Pia Mellody Andrea Wells Miller y J. Keith Miller La codependencia Qué es, de dónde procede, cómo sabotea nuestras vidas. Aprende a hacerle rente PA!"#$ Mé%ico & 'uenos Aires & 'arcelona !ndice Prólo(o )) *econocimientos )+ !ntroducción cómo empe-ó todo ) Primera parte L/$ $012/MA$ "3 LA 4/"3P31"314!A ). 5aciendo rente a la codependencia 6) 7. Los cinco s8ntomas nucleares de la codependencia 6+ 6. 4ómo los s8ntomas sabotean nuestras vidas ++ $e(unda parte LA 1A29*AL3:A "3L 1!;/ <. 9n ni=o precioso en una amilia uncional + >. 9n ni=o precioso en una amilia disuncional ))) ?. 3l emocional del abuso )7 +. "eda=o (eneración en (eneración )< 2ercera parte ! A$ *A043$ "3 LA 4/"3P31"314LA 5 @orno arontar el abuso )> B ! ,aCi deensas contra el reconocimiento del abuso )D )D)abuso8sico )E6 )) !J!abusose%ual )+ )7. 3labusoemocional 77) )6. 3labusointelectual 76) )<. 3labusoespiritual 76+ 4uarta parte 5A4!A LA *349P3*A4!#1 )>. La recuperación personal 7>> Apéndice. 9na breve historia de la codependencia y una mirada a la literatura psicoló(ica *eerencias biblio(rFicas 8ndiceanal8tico 7E)
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Prólo(o 3n ciertos hombres y muGeres, sentimientos humanos normales tales como la ver(Hen-a, el temor, el dolor y la ira aparecen tan ma(niicados Iue esas personas se encuentran casi siempre en un estado emocional marcado por la an(ustia y por la sensación de ser irracionales, disuncionales yo locasB. 2ambién piensan Iue deben hacer elices a Iuienes las rodean, y cuando no pueden, les parece Iue en al(n sentido valen menos IueB los otros. 3stas personas suelen reaccionar con e%ceso a los acontecimientos cotidianos, e%perimentando sentimientos mucho mFs intensos Iue los adecuados. Por eGemplo, cuando sucede al(o alarmante, en lu(ar de miedo normal, ellas e%perimentan crisis de pFnico o an(ustia. 3sas crisis también pueden producirse sin nin(una ra-ón Iue las GustiiIue. 4uando sur(e en su camino al(uno de los dolores normales de la vida, Iui-F reaccionen con una desesperación prounda, sensación de desamparo o incluso con conducta c samientos suicidas. Ante una situación Iue de ordinario phWo4ar8a una cierta cólera auténtica y adecuada, esos individuos tienen a veces estallidos volcFnicos de ira. 3n el transcurso de esas e%periencias emocionales e%tremas, piensan, por eGemplo, NPor Iué me trata él de este modoO N1o sabe lo doloroso Iue me resultaOB. Pero no pueden controlar la e%plosión emocional, y Iuedan rustradas. 3sas reacciones intensas suelen ser suscitadas por e%periencias muy poco dramFticas, como, por eGemplo, un desacuerdo con el cónyu(e acerca de Iué pel8cula ir a ver o dónde pasar las vacaciones. La desesperación o la ira pueden ser desencadenadas por la decepción de no conse(uir un empleo después de haber sido entrevistado o por el hecho de Iue un buen ami(o se mude a otra ciudad, o de Iue el perro del vecino haya pisoteado las lores del Gard8n. 4ualIuiera de estas situaciones puede provocar reacciones emocionales mucho mFs Iue moderadas, Iue van desde sentimientos e%plosivos hasta una blanda mansedumbre y una alta total de e%presión emocional. Pero todas estas reacciones aparentemente incontrolables sabotean por i(ual la vida y las relaciones de esas personas. 3n la actualidad, ya hay muchas pruebas documentadas de Iue la tensión 8sica de vivir con sentimientos reprimidos o e%plosivos contribuye a provocar trastornos 8sicos tales como la alta tensión san(u8nea, cardiopat8as, artritis, los dolores cabe-a,tanto el cFncer y otras enermedades. 3l actorlas emocional de lalacodependencia puededesabotear nuestra salud como nuestras relaciones. 1o obstante, estos hombres y muGeres actan como si, para calmar los sentimientos desmesurados, incontrolables e irracionales Iue los tirani-an, el nico recurso uera ser perectos en todo lo Iue hacen o complacer a Iuienes los rodean. 2ienen la idea ilusoria de Iue esos malos sentimientos @Iue a veces resultan abrumadores se pueden soocar haciendo meGor las cosasB u obteniendo la aprobación de ciertas personas importantes de sus vidas. 4on esta actitud, deGan Iue su propia elicidad dependa de esas personas importantes y de su aprobación. 4uando aIuellos a Iuienes tratan de a(radar no aprecian lo Iue se estF haciendo por ellosB y no brindan su aprobación esencial, los individuos tirani-ados emocionalmente se enurecen. Pero como la buena opinión de Iuienes deben aprobarlos es demasiado importante, esa ira tiene Iue ser reprimida. aunIue no
se la desplie(a de modo directo puede sur(ir de modo lateral, en sarcasmos, olvidos, chistes hostiles u otras conductas pasivoa(resivas. A menudo, estos hombres y muGeres parecen amables y serviciales. $in embar(o, un e%amen mFs atento revela en ellos una poderosa necesidad de controlar, manipular y conse(uir la aprobación Iue creen necesaria en su lucha con ciertos sentimientos abrumadores. lar(o pla-o, todos asus esuer-os sonellos intiles, porIue nadie puede liberarlos de ese aspectoAabrumador. Lle(an creer Iue para no hay esperan-a. Por otra parte, en al(unos individuos con antecedentes similares sucede al(o muy distinto las emociones humanas normales aparecen tan minimi-adas, Iue ellos no e%perimentan casi nin(n sentimiento Rnin(n temor, dolor, ira ni ver(Hen-a, y tampoco (oce, placer ni contentoR. Pasan toda su vida en un estado de apat8a. 3n realidad, han sido las amilias de los alcohólicos, y de otros dependientes de dro(as, las Iue hicieron Iue los terapeutas de los centros de tratamiento prestaran atención a estos dos (rupos de s8ntomas. 2odos los miembros de esas amilias parec8an padecer sentimientos intensiicados de ver(Hen-a, miedo, ira y dolor en sus relaciones con el acohólico o el adicto Iue ocupaba el oco de la vida amiliar. Pero a menudo no pod8an e%presar esos sentimientos de un modo sano, debido a la compulsión de a(radar y cuidar al adicto. 3n apariencia, sus esuer-os tend8an a lo(rar Iue el dependiente se mantuviera sobrio o no consumiera dro(as. Pero en esta relación entre la amilia y el alcohólico hab8a también al(unos aspectos irracionales. Por eGemplo, la mayor parte de los miembros de la amilia ten8an la e%pectativa delirante de Iue si ellos eran perectos en su relaciónB con el alcohólico y en la ayudaB a él, éste permanecer8a sobrio Ry ellos, los miembros de la amilia, se librar8an de su terrible ver(Hen-a, dolor, miedo e ira. 3sta estrate(ia nunca daba resultado. !ncluso cuando el alcohólico permanec8a sobrio, la amilia sol8a se(uir enerma, y en realidad parec8a e%perimentar resentimiento por esa sobriedad. A veces la saboteaba. 3ra como si la amilia necesitara Iue el adicto si(uiera enermo y dependiente de los otros miembros para Iue éstos pudieran se(uir dependiendo de él, y e%plicando de tal modo sus malos sentimientos e%a(erados. 3n cierto sentido, el alcohólico maltrataba directa o indirectamente a los miembros de la amilia con su conducta e(océntrica. A veces, el adicto era tan abusivo en términos 8sicos, se%uales o emocionales, Iue cualIuier persona normal habr8a cortado la relación con él. éste es el se(undo aspecto irracional de la relación de estas amilias con la persona adicta no se apartan, y parecen estar bloIueadas en una enermedad conGunta con el adicto. 3l hecho de Iue los miembros de la amilia persistieran en la relación a pesar de sus consecuencias perGudiciales @abusos, corr8a paralelo con la insistencia del alcohólico en beber, también a pesar de las consecuencias perGudiciales. *esultó claro Iue, as8 como el alcohólico depend8a del alcohol para maneGar sus sentimientos abrumadores o su enermedad, la amilia depend8a del alcohólico de un modo enermi-o y anFlo(amente adictivo. 3n otras palabras, el alcohólico y el codependiente trataban de resolver los
s8ntomas bFsicos idénticos de una misma enermedad el adicto Iue recurr8a al alcohol o a las dro(as, y el codependiente Iue persist8a en la relación adictiva. 3sta dependencia de un adicto llevó a los terapeutas a tomar conciencia de Iue estaba actuando una enermedad penosa y discapacitante, una enermedad Iue mFs tarde comprendieron Iue también aectaba a incontables amilias de 3stados 9nidos en las Iue no hab8a nin(n miembro dependiente de sustancias Iu8micas. 4reemos Iue estas personas Iue suren estFn en las (arras de una seria enermedad subyacente denominada codependen ciaB. sólo unas pocas saben Iue e%iste una cura para los s8ntomas discapacitantes Iue hemos descrito. Pero Iuienes padecen codependencia suelen terminar en la desesperación, y a veces mueren realmente a causa de sus eectos. Los certiicados de deunción nunca mencionan esta enermedad por su nombre. Las historias de las v8ctimas hablan de desvalimiento, suicidio, accidenteB, problemas cardiovasculares y enermedades mali(nas relacionadas con el estrés, el abandono personal y la ira reprimida, con su depresión correlativa. 3sta enermedad es muy di8cil de ver desde auera, porIue Iuienes la padecen llevan una mFscara de adecuación y é%ito, destinada a lo(rar esa aprobación mFs importante Iue nada. Pero esclavosa de sentimientos aparentemente estFn estos condenados recorrer de modocompulsivos incesante unpoderosos c8rculo deyracaso personalinundados y e%periencias intensiicadas de ver(Hen-a, dolor, miedo e ira reprimida. "e hecho, muchas personas, en sus esuer-os tendientes a huir de esos sentimientos abrumadores, recurren a sustancias Iu8micas para adormecer su malestar. San en camino de convertirse en alcohólicos o adictos de otro tipo. 4reemos Iue la codependencia subyace a todas estas adicciones y las nutre. 4uando un alcohólico o cualIuiera otro adicto se libera del a(ente Iu8mico o la conducta adictivos, en el camino a la recuperación a menudo tendrF Iue hacer rente a la consecuencia y los s8ntomas de la codependencia. "urante los ltimos ocho a=os, Pia Mellody ha desarrollado una terapia para la codependencia en 2he MeadoTs, un centro de tratamiento de las adicciones de WicUenbur( @Ari-ona.Iue 5apadec8an llevado personalmente recuperación y3lla propósito inte(ridaddea centenares personas las a(on8as de alalacodependencia. este libro node consiste en proporcionar una historia detallada del desarrollo del concepto de codependencia, ni ar(umentos relacionados con sus status de auténtica enermedad, sino describir el trastorno tal como Pia Mellody lo ha visto
desde dentro, en cientos de vidas de pacientes, incluso en la suya propia. @AunIue en el te%to siempre se emplea la primera persona del sin(ular, todos los autores hemos participado en la redacción. Los conceptos, los métodos y el enoIue ecléctico de la terapia se vierten en un len(uaGe elaborado en el curso de la lucha de Pia Mellody contra la enermedad, de modo Iue su base no es sólo teórica. "e hecho, aIu8 no se intenta en absoluto idear o deender una concepción teórica. Los autores ) describiryla7estructura la codependencia se(n ella opera en la vida y las pretenden relaciones cotidianas, indicar undemodelo prFctico Iue da resultado para curar a las personas Iue padecen los s8ntomas. Para Iuienes se interesen en la historia y el desarrollo de la noción de codependencia en la literatura psicoló(ica, hemos incluido un breve apéndice inal. Muchos de los conceptos de este libro @como la relación de la codependencia con el maltrato a los ni=os y la descripción de los l8mites internos y e%ternos ueron ormulados y aplicados por primera ve- por Pia Mellody hace ya a=os. 3l hecho de Iue al(unas de estas ideas se hayan diundido y sean aplicadas por terapeutas y codependientes de todas partes, (racias a las conerencias y cintas (rabadas de la autora, constituye un homenaGe a la penetración psicoló(ica de Pia, y nos resultó (rato trabaGar en este proyecto, Iue presenta en un te%to or(ani-ado las opiniones de ella y las nuestras acerca de este tema. 2enemos la esperan-a de Iue la lectura de estas pF(inas permita a Iuienes padecen la enermedad arontarla y recuperarseC el hecho mismo de enrentarse a la codependencia e ir mFs allF de la ne(ación ha sido el inicio de la esperan-a y la recuperación en nuestras vidas. Andrea Wells Miller J. Keith Miller A1"*3A W3LL$ M!LL3* J. K3!25 M!LL3* *econocimientos "eseo hacer mención de las contribuciones de mi esposo, Pat, Iuien desempe=ó una parte importante en el desarrollo de estas ideas. 3l concepto de l8miteB proviene de discusiones Iue hemos tenido sobre su(erencias de la madre de él acerca del modo como pod8a deenderse. 3l hecho de Iue de Pateste se enrentara proceso de mide enermedad ue importante para mi propia comprensión material. al como director 2he MeadoTs, él me permitió elaborar estas ideas mediante la conversación con otros codependientes en tratamiento, y la ense=an-a de aIuéllas en la institución. 2ambién deseo a(radecer a centenares de compa=eros codependientes Iue me contaron sus historias y pusieron a prueba estos conceptos mientras estaban en desarrollo, después de lo cual me contaron sus penurias y sus é%itos. La cooperación, el aliento y los eventuales si(nos de recuperación de estas personas me han motivado e inspirado en mi propio recorrido. "e la codependencia no es posible recuperarse a solas. 3n los momentos sombr8os en Iue me siento privada del apoyo de otros seres humanos, ten(o una prounda conciencia de la
presencia de un poder superior Iue me sostiene, sin el cual ten(o la se(uridad de Iue estar8a perdida. P0A M3LL/" Los autores desean e%presar su (ratitud a las si(uientes per sonas *oy 4arlisle, Iue advirtió el alcance de este proyecto y nos alentó a reali-arloC 2homas Vrady, cuya orientación en relación la estructura ue4harles inestimableC Salerie 'ullocU, Arlene 4Frter, los *ichard ". Vrant @hiGo,con 4arolyn 5uman, 5uman y Kay $e%ton, Iue leyeron primeros borradores y cuyos comentarios nos ayudaron a clariicar estos conceptos. 2ambién deseamos a(radecer a "avid Vreene, Iue nos ayudó con la reerencia a la teor8a del circuito eléctrico en el e%amen de la ver(Hen-a transportada. 4omo la decisión inal en cuanto a la redacción y compa(inación Iuedó en manos de Pia Mellody y las nuestras, aIuellas personas no son responsables de cualIuier error o conusión Iue pueda subsistir en el te%to. Andrea Wells Miller J. Keith Miller !ntroducción cómo empe-ó todo 5ace unos a=os, en )++, me enrentaba a un nmero creciente de problemas en mi relación con personas importantes para m8. La relación Iue ten8a conmi(o misma era también dolo rosa y di8cilC estaba perturbada, y e%perimentaba mucha ira y miedo. Me atareaba tanto tratando de ser una esposa, madre, enermera y ami(a de primer orden, Iue estaba a(otada. nadie parec8a percibir el hecho de Iue me estuviera matando. o era una a(radadoraB secreta, y e%perimentaba una ira creciente por ello, pero en apariencia no pod8a cambiar ni deGar de preocuparme. 3staba llena de miedo, y me sent8a muy incapa-, aunIue trataba de hacerlo todo a la perección. 4ada ve- ten8a mFs ver(Hen-a, porIue aparentemente no lo(raba ser perecta. Por in, mi capara-ón e%terior, de aspecto adecuado, comen-ó a a(rietarse y estallar en ataIues de ira, Iue nos asustaban a m8 misma y a Iuienes me rodeaban. Las cosas empeoraron. La an(ustia y la presión interior se volvieron constantes. Mi vida parec8a estar Iuedando uera de control. "e modo Iue busIué ayuda, y inalmente me diri(8 a un centro de tratamiento, en )+, para ser atendida por un conGunto de s8ntomas Iue ahora llamo codependenciaB. 3ncontré Iue la comunidad proesional a la Iue me hab8a diri(ido no sab8a cómo ayudarme. 3ra como si yo hablara in(lés y ellos oyeran (rie(o. 1o parec8an comprender la naturale-a ni la seriedad de mis s8ntomas, y el tratamiento Iue orec8an no estaba relacionado con lo Iue yo e%perimentaba. 2raté de comunicar lo Iue me suced8a, pero con la sensación de no ser comprendida o de no ser tomada muy en serio. Me parec8a Iue el personal me culpaba de lo Iue me pasaba. "esde mi perspectiva, todo lo Iue hac8an era mirarme como si uera una creadora de problemas irracional, no cooperativa. 3ra e%tremadamente rustrante, y yo estaba muy enoGada. $ab8a Iue probablemente yo era
irracional, pero también sab8a Iue las personas del centro no comprend8an lo Iue me pasaba. 3n esa época yo trabaGaba en 2he MeadoTs, un centro de WicUenbur( @Ari-ona, para el tratamiento del alcoholismo, el consumo de dro(as y problemas relacionados. 3n ra-ón de mi empleo, pod8a darme cuenta de Iue mis terapeutas no sab8an cómo tratarme. 2uve miedo y pensé $i recurro a proesionales Iue se supone Iue saben lo Iue hacen, les di(o lo Iue marcha mal y ellos se limitan a mirarme como a una loca, estoy realmente perdidaXB. Al volver a 2he MeadoTs, donde trabaGaba, estaba mFs conundida y disuncional Iue antes. 4ualIuier minucia me provocaba un estallido de ira. An recuerdo Iue un d8a, poco tiempo después, el director eGecutivo de la institución me diGo Pia, si no deGas de enurecerte en las reuniones del personal, no podrFs volver a ellasB. $ab8a Iue eso si(niicaba Sas a perder tu empleoB, lo Iue me aterró. 3n ese momento comprend8 Iue mi vida se hab8a vuelto in(obernable, y Iue ten8a Iue hacer al(o para salir de la situación en la Iue me encontraba. "ebido a ambas e%periencias @el hecho de Iue no me ayudara el tratamiento y la posibilidad de perder mi empleo por mis reacciones coléricas, emprend8 mi propio viaGe de descubrimiento. 3n realidad no estaba tan madura. 4ierto d8a, otro ataIue de cólera en el trabaGo mecon catapultó aventuraIue delpermanec8a descubrimiento. hallaba en la oicina del director, hablando él y otroa la conseGero de pieMe Gunto a la puerta. o Iuer8a Iue esos dos hombres muy importantes en mi vida supieran hasta Iué punto me perturbaba Iue nadie pareciera o8rmeB cuando les hablaba de mi malestar. Mientras me e%playaba, me di cuenta de Iue tampoco esos dos proesionales tan inteli(entes pod8an comprendermeX 3se recuerdo todav8a me hace da=o hoy en d8a. $e limitaron a mirarme, y uno de ellos me diGo 'ien, Npor Iué no busca usted misma el modo de tratar eso, sea lo Iue uereOB. Me sent8 tan uriosa Iue Iuer8a (olpearlos a los dos. 3mpecé a caminar de un lado a otro, y al inal me ui, mientras ellos me observaban como si pensaran Iue estaba loca. "espués de salir de la oicina, mientras me iba calmando en el pasillo, recuerdo haberme dicho a m8 estamos misma $i yo misma debo encontrar el tratamiento, todos los tenemos estos problemas desahuciados. N4ómo puedo hacerloOB. Me sent8a muyIue incapa-. !ncluso tratar de identiicar los problemas me conund8a. Mientras luchaba con mi ira y mi pFnico, me pre(unté cómo podr8a discriminar y ordenar los s8ntomas de mi dolor y crear un plan de tratamiento para m8 misma. 3ntonces, mientras daba la vuelta a la esIuina del ediicio, me sucedió al(o. 3n ese momento ue como si toda mi conusión hubiera desaparecido y mis pensamientos se hubieran concentrado en un punto. 9na nica y simple idea ocupaba mi mente, en la orma de un interro(ante N4ómo iniciaron su recuperación los primeros miembros de Alcohólicos AnónimosOB. "esde al(n lu(ar de dentro de m8 sur(ió la respuesta 3sas personas compartieron sus e%periencias, su uer-a y su esperan-a. Al hacerlo, aprendieron en Iué consist8a su enermedad, y a partir de ese principio sucedió todo lo demFsB.
A continuación pensé otra cosa Mis s8ntomas podr8an estar relacionados con el hecho de Iue he sido obGeto de maltrato en la ni=e-B. 3n eecto, en mi ni=e- hab8a tenido al(unas e%periencias proundamente traumFticas, y de pronto recordé Iue al(unas otras personas Iue yo conoc8a y presentaban s8ntomas similares a los m8os también hab8an sido obGeto de abusos en su ni=e-. Qui-Fs ése era el caso de muchasX Qui-Fs ése uera el caso de todasX o ten8a bastantes conocimientos de psicolo(8a y terapia, y suiciente recuperación en Alcohólicos Anónimos, como para saber Iue las e%periencias dolorosas de la ni=e- eran un nido de v8boras comn enalas amilias adictivas y en otros tipos de de maltrato amilias Iue disuncionales. Me diGe Iue entrevistar8a todas las personas con antecedentes lle(aran a 2he Mea doTs en busca de tratamientoC les hablar8a espec8icamente del abuso en la inancia y sus problemas presentes, y tratar8a de discernir de Iué modo hab8an sido aectadas. Por otra parte, ya estFbamos reali-ando al(n trabaGo bFsico sobre el maltrato a ni=os. 4omencé pidiéndoles a los conseGeros Iue enviaran a mi tratamiento a las personas Iue hab8an sido obGeto de maltrato. 3n mi trabaGo con los pacientes en 2he MeadoTs hab8a lle(ado a darme cuenta de Iue los términos maltratoB o abusoB son mucho mFs amplios Iue lo Iue piensa la mayor8a de las personas. !ncluye mFs Iue la pali-a 8sica abierta, las lesiones, el incesto o el abuso se%ual Iue comnmente asociamos con esas palabras. 3l abuso también asume ormas emocionales, intelectuales y espirituales. "e hecho, cuando hablo de abuso incluyo ahora a cualIuier e%periencia de3nlamis inancia @desde elanacimiento hastadelosmodo )+ a=os Iue sea con menosIuenutriciaB. conerencias, menudo utili-o intercambiable la palabra abusoB las e%presiones disuncionalB y menosIuenutricioB. 4uando estas v8ctimas del abuso inantil lle(aron a mi consultorio y me contaron sus e%periencias, comencé a ver las cone%iones Iue e%ist8an entre el maltrato Iue hab8an padecido y sus s8ntomas adultos intensos y aparentemente irracionales, similares a los m8os. Al cabo de cierto tiempo, se periló con claridad un cuadro comn de lo Iue suced8a con estas personas dierentes. AunIue yo ya sab8a Iue los distintos tipos de abuso en la ni=ecreaban dierentes clases de problemas en los adultos, en ese momento pude ver con claridad Iue Iuienes hab8an sido v8ctimas de ese maltrato presentaban una sintomatolo(8a comn en la vida adulta. 2odos nosotros ten8amos los s8ntomas de lo Iue ahora entendemos en (eneral por codependenciaB. @3n la primera parte describiré en detalle estos s8ntomas espec8icos. 4uando hablaba con estas personas sobre sus problemas, ellas y yo nos e%altFbamos. 1os comprend8amos. "e al(n modo éramos una misma clase de personas Iue hablaban el mismo idioma. Lo Iue ellas me dec8an estaba muy claro para m8, y de nin(n modo me parec8a (rie(o. "espués de hablar un poco, sol8an pre(untarme NQué podemos hacer con estos sentimientos disparatados, PiaOB. o les respond8a 1o lo sé, pero deGadme Iue lo pienseB. "espués pensaba en al(o en Iue pudiera ayudar a aliviar ciertos s8ntomas Iue esas personas e%perimentaban, y les dec8a !ntentad eso, y yo también lo haréB. 1o creo poder darle un conseGo a nadie si yo misma no estoy dispuesta a ponerlo en prFctica.
3mpecé su(iriendo e%perimentos conductuales para ayudar a los pacientes a abordar los sentimientos y las acciones irracionales Iue volv8an sus vidas tan disuncionales y autodestructi vas. mientras yo misma hac8a lo Iue les indicaba a ellos, empecé a sentirme meGor. 4omprend8 Iue por in hab8a comen-ado mi propio proceso de estar bienX 2uve la ventaGa de poder compartir estas e%periencias con centenares de personas Iue en el curso de los meses y a=os si(uientes se internaron en el centro de tratamiento durante per8odos Iue iban de un mes a seis semanas. 3llas probaron lo Iue yo les su(er8a, y me proporcionaron eedbacU inmediato y sostenido. Los conseGeros empe-aron a decirme Iue, después de pasar al(n tiempo en mi consultorio, en conversación individual sobre sus problemas de abuso inantil, los pacientes parec8an obtener meGores resultados en el resto del tratamiento. Aparentemente se serenaban y comprend8an meGor lo Iue les suced8a. "e modo Iue comencé a re(istrar por escrito mis su(erencias y los eectos de ellas en los pacientes. MFs tarde comprend8 Iue, si bien los codependientes solemos ser muy sensibles a los problemas de Iuienes nos rodean y tenemos una perspicacia inusual para encontrar modos de ayudarlos, con recuencia andamos a tientas en la oscuridad cuando se trata de dia(nosticarnos y ayudarnos a nosotros mismos en relación con los problemas de la codependencia. 4reoenIue sólo me a m8 misma al su(erir procedimientos a otras personas y ponerlos prFctica yoayudé misma. 3n la comunidad de 2he MeadoTs comen-ó a circular la noticia de Iue este nuevo enoIue era eica- para aislar y tratar los s8ntomas de la codependencia. $in Iue yo misma lo advirtiera, me estaban enviando mFs pacientes al consultorio. 4omo en esa época yo era Gea de enermeras y no estaba trabaGando como terapeuta, la situación me abrumó. "e modo Iue le pre(unté al director del centro si podr8a crear un taller en el cual les hablar8a al mismo tiempo a todos los supervivientes de abuso inantil sobre la relación entre ese maltrato en la ni=e- y sus s8ntomas adultos de codependencia. 3se ue el inicio del taller sobre el abuso inantil y la codependencia, Iue desde entonces he estado diri(iendo en 2he MeadoTs y en dierentes ciudades de todo el pa8s. La respuesta positiva Iue suscitó me ha resultado sorprendente. Los conceptos de este libro y el modelo para la terapia y la recuperación de la codependencia Iue yo empleo provienen de varios a=os de entrevistas con pacientes en 2he MeadoTs, y del asesoramiento psicoló(ico desarrollado a partir de las entrevistas iniciales. Abordo este tema como una mensaGera con al(unas palabras de esperan-a, y no como un erudito investi(ador Iue ha escudri=ado todas las publicaciones académicas. $é personalmente lo Iue es vivir con la enermedad de la codependencia. 3lla casi me destruyeC hace al(unos a=os, lle(ué a considerar seriamente la posibilidad de suicidarme. Pero en el trabaGo con la enermedad Iue aectaba las vidas de centenares de pacientes, y con la ayuda de ellos, del director y los otros conseGeros de 2he MeadoTs, he descubierto un modo de tratarla Iue nos ha sorprendido y alentado a todos. La mayor8a de los codependientes no comprenden mucho de Iué modo interviene esta enermedad en sus vidas, y cómo aecta a sus relaciones, su elicidad y su autoestima.
AunIue e%tremadamente diundida en nuestra cultura, el arte de curarla se encuentra an en una etapa inicial y primitiva, hasta el punto de Iue muchos terapeutas no saben Iué decir de ella. 1o tienen una idea muy clara sobre la causa ni sobre el meGor enoIue. Muchos terapeutas y comunicadores han dedicado un tiempo considerable a discernir y deinir los s8ntomas psicoló(icos, lo Iue ha sido de (ran valor, pero hasta la echa no cono-co e%Fmenes tiles de los problemas causales subyacentes, y el modo como esos problemas, Iue se ori(inan en la ni=e-, si(uen vivos en los s8ntomas del codependiente adulto. 1uestro propósito es describir los s8ntomas en términos simpliicados. Mostraremos de Iué modo inluyen en la vida y las relaciones adultas, y cómo crean diicultades y nos separan de nosotros mismos, de los otros y de un poder superior. 2ambién Iueremos se=alar y clariicar las e%periencias menosIuenutri cias de la ni=e- Iue llevan a los s8ntomas adultos de la codependencia. 3s posible Iue el estudioso sutil de la psicolo(8a ten(a al(una reserva inicial respecto de al(unos de los conceptos Iue si(uen, como el de sentimiento transportadoB o inducidoB y el de ncleo de ver(Hen-aB. 1o inicio un debate, sino Iue me limito a presentar una descripción de base cl8nica de la enermedad y de las comprensiones Iue ya han ayudado a centenares de personas a ponerse en marcha hacia su recuperación. 3ste libro los si(uientes aspectos clave enermedad como yos8ntomas la veo 3l abarca modo como la codependencia aectade al la paciente adultotallos cinco primarios y sus consecuencias incontrolables. 9na visión (eneral de la enermedad y sus eectos, Iue incluye su ori(en, su desarrollo, el modo como sabotea nuestras vidas y como los codependientes la transmiten a sus hiGos. 9na descripción de la naturale-a bFsica del ni=o y del modo como, se(n Iue éste reciba un cuidado parental uncional o disuncional, se convierte en un adulto maduro uncional o en un adulto codependiente. 9na discusión del modo como la e%periencia del abuso inantil instila en el ni=o los sentimientos inapropiados @indebidamente dolorosos, e%a(erados o con(elados Iue conducen a las conductas anormales responsables de las relaciones di8ciles. 9na consideración prounda de las diversas conductas parentales disuncionales @a las Iue yo también denomino abuso inantilB Iue producen adultos codependientes. !normación sobre las v8as de recuperación ahora al alcance de los codependientes Iue Iuieran hacer al(o para superar su penosa enermedad, Iue amena-a la vida. •
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Arontar la codependencia e%i(e coraGe. A dierencia de las v8ctimas del abuso de alcohol o dro(as, los codependientes son a menudo recompensados por la enorme cantidad de a(rada doresB con los Iue ellos se comprometen como resultado de su enermedad. Pero el miedo, la ira, el dolor, la ver(Hen-a y la desesperación abrumadores nos han mantenido a muchos de nosotros, durante a=os, en un estado de desdicha. el nico modo Iue he encontrado de tratar la codependencia con eicacia consiste en alentar a la (ente a iniciar con valor el proceso descrito en este libro. A todos los pacientes Iue trato les di(o lo mismo 3l secreto de tu recuperación es Iue aprendas a asumir tu propia historia. M8rala,
toma conciencia de ella y e%perimenta tus sentimientos respecto de los hechos menosIue nutricios de tu pasado. PorIue si no lo haces, los problemas de tu historia permanecerFn en un estado de minimi-ación, ne(ación y en(a=o, y verdaderamente se(uirFn detrFs de ti como demonios de los Iue no eres consciente. 3sta situación se(uirF haciéndote desdichado a través de tus propias conductas disuncionalesB. 2ambién empleo palabras mFs directas Abra-a a tus demonios o te morderFn el traseroB. 3n otros términos, si no abra-as lo Iue es disuncional, estFs condenado a repetirlo y permanecer en el dolorB. 3ste libro trata sobre el coraGe de hacer rente a nuestra propia realidad, y sobre el camino a la libertad. P0A M3LL/"
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Los eGemplos presentados en este libro se basan en casos verdaderos, pero se han modiicado los nombres y los detalles identiicatorios, para prote(er la identidad de las personas involucradas. ). 5aciendo rente a la codependencia 9na cantidad creciente de personas se han reconocido en los s8ntomas descritos en las pF(inas Iuelassi(uen. 5anpenosas empe-ado desear el cambio, a clariicar distorsiones ya curarse de secuelas de laa e%periencia de la ni=een unalas amilia disuncional. $i el lector es una de estas personas, Iuiero decirle Iue e%isten muchas esperan-as. 3l primer paso importante en el cambio y la clariicación de estas distorsiones reIuiere Iue aronte el hecho de Iue padece esta enermedad. 9no de los propósitos de este libro es describir los s8ntomas, su ori(en y el modo como sabotea nuestras vidas, para Iue el codependiente aprenda a reconocer el trastorno en él mismo. 3sta enermedad y sus v8nculos con las diversas ormas de abuso inantil es un tema compleGo. "ebido a las e%periencias disuncionales de la ni=e-, el adulto codependiente carece de capacidad para ser una persona madura y vivir una e%istencia plena y vFlida. La codependencia se releGa en dos Freas clave de la vida la relación con uno mismo y la relación contiene los otros. 4reo Iuerespetuosa, la relaciónairmativa, con uno mismo es la mFs importante, porIue cuando uno una relación consi(o mismo, las relaciones con los otros se vuelven automFticamente menos disuncionales y mFs respetuosas y airmativas. Mucho se ha escrito sobre la codependencia en los ltimos a=os, y se han identiicado muchos s8ntomas y caracter8sticas. "e mi propio trabaGo iniero Iue el ncleo de la enermedad estF ormado por cinco s8ntomas. La or(ani-ación del e%amen de la codependencia en torno de esos cinco s8ntomas parece acilitar la captación del modo como se desarrolla la enermedad. A los codependientes les resulta di8cil ). 3%perimentar niveles adecuados de autoestima. 7. 3stablecer l8mites uncionales. 6. Asumir y e%presar su propia realidad. <. /cuparse de sus necesidades y deseos de adultos. >.
3%perimentar y e%presar su realidad con moderación.
3l ori(en de la enermedad 5e lle(ado a estar persuadida de Iue los sistemas amiliares abusivos, disuncionales, menosIuenutricios, crean ni=os Iue se convierten en adultos codependientes. La creencia intr8nseca de nuestra cultura de Iue hay un cierto tipo de cuidado parental normalB contribuye a Iue sea mFs di8cil enrentarse a la codependencia. 9n e%amen mFs atento de las técnicas del cuidado parental normalB revela Iue entre ellas se cuentan ciertas prFcticas Iue en realidad perGudican el crecimiento y el desarrollo del ni=o, y conducen a la codependencia. 3n realidad, lo Iue tendemos a denominar cuidado parental normalB muy a menudo no es sano para el desarrollo del ni=oC es un cuidado parental menosIue nutricioB o abusivo.
Por eGemplo, muchas personas creen Iue la (ama del cuidado parental normal incluye pe(arle al ni=o con un cinturón, aboetearlo, (ritarle, ponerle apodos Iue lo ridiculi-an, llevarlo a dormir a la cama de los adultos o mostrarse desnudo ante él cuando ya tiene mFs de 6 o < a=os. Qui-F crean Iue es aceptable e%i(ir a los ni=os peIue=os Iue resuelvan por s8 mismos las diicultades y situaciones de la vida, en lu(ar de proporcionarles un conGunto concreto de re(las de conducta social y al(unas técnicas bFsicas para la resolución de problemas. Al(unos pro(enitores no ense=an las técnicas hi(iénicas bFsicas, como ba=arse, peinarse, usar desodorantes, limpiarsesiIuiera los dientes, mantener la ropa libre de polvo, suciedad y olor corporal, ademFs de coserla cuando estF rota esperan Iue el ni=o lo sepa todo por s8 mismo. 4iertos padres creen Iue, si no se le imponen al ni=o re(las r8(idas, y casti(os severos y rFpidos por violarlas, se convertirF en un delincuente Guvenil, en una madre soltera adolescente o en un dro(adicto. Al(unos, después de casti(ar a un ni=o inocente por error Rya Iue se apresuraron a hacerlo cuando an no estaban claros los hechosR, nunca se disculpan con el ni=o por ese error. 3stos padres creen Iue disculparse eIuivaldr8a a demostrar debilidadB, y Iue por ello podr8a socavar la autoridad parental. 5ay Iuienes creen, Iui-Fs inconscientemente, Iue los pensamientos y sentimientos de los ni=os tienen poca valide-, porIue las criaturas son inmaduras necesitan ormación. 3sos pro(enitores responden a los pensamientos y sentimientos delyni=o diciéndole 1o debes sentir esoB o 1o me importa Iue no Iuieras ir a la cama vas a ir porIue es bueno para tiB, y suponen Iue de ese modo brindan una educación uncional. /tros padres se pasan al e%tremo opuesto y prote(en en e%ceso a las criaturas, no permitiendo Iue éstas ha(an rente a las consecuencias de su propia conducta abusiva y disuncional. 3stos pro(enitores suelen mantener relaciones muy 8ntimas con los hiGos, los usan como conidentes y comparten con ellos secretos Iue estFn mFs allF del nivel de desarrollo del ni=o. 3sto también es abusivo. Muchos de nosotros, educados en ho(ares donde esta clase de conducta era comn, crecimos con la idea ilusoria de Iue lo Iue nos suced8a era normalB y apropiado. 1uestros cuidadores nos induGeron a creer Iue ten8amos problemas nosotros no respond8amos de modo adecuado. muchos lle(amos a la adultellenosporIue de sentimientos rustrantes y con un modo distorsionado de ver lo Iue suced8a en nuestra amilia de ori(en. 4reemos Iue era correcta la manera como nuestra amilia se comportaba con nosotros, y Iue nuestros cuidadores ueron buenos. Para nuestra percepción inconsciente, como nosotros no éramos elices o no nos sent8amos cómodos, tampoco éramos buenosB. AdemFs, se dir8a Iue no pod8amos a(radar a nuestros padres siendo lo Iue éramos de orma natural. 3sta idea errónea de Iue el abuso era normal, y Iue lo malo estaba en nosotros, nos encierra en la enermedad de la codependencia, sin deGarnos salida.
3mpe-ando a mirar
Para iniciar este recorrido hacia la recuperación, cada uno debe considerar los cinco s8ntomas primarios de la codependencia y sus consecuencias incontroladas resultantes en nuestras vidasC debemos construir la historia individual de su ori(en. 3l proceso de arontar e identiicar estas cuestiones parece ser el nico modo como los codependientes podemos empe-ar a cambiar al(unos de los pensamientos, emociones y conductas Iue han saboteado nuestras vidas. La mayor8a de las cuando reconocen los s8ntomas de la3sta codependencia en s8de la mismas, pasan porpersonas, un per8odo de conusión y decepción penosa. parte dolorosa recuperación no es eterna, pero debemos superarla para encontrar la pa- y la serenidad en una vida mFs sana. 2enemos Iue deGar de ne(ar el hecho de la codependencia, y asumir la responsabilidad de hacerle rente. "espués de cierto tiempo, asumir y arontar la codependencia se vuelve menos abrumador y conuso, cuando superamos la primera etapa del reconocimiento de la enermedad, para trabaGar activamente en la curación de los eectos devastadores de nuestra ni=e- y de la vida como codependientes adultos. 3l cap8tulo si(uiente trata sobre lo Iue yo creo Iue son los or8(enes de los cinco s8ntomas nucleares de la codependencia, y sobre el modo como se ve actuar a esos s8ntomas en la vida del codependiente adulto.
2. Los cinco síntomas nucleares de la codep endencia
$8ntoma nuclear ) la diicuitad para e%perimentar niveles apropiados de autoestima La autoestima sana es la e%periencia interna de Iue uno tiene valor como persona. Proviene de dentro y pasa al e%terior en las relaciones. Las personas sanas saben Iue son valiosas aunIue cometan un error, al(uien se encolerice con ellas, se las estae, se les mienta o las rechace un amante, un ami(o, un pro(enitor, un hiGo o un Gee. 4ontinan e%perimentando esa sensación de la propia val8a incluso cuando un peluIuero les corta el pelo demasiado corto, aunIue ten(an se arruinen, pierdan un partidolos deindividuos tenis o hayan sido insultadas u obGeto desobrepeso, murmuraciones. 3n esas circunstancias, sanos Iui-F sientan otras emociones @por eGemplo, culpa, miedo, ira y dolor, pero su autoestima permanece intacta. Los codependientes tienen diicultades con la autoestima en uno o los dos e%tremos del espectro. 3n un e%tremo, la autoestima es baGa o ine%istente se piensa Iue uno vale menos Iue los otros. 3n el e%tremo opuesto hay arro(ancia y (randiosidad se piensa Iue uno es al(uien especial y superior a las otras personas. 3l ori(en de la autoestima baGa Los ni=os empie-an por aprender la autoestima de sus principales cuidadores. Pero los cuidadores disuncionales transmiten mensaGe verbal IueB, o no verbal de Iue el ni=o es menos IueB persona. 3stos mensaGeseldel tipo menos emitidos por los cuidadores, pasan a ormar parte de la opinión Iue el ni=o tiene de s8 mismo. 4uando lle(a a la adulte-, es casi imposible Iue estas personas criadas con mensaGes de menos IueB sean capaces de (enerar desde dentro el sentimiento de Iue tienen valor. 3l ori(en de la arro(ancia y la (randiosidad Las conductas arro(antes y (randiosas sur(en de una de dos situaciones distintas. 3n la primera, el sistema amiliar les ense=a a los ni=os a encontrar deectos en los otros. 3l ni=o aprende a considerar Iue los otros son ineriores a él. 3stos ni=os pueden ser criticados y aver(on-ados e%cesivamente por los cuidadores, pero por lo (eneral superan la sensación resultante de ser menos IueB Gu-(ando y criticando a los otros. Por superiores otro lado, al(unos sistemas amiliares disuncionales lesuna ense=an a losde ni=os Iue1o ellos son a las otras personas, con lo cual les inculcan sensación poder. se les ayuda a ver y corre(ir sus erroresC tampoco se los lleva a reconocer su propia imperección y hacerse responsable de ella. 3ste tipo de trato se denomina abuso de la entre(a de poderBC estos ni=os se cr8an con una alsa sensación de superioridad sobre los otros en lo relativo al valor o al mérito, y esa sensación sabotea sus relaciones en i(ual medida Iue el mensaGe de ser menos Iue los otros.
La estima e%terior
$i los codependientes tienen al(n tipo de estima, no es autoestima, sino lo Iue yo llamo estima e%teriorB @otheresteem. La estimF Ye%teriorZ se basa en cosas e%ternas, entre las cuales se cuentan las si(uientes $u apariencia. 3l dinero Iue (anan. $us conocidos. 3l 3l coche empleoIue Iuetienen. tienen. 3l desempe=o de sus hiGos. Lo poderoso e importante o atractivo Iue es el cónyu(e. Los t8tulos Iue han obtenido. Lo bien Iue reali-an actividades en las cuales los otros valoran la e%celencia. 1o estF mal Iue con estas cosas se disrute o se obten(an satisacciones, pero esto no es autoestima. La estima e%terior se basa en el propio desempe=o @lo Iue se lo(ra o no se lo(ra, o en la opinión y la conducta de otras personas. 3l problema consiste en Iue la uente de la estima e%terior estF uera de uno mismo, y por lo tanto es vulnerable a cambios Iue estFn mFs allF del propio control. 9no puede perder esta uente e%terior de estima en cualIuier momento, de modo Iue se trata de al(o rF(il y poco coniable. o ten(o cuatro hiGos. $i al(uno de ellos empie-a a racasarB en una tarea, proyecto o relación, mi vida se puede volver rFpidamente in(obernable. $i baso mi autoestima en sus niveles de é%ito, sólo e%perimento estima e%terior. no obstante, la estima e%terior es la nica Iue muchos de nosotros tenemos. 4ómo se ve en acción la diicultad para e%perimentar niveles apropiados de autoestima [ranU es un arIuitecto muy rico de <> a=os Iue nunca desarrolló autoestima, nunca aprendió a valorarse desde dentro. 3n consecuencia cosechó estima en el e%terior, basFndola sobre todo en el hecho de Iue ten8a mucho dinero e inluencia. 4uando [ranU perdió su ortuna en una baGa repentina e inevitable del mercado inmobiliario, Iuedó privado de toda sensación de estima y propio merecimiento. 3ntró en tratamiento proundamente deprimido, creyendo Iue carec8a por completo valor porIue ya no ten8a el dinero y el poder de antes. 4omo carec8a de e%periencia con de la verdadera autoestima, se sent8a incapa- y desorientado. James, un abo(ado pudiente Iue estaba en tratamiento cuando lle(ó [ranU, no hab8a perdido su dinero. AunIue él cre8a tener verdadera autoestima, en realidad su estima también se basaba en la ortuna Iue pose8a. James me oyó decir Iue la autoestima verdadera se e%perimenta desde dentro. 3%pliIué Iue en su ori(en la autoestima sur(e de dentro por haber sido Iueridos por nuestros padres en ra-ón de lo Iue éramos, y no de lo Iue hac8amos. Pero él an no comprend8a Iue la estima Iue e%perimentaba era estima e%terior, y no autoestima, porIue el dinero no le permit8a discernir su procedencia. La posición de James era mucho mFs di8cil Iue la de [ranU, Iuien sur8a las consecuencias de su alta de autoestima y estaba en condiciones de reconocerla. 4omo James conservaba su dinero, i(noraba Iue ten8a un problema o Iue su autoestima era baGa o ine%istente. Pero los
eectos de su baGa autoestima i(norada irrump8an inconscientemente en sus relaciones 8ntimas. 2ener dinero es una de las e%periencias desde auera hacia adentroB mFs poderosas entre las Iue enmascaran la inse(uridad y la alta de autoestima personales. 3s muy improbable Iue James realice un verdadero pro(reso en su recuperación. $in embar(o, su vida es desdichada, porIue es adicto al alcohol y a controlar a las personasC lo han obli(ado a reconocer su un Geeproblema, y su amilia, controlar. Pero no ve la alta autoestimaesto como por aloIuienes cual nono estFpuede en condiciones de enrentarse a sudepropia codependencia. Li-a es una madre de <7 a=os Iue se estima a s8 misma se(n lo Iue ha(an los hiGos. 4uando uno de ellos tiene problemas, ella pierde su sensación de estima. 'uddy, el hiGo de 7D a=os, ue detenido por vender dro(as y lo hirieron en la cFrcel. La reacción de Li-a ue una cólera e%tremaC 'uddy la hab8a privado de respetoB. Ahora se ve a s8 misma como la madre de un presidiarioB. 3n el centro de tratamiento se nos presenta como intilB porIue su hiGo tiene problemas. $8ntoma nuclear 7 diicultad para establecer l8mites uncionales Los sistemas l8mites son vallasB invisibles Iue tienen propósitos impedir Iue lade(ente penetre en nuestro espacioyysimbólicas abuse de nosotrosC b tres impedirnos a a nosotros entrar en el espacio de otras personas y abusar de ellas, y c proporcionarnos un modo de materiali-ar nuestro sentido de Iuiénes somosB. Los sistemas de l8mites tienen dos partes la e%terna y la interna. 1uestro l8mite e%terno nos permite esco(er la distancia respecto de otras personas, y autori-arles o ne(arles autori-ación para Iue se nos acerIuen. 3l l8mite e%terno también impide Iue con nuestro cuerpo le ha(amos da=o al cuerpo de otro. 3stF a su ve- dividido en otras dos partes la 8sica y la se%ual. La parte 8sica de nuestro l8mite e%terno controla la pro%imidad con respecto a nosotros Iue les consentimos a las personas, y el hecho de Iue puedan tocarnos o no. Asimismo, si tenemos l8mites e%ternos intactos, sabemos pedir permiso para tocar a los otros, y no nos acercamos demasiado a ellos para no causarles malestar. "e modo anFlo(o, nuestro l8mite se%ual controla la distancia y el contacto se%uales. 3l l8mite interno prote(e nuestros pensamientos, sentimientos y conductas, y los mantiene uncionales. 4uando utili-amos nuestro l8mite interno, podemos asumir la responsabilidad por nuestros pensamientos, sentimientos y conductas no los conundimos con los de otras personas, y deGamos de culparlas a ellas por lo Iue pensamos, sentimos y hacemos nosotros. 3l l8mite interno también permite no sentirse responsable por los pensamientos, sentimientos y conductas de los otros, con lo cual también deGamos de manipular y controlar a Iuienes nos rodean. o visuali-o mi l8mite e%terno como un receptFculo Iue me recubre. $u supericie se e%pande o se contrae mientras controlo la distancia o el contacto con los otros. Al l8mite interno lo visuali-o como un chaleco antibalas, con peIue=as puertas Iue sólo se abren hacia el interior. $oy yo Iuien controla Iue estén abiertas o se
manten(an cerradas. visuali-ando esos l8mites, puedo prote(erme conscientemente de las conductas, las palabras o los sentimientos abusivos de los otros. 9na persona sin l8mites no advierte los l8mites de los otros ni es sensible a ellos. 3sa persona Iue trans(rede los l8mites de los otros y se aprovecha de éstos se denomina oensorB. 9n oensor (raveB es un abusador la(rante, como Iuienes (olpean o atacan se%ualmente a la esposa, los hiGos o los ami(os. 4on l8mites e%ternos e internos intactos y le%ibles, las personas pueden tener relaciones 8ntimas en sus vidas cuando as8 lo deciden, pero estFn prote(idas contra el abuso 8sico, se%ual, emocional, intelectual o espiritual @a menos Iue enrenten a un oensor (rave Iue ten(a mFs uer-a Iue ellas. 3l dia(rama de la pF(ina si(uiente representa un sistema de l8mites intacto. Los casos de maltrato por oensores (raves son muy Fciles de reconocer, por lo menos para la v8ctima y los testi(os, pero otros casos de trans(resión no (rave de los l8mites pueden no ser tan claros. $istema de l8mites intacto
Protección y vulnerabilidad Por eGemplo, Marión se diri(e a pie a la i(lesia, y Josie se precipita a ella con los bra-os abiertos, para darle un (ran abra-o. Marión retrocede, tiende la mano indicando Iue preiere un apretón, y dice 3ncantada de verte, JosieB. Pero Josie i(nora la mano tendida de Marión y su paso atrFsC le da un abra-o, sin pedir permiso, y e%clama Marión, Iué contenta estoy de verteXB. Josie acaba de avasallar el l8mite e%terno de Marión. 3n otro eGemplo, 4harlotte vuelve a su casa del trabaGo, cansada y colérica por una situación en la oicina, y ve a Janice mirando la televisión en bata, en la sala de estar. 4harlotte dice "emoniosX Janice, no me (usta Iue estés en nuestra sala de estar sin vestirte. Me dis(usta terriblemente Iue estés aIu8 en bataXB. 4harlotte acaba de demostrar una alta de l8mites internos al culpar a Janice por la cólera Iue siente. 3ntre las conductas oensivas Iue demuestran una alta de l8mites e%ternos se cuenta la insistencia en tener relaciones se%uales cuando el compa=ero ya ha dicho Iue no, y tocar a los otros de al(n modo, sin Iue ellos lo autoricen. 3ntre los actos oensivos Iue demuestran alta de l8mites internos estFn el sarcasmo para herir y menospreciar a otra persona, culpar a otro por lo Iue sentimos, pensamos y hacemos o no hacemos nosotros, y creernos responsables de conse(uirB Iue al(uien piense, sienta o ha(a al(o. "esde lue(o,
hay muchos actos descorteses, y por lo tanto oensivos, Iue se inmiscuyen en el sentido Iue tienen otras personas de lo Iue ellas son y de lo Iue hacen y no hacen. Los l8mites deben ense=arse Los ni=os muy peIue=os no tienen l8mites, nin(n modo interno de prote(erse del abuso de los otros, o de ser abusivos con ellos. Los padres tienen Iue prote(er al hiGo del maltrato @en especial, al Iuetienen puedenIue someterlo los al propios padres. y sin deGar respetarlo,dellosmaltrato pro(enitores hacerle ver ni=o su propia Asimismo, conducta abusiva. 3s de esta protección y este se=alamiento por parte de los padres lo Iue permite Iue el ni=o, cuando lle(ue a la adulte-, ten(a l8mites sanos y irmes, pero le%ibles. Las personas Iue han crecido en ho(ares disuncionales suelen padecer distintos tipos de deterioro de los l8mites, y no estFn suicientemente prote(idas o bien estFn prote(idas en e%ceso. "el cuidado parental menosIuenutricio resultan cuatro tipos bFsicos de deterioro a ausencia total de l8mitesC b l8mites da=adosC c muros en lu(ar de l8mites, y d oscilaciones entre muros y ausencia de l8mites. L8mites ine%istentes
1in(una protección Las personas con l8mites ine%istentes no advierten en absoluto Iue estFn siendo obGeto de un abuso o Iue ellas mismas son abusivas. Les cuesta decir Iue no o prote(erse. Permiten Iue los otros se aprovechen de ellas en términos 8sicos, se%uales, emocionales o intelectuales, sin un claro conocimiento de Iue tienen derecho a decir 'asta, no Iuiero Iue me toIuenB o bien o no soy responsable de tus sentimientos, pensamientos o conductasB. 9n codependiente sin l8mites no sólo carece de protección, sino Iue tampoco puede reconocer el derecho de otra persona a tener l8mites con él. 3ntonces traspasa los l8mites de las otras personas, sin advertir Iue estF haciendo al(o inadecuado. 2anto la v8ctima como el codependiente oensor padecen el mismo problema, salvo Iue la v8ctima soporta el abuso, mientras Iue el oensor lo reali-a. A lar(o pla-o, ni una ni otro pueden cambiar por simple uer-a de voluntad. 4omo Iuienes tienen l8mites intactos o sanos no ima(inan Iue haya adultos madurosB incapaces de no comportarse como abusadores o v8ctimas, e%perimentan poca simpat8a por las personas atrapadas en la a(on8a de la codependencia. 9n sistema de l8mites da=ados presenta a(uGerosB. A veces, o con ciertos individuos, las personas con l8mites da=ados pueden decir Iue no, establecer l8mites y cuidar de s8 mismas.
3n otros momentos, o con otras personas, les resulta imposible hacerlo. 2ales hombres y muGeres sólo tienen protección durante parte del tiempo. Por eGemplo, al(uien es capa- de establecer l8mites con cualIuiera Iue no sea una i(ura de autoridad, o su cónyu(e $istema de l8mites da=ado
Protección parcial o sus hiGos. / bien el individuo establece l8mites por lo (eneral, pero no cuando estF cansado, enermo o asustado. AdemFs, las personas con l8mites da=ados sólo se dan cuenta en parte de Iue los otros tienen l8mites. 4on ciertos individuos, o en ciertas circunstancias, se vuelven oensores, entran en la vida del otro y tratan de controlarla y manipularla. Por eGemplo, una muGer puede empe-ar a controlar la boda de su sobrina, pues cree Iue la madre de la novia no maneGa las cosas adecuadamenteB, mientras Iue esa misma muGer ni so=ar8a con tratar de controlar la boda de la hiGa de su meGor ami(a. Los l8mites da=ados pueden determinar Iue una persona asuma la responsabilidad por los sentimientos, los pensamientos o la conducta de otros, como cuando una esposa e%perimenta ver(Hen-a y culpa porIue el marido insulta a al(uien en una iesta. / Iui-Fs en ciertas circunstancias Rcuando estF cansada, enerma o asustadaR ocurre Iue allan los l8mites de una persona en otras condiciones sanas. Por eGemplo, una madre Iue habitualmente se relaciona con su hiGa de )+ a=os con buenos l8mites internos, permitiéndole tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias. Pero después de una semana a(otadora de maestra suplente, de preparar bi-cochos para la iesta de la i(lesia y de llevarle comida a los vecinos Iue surieron una muerte en la amilia, esa muGer se acusa a s8 misma por el Muros en lu(ar de l8mites
Protección completa pero sin intimidad
hecho de Iue la hiGa de 7< a=os haya decidido romper con el novio, y por el surimiento consi(uiente. 9n sistema de muro pretende reempla-ar los l8mites intactos, y suele estar constituido por cólera o miedo. Las personas Iue usan un muro de cólera comunican, de modo verbal y no verbal, el mensaGe de Iue $i te acercas a m8 o dices al(o sobre esto o aIuello, e%plotaréX Qui-F te (olpee o te (rite, de modo Iue, cuidadoXB. Los otros temen acercarse y desencadenar esa cólera. Quienes emplean un muro de miedo se apartan de los otros para estar a buen recaudo. 1o concurren a iestas, y después de las reuniones ormales no se Iuedan conversando. $i se ven obli(adas a participar en un (rupo, emiten un campo ener(ético de miedo, del Iue se desprende el mensaGe 1o te acerIues a m8, o me desmoronaré. $oy tan rF(il Iue no puedo maneGar el contacto con nadieB. Los otros codependientes Iue comparten los sentimientos de la v8ctima comprenden este mensaGe y se mantienen apartados. Lamentablemente, esta clase de persona atrae al oensor con tanta se(uridad como una capa roGa al toro de lidia, de manera Iue el muro de miedo no constituye un método para prote(erse de los oensores. Las otras dos clases de muro son el muro de silencio y el muro de palabras. La persona Iue emplea un muro Iueda callada, y no emite un campo de emociones comode el silencio individuoseIue emplea el miedo o la cólera. 2rataener(ético de pasar inadvertida, y comien-a a observar lo Iue sucede, en lu(ar de participar. Por otra parte, Iuienes emplean un muro de palabras a menudo hablan sin detenerse, incluso cuando al(uien intenta intervenir educadamente en la conversación, reali-ando al(n comentario o cambiando de tema. 2ambién es muy comn Iue una persona pase, en cualIuier momento, de un tipo de muro a otro, de la cólera al miedo, las palabras o el silencio, aunIue siempre manteniéndose invulnerable detrFs de las paredes. !da y vuelta entre los l8mites ine%istentes y los muros
!da y vuelta entre la protección completa y nin(una protección 3l movimiento de ida y vuelta entre un muro y l8mites ine%istentes, por lo (eneral, se produce primero cuando un codependiente Iue utili-a muros se arries(a a salir y ser vulnerable. 3ntonces, esa persona comprende de pronto Iue estF demasiado indeensa, porIue no tiene l8mites. 1o tener l8mites constituye una e%periencia penosa cuando encontramos un verdadero oensor o al(uien Iue sólo asume la responsabilidad por su
propia vida @y Iue a al(uien sin l8mites le puede parecer r8o o no cooperativo. 3l codependiente e%puesto siente este malestar y rFpidamente se replie(a de nuevo, amparFndose en el muro o los muros Iue le proporcionan protección la cólera, el miedo, el silencio o las palabras. Lo lamentable de los muros es Iue, aunIue brindan un amparo sólido, no permiten la intimidad, y deGan al codependiente aun mFs aislado y solitario. 3l ori(en de los l8mites disuncionales 4onociendo al codependiente se puede saber Iué sistema de l8mites tienen sus padres. $i los l8mites de los padres son ine%istentes, el hiGo por lo (eneral tampoco desarrolla l8mites. $i los padres tienen l8mites da=ados, el hiGo siempre presenta sistemas de l8mites da=ados del mismo modo. Por eGemplo, si una muGer no tiene buenos l8mites en torno al esposo, es muy probable Iue su hiGo o hiGa carecerF de l8mites uncionales intactos entre ella y la persona con la Iue se case. $i un pro(enitor tiene muros y el otro l8mites ine%istentes, los hiGos bien pueden convertirse en adultos Iue oscilen entre ambas alternativas. 4ómo se ve en acción la diicultad para establecer l8mites uncionales La descripción anterior de Josie cuando abra-a a Marión, aunIue ésta hab8a indicado Iue preer8a un apretón de manos, constituye un eGemplo de alta de l8mites 8sicos e%ternos @por parte de Josie. [ranU, Iue no tiene l8mites internos, estF conundido. 5ace una semana, la esposa le pidió Iue la llevara a ella y a los hiGos a un picnic en un parIue de la -ona, con amilias vecinas, para pasar un d8a de iesta. "os d8as después, la madre lo invitó a Iue uera con toda la amilia a comer a la casa de ella, situada a unos )>D Um de distanciaC la abuela Iuer8a ver a los ni=os. 1in(una de las dos muGeres ten8a la menor idea de la invitación de la otra. 4omo carece totalmente de l8mites internos, [ranU es incapa- de asumir la responsabilidad de lo Iue él mismo preerir8a hacer. 3stF enoGado y asustado, y culpa a la muGer y a la madre por ponerlo en esa situación, aunIue ambas i(noran por completo el problema. 4ree Iue, sea cual uere su decisión, una de las dos se oenderF y se enadarF con él. "urante toda una semana e%perimenta un intenso malestar interior y no puede decidir Iué harF. [inalmente, ma=ana del d8adando de iesta, le pide Iue a la muGer vaya con él y con los la casa de la la madre a comer, por sentado ella lo Iue comprenderF y estarF de hiGos a acuerdo. Pero la esposa se enoGa, porIue durante toda la semana pensó en ir al picnic, y ya hab8a comprado y preparado la comida. Los hiGos pensaban Iue iban a estar con sus ami(os, y el cambio de ltimo minuto crearF la tensión adicional de ayudarlos a aceptar su decepción. [ranU se siente culpable, pero en lu(ar de reconocer y admitir Iue su indecisión y su conducta de ltimo minuto ueron lo Iue creó el problema entre él y la esposa, la culpa a ella, y piensa Iue si la muGer uera mFs le%ible y cooperativa no tendr8an necesidad de pelear. La alta de l8mites internos de [ranU si(niica Iue no puede ver cuFl es en realidad su responsabilidad y cuFl la de los otros. 4uando tiene Iue asumir una responsabilidad, a menudo cae en la conusión y culpa a los otrosC también se culpa a s8 mismo o asume irracionalmente la responsabilidad por cosas Iue él no ha provocado o no puede hacer. Por eGemplo, se considera responsable por el supuesto malestar y la cólera Iue podr8a haber
provocadoB en la esposa o la madre si les hubiera dicho a las dos lo Iue Iuer8a hacer él mismo. "on tiene un l8mite se%ual da=ado. $alvo con la esposa, 'renda, su conducta se%ual es adecuada. Pero con 'renda allan sus l8mites se%uales, y a menudo insiste en tener relaciones cuando ella ya ha dicho Iue no. 4ontina abra-Fndola, arrimFndose, intentando caricias 8ntimas e i(norando las protestas de la muGerC después discute y Iueda de mal humor, sin natural comprender 'renda a decir Iue nodeesa y Iue serF$i totalmente Iue seIue enoGe y se tiene sientaderecho herida por el hecho Iuenoche, él no lo acepte. 'renda tampoco tuviera l8mites, probablemente se tra(ar8a su cólera y admitir8a el acto se%ual, aunIue sintiéndose usada y no amada. $i ella tiene buenos l8mites y los deiende, Iui-F "on reaccione casti(Fndola de al(n modo, con enurru=amiento, silencio u hostilidad. 3n nuestra cultura, acciones como las de "on no son por lo comn consideradas oensivasB o abusivas, pero representan los actos de un oensor codependiente Iue tiene l8mites da=ados con la esposa, y por lo tanto poca capacidad para reconocer la e%istencia de los l8mites de ella. Jill tiene l8mites internos da=ados en torno a los hombres con los Iue sale. 4on las muGeres y los hombres de su trabaGo, en la amilia y con los ami(os con los Iue no sale, sus l8mites internos son uncionalesC sabe lo Iue piensa y siente, y toma sus propias decisiones respecto de lo Iue harF y lo Iue noy harF. PeroIue en el unapretendiente cita con unapruebe hombre,sus pierde misteriosamenteB esa capacidad necesita opiniones, sus sentimientos y sus conductas. Para a(radarlo acepta hacer cosas Iue no le (ustan. Por eGemplo, pasa un sFbado en un rodeo caluroso y polvoriento, (ritando con entusiasmo en cada nmero del espectFculo, aunIue en realidad estF aburrida y detesta el olor, el calor y el polvo. $i el pretendiente parece irritado o deprimido, de inmediato ella se culpa a s8 misma, pre(untFndose renéticamente Iué ha podido decir o hacer para molestarlo. "ebido a sus l8mites da=ados, salir con un pretendiente es una e%periencia desdichada y rustrante para esta muGer en otros sentidos uncional. Maureen es una importante empleada bancaria. $e trata de una muGer atractiva, pero la e%presión ruda y vehemente de su rostro hace Iue la mayor8a de las personas Iue se le acercan vean en ella una cólera uriosa. La secretaria tiembla cuando Maureen la llama a su despacho,entra y trata de hablar lo menos parava poder salir cuanto 4uando Maureen maGestuosamente en laposible, sala donde a celebrarse una antes. reunión, nadie la saluda ni le pre(unta cómo estF. Los otros la perciben como una persona muy irritable y a la Iue es di8cil de a(radar. "iri(e su oicina con eiciencia y reali-a un trabaGo brillante, pero tiene muy pocos ami(os en el banco. 3s soltera y nunca sale con hombres. $u pasatiempo es ver v8deos de pel8culas clFsicas en su casa, ir sola a conciertos de la orIuesta sinónica local y dar lar(as caminatas solitarias por la orilla del r8o en la inca de los padres, uera de la ciudad. Maureen usa un muro de cólera, en lu(ar de l8mites e%ternos intactos, para mantener a las personas a una distancia 8sica y emocional, para Iue su secretaria no pierda tiempoB con charlas triviales, para mantenerse al mar(en de las intri(as pol8ticas en el trabaGo y para no correr el ries(o de salir herida de al(n romance. AunIue muy pocas veces la (ente lle(a a lastimarla en una relación, estF aislada y sola.
Kitty, una Goven del(ada y pFlida, trabaGa de cocinera en un restaurante de comidas rFpidas. 3s e%tremadamente nerviosa y t8mida. A veces va al cine con su ami(a [ran. A Kitty le a(rada [ran, pero da respuestas muy breves a los comentarios de su ami(a, casi nunca la mira a los oGos ni toma la iniciativa en la conversación. 4uando [ran le dice Iue estF muy bonita con su vestido nuevo, ella se sonroGa y se Iueda muda. 9na noche, a la salida del cine, [ran Iuiere hablar de un problema Iue tiene y le propone Iue vayan a tomar al(o. Kitty piensa en se(uida /h, noX NQué voy a decirO N si no puedo ayudarlaO 1unca sé Iué decirX 1o lo Iue encuentra [ran en no nuestra relaciónB. y temerosa porcomprendo su propio desempe=o, y en realidad escucha a [ran, 4ontina Iue hablapreocupada de sus ideas y sus sentimientos. Al inal de la noche, como estaba asustada y no pod8a escuchar, Kitty no ha retenido nada nuevo de las palabras de su ami(a. [ran se siente rustrada y se calla. Kitty usó un muro de miedo, en lu(ar de un l8mite interno, para mantener a [ran a una distancia emocional e intelectual se(uraB. Quienes han eri(ido muros de miedo suelen preerir Iuedarse en su casa solos, y no estar con las personas Iue les (ustan. *echa-an invitaciones a iestas, o incluso propuestas de matrimonio de personas Iue aman, y lo hacen porIue temen Iue los otros atraviesen su muro de deensa y abusen de ellos. Los recha-os pueden e%presarse en términos coléricos, bruscos o antipFticos Iue enemistan a la (ente y son rustrantes para ambas partes. 3s posiblepara usarcontrolar muros delacólera, miedo, o palabras, en lu(ar de los l8mites e%ternos, distancia 8sicasilencio y se%ual y el contacto con los otros. 2ambién pueden usarse esos muros en lu(ar de l8mites internos, para no hacer saber a otras personas Iuiénes somos, y no escucharlas cuando nos dicen Iuiénes son ellas. $8ntoma nuclear 6 la diicultad para asumir la propia realidad Los codependientes maniiestan a menudo Iue no saben Iuiénes son. 4reo Iue esa IueGa estF directamente relacionada con la diicultad para asumir y poder e%perimentar lo Iue yo llamo la propia realidadB. Para e%perimentarnos a nosotros mismos, debemos poder tomar conciencia de nuestra realidad y reconocerla. 3sta realidadB tal como yo la deino, tiene cuatro componentes 3l pensamiento cuerpo lo Iuecómo parecemos, cómo uncionan cuerpos. 3l damos ysentido a los datosnuestros reco(idos. Los sentimientos nuestras emociones. La conducta lo Iue hacemos o no hacemos. 3stas cuatro partes de nuestras vidas conorman la realidadB, se(n la deinición Iue le doy al término. 4uando e%perimentamos nuestros cuerpos, nuestros pensamientos, nuestras emociones o nuestras conductas, todo esto constituye lo real desde nuestra perspectiva, aunIue no sea lo Iue otros e%perimentar8an en la misma situación. 3sto es lo Iue hace de una persona el ser sin(ular Iue ella es, y representa la realidadB de la persona Iue lo e%perimenta. A los codependientes nos cuesta asumir todas o al(unas partes de estos componentes, en los términos si(uientes
3l cuerpo tenemos diicultad para verB con e%actitud nuestro aspecto, o para tomar conciencia de cómo uncionan nuestros cuerpos. 3l pensamiento nos cuesta reconocer nuestros pensamientos y, si lo hacemos, no sabemos comunicarlos. 2ambién interpretamos de modo ala- los datos reco(idos. Los sentimientos nos resulta di8cil reconocer lo Iue sentimos, o e%perimentar emociones abrumadoras. La conducta tenemos diicultad para tomar conciencia de lo Iue hacemos o no hacemos, o bien, sobre silossomos otros.conscientes, diicultad para asumir nuestra conducta y sus consecuencias 3l hecho de no poder asumir la propia realidad se e%perimenta en dos niveles el nivel A y el nivel '. 3l nivel A, el menos disuncional, es el si(uiente $é cuFl es mi realidad, pero no lo diré. /culto mi realidad a otras personas, por miedo a ser inaceptable. 3l nivel ', mFs disuncional, es el si(uiente 1o sé cuFl es mi realidad. La vida en el nivel ' es un delirio, puesto Iue no hay nin(una e%periencia sólida de lo Iue mi realidad es realmente. "ebo construirme o hacerB una identidad y una realidad personales, a partir de lo Iue creo Iue yo Iui-F podr8a estar pensando o sintiendo, o bien (uardar silencio y no decir nada, o tratar de releGar los sentimientos y pensamientos de los otros sobre m8, tal y como pueda advertirlos. 3l ori(en de la diicultad para asumir la propia realidad Los ni=os Iue viven en sistemas amiliares donde son i(norados, atacados o abandonados por su realidad, aprenden Iue no es adecuado o se(uro e%presarla. 3s probable Iue, como adultos codependientes, ten(an mFs tarde diicultades para e%perimentar y asumir su realidad. Joe recuerda un incidente de cuando ten8a < o > a=os. Lloraba, y se acercó a su madre, Iue estaba de pie Gunto a la pileta de la cocina. AunIue él se aerró a su alda, la muGer si(uió lavando los platos, i(norFndolo. 4uando Joe se diri(ió al padre, éste reaccionó dFndole una boetada un ataIue 8sico. a de adulto, a Joe le resulta muy di8cil asumir o comunicar el hecho de Iue e%perimenta dolor. 9na ami(a m8a me ha dicho Iue cuando ella y sus hermanos necesitaban al(o y lo e%presaban, a menudo llorando, la madre se iba, al tiempo Iue dec8a 1o te soporto. Me estFs Solviendo loca. Me voy a ir de casa, y serF tu culpa, porIue lloras continuamenteB. Mi ami(a aprendió Iue e%presar su realidad provocaba abandono. 3%isten versiones emocionales mFs sutiles del abandono, Iue (eneran los mismos resultados disuncionales. 4reo Iue la peor e%periencia de un ni=o es Iue le nie(uen su realidad. Por eGemplo, [red y 4indy tienen una terrible pelea a (ritos. [red llama perraB a 4indy, y ella le arroGa un Garrón de cristal. 3l Garrón estalla contra la paredC Molly, la hiGa de E a=os, despertada por el ruido, observa desde la puerta de la sala de estar. 3n el silencio Iue si(ue, la ni=a dice con vo- llorosa 3sto es terrible, y ten(o miedo. PapF, t le (ritas palabras eas a mamF, y mamF, t has roto ese Garrón de cristal con el Iue me diGiste Iue tuviera mucho cuidadoB.
4indy se vuelve a Molly y le responde 3stFs loca, Molly. PapF no me ha dicho nada malo. 1o hay nada de Iué asustarse. ese Garrón no era nada especial. $i crees Iue esto es horrible, te eIuivocas. $ólo tenemos una discusión normalB. 3ntonces [red a(re(a 3s cierto, Molly. Ahora deGa de espiarnos y vuelve a la cama. 1o debes estar levantada a estas horasB. Molly piensa A m8 meGuicio, pareceéste Iue es ueunhorrible, y ellosy dicen todo "ebo de estar locaB. A mi abuso (rave, puedeIue hacer Iueestuvo Mollybien. se sienta inse(ura acerca de su realidad en otras -onas. 4uando se repiten las e%periencias de este tipo, Molly y Joe pierden conian-a en sus percepciones, yo deGan de e%presar su realidad. 3stFn en el nivel A conocen su realidad pero no la comunican. A medida Iue el abuso contina y adIuiere ormas mFs e%tremas y abrumadoras, Molly y Joe se separan de su propia realidad, sobre todo de sus sentimientos deGan incluso de e%perimentar el miedo y el dolor, para Iue esas emociones no los abrumen. 5an pasado al nivel ', han empe-ado a perder el contacto con su propia realidad, porIue ésta les resulta intolerable. ya como adultos codependientes, continan reprimiendo esas y otras situaciones penosas. Las personas Iue estFn en 3n el nivel ' suelen la arro(ancia y (randiosidad Iue hemos mencionado antes. nuestra cultura,presentar a los casos e%tremos se los llama a menudo sociópatasB, pero al(unos de ellos no lo son. $implemente, ya no e%perimentan la ver(Hen-a asociada con la baGa autoestima. $on lo Iue yo denomino personas sin ver(Hen-aB, Iue han tomado distancia respecto de su propia realidad emocional @sobre todo de la ver(Hen-a para sobrevivir al abuso abrumador Iue padecieron en sus a=os de inancia. 3sas personas estFn estructuradas para oender y victimi-ar a otros, y es sumamente probable Iue lo ha(an. 4ómo se ve en acción la diicultad para asumir la propia realidad 3l cuerpo nuestra realidad 8sica es el aspecto personal @nuestro atractivo, el tama=o del cuerpo, el aseo, y el modo como acta el cuerpo. 3n el nivel A, sé Iue cierto vestido me IuedaaunIue bien, pero no lo admito. me nie(o pon(oIue ese me vestido, me elicite. Pero yo pienso Iue me 4uando veo bonita, haya Iui-Fs vestidoal(uien bien, i(noro a la persona Iue me hala(a, cambio de tema o se=alo todos los deectos de mi aspecto. 3n el nivel ', no ten(o en la mente una ima(en clara de si estoy (uapa o no, de modo Iue, después de o8r el cumplido, me miro en el espeGo y di(o NPor Iué esa persona ha pensado estoOB. 3mily, una muGer codependiente Iue tiene también un trastorno de la alimentación denominado anore%ia, pesa poco mFs de 6? Uilos y mide ) metro +E cent8metros. 3stF al borde de la inanición, pero cuando se mira en el espeGo se ve (orda. 3mily estF en el nivel ', y no reconoce su aspecto, aunIue se mire en el espeGo.
5ace al(n tiempo, mi esposo Pat, Iue es director de 2he MeadoTs, me llamó y me diGo 2e env8o a un hombre con un trastorno de la alimentación, Iue Iuiero Iue dia(nostiIues. 3s obesoB. Le pre(unté NPor Iué ten(o Iue dia(nosticarloO $i es obeso, Nno puede él mismo decir Iue tiene un trastorno de la alimentaciónOB. Pat respondió 1o te lo puedo e%plicar. "ia(nost8calo, PiaB. 9nos minutos mFs tarde entraba en mi consultorio un hombre de ) metro ED cent8metros de alto y )7D Uilos de peso. o no sab8a Iue era la persona enviada por mi esposo, de modo Iue le pre(unté N3n Iué puedo servirleOB. 2iene Iue dia(nosticarmeB Rme respondió. N"ia(nosticarle IuéOB 9n trastorno de la alimentación.B 3ntonces me di cuenta de la maniobra de Pat. Le pre(unté al hombre N2iene conciencia de Iue es obesoOB. NQué Iuiere decir con esoOB N4uFnto cree usted Iue debe pesarOB 3stoy muy bien con )7D Uilos, soy robusto y uerte.B 1o se daba cuenta en absoluto de Iue era obeso. \l ue una de mis primeras e%periencias con una persona en el nivel ' en cuanto a su realidad 8sica. 1o ten8a la menor idea del tama=o de su cuerpo, del mismo modo Iue 3mily no la ten8a de lo del(ado Iue era el suyo. 3ste es un problema muy serio. Al(unos codependientes Iue estFn en el nivel ' se miran en el espeGo y no pueden enocar con claridad su propio rostro. Qui-F crean Iue se parecen a al(n otro, o ni siIuiera puedan ver sus rostros o cuerpos. o misma oscilo entre los niveles A y ', y estoy en el nivel ' en cuanto a mi aspecto durante la mitad del tiempo. 4uando me encuentro en el nivel ' y me miro en el espeGo, veo el rostro mi Pero padre,cuando pero nomeelrecono-co m8o. $i esto sucede,ver nomi sé propio cómo es la realidad, y mi detesto lo Iuedeveo. y puedo rostro, me (usta aspecto. Muchas de las personas Iue he atendido, entre las Iue e%perimentan este s8ntoma en el nivel ', han sido obGeto de abuso se%ual. 3l trastorno se e%presa a menudo como una e%periencia de ser una cabe-a lotante, sin cuerpo. A veces, ésta es la primera indicación para el terapeuta de Iue se encuentra ante una persona Iue Iui-F sea superviviente de un incesto o de un abuso deshonesto, y conserva el recuerdo del incidente o los incidentes enterrado en al(n lu(ar de la mente inconsciente. 3l pensamiento pensar es darles sentido a los datos reco(idos. 3stos datos lle(an a la mente desde los sentidos, de modo Iue todo lo Iue vemos, o8mos, olemos, (ustamos y tocamos se considera dato reco(ido. 3n el nivel A ten(o conciencia de lo Iue pienso acerca
de cierto tema, pero no lo diré si me lo pre(untan, y mucho menos por propia iniciativa. 3n el nivel ', no sé lo Iue pienso, y cuando me lo pre(untan, mi mente Iueda en blanco o me conundo y no puedo decir nada. Jerry y $ylvia van al cine con el compa=ero de habitación del muchacho en el colle(e, John. 3l uerte olor corporal de John, Iue llena el coche, es hediondo, pero Jerry y $ylvia conversan educadamente con él. 4uando lle(an al cine, John va al servicio, y Jerry le pre(unta a $ylvia N2e (usta mi compinche, $ylviaOB. La Goven piensa 1o me (usta, hiede. Preerir8a no tener Iue Iue los pasar horas con y estaré contenta cuandodecir estolo Iue termineB. Pero, sabiendo dosestas muchachos sonél,vieGos ami(os, no puede piensa, por temor a herir a Jerry. 3ntonces comenta /h, es ma(n8ico. 3s una suerte Iue haya venido con nosotros esta nocheB. $ylvia estF en el nivel A con su pensamiento. Los sentimientos en el aspecto de los sentimientos, nuestra realidad estF constituida por las emociones. 3n el nivel A ten(o conciencia de las emociones Iue sur(en en mi cuerpo, pero cuando al(uien me pre(unta Iué siento, no se lo di(o. Miento, y menciono un sentimiento distinto, o nie(o e%perimentar cualIuier sentimiento, sabiendo Iue no es as8. Por eGemplo, cuando estoy realmente colérico por al(o Iue al(uien diGo, pero no Iuiero admitir ese sentimiento, Iui-F le di(a a la persona de Iue se trata Me entristece lo Iue has dicho, pero no estoy enoGadoB. 3n el nivel nonivel sé cuFles sondecir mis sentimientos, porIue no e%perimento personas en', este suelen 3stoy conundidoB, o 4uando tratolas deemociones. sentir al(o, Las no sucede nadaB. 3sto no es sano, y constituye un s8ntoma muy serio de codependencia. La conducta lo Iue hemos hecho o no hecho constituye nuestra realidad conductual. 3n el nivel A, recuerdo mi conducta con claridad, pero cuando se me interro(a acerca de ella, respondo otra cosa o di(o Iue no recuerdo. Por eGemplo, soy yo Iuien les da de comer a los (atos de la casa. 9na noche olvidé hacerlo, y a la ma=ana si(uiente todos estaban en la puerta de atrFs, maullando y andando de aIu8 para allF. Mi esposo me pre(untó Pia, Nles diste de comer a los (atos anocheOB. 3se d8a yo estaba en el nivel A en cuanto a mi conducta, y le respond8 1o lo recuerdo. 4reo Iue s8. NPor IuéOB. $ab8a Iue esto era una mentira, sab8a Iue lo hab8a olvidado, pero no Iuer8a reconocerlo. ocultarcomprender ese olvido habr8a dar una respuesta complicada y va(a para/tro Iue modo Pat node pudiera lo Iue sido sucedió. $i yo hubiera estado en el nivel ', no habr8a tenido nin(una conciencia de lo Iue hab8a o no hab8a hecho @es decir, realmente no recordar8a si les hab8a dado de comer a los (atos o no. 3l si(uiente es otro eGemplo de conducta de nivel '. 3n 2he MeadoTs, una ma=ana lle(ó a mis manos un inorme sobre "ave, un paciente en tratamiento, Iue hab8a llamado perraB a *ebecca, la enermera nocturna. *ebecca hab8a entre(ado el inorme al terminar su turno. o lo pasé al conseGero del paciente, Iuien esa ma=ana le planteó el tema a "ave en la reunión de (rupo. "iGo entonces Me han inormado Iue anoche llamaste perra a *ebecca. NQuieres hablar sobre estoOB. "ave pareció sorprendido y respondió 1o lo recuerdo, no sé de Iué se trataB. 4omo estaba en el nivel ', era sincero.
3l hecho de Iue el paciente ha estado en el nivel ' en cuanto a su conducta también suele sur(ir durante la semana Iue pasa con la amilia, cuando ésta le dice cómo se ha comportado. 3ntonces se ve Iue estos pacientes tienen ideas delirantes y ni siIuiera saben Iue han hecho ciertas cosas. Las han reprimido, ten8an la mente en blanco o simplemente no pueden reconocer Iue ese modo de actuar sea parte del problema. 1ecesitan Iue la amilia los observe para liberarse de la ne(ación y el delirio. 3star en el nivel ' es un s8ntoma (rave. $8ntoma nuclear < diicultad para reconocer y satisacer las propias necesidades y deseos 2odos tenemos necesidades bFsicas y deseos individuales Iue es nuestra responsabilidad satisacer. Llamo necesidades a lo reIuerido para sobrevivir. 2odas las personas, tanto los ni=os como los adultos, tenemos necesidades con dependenciaB. La dierencia entre las necesidades con dependencia del ni=o y las del adulto consiste en Iue el primero obtiene inicialmente su satisacción (racias al cuidador principal, y en el curso del crecimiento se le va ense=ando a atenderlas por s8 mismo. 9n adulto ya tiene la responsabilidad de saber cómo abordar cada necesidad y de pedir ayuda cuando es preciso Iue la ten(a. Las necesidades con dependencia en las Iue yo me concentro con los adultos son la comida, la casa, la ropa, la atención médica y odontoló(ica, la nutrición 8sica, la nutrición emocional @tiempo, atención y orientación de los otros, el se%o y los recursos económicos @(anar, ahorrar, (astar, presupuestar e invertir el dinero. 5ay al(unas necesidades Iue sólo pueden satisacerse inte ractuando con otra persona, como, por eGemplo, la nutrición 8sica o emocional. Pero deben ense=arnos Iue reconocer esas necesidades y pedirle a al(uien apropiado Iue las satisa(a es una responsabilidad nuestra. Por otro lado, también nosotros debemos aprender a satisacer las necesidades de otras personas, en el momento adecuado, en las circunstancias correctas. 3sto se denomina interdependenciaB. "ivido los deseos en dos cate(or8as los peIue=os y los (randes Los deseos peIue=os son en realidad preerencias. $e trata de cosas Iue no son imprescindibles, pero nos brindan placer. Por eGemplo, $herry pensaba Iue Iuer8a mi alborno- de toalla. Que lo Iuisiera o no realmente, depend8a deno si le podr8a proporcionar AunIue ya elten8a otros dos albornoces, y sin duda necesitaba nin(n otro,placer. por al(una ra-ón albornode toalla la atra8a. 4uando se lo compró, descubrió Iue con él obten8a un (ran placer. Le encantaba ponérselo. 4uando lo usaba se sent8a maravillosa. La bata era realmente un deseo, porIue le brindaba (oce. Los (randes deseos le dan a nuestra vida una dirección (eneral y nos aportan reali-ación. 3ntre ellos se cuentan, por eGem p8o, Iuiero casarme con esta personaB, Iuiero ser médicoB, Iuiero desarrollar esta empresaB, Iuiero tener un hiGoB.
Las cuatro cate(or8as de la diicultad para reconocer y satisacer nuestros deseos y necesidades 5emos perdido el contacto con nuestras necesidades y deseos de uno de cuatro modos posibles, se(n hayan sido las e%periencias Iue tuvimos en la ni=e-. $oy demasiado dependiente. 4ono-co mis necesidades o deseos, pero espero Iue los otros se ha(an car(o de ellos en mi lu(ar, y a(uardo, coniando en Iue lo harFn y yo mismo no tendré Iue ocuparme. $oy antidependiente. *econo-co Iue ten(o necesidades y deseos, pero trato de satisacerlos por m8 mismo, y soy incapa- de aceptar la ayuda o la orientación de al(n otro. Preiero carecer de las cosas necesarias o deseadas, antes Iue ser vulnerable y pedir ayuda. 1o percibo deseos ni necesidades. AunIue ten(o necesidades y deseos, no soy consciente de ellos. 4onundo deseos con necesidades. $é lo Iue Iuiero, y lo obten(o, pero no sé Iué es lo Iue necesito. Por eGemplo, intento satisacer necesidades de las Iue no soy consciente, comprando todo lo Iue Iuiero. Qui-F necesite nutrición 8sica, pero me compro ropa. 4ada e%perimenta necesidades deseosnose(n pauta dierente. Por desear. eGemplo, Iui-F persona yo no ten(a conciencia de nin(n ydeseo, se meuna ocurra nada Iue pueda Al mismo tiempo, es posible Iue sea demasiado dependiente en cuanto a mis necesidades Iue sepa lo Iue necesito, pero a(uarde a Iue al(n otro se ocupe de procurFrmelo. 3l hecho de Iue no se atienda adecuadamente a los propios deseos y necesidades suele estar vinculado a una sensación de baGa autoestima @ver(Hen-a. $iempre Iue el ni=o adultoB siente Iue necesita al(o o tiene un deseo, en el inicio de esa e%periencia ul(ura la ver(Hen-a. 3sta ver(Hen-a proviene de e%periencias inantiles, cuando a la e%presión de una necesidad o deseo la se(u8a la satisacción abusiva proporcionada por un cuidador, aunIue ese abuso ya no sea consciente, se haya olvidadoB mucho tiempo antes. 3l adulto codependiente siente Iue es terriblemente e(o8sta por necesitar o Iuerer al(o, aunIue ten(a todo el derecho. 3l ori(en de la diicultad para reconocer y satisacer las propias necesidades y deseos 4uando los padres han atendido todos los deseos y necesidades del ni=o, en lu(ar de ense=arle a procurar por s8 mismo la satisacción de esos deseos y necesidades de manera adecuada, en la adulte- esa persona es demasiado dependiente. Al hacerse car(o por completo del ni=o, sin e%plicarle nada ni esperar nada de él, el pro(enitor Iueda enredado con la criatura. Por otro lado, los ni=os Iue al e%presar deseos y necesidades se vieron atacados por un pro(enitor, se convierten por lo (eneral en antidependientes al lle(ar a la adulte-. Por eGemplo, la peIue=a $andy le dice a la madre Quiero tomar al(oB, o Quiero una (alletaB. La madre le responde "éGame en pa-, malcriada. Me molestas demasiado. N1o ves Iue estoy viendo la televisiónOB. Qui-F también la empuGe o le dé una palmada en la pierna.
$andy aprende a ser antidependiente. Puede identiicar sus necesidades y deseos, pero muy pronto advierte Iue, si pide ayuda, el resultado puede ser el maltrato. 4uando sea adulta, ya no pedirF ayuda, sino Iue procurarF encontrar las satisacciones por s8 misma. como nadie le ense=ó a hacer las cosas a menudo reali-arF intentos inadecuados Iue la deGarFn rustrada. Puesto Iue no pide ayuda a nadie, Iuedan insatisechas las necesidades Iue reIuieren la presencia de otra persona, como, por eGemplo, la nutrición 8sica y emocional. $u posición es $i no puedo hacerlo yo misma, mFs vale Iue lo olvide. Preiero no tenerlo, antes Iue pedir ayudaB. Los ni=os cuyas necesidades y deseos ueron i(norados o desatendidos por sus cuidadores, al lle(ar a la adulte-, por lo (eneral, se sienten carentes de necesidades y deseos. 1i siIuiera tuvieron conciencia de estas necesidades, nunca identiicadas. "e adultos, a menudo trabaGan con empe=o para atender a otros, sin prestarse la menor atención a s8 mismos. /casionalmente, en al(n nivel, estos codependientes esperan Iue los otros procedan con reciprocidad y cuiden de ellos. "espués suelen enoGarse cuando esto no sucede. Pero muchas veces i(noran hasta tal punto sus propias necesidades y deseos Iue ni siIuiera tienen conciencia de esa e%pectativa. $i les sobrevienen necesidades, a menudo si(ue la culpa. 2ienen una idea delirante sobre toda la cuestión de lo Iue pueden necesitar o Iuerer, y sobre la manera de satisacer directamente esas necesidades y deseos. Los ni=os Iue las consi(uen todo con lo Iue casi nada lo Iue necesitanpudientes, terminan en conundiendo necesidades losIuieren deseos.pero A menudo sonde hiGos de amilias las Iue los padres no satisacen las necesidades inantiles de interacción @por eGemplo, nutrición 8sica y emocional. Pero esos ni=os tienen todas las cosas materiales Iue puedan Iuerer o Iue e%presen el deseo de conse(uir. 4omo adultos codependientes, suelen carecer de conciencia de las necesidades. ]nicamente e%perimentan deseos. continan consintiéndose sus deseos e i(norando sus necesidades. Por eGemplo, una muGer puede (astar dinero compulsivamente en ropa, automóviles, viaGes y tratamientos de belle-a, adIuiriendo todo lo Iue desea. Pero i(nora sus necesidades, in(iere una dieta muy deseIuilibrada, nunca hace eGercicio ni se somete a controles 8sicos. Qui-F trate de satisacer la necesidad de nutrición emocional @pasar tiempo con otros y obtener su atención (astando cantidades desmesuradas de dinero en ropa nueva o en un maIuillaGe, con con ella. el solo obGeto de Iue la vendedora de la tienda y la maIuilladora interacten La terapia de nuestros pacientes adultos de esta cate(or8a es e%tremadamente di8cil, porIue ellos no tienen la menor idea acerca de cómo atender sus propias necesidades. o sol8a reali-ar rondas de inspección en el ediicio del centro y las habitaciones de los pacientes. Los dormitorios de los Iue conund8an necesidades con deseos parec8an alber(ar a criaturas de > a=osC daba la impresión de Iue por all8 hubiera pasado un ciclón. 3sas personas no sab8an cuidarse a s8 mismas. Lo nico Iue sab8an era tratar de manipular para conse(uir lo Iue Iuer8an. 9na persona Iue conunde las necesidades con deseos no es como otra Iue no percibe sus necesidades @no sabe lo Iue necesita, pero tiene deseos sanos, y en apariencia los conoce y los atiende. Por el contrario, en la satisacción de sus deseos estos individuos suelen
perder el control, y caen en el Gue(o o el (asto compulsivos, la adicción al se%o, la in(esta e%cesiva, la bebida o las dro(as. 1o satisacen sus deseos de un modo sano, sino Iue se consienten en e%ceso. Piensan Quiero lo Iue Iuiero, y no me importa el costo ni lo Iue necesitoB, 1ecesito deGar de beber, darme una ducha e irme a la cama, pero Iuiero una copa mFs, as8 Iue voy a tomarlaB, Quiero esta dro(a y la voy a tomar porIue la IuieroB, 2en(o Iue deGar de comer a-car porIue soy diabético, pero Iuiero un postre. 1o me importan mis necesidadesB. 3n otros casos, ni siIuiera piensan en lo Iue pueden necesitar. 4ómo se ve en acción la diicultad para reconocer y satisacer las propias necesidades y deseos o tuve Iue aprender por m8 misma a darme cuenta de cuFndo ten8a una necesidad, para a continuación atenderla. 4uando inicié mi pro(rama de recuperación, viv8a sola e i(noraba mi propia necesidad de comida. La consecuencia ue Iue sur8 un ataIue de hipo(lucemia. 3staba perdiendo peso y entrando en la anore%ia. "espués de 6? horas sin comer, terminé en la sala de enermer8a de 2he MeadoTs, donde trabaGaba, IueGFndome de lan(uide- y vérti(os. La enermera de turno me pre(untó N4uFndo comiste por ltima ve-OB. /h, hace unas 6? horas.B Pia la enermeraR, sabesRdiGo Iue necesitas empe-ar necesitas a comer.Bcomer. 2e daré un vaso de Gu(o de naranGa, pero t N4ómoOB, pre(unté yo. N*ealmente lo séOB 1o pod8a o8rlaB, aunIue yo era la Gea de enermer8a y de inmediato advert8a el carFcter enermi-o de esa conducta en cualIuiera otra persona. 1o e%perimentaba necesidades ni deseos respecto de la comidaC no ten8a conciencia ni siIuiera de esa necesidad bFsica. /tras personas Iue no perciben necesidades ni deseos respecto de la comida Iui-F no se tomen tiempo para comer cuando tienen hambre. / bien no saben esco(er una alimentación nutritiva y eIuilibrada. /tra necesidad Iue yo descuidaba era el vestir. 1o ten8a conciencia de Iue necesitaba ropa. 5ab8a muy pocas prendas en mi armario. Mi madre adoptivaB me estaba ense=ando a sintoni-ar mis necesidades mientras me ayudaba a instalarme un apartamento, me hi-o verdeeldependencia. hecho de Iue9n nod8a, ten8a ropa. Pia, Ndónde estF tu ropaOB,enme pre(untó. 3n el armario, JaneB, respond8. 1o, all8 no estF.B Se a mirar, la col(ué hace cinco minutos.B Jane volvió e insistió Pia, all8 no hay ropaB. [inalmente, yo misma me diri(8 a la habitación, abr8 el armario y le se=alé las prendas Jane, ésos son mis vaIueros, ésta es mi camisa de man(as cortas, ésta es mi nica blusa buena, éstos son mis pantalones anchos y éstos mis cinco uniormesB. @$iempre he tenido una buena cantidad de uniormes de enermera. Jane observó Pero Pia, esto no basta...B.
NQué Iuieres decirO 3s suiciente para m8.B $inceramente, no sab8a cuFles eran mis necesidades. [inalmente me volv8 demasiado dependiente sab8a Iue necesitaba ropa pero no la compraba. Ahora la compro, aunIue periódicamente ten(o Iue obli(arme a pensar en la cuestión de si es o no el momento de adIuirir al(unas prendas nuevas. 2ambién ten(o diicultades con mi necesidad de nutrición 8sica. Al principio, tampoco en este aspecto percib8a necesidades ni deseos, pero mi esposo Pat me hi-o tomar conciencia de ello. o estaba en la cocina y él en el soF, resolviendo cruci(ramas, Gu(ando con el loro y mirando televisión. mismo Iue todas las3sa noches meses, en laa puerta sala de estarLopara pelearme con él. ve- de Patlos meltimos diGo NPor Iuéaparec8 no vienes sentartedeenlael soF, y te daré un abra-oOB. 1o sé por Iué, pero respond8 3stF bienBC me senté Gunto a él, me dio un abra-o y me sent8 meGor. Solv8 a la cocina muy conundida por sentirme meGor sin comprender Iué hab8a ocurrido. Junto a la cocina, de pronto me di cuenta de Iue me peleaba con él porIue necesitaba un abra-o y Iuer8a sentirme mFs importante Iue el loro, la televisión o las palabras cru-adas. Quer8a Iue Pat me proporcionara nutrición 8sica para comprobar mi importancia. 4omo no ten8a conciencia de esa necesidad, iniciaba disputas a in de conse(uir el abra-o cuando hac8amos las paces. 3sta conducta sin necesidadesB creaba mucho caos en nuestra relación. 3l ltimo eGemplo de mi propia vida tiene Iue ver con las necesidades médicas. 9nos pocos d8as después de Iue me abrieran un absceso en el pie, tuve Iue reali-ar mi taller de un d8a completo. Llevaba un vendaGe, pero permanec8 de pie y caminando durante ocho horas. 3n el momento de diri(irme al aeropuerto ya coGeaba, pero no me daba cuenta del dolor. Quienes me llevaban a tomar el avión advirtieron mi coGera y su(irieron Iue utili-ara una silla de ruedasC yo me ne(ué. 1o necesito esoB, les diGe. 4uando tomé un anal(ésico, ya era demasiado tarde. Poco después el dolor se volvió tan intenso Iue me imped8a caminar. $ólo entonces advert8 cuFnto me dol8a el pie. 1o tuve conciencia de mi necesidad de cuidar el pie durante el per8odo de recuperación de la ciru(8a, no tuve conciencia de lo Iue era realmente una necesidad muy importante. $8ntoma nuclear > diicultad para e%perimentar y e%presar nuestra realidad con moderación 3s posible Iue no saber ser moderado sea el s8ntoma mFs visible de la codependencia con otra persona. tratar con al(uien Iue continuamente presenta conductas e%tremas es muy di8cil para Iuienes intentan relacionarse con ese codependiente en el seno del ho(ar. 3n otras palabras, los codependientes sencillamente no parecen comprender lo Iue es la moderación. 3stFn totalmente comprometidos o totalmente desape(ados, son totalmente elices o absolutamente desdichados, etc. 3l codependiente cree Iue una respuesta moderada a las situaciones no bastaB. $ólo basta lo e%cesivo. 3ste s8ntoma tiene maniestaciones en los cuatro Fmbitos de la realidad. 3l cuerpo muchos codependientes se visten sin mesura. 3n un e%tremo estFn los Iue ocultan su cuerpo con ropa abolsada, desde la (ar(anta hasta los pies, o llevando prendas
tan impersonales Iue nadie repara en ellos. 3ste parece ser especialmente el caso de los individuos Iue han sido v8ctimas de abuso se%ual, los supervivientes del incesto o del acoso se%ual. 3n el otro e%tremo estFn los codependientes Iue visten de un modo tan llamativo Iue atraen la atención de todo el mundo, o bien usan prendas tan aGustadas Iue revelan el cuerpo con toda claridad. 2ambién he encontrado esta costumbre entre los codependientes Iue han sido v8ctimas de acoso se%ual. /tros e%tremos 8sicos tienen Iue ver con la del(ade- o la obesidad, el esmero o la deGadeen el cuidado personal. 3l pensamiento los codependientes piensan en términos de blanco o ne(ro, correcto o incorrecto, bueno o maloC reconocen muy pocas -onas (rises. Les cuesta advertir las opciones de la vida para ellos hay sólo una respuesta adecuada. 3n las relaciones, suelen basarse en la creencia de Iue si no estFs completamente de acuerdo conmi(o, estFs totalmente contra m8B. $olucionan los problemas de un modo e%tremo. Por eGemplo, si Veor(e se IueGa a $am por al(o Iue este ltimo ha hecho y Iue lo ha molestado, la solución de $am bien puede ser la de no volver a ver a su ami(o nunca mFs, para evitar astidiarlo. Los sentimientos el cora-ón y el alma de la codependencia residen en la diicultad Iue tienen los codependientes para saber cuFles son sus sentimientos y cómo comunicarlos. Les cuesta much8simo e%perimentarlos con moderaciónC sus emociones son débiles o ine%istentes, o bien presentan un carFcter e%plosivo o an(ustioso. Los codependientes podemos e%perimentar cuatro distintos tipos de realidad emocional. , aunIue recono-camos esas cuatro clases de sentimientos y sus respectivos or8(enes, eso no basta nuestra vida puede ser muy conusa y desconcertante. ). La realidad de los sentimientos adultos La realidad de los sentimientos adultos esniuna respuesta emocional auténtica yson madura propio pensamiento. 1o es disuncional codependiente. 3stos sentimientos por loal (eneral moderados y determinan Iue uno se sienta centrado dentro de s8 mismo. Los crea el pensamiento presente sobre nuestra vida de hoyC esta e%periencia es una actuación desple(ada por el adulto Iue hay en nosotros. 7. La realidad de los sentimientos inducidos por otro adulto 3n las personas uncionales, los sentimientos inducidos por otro adulto resultan de un proceso denominado empatiaB. 4omo adultos sanos, podemos ser empFticos con al(uien Iue nos comunica sus sentimientos, porIue hasta cierto punto lo acompa=amos en su e%periencia. 2odos podemos absorber los sentimientos de otra persona. Por eGemplo, si una ami(a Iue estF sentada cerca de nosotros nos habla de una situación penosa de su vida y la siente con mucha intensidad, nosotros, Iue somos asimismo adultos, también podemos sentirla y ser empFticos. 3sto puede incluso suceder si ella nie(a Iue su dolor sea al(o
anómalo, pero en su rostro advertimos lo contrario, o si no se hace car(oB de lo Iue e%perimenta @porIue lo reprime y lo i(nora. 1o obstante, el problema se plantea cuando hacemos nuestro el e%cesivo dolor de nuestra ami(a, y Iuedamos abrumados por sus sentimientos, lo Iue les sucede a menudo a los codependientes, cuyo l8mite interno es ine%istente o estF da=ado. "e modo Iue, siempre Iue estamos 8sicamente cerca de otro adulto Iue a siente con mucha intensidadC b nie(a Iue sus sentimientos lo perturben, c no se haceestos car(o de ellos, podemos absorber demasiada emoción de esa persona y oe%perimentar sentimientos inducidos por otro adultoB. 2ales emociones abrumadoras por lo (eneral hacen Iue nos sintamos locosBC no tienen sentido para nosotros porIue no son nuestras. 3n consecuencia, sólo somos uncionales y ra-onablemente empFticos si e%perimentamos los sentimientos de Iue se trata como empatia de un nivel baGo, no abrumador. 6.
$entimientos con(elados de la ni=e-
3%perimentar muy poca emoción, o nin(una, sólo brinda una se(uridad aparente. 9na ra-ón de Iue se produ-ca esta insensibili-ación es Iue los sentimientos suscitados en un ni=o durante su maltrato son tan abrumadores y desdichados Iue la criatura acalla o con(elaB por completo su mundo emocional para poder sobrevivir. /tra ra-ónsentimientos posible es Iue el ni=o haya surido ataIues 8sicos, verbales o dedeambos tipos, por tener o e%teriori-arlos. $teTart recib8a recuentes pali-as su padre. 4uando lo ve8a llorar, el padre lo (olpeaba mFs, diciéndole 'astaX Los hombres no lloranB. $teTart aprendió entonces a soportar los (olpes desconectFndose de sus emociones, para evitar una pali-a peor. Los sentimientos involucrados son por lo (eneral la cólera, el dolor o el miedo. 4uando un terapeuta ayuda a un adulto Iue e%perimentó este proceso de con(elamiento a abrirse camino a través de la minimi-ación, la ne(ación y el delirio, la persona de la Iue se trata a menudo lle(a a los sentimientos de la ni=e-, con(elados desde mucho tiempo antes, y se produce un deshielo de esos sentimientos, Iue parecen derramarse en lF(rimas Ral principio, sólo al(o de brillo en los oGosR. \sta es una e%periencia emocional muy poderosa, casi abrumadora, y dierente de otros sentimientos adultos, porIue cuando las emociones se deshielan, persona se siente inantil. Loscon(eladas sentimientos parecen serlamuy anti(uos, y ele%tremadamente individuo Iuiere vulnerable resistirse a e e%perimentarlos. Los acompa=a un mensaGe Iue lle(a de la ni=e- 1o puedo sentir esto, porIue si lo ha(o moriréB. <. $entimientos transportados de ni=o a adulto Los ni=os también absorben sentimientos tales como la ver(Hen-a, la ira, el miedo y el dolor del adulto Iue los maltrata. 3stos sentimientos permanecen dentro del individuo hasta la adulte-, y se los denomina sentimientos transportadosB, porIue se car(a con ellos desde la inancia. 3n el cap8tulo ? se e%plica el proceso en virtud del cual los ni=os hacen suyos determinados sentimientos durante el abuso. Quien tiene esta orma de realidad codependiente de los sentimientos se siente abrumado y uera de control.
4omo en un adulto codependiente hay cuatro tipos de e%periencias emocionales, aprender a reconocer la dierencia es un actor importante de la recuperación. 3s posible Iue uno e%perimente mucho dolor, pero Iue no sea dolor adulto, procedente de los pensamientos del d8a, sino dolor inducido por un adulto pró%imo a nosotros, dolor inantil con(elado, o sentimientos transportados desde la ni=e-. Aprender a evaluar si nos e%perimentamos como centrados, locos, vulnerables e inantiles, o abrumados y uera de control, nos ayuda a identiicar cuFl de estas cuatro e%periencias estamos atravesando. La conducta entre las conductas e%tremas de los codependientes se cuenta el coniar en todos o en nadie, y el permitir Iue todos se les acerIuen o no permit8rselo a nadie. Puede Iue los padres codependientes disciplinen a los hiGos con severidad, o no los disciplinen en absoluto. 3l ori(en de la diicultad para e%perimentar y e%presar nuestra realidad con moderación Mi e%periencia me lleva a creer Iue el hecho de operar en los e%tremos puede ori(inarse en por lo menos dos situaciones, y Iui-Fs en mFs. 9na uente posible es la conducta de cuidadores Iue también se mueven en e%tremosC el ni=o observa ese comportamiento y reacciona a él. La otra uente es la e%periencia de no ser o8doB o de sentirse invisible en la amilia. 4uando los ni=os ven Iue sus cuidadores son inmoderados en materia de vestimenta, en sus actitudes respecto del cuerpo, en el modo como piensan y resuelven los problemas, en la e%presión de sus emociones y en su conducta, modelan sus propias reacciones si(uiendo esos eGemplos. Al(unos codependientes a los Iue no les (usta lo Iue hacen mamF y papF, optan por la alternativa opuesta, pero como de todos modos reaccionan contra hechos e%tremos, su soluciónB, la conducta opuesta, también tiene un carFcter e%tremista. Por eGemplo, 4lare creció en una amilia en la cual la (olpeaban por cualIuier minucia Iue no les (ustara a los padres. a de adulta se diGo o no voy a hacer esoB. Pero en lu(ar de disciplinar a sus hiGos con moderación, no los disciplina en absoluto, y todos sus ni=os son desmandados e incontrolables, porIue ella no los hace se(uir nin(una re(la amiliar. 3n al(unas amilias disuncionales, las necesidades de dependencia de los ni=os son i(noradas, a menos Iue ellos se comporten denecesidades una manera de e%trema para llamar la adultos atención. $ólo entonces los cuidadores responden a las las criaturas. 4omo codependientes, esos individuos se e%presan de modo e%a(erado, pensando Iue sólo as8 serFn o8dos y advertidos. $e(n lo ve mi esposo, para Iue él comprenda y responda en un nivel moderado, procedo como si yo tuviera Iue e%plicarle las cosas con un nivel de intensidad alto. 3ntonces él, en reacción a mi e%a(eración, le resta un 6D ^ a todo lo Iue le di(o, para eIuilibrar mi e%tremismo.
4ómo se ve en acción la diicultad para e%perimentar y e%presar nuestra realidad con moderación Al e%presar mis sentimientos ante cualIuier persona, yo advert8a mi propia alta de moderación. La llamé IuisIuillosi dadB porIue siempre ten8a una de dos reacciones emocionales. $i tem8a la conrontación, me sent8a una persona no valiosa, y lloraba. $i me parec8a Iue era mFs uerte Iue la persona a la Iue me iba a enrentar, pasaba al otro e%tremo, y le (ritaba. 5ubo una época, en Iue Pat, mi esposo, era también mi Gee en el trabaGo. $iempre Iue entraba en su oicina para discutir asuntos de mi departamento, lo encontraba sentado a su escritorio, Iue es muy (rande, y casi a(a-apado, como para resistir a mi embate. Por sus e%periencias anteriores, él sab8a Iue yo podr8a llorar histéricamente o mirarlo como a punto de saltar, tomar el cable del teléono, enrollFrselo en el cuello y (olpearlo con el auricular Rtodo depend8a del e%tremo en el Iue yo me encontraba ese d8a. 2ambién tomé conciencia de la realidad de mi pensamiento e%tremo al rele%ionar sobre soluciones Iue hab8a encontrado en mi matrimonio con Pat. Poco después de Iue nos casamos, Pat me diGo Iue no le (ustaba Iue yo le retirara la ta-a de caé para lavarla antes de Iue él hubiera terminado. Lo primero Iue pensé, y Iue diGe, ue N4uFndo nos divorciamosOB. R1o estoy hablando de divorcio RdiGo PatR. $ólo te menciono al(o Iue me (ustar8a. N1o podr8as retirarme la ta-a después de Iue yo haya terminado el caéO Por e%trava(ante Iue pare-ca, en mi estilo e%tremista de solución de problemas, yo pensé Iue si la diicultad consist8a en Iue lavaba la ta-a demasiado pronto, lo meGor era terminar con la relación para Iue no ocurriera de nuevo. 9nos a=os mFs tarde, una noche comencé a recuperarme un tanto de esas conductas polari-adas. Pat me diGo Iue yo deGaba demasiadas luces encendidas en la casa. Mi primera reacción ante esta cr8tica ue hundirme en una intensa sensación de alta de val8a, y empe-ar a llorar y sentir pena por m8 misma. 3l salió y se ue a la parte de atrFs de la casa. Me diri(8 al ba=o, Iue estF en la parte delantera, y mientras caminaba ui apa(ando cuidadosamente todas las luces. a Iue del no estoy estastem8a habitaciones, node necesito luces encendidasB. Pensaba no encend8 la luba=o, en porIue olvidarme apa(arla después, y tener problemas. AdemFs, NIuién necesita lu- para hacer lo Iue yo iba a hacerO Al cabo de unos minutos, o8 Iue Pat aparec8a en el corredor, trope-ando en la oscuridad. Me daba cuenta de Iue estaba enoGado, pero yo no sab8a por Iué, aunIue advert8 Iue iba encendiendo al(unas luces. Pronto me encontró en el ba=o a oscuras. /bviamente irritado, reunu=ó NQué estFs haciendoOB. o, con mi estilo beli(erante de codependiente, le respond8 RSoy al ba=o. NQué es lo Iue creesO RNPor Iué a oscurasO R1o hace alta lu- para ir al ba=o. RAs8 eres t, PiaC no tienes sentido de la medida. 3stFs totalmente desatada o totalmente hundida. N1o sabes lo Iue es la moderaciónO
Solv8 a la sala de estar, a acurrucarme en el sillón. 3ntonces tuve una idea brillante. 4alculé lo Iue ser8a una cantidad moderada de lFmparas encendidas, contando el total y dividiéndolo por tres. "ecid8 Iue, para m8, el nmero de luces encendidas ser8a moderado si no e%ced8a de ese tercio. no me importar8a en absoluto Iue a Pat le (ustara o no le (ustara mi decisión. Mientras aprend8a a ser moderada, inalmente asum8a mi propia realidad de pensamiento. /tra noche, Pat sey volvió IueGarocho por lFmparas las luces. encendidas, o lo miré, no ca8estF en mi habitual sensación de alta de val8a, le diGea5ay y eso bien para m8. $i no te (usta, Npor Iué no apa(as t mismo al(unas de ellasOB. 3l se limitó a mirarme y sonre8r. Le conté cómo hab8a tomado la decisión sobre el nmero de lFmparas encendidas, Iue para m8 constituyó un paso hacia la recuperación. "espués de esto, al(unas de mis decisiones si(uieron siendo sin duda un tanto e%tra=as, pero ya estaba aprendiendo a no precipitarme a los e%tremos en todos los momentos del d8a. 4omo por lo comn los codependientes no tenemos un sentido natural de lo Iue es un cambio moderado, para lo(rar esa percepción es posible Iue haya Iue recurrir a medios un tanto inusuales, pero creativos. La palabra normalB es en(a=osa 3n mi opinión, utili-ar la palabra normalB para describir la recuperación es impreciso. 1ormal si(niica lo Iue hace la mayor8a de la (enteB y muchas personas tienen en realidad pensamientos, sentimientos y conductas Iue no son sanos. A menudo, lo Iue en nuestra cultura se considera un Iuehacer parental normal es mucho menos Iue nutricio para nuestros ni=os. "e modo Iue en lu(ar de conducta normal y conducta anormalB yo me reiero a conducta uncional y conducta disuncionalB. La conducta uncional es sana. Las personas Iue se pasan al polo opuesto de una determinada conducta disuncional terminan invariablemente decepcionadas. 3sto se debe a Iue el e%tremo opuesto de una conducta disuncional es otra conducta disuncional, y no recuperación. La conducta uncional estF mFs bien cerca del punto intermedio entre los dos e%tremos. 4uando se comien-a a e%perimentar la recuperación y a actuar moderadamente, durante mucho tiempo a uno le parece Iue no estF haciendo bien las cosas. "e hecho, en lu(ar de emplear la palabra uncionalB cuando trabaGo con este particular aspecto de la recuperación, yo uso el término moderadoB. $abemos Iue si un alcohólico no bebe, ésta es por lo menos una orma de recuperación. "e modo anFlo(o, cuando un codependiente e%presa la realidad con moderación, pone de maniiesto al(n (rado de recuperación.
3. Cómo los síntomas sabotean nuestras vidas
"urante mi proceso de recuperación, comprend8 Iue los cinco K0ntomas nucleares e%aminados en el cap8tulo anterior estaban 5aboteando mi relación con los otros y conmi(o misma. Los tipos de sabotaGe Iue identiiIué son 4ontrol ne(ativo nos damos permiso para determinar la realidad de otro, poniéndola al servicio de nuestra propia comodidad. •
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*esentimiento tenemos de devolver casti(ar a al(uien las heridas percibidas en necesidad nuestra autoestima Iuelos nos(olpes hacenoaver(on-arnos de por nosotros mismos. 3spiritualidad distorsionada o ine%istente nos cuesta e%perimentar nuestra cone%ión con un poder mFs (rande Iue nosotros mismos. 3vitación de la realidad empleamos adicciones, enermedades 8sicas o mentales para no hacer rente a lo Iue nos sucede a nosotros y a otras personas importantes de nuestra vida. "eterioro de la capacidad para sostener la intimidad nos cuesta comunicar a otros lo Iue somos, y escucharlos cuando ellos nos comunican lo Iue son, sin obstaculi-ar su comunicación ni intererir en el contenido de ésta.
Me reeriré a estos Fmbitos de sabotaGe como s8ntomas secundariosB de la codependencia, puesto Iue cada uno resulta de uno o mFs de los s8ntomas primarios o nucleares de la ener medad. Mientras Iue los s8ntomas primarios aectan internamenteB al codependiente, los s8ntomas secundarios inciden en su relación con los otrosB. 4ontrol ne(ativo 3stoy persuadido de Iue nuestra rustración y conusión como codependientes provienen primariamente de nuestros intentos de controlar la realidad de otras personas, y de permitir Iue la realidad de ellas nos controle a nosotros. *ecordemos Iue la realidad de una persona estF constituida por el cuerpo, los pensamientos, los sentimientos y la conducta. 5ay control positivoB cuando yo determino mi propia realidad con independencia de la de los otros. 4on el control positivo, estable-co para m8 misma lo Iue pare-co, pienso, siento, ha(o y no ha(o. 4omo persona sana, controloB mi realidad, y sé lo Iue ésta es, abarcFndola y e%presFndola cuando con ello sirvo a mis meGores intereses. 3l control positivo es recuperación Rlo opuesto del control ne(ativo. 5ay control ne(ativo de la realidad siempre Iue me permito determinar cuFl serF el aspecto de otra persona @incluso su ropa y las dimensiones de su cuerpo o lo Iue ella piensa, siente, hace o no hace. Por otra parte, permitir Iue otro me controle a m8 es también un actor del problema del control ne(ativo. 4uando yo no determino por m8 mismo cuFles serFn mi aspecto, mis pensamientos, mis sentimientos y mi conducta, y deGo Iue otro controle estas cosas por m8, estoy participando en un control ne(ativo.
Por eGemplo, el vecino de JacU estaba enermo y no pod8a reali-ar trabaGo 8sico, de modo Iue JacU se oreció a ayudarlo. 3mpe-ó a car(ar estiércol y barro en una carretilla, para llevarlo al pie de un Frbol. 3l vecino se acercó y le diGo JacU, no te apures tanto. Sas a cansarte trabaGando as8, y no podrFs terminarB. 3n ese momento, el vecino trataba de eGercer un control ne(ativo sobre la conducta de JacU, diciéndole con Iué ritmo ten8a Iue palear. JacU sonrió y diGo 1o te preocupes, es un buen ritmo para m8. \sta es una orma de eGercicio aeróbico, y lo estoy disrutando. 3stoy se(uro de poder terminar el trabaGoB. JacU empleó su l8mite interno para responder con un control positivo, determinando su propio pensamiento, su propia respuesta emocional, y su propia conducta en cuanto al ritmo de su actividad. Pudo evitar Iue lo controlaran, mientras cortés y animosamente le transmit8a su realidad al vecino. $i JacU no hubiera tenido l8mites internos, no podr8a haber asumido su pensamiento ni haberlo comunicado al vecino con tanta calma. Qui-Fs habr8a empleado un muro de cólera, dando una mala contestación, o habr8a empe-ado a trabaGar con mFs lentitud, permitiendo Iue el vecino lo controlara, sintiendo cólera pero sin e%presarla. 3n uno u otro caso, JacU habr8a participado en un control ne(ativo al permitir Iue el vecino decidiera cómo deb8a comportarse. 3l control ne(ativo y los s8ntomas nucleares 1iveles inadecuados de autoestima siempre Iue ten(o problemas para estimarme a m8 misma y al(uien alber(a una opinión sobre m8 Iue me molesta, trato de controlar lo Iue esta persona piensa, para poder sentirme bien conmi(o misma @o sea, estimarme a m8 misma. Lo ha(o discutiendo, racionali-ando o ne(ando Iue haya pruebas de la opinión del otro. L8mites da=ados cuando no ten(o buenos l8mites, no puedo decir dónde termina mi realidad y empie-a la realidad del otro. Mi realidad me-cla con la de la puesto otra persona, Iueuna puedo decirle m8a. a ella3sto cómo debe pensar,sesentir y comportarse, Iue noyespienso mFs Iue e%tensión puede ser muy irritante para la otra parte. AdemFs, es posible Iue yo me crea capa- de leer los pensamientos y sentimientos de esa persona, y escoGa as8 mi conducta basFndome en mi percepción de la opinión Iue tiene de m8, con lo cual yo Iuedo controlado por ella. 3n las -onas en Iue no ten(o l8mites es sumamente probable Iue yo no vea nin(n problema en controlar la realidad del otro. $i mi l8mite e%terno es ine%istente o estF da=ado, me concedo el derecho de manosear a al(uien 8sica o se%ualmente. Por eGemplo, lo toco como Iuiero, o conservo mi distancia tal como lo deseo, sin tener en cuenta su comodidad, pensando solamente en la m8a. 3n el otro e%tremo, omito cuidarme a m8 misma, no pon(o en claro cuFn cerca puede estar el otro, y si puede tocarme o no. 5ay control ne(ativo cuando determino lo Iue puedo hacer 8sicamente con el otro sin permiso de él, o le doy permiso para Iue él decida Iué hacer 8sicamente conmi(o cuando esto no constituye mi mF%imo interés.
$i ten(o un l8mite interno da=ado o ine%istente, también hay dos e%tremos me permito decirle al otro Iué debe pensar, sentir, hacer o no hacer, o bien creo Iue debo permitirle Iue me di(a Iué he de pensar, sentir o hacer yo mismo. "iicultad para asumir la realidad cuando no sé Iuién soy, es posible Iue espere Iue mi esposo lo determine por m8 sin tener conciencia de Iue lo hace. Al mismo tiempo, ten(o Iue controlar lo Iue él piensa de m8, para satisacer sus e%pectativas y no obstante se(uir siendo Iuien creo IuedeIuiero ser. Parece al(otipo loco, muchos nosotros tratamos de convencer a al(uien Iue somos un cierto depero persona para de poder creerlo nosotros mismos. "iicultad para satisacer necesidades y deseos si me cuesta atender mis necesidades y deseos, trataré de controlar la conducta del otro, para obli(arlo a Iue me lea el pensamiento, se pon(a en mi lu(ar y procure mi satisacción. Me enoGo habitual mente con el otro, o le reprocho Iue no piense lo bastante en m8B como para leerme el pensamiento y atender mis necesidades. 5ay tres e%cepciones a esta deinición (eneral del control ne(ativo. Primero, los padres deben inluir en la realidad de sus hiGos. 4uando un ni=o presenta modos disuncionales de vestir, pensar, sentir o comportarse, el pro(enitor debe ayudarlo a e%presarse de un modo mFs uncional. 3n lamoderación supericie, esto puedera-ones, parecerorma un control pero cuando reali-a con respeto, y buenas parte ne(ativo, del rol uncional de losse padres. $e(undo, cuando le pa(amos a un terapeuta, en realidad compramos la capacidad de ese terapeuta para inluir en nuestra realidad. La tarea del terapeuta consiste en decirnos si, a su Guicio, nuestro aspecto corporal, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos o nuestra conducta presentan al(n tipo de distor 5ión. 3n ese momento el terapeuta tiene Iue inluir en la realidad del cliente. Qui-F pare-ca control ne(ativo, pero como constituye el propósito indudable de la terapia, estF e%cluido de la cate(or8a del control ne(ativo enermi-o @a menos, desde lue(o, Iue el terapeuta practiIue al(n tipo de conducta abusiva u oensiva. tercero, le pedimos a al(uien una opinión sobre nuestra realidad @por eGemplo, un ami(o cuando esa persona tiene nuestra autori-ación para inluir en nuestra realidad, y su resa puesta no constituye un control ne(ativo. 3l resentimiento 3l resentimiento consiste en obstinarse en la cólera Iue al(uien nos ha provocado, en aerrarse a la necesidad de Iue esa persona sea herida o casti(ada en compensación por el surimiento Iue pensamos Iue nos ha causado. La persona con la Iue estoy resentido se convierte en mi poder superior, en cuanto pienso obsesivamente en lo Iue me hi-o y en el modo de desIuitarme, recreando sin cesar en mi mente el episodio ver(on-oso o doloroso. Pero en cuanto intento alcan-ar mi obGetivo de ven(arme o casti(ar, consi(o e%actamente lo contrario. La intensidad de mi cólera y mi necesidad de ven(arme o casti(ar no sólo me aleGan de la persona Iue ha provocado mi ver(Hen-a, mi dolor y mi cólera, sino también de
aIuellos cuya pro%imidad deseo. 3sto me crea una sensación an mayor de aislamiento, Iue a su ve- (enera mFs ver(Hen-a, dolor y cólera. A mi Guicio, la necesidad de ven(arse o casti(ar proviene de la creencia de Iue, si puedo inli(ir un escarmiento adecuado a Iuien me ha hecho da=o evitaré Iue la e%periencia dolorosa vuelva a sucederme. 3ste modo de pensar inmaduro se desarrolla en la inancia, cuando somos incapaces de prote(ernos. Pero de adultos sabemos hacerlo. "ebemos descartar el pensamiento inmaduro y la antas8a de ven(an-a, reempla-Fndolos por una consideración mFs racional de lo Iue ha ocurrido. 2oda persona trata deunhacer enno suporIue vida lo desee Iue percibe Iuesino es bueno ella.necesidad A menudo al(uien nos produce da=o, herirnos, por supara propia de cuidarse. 3sa persona suele no tener conciencia de Iue cuida de s8 misma de un modo oensivo e inadecuado. Pero nosotros, en ra-ón de nuestro pensamiento inmaduro, creemos Iue s8 tiene conciencia, y Iue intenta da=arnos deliberadamente. A medida Iue maduramos, poco a poco vamos aceptando el concepto de Iue no somos siempre la causa y el centro de la conducta y el pensamiento de las otras personas. 3n lu(ar de deendernos con una ven(an-a o un casti(o, comprendemos Iue a menudo Iuienes nos hacen da=o sólo intentan prote(erse a s8 mismos. 4on sentido de nuestra propia realidad @pensamientos, sentimientos, conducta y l8mites, también nosotros podemos cuidarnos, actuando al servicio de nuestros meGores intereses cuando estamos con esas personas. Por eGemplo, si ellas han sido abusivas o violaron nuestros l8mites la ra-ón Iuey uereR deGarcon de proporcionarles inormación, mantenerlas ueraRpor de nuestra vida no pasarpodemos tanto tiempo ellas. Perdonar a una persona Iue me ha herido si(niica Iue renuncio a la ven(an-a o el casti(o, para sentirme bien en mi interior. 1o si(niica Iue debo mantener a esa persona en mi vida, recibiendo (olpes y luchando constantemente por prote(erme. 1o si(niica Iue apruebe sus acciones. $ólo si(niica Iue recono-co mis sentimientos, deGo de pensar con insistencia en el hecho y renuncio a la idea de ven(arme o casti(ar. 3l resentimiento y los s8ntomas nucleares 1iveles inadecuados de autoestima si percibo Iue una persona me ha oendido @sea la oensa real o ima(inaria, siento un (olpe en mi autoestima, Iue me hace aver(on-arme de m8 misma. 3sto se debe a Iue creo tratada para comorecobrar si careciera de valor. de 3ntonces ten(o una (ran necesidad de casti(ar a esaserpersona, mi sensación val8a. Puesto Iue me cuesta sentirme valiosa desde dentro, recurro a devolver el (olpeB o desvalori-ar a Iuien me ha atacado, para recuperar la autoestima Iue me ha sido sustra8da. $i acto desde una posición de meGor IueB y al(uien me oende de al(n modo, me creo con derecho a enoGarme y devolver la oensa para enmendar el entuerto. L8mites da=ados cuando no ten(o l8mites es posible Iue me oendan con recuencia, porIue care-co de poder para impedirlo. $i siento Iue se han violado mis l8mites, e%perimento cólera, miedo y dolor. 3n esos momentos puede aparecer el resentimiento la necesidad de desIuite. 3%perimentaré resentimiento con mFs recuencia Iue si tuviera l8mites uncionales y pudiera prote(erme de las oensas.
"esde lue(o, incluso cuando ten(o l8mites sanos un oensor mFs poderoso Iue yo puede de todas maneras atravesarlos. Qui-F yo sienta dolor, miedo y cólera. Pero el resentimiento no es lo mismo Iue el dolor, la cólera o el miedo, y si estoy en recuperación puedo evitar ese deseo de casti(ar o desIuitarme. "iicultad para asumir la realidad este s8ntoma puede como contribuir por lo menos de tres modos a Iue e%perimentemos resentimiento. Primero, codependiente, a menudo ten(o pensamientos ine%actos o distorsionadosC es muy probable Iue interprete mal al(o Iue sucede entre otra persona y yo, y piense Iue he sido a(raviada o insultada aunIue ése no sea el caso. 3l pensamiento distorsionado crea mFs oportunidades para el resentimiento. 3s tan probable Iue ten(a un resentimiento inundado como Iue lo ten(a por haber sido realmente insultada o inGuriada. $e(undo, cuando me cuesta darme cuenta de lo Iue pienso o siento, o ten(o diicultades para maniestarlo incluso cuando sé de Iué se trata, no puedo reconocer completamente el eecto Iue tiene sobre m8 la conducta de otra persona. Qui-Fs e%perimente dolor, miedo o cólera por mi percepción de Iue he sido insultada o inGuriada, pero soy incapa- de reconocer o e%presar esos sentimientos de un modo sano. Mi pensamiento inconsciente o no reconocido ser Iue esade persona mereceB ser casti(ada, o Iue yo mere-coB un desIuite. $i no puede tomo conciencia Iue estoy pensando en términos de resentimiento @porIue no me doy cuenta de lo Iue pienso, pueden aparecer pensamientos, sentimientos y conductas rustrantes, irracionales y hostiles respecto del oensor percibido. tercero, cuando no puedo asumir mi propio pensamiento sobre m8 misma, utili-o para deinirme la opinión Iue creo Iue los otros tienen de m8. 4uando otra persona no piensa lo Iue yo Iuiero Iue piense de m8, Iui-F yo Iuede resentida. Por eGemplo, supon(amos Iue ten(o un nuevo corte de pelo. 4omo no puedo asumir mi propio pensamiento @en cuanto a Iue ese corte es maravilloso, tampoco lo disruto, a menos Iue le (uste a mi esposo. Pero es posible Iue él me di(a Iue no le a(rada, con lo cual socava mi concepto de m8 misma, Iue depende de su opinión. 2al veen adelante permane-ca al acecho, a(uardando la oportunidad desIuitarme, criticFndolo o menospreciFndolo a él porIue ha echado a perderBdemi satisacción con el nuevo corte de cabello, al decirme Iue no le (ustaba. "e tal modo, permito Iue mi diicultad para asumir mi propia realidad sabotee mi satisacción con mi nuevo aspectoB, y también mi relación con mi esposo. 3spiritualidad distorsionada o ine%istente La espiritualidad es la e%periencia de estar en relación con un poder e%terno a uno mismo y mayor Iue uno mismo, Iue proporciona aceptación, (u8a, sola- y serenidad. Los seres humanos no uimos creados como criaturas perectas, pero muchos de nosotros recibimos el mensaGe de Iue debemos serlo y de Iue la imperección nos hace deectuosos o ineriores. 4uando reconocemos y abra-amos el concepto de Iue somos imperectos y eso es lo Iue se espera Iue seamos, nos convertimos en lo Iue yo describo como perectamente imperectosB.
4reo Iue la e%periencia de ser perectamente imperectosB se siente como un dolor lleno de (o-o o un (o-o lleno de dolor, Iue sur(en del hecho de comunicar nuestra imperección a otros y de prestarnos a Iue otros nos comuniIuen sus imperecciones. 3n el momento del (o-odolor hay una sensación de estar conectado con la otra persona y con un poder mayor Iue uno mismo, Iue trasciende la comprensión. 3n a la espiritualidad, nuestras vidas saboteadas modos espec8icos a me cuanto cuesta e%perimentar un poder mayor Iueson yo misma y b de medos resulta di8cil comunicarles a otros Iuién soy yo, o escuchar Iuiénes son ellos. 3stas dos diicultades se entreme-clan como si(ue. 4uando puedo asumir mis imperecciones, comunicarlas a otro ser humano y aceptarme como soy Ral(uien perectamente imperectoR, estoy abierto a la sensación de cone%ión con mi poder superior. AunIue ten(o plena conciencia de mis imperecciones y problemas, puedo pedirle ayuda y (u8a a ese poder. 4onocer yo misma mi imperección si(niica Iue puedo admitir Iue ten(o val8a @aunIue piense Iue soy imperecta y ale(rarme por ello, pero también e%perimentar dolor cuando sé Iue mi imperección me causa problemas o perturba a Iuienes estFn en relación conmi(o. 3n cambio, cuando no puedo aceptarme como una persona perectamente imperectaB, sino Iue estoy convencida de Iue en la imperección ten(o deectos, no estoy abierta a la espiritualidad. 4reo Iue soy perecta @o nie(o ser imperecta, lo Iue me lleva a actuar como mi propio poder superior. / bien me siento anormalmente imperecta, de lo Iue resulta Iue no sea capa- de tolerar la comunicación a otra persona de mis imperecciones, porIue me parecen tan horribles Iue supon(o Iue si al(uien las conoce me abandonarF R incluso podr8a abandonarme mi poder superior. La espiritualidad distorsionada o ine%istente, y los s8ntomas nucleares 1iveles inadecuados de autoestima si nos creemos carentes de valor y menos IueB, tal ve- sintamos Iue no tenemos méritos para relacionarnos los otros o con un poder superiorC tampoco soportamos la ver(Hen-a e%trema Iue con aparece cuando reconocemos nuestra imperección y tratamos de comunicarlaC esa sensación e%trema de ver(Hen-a nos hace sentir alienados de los otros y del poder superior. Por otra parte, si somos arro(antes y ostentosos, nos convertimos en nuestro propio poder superior, y no necesitamos un poder superior e%terno. "e ambos modos saboteamos nuestras esperan-as de recuperación espiritual. "iicultad para asumir la realidad para tener una e%periencia espiritual, debemos poder comunicar nuestra imperección y alibilidad, y escuchar a los otros cuando nos hablan de las 5uyas. $i no hemos aprendido a asumir nuestra realidad, es casi imposible Iue estable-camos una relación espiritual nutricia con un poder superior capa- de ayudarnos a abordar las imperecciones, porIue tenemos una visión distorsionada de ésta o no podemos tomar contacto con ellas en absoluto.
3vitación de la realidad 4uando hemos sido obGeto de abuso en la ni=e-, consumimos mucha ener(8a en la vida adulta tratando de no reencontrar la realidad insoportable del pasado. Pero la realidad desa(radable estF de todos modos dentro de nosotros. 3n un nivel sabemos y sentimos al(o respecto de ella, y también antes lo hemos hecho, aunIue conscientemente no podamos arontarla y describirla. La presencia de esa realidad reprimida hace Iue tendamos a evitar los sentimientos desa(radables en el presente. 4omo codependientes, somos personas inmaduras en cuerpos de adultos. 1uestro cuerpo 8sico es adulto, pero nuestros sentimientos y pensamientos son inmaduros, temerosos y conusos. La dierencia entre nuestro aspecto e%terno y nuestra realidad interna (enera una tensión y un dolor con los Iue es di8cil tratar. Los codependientes suelen derivar hacia una adicción, una enermedad 8sica o una enermedad mental, para aho(ar o suprimir esos sentimientos penosos. Las adicciones 4reo Iue, en al(unas personas, la adicción deriva de los s8ntomas nucleares de la codependencia. 4ualIuier proceso Iue alivia una realidad insoportable puede volverse adictivo. Las sustrayéndonos sustancias o conductas reducen malestar adIuieren nuestra vida, cada ve-Iue mFs tiemponuestro y atención. [inalmente, esaprioridad sustanciaeno conducta puede tener consecuencias da=inas Iue a menudo preerimos i(norar, puesto Iue no Iueremos renunciar a tales anal(ésicosB. Aprendemos a aho(ar o tapar nuestra realidad indeseada con uno o mFs procesos adictivos, Iue se convierten en uer-as destructivas con vida propia. 3l alcoholismo, la dependencia de otras sustancias Iu8micas, la in(esta e%cesiva de comida y otras adicciones son enermedades en s8 mismas, pero también resultados de una codependencia bFsica. 4reo Iue a veces los codependientes empie-an a usar el alcohol, la dro(a, la comida y otras compulsiones para tapar esa realidad penosa adicional Iue la mayor8a de los no codependientes no e%perimentan. MFs tarde, los codependientes pueden volverse adictos a las sustancias Iue utili-an para aho(ar el dolor y la ver(Hen-a (enerados por sus problemas de codependencia. $iempre insisto mucho en Iue los hombres y muGeres en recuperación de una dependencia a sustancias Iu8micas e%aminen si son o no codependientes ademFs de adictos. $i una persona adicta es codependiente e i(nora los ras(os de codependencia Iue hay en su vida, y por lo tanto la necesidad Iue tiene de recuperarse de ellos, es di8cil Iue pueda dar los pasos reIueridos para superar su adicción o sus adicciones. Al alcohólico o adicto Iue lo(ra permanecer sobrio, la vida puede resultarle muy dura y Iui-F muy desdichada, a menos Iue también se recupere de la dependencia, y no sólo de la adicción Iu8mica. 1o obstante, para el proceso de recuperación es vital lle(ar primero a la sobriedad o la abstinencia, Iue permite Iue los sentimientos anestesiadosB surGan, sean asumidos y reconocidos.
La enermedad 8sica $i, por al(una ra-ón, no condescendemos en buscar alivio en una adicción, nuestros sentimientos no reconocidos ni aho(ados muy probablemente se e%presarFn de al(una orma menos consciente y mFs di8cil de encontrar. 3l "ia(nostic and $tatistical Manual o Mental "isorders @"$M denomina trastornos somatoormesB a estas e%presiones 8sicas del estrés. $e trata de s8ntomas crónicos persistentes Iue los médicos no pueden curar. Muchas personas padecen es unalaenermedad de esteel tipo A mi Guicio,propia lo Iuerealidad, produce muchos de estos s8ntomas tensión de evitar dolortras deotra. asumir nuestra y de no aprender a e%perimentar y e%presar nuestros sentimientos. La enermedad mental La realidad de lo Iue nos sucedió en la inancia puede ser horrible y e%tremadamente traumFtica. Para sobrevivir, al(unas personas tienen Iue abstenerse por completo de conocer y e%perimentar sus sentimientos acerca de esa realidad. 3n al(n nivel, estos individuos temen tanto Iue esa realidad tan penosa surGa en su vida consciente, Iue inconscientemente reestructuranB su mundo mental de un modo muy distorsionado, para evitar el dolor de encarar lo Iue ha sido o an es. esta reestructuraciónB se maniiesta como enermedad mental o conducta psicótica. La idea de este proceso de reestructuración es si puedo vivir uera deme la realidad normalmente aceptada, las cosas horribles Iuepara soy m8C incapade arontar y Iue sucedieron en el pasado simplemente deGan de e%istir si sucedieron, ya no me importan. La evitación de la realidad y los s8ntomas nucleares 1iveles inadecuados de autoestima el proceso adictivo se puede utili-ar para tapar el dolor de sentirse menos IueB otras personas. Por otra parte, el abusador arro(ante, ostentoso, Iui-F se vuelva adicto a evitar el dolor de la soledad y la ver(Hen-a Iue amena-an con emer(er y asestar un (olpe a su ima(en de superioridad. "iicultad para asumir mi realidad cuando no Iuiero conocer o sentir emociones respecto de lo Iue ue o es, y neutrali-o mis sentimientos, mi cuerpo los e%presa a través de una enermedad 8sica, o me aparto mentalmente de ciertos aspectos de la realidad. 4apacidad deteriorada para mantener relaciones 8ntimas 9na de las caracter8sticas propias de los codependientes es la diicultad de relacionarnos con otras personas @y también con nosotros mismos y con un poder superior. !ntimidad si(niica Iue puedo decirte Iuién soy, y permitirte Iue me lo di(as, sin Iue nin(uno de los dos trate de cambiar al otro. La intimidad también supone un intercambio. 9na persona da y la otra recibe. A veces las dos cosas ocurren al mismo tiempo. 4uando le di(o a al(uien NPuedo darte un abra-oOB, me apro%imo a él y lo nutro. 4uando pre(unto NMe dar8as un abra-oOB, le pido al otro Iue se me acerIue e intime conmi(o. "urante un abra-o, los dos intimamos 8sicamente el uno con el otro, pero uno de nosotros da y el otro recibe, se(n lo Iue cada cual haya pedido.
La intimidad con otra persona puede e%perimentarse en todos los Fmbitos de la realidad podemos intercambiar contacto, tanto se%ual como aectuoso, en un nivel 8sico. Podemos dar a conocer nuestros pensamientos y sentimientos, y podemos hablar de nuestra conducta, reconociendo con el otro lo Iue hemos hecho y lo Iue no hemos hecho. 9na capacidad deteriorada para mantener la intimidad y los s8ntomas nucleares 1iveles inadecuados deIue autoestima si yomeestoy en la con posición menos IueB, creo Iue el otro es mFs importante yo. 4uando comparo él, nodeestoy a su altura, de modo Iue no puedo comunicarme con ranIue-a y de un modo 8ntimo, porIue temo Iue descubra lo incapa- Iue soy. $i mi posición es de meGor IueB, a menudo env8o mensaGes indicativos de Iue Gu-(o y condeno, de modo Iue para el otro resulta inse(uro ser Iuien es, y arries(arse a la intimidad conmi(o. L8mites deteriorados cuando en una relación me muestro victimi-ada u oensiva, la intimidad Iueda bloIueada. $in un l8mite interno, no puedo escuchar lo Iue el otro dice Iue es, ni lo Iue piensa Iue soy yo, y decirle Iuién soy. "iicultad para asumir la realidad si no sé reconocer lo Iue pienso, siento o ha(o, no puedo comunicarle al otro Iuién soy. si necesito Iue el otro sea Iuien me deina, trataré de cambiar Iue honrada piensa, siente o hace, para me deina como yodeIuiero. /bviamente, esta conductalopoco y manipuladora noIue permite el desarrollo una verdadera intimidad. "iicultad para satisacer las necesidades y los deseos si me apoyo demasiado en el otro para satisacer mis necesidades y deseos, la intimidad se empantana, porIue el otro se convierte en mi cuidador, y yo me vuelvo dependiente e inantil. 3ntonces nuestra relación se asemeGa a la de madre e hiGo, y no podemos vincularnos en un nivel adulto. $i yo soy una antidependiente y nunca pido ayuda, la intimidad también estF bloIueada, porIue no puedo decirle al otro lo Iue Iuiero o necesito. $i no percibo mis necesidades y deseos, no cuido de m8 misma. 1o estoy en contacto con lo Iue soy, y cada ve- es menor la parte de mi realidad Iue puedo dar a conocer a los otros. "iicultad para e%perimentar y e%presar la realidad con moderación si avasallo al otro con mis emociones intensas, lo e%pon(o a mis soluciones e%tremas o lo amena-o con mis conductas e%trava(antes, la intimidad no puede lorecer. !ncluso cuando comunico Iuién soy, lo ha(o de modo enFtico y aterrador, lo Iue indica Iue estoy tratando de cambiar al otro, conducta ésta incompatible con la verdadera intimidad. a esa persona, el estrés de relacionarse conmi(o cuando soy as8 le resulta abrumador, por lo cual la intimidad se vuelve sumamente improbable. Por otro lado, si la aburro o le cierro la puerta con la rialdad de mis emociones, la intimidad también muere. $i pienso, siento y acto en un nivel inmaduro, una relación amorosa puede convertirse en un remedo de la relación entre madre e hiGo o padre e hiGa, haciendo Iue la intimidad adulta sea imposible. $i acto, pienso y siento en un nivel maduro en la supericie, pero contro lador, la relación amorosa también puede convertirse en un remedo de una relación entre adulto y ni=o. La verdadera
intimidad entre adultos se basa en la espontaneidad, la ale(r8a, la responsabilidad, el respeto y muchos otros actores Iue es di8cil Iue coe%istan con una vida vivida en los e%tremos. N"e Iué punto de nuestra historia provienen estos s8ntomas saboteadoresO Para recuperarse de la codependencia es necesario ver la uente de estos s8ntomas, a in de comprender el poder Iue tienen en nuestra vida. Muchos codependientes creen Iue sus reacciones o sus sentimientos son sencillamente personales,e%cesivas y buscan técnicas o procurancon(elados aprender habilidades socialescaracter8sticas Iue los ayuden a superar esas peculiaridades. Pero, a mi Guicio, lo Iue nos libera del ciclo de sabotaGe Iue hace nuestras vidas tan in(obernables y tan dolorosas es ver nuestra historia, identiicando los incidentes espec8icos Iue suscitaron inicialmente los sentimientos abrumadores y encontrando un modo de asumir y e%presarlos. La se(unda parte del libro e%plora la naturale-a del ni=o, y describe el modo como las amilias uncionales y disuncionales inciden en el proceso de la maduración inantil. 3n las pF(inas si(uientes el lector podrF comen-ar a inda(ar en sus propias e%periencias de la inancia, buscando los incidentes Iue lo llevaron a convertirse en un adulto codependiente, y no en un adulto maduro.
5 El niño precioso en una familia disfuncional
3n nuestra sociedad hay muchos valores culturales inconscientes contrarios al ni=o, y Iuienes nos consideramos buenos padres a menudo nos comportamos de manera disuncional con nuestros hiGos, aunIue les di(amos Iue lo hacemos por su propio bienB. !ncluso cuando, como codependientes en recuperación, e%aminamos nuestras propias historias e intentamos comprenderlas, Iui-Fa ten(amos IueIuehacer cambiar parental al(unos de nuestroso valores culturales heredados concernientes lo Iue es un aceptable inaceptable. Los tres atributos de los ni=os Iue he mencionado en el cap8tulo anterior @estFn centrados en s8 mismos, tienen una ener(8a interminable y son adaptables orman parte de la dotación de todo ni=o para vivir su proceso madurativo. 3n las amilias disuncionales, esas tres herramientas vitales se utili-an contra el ni=o. Los pro(enitores disuncionales suelen atacarlo diciéndole Iue es anormal por estar centrado en s8 mismo. Los padres disuncionales Iuieren Iue sus hiGos se centren en los pro(enitores, Iue pretenden satisacer sus propias necesidades. 1o obstante, para Iue se desarrolle de un modo uncional, es esencial Iue el ni=o esté centrado en s8 mismo de un modo sano. cuando los ni=os luchan por adaptarse a lo Iue Iuieren los padres, su desarrollo sano se retarda. 3l proceso del abuso a(ota la ener(8a con la Iue el ni=o tiene Iue contar para el trabaGo del crecimiento. 4uando a un ni=o no se le permite ser lo Iue es en verdad, la aptitud sana para adaptarse y cambiar se orienta de un modo incorrecto, y se le uer-a a iniciar el enorme proceso de adaptación a la codependencia. "e adultos ya no estamos centrados en nosotros mismos, no contamos con la ener(8a interminable y la adaptabilidad de la ni=e-. 3sto es as8 para todos los adultos, pero en los adultos uncionales esos atributos han cumplido con su unción en el proceso del crecimiento normal, y ya no se los necesita tanto. La recuperación de la codependencia se parece mucho a un proceso de crecimiento tenemos Iue aprender a hacer lo Iue nuestros pro(enitores disuncionales no nos ense=aron, es decir, apreciarnos adecuadamente a nosotros mismos, establecer l8mites uncionales, tomar conciencia de nuestra realidad y reconocerla, atender nuestras necesidadesyytomar deseosconciencia adultos, yde e%perimentar nuestra realidad con moderación. Para estimarnos nuestra realidad, necesitamos estar centrados en nosotros de un modo saludableC pero cuando comen-amos a desarrollar al(n autocentramiento Iui-F suramos el ataIue de otras personas de nuestra vida, Iue pueden interpretarlo como e(o8smoB. $e necesita una (ran ener(8a para establecer l8mites uncionales y atender nuestras necesidades y deseosC al tratar de hacerlo, nos daremos cuenta de Iue ya no contamos con toda esa ener(8a necesaria. 2ambién se necesita adaptabilidad para cambiar nuestras anti(uas pautas codependientes y aprender nuevos modos de vivir, pero Iui-F descubramos Iue nos cuesta mucho modiicar nuestra manera de pensar y de e%presar los sentimientos. 4omo los atributos inantiles del autocentramiento, la ener(8a abundante y la adaptabilidad han perdido parte de su uer-a, ya no podemos aplicarlo a nuestros esuer-os de crecimiento, lo cual diiculta la recuperación de la codependencia.
AdemFs de orientar de modo incorrecto esas tres aptitudes, los cuidadores disuncionales no responden adecuadamente a las cinco caracter8sticas naturales de los ni=os el valor, la vulnerabilidad, la imperección, la dependencia y la inmadure-. 3n lu(ar de ello, estos cuidadores i(noran o atacan al ni=o en la esencia de lo Iue es, creFndole una intensa e%periencia de ver(Hen-a. 4uando el ni=o pierde contacto con la sensación interior de Iue tiene capacidad y valor, a pesar de sus errores, sus necesidades o su inmadure-, e%perimenta una ver(Hen-a desmesurada. Por eGemplo, Paul, sobre de cinco comete un error en el la su empresa del padre, derrama su bebida los a=os, -apatos de al(uien. $am, el picnic padre, de basa autoestima en la y conducta del ni=o en pblico, y se siente aver(on-ado porIue Paul no ha nido perecto, de modo Iue le (rita, le dice Iue es estpido, torpe, por haber derramado su vaso. 4ree Iue estF utili-ando técnicas aceptables de Iuehacer parental para ense=arle a su hiGo a ser in.8s cuidadoso en pblico, coniando en Iue de este modo, de adulto, serF un ciudadano meGor. Pero después de esto, el peIue=o Paul se derrumba emocional mente, siente una ver(Hen-a intensa y pierde contacto con cualIuier sensación de propio valor. 1o se le ha ense=ado a disculparse por el error. $e identiica con la ver(Hen-a del padre $i papF estF tan aver(on-ado y enoGado, se(uramente yo no val(o nadaB. El vínculo entre las características naturales del niño y los síntomas de la codependencia
Los ni=os son por naturale-a inocentes, ine%pertos in(enuos, y creen Iue sus cuidadores no pueden eIuivocarseB. Pero en realidad los cuidadores a menudo atacan o maltratan al ni=o por tener los ras(os normales de la imperección, la dependencia y la inmadure-. 4omo resultado, el ni=o pierde su propia sensación de ser valioso @puesto Iue no ve Iue la alta estF en el cuidador. AdemFs, el hecho de Iue haya abuso si(niica Iue los pro(enitores no estFn mostrando Iue tienen l8mites, por lo cual el ni=o no puede desarrollar adecuadamente los suyos propios. 4uando los cuidadores i(noran o atacan las caracter8sticas naturales del ni=o, éste desarrolla ras(os disuncionales de supervivencia para no desmoronarse y se(uir creyendo Iue los cuidadores siempre tienen ra-ón. Adaptan y reorman su mundo mental para Iue no los anonaden los sentimientos de alta de val8a y ver(Hen-a en ellos Los ras(os disuncionales de supervivencia hacia los Iue seIue han(enera e%traviado sus el abuso. caracter8sticas naturales se convierten en los s8ntomas nucleares de la codependencia cuando el ni=o lle(a a la adulte-. Y yo creo que es así como se establece la codependencia. La tabla !! presenta los ras(os de supervivencia espec8icos Iue en la adulte- , le convierten en los s8ntomas de la codependencia. Tabla II: 3l eecto del Iuehacer parental disuncional sobre las caracter8sticas naturales del
ni=o cuando Iue se Características Rasgos Síntomas s hay abuso naturales disfuncionales convier pasan a ser de nucleares de la del niño supervivencia
ten en
codependencia
Salioso
MenosIueomeGor Iue
Sulnerable
"emasiado vulnerable o invulnerable
!mperecto
Malorebelde o buenoperecto
"ependiente con "emasiado necesidades y deseos dependiente o antidependiente. 1o percibe necesidadesdeseos !nmaduro 3%tremadamente inmaduro @caótico o maduro en e%ceso @controlador
"iicultad para e%perimentar niveles adecuados de autoestima "iicultad para establecer l8mites uncionales "iicultad para la asumir y e%presar propia realidad e imperección "iicultad para atender las propias necesidades y deseos adultos "iicultad para e%perimentar y e%presar la propia realidad con moderación
El valor del niño en una familia disfuncional
9na amilia disuncional es incapa- de respaldar el valor del ni no. 3l mensaGe Iue se le env8a por ser natural @vulnerable, imperecto, dependiente e inmaduro dice 5ay al(o malo en ti. 5a- lo Iue se espera de ti. 3l hecho de Iue no seas una persona perecta si(niica Iue eres un incapa- y vales menos Iue el resto !r nosotros, Iue no actuamos como ni=os. 3ste es tu problemaB o bien, 2 necesitas Iue yo ha(a tanto por ti porIue yo soy meGor Iue t. MFs vale Iue te rectiiIuesB. la amilia trata de obli(ar al ni=o a hacer las cosas a la perección, o por lo menos uno la amilia Iuiere Iue las ha(a. A menudo lo presiona para Iue nie(ue sus propias necesidades y deseos de tipo dependiente, a in de Iue no moleste a los padres. no lo ayudan a actuar como corresponde a su edad, sea porIue lo empuGan a comportarse como mayor o porIue le permiten hacerlo como si uera menor. "ebido a estas actitudes, es posible Iue el ni=o nunca ten(a la sensación de su val8a intr8nseca, y Iue se sienta menos valioso o, u o otros @en especial, Iue los cuidadores principales y las ulteriores i(uras de autoridad. Qui-Fs aprenda a valorarse sobre ln base de la calidad percibida de su hacerB o su desempe=o, y no de su e%istencia. 3stos ni=os creen Iue la estima proviene de cosas e%ternas, como, por eGemplo, las notas en la escuela, los premios Iue puedan obtener @en deportes o estudios, la ropa Iue usan, lo bellos Iue son, la aprobación de los otros por sus lo(ros o $9 conducta, el novio o la novia Iue tienen, y as8 sucesivamente. 3sto es estima e%terna, basada en cosas Iue estFn uera de uno mismo. 3n al(unos ni=os no parece haber baGa autoestima, sino Iue, por el contrario, se muestran muy arro(antes y ostentosos. 3sto suele deberse a un sistema amiliar Iue les ense=a a
desde=ar a otras personas, o Iui-Fs al modelo de los padres, Iue se consideraban superiores. 1o lo olvides nunca, nosotros somos Wilson @o [eldman, o McAdams, o lo Iue sea. $omos meGores Iue los otros.B 3ntonces, aunIue en esta situación los ni=os pueden ser criticados y aver(on-ados desmesuradamente por los padres, terminan aprendiendo a reco(er estima e%terna ubicFndose por encima de las otras personas para encubrir sus propios sentimientos de alta de val8a. 3stas personas actan sobre la base del ras(o ostentoso, meGorIueB, arro(ante, de la tabla !!. Al(unos ni=os desarrollan un ras(o meGorIueB cuando sus amilias los tratan como si realmente tuvieran mFs valor Iue los otros ni=os de la amilia, y Iui-Fs incluso Iue los padres. 3stos ni=os estFn en un pedestalC su imperección es minimi-ada o i(norada, y no se les ense=a Iue todas las personas valen lo mismo. 3llos no e%perimentan una baGa autoestima Iue ten(an Iue ocultar actuando con arro(ancia. Serdaderamente creen Iue son meGores. 3sta entre(a de poder, Iue es una orma de abuso, resulta muy di8cil de tratar, y puede llevar a relaciones personales desastrosas. A 'illy, Iue nació en una amilia disuncional, su madre le ha dicho Iue es hora de Iue se vaya a dormir. \l responde 1o Iuiero irme a la camaB. La madre lo toma del bra-o, lo sacude e intenta llevarlo por la uer-a al dormitorio, mientras (rita A m8 no me hables as8X 3s hora de Iue te vayas a dormir, y no me importa lo Iue Iuieras o no IuierasB. La respuesta esta madre indica Iue hecho 'illyIue tiene valor,sus aunIue no Iuiera irsedea dormir. 3l mensaGe es no Iuerespeta no estFelbien paradelaIue madre él ten(a propios sentimientos sinceros. 'illy desarrolla la creencia de Iue tiene muy poco o nin(n valor cuando e%presa su malestar por al(o Iue no Iuiere hacer. La madre de 'illy dice también 3stF bien, como no Iuieres irte a dormir cuando yo te lo mando, no saldrFs a Gu(ar durante una semanaB. \sta es una consecuencia e%a(erada, Iue i(nora el hecho de Iue ese d8a el ni=o no tiene sue=o y se basa en otros criterios Iue no (uardan proporción con la conducta Iue se Iuiere corre(ir. 'illy se muestra sensible ante la idea de Iue es su conducta lo Iue determina lo Iue él vale para los padres, y cree Iue lo Iue él es @un ni=o Iue no Iuiere irse a la cama carece de val8a. Piensa Iue no es nada buenoB, porIue no pudo IuererB irse a acostar cuando se lo ordenaron. Asimismo, pronto descubre Iue cuando se vayain(ir la cama dilación @aunIue para ello ten(a Iue ocultar su malestar Iueanimosamente estF contento,y sin aparentemente s8 tiene mérito y valor @de hecho, ésta es estima e%terna, basada en el hacer y no en el ser. $u propia realidad de malestar Iueda sin reconocer, y al ni=o se le ense=a estima e%terna. 2al ve- 'illy desarrolle el ras(o de supervivencia del empe=o en a(radar a la (ente, porIue no sabe estimarse a s8 mismo. La característica correspondiente en el adulto codepend iente
4uando el valor del ni=o estF e%puesto a un cuidado parental disuncional Iue le crea ver(Hen-a o le entre(a poder, el ras(o resultante de supervivencia estF en uno de dos e%tremos se siente menosIueB las otras personas, o adopta la actitud de ser meGor Iue ellas. Ambos ras(os dan ori(en al s8ntoma nuclear adulto de la diicultad para e%perimentar niveles adecuados de autoestima. Tanto la baGa autoestima como la respuesta ostentosa y
arro(ante al cuidado parental disuncional sur(en del mismo problema: la alta de conciencia del propio valor. Al(unas personas e%perimentan este s8ntoma en sólo un e%tremo del espectro, sea el de la autoestima baGa o ine%istente, o el de la posición arro(ante de meGorIueB, pero otras oscilan continuamente entre ambos polos. La vulnerabilidad del niño en una familia disfuncional
Los ni=os desarrollan el mismo sistema de l8mites Iue tienen los padres. $i un pro(enitor es disuncional y carece de un sistema de l8mites adecuadamente desarrollado, el hiGo no crea l8mites o sólo lle(a a tener l8mites da=ados Rse vuelve demasiado vulnerableBR. $e mete en situaciones peli(rosas, sin siIuiera darse cuenta de Iue e%iste el peli(ro. 4on8a demasiado, y contina e%poniéndose a los pro(enitores, a otros cuidadores e incluso a e%tra=os Iue, actuando sin l8mites, abusan de él. 4uando los ni=os imitan los muros Iue ven usar a sus padres, desarrollan el ras(o de la invulnerabilidad. 3stos ni=os se prote(en del abuso reple(Fndose a una ortale-a de miedo o silencio, o eri(en a(resivamente muros de cólera o palabras. 9na amilia disuncional abusa de la vulnerabilidad del ni=o al no prote(erlo ni ense=arle a evitar a los otros oensores. 4omo son vulnerables porprote(erse naturale-a, no hana(redir a desarrollado los l8mites propios conloslosni=os Iue mFs tarde podr8an y evitar otros. Por eGemplo, Patsy, de die- a=os, un d8a decidió cortar camino entre la parada del transporte escolar y su casa, pasando por el Gard8n de un vecino, y pisó al(unas lores. 3se vecino, el se=or 5enley, apareció enarbolando un rastrillo y (ritFndole Sete de aIu8, peIue=a, antes de Iue te sacuda el polvoXB. Patsy salió corriendo renéticamente, y al lle(ar a su ho(ar le contó a la madre lo Iue hab8a hecho el se=or 5enley. La madre la puso como un trapo y le diGo Iue merec8a lo Iue le hab8a pasado, por pisar las lores. 3n realidad, tanto el se=or 5enley como la madre de Patsy trataron de modo inadecuado la imperección de la ni=a. $i bien es indudable Iue Patsy cometió un error, no merece Iue le (riten ni la amenacen con un rastrillo. $u propia alta de l8mites la llevó a pensar Iue era perectamente aceptable atravesar el Gard8n delse vecino, y suaalta de cuidado hi-o Iue estropeara lores.también Lo Iue Patsy necesita es Iue le ense=e respetar la propiedad aGena. Pero loslas padres tienen Iue deender a la ni=a de la respuesta abusiva del se=or 5enley. Primero, no deben decirle a Patsy Iue mereció la amena-a, y se(undo, podr8an pensar en ir con la ni=a a la casa del se=or 5enley y ayudarla a disculparse con él, ase(urFndole Iue le ense=arFn a la peIue=a a Iue no pase por su Gard8n, pero diciéndole también Iue no aprueban el hecho de Iue la amena-ara a (ritos con un rastrillo. As8, acompa=ar8an a su hiGa a disculparse para prote(erla de cualIuier otro posible abuso del se=or 5enley. La característica correspondiente en el adulto codepend iente
4uando la vulnerabilidad del ni=o estF e%puesta a una amilia disuncional, la criatura adIuiere el mismo sistema disuncional de l8mites Iue tienen los padres. Por eGemplo, si los l8mites de los pro(enitores son ine%istentes o da=ados, el ni=o es demasiado vulnerable. a
de adulto, contina sintiéndose demasiado vulnerable, y también acta con l8mites ine%istentes o da=ados. 3ste adulto no puede prote(erse adecuadamente en las relaciones, ni deGar de ser oensivo con los otros. $i los pro(enitores utili-an al(n tipo de muro, también el ni=o lo adopta, haciéndose invulnerable. 4uando este ni=o invulnerable se convierte en un codependiente adulto, ha aprendido a prote(erse, no con l8mites sanos sino con muros. 3stos adultos se prote(en del abuso de otros, pero a ellos mismosproporcionar nada les impide abusar. AdemFs y les alta la intimidad Iue pueden las relaciones sanas. estFn aislados y solos, $i un pro(enitor tiene l8mites ine%istentes o da=ados y el otro emplea muros, Iui-Fs el ni=o oscile entre la invulnerabilidad y la vulnerabilidad e%cesivas. 4omo codependientes adultos, estas personas continan oscilando entre l8mites ine%istentes o da=ados y muros, entre ser demasiado vulnerables e invulnerables, sin encontrar un modo cómodo de relacionarse con la (ente. 4ualIuiera de estas tres respuestas conduce a conductas y rela ciones adultas disuncionales. El derecho del niño a ser imperfecto en una familia disfuncional
Las amilias disuncionales no reconocen ni respetan el hecho de Iue los ni=os, como cualIuier humano, son ser imperectos. se losPara atacaresponder por esta imperección, reciben el ser mensaGe de Iue imperectoAesveces anormal. a esa e%i(enciay parental de perección tienen dos opciones posibles. 9na consiste en tratar de satisacer el reIuerimiento, obedeciendo y convirtiéndose en personas buenas y pereccionistas. La otra alternativa es Iue el ni=o, abrumado por las e%i(encias parentales imposibles de satisacer, se rebela, ne(Fndose a cooperar y esor-Fndose activamente por ser lo opuesto de lo Iue los padres Iuieren. A estos ni=os, los pro(enitores los llaman rebeldesB o malosB. Por un lado, es posible Iue la imperección del ni=o sea i(norada, con lo cual éste nunca se enterarF de Iue tiene imperecciones, o de Iue es responsable y debe rendir cuentas de su conducta cuando ésta es imperecta y aecta a otras personas de un modo adverso. La sociedad considera Iue estos ni=os también son rebeldesB y malcriadosB. 1o advierten Iue su imperección perGudica o causa inconvenientes a otros, lo Iue los hace responsables en la medida en Iue aIuélla pueda ser abusiva. Mary, de cuatro a=os, derrama la leche porIue an no coordina bien sus movimientos. Pero la madre la ataca, diciéndole Qué ver(Hen-aX 5as derramado la leche. 3res una ni=ita mala. Las ni=itas buenas no derraman la leche. 1o vuelvas a hacerloB. La madre de Mary ataca lo Iue es normal e imperecto en una ni=a de su edad, y le e%i(e al(o antinatural. $i Mary es cooperadora, se esor-arF por no volver a derramar nada, e incluso tratarF de hacer cualIuiera otra cosa a la perección. $i a Mary la abruma la e%i(encia, puede rebelarse y derramar todas las bebidas empe=Fndose activamente en hacer lo contrario de lo Iue su madre le pide. Kerry es un ni=o de doce a=os con una amilia disuncional. 2ropie-a en la escalera, y le da un (olpe a una maceta. La madre (rita 3h, aIu8 viene Pies de 3leanteXB. AdemFs le dice Iue los chicos buenos saben andar por la casa sin destro-arla. "espués, él se enada con su
hermano, le dice malas palabras y lo saca a empuGones de su habitación, con tanta rude-a Iue lo hace caer. 3ntonces el padre pe(a a Kerry con un cinturón, sin pre(untar Iué hab8a hecho el hermano para provocarlo. "esde lue(o, Kerry necesita Iue le ense=en a e%presar su cólera de un modo Iue no le ha(a da=o a nadie, pero la burla de la madre y el reIueri miento e%a(erado de Iue uera buenoB y no destro-ara la casaB lo aver(on-aron sin tener en cuenta la torpe-a normal de los Govencitos de su edad. 3l hecho de Iue el padre le pe(ara ue un acto de abuso 8sico Iue no ense=aba nada, ni a Kerry ni a su hermano, sobre el modo de para -anGar los desacuerdos. Los padres aprovecharon la imperección de Kerry como prete%to aver(on-arlo y maltratarlo. a de adulto, mientras trataba de comprender su propia historia, Kerry me diGo Iue hab8a surido mucho maltrato 8sico. Pero cuando le pre(unté NPor Iué te maltratabanO NPor Iué tu papF tomaba el cinturón y te pe(aba as8O NQué hab8as hechoOB, él movió la cabe-a y me respondió 1o lo séB. Atiendo a muchos pacientes Iue no saben por Iué ueron obGeto de abuso, y por lo (eneral les di(o lo mismo Iue a Kerry Qui-F sólo estabas actuando como un ni=o, y por esto no lo puedes recordarB. La mayor8a de las personas Iue recuerdan un casti(o espec8ico Iue recibieron de ni=os también pueden recordar la ra-ón. Iuemaron Frbolabusiva. del Gard8n trasero, se limitan (anarona unos a-otes. La ra-ón de los a-otesQui-F era clara, aunIueeluera /tros ni=osy se derramar la leche, (ritar en su dormitorio, ponerle apodos al hermano o la hermana, y pelearse. Pero en la adulte- muy pocas veces recuerdan lo Iue sucedió o por Iué ueron casti(ados por este tipo de cosas. [ueron casti(ados sencillamente por ser lo Iue eran, pues los padres no comprend8an Iue un ni=o es imperecto. Kerry, como muchos otros chicos Iue tienen esta e%periencia, se convirtió en un pereccionista. Por otra parte, en al(unos sistemas amiliares disuncionales, cuando el ni=o demuestra imperección no se le pide cuentas por las consecuencias de aIuélla. 1o se le casti(a ni tampoco recibe nin(una inormación sobre lo Iue deber8a haber hecho, nin(una instrucción sobre cómo hacer meGor las cosas. 3stos ni=os terminan siendo rebeldesB o malosB. Los pro(enitores Iuesutratan deimperección. un modo disuncional la imperección los hiGos reconocer tampoco propia Mi e%periencia cl8nica medeindica Iue suelen estos no padres por lo (eneral no tienen un buen concepto operativo de la espiritualidad, aunIue Iui-F pare-can e%tremadamente reli(iosos. La espiritualidad prFctica tiene Iue ver con una relación con un poder superior al de cualIuier persona de la amilia, incluso los padres. 3n la tercera parte consideraremos con mayor atención esta idea de la espiritualidad. La característica correspondiente en el adulto codepend iente
Muchos ni=os a(redidos por cometer errores se convierten en adultos pereccionistas Iue son también muy controladores. Por otro lado, los ni=os Iue no rinden cuentas por los errores o Iue renuncian a tratar de ser perectos y se resisten a las e%i(encias de los padres, bien pueden convertirse de adultos en codependientes rebeldes, con muy poco y a veces nin(n control de s8 mismos. A los adultos educados como pereccionistas o rebeldes
malcriadosB les cuesta asumir y e%presar su propia realidad y e%presión. 3stos adultos no saben reconocerse con realismo como seres humanos normalmente imperectos, sin Iue al mismo tiempo apare-can mucho miedo, dolor o cólera. 3n estas condiciones resulta di8cil identiicar lo Iue se siente, lo Iue se piensa, lo Iue se hace o lo Iue se parece, porIue la reacción emocional a cualIuier imperección es sumamente penosa. 3l miedo al racaso en cualIuier test de aptitudes es especialmente intenso en estos casos. La dependencia del niño en una familia disfuncional
Al principio, los ni=os dependen de sus cuidadores para satisacer todas sus necesidades y deseosC mFs adelante, en las amilias uncionales, los cuidadores les van ense=ando (radualmente a obtener por s8 mismos esa satisacción, y a pedir ayuda a la persona adecuada cuando sea necesario, sin sentir ver(Hen-a o culpa. 4uando la dependencia del ni=o es atendida por los pro(enitores de una manera disuncional, la criatura se vuelve demasiado dependiente, muy llena de necesidades y deseosC bien antidependiente, o no percibe sus propias necesidades y deseos. 5ay tres situaciones primarias de abuso por las Iue pasan la mayor8a de los ni=os con pro(enitores disuncionales, relacionadas con sus necesidades y deseos ) el pro(enitor interviene en todo y lo soluciona todo, no permitiendo nunca Iue el ni=o ha(a las cosas por s8 mismoC 7 el ni=o es atacado, o 6 el ni=o es i(norado. n el primer caso, cuando el pro(enitor se hace car(o de todo, sin permitir Iue el ni=o aprenda a hacer las cosas por s8 mismo, éste se vuelve demasiado dependiente simplemente porIue carece de aptitud para cuidarse, y espera Iue lo cuiden los otros. Por eGemplo, "avid, un ni=o de ocho a=os, tiene hambre y pide Iue le den de comer. La madre le prepara de inmediato un bocadillo, pero no se toma la molestia de ense=arle a hacérselo él mismo la pró%ima ve-. $i(ue haciéndole bocadillos cuando tiene doce a=os y cuando tiene dieciséis, y por lo tanto él nunca aprende a preparFrselos. 3n el se(undo caso, cuando el ni=o e%perimenta una necesidad, los padres lo atacanC entonces él aprende Iue es inse(uro e%presar sus necesidades o deseos. $ammy tiene hambre y pide al(o de comer. La madre le dice 3res un comilón e(o8sta, $ammy. 3s demasiado temprano, y tendr8a Iue deGar de planchar para prepararte al(o. 3spera la cena, como todos los demFsB. 3ntonces el ni=o lo Iue puede prepararse él dé solo bocadillo después de haber aprendido Iuehace es inse(uro pedirlepara a al(uien Iue le deelcomer. 4uando ten(a hambre, tendré Iue prepararme la comida yo solo.B 3n el tercer caso, los padres i(noran prFcticamente todas las necesidades y los deseos de los hiGos, casi desde el nacimiento. 4uando la peIue=a $herry ten8a hambre y lo dec8a, a menudo la madre no le respond8a en absoluto. 3n lu(ar de aprender a hacerse un bocadillo, la ni=a se volvió insensible a su propia sensación de hambre. La característica correspondiente en el adulto codepend iente
$ean demasiado dependientes, antidependientes, o insensibles a sus necesidades y deseos, los adultos codependientes e%perimentan como s8ntoma una diicultad para reconocer y atender sus propias necesidades y deseos adultos. Los adultos demasiado dependientes, Iue nunca aprendieron a satisacer sus necesidades y deseos, tienen conciencia de ellos, pero
(astan mucha ener(8a tratando de Iue al(n otro se encar(ue de satisacerlosC recurren al lloriIueo o al(una otra orma de manipulación. Por eGemplo, "avid, ya adulto, se da cuenta de Iue tiene hambre, pero espera Iue su esposa le prepare al(o de comer y se IueGa si la cena se demora. 4uando la esposa se va de la ciudad durante una semana para cuidar de la hiGa y su nuevo bebé, le deGa la nevera llena de cacerolas, y ademFs detalladas instrucciones escritas sobre cómo calentar la comida, porIue sabe Iue "avid no va a prepararse nada por s8 mismo. Pero él opta a menudo por ir a cenar a la caeter8a cercana, porIue incluso calentar la comida le resulta abrumador. Los adultos antidependientes Iue han aprendido Iue pedir ayuda para satisacer una necesidad o un deseo probablemente invite al abuso se dan perecta cuenta de lo Iue les hace alta, pero sólo satisacen aIuello Iue pueden obtener por s8 mismos. 3n cuanto a sus otras necesidades y deseos, no pueden pedir ayuda a otros. 9n codependiente antidependiente preiere Iue su necesidad Iuede insatisecha antes Iue pedir ayuda. Por eGemplo, el peIue=o $ammy es ya un adulto Iue muy pocas veces le pide al(o a al(uien, y e%perimenta mucha ver(Hen-a cuando se ve obli(ado a hacerlo. A los veintiocho a=os se accidentó esIuiando, y tuvo Iue pasar al(n tiempo en una habitación de hospital con la pierna inmovili-ada. 9n d8a se despertó de la siesta con mucha sed, por la medicación anal(ésica, y vio Iue su Garra de a(ua estaba vac8a. \l no pod8a levantarse para llenarla, dea(ua, modopero Iue de esperó a latuvo enermera. 4uando ésta lle(ó, $ammy a decirle Iue Iuer8a pronto ver(Hen-a y cambió de opinión. Laempe-ó enermera no se dio cuenta de Iue la Garra estaba vac8a. 2uvo Iue esperar otra hora, hasta Iue lle(ó la asistenta con la cena y llenó la Garra. "urante dos horas $ammy estuvo sediento, pero preer8a eso a tener Iue pedirle a al(uien Iue le llenara la Garra de a(ua. Los adultos Iue no perciben lo Iue a ellos mismos les alta ueron de ni=os i(norados casi completamente. 3stas personas advierten muy poco o nada Iue tienen necesidades o deseos. Por eGemplo. $herry, ya de adulta, casi no advierte sus necesidades de comida, ropa, casa, atención médica y odontoló(ica, nutrición 8sica, nutrición emocional, etcétera, del mismo modo Iue su madre no hab8a demostrado tener la menor conciencia de Iue a $herry le hac8an alta estas cosas cuando era ni=a. 4omo resultado, $herry no come lo Iue corresponde, tiene ropa inadecuada, dolores de muelas y una vida personal Frida, porIue no percibe sus propias necesidades en consecuencia, no hacede nada para satisacerlas. /tro eGemplo es el de $ally, Iue y, i(nora su propia necesidad nutrición 8sica. $ally no sabe Iue necesita Iue la toIuen, Iue la abracen, Iue le tomen la mano, etcétera. Pero como ésta es una necesidad humana bFsica, la privación Iue sure aecta su capacidad para mantener relaciones uncionales. 9n modo de actuar Iue es posible Iue $ally adopte consiste en tocar de modo inconveniente y soocar a otras personas, creyendo conscientemente Iue satisace las necesidades de ellas cuando en realidad atiende a su propia necesidad no percibida. Al hacerlo Iui-F no advierta Iue los otros consideran inapropiado ese contacto 8sico, lo Iue los lleva a apartarse de ella.
3n el otro e%tremo, $ally podr8a no ser demostrativa en absoluto, y rehuir todo abra-o o contacto. 2ocarla o abra-arla les resultar8a embara-oso a las personas Iue estFn en relación con ella, y Iue también desean demostraciones 8sicas de aecto. Lamentablemente, los codependientes insensibles a sus propias necesidades y deseos ni siIuiera saben Iue sus 8ntimos necesitan y desean esas demostraciones. La inmadurez del niño en una familia disfuncional
4uando los padres de los ni=os inmaduros actan de manera disuncional, éstos se vuelven caóticos o controladores. 9na amilia disuncional espera Iue los ni=os acten de un modo mFs maduro Iue el Iue corresponde a la edad Iue tienen, o los consiente y les permite una conducta inmadura para su edad. $arah y "onna son hermanas criadas en una amilia disuncional. A $arah se le pidió Iue uera mFs madura de lo Iue pod8a ser. A los cuatro a=os los padres esperaban Iue ella actuara como si tuviera ocho o nueveC Iue se sentara en silencio durante todo el servicio reli(ioso y se comportara con corrección en los restau rantes. 4uando $arah ten8a ocho a=os, empe-ó a cuidar de su hermana menor, "onna, mientras la madre hac8a al(n recado durante al(unas horas por la tarde. 3n aIuel entonces, "onna ten8a tres a=os, y a $arah la abrumaba el miedo de Iue lle(ara a lastimarse si no la vi(ilaba con suiciente atención. 2ambién sab8a Iue, en tal caso, la iban a casti(ar. la irritaba tener Iue Iuedarse en la casa cuidando a "onna, en lu(ar de salir en bicicleta con las otras chicas de su edad. $arah se convirtió en una hermanaymayor mandona, entremetida, resentida. Al ser empuGada a asumir la conducta las actitudes de una ni=a de mFs edad, nunca tuvo la oportunidad de e%perimentar su propia inancia. Por otro lado, a la hermana menor de $arah, "onna, se la consent8a y se le permit8a actuar como una ni=a mucho mFs peIue=a. A los ocho a=os se le aceptaban las rabietas como si tuviera dos a=os. 3ra tolerada e incluso recompensada. "onna obten8a tanta atención, simpat8a y consuelo por sus rabietas, Iue nunca aprendió lo Iue se esperaba de ella a los ocho a=os e incluso mFs tarde. 3n al(unos casos, los ni=os e%perimentan estos dos tratamientos disuncionales opuestos, en dierentes momentos, o por parte de uno y otro pro(enitor. La característica correspondiente en el adulto codepend iente
3n la adulte-, cualIuiera de los dos eectos de la inmadure- inantil mal maneGada @ser caótico o ser controlador da por resultado una diicultad para e%perimentar y e%presar la propia realidad con moderación. 4omo adulta codependiente, $arah probablemente se convertirF en una persona controladora, asentada en e%ceso. "onna, en cambio, con toda probabilidad se(uirF siendo inmadura, y su vida y sus relaciones adultas serFn caóticas. 1in(una de las dos hermanas tuvo la oportunidad de actuar como correspond8a a su respectiva edad mientras ambas estaban creciendoC se les dedicó demasiado poco tiempo, atención y orientación acerca de cómo vivir adecuadamente.
El daño emocional del abuso
3l cuidado parental disuncional nos da=a de numerosos modos. Puede marcar nuestros cuerpos y privarlos de salud, llevarnos al sobrepeso o a una e%cesiva del(ade-, impedirnos una ida se%ual sana, distorsionar nuestros pensamientos, incluso a menudo nuestra vida espiritual, y (enerar conductas e%trava(antes o errFticas. Pero yo creo Iue es el da=o emocional Iue surimos lo Iue sabotea mFs proundamente nuestras vidas como adultos codependientes. 1uestras oemociones tienen menudo un carFcter abrumador aparentemente irracional, bien estamos tanadesconectados de ellas Iue somosy aectivamente insensibles. A mi Guicio, la naturale-a de este da=o emocional es la clave para comprender de Iué modo acta la codependencia en los adultos. $entir emociones sanas es una e%periencia positiva. 1in(una emoción tiene nada de malo, siempre y cuando se la e%prese de un modo sano, uncional y no abusivo. 4omo parte de la dotación Iue necesitamos para vivir la vida plena y uncionalmente, cada una de nuestras emociones tiene un propósito espec8ico. La cólera nos proporciona la uer-a necesaria para cuidarnos. 1os permite airmarnos y ser Iuienes somos. Podemos poner la cólera sana al servicio de nuestro meGor interés mirFndola de rente y e%presFndola de modo no abusivo @para nosotros mismos o para otros. 3l miedo nos ayuda a prote(ernos. 4uando sentimos miedo, estamos alerta ante los peli(ros posibles. 3l miedo sano hace Iue nos absten(amos de entrar en situaciones y establecer relaciones Iue no estar8an al servicio de nuestro meGor interés. 3l dolor nos motiva para madurar. Las vidas sanas normales estFn llenas de problemas Iue (eneran dolor, y e%perimentar ese dolor ayuda al desarrollo personal. A muchos nos han dicho, en nuestras amilias de ori(en, Iue las personas maduras no tienen problemas ni dolor, por lo cual lle(amos a pensar Iue hay al(o malo en nosotros, Iue s8 los tenemos. 4omo consecuencia de los problemas y diicultades rutinarios de la vida, todos e%perimentaremos dolor de ve- en cuando. 9na persona uncional aprovecha el dolor como medio para elaborar los problemas, remediar sus eectos, obtener la sabidur8a Iue procuran las arontarlo situacioneso dolorosas, continuar el proceso maduración. La represión no aho(arlo dey al(n modo, hace Iuedeenlanosotros subsistan el da=o ydel la dolor, inmadure-. La culpa es un sistema sano de advertenciaC nos dice Iue hemos trans(redido un valor Iue consideramos importante. $entir culpa nos ayuda a cambiar nuestra conducta y a volver a vivir a la altura de nuestros valores. La ver(Hen-a nos da una humildad Iue nos permite saber Iue no somos el poder superior. La ver(Hen-a sana nos recuerda Iue somos alibles y Iue tenemos Iue aprender a ser responsables y rendir cuentas. 2ambién nos ayuda a corre(ir nuestras -onas de alibilidad Iue inciden adversamente en la sociedad y en los otros. 3ste proceso contribuye a Iue aceptemos el resto de nuestra imperección como parte de nuestra humanidad normal y sana. 2ambién nos permite relacionarnos de un modo sano con un poder superior, relación
ésta necesaria para vivir como adultos maduros y responsables. 3%perimentamos ver(Hen-a siempre Iue advertimos Iue hemos cometido un error o somos imperectos. AunIue todo el mundo es imperecto, los ni=os lo son mFs Iue los adultos, porIue an no se les ha ense=ado a corre(ir parte de su imperección, para Iue se sepan comportar meGor en sociedad. Ante la alibilidad del ni=o, el pro(enitor debe corre(ir Freas muy importantes Iue, en caso contrario, aectarFn ne(ativamente al ni=o o a la sociedad. A mi Guicio, la ver(Hen-a sana no sur(e naturalmente desde dentro como la cólera, el dolor, el miedo y la ale(r8a. 4reo Iue la ver(Hen-a se trasmite de (eneración a (eneración en el proceso de corrección de los ni=os por parte de los adultos. La corrección sana, con apoyo y respeto, inicia el desarrollo de la ver(Hen-a natural. "i(amos Iue un ni=o se mete los dedos en la nari- en la (aler8a de compras, y Iue la madre Iuiere ense=arle Iue no lo debe hacer, pero sin aver(on-arlo desmesuradamente. 3ntonces se acerca a él, para Iue pueda escucharla sin necesidad de levantar la vo-, y le dice $tan, no hay Iue meterse los dedos en la nari-, y Iuiero Iue deGes de hacerlo. 2oma un pa=uelo de papel. $i la nari- te molesta, suénateB. 3ste enoIue ra adecuado cuando el ni=o ya tiene edad como para prestar atención y responder, no cuando es demasiado peIue=o y no comprende. $tan puede e%perimentar al(o de turbación mientras esta corrección desarrolla su propia ver(Hen-a sana. 4uando los cuidadores corri(en a un ni=o de un modo humillante, coercitivo, sin respeto, la criatura no sólo se siente turhada, sino también menosIueB, incapa-, carente de val8a. 3n este mismo cap8tulo veremos mFs adelante cómo sucede. 3n una amilia Iue nunca lo corri(e, el ni=o no desarrolla ver(Hen-a en absoluto, ni siIuiera ver(Hen-a sana. 3n una pernona as8, encuentro sentimientos de cólera, dolor, miedo y alear8a, pero no ver(Hen-a, ra-ón por la cual creo Iue esta ltima no tiene su uente en nuestro interior, sino Iue el ni=o la adIuiere en el proceso de ser corre(ido por la persona Iue cuida _le él. 3stos ni=os tienen muy poca o nin(una ver(Hen-a sana Iue les ha(a tomar nota de su propia alibilidad, y por lo (eneral presentan pomposidad arro(anciaC Iue todo lo Iue hacen es automFticamente aceptable. $i al(uien lesy obGeta al(o, piensan se consideran incomprendidos o mal interpretados, o bien piensan Iue la persona Iue los critica comete un error. Lo Iue nuestra sociedad dice de los sentimientos Para nuestra cultura, los sentimientos son de dos tipos buenos y malosB. La cólera, el dolor, el miedo, la culpa y la ver(Hen-a se consideran malos o ne(ativos. 3ntendemos Iue la ale(r8a es buena o positiva. Lamentablemente, este tipo de cate(ori-ación en blanco o ne(roB es errónea y disuncional. 9n mensaGe disuncional Iue recibimos de nuestra cultura es Iue casi nunca resulta aceptable e%perimentar los malosB sentimientos Iue acabamos de enumerar. 3l mensaGe al ni=o es Iue las personas adultas maduras, controladas y Iue tienen é%ito son racionalesB en todo momento, lo Iue si(niica no tener sentimientos
malosB. 4uando uno es adulto, el mensaGe suele ser $i eres realmente maduro, no tienes por Iué e%perimentar sentimientos malosB. 3n paralelo con este mensaGe hay otro, se(n el cual es inmadura toda persona Iue asume y e%presa cualIuiera de estas emociones. $i los sentimientos tienen una intensidad moderada, a esa persona se la denomina emotivaB @en tanto opuesta a racionalB. si sus sentimientos son e%tremadamente intensos, ha in(resado en el reino de la locura. 4omo uno de los s8ntomas mFsparecen importantes la uera codependencia sentirselos locoB debido a Iue nuestras emociones estarde casi de control,esnosotros, codependientes, sentimos en nuestra cultura mucha culpa y ver(Hen-a por ser Iuienes somos. /tro mensaGe cultural es Iue aunIue nuestra amilia y nuestros ami(os acepten Iue nosotros ten(amos ciertos sentimientos, hay al(unos otros Iue no nos estFn permitidos. Por eGemplo, en nuestra sociedad los hombres no deben tener miedo. $i un hombre tiene miedo, es un cobarde. 3s aceptable Iue ten(a miedo una muGer, porIue se la supone débil y vulnerable. Pero las muGeres no deben enurecerse. $i una muGer se enurece, es una bruGa. 3n cambio la cólera del hombre es su derecho de varónC él se limita a eGercer su poder. 3l dolor no esdeaceptable nin(uno denecesites los se%os.para 3l mensaGe es 2ienes a no y la sentir dolor, modo Iueentoma lo Iue anestesiarloB. 4omoderecho la sabidur8a madure- provienen de arontar el dolor y aprender de él, creo Iue 3stados 9nidos es un pa8s de personas muy inmaduras, no dispuestas a e%perimentar el sentimiento Iue las llevar8a a una auténtica sabidur8a. 1o hemos aprendido a tolerar el dolor y a tratar con ól como un a(ente del cambio positivo. La ver(Hen-a y la culpa /tra emoción re(ulada por nuestra sociedad es la ver(Hen-a. $e(n nuestra cultura, podemos sentir ver(Hen-a, pero no se supone Iue hablaremos de ella. 4omo consecuencia de ello, muchos de nosotros hemos perdido contacto con el hecho de Iue nuestras vidas estFn llenas de e%periencias de ver(Hen-a. 3sto es particularmente lamentable para los codependientes, porIue, veremos en estedi8cil cap8tulo, la codependencia una de lo enermedad basada en la como ver(Hen-a, y resulta la recuperación cuandoesaIuello Iue necesitamos hablar es al(o Iue se supone Iue no se revela ni se discute. A los codependientes Iue han reaccionado al maltrato padecido en su inancia con una postura arro(ante y ostentosa, esto les cuesta mucho, porIue han reprimido casi totalmente su ver(Hen-a o nunca la desarrollaron en su ni=e-. La ver(Hen-a es una emoción como la culpa, el dolor o la ale (r8a, pero se sin(ulari-a porIue aecta a nuestra sensación de val8a al hacernos saber Iue somos imperectos, Iue no somos el poder superior, por lo cual nos obli(a a reconocernos y a relacionarnos con un poder mFs (rande Iue nosotros mismos. "e modo Iue la ver(Hen-a inluye primordialmente en el sentimiento de Iuiénes somosB.
3sta emoción es e%tremadamente poderosa. Muchas personas piensan Iue la emoción mFs poderosa es la cólera, pero a mi Guicio lo es la ver(Hen-a. Los pacientes Iue se han vuelto capaces de identiicar sus propias e%periencias de ver(Hen-a me dicen Iue también para ellos esas e%periencias son mFs poderosas Iue la cólera. La ver(Hen-a natural @es decir, la ver(Hen-a sana nos dice Iue somos imperectos y Iue no somos "ios. La e%perimentamos como una turbación entre leve y moderada cuando nos sorprendemos cometiendo o siendo imperectos "espués de todo, soy solamente humanoB. AunIue lle(ue aun sererror uerte, su intensidad no es nunca abrumadora. La ver(Hen-a nos alerta ante el hecho de Iue podr8amos estar oendiendo a al(uien o a nosotros mismos. AvisaB a nuestra mente consciente Iue hemos cometido un error, y Iue debemos corre(irlo o interrumpir lo Iue estamos haciendo, porIue no es lo apropiado. 4uando podemos sentir nuestra ver(Hen-a natural, contamos con dos ayudas vitales para la vida. Primero, tomar conciencia de Iue no somos perectos nos hace saber Iue debemos rendir cuentas y nos permite relacionarnos 8ntimamente con otras personas, no desde una posición presuntamente superior. $e(undo, ser conscientes de cuando nuestra ver(Hen-a natural nos dice Iue no somos el poder superior nos permite ser lo bastante espirituales y humildes como para recibir ayuda del poder superior verdadero. La ver(Hen-a es un re(ulador incorporado Iue controla la inatuación por nuestras capacidades, e impide Iue olvidemos nuestra condición de seres abordar nuestra propia ver(Hen-a nos creados, permite Iue no son el 4reador. La aptitud para convertirnos en seres espirituales sensibles y libres. 3n mi opinión, el contacto con la propia espiritualidad es esencial para la recuperación con un pro(rama de doce pasos. 3n primer lu(ar, todos estos pasos tienen Iue ver con la responsabilidad o con la espiritualidad. Pero, mFs allF de ello, la espiritualidad auténtica se reiere a ser aceptado, amado y valorado en una relación con la realidad ltima nuestro valor y autoaceptación se veriican en la e%periencia cuando nos relacionamos con la verdad en s8. La culpa es una sensación incómoda o un retortiGón en el abdomen por una acción o pensamiento Iue trans(rede nuestros sistemas de valores, mientras también sentimos Iue al(o ha ido mal. A menudo la culpa se conunde con la ver(Hen-a natural, Iue se e%perimenta embara-o, turbación y Iui-F rubor en el rostro, acompa=ados por una sensación de como alibilidad. Por eGemplo, siento culpa y e%perimento ese retortiGón en el abdomen cuando di(o una mentira, porIue entre mis valores se cuenta el de decir la verdad. $iento ver(Hen-a o turbación si al(uien me ve trope-ar cuando baGo las escaleras. 1o he trans(redido en este caso un valor, sino Iue sólo he cometido un error advertido por otro. $i al(uien se da cuenta de Iue he mentido y ademFs me lo dice, no sólo e%perimentaré culpa por la mentira, sino también ver(Hen-a porIue al(uien ha advertido mi imperección. 9n codependiente no conoce muy bien la dierencia entre la ver(Hen-a sana y la culpa, y a menudo cree Iue tiene sentimientos de culpa cuando en realidad e%perimenta ver(Hen-a. Pero, como hemos visto en este cap8tulo, estas dos emociones nos llevan a ser humildes y a rendir cuentas, lo cual es importante para la vida. 4ada emoción es una parte vital de la
(ama completa de las emociones sanas y uncionales. 4uando el lector no estF se(uro de si e%perimenta ver(Hen-a o culpa, le su(iero Iue se ha(a la si(uiente pre(unta N5e violado mis propias re(las, o sólo me estoy dando cuenta @o al(uien se da cuenta de Iue he cometido un errorOB. $entimientos inducidos o transportados 4uando comencé a trabaGar con pacientes Iue hab8an tenido e%periencias si(niicativas de abuso inantil, advert8 en ellos la Las presencia de una ver(Hen-a inusualmente intensa, y dela otros sentimientos abrumadores. v8ctimas del abuso inantil parec8an e%perimentar ver(Hen-a, el dolor, el miedo y la cólera con una uer-a Iue e%ced8a en mucho la aparentemente apropiada para la situación adulta, no abusiva. 3sos sentimientos ten8an Iue estar necesariamente conectados con las anteriores e%periencias de abuso inantil. "e las historias de los pacientes empe-ó a sur(ir la impresión de Iue, de ni=os, ellos hab8an reco(idoB los mismos sentimientos uertes de los abusadores durante la e%periencia de maltrato, como si el abusador de al(n modo induGeraB los sentimientos en el ni=o. "espués, éste transportabaB los sentimientos inducidos hasta su propia adulte-. 5e lle(ado a creer Iue, cuando el cuidador abusa de un ni=o, no tiene contacto con su propia ver(Hen-a sana. 3sto se debe probablemente a Iue él mismo padece una ver(Hen-a abrumadora, transportada de sus propias e%periencias de maltrato en la inancia. $i el cuidador sentirpor ver(Hen-a sana, deGar8a maltratar pero al ni=o. 4omo consecuencia haber sidopudiera maltratado un pro(enitor lleno dedever(Hen-a desconectado de ella, el de ni=o desarrolla de al(n modo un ncleo de ver(Hen-a inducido por ese pro(enitor durante el abuso. La teor8a de los circuitos eléctricos nos proporciona una analo(8a til. 4uando la corriente alterna pasa por una bobina, induce otra corriente en una se(unda bobina Iue se encuentre pró%ima. "e manera similar, los sentimientos intensos Iue se a(itan en un cuidador abusivo inducen esos mismos sentimientos en el ni=o v8ctima, y se convierten en un ncleo de la realidad emocional. 3ste proceso parece producirse especialmente con el sentimiento de ver(Hen-a, pero también se da con la cólera, el miedo y el dolor. 4uando las personas e%perimentan sentimientos, emiten una ener(8a Iue los otros pueden percibir. 5e Iuedi(an cuando estoysienten. a menos de <>percibir cent8metros de ciertas personas, no es necesario Iuenotado ellas me lo Iue Puedo su cólera, su dolor o su ale(r8a. 3s probable Iue nuestros sentimientos incidan en nosotros mismos y en otras personas con mFs poder Iue cualIuiera otra parte de nuestra realidad, y sin Iue ten(amos conciencia de Iue lo hacen. 3n todo caso, mi e%periencia cl8nica indica Iue estos sentimientos poderosos son ori(inalmente inducidos en el ni=o en el curso del abuso. MFs tarde, cuando los individuos supervivientes del abuso ya son adultos, reaparecen los mismos sentimientos Iue absorbieron en la inancia pero sin Iue sean reconocidos como talesC parecen maniestarse como reacciones emocionales abrumadoras a los acontecimientos del presente. La inducción de sentimientos en el ni=o puede producirse cuando el cuidador comete un abuso pasivo @por eGemplo, abandono y desatención o un abuso activo @por eGemplo, una pali-a 8sica o un ataIue verbal.
La realidad de los sentimientos transportados una e%periencia abrumadora 9na dierencia entre los sentimientos transportados y los sentimientos sanos consiste en Iue los primeros son abrumadores, mientras Iue nuestros propios sentimientos, no inducidos, nunca lo son, a pesar de su posible intensidad. 4uando e%perimentamos cólera transportada, estamos uribundosC cuando e%perimentamos miedo transportado, tenemos crisis de an(ustia y ataIue de paranoiaC cuando e%perimentamos dolor o inducido, caemos en una depresión desamparada y prounda, y Iui-F nostransportado acosen pensamientos suicidas. La ver(Hen-a transportada nos dice Iue valemos menosB. Los dependientes de sustancias Iu8micas lle(an a morir como consecuencia de su adicción, si antes no se interviene. Los codependientes mueren por suicidio, por accidenteB, por autoabandono 8sico o médico, o por la terrible e%periencia de no vivir realmente nunca la propia vida, lo cual es una orma de muerte. Los codependientes deprimidos no cuidan de s8 mismos cuando aparecen s8ntomas de enermedad 8sica, o se vuelven descuidadosB y tienen accidentes Iue pueden ser atales. Ta bl a I I I : E xp eri en ci a
d e os l senti mi en t os san os yos l senti mi en t os ran tsportad os
Experi enci adel ospropi os Real i dad del os senti mi en t os se nt i mi en t os
Sen sac i ón de oder p y en ergí a
Experi enci adel os senti mi en t osi nduci dos o t ran sport ados
Cól era
Furi a
• S en saci ón deprot ecci ón y Mi edo sab i durí a Con ci en ci a d elcreci mi en t o y cu raci ón
Páni cooparanoi a
Do l or
Humi l dady con ci enci a d e a l Vergüenza pro pi a fali bi l i dad
De s amparo y depres i ón
Sensaci ón de se r menos que l os otros, de n o v al er ad na
La e%periencia de la ver(Hen-a transportada 4onsidero Iue la ver(Hen-a puede ser un don de "ios o una herencia del abuso. 4uando es un don de "ios, nuestra ver(Hen-a natural nos hace tomar conciencia de Iue somos alibles. Pero como herencia del abuso, tiene Iue ver con la e%periencia devastadora y discapacitante de la ver(Hen-a transportada e inducida, porIue esta ver(Hen-a reduce nuestra sensación de valor intr8nseco, nos hace sentir menos Iue los otros. 1o es sólo una cuestión de sentirse imperecto y responsable @como en el caso de la ver(Hen-a natural. 2enemos una e%periencia mucho mFs prounda de menosIueB. Qui-F
nos sintamos mortiicados, indi(nos y horribles. 4uando e%perimentamos ver(Hen-a inducida o transportada, no Iueremos ver a nadie, ni Iue nadie nos vea. 1o podemos mirar a la (ente a los oGos, ni hablarle sin sentir una ver(Hen-a a(ónica. A veces nos sentimos e%traviadosB, y a menudo locosB cuando nos hundimos en esas e%periencias de ver(Hen-a transportada. Al encuentro con la ver(Hen-a transportada yo lo llamo ataIue de ver(Hen-aB. 3n un ataIue de ver(Hen-a uno siente Iuedesulacuerpo se empeIue=ece. Qui-FdeseIue ruborice, Iuiera desaparecer, huir o meterse debaGo silla. 2enemos la impresión todos nos miran. 2ambién son comunes las nFuseas, el vérti(o u otras sensaciones e%tra=as. 3s posible Iue se comience a hablar con una peIue=a vo- inantil. aparece la tendencia a repetir la escenaB mentalmente, con lo cual la ver(Hen-a serF mayor la pró%ima ve-. 3n (eneral, el ataIue de ver(Hen-a es una horrible sensación de incapacidad. 4ómo se inducen los sentimientos en el ni=o Aprendemos a e%perimentar una realidad emocional inducida como resultado del maltrato. 3l principio es el si(uiente $iempre Iue un cuidador principal abusa de un ni=o mientras 1!3VA o 1/ $3 5A43 4A*V/ de su propia realidad emocional, es muy probable Iue esta realidad sea inducida en el ni=o, Iue Iueda abrumado por ella. Lo nico capa- de detener transerencia de sentimientos internosesta adecuadoC ahora bien los l8mites ser8a interIue el ni=o tuviera un sistema de l8mites nos de los ni=os no estFn completamente desarrollados ni pueden impedir Iue éstos absorban los sentimientos del oensor adulto. 3n un ho(ar abusivo, los cuidadores actan de orma irresponsable y reiterada con sus sentimientos o los nie(an. 3ntonces éstos luyen hacia el ni=o y se convierten en parte de su ncleo emocional. La ver(Hen-a es el sentimiento primario transmitido al ni=o. 4reo esto porIue abusar de un ni=o indeenso es desver(on-adoB. 9na persona sin ver(Hen-a nie(a su propia ver(Hen-a, Iue pasa directamente al ni=o. La ver(Hen-a propia de la criatura (enera en ella una sensación desensación alibilidad, se de suma la ver(Hen-a del pro(enitor, aparece una abrumadora depero altacuando de valor, maldadB e incapacidad. 3n un sistema amiliar, aunIue sea uncional, los padres no siempre hacen lo meGor para los hiGos. 1in(n pro(enitor es perecto, y es probable Iue cualIuier padre, madre o cuidador sea menos Iue nutricio en ciertos momentos. Pero en un sistema uncional, los padres rinden cuentas por no actuar en beneicio del hiGo. 3%perimentan su imperección Ry su ver(Hen-a naturalR y se disculpan ante el ni=o, liberFndolo de la ver(Hen-a abrumadora y de la sensación de alta de val8a. 3n cambio, cuando los padres de un sistema disuncional nie(an repetidamente sus propios sentimientos de ver(Hen-a o no se hacen car(o de ellos, el ni=o se aver(Hen-a cada ve- mFs desmesuradamente. "esarrolla un ncleo de ver(Hen-a inducida @Iue yo llamo ncleo de
ver(Hen-aB Iue constantemente le dice al ni=o @y mFs tarde al adulto Iue él vale menos Iue las otras personas. 3ste mensaGe Rvales menos Iue los otrosBR constituye la base del primer s8ntoma de la dependencia, la diicultad para e%perimentar niveles adecuados de autoestima, y es a mi Guicio el cora-ón de la codependencia. Por tal ra-ón, a la codependencia se la denomina enermedad basada en la ver(Hen-a. Elabusorei t eradocreaelnúcl eodevergüenzaen elni ño
La condición emocional del cuidador abusivo Los cuidadores disuncionales son personas con una base de ver(Hen-a. 1o pueden sentir su propia ver(Hen-a natural porIue estF reprimida y es encubierta por el ncleo de ver(Hen-a Iue induGeron en ellos sus propios cuidadores. 9na persona controlada por un ncleo de ver(Hen-a transportada es menos Iue nutricia con sus propios hiGos. 3stos cuidadores tratan constantemente de reco(er estima e%terna en el ambiente, para contrarrestar la sensación de alta de val8a (enerada por el ncleo de ver(Hen-a inducida. 4uando un ni=o comete un error en pblico, por eGemplo, el padre sure un ataIue de ver(Hen-a por la conducta de su hiGo, y esto desencadena la reacción abusiva con el ni=o. 3n mi opinión, los padres basados en la ver(Hen-a muy pocas veces son pro(enitores adecuados. Maltratan al hiGo, ya sea con ataIues directos o mediante la desatención y el abandono. 4ómo se pueden transmitir otros sentimientos durante el abuso 3l ni=o puede absorber mFs sentimientos en el ncleo de ver(Hen-a, si el cuidador los nie(a o no los asume. 4uando la peIue=a Vlenda derrama la leche sobre la mesa, el papF se enurece. La casti(a en ese momento, mientras an estF encoleri-adoC le (rita, de modo Iue la ni=a recibe una buena dosis de la uria del padre, ademFs de la ver(Hen-a. $i ésta ue una e%periencia recurrente en su ni=e-, el psicólo(o de la Vlenda adulta podr8a encontrar Iue ella car(a an con mucha cólera en su ncleo de ver(Hen-a.
2ambién es posible inducir dolor. Por eGemplo, la madre ve enurecido al padre porIue Vlenda derramó la leche. 3n un nivel, la madre comprende Iue esto le resulta inaceptable. 3lla misma tiene mucho dolor y miedos propios, pero en lu(ar de aprovechar esos sentimientos para prote(er a su hiGa, los reprime, de modo Iue no se hace car(o de ellos. $i Vlenda estF cerca de la madre y se da cuenta de Iue la muGer no va a prote(erla, absorbe el miedo y el dolor Iue su mamF no asume, ademFs de la cólera y la ver(Hen-a Iue recibe del padre. 3spero Iue resultando claro por Iué los sentimientos e%a(erados de loscon lo codependientes en vaya el presente son tan desconcertantes y desmesurados en relación Iue sucede en torno a ellos. Advierto Iue no hay modo de demostrarlo, pero en la terapia muchos codependientes dicen e%perimentar sentimientos Iue se adecan a esta descripción. 5e observado Iue es til sacar a la lu- el modo como estaban involucrados en el abuso los dos pro(enitores. 3n otro eGemplo de transerencia del dolor, una muGer se IueGa continuamente a la hiGa, entre llantos y (emidos, de lo sinver(Hen-a Iue es el padre de la ni=a, y de lo penosa Iue a ella le resulta la vida. "espués de IueGarse, ine%plicablemente, la madre se siente meGor. Pero, al mismo tiempo, la hiGa comien-a a e%perimentar el dolor de la vida ineli- de su pro(enitora. 4uando crece, transporta dentro de su ncleo de ver(Hen-a un dolor irracional, y no tiene la menor idea de Iuédeesremedir lo Iue la Antes iniciar su terapia, ésta hiGa decaba mucho tiempo a tratar el hace dolor,surir. el miedo y ladecólera de otras personas, con la esperan-a de aIuietar esos sentimientos en s8 misma. 9n pro(enitor Iue no percibe su temor a abusar del ni=o, puede inducir miedo en la criatura. La madre de una de mis clientes la hab8a (olpeado desde muy peIue=ita, hasta mFs o menos los cuatro a=os. "espués deGó de hacerlo, sólo por la oposición irme de la amilia. 4uando la ni=a creció y recurrió a la. terapia, e%perimentaba un miedo terrible durante (ran parte del tiempo. [inalmente, pude ver Iue hab8a absorbido el miedo Iue ten8a la madre a da=arla mientras la (olpeaba, un sentimiento con el Iue la propia muGer no ten8a contacto. 5e observado Iue puedo inducir sentimientos en mis propios hiGos. *ecuerdo Iue un d8a yo estaba Gunto re(adero la cocina, enurecida porIue1o mime esposo, Pat, acababa de comprar otroalcoche usadodeIue estacionó Gunto al Gard8n. (ustaba. 3ntonces entró uno de mis hiGos, y después de mirarme me pre(untó MamF, NestFs enadadaOB. 1o, no estoy enadada, hiGoB, le contesté. !nsistió varias veces, y yo le repet8 la misma respuesta. Ahora bien, como yo ne(aba mi cólera, Na Iuién se la conta(iéO A mi hiGo. 9nos die- minutos mFs tarde empe-ó a pelearse con su hermano, con la cólera Iue yo no arontaba. $iempre Iue nie(o mi realidad emocional, mis hiGos la reco(en si estFn cerca.
Lo Iue yo tendr8a Iue haberle dicho es $8, estoy enoGada, pero no es por ti. 3stoy enoGada por el coche usado estacionado al lado del Gard8nB. "e ese modo habr8a reconocido mis senti mientos, y él podr8a haber se(uido Gu(ando, aliviado de su preocupación por m8. $i los ni=os son obGeto de abusos reiterados de dierentes personas, la ver(Hen-a les puede ser transmitida por mFs de un cuidador. / bien, en un nico acto de abuso el ni=o puede estar varios sentimientos le suced8a Vlenda. $i los incidentes de abusoabrumado se repiten,por el ncleo de ver(Hen-a@como adIuiere (randesadimensiones, y los sentimientos del codependiente adulto pueden Iuedar casi completamente dominados por la realidad de los sentimientos transportados o inducidos. "e esto resulta una sensación de estar loco, y un (rado de codependencia Iue es muy di8cil tratar. La e%istencia de abusadores mltiples, una alta recuencia del abuso y la inducción de varios sentimientos al mismo tiempo, son actores Iue complican por i(ual la tarea terapéutica de separar los sentimientos y pensamientos distorsionados. NQué es lo Iue (enera los sentimientosO 3%isten varios modelos e%plicativos del ori(en de nuestras emociones, pero uno de ellos resulta muy til para e%aminar un actor Iue acenta el da=o de nuestra realidad emocional. AdemFs de Iue en el presente car(amos con sentimientos inducidos en nosotros durante la ni=e-, el inluye hecho de nuestras emociones son da=ada (eneradas por nuestros también enIue nuestra realidad emocional y e%a(erada. 3stepensamientos proceso de la (eneración de los sentimientos, a partir del modo como interpretamos los hechos Iue se producen a nuestro alrededor, automFticamente le crea problemas al codependiente, Iue tiene un modo de pensar deteriorado por la e%periencia del maltrato inantil. 3l proceso de atribuir si(niicado a los hechos de nuestra vida se distorsiona y las conclusiones Iue a menudo e%traemos son ine%actas, pero nosotros creemos Iue nuestros pensamientos son correctos. 3n realidad, a las otras personas les parece Iue respondemos a sus acciones de un modo e%trava(ante. 3n el proceso de (enerar los pensamientos, en primer lu(ar llevamos a nuestro mundo interior al(unos datos reco(idos por los sentidos. Por eGemplo, o8mos una observación o percibimos conclusiones, la mirada de al(uien. Parainterpretaciones procesar estos datos, comen-amos 3%traemos reali-amos y le damos sentido aalopensar. Iue hemos escuchado o visto @o tocado, olido o (ustado. 4omo consecuencia de lo Iue pensamos, sur(en nuestras emociones. como resultado de tales emociones, esco(emos una conducta. $i yo interpreto como una cr8tica la observación Iue he o8do, Iui-F me enoGe y repliIue a mi ve- con un comentario sarcFstico, o tal veten(a miedo y me aleGe de la relación con la persona de Iue se trata. $i interpreto Iue la mirada de al(uien si(niica Iue me desaprueba, Iui-F sienta ver(Hen-a y empiece a tratar de a(radar a esa persona. 3n ambos casos yo, como codependiente, siento dolor o pena debido a mi interpretación, Iue percibe una cr8tica personal. Pero supon(amos Iue inter 2abla 2S "e Iué modo el pensamiento aecta a los sentimientos y a la conducta
Dat os
Pensami ent os
Sent i mi ent os
Observaci ón
Crí t i ca
Cól era
La m i sma Crí t i ca observación La m i sma
Mi edo
Ami s t adcordi al Al egrí a
Conduct a
Res pu es t a sarcástica Repl i egue
Ri s a
observación Mi rada
De saprobaci ón
Vergüenza
Agradaral agent e
preto la misma observación como un cumplido, en orma de broma, Iue me diri(e al(uien Iue me Iuiere. 3sa interpretación de la observación me llevarF a re8r o a sentir ale(r8a en lu(ar de dolorC las emociones han cambiado porIue se ha modiicado mi pensamiento. 1o podemos anular nuestras emociones. $entimos lo Iue sentimos. "e hecho, es disuncional tratar de no estar enadado o no tener miedo, cuando es esto lo Iue sentimos. Para tratar con una emoción debemos reconocer Iue la e%perimentamos y aprender a e%presarla adecuadamente. Pero podemos e%aminar el pensamiento Iue nos lleva a sentir esa emoción. "esde lue(o, me doy cuenta de Iue, después de haber e%perimentado un sentimiento, a menudo podemos esco(er una conducta dierente. Por eGemplo, aunIue sienta cólera por la observación Iue me han hecho, me puedo callar la boca y no maltratar al otro con mi sarcasmo. Pero dentro de m8 IuedarF una (ran cantidad de cólera, Iue no e%perimentar8a si mi pensamiento hubiera sido e%acto y yo hubiera comprendido Iue la observación no era una cr8tica sino un cumplido. Me parece Iue, para reducir la intensidad de las emociones, e%aminar el pensamiento es mucho mFs eica- Iue cambiar nuestra conducta. 1o obstante, ten(o la irme creencia de Iue también debemos tratar de e%presar las emociones con conductas sanas y no abusivas, sea lo Iue uere lo Iue las desencadena. Lo Iue pocas veces comprendo como codependiente es Iue, debido al abuso Iue padec8 en la inancia, tiendo a darpuede una interpretación ne(ativa losesposo datos, incluso cuando la sucinto interpretación positiva ser mucho mFs e%acta.aMi ha descrito de modo el modo como mi pensamiento distorsionado me lleva a estallidos aectivos irracionales. @3n realidad, se(n él no es e%actamente esto lo Iue diGo, pero es lo Iue yo o8. Pia, t puedes reco(er datos buenos, pero después de atravesar tu proceso mental, de nin(n modo releGan la realidad. 1o sé cómo le atribuyes este si(niicado a lo Iue acabo de decir y hacer.B o transormoB los datos al hacerlos pasar por el iltro de mi pasado de ni=a Iue ha surido maltrato. 3n mi mente les doy a las percepciones un si(niicado muy distinto del Iue les atribuir8a una persona uncional. Por eGemplo, cuando al(uien me hace un cumplido auténtico, debido a mi historia de abuso yo puedo convertirlo en un insulto sutil, rotulando la observación como un sarcasmo. Para colmo de des(racias, no ten(o la menor idea de Iue
ha(o esoC creo Iue mi cerebro estF uncionando perectamente. Pienso Iue ue realmente un sarcasmo, por lo menos hasta Iue haya pruebas abrumadoras en sentido contrario. $i ademFs tenemos en cuenta el hecho de Iue actuamos a partir de esa realidad emocional basada en un pensamiento distorsionado, es Fcil advertir Iue los codependientes automFticamente nos creamos problemas y al mismo tiempo no nos damos _ tienta de Iue los tenemos. 4reemos estar obrando con toda normalidad. 3n consecuencia, nuestra relación con una puede caótica para esa persona nosotros. pura colmo, nospersona parecemFs Iue uncional es el otroB Iuienseracta de modo e%tra=o, o esy para irra-onable o hipercr8tico. Los codependientes estamos estructurados para abusar de nuestros hiGos contra nuestra voluntad 3l ncleo de ver(Hen-a, nuestra car(a de sentimientos transportados y nuestro pensamiento distorsionado, determinan Iue e%perimentemos mucho dolor y conusión, aislamiento y soledad su nuestras vidas adultas de codependientes. As8 como el ncleo ie ver(Hen-a, la car(a de sentimientos transportados y el pensamiento distorsionado de nuestros cuidadores disuncionales les impidió actuar para nuestro bien y respaldarnos en nuestro desarrollo inantil, estF claro Iue, casi con total se(uridad, tampoco podremos cuidar como pro(enitores a nuestros hiGos de un modo uncional y brindFndoles apoyo hasta Iue nos enrentemos a nuestra codependencia y empecemos la recuperación uriosos Iue estemos por lo Iue nospropia sucedió a nosotros, por mFs Iue deseemos brindar a Por nuestros hiGos el apoyo aectuoso Iue nunca tuvimos, somos prFcticamente impotentes parC` hacerlo si continuamos ne(ando nuestros s8ntomas y su eecto, sobre los otros. 3l cap8tulo si(uiente describe la manera como es probable Iue transmitamos la codependencia a nuestros propiosX hiGos.
! "e #eneración en #eneración
$i bien las ra8ces de la codependencia estFn en las e%periencias inantiles de abuso, lo Iue perpeta la enermedad de (eneración en (eneración es el ncleo de ver(Hen-a. 4ada veIue el ncleo de ver(Hen-a emite el mensaGe de Iue se es menos IueB, la persona Iue lo recibe piensa, siente y se comporta automFticamente como un codependiente. 9n ataIue ver(Hen-a aecta a unlapro(enitor, supadre. consecuencia abuso inli(ido ni=o, con lodecual se induce en éste ver(Hen-a ydel "espués,eselelni=o crece y tienea un el mismo problema. "e modo Iue el pro(enitor con una base de ver(Hen-a crea un hiGo con una base de ver(Hen-a, Iue crece y a su ve- en(endra otra criatura cuya estructura se basarF en la ver(Hen-a. el proceso contina. Para hacer las cosas mFs compleGas y (raves, cuando los dos pro(enitores tienen una base de ver88Hen-a el ni=o recibe una car(a doble. 4reo Iue ésta es la ra-ón por la cual las sucesivas (eneraciones suren cada ve- mFs an(ustias y estrés, en tanto e%perimentan s8ntomas me-clados de codependencia. 3l dia(rama si(uiente ilustra el modo como las ra8cesB @el abuso padecido en la inancia alimentan al (eneradorB del trastorno @el ncleo de ver(Hen-a, Iue a su ve- impulsa la codependencia @a través de los cinco s8ntomas nuclearesC inalmente, el 2abla S "e Iué modo el ncleo de ver(Hen-a se convierte en el (enerador Iue impulsa la enermedad de la codependencia adulto codependiente planta en sus hiGos las ra8ces de la enermedad @otra ve- abuso inantil. Tabl a V : De
qu é m odo el núcl eo de gü ver en za se co nv i ert e en el gen erador mpu que l sai al en f erm edad de l a codep en den ci a
4ada s8ntoma de la codependencia conduce a ormas espec8icas del Iuehacer parental disuncional. 4uando no podemos e%perimentar autoestima desde dentro y la reco(emos en el e%terior, también somos incapaces de estimar como corresponde a nuestros ni=os por el solo hecho de Iue sean Iuienes son. 3n lu(ar de ello, les ense=amos a tener estima e%terna y los elo(iamos por su desempe=o, su aspecto, sus notas, etcétera. 2ambién estamos estructurados para aver(on-arlos por sus errores, sus imperecciones y sus otros ras(os inantiles normales, puesto Iue en ellos y en su desempe=o basamos nuestra propia estima. 4uando no tenemos l8mites apropiados, es muy probable Iue no tomemos en cuenta la vulnerabilidad de nuestros hiGos @Iue no tienen nin(n l8mite y Iue abusemos de ellos. 2ampoco les ense=amos a desarrollar l8mites Rellos imitan y después introyectan nuestros sistemas de l8mites, lo Iue no es sanoR. 4on nuestro control nos constituimos en el dios o la diosa de la amilia, y obstaculi-amos la relación del •
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ni=o con un poder mayor Iue nosotros. / bien consideramos a al(n otro miembro de la amilia @un cónyu(e o un hiGo como nuestro propio poder superior, lo cual también distorsiona la relación del ni=o con un poder superior y su capacidad para tener e%periencias espirituales. 4uando no podemos asumir y e%presar nuestra propia realidad 8sica, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra conducta, tampoco sabemos permitir Iue nuestros hiGos ten(an sentimientos, pensamientos, conducta y realidad 8sica propios. bien tenemosdecirles la responsabilidad de (uiarlos hacia modos pensar, es$idisuncional Iue no puedenB o no debenB sentirsanos lo Iuedesienten o pensar lo Iue piensan. 3s disuncional aver(on-arlos desmesuradamente o, abusar de ellos por el aspecto Iue Iuieren tener, por la orma como Iuieren vestir o comportarse. Los pro(enitores sanos arontan lo Iue es inapro piado de modo irme, pero sin deGar de brindar apoyo, respetando la di(nidad del ni=o. 4uando nos cuesta atender nuestras necesidades y deseos adultos, también tenemos poca capacidad para nutrir adecuadamente a nuestro hiGos. Los pro(enitores demasiado dependientes a menudo terminan ense=Fndoles a los hiGos a satisacer las necesidades Iue tienen ellos @los padres en lu(ar de nutrirlos. 3l modelo Iue presentan los padres antidependientes su(iere Iue pedir ayuda es ver(on-oso. A menudo estos pro(enitores no le ense=an al ni=o a satisacer de modo adecuado sus necesidades, sobre todo las Iue reIuieren la ayuda de otra persona. los
pro(enitores Iue no perciben sus propias necesidades y deseos suelen terminar asi%iando al ni=o, haciéndolo todo en lu(ar de él, en un esuer-o encubierto por satisacer sus propias necesidades y sus propios deseos adultos @de los Iue no tienen conciencia. 4uando tenemos diicultades para e%perimentar y e%presar nuestra propia realidad con moderación porIue somos e%plosivos o bien r8os, no sabemos proporcionarle al ni=o un ambiente estable. 2anto cuando somos caóticos como cuando controlamos en e%ceso, nuestros hiGos no e%perimentan un ambiente ho(are=o estable en el Iue puedan madurar. 3s posible Iue tampoco sepamos Iué cabe esperar del ni=o a cada edad, y Iue por lo tanto no respondamos cuando necesite ayuda para actuar como corresponde a la edad Iue tiene. La tabla S! de la pF(ina si(uiente resume estos eectos. •
Los secretos de la familia se repiten
La codependencia del adulto también puede aectar a sus hiGos de otro modo los hiGos e%presan cualIuier secretoB o cuestión no abordada de la e%periencia de abuso de los padres. Por eGemplo, si una madre ue obGeto de abuso se%ual a los )> a=os, Iuedó embara-ada y tuvo Iue abortar, pero nunca habló con nadie ni abordó con Iuienes la rodeaban su trama emocional, la hiGa puede terminar también embara-ada y tratando de abortar subrepticiamente, como para indicarle al mundo Iue en esta amilia hay un problema de abuso se%ualB. 3s posible Iue un muchacho se convierta en el voyeur o mirónB del vecindario, como releGo del hecho de Iue el padre nunca se enrentó a su e%periencia inantil de abuso se%ual. 3sto puede parecer e%tra=o, pero en mi prFctica lo veo a menudo. 3n esta enermedad hay muchos secretos se%uales.
4reo Iue este enómeno sorprendente pero comn estF relacionado con los l8mites deteriorados. 1o se trata de Iue el ni=o pueda de un modo mF(ico y consciente comprender y representar el secreto del pro(enitor. Pero como ni el ni=o ni el pro(enitor han desarrollado l8mites, el primero ve o siente Iue el se(undo, de al(n modo encubierto, se comporta de una manera inapropiada en cuanto a su se%ualidad @debido a Iue nunca ha elaborado su e%periencia de abuso. 3l ni=o repite una conducta similar, al principio con poca o nin(una idea de Iue esa conducta @por eGemplo, mirar por las ventanas de los dormitorios dela barrio bien llevado por unelimpulso interior ine%plicable, Iue lo empuGa i(norareslasinadecuada, re(las de laoamilia y a reali-ar acto se%ual a pesar de todo @una ni=a Iue se acuesta con su novio o con un adulto ami(oB. /tras veces, el hecho de Iue el ni=o ten(a una relación se%ual secreta de este tipo no se debe a Iue i(nore cuFl es la conducta apropiada, ni a un impulso interior misterioso, sino a Iue el pro(enitor si(ue siendo una v8ctima. 9n ni=o peIue=o puede ser obGeto del abuso de una baby sitter esco(ida por el padre y Iue tiene la conian-a de ésteC ocurre Iue ese padre, en su propia inancia, también hab8a sido obGeto del abuso se%ual de una babysitter.
3l secreto de la amilia puede ser de otro tipo @por eGemplo, robo, alcoholismo o vandalismo, pero de todos modos alora una y otra ve- en la historia amiliar. aunIue la ra-ón se revela y nos dice Iue no podemos dar por se(uro cómo se produce este enómeno, sino sólo Iue aparece a menudo, creo Iue la e%periencia de abuso no arontada y la alta de l8mites tienen una relación prounda con la transmisión inconsciente de los secretos de la amilia Iue se repiten (eneración tras (eneración. $%u& constituye las e'periencias (menos)*ue)nutricias+,
5asta ahora, hemos hablado en términos (enerales sobre el Iuehacer parental disuncional y las e%periencias menosIue nutriciasB o abusivas. 3l abuso 8sico, el abuso se%ual, el abuso emocional, el abuso intelectual y el abuso espiritual pueden por i(ual activar el proceso de crear ver(Hen-a en el ni=o, lo Iue (enera la codependencia del adulto. La tercera parte contiene una descripción detallada de cada una de estas ormas de maltrato. Al inal de este cap8tulo, la tabla S!! resume el desarrollo completo de la codependencia a partir de las caracter8sticas naturales del ni=o, pasando por los ras(os de supervivencia y los s8ntomas nuclearesC se incluye asimismo el modo como la codependencia aecta a los adultos Iue la padecemos y a los ni=os Iue criamos los codependientes. Los ras#os codependientes de supervivencia tolerados por la sociedad
3s importante observar Iue los ras(os de supervivencia Iue se desarrollan en los ni=os estFn en uno u otro de dos e%tremos opuestos, lo mismo Iue los s8ntomas adultos de la codependencia. 1uestra sociedad cree Iue las personas Iue presentan las caracter8sticas de uno de los e%tremos Rarro(ancia, invulnerabilidad, pereccionismo, antidependencia y autocontrolR son adultos sanos, bien adaptados. 1o obstante, el dolor Iue hay en sus vidas como consecuencia de sus relaciones y carreras insatisactorias, de la depresión y de otros problemas, indicar8a Iue no son adultos uncionales. o creo Iue las personas Iue presentan ras(os de supervivencia en cualIuiera de los dos e%tremos, padecen codependencia por i(ual.
!!! LA$ *A043$ "3 LA 4//"3P31"314!A -. Cómo afrontar el abuso
Puesto Iue la codependencia es el resultado de un talante parental disuncional Iue abusa de las caracter8sticas normales del ni=o con acciones da=inas o por medio de la desatención, la recuperación supone pasar revista al propio pasado para identiicar las e%periencias ormativas de la vida temprana Iue ueron menosIuenutriciasB o abusivas. 3ntender bien nuestra historia es el se(undo paso vital en el proceso de la recuperación de la codependencia Rencarar su e%istencia en nuestra vida es el primero. Mientras recorremos nuestras e%periencias tempranas, debemos recordar la deinición amplia Iue hemos dado del abuso cualIuier e%periencia menosIuenutriciaB o Iue nos aver(on-ó. 3l solo hecho de Iue cierta conducta parental sea considerada culturalmente aceptable no si(niica Iue en realidad nutra al ni=o. $i uno siente Iue cierto incidente lo aver(on-ó de un modo desmesurado, aunIue se deba a un tipo de conducta practicada por la mayor8a de los padresB, probablemente se trató en verdad de una situación abusiva. l#unas orientaciones para evaluar la propia historia
Las si(uientes son orientaciones Iue ayudan a comprender la propia historia. ). 4onsidere el lector cada a=o de su vida desde el nacimiento hasta los diecisiete a=os. 7. Mientras recuerda su historia, identiiIue los actos Iue le crearon ver(Hen-a, y Iuién los reali-ó. Quienes mFs a menudo tienen poder sobre una criatura y la posibilidad de abusar de ella son los principales cuidadores @pro(enitores, pro(enitores sustitutos, pro(enitores adoptivos o pol8ticos. 2ambién pudo tratarse de abuelos, abuelos adoptivos y pol8ticos. Pero los autores del abuso son a veces hermanos mayores, t8os, t8as, primos y otros miembros de la amilia. 3l abusador puede ser un sacerdote, una monGa, una can(uro, un responsable de boyscouts, un maestro, un instructor de la escuela dominical o un entrenador deportivo. Al(unos de los incidentes mFs (roseros de abuso se%ual Iue los hombres han revelado en la terapia ueron perpetrados, precisamente, por entrenadores en los vestuarios. 3l ni=o puede ser también obGeto del abuso de e%tra=os. 6. 3s muy importante no concentrarse en el hecho de si la persona Iue cometió el abuso ten8a la intención de hacer un da=o o no. 4uando se trata de comprender la propia historia, no es la intención lo Iue cuenta. $e(n mi e%periencia, la mayor8a de los cuidadores principales Iue abusan de ni=os no tienen la intención de hacerlo. Al considerar si un cuidador tuvo o no tuvo la intención de hacer da=o, uno puede estar tratando de ne(ar o minimi-ar el abuso del Iue ha sido v8ctima. 3s probable Iue no pon(a por escrito esos incidentes dudososB ni hable sobre ellos. Pero el abuso es el abuso. 4ualIuier abuso, deliberado o no, tiene eectos ne(ativos en el ni=o. Por lo (eneral, los adultos son mFs conscientes del abuso Iue ellos saben Iue ue intencionalC el abuso no intencional es mFs di8cil de sacar a la lu- y asumir como parte de nuestra historia. "e modo Iue, cuando recorremos nuestro pasado para identiicar los incidentes abusivos, olvidémonos de la intención.
<. *esponsabilice a su abusador, pero no lo culpe. 3l propósito del reconocimiento de lo Iue le sucedió realmente es poner in a la conspiración inconsciente Iue pretende ocultar en su amilia la conducta abusiva. La meta es hacer mentalmente responsables a los cuidadores principales, para separar el abuso del ni=o valioso Iue lo e%perimentó. *esponsabili-ar a los cuidadores no si(niica acusarlos de nada. $ólo si(niica asumir la propia percepción respecto de lo ocurrido, y tomar contacto con la realidad emocional Iue si(uió a los hechos menosIuenutri ciosB. 9na mentalidad nosproblema conducese al debe proceso de al(uien la inculpación. 4ulpar si(niica Iue unoacusatoria cree Iue su a Iue le hi-o al(o, y all8 termina todo. 3s como si diGéramos $oy Iuien soy a causa de lo Iue t me hiciste, y no puedo cambiar. 3s culpa tuya. Me voy a concentrar en lo Iue me hiciste, y no voy a salir de elloB. Al echar la culpa nos atamos a la persona Iue abusó de nosotros, y esto nos hace se(uir dependiendo de Iue ella cambie para Iue nosotros podamos recuperarnos. As8 se le da poder al oensor y Iueda desamparada la v8ctima, incapa- de prote(erse o cambiar. 3s probable Iue Iuien echa la culpa Iuede pe(ado a la enermedad e incluso la empeore. *esponsabili-ar si(niica Iue uno reconoce lo Iue sucedió y Iuién lo hi-o, pero Iue estF en condiciones de prote(erse y reali-ar los cambios necesarios para recuperarse del abuso pasado. 3ste proceso nos permite iniciar la recuperación y crear herramientas para enrentarse a la vida, tanto si el oensor cambia como si no. >. 3vite comparar historia con la 3stas del comparaciones pueden llevar la rFpidamente a lasuminimi-ación y adelaotro. ne(ación problema. Wendy compara lista de Janet con la suya y dice Janet ue terriblemente maltratada. o ni siIuiera voy a hablar de lo Iue me sucedió a m8. 1o puede compararseB. $ea lo Iue uere lo Iue le sucedió a usted, es importante. $i le da ver(Hen-a, escr8balo. recuerde Iue e%iste una uerte tendencia a minimi-ar todas las cosas ver(on-osas Iue puedan haber hecho nuestros pro(enitores. ?. 4uando narre su historia, e%cluya cuatro palabras de su vocabulario bueno, malo, correcto, incorrecto. 3stas palabras implican Guicios, y cuando se las emplea en este conte%to, hacen Iue resulte di8cil responsabili-ar a los otros por lo Iue hicieron. 2ememos Gu-(arlos como personas malasB Iue hacen cosas incorrectasB. 3n lu(ar de maloB o incorrectoB, al describir la conducta dolorosa, ver(on-osa y opuesta al bien del ni=o, conviene emplear el término disuncionalB. para a las conductas Iue nos resultaron tilesmismos, en la ni=e-, Iue ueron nutricias yreerirnos Iue nos ayudaron a sentirnos bien con nosotros empleemos el vocablo uncionalB, en ve- de correctoB o buenoB. +. 4oncéntrese en sus cuidadores, y no en usted mismo como cuidador. AunIue usted también tiene Iue asumir la responsabilidad por su propia actitud parental disuncional, en este momento llevar la atención hacia su conducta respecto de sus hiGos puede obstaculi-ar la recuperación, porIue al pensar tanto en lo horrible Iue soyB es posible Iue pase por alto sus e%periencias de maltrato de la ni=e-. es el encuentro con esas e%periencias lo Iue lo llevarF a la recuperación como persona y como pro(enitor. 4uando al(uien adopta la postura de yo soy la causa de todos estos problemas de mis hiGosB, Iueda pe(adoB a la enermedad y contina activando la ver(Hen-a Iue los pro(enitores vertieron sobre él durante el abuso. Los cuidadores suelen culpar al ni=o, diciéndole, por eGemplo, en el curso del maltrato Me obli(as a Iue te (olpee @a Iue abuse de ti. $i no hubieras lle(ado tarde de la
escuela, yo no tendr8a Iue hacer estoB. 4uando el pro(enitor @sin sentir ver(Hen-a culpa al ni=o por su propia conducta abusiva, éste probablemente cree Iue es el responsable, y e%perimenta también la ver(Hen-a del adulto como una abrumadora sensación de incapacidad. Puede haber culpa por haber violado una re(la considerada valiosa por los padres, pero la ver(Hen-a abrumadora proviene del hecho de Iue el pro(enitor se aprovecha de la alibilidad del ni=o para aver(on-arlo. 3ntonces, después de haber crecido y empe-ado a tratar de recuperar la propia historia, puede sentir ver(Hen-a y apartarse lo Iue le han hecho losuno cuidadores, paraesa considerar Iuétransportada tipo de cuidador ha sidodeuno mismo y continuar culpFndose como lo hab8an inculpado de ni=o. A una criatura se la aver(Hen-a en e%ceso cuando se reduce su propio sentido de lo Iue vale como ser humano, y creo Iue todo lo Iue se e%perimente como ser aver(on-ado inmoderadamenteB es abuso, tanto si se considera as8 como si no, desde un punto de vista cultural. A los adultos les resulta di8cil arontar el sentimiento de la ver(Hen-a transportada, pero éste los conduce a menudo a incidentes de su historia Iue resultan ser e%periencias espec8icas de abuso. el reconocimiento del abuso es vital para recuperarse de la codependencia. E. Al pasar revista a las cinco cate(or8as del abuso cometido por los cuidadores principales Iue se detallan en el cap8tulo si(uiente @abuso 8sico, se%ual, emocional, intelectual y espiritual, ten(a presente el hecho de Iue también puede haber abuso cuando son aver(on-ados susinusual compa=eros o por laessociedad. un ni=o los Iueni=os ha nacido con un ras(o por 8sico o un deecto v8ctima aPrimero, menudo del abuso de los otros ni=os. 3se ras(o puede consistir en tener las oreGas o los pies (randes, ser dentudo, muy alto y del(ado o baGo y (ordo, o presentar al(una desventaGa 8sica, como, por eGemplo, una (ran marca de nacimiento en el rostro, una mano deorme o una enermedad Iue obli(a a emplear bastones o una silla de ruedas. 3ste tipo de ver(Hen-a relacionada con el cuerpo puede obstaculi-ar la se%ualidad en la adulte-. $e(undo, un ni=o Iue pertenece a una minor8a racial @sea ne(ro, Frabe, sudamericano, (itano, etcétera cualIuier ra-a minoritaria en el ambiente social en el Iue la criatura crece puede ser atacado y aver(on-ado por ese hecho. 9na tercera caracter8stica Iue puede hacer Iue el ni=o se convierta en blanco del abuso de sus compa=eros @y ésta también se escapa de su control es su toma de conciencia, una edad temprana, Iue tiene una orientación o preerencia se%ual dierente de en la mayoritaria, y Iue esdehomose%ual. Al(unas personas me han dicho Iue desde una edad muy temprana sab8an Iue eran homose%uales, aunIue no conoc8an esta palabra. $e sent8an muy dierentes. 4uando inalmente identiicaron esta dierenciaB y percibieron el Guicio ne(ativo (eneral Iue en nuestra cultura suscita la homose%ualidad, la sociedadB las aver(on-ó, aunIue no se lo hubiera propuesto. /epasar nuestra historia es un re*uisito para la recuperación
5ay por lo menos tres ra-ones por las cuales e%aminar nuestro pasado es vitalmente necesario para la recuperación, y para Iue Iuien no lo hace no pueda curarse. 9na ra-ón es Iue al traer a colación esos incidentes de la inancia y recordarlos, se puede empe-ar a ver de Iué modo espec8ico nos ha aectado la acción parental de Iue uimos obGeto. 9na
se(unda ra-ón es Iue, para recuperarnos, tenemos Iue pur(ar de nuestro cuerpo la realidad de los sentimientos inantiles suscitados por el hecho de Iue uimos maltratados. 3l nico modo de conectar la realidad de los sentimientos con lo Iue sucedió, es saber lo Iue sucedió. [inalmente, la tercera ra-ón es Iue una de las caracter8sticas bien documentadas de las personas criadas en amilias disuncionales consiste en Iue, de adultos, a menudo esco(emos relacionarnos con personas Iue crean la misma atmósera emocional de nuestra amilia de ori(en. $i no retrocedemos y consideramos lo Iue sucedió, serF prFcticamente imposible Iue podamos percibir la dinFmica disuncional Iue se desplie(a en nuestra amilia presente. Pero la mayor8a de las personas no pueden recordar toda su historia, y a veces tropie-an con la(unas Iue abarcan ciertos a=os. NQué si(niica tener esas la(unas en la memoriaO
0. Las defensas contra el reconocimiento del a buso
Al(unos pacientes vienen a tratarse y comprenden Iue en su memoria hay -onas en blanco relacionadas con ciertos a=os de su inancia. Qui-F no puedan recordar nada anterior a los seis a=os o lo Iue les ocurrió entre los cinco y los siete, pero s8 los hechos anteriores y posteriores. 4omo veremos, uno de los modos Iue tienen los ni=os de deenderse de las e%periencias abrumadoras consiste en edulcorar los recuerdos, para Iue sean mFs a(radables, o e%pulsarlos conciencia, empleando una multitud de recursos protectores denominados mecanismosdedeladeensa. Los mecanismos de defensa
Los mecanismos de deensa son los métodos Iue tiene una mente sana para no ser abrumada por e%periencias dolorosas o amena-antes. 9n eGemplo es el estupor temporal Iue bloIuea nuestros sentimientos después de la muerte inesperada de un ser Iuerido. 3n condiciones normales, el mecanismo de deensa deGarF de actuar en el momento oportuno, permitiendo Iue la persona en duelo e%perimente sus propias emociones. Pero cuando distorsiona u oculta los sentimientos de modo permanente, resulta di8cil Iue el individuo vea y e%perimente la realidad de su historia. Quienes hemos crecido amilias adisuncionales, sobrevivirabusivas y lle(ar ya la adultetuvimos Iue utili-ar esasendeensas, in de bloIuearpara e%periencias demasiado penosas. 3sas deensas podr8an haber uncionado muy bien cuando éramos ni=os, y probablemente a ellas les debemos haber conservado la cordura, la estabilidad emocional o incluso la vida, mientras estFbamos creciendo. $in ellas podr8amos habernos suicidado, ca8do en una enermedad mental o Iui-F no haber sobrevivido siIuiera a nuestra inancia, de uno u otro modo. Pero ya de adultos, esas deensas tiles y salvadoras de la vida a menudo sobrepasan la unción necesaria de protección y se vuelven barricadas r8(idas Iue nos impiden ver los s8ntomas adultos de la codependencia Iue amena-an nuestro yo. 9n claro conocimiento de lo Iue sucede en nuestra vida y la posibilidad de hablar sobre ello son esenciales para encarar la codependencia y entrar en la recuperación. Por lo tanto, tenemos Iue conocer esos mecanismos de deensa y el modo como sabotean el conocimiento claro de nuestras vidas actuales. 3n este libro e%aminaré seis mecanismos de deensa psicoló(ica. Los primeros tres @la represión, la supresión y la deensa mFs prounda de la disociación se comien-an a usar primordialmente en la ni=e-, cuando tenemos e%periencias abrumadoras. 1o obstante, si si(uen operando en la adulte- anulan (ran parte de nuestra historia en la mente consciente. Las deensas de la minimi-ación, la ne(ación del problema y el autoen(a=o son las Iue aparentemente enturbian mFs las a(uas en el presente cuando, como adultos codependientes, intentamos evaluar nuestra codependencia y retroceder a recuerdos del pasado para reconstruir nuestra historia.
Causas de la conducta *ue crea confusión o malestar
4uando los mecanismos de deensa bloIuean los recuerdos ionados con la amilia abusiva de ori(en, es posible Iue al r nos casemos con al(uien muy parecido al pro(enitor del se%o opuesto Iue abusó de nosotros Rpero no nos damos cuenta ie Iue esto es as8R. $i hemos distorsionado o bloIueado al(unos c todos los recuerdos del crecimiento, seremos cie(os a cualIuier semeGan-a entre un cónyu(e en perspectiva y el pro(enitor abusivo. 3n ra-ón de la de losa mecanismos detodo deensa, NNvertimos Iueamiliar nos hemos casado Iueacción nos ayuda reproducir, en o en no parte, el sistema abusivo en elcon Iueal(uien nos hemos criado. AdemFs, como no percibimos la realidad ie nuestros propios pensamientos, sentimientos y conductas de adultos inmersos en una relación abusiva, el mecanismo de deensa tampoco nos permite comprender y actuar sobre la base de Iue tenemos a nuestro alcance distintas respuestas a las situaciones aparentemente empantanadas. 3n cambio, creemos estar locosC ésta es la IueGa principal Iue la mayor8a de los codependientes presentan cuando por primera ve- solicitan ayuda. $iento Iue estoy loco. Al(o estF desconectado.B Los mecanismos de deensa nos desconectan de la realidad de nuestras vidas. La alta de acceso a nuestra historia o una versión distorsionada de ella contribuyen a (enerar esa sensación de locura. Para comen-ar a liberarse de esta sensación y de la impresión de Iue4onocer somos controlados por nuestro pasado,puede es tilayudarnos tener un cuadro claro de y nuestra historia. estos mecanismos de deensa a identiicarlos advertir de Iué modo impiden Iue veamos no sólo nuestra historia sino también nuestros s8ntomas y nuestra indocilidad presentes. La represión1 la supresión y la disociación
La represión, la supresión y la disociación son mecanismos Iue los ni=os aplican a sus e%periencias traumFticas de abuso. 3stos mecanismos e%cluyen de la memoria consciente una e%periencia Iue de otro modo abrumar8a al ni=o. 2ales e%periencias traumFticas, de no surir este proceso, ori(inar8an tanto miedo y temor en el ni=o Iue ha recibido el maltrato, Iue éste no podr8a soportarlas. $i tenemos espacios en blanco en nuestra historia, es posible Iue hayamos tenido Iue recurrir a al(uno de estos tres mecanismos para prote(ernos. La represión es el olvido automFtico e inconsciente de cosas demasiado dolorosas para recordarlas. La supresión es la decisión consciente de olvidar. La disociación supone Iue el ni=o, durante el acto abusivo, separa psicoló(icamente de su cuerpo a la persona Iue esB, y lleva ese s8mismo interior a al(n lu(ar desde el cual el abuso no puede verse, o8rse, tocarse ni e%perimentarse de nin(n modo. Por lo comn, los ni=os reservan la disociación para sobrevivir a un abuso Iue ellos sienten Iue amena-a su vida. 3n situaciones tales como el incesto, el abuso deshonesto o la pali-a (rave, la criatura teme Iue se destruirF lo Iue esB, o su cuerpo. 3n la represión, los recuerdos dolorosos y temibles pasan automFticamente a la mente inconsciente, en la Iue prFcticamente se pierden. a de adulta, la persona Iue ha reprimido un incidente no puede recobrar este material mediante un acto de voluntad conscienteC simplemente, no tiene acceso a él. Por otra parte, el material suprimido a menudo puede
recordarse, puesto Iue el acto de supresión es en mayor medida el resultado de una intención consciente. Por eGemplo, de ni=o, 'rad ve al padre (olpear a la madre, Iue Iueda tendida en el piso con el rostro ensan(rentado. $i en esta situación emplea la represión, mFs tarde no podrF recordar la pali-a. Por otro lado, si suprime la misma escena, se dice a s8 mismo 3sto es demasiado terrible para recordarlo, y lo voy a olvidarB. as8 lo hace. 3n ambos casos, el ni=o no perdió conciencia co(nitiva durante vio, supo lo Iuelasent8a al respecto, y pensó al(o.el abuso, y tuvo la e%periencia completa 3n ambos casos la inormación sobre la escena entra en la mente inconsciente, pero si 'rad emplea la represión, el material desaparece sin Iue él lo sepa, y ya no puede recordarlo aunIue Iuiera @en la ni=e- o de adulto. 3n cambio, el material suprimido a menudo puede recordarse por medio de un esuer-o consciente, o cuando se leen te%tos sobre el abuso y se comprende Iue los s8ntomas adultos indican Iue al(o abusivo sucedió en la ni=e-, ante lo cual se piensa detenidamente en ello. 4uando 'rad lle(a a la terapia, como ni=o adultoB, se presenta de un modo Iue demuestra Iue an emplea esas deensas de la represión y la supresión. 3l indicio estF en Iue, cuando le pido Iue me hable de su inancia o bien no tiene nin(una historia inantil o bien una historiacon muycierta ra(mentada. recuerda al(unos per8odos, cosasesrelacionadas persona, o1o dice al(o as8al(unos como a=os, 1o recuerdo nada, Pia.al(unas N4ómo te puedo contar mi historia, si no ten(o historiaOB. Pero, cuando yo le hablo de los dierentes tipos de abuso, Iui-F 'rad de pronto e%perimente el retorno de un recuerdo suprimido, y e%clame "ios m8o, lo mismo me sucedió a m8X CLo hab8a olvidado por completoXB. "e modo Iue, si recibe al(una ayuda e%terior, por eGemplo al asistir a una conerencia, leer un libro sobre el abuso inantil o estar en un (rupo con al(uien Iue tuvo e%periencias semeGantes, la mente inconsciente de 'rad puede empe-ar a entre(arle su propia historia suprimida. La disociación e%cluye un acontecimiento de la mente consciente del ni=o tan completamente como lo hace la represión, y se produce cuando el cuerpo de la criatura si(ueAunIue donde estF y continaelrecibiendo perosi(ue emocional mentalmente el ni=o se vaB. e%perimenta dolor 8sicoelyabuso, su cuerpo siendoyobGeto de maltrato, emocional y mentalmente el ni=o estF ausente y no sienteB nada. 3n cambio, en la represión y la supresión, el peIue=o contina e%perimentando toda la uer-a del maltrato, tal como incide en la -ona 8sica, la -ona mental y la -ona emocional. "urante una e%periencia disociativa, la mente del ni=o por lo (eneral reali-a uno de al menos tres despla-amientos posibles @podr8a haber mFs. 4ada uno ellos pone a la criatura mFs a res(uardo, en un lu(ar mFs di8cil de alcan-ar Iue el anterior. 3l primer despla-amiento consiste en moverse hori-ontalmente y Iuedar tendido, sentado o de pie Gunto al propio cuerpo, observando un poco lo Iue sucede pero sin sentir nada. 3n el se(undo despla-amiento, la criatura se mueve verticalmente y lota sobre la escenaC la mira pero tampoco siente nada. 3n el tercero, el peIue=o desaparece dentro de s8 mismo, aislFndose de toda sensación visual, tFctil o auditiva. Los pacientes dicen a menudo Iue es
como estar en un a(uGero ne(ro. $i el ni=o ha reali-ado este tercer despla-amiento, en la terapia posterior resulta muy di8cil recuperar el recuerdo. 4reo Iue este tercer recurso se reserva para las ormas e%tremas de abuso. 3n tanto adulto Iue pide terapia, la persona Iue tuvo una e%periencia disociativa se parece mucho a la Iue empleó la represión. 5ay la(unas en el recuerdo de su historia. Pero el ni=o adultoB puede recuperar el recuerdo de una e%periencia abusiva de la inancia a través de una re(resión espontFnea. $er8a muy raro Iue al(uien tuviera una re(resión espontFnea mientras lee lo Iue decimos en este libro sobre el abuso, pero describiré de Iué se trata, para Iue el lector lo sepa. 9na re(resión espontFnea es un proceso Iue permite recuperar los recuerdos perdidos en la disociación. 4asi siempre se produce en una situación terapéutica, con la (u8a de un conseGero. Podr8a suceder en un escenario de terapia (rupal cuando el contenido de la sesión activa en al(uien un recuerdo disociado, en la orma impl8cita en la palabra espontFneaB. Pero lo mFs comn es Iue sea una e%periencia Iue se reali-a con la (u8a de un conseGero Iue emplea técnicas terapéuticas. "urante una re(resión espontFnea, el individuo es de al(n modo trasladado a su historia pasada, vuelva a e%perimentar dramFticamente un acontecimiento traumFtico inantil. para 3n elIue intercambio comn de la recuperación terapéutica, la recuperación de los recuerdos reprimidos o suprimidos puede ser una e%periencia mental mFs independiente, pero las personas Iue e%perimentan una re(resión espontFnea, mientras estFn sentadas con los oGos cerrados, tienen la sensación de revivir el hecho, con los mismos sentimientos intensos de la situación ori(inal, y el cuerpo contorsionado en movimientos casi idénticos a los Iue hac8an de ni=os al tratar de evitar el dolor. 4omo la mente inconsciente no tiene nin(n sentido del tiempo cronoló(ico, al retornar el recuerdo del abuso el paciente se traslada mentalmente al momento en Iue sucedió. "e tal modo, la curaran del dolor producido por el hecho del pasado puede reali-arse en el conte%to en Iue ese hecho ocurrió. 3l paciente e%perimenta de nuevo el hecho abusivo como si en el presente tuviera la Tdsma edad Iue en aIuel momento. "espués, el ni=o retorna a mi edad adulta en el consultorio. A disociación veces los individuos a disociar durante la re(re "3L, pero la dierencia entre la ori(inal yvuelven la Iue se reali-a en el curso de unasire(resión terapéutica consiste en Iue esta ltima cuenta con el respaldo y la ayuda del terapeuta, y después se podrF recordar lo Iue sucedió, aunIue se hayan perdido al(unos de los hechos. "esde lue(o, como el paciente percibe el abuso con los senados @la vista, el o8do, el olato, etc. de la ni=e-, los detalles espec8icos pueden aparecer conundidos o distorsionados. Pero lo importante para la terapia es Iue hubo al(n tipo de abuso Iue 5eno al ni=o de sentimientos inducidos Iue an lo discapacitan en la adulte-. 2ratar de recuperar recuerdos disociados con un padrinoB o un ami(o sin ormación proesional es peli(roso y debe evitarse. AunIue una re(resión inducida terapéuticamente es una e%periencia Iue asusta, también constituye un proceso terapéutico maravilloso para recuperar recuerdos tab, car(ados de miedo, dolor, cólera y ver(Hen-a discapacitantes.
La minimización1 la ne#ación del problema y el autoen#año
3n la terapia encontramos a menudo material Iue amena-a al yo o a la adicciónC este material desapareceB y no podemos recordarlo, incluso durante una conrontación espec8ica. Las deensas de la minimi-ación, la ne(ación del problema y el auto en(a=o pueden llevarnos a distorsionar la opinión Iue tenemos de nuestra conducta presente, y no sólo de nuestra historia. La minimi-ación si(niica Iue redu-co la importancia de lo Iue ha(o, pienso o siento, para Iue pare-ca menos (rave o si(niicativo Iue si uera otro Iuien hiciera, pensara o sintiera lo mismo. Por eGemplo, me di(o Iue estar abrumado de responsabilidades, siempre cansado e irritable porIue me he comprometido en e%ceso, en realidad no es demasiado malo. Me di(o Iue en cuanto me or(anice podré maneGar la situación. Pero si escucho Iue mi ami(a Wanda se IueGa de lo mismo, de no tener tiempo para ella, de estar a(otada y malhumorada con sus hiGos, sus compa=eros de trabaGo, su esposo y sus ami(as, porIue se ha comprometido en e%ceso, de inmediato pienso 'ien, Nno se da cuenta de Iue estF comprometida en e%cesoO NPor Iué no se desprende de al(unas de sus responsabilidadesO Sa a surir un ataIue de nerviosXB. *econo-co mi propio compromiso e%cesivo, pero me persuado de Iue debo aceptar los estra(os Iue provoca en mi vida y lo inmaneGable en Iue ésta se ha convertido. Minimi-oB el problema. 3n la ni=e-, la minimi-ación unciona como si(ue. 2erry ve Iue el padre (olpea a la madre. $e siente conmovida y horrori-ada pero minimi-a el hecho, diciéndose a s8 misma 'ien, esto sucedió, y realmente me ha dolido, pero después de todo no es tan maloB. 3l recuerdo del hecho subsiste en su mente consiente. 2erry puede hablar de él, describirlo, y sabe Iué sucedió. Pero se persuade de Iue no e%perimenta el eecto completo de sus emociones, aunIue se da cuenta va(amente de Iue al(o estF malB en lo Iue siente respecto de la pali-a. MFs tarde, cuando ya de adulta recurre a la terapia y asiste a mi conerencia sobre el abuso inantil, an es probable Iue 2erry utilice la minimi-ación y redu-ca la (ravedad del eecto de ver Iue el padre (olpea a la madre. Lo advierto cuando me dice 5e o8do Iue es abusivo Iue un ni=o vea a su padre (olpear a su madreC esto me ha sucedido a m8, pero en mi caso no ue tan (raveB. 2enemos otro eGemplo comn de minimi-ación cuando al(uien acusa a un alcohólico de estar bebido. 3l acusado puede sostener y creer realmente Iue sólo tomó un par de copasB cuando en realidad bebió un litro de ThisUy. 3sa persona estF usando la minimi-ación. Pero cuando nie(o el problema, me di(o Iue en mi estado de compromiso e%cesivo no hay nada malo, aunIue s8 ser8a un error en el caso de otra persona. $encillamente, la vida es as8, y debo sacar el meGor partido de ella. Mi a(enda no estF demasiado llenaC todos tienen mucho Iue hacer. 2en(o perecta conciencia de lo Iue debo reali-ar cada d8a, pero no advierto mi propia sensación de estar abrumado por la cólera, el miedo y el dolor Iue acompa=an a esa inmensa car(a de trabaGo. 1ie(o mi propio estado e%trava(ante de compromiso e%a(erado. 1o obstante, veo con claridad Iue la vida de Wanda estF uera de control debido a ese mismo problema.
3n la ni=e-, la ne(ación del problema por parte de 2erry es como si(ue. Se Iue el padre (olpea a la madre, tiene la e%periencia del abuso, y se dice 3n realidad no hay nada malo en esta discusión entre mis padresB. 2iene una conciencia co(nitiva de la pali-a, pero no e%perimenta nin(n sentimiento, porIue nie(aB la seriedad de los hechos. cuando lle(a a la adulte-, contina utili-ando la ne(ación del problema como deensa contra el dolor de ese abuso. 3scucha mi charla sobre el maltrato a los ni=os. Podr8a presentar el eGemplo de una Iue abusivo llamo 4indy, vio a su apadre (olpear supro(enitor madre. 4uando le di(oala 2erryni=a, Iueaeslamuy Iue seIue le permita un ni=o ver aaun Iue (olpea otro, Iui-F me responda al(o as8 Pia, estoy de acuerdo en Iue ver los (olpes ue abusivo con 4indy, pero en mi caso no lo ue en absolutoB. 4uando nie(a el problema, un alcohólico acusado de estar borracho Iui-F sosten(a Iue beber un litro de ThisUy puede emborrachar a otros, pero no a él. A(uanto mucho mFs Iue eso, y no estoy bebidoXB. La ne(ación del problema aparece cuando vemos y captamos ciertas realidades en las vidas de otras personas, pero no las advertimos en las nuestras propias. 3l proceso del autoen(a=o es mFs proundo y serio. $i(niica Iue creemos al(o a pesar de Iue e%isten hechos claros en sentido contrario, de modo Iue percibimos los hechos, pero no les atribuimos si(niicado correcto. PorPero eGemplo, un ami(o m8o, porIue en su ni=e-, ueera v8ctima evidente de un elabuso se%ual de la madre. se ne(aba a creerlo ella no ese tipo de muGerB. $u autoen(a=o acerca del carFcter de la madre era mFs uerte para él Iue los hechos del abuso se%ual del Iue hab8a sido obGeto en la realidad. 3n la adulte-, cuando me en(a=o a m8 misma, creo Iue mi estado crónico de compromiso e%cesivo y la velocidad constantemente alta de mi ritmo de trabaGo son normales y sanos. $i al(uien se=ala Iue es muy patoló(ico someterse a tanto estrés y a(re(a Iue debemos tener tiempo de descanso, de ocio, de diversión, me di(o Iue no es cierto, Iue eso es imposible para una persona real Iue lleva una vida real. $er8a ma(n8ico, pero no es realista. Iui-F le comente esto mismo a mi ami(a Wanda _Samos, chicaX 3n la vida hay Iue hacer todas estas cosas. 1o tiene nada de malo. Qui-F te sientas cansada irritabledeporIue deprime el resriado. Lo nico Iuetiene necesitas una meGor actitud B. Mie ilusión Iue eltetrabaGo constante es normal y sano muchaesuer-a, e incluso se e%pande para incluir a otros. 4omo terapeuta, reconocer8a un autoen(a=o en 2erry si después de escuchar mi conerencia sobre 4indy @Iue vio al padre (olpear a la madre, ella me diGera Pia, te he escuchado decirme Iue lo Iue vio 4indy ue abusivo para ella, pero no es as8. Los padres sólo ten8an una pelea normal. 1adie le hi-o da=o a 4indy. $i dos personas Iuieren pelearse, a m8 no me parece malB. $u autoen(a=o consiste en creer Iue a un ni=o no le hace da=o Iue los padres se ataIuen 8sicamente en su presencia. Pero el hecho es Iue realmente se abusa del ni=o cuando se e permite ver Iue uno de los dos cuidadores mFs importantes y necesarios de su vida (olpea al otro. 9na persona Iue se
autoen(a=a ve los hechosB pero no los acepta como verdaderos, y acta como si la terrible realidad uera distinta. La codependencia estF llena de autoen(a=o, de modo Iue reconocerla en nosotros mismos es importante. 3n nuestras idas adultas e%perimentamos s8ntomas de codependencia Iue tienen dolorosas consecuencias emocionales para nosotros mismos y para nuestros seres Iueridos, pero tenemos la ilusión en(a=osa de Iue, al cabo de cierto tiempo, las cosas irFn bienB. aunIue enen(a=o nuestrasdevidas y en nuestras producen hechos horrendos, nuestro codependientes nosrelaciones hace creerseIue no sonanimenudo dolorosos ni terribles. A veces prolon(amos situaciones y relaciones muy abusivas, sin arontar la realidad de Iue se nos estF maltratando (ravemente. Lo mismo Iue los otros mecanismos de deensa, el autoen(a=o es invisible para nosotros, lo Iue constituye un problema no sabemos Iue estamos siendo ilusos. Sivimos en un mundo rreal basado en nuestras ideas en(a=osas, pero vemos ese mundo irreal como la realidad. Puesto Iue no podemos permitirnos ver los hechos de nuestra vida como realmente son, a menudo nos enoGamos con las personas Iue intentan se=alarnos las alacias de nuestro delirio. 3sta posición nos vuelve muy vulnerables, ya Iue la realidad en s8, o cualIuier persona Iue ten(a un uerte sentido de realidad, amena-a por su simple e%istencia la idea Iue tenemos de nuestro mundo. Las personas con ideas ilusorias tienden a aislarse de Iuienes podr8an revelarles la verdad de sus vidas. 3n la terapia, la resistencia del paciente a enrentarse a la idea de autoen(a=o Iue yo le se=alo suele derivar del hecho de Iue estF repitiendo con sus propios hiGos la misma conducta disuncional Iue sus pro(enitores tuvieron con él cuando era ni=o, y no Iuiere reconocerla como disuncional. Las personas Iue se encuentran en esta situación no perciben su propia resistencia a cambiar sus percepciones. $e adhieren a los hechosB distorsionados de su propio autoen(a=o. Para recuperarse de la codependencia es esencial saber en Iué consisten los mecanismos de deensa y cómo intervienen en nuestra vida. Aceptar los hechos si(uientes puede ser de (ran ayuda para la recuperación & Los mecanismos de deensa si(uen uncionando en los codependientes adultos. & 1uestras propias deensas son, por lo (eneral, invisible para nosotros. & &
Para recuperarnos, debemos permitir Iue otraspiensan personas enlas lasestamos Iue coniamos ha(an rente a esas deensas, decidiéndonos cuFndo Iue empleando. AunIue sea di8cil, y Iui-Fs e%perimentemos miedo cólera en el momento, debemos escuchar lo Iue se nos dial para Iuebrar esas deensas e iniciar la recuperación.
3s posible Iue en las descripciones de los s8ntomas de m codependencia y el abuso Iue presentamos en este libro, el lector o la lectora recono-can al(unas de estas resistencias a arontar su propia realidad. Los recuerdos corporales y los recuerdos emocionales
5ay dos tipos de indicadores tiles Iue, si se les presta atención, a menudo conducen a la recuperación de la historia perdida los recuerdos corporales y los recuerdos emocionales. $e asemeGan a contrase=as o claves de se(uridad para introducir en un pro(rama
inormFtico cuidadosamente (uardado. "e modo similar, en cuanto una persona reconoce un recuerdo emocional corporal temible o doloroso, puede rastrearlo y de tal modo tener acceso a datos de la mente inconsciente relacionados con el abuso terrible o doloroso Iue ue reprimido o disociado desde el momento mismo en Iue se produGo. 4on la ayuda de un terapeuta hFbil, estos datos valiosos pueden llevarse a la mente consciente del paciente, para Iue elabore todos los sentimientos relacionados con ese recuerdo y comience a curarse de ellos. 9n recuerdo corporal es un s8ntoma 8sico sbito Iue no parece estar relacionado con nin(una causa material presente en ese momento. Por eGemplo, al(uien podr8a estar cómodamente sentado leyendo este libro, y de pronto caer presa de un a(udo dolor de cabe-a, vérti(os o nFuseas. Qui-F sienta como si al(uien le pateara el bra-o o intentara estran(ularlo. 2al ve- le pare-ca Iue le han dado un pelli-co en la nuca o e%perimente dolor en la in(le. 3stas sensaciones son recuerdos corporales. 9n recuerdo emocional es una e%periencia aectiva sbita y abrumadora, Iue no puede atribuirse a nada Iue esté presente en ese mismo momento. Los recuerdos emocionales emer(en principalmente en la orma de cuatro emociones primarias la cólera, el miedo, el dolor y la ver(Hen-a. A estos recuerdos también los denomino ataIues emocionalesB, porIue aparecen de pronto, sin Iue nadie los haya invitado, no se sabe desde dónde. $i el ataIue emocional la orma de cóleradeloparanoiaB. denomino9n ataIue de iraB, y si tiene la orma de miedo, ataIuetiene de pFnicoB o ataIue recuerdo emocional de dolor es una sbita y abrumadora sensación de desamparo, a menudo se(uida por la idea del suicidio o por la convicción de Iue ese intenso surimiento nos llevarF a la muerte. 9n ataIue de ver(Hen-aB es una sensación sbita, prounda, abrumadora, de ser menos IueB, alto de valor, incapa-, malo, estpido o eo @en el transcurso de estos ataIues suelen pasar por nuestra mente palabras despectivas Iue nos aplicamos a nosotros mismos. Los recuerdos corporales y emocionales me indican Iue, aunIue nuestras mentes tienen poder como para enterrar recuerdos en el inconsciente y saber pero no saberB, el cuerpo nunca olvida la e%periencia dolorosa del abuso, e insiste en hacernos ver la verdad de nosotros mismos. Por eGemplo, en mis a este tema suele Iue al(uien Iue me estF escuchando diceconerencias Pia, en estededicadas mismo momento ten(o unoocurrir de esos recuerdos. $iento una mano en la nuca, y estoy muy asustadoB. La e%periencia de la mano en la nuca es un recuerdo corporal, y el miedo Iue la acompa=a es un recuerdo emocional. 3l recuerdo emocional se e%perimenta siempre como un sentimiento abrumador. $upon(amos Iue una muGer Iue escucha m conerencia en un (rupo de terapia tiene de pronto un recuerde emocional de miedo. 3ntonces entra en un estado pró%imo al pFnico y dice al(o as8 como 1o sé lo Iue sucede, Pia, pero estoy muy asustada y Iuerr8a salir corriendo de esta habitaciónXB. 3ntonces yo le pre(unto NPodr8as decirme Iué ocurr a cuando empe-aste a sentir el pFnicoO N"e Iué estaba hablan N J yoOB.
La respuesta puede ser 4uando empe-aste a hablar de una ni=a penetrada se%ualmente por el padre, ca8 en tal pFnico Iue casi me voy corriendoB. o inda(o N3s posible Iue al(uien haya abusado se%ualmente de tiOB. 3n ese momento, esta pre(unta bien puede pro mocar el retorno de un recuerdo perdido. Muchas veces, estos recuerdos emocionales y corporales son utili-ables como v8as de acceso al recuerdo de lo Iue realmente sucedió en la inancia, con lo cual se recuperan hechos durante mucho Iue tiempo. 3n elocap8tulo nos reeriremos a los distintosreprimidos tipos de abusoC conviene el lector la lectorasi(uiente presten atención a los recuerdos corporales y emocionales Iue esas pF(inas puedan suscitarle. Cómo afrontar las propias defensas
3s posible Iue, durante su inancia, el codependiente haya necesitado prote(erse con uno de los seis mecanismos de deensa Iue he descrito. 3n los codependientes casi siempre hay minimi-ación, ne(ación del problema, autoen(a=o, represión, supresión y disociación, porIue nos permiten sobrevivir a encuentros Iue nos enloIuecer8an o abrumar8an de al(n modo. Por lo tanto, si la lectora o el lector es codependiente, mientras avan-a en el libro debe tener conciencia de Iue es muy probable Iue estos mecanismos an permane-can en ella o élC no deGe de tenerlos en cuenta. 1uestra sociedad respalda técnicas de actitud parental Iue ahora sabemos Iue son menos IuenutriciasB para el ni=o. Los hiGos de amilias disuncionales pueden parecer Iue son adaptados, bien educados y tienen é%itos, o bien Iue son malcriados, urFnicos, caóticos y destructivos. 4omo hemos visto, ambos conGuntos de caracter8sticas pueden releGar los aGustes internos Iue ales ni=os reali-aron para poder sobrevivir en esas amilias dis uncionales. Ahora sabemos Iue esas adaptaciones conducen a a codependencia en la adulte-. Las pF(inas si(uientes incluyen descripciones de prFcticas menosIuenutriciasB o abusivas de los cuidadores.
. El abuso físico
2odas las ormas del abuso @8sico, se%ual, emocional, intelectual, espiritual pueden ser evidentes o encubiertas. 3l abuso puede entre(ar o Iuitar poder a la v8ctima. buso evidente y abuso encubierto
3l abusosuevidente a la clara. lu- del3ld8a. 2odos pueden verloC el ni=o realmente lo conoce, porIue realidadestF es muy abuso encubierto es oculto, tortuoso o indirecto. Lo constituyen hechos mFs su(eridos Iue visibles. 2iene mFs Iue ver con la manipulación Iue con el control directo. 2ambién incluye ciertos tipos de desatención parental, como la Iue se produce cuando no se satisacen las necesidades de nutrición emocional o 8sica de la criatura. 4omo a la persona Iue lo ha padecido le cuesta mucho identiicarlo, es mFs di8cil recuperarse de los eectos del abuso encubierto. 1o resulta Fcil reconocer Iue se nos ha hecho un da=o, si éste resulta de e%periencias barridas baGo la alombraB, puesto Iue nunca se ha visto el abuso a plena lu-B. 9n eGemplo de abuso encubierto es el de la madre Iue retira su amor y aprobación @abandona emocionalmente al hiGo a menos Iue éste se someta al control de ella. El abuso *ue entre#a o *uita poder
3l abuso entre(a poder o lo Iuita. 4uando Iuita poder aver(Hen-a al ni=o, lo priva de val8a y lo convierte en una persona menosIueB. 3l abuso Iue entre(a poder le ense=a incorrectamente al ni=o Iue él es meGor Iue los otros. 4omo todos valemos lo mismo, ense=arle a al(uien Iue es superior resulta erróneo y disuncional. 3l ni=o Iue sólo ha tenido e%periencias de entre(a de poder se convierte en un adulto oensor o victimario. $i en cambio ue obGeto de los dos tipos de abuso @entre(a y retiro de poder, es posible Iue oscile entre las creencias de ser menos IueB y ser meGor IueBC la cantidad de tiempo Iue pasa en cada posición depende de la ma(nitud de cada tipo de abuso. *esulta Fcil e. tratamiento de las personas Iue han surido una me-cla de estas dos clases de abuso. Los ni=os a los Iue siempre se les entre(a poder y nunca se les Iuita, suelen encontrarse en una posición di8cil, en cuanto se desmandan por propia voluntadB y controlan a la (ente con una conducta abusiva Iue se les va de las manos. A menudo s muy oensivos y creen tener derecho a usar a los otros y sacarle cosas. buso físico
Que haya habido o no abuso 8sico depende del modo como los cuidadores principales han tratado el cuerpo del ni=o. NLa persona 8sica del ni=o ha sido tratada con respeto o bien atacada o i(noradaO 5ay abuso 8sico siempre Iue un cuidador ata cuerpo del ni=o de al(n modo, (olpeFndolo con un obGeto, aboeteFndolo, pelli-cFndolo, tirFndole del pelo o (olpeFndole la cabe-a. La criatura e%perimenta un contacto doloroso, pierde su autoestima
y absorbe la ver(Hen-a del cuidador. Por eGemplo, si un padre maltrata 8sicamente a un hiGo, la e%periencia Iue éste tiene del ataIue le dice Iue su cuerpo no merece ser respetado @Iue es un obGeto ver(on-oso y Iue él no tiene nin(n derecho a estar a salvo de contactos dolorososC tampoco tiene derecho a controlar lo Iue le sucede a su cuerpo. 3n eecto, el padre asume el control del cuerpo de la criatura y dice o puedo hacer lo Iue Iuiera con tu cuerpoB. El abuso disfrazado de disciplina
Muchas veces el abuso 8sico se disra-a de disciplina. A mi Guicio, en el seno de la amilia, el casti(o disciplinario al ni=o no puede ir mFs allF de una palmada aplicada en el trasero cubierto, de tal modo Iue el ni=o no sea ma(ullado, no le Iueden marcas roGas ni se conmueva su peIue=o cerebro, y el pro(enitor no le indu-ca, como consecuencia, a una ver(Hen-a desmesurada. 3l uso de la palma de la mano permite Iue el propio pro(enitor sepa si pe(a demasiado uerte, porIue en tal caso también le dolerF a él. 3l trasero cubierto si(niica Iue el ni=o no serF desnudado, e%puesto o aver(on-ado se%ualmente baGFndole los pantalones. Asimismo, creo Iue cuando los ni=os son muy peIue=os, es una disciplina apropiada pe(arles levemente en las manos cuando tocan cosas Iue uno no Iuiere Iue toIuen. 3sta disciplina 8sicasuuncional es mFsdesencadena una llamadaladever(Hen-a atención Iue un casti(o. pro(enitor le se=ala imperección, natural del ni=o,4uando pero lael disciplina uncional supone ademFs darle a la criatura la se(uridad de Iue lo Iue hay Iue cambiar es la conductaC el ni=o en s8 es una persona preciosa, maravillosa, Iue sólo necesita tomar nota de su imperección y ver de remediarla cuando conduce a conductas da=inas o antisociales. 3n mi opinión, mFs o menos hacia los seis a=os ya no es tampoco apropiada la palmada en el trasero cubierto. 3n lu(ar de ella, el padre o la madre le pueden e%plicar al ni=o Iué es lo inaceptable en lo Iue estF haciendo, se=alarle lo Iue tiene Iue cambiar y cuFles serFn las consecuencias si no lo cambia. 3n el caso de Iue no respete esas orientaciones, los padres lo pueden controlar y hacerle sentir las consecuencias de ello. Por eGemplo, si un hiGo adolescente vuelve muy tarde a casa, no hay Iue (olpearlo sino decirle, por eGemplo Ma=ana por la noche no saldrFsB. 3s importante comprender la dierencia entre conducta y consecuenciasB, por un lado, y crimen y casti(oB, por el otro. Las consecuencias, si es posible, deben ser una continuación ra-onable relacionada con lo Iue ha sucedido, y tener en la mente del ni=o un pesoB anFlo(o al de la conducta trans(resora. Por eGemplo, al adolescente se le puede prohibir Iue sal(a una noche por haber lle(ado tina ve- tarde, pero no retenerlo en la casa durante dos semanas. 3l si(uiente es un eGemplo til tomado del libro de Sir(inia $atir titulado People maUin(, en el cual esta autora puntuali-a la dierencia entre consecuencias y casti(o. "i(amos Iue un ni=o se olvida todos los d8as la comida para el almuer-o en la escuela. "espués llama por teléono a la madre, y ella tiene Iue llevFrsela. A in de detener esta pauta conductual, la madre se sienta Gunto a él y le dice Mira, 4harlie, la consecuencia normal de Iue no te
lleves el almuer-o es Iue pasarFs hambreB. 4uando al d8a si(uiente, el ni=o vuelve a olvidarse la comida y llama a la madre, ésta le responde Lo lamento. a hablamos sobre esto anoche. La consecuencia normal de Iue no te hayas llevado la comida es Iue tendrFs hambre. 1o te voy a llevar el almuer-oB. La consecuencia tiene Iue ser lo mFs parecida posible a lo Iue suceder8a si nin(n miembro de la amilia interviniera en la conducta del ni=o. Por eGemplo, si una persona uera destructiva un el lu(ar pblico, ser8a detenida y encarcelada. $i al(uien uera destructivo en un en cine, acomodador tendr8a Iue sacarlo 3s importante comprender la dierencia entre conducta y consecuenciasB, por un lado, y crimen y casti(oB, por el otro. Las consecuencias, si es posible, deben ser una continuación ra-onable relacionada con lo Iue ha sucedido, y tener en la mente del ni=o un peso anFlo(o al de 2a conducta trans(resora. por eGemplo, al adolescente se le puede prohibir Iue sal(a una noche por haber lle(ado una ve- tarde, pero no retenerlo en la casa durante dos semanas. 3l si(uiente es un eGemplo til tomado del libro de Sir(inia $atir titulado People maUin(, en el cual esta autora puntuali-a la dierencia entre consecuencias y casti(o. "i(amos Iue un ni=o se olvida todos ylos d8as la comida para el almuer-o en la escuela "espués llama por teléono a la madre, ella tiene Iue llevFrsela. A in de detener esta pauta conductual, la madre se sienta Gunto a él y le dice Mira, 4harlie, la consecuencia normal de Iue no te lleves el almuer-o es Iue pasarFs hambreB. 4uando a. d8a si(uiente, el ni=o vuelve a olvidarse la comida y llama a la madre, ésta le responde Lo lamento. a hablamos sobre esa anoche. La consecuencia normal de Iue no te hayas llevado .a comida es Iue tendrFs hambre. 1o te voy a llevar el almuer-o La consecuencia tiene Iue ser lo mFs parecida posible a n Iue suceder8a si nin(n miembro de la amilia interviniera en la conducta del ni=o. Por eGemplo, si una persona uera destructiva en un lu(ar pblico, ser8a detenida y encarcelada. $i al (uie uera destructivo en un cine, el acomodador tendr8a Iue sacarlo de la sala. 3ntonces, si un ni=o es destructivo en el ho(ar mientras todos Iuieren ver televisión, lo apropiado es sacarlo de esa habitación para Iue no moleste ynollevarlo a otrapara por eGemplo, $e le e%plica Iue su conducta destructiva es aceptable la amilia,laysuya Iue propia. tendrF Iue mantenerse apartado hasta Iue cambie su modo de comportarse. La actitud parental uncional no incluye la a(resión 8sica al ni=o. $in duda, no deiendo la anarIu8a en la amilia, pero airmo enFticamente Iue lo uncional es cuidar al ni=o. 3l cuerpo del ni=o es como un Garrón de 7>.DDD dólares. 1o hay Iue sacudirlo, aboetearlo, patearlo o (olpearlo, porIue es demasiado valioso y se podr8a deteriorar. 4on este tipo de abuso, un pro(enitor puede Iuebrar el esp8ritu y la sensación de val8a del ni=o, as8 como un Garrón valioso puede romperse si se lo manipula de un modo intencionalmente abusivo o descuidado.
buso físico abyecto
3l abuso abyecto, Iue la mayor8a de las personas reconocen como perGudicial e ile(al, incluye ormas de maltrato e%tremo, tales como Iuemar o escaldar al ni=o deliberadamente, amputarle las manos, aplicarle en los (enitales la brasa de un ci(arrillo, racturarle el crFneo o lastimarle los ór(anos internos con (olpes de casti(o. $i bien estF claro Iue en estos casos la actitud del pro(enitor respecto del cuerpo de la criatura no es precisamente respetuosa, hay otras de ver(Hen-a. abuso 8sico Iue pueden tener consecuencias da=inas para el ni=o porIue lo ormas llenan de 3l abuso abyecto, Iue la mayor8a de las personas reconocen como perGudicial e ile(al, incluye ormas de maltrato e%tremo, tales como Iuemar o escaldar al ni=o deliberadamente, amputarle las manos, aplicarle en los (enitales la brasa de un ci(arrillo, racturarle el crFneo o lastimarle los ór(anos internos con (olpes de casti(o. $i bien estF claro Iue en estos casos la actitud del pro(enitor respecto del cuerpo de la criatura no es precisamente respetuosa, hay otras ormas de abuso 8sico Iue pueden tener consecuencias da=inas para el ni=o porIue lo llenan de ver(Hen-a. Empleo de instrumentos
Al(unas personas (olpean a sus instrumentos como unun cinturón, de pelo, una silla, una paleta, unahiGos patacon de piano, una varatales de arbusto, -apato, un unacepillo cuchara de madera o un matamoscas. 3n todos estos casos es muy probable Iue haya abuso. Al ni=o lo aver(Hen-a mucho Iue lo ataIuen con un instrumento, y el pro(enitor no tiene idea del dolor Iue inli(e, porIue no siente en sus propias manos la intensidad del (olpe. A medida Iue el ni=o crece, la disciplina 8sica da cada ve- menos resultado con él. Al(una ve- al(uien me diGo Mi chico de die- a=os ya no responde al casti(o. 2en(o Iue (olpearlo realmente uerte para Iue lo ten(a en cuentaB. Los ni=os se van volviendo cada ve- mFs capaces de soportar y resistir. 4uando tienen trece o catorce a=os, y si son tan altos como el propio pro(enitor, Iui-F comiencen a atacarlo, porIue eso es lo Iue se les ha ense=ado a hacer con el casti(o 8sico severo. 4tras formas de ata*ue físico
La boetada, aunIue es uno de los tipos mFs comunes de abuso 8sico, aver(Hen-a especialmente al ni=o. 4reo Iue tal ve- constituye uno de los peores tipos de abuso 8sico no abyecto, porIue el rostro es un s8mbolo muy visible y reconocible de la identidad personal. 2ambién es abusivo (olpear la cabe-a, tirar del pelo o las oreGas, pelli-car o sacudir al ni=o, porIue en estos casos su cuerpo no es tratado con respeto, ni siIuiera con se(uridad. 3l cerebro de un ni=o es muy delicado. 4uando uno toma esa preciosa cabecita y la (olpea contra la pared, o la hace chocar con otra, puede provocarle una contusión cerebral.
Para darnos cuenta de hasta Iué punto estas acciones son abusivas, basta ima(inar a un adulto (olpeando a otro adulto o tirFndole del pelo. 9na persona puede haberme dicho lo Iue sea, pero paii m8 es inaceptable tomarla de los cabellos, (olpearle la cabe-a contra la pared, tirarle de las oreGas, aboetearla o sacudirla. 3so supondr8a una muy (rave alta de respeto a su cuerpo. 3n nuestra cultura comprendemos Iue tratar a otro adulto de ese modo estF mal, y lo sancionamos con disposiciones le(ales. 4ualIuier persona Iue sura este trato puede hacer Iue la otra sea detenida por la polic8a. Pero la misma idea de respeto al cuerpo del otro debe considerarse vFlida cuando se trata de un ni=o. buso físico)se'ual
Al(unas personas abusan 8sicamente de sus hiGos @los disciplinanB para estimularse se%ualmente a s8 mismas. Al(unas pali-as 8sicas son en realidad 8sicose%uales, y constituyen una orma de abuso 8sicose%ual, porIue el padre o la madre se e%citan se%ualmente en ese contacto con el ni=o. Por lo (eneral estas pali-as se rituali-an, y al ni=o le parece Iue en ellas hay al(o misterioso y aterrador. "esde el punto de vista del peIue=o, son muy sistemFticas, estructuradas, repetitivas, abiertas, a(resivas e impredecibles en cuanto al momento en Iue ocurrirFn. Las cos*uillas *ue llevan al niño a la histeria
4iertas clases de cosIuillas son 8sicamente abusivas. 1o me reiero a las caricias baGo la barbilla Iue solemos hacerles a los bebés. Pienso, por eGemplo, en las cosIuillas Iue el padre le impone a la hiGa hasta llevarla a la histeria, haciéndola re8r o (ritar sin control, totalmente incapa- de maneGar su propio cuerpo. A veces incluso la ni=a se orina encima. "esde lue(o, los ni=os varones también pueden ser obGeto de este abuso, y el Iue lo reali-a puede ser cualIuier miembro de la amilia un hermano mayor, t8as o t8os, etc. La persona Iue hace las cosIuillas se apropia del cuerpo del ni=o y lo trata como un obGeto. 3l mensaGe es o soy tu papF @o tu mamF. Puedo hacer lo Iue Iuiera con tu cuerpo, ya Iue soy el dios o la diosa de la amilia. Soy a tenderte en el suelo y a hacerte cosIuillas hasta Iue estés histérica, y ten(o derecho a elloB. 3sto es inadecuado, y para la ni=a o el ni=o puede ser una e%periencia penosa y ver(on-osa. A veces ser 8sico una orma de abuso 8sicose%ual. 3scólera posible Iue pasenesas de cosIuillas la cate(or8apueden de abuso @en elencubierta cual el adulto sólo descar(a mucha despla-ada a la cate(or8a de abuso se%ual, cuando ese pro(enitor se e%cita se%ualmente al reali-ar esa acción. utrición física insuficiente o e'cesiva
La nutrición 8sica adecuada es una de las necesidades bFsicas con dependencia, esencial sobre todo en los primeros a=os de vida. A medida Iue crece, se le debe permitir a la criatura asumir mFs control en cuanto a Iuién lo toca y a cuFndo lo tocar. $i no hay nutrición 8sica al principio, o esta nutrición no se reduce mFs tarde, los resultados son ne(ativos.
La nutrición 8sica del ni=o peIue=o supone abra-arlo, sostenerlo, tocarlo, acunarlo, estar cerca de él, caminar Gunto a él. 3sto le da al ni=o la impresión de Iue es (rato tocarlo, de Iue su cuerpecito es precioso, y de Iue el adulto sabe sose(arlo 8sicamente. 3sta nutrición 8sica es tan importante Iue los bebés de menos de un a=o pueden morir si no la tienen en (rado suiciente. La alta de nutrición 8sica apropiada es una e%periencia de abuso 8sicoC el mensaGe Iue env8a cuidador es 1o Iuietocarte. 1o me toIues. 2odos somos r8os y no se espera Iue nadie el toIue a otroB. 9na persona Iue ha tenido demasiado poco contacto 8sico en la ni=e-, se enrenta de adulto al mismo problema Iue el individuo Iue ue aboeteado, pateado o (olpeado. Pero al ni=o Iue no ha sido tocado, Iue lo toIuen también le resulta doloroso 4emocionalmente doloroso. como no estF amiliari-ado y le resulta temible tener contacto 8sico con cualIuier persona, siempre lo rehye con temor. Las ra-ones para no desear ser tocado son distintas @dolor emocional, en un casoC dolor 8sico, en otro, pero los eectos conductuales resultan muy semeGantes. 3n el otro e%tremo, el contacto e%cesivo, el e%cesivo sostén, la e%cesiva traba-ón 8sica @sobre todo en los a=os posteriores, soocan y abruman a la criatura. a de adulto, para poder amado y se(uro, individuodeIui-Fs e%iGa mFs contactosatisactorio 8sico y mFsbrindarle. abra-os Iue lossentirse Iue a su cónyu(e o a loselmiembros su amilia les resultan La reducción (radual de la nutrición 8sica Al principio los ni=os necesitan mucha nutrición 8sica, pero a medida Iue se desarrollan se vuelven mFs autónomos y esa necesidad disminuye. $i el pro(enitor no reduce la nutrición intensa inicial, la traba-ón 8sica Iue subsiste abruma a la criatura. 9n ni=o Iue soporta una nutrición 8sica abrumadora suele pensar /h, "ios m8oX AIu8 viene mamF. Ahora va a besarme 5uyamosX 3s demasiado para m8B. Por eGemplo, cuando la peIue=a Vinny an no hablaba, necesitaba mucha nutrición 8sica muy directa. 5ab8a Iue sostenerla, abra-arla, acariciarla y acunarla mucho mientras estaba despierta. Pero al crecer deGó de desear esa pro%imidad. $e despertó su curiosidad acerca del resto del mundo. 4uando la madre al-aba y la abra-aba, pensamiento Iue ten8a la ni=a era 'ueno, ya estF bienB, y Iuer8ala Iue la soltaran para ir el a Gu(ar. 4uando Vinny comien-a a caminar, la madre, si es uncional, se retira un tanto, permitiendo Iue sea la ni=a Iuien se acerIue a ella cuando lo desee, y no tanto a la inversa. 4uando la ni=a es al(o mayor y ya sabe hablar, aprende a diri(irse a la madre y decirle, en esencia Me duele. NQuieres abra-armeOB. "e este modo la madre deGa de ser Iuien siempre inicia directamente el contacto 8sico y poco a poco lo reduce, permitiendo Iue sea la propia Vinny Iuien le di(a cuFndo Iuiere nutrición y cuFndo ya no la necesita. Pero, por otro lado, la vi(ilancia de los padres no cesa hasta Iue el ni=o tiene entre die- o doce a=os. 5asta esa edad, es preciso Iue se observen con atención las necesidades de nutrición 8sica Iue pueda e%perimentar. Qui-Fs esté dolorido y necesite del pro(enitor, pero no sepa pedir ayuda. 3ntonces los padres deben acercarse y decirle, por eGemplo,
NQué te sucedeO N2e molesta si te tocoO N1ecesitas un abra-oOB. Al principio los padres abra-an y tocan mucho sin pedir permiso. A medida Iue el ni=o crece, los pro(enitores deben ir permitiéndole Iue sea él Iuien determine la intensidad de la nutrición. cuando lle(a a una edad apro%imada de entre die- y doce a=os, por lo (eneral pasa a la actitud de Iuiero ser yo Iuien os di(a cuFndo desee un abra-o. 1o me toIuéis sin mi autori-aciónB. o todav8a me apro%imo a mi hiGo de once a=os y lo nutro 8sicamente sin mucha autori-ación y sin la Iue él meenloelpida, aunIue estoy comen-ando a reple(arme. veces acerco y le pon(a mano hombro. 2en(o otro chico de dieciséis a=os alAIue ni seme me ocurrir8a tocarlo sin Iue medie al(n tipo de ne(ociación, como, por eGemplo, NQuieres un abra-oOB. Por lo (eneral permito Iue sea él Iuien ven(a a m8, pero lo observo y lo ten muy en cuenta. A veces le pre(unto si Iuiere venir y recibir abra-o, pero nunca me acerco para tocarlo automFticamente, mi hiGo de veinte a=os siempre le permito ne(ociar el conta 8sico entre nosotros. 3s posible Iue lo observe y le di(a al(o, pero es a él a Iuien le corresponde pedir nutrición 8sica, si la desea. "esde lue(o, hay dierencias individuales en las necesidades de pro%imidad Iue e%perimentan los distintos ni=osC yo he tratado de delinear un enoIue (eneral de este aspecto. 3n las amilias donde la nutrición 8sica mFs temprana ha sido insuiciente o enermi-a, es posible Iue los codependientes ten(an Iue e%aminar en el ncleo amiliar todos los cambios Iue han aprendido Iueabuso deben@por reali-ar en susiconducta, parae%plica Iue lospor Iué alle(ados no los e%perimenten como un eGemplo, la madre no ha decidido de pronto deGar de prestarle a su hiGo una atención incesante, él podr8a pre(untarse Iué es lo Iue hi-o malB, o por Iué la mamF ya no lo IuiereB. 6irar el abuso físico infli#ido a otro
$er testi(o de Iue otra persona estF siendo obGeto de abuso es a la ve- proundamente abusivo. 9na ni=a pudo haber tenido una conducta de peIue=a adulta perectaB, mientras al hermano le pe(aban re(ularmente por rebelarse. Qui-F tuvo Iue escuchar los (olpes y los (ritos, o incluso ver lo Iue ocurr8a, porIue el padre pon8a a todo el mundo en ila y obli(aba a presenciar la pali-a. A menudo los ni=os Iue han tenido este tipo de e%periencia de observadores sienten en s8 mismos el eecto total del abuso, en lo relativo al dolor emocional. 3l mensaGe a ellos miedo. es 3sto puede sucederte también a ti. 2en cuidadoB. 3ste mensaGe suele (enerar mucho 9no de los casos mFs di8ciles con los Iue he tenido Iue trabaGar ue el de una muGer cuya madre hab8a optado por e%cluirse emocionalmente de la amiliaC i(noraba todo lo Iue suced8a y deGaba a su bebé de dieciocho meses al cuidado de mi cliente cuando ésta sólo ten8a seis a=os. AdemFs, desde esa misma edad esta paciente hab8a sido v8ctima de reiteradas relaciones va(inales con el padre. "urante el mismo lapso, el padre a(redió 8sicamente al bebé de dieciocho meses. 4uando ue obGeto de una a(resión se%ual a los seis a=os, esta ni=a se desli(ó de todo, se despla-ó mentalmente a otro lu(ar, de modo Iue no sent8a lo Iue le estaba sucediendo. Pero cuando era maltratado el hermanito, no pod8a hacer lo mismo, porIue era la cuidadora
principal del bebé. "e modo Iue observaba y a(uardaba a Iue el padre deGara a la criatura, para tomarla y atenderla. 3n su trabaGo terapéutico de inda(ación y reducción de la ver(Hen-a, me sorprendió descubrir Iue su propio incesto le resultaba mucho mFs Fcil de elaborar Iue la e%periencia de haber visto (olpear al hermanito. La desatención y eldeabandono las necesidades 8sicas dependencia pacientelapso, hab8a sido v8ctima reiteradasderelaciones va(inales concon el padre. "uranteesta el mismo el padre a(redió 8sicamente al bebé de dieciocho meses. 4uando ue obGeto de una a(resión se%ual a los seis a=os, esta ni=a se desli(ó de todo, se despla-ó mentalmente a otro lu(ar, de modo Iue no sent8a lo Iue le estaba sucediendo. Pero cuando era maltratado el hermanito, no pod8a hacer lo mismo, porIue era la cuidadora principal del bebé. "e modo Iue observaba y a(uardaba a Iue el padre deGara a la criatura, para tomarla y atenderla. 3n su trabaGo terapéutico de inda(ación y reducción de la ver(Hen-a, me sorprendió descubrir Iue su propio incesto le resultaba mucho mFs Fcil de elaborar Iue la e%periencia de haber visto (olpear al hermanito. La desatención y el abandono de las necesidades físicas con dependencia
3s mFs recuente Iue la desatención y el abandono ten(an Iue ver con las necesidades de nutrición 8sica @como acabamos de ver y de nutrición emocional @Iue e%aminaremos en el cap8tulo )7. Pero también hay abuso 8sico cuando no se satisacen las necesidades 8sicas con dependencia, como, por eGemplo, la de buena alimentación, ropa adecuada, casa se(ura y limpia y atención médica y odontoló(ica. La desatención si(niica Iue el pro(enitor intenta satisacer esas necesidades pero no sabe hacerlo, o no lo hace lo bastante bien como para no aver(on-ar al ni=o. Qui-Fs haya comida sobre la mesa, pero insuiciente, o tal ve- no sea eIuilibrada y nutritiva, de modo Iue el ni=o pasa hambre, es demasiado del(ado u obeso o bien tiene numerosos problemas odontoló(icos. Qui-Fs en laesa casavivienda o departamento vivanendemasiadas personasoynecesita no haya lina adecuada intimidad, o bien se encuentra un barrio peli(roso reormas. 3s posible Iue el papel de las paredes esté muy manchado y desprendido en al(unos lu(ares, o Iue la puerta del ba=o no cierre bien y nunca la arre(len. Qui-Fs al ni=o no se le ha ense=ado a limpiarse los dientes, y después ten(a Iue soportar una atención bucal dolorosa. 2al ve- no lo llevaron a la sala de emer(encia cuando se cortó accidentalmente, de modo Iue la herida ha deGado una cicatri- muy notoria o bien se inectó y hubo Iue hospitali-ar al ni=o, con peli(ro de Iue perdiera un bra-o o una pierna. 3l abandono si(niica Iue se ha hecho muy poco o nada por satisacer las necesidades 8sicas del ni=o. 3s posible Iue nin(uno de los pro(enitores cocinara, y los hiGos tuvieran Iue sobrevivir con pi--as o comidas preparadas Iue calentaban ellos mismosC hay casos en Iue los ni=os habr8an ca8do en la inanición de no ser por lo Iue se les serv8a en la escuela. Qui-F los pro(enitores no ten8an un lu(ar para vivir, y la amilia iba a la deriva,
compartiendo la casa de parientes hasta Iue les ped8an Iue se ueran. 9na ami(a m8a surió abandono respecto a sus necesidades de cuidado odontoló(ico. 1unca se le ense=ó a cuidar sus dientes ni la llevaron a un dentista antes de los treinta a=os tuvo Iue empe-ar a usar una dentadura posti-a. 4omo hemos visto, sea Iue los cuidadores del ni=o lo ataIuen con contactos penosos o Iue i(noren su necesidad de contacto 8sico, los resultados son e%periencias Iue provocan en la criatura una ver(Hen-a desmedida, obstaculi-ando su evolución hacia una adulte- madura.
)). 3l abuso se%ual AunIue el ni=o tiene una capacidad natural para responder a la estimulación se%ual de un modo inantil, siempre Iue un adulto tiene una conducta se%ual con él la e%periencia es abusiva para la criatura. 3sto se debe a Iue ella e%perimenta cosas Iue en su nivel de edad e%ceden la capacidad de control emocional. 3l abuso se%ual puede serno8sica 8sico @con contacto real entre el abusador el ni=o o no8sico. 5ay una orma especial de corporal abuso se%ual emocional cuandoy un pro(enitor tiene con un hiGo del se%o opuesto una relación Iue para él es ir Fs importante Iue la Iue mantiene con su cónyu(e. Abuso se%ual 8sico $e considera abuso se%ual 8sico a una actividad se%ual corporal o a tocamientos de tipo se%ual con un ni=o. 3sto incluye la cópula, el se%o oral, el se%o anal, la masturbación del ni=o por el adulto o del adulto por el ni=o y los abra-os, los besos y las caricias se%uales. 4uando el adulto responsable de estas conductas es un miembro de la amilia, este abuso se denomina incestoBC cuando Iuien lo reali-a no es un miembro de la amilia, se llama abuso deshonestoB. El encuentro se'ual1 $es abusivo aun*ue no haya hecho daño,
4omo animales humanosB respondemos a la estimulación se%ual desde el nacimiento. al(unas ormas de abuso se%ual en realidad son muy a(radables para el ni=o. Por eGemplo, si es acariciado, ello no le causarF dolorC Iui-F le pare-ca maravilloso. 3l hecho de Iue las caricias le (usten, o incluso de Iue las pida, no si(niica Iue el ni=o sea responsable de tener actitudes se%uales con un adulto. 3s el adulto Iuien estF uera de control. "e hecho, cuando trato con un adulto Iue ha sido victimi-ado por un acto de abuso se%ual Iue le (ustaba, la terapia de esta persona es mFs di8cil si Iuiere asumir la responsabilidad por haber permitido Iue dicha actividad se iniciara o continuara. Los ni=os peIue=os no buscan de modo natural encuentros se%uales, mFs allF de lo normal para sus niveles de edad. Los no@de hanhasta sido cuatro obGeto a=os de abuso casionunca tienen con otros de apro%imadamente su ni=os mismaIue edad en mFs en menos nin(una conducta se%ual Iue esté uera de la (ama normal para esa edad, y Iue pueda ser e%perimentada como traumFtica @por eGemplo, e%hibir rec8procamente los (enitales y hacerse pre(untas sobre la orma como deecan. Pero si uno de los ni=os ha estado e%puesto a una conducta se%ual de tipo mFs adulto y la repite con la otra criatura, esto se convierte en abuso se%ual. 2ambién es posible Iue un ni=o abuse de otro de mayor edad. 5e trabaGado con un hombre al Iue nadie le hab8a dicho esto. Pasó mucho tiempo antes de Iue saliera a la lu- la historia del abuso, pero resultó Iue hab8a sido obGeto de la iniciativa incestuosa de sus dos hermanas menores cuando él ten8a die- a=os, y ellFs ocho y menos de ocho. 3stas ni=as eran muy (randes y pesaban mFs Iue él. 3l paciente llevaba una car(a adicional de an(ustia porIue pensaba Iue, por ser mayor Iue sus hermanas, él era de al(n modo el abusador.
$Es al#una vez el niño el *ue provoca su propio abuso se'ual,
9n ni=o no es nunca la parte responsable de un abuso se%ual. 3n estas situaciones hay muchas dinFmicas subyacentes, y todas tienen Iue ver con la alta de control del adulto oensor. 3l ni=odeesmFs en primer atacado o iniciado en conductas se%uales por un adulto otro chico edad, delu(ar modo Iue todo lo Iue sabe de cualIuier conducta se%ual Iueu esté mFs allF de su nivel de edad lo ha aprendido en relaciones inadecuadas. MFs tarde, si ha sido obGeto de un abuso muy (rave, puede parecer Iue él insti(a ese abuso, pero incluso esa conducta la ha aprendido en e%periencias anteriores, y, por lo tanto, no es el culpable. Por eGemplo, al(unos ni=os reciben muy poca o nin(una nutrición 8sica adecuada de su cuidador. $i uno de estos ni=os es obGeto de un abuso se%ual Iue le a(rada y con el Iue e%perimenta el contacto 8sico Iue tanto necesita, es posible Iue, precisamente en ra-ón de esa necesidad, busIue los tocamientos se%uales. 3l ni=o tiene en realidad hambre de atención 8sica y no busca el contacto se%ual por ra-ones se%uales, sino debido a Iue, por esa prounda necesidad de contacto 8sico, estF dispuesto a cualIuier cosa para conse(uirlo. 3s impulsado por su necesidad interna de un contacto 8sico nutricio, Iue sustituye por un contacto se%ual. 3n la supericie, ni=osólo parece reali-ar una actividad se%ualdecon un adulto, pero la realidad no es éstaeste el ni=o intenta satisacer su necesidad nutrición 8sica. 4omo nunca tuvo la e%periencia de una nutrición 8sica adecuada, no sabe Iue hay otros modos de dar satisacción a esa necesidad. 4uando pienso en el incesto mltiple, siempre recuerdo a una muGer Iue llamaré 4eleste. 3sta paciente ue v8ctima de la prFctica incestuosa de Iuince varones antes de haber cumplido los ocho a=os, todos ellos adultos mayores de la amilia. Los dos pro(enitores eran bebedores, y abusadores la(rantes en Fmbitos no se%uales. La paciente no pod8a contar con comida, ropa ni casa se(ura, y en cierto sentido era una presa sin protección, d8a tras d8a. Pero, desde Iue ten8a ocho a=os, el t8o 5arry iba a verla todas las noches, la masturbaba y se hac8a masturbar por ella. Para 4eleste, esto era maravilloso. 3l t8o 5arry era su ami(o y la hac8a sentir bien. 3n esa época aprendió a conundir la nutrición 8sica con las e%periencias se%uales. MFs tarde conundió la nutrición emocional e intelectual con el se%o. 4eleste aprendió Iue cuando se sent8a sola y necesitaba nutrición, en su mundo el nico modo de lo(rar esa pro%imidad era participando en actos se%uales. no pasó mucho antes de Iue se convirtiera en adicta al se%o. Parte de la terapia consistió en ense=arle Iue su actividad se%ual compulsiva no satisar8a las necesidades de nutrición 8sica y emocional. 3ra muy di8cil ayudar a 4eleste, porIue ella amabaB mucho al t8o 5arry, y las e%periencias se%uales con él hab8an sido especialmente buenas, precisamente por lo Iue le altaba de nutrición apropiada. 1osotros le ense=amos Iue la nutrición 8sica atender8a parte de sus necesidades, la nutrición emocional satisar8a otras, y la nutrición intelectual al(unas mFs. Le ense=amos a buscar, recibir y proporcionar estos tipos de nutrición, en lu(ar de procurar sólo estimulación e intimidad se%uales cuando se sent8a aislada y careciente.
5ubo Iue ense=arle a buscar estos diversos tipos de nutrición no se%ual en otras personas apropiadas y se(uras. Parte de la terapia consistió en Iue aprendiera a pedir abra-os a personas se(uras, en lu(ar de ser se%ual con todo el mundo. 2uvo Iue aprender a ser 8sica, pero no necesariamente se%ual, a comunicarse rec8procamente los sentimientos con otras personas, para lle(ar con ellas a la intimidad emocional y obtener nutrición de este tipo. 2odo adulto Iue aprovecha la necesidad de contacto 8sico Iue tiene el ni=o para a encuentros se%uales, orece unaaunIue nutrición 8sica inadecuada estF abusando de laarrastrarlo criatura. 4omo he dicho antes, esto es as8 el propio ni=o busIuey y pare-ca disrutar de esos encuentros. 3n la terapia suele ocurrir Iue los pacientes no dicen Iue han disrutado con el se%o abusivo hasta Iue transcurre un tiempo considerable y con8an realmente en el terapeuta. 4uando por in abordan el tema, suelen e%perimentar una prounda ver(Hen-a y culpa. 3sa culpa se debe a Iue sienten un intenso impulso positivoB hacia la persona Iue abusó de ellos, un impulso Iue es sólo el resultado de Iue no hayan e%perimentado nin(una nutrición 8sica adecuada. 4uando un cliente se resiste mucho a e%aminar el abuso se%ual, yo busco este tipo de enómeno. Mi mF%ima es la si(uiente siempre Iue un adulto tiene actitudes se%uales con un ni=o, este ni=o es v8ctima de unse%ual abusoesse%ual. 3nresponsabilidad ltima instancia,del nunca se produce porver iniciativa la criatura. 3l abuso siempre adulto, y tiene Iue con su de adicción al se%o o con su alta de l8mites se%uales. 3s triste para m8 tener Iue decir Iue muchos terapeutas an tienden a culpar al ni=o obGeto del abuso si se ha prestado al contacto se%ual o acaso lo ha insti(ado. 5ace poco, mientras yo presentaba un taller, un terapeuta me habló de modo culpabili-ador de una ni=a Iue permite Iue suceda el abusoB y lo provocaB. 3sto es lo Iue yo llamo una declaración del oensorB la declaración de un adulto Iue culpa al ni=o por el abuso del Iue él lo hi-o obGeto. 3l ni=o no tiene l8mites desarrollados y necesita protección, no Iue los adultos lo culpen. A Iuien estF acudiendo un terapeuta Iue le ormula este tipo de declaraciones inculpatorias, le aconseGo Iue se busIue otro proesional. Muy probablemente, ese terapeuta no sabe tratar el abuso se%ual. $ 7ue#o o abuso se'ual,
Quien comete el abuso se%ual es casi siempre un ni=o de mFs edad Iue la v8ctima, o un adulto. Pero, a veces, otro ni=o de la misma edad, o incluso mFs peIue=o, Iue ha sido a(redido se%ualmente por al(uien mayor, puede a su ve- actuar de la misma manera abusiva con otro ni=o. 9na re(la prFctica para distin(uir el Gue(o se%ual normal del abuso es la si(uiente si un ni=o participa en e%periencias se%uales por iniciativa de otro Iue tiene cuatro o mFs a=os Iue él, o Iue ha aprendido conductas se%uales Iue e%ceden su nivel de edad, es probable Iue haya abuso se%ual.
Cuando el abuso se'ual físico entre#a poder
3l abuso se%ual 8sico Iue no lastima puede otor(ar mucho poderC e%cita al ni=o, y en la e%citación se%ual y el or(asmo, si se produce, su cuerpo e%perimenta un luGo de ener(8a e%ultante. 4uando un pro(enitor comete incesto con el ni=o y le ense=a Iue satisace las necesidades se%uales del oensor mucho meGor Iue su pareGa, impl8citamente le dice a la criatura Iue ella es meGor y mFs potente en términos se%uales Iue el mFs importante adulto del mismo se%o de la vida del ni=o. La orma mFs t8pica de este abuso se denomina ni=ita de papFB. 3l padre le dice a la hiGa Iue la madre no Iuiere tener relaciones se%uales con él. "espués abusa se%ualmente de la ni=a, sin lastimarlaC la ni=a se e%cita y se siente muy bier. 3ntonces tiene la idea de Iue es meGor Iue la madre, porIue es se%ual con el papF. Piensa $oy maravillosa. $oy ma(n8icaB La e%periencia del luGo 8sico de ener(8a, de hacer Iue el padre se sienta realmente bien y de ser tan importante para e pro(enitor, les procura a estas v8ctimas del incesto una sensacami de tremendo poder y superioridad, aunIue desde lue(o es ) puesto Iue no son superiores, sino Iue valen lo mismo Iue cual piier otra persona. 3n tales casos, el hecho de Iue estas e%periencias se%uales sean abusivas estF enmascarado por la circunstancia de Iue no lastiman. buso se'ual evidente no)físico
3l abuso se%ual abierto no8sico puede aectar a una persona tan proundamente como los tocamientos 8sicos directos, e involucra dos tipos dierentes de conducta se%ual el voyeurismo y el e%hibicionismo. 3l voyeurismo o e%hibicionismo de los miembros de la amilia a veces da=a mucho mFs al ni=o Iue esas mismas actitudes en personas Iue no son parientes. 5ay voyeurismo en la amilia cuando uno de sus miembros se estimula se%ualmente viendo a otro. @"esde lue(o, esto no incluye la relación se%ual adecuada entre marido y muGer. 3%iste e%hibicionismo en la amilia cuando un miembro se estimula se%ualmente e%poniendo susypartes se%uales al ni=o.mucho 5ace partido unos a=os, el Pero e%hibicionismo era considerado muy divertido, los cómicos sacaban de él. tanto el e%hibicionismo como el voyeurismo estFn asociados con lo Iue PatricU 4arnes llama el nivel dos de la adicción se%ualB. 1uestra cultura se encar(a de hacernos lle(ar el mensaGe de Iue no hay Iue hablar de la adicción al se%o, pero ésta es mFs la(rante y mucho mFs comn de lo Iue se piensa. 4uando en torno de nosotros sur(en eGemplos de adicción al se%o, tendemos a re8rnos y a pensar Iue son divertidos o normales. $us resultados no son divertidos. 4uando le pre(unto a una persona si ha pasado por e%periencias de voyeurismo o e%hibicionismo, le su(iero Iue ha(a memoria de su vida tanto uera como dentro de la amilia. Me parece Iue es mFs Fcil comprender la naturale-a abusiva de la conducta de un varón adulto cualIuiera, Iue se acerca a una ni=a en su automóvil, le dice mira peIue=aB y
le muestra sus (enitales, o el comportamiento de un mirón desconocido, Iue esp8a a través de la ventana del ba=o o del dormitorio Iue da a la calle. Pero, cuando estas cosas ocurren dentro de la amilia, a menudo no se las identiica como abusivas. 4uando hay voyeurismo o e%hibicionismo por parte de los miembros mayores de la amilia, esas personas se estFn estimulando se%ualmente a e%pensas del bienestar emocionalse%ual de la criatura. 3sto constituye un abuso se%ual (rave, aunIue no haya tocamientos directos ni nin(n intento consciente del adulto de da=arB al ni=o. 3n estas amilias, las personas suelen estar desnudas en presencia de otras, y los distintos miembros ven sus cuerpos desnudos de modo habitual. 3sta actitud le hace lle(ar al ni=o un mensaGe Iue podr8a ormularse mFs o menos como si(ue 1adie debe tener privacidad. $i pretendes privacidad, eres un remil(ado. 1o hay Iue cerrar la puerta del ba=o ni del dormitorio. 2odos tienen Iue ver a todos. si sientes ver(Hen-a y no te (usta esto, ello si(niica Iue t tienes un problema. 1o si(niica Iue yo esté uera de controlB. 3l actor Iue dierencia al e%hibicionismo y el voyeurismo de la alta de l8mites se%uales es la intención del oensor de obtener e%citación se%ual. 3n otras amilias puede haber un mismo (rado de desnude- habitual, pero se trata de Iue los adultos son descuidados en cuanto a los l8mites se%uales, lo cual, como veremos un poco mFs adelante, también puede ser se%ualmente abusivo para el ni=o. Las personas Iue en su ni=e- pasaron por situaciones de voyeurismo o e%hibicionismo suelen no estar se(uras de si esos actos se produGeron o no en la amilia. Al tratar de recordarlas, estas situaciones pueden tomar el aspecto si(uiente. 4hristine es una adulta en terapia. 4uando yo le hablé de voyeurismo y el e%hibicionismo, ella, aunIue no estaba se(ura, tuvo la sensación de Iue esas conductas podr8an haberse producido. Le pareció recordar Iue no se sent8a se(ura al vestirse o Nes vestirse, ir al ba=o o tomar una ducha, o en la intimidad de su dormitorio. 2em8a Iue entrara el padre, para mirarla o mostrarse ante ella. *ecordaba haber tenido pensamientos del tipo _ /h, aIu8 viene papF. 1o Iuiero verlo desnudoB. 3ra como si el padre emitiera al(una ener(8a Iue se e%perimentaba como inusual y abrumadora. Pero 4hristine no advert8a en esa época nin(n ras(o obGetable en la conducta del padre, porIue los ni=os no comprenden ese tipo de ener(8a se%ual o conducta se%ual descontrolada. A veces se trata sólo de una sensación incómoda de tener Iue ver a los padres desnudos, o de ser visto por ellos desnudo o sólo parcialmente vestido. buso se'ual no)físico encubierto
3l abuso se%ual encubierto es indirecto, manipulativo y ocultoC el oensor no tiene por lo (eneral el propósito de estimularse se%ualmente. 9n tipo de abuso se%ual encubierto es verbal, y el otro se relaciona con los l8mites. El abuso se'ual verbal
9na e%presión del abuso se%ual verbal son las conversaciones se%uales inadecuadas en la amilia las insinuaciones se%uales, las bromas se%uales, los apodos se%uales y el acoso a los chicos después de una cita para Iue cuenten lo Iue ocurrió. A veces el padre (asta
bromas se%uales Iue estFn mFs allF del desarrollo se%ual del ni=o, y en todo caso no son adecuadas en la relación con un hiGo o una hiGa. / bien el padre se encoleri-a, y llama putaB a la ni=a. 4uando los pro(enitores acosan al adolescente después de una cita, para inormarse de la naturale-a espec8ica de su conducta se%ual @Iue es al(o Iue no les concierne, lo aver(Hen-an, aunIue en esa cita no haya ocurrido nada de naturale-a se%ual. La educación se%ual adecuada es unadel parte natural de la educación para la pero lo Iue sucedióB después hecho, violentando la intimidad devida, la hiGa o eltratar hiGo, de es inda(ar una conducta Iue (enera ver(Hen-a. 3n las amilias mFs uncionales hay una relación de conian-a y el tema del se%o no se considera ver(on-oso, de modo Iue los hiGos aprovechan sus primeras citas para hacer pre(untas Iue el padre o la madre pueden responder de un modo sano y sin car(a emocional. 2ambién hay abuso se%ual verbal cuando un pro(enitor acta como si le (ustara tener una relación romFntica con el hiGo o la hiGa. Qui-Fs el padre le di(a a la hiGa Iue, si él uera mFs Goven, le encantar8a salir con ella. 2al ve- le comente Iue su cuerpo es muy bonito y Iue él Iuerr8a Iue le correspondiera un poIuitoB. 3s posible Iue ha(a observaciones (roseras acerca de, por eGemplo, los senos de la Govencita. La madre, por su parte, podr8a hacer comentarios con connotaciones se%uales sobre los msculos o los (enitales del hiGo, y as8 sucesivamente. /tro aspecto del abuso se%ual verbal tiene Iue ver con la inormación se%ual. 3n primer lu(ar, creo Iue todos los ni=os necesitan inormación sobre la se%ualidad. La se%ualidad es un impulso muy uerte, y la reproducción Iue permite la subsistencia de la ra-a humana depende de Iue na-can bebés en amilia donde se los cuide. Pero al(unas criaturas son concebidas en circunstancias trF(icas, por madres muy Góvenes e ine%pertas, Iue no estFn preparadas para atenderlas. 9na de las principales ra-ones de Iue esto ocurra es la alta de inormación se%ual adecuada. 3l impulso se%ual es e%tremadamente poderoso. 1uestros hiGos necesitan inormación sobre su desarrollo se%ual, sobre el impulso se%ual y sobre cuFles son las conductas y e%pectativas se%uales adecuadas, no sólo para evitar embara-os indeseados sino también para prote(erse dede losnuestra posibles traumas emocionales Iue suelen rodear este Fmbito tan sensible e intenso vida. 3n un e%tremo, es abusivo no proporcionar a los ni=os nin(una inormación respecto del se%o, esperando Iue la obten(an de sus i(uales o en la escuela. o apoyo los pro(ramas escolares de educación se%ual, pero como la (ama de actitudes respecto de la se%ualidad apropiada es muy amplia, también los padres, y no sólo los maestros, los compa=eros y los ami(os, deben proporcionar inormación sobre la conducta se%ual. 3n el otro e%tremo, es abusivo proporcionarle al ni=o una inormación se%ual e%cesiva o preco-. 2ambién constituye un abuso imponer inormación se%ual abrumadora, distorsionada o alsa por eGemplo, decir Iue una ni=a IuedarF embara-ada si besa a un chico en la boca, Iue los adolescentes tienen (ranos porIue se masturban o Iue la masturbación es mala y pecaminosa.
La masturbación orma parte del desarrollo normal. "e ese modo mantenemos conectado nuestro cerebro @Iue es la (lFndula se%ual maestra con los (enitales @Iue son uno de los principales lu(ares donde e%perimentamos la estimulación se%ual. La masturbación ayuda al ni=o a convertirse en un adulto se%ualmente uncional. 3s por completo inadecuado decirle al ni=o Iue masturbarse es anormal. 3l padre uncional sólo se preocupa si el ni=o se masturba obsesiva y compulsivamente, o si se hace da=o o se an(ustia. 4uando esto no ocurre, a nadie importarle Iue se masturbe oesno. "eparte hecho, tanto intimidad comodebe el conocimiento de el Iueni=o la masturbación una delnecesita desarrollo se%ual normal. "ecirle al ni=o Iue no debe masturbarse puede hacer Iue se obsesione con este tema. $i al(uien nos conmina a no pensar en monos durante los pró%imos die- minutos, Npodremos evitar hacerloO Mientras tratemos de no pensar en monos, continuamente nos concentraremos en ellos. , desde lue(o, en este caso no hay nin(una uer-a vital primordial Iue nos predispon(a a pensar en monos. 1unca olvidaré una situación horrible de mi vida, provocada por mi propia alta de inormación se%ual. 4uando estaba en cuarto (rado, al(unas ami(as nos reun8amos a la salida de la escuela. 9na de las chicas hab8a estado hur(ando en el dormitorio de los padres y hab8a encontrado al(unos preservativosC trató de e%plicarnos a todos para Iué serv8an. 4uando ella deGó de hablar, yo estaba petriicada. 3n primer lu(ar, mis padres nunca me hab8an hablado se%o. Iue mi hab8a dicho me resultaba totalmente repulsivo, y lo si(uió siendodel hasta IueLo lle(ué a laami(a escuela media. Los límites se'uales
4uando los ni=os crecen en un sistema amiliar disuncional en el Iue los padres no tienen l8mites se%uales adecuados, tampoco los desarrollan ellos mismos, aunIue no e%ista nin(una intención de abuso. Los padres con l8mites inadecuados tienen relaciones se%uales sin cerrar la puerta, de modo Iue los hiGos oyen o ven lo Iue ocurre, o bien cierran la puerta pero hacer, tanto ruido durante la relación se%ual Iue se los puede o8r desde uera. $e entre(an a un beso rancés en la cocina, y se acariciar, rec8procamente en el soF de la sala de estar. 3stos no son eGemplos de e%hibicionismo, porIue la pareGa no necesita de la atención de los hiGos para sentir e%citación se%ual. $e trata sólo de Iue estos pro(enitores no tienen elde cuidado se%ualidad adultos.de res(uardar la intimidad 8sica y prote(er a los ni=os de su 3s probable Iue este tipo de padres también se muestren e ropa interior o desnudos rente al ni=o. 3sto no es e%hibicionismo, porIue no se pretende una estimulación se%ualC sólo s trata de descuido en cuanto a la necesidad de prote(er al ni de la desnude- del adulto. Qui-Fs un pro(enitor entre en el ba=o cuando la criatura toma una ducha no es un voyeur, pero no respeta el derecho del ni=o a la privacidad. 3n estas situaciones no se tiene nin(una intención de da=ar, pero de ese modo no se le ense=a a la criatura a desarrollar l8mites se%uales intactos. 9na parte de la tra(edia de los sistemas amiliares disuncionales consiste en Iue se reproducen en las (eneraciones sucesivas, a menos Iue haya al(una clase de interrupción (racias a un proceso de recuperación.
$i los dos pro(enitores tienen l8mites se%uales disuncionales de dierente tipo, el hiGo, al convertirse en adulto, Iui-Fs oscile entre uno y otro sistema. Por eGemplo, Vary crece en un ho(ar en el Iue la madre levanta un muro de miedo. 3vita el se%o ocultando su cuerpo y manteniéndose a distancia del marido. Pero el padre de Vary carece totalmente de l8mites se%uales. 5abla de se%o de modo muy abierto, hace bromas se%uales y anda desnudo por la casaC irrumpe en el dormitorio de la hermana de Vary y la mira cuando se viste. a de adulto, Vary oscila entre conductas se%uales trans(resoras, y ocultar y evitar totalmente el se%o, por temor. 3n una amilia uncional se establecen l8mites se%uales adecuados a partir de la demostración por los pro(enitores de sus propios sistemas de l8mites. $e le ense=a al hiGo a no entrar en el dormitorio de los padres o al ba=o mientras ellos se estFn vistiendo o utili-ando el cuarto de ba=o. también se le ense=a a cuidar su propia privacidad cuando emplea el lavabo, se ba=a o se viste. "esde lue(o, al principio la criatura necesita ayuda para aprender a ir al ba=o, ba=arse y vestirse. Pero en cuanto puede hacer todo esto por s8 misma hay Iue deGar de acompa=arla, aunIue an deGe la puerta abierta. MFs tarde se le pide Iue cierre la puerta y, al cabo de cierto tiempo, Iue ademFs eche el pestillo. 3n adelante el ni=o sabrF Iue eso es lo adecuado. "espués Iueropa el ni=o hayapor lle(ado a cierta edad, los padres uncionales no andan desnudosde o en interior la casa. Personalmente creo Iue se lle(a a este l8mite de edad cuando la criatura ya se percata con claridad de las dierencias se%uales 8sicas entre la madre y el padre RmFs o menos a los cuatro o cinco a=osR. Los padres uncionales tampoco permiten Iue los hiGos duerman con ellos. 1o di(o Iue la desnude- en s8 sea al(o malo. 4uando hablo de prote(er de ella a los ni=os, Iuiero decir Iue, a partir de cierta edad, ellos advierten Iue el padre y la madre son distintos, y empie-an a prestar atención a esas dierencias se%uales. Los adultos olvidan con acilidad Iue cuando el ni=o es peIue=o mira al papF y la mamF, y todo le parece mucho mFs (rande de lo Iue realmente es. Al ni=o o la ni=a, comparar los (enitales y los senos adultos con su propio cuerpecito puede resultarle temible, abrumador y ver(on-oso. "esde lue(o, si un ni=o entra accidentalmente en una habitación donde uno de sus pro(enitores estF desnudo, no es adecuado Iue éste se enoGe y se esconda detrFs de un espeGo, como si en su cuerpo desnudo hubiera al(o radicalmente malo. Lo Iue s8 puede hacer es cubrirse y pedirle a la criatura Iue a(uarde uera de la habitación hasta Iue esté vestido. AdemFs, cuando el ni=o crece y su cuerpo empie-a a producir hormonas, el se%o y la se%ualidad pasan a interesarle directamente. $i los padres continan andando desnudos por la casa es muy posible Iue de ese modo lo e%citen se%ualmente. Por eGemplo, "ou(las, de doce a=os, ha empe-ado a tener erecciones, masturbarse, pensar mucho en las chicas, hacer bromas se%uales en la escuela, y as8 sucesivamente. La madre,
sentada en la ba=era, lo llama 3h, "ou(, ven aIu8. Quiero hablar conti(oB. $u deseo es verdaderamente hablarle @no e%hibirse, pero, de hecho, e%pone su cuerpo desnudo. "ou(las entra y se sienta sobre la tapa del inodoro, mira a la madre en la ba=era, ve sus senos y comien-a a tener una erección. La madre no ha pretendido e%citarlo, pero llamarlo al ba=o mientras ella estF desnuda es inadecuado, y el resultado es altamente abusivo. 9n ni=o muy peIue=o puede ser Fcilmente abrumado por el tama=o del cuerpo de su pro(enitor cuando mece, ya no es necesario preocuparse tanto por estas situaciones.del $i mismo un hiGose%oC ya mayor se estF desarrollando 8sicamente y se siente proporcionado, y si tenemos una buena relación con él, por lo (eneral no es ne(ativo Iue madre e hiGa, o padre e hiGo, se vean en ropa interior, se vistan en la misma habitación o hablen en el ba=o mientras uno de ellos estF en la ducha. Los pro(enitores tienen Iue basarse en su buen Guicio en estas situaciones. Por eGemplo, yo ten(o una hiGa de veinticuatro a=os, y este upo de amiliaridad no me preocupa. Podemos vestirnos en la misma habitación sin sentirnos violentas. Pero con nin(uno de mis hiGos varones @el menor tiene once a=os me mostrar8a sin ropa o en la ba=era. 4omprendo Iue para estos casos no hay re(las (eneralesB, y Iue al(unas de las opiniones Iue he e%puesto pueden considerarse arbitrarias. 3stoy tratandode de(eneración se=alar Iue,enen(eneración al(unas amilias, las prFcticas se%ualmente abusivas se han transmitido durante tanto tiempo, Iue los pro(enitores y los hiGos las consideran normalesB. Mi e%periencia cl8nica indica Iue un e%ceso de desnude- y alta de cuidado con respecto a los l8mites se%uales (enera ver(Hen-a y abuso, y conduce a la disunción en la vida adulta. El abuso se'ual emocional
3l desarrollo se%ual del ni=o abarca la identidad se%ual, las uentes preeridas de aecto y la preerencia se%ual. La identidad se%ual supone aprender Iué si(niica ser varón o muGer. 9na muGer aprende a ser emenina, y un varón a ser masculino. 3l ni=o también aprende a preerir a hombres o muGeres como uentes de aecto o nutrición 8sica nose%ual. MFs tarde, un varón Iui-F preiera rodearse de hombres, o de muGeres nutricias. 9na muGer puede preerir a hombres nutricios o a otras muGeres la abracen, sosten(an la toIuen de un modo no se%ual. La preerencia se%ual Iue supone aprenderlaIué (énero onos resulta se%ualmente estimulante, y asumir esa predilección. 3l tipo de abuso Iue voy a describir constituye un maltrato emocional porIue intenta or-ar al ni=o a ser adulto. 3s se%ualmente abusivo porIue crea mucha conusión en cuanto a la identidad se%ual, las uentes preeridas de aecto y la conducta se%ual directa. 9no de los criterios undamentales Iue permiten dierenciar un sistema amiliar disuncional de otro uncional es Iue, en este ltimo, los adultos participan como pro(enitores para satisacer las necesidades de los hiGos. 3n una amilia disuncional, en cambio, los ni=os tienen la unción de satisacer las necesidades de los adultos. 3l abuso se%ual emocional es uno de los eGemplos mFs notorios del empleo de los ni=os para satisacer las necesidades de los pro(enitores.
3n una amilia uncional hay un l8mite entre ambos padres por una parte, y todos los hiGos por la otra. 3ste l8mite e%terior e interno prote(e a los ni=os de los detalles 8ntimos de la relación entre los padres. Los ni=os sólo necesitan saber mFs o menos el ochenta por ciento de lo Iue sucede entre los padres. 3l resto no es de su incumbencia. 3n el si(uiente dia(rama de una amilia uncional, la representa a los padres, la l8nea indica el l8mite y las / son i hiGos. Los padres se relacionan 8ntimamente entre s8, pero tra-ara un l8mite adecuado entre la relación de ellos y los hiGos.
5ay abuso se%ual emocional cuando uno de los pro(enitores tiene con uno de los hiGos una relación importante Iue laentre Iue lo a suen cónyu(e. 3n8ntimo eecto,de el estos ni=o es atra8do para Iue crucemFs el l8mite, y ubicado losune padres el mundo ltimos. 3l pro(enitor Iue ha entrado en este tipo de relación con un hiGo le pide @consciente o inconscientemente Iue satisa(a sus propias necesidades emocionales de aecto o de vinculación romFntica con una persona del se%o opuestoC en una amilia uncional, es el otro cónyu(e Iuien satisace tales necesidades. 3ste tipo de relación abusiva por lo (eneral se debe a Iue los pro(enitores tienen diicultades para intimar y satisacer sus necesidades rec8procas. "os pro(enitores codependientes, Iue han sido ellos mismos obGeto de abuso, por lo (eneral no saben ser 8ntimos en una relación adulta. 3s posible Iue uno de ellos intente responder a esta alta de capacidad entrando en una relación estrecha con un hiGo, en lu(ar de ser 8ntimo con el otro cónyu(e. 3ste pro(enitor lle(a a una intimidad emocional inadecuada con un hiGo.
A menudo, en este tipo de relación el pro(enitor le comunica al ni=o muchos o todos los detalles 8ntimos de la relación matrimonial, de lo mala Iue es, del hecho de Iue no unciona y de lo insoportable Iue es, el otro cónyu(e. 3l hiGo se convierte en un vertedero emocional de los sentimientos Iue el pro(enitor Iuiere sacarse de encima. 3ste tipo de relación también da=aenla(eneral vinculación ni=o condesudolor otro pro(enitor. matrimonio puededel abrumarlo y ver(Hen-a., a este ni=o, la idea del 3ste abuso es e%tremadamente comn cuando en la amilia hay un adicto. Por eGemplo, el padre es adicto, y la madre una codependiente identiicada. PapF es alcohólico @a menudo se embria(a, adicto al trabaGo @trabaGa casi todo el tiempo o Iui-Fs adicto al se%o @tiene muchas aventuras con otras muGeres. $ea cual uere la adicción, hace al(o leGos de la amilia, y no estF casC nunca en el ho(ar para intimar con mamF. 3ntonces ésta termina intimando emocionalmente con uno de sus hiGos, utili-Fndolo como compa=ero 8ntimo adulto. La situación puede darse con mFs de un hiGo. 3n otro caso, la madre es la adicta, y tiene una relación especial con un hiGo Iue cuida del padre y sus hermanitos. A veces la dinFmica es un poco distinta. Pueden ser dos loe hiGos arrastrados a la relación entre los padres @véase el eGemplo ' del dia(rama, pero el padre se lleva a uno, y la madre al otro. 4uando la relación entre Iue estosloshermanos es como la 2ercera Vuerra Mundial, porIueesto los sucede, problemas emocionales pro(enitores no abordan directamente a menudo se dirimen entre los chicos. A veces dos pro(enitores codependientes tienen ese tipo especialB de relación con un solo hiGo @eGemplo 4. 3sto saca ala Iuicio al ni=o, pero también hace Iue se sienta poderoso. 3 ella es la i(ura central y conidente de la amilia, a menudo un a(ente dobleB en el drama amiliar.
de mamF, el esposo sustituto de mamF o el muchachito de mamF. 4uando la pareGa se constituye entre padre e hiGa, ella es la ni=ita de papF, la princesita de papF o su esposa
sustituta. $i esta relación es entre padre e hiGo, el hiGo es el conidente de papF, el cuidador de papF o el cuidador de la amilia en lu(ar de papF. 3l caso de la relación padrehiGo es muy poco recuente. Lo Iue sucede a menudo es Iue ambos pro(enitores se relacionan con el hiGo varón @como en el eGemplo 4. 3se hiGo satisace las necesidades del padre al cuidar de él y de mamF. 3l mensaGe del padre es 4uida de m8, reempla-Fndome. 2rabaGo mucho @es adicto al trabaGo y no ten(o tiempo. 4uida a la amilia mientras yo no estoyB. 1o corresponde a los ni=os el cuidado de la amilia o de sus hermanos. 3sa es la obli(ación de los padres. $e espera Iue los ni=os se apliIuen a las tareas del desarrollo Iue corresponden a sus niveles de edad, o Iue se dediIuen a ser ni=osB. 4uando un pro(enitor espera Iue el hiGo se ha(a car(o de la amilia @o de una persona de la amilia, ese ni=o no lle(arF a tener una ni=e-. 4omo terapeuta, he encontrado Iue Iuienes han surido este tipo de abuso suelen estar conundidos de adultos en cuanto a su identidad se%ual, sus preerencias aectivas y sus preerencias se%uales. 1o obstante, es mFs recuente Iue las preerencias se%uales se desdibuGen como consecuencia de un abuso se%ual 8sico. Por eGemplo, si un chico es obGeto de un abuso se%ual por parte de su entrenador, Iui-F piense Puesto Iue atraGe a un hombre para Iue abusara sea homose%ualB. realidad, [ue lapero preerencia del entrenador lo de Iuem8, lo Iui-F llevó ayoele(ir al chico como3n v8ctima, y nonoa lo la es. inversa, la consecuencia es Iue el Govencito se conunde. 4uando un pro(enitor le pide una intimidad adulta a un hiGo, es recuente Iue el otro pro(enitor odie a ese ni=o Iue tiene la relación con su cónyu(e. 2ambién puede ocurrir Iue, si la madre le ha estado comentando constantemente a la hiGa Iue papF es horrible, terrible y Iue no se puede coniar en él, a esa ni=a, de adulta, le costarF relaGarse y permitir Iue la abrace un hombre @cualIuier hombre. 1o ser8a se(uro. AunIue su ener(8a se%ual la impulse en la adulte- a comportarse de modo se%ual con un hombre, el abuso se%ual emocional Iue padeció en la inancia puede llevarla a preerir una nutrición 8sica no se%ual y orecida e%clusivamente por muGeres. Por otra parte, es probable Iue a la ni=a le cueste simpati-ar con el padre @Iue se(n mamF es tan despreciableB, y esto se releGarF en su conducta, papFpuede simpati-arF "e unoadultas u otro con modo, ni=a se ve privadade delmodo amorIue del tampoco padre, y esto aectarcon susella. relaciones los lahombres. Mi madre abusó se%ualmente de m8 de este modo. 3lla era adicta a sustancias Iu8micas, y mi papF, emocionalmente ausente y a(resivo. "e ni=a, yo pensaba Iue la ausencia emocional y las a(resiones de papF eran un problema e%clusivo de él, y no de mi madre. Me en(a=aba en cuanto a la dro(adicción de mamF. "e modo Iue me Iuedaba en casa y la cuidaba. Mi papF emit8a el mensaGe de Iue yo era incapa- y carente de valor. 3se mensaGe dec8a Iue el hecho de Iue yo uera muGer si(niicaba Iue val8a menos y Iue, cuando hac8a al(o emenino, me desmerec8a. 3sto (eneró un cierto (rado de conusión en m8 acerca de mi identidad como muGer. 4uando crec8, no pod8a demostrar mi propia eminidad Sest8a con desali=o y en mi corte de pelo no hab8a nada emeninoC nadie pod8a iGarse en m8. MFs tarde me costó aprender a
vestirme y ser emenina. Pensaba Iue poner de maniieste ras(os emeninos era estpido, y Iue yo ten8a demasiada inteli(encia como para pretender vestir de modo emenino. 1o me daba cuenta en absoluto de Iue estaba siendo muy disuncional. 9no de los problemas Iue ten(o Iue resolver en mi recuperación es aprender a ser muGer. 3n primer lu(ar, estoy trabaGando en parecer muGer. Me resultó e%tremadamente penoso aprender a ir de compras. [ue un mila(ro Iue me atreviera a utili-ar (randes pendientes, porIue sé para Iue atraen la atención rostro. Antes no Iuer8a nadie me "e modo pe, m8, y para miles dehacia otrasmi personas, el abuso se%ual Iue emocional ha mirara. sido muy perGudicial, y en la recuperación presenta obstFculos serios. 4reo Iue una de las situaciones mFs di8ciles de abuso se%ual es la de ni=ita de papFB. AunIue esto estF cambiando, los hombres son por lo (eneral mFs poderosos Iue las muGeres, y ser la ni=ita de papF, al(uien mFs importante para él Iue mamF, es probablemente la e%periencia mFs seductora de nuestra cultura. 3ste tipo de muGer compara con el padre a todos los hombres con los Iue estF, y por lo comn no encuentra nin(uno capa- de ser para ella lo Iue en su momento ue el pro(enitor. AdemFs, le cuesta mucho crecer, y a veces si(ue siendo una ni=itaB durante toda su vida desde el punto de vista aectivo. 3s su conducta de ni=a lo Iue seduce a los hombres, y ella contina esperando Iue los hombres de su vida reaccionen como lo hac8a su padre. 9n hombre sano no lo hace, aunIue Iui-F lo se estar8a vuelvauna locoadulta. tratando de Iue esa muGer sosten(a la relación y esté all8B para él como *esulta especialmente trF(ico Iue una ni=ita de papF se case con un hombre incestuoso. 3lla tiene hiGos, él seduce a la hiGa y la madre vive entonces toda la situación desde el otro lado. $u hiGa participa en una relación incestuosa con su cónyu(e y la madre la termina odiando, al i(ual Iue hab8a sido obGeto del odio de su propia madre. esto contina. NPor IuéO PorIue es lo nico Iue esta muGer conoce. 3lla no tiene un l8mite se%ual Iue le indiIue Iue esa conducta es disuncional, aunIue en un nivel sienta cólera o incluso horror por la inGusticia de lo Iue sucede. El abuso se'ual emocional puede entre#ar o *uitar poder
3l abuso se%ual emocionaldel Iuita poder cuando da cuenta puede satisacer las e%pectativas pro(enitor de Iueelseni=o ha(asecar(o de él de en Iue estano relación especial. 1o obstante, este abuso a menudo entre(a poder. La ni=ita de papFB o el hombrecito de mamFB empie-an a citarseB con el pro(enitor del se%o opuesto, por eGemplo para ir al cine o a cenarC entonces comien-a a creer Iue es el centro de la atención del padre o la madre, y Iue es meGor Iue el otro pro(enitor. 1o hay nada malo en Iue un padre le preste atención a su hiGa y la lleve a cenar o al cine @lo mismo vale cuando se trata de la madre y el hiGo, pero si estas acciones son acompa=adas por mensaGes verbales Iue caracteri-an al hiGo o la hiGa como mFs divertido Iue mamF o papF, o meGor Iue ellos Ren s8ntesis, cuando estF claro para el ni=o Iue ese pro(enitor lo preiere a él, y no a su cónyu(eR, hay abuso de entre(a de poder.
3sto ocurre cuando un pro(enitor separado o viudo preiere la compa=8a de su hiGo o hiGa a la de un adulto del se%o opuesto y ademFs se lo dice al ni=o. $e supone Iue las necesidades se%uales y la necesidad de compa=8a del se%o opuesto se satisacen en un nivel adulto. 4uando un pro(enitor pretende y consi(ue Iue esas necesidades sean satisechas por un ni=o, con contactos se%uales 8sicos o sin ellos, ese adulto estF abusando del ni=o. 4uando se produce una situación potencialmente capa- de entre(ar poder @abuso se%ual 8sico directo, como en el caso delelincesto, o abuso se%ual emocional y el otro pro(enitor aronta, incluso enoGFndose con ni=o o aver(on-Fndolo, éste es privado de poder. Pero la con mayor recuencia el cónyu(e abandonadoB es en (ran medida una v8ctima, no advierte el abuso o, en todo caso no sabe enrentarse a él. 5ay otra posibilidad, cuando el cónyu(e convalida el abuso con su propia conducta disuncional. Qui-F la madre no ten(a interés por el esposo, lo rechace o lo tema, y esté conorme con Iue la hiGa la reemplace. 3n esta situación, a ambos pro(enitores les complace Iue la hiGa desempe=e ese papel en la amilia. Pero el eecto sobre la ni=a si(ue siendo abusivo. 3ste abuso de la entre(a de poder en la inancia crea adultos oensores Iue creen tener derecho a apropiarse de lasueron cosasaver(on-ados. de otros. 1o e%iste nin(una e%periencia del ncleo de ver(Hen-a, porIue nunca 4omo hemos visto, el abuso se%ual es mucho mFs amplio y compleGo de lo Iue creen la mayor8a de las personas. , a=os después de Iue se produ-ca, sus eectos en este Fmbito de la vida amiliar hacen mFs di8cil el trayecto del codependiente hacia su recuperación.
2. El abuso emocional
3l abuso emocional es probablemente el tipo mFs recuente de abuso. 2oma la orma de abuso verbal, abuso social y desatención o abandono de las necesidades con dependencia. buso verbal
5ay abuso verbal cuandoo el pro(enitor oataca verbalmentey al ni=o, (ritFndole, diri(iéndole caliicativos insultantes despectivos, ridiculi-Fndolo recurriendo al sarcasmo. \sta es probablemente una de las ormas mFs intensas de abuso emocional. 4uando los padres les (ritan a sus hiGos, a(reden sus delicados o8dos. La mayor8a de los ni=os Iuieren escuchar a sus padres, pero no cuando les (ritan. 4uando un pro(enitor empie-a a (ritar, a menudo el ni=o desconecta su audición y no puede o8rC éste es un mecanismo natural de supervivencia. *ecuérdese Iue para los ni=os peIue=os los pro(enitores son enormes y poderosos, y o8rlos (ritar les resulta aterrador. 3n una amilia disuncional, lo Iue suele haber a continuación de los (ritos es un ataIue 8sico al ni=o por no estar escuchandoB. $umados a los (ritos, los caliicativos insultantes hacen incluso mFs perGudicial el abuso verbal. Mi nombre es Pia. 1o es taradaB, no es (ordaB, ni tampoco putaB o estpidaB. 3s Pia. 4uando al(uien me llama por mi nombre y me trata con respeto, ten(o la sensación de Iue soy al(o valioso. 4uando escucho un apodo peyorativo, no la ten(o. La ridiculi-ación o burla es una conducta de pro(enitores Iue descar(an su cólera de un modo indirecto. 3l ni=o ridiculi-ado no tiene deensa, nin(n modo de evitar sentirse mal consi(o mismo, especialmente cuando es muy peIue=o. $er testi(o de Iue al(n otro es v8ctima de abuso verbal puede resultar tan abusivo como presenciar el abuso se%ual o 8sico al Iue es sometido un tercero. Los ni=os no tienen l8mites bien desarrollados. AunIue sabenB Iue la diatriba no se diri(e a ellos, los aecta casi tanto como si lo hiciera. 3n 2he MeadoTs hay al(unas habitaciones a prueba de ruidosB en las Iue se renen los (rupos terapéuticos. 3sas habitaciones estFn aisladas mediante un (rueso recubrimiento para Iue desde uera no se escuche a la (ente en las sesiones de Vestalt y reducción de la ver(Hen-a, en las Iue a veces se (rita, se llora, y se hacen otros ruidos uertes. 3se aislamiento se instaló porIue al(unos pacientes Iue hab8an sido obGeto de abuso verbal en la ni=e- se sent8an e%tremadamente perturbados e incluso ten8an ataIues de ver(Hen-a o e%perimentaban re(resiones espontFneas al o8r los sonidos Iue lle(aban de esos salones. 3sa ver(Hen-a se puede deber a Iue en la inancia se escuchó a un pro(enitor (ritarle a otro miembro de la amilia. Abuso social 3n las primeras etapas de la vida, los ni=os aprenden Iuiénes son y cómo se hacen las cosas @por eGemplo, vestirse, llamar por teléono, etc.C son los pro(enitores Iuienes les ense=an.
3ntre los cuatro y seis a=os, los ami(os se vuelven e%tremadamente importantes, porIue de ellos también se aprende mucho sobre Iuién se es, cómo hacer lo Iue hacen los chicos en ese nivel de edad y cómo portarse en las relaciones con otros ni=os. 5ay abuso social cuando los padres obstaculi-an directa o indirectamente el contacto del ni=o con sus compa=eros. 3sta intererencia puede reali-arse de modo directo, diciendo, por eGemplo 3n esta amilia hay aIu8 no"eGa va a de entrar a descubrirlosB. / bien 1o vamos a Quédate lavar nuestra ropasecretos, sucia en ypblico. tenernadie ami(os. 4on los aGenos no hay se(uridad. con nosotros. 1o necesitas otra cosa. no, no puedes ir a la casa de nadieB. 5ay abuso indirecto cuando el ni=o no tiene libertad para invitar a sus ami(os a casa. 3sto ocurre, por eGemplo, cuando los pro(enitores estFn tan descontrolados con sus propias adicciones Iue una ni=a debe Iuedarse en la casa, cocinar y limpiar, y no tiene tiempo para estar con sus compa=eros. aunIue los padres no di(an 1o trai(as a otros chicosB, esa ni=a se abstendrF de invitar ami(os, por lo Iue pudiera pasar. Qui-Fs el padre sea un alcohólico, y la hiGa no sabe si lo encontrarFn bebido sobre el soF de la sala de estar. $i el padre es un adicto al se%o, Iui-Fs intente acariciar a las ami(uitas. 3s posible Iue sea mamF la Iue intente seducir a los ami(os de la hiGa. / bien, el padre es un adicto a la ira, y los hiGos no estFn se(uros de Iue no va a darles un (olpe o una boetada o a ridiculi-arlos verbalmente, lo Iue a veces hace delante de otras personas. Al(una discapacidad inusual o una enermedad 8sica o mental pueden también causar un problema. Por eGemplo, si mamF estF en una silla de ruedas es posible Iue env8e el mensaGe indirecto @o directo de 1o me ha(as pasar ver(Hen-a trayendo a tus ami(os a casaB. 3n una amilia uncional, al ni=o se le ayuda a adaptarse a la discapacidad 8sica de la madre, y se le hace saber Iue a ella le (usta ver en la casa a sus ami(os @si esto realmente es as8. AdemFs se le e%plica Iué debe decirles a sus ami(os acerca de la situación de su mamF. "esatención y abandono
3ntre todos los tipos de abuso, la desatención y el abandono Iui-F sean los Iue mFs hay Iue tener en cuenta en nuestra cultura, sobre todo cuando se trata de codependientes a los Iue les cuesta armar el rompecabe-as de su propia historia. o contemplo la desatención y el abandono desde dos perspectivas. 9na consiste en descubrir hasta Iué punto se satisicieron en la ni=e- las necesidades con dependencia del paciente. "esde la otra perspectiva, se buscan las adicciones Iue podr8an haber padecido los cuidadores principales, y el rol de tales adicciones en la desatención yo abandono del paciente en la ni=e-. 3ntre estas necesidades con dependencia se cuentan las de 4omida 1utrición 8sica *opa 1utrición emocional @tiempo, atención y 4asa orientación Atención médica y odontoló(ica /rientación e inormación se%uales /rientación e inormación económica
4uando cualIuiera de estas necesidades con dependencia se desatiende o i(nora, el ni=o es obGeto de un abuso. La nutrición emocional tiene una importancia especial para el desarrollo Iue lleva a la madure-. 4uando los pro(enitores satisacen las necesidades de nutrición emocional, el ni=o aprende Iuién es de un modo positivo. Los padres uncionales le hacen saber al hiGo, de orma impl8cita y no verbal, Iue es al(uien Iue tiene val8a. La nutrición emocional también le ense=a al ni=o a hacer las cosasB a la manera de la amilia. 3l ni=odenecesita acercaydeeste cómo se procesa son la inormación arontan las tareas la vidaCorientación esta inormación conocimiento esenciales. y3nsecuanto hemos advertido Iue el da=o emocional es la base del resto del estado codependiente, resulta Fcil ver también Iue la satisacción de esta necesidad es absolutamente crucial para el ni=o. La desatención si(niica Iue estas necesidades de nutrición emocional no ueron suicientemente satisechas, y Iue el ni=o ue aver(on-ado. Por eGemplo, si el padre no le ense=ó a ser hombre y a hacer las cosas Iue se supone Iue hacen los hombres en cuanto al trabaGo, el dinero, la ropa y las relaciones con otros nombres y con las muGeres, el hiGo se siente incapa- y se aver(Hen-a por su i(norancia respecto de estas cuestiones. 3n la mayor8a de los casos de desatención se intentó hasta cierto punto proporcionar nutrición emocional al ni=o, sólo Iue no se hi-o en el (rado suiciente. 3n el abandono, estas necesidades de nutrición emocional no se satisicieron en absoluto. 5ay la estén criatura no tiene acceso a uno a los dos pro(enitores. el padre,abandono la madrecuando o ambos 8sicamente distantes del oho(ar, o bien 8sicamenteQui-Fs presentes, pero aleGados en términos emocionales. $e abandona al ni=o cuando se lo i(nora porIue los pro(enitores estFn preocupados por otras cosas o personas. 3l abandono puede ser una consecuencia del divorcio. 9no de los pro(enitores se va de la casa y Iui-F realice visitas periódicas y env8e dinero por correo para comida, ropa, vivienda y atención médica, pero no estF all8 para nutrir 8sicamente o brindarle al ni=o tiempo, atención y orientación. A veces los pro(enitores se sienten abrumados por la tarea de cuidar a sus hiGos, sensación Iue puede ser consciente o inconsciente. 2al ve- piensen Iue la solución ser8a meterlos en un internado. Pero aleGar al ni=o del ho(ar cuando an es muy peIue=o puede ser menos Iue nutricioB, cual uere la intención padres,padres, porIuesalvo de ese criatura obtiene tiempo,sea atención y orientación dede suslospropios enmodo breveslavisitas al no ho(ar. 3l abandono puede deberse a una muerte debida a enermedad o accidente. 3l ni=o se enrenta también a un proundo problema de abandono cuando uno de los pro(enitores se suicida, amena-a con hacerlo o intenta suicidarse. AdemFs puede haber abandono del ho(ar en sentido literal los ni=os se levantan una ma=ana, y el padre o la madre ha desaparecido. 2ambién es posible Iue haya abandonos reiterados, por parte de uno u otro de los pro(enitores. 9na buena ami(a m8a Iue tiene varios hermanos me contó Iue la madre de ellos los abandonaba periódicamente. 4uando cualIuiera de los hiGos maniestaba la necesidad de atención y cuidado de la muGer, ella perd8a el control y lo (olpeaba, sobre todo con un
-apato de tacón alto. cuando las cosas no marchaban como a ella le parec8a Iue deb8an hacerlo, hac8a las maletas y se iba, y sólo volv8a al cabo de dos o tres d8as. Los ni=os Iuedaban solos mientras el padre estaba en el trabaGo. Las adicciones pueden llevar al abandono y la desatención
Los pro(enitores pueden abandonar o desatender al ni=o por problemas tales como la dependencia de sustancias Iu8micas @dro(adicción alcoholismo, la adicción al se%o, el Gue(o compulsivo, la adicción a la reli(ión, ciertos otrastornos de la alimentación, el (asto compulsivo, la adicción al trabaGo y la adicción al amor. La adicción al amor se basa en la necesidad de un interés positivo @denominado amorB de un otroB si(niicativo par8 poder sentirse bien y eIuilibradoB. 3l adicto al amor estF dis puesto a hacer cualIuier cosa, por perGudicial o humillante Iue sea para él mismo, con el obGeto de lo(rar ese interés positivaX y e%perimenta un estado penoso, deseIuilibrado, de separaciónB, cuando ese interés positivo no aparece en el hori-ontal 9na persona puede ser adicta al amor de otro adulto, de un p ral (enitor o de un hiGo. $i uno de los padres es adicto al amor de al(uien, es posible Iue la atención obsesiva Iue concentra en esa persona lo lleve a desatender y abandonar a sus hiGos. !ncluso cuando un hiGo es el obGeto de esta adicción, en ra-ón de ella se pasan por alto las verdaderas necesidades y deseos del ni=o. La adicción al trabaGo @estar demasiado atareadoB con proyectos laborales o vinculados a la casa, al(n hobby, reparaciones, etcétera, como para relacionarse con los otros es tan oensiva y destructiva para el desarrollo del ni=o como cualIuiera de estas otras adicciones, pero resulta mFs di8cil de tratar, porIue nuestra cultura le brinda apoyo. 1o obstante, si el padre o la madre es adicto al trabaGo, las necesidades de nutrición emocional de los ni=os Iuedan sin satisacer. Al(unos trastornos de la alimentación pueden llevar a Iue un pro(enitor desatienda o abandone a sus hiGos. 4uando una madre bul8mica estF vomitando en el ba=o, los hiGos no tienen acceso a ella. /, si se pur(a haciendo eGercicio, Iui-F dediIue todo su tiempo a atender su cuerpo. La obesidad provocar apat8a,del y por ello haceobeso Iue el@lopro(enitor nocualIuiera Gue(ue 8sicamente con sus hiGos.suele AdemFs, el aspecto pro(enitor mismo Iue otra anomal8a 8sica puede aver(on-ar al ni=o. 3n estas situaciones, es necesario Iue al(n adulto aconseGe al peIue=oC no se debe esperar Iue él mismo las resuelva como pueda. Por otro lado, si la madre tiene un trastorno alimentario y se considera (orda aunIue en realidad no lo sea @la verdad es Iue no sabeB cómo se ve su cuerpo, también es muy posible Iue considere (ordos a sus hiGos y los astidie imponiéndoles dietas y controlFndoles el peso, aunIue sean normales. Al(unas personas con trastornos alimentarios en la adulte- dicen Iue en su inancia se las consideraba (ordas. 4uando se les piden otos de aIuella época, muchas se sorprenden al verse, y dicen o no era un chico (ordo en absolutoX N"e Iué hablaba mi mamFOB.
La enfermedad física y mental de los pro#enitores
AunIue las enermedades 8sicas y mentales no son adicciones, su eecto sobre la amilia puede ser el mismo. $i un pro(enitor tiene una enermedad mental @ha perdido contacto con la realidad o una enermedad 8sica, ese padre es emocionalmente inaccesible, tanto si se encuentra en el ho(ar como si no. 2ampoco en Iuieren este casoestar importa cuFl esPero la intención del pro(enitor. Laen mayor8a personas no enermas. la enermedad puede crear la vidadedellasni=o problemas idénticos a los provocados por otras ormas de abuso, cuando el pro(enitor estF tan aectado Iue no se puede contar con él para el cuidado de los hiGos. La codependencia parental
4omo hemos visto en el cap8tulo 6, los pro(enitores codependientes pueden ser presa de adicciones, enermedades 8sicas o mentales, para evitar la realidad, porIue no toleran el dolor. Acabamos de ver los problemas de desatención y abandono Iue todo esto puede provocar. La enermedad 8sica y mental de los pro(enitores AunIue las enermedades 8sicas y mentales no son adicciones, su eecto sobre la amilia puede ser el mismo. $i un pro(enitor tiene una enermedad mental @ha perdido contacto con la realidad o una enermedad 8sica, ese padre es emocionalmente inaccesible, tanto si se encuentra en el ho(ar como si no. 2ampoco en este caso importa cuFl es la intención del pro(enitor. La mayor8a de las personas no Iuieren estar enermas. Pero la enermedad puede crear en la vida del ni=o problemas idénticos a los provocados por otras ormas de abuso, cuando el pro(enitor estF tan aectado Iue no se puede contar con él para el cuidado de los hiGos. La codependencia parental 4omo hemos visto en el cap8tulo 6, los pro(enitores codependientes pueden ser presa de adicciones, enermedades o mentales, para evitar la realidad,Iue porIue dolor. Acabamos de ver los8sicas problemas de desatención y abandono todo no estotoleran puedeel provocar. 2ambién la codependencia parental puede (enerar la desatención o el abandono de los hiGos, como vimos en el cap8tulo +. 3l pro(enitor codependiente ha sido él mismo obGeto de abuso, y hasta Iue inicie su recuperación no sabe nutrir a los hiGos de un modo Iue realmente satisa(a las necesidades de éstos. $i(ue su propia senda de conducta disuncional, y sólo atina a reco(er estima e%terna sirviendoB y cuidando a los otros, a menudo uera de la amilia. 3sto puede llevarlo a dispersarse e impedirle la nutrición de sus propios hiGos. $e a(ota tratando de cuidar a todosB. [inalmente, el ati(ado codependiente Iui-F ten(a un estallido de cólera y rustración, se replie(ue hasta el a(otamiento emocional o mental, el aislamiento y la rabieta. 4ualIuiera de estas reacciones puede terminar en desatención o abandono de los hiGos.
3. El abuso intelectual
N4ómo reali-an la nutrición intelectual de sus hiGos las amilias uncionalesO 4reo Iue hacen dos cosas importantes respaldan el propio pensamiento del ni=o y le proporcionan un método de resolución de problemas y una iloso8a de vida. /espaldo para el pensamiento del niño
5ay abuso intelectual siempre Iue se ridiculi-a o ataca el pensamiento del ni=o, no se le permite pensar por s8 mismo o no se lo apoya cuando, acerca de cualIuier punto, tiene ideas distintas de las de los padres. 3sto suele ocurrir cuando un pro(enitor es tan r8(ido Iue no deGa cabida a las ideas del hiGo. 9na amilia uncional respalda el pensamiento del ni=o con el mensaGe de Iue su propia capacidad para pensar es sana y completa, aunIue a la criatura le alte mucho por aprender. $e permite Iue el ni=o inda(ue el pensamiento y las ideas de los adultos, y sus pre(untas son tratadas con respeto. 3sto no si(niica Iue los padres estén siempre de acuerdo con lo Iue piensa el ni=o, o viceversa. $i(niica Iue cada individuo de la amilia puede pensar por su propia cuenta, y Iue serF alentado a hacerlo. 4uando el ni=o piensa al(o Iue se opone a una re(la valorada por la amilia, ésta no lo discute atacando la val8a intr8nseca del peIue=o. 3l ni=o recibe el mensaGe claro de Iue no es imperecto porIue su pensamiento sea limitado y sus conclusiones resulten a veces incorrectas, debido a Iue le alta conocimiento. $e trata sólo de Iue sus ideas necesitan al(n reinamiento en ciertos puntos. o permito Iue las ideas de mis hiGos diieran de las m8as, pero an tienen Iue obedecer mis re(las relacionadas con su salud y se(uridad, y con el cuidado y mantenimiento de la vida en el ho(ar. *ecuerdo Iue un d8a yo deb8a ir a comprar comida, y nadie pod8a Iuedarse en casa con mi hiGo de ocho a=os. Pero él no Iuer8a acompa=armeC Iuer8a Iuedarse viendo dibuGos animados. *econoc8 Iue estFbamos diiriendo, y Iue esto estaba bien, de modo Iue le diGe Me Iuedarte a ver dibuGosalanimados, eres demasiado peIue=o paradices estarIue solo,Iuieres de modo Iue voy a llevarte mercado pero conmi(o, lo Iuieras o noB. lo llevé, pero sin atacarlo ni tratarlo como si uera insoportable por no pensar en ese momento lo mismo Iue yo. 8na filosofía de vida y un m&todo para la resolución de problemas
2ambién hay abuso intelectual cuando no se le ense=a al ni=o Iue tener problemas es normal, as8 como la manera de resolverlos. *ecuerdo la conmoción Iue representó para m8 arontar inalmente la realidad de Iue la vida estaba llena de problemas Iue yo no estaba preparada para resolver y Iue no terminaban nunca. 3l mensaGe Iue yo hab8a recibido era 2 ya sabes resolver este problema @sea cual uere, as8 Iue, Npor Iue habr8a de molestarme en e%plicFrteloO $i estFs bien, no necesitas ayudaB. o sol8a pensar Iue si entraba en recuperación y comen-aba a ser uncional, deGar8a de tener problemas. Pero en
cierto sentido mis problemas empeoraron, porIue tomé mFs conciencia de ellos. 3n al(unos momentos pensaba /GalF estuviera tan en(a=ada como antes. 1o me dar8a cuenta de lo terrible Iue es estoB. Pero a veces la vida es realmente tan mala como parece.` @"i(o esto irónicamente, porIue para m8 los beneicios de la recuperación e%ceden en mucho a la desventaGaB de la nueva conciencia Iue ten(o y de los poderosos sentimientos Iue ahora salen a la supericie. o no aprend8 aélresolver Pat, micordura, esposo,yme a hacerlo. horrible Probablemente trataba problemas de poner a hasta salvo Iue su propia ueense=ó una e%periencia para los dos. Pero yo estaba tan contenta de Iue él supiera, Iue inalmente aprend8. 3n nuestra cultura, no sólo se supone Iue los adultos conservamos la calma y estamos por encima de todoB, sino también Iue las personas buenas, listas y triunadoras no tienen problemas en absoluto. AdemFs de decirle al ni=o Iue tener problemas es normal, la amilia uncional le proporciona un sistema de resolución para encararlos y resolverlos. 3n una amilia disuncional, los pro(enitores se entremeten en el proceso de toma de decisiones del ni=o y deciden directamente por él, o se apartan por completo y deGan Iue la criatura apliIue las soluciones inmaduras e incompletas Iue ella misma puede encontrar. 4uando a los ni=os no se les ense=an técnicas uncionales de resolución de problemas, o las Iue se intelectual. les ense=an$ison o distorsionadas, decir son obGeto de unen abuso al antisociales ni=o se le ense=a Iue el modosedepuede resolver unIue problema consiste imponerseB a los otros, a propósito de lo Iue uere, aunIue haya Iue mentir, hacer trampas y robar, de hecho se lo orma para Iue sea antisocial, y es probable Iue en la adulte- encuentre muchas diicultades. ` "e $heldon Kopp, What 2ooU ou $o Lon( @Palo Alto, 4A., $cience and 'ehavioral Publications, )+. 9na de mis mF%imas ilosóicas es 4reo Iue la vida no siempre es GustaB. "e modo Iue cuando mis hiGos empie-an a IueGarse de Iue la vida no es GustaB, yo les di(o $8, ciertamente no lo esB. hablamos de la inGusticia de la vida en ese momento. / bien se me acercan y, respecto de al(una situación personal o social en la Iue se encuentran, me dicen 3sto es horrible, no puedo soportarloB. o les contesto $8, puedes soportarlo. "espués de todo, es sólo dolor, y t puedes soportar tu propio dolorB. 3ntonces me miran y admiten 'ien, s8, eso es verdadB. yo a(re(o AdemFs de esto, a veces las cosas realmente son tan malas como parecen. 3ste es uno de esos casos. 3stoy de acuerdo, es terrible. , Nsabes IuéO 3n ciertas oportunidades no hay nin(una solución para un problema. Lo nico Iue se puede hacer es deGar Iue pase cuidFndose uno mismo lo meGor Iue pueda. 5ay al(unas cosas Iue puedes hacer para cuidarteB. entonces les puntuali-o al(unos cuidados Iue estFn a su alcance.
4onsidero Iue esto es ense=arles adecuadamente a mis hiGos a aplicar mi propia iloso8a de vida. Qui-F no todos estén de acuerdo con ella pero, como madre, debo orecerles a mis hiGos lo meGor Iue he descubierto para m8 misma. considero Iue los pro(enitores tienen Iue dialo(ar con sus hiGos, hablarles sobre la vida y sobre las diicultades a Iue ellos se enrentan. o hablarle al niño de las dudas
2ambién hay abuso intelectual cuando los padres no les dar. a conocer a sus hiGos las dudas Iue ellos mismos tienen respect de sus propias ideas y creencias. 4uando los padres no comunican ni sus dudas ni sus creencias, el ni=o no tiene la menor idea de Iue los adultos dudan o cuestionan sus propias creencias, G Piensan Iue todas las ideas de los adultos han sido e%haustiva mente anali-adas, y Iue ellos no tienen nin(una duda acerca "e lo Iue creen. 3sto se convierte en abuso espiritual, Iue es el tema del cap8tulo si(uiente, cuando los padres no comunican sus dudas acerca de "ios y de su e. 4uando estos ni=os ten(an dudas normales, e%perimentarFn sentimientos de culpa o tendrFn la sensación de Iue estFn locos o carecen de val8a. A veces es muy tenue la l8nea divisoria entre la declaración Fctica de Iue se duda y el hecho de volcar sobre el ni=o los miedos de los pro(enitores, lo cual no es uncional. Pero lo Iueperecto, yo di(o es Iue al(uien resulta intelectualmente abusivo un padre se presente ante el ni=o como como Iue no tiene nin(una dudaIue o incertidumbre y Iue lo sabe todo.
9 El abuso espiritual
3l abuso espiritual abarca las e%periencias Iue distorsionan, retardan u obstaculi-an de otro modo el desarrollo espiritual del ni=o. 5ay por lo menos tres situaciones en las Iue el ni=o puede e%perimentar un abuso espiritual cuando un pro(enitor reempla-a al poder superior de la criatura @lo cual sucede, como veremos en este cap8tulo, en el curso de cualIuier tipo de abuso, ademFs de los Iue tienen consecuencias espirituales espec8icasC cuando uno o ambos pro(enitores son adictos a la reli(ión, y cuando de al(n mododeabusa del dominical ni=o un o representante de la reli(ión @ministro, cura, rabino, diFcono, maestro escuela director de coro. Cuando un pro#enitor reemplaza al poder superior del niño
3n el momento en Iue el recién nacido in(resa en una amilia, los padres son su primera e%periencia de un poder superior la criatura depende enteramente de ellos para su supervivencia. "esde lue(o, nosotros somos seres humanos alibles, y el poder superior no lo es. Los pro(enitores uncionales aceptan su propia alibilidad y se hacen responsables de ella. Les comunican a los hiGos la aceptación de esa imperección, asumen su responsabilidad cuando por ser alibles perGudican al ni=o, y de tal modo deGan de ser para éste su poder superior. 3stos padres uncionales se=alan el camino hacia un poder superior vFlido el tiene Iue ellos Paracomo Iue seunprodu-ca un desarrollo espiritual sano, la nica entidadenIue Iue con8an. reconocerse ser todopoderoso y perecto es un poder superior nohumano, noparental. 3l v8nculo entre las ormas 8sica, se%ual, emocional e intelectual del abuso, por un lado, y el abuso espiritual por el otro, reside en el mensaGe Iue el ni=o recibe en todos estos casos. 3l abusador comunica o soy mFs poderoso Iue t. Puedo hacerte lo Iue Iuiera. $oy "ios. Soy a imponer mi voluntad en lo Iue sea, y abusaré de ti para Iue lo comprendasB. 4uando los pro(enitores abusivos ocupan el lu(ar del poder superior en la vida del ni=o, éste los toma como modelos de un "ios casti(ador, e(océntrico y abusivo. 2odo abuso (rave @(olpes, abuso se%ual 8sico, (ritos, ridiculi-ación, abandono, control e%cesivo y e%i(encia de perección es también un abuso espiritual, porIue socava la conian-a del ni=ocon en "ios un poder superior. eGemplo, lle(an sentirse cómodas como padreB,Por debido a la muchas conductapersonas abusiva nunca del padre Iuea realmente tuvieron. A los codependientes les deino el poder superior como un poder mFs (rande Iue t mismo y también mFs (rande Iue tus padresB. 4uando un pro(enitor se convierte en el poder superior de ni=o por medio del abuso, la criatura comien-a a odiar o a rendir culto a ese padre, se(n se le entre(ue o se le Iuite poder. 3l ni=o desarrolla odio si la e%periencia del abuso es ne(adora, na airmativa, violenta, recha-ante, Gu-(adora o inculpadora. 3ste odio contina en la adulte-, y obstaculi-a considerablemente cualIuier relación sana con el verdadero poder superior, hasta Iue ese sentimiento cesa. AdemFs, en la ni=e- si se Iuita abusivamente poder se (enera ver(Hen-a y un sentido muy ne(ativo de uno mismo, por lo cual al peIue=o le resulta muy di8cil creer Iue es una criatura de "ios, preciosa y susceptible de ser Iuerida.
4uando el abuso entre(a poder, el ni=o rinde culto al pro(enitor involucrado. A las personas Iue han surido abuso por entre(a de poder les cuesta mucho arontar el hecho de Iue ese pro(enitor ue abusivo. Les cuesta lle(ar a percibir Iue lo Iue sucedió entre ellos ue menosIuenutricioB. 3sto es as8 porIue tales personas Rincluso en la adulte-R necesitan prote(er a ese pro(enitor Iue las hi-o sentir tan maravillosas, tan meGores IueB. 3sta devoción suele ocultar por i(ual el abuso cometido con el ni=o y las imperecciones del padre o la madre. 3stos ni=os nunca perciben el hecho de Iue su pro(enitor actuaba como si uera el poder superior. 3n el abuso de la entre(a de poder, el ni=o adIuiere una sensación alsa de ser meGor Iue los otros. 4uando lle(a a la adulte-, se ha convertido en su propio poder superior. AunIue muy pocas veces consciente, la actitud del ni=o al Iue se le entre(a poder es o soy un poder superior @meGorIuelosotros. Puedo hacer lo Iue Iuiero. 2en(o derecho a tomar cosas de los demFs, a usarlos, a actuar sin ver(Hen-a para hacer mi voluntadB. 4uando el ni=o se convierte en su propio poder superior y cree Iue tiene derecho a oender y aver(on-ar a los otros, Iueda (ravemente se(re(ado de toda e%periencia espiritual. A veces los ni=os se encoleri-an con la idea Iue tiene la amilia del poder superior, y lo odian, por haber permitido Iue un pro(enitor abusara de ellos. La cuestión no es Iue ese poder superior haya permitido Iue sucediera al(o, sino Iue el oensor ue abusivo. Pero los ni=os ese Iuien poder reposa para nosuenrentarse la el realidad penosa de Iuepuede el adultoculpan oensora @en se(uridada es Iue losinaceptable ha da=ado.y3sta situación (enerar en la criatura una uerte ne(ación del problema de la conducta abusiva del pro(enitor, y a veces un proundo auto en(a=o. "esde lue(o, esta acusación a "ios puede crear una enorme resistencia a la entre(a ulterior a un poder superior. l#unos e:emplos no demasiados obvios
4ontrol e%cesivo. 3l ni=o recién nacido no sabe Iuién es ni cómo hacer las cosas. 4omien-a a adIuirir un sentido de Iuién es y de cómo se hacen las cosas observando lo Iue hacen los padres y lo Iue los padres son. 3n al(n momento entre los dieciocho meses y los tres a=os, el ni=o empie-a a Iuerer hacer las cosas a su manera. $i los padres no le permiten iniciar este proceso de separación y lo posponen hasta la adulte- del hiGo, éste estF siendo obGeto de un control e%cesivo. $i el pro(enitor e%i(e Iue el ni=o ha(a o crea e%actamente lo mismo Iue el padre, porIue cualIuiera otra cosa es inaceptable, es posible Iue la criatura nunca pase por el proceso evolutivo Iue la lleva a aprender a sentirse bien por hacer las cosas a su manera. $i esta parali-ación de la libertad del ni=o para convertirse en un individuo nico se lleva al e%tremo, el peIue=o pierde contacto con cualIuier sentido de su propio camino. 2anto en la ni=e- como ya de adultas, cuando hacen rente a cualIuier hecho o tarea nuevos, estas personas necesitan Iue otras les di(an lo Iue tienen Iue hacer. 2ambién les cuesta ser espontFneas o creativas, y se limitan a respuestas predecibles y limitadas. 4uando estos ni=os lle(an a la adulte-, tienen Iue hacerlo todo laboriosamente, a partir de un conGunto r8(ido de re(las. Al(unos buscan un matrimonio o una i(lesia Iue los obli(ue a se(uir re(las estrictas.
*e(las inhumanas. 9na amilia uncional brinda un conGunta de re(las Iue al ni=o le resulta humanamente posible se(uir a Iue los pro(enitores eectivamente si(uen. "espués esas re(lad se convierten en el cimiento del sistema de valores del individual Los dos reIuerimientos mFs importantes de las re(las uncionales y sanas son Iue sean claras y Iue los seres humanos pueda se(uirlas. Las re(las inhumanas son re(las Iue nadie puede cumplir. 3n relación con el abuso inantil, el contenido espec8ico de las re(las no es tan importante como el hechoporIue de Iue los el ni=o al(n de modo de saber en Iué se consisten perciba como reali-ables, otrosten(a miembros la amilia también atienen ya las ellas. 1o estoy diciendo Iue cualIuier re(la valeB sino Iue sosten(o la necesidad de Iue las re(las sean claras, reali-ables y uncionales. 9na amilia disuncional no le brinda al ni=o nin(una re(la, o sus re(las son tan va(as o contradictorias Iue la vida resulta caótica. / bien, cuando e%isten re(las ra-onables Iue los pro(enitores esperan Iue el ni=o si(a, ellos mismos no las cumplen. "icen, en eecto 5alo Iue decimos, pero no lo Iue hacemos. 1osotros no tenemos Iue cumplir las re(las. 3stamos por encima de ellas. 1osotros somos el dios y la diosa de la amiliaB. Por eGemplo, un pro(enitor uma, pero les dice a los chicos 1o uméis nuncaB. $i las re(las y los valores son inhumanos, los ni=os continuamente tratan de lo(rar al(o imposible de alcan-ar, y por lo tanto constantemente racasan y se aver(Hen-an. Lle(an creer Iue "ios espera Iue ellos cumplan con re(las Iue no pueden se(uir, y tienen la a sensación de Iue no son lo bastante buenosB como para Iue "ios los ame, los honre o los ayude. 3%i(ir perección. 4omo hemos visto en el cap8tulo <, los ni=os son seres imperectos. Les hace da=o Iue les ense=en Iue ser perecto es lo normal. Qui-Fs esto no se les di(a claramente, pero resulta obvio Iue los pro(enitores esperan Iue el ni=o nunca cometa un error, trai(a una nota baGa de la escuela o pierda al(n obGetoC el eecto abusivo es el mismo. 4uando los ni=os viven en amilias Iue esperan la perección, aprenden a mentir @para evitar el dolor y la ver(Hen-a del racaso recuente o a reprimir el hecho de Iue son imperectos. "e adultos, no podrFn ser responsables y espirituales, porIue no toleran ver los errores y la conducta saboteadora en su propia vida. 3s disuncional esperar Iue los ni=os sean como adultos, porIue su misma naturale-a es inantil. 3sperar Iue un ni=o sea un adulto es casi tan insensato como esperar Iue un (usano vuele como una mariposa. Al(unos ni=os ponen mucho empe=o en ser perectos y parecer adultos, pero suelen Iuedar traumati-ados, porIue es inevitable Iue no lo(ren hacerlo todo correctamenteB. "e adultos se vuelven pereccionistas o incluso adictos al trabaGo, y son desdichados, racasan a menudo, pocas veces son capaces de disrutar con sus é%itos y se odian de modo incesante por no ser perectos. 5an crecido con la sensación distorsionada pero uerte de Iue siempre racasan, pues no alcan-an la meta imposible e ilusoria Iue tienen ante sus oGos durante toda la vida como un espeGismo en el desierto. , en la adulte-, ese ni=o Iue ha crecido se aver(Hen-a de conductas Iue son simplemente propias de los seres humanos.
3l pereccionismo es disuncional. 4omo a m8 me hab8a abrumado el mensaGe de Iue ten8a Iue hacerlo todo a la perecciónB, hace unos a=os creé un lema Iue me ayuda a no insistir en hacer las cosas perectamente $i vale la pena hacerlo, no importa Iue se ha(a malC vale la pena Iue esté hechoB. Abandono. 3l abandono (enera abuso espiritual. 3l ni=o abandonado tiene Iue ser su propio padre o madre. 4omo le alta la orientación de los adultos, su pensamiento idealista puede a creer Iue Quienes es perecto, y Iue ser como su propio superior, lo cualen la bloIueallevarlo su espiritualidad. se ven a s8puede mismos serespoder perectos se colocan posición de meGor IueB, en la cual es casi imposible e%perimentar un poder superior. 5ay otra ra-ón por la cual el abandono es espiritualmente abusivo la mayor8a de los ni=os abandonados no captan el concepto de un poder superior Iue participarF activamente en sus vidas, puesto Iue nin(n cuidador ha interactuado con ellos 4reen Iue no e%iste nin(n poder superior, o bien no con8an en Iue el poder superior los apoyarF y ayudarF. 1in(una inormación sobre la verdadera espiritualidad. 9n sistema amiliar disuncional no le brinda inormación al ni=o sobre lo Iue es la espiritualidad verdadera. Los ni=os aprenden padres Iue es lapara espiritualidad. Los padresouncionales pueden empe-ar e%plicandodedesus Iué modolounciona ellos la espiritualidad la e. Los pro(enitores se nie(an a admitir Iue cometen errores. La mayor8a de los padres disuncionales se nie(an a disculparse o a corre(irse cuando comenten un error RaunIue se trate de un error obvioR. Los padres Iue se nie(an a asumir su propia ver(Hen-a y a responsabili-arse le ense=an al ni=o Iue se puede oender a los demFs sin e%perimentar una ver(Hen-a natural. 4omo la ver(Hen-a natural es la emoción Iue (enera la responsabilidad, Iuienes reprimen su ver(Hen-a natural encuentran di8cil e%perimentar la espiritualidad, Iue sólo es posible cuando se acepta Iue uno debe rendir cuentas. Cuando los pro#enitores son adictos a la reli#ión
9na adicción$ea es cual un proceso destinado a distraer suGeto de una realidad intolerable. uere lacompulsivo adicción, como tiene el poder dealenmascarar el dolor de la vida se convierte en la mFs alta prioridad, y sustrae tiempo y atención a otras obli(aciones por eGemplo, la de cuidar a los hiGos. 3stos adictos utili-an la reli(ión o a "ios como una dro(a, para obtener poder, controlar su entorno y aliviar una realidad insoportable @de sentimientos, pensamientos, atributos 8sicos o dolores. Puesto Iue nin(una adicción, aunIue sea a la reli(ión o a "ios, alivia el dolor, estas personas caen en el e%ceso. La adicción a la reli(ión (ana poder sobre ellas, y sustrae tiempo y atención a otras obli(aciones, incluso la de atender a los hiGos, de modo Iue los adictos a la reli(ión casi siempre abusan de sus ni=os, por no brindarles el tiempo, la atención, la orientación y el amor de padres Iue las criaturas necesitan. Los adictos a la reli(ión abusan de sus hiGos sobre todo por la v8a de la desatención. Pueden convertirse en adictos al trabaGo reli(iosoB y aleGarse de la amilia para reali-ar tareas en
la i(lesia, estudiar libros o la 'iblia, hablar o ense=ar, hacer servicio social voluntario con los necesitados, mientras no advierten la necesidad Iue tienen sus propios hiGos de contar con ellos. 3n se(undo lu(ar, los adictos a la reli(ión suelen utili-ar el concepto de "ios para asustar y amena-ar a los ni=os. 3l miedo del ni=o al casti(o divino lo uer-a a hacer lo Iue los padres Iuieren Iue ha(a. 3stos padres eGercen un control e%cesivo sobre el ni=o, y éste aprende a temer a "ios. 3l proceso puede complicarse cuando en loslapro(enitores Iue "ios se hace car(oB, cuando lo Iue el ni=o e%perimenta realidad es hablan Iue susde padres siempre tratan de salirse con la suya. 3n tercer término, muchos adictos a la reli(ión eluden la resolución real de problemas verdaderos, citFndoles a los hiGos vers8culos de la 'iblia. \ste no es un comentario peyorativo sobre la costumbre de citar vers8culos de la 3scritura. o leo la 'iblia, y encuentro en ella consuelo y una maravillosa riIue-a espiritual. Pero cuando los padres son adictos, lo mFs recuente es Iue estén vac8os y asustados, y ten(an un carFcter inantil, 3stos padres no tienen nada Iue ense=arles a los hiGos sobre la vida, Iue se base en la e%periencia de ellos mismos. 3n lu(ar de proporcionar a los hiGos una solide- basada en re(las e inormación Iue puedan entender, se limitan a citar te%tos Iue los ni=os no comprenden. La mente inmadura del ni=o an no capta ciertos conceptos éticos y reli(iosos demasiado Pero en se citan palabras dar nin(una e%plicación Iue podr8an si(niicarproundos. para la criatura esa etapa de susin desarrollo. 4uando la 'ibliadeselocita de este modo, el ni=o recibe el mensaGe subyacente de Iue $i ueras competente, comprender8as lo Iue di(o y lo Iue "ios Iuiere Iue ha(asB. 3n esa e%periencia el ni=o Iueda conundido, colérico y aver(on-ado, porIue no entiende lo Iue el pro(enitor trata de decirle. Muchos adictos a la reli(ión demuestran ser irresponsables con los hiGos, en tanto remiten todo a "ios, pero ellos mismos no sudan la camisetaB. La actitud Iue describo supone pensar, mFs o menos o soy desvalido y no ten(o nin(una responsabilidad para emprender acciones en mi vida. 2odo estF en las manos de "iosB. 4reo Iue tiene sentido diri(ir mis preocupaciones a un poder superior. Pero Gunto con ese acto, y a menudo antes de él, yo misma ten(o Iue esor-arme mucho. Los ni=os necesitan ver en Iué consiste la responsabilidad humana Rincluso la de dependen un poder para a aprender a resolver problemas y vivir susIuienes vidas con eicacia.de4uando lossuperiorR, padres se limitan transerir los problemas, sin hacer ellos mismos nada, el ni=o no aprende a enrentarse a las diicultades de la vida. "espués crece y estF mal eIuipado para arontar la vida en los términos de la propia vida. Muchos adictos a la reli(ión tienen otra idea disuncional dicen Iue sus hiGos y otras personas padecen problemas porIue no se portan bienB con "ios. 3l ni=o, Iue es inmaduro, no sabe Iue esta idea es incorrecta, y se culpa por todo lo malo Iue le ocurre, Iue a menudo incluye la conducta abusiva de los padres. 4ree Iue sus problemas y el abuso Iue sure se deben a Iue no se porta bien con "ios. 3n consecuencia para los ni=os de estas amilias "ios se convierte en un s8mbolo del casti(o. AdemFs de ver a "ios como casti(adorB, muy a menudo estos ni=os también aprenden a ser muy cr8ticos con los demFs, y pierden su capacidad para la espiritualidad.
Las personas Iue se portan bien con "ios también problemas..., y ademFs una relación espiritual con un poder superior Iue las (u8a a través de las diicultades. La vida real estF llena de problemas. o sol8a pensar Iue en la recuperación no tendr8a mFs problemas no volver8a a tener celos, ni accesos de ira, ni me pelear8a mFs con mi e% esposo. Prevendr8a de antemano todo lo Iue pod8a ser Iue disuncional, plan y loparece se(uir8a, la vida uncionar8a suavemente. "escubr8 la realidadestablecer8a era todo loun contrario Iue yahora ten(o mFs problemas. "esde lue(o, no se trata de esto, sino de una mayor conciencia de la realidad, y por lo tanto de los problemas de la vida. 2ambién estoy tomando contacto con una mayor ale(r8a, una mayor valent8a y muchos sentimientos buenos respecto de m8 misma. Los padres adictos a la reli(ión suelen ense=arle al hiGo Iue "ios es un ser casti(ador, estricto, e%i(ente, Iue espera una sumisión r8(ida a un conGunto de re(las. "e este modo, también le ense=an Iue acerca de ciertas cuestiones hay un solo modo de pensar, porIue es lo Iue "ios nos diGo Iue pensemosB. $i el ni=o tiene al(una idea distinta de la de los padres, no es espiritualmente aceptable, y "ios lo casti(arF. 4uando uno o ambos pro(enitores son adictos a la reli(ión, al ni=o le resulta muy di8cil poner en entredicho cualIuier cosa Iue ellos di(an o ha(an, y con la Iue él no esté de acuerdo. 2ienen la sensación enrentar al pro(enitor adicto la reli(ión eIuivale estar en desacuerdo con "ios de y aIue IueGarse de 3l. A las personas Iuea han sido obGeto de a abuso espiritual les cuesta much8simo enrentar al pro(enitor adicto a la reli(ión, enoGarse con él y advertir Iue estF enermo, por el hecho mismo de Iue hay en Gue(o ideas relacionadas con la divinidad. Las descripciones Iue un paciente v8ctima de abuso espiritual da de su pro(enitor me permiten decir si éste ha sido un adicto reli(ioso. La resistencia del paciente a enrentarse a esta cuestión suele ser tan uerte y tormentosa porIue le resulta terrible admitir lo penoso y abusivo Iue era en realidad lo Iue en el ho(ar todos consideraban muy espiritual. 3n cualIuier pro(rama de doce pasos, la espiritualidad es una clave de la recuperación satisactoria. $i un individuo no siente la e%istencia de un poder Iue lo apoya y lo cuida, Iue es mFs (rande Iue yo él ycreo mFsIue (rande sus padres, a menudo le cuesta iniciar la recuperación. como para Iue recuperarse de la codependencia es mucho indispensable un pro(rama de doce pasos, arontar la cuestión del abuso espiritual puede tener una importancia crucial para un tratamiento Iue ten(a é%ito. El abuso físico1 se'ual o emocional de un representante de la reli#ión
Al ni=o le crea un malestar e%tremo ser obGeto del abuso 8sico, se%ual o emocional de un representante de la reli(ión. 3ntre los pacientes Iue recurren a 2he MeadoTs para tratar su adicción a sustancias Iu8micas, a la comida yo la codependencia, una cantidad si(niicativa maniiesta haber sido obGeto de un abuso se%ual perpetrado por al(n l8der espiritual o reli(ioso, varón o muGer. 3ste tipo de abuso también puede ser llevado a cabo por médicos, conseGeros, terapeutas y otras personas de las proesiones asistenciales.
Los l8deres reli(iosos no son inmunes a la adicción al se%o. AdemFs, creo Iue esta adicción se puede ocultar con mFs acilidad en un conte%to reli(ioso, porIue son muchas las personas muy vulnerables Iue se diri(en privadamente a proesionales de la reli(ión en busca de atención y orientación espiritual. 4on esas personas necesitadas, el l8der reli(ioso puede e%presar su propia adicción al se%o con relativa se(uridad y secreto, porIue nadie pensar8a atribuir ese tipo de inclinaciones a un proesional de la reli(ión. Las v8ctimas tienen una (ran resistencia a denunciar a estos oensores se%uales. A veces, aunIue la persona cree. maltratada intenta hablarle a al(uien de lo Iue le ocurrió, suele suceder Iue no se le 3n contraste con el abuso espiritual consumado por un pro(enitor, el proesional de la reli(ión no suele convertirse en el poder superior del ni=o. Pero como ese l8der espiritual es un representante de "ios, es mFs recuente Iue el ni=o odie o se encolerice con "ios por haber permitido el abuso. / bien se asusta, y piensa Iue estar conectado con el poder superior si(niica Iue voy a ser herido a causa de lo Iue sucedió, y temo al poder superior porIue permitió Iue eso me sucedieraB. $er obGeto del abuso se%ual de un representante de la reli(ión es especialmente destructivo. "espués de haber tratado a muchas personas Iue padecieron este tipo de oensa, creo Iue siempre constituye un acto de perversión prounda. 5e observado Iue, en al(n punto de la recuperación, muchas de las v8ctimas de este abuso con un interro(ante NSoy tomar la decisión de vivir o de suicidarmeOB. 1o es luchan Iue constantemente se planteen en ael nivel consciente la idea del suicidio, pero es obvio Iue, ante su propia historia, la cuestión Iue tienen entre manos ha adIuirido una ma(nitud de vida o muerte. 3n el tratamiento, en cuanto emer(en los recuerdos del abuso se%ual, estos pacientes suelen e%perimentar un trauma y un dolor intensos. 3s di8cil asumir la realidad de Iue un representante de "ios haya hecho al(o tan ver(on-oso y abusivo. La mera e%periencia de saberlo todo en sus detallesB hace Iue estos pacientes sientan un (ran malestar. Pero no deben detenerseC es preciso Iue acepten el conocimiento de Iue realmente ueron violados por al(uien Iue se supon8a Iue era una persona se(ura y representaba a un poder tan inmenso como lo es "ios. La mayor8a de las personas Iuedan devastadas y se enurecen. Pero enoGarse con "ios contrar8a tantas admoniciones y provoca tantos miedos, Iue resulta di8cil permitirse e%perimentar esaen cólera. La mayor8a de los3s pacientes la vuelven hacia s8 mismos, por lo cual se convierten deprimidos y suicidas. muy di8cil ayudarlos a Iue no pon(an nin(una traba a la e%presión de sus sentimientos y decirles lo Iue le tienen Iue decir a su poder supremo o "ios para liberarse de los enormes sentimientos residuales. La decisión interior de arontar y abordar las emociones Iue rodean este tipo de abuso se%ual representa una verdadera crisis espiritual. Pero mientras no se ven-a esa resistencia, no son posibles la recuperación ni la verdadera espiritualidad. o sé Iue si en mi recuperación no hubiera tenido espiritualidad, probablemente me habr8a suicidado. MFs Iue cualIuiera otra cosa, la recuperación tiene Iue ver con el desarrollo de una espiritualidad auténtica, Iue es al(o maravilloso. Pero si una persona ha sido obGeto de abuso por parte de un l8der espiritual, la posibilidad de recurrir en el pro(rama a los dones espirituales se retarda mucho. 1o se con8a en un poder superior, y resulta muy di8cil soltarse o abandonarse y dar los pasos sucesivos. 2en(o una ami(a Iue piensa
constantemente en el suicidio. 1o puede reconciliarse con los hechos horribles Iue le sucedieron como consecuencia de al(unos abusos se%uales muy serios cometidos por un sacerdote. "ebido a toda la cólera y el dolor Iue subsisten entre ella y el poder superior, no puede hacer uso en el pro(rama de sus dones espirituales. 3n mi opinión, Iue se basa en e%periencias con muchos supervivientes, el abuso 8sico, emocional y espiritual consumado por un l8der espiritual tiene consecuencias sumamente (raves de ne(ación del problema, auto en(a=o y represión. Pero cuando esa persona ha cometido un abuso se%ual, el trastorno resultante es incluso mFs (rave y di8cil de tratar. La codependencia; *u& es1 de dónde proviene1 cómo sabotea nuestras vidas
4omo hemos visto, las técnicas de cuidado parental menos IuenutriciasB o disuncionales crean ni=os Iue suren abuso, Iue se adaptan como adultos codependientes. 3l abuso puede haber sido la(rante y obvio o mFs sutil y oculto, pero sus eectos son reales y destructivos para nuestra vida y nuestras relaciones. a se=alamos Iue la aceptación por la sociedad de ciertas prFcticas de crian-a es una norma pobre para Gu-(ar si cualIuiera de ellas resulta beneiciosa para el ni=o. 1uestra propia recuperación respecto de las e%periencias de abuso padecidas en nuestras amilias de ori(en meGora la calidad de nuestras vidas y también de las de nuestros ni=os. 3l eecto sobre los chicos y chicas con la losi(lesia Iue trabaGemos en cualIuier @la escuela,curativo las or(ani-aciones de e%ploradores, o la (uarder8a se puedelu(ar reor-ar much8simo. Podemos aprender a prestar mFs atención al modo como inluimos sobre esas personas valiosas, vulnerables, imperectas, dependientes e inmaduras. Pero el cambio positivo del codependiente sólo se inicia cuando se desprende de la ne(ación del problema y del autoen(a=o sobre su propio estado y su propia historia, y en primer lu(ar se trata a s8 mismo. A medida Iue nos recuperamos, adIuirimos capacidad para proporcionar mFs nutrición y cuidado adecuado a los ni=os, y para lo(rar una mayor intimidad con Iuienes nos rodean. 5emos desple(ado un cuadro (eneral de la codependencia, de su ori(en en nuestras e%periencias inantiles y del modo como opera en nuestra vida adulta. AunIue estF claro Iue no somos nosotros Iuienes nos causamosB este trastorno, muchos tenemos una actitud de autodesprecio y dis(usto por parecer inmaduros y estpidosB. Para m8,nin(n parte de la recuperación consistió en reconocer Iuetan estamos enermos y Iue no tuvimos control sobre las circunstancias de la inancia Iue nos llevaron a nuestro presente malestar adulto. Para iniciar una nueva vida hay Iue conocer la enermedad, y después asumir la responsabilidad de nuestra propia recuperación. Mirar de rente la codependencia es el primer (ran paso, pero Ncómo podemos comen-ar a curar esas heridas de la inancia y madurar como adultos uncionalesO
<= >C< L /EC8?E/C<4 5 La recuperación personal
Para m8 es importante hacer al(o mFs Iue describir la codependencia y el modo como aparentemente se desarrolla a partir del abuso inantil. Pero debido a la naturale-a compleGa de la enermedad y a su cone%ión con el abuso en la inancia, en este libro me he concentrado en un e%amen y los s8ntomas del trastorno. 3n esta ltima parte Iuiero delinearcompleto el procesodedelaslara8ces recuperación, un proceso Iue he e%aminado detenidamente en un libro de eGercicios escrito en colaboración con Andrea Wells Miller y titulado 'reaUin( [ree A *ecovery WorU booU or [acin( 4odependence. Me doy cuenta de Iue leer la descripción de la enermedad y comprender Iue uno la padece puede resultar una e%periencia abrumadora. Pero son muchas las posibilidades y esperan-as de Iue los codependientes podamos desarrollar relaciones uncionales y (ratiicantes. 4ada ve- se sabe mFs de la enermedad y del modo de tratarla. Ahora son mFs los terapeutas e%perimentados Iue trabaGan con los codependientes. 5ay muchas personas en recuperación Iue demuestran la uer-a del proceso terapéutico y el modo de avan-ar en él. o recomiendo con énasis Iue se consulte a un terapeuta y se in(rese en un (rupo de doce pasos, como, por eGemplo, 4odependientes Anónimos, para amiliari -arse con los modos como el trastorno inluye en nuestras vidas y con las sendas sanas a la recuperación. 4ómo arontar la codependencia Para enrentarse a la codependencia, el primer paso consiste en ver y reconocer sus s8ntomas en nuestra vida. 4uando empe-amos a anali-arlos y a tratar de cambiar las conductas de nuestro pasado, encontramos una resistencia poderosa y sentimientos irracionales. 3sto orma parte de la recuperación. Pero el primer paso consiste en comparar los s8ntomas con nuestra propia conducta. 4omo hemos visto, los s8ntomas primarios de la codependencia se e%perimentan en polos opuestos. Los resumimos a continuación
Las características de los codependientes en recuperación
$ea cual uere la columna Iue resume nuestras caracter8sticas, a medida Iue entramos en recuperación nos parece Iue in(resamos en la columna opuesta. Al pasar de una autoestima baGa o ine%istente a valorarnos a nosotros mismos de un modo sano, se nos ocurre Iue Iui-Fs estemos siendo arro(antes. Al pasar de una e%cesiva vulnerabilidad a establecer l8mites adecuados, Iui-F pensemos Iue nos estamos volviendo invulnerables y distantes. Al abandonar un enoIue de lay dependientes, vida tememos tal convertirnos en demasiado perectos. en 4uando deGamos de serrebelde pe(aGosos ve- sintamos Iue nos convertimos antidependientes. al reempla-ar el caos por el orden y la responsabilidad, puede parecemos Iue nos volvemos demasiado controladores. A Iuienes parten del e%tremo opuesto, salir de la arro(ancia les parece caer en la autoestima baGa o ine%istente. $ienten Iue deGar de ser invulnerables y arries(arse a la vulnerabilidad representa una vulnerabilidad e%cesivaB, porIue es desacostumbrada @y muy incómoda. "eGar de ser bueno y perecto B parece convertirse en rebelde y maloB, y reducir el control puede (enerar e%periencias de aspecto caótico. 3s til observar Iue, aunIue la recuperación nos produce la impresión de Iue nos estamos aleGando demasiado en una dirección opuesta, lo probable es Iue esto no ocurra. 9na muGer pereccionista Iuepero deGaenlosrealidad platos sin lavar pileta de la se cocina la porIue noche Iui-F se sienta caótica, no lo es. en La larecuperación sientedurante e%trema la conducta uncional nos resulta muy desacostumbrada, después de a=os de codependencia, sea cual uere el polo del Iue partamos. estas e%periencias de no saber lo Iue es normalB son partes necesarias de la recuperación, mientras reali-amos nuestro aprendi-aGe escuchando y participando en reuniones. 4uando el codependiente se va enrentando a cada uno de los s8ntomas nucleares, comien-an a aparecer ciertas caracter8sticas de persona sana. Al(unas de ellas son 2iene autoestima de uente interior. 3s vulnerable, pero con protección. *inde cuenta de sus imperecciones y es espiritualC sabe pedirle a un poder superior Iue la ayude con sus imperecciones. 3s independiente. 3%perimenta la realidad con moderación. La recuperación comienza con el dolor
$in al(n tipo de consecuencias dolorosas provocadas por nuestras conductas disuncionales, por lo (eneral no se nos ocurre Iue necesitamos cambiar. 1o se trata de Iue un buen d8a el codependiente se levante y di(a 4reo Iue debo conse(uir la madure- y la salud mentalB. Por eGemplo, mantenerse en una posición arro(ante y aislada Iui-F no le cree problemas al propio suGeto, en cuyo caso él no verF nin(una ra-ón para modiicar nada. $i convivir con él le resulta enloIuecedor a la amilia, o si él mismo no puede establecer relaciones estrechas con otras personas, el individuo arro(ante da por sentado Iue el problema es de la amilia o los otros y Iue su propio comportamiento es impecable.
La conrontación (enerada por una intervención o un tratamiento satisactorio saca al codependiente del conGunto de s8ntomas arro(antes y lo deGa e%puesto al dolor. 9n miedo y un dolor intensos son las consecuencias de Iue se advierta Iue las conductas arro(antes, invulnerables, pereccionistas, antidependientes y controladoras son adaptaciones disuncionales. Pero las personas Iue tienen este tipo de dolor estFn dispuestas a reali-ar el trabaGo necesario para comen-ar su recuperación. La ase dolo rosa de una recuperación no es un modo de vida permanente. Para prolon(ar el proceso de la recuperación y se(uir adelante, losposición codependientes necesitan coraGe y una relación con un poder superior, hasta lle(ar a una de mayor bienestar. 3sto plantea otra cuestión, de interés sobre todo para Iuienes an no han entrado en recuperación y vacilan en iniciar un tratamiento es probable Iue durante mFs o menos un a=o el proceso les resulte muy penoso. $e tendrF la e%periencia paradóGica de estar contento por la recuperación, mientras al mismo tiempo uno se siente peor. 5e descubierto Iue nosotros, los codependientes, somos muy di8ciles de tratar. o me resist8a a hacer cualIuier cosa Iue me su(irieran para acelerar el inicio de la recuperación. 1o puse a prueba nin(una su(erencia hasta Iue e%perimenté suiciente dolor como para estar dispuesta a hacer cualIuier cosa con tal de cambiar. Lo menciono porIue, en mi caso, no hubo nadie Iue me diGera Iue, de las primeras etapas del tratamiento, cuando se deGan de eludir los temores y sentimientos, y se mira de rente la codependencia, sur(e mucho dolor. al mismoLas tiempo ale(r8a y dolor. o realicé porMe m8 resultó misma desconcertante (ran parte de mie%perimentar propia recuperación. nicas personas Iue sab8an Iue yo trabaGaba en tal sentido eran los pacientes con los Iue hablaba, porIue al principio no pretend8a comportarme con ellos como una proesional. Me limitaba a ser Iuien era, una compa=era codependiente Iue sur8a e intentaba estar bien. Advert8 Iue cuando empe-aba a hacer las cosas necesarias para meGorar, cada ve- me sent8a peor, aunIue con una ale(r8a y una esperan-a incre8bles, porIue al inal esperaba comprender lo Iue me hab8a sucedido en todos esos a=os. Miedos e incertidumbres inesperados Acompa=ando al dolor y la ale(r8a, aparecieron al(unos miedos e incertidumbres con los cuales yo no hab8a contado. Por eGemplo, yo era pereccionista, madura en e%ceso y controladora. Me sent8a vieGa y (astada. 3ra como si a los treinta y seis a=os estuviera por cumplir Iue ochenta. 4uando deGéun debebé ser controladora meyvolv8 una ni=a muy inmadura, caótica, (imoteaba como todo el tiempo ca8a como en conductas sorprendentemente inmaduras de las Iue nunca me hab8a ima(inado Iue ser8a capa-. 3ran conductas Iue yo nunca hab8a tenido antes, porIue nunca hab8a sido una ni=a. Pero me en(a=abaC ten8a una idea eIuivocada acerca de esas conductas y no ve8a Iue eran inantiles y e(océntricas. La idea de Iue yo pod8a esco(er no ser como siempre hab8a sido me resultó muy temeraria. Pero de ve- en cuando me abr8a camino a través de esa idea ilusa, porIue mi esposo o mi madre sustitu8aB me hac8an ver la realidad. Por eGemplo, ella me dec8a 3s muy di8cil la relación conti(o, porIue eres muy e(océntrica. 1unca me llamas por teléono. $iempre ten(o Iue llamarte yoB. 3sto me resultaba realmente doloroso, porIue yo la Iuer8a mucho.
Qui-F la e%periencia mFs dolorosa e inse(ura para m8 consistió en empe-ar a e%perimentar mis propias necesidades. Por primera ve- tomé conciencia de ellas, y también de Iue eran muy pocas las Iue sab8a atender Rcasi nin(unaR. Me resultó muy penoso incluso admitir Iue yo ten8a necesidades, y ni Iué decir el tratar de satisacerlas. 4uando comencé a ser mFs vulnerable, mi impresión era Iue estaba desprote(ida y Iue todo podr8a destruirme. Por ortuna las cosas meGoraron RmeGoraron muchoR. "espués de seis a=os de iniciado el proceso de recuperación, (ran parte de presenta las caracter8sticas de la recuperación Iue hemos enumerado en mi estevida mismo cap8tulo. 3l dolor y la ver(Hen-a por el pasado, y el miedo a no lle(ar nunca a estar bien, han sido sustituidos por una serenidad cuya base es la esperan-a Iue e%perimento. "escubro esta esperan-a (racias a mi poder superior, a los instrumentos de la recuperación incluidos en los doce pasos y a mis ami(os del tratamiento. Pero, desde lue(o, no se trata de un estado permanente. Para m8, la recuperación si(niica Iue se vive con sus caracter8sticas mFs Iue con las caracter8sticas de la codependencia. 1o cono-co a nadie Iue trabaGe en un pro(rama de recuperación y ten(a una recuperación perecta. "e hecho, cuando trato de obtener una recuperación perecta Iuedo enredada de nuevo en la enermedad. Periódicamente me desli-o a mi trastorno, pero la dierencia reside en Iue estos episodios ya no duran tanto como antes. Ahora, cuando acto de un modo codependiente e%perimento un dolor rFpido y a(udo, de modo Iue sal(o de la situación lo antes posible. La codependencia no se irF sola 4omo diGe al principio, en los (rupos Iue diriGo y con los codependientes Iue cono-co a menudo di(o Abracen a sus demonios o ellos les morderFn el traseroB. Para lle(ar a sentirnos bien debemos arontar la codependencia en nuestras vidas y hacer al(o con nuestros propios demonios dependientes. $i esperamos Iue otra persona @aunIue sea un buen terapeuta lo(re nuestra recuperación por nosotros, se(uiremos inmovili-ados, perdidos y enermos. 1adie puede hacer este trabaGo en lu(ar de nosotros, ni nadie estF destinado a hacerlo. AunIue nuestros pro(enitores debieron habernos ayudado rodeFndonos de una realidad uncional y de un cuidado respetuoso, en el d8a de hoy no hay nin(una necesidad de culparlos. 9na ve- reali-ado el da=o, nuestros padres ya no pueden remediarlo o recomponernos. 2enemos Iue aprender a recuperarnos nosotros mismos. Lo Iue yo espero es Iue al comen-ar a reconocer los s8ntomas nucleares en nosotros mismos @y creo Iue corresponde empe-ar por all8 y a advertir sus perGudiciales consecuencias en nuestras vidas, podamos hacer dos cosas. Primero, procurar aprender a intervenir en la enermedad a tratarnos con mFs respeto, a desarrollar l8mites, a asumir nuestra realidad, a hacernos car(o de nuestras propias necesidades y deseos, y a encarar la vida con moderación. $e(undo, podemos aprender a ser meGores cuidadores de nuestros hiGos a valorarlos adecuadamente, a no someterlos a abusos y a ense=arles a tener l8mites intactos, a permitirles asumir su propia realidad y a (uiarlos hacia una mayor madure-, a nutrirlos como corresponde y a proporcionarles un ambiente estable mientras evolucionan hacia la adulte-.
$i los hiGos ya son adultos, la se(unda tarea del codependiente consiste en aprender a actuar por su cuenta en la relación en recuperación. A menudo he o8do al(o en lo Iue creo mucho lo meGor Iue podemos hacer por nuestros hiGos adultos es entrar en recuperación nosotros mismos, y deGar Iue ellos encuentren libremente su propio camino hacia la cura. 1osotros podemos vivir en recuperación y presentar ese modelo, pero cuando los hiGos son adultos deben tener la libertad de vivir sus propias vidas. Qui-F debamos asumir Iue hemos causado la codependencia de ellos, pero no podemos ser los responsables de su cura, pues no podemos obli(arlos a hacerdeloIue necesario para recuperarse. $erF un Iue si(noe%iste de nuestra propia recuperación el hecho sepamos reconocer la dierencia entre presentar el modelo de una vida recuperada, compartir nuestra propia uer-a y esperan-a, por un lado, y por el otro, atravesar los l8mites de nuestros hiGos adultos y pretender Iue vivan a nuestro modo, aunIue la nuestra sea una vida de recuperación. As8 como nuestros padres no pueden hacerse car(o de nuestra cura, nosotros no podemos hacerB Iue nuestros hiGos se sientan bien, ni darlesB una parte de nuestra propia recuperación. *euniones de doce pasos 3n primer lu(ar, piense en asistir a reuniones de doce pasos, donde se encontrarF con personas Iue hablan de la enermedad y de la recuperación. 4odependientes Anónimos es un pro(rama de doce pasos basado en los mismos doce pasos de Alcohólicos Anónimos. Mientras escribo esto, en muchas partes de 3stados 9nidos se estFn or(ani-ando nuevos (rupos. Quiero subrayar la importancia de Iue se hable no sólo de la enermedad y del modo como inluye en nuestra vida sino también de cómo es la recuperación cuando uno la e%perimenta. 1o resulta eica- hablar sólo de la enermedad y del modo como hace in(obernable la vida. 5ablar de los hechos positivos Iue se producen cuando uno vislumbra la recuperación ayuda a tomar conciencia del pro(reso y la meGor8a, as8 como a proporcionar e%periencias, uer-a y esperan-a valiosas para los otros. 2ambién es muy importante aprender a trabaGar con los doce pasos para lo(rar la recuperación. El paso uno por escrito
9na se(unda cosa Iue ayuda a muchos codependientes a recuperarse a través del proceso de doce pasos es un paso uno Iue por no escritoB. 3l poder paso uno, para codependientes, dice lo si(uiente Admitimos tenemos sobreadaptado los otros, y Iue nuestras vidas se han vuelto in(obernablesB. 3l propósito del paso uno es ayudarnos a ver la enermedad en acción en nosotros mismos. Mientras no la veamos actuando en nuestras vidas y en nuestras relaciones, es casi imposible hacer al(o respecto de ella. 3ste paso tiene dos partes a describir por escrito cómo e%perimentamos cada s8ntoma nuclear e%plicado en el cap8tulo 7 nos permite ver el modo espec8ico como en nuestra vida nos sentimos impotentes de la codependenciaC b escribir lo Iue sucede como resultado Rlos cinco tipos de sabotaGe e%aminados en el cap8tulo 6R nos permite comprender en Iué son incontrolables nuestras vidas. 3sta tarea puede tomar al(n tiempo, pero nos ayuda mucho a descubir nuestras pautas particulares de codependencia. 3n el libro 'reaUin( [ree A *ecovery WorUbooU or [acin( 4odependence hay mFs detalles acerca de cómo su(iero dar este y el resto de los pasos.
8n (padrino+ de codependencia
3l tercer paso Iue se puede dar es esco(er un padrino de codependencia. $u(iero recurrir a al(uien Iue haya pasado al(n tiempo en recuperación y demuestre tener una conducta uncional con respecto a al(uno de sus s8ntomas de codependencia. 4umplidas estas condiciones, lo mFs importante de un buen padrino es Iue pueda brindarnos actividad parental y nutrirnos, sea sincero y nos ha(a arontar la realidad, y esté dispuesto a decirnos cómo se nos ve,nos y también a repetirmucho una y otra Iue las captemos. La enermedad hace olvidarB de loveIuelassemismas nos diceideas sobrehasta nosotros mismos. "e modo Iue esa persona tiene Iue ser paciente y nutricia, y cuidarnos como un pro(enitor. Mi recomendación es Iue sea del mismo se%o del codependiente, a menos Iue este ltimo sea homose%ual. 3n realidad, yo pon(o énasis en Iue no se intente reali-ar este trabaGo con un padrino del se%o opuesto. Los dos pueden terminar dando un decimotercer pasoB entrar en una relación romFntica o se%ual, lo Iue es inadecuado y disuncional para la recuperación de ambos. >acer frente a cada uno de los síntomas
3n enrentar dentro de s8 cadalos uno de losdeteriorados, s8ntomas Iuenoheasumir descrito principio del cuarto libro lalu(ar, autoestima baGa o ine%istente, l8mites la al propia realidad, no satisacer las propias necesidades y deseos, y actuar de un modo e%tremo. 1o obstante, a menos Iue se haya dado el paso uno por escrito, resulta muy di8cil reconocer y tener presentes todos los problemas. La codependencia es una enermedad insidiosa y sutil. A Iuien no pueda dar los pasos Iue he su(erido, Iui-F le conven(a hablar con un conseGero Iue trabaGe con codependientes. @Muchos terapeutas no estFn amiliari-ados con la enermedad como tal, ni con las técnicas de recuperación Iue se han descubierto en los ltimos a=os. 2al ve- se pueda ubicar a un buen terapeuta o conseGero consultando en un centro de tratamiento de dependencia a sustancias Iu8micas. Muchos de estos centros tienen ahora pro(ramas de tratamiento de la codependencia, con internación o sin ella Iue pueden ser muy tiles para personas Iue aspiran con seriedad a recuperarse de esta enermedad. A lo lar(o de todo este libro hemos caracteri-ado la codependencia como una enermedadB, aunIue no es como una (ripe o una neumon8a, Iue se curan y desaparecen. La recuperación de la codependencia se parece mFs a la remisión de un trastorno como la diabetes. Mientras el diabético si(ue el tratamiento prescrito de dieta, eGercicio y Iui-Fs una dosis de insulina, estF en condiciones de llevar una vida tan activa como la de una persona sana. Pero si no si(ue su ré(imen, en cualIuier momento puede producirse una reca8da. "e modo anFlo(o, mientras si(amos un pro(rama de recuperación, los codependientes podemos llevar vidas mFs sanas y uncionales. Pero si empe-amos a pensar Iue estamos bienB y ya no necesitamos trabaGar con un pro(rama de recuperación, estamos e%puestos a reca8das.
$ea cual uere el rumbo Iue tome, e%horto al lector o la lectora a comen-ar desde ahora mismo a hacer rente a la codependencia. 3n el momento en Iue escribo estas palabras, hay cientos de personas en recuperación. \ramos hombres y muGeres asustados, solos, resentidos y desalentados, incapaces de poner en orden nuestras vidas y relaciones. Muchos casi hab8amos perdido las esperan-as de lle(ar a ser elices. ahora, aunIue nos parece mila(roso, nos estamos poniendo bien. ]nase a nosotrosX
p&ndice
9na breve historia de la codependencia y una mirada a la literatura psicoló(ica 4omo diGimos en el prólo(o, la comprensión de los s8ntomas de lo Iue ahora llamamos codependencia se inició sobre todo en el campo de la dependencia de sustancias Iu8micas, al intentarse el tratamiento de las amilias de los alcohólicos. $i bien nadie sabe con total certidumbre de dónde proviene la palabra codependenciaB, en (eneral se cree Iue deriva del términoIu8micasB coalcohólicoB empleadoy cuando se comen-ó a denominar dependencia de sustancias al alcoholismo a otras dro(adicciones, en conGunto. Al principio se creyó Iue los s8ntomas de la codependencia se deb8an a la tensión de vivir con un adicto. La ver(Hen-a, el temor, el dolor y la cólera e%a(erados de los miembros de la amilia se consideraron reacciones a un hombre o una muGer muy enermo, Iue estaba uera de control debido a su adicción. Pero cuando los alcohólicos lo(raban mantenerse sobrios, las conductas codependientes de sus amiliares sol8an continuar, y a veces incluso empeoraban. *esultó claro Iue en los miembros de la amilia hab8a una enermedad independiente. Los terapeutas comprendieron pronto Iue las causas ocultas de este trastorno bien podr8an haber sido anteriores a la aparición de los s8ntomas del alcohólico. 4uando mFs alle(ados de los dependientes recurrieron a la terapia y revelaron las historias de sus amilias de ori(en, resultó claro Iue muchos de los cónyu(es codependientes hab8an tenido uno o dos pro(enitores alcohólicos, y mFs tarde, cuando adultos, parec8an haber ele(ido inconscientemente como pareGa a un alcohólico o adicto @al(unos incluso hab8an reali-ado esta elección en serie, en varios matrimonios. Parec8a Iue en la pauta abusiva de conducta del alcohólico @o de la pareGa Iue iba a volverse alcohólica hab8a al(o amiliar Iue le permit8a al cónyu(e codependiente reconstituir una situación abusiva de su ! @Mu ni=e-, Iui-F reprimida. AunIue todo suced8a en un nivel inconsciente, era como si al reconstituir la situación abusiva anterior, el cónyu(e codependiente pudiera obtener, ademFs de la se(uridad de lo amiliar, otra oportunidad de ser perectoB o a(radarB lo bastante como para liberarse de la ver(Hen-a, el miedo, el dolor y la cólera e%a(erados Iue transportaba desde la ni=e-. $e vio Iue estos sentimientos hab8an coloreado y desbaratado muchas de las relaciones de los codependientes durante toda su vida. 4uando estas personas comen-aron a abordar sus s8ntomas de codependencia en centros de tratamientos, conerencias y sesiones de terapia, se volvieron irreutables las pruebas de Iue, para Iue apareciera la enermedad, no era necesario Iue en la ni=e- o en la vida adulta del paciente hubiera habido un dependiente de sustancias Iu8micas. 'astaba con Iue hubiera e%istido un cuidador abusivo en la ni=e- del paciente. 3n este libro hemos tratado de descubrir la cone%ión Iue e%iste entre ese abuso inantil y los s8ntomas adultos de la codependencia.
La codependencia como enfermedad
A dierencia de la mayor8a de los descubrimientosB de nuevas enermedades, la codependencia salió a la lu- en el campo de la dependencia de sustancias Iu8micas, y se estF iltrando lentamente de nuevo en el resto del Fmbito de la salud mental, del Iue suelen provenir estos descubrimientos. Los proesionales del campo de la dependencia de sustancias Iu8micas se han concentrado en los enoIues bFsicos y prFcticos de la terapia, para no identiicarse concentro los pro(ramas de en investi(ación académica o teórica. demasiado "ebido a este de atención la prFctica, de ha orientación habido pocos esuer-os tendientes a ormular las comprensiones, las conceptuali-aciones y la metodolo(8a relacionadas con la codependencia, en el len(uaGe o la estructura de la psicolo(8a académica. 8na mirada a la literatura psicoló#ica; /es@menes
Para la redacción de este libro, los autores buscaron datos bFsicos en los resmenes psicoló(icos en un disco inormFtico compacto. 3stos resmenes pertenecen a art8culos de todo tipo tomados de periódicos especiali-ados Iue representan la van(uardia de la investi(ación y los nuevos desarrollos psicoló(icos. 4omo la codependencia es un enómeno nuevo, Iue ha emer(ido con este nombre sólo en los ltimos a=os, pasamos revista todos los resmenes y art8culos pertinentes eneropsicoló(ica de )E6 hasta septiembre de )EEa @inclusive. 3sto nos llevó a descubrir Iue ladesde literatura tradicional sólo contiene unas pocas reerencias a la enermedad de la codependencia, por lo menos mencionada con este nombre. Los si(uientes ocho art8culos relacionados con la codependenciaB ueron publicados después de )E>. Lans Lesater y otros @)E> e%aminaron problemas sociales y amiliares de clientes de una cl8nica comunitaria, entre ellos pautas de empleo de sustancias Iu8micas. La encuesta, Iue comparó pacientes circunstanciales con los Iue recib8an atención psicoló(ica, indica Iue el 6 por ciento de estos ltimos ten8an un pariente Iue consum8a dro(as en un nivel circunstancialsituacionalB, mientras Iue sólo lo hac8a el treinta por ciento del (rupo cl8nico total. Los autores Rpor lle(aneGemplo, a la conclusión de Iue el consumo de sustancias Iu8micas los problemas asociados la codependenciaR son actores si(niicativos Iuey aectan a la amilia. $ydney Walter @)E? presenta un caso en el Iue la esposa de un alcohólico aprendió a independi-arse de la adicción del marido. Jean 4aldTell @)E? propone orientaciones para trabaGar con amilias codependientes y prepararlas para la intervención. 3l autor subraya Iue la conducta disuncional de un alcohólico sólo puede cuestionarse cuando al mismo tiempo se apoya su conducta sana. 1eil M. *othber( @)E? aronta el alcoholismo desde la teor8a sistémica de la amiliaC e%amina la dinFmica Iue se produce en los subsistemas maritales, tres modelos orientados
hacia la amilia, y el tratamiento y las metas posibles. $e demuestra Iue ambos cónyu(es contribuyen a crear el problema del alcohólico, y Iue los dos son aectados por él. VierymsUi y Williams @)E? sostienen Iue las esposas, y probablemente otros inte(rantes de las amilias en las Iue hay un miembro alcohólico, padecen problemas emocionales con mFs probabilidad Iue en las amilias de noalcohólicos, aunIue el (rado y la orma e%actos de trastorno emocional var8an, y no ha sur(ido nin(una entidad n8tida Iue corresponda con precisión al concepto de codependencia. s8ntesis, los autores se maniiestan escépticos con respecto a la validedel concepto de 3n codependencia. 2immon 4ermaU, en el Journal o Psychoactive "ru(s @)E?, sostiene Iue la codependencia puede deinirse con los criterios del "$M!!! para el trastorno mi%to de la personalidad. Propone cinco criterios dia(nósticos, en el estilo del "$M!!!. $e(n 4ermaU, entre los ras(os esenciales de la codependencia se cuentan a una continua undamentación de la autoestima en la capacidad para inluircontrolar los sentimientos y las conductas de uno mismo y de los otros, rente a las obvias consecuencias adversas de esta actitudC b se asume la responsabilidad de satisacer las necesidades de otro, hasta el punto de e%cluir el reconocimiento de las propias necesidadesC c an(ustia y distorsión de los l8mites en las situaciones de intimidad y separaciónC d traba-ón en relaciones con individuos Iue presentan trastornos de la personalidad, son dro(adependientes e impulsivos, hayemociones @en cualIuier dedramFticos, tres o mFs de estas caracter8sticas constricciónydeelas con combinación o sin estallidos depresión, hipervi(ilancia, compulsiones, an(ustia, recurso e%cesivo a la rene(ación, abuso de sustancias Iu8micas, abuso recurrente 8sico o se%ual, enermedad médica relacionada con el estrés yo una relación primaria con un abusador activo de sustancias Iu8micas por lo menos durante dos a=os, sin bsIueda de apoyo e%terno. 4ermaU e%amina de Iué modo cada uno de estos puntos se relacionan con enermedades deinidas por el "$M @por eGemplo, el trastorno de la personalidad por dependencia, el trastorno l8mite de la personalidad, el trastorno isocrónico de la personalidad. 3n la literatura psicoló(ica revisada, 4ermaU es el nico Iue intenta describir la codependencia y Iue sostiene Iue merece una consideración seria como enermedad. $ondra $malley @)E+ ha no e%aminado la cuestióntil de la dependencia en del las relaciones lesbianas. AunIue el libro es particularmente como descripción trastorno, la autora propone un modelo Iue se centra en la intervención de la cliente en sus propias pautas de relación codependiente. [rederich A. Pre-ioso @)E+ e%amina la espiritualidad en cuanto se relaciona con el tratamiento de los dependientes de sustancias Iu8micas y los codependientes en un escenario de tratamiento con internación durante un per8odo de 7) a 7E d8as. 3l autor su(iere Iue se encaren las cuestiones espirituales con seciones de entrenamiento y (rupos semanales del personal, conerencias y (rupos de discusión con pacientes, presentaciones amiliares y planes de tratamientos individuali-ados. Para tratar de determinar Iué investi(aciones se hab8an reali-ado baGo otros encabe-amientos sobre el conGunto de s8ntomas Iue denominamos codependencia,
consultamos el 2hesaurus o Psycholo(ical !nde% 2erms @)E>. 3ste libro de reerencia @Iue contiene todos los encabe-amientos baGo los cuales se enumeran los art8culos en los resmenes psicoló(icos no incluye nin(una reerencia a la codependenciaB. 3l repaso de todos los art8culos re(istrados en los resmenes baGo el encabe-amiento de dependencia @personalidadB y abuso de ni=osB @éstas eran las entradas mFs relacionadas con lo Iue describimos aIu8, correspondientes al per8odo de enero de )E6 a septiembre de )EE, reveló Iue era muy poco lo Iue se consideró di(no de inclusión, relacionado con el dia(nóstico del trastorno y los s8ntomas Iue llamamos codependencia, y en su cone%ión conidentiicable el abuso inantil. 3n toda la literatura psicoló(ica Iue aparece en la base de datos PsychLit del per8odo comprendido entre enero de )E6 y septiembre de )EE, sólo parece e%istir el trabaGo de una persona @utili-ado como reerencia por varios autores Iue ve en la cate(or8a de la dependencia @personalidadB al(o pró%imo a lo Iue nosotros consideramos al hablar de la codependencia. "e hecho, todos las reerencias Iue relacionaban la dependenciaB con los s8ntomas Iue constituyen lo Iue nosotros denominamos codependencia citaban el mismo libro, 1eurosis in 5uman VroTth, de la psiIuiatra Karen 5orney @)>D. Al(unas de sus ideas y descripciones de los s8ntomas son anFlo(as a las de este libro, pero evidentemente nunca se desarrollaron o ampliaron en la literatura ulterior en la misma dirección en Iue lo hacemos nosotros. Para 5orney, los adultos sanos son en (ran medida autónomos, pero ella cre8a Iue en ltima instancia a todas las personas les resulta di8cil sobrevivir sin la presencia 8sica y emocional, el apoyo y el cuidado de los otros. 3sa interdependencia nos per mite crecer y prosperar, y es necesaria para la reali-ación de la individualidad. 1o obstante, la neurosis lleva a buscar en otras personas la satisacción y un sentido de uno mismo. *elacionarse con otros se vuelve una necesidad cada ve- mFs compulsiva, y puede tomar la orma de dependencia cie(a, rebelión, obsesión de sobresalir o evitación del compromiso a cualIuier precio. "e todos estos modos, el neurótico demuestra la importancia Iue los otros tienen para él. 3sta dependencia se caracteri-a habitualmente por la inle%ibilidad en las relaciones, el abandono de la responsabilidad pornola satisacen propia vida, intolerancia, depresión, la iraely la actitud ven(ativa cuando los otros laslae%i(encias Iuelauno les ormula, sacriicio indiscriminado de los propios intereses y una creencia mF(ica en Iue a través de los demFs se encontrarF la respuesta a la vida. La dependencia puede verse como un modo de e%perimentar a los otros y de relacionarse con ellos, Iue orma parte de la estructura caracteroló(ica Iue 5orney denomina la solución de borrarse a s8 mismoB @en el cap8tulo del libro citado. 3l neurótico cree Iue sólo (racias a la uer-a y el cuidado de los otros puede obtener se(uridad, una vida con si(niicado y un sentido de s8 mismo. 3se impulso hacia los otros puede lle(ar al punto de Iue desee perderse y undirse totalmente con otra persona. 3n consecuencia, estas personas cultivan y (loriican la actitud de ser simpFtico, desvalido peIue=o, y de borrarse a s8 mismo. La uer-a y la autonom8a se buscan en un protector, pero son eludidas y reprimidas en uno mismo. La autoevaluación se basa en Iue el
individuo sienta Iue puede recibir amorC el amor, sobre todo el amor erótico, brinda la promesa de la reali-ación suprema. La parte de uno mismo sometida y desamparada se e%perimenta como la verdadera esencia, y la posibilidad de ser Iuerido, el sacriicio por amor y sobre todo el surimiento, toman el carFcter de Gustiicaciones para e%i(ir a cambio una devoción total. Lo Iue en la mayor8a de las personas normales es un deseo de ser amadas, en este tipo de neuróticos se convierte en un impulso y un reclamo desesperados. A la etapamorbosa. inal del autoborramiento, Iue incluye estos s8ntomas, 5orney la llama dependencia Pero, hasta hace muy poco tiempo, las ideas de esta autora sobre la dependencia @y las reerencias posteriores a ella constitu8an en las publicaciones psicoló(icas el nico v8nculo con lo Iue nosotros conocemos como codependenciaB, y aparentemente estas ideas no ueron desarrolladas en la dirección Iue hemos tomado nosotros. Libros sobre reerencias anteriores a las pautas de la personalidad dependiente 2heodore Millón dice en la 3ncyclopedia o Psycholo(y, vol. ! @)E< A pesar de la diusión y de los ras(os bien conocidos de este patrón de personalidad @la personalidad dependiente, en las nosolo(8as oiciales publicadas antes de la tercera edición, de )ED, del "ia(nostic and $tatistical Mental este "isorders @"$M!!!, sólo se hac8an al respecto reerencias de pasada.Manual Para el o "$M!!!, desorden es un trastorno importante e independiente, y su ras(o central consiste en una conducta pasiva Iue les permite a los otros asumir toda la responsabilidad por las actividades vitales si(niicativas del suGeto, una caracter8stica Iue se puede encontrar hasta en la alta de autoconian-a y las dudas respecto de la propia capacidad para uncionar con independencia. 4omo se=ala Millón, ya 3mil Kraepelin @))6, en la octava edición de su Psychiatrie, hab8a subrayado la voluntad irresolutaB de estos pacientes dependientes y la acilidad con Iue pod8an ser seducidosB por otros. Karl Abraham @)7< observó su creencia t8pica de Iue siempre habrF al(uien Y...Z Iue los cuide y les proporcione todo lo Iue necesitanB. A continuación tenemos la descripción @ya citada de 5orney, Iue es lo mFs cercano a lo Iue nosotros describimos como codependencia, aunIue enoca el tema desde una perspectiva dierente y no lo vincula al abuso inantil. MFs tarde, 3rich [romm presentó una caracteri-ación similar a la de 5orney en Man or 5imseli)<+. *eiriéndose a las personas Iue tienen lo Iue él denominó la orientación receptivaB, [romm se=ala Iue 1o sólo son dependientes de las autoridades, sino Y...Z de cualIuier tipo de apoyo. $e sienten perdidos cuando estFn solos, porIue sienten Iue no pueden hacer nada sin ayudaB. 3mpleando una teor8a biosocial del aprendi-aGe para deducir tipos de personalidad, 2heodore Millón enumera en "isorders o Personality @)E) los si(uientes criterios
dia(nósticos para las personalidades dependientes a son caracter8sticamente dóciles y no competitivas, y evitan la tensión y los conlictos sociales @Millón llama a esto temperamento pac8icoBC b necesitan una i(ura nutricia mFs uerte, y si no la tienen se sienten an(ustiosamente desvalidasC son a menudo conciliadoras, apaci(uadoras y proclives al autosacriicio @sumisión interpersonalBC c se perciben a s8 mismas como débiles, rF(iles e ineicacesC carecen de conian-a en s8 mismas, pues menosprecian sus propias aptitudes y capacidades @autoima(en inadecuadaBC d su actitud respecto de las diicultades interpersonales es in(enua o benévolaCoptimistaBC suavi-an loseacontecimientos perturbadores @estilo co(nitivo e%tremadamente preieren un estilo de vida sometido, plFcido y pasivo, evitan la autoairmación y recha-an responsabilidades autónomas @déicit de iniciativaB. 3stF claro Iue ya hace a=os se reali-aron observaciones de personas debilitadas por los s8ntomas de la codependencia. Pero es también evidente Iue, después de la primera nota de *raepelin en ))6, hubo poco se(uimiento del tema. Parece Iue incluso el término dependenciaB psrdió el avor de los especialistas. 3ra demasiado inclusivoB y no adaptable a los métodos de medición mFs precisos Iue los investi(adores en psicolo(8a estaban tratando de desarrollar. 4omo dice John 4. Masters en 2he !nternational 3ncyclopedia o Psychiatry, Psycholo(y and 1eurolo(y @)++. MFs recientemente, ha habido una tendencia creciente a evitar el empleo del concepto (lobal de dependenciaB, debido a Iue es e%cesivamente inclusivo y resulta poco til para describir y anali-ar la conducta de adultos y ni=os de mFs de dos o tres a=os. 4reo Iue esto basta para indicar Iue la corriente principal de la psicolo(8a académica no ha reali-ado un trabaGo e%tenso sobre la dependenciaB como trastorno identiicable de la personalidad, por lo menos en sus canales habituales de comunicación. sólo cuando este an(ustioso conGunto de s8ntomas emer(ió a la supericie y se multiplicó en el campo de la dependencia de sustancias Iu8micas, al(unos terapeutas pudieron reco(er una inormación amplia Iue les permitió captar el alcance y las ramiicaciones del trastorno. Pero ahora muchos entendemos Iue la codependencia contina siendo un problema doloroso y casi ubicuo de ciertos (rupos de nuestra sociedad. $e dir8a Iue estamos en la rontera de un territorio Iue es el de este (rave trastorno de la personalidad. Pero, Nes an una ine%plorado, enermedadBO N3s una enermedad la codependenciaO 4omo lo se=ala el psiIuiatra 2immen 4ermaU en "ia(nosin( and 2reatin( 4odependence @)E?, Los terapeutas con enoIues tradicionales de la salud mental han intentado tratar @por separado los s8ntomas de la codependencia, dia(nosticFndolos como trastornos de an(ustia, depresión, trastornos histéricos de la personalidad o trastornos de la personalidad por dependencia, para citar sólo unos pocosB. 4ermaU dice también Iue 3n cuanto aceptamos Iue la e%istencia de la codependencia corre pareGa a la de otros trastornos de la personalidad, como el trastorno l8mite, el trastorno narcisista o el trastorno por dependencia, debe Iuedar claro Iue merece ser tratado con el mismo nivel de reinamiento.
Pero como el len(uaGe y los criterios utili-ados para describir la codependencia no son con(ruentes ni estFn or(ani-ados en un marco irme y aceptado en (eneral por los especialistas, no ha sido posible reali-ar la investi(ación necesaria para dar validecient8ica a la concepción de Iue es un trastornoB le(8timo de la personalidad. Mientras esta investi(ación no se realice, las re(las de la comunidad psicoló(ica vetan la inclusión de la codependencia en la nomenclatura de las enermedades. 3ntre tanto, Iuienes tratamos para a personas s8ntomas de lala codependencia no esperamos actuar Iue Iue padecen haya un los rótulo oicial.compulsivos $ea lo Iue uere codependencia, sin duda opera como una enermedad. se(n observa 4ermaU @pF(. )DD, de acuerdo con lo Iue hemos aprendido, parecer8a por lo menos corresponder a las descripciones usuales de lo Iue es una enermedad @con s8ntomas discernibles Iue se pueden predecir, y son pro(resivos y debilitantesB. 4ualIuier biblio(ra8a contemporFnea sobre la codependencia @por eGemplo, la del libro de 4ermaU, Iue se reiere casi e%clusivamente al campo de la dependencia de sustancias Iu8micas su(iere Iue muchos terapeutas luchan por dar orma y estructura al mar de datos sobre este trastorno y sus s8ntomas, Iue lleva a rebosar los bancos de los centros de tratamiento de la dependencia de sustancias Iu8micas y penetra en los otros campos de la salud mental. 2enemos la esperan-a de Iue este libro ayude a clariicar al(unas cuestiones de esta bsIueda creciente de la curación, en tanto ella se relaciona con la codependencia.