la jornada regulada. Quien, de todos modos no está contento de su profesión, de su ocio y de su familia, quien tiene dificultades que no quisiera resolver, sino, a ser posible, excluir, se dormirá agotado por el peso del día y se volverá a despertar cansado y sin energía. Sólo si los ciclos de la vida vuelven a tener sentido, si se consiguen en breve tiempo pequeños éxitos; si la persona vuelve a ser activa y toma la vida en sus manos, la circulación sanguínea se adaptará a la nueva postura vital y estará preparada para que se pueda realizar lo deseado. Las perturbaciones periféricas del riego sanguíneo, en cambio, indican que en principio se admite la actividad, que existe también la voluntad de cambiar lo necesario en la propia vida, pero que el yo abandona ámbitos y determinadas tareas de la vida. Las manos frías simbolizan miedo o aversión contra una determinada acción o bien que la persona tiene alegría de vivir, aunque no se atreve a manifestarse, a intervenir, porque tiene miedo de las posibles consecuencias. Las perturbaciones del riego sanguíneo en los pies son una señal de que la persona no se siente del todo cómoda en el lugar que ocupa en la vida. No se siente suficientemente arraigada, rehúye el contacto con el suelo. Por ello retira su sensibilidad de los pies. Quien se siente bien en su lugar y no se siente amenazado o sobrecargado, ganará confianza en el «terreno», lo que se registrará a nivel emociona!. Una tensión elevada que está patente en la cara enrojecida de una persona colérica, muestra que el motor interior funciona a alta presión, que acumula y dispone de mucha energía, pero que finalmente ésta no se transforma en ac-
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Lo que hay que hacer Si determinados hechos con los que no estamos de acuerdo, y no admitimos, nos «atacan los nervios», se crea una dolorosa presión interior que nos hace tomar conciencia de que con nuestro comportamiento nos producimos daño. Puede ser un aspecto de la propia personalidad lo que no admitimos y no podemos expresar. Nos sometemos a las circunstancias y adoptamos una determinada postura rígida que no es auténtica. Deberíamos tener el valor de admitirnos, incluso si el entorno no lo aplaude. Quien asume también los aspectos aparentemente imperfectos de su personalidad para que puedan ser vividos y resueltos, pierde sus síntomas y logra hacer desaparecer la tensión. ¿Qué es lo que nos impide disponer nuestra vida de una manera renovada? ¿Por qué no podemos cambiarla ahora mismo? AsÍ, el descanso forzoso puede ser aprovechado de forma inteligente, el verdadero problema se resuelve y los dolores desaparecen.
Circulación (trastornos de)
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ción porque la persona se domina o se retiene. Quien aprende a comprender sus agresiones, a tratarlas, quien gana seguridad en sí mismo para llevar adelante sus actos previstos, incluso en contra de la resistencia exterior, quien abandona el miedo a las consecuencias de sus decisiones, regulará también su circulación sanguínea a un ritmo normal. Otra razón para la hipertensión puede ser que la persona se encuentre «presionada», que se sienta sobrecargada, o que intente agradar a todos, pero creando agresiones interiores. En ese caso, hay que aprender a decir «no» y a fortalecer su autoestima, para no tener que dar pruebas de la propia eficacia. El colapso de la circulación muestra que el equilíbrio de la sustancia está perturbado. La circulación sanguínea consiste en una frágil cooperación de movimientos, excitación y de relajamiento, de actividad y de pasividad. Reina un constante equilibrio. Es la «sustancia» del hombre. A través de la influencia de un choque, o a causa de la pequeñez que «hace desbordar el vaso», ese equilibrio interior se puede colapsar. La complicada cooperación de las distintas partes de la sustancia es perturbada por un repentino sobrepeso de uno de los dos lados, por angustia u otra súbita y fuerte energía. Ese colapso se puede prevenir si no suprimimos conflictos por debajo de la conciencia, dejándolos que se acumulen ahí. Quien resuelve las situaciones enseguida al producirse los problemas y quien no excluye experiencias dolorosas sino, por lo contrario, se enfrenta a ellas, previene un posible colapso. Ya no será sorprendido por los acontecimientos. Tampoco necesitará eludir, a través de un colapso de la circulación sanguínea, la responsabilidad frente a los problemas que debe solucionar. Porque quien en tal caso se despierta de su indiferencia, se encuentra delante de la misma montaña de problemas. Por lo tanto, ¿por qué no aprovechar enseguida la fuerza y el tiempo para atacar y resolver las tareas presentes?
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Colitis Los síntomas de la colitis son dolores en los órganos digestivos y diarreas sanguinolentas y viscosas. La sangre y las mucosidades son sustancias fundamentales que simbolizan la vida misma y su origen. El enfermo de colitis emite partes de esa sustancia, se podría decir incluso que está sacrificando partes de su ser o de su alma por el amor del entorno. Pero no es ni siquiera el amor hacia el entorno o hacia otra persona el que provoca esa reacción; es mucho más probable que esté manifestando el miedo a crear una personalidad propia, una personal opinión y una individual postura frente a la vida. Porque una personalidad propia y una opinión individual se encuentran a menudo en oposición frente a otras opiniones, exigiendo, por lo tanto, una cierta capacidad de dureza y la cualidad de saber imponerse con firmeza. Esto es lo que le falta al enfermo de colitis. Se somete y prefiere abandonar su postura para evitar conflictos. El enfermo deberá aprender a imponerse, a mantener puntos de vista que estén justificados para defenderlos con calma y firmeza. La seguridad y la autoconfianza deberán ser reforzados, así como la capacidad de comunicarse clara y abiertamente.
Conjuntivitis Una conjuntivitis indica que existe un conflicto que no queremos afrontar. Nos hace saber que debemos mirar conscientemente lo que no queremos ver y nos expresa por qué cerramos los ojos ante esa dificultad. El síntoma exige que nos enfrentemos al conflicto, siendo sinceros con nosotros mismos. Lo que no se ve, duele e irrita, hace daño. Pero el afectado se resiste a tener que ver, pues lo que ve exige demasiado de él o, sencillamente, no está de acuerdo con ello. En cierto modo tiene una actitud negativa hacia su propia visión. 117
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Lo que hay que hacer Primero, debemos aprender a saber mirar, tanto en el mundo exterior como en nosotros mismos. Tal como somos. Luego será preciso que nos interrogásemos sobre qué nos molesta o nos duele ver y qué nos impide vernos a nosotros mismos. Con cada nueva mirada, tenemos la oportunidad de ver las cosas bajo otro aspecto. Por lo tanto, debemos permitir que la realidad nos informe y armonizar sus datos del exterior con nuestro mundo íntimo y nuestra visión personal. La solución se logra cuando se elimina el conflicto, y a continuación desaparecerá la conjuntivitis.
Dependencia (en general)
La afición a las drogas está marcada por la búsqueda de la ampliación de la conciencia. La droga me estimula durante un corto tiempo, pero después, me hace sentir de una manera más intensa aún la dolorosa estrechez de mi conciencia. El drogadicto quisiera haber llegado a la meta sin haber emprendído nunca el camino, o sea, sin trabajar en sí mismo y desarrollarse. El alcoholismo borra momentáneamente los problemas y sentimientos en vez de resolverlos. La mente está aturdida y, por ello, no ve las tareas durante cierto tiempo, se siente ligero y libre, está relaj ado y alegre como si no existieran problemas, pero en cuanto disminuye el efecto, sigue, inevitablemente, la resaca. También la mama de viajar es una señal de que desearíamos llegar más lejos de lo que hemos conseguido en realidad, que queremos avanzar lo más rápidamente posible. Pero buscamos el nivel equivocado, en el exterior en vez de dirigir nuestra atención a lo interno.
No cabe duda de que casi todo el mundo lleva dentro un anhelo de afirmación personal. Nos siempre se está satisfecho de cómo se es y es frecuente tener un sentimiento de ineptitud personal para alcanzar .objetivos, Por otra parte buscamos algo más, un yo ideal, intentamos lograr otra conciencia más elevada. Pero mientras nos encontremos en la búsqueda, no vivimos aquí ni ahora, pues el mero hecho de plantear la búsqueda crea una situación en la que la finalidad parece inaseqible. Una dependencia indica que estamos pendientes de la satisfacción, que buscamos nuestro verdadero ser en vez de reconocer que ya poseemos todo lo que estamos buscando tan desesperadamente y vivimos en estado utópico. El tipo de dependencia que abrigo, indica la cualidad de mi anhelo. La dependencia del trabajo muestra que creo no rendir lo suficiente. Si no estoy contento con mis logros busco compensación en el éxito, en el buen aspecto y en el reconocimiento. Si me rechazo físicamente, encuentro una (aparente) solución, por ejemplo, en la glotonería. Pero la comida llena sólo artificialmente el vacio interior, y agrava el problema, porque después aún estaré más descontento de mi físico.
La depresión se puede manifestar de muy distintas formas, que van desde la debilidad de energía y ligero abatimiento, el cansancio, las perturbaciones del sueño, sensación de opresión, dolores de cabeza, perturbaciones del apetito, estreñimiento y pérdida de peso, hasta la apatía total. Los indicios de una depresión son tan variados e individualmente variados que puede ser difícil establecer su diagnóstico seguro.
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Lo que hay que hacer La clave de la solución radica en reconocer que encontramos satisfacción en nuestro propio ser. Cualquier búsqueda se dirige siempre hacia el futuro, pero no podemos encontrar en el futuro lo que buscamos. La búsqueda llega a su fin en cuanto nos hayamos encontrado y nos aceptemos. Habremos llegado a la meta y ya no necesitaremos la dependencia.
Depresión
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Se pueden distinguir tres clases de depresión, aunque a veces sus características son intercambiables y algo confusas. 1. La depresión por motivos físicos
Puede tener su causa en un ataque de apoplejía, un traumatismo cerebral, un tumor cerebral o la arterioesclerosis. Pero también puede ser consecuencia de un infarto cardiaco, una insuficiencia de estados dolorosos crónicos, de una infección por virus o de una perturbación de la secreción de hormonas. También puede ser causada por la ingestión de ciertos medicamentos. 2. La depresión endógena Esta clase de depresión proviene, como ya lo dice la palabra, del interior. Es frecuente que exista una predisposición que se manifiesta cuando la persona se encuentra bajo una fuerte carga psíquica. El enfermo se siente vacío, está abatido, apático, pesado y sin capacidad de experimentar sentimientos. No sólo es incapaz de manifestar alegría, amor e interés, sino que tampoco siente tristeza, ira o compasión. Le es imposible participar en los acontecimientos de su entorno, pues su sensibilidad está adormecida.
deberia reaccionar para recuperar el ritmo de vida normal. Las causas de las depresiones son a menudo: 1. U na infancia dificil, expuesta a cargas y con pocas experiencias de éxito. Pero ese período dificil de la vida también puede ser superado posteriormente, a través de un sistemático comportamiento acertado. 2. La existencia de agresiones escondidas. Quien abriga agresiones contra otras personas, pero no vive esas agresiones porque tiene la sensación de no poder defenderse, dirigirá esa agresión contra sí mismo. El depresivo sabe que no se está imponiendo lo suficiente, y esa comprobación está ligada, a menudo, a la idea de rendir insuficientemente de acuerdo a sus cualidades y de obtener pocos beneficios. 3 . Rechazo de la responsabilidad. El depresivo sabe que deberia actuar, pero se niega a soportar las consecuencias de sus actos; se niega incluso a enfrentarse a sus dificultades. Quien sospecha que sufre una depresión, debería contestar sinceramente las siguientes preguntas: • ¿He perdido la capacidad de experimentar sentimientos? • ¿Todavía hay algo que me interese? • ¿Ha disminuido mí capacidad de pensar de manera concentrada y mi fuerza de decisión, o mi placer sexual han decaído? • ¿He desarrollado una imagen negativa de mí mismo, o me afecta una autoestima perturbada? • Sufro a menudo o constantemente de trastornos del sueño?
3. La depresión psicágena Se denomina también depresión reactiva y es originada por una reacción equívocada ante las condiciones exteriores, en el curso de experiencias que la persona no ha podido superar. Dado que le es imposible asimilar sus tensiones internas, se desliga de los acontecimientos. Las personas mayores sufren de soledad cuando pierden su pareja. También tienen una sensación de duelo, en particular por la pérdida de poder prestigio. Es muy común sentirse excluido, sin haber visto todavía ninguna posibilidad de dar un nuevo sentido a su vida. Pero no es la vejez la que provoca la depresión, sino la falta de capacidad para tratar de manera conveniente el cambio de las circunstancias. La depresión ligera es normal si aparece sólo de vez en cuando y en periodos de mayor carga. Pero si el abatimiento perdura y la energía está obstruida permanentemente, se
No conviene: • Persuadir al afectado de buscar compañía alegre, o mandarlo de vacaciones o a una cura especial. • Pretender que todo esto no es tan grave y que, de todos
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La persona que contesta afírmativamente a varias de estas preguntas, es sospechosa de sufrir una depresión. Se deberá hacer lo acertado, porque se ha observado que en pocas enfermedades se cometen tantos errores en el tratamiento como en el caso de la depresión.
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modos, pasará pronto, o explicar que uno mismo había superado perfectamente algo semejante. Decir al depresivo que se domine y que no se deje caer. Desdeñar las ideas de suicidio que eventualmente sobrevienen en el deprimido, y por lo contrario es preciso estar alerta frente a ellas para ayudarle a superarlas.
Conviene: o Ayudar al otro a investigar la historia de su vida y encontrar juntos la verdadera causa. o Mostrarle que se le quiere y respeta y que se le acompaña en todo. o Estar preparado para los cambios de humor y ayudar al otro de manera paciente y cuidadosa a aclarar su conciencia para volver a ser él mismo.
que no queremos percibir ni enfrentar. Por ello, mi vida se vuelve cada vez más plana, más superficial. Sin hondura.no logramos alcanzar fuerza vital y alegría de vivir. Pero, al mismo tiempo éstas nos resultan imprescindibles, las anhelamos, porque la alegría es parte de nosotros. Si nos falta estamos más y más oprimidos, nos encontramos cada vez más presionados y ya no podemos asimilar nada nuevo. Físicamente, eso produce perturbaciones del apetito y estreñimiento. Perdemos peso porque nos perdemos a nosotros mismos. Nos volvemos apáticos porque ya no dejamos participar en la vida a nuestro yo. Los malestares nos enseñan que no somos benévolos con nosotros. o
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Algo que me oprime y me invita a eliminar la presión. Si algo en mí se encuentra bajo presión, esto se extiende a toda mi persona. Hay algo que he evadido o algo que he impedido que acontezca, por lo cual mi verdadero yo está incompleto yeso crea la opresión. Si no permito una manifestación, una «explosión», se realiza una «implosión»; la energía negativa acumulada se dispara hacia el interior. He reprimido mi verdadero ser, y ahora me encuentro en un período bajo que me obliga a adentrarme en mí mismo para salvarme. El período bajo es una invitación a admitirme a mí mismo. No me atrevía a ser yo mismo, rechazaba ver la realidad, no me aceptaba tal como soy. Pero ya hemos visto que no se puede abandonar parcelas de uno mismo sin el peligroso riesgo de traicionarse. Para eso no hay que esconder nada, no hay que temer lo que pueda encontrarse bajo las apariencias. No hay que permitir que se acumulen posibles «suciedades», sino enfrentarlas para poder eliminarlas. Por eso es tan difícil este proceso.
La «suciedad» paraliza una parte de nosotros, y nos impide llegar a la profundidad de nuestro ser, porque ahí hay algo 122
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Tal vez tengamos un infarto cardíaco o una insuficiencia cardíaca porque no permitimos la expansión de nuestros sentimientos. Así experimentamos nuestras lágrimas no lloradas, como depresiones. Un tumor cerebral o una lesión cerebral indican que nos herimos constantemente por nuestra manera de pensar. El dolor psíquico crónico intenta comunicarnos que nos estamos infligiendo dolor porque no nos admitimos. Un ataque apopléjico quiere decirnos que nos estamos paralizando cada vez más a causa de posturas equivocadas. Una infección a virus quiere mostrarnos que hemos dejado entrar algo equivocado en nuestro interior. Un trastorno hormonal demuestra que nuestro funcionamiento interior está perturbado. Una depresión provocada por medicamentos es una invitación a no intentar evadir la perturbación sino a asumirla, a eliminarla, por fin. Una depresión endógena demuestra que lo que hemos suprimido o ignorado durante tanto tiempo está «empujando» desde el interior, quiere obligarnos a que nos ocupemos de ello y aceptar lo que habiamos reprimido. La erupción suele ocurrir en un momento de carga emocional, cuando ya no podemos soportar cargas adicionales, porque se han revelado al máximo las insuficiencias psiquicas personales por mis supresiones. Nos sentimos psíquicamente vacios porque nos falta lo esencial: yo mismo. 123
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Estamos apáticos porque ya no estamos viviendo de acuerdo a nuestro yo. Nós sentimos mal porque la carga interior es cada vez más grande. Nos falta capacidad de experimentar sentimientos porque durante demasiado tiempo no los hemos admitido y los hemos pasado por alto. Bloqueándonos cada vez más, llega un momento en el que ya no podremos experimentar alegría, interés, compasión. • En el caso de una depresión psicógena, nos encontramos en una postura psíquica equivocada, desde la cual reaccionamos de manera errónea a las condiciones exteriores. Ya no asimilo las experiencias porque me está oprimiendo una carga sin resolver. Nos desligamos de los acontecimientos porque ya no tenemos capacidad para retenerlos sin que nos cause daño. Sólo asimilándolos nos defendemos de la situación. • Una depresión senil puede tener distintas causas. Por ejemplo, empieza a depender sólo una persona de sí misma, pero abandona su personalidad. Si la pareja era el sentido de su vida, si existía un «nosotros» sin estar integrado en mí, la depresión es inevitable. Si el poder y el prestigio eran el sentido de nuestra vida y perdemos ambos, no nos queda nada por lo cual valga la pena vivir. Nos sentimos apartados porque nos hemos alejado durante demasiado tiempo de nosotros mismos. Intentamos una y otra vez darle un sentido a la vida en vez de ser cada uno de nosotros mismos el sentido de nuestra vida. Tengo agresiones porque mí ira se dirige contra mí mismo. No me impongo lo suficiente porque ni siquiera me impongo frente a mí mismo. Rindo y consigo demasiado poco porque gran parte de mi capacidad está inmovilizada por mi bloqueo interior, y así no consigo lo que conseguiría si fuera yo mismo. Rechazo la responsabilidad. Debería entrar en acción, pero mi actual manera de actividad solamente reforzaria las cosas equivocadas. Asi estoy intentando cambiar a mi entorno en vez de a mi mismo.
• ¿Se admite, o se está «retirando»? ¿Si es así, por qué? • ¿Se está reprimiendo (cómo y por qué)? • ¿Está haciendo lo que quiere realmente o lo que cree que debe hacer porque los demás lo esperan de usted? • ¿Tiene la sensación de vivir realmente? • ¿Está orgulloso de sí mismo? ¿Se acepta? • ¿Está viviendo su propia vida? • ¿Se considera lo suficientemente capaz como para crear obras bellas? • ¿Sabe desprenderse de las cosas, sabe disfrutar de la vida? La única vía para salir de una depresión es vivir el propio yo. Rconocer nuestros propios valores y tener el coraje de ser lo que somos. No tiene ningún sentido vivir según un ideal inalcanzable o de acuerdo a lo que quieren los demás. De ese modo el camino de la depresión sería seguro. Para sanar no debernos luchar contra la depresión; al contrario, debemos dejarnos caer dentro de ella. Solamente en las profundidades de nuestro ser es posible enfrentarnos con lo que hemos suprimido durante tanto tiempo. Sólo allí se puede resolver. Por eso es muy importante tratar a conciencia los más profundos conflictos, permitir que salgan a la luz, admitirlos y analizarlos. . ¿Qué pensamientos y agresiones están surgiendo? ¿Qué es lo que sale a la superficie y de dónde viene? Únicamente así podemos llevar luz, sobretodo en el «período bajo», a nuestras profundidades, iluminando nuestro ser para que vuelva a aparecer lo que somos realmente.
Desvanecimientos
• Pregúntese a sí mismo «¿Me atrevo a expresarme, a manifestarme, a llorar?»
La palabra «desvanecimiento» contiene, en sí misma, el significado del término: «vano». Quien se desvanece frecuentemente muestra con ello que se siente sin poder, desfalleciente a merced de las circunstancias. Quien está afectado por una situación desagradable mientras que, al mismo tiempo, tiene la sensación de no poder resolver la tensión existente, y tampoco puede evitar la situación o el proble-
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Lo que hay que hacer
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ma, tendrá la tendencia a desvanecerse. Con ello, expresa: «[Mirad, no puedo hacer absolutamente nada, estoy sin recursos!» El desvanecimiento puede ser también una huida hacia la irresponsabilidad. Quien está desvanecido no puede ser considerado responsable, no se le puede exigir nada. Por tanto, el desvanecimiento ofrece la posibilidad de sustraerse a algo.
La medicina distingue dos clases de diabetes: Tipo 1
En esta clase de diabetes, las células que producen la insulina en el páncreas están destruidas en su mayor parte o por completo y la insulina debe ser administrada durante toda la vida. Esta clase de diabetes suele presentarse antes de los 30 años y afecta, aproximadamente, a un diez por ciento de los diabéticos. Tipo 2
Diabetes
Aquí, se trata de la llamada diabetes senil. Aparece solamente a partir de los 40 años, y, aproximadamente, un 90 por ciento de los diabéticos pertenece a este tipo. En la diabetes senil, la predisposición juega un papel importante. En la mayoría de los casos, es desencadenada por la obesidad. Aunque el cuerpo siga produciendo insulina, la cantidad ya no es suficiente.
Un cuatro por ciento aproximadamente de la población total está integrada por diabéticos. La predisposición a la diabetes es hereditaria. En la mayoría de los casos, la enfermedad es originada por sobrepeso. En casos muy raros, la enfermedad puede ser desencadenada por virus que destruyen las células productoras de insulina. En la mayoría de los casos la diabetes se detecta por casualidad. Como síntomas para diagnosticarla se puede observar una sed desmesurada, mala curación de las heridas, escozores, infecciones cutáneas y de las vías urinarias, cansancio, falta de apetito y repentina pérdida de peso. El mayor nivel de azúcar en la sangre, aunque durante mucho tiempo no cause molestias es peligroso, porque ataca las paredes de los vasos sanguíneos y las daña. A menudo los efectos de la enfermedad sólo se reconocen una vez que el daño ya es irreparable. En especial, los ojos y los riñones son afectados por los daños tardíos. Los daños de los ojos pueden ser tan grandes que pueden causar hasta la ceguera, y el colapso de los riñones puede ser consecuencia de llegar a una diabetes no reconocida. Con frecuencia se producen también perturbaciones del riego sanguíneo en las piernas, que aumenta el riesgo de infartos cardíacos o ataques apopléjicos. Para poder asimilar el azúcar de la sangre el cuerpo necesita insulina, una hormona que se forma en el páncreas. En cuanto este órgano no produce las cantidades suficientes o adecuadas de hormonas, el nivel de azúcar en la sangre sube por encima del valor normal.
Diabetes mellitus, la poliuria de azúcar, que de acuerdo a su nombre significa que el azúcar ingerido no puede ser asimilado, es decir, tratado por el cuerpo. El azúcar ha sido siempre símbolo de amor y afecto. A través de las golosinas, los abuelos demuestran su afecto al nieto, y con los dulces el obeso se consuela de sus problemas y su soledad. Por eso el azúcar es, a menudo, sinónimo de «sensaciones agradables», «amor» o «afecto». El diabético demuestra con su reacción fisica que puede recoger y, con ello, percibir el afecto y el amor (en la forma material del azúcar), pero que no los puede asimilar. Es incapaz de digerir el afecto de su entorno. Aunque el nivel de azúcar en su sangre esté aumentado en forma anormal y que por lo tanto lleve suficiente «amor» en su interior, no sabe qué hacer con él y vuelve a deshacerse de él sin transformación alguna. Con la sacarina intenta crearse un sustituto para compensar su carencia que en el fondo echa de menos y por consiguiente, traspone su vida y su comportamiento a nivel de sustituto. Pero, como sucede con la sacarina, deja a menudo un mal sabor. El diabético no soporta el afecto y el amor, aunque los
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necesite. Se los niega a sí mismo consciente o inconscientemente. No admite sus necesidades. Se vuelve incapaz de asimilar el amor y, finalmente, de darlo. Quien se distancia de esa manera de lo «dulce» de la vida, con el tiempo mostrará bastante amargura. La diabetes mellitus es desencadenada, a menudo, por crisis, choques o situaciones en las cuales toda la personalidad debe ordenarse y organizarse de nuevo: pubertad, embarazo o climaterio representan situaciones en las cuales la persona se debe enfrentar a sí misma. Finalmente, las razones individuales que pueden desencadenar la diabetes son tan variadas como la vida misma. Como ejemplo, puede servir el de un hombre que, al encontrarse de repente en el paro, tiene la sensación de ya no valer para nada en su familia. Según su opinión, ya tampoco merece el afecto de su entorno, porque ha fracasado como sostén de los suyos. Esta situación podría ser el inicio de un proceso: inseguridad y sentido de inferioridad frente a su familia como respuesta al desempleo; incapacidad de aceptar y asimilar el interés y el amor de su familia. Otro ejemplo práctico: el de un niño de cinco años que enfermó tuvo, de pronto, diabetes. Una conversación con los padres mostró que el niño se encontraba siempre en compañía de sus abuelos y familiares. Pero las dos ramas de la familia estaban enfrentadas, y el niño pronto se sintió confuso y no sabía cómo debía clasificar las caricias de la tía «mala» o qué órdenes debía obedecer. Tuvo «perturbaciones de asimilación de amor» en toda la extensión de la palabra. La diabetes indica que no aceptamos los lados «dulces» de la vida, el placer, el amor, porque creemos no merecer el afecto. Nos falta la capacidad de amar (a menudo por una decepción no asimilada), y ahora ya no nos atrevemos a admitir nuestros deseos. Estamos viviendo de un sustituto mental. La obesidad muestra que estamos arrastrando cosas superfluas; con nosotros, que intentamos ser «más» de lo que somos o que queremos ser otros. Así, tomamos una «forma distinta» porque rechazamos nuestra verdadera forma. o
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Una infección de virus es una señal de que dejamos actuar una energía ajena en nuestro interior, que algo ajeno nos está determinando. La sed quiere decir que estamos sedientos de amor, porque no nos amamos a nosotros mismos, y por eso tampoco podemos aceptar amor de los demás. Resulta, pues, una frustración afectiva que pretendemos calmar ingiriendo líquidos. La mala curación de heridas muestra que nos infligimos constantemente nuevas heridas; por eso, las antiguas no pueden sanar. Tenemos que volver a ser íntegros, y ser nosotros mismos. La picazón simboliza lo poco que nos ocupamos de nosotros mismos. El cansancio indica: «Estoy cansado de seguir como hasta ahora». Las perturbaciones de los riñones muestran, como órgano pareja que son, las perturbaciones en nuestras relaciones de pareja, la falta de armonía con uno mismo y con el otro. Las perturbaciones de la vista dicen: «Tengo que aprender a verme con otros ojos (amorosos) y no juzgarme constantemente» . El fallo cardíaco indica que nos hemos privado de amor. Entonces, en algún momento, fallará también el corazón como órgano de amor. La diabetes juvenil señala que aún no hemos aprendido a aceptarnos amorosamente y que queríamos ser distintos de lo que somos. La diabetes senil, en cambio, indica: «Me he precipitado en la vida, reconozco al fin de la misma que no soy la persona que creía ser. Como no me queda mucho tiempo, aunque sea tarde tengo que cambiar algo desde ahora».
Lo que hay que hacer Debería preguntarse sobre su postura frente a sus cualidades y valores personales y hasta qué punto se considera digno de ser amado. Debería controlar en qué medida es capaz de amar. A menudo el miedo de la sexualidad o de una posible decepción por parte de la pareja, desencadena ese tipo 129
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de reacción. Conociendo la causa de la misma, se puede modificar' el comportamiento paso a paso. Pero la invitación subyacente es siempre el amor hacia nosotros mismos, el reconocer que somos dignos de ser amados, incluso únicos. Quien ha aceptado su ser puede aceptar también amor y alegría, ya no necesita representar algo frente a sí mismo y puede permitirse el «lujos de disfrutar de su vida.
Diarrea Las excreciones del cuerpo sirven para liberarnos de sustancias inútiles o nocivas. Normalmente, esto se realiza una vez que hemos digerido los alimentos (o sea, las impresiones), y que hemos filtrado lo que es importante para nosotros. El enfermo de diarrea deja pasar los alimentos, o sea, también las nuevas impresiones mentales, sin tratamiento alguno, sin haber extraido lo útil. Por lo tanto, la diarrea demuestra el miedo, la incapacidad o la falta de voluntad para enfrentarse con las cosas y superar los problemas que se presentan. Un dicho popular resulta bastante acertado para ilustrar eso al decir: «mancharse los pantalones de miedo». La diarrea simboliza el miedo de no estar a la altura de las circunstancias, de que la vida nos exija demasiado. En vez de enfrentarse con un problema, se prefiere retirar a un lugar tranquilo y solitario para dejar su curso a los acontecimientos. No se digieren las experiencias, ni siquiera se enfrenta con ellos, sencillamente, se dejan pasar. La diarrea provoca una gran pérdida de líquido, por eso un primer remedio a suministrar consiste en administrar al cuerpo mucho líquido. El líquido es un símbolo para la flexibilidad física y mental. Se ha perdido la flexibilidad necesaria a nivel físico y mental. Tiene que ser administrada y recuperada de nuevo para que no nos «sequemos». La diarrea crónica es una señal de un miedo generalizado, de no estar en condiciones de hacer frente a la vida, mientras que la diarrea aguda indica un problema actual con el cual no queremos enfrentarnos.
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Disfagia La disfagia indica que tenemos dificultades para «tragan> ciertas cosas, situaciones o hechos, o sea, para aceptarlos. Si se trata de «huesos duros», tenemos que «roen> mucho en la vida y ciertas cosas «sencillamente, las hemos de tragar». Algunas cosas no se pueden «digerir» tan fácilmente. Todas estas expresiones muestran las relaciones entre los procesos de digestión y los acontecimientos de la vida. Tragar significa aceptar una cosa, hacerla suya. Quien no sea capaz de afrontar el alimento, a veces duro, que la vida nos depara, intentará tragar mejor con un poco de líquido, en la mayoría de los casos de naturaleza alcohólica. El excesivo consumo de alcohol provoca inapetencia. Uno se contenta con el alimento líquido que pasa tan fácilmente por la garganta y renuncia a los alimentos más sólidos porque también son los más duros. Una forma particular de disfagia es la aerofagia, que significa que se ingiere aire. El enfermo simula una disposición de tragar alimentos, pero retrocede ante el verdadero trabaj o de masticar y tragar.
Lo que hay que hacer Quien sufre de disfagia debería preguntarse cómo se podrían resolver los evidentes conflictos en su vida. O debe abandonar la tarea o fomentar su disposición y comprensión interior hacia ella. En qué consiste esa tarea mal aceptada se podrá determinar en poco tiempo a través de una breve conversación.
Dolores (en general) Los dolores son una advertencia del cuerpo imposible de ignorar, para que observemos el mensaje que nos manda. Por ello, se deberían buscar las causas del dolor y dejarse «transforman> por el mismo, dej arse llevar más allá del estado actual. Si aceptamos el dolor, ya no nos pesa, los dolores de 131
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saparecen. Por lo tanto, el dolor ofrece una oportunidad de transformación. Del mismo modo que el dolor nos 1lama la atención, también nos ayudará a hacer lo necesario para alcanzar el objetivo. El dolor es un toque de atención sobre un bloqueo en el flujo de la fuerza vital e invita a eliminarlo para que la vida pueda volver a desarrollarse libremente. A veces, puede producirse como consecuencia de una agresión no expresada en contra de otra persona o de una determinada situación vital. Por el punto en el que se produce el dolor, el cuerpo indica de qué clase de rechazo se trata. El dolor no es nunca un castigo, es una consecuencia.
Lo que hay que hacer Podemos eliminar el dolor preguntando: «¿Qué es lo que he hecho mal? ¿En qué sentido soy demasiado estrecho, crispado? ¿Dónde estoy adoptando una postura equivocada?» El dolor nos enseña que nos estamos oponiendo a algo, que tenemos una actitud negativa hacia algo. No deberíamos condenar el dolor, suprimirlo o eliminarlo con medicamentos, porque quiere llamar la atención sobre algo importante. En cuanto le dediquemos nuestra plena atención, entrando por completo en él, sintiéndolo y acogiéndolo, habrá cumplido su deber y podrá desaparecer. Si aceptamos el dolor, habremos abandonado la equivocada postura mental del rechazo, y el dolor desaparece porque se ha hecho lo necesario. Mientras se acepte la vida, no se necesita el dolor como mensajero; tampoco se puede producir porque no se acumula energía en ningún sitio, como para que se debiera tomar conciencia de ello dolorosamente. Así, el dolor es, además del conocimiento y la desgracia, la tercera vía de la evolución hacia una mayor afirmación de nosotros mismos y una mayor apertura.
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Dolores de nuca Los dolores de nuca se relacionan, generalmente, a actitudes inflexibles. Por lo tanto, son un indicio de que se debería volver a mirar el mundo exterior desde todos los ángulos, aunque duela. Son un toque de atención frente a la obstinación permanente, un llamado a la tolerancia y también a la paciencia. En vez de la obstinación, de la terquedad, deberíamos favorecer nuestra movilidad mental y respetar la opinión de los demás. En la medida en que volvamos a ser flexibles a nivel psíquico, los dolores de nuca desaparecerán. Porque el cuerpo no es más que un espejo que nos hace tomar conciencia, a veces dolorosamente, de nuestra subyacente postura mental. Un espejo solamente puede reflejar lo que existe; si no existe nada, tampoco hay nada que pueda reflejarse.
Dolores menstruales Los dolores menstruales pueden indicar un rechazo de la condición de mujer. Este rechazo se refiere al papel social de la mujer. o al ya cumplido o futuro papel de la madre. En muchos casos, la mujer tal vez esté deseando tener un. hijo, pero sabe que las circunstancias de su vida o el desinterés de su pareja no permiten un emb arazo. En ese caso, la mujer toma conciencia ante cada menstruación de que pierde una nueva «oportunidad», lo cual provoca su decepción y su sufrimiento, incluso físico. Por lo tanto, los dolores menstruales indican la falta de disposición para lo nuevo, para la verdadera tarea. El tiempo ha llegado, pero la persona aún no está preparada, se está resistiendo a ser adulto. Nuestro deber es asegurar nuestra total disposición para que algo nuevo pueda ocurrir y manifestarse a través de nuestra personalidad. Por ello, duele si queremos detenernos en un estado alcanzado, sin seguir avanzando. Es el caso de la niña cuando no quiere hacerse mujer. Desarrollarnos significa tomar la responsabilidad de nosotros mismos, y no obstaculizar el flujo de la vida. 133
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Los dolores son una invitación a dejar fluir el curso de la vida, a eliminar la estrechez de la conciencia que se manifiesta en forma de miedo, a hacerse adulto y envejecer. Esto significa también estar preparado mentalmente, a permitir de manera alegre que penetre siempre algo nuevo en nuestra vida y nosotros lo transmitamos hacia los demás. Los dolores menstruales son un mensaje para recordar que se debe vivir más «a través del vientre», a no orientarse sólo por los pensamientos o las ideas, sino a decir sí a la vida en sus distintos y fundamentales aspectos. Por lo tanto, los dolores menstruales son un llamado inequívoco a aceptar la feminidad y, por tanto, su deber especial, su reto especial. Ya no deberíamos vivir la idea que tenemos sobre nosotros mismos, sino a nosotros mismos; no deberíamos quedar detenidos, sino disfrutar del camino. Dolores menstruales ver también Trastornos menstruales.
Dureza de oído
fermo desea secretamente. Al mísmo tíempo, los problemas expresan sus .dificultades a nivel físico.
Embarazo (trastornos del) Quien se queja durante el embarazo de un aumento de síntomas físicos de enfermedad como mareos o vómitos, se está enfrentando en su interior con la nueva situación. Estos síntomas pueden indicar también un rechazo inconsciente del hijo. El gran cambio en relación ligado al hecho de tener un hijo desencadenará, casi siempre, profundas inquietudes interiores que, al fin y al cabo, son inherentes al proceso. Particularmente en las mujeres muy delgadas y frágiles, el cambio del nivel hormonal en el cuerpo provoca malestares. A nivel mental significa que, en un primer momento, esas rnuj eres no se arreglan con la «feminidad» tan evidente. En tal caso, la identificación con lo maternal, doméstico y protector, aún resulta poco habitual. Pero también en casos de dificultades y conflictos con el padre del hijo pueden producirse trastornos del embarazo, basados eventualmente en el temor de no tener ayuda para educar y alimentar al' hijo.
Quien sufre de dureza de oído no puede ni quiere oír determinadas cosas, o «le parece que no oye bien». Por su implicación mental, la dureza de oído es similar a las enfermedades oculares. Tal como el miope no ve más que lo voluminoso y claro, el duro de oído no oye más que los ruidos fuertes y especialmente extraños. Se pierden los finos matices, Por lo tanto, la dureza de oído puede indicar una manera de pensar excesívamente índiferencíada y permitir la catalogación mental. En estos casos, el duro de oído debe aprender a recibir y a distinguir también los finos matices de la vida (ver también Hemeroptai. Por otra parte, ante la «dureza» de oído se impone la comparación con un niño que «no quiere oír». Quien se niega a resolver o emprender una determinada tarea que le es exigida, quien no quiere oír la voz del destino, cuidará, a nivel fisico e inconscientemente, de asegurar la sordera. La enfermedad (o un accidente) garantizan que ocurra lo que el en-
Por lo tanto los trastornos del embarazo indican que los cambios que derivan de ese estado no son nítidos, y las consecuencias son inciertas. Me aferro a lo conocido, estoy apegada a lo antiguo, aún no estoy preparada para «expresan> lo nuevo, para entrar en un ámbito diferente de mi ser. Sin embargo, el embarazo me obliga a enfrentarme con lo nuevo, porque no puedo seguir viviendo de la misma manera lo que he vivido hasta ahora. La mujer se convierte en madre, la relación de pareja da nacimiento a la familia. Quien se marea no se siente aún a la altura de la situación, no está de acuerdo o, por lo menos, todavía no lo ha logrado por completo. Los mareos, dolores, caída de cabe-
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Lo que hay que hacer
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perturbaciones de la pigmentación, son todos mensaj es del cuerpo que se deberían tener en cuenta. A través del embarazo, los problemas no se crean, sino que se hacen visibles, evidentes. Los trastornos del embarazo son una señal de que la propia persona también debe volver a nacer. Son una especie de invitación a vivir desde
Enfermedades infantiles (en general)
fermedades infantiles son oportunidades para un necesario proceso de maduración que deberá tener lugar a otro nivel' si se suprime en éste. El proceso exterior de aprendizaje se hace necesario porque el proceso interior de maduración no ha tenido lugar. Los padres pueden ayudar mucho a sus hijos si junto a la educación general, colaboran con firmeza y ofrecen a los hijos la sabiduria de la propia experiencia para que puedan encontrarse a sí mismos, aceptarse y realizarse. El niño añadirá a la información recibida sus propias e indispensables experiencias y, podrá cumplir así con su deber de participar individualmente en la construcción de este mundo, sín haber sido deformado antes por una educación mal comprendida. Lo que el niño necesita en este tiempo difícil es una especial atención, mucha paciencia y sobre todo amor.
Enfermedad de Still
La mayoría de las enfermedades infantiles se manifiestan a través de la piel, como la varicela, la rubéola, el sarampión o la escarlatina. Dado que la piel es nuestro órgano de contacto a través del cual entramos en relación con el mundo exterior, esas afecciones indican que el niño comienza a confrontarse con las nuevas lecciones que le depara la vida. Finalmente, el proceso lo llevará a dar un nuevo paso de maduración, aunque ésta se logre algo más tarde luego de vencer conflictos. El organismo del niño se está adaptando a las circunstancias del mundo y está desarrollando los necesarios mecanismos de defensa. Las enfermedades infantiles son procesos de adaptación a nuestro mundo. Si se suprimen a través de vacunas, no tienen lugar y esto se manifiesta, más tarde, como agresión o depresión, según el temperamento. Por esta razón, es también peligroso si se sufren las enfermedades infantiles como adulto, porque si la adaptación necesaria no se ha hecho hasta entonces, será considerablemente más difícil. Las en-
La consecuencia de la enfermedad de Still es el dolor que se registra ante cualquier movimiento de las manos y de los dedos, y la incapacidad de agarrar con firmeza, lo que impide tareas normales. Esta afección es una típica «enfermedad de secretarias», considerándose como desencadenante el escribir a máquina. La verdadera causa es la sobrecarga psíquica y laboral. A nivel fisiológico, el cuerpo podría cumplir con facilidad la tarea asignada. Eso explica que no todos los empleados que trabajan el mismo número de horas en la misma tarea lleguen a tener la enfermedad de Still. Solamente se enferman con relativa frecuencia los que consideran la tarea a cumplir como excesiva o injustificada, los que trabajan por cualquier motivo a disgusto. Quien tiene una postura tan negativa frente a su trabajo cuida en ciertos casos de no estar disponible a nivel físico, porque sencillamente ya no puede mover sus manos, como su médico se lo confirma. Por sus causas, la enfermedad de Still está relacionada
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con los calambres. En este caso, el enfermo debe preguntarse también lo siguiente: • ¿En qué sentido ya no puedo seguir? • ¿En qué aspecto se me exige demasiado, o me exijo yo mismo? • ¿Me siento explotado o sobrecargado? • ¿Tengo miedo a manifestar mi descontento? • ¿Hasta qué punto espero agradecimiento y reconocimiento por mi trabajo o mi rendimiento, y no los recibo?
Enuresís nocturna La micción es la expresión física, el hecho de que necesitamas deshacernos de algo que «sobra», que queremos liberarnos de una molestia. «Orinarse encima de miedo» es otra indicación de que, en situaciones de acoso o peligro, queremos y necesitamos también en el sentido puramente físico, desembarazarnos de una presión. La enuresis nocturna no es otra cosa que la micción involuntaria, una manera inconsciente de «aliviar la presión». Se produce cuando la razón está «dormida», cuando el niño ha perdido el control sobre su conciencia y los sentimientos e ideas inconscientes se introducen al estar dormido en el «espacio del sueño», Además, esto sucede de manera tal, que a la mañana siguiente, la gente que rodea al niño se dé cuenta de lo que ha ocurrido, es decir, que perciba la protesta. La enuresis nocturna es la protesta inconsciente contra un tratamiento equivocado o contra situaciones penosas en torno a él. A menudo, el verdadero problema reside en los padres, no en el niño que moja su cama, aunque éste por lo general es débil emocionalmente. Es imprescindible que los padres afectados comprendan cómo el niño percibe su relación con el entorno y cómo valora los aspectos de la vida cotidiana, incluso en aspectos que parecen poco importantes. La enuresis nocturna del niño es una situación bastante frecuente cuando existen exigencias excesivas por parte de 138
los padres, como por ejemplo la presión que significa soportar desmedidas ambiciones de los progenitores con respecto a él. Pero también las discusiones matrimoniales o desacuerdos entre los padres acerca del método pedagógico a seguir pueden provocarle a éste «compensación de la presión». La enuresis nocturna indica: • El niño (o también el adulto) siente que se le exige demasiado. • El afectado no sabe cómo seguir adelante. Durante el dia, el niño no puede liberarse de esa presión debida a una represión demasiado fuerte; no puede dejar que las cosas vayan tal como él quisiera. Siente que no puede ser tal como es en realidad. Se le impone un patrón de comportamiento que no le corresponde. En cuanto la razón deja de influir en la persona, esa presión se resuelve. Deja correr las cosas como un bebé, se ha dado por vencido. A través de la enuresis nocturna, el niño dice: «Todavia soy tan pequeño, todavia mojo la cama. Entonces, mis padres deben ocuparse por fin de mi. Me siento postergado y descuidado».
Lo que hay que hacer Se debería dejar de imponer las ideas a los demás. No debemos exigir al niño lo que nos hubiera gustado a nosotros hacer, pero que no nos lo permitieron, sino que deberíamos ayudarle a llegar a ser él mismo. Nadie puede compensar en su hijo lo que se perdió en él mismo, lo que dejó de hacer. Los padres pueden ayudar al niño a resolver el problema de su presión si solucionan el suyo propio y si ambos consiguen ser libres de cualquier presión antinatural. La educación significa desarrollar las cualidades que están dentro del otro y no introducir las propias ideas y las propias dificultades. Así libera a su hijo de su presión interior a través del amor y la comprensión, y ya no necesitará «llorar con la vejiga».
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Erupciones cutáneas Un problema inquietante emerge a la superficie y se hace perceptible. «Escuece» continuamente y me obliga, así, a ocuparme de él, a enfrentarlo. Esto se manifiesta de una manera particularmente clara en el caso del acné juvenil. Ahi es la sexualidad la que agita al adolescente, sale a la superficie y lo obliga a enfrentarse con ella. Al mismo tiempo como es algo nuevo provoca miedo, porque conmueve al adoles-_ cente con tanta fuerza que a veces puede llegar a dominar sus actos. Otras veces aquél se siente inclinado a ocultar, es decir, a no reconocer las nuevas sensaciones, pero pronto comprende que esas manifestaciones corresponden a una energía vital norma! que debe ser armonizada, es decir, vivida con naturalidad.
una determinada postura básica, una ideología cerrada, que puede ser inatacable pero, sin embargo, falsa. En este tipo . se encontrará también una buena porción de insensibilidad, frialdad o cálculo. El segundo tipo parece ser lo contrario del primero: abierto, cordial, amable y complaciente con todo el mundo... en apariencia. Pero en lo más profundo, y de forma consciente o no, es intocable, inalcanzable. Además, sobre determinados temas que le conciernen posee una opinión firme y definitiva, que choca con la realidad. Aquí también estos temas se pueden averiguar en una conversación, discutiendo sobre distintos ámbitos conflictivos, como la familia, pareja, sexualidad, convenciones, educación y similares.
Lo que hay que hacer Esclerosis múltiple A nivel médico, las causas de la esclerosis múltiple aún no están aclaradas. Sin embargo, en una conversación con el paciente, la problemática se hace más ev.idente. Se trata de un «aislamiento por endurecimiento». En el estado inicial de la enfermedad, ya se advierte en lo externo una movilidad limitada, rigidez del cuerpo e inseguridad en los músculos. También en lo íntimo del paciente al cabo de poco tiempo aparece esa rigidez. Su tendencia es a tener su punto de vista de manera rígida. Sobre ciertos temas ya no permite una discusión y se muestra sumamente incomprensivo. A menudo, es el enfermo el que «da el tono» a la familia a través de su pretensión de dominar, utilizando la enfermedad como medio de presión. Pero es la inflexibilidad en las ideas y opiniones, la intransigencia, las que hacen que su cuerpo se vuelva igualmente rígido y estático. Podemos distinguir dos tipos distintos de enfermos de esclerosis múltiple: el tipo «duro» que muestra hacia el exterior una dureza e inflexibilidad muy notorias, que a menudo muestra cierto cinismo que hace imposible tratar con él algunos temas pues desconecta. En este paciente predomina 140
En el sentido estrictamente médico, la esclerosis múltiple provoca la formación de células muertas en la médula espinal. Estos daños se consideran irreparables. Sin embargo, la comprensión del paciente en cuanto a su rígida postura mental y una modificación de su comportamiento pueden frenar la enfermedad, con lo cual ya no se producirá ninguno de los conocidos brotes de. la misma. La esclerosis múltiple muestra, dolorosamente, que existen ámbitos del propio ser que condenamos, porque no queremos ser así. De ello resulta el deber de dejar de juzgar, de condenar, o de rechazar determinados ámbitos del ser, para vivir la unicidad y variedad del ser sin pretender manifestar tan sólo los aspectos que creemos mejores. Si ya no existe nada en nuestra personalidad que rechacemos o no deseemos dejar vivir, habremos logrado un restablecimiento.
Espalda (problemas de la) La columna vertebral presta firmeza y apoyo a! cuerpo; gracias a ella mantenemos nuestra postura erecta. Los problemas de espalda tienen que ver con la postura mental, con 141
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el apoyo y la honestidad. Indican una sobrecarga, casi siempre mental, de la cual y a menudo, no queremos darnos cuenta. Frecuentemente, tenemos también la sensación de que alguien nos está negando el apoyo que creemos necesitar, porque en la espalda se encuentra la fuente de la fuerza mental y de la fuerza en sí. En muchos casos, se tratará, más bien, de un apoyo emocional que echamos a faltar. Los dolores crónicos de espalda en el hombre son a menudo un indicio de frustración, profesional o sexual, y en la mujer, más bien se relacionan con fracasos emocionales. Los dolores en la parte inferior de la espalda muestran que existe el deseo de realizar una acción predeterminada, pero que por alguna circunstancia no puede llevarse a cabo. También puede significar una retirada mental, por ejemplo, si deseamos alejarnos de una situación o escapar a toda prisa de un asunto conflictivo. Si existen dolores de espalda, estamos arrastrando algo que ya no podemos soportar y tampoco podemos deshacernos de ello. Se puede tratar de temores, sentimientos de culpabilidad, antipatías, problemas o preocupaciones. Esta voluntad crispada, que no se traduce en acciones positivas, provoca una mala postura mental y psíquica que se manifiesta físicamente en la espalda.
Esterilidad Para la esterilidad de la mujer existen dos causas posibles: • El miedo inconsciente al parto por la responsabilidad, y el trabajo inherentes a él, o el temor de perder el atractivo. • La falta de lealtad para el embarazo. Algunas mujeres esperan suprimir, a través de un hijo, una crisis en su relación de pareja, e intentan atar al hombre por medio de un llamado a su sentido de responsabilidad. La esterilidad del hombre se puede reducir a las mismas causas. Lo interesante es que, en caso de esterilidad, ambas partes pretenderán, con toda probabilidad, que desean enormemente tener un hijo. Es probable que ese deseo se encuentre, a nivel de la razón y del intelecto, pero no a' nivel emocional. 142
Por lo menos debe exístir un sentimiento contrario de igual fuerza que impide la concepción. Tal vez exista realmente en la pareja el deseo de tener un hijo, pero no la disposición a prescindir por ello de una parte de la libertad personal. Mientras que no estemos preparados para tener un hijo, tendremos, según la ley de la resonancia, dificultades con la procreación, a pesar de todo el deseo teórico de tener un hijo. La ley de la resonancia impide que lo acertado ocurra en un momento equivocado.
Estrabismo No es ninguna coincidencia que el ser humano posea dos ojos, porque tanto a nivel fisico como mental, este orden tiene sentido. Físicamente, el hombre percibe con sus ojos el entorno. Si sólo tuviera un ojo podría reconocer un objeto solamente como existente. Mediante el segundo ojo que le procura un ángulo de visión algo diferenciado puede determinar, también, dónde se sitúa exactamente ese objeto, dónde se ha de «clasifican>. A nivel mental es parecido. El hombre posee dos ojos para poder contemplar las cosas desde dos distintos ángulos de visión, para ser flexible en su visión. En el caso del estrabismo, el hombre ve, en el fondo, dos imágenes distintas de la realidad que no coinciden, que no pueden ser concertadas. Por lo tanto, el cerebro decide suprimir una de las dos imágenes para no confundir al afectado. Asi, la persona es tuerta, tan sólo ve un aspecto de la realidad. Suprime por completo otras maneras de ver las cosas, aunque las perciba inconscientemente. Pero no puede concertar las distintas impresiones, porque parecen contradecirse en parte.
Lo que hay que hacer El estrábico debe esforzarse por ver, juzgar y clasificar las situaciones y las circunstancias también de otra manera. Tiene que volverse mentalmente más flexible. 143
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Estrés El origen del estrés está relacionado estrechamente con las causas de la nerviosidad. Se relaciona con una tensión desmesurada, pues todo es vivido como una sobrecarga que llega al agotamiento. Deriva de hábitos equivocados del pensamiento que pueden ser eliminados a través del ejercicio y sustituidos por pensamientos positivos. Los niños abandonados a si mismos, que no se encuentran bajo cargas escolares ni sufren influencias autoritarias de sus padres no conocen el estrés porque se dedican con plena conciencia y toda su atención a lo que están haciendo en ese momento. Solamente el adulto que piensa ya durante el desayuno en los negocios de la mañana, que teme durante el dia la conferencia de la noche, que estudia el periódico durante el almuerzo o planifica el siguiente dia de trabajo, puede exponerse al estrés. Una causa para el estrés es, por lo tanto, el fraccionamiento de la conciencia en varios objetivos. Otro motivo de estrés es la ambición. Quien pretende liquidar el correo acumulado durante dos semanas de vacaciones en una sola mañana, hacer por la tarde el inventario aplazado durante tanto tiempo para estar fresco, por la noche, para asistir con su mujer a una función de teatro no puede hacer más que entrar bajo estrés. Son las «razones imperiosas» las que crean tan a menudo situaciones de estrés, aunque en la mayoría de los casos lo «imperioso» no son las razones, sino nosotros mismos. Evidentemente, es agradable resolver muchos asuntos pendientes para poder dedicarse a cosas más importantes, pero no puede ser una solución presionarse de manera implacable a sí mismo. Muchos hombres de negocios pensarán, seguramente, que ciertas citas y reuniones de trabajo no se pueden aplazar; pero la mayor exigencia en el trabajo resulta de una mala planificación y de la ambición de querer sacar un provecho del ciento cincuenta por ciento de cada oportunidad. Sin embargo, el hombre no está hecho para vivir bajo presión durante las 24 horas del dia. Para cualquier persona es básicamente beneficioso darse cuenta de que no es preciso pre144
tender aprovechar todas las oportunidades, ya que la vida no cesa de ofrecerlas en abundancia. Es un arte y, al mismo tiempo, demuestra una firm~za de carácter muy interesante, adquirir la capacidad de dejar pasar alguna vez una oportunidad favorable para recuperarse mejor y acumular nuevas fuerzas para el siguiente ofrecimiento del destino. Ayuda a estar más sano y a ejercitar sus cualidades de autodominio.
Lo que hay que hacer Para combatir el estrés existen tan sólo dos vías: eliminamos las sustancias de alarma que son creadas constantemente en nuestro cuerpo, garantizan nuestra disposición para entrar en acción y preparan nuestro organismo para mayores cargas, o no dejamos que ese estado de alerta se produzca siquiera de manera excesiva. Debemos deshacernos físicamente de nuestra tensión mediante ejercicios físicos, la bicicleta u otros dispositivos de gimnasia, o no debemos dejar siquiera que se produzca tal tensión. Es necesario y, en todo caso beneficioso, que adoptemos una nueva postura frente a nuestros objetivos y a nuestra ambición de conseguir siempre todo a la mayor velocidad y a las exigencias, casi siempre injustificadas, de nuestro medio.
Fiebre del heno (ver Alergia) Flatulencia Quien ingiere demasiados alimentos distintos que no armonizan entre sí, o quien come cosas «indigestas» tendrá flatulencia. A nivel mental, esto indica que estamos confrontados con acontecimientos o hechos que no podemos «digerír» fácilmente, que no aceptamos, que crean inquietud. Nos sentimos «presionados» por resistencias o contradicciones interiores. Sentimos cómo trabajan en nuestro interior. Quien sufre frecuentemente de flatulencia debe volver a encontrar la tranquilidad interior, cumplir el trabajo metódicamente y 145
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aprender a actuar con eficacia, pero siempre con moderación, en las tareas que se le plantean. También la tolerancia frente a lo extraño y a lo nuevo puede ayudar a mejorar la «digestión» de los acontecimientos de la vida. Como frente a otras afecciones corresponde modificar la propia postura frente a la vida. La flatulencia indica: Quiero ser distinto de lo que soy. Porque no estoy en armonía conmigo mismo, me estoy comportando de una manera equivocada y tampoco me alimento correctamente. Estoy viviendo según una idea que no me corresponde y no puedo asimilar. Esto me está presionando en mi interior, me crea molestias, me obliga a hacer lo necesario para que mi vida vuelva a transcurrir en armonía con la creación. Mi comportamiento equivocado ocupa demasiado de mi propio espacio interior y me oprime porque no es el adecuado. Deja demasiado poco lugar para mi verdadera individualidad, y me produce dolor. Porque no soy yo mismo estoy confrontado con acontecimientos que no puedo digerir pues no guardan correspondencia con ninguna parte de mí. La vida me enseña, a través de mi cuerpo, que no estoy viviéndola de acuerdo a mi individualidad. Esto me crea desasosiego y perjudica mi acontecer cotidiano. Llega a «deformarme» porque esa incorrección contradice mi verdadero ser. Sentiré una resistencia interior, sabré que habrán conflictos mientras no me libere de todo aquello que es lo verdadero, lo auténtico de mi persona.
Fracturas óseas El hueso debe su particular resistencia no sólo a su dureza, sino a su elasticidad. Si se aumenta la dureza del hueso, es más propicio a la fragilidad. Una fractura ósea, aunque sea causada por un accidente aparentemente fortuito y externo tiene una causa en nuestro interior, que hemos sido obstinados en exceso, y que nos hemos vuelto inflexibles. Al mismo tiempo, la fractura ósea indica la «rotura» con la antigua situación y el inicio modificado de una situación. La escayola nos obliga a permanecer inmóviles, nos impide seguir nuestro ritmo habitual y nos hace pensar de qué manera debemos o queremos utilizar la «herramienta» en un futuro. Incluso una vez retirada la escayola, aún no podremos cargarnos con un peso demasiado exigente de responsabilidades. Debemos cuidarnos psíquica y somáticamente de conservar la moderación.
Frigidez Detrás de todos los problemas sexuales hay un contenido latente que es el miedo y la incapacidad de liberarse enteramente. Las razones de la frigidez son complejas y se asemejan en muchos puntos a las causas de la impotencia masculina. Otras causantes especiales son las siguientes:
Ante todo debemos volver a encontrarnos, admitir nuestra manera de ser y volver a centrarnos en nosotros mismos. Entonces, también se puede hacer lo adecuado en el momento preciso. En cuanto aceptemos nuestro yo, también el entorno puede ser aceptado sin que nos presionemos por ello. Quien está presionado presiona a los demás para aliviar su propia presión. Pero, si finalmente nos atrevemos a vivir la propia personalidad, las circunstancias de la vida reflejan la armonía interior.
• A la experiencia del placer sexual pertenece, de manera inseparable, el abandono de las propias ideas, de la actividad de la razón y del control. Precisamente el «autodominio» que tanto se nos ha inculcado, perturba la experiencia de una sexualidad satisfactoria. Los patrones inconscientes de conducta que son reprimidos en la vida cotidiana aparecen cuando estamos excitados y a la vez hemos perdido el control. El miedo del «desnudo psíquiCQ}}, del desamparo o también de lo penoso (imaginario) impide a muchas mujeres el abandonarse. • Las ideas de lo que una «chica decente» debe hacer o no hacer están profundamente arraigadas en muchas mujeres y determinan su comportamiento. El pensamiento de con-
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Lo que hay que hacer
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vertirse en una ramera por el hecho de admitir su propio placer, destruirá el placer de cualquier contacto sexual. Por desgracia, esta idea sigue estando muy extendida. .. El desagrado de la mujer ante el hecho bastante generalizado de ser la «sometida», de «soportan> tal trato por parte del hombre, perturba, igualmente, la experiencia de la sexualidad de la pareja. Pero por otra parte, la mujer necesita identificarse con su papel femenino y aprender a comprenderlo para que la unión de la pareja pueda transcurrir, de manera armoniosa y satisfactoria. Dentro de cada uno de nosotros existen aspectos psíquicos masculinos y femeninos. Sin embargo, antes de poder desarrollar ambos completamente, debemos aceptar primero los que corresponden al propio sexo. Sólo cuando podamos vivir la totalidad encontraremos el camino libre hacia el propio desarrollo.
Gastritis Si tragamos alimentos inadecuados o admitimos «sentimientos indigestos» ocurre lo mismo: el estómago reacciona vertiendo ácido, Dado que el ácido gástrico no es adecuado para digerir enfado, ira, miedo, agresiones y similares sentimientos, el afectado se vuelve amargo, y sus agresiones se dirigen contra él mismo. La acidez gástrica indica, por lo tanto, lo «agrio» que nos hemos vuelto. La gastritis crónica o aguda puede, por ejemplo, ser la consecuencia de: .. Una manera de vivir demasiado agitada. Quien se alimenta de demasidas informaciones distintas, quien debe, con frecuencia, «conmutar» mentalmente, quien corre de una cita a otra y no encuentra nunca tranquilidad, acabará por estar «irritado» si reacciona «sensiblemente» a ese nivel. .. «Alimentos indigestos. Quien se ve enfrentado a situaciones que no domina, a informaciones que le «pesan en el estómago», o quien se siente presionado o irritado por su 148
entorno, notará igualmente que su estómago reacciona sensiblemente. .. Alimento demasiado calientes o demasiados fríos. Simbólicamente, esto significa que nos hemos enfrentado con situaciones extremas. Pero quien se sobreestima a sí mismo o a su capacidad de absorción, necesita tranquilidad para digerir lo que ha tragado. Por eso, la terapia de la gastritis comprende dieta y la obligación de evitar cosas que pudieran causar una «irritación».
Lo que hay que hacer El enfermo del estómago debe aprender a tomar conciencia de sus sensaciones y conflictos. Tiene que aprender a superar sus impresiones para no ser superado por ellas. Tiene que aprender a «expresan> su sensación de sentirse incomprendido y sus agresiones, no tragar y acumular así los conflictos, sino a resolverlos. Sus problemas de estómago desaparecerán en la medida en que siga estos consejos.
Glaucoma' A través de la presión interior, a la que está expuesta una persona, se suma una mayor presión interior del ojo producida por el glaucoma, y de ello resulta una, limitación cada vez mayor del campo visual.
Lo que hay que hacer Se ha de aliviar en primer lugar el bloqueo emocional creado por un miedo no resuelto, la preocupación o tristeza causada por una pérdida. Como señal exterior del estancamiento emocional, los conductos lagrimales son bloqueados por lágrimas que han quedado detenidas (es decir, no se ha llorado): Es beneficioso respirar «a través de los ojos», o mejor dicho, imaginar que se respira por ellos: inspirar y expirar con el pen149
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samiento a través de los ojos. Si la respiración se relaja, se disuelve también la presión interior y volvemos a ser más libres. Mejor aún es detectar la causa que ha provocado el bloqueo emocional y enfrentarse a ella. Encontraremos, casi siempre, una depresión profundamente arraigada, y que puede durar semanas hasta que la hayamos vivido en la confrontación. Esto es doloroso, pero solamente así puede ser resuelta. Se trata de una antigua tarea que había sido descuidada y no fue resuelta. A través del aumento de la presión interior del ojo, el organismo nos obliga a ocuparnos Y' a liberarnos, por fin, de ella. Naturalmente, es muy beneficiosa la relajación profunda, el entrenamiento autógeno, la práctica del yoga, los ejercicios respiratorios, las técnicas de imaginación, la psicocibernética, la autohipnosis o los ejercicios para los ojos, según Feldenkrais y Bates. Sin embargo, si no se determina y resuelve la causa, cualquier relajamiento no puede dar más que, precisamente, un relajamiento pasajero, pero no una solución. Hemos perdido la «vista global» y estamos viendo al mundo como con anteojos. Puede que sea doloroso ocuparse de la realidad, pero es la única vía hacia la curación.
Gota La gota es una perturbación del metabolismo causada en la mayoría de los casos por una predisposición (gota primaria) y provocada por alimentos que contienen purina. Las purinas son necesarias para el cuerpo, aunque una cantidad excesiva de ellas puede provocar un ataque de gota. Por lo tanto, denota en primer lugar que existe una cantidad excesiva de determinadas sustancias que el cuerpo rechaza. De una manera figurada, esto significa que el enfermo de gota se ocupa demasiado de las mismas cosas. Hay una incapacidad o falta de voluntad de distanciarse adecuadamente del pasado, perdonar posibles ofensas, o también ideas o acciones propias y aceptar los hechos como tales. Quien mira siempre hacia atrás sin cambiar ni aprender nada de la experiencia, se está volviendo, poco a poco, amargo, ácido 150
(ácido úrico) y por ello, cada vez más inflexible en sus reacciones (dolores de articulaciones). La gota puede ser también la consecuencia de otras enfermedades relacionadas, por ejemplo, con el aumento anormal de los glóbulos blancos o rojos. También a causa de la tumefacción de los ganglios linfáticos, el cuerpo forma purinas de manera reforzada y produce la gota secundaria. Distintas afecciones renales pueden asimismo producir ataques de gota por escasa eliminación de ácido úrico. También pueden provocar la gota los excesivos esfuerzos físicos, el abuso de alcohol y la privación de alimentos. Anteriormente, ésta fue una enfermedad propia de las clases acomodadas, pero hoy en día llega a ser en un plano general una de las más frecuentes de nuestra civilización. Afecta diez veces más a hombres que a mujeres y puede pasar durante mucho tiempo sin ser advertida, hasta que se produce un ataque agudo casi siempre después de una comida copiosa, el consumo excesivo de alcohol u otra causa. El ácido úrico de la sangre se deposita en forma de cristales en las articulaciones y los riñones. De manera especialmente frecuente, son afectadas las articulaciones de los dedos y de las rodillas. A través de la progresiva inflamación de . las articulaciones, se forman los conocidos nudos de la gota. Debido a esta afección la persona se vuelve físicamente rígida e inflexible. La conciencia, bloqueada e inarticulada, acompaña esas manifestaciones de endurecimiento que afectan dolorosamente al cuerpo. Obliga a la persona a «volver en sí misma», calmarse, a abandonar sus actitudes autorita. rias y dominantes.
Lo que hay que hacer El mensaje de la enfermedad es claro: el enfermo no debe seguir pensando y lamentando lo ocurrido, culpar a los demás y quejarse por su mala suerte, sino aceptar las consecuencias de lo vivido, sugerir una conversación aclaratoria con otros afectados o transformar de cualquier otra manera adecuada su postura interior bloqueada, para dar oportunidad al desarrollo psíquico. 151
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Hematomas El tejido conjuntivo reúne las distintas partes del organismo y lo mantiene unido; da solidez y firmeza a la piel, el órgano del contacto. La debilidad del tejido conjuntivo muestra una falta de firmeza interior. Esta característica hace que los hematomas sean más o menos frecuentes, es decir, es herido con facilidad, aunque el impacto haya sido pequeño. Las perturbaciones del tejido conjuntivo indican que soy demasiado blando, demasiado dócil, susceptible de ser herido y de herirme a mí mismo. La tensión natural entre las distintas partes queda perturbada. Al tejido conjuntivo le corresponde denotar mi capacidad de reunir distintas partes, entre ellas indicar lo complaciente o lo indócil que soy, si mi ser interior es vivo y flexible o sobrecargado e irritable. Si tengo una fuerte cohesión conmigo mismo, tengo también una gran firmeza interior. Entonces es superflua una relación hacia el mundo exterior que hasta cierto grado crea dependencia. Pero si me he hecho dependiente puedo ser herido con más facilidad, porque la dependencia ya no corresponde a la tensión naturaL Al faltarme unión conmigo mismo entro, a menudo, en una relación errónea, recibiendo así heridas (los hematomas) por parte del mundo exterior. Los hematomas son los que hacen visible mi dependencia y sensibilidad. En ello participa la sangre, la sede física del alma. La vida me imprime una y otra vez un impulso (para pensar), pero también me golpea a menudo, hiriendo en el fondo a mi verdadero yo.
Lo que hay que hacer
pero constituye una invitación para encontrar firmeza en la propia personalidad. Quien no quiere perder el contacto exterior porque éste sustituye la firmeza interior de que se carece, se está engañando a sí mismo. Quien se ha encontrado a sí mismo es centrado, es vivo y firme. La vivacidad y la flexibilidad determinan la profundidad de su ser y, en consecuencia, su tejido conjuntivo es también fuerte, sólido y elástico. La belleza y la veracidad se encuentran en la propia personalidad. Quien es «verdadero» no depende de impulsos del exterior, y la vida ya no le hiere.
Hemeropía La persona que padece de una disminución de la visión cuando enfoca la luz, debería preguntarse dónde y cuándo no está en condiciones de «ver las cosas con determinada Huminación», Quien apoya su opinión en una sola manera de ver o de juzgar, quien no está en condiciones de adaptarse a circunstancias cambiantes (día-noche), sufrirá de hemeropía. Por la noche hay poca luz, por lo tanto, simbólicamente, existen escasos puntos de referencia para diferenciar todo lo existente en el mundo exterior. «Por la noche, todos los gatos son pardos», se dice y, sin embargo, los gatos son distintos los unos de los otros, lo que queda en evidencia apenas .comarcal. Por lo tanto, ser hemérope significa también «colocar en el mismo saco», sin distinción, cosas que con luz adecuada deberían ser juzgadas de una manera más diferenciada. El hemérope debe intentar ser más tolerante y objetivo e insistir menos en una opinión.
Quien sufre de debilidad del tejido conjuntivo tiene que aprender a ser menos sensible y rencoroso y a encontrar más seguridad, resistencia psíquica y confianza original. En el fondo, sólo se trata de un impulso que nos da nuestro verdadero ser para que volvamos a ser nosotros mismos. Quien vive su personalidad ya no necesita transigir en el punto equivocado y herirse con ello. El mundo exterior no puede sustituir nuestro ser interior,
La hemeropía es una invitación a cambiar la visión de las cosas y estar preparado para mirar también lo «oscuro». El hemérope debe aprender a abrir sus ojos (y su entendimiento) a todos los aspectos de la vida y estar dispuesto a ver todas las partes de la realidad.
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Lo que hay que hacer
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Hepatitis Las afecciones biliares indican dificultades en el trato con las propias agresiones. Quien no expresa su enfado está causando una perturbación en su flujo biliar. Las agresiones en sí mismas no son negativas; su naturaleza depende del modo como se las reciba. Debemos aprender primero cómo tratarlas. Quien tiene muchas preocupaciones y mucho que «roer», probablemente corre el peligro de contraer enfermedades gástricas. Pero quien se enfada continuamente por hechos concretos, sin cambiarlos ni aceptarlos, está produciendo agresiones que no tienen ninguna escapatoria; en particular, si quien las produce ni siquiera reconoce y manifiesta sus problemas. Si esa acumulación de emociones agresivas se mantiene durante mucho tiempo, se produce otro nivel de desarrollo del síntoma: los cálculos biliares. Los pensamientos negativos y amargos y las agresiones acumuladas se concentran y se convierten en piedras. Ahora, la vida se encuentra como si sufriera el impacto de un fuerte peso y, en algún momento, las energías que subyacen se manifestarán dolorosamente a través de un cólico hepático.
Lo que hay que hacer El enfermo con trastornos biliares debe aprender a admitir sus impulsos internos, a expresarlos, pero también si es necesario, a cambiar activamente su entorno, a sacar las correctas consecuencias de los actos, a defenderse para que su energía no se dirija a quíén no corresponda. Porque en el fondo, las agresiones que produce están orientadas hacía otras personas.
Hernia inguinal La hernia inguinal advierte que no estoy en condiciones de soportar una presión, una carga. Pero también puede ser una indicación de que algo antiguo en mí se ha roto. A veces, 154
la hernia ínguínal comprende incluso una indicación de arrogancia o un indicio para una tendencia al autocastigo. Sea como fuere, una hernia siempre es un llamado a resolver una presión. Esto también se puede cumplir desarrollando una postura dístinta frente a las cosas. La creatividad ha entrado en una vía equivocada y debemos volver a ajustarla, reflexionar sobre nuestra vida, encontrar una respuesta a las preguntas esenciales como, por ejemplo, su sentido, que es nuestra «tarea». Debemos controlar en qué dirección deberíamos, tal vez, corregir la vía de nuestra vida.
Herpes El herpes simplex es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de pequeñas ampollas llenas de líquido que afectan las mejillas, los labios o los genitales. Estas ampollitas indican una contradicción interna. Un conflicto latente se ha «encendido», se ha agudizado, por una causa exterior y debe ser afrontado. El herpes en la región genital es una señal inequívoca de dificultades, descontento o agresividad sexual. También los sentimientos de culpabilidad pueden desencadenar esta infección vírica que a menudo vuelve a reproducirse al cabo de algún tiempo en el mismo punto. Esto significa que la curación no ha sido radical, sino aparente, y que no se consiguió una solución definitiva. El herpes en el labio inferior indica una desarmonía existente en lo físico. Al cabo de una etapa prolongada de mala alimentación, agravada por dificultades en el aspecto sexual, se puede producir esta inflamación. En el labio superior, en cambio, el herpes se origina al aflorar tensiones mentales y psíquicas. En caso de conflictos internos que parecen sin solucíón, la afeccíón de herpes muestra la «violenta contradicción- interna (= la inflamación). La persona se encuentra bajo presión y busca «febrilmente» resolver su problema.
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Hipertensión La presión arterial ,muestra el grado y la clase de dinamismo de una persona. Resulta de la interrelación del funcionamiento de la sangre y los vasos sanguineo. Éstos corresponden a los límites que se oponen al desarrollo del propio ser. Tanto la persona afectada de hipotensión como también la persona afectada de hipertensión, evitan los conflictos existentes sin llevarlos hacia una solución. La hipertensión se produce por la constante idea de un esfuerzo sin que éste haya sido realizado y, con ello, transformado en actividad. Esto origina una excitación permanente que eleva la presión y la mantiene alta, a la espera del esfuerzo a realizar. A través de la sobrepresión se dispone, a corto plazo, de más energía, pero como no es utilizada, ésta se convierte en una hipertensión más o menos crónica. La presión arterial aumenta cuando se empieza a analizar un problema, pero vuelve a bajar apenas la persona en cuestión afronta el conflicto, hablando sobre él. La presión arteríal puede elevarse sólo con imaginarse un esfuerzo físico o una situación desagradable. Así, la sobrecarga impuesta en la actualidad al individuo crea un estado de tensión exagerada como resultante de la supresión de sus agresiones naturales, su ira, pero también su miedo y enfado. Una constante carga psíquica provoca directamente la hipertensión permanente. La persona afectada de hipertensión vive en una tensión crónica de espera, intenta brillar por su rendimiento y satisfacerse a sí misma y a los demás. En realidad, sólo está suprimiendo las manifestaciones no dominadas de la personalidad. Su educación impide que dé rienda suelta a sus emociones. La persona afectada de hipertensión se refugia en la actividad, pero sin hacer lo decisivo, que es liberarse del conflicto. Sus ideas rígidas de buen rendimiento y excelente comportamiento provocan una mayor presión interíor. La persona hipertensa está excesivamente adaptada socialmente, escrupulosa y celosa de cumplir sus deberes, pero tiene en lo hondo una reserva de agresividad muy arraigada bajo la serenidad exterior. 156
La hipertensión se presenta más a menudo en los hombres que en las mujeres, y el llamado «dominio de sí mismo» exterior suele llevar finalmente al infarto cardíaco. Esta forma del dominio de uno mismo provoca la contracción de los vasos sanguíneos. La presión de la sangre y la reacción de los vasos sanguíneos contraídos resulta una forma muy inestable de equilibrio que desemboca, en algún momento, en la catástrofe. La hipertensión puede, igualmente, ser provocada por la falta de elasticidad de los vasos sanguíneos, como la esclerosis de sus paredes, por ejemplo. Hablamos entonces de la hipertensión de la vejez. Aunque eso no es necesariarnente así, muchas personas en la vejez pierden la flexibilidad, la capacidad de adaptarse a las circunstancias. La expresión física de esa postura natural se traduce por la rigidez de los vasos sanguíneos.
Lo que hay que hacer La hipertensión es una invitación a volverse más flexible, a abandonar la ambición de querer conseguir cada vez más, que lleva a la rígidez interior. Cuando se soporta una alta presión se debería tener más en cuenta las emociones. También nos muestra el camino de nuestros propios sentimientos, el viaje interior hacia uno mismo, el amor propio bien entendido, y también a ser más «cordiales» con todos los demás. Una vez que se hace con sinceridad el esfuerzo, la presión interior disminuye, lo cual tiene un efecto positivo sobre la hipertensión.
Hipotensión Muy distinta es la situación que provoca la hipotensión. Muchas personas tienen la presión arterial demasiado baja, no tienen energía por la mañana, se sienten cansadas y abatidas. Tienen dificultades para concentrarse, se marean fácilmente, y algunas llegan a desmayarse a causa de que los 157
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órganos vitales, sobre todo el cerebro, no son irrigados suficientemente por la sangre. Estos desmayos son, al mismo tiempo, una indicación del punto en que se encuentra realmente el problema. La persona afectada de hipotensión retrocede ante las dificultades, no intenta resistirse o imponerse, sino que evita todo conflicto. Se retira ante los problemas difíciles, que es en el plano físico como si se retirara también su sangre. Esto provoca, a menudo, perturbaciones del riego sanguíneo periférico, una expresión del hecho de que no quisiera entrar en contacto con algo, que prefiere retroceder. Lo esencial ya no es vivificado suficientemente. Se sustrae al conflicto, si es necesario hasta llegar al desmayo, y pretende de ese modo quitarse su responsabilidad. Quien tiene una presión arterial demasiado baja no es firme, no se enfrenta con los problemas, no defiende debidamente sus intereses, no quiere responder de nada. Evita los retos y, a menudo hasta el de la propia sexualidad, que depende también en muchos aspectos de la presión arterial. Una persona afectada de hipotensión se retira al inconsciente. La hipotensión se presenta con frecuencia en las mujeres, quienes en casos extremos se desmayan, obligando así al entorno a ahorrarles el conflicto.
Lo que hay que hacer
fluye con más lentitud aún. También el café, solamente azucarado, ayuda a mucha gente, pero no todos lo soportan y, en caso de estrés, el café no despierta sino que produce sensación de cansancio. Si alguna vez se marea debería sentarse o acostarse, pero no permanecer inmóvil. Hay que tensar los músculos de las piernas, pedalear en el aire o por lo menos, poner las piernas en alto. En caso de sudores repentinos, debería beber porque, a menudo, la cantidad de liquido que se ingiere no asegura las necesidades mínimas, de modo que produce un colapso de la circulación. Es mejor que desarrolle alguna actividad en sus vacaciones en vez de limitarse al puro ocio. Todas estas medidas crean una actividad que refuerza la energía. Sin embargo, la verdadera ayuda sólo es aportada por un cambio de postura. La persona afectada de hipotensión debe aprender a enfrentarse a sus problemas, a dejar de retroceder, a no evadirse, y resolver activamente lo que se debe resolver.
Impotencia Si no existen razones orgánicas, la impotencia puede tener distintas causas psíquicas:
Lo. más beneficioso en caso de hipotensión es la actividad: subir por la escalera en vez de tomar el ascensor, practicar ciclismo, nadar, jugar al tenis o, según la temporada, practicar esquí de fondo, por lo menos cada dos días. El deporte indicado es aquél que le exija más actividad. Cada día, el pulso debería ser mantenido en 130 pulsaciones durante un mínimo de diez minutos. Duchas alternando entre agua caliente y fría, masajes con cepillos en dirección del corazón, y un buen desayuno con sal y sin mermelada son beneficiosos. Para la circulación sanguínea, cinco pequeñas comidas son mejor que tres grandes. El alcohol en pequeñas cantidades puede estimular la circulación sanguínea, más alcohol es pernicioso, porque dilata los vasos sanguineos y la sangre
• El hombre impotente se identifica más con su polo femenino y el papel de sometido. A menudo la impotencia es también una consecuencia del miedo a la feminidad en sí. • El hombre siente la presión de la responsabilidad física en la relación sexual, de tener que «cumplir», demostrar, enseñar u ofrecer algo a su pareja. Solamente cuando ambos han establecido un mutuo entendimiento fundado en la confianza y han hablado de sus expectativas, ese obstáculo, en las ídeas del hombre, puede ser eliminado. • El hombre rechaza inconscientemente a su pareja. • Sentimientos de culpabilidad frente a sí mismo, o frente a una pareja. En una aventura extramatrimonial iniciada, tal vez, de manera precipitada, puede ocurrir que el hombre tenga escrúpulos inconscientes, piense que está hírien-
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do a su mujer con su comportamiento y poniendo en peligro una relación qVe, por lo demás, tal vez quiera preservar. Quizás esos sentimientos de culpabilidad tienen su causa también en la idea (irreal) del hombre de que después de romperse una relación, ya no podría, estar nunca más con otra mujer. Esa clase de «juramento de amor eterno» que se había prestado en una fase del dolor puede limitar y perturbar una nueva relación hermosa y también a la componente sexual de ésta. • Le preocupa el miedo inconsciente de la propia agresión, la propia posición de poder que el hombre adopta durante el acto sexual. Solamente si el hombre se identifica con su «papeb podrá cumplir el mismo sin arrepentimiento, sentimientos de culpabilidad o falsas ideas y expectativas. • Inexperiencia, precipitación y falta de comunicación: normalmente, antes de iniciar una relación sexual la pareja debería desarrollar su mutua confiaza y conocer sus respectivos deseos. Pero si el contacto sexual se produce demasiado pronto, o si ambos son muy tímidos para hablar de su intimidad, ese contacto puede «ocurrir» de una forma más o menos superficial, con la consiguiente incomprensión o inseguridad. Por eso es imprescindible una conversación íntima previa.
Lo que hay que hacer La solución de los problemas antes citados se encuentra en el conocimiento de que en cada uno de nosotros existen aspectos psíquicos masculinos y femeninos. Sin embargo, antes de hacer un desarrollo personal completo, es necesaria una identificación total con el papel que corresponde al propio sexo. Solamente si esa parte se logra vivir por completo, la vía queda libre para el posterior desarrollo.
Infarto cardíaco El corazón es el motor de nuestra vida y, por ello, está unido estrechamente a todo lo que nos afecta. En consecuencia, 160
depende de un adecuado movimiento físico y es nuestro centro emocional, porque también nuestras emociones nos «con- . mueven». Lo comprobaremos por las expresiones acertadas que ha marcado el lenguaje popular: «El corazón nos salta de gozo». Casi se nos paraliza de un susto y a veces nos flaquea. Podemos dedicarnos a algo «con todo el corazón: y podemos «poner el corazón en algo». Lo que perturba el ritmo del corazón es siempre un movimiento demasiado rápido o demasiado lento, sea físicamente o a nivel emocional; o un sentimiento demasiado fuerte o no admitido. Los enfermos del corazón son personas que no quieren escuchar a éste y prefieren resolver todo con el cerebro. Si el corazón da un tropezón o va demasiado deprisa es siempre señal segura de «descarrilamiento», una perturbación del orden, del ritmo interior. Cuando no queremos escuchar nuestro corazón, él nos obliga a ello. Angina pectoris significa «estrechez del pecho», y se ha de entender aqui como estrechez del corazón, estrechamiento de la vida emocional, endurecimiento y dominación del ego. Un infarto cardíaco puede, literalmente, desgarrar el corazón. Si sobrevaloro mi ego y ya no dejo hablar a mi corazón, me aísla de la vida. Antes de producirse un infarto cardíaco puede tener lugar una neurosis cardíaca, un temor infundado respecto al funcionamiento del propio corazón. De este modo el corazón nos obliga a una atención especial y a una modificación de toda nuestra vida por miedo a que el corazón nos falle. El neurótico tiene miedo a un paro cardíaco, o sea, a quedar desprovisto de afecto de cordialidad. Está demasiado pendiente de su corazón, pero sin escucharlo realmente. De ese modo se produce esa estrechez en la neurosis cardíaca, que se experimenta como miedo. En la angina pectoris, esta estrechez de la vida sentimental se vive, a nivel somático, como una contracción del sistema nervioso, como un colapso. Aquí, el lenguaje popular habla de un corazón duro o incluso de piedra. Tanto en el caso de la neurosis cardíaca como en el de la angina pectoris, el corazón ya no recibe suficiente alimento, primero lo 161
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registra a nivel mental luego a nivel físico. Por eso, una persona que piensa de manera extremadamente racional parece «poco cariñosa», tiene el «corazón frío». También quien intenta dominar y manipular a los demás, o quien se «cierra» al amor después de haber perdido una persona querida, tendrá problemas cardíacos. Se conoce como infarto el momento en el que un vaso sanguíneo contraido queda obstruido por completo y el tejido del miocardio ya no es abastecido de oxígeno porque la sangre, que es su retículo, ya no puede irrigarlo. Si un infarto es leve o grave, dependerá del tamaño de la zona del corazón que quede sin riego sanguíneo. Las condiciones para un infarto cardíaco no se originan casi nunca de repente. Las primeras señales de alarma son una especie de punzadas en el corazón, dolores en el hombro que irradian a todo el brazo izquierdo, o una sensación como si se tuviera un nudo en la garganta. Esas señales pocas veces son observadas. También existe un infarto «mudo» que no produce molestias, o las causa muy levemente, lo que con frecuencia no se perciben. Se debe saber que cada infarto daña al miocardio y reduce la capacidad de funcionamiento del corazón. Por lo tanto, es importante evitar todo lo que pudiera favorecer un infarto: sobrepeso, alimentación rica en grasa y pobre en fibra, así como el tabaquismo. Pero, sobre todo, hay que tratar de una manera distinta a las cargas emocionales, tales como la ira, el miedo, la irritabilidad, el estrés y la impaciencia. El corazón es el centro vital del hombre, porque si deja de latir, se acaba nuestra vida. Mientras estoy vivo, mi corazón late ininterrumpidamente, o sea, no puedo detenerme, hay que seguir siempre adelante. Si yo me estoy atascando, mi corazón tampoco puede latir con libertad. Esto se produce, sobre todo, a través de la sobrevaloración del intelecto. Cuanto menos vivo realmente, cuanto menos vivo desde el corazón, más energía le quíto a ese noble órgano.
Frente a todos los trastornos del corazón, deberiamos pre-
guntarnos si todavía nuestro corazón está del todo vivo al tomar decisiones o si sólo decidimos con el cerebro. Porque el trastorno comprende siempre una invitación a escuchar más el corazón, los sentimientos y la intuición. No deberíamos enfrentarnos a los hechos a expensas sólo del intelecto, ni vivir únicamente a través de él. Porque el intelecto y el amor se estorban mutuamente. Deberíamos preguntarnos también si todavía «tenernos corazón para nosotros mismos, para nuestros intereses y nuestras necesidades», y qué es lo que, eventualmente, nos «pesa en el corazón». Lo que nos preocupa debería ser expresado para que no se convierta en un peso permanente para nosotros. Vivir desde el corazón significa dejar fluir, dejar que la vida ocurra, vivir en la levedad del ser. Significa no preocuparse por todo, complicarse, e intentar hacer siempre todo perfectamente, porque si vivimos desde el corazón, también nuestros actos serán correctos; quien sigue el camino del corazón y vive su verdadero ser ya no necesita ser confirmado desde afuera. Nos hemos reconocido a nosotros mismos, nos hemos encontrado y nos damos tal como somos. Nos amamos y nos vivimos a nosotros mismos, ya no vivimos desde el saber (cerebro), sino desde la sabiduría del corazón, el centro del ser. Los trastornos del ritmo cardíaco pueden manifestarse como «tropiezos del corazón», como latidos más fuertes que llegan a la taquicardia, como estados de vértigo y pulso irregular. Los trastornos graves del ritmo cardíaco deberían ser tratados, en todos los casos, porque la perturbación del funcionamiento cardíaco perjudica la circulación sanguínea, y el abastecimiento de oxígeno de los distintos órganos ya no está garantizado en una medida suficiente. El hombre tiene dos centros: el corazón y el cerebro, o sea, los sentimientos y la razón. En caso de los trastornos del ritmo cardíaco, el corazón se vuelve desacompasado porque su portador ya no se mueve, porque se ha quedado rígido a nivel emocional. Su razón lo guía y no permite un espacio suficiente a sus sentimientos. A través de su «desearrilamiento», el corazón obliga al enfermo a volver a es-
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Lo que hay que hacer
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cuchar lo más interior de sí mismo. Demasiado pensamiento lleva a la pérdida del centro, del yo más -íntimo, y a su vez el alejamiento del yo conduce a la angustia. La palabra angustia viene del latín angustus y significa estrecho. A veces la angustia, los miedos delirantes, la incertidumbre ansiosa y constante llevan al desequilibrio del organismo y multiplican el trabajo del corazón. Muchas veces se producen cambios de ritmo. En una persona armoniosa, en cambio, el corazón y el cerebro, la razón y los sentimientos, se encuentran en equilibrio, ha encontrado su centro. Por lo tanto, no se debería hacer nada «a medias»; es mejor «regalar nuestro corazón: para ganarnos por completo.
Infecciones (en general) Cualquier infección indica un conflicto que no ha sido resuelto a nivel de la conciencia. A menudo, no advertimos tal conflicto, no lo admitimos o intentamos evitar reconocerlo, obligando así a la vida a que nos lo haga consciente a otro nivel, Es el dolor que ya no se puede evitar el que nos anima a enfrentarnos al problema. La energía del conflicto atrae gérmenes patógenos (virus, bacterias, toxinas) y los concentra en la parte del cuerpo que corresponde al ámbito conflictivo psíquico-mental. En este sentido, las partes afectadas del cuerpo hablan un lenguaj e claro, y el conflicto se manifiesta en forma de una inflamación. Cuando ésta es aguda indica una causa actual; una inflamación crónica, en cambio, señala un conflicto antiguo y permanente sin resolver, pero ambas manifestaciones son una clara invitación a ocuparse, por fin, de la tarea indicada y de su solución. La inflamación se produce porque no se ha enfrentado voluntariamente con una obligación, una tarea o un problema, sino que los ha eludido.
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110 es presentarse a la primera llamada para estar libre para una nueva tarea de la vida. En la mayoría de los casos, esto. significa tomar una decisión y aplicarla 'de manera conse- _ _ cuente.
Inferioridad (sentimientos de) Los sentimientos de inferioridad nos hacen creer que tal como somos, no merecemos ser amados. Deseando serlo con mayor razón, puesto que no nos amamos a nosotros mismos, intentamos volvernos más dignos de ser amados. Obedecemos, somos aplicados, nos volvemos cada vez más listos y competentes, tal vez incluso ricos y famosos. Toda nuestra vida habrá cambiado, menos los sentimientos de inferioridad. Pensamos: «A la gente les gusto así, ¿pero me quieren realmente? Y si me quieren, ¿no me quieren sólo por mis capacidades, mi riqueza?» Debemos reconocer que, de esta manera, no podemos eliminar nuestros sentimientos de inferioridad, sino que, al contrario, nos estamos bloqueando aún más el camino hacia el verdadero yo.
Lo que hay que hacer Tenemos que enfrentarnos a tiempo con nuestros sentimientos de inferioridad, tomar conciencia de quién somos en realidad. Existe un modo sencillo para ser amado: empezando a amar. Los campesinos saben que sólo pueden cosechar lo que han sembrado. Por eso deberíamos dar, conscientemente, los dos pasos que nos acercan a la solución:
El mensaje de enfrentarme a la tarea será recibido reiteradamente hasta que la haya resuelto. Por lo tanto, lo más senci-
1. Tomo conciencia de la imagen que tengo de mí mismo y creo una imagen positiva para que pueda empezar por amarme a mí mismo. Me acepto en forma incondicional a lo que auténticamente soy. 2. Empiezo a dar amor donde me sea posible, sin ocuparme de lo que recibo a cambio, porque el amor no es ningún trueque. Me convierto, cada vez más, en alguien que ama de verdad y esto me hace tan digno de ser amado que
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seré amado por los demás, aunque ahora ya no lo necesite, porque me estoy dando a mí mismo el amor del cual siempre me había privado. Ya no habrá lugar para sentimientos de inferioridad. e
Insomnio Dormir supone una confianza original y la capacidad de limitar actividades y abandonar el control, ya que durante el sueño vuelven a salir a la superficie de la conciencia sentimientos e ideas que no escuchamos y que fueron relegados durante el día al subconsciente. Quien tiene problemas para dormir debería concluir el día conscientemente, abandonarse lleno de confianza a la noche, y no pensar ya en el día siguiente. La gente mayor necesita menos horas de sueño que los más jóvenes, y después de los 70 años el promedio es de unas cinco o seis, aunque se suele no contar el tiempo de las siestas que hace mucha gente mayor. Ese tiempo complementario que se duerme de día influye en el sueño nocturno de las personas, que se despiertan durante la noche, y por lo general sobreestiman su desvelo y la sensación de que duermen muy poco. Mucha gente se inquieta, pues debido a su reducida necesidad de sueño se despiertan muy temprano por la mañana, y hasta antes del amanecer. En esos casos, puede ser beneficioso que antes de iniciar el descanso nocturno se haga un largo paseo o se escuche un buen programa de música, se haga relajación o se medite. También por la mañana un paseo, una buena lectura o música, pueden ayudar a empezar bien el dia. Para las perturbaciones del sueño existen distintas causas: Quien no es capaz de desligarse de los acontecimientos del día, quien tiene muchas responsabilidades y quiere estar preparado, incluso sin respetar las horas de sueño para tomar decisiones, quien no puede desconectar su funcionamiento intelectual, sufrirá probablemente perturbaciones. e Quien genera una imagen artificial de sí mismo ante su e
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entorno, quien no quiere mostrarse tal como es realmente, quien tiene miedo de sus propios «lados oscuros» (miedos nocturnos), quien "reprime partes de su personalidad y no quiere admitir su existencia, quien tiene temores que no quisiera admitir, temerá también a la noche. Quien teme a la muerte experimentará temor, tambíén, a la noche, en la cual está consciente de una manera distinta, como amenazadora. Quien quiere siempre llevar el control, quien no sabe abandonar o dejar ocurrir, quien no quiere subordinarse o experimentar el sueño como «impotencia», tampoco sabrá abandonarse a él.
Pero también las causas externas pueden tener la culpa de no conciliar el sueño: una cama incómoda, una habitación con una temperatura inadecuada, alimentos pesados antes de acostarse, asi como bebidas estimulantes (café, cola, té, alcohol), y medicamentos que contienen cafeína; los ruidos molestos y, sobre todo la presencia de distintos tipos de dolores de cabeza, de muelas, de estómago o reumáticos pueden alej ar o perturbar el sueño. Los somníferos no son una vía adecuada para conseguir un sueño reparador y, en su caso, sólo se deberían tomar cuando hay un cambio de ritmo en el horario, por ejemplo, después de largos viajes en avión; o cuando se soporta una carga aguda, por ejemplo, después de una operación quirúrgica. Casi nadie sufre realmente de falta de sueño, porque el cuerpo consigue el sueño que necesita, si es necesario incluso durante el día. Por eso, el sueño no debería convertirse en obligación. A menudo, el deseo de dormir es, en el fondo, una huida de una vida sin contenido. La condición para un sueño pacífico y reparador es el equilibrio espiritual y un cuerpo cansado. Nuestro organismo es un aparato cinético; por lo tanto, deberíamos moverlo lo suficiente, de modo que estemos realmente cansados cuando nos vayamos a la cama.
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Lo que hay que hacer
Tal como limpiamos nuestro cuerpo lavándolo, lavarse es también un símbolo de la limpieza interior, retirando toda suciedad. Por algo es que después de un abundante baño nos sentimos realmente limpios. En el exterior, tanto como en el interior, nos hemos distanciado de cosas o problemas desagradables e impuros. En este contexto, el ansia obsesiva de lavar muestra claramente el intento de limpiarse de una culpa real o imaginaria. Este fenómeno se encuentra, con frecuencia, en adolescentes que quieren distanciarse de su (creciente) sexualidad, que quieren distanciarse de las sensaciones impuras. Intentan calmar la mala conciencia a través de una compensación exterior.
prever lo nuevo que nos espera. A nivel mental esto significa que el). un viaje nos desplazamos a lugares de nuestro ser que no nos son familiares. El aferrarnos a lo conocido y el miedo a lo desconocido hace que nos dé vértigo y mareo. Además, muchas personas en su viaje reciben influencias de otra gente; ellas mismas no ejercen ningún predominio en el destino y el recorrido. Por eso los viajeros en su mayoría, no tienen ningún problema cuando conducen ellos mismos; sólo se marean cuando viajan como acompañantes, porque entonces son dependientes y no pueden intervenir en los acontecimientos. Por ello, el mareo en viajes es también el miedo de no poder dominar la situación, de tener que confiar en otros, de no poder llevar la vida por uno mismo, sino de vivir a través de otros. Al viajar en autobús, dependemos de otros. Uno decide y todos siguen. No somos más que uno entre una multitud, tenemos que participar. Al volar nos suben a alturas que nos dan vértigo. Avanzamos demasiado rápido y tenemos miedo de caernos, preferiríamos quedarnos en tierra. También el que no está sentado en dirección del viaje, o sea, que viaja en sentido inverso o «al revés», sufre a menudo de vértigo. Por lo tanto, el mareo en viajes es señal de una insuficiente disposición o capacidad de abandonar, de dejar ocurrir las cosas y confiar en otros.
Lo que hay que hacer
Lo que hay que hacer
Quien está sujeto a un ansia obsesiva de limpieza debería intentar, por consiguiente, compensar una culpa que se haya producido en la realidad o modificar y corregir su postura equivocada frente a los hechos que causan una culpabilidad imaginaria.
La falta de integración en la seguridad de la comunidad y la voluntad inconsciente de controlar todo, causan un miedo inconsciente a la posibilidad de hechos inevitables en determinada situación. La tarea que se le presenta al afectado es la de abandonarse, de dejar. ocurrir y de confiar en cada situación en su centro personal. El mundo es maravilloso si vivimos con él y no en contra de él, si confiamos como observador silencioso en la seguridad de la creación y sabemos que «todo está bien tal como es».
El insomne debe aprender: • a soltar, • a abandonarse, • a aceptarse como ser perfecto, «oscuro», • a abandonar su poder, a subordinarse, • a perder el temor a la muerte.
Manía de limpieza
Mareo en viajes (coche, avión, barco) Un viaje requiere la asimilación de muchas nuevas impresiones. Abandonamos la seguridad del entorno que nos es familiar y nos movemos en regiones desconocidas, sin poder 168
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Miopía La miopía es una expresión que refleja él miedo al mundo exterior. Quien no quiere mirar de frente los hechos de la vida, vive de manera miope. Se volverá miope si no aprende a afrontar las responsabilidades de la vida. La miopía es particularmente frecuente en la juventud, porque al joven le falta aún la visión del conjunto, la previsión. Todavía no quiere ver el futuro (la lejanía), sólo le interesa el momento y, por lo tanto, todavía no ve lejos. Sin embargo, la miopía puede reducirse de manera espectacular a partir de los veinte años, probablemente en la medida en la que se gana «vista». Los ojos, como la mayoría de los demás órganos, son influidos por la actividad nerviosa del simpático y del parasimpático (simpático = sistema nervioso autónomo; parasimpático pertenece al sistema nervioso vegetativo de efecto contrario). Las personas miopes se corresponden, a menudo, al «parasimpático», pues son más equilibradas emocionalmente, más tolerantes y más ordenadas. Tienen la tendencia a retirarse de las cosas exteriores para fortalecer el crecimiento interior. Una persona miope puede distinguir muy bien las cosas cercanas, mientras que las más lejanas se le parecen como borrosas. La presión para obtener un óptimo rendimiento y el estrés están entre las causantes de esta irregularidad de la visión, pero, sobre todo, la preferencia por los alimentos dulces y una dieta deficiente ayudan a su desarrollo. La nutrición escasa determina su gran incidencia en los países pobres del Tercer Mundo. Las personas miopes, a menudo dan muestras de una postura mental estrecha, limitada por el temor al futuro y el miedo a la aversión a vivencias y observar con claridad los problemas para encararlos con plena responsabilidad. Esa actitud está ligada también con la timidez y la introversión desmedida. Entre los intelectuales, el número de miopes es particularmente alto. De ello se puede sacar la conclusión de que la miopía tiene sus causas en el acentuado «trabajo cercano», como por ejemplo la lectura. Pero también puede tener
otra interpretación, o sea, que una persona introvertida, por lo general, lee más y, por consiguiente es más instruida, a expensas del fortalecimiento de su visión cercana. El tipo leptósomo (conformación corporal delgada con miembros delgados) se considera como propicio a la miopia. En él predominan algunas caracteristicas de la personalidad, como el miedo a las aprensiones y su inhibición para manifestar esos sentimientos de manera adecuada. Se puede considerar como introvertido y orientado hacia sí mismo. También es evidente su particular tipo respiratorio. En el cuerpo del miope, se distinguen indicios de que anteriores y reiteradas experiencias como el miedo, los sustos y las impresiones familiares no han sido superadas, sino bloqueadas, han permanecido estancadas. El pecho suele ser plano para impedir la inspiración completa, antes de que los sentimientos avasalladores lleguen al interior. Por lo tanto, el principal bloqueo muscular en el miope no se encuentra en los ojos, sino en el cuerpo, y bloquea el flujo de energía antes de que llegue a los ojos. Si esta fase de inhibición y de rechazo a la receptividad no evoluciona, la consecuencia puede traducirse en el trastorno visual mencionado. Por lo tanto la miopía es con frecuencia la expresión de una excesiva subjetividad. Se ve todo desde la propia perspectiva. Con ello, justamente, la miopía quiere obligar a mirarse de una vez a sí mismo, para ver lo evidente. Pero el miope no quiere reconocerlo y así el sintoma le exige mirarse a sí mismo para conocerse. La miopía es siempre un mensaje para mirarse y percibirse a sí mismo y sacar las consecuencias adecuadas. El miope no suele comprender el mensaje y se aleja, retirándose íntimamente sin percibirse o, por lo menos, mirarse. Así, llega a ser más bien tímido, inhibido y «espiritualizado». Es menos excitable y controla más sus emociones que otras personas. A nivel social es más adaptado que una persona de vista normal. Evita las dificultades o las soporta con paciencia, sin quejarse durante mucho más tiempo que la mayoría de la gente. De una comparación entre pueblos resulta que en China existen tres veces más miopes que présbitas, mientras que en
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Japón, hay incluso seis veces más personas miopes que présbitas. Esto significa que más del 50 por ciento de los japoneses son miopes. Es el porcentaje más alto que se ha registrado en un pueblo, y es comprensible si tenemos en consideración que parte de la educación del japonés consiste en el no mostrar sus sentimientos, sino ocultarlos detrás de una sonrisa, de no contradecir a los demás y de adaptarse al grupo o a la comunidad.
El origen de la miopía La miopía suele aparecer entre los 12 y los 16 años, y se ofrece la llamada «teoría del trabajo cercano», porque a esa edad los jóvenes tienen que hacer mucho trabajo cercano en el colegio y en casa. También es el período de la pubertad, un período en el cual la vista, igualmente a nivel mental, se dirige hacia lo cercano, porque se han de superar considerables cambios. El adolescente toma conciencia de su sexo, al mismo tiempo que se desarrolla su ser social, razón por la cual, en ese tiempo, le gusta formar parte de un grupo. La naturaleza «quiere», por lo tanto, que se ocupe más de si mismo para realizar el desenvolvimiento necesario. Es evidente el hecho de que muchos estudiantes de bachillerato se vuelven miopes, mientras que la miopía en los estudiantes de enseñanza básica es menos frecuente. Esto podría inducir a relacionar la miopía con la cultura, pero en contra de ello habla el hecho de que también un 70 por ciento de las trabajadoras del textil sufra de miopía si su trabajo exige la constante atención visual hacia lo cercano. Lo mismo sucede respecto a los tipógrafos. Pero si la culpa es del trabajo, ¿por qué no se vuelven todos miopes? Tenemos que tomar en cuenta la herencia genética, porque la miopia se puede producir también en base a una anomalía ocular hereditaria. Por lo tanto, se ha de buscar también un «factor de predisposición» que juega, probablemente, el papel determinante para la aparición del síntoma. Si ese factor de predisposición se considera válido, la supresión o, por lo menos, la atenuación de ese factor, debería llevar a la reducción de la miopía o incluso a su eliminación.
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Hacia esta dirección apunta el «entrenamiento aculan>, desarrollado originalmente por el C?ftalmólol.go ameri?ano Dr. Bates, pero que, entre tanto, ha SIdo amp Jada y mejorado considerablemente, entre otros por el famoso escritor AIdous Huxley. Bates considera la miopía como consecuencia de contracciones crónicas de la musculatura exterior del ojo, lo cual, seguramente, es cierto. Queda la pregunta: ¿Qué es lo que provoca la contracción crónica de esa musculatura? Recogiendo también los factores psicológicos, muchos entrenadores de la vista incluyen, en su terapia, la respiratoria y otras formas especiales relacionadas con la imaginación. En mi propia práctica ha dado resultados, sobre todo la aplicación de técnicas de reencarnación, porque las debilidades visuales desaparecían o mejoraban mucho, inmediatamente después de un «retorno» en el cual ni siquiera habían sido tocadas. Es notorio que se consigue con ello una «visión distinta de las cosas» , lo cual tiene también un efecto inmediato en los oj os. Sin embargo, todas estas terapias tienen una desventaja: son eficaces cuando ya existe una deformación ocular. Mucho más importante sería no dejar que se produjera esa «visión equivocada» de las cosas, influyendo a tiempo en la postura psíquica. Esto se podría conseguir a través de una vida lo más libre posible de angustias o de una asimilación y eliminación inmediata de la angustia. Lo cual requiere higiene mental y la transmisión de una filosofía general de la vida, desde la adolescencia, para que las crispaciones no se produzcan o que puedan, por lo menos, ser combatidas precozmente.
Náuseas y vómitos Las náuseas y los vómitos indican que algo nos está pesando en el estómago. También un problema puede pesarnos en el estómago y quitarnos el apetito. Las situaciones desagradables y los problemas pueden, como se ve, provocar malestar fisico, y el último resultado será que volvamos a deshacernos de lo que 173
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nos estorba y que nos hemos exigido a nivel mental: vomitando. Las náuseas señalan el rechazo de algo que no deseamos. Pero también una mezcla salvaje de alimentos, o sea, la ocupación de demasiadas cosas distintas a la vez, puede provocar náuseas y vómitos. Nos deshacemos de cosas e impresiones que no queremos asimilar, que no podemos integrar. Los vómitos son una masiva expresión de defensa y rechazo. Esto se manifiesta, en especial, en los vómitos durante el embarazo. Las náuseas se producen si tomo conciencia de algo de lo que quisiera que no hubiera ocurrido. Los vómitos son una expresión total de defensa y de rechazo contra algo con lo cual he entrado en contacto, no pudiendo (o no queriendo) aceptar. Al vomitar vuelvo a expulsar lo que es indigesto o nocivo para mí, aunque sea sólo a nivel físico. Me gustaría hacerlo también a nivel mental, pero no veo ninguna vía para ello.
didad o porque no quiere ceder a la voluntad de otra persona (tal vez por oposición o por una suerte de capricho), se sentirá agitado en su interior por la lucha de distintas energías. 2. También el miedo puede provocar una notable excitación. Quien tiene miedo de una determinada situación o tarea y, por lo tanto, la evita, es probable que acuse gran nerviosismo porque espera subconscientemente que lo produzca. Tales situaciones pueden ser: • conflictos inconscientes o no expresados con su pareja; • una visita al médico que ha sido pospuesta una y otra vez;
• la próxima clase tan temida para aprender a conducir, u otros exámenes. 3. Una alimentación incorrecta puede ser la causa de una aguda nerviosidad. Quien ingiere cantidades excesívas de azúcar, café o té puede sentirse excitado, a continuación, debido a una actividad exagerada del metabolismo.
1. El saber, desde una convicción interna, que estamos llamados a realizar determinados actos y llegar a consecuencias indeseables, puede desencadenar una gran excitación nerviosa. Quien reprime un conocimiento a cambio de como-
El nervioso no necesita un medicamento para tranquilizarse, sino una nueva postura positiva frente a la vida, los problemas y las tareas. El ejecutivo nervioso debe aprender que no es de ningún modo acertado hacer todo lo importante por sí mismo, sino que debe aprender a delegar funciones. La madre nerviosa debe aprender que para su hijo no es beneficioso su excesiva ansia protectora. Esa actitud, a la vez que le produce un nerviosismo permanente a la madre, constituye el germen de un verdadero problema para el hijo. El empleado nervioso debe reconocer que tiene derecho a cometer errores, a equivocarse en las conversaciones con los clientes o a cometer faltas cuando escribe a máquina. La ambición exagerada, la propia inocencia o el temor a la crítica, representan en ese caso los verdaderos problemas, no la nerviosidad, que se produce como consecuencia lógica. Las razones de la nerviosidad son tan múltiples como la vida misma y deben ser averiguadas en un balance detallado de la personalidad. El nerviosismo indica siempre una presión interior que se crea porque algo no es tal como nos gustaria que fuera.
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Lo que hay que hacer Lo importante es que no sigamos ocupándonos del error o de la situación que rechazamos, sino que busquemos posibilidades de solución y que la realicemos. Puede tratarse de un cambio de la situación no deseada o de nuestra postura frente a ella. Ambas cosas conllevan a que se termine el rechazo, y como consecuencia, a que desaparezcan también las naúseas.
Nerviosidad La nerviosidad puede tener distintas causas:
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Demuestra una falta de serenidad, que nace del deseo de rendir más de lo que se puede y del miedo a no corresponder a su elevada norma interior. La nerviosidad es el temor al fracaso, sobre todo si intentamos cumplir con todas las exigencias hacia nosotros.
Lo que hay que hacer No deberá nuestra tarea vital cumplir con las expectativas de otros o con un ideal que nos hemos puesto nosotros mismos y que nos presiona. Nadie puede exigir más que el que hagamos las cosas lo mejor que podamos, tampoco nosotros tendríamos que exigir más de nosotros mismos. Lo correcto es cumplir con alegría y lo mejor posible con las obligaciones y no querer ser distintos de lo que somos. En cuanto admitimos nuestra manera de ser y dejamos de querer ser perfectos, la intranquilidad y la excitación nerviosa desaparecen, para ser sustituidos por una beneficiosa serenidad.
lo que cueste, que en realidad no hace más que cubrir dificultades existentes y disonancias.
Lo que hay que hacer En caso de dificultades del trigémino, debemos preguntarnos: • ¿Qué aspectos de mi vida preferiría no admitir siquiera? • ¿Estoy rehuyendo consecuencias importantes porque soy cómodo o miedoso? • ¿Me estoy aferrando a algo obsoleto, aunque sé desde hace mucho tiempo que un cambio es necesario?
Obesidad
El trigémino es un nervio que puede ser considerado para su estudio en tres partes que inerva los laterales de la cabeza y la zona superior, media e inferior de la cara. A nivel energético (no fisiológico), esta línea nerviosa transmite impresiones de sentidos del ámbito de recepción (cara) al ámbito de transmisión (cerebro). Los conocimientos obtenidos son transmitidos para su clasificación. Si registramos impresiones que rechazamos o que no queremos o podemos incluir en nuestros pensamientos, producimos, a nivel mental, una segunda energía contraria que perturba y obstaculiza el estímulo recogido, o sea, el conocimiento. Los pacientes de neuralgia del trigémino reciben un mensaje del destino para percibir en su vida determinadas relaciones y a extraer las correspondientes consecuencias de ellas de una manera consciente. Sin embargo, rehuyen estas consecuencias porque temen posibles conflictos, agresiones o situaciones desagradables. Se simula un mundo intacto, cueste
La interrelación entre cuerpo y alma se manifiesta en forma nítida en las costumbres alimenticias. Ya para el lactante, la alimentación no es sólo la satisfacción de una necesidad básica, sino, además, la oportunidad para gozar de cuidados y amor. Esta relación se mantiene durante toda la vida de una manera más o menos fuerte. Si más tarde nos falta seguridad y tenemos la sensación de no ser lo bastante amados, un instinto original nos empuja a comer más para así volver a recuperar la seguridad anterior. Naturalmente, la necesidad de amor no puede ser colmada de esta manera. Podemos comer abundantemente, pero no estar satisfechos. El vacío interior sigue existiendo. También el aburrimiento y una vida insatisfactoria desencadenan un mecanismo semejante. En realidad, tenemos necesidad de afecto, de reconocimiento, de seguridad. Por algo se dice en lenguaje popular: «El amor pasa por el estómago». Si cuando niños nos portábamos particularmente bien o si nos había correspondido vívir algún hecho desagradable, nuestra madre nos recompensaba con alguna golosína y así, más tarde, nos recompensamos a nosotros mismos si la vida no lo hace. Eso origina la «gordura de aflicción», que constituye una nueva frustración y el aumento de preocupaciones que se tratan de olvidar mediante más comida. También el deseo de cariño y compañía se manifiesta
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Neuralgia del trigémino
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físicamente corno «hambre», y satisfaciéndola se engorda y por tanto aumenta nuestra superficie de contacto, la piel. En teoría, de ese modo también aumenta la posibilidad de relación, de «contacto» con otras personas. Además, la obesidad resultante garantizaria que es casi imposible ignorar una figura tan rotunda. Por lo tanto, detrás de los deseos exagerados de comer hay una debilidad del yo que debe ser compensada por afecto desde el exterior, lo que, corno es obvio, no aporta ninguna solución. Pero esa debilidad del yo causa de nuevo falta de éxito o incluso temores que son compensados de nuevo volviendo a ingerir alimentos. Los miedos y frustraciones son soportados llenando el vacío interior con comida. Pero lo que se busca en realidad es contacto, seguridad, cariño, éxito, reconocimiento y amor. Así, el obeso arrastra dificultades que le hacen la vida pesada, y le dan, sobre todo, una equivocada imagen de si mismo. En su profunda intimidad sabe que, en el fondo de su ser, no es así. Rechaza su manera de ser. Por eso, la energía vital no puede fluir libremente, y los problemas sin resolver le acompañan corno un peso extraño y externo haciendo su vida doblemente pesada. Por lo tanto, tiene que aprender a suprimir su fachada, a eliminar bloqueos, a dejar de interpretar papeles y a retirar el muro de su defensa. Porque su vida tan sólo es pesada porque él mismo lo determina con su comportamiento amurallado. Si tomo la vida con exagerada seriedad, significa también que la vida es dura conmigo. Constantemente me pongo obstáculos a mí mismo, a mi verdadero yo. Mi vida es monótona, aburrida, porque yo le impido fluir libremente y enriquecer plenamente cada momento. El obeso no sólo se rechaza a si mismo, sino que en la mayoría de los casos también rechaza todo lo que lo rodea. Lo que le molesta en su entorno le molesta, en realidad, en si mismo. Debería dejar de querer ser corno lo quieren los demás, siendo cabalmente él mismo. Si en realidad es él mismo, no tiene necesidad de ser el centro de atención, ya no todo gira alrededor de su limitado «yo», porque él vive en el centro de su ser, descansando en si mismo, en su propio
centro, es el motivo de su vida y puede admitir a los demás con todo respeto, tal corno son.
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Lo que hay que hacer Es preciso abandonar todos los esquemas, dejar de vivir de acuerdo a una imagen ideal, aceptándose tal corno se es y con alegría, sin presiones, permitiéndonos dejar fluir la vida con libertad. La solución, pues, es la autenticidad, nada de imágenes ideales. Reconozca su unicidad. Nunca existió una persona como usted y nunca habrá ninguna otra. Usted es realmente singular e insustituible.
Orden exagerado Quien mantiene un orden exagerado en su vivienda, lo hace más que nada por falta de seguridad. Sabe subconscientemente que su equilibrio interior es frágil y que basta un poco de desorden para confundirlo por completo. También el que quiere demostrar a los demás qué persona honrada y limpia es, intentará dar la prueba de ello a través del orden y la limpieza. . El amor exagerado al orden trasluce el deseo de reconocimiento por el mérito o el saber inconsciente de que el mundo interior no es tan ordenado como parece.
Otitis Las otalgias, corno todas las inflamaciones agudas, indican un conflicto intrior no reconocido. El oir algo causa dolor. O prefeririamos oir algo distinto. Las otalgias tienen que ver con la obediencia; no escuchamos la voz de nuestra conciencia, sino la opinión de los demás. Otitis la tiene el que escucha demasiado los deseos y expectativas ajenas y hace lo que quieren los demás, viviendo, según las ideas de éstos en vez de realizarse a si mismo. Pero quien no se escucha a si mismo, no debe extrañarse si algún día no oye más.
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Las otalgias hacen recordar que debemos escuchar más nuestra propia voz interior, atender la voz interior, el tono original de la creación en nosotros. Porque si nuestro comportamiento no corresponde a ella, se crea una disonancia que se manifiesta como desarmonía en la vida. Si escuchamos nuestra voz interior y la seguimos, estamos en armonía y ya no necesitamos las otalgias como un toque de atención para observar comportamientos más sanos.
Parálisis (en general) Una parálisis señala un miedo profundamente arraigado, producido, a menudo, por una fuerte impresión o un choque que no se superó. Puede ser el miedo a la responsabilidad, aunque sea tan sólo la de cuidar de uno mismo. En un primer lugar, este miedo causa una inflexibilidad psíquico-mental, y si no se resuelve a ese nivel puede causar la parálisis. Se ha de tener en cuenta de nuevo el mensaje del cuerpo. Qué parte del cuerpo está paralizado dice algo sobre el problema existente. Así, el enfermo deberia enfrentarse a su miedo, explorarlo y resolverlo, porque la vida quiere que seamos flexibles mental, psíquica y físicamente. Una parálisis indica también que no me estoy admitiendo en mi manera de ser, que no me concedo libertad de movimiento. Para determinar la causa, hay que insistir en la localización del mal en su doble significación psíquica y somática para descifrar el mensaje en el lenguaje corporal. Una parálisis facial, por ejemplo, demuestra que no afronto una parte de mi vida. Si una pierna está paralizada, señala que no estoy dando los pasos necesarios. Si está paralizada una mitad completa del cuerpo, una mitad de mi ser se ha inmovilizado (si es el lado derecho, se trata de la actividad exterior; si es el lado izquierdo, se trata de mi interior; (estoy bloqueando mis sentimientos). En todo caso, una parálisis es una invitación a admitir mi ser en todos sus aspectos. Esto me exige fuerza, firmeza y el valor de aceptarme, de afirmarme, aunque a mis propios 180
ojos o a los ojos de los demás, pudiese parecer imperfecto o equivocado. Seamos lo que seamos: si es parte de nuestra propia realidad, deberíamos vivirlo, porque si lo más íntimo no puede manifestarse genera una presión interior que nos obligará, de cualquier modo y finalmente, a dejar que se exprese nuestra propia realidad. Si el árbol considerara malo producir fruta y no lo hiciera entraría primero en desarmonía con su ser y acabaría por morir de tanta energía retenida. Pero si produce la fruta, ésta madura y cae, porque la vida puede fluir libremente. Asi, una parálisis llama la atención de un bloqueo; eliminándolo, la vida podrá volver a desarrollarse libremente.
Parkinson (síndrome de) Si observamos un enfermo afectado del síndrome de Parkinson tenemos la impresión de que está sacudido por dos fuerzas contrarias. De hecho, la enfermedad se produce si una persona es empujada desde dos distintas impresiones o intereses. Por un lado, el enfermo quisiera emprender algo muy concreto; por otro, no puede hacerlo porque se lo impiden influencias externas o una contrapresión interna. Este conflicto entre distintas fuerzas que se manifiestan hacia el exterior «paralizan» al enfermo, quién aún si quisiera cambiar algo en una situación o un hecho, no es capaz de realizarlo; está imposibilitado. En una situación conflictiva, el enfermo parkinsoniano no es capaz de imponer su intención contra posibles resistencias o de retirarse, aceptando los hechos y arreglándoselo con ellos.
Lo que hay que hacer En caso de ser afectados por esta enfermedad, debemos controlar nuestra capacidad de acción en una situación conflictiva, y de extraer las consecuencias para superar en lo posible el problema en nuestro interior. 181
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Parodontosis Nuestros dientes tienen la función de desmenuzar tanto alimentos materiales como alimentos mentales, y como primera instancia enfrentarse a esas impresiones o problemas físicos o psiquicos. Las encías sirven para sujetar las herramientas a fin de que puedan cumplir con su función. Los cuellos de los dientes, protegidos por las encías, son muy sensibles a las influencias externas. Si nuestras encías están dañadas, nos falta firmeza interior, y los dientes, nuestras herramientas, pierden firmeza y ya no quedan sujetos con tanta fuerza. En sentido figurado, ya perdimos nuestra capacidad de dominio, es decir, la posibilidad de tener bajo control los problemas que se nos presentan, o en un sentido más general, a la propia vida. Si las encías sufren una retracción los delicados cuellos de los dientes quedan al desnudo y reaccionamos de una manera «sensible» en cada confrontación con nuevos alimentos, con nuevas impresiones. La parodontosis muestra, por lo tanto, una falta de firmeza interior y la incapacidad de imponerse. La retracción de las encías significa que incidimos en forma crónica en ese problema como si fuésemos constantes roedores. Una aguda gingivitis indica que, momentáneamente, nos encontramos en una situación que no sabemos muy bien tomar en nuestras manos.
Parto (prematuro)
car en el exterior un conflicto o enfrentamientos con las demás personas .afectadas. La situación es parecida en casos de seudo-embarazo. Por un lado, existe el deseo de un hijo y la posibilidad de darle su amor y, por otro lado, se encuentra el rechazo de la pareja, que a menudo también es rechazo de la sexualidad. De esta manera, el embarazo y el parto son idealizados sin que se reconozca y acepte su relación con la pareja y la sexualidad. Muchas mujeres afectadas se niegan a enfrentarse con su pareja, buscando, de manera simbólica, a través de un pseudo-embarazo, un ser sobre el cual poder ejercer su poder.
Parto (tardío) El parto tardío es, a nivel exterior, como también mentalmente, lo contrario del parto prematuro. La madre quisiera poseer al hijo y mantenerlo bajo su dominio el máximo de tiempo posible. El cuerpo expresa esa postura, pero también muestra claramente que la separación de madre e hijo debe realizarse en algún momento porque corresponde al flujo de la vida. Las mujeres que experimentan un parto tardío deben aprender que el recién nacido es un ser independiente. Deben reducir a tiempo su identificación con el papel de madre antes de que el conflicto vuelva a producirse cuando el hijo sea adulto y abandone la casa paterna.
Un parto prematuro indica un rechazo interno del hijo, a menudo inconsciente. La madre toma conciencia precozmente de los cambios que provocará en su vida el advenimiento del hijo. Por ello intenta, de una manera inconsciente, «deshacerse» lo antes posible del hijo como causante de tal «conmoción». En la conciencia ese hecho encuentra una enérgica contradicción, ya que el parto prematuro al mismo tiempo es un intento de liberarse de la responsabilidad, sin provo-
El présbita ve mejor los objetos alejados que los cercanos, pero tampoco los distingue siempre claramente. Esto se puede atribuir a dos causas:
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Presbicia
L un acortamiento del globo del ojo, 2. un endurecimiento de la lente.
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Las afecciones de la próstata es una de las enfermedades más frecuentes entre los hombres. Muy a menudo se produce una inflamación de la próstata. Los primeros sintomas de esa enfermedad, provocada en la mayoría de los casos por bacterias o virus, se manifiestan por el aumento de temperatura y molestias en la zona inferior del perineo; después de vaciar la vejiga, mayor necesidad de orinar, sobre todo por la noche, y a veces, flujo purulento. La próstata está agrandada y es sensible al dolor, particularmente a la presión. Con igual frecuencia se produce la prostatopatía, muy
similar a la prostatitis. Tiene siempre causas psíquicas y a menudo es la consecuencia de estrés no superado en el ámbito profesional o familiar. Se produce con frecuencia en hombres jóvenes cuyo comportamiento sexual se encuentra todavía en estado de desarrollo, o en hombres mayores después de la pérdida de la pareja. Aquí se trata, por lo tanto, de la consecuencia de una situación conflictiva psiquica no superada. Una tercera clase de afecciones de la próstata es la prostatitis congestiva. Ésta es provocada por largos viajes en coche o en moto, equitación o enfriamiento crónico. Sus síntomas se caracterizan por dolores intestinales, y en la vejiga, por eyaculación prematura y cierta impotencia. En muchos hombres, a partir de los 40 años comienza a producirse un agrandamiento de la próstata, la formación de una úlcera benigna por la cual se contrae la uretra y se obstaculiza el vaciado de la vejiga. Los primeros síntomas son molestias al orinar, un chorro de orina sin presión y un posterior goteo de la uretra así como frecuentes deseos nocturnos de orinar, a veces cada hora. Si no se pone remedio a la situación, la cantidad de orina que permanece en la vejiga puede estancarse provocando así una peligrosa intoxicación. Por lo tanto, las afecciones de la próstata son señales de una presión interior, relacionada también con los riñones (relación de pareja) o partiendo de ellos. A menudo sólo se producen en la vejez cuando, subjetivamente, se opina que ya no se «funciona como un hombre». El hombre ya no puede cumplir lo que quiere yeso sucede no sólo en el ámbito sexual. Sin embargo sería fácil modificar las propias ideas y querer lo que se puede. Las ideas no hacen más que alejarnos de nuestro propio yo. Deberíamos dejar de interpretar el papel del «hombre», eliminar el temor a ya no ser tan deseable como antes, y expresar lo que somos. No se trata de cumplir con expectativas ajenas, ni tampoco con las propias, sino de que queramos ser tal como somos. Tenemos la posibilidad de decidir cada uno por sí mismo, y de ser libres para aceptar o no exigencias ajenas (ni de parte de la pareja, ni
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En el segundo caso, se habla de la presbicia causada por .Ia edad, ya que entre los cuarenta y los cincuenta años, las lentes de la mayoría de las personas se endurecen y pierden la capacidad de adaptarse a las distancias cortas. Quien fue algo miope en su juventud, puede experimentar así una compensación y leer las letras pequeñas todavía a los ochenta años. En el caso de la presbicia general, podemos partir de la suposición de que el cuerpo se mantiene en un estado de ira contenida que obstaculiza o bloquea, al mismo tiempo, la fase expiratoria. Existe, por lo tanto, una fuerte postura extrovertida, pero que no llega a expresarse por razones de educación, influencias del entorno y de clase social, y queda, en cierta manera, estancada en la musculatura. La presbicia nos indica que, por la experiencia vital y la correspondiente sabiduría, la persona afectada ha utilizado la necesaria perspicacia tan sólo a nivel físico, corno presbicia, pero sin desarrollar la correspondiente perspicacia. Este endurecimiento en la postura mental y psíquica se manifiesta como presbicia senil e indica, al mismo tiempo, qué es lo que falta en realidad. Todo lo importante de la vida debe.ria encontrarse en el centro de la conciencia. El hombre debería mantener su flexibilidad física y visual, evitando posturas y costumbres rígidas e inmóviles, que recaen en la salud de sus ojos.
Próstata (afecciones de la)
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de los hijos ni de la sociedad); a tomarnos a nosotros mismos como norma y a seguir .nuestro propio camino. Si lo conseguimos, se resuelve la presión interior bajo la cual nos encontramos y con ella desaparece también su expresión, las afecciones de la próstata.
mente por la enfermedad que ha elegido ella misma. Sin embargo, pronto aparecen puntos abiertos y vulnerables en las zonas afectadas: el cuerpo obliga a la persona a volver a ser «vulnerable», a «volver a abrirse a la vida». La formación de coraza y la mayor susceptibilidad frente a los «ataques» del exterior van mano a mano, muy directamente.
Prurito
Lo que hay que hacer
El prurito indica que hay algo dentro de nosotros que quiere ser descubierto y liberado. Profundizando, «rascando» a la «comprensión del asunto». Cuando nuestro interior está agitado y nos sentimos afectados decimos que estamos expansivos. Nuestra coraza protectora se ha disuelto. El prurito nos invita a dejar salir a la luz del dia algo suprimido, no deseado. Impulsa a la actividad, advierte a que se perciban y admitan sentimientos y opiniones ocultos. Cuando nos sentimos afectados, muchas veces sin poder actuar, incluso sin mostrar interés en solucionar la causa, el cuerpo se manifiesta y provoca una reacción. Por otra parte el «rascan> también es pariente del acariciar. El prurito puede ser un mensaje del cuerpo para que nos ocupemos de su sentido. Si consideramos que somos tratados con desconsideración y nos falta confianza e intimidad, el cuerpo nos obliga, de esa manera, "a ocuparnos de él.
Psoriasis La psoríasis se caracteriza por la formación de una especie de escamas blanquecinas a nivel de la piel donde produce un notable espesamiento. Esta alteración de la piel significa también que la persona quisiera protegerse contra los ataques del exterior: no ser herida. Lo que busca en realidad es proximidad, amor y afecto. Pero por miedo a ser herida y a una posible decepción, prefiere aislarse del exterior, ya no deja entrar nada, tampoco el afecto anhelado. Así, esa persona queda sola psíquica186
El afectado de psoriasis debe aprender a salir de su «concha», a mostrarse, a ser abierto a los intentos de acercamiento por parte de los otros, aun bajo el riesgo de estar confrontado, de vez en cuando, con gente poco agradable. Debe reconocer que la vida es un proceso continuo en el que no puede existir ninguna garantía absoluta de seguridad en lo que respecta a la fiabilidad y a la honestidad, pero tampoco en cuanto a la duración de las relaciones sentimentales.
Resfriado El resfriado se caracteriza por varios síntomas con alta carga simbólica que serán examinados a continuación uno a uno: El enfermo está hasta las narices. Algo en su entorno ha sido demasiado para él, su nariz está tapada, la respiración y, con ella, la asimilación de hechos significativos exteriores está dificultada. Ya no está dispuesto a enfrentarse con otros problemas.
Le duele la cabeza. Las muchas cosas que se precipitan sobre la persona resfriada le «rompen» la cabeza, de modo que no puede asimilar nada.
Está ronco, no puede hablar. La comunicación con los demás está perturbada. El enfermo no quiere enfrentarse con su entorno, para lo que ahora tampoco tiene facilidad a causa de la inflamación, o el dolor de garganta. Es una señal de que no debería preocuparse 187
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del exterior en ese momento, sino de su espacio íntimo. La laringitis también posibilita al enfermo de ladrarle, simbólicamente, a su interlocutor. Las amigdalas están hinchadas El enfermo tiene dificultades para tragar, no puede o no quiere tragar algo, aceptar algo. En suma, el resfriado le ofrece al enfermo la posibilidad de distanciarse durante cierto tiempo de su medio «<¡Sobre todo no te acerques, que te vaya contagiar!») para aclararse en relación a su problema. Por otro lado, los síntomas le ayudan a que se desentienda de lo que le rodea. El resfriado me muestra que me he enfriado en mi interior, que me falta calor porque he vivido según mi razón y no según mi corazón. Me obliga a ocuparme de mí mismo, a dejar de tragar lo que no forma parte de mí. Un resfriado indica también: «Me he comportado según una escala de favores que no comparto, he dejado entrar algo extraño en mi interior. Pero lo ajeno no me corresponde. Me debilita». Me dejo contagiar por otros, por su comportamiento equivocado. Ahora me estoy defendiendo contra la incitación de . ese comportamiento ajeno porque me está debilitando. Un resfriado quiere decirme que no tengo confianza en mí, que no tengo la seguridad de actuar correctamente desde mi interior. Ahora mi cuerpo está intentando deshacerse de lo ajeno. Estoy dolido por mi conducta, estoy «hasta las narices» de mi abnegación. Quiero expulsar todo lo que no me es propio, tosiendo, sonándome, dejándolo fluir. Pero el camino está bloqueado y me impide pensar claramente, me inhibe orientarme según mi razón.
realmente, y encarar en qué medida ha admitido ideas y actitudes ajenas sin «contar» con su propia intuición. Debería preguntarse: «¿En qué he errado y me he empequeñecido? ¿En qué he sido abusado y he ampliado mi personalidad?» La garganta está afectada y duele porque ahora rechaza lo que no constituye sus propias expectativas. Quien se quiere a sí mismo y escucha la voz de su corazón ya no puede albergar cosas ajenas y equivocadas.
Reumatismo
El enfermo debe volver a ocuparse de sí mismo. Para atacar el nudo del problema tiene que controlar qué es lo que no le entusiasma. Debe reflexionar sobre qué es lo que quiere manifestar y «dejar salir» en concreto, y qué es aquello que no expresa y que alude. Debe interpretar lo que quiere decir
El reumatismo es un concepto colectivo para todo un grupo de síntomas de alteraciones dolorosas del tejido de las articulaciones y de la musculatura. Es la enfermedad popular más frecuente. Esta enfermedad está ligada siempre a inflamaciones, independientemente de si se produce de manera aguda o crónica. La movilidad es limitada por el dolor que puede producir, e incluso invalidez. Unas investigaciones han demostrado que los pacientes de reumatismo intentan, ya desde su niñez, desviar sus impulsos agresivos a través de una mayor tensión en la musculatura del esqueleto. Esto los lleva a practicar mucha actividad física y deporte, dando una notable preferencia a los deportes agresivos. Los reumáticos dominan sus emociones de una manera casi obsesiva y, por consiguiente, no pueden vivir sus tristezas, decepciones y frustraciones de una manera normal. Así se produce el endurecimiento y la rigidez, primero a nivel mental y psíquico, ya que los sentimientos agresivos se quedan casi «cimentados» en la propia persona. Con ello, los reumáticos son excesivamente concienzudos y modestos, pero poco adaptables. Ira reprimida, enfado y amargura, así como la condena de actos propios o ajenos bloquean el flujo de la fuerza vital y llevan a un progresivo endurecimiento y rigidez fisica. A los reumáticos les gusta criticar y a menudo son implacables. La ira, el enfado, la amargura y el rencor, provocan procesos inflamatorios ahí donde fueron reprimidos. Esas ener-
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Lo que hay que hacer
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gías no canalizadas causan, a nivel físico, depósitos de productos metabólicos que resultan de la falta de eliminación. Éstos, llamados toxinas, simbolizan los problemas que se de~ positan sin ser asimilados. De esta manera, el cuerpo se convierte, cada vez más, en vertedero para las tareas vitales sin resolver. Tal como el cuerpo puede ser obligado a través del ayuno a concentrarse en el tratamiento de esos depósitos, la persona puede tomar conciencia igualmente en el ámbito psíquico de emociones suprimidas hasta ahora, asimilarlas y, de esa manera, neutralizarlas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el reumático tiene demasiado miedo a cuestionar honestamente la imagen que ha creado de sí mismo, su modestia, su escrupulosidad, caridad, docilidad y moral, enfrentándose así con su sombra, su pequeñez, despotismo, agresión en la cual se ha anquilosado su inmovilidad mental y psíquica. El reumatismo es también la expresión de un deseo exagerado de controlar, saber y de predominar en todo. La enfermedad es una pretensión no realizada de superioridad. Si el enfermo lo admitiera, no necesitaría suprimir esos intentos. Pero como no corresponde de ninguna manera a sus conceptos morales no sólo 10 reprime sino que desarrolla, además, sentimientos de culpabilidad que intenta compensar por las buenas obras y el sacrificio de sí mismo. A menudo se produce un nuevo ataque si no encuentra ninguna posibilidad para hacerlo. Dado que suprime cada vez más sus verdaderos sentimientos y se obstina en una postura exterior acorde a su moral y a sus altas exigencias personales el cuerpo como reflejo de esa postura se vuelve más y más inflexible.
" ¿Qué sentimientos no me atrevo a admitir ante mí mismo? " ¿Qué es 10 que no puedo perdonar y olvidar? . " ¿Por qué no puedo aceptarme a mí mismo y a los demás tal como soy/son? " ¿Cómo puedo desarrollar y expresar calor y verdadera cordialidad frente a mí mismo y a los demás?
Ronquera La ronquera, tanto la aguda como la crónica, hacen enmudecer a la persona. Por una parte, esto puede significar que el enfermo se esté sintiendo impotente, que cree «ya no tener nada que decir»; por la otra, la ronquera también puede significar una invitación a resolver los conflictos no con mucho ruido, sino a través del cambio interior, la comprensión íntima. Finalmente, la ronquera puede ser causada por el temor a afrontar asuntos conflictivos, problemas por el sentimiento de no poder resolverlos.
Tartamudez
" ¿En qué sentido me estoy obstinando a una imagen de mí mismo, detrás de la cual me escondo? " ¿Qué me produce fuertes sentimientos de agresividad y de decepción? " ¿Por qué no muestro ni expreso abiertamente esos sentimientos?
Normalmente, la lengua humana es fluida. Los pensamientos son exteriorizados de manera continua y libre. El tartamudo, en cambio, «despedaza» la lengua, desmenuza las frases y palabras como si quisiera hacerlas irreconocibles, como si debiera controlar antes qué parte de lo dicho se deba entender realmente. Tal vez algunas personas tienen la impresión de que el tartamudo no es capaz de reunir una sola frase razonable por su extrema timidez o incluso por la falta de energia constructiva. Sin embargo, el caso es probablemente el contrario: el tartamudo tiene un sentimiento dual: el deseo de manifestarse y de retener 10 que tiene que decir para que no salga al exterior. El tartamudo siente una necesidad interior de expresar lo que siente, pero desea que mucho de lo dicho hubiera quedado sin decirse. Filtra y controla sus palabras porque
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Lo que hay que hacer
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tiene miedo de tantos sentimientos y estímulos acumulados que empujan afuera. Tiene miedo a lo incontrolado, lo inconsciente, las propias regiones oscuras, las agresividades e instintos sexuales acumulados. Terne inconscientemente todo lo físico e instintivo. Intentará «estrangulan>, retener y desfigurar todas las manifestaciones que toquen ese ámbito.
Lo que hay que hacer El tartamudo debe aprender a aceptarse a sí mismo, a sus debilidades, sus agresividades y su cuerpo, y a dar cabida a sus sentimientos. Le resultaría favorable asistir a un grupo terapéutico para aprender a reconocerse y aceptarse a sí mismo, con todos sus sentimientos en su totalidad.
Trastornos digestivos La digestión a nivel corporal está relacionada estrechamente con la asimilación de estímulos exteriores a nivel mental. La digestión, en el sentido físico corno también en el mental, significa que clasificarnos y utilizarnos correctamente lo ingerido, sean alimentos o sensaciones, mientras que tenernos· que volver a deshacernos de lo inutilizable o sobrante. A las personas más bien intelectuales les gustan los alimentos salados y consistentes, porque desean ser estimulados. Quien busca nuevas impresiones estimulantes gusta de la comida picante, aunque lo nuevo sea tal vez difícil de digerir, o sea, dificil de aprovechar y de clasificar. Las personas que rehuyen los problemas y prefieren evadir todos los conflictos ingieren dietas que no les confrontan con ninguna clase de estimulas o exigencias. El miedo a las espinas indica el miedo inconsciente a las agresiones. El miedo a las pepitas, en cambio, muestra el temor a los problemas. Los trastornos digestivos se pueden interpretar de una manera similar: la diarrea se produce si hemos ingerido algo indigesto de lo cual querernos deshacernos lo más rápido posible.
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Las úlceras de estómago son una señal de que la persona - no puede superar determinados problemas que le impone la vida. A nivel fisiológico tanto corno psicológico, se vuelve agrio e intenta, con todas sus fuerzas, eliminar esos problemas (alimentos), aunque él mismo sufra por su agresión (ácido). Un paciente con úlceras de estómago debe tornar conciencia de su agresividad y vivirla para poder dominarla mejor. Debe darse cuenta de que no debe buscar la solución de sus problemas en más esfuerzos excesivos en la misma dirección, sino que tiene que tornar otras resoluciones. El estreñimiento, en cambio, afecta a una persona que no sabe aflojar su tensión, que acumula las impresiones psíquicas en su interior sin asimilarlas ni abandonarlas. En el lenguaje del cuerpo el colon simboliza lo inconsciente. Por lo tanto, el contenido del intestino es un símbolo para las impresiones inconscientes. Quien sufre de estreñimiento tiene dificultades para desprenderse de las cosas, abandonarlas, dejarlas atrás. Se puede tratar tanto de cosas materiales corno también de emociones que el enfermo no quiere dejar salir a la luz. Determinados hechos son suprimidos del pensamiento, se está escapando en cierto modo de sí mismo, pero existe algo que no quiere abandonar. Está viviendo con el constante miedo a la pérdida y el intestino refleja esa reserva a nivel físico. El -estreñido tiene miedo de quedarse sin recursos, cree tener que racionarse. Por ello monomiza también sus sentimientos.
Trastornos menstruales La regla mensual exige de la mujer cierta entrega a los ciclos naturales, porque durante esos días la vida no puede seguir corno de costumbre. Reina un distinto clima emocional y también los asuntos físicos requieren atención y consideración. Además la regla es, simbólicamente, algo profundamente femenino que atrae la atención y concita conceptos tales corno sexualidad, entrega, papel femenino y maternidad. Si una mujer está descontenta de su papel, si tiene pro193
blemas en el ámbito sexual, si no está de acuerdo con el papel de la mujer que sigue siendo en la vida personal y social porque se considera en el diario acontecer, se quejará de trastornos menstruales. La mujer que no quiere abandonar su propia voluntad, que no quiere someterse a ese proceso periódico de lo femenino, está perturbando con ello el orden natural, la regla. En una terapia se debería incluir también la presencia de la pareja, ya que ésta tiene un influjo considerable en la actitud de la mujer. Puede ser benéfico creando la autoestima, o puede perjudicarla, por lo cual su consideración es imprescindible.
Trastornos menstruales ver también Dolores menstruales.
Trombosis Se denomina trombosis a la obstrucción de una vena provocada por un coágulo o trombo. La sangre es el símbolo original del alma. Normalmente nuestra sangre, o sea, nuestra energia psíquica, se encuentra en un flujo continuo, en una transformación permanente. Pero si nuestro criterio y nuestras opiniones se han detenido rígidamente en un punto fijo, si nuestra visión o nuestras ideas están estancadas, perturban el «flujo» de los acontecimientos. Si nos oponemos a un cambio necesario en nuestra vida psíquica se puede producir lo equivalente a un coágulo de sangre. En esta afección el «problema» fisico es localizable con toda precisión. También se debería poder aclarar muy rápidamente, manteniendo una conversación especifica con el enfermo, para saber en qué punto está cerrando su personalidad a un desarrollo necesario. Esto es muy importante, ya que una trombosis puede poner en peligro la vida si el coágulo de sangre se desprende y llega al cerebro o al corazón.
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Uñas (morderse las) En general, son los niños los que se muerden las uñas; pero los adultos lo hacen también. El morder es una expresión exterior de tensiones interiores y de agresividad contra el mundo exterior. Los impulsos agresivos (enfado, rabia, ira) por causa de un verdadero o imaginario tratamiento injusto por personas de autoridad (padre, madre, maestro, jefe o hermanos mayores) deben ser superados. Nos gustaría devolver el golpe, pero no nos atrevemos. Por lo tanto, y como consecuencia del conflicto ínterpersonal que no ha sido resuelto, la energía acumulada se dirige agresivamente hacia un objeto de sustitución, en este caso las propias uñas. No podemos enseñar nuestras «garras»; así neutralizamos, simbólicamente, nuestras armas porque no nos sentimos en condiciones de defendernos, de expresar nuestro disgusto y de imponer nuestras necesidades. En realidad, falta autoconfianza. Necesitaríamos más espacio donde desarrollar nuestras fuerzas sin sentimientos de culpabilidad o temor al castigo. La seguridad y la autoconfianza deberían ser reforzados. Si somos capaces de expresarnos de forma adecuada, la necesidad de morder las uñas desaparece por sí misma.
Varices Las varices son originadas por una crispada postura interior, por la obstinación en un determinado punto de vista y la falta de flexibilidad y de energia. Falta la paz interior porque una tarea no es aceptada, o porque se rechaza una situación de la vida. Así se producen una atonía en las venas, con sufrimiento circulatorio. Las varices quieren hacer consciente esta postura equivocada. Tal vez el afectado esté expuesto a un exceso de actividad y no le gusta su propia vida, o soporta con dificultad las decepciones recibidas, lo que le provoca una pesadez y un negativismo interior.
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Lo que hay que hacer No se debería seguir rechazando la situación sino aceptarla tal como es y tratarla de la manera adecuada. Corresponde también aceptar sus reacciones buscar una distendida serenidad y encontrar con toda tranquilidad una solución. En la mayoría de los casos tan sólo necesitamos modificar nuestra postura interior frente a la vida para que todo empiece a cambiar. Si cambiamos nosotros mismos, también el cuerpo podrá volver a adaptarse. Con la creciente energía y elasticidad desaparecen también las varices.
Vértigo Las personas que experimentan la impresión de que es indiferente a los demás, la impresión de que no encuentra en su entorno la menor resonancia, quienes no reciben la suficiente atención, pierden su equilibrio interior y asegurarán mediante el vértigo que todo vuelve a «girar alrededor suyo». El vértigo indica que hemos perdido los puntos fijos de referencia exterior que nos dan seguridad. Si tenemos vértigo, necesitamos a alguien que nos ayude y nos lleve de la mano, que se ocupe de nosotros y nos dé seguridad. Quienes sufren frecuentemente de vértigo deben aprender a estar firmes sobre sus propios pies, a depender menos de los demás, a cultivar más su seguridad y su autoconfianza.
bación de nuestras sensaciones y de nuestra percepción, ya que los nervios tienen la función de transmitir informaciones del exterior a nuestro cerebro. El afectado de zóster tiene dificultades de relación y expresa con su enfermedad cutánea: «[Ocupaos de mí, necesito ser mimado y cuidado, necesito y busco contacto!» Por otro lado, llegan desde el exterior impulsos contradictorios de información que impiden la toma de contacto, porque el enfermo no percibe los intentos de acercamiento de su entorno, o los percibe de una manera distorsionada. Así se produce la mencionada inflamación de nervios, que indica la transmisión incorrecta de los impulsos recogidos. El enfermo necesita y busca el contacto pero, al mismo tiempo, rechaza las ofertas hechas de buena fe, sea por miedo o por desconfianza. Se ha vuelto parcialmente incapaz de relacionarse y debe aprender a acercarse de nuevo a los otros o a permitir el contacto. En caso de una afección grave, las consecuencias pueden ser sordera o ceguera unilateral. Esto indica que el enfermo ya no puede percibir la realidad y las muchas posibilidades a su disposición, y que prefiere vivir en una pseudopercepción. Justamente entonces, el paciente debe aprender a romper su círculo vicioso mental y emocional.
Zóster El zóster se caracteriza por la aparición de pequeñas pústulas dolorosas, por lo general en la mitad del cuerpo y alrededor de la zona inferior del pecho. La causa fisica es una inflamación del nervio raquídeo que inerva esa zona. Esta enfermedad repercute en la piel, nuestro órgano de contacto. Visto con precisión, la perturbación parte del cordón nervioso indicado. Por eso también se puede admitir la suposición de que la enfermedad está ligada a una pertur196
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Los más importantés órganos y partes del cuerpo y sus correspondencias mentales Las articulaciones Pueden inflamarse, ponerse rígidas, dislocarse (unión entre dos partes). Las roturas de ligamentos pueden añadirse como agravante. Pregunta: «¿Estamos atropellando a alguien? ¿Hay algo que debe ser recolocado? ¿Dónde está perturbada la situación?». Los bronquios Filtran el aire (impresiones psíquicas) y lo llevan al pulmón para su tratamiento. Pueden inflamarse (estrechez) o crisparse en espasmos (equivocación). Representan los problemas en casos de cuidados excesivos o los pensamientos cuando hay falta de cuidado. La cabeza
La cabeza es 10 principal en el ser humano, significa la totalidad de la persona. Por ello, casi todos los trastornos repercuten en ella. Esto dificulta la correcta interpretación y comprensión de las señales. Las causas de dolores de cabeza son, casi siempre, tensiones, conflictos mentales y presión exterior o interior.
Las caderas Las caderas simbolizan el progreso. En caso de afecciones de las caderas, el progreso, el avance queda entorpecido, o la persona no sabe someterse. La cara Podemos decir o echar en cara a alguien determinadas quejas. En todas las afecciones en la cara debemos controlar 199
qué es lo que no aceptamos o qué confrontaciones o dificultades queremos evitar. La enfermedad nos obliga a observar algo, a enfrentar un problema. . El colon Aquí se retira el líquido del resto que no puede digerirse de los alimentos. El colon está relacionado con el subconsciente. Representa el miedo a dejar llegar a la luz del día ciertos contenidos inconscientes. En caso de estreñimiento: acumulación de impresiones psíquicas e incapacidad de tomar distancia; no se sabe dar, abandonar ni manifestar sentimientos. La columna vertebral Es el símbolo de la firmeza interior, pero también de la flexibilidad mental. También es un símbolo de nuestra relación con Dios. La agresividad eliminada, las reacciones de huida o evasión, así como otras tensiones se proyectan en la columna vertebral. Cualquier postura psíquico-mental equivocada se manifiesta de inmediato en nuestra postura física a través de la columna vertebral, donde todo se vuelve visible, lo que constituye un llamado para modificar nuestra postura. El corazón El hombre tiene dos centros: el cerebro y el corazón, o sea, razón y sentimientos. Lo que saca al corazón de su ritmo es siempre una emoción; da saltos de alegría o se para por un susto. Los enfermos del corazón son personas que no escuchan sus sentimientos, sino tan sólo su intelecto. Por ello parecen poco cordiales. Angina pectoris significa estrechez del corazón = mezquindad, sobrevaloración del ego. La autenticidad de la persona sale perdiendo. Nos obliga a volver a escuchar al corazón.
sexualidad. Angina y disfagia: «No puedo o no quiero tragar algo». Los dientes Son símbolo de atacar y morder, pero también de energía y vitalidad, una expresión de la voluntad de abrirse paso. Los dientes en mal estado indican que no nos imponemos lo suficiente. Los discos intervertebrales (Parte móvil de la columna vertebral): función de corrección. Los discos intervertebrales son responsables de la firmeza interior y de nuestra postura. La sobrecarga se manifiesta en los discos. Si nos hemos exigido demasiado, estamos obligados al descanso. Debemos preguntarnos: «¿Por qué la presión interior es tan grande?». Debemos trabajar en nuestro interior, fortalecernos interiormente y reducir cargas exteriores exageradas. El duodeno Los problemas de duodeno señalan la incapacidad o el desgano para enfrentarse con las circunstancias de la vida. Enfado reprimido, estrés, prisa -o sea, las consecuencias de un enfrentamiento insuficiente con las impresiones- provocan trastornos duodenales. En caso de repetición frecuenté pueden producirse úlceras. Las encfas Encias en mal estado delatan falta de firmeza interior, seguridad en nostros mismos y confianza original. Si soñamos con perder dientes, significa una falta de fuerza vital.
El cuello El cuello soporta la cabeza. En caso de afecciones de la o"arganta, nos estamos defendiendo contra impresiones que no queremos admitir. Si las cuerdas vocales están afectadas (ronquera), el problema tiene que ver con la fuerza vital y la
El estómago Recoge las impresiones materiales del mundo. Tiene que asimilar la primera impresión. El trastorno más frecuente son los ardores de estómago: la acidez en todas sus formas. El enfermo del estómago quiere evitar conflictos, prefiere tragar más rápidamente, luego se siente hinchado, está repleto y debe desahogarse (eructar). Entonces, la presión interior
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disminuye. El enfermo del estómago debe aprender a afrontar los problemas y resolver los conflictos a través de un tratamiento consciente que comprende también subsanar su incapacidad o falta de disposición a aceptar, asimilar y digerir la crítica.
La glándula tiroides Regula la disposición de alarma y de lucha. Se producen trastornos si los temores sólo son manifestados a través de mayores esfuerzos y mayor responsabilidad -en caso de miedo o incapacidad de defenderse o confiar, y el miedo a ser mentido.
El hígado El hígado es el centro del metabolismo físico. Tiene numerosas funciones: 1. Producción de energía 2. Almacenamiento de energía 3. Metabolismo de proteínas 4. Desintoxicación El hígado enferma por los excesos: demasiada comida, bebida, sexo, expansión exagerada, problemas de valoración y asimilación. Los hombros Van relacionados con la responsabilidad y las obligaciones. Los hombros encorvados señalan el sobrepeso de una situación. Los huesos Firmeza (duro como un hueso), cumplimiento de las normas.
Las manos . Dar, tomar, trabajar, hacer, coger. .. Pregunta: «¿Dónde no estoy dando lo suficiente? ¿Qué es lo que no quiero o no puedo aceptar? ¿En qué puntos debería ceder? ¿Por qué no estoy aprovechando mi oportunidad? ¿Qué motivo me incapacita para entrar en acción?». Los músculos Movilidad, flexibilidad, actividad. La nariz Poder, orgullo, sexualidad, amor propio.
Los nervios El sistema nervioso vegetativo no está sujeto a la voluntad. A través del vago y del simpático crea la armonía interior, o intenta mantenerla. El sistema nervioso vegetativo es perturbado por conflictos inconscientes (que se deben evitar mediante la higiene mental). Los trastornos funcionales de los órganos son siempre trastornos vegetativos. El sistema nervioso central nos capacita para percibir el mundo exterior a través de nuestros sentidos y reaccionar mediante movimientos. Los trastornos del sistema nervioso central indican percepciones y reacciones erróneas. Los oídos Oír, percibir, escuchar. Hay una relación entre los oídos y el entendimiento. Los niños tienen otitis cuando no quieren oír u obedecer. Los oídos son también órganos de equilibrio.
El intestino delgado Analiza y trata las impresiones materiales (alimentación). El enfermo del intestino delgado analiza demasiado, da excesiva importancia a los detalles, critica, es mezquino. Aqui se manifiestan temores existenciales. En caso de diarrea: se ha de ser menos crítico y exigente.
Los ojos Son nuestro órgano más importante. Transmiten el 80 por ciento de las sensaciones. Son el espejo de nuestra alma. No sólo recogen impresiones del exterior, también proyectan nuestros sentimientos sobre el exterior. Por los ojos reconocemos enseguida emociones como la ira, el miedo, el enfado, la indiferencia o el amor.
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Los ovarios/útero Sirven para la reproducción. La condición para ello es la entrega a la pareja para dejar juntos crear un nuevo ser. Los problemas en este ámbito demuestran que el contacto fisico entre la pareja está perturbado. El páncreas En su función exocrina, produce los jugos gástricos, las enzimas. En la parte endocrina, las células insulares producen la insulina. Las enzimas son catalizadores, de otras sustancias, o sea, que su presencia proficia el desarrollo y la transformación de otras sustancias. En caso de trastornos del páncreas faltan enzimas, o sea, desarrollo mental y psíquica. La consecuencia es la resignación: si la producción de insulina está perturbada, el azúcar (amor) no puede ser asimilado correctamente. Se producen diabetes y perturbaciones en la asimilación del amor. El pene Poder. El pecho/los senos El pecho es la expresión de lo femenino (fuente de alimentación psiquica). Querer amamantar durante demasiado tiempo o poder dar demasiado poco: la relación mental-psíquica está perturbada.
La piel
La piel es el órgano más grande del ser. humano. Las altera- • ciones cutáneas son mensajes de perturbación a nivel de contacto. La piel sirve, igualmente, como campo de proyección de los riñones: sentirse impuro, estar inseguro, no poder manifestarse. Alergia, acné y afecciones similares son siempre derivadas de problemas emocionales o hipersensibilidad. Los riñones Los riñones purifican la sangre. Las afecciones renales indican problemas interhumanos, problemas de pareja, conflictos emocionales o un choque de ideales. Se han de clarificar formas impuras de pensamientos, poner fin a comportamientos equivocados, resolver temores y aceptar hechos. Quien engaña tendrá problemas con los riñones. Las afecciones renales son, aproximadamente, cuatro veces más frecuentes en los hombres que en las mujeres. Riñón flotante: postura indecisa, cuestiones de la pareja. Cirrosis renal: expresión de la incapacidad de resolver problemas de pareja. Las rodillas Se relacionan con el orgullo y la humildad, a nivel mental y psiquico. En general, duelen a los inflexibles, a los incapaces de ceder. La sangre
La sangre es la sede de la fuerza vital y de la vida. Los cabe!!os Libertad, poder (un fuerte crecimiento del' pelo demuestra una gran fuerza de los nervios).
El tejido conjuntivo Si está debilitado, falta la energia, tenemos la tendencia a ceder, a equilibrar.
Los pies Necesitamos los pies para andar, estar de pie y para mantener el equilibrio. Significado mental y psíquico en caso de problemas: se va hacia una dirección equivocada. Deberíamos revisar nuestro punto de vista y modificarlo en su caso. No tenemos suficiente estabilidad, no podemos dar los pasos necesarios.
La vagina Capacidad de entrega, hay que abrirse y mostrar la disposición y la capacidad de abandonar.
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La vejiga Función de excrecion. En caso de trastornos de la vejiga, si no abandonamos lo pasado nos encontramos presionados.
Las varices Indican falta de elasticidad de los vasos sanguíneos. Vaso sanguíneo: límite del Ego establecido por el vaso. Problemas en ese ámbito: postura interior/obstinación a un punto de vísta, falta de paz interior en relacíón a una tarea o a una situación. La vesícula biliar Es el órgano de agresión y produce en veinticuatro horas, aproximadamente, un litro de bilis. Los cálculos biliares simbolizan agresiones solidificadas, nos irritamos fácilmente, nos enfadamos por causas mínimas. Estar siempre irritado sin poder manifestar el enfado provoca trastornos biliares.
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Conclusiones
La regla básica para una vida saludable es conocida desde hace miles de años: «Vivir de forma natural». Sin embargo, la mayoría de las personas están enfermas y no sólo físicamente. Del punto de vista mental y emocional son débiles y aún no han reconocido y aceptado su grandiosa herencia espiritual, por lo cual en este sentido son pobres. Incluso si conocen las reglas básicas de la salud, no las siguen. Asi se puede decir que el hombre no muere de sus enfermedades, sino de su carácter. Si la persona asimila una circunstancia o una experiencia desagradable, ésta ya no puede heririla. Pero sí se limita a suprimirla, la energía negativa busca una salida a través del cuerpo: nos ponemos enfermos. Por lo tanto, cada enfermedad es siempre la reacción física de un problema sin resolver, y cada problema es una tarea de la vida, una advertencia para que busquemos mayor entendimiento y una posibilidad para nuestro perfeccionamiento. Aquí vemos, también, la estrecha relación entre la salud y los sentimientos. Porque la fuerza que, debido a nuestros pensamientos y actos equivocados, se manifiesta como enfermedad o circunstancia vital negativa, es la misma fuerza que se manifiesta, con pensamiento y acciones positivas, como salud y felicidad. En consecuencia, la diferencia no se encuentra en la fuerza, sino en nuestra manera de tratar con ella. Mi cuerpo es la expresión visible de mi conciencia. En el cuerpo no se crea ningún problema; sirve tan sólo como pantalla de proyección. El cuerpo en sí no puede enfermar, porque no tiene libertad de decisión, no hace más que reflejar el correspondiente estado de conciencia de su propietario. Cada sintoma es un mensaje, una información, y obli207
ga, en caso de necesidad, a través del dolor, a que se le preste la debida atención. Naturalmente, no conviene suprimir un mensaje. Obedeciéndolo lo convertimos en innecesario. También de una máquina obtenemos un mayor provecho si la manejamos correctamente. Con ello, no se deberían confundir la causa y el desencadenante. Si en el coche se ilumina el piloto del control de aceite, no significa que esté defectuoso. Al contrario, iluminándose cumple con su función y manifiesta que en otra parte algo no está en orden. Además, indica exactamente dónde se ha de buscar el fallo. En cuanto se haya eliminado la causa, se apagará. Por lo tanto, a nivel físico, tampoco deberíamos considerar el síntoma como la enfermedad, porque es tan sólo la forma del mensaje, no su contenido. El síntoma es una señal de que algo falla. La clase de síntoma nos ayuda a determinar qué es lo que nos falta. Curarse significa volverse cada vez más perfecto en su conciencia. Al igual que el «no estar intacto» viene de la conciencia también la curación sólo puede venir de la conciencia. L~ conciencia no depende del cuerpo ni tampoco es un producto de éste. El contenido de la conciencia es la información que el cuerpo convierte en visible. El cuerpo no puede vivir sin conciencia, pero tampoco puede enfermar sin ella. Un ejemplo:. a pesar de .padecer una alergia aguda, el cuerpo no reacciona como alérgico si se encuentra bajo anestesia. La conciencia alérgica está dormida. No son la chapa ni las cubiertas los que hacen un coche. El hombre utiliza estos materiales para realizar su idea de un coche. Por lo mismo, no son ni las bacterias ni los virus ni las radiaciones de la tierra los que causan una enfermedad. Tan sólo los utilizamos para expresar nuestra enfermedad. Tal como los pilotos de aviso en los coches son señales que nos indican un defecto, el enfado, el odio, la envidia y l~s agresiones son las señales que avisan de un defecto psíquico que hay que solucionar. Por lo tanto, la enfermedad no es tan sólo un proceso de purificación físico, sino también mental y psíquico y, con ello, un paso activo y positivo en el camino hacia la salud y la perfección. Si reconocemos, por ejemplo, nuestras agresiones como
causa de nuestras afecciones biliares, no sólo deberíamos preguntarnos: «¿Cómo puedo deshacerme lo más rápidamente posible de mis agresiones?», sino que deberíamos reflexionar sobre lo que sigue: ¿Qué cualidad mía estoy rechazando, y no lo admito porque lo considero mala, imperfecta o baja? Si podemos aceptar amorosamente todo en nosotros mismos, tampoco rechazaremos nada en los demás, puedo aceptarlos tal como son. Reconocemos y eliminamos la energía causal de nuestras agresiones, porque una realidad no desaparece si desviamos la mirada, sino si la tratamos de manera adecuada. La lucha tan extendida contra las enfermedades y los síntomas es poco adecuada y posiblemente nefasta, porque una enfermedad puede convertirse en maestro y guia personal en el camino hacia la gracia y la perfección. Cada cual debería recordar el antiguo dicho «Más vale prevenir que curan> y adaptarse antes de que la enfermedad le obligue a ello. Este comportamiento no sólo se debería conservar hasta que haya desaparecido el síntoma, para volver a seguir de la misma manera equivocada, sino el comportamiento sano se debería conservar durante toda la vida, si no la vida nos obliga a repetir la lección que aún no ha sido realizada. Ya Hipócrates previno hace unos 2.500 años, que las enfermedades pueden producirse debido a un comportamiento equivocado. Del mismo modo, pueden curarse si se adoptan correctas formas de vida. Cada vida, cada persona tiene su propia verdad que debe encontrar y realizar cabalmente. Naturalmente, los tratamientos médicos externos no deben ser negados por el hecho de criticar muchas de sus modalidades. La introspección no los impide ni los sustituye. En caso de una perforación del apéndice, tampoco se opta por «cuestionar u operar», porque ambas acciones son necesarias para que tengamos todavía una oportunidad de beneficiarnos del conocimiento, viviéndolo. Sin embargo, no deberíamos cometer el error de creer que como hemos sido operados ya no necesitamos ocuparnos del trasfondo mental. Porque de lo contrario podría ocurrir que la vida repitiese la lección antes de que hayamos revisado nuestra pos-
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tura mental. Por lo tanto, no se trata de hacer una cosa o la otra, sino la una y la otra. . La mayor parte de los síntomas no amenazan la vida, así que podemos investigar y eliminar la causa de la enfermedad, y al mismo tiempo decidir qué medidas externas podrían ser beneficiosas. En un elevado número de casos resulta que el cuerpo mismo ayuda a la desaparición de los síntomas si eliminamos la causa que los ha producido. Podríamos preguntarnos: «¿Cómo empleo ahora todos estos nuevos conocimientos para curarme? ¿Qué debo hacer?» La respuesta es siempre la misma: observar y prestar atención. Porque la realidad cambia al cambiar nuestra perspectiva, y si llegamos al entendimiento. Sin embargo, reconocer la realidad detrás de las apariencias resulta a menudo demasiado sencillo para nuestra razón complicada. Pero sólo podemos cambiar si nos conocemos a nosotros mismos, si vemos nítidamente quienes somos realmente. Debemos reconocer que el yo que vive en la ilusión de la separación nos vuelve enfermos. Pero el yo mismo es íntegro. Así, la verdadera curación tan sólo puede llegar si destruimos la ilusión de la separación, terminando el cautiverio de la dualídad y volviendo a la unídad del verdadero ser. En ese camino, cualquier síntoma es un amigo y maestro, quiere ayudar a hacer un paso para acercarnos a la meta: el yo. Nuestra vida es una melodía única que interpretamos con el instrumento de la creación. El entorno nos hace creer, a menudo, que no sabemos tocar y nos da consejos sobre qué melodía sería buena para nosotros. Pero, al fin y al cabo, se trata de su vida de la cual usted sólo es responsable. No importa qué canción toca o hace tocar, iusted soportará las consecuencias! Empiece a componer usted mismo su canción. Si alguna vez toca una nota equivocada, piense que nadie de la orquesta toca sin errar alguna vez. Tenemos la oportunidad de aprender por nuestros fallos de modo que la melodía de la vida suene cada vez más pura, más perfecta. Una melodía que le dé salud, amor y armonía, pero, sobre todo, alegría, que es el más espléndido «juego de la vida». La salud es la expresión del perfecto orden divino y signi210
fica la integridad en el más alto sentido. Si una persona vive en perfecta armonía con la naturaleza, sus prójimos YDios, puede decir de sí misma que está realmente sana.
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Epílogo
A través de este libro, quisiera familiarizarle con los conocimientos que he acumulado en veinte años de práctica de la medicina naturista. Es mi verdad y quisiera compartirla con usted, pero usted debería comprobar cuidadosamente si es también su verdad. Si escucha su interior y está claramente de acuerdo conmigo, es también su verdad y no debería ignorarla. En la Biblia se dice muy acertadamente: «Examinadlo todo y guardad de ello lo mejor». Yo he seguido este consejo y se lo recomiendo, porque la verdad tiene muchas caras, pero su propia verdad, la encontrará solamente en usted mismo. Quisiera darle las gracias por haber leído este libro, por estar dispuesto a enfrentarse seriamente con este importante tema, mostrando así que se encuentra en la búsqueda de sí mismo. Naturalmente, un tema tan amplio como la salud del cuerpo y la mente no puede ser tratado de manera exhaustiva en un libro y dado que los conocimíentos están creciendo constantemente, un libro de ésta' índole nunca se termina Tal vez haya tenido experiencias que quisiera compartir conmigo. Agradezco desde ahora sus sugerencias y observaciones (podrán dirigirse a Ediciones Elfos), porque sigo en la búsqueda de la verdad y estoy en deuda con cada uno que me ayude en la tarea. Perrnítame que busquemos y vayamos juntos por el camino, para llegar a ser, finalmente, nosotros mismos.
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