Resumen: “Lo inconciente” El concepto de que existen procesos anímicos inconcientes es fundamental en la teoría psicoanalítica. Freud Freud tuvo un interés practico acerca de lo inconciente, ya que sin ese supuesto le resultaba imposible explicar o aun describir una gran variedad de fenómenos que le salían al paso. El reconocimiento de la existencia de procesos aní- micos inconcientes desempeñaba un papel esencial en el sistema de erbart, inspirador de un maestro de Freud. Freud. En el libro !"a interpretación de los sueños# fue la primera ve$ mostró cómo era el inconciente, cómo traba%aba, cómo difería de otras partes de la psique y cu&les eran sus relaciones recíprocas recíprocas con ellas. 'e debe entender conciente en un sentido pasivo y conciencia en un sentido activo. El psicoan&lisis nos (a enseñado que la esencia del proceso de represión es impedir que devenga al conciente, encontr&ndose entonces en lo inconciente, logr logran ando do aun aun así así exter xterio iori ri$a $arr efec efecto tos. s. "o repri eprimi mido do es una una part parte e de lo inconciente. 'olo podemos conocer lo inconciente como conciente a través de una traducción o trasposición.
I. Justifcación del concepto de lo inconciente En sanos y en enfermos enfermos aparecen aparecen a menudo actos psíquicos psíquicos cuya explicaci explicación ón presupone otros actos de los que, empero, la conciencia no es testigo. n apoyo de la existencia de un estado psíquico inconciente, que, en cualquier momento dado, la conciencia abarca sólo un contenido exiguo) por tanto, la mayor parte de lo que llamamos conocimiento conciente tiene que encontrarse en cada caso, y por *+ los períodos períodos m&s prolongad prolongados) os) en un estado estado de latencia) latencia) vale decir en un estado de inconciencia. "os experimentos (ipnóticos, en particular la sugestión pos(ipnótica, pusieron del modo de acción acción de lo inconciente inconciente anímico anímico.. na conciencia conciencia de la que su propi propio o portad portador or nada nada sabe sabe es algo algo diverso diverso de una concie concienci ncia a a%ena a%ena y en general es dudoso que mere$ca considerarse siquiera una conciencia así. /or la investigación analítica llegamos a saber que una parte de estos procesos latentes poseen caracteres y peculiaridades que nos parecen extraños y aun increíbles, y contrarían directamente las propiedades de la conciencia que nos son familiares. 'in embargo, no nos prueba la existencia en nosotros de una conciencia segunda, sino la de actos psíquicos que carecen de conciencia. 0entro del psicoan&lisis no nos queda, pues, sino declarar que los procesos anímicos son en sí inconcientes y comparar su percepción por la conciencia con la percepción del mundo exterior por los órganos sensoriales. El psicoan&lisis nos advierte que no (emos de sustituir el proceso psíquico inconciente, que es el ob%eto de la conciencia, por la percepción que esta (ace de él.
II. La multivocidad de lo inconciente, Y el punto de vista tópico "o inc inconc oncient iente e abar barca, por por un lad lado, acto actos s que son son apen apena as late latent ntes es,, inconcientes por alg1n tiempo, pero en lo dem&s en nada se diferencian de los
concientes) y, por otro lado, procesos como los reprimidos, que, si devinieran concientes, contrastarían de la manera m&s llamativa con los otros procesos concientes. n acto psíquico en general atraviesa por dos fases de estado, entre las cuales opera como selector una suerte de examen 2censura3. En la primera fase él es inconciente y pertenece al sistema 4cc) si a raí$ del examen es rec(a$ado por la censura, se le deniega el paso a la segunda fase) entonces se llama 5reprimido6 y tiene que permanecer inconciente. /ero si sale airoso de este examen entra en la segunda fase y pasa a pertenecer al segundo sistema, que llamaremos el sistema 7c, pero 8o es a1n conciente, sino susceptible de conciencia. En atención a esta susceptibilidad de conciencia llamamos al sistema 7c también el 5preconciente6. El sistema /rcc participa de las propiedades del sistema 7c, y que la censura rigurosa est& en funciones en el paso del 4cc al /rcc 2o 7c3. n primer supuesto es que la fase 7c de la representación signi9ca una trascripción nueva de ella, situada en otro lugar, esto enla$a un divorcio tópico entre los sistemas 4cc y 7c y la posibilidad de que una representación esté presente al mismo tiempo en dos lugares del aparato psíquico, y aun de que se traslade regularmente de un lugar a otro si no est& in(ibida por la censura, llegado el caso sin perder su primer asentamiento o su primera trascripción. "a cancelación de la represión no sobreviene (asta que la representación conciente, tras vencer las resistencias, entra en conexión con la (uella mnémica inconciente. /or tanto, parecería comprobado que representaciones concientes e inconcientes son trascripciones diversas, y separadas en sentido tópico, de un mismo contenido.
III. Sentimientos inconcientes na pulsión nunca puede pasar a ser ob%eto de la conciencia) sólo puede serlo la representación que es su representante. :ampoco en el interior de lo inconciente puede estar representada si no es por la representación. 'i la pulsión no se ad(iriera a una representación ni saliera a la lu$ como un estado afectivo, nada podríamos saber de ella. /uede ocurrir que una moción de afecto o de sentimiento sea percibida, pero erradamente. /or la represión de su representante genuino fue compelida a enla$arse con otra representación, y así la conciencia la tiene por exteriori$ación de esta 1ltima. El uso de las expresiones 5afecto inconciente6 y 5sentimiento inconciente6 remite en general a los destinos de la moción pulsional, que son consecuencia de la represión. Esos destinos pueden ser tres ;; el afecto persiste como tal, o es mudado en un monto de afecto cualitativamente diverso 2en particular, en angustia3, o es sofocado, es decir, se estorba por completo su desarrollo. 8o (ay por tanto afectos inconcientes como (ay representaciones inconcientes. "as representaciones son investiduras
=ientras el sistema 7c gobierna la afectividad y la motilidad, llamamos normal al estado psí- quico del individuo. 'in embargo, dentro de la vida normal puede discernirse una pugna permanente de los dos sistemas. 7c e lcc, en torno del primado sobre la afectividad.
IV. Tópica y dinmica de la !ep!esión "a represión es en lo esencial un proceso que se representaciones en la frontera de los sistemas 4cc y /rcc 27c3.
cumple
sobre
"a representación reprimida sigue teniendo capacidad de acción dentro del 4cc) por tanto, debe de (aber conservado su investidura. ay sustracción de la investidura preconciente, conservación de la investidura inconciente o sustitución de la investidura preconciente por una inconciente. En la represión primordial no sería así) ya que en ese caso est& presente una representación inconciente que a1n no (a recibido investidura alguna del /rcc y, por tanto, ella no puede serle sustraída. >quí surge entonces la !contrainvestidura# mediante la cual el sistema /rcc se protege contra el asedio de la representación inconciente.
V. Las p!opiedades pa!ticula!es del sistema Icc El n1cleo del 4cc consiste en agencias representantes de pulsión que quieren descargar su investidura) por tanto, en mociones de deseo. Estas mociones pulsionales est&n coordinadas entre sí, subsisten unas %unto a las otras sin in?uirse y no se contradicen entre ellas. 7uando son activadas al mismo tiempo dos mociones de deseo cuyas metas no podrían menos que parecemos inconciliables, ellas no se quitan nada ni se cancelan recíprocamente, sino que con?uyen en la formación de una meta intermedia, de un compromiso. 0entro de este sistema no existe negación, no existe duda ni grado alguno de certe$a. :odo esto es introducido sólo por el traba%o de la censura entre lcc y /rcc. "a negación es un sustituto de la represión, de nivel m&s alto. /or el proceso del despla$amiento, una representación puede entregar a otra todo el monto de su investidura) y por el de la condensación, puede tomar sobre sí la investidura íntegra de muc(as otras. e propuesto ver estos dos procesos como indicios del llamado proceso psíquico primario. 0entro del sistema /rcc rige el proceso secundario. "os procesos del sistema 4cc tienen ausencia de contradicción, proceso primerio 2movilidad de las investiduras3, car&cter atemporal y sustitución de la realidad exterior por la psíquica. "os procesos inconcientes sólo se vuelven cognoscibles para nosotros cuando procesos del sistema /rcc, m&s alto, son trasladados (acia atr&s, a un estadio anterior, por obra de un reba%amiento 2regresión3. >l sistema /rcc competen el establecimiento de una capacidad de comercio entre los contenidos de las representaciones, el ordenamiento temporal de ellas, la introducción de una censura o de varias, el examen de realidad y el principio de realidad. :ambién la memoria conciente parece depender de ella.
VI. "l come!cio ent!e los dos sistemas El 4ce es m&s bien algo vivo, susceptible de desarrollo, y mantiene con el /rcc toda una serie de relaciones) entre otras, la de la cooperación. El lcc se contin1a en los llamados retoños, es asequible a las vicisitudes de la vida, in?uye de continuo sobre el /rcc y a su ve$ est& sometido a in?uencias de parte de este. Entre los retoños de las mociones pulsionales 4cc, los (ay que re1nen dentro de sí notas contrapuestas. /or una parte presentan una alta organi$ación, est&n exentos de contradicción y (an aprovec(ado todas las adquisiciones del sistema 7c. /or otra parte, son inconcientes e insusceptibies de devenir concientes. @tros tantos retoños del 4cc de alta organi$ación son las formaciones sustitutivas, que, no obstante, logran irrumpir en la conciencia merced a una relación favorable. n sector muy grande de esto preconciente proviene de lo inconciente, tiene el car&cter de sus retoños y sucumbe a una censura antes que pueda devenir conciente. @tro sector del /rcc es susceptible de conciencia sin censura. "o 4cc es rec(a$ado por la censura en la frontera de lo /rcc) sus retoños pueden sortear esa censura, organi$arse en un nivel alto, crecer dentro del /rcc (asta una cierta intensidad de investidura, pero después, cuando la (an rebasado y quieren imponerse a la conciencia, pueden ser individuali$ados como retoños del 4cc y reprimidos otra ve$ en la nueva frontera de censura situada entre /rcc y 7c. El contenido del 4cc puede ser comparado con una población psíquica primitiva. 'i (ay en el (ombre unas formadones psíquicas (eredadas, algo an&logo al instinto de los anímales, eso es lo que constituye el n1cleo del 4cc. na división ta%ante y de9nitiva del contenido de los dos sistemas no se establece, por regla general, (asta la pubertad.
VII "l disce!nimiento de lo inconciente "a investidura de ob%eto persiste en el interior del sistema 4cc a pesar de la represión quí, la investidura de las representaciones-palabra de los ob%etos se mantiene. "o que pudimos llamar la representación-ob%eto conciente se nos descompone a(ora en la representación-palabra y en la representación-cosa que consiste en la investidura, si no de la imagen mnémica directa de la cosa.
0iferencia entre una representación concíente y una inconciente la representación conciente abarca la representación-cosa m&s la correspondiente representación-palabra, y la inconciente es la representacióncosa sola. El sistema 4cc contiene las investiduras de cosa de los ob%etos, que son las investiduras de ob%eto primeras y genuinas) el sistema /rcc nace cuando esa representación-cosa es sobreinvestida por el enlace con las representaciones-palabra que le corresponden. :ales sobreinvestiduras, podemos con%eturar, son las que producen una organi$ación psíquica m&s alta y posibilitan el relevo del proceso primario por el proceso secundario que gobierna en el interior del /rcc.
Tania #ont!e!as $%a& ' (sicolo)%a vespe!tino