ln dejado de lado por el exclusivo desarrollo de la máquina, se presentaron entonces nuevamente con redoblada urgeúda: la misma eficiencia de la máquina fue radicalmente disminuida por el fracaso de alcanzar en la sociedad un conjunto de fines armoniosos e integrados. La regi111entación externa y la resistencia :' la desintegración internas iban de la mano: aquellos afortunados miembros de la sociedad que estabau en completa armonía con la máquina lograron dicho estado solamente cerrando varios caminos importantes de la vida. Finalmente, empezamos en nuestros propios días a observar las crecientes energías de la tercera ola: detrás de ésta, tanto en la técnica como en la civilización, hay fuerzas que fueron anuladas () desviadas por el temprano desarrollo de la máquina, fuerzas que se manifiestan ahora en todos los sectores de la actividad, y que tienden hacia una nueva síntesis del pensamiento y a una fresca sinergia en la acción. Como resultado de este tercer movimiento, la máquina deja de ser un sustitutivo de Dios o de una sociedad ordenada; y en vez de que su éxito se mida por la mecanización de la vida, su V?lor se hace cada Vez más mensurable en términos de su propia aproximación a 10 orgánico y 10 vivo. Las olas de retroceso de las dos primeras fases ¡'disminuyen algo la fuerza de la tercera ola: pero la imagen sigue ¡ ~;siendo exacta en cuanto que sugiere que la ola que ahora nos está ! :,transportando se está moviendo en una dirección opuesta a las del ' rU"utes y hucas J,. ellei'gía, dé alta tensión. El dCC,l directo de estas técnicas sobre los diseñadores, trabajadores y rnarn
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¡~~pasado. En este momento ya está claro que ha comenz~do un mundo ,.1nuevo; aunque sólo de un modo fragmentario. Nuevas formas de lyida han estado durante mucho tiempo en progreso; pero hasta ahora
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Objetivo.
han manifes.ado en parte en una pérdida de formas de vida, en un empobrecimiento de Ia misma. ¿Qué es 10 que ha limitado la bondad de la máquina? ;Bajo qué condiciones la máquina puede ser dirigida hacia una realización y más completo uso? El presente estudio tamo bién trata de contestar a estas preguntas. La técníca y la civilización en conjunto son el resultado de elecciones, de aptitudes y de estuerzas, tanto pensados como inconscientes, a menudo irracionales cuando ,,1 parecer son de le ~:l~ objetivo y científico; pero incluso ce:::::::) son incontrolables no son externos. La elección se manifiesta en la sociedad por pequeños incrementos y decisiones instantáneas así come en ruidosas luchas dramáticas; y el que no vea el papel que juegan las decisiones en el desarrollo de la máquina pone de manifiesto su incapacidad para observar los efectos curnuiarivo, hasta tanto no estén tan arracimados conjuntamente que parezcan completamente externos e impersonales. Por más que la técnica descanse en los procedimientos objetivos de las ciencias, no forma un sistema independiente, como el del universo: existe como un elemento de la cultura humana que j-romueve el bien o el mal según que los grupos que h explotan p.ogramen el bien o el mal. La míquina misma no tiene exigencias ni fines: es el espíritu humano e! que tiene exigencias v establece las finalidades. Para reconquistar ;;1 máquina y someterla a los fines humanos, primero hay que enten derla y asimilarla. Hasta ahora hemos adoptado la máquina sin entenderla por cempleto, o como los más pobres románticos, hemos rechazado la máquina sin ver primero hasta qué punto podíamos asimilarla de forma inteligente. La máquina misma, sin embargo, es un producto del ingenio humano y de su esfuerzo: por ello, entender una máquina no es un mero paso para orientar de otra manera nuestra civilización; es también un medio para entender la sociedad y para conocemos a nosotros mismos. El mundo de la técnica no está aislado ni es autónO!11o: reaccion« ante las fuerzas y los impulsos que aparentemente proceden de lugares remotos del medio ambiente. Este hecho hace particularmente esperanzador el desarrollo que ha estado en marcha en la técnica misma desde 1870 aproximadamente. Pues 10 orgánico se ha hecho visible nuevamente incluso dentro del complejo mecánico: algunos de nuestros instrumentos mecánicos más característicos -el teléfono, el fonógrafo, la película cinematográficase han originado en nuestro interés por la voz humana y el ojo humano y por nuestro conocimiento de su fisiología y su anatomía. ¿Puede alguien, q:.J:ZJ, ¿e:;';llori:: las propiedades cci acterfsticas de este orden que surge; su forma, sus planos, sus ángulos de polarización, su color?
Objetivos
¿S\.. puede, en el proceso de ciÍstal1zación, separar los turbios residuos dejados atrás por nuestras tempranas formas de tecnología? ¿Es posible distinguir y definir las propiedades de una técnica que tiende al servicio de la vida: propiedades que la distinguen moral, social, política y estéticamente de las formas brutas que la precedieron? Intentémoslo. El estudio del s8rgimiento Y del desarrollo de la técnica modern" constituye una base para cOffiprende;: Y refcrzar esta valoración de nuevas normas: y esta nueva va10rac:ión de la máquina es, quizá, el pllSOinmediato para dominarla.
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Capítulo
1
PREPARACION
Preparación "ulturnl
CULTURAL
1. Máquinas, obras de ingeniería y «La Máquina» Durante el siglo último la máquina automática o semi-automática na llegado a deSEmpeñar un gran papel en nuestra rutina diaria; y hemos llegado a atribuir al instrumento físico en sí mismo el conjunto de costumbres y métodos que 10 crearon y 10 acompañaron. Casi todas las discusiones sobre tecnología desde Marx en adelante han tendido a recalcar el papel desempeñado por las partes más móviles y activas de nuestro equipo industrial, y ha descuidado otros elementos igualmente críticos de nuestra herencia técnica. ¿Qué es una máquina? Excepción hecha de las máC;::inas sencillas de la mecánica clásica, el plano inclinado, la poiea y otras más, la cuestión sigue siendo confusa. Muchos de los escritores que han discutido acerca de la edad de la máquina han tratado a ésta como si fuera un fenómeno muy reciente, y como si la tecnología artesana hubiera empleado sólo herramientas para transformar el medio. Estos prejuicios carecen de base. Durante los tres mil últimos años, por lo menos, las máquinas han sido una parte esencial de nuestra más antigua herencia técnica. La definición de Reuleaux de una máquina s..shá.Jlc.:ho _cl;i~;~~~. «U1!!! máfZül11acs· :ú-;a . cntabinaLÍón de lJa.t:;éS resistentes dispuestas de ~~l ma~era que por sus medios las fuerzas 26
27
de la naturaleza puedan ser obligadas a realizar un trabajo acompañado por ciertos movimientos determinantes»; pero esto no nos lleva muy lejos. Su lugar se debe a su importancia como primer gran morfólogo de las máquinas, pues deja fuera la a-nnlia clase ~e máquinas movidas por la fuerza humana. Las máquinas se han desarrollo partiendo de un complejo de agentes no orgánicos para convertir la energía, part realizar un trabajo, para incrementar las capacidades mecánicas o sensorias del cuerpo del hombre o para reciuci, a un crdcn y una regularidad m<.:11S' 1rables los procesos de la vida. E¡ autómata es el último escalón en un proceso que empezó con el uso de una u otra parte del cuerpo humano como instrumento. En el fondo del desarrollo de los instruuientos y l~s máquinas está el intento de modificar -el medio amb.cnte de t~l msnera que retuerce y SOSlt:lIgu '-: .::;~;::::!~,:,n humano: el esfuerzo es o bien aumentar la potencia de un organismo por otra parte desarmado, o fabricar fuera del cuerpo un conjunto de condiciones más favorables destinadas a mantener su equilibrio y asegurar su supervivencia. En lugar de una adaptación fisiológica al frío, como • el crecimiento de los pelos o el hábito de la hibernación, se produce un., adaptación ambiental, cama la que se hizo posible con el uso de vestidos o la construcción de abrigos. . L~_distinción esencial entre una máquina y una herramienta resi~ en el grado de independencia, en el manejo ::le la habilidad y de íafuerza motriz del operador: la herramienta se: presta por sí misma 3!.)a manipulación, la máquina a la acción automática. Ei grado de complejidad no tiene importancia: pues, usando la herramienta, la mano y el ojo humanos realizan acciones complicadas, que son el equivalente, en función, de una máquina muy perfeccionada; mientras que, por otro lado, existen máquinas sumamente efectivas, como .• el martinete, que realizan trabajos muy sencillos, con la ayuda de un mecanismo relativamente simple. La diferencia entre las herramientas y las máquinas reside principalmente en el grado de automatismo 'F que han alcanzado; el hábil usuario de una herramienta se hace más seguro y más automático, dicho r,revemente, más mecánico, a iue,~¡daque sus movimientos voluntarios se convierten en reflejos, y por otra parte, incluso en las máquinas más automáticas, debe intervenir en alguna parte, al principio y al final del proceso, primero en el proyecto original, y para terminar en la destreza para superar defectos y efectuar reparaciones, la participación consciente de un agen. te humano. f.c1-:..nás, entre la herramienta y la máquina se sitúa otra clase de objetos, la máquina herramien,a: aquí, ell el ..unc o en !1 per-
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28
Capítuk
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foráclora, tenemos la precisión de la máquina más perfecta unida al servicio experto del trabajador. Cuando se añade a este compleio mecánico una fuente externa de energía, la línea divisoria resulta aún más difícil de establecer. En general, la máquina acentúa ia especia!ización de h función, en tanto que la herrarnienra indica flexibilidad una cepilladora mecánica realiza solamente una operación, rnientrsque un cuchillo puede usarse para alisar madera, par, grabarla, para partiría, para fc~;:::::~ :.::,:: cerradura, o para apretar un torr.iUo. la máquina automática es, pues, de un tipo de adaptación muy esppr;". lizada; comprende la noción de una fuerza externa de energía, una relación rtc.;jJroca n.ás o menos complicada de las partes y un» especie de actividad limitada. Desde el principio la máquina fue come un organismo menor proyccra.l« 1""" H.";;L.d' :.;.~ ~é~::;~::; conjunto de funciones. Junto con estos elementos din/micos en la tecnología hay otros, más estáti«-, en cuanto al carácter, pero igualmente importantes en cuanto a Sl:S funciones, Mientras el desarrollo de las máquinas es el hecho técnico más patente de los últimos mil años, la máquina, bajo la forma de la perforadora de fuego o del rorno del alfarero, ha existido desde por lo menos los tiempos neolíticos. Durante el período más antiguo. algunas de las adaptaciones más efectivas del ambiente vinieron, no del invento de las máquinas, sino del invento igual. mente admirable de utensilios, aparatos y obras. El cesto y la mar. mita corresponden a los primeros, la cuba para teñir y ti horno de ladrillos a lOS segundos, y los embalses y acueductos, la::; carreteras y los edificios a los terceros. El período moderno nos ha dado final. mente las obras de energía, como el ferrocarr.I o la línea de transmisión eléctrica, que funcionan solamente mediante la oper ición de maquinaria de energía. En tanto las herramientas y las máquinas tramo forman el medio ambiente cambiando la forma y la situación de lo" objetos, los utensilios y los apa=ros han sido utilizados para efectuar transformaciones químicas igualmente necesarias. El curtido, 18 fa. bricación de cerveza, la destilación, el teñido han sido tan im portantes en el desarrollo técnico del hombre como forjar o tejer. Pero la mayor parte de estos procedimientos se mantuvieron en su estado tradicional hasta la mitad del siglo XIX, y sólo desde entonces es cuando han sido influidos en un grado más amplio por el mismo juego de fuerzas científicas y de intereses humanos que estaban perfeccionando la moderna máquina de energía. En la serie de objetos desde 10s utensilios a las obras existe la misma -rclaclOil entre cl hor.Lr : 'lue tr¡,!,;"ja v c.1 pr0c-::c1i!J';-:r.t::- qcc uno observa en la serie entre herramientas y máquinas automáticas:
Preparación cul rural
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diferencias en el grado de especialización, y el grado de irnpersonalidad. Pero como la atención de la gente se dirige m-is fácilmente hacia las partes más ruidosas y ~ctivas del medio ambiente, el papel de lac obras y de lOS aparatos se han descuidado en l~ mayor parte de las discusiones sobre la máquina, o lo que es casi peor, dichos instrumentos técnicos han sido todos ellos torpemente agrupados como máquinas. El punto que hay que recordar es que ambos han desempeñado una parte enorme en el desarrollo del medio ambiente moderno; y eu .l.l;úgü:.a etapa de la historia pueden separarse los dos medios de adaptación. Todo complejo tecnológico incluye a ambos: y no menos el nuestro moderno. Cuando use la palabra máquina de aquí en adelante me referiré a objetos específicos como la prensa de imprimir o el telar mecánico. Cuando use el término «la rnácui..a.. ;;; 2:~~;::!:':::~ rnmn ll11J referencia abreviada a todo el complejo .ecnológico. Este abarcará el conocimiento, las pericias y TaS artes- derivadas de la industria oímplicadas en la nueva técnica, e incluirá varias formas de herramientas, instrumentos, aparatos y obras así como máquinas propiamente dichas. 1;
2. Ei monasterio
y el reloj
¿Dónde tomó forma por primera vez la máquina en la civiliza ción moderna? Hubo claramente más de un punto de origen. Nues rra civilización representa la convergencia de numerosos hábitos, ideas y modos de vida, así CORlO instrumentos técnicos; y algunos de éstos fueron, al principio, opuestos directamente a la civilización que ayudó a crear. Pero la primera manifestación del orden nuevo tuvo l'1gar en el cuadro general del mundo: durante los siete primeros . siglos de la existencia de la máquina las categorías de tiempo ~. esr~cio experimentaron un cambio extraordinario, y ningún aspecto de la vida quedó sin ser tocado por esta transformación. La aplis:.ación de métodos cuantitativos de pensamiento al estudio deJa naturaleza túvo su primera m_anifestación en la medida regular del tiém~'po; y el-nuevo cóncepto mecánico del tiempo surgió en parte de la timna del monasterio. Alfred Whitehead ha recalcado la importancia de la creencia escolástica en un universo ordenado por Dios como uno de los fundamentos de la física mcderna: pero detrás de esta creencia estaba la presencia del orden en las instituciones de la Iglesia misma.
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31 30
Capítulo
1
Las técnicas del mundo antiguo pasaron de Constantinopla \ 3agdad a Sicilia y Có.doba: de ahí la dirección temada por Salema en los adelantos científicos y médicos de la Edad Media. Fue, sin embargo, en los monasterios de Occidente en donde el deseo de orden y poder, distintos de los expresados por la dominación militar de los hombres ruás débiles, se manifestó por primera vez después Je la larga incertidumbre y sangrienta confusión que acompañó al derrumbamiento del Imperio romano. Dentro de los muros del monasterio estaba lo sagrado: bajo la regla de la orden quedaban fuera la sorpresa y la duda, el capricho y la irregularidad .. Opuesta a las fluctuaciones erráticas y a los latidos de la vida mundana se !,~l!~h~ l~ fPrtP~ r1i~riplina de la regla. Benito añadió un séptimo período a las devociones del día, y en el siglo VII, por una bula del papa Sabiniano, se decretó que las campanas del monasterio se tocaran siete veces en las veinticuatro horas. Estas divisiones del día se conocieron con el nombre de horas canónicas, haciéndose necesario encontrar un medio para contabilizarlas y asegurar su repetición regular. Según una leyenda hoy desacreditada, el primer reloj mecánico moderno, que funcionaba con pesas, fue inventado por el monje Gerberro que fue después el papa Silvestre Ir, c-isi el final del siglo x. Este reloj debió ser probablemente un reloj de agua, uno de esos legados del mundo antiguo conservado directamente desde tiempos de los romanos, como la rueda hidráulica misma, o llegado nuevamente a Occidente a través de los árabes, Pero la leyenda, como ocurre tan a menudo, es correcta en sus implicaciones y no en sus hechos. El monasterio fue la sede de una vida regular, y un instrumento para dar las horas a intervalos 0 para recordar al campanero que era hora de tocar las campanas es un producto casi inevitable de esta vida. Si el reloj mecánico no apareció hasta que les ciudades del siglo XIII exigieron una rutina metódica, ,el hábito del orden mismo y de la regulación fe.mal de la sncc.iión del tiempD;Se hilbfa convertido en una segunda naturaleza en el monasterio. CouIton está de acuerdo con Sombart en considerar a los Benedictinos, la gran orden trabajadora, como quizá los fundadores originales del capitalismo moderno: su regla indudablemente le arrancó la maldición al trabajo y sus enérgicas empresas de ingeniería quizá le hayan robado incluso a la guerra algo de su hechizo. Así pues no estamos exagerando' los hechos cuando sugerimos que los monasterios -en un l~ú!1Je:.~'Jdct. r1l1i"ac\J he1:Jn 40000 hombres bsjo la regla benedictina- ayudaron a dar a la e!!!nJ~ª-hum!!!!a_ell¡¡tic!qy~l ritmo regu}ill:_s~tivos ~la n:.~g!!i!1Jl;pues-el relorño -es simpIeménteun
Preparación cultural
medio para mantener h huella de las horas, sino también para la sincronización de las 3fJ:iones de los hombres. -----¿S-é debió al desee colectivo cris,lano de r::oveef a la felicidad de las almas en la eternidad mediante plegarias y devociones regulares el que se apoderase de las mentes de los hombres el medir el tiempo y las costumbres de la orden temporal; costumbres de las que la civilización capitalista poco después daría buena cuenta? Quizá debamos aceptar la ironía de esta paradoja. En todo caso, hacia el siglo XIII existen claros registros de relojes mecánicos, y hacia 1370 Heinrich von Wyck había construido en París un reloj «moderno» bien proyectado. Entretanto habían aparecido los relojes de las torres, y estos relojes nuevos, si bien no tenían hasta el siglo XIV una esfera y una nHHJccil!;::que tr~nsfonnaran un movimiento del tiempo en un movimiento en el espacio, de todas maneras sonaban las horas. I,ll<; nubes que podían paraliz:lr el reloj de sol, el hielo C;'Je podía detener el reloj de agua una noche de invierno, no eran ya obstáculos para medir el tiempo: verano o invierno, de día u d- noche, se daba uno cuenta del rítmico sonar del reloj. El instrumento pronto se extendió fuera del monasteio; y el sonido regular de 1:1scampanas trajo una nueva regularidad a la vida del trabajador y del comerciante. Las campanas del reloj de la torre casi determinaban la cistencia urbana. La medición del tiempo pasó al servicio del tiempo, al recuento del tiempo y al racionarniento del tiempo. Al ocurrir esto, la eternidad dejó poco a poco de servir corno medida y foco c1e las acciones humanas. / , El reloj, no la máquina de vapor, es la rr.áquina-clave de la moderna edad industrial. En cada fase de su desarrollo el reloj es 'a la vez el hecho sobresaliente y el símbolo típico de la máquina: incluso hoy ninguna máquina es tan omnipresente Aquí, en el origen mismo de la técnica moderna, apareció proféticamente la má-quina automática precisa que, sólo después de siglos de ulteriores I 'esfuerzos, iba también a probar la perfección de esta técnica en ¡'todos los sectores de la actividad industrial. Hubo máquinas, moI . vidas por la energía no humana, como el molino hidráulico, antes l' del reloj; y hubo también diversos tipos de autómatas, que asorn.' oraron al pueblo en el templo, o para agradar a la ociosa fantasía 'de algún califa musulmán: encontrámoslas ilustradas en Herón y en Al-Jazad. Pero ahora teníamos una nueva especie de máquina, en la que la Iuente de energía y la transmisión eran de tal naturaleza que aseguraban el flujo regular de la energía en los trabajos y hadan posible la prodp':"::!én re~1.11~ry productos estandarizado~, En su relación con cantidades determinables de energía, con la cstcnda-í-
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Capítulo
1
Preparación
cultural
el pasado que ya ha muerto zación, con b acción automática, y finalmente con su propio producto especial, el tiempo exacto, el reloj ha sido la máquina principal en la técnica moderna: y en cada período ha seguido a la cabeza: marca una perfección hacia la cual aspiran otras máquinas. Además, el reloj. sirvió de modelo para otras muchas especies de mecanismos, y e: análisis del movimiento necesario para su perfeccionamiento así corno los distintos tipos de engranaje y de transmisión que se crearon, contribuyeron al éxito de muy diferentes clases de máquinas. Los forjadores podrían haber repujado miles de armaduras o de eañones de hierro, los carreteros podrían haber fabricado miles de ruedas hidráulicas o de burdos engranajes, sin haber inventado ninguno de los tipos especiales de movimiento perfeccionados en el reloj, y sin nada de la precisión de medida y finura de articulación que produjeron finalmente el exacto cronómetro del siglo XVIII. El reloj, además, es una máquina productora de energía cuyo «producto» es segundos y minutos: por su naturaleza esencial disocia el tiempo Je los acontecimientos humanos y ayuda a crear la creencia en un mundo independiente de secuencias matemáticamente mensurables: el mundo especial de la ciencia. Existe relativamente poco fundamento para esta creencia en la común experiencia hurnana: a lo largo del año los días son de duración desigual, y la relación entre el día y la noche no solamente cambia continuamente, sino que un pequeño viaje del Este al Oeste cambia el tiempo astronómico en un cierto número de minutos. En términos del organismo humano mismo, el tiempo mecánico es aún más extraño: en tanto la \1 vida humana tiene sus propias regularidades, el latir del pulso, el respirar de los pulmones, éstas cambian de hora en hora según el 1 estado de espíritu y la acción, y en el más largo lapso de los días, e] tiempo no se mide por el calendario sino por los acontecimientos L.que los llenan. El pastor mide según el tiempo que la oveja pare un cordero; el agricultor mide q partir del día de la siembra o pensando en el de la cosecha: si el crecimiento tiene su propia duración y regularidades, detrás de éstas no hay simplemente materia y movimiento, sino los hechos del desarrollo: en breve, historia. Y mientras el tiempo mecánico está formado por una sucesión de instantes matemáticamente aislados, el tiempo orgánico -10 que Bergson llama duraciónes cumulativo en sus efectos. Aunque el tiempo mecánico puede, en cierto sentido, acelerar o ir hacia atrás, como las manecillas de un reloj o las imágenes de una pelfrulc, e¡ tiempo organice ~e mueve ~'Jlo en una dirección -a través del cicio del nacimiento, e! crecimiento, e! desarrollo, decadencia y muerte-, y
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sigue presente
en el futuro que aún
ha de nacer. Alrededor de 1345, según Thorndike, la división de las horas en sesenta minutos y de los minutos en sesenta segundos se hizo corriente. Fue este marco abstracto del tiempo dividido el que se !ú::o cada vez más el punto de :.-eferencia tanto para la acción como' , para el jJensamiento, y 7? un esfu,er~o para llegar a la pr~cisi?n ~n -' este aspecto, la exploraClon astronormca del CIelo concen.ro m2-Saun . 1~ .irención sobre los movimientos regulares e ilUp~.ic,,;:'lc~de k,e astros a través del espacio. A principios del siglo xv 1, se cree que un joven rr-ecánico de Nuremberga, Petei Henlein, inventó «relojes con muchas ruedas con pegl'eños pedazos de hierro» y a finales del ,;¡;:v .:.~~::l::;;::::;d0!néstim había cido intrnrhlcido en Inglaterra Y en Holcnda. Como e:::::":: ~':.'!' pl,,;;tomóvil v con el avión, las clasc> más ricas [uercn las que adoptaron primero el .1u~VO mecanismo y 10 popularizaron: en parte porque sólo ella: podían permitírselo, en parte porque la nueva burguesía fue la prir iera en descubrir que, romo Franklin dijo más tarde, «el tiempo es oro». Ser tan regular «como un reloj» fue el ideal burgués, y el poseer un reloj fue durante mucho tiempo un inequívoco signo de éxito. El ritmo creciente de la civilización llevó a la exigencia de mayor poder: y a su vez el poder aceleró el ritmo. Ahora bien, la ordenada vida puntual que primeramtnte tomó forma en los monasterios no es connatural a la humanidad, aunque ya hoy los pueblos occidentales están tan completamente reglamentados por el reloj que constituye una '
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Cap írulo
Prep~:ación
1
detalles, la generalizaci":'n de que no tP.y dos, culturas que vivan en la misma especie de tiempo j' de espacio. $1 espacio y el tiempo, como el lenguaje, son obras de arte, v como el lenguaje imí-'0nen condiciones y dirigen la acción práctic:=.. j\lucho antes que Kant aíirmara que el tiempo y el espacio -ran categorías de la mente, mucho antes de que los matemáticos descubieran que había formas conce1'ibles y racionales de espacio distinro d~ la forma descrita por EuclicL, la hUll1anidad había actu?r10 en gran medid? según esta premisa. Lo miSl110S,-,t' ",1 i""Zlé8en Francia que pensaba que «bread» era la pdabra ade~_.;.-':J para decir 'e pain, ea+a cultura cree que cualquier otra especie de espacio y tiempo es una aproximación o una corrupción del espacio y del tiempo reales en que ella vive. Durante la Edad Media las relaciones espaciales tendían a ser organlzacias como símbolos Y valores. El objeto más alto en la ciudad era la aguja de la torre de !J iglesia que apuntaba hacia el cielo y dominaba todos los edificios menores, como la iglesia dominaba sus esperanzas Y sus temores. El espacio se dividía arbiuariamente para representar las siete virtudes o los doce ap-Sstoles o los diez inandamientos o la trinidad. Sin una referencia simbólica constante a k Hbulaf y a los mitos de la Cristiqnda¿, el fundamento del espacio medieval hubiera llegado al colapso. Ni las mentes más racionales estaban exentas: Roger Bacon era un esmerado estudioso de óptica, pero después de haber oescrito las siete envolturas del ojo añadió qu~ con estos medios Dios había querido expresar en nuestros cuerpos una irr,agerl (,e las siete gracias del espíritu. El tamañ:) sibniflcaba importancia: el representar seres humanos de tamaños enteramente diferentes en el mismo plano de visión y a la misma distancia del observador era completamente posible para el artista medieval. Esta misma costumbre se aplica no sólo a la representación de objetos reales sino a la orge':1ización de la experiencia terrestre mediante el mapa. En la cartografía medieval, el agua y 1&, masas de tierra de nuestro pLneta, incluso cuando se '.:0'1ocÍan aproxir.:.adamente, ~Jdían representarse por una figura arbitraria COfIlO un árbol, sin consideración a las relaciones reales experimentadas por un viajero, Y sin ningún otro interés que la corres-
el día corno un lapso abstracto de tiempo, no se va uno a la cauia con las gallinas en una noche de invierno: uno inventa pabilos, chimeneas, lámparas, luces de gas, lámparas eléctricas, de manera:': aprovechar todos las horas que pertenecen a: día. Cuando se considera el tiempo, no como una sucesión de experiencias, sino como una rolección de horas, minutos y segundos, aparecen los hábitos de acrec=ntar y de ahorrar tiempo. El tiempo cobra el carácter de un espacie cerrado: puede dividirse, puede llenarse, puede incluso dilatarse mediante el invento de instrumentos que ahorran el tiempo. _El tiempo abstracto se convirtió en el nuevo ámbito de la exis tencia. Las mismas funciones orgánicas se regularon--por--él: se comio, no al sentir hambre, sino impulsado por el reloj. Se durmió. no al sentirse cansado, sir", cuando ,,1 reloj nos 1(\ p'lti:;in TTn~ ronciencia genpr~ 117'"'i, rl,:,J :.~,_'mp0 :!:-0~",~"ñó el empleo :T.3S extenso de los r-Iojes. Al disociar el tiempo de las secuencias orgánicas, se hizo más fácil para los hombres delirenacimiento satisfacer la fantasía de revivir el pasado clásico o lós esplendores de la antigua civilización de Roma. El culto de la historia, apareciendo primero en el ritual diario, se abstrajo finalmente como una disciplina especial. En el siglo XVII hicieron ~J aparición el periodismo y la literatura periódica: incluso en el vestir, siguiendo la guía de Venecia C0l110 centro de la moda, la gente cambió la moda cada aL.0 en vez de cada generación. No puede sobreestimarse el provecho en eficiencia mecánica gracias a la coordinación y la estrecha articulcción de los acontecimientos del día. Si bien este incremento no puede medirse sencillamente en caballos de fuerza, sólo tiene uno que imaginar su ausencia hoy para prever la rápida desorganización y el eventual colapso de toda nuestra sociedad. El moderno sistema industrial podría prescindir del carbón, del hierro y del vap(\r más fácilmente que del reloj.
3_ Espacio, distancia, movimiento «Un niño y un adulto, un australiano primitivo y un europeo, un hombre de la Edad Media y un contemporáneo, se distinguen no solamente por una diferencia en grado, sino por una diferencia en naturaleza por sus métodos de representación pictórica.» Dagobert Frey, cuyas palabras acabo de citar. ha hecho un agudo' estudio acercs de las diferenciar en los ~'1n·_tr·('s ~Sp;;(:,¡;.~s (':1: re la alta Edad Media y el Renacimiento: ha subrayado con riqueza de
cultural
pondencia alegórica. Otra característica más del espacio medieval debe ser resaltada: el espacio y el tiempo forman dos sistemas relativamente independientes. Primeramente: el artista medieval introducía otros tiempos dentro de su propio mundo espacial, como cuando proyectaba los hechos de la vida de Cristo en una ciudad italiana contemporánea, sin la más ligera preú'::dpac¡¿,\ ,.ir q'JC ei l'.lsa del ti"·mpr. había creado una
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Capítulo
1
diferencia, lo mismo que en Chaucer la leyen.la clásica de Troilo \' ::::•.esida se relata como si fuera una historia contemporánea. Cuando un cronista medieval menciona a! rey, como observa el autor de The Wandering Scbolars, es a veces difícil averiguar si está hablando de César o de Alejandro Magno o de S'1 propio rey: cada uno de ellos está cerra de él. En verdacl, la palabra anacronismo no tiene seu-ido aplicada al arte medieval. Sólo cuando se relacionan acontecrmier..os en un marco coordinado de tiempo y de espacio, resulta desconcertante el estar fuera de! tiempo o no ser fiel al tiempo. De manera análoga, en Los Tres Milagros de San Cenobio de Botricclli, se presentan en un mismo escenario tres tiempos diferentes. Debido a esta separación de tiempo y espacio, las cosas pueden aparecer y desaparecer repentinamente, inexplicablemente: la caída de un barco detrás del horizonte no necesitaba más explicación que la caíd; de un demonio por la chimenea, No había misterio acerca del pasado de donde habían aparecido, ni especulación acerca del futuro a que iban destinados, Los objetos flotaban ante la vista o se hundían con algo del mismo misterio con que el ir y venir de los adultos afecta la experiencia de los niños pequeños, cuyos primeros intentos gráficos tanto se parecen en su organización al mundo del artista .nedieval. En este mundo simbólico de! espacio y del tiempo cada cosa era o un misterio o 11n milagro. El lazo de conexión entre los acontecimientos era e! orden cósmico y religioso: el orden verdadero del espacio era el Cielo, así como e! orden verdadero del tiempo era la Eternidad, Entre los siglos XIV y XVII se produjo un cambio revolucionario en Europa occidental acerca del concepto del espacio. El espacio como jerarquía de valores fue sustituido por el espacio como sistema de magnitudes. Una de las indicaciones de esta nueva orientación fue el más atento estudio de las relaciones de los objetos en el espacio y el descubrimiento de las leyes de la perspectiva y de la organización sistemática de las pinturas dentro del nuevo marco fijado por .::1 primer plano, el horizon . .! y el punto de influencia de las líneas paralelas. La perspectiva convirtió la relación simbólica de los objetos en una relación visual: 10 visual a su vez se convirtió en una relación cuantitativa. En el nuevo cuadro del mundo, la dimensión no significaba importancia humana o divina, sino distancia. Los cuerpos no existían separadamente como magnitudes absolutas: estaban coordinados con otros cuerpos dentro del mismo marco de la visión v debían estar a escala. Para lograr esta escala, debía existir I;r.? r::.rr-:~P,ntaci0n precisa entre 12 pintura v la imagen: de ahí el nuevo interés por la naturaleza externa y los hechos. La división del
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Preparación cultui al lienzo en cuadros y la precisa este tablero marcaron la nueva
observación del mundo a través de técnica del pintor, a partir de Paolo
Ucellc. El nuevo interés por la perspectiva llevó profundidad al cuadro y distancia a la mente. En los cuadros más antiguos, e! ojo saltaba de un lado a otro, pillando migajas simbólicas según lo dictase e! gusto y la fantasía, En los nuevos cuadros, el ojo seguía la, líneas de la perspectiva linear que el pintor había introducido a propósito a lo largo de las calles, los edificios, los pavimentos con mosaicos, cuyas líneas paralelas el pintor había introdurido a propósito :'~ra que el ojo las siguiera. Incluso los objetos en el primer plano estaban a veces colocados en forma grotesca y escorzados con el fin de crear lo mi
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Capítulo
Prepar. ·ión cultural
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ai lugar de partida. El Cielo y el Edén estaban ambos fuera del nuevo espacio, y aunque se mantenían aún coma los temas ostensibles ele: la pintura, los temas reales eran el Tiempo y el Espacio y la Naturaleza y e! Hombre. Luego, sobre la base establecida Dar el pintor y el (artógrah. surgió un interés por el espacio como tal, por el movimiento lame, tal y por la locomoción como tal. Detrás de este interés había naturalmente alteraciones más concretas: las carreteras se habían hecho más seguras, los barcos se construían más sólidamente, y, sobe: todo. nueves inventos -la brújula. el astrolabio, el timónhabían hecho posible anotar un mapa y mantener un rumbo más seguro en e! mar. Ti! ('en ,1", 1,,< Tnr1i~s, las fabulosas fuentes l:e juventud v las 8fol'· tunadas islas de delicias sensuales sin fin indud-blerneute tambié: aparecían tentadores: pero la presencia de estas metas tangibles 11n restan importancia J los nuevos esquemas. Las categorías de tiernpr v espacio, antes prácticamente disociadas, habían quedado unidas y las abstracciones de tiempo medido y espacio medida minal-an L\, actiguas concepciones de infinito y ¿~eternidad, ya que la medición debe empezar con un arbitrario :,qllÍ y ahora incluso si el espacio v el t;e:mpo están vacíos. El deseo de emplear el espacio v el tiempo se había desembarazado de obstáculos: y una vez coordin.idos con el movimiento, podían ser contraídos o dilatados: la conquista del tiempo y del espacio había empezado. (Es interesante observar, sin embargo, que el concepto exacto de aceleración, que forma parte de nuestra experiencia mecánica diaria, no fue formulado hasta el síglo XVII.) Los signos de esta conquista son muchos: aparecieron en rápida sucesión. En las artes militares la ballesta y la catapulta renaciera;' y se extendieron, y pisándoles los talones vinieron 'urnas más po· derosas para anular la distancia: el cañón y más adelante el mosqucte. Leonr.rdo concibió un aparato volador y lo construyó. Se estudiaron fantásticos proyectos para volar. En 1470 Fontana L~::Scribió un velocípedo. En 1589 Gilles de Bom de Amberes construyó al parecer un carro movido por la fuerza humana: preludios inquietos de los inmensos esfuerzos e iniciativas del siglo XIX. Igual que con muchos elementos de nuestra cultura, el impulso original fue dado a este movimiento por los árabes. Ya en 880 Abül-Qásim había intentado volar, y en 1065 Olivier de Malmesbury se mató tratando de planear desde una altura. Pero a partir del siglo XV el deseo de conquistar el aire se convierte en una constante preor upcción r!::: 1~b mentes inventoras, y está lo suficientemente metido en la opinión
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popular como para que un relato de un vuelo desde Portugal a Viena pudiera servil de noticia engañosa en 1709. La nueva actitud hacia el tiempo y el espacio infectó el taller y la oficina, el ejército y la ciudad 21 ri tmo se hizo más rápido; las magnitudes, mayores. Mentalmente, la cultura moderna se lanzó al espacio y se entregó al movimiento. Lo que Max \'V'eber Ila.uó el «romanticismo de los números» surgió naturalmente de este interés. En la medición del tiempo. en el comercio, en la ~ucha, los hombres contaron números, y finalmente, al e.\'CCi¡C:C:Uela costumbre sólo los números contaron.
4. L::¡ influencia
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J:;l rornanncismo de los número" presentó «ún otro aspecto, importante para el desarrollo de los !11bitos cientííicos del pensamiento. Este fue el nacimiento del capital.smo y ti cambio de una economía de trueque, facilitada por pequeñas reservas de variadas monedas locales, a una economía de dinero con una estructura de crédito internacional v una re+erencia constante a los símbolos abstractos de lu riqueza: . oro, cheques, letras de cambio, y eventualmente sólo números. DésCl~ el punto de vista de la técnica, esta estructura tiene sus orígenes en las ciudades. del norte de Italia, p-rrticularrnente Florencia y Venecia, en el siglo XIV; doscientos años m8S tarde hubo en Amberes una bolsa internacional dedicada a ayudar a la especulación en transportes desde puertos extranjeros y en dinero. Hacia la mitad del siglo XVI la contabilidad por partida doble, las letras de cambio, y la especulación en «futuros» estaban ya desarrollados esencialmente en su forma moderna. Aunque los procedimientos de la ciencia no se refinaron ni codificaron hasta después de Galileo y Newton, la financiación hal-ia surgido ~;:;n su atuen.Íc actual en el inicio mismo de la edad de la máquina. Jacobo Fugger y J. Pierpont . Morgan hubieran podido entender sus métodos, sus puntos de vista '.'i' su temperamento respectivos mucho mejor que Paracelso y 'Einstein. ~~ El desarrollo del capitalismo trajo los nuevos hábitos de abstracción y cálculo a las vidas de los hombres de las ciudades. Sólo la 'gente del campo, que aún :vivía sobre una base local más primitiva, ,se hallaban en parte inmunes. El capitalismo llevó a la gente de lo ..,tmgiJ:.le a lo intangible: :l' símbolo, secún observa Sornbart, es el ~bro de contabilidad: «su valor vital reside en su cuenta de pér-
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41 Capítulo
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didas y ganancias». La «economía de la adquisición» cue hasta en· tonces había sido practicada por extrañas y fabulosas criaturas CQ!T;O Midas y Creso, llegó a ser nuevamente el estilo diario. Tendió a SL" tiiuir la «economía de las necesidades» directas y a reemplazar lec valores vitales por valores dinerarios. El sistema entero del negocio tomó cada vez más Un1 forma abstracta; se ocupaba de «no-productos», de futuros imaginarios, de ganancias hipotéticas. Karl Marx resumió muy bien este nuevo proceso de transmutación: «Come el dinero no ",::vda 10 que ha sido trar.síorrnado ::, él, todo, sea una mercancía o no, es convertible en oro. Todo se hace susceptible de compraventa. La circulación es la gran retorta social en la c;ue todo se ecba y de la que todo se rece pera como moneda cristalizada. Ni siquiera íos nucso-, lus santos son capaces de resistir esta alquimia, y mer.os aún puede re,;sLirla cosas Jlj,:, delicadas, cosas sacrosantas que se encuentran fuera del tráfico comercial de los hombres. Lo mismo (1'le todas las diferencias CU81i· tativas entre las mercancías se borr;n en el dinero, así e! dinero. nivelador radical, borra todas las distir-ciones. Pero l.l mismo dineto es una mercancía, un objeto externo, capaz de convertirse en propiedad particular de un individuo. Así el poder social se convierte en poder V'I ticular eJ1 mano: de una persona particular». Este último hecho era especialm-::ntei:nportante en 10 que: se refiere a la vida y al pensamiento: la busca del poder por medio de abstracciones. Una abstracción reforzaba la otra. El tiempo era dinero: el dinero era poder: el poder exigía el fomento del comercio y de la producción: la producción iba desviada de los canales de uso directo a aquellos de comercio lejano, hacia ia adquisición de mayores beneficios, con un margen más amplio para nuevas inversiones de capital para guerras, conquistas en el extranjero, minas, empresas productivas ... más dinero y más poder. Entre todas las formas de riqueza sólo el dinero no tiene límites que se le puedan fijar. El príncipe que pudiera construir cinco palacios vacilaría en construir cinco mil. ¿Pero qué es 10 que le impediría intentar, mediante la conquista y los impuestos, el multiplicar por miles la riqueza de su tesoro? En una economía de dinero, el acelerar l.l proceso de la producción era aumentar el movimiento: más dinero. y como la importancia concedida al dinero procedía en parte de la creciente movilidad de la última sociedad medieval, con su comercio internacional, asimismo la resultante economía de dinero favoreció 'T'q~ comercio: riqueza agraria. riqueza humanizada, casas, pinturas, esculturas, libros, incluso el oro mismo eran dinciles de transportar, mientras que el dinero podía ser transportado después de pronun-
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braica en un lado u otro del libro mayor. Con el tiempo, los hombres se encontraron más a gusto con las abstracciones que con las mercancía, que represl.Dtaban. Las operaci::nes típicas de fmanza fueron la adquisición o el intercambio de mabnitudes. «Incluso los sueños ~d soñador pé:cuniario -como observó Veblentoman forma como Uf1 cálculo de pérdidas v ganancias computadas en unidades estbdar de una .uagnitud impersonal». Los hombres se hicieron i='c¿erosos hasta el punto qne descuidaron el mundo real del trigo y de la lana, de los alimentos v de lu, vestidos, y centraron su atención en su repr~sentación puramente cuantitativa en signos y símbolos. La ::ontribución del capitalismo ,,1 cuadro del mundo mecánico consistió en pensar en térr.ii.ios sirn;;!p"lente de peso v numero, ;,¿,~-::~ ::1: !~ r'llltidad no sólo una indicación de Velar sino el criterio del valor. De esta manera las absrracciones del capitalis:::Jo precedieion las "bstracciones de la ciencia moderna y reforzaron en todos los puntos sus lecciones típicas y sus típicos métodos de proceder. La ciarificación y la conveniencia, parti::ularmente para el comercio a larga distancia en el espacio y en el tiempo fueron grandes: pero el precio social pagado por estas economías fue elev8rlo. Son ilustr1tivas las palabras de Mark Kepler, publicadas en 1595: «Lo mismo que el oído está hecho para percibir el sonido y e~ ojo para percibir el color, así la mente del hombre ha sido formada para compreuder, no todas las clases de cosas, sino las cantidades. Percibe más claramente cualquier cosa determi;1ada en la medich en que dicha cosa está más cerca de las puras cantidades como de sus orígenes, pero cuanto más "se ale;q una cosa de las cantidades, más oscuridad y error se encierren
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en ella». ¿Fue una casualidad que los fundadores y patrocinadores de la "Roya~ Society -en verdad algunos de les primeros experimentadores en ciencias físi~~~f'leran los mercaderes de la Ci ty? El rey Carlos II podía reírse sin freno al oír que aquellos caballeros habían pasado el tiempo pesado el aire; pero sus instintos estaban justi:':· .•.."cados y sus procedimientos eran correctos: el método mismo per. tenecía a su tradición y en ello iba dinero. El poder que era la . ciencia y el poder que era el dinero eran, en fin de cuentas, la misma clase de poder: el poder de abstracción, de medida, de cuantificación. Pero no fue sólo por la promoción de hábitos abstractos de pensamientos, intereses pragmáticos y estimaciones cuantitativas por lo qi.: e: (e~italismo ;-rep"ró el camino de las técnicas modernas. Desde el principio las máquinas y ia pr:>t:'.,,:cié,l h,~;·i~, (Y'IT''' los grandes
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cañones y les armamentos, hicieron demandas directas de capital rnu. por encima de los pequeños anticipes necesarios para proporcicn. herramientas al artesano Jc viejo estilo o para dejarlo vivir. L1 libc: tad para hacer funcionar talleres y fábricas independientes, para uri lizar máquinas y aprovecharlas correspondió a aquellos que di?)()nlan de capital. Mientras la; hmilias feudales, con su dominio sobre la tierra, a menudo áisponían de l,!! Fonopolio sobre recursos naturaies tales como lo~ que en ella se encuentran, :' CCÜ ;~ecl'enc;;' se interesaban por la fabricación de: vidrio, o 1<\ minería, o la :-111dición de hierro hasta los tiempos más modernos, los nuevos inventos mecánicos se prestaron para su exploración f<)r las clases mercantiles, El incentivo de la mecanización reside en los mavores beneficios oue podían secarse mediante la potencia j' la eficiencia de la máquina. Así, aunque el capitalismo y la técnica deben distinguirse claramente en cada etapa, una condicionaba la otra y repercutía sobre ella. El mercader acumulaba capital ampliando la escala de sus operaciones, acelerando sus ingresos y descubriendo nuevos territorios para la explotación. El inventor s-guía ;J1l proceso paralelo exploraudo nuevos método, de producción e ideando cosas nuevas para producirlns Alg-inas veces el comercio apareció como un rival de la máquina por ofrecer mayores oportunidades de beneficio; otras restringió ulteriores desarrollos con el fin de aumentar el provecho de 1Jn monopolio en particular: ambos motivos aún actúan en la sociedad capitalista. Desde el principio hul:o disparidades y conflictos entre estas dos formas de explotación; pero el comercio era e! socio más antiguo y ejercía mayor autoridad, Fue el comercio el que aportó nuevos materiales de las Indias y de las Américas, nuevos alimentos, nuevos cereales, tabaco, pieles; fue el comercio el que encontró un mercado nuevo para todas las cosas más o menos i.iútiles que echó [;Jera la producción en masa de! siglo XVIII; fue e! comercio -ayud?d0 rnr 1" guerrael que desarrolvi las cmpresas en gran escala y la capacidad administrativa y el método que hizo posible crear el sistema industrial como un todo uniendo sUJ diferentes partes. Es extremadamente dudoso que las máquinas se hubieran inventado tan rápidamente y hubieran penetrado con tanta fuerza sin e! incentivo adicional del beneficio: pues todas las ocupaciones artesanas más especializadas se encontraban profundamente atrincheradas, v In introoucción Jr la irr prent-i. por ejemplo, se retrasó hasta veinte años en París debido a la dura oposición del gremio de los amanuenses y copistas, Pero mientras la técnica indudablemente
Preparación cultvrr
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tiene una gran deuda con el capitalismo, igual que la tiene con la guerra, fue sin embargo una desgra:ia que la roáauioa se viera condic;onada, desde el inicio, p"r >lql1eHas instituciones extrañas y adoptara característica~ que nada tenían que ver esencialmente C011 los procedi1l1ientos técnicos o las formas de trabajo. El capitalismo u ti[izó la máquina no para fomentar el bienestar social, sino para incrementar el beneficio particular: los instrumentos mcdnicos se utili7otr1n oara 18 elevación de las clases dominantesFue a causa del cqpitalismo por lo que las industrias artesanas tanto en Europa como en otras partes del mundo fueron destruidas sin consideración por les productos de las máquinas, aun cuando estos /!ltimos fuesen inferiores a los qUe sustituían: pues el prestigio del perfeccionamiento y del éxito y del poder e,taban con la máquina, incluso cuando no perfeccionaha nada inciuso cu",~2.::; ~~c:!:iC',lmente hablando constituía un fracaso. En virtud de las posibilidades de be:1eficio, el lugar de la máquin» fue sobreestimado y e! [(rajo de regimentación se llevó más allá de lo necesario para la arrnoni.i o la eficiencia. A ciertos rasgos del capitalismo privado se debió que la máquina -q1.'~ era un agente neutralhaya par~cido ron frccuen:::ia, y de hecho haya sido a veces, un elemento maligno en la sociedad. despreocupado por la vida human8., indiferente a los intereses humanos, La máquina ha sufrido por los FCádél~ del capitalismo; por el contrario, el capi:alismo se ha apronchad'J a filenudo de las virtudes de la máquina. Al apoyar la máqu:na, el capit3lismo aceleró su andadura y proporcionó un incentivo especial a la preocupaciór; por los perfeccionamientos mecánicos, Aunque frecuentemente no llegó a pagar al ,jnventor, consiguió con halagos y promesas estimularle para pro~eguir en su esfuerzo. En muchos sectores el paso fue acelerado con exageración y el estímulo fue aplicado en demasía. Realmente. la necesidad de fomentar continuos cambios y perfeccionamienLos, que ha sido característica del capitalismo introdujo un elemento de in~estaLlidad en 13 técnica e impidié a la socierlad el asimilar sus per~eccionamientos técnicos e integrarlos en una estructura social ade:'p" 1euada. Al mismo tiempo que se ha desarrollado y extendido e! capitalismo mismo, estos vicios han crecido de hecho desmesuradamente, y los peligros para la sociedad en conjunto han crecido asimismo proporcion3lmente. Basta observar aquí la estrecha asociación histórica de la técnica moderna y de! moderno capitalismo, y señalar ~ue, a pesar de su desarrollo histórico, no existe una conexión nel~sJ~ía entre crnboc. El cflpita1ismo ha existido en otras civilizacioes, que se encontraban en UIJ desarr<,íb téCi1;CV :·P.l~lt1\''ir.~~:1té'bajo,
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Capítulo
~' la técniru mejoró continuamente desde el siglo diez hasta el quin« sin incentivo especial del capitalismo. Pero el estilo de la máquir. se ha visto hasta el momento actual poderosamente influido por \ capitalismo. La importancia concedida a lo grande, por ejemplo, eun rasgo comercial; apareció en los edificios de los gremios ! er las casas de los mercaderes mucho antes de que se evidenciara e: la técnica, con su escala de operaciones originalmente modesta.
5. De la fábula al hecho Mientras tanto, C'0': !~!"?~~f0!'n:?C!0r'! 0e 10~ conceptos de ticm po y espacio se produjo un cambio en la dirección del interés desde el mundo celestial al natural. Alrededor del siglo doce comenzó a disiparse el mundo sobrenatural, en el que la .nente ""rapea había estado envuelta como en una nube a partir del ocaso de las escuelas de pensamiento del periodo clásico' la hermosa cultura de la Provenza cuya lengua Dante mismo había quizá pensado emplear en su Divina Comedia, fue el primer brote del nuevo orden: un l+otc destinado a ser salvajemente malogrado por la cruzada de los albigenses. Cada cultura vive con su sueño. El de la cristiandad fue uno en el que un fabuloso mundo celestial, lleno de dioses, santos, diablos, demonios, ángeles, arcángeles, querubines y serafines, dominios y potencias, lanzó sus formas e imágenes fantásticamente engrandecidas sobre la vida real del hombre mortal. Este sueño impregna la vida de una cultura como las fantasías de la noche dominan la mente del que duerme: es realidad -mientras dura el sueño. Pero, como el que duerme. una cultura vive dentro de un mundo objetivo que continúa a través de su sueño o de su despertar, y a veces irrumpe en el sueño, como un ruido, para modiíicarlo o para que sea irnposil-,l
ti.miento del artista del siglo XIII Je convirtió en la exploración SIStemática de los bOLánicos y los íisiólogos del siglo XVI. «En la Edad Media -como dijo Emite Mfilela idea de una cosa forjada por alguien para sí misme siempre fue más real que la cosa real misma, Y vemos por qué aquellos siglos místicos no renían el ccn,:epto de lo que los hombres Uaman ahora ciencia. =1 estudio de las CC3as por sí -nismas no tenía significado paca el pensadot;.. La labor del estudioso de la naturaleza era de
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Preparación cultural
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de una vaca. Desgraciadamente, persistió el hábito medieval de senarar el alma del hombre de la vida del mUl'10 material aunque 5..: había debilitado la teología que lo apoyaba; pues tan pronto como el procedimiento de la exploración fue claramente esbozado en la filosofía y la mecánica del siglo XVI, el hombre mismo fue excluido del cuadro. Quizá temporalmente se aprovechara la técnica de esta exclusión; pero la larga, el resultado se demostraría desafortunado. Al intenta; conseguir ~ ,derí0, ei hombre tendió a reducirse a sí lT.:::::C: a una abstracción, o, lo ~'Je viene a ser casi igual a eliminar toda parte de sí mismo que no Sp" ~'1ueJla dirigida a alcanzar ti poderío.
junto con las ciencias de la astronorr i
y la cosmografía.
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El cambio de actitud hacia la naturaleza se manifestó en fig~.:.1' solitarias mucho antes de que se hiciera común. Los preceptos c..- ... rimen tales de Roger Bacon y de sus investigaciones especiales C' óptica habían sido durante mucho tiempo un conocimiento de ck minio público; en verdad, su visión cientííica al igual que la de ,:: homónimo isabelino han sido algo exageracíamente valoradas e significación reside en que representan una tendencia ge!!CJ«l. ;::., c~ siglo XIII, los discípulos de Alberto Magno estaban acuciados por una nueva curiosidad de explorar lo que les rodeaba, mientras que Abs.Jon de Sto Víctor se quejaba de que los estudiantes deseabapstw1i;¡r «la conformación del globo, l-: naturale-« de los elemento' el lugar de las es.rellr« 10 r"m~ler de los animales, la viclencr. del viento, la vida dp las hierbas y de las raíces». Da...c y Petra-ri. a diferencia de la mayor parte de los hombres del medievo, .,a no evitaban las montañas corno puros obstáculos terrorí'rcos que aurncntaban las penalidades de! viaje: las buscaban, y las escalaban por L exaltación que produce la conquista de la distancia y el logro de una contemplación a vista de pájaro. 7v1ás tarde, Leonardo exploré' las montañas de h Toscana, descubrió fósiles, hizo correcta, interpretaciones de la geología. Agrícola, impulsado por su interés por la minería, hizo lo mismo. Los herbarios y los tratados sobre nistoria natural que surgieron durante los siglos xv y XVI, aunque ~Ú!1 mezclaban fábulas y conjeturas con los hechos, constituían claras erapas hacia la descripción de la naturaleza: sus admirables pinturas aún lo atestiguan, y los libritos sobre las estaciones y la rutina de la vida diaria iban en la misma dirección. Los grandes pintores no quedaban muy atrás. La capilla Sixtina, no menos que el famoso cuadro de Rembrandt, era una lección de anatomía, y Leonardo fue un digno predecesor de Vesalio, cuya viña en parte coincidió con 1<1 de aquél. En :1 siglo XVI, según Beckmann, ¡"'~bía nurnerccas coleeciones particulares de historia natural, y en 1659 Elías Ashmole compró la colección Tradescant, que después regaló a Oxford. El descubrimiento de la naturaleva en conjunto fue la parte más importante de esta era de descubrimientos que empezó para el mundo occidental con las Cruzadas y los viajes de Marco Polo. La naturaleza existía para ser explorada, invadida, conquistada y, finalmente, entendida. El sueño medieval, al disolverse, reveló el mundo de la naturaleza, como una niebla que al levantarse deja ver las rocas v !C,S árbolec y les pastores en la Iade: a rle 1111~ colina. cuy" existencia había sido anunciada por un casual tintinear de esquilas o el mugido
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L: gran serie de perfeccionamientos técnicos que empezaron a cristalizar alrededor del sigio XVI se apoyaba en una disociación de lo mecánico y lo inanimado. Quizá la mayor dificultad en el camino de esta disociación fuera la persistencia de hábitos inveterados ue pensamiento anímico. A pesar del animismo, dichas disociaciones se habían realizado en verdad en el pasado: uno de los actos más importantes de este tipo fue el invento de la rueda. Incluso en la civilización relativamente avanzada de los asirios se ven representaciones de grandes estatuas arrastradas sobre un trineo por el suelo. Indudablemente la noción Je la rueda procedería de la observación de que rodar un tronco era más fácil que ernpujarlo: pero los árboles han existido desde un número incalculable de años y su tala se ha efectuado durante muchos millares, con toda probabilidad, antes de que algún inventor neolítico realizara el estupendo acto de disociación que hizo posible el carro. Mientras se consideró cada objeto, animado o inanimado, como l. morada de un espíritu, mientras se espero que un árbol o un barco se comportaran como una criatura viva, era poco menos que iin~osible aislar en tanto que secuencia mec.ímca la función especial que se trataba de realizar. Lo mismo que el artesano egipcio, cuando hizo la pata de la silla labrada pan que pareciera una pata de buey, así el deseo ingenuo de reproducir lo orgánico, y evocar gigantes y espíritus para lograr poder, en vez de idear su equivalente abstracto, retrasó el desarrollo de la máquina. La naturaleza a menudo ayuda ;11 tal abstracción: el uso de su ala por el cisne puede haber sugeridc la vela, igual que el avispero sugiriera el papel. A la inversa, cuerpo mismo es una cOf,óe "e mcrocosmde L: máquina lo,
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Capítulo
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brazos son palancas, los pulmones son fuelles, los ojos sor; lente'. el corazón, una bomba, el puño, :.111 martillo, los nervios un sistema telegráfico conectado cen una estación central. Pero, en conjunto. los instrumentos mecánicos fueron inventados antes de que se des cribieran con precisión las funciones fisiológicas. El tipo de rnaquin, más ineficaz es la imitación mecánica realista de un hombre o Ce otro animal: la t:.~nica recuerda a Vaucanson por su telar, más bien que por su pato mecánico que parecía vivo y que no sólo (ami.' sino que hasta digería y excretaba. Los adelantos orig;ll
Preparación
cultural
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hombre era caprichoso, dañino, 'm reflejo de sus propios impulsos l' temores. Como el mundo parecía, en esencia, animístico, y corno aquellos poderes «externos» amenazaban al hombre, el único método de escapto que su voluntad de poder podía seguir era o bien la disciplina de sí mismo o la conquista de otros hombres: la vía de la relgión o la vía de la guerra. En otro lugar trataré de la cor ":-ibuc:én especial que la técnica y el ánimo de la guerrc aportaron ai desarrollo de la máquina; en cuanto a la disciplina de la personalidad era esencialmente, durante la Edad Media, del dominio de 11 Iglesia, y tuvo mejor alcance, naturalmente, no entre los campesinos y los nobles, aún aferrados a formas de pensarnien to esencialmente paganas, con las cuales la Iglesia había llegado oportunamente a un compromiso, sino en 105 ~:~c~-::':::::8~::-!~ las llí1iversidades. El anirnismo, aquí, fue expulsado por u" sentido de la ornnipotencia de su único Espíritu, refinado, por el mismo engrandecimiento de Sus deberes, hasta el punto de eliminar cualquier semejanza con las capacidades puramente humanas o animales. Dios .inbía creado un mundo ordenado, y en él prevalecía su Ley. Sus -ictos eran quizá inescrutables; pero no eran caprichosos: la vicia relir-iosa ponía todo el acento en crear un" actitud de humildad ante la voluntad de Dios '1 el mundo que é! babía creado. Sí la fe subyacente de la Edad Media seguía siendo supersticiosa y anirnísrica, las doctrinas de les :\scolásticos eran de hecho anti-animísticas: el quid de la cuestión era que el mundo de. Dios no -era el del hombre, y que sólo la Iglesia podía formar un puente entre el hombre y el absoluto. =. El significado de esta división no se hizo aparente del todo hasta que los Escolásticos mismos cayeran en descrédito y sus here,detos, como Descartes, empezaran a aprovecharse de la antigua b~echa describiendo sobre una base puramente mecánica todo el ~:.:ndo de la naturaleza, dejando fuera sólo el campo específico de la Iglesia, el alma del hombre. En función de la creencia de la Iglesia ~ql un mundo ordenado independiente, ha mostrado Whitehead en 'S.~ienceand the Modern W orld, que la labor de la ciencia pudo con. .tinuar con tanta confianza. Los humanistas del siglo XVI pudieron .sé'r •. a menudo escépticos y ateos, burlándose de la Iglesia incluso '~1!ndo permanecían en su seno, quizá no sea casualidad que los ljombres de ciencia serios del siglo XVII, como Galileo, Descartes, 4ibniz, Newton, Pascalcfueran tan uniformemente devotos. El paso jguiente en el desarrollo, dado por Descartes mismo, fue el transel orden de Dios a la Máquina. Así en el siglo XVIII se con'!,l,¡:~iúa Di'J3 en el Relojero Eterno. qui-n habiendo concebido, crea~7
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Capítulo'
do y dado ruerda al reloj del universo, no tenía responsabilidad ul terior hasta que la máquina finalmente se rompiera -o, como pen saban en el siglo XIX, se parara. El método cie la ciencia y de la tecnología, en sus formas des arrolladas, implica una esterilización del ser, una eliminación, hast~l donde sea posible, de la tendencia y la preferencia humanas, inclu yendo el placer humano en la propia imagen del hombre y la creen cia instintiva en la inmediata preser.cia sus fantasías. ¿Qué mejor prf':,~ración podría tener toda una cultura para realizar tal esfuerzo que la difusión del sistema monástico y la multiplicación de un gran número de comunidades separadas, dedicadas a vivir una hu rr:iíde y abnegada vida, bajo una regla estricta? Aquí, en el monaste rio, se encontraba un mundo relativamente no animisra v no llrg¡Í- f nico: las tentaciones del cuerpo quedaban minimizadas en teoría, l. a pesar de la tensión y la irregularidad, a menudo eran también minimizadas en la práctica, en roda caso, más a rneuudo, que el; la vida secular. El esfuerzo para exaltar al yo individual quedaba suspenso en la rutina colectiva. Como la máquina , el monasterio era incapaz de propia oerpe ruación excepto por renovación desde fuera. Y aparte del hecho de que las mujeres estaban de la misma manera en conventos de monjas, el monasterio er.i, cuma el ejército, un mundo estrictamente masculino. Como el ejército, también, aguzaba, disciplinaba y concentraba la voluntad de poder: una serie de líderes militares salieron de las órdenes religiosas, el' tanto el jefe de la orden que ejempiificó los ideales de la contrarreforrna empezó su vida como soldado. Uno de los primeros científicos experimentadores, Roger Bacon, fue un monje; también lo fue Michael Stifel, quien en 1544 amplió el uso de los símbolos en las ecuacior-es algebraicas; los monjes ocuparon un puesto elevado en la lista de la mecánica y de los inventores. La rutina espiritual del monasterio, si no favoreció positivamente a la máquina, al menos anuló muchas de las influencias que la combatían. y a diferencia de la disciplina similar de los budistas, la de los monjes occidentales dio origen a tipos más fecundos y complejos de máquinas que las ruedas para rezar. En otra forma también las instituciones de la Iglesia prepararon el camino para la máquina: en su menosprecio por el cuerpo. Pues el respeto por el cuerpo y sus órganos es profundo en todas las culturas clásicas del pasado. A veces, al ser proyectado imaginativamente, el cuerpo puede ser desplazado simbólicamente por las partes o los 0r;;.:'1:->;; de erro a¡-,;r,~~,l, corno en e! Horus egipcia Pero la snstitución se hace para intensificar algunas cualidades orgánicas, el poder
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del músculo, del ojo, de los genitales. Los falo s que se llevaban en procesión religiosa eran mayores y más poderosos, en la rep;esentación, que los verdaderos órganos humanos: así, también, las imágenes de los dioses podían alcanzar dimensiones heroicas, para acentuar su vitalidad. Todo el ritual de la vida en las antiguas culturas tendía a recalcar el respeto por el cuerpo y espaciarse en sus bellezas y deleites: inclusa los monjes que pintaron LIS cuevas de Ajanta, en la India, se encor:traban bajo su hechizo. La -ntronización d; la forma humana en la escultura, y la r.tención por el cuerpo en la palestra de los griegos o en los baños de los romanos, reforzó el sentimiento interno por 10 orgánico. La leyenúa acerca de Procusto tipifica el horror y el resentimiento que los pueblos clás.cos sentían contra la mutilación del cuerpo: se hace. camas para adaptartas a los seres nUm:1110S, no se: cortan [,jC'rn~< " r8h(,7~s para que quepan en las camas. Este sentido afirmativo del cuerpo jamás desapareció seguramente, ni durar.t., los más fuertes triunfos de la cristiandad: cada nueva pareja de amantes 10 recobra a través del placer físico mutuo. De Íorma análoga, el predominio de la glotonería corno pecado durante la Edad Media fue un testimonio de la importancia del vientre. Pero las enseñanzas de 1:: Iglesia iban dirigidas contra el cuerpo y su cultivo: si por un lado era el Templo del Espíritu Santo, tarn'
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Capítulo
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proceden directamente del demonio», pero a pesar de sí misma, la Iglesia etaba creando diccípulos del demonio. El hecho es, en todo caso, que la máquina entró más lentamente en la agricultura, con sus funciones de mantener y conservar la vic'a. mientras que progresó con fuerza precisamente en aquellas partes de! ambiente en donde por costumbre ce trataba el cuerpo más odiosamente: es decir, en el monasterio, en la mina, en el campo de batalla.
7. La ruta a través de la magia Entre la fantasía y el conocimiento pV<1rh'\ pnt,,~ ~! Cl!,~,!:;:: :: L': tecnología, existe una estación intermedia: la de 11 magia. En ~_ ... gi.: se instituyó decisivamente la conquista general del medio exterr.o. Sin 1"1 orden que aportó la Iglesia la campaña hubiera posible, mente sido impensable; pero sin la salvaje, emprendedora lucha de los magos no se habrían tomado las primera, posiciones. Pues los magos no sólo creían en las maravillas, sino que audazmente ambicionaron obrarlas: pnr su esfuerzo hacia lo excepcional, los filósofos naturales que los siguieron fueron los primeros en vislumbrar la posibilidad de establecer regularidades en la naturalez«. El sueño de conquistar la naturaleza es uno de los más antiguos que ha fluido y reíluido en la mente del hombre. Cada gran época de la historia humana en que esta voluntad ha encontrado una salida positiva marca una elevación en la cultura y una contribución permanente a la seguridad y al bienestar del hombre. Prometeo, genio df'l fuego, ngu!'a al origen de la conquista del hombre: pues el fuego no hace simplemente posible la mejor digestión de los alimentos, sino que sus llamas mantuvieron alejados los animales de presa, y alrededor de su calor, durante las estaciones más frías del año, se hizo posible una vida social, más allá del arncntonamiento y de la vaciedad del sueño inversal. Las lentos adelantos en la confección de herramientas y armas que marcaron los primeros períodos de la piedra fueron una conquista pedrestre del ambiente: ganancia por pulgadas. En el período neolítico se llegó a la primera gran escalada, con la domesticación de plantas y animales, la realización de observaciones astronómicas ordenadas y efectivas, y la difusión de una civilización de grandes piedras relativamente pacífica, en muchas tierras dispersas sobre el planeta. El uso del fuego, la agricultura, 19 :;~furc:ri", 1" astroucrr.ía, fueron maravillosos saltos: dominaciones
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más bien que adaptaciones. Durante miles de arios los hombres han debido soñar, en vano, con nuevos atajos y controles. Fuera del gran y quizá corto período de invención del neclítico los adelantos, hasta el siglo x de nuestra era, habían sido proporcionalmente pequeños excepto en el uso de los metales. Pero la esperanza de una conquista mayor, de algún cambio fundamental de la relación del hombre dependiente de un mundo externo indiferente y si piedad siguió rondando sus sueños v hasta sus plegarias: lOS mitos y !"s cuentos de h"rlqs constituyen un testimonio de su deseo de plenitud y poder, de libertad de movimiento y dimensión de los días Mirando a las aves, los hombres soñaron con ~1 vuelo: quizá una dc las cnvicÍl
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cie todas estas fábulas, estos deseos y utopías colectivos, reside I~ de movimiento perpetuo. En todas partes la escoria del fraude y del ambición de dominar la naturaleza bruta de las cosas. charlatanismo se mezclaban con algún que otro grano de conocimiento científico que la magia utilizaba o producía. Pero los mismos sueños que exponí-n aquellos deseos eran una revelación de la dificu:tad de alcanzarlos. El sueño enseña la direr. Pero los instrumentos de investigación se desarroll iron antes de que se encontrara un método para realizarla; y si el oro no salió ción 2 la actividad humana v a la ve;.. expresa el impulso interno del organismo y hace aparecer las metas apropiadas. Pero cuando el del plomo en los experimentos de los alquimistas, no se les debe reprochar por su ineptitud sino felicitarles por su audacia: su imasueño va mucho ulás alln de los hechos, tiende " «corto-circuirar. la acción: el ¡.l,:;;::;::;: subjerivc 2-= anticipación sirve de sustir-tivo para ginación olfateó la presa en una cueva en la que no podían penetrar, el pensamiento, el artificio y la acción que pudiera darle ur» ho,e pero sus !,llll;Je.., ). ~u mostr.ir la caza finalmente trajeron a los cazafit1H~ en la realidad. El deseo separado, desconectado de las condidores al paraje. Algo más importante que el oro quedó de las invesciones lie su cumplimiento o de sus medios de expresión, no ceno tigaciones de los alquimistas: la retorta, el horno y el alambique; el hábito de manipular mediante trituración, molienda, fuego, destiladuce a ningún lado: todo 10 más contribu;'e a un equilibrio interno. Al ver el papel jugacio f.'Ui la lJJdt;;" lvo J;;;l:;~ ~:':I y XVII uno se ción, disolución: valiosos aparatos para verdaderos experimentos, da cuenta ..;\",lo difícil que era ia discinlina necesaria antes de que valiosos métodos para ciencia verda.Ier- T.~ Fuente de autoridad la inverv.ión mecánica fuese po+ble. para los magos dejó (le ser Aristóteles y ios Padres de la Iglesia. La rr ngia, C01110 la fantasía pura, era un atajo bada el conocimienConfiaron en lo que sus manos podían hacer y sus ojos podían ver to y el poder. Pero hasta en la forma más primitiva de hechicería, con ayuda del mortero, del almirez y del horno. La magia residía más en la demostración que en la dialéctica: más que cualquier otra la magia supone un drama y una acción: si uno desea matar a Sil propio enemigo con la magia, debe uno por lo menos moldear una cosa, quizá, excepto la pintura, liberó al pensamiento europeo de la tiran ía del texto escr. to. figura de cera y clavar]e unos a.fileres; y de igual manera, si la necesidad de ore en el primitivo capitalismo provocó una gran búsEn resumen, la magia dirigió la mente de los hombres' hacia queda de medios de transmutar los metales de baja leven metales el mundo externo: sugirió la necesidad de manipularlo. Ayudó a nobles, se vio acompañada por desrnafiados y frenéticos intentos de crear los insn umentos para conseguido, y afinó la observación en manipular el ambiente externo. Con la magia el experimentador recuanto a sus resultados. No se encontró la piedra E:osoÍal, pero conoció que se debia disponer de en cierto materia' antes de po. surgió la ciencia de la química, para enriquecemos mucho más allá derlo transformar en otro más valioso. Lo cual constiruia un gran de les sueños Lle buscadores de oro. El herborizador en su ardiente adelanto hacia lo positivo. «Las operaciones -como muy bien dice busca de plantas medicinales y de panaceas mostró el camino para Lynn Thorndike de la magiase suponía que eran eficaces aquí, en las intensivas exploraciones del botánico y del médico. A pesar de el mundo de la realidad externa»: la magia presuponía una demosnuestros alardes de correctas drogas de alquitrán de hulla, no se tración pública más bien que una satisfacció» simplemente pardebe olvidar que uno de los pocos específicos auténticos en medicina, tícular. !a quinina, proviene de la corteza de la quina, y que el aceite del. Nadie puede señalar cuándo la magia se convirtió en ciencia, chaulmugra, usado con éxito en el tratamiento de la lepra, precede cuándo el empirismo se hizo -xperimentación, cuándo la alquimia se __.rnbién de un árbol exótico. Lo mismo que e! juego de los niños convirtió en química y la astrología en astronomía, dicho brevemente, anticipa cruelmente la vida adulta, así la magia anticipó la ciencia cuándo y dónde la necesidad de resultados y de satisfacciones huma .. y.' la tecnología modernas. Lo que fue fantástico, fue sobre todo la nos inmediatos acabaron de dejar su confusa huella. La magia estaba falta de dirección: la dificultad no residía en e! uso de! instrumento, marcada sobre todo quizá por dos propiedades no científicas: por sino en encontrar un terreno en el que pudiera aplicarse y hallar el los secretos y las manifestaciones, y por una cierta impaciencia por sistema correcto para aplicado. Mucha de la ciencia del siglo XVII, conseguir «resultados». Según Agrícola los transmutacionistas del aunque ya no viciada de ch.rrlaranismo, fue lo mismo de fantástica. siglo :A'VI no vacilaban en ocultar oro en una bolita de minera], para Necesitó siglos de esfuerzo sistemático para desarrollar la técnica que que su experimento tuviera éxi,o , pu.ccida., .irgi.cias, lQ¡110 111';" Il-ive nos ~Il dado el salvarsán de Ehdich o el 207 de Bayer. Pero la rnade reloj escondida para dar cuerda, se utilizaban en muchas máquinas lo, el PO'"" '1"' u.iió 1, le> con b tecnologfs: ,1 sueño de \"'H
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Capírulo
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poder fue el motor de la realización. La confianza subjetiva de 10< magos, tratando de hinchar sus egos privados con riqueza sin límite' y energías misteriosas, superó hasta sus fracasos prácticos: sus ardo rosas esperanzas, sus sueños insensatos, sus hcrnúnculos desarticu lados siguieron resplandeciendo en las cenizas: el haber soñado tan desenfrenadamente iba a hacer a la técnica que siguió menos increibl. y por tanto menos imposible.
8. Control
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social
Si e! pensamiento mecánico y e! experimento ingenioso produ jeron la máquina, e! control esmero le ciio un suelo uUll(le crecer: e! proceso social trabajó de la mano con la nueva ideología y la nueva técnica. Mucho antes de que los pueblos del mun:::lo occidental se volvieron .iacia la máquina, el mecanismo como elemento en L vida social había aparecido ya. Antes de que los inventores crearan ingenios que ocuparan el lugar de los hombres, los líderes de éstos hablan ejercitado y sometido a control multitudes de seres humanos: habían descubierto cómo reducir los hombres a máquinas. Los esclavos y los campesinos que arrastraban las piedras para las pirámides, tirando al ritmo del "estallido de! látigo, los erclavos que remaban en las galeras romanas, encadenado cada hombre a su asiento e incapa': de realizar más movimiento que el mecánico limitado, e! orden y la marcha y e! sistema de ataque de la falange macedór ica, todos ellos fueron fenómenos de máquina. Cualquier cosa que limite la, acciones y los movimientos de los seres humanos a sus elementos puramente mecánicos pertenece a la fisiología, si no a la rner-inica. de la edad de la máquina, A partir del siglo x», el invento y el control estricto obraron recíprocamente, El incremento del número y tipos de máquinas, rnolinos, cañones relojes. autómatas que parecían vivos deben haber sur-erido a les hombres atributos rnecánicoc y extendido las analogí~~. del mecanismo a hechos orgánicos más sutiles y complejos: en el siglo XVII estas preocupaciones irrumpieron en la filosofía. Descartes, al analizar la fisiología del cuerpo humano, observa que su funcionamiento, aparte de la guía de la voluntad, no «es en absoluto ajeno a quienes están familiarizados con la variedad de movimientos realizados por los diferentes autómatas, o máquinas móviles fabrica.ias por 1.! industria humana. y con ~a ayuda de sólo unas pfJC~S piezas, comparadas con la gran multitud de huesos, nervios, arterias,
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venas y otras partes que se encuentran en el cuerpo ¿e todo animal. Dichas personas consideran este cuerpo con.o una máquina hecha por la mano de Dios». Pero el proceso opuesto era también cierto: la mecanización de los nábitos humanos preparaban e! camino para las imitaciones mecánicas. En la medida cn que e! miedo v la desorganización predominaron en la sociedad, les hombres aspiraron hacia un absoluto: si éste no existe, lo provectari. La regim ntación dio a los hombres de aquel período una finalidaJ que no pedían descubrir en ninguna otra parte. Si uno de los fenómeno= del derrumbamiento de! orden medieval fue la turbulencia que hizo de los hombres filíbusteros, descubridores, p,ecursores, rompiendo con la i.isulsez de las viejas foro mas y con el rigor de las cij~ciplinas autoimpuestas. los demás Ienómenos, reiaciOlI"JCJ; ccr: :::l~c, ;,prn llevando obligatoriamente a la sociedad a un molde regimer,~ac1o, h ero. 1 la mrinr metódica del instructor y del tenedor de libros, del soldado y del burócrata. Estos maestros de la regimentación alcanzaron una ascendencia total en el siglo xvtr. La nueva burguesía, en la ohcina y en la tienda, redujo la vida a una rutina cuidado-a e ininterrumpida. Tanto pur lo que se refiere al n:::gocio corno a las comidas y al placer; todo era medido cuidadosamente, era tan metódico como e! contacto sexual de! padre de Tiistam Shandy, que coincidía,
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sólo en una isla desierta, las virtudes de la sobria clase media le llevanan a uno a ... El protestantismo reforzó estas lecciones de la sobriedad de L' clase me+ia y le dieron la aprobación de Dios. Es cierto: los prircipales recursos de la finanza fueron un producto de la EUW!',I c::tólica, v el protestantismo ha gozado una inmerecida alaban/a como fuerza Iiberador-i de la rutina medieval v una censura no merecida como fuente original y justificación espiritual de! capitalismo moderno. Pero el servicio particular del protestantismo fue unir 1.1' finanzas a la vida religiosa '! convertir el ascetismo apoyado p0r la religión en una empresa para la concentración en bienes tcrren. v progreso del rnundc. El protestantismo descansó firmemente en las abstracciones l!e la imnrenrn v el dinero. La religión debía h;l. liarse no sólc en el comoañerisrno ~:e 10, p,ní, .rus rel;~;aso,. hi,. tóricarnente conectados CO;l la Iglesia y comunicando con ··Dios a t ru vés de un rito elaborado, sino también en el mundo mismo: la palabra sin su fondo comunal. E" último análisis, el individuo debe responder por sí mismo =n el cielo, como lo hizo en la lonja. LI expresión de creencias colectivas a través de las artes fue una trampa: por ello los protestantes arrancaron las imágenes de sus catedrales v dejaron desnudas las piedras de la ccnstrucción: desconfiaba n de todas las pinturas, excepto quizá del retrato, que reproducía con 1<1 exactitud de un espejo, '! consideró e! teatro y la danza como l::l;1 lujuria demoníaca. La vida, con toda su variedad voluptuosa v c.ilido deleite fue arrancada del mundo del pensamiento protestante: lo orgánico desapareció. El tiempo era real: ino lo pierda I El rrubajo era real: iejérzalo! El dinero era real: ¡ahórrelo! El espacio era real: ¡conquístelo! La materia era real: ¡mídala! Estas eran las realidades y los imperativos de la filcsofía de la clase media Aparte el esquema superviviente de la divina salvación todos sus impulsos se encontraban ya bajo la regla de! peso y la medida y la cantidad: el día y la vida estaban completamente regimentados. Fr. el siglo XVIII Benjamín Franl+in, quien quizá había sido anticipado por los jesuitas, encabezó el proceso inventando un sistema moral de teneduría de libros. ¿Cómo ocurrió que el impulso de poder quedara aislado e intensificado hacia el final de la Edad Media? Cada elemento en la vida forma parte de una red cultural: una parte compromete, restringe, ayuda a expresar a la otra. Durante este período se rompió la red, y un fragmento escapó y se lanzó ¡ una carrera separada, la voluntad de dominar e! medie. Dominar , no cultivar: alcanzar el poder, no conseguir la forma. Uno no puede,
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claramente, abarcar una serie compleja de acontecirruenr.» con unos elementos tan simples. Otro factor en el cambio puede haber sido debido a un sentimiento de inferioridad intensificado; quizá esto surgió debido a la humillante ó';)aridad entre las pretensiones ideales de! hombre y sus verdaderas realizaciones, entre la caridad y la pez predicadas por la Iglesi; y sus eternas guerras, enemistades v aversiones; entre la vida limpia predicada por los santos y la lujuriosa vivida por los papas del Renacirr- ·1[(1· entre 13 creencia en el cielo y el repulsivo desorden y desastre de su existencia real. Fallando la redención por la gracia, la armonizaciór ,..I~ los deseos, las virtudes cristianas, e! pueblo buscó. quizá, cancelar su sentido , de inferioridad y superar su Frustración buscando el poder. En todo caso, la antigua síntesis se había desn uido en e! pensamiento y en la acción socic.1. -::::lI 1)"'" .i.edida, se hab;a clestruido t'vryue era inadecuada: un concepto de la vida humana y de su dES· I tino, quizá fundamentalmente neurótico v cerrado, el cual original. mente había nacido de la miseria y del terror que habían concurrido a la vez a la brutalidad de la Roma imperialisra y de su final putrctacción y ruina. Tan lejanas estaban las actitudes y conceptos de la cristiandad de los hechos del mundo natural v de la vida humana. que una vez abierto el mur-do mismo por la navegación y la exploración por la nueva cosmología, 1-'0r nuevos métodos de observación y de experiencia, ya no había regreso a 1,1 cáscara rota del ordc.: antiguo. La ruptura entre el sistema celestial y el terrenal se habia hecho demasiado grave para ser pasada por alto y demasiado ancha para ser llenada: la vida humana tenía un destino fuera de aquella cáscara. La ciencia más tosca estaba más próxima a la verdad de la época que el escolasticismo más refinado: la máquina de vapor peor ingeniada o la hiladora más antigua era más eEcientes que la mejor teglamcntación gremial, y la fábrica o el puente de hierro má., defectuosos eran más prometedores para la arquitectura que las cons'truccicnes más m::;;:stral~sde Wren y Ada-». El primer metro de !ela tejido por una máquina, la primera fundición de hierro puro tenían en potencia más interés estético que las joyas cinceladas por .Cellini o e! lienzo pintado por un Reynolds. En pocas palabras: "una máquina viva era mejor que un organismo muerto, y el orga, ; nismo de la cultura medieval estaba muerto. ". A partir del siglo xv hasta el XVII los hombres vivieron en un mundo vacío: un mundo que se estaba quedando cada día más vacío. 'Decían sus oraciones, repetían sus fórmulas: trataron incluso de recobrar la santidad que habían perdido .esucitando supersticiones que abandonaron nacía largo tiempo. ¿e aquí :a [;·r;" y el fr.n,¡t:smo
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Preparaciór¡ cultural Cap:tll]"
limitaron el dominio sin sentido de la contrarreforma, su quema de herejes, su pers, cución de brujas, precisamente en medio de h creciente «ilustración, Ellos mismos se volvieron atrás al sueño medieval con una nuev. intensidad de sentimiento, si no con convicción. Esculpieron y pin raron y escribieron: ¿Quién en verdad labró jamás tan pode ros , mente h piedra como Miguel Angel, quién escribió con éxtasis' vigor más espectaculares que Shakespeare? Pero debajo de la super Iicie ocupada por esas obras de arte y de pensamiento h~hí'l 11" mundo muerto, un mundo vacío, un hueco r;cle ninguna cantidad de ene-zía y bravura podían rellenar. Las artes se lanzaron al aire como rn centenar de vibrantes fuentes, p,-!e~ precisamente en el mo mento de disolución cultural y social es cuando la mente trabaja con
de la ciencia,
elaboraron
su técnica
especial
de
investigación Y demostraron su eficacia. A principios del siglo XVII hubo sólo esfuerzos dispersos dé p.~n:amiento, algunos escolásticos, otros aristotélicos, otros matemáticos y científicos, como los de las 0bservaciones astronómicas de C:opérnico, Tycho Brahe y Képler. La máquina había desempeñado soIa2ente una parte incidental en estos adelantos intelectuales. Al I fin, a pesar .!e l? relativa esterilidad de la invención misma durante este siglo, allí había UDH fil()~()fí:1 completamente articula-la d-I uni'1ers?, siguiendo líneas ~:'::2.:nent,e. mecánicas, que si:\-ió de punt.o de parttda para Lada s las ciencias físicas y para posteriores perfeccionamientes técnicos: el '\1;7' eltbild 1 mecánico había aparecido. La mecánica estableció el modela de la investigación afortunada y de la apli1 cación ~aga/". Hasta aquel momento las ciencias biológicas habían e intensidad que no es posible cuando la \.:';~j'-\..¡~~· ..~L·(l .)\.I\.;"~ -orrido parejas con las ciencias físicas. Posteriormente, durante por e, estable) ;" \;~d e u LUJljUlllU C~ 1":'0 "ct;"factoria: pero el kiolo lo menos un siglo y medio, hicieron un papel secundario; y sólo mismo Se había quedado vacío. fue después de 1860 cuando los hechos biológicos se reconocieron L05 hombres ya no creían, sin rcsctvas en la práctica, en los como base importante de la técnica. cielos ni en el infierno ni en la comunión de los santos: menos aún ¿Con qué medios se compuso este cuadro mecánico? ¿Y cómo creían en los agradables dioses y diosas, sílíides y musa s con los llegó a proporciollar tan excelente suelo para la pr0pagación de inque acostumbraban adornar, con gestos elegantes pero sin sentido. ventos y la difusión de las máquinas? sus pensamientos y embellecer su ambiente: estas figuras sobrena :21 método de las ciencias físicas residía fundamentalmente en tu-ales, aunque humanas en su origen y en consonancia con ciertas UllOS pOC03 principios sencillos. Primero: la eliminación de las cuanecesidades humanas inmutables, se habían convertidu en fantasmas. lidades, y la reducción de 10 complejo a lo simple atendieildc sólo Obsérvese el niño Jesús de los retablos del siglo XIII: el niño se ena aquellos aspectos de los hechos '-.ID"! pudieran pesarse, medirse o concuentra en un altar, aparte; la Virgen está traspasada y beatificada tarse, y a la especie rarticular de secuencia de espacio -tiempo que por la presencia del Espíritu Santo: el mito es real. Obsérvense las pudiera controlarse y repetirseo, como en astronomía. cuya resagradas familias de la pintura de los siglos XVI y XVII: jóvenes petición pudiera predecirse. Segundo: concentración en el mundo elegantes están mimando a sus niños bien alimentados: el mito ha externo, y eliminación o neutralización del observador respecto de muerto. Primero sólo se dejaron los suntuosos vestidos; finalmente los datos con los cuales trabaja. T ercero: aislamiento, limitación del una muñeca ocupó el lugar del niño viviente: una muñeca mecácampo, especialización del interés i subdivisión del trabajo. En renica. La mecánica se convirtió en la nueva religión, y dio al mundo sUmen, lo que 13s ciencias físicas llaman el mundo no es el objeto un nuevo mesías: la máquina. total de la común exr"!riencia hurr.ana: es sólo aquellos aspectos de esta experiencia que se prestan a si mismos a una observación pretisa de los hechos y a afirmaciones generalizadas. Se puede definir 9. El universo mecánico Un sistema mecánico como aquel en que una muestra al azar del ¿pnjunto puede servir en lugar del conjunto: un gramo de agua pura Los fines de la vida práctica encontraban su justificación y su el laboratorio se supone que tiene las mismas propiedades que marco apropiado de ideas en la filosofía natural del siglo XVII: esta centenar de metros cúbicos de agua igualmente pura en la cisfilosofía ha seguido siendo la creencia de trabajo de la técnica, aun terna y se supone que lo que rodea al objeto no afecta a su cornporcuando su ideología haya sido discutida, modificada, aplicada, V en parte minada por la ulterior prosecución --1~ la ::J;sma dr jI(:a. TJilf. \'iIeltl:ild: represen.cción o vi'Í0n llel rr.i.ndc. serie de pensadores, Bacon, Descartes, Galileo, Newton y Pascal de-
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Capírulo .
tamiento. Nuestros ccnceptos modernos de espacio y tiempo parece: hacer dudoso que exista realmente algún sistema mecánico puro, ner, [a predisposición original de la filosofía natural fue descartar como plejos orgánicos y buscar elementos aislados que pudieran ser de' critos, con fines prácticos, como si representaran completamente «mundo físico» del que fueron extraídos. Esta eliminación de lo orgánico tuvo Iajustiíicación no sólo (le: interés ;'ráctico sino de la historia misma. Mientras Sócrates habí,] vuelto la ec!."~lda a 100 filósofos jonios porque le preocupaba más iber acerca de los dilemas del hombre que aprender cosas sobr, los árb. -les, los ríos y las =strellas, todo lo que podía llamarse cono cimiento positivo, que había sobrevivido al esplendor y a la deca -:l':'!1cia de las suciedades humanas, eran precisamente verdader ",. vitales como el teorema de Pitágoras, En contraste con los ciriode gusto, doctrina o moda había habido un continuo incremento de! conocimiento matemático y físico. En este desarrollo, el estudio de la astronomía había sido una gran ayuda: las estrellas no podían se! halagadas o corrompidas: sus cursos eran visibles a simple vista '. podían ser seguidas por cualquier observador paciente. Compárese el complejo fenómeno de un buey que se mueve por una carretera sinuosa y desigual con los movimientos de un planeta: es más fácil trazar una órbita entera que hacer el diagrama del variable ritmo de velocidad y de los cambios de pcsición que se producen en el objeto más cercano y más familiar. El fijar la atencián el:
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un sistema mecánico fue el primer pnso hacia la creación de' un siso tema: una victoria importante para el pensamiento racional. Al ceno trar el esfuerzo en lo no histórico y lo no orgánico, las ciencias físicas clarificaron todo el procedimiento de análisis. Pues el terreno al que limitaron su acción era uno en el cual el wétodo podía llevarse adelante sin ser demasiado palpablemente inadecuado o sin encontrar demasiadas dificultades especiales. Pero el verdadero mundo físico no era aún bastante sencillo respecto del método científico en sus primeras fases de desa.roilo. Era necesario reducirlo a elementos tales que pudieran ser ordenados en tPrminos de espacio, tiempo, masa. movimiento y cantidad. La cantidad de eliminación y de selección que acompañó esto fue excelentemente descrita por Galileo, quien dio al proceso un ímpetu' tan fuerte. Se le debe citar Íntegramente: «Tan pronto como concibo una sustancia corpórea o material. siento simultáneamente la necesidad de concebir que tiene límites de una u otra forma; que con relación a otras es grande o pequeña: que se encuentra ~~ este o aquel sn i«, er; este c. en .h~",el tiernpo ; que est' en movimiento o en reposo; que toca o no toca otro cuerpo; que
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-s única y rarc,
O común; no puedo, por medio de ningún acto de la imaginación, separarla de aquellas cualidades. Pero no me encuentro 30s01utamente constreñido a aprehenderlo como acompañada neces¡:riarilente por condiciones tales como que debe ser blanca o roja, amarga o dulce, sonora o silenciosa, oliendo Lulce o desagradablemente; y si los sentidos no hubier ;n apuntado dichas cualidades el lenguaje y la imaginación soles jamás hubieran llegado a ellas. Por consiguiente pienso que esos sabores, olores, colores, etc., respecto del objeto en el que parecen residir, no son nada más que simples nombres. Sólo existen en el cuerpo sensible, pues cuando la criatura viva se aleja todas esas cualidades son eliminadas y anuladas, aunque les hayamos puesto nombres particulares y de buena gana ~é'" ¿ej~r!~~0~ convencer de que verdaderamente v de hecho existen. No creo que exista nada en los cuerpos externos que' excite los sabores, les olores ). los sonidos, etc., excepto tamaño, forma, cantidad y rnovimiento.» Con otras palabras, la ciencia física se limitó a las cualidades llamadas primarias: las secundarias se desprecian como subjetivas. Pero una cualidad primaria no es más fundamental elemental que una secundaria y un cuerpo sensible no es menos real que uno insensible. Biológicarnenre hablando, el olor era sumamente importante para la supervivencia: mucho más, quizá, que la habilidad para discernir la distancia o el peso: pues es el medio principal para determinar si un alimento está en condiciones de ser comido, y el placer de los olores no sólo refina el proceso de la comida sino que proporciona una asociación especial a los síml-olos visibles del interés erótico, finalmente sublimados en perfume. Las cualidades primarias solamente podían llamarse así en términos de análisis matemático, porque tenían, como punto máximo de referencia, un medio de medida inde,,:pendiente para el tiempo y el espacio, un reloj, una regla, una balanza. í~1 El valor de centrarse en las cualidades primarias era que neutra'Jizaba en la experiencia y el análisis las reacciones sensorias y erno~onales del observador: aparte del proceso del pensamiento, se con\iénia en un instrumento de registro. De esta manera, la técnica ,c,~~ntífica se hizo común, impersonal, objetiva, dentro de su campo Jl!mitado, el «mundo material» puramente convencional. Esta técnica I por resultado una valiosa moralización del pensamiento: los crierios, primeramente elaborados en dominios extraños a los fines e in"'lIíi~diatos intereses personales del hombre, eran asimismo aplicables a110s aspectos más complejos de la realidad que se encontraban más ~W) t~p;::<;¡!'7.¡~', amores ~r ambiciones. PP['0 el primer efecto "este adelanto en claridad y sobriedad de pensamiento fue el des-
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Capítulo'
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cultural
damento: distinguió la serie de relaciones más utilizable, masa, peso, valorizar cada esfera de la experiencia excepto aquella que se entlég,', nún.cro, movimiento. a la investigación matemática, Cuando se fundó en Inglaterra la Por desgracia, el aislamiento y la abstracción, si bien SOl. imRoyal Society, las humanidades fueron excluidas intencionadamente, portantes en una investigación ordenada y el! una renresentación En general, la prácuca de la, ciencias físicas significaba una in simbólica refinada, son igualmente condiciones en las que mueren tensificación de los sentidos: jamás había sido el ojo hasta enton«los organisrncs reales, o por lo menos dejan de hnrionar efectivatan agudo, el oído tan alerta, la mano tan precisa. Hooke, que hac.:" mente. La exclusión de la experiencia en su conjunto original, 2uevisto cómo los lentes mejoraban la visión, no dudaba qU2 «pueda. más de suprimir ias imágenes y rebajar los aspectos no insuume-iencou.rarse inventos mecánicos para mejorar nuestros demás scn tales del pensamiento, tuvo C:;'C :',:,e'.!ltado gr~ve: positivamente, era tidos, del oído, del olfato, del gusto y del tactc-. Pero con est. una creencia en lo muerto; puc.s los procesos vitales escapan a meprogreso en precisión, llegó una deformación de la experiencia en nudo a la atenta cl.servación en tanto el organismo está vivo, EII conjunto. LOS instrumentos de la ciencia eran inútiles en pl reino resumen, la precisión v la simplicidad de la ciencia, aunque eran de las cualidades. Lo cualitativo se redujo a lo subjetivo: lo sub responsable= de sus colosales logros prácticos, no eran una rnajetivo tue desechado como irreal, y lo llu y;"U )- ;,'::' ;-;:::::::1: c:c , ra el/' e-:~')Car la reaiidad objetiva ';IIV L:':: ;;i~::::'::::-:c ~p pll~ Fn "tI inexistente. La intuición y el sentimiento no aíectcban al preces, deseo de conseguir resuiu. exactos las ciencia, físrcas desdeñaron mecánico ni a las explicaciones mecánicas, Mucho pudo ser realzado la verdadera objetividad, Individualmente, un lado de la personapor la nueva cienci., y la ni-eva técnica porque mucho de 10 que eslidad fue paralizado; colectivamenrc, se ignoró un lado de la expetaba asociado con la vida y el trabajo en el pasado -arte, poesía, riencia. Sustituir la historia por el tiempo mecánico o de dos direcritmo orgánico, Ianrasia->- fue eliminado intencionadamente. ,Al crecer ciones, el cuerpo vivo por el cadáver disecado, los hombres en grupo en importancia el mundo exterior ue la percepción, el mundo interna por unidades desmanteladas llamadas «indi :iduos», o en general, el del sentimiento se hizo cada vez más impotente. conjunto inaccesible, complicado y orgánico pc: lo mecánicamente La división del trabajo y la especialización en partes simples de mensurable y reproducible, es lograr una maestría práctica limitada una operación, que había empezado ya a caracterizar la .•ida econóa expensas de la verdad y de la mayor eficiencia que depende de mica del siglo XVII, prevalecieron e.i el mundo del pensamiento: esta verdad. eran expresiones del mismo deseo de precisión mecánica y de resulConfinando sus operaciones a aquellos aspectos de la realidad tados rápidos. El campo de investigación fue progresivamente Jivique tenían, por decirlo así, valor comercial, y aislando y desmemdido, y pequeñas partes del mismo fueron objeto de intenso exabrando el cuerpo de experiencia el físico científico creó un hábito men: en pequeñas cantidades, por así decirlo, la verdad pcdría ser de 'pensamiento favorable a distintas invenciones prácticas: al mismo perfecta. Esta restricción era un gran artificio práctico. El conocer tiempo era sumamente desravorable a todas aquellas formas de arte la naturaleza completa de un objeto no le hace a uno necesariamente oara 1as que las cualidades secundarias y los receptores y motivadores apto para trabajar con él; pues un conocimiento completo exige una • del¡ artista eran de importancia fundamental. Gracias a sus sólidos plenitud de tiempo; además tiende finalmente a una -specie de Prylcipios y a su método real de investigación, el físico científico identificación que carece de la fría reserva que le rapacua a uno d€Poj6 el mundo de sus objetos naturales y orgánicos y volvió la para manejarlo y manipulado para fines externos. Si uno desea es(ialda a la verdadera experiencia: sustituvó el cuerpo y la sancomer un pollo, mejor será considerado como alimento desde el prirgrerde la realidad por un esqueleto de abstracciones efectivas que cipio, sin concederle demasiada atención amistosa, o humana simé!¡podía manipular con los hilos y las poleas adecuados. patía o incluso apreciaci6n estética. Si se trata la vida del pollo "'~Lo que quedó fue el mundo desnudo y despoblado de la macomo un fin, puede uno llegar con brahmánica escrupulosidad a conteria 'y del movimiento: un desierto. Con el fin de prosperar por servar los piojos en sus plumas tanto como el ave. La selectividad encima de todo, fue necesario que los herederos del ídolo del sies UDa operación adoptada necesariamente por el organismo para no glQrlXVII llenaran otra vez el mundo con los nuevos organismos, verse abrumado pov ser.saciones j' comprensiones qU2 1"0 vienen al idea,:!os oara renreseutar las nuevas realidades de la ciencia física. ·l;.;_ " • • 'r . 1 1d~ caso. La ciencia concedió a esta selectividad inevitable un nuevo funcas1maqumas -y" s010 la, maqurnas=';2 ~l~I .. -:l:111 ",cr ccr. 'PICt'J mA
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Capítulo
1. ANTICIPACIONES
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DE LA VELOCIDAD
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demandas del método científico y del punto de vista nuevos. CU:i' plían la definición de «realidad» mucho más perfectamente que 1< organismos vivos. Y una vez establecido el cuadro mundial mec. nico, las máquinas podían prosperar y multiplicarse y dominar L exi stencia: sus competidores habían sido exterminados o habían ,íl: desterrados a un universo de penumbra en el que sólo los artisulos enamorados y los criadores de animales se atrevían..: cree-. ¿:., estaban las máquinas concebidas en l¿ulIillÜ" de cualidades prima .." solamente, sin consideración por la apariencia, el sonido, o cualquie: otra especie de estímulo sensorio? Si la ciencia presentaba una reJ lidad última, entonces la máquina era, como la ley en la balad; d, Cilbert. L' verdadera encarnación de todo 10 excelente, En realidx '''l1nrln vacío y desnudo, la mvencon de las nxiquinas " convirtió en un deber, Renunciando a una psvte considerable de 5( humanidad, el hombre podría alcanza, la divinidad: amanecía en ",: segundo caos y creaba la máquina según su propia imagen: la irnager del poder, pero el poder se desgarraba suelto de su carne y aislado de su humanidad.
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la. El deber de inventar Los principios que habían demostrado ser efectivos en el des arrcllo del método cienttíicc eran, con los cambios adecuados, lo' que sirvieron de fundamento a la invención. La técnica es U:1 tr:F laja a formas prácticas, apropiadas de verdades teóricas, implícitao formuladas, anticipadas o descubiertas, de la ciencia. La cienos y la técnica forman dos mundos independientes pero relacionados a veces convergentes, a veces separándose. Las invenciones principal, mente empíricas, corno la máquina de vapor, puc.den sugerir a Carno' sus investigaciones sú~(e terrnodin.iniica. Una investigación tícica abstracta, como la de Faraday en el campo magnético, puede conducir directamente a la invención de la ¿:n?l1Jo. Desde la geometría y la «stronomía de Egipto y Mesopotamia, ambas estrechamente unidas a la práctica de la agricultura hasta las últimas investigaciones sobre electrofísica, el aforismo de Leonardo es aplicable: la ciencia es el capitán y la práctica los soldados. Pero a veces los soldados ganan la batalla sin jefatura, y a veces el capitán, gracias a una inteligente estrategia, logra la victoria sin entrar realmente en combate. El Jc:sphz?miert::> de lo vivo y lo orgánico tuvo rápidamente lugar con el temprano desarrollo de la máquina. Pues ia ruáqu.r' era una falsificación de la naturaleza, la naturaleza analizada, regu
1: Locomoción rápida por rie.ra: el carro príncipe Maur.cio de Orang, , uno de los trodujeron la instrucción moderna militar. mado por Rogcr Bacon en el siglo ,~I1I, se De aquí lo.. patines para los deportes,
(Cortes.a del Deutscbes
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2, Bicicleta movida direcr-imente con los pies, inventada por el Barón von Dra:s, en 1/n l. r ~6tese que :r. ~a misma é!X>,r el automóvil de Gurney también utilizaba la propulsión con el pie. La bicicleta original era de rnadera. Después de varios experimentos con ruedas grandes, la máquina volvi6 a sus Iíneas primitivas. "
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a vela (1598i utilizado por el primeros jefes militares que inEl deseo de velocidad. proclahizo imperioso en el siglo XVI.
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Capitulo
68
Preparación
cultural
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Ir . PERSPECTIVAS
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3: La máquina
de volar de Henson y Stringfellow, construida según un proyecto patentado por Hensor, en 1842. Uno de los primeros en seguir el ejemplo de los pájaros planeadores. (Cortesía
del Director
de Tbe Science
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4: Coche de pasajeros de propulsión por vapor, de Church: uno de los muchos tipos de automóviles de vapor eliminados de las carreteras en la década de 1830 por los monopolios de lec ferrocarriles. El dcssrrcl'o del 3t.:tomóvil tuvo que esperar los neumáticos, las carreteras de superficie dura y el combustible líquido. (Cortesía
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1: Alba dci naturalis:no (Saint-Lazare
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en el siglo XlI: Francia)
2: Grabado del tratado sobre perspectiva de Durero. .en la reproducción: coordinación de distancia, tamaño mienzo de la lógica cartesiana de la ciencia.
Precisión científica y movimiento. Co-
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.3: Susana y los VIeJOS, de Tintoretto: el cuadro completo muestra ur espejo a los pies de Susana: véase capítulo 2, sección 9, y capítuio .3, sección 6.
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lada, estrechada, controlada por la mente de :05 hombres. La última metl de SJ desarrollo no fue sin embargo la simple conquista de la naturaleza sino su nueva síntesis: desmembrada por el pensarnien¡O, se juntaba otra vez a la naturaleza en nuevas combinaciones: &lnte,is materiales en química, síntesis mecánicas en ingeniería. La desg3na por aceptar el ambiente natural como condición fija y final dt la existencia del hombre siempre ccnn ibuyó tanto a favor oe su arte como de su técnica: pero a partir del siglo XVII, la actitud se :uzo forzada, y para su cumplimiento se volvió hacia la técnica. Las máquinas ue vapor desplazaron la energía del caballo, el hicl1v "j .::1 cemento desplazaron la madera, los tintes de anilina reemplazaron los tint.., vegetales, y así sucesivamente, con algunas excepciones ais!~~o< A ¡~tJnas veces el nuevo producto era práctica o esréncarnente scperior a! antiguo, corno en el caso de íd inhnit« superioridad de la lámpara eléctrica sobre la veía L:C scl.c. 0'"0< veces el producto nuevo resultaba de calidad inferior, como el rayón es aul' inferior a la seda natural. Pero en cualquiera de los casos el beneficio estaba .en la erección de un producto equivalente o de síntesis _¡ue dependía menos de inciertas variaciones e irregularidades o bien en e! producto mismo o en el trabajo a él aplicado que el original. Con frecuencia el conocimiento sobre el que se efectuaba el desplazamiento era insuficiente y el resultado en algunos casos era desastroso. La historia de los mil últimos años abunda en ejemplos de aparentes triunfos mecánicos :' científicos que fueron fundamer,talmente erróneos. Sólo hay que mencionar la sangría en medicina, el uso de! cristal corriente de ventanas que excluía los importantes rayos ultravioleta, el =stablecimiento de la dieta post-Liebig sobre la base de una simple sustitución de energía, e! uso de! asiento de retrete elevado, la introducción del calor de vapor con radiadores, que seca excesivamente e! aire, pero la lista es larga y algo aterradora. La cuestión es que la invención se había convertido en un deber, y el des-o de usar nuevas maravillas de la técnica, como el desconcierrc encantado de un niño ante nuevos juguetes, r.':.' estaba ~n lo esencial guiado por un juicio crítico: la gente estaba de acuerdo que los inventos eran buenos, produjeran o no realmente beneficio, lo mismo que estaba de acuerdo ~'1 que tener hijos era bueno, tanto si la descendencia resultaba una bendición para la sociedad o un perjuicio. La invención mecánica, incluso más que la ciencia fue la respuesta a una fe que disminuye y a un impulso vital vacilante. Las tortuosas cnergas de los hombres, que habían fluido sobre prados §, jardines, y habían penetrado en putas y :,¡'¡ernas durante el Re-
4: La automación en el siglo XVIII, o la Venus automá: tica: penúltimo paso del naturulisrno al mecanismo. El paso srguierue es c.in.inar por c,..n· pleto el símbolo orgánico.
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Capín:
nacimiento, fueron encauzadas por la invención en un embals: ,. agua por encima de una turbina: ya no podían espumar, ni onc-.: ni refrescar, ni encantar. Estaban captadas pata un definido" ._. tado propósito: mover las ruedas y multiplicar la capacidad ¿~ 1.' sociedad para el trabajo. Vivir era trabajar: ¿Qu!: otra vida en VE . conocen las máquinas? La fe había encontrado por fin un flL"" objetc, no el mover las montañas, sino el mover los ingenies v h. máquinas, Potencia: aplicación de la potencia al muviuneuto, y la ": cación del movimiento a la producción, y de [a produccion a i,! ganancia, y Je este modo un ulterior incremento de potencia; e"" era el objeto más valioso que un hábito mecanice de la mente \ un modo mecánico de la acción ;,,:mía ante los hombres. Como tOd.· el mundo .econore. c1r la nueve técnica nacieron unos miles de saiu dables instrumentos: pero en el origen a pa.ru del siEIO XVII ]., máquina sirvió de religión sustitutiva, y une religió n vital no ne« sita la justificación de la simple utilidad. La religión de la máquina necesitaba un apoyo tan pequeño como ias creencias que suplantaba. Pues la misión de la religión es pro porcionar un significado y una fuerza motora últimas. La necesrcao de la invención era un dogma, y el ritual de la rutina mecánica era el elemento de unión en la fe. En el siglo XVIII nacieron Sociedades Mecánicas para propagar el credo COL mayor celo: predicaron el evangelio del trabajo, justificación por la fe en la ciencia mecánica. y salvación por la máquina. Sin el entusiasmo misionero de los emprendedores e industriales e ingenieros e incluso de los mecánico' incultos, serie imposible explicar, a partir del siglo XVIII el tropel de los convertidos y el ritmo acelerado del perfeccionamiento mecí nico. El procedi.niento impersonal de la ciencia, las astutas estrata gemas de la mecánica, el cálculo racional de los utilitaristas, eso' , intereses capturaron la emoción, tanto más cuanto que el paraíso de . oro-del éxito financiero queda más allá En su recopilación de inventos y descubrimientos, Darmstaedter y Du Bois-Reymond enumeraron los siguientes inventores: en~:~ , 1700 Y 1750, 170; entre 17'i0 y 1800, 344; entre 1800 y 1850 861; entre 1850 y 1900, 1.150. Incluso habida cuenta del escorzo automáticamente provocado por la perspectiva histórica, no se puede dudar de la creciente aceleración entre 1700 y 1850. La técnica se había apoderado de la imaginación: las máquinas mismas y las mero cancías que producían parecían ambas inmediatamente deseables. Si bien spcrecieron muchas cosas 0~~n
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Preparación cultural
pidamente en aquellos sectores donde la necesidad humana era más aguda, en la alimentación, en la vivienda, en la vestimenta, pero aunque en este último sector adelantaba indudablemente, la granja y la vivienda corriente se aprovechaban con más lentitud de la nueva tt~Jlología mecánica que el campo de batalla y la mina, mientras la conversión de beneficios en energía en una vida abundante tuvo :ugar mucho ", (5 d-spacio después del siglo XVII que durante los setecientos años anteriores. Tras su aparición, la m0,;nina tendió a justificarse a sí misma apoderándose sil~nciosamente de sectores de la vida descuidados en su ideología. El virtuosismo es un elemento importante en el desarrollo de la técnica: el interés por los materiales como tales, el u"~u;;') t-JUl ;« wdestrÍa en el manejo de los instrumentos, la liabilidos» manipulación de la forma. La máquina cristalizó en nuevos patrones todo el juego de intereses que Thorstein Veblen agrupó vagamente bajo la calificación de «instinto de habilidad en el trabajo», y enriqueció la técnica en conjunto incluso cuando temporalmente agotó la artesanía. Las verdaderas respuestas sensuales y contemplativas, excluidas del galanteo y de la canción y de la f-mtasia por la roncentración sobre los medios mecánicos de producir, no fueron naturalmente en última instancia excluidos de la vida: volvieron a entrar en ella asociados a las artes récr.iras mismas, y la máquina, a menudo afectuosamente personificada como una criatura viva, como los ingenieros de Kipling, absorbió el cariño y la solicitud a la vez de! que la inventó y del trabajador. Manivelas, pistones, tornillos, válvulas, movimientos sinuosos, pulsaciones, ritmos,murmullos, superficies lisas, todos son contrapartidas de los órganos y funciones ~e!,;cuerpo, y estimulaban y absorbían algunos de los afectos naturales. Pero cuando se alcanzó esa fase, la máquina ya no era un medio y sus operaciones no eran solamente mecánicas y causales, sitio humanas y Fllales: contribuían, igual que cualquier otra obra de~arte, a un equilibrio orgánico. Este desarrollo de valor dentro del é,omplejo mismo de la máquina, aparte del valor de los productos ,~r¡ ella creados, fue, como veremos más adelante un resultado profUndamente importante de la nueva tecnología.
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Desde el principio, el valor práctico de la ciencia estuvo en ~timcr rugar en la mene ..le S\l:; CX¡JOl:enr:~s, incluso 0-:: aquellos que crn:. un sólo propósito buscaban la verdad abstracta, y que eran tan
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Capitulo 1
indiferentes respecto de su popularidad como Gauss y We¡"e~, los científicos que inventaron el telégrafo para sus comunicaciones particulares. «Si mi juicio tiene alguna importancia», dijo Francis Bacc-i en T he Aduancement of Learning, «el uso de la historia de la me cánica es entre todos los otros el más radical y fundamenta! con relaciór: .. la filosofía natural; aquella filosofía natural que no se desvanecerá en el humo ¿~ la especulación <11til, S11hliJT.;: o delei table, sin') la que 'elá operativa er, ventaja y beneficio de la vida del hombre». Y Descartes, en su Discurso del Método, observa: «Pues por ellas [restricciones generales de la física] comprendí que era posible alcanzar un conocimiento sumamente útil en la vida, \ en jugar de la filosofía especulativa usualmente enseñada en las es cuelas descubrir una forma práctica, mediante la cual, conociendo la fuerza y la acción del fuego, del aire, de las estrellas, de los cielo> y de todos los demás cuerpos que nos rodean, tan claramente como conocemos los diferentes oficios de nuestros artesanos, pudiéramos también aplicados de la misma manera en todos los usos a los que se adapten, y 8';¡ hacemos dueños y poseedores de la naturaleza. Y este es un resultado q1!C debe desearse, no sólo en orden a la invención de una infinidad de artes, gracias a los cuales podríamos ser capaces de disfrutar sin dificultad alguna los frutos de la tierra, y todos SdS regalos, sino también especialmente para la conservación de ia salud, que es sin duda de todas las bendiciones de esta vida la primera y fundamental; pues la mente depende tan Intirnarnente de la condición y de la relación de los órganos del cuerpo que si alguna vez pueden hallarse medios para que el hombre sea más sabio e ingenioso que hasta ahora, crea que deberán buscarse en la medicina». ¿Quién se beneficia de la perfecta comunidad ideada por Bacon en Tbe Neto Atlantis? En la casa de Salomón, el filósofo, el artista y el maestro eran dejados fuera de la relación, aunque Bacon, igual que el prudente Descartes, se «dhería muy ceremoniosamente a los ritos de la Iglesia cristiana. Para las «ordenanzas y .itos» de la casa de Salomón hay dos galerías. En una de ellas «colocamos patrones y muestras de todos los tipos de las más raras y excelentes invenciones: en la otra colocamos las estatuas de todos los principales inventores. Allí tenemos la estatua de su Colón, que descubrió las Islas Occidentales; también el inventor de los barcos; su monje que fue el inventor de la ordenanza y de la pólvora; el inventor de la rnúsica: el inventor de las letras; el inventor de la imprenta; el inventor de las observaciones de la astronomía; el invent ar de les (:'1' bajos en metal; el inventor del vidrio; el inventor de la seda del gusano; el inventar del vino; el inventor del grano y del pan; el
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inventor de los azúcares ... Pues por cada invento de valor, levantamos una ::statua del irr, entor y :~ concedemos una recompensa gen~rcsa y honorable». Esta casa de Salomón, como la imaginó Bacon, era una combinación del Instituto Rockefeller y del Museo tlJemán: allí, más que en cualquier parte, estaban los medios para erigir el reino del hombre. Obsérvese esto: poco hay que sea vago o quimérico en todas estas conjeturas acerca del nuevo papel a desempeñar por la ciencia y la máquina. El estado majar de la ciencia había elaborado la estrategia de la campaña mucho antes de qüe los comandantes sobre el terreno hubieran desarrollado una táctica capaz de llevar a cabo enn rlpt~l1e el ataque. En realidad, Usher observa qu= en el siglo XVII ;a invención era relativamente floja, y que el poder de la imaginación técnica había dejado ITH.I~' atrás la canacidad real de los artífices y de los ingenieros. Leonardo, Andreae, Carnpanella, Bacon, Hooke en su Micrographia y Glanville en su scei.sis Scie-uijica, escribieron un esbozo de las condiciones cId nuevo orden: el uso de la ciencia para el adelanto de la técnica, y la dirección de la técnica hacia la conquista de la naturaleza eran la idea principal del esfuerzo tu tal. La casa de Salomón de Bacon, aunque postericr a la fundación real de la Academia dei Lincei en Italia, fue el verdadero punto de partida del Pbilosopbical Cotlege que primeramente se reunió en 1646 en la Bullhead Taoern en Cheapside, y en 1662 fue debidamente constituido como la Royal Society o/ Loudon [or Improving Natural Knowledge. Esta sociedad se componía de ocho comités permanentes, el primero de los cuales debía «considerar y mejorar todos los inventos,mecánicos». Los laboratorios y los museos técnicos del siglo :xx eiistieron primero como idee en la mente de este cortesano filósofo: . nada de lo que hacemos o practicamos hoy le hubiera sorprendido. Hooke confiaba tanto en los resultados de este nuevo enfoque que escribía: «No hay nada c¡ue esté al alcance del ingenio humano 0)10 que es más etectivo aún) de la laboriosidad humana que no ~iéramús lograr; no sólo deberíamos esperar en inventos que igualos de Copérnico, Galileo, Gilbert, Harvey y otros más, cuyos ó~mbres casi se han perdido, que fueron los inventores de la pólvora, '!:¡lbrújula náutica, la imprenta, el grabado, el cincelado, los microscopios, etc., sino multitudes que con mucho pueden superar a aque,U~s: porque aun los descubiertos parecen haber sido el producto de a1~os de tales métodos aunque imperfectos; ¿qué no se podría e:.pe.::••r por ·~pt:J ¿t' ellos ~i se ~rosi?t¡jetarl a for.do? El hablar y ~discusión de argumentos pronto se convertirían en trabajos; codos los hermosos sueños y las opiniones y la naturaleza metafísica uni-
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Capítulo :
versal que la fantasía de cerebros sutiles ha ideado, pronto se de, vanecería y dejaría el luger a historia, experimentos y trabajo, senos». Las utopías más importantes del tiempo, Cristianópolis, la Ciud... del Sol, por no decir nada del fragmento de Bacon o de las obra, menores de Cyrano de Bergerac, todas giran alrededcr de la posii» lidad de utilizar la máquina para lograr que el mundo sea más pe: fecto: La máquina fue el sustituto de la justicia, de la sobriedad \ del valor de Platón; incluso si lo era asimismo de los ideales r"isti:1 nos de la gracia y la redención. La máquina se presentó como el nuevo demiurgo que debía crear unos nuevos cielos y una tierra nueva. Al menos, como el nuevo Moisés que había de conducir a una humanidad bárbara a la Tierra de Promisión. En los siglas antericres hubo premoniciones de iodo esto. Mencionaré ahora -decía Roger Bacon- algunas de las maravillosas obra, del arte y de la naturaleza e". las que no hay ninguna magia y que la magia no podría realizar. Se pueden crear instrumentos mediante los cuales los barcos más grandes, guiados sólo por un homl.re, pueden navegar a una velocidad mayor que si pstuvieran Penas de rnarinos. Se podrán construir carros que se muevan con increíble rapidez sin la ayuda de animales. Se podrán construir aparatos de vuelo en los que un hombre sentado cómodamente y meditando sobre cualquier tema, pueda batir el aire con sus alas artificiales • a la manera de las aves ... , así como también máquinas que perrnitan a los hombres pasear por el fondo de los mares o de los ríos sin barcos>'. Y Leonarde da Vinci dejó una lista de inventos y de artefactos que parecen una sinopsis del presente mundo industrial. Pero hacia el sislo XVII la nota de confianza se había ampliado. y .el impulso práctico se había hecho más universal y urgente. Los trabajos de Porta, Cardan, Besson, Ramelli y otros ingeniosos inventores, ingenieros y matemáticos son a la vez testimonio de una creciente pericia y de un aumentado entusiasmo por la técnica misma. Schwenter en su Délassements PhysicoMathéma!iques (1636, señalaba cómo dos personas podían comunicar una can la otra mediante agujas magnéticas.· «Para los que vengan después de nosotros -decía GlanvilIepuede ser tan corriente el comprar un par de ajas para volar a las regiones lejanas, como ahora comprar un par de botas para dar un paseo a caballo, y comunicar a la distancia de las Indias por transmisiones simpáticas puede ser tan usual en tiempos futuros como por carta». Cyrano de Bergerac concibió el fonografo. Hooke observó que «no tS imposible oír ;':11 susurre a un estadio de distancia, habiéndose hecho esto ya, y quizá la natura(1
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leza de las cosas no lo hiciera más imposible, aunque dicho estadio se multiplicar" por diez». ::::n realidad, hasta pronosticó el invento de la seda artificial. Y Glanville decía también: «No dudo que la posteridad encuentre muchas cosas que ahora sólo son rumores como probados como realidades prácticas. Puede ocurrir que de aquí a ;llguna centuria, un viaje a las regiones australes, sí, y posiblemente a la luna, no sea más extraño que uno a América... La devolución de la juventud a los cabellos grises y la r-novación de la médula exhausta puede a la larga efectuarse s;n milagro, y la conversión del mundo ahora comparativamente desierto en un paraíso puede que no sea improbable quc la realice una avanzada agricultura» (1661 ). Fuera lo que fue<~ 10 que faltara en la perspectiva del siglo XVII no e= 1~ f.·,~Lade I- en la presencia inminente, :::::=~;:,i0() r1p<;~rrol1o y la profunda importancia de la nJ~ :;~:~!1a.La fabricación de relojes; la medición del tiempo; la exploración del espacio; la regularidad monástica; el orden burgués; los artificios técnicos; las inhibiciones protestantes; las exploraciones mágicas; finalmente el orden, la precisión y la claridad de las ciencias Iísicas mismas; todas estas actividades separadas, en sí quizá inconsiderables, habían formado al fin lul complejo social y una red ideológica, capaz de soportar el pesa inmenso de la máquina y de ampliar más aún sus operaciones. Hacia la mitad del siglo XVlII las preparaciones iniciales se habían acabado y los inventos clave se habían realizado. Se había formado un ejército de filósofos naturales, racionalistas, experimentadores, mecánicos, gente ingeniosa, seguros en cuanto a su meta y confiados en su victoria. Antes de que apareciera una raya gris en el horizonte, pregonaron el alba y anunciaron cuán maravilloso era: cuán maravilloso sería el nuevo día. De hecho, estaban anunciando un cambio las estaciones, quizá un largo cambio cíclico en el clima mismo.
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1 Capítulo
AGENTES
DE LA MECANIZACION
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1. El perfil de la técnica La preparación para la máquina que tuvo lugar entre los siglos x y XVIII le dio una amplia base y aseguró su conquista rápida y universal a través de la civilización de Occidente. Pero detrás de esto se extendía el prolongado desarrollo de la técnica misma: la exploración original del medio calvaje, la utilización de los objetos formados por la naturaleza -conchas y piedras y tripa de animalcomo herramientas y utensilios. El desarrollo de procedimientos industriales fundamentales: cavar, astillar, martillear, arañar, hilar, secal': la confección intencionada de instrumentos especíiicos a medida que apremiaban las necesidades y aumentaba la habilidad. El muestreo experimental, como con los comestibles, felices accídentes, como con el vidrio, verdadera penetración causal, como con la perforadora: todo ello desempeñó una parte en la transformación de nuestro medio material y modificó sin interrupción las posibili· dades de vida social. Si el descubrimiento llega primero, como al parecer ocurrió con la utilización del fuego, en el uso del hierro de. ;p1!l~oros. en el empleo de filos duros cortantes tales como las .'J~f.9;ttY'~~ invento propiame.ire d:::r:o sigu., risrnd,1!~ L,S t31rnes. '~.Bt1.vett:lad;~Ja edad de la invención es sólo otro nombre para la
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Agentes de la mecanización
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edad del hombre. Si e! hcmore se encuentra raramente en «estado natural» sólo es porque la naturaleza es modificada constantemente por la técnica. Para resumir estos más tempranos desarrollos de la técnica, puede ser útil asociados con el esquema abstracto de la sección de un valle: el perfil ideal de un sistema completo de montaña. En sentido figurado, la civilización marcha arriba y abajo de la sección de! vo]e. Todas las grandes. culturas históricas, con la excepción parcial de las culturas marítimas aisladas en '1'-'1" los mares a veces sirvieron de río, l-an prosperado gracias al movimiento de los hombres, 1asinstituciones, los inventos y las mercancías a lo largo de la vía natural de un gran río: el Río Amarillo, el Tigris, el Nilo, el Eufrates, el Rin, el Danubio, el Támesis. Junto a los fondos primitivos de la sección del valle se desarrollaron las primeras formas 01" tpr- \ nica: dentro de las ciudades, se aceleraron los procesas de 1? inven- I ción, surge una multitud de nuevas necesidades, las exigencias de una vida más próximos unos de otros y de un suministro limitado de alimentos llevaron a nuevas adaptaciones e ingeniosidades y en el acto mismo de alejar las condiciones primitivas, los hombres se ver. fcrzados a idear sustitutivo s de les toscos artefactos que una vez aseguraron su supervivencia. Tomando la sección del valle en perfil puramente esquemático, se encuentra cerca de la cima de la montaña, en la parte más empinada de la ladera en donde la_roca quizá aflora, la cantera y la mina: desde el alba casi de la historia el hombre se entrega a esas ocupaciones. Es la supervivencia, hasta nuestros tiempos, del prototipo de toda la actividad económica: la face de la busca, la arrancada y la recogida: bayas, hongos, piedras, conchas, animales muertos. Hasta los tiempos modernos, la minería siguió siendo una de ras' ocupaciones más rudas: sus armas principales fueron el pico y eJ~.l?artil1o. Pero las artes derivadas de la minería se desarrollaron I.~ntinuamente en los tiempos históricos: en realidad, e! uso de los metales es el elerne-ito principal que distingue los más recientes oncios de Europa hasta el siglo x de nuestra era, desde las culturas 'dé la piedra que precedieron: la fundición, la reíinación, la herrería, ~~vaciado, todos aumentaron la velocidad de producción, perfeccionaron la forma de las herramientas y de las armas, incrernen~i:lo en gran manera- su potencia y eficacia. En el bosque que se 'eXtiende desde la cima de la montaña hacia e! mar el cazador acecha fS~¡ caza: la suya es posiblemente la operación técnica in a bilis antigua. de la hu~anida~ p~es ~'1 su origen e! a~ .~ ~~,~ J~Jenta son intercambiables . El srmpie mazo del marti
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Capín.l., _
mente de proyectil; el cuchillo mata la caza y la descuartiza, t: hacha puede derribar un árbol ú matar a un enemigo. El cazado: sobrevive unas veces gracias a la destreza del brazo o del ojo, otr.. por su fuerza física y otras por la astuta estratagema de las tra.nps y hoyos disimulados. Fn la persecución de su caza no perrnanrr, sólo en el bosque sino que la sigue dondequiera le lleve: costuml.., que ~ menudo desemboca en conflictos y hostilidades en las zcnu!!:'.':'!did?s: qui7:l en el desarrollo de la guerr- como un trámite ins titucional. Más abajo en el valle, allí donde los pequeños torrentes de J:¡ montaña y los arroyos forman un río, que facilita el transporte, Se encuentra el dominio del h=bitante primitivo de los bosques: el leñador, el siiviculco., el \..VlJ,'" u'-'ü~ ,~;:molinos, el carpintero. Derriba los árboles, vacía canoas de madera, inventa el arco que es quizi el tipo más efectivo de fuente natural de energía, e idea la perfora¡dora, en cuyo disco ensanchado Renard ve el origen de la POIe:1 I y quizá de la rueda, por no decir nada del torno simple. El hacha del hombre del bosque es la principal herramienta primitiva de la humanidad: su ocupación parecida a la del castor -que quizá accidentalmente dio por resultado el reinvento humano del puente y del diquees al parecer la forma original de la ingeniería moderna; los rnrís importantes instrumentos de precisión en la transmisión del movimiento y en dar forma a los materiales de él proceden. sobre todo el torno. Por debajo de la línea ideal del bosque, que se hace más visible con el avance de una cultura arraigada, a medida que el hacha del leñador abre los claros y las semillas que caen en esas zonas soleadas se alimentan durante el otoño y crecen con una nueva exuberancia; por debajo del primitivo hombre del bosque se encuentra el territorio del pastor y Gel campesino. El cabrero, el pastor de ovejas, el de ganado vacuno, ocupan los pastos de las tierras altas o los extensos prados de las mes-ras en sus priuieras o últírr-is fases de erosión. El hilado mismo, arte mediante el cual débiles elementos filamentosos se refuerzan trenzándolos, es uno de los más antiguos inventos, que pudo haber sido aplicado primeramente a los 'nervios de los animales: las hebras y las fibras se utilizaron original¡tÍlente allí donde hoy sólo las usaríamos en caso de urgencia; como !~ujetar la pala de hierro del hacha a su mango. Pero el hilado y el IftejidO--d~.telas para vestidos, para tiendas de campaña o para cubrir (é~pbr3ltp.,~,:;:t: él suelo -..;~las 'icn(l~s; son obra del pastor: llegaron ~oh.·l~\domesticación de los animales en el período neolítico,
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A¡tntes de la mecanización
y algur::!s de las formas más tempranas perdurado en los pueblos primitivos.
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Por debajo de los pastos más áridos, el campesino
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sión permanente de la tierra y la cultiva. Se extiende por los suelos más abundantes de los cauces de los ríos a medida que aumenta su tlominio sobre las herramientas y los animales domesticados, o que la lucha por la vida se hace más intensa: puede incluso volverse hacia las tierras del interior y poner en cultivo las potencialmente IlH¡:":¿5. Las herramientas y las máquinas del granjero son relativamente pocas: como ocurre con el pastor, sus capacidades inventivas se dedican, en su mayor parte, a las plantas mismas, 11 su selección, producción y perfección. Sus herramientas siguen sin cambio fundamental durante la mayor parte de la historia registrada: la azada, el zapapico, el arado, la pala )' !:: ;:;'.:!:!chf!? Pf't() sus utensilios y obras son muchos: las acequias para el riego, la bodega, el almacén, la cisterna, ei pozo y la vivienda permanente ocupada por el carnpesino :lurante el año, le pertenecen: debido en parte a su necesidad de defensa y de acción cooperativa nacen el pueblo y la ciudad. Fi.r.almente, al borde del océano, yendo y viniendo detrás de las barreras de las playas y de las marismas, vive el pescador: una especie de cazador acuático. El primer pescador que construyó una encañizada inventó posiblemente el erte de tejer: la red y el cesto de cañas de los marjales seguramente procedían de este ambiente, y el temprano y ruás importante modo de transporte y comunica!" cién, el barco, fue un producto directo. ----... El orden y la seguridad de una civilización agrícola y pastoral fue el mejoramiento crítico que llegó junto con el período neolítico. De esta estabilidad nació no simplemente la vivienda y la comuni~d permanente sino una vida cooperativa económica y social, que perpetuó sus instituciones mediante construcciones y .uonurnentos .visibles así como mediante la palabra. En los lugares especiales de reunión que surgieron cada vez más frecuentemente en las zonas de t.Lansición entre una fase de actividad económica y otra, nació el) inercado. En lo que se refiere a ciertas especies de mercancías, ámbar,\ obsidiana, pedernal y sal, el comercio entre amplias áreas se des- \ ~oll6 en un período muy temprano. Con el intercambio de tipos ~~ "mercancías más terminadas hubo un intercambio análogo de apti- . tudes y de conocimiento tecnológicos: en términos de nuestro diagrama de la sección del valle, se transfirieron de una parte a otra nse entremezclaron ambientes especiales, tipos especiales de ocupasión y técnicas especiales: el resultado fue un enriquecimiento con-, rinuo y una creciente compiícación de la cultura mismo y de la
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Cap írulo
herencia técnica. Al carecer de métodos impersonales de anotación escrita, ia transmisión del conocimiento artesano tendió a crear una casta de los oficios. La conservación de la aptitud por esos medio, condujo a un claro conservadurismo: los refinamientos mismos de: conocimiento tradicional sirvieron, quizá, de freno a la invención \ tos diferentes elementos de una civilización jamás están en com ¡rIeto equilibrio: siempre hay un tira y afloja de fuerzas, y en psr J ticular hay cambios en la presión ejercido por las funciones des I tructoras de vida y las conservadoras. En e! período neolítico, el I campesino y el pastor eran, parece, supremos; los medios de vid; '1, dominantes eran el resultado de la agricultura, y la religión y la cien\ cia del momento se dirigían hacia un ajuste más perfecto del hombre con la tierra real de j:; que sacaLa su alimente. Con el tiempo estacivilizaciones campesinas sucumbieron ante fuerzas antivitales que llegaron de dos pUDtOSafines del ámbito: por un lado uel comercio con el aumento de su sistema impersonal y abstracto de relacione, ligadas por un nexo de dinero; por otro, debido a las tácticas rapaces de los cazadores y pastores nómadas, extendiendc sus terrenos de caza y sus pastos u, en una época más avanzada, su poder para cobrar tributo y gobernar. Sólo tres grandes culturas presentan una historia continua a :ravés del período histórico: las corteses y pacificas culturas campesinas de la India y de China y la cultura principalmente urbana de los judíos: las dos últimas particularmente distinguidas por su inteligencia práctica, su moral racional. " sus maneras amables, sus instituciones cooperativas y conservadoras de la vida; mientras que las formas de civilización sobre tcdo militares se demostraron auto-destructivas. Con el nacimiento de las técnicas modernas en el norte de '" Europa, vemos estos tipos primitivos una vez más con su carácter original y sus típicos babitat, La nueva diferenciación de ocupaciones y oficios se produce ante nuestros mismos ojos. Los gobernantes de Europa una vez más son cazadores y pescadores: desde Noruega a Nápoles sus proezas en la caza alternan con su conquista de los hombres; una de sus primeras preocupaciones cuando conquistan una tierra es establecer sus derechos de caza y reservarse grandes- parques como sagrados para la caza que persiguen. Cuando estos intrépidos guerreros finalmente añaden a la lanza, al hacha v "-a la antorcha el cañón como arma de asalto, las artes militares se profesionalizan una vez más, y la ayuda a la guerra se convierte en una de las cargas principales de una sociedad civil. La minería _ 1 la metalurgia primitiva continúan como había" exist iJ0 .jt:r?nte largo tiempo en el pasado: pero en este momento las sencillas ar-
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Agente, de L mecanización
res del minero y del forjador se dividen en una veintena de ocupaciones especializadas. Este proceso continúa con una velocidad acelerad!' a medida que el comercio se extiende y que aumenta la demanda de oro y plata, que la guerra se hace más mecanizada y ie incrementa la demanda de armaduras, de artillería y de los nervios de la guerra. Así también, el hombre del bosque aparece en las zopas forestales, pues gran parte de Europa se ha convertido otra vez en montes y pastos. Ahora el aserrador, el carpintero, el ebanista, el tornero, el constructor de carros se han convertido en oficios especializados. En las ciudades que crecen, a partir del siglo XI, estas ocupaciones elementales aparecen diferenciadas, reaccionan unas sol-re otras e intercambian técnicas y formas. En unos pocos cientos de años casi todo el drama de la técnica se vuelve a represer-rar U11avez más y la t~cnica alcanza un plano más elevado ¿e logro general que cualquier otra civuización u"'u;,, (0,;vC:~1...• anteriormente, aunque en sectores especiales se veía una y otra vez superada por las arte: más hermosas del Este. Si se considera un corte transversal de la técnica en la Edad Media se tiene a mano la mayor parte de los elementos impor.antes derivados del pasado, V el germen de la mayor parte del incremento que tendrá lugar en el futuro. Detrás se encuentra el oficio y la nerramienta, acompafiados por les sencillos procedimientos químicos de la granja: el: vanguardia están las artes exactas, y la máquina y las nuevas realizaciones en metalurgia y fabricación del vidrio. Algunos de los instrumentos más característicos de la técnica medieval, como la ballesta, muestran en su forma y en m factura la impronta tanto de la ' herramienta como de la máquina. Esta es, pues, una gran ventaja.
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2. De Re Metallica
J El trabajo en las canteras y la minería son las primeras ocupaciones de extracción: si11las iedr los metales con íilos cortantes ~ Y~rficies resistentes nt as alID~ ni as erramientas 'eran _~aaomás allá de una f!E?-amuy_ ~l!...Y d~u1!Lefectivid@..Jilni.•taaa;por muy lllgeniosamente que la madera, la ~ y el hueso Pudieran haber sido usados por el hombre primitivo antes de que ~ominara la piedra. El primer instrumento eficiente parece haber una Pk9l.ª-s.osteñícIa or la mano del hombre como un mar"-::;.0: la palabra akmana para e puna es t : aust y asta ay el • 'll3rt;¡¡o del minero se llama ein Faustel. Entre todas las piedras el pedernal, debido J su exte.i :Ól1 C'! 7
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el norte de Europa y por su propiedad de romperse en pedazos de agudos filos, f.1!L.9l:!g~ lª. '11ªs_importante en el desarrollo de loinstrumentos. Con la ayuda de otras rocas, o de una piqueta hecha CcíñCtletno de reno, el minero de pedernal sacaba su piedra, v con paciente esfuerzo le daba la forma propia para su U~0: el martillo ~.mismo había alcanzado su actual forma refinada hacia el último \período neolítico. Durante un gran [apso de vids primitiva ~U.~, to perkcQonamientQ....de ...Ios instrumentos de piedra fue 111':1 d, Jiscaractet :~;:"Cas -del avance de s~ civilización y de su control c,)Dr, ¡ ir~~p~nte:arcañzo'-i:-osibremente U~'10 de sus puntos culminantes en la cultura megalítica, con su capacidad para el esf,.,pr7C) cooperativo industrial, como 10 muestra en el transporte de las grandes l?~cJJa:' ..tJ(:ua. ~d.) ~UClla:' exteriores de los templos y los observtorios astronérnicos, y en 'u grauu reiativarucuu. "lev el,o conocimiento científico exacto. E~!io.9omás avanzado el uso de In atcD!~2..ar.a}~_ alfarería hizo posible el con..s.er ..,::ary almacenar Iíquidos, así como mantener secas las provisiones protegiéndolas contra Iahumedaó y( e! moho: otra victoria para el explorador primitivo que estaba aptendiendo a reconocer la tierra y a adaptar sus contenidos no orgánicos a sus usos. No hay ruptura brusca entre cavar la tierra, trabajar en las canteas y la minería. El mismo afloramiento que muestra cuarzo puede tener igualmente oro, y el mismo arroyo con orillas arcillosas puede revelar uno o dos destellos de este metal precioso, precioso para i el hombre primitivo no sólo por su rareza sino porque es biando. maleable, dúctil, no se oxida y puede trabajarse sin la ayuda del \ fuego. FI uso del Q!9, del ámbar y del jade se anticipa a la llamada edad de los metales. Teníliñ];>recio porSü escasez y .~...9:0.alidades máoicas, más aún que por ~ue se I>odí~Lhace~Q!L.eU9..? Y la ~c:le---estOs minerales no tenía nada que ver fuese lo que fuese con la ampliación del suministro de alimentos o ,01 establecimiento de comodidades para la criatura. El hombre buscaba piedras preciosas, como cultivaba flores, porque mucho antes de haber inventado el capitalismo y la producción en masa había conseguido más energía que la que necesitaba para su simple supervivencia física en las condiciones de su cultura. En contraste con la previsión y la sobria laboriosidad del carnE@ino, er-ttabaj~c!.~l minero eS_~E~i?~.~~I_~i~erwal"azar: irreg ar en su rutina e incierto en cuanto a sus resultados. Ní el carn~pes!no ni el pastor pueden hacerse ricos rápidamente: el primero .- desbroza un Lampo o planta Ú:Ja hilera de árbcles esté a;:J, de Jc.s . cuales quizá sólo sus nietos recojan todos los beneficios. Las recamo
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pensas de la agricultura están limitadas por las cualidades conocidas del suelo, la semilla y la especie: las vacas no paren un año más de prisa que otro, ni tampoco tienen quince terneras en vez de una, y a 105 siete años de abundancia es casi seguro que sigan siete años de carestía, según la ley de promedios. 1a~rte p_a.r.a_ el carn~110 ..e.Lgeneralmeptf> un hecho negativo: g.r.anizo, viento, plaga, redumbre de las plantas. Pero las recompensas d~ la._minería. ~uede~..se! ~p<:l1!inas, y .cner poca relación, en particular en las primeras etapas de la industria, CUd la hal-ilid?d técnica de! minero o con la cantidad de trabajo que ha u:."lizado. Un buscador persistente puede agotarse durante años sin encontrar un filón valioso, y un recién llegado en la misma zona tener un golpe de suerte en la primera mañana que va al trabajo. Aunque ciertas minas, como las de sal de ~alzkammergm han sido exploradas durante siglos, en general la ocup-ción tiene carácter inestable. Has.a e! siglo xv de nuestra era, ~s posible que la JniQ~~ía haya rogresado menos que cualquier otra industria: la hal-ilidad Jnge.. niwr-quemostró Roma en acueductos y calzadas no se extendió ~ a las minas. No solamente ese arte se mantuvo durante miles de años en una etapa primitiva, sino que la ocupación misma se consi ..\..;.deraba como una de las más bajas en la escala humana. Aparte el . atractivo de la exploración, nadie entró en la mina en los estados ~vilizadus._~~s!a tietgpo~.!ela:iv~~en_te._rnoªern~~ e,xcep"to com-oprisronero de guerra, o cnmmal o esclavo. La mmena ~ ..... conside- ~/. t!Q.ª-..comoun arte humano; era una forma de castigo. Combinaba {.)5 terrores de la mazmorra CO:1la exacerbación física de la galera. El, trabajo real de la minería, precisamente porque se consideraba pesado, no fue perfeccionado durante toda la antigüedad, desde sus más antiguas noticias hasta la caída del imperio romano. En general, sólo se puede decir que e! trabajo libre no entró en las minas hasta fines de la Edad Media, sino que hay que recordar también qtle ia esclavitud subsistió aquí, en las minas de Escocia por ejem-plé, mucho tiempo rl/'spués de haber sido abolid}! en la agricultura. Es_:pv~ib!e que el mito dé! la Edad de Oro fuera una expresión de I<~conciencia de la humanidad de lo que había perdido cuando logró, Hominar los metales más duros. §i:'¿Fue un accidente la degradación social de la mina, o reside en lárnaturaleza de las cosas? Examinaremos la ocupación y su am- , oiente, como existió a través de la mayor parte de la historia. ¡'.Excepto .por lo que se refiere a la minería superficial, el arte .~~' rlcsarm)1a en las entrañas de la tierra. La oscuridad se combate tQn el tímido resplandor de una ¡,¡¡upara o de una vela. Hasta el
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invento de la lámpara de seguridad de Dav y, a principios del siglo XIX. La minería, la pulimentación y la forja evocan por la naturaleza la luz podía encender el «gas de la mina» y exterminar con una JeI material tratado, la crueldad de la guerra moderna: dan un presola explosión a todos los que se encontraran a su alcance: hast:' mio a la fuerza bruta. En la técnica de todas estas artes las operahoy subsiste dicha posibilidad, ya que pueden producirse chispa; ciones de machacado son predominantes: la piqueta, el acotillo, el por accidente, incluso cuando se usa la electricidad. El agua subtriturador de mineral, la máquina de machacar, el martinete a vapor: terránea se filtra ::1 través de las vetas y a menudo amenaza cor se debe o bien fundir o romper el material, con el fin de hacer algo inundar las galerías. H:J',a que se inventaron mdernas herrarnienns con él. Los procesos de la mina suponen un asalto resuelto al medro la galería era estrecha. Para extraer ~!mineral, desde los tiempos físico: cada una de sus etapas es un enaltecimiento del poder. Cuando más antiguos se emplearon mujeres y niños para arrastrarse por el las máquinas aparecieron en gran escala en el siglo XIV, fue en las angosto túnel, tirando de un carretón cargado: en verdad, las rnu, artes militares y en la metalurgia donde quizá se aplicaron más ampliamente. jeres se emplearon así como b-suas de carga en las minas inglesas h"
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trabajo tenaz. incesante, concentrado. Es un mundo oscuro, sin color, sin sabor, sin perfume, así como sin forma: el plomizo paisaje de un invierno perpetuo. Las masas y los terrones del mineral miSITIC1, , materia en su forma menos organizada, completan el cuadro. La mina . no es nada menos, de hecho, que el modelo concreto del mundo rOI/'
ceptual que fue construido por los físicos del siglc XV lI. Bacon que le hace creer a uno que vislumbre de este hecho. Dice: «Si dijo Que la verdad de la naturaleza se encuentra escondida en ciertos profundas minas y cuevas, y si es cierto asimismo lo que los alquimistas tanto inculcan, que Vulcano es una segunda naturaleza, e imita tan diestra y brevemente, lo que Id ~~;:~~;:.~!::::;: ::~:::;C~~ :C''.:!~o~y longitud de tiempo, fuera con venientc dividir la filosofía natural en la mina y el horno: y hacer dos profesiones -:JocLlpaciones deIos íilóscfos-naturales, algunos que fueran pioneros y algunos herreros: alzunos para cavar y algunopara refinar y martillear». ¿Nos preparó la mina vara el punto de i vista de la ciencia? -¿Nos preparé la ciencia a su vez para aceptar los productos y el ambiente de la mina? El problema no es susceptible de prueba: pero las relaciones lógicas, si no los hechos históricos, son rnanifi-stos. '-Los hechos de la mina no quedan debajo del suelo: afectan al minero mismo, y modifican la superficie de la tierra. Cualquier cosa que pudiera decirse en defensa de ese arte fue dicho con gran vigor y buen sentido por el doctor QeOl:~~~r (Agrícola), médico y científico alemán que escribió varios sucintos tratados sobre geología v : minería a principios del siglo )",,1. Tuvo la honradez de resumir en deI talle los argumentos de sus opone~~ inc~so ~uando no pudo refutarIos con éxito: por ello su 1ibrorL~_Re Meflillicijsigue siendo clásico hasta hoy, como el de Vitruvio sobre arquitectura. Primeramente en cuanto al minero mismo: «Los críticos -dice el doctor Bauerdicen además que la minería es una ocupación peligrosa porque los mineros son a veces muertos por el aire pestilente que respiran; a veces sus pulmones se corrompen; a veces al caer de escalas en' el pozo, se rompen los brazos, las piernas o la nuca ... Pero como estas cosas suceden raramente, y sólo si los trabajadores son descuidados, no impiden que los mineros prosigan su oficio». Esta última frase tiene un sonido familiar: recuerdan [as defensas de los alfareros y de los fabricantes de esferas de reloj con radio cuando se señalaron los peligros de sus oficios. El doctor baucr s-ilo olvidó observar que aunque loe mineros de carbón no son particularmente susceptibles de contraer la tuberculosis, el fria Hay un pasaje en Francis quizá los alquimistas tuvieron pues es cierto que Demócriio
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y la humedad, a veces la auténtica mojadura, predisponen el rnmero al reumatismo: enfermedad que comprrten con los que cultivan el arroz. Los peligros físicos de la minería siguer. siendo grandes ; al°gunos son aún inevitables. La animosidad de la técnica del minero S2 refleja en s: tratamiento del paisaje. Dejemos que el doctor Bauer sea nuestro resrigo. «Además de esto el argumento más fuerte de los detractores e; que las operaciones mineras devastan los campos, por cuva razón en otros tiempos la ley advertía a los italianos 01'(' ninguno debía .avar la tierra para buscar metales y así perjudicar "~:< campos rnuv fértiles, sus v.ñedos y sus olivares. También condenar, que se corten los bosques" los sotos porque hav necesidad r1e U:1a cantidad inacabable de m:dera para constlUcció~, pura máquinas y para la fundí(Ion de metales. Y cuando se han derribacio los montes ,.. l~c "Mr-c quedan exterminaaos 10S animales y lu, p,;jdlU.,. ""rhas d'e los ~l.Jles constituyen un agradable manjar P,H<1 el hombre. Ademis. cuando se lavan los minerales, el agua que se ha utilizado contamina 10< mayos y los ríos y o bien dcstruve los peces o los hace huir. Por cnsiguiente los habitantes de esas regionec, debido D la devastación de sus campos, sus bosques,sus sotos, sus arroyos y sus rios, encue-itran dificultad en conseguir 10 necesario para su vida, v por causa de la destrucción de la madera se ven obligados a l.uccr un gasto ¡ mayor ei, la construcción de edificios.» / No hay razón para entrar en la pobre respuesta del doctor Bauer: ocurre que la acusación es aún válida, y es incontrovertihle. Se debe ~~tir la devastación causada por la rninerfu, aunque se esté dispuesto a justificar sus fines. «Un típico ejemplo de despoblacíón de montes -dice sobre el tema un escritor modernose puede observar en. las laderas orientales de la Sierra Nevada, que. dominan el valle ~d Truckee, en donde la corta de árboles para proporcionar ma. déra a las profundas minas del Comstock dejaron las pendientes exDJI~stas a la erosión, de manera que hoy están r-isas, estériles y horribles. La mayor parte de las antiguas regiones mineras tienen la misma historia, desde Linares a Leadville, desde Potosí a Porcupine.» Lo ac..oÍltecido en los últimos cuatrocientos años ha subrayadc lo Cierto1 de:estas acusaciones; pues lo que sólo era un daño incidental y local eó:iiempos del doctor Bauer se ha convertido en una característica difundida de la civilización occidental en el preciso momento que en ehsiglo XVIII empezó a depender directamente de la mina v de sus ~ioductos, y a reflejar, incluso en territorios lejanos de la mina mjsma, las prácticas y los ideales del minero .,Debe observarse un efecto ulterior de. esta dest. d,ci.-1n v- ::],s;~
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organización habituales: _~l!..~acción psicológica sobre el l.;inC'.ro. e inevitablemente se encuentraFii un baje, nivel de vida. En par: esto es un efecto del monopolio capitalista, a menudo ejercid.. mantenido por coacción ~ísir:a. Pero existe incluso en condic:ll; relativamente libres y en tiempos «prósperos». La explicación ! es difícil: c!Jalquid espectáculo es más brillante que el rozo. e;;. cualquier ruido es más agradable que el resonar r=etálico y e! g(Ú seco de! martillo; cualquier incómodr, cabaña, CC,1 tal de estar b:( seca, es un lugar más acogedor para un hombre exhausto que oscura y húmeda galería de una mina. Ei minero, como el sol.la.' que sale de las trincheras, necesita un repentino sola? y un inm, diato olvido de su tarea diaria. No mer.cs famoses que el sucio de. . orden de b ciucad minera ln ~r,i1 b hf'hirb v el iueso que . acompañan: ~a_ ,compensació¡¡ necesaria :J la f2tigi¡ diar;0 r:1 rada de su rutina, d-minero--busca su suerte en las car+is o en le dados C' -n las carreras de perros, C0n la esperanza de que le tracr.i la rápida recompensa que se le niega en los fatigosos esfuerzos d.. la mina. El heroísmo de! minero es 3U té.: tico: de aquí su sencill. aplomo animal: su profundo orgullo personal y su propia estima ción. ~rG...la..1r.l!talÍ?:E5;iófl--.!_a~b~n es inevitable. En verdad, los métodos de la niinería no terminan e.; la boca de la mina: se extienden, más o menos, a todas las ocupaciones acce sorias. En la mitología nórdica es ese el dominio, de 103 gnomos v los duendes: los ingeniosos personajillos que saben cómo se emplea el fuelle, la forja, e! martillo y el yunque. Ellos, también, viven en las profundidades de las montañas, y algo hay inhumano en ellos tienden a ser malignos y engañosos. ¿Tendremos que l;~ribuir esta característica al miedo y a la desconfianza de los pueblos neolíticos que dominaron el arte de trabajar los metales? Quizá: en todo caso se observa que en las mitología s india y griega predomina el mismo criteriCL~ILe.LN.Qt!:e. Mien!!:.aUJ;sml~~~Y~l..QbÓ e! fuego del cielo, ..e~ héroe, Hefaistosl. eLhgr,~ro, ~~o l' es el hazmerreír y el blanco dejas burlas de10s demás dioses :: pesar-cleSinltílidad Generalmente encerradas en las montañas, la mina, el horno y la forja quedaron algo fru;.ra de la vía de la civiJiza~i_ó_n: el aislamiento y la monotonía se añadieron a los defectos de las actividades mismas. El) un antiguo reino industrial, como el valle del Rin, dedicado a la industria desde los tiempos de los romanos y afinado por los avances técnicos y civiles de toda la comunidad puede estar sumamente mejorado: esto es hoy cierto en el distrito de Essen, ;:;raC1&.-;a la original jefatura de nr: Krupp y a 1:.. posterior nlanifícación de un Schrnidr. Pero en general las ."g;oo". minera
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del atrase, el aislamiento. las duras aversiones Desde el Rand hasta e! Klondike, desde las míñáSCle carbón de Gales del Sur a las de Virginia Occidental, desde las modernas minas de hierro de Minnesota a las antiguas de plata de Grecia, 1.ª barbarie mancha todo el cuadro. c-Debido a su situación urbana y a un ambiente rural más humanizado, e! modelador o el trabajador en metales han escapado con frecuencia a esta influencia: los orfebres han estado siempre unidos a la joyería y a los adornos femeninos, pero incluso en el :L:npr"no Renacimiento la obra en hierro de Italia v i\~:!rnania, por ejernplo en las cerraj= y en los herrajes de los cofres así como en las delicadas tracerías ¿::: 125 barandillas y soportes, hay una gracia y una soltura que apuntan directamente a una vida más placentera. El, io esencial, sin embargo, las o vtr-c mineras v metalúrgicas se !lalIaban tuera del esqucu. .. cr,ri
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Más estrechamente que cualq rier otra industria, la minería estaba I ligada al primer desarrollo de! capitalismo moderno. Hacia el siglo XVI había fijado definitivamente el modelo para la explotación capitalista. . Cuando se emprendió la minería por hombres libres en Ale.nania en el siglo XIV, e! trabajo en la mina era una simple asociación a base de participación. Los mineros mismos eran a menudo fracasados y arruinados que habían vivido p.ósperarnente. Alentado en parte no cabe duda por esta misma demanda 0P trflh~io libre, hubo un rápido adelanto en la técnica de las minas alemanas. En el sigio XVI las de Sajonia iban a la cabeza de Europa, y se importaba a los mineros alemanes a otros países, como Inglaterra, para mejorar los métodos de éstos. La profundización de las minas, la extensión de las operaciones a..nuevos terrenos, la aplicación de nueva maquinaria para bombear 'á~a, arrastrar e! mineral :' ventilar la mina, y la posterior aplicación de la iuerza hidr~J!¡(',- par ~ hcer fi-ncior-ar los fuelles en los
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3. La minería y el capitalismo
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nuevos hornos; todos eS[rJS perfeccionamientos exigían Il1¡Ís capll que el que poseían los trabajadores originales . Esto llevó a h "di. sión de socios que contribuyeran con dinero en vez de con trah:l;1 propiedad absentista. Y esto a su vez condujo a la paulatina cXI';' piación de los trabajadores-propietal ios y a la reducción de Sil ¡' ticipación en los beneficies a la condiciór- de simples jornales. 1',. desarrollo capital.sra fu~ ulteriorrnc.ire estimulan.' por la rerncrnr especulació., ~vú 1.:;,; acciones mineras que se die ya ~1 princip del siglo xv: íos propietarios locales y los comerciantes de 1'1< da.Ies cercanas siguieron ávidamente este nuevo juego. Si [a in
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El resultado de aquel conflicto fue el de. abolir la base cooperativa de los gremios cie la industria minera, que había caracterizad,' su resurrección técnica en Alemania, y colocarla sobre una base libre , es decir, una base de aciquisividad sin trabas y dominación de clase Q9!..lQ§__a_ccionjs_t-ª?_y [email protected]étoJes,-ñO- obligados ya a respetar runguru de las regIas humanas quenabían sido desarrolladas por la socieda« medieval como medidas de protección social. Incluso el siervo tenis la salvaguarda de la usanza y la seguridad elemental de la tierra misma: el minero y el trabajador del metal en 1(; ~ragua era un traba, jwlor liore, er decir, no protegido: el predecesor de; iornalero del SIglo XIX, La industria más fundamental de la técnica de la máquina conoció sólo por un momento en su historia las normas, protecciones y humanidade?, de~ sistema de los gremios: pasó casi directamen:c de la explotación inhumana de la esclavitud de los enseres a la explotación apenas menos inhumana de la esclavitud de los jornales y dondequiera que fuera, siguió la degradación del trabajador. .\ / 1Per~ la. minería fue de otra .forma también un importante agcnt~ del capitalismo, La gran necesidad de la empresa comercial en e, sigl? xv era Id de un valor corriente sólido pero expansible, y de capital l'd:a prep:J:cio;-,ar les r.:!Cl,aLio~ :,:cn~s _ J.;~,':o<, ~n!j:1o', pozos de mina, muelles, grúaspara la industria. Las minas de
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\8'nleS de la mecanización
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L:uropa empezaron a satisfacer estas necesidades incluso antes que de México y Perú. Sombart calcula que en los siglos xv v XVI la minería alemana ganó tanto en diez años como el comercio ~l estilo antiguo fue' capaz-de ganar en -cien. Así como las mayores [ornmas de los tiempos modernos se Fundaron gracias a los monopoEos del petróleo y del aluminio, así la gran fortuna de los Fuggers en el siglo XVI se fundó sobre las minas de plata y plomo de Estiria, de Tirol y de España. La acumulación de tales fortunas formó parte I de un ciclo Jcl Lj~;::h-rnos s.do testigos con los cambios adecuados en nuestro propio tiempo. Primero: los perfeccionamientos en la técnica de la guerra, especialmente el rápido crecimiento del arma de artillería, incrernen~()I' el~on,5llmo de hierro: esto condujo a nuevas demandas a 13 • .nina. Para pagar el equipo y la manutención cada vez más costosos deIós nuevos soldados pagados, 10~ gobernantes de Europa nuoierou de recurrir al financiero. CC;110 garantía del préstamo, el prestamista tomó las ~inas re ale e . El desarrollo de las minas mismas se con~por consiguiente en una forma respetable de empresa financiera, con ingresos comparables favorablemente con los intereses usurarios y generalmente impagables. Incitados por las cuentas no pagadas, fueron a su vez empujados a nuevas conquistas o a la ex- ¡ ploración de lejanos territorios: y así empezaba otra vez el ciclo. / Guerra, mecanización, minería y finanza se hacrau el juego unos a ~. La n1íi1é'rÍaera la industria clave sumíiiistraba 21 nervio ce la guerra e incrernentaba los contenidos metálicos del depósito I del capital original, el arca de la guerra: POl otra parte, favorecía la:industrialización de las armas, y enriquecía al financiero con ambos t procesos. La incertidumbre tanto de la guerra como de la minería aumentaron las posibilidades de las ganancias especulativas: 10 que Illroporcionaba un caldo rico para que las bacterias de la finanza I \p!osperaran en e'1. ,;~Finalmente, es posible que la actitud del minero tuviera otro • ~fecto aún sobre el desarrollo del capitalismo. Consistía en la idea de que.·el valor económico tenía :ma relación con la cantidad de trabajo !i.rlito realizado y con la escasez del producto: en el cálculo del cost9, éstos figuraban como elementos principales, La escasez del Q.tt~;.de los rubíes, de los diamantes: el trabajo pesado que hay que efe~tuar para arrancar el hierro de la tierra y prepararlo para la lamiil¡Idora, éstos tendieron a ser los criterios del valor económico dutJmté toda esta civilización. Pero los valores reales no se derivan h escasez ni de la fuerza bruta del hombre. No es la escasez ,,:tORue da al aire su p0c:~r par" sxrcner la '¡idl' , r.i el trabajo humano IlIS minas
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Agentes de la .necanización
Capitulo.
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rer lizado el que da a la leche o a los plátanos su valor nutritivo. ' se cornpar-i con los efectos de la acción química y de los til) 0S d, sol la contribución humana es reducida. El valor auténtico resid en el poder para sostener o enriquecer la vida: un abalorio de CrI' tal puede ser más valioso que UIl diamante, una mesa de negociara; :nás valiosa estética.nente que la más enrevesadamente esculpida, '. el jugo de un lirnó-i puede tener más valor en un largo viaj oceánico qu., un centenar de libras de carne sin aquél. El vale reside directamente en la función vital, no en su origen, su escasez o en e! trabajo realizado por agentes humanos. La noción de valor del minero, corno la de! finan::iero, tiende a ser puramente abstracta y cuantitativa. ¿Proviene el defecto de que todo otro tipo de medi, primitivo contiene alimento, algo que puede ser inmediatamente transformado en vida -caza, bayas, setas, savia de arce nueces ovejas, maíz, pescado-e- en tanto que el medio del minero es úni camente -aparte la sal y la sacarina- no sólo completamente inorgi \ nico sino completamente incomestible? El minero trabaja, r.o por "':'~ amor J para alimentarse, sino para «hacer su montón». La clásica / \ maldición de Midas se convirtió quizá en la r:aracterística dominante de la máquina moderna: cualquier cosa que tocara se transformaba en oro y en hierro, y sólo se permitía existir a la máquina cuando e! oro y el hierro la sustentaban.
clasepuede ser partida una y otra vez con los más sencillos instru;~ntos, la cuña y el mazo? ¿Qt.:é otro material común pnede a la 1e2 ser roto en planos definidos y tallado y modelado a través de esos planos? Las rocas sedimenrarias, que son las que poseen cualidades más similares, sor: pobres sustitutivos de la madera. A dife\ rencia de los minerales se puede cortar la madera sin la ayuda del \ fuego. Utilizando e! fuege localmente uno puede ahondar un enorme' tronco y convertirlo en canoa queman-lo la madera y rascándola con un primitivo escoplo o un formón. Hasta los tiempos modernos se utilizó el tronco de! árbol en esta forma primitiva: un grabado de Durero muestra a un hombre ahondando «n gigantesco tronco, y durante mucho tiempo se !-::::ieron cuencos, y tinas y artesas y abrevaderos V bancos ron bloques enteros casi en su forma natural. L? madera, diferente asimismo de Ja j -edra, tiene cualidaces excepcionales para el transporte: los troncos prepurauos pueL;t:ll ~CI wr\ados sobre el suelo, y como la madera flota, se puede transportar a grandes distancias por el agua, incluso .intes de que se transformen PO barcos: una ventaja sin rival ~Qstrl1_cció~~uebJ.Q~ .neolitices sobre pilastras de madera PUL' encima de las aguas d; los lagos fueufic-cfe los testimonios más seguros del adelanto de la civilización: la madera liberó al hombre de la servidumbre de la caverna yAe lª- misma tierra ir[i~-Gra.:ia5 a la Iigereza y a la movilidad del material~Ccomo-a-su amplia difusión, se encuentran los productos del leñador no sólo en las altiplanicies sino hasta en alta mar. En 4. El primitivo ingeniero los pantanos de la costa norte de Europa, encontramos al hombre del bosque plantando sus pilares y construyendo sus aldeas, utili~ La conquista racional del medio ambiente por medio de las mázando sus tronco, y sus esteras de varitas y ramas para que le sir/ quinas es L obra fundamentalmente del hombre del bosque En víeran de defensa contra el océano invasor y mantenerlo atrás. Duparte, la explicación de su éxito puede descubrirse en razón de los , tante miles de años sólo la madera hizo posible h navegación. materiales que usa. Pues la madera, mucho más que ot,o material ~. Física.!lli!lte, la madera tiene Iascualídades a la vez de -la piedra natural se presta a la manipulación: hasta e! siglo XIX ocupó un .y;ef metal: másresistenteen seccÍóri-tfah-sversalqu-e lii piedra, la lugar en la civilización que los metales mismos hubieron de tomar .ñiaaera se pareceal-acetu-·-en-sus-propjPdadesfísicas: su resistencia sólo después de aquel momento. .~erativamente alta a la tensióny a 1" compresión, junto con su elasEn los montes de las zonas templada y subártica que cubrieron ti.cidad. La piedra es una masa: pero la madera, por su naturaleza, la mayor parte de Europa occidental desde las cumbres de las .eSya una estructura. La diferencia en dureza, resistencia a la tenmontañas hasta las partes más bajas de los ríos, la madera naturalsión, peso y permeabilidad de varias especies de madera, des.le el mente era la cosa más común y visible del medio. Mientras el caP}ho al carpe, del cedro a la teca, dan a la madera) .rn margen na:. vado de las piedras era una faena laboriosa, una vez descubierta el '[tural de adaptabilidad para varios fines que es igualada por los hacha e! cortar los árboles resultó una tarea bastante fácil. ¿Qué ; mctaréS sólo como resultado de una larga evolución de experiencia otro objeto de la ,:aturakz~, ti.:~e la bng!t1Kj y 111 sección tr~msiT~r~,11 metalúrgica: el plomo, el estaño, e! cobre, el oro y sus aleaciones, de un árbol? ¿Qué otra clase de material presenta sus propiedades ;~i, SOl tido original, d:.-pcÍ'I una escasa variedad de posibilidades, y características con una tan gran variedad de dimensiones: qué otra 'hasta el final clel siglo XIX la madera presentó una mayor diversrdaci. !,
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Capítuk
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Agentes de la rnecanizcción
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artes hubiera sido imposible. Es el apuntalarniento de madera el que Como la madera puede ser cepillada, serrada, p~culpida, partida, co: hace posible el túnel prcfundo de mina, aun si es el escantillón tada en hojas. y a menudo ablandada, doblada o moldeada, es \ v la cimbra lo que hacen posible el majestuoso arco de la catedral material más obediente entre todos para 1':1 artesanía: se presta a : Ó la ancha luz del puente de piedra. Fue elhombre del bosque el mayor variedad de técnicas. Pero en su estado natural la made: g,ue perfeccionó la rueda: la rueda del alfarero, la del carro, la del conserva la forma del árbol y retiene S11S estructuras: y la fon. original de la madera sugiere instrumentos apropiados y adaptación, molino=de agua, la de hilar y por encima Q~ todo, la más irnportaiite rle todas las máquinas-hen amie-itas, (el t')~ Si el barco y de la forma. La curva de la rama forma el soporte, el palo ahn: ~, r~rr() son la contribución suprema del hc.nbre del bosque al transquillado forma la esteva y el tipo primitivo del arado. Finalmente, ~e!"a,es combustible; y al principio este hecho • pcr;e, el tonel, con su empleo habilidoso de la comprensión y la tenera más importante y más Iavoral-le que la resistencia al fup,':o d, sión para lograr la impermeabilidad constituye uno de sus más ingeniosos utensilios: un gran adelanto en cuanto a fuerza y ligereza otros materiales para el desarrollo humano. Pues el fuego era e': dentcmente el logro mayor del hombre primitivo en la manipulado: respecto a los reci pien tes de barro. ~ En cuente ~ b ~,.,,?rlo;' ~l pie mismos, son tan importantes que de su ambiente en conjunto: ia ruiización opl fuego le alzó a el ¡X Reuleaux y UllOS'han dicho incluso que el adelanto técnico que caencima de sus más próximos contemporaneos subhumanos. VOIll:, racteriza específicamente la edad moderna es el de los movimientos quiera que pudiera reunir unos cuantos palos secos podía consegui: un hogar y un altar: los gérr-enes de una vida social y la posibilidac alternativos a los movimientos rotatorios. Sin una máquina para de un pensamiento y una contemplación libres. Mucho antes de gil. tornear cilindros, tornillos, pistones, instrumentos perforadores, sería se extrajera el carbón ::J se secaran la turba y el estiércol, la rn.ider. imposible crear otros instrumentos de precisión: la rr:~1guina-herra- . era la principal íuente de energía del hombre, además de los ali ~ienta hace posible la máquina moderna. El tO:'notue la contrIEu-! {( ción deCisiva del hombre del bosque ~tl desarrollo de las máquinas. 1 -mentas que comía o del sol que le calentaba: Mucho después de haberse inventado las máquinas transformadoras de energía se conRegistrada por primera vez entre los griegos, la forma primitiva del torno consistía en GOSpartes fijas que mantenían los mandriles que '\ tinuó usando la madera con.o con.bustible, en los pri:neros barcos -), de vapor y en los ferrocarriles de América y de Rusia. torneaban la madera. El mandril se manejaba a mano y se hacía La madera, pues, fue el más variado, el más moldeable, el más girar el vástago curvo al cual está atada h cuerda; e! tornero man~!j,t!LJ.e_LQdosJ.9~,}Iiat~iaresque 'el nombre haya empleado en Sl tiene un formón o una gubia sobre la madera que gira la cual, si . tecnQ!.ogía: incluso la piedra fue todo lo más un accesorio. La está bien centrada, se conviene en cilindro o en alguna modificación I madera dio al hc.nbre su capacitación preparatoria en la técnica del cilindro. Esta tosca forma d- torno se utiliza aún -.o se utilizaba ,hace quince años- en las colinas Chiltern: lo bastante buena para tanto de la piedra como del metal. Es poco de extrañar que le fuera .~ ..r7 fiel cuando empezó a transformar los templos de madera en los de producir patas de silla torneadas para el mercado. Como instrumento , piedra. Y la destreza del hombre del bosque se encuentra en la de precisión regular, el torno existió mucho antes de que sus partes base de las más importantes consecuciones postneolíticas en el des~ construyeran en metal, antes de que la rudimentaria forma de arrollo de la máquina. Si se suprime la madera, se suprimen Iiteenergía se convirtiera en un pedal o en un motor eléctrico. antes ralmente los pilares de la técnica moderna. :de.que el bloque de madera se l.iciera móvil o se inventara e' portalí~ramknta ajustable para fijar el formón. La transformación final El lugar del hombre del bosque en el desarrollo técnico se ha ~ .del 'torno en un instrumento metálico de alta precisión tuvo que apreciado rara vez, pero su labor es de hecho casi anónima respecto "es~~rar al siglo XVIII: se le suele atribuir a Maudslay en Inglaterra. de la producción e industrialización de energía. No es simplemente Pero en 1.0 esencial todas las partes importantes habían sido ideadas el leñador que explota el monte y proporciona combustible: no es ~r el hombre del bosque. Por otro lado el pedal del torno diO)' simplemente el carbonero de leña que convierte la madera en ti a "~att. el modelo. que necesit~ba. para transformar el movimiento forma más común y efectiva de combustible, y así hace posibles los adelantos en la metalurgia: es, junto con el minero ~' el herrero la !lternat..vo en rotativo en su rnaquma de vapor . ." Lar ultei ioi es .on.ri], ~~Cl0:1", ;::~!"ecíi1c18del hombre del bosque ~)forma primitiva del ingeniero, y sin su experiencia la iabor del minero y del albañil serían difíciles, y cualquier gran avance en sus ~,~la máquina se tratarán al discutir la economía eotécnica, Basta se-
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99 ñalar aquí eL papel del hombre del bosque como ingeniero: consme un esíuerzo para incrementar e! SUD11Dlstrode alimentos. De truyendo diques, esclusas, molinos, ruedas de molino, controlando ahí el invento y el mejoramiento de las puntas de flecha, de las lanla corriente del agur.. Al servir directamente las necesidades 2;:) camzas, de las hondas y de los cuchillos desde e! alba más temprana de pesino, el hombre del bosque a menudo se unió a él. El medio amla técnica en adelante. El proyectil y el arma de mano fueron. las biente, sin embargc, se vio atrapado entre dos movimientos qu. dos direcciones especiales de este desarrollo: y mientras el arco siempre amenazaron y a veces redujeron dolorosamcnte el reino c:: fue posiblemente el arma más efectiva ideada antes del fusil rnod-}. el q'le había dominado. Uno "'_1 la necesidad imperiosa del agricultor no, puesto que tenía a la vez alcance y precisi0n, el dilado de los de más tierra cultivable; ello convirtió en agricultura mixta los suc cantos con la introducción del bronce y del hierro no fue menos los más apropiados para cultivar árboles Fn Francia, esto ha con Importante. El choque y el fuego siguen estando aún entre las !JrÍl}7:" tinuado hasta que los árboles que han quedado pueden ser sólo cípales medidas tácticas cle guerra. un pequeño grupo o una fila en sil-reta sobre el cielo: en España Si la tarea deLmine~o es no-orgánica :la del cazador es anti-vita] y en otras partes del Mediterráneo ha provocado no sólo la deforeses uñaúImaT"cie presa, y las necesidades 'cre-su apetito así como la iacion siuo Ul!d o~, '-Á:' ~~;;~:¿;: del suelo. El mismo peligro aAi~(' ~xcif:'fCi6nCíela raza causaron en él la inhibición de cualquier otra el terreno de aún más antiguas civilizaciones, corno el de China reacción -ried_ad o placer estéticoen el acto de matar. El pastor (Este mal ha sido ahora remediado en el Estado de Nueva York domestica 'a ]os animales y 2 su ve? es dOjJ)esticado por ellos: el mediante la compra y la repoblación forestal de las tierras agrícolafJrotegerios y alimentados, en sí mismo el resultado, no cabe duda, marginales. ) ue la prolongación en e! hombre de la infancia y su más tierno cuiDel otro lado de nuestra típica sección del valle llegó la presión dado de los jóvenes y de los indtfensos, despiertan sus instintos más del minero y del vidriero. En el siglo XVI los maravillosos monte' humanos, mientras el campesino aprende a extenc1er sus simpa~ías \ de robles de: Inglaterra habían sido ya sacrificados al fabricante de más allá de los límites del reino animal. Las lecciones diarias de ~hierro: la escasez era can seria que el Almirantazgo bajo sir John la cosecha y del rebaño son lecciones de cooperación y de ~oliuaridad ·2velyn se vio obligado a ordenar una vigorosa polític.; de repoblay la sel'é!ctiva crianza de la vida. Incluso cuando el granjero mata, ción fores tal para conseguir madera suficien te ,12ª-DLJa_MariIla ReaL extirpanclc las ratas o arrancando las malas hierbas, su actividad está El ataque continuo contra el medio del hombre del bosque ha llevado Jideida hacia la conservación de formas de vida más elevadas en su a S12 expulsión a zonas más lejanas, a los bosques de abedules \ relación con los fines humanos. abetos de! norte de Rusia y Escandinavia, a las Sierras y a las KoPero e! cazador puede no tener respeto JJOl' la vicia corno tal. cosas de América. Ta., imperiosa se hizo la demanda comercial, ~No tiene ninguna de las responsabilidades que son preliminares al tan autoritarios los métodos de 10$ mineros que la corta de los sácrificiu del ganado por el granjero. _Entrenado J!_1l.~!:!.~o_ck_ su f montes se redujo durante e! siglo XIX a 1& madera para la minerfw arma, matar se convierte en su quehacer principal. Agitado por la Hoy se sacrifican montes enteros cada semana para abastecer las :·iniegurld¡¡'dy--el temor;--¿rcázadór ataca no solamente a la presa rotativas de los periódicos del lunes solamente. Pero la cultura y l° ~~;a otros cazadores, ~ias cosas vivientes son para él carne en potécnica de la madera, que sobrevivieron a través de la edad de los ~,!téiá, pieles en potencia, enemigos y trofeos en poteucia. Esta forma metales, probablemente también resistirán a través de la edad de PfeC,ltoria de vida, profundamente arraigada en los esfuerzos origi. 10S compuestos sintéticos: pues la madera misma es e! modelo de n~lesidel hombre por sobrevivir sin armas en un mundo hostil, no la naturaleza más barato para aquellos materiales, \\ . (~a"recieron por desgracia con el éxito de la agricultura: en las ni,igraciones de los pueblos tendió a dirigir su animosidad contra Otrd~,grupos, en particular cuando escaseaban los animales y el su5. De la caza de la presa a la caza del hombre tn4Ustro de alimentos era dudoso, y con e! tiempo los trofeos de la ~apcobraron forma simbólica: los tesoros del templo o del palacio Quizá la mayor influencia positiva en e! desarrollo de la máquina ietlílcieron objeto del ataque. haya sido la del solda. tú. & sus t~l-'a!chs .::stoi el largo derarrollo del El adelanto ea 1:1s «artes de 1~ !1:-!2» no lb'ó por sí mismo cazador primitivo. Originalmente la necesidad de armas del cazador .(lila-.11' paz: por el contrario, el perfeccionamiento de las armas y la ) ,1
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Capíu.
represión de las ingenuas hostilidades bajo la forma de vida or~,:' zada, tendieron a hacer la guerra más salvaje. Las manos o los' r ciesarmados son relativamente inocentes: su alcance es limitaúo: efectividad baja. Sólo con la organización colectiva y la régimención del ejército es cuando los conflictos entre los hombres llcc: a niveles de bestialidad y ue terrorismo que los pueblos primitiv. con su simple canibalismo tiost-mortem bien pudieran envidiar. Err-ontrando los instrumentos de guerra más efectivos, los h0:' bres buscaron nuevas ocasiones para usarlos. El robo es quizá medio más antiguo de evitar el trabajo, y lª guerra rivaliza con' magia en sus esfuerzos Dar conseguir.algc por nada, conseguir m [eres sin poseer atractivo personal, lograr poder sin poseer iruc' _'-. gencia y disfrutar de las recompensas de una labor continua v lJe,~, / sin haber levantado un dedo en el trabajo, o sin haber apren.l., un solo conocimiento útil. Tentado por estas posibilidades, el caz¡jc!( a medida que avanza la civilización se vuelve hacia la conquista <, temática: ~a esclavos, bO.lliLy._JU!12~ el estado político con ( _~ fin de ase~urar Y:",regular el tributo anual, rmponiendo, en cambio " 1 una pequena porcion de orden. Mientras la alfarería, la cestería, la fabricación del vino, el Cl:: tivo de los cereales sólo presentan mejoras superficiales desde k, tiempos neolíticos en ac:elanre, el perfeccionamiento de los instru mentas de guerra huido constante. El sistema de tres cultivos su¡" sistió en la agricultura británica hasta el siglo XVIII mientras la' herramientas utilizadas en las m::s remotas zonas de Inglaterra ha brían hecho estallar de nsa a un agricultor romano. Pero el torre campesino con su hoz de podar o su porra de madera había sic" mientras tanto sustituido por el arquero y el lancero, éstos habían dado paso al mosquetero, e! mosqueterc se había convertido en un experto infante mecánicamente obediente, y el mosquete mismo se bahía hecho más mortífero aún en el combate cuerpo a cuerpo grao cias a la hayoneta, y ésta a su vez resultaba más eficiente debido al ejercicio militar y a la táctica de masa, y fir:almente todas las armas e! servicio se habían coordin3dQSQO la más mor!al y decisiva de todas: t-irtiIIe'iia.Un triunfo de! perfeccionamiento mecánico, un triunfo dea regimentación. Si e! invento de! reloj mecánico anunció la nueva voluntad de orden, e! uso del cañón en el siglo XIV aurnen tó la voluntad de poder, y la máquina como la conocemos representa la convergencia y la incorporación sistemática de estos dos elementos principales. La :'('fjiH11.ntr.ci6rl~c b gl.!er~a mo.lerru lleva mucho más ?!lá que la disciplina efectiva del ejército mismo. De fila a fila corre la
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, -lrden¿e mando: este paso se impediría si, en vez de la obediencia ,neCál.lCa,se encontrara con una forma de composición más activa )' participante, que supusiera un conocimiento de cómo y por qué y para quién y con qué fin: los jefes del siglo XVI descubrieron la dt!\:tiviJad de ese hecho en la lucha de masas incrementada en la proporción en que el soldado CQ!!19¿~ividuo era reducido a una unidad del poder y se le ejercitaba a ser un autómata. El arma, aun cuando no se utilice para dar muerte, es, sin embargo, UII medio para imponer una conducta humana que no se aceptaría a no ser qü'etnílternativa füera la mutilación física o la muerte: es, en resiiiñen,- un medio de crear una respuesta desl.umanizada en '~l enemigoo en la víctima. El adoctrinamiento general de hábitos de pensamiervo solda: ~,.;.:ü~c;-: el siglo XVI! fue, parece probable, una gran ayuda psicológica para la extensión del industrialismo ~~_'.la máquina . .t!:Ller· minas aecuarte1, la rutina de li-fábrici parecía tolerable y natural. EreXtenaerse de laconscrioción v de las fuerzas de milicias voluntarias a través del mundo oc~ident;l después de la Revolución francesa h!zo que ejército y !áb~ica, en .cl!al'.to al ~lcance de,sus erectos. so. .lales, fuesen dos terr,11110Scasi intercambiables. Y las complacidas caracterizaciones de la primera guerra mundial. o sea que fue una operación industrial en gran escala, también tiene sentido a la inversa' k. industrialización.....puede...consitlel'arse-igudlmente una+operaciónJ!!W..!a~n gran escala, aosérvese el enorme aumento Jel ejército cuma unidad de potencia: ésta se ha multiplicado por el uso de fusiles y cañones, por el:incremento en dimensión y alcance del cañón, por la multiplicación de los hombres lanzados sobre el terreno. ]':1 primer cañón gigante que se registra tenía un tubo de más de tres metrus y'medio ~'Jargo y pesaba más de 4.500 kilogramos; aQ.ar~\=..iº~!!..Austria en HM. La in'aüstria'pesa-aii no so!c)se'oesarrolló como respuesta a h R\1erramucho antes de que contribuyera con algo de importancia a las ~j:fp;sde la p~7., sino que además la cuantificación de la vida, la con·~ñtración en el poder como un fin en sí mismo, procedió en este sectan rápidamente como en el comercio. Apoyando esto había un ~iente wen0..5precio_129.t..l!l. Y.ͺa: p<:Irla vida en su variedad, suin~idualidad, su E.atl!~l re~elión'y exuberancia. Con el incremento ',eIl' la efectividad de las armas, llegó asimismo un incremento en el 1entido de la superioridad en el soldado. m!sIpo: supotencia, sus CU:llii:!ideScle comportaI!!i~nto ante la muene.habían_sidq realzadas por t:.progr~so .tecno;ógic~: ~on un s~pl<; apretar del. gatillo, podía aniE a?;hi'~ d uu en, rw[;o: eSbJ_.:t!1_C1 tnunro de l~l..2P_~wanatural,
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6. Guerra
Dentro del dominio de la guerra no había habido obstácu'; psicológico a la invención mortífera, excepto la debida a la apmí, y a la rutina: de suyo no hay lí.uitcs a la invención. Los ideales de la humanidad, por decirlo csí, proceden de CUt· puntos de! medio ambiente: el pastor o el caravanero rner'itand, bajo las estrellas -un Moisés, un David, un San Pabloo " hombre criado en la ciudad, que ha observado las condiciones e: que los hombres pueden vivir bien juntos, un Confucio, un SÓCi,! • tes, un Jesús, aportan a la sociedad las nociones de paz y de COl<¡, .racióu [lalcil1a como una expresión moral rn~~ elevada que la ": \ misión de los demás hombres. A menudo es te sentimiento, ccr , \ en San Francisco y en los sabios indios, se extiende al mundo e:' tero de la naturaleza viviente. Lutero, es cierto, era hijo de ti: minero, pero su carrera confirma la regla en vez de negarla: ~:;lIl\ activamente del lado de los caballeros y de los soldar'os cuando le rozmente aplastaron a los pobres campesinos que se atrevieroi. desafiarlos. Aparte de las incursiones de los tártaros, los he1l10S y los tu: cos, mientras la cultura de la máquina no resultó dominante, 1.1 doctrina del poder sin trabas fue, prácticamente hablando, indiscu tida. Aunque Leonardo gastó gran parte de su valioso tiempo e:' servir príncipes guerreros y en idear ingeniosos artificios mi li turese encontraba aún suficientemente bajo el freno de los ideales [n: manos para trazar en alguna parte la línea divisionaria. Suprimi,' el invento de! submarino porque sentía, como explicó en su libro de notas, que era demasiado satánico para ponerlo en manos de hOO1' bres degenerados. Una por una las invenciones de las máquinas v \ la creciente creencia en el poder abstracto hicieron desaparecer esO: escrúpulos y apartaron esas salvaguardas. Incluso la caballeríe muno en la desigual contienda y en la triunfante matanza de los pobre· mente armados bárbaros que el europeo encontró en su dispersión por el planeta. 'Y ¿Hasta dónde tiene uno que remontarse para demostrar el hecho que la guerra ha sido quizá el principal propagador de la máquina) í ¿Hasta la flecha envenenada o hasta la bolita con veneno? Esta' fueron las precursoras de los gases tóxicos: aun cuando el gas ve' 1 nenoso mismo de la mina no fue uno de sus productos naturales, el -perfccciona.niento cie las n.áscaras de gas tuvo lugar en la rn;n:1 antes de que se usaran en el campo de batalla. ¿Habrá que rernv'"
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Agentes de la mecanización
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Los hábitos de puntualidad caracterizaron a 1&burde :_;.~!In moda de llevar objetos propios ~"'~ ~.::::::~ el tiempo a partir del siglo indica..o. Las formas fantásticas de muchos de los primeros relojes demuestran crein tarde la máquina encontró su foi JlJa,
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Capítulo.
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IV. MINERIA, MUNICIONES Y GUERR!l
3: Campo fortificado: 1573. La instrucción el preludio del industrialismo del XVII!. La aparecieron muy pronto en las fcrmaciones, ejército. La mecanización de les hombres es nización de las cosas.
militar del siglo XVI iba a ser precisión y la cstandardización los ejercicios y las tácticas del un primer paso hacia 11 rneca-
4: Jacobo Fugger Ir, el primero del nuevo tipo de financiero y banquero dedicado a las inversiones. Reaparece en cada generación, alias Barón Rothschild, alias J. Pierpont Morgan, alias Sir Basil Zaharoff, etc., erc, Financiando guerras, monopolizando reccrsos naturales, fomentando fábricas de municiones, creando y hundiendo industrias según lo dictan las oportunidades para conseguir beneficios, es el verdadero modelo del capi talista puro. Su dominio simboliza la perversión de la economía de la vida en la economía del dinero.
1: Una fundición de cañones del sig.o XVI, que muestra al fondo una fortificación y unos cañones en acción. La gran demanda de industri-s mineras que siguió a la introducción del cañón en el siglo XIV repercutió asimismo en la necesaria expansión de las finanzas. He ahí el comienzo del ciclo minería, .necanización, municiones y finanzas: hoy más pcligrcs., mente evidente que nunca. 2: Aplicación en gran escala de la energía hidráulica a las muelas para Iijar y pulir armaduras. ESluS métodos se prolongaron desde la producción de armas en el siglo XVI a la producción de quincallería barata de Suecia a fines del XVII Y a la industria de chucherías de Bírmingharn en el siglo XVIII.
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Capítulo.
3: Protección contra los gases tóxicos en las n.inas: un aparato de seguridad necesario para los trabajos de salvamento en el ambiente de perpetuo peligro de los pozos. No sólo ios productos sino las tácticas de la mina han sido decididamente introducidas en la guerra moderna desde Vauban en adelante, devolviendo así al .ninero su deuda contraída con la ;::ólvora. (Fotografía por Etoing Galloway)
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tarse hasta el carro armado con las guadañas que giran con su 11.0vimien,v segando a los soldados de a pie? Ese fue el pr ...cursor del ianque moderno, mientras el tanque mismo, movido por la fuerza ~ humana de los ocupantes, fue ideado ya en 1558 por un alemán:':"'¿O al uso del petróleo ardiente y al fuego griego, el primero que fue usado muchísimo antes de la era cristiana? Aquí estaba el embrión df'i más móvil y efectivo lanzallamas de la última guerra. ¿O al más antiguo artefacto de ai ta potencia que arrojaba piedras y jabalinas según parece inventado por Díonisio de Siracusa y por él usado contra los cartagineses en su exp-rlición de 397 antes de Jesucristo? En manos de los romanos las catapultas podían lanzar .piedras que pesaban alrededor de 57 libras a distancias de 400 a 500 yardas, en tanto sus ballestas, que eran enormes arcos de madera para tirar piedras, eran máquinas y:'~é:!~::~ ;nrl11<() ~ mavores distancias: con estos instrumentos de precisión la sociedad r(\m~n~ ,.,-/~_ taba más cerca de la máqufna que con sus acueductos J' sus baños i Los forjadoi es de espadas de Damasco, Toledo y Milán eran conocidos a la vez por su refinada metalurgia y su habilidad en fabricar armamento: precursores de KruP!1 y de Creuseot. Hasta la utiliza-v ción de las ciencias físicas para una técnica guerrera más efectiva se desarrolló prontu: -ALq.uÍmeGes, según cuenta la historia, concentró los rayos del sol median~eeSpeJ.o~ las velas de la f.ota enemiga ,. eri Siracusa y quemó sus naves) CteslQfg, uno de los primeros científicos de Alejandría inventó ~ cañón de vapor. Leonardo ideó otro. y cuando el padre jesuita,Hai:¡éiscüLana-Terzi, en 1670 proyectó un globo dirigible vacío, insistió acerca de su utilidad en la, guerra. En pocas palabras, la asoc~<;.ión entre, el_sQ)daGo,-el mi- i ~ho, el téqlÍcoy el cientírico es antigua. El considerar los horrc)res tíO ~(".~ guerra moaerna ~omo el res~ltad? accidental de un 1esarrol~01 fU J "t&ruco inocente y pacífico es olvidar los hechos elementales de l~ () ,Ilistoria de la máquina. J 'En el desarrollo de las artes militares el soldado desde luego ha ~omado libremente prestado ~otras ramas d~~ técnica: las armas iercombate más móviles, la caballería y la flota, proceden respectiva'~ente de las ocupaciones ~tak!W'-~]iLP..e.sql: la guerra estática, desde las trincheras de los castras romanos hasta laspesadas fortifica'9§nes de piedra de las ciudades ~ un producto del camp~sino -el sb1dado romano, en realidad, conquistó con su pala tanto como con su espadamientras los instrumentos de madera del asedio, el ~ete, la balista, la escala de asalto, la torre móvil, la catapulta, ibd~s -llos llevan claro ei sello del carpintero. Pero el hecho más / ~,itnportante acerca de la guerra r.ioderna e~ el continuo ifJrremento\
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4: Protección contra el uso intencionado de gases t6xicos en la guerra: el arma y la defensa contra ella se derivan ambas de la mina. Las recientes discusiones escolásticas acerca de la rela tiva humanidad de la matanza por medio de gases e de bayonetas o de balas recalcan el extremado refinamiento me-al de nuestros contemporáneos Yahoos *. • Personajes de Gulliver's Travels, de Swijt, Se trata de una raza U~ seres humanos degenerados y con costumbres propias de animales. (N. del T.)
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• de la mecanización desde el siglo XIV en adelante: e~ militarismo forzó el paso y abrió una estrecha senda al desarrollo de la industr; estandardizada en moderna escala. ---"7 Para resumir: el primer gran avance se produjo a través de 1.! introducción de la pólvora en Europa occidental: ya había sido US'l· da en Oriente. L1 los principios del siglo XTV 11~g6el primer cañón _o_..
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Agentes d- la mecanización
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brevemente: lU1J..eJtas_t~ó..J1l1 tipo nuevo de director industria] que ,no era _u_n albañil, ni un herrero ni un maestro arte.uno: el inge;¿Te~- militar. En el curs9Ee la guerra, el ingeniero militar combinó todas las funciones del ingeniero civil, mecánico y de minas: fnn-CiOiles--queno empezaron a estar cumpletamente difer~nciadas hasta 1.. el siglo XVIII. La máquina contrajo con los ingeniero; militares ita- I llanos desde el siglo xv en adelante una deuda tan alt« como h f que contrajo con los ingeniosos inventores británicos LÍel Fríodo de James Watt. -rrneI 'siglo XVII gracias a la ciencia c:ieLgnln Vauban, las artes . del ataque y de la defensamilitar habían alcanzado casi un punto muertot los fuertes de Vauban eran inexpugnables ante cualquier atauue excct..o acuel oue f1n~lm~nte él mismo ideó. ;Cómo tomar , p,,/ :!~,,1~:::;"~,, o-n'asasde piedra> La artillena era d~ un valor duo ,t doso, ya que actuaba en 8tilbas direcciones: ,,1 único camino era • llamar al minero, cuyo oficio es vencer a la piedra. De acuerdo con I la sugerencia d..e Vauban, se sacaron en 1671 unas tropas de ingenieros, llamadas zapadores, y dos años más tarde se organizó la primera compañía de mineros. Se h~bía superado el punto muerto: la--~,-lchaabierta 'resült6 nuevamente necesaria y posible, y fue gracias al invento de la bayoneta, que tuvo lugar entre 1680 y 17eO, qUC}) las más finasiñtíñUdades del asesinato personal fueron de\TlJeJtas a este arte. O Si el cañón fue el primer artificio anulador del espacio mediante el ru:u--ernombre fue capaz de expresarse a distancia, .el .s~máf0ro \Q._ teléE.!:~ic. .2PJ:.1<:o(por primera vez u tílizado en la guerra) fue (rni~LeLs.egllDdo: hacia finales del siglo XVIII se h=bfa instalado en Francia un sistema eficaz, y se había proyectado otro similar para el servicio de ferrocarriles de América antes de que Morse inventara ~purtunamente el telégraro eléctricov En cada fase d~ _~11 j~sar~Jlo ~Iílod(;:no fue más bien la guerra' que la in dlEitría 'y el comercio, la ,.~e mostfy' en pl¡¡¡:¡-genéranos .J2!incipiílesiisgoCé¡u~'-:'~~ªSlertlan i~:i~r:a. Enevantamiento de pIanos,eI' u~0-Je lHdp~S, ~l plan ~~e;-mpana -mucho antes rle que los hombres de negocios Idearan ,!;;~ diagramas de organización y de ventasla coordinación del IjTiansporte, los suministros y la producción [!p~ión y destruci ~6n J, la amplia división entre caballería, infantería y artill erfa , y la iJ!vrsión del proceso de producción entre cada una de dichas ramas; \~nalmente, la distinción de funciones entre las actividades de la plana ~ayor y las del campo, todas es!?~.!:~rª~t.e!fu.!!~~~J-º~I.on al arte 'l.!.elLg'-l~WLmll.Y_~-élL-º;'!i'ntedc }).~ Pó':;cc;oo 0dc '1 ar~e~af1T:1~0n q1_~WtlilJ-º~_~_~ricgsyJ~ltos de -perspÍcacla métodos de prepa-
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ración y operación. P.L!!.ifI"¡(Q __ e.Ld~hecho la forma ideal bar: la__ cual debe tender un sistema industrial puramente mecánico, 1.( escritores utópicos del siglo XIX como Bellamy y. Caber, que aCe" taron este hecho, eran más realistas que-lü-s -hómbres de negoc.r que se mofaron de S'1 «idealismo». Pero debe uno dudar de que l resultado hera un ideal.
c~_par.tes,jntercambiables -como observa Usherse estableció así en líL2JS generales antes del invento de la máquina de coser o de la cosechadora. La nueva técnica fue U!1a condición fundamental para los grandes logros realizados por los inventores y los fab~ic~ntes en esos campos». Detrás de este perteccionarniento está IJ demanda en íirrne y en masa del ejército. Se dio un paso parecido cñelirección Je la producción normalizada en la marina británica casi al mismo tiempo. En la época de sir Sarnuel Bentham y dé: Brunel el mayor, las diferentes cuadcincs y planchas de los ba .•. .cos eñiadera se cortaron según medidas uniformes: lª-co~str~~!Q!1 se convirtió entonces en la ensambladura de elementos medidos con ~ecisión~en~ _:,e~_de la proªu<:~iÁIL~rtesan:' anticuada _9S: cortar y
7. Producción en masa militar
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En el siglo XVII, antes de que el hierro hubiera empezado a s.: ("s(,fll~ en cualquier" de las tipf1)ás artes industrialcColberr habfa creado ¡:~I~,,;,"< ti", C::':-:1a~ en Francia, Gustavo Acou -~:P~ro hubo otro lugar aún en que la guerra aceleró el paso, La había hecho lo mismo en Suecia, y en Rusia, ya cuando Pedro e fundición de cañones no fue simplemente el «gran estimulante de Grande, había hasta 683 trabajadores en una sola fábrica. Había ni, la técnica perfeccionada en la fundición», ni fue solamente «la reivinlados ejemplos de talleres y fábricas en gran e, cala, incluso de L dicación de Henry Cort de la gratitud de sus compatriotas ... basada de: famoso Jade Newbury en Inglaterra: l2eroJa serie más impresio sobre todo en la contríbucióón suva a la seguridad militar», como nante __era Ia de fábricas de armas. Dentro de estas fábricas, la di. vls1ón del tt1ibáJo estaba establecíd- y la amoladura y el pulimento dice Ashton, sino que la demanda de hierro de calidad superior fue de la mano co¡:¡-er lnCl·¿ñ-ento del bombardeo de la artillería como se realizaban bC:iáulicamente: de tal manera que Somban observó prepai'acióll para el "salto, cuya eficacia fue luego demostrada por que Adam Srnith hubiera hecho mejor tomando las armas como er-ywe-n'--y brillante artíllero que iba a asolar Europa con su genio ejemplo de producción moderna con toda:; las economías de especialización y concentración que la fabricación de alfileres. tecnológico mientras liquidaba la revolución francesa. En realidad, la rigurosa base matemática y la creciente precisión del fuego de la La pre~Lº-~ de la demanda militar no solo aceleró la organización de la f&brica afptIñC1pW: Sigüi6persÍstiéñ-dü--durantetodo su desartillería mis,ma la pusiera,,n de modelo para las nuevas artes indusarrollo. Ameaiuaqtiéla guerra curnentó en extensión y que se triales. ~aQole§ngI a mJ~aQ de] _s..igl-º-.~IJS_ ofr~ció_gna_t~hompensa por~_prccedimiento económico de fabricación de acero capaz de llevaron al campo de batalla mayores ejércitos, su equipo resultó ~esistir la fuerza explosiva de las nuevas bombas. El procedimiento ser una tarea más pesada. y COipO sus tácticas llegaron a mecanizarse ,~semei-füeli re~pÚesta-drrecta--a est'iI"deinánda. los instrumentQs __ne~s_a,Ú.QLPa~CSus moviriiieritJs--Qrecisos -y-o.Qortunos ~~igiero~. ta1JLbién-.lLegq~ laun1formidad~ be-aquí 2r~~'~do i~~tor -en_~J~q~e)a -:~err~ .aniTcipó._~ la uníquina y que con la organización de la fábrica apareció la estar..2arización er ayudHTorGlarIa fue en la orgamzaclOn social Clel ejercito. La guerra mayor escala que la que podía hallarse en cualquier otro sector de teuaa¡--se-nada generalmente sobre la base de un servicio de cuarenta la técnica, excepto quizá el de la imprenta. j 'días: necesariamente interrumpida y P"t tanto ineficíente, aparte La estandarización y la producción en masa de mosquetes se los demás retrasos y suspensiones ocasionadas por la lluvia e el frío inició al final del siglo XVIII. En 1785, Le Blanc, en Francia, fa"o'la Tregua de Dios. El cambio del servicio feudal a ejércitos de base bricó mosquetes con piezas intercambiables, una gran novedad en ?pitalista, compuestos por trabajadores pagados por días -o sea, la producción y un modelo para todos los proyectos mecánicos fuel· cambio del guerrero al soldadono superó por completo aquella turos. (Hasta este momento no había habido uniformidad ni sii,ne6ciencia: pues si los capitanes de las bandas pagadas aprendieron quiera en la fabricación de elementos menores como los tornillos y pronto los últimos perfeccionamientos en las armas y en las tácticas, sus filete3.; E!1_180n, Eli Whi tncy, que había conseguido un coninterés verdadero del soldado pagado era continuar en su asunto trato para producirarmas de una manera análoga, produjo un a1'l11« ser ,úl.:>(;c. D:; arw\ que la guerra a veces alcanzara el lugar que estándar en su nueva fábrica de WhítneyvilIe. «La técnica de fabrian a menudo ocupa entre las tril.us salvajes, un ritual excitante '_~~:'rl" pn .';t",n
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e hecho era la primera demanda en gran. escala de me rcancías total- ( J---=-'" llevado a cabo según reglas cuidadosamente establecidas, con el [1, mente iiÚZndarizadas. El gusto individual, la opinión individual, las-----=----:::' ligro reducido casi a las proporciones de un partido de fútbol n', rfeéeSIdadesindividuales, aparte las de las dimensiones del cuerpo, antigua, Había siempre la posibilidad de que la banda merceru-: no desempeñaban r-ingún papel el, este nuevo departamento de profuera a la huelga o desertara pasándose al otro lado:_eLdinero, mí Jucci:Sn: estaban nresentes las condiciones para la mecanización como bien que. el. hábito o el interés o las alusiones de grandeza [patrj p~Las iriClustria'stextiles 'sin'tleron' esta maciza demanda, y CUándo I tisruo ] fue: e! medio principal de imponer la disciplina. A pesar d, íamáguina .4~coser fue inventada tardíamente por Thirnonnet de -/ll?s nueva, "armas téc,nica3, el soldado pagado sigui? si.e~do ineficicm. L 00 en 1829, nojprprende ver. que fue el Ministerio.ríe la guerra _ . La transformación de las bandas sueltas de individuos, con ,11' rancés_el" q~~j~ri.rner f" • oestrucción física. terror, hitjlibre y muerte caracterizan el proceso midad en el vestido de la Edad Media: por muy común que fuera de la guer~J(~.r!!1~.1!la.p~r.t.: principaldelproducto. .---S e el modelo, siempre había, por la naturaleza propia de la produc, ¡~rJ-' Ahora bien, la debilidad del sistema capitalista de producción, ción artesana intermitente, variaciones y desviaciones individuales basado en el deseo de incrementar los símbolos abstractos de poder Los uniformes que existían como tales eran las libreas de los grandes Ykriqueza, es el hecho de que e! consumo y el movimiento de mero príncipes o de las municipalidades. Miguel Angel ideó uno de tales cancías pueden ser retrasados por las debilidades humanas: memoria uniformes para la Guardia papal. Pero con el crecimiento del ejército ~ectuosa y honrado trabajo. Estas debilidades algunas veces prolony la práctica diaria de la instrucción, era necesario crear un símbolo ~ ..la vida de un producto mucho después del tiempo que una externo de la unidad interna. En tanto las pequeñas compañías de economía abstracta lo hubiera señalado para la sustitución. Los frehombres se conocían unos a otros, las masas mayores se aseguraban ~Si de ese tipo quedan autornáticamente excluidos del ejército, sobre Je: lIU lULl,ar unas contra otras sólo ¿racias a un emblema grande tOdo· durante los períodos de servicio activo: pues el ejército es el y visible. El uniforme fue ese símbolo y emblema, por primera veL "S,óhSüícidorideal, ya que tiende a reducir a cero el lapso de tiempo usado' en gran escala en el siglo XVII. Cada soldado tenía que llevar ,~e media entre la producción original provechosa y la sustitución la misma ropa, el mismo gorro, el mismo equipo que cada uno de ,~~vechosa. La más pródiga y fastuosa familia no puede competir los miembros de su compañía: la instrucción les hacía actuar como un ,uD.campo de batalla en rapidez de consumo. Un millar de homsolo hombre, la disciplina les hacía responder como uno solo, el ,b~~ segados por las balas constituyen una demanda de más o menos uniforme les hacía parecer como uno solo. El cuidado diario del uni· 'Y>'íinillarmás de uniformes, un millar más de fusiles, un millar más de forme era un elemento importante en el nuevo esprit de corps. y un millar de abuses disparados por los cañones no CO!!'Ir. eiérciro cl~ 100noo soldados, CO!11~ el que te! iía Luis XIY, i ,Iyonetl's: ~ed'!n ser vccuper-idos y l'~flr1nS nuevamente. Además de todas las la demanda a la industria de los unitormes necesarios no era Pt:queña: ,'1,,,:- '~
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es if!lJ'0n~rl~uniformidad, extirpar todo lo que el soldado no pueda ,ntender ni utilizar. TnSupatético deseo de sencillez, el soldado en el fondo extiende ci imperio de la irracionalidad, y en su =sfuerzo por sustituir la fuerza por la comprensión intelectual y emocional, por las lealtades f las cohesiones naturales, en pocas palabras, per los procesos orgánicos de la vida social, él crea ese ritmo alternado de conquista y rebelión, represiones y represalias, que ha jalonado grandes períodos de la existencia de l? humanidad. Incluso cuando 1a, conquistes del guerrere se realizan inteligentemente y casi benehciosamente -como en el más tardío imperio inca del Perú- las reacciones que pone en movimiento socavan 10
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Así al final, -l soldado he sido muchas veces la víctima de 'u propi: simplificación y sus propios atajos: al conseguir la precisión y L regularidad de la máquina, ha perdido la capacidad de respuesi: y adaptación inteligentes. No debe asombrar que en inglés io sold¡« signifique no alcanzar eficiencia en el trabajo. :'1, La alianza de la mecanización y de la mili tal ización Iu-. (; L:-),~~-,_~sgradaaa:j5ues tendía a restringir las acciones de los gru , / pos sociales a un modelo militar, y esrirnulaba la táctica violenta :rápida militarista en h. industria, Fue ¿esafortun~do para la sociedad en conjunto que una organización de poder como el ejército, más bien que el gremio artesano rr.~c !-:u;-:1an:Jy cooperativo fuese el que presidiera al nacimiento de las tormas modernas de la máquina,
9. Marte
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y Venus
Si la producción mecánica fue elevada y modelada por las activas demandas del campo de batalle y de la parada, también fue posi blemente influida por los efectos indirectos de la gi-erra durante lo=ngañosos intervalos de reposo, La guerra es el instrumento principal mediante el cual las clase' gobernantes crean el estado v afirman su poder e.r el mismo. Estas clases gobernantes, fuere el que fuete su ánimo y su origen militares alternan sus explosiones de hazañas con períodos dedicados a lo que (Veblen ell--S..uT.l.0ría de 1C!.. 0!!!e Üciosa llamó el ritual de manifieste ~esperdicio. A partir del siglo VI el feudalismo militar en Europa occidental habta compartido el poder con los pacíficos monasterios, que con, tituían un pilar importante del sistema social: desde el siglo XII los señores feudales habían sido refrenados y mantenidos en su lugar por las ciudades libres. Con el encumbramiento de los monarcas absolutos del siglo XVI las viejas clases y corporaciones cuyo poder había sido localizado y distribuido y por tanto equilibrado por causa de ~:~ relativa autonomía, fueron absorbidos, de hecho, por el estado: en las grandes capitales de Europa el poder estaba concentrado simbólicamente -y en parte realmenteen el gobernante absoluto. La cultura de las grandes capitales, cristalizada y expresada con la suprema potencia en el París de Luis XIV o el San Petersburgo de Pedro el Grande, se hizo unilateral, militarista, regimentada, opresíva. En aquel ambiente, la máquina podía crecer rnés vigorosamente, ( pues la vida institucionaí había ':,~lIn.ccar.izacl. :;'0· ~:lú i., .::a~jtales se convirtieron en el foco, no sólo del gastar, sino de la prO-
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,\gentes de le mecanización
dJcción capitalista, y la primacía que entonces consiguieron la han dlantenido hasta el momento presente, Existe un fundamento psicológico para la prodigalidad y el lujo que se manifestaron con irresistible esplendor en el siglo XVI, y que llevaron la forma del campamento y de la corte" cada lugar y rincón apartado de la comunidad moderna, En el fondo. esta nueva opu[ervia estaba conectada con la forma de vida brutal, desordenada, irreugioca que prevalecía en toda la sociedad: DC difería mucho de los brutos estallidos c!c embriaguez ~' jnp~{"\ cue alternaban con el trabajo del minero, loa v~da militar, sinceramente, es dura, Supone, durante su desarrollo activo, unr; renuncia a las comodidades y a las seguridades ~e una existencia doméstica normal. La negación del cuerpo, la privación de los se.itidos, la supresión de los impulsos espontáneos. las marchas forzadas, el sueño interrumpido, el agotamiento medular, el descuido por la limpieza, todas esas condiciones del servicio activo tUL dejan lugar a la decencia normal de la vida, y, excepto en cortos intervalos de lujuria de estupro, la vida sexual del soldado también está limitada. Cuanto más dura la campaña, y fue precisa.ue.ite- en aquel período cuando ia mecanización de las armas y la severa disciplina de la instrucción se llevaron los últimos restos de la comodidad caballerosa y la deportividad del aficionado, cuanto mayores los rigores y fuertes ias restricciones, más necesarias se hacían las compensaciones finales. Cuando Marte llega a casa, Vef!!ls_Jo__é;.s_p-crLetLJa__cama: el tema es uno de los íavoritos entre- les pintores del Renacimiento, desge Tintoretto a Ru~~'1s. Y :V~!1.l,ts2iry~para.. 'JILdobt~din: eUª uo.lé"entrega a érsTiñpl~mente su cuerpo, sino que opone la superbia defSciIdado -a-la QroQia luxuria de ella, y en el grado que ella ha s!ck> abanc!9nada=d~rªpte g1i"er~~~-ige a!.~ció.!!._cQ..mpe_nsatº-ria en ~~m!20de paz, Las caricias de Venus no bastan por sí mismas para ~ontrapesaT las abstenciones y brutales crudezas del campo de batalla: después de haber ~:do abandonado el cuerpo, debe ser glorificado. I3lla debe tener joyas, sedas, perfumes, vinos raros, anticil'áDdo y prolongando por todos Íos medios posibles el rito erótico nllsmo. y no deja nada por hacer para alcanzar su fin: expone sus ~os, se despoja de sus prendas íntimas, descubre sus piernas, hasta el mons veneris incluso al viandante. Desde la sirvienta a la ,Ppncesa, las mujeres consciente o inconscientemente adoptan las cpStiImbres de la cortesana al final de un largo período de tensión \1~n. ",s(l:~en V ¡:uerra: así" en form~ extravag~nte? la vida se renueva ~p,í~mlsma. Las modas de las mujeres que comruaron en el mundo
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Agentes de la mecanización
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que los originales señores y príncipes de la tierra, trataron de apooccidental después de la última orgía marcial corresponden o' derarse y de monopolizar las funciones de la vida cívica. Lo que punto por punto a las que estuvieron en boga a fines del Direcu había sido una función pública se convirtió en una acción privada: rio, hasta la supresión del corset y cbandono temporal de las enagu» le: dramas morales de la iglesia, se convirtieron en la máscara de Precisamente porclue los impulsos eróticos l:JUscan un? compc: la corte: las pinturas murales que pertenecían a un lugar y a una sación extraordinaria a su denegación, rebosan y saturan toda act Institución se convirtieron en el cuadro portátil de caballete que vidad: la cortesana consume la sustancia de las conquistas del ~Ill pertenecía a un individuo particular. Junto con la restricción de la "cero. Una abundancia de bienes físicos concede un premio esperu usura escarnecida por la iglesia en el siglo xv y abandonada incluso a los triuulos del soldado y j!.~,t;fr0 P] botín que trae consigo. Sil.: en teoría por los reformadores del siglo XVI, el mecanismo legal ~spe~r~".D.ºS ha hecho U11 estudio agudo de la relación en Anton para la adquisición en gran escala fue de la mano con 1.~ demanda y,Cfe~patra; pero los resultados económicos delcaso.son más in: social y psicológica de una vida codiciosa. La guerra no fue la única portantet :'quÍ que LIS consecuencias psicológicas. /Económicamernc condición motivadora: !Jero_el. lugar en donde el nuevo lujo fue má. ~ sonquista de Mart~ por Venus significa la aumeE,ada dernand visible v se llevó a un punto de extravagancia refinada, fue en la de lujos de toda clase: satenes, galones, ~rciopelos, bror~r1(\C 1': corte. dras preciosas y adornos de oro y coírecitos finamente labrados p:1:. -:fu:onónlio:nente, el centro de gravedad se trasladó a ., corte: guardado todo: blandos lechos, baños perfumados, apartamentos p: ~fkamentél--se trasladó a las capitales en donde la corte -v la vados y jardines particulares encerrando un Arbol del Amor: en re cortesa~a- se alojaban ambas lujosarnente. El arte grande del pesumen, la sustancia de Lunav.ida codiciosas Si~s.Q14ado no la pie 'rJódobarroco t:itá en las casas de campo y en los palacios de las porciona, 10 hará el mercader: si el botín no se saca de la corte d. ciudades. Cuando se construyeron las iglesias y los morr.sterios, s= Moctezuma o de un galeón español, debe gnnarse'en'1¡C6ticina. L hicieron en el mismo estilo: en abstracto. era difícil establecer la religión misma en aquellas cortes y palacios se había convertido c: una vana ceremonia: ¿hay que asombrarse de que el lujo casi ,.: 1 diferencia entre la nave de una y el salón de baile del otro. Uno adquiría riqueza con el fin de consumir bienes de acuerdo con las , convirtiera en una religión? co"tumbres de la corte: biYix--comO-un-ptincipe'» se convirtió er, un Pero obsérvese el contraste. El lujo particular no se conside dicho. Por encima de todo ello se alzaba L cortesana. La riqueza raba favorab1emen~\e durante la Edad Media: en realidad, apensse adc;uiríll'E-?SJLagra,dada: para ella se compraba un palacio: se existía una vida privada en el sentido moderno. No era sólo porque' ponían a su servicio muchos criados. Para retratarla alguien trajo los pecados de orgullo, avaricia y de codicia, con sus posibles deri ~. y su propio sentido del poder florecía a m vez con vados de lujuria y fornicación, eran, si no serias ofensas, al menor obstáculos para la salvación: no era simplemente porque los nivele; • J.ód?s los regalos y las bellezas de la vida, y consideraLa a su cuerpo :~~bado en propcrción a su habilidad por lograr aquellos lujos. La de vida, juzgados según ideales puramente financieros, fueran mo<~~í!2_ºª.IJ::9i.º-!,~.~~~~ó_s:.uªflº-0_LldLs xrv construyó por destos. Pero la Edad Media, con su constante tendencia a simbolizar. ut.ilizaba....e~l~sjºy~,y_elJ:rabajo artístico. E,O.!JlQ. emblemas de i~!i.mentales_el g~g!?~~<:",o_,_E~kciode_,_y'ersall~i· soOre- el de un antiguo paEellon de caza en OOnJIelmmeramente había .J2Qd;r. La Virgen 'lodía recibir didKJs-tii1)Utos'porque era la Reios __
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a tomar parte c1irectiva en la producción industrial también: el ni:' va lujo de la loza fina para los servicios de mesa se convirtió en monopolio de las reales fábricas de porcelana en Prusia, ::'aio1': Dinamarca y Austria, y en cuan te a .ejidos la gran fábrica d~ : Cobelinos fue uno de los centros principales de producción de Fr.' cia. Co!1 el fin de aparentar, se hizo corriente el uso de adulteracior " y sustitutivos. Se imitó el mármol con yeso, el oro con oropel' 01::,r:: hecha a mano con adornos moldeados y el vidrio en lugar ,: las piedras preciosas, La reproducción para el consumo masivo de Si: titutivos, como en la joyería de Birrningharn, ocupó el lugar ,: la original y lenta creación de la auténtica habilidad manual: el :lr.' r~tamier;t() sistemático mediante la producción en masa y con 01" teriales inferiores con '-: f;; de C2:;~~g'..';~'',m,:¡ anariencia superic alos-púipios medios, se presentó en los adornos m~cho antes d'e qrSe aplicara a los objetos corrientes de uso. Con la introducción ,:, los :deales cortesanos en la sociedad, tuvo lugar el mismo cambio e: el siglo XVIII que ocurrió con la entrada del ideal «democrático» ¿" la conscripción militar, La manufactura estandardizada de joye.í. barata y de adornos y textiles domésticos acompañó directamenu a la estandardización del equipo militar. Y debe uno observar irón: camente ~<:_Ilra~ill.s al capital q'.~e Matthew Boulton había acumu lado en sus talleres de baratijas de Sóho le__.t\le posible ayudar a durante eLperíodQ,~n, .que, estuvo.iperfeccionando Il: .mlqui~a' de' v0J~r.. --'. ---TAlconcentración en lujos insignificantes como signo de bien estar fue en muchas formas un preludio desafortunado a la prcdnc ción de la máquina, pero no fue del todo estéril. Como resultado de este ritual de consumo algunas de las grandes realizaciones de la mecanización se concibieron primeramente como cosa de juego: relojes complicados cuyas figurinas se movían con una sucesión de difíciles y elegantes movimientos, muñecas que se movían solas, ~he~o eLdLCamus _ql}e_lln4ª-b_~~on un mecanismo de reloj, .Qilla.!2Lque..agitaharLslLcola..aLtiempo_que~Són¡¡})li..lliiíLc.ªja_de rnú _~a. Awtque sin importancia, estos juguetes, estos divertidos motivos, no fu.e¡OIL.Cíl.tlW1etamenteinútiles. Es cierto que la parte des· empeñada por los juguetes y los instrumentos no utilitario s en el fomento de importantes inventos no puede ignorarse a la ligera. j llrimer «empleo» de.Ja....máquimuk..Yí!poJ, ...s_eg1}nJQ.Y.!:I~eHerón fue crear efectos mágkº,LP~!.a infundir temor al pueblo: Y....rl vap()r ~el1te_ d0raQñ'Í9_ en el sigl
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\¡(t!1te, de la f'1ec
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rccieron sólo prir.1eramente como un juguete en el fenakistúcopi0, nuo que la linterna mágica, que se u.ilizó en la producción eventual de esas in:iágenes, fue un juguete del siglo XVII .itribuido a "~~anasio Kircher. El giroscopio existía como juguete antes de que se empleara Semme'lte como dispositivc de estabilización, y el éxito de los aer:l¡Jlanos de juguete en ese siglo ayudó a renovar el interés por las posibilidades de volar. El origen del teléfono y del fonógrafo Jebe encontrarse en el diverJClü autómata; mientras que las más potentes máquinas del siglo XVII, las ruedas hidráulicas de Marly, secor.struyeron para !':':;::Jbear el agua hasta las grandes fuentes dc Versalfes. Hasta el deseo de velocidad en el viaje apareció primero forma de juego antes- de ser incorporado al ferrocarril y al autoiñáy:!: JjjJjo.lnenade aérienne -p.uestro tren de las ferias- apareció antes que ningún UliU 5':::';::::2 ,~t;l ~~cla~ mecánica ~'Je a veces c1;rl,~ ~,imeralT'°nte en broma, lo mismo que el éter fue primero -..:sado en los juegos de saíon LI' Aiñerí~a- antes de ser empleado en cirujíal En realidad, el ingenuo interés del niño subsiste en sólo vagos disfraces como gran parte del interés ¿~l adulto por las máquinas: «los morores son cubos v palas vestidos d., etiqueta para los adultos». El espíritu del juego liberó la [rnagii.ación mecánica, Una vez empezada la organización 1 (J de la máquina, sin embargo. las ociosas ocupaciones de la aristocra- 1;::;--' da no permanecieron mucho tiempo ociosas, ,~
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10. Atracción del consumo e impulso productivo El desarrollo de la máquina exigía a la vez una trampa y un cebo, 1L~p~!~o y yna atracción, un medio y un destino. Sin 'duda, la fuerza motriz 'procediÓ-de la técnica y de la ciencia: eran ~ii.lteresesque se mantenían con sus propios recursos, y con los herre""ros, los fabricantes de carros, los fundidores, los relojeros y el creo .,[dente cuerpo de experimenrsdores e inventores, la má uina se ~~ tableció como el centro delJ?roceso ~ductivo. ¿ ero por qué hubo .'?e asurilir la producción misma tan. enormes proporciones? No hay ,nada en el «rnilieus mismo de la máquina que pueda explicar este hecho: pues en otras culturas la producción, aunque pudiera crear amplios excedentes para obras públicas y para el arte público, siguió siendo una sencilla necesidad de la existencia, a menudo aceptada ¡de mala gana, no un centro de interés continuo e irresistible. En el pasado, incluso en Europa occidental, los hombres habían trabajado ,,:para alcanzar el nivel de vida t~ldici('\r.~l en su lugar v su clase: la
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.\~cntes de la mecanización
Capílui,
noción de adquirir dinero COn el fin de salirse de la clase era (: hecho extraña -a la más antigua ideología ieudal y corporativa. Cuo do su vida se hacía más fácil, la gente no iba tras la adquisiri.; abstracta: simplemente trabajaba menos. y cuando la natu-rk. les favorecía, con frecuencia permanecían en el estado idíliro de :, . polínesios o Je los griegos homéricos, entregando al arte, al rit, ' al sexo lo mejor de sus energías. J~~t~ción, como ~mbaD demostró ampliamente en su peque ño estudio L_uj(l ;·~C!.pitalismo, !>~oc~9ía principalmente de la cor., y de la cortesana: dirigferon las energías de la sociedad hacia ur horizonte, continuamente en movimiento, de consumo. Lon la dehi. lítación de L., fronteras de clase y el des;rrQrro dé! individualismo b ..!"g~!é~ ~1 ri'"ol el,,1 ~~
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tcntJciones de la carne con el fin de ganar muchos mayores premios en el cielo por su virtud. Gracias a la aceleración de la máquina, el espacio de tiempo entre la abstención y el premio podía reducirse: por lo menos para 13~ clases medias, las puertas de oro se abrían. ~LE!.lritanismo y .la con!raqeim'¡~Ht_nO impugnaron seriamente a~el1os idealeT~9::!eÚinos. espíritu militar de los puritanos, con ~rorñ~"ell:'por ejemplo, se comp"gin~hi~'i1 con ~u sobria, a¡'or~ativa ~íñChstnosa vid-, concentrad.; en acumular dinero, como SI por .,itar la ::¿:':),id9.d pudieran evitarse 130 maquinaciones del demonio sin evitar actos dernoníacos, Carlyle, el tardío abogado de este pur: rañlslIÍo militarista no conocía otra clave para la salvación que el evangelio del trabajo: pretendía inclusa que el demonio de la codicia en su punto más bajo estaba de acuerdo co.. la naturaleza de. las cosas y Pv- lClll~V ;:;;::::::::: :1n ni"s. Pero los ideales adquisitivos en In producción iban necesariamente de la mano COl":los modos adquisitivos de consumo. El puritano que ponía quizá su fortuna nuevamente en el comercio---vTa -empresa industrial, a la larga sólo hacía q~losideales de la corre se extendieran más ampliamente. Con el tiempo, en la sociedad, si no en la vida del capitalista individual, el día del juicio llega: a los sobrios esfuerzos del puritano siguen las saturnales. En una sociedad que no conoce otros ideales, el hacer /' gasto~s~.~onvi<:!t~ en k fuente principal de placer: finalme!1te, equ.ki~ ,Te a un deber social. <. ;e hacen respetables y deseables al margen de las necesidades vitales que cubren: rueden acumularse, pueden arnontonarse en palacios y en almacenes, pueden -si resultan excedentes o duplicados -ser transformados temporalmente en las formas más ~téreas de dinero o de letra de cambio o de crédito. fil escapa~~s ~s restricciones de la pobreza se. cºpY..ktió en un cIebetsagrado. ~ ...fiie.i!.uí·mismo UQ pecadp. Ullª- yi9a'al~ÍiLdfí~-ª-e~smédios d~ la producción, sin uE_r..~rt!~ula.Lesf'y~g.2 i~dus!ti~L_sjE.. ~OflS.~~¡¡: ~ero, !:::!bía de)'adOde ser res¡"etahk: hasta la aristocracia, impulsa a por sus incrementadas demandas de lujos y de servicios, cornprometidil con los mercaderes y las clases de los frbi:::antes, se casó con, ellos, adoptó sus vocaciones e intereses y recibió con plácemes 'a1)os recién llegados a la riqueza .. Los filósofos especulaban, ahora coñ.'vacilante atención y la vista distraída, acerca de la naturaleza del .!>i.en, de 19_verdadero y de lo bello. ¿Había -algu;~duda 'sobreello?, ~u.naturaleza- podía ser cúálquier cosa que pudiera estar encarnada /l. I!!;l bienes materiales y vendida con provecho: cualquier cosa que ,!i!ciera la vida 'más fácil, más confortable, más libre de cuidado, fíSkam.::n(emás piacem-.«: ..n ll.~C palflhr<', mejor «arropada».
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Hnalmente.l la teoría de lª-nu~va edcd, 'primeramente formul, da en términos de éxito pecuniario, fue expresada en términos '0 ciales por los utilitaristas de principios del siglo XIX. La felir:idad er. _eL"'y"e~9~ªero_objetivo del. hombre, y consistía en 1'ograr el mavo: bien pera el mayor número, y en último lugar la perfección de la, instituciones humanas, podía ser considerada aproximadamente W la cantiJad de-.!;J~np, que una sociedad era capaz de producir: ne« sidades en expansión, expar.ción de mercados, empresas en exuan sión, un cuerpo de consumidores en expansión La máquina hací, esto posible y garantizaba el éxito. El gritar basta o pedir un lírnit: era una traición, La felici-tad y la producción ampliada eran un. sola cosa. . Q-;.:;::: ;:; ';;;:!z, j:~::::2.: ser más intensa y significativa en sus mamen tos de pena y angustia, que pueda ser menos sabrosa en sus rno mentes de ahíto, que una vez que los medios esenciales de vida har sido provistos, sus intensidades, éxtasis y estados de equilibrio nr pueden ser medidos matemáticamente en una relación cualquiera con la cantidad de bienes consumidos o la cantidad de poder eiercitado -en resumen, los tópicos de la experiencia del amante, del aventurero, del padre o la madre, del artista, del filósofo, del científico, del trabajador activo de la clase que sea- estos tópicos se excluyeron del popular credo de trabajo del uti~;tarismo. Si un Bentham o un Mill trataron de conocerlos gracias a la casuística, -'ún '~radgrínd 'y--úñ' Bounderby 1 los ignoraron sencillamente. La prooucción mecánica se habh convertido en un imperativo categórico más estricto que todos los que Kant hubiera descubierto. En esto, desde luego, .1a cortes.:'!.!J::¡jgs:1us() y hasta soldado sa· bimupás que el m.e.r:.cJ1der_::. .el.filósofo utilitario: eri -caso de apuro hubieran arriesgado su cuerpo o las comodidades del cuerpo por el honor o por el amor. Al favorecer la cuantiíicación de la vida. ~~emás, apr~sar~n al menos un batín con.creto: telas y comi~a y vino, pinturas y jardines. Pero al llegar el SIglo XIX, estas realidades se habían convertido en su mayor parte en fuegos fatuos: luces de ]u; pantanos para distraer a la humanidad de los bienes tangibles y de los goces inmediatos. Lo que Sombart llamó el hombre fragmentario había venido al mundo: el basto filisteo victoriano, al cual. Ruskin contrapuso irónicamente el fino «estera» de una moneda griega. Este hombre fragmentario se jactaba, según los mejores principios utilitarios, de no meterse en negocios por razones de salud. El hecho
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;\gentes de la mecanización
Capínil.,
c.taba claro. ¿Pero por qué otra razón debieran los hombres estar metidos en los negocios? ~_as;milación de la vida buena a 1.1 vida C0r: bienes 2 fructificó antes de que el complejo paleotécnico se formara. Este concepto fijó a la máquina su meta social y le dio su justificación. aunque conformara 8 tantos de sus productos finales. Cuando la máquina produjo otras máquinas u otras obras mecánicas, su influencia fue a menudo fresca y creativa, pero cuando los deseos que satisfizo siguieron siendo los que habían sido tomados sin discerni.niento de las clases superiores durante el período del absolutismo dinástico, la política de potencia y la vacuidad barroca, su efecto fue el de favorecer la desintegración de los "alares humanos. En resumen, la máquina llegó a nuestra civilización, no rara salvar al hombre de la servidumbre de formas innobles de trabajo, sino para hacer más extensamente posible la servidumbre a innobles normas consumo que se habfai. desarrollado dentro de las aristo~raclas militares. b: partir del siglo XVII, la ¡nác;uina estuvo condicionada por la desordenada_':.IC!,a:=-~ocEil __ deTocCíaé-ntede Europa. .ra._ máqUina - dio uiia "apariencia áe orden a aquel caos: prometió ~r aquel vacío, pero todas sus promesas fueron minadas insidiosa_mente-por las mismas fuerzas que le dieron forma: el juego de azar (feI miJ}~!.o,la lujuria del soldado, los objetivos pecuniarios abstractos M..financiero y las lujosas extensiones del poder sexual y los susti~ti..Y.osdel sexo ideados por la corteyla ~ortesana. Todas estas fuerzas, todos estos propósitos y metas son visibles aún en nuestra cultura de la máquina; por imitación se han extendido de clase a clase y de la ciudad al campo. Lo bueno y lo malo, lo claro y lo contradictorio, lo dócil y lo refractario; este es el mineral del que debemos extraer el metal del valor humano. Al lado de los pocos lingotes de metal precioso que hemos refinado, las montañas de escoria son enormes. Pero no todo es escoria, en absoluto. Ya ahora se puede vislumbrar en el porvenir el día en que los gases tóxicos y los des,eChos aterronados, productos derivados una vez inútiles de la má~a, puedan ser convertidos por la inteligencia y la cooperación _,~lal para usos más vitales. .
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La fase eotécnica
Capítulo 3
LA FASE EOTECNICA
127
verda¿eras instituciones. De no existir esta condición los elementos mismos no estarían libres, como debieran, para desplazarse hacia el llueva polo. La guerra actúa como tal agente de disociación, y en cuanto al tiempo el renacimiento mecánico de Europa occidental se asoció con el choque y la conmoción de las Cruzadas TLo que la nueva civilización toma no es las formas y las instituciones completas de una cultura sólida, sino sólo los fragmentos que pueden ser trasportados y trasplantados: utiliza los inventos, los modelos, las ideas, del mismo modo que los constructores góticos en Inglaterra utilizaalgunas piedras o tejas de la quinta romana en cUllllúudción ccn el pedernal indígena y en formas completamente direrentes cie las de una arquitectura posterior.] Si la quinta hubiera estado aún en pie y ocupada no habría sido posible extraerle las piedras. La muer,~ ...;'-1" fe:;;:;: original, o más bi..n la vic1~ que queda en las ruinas, es ~:: que permite ;.: l::::::! r~COl!otrllrrinn e integración de íos eiementas de otra, culturas. - Debe observarse otro hecho más acerca ¿~l sincretisrno. En las primeras etapas de la integración, antes de .jue una cultura haya dejado su propia marca inequívoca sobre los materiales, antes de que la invención haya cristalizado en hábitos y rutina satisfactorios, se encuentra libre para aprovecharse de las fuentes más amplias. El principio y el fin, la primera absorción y la expansión y conquista finales, después de ocurrir la integración cultural, se hallan más allá de un reino universal. ~~stas generalizaciones se aplican al origen de la civilización actual_de la máquina: un sincretismo creador de invenciones, allegadas'¿e los restos de otras civilizaciones, hizo posible el nuevo cuerPO/mecánico. La rueda hidráulica, en su forma de noria, había sido .·us~dapor los egipcios para elevar agua, y quizá por los sumerios para otros fines; seguramente que en la primera parte de la era cristiana los molinos de agua se habían hecho bastante corrientes en ~ma. El molino de viento apareció quizá procedente de Persia tfi el siglo VIII. El papel, la brújula, la pólvora, vinieron de Ch::::J, lo~ dos primeros a través de los árabes, y la química y la fisiología b@lbién a través de ellos, mientras que la geometría y la mecánirz tuvieron su origen en la Greci« precristiana. La máquina de vapor debió su concepción al gran inventor y científico Herón de Alejandtía: las traducciones de sus obras en el siglo XVI fueron las que llamaron la atención sobre las posibilidades de este instrumento de energía) ~ Enresutnen, la mayor parte de los descubrimientos e invencion~3 que sirvieron J..: núcleo de un l,l:erior desarrollo mecánico, no
1. Sincretismo técnico Las civilizaciones no son organismos autónomos. El hombre moderno no hubiera podido fundar sus propios modos de pensamiento particulares o inventar su actual equipo técnico sin aprovecharse libremente de las culturas que le precedieron o de las que continúan desarrollándose a su alrededor. Cada gran cliferenciación en la cultura parece ser el resultado. de hecho, de un proceso de sincretismo. Flinders Petrie en su discusión sobre la civilización egipcia ha mostrado que la mezcla necesaria para ::1 desarrollo y su realización tenía incluso una base racial, y en el desarrollo del cristianismo está claro que los más diversos elementos extraños -un mito de la tierra clionisíaco, la filosofía griega, el mesianismo judío, el mitraísmo, el zoroastrismotodos desempeñaron una parte en dar el contenido específico y hasta la forma a la colección final de mitos y oficios que llegó a ser el cristianismo. Antes de que se produzca este sincretismo, las culturas de las que se sacan los elementos deben estar o bien en estado de disolución, o 10 bastante alejados en el tiempo e el espacio ?"r~ '11Je oue dan extraerse los elementos simples de la masa enmarañada de la; 126
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Capítulo;
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\ surgieron, cor..o pretendía Spengler, de algún místico impulso interm del alma faustiana: eral, semillas traídas por el viento desde otra' culturas. Después del siglo x en Europa occidental, como he 1110' trado, el suelo estaba bien rastrillado y arado v removido, dispues« para recibir aquellas semillas, y mientras las mismas plantas ibar. creciendo los cultivadores del arte y de la ciencia se ocupaban e: mantener el suelo en eondiciones. Tomando raíces en la cultura me dieval, en un clima y en suelo diferentes, estas semillas de la rmi ,"!l'ina experimentaron una mutación y adoptarvi, fG~::::::s nuev': quizá, precisamente porque no habían sido originadas en :Surop3 occidental y no tenían allí enemigos na.urales, crecieron tan rápida y gigantescamente como el cardo del Canadá cuando se abrió (.1 !"!,;nr, J..,~ri~ las !1ampas sudamericanas. Pero en ningún momento -\ esto es lo im¡.v,rt
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2. El complejo tecnológico Contemplando los últimos mil años, se puede dividir el des arrollo de la máquina y su civilización en tres fases sucesivos pet» que se superj/onen Y se interper.etran: eotécnica, paleotécnica y neotécnic9 La demostración de que la civilización industrial no era un todo umco, sino que presentaba dos fases marcadas y formando con· traste, fue hecha primero por el profesor Patrick Geddes y publi· cada hace una generación. Al definir las fases paleotécnica y neotéc. nica, .lcscuidó sin embargo el import~nte período de prepararión. cuando se hicieron o se prefiguraron todos los inventos clave. Así siguiendo el paralelo sobre el cual llamó la atención, llamaré al primer período la f~ eOJéc.!!!c?· la. edad auroral de ~.! técnica .?'l0dern!!; Mientras cada una de estas fases representa aproximadamenie un pe' ríodo de la historia humana, está caracterizado aún más significativa· mente por el hecho de formar un complejo tecnológico. Es decir que cada fase tiene su origen en ciertas regiones determinadas y tiende a emplear ciertos recursos y materias primas especiales. Cada fase a tiene sus medios específicos de lJtiJi7at:Íón 'f generación de la ener¡;í . y sus formas especiales de producción. Finalmente, cada fase 1){)~'
r,.¡ fase eotécr iea
129
en existencia unos tipos particulares de trabajadores, los adiestra en forma particular, desarrolla ciertas aptitudes y se opone a otras, recurre a ciertos aspectos de la herencia social y les desarrolla aún. Cas; cualquier parte de un complejo técnico apunta y simboliza una serie completa de relaciones dentro de ese complejo. Consídéreu,e los varios tipos de plumas de escribir. La pluma de ave, tallada pez el usuario, es un producto eotécnico típico: indica la base s.tesana de la :~,.:!ust:ia y la estrecha relación con la agricultura. Económicamente es barata; .écnicamente es basta, pPln híri1mente ad.iprada al estilo de quien la •.• La pluma ¿:: acero simboliza igualmente la fase paleotécnica: barata y uniforme, si no duradera, es un produc:to típico de la-mina. de la fác:'ica de acero y de la producción en mas? Técnicamente, es un perfeccionamiento respecto ~.: ia pluma Ut ave; pero para disponer de la misma adaptabilidad deben fabricar se media docena de tipos y puntas estándar diferentes. y finalmente la pluma estilográfica -aunque inventada ya er: el siglo XVII- es un producto neo técnico típico Con su tubo de caucho o de resina sintética, con su pluma de oro, su acción automátic-aapunta hacia la más pura economía neotécnica: y en S11 uso de la punta duradera de iridio la estilográfica alarga de manea caracterl~ticáel servicio de la punta y disminuye la necesidad de sustitución. Estas características respectivas se reflejan en un centenar de lugares ~d áfubito típico de cada fase; pues aunque las diferentes partes de un complejo puedan inventarse en diferentes momentos, el complejo mismo no estará a punto hasta que sus partes principales se illJten. Incluso hoy el complejo neo técnico aún espera un cierto número de inventos necesarios para su perfección: en particular un ecwnulador con un voltaje seis veces mayor y por lo menos el arnperaje que llevan los actuales modelos de generadores. Expresándonos en términos de energía - y materiales característicos:"b fase eorécnica es un complejo aguaJ mad~ra:- la fase paleotécnicaes un complejo ca-rbón y hierro .•.s la neotécnica es un comP!eioeIectricíCIacr y aleación. La gran contrmuéión de Marx camo economista sociólogo fue el ver y en parte demostrar C1;.Iecada PetfQdo de invención y producción tenía su prcpio valor específico para la civilización, o como él hubiera dicho, su propia misión hist6tica. No puede divorciarse la máquina de su más amplio patrón SOcial,porque es este patrón el que le.xla significado y finalidad. Cada período de la civilización lleva dentro de sí el insignificante .. xho de tecnologías pasadas y el germen importante de otras lltievas: pero el centro de desarrolle se encuentra dentro de su urio complejo. 0 •.••
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Capílu'
La edad auroral de nuestras técnicas modernas se extiende ~p; ximadamente desde el año 1000 al 1750, Durante este período' adelantos y sugerencias técnicas dispersas de otras civil:zaciones l garon a reunirse, y el proceso de invención y de adaptación C"Pl' mental siguió con un paso lentamente «celerado. Durante este r ríodo se favorecieron casi todos los inventos clave necesarios 11;1' universalizar la máquina; apenas hay un elemento en la seh'~n,: fase que no ey;
~ fase eotécn:ca
131
ootemporánea, indebidamente recalcada por los historiadores ulte, res. Pero se debe añadir una modificación: a saber, que con los lentes adelantos técnicos de esta sociedad se produjo, por razones en partei:1derendiente~ de la máquina misma, una correspondiente lecadenciay disolución culturales. En resumen, el Renacimiento no e, socialmente hablando, el alba de un nuevo día, sino su crepúsculo. Las artes mecánicas avanzaban mientras las artes humanas debilitaban y retrocedían, v fue en el momento en que la forma la civilización se i1aL;"1l ¿cscompuesto más completamente cuando el ritmo de la invención se hizo más rápido, y la multiplicación de IlI.5 máquinas y el incremento de la energía tuvieron lugar.
j. Nuevas fuentes de energía
:-A la base de la economía eotécnica hay un hecho importante: la disminución del uso de los seres humanos como principales motores, y la separación de la producción de energía de su aplicación e inmediato control. Mientras 1ft herramienta dominú aÚI;, la producción, la energía y la destreza humanas estuvieron unidas en el artesano mismo: con la separación de estos dos elementos el mismo proceso productivo tendió hacia una mayor impersonalidad, y la uiáquinaberramienra y la máquina se desarrollaron junto con los nuevos generadores de energía. Sí la maquinaria productora de energía se utili::ase como criterio, la moderna revolución industrial habría empezadoen el siglo XII y estaría en pleno auge en el xv. J . El ~90 ea técnico se caracterizó sobre todo por un continuo m~emento de la energía efectiva del caballo. Procedió directamente ae dos piezas de aparejo: primera, la introducción de la herradura de hierro, probablemente en el siglo IX, un artificio que aumentó el radio de acción del caballo, adaptándole a otras regiones que los prado~. y acrecentó su efectivofoder de tracción dando a sus cascos mayor capacidad de adhesior; •.. Segunda: hacia el sigla X la rno
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CapílU:
del caballo para moler cerealc.s o para elevar agua se extcndi.¡ por teja Europa, a veces sirviendo de suplemento a otras forode energía no humana, El incremento en el número de caballos ' hizo posible, asimismo, por los adelantos en agricultura y por : accesibilidad de las regiones hasta entonces escasamente cultivad, O de montes primitivos del norte de Europa. Esto creó una sin: ción algo parecida a la que se repitió en América durante el perio.: de los primeros colonizadores: éstos, con abundancia de tierra a < disposición, carecían sobre todo de mano de obra, y se vieron (l!.' gados a recurrir 2. ingeniosos dispositivos para ahorrar trabajo (~. las regiones mejor pobladas en el sur con su excedente de mano d obra y sus condiciones de vida más fácil nunca tuvieron que invc: caro Este hecho quizá fue en parte responsable ,Jet altc ;:.~'!:' . iniciativa técnica que señala el período. Pero mientras la energía del caballo aseguró la utilización ,: métodos mecánicos en regiones no favorecidas de otra manera POI : naturaleza, el mayor progreso técnico tuvo lugar en regiones que tenían copiosos suministros de agua y de viento, Fue a lo largo e. los caudalosos ríos, el Ródano y el Danubio, y de los pequeños :rápidos de Italia, y en el Mar del Norte y las zonas bálticas co:: S~lS fuertes vientos, donde esta nueva civilización tuvo sus bases m.ifirmes y algunas de sus más espléndidas expresiones culturales. Las ruedas hidráulicas para elevar agua en una cadena de (;111 jilones y para hacer funcionar figuras automáticas fueron descriupor Filón de Bizancio en el siglo III antes de Cristo, y los molino' de agua fueron claramente registrados en Roma en el siglo I ante, de nuestra era. Antípater de Tesalónica, contemporáneo de Cicerón cantó su elogio
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B5e eotécnica
Vitruvio, en su tratado sobre arquitectura, describe el mecanismo ra regular la velocidad. / ,i, diferencia de los complicados trabajos de carácter san: .ario Je Roma, el molino cie agua jamás cayó por completo en desuso. Hay alusiones a tales molinos, como indica Usher, en una colección de leyes irlandesas en el siglo v, y aparecen a intervalos en otras ky~s y crónicas. Aunque primeramente utilizados para moler grano, ti molino de agua se empleó para serrar madera ya en el siglo IV, y Ij bien, con el hundimiento del imperio y lh disminución de la población, el número de molinos pudo h8ber decrecido durante un ierto tiempo, volvieron otra vez con el rescate de las tierras y su colonización que tuvieron lugar bajo las órdenes ruonásticas alrededor del siglo X; en el tiempo del Donesd ay Dook (o sea, el Registro del Gran Catastro que JJiai'¡J6 ;:::::!:::::: G,,;l1p"mn T el Conquistador) en Inslater, a solamente había cinco mil roolinos -uno nnr r~.,la cuatrocientos habitantese Inglaterra era entonces »n país atrasado al margen de la civilización europea. Hacia el siglo XIV se había lecho COS2 corriente para la manufactura en tedos los grandes centros industriales: Bolonia, Augsburgo, Ulm. Su empleo posiblemente bajó por los ríos hacia los estuarios, pues en el siglo XVI los Países Bajes utilizaban los 1110lin05para aprovechar la fuerza de las mareas. El molino de agua no se usaba sólo para moler grano o elevar agua: proporcionaba energía para hacer pasta de papel con trapos (Ravensburg, 1290): hacía funcionar los martillos y las máquinas de cortar de una herrería (cerca de Dobrilugk, Lausitz, 1320): serraba madera (Augsburgo, 1322): golpeaba el cuero en las tenerías, proporcionaba energía para hilar la seda, se usaba el! los batanes para enfurtir los paños y hacía girar las pulidoras de los armeros. La rnáqUir:htrefi1adora inventada por Rudo1ph de Nurernberg en 1400 era movida por energía hidráulica. En la minería y en el trabajo de los metales el doctor Georg Bauer describió la gran conveniencia de lareo,ergía hidráulica para el bombeo en las minas, y sugirió que si se podía utilizar en form •• adecuada, debería usarse en vez de los caballos o los hombres para hacer funcionar la maquinaria subterránea. Ya en el siglo XV se empleaban los molinos de agua para la trituración de mineral. No se puede sobreestimar la importancia de la energía hidráulica en relación con las industrias del hierro: pues utilizando esta energía fue posible construir mayores fuelles, alcanzar 'mayores temperaturas, usar mayores hornos, y por consiguiente inctementar la producción de hierro. La extensión de dichas .pcraciones, comparadas con las de ho:; ¡
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Capín.'
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en Essen o Gary, eran naturalmente reducidas, pero también lo e: la sociedad. La difusión de la energía fue una ayuda para la difusie' de la población; en tanto el poder industrial fue representado dire tamente por la utilización de la energía, más bien que por la inv. sión financiera, el equilibrio entre las varias regiones de Europa entre la ciudad y el campo dentro de una región se mantenía h,: tante igualado. Gracias a la rápida concentración del poder fin;¡ciero y político en los siglos XVI y XVII, tuvo lugar el crecimien: excesivo de Amberes, Londres, Amsterdam, París, Roma. LVI'" Nápoles. En segundo lugar solamente en cuanto a importancia despu. de la energía hidráulica estaba la fuerza del viento. Cualquiera ql
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pidamente por Europa, y ertuvo amplian.c..: ; -':;~:.:;::¿;d-J :? .' (... del siglo XII. El primer conocimiento --:dinido del molino de vieru procede de un 11rivilegio en 1105 autorizando al abate de Savign. ' instalación de molinos en las diócesis de Evreux, Baveux v COUL1!' ces; en Inglaterra la primera fecha es de 1143. y' en Veneci3 :. de 1332. En 1341 e! obispo de Utrecht trató de establecer su autr ridad sobre los vientos que soplaban sobre su provincia; esto en ,; mismo basta ccsi para establecer el valor industrial del molino de viento en los Países Bajos en aquel momento. Aparte l? turbina de viento, descrita en la lejana fecha de 14.J8 hubo tres tipos. En el más primitivo, la estructura entera hacía fren re al viento dominante; en otro, toda la estructura se giraba par:1 hacerle frente, a veces montada sobre un bote para facilitar esta 0;)(' ración, y en el tipo más desarrollado sólo giraba la torreta. El molino alcanzó su mayor tamaño y su forma más eficiente en manos de los in genieros holandeses hacia el final del siglo XVI, aunque los ingeniero; italianos, incluyendo a Leonardo mismo, a quien se acredita el molino de torre, contribuyeron 10 suyo. En este desarrollo los Países Bajo, fueron casi tanto el centro de producción de energía como In;;)a· terra lo fue durante la época posterior del carbón y del hierro. Las provincias holandesas en particular, una simple franja de arena, empapada de agua y barrida por el viento, arada de ~;¡ lado a otro por el Rin, el Amstel, el Maas, perfeccionó el molino de viento hasta su más alto grado; molió el grano producido por los ricos pra· dos, serró la madera traída desde la costa báltica para construir una gran marina mercante y molió las especies -unas quinientas m!J libras al año en el siglo XVIIque Se traían de Oriente. Una civiJ¡· zación se extendió de abajo arriba de las 1 urbosac tierras pan· tanos y las playas estrechas desde Flandes al Elba, pues las orillas
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jooas y frisias occidentales habían sido repobladas por colonos hondeses en el siglo XII. Por encima de todo, el molino fue el agente principal de habi"t~,:iún de las tierras. La amenaza de inundación por el mar impulsó J estos pescadores y agricultores del mar del Norte a tratar no sólo tic: controlar el agua misma, sino de echarla atrás, para añadir tierra. El objetivo merecía el esfuerzo, pues este suelo difícil proporcionó ricos pastos, después (~~ ser deseca.'o y fertilizado. Llevada primeramente a cabo pcr las órdenes monásticas, esta rehabilitación de las tierras se había convertido en el siglo XVI en una de las ma;-'Oresindustrias de los holandeses. Una vez construidos los diques, Sin embargo, el problema era mantener la zona baio el nivel del mar libre de las aguas: el molino, que funciona precisamente con más -egularidad Y tuerza preCiS<1I1J<::'"L'-ú:';~:':: ;:::~~impetuosas son las tormcutas, fue el medio de achicar las aguas de las crecidas de los .íos y los canales: mantuvo el equilibrio entre el agua y la tierra ,ue hizo posible la vida en esta precaria situación. Bajo el estímulo de la propia necesidad, los holandeses se convirtieron en los ingenieros guías de Europa: sus únicos rivales estaban en Italia. Cuando los ingleses, a principios del siglo XVII, desearon desecar sus marjales, invitaron a Cornelius Verrneyden, un célebre ingeniero holandés, pala realizar el trabajo. El beneficio en energía mediante el l'SO de la fuerza del viento y del agua no fue sólo directo. Al hacer posible el cultivo del rico suelo del pólder, estos instrumentos mecánicos invirtieron esa con, tinua degradación causada per la tala de la cubierta forestal y del sistema imprevisor agrícola que siguió a las mejores prácticas romanas. La preparación y el riego .le la tierra constituyen el signo de una agricultura planeada y regeneradora; el molino aumentó en términos absolutos la cantidad de energía disponible ayudando a abrir ~ID!11etamente esas tierras ricas, así come a protegerlas y ayudarlas a (lar Sus productos esenciales. Este desarrollo de la energía del viento y del agua no alcanzó SU-apogeo en la mayor parte de Europa hasta el siglo XVII. ¿edn ~ande fue el incremento de la energía no orgánica aplicada a la producción? Es difícil, quizá imposible, hacer ni siquiera una supoSición acerca de la cantidad total de energía disponible: lo único que se puede decir es que aumentó continuamente a partir del siglo XI. Matx observó que en Holanda todavía en el año 1836 había 12.000 lllolinos que producían hasta seis mil caballos de fuerza. Pero la ~titrac¡ón es baia, pues una autoridad estima la potencia media de los. molinos holandeses hasta de dic¿ caballos Je fU~:7,a cada 'JnC';
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Capítulo
por su parte Vowles observa que el tipo antiguo de molino holand.. con cuatro aspas de veinticuatro pies cada una y seis pies de ancl. producía alrededor de 4,5 caballos de fuerza con un viento de veim. millas. Naturalmente esta estimación no incluye la energía del azu. que se utilizaba. En potencia, la energía como cantidad disponible para la producción era elevada si se comparaba con la de cualquic civilización anterior. En el Si:;~0 XVII la más poderosa máquina prr ductora 2:: energía era la de los juegos de aguas de VersaIles: prr duda cien caballos de fuerza y podía elev-r »n miI!ón de galones a día a unos 502 pies. Pero ya el 1582 las bombas de los molinos el,. Peter Morice movidos por la marea, construidas en Londres, eleva ban cuatro millones de galones de agua por día a través de u: tubo oe 12 pult;"c1,,~ " ,~~j:.";:itode 128 pies c~ealtura. Puesto que el suministro de viento yagua estaban sometidoa los caprichos del clima local y de la precipitación anual, se podía;' probablemente comparar con las actuales suspensiones debidas a ]a, variaciones de las necesidades de la mano de obra, así como a j;¡, huelgas, a los cierres de las fábricas y a la superproducción. Adern.ide esto, como no se podía monopolizar de manera efectiva ni la fuerza del viento ni la del agua, a pesar de los muchos esfuerzo; realizados desde el siglo XIII en adelante para prohibir los pequeño' molinos y molinillos para especias y establecer la molienda como coso rurnbre en casa del molino del señor, la fuente de energía era libre: una vez construido el molino no añadía nada al cesto de la produc ción. A diferencia de la ulterior máquina de vapor, un considerable y costoso artefacto, se podían construir y se construyeron muy pequeños y primitivos molinos de agua, y como la mayoría de la, partes en movimiento eran de madera y de piedra, el costo original era reducido y la deteriorización a través del desgaste del tiempo no era tan grande como 10 hubiera sido tratándose del hierro. El molino servía para una larga vid«. el mantenimiento era cosa nominal, el suministro de energía era inagotable. y muy lejos de asolar la tierra y dejar detrás escombros y aldeas despobladas, como ocurrh con la minería, los molinos ayudaban a enriquecer la tierra y a facI' litar una agricultura estable conservadora. Gracias a los humildes servicios del viento y del agua, llegó a existir una gran «intelligentsia», ':! las grandes obras de arte y cien· cia e ingeniería pudieron crearse sin recurrir a la esclavitud; una liberación de la energía, una victoria para el espíritu humano. Si se miden las ganancias no en cabal!os-vapor originalmente utilizados sino en rraoaio íinaimente ,.:!akado, el VrkG'J eotécniro puede mmpa· rarse favorablemente tanto con las épocas que le precedieron comO
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l:J fase eotécnica
~".llas que le siguieron. Cuando las industrias textiles alcanzaron un volumen desconocido de producción en el siglo XVIII, ello se debió prim:ipalmen~e a la fuerza motriz del agua y no a la d., la máquina de vapor, y la primera fuente de energía que superó lo: pobres 5 ó 10 por 100 de eficiencia de las primeras máquinas de vapor fue la turbina de agua de Fourneyron, un desarrollo de la rueda barroca perfeccionada en 1832. A mitad del siglo XIX las turbinas hidráulicas de 500 H. P. ya habían sido construidas. SencilIamente, la mot¡~dla revolución industrial se hubiera realizado y hubiera continuado sin interrupción aunque no se hubiera sacado una tonelada de carbón en Inglaterra y 1'0 se hubiera abierto una mina de hierro.
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4. Tronco, plancha
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La identificación mística con la "ida de los VJt'jOS montes, que u.io siente en las baladas y en los cuentos populares de la época, expresaban un hecho que estaba apareciendo; la madera er.; el rnate.ial universal de la econemía eotécnica. Antes que nada, la madera era la base de su edificio. Todas las formas complicadas de albañilería dependían de la labor del carpintero; no era simplemente que los pilares mismos, en el más ta.dío gótico, se parecieran a troncos de árboles entrelazados o que la luz !iItrada dentro de la iglesia tuviera la penumbra del bosque, mientras que el efecto del cristal brillante fuera como el cielo azul o la pues ea del sol vistos a través de las ramas; el hecho es que ninguna de estas construcciones era posible sin un complicado trabajo de imitación de la madera, ni hubiera sido posible levantar a las alturas convenientes las piedras sin grúas de madera y sin tornos. Además, la madera alternaba con la piedra como material ¿~ construcción, y cuando en el ~i610XVI las ventanas de las viviendas empezaron a imitar-en anchura y claridad las de los edificios públicos, las vigas de madera llevaban la carga a través de un espacio imposible para que ';salvaran las ordinarias construcciones de piedra o de ladrillo; en tIamburgo las casas de los habitantes del siglo XVI tienen ventanas en toda la fachada. '::"En cuanto a las herramientas y utensilios corrientes de la época, lo normal era que fuesen de madera. Las herramientas del carpintero et~ de madera, excepto la última parte cortante: el rastrillo, el yugo ara uncir los bueyes, el carro, el carromato, eran de madera; tarnién lo era la tina de lavarse en el baño, lo era el cubo y asimismo a'.¿scoba, y en algunas Pli1'!CS de ~l'rcr:: t'l"!"hiét! era de madera el
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del pobre) La madera servía al granjero y al obrero texti: el telar y el torno de hilar, las prensas para el aceite y para el vil' eran de madera, y hasta cien años después de inventada la prens 1 (. la imprenta aún se hacía de madera:! Las tuberías mismas que l1e.., ban el agua a las ciudades era con frecuencia troncos de árboles. lo eran los cilindros de las bombas. Se mecían cunas de madera. ' dormía en camas de madera, y cuando se comía se sentaba uno ;]!l[( una «tabla», o sea, la mesa':'¡ Se fab+caba cerveza en un gran rcci piente de madera y se vertía el licor en un barril de madera. L(I· tapones de corcho introducidos después del invento de la botella ti, cristal o de vidrio empezaron a ser mencionados en el siglo xv. l.obarcos, naturalmente, eran de madera y se clavaban con macler .. Pero decir C.)LU __;) ~:Jj-¡plciJ.j":iitc que las principales máquir ' de la industria eran igualmente de madera: el torno la máquina herramienta más importante de aouei período era enteramente ti, madera, no sólo la base sino las partes móviles. Todas las panes d. molino de viento y del molino de agua, excepto las de los elementocortantes eral' de madera, incluso el engranaje; las bombas eran ~(\ bre todo de madera, y hasta la máquina de vapor, aún en el siglo xix tenía una gran parte de piezas de madera; la caldera misma pod .. ser en forma de barril, dejándose el metal para las partes expuestaal fuego. En todas las operaciones de la industria, la madera des empeñó una parte fuera de toda proporción comparada con los metales. Ji en realidad no hubiera sido por la demanda de metal ¡w.1 las monedas, las armaduras, los cañones y las balas durante este pe ríodo, la necesidad de metales hubiera sido relativamente insignili cante; no fue meramente el uso de la madera en forma directa, sin.' sus partes correspondientes a la minería y a la forja y fundición. los que fueron responsables, como ya señalé anteriormente, de L1 destrucción de los montes. Las operaciones mineras exigían vigas para apuntalamientos; carros de madera transportaban el mineral, y plan chas de madera llevab-vi la cargr sobre la superficie desigual de 1:1 milla. La mayor parte de las máquinas e invenciones clave de la última edad industrial se desarrollaron primeramente en madera antes de ser trasladadas al metal; la madera proporcionó el entrenamiento para el nuevo industrialismo. La deuda del hierro respecto de la madera era importante. Ya en 1820 Ithiel Town, un arquitecto de New Haven, patentó un nuevo tipo de puente sostenido con viga, de enrejado, libre de la acción del arco y del empuje horiwntal. que se convirtió en el pro. oiipo de muchos puentes posteriores 2e hierro. Como materia prima, como instrumento, como máquina-herra-
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••• fase eotécnica
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mienta, como máquina, corno utensilio y como obra como combustible y cemo producto final la mad-ra era el recurso industrial domir.ante de la fase eotécnica. El viento, el agua y la madera se combinaron para constituir la ~ase de aún otro importante desarrollo técnico, la fabricación y funcionamiento de ernbarcaciones y buques. Si el siglo XII presenció la introducción de la brújula para los marinos, el siglo xnr trajo la instalación del timón permanente, W1do en vez de los remos para dirigir un barco, y el XVI int!'C'-:',,!n p1 empleo dl: reloj para determinar la longitud 'y el uso del cuadrante para determinar la latiu.d, mientras [a rueda de pr 'etas, que no iba a resulto, importante hasta el siglo XIX fue inventada yd en el siglo VI, v realizada definitivamente en 14 J 0, aunque no se empezó d usar hasta más tarde, Debido ~ las necesidades de la navegación se ideó ese magnífico instrumento de ahorro de trabajo. Le tablas de logaritmos, elaboradas por Briggs sobre la base de Napier, y un ¡>OCA más de un s.glo después el cronómetro de los barcos fue finalmente perfeccionado por Harrison. Al principio de este período las velas, que hasta entonces se habían empleado sobre todo acompañadas de los remos, empezaron ~ sustituir a éstos y el viento vino a ocupar el puesto del músculo numano para impulsar a las naves. En el siglo xv nació el barco (le dos mástiles, pero dependía de un buen viento Hacia 1500 apa. reció el tres palos y se había perfeccionado tanto que podía andar contra el- viento; al fin eran posibles los viajes oceánicos de altura, sin necesidad de la audacia de un vikingo o la paciencia de Job. A medida que aurnentab m los barcos y se perfeccionaba el arte de navegar, se desarrollaban los puertos, se colocaban faros en los puntos peligrosos de las cestas, y a principios del siglo XVIII se anclaron ,~os primeros buque-faro en las Note Sanos a lo largo de la costa U1glesa. Al crecer la confianza en su habilidad para navegar, pala avanzar, hallar su posición y alcanzar el puerto, el marino sustituyó las"rutas de tierra por los rumbos del mar. El beneficio económico debido al transporte por el agua fue calculado por Adam Smith: «Un carromato de anchos ejes», observa en La Riqueza de las Naciones, «<;?nducido por dos hombres y arrastrado por ocho caballos, en aproximadamente seis serpanas lleva y trae entre Londres y Edirnburgo cerca de cuatro toneladas de mercancías. En el mismo tiempo aproximadamente un barco tripulado por seis u ocho hombres, y ~vegando entre los puertos de Londres y Leith, lleva y trae con fie(:TJcncia docrienras toneladas de pese cn mercancías. Por tanto, seis..u ocho hombres, con la ayuda del transporte por agua pue.lci.
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llevar y traer en el mismo tiemno la misma cantidad de mercann entre Londres y Edimburgo que 50 carromatos grandes, conducid por un centenar de hombres y arrastrados por 400 caballos». Pero los barcos no servían sólo para facilitar el transporte ternacional y comerciar con el otro lado Gel océano y a lo lar~(\ . los ríos continentales: los barcos también servían para el tran'I"'" regional y local. Las dos ciudades predominantes, una al princiiy la ot ••• al final del período ea técnico fueron Venecia y Ainstcrdar ambas construidas sobre pilotes, ambas servidas por »na red de e nales. El canal en sí era una an tigua obra de ingeniería; pero , uso extendido en Europa occidental, caracterizó claramente esrn 1'1.. \'2 economí~. A partir del ~iglo ~~I los canales cúlIlplen:entaron¡ 1. corrientes (te agua naturaies: útiles (1 18:; .0~~:' ~n "fr>~n ~' '1"1'" miento, v en ambos sectores un don para ia agricultura, los ca.ul, se convirtieron también en las nuevas rutas en las regiones más ti arrolladas de EUHJpa Fue en los canales de Holanda en donde I1:1Cj, el primer servicio regular y seguro de transporte, casi dos sigloantes que el ferrocarril. «Excepto en casos de h,,1ada», como o:' serva el doctor H, W. Van Loon, -el barco d-I canal circulaba cor tanta regularidad como un tren. No dependía del viento ni de J.¡ condición de las carreteras», Y el servicio era frecuente; había ¿iL,i séis barcos cada día entre Delft y Rotterdam. El primer gran canal de gran navegación fue el que unió e! RíJtico y e! Elba, pero hacia el siglo XVII Holanda disponía de una red de canales locales y regionales que servían para coordinar la industria, la agricultura y el transporte, Incidentalmente, las contenidas y serenas aguas del canal, con sus orillas inclinadas y su sendero p,,;'a el remolque eran un sistema de gran ahorro de trabajo; la efectividad de un hombre y un simple caballo, o la de un hombre y un largo palo es incomparablemente mayor por una vía de agua que por un camino dI' tierra. El orden del desarrollo en este aspecto es significativo. Aparte de sus comienzos en Italia -incluyendo el plan de Leonardo para mejorar la navegación de los ríos mediante la canalización y las esclusasel primer gran sistema de canales se desarrolló en los Paises Bajos, en donde fueron instituidos por los romanos; después en Francia en el siglo XVII, con los canales de Briare, del Centro y del Languedoc, después en Inglaterra en el siglo XVIII, y, finalmente en América, excepto por lo que se refiere a los canales de poca importancia de la ciudad de Nueva Amsterdam en el siglo XVIII. Los países desarrollados de la era paleo.écnica fueron en este aspecto los atrasados de la fase eotécnica. Y así como los molinos de viento
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y los de agua sirvieron para distribuir energía, así el canal distribuyó población y bienes y efectuó una unión más estrecha entre la ciudad v do campo. Incluso en América puede uno ver la típica estructura cotécnica de la población y la industria ea e! Estado de Nueva York :iliededor de 1850, cuando sobre la base de los aserraderos, los molinos harineros y un sistema entrelazado de canales y sucias carreteras, todo el Estado se pobló con una notable uniformidad, y' se dispuso en casi cada punto de rodc la región de las oportuni::lades industriales, Este equilibrio e~~:: !~?gricultura v la industria, esta Jifusión de civilización, fue una Je las grandes realizaciones del período eotécnico; ha~,a hoy día le ha dado al pueblecito holandés un toque visible de fina urcanidad , y presenta un notable contraste ron e! atroz ¿esequilihrio del período que siguió. ]:'1 ~psf:';':llb de los barcos, pU<:1Luii,f:::8: ~' ,..,n"lp~ continuó con firmeza; en realidad, _: complejo eoiécnico se mantuvo compacto durante más tiempo en cuestiones marítimas que en otro sector cualquiera de actividad. "SI tipo más rápido de barco de vela, el clipper, no fue proyectado hasta los años 1840, y hasta e! siglo xx el tipo triangular de vela mayor no sustituyó al polígono excesivamente pesado del barco más pequeño, aumentando su velocidad. El barco de vela, como el molino de viento y el de agua, estaba a i..erced del viento y del agua, Pero las ganancias en ahorro de mano de obra y en caballos de fuerza, aunque incalculables, eran tremendamente importantes. El hablar de la energía como de una adquisición reciente de la industria es olvidar la energía cinética de la caída del agua y del movimiento del aire, mientras que olvidar la parte del barco de vela en la utilización de la energía, es revelar una ignorancia de marinero en tierra acerca de las realidades de la vida económica desde el siglo XII hasta el tercer cuarto de! XIX. Aparte de esto fue indirectamente un factor de rac;onalización de la producción y de normalización de los productos, Así se construyeron en Holanda grandes fábricas el". galletas pora los barcos en el siglo XVTIJ y la manufactura de ropa de confección para los paisanos empezó primero en New Bedford, hacia los años 1840 debido a la necesidad de vestir rápidamente a los marinos cuando llegaban a puerto, 5, A través de un cristal, con claridad Pero lo más importante de todo fue el papel desempeñado por el cristal e el vidrio en la economía eotécnica. A través del cristal se concibieron nuevos mundos, se !1:cierJn .IC~loio;e~/ se (lr~\·elf1rC'n.
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Mucho más significativo por lo que se refiere a la civilización y a ¡ cultura que el progreso en las artes metalúrgicas hasta el siglo X\'II fue el gran adelanto en la fabricación del vidrio. El vidrio mismo era un muy antiguo descubrimiento de los e¡2il cios, o es posible que de pueblos aún más primitivos. Se han erxr» trado cuentas de vidrio hasta de 1800 antes de Cristo y en casas (1 Pompeya se encontraron vano' para ventanas dI" crista1. Al ccnicn. de la Edad Media, 10, hnrnns empezaron a aparecer otra vez, p, mero en los distritos forestales próximos a los monasterios, despu. cerca de las riudades, se utilizó el vidrio para los recipientes d. líquidos y para c:,::,;::o~r'..;ir1:1S ventanas de los edificios públicos L primera clase de vidrio era de textura y de acabado descuidado, pero hacia el siglo XII se fub;::c6 "."~~:":2 ~~ -=::'~C'''' i~:~.,~n,~. pl U~\ cie es ros cri:,taic, ~;. l"s vidrieras ":e las nuevas iglesias, dejand pasar la luz, modificándola y transformándola, proporcionó una .ne lancólica claridad con las que las esculturas más labradas v los nrude las iglesias barrocas sólo podían rivalizar débilmente. . En el siglo XIII ce habían fundado los famosos talleres de \'¡ drio de Murano, cerca de Venecia, par::: ventanas, farolas de buquey copas. A pesar del enorme cuidado par? mantener el secreto dt los métodos técnicos de los obreros del vidrio veneriano, el C0dOcimiento del arte se extendió a otras partes de Europa; hacia 1373 había un gremio de fabricantes de vidrio en Nurernberg, y el desarrollo de esa industria continuó regularmente en otras partes de Europa. En Francia fue uno de los primeros negocios que pudo llevarse a cabo por una familia noble (adoptando así las caracterís ticas de la manufactura de porcelana), y ya en 16.3 5 sir Roben Mansell consiguió el n.onopolio de la fabricacicin de vidrio duro en consideración a que era la primera persona que había usado el carbón mineral en vez de la leña en sus hornos Je Inglaterra El áesarrollo del vidrio cambió el aspecto de la vida del h0gar. particularmente en las regiones de inviernos largos y de días nubosos Al principio era un artículo tan precioso que los paneles de ese material eran movibles y se guardaban cuando los ocupantes de la cas., la dejaban por cierto tiempo. El alto coste limitaba el uso del cristal a los edificios públicos, pero poco a poco se abrió paso hacia las viviendas particulares. Silvio Eneas Piccolomini observó que en 1448 la mitad de las casas de Viena tenían cristales, y hacia fines del siglo XVI el cristal había conseguido un lugar en el proyecto y en la construcciór: de la vivienda que nunca había tenido hacia entonces. En ..¡jl1clil,;,¡r::¡ sigi.io un ces¡;:¡oiln ¡":1caldo. Pn" carta inédita, fechada en 1385, escrita en Jatín y firmada John, refiere
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que «en Bois-le-Duc l.ay máquinas maravillosas, incluso para elevar agua, zurrar pieles y limpiar tela. Allí, también, cultivan plantas en pabellones con cristales vueltos hacia el mediodía». Los invernaderos, qu~ utilizaban «lapis specu1aris», una especie de mica, en vez de vidrio, fueron ya empleados por el emperador Tiberio, pero el invernadero de cristal fue probablemente un invento eotécnico, Alargó el período de crecimiento en el norte de Europa, aumentó, por así decirlo, el margen climático de una región y utilizó la energía solar y'uc .lc otra m:!!1e~':! "~ h"hif'ra p .rdido, otro claro beneficio, " .as importante irJ"luso pam la industria, el cristal aumentó la extensión del día de trabajo con tiempo frío e inclemente, particular. mente en las regiones del norte. El tener luz en la vivienda o en el invernadero sin estar sornetidos :J frío; a la lluvia o a la nieve, fue la gran rnnt"ihnrinn 8 In regularidad de la vida doméstica y la rutir.a de los negocios, Esta sustitución de las contraventanas de madera o de los papeles aceitados o de la muselina por los cristales no llegó a ser del todo completa hasta fines del XVII, es decir, hasta que los procedimientos de fabricación de vidrio se perfeccionaron, se abarataron y se multiplicó el número de hornos. Mientras tanto, el producto mismo hahia ido siguiendo un proceso hacia la clarificación y la purificación, Ya en 1300 se fabricaba vidrio puro sin color en Murano; hecho establecido por una ley que imponía un duro castigo por la utilización de vidrio ordinario para los lentes. Al perder el color y dejar dl servir de pintura -función para ia que hahía servido en la decoración de la iglesia medieval - y al dejar pasar, en su lugar, las formas y colores del mundo externo, el vidrio sirvió también como símbolo d~1 doble proceso de naturalismo y abstracción que había empezado ,át~aracterizar el pensamiento de Europa. Más aún, aceleró dicho .R!oceso. El vidrio ayudó a poner el mundo en un marco, hizo posible ver ciertos elementos de la realidad m~~ claramente, y enfocó ía~':atención hacia un campo más definido, a saber, 10- que estaba limitado por -l marco. ,:í.EI simbolismo medieval se disolvió y el mundo se convirtió en ~ni~'lugar muy diferen.e tan pronto como se le contempló a través d~'cristales. El primer cambio ocurrió con el uso de las lentes con;~as en las gafas; éstas corregían el aplastamiento de la lente hum\na debido a la edad, y el defecto de la presbicia; Singer ha suge¡ido que el renacimiento hurnanístico debería en parte atribuirse nl,j¡número de años adicionales de vista para leer que 10s lentes dieron j~Ia vida humana. Los anteojos fueron ya muy usados en el siglo XV, ,cuando, con el invento de j,¡ ir.l¡JrF uta, S~ í'lé'd:.;jo ur.a gran nece-
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sidad de los mismos. Y a Iinec de aquel siglo se introdujo la lcn: cóncava para corregir la miopía. La naturaleza había proporcionad lentes en cada gota de rocío y en la goma ue cada árbol de bálsan» pero quedaba para los ea técnicos el utilizar aquel hecho. Se suc' atribuir a Roger Bacon la invención de los anteojos; el hecho l que aparte todas las conjeturas y anticipaciones su mayor labor cie: tífica le fue en la óptica. Mucho antes del siglo X'.'I, los árabes habían descubierto el u' (1~ un '"bo largo pera aislar y concentrar el campo de las estrellas ( observación, pero fue un óptico holandés, johann Lippersheirn, quic: en 1 Á05 inventó el telescopio y sugirió así a Galileo el medio eficicm para realizar observaciones astronórr.icas. En 1590 otro holandés, l óptico Zacharias Jansen inventó el lll:::r()
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este hecho con mis propios ojos.» El empleo de los lentes en los 5igl(1~que siguieron ensalzaron la autoridad del ojo. El desarrollo del cristal tuvo otra importante función. Si la 111'''va astronomía era inconcebible sin él, y si la bacteriología hubiera sido imposible, es casi tan cierto que la química se hubiera visto seriamente perjudicada sin este desarrollo. El profesor J. L. Myres, el arqueólcgo clásico ha sugerido incluso que el atraso de los griegos en quimica fue debido a la falta de un buen cristal. Pues el cristal tiene propiedades únicas, no solamente puede fabricarse transpa rente, sino que es para la mayor parte de los elementos y cornpuestos químicos, resistente a cambios L¡uímicos; tiene la gran ven:aja de permanecer neutral al experimento mismo, mientras permite al observador ver lo que ocurre en c~ tubo. Fácil Je limpiar, fácil de cerrar, fácil de transformar en cuanto a su forma, lo bastante fuerte para (lile globos regi.larmen te delgados pue.ian sopor tr: la presión atmosférica cuando se hace el vacío, el cristal tiene una cornbinac:2'l de propiedades que ningún recipiente de madera, de metal o de barro puede alcanzar. Además, puede sornc.crse a temperaturas relativamente altas -cosa que resultó irnportante en el siglo XIXy es aislante. La retorta. el alambique, la probe.a, el barómetro, el termómetro las lentes ;' el portaobjetos del microscopio, la luz eléctrica, el tubo de rayos X, el audión ; todos esos
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Capítulo
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la introducción de los canales y de las obras r1e elevación median" tuberías para su circulación ¡:;Jr toda la ciudad, sólo hicieron l proceso más Hd y más universal. Una visión más penetrante, u' interés más vivo por el mundo externo, una respuesta más precis. a una imagen clarificada: estas características iban de la mano cc: la extensa introducción del cristal.
6, El cristal y el ego
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Si el mundo externo fue cambiado por el cristal, el interno k asimismo modificado, El cric.al tuvo un .fecto profundo sobre e desarrollo de la r('!~()1"~l;(brl: en realidad, ayudó a alterar el COI'
cepto mismo del yo, En pequeña escala, los romanos habían usado el cristal parn io, pero el fondo era oscuro y la imagen no era más clara qUl lo hubiera sido en la superficie pulida de un metal. Hacia el siglo X\'¡ incluso antes de la invención del vidrio o cristal cilindrado que siguió unos cien años después, ia superficie mecánica del cristal había perfeccionado de tal manera que, cubriéndola con una ama: gama de plata, pudo crearse un excelente espejo. Este fue técnica mente quizá, según Schulz, punto más alto en la fabricación de cristal veneciano. Con ello los espejos grandes resultaron relativa mente baratos y el espejo de mano fue cosa corriente, Posiblemente por primera' vez, excepto por lo que se refiere a la, reflexiones en el agua y las apagadas superficies de los espejo, de metal, fue posible hallar una imagen que correspondia con pre cisión a lo que otros veían. No simpleruente en lo Íntimo del tecador, en la casa ajena, en una reunión pública, la imagen del ego en actitudes nuevas e inesperadas le acompañaban a uno El prin cipe más poderoso del siglo XVII creó un vasto salón con espejos, y en la casa del burgués se extendió de una habitación a otra. Con' ciencia de sí mismo, introspección, conversación con el espejo se desarrollaron con el nuevo objeto mismo; esta preocupación por \J imagen de uno llega al umbral de la personalidad madura cuando el joven Narciso contempla larga y profundamente la superficie de la charca y el sentido de la personalidad separada, una percepción de los atributos objetivos de la propia identidad, nace de esta co munión. El uso del espejo señaló el principio de la biografía introspectiva en destilo moderno, es decir, :10 corno un medio de ediíicaciór sinO como una pintura del yo, de sus profundidades, sus misterios, su'
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dúm.nsiones internas. El yo en el espejo corresponde al mundo físico que fue expuesto a la luz por las ciencias naturales en la misma época; era el yo in abstracto, sólo una parte del yo real, la parte que uno puede separar del fondo de la naturaleza y de la presencia influyente de los demás hombres. Pero hay un valor en esa personalidad del espejo que otras culturas más .ngenuas no poseen. Si la imagen que uno ve en el espejo es abstracta, no es ideal O mítica; cuanllJ más preciso es :1 instrumento fís;,:o, cuanto rn., ver es la luz, más implacablemente ::::.:e~tra los pfprtos de la edad, la enfe-rnedad, la decepción, la {lustració¡;, la astucia, la codicia, la debilidad, todo aparece tan claramente como la salud, la alegria y la confianza. Cuando se encuentra uno en perfecto estado de salud y de acuerdo con el mundo no necesita uno el espejo, es en el período d- desinlegración psíquica cuam':u la i-'':'~:;':;;::'~;:'::'::-:~:•.:r1,.~1 se vuelve hada la imager, scledosa para ver que hay allí, de hecho, y qué es lo que puede agarrar, y fue en el p-ríodo de desintegración cultural cuando los hombres empezaron a levantar el espejo hacia la naturaleza exterior. ¿Quién es el mayor de los biógrafos introspectivos? ¿Dónde se le encuentra? No es otro ,:!ue Rembrandt, y no es por casualidad que fuera holandés. Rembrandt sentía mucho interés por los doctores y los burgueses que tenía a su alrededor, corno joven era aún b"mSre de gremio j todavía poseía la personalidad suficiente del hombre de corporación para pintar aquellos retratos colectivos qUf' pudieron encargarle los miembros de la Ronda de Noche o el Colegio de Médicos, aunque ya estuviera jugando con sus convenciones. Pero llegó a la sustancia de su arte en la serie de autorretratos que pintó, porque fue en parte de la cara que encontró en el espejo, del conocimiento de sí mismo que logró y expresó en esta comunión, como cónsiguió la intuición que aplicó a otros hombres. Un poco después que Rembrandt, Annecy, la Venecia de los Alpes, albergó a otro pintor retratista e introsp-rcionista, Juan Jacobo Rousseau quien, más que Montaigne, fue el padre de la biografía literaria moderna y,de la novela psicológica. La exploración del alma solitaria, la personalidad abstracta subsistió en la obra de los poetas y los pintores incluso después de que el.complejo eotécnico desapareciera y que los artistas que una vez lo habían dominado, se vieran arrastrados por un mundo más hostil e indiferente a las imágenes visuales y contrarias a la unicidad del alma individual, se vieran arrastrados hasta el punto de la completa &p~tlación v de la locura. Basta observar aquí que eliminar al yo dcl mundo =-e método
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Capituio
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conOCIm1entoen expansión, Algunas de estas invenciones necesarias, como el torno y el telar, eran mucho más antiguas que el período eotécnico; otras como el reloj mecánico, nacieron con el renovado impulso hacia la regularidad y la regimentación. Sólo después de haber dado aquellos pasos podían florecer las invenciones secundanas; la regulación del movimiento, que hizo el reloj más preciso; el invento de la lanzadera móvil que hacía más rápido e! tejer, la prensarotativa, que incrernentaba la producción de material impreso. Hay que :,oner de manifiesto ahora un punto importante, los inventos del período eotécnico fueron sólo en cierta medida el producto directc de la destreza y del conocimiento artesanos. procedentes de la rutina regular dc la industria. La tendencia a la organizaciónpor oficios, reglamentados en provecho de una labor estandardizada y eficiente. garantizada pcr monopoi.os iocaies, era en conjunto conservadora, aunque en los oficios de la construcción. entre lossiglos x y xv, hubo indudablemente muchos audaces inr ovadores. Al principio, el conocimiento, la habilidad y la experiencia, fueron monopolio del gremio. Con e! crecimiento del capitalismo llegó la roncesión de monopolios especiales, primero a las compañías constituidas y después a los propietarios de patentes especiales concedidas por invenciones originales específicas. Esto fue propuesto por Baconen 1601 y ocurrió por vez primera en Iuglaterra en 1624. A partir de entonces, «no se menopolizó la herencia del pasado sino elalejamien tú de elIa». Se ofreció un incentivo especial a a::¡uellos cuyo ingenio mecánico suplantaba los reglamentos económicos y sociales de los gremios. En esta situación, era natural que los inventos ocuparan la atención de los que se encontraban fuera del sistema industrial 7. Los inventos principales miSmo,el ingeniero militar, e incluso e! aficionado en cualquiera de Entre los años 1000 y 1750 en Europa occidental las nuevas ¡;(. ~.'aspectos de la vida. El invento era un medio de escapar a su nicas Íomentaron y adaptaron una serie de inventos '! descubrimier.· ~i6pia clase o de conseguir la-riqueza particular dentro d~ ella; si tos fundamentales, fueron 1~ hase de los rápidos progresos que ',:' d monarca absoluto podía decir «L'Etat c'est moi», el inventor con podía en -fccto decir «El gremio soy /0». Mientras que la guieron. Y la velocidad del movimiento final, como la rapi¿~z ..:~ un ataque de un ejército, fue proporcional a 10 completo de la pre: pet,{etciÓtldetallada de los inventos era, con mayor frecuencia, obra paración. Una vez la brecha abierta en la línea, era fácil que e m,trabaj:¡dores capacitados del ramo, la idea decisiva era a menudo aficionados. Los inventos mecánicos rompieron el sistema resto del ejército pasara por ella, pero mientras ese primer acto nc ~r,'de de la industria, del mismo modo que luego iban a amenazar se hubiera cumplido el ejército, aunque fuerte y ardiente y tumul· ~stas tuoso, no podía moverse ni una pulgada. Los principales invent~' q división de castas de la sociedad misma. 1 hicieron nacer algo que hasta entonces no existía: relojes mec-· · *",Pero la invención más importante no tenía relación directa in¡ 'cc., ,..1 telesco+io. papel barato, la impresión, la prensa de imprl' ifrial de ninguna clase, es decir, la invención del método experi~t:1.1en h ciencia. Este fue sin cuela alguna la mayor realización mir, la brújula, el método cientii.co, invencione; que ~rr,nrr,('(r(1; :Iaiffase eotécnica, su efecto completo en la técnica no empezó a para otras invenciones, conocimiento que constituía el núcleo de un
del yo -el método de la biografía introspectiva y de la poesía r" mánticaeran fases complementarias de un mismo proceso. l'vlucl se aprendió gracias a aquella disociación, pues en e! acto de dcsi: tegrar la totalidad de la experiencia humana, los diferentes fr.¡~ mentas atómicos que la componían s= vieron más claramente v , entendieron sin esfuerzo. Si e! procerlimiento en sí era dispar-n.n] el método que se derivaba de él era valic,x.. El mundo concebido y observado por la cie.icia y <,,) -nun.' revelado por e! pintor, ambos eran vistos a través \. :::::; la aYI"! de c-istalcs, lentes, microscopios, telescopios, espejos, ventanas. (QI era el nuevo caballete, sino una ventana móvi; abierta sobre 1:' mundo imaginario? Aquella meri.e aguda científica, Descartes. :'lpscribir el libre) sobre histeria natural que jamás escribió, 111e:' ciona cuánto desearía íinalmen-e describir, «cómo de aquellas (e nizas, con la simple intensidad de su acción [de! calor] se Iorn.nl el vidrio, pues esta transmutación de cenizas en vidrio me paree a mí tan maravillosa como ninguna otra en la naturaleza, serui.i 1.. placer especial en describirla». Se puede muy bien comprender eSI, placer. El vidrio era de hecho la rnir+lla por donde uno conte;' plaba U:1 nuevo mundo. A través del cristal algunos de los misteri-: de la naturaleza se volvían transparentes. No hay que asombrars: pues, de que quizá el filósofo con más amplios intereses del siglo XV!: que se encontraba a gusto lo mismo en ética que en política. e ciencia que en religión, fuera Beni to Spinoza, no solamente hO!J:' dés, sino un pulidor de lentes.
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sentirse hasta mitad del siglo XIX. El método experimental, COIllIl ' ...do, cuando los barcos venían y se iban con la regularidad de cuerhe señalado, tenía una gran deuda con la transformación de las' ;OS celestes. Y tenían razón, hcbía algo cósmico en ello. El haber nicas, pues la relativa impersonalidad de los nuevos instrurnen« ::tcho visible tanto orden .io era un pequeño triunfo. máquinas, particularmente los autómatas, deber; haber ayud~dr' En la invención mecánica propiamente dicha, la principal innoconstituir la creencia en un mundo igualmente impersonal de he,' ttci6n ea técnica era naturalmente el reloj mecánico. Al final de la bn-v-s e irreducibles, funcionando tan independientemente corno :ue eotécnica, el reloj doméstico se había convertido en U¡1 elereloj y atejc+o de los deseos del observador, la reorganización de- I jl(nto usual del ajuar de la casa. excepto entre los trabajadores inexperiencia en tprminos de causaiiriad lUU.:~¡;¡C;: y e: desarroilo . I Justriales más pobres y los campesinos, y el reloj de bolsillo era experimentos cooperativos, controlados, repetibles, verificabíes, ¡ IDO de los .principales objetos de adorno llevado por los ricos. La lizando pr-cisarnente aquellos segmentos de la realidad que ~e prl . .plícación del péndulo al reloj, por Galileo y Huyghens, aumentó taran por sí mismos a este método, «constituía un gigantesco dis¡»: '~precisión del instrumento. l;VU .:;h~rradoi' de trabajo». Abri~ ~n corto y es;rechc sendero a [[;1\, P:ro la influencia direct.a de.la fabricación de reloje~ fue tamde las junglas de confuso cmpinsrno y trazo un firme carm..o ,,~., 'm:'l1tt~nte. como el primer instrumento real de precisión, to,atroncos sobre pantanos de supersticiosas creencias inspiradas pOI I eiecíó el modelo en exactitud y acabado para todos les d~,!,6o ;n,. deseo, el haber hallado tal medio rápido de locomoción intelec: mimentos, tanto más por esta!' regulado por la precisión máxime fue quizá suficiente excusa al principio para 1~ indiferencia ha(;,1 de los movimientos planetarios. Al resolver los problemas de transpaisaje y la condena de todo lo que no favorecía el viaje. Ningu: aitir y regular el movimiento, los íab-icantes de mecanismos de relode las invenciones que siguieron al desarrollo del método cientihc ierfa ayudaron al desarrollo general de mecanismos delicados. Para fueran tan importantes en dar nueva forma al pensamiento ya: citar a Usher: «El desarrollo más importante de los principios fur: actividad de la humanidad como las que hicieron posible la cienc: ,damentales de la mecánica aplicada ... se basó en g-an parte en los experimental. Con el tiempo el método científico había de pagar;' problemas del reloj.» Los relojeros, jun;o con los herreros y los deuda a la técnica cien veces; dos siglos más tarde, como vereme cerrajeros, figuraron entre los primeros artífices de la máquina; iban a sugerir nuevas combinaciones de medios y llevar al ~erre~o ¿e Nicolás Forq, el francés que inventó la cepilladora en 1751, era un la poslbilidad los más desenfrenados sueños y los deseos más me; relojero; Arkwright, en 1768 fue ayudado por Warrington, relojero; ponsables de los hombres. . fue Huntsman, otro relojero, deseoso de conseguir un acero mejor Del hasta entonces casi impenetrable caos de las cosas surg1\ templado para el resorte del reloj, quien inventó el procedimie-nto finalmente, hacia el siglo XVII, un mundo ordenado, el orden de para producir acero en crisol; estos 30n sólo algunos ejemplos de la ciencia, de los hechos, impersonal, articulado en cada parte y er I~>nombres más sobresalientes. En suma, el reloj Íue la más influtodos sitios bajo el dominio de la «ley natural». El orden aun cuan· yen:te de las máquinas, tanto mecánica como socialmente, y hacia do se aceptase como base de los designios humanos, descansaba en mitad del siglo XVIII resultaba la más perfecta; en realidad, su printonces en un puro acto de fe, sólo las estrellas y los planetas k ~Pio y su perfección definen bastante bien la fase eotécnica, Hasta manifestaban a la inteligencia pura. Ahora el orden estaba apoya?0 ,hiSy; es el modelo del automatismo delicado. por un método. La naturaleza dejaba de ser inescrutable, sujeta a rn ~.~Después del reloj, en orden, si no quizá en importancia estaba cursiones demoníacas de otro mundo, la verdadera esencia de la na _~:imprellta. Su desarrollo fue admirablemente resumido :,or Carter, turaleza, vigorosamente concebida por los nuevos científicos, era que tanto hizo para aclarar los hechos históricos. «De todos los sus secuencias eran ordenadas y por tanto predecibles; hasta la ~entos importantes del mundo el de la imprenta es el más costrayectoria de un cometa puede trazarse en el cielo. Fue sobre el ~polita e internacional.» China inventó el papel y experimentó por modelo de este orden físico externo sobre el que los hombres empe; l!timera vez con la impresión con bloques y tipos móviles. El Japón zaron a reorganizar sus mentes y sus actividades prácticas, esto 11 vo ~ujo los primeros impresos por bloques hoy existentes. Carea ?delan~é, ~. j-,:•.'tJ ~::ld:.: esfera, b~ preceptos y las prácticas empínca· ~rimió antes que nadie con tipos de metal, fundidos en un molde. mente sostenidas por la burguesía financiera. Como Emerson, ~o.s.{fir,s pl'eb1,..s de ri1'7.~turca .í1guran entre los primeros en trasmitir hombres creyeron que el universo mismo estaba colmado y jU,u¡,r'nnp«nt, 000 bloque, través de A,¡" y el tipo n.as exis-
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tente está en una lengua turca. Persia y Egipto son los dos paidel Cercano Oriente en donde se sabe que la imprenta mcJi:I!' bloques se realizó antes que en Europa. Los árabes fueron los :1~ tes que prepararon el camino transmitiendo 1:, fabricación del P,!' de China a Europa ... Florencia e It21ia fueron los do, primeros l' ses en la cristiandad en manufacturar papel. En cuanto a 12 im:v sión con bloques, y su llegada a Europa; la pretensión de Rusia ser el canal se basa en la más antigua autoridad, aunque la prer.sión de Italia es igualmente válida. Alemania, Italia y los PníBajos fueron los centros más antiguos del arte de imprirn.. (. bloques. Holanda y Francia, así como Alemania pretenden h:l: experimentado con tipos. Alemania perfeccionó el invento, :. de-
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pcr el mundo entero.
La prensa de imprenta y el tipo móvil fueron perfeccionadol' Gutenberg y sus ayudantes en Maguncia hacia 1440. Un calenda: de 1447 es el más antiguo =jemplo que se pueda fechar de la i:: prenta de Gutenberg, pero quizá Coster haya utilizado antes ' sistema más primitivo de imprimir en Haarlem. El perfeccionaroicn: decisivo fue el invento de un molde a mano para fundir tipos unilo: mes de metal. L:1 imprenta fue desde el principio un completo logro rnecánio' No sólo eso, fue el modelo para todos los futurcs instrumentos de reproducción, pues la hoja impresa, aun antes que el uniforme m: litar, fue el primer producto totalmente estandarciizado, rnanutacrc rado en serie, y ios mismos tipos móviles fueron el primer ejernpk de piezas del todo estandardizadas e intercambiables. Verdaderarnen te un invento revolucionario en todas las esferas. Cincuenta años después haGí~ más de mil imprentas públicas er Alemania sólo, sin hablar de las de los monasterios y castillos, y el arte se había extendido rápidamente, a pesar de todos los intentos por conservar el secreto y el monopolio, a Venecia, Florencia, Parí" Lor dres, Lyon Leipzig y Francfort-del-Main. Aunque había una gran competencia por parte de los copistas a mano bien afirmados el arrc se reafirmó con la exención de las tasas y las reglamentaciones de los gremios. La imprenta se lanzó a la producción en gran escala; a hnes del siglo XV había en Nuremberg un gran negocio de imprenta con veinticuatro prensas y un centenar de empleados -cajistas, impreso' res, correctores y encuadernadores. Comparada con la comunicación oral cualquier clase de escri· tura es un medio de ahorrar trabajo, ya que libera la comunicación de las r-scriccrones .le tiempo r cspac io y hace qr ; e! ciiscurso espere a la conveniencia del lector, el cual puede interrumpir el fluir del
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pensamiento o repetido o centrarse en partes aisladas de aquél. La gina impresa incrementaba la seguridad y la permanencia de lo escrito multiplicánclolo, ampliando el alcance de la comunicación y eCOnomizando tiempo y esfuerzo. De esta manera la imprenta se convirtió rápidamente en el nuevo medio de comunicación, haciendo ,bstracción de! gesto y de la presencia física, la palabra impresa fa voreció ese proceso de análisis y aislamiento, que se convirtió en el iogro principal del pensamiento eotécnico y que indujo a Augusto Comte a llamar a toda la época «metafísica». A íines cle! siglo xvr: la medición del tiempo se hahía mezclado con ei t eg;stro de le dicho en el arte de la comunicación; la consecuencia fue canas con notida" informes sobre mercados, los periódicos v las revistas. Más que cualquier otro artificio, el libro impreso liberó a los nornores Lit: 10 10ca1 y lo inmediato. Haciéndolo, contribuyó aún a la disociación Ó" ~" ,v,,;C(:~,: :;,:::1;""'01 10 impreso hacia 'una lJJ"yu, impresion que los acontecimientos reales, y al centr-ir la atención en la palabra impresa, la gente perdió aquel equilibrio entre lo ccnsual y 10 intelectual, entre' la imagen y el sonido, entre lo concreto y lo ab
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bían tenido siempre una participación consuetudinaria C:1 1<15tic:, comunes ~'guna prueba documental de que siempre la habían !Jüs,:,: LJ costumbre y la memoria desempeñaron ahora un papel secn¿, respecto de la palabra escrita; la realidad sigpificaba «EgurM l,] papel». ¿Estaba escrito en el pagaré? Si es así, hay que curnj-lSi no, puede recbazarse. El capitJlis:no, al coníia- sus tran,:':c!",. al papel, podía por En llevar y mantener una cuenta esrr icm ,; tiempo y del dinero, y la nueva educación para las clases mercan:i:, y sus ayudantes consistió esencialllJeIlle en la maesrrí. de l tres «R» ;. Nació un mundo de papel, y el poner en el papel 1Ir cosa se convirtió en la pr..nera etapa del p'.:'nsamiento y de la acc.or desgraciadamente también a menudo lo último. Como anorra-lor de espacio, de tiempo. de trabajo -r-r-V fiJO' mente t?'TIbién c4p la vidael papel había de clf'sempeiiar L,12 pai. úmca en el desarrollo del indus.ria1ismo, Con el hábito de ,.cal : imprenta y el papel el pensarníenro peruió algo de su carácter fJ¡: yente, cuatri-dimensional, orgá:--ico y se convirtió en abstracto, cal, górico, estereucipado, contente con formu1aciones puramente verba les, y verbales soluciones a probiemas que jamás habían sido ;"eSCI, tados o encarados en sus concretas relaciones. Las principales invenciones mecánicas del reloj y de la prensa de imprenta fueron acompañadas por lnveJ1cionfs sociales que fueron casi igualmente importan:es; la Universidad, empezando con Bolo nia en l¡OO, París en 1150, Cambridge en 1229 y Salarnanca en 12-13, una organización cooperartvde conocimiento sobre um base internacional. La escuela de medicina, a partir de Salerno v Montpellier no sólo fue la primera escuela técnica en sentido moderno, sino que además los médicos, educados en las ciencias naturales en esas escuelas y enseñados por la práctica a la observación de la naturaleza, figuraron entre los píoneros en cada esfera de la técnica y de la ciencia, Paracelso, Ambrosio Paré, Cardan, Gilbert, el autor de De Magnete Harvey, :r=;:asmo Danvill, hasta Tomas Young y Roberto von Mayer, todos fueron médicos. En el si;!c ~:,n se añadieron dos invenciones sociales más; la academia científica, primero fundada en la Accademia Secretorum Naturae en 1560, y la exposición industrial, la primera de las cuales se celebró en el Rathaus en Nuremberg en 1569, la segunda en París en 1683. Gracias a la universidad, a la academia científica y a la exposición industrial las artes y las ciencias exactas fueron exploradas sis, ~? trata de l?s I;1br.lc~ de las pJ'-J.,r::J <'·~,di'1g», ,.') ¡, 'ni'''> Y «
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:emáúcamente, y se dio una bas- común a las nuevas direcciones de investigación. Debe añadirse una institución más, el laboratorio, Aquí se creó un nuevo tipo de ambiente, combinando los recursos de la celda, el estudio, la biblioteca y el taller. El descubrimiento v el invento, como cualquier otra forma de actividad, consiste en la ;ntcracción de un organismo con su medio, Nuevas funciones exigen nUtVOS medios, que tienden a estimular, concentrar y perpetuar la .,.;"idd especial. En el siglo XVII esos medios nuevos habían ya sido creados. Un efecto ;',,~~ directo sobre la técruc- tuvo la creación de la fábrica. Hasta el siglo XIX las fábricas siempre fueron llamadas «rno~inos», pcrque 10 que llamamos fábrica nacié de la aplicación de la energía hidráulica a los procedimientos industriales, y fue la exis tencia de un edificio central, separado del hogar y del taller del arteI sano, en el que se podían reunir grandes grupos de hombres para realizar las varias operaciones industriales con el beneficio de UIJa cooperación en gran escala lo que diferenció la fábrica en el sentido moderno del mayor de los talleres. En este crítico desarrollo los italianos nuevamente estuvieron a la cabeza, como lo estuvieron en la construcción de canales y de fortificaciones. Pero en el siglo XYIrr las fábricas habían alcanzado la fase de operaciones en gran escala en Suecia, en la manufactura de ferretería, y así be en los últimos trabajos de Bolton en Birmir:.gham. La fábrica simplificó 'a recogida de materia prima y la distribución de productos terminados, y facilitó asimismo la especialización d~ los conocimientos y la división de los procedimientos de producción; finalmente, proporcionando un lugar común de reunión a los trabajadores superó parcialmente el aislamiento y la falta de ayuda que afligía al artesano después de que la estructura de los gremios ciudadanos se desorganizó. La fábrica tenía en fin un doble papel, era un agente de regimentación mecánica, como el nuevo ejér-cito, ¡ era un ejemplo de auténtico orden social, adecuado a los nue~Os procedimientos en t, industria. Bajo cualquier aspecto, era una invenciñn significativa. Por un lado, dio un nuevo motivo para la mversión capitalista en la forma de compañía con capital social y -proporcionó a las clases gobernantes un arma poderosa; por otro, sirvió de centro para una nueva especie de integración social e hizo Posible una coordinación eficiente de producción que sería valiosa bajo cualquier orden social. '~' La armonía y la cooperación creadas por esas varias instituciones, desde la universidad a la fábrica aumentaron ampliamente la cantidad ~e energía :::rectivd en ia socie.o:«], pues 1,: energía no es simplemente
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fase eotécnica
Capítul,
una cuestión de puros recursos físicos sino de su armoniosa aplir ción social. Las costumbres de cortesía, tales como los chinos 1. han cultivado, pueden se; tan importantes para incremer..sr la e: ciencia, incluso si se mide en duras cifras de libra-pie de tral-, realizado, como los métodos económicos de utilizar el cornbusri]-' en la sociedad, como eu la máquina individual, los faU8S en la luh ficación y en la transmisión pueden ser rierastrosos Era importnn., en lo que se refiere a la ulterior explotación eJe la máquina, que ur: organización social: adecuada a la tecnología misma, hubiera ,id inventada. El hecho de que el siglo XIX descubriera varias irnpcfecciones serias en dicha organización -como lo hizo en su gerncl, financiera, la sociedad anónima-e- no disminuye la importancia (1, la invención original. El reloj, 1.1 in.pr.inta y el alto horno fueron los inventos ¡;rgi¡Tlll de la fase eotécnica, comparables con la máquina de vapor en l' período que siguió, o la dinamo y la radio en la fase ncotécnic. Pero estuvieron rodeados por una multitud de invenciones, derna siado signifi"ativas para llamarlas menores, aun cuando quedaran por debajo de las esperanzas del inventcr. una buena parte de estas invenciones nacieron --o fueron uheriorruente alimentadas-e- en la mente fecunda de Leonardo da Vinci Situado en el centro rle esta era, Leonardo recapituló la tecnología de los artesanos e ingenieros militares que le precedieron y liberó nuevas reservas de percepción científica y de ingeniosa inventiva: eatalogar sus inventos y descuhrirnientos es casi trazar las líneas ge r.erales de la estructura de la técnica moderna. No estuvo solo en su propio tiempo, ingeniero militar él mismo, utilizó por completo el bagaje común de conocimiento que era propiedad de su prolesión, ni tampoco dejó de influir en el período que siguió, pues e, probable que se consultaran sus manuscritos y se utilizaran por pero senas que no se preocuparon particularmente en confesar su agrade cimiento. Pero en su misma persona, Leonardo incorporaba las fuero zas Jel período qu; había de seguir. Hi:>:" las primeras observaciones científicas del vuelo de las aves, proyectó y construyó una máquina de volar, e ideó el primer paracaídas, la conquista del espacio le preocupó aun cuando no tuvo más éxito que su oscuro contemporé neo, G. B. Danti. Se interesó por dispositivos utilitarios, inventó la bobinadora de seda y el reloj despertador, ideó un telar mecánico que estuvo muy cerca del éxito, inventó la carretilla de mano y la lámoara de tubo o quinqué y la corredera de los barcos. Una vez t:re;pll.t~ al duque de Mil~r: un proyecto para la t'foclu::cinl'! en masa de viviendas estandardizadas para trabajadores. Ni siquiera faltaba
e.a
tema Je diversión:
157
inventó unas botas de agua. Como mecánico
as incomparable: el rodamiento a bolas antifricción, el sistema de articulación universal, la transmisión por cuerdas o por correas, las cadenas de eslabones, los engranajes cónicos y los tornillos sin fin, el torno de movimiento continuo, todo ::110 be obra de su podero&amente analítica. En realidad, su genio positivo como técnico supera con mucho su fría perfección ":0 ••10 pintor. Incluso en el aspecto más bajo de la exploración industrial J .eonardo vislumbró las fuerzas que iban a llegar. Se preocupaba no simplemente de la fama sino del rápido éxito financiero: «Mañana temprano, 2 de er.ero de 1496», registra en una de sus notas, «haré la transmisión de cuero y procederé a un ensayo ... Haré cien veces 400 agujas por hora, lo que hará 40.000 por hora y 4t'0.000 en doce ;Ivla,. SUjJUlli6ct¡nos que decimos 4.000 miles. las cuales a cinco sueldos por mil dan 20.00u sueldos, 1.000 liras ~or día de trabajo, v si se trabaja veinte días al mes son 60.000 ducados al año». Estos locos sueños cíe liberrn-i y de poder mediante un invento con éxito habían de seducir a más de UD3 mente audaz, aun cuando el rcsultado fuera un fracaso en la realización tan completo romo el de Leonardo. Añádase a esto las cuntribuciones de Leonardo al arte ¿:: la guerra, el cañón de vapor, pl cañón de órgano, el submarino y raríos perfeccionamientos detallados en dispositivos corrientes en SU época, inventos que representaban un interes que, lejos de desaparecer con el crecimiento del industrialismo, fueron suficientemente comprobados y fortalecidos por el mismo crecimiento. Incluso en el mayor problema de la vida de Leona.do, la persistente lucha entre el,ingeniero y el artista simbolizó le mayor parte de las contradicci9nes inherentes a la nueva civilización, J medida que Sé desarrolló hacja la explotación fáusrica del ego particular y de su satisfacción mediante el poder financiero, militar e industrial. Pero Leonardo no estaba solo, tanto en sus inventos como en ~s\.anticipaciones estaba rodeado por un conjunto de técnicos y de mV,entor::s. En 1535 Francesco del Marchi inventó la primera ramPMa de buzo. En 1420 Joannes Fontana ideó un carro de ~uerra o W1/:¡ue.Y en 1518 se menciona la bomba contra incendios en las ~nicas de Augsburgo. En 1550 Palladio proyectó el primer puente ~gante de Europa occidental, mientras que Leonardo antes que él h~pía proyectado el puente levadizo o giratorio. En 1619 fue invenuna máquina para fabricar tejas. En 1680 se inventó la pri~~ia draga mecánica, y antes de fines del siglo un militar francés, ,!>e Gennes, había inventado un telar mecánico, en tanto otro franI.~s) el fíSICO lJapill, había ir.ve-itado la lT,á']uipr' de vapor y el bcrco
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Capírulr
de vapor. [Para tener una idea más completa de la riqueza ¿~ r ventiva de! período eotécnico desde el siglo xv al XVIII, consúlicla Lista de Invenciones.] He aquí algunas muestras de la gran cantidad de inventos eoté. nicos, semillas que llegaron a la vida o quedaron inactivas en l suelo seco o en grietas rocosas según que el viento, e! tiempo ') . suerte 10 dictaran. La mayoría de estos inventos han sido atribuid, a este período, en parte porque fructificaron entonces, en parte po: que los primeros historiadores de la revolución mecánica, debk' mente conscientes de los grandes avances que se habían dado en ~ propia generación, ignoraban la preparación y las realizacione, q, estaban detrás de aquellos, y tendían en todo ~::so a menospreciar l p'O',i"dQ preparatorio. Además, a menudo no estaban familiarizad, con los manuscritos, los libros y los crtefactos humanos que les h bierar, puesto en el buen camino. Así sucede que Inglaterra se l:. tomado corno 1'1 lugar original de inventos que habían existido mucl: antes en Italia. As! también, el siglo XIX se coronó a .uenudo co laureles que pertenecían 1 los siglos XVI y AvII. Como un invento casi nunca es la obra exclusiva de un so!, inventor, por muy grande que pueda ser su genio, y como es l producto de los trabajos sucesivos de innumerables hombres. trab~ jando en tiempos diferentes y a menudo en diversas direcciones, el atribuir un invento a 'J11a sola persona constituye simplemente um manera de hablar, es ésta una falsedad conveniente alentada por u;falso sentido del patriotismo y por e! sistema de monopolios dé patentes, sistema que permite a un hombre reclamar una recomperr' financiera especial por ser el último eslabón en el complicado pro ceso social que produjo el invento. Cualquier máquina completn· mente desarrollada es un producto colectivo compuesta, la actu" maquinaria de tejer, según Hobson, es un compuesto de cerca de 800 inventos, en tanto la de cardar está constituida por un conjunto de 60 patentes. Esto también es cierto por 10 que se refiere a paí~e' y generaciones, e! acervo común de conocimientos y de experienCIaS técnicas trasciende los límites de los ego s individuales o nacionales, y olvidar este hecho es no sólo fomentar la supertición sino miD?r la base planetaria esencial de la tecnología misma. Al llamar la atención sobre e! alcance y la eficacia de los inventoS eotécnicos no tratamos de menospreciar la deuda habida con el pascdo y con más lejanas regiones, deseamos simplemente mostrar cuán' ta agua ha corrido bajo e! puente antes de que la gente se haya dado cuenta en general de qu:~ se ha construido 'JO puente.
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fase eotécnica
8. Debilidad y íue-za
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La principal debilidad del régimen eorécnico no estaba en la ine6cienciani menos aún en la carencia de energía, sino en su irregularidad. El depender de fuertes vientos continuos y de una corriente regular de agua limitaba la expansión j' la universalización dé. esta economía, pues hul-e zonas en Europa que jamás se beneficiaron plenamente de aquéllos, y su decendencia de la madera en la tabúcació., de vidric y en la rnetalurgia, hacia fines del siglo XVIII, llevó su potencia a un punto bajo. Los montes de Rusia y de América pudieron haber retrasado 5u-cal~pso, como en verdad prolongaron su reir.o dentro de sus propias regiones, pero no pudieron evitar la cullLÍnua desintegración de sus sumi,,;drn< rlp rnmhllstihle. :)j la rueud nicraulica dei ~;g;v x, se hubiera ccr.vertidc más rápidamente en la eficiente turbina de agua de Foumeyron, el agua jJ0drí8 haber seguido siendo el principal elemento del sistema energético hasta que la electricidad se hubiera desarrollado suficientemente para darle una .nás amplia zona de empleo. Pero antes de que esto ocurriera, se había inventado la bomba de vapor. Es interesante observar que esta máquina se usó primero fuera de la mina, para elevar el 35UJ cuya caída convirtió la convencional rueda hidráulica en fábricas de quincalla. A medida que la sociedad se coordinó con más precisión al ritmo del tiempo, la interrupción el' sus programas debido a la irregularidad del viento y del agua constituyó un defecto adicional. El molino de viento se vio hnalmelJte derrotad') en Holanda por no poder conformarse fácilmente a los reglamentos del trabajo, Y al aU,tnentarlas distancias e insistir en los contratos de negocios en el ~~or tiempo, se hizo econé:nicamente necesario ur, medio energétícc más regular, los retrasos y los paros eran costosos. • rPero había debilidades sociales dentro del régimen eotécnico I~almente graves. La primera de todas, que las nuevas industrias Sli.. encontraban fuera de los controles de! antiguo origen. La fabri~g.Qn.de vidrio, por ejemplo, por e! hecho de haber CS,aCC siern~e-J,>situadaen zonas forestales, tendió a escapar a las restricciones lleNos gremios de las ciudades, desde el; principio tuvo una base ~capitalista. La minería y el trabajo del hierro, asimismo, estu~eron casi desde el principio bajo un sistema capitalista de producCIón; incluso cuando las minas no se trabajaban con mano de obra ~tda o servil, se encontraban fuera del control de las municípa~~ües. La imprenta, tampoco, se veía sometida a los reglamentos 8te1Il. tt iaies, e incluso las i!l~:,lslri.;~ textiles é,:can~\:;a;1¡"'·'c;a 1'1 C:11JlOC.
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Capíl.
El factor que dio su nombre a las factorías fue un negociante, contrató las materias primas, y a veces las máquinas necesaria, ' la producción, y que compraba después el producto. Las nUCI':I' dustrias, como indica Mantoux, tendieron a escapar a los reghJl. de producción de los gremios y hasta del mismo Estado -COI]l, Estatuto Ingl~s de los Aprendices de 1563: crecieron sin r"I" social. En otras palabras, los perfeccionamientos mecánicos ílor. ron a expensas de los mejoramientos humanos que tan vigorosam.habían sido in LJ.I,dücidos por los gremios artesanales, y estos Últli: a su vez iban perdiendo conrinuarnenre fuerza debido al crecirn.e. de los monopolios capitalistas que abrían una grieta cada vez i ancha en.tre lo~, amos y lú,s trabajadore~. :!:"amáquina tenír; un SC'. annsociar, reuura eUl. su caracter «progresiv a las ir descartadas form.z de explota\..;";li :JUw";·"" J.c.l¿V~·l
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Tanto la fuerza como la debilidad del régimen eotécnico pucc. evidenciarse en el desarrollo técnico y en la disolución y la del. dencia sociales que ocurrieron en las indmtrias textiles, que eran: espina dorsal rl~ la vieja economía.
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1,1.1
Junto con la minería, las industrias textiles registraron el mal'," número Je perfeccionamientos. Mientras el hilado con la rueca cor tinuó hasta muy entrado el siglo XVII, el torno para hilar se hab: abierto camino en Europa desde la India hacia 1298. Un siglo de' pués ya se habían introducido las fábricas de hilados y de abatanar En el siglo XVI, según Usher, las abatanadoras se utilizaban tarn bién como máquinas de lavar comunales, el batanero cuando no ten. otra cosa que hacd se dedicaba al lavado de ropa del pueblo. Leo nardo hizo el importante invento de la lanzadera para las hila. doras alrededor de 1490, y una autoridad en cuanto a tevtiles M. D. C. Crawford llega a decir que «sin ese inspirado dibujo pu' diéramos no haber tenido ulteriores desarrollos de la maquinaria textil tal y como la conocemos». Johann jurgen, un tallista e.: rnadera de Brunswick, inventó un torno para hilar paicialmenre au.v mático con una lanzadera alrededor de 1530. Después de Leonardo una serie de inventores trabajaron en el telar automático. Pero el dispositivo que ¡,izo posible la máquina fue la lanzadera mecánica de Kay, la cual incrementó de manera considerable la capacidad productiva del telar a mano más de ochenta años antes de que la energía del vapor hiciérase aplicable con éxito al telar automático. Este trabajo fue en parte anticipado en el telar de cinta estrecha, inventado primero en Danzig y después in. troducido en Holanda, pero el desarrollo del tela al'tom:í';~o, pnr Bell y Monteith, fue en realidad un producto de la fase paleotécnica,
(aseeotécnica
161
t Cartwright, el clérigo a quien generalmente St atribuye el i.ivento, desempeñó un papel incidental en la larga cadena de períeccioUIllÍentos que lo hicieron posible. Mientras que la seda se tejía con ,quinaria en el siglo XTV, la primero hiladora de algodón con éxito :lO se construyó hasta 1733 y no se patentó hasta 1738, en un mosentó en que la industria todavía estaba empleando la energía del tia come fuerza motriz. Esta serie de inventos fue de hecho el ~-gadon'1al de la fa~'C eotécnica. Sornbart señala el punto crucial del ,.p;'alismo ~::. el traslado del centro .ie gravedad de las industrias textiles urgánicas a las industrias mineras inui'g,¡iJ;':::~, esto también narca la transición de la economía ea técnica :1 ia paleotécnica. Se debe señalar todo UD conjunto más de inventos en la indus:ria textil, el de la maquinaria de hacer punto =n el siglo ~L Los .ngenes ue l" i;,c:::: ¿~ :,"ntn ~ mano son oscuros; si ya existía el me sólo desempeñó una pequeña parte antes del siglo xv. La labor :e punto es 1'n sólo quizá la más clara contribución europea a las industrias textiles sino que fue una de las primeras en ser mecaniroda como consecuencia del invento de la máquina de hacer !,unto eor otro ingenioso clérigo inglés. Aprovechando la elasticidad de las !Jehras, la iabor de punto crea tejidos que s= adaptan a los contornos del cuerpo y se pliegan y contraen con los movimientos de los rnúscu los, mientras que añadiendo a la cantidad del espacio de aire dentro de la hebra misma y entre las hebras, aumenta el calor sin aumentar el peso. Las medias de punto y las prendas de uso interior -sin hablar del amplio uso de los tejidos de algodón lavables más ligeros para el mismo nnson todos contribuciones claramente ea técnicas a la comodidad y a la limpieza. ·)r En tanto las industria: textiles presentaban un continuo progreso ds..,la invención mucho antes de la introducción de la máquina de vapor, asimismo presenciaron la degradación de la mano de obra ~~través del desplazamiento de la experiencia y por la ruptura del control p"Htico sobre los procedimientos de producción. La primera característica se aprecia quizá mejor en las industrias en las que la división del proceso puede "t'urarse más ~l.l11 que en las I extiles. La «manu-factura», es decir, la Iabor a mano organizada, repartiaa y llevada a cabo en grandes establecimientos con o sin máquinas, d!vidió el proceso de producción en una serie de operaciones especia• JlZ1¡das.Cada una de ellas fue efectuada por un trabajador especiali~do cuya destreza aumentaba en la medida que su función era limi'taaa. Esta división era, de hecho, una especie de análisis empírico ,ciel proceso de ti:abajo, dividiéndolo en una serie de movimientos ,"", . t: 1 ÍJll1nano~ 5IWp,Jtl\..
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eotécnica
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: :!1 el campo que las que habían llegaAo a dominar en el taller: escienes mecánicas. Una vez realizado este análisis, la reconstru«: y división del trabajo. Si se desea contemplar el período de la secuencia completa de operaciones en una máquina se h;! I ~;zación :otécnicoen su mejor momento, debe uno hacerla quizá en el simás factible. La mecanización de la mano de obra humana, en ef«. lo XlII, antes de que aquel proceso se iniciara, o a más tardar al era el primer paso hacia la humanización de la máquina, hurnan . 1 del siglo XVI, cuando el trabajador normal, aun perdiendo ya ción en el sentido de dar al autómata algunos de los equivalc.: eno, perdiendo libertad y autonomía, era indócil y fértil en remecánicos de parecido con la vida. El efecto inmediato de esta, os, capaz todavía de luchar o colonizar antes ql'e resignarse a sovisión del proceso he una monstruosa deshumar.ización, las pcc.. :::.lerseal yugo de la máquina, o bien a convertirse en una máquina, fatigas de la artesanía apen= pueden compararse con ella. Mar': J bien a competir sudando trabajo con los productos de la máquina. resumido ese proceso admirablemente. quedaba al siglo XIX el llevar a cabo esta degradación final. «Mientras la simple cooperación», dice Marx, «deja los mérod Pero aunque no se pueden ignorar los defectos de la economía individuales de trabajo sustancialrnente inalterados, la manufactu, revoluciona dichos métodos y elimina radicalmente la capacidad ,: :!Jtécnica,incluyendo el hecho de que se pusieran al servicio de JÓrbosas ambicione= :' rlP lln~ idt>nl()gía corrompida las más pode1~ mano df' nhr~ individual. Transforma al trabajador en un Esi,tl:' :osasmáquinas de destrucción y exquisitos aparatos para la tortura un mono trua, forzándole a desarrollar alguna cicstreza altamente CSFr l,:~hombre, aunque no se pueden ignorar tales coses, tampoco se cializada <1 expensas de un mundo de impulsos y facultades produ: tivas, algo similar a como en la Argentina sacrifican un animal cr dtben subestimar los verdaderos logros. Los nuevos procedimientos observó tero simplemente con el fin de aprovechar su piel o su sebo. ¡\r ;horraban la mano de obra humana y disminuían -como la cantidad y la intensólo las varias operaciones parciales son asignadas a diferentes indi- cpÓrtunamente el industrial sueco Polhemviduos, sino que el individuo mismo es dividido, transformado en u:: ;idad del trabajo manual Este resultado se consiguió con la sustimotor automático de alguna operación parcial.i. Para empezar e: ~qón' del trabajo manual por la energía hidráulica, «con beneficios trabajaoor vende su capacidad de trabajo al capital porque él mismr cicl;100 o incluso del 1.000 por 100 en los costos relativos». Es las ganancias si se aplica simplemente una unidad carece de los medios materiales exigidos para la producción de un ~subesümar cuantitativa a las mismas, si uno compara los millones de articulo. Mas su capacidad de trabajo renuncia de hecho al trabaio de->p...edida caballosvapor ahora disponibles con los existentes entonces, si uno a menos que se venda al capital». to,.l!1para la gran cantidad de mercancías salidas de nuestras fábricas En esto residía tanto el proceso de trabajo como los resulrade alcanzados a través del incremento de la utilización de la energía :' mh"Jlamodesta producción de los antiguos talleres. Pero para juzgar la maquinaria en el período eotécnico. Señaló el fin del sistema gre· "'3S;¡doseconomías de manera correcta, se debe emplear también una mial y el principio del trabajador asalariado. Señaló el fin de la dis \~~d de medida cualitativa, debe uno preguntar no simplemente ciplina interna del taller, administrado por maestros y oficUes a 'Qíanta energía bruta entró en ellas, sino' qué cantidad de ella se través de un sistema de aprendizaje, enseñanza tradicional, y la ins- ~~ó a h producción de mercancías duraderas. L& energía del ré?O se desvaneció en humo ni sus pr?ducto.s fueron pección conjunta del producto; en tanto indicaba el comienzo de Itmreotécnico una wsciplina externa impuesta por el trabajador y el fabricante en .1wq.amente arrojados como montones de basura: hacia el SIglo XVII trastorrnado los bosques y los pantanos de la Europa septenel interés de üü beneficio privado, un sistema que se prestó a l' ~ adu1,eración y al deterioro de las normas de producdón casi ta"t~ "lQ.Onal en un continuo paisaje de bosques y sembrados, de pueblos ,.",_jUnes.: Un paisaje humano ordenado reemplazó los prados descomo se prestaba a los mejoramientos técnicos; Todo ello constituyo un gran descenso. En las industrias textiles el descenso fue rápido lilQS y los .montes salvajes, en tanto las necesidades sociales del fiñpre habían creado centenares de nuevas ciudades, sólidamente y violento durante el siglo XVIII. struidas y dispuestas con holgura, ciudades cuya espaciosidad, En resumen, a medida que la industria se perfeccionó más desde ~n y belleza aún retan en su decadencia, la escuálida anarquía de un punto de vista mecánico, desde el primer momento se atrasó más ~uevas ciudades que las siguieron. Además de los ríos, había desde un punto de vista humano. La agricultura adelantada, tal Y enarcs de milla; de camles :a¿r.r;¡2~ ¿f' l?:; tierras construidas de corno se :""ctirrOJ en la~ grandes fieras h::clfl Enalcs .le este j:uíodr" sta del norte, había puertos preparados para la seguridad.. y+la trató de establecer, como señaló Arthur Young, las mismas normas
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164
V. TECNICAS
Cap͡'
11l1ClaClOn de una red de faros. Todo esto constituía efectivas re zaciones, obras de arte cuyas formas bien trabajadas resistieron proceso de degradación y aplazaron el final ajuste de cuentas n .: . deben someterse todas las cosas humanas. Durante este período, la máquina fue complementada deCl!.·: mente por la utilidad; si el molino de agua proporcionó más encr, ' el dique y los fosos de drenaje crearon más cantidad de suelo U" zable. Si el canal ayudó al transporte, las nuevas ciudades ayudar al trato social. En cada secter de la actividad babía equilibrio err: lo estático y lo dinámico, lo rurai y lo urbano, lo vital y lo m« nieo. Así, pues, no es sólo en las tasas anuales de conversión de :1 energía o en la tasa anual de producción como debe uno calibr,las oanancias del oeríoJo eotécnico, muchos de sus ar .efactos e usan- aún y están aún tan buenos como si fueran nuevos, y C"111-' se tiene en cuenta el. superior tiempo de funclOnamiento disfruuc pcr los productos eotécnicos el fid de la balanza se inclina hacia . lado. Lo que le faltó en energía, le suplio con tiempo: sus 01, .• · tenían duración. Al período eotéccico ea le faltó ni tiempo ni vigor lejos de afanarse día y noche para conseguir tanto como consigo. disfrutó en los oaíses católicos de alrededor de un centenar de dí de fiesta al año: La magnitud del exceso de energías en el siglo XVI se p~h:dt apreciar en parte por el floreciente estado de la jardinería en H' landa; cuando la alimentación es escasa uno ea cultiva fhes er su lugar. Y en cualquier sitio que la nueva industria se abrió pn" durante este período enriqueció y mejoró la vida de la cornunida'' pues los servicios del arte y de la cultura, en vez de paralizarse pc: el creciente control sobre el medio ambiente, recibieron un apoye más completo. ¿Puede alguna otrc cosa dar cuenta del estallido de las artes durante el Renacimiento, en un momento en que la culturl que las sostenía era de espíritu tan débil y los impulsos ostensibJe, , tan imitadores y secundarios? La meta de la civilización eotécnica en conjunto hasta que al canzó la decadencia del siglo XVIII no fue el poder solamente sin,o una mayor intensificación de la vida: color, perfume, imágenes, mu- , sica, éxtasis sexual, así como audaces proezas en las armas y el peno samiento y la exploración. En todas partes había imágenes preciosas: I un campo de tulipanes en flor, el olor del heno recién segado, la on dulación de la carne bajo la seda o la redondez de pechos en ciernes. la vigorosa picadura del viento al correr de las nubes de lluvia sobre los mares, o la azul serenidad del cielo y !a 'PIbe, reflejados C0D c1~. rídad cristalina sobre la aterciopelada superficie del canal, del e,
DE LA J\.!ADERA
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1: La madera
fue la base principal de la industria eotécnica; se usó fundamentalmente en la minería. Se usaron troncos huecos en bombas y como tuberías para condur+ión de agua, así como en la artesa que se muestra m'¡s arriba: se utilizaron pesados puntales, así como planchas en los inicios de los ferroce-riles. F.l empleo de la madera para fundir, forjar y colar -y ~n la fabricación de vidrio o cristalprovocó un verdadero saqueo de los montes. El ilustrador del doctor Bauer representa fielmente esta destrucción del mon te. (De Agricola
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uno de los principales agentes del perfecla prcdrcción de energía mediante lo" rnola touelerfa y ia ccns.ruc, :Sr. de Farcos ;:1 fue uno de los oficios ea técnicos funda-
por Viclor
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L (ase errécnica
167
VI. MEDIe
fábnca oe papel. Obsérvese yu~ ;v~ 'naranajes y los e:~- SOl casi todos de madera, Este material subsistió en la construcción ¿: máquinay talleres hasta muy entrado el siglo XIX. Hasta 21 período paleotécnico, el metal fue simplemente un accesorio, utilizado r'lando era imprescindible un filo cortante o un mater ;dl resistente, como la cuchilla de un patín.
AlvlBIENTE EOTECNICO
.J: Antigua
(Cortesía del Deutscbes Musellm, Mtlnich)
1: La antigua grúa en Luneburgo. Construida originalmente en el siglo x.v y desde entonces reparada. Se trata de una máquina destinada q ahorrar trabajo, corriente en el mar del Norte y en los puertos del Báltico durante el periodo eotécnico: precursora de los delicados monstruos parecidos a pájaros que ahora se ven en hamourgo y otros puertos,
rCodesía de la Cennan Tourist In/arma/ion
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"'0 "1'''' 4: El torno, quizá la máquina-herramienta más importante, fue un invento directo del habitante del bosque, probablemente en Grecia, Fue uno de los primeros. y sigue siendo uno de los principales, instrumentos de precisión. Platón se refiere a la belleza de las formas geométricas derivadas del torno. Nótese que todas las partes eran originalmente de madera,
2: Típica barerfa de molinos de viento cerca de Elshour en Holanda. A menudo se encuentran en una formación aún más cerrada. La cantidad de energía desarrollada gracias a estos molinos fue en parte responsable del alto nivel de civilización de Holanda en el siglo XVII. El canal era importan. te tanto para la planificación de la tierra y la agricultura como para el transporte.
(Cortesía del Deutscbes Museum, lvfunich)
(De Onzc Hollandscbe Molen)
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La fase eotécnica
3: Horticultura adelantada y jardinería para el mercado. No sólo fue el invernadero un invento cotécnicc, sine que la baratura del cristal permitió el uso de campanas de dicho material en el exterior para la protección y el calor de las plantas sueltas, como se muestra en la ilustración. Nótese el sistema de banquitos de la tierra y el uso del muro como protección.
Isnque Y del arroyo. Los sentidos se refinaron uno por uno. Hacia fines de este período los redundante platos de la comida medieval fueron separados en la procesión de alimentos que van del aperitivo Ql1e suscita las secreciones necesarias hasta el dulce que significa la 6ltima plenitud. El tacto también se refinó, las sedas se hicieron ¡J1ás corrientes y las más finas muselinas de D
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4: Naarden, Holanda. Excelente ejemplo de desarrollo y fortificación de una ciudad en el apogeo del período eotécnico. Los antiguos bastiones sólo tuvieron que convertirse en parques, como en muchas ciudades modernas europeas, para crear una verdadera ciudad-jardín. La estructura precisa de la ciudad y su marcado contraste con el campo es aún inmensamente superior a cualquiera de los tipos que siguieron de desarrollo urbano: sobre [QJ(, -r] tr-xe i ;r.f<::'lJ1e de !a especulación pcleorécnica del terreno. (Fotografía
de K. L. M.)
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Capítulo 4
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tura eotécnica, es aún una parte vital de la tradición de la CU;I'.' occidental. Templando la tendencia eotecnica hacia el abstrarr nismo intelectual, estas expresiones sensuales formaron un prolu¡ : contraste con la contracción y la miseria de los sentidos que 1, bían caracterizado los códigos religiosus que la precedieron, e i:'.!. a caracterizar una vez r.iás gran parte de las doctrinas y de la \ ;,: Jd siglo xrx. !..~culrnra j' la técnica, aunque íntimamente rela.: nadas a través de las actividades de los hombres, a menudo c-.. situadas como estratos no conforrnables en geología, y por así ¿ cirio, resisten en forma diferente. Durante gran parte del perio. eotécnico, sin embargo, estuvieron en una relativa armonía. Exc<:p: quizá en la mina y en el campo de bata lla. se encontraban ambas l' manera predominante al servicio de la vida. La desavenencia en: la mecanización y la hurnanización , entre el poder tendiendo ., , propio engrandecimiento y el poder dirigido hacia una reali..rci-: humana más amplia había aparecido ya, pero sus consecuencias le' nían aún que hacerse completamente visibles,
LA FASE PALEOTECNICA
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1'. La tardía hegemonía
inglesa
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, A mitad del siglo xvrrr la revolución industrial fundamental, la que transformó nuestra manera de pensar, nuestros medios dé producción, nuestra manera de vivir, ya se había cumplido, las fuerzas elf~ernas de la naturaleza estaban dominadas' y las fábricas, los telares Y~las hiladoras trabajaban afanosmente en toda Europa occidental. H.apía llegado el momento de consolidar y sistematizar los grandes avances que se habían realizado. ¡rEn este momento el régimen eotécnico estaba sacudido hasta sus ci¡nientos. Apareció un nuevo movimiento en la sociedad industrial ~iie se había estado concentrando progresiva.nente casi inadvertido 'a~de el siglo xv, después ~e 1750 la industria llegó a una nueva f~,s~, con una fuente de energía diferente, con manteriales diferentes Y~objetivos sociales diferentes. Esta segunda revolución multiplicó, :~'.lgarizó y extendió los métodos y los bienes producidos por la pr~'ntera; ante todo, iba dirigida hacia la cuantificación de la vida, ¡1odría calibrarse su éxito solamente en términos de la tabla de rnulAPlicar. Durante todo un siglo la segunda revolución industrial, a la que Geddes llamó la edad paleotccn.ca, ha disfrutado del crédito de mu-
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chos progresos que se habían conseguido en lOS siglos anteriores. I . contraste con la supuesta e inexplicable explosión de inventos desp« de 1760, los setecientos años anteriores han sido con frecuencia (P" siderados como un período estancado de insignificante producen artesana en pequeña escala, con pobres recursos energéticos y car.res de cualquier realización significativa. ¿Cómo se hizo popular l" . idea? Creo que una razón es que el cambio crítico que tuvo ItI!' en realidad durante el siglo XVIII dejó en la sombra los méro.i, técnicos más antiguos, pero qu:::::: la razón principal es que este C~· bio tuvo lugar primero y más rápidamente en Inglaterra, y que !., observaciones de los nuevos métodos inclustriales, después de Ad:II' Smith -que llegó demasiada temprano para apreciar la rransform. ciónse hicieron por CC(j~-:,C;::::::~:::: que !;!~C'!?b2n la historie, tél nicc de Europa occidental, o qu- se sentían i:~:~:;-::,~:;: :: ~i~...·", su significación. Los historiadores no apreciaron la deuda que l. 'narina inglesa había contraído bajo el reinado de Enrique VIII «1" los constructores navales italianos, la que su industria minera hal-í. contraído con los mineros alemanes importados, la ql'IC!sus obr,ihidráulicas y proyectos de rehabilitación de tierras tenían con 1(1' ingei.ieros holandeses, y la que sus fábricas de tejido de seda, tenían con 103 modelos italianos que fueron copiados por ThomaLcmbe. El hecho es que Inglaterra durante toda la Edad Media fue uno de los países atrasados de Europa: se encontraba en las afueras de la gran civilización continental y participaba sólo de forma limitada en el gran desarrollo industrial y cívico que se produjo en el SUí a partir del siglo x. En tiempos de Enrique VIII, Inglaterra corno centro productor de lana era una fuente de materia prima, más bien que un país agrícola y manufacturero bien desarrollado, y con la destrucción de los monasterios por el mismo monarca, el "traso de Inglaterra no hizo más que acentuarse. No fue sino en el siglo '(VI cuando algunos negociantes y hombres emprendedores empezaron a desarrollar las minas y las fábricas y la producción de vidrio en es-' cala algo considerable. Pocos de los decisivos inventos o perfeccionamientos de la fase eotécnica tienen su origen en Inglaterra, ~parte el de la labor de punto. La primera gran contribución de Inglaterra a los nuevos procesos del pensamiento y del trabajo pro' cedió de la maravillosa galaxia de distinguidos hombres de ciencia que produjo en el siglo XVII: Gilbert, Napier, Boyle, Harvey, New-¡ ton y Hocke. Hasta el siglo XVIII Inglaterra no participó en forma alguna imporrante en los proceses eotécnicos: la horticultura, 1:1 jardinería paisajística, la construcción de canales, incluso la organiza·
1.1 (ase paleotécnica
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ci6nde la fábrica de aquel período habían tenido lugar de uno a tres siglosantes en otros lugares de Europa. Como el régimen eotécnico apenas había echado raíces en Inglaterra, habíc menos resistencia allí a los nuevos método') y a los nuevos orocedimientos; la ruptura con el pasado era más fácil, quizá, porque había menos con qué rornp-r. El atraso original de Inglaterra ayudó a establecer su hegemonía en la rase paleotécnica.
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2. La nueva barbarie Como hemos visto, el temprano desarrollo técnico no supuso completa ruptura con el pasado. Por el contrario, se hqLL: apoderado, apropiado y ,,~;ú-..ilz.¿c ~::: :~!,,,,,,,rinnp~ técnicas de otras culturas, ,,:gunas muy antiguas, y las estructuras de la industria estaban labradas según el patrón mismo dominante de la vida, A pesar de la rfanosa minería tras el oro, la plata, el plomo y el estaño en el siglo XVI, no podemos llamar a la civilización misma una civilizaeón minera, y el mundo del artesano no cambiaba completam-nte cuando andaba del taller a la iglesia o dejaba el jardín detrás de su casa para pasear por los campos fuera de los muros de la ciudad.> {ia industria paleotécnica, por otra parte, surgió del derrumbamiento de la sociedad europea y llevó el procesCl de desgajamiento a su punto finaQ El interés dejó de centrarse en les vi!!,ores vitales pata desplazarse a los valores pecuniarios, el sistema deintereses que había estado sólo latente y que sehabía restringido en gran medida al mercader y a las clases ociosas invadió ahora todos los ambientes de la vida. No bastaba ya que la industria proporcionara un medio de vida, debía crear une fortuna independiente, el trabajo no era ya una parte necesaria del vivir, se convirtió en un fin muy importante. La industria se trasladó a nuevos centros regionales en Inglaterra. Tendió a eErqpar de las rindades existentes instalándose en suburbios tuinosos o en distritos rurales fuera del alcance de la Legislación. Los.valles yermos del Yorkshire que suministraban energía hidráuli~,los valles desiertos aún más sucios de otras partes del país que descubrían vetas carboníferas, se convirtieron .en el marco del nuevo ij¡dustrialismo. Un proletariado sin tierra, sin tradición, que se había ido formando desde el siglo XVI, fue atraído a estas nuevas zonas y PUesto a trabajar en estas nuevas industrias. Si no estaban a mano lOs campesinos, los pobres los suministraban las complacientes auto-I tiUad~s municipa~es. Si st:.yodía prescindir de los hombr~s adultos,! utilizaban mujeres :! n.r.os. Ec.os n.: -vos pueblos y ciudades fa'1n~
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briles, carente s hasta de los monumentos a los muertos de otra e: tura má~ humana, no~tra tarea ni ent~evieron .otra sal:,: que ~esante y _u~iforn:,:: trabajo:-ta's-operaclOnes mismas e:" \ repetidas y-moDotonas; TaVlda que se llevaba en aquellos centro, , 1\/ vacía y bárbara hasta el último grado; el ambiente era sórdido, ! ~/ ruptura con el pasado era aquí completa. La gente vivía y 1l1(1: , a la vista d-I pozo de l~. mina de carlón o de la fábrica de algoó les que pasaban catorce o dieciséis horas de su vida diaria, " vían y morían sin memoria y sin esperanza, felices por las mi~, que les mantenían vivos o por el dormir que les aportaba el biCI e inquieto alivio de los sueños. Los jornales, nunca muy por encima del nivel de subsistenci. se rebaj aban en 1,,, UU~ \ a,; ~;:2;.:::~.:::::: ;;cacias a la competencia de : .náquina. Eran tan bajos en los inicios del siglo XIX que en el ~W(" de los textiles Ileg=ron durante un tiempo hasta a retrasar la intr. ducción del telar mecánico. Como si el excedente de trabajadorcgarantizados por la privación de los derechos de ciudadanía y c' empobrecimiento de los obreros agrícolas no fueran suficiente p31: reforzar la Ley de Hierro de los Salarios, huLo un extraordinario incremento de la tasa de natalidad. Las causas de este aumento in! cial son aún oscuras; ninguna teoría 10 explica hoy por hoy, Pe;',l uno de los motivos tangibles era que les padres sin empleo se =eian forzados a vivir de los jornales de los hijos que tenían. No había escape para el nuevo minero o para el trabajador de la fábrica de las cadenas de la pobreza y la miseria perpetuas; la servidumbre de la mina, profundamente inculcada en esta ocupación, se extendió a todas las ocupaciones accesorias, Se necesitaba a la vez suerte ~ habilidad para escapar a aquellos grilletes.s Había aquí algo sin paralelo en la historia de la civilización: no una caída en la barbarie debida al -:lebilitamiento de una más alta civilización, siM un salto a la barbarie. ayudado por las mismas fuerzas e intereses que originalmente se habían dirigido hacia la conquista del medio y la perfección de la cultura humana. e:uándo y bajo qué condiciones tuvo lugar este cambio? ¿Y cómo, si representaba de hecho el punto más bajo en el desarrollo social que Europa había conocido desde la alta Edad Media, llegó a considerarse un adelanto beneficioso y humano? Debemos contestar a estas preguntas. La fase que se define aquí como paleotécnica alcanzó su puntO culminante, en 10s términos de sus propios' conceptos y fines, en ! Inglaterra, a .ni.sd del siglo :~L,(, 3U GI¡I~'J t!"Í'Jnfo fue l~ ¡;ran " exposición industrial en el nuevo Palacio de Cristal de Hyde Park el!
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1851, la primera Exposición Mundial, una victoria aparente para d libre comercio, la libre empresa, el invento libre, y el libre acceso 1 todos los mercados mundiales por parte del país que se jactaba ra de ser el taIIer del mundo. Desde alrededor de 1870 en adelante los intereses y las preocupaciones típicos de la fase paleotécnica han tido retados por ulteriores desarrollos en la técnica misma, y modi6cados por varios contrapesos en la sociedad. Pero como la fase eotécnica, aún está con nosotros, en realidad, en ciertas partes del ~:~::¿2,-:C'!!'0 japéu y China, pasa por 10 nuevo, 10 progresivo, lo moderno, mientras en Rusia un desgraciado residuo conceptos paleotécnicos así como de métodos ha ayudado a dirigir errada'tiente, incluso en alguna medida a inutilizar la economía por otro, l !Jdo avanzada, proyectada por los discípulos de Lenin. En los Esta- ! ~os Unidos el régimen paleotécolco no arrancó hasta los años 1850, casi un siglo después que en Inglaterra, y alcanzó su punto culminante a principio: de este siglo, en tanto en Alemania dominó los años entre 1870 y 1914, y habiendo sido llevado a una expresión quizámás cumplida y completa, ha sufrido allí un colapso con mayor rapidez que en ninguna otra parte en el mundo. Francia, excepto en sus cer.tros especiales de carbón y hierro, escapo a algunos de los peores defectos del período, y Holanda, como Dinamarca y en cierto modo Suiza, saltó directamente de una economía eotécnica a una neotécnica, y excepto en los puertos como Rotterdam y en los distritos mineros, resistió vigorosamente al infortunio paleotécnico. En resumen, estamos tratando de un complejo técnico que no PUede situarse estrictamente dentro de un lapso de tiempo, pero si toma el año 1700 como principio, 1870 como el punto máximo de,ja curva ascendente, y 1900 como el comienzo de un movimiento aceleradamente descendente, se consigue una imagen bastante aproximada de los hechos. Sin aceptar ninguna de las implicaciones d~! ",tento de Henri Adams de aplicar la regla de fases de la física • los' hechos de la historia, se puede conceder un' incremento del ri,.tinodel Cambio a los procesos de invención y de progreso técnico, , al ~enos hasta el momento presente, y si ochocientos años casi definen la' fase eotécnica, deberíamos esperar un plazo mucho más corto parala pa1eotécnica. ' I
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fbse paleotécnica
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3. Capitalismo carbonífero - El gran cambio en la población y la industria que tuvo lu. en el siglo XVIII se debió a la introducción del carbón como fue:" de energía mecánica, para el empleo de nuevos medios de h·, •.•.efectiva dicha energía -la máquina de vapory de nuevos I~ todos Je fundir y de trabajar el hierro. De este complejo del hic y del carbón surgió una civilización nueva. Como otros muchos elementos en el nuevo mundo técnico. uso del carbón se remonta a un considerable tiempo atrás en la L·· toria. Teofrasto se refiere a él: el año 320 a. de C. lo utilizaban i herreros; en tanto !c~ +i!:.C'< <"ln empleaban e! carbón para co, la porcelana sino qt:e empleaban gas natural para la iluminación ¡ carbón es en sí un mineral único: aparte 1::>3 metales preciosos ' una de las pocas sustancias que no están oxidadas en la naturale. comparando los pesos es desde luego mucho más campano para :' macenar y transportar que la madera. Ya en 1234 los hombres libres de Newcastle disfrutaron de un carta para sacar carbón, y une ordenanza para regular los perjuiciocausados por el carbón en londres data del siglo XIV. Quimen« años más tarde,@ carbón era de uso general entre los fabricantes d, vidrio, lOS cerveceros, los destiladores, los confiteros, los jabonercíos herreros, los tintoreros, los fabricantes de ladrillos, los cale.o. los fundido res y los estampadores de alg0dón)Pero entretanto se había encontrado un empleo más significativo para e! carb6n,~uc Dudley al principio del siglo XVII trató de sustituir el carbón de leña por el carbón mineral en la producción del hierro, este objetiv0 fue alcanzado con éxito por un cuáquero, Abraham Darby, en 1709. Gracias a este invento se hizo posible e! alto horno de gran poten· cia, pero el método mismo no se abrió camino a Coalbrookdale en Shropshire a Escocia y el norte de Inglaterra hasta los años 1760 l;i perfeccionamiento siguiente en la fabricación de hierro colado no se hízo hasta la introducción de una bomba que proporcionara a! horno un chorro más efectivo de aire, éste fue el invento que llego con el de la bomba de vapor de Watt, y la demanda mator de hierro. que siguió, a su vez incrementó la demanda de carbón ...)' . Mientras tanto, el carbón como combustible tanto para la calefacción 9sera coma para proporcionar energía empezaba una nueva carrera. 1ft., fines del siglo XVIU, el carbón comenzó a ocupar e! lugar de las fuentes corrientes de ener:.;fa j)3tJ la iluminación gracias a los dispositivos de Murdock para producir luz de gas,] La madera, el nf'\
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vietlto,la cera de abejas, e! sebo, el aceite de esperma, todos fueron Jtsplazados invariablemente por el carbón y sus derivados, aunque Jll tipo eficiente de quemador, e! ideado por \qe!sbach, no apareció hasta que la electricidad estuvo dispuesta para suplantar el gas de Iluminación. El carbón que podía extraerse con mucho anticipo, y (:c~se podía almacenar, colocó a la industria casi fuera de! alcance J de ias influencias estaciunales '/ de los caprichos del tiempo') En la economía de la tierra, la explotación en gran escala de las vetasde carbón significó que la industria estaba empezando a vivir porprimera vez de L: ~cumulación de energía potencial, derivada de IS helechos del período carbonifero, aportación realmente extraerdiliaria.De manera abstracta, [q humanidad entró en posesión de un r;tal heredado más espléndidc que toda la riqueza de las Indias, i puesincluso a; l;lUiV ",-~~;;;l ::c ;:::~':) S~ ),fl calculado .::¡uelas re=ervas hoy conocidas durarían tres mil añcr ~~ :~~~!'!'?"9 r.ncrern. sin ernbargo, las perspectivas eran más l.mitadas, y la explotación del cal bón llevaba consigo castigos no vinculados a la extracción de la er.ergfacon el cultivo de plantas Ll e! aprovechamiento del viento o .lel 19Ua_Mientras las vetas de carbón de Inglaterra, Gales, el Ruhr y losiaontes Alleghanys fueron profundas y ricas los términos limitadosde esta eccnomía podían pasarse por alto, pero tan pronto como ..:.realizaron las primeras ganancias fáciles, se vieron claramente las dificultades de mantener el proceso. Pues la minería es una industria ladrona, el propietario de la mina, según observaron los señores Tryon y Ecke!, está consumiendo constantemente su capital, y en CU:!lltose agotan las zonas de la superficie el costo por unidad de losminerales extraídos y de las minas aumenta. La mina es la peor base local posible de una civilización permanente, pues cuando las Vetasestán agotadas, la mina en particular debe cerrarse, dejando Irás sus desechos y sus cobertizos y sus casas. Los productos derivados constituyen un ambiente sucio y desordenado, e! producto finales un producto agotado. • tAhora bien, la repentina llegada de capital en forma de estos Inrnensos yacimientos de carbón puso a la humanidad en una fiebre ~. explotación: el carbón y el hierro eran los pivotes alrededor de Ió! cuales giraban las otras funciones de la sociedad, Las actividades ~1Il'~iglo XIX se consumieron en una serie de impetuosas carreras: liiS carreras hacia el oro, las carreras hacia el hierro, las carreras hacia ti cobre, hacia el petróleo, hacia los diamantes. El espíritu de la tÍünería afectó a todo el organismo social y económico, este modo :ininante de explotación se convirtió en el modelo de otras formas t;lbordinad:ts de la :;10ustlÍa. 'La actitud temeraria, d de hacerse
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rápidamente rico, lo de «tI que venga atrás que arree» se exten.' por todas partes; las granjas lucrativas del Oeste Medio en los 1> dos Unidos se explotaron como si fueran minas, y se esquiimalos montes y se aprovecharon de la misma manera que los n.in.. les que se encontraban en sus laderas. La humanidad se cornp.-: como un heredero borracho en una juerga, Y el dañe a las est: turas y " la civilización por el auge de estas costumbres nuevas . explotación desordenada y de gastos despilfarrador es permanecier.: aunque desapareciera o no la fuente misma de energía. Los tados psicológicos del capitalismo carbonífero -la moral rebaja. la esperanza de conseguir algo sin dar nada, el desprecio por modo equilibrado Je producción y consumo, la habituación al 11. fr::!g:(.' j' :' l"e rnin,,< romo parte del ámbito !-:'.lmano normal10(: eSOSresultados eran fraucam-r+e r1";:;oso<,
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¡igloXIX se convirtió en efecto -y en verdad en apariencia-- en ina prolongación de la mina de carbón, El costo del transporte del .:1lb6nnaturalmente aumenta con la distancia: de aquí que lss in.!ustria~pesadas tendieran a concentrarse cerca de las vetas carbo..Jferas.El estar separado de la mina de carbón era estar separado le la fuente de la civilización paieotécnica. En 1791, menos de una generación después de que \\'atr perfecI cenar; la máquina de vapor, cl doc-or Erasrno Darwin, cuyas fanI asías poéticas se iban a convertir en ¡dO ideas r1ir~cttices del siglo líguiente, apostrofaba a las nuevas energícc ccn los versos que se -¡tan:
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4. La máquina de vapor En todos los aspectos más generales, la industria paleotécn»dependía de la mina, los productos de la mina dominaban su ri,:, y determinaban sus inventos y perfeccionamientos caracrerísticcDe la mina llegó la bomba de vapor y luego la máquina de I'j por, seguidamente la locomotora de vapor, y después, por derivació" el barco de vapor. De la mina salió la escalera mecánica, el ascenso: que se utilizó primeramente en otra parte en las fábricas de algodór y en los ferrocarriles subterráneos para el transporte urbano, El ferro carril asimismo vino de k mina, en 1602 se construyeron vías co; raíles de madera en Newcastle, Inglaterra, pero eran ya corriente; en las minas alemanas unos den años antes, pues permitían move' las vagonetas pesadas cargadas con mineral fácilmente sobre la SI" perficíe desigual y de otra manera intransitable de la mina. Alrededo: de 1716 estas vías .le madera fueron cubiertas con hierro male~hle. y en 1767 se colocaron barras de hierro colado. (Feldhaus obseo" que el invento de los raíles de madera recubiertos de hierro se hace patente en el momento de las guerras hnsitas hacia 1430, posibl mente el invento de algún ingeniero militar.) La combinación d ferrocarril, e! tren de vagonetas y la locomotora, primero utilizad~ en las minas al principio del siglo XIX, se aplicó al transporte de pasajeros una generación después. Adonde fueran los raíIes de hierrO y las traviesas de madera de este nuevo SIstema de locomoción, ls ::.1Ín::; y S'..lS productos fueron con ellos, en verdad el principal ¡:,~o; dueto transportado por los ferrocarriles es el carb6n. La ciudad Ul
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Pronto estará tu brazo, vapor invencible, lejos Arrastrando iaienta barcaza, u guiando el rápico vagón; O en amplias ala, ondulantes extendidas llevarás El carro \ olante por los campos celestes, Hermosas tripulaciones triunfantes, inclinándose desde arriba Harán tremolar sus pañuelos al alejarse . O bandas del guerrero alertarán a la muchedumbre admirada y los ejércitos se estremecerán bajo la nube oscura.
Sus intuiciones eran rápidas
y sus anticipaciones justas. La historia ttcnica de 105 cien años siguientes fue directa o indirecr.imente la bi~toriadel vapor. La necesidad de una explotación minera más eficiente que pu~era alcanzar las vetas más profundas impulsaron el esfuerzo p"r~ idearuna bomba más poderosa que la que pudiera accionar la fuerza delhombre o del caballo, y más regular y accesible que los molinos de,vientcs o de agua: esto-era necesario para evacuar e! agua de ~.s;ialerías. La traducción de la Pneumática de Herór, que contiene ~Ppsitivos para emplear.e] vapor, fue publicada en Europa en 1575, Y.tW:aSf..l~':: de inventores en e! siglo XVI, Porta, Cardán, De Caus hicieron varias sugerencias para utilizar 1~ energía del vapor en la realiZación de trabajo. Un siglo más tarde, e! segundo marqués de ::or~,~ster se ocupó él mismo en el invento de una máquin« de ~$oear de vapor (1630), transformando el instrumento de juguete ~ell~co que era en mecanismo práctico. En 1633 e! marqués con$1~i6 una patente por eu máquina «de mando de! agua», y pro~6 desarrollar unas obras hidráulicas para suministrar agua a los ~t>itantes de Londres. No resultó nada de aquello, pero e! proyecto ~ lIevqdo adelante por Tomás Savery cuya invención, llamada el . igo del Minero, tue publicada POl pr:1.1:::r¡¡ vez e.l' 1698.
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(,se paleotécnica
El doctor Papin, en Francia, había estado trabajando sobrt\IC cada pieza de la fábrica y del equipo, ejes, ruedas, piñones y ármismos aspectos: describe su máquina como un «medio nuevo : ~Ies eran de metal. . , crear energía motriz a bajo precio»: el objetivo era bastante (': En más de un sector, pues, los años 17RO marcan la definitiva Siguiendo la labor de Papin, Newromen, en 1712, :::onstruyó un : ristalizació!1del complejo palectécníco: el coche d~ vapo ~~';1rperfeccionado de bomba, Si bien la máquina de Newcorncn !oc:k el horno de reverbero de Cort, el barco d; hierro e 1 mtosca e ineficiente, pues perdía enormes cantioades de calor en: I'!(IO ~1telar mecánico rle Cartwright y los bUC03 de vapor de J o~ffroy condensación, supera en potencia cualquier otra máquina pro,' d'e Fitch, este último con hélice, se remontan a aquella decada. tara de energía anterior, y mediante la aplicación de la uU'gí:' t Toda la técnica de la madera había de ser perfeccion~da ahora en vapor en la fuente 11li,1IIa, u sea la ilJ~Üa, er- posible excavar ., material más difícil y ieL:d'::~:'~;v,el hierro. El cambio de la fas,e profundamente las minas y mantenerlas aún libres de agua, Les lí:~, l' :Ol~cnicaa la paleotecnica pasó naturalm.;nte por etapas de trans~princi~ales uel invento s~ .~ncontrab~n ya trazada,s ~ntes, de ,: .ién, pero no podía quedarse a mitad, de camino Aunque en Ameapareciera \'7att, Fue su mision, no el Inventar la rnaquina de \'~lj' ir, y en Rusia la madera pudo, por ejemplo, S~7 usada hasta el tersine incrementar consi?erable~ente su eficiencia creando un" cán., '=r cuarto del siglo para las locomotoras y los barcos de vapor, la sef~.::ada de condensación y ut:liz~ndo la presión expH~slva d,:l vu:: 11ccesidaci de carbón aumentaba con la dema~da, calla ve", Hjd)'V~, ~2 ~I,S~O, Watt trabajo en la msquma ~e ",vapor a partir de, 1/6">. ' combustible que la universalización de la maqu:na llevaba CO~,SlgO, licito una patente en 1769, y, en~re 1 :7:), y 1800 construyo 289,' I Si hecho mismo que la máquina de Watt consumiera u~,as ocho llbra,s quinas en Inglaterra. ?U,S maqum~s iniciales fuer~n, todas boml-, 'f media de carbón por caballo de v.ipor, e,n c0r:'?araClOn ~on .la ,~~Hasta 1781 no se dedicó Watt a Inventar u~a ~1aqmna rotatorIa.. quina atmosférica de Smeaton, que habla utilizado casi d~eCl5els la r~spuesta a este problema f~e la ,gran ,maqUlna ~e d:;~le 3CC1,l:- Uoras,sólo incrementó la demanda para mfs máquina~ del, t1~0 ,de de cincuenta caballos que su SOCIedadinstaló en la Albion ricur 1-!L. lasde Watt y amplió el área de explotacion. La turbina hidráulica en 1786, siguiendo a la Máquina de diez caballos de vapor que
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vas fábricas podían trabajar durante veinticuatro horas. ¿Por ql: el trabajador? La máquina de vapor marcaba el paso. Como la máquina de vapor exige una .,té~ncióI1constante parte del que la alimenta y del ingeniero, la energía de V,ll)(': más eficiente en grandes unidades que en pequeñas: en vez (Ic serie de pequeñas unidades, que trabajaran cuando se les e\i~, se mantenía en continuo movi-niento una sola grande. De tal IlU, la energía del vapor alentó la tendencia hacia grandes instalaci. industriales ya presente en la subdivisión del proceso de fabri-a, El tamaño grande, exigido por la naturaleza de la máquina de \':11 se convirtió a su vez en símbolo de eficiencia. Los dirigentes Ilh~ triales no sólo aceptaron la concentración y el giganrismo corno '.' dición de funcionamiento, exigidos por la máquina de vapor. ,. que además llegaron a creer en ellos poi sí rnirrnos, como ~Ul.l. progreso. Con la gran máquina de vapor, la gran fábrica, la ~. granja productora, el gran alto horno, se suponía que la eficicn. existía en razón directa uel tamaño. Más grande fue otra manera decir mejor. Pero la máquina de vapor tendió hacia la concen tración \ e volumen de otra forma también. Aunque el tren aumentó las d:· rancias de los viajes y la cantidad de locomoción y de transporte, : hizo dentro de límites regionales relativamente estrechos. El baj, rendimiento del ferrocarril en pendientes superiores al 2 por loe obligó a que las nuevas líneas siguieran los ríos y los fondos de 11" valles. Esto tendió a sacar a la gente del interior del país, que hah sido atendido durante la fase ea técnica por carreteras y canales. C0: la integración del sistema de ferrocarriles y el incremento de Ir, mercados internacionales, la población tendió a amontonarse en la' gran-les ciudades terminales, los empalmes, las ciudades portuarias Los servicios de trenes expresos de las líneas principales tendiero, a aumentar dicha concentración, y las líneas auxiliares y los serv! cios ~ través del país disminuyeron y desaparecieron, fueron decidí darnc.ite suprimidos: pan> viajar a través del país eul a rnenu:" necesario recorrer dos veces la distancia llegando a una ciudad cen tral y otra vez atrás, en un viaje en U. Aunque se inventó el coche de vapor y se puso en circulación en las antiguas carreteras de las diligencias en Inglaterra antes que el ferrocarril, jamás constituyó una amenaza para éste, pues una ley del Parlamento lo eliminó de las carreteras tan pronto como el ferrocarril apareció en escena. La energía del vapor aumentó pues 12 euoerficie de las ciudades. También aumentó la tendencia de las nuevas comunidades urbanas a acumularse a lo largo de las prÍl¡ci·
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les líneas de transporte y de viaje. Esta acumulación puramente ísica de ::1 población, a la que Patrick Geddes dio el nor-bre de 'o'l ••rbation, fl'''! un producto directo del régin.en del carbón y hierro. Debe distinguirse cuidadosamente de la formación social de la ciudad, con la que lleva cierto }-'areci.::locasual debido a su concentrecién de edificios y de gente. La prosperidad de estas nuevas zonas it midió en términos del tamaño de sus nuevas f.ibricac, el tamaño de la población, la tasa corriente de crecimiento. En todas las for,•.as, pues, la máquina de vapor acentuó y profundizó esa cuantifición de la vida que habia ido teniendo lugar lentamente y en cada sector durante los tres siglos que precedierun a su introducción. Hacia 1852 el ferrocarril ha~ía alcanzado las Indias Orientales: en 1872 el Japón y en 1876 China. A todas la" partes donde llegó llevó consigolos métodos j las ideas dé' ",
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siglo XVI, el primero que se construyó en Inglaterra lo fue en l~En plena celebración de los triunfos de la paz y el internacionasobre el río Severn; la primera- cúpula de hierro se colocó en ' lismo en :~51, el régimen paleotécnico estaba preparándose para Halles des Blés en París en 1817; el primer barco de hien. una serie de guerras más letales en las que, como consecuencia de construyó en 1787, Y el primer barco de vapor de hierro en ;,''los métodos modernos de producción y de transporte se verían finalTan profunda fue la fe en el hierro durante el período que no ' mente envueltas naciones enteras: la guerra civil norteamericana, la fue una forma L-vorÍta de medicina, escogida tanto por su Iil:;¡; guerra franco-prusiana, y más mortífera y encarnizada que todas ellas asociación con la fuerza corno por algunos benenrios tangibles, " la guerra mundial. Alimentadas por la guerra, las industrias de armaque se ofreció a la venta, aunque en realidad :10 se usó, par~ , mentos, cUyJS instalaciones estaban abarrotadas gracias a la consmelos de camisa y para collares destinados a ser llevados por ' trucción de ferrocarriles v de las guerras pasadas, buscarc.i nuevos hombres, mientras, con el desarrollo del acero elástico, el hierrl" mercados: en América, -ncontraron una salida en la construcción menudo sustituyó a las ballenas de corsé en los aparatos usados :' con armadur-« de acero, pero a largo plazo se vieron obligadas a las mujeres de aquel tiempo para defor.nar sus pechos, sus pelvivolver a la in¿G~::':::: de guerra más de fiar, y sirvieron lealmente a sus sus caderas, Si bien el uso m~s ~;1lt11io v más ventaioso del hie-' accionistas suscitando temores de competencia y rivalidades entre les fue en ia guerra, no hubo parte de 'la e~~stencia, SiL ernharoo países: la famosa parte rec!,:"ntpnlPnte desempeñada por 1<'3 fabrino se viera tocada directa o indirectamente por el nuevo matcr. cantes de acero ",;, ~";rallOS en hundir la Coníerencia internacional La !:,foducción más barata y más eficiente de hierro fue un re' . del Desarme en 1927 fue sólo una muestra de ur; centenar de otras tado directo de la tremenda demanda militar de dicho producto, I maniobras menos conocidas de! siglo anterior. primer perfecdcnamiento notable en la producción de hierro, scp: El derramamiento de sangre siguió e! ritmo de la producción el procedimiento de Darbv para fabricar nierro colado y el sisten: de hierro: esencialmente, desde e! principio hasta el fin, todo el Huntsman para fabricar acero en crisol fue el realizado por Hcn: período paleotécnico fue gobernado por la política de sangre y Cort, un agente naval inglés. Consiguió tina patente re: su proccdi hierro. Su brutal menosprecio de la vida sólo se vio ignalado por miento de pudelación en 1784 y contribuyó oportunamente no sók el ritual casi sacerdotal que observó en la preparación para causar al éxito de la industria metalúrgica de Inglaterra en el comercio de la muerte. Su «paz» fue en verdad la paz que sobrepasa el entenexportación sino a la victoria de las armas británicas durante L. dimiento: ¿qué fue sino guerra latente? guerras contra Napoleén. En 1856 Henry Bessemer, un inglés, cor ¿Cuál es pues la naturaleza de este material que ejerció tan siguió la patente para la descarbonización del hierro colado en s': poderosa influencia sobre 10" problemas de los hombres? El empleo convertidor en forma de huevo para producir acero: un procedi del hierro de los meteoros posiblemente se remonta a una muy lemiento ligeramente anticipado por el invento independiente del due jana fecha en la historia: existen datos del empleo de hierro deriñu de una herrería de Kentucky, William Kelly. Gracias a Besserne yado de las menas ordinarias ya en 1000 a. de pero la rápida y al ulterior procedimiento Siemens-Martin para fabricar acero, el oXidación del hierro puede haber barrido las trazas de utilización arma de artillería se destacó en la guerra como nunca hasta enton nluy anterior. El hierro eS:1 asociado en Egipto a Set, el dios de ceso y después de ese período los barcos' de guerra acorazados cor l~'devastación y del desierto, un objeto de temor, y esta asociación hierro y con acero, utilizando cañones de lcrgo alcance, se convir ~ ,través de los estrechos lazos con las artes militares no es inaprotieron en uno de los más efectivos consumidores de la renta naciolpiada. nal, así como en una de las armas más mortíferas de la guerra. El t.¡¡" La principal virtud dé! berro reside en su combinación de gran hierro y el acero baratos hicieron posible equipar ejércitos y marinas ~sistencia y maleabilidad. En tanto diferentes muestras de carbón mayores que nunca: cañones más grandes, buques de guerra más bmbian sus características, desde la dureza a la fragilidad, como grandes, equipo más complicado; en tanto el nuevo sistema de ferro"~'tero o hierro forjado tiene mayor resistencia que cualquiera de los carriles permitía poner más hombres en el campo de batalla manteo ,~omunes, y como, con una sección transversal adecuada, una viga niéndolos en comunícacíon constante con la base de suministros a ,~(; hierro en forma de 1 es tan fuerte como un bloque, une su reJ:~t¡¡!"\cius casI' vez mayores la guerra se convirtió en un sector de .~is:enci¡; a la ligereza y a la facilidad de transporte si se le compara producción en masa en gran escala. cbn la piedra, poi <'j.:mi-!c,. Pero ,1 hi~"to no es sólo resistente a la
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com1ín y 10 barato del hi-rro, unidos al hecho que se utilizó según compres IOn, como muchas variedades de piedras: a diferencia ,: reglas empíricas mucho antes de que sus propiedades fueran cientíla piedra, es resistente a la tracción y cuando se usa en cadcn. íicamente conocidas, fomentaron una cierta imperfección en su erncables, como les chinos lo usaron los primeros, sus propiedades , pico: Dcda su ignorancia, para prevenir errores que repercutieran racterísticas se destacan quizá más claramente. Tiene uno qUé 1"1."' negativamente en la seguridad, los proyectisras utilizaron elementos por estas excelentes cualidades trabajar.do e! hierro a una ternpc: de tamaño exagera-lo en sus estructuras de hierro que no tuvieron tura mayor que el cobre, el cinc o el estaño: mientras e! acero suficientemente en cuenta las ventajas estéticas -por no decir nada funde a los 1.800 gi ..•dos c-ntígrados, ~. el hierro coi-do a 1. '500, ' del provecho económico1josibles mediante la ligereza y la adapcobre tiene un Í:'u"~c 22 fusié:: ~ 1.100 Y ciertos tipos de ¡'ron( tación más estrecha a ja función. De aquí la paradoja: entre 1775 y a sólo la mitad cie dicha .emperatura, por 10 que la fundición 1875 hubo un atraso tecnológico en la parte más adelantada de la bronce precedió con mucho a la del hierro. En gran escala el hiel' exige para su fabricación una producción de energía; por el'o, IllIC ! recnología. Si el hierro era barato y si la energía era abundante, tras el hierro forjado se remonta al menos a rlos mil quinientos ,.11' ¿por qué iba el ingeniero a desperdiciar su .alento tratando de ematrás. el hierro fundido no se it1VC:11L~ :'1""1' c~ ~;;;::; ::IV cuando 1, plear menos de Uf¡O y otra? Según las normas paleotécnicas, no exisfuelles movi.x.; por agua hicieron finalmente posible la gran te" tía respuesta a tal pregunta. Gran parte ¿d hierro cie qUé: 1Jn"UJlJ;~ peratura r ecesaria en el alto he-no. Para manipular e! hierro ( el período era peso muerto. grandes m-sas, transportado, enrrollarlo, rnartillearlo, toda in 11',' quinaria accesoria debe ponerse en un avanzado punto de desarroll. Aunque los antiguos producían herramientas resistentes de cobr. 6. La destrucción del medio ambiente martilleándolo en frío. e! enrrollado en frío del acero hubo óe eperar tipos más avanzados de maquinaria. El martinete a vapor (1, La primera marca de la industria paleotécnica fue la polución Nasmyth, inventado en 1838, fue uno de les pasos finales hacia del aire. Desatendiendo la sugerencia de Benjamín Franklin de que trabz:o de! hierro en gran estilo que hizo posibles las máquinas \ el humo del carbón, siendo carbón sin quemar, debería ser utilizado las obras titánicas de la última mitad del siglo XIX. una segunda vez en el horno, las nuevas fábricas construyeron máPero el hierro tiene defectos casi comparables con sus virtudes quina, de vapor y chimeneas sin esfuerzo alguno para conservar la i En su estado impuro usual está sujeto a una oxidación bastante r. energía quemando totalmente los productos de ia combustión; al pida, y hasta que se descubrieron aleaciones de acero sin herrurno« P,9nripio tampoco intentaron utilizar los productos derivados de los en el período neotécnico fue necesario cubrir el hierro con una pe ~o~nos de cake o quemar los gases producidos en el alto horno. lícula por lo menos de material no oxidan te. Dejado al descubierto A"pesar de sus pretensiones de perfeccionamiento, la máquina de el hierro se herrumbra: sin una lubrificación constante los cojinet" vapor sólo era eficiente en un 10 por 100: el 90 por 100 se escapaba se atascan y sin una pintura repetida los barcos de hierro y lo' e~..radiación y una buena parte del combustible se esfumaba por la / puentes, el! el e=pacio de un" generación, se debilitarían pelig!:os;l' Soj.tnenea. Así como se mantuvo el ruidoso golpeo de la máquina mente; a menos que se asegure un cuidado continuo, los pétreos viaetigi:'1l de Watt, en contra de su deseo de suprirnirlo, como una ductos romanos, por ejemplo, son superiores en 10 que se refiere a ~ata marca de poder y cilciencia, el humear de la chimenea de la un uso mayor. Asimismo, el hierro está sujeto a los cambios de temo 'f~~rica, que contaminaba el aire y desperdiciaba energía, cuya capa peratura: deben tenerse en cuenta tolerancias a la dilatación y con: ~~,humo aumentaba el número y el espesor de las tinieblas naturales tracción en verano e invierno y durante las diferentes partes del día Wminuyendo más aún la luz de! sol, este emblema de una técnica incluso, y sin una cubierta protectora de material retractado el hierro Y en pierde su resistencia tan rápidamente bajo el calor que la más sólida ,. :~t,gscae imperfecta se convirtió en el símbolo de la prosperidad. eSJo la concentración de la industria paleotécnica aumentó los daños estructura se convertiría en una masa de metal deformada y retar· 'g~l'proceso mismo. La contaminación y la suciedad de una pequeña,\ rid~. Pero si el hierro se oxida demasiado fácilmente, tiene por lo aotic:l de I-ierro situada en campo abierto podía absorberse o elirnimenos este atributo ¿:: conij.ensación: junto con el álu:-¡;ini" é:~ rl 'uarse con facilidad. Al reunirse veinte grandes fábriccs ;1:; hierre, metal más común en la corteza de la tierra. Desgraciadamente, lo I
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Capítulo "
concentrando sus eíluvios y sus productos de desecho, era in2vit¡h!" el deterioro completo del ambiente. Hasta hoy día se puede ver cuán seria pérdida ocasionaba aquellas costumbres paleotécnicas, que se pueden cifrar en término que incluso los paleotécnicos pueden comprender: el costo anual par. mantener limpio Pittsburgh por causa del humo se ha estimad en 1.500,000 dólares para lavados extraordinarios, 750.000 dólar, por 1imriP7~ ~pnpr~ 1 extr.iordinaria, y 360.000 dólares por limoic.. extr:::::'dinclIia de cortinas: estimación que 110 incluye las péidid» debidas c, la corrosión de los ec1ificios, al costo por la iluminad er+raordinaria durante los períodos de smog, y las pérdidas causadapor la disminución de l" salud v la vitalidad consiguientes a la intcr ferencia de los r<1\'OSdel sol. El ácidc ~:c;':~:¿:-:~c;:::-dc:c!cb ¡>n' " procedimiento Le Blanc para fabricar carbonato sódico se perd. hasta que una lev del Pzrlamenro británico en 1863, impuesta p': la acción corrosiva del gas sobre la vegetación ambiental y las obr. metálicas, obligó a conservarlo. ¿Debe añadirse que e! doro dc' «producto de desecho» se aprovechó para usos comerciales corm polvo pare! :':'lanqut'élr? En este mundo paleotécnico las realidades eran dinero, precio, capital, acciones: el ambiente mismo, como la mavor parte de le: existencia humana, se trataba como una abstracción. El aire y h luz del sal, por su escaso valor de cambio, no tenían realidad alguna Andrew Ure, e] gran apologista británico del capitalismo victoriarr se mostraba estupefacto ante el excelente médico que testimonie ante la Comisión de Investigación de la Fábrica Sadler sobre la base de las experiencias del doctor Edwards, realizadas en París con re nacuajos para demostrar que la luz del sol era esencial para e! crecí miento de-los niños: creencia que apoyó -un siglo antes de que se estableciera el efecto del sol sobre el raquitismoal señalar la ausen· cia de deformidades del crecimiento, como las que eran comentes en las ciudades fabriles, entre los mexicanos y los peruanos conti; nuamente expuestos :; la luz del sol. En respuesta a ello Ure presento un dibuje de una sala de una fábrica sin ventanas como ejemplo de la excelente iluminación de gas que servía como isustitución del sol' Los valores de la economía paleotécnica estaban revueltos. Sus abstracciones se reverenciaban como «hechos demostrados» y como realidades finales, mientras que las realidades de la existencia eran tratadas por los Gradgrinds y Bounderbys como abstracciones, f~n' tasías sentimentales y hasta como aberraciones. Así pues, este peno' 20 que.ió :;e;Jal.:-l8 en todo ::! mundo occidental prc k ~-;;:!~!1¿i~a alteración y destrucción del ambiente. Las tácticas de la minería Y
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los desechos de la mina llegaron a todas partes. El despilfarro anual ,,,rriente por el !"umo en los Estados Unidos es descomunal. una cstiiD"ciónalcanza la cifra aproximada de 200.000.000 rle dólares. En un sentido demasiado literal, la economía paleotécnica tenía dinero que quemar. En las nuevas industrias químicas g'le surgieron durante este perfodo no se hizo ningún esfuerzo serio para combatir 12 contaminación de! aire y de las aguas, ni tampoco para alejar dichas industrias de las zonas habitadas de las ciudades. De las fábricas de sodio, de amoníaco, de cemento, de las de g0) ,alia11 polvo, humos, efl.ivios, a veces nocivos para los organismos humanos. E:: 1930, el distrito alto del Masa, en Bélgica, llegó al estado de pánico porque una espesa niebla provocó extendidos casos de sofocación y la muerte de 1)5 personas: después de un areuio '=A¿UllUi 1'-~u;,0 que ello se ;Iabía debido a una concentración paruci.larrnente dens, L;~:,,> u s u les gases tóxicos, principalmente anhídrido sulfuroso. Incluso allí donde no habh en absoluto fábricas químicas, el ferrocarril distriLuía suciedad y polvo: el tufo del carbón era el verdadero incier=c del nuevo industrialismo. Un cielo cla-c en un rlistrito industrial era el signo de un cierre 0 de una depresión en la industria. Si la contaminación atmosférica fue la primera característica de la industria paleotécnica, h de las aguas [u= la segunda. El verter los productos de desecho químicos e industriales en las corrientes de agua fue algo caracterIstico del nuevo orden. Adonde fueran las fábricas, los ríos se ensuciaban y hacían tóxicas las aguas: los peces ~orían o se veían obligados a emigrar, como e! sábalo de! Hudson, Y..el agua quedó inutilizada para la bebid; o para el baño. En mu#scasos los desechos de los que tan brutalmente se desembarazan llUl¡ susceptibles de ser utilizados, pero todo el método industrial é(if t
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las mareas sin ningún tratamiento previo, por no hablar de los intentas de conservar los elementos nitrogenados valiosos pala fertilizantes. Los ríos más pequeños, como el Támesis y el Chicago se con virtieron en poco menos que cloacas abiertas al aire. Careciendo de los primeros elementos de limpieza, careciendo incluso de surr.'nistr. de agua, careciendo de reglamentos sanitarios de cualquier clas careciendo de los espacios despejaclos y de los jardines de la antic, ciudad medieval, que hacían posibles los medios más elementales (1.. deshacerse de la inmundicia, las nuevas ciudades industriales se cor virtieron en caldo de cultivo de enfermedades: las bacteria; de 1. fiebre tifoidea se filtraban a través del suelo desde las alcantarillacerradas y abiertas hasta los pozos de donde las clases pobres sacab,u su ag"" n "f' hnnlhf'8han del río que servía lo mismo de depósit de agua para beber que de salida de las cloacas: a veces, antes ,1, descubrimiento del cloro para el tratamiento del agua, las obras iW nicípales de las aguas eran la principal fuente de infección. Florece: las enfermedades de la suciedad y las de la oscuridad: las viruelael tifus, las tifoídeas, el raquitismo, la tuberculosis. En los hosp: tales mismos, la suciedad dominante contrapesaba los adelantos tél nicos de la cirujía; una gran parte de los que sobrevivían al bistu del cirujano morían de la «fiebre del hospital». Sir Frederick Trev.: recordaba cómo presumían los cirujanos del Guy's Hospital de l.: costras de sangre y suciedad en sus batas de quírófano, ¡como índice cle una larga práctica! Si ésta era la limpieza quirúrgica, ¿qüé pccE. esperarse de los trabajadcres empobrecidos en los nuevos tugurio': Pero existían otros tipos de degradación ambiental además ¿ estas formas de contaminación. Entre éstas la principal era la debi¿ a la especialización regional de la industria. Las especializaciones n;: turales regionales tenían por causa Ls grandes diferencias de climy formación geológica y topográfica: en condiciones naturales a nJ die se le ocurre cultivar café en Islandia. Pero la nueva especiahz.l ción se basaba, no en conformarse con las oportunidades regionab sino en concentrarse en un solo aspecto de la industria impulsándolr hasta la exclusión de cualquier otra forma de arte y de trabajo. D<: esta forma Inglaterra, la tierra de la nueva especialización, vole:' todos sus recursos, energía y mano de obra en la industria meOnica y dejó languidecer a la agricultura. De la misma manera, dentrt; del complejo industrial nuevo, una localidad se especializaba en e acero y otra en el algodón, sin intentar la diversificación de la 013. nufactura. El resultado fue una vida social pobre v estrecha y un; ;dustrirt precc ,;a. Por culpa 2e lo especialización se descuidó tocl:l una variedad de oportunidades regionales, y la cantidad de rranspe'[
ra fase paleotécnica
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res cruzados ruinosos de productos que podían producirse cen igual eficiencia en cualquier localidad aumentó; t" tanto el cierre de una fábrica sola significaba el colapso de toda la comunidad local. Sobre todo desapareció, el estímulo psicológico y social que :e deriva del cultivo de operaciones diversas y numerosas, y de los diferemes modos de pensar. Resultada: una industria insegura, una vida social desequilibrada, un empobrecimiento de los recursos intelectuales y a menudo UD ambiente físicamente depauperado. Esta especializa ción regional intensiva primeramente produce inmensos uellcúcios pecur.iar.os a los dueños de la industria, pero ei precio que ello exigía era demasiado alto. Incluso en términ.., de eficiencia mecá nic~el procedirmcnro era dudoso, pues constituía una barrera contra el tomar prestado de otros procedimier+os extr~n;,:ros lo cual es uno de los medios principales de dectu?" inventos nUf\'OS y de crear nuevas industrias. Por otro lado, al considerar el n.ecio como un elemento en la ecología humana, el sacrificio de SlL variadas potencialidades a 1,,; industrias mecánicas fue altamente perjudicial para el bienestar humano: la usurpación de los sitios destinados a parques ~ a baños por las nuevas fábricas de acero y los hornos de coque, la ácsconsiderada colocación de instalacinnes ferroviarias sin res peto a nada excepto la economía y la conveniencia del mismo fetiocarril, la'd:strucción de bosques y la construcción de grandes masas C~ ladrillo y de pavimento de piedra sin tener en cuenta las cualidades especiales del sitio y del suelo, todo ello fue una forma de desttucci60.y de despilfarro. El costo de la indiferencia por el medio corno teqltso' humano, ¿quién puede medirlo? Pero ¿quién puede dudar d~,que compensa en gran parte las ganancias por otra parte reales ~)a producción de textiles baratos y del transporte ~e productos ~~édentes? --
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bajador y su salud terminaba con el p-go de su jornal por el funcionar sin estar unido a la máquina. Como los trabajadores de trabaje. ;lteClande los incentivos de los capitalistas de la ganancia y la oporLos pobres se propagaban como moscas, alcanzaban la lli8(: '\Ídad social, las únicas cosas que les mantenían atados a la máindustrial -diez o doce añcs=-, rápidamente, servían su tiemí" vina eran la miseria, la ignorancia y el miedo. Estas tres condiciones las nuevas fábricas textiles o en las minas, y moríar, econó., ,::,,[On el fundamento de la disciplina industrial, y fueron COJ1sermente. Durante el inicio del período paleotécnico, su esperanz, r.Was por las clases dirigentes aun cuando la pobreza del trabajador vida era veinte años .nenor que la de 13s clases medias. Durani vaba y arruinaba periódicamente el sistema de producción (;1 cierto número de siglos l~ degradación de la mano de obra ha , ::a5~ que fomentaba la nueva disciplina de la fábrica. En ello recontinua en Europa; a Unes Jel siglo XVIII, gracias a la astu.: ,.,,~ una de las «contradicciones» inherentes del esquema capitalista a la rapacidad miope de los industriales ingleses, alc=nzó su n.. producción. en Inglaterra. En otros países, en donJe el sistema paleotécnieo Ik Co~re~pondería a Richard Arkwright,. al. principio. del desarroll? más tarde, surgió la misma bruta!idad: el inglés sólo dio el ejemp ~eotecn1co, el dar los toques finales al sistema mismo de la fa¿Cuáles eran las causas? ~óca: quizá la pieza más notable de regimentación, considerando Hacia la mitad del sisio XVIII el artesano había sido reouci.' ~ odas las demás cosas, !1¿111 v16~0 10,) ~1~~ü.J.c5 mil años. en las nuevas industrias, a un competidor de la máquina. Pero ¡, Arkwright, en realidad, era algo así como un arquetipo del bía un punto d:!Jíl en el sistema: la naturaleza misma de las cosesuevo orden ; aunque se le considera, corno a tantos otros capitapues al principio se rebelaron ante el ritmo enfebrecido, la rígida d., '"tus triunfantes, como un gran inventor, el hecho es que jamás fue ciplina, la espantosa monotonía de sus tareas. La dificultad sobrc-. responsable de ninguna invención original; se apropió de la labor liente fue, como señaló Ure, no tanto el invento de un mecanisn» ¿¿hombres menos astutos. Sus fábricas estaban situadas en diferenefectivo automático como la «distribución de los diferentes miernbrc del aparato en un cuerpo cooperativo, impulsar cada órgano con L .es partes de Inglaterra, y con el fin de inspeccionarlas tenía que l'iajar con diligencias napoleónicas, en coches de posta, Ianzaclos suavidad y velocidad apropiadas, y sobre todo, entrenar a los serciJc,da velocidad; trabajaba hcsra entrada la noche, tanto en los humanos a renunciar a sus intermitentes hábitos de trabajo e iden ~hes como sentado a su mesa. La gran contribución de Arkwright tilicarJos con la regularidad invariable del complejo autómata». «De, a ~u éxito personal y al sistema de la fábrica en conjunto fue la ela bido a la debilidad de la naturaleza humana», proseguía Ure, «ocur« que cuanto más diestro sea el trabajador, es capaz de hacerse mi, boración de un código de disciplina de la misma; trescientos años voluntarioso e intratable, y naturalmente menos propio y conve después de que el príncipe Mauricio transformara las artes militares, niente para el sistema mecánico en el que ... puede causar gran daño ~.r~right perfeccionó el ejército industrial. Puso fin a los hábitos al conjunto». ~,gIes y descuidados que se habían mantenido desde el pasado; forzó El primer requisito pues para el sistema de la fábrica era b ~~rtesano un tiempo independiente a «renunciar a Sil antigua prerrode suspender su trabajo cuando le placía, pues», corno observa castración de h pericia. El segundo, la disciplina de la miseria. El «habría puesto con ello en desorden todo el establecimiento». tercero, el cierre a toda ocupación alternativa mediante el monopolio de la cierra y la des-educación. J;Siguiendo las anteriores mejoras de Wyatt y Kay, el empresario En el orden real, estos tres requisitos se aplicaron en orden in' ~l?s industrias textiles disponía de una nueva arma en sus manos verso. L .• pobreza y el monopolio de la tierra les mantuvieron en la ~ra imponer la disciplina. Las máquinas se estaban haciendo tan omáticas que el trabajador mismo, en vez de realizar su trabajo, localidad que les necesitaba e impedían la posibilidad de que mejora ran su posición emigrando, mientras la exclusión del aprendizaje de SlI~convirtióen un servidor de la máquina, que simplemente corrige un oficio junto con la especialización en funciones mecánicas subdivi- l~fallos de la operación a~tomátic~, .como una rotura de las hebras. didas y separadas, inhabilitaba al trabajador de la máquina para la ESto podía hacerlo una mujer tan fácilmente como un hombre, y un carrera de pionero o de granjero, incluso si hubiera tenido la opor- prjiü de ocho años 10 mismo que un adulto, siempre que la discitunidad de trasladarse a tierras libres y a las partes más nuevas del ~na fuera suficientemente ri~rosa. Y'p0r si la ~ompetenc~a.?e los mUJ1c1n.Reducido " h (u:ldrSr. de um rl'd(! e! nuevo tr:lS;:J~:d('rno rufics ":0 fuera !::%l\'!ntf.para imponer jornales b?J(I~ 7 Sl!!I!IS10f1ge-
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neral, ?a?ía otro agente de p(\1i~ía: la amenaza de un nuevo im'(' que eliminara del todo al trabajador. Desde el principio, el perfeccionamiento tecnológico COl1St!: la respuesta del fabricante " la insubordinación laboral, o, con» inestimable Ure recordaba a SJS lectores, los nuevos inventos < l firmaban la gran doctrina ya propuesta de que cuando el capital l trata a la ciencia a su servicio, la mano de obra refractaria rcci una lección de docilidad». Nasmyth expuso este hecho en un ;,' m3~ suave cuando mantuvo, según Smiles, que las huelgas pro.: dan más bien que mal, ya que servían a estimular la invención. ,',' chos fabricantes no se verían obligados a adoptar nuestros utensi: y máquinas más potentes si no fuese por las huelgas, Este fue caso de la «self-acting mule» o antigua máquina de hilar, 18 C::,
ptBar el co?ocimie~to de anticonceptivos ent;e.los obr~ros de Man,bester hacia los anos 1880: aquellos filantroplcOS radicales estaban Jlner.azandu una fuente por otra parte inagotable de materia prima. • en la medida en que los obreros =stuviesen enfermos, lisiados Jtmelidos y reducidas a la apatía y al desaliento por el ambiente paleottcnico, tanto mejor adaptados estaban a la nueva rutina dei uller y de la fáS:ica. Pues lo; altos niveles de eficiencia industrial te alcanzaban con la ayuda de organismos humanos sólo pcrcialmente .sados, dicho brevemente, los defectuosos, CO!1 la organi7',~;.~ú en gran escala Je la fábrica se hizo necesario 'jue los obreros pudieran por lo menos leer los avisos, ~. a partir . ~e 1832 se introdujeron m.rlidas en Inglaterra para propoiciouai '''¡ucación a los hijos de los trabajadores. Pero con el fin de unificar dora, la cepillarlnr'J rn~C'~~~c~, ~~ ::~~~:.::~: mcrtajadora, el mai tillt .oJu (;1 si~Le'lüt) ~c: illuuC;ujclllIl e u la medida de lo posible las lirnivapor de Nasmyrh, y tantas otras máquinas. nciones caracterísuca, de la Casa oei .l error en la escuela: SllelJL'_, Al iniciarse el período, en 1770, un escritor había proyccu.' usencia de movimiento, pasividad completa, respuesta sólo ante un un nuevo programa para socorrer a los pobres, ~::; llamó la C:¡. estímulo =xterno, aprendiz-je rutinario, repetición como loros, acl1uidel Terror: debía ser una casa en donde los pobres estuvieran e: líci6n de los conocimientos a destajo, todas ellas dieron a la escuela cerrados trabajando durante catorce horas al día y sujetos por l!:~.' los afortur ados atrbutos de la cárcel y la i.ibrica combinados, Sólo dieta de hambre. Una generación después, esta Casa del Terror un espíritu insigne podía escapar a esta disciplina, o combatir con había convertido en la fábrica paleotécnica: de hecho el idecl, con: éxito contra Este ambiente sórdido. Al hacer más completa la habimuy bien dijo Marx, palidecía ante la realidad. tuación, la posibilidad de !luir hacia otras ocupaciones se hacía más Las enfermedades industriales naturalmente florecían el" este arn limitada. ' bien te el empleo de barniz de plomo en la alfarería, del fo<;fo:( Hay que señalar un último elemento de la degradación del tra- \ en la indu~~ria de fabricación de cerilla.s, el fracaso ~n usar má.scJrJ' baja?~r: la n;aniática _inte_nsidacL9~},~~Q.ajo. Marx atribuyó .la ..ex-) de protección en las numerosas operaciones de molienda, partlcula: tenslon del día en el penado paleotécnico al deseo del capitalista mente en la cuchillería, incrementaron en proporciones enormes b de extraer p1usvalía extra del trabajador: en tanto predominaron los, formas fatales de daños y envenenamiento industriales: el consume valores en uso, señaló, no había incentivo para la esclavitud o el en gran escala de porcelana, de fósforos y de cuchillería tuvo por. tptbajo suplementario, pero tan pronto corno la mano de obra se resultado una continua destrucción de la vida. A rnedid-i que aurnen ~lÍvirtió en un producto, el capitalista trató rle conseguir la mayor taba el ritmo en ciertas artes mecánicas, se incrernentaban los pe1i· ~e posible para sí con el gasto menor. Mas mientras el deseo de gros para la salud y la seguridad en el proceso industrial mismo: ~ancia fue quizá el principal incentivo para aumentar la jornada por ejemplo, en la fabricación de vidrio. se exigía demasiado esfuerzo dél, trabajador -daba la casualidad de ser un método equivocado " los pnlmones: en otras industrias la fatiga creciente provocaba rno- intIuso desde el punto de vista más estrechotiene aún que explivimientos descuidados, por lo cual era frecuente machccarse un3 catse la repentina intensidad del deseo mismo. Esto no era el resulmano o el tener que amputar una pierna. ' ~o del despliegue de la producción capitalista según una dialéctica Con el repentino crecimiento demográfico que marcó el comienzO liitetna de desarrollo: el deseo de ganancia fue un factor causal en del período paleotécnico, la mano de obra apareció como un nuevO iho desarrollo. Lo que hay detrás de su repentino ímpetu y vigorecurso natural: un feliz hallazgo para el explorador así como para rIl&aintensidad era el nuevo desprecio por cualquier otro modo de el explotador de 14 mano de obra. No asombra, pues, que las clases ~ o forma de expresión que no fuese el asociado con la máquina. dirigentes enrojeciera!" de indignación moral cuando se encontraron J¡t'Íilosofía natural esotérica del siglo XVII se había convertido finalCO:l que Francis Place y sus seguidores se bb;an dedicado " pro- ' filte en la doctrina popular Jd XIX. El evangelio del trabajo era
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tTlldici6:1y de la costumbre, las instituciones de la sociedad se veían forzadas a justificarse por su uso real. En nombre de las mejoras so,i,¡]r.s muchos convenios 2'1ticuados que se habían mantenido desde cu1~rales y religiosos del pasado. En la persecución de la gana!' ti pasado fuero,) barridos, y asimismo en razón de su supuesta utilos maestros siderúrgicos y los textiles se trataban a <í mismos ( :idad para la humanidad en general las mentes más humanas e iluscasi tanta dureza como lo hacían con sus trabajadores: se escatima!', "adas del principio del siglo XIX acogieron favorablc¡ente a las máse restringían y se privaban de lo necesario para vivir, con avai.. quinas y favoreciet'Jn su introducción. Mientras, el siglo },,'VIII había y voluntad de poder, corno los trabajadores mismos tenían que; trasladado la noción cnsuanr de igualdad de todos los hombres en cerlo por pura necesidad. La avidez de po-ier hizo que 100 Bu:, -i Cieio er: la igualdad de todos los hombres en la tierra; no i+an derbys despreciasen una vida humana, pero la desprecicbc.: ;;,::. y L muerte y la inmortalidad, sino mismos tanto como la despreciaban pan: sus esclavos d •..: jornal. ' I ! conseguirla por la conversión c¡\:e se daba por sentado que «nacían libres e iguales». En tanto la los cbreros estaban castrados por la doctrino también lo esm! burguesía interpretaba estos términos ~n ventaja propia, la noción sus amos. , Je democracia no obstante sirvió de racion'llización psicológica para Había nacido un nuevo tipc de personalidad, una abstru«: ,J industria de la máquina, pues la prudt.:ccién en gran escala de ambulante: el Hombre Económico. Los hombres vivos irnir.«-». nercancías baratas llevó el principio de la democracia simplemente esta máquina autcrnáti-« t"";;_~;-2::":::;, ti CSld Ll~dlUla ••1~~ racional: v- , I plano material, y la máquina pudo justificarse porque favorecía puro. Estos nuevos hombres económicos sacrificaron su digcsti.: el proceso de la vulgarización. Esta noción agarró muy despacio en los intereses de paternidad, su vida sexual, su salud. la mayor P:!': Europa, pero en América, en donde las carreras entre las clases no de los normales placeres y deleites de la existencia civilizada por' eran muy fuertes se resolvió en una nivelación hacia arriba sobre el persecución sin trabas del poder y del dinero. Nada los detenía; n:l,:.1 patrón de gastos Si es.a nivelación hubiera significado una auténtica los dis.raía ... excepto finalmente el darse cuenta de que tenían rn. Igualación ¿el nivel de vida, !1abría sido beneficiosa, pero en realidad dinero del que podían gastar, y más poder del que inteligenternemtttuó sin uniformidad, siguienoo las líneas más f,vor"bles para los podían ejercer. Entonces llegaba el arrepentimiento tardío: Rober: beneíicios, y por ello nivelando a menudo hacia abajo, socavando el Owen funda una utópica colonia cooperativa, Nobel, el fabrica.,« gusto y el juicio, rebajando la cualidad y multiplicando los artículos de explosivos, una h.ndación para la paz, Rockefeller, institutos (!. medicina. Aquellos cuyo arrepentimiento tomó formas más discretainferiores. fueron las víctimas de sus queridas, o de sus sastres o de sus D1Jr chantes de arte. Fuera del sistema industrial, el Hombre Económico se encontraba en un estado de desajuste neurótico. Estos neurótico' aforumados consideraron las artes como formas de escape de trJ 'La degrsdación del trabajador era el punto central en esa más bajo y de los negocios impropias de un hombre. Pero ¿qué era Su tt!ensa inanición de la vida que se presentó durante el régimen pamaniática concentración unilateral en el trabajo sino una forma mu!e:~~cnic(;, y que aún continúa en todas aquellas zonas y ocupaciones cbo más desastrosa de escape de la vida misma? Sélo en un sen en donde pred8:::¡:-:~.:-: los hábitos paleotécnicos. tido muy limitado estaban mejor los grandes industriales que sus ~i1 !8S hogares depauperado:; de los trabajadores en Birmingham obreros qu= degradaban: carcelero y prisionero eran ambos, por en Nueva York y Filadelfia y Pittsburgh, en así decirlo, huéspedes de la misma Casa del Terror. eds y Glasgow, ~!ll.,burgo y Elberfeld-Barmen Y Lille y Lyon, y en centros pares Sin embargo, aunque los resultados efectivos del nuevo indu · .0105' desde Bombay a Moscú, crecían los niños raquíticos y desnutrialismo eran los de incrementar las cargas de les trabajadores ordr· tüüos: la suciedad y la miseria eran hechos constantes del medio narios, la ideología que lo fomentaba iba dirigida hacia su liberación. ~jti,ente. Apartados del campo por millas de calles pavimentadas Los elementos centrales en dicha ideología eran dos principios que ~an serIes extraños los paisajes corrientes del campo y de la habían actuado como dinamita sobre la sólida roca del feudalismo y ~~nja, 10 mismo (11'e la visto -le las violetas, ios botones de oro, del privilegio especial: el principio de la utilidad y el principio ~~ los..lirios blancos, e¡ aroma de la hierbabuena, de la madreselva, de J.¡ democracia. E:l vez de justificar su existencia por razón (le J.' el lado positivo de la incapacidad para el arte, el juego, el rec-. o la pura artesanía que había producido el -gotamiento de los vale:
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••,¡das, sucias, salvajes y desagradabíes como sólo 10 estuvieran los los algarrobos, de la tierra abierta por el arado, del hecho dli,: peores esclavos de, la antigüedad. En la po?laLi?n agrícola, e~ Inglaamontonado al .ol, o del sabor a pescado de la playa o de las mur terra, la experiencia sexual antes del m.itrrmomo era un penado de mas. Cubierto por L nube de humo, el cielo mismo podía que.'. grt'cia experimental antes dé' asentarse; entre los nuevos trabajadores oculto y disminuida su luz. incluso las estrellas de noche qucdal-. industriales era con frecuencia un preliminar del aborto, como lo empañadas. orueban los testimonias contemporáneos. La organización df' las El patrón esencial establecido por la industria paleotécnica l primeras fábricas que metía en los mismos dormitorios a chicos y Inglaterra con su eran dirección técnica y sus graves y bien ,I¡, chicas jóvenes, también dio posibilidades a los vigilantes de aquéllos, plinados obreros, fue repetido en cada nueva región, a medida C¡' de las que a menudo abusaban: sadismos y perversiones de toda esla máquina iba circundando el clobo. pecie eran corrientes, La vida del hogar era de una promiscuidad Bajo la presión de in competencia, la adulteración de los :,' más alíá de lo posible; la capacidad misma de cocinar desapareció mentas se convirtió en alzo corriente en la industria vitoriana: ~' entre Id~ mujeres de los obreros. harina se añadía yeso, a la pimienta, madera, el tocino rancio ' Incluso en las clases medias más prósperas, el sexo perdió su .nttMRhf1 con ácirl() hnrico, se evitaba que la leche se agriara con! tensidad y su estímulo priápico. Un frío estupro siguió a las conquido de embalsamar y millares de remedies medicinales florecier," tinencias y a las evasiones del estado prc-rnarital d:: las mujeres. Los bajo la protección de j.atentes, agua sucia o veneno cuya sola eJÍc1(: secretos d<>lestímulo sexual y su placer se dejaron a los especialistas residía en la sugestión producida por las brillantes mentiras de ", de los burdeles, y un conocimiento mutilado acerca de la, posibietiquetas. El alimento pasado o rancio degradaba el sentido del gU>l, lidades del trato sexual quedó para ser ,ransmitido por aficionados y turbaba la digestión: la ginebra, c:l ron, el wiski, el tabaco fuene bienintencionados o por charlatanes cuyos libros sobre sexología hacían menos sensible el paladar y entorpecían los sentidos, nero j, servían de carnada suplementaria, frecuentemente, a sus medicinas bebida era aún la «manera más rápida de escapar de Manchesterespecíficas. La vista del cuerpo desnudo, tan necesaria para su noble La religión dejó de ser para mucha gente el opio de los pobres ~~fcicio y desarrollo, fue discretamente prohibida incluso en la Ln realidad, las minas y las fábricas de textiles carecían a menudo de estatuas sin ropajes: los moralistas la consideraron como de los más sencillos elementos de la más antigua cultura cristiana nn3'
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neral de las mentes: la alfabetización elemental, la habilidad de le signos, anuncios de tiendas, periódicos, ocupó e! lugar de aquel 9. La doctrina del progrese capacidad general sensoria y motriz que iba unida a la artesu y a las industria, agrícolas. En vano trataron los educadores de JC¡: El mecanismo que produjo la fatuidad y la satisracción de si .nisperíodo, como Schreber en Alemania con sus proyectos de Sclirr! mo del período paleotécnico era de hecho m-ravillosamente simple. garten cual elementos necesarios en una educación integral y SpC!,~" :n el siglo XVIII, la noción de Progreso se h1bh alzado a h cate en Inglaterra con su elogio del ocio, de la inactividad y del df:!~: goría de doctrina cardinal de las clases educadas. horn bre, segú n placentero, de combatir esta desecación de! espíritu y este ~¡!O'" bs filóscfos y los racionalistas, se estaha elevando continuamente miento de las raíces de 11 vida. La preparación manual que se del fango de la superstición, la ignorancia, el salvajismo. hacia un tradujo era tan abstracta como una disciplina militar; el arte fO,;1t· ..ando que se iba a hacer cada vez más educado, humano v racional: tado por South Kensington estaba más muerto y era más triste e el mundo de leo salones de París antes de que ],1 torrnenrn de ];, los productos incultos de la máquina. , revolución rú»1piera los cristales de las ventanas v se llevara a los La vista. el oído. el tacto, degradados y batidos por el amhi'" conversadores al calabozo. Las he::'amient~~, los instrumer+os 1"" externo, se refugiaron en e! medio purificado de lo impre-o, v , leves y las ir.stituciones "l(lno h:.L.iRr. oirlro nlP:r¡rados; en vez de la triste necesidad del ciego recurrieron a todos los caminos de . moverse por los instintos y gobernarse por la fuerza, los bumbres experiencia. El museo ocupó el lugar de la realidad concreta; la ¡:i eran capaces de ser movidos y gobernados por la razón. El estudiante ocupó el lugar del museo; la crítica el lugar del cuadro: : de la Uni -ersidad sabía más matemáticas que Euclides, y así, tamdescripción escrita el lugar del edificio, de la escena en la natur.: bién, el hombre de la clase media, rodeado por sus nuevas comodileza, de la aventura, del acto vivo. Esto es exagerar y caricaturiv.r daós, era rico que Carlomagno:íJ3or la naturaleza del progreso e! estado mental paleotécnico, pero en esencia no lo falsifica. ;1', el, mundo por siempre y siempre continuaría en la misma direc- / diera haber sido de otra manera? El llueva ámbito no se prest.il' ción, haciéndose más humano, más confortable, más pacifico, más a la exploración y a la recepción de primera mano. Llegar a él incl; fácl de recorrer, y por sobre todo, mucho más rico::; rectamente, poner al menos una distancia psicológica entre el obscr Este cuadro de perfeccionamiento coruinuo, persistente, en líva dar y los horrores y las deformidades observadas era después eL~,recta y casi uniforme a través de la historia presentaba toda todo preferible al contacto directo. La degradación y e! rebajamien[(' estrechez del siglo XVIII, pues a pesar de la apasionada convicde la vida eran universales: un cierto embotamiento e irresponsal: i~:.de Rousseau dc que el adelanto de las artes y de las ciencias lidad, en resumen, un estado de anestesia parcial, resultó una con haBían depravado la moral, los abogados de! 'Progreso consideraba:1 dición de supervivencia. En el mismo punto culminante de la sor ~opio período -que de hecho era bajo, medido p0t casi cualquier dídez industrial de Inglaterra, cuando con frecuencia las casas ~c :fa, excepto el pensamiento y la energía brutacomo la cima las clases obreras se construían al lado de albañales abiertos y cuand,' .~al del ascenso de la humanidaJ hasta la fechaLCon {'1 rápido ,,'l. filas de ellas se edificaban espalda contra espalda; en aquel mismo eccionamiento de las máquinas, la incierta doctrinc del siglo XVIII momento los complacientes estudiosos escribiendo en las bibliotecas ",~~ióuna nueva confirmación en el siglo x:~Resultaron evidentes de la clase media llegaban a insistir sobre la «corrupción» y la «su' i?leyeo del progreso. ¿No se inventaban nuevas máquinas cada año? cíedad» y la «ignorancia» de la Edad Media, en comparación con las . se transformaban por. modificaciones sucesivas? ¿No tiraban luces y la limpieza de su propia Edad. ·ór las chimeneas, no estaban !:!s casas más calientes, no se ha¿Cómo era posible creer tal cosa? Hay que detenerse un inventado los ferrocarriles? gundo para examinar su origen, pues no se puede entender la rec;Aquí se tenía una buena vara de medir para la comparación hisnica, a menos que se aprecie la deuda que tiene contraída con la , ica. Suponiendo que el progreso fuera una realidad, si las ciudades mitología. ij:tsiglo XIX eran sucias, las del siglo XIII deben haber sido seis "'ps más sucias, pues ¿no se había hecho el mundo constantelepte más limpio> Si los hospitales de pr'i.cipics d~~ ~:gl:, xrx el',l 1 retos atestados, entonces los del siglo XV deben haber sido más
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VII. MANUFACTURA
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mortíferos. S~ los trabajadores de las nuevas ciudades fabriles enignorantes y supersticiosos, entonces los que construyeron Charny Bamberg deben haber sido más estúpidos y no ilustrados. Si :i mayor parte de la población era aún rnenesterosa a pesar de :: prosperidad de los negocios de textiles y de quincalla, entonces le trabajadores -':el período artesano deben haber sido todavía más F bres, El hecho que las ciudades cid siglo XIII eran más alegres y m, limpias y mejor ordenadas que las nuevas ciudades victorianas; e hecho que los hospitales fuesen ruás ec:, -riosos y más higiénico- qc. sus sucesores vicrorianos; el hecho que en muchas partes de Europ: e! artesano medieval hubiese disfrutado ostensiblemente de un nile: de vida más alto que e! esclavo paleotécnico, triunfalmente at' ,1: a una máquina semi-automáticc, c·~~~C' !... :,,:~,=,~:-:i ~i::i~!ie!.'~se l~~ ocurrían a los exponentes del Progreso corno posibilidc.L; ,:, : tigacíón. Se descartaban automáticamente por la teoría misma. Sinceramente, si se toma algún punto bajo de! desarrollo humarr en e! pasado, se podría señalar en un período limitado de tiempo uverdadero avance. Pero si se inicia COí, un punto alto -por eje-iplc el hecho que los mineros alernar-es en e! siglo XVI con frecuenci: trabajaban en tres turnos de s610 ocho horas cada turno-s- los hecho; del progreso, cuando se estudiaban las minas del siglo XIX, no exis rían. O si uno empezaba considerando la constante lucha feudal del siglo XIV, la paz que prevalecía en extensas zonas de Europa entre 1815 y 1914 constituía un gran beneíicio.i Pero si se como paraba la cantidad de destrucción causada por ';:ien años de la guerra más mortífera de la Edad Media con la provocada por sólo 1 cuatro años durante la Guerra Mundial, precisamente por culpa de ' aquellos grandes instrumentos de progreso tecnológico como la aro .; tillería moderna, los tanques de acero, los gases tóxicos, los [anzabombas y los lanzallarnas, e! ácido pícrico y el T. N. T., el resultado es un auténtico retroces9 El valor, en In doctrina del progreso, se rerlnjo a un cálculo del tiempo: el valor era de hecho mooimienio en tiempo. El estar pa· sado de moda o el estar «fuera de tiempo» era carecer de valor. El progreso era el equivalente en historia del movimiento mecánico a través del espacio; fue después de contemplar un tren lanzado con estruendo cuando Tennyson exclamó, con exquisita disposición: «De· jemos que la gran aguja del mundo siga los estruendosos surcos del cambio.» La máquina estaba desplazando cualquier otra fuente de valor, en parte porque la máquina era por naturaleza el elemento más progresi ..;o en la nueva economía. Lo que quedaba como válido en la noción de progreso eran dos
PRIMITIVA
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1: Taller de tornero en madera. Separ.ición típica de la mano de obraenergía y la I-abilidad: eficiencia creciente al precio del incremenLO de la servidumbre de la mano de obra. Obsérvese, sin embargo, los restos del tipo más antiguo de motor, el muchacho encorvado, sujeco a un pedal. Nótese, también, la existencia del soporte de corredera, generalmente atri-
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buido a Maudslay.
(Todas las ilustraciones clopedia de Diderot )
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VIII. PRODUCTOS PALEOTECNICOS
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1: «Puífing BiU, »: construida en la Mina Wylam en 1813 por WiUiam Hcdley. Se trata de la locomotora más antigua que existe: obsérvese la supervivencia eotécnica en la caldera de madera. (Cortesía t::::>1
3: Una de tantas máqr-r-is devanadoras de seca, movidas por energía d,· vapor, ':""rada en la Enciclopedia. Muúelos semejante, posiblemente " remontan hasta 1272 en Bolor.'.« figuran en el tratado de ZUllC" sol» maquinaria de 1607. La producción de energía, el ahorro de mano d, obra, ia manufactura en gran escala y la mecanización datan del comienzo del pcr íodo eotécnico.
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4: Mano de obra infantil en la manufactura de alfileres: ilustración del famoso ejemplo de producción «moderna» de Adam Smith. Este empleo de mano de obra incualificada de los niños fue una base esencial de! capitalismo paleotécnico: todavía perdura en· zonas atrasadas. Sin embargo, una vez simplificados los movimientoc humanos. e! oroblemn estaba maduro j.ara se i:I:·,c:cÍn ~rr !as llJ<;'J::la~.
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que no tenían relación esencial con el adelanto humano. La primera, el hecho de la vida, con su nacimiento, su desarrollo, ~" ovación y su decadencia, que uno podría generalizar de manera que se incluyera el universo entero, como el hecho del cambio, ,1 movimiu1to, de la transformación de la energía. La segunda, el s~~~hQj)ocial de k acumulación, es decir, la tendencia a aumentar o servar aquellas par les cie l? herencia social que se pres tan a su nsmisión a través del tiempo. Ninguna sociedad puede escapar al o del cambio ni eiudir el deber de la acumulación selectiva. graciadarnente, el cambio ~- la acumulación actúan en ambas dicienes; las energías pueden desperdici irse, las instituciones puedecaer, y las sociedades pueden ~cumular desgracias y cargas mismo que bienes y beneficios. Suponer que un punto ulterior de !a..rürollo llevará a ui~ ~~i='v ~~:~~ ,-~:'-\'~i2u 2~ suciedad es simplete confundir ia cualidad ueu'ra cie la cor¡,t-'~c;;";"u u la madurez con el mejoramiento. Suponer que un pun.o ulterior en el tiempo sporta necesariamente una mayor acumulación de valores, es olvidar 3: Pittsburgo: un ambiente industrial típicamente paleotécnico: capa de Ios-repetidos hechos de la barbarie y la degradación. humo, contaminación del aire, desorden -y viviendas humanas reducidas A diferencia de los modelos orgánicos del movim.ento a través a los más Sajos niveles de decencia y atractivo. Amontónense más las casas del espacio y el tiempo, el ciclo del crecimiento y la decadencia, el l' e! resultado es Filadelfia, Manchester, Presten o Lille, Intensifíquesc la iDc':'imiento de balanceo del bailarín, la exposición y el retorno de congestión y el resultado es Nueva York, Glasgow, Berlín o Eombay. ~ composición mus'cal, el progreso =ra un movimiento hacia el in(Fotograiin por Etoing Galloway) finito, un movimiento sin perfección ni fin, un movimiento por el muvimiento. Uno no podía alcanzar demasiado progreso, no podría negar con demasiada rapidez, no podría extenderse con demasiada e!llplitud, y 110 podría destruir los elementos «no progresivos» de S~ciedad demasiado rápidamente y sin piedad, pues el progreso !bueno por sí mismo i-idependientemente de la dirección o del b'En nombre del progreso la limitada pero equilibrada economía 'Uña aldea india, con su alfarero, sus hilanderos, SLlS tejedores y brrero locales fue destruida para proporcionar un mercado a las icas de las Five Towns y a los textiles de Manchester y a la callería sobrante de Birmingham. El resultado fue dejar ernpo"dos pueblos en la India, ciudades horrendas y desvalidas en ..aterra, y un gran despilfarro en tonelaje y. mano de obra al r el océano entre ellos, pero en todo caso una gran victoria alel progreso. I~ vida se juzgaba por la extensión con que servía al progreso, rogreso no se juzgaba por la extensión con que servía a la vida. ;ú1tima posibilidad hubiera sido fatal admitirla: hubiera transpor4: Uno de los primeros ferrocarriles subterráneos de Londres: 1860.1863. el problema del plano cósmico al plano humano. ¿Qué paleotécLa era de !a construcción de! íerrocanil fue también la de la consrrucción se atrevía a preguntarse ~; los medios de ahorrar mano J<.: de túneles. T0GC elemento nuevo LI: cuento al aJll~1'0r:e palectécn.,o puc.lc ....,
remontarse directamente a la mina. (Cortesia del Deutscbes Museum, Munich)
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obra, de acumular dinero, de adquirir poder, de anular el espac: • quina de vapor de Watt se negaron a pagarle los derechos que le Jtbfan, y los fabricantes organizaron Shuttle Clubs 1 para ayudar de producir cosas eran de hecho productores de una expansior; i los miembros a 103 que Kay perseguía en justicia para cobrar deenriquecimiento equivalentes de la vida? Esta pregunta hubiera si. -echospor m invento. la última herejía. Los hombres que la formularon, los Ruskins, : A esta lucha por el mercado se le dio finalmente el nombre de Ni-tzsches, los Melvilles, eran tratados en realidad como hereje, :ikba por la existencia. E! jornalero competía contra el jornalero arrojados fuera de esta sociedad: en ruás de un caso, estuvieror. el' por la simple existencia; lusno capacitados competían contra los denados a una irritante soledad que alcanzó el límite de la loc,; .spacicados; mujeres y piñas competí, ..... contra los cabezas de fa-iilia varones. Junto con esta lucha horizontal entre 1,,0 difr::!r::ntt's ; ¿pmpntos de la clase trabajadora, había una luch, vcrtical que (1;10. L1 lucha por la existencia ,idía a la sociedad en dos partes: la lucha de clases, la lucha entre 'os poseedores y los desposeídos. Estas luchas universales sirvieron Pero el progreso tenía un lacio económico: en el fondo era 1" de base a la nueva mitología qne complementó y extendió la teoría más que una rac.onalización eiaborada de las condiciones econó cas dominantes. Pues 1'1 !"'roe-rI'
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cuello . si no aceptaba las condiciones ofrecidas por los indushubieran sido eliminadas después de que los supervivientes hu'Jic,'. I íales, sido modificados favorablemente. Además, había los hechos dem . Desde el punto de vista del trabajador paleotécnico, la meta trables de cornensalisrno y simbiosis, sin hablar de la asociación e. I J...la lucha era el control del mercado de la mano de obra: aspiraba lógica, de la que el mismo Dar\\';n era plenamente consciente, ¡V J1 poder como contratante, obteniendo una parte ligeramente más modificar la pesadilla victoriana de una naturaleza sangrienta .mplis de los costos de producción, o si se quiere, los beneficios de garras y dientes. responsable Sin embargo, la C03a es que en la sociedad paleotécnica el n \ ~ venta. Pero no buscaba, en general, una participación romo trabajador en el negocio de la producción; no estaba preparado débil era en realidad acorralado y que la ayuda mutua h:óÍa eL .-.~ ~~. :'::1. asociado autónomo en el nuevo mecanismo colectivo, en aparecido casi. La doctrina Malthus-Derwin explicaba la dominar ,\ que la rueda más pequeña era tan importante en el proceso en conde la nueva burguesía, gente sin gusto, im~~inación: inrele-to, 'unto como los ingenieros y los científicos que 10 habían proyectado crúpulos morales, cultura general o siquiera los más clernenu v controlado. Aquí ~e señala el gran foso entre la artesanía v la sentimientos de compasión, que surglan a la superficie precisamc aicial economía de la máquina. Según el primer sistema, el obrero porque se adaptaban a un ambiente que nc dejaba lugar ni tenía e: Iba. camino de ser un jcrnatevo ; el jornalero se abrió al viaja. por nleo para ninrmno elp p,n' Mrih'ltos humanos. Súlo las cualida. antiso+.Jes tenían valor de supervivencia. Sólo la gente que valora I crrcs.Iugares, e iniciado en los misterios de su oficio, fue capaz, :10 IÓlcr de negocia: con su patrón, sino de ocupar su sitio. El conflicto las máquinas más que los hombres era capaz en estas condicior.. di clase se vio aminorado por el hecho que los amos no pudieron de gobernar :1 los hombres pata su propio provecho y ronrienc; quitarIes a los obreros las herramientas de producción, que eran personales, ni podían disminuir su gusto real de artesanos. Hasta que Lt especialización y la expropiación dieron al patrón una ventaja es11. Clase v nación ¡¡ecialno empezó el- conflicto tomar su forma paleotécnica. Bajo La lucha entre las clases poseedoras y las trabajadoras durar.··1 d.-Sistema-::apitalista el obrero sólo pedía alcanzar seguridad y rnaeseste período .,doptó una forma nueva, porque el sistema uc prode- Ida abandonando a su clase. El movimiento cooperativo de consución y el ambiente intelectual ordinario se habían alter-ido profu: mi~res fue una excepción a esto del lado del consumo: esencialdarr.ente. Esta lucha fue observada de cerca y por primera vez ex" lIIeute··mucho. más importante que las espectaculares batallas de satarnente apreciada por Federico Engele y Carlos Marx. Lo misrr L.>:iasque se libraron durante este período, pero no alcanzó a la 01'que Darwin había extendido la compcte?cia del mercado a todo~. &a!Fzación ~e la fábrica misma. .. mundo de la vida, Engels y Marx extendieron la lucha de clases eo, $I)esgracladamente; en las condiciones de la lucha de clases, no temporánea a toda la historia de la sociedad. . ~¡Eimedio de 'preparar al trabajador para los resultados .'illales de Pero había una importante diferencia entre las nuevas luch-' sn::conquista: La lucha era por sí misma una educación para la guerra, de clases y los levantamientos ~p esclavos, las rebeliones de los ca,rr~ ao¡para la dirección y la producción industriales. La Latalla era conspesinos y los conflictos locales entre amos y jornaleros que h~bl~ . ~~:' se ..llevaba a cabo sin piedad por parte de las clases explotatenido lugar anteriormente en Europa. La nueva lucha e-a contln~ ~!que usaban la mayor brutalidad eJe que eran capaces la policía las antiguas ha~ían :.iJu e>iJurádicas. Aparte .los movi,,?ientos ,~tr0pa, si era. necesario, para romper 1~,resistencia de .10s obrer?s. picos -como ti de los Lollardslos antenores confll<;tos habl~ r:u;epcursode esta guerra una u otra fracción del proletariado -prmsido, sobre todo, luchas por culpa de abusos en un sistema q ~ente las ocupaciones más especializadaslograron beneficios ambos, maestro y trabajador, aceptaban: la apelación del. obrero en cuanto a salarios y' horas, y se quitaron de encima las refería a un derecho o privilegio reconocido que había Sido brut ~as más degradantes de esclavitud del jornal y del trabajo en mente violado. La nueva lucha se refería al.sistema I?ismo: era.:" ~ condiciones, pero la condición fundamental siguió' sin alterar. intento por parte de los trabajadores de modificar el sistema de li rt ~tras tanto.. el proceso .misrno de la máquina, con su procedícompetición de salarios y. de libre cnntra~ación 1que dejaba. al ~br~~ fto: ~f~ctivo, su. ~?tom:.ltisrrio, su impersonalidad, ~1_' ~1)f1Ba~7.a::!~ '1'1 4toP.l') :r,c1efen~o. ia l:ré tI ad de morrr de ,l:¡
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gicos . ~el .ingeniero, iba yendo más ~ .más allá del. poder. de cor I flan tropas para combatir en lejanos campo~ de batalla, s~no man~prer;slOn m~el~:tual.o. de centrol político del trabajador S111ayud, factUras para poner e~, fuga las de sus antlguos. adversa~lOs en las ....,apredicción original de Marx de que la lucha de clases se re, ¡CCl: y tomar posesron de un mercado extranjero. Danar los relizaría en líneas de clase precisas entre un proletariado internacion, curso; de un rival en su país malvendiendo sus mer~a~cí"s e~ el exem~obrecido y una burguesía internacional igualmente coherente L ¡ranjere, es el nuevo sistema beligerante, en cumplimiento del .cual fals:.ficada por dos condiciones inesperadas. Una fue el crecirnien: !C ponen en tensión las mayores fuerzas del pue?lo». Desgraciadade las clases medias y de las pequeñas industrias: en vez de se Mente la sublimación no era completa: las rivalidades economl~as barrida: autorná.icarnente mostraror: una resistencia ! un poder tehaban leña a los odios nacionales y daban un aspecto pseudoraclopermanencia ir=previsros. En una crisis; lss ~r~nrlps industrias «r nal a los motivos más violentamente irracionales. . su inmensa supercapirolizaciórY sus enormes gastos generales, er.: Incluso las principales utopías de la fase palcotécnica eran nao menos capaces de ajustarse a la situación que las más pequeñas, eo: cionalistas y militaristas: La Icaria de Cabet, contemporánea. de las el fin de asegurar más el mercado hubo incluso inciertos intentes ¿, revoluciones liberales de 1848, era una obra maestra de regimentaelevar el nivel de consumo de los mismos trabajadores; por ello L 1 ción guerrera en cada detalle de la vida, en tanto Bellamy, ~~ 188~, lín~~< hipf1 mar:adas necesarias para una guerra con éxito sólo se ¿ «iopro la organización Jd ejército, sobr~ ~!'Ja ba~e de s~r\:¡;:¡v v~1;. bujaban en penados de depresión. El segundo hecho fue la nuev: gstoiio, como modelo para todas las actividades lndust~lal~s. La l~~lineaci~n J~ las f~erzas ~nt!e país y país, qu~ tendían ii socav~r e: tensidad de estas luchas n~cionalistas, arucJadas por los mstmtos mas internacionalisrno del capital y romper la unidad del proletariado tribales, debilitaron algo el erecto de. .as luchas de clas.es. Pero se Cuando Marx escribía hacia los años 1850 el nacionalismo le parecía parecían en el aspecto que sigue: ni el estado c.oncebldo por lo.s lo mismo que a Cobden, un movimiento moribundo: los aconteei seÍ!cidores de Austin ni la clase proletaria concebida por los seguímientas demostraron que, por el contrario, había cebrado nueva vida do~es de Marx eran' entidades orgánicas o verdaderos grupos sociaCon la concentración de las poblaciones en estados nacionale !es;- ambos eran colecciones arbitrarias de individuos, mantenidos que continuó durante el siglo XIX, la lucha nacional interfería con juritoe no por f-unciones comunes, sino por un símbolo colectivo la lucha de clases. Después de la Revolución francesa la guerra, que cOmún de lealtad " de odio. Este símbolo común cumplía un papel fue un~, v~ el deporte de las dinastías, se convirtió el.1 la principal '~co: existía según fór~ulas mágicas y co?i:ros .y se mantenía oc~~aclon. industrial de p~eblú~ enteros: el reclutamiento «demo ViVO por un ritual colectivo. En tanto ~ubslstla, p~adosamente el cráneo» hIZO que fuera posible. ritual, la naturaleza subjetiva de sus prermsas podía 19n()ra~se. Pero La lucha por el poder político, siempre limitada en e! pasado por la~«nación» tenía esta ventaja sobre la «clase»: le era poslbl~ conla debilidad financiera, las restricciones técnicas, la indiferencia Y iular más respuestas primitivas, pues jugaba no con la ventaja mala hostilidad de la población fundamental, se convirtió ahora en um terial sino con los odios candorosos y las manías y los deseos de lucha entre estados pata e.l donl~nio de zonas. explotables: las minas Oñi'er~e.Después de 1850, el na~ionalisme se ,co?virtió en .e} maestro de Lorer-a, los terrenos diamant.íeros de Afnca del Sur, los merce ,is'tructor del revoltoso proletariado, y este último resolvió su comdos sudamericanos, las posibles fuentes de suministros o las posibles plqo de inferioridad y de derrota en la identificación con el Estado ;alid~s para l.o~ productos qu~ f,,). podía~ ser absorbidos por el pr~' ~o poderoso. lelanado debilitado de los paises industriales, o, íinaln.ente, los posbles campos para la inversión de los excedentes de capital acumule: dos en los países «desarrollados». «El presente -exclamaba Ure en 1835- se distingue de cualpor la máquier edad precedente por un ardor universal de empresa en las artes ".- Se suponía que la cantidad de artículos producidos qUina estaba regulada de manera automática por la ley de la oferta y las manufacturas. Los nacionales, convencidos al fin de que la guerra CO!?O el agua, buscaban es siempre un juego donde se pierde, han cambiado sus sables y mOS- Y\Ja demanda. Se suponía que los productos, ptopio equilibrio; a la larga se producirían sólo tantos artículos quetes por herramientas fabriles, y ahora compiten uno contra otro o fuera posible vender con beneíicios. La disminucióu de éstos, el': !.~incruenta P('~() aún formidable lucha del comercio. Ya no (;1-
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cerraría autornáticamente la válvula de producción; mientras l; el aumento de los beneficios la abriría autornáticamente y lb,:, incluso a la constitución de nuevos canales de alimentación. La 1" ducc.ón de le necesario para la vida era, sin embargo, simplernc un sub-producto de la realización de los beneficios. Como se i',. hacer más dinero fabricando textiles para los mercados extranj, que con la construcción de casas adecuadas para los obreros del p: y más ganancias con la cerveza y la ginebra que con el pan sin a(: terar, se descuidaban escandalosamente las necesidades ele:~~~::,: de techo, y a veces incluso hasta las de alimentos. Ure, el lírico ¡' 'i' ta de las industrias textiles, confesaba de buena gana que «(par:! , pro.ducción de ali.mento~ y las com~d.idades. domé~ticas no se hal, :::;;!~c::d'2 ~"!'...~'2h~:: mvenciones antorcaucas, ni parecían .::::~~:::-:~; ..., aplicables». Como profecía esto resultó absurdo, pero co.nc ,:, cripción de las limitaciones corrientes, era correcto. La escasez de casas j:'1ra los trabajadores, la congestión de barrios del interior del país, la construcción de barracas con pésin condiciones rJe higiene para el alojamiento humano decente era características universales del régimen paleotécnico. Afcrtunadamc te, la terrible aparición de enfeirr-edades en los barrics más pobre' de 11s ciudades despertó la atención de las autorirlades sanitarias. en nombre de la higiene y de la salud pública se tomaron medida' aprobandoseen Inglaterra en 1851 las leyes de viviendas «modelode Shaftesbury, para aliviar las peores condiciones mediante una gislación restrictiva, la reparación obligatoria de las viejas casas e los barrios pobres, e inclusouna insignificante, eliminación de W': rios y aumento de viviendas. Alguno de los mejores ejemplos, a P'!f tir del siglo XVIII, apareció en los pueblos de las .minas- de carb6r. de Inglaterra, posiblemente como consecuencia de sus tradicione-semi-feudales, a los que-seguirían en los años 1860 105 alojamientoS de los- obreros de Krupp en Essen.Lentamente, un pequeño número de los males peores se barrieron, a· pesar del hecho que las nueV:1' leyes se oponían a los principios de libre empresa competitiva en la producción de illth 1. El maniobrar con engaños para alcanzar beneficios sin conside· ración alguna por el ordenamiento estable' de .la producción tU\'O dos resultados desafortunados. Mientras los suministros de alimento; y los materiales podíanobtenerse económicamente de alguna pane
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que se cultivaban sin precauciones con algodón y trigo, 110 se ningún esfuerzo para mantener un equilibrio entre la agricultura y la industria. El campo, reducido en general al margen de sub!.Utencia, fue aún más deprimido por la emigración de las poblaciones j las ciudades fabriles aparentemente prósperas, con unas tasas de ;ncr:Jlidad infantil que se elevó a menudo hasta 300 po, 1.000 nacmientos vivos, o más. La introducción de las máquinas para sernimtJ; segar, trillar, instituida en gran escala con la multitud de nue1#5 segadoras inventadas ? principios de siglo -McCormick sólo fue uno entre los muchos inventoresno hizo sino acelerar el ritmo ~ este acontecimiento. El segundo efecto fue aún más uesastroso. Dividió al mundo en ~H:: ¿~ producción de máquina, y zonas de r"rv~llrrinn rL~ ~limpn_ tos y rü~,,,.:a, In;.uá,. .::S~V!~::...,:; !:. 'v¡,teneia de lc~ países superiadus. rializados más precaria, en la medida en que más separados estaban de su base rural de suministros: de aquí el comienzo de una ardua competencia naval. La existencia de las aglomeraciones carboníferas no depedía simplemente de su habilidad en disponer de 2gua de ríos y lagos lejanos, y de alimentos de campos y granjas distantes, sino que la producción dependía de la habilidad para soooEilar o intimidar a otras partes de la tierra con el fin de que acep~'¡ID' sus productos industriales. La guerra civil en Norteamérica, ti cortar los suministros de algodón, redujeron a la extrema penuria dos animosos y honrados trabajadores textiles de Lancashire. Y el temor de que se repitieran estos acontecimientos en otras industrias además de la del algodón, fue en buena parte responsable del irnperialIsmo asustadizo y de la competición en los armamentos que ss: ~esarrolló en el mundo entero después de 1870. Como la industfi~paleotécnica se fundó originalmente en la sistemática esclavitud de~~hiño, 10 mismo dependía para su crecimiento continuo de una fÓ~da salida de sus productos. ,ll?esgraciadamente para los países que confiaron en que este pro.,o·'seguiría indefinidamente, las zonas de consumo originales ~s nuevos o «atrasados»tomaron posesión con rapidez de la ~eD.cia común de ciencia y técnica y empezaron a producir ar~!\~ .~~os fabricados a máquina para ellos mismos. Esta tendencia se eXténdió hacia 1880. Se vio temporalmente limitada por el hecho je~Inglaterra, que durante largo tiempo conservó su superioridad eíifel·tejido y en la hilatura, podía emplear siete operarios por 1.000 J¡fé~QS en 1837 y sólo tres operarios por 1.000 en !887, mientras que Ifbania, S'J más próximo competidor, .?~lpL:aS:l aún :-1; 11'. :t3Lir;,_1~ [eira'de 7 Y2 a 9, en tanto Bombay necesitaba 25. Pero a largo plazo
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ni Inglaterra ni los «países avanzados» podían rn-ntenerse a la Itroáticamente integrados en la industria Este exceso de desernpleabez> pues el nuevo sistema de máquinas era universal. Con ello en tiempos «normales y prósperos» era esencial para la compede los principales pilares de la industria paleotécnica fue desplaza. ¡ici6n productiva. La ubicación de las industrias :10 estaba nlanifioda: la casualidad, la ventaja pecuniaria, la costumbre, la gravitaEl método de ensayo y error de la plaza del mercado J!enetrci toda la estructura social. Los dirigentes de la industria eran en ci6n hacia el mercado excedente de mane de obra, er.m datos tan mayor parte empíricos: vanaglcriándose de ser hombres «práct.,« tmportantes come) las ventajas tangibles desde un puma de vista se enorgullecían de su ignorancia técnica y de su inocencia. C:oh. técnico. La máquina -el resultado del impulso de! hombre para ( .iquistar su medio y canalizar sus tendencias ocasionales en activique hizo una fortuna con el procedimiento Solvay óe empleo de dades ordenadas-eprodujo ::1:.::':,:-::::: !:. ~:!$e paleotécnica la negasosa para fabricar jabón, no ,,,;';;a liada de yuímic:::; ni tamp, ción sisteuauca de todas sus características: nada menos que el imKrupp, el descubridor del acero colado; Hancock, uno de los i" meros experimentadores del caucho de la India era igualmente ir perio del desorden. ¿Qué era, en verdad, la «cacareada movilidad rante. Bessemer, el inventor de muchas cosas además del pro« de la mano r1e obra» ~;IJO la ruptura de las relaciones socia!es estamiento Bessemer de fabricación de acero, al principio sólo dio ( bles y la desorganización de la vida familiar) su gran invento debido al caso de usar hierro con un !::ajo ccnrcn» El estado de la sociedad paleotécnica puede describirse el' ¡u, l\la en tostara: fue únicamenr., L: fracaso de su método cc.: los mir. ideal como estado de guerra. Sus órganos típicos, desde la m;,~a a la rajes del continente con '1'1 elevado porcentaje t1é fósforo lo que. fábrica, desde el alto horno a los tugurios, desde los tugurios al camllevó a pensar en la quír-ica del procedimiento. po de batalla, todos estaban al servicio (I~ la muerte. Competición: Dem.o de la instalación industrial el conocimiento científico , lucha por la existencia. Dominación y sumisión: extinción. Con la encontraba poco estimado. Predominaba el hombre práctico, (k, guerra, en el acto, los principales estímulcs, la base subyacente y el preciador de la teoría, desdeñoso de la formación rigurosa, i¡!r destino directo de esta sociedad, los motivos y las reacciones norrando la ciencia. Los secretos comerciales, a veces importantes, males de los seres humanos se redujeron al deseo de dominación y veces simplemente empirismos infantiles, retrasaron la extensión C0 al miedo a la aniquilación -el miedo a la pobreza, al desempleo, operativa del conocimiento que había sido la base de todos nuestrc J la pérdida de la categoría de clase, al hambre, a la mutilación y mayores adelantos técnicos; mientras el sistema de monopolios dt a la muerte, Cuando llegaba la guerra finalmeme, se la recibía con patentes lo utilizaban astutos hombres de negocios para apartar de' los brazos abiertos, pues aliviaba de la intolerable espera angusmercado 10s perfeccionamientos, si amenazaban con turbar los vale tiada: él choque de la realidad, por muy siniestro, era más soporres financieros existentes, o para retrasar su introducción -come' table que la constante amenaza de espectro" elaborados y hechos fue retrasada la del teléfono automáticohasta que hubiera ven desfilar por el periodista y el político. La mina v el campo de batalla cido 16s derechos originales de la patente, Hasta la misma Cuerrestaban a la base de todas las actividades paleotécnicas, y las prácMundial una repugnancia por disponer de conocimientos científico' ticas a las cuales estimulaban conducían a la extendida explotación o por fomentar la investigación científica caracterizó a la industridel miedo. paleotécnica en el mundo entere. Quizá la t:H;ca gran excepción ;1 Los ricos temían a los pobres y los pobres temían al cobrador de esto, la industria alemana de los tintes, se debió a su estreche rpla _iílquile"~~; las clases -nedias temían a las plagas que venían de los ción con' los tóxicos y los explosivos necesarios t>ar:! la guerra. hatr10s en horribles condiciones sanitarias de la ciudad industrial y Mientras prevaleció entre los fabricantes individuales la libre tos pobres temían, con justicia, los sucios hospitales a los que se les competencia, resultó imposible la producción planificada de la indus· Uevaba. Hacia la última parte del período, la religión ~d~ptó el uni: tria en 'conjunto: ,cada fabricante seguía siendo su propio juez, sobre fdrme de la guerra; cantando «Adelante soldados cristianos», - los la base de un conocimiento y de una información limitados, de la fonvertidos marchaban con humildad retadora, con orden y vestícantidad de mercancías' que podía producir y vender con provecho. menta militares: salvación imperialista. La escuela estaba organizada El mercado de la mano de obra mismo carecía de plan: de hecho, ~1?0un, ejército, y el campamento armado, se convirtió en la escuela los salarios ~':)díalJ mantenerse a bajo nivel )!racias ~ 11;1 C(ln~t3nte -unIversal: el maestro y el alumno se terman uno a 'otro, de modo excedente de trabajadores desempleaóos, que nunca estuvieron sis· ~~¡gual que se temían el capitalista y el obrero. Muros, ventanas con
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~uía la eficiencia reputada del nuevo régimen. Inmensos eran los rejas, cecas de alambre espinado rodeaban a la fábrica lo m.sm trabajos realizados por la máquina de vapor y sus accesorios, pero que a la cárcel. las mujeres temían concebir hijos y los hombre inmecsas, asimismo, fueron las pérdidas que la acompañaron. Meengendrarlos; el miedo a la sífilis y a la gonorrea viciaban el cor didos en trabajo efectivo, es decir, por esfuerzo humano transfortacto sexual; detrás de las enfermedades mismas acechaban les F.. tasmas; el espectro de la ataxia locomotriz, la paresia, la enajen, I mado en subsistencia directa o en obras duraderas de arte y técnica, ción mental, la ceguera en los niños, las piernas tullidas, y el ÚnlC' J~ les ganancias relativas de la nueva industria fueron lastimosamente pequeñas. Otrr s civilizaciones con una capacidad menor de energía remedio contra la sífilis, hasta el salvarsán, era en sí mismo un v, y un gasto mayor de tiempo habían igualado y posiblemente sobreneno. Las parduscas casas parecidas ti cárceles, las empalizadas (:, pasado al período paleotécnico en eficiencia real. !~.o calles sombrías, los patios sin árboles llenos de desperdicios. loCon el enorme incremento en la energía había entrado un ritmo tejados ininterrumpidos, sin un espacio jamás para un parque o u;' nuevo en la producción: la regimentación del tiempo, que habh sido terreno de jllPgO, subrayaban este ambiente de muerte. Una explo esporádica e incierta empezó ahora a influir en todo el mU¡'10 occisión de una mina, una catástrofe ferroviaria, un incendio en un:' dental. El síntoma de este cambio fue la producción en gran escala casa de vecindad, un asalto de los soldados centre ~~~, ;;"~r'n ,1 de .relojes baratos: empezaba primero en Surza, siguio cespués en huelguistas, u finalmente el más potente estallido de Ía guerra eLI!' serie en Waterbuc'V, en Connecticut, hacia los años ~880. estigmas típicos de esta sociedad. Explotados para lograr peder, . El ahorro de tiempo se convirtió en una parte importante del beneficio, el destino de la mayor parte de los productos de la m.i ahorro de mano de obra. Y a medida que el tiempo s~ acumulaba quina era o bien el montón de basura o el campo de batalla. Si lo, y.·se ahorraba, se volvía a reinvertir, como el capital, en nuevas forgrandes propietarios y otros monopolistas disfrutaban un incremento mas de explotación. Desde ese momento el llenar el tiempo y el no ganado de la acumulación de la población y de la eficiencia colee matar el tiempo resultaron importantes consideraciones: los primetiva de la máquina, el resultado neto para la sociedad en general ros. patronos paleotécnicos hasta robaron tiempo a sus obreros hapodría caracterizarse como un no ganado excremento. ciendo tocar la sirena de la fábrica un cuarto de hora más temprano por la mañana, o moviendo las manecillas del reloj más deprisa a.Iahora de la comida: donde la ocupación lo permitía, el obrero 13. La energía y el tiempo ~"menudo estaba a la recíproca cuando el patrón había vuelto la espalda. El tiempo, en resumen, era un artículo en el sentido el'. Durante el período paleotécnico los cambios que se manifestaron q~e el dinero se había convertido en un producto. El tiempo como F en todos los sectores de la técnica consistían en su mayor parte en pura. duración, el tiempo dedicado a la contemplación y al ensueño, un hecho central: el aumento de la energía. Dimensión, velocidad, *elí,~iémp0 divorciado de las operaciones mecánicas, era tratado corno cantidad, la multiplicación de las máquinas, eran, reflejos de· los nue,t¡!l,~horrible desperdicio. El mundo paleotécnico no prestó atención ves medios de utilizar combustible y la ampliación de la reserva disafJ.a~.Expostulation and Reply (Reconvención y respuesta) de Wordponible del combustible mismo. Al fin la energía estaba disociada de sworth: no sentía inclinación por sentarse en una. vieja piedra gris sus limitaciones humanas y geográficas: de los caprichos del tiempo, Y:?perder el tiempo soñando. . de las irregularidades, de las precipitaciones y del viento, de la inj~Lo mismo que, por un lado.vel-Henar los huecos del tiempo se gestión de energía e!'! forma' de alimento que restringe en definitiva C9nvirtió en un deber, así se hizo manifiesta la necesidad también la capacidad de .los hombres y los animales. q~.¡.~hacer las cosas más cortas». Poe atribuye la moda de las noLa energía, sin embargo; no puede disociarse de otro factor en -v.~las cortas, hacia los años 1840, a la· necesidad de breves ratos juego, es decir, el tiempo. El uso principal de la energía en el período '~e distracción en la rutina de un día atareado. El inmenso aumento paleotécnico era disminuir el tiempo durante el cual puede reali· literatura periódica en aquella época, siguiendo a la producción zarse una determinada cantidad de trabajo. El que mucho tiempo harata y en gran escala de la imprenta mecánica a vapor (1814) fue así ahorrado fuera desperdiciado en la producción desordenada, en una iLl'W1 de la creciente división mecánica del tiempo. pafúS derivados de las rlebilidades de las institucicnes sociales ej.:: Mientras la novela en tres volúmenes servía a lus hábitos caseros acompañaban a la fábrica, y en desempleo es un hecho que dismi-
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La fase paleotécnica
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de las clases medias victorianas, el periódico -trimestrJl, mensual do orgánico, que no puede ser aumentado sobremanera sin un desdiario y, finalmente, casi «horarios-e- sirvió a la mayor parte de lo, .juste de las funciones, hasta el período mecánico, qué puede ser requerimientos populares. tos embarazos humanos siguieron duranu estirado o intensificado, fue en verdad efectuada con demasiada Iinueve meses, pero el ritmo de casi todo lo demás en la vida fut' gereza y atolondraf:1iento. acelerado, el instante se contrajo, y los límites fueron arbitrariamente Aparte el ptimer placer físico en el movimiento por el movirecortados, no en términos de la función y de la actividad, sino e" miento, esta acelenKió;:¡ del ritmo 110 podía justificarse excepto en término: de un sistema mecánico de cómputo del tiempo. La pcri« términos de compensación pecuniaria. Pues la energía y E' tiempo dicidad mecánica ocupó el lugar de 1:1 orgánica ) funcional en (¡Id.' las dos componentes del trabajo mecánico, son en términos humanosector de la vid? en donde la usurpación era posible. sólo una función de propósito. No tienen mas significación, aparte La expansión del transporte rápido CaUSÓ un cambio en el m(: el propósito humano, que la de la luz del sol que cae en la soledad todo mismo de medir el tiempo. El tiempo del sol '1L1e varía ur del desierto del Sahara. Durante el período paleorécnico el inci.: minuto cada ocho millas cuando uno v::.ja del Este ai Oeste, va 111' mento de la energía y la aceleración del movimiento se convirtieron podía ser observado. En vez de un tiemno local basado en f'1 sol (¡l(' en F::.es en sr mismos: fines 011f' ~f' illstifir~h"n
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la niebla, del humo, y conquistando e¡ mundo. Fue L falta misde sol, la falta de color, el hambre dentro de las ciudades indus'rWes por la visión de las escenas rurales, los que elevaron el arte JcI paisaje durante este período, y dio origen a su principal triunfo "'¡~tivo, la obra de la escuela de Barbizon y de los irnpresionistas steriores, ~v~or.et, Sisley, Pissarro, y el más característico si no ¿ más original de todos ellos, Vincent Van Gogh. Van GO¡'!1 conoció 1, =iud~d paleotécnica en su ¡.1ás completa 'éll~!;~c~;::!d, el Londres sucio, enlodado, ~!'.:~b!ldo por el g~< rlp ~ años 1870: también conoció la fUé",,- .nisma de sus oscuras ener, JÚs, lugares como las minas de Le Borinage en donde vivió con los aineros. En sus primeras pinturas absorbió y valerosamente se en;1Ic6 con los aspectos más siniestros de su ambiente: pintó los I .uorcicos cuernos ue ;u> u.ineros, el estupor casi animal de sus rosuos, inclinados sobre sus sencillos platos de patatas, los ternos ne~os, grises, azules oscuros y sucios amarillos de sus casas arruinaúiS por la pobreza. Van Gogh se identificó con esta lúgubre, repuluva rutina: después, yéndose a Francia que no se había rendido 'más por completo a la producción de la máquina de vapor y en grau escala, que aún conservaba sus pueblos agrícolas y sus pequeñas srtesanías, pronto se encontró en rebelión contra las fealdades y las privaciones del nuevo industrialismo. En el aire limpio de Provenza, Van Go¡;h contempló el mundo visual con un sentimiento de intoxicaci6n profundizado por la triste denegación que había conocido por tanto tiempo: los sentidos, no cubiertos ya ni amortiguados por el humo y la suciedad respondieron con vibrante éxtasis. La ruebla se alzó, vio el ciego, volvió el color. Aunque ~I análisis cromático de los impresionistas se derivaba gttectamente de las investigaciones científicas de Chevreul sobre el ,color, su visión era inaceptable para sus contemporáneos: fueron denunciados come impostores porque les colores que pintaban no csté::;-¡ suavizados por los muros del estudio, amortiguados por la niebla, maduros oor la edad, el humo, el barniz, porque el verde ~;§u hierba era -amarillo bajo la intensidad de la luz, la nieve ro~a y las sombras sobre los muros blancos color azul del espliego. PJjesto que el mundo natural no era sobrio, los paleotécnicos pensalin~rque los artistas estaban ebrios . . Mientras la luz y el color absorbían a los nuevos pintores, la ¡núsica se hizo a la vez más encogida y más intensa como reacción .1.••., COntrael nuevo ambiente. La canción del taller, los gritos callejeros !Y caklerero remendón, del barrendero, del pacotillero ambulante. ~l\ilorista, la salom •• de las marinos :.i iirai de }rJS cabos, ios cantos rl
Pero la industria pale0técnica no dejaba de tepe! un '¡';'. ideal. La misma desolación del nuevo medio ambiente provoc, \ pensaciones estéticas. El ojo, privado de la luz del 30! Y del descubrió un nuevo mundo en el crepúsculo, en la niebla, el ~¡,. las diferencias tonales. La niebla de la ciudad fabril ejercía su .: pia magia visual: los feos cuerpos de los seres humanos, ias '(11,: fábrica. .' los montones de basura, desaparecían en la niebla. \ vez de las desagraJ,:¡bles realidades que se encontraha uno b,1i, sol, había allí un velo de tiernos azules, grises, arnanilos anacar.« y azules tristes. fue UIl piuror ingles, J. Vi. M. Tlll'ner. quien trabajando ll' apogeo de: régimen paleotécrnco, dejó el paisaje clásico eiegante , su escenario pulcro de parque y sus ruinas artificiales para crear ( dros, durante la última parte de su carrera, que :.510 tenían (! temas: la niebla y la luz. Turner fue quizá el prime! pintor que .1' miló y expresó directamente los efectos característicos del nuevo ,.. dustrialisrno ; su pintura de la locomotora de vapor, surgiendo .!" la lluvia, fue posiblemente la primera imagen lírica inspirada por !, máquina de vapor. La chimenea hun.eante de la fábrica nabía ayudado :a crear e,!.! densa atmósfera, y gracias a la atmósfera se evitaba la visión de al gunos de los peores efectos de la chimenea de la fábrica. En la :,il1 tura desaparecían hasta los acres olores, y sólo quedaba la ilusiór de la belleza. A distancia, a través de Ianiebla, las. fábricas de cer.í mica de Doulton en Lambeth, con su decoración piadosamente de,· preciada, son casi tan estimulantes como cualquiera de los cuadro; de la Tate Gallery. Whistler, desde S'1 estudio del Chelsea Em uankment, dominando el distrito de las fábricas de Bsrtersea, se expresó a sí mismo a través de esta niebla y esta llovizna sin ;a ayuda de la luz; las gr"Jaciones de tono más suaves revelan y definen las barcazas, la silueta de un puente, la ribera' distante; en la niebla. una hilera de faroles brillaban como pequeñas lunas en 'una noche de verano. .' Pero Turner, reaccionando no sólo a la niebla sino contra elb. se volvió de las calles llenas de desperdicios de Covent Market, de las fábricas ennegrecidas y de los sombríos tugurios de Londres. hacia la pureza de la luz. En una serie de cuadros pintó un himno a la maravilla de la luz, un himno tal que PD
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tradicionales del campo, del lagar, de la taberna, iban r=uric: ('({IIestala eficiencia colectiva, la colectiva armonía, la división funlentamente durante este período; al n.isrno tiempo, la capacicJ.¡,: doLal del trabajo, le interacción cooperativa leal entre los C;'Je dicrear otros nuevos estaba desapareciendo. El trabajo se orqucs. ..gfan y los dirigidos, producía una armonía mayor que la que se por el número de revoluciones por minuto, más bien que 1](' ¡IO(Üa conseguir, con toda probabilidad, en cualquier fábrica. Entre ritmo del canto, la salmodia o el rítmico tarnborileo. La baladi. , óttllS cosas, el ritmo era más sútil, y la medida del tiempo de las sus ~:1tiguos contenidos religiosos, militares o trágicos, se diso.. ~raciones sucesivas se perfeccionó en la orquesta mucho antes que en la canción popular sentimental, envuelta incluso en su eroti,:' . lquier cosa parecida a la misma eficiente rutina se realizara en su r-atetismo se 1,;70 s=nsiblerfa. Sólo como literatura para las r.. !l fábrica. culti v,adas en los poerns rlp r"lpr;,lnp o-' wr"tr1s",~r.1.. .. _, x s.•.v~~li, ; •.. : ,. v_u \yv .•.•.•...•) Aquí, pues, en la constitución de la orquesta, se encontraba el brevivió la balada, Es apenas iJosible mencionar al mismo tier: :uodelode la nueva sociedad. Se alcanzó en el arte antes de que se: «Mary Harnilton's to the Kirk Gane» y, digamos, «The Baggagc ( tborda~a en la técnica. En cuanto a los productos hechos posibles Ahead». La canción y 1:: poesía dejaron de ser patrimonio del, • ('01 1" orquesta, las sinfonías dIO!Beethoven y de Brahms y la .núbl: o se hirieron «literarias», profesionalizadas, segregadas. Nadie 1" liea reorquestada de B3Ch, se distinguen por ser las obras de arte ~~ :'~: ;::::::::: ;:::;:;;¡ o; los criados que vinieran al cuarto de estar a to:-' más perfectas prociucicias durante el período paleotécnico: ningún parte en las baladas o en los madrigales. Lo que ocurrió a la pc',', poema, ninguna pintura, expresa tanta profundidad :- energía del ocurrió igualmente a la música. Pero la música, en la creación d,' epíritu, recursos acumulados de les mismos elementos de la vida nueva orquesta y el alcance y la potencia y el movimienro de que estaban ahogando y deformando la sociedad existente, tan comnuevas sinfonías, se convirtió de una manera singularmente rerr. pletamente como las nuevas sinfonías. Fl mundo visual del Renasentativa en la contrapartida ideal de la sociedad industrial. cimiento habí» sido casi borrado: sólo en Francia, que no había La orquesta barroca se había construido sobre la sonoridad v l sucumbido del todo a la podredumbre o al progreso, permanecía vivo volumen de los instrumentos de cuerda. Mientras tanto la invencic: este mundo en la sucesión de pintores entre Delacroix y Renoi r. mecánica habla añadido enormemente a la extensión de! sonido \ ,p~(nO que se perdía en Ls demás artes, lo que había desaparecido a las cualidades de tono que se podían producir: incluso acosturnb« clsi_~enahsoluto en arquitectura, se recuperó en la música. El «ternpo,,; el ritmo, el tono, la armonía, la melodía, la polifonía, el conal oído a nuevos sonidos y nuevos ritmos. El débil y pequeño CIJ vicordio se convirtió en la maciza máquina conocida con e! nombre ~p~nlO, incluso la disonancia y la atonalidad, todo ello se utilizó de piano, C0n su gran tabla de armonia y su extensu teclado: ce para crear un nuevo mundo ideal, en el que el destino trágico, los manera análoga, Adolfo Sax, e! inventor de! saxófono, introduOSCurosdeseos, los heroicos destinos de los hombres pudieran ser hacia 1840 una serie de instrumentos entre los de viento de maderJ IOtQadosen consideración una vez más. Entumecido por sus nuevas y los viejos instrumentos de cobre. Todos ellos estaban ahora cientÍ· tn!imis pragmáticas, expulsado de la plaza del mercado y de la ficamente calibrados: la producción de sonido se hizo, dentro de 'fá!>1ica,el espíritu humano se elevó a una nueva supremacía en ciertos límites, estandarizada y susceptible rie predecir. Con el aumen' ~ala de conciertos. Sus estructuras mayores estaban constituidas to del número de instrumentos, la división del trabajo dentro de la oro ~~sci'nidos y se desvanecían en el acto mismo de producirse. Aunquesta correspondió a la de 1:: fábrica: la división del proceso misle~~sólouna pequeña parte de L población escuchara estas obras mo se pudo notar en las más nuevas sinfonías. El director de oro ~'h,e o tuviera alguna comprensión de su significado, alcanzaban questa era el superintendente y jefe de producción, encargado de la menos a vislumbrar un cielo distinto del de la «ciudad del carbón». fabricación y' ensamblado de! producto, es decir; la obra de música. iIllúsica proporcionaba un alimento y un calor más sólidos que mientras el compositor corresondía al inven-tor, ingeniero y proyec' 'echados a perder y adulterados de la «ciudad del carbón», sus tista, que debía calcular en el papel, con la ayuda de pequeños ins gares vestidos, sus casas baratas. trumentos como e! piano, la naturaleza del producto final, elabo'!Aparte la pintura y la música, uno busca casi en vano entre los rando hasta su último detalle, antes de que se diera un solo paso en :d"dones de Manchester, las cerámicas de Burslem y Limoges, en la fábrica. Para las composiciones difíciles, se inventaban a veces 1uincalla de Solingen y Sheffield, objetos lo bastante finos para . . r.uevos .nstn..ncntos o se resuena Lac :11g'JI10S anuguos, pero en I colocados en las estantenas más OSCUfdS de un museo. Aunque e! i:t~
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propia estimación, color en el ambiente externo y profundimejor escultor de! perícdo, Alfred Stevens recibió encargos pan emocional en el paisaje interior, una vid- vivida por sus propios señar cubiertos para Sheífield, su trabajo fue una excepción. Di'l' ,.tlores, en vez de una vida atenta a su provecho. Los campesinos tado con la fealdad de sus propios productos, el período paleotécr , los salvajes habían conservado algunas de estas cualidades, y el se volvió hacia el pasado para los modelos de arte auténtico, I. 'tCObraciasse convirtió en el deber principal de aquellos que busmovimiento empezó al comprender que el arte producido por ' Jbanel suplementar el precio del pasaje de hierro del industrialismo máquinas para la gran exposición de 1851 estaba condenado ¡) el patrocinio del príncipe Alberto, se fundaron la escuela y el mu en SO:.Jth Kensington con el fin de mejorar el gusto y el dise.uresultado fue simplemente r:l".itarle la vitalidad que pudiera tener ¡5. Triunfos mecánicos fealdad. Esfuerzos análogos en los países de habla alemana, baj\' I Las ganancias !1umanas en la fase paleotécnica eran reducidas, dirección de Gottfried Semper, '! en Francia, Italia y los Estados l.: :¡J vez inexistentes para la masa de la población Fl progresista y dos no produjeron mejores resultados. Por el momento la artesa: míirarista John Sruart Mili estal-a de acuerdo en esto con el críintrodu~ida, nuev,a~ente por De M~rgan, La F~rg~ y WiJliam ~lo:: W~;) dllJdl V \".:1...: J.~bj¡J.jc:tl, [ohn Ruskin. Pe10 un montón c!~ ~.0'?prcpcrc.ccc l~ ~;-"":.:z~alternativa Viva R los dlScTIOS de la b Jotas cc..cretos se hic:du" ClI ;" ,éum." w;""", :- -vc inventores) muerta. Las artes se degradaron hasta el nivel r1~ la labor de aguji , ! 'osfabricantes de máquinas de la fase paleotécnica no sólo perfecciolas señoras victoriauas: una trivialidad, una pérdida de tiempo, Naturalmente, la vida humana no ce paró en seco durante ,,':, catan las herramientas y afinaron el conjunto de la producción meperíodo. Muchas gentes aún vivían, si bien con dificultad, para otrr- cíni~a,sino que sus científicos y ,""S filósofos, sus poetas y sus aro tistas,«yudaron a echar los cimientos de una cultura m-is humana que fines que el provecho, el poder y la comodidad: ciertamente esiobjetivos no ~e encontraban al alcance (le los millones de hombre ~ que había predominado durante el período eotécnico. Aunque la y mujeres que componían Ics clases trabajadoras. Quizá ),1 rnav.: :iencia sólo se aplicó esporádica mente a la producción industrial, quizámás notablemente, por Euler y Camus, en el perfeccionamiento parte de los poetas, los novelistas y los pintores se sentían del¿ engranajes, la actividad de la ciencia continuó firmemente: los chados por el nuevo orden y lo desafiaban de cien maneras: sobre todo, por existir como poetas y novelistas y pintores, criaturas im: grande: adelantos realizados durante el siglo XVII fueron igualados unavez más a mitad del siglo XIX en la reorganización conceptual tiles, cuya confrontación con la vida era considerada por los Grad grinds como un injustificado escape a las «realidades» de su ab- dé cada sector del pensamiento técnico, adelantos a los que unimos tracta contabilidad. Thackeray situó voluntariamente sus obras e:' ~s nombres de von Meyer, Mendelev, Faraday, Clerck-Maxwell, un medio ambiente preindustrial, con el fin de evitar los nuevos pr() Q?11deBernard, Jchannes Müyer, Darwin, Mendel, Willard Gibbs, blemas. Carlyle, predicando el evangelio del trabajo denunciaba 135 M~ch, Quetelet, Marx v Comte, para no mencionar sino las figuras realidades de la obra victoriana. lJickens satirizaba al promotor de sOpresalientes. A través de este trabajo científico, la técnica misma negocios, al individualista de Manchester, al utilitarista, al jactar tntró en una nueva fase, cuyas características examinaremos en el cioso hombre que se ha hecho una posición con su propio esfuerzo: pmXim,ocapítulo. La continuidad esencial de la dende. y la técnica Balzac y Zola, nintando el nuevo orden financiero con un realismo ligue siendo un.: realidad a través de todos sus cambios y fases. Los logros técnicos efectuados durante esta base fueron ínmendocumental, no dejaron dudas en cuanto a su degradación y suc::' dad. Otros artistas se volvieron con Morris y los prerafaelistas hacI3 SOs:~fueuna era de realización mecánica cuando, por fin, la habila Edad Media, en donde Overbeck y Roffmann en Alemania v lidad de los fabricantes de herramientas y los de máquinas se puso Chateaubriand y Hugo- en Francia les habían precedido. Otros aún altPúr con las exigencias del inventor. Durante este período se perincluyendo la tase volvieron con Browning hacia la Italia del Renacimiento, con f~cionaron las principales máquinas-herramientas, Doughty a la primitiva Arabia, con Melville y Gauguin a los mares ~dtadora, la acepilIadora y el torno: se crearon vehículos accionados del sur, con Thoreau 'a los bosques primitivos, y con Tolstoy a los P!lt"'energía y sus velocidades aumentaron continuamente. Apareció campesinos. ¿Q>Jé buscaban? Unas pocas cosas sencillas que no se ~prensa rotativa, La capacidad p~ra producir, manipular y transencontraban entre ::~ terminal J'.: un ferrocarril y la fáÍJl'ica: iJr.,! ~yrtar vastas masas de lr.dal fue incremcutadc. y ..iu.hc; de los
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instrumentos principales de cirugía -incluidos el estetoscopio" ':l Chester cruzó el océano regularmente en ocho días y entre una y oítalmoscopio -se inventaro-: o perfeccionaron, aunque: uno de . ix:e horr: más, en ocho travesías sucesivas. El ritmo de la velocidad más notables adelantos en la instrumentación, el uso del Iór. IJmentó desde la travesía del Atlántico en veintiséis días por el Saobstétrico, fue un invento francés de la fase eotécnica. La extcn lILlahen 1819 a siete días y veinte horas en 1866. Este ritmo de inde 1-25 ganancias puede aparecer más clara si se fija la atenció» -emento tendió a moderarse en los setenta años siguientes: un hecho los cien primeros años aproximadamente. La producción de hilo f Mecido:JI del transporte [lar tren. Lo que se reíiere a la velocidad alt[l:e--.;:ó de 17.000 toneladas en 1740 a 2.100.000 toneladas t"llllbién se refiere al tamaño, ya que los grandes barcos -:le vapor 185('. Co~ el invento en }804 r\e la .m!quina ¡::~ra aP.restar los ,. -erdían por sus di.nensiones facilidad de manipulación en ios P" crtos de L urdimbre de algodon con almidón r:::~!:-:-:;ceduk :c:~:;.. al alcanzar las profundidades del canal en los muelles seguros. El t~~ar mecánico pa-a tejer el ::lgodón. por fin. ,,,oultó prád}co. ~a irr.. .ireatEastern era cinco 'veces más grande que el Clermont: ~I mayor cien de Horrocks de un telar ~~tJsfactorlO transformo la indu«: .spor hoy no llega al doble del Great Eastern. La velocidad del del 2~:;,od?n. Debido a la baratura de ::::~obreros man~ales ,-en 1~: riajetrasa,tiá~tiCO e_n 18foG da tres veces más rápida q~e en 1819 se e snmo que erar, de 45.000 a 50.000 en Escocia solo y ti" ruarenta y siete anos), pero la actual es menos del duole que en ')()n ''\f'i ':'!! Inglaterra-ese introdujo lentamente el telar rnecan.. .. '6(, (sesenta y siete años). Esto es cierto en muchos sectores de la mier tr as ::: ~:;,::; !ü,oí" lJ"cla Jljá~ ':IW~ :'0000 telares de vapor' !'::ica: la aceleración, la cuantificación y la multiplicación iban más Gran Eretaña, en 1865 había 400.000. !eprisaal principio de la fase paleotécnica que lo hicieron después Aparte de la producción en masa de vestidos y la distnbuci !!l el mismo aspecto. en masa de alimentos, las grandes realizaciones de la fase paleote Asimismo se consiguió un; temprana maestría en la construcnica no se alcanzaron en los productos Iinales sino en las máquin. jón de estructuras de hierro. Quizá el mayor monumento del períoy los instrumentos intermedios. Sobre todo había un sector que e ~ fue el Crystal Paiace en Inglaterra: un edificio independiente del particularmente su dominio: el empleo del hierro en gran e,c{ lempo reúne la ~:lse eotécnica, con su invento del invernadero de Aquí :vs ingenieros y los obreros se encontraban en su elernen- 'ilistal, la paleotécnica, con su uso de la rubierta de cristal de estafamiliar, y aquí, en el barco de vapor de hierro, en el puente ¿, :i6nde ferrocarril y la neotécnica, con su nueva valuación del sol, hierro, en la torre con armadura y en las máquinas-herramientas', d cristal y la ligereza de estructura. Pero los puentes eran los monuen las máquinas mismas, registraron sus triunfos más decisivos. . :nentosmás típicos: sin olvidar el puente suspendido de cadenas de El puente y el barco de hierro tienen ambos una breve histon'erro sobre los estrechos de Menai (1819-1825;; el puente de BrooAunque Leonardo y sus contemporáneos italianos hicieron numerCl- " empezado en 1869 y el del Firth of Forth, una gran construcsos proyectos, el primer puente de hierro en Inglaterra no se con~ en voladizo, iniciado en 1867, fueron quizá las metas estéticas truyó hasta fines del siglo XVIII. Los problemas que se tenían qoe , completas de la nueva industria técnica. Aquí la "antidad del resolver en el uso del hierro estructural eran todos poco conocido;. ~rrial, incluso el factor del elemento mismo, desempeñaban un y mientras el ingeniero recurría a la ayuda matemática para hacer pel en el resultado estético, recalcando la dificultad de la tarea y y comprobar sus cálculos, la técnica real se encontraba adelcntada' l1ctoria de la SOlución. En estas ob+is magníficas los descuidados la expresión matemática. Tenía ahí un terreno para ejercitar la inge !.it0s empíricos de pensamiento, las economías miserables de 10: niosidad, la experiencia atrevida, el abandono ambicioso de li' r~!!k ufactureros textiles, fueron desechadas: dichos métodos, aunque En menos de un siglo los fabricantes de hierro y los ingen1er~s "·eran una parte escandalosa contribuyendo a los desastres de los de construcciones Ilegaror; a una perfección asombrosa. El tamano :' eres ferrocarriles y barcos de vapor de los ríos en Norteamédel barco de vapor aumentó rápidamente del pequeño Clermoor" .) fueron finalmente abandonados: se estableció y se alcanzó una de 133 pies de largo y 60 toneladas brutas, al Great Eastern, t~r' tma objetiva de realización. Lord Kelvin fue consultado por los minado en 1858, el monstruo del Atlántico, con puentes de 691 pIes tructores navales de Glasgow para la resolución de sus problemas de largo y 22.500 toneladas brutas, con una potencia de 1.600 C. V.. icos: aquellas máquinas y estructuras revelaron un honrado y de sus motores con hélices v 1.000 C. V. de sus ruedas de palet::s.~La . ·S.cahlf' orgnllo en ?fronti'r tJ:WIS condicion-e y en do.ninsr J.uros regularidad ::lel rendimiento tan.oién se incremento: en 167-i t'i L,I·Y )erialés. Lo que dijo Kuskin elogiando a los viejos barcos de
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madera de línea se aplica aún mejor a sus compañeros mayor«roItores de piedra muchos miles de años antes conocieron la alegría hierro de los transpones mercantes: merece repetirse. «Tórnclo cld esfuerzo creador. Al serIes comparadas se esfumaban 12s artes de conjunto, un barco de línea es la cesa más honorable que el hdlll: ~6n. El olor masculino de la forja era un perfume más suave que CII.uquierarle los que gustaban las señoras. corno animal gregario, ha producido. El solo, sin ayuda, puede 1,.1cosas mejores que barcos Lle línea; puede hacer poemas y cua.': Detrás de estos esfuerzos había una llueva raza de artistas: los y otras cosas por el estilo de le) mejor que hay en él. Pero CCI,l(\ &bric~'Hes de herramientas de finales del siglo XVII y de principios viviendo eu grupo y martilleando, con golpes alternados y de n.u: del XIX. Estos fabricantes de herramientas nacieron de dos habi tan?'_ -erdo lo que es necesario conseguir o producir en esos grupo' tes diferentes: los talleres de máquinas del Bolton y Watt y el taller barco de ~~nea es :~: primera obra. :::::11 c~a ;Ia puesto mucho d, de carpintería de Joseph Bramah. Buscando a un operario que re~:;paciencia hur., ••••", de su sentido común, de su previsión, de m f¡¡p· zara una cerradura recientemente patenrada, Bramah se hizo con fía experimental, de su dominio de sí mismo, de sus hábito, Henry Maudsley, un inteligente joven mecánico ~1Je había empezado orden y de obediencia, de su duro trabajo completamente ohr.« I trabajar en el arsenal de Woolwich. Maudsley se convirtió no sólo de su desafío a los duros elementos, de su valor indiferente, (k m uno de los más expertos mecánicos ¿e todos los licJlll-" sino N:~_ito patriotismo, \' tranquila esperanza del juicio de Dios. cr. iue además su pasión por el traoajo preciso le llevó a poner orden to se puede poner en un espacio de 300 pies de largo por &0 (O la fabricación de las partes esenciales de las máquinas, sobre todo ancho, Y doy gracias por haber vivido en un tiempo en que 1"· ertlos tornillos para metales. Hasra aquel momento los tornillos haver realizada una cosa así.» fan sido fabricados a mano: eran difíciles de hacer y caros y se utiEste período de audaz experimentación en estructuras de hic: !izaban lo menos posible: ;10 se obedecía a ningún sistern- para d: alcanzó su apogeo en los primeros rascacielos de Chicago, y en 1 !eI1ir el paso de rosca o su forma. Cada perno y tuerca eran, según grandes puentes y viaductos de Eiftel: la rarnosa Torre Eiffcl ' observa Smiles, una especialidad en sí rr+smos. El turno pala ela1888 sobrepasó a todos en altura pero no en maestría. borar tornillos de Maudsley fue uno de las piezas decisivas de norSin embargo, la construcción naval y la de puentes, eran tarc.- malización que hicieron posibles la máquina moderna. Introdujo el extremadamente complejas: exigían un grado de interrelación I',e espíritu del artista en cada departamento de fabricación r1e máquinas: coordinación que pocas industrias, excepto quizá los ferrocarri«: IlOrtnalizando, refinando, reduciendo a dimensiones exactas. Gracias alcanzaron. Estas estructuras exigieron todas las latentes virt'tc!c< I 'Uaudsley los ángulos internos, en lugar de tener la forma de militares del régimen y las utilizaron para un buen fin: los hombre' COrtante de la L se hicieron curvados. Maudsley fue utilizado por arriesgaban su vida cada día con soberbia indiferencia, fundiendo c. . I. Brunel para realizar su máquina de poleas, y de su taller sclió hierro, martilleando y remachando el acero, trabajando en estrechJ< ~a sucesión apostólica de mecánicos: Nasrnyth, que inventó el marplataformas y ligeras vigas, y allí había poca desigualdad en el (ur'" ~e.te, a vapor, Whitworth, que perfeccionó el rifle y el cañón, Rode la producción entre el ingeniero, el capataz y los demás simplt! ccrtsi' Muirs y Lewis. Otro gran mecánico de aquel tiempo, Cleobreros: cada uno tenía su parte en la tarea común; cada una ~ Clentj también adiestrado por Bramah, trabajó en la máquina de encaraba con el peligro. Cuando el puente de Brook1in se constrUl'0. ClIopár de Babbage, entre 1823 y 1442, el más refinado e intrinfue el Maestre Mecánico, '10 un obrero cualquiera, quien primero lIdo'mecanismo, según Roe, que se hubiera fabricado hasta entonces. probó el carro que se usaba para tensar el cable. William MO.r;l! ,E'stos hombres no ahorraron esfuerzos en su construcción de mácaracterizó los nuevos barcos de vapor, conr ..Yerdadera penetra.clon. ~as': trabajaron con vistas a alcanzar la perfección, sin tratar de como las catedrales de la era industrial. Tenía razón. ProdUjeron 1!t.~1.frente a la más barata competición de artesanos inferiores. una orquestación de las artes y de las ciencias más completa ,que ~; naturalmente, hombres del mismo calibre en América, Francualquier otra obra en la que se hubieran empeñado los paleoteCflI' cQ\y! Alemania, pero por la precisión de su trabajo los fabricantes cos, y el producto final fue un milagro de solidez, velocidad, potenherramientas ingleses dominaban un mercado internacional. Sus cia, interrelación y unidad estética. El buque y el puente fueron las ucciones, finalmente, hicieron posibles el barco de vapor y el nuevas sinfonías en acero. Hombres duros y ceñudos las ororlujeron: ¡'lte de hierro, Merece ; epetirse la obsei vación ée un vieja rraesclavos .lel ~,.ldno o maestros de obra. Pero C01l10 los 'egipcios ej' Itdor de Maudsley: «Daba gusto ver1e manejar una herramienta
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de cualquier clase, pero era verdaderamente espléndido con una iir: de dieciocho pulgadas.» Este fue el tributo de un critico cornper-. a un excelente artist-. Y es en lss máquinas donde uno deSe bu« . los ejemplos más originales del arte típicamente paleotécnico.
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Capítulo 5 LA FASE NEOTECNICA
16. El paso paleotécníco . La .tase paJe?t~cnica, p.ues, hizo dos cosas. Exploró ;üs callejon, salida, los últimos abismos, de un concepto cuantirarivo de : vida,. estimulada por. la voluntad de poder y sólo regulada por l conflicto de una unidad de poder -un individuo, una clase, i: estado -con otra unidad de poder. Y en la producción en Q [:1 " escala de artículos mostró que 1v~ tH_1{CLciumuúenws mecaniro , s'o:, no eran suficientes para producir resultados sociales "al iosos, o r siquiera el más alto grado de eficiencia industrial. El resultado de esta ideología de poder tensa al extremo v l. ~sta lucha constante fue la Guerra Mundial, ese período rJe Jue:·.; insensata qu= maduró en 1914 y aún se está resolviendo con uru lucha entre poblaciones frustradas que se han quedado bajo el ,i, tema de la máquina. Este proceso no puede tener otro íinal que e: los inicios de la neotecnica de un victoria impotente: la destrucción de ambos a la vez, o e: suicidio. de la nación victoriosa en el momento mismo en que acabi La fase neo técnica representa un tercer desarrollo determinado de sacrificar a su víctima. Aunque por conveniencia he hablado de . en la máquina durante los últimos mil años. Se trata de una verla fase paleorécnica en tiempo pasado, ésta aún se encuentra con dadera mutación: difiere de la fase paleotécnica casi como el blanco nosotros, y los métodos y hábitus de pensamiento que suscitó todavh se diferencia del negro. Pero por otro lado, tiene la misma relación gobiernan a una gran parte de la humanidad. Si no son desbancados con la fase eotécnica que la que el adulto tiene con el niño. hasta la base' de la técnica misma puede ser socavada y nuestra ',. Durante la fase neotécnica, los conceptos, las anticipaciones, las recaída en la barbarie progresará a una velocidad directarnen.e pro· visiones imperiosas de Roger Bacon, Leonardo, lord Verulamio, porcional a la complicación y al refinamiento de nuestra actual heren· ~jrta, Glanvill y los demás filósofos y técnicos de aquella época cia tecnológica. habían encontrado al fin una morada. Los primeros rápidos apuntes . Pero la. parte verdaderamen.te s~gnificativa de la base paleoréc I siglo xv se convertían ahora ,en provectos d~ trabajo:. las. ?rimea no reside en lo que produjo, SInO en aquello a que llevó: fue íneras conjeturas se reforzaron ahora con uua técnica de verificación; un período de transición, una ruta r llena de movimiento, cubierta lás primeras máquinas toscas se llevaron al fin a la perfección con la de desechos entre las economías eotécnicay neotécnica. Las institu- . ~quisita nueva tecnología mecánica de la edad nueva, que dio a los ciones no afectan directamente a la vida humana: también la afee· .lllbtores y a las turbinas propiedades que sólo un siglo antes huoietan en. razón de las reacciones contrarias que provoca'. Mientras en' !~n pertenecido al reloj. La soberbia audacia animal de Cellini, di?el sentido humano la fase paleotécnica fue un intervalo desastrosa, puesto a fundir su difícil Perseo, o la obra apenas menos temerana ayudó con su mismo desorden a intensificar la búsqueda del orden, • :de Miguel Angel construyendo la cúpula de San Pedro, fue sustituida y debido a sus formas especiales de brutalidad a aclarar las metas' ~r un paciente experimentalismo cooperativo: una sociedad entera del l?odC? de vivir humano. La acción y la reacción eran iguales Y ~taba prepar~da. ahora pa!.a h.acer 10 que hasta este momento hal-ía En díreccicncs opi.estas. J,sldo obra de individuos so.itanos. S1l1
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Cap:, Ahora bien, en tanto la fase nec.ecmca sea un complejo U" y social, no puede uno definirla como un períoáo porque no se ' definido aún con su propia forma y organización, en parte por, estamos en medio de ella y no podemos ver sus detalles en su' ' laciones fnales, y en parte porque no ha desplazado el régimen !: antiguo con nada parecido a Ir. vdocidaJ y la decisión que car ¡,' rizaron la transforrnsción del orden eotécnico a fines del siglo XI;' Surgiendo del orden paleotécn.co, las instituciones neotécnicn-. ' embargo, han llegado en muchos casos a un compromiso CC''l aq; han cedido ante él, han perdido su identidad debido al peso de ¡, ' reses creados que seguían apoyando lOS instrumentos anticuado, los objetivos antisocü:!::s de la edad media industrial, Los ideales .' leatécnhos dominan mí'1 en :::'n11 ,nnvf(! ,(! i,1!d!!stria y la política .. mundo occidental las luchas de clases y !,~: ~-~~:,a~lJ
En la medida que la industria neo técnica ha fracasado en transformar el complejo carbón-acero, en la medida que ha fracasado en asegurar un fundamento adecuado para su tecnología más humana en la (" munidad en conjunto, en la medida que ha prestado sus elevados poderes al minero, al financiero, al militarista, las posibilidades de desorganización y caos han aumentado. . ' . Pero sin embargo los comienzos de la fase neo técnica pueden fijarse' aproximadamente. El primer cambio determinado que incrementó la eficiencia de los generadores de energía, multiplicándola de tres a nueve veces, fue el perfeccionamiento de la turbina ~e agua por Fourneyron en 1832. Esto llegó al final de una larga serré de estudios, f'!Dpezl\clcs empírka~e!lte can e! desarrollo de la :-~c¿a de cangilones en el siglo XVI y llevados a cabo científicamente por
235 serie de investigadores, notablemente Euler a mitad del siBurdin, el maestro de Fourneyron había aportado varias [oras en el tipo de turbina de rueda hidr-iulica -un desarrollo ~ el que uno puede quizá agraciecer el retraso de Francia en la lIldustria paleotécnicay Fourneyron construyó una turbina de 1CC. V. ya en 1832. A esto by que asociar una serie de imporlJlltes descubrimientos científicos realizados por Faraday durante la mismadécada. Uno de éstos tue la obtenciun e:: la bencina: un lí~uido C!l1ehizo posible la utilización comercial del cauci.c. 8LiO e su trabajo sobre corrientes electromagnéticas, empezando con su sc-brimienio en 1831 de que un conductor que corta las líneas de fuerza de un imán creaba una diferencia de potencial: poco después de h:lrpr esre descubrimiento purarnerue científico, recibió una 'Tta anónima sugiriendo que el principio podría ser aplicado para creación de grandes máquinas. Coronando lq obra importante de Volta, Galvani, Oersted, Ohm y Arnpere, la labor de Faraday en electricidad, junto con la investigación de su contemporáneo Joseph Hrnry sobre el electroimán, sentó una base nueva para la conversión y distribución rle energía pala la mayor parte de las invenrienes neotécnicas decisivas. Hacia 1850 una buena parte de los descubrimientos científicos fundamentales de k nueva fase se habían realizado: la pila eléctrica, , el acumulador, la dinamo, el motor, la lámpara eléctrica, el espectroscopío, la teoría de la conservación de la energfa. Entre 187] ~ 1900 la aplicación detallada de estos inventos a los procedimientos industriales se realizó en la centra! eléctrica, en el teléfono y en el radio telégrafo. Finalmente, una serie de invenciones complern-ntaria·, el fonógrafo, el cinematógrafo, el motor de gasolina, la turbina.de vapor, el aeroplano, estaban todas esbozadas, si no perfeccionadas haría 1900: esto a su vez produjo una transformación radical de la central generadora de fuerza motriz y de la fábrica, y o efectos ulteriores sugiriendo nuevos principios para el proyecto _ .cíudades y para la utilización de! medio ambiente en conjunr>. .~áda 1910 -rnpezé una contramarcha definida contra los métodos ~eotécnicos en la industria misma. Las líneas generales del proceso fueron desdibujadas por la exosíén de la Guerra Mundial y por los sórdidos desórdenes e invernes y compensaciones que la siguieron. Aunque están ahora a o' los instrumentos de una civilización neotécnica, y aunque no tan muchos signos claros de una integración, no puede uno decir ,':el~arr::::'1te qu- una -clc r~"i6n, 'Tl'Jr:ho menos nuestra civiliza•in occidental en conjunto, h; adoptado enteramerue el complejo XVIII.
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neotécnico, pues bltan las instituciones sociales neces?rjas y el quisito explícito de fines sociales aun para el cumplimiento tccnr' gico completo. Las adquisiciones d; la técnica jamás se regís:: automáticamente en la sociedad: requieren igualmente valiosa, in', ciones y ad~ptaciones en política, y el irreflexivo hábito de atril, a los perfecrionamientcs mecánicos un papel directo como in-: ~ mentos de cultura y civilización ride a la máquina más de lo (j ésid puede dar. Careciendo de una iuteligencia y buena volun: ~')L~
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- crítica. Primeramente, el método científico, cuyos principales adetos se registraron en las matemáticas y en las ciencias físicas, tomó posesiónde otros campos .d~ la experie~cia: el o~ganisnlo yivo ? la 1QCÍed~d humana se convrrtieron también en objetos de mvestigaciónsistemática, y aunque la labor realizada en estos sectores se vio ~taculizaJa por la tentación de conservar las categorías de pensallliento,los ruedos de investigación, y el aparato especial de la absu.•cción cuantitativa desarrollada por el mundo físico aislado, la am- ( J ¡tincióe ce la ciencia había de tener aquí un efecto particularmente :mportante sobre la técnica. La fisiología se convirtió para el sido XIX en 10 que la mecánica había sido para el XVII: en vez de que d mecanismo constituyese un modelo para la vida, los organismos IÍvos empezaron a constituir un modelo para el mecanismo. Mienuss fue la mina la que ciominó el período paleotécnico, fuero» el viñedo y la granja y el laboratorio de fisiología los que orientaron muchasde sus más fecundas investigaciones y contribuyeron a algua9s de sus inventos y descubrimientos más fundamentales de la rase aéotécnica. . De manera análoga, el estudio de la vida y de la sociedad hum¡¡-/ lIlIS se aprovecharon de las mismas tendencias hacia el orden y la claridad. En esto la fase paleotécnica había conseguido sólo dar nacimiento a las series abstractas de racionalizaciones y sustitutivos que Uevaba el nombre de economía políticar un cuerpo de doctrina qÜe 'Casi no tenía relación con la organización real de producción y 2. La importancia de la ciencia consumo o con las verdaderas necesidades, intereses y hábitos de la so<;iedadhumana. Hasta Carlos Marx, al criticar a aquellas doctrinas La historia detallada de la máquina de vapor, del ferrocarril, de "caY<5en sus engañosos verbalismos: de manera que mientras Das la fábrica de tejidos, del barco de hierro, podría escribirse sin hacer Kopital está lleno de grandes intuiciones históricas, su descripción más que una referencia a la labor científica del período. Pues todo; deHpredoy del valor siguen siendo tan pre-cientííicas corno las de estcs ingenios fueron posibles en gran parte por el método de la ~cardo.t Las abstracciones de la economía, en vez de ser cosas cispráctica empírica, mediante ensayo y selección: muchas vidas se fátlá~ Y derivadas de la realidad, eran de hecho construcciones mitoperdieron por la eXi>losión de calderas de vapor antes dc que la ~cas cuya única justificación estaría en los impulsos que provocaválvula de seguridad se extendiese, y aunque estos inventos hayan Dab ••y· en les acciones que sugerÍa~ Siguiendo a Vico, Condorcet, favorecido a la ciencia, en su mayoría, llegaron a realizarse sin su t'M:derl¡y G. F. Hegel, que eran filósofos' de la historia, Comte, ayuda. Fueron los hombres práctícos de las minas, las fábricas, los ~~te1et y Le Play crearon la nueva ciencia de la sociología; mientalleres de máquinas, los de relojería y de cerrajería o los curiosos lt.as;;:fétue persiguiendo de cerca a los psicólogos abstractos de Locke aficionados a manipular materiales y a imaginar nuevos procedí~úme 'en adelante, los nuevos observadores de la naturaleza, Bain, mientos, quienes los hicieron posibles. Quizá el único trabajo cienIIdbart, Darwin, Spencer y Fechner integraron la psicología con A tífico que afectara continua y sistemáticamente al proyectar paleoté> .H•• iología y estudiaron los procesos mentales como una función de¡1 nico fuera el análisis de los elementos del movimiento mecánico 'Comportamiento animal. . I mismo. ~ resumen, .los conceptos de ciencia, hasta aquí asociados en Con la fase neotécnica, resultaron daros dos hechos de importan. eral con 10 cósmico, 10 inorgánico, lo «mecánico» se aplicaron
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ahora a cada fase de la experiencia humana y a cada manifestaci('· de la vida. El análisis Je la materia y del movimiento, que hab' simplificado muchísimo las tareas originales de la ciencia, dejar! ahora de agotar el círculo de los intereses científicos: los hombr. fueron en busca de un orden y una lógica subyacentes que abarcanmanifestaciones más complejas. Los filósofos jonios muy anti~~;. mente había sospechado la importancia del orden mismo en la cur.' titución del universo. Pero en el caos visible de la sociedad victor. na, la original formulación de Newland de la tabla periódica COI" la Ley de Octavas fue rechazada, no porque fuera insuficiente, si; porque se consideraba que era imposible que la naturaleza dispusie: los elementos en un sistema tan regular horizontal y vertical. Durante la fase neotécnica, el sentido del orden se hizo más 1" netrante y fundamentaí. .el CIego remolino de los ?tomos ya no r' reció adecuado ru siquiera como descripción metaíóríca del univers Durante esta fase, la dura y firme naturaleza de la materia mism sufrió un cambio: resultó penetrable a los recién descubierto- il1 pulsos eléctricos, y hasta la adivinación original del alquimista acero de la transmutación de los elementos se convirtió en realidad, gr, cias al descubrimiento del radio. La imagen cambió de «materia Sl; lida» a «energía fluente». Siguiendo sólo en segundo lugar al ataque más comprensivo de: método científico sobre los aspectos de la existencia hasta aquí nadJ 11 más que débilmente tocados por aquél, estaba la aplicación ¿ireC!! . del conocimiento científico a la técnica y a la conducta de la vidj . En la fase neotécnica, la principal iniciativa procede, no del ingeniase -7 inventor, sino del c~entífico que estab!~ce la ley general: la inven~ióí. es 'm producto derivado. Fue Rey quien en sus elementos esenciale inventó el telégrafo, no Morse; fue Faraday ~IJien inventó la dina· mo, no Siemens; fue Oersted quien inventó el motor eléctrico, nO Jacobi; fueron Clerk-Maxwell y Hertz quienes inventaron el radiotelégrafo, no Marco.ni y De Forest. La traducción del conocimientO científico a instrumentos plácticos era un simple incidente en el proceso de la. invención. Aun cuando se distinguía a los inventores 'individuales como Edison, Baekeland y Sperry, el nuevo genio inventivo trabajaba sobre los materiales proporcionados por la ciencia. D~ este hábito surgió un nuevo fenómeno: la invención siste, mática y premeditada. Re aquí un nuevo material: problema: bus' 1 carIe una nueva utilización. O bien he aquí un nuevo instrumento: problema: buscar la fórmula teórica que permita producido. El cable .s, oceánico sólo se instaló cuando lord Kelvin hubo contribuido a! / necesario análisis científico del problema que planteaba. El empuje'
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Capítul,
propulsión de la hélice en el buque se adoptó finalmente sin y costosos dispositivos, sólo cuando Michell estudió el comoortamienro de los fluidos viscosos. La telefonía a larga distancia se hizo posible sólo cuando Pupin y otros, en los laboratorios Bell, lleron a cabo una investigación sistemática sobre los diversos elemertos del problema. La inspiración aislada y el buscar a tientas empíricointervinieron cada ve'¿ menos en la invención. En una se- J' ríe completa de inventos neotécnicos ~1~.:;~mien10 JIT..~ padre Jel deseo. Y cosa típica, este pensamiento es un producto coleciívo Si bien la m=uce teórica independiente. se- veía aún, es natural, inmensamente estimulada por las sugerencias y las necesidades de la vida práctica, como Carnot :''Ibía sido incitado a sus investigccicncs lObreel calor por la máquina de vapor, corno el químico, LOUISPas:eur, a la investigación oaCleliulúgica pur la situación apurada de 's vinateros, de 10~ cerveceros y cie lOS criadores de gusano; -:lo 1((}a,el hecho era que una curiosidad científica libre podía en cual-(quier momento demostra-se tan valiosa como la investigación oragmática más auténtica. En realidad, esta libertad, este alejamiento, ete aislamiento contemplarivo, tan extraño al empuje del éxito ~.áctico y al atractivo de las aplicaciones inmediatas, empezaron a Uenarun depósito general de las ideas, que se desbordó, como por InIved?J, en las cuestiones prácticas. Las posibilidades para la vida humana podían ser calibradas rar la altura misma del depósito, me~r que por la presión que la corriente derivada pudiera 'mostrar en cualquier momento. Y aungge la ciencia había sido im ulsada, desde ~nciPio, por las lleCeSidades prácticas ),Jlcr el eseo e centro_ ..!!!.lÍg1cos,casi tanto gri1zá-=~om9por_~ICI~o,jle J:if~!1,v~o _4u!'anteel SIglo XIX a actuar como contrapeso del apasionado deseo de !edUCIrtocla la existeñCia'-li -t-ér~inos de--iñinediaio provecliOj §t¡LLos cRTItificos-deptíme! oraén,-liñ-Faracray-;- un CferK=MíiXWell;Qnqibbs no se vieron afectados por las necesidades prácticas; para dIos',!! ciencia existía, como existían las artes, DOsimplemente como In~dio,de explotar la naturaleza, sino como modo de vida, deseables ~to tpor los estados mentales que provocaba como por las condiCIonesexternas que cambiaban. Otras civilizaciones alcanzaron un cierto estadio de perfección ~'!tica y en él se detuvieron: sólo podían repetir los viejos mode1óS. ILa técnica en sus formas tradicionales no proporcionaba me~os de continuar su propio crecimiento. La_~cia, al unirse a la elevó por así decido el tec~de la realiz:lci6n técnica y am_~ÜÓ".}S~ area potencial (fe_cr..!!~~to.En la interpret:¡ción y en )a apli-/ 6n de la eiencii. apareció un nuevo grupo de hombres, 0, l.~fi~ tOSCOS
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fase neo técnica
Capítulo
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/bien, una antigua profesión cobró nueva importancia. Entre el ir.· cínica que ~e había formado en el siglo XVII; pues los técnicos ten. dustrial, el simple obrero y el investigacior científico, apareció (. dían a ,C?llSlderar el 'Tlu~do de los hombres de ciencia especialistas ingeniero. de la física COID?la sección de experiencia más real, porque ocurría Hemos visto cómo 1:: ingeniería como arte se reruonta hasta l que ~ra, e? conjunto la más mensurable, y se contentaban a veces antigüeda? y de qué manera el in~eniero empezó a ~:senvolver, lnveStlg~clOn~S superficiales siempre que presentaran el aspecto como entidad separada a consecuencia de la empresa militar a partr .ederal d: las ciencias exactas. La educación unilateral. especialidel siglo XIV, proyectando fortifcaciones, canales y armas de asalre la 3; a.temda a lus hechos del ingeniero, la ausencia cle intereses huLa primera gran ~l!e¡a ideada para la preparación de ingenien man:stlcos, tanto en L escuela de ingeniería misma como en el fue la :¡;;~Q]e J:9Jytechniqu~, fundada ~n París en 1794 el~ mecii~ ¿. l::~:::::;tcen que [u.e metido el ingeniero. sólo acentuaron estas lÍl,lÍ. la. rf"JUlUC!Ón: la escuela de SaintEtienne, el Berlin Poiytechnic : UI~o~es.Aquellos 1ll~ereSe3en los C¡ue Thomas Mann en broma in. Rensselaer (1824) se crearon poco después. :::'ero fue sólo a mirac Ir UJOa su torpe mgeniero náutico en La Montaña JUgica los del siglo XIX cunndo siguieron South Kensington, Stevens, Zürich : mereses de la filosofíaL)?_ r.eliglón. id política y el amor estaban" otr~s. escuelas. Los nue".os. ingenieros tenían qllP dO~Í1:ar todos lr· Jusent.es.del r mur.do ütili,;-ri?, pe:o a largo plazo, la mg's amplia proDlem.as 9:¡e supone el der arrollo ,-l" les nu;vas maq~l1nas y obra- I ue la .e ~nomta neotccmca .mlsma habíd de tener un efecto, y y l~, aplicación de las nue~as formas de energia; la u~el:a de la ;--IC d ~st~lec:ml, nto de las .hu~amdades en el Instituto de Tecnología fesión debe ser tan amplia. en todas su~ ~a~as eSjJeclahza~as com. .~ a rma ) en el Instltu,to St~veilS fue un paso significativo para ~a ~e Leo.na.~¿o 10 habla SIdo en su pnmiuvo est..do relativarnem ~íar a brec,ha que = l:abta abIerto. ~n el siglo XVII. A diferencia mdlferenCIado._ , . a ecOn0t;tllapaleotecll1c~, que ;re~lO tal. exclusivamente a expenYc en 182) Augusto Comte podía decir: sas,de la ?:lOa, la cconcrnra .neotecr,;ca fue aplicable en tode punto «Es fácil reconocer en el cuerpo científico tal y como existe ahc . en s~cclOn del valle, tan Importante para el granjero en su bac.1 ia un cierto número de ingenieros distintos de los hombres de cier. lenoogla C0l:10 en su psicología pala el maestro" cia propiamente dichos. Esta importante clase nació necesaria-nene " cuando la T<.uría.Ji l.a..EllÍ~, que salieron de puntos distantes," } acerca.on 10 suficiente para darse la mano. Esto es 10 que hace .qUé • Nuevas fuentes de energía su estatus propio esté aún poco definido. En cuanto a las doctrine , . características adecuadas para establecer la existencia especial de J; ~ La Jase neoterrnca fue marcada, desde el principio, por la con. clase de los ingenieros, su verdadera naturaleza no puede indicars ~~a e ~na nueva forma de energía: la electricidad La magnetita fácilmente porque sólo existen sus rudimentos ... El establecimienr' ja~ prop:eclades del ámba.r cuando se frota eran ambas conocidas de la clase de ingenieros con sus propias características es de 12 POr,,: os griegos, pero el pnn:er tratado moderno sobre electricidaci mayor importancia porque esta c!:Jse constituirá, sin duda,c:l inst~· ~reII1onta al doctor John ~llbert con su libro De Magnete publi¿TIento de coalición directo y necesario entre los hombres de cienCIa
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• - fase neotécn i ea
LL~ técnica no quedó atrás de,la ciencia .. Hacia 1838 el proh« I tierras bajas de las. eras anterio;e9,Debido a los inme~sos jnt2res~s jacobi, en San Petersburgo, habla conseguido propulsar un b~~ U1vertidosen las minas de carbon, las fuentes de energía mas econosobre el Neva a una velocidad de cuatro millas por hora media- micas110 han recibido la suficiente atención por parte de los invenun «motor electromagnético») Davidson en el ferrocarril de Ed· :ores pero Id actual utilización de la energía solar en agricultura \ burgo y Glasgow alcanzó la misma velocidad; en tanto en 184'1 -alr~dedor del 0,13 po: 100 de la cantidad total de energía solar profesor Page consiguió una velocidad ¿e 19 millas por hora en : :ecibida- reta ,11 ingeniero científico; mientras que la posibilidad vehículo del fenocarril de Baltimore y Wa~hington. El arco el: deusar las diferencias de temperatura entre las capas superiores e intrico se patentó en 1~46 Y se aplicó er; el faro de D~gen:5s, In~: íenores del agua Cletilla;: 'én tos Lró15iebs·ofrece otra perspectiva para terra en 1R62. Mientras tanto. ,~ había inventado una docena I .scapar a la servidumbre del carbón. tipos de telégrafo eléctrico: hacia 1R39 Morse y Steinheil hah La disponibilidad de la fuerza hidráulica para producir energía, hecho posibles las comunicaciones instantáneas a distancias lar~." iimilmente-,cambia distribución potencial de la industria moderna utilizando alaml-res enterrados a cada extremo. El perfeccionamien el planeta entero, y disminuye la dominación industrial particular práctico de la dinamo por Werner Siemens (1886) y del alternad que Europa y los Estados Unidos ejercieron b~.;~ ,::1:~;;::::2;: 2::1 por Nicol- Tesla (1887; :~:::::;:: les ":uo J-""U~ necesarios en la su': uroón y el l.ierro. Pues Asia y América del Sur están casi tan bien t'xiÓ::. :!e! '-';'ot por la electricidad: poco después se desarrollarr: dotadas de energía hidráulica -más de cincuenta millones de C. v. la central eléctrica y el sistema de rlistribución inventados por F/ cadauna- como las otras regiones industriales y Africa tiene tres son (1882). veceslo que Europa o América del Norte. Incluso dentro de Europa 1 En la apiicación de la energía, la electricidad produjo carnbir- y lee Estados Unidos se está produciendo un traslado del centro de revolucionarios' éstos afectaron la situación y la concentración t gravedad: así por ejemplo, la hegemonía en el desarrollo hidroeléclas industrias y la organización derallada de la fábrica así C0::10 ur.. trico se ha trasladado a Italia, Francia, Noruega, Suiza y Suecia en multitud de servicios e instituciones iriterrclacionadas. Se translo: esteorden, y se está produciendo un fenómeno parecido de cambio maron las industrias metalúrgicas y se estimularon otras como 13' bacia los dos zrandes sistemas monrafiosos de los Estados Unidos. de producción del caucho. Veamos algunos de estos cambios mn' Losestratos carboníferos no son ya los únicos cimientos del poder/~ de cerca. industrÍfd. ) Durante la fase paleotécnica, la industria dependía por comple« A diferencia del transporte a larga distancia del carbón, o como de la mina de carbón corno fuente de energía. Les industrias pesac.¡' :1 vapor en la distribución Iocal, la electricidad es mucho más fácil se vieron obligadas a instalarse próximas a la mina misma, o a rne de transmi.ir sin gra~es pérdidas de energía y_ co~;os_altos~ Los dios baratos de transporte, por canales o ferrocarril] La electricidad. os e tateñSí6il' e corrientes alternas ueden cruzar las-monpor otra parte, t'Jede _generarse con la energía de ~ero lañas por donde no asan a n:n 'n ve íc o, una vez instalada la de fuentes: no solament~n, sino la rápida corrierrredd río ener ía eléctrica a tasa e eterioro es aja.lA emás, a electricidad i~s de J®la, el estuario de marea fuerte pueden uti izarse para t$-fácilmentc convertí e en vanas ormas: 1 motor, para realizar \ -ello; así también l2srayos directos d~sol (7.00~ C. V. ÍJ?r acre) QIl. trabajo mecánico, la lámpara eléctrica, para alumbrar, el ra~iador para los acumuladores sotares que se nan construido en Egipto: ,le cléctrico, pa.a calentar, el tubo de rayos. X y la luz ultravioleta, mismo el molino de viento, cuando se le acoplan acumuladores elec- pUa penetrar y explorar, y la célula de selenio, pata realizar' el tricos, Las zonas montañesas inaccesibles, como las de los Alpes, el 'ntrol automático>Si bien las dínamos pequeñas son menos eficienTirol, Noruega, las Montañas Rocosas, el interior de Africa, se con- ~ que las grandes, la diferencia entre ambas, en cuanto a rendimienvirtieron por primera vez en potenciales fuentes de energía y en [u- 10; es mucho mayor que entre la máquina de vapor pequeña y la .gares potenciales para la illdustna moderna: ~a captación de, la " de. Cuando puede utilizarse la turbina hidráulica, resulta clara energía del agua, gracias a la eficiencia suprema e la turbina hidrau· _¡ventaja de usar la electricidad con gran eficiencia en todas las lica, que rinde al 90 por 100, abrió nuevos recursos y nue~as zonas' ensiones y capacidad de trabajo: si no existe carga hidroetática de colonización, zonas más irregulares en cuanto a topografía y con "fiC'Íentel"1ent~grande pata lucer ['mcioLl'.r G!1 potente al remedo. b;cut;r,:::11 mns ....nas ":c r:~ima qr e los feudos de ios valles y 1.1. ..puede, sin embargo, conseguir un excelente trabajo en una pe-
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la fábrica según las necesidades.
queña instalación industrial, como una granja, aprovechando un ar: yo o una corriente de agua y utilizando sólo unos cuantos cabal: de fuerza, y mediante un pequeño motor de gasolina puede 3St. rarse una operación continua a pesar de las fluctuaciones esta, nales del caudal de agua. L2 turbina hidráulica tiene la ventaja, ser automática: una vez instalada, los costos de producción scn c. nulos, ya que no se necesita ningún fogonero o asistente. En le e se refiere a las g-audes centrales productoras de energía hay o:: ventajas. No toda la energía ha de ser absorbida por la zona 10,. mediante UI: sistema de estaciones enlazadas, la energía sobr. puede transmitirse a grandes distancias, y en el caso de una JI,·: en una de las centrales el suministro podrá continuar dando F a la corriente de las instalaciones asociadas.
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de motores su-
imi6 las corr-as que quitaban luz y disminuían la eficiencia, y ::6 el camino para 13 nueva disposición de las máquinas en uni-
'es funcionales sin tener en cuenta los árboles de transmisión y naves de la fábrica a la antigua. Cada unidad podía trabajar según IU propia velocidad, y arrancar y parar según sus propios requeríienros, sin pérdidas de energía para el funcionamiento de la fábrica dl conjunto. De acuerdo con los cálculos de un ingeniero alemán, edo esto había incrementado la eficiencia en un 50 por 100. En de se trataba de grandes unidr-ies, la atención automática de 's máquinas mediante grúas móviles resultó Séi'c::illo. Todos estos rfeccionamientos han llegado a realizarse en los últimos cuarenta mas, y no es necesario decir que sólo en las instalaciones más adelintada:; se han logrado todos estos reíinamienros y econo-nías en lis operaci ones. 4. El desplazamiento del proletariado L Con el uso de la electricidad,. como ha señalado Henry Ford, pe-jueñas unidades de producción pueden, sin embargo, ser utilipues la administración Los centros productores típicos del período paleotécnico est11~.'· das por grandes unidades de administración, eficiente depende de llevar un registro, de planificar, de disponer afectados de gigantismo: aumentaban de tamaño y se aglomerabr dirigir el orden de una serie de operaciones, de la comunicación, y sin intentar adaptar la dimensión a la eficiencia. En parte esto -: debió al defectuoso sistema de comunicación que precedió al telé no necesariamente de una inspección 10cal)En una :>alabra, el tamaño fono, y que limitó la administración eficaz a une sola instalación r de la unidad productiva yr. no está deté'rm::1ado por los requisitos klcales o de la máquina de vapor o del personal de dirección: es hizo difícil dispersar las diferentes unidades, se necesitaran o no tí un mismo sitio.¿Tambiéll se vio favorecido el hecho por las dif¡ct!~ una función de la operación misma, Pero la eficiencia de las pequeñás unidades funcionando con motores eléctricos que utilizan corrientades de producción económica de energía con pequeñas máquiru de vapcr: 'por ello los ingenieros tendían a acumular el mayor mí te o bien de turbinas locales o bien de una central ha concediJo la industria en pequeña escala un nuevo arriendov' sobre una base mero posible de unidades productoras sobre un mismo árbol de transmisión, o al alcance de la presión del vapor a través de tu puramente técnica puede, por primera vez desde la introducción 1 motor de vapor, competir en condiciones de igualdad con uniberías lo bastante limitados como para evitar las pérdidas por c"n· densación excesiva. ~l funcionamiento de las diferentes máquina! ~('S mayores. Incluso se ha hecho posible la producción casera tampor un solo árbol de transmisión hizo necesario situar las máquinas lién gracias al motor eléctrico, pues aunque el molino doméstico de a lo largo Je dicho árbol, sin adecuado ajuste a las demandas topoo sea menos eficiente, desde un punto de vista puramente megráficas del trabajo mismo:)se producían pér-lidas por ~~icciónen icé>, que los grandes molinos de harina de Minneapolis, permite las correas de transmisión, y la jungla de correas creaba verdaderos ~ mejor cronología de la producción y las necesidades, de manera peligros para los obreros: además de estos defectos, los árboles Y las ~ ya no es necesario consumir harinas blancas tamizadas porque correas limitaban el empleo de grúas para el transporte local. ra$' harinas integrales se deterioran más rápidamente y se corrompen ~a introducción del motor eléctrico produjo una transformación llevan demasiado tiempo molidas antes de venderlas y usarlas. dentro de la fábrica misma. ues creó flexibilidad en su diseño:)no 'a' ser eficiente, la pequeña instalación no necesita estar funciosolamente pudieron colocarse las uru a es m VI U es onde se do continuamente ni tampoco producir cantidades ingentes de necesitaran, y no solamente pudieron diseñarse para la labor par-: tentos o artículos para un mercado lejano:)puede responder a la ticular requerida. sino que la transmisión directa, que incrercentó "anda y la oferta local; puede actuar sobre una base irregular. yc la ~fiC:lC:if\ del úl0~('l, también hl7.o posible modifica; la planrs mi.'rTI'> eJos gastos generales de personal permanente y de equipo son
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de energía, más est ...echa adaptación de los medios a los mejor regulación de las operaciones, son las nuevas marcas 1 1; una industria eficiente. Hasta donde puede llegar la concentra,:60, se trata el' general de un fenómeno de mercado, más bien L Come elemento de una industria nOrInalizada en gran e'(:" ~It de récnica: promovido por financieros astutos que ven en la fabricando productos para un illei'c8do continental, la fáhic~ ;:;u¡ organización un mecanismo más f~Lil para sus manipulaciones ña puede ahora soorevivir>..«N'.l interesa», como dice Hen,'v ) :c crédito, pora su inflación del valor dd caro tal y pare sus controles «centralizar la fab~'icaciórY'á r.ienos que resulte económim 'S: ¡ onon"lictQ, otros, por ejemplo, centrásemos toda nuestra industria e" n. ~ cc::rral de energía eléctrica no es solamente la fuerza rnotendríamos que emplea. unos 6.000.000 de personas ... Un 1'''' 1:3 de la -tecnología: es asimismo quizá uno de los ·produc· IO que se utiliza en todo el país deoería fabricarse por todo el . ;-S":aíeSmás característicos. Porque es en sí una demostración con el fin de distric::ir el poder adquisitivo más equitativ.nr. ~ ese completo automatismo hacia el cual, como han P'"oo"Jo hábilDurante muchos años hemos ce!"'l1irloIn nolítiril rlf' fabr:.lr e,' -ente Fred I: ...ll~;"'~-.~v~~ y' ':7:~:::':!?,:,!~Jr(""\P tipode nuestro moderno tros departa':.lentos todas las piezas Cjue ;"~~ ~r~,:,c::, ,lO'. . .. 2:>. de producción. Desde el movimiento del carbón desde el la zona a la que servían. Un buen f~bricante que se convierte' 'I~ón de fer:-ocarril o la barcaza, mediante un;- ,grúa móvil, accioespecialista controlará de cerca su producción y debe pretc: "aa por un solo hombre, hasta la carga del carbón en el horno pOi a un departamento». Ford dice también: «En nuestra primera c. ~:ilimentador mecánico, la maquinaria automática ocupa el lugar rimentación ... pensábalT'0s que debíamos tener hs diversas seee -!eo;,¡ilienergía humana: el trabajador, en vez de ser una fueme tranes de máquinas con su ensamblaje y asimismo el ensamblaje (,. • 110, se convierte en un observador y regulador del funcionamiento todo ello bajo un mismo techo, pero al aumentar el ccnocirnic-: .:las máquinas, un supervisor de producción más bien que un agenaprendimos que la fabricación de cada pieza era un asunto sepel:.,: ivo. En realidad el control directo del obrero local es el mismo por sí mismo, que det2ria realizarse en el lugar más adecuado v ¡;... í la sección de ensamblaje final podía estar en cualquier sitio. E' rincipio que el contrcl a distancia de la dirección misma, que nos dio la ptlmeraprueba de la flexibilidad de la producción n: . rvise mediante informes y diagramas, la corriente de energía derna, así como la indicación de los ahorros que se podía hacer: J m~rcancías a través de toda la fábrica. reducir el transporte necesario.» Las cuali.dadeLqll.e.....ne..~_e.s.it¡u:Lnu~vo __t~~b.aj~dor son viveza, inIncluso sin el empleo de la energía eléctrica los pequeños tell!,·. ~'una inteligente comprensión de las partes deTa'sopera-éiones: res, debido a algunos de los datos citados, han sobrevivido en c. '.céve, ¡dciJe ser un mecánv:o compIctotmáSbien que uno -espemundo entero, desafiando las confiadas esperanzas de los primero' o. Excepto e completo automatismo, este procedimiento es economistas victorianos, que se asombraban ante la eficiencia meeligroso para el trabajador, pues un automatismo parcial se cánica de las enormes fábricas de textiles: con la electricidad, 1.1' e• .':alcanzado en las fábricas textiles de Inglaterra hacia los años ventajas del tamaño desde cualquier punto de vista, excepto en ;.. "sin ninguna gran liberación del espíritu humano. Pero con el sibles operaciones especiales corno la producción de hierro, se ha.w: ~tismo completo la libertad rlp movimiento e iniciativa volví" problemáticas. En la producción de acero partiendo del hierro VlelO a pequeña parte dl.. la fuerza de trabajo original necesaria ahora el horno eléctrico puede emplearse económicamente l-
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má: allá de los métcdos empíricos del pasado usados, por ejemlos gases del alro horno como combustible, no llegó hasta !r plo, en la destilación y en la manufactura de jabón estaba limitado más tarde.) por el pl1S0de IJ ciencia misma. La química no sólo tuvo una parTodas las industrias ncotécniccs que fabrican productos C( ticipación relativamente más amplia en cada fase de la producción tamen;e estandarizados, tienen corno meta el automatismo ~:, industrial desde la metalurgia hasta la fabricación de la seda artioperaciones. Pero, como señala Barnett, «el poder de desplazami ,. , 1 ' • U 1-' b ficial, sine que las industrias químicas, por su propia naturaleza, de 1~_Q1::.ql1!nns varia muc.nstrno. n 10m re con una ap.;..l~" presentaron los rasgos 'leo técnicos característicos una generación 'depiedra pUede producir tanto como cchol'fOlTltl1'es'- trabaian.' antes qu~ la industria mecánica. En esto las cifras de Mataré, aunriiano. Un hombre en la m-iquma d; botellas semi-automática r·. que tienen una generación de antigüedad, son aún significativas: en .' producir lo mismo que cuatro sopladores a mano. un iinoticisi. las industrias mecánicas avanzadas sélo el 2,8 por 100 de todo el I la máquina puede componer tan.o como cuatro cajistas a mano personal eran técnicos: en las industrias químicas a la antigua, como máquina para fabricar botellas Owens en su último modelo. t.. lss fábricas de vinagre y ias de cerveza los técnicos eran el 2,9 por la misma capacidad de producción con un solc obrero que 18 ,n° 100, pero en las más recientes industrias químicas, tintes, productos ~ dore, a mano». A lo que se puede añadir que en la central 3\1i{" smiláceos, fábricas de gas, etc , eran tecnicos ei 1,1 pur 100 del pero I tica c"? teléfonos l.l número de obreros se ha reducido en u;'. po; 100 aproximadan.cntc. y que er: un-ª-libricLde. ..textiles arneri., sonal. De forma análoga, los procedimientos mismos tendían a ser un solo obreropuedeatender a 1.200 husos. En tanto la forma r ~!lJomáti~'2§Jy. el porcentaj~··ª.e_~ráf)ajadoreseITlpl:acl0 era menor que mortífera, de labor sin variación, a ritmo acelerado, hecha a pede¡: ~§~L.en.Jª-L!ndustrla2-11.v~!}zaª-a~~:.Qün¡¡(~uinaria, mientras ':lue los aún sigue en tantas industrias llamadas adelantadas, como la k /obreros que las supervisaban debían tener capacidad _ similar a los ~~~~rT_uml2.td~ de montaje de los autos Ford, una Jqrgia'C!e tra!' de los cuadros de control a distancia de una ctntraf generadora de t'al} deshumanizada y tan atr ..ssda como cualquiera de las pracr: energía o de un barco de vapor. Aquí, en la industria neotécnica en peores procedimientos de n,anufactura' del siglo XI": general, l~.pr.9gr~s()~ eDJa producción incrementan el número de ::-:-ent;:ir;róe¿~oes -cierto, ell~industrias verdaderamente_ :,eoté:nic técnicos capacitados en el laborarono y disminuyen el número de ( y en sus procedimientos el trabajador ha s:do casi el1minado. , ~» eI-;::'J~Jábrica. En breve, se pres-ncia en los procedimientcs . La producción de energía y la, maqumas -automáticas han c' químicos -aparte el empaquetado y envasado Enalesel cambio :Ujn~idO continuamente la imp~rtancia del obrero. en la producc-' general que caracteriza a toda la auténtica industria neo técnica :. el obre . ,idesj.Jlazamiento del proletariado. ( fabril, .-Entre.....12.19 y 1929, dejaron fuera ¿9~¡IIone.Ldc_ ~l!JQLEstades U;rdos;"niientras la producción misma en realirl!: Está claro que todos estos beneficios en cuanto a automatismo aumentó. Menos Ge una décima parte de la población de los Estad,' Y"energía no han sido asimilados por la sociedad; volveré sobre el Unidos es suficiente para producir la mayor parte de sus productC' problema aquí apuntado en el capítulo final. manufacturados y sus servicios mecánicos. Benjamín FlaI!!4in ente: r día ~e~ su tiempo la extensión del trabajo y la eIlminación c~ las clases OClOSaU~!:IE..IE.ríarlq¡¿e...tgda, Ja P.!.Q911s:ci§.11 necesaria ~ pudiera realizar co;, ü;' ~:':~uto anual .:!¡: cinco hora" diaria.s1: obtero. Incluso con nuestro vasto incremento en lOs niveles-de con ~"'~ . 9" mismo que uno asocia el viento y el' agua de la economía -;umo, tanto en máquinas intermedias y en obras como en producl'~ ~,técnica con el uso del vidrio y de la madera, y el carbón del peterminados, un fragmento de este tiempo bastaría probablemente :;~do¡paleotécnico con el hierro, la electricidad aporta al amplio uso para una industria neotécnica, si estuviera organizada eucientemente cW~üstrialsus propios materiales específicos: en particular,.ms nuevas sobre una base de producción continua y de jornada completa. ateaciones, las materias térreas raras Y los metales más ligeros. . , . Paralelamente a los adelantos de la electricidad y de la metalur· trrlSJ:tlotiempo, crea una nueva sene de' <;ompuestos SIntétlcoS que gia a partir de 1870 se realizaron los progresos en la química, Er ~pel, al vidrio 7 a la madera: el celuloide, la vulcanita, verdad. eJ ~ur(ú de les inrh::sttiao químicas después dI' 1R70 es un<' Sl!s~en bakeliia y las fti;inasSlrotetJc¡:S;~ p¡~p;e;!:;,ks '~rcc1a!es de de los signos determinantes del orden neotécnico, puesto que el avar. o
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irrornpibilidad, resistencia eléctrica, impermeabilidad a los 3ciclo< elasticidad ,~ _Entre ~s me!~es, la electricidad concde un galardón a aquel: que presentan un alto grado de conductibilidad: el cobre v el ,1:' ¡ninjo',~ Teniendo en cuenta la secci6n 'ercobre conduce d~s \W mejor que el aluminio, pero considerando el pese el alumino e, e perior a cualquier otro metal, incluida la plata mientras que " hierro y el níquel son prácticamente inútiles excepto cuando se ' qcere resistencia, como por ejemplo en L, calefacción eléctrica, Qt';, el. ~l más caracterfgi(:~H:!.1~!1_~e neo técnico sea el aluminio, pues (, descubiertñ por -el Janis Qersted, uno de los primeros fecundos C' perirnentadores de la electricidad, en 1825" aunque fue tenido 1'1' una simple curiosidad de laboratorio durante todo el alto pcrío.' paleotécnico. E~,~::, ~C3C, la uécaáa que VIO el inve-ito del cine \ . descubrimiento ¿~las ondas hertzianas, no se tornaron las paten., para la producción comercial del aluminio. No debe uno asombrar-. del lento desarrollo del aluminio: para el procedimiento com.rci.. de extracción depende del empleo de grandes cantidades encrcí. eléctrica, El costo principal del tratamiento del mineral de alumin: por el procedimiento elecuolítico es el empleo de 10 a 12 kilovatio,! hora de energía por cada libra de metal producida. Por ello la i;' dustria se debe valer de ui.a :;,¡ente económica de energía eléctric, I El aluminio es el tercer elemento en cuanto a abundancia qr.. se enc~e'il!aCorteza ~rrestre, srgwendo\~ oxígeno y al silicio pero actualmente se fabrica principalmente con el sesquioxído hidr« tado de aluminio, la bauxita. Si la extracción del aluminio de la a: cilla no es factible comercialmente, n-idie duda que es posible ql:" se encuentre un medio efectivo, por 10 que el suministro de alumi: nio es prácticamente inagotable, cuanto más :,orque su oxidación lenta permite a la sociedad acumular regularmente CM reserva de chatarra de ese metal. Todo este desarrollo ha tenido lugar en un plazo de poco más de cuarenta años, esos mismos cuarenta años 9ue vieron la introducción de la: centrales Je energía eléctrica y las lOS' ialacioncs de motores múltiples en las fábricas, y mientras la pro' ducción de cobre en los últimos veinte años ha aumentado un buen 50 por 100, la producción de aluminio durante el mismo período lo ha hecho en un 316 por 100. Todo, desde las estructuras de las máquinas de escribir a los aeroplanos, desde las cacerolas para guis::: hasta el mobiliario, puede hacerse hoy con el aluminio y sus fuerte, aleaciones. Con el aluminio ha 'nacido una nueva norma de ligereza: se ha eliminado un peso muerto de todas las formas de locomocién. J hs nueves vagones de aluminio para .los trenes pueden alcanzar
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fase .icotécnica
~ayor velocidad con n;enor F:odu;ci?n dre energía. .Si uno ,~e los. ndes logros del penado p21eotecD1~<2 :~ la transtormación di ~~cas mjquinas d~ l~adera en las ~1ás fuerte: Y,precisas de ~ierro !.TZ :iDa de las tareas principales del período neotecmco es cambia:' 1 s :saáaS formas de' hierro por las más ligeras de aluminio Y lo • nts;nü que la técnica de k energfa hidráulica v ~a electricidad n.vc 1 efecto en la reorganización incluso del consumo de carbón v de J producción de vapor de las fábricas de energía, la ligereza del tluminio es un reto para que se llegue :1 un más cuidadoso y preciso ~seño en aquell.is máquinas v obras que aún utilizan el hierro y el "!Cero,El tamaño exagerado r;c: las dimensiones normahzndas. con 'llIl excesivo f~::or de seguridad basado en una juiciosa tolerancia ,lOr ignorancia no '1" nuede consentir en el diseí.. más ¡,; ,,,-:lnn de os aviones, y los cálculos de. ing"n;~,',.., ~'"""~~'2 :_" ,1,.,I,n C~nl'-'''nte .•repercutir en el diseño de puentes. grúas y construcciones de acero: de hecho esta reacción ya es evidente, En lugar de constituir una felizdistinción lo grande y lo pesado, estas cualidades se corisiucran ¡~ora como desv-ntajas: Ja ligge~_ y la calidez son las cualidades ~tes de la era neotécnica. -El uso __de.J.gs metales raros y de las tierras metálicas es otro !Vancecaracterfstico de esta (aoe: t~nJ:ªlo, tungsteno, torio y cerio ,.~ las lámparas, iridio y E,!?tino en los puntos de contacto mecáIlleo -las _}Juntas de las pTtlmas estilográfica s o los enganches de 1·~del!1ª-@r~s-2ostizasel- níquel, tungsteno, vanadio, manga~o y cromo en -=el acero, (Él seleniq, cuya resistencia eléctrica varía llversamente con la intensidad dela luz, fue otro metal que lIt>gó 1 ~er ampliamente ysado con la electricidad: los c;ispositivos de reCUentoautománco y el sistema de abre-puertas eléctrico son arnbcr p<>siblesgracias a esta propiedad física, ,Como resultado del experimento sisternánco eu metalurgia tuvo ~ai con esto una revolución comparable a la ocurrida cuando s., carn:bi'ódel motor de vapor a la dinamo, Pues lQ.s metal~':.il~u.~ un lugar eSi~ecial en la indu~tria, y su uso cuidadoso tien~:a.fomentar hábitos de economía hasta en la explotación de mi~aIe's más comunes, Así la producción de acero inoxidable reduátla erosión del acero y se añadirá al metal que merezca ser sal~. del montón de chatarra, El suministro de acero es tan grande 'Ju:conservación por fin se ha hecho tan importante que la mitad l¡t'carga de los hornos de hogar abierto en los Estados Unidos es tatra, y el procedimiento de hogar abierto cubre el 80 por 100 la P!(yj'lU:iórt nacional de ~r:ero, Los elementos lJ"v~, rnucl. s ¡los cuales no se descubrieron hasta el siglo XIX, dejan de ser
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curiosidad O tienen, como el oro, un valor decorativo u honor¡ su importancia care-e de proporciór- en absoluto con su can::: El significado de las cantidades minúsculas -lo que observar, también en filosofía y en medicinaes característica de la mc..: gia y la técnica de esta nueva fase. POdría decirse, con énfasi, ;: mático, que la paleotécnica tenía en cuenta sólo las cifr~s' izquierda de la decimal, mientras que la neotécnica Se prcccu¡. las que están a la derecha. Hay además otra consecuer.cia importante de este nuevo c plejo. Mientras ciertos productos de la fase neotécnir-i corro vidrio, el cobre y el aluminio, existen como el hierro en gran; cantidades, hay etros materiales importantes -asbestos, rnic», , baIto, radio, uranio, helio, cerio, molibrleno, tungstenoque I .:::;,:;:,:::üi¿¡~:áii·l,::üte raros, o limitados en su aisrribuci6n .. La 1111(;1, , ejemplo, tiene propiedades únicas que la hacen indispeñsáb;" er 'industria eléctrica: su regular división en láminas, su gran fb: lidad, elasticidad, tra[,s.tJarpncia, no conductibil~dad del calor \ la electricidad y su resistencia general a la descomposición la C0~ vierl..eJL~lL~Lm.eio..L1lli!!~.~.~al,.2.0~ibl~._.QaI~_ndcn~.ª~19re.~de radie JllilgnetQ~L];mi.fu§.Y- ,911'9S instrumentos necesarios, pero aunque es., distribuida CGn bastanteamplltu:"''1iiiy_pili1es im~tal1tes dé la tier~. r;ee carecen por completo de ella. @ mangapé.SO, uno de los r'l; importantes metales de aleación para producir acero duro, está c..» centrado principalmente en la India, Rusia, Brasil y Cos.a de Ore en Africa. Del tungsteno, el 70por 100 proceoe de América de' Sur y el 9,3 por 100 de los Estaclos Unidos; en cuanto a la cremita casi la mitad del suministro actual viene de Rhodesia del Sur, e: 12,6 por 100 de Nueva Caledonia, y el 10,2 por 100 de la India El suministro de caucho esta asimismo aún limitado a ciertas zona, tropicales o sub tropicales, sobre todo Brasil y el archipiélago rnalayo ' Obsérvese la importancia de estos hechos en el esquema de la corriente mundial de productos. Las industrias eotécnica Y•.paleotéc; \ nica pudieron ambas desarrollarse dentro del marco de la sociedad europea: Inglaterra, Alemania, Francia, los países guías, tenían suficiente suministro de viento, madera, agua, caliza, carbón, mineral de hierro; así también los Estados Unidos. Bajo el régimen neotécnico su independencia y su autonomía han desaparecido. Deben orga· nizar y salvaguardar una base de extensión mundial de suministro, o correr el riesgo de quedar desprovistos y recaer en una tecnología más baja y más tosca. La base de los elementos materiales en la nueva industria no es nacional ni continental sino planetaria: esto es .ibuaim.;nt.; cierto, naturalmeme, por lo que se refiere li su he-
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da científica y tecnológica. Un laboratorio
en Tokio o Calcuta formular una teorís o llegar a un invento que modificará por pleto las posibilidades de vida de una comunidad pesquera en ~ruega, En estas condiciones, ningún país y ningún continente ede encerrarse tras una muralla sin hundir la base internacional c:sencial de su tecnología: así peles, si la economía neotécnica ha de ! lChre.YiYiLJlº.)i~ne otra alternativa que -o~~añlzar-Ia--indusüia y su ~lltiCl sobre una base a escala mundial. ::::1 aislamiento y las hosn.idades nádüñales son unas formas voluntarias de suicidio tecnoló~ro. La distribución geográfica de las tiprras y de los metales raros c'asipor sí mismos establecen este hecho. Uno de los mayores adelantos r-eotécr-icos está asociado a la utilizaciónquímico del carbón. El alquitrán, que fue un día el desgra.;~~u desecho del tipo palec.ecnico de horn('\ ti" rnr;llp rlp rolrnena se lUl!V;d;Ú e.u uua Üllj,;U<~';"~': ~.. ~nte de riqueza: de cada tonelada u-: carbón «el horno de productos derivados produce aproximadamente 1.500 libras de coque, 1U.600 pies cúbicos de gas, 12 galones' de alquitrán, 25 libras de sulfato de amonio y cuatro galones de aceites ligeros». Gracias ~l análisiLdel __~l9.uLtrán mismo el químico ha producido un gran número de.nuevas.rnedir+nas, tintes, resinas-y~tLpetf.1lmes. Con los adelantos de la mecanización, ha tW.clidoa proporcionar' una mayor libertad frente a las condiciones locales, y los accidentes del suministro o los caprichos t1e la naturaleza: aunque una plaga de los gusanos de seda pudieron reducir l~ producción de seda natural, la seda artificial, que se creó por primera , vez con éxito en los años ochenta, podría ocupar parcialmente su Jugar. " Pero mientras la química se dedicó a imitar o reconstruir lo orgánico -iró!1icamente su primer gran triunfo fue la producción por WphIer de urea en 1825ciertos compuestos orgánicos por pri~era vez se hicieron importantes en la industria: por 10 que no ~,üéde uno sin gran restricción aceptar la caracterización de Sompart de la industria moderna como la supljtación de los materiale~'~orgánicos porlo;;lnorgánicos. El mayor e dichos pro~G5(;r;;, ~uclw; con-eI-cfu-élos mdlos del Amazonas, en el siglo XVI haoían fabricado caizado, ropa y bolsas de agua caliente, por no decir n'a>dade las pelotas y las jeringas. El desarrollo del caucho es exactaÍite contemporáneo del de la electricidad, aun si el del algodón en Europa occidental es exactamente paralelo al de la máquina de y,apor, pues fue el aislamiento por Faraday de la bencina, y el ern~lco ulterior de la nafta, los que hicieron posible su fabricación en 199ares distintos de su erigen. L0. mill::rle~ U3:,,~ c!t:l ~an:::h(' par~ _e
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_I'l::terias ai~~tes, .para los discos de Jqnógtafo, para los neumát!( para las suelas y los tacones CIelos-zapatos, para la- ropa imperlllC,! , Energía y movilidad par- accesorios nigiénicos, para los guantes del cirujano, par, ~&,~elctas que se emplean en el juego, le confieren un lugar úniu Siguiendo en el segundo puesto en cuanto a importancia <,1 desG",v ,/la vida moderna. Su elasr'cidad e imperr,1eabilidad y sus CL:8Ji(!,. \UoriruicntodeIa electricidad estuvo el p~rf~C-º-QDªmieDto de la rná' aisladoras lo convierten en un v..aliO.5CLSustituto,en ci-nes caso., ;urna de vapor y del motor de combustión interna. A finales del la 5lwt.-deLmetal y del vidrio, a pesar de su bajo punro de tu, Ilg10XVUC el doctor ,.E ra SI IJllS Darwin, que anticipó tantos descubriTI caucho consti~uye uno de los grandes materiales importante, r :¡¡ientoscientíficos y técnicos del siglo XIX, predijo que el motor de la industria, y el caucho regenerado en los Estados Unidos, "'.C ;vmb·:otióninterna sería más útil c:;ue el nJotcii-rie-V'apol:'para resolI Zirnmerman, formó del 35 ai )1 por 100 de la producción rotn. :-er el PL0h]pñ-¡adel vuelo, :El petróleo; que era conocido y u .ilizadc caucho entre 1)125 y 1930·.1R!'.:ffipt~2.e 19s tal101...Y_qñas de ;, • jlOtlos antiguos, y que utilizaron los curanderos de las tribus indias y de azúcar para L:"ricar mat~ria1~Lc;le.construcción cornpur-o. le !,~érica como medicina, fue extraigo por pozos perforados, Ci1 para el p-a~jjustra otro principio: el intento de vivir del aoon. , 1859, po; pflmera vez en el período moderno: después de eso fue I energía corif'nte en JI'~1r de vivir del c~nit~l f'n {"rn"" .-1.0 .; •.1_ I ;p¡aamcnte explotado. El valor de los productos destilados más lider-vsiros d- minerales. geros como combustibles sólo fue igualado por los aceites más pesaCasi todas estas nuevas
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hizo elevarse este porcentaje hasta el 41,5. Cuán rápido fue el ;! otora privada estaba hecha para rodar por las antiguas carreteras lanto en la eficiencia, puede calibrarse por d consumo medio de c., orientas o las de macadam que habían sido construidas para el bón en las centrales eléctricas: bajó de .3,2 libras por kilovatio h, . (tIJiIUO y d carro, y aunque después de 1910 estas carreteras fueron en 1913 a 1,34 libras en 1928. Estos perfeccionamientos hici.: (flSanchadasy el hormigón sustituyó a los materiales más ligeros para posibles la electrificación de los ferrocarriles incluso en donde no ' superficies, el tipo de las líneas de transporte siguió siendo el podía disponer de energía hidráulica económica. :nismoque en tiempo pasado. Todos los errores que SP. habían coEl motor de -'¿¡¡PQC y_el de combustión interna compitieron t ~ ~rrdo durante el período de construcción del ferrocarril se volvieunácarrera uno al lado d~ otro:en 1892:~ti1izando un modo r i ron a cometer otra vez con este nuevo tipo de Iocomóvil. Las prin,..;o..,~~¡c:~:-·:l:,,--,.~~h~l;;~~-::· "~-~'''Y~~ .i., 1 ., dee aí u •...•..•..•..•....•...••...••...••.. u.•..• a compreSlon aIre so 1am..... ~ ,ipab carreteras cortaban por el centro de las ciudades, a pesar de ~;c:~el inventó un tipo mejorado de motor de explosión Je JCe f.¡ congestión, de la fricción, del ruido y cie los pe1;¡;HJs de esta anpesado que se ha construido en unidades de hasta 15.000 cabal! tigua práctica paleotécnica. Al tratar al motor únicamente come un C'w'o en la lustalación de Hamburgo. El desarrollo del motor , I objeto mecánico, sus introductores no intentaron acompaña.lo de combustión interna más pequeño durante los años ochenta y novcr ! bras apropiadas que pudieran dar vida a sus potenciales beneficios. fue .gualmenre importante para el perfeccionarr:iemo (;ei aurou., Si alguien hu1;;ieta preguntado a sar.gre ria -como sugir io ei y del aeroplano. erofesor MorrisCohen-ssi esta nueva forma' de transporte merecía El transporte neo técnico esperó por esta nueva forma de enerci rSacnfÍc:o anual de 30:000 vidas en los Estados Unidos solamente, en la que todo el peso debía estar representado por el cornbustil-' ~_t.llo_haora¡:Hde los heridos y los mutilados, la respuesta hubiera mismo, en vez de llevar, como la máquina de vapor, la carga ad lido, sin ni:1g~I!_'!..._ duela, n,? Pero el automóvil fue lanzado al mercional de agua. Con el nuevo aULomóvill la energía f el movimien« edo con un ritmo acelerado, por los hombres de negocios y los y'a no estaban encadenados a las vías del ferrocarril: un vehículo pe industriales que buscaban perfeccionamientos sólo en el terreno de día via};r--tap ..rá2ÍQ.¡lm~lj"~ecomouñ-trell: \ vez más \ la unid.u: :mecánica, y que no tenían disposición para inventar en otros menor- era tan eficiente como la -illaSgrande. (Dejo cfe--láclo el Pi0pJá~t$·. Benton MacKaye ha demostrado que el transporte rápido, bletñ:lreéi-iTco de~~--~~~--aceite-como r:ombus~ible la máquina d f[apsporte seguro y el movimiento de los peatones, y una consvapor no habría podido competir con el motor de combustión in micción bien pensada para la comunidad constituyen las partes de > terna, y si no podrá, con una forma mejorada y simplificada, volver oO':mismo proceso: el 'luto exigía para el transporte a larga di sa entrar en la carrera.) ~Cia una carretera sin ciudades, con estaciones para la entrada y Los efectos sociales del automóvil y del aeroplano no empc aalida:, a intervalos regulares y con pasos elevados y subterráneos zaron a hacerse notar en gran escala hasta alrededor de 1910: el el cru-e de las carreteras de mayor tráfico: de manera análoga, vuelo de »l:!riot a través del Canal de la Mancha en 1909 y la in~l transporte local, exigía la ciudad sin carreteras, en la que troducción a~I coche barato producido en grandes series -por-Henr\ ~na comunidad se viera cortada por arterias principales o invaFord fueron los puntos significativos cruciales. ,~p'or el ruido del tráfico que la cruza. Pero 10 que ocurrió en este caso, desgraciadamente, es lo que . !\~ desde el punto de vista de la velocidad misma, la solución ocurrió en cada sector de la vic::t industrial. Las nuevas máquina~ pende solamente del ingeniero de automóviles. Vi1 auto capaz ~ieron, no sus pmpios., r :1es sino el patrón dejaéIopÚ)as rrer a cincuenta' millas por hora en un sistema de carreteras anteriores estructuras económicas y técnicas.'. 1 ren e nuevo coche elaneado es un auto más rápido que otro que pueda correr a - con motor era llamado un cocFie caballos no tenía ningún otro :!n1illaspor hora, en medio del barro y la congelación del trápunto de parecido sino el hecho que andaba sobre ruedas; era una (le una red de carreteras anticuadas, y reducido a una velccidad locomotora de alta potencia, equivalente a la de cinco a cien caballos inte millas por hora. El régimen de velocidad de un coche en de fuerza, capaz de una velocidad segura hasta de sesenta millas por rica, así corno su potencia, tienen poco que ver con su rendihora, y en cuanto se inventó el neumático con urdimbre de cordel, io "real: en resumen, el automóvil es tan ineficiente sin sus obras C,Jll un radio Je «rucero diario r:b C0S a trescientas millas, Esta 1,,piadas como lo serfa. la central eléctrica si los hiles conductores nn'
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fueran de hierro en vez de ser de cobre. Desarrollado por una SOl dad Un preocupada por problemas puramente mecánicos y soluck. puramente mecánicas -determinados estos mismos en gran pa.: por la velocidad en conseguir beneficios financieros para las r:J.¡, inversor as- el auto jamás ha alcanzado nada parecido a su eíicucia potencial excepto aquí y allí en lejanas regiones rurales. La l' ratura V la producción en cantidad, combinadas '::011 la extravaga: reconstrucción de viejos sistemas de carreteras anticuadas -CO;l , gunas excepciones honrosas, como en Nueva Jersey, Michignn I \XTestchester County, Nueva York:- no ¡mil hecho sine aumcn: la ineficencia de las automóviles en uso. Las pérdidas debidas :: ' congestión del tráfico, a la vez en las apiñadas y ¿'~c;esperadanic;" enmarañadas metrópolis ~' en las carreteras por las que la gente tr.. • í de huir de las ciudades en los ciias cc iiesiu, SUB jIJLa:Lu;d~¡l' países que. COI"Olos Estados Unidos e Ingla.erra, se han ;¡eLi,,, , el auto de la manera más atolondrada y complacida, Esta debilidad -n el desarrcllo del transporr- neotécnico ha :, nido por resultado durante la generación última otro tipo aún ,:; efectos: J:: di~,!Filiuci
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IlUc se tarda en alcanzar el centro de la gran ciudad desde los cropuertos en las afueras,
1. La paradoja de la comunicación La comunicación entre les seres humanos empieza con 1,,," exnresiones fisiológicas de! c,:,:ct:'C!0 personal, desde los lamentos, lo, urullos '1 los movimientos de cabeza del niño pequeño hasta los ~s más al-stractos, los signos y los sonidos con los que el lenguaje se desarrcll.; ':úJ1 toda plenitud, Con los jeroglíficos, la piimra, el dibujo, el alfabeto escrito, llegó a desarrollarse durante el perlodo histórico una serie ~c ~U-llJ.la,:, a~~l.La\..ld~ \.~c .):~i1 que proiundizaron e illL' ":':.':1 más reílexrvo y fecundo el trato entre los hombres. El lapso de tiempo entre la expresión y la recepción tenía Wl efecto parecido al que al detenerse la acción se hacía posible el ~~samiento mismo. Con el inv ento del telégrafo una serie de inventos empezaron a colmar el espacio de tiempo que pasa entre la comunicación y la respuesta a pesar del espacio: 'prim~ro_ eL~~!éEr"ab, después el telé~, despuéuUdégraf0usin..hilos, después el radiº~eLéJ.9llº-,Y_Jina~ !\I.~ntel~,,,televisjóp. Como resultado la comunicación se encuentra ahora en el punto de retorno, con la ayuda de los medios mecánicos, en aquella reacción instantánea de persona a persona con la cual r'Ilpezó, pero las posibilidades de este encuentro inmediato, en vezde estar limitadas por el espacio y el tiempo, estarán sólo limitadas por la cantidad de energía disponible, la perfección mecánica lJla' accesibilidad del aparato. Cuando el radioteléfono se unª _a Id I 1CIeVisión,la comunicación se díferenciaráclertratOClirecto" sólo por \ ~si¡;ilídad de¡ contacJ:o {.l~i~?: la mano de la simpatía 110 pOdrá lS1r~realmente la mano Clerbeneficiarin, ni el puño alzado golpear la'cabeza provocadora. .. ~~uál será el resultado? Evidentemente, un margen ampliado de IIIt.ercambio: contactos más numerosos, más numerosas exigencias en ~v a atención y tiempo. Pero, desgraciadamente, la posibilidad defeste intercambio inmediato sobre una base mundial no significa ne~sariamente una personalidad menos trivial o menos mezquina. l~~¡n contraste con la,,_~onvenienda..ik...hL,c:omu_~icación instaE,!á~ ~stá el hecho que las ~des abstracciones económicas de la ~~l!:~ la lectura y el d~G~~ ros mealeS del pensamlento_~Rc.x~vo •..~n pren::eattuéa, se V2In ut:c:li(adús. Los ;,o'uLre~ tienden
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a ser más sociables a distancia de lo que suelen serio en su ser 1(1('..' )i~_.Y'::-cJii:ecto: su intercambio se realiza mejor a veces, com.- . trueque entre los pueblos salvajes, cuando ninguno de les i!rll:' puede ver al otro. El qne la extensión y la repetición der",~,;.¡· frecuente; de trato personal puedan ser socialmente ineficaces se .! muestra claramente 12.º-!:.el abu~o del teléfono: una docena d., l versaciones de cinco minutos pueden a menudo redu-irse en r ~!' a una docena de notas cuya lectura. escritura y contestaciór cximenos tiempo, f',fuerzo y energía nerviosa que las llamadas ' personales. ~QD~ teléfono, la corriente de interés y ríe atenciór vez de se!' i'u'cdirigi'Ja, se encuentra a 'merced de cualquier r. sana extraiia que trate de desviarla para sus propios fines. Se enfrenta uno :-,r::"f "n/l (."t',,.,., .,n,~l;.,rl., rl~ un pcli-:: CV;~~~;'. :, ~: l,,~ los inventos. una tendencia a usarlos exíjalo o no . ocasión. Así nuestros abuelos -UtI1izabanpla~h;;-de ¡lieJ 1'0 par.i ~ 1achadas de íos edificios, a pesar del hecho que el hierro es un , nacido conouctor del calor: asimismo la gente abandonó el estu.' del violín, d" la guitarra y del piano, aunque el escuchar pasiv. mente discos no es en el más -nínimo grajo cosa equivalente a u:' ejecución activa; ~,j~L~l1.Jlner¡tJLintr()ducciól1 __~P. la anestC' incrementó las mu~rte~_ep,9Pj:11U:iones,jnnece'):1[ias. El eliminar J.¡ restricciones' en el estrecho contacto humano ha sido, en sus prime ras etapas, tan peligroso como el alud de las poblaciones hacia I.¡, nuevas tierras: ha aumentado las zonas de fricción. Dc la l11iS¡~L: manera, ha movilizado ~. acelerado las reacciones de masas, corno 1.1' que ocurren en vísperas de una guerra, y ha increrner.tadc ], peligros de conflicto internacional. El ignorar esto sería pintar u:' cuadr~unuyJal::ament~Qptimista_y é~agerado-deTaecoñOmí~ actu:11 '--Ño obstante, la comunicación personal' instantánea a largas dis· tancias es uno de-los 3ÍgDOS ffiiíL.soEn..s~ntes delli fase neotéc· ilica: es el sín.bolo mecánico de esas cooperaciones Llu'ñdiáles- dc pensamiento y sentimiento que deben surgir, finalmente, si nuesrr:1 civilización entera no ha de hundirse en la ruina. Los nuevos canll' nos de comunicación tienen los rasgos y las ventajas caracrerístic:J' de la nueva técnica, pues entrañan, entre otras cosas, el uso de ap:J' ratos mecánicos para duplicar y aumentar las operaciones orgánic~': a largo plazo, prometen, no el desplazar al ser humano sino enfocar!0 nuevamente y ampliar sus capacidades. Pero existe ~~~mdl~10d unida a esta promesa: a saber, q!le la cultura de la persona~, deb~rá se~alela ~n ccanto a perfeccionafl2iento al des2rrollO meca' mez- deh n¡.:JUinr .. f)eizá 11 I'1?j' ~r efc.to s0:::"1I·-::l;iil--r;!;'j(1('(1J1l;I' ·ñíCaclón,nasta ahora, haya sido de carácter político: la restauraClon rr'ln
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La fase neotécnica
20
del contacto directo del líder y el grupo. llatón definió los limites del tamaño de una ciudad como el n úm era de personas qué podían or: la voz de un solo orador: hoy, esos límites no definen una ciuJaosmü' un? civilización. En cualquier sitio en donde existan instrumentos neotécnicos y un lenguaje común están ahora los elementos de una unidad política casi tan estrecha como la que fue posible antaño en las más pequeñas ciudades del Atica. En esto las oportunidades para el bien y -l mal son inmensas: el contacto personal secunuario con la voz y la imagen puede incrernencar la manipulación en masa, tanto más cuanto que la ocasión de que los miembros individuales reaccionen directamente contra el líder mismo. como en una reunión local, se aleja cada vez más, En el momento actual, como ron..2..~r().§. tantos beneficios, los peligros de la radio y del cine sonoro =arecen mayores que los provechos, COI/lO ort.rre COII todos Los instrumentos de multiplicación la cuestión crítica se rejiere a la JUI1' ri6!! }' a la calidad del objeto que se está multiplicando. No hay res, puesta satisfactoria a este, sobre la base de la técnica solamente: en todo caso nada que indique, como los primeros defensores de la comunicación instantánea parecen haber pensado de manera bastante uniforme, que los resultados serán automáticameme favorables a la comunidad.
8. El nuevo archivo permanente ,
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La cultura del hombre depende para su transmisión
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en el tiem-
po de! registro o archivo permanente: y edificio, ~l mº-numento, la ~abra escrita. Durante la fase neo técnica inicial, se realizaron inlD~os cambios en este aspecto, tan importantes como los debidos linoS: quinientos años antes con el invento del grabado en madera, ~·,gt~bado en cobre y la imprenta. bt lmagen en blanco y negro, ~olor, el sonid~~ película se ha? ~onv~_rtldo eE n:,g,!s,!E()s _o SiVL- permanentes, que rlJecIen muluphcarse con medIOS rnecalIkoS~y: químicos. E:1 el invento de la cámara, del fonÓgrafo y de ~cula la interacci6n de la cienc~e la destreza m~c:fríl.Ca,_que "'''~E[~_P~~~~
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.~ientífico re~icl~, en-parte en_~hecho. que es repetible y, por t," compro¡:;a~ por o,!Jserv¡ldore~)ncrePcn~i~,nt~s-;-pero -en el el'" observaciones astronórnicas, por ejemplo, se puede sustituir LI ir titud y la falibilidad del ojo por la cámara, y la Iotcgrafía eL efecto de la repetición a lo que, quizá, era un único acontecimic-que '10 podría volver a presenciarse. De la misma manera la círL,. • da una casi il}st~nt'?I}~ sección transversal de la historia, de' niendo las imáge-es en su vúeloa -tr-;:lves-dert1empo~-En el c."., la arquitectura esta con;~.'-mecánj('~ ~ohr'e el- nánel IIp,,,; ~ ~r: ,í<; desgraciadamente simil~res er; -::¿ificios reales, ~' en vez de enriqu« la mente dejó un rastro de imágenes fijas en forma de edificios :' . todo el paisaje. Pues la historia no es rep-tible, y la única cosa ti ' se puede recobrar de la historia es la nota que uno toma v (," ~::::'.:::c.: ::\;:'::~ ::~:;:nento cle su evoiución. Separa: un objeto de ' secuencia-tiempo integral es robarle todo su significado, aunque e' pueda hacer posible que se comprendan relaciones espar.iales qr por otra parte, escaparían quizá a la observación. En realidad. ~Ivr: Idadero valor de la cámara como medio reproductor es el de prese ->7\tar un memorándum, como si dijésemos de una cosa que ,.le otr: maneta no puede reproducirse. En un mundo de flujo y cambio, la cámara suministra un medí, de combatir los procesos ordinarios de deterioro y decadencia, n, por la «restauración» o la «reproducción» sino por fij~ción en Icrn» conveniente de la delgada imagen de hombres, lugares, edificio' paisajes, sirviendo así a la ampliación de la memoria colectiva. L película; transportando una sucesión de imágenes a través del tiem po, aumentó el alcance de la cámara y modificó esencialmente ~~: función, pues pudo captar el movimiento de crecimiento, o prolor. gar el rápido movimiento del salto, y pudo mantener en enfoque continuo acontecimientos que de otra manera no hubieran podido conservarse con la misma intensidad y [ijeza. Hasta ahora se han limitado los registro, a fragmentos de tiempo o, cuando trataban de moverse con el tiempo mismo, se reduieron a abstracciones. Aho· ra podían convertirse en imágenes continuas de los acontecín.ientos que representaban. Por lo que el curso del tiempo dejaba de ser representable por el tic-tac mecánico del reloj: su equivalente -)' Bergson ¡se apresuró a captar esta imagen- fue la cinta de la pelícu' la cinematogr~fica. . - Es posible que uno sobrestime los cambios en el comportamiento humano que siguieron al invento de estos nuevos medios, pero uno o dos de ellos se sugieren por sí mismo" Mientras en la fase eotéc· nica se h~b~"La con ci esp':;0 Jand,) iugar al retrate biográíico \ la
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neotécnica
IX. TRIUNFOS PALECTECNICOS --·--···-·i""~ t:~
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1: Torno original de Maudslay parr fabricar tornillos, inventado hacia 1800. Es posible que los artistas más auténticos fuera" los fabricantes de herrae" mientas, que trasladaron las antiguas máquinas de madera a su versión en ",metal, que perfeccionaron y normalizaron las partes componentes, y que re,solvieron algunos de los demás dihciles problemas rr:ecánicos. (Cortesía del Director del Science Museum, Londres)
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<2: El puente de Brooklyn: lli6ll8.81. Una gran masa unida a una gran delicadeza y una solución habilidosa a un problema difíciL Los constructores, John A. y Washington Roebling, merecen ocupar su puesto en esa gran sucesión de ingenieros del período paleotécnico, que comienza con '~Smeaton y Rennie e incluye Telford, los Brunels, Samuel Bentham y EiffeL f
'Cortesía de Catberine Bu.,er)
neotécnka
3: El Salón de las Máquinas en la Exposición de París de 1889 fue :::' de las más eleeanres estructuras inzeníeriles. en cuanto a StI thn'ro , ' r~b" cualquiera de las cubiertas de- estaciones de ferrocarriles en ~I r~'il:., miento de su diseño. Cre=da por un arquiteclu, Dutert, y un ingcnic. Contamin, tenía quizá mayor significado que la Torre fiffel más aud.i. levantada en la misma época. Hay ql'i" recordar que el rascacielos ~IL" cano de estrucrura de acero fue un producto de ese mismo período.
4: Un buque de vapor moderno: aún esencialmente paleotécnico en su di. seño, pero con toda la limpieza y fuerza del tipo más antiguo de ingeniería. Como tantos otros productos típicos paleotécnicos adolece de gigantismo. En su distribución interior, con el lujo y el espacio de la primera clase en contraste con las estrechas y pobres condiciones de la tercera clase, el gran transatlántico sigue siendo una muestra de la lucha de clases de la era poleo¡xlJi-::::. (Fotografia por Ewing Galloway)
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tafía íntrospecti va, en la fase neo técnica uno posa para la cá,.mejor a~~e_ actúa paraIa película. El resultado es el paso '~gí3 .Introspecriva a ug,?....J2sicológía ccnductisja] ¡de los d ientos ae-mal-g·usto· de \'X'erther a la máscara públic~ impade un Ernest Herningway. Enfrentándose con el hambre y la e en el desierto, un aviador perdido escribe en sus notas: ~n.;t~ui otra balsa; y esta vez me quité la ropa para probada. OW( resultar estupendo cargando con esos grandes trastos a la es. 'da y en ropas menores.» Allí y solo, aún piensa en sí mismo como • un tipo de carácter público, a ql'~!!.._D.tá.n observando: y en gracia /ttJyor o menor, cada uno, desde la pobre vieja arrugada en una ~idJ1a aldc» hasta el dictador político en su escenario cuidadosamente preparado, se encuentra en la misma posición. Este continuo ;;..UL;~U ~\:: \".!;v (-;¡"¡i!J;cntc púbiico par\.,-cfí~, en parte. nor 10 mec... el resultado ~l. ;" ";llJúil y el :.:¡::. :-!::- i., cámara que ('lll ella desarrolló. Si el ojo está ausente en realidad. se le improvisa falsament- con un fragmento de la propia conciencia. El cambio es siglI.ificativo: no autoexarnen sino autoexposicion; no una confesión torturada sino una fácil ~. abierta ingenuidad; no el alma orgullosa envuelta en su capa, paseando por la playa solitaria a medianoche, fno el ser material, desnudo, expuesto al sol de la playa al medio(!fa, uno de tantos de una multitud de seres desnu::los. Estas reac~óoes, naturalmente, están fuera del terreno de la prueba. e irclusc ti pudiera demostrarse h influencia de la cámara, existen pocas ratones para creer que sean definitivas. ¿Debo insistir nuevamente en ie nada de lo producido por la técnica es más .lclin.tivo que las csidades y los intereses mismos que l.an creado la técnica? Cualquiera que sea la reacción psíquica a la cámara y a la pea v !11 fonógrafo. no creo que haya duda de cuál es su contribun a la gerencia del patrimonio social. Antes de que aoarecieran, sonido sólo pudo ser representado imperfectamente en las conven~s de la escritura: ,].s..J.nttm~ observar que uno de los sis'as -º~!es, el «Habla Visible» de Bell, fUe - JnveiíEao-por el dre .del.que inventó el teléfono. Aparte los documentos eicrítos •._Ítnpresos o pintados en papel~pergamino, o telas, nado sobrevivió .~~i.lna civilización excepto sus montones de desperdicios y sus mo~mentos, edificios, esculturas, obras de ingeniería, todo difícil de .lhánejar, todo chocando más o menos con el libre desarrollo de una .Yida diferente en el mismo lugar. ,.- Gracias a los nuevos medios esta masa inmensa de estorbos fí~cos podría convertirse en hojas cle papel, discos metálicos o de .aucho, películas de celuloide que j.corfan ser 'o:15(""'l1cl'1s mf~
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pletainente y más económicarnenjjYa no es necesario cor"e', mon.ones de material para tener contacto, en la mente, con formas y expresiones del pasado. Estos medios mecánicos son, l' un aliado excelente de aquella otra nueva parte del apararo v. que se popularizó en el siglo XIX: _el ~seQ_p~~lico. Dieron' civilización moderna un sentido clirecro pasado y una pc., ción de sus rasgos memorables superior a los que pudiera habc: . nido cualquier otra civilización. NO_2Qlo hicieron más inmedi~:. pasad_o~hi2ero~~.I2!esente más histórico reduciendo f,1 l.,!"", tiempo entrelo~ acontecimientos rea-les ,rni
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Al' principio los nuevos medios de registro y reproduccién prc dujeron gran confusión y desafiaron la capacidad de selección: nad:, puede pretender que los hayamos empleado aún, en grado suricierr con juicio y eficiencia. Pero sugieren una nueva rela:::ión entre doo: mentos escritos y archivos, entre el desarrollo social y su codific¡ ción: por encima de todo, exigen una senSibilid;¡d más fina y Ui:' mayor inteligencia. Si estos inventos han hecho de nosotros uno' monos~e somos unos_.--- monos aún.-----_ ..--._-_ .. ---
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9. Luz y vida La luz brilla en todas las panes del mundo neotécnico: se filtr:l a través de los objetos sólidos, traspasa la niebla, se reflf'ia sobre las superficies pulidas de los espejos y los electrodos. Con la luz vuelve el color, y la fVl'~a de las cosas, antaño oculta tras la niebb y el humo, se hace cIara como el cristal. La técnica del vidrio, que había alcanzado su primer apogeo de perfección mecánica en el espejo veneciano, repite ahora su triunfo en cien sectores diferentes: sólo el cuarzo es su rival, En la fase neotécnica, el telescopio, y sobre todo el microscopio. cobran UD[: n.reva imp"ttanda, pues este -':lt¡lTIv ~S~,!vO t--rá:ti~¡.i02ntc
desuso durante dos siglos, aparte la labor extraordinaria de Leeuoek y de Spalla..ll.?ªDi. A estos instrumentos debemos añadir el ctroscopio y el tubo de rayos X, que también utiliza la luz CODO tnlmento e:e exploración.e Clerck-Maxwell y su unificación c!e la tricidad y de la luz es quizá el símbolo externo de esta nueva , i~. La exquisita discriminación de color presentada por Monet y 1''1 compañeros impresionistas, trabajando al aire libre y a la luz del 01 fue rer -tida en J laboratorio: el análisis del espectro v la producció,¡ de una multitud de tintes de anilina de+ivedos rlel alquitrán Je hulla son descubrimientos específicos neorécnicos ¡'.hura el color, sta aquí relegado a un lugar sin importancia como característica h materia, se convierte en un importante factor en el análisis ~~Jrmjco,con el descrbriu.iento de que cada elemento tiene su es•....•", r~rortPrístico. Los nuevos colorantes, además. ocupan su puesto m el laboratorio del bactenólogo para teñir muestras: algunos, corno d violeta de genciana, sirven de antisépticos y otros aún como rnediinas en los tratamientos de ciertas enfermedades, . El oscuro mundo ciego de la máquina, el mundo del minero, empezó a desaparecer: calor, luz, electricidad y, finalmente, la materia todo era rnanifes.ación de la energía, y a medida que se prose('JÍa el análisis de la materia los viejos sólidos se hacían cada vez lD~S sutiles, hasta que al fin se identificaron con cargas eléctricas, últimos elementos constituyentes de la física moderna, del mismo 'IIodo que el átomo 10 habh sido de las teorías físicas anteriores. Las imperceptibles series de rayos ultravioletas e infrarrojos, se conVirtieron en elementos corrientes en el nuevo mundo físico eu el ~omento en que las fuerzas oscuras eje lo inconsciente se añadieron a I~psicología puramente externa y racionalizada del mundo hurnano;¡}nc1uso Lo orulto estaba, por así decido, il!lminad~11-fl@-era ~scbnocido. Podía uno medir y usar 10 que uno no podía ver y f
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Con este nuevo conocimiento, fundado en e! renovado estudí, ¡ I¡jxe el espaccimiellto, el masaje, el cambio de ambiente; en ~esuorganismo 9ue fomenta~o?- los descu?rimientos ~e ~asteu;', la! ~D,;n una atmósfera de inte~sificación de la _vida y, e~ el realUst,e raleza esencialmente antivital del ambiente paleotécnico resultó e: ':;ncionr.l más bien que en mas ayudas extranas químicas y rnecala, oscuridad y l~ humedad ~: ,sus tí~icas minas y fábricas y h;!:, 11 :KlIS sin' aquellas condiciones. Aquí t~mbién l~ i.ntllición de Hahnemiserables reunían las concuciones Ideales para el cultivo (le ~n en cuanto al papel de las cantidades diminutas y de la terabacterias, en tanto su dieta ~rivada de vitalidad provocaba 1 ...futi~ade su escue.la, anticipó .e} nuevo régime? el¡ m~s d~. u~ es!r~ctu~a pobre de los huesos, dentadura defectuosa y iesrst...' I IÍgte, como Osler misrno recono~lo noblemeote. El. tratamIen~o jJS'-, dtuJlltar el contra la enfermedad. Los efectos totales de estas e, ,o1ógicode los desórdenes funCIOnales, que se abrieron camino en ciones fueron amIJEaJ1Jellle docuruenta.L, Ul :z,s revisiones J11~(! J medicina con Freud hace U:1a generación, casi completa esta nueva de les reclutas del ejército ingles hacia :finales del siglo; result. • 1fÍentación:lo único que aún falta en gran medida es el elemento \ que quedaron especialmente claros debido a la urbanización I'f'. ¡ ecial, Como consecuencia de todos estos adelantos, uno de .lo.s minante en Inalatcrra. Pero las estadísticas de mortalidad 0(' AL ,'robleruas más importantes de la nueva técnica llega a ser la elimichusetts reflejan la misma sit;acióñ':];lTongevieEd 'oer-granjern ' ~6n del ambiente marchitado paleotécnico y la reeducación de :'.:5 mayor que la del trabajador industrial. Gracias a las invenciom' WIlIDasen un réaiu.eu Ill:'S vital de trabajo y de VJrlil, El enemiso lo~ descubrimientos ne?técnic:=,s la máquina. se convirtió, quiz.i : :$Iá. constituido p~r las sucias casas ~acinildas, los patic~, y .callej~s pnmera vez, en un aliado directo de la Vida, y a la luz de c ' '\Úmedoslos suelos desolados, la atmcsfera sulfurosa, la fabnca mas conocimiento sus fechorías anteriores aparecíar; más grotescas e : ,'Uerutinaria y deshumanrzada, 1::: escuelas con disciplina militar, creíbles. , hs experiencias de segunda mano, la muerte por inanición de l?s b1. Ere~i.~~~_Il-.J!!?'!:.t:!!1.?tica, la economía física, la pureza químic le!ltldos,el alejamiento de la naturaleza y ¿e la actividad animal. .t:l. lr~ ~i:np"le/'~Slür_~Igica, ~t9s son algunos de los atributos del nucv organismovivo exige un medio que sosten~a.la vida. Lejosde ;ra~ar I regime». Y cbservese que no pertenecen a un sector cualquiera c. de reemplazar esto por sustitutívos meca-ucos, la fase neotecnica ~ la vida. La precisión matemática es necesaria en el diagrama de t~JT :rata de estal.lecer aquellas condiciones sostenedoras de la vida den-¡I peratui a ,) en el recuento de la sangre, en tanto la limnieza Sé' w 110 de lo más recóndito de la técnica misma. vierte en parte del ritual diario de la sociedad neotécnica con 1
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realice una máquina puede no ser bastante humano para un homvida "y- el medio de reprimir aquellas formas de la industria q bre.La eficiencia debe e"1pezar con el hombre total, :/ los esfuerzos reducen la esperanza de vida sin ninguna intensificación cornpcn. ra incrementar el rendimiento mecánico deben cesar cuando el equidora en su producción -todo esto espera una cultura más prole. libriode este hombre se ve amenazado. damente interesada en la vida que la neo técnica misma, en la que cálculo de las energías precede aún al cálculo de la vida, En cirugía, los métodos neo técnicos sustituyen igualmente a tú. La influencia de la biología mecánica de mitad del siglo XIX. Existe un gran foso entre los IL. todos antisépticos de Lister, con su confianza en su típico antisepti, En los capítulos anteriores hemos v istn c:!lleeJ .E.!i~nerpase hacia del alquirre n, el ácido carbólico, y la técnica aséptica de la ciru; ~aniW::'J....consisti~. en una maniobra contra la vida: la sustitumoderna, primeramente introducida an tes que Lister '~Jj las opc: ci6nde la duración por -la medida del tiempo, del cuerpo humano ciones de ojos. El uso de los rayos X y las diminutas válvulas el. porla fuerza motriz mecánica, rlr; les impulsos espontáneos y de los tricas para la exploración, por ejemplo, junto con las cornprobacioi modos.c,ooper:.tivos de asociacio~ ~or la instr~cción militar y la rcr isistemáticas proporcionadas por el laboratorio bacteriológico, han' -.:~t~c!cn. Durante la fase i.eotccmca esta ~~::::.:~~::.::: ~~:·:5:..::-:.!:,,:~~.:.:-::': ;:;';:¡~,;:¡-,:"J0 Lt posibilidad de una diagnosis jnre~jge¡¡le [.lÚI IIICC: m"~:~L~.\.:,1.~d ~Ú\q:~l;gG\L~~1t L~L!.. "'n,-10 de la vid» abrió nuevas posidistintos que los que ofrece :J bisturí. Jilidades para la máquina misma: intereses vitales, antiguos deseos 5=on_1a 12rC:~~.r:!~19n mejor que con la cura, y la salud mejor q . humanos, influidos por el desarrollo de los nuevos inventos..j:.Lv\l~JO, J la entern1eCl.ad, come pur tos focales de la nueva medicina, el w:'cc: la.mnmni!=¡)ciQr telefónica, el Jgnógrafo, la película, todo ello surgió i LpSlCológícO.slel.PliJCeSO n'!...ente~~lerpo se _cQnvierte más aún en " de un estudio más científico de les organismos vivos. Los estudios ;::;;,..oblei:Q~-d~Jnv.estigarióu_¿lentífica, La noción ca:tesiaña- el-::un cuer ié los fisíOlóg-üs-Sírvieron de complemento a los del físico. mecánico presidido por una entidad independiente llamada alma, -ra--Creencfi el vuelo mecánico nació directamente l~e las il:ves-' reemplaza, al atenuarse más L «materia» de la física teórica, por: tig~ciones del laboratorio de fisiología. De_s_pués~_Leon~rdo, el "loción de J'LJ¡al1.~fºrma¡;;,ión d~}}1~C>._J~ orger.ismo de estados-de-l@co estudio científiro sobre el vuelo, hasta ics trabajos c1e). B. Petm¡;nt/Cen estados-del-cuerpo, y viceversa. Elduallsmo del cuerpo me tigrew y E. J. Marey en losanoSml1 ochocientos sesenta, fue el del 'cánico m~~~to-,-pe'rtel1eóerite al :nundo de h materia, y el alma vil. ~ió.!ogo~elli, cuyo De Motu Animalium se publicó en 1680. Pettrascendental, perteneciente al dominio espiritual, desaparecen ani, Ilgrew, un patólogo de Edimburgo, hizo un estudio detallado dr- ];, la creciente comprensión, derivada de la fisiología por- un lado v : locomoción en los animales, en el que demostró que el andar, el investigación de las neurosis por otro, de una interpenetración din.; uadar y el volar son en realidad modificaciones uno de otro: «e: mica y una conversión dentro de los límites de las estructuras y L" ~~averíguó--, tanto en reposo corno en movimiento, puede ser funciones orgár.icas. Ahora lo físico y lo psíquico se convierten er toinparada, no sin razón, con la paleta de una hélice corriente como diferentes aspectos de k energía, sólo diferenciados por la situació: lasque se emplean en la navegación ... », en tanto «el paso ... en vez a que se refieren y por el juego particular de receptores sobre 1(\; de~tonstituir una barrera al vuelo artificial es absolutamente necesacuales actúan. Este desarrollo hace sospechosa la especialización'.' :1 .~·\para el mismo». De estas investigaciones Pettigrew -y Marey aislamiento de las funciones, sobre las que tantas operaciones me:' conclu~eron que el vuelo humano era posible. nicas están basadas. La vida integral del organismo no es compatib~c indep~ndientementeeste desarrollo, los mo e!os vola~óres,-ü1:1liZa~O el nuevo macon la extremada separación de las funciones; incluso la eficienclJ fttia ~ de caucho (0mO petenera motnz, desempenaron una parte rJ mecánica se ve seriamente afectada por la ansiedad sexual y la fa.l de salud animal. El hecho de que las operaciones simples y repetltl- an~rtante: Pénaud en París, Kress en Vicna y, más tarde, Langley ,~tQis Estados Unidos los utilizaron; p'ero el t0...9.!:!.~_J!,l}al, necesario vas concuerden con la constitución psicológica de los débiles mentale' ~.el vuelo estabilizado, lo dieron dos mecánicos de bicicletas, es una advertencia en cuanto a los límites de la mano de obra sub· al estudiar el-V-ueJOde las -aves planeadividida. La producción en gran escala bajo condiciones que confirman ~iye y Wi1billWi-ight, ~r~s, 'corno la gaviota y el h-ilcón, y descubrieron Ia función del estos límites puede imponer un precio demasiado alto por sus pro~ll(;<,.> de los extremos Jd ala par" lúgr"l l~ esral.rli.la.I later,». L:1~ doctos Je baratija. LO que [,0 es suficientemente mecánico para que
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273 una idea totalmente extraña a la mente paleotécnica: la im porperfeccionamientos en el diseño de los aviones se han asocu.' . de la forma. solamente con la perfección mecánica de las alas y ~e los mo: aDo pnede triturar un diamante o un pedazo de cuarzo basta sino con el estudio del vuelo de otros tipos de pájaros, como el . '!t!ucirJo a polvo; aunque baya perddo su forma específica crist ay los movimientos del pez en el agua. UI, las partículas conservarán todas sus propiedades químicas y la De manera análoga, 1"a película fue en esencia la coml~yor parte de las físicas: aún seguirán siendo al menos carbono de elementos derivados delestúdio de organismos vivos. Ll ;".' • bi6xirlo de silicio. Pero el organismo que se tritura hasta hacerle fue el descubrimiento de la base de la ilusión del movimic,;," ~er su forma ya no es un orgarusrno; no solamente sus propiePlateau en la investigación de las imágenes retrospectivas. P~I!T,· !!des específicas de crecimiento, renovación y reproducción faltan, - de este trabajo, la sucesión de imágenes de papel, recorrida r.i:: . que la misma constitución química de sus partes na sido sornemente con la ':::~:::, se convirtió en un juego popular de niñoa un cambio. Ni la forma más floja de organismo, la ciasica fenaquistoscopio y el zoótropo. El paso siguiente fue obra d, ¡tllCta, puede considerarse una masa sin forma. La importancia técfrancés, Marey, al fotogr-fiar los movimientos de los allij,,,':l' . de la forma no fue apreciada duran te la fase paleotécnica ; pero cuatro pai:;s y del hombre: una investigación ,!ue empezó en 1'~m los erandes m-tífices mecánicos, como Maudslay, el interés por y fue ÚW':IlICllle l'lUyCCWli:l en una pa=ralla en 1889. Mientr«- .. «l refinamiento estético de la máquina no existía, o cu-indo apareció, Edward Muybridgc, para decidir una apuesta con Leland Sl3... iohíz; como un pegote, como el añadido del adorno dórico y góun aficionado a los caballos, Lizo las fotografías de los mov.m:c:: eCo,entre 1830 y 1860. Excepto por lo que se refiere a los perfecsucesivos de un caballo, y continuó con las fotos de un b· cv, .-iollamientosen las construcciones eotécnicas, como el barco de vela un toro salvaje, de un galgo, de un ciervo y de pájaros. En 18S, :ipido «clipper», la forma se consideraba como cosa sin importancia. le ocurrió a .E::!isQn, que estaba enterado de estos experimcmPor ejemplo; ya en 1874 estaba diseñada la locomotora de línea .Ie hacer para el ojo lo que ya había hecho para el oído, y resu' ~odinám;ca, pero el redactor de; diccionaric Knight de Artes Mecá( .d.!!l,vento de ~1!2<Í..quin-ª cinematográfica, un adelanto que depen,' ( ~s que la describe cita el perfeccior.~,miento sólo para desecharlo. \ a su \ez de[1r¡vento del filme de celuloide en los años ochenta. .No tiene ningu.,a importancia», dice con frío desprecio, En contra Ios posibles beneficios de la simple modificación de la forma de la El teléfono de Bell contrajo una deuda análoga con la íisiologu . el juego humano. Vom Kempelen había inventado un autómata pr: lIláqullla,el paleotécnico pone su fe en un mayor consumo de enerlante que decía unas pocas palabras en 1778. Otra máquina parccic y en tamaño mayor. .Solamente con el desarrollo de las máquinas especíticamente neo «Euphonia», inventada por el profesor Faber, se presentó en Lo: CO!l10 el avión, con los estudios científicos sobre la resisores; y el mayor de los Bell convenció a Alexander y a su herman, ~cas, Itficiadel aire que le siguieron de cerca, fue cuando la forma empezó para construir ellos mismos un autómata. Imitando la lengua y 1" desempeñar un papel nuevo en la técnica. Las máquinas, que partes blandas de la garganta con caucho, intentaron de rnanetestimable una máquina parlante. El abuelo de Alexander había dedl' .i~f~,aronsus formas ca;:acterísticas en su desarrollo independientes c1C~~ formas orgánicas, se vieron ahora obligadas a reconocer la cado su vida a corregir defectos del habla. Su padre, A, M. Be" ¡nomía superior de la naturaleza, En pruebas reales, las cabezas inventó un sistema de lenguaje visual y se interesó poi el culti\'0 cola afilada 1emostrade la voz: él mismc era un científico de la emisión de la voz e hizo ~as de muchas e~J2C~¡~Ld.::~s .L.kJart;J contra de la intuiJ:ió!Lillg~p.ua~laJ.Q!IDa máSeCODOm1ca grandes adelantos en la enseñanza del lenguaje para sordomudos ~iel!}re-o el agua; mientras, en el movimiento de plat;ear Partiendo de este conocimiento fisiológico y el... este interés humano -c-;-ayudados por el trabajo de Helmholtz en física- nació el teléfQ!l.o. .lI:) te. la tierra, la forma de la tortuga, desarrollada para caminar un fondo de barro, resultó sugestivo para el proyectista. La cuyo receptor, según el cons~o de un cirujano de Bastan, el doctor up]ización de las curvas aerodinámicas en el diseño del fuselaje del J. Blake, est;¡¡;a-díreCtillñ~¿t~diseñado según los huesos y el dÍ3' avión -sin hablardelas aIas- incrementa el poder de elevación sin fragma del oíg9.Jillilli1.po, ---- '-- _. ---~91': un solo caballo de fuerza: el mismo principio, aplicado a las El interés por los organismos vivos no se detiene ante las má· f.\!.~hcotú;:::-'J los ~1-reill6,,:1cs, al eliminar j0S puntos resistencia quinas c~Fríf.cas que imitan .::1cjo o el oídc. ve! inunde urg~..:cc
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i d (crescógrafo>' de Base de alta amplificación registra una velocidad del aire, disminuye la cantidad de -nergía necesaria y aurncr. ; velocidad. En realidad, gracias al conocimiento sacado de las [,: &l orden de cien milésimas de pulgada por segundo. La sutileza, 4 6nut:, el respeto por la_cpmplejidad orgánica caracterhan ah'm:a '\ vivientes para e! a', ión, el ferrocarril puede ahora competir un .«!ála extensión de! pensamieuto científico: éste se ha ampliado en \ más en condiciones iguales con su sucesor. !te gracias a lo, refinamientos Je los métodos -técnicos j', a su vez, En resumen, la organización estética integral de la rnáqui: ~a acelerado. El cambio está registrado en cada parte de la expeconvierte, con la economía neotécnica, en el paso final que ¡1" su eficiencia. En tu.ito la estética de la máquina es más indep.:n.': cia del hombres: desde la creciente importancia qne la psicclogía de los factores subjetivos que lJ estética de una pintura, cxi-u 'torga a los traumas no observados hasta la sustitución de la dieta
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atención al ambiente que los recleaba ni a las consecuencias fUI, ue sus acciones en el díc de mañana, «¿Qué había hecho por r:111I' posteridad?» En su apresuramiento, se pasaron de listos: tirnr.dinero a los ríos, lo dejaron escapar en humo, se encontraron .: sados por sus propios escombros y suciedad y agotaron prerru. mente las tierras agrícolas de las que dependían para su alimeni., v sus fábricas. - Contra estos despilfarros, la.fase neotécnica-,-cOILsu mayor e-' c!n:Ü~nto guimico y biolQg~.oL~stablece su prestigio. Tiende a le plazar los descuidados hábitos mineros del período anterior COi, u tili.zacl.óD-e.c;p,n.9_mica L ~~~!ya.slor.a.del ambien te na tural. en: tamente, el.-ªprovecnamiento ~_~nización de.1g chatarra y (L • deseches del caucho y las escorias significan limpiar el paisaje: el ¡: -ae-'losces~prrli;:~~ ~r~'.)!~c!"!i¿-c;~-L~ e!ec-tricidad misma ayuda I.-í. transformación. La nube de humo de la industria p?leotécnic« e: pieza a alzarse; con la electricidad. el cielo claro y las limpias ;1,: de la fase eotécnica vuelven otra vez: el agur. --;ue fluye a través " los discos inmaculados de la turbina, a diferencia de la que va carga,: de residuos del lavaje de la, vetas carbouííeras o de los desechos i las viejas fábricas químicas, es 10 mismo de pura cuando sale. ! hidroelectricidad, además, da nacimiento a la geotécnic:-: protecci, de la cubierta forestal, control de las corrientes de agua, construccir de embalses y presas para la producción de energía. Ya en J 866 George Perkins Marsh, en su obra clásica sobre /;. hombre y la Naturaleza, señaló los graves peligros de la destrucci« de los montes y la consiguiente erosión del suelo. Se trataba ei (le-, pilfarro en su forma primitiva, el despilfarro de la preciosa piel de suelo labrantío, lleno de humus con el que las regiones más favorcidas del mundo están cubiertas; una riel que es insustituible sir. siglos de espera, excepto transportando nuevo tejido de otras regi(} nes. P'J arrancar la piel de los campos de trigo y de algodón con e. fin de proporcionar pan barato y tejidos a las clases manufacturera; equivalía literalmente a cavar una fosa bajo sus pies. Estos método' estaban tan afincados en América, que ni siquiera se tomaron medjda; para combatir este despilfarro hasta una generación después de pllbh .carse los libros de Marsh. En realidad, con el invento de la fabr!' cación de papel con el procedimiento de la pulpa de madera, !J expoliación del monte prosi~uió co~ mayor rapidez aún. La explota ción del monte y la de la rnma continuaron paralelamente. Pero durante el siglo XIX una serie de experiencias desastros" ~ llamaron la atención sobre el hecho que la naturaleza no podía se: -'"':; invadida cruelmente y 13 '::Ja silvestre extei.mnada sin discrirnir" I
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por el hombre, sin atraerle más perjuicios que los que trataba eli:ninar. Las investig~ciones ecológicas de Darwin y de los biós ulteriores establecieronels.illlCeptcl3eJa trama.de. la.. vida, y ~I2lejll interrelación de [a formación geológic:a, el clima, el ~las plantas, los animales, los protozoos y las bacterias que ~!len un ajuste armonioso de las especies en el habitar. El des!ZU.!run monte o int+oducir nuevas clases de árboles o de insectos po.;ria significar poi.er en movimiento una cadena completa de lejaconsecuencias. Al fin de mantener un equilibrie ecológico en una ::~ón, no sp :'odía ya explotar o exterminar c1p manera tan inrontiderada como había sido costumbre de los primeros colonizadores, lA región, en breve, teníc algunas de las características del organismo índividuai; lo mismo que el organismo, tiene varios métodos de nacer ~~~::J'..~~~~ ~:-!:-:~!!~g~! a mantener su equilil.rio: pero conyedr esto el! una máquma ;:~;;: _:C'~H:C~¿:' ¿~ p:'::;¿:'::::::: ¿" una sola dsse .de productos -trigu, árboles, carbóny olvidar sus varias poter.cialidades, tales como habitat para una vida orgánica, era finallIlente perturbar y hacer precaria la simple función económica que ecía tan i.nportante. Respecto del suelo mismo, la fase neotécni~~ produjo importan~cambios de c~nservación. Uno de ellos era la utilización cada vez mayor excrementos humanos como fertilizantes, en contraste con ei metOcln dcsconsTderaclOdeens'liéíar los - ríos y las aguas de las mareas y de desperdiciar los preciosos compuestos de nitró&eno. Las instalaciones de utilización de las aguas de los albañales comométodo neotécnico, más ampliamente extendido e introducido quizá en Alemania, no simplemente evitaba el uso impropio del medio ambiente, sino que en realidad lo enriquecía y ayudaba a llevarlo una etapa más alta de cultivo. La presencia de dichas plantas es una'de las características del ambiente neotécnico. El segundo avance impcrtante fue la fijación del nitró eno. A finales der siglo XIX la txJstencla e a agricu tura pareció amenazada I-'0r el próximo agotalIlietito de las fuente= de nitrato de Chile. Poco después se descuhon varios procedimientos para la fijación del nitrógeno: el pro,.itiUento del arco (1903) exigía energía eléctrica barata; pero el ~dimiento del amoníaco sintético, introducido por Haber en 1910, Pio"un nuevo empleo al horno de coque. Igualmente típico de la 1lÜ~~, tecnología fue el descubrimiento de las bacterias formadoras de¡nitrógeno en los nódulos de las raíces de ciertas plantas como el &Q.isante,el trébol y la soja: algunas de est~s plantas fueron usadas 'los romanos y los chinos para la regeneración del suelo, pero .~~ '1 . , r' , '{j' .. , '1 . , 11llif. se estab (ClO ya su runcion especi IC:,I ae rcposrcion c... .utro (~;~~
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?robablemente la ciudad misma; pero durante este siglo las mistácticas que había utilizado para su propia adaptación a 10 .;méstico las aplicó a la agricultura en la construcción de inverna:¡ de cristal, y durante el siglo XIX, con el aumento dé la pro, ién de cristal y la expansión del conocimiento empírico de los IIltlos, el cultivo bajo cristal se hizo importante en el suministro frotas y de verduras. El agricultor neotécnico, no contento ya C01) tas, otra tercera. ar ia naturaleza [,.1 y corno se presenta, trata de determinar las Sencillamente, la Jllgº-Ól?, del nitrógeno constituyó una COIl •. ,. ,ndicicnes exactas del suelo, de la tcú,pcr;¡¡:ma, de 1:: !~;,;::::::¿::c1, de cinn mucho mayor a la eficiencia de la agricultura que cuaiquier.i 1; horas de sol necesarias para (~ue se dé el cultivo específico que él 10sexCefeñtes aparatos que-aceleraron los procedimientos para ¡1¡. .esea. Dentro de sus marcos fríos v sus calientes invernaderos crea escarificar, sembrar, cultivar o cosechar. Un conocimiento de ," lIJuellas condiciones. tipo -como el conocimiento de las formas más aptas para ei 111Esta agricultura premeditada y sistemática se ve hoy en todo ~i",,.,t" ...1" 1m rllf'rnOSes caractcrfstico 0-: !a fase neotécnica. \\:.' tras nor un iado 1';.,0h-·,MP<", "ntprnir,,~ oe+feccionan la m.io: .) esplendor, quizá, en Holanda y Bélgica, y en las granjas lecheras, :.ú como :~ hace en Dinamarca y en \'\lisconsin. Paralelamente, pues, ?lltQm.lÚlca y a::lplía_n ·s~s~opetaCiones, por o'tro duninán la' co.nr • la expansión de la industria moderna en el mundo entero existe una caciones de la maquinaria-'en sectores donde ,10 se necesi tan l ación similar en la agricultura. Ayudada por una producción Ólm-po de saja pueae, para ciertos-fines, "ocupa. el lugar de un ferr, .ta de marcos de metal y de cristal, por no decir nada de los carril transcontinental, un muelle en San Francisco, un puerto, ur . titutivos sintéticos del cristal que permitirán el paso de los rayos vía férrea y una mina en Chile, sin hablar de toda la mano de al,' :!travioletas, existe la perspectiva de convertir parte de la agricultura que supone el reunir y ajustar todas esas máquinas y piezas. E< Iil una ocupación de to-lo el año, disminuyendo así la cantidad de generalizaciór. sigue siendo cierta en lo que se refiere a otros dorn: "aasporte necesario de frutas frescas y hortalizas, y de cultivar, en nios distintas de la agricultura. Uno de los primeros perfeccion: tropicales. mientas impon antes introducidos por frederick Taylor en lo que ¡;;ndiciones más humanas posibles, las frutas y verduras de suelo no es tan irnporrespecta a la dirección científica consistía solamente en un cambio e" En esta nueva fase, la cantidad disponible :mte críticamente como su calidad y la manera de utilizarIo. el movimiento y en los procesos de los obreros r-o eS!Jecializadc. . La más estrecha interplaniíicación de las ocupaciones rurales y que transportaban rieles, De manera análoga, una mejor organiz:Jcióé mas sigue necesariamente a la industrialización parcial de la agride vida y un auibiente planeado más adecuadamente eliminan las [árn tura. Incluso sin el uso de invernaderos, la amplia distribución paras de sol, los aparatos mecánicos para hacer eiercicios, los reme .fa' población por todo el campo es consecuencia- de la industria dios contra el estreñimiento, mientras un conocimiento de hLQ!.ct' ~técnica que está ahora en el proceso de realización: esto trae conha desechado, excepto en caso a<::3esperado las una vez elegantes _\ ~~la posibilidad de ajustar la producción industrial a los cambios ~rosísimasoperaciones de estómago. --por la naturaleza el1 agricultura. Mienrras el aumento y la multlphcac::Sn de las máquinas fue u:" estaé:onales del trabajo iuipuestos característica clara del período paleotécnico, ya puede uno decir re Y,COÍl:!0 h ::;;:ic:dtura resulta más industria "zada, no sólo tenderán sueltamente que el refinamiento, la disminución y la eliminaciq,n E~r· t'rI¡-~lninuir los tipos extremos del rústico y del cockney 1, sino que ritmos de las dos ocupaciones se acercarán una a otra y se modicial de la máquiná es una ca~::('terística de la economía neotécnl(a recíprocamente. Si la agricultura, liberada de la incertidumbre ~ergente. Confinar las máquinas a los sectores donde sus servJcí05 ~~ so~ únicos e in~i:pensables ;s ~na co.nsecuencia necesaria de nuestrá \Cqiempo y de las plagas de insectos, se hace más regular, el ritmo .A rI?eJor comprenSlOn de la maquina rmsma y del mundo en que fun' gá¡jico de los procesos vitales puede modificar la pulsación de la organización industrial: un salto repentino en la industria mecánica, ciona. \ ·los campos están haciendo señas, puede considerarse no sólo . La conservación del medio ambiente tiene también otro aspectO ,~~ neotécnico: I~. cor:~~it'.lción en agriculn-ra de u!' "1e~io artiíicia 1 norO' piado. Hasta el siglo XVII el artefacto más importante del hornb ••••1~Nombre dado al lumpen-proletariado londinense. (N. del T.) geno. Con este hallazgo desapareció una de las pesadillas p:.kr,; nicas, 1~ ~el agotarrÜ~DJ:.Q.. iuminente , del __.:;~elO. Estos procedimicn alternativos representan otro hecho neotécnico; a saber, que la '. '. ción técnica que ofrece para sus problemas no se limita neccs-: mente a un medio físico o mecánico: la elcctrofísica presenta ' solución: . la qllÍllÚl:q>-otr;:t;_lJl bccteriología y la fisiología de lJ, )1:
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la que pasan por alto las funciones sexuales con las más rápidas alusiones; por tanto, un tema de importancia crítica para el cuidado t ia educación de la raza I:,J está ¡>Ú'1por completo fuera de las manos de los empíricos y de la gente supersticiosa, por no decir dt los curanderos. Pero la _técnk.a de la esterilización temporal -llamada control de natalidadfue quizá el más importante: para la raza humana de todos los avances cien tífico s y técnicos que se llevaron nJIb~lfrlrnl-eel-siglo-xIx.-Füe la respuesta neotécnica a esa vas: a , cmesponsable proliferación de la humanidad en Occidente que tuvo lugar durante la fase paleorécnica, respuesta en parte posiblemente 12, In planif;"ación de la población 1 ~ la introducción de nuevos alimentos principales y la extensión de nuevas zonas alimentarias, estimulada y favorecida por el hecho de Que la copulación era el único arte y la única diversión que no ~~::',:,Jcentral en el uso ordenado de los recursos, la inrcc.. J sistemáticn de la industria, y la planificación y desarrollo (1. I oc:b negarse a la población de las factorías por mucho ;'C::: ::::~.~ regiones humanas, esquizá la.más importante de-.to.da.sJ~s innov. f viera o estuvieran brutalizadas. n~.,.!.leotéc!1icas: la p~ni8cación del crecimiento y distribución ,: Los efectos de la contracepción fueron múltiples. Por 10 que respoblación. . -. pecta a la vida personal, tendió a producir una separación entre - Aun cuando los nacimientos han sido controlados desde los 1: las funciones sexuales preliminares y las paternales, ya que el conpos más antizuos con uno u otro medio e-npíríco desde el asccitacto sexual, llevado prudentemente, yc no traía consigo la probabihasta el aborto, desde el coito interrumpido hasta el método arcr lidad inminente de la progenie. Esto tendió a prolongar el período se de exponer o abandonar al recién nacido, el primer gran pcr:~ de amor romántico entre los recién casados. dio una oportunidad cionamie.iro en Europa Occidental negó en el siglo XVI a travépaia llevar a cabo una corte sexual perfecta en lugar de reducirla y eliminarIa rápidamente por tempranas y continuos embarazos. La los árabeÜ Falopio, el descubridor de las trompas que Ilevr: nombre, describe el uso tanto del pesario como del preservar contracepción, asimismo, dio naturalmente la cportunidad de las reComo los jardi nFS y los palacios de aquel periodo, el descubrirnic" lacioneS sexuales antes de aceptar las responsabilidades legales del quedó al parecer como propiedad de las clases superiores de Fr.'~· matrimonio y de la paternidad, lo que produjo una desvalorizaciór, e Italia: sólo fue a principios del siglo XIX cuando Francis pl;. de la virginidad, en tanto permitió que tI vida erótica siguiera una Y sus discípdos intentaron propagar sus conocimientos entre secuencia natural de crecimiento y florescencia sin respeto por 11 obreros agotados del algodón en Inglaterra. Pero la práctica raci('~j Oportunidad económica o profesional. Disminuyó, por tanto, en cierta de la contracepción ~' el perfeccionamiento de los contraceptivo; ~ p!edida, los peligros de la detención del desarrollo sexual yema· peró no solamente al descubrimiento de la exacta naturaleza de : CIonal, con las tensiones y las angustias que tan a m-nudo acompañan célula germinal r del proceso de fecundación, también esperó ¡,~ 'detención, dando oportunidad al trato sexual sin completa irresmejor-mientes en los medios tecnológicos. La contracepció» efect¡·,1 ponsabilidad social. Además, al permitir el íntimo conocimiento segeneral, dicho con otras palabras, es posterior a Gcodyear y a LisIe antes del matrimonio, ofrecía un medio para evitar una i elacíón El primer gran descenso en la tasa de nacimientoa'íngleses se regi51~: ~lDáSr;'f,menOS permanente de dos personas en cuya feliz unión puu: . en la década 1870-1880, la década que ya hemos señalado como ~ .~e¿an existir graves obstáculos fisiológicos o temperamentales. Mienque vio el perfeccionamiento de la máquina de gas, la dínamo. t 'as,~la contracepción, eliminando el elemento de finalidad, quizá teléfono y la lámpara de filamento eléctrico. ·sfuinuía el peso de las elecciones trágicas, tendía a estabilizar la Los tabús acerca del sexo se han mantenido durante tan larf' ,§Íituci6n del matrimonio, por el hecho mismo de disociar la relatiempo el! la socie-dad cristiana que sus investigaciones científicas ~ 6~"soéial y afectiva de la paternidad de la incidencia más caprisa (1):: la pasión sexual, v.erou reu asadr.s mucho más que las referentes a ()lr~ funocn (1il' quiera del cuerpo: existen incluso hoy libros de texto sobre h51" ·Rero si importante fue la contracepción en la vida sexual, en como una marca de planificación ineficiente, sino como un sacr. esencial. El provecho humano de esta unión de la ciudad v el ':,\ de la industria y la agricultura, estuvo presente en las mejore, ' tes del siglo XIX, aunque el estado mismo pareciera encon.rnuna distancia astronómica de ellas. En cuanto a esta políticn. \' rnunista Marx , el conservador social Ruskin y el anarquista 1<:, km es ~baJl de acuerdo. Es ahora uno de los evidentes obj.: de una econon.u racionalmente planificada,
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Capítulo'
particu lar por el hecho de devolver vigor compensatorio al sex: con un papel más central en la personalidad, sus efectos socialefueron igualmente importantes. Cualesquiera que puedan ser los límites de crecimiento demogu fico en el planeta, nadie duda de que existen límites. La superfici. misma del planeta constituye un límite, y la cantidad de suelo cultivabie y de aguas piscícolas es otro. En países superpoblados con» Chin- y la India, la población ha presionado intensamente sobre 1(" suministros de alimentos, j la seguridad ha alternado con el haJ>~:'rc a pesar de la inr..ensa superioridad de la agricultura china sobre :.. mayor parte de las agriculturas europea y americana en cuanto .' rendimiento por acre. Con la creciente presión de la población en I(). pafses europeos a partir del fin del siglo XVIII y con la tasa d, crecimiento superando las guerras, una ,i;l~ ld~a ..le JlIonaliuacl C!C biela a enfermedades y la emigración, hubo como una mare- d, pueblos moviéndose del hemisferio oriental al occidental, de Rusi» a Siberia, y de Chilla y Japón a Manchuria. Cada área poco poblad: actuó como un centro meteorológico de baja presión para atraer el movimiento ciclónico de pueblos de las zonas de alta presión. De haber continuado autornáticamente aumentando la población de todos los países, este movimiento habría desembocado finalmente en desesperados conflictos -como el que surgió en :932 entre China y J"pón-, con muertes por hambre y plagas como única alternativa a los enérgicos mejoramientos de la agricultura, Bajo la tensión de b competencia ciega y de la igualmente ciega fecundidad, no habría posibilidad Jf' poner fin a esos movimientos y a esas guerras en gran escala. Con la práctica extendida del control de la natalidad, sin ernbargo, se alcanzó un equilibrio vital en fecha temprana en Francia, v se está ahora alcanzando en Inglaterra y los Estados Unidos. Este equilibrio reduce el número de variables que se deben tener en cuenta al planificar, y el tamaño de la población en cualquier área puede ahora ponerse teóricamente en relación con !8S recurscc pero manentes para sustentar la vida que proporciona, mientras que el despilfarro, el deterioro y la disolución de una tasa de natalidad incontrolada y una alta tasa de mortalidad se ven superadas por ~I decrecimiento en ambos términos de la razón al mismo tiempo. Sin embargo, el control de la natalidad ha llegado demasiado tarde a ser puesto en práctica para ejercer un control apreciable en los pro' blemas del planeta en conjunto. Unas fuerzas que se pusieron en movimiento en el pasado pueden encontrarse aún durante dos o tr~s ger-eracioncs en el carnioo de la ordenación racional de 13 natá}id::o.
La fase neotécnicn
28.3
I
excepto en los países más civilizados; y 1;1 redistribución racional de la población de l~ tierra en habitats espera el reflujo general de la marea humana desde el punto al que se vio lanzada en el siglo XIX.
Pero los medios técnicos de este cambio se encuentran por primera oet u mano. Los intereses personales y sociales coinciden tan fuertemente aquí que es dudoso que los tabús de la religión puedan resistirles. Los intentos mismos qL:e han k:C:lO los médicos para descubrir períodos «seguros» en que la concepción es improbable es una señal de la exigencia de encontrar una medida que escape a la prohibición algo caprichosa de la Igl._,:a contra los métodos ,¡rtin· ciales. Incluso la religión del nacionalismo. aunq..- estimulada por proezas sádicas, ilusiones paranoicas de grandeza ~. deseos maniáticos de imponer la voluntad nacional sobre arras poblaciones. incluso esta religión no está ÍnifldlH.': al \..uilLJ.ul "--~I... ;d Ilcll;1;lUi:tU. siernr-re que conserve les principales elementos de ia .ccnología moue: ¡I<1. Aquí, pues, hay otro ejemplo del paso de las normas cuantitati'::: a las cualitativas, que marca la transición de la economía paleotknica. El primer período se caracterizó por una orgía de producció.i incontrolada y de reprG~ucciór igualmente incontvolada: c~rne de: má- \ qUUJa y carne de cañón; valores excedentes y poblaciones excedentes. En L fase neo técnica aparece un cambio de valores: no más , nacimientos, sino mejores nccirnientos. con rr ayores perspectivas de \ SUpervivencia, mejores oportunidades de vicia cana y sana paternidaiJ' no manchada 1-'0r la mala salud, enfermedades evitables, y pobreza, no destrozadas por la competencia industrial y las guerras nacionales Estas son las nuevas exigencias. ¿Qué mente racional pone en du J SU'legitimidad? ¿Qué mente humana retras.iría su aplicación?
I
[J••EI presente pseudomorfo \.
'dé}Íasta ahora, al tratar la fase neo técnica, me he preocupado más 1:.Ja~descripción y la realidad que de la predicción y la potenciaQWl9.; Pero quien ha dicho /i. en neo técnica ha dicho ya B, y es ~; las implicaciones y las consecuencias sociales de la economía téc~ ..S'8-" !Dás bien que de sus, instrumentos típicos. técnicos de lo que yo ~jtratar en los dos capítulos finales de este libro. Exí'ste, sin embargo, otra dificultad al tratar de esta fase; a ••l_ '" ..aoer,l'estamos aún en plena transición. El conocimiento científico, áquinas y las obras, los métodos t~cnoló&icos. -los hábitos de ""~s fines l1umanos qu~ t~rtenecef! -3 esta e~~1201EiafstálliñliY de 3erJ\.iª3º.niiíl.a..!!!~S en nu~ CiVilización actual. 121 hecho
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Capirul
es que en las grandes zonas industriales de Europa Occidental y en los territorios susceptibles de 'explotación que se e: cuentran bajo el control de aquellos centros la fase paleotécnica e" aún intacta y predomina» todas sus características esenciales, inc! si muchas de las máquinas que usa son neotécnicas o han sido co, truidas ---como en la electrificación de los sistemas de ferrocarrile-. según métodos neotécnicos. En esta persistencia dé prácticas pal, técnicas es evidente el sesgo antivital de la máquina: belicosa, « trada en el dinero, refrenadora de 1~ vida, seguimos adorando' divinidades gemelas Mammón y Mo!och, por no hablar de die', tribiales más terriblemente salvajes. Incluso en medio del colapso económico mundial que emp. en 1925', el valor de lo que se había derrumbado no fue pucen duda en 101 1"'r;,..,~,:~ ~~;~;:~~~~c, aunque los más pusilánimes alx, dos del viejo orden no tienen esperanza ahora de reconstituirlo. y, el único país, la Rusia Soviética, que ha intentado magnííicamc: destruir 1&3 normas pecuniarias y los intereses, incluso en 18 Rl" Soviética, los elementos de la fase neo técnica no están claros. Pu, a pesar de la aut~ntica intuición de Lenin" de(jl,'e'-;dectiíficac;: más socialismo igual :: comunismo», la ad6raaon por el tamafio '--eIpóder mecánicolmro, y 'la m'troducción de una técnica militaristanto en el gobierno C')f11'l en la industria, van de la mano e razonables logros neo técnicos en la higiene y la educación. Por LhGa, la¡iliwiflcación científica de la industria; por el otro, la ;1;': culturade tipo de gran-rendImIento, al estIw de las granjas de An. rTca'''en los anos -setenta dersrgI6 pasado; aquí los grandes cent: de energía eléctrica con una descentralización potencial en ciudad:' jardín; allí la introducción de industrias pesadas en la ya con~C' donada v anticuada metrópolis de Moscú y el despilfarro ulter> de energía en la construcción de costosos ferrocarriles subterr6nc,~ que intensifican dicha congestión. Aunque en distinta forma que ,los países no comunistas, se observa, sin embargo, en la Rusia SO\':;' tica algo de la misma confusión y de propósitos opuestos, algo (:: las mismas perniciosas supervivencias que prevalecen en otras parte< ¿Qué es responsable de este fracaso de la máquina? , La respuesta implica algo más que un desfase o un retraso (U'. tural. Se explica mejor, creo, mediante un concepto apuntado p0. Oswald Spengler en el segundo volumen de la Decadencia de O(~. dente: el concepto de pseudomorfo cultural. Spengler apunta al hec.·, corriente en geología de que una roca puede conservar su estructurJ ~esI?~és de que ciertos el~ment?s han sido lixiviad~s y han sino ,u~ tItUlUOSpor oiros de un mat. cial completamente diferente. Como América
U fase neo técnica
285
estructura a _~~1~ vieja roca permanece, el nuevo producto \e~IDjDa _p..s.e.uºº-l1}orfo. lJlliLl21_e!':11orfosis similar es posible :0 la cultura: nuevas fuerzas, actividades, instituciones, en vez de .ristalizar independientemente en sus formas propias adecuadas, pueJeníñ'sinuarse en la estructura de una civilización existente, Este ql..izá sea el hecho esencial de nuestra situación actual. COITJa civilición, no hemos entrado aún en la fase neotécnica, y si un futuro Íli5tonador hubiera de usar la actual terminología, tendría induda~Iemente 9\1e caracterizar la transición presente como un pCIlOUO ;-~~técnico:' (-,(
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---p;:jes ¿cuál ha sido el resultado e' invenciones cos,de esos reíina.nientos "~l;l1j;C'llUS
total de to-Ios esos ':'tndes descienuncos. de esos intereses más orgániy dehcadezas de la técnica? Hemos uuli-
ndo simplemente nuestras nuevas máquinas y energías par: apoyar procesos que se empezaron bajo los auspicios de la ernpre .a capialista y militarista: no las hemos utilizado aún para dominar aqueformas de =mpresa y someterlas a propósitos más VItales y hu!llanos.Le, ejemplos de formas seudomórficas rueden sacarse de tolos los sectores, En el crecimiento de la ciudad, por ejemplo, hemos tiliz1do el transporte eléctrico y con gasolir:a para aumentar la QJnge~tiónque era el .esultado original de las concentraciones capi~jstas de la energía del carbón y del vapor: los medios nuevos han ndo utilizados para ampliar el área y la población de esos centros tnetropolitanos anticuados e ineficicntes y humanamente defectuosos. De la misma manera, la construcción con armadura de acero en la Ilquitectura, que permite el empleo más completo del cristal y el ~2F aprovechamiento de la l11z, se ha usado en América para ~etii:entar el hacinamiento de los edificics y ooner barreras a los ~~;dd sol. El estudio psicológico de comportamiento humano se ~y~cha para condicionar a la gente a aceptar productos ofrecidos t.a'$tutos anunciantes publicitarios, a pesar de que la ciencia, según .~~~¡a'en la Oficina Nacional d~ Normas de Was,hington, da nive- I ~,~ensurables y tasables de calidades de los artículos cuyo valor ,~~bIece ahora en forma comúnmente aceptable por medios pura,~tsrsubjetivos. La planificación y la coordinaci6n de la empresa /~ ~,Ctiva, en manos de banqueros privados más bien que de fun-! cio!l~~?spúb!icos, se convierte en. un mé:090 .rara conservar, el cO~-1 :l~onopohsta de grupos íinancieros privilegiados o de paises pt1.¡ ~ks. Los medios para el ahorro de la m:1/10 rlp. obra, <:>n Vf"~/ :l!melltár el tiempo del ocio, ha resultado un medio para
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tener a un nivel depauperado una parte creciente de la pol-' El avión, en lugar de incrementar simplemente el volumen de e intercambio entre los países, ha aumentado sus temores lC(Íl': corno instrumento de guerra, en combinación con los últi.nc, . tos de la química en cuanto a gases tóxicos, augura una <.11. .~xtermin.adora que el ho.mbre hasta ahora no ha sido capaz de . ) _co.ntt", las chi)l(,:b~s_y las ratas. El refnamiento neotécnico (j,. , \ quina, sin un desarrcllccoordinado d_e fines ~C'c;~!~o ~::'s al« !'2 hecho siI~lO_auIT~ent~;:)
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neoté:nica
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No debe uno asombrarse de que los que aparentan controlar los tiJ¡os de la Suciedad industrial, los banqueros, los hombres de 'os v los político., hayan frenado continuamente el progresa y n tratado de limitar íos·desarrQlli.L.ne.o.:.éC111C.9~ -V-·evitadü-los !iDj~r_ástico~ que han. de realizarse en todo el me'ciiü-socíaL El peuJomurfo es, social y técnicamente, dp tercera clase. Sólo :COI' tener uua fr-cción de la eficiencia que posee la civilización \tOlécnica en ccnjunro, " condición de que finalmente produzca sus :1O~íos controles, formas, direcciones y parront.s ius L; Lu,:~v;·,;;l;:~. /".c'J~mente, en lugar de encontrar esas formas, hemos aplicado nues~'lIdestreza e invención de manera que dejamos una nueva prórroga vida a las instituciones capitJI:3tas y mi0_aris~f!.~_ anticuadas del .1. "jpin ;'Prínrinrfmes pa1eotécnicos 'con medios neotecnicos:\ ésta ., la característica más evidente del orden actual. Y por esto es por que una gran parte de las máquinas y las instituciones ql1e se rJctan de ser «nuevas» a «avanzadas» o «progresivas» lo son a me.do solamente en la forma en que un modernu buque de f:ueaa ¡t nuevo y avanzado: pueden de hecho ser reaccionarias, Y pueden CIlCQntra:seen el camino de una nueva integración del trabajo y el ttte y la vida que ;leIDOSde buscar y crear.
Capí~ulo 6
VENTAJAS
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E INCONVENIENTES
fueron- más lentos en aceptarla
que los protestantes,
y las que los Uitv3 mineros. Han seguido existiendo modcs de vida esencialte hostiles a la ~guina: lª-"'yipainstitucional de las iglesias, eiñilcI1as veces está sl,;lQprdinada al ·capitdismo ha perrnanef:Ic~ena a los-!ñtereses natu~~lis!as y. mecanicistas que contribu0:1 al desarrollo de la máquina. De aquí que la máquina misma "iiSiCIOapartaClaOilíCtamorfoseada hasta cierto punto por la" iones humanas que ha establecido, o a las que, de una manera ¡ otra, se ha visto forzada a adaptarse. De la máquina han resnlmuchos reajustes sociales que estaban muv lejos del pensaíenro de los filósofos originales del industrialismo. Ellos esperan que las antiguas instituciones sociales del feudalismo habían IIJO disueltas por el orden nuevu: no previeron qL'C pcdrícn cris!izar-de nuevo. Además, sólo en los textos de economía es donde el Hombre Económicoy la Edad de la Máquina ha.i mantenido siempre la pude' sus imágenes ideales. Antes del período paleotécnico avanlado,.sus imágenes estaban )'<1 des1ustradas: la libre competencia fue !rtnada desde el principio por los acuerdos comerciales y las colaboltCÍonesanti-unionistas de los mismos industriales que gritaban más altoen su favor. Y la retirada de la máquina, encabezada por filóso,poetas y artistas aparecía en el instante mismo en que las fuerzasdel utilitarismo parecían más confiadas y más coherentes. Los &:itosdelmecanismo sólo incrementaban la conciencia de los valores 00 incluidos en una ideología mecanística, valores derivados, no de . máquina, sino de otros dominios de la vida. ~ua1quier aprecia~justa de la contribución de la mág,uina a la civilizacivn q,ebc ~at 'con estas resistencias y compensaciones. :ODes agrícolas la asimilaron mucho menos completamente
1. Resumen de las reacciones sociales Cada una de las tres fases de la civilización de la máquina fu dejado sus rendimientos en la sociedad. Cada una ha cambiado s . paisaje, alterado el plano físicc de las ciudades, utilizado cierto~ re, cursos y despreciados otros, favorecido ciertos tipos de comodiday ciertos senderos de actividad, y modificado la herencia técnicJ común. Es la suma total de estas fases, confusas, mezcladas, con. tradictorias, anulando sus fuerzas así como añadiendo a ellas, 1<' que constiLuye nuestra actual civilización mecánica. Algunos aspect~ de esta civiliza::i6n están en completa decadencia; algunos esran vivos pero abandonados en el per-amíenro, otros aún se encuen· tran en las primeras etapas del desarrollo. El llamar a esta COID}'I!. cada herencia la Edad de la Energía o la Edad de la Máquina ocul· ta más de lo que pone de relieve. Si la máquina parece dominar la vida ' sociedad está más desorgalllzada de lo que estaba en el si/do XVII. _ __ Pero Junto con Lis transformaciones positivas del medio por . medio de la máquina hal! lle ado las reacciones de la sociedad co JrL1Lmáguina. A pesar e argo peno o e preparacién cultura. la máquina encontró ~r;~rcia y rcsictencia: en geueral, los países CJ'
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aminé el lector. por sí mismo la parte desempeñada por la T'1mecánica y sus aparatos en su jornada de trabajo, desde el desdór que le hace levantarse por la- mañana hasta el programa dio que le· acompaña para dormirse. En vez de abrumarle con .recapitu1ación, me propongo resumir los resultados de sus invesiones y analizar las consecuencias . rimera característica e la moderna civilización de la má.l\' es su reguI&rida _ t~mpora!. Desde el momento del despertar, itlnodel día está mecido pUl d reloj. Iudej.endienterner.rc ¿e!
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_esfuerzo a de la fatiga, a pesar de la desgana o de la apatí;¡ familia se levant
te el máximo de eficiencia en ningún sentido. La medida del ~ establece un pimto útil de :-=ferencia, y es inestimable en la ;«dinacÍón de diversos grupos y funciones que carecen de otro CO cualquiera 0e actividad. En la práctica de una vocación individicha regularidad puede ayudar muchísimo en la concentración la economía del esfuerzo. Pero e! consentir que gobierne arbiiamenie las funciones humanas es reducir la existencia misma a simple esclava del tiempo y a extender las sombras de la cárcel bre una zona demasiado amplia de la conducta humana. 1a rezu¡dad que produce ~atíª- y.~trvfia -esa acedu: que era ruina de-o ~~'<Íren-:i~ monástica, como lo es asimismo del ejéreifoes tan 'oil ~l~adora como la irreguraridal que ;,c-::>¿uceel desorden y la flisión. tJtilizar 1,9. accidental, lo impredeci~le, lo caprichoso es m:~~'Hio, hasta ("11 términos de economía, come u:!!!~:!~ 10 !~: !ir: las activldaues que excluyen ¡a~ ullcl~:;"nes de! azar provocan pérdida de algunas ventajas de la regularidad. Fn pocas palabras, el tiempo mecánico no es un absoluto, Y una ()blación entrenada a atenerse a una rutina mecánica del tiempo cualquier sacrificio de la salud, con-:eníer:;::ia y felicidad orgánica de muy bien llegar a sufrir de la tensión de_esa disciplin¡¡'y_hallar "~ es imposible sin las más vigorosas compensaciones. El ':!. de que e! trato carnaI-eIi'úna ciudad moderna esté "liíñitado, a los trabajadores en todos los grados y sectores, a las horas ya tigadas del día puede aprovechar a la eficiencia de la vida de tratio sólo con un sacrificio demasiado ravos<2 en las relaciones per~ales y orgánicas. Los Cene cios prometí al> por la reducción de , ~ horas de trabajo de ningún modo constituyen una oportunidad I!'fa dar al placer corporal el vigor que hasta ese momento se ha ~ta¿'J al servicio de las máquinas. L)pnto a la regularidad mecánica" s~ observa el hech? de que una IIQ~J;la parte de los elementos mecarucos de hoy sor. intentos para !It~rf~H.a~, los .c:fectos del alargamiento ¿el tiempo y" de las distanC1a~ en el espacio. La refrigeración de los huevos', por ejemplo, .'l,W~esfuerzo para espaciar su distribución de manera más uni~e,de lo que la gallina es capaz de hacer. La pasteurización de ,. leChe es un intento de contrarrestar el efecto del tiempo que trans~é:-en.la cadena entre la vaca y el lejano consumidor. Las' partes ~e .acompañan al aparato mecánico nada hacen' para mejorar el Prpq~cto mismo: la refrigeración simplemente detiene. el proceso de d§'cómposición, mientras que la pasteurizac!~n en realidad le quita a la lidie, algo de su valor nutritivo. Donde posible distribuí! a k !l0'Ci6n más cerca de los centros rurales en dunü.; se prc.lucer, la l
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leche, la mantequilla y las verduras, los complicados aparato, ¡'J'; contrarrestar e! tiempo y las distancias puede hasta cierto punto e: , minuir. Se pueden multiplicar dichos ejemplos tornándolos de disn. sectores; apuntan a un aspecto de la máquina que no ha sido re nccido en general por aquellos originales apologistes del capu.ih-. de la máquina que consideran cualquier gasto extraordinario de ¡, za motriz y toda pieza nueva de un aparato mecánico como Ull :' neficio neto automático en eficiencia. En The Instinci oí "\ll,?rJ.:,,:: sbip (El instinto manufacturero), Veblen de hecho se ha EJ:egunt.I' ~i kJnáquina. d~escribjr, el teléfono_ y el automóyil,. aunque J(1r ' ~~JJº--lógims...IIcIT.Q!.ta-ª_os «110 han desperdiciado más. esfuerzo y ~ ' tancia de la que !:Jn ahor~:::2o;;,sino - se les debe achacar una :1;" cj~hlp i";é"I1ií1~- e-~~~;Í(ími('~!1ot haber aumentado el ritmo :, el " lumen de la correspondencia y la comunicación y los viajes fue.1 :' toda proporción con las necesidades reales. y Bertrand Russcl ' _°E~~ue _~ªd.
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de las tareas familiares y de ensueño contemplativo, que ha una de las grandes contribuciones de la religión occidental a la iplina de la vida personal, se ha convertido en una posibilidad vez más remota. Esas ayudas mecánicas a la eficiencia, la coope"n y la inteligencia han sido explotadas sin piedad, por la prem¡nercial y política, pero hasta ahora -por no reguladas y por isciplínadas->- han sido obstáculos a los fines mismos, que prefavorecer. Hemos multiplicado las exigencias mecánicas sin !lUltiplicaren grado alguno nuestras capacidades humanas por regís:mlas y reaccion-r .-le manera inteligente a ellas. Con las sucesivas deman3asdel mundo externo tan frecuentes y tan imperativas, sin 'lingún respeto por su verdadera importancia, el mundo interno se , .:onvierteprogresivamente en algo estéril e informe: en lugar de ~~~~l.;cción activa, hay una absorción pasiva que termina en un etado muy bien descrito por Víctor Branford como «huera sub'etividad». ---
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l. Materialismo sin objetivo: Poder superfluo Nacida de su preocupación por la producción masiva está la ttndeflcia de la máquina en centrar e! esfuerzo 5!Xclusiv:a~n ~dug;Wn .de bienes n.lateriJle~. EXiste. un ..én.fa.sis de.s.p.ropor.ciO_\ ~dQ en los medios físicos de vida: la gente_sactifi<;ª-.!kf!!.Ru--ªis!l!Jtespresentes con el fin de conseguir una abnndancia mayor de _~illWf~~s, pues se supone que existe una--estreclia relac16n 'entre el ~~~a! yel núil1e'::o de-bañeras, "¡¡litas-y otros pióouctos' .08 de la máquina que u-no-pueaaposeer--.--Esfi'itendencla,-iú)'para fa . Ja:necesidadeS fíSIcas-deTavida,' sino ~ara extender hasta lIQ límite in en nido lUJm,t~dª-cL de equipo mi'terIal que se aplica a ~"vid~ no es exclusivamente caractermíCádela máquina, pues ha C\lnstituirloun acompañamiento normal de otras fases de capitalismo Gl.,otras civilizaciones. Lo C;:.Jees típico de la máquina es el hecho ..,e§.osideales, en vez de estar limitados a una clase, han sido vul~~dos y se han extendido -al menos como ideal- a cada sector ,~~la.i!sociedad. ~ ,1 Puede deíinirse este aspecto de la máquina como «materialismo 'Ii!~ohjetivo». Su defecto particular es que proyecta una sombra de fePl:Qj:hesobre todos los intereses y ocupaciones no materiales de '#Immanidad: especialmente, condena la estética liberal y los in te~intelect:.Jales porque «no sirven a lllngún objetIvo útil». Una -las, ~t:;)JiC:()r.¡;,;de la i¡lve:1Ci(-r;)entre los -inlte!mos abogados de
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arr:strada sobre un piso de planchas exigía 652 libras; sobre la máquina, es que elimin,aJa ne~d~aginaciói en'. plataforma de madera, arrastrada encima de un piso de planchas, de mantener una conservación como en ensueño con un afllip,o aigía 606 libras. Después de enjabonar las dos superficies de madera [ano, puede uno coger el teléfono y sustituir la fantasía por su \ resbalaban una sobre otra, 182 libras. La misma piedra coloSi uno se encuentra agitado por una emoción, en lugar de caro después sobre rodilles de tres pulgadas de diámetro, necesitó una cancioncita o de escribir un poema, puede echar mana de disco de gramófono. No hay desdoro en que ni el gramófono n: ponerla en movimiento sobre el suelo de la cantera sólo 34 liteléfono nos sugieran que sus funciones especiales no ocupen el h.. s, mientras que para arrastrai la sobre esos mismos rodillos y sobre de una dinámica vida imaginativa, ni de que un cuarto de baño rr. piso de madera no se necesitaron sino 22 libras. por muv admirablemente instrumental que sea, sustituya a una l' Esta es una simple ilustración de las dos maneras de aplicar la t',~," a a un jardín de flores. I:I hecho bruto de la materia es \ wgía a la producción moderna. Una es la de' incrementoel gasto energía; la otra es la de ecanornizarensu apI1caci6n. Muchos-de . uestra civili~!l,~ióA,concede un_yalQ!:._at~2.
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otras palabras, la mayor parte de nuestros aparatos mecanices <_ tan útiles como una muleta cuando se tiene una pierna rota. La rr leta, sin duda inferior a la pierna normal, ayuda a caminar me . ( o peor hasta que se curen huesos y tejidos. El error !l1~s carric•.:, \ consiste en creer que una sociedad en la que todo el mundo Ik'l < muletas es por eso más eficiente que otra en la que la mayor I'r: \ Je la gente camina con sus dos piernas. Con considerable inteligencia hemos ideado aparatos mccáni«\ para contrarrestar el efecto de la extensión del tiempo y de las .::'tancias en el espacio, para incrementar la rantidad de energía d: oonible para realizar trahajos innecesarios y para aumentar el despc: dicio del tiempo consiguiente al intercambio sin interés y superficial Pero nuestro éxirc ~~ ,'~~!i~~~ estas c",q< nos ha cegado con referl" cia al hecho de que dichos instrumentos- no. son pOJ" sí mismo, scfu de .diciencia o de esfuerzo social inteligente. El enlatado y la relri« ración como medios para distribuir una cantidad limitada de :11· mentes durante todo el año, o para ponerlo a disll9~kJ.Qn de ZvP.,i; distantes del lugar origiWl donde se producen, representa un pro vecho real. El empleo de artículos enlatados, por otra parte, en r( giones del 5=a.Q1PQsen donde se dispone de frutas y hortalizas Ires« ~ ~:l una pérdida vital y sorial.AEl hecho mismo de que la meo ~nización se preste aliñaorganiZaCi6n industrial y financiera en grar escala, y marche al paso de todo el mecanismo distribuidor de iJ sociedad capitalista concede una ventaja a tales' métodos indirectC" y finalmente más ineíicientes. Sin embargo, no tiene sentido comer alimentos que tienen años o que han sido transportados desde milla res de millas, cuando se dispone de a' entos ioualment buenos sin salir de la localidad. Es una falta de jstribuciQ!l racional la que pero mite que continúe este proceso en nuestra suciedad. Las máquinas han dado carta blanca aGa-ineficiencia...sciaib. Esta carta blanca fue tolerada tanto más fácilmente cuanto que lo: que la comunidad perdió en conjunto por culpa de "esas eneraías: mal aplicadas lo ganaron como beneficio los individuos emprendedores .. ·.... : :)1' .El caso es que la eficiencia Se confuride'· corrientemente con la 'adaptabilidad' a la producción. Y a la comercialización fabril en gran escala:· es decir, con la adaptación a-los 'actuales.mércdos de explotación comercial. Pero en términos de' vida social" muchos de los 'más extravagantes adelantos de la máquina han demostrado consis· tir en el invento de medios complicados para hacer cosas que pueden realizarse con un costo menor por medios más sencillos: Esos como j.iicadcs conjuntos de aparatos, primeicrncnte i&.::>J..:.s pcr dihujanttS americanos con sentido del humor, y después llevados 'a la esceM
X. l~UTOMATISMO NEOTECNICO
1: Telar moderno de algodón. Durante ~; p~l;U":U p~,:::::¿':~;C"1., industrias textiles fueron el modelo de la producción progresiva, y el térrn .. lu factoríc se aplicaba solamente a las fábricas de tejidos. Hoy el obrero desempeña en ellas una parte cada vez menor: perdura como un pastor de máquinas. (Fotografía por Eioing Gailoioav)
'2:,.La máquina de fabricación automática de botellas no es solamente un .medio de ahorrar mano de obra, sino también vidas, pues el estallido de .;botellas provocaba muchas bajas en los obreros. Por otro lado, lo barato .de las botellas significa un desperdicio mayor debido al descuido, y la creo Ciente demanda tiende a menudo a anular algunos de los beneficios de la producción automática económica. (Véanse las boterlas de la lámina XIV.) (Fotograf¡a
por Ewing; Galloiosv)
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ujas e incon"enientes
XI. FORMAS DE AEROPLANOS
Máquina automática para fabricar tapones de rosca en la Krauss\\',":' en Sajonia. Esta fábric-, que ha pertenecido a una sola familia durante ,. siglo. ilustra el cambio desde los métodos artesanales del antiguo herrr: hasta los adelar tos de la máquina del ingeniero mod-rno. (Cortesía de Priedriecb Emil Krauss)
4: Lo :'mismo que el ferrocarril aerodinámico, el fogonero automático fue inventado más de cincuenta años antes de que su uso se generalizara. IJ tipo que .aquí se presenta ha eliminado una forma de esclavitud de la murw de obra y ha llevado a unn creciente eficiencia en la utilización del com bustible. Nótese el único obrero que atiende el servicio. (Cortesía de la Consolidated Gas Company)
\: Aeroplano moderno, proyectado para disminuir la resistencia al aire y aumentar la potencia de alzamiento, según líneas sugeridas por los estudios de !3S aves y de. los peces. Desde 1920 el desarrollo del conocimiento científico y del diseño técnico !1a:1cont:;¡u?do sin cesar en este campo; :' con el uso de nuevas aleaciones, como el dui:aluminio, se han conseguido a la vez igereza y resistencia. El aeroplano es el culmen de la ingeniería refinada y exacta
(Fotografía por Ewing Galloway)
: Tal vez el impel-o más radical para corregir el diseño del automóvil ~\deba a Gienn Curtiss, el proyectista de aviones, cuando condujo un auto líacia atrás y mejoró su rendimiento. El mejor diseño hasta ahora parece ser delrauto Dymaxion, hecho por Buckminster Fuller y Starling Burgess, e ha mejorado e,
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3: El tren aerodinámi:o, diseñadc pero rechazado ya zado en 1934, gracias a la lección y a la competencia (Cortesia de la Ilnio» PacifiL Syster=)
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4: El llamado tren Zeppelin. Intento experimental y posiblemente algo romántico de adaptar al transporte en superficie las ventajas del avión y del dirigible. Se está probando ahora en la Rusia Soviética un enfoque aún más radical al problema del transporte por tierra, el «esfero-tren» inventado por un joven ingeniero soviético, M. I. Yarmalchuk. Dicho tren corre sobre grandes cojinetes de bolas motorizados. El avión ha liherado al ínven: 01' de los rnouelos estcreotipados de la ;c.-JJ110C;Ó'l con ruedas.
cómiccs como oe Cook, en los que una serie de mecanismos int:incados movimientos se han creado para hacer estallar una • 11 de papel o mojar un sello de correos no constituyen locos uctos de la imaginaciún americana: son simplemente transpo'lones en el terreno de lo irurnorfstico de procesos que se pueden nciar en centenares de puntos diferentes de la vida real. Unos épticos elaborados se nos ofrecen en envases mecáoicamente s de conseguir, muy tentadores por sus l.tografías v su proganda impresa, en lugar de lo que el sentido común científico mdica: que están llenos con uno de :05 minerales más comunes, el cloruro de sodio. Unas bombas de vacío se Introducen en los hogares ¡j)e!!c,mos con el fin de limpiar una forma anticuada de cubrir los 9ÚQs, la alfombra o el felpudo, cuya propiedad para su uso en el aterior, si llu C:"O"l-',¡c'c;::;6 cc.: b, c~ri'\T~nilS de donde salió. ciertaente dejará Je existir con los tacones de caucho y las casas con efacción de vapor. El atribuir tales ejemplos de desperdicio patétiro al crédito de la máquina es como contar el número de aurnen1of1de los remedios contra el estreñimiento como prueba de los be"ltFcios del ocio. -'La tercera característica importante de la máquina en su proceso _ snJ'ambiente es la uniformidad, la ~standardización v l~osibij¡~de, sustitución. Micnrr-s que la a!:!~ªn.!a, por su g¡lsmá-ilátlJ.¡ij~a' de t.;a6ajo humano, exhibe .constantes.variacionesy adaptacío~~el t.!..~Qa;o de la máquina presenta exactarnente.Ja característica iü~,_ya que aquélla se jacta de que el coche que hace el número [millón, construido según un proyecto dado es exactamente como ':rimero. Hablando en general, la máquina ha sustituidojina Serie} ·;i,¡tda....e~.-variablesi por una 'cantidacl.. ..finita, ~e...cons.tantes.:\ si bien !inuye el campo de posibilidades, aumenta el área de predición 6tro1. '1ittltras que la_-'.mifº.n!!ÍQQ4..4~ las _a~~aciones humanas, si se á;i;demasiado lejos, eliminaJlLiniciatÍYLY lIiSilliñuye el tono ge(del org~ismo, J¡¡ uniforll!Ldad en las operaciones de las má'~ la estanaaflzaciQii-º~lQ..s.proddctos produce efectos contraipospeJigros'-cfe los productos estan arizados han sldo exagerados úellas personas que aplican a las máquinas los mismos criterios aplican al comportamiento de los seres vivos. Este peligro lo exagerado más aún quienes consideran la uniformidad como 'por sí misma y la variación, buena en sí misma, cuando en reaftanto la monotonía (uniformidad) como la variedad son caracicas opuestas que no pueden eliminarse de la vida. De hecho, tandarización y la rep .ición ,!t:5.:rtpciL!" en nuestra economía
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social el mismo papel q?e d~sempe?an 10~ hábitos en el orgllli:', humano: al relegar al nivel rnco.isciente ciertos elementos rcrurtes de nuestra experiencia, liberan la atención que puede así CCI1I'." en las cosas no-mecánicas, inesperadas, personales. (Trataré '!'. importancia social y estética de este hecho cuando discuta la ;1' lación de nuestra cultura de la máquina.)
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sin otra preparaci.ón, subsistir
a una casera, o cuando se ha
_do toda la prudencia puede un freno sobre las cuatro ruedas
lI;!tituira un buen conductor. Estos inventos amplían el campo y • ~lÍplican los intereses de los aficionados. Cuando se generalice el Qtomatismoy se socialicen las ventajas de la mecanización, los horn~ )ft$ retornarán una vez más al estado paradisí-co en el que habían oco en las regiones naturalmente desarrolladas corno los mares ,~ Sur:\~ ritual de! ocio sustituirá al ritual del trabajó,' y el mismo -t. Cooperación contra esclavitud Imujo se tornará una especie de juego. De hecho, esta es la meta ,1 .: J;: un sistema de producción energética totalmente mecanizado Uno. d: los res?ltados ~e!. des.a,l'l'ollo de instrumentos)' 1':" :ulo.matizado: la e!i.~inación del tr.abajo, l~ u?iversal .. consecución tos rnecarucos ha SIdo la eliminación de la destreza: lo ocurrid. t k OCIO. En ~'.1 Jlscu~J.9_n-º-e_laesclavitud, Aristóteles dijo que cuanla fábrica aparece también en l~ .~illlz~ci6;-fil:~1 .d~ sus produ. , ~E~icSe sola y ia. pú-t se moviese p~r ~í misma ni ~el.!naes- ¡' Por ejemplo, la maquinilla de afeitar de seguridad ha convcru.. .~0ii:~;:;.; ;;)·~::!::::-:tes m el amo esclavos Cuando escribió eso, difícil operación del afeitado que era preferible encomendar ;! :rtia:-:!ar establecie.i.L :" ,,:-::;';-,,:;,,:;;d::::::~~ 1:: prrlavitud, pero p'1r~ barbero experto, en uua rápida operación cotidiana que puede 1, '$SOlroshoy, en .ealidad, estaha.justiíicandn.laexisrencia .d_LiJ máI lizar el hombre más inexperto. Ei automóvil l-a convertido la ['," i\i!!na. En trabajo, bien es cierto, es la forma .constante de la interac\, ducción de una máquina, reservada a la tarea especializada del {,'o ~9.'·del.homi:Jt(:_qll1.snjnedio, si entendemos por,..naQi!Í9_hJJJlma ~ nico en locomotoras, en la ocupación de millones de aficionados. L ~U!Ide acciones necesarias :--ara conservar la vida. La falta de tracámara ha transformado en parte las reproducciones artísticas ,: ~jiísignifica normalmente un deterioro de la función y un derrumgrabador en madera en un procedimiento relativamente sencillo : ~entº_d.¡; relaciol1es orgánicas __conducentes a sustituir formas de el que cada uno puede adquirir al menos los rudimentos. Como l ~~jo, cO~.c?)llvali~~ y_.11~~.Q~is.Pero el trabajo entendido como la ~anufactu~a las funciones humanas r;mero se espec~a}§~il~ I.artá.,oner.csa o -nonótonamente ~edentaria, formas de trabajo des_pues se mecal1lzan y finalmente se automatizán, o por e rnenos s . gtt":ladasJustamente por las ateruenses como nos recuerda el señor _/ automatizan a medIas. ---,Alfred Zimmern, esas formas degeneradas de trabajo caen dentro del Cuando se ha alcanzado la última etapa, la función toma nur (~~~~de la máquina con toda propiedad. En lugar (le reducir los ~ vamente algo de su carácter original no especializado: la Iotograh.~ hurnanos a mecanismos de trabajo, podemos descargar la mayor necesita volver a cultivar la vista, _cl_tcléfono la voz, la radio ':: '~e del peso sobre las máquinas automáticas. Esta posibilidad aun Arisróteles, yol. 4'1. (N. del r.;
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operación en serie cada parte debe funcionar suavemente y engra: O:XVII a manos de.aquellos mJe)l?_n organizado, controlado y pocon la velocidad justa a fin de asegurar el trabajo colectivo (iel j" o lajnáquina. La máquina ha sido valoradajiorque incremento ceso en conjunto, así en la sociedad en general debe haber erem¡;leo d_~Jas máquinas. Y dicho empleo fue la fuente de benefiestrecha articulación entre todos sus elementos. La capacidad de l-. 'dos, poder j riqueza para las nUevas clases dirigentes,' beneficios que tarse a sí mismo es otra manera de expresar la imperfección tcu. o;;staanora naIJíi:r¡-Ta6- a-ros -negociantes o a aquellos que monopológica: a medida que nuestra técnica se hace más refinada re' !Izal5¡¡;}1á iierra~- Las-juñglas y las islas tropicales fueron invadidas imposible manejar la máquina sin cooperación colectiva en gran \ dUranteel siglo XT:\: ccn el fin de conseguir nuevos conversos para ca.1.a,y .a l.argo p!az?; U!13 ~_1t~.!.éc...I2.ica_s§10 es. posible so?re la 1. la Jlláquh~: Exp [oradores como Stan ley padecier?n incr .:íble,s t.orde un mtercamblO-mtekctu::[ y de_un comercio con carácter pl.r turas y pnvacior=s con el fin de llevar los beneficios de la maquina t_~Ú-º-·La máquina ha roto el ais]am-ié-nto relativo -jamás comp.. a regiones inaccesibles comunicadas Dar el long": países aislados hasta en las más primitivas sociedadesdel período artesanal como el japón fueron invadidos por las armas para abrirle camine intensificado la necesidad del esfuerzo y del orden colectivos. L(1, al comerciante: los indígenas de Africa y América fueron cargados íuerzos por alca-zar la participación colectiva han sido desmañ«: con falsas deudas e impuestos mal intencionados para esumularlc:' ~!"~':,;CQs: así, por la genei.ii, la gente es r",,
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¡U~s, desmontó sus engranajes, y se detuvo: un fracaso humillante, lento movimiento de un barco en el canal puede ser preferible , a espantosa pérdida social. rápida carrera de un auto, y si uno desea apreciar la mis-c-. Se enfrenta uno, entonces, con el h(;c~que_l~áquina es ambi,&u oscuridad y las formas extrañas de una caverna natural, es m, faltate. ;Es a la vez un instrumentu de¡ liberación IY d~ repr::sión."7 penetrar en ella con pasos inciertos, con ayuda de una antorcha ( M"á7cQnomiz 0_ en~ Jíym.!-n~~y}a ha .. dirigido erradernente. Ha 2 uua linterna, que bajar con un ascensor, como en las famosas Cl', ~amprio marco de orden y ha provocado desorden y caos, nas de Virginia, y resultar que el misterio ha desaparecido por ,. ~ serviuu ..!~.o_bler.!l~.!lte_-ª los__objetivos humanos, y los ha pervertido pleto debido al empleo deslumbrante de la luz eléctrica -U!18 ;,' :~º. Antes dI' intentar discutir con mayor detalle aquellos asficación comercializada que sitúa iodo .,1 esoectáculo al bajo ¡' pectos de la máquina r;ue han sido efectivamente asimilados y han dramático de un parque de diversiones popular. r"Qcionado bi en, me propongo tratar de las resi3t::ncias y de las Como el proceso de evaluación social faltaba er; ;;:'::m pan, compensaciones por ella creadas. Pues ni este tipo nuevo de civila gente que desarrolló la máquina en los siglos XVIII y XIX, , Iización ni su ideal ha quedado sin desafío: el espíritu humano corrió como un motor sin gobierno, tendiendo " recalentar sus ¡" no se ha inclinado ante la másuim1, con absoluta sumisión. En cada pios rodamientos o cojinetes y reducir su eficacia sin ninguna «: fasede la existencia la máquina ha suscitado antipatías, disensiones, pensación Fstn rlP!n o! ;c:::'C::::: ~::: ::.: :·;:.!~1ación a grup(l~ que e" reacciones, algunas débiles, histéricas, llljustiticadas, otras que son ban fuera del ambiente de la máquina, y que desgraciadamente, en su naturaleza inevitables, tan bien fundadas que no se puede recían a menudo del conocimiento y comprensión que hubieran he,: tocar el futuro de la máquina sir. tomarbs en cuenta. De :orma anásus críticas más pertinentes, loga, las compensaciones que han surgido para superar o mitigar Lo que hay que tener en cuenta es que el fallo en evaluar' losefectos de la nueva rutina de vida y de trabajo llaman la atención máquina y en integrarla en la sociedad en conjunto ,no se,.de!sobre los peligros en la integración parcial que ahora existe. simplemente a defectos en la distribución de beneficios, a errores, -;dministración,-a'-ra-av:!:¡(¡';¡' y'a 'j; falta "de '~n~plitud en las ide, , de los dirigentes industriales: también se debió a-Ja--aebtlidad l; ~~Ataque directo contra la máquina .. joda nlosofj -sobte--la::=:sIJl.....::=se - baS-áb¡¡f¡-las'rii..ievi¡s técnicas y kijl.ventos...-.L.Q,ulltigentes y, h~!I1bres emprended..2.~e_LCi~~9uellaépo. .t; La conquista de la civilización occidental por la máquina no se / eían que-habían __ e.ritad~kn!~esida<['ª-ein.!!odu~ir valores, excep realizó sin la obstinada resistencia por parte de las instituciones, 1 s.que Ibau. automáticamente rcg:istrad.o~...e!l-º-cneficiosJ..e? precoh~bitos e impulsos que no se prestaban a la organización mecánica, eían que el problema de distribuir en forma justa los bienes ~,', }>~sde el principio mismo la má uina ' " ostiles.,a dí eliminarse creando una gran abundancia de los mismos: que l ~compens~ión~_En él mun o de las ideas, el romanticismo y el problema de aplicar las energías de uno juiciosamente podía anular': ,~9litarismo van de la mano:.5hakesIleare con su culto del héroe sencillarr-ente multiplicándolas: en resumen, que la mayor parte d: ~lAvidual y su énfasis puesto en el nacionalismo apared6 al mismo las' dificultades que hasta entonces habían aflijido a la humanid,''; :,~€!mpoque el pragmático Bacon, y el ardor emocional del metodistenían una solución matemática o mecánica, es decir, cuantitatir.!, J!lolde Wesley se extendió como el fuego por la hierba seca a través ,L,;i creencia en que se podía prescindir de los valores constituyó , '~~~las íñísiiíiiS clases deprimidas sujetas al nuevo régimen de' la fá· ,!).p~v~ sistema de los valores. Los valores. separudos de los pr~ceso, J5~i9.l, La reacción directa de la máquina era hacer que la gente fuera ~ - orrientes, de la vida, uedaron como preocupación de los que reac' ~W:~terialisla y racional: su acción indirecta a menudo era hacer a la ;g,e~te extremadamente emocional e irracional. La tendencia a ignocionaron contra a máquina. Mientras tanto, os procesos corrientei Se, ..justificaron a sí ñiísíñOs úriiCañ1eñte en términos de producción ,••~ la segunda serie de reacciones porque no coincidían lógicamente cuantitativa y de resultados pecuniarios. Cuando la máquina en co~' SB~ las exigencias de h máquina ha sido común, desgraciadamente, ,~"muchos críticos del nuevo orden industrial: hasta Veblen no se junto se lanzó a toda velocidad y el poder adquisitivo o no pudo rr al mismo paso que la supercapitalízación poco honrada y los be~e' >!iJ)r6 de esa tendencia. .La r,:si~'L:1ci" ~ los p.~;-f:,ccb"ami?nt03 mec1f\icl)~ ~r1o!'tó ur a fícios exorbitantes, entonces l? rr:á<]l1:n::roda de repente dio mqrcJl<1
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fin~¡ Creía <:.!l ~0encia, en las invenciQnJ'~s,_en..JO,Lbeneficios gran variedad de formas. La más directa y sencilla fue destroza; t•• t eíp~n layaquinª-!,i.~y ~n el E,I()greso, en el dinero y máquina ofens~ O asesjl1-ª-L..~ sllJA7.entOI..--o confortable,. y confiaba en extender dichos ideales a otras ---ra destrucción de las máquinas y la prohibición del inv-nto <: _,acte~aQte el comercio libre y en permitir que algunos de tan bene.6ciosamente transformó a :a sociedad imaginaria de Ereu: ,~bénefirios se filtraran de las clases poseedoras a las explotadas de Butler, ~dieran haber,s~Jo\:umpUda.s P.o~, clases trabaja,' .. rcmo-?hora se las llama con eufemismo, las «menos privilegia. de Europa e no ser por doS hechos. h.tmer.o; la ,guerra cL" .;:=:- s~!!l..2~eque ello se hiciera con la suficiente prudencia para contra la máquina era una lucha desigual; pues los poderes (,.. mteoer las clasfs_ inferiores trabajando con diligencia en un et tado cieros Y.. mili~~~L~s~abal1- del lado de las clases que se empeña iSiíiñisión-;'~;petuosa Y soñolienta. e'ñ e.;pl.Qt~rJa máquina, en un momento crítico los soldado' anovedad de los ~-ro¿u¿ros mecánicos fue, desde el punto de mados con sus nuevas máquinas, podian aplastar la resistencia de : 'la uti1itaristi!L.~na garantía de su valor., El u tili tarista dese" 1)3 obreros' con una ráfaga de fusilería. Mientras los inventos se h~(: er to a la distancia posible erice su propia sociedad de indiviesporádicarnente. la introducción de una sola máquina podía 11 libres fabricantes de dinero v los ideales de una vida feudal v bien retrasarse poi un ataque directo: una vez realizada en un fr.::' :oiectiva"Esos ideales, con sus r"rar;IClones, ie?itades, sentimientos, amplio y unido, n:ng'.~::~ c;:::;:l:: :'::S::;;0ú Iv,-"l podía ya imped.r ' C'O!IStituían un freno a la inuoducción de cambio y de mejorarnrento avance sino ternooralmente. Un reto satisfactorio hubiera necesii. . eecánicos. Los sentimientos que giran en torno de una casa antigua un grado de organización del que, por la mis-na naturaleza dei c.i-Jdrían encont.arse en el cami:~:J de la apertura de una mina que las clases trabajadoras no disponían, ni siquiera hoy disponen de : corÍierapor debajo de aquélla, incluso si el afecto existente en el en verdad. mtiguo régimen patriarca; entre amo y servidor pudiera encontrarse W~punto era igualmente importante; la vida, la cnerr: el camino de aquel ilustrado egoísmo que pudiera llevar a preso L1a3Yentur;Ls..~enc.ontraban_pr1:nerflJJ1ente del lado de la 'máquin.! indir del trabajador tan pronto como el mercado quedara inactivo. la artesanía estaba asociada a lo .61000 sedentario, lo jubilado . lo'que más c;aramente impedía una completa victoria de los ideales _ñ1QtiEüñdo, Se apartaba manifie~ta..~é::te-dé·]os-riuevos movimienrc' up,italistas y mecanicistas fue la trarrrt de antiguas institLlcione~ Y del pensamiento y de la ordalía de la nueva realidad. La máqui:': eodos de pe.lsar. La creencia de que el honor podía ser más impar, significaba nuevas revelaciones, nuevas posibilidades de acción; trai tante que el dinero o que el afecto amistoso y la camadería pudieran consigo un élan revolucionario. La juventud estaba de su lado. Bu· un ruotivo tan potente en la vida como el conseguir beneficios, o cando sólo 'la persistencia de los medios viejos, los enemigos de ;! máquina estaban luchando un combate de retaguardia, y 3e enco» ~ quOa actual salud animal pudiera ser más preciosa que las futuras ironsiciones materiales -en resumen, que el hombre integral putraban del lado de los muertos incluso cuando se abrazaban a Ir d!~lá",tener m ás interés que el éxito y el peder extremos del Hombre orgánico en contra de 10 mecánico:' Tan ron á runa consi ió la hegemonía en !,¡ vid.! Plónómico--. En verdad, algunas de las críticas más duras contra el ~o credo mecánico procedieron de los «tories» aristócratas de real, el único lug1f donde podía ser ataca a o resistr a-era"en la' lI!'gkterra, FranciaJ de los estados sudistas de los Estados Unic1()s. actItudes e Intereses de los que con elhrtrnbajab-an-:-hcextensión , . ':EJ. romanticisllL en todas sus manifestaciones, desde Shakespeare ttrrrqm:han floreckID-Ias ideas y lc:program,,:>no-mecánicos desde ~illiam Mill:ci.s, de Goethe y los hermanos Grimm a Nietzsche, el siglo XVII, ~ pesar de la permanente fluctuación de la máquina. ~Jtousseau y Chateaubriand a Hugo, füe un intento de volver a es en parte una medida de la cantidad de resistencia que la máqui¡l3 lil1dcar las actrvidilclesesencia1eSdeTaVwa humana en un lugar ceno ha ocasionado; directa o indirectamente. ~deJ nuevo esquema, en vez de a~e~~ mágUina c~o-celluo~ ~nslderar todos sus valores como ultimo~'y.2º_SO~!O~, 6. Lo romántico y 10 utilitario tEn su intención, el romanticismo esta~to; pues re, ~ _ tabª~.11o.s-atributQs..Yitales históricos y orgánicos gg,Uullúan... La ruptura mayor en 11s ideas provocada por la máquina fue en" ~.;e1imiruv!P5. rlt>lib~,rad2.t!1e:ltede los conce!'tos de la (,;F!nci~u de tre 10 romántico y 10 utilitario. Arrastrado por los ideales indus, ~s.-de-l-~~"'I1tetrot, ypropowünóJ§s"necesarios trinles ~' cornercieles dé ,'..1 eJa¿, el utÚtarisra se Identificaba ron
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guas vernáculas y los dialectos que se hablaban fuera de P"ií Londres, todo ello era considerado por los cabaIIeros del siglo x.: como un CQnjunjº--.de loc.u~y _barb~rismos. La ilustración y el 1" greso significaban la extensión de Londres, PJtÍs, Viena, Berlín. ',' drid y San Petersburgo por zonas cada vez más amplias. Gracias al dorni.iio de la máquina, a los liSios y les bavurn: a los algodones est rrnpados j los pañuelos de bolsillo de los n':' neros, a la joyería, 13 cucl-illería y los abalorios de relcmbrón. masa de esta civilización empezó a extenderse como una 1118'1C: 1.1 aceite a todo 10 ancho del planeta: los tejidos a máquina suplanu a los tejidos a Il2~no, los tintes de anilina desalojaron a 10s ii: de origen vegetal y fabricados localmente, y hasta en la lejana P, :~2~:~.!:': '."."d;~AO algodón estampado, los sombreros de cop v pudor cubrieron los orgullosos cuerpos Je los indígenas, rnient o ue.Ia.sínlis; y. el ron, intrCl.~ucidos al. mismo tiempo que la BiI{ añadían un horror especial a -su-degradación. A todas partes don.' Heg-óesi:a mancha de aceite;-los-peces vivos fueron envenenaoos sus cuerpos hinchados subieron a la superficie del agua, uniendo; propia putrefacción al hedor del aceite mismo. La..Jl.1Lev~civilizara' mecánica no re~~tQ 11,1gª-~esni tradiciones. En la reacción que r:' voco,Ios-1ilG~res y las tradIciones-fueron los dos aspectos de la ex;' tencic que fueron sorr:etidos a extrema tensión. Esta reacción apareció definitivamente en el siglo XVIII en e momento preciso en que la revolución paleotécnica se estaba real zando. Empezó como un intento de_recoger los viebs h!los de J.; vida en~~-9!o __e~ qu~_el Renacimiento los había dejado; era, pue' u~!.('!troc§º_..il la Edad Media -Y--Úna=-~_jTeva~~~rn-de-su--significad0 de manera absurda por Walpole,Tría por RObertAaam~ gráfica po: Seott, fiel por von Scnafel:es~tica-por Goethe y Blake, piado': por PU Í y los rr:.1~m~ros ?el .movimient? aeOxfóW:--moraIísti(.! por ear y e y R.uskUJ, tmagrnatrva por Víctor Hugo. Estos poet3' y arquitectos y críticos revelaron una vez-:::lás la rlqüe"za y el interé ~ de la vieja vida local en Europa: mostraron cuánto había percHe la ingeniería al apartarse de las formas góticas a favor de la r:oD5' trucci6n más simple de pilar y dintel de la arquitectura clásica v cuánto había sacrificado la literatura por su extravagante interés en las formas y los temas clásicos y su pedantesca parada de alusione; clásicas, mientras las emociones más dramáticas se incorporaban a las baladas locales que aún perduraban por los campos. Este resurgir «gótico» sirvió de obstáculo a los procesos de centralización i «¿csce.a:diz~~¡Sl:~) explotadora de los procesos cir;b civilización de la máquina. El folklore y los cuentos de had:1S ~p
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''!S los recogían los estudiosos corno los hermanos Grimm y los 'dVtlis:asinclinados hacia le historia como Scott; los monumentos ·~S de arqu-ología se protegían y las gloriosas vidrieras y los aros pintados de las iglesias medievales y del primer Renacimiento ,( iban salvando aquí y allí Jel vidriero o del revocador, que aún "$CJIban aquellos restos de la «barbarie gótica» en nombre del prot50 y del buen gusto. Se coleccionaban las leyendas locales: en erdad, uno de los poemas más notables del movimiento romántico, '4m O'Sbanter, fue escrito sencilIamente para servir de texto al ;¡ed!! una ilustración de una antigua iglesia con fantasmas, de Allosay. y cosa más poderosa aún, los Iengmjes y los dialectos locales -epulieron en trance de muerte y fueron resucitados para devolver'<1$ a su empleo literario. , El movimiento llaL;vu;,~i.:;~"se aprovechó de estos nuevos intc (tres e intentó utilizados para fortificar el poder político del estado '3cionalista unificado, ese poderoso molar para conservar el status qua económico y para llevar a cabo políticas irnperialistas de agresi6n contra razas más débiles. De esta manera, entidades arnorfas como Alemania e Italia tornaron conciencia de sí mismas y alcanzaron un cierto grado de autosuficiencia política. Pero los nuevos intereses y resurgimientos penetraron más profundamente que el nacionalismo político y se concentraron más en su esfera de acción; además, tocaban aspectos de h vida para los que una política de..poder era tan indiferente como una economía de poder. La crea-. ci6n de los estados nacionalistas fue esencialmente un movimiento ~ de.4protesta contra los poderes políticos extranjeros ejercidos sin el ~nsentimiento ni la participación de los gobernados: una protesta CO!)tra las agrupaciones políticas en gran parte arbitrarias del período d¡ffá~co. Pero las naciones, una vez conseguida la independencia lla.'Ciqnal, empezaron rápidamente con la introducción del industria~~O'_del carbón a recorrer el mismo proceso de «desregionalización» ~~~aqueI1os que no habían tenido existencia nacional separada; y ~samente con el crecimiento -:tI'!un regionalismo más intenso Y:,l:9pscienteel proceso empezó a desarrollarse en sentido opuesto. ~ "'~iE.l'reSUrgimiento de los intereses locales y de los intereses del J~aje, enfocado en ~n.a nueva ~t-:reciación de la historia .regional, ~...;-llnade las caractensticas definitivas de la cultura del Siglo XIX. ~~encontrarse en conflicto directo con el imperialismo librecamoIStÁ';cosmopolitadel pensamiento económico guía de aquel período economía política gozaba de un carácter sagrado entre las ciensociales del momento por su útil sentido mítolégico->, este p regionalismo nunca fue cuidadosamente valorado (. suficiente
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restauración servil del pasado, sino de una creciente integración mente apreciado er; los p.imeros días de su existencia, Incluso : las nuevas fuerzas que se han unido al tronco principal de la todavía se le considera corno una extraña aberración, pues clar.u», ttIIdición. Los únicos lugares en donde el regionalismo no ha sido no en-aja por completo con las doctrinas de la conquista indu\::. ientemente militante son lugares como las ciudades y provindel mundo o con las del «progreso». El movimiento, de ;leeh" .bs de Alem:mia, en donde -hasta la reciente centralización del cristalizó, a pesar del valioso trabajo preliminar de los rorn.in: er por el estado totalitarionunca desapareció por completo hasta mitad del siglo XIX; y en lugar de desaparecer con el 11 IDarirla local aurónorua y efectiva. más universal de la máquina, siguió aún después de aquello La debilidad dominante del re~ionalismo reside en el hecho de velocidad e intensidad aceleradas. Primero, Francia; luego, :'. tli[constitJJ~)) .parte.nna _r~acci.ón _contra circunstancias y flli-',uras marca; ahora, cualquier parte del mundo ha sentido al mV!1O' ~terna:, ~inlento d_e e_Dcontrar refugio dentro de una "u,:=;';,: CC11temblor del choque de rechazo del regionalismo, algunas vecc • :r.iContrJ!..Jas turbulentas invasionesdel mundo exterior, armado verdadera conmoción. I ;q¡t.sus nuevas '''.áquin.as; en resumen, una a, ersión ,1 lo que es, Al principio, el impulso principal procedió de las regiones $ bien que un .Ü:n.R!1l~9.hfl.<;.Ü!10 que puede ser. Para el regionatóricas cuya existencia estaba amenazada por las unificaciones 1::, 1 _ 1 _ , • ' .....L. ." M"ti,.,.,pnt~l t>fD-asodc era un. ~h
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después de otro, pues a menos que pueda crearse una lengua zando la energía de la fuerza misma a la que está tratando de e-': naciuual fija y sin vida, correrá la misma diferenciación del tipo par. Esas fueron las tácticas del obispo Grundtvig de Din~.~l~:¡ ~co en la misma forma que lo hizo e! latín. Es mucho más quien no sólo resucitó las antiguas baladas, sino que fundó el mí' lfObableque e! bilingüismo se haga universal, es decir, qLle haya miento agrícola cooperativo: ésas son las bases de un regionali« idioma mundial puramente artificial para los usos pragmáticos dinámico. . cip.ntíficosy atto cultural para la comuniccción local. El hecho es, en todo caso, que e! desarrollo de las lenguas J¡, El rewrgir de estas lenguas y literaturas cDímrales, Y el estímulo le, y las culturas regionales, aunque naciendo inmediatamente q :e la vidr. local provocadc por su uso, debo contarse co ..10 una d-.: de un impulse reaccionario, no se limitaba a negaciones, ni e,t . .!S medidas más efec:~:','::, c:.~~e ha tom"rl(l la sociedad para la pro=etampoco alejado sin esperanza de aquellas corrientes de la vida r -:ión contra los procesos automáticos de la civilización de la máquina. derna que refuerzan los lazos en/'e regiones y universalizan l·' ¡rente a 1:::estandardización completa y universal como sueño, el beneficios comunes de la civilización occidental, fue más bien c(''' l\!CÍÍO del cocl.: c'y universal, y una larga calle, llamada la Tottenl-,am plementario de aquéllas. Un mundo que está unido Hsicamentc v"ourt Road o el Broadway corriendo por e! mundo entero, y de e! avión, la radio, e! cable, debe eventualmente, sí ha de incremenr.: I ,~sola lengua hablada cu ,uc1", t':,i:~'::.) .; ':::-. :c::::: !:::: élcasiones se la cooperación, i.deal un lt'llBuaje C0111un prt-a atender :1 tc'\~ ' -trente a este , ,'::::0 arcaico, debe uno plantear el hecho de la sus cuestiones prácticas -sus despachos de noticias, sus cornunic :ueva individuación cultu~al-. Mient-as la reacción ha sico ciega ciones de negocios, sus radiodifusiones internacionales y las ncceT arbitraria, no lo ha sido más que los movimientos «mirando al (b-1~s v curiosidades relativamente sencillas :1e los viajeros. Prcci-. lnturo»que estaba tratando de detener. Tras ello reside la necesidad mente a medida que los límites del intercambio mecánico se amplie -hornanade controlar la máquina, si no en e! punto de origen, sí en y se convierte en mundial, una lengua universal debe sustituir e: idioma incluso del conjunto nacional de mayor influencia. Desde est. Ó punto de aplicación,
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punto de vista, uno de los peores golpes contra él internacionalismc fue el asestado por los pedantes del Renacimiento cuando en 'ti adoración por los clásicos abandonaron e! latín escolástico, la [engu: universal de les clases cultas. Pero, junto con este desarrollo pragmático de una lengua común. se necesita un lenguaje más íntimo para el aspecto más profundc de cooperación y de comunicación. Las lenguas equipadas para este objetivo cultural especial han venido progresando o reviviendo en todo el mando occidental desde la mitad del siglo XIX. El galés, ei gaélicc, el hebreo, e! catalán, el flamenco, el checo, e! noruego, :1 landsmáal e! africanns son algunas de las lenguas que, o bien son nuevas o han sido renovadas y popularizadas recientemente para el uso combinado vernacular y literario. Mientras el incremento de los viajes y la comunicación conducirán sin duda a una consolidación de dialectos, reduciendo, digamos, los trescientos, más o menos, lengu~' jes de la India a un puñado de lenguas principales, está ya contrarres· tado por el proceso oouesto de nueva diferenciación: la brecha entre e! inglés y el americano es ahora más amplia que cuando Noab Webster codificó las formas y las pronunciaciones ligeramente más arcaicas americanas. No hay razén alguna para pensar que alguna lengua nacion~l pueda dominar e! mundo, como los franceses y los ingleses soñaron
El despertar histórico de! regionalismo se vio reforzado pur otro IIlOvimiento:e! de! «Retorno a la Naturaleza». ~tivo de la naturaleza por sí misma, la imitación de los i!!&.osdevida rurae;, la' apreciación aeIambitllce del . tieron en e! siglo XVIII en uno de J9s medios m-incit;:.:'!ks .,::._.;apar al escritorio y a la máquina. Mientras e! campo predo.puqi5;.el culto de Eiriaturaleza no podía tener sentido; formando eJde la vida, no ¡""bía necesic'rd de que constituyera un tema '''!!pecialde pensamiento. Fue solamente cuando e! hombre se encon,_~~ncerrado por su metódica rutina urbana y privado en su nuevo ~~tite urbano de la vista de! cielo y de la hierba y de los árboles, ~(lo e! valor de! campo se le manifestó claramente. Antes de esto, '-~inente un raro aventurero casual habría buscado la soledad de ~lóontañas para cultivar su alma; pero en e! siglo XVIII J eanIJ~~es Rousseau, predicando la sabiduría del campesino y 10 sano ~~la~ sencilla vida rural, arrastró a toda una serie de generaciones .er~:de las puertas de sus ciudades: recogit'ron hierbas, escalaréln tañas, cantaron canciones campesinas, nadaron a ¡á lDI. de k :ur.J
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ayudaron en la recogida de las cose~has; y los que p11dil: ,...o1\.S y respetables., incluso aunque s~ desprecia~e~ las ".~~iguas construyeron sus retiros rurales. Este Impulso por volver a re \ ~turobres Y solidaridades y se escarneciesen las viejas tradi nones, la n.aturale~a tuvo una importancia poderosa sobre el culri. .J,fa caballos para coger CO'1 lazo en las pampas, petr?leo .que medio ambiente en general y sobre el desarrollo de las ciudad-. -uaer en Pensílvania, oro que podía encontrarse 2~ Calrf~rllla y reservo ~ste terna para tratarlo en otro libro. 1 Australia, caucho '} té per plantar >~n ~l Este ~' t;.::rras vlf.Benes ~o importante es comr~ender que en el mismo mom," :'1 el África ardiente y en el Norte mas frío que podl~n ser pisadas que "a vida ,e estaba ~lllqUl10sando y h2ciendo rutinaria ,,, ¡Il{ primera vez por hombres blancos, en busca de alimentos, e ~e encont~a~o una gran válvul« de salvació: par- los impulso- ' ¡1cmura, o de conocimiento, o de alejamiento psíquico de su propia nos oriainales -:-l.as salvaje.s, inexploradas y reL:i'.'::!IT::C:-::,. ~¡::-c¡e. . regiones de AIJ1'::flca y África, y hasta las menos f'.w';ll"bic, máquina no llegó hasta que las nuevas tierras fueron eO:11de los J?ares. d~l. Sur-o Por encima de todo, el más consu:etarnente ocupadas y explotadas para redam~r su for~a eSpeCl?! los medIOS prrrmtrvos, el océano, se había abierto a los deseo:' . dominio sobre los que no habían mostrado )11 valor, ru suerte, ru y ~ lo: aven~ureros .. Negándose a aceptar el destino que 10" c~elJoen la explotación ~e la nat~raleza. Para millones de ho~?:es tores v 1(\0 ,nr!"c ••.,~IM ~_._1.,,_ -'.-. "uV, , . d O "Oil, mui 1as nuevas t 1err'as alej '1re'-.. ~.. _1 "_A~,n"'A 110 acoglen l' dee mUjei'es, < "' .. " .•. ~ ,.10 •. __In, onm,o,r,n _. . IgS comodidades 'y oportLlni~ades de .1a ,existencia civilizada :li .,. aceptar la ~ujeción d~ la n?t;.¡raleza pudie.ron duraJ:t~. un. bre~e tanda el alto valor que a estas atribuía la burguesía reinante eemento evadir la complicada interdependencia de la civilización ue que poseían, virtudes más audaces y un sentido más vivo de ~ máq:.úna.Los tipo, más humanos u fanáticos, en compañía de .Sl'~ valores podían escapar a l~ máquina. En los montes y las nrn.: ,amaradas, pudieron hacer incluso un ~)Ieve esfue~~o para realizar de l~s nuevos ~1Undos pedían arrancar su medio de vida del suc' ,ID sueño de la sociedad perfecta o Ciudad del CIelO; desde las en e; mar podían r.~.cer frente a las fuerzas elernentales del v.. ,"¡)lonias de 105 Sbaleers en la Nueva Inglaterra e de los mormones y ~t1 agL1~.Aquí, los de:nasiadc débiles para hacer frente a J:¡ , !e Utah trazaron allí una vaga línea de perfeccicnistas que int~nquina pedían encontrar un refugio temporal, tJhan eludir la brutalidad sin objeto de la naruralez-i y la más 111Esta solucién era. quizá casi demasiado perfecta, pues 105 r 'tncionada brutalidad del hombre.. .. , vos colonizadores y pioneros no sólo satisfacían sus propias nc.. ' Los movimientos, tan vastos y complejos como la nugracion d.e dades espIrltuales al establecerse en las zonas menos habitada~ pueblos del siglo XVII al XVGI, no pueden naturalmente adscriglobo, sino C¡:.Jeen el acto de hf'cerlo proporcicnab"n materia ' Wse a una ~J1a causa o a un solo conjunto de circunstancias. La mas para las nuevas industrias, abrían asimismo un mercado r ,~esión de la explotación demográfica por sí sola no basta para sus ~roductos. ~anufactura,do~ y prepararon el terreno para la ev. , riP~car1a, pues no solamente prec:?ió el movi~iento al aumen~~, t~al -'-ItroduccIOn de la maqurna, Rara vez los impulsos internos,' lUto'que el hecho es que esta presten fue conslderablem~nte ~ac¡}IdIfer~~tes partes de la sociedad se equilibraron tan bien con:: !ada~enEuropa por la introducción de la patata, por el meJ?ramlento condiciones externas de su éxito; rara vez ha habido una situ:lC;" t!é '!osforrajes de invierno del ganado y el abandono del sIs;e.ma de SOCIalque fuera s~tisf~rtoria para tipos tan diferentes de personalid,;.; cosechas en el momento en que se acelera~a muchls1tI~o ~l y para tantas. van edades de esfuerzo humano. Durant.; un siglo l' .1r'ógo;'hacia el nuevo mundo. Tan:poco puede eY!,lrcar~e e;, t~rmlcaso .~aproxtmadamente desde 1790 a 1890 en América dell\o!· ~.·t~p.!lramentepolíticos corno un intento de escapar a mstitucrones y qu1Z~ un p:)co. antes y un poco más tarde en América del Sur" ' '~ásticas y políticas anticuadas, o como ~esultado del. deseo d: en Mncael pionero de la tierra y el pionero industrial estuvier'" '~irar el aire libre limpio de las instituciones republicanas. NI estrechamente asociados. Los hombres industriosos agresivos, pdc,¡'~o se trataba de una práctica elaboración del deseo de retorno cos construyeron sus factorías y reglamentaron a' sus trabajadort' '~Jnaturaleza, aunque Rousseau había influido claramente en !a Los hombres d~ros, optimistas, animosos y no mecánicos combH 1(que hablaba en términos de Rousseau y actuaba cor:n0 él s.m ron a los abo:lgenes, ~e:brozaron las tierr~s, batieron los bosqu~ ~Iíét"oíde quizá jamá~ su nombre. ~ero t?dos esos mot1v~s exisen busca de caza y aorieron los suelos Vlreenes con sus ara~(1- .~:·eJ deseo de estar libre de la presion SOCIal,el deseo de disfrutar Au¡:,::le L3 nueva, c(JclLUliidaJes 19l'Ícola~ fuesen aún dem:~s;lIl eguridad económica, el deseo de retorne a Io natui.de>a: y couc,~
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de los poetas, los arquitectos y los pintores, quienes simplese favorecían unos de otros. Estaban aportando a la vez la c· le crearon en la mente la imagen ideal de ,'111avida más humana. y la fuerza motriz para escapar a la nueva civilización me Con todo. perdura e! atractivo de las condiciones rná- primitivas que estaba conquistando el mundo occidental. El disparar, el :' • vida, como alternativ~ a la máquina, Algunos de los que retrotrampas, el derribar árboles, el llevar un arado, explorar, c.: 'c ante el ¡>rada de control social necesario par, manejar raciotarse con una veta -todas esas ocupaciones primitivas, de h, l ente la máquina están ahora ocupados en planes para desehabía surgido originalmente la técnica, todas estas ocupacionc ,!a:' volver a un puro nivel de subsistenci~ en pequeñas utopías se habían cerrado y estabilizado por los adelantos mismos , ,!;ñas dedicadas a la sGbagriculrura v a ia submanufactllra. Los técnica estaban ahora abierras al pionero: podía ser cazador, pc-. ~darios de estas medidas de regreso a lo primitivo sólo olvidan minero, leñado: y granjero, una cosa tras otra, y ~l cntrec.r ;:1 hecho: lo que están proponiendo no es una aventura, sino una estas tareas la gente podía recuperar su pleno vigor animal , :rlirada ar:astnílldose; no un., liberación, sino una confesión de ~ ;>leto fracaso. Proponen volver a las condiciones físicas de la hombres y mujeres, libres temporalmente de los deberes de lIll.1 tencia más ordenada v servil, , eistencia del pionero sin el impulso pos. ti va espiri mal que hizo 'Olerableslas cÚlldiciones originales Y posibles los primeros esfuerzos, En apenas un siglo este idilio salvaje llegó a su fin, El pi,' xun derrotismo en ese tipo se extendiera SlQnlfic2~';'] algo más industrial alcanzó al de la :::::';':; )' '::5~,- :,:¡;wu ~ú]ü pudo re: fIe el colapso de la máquina, sena el fin del ciclo presente de la como un juego le que sus antepasados habían hecho por :' necesidad. Pero en tanto se ofrecieron libremente las oportuni.' . llización occidental. en los países no colonizados, las gentes se aprovecharon de ell. números que serían asombrosos si las dotes de una civili-ación , : Pol=ridades orgánicas y mecán.cas nada, adquisitiva y mecanizada fueran tan grandes como 10 p::' caban y creían los abogados del progreso. Millones de persona- , Durante el siglo y medio que siguió a R0 JSSeau, el culto de lo cogieron una vida de peligro, de afán heroico, de privación \ 9rimitivo adoptó muchas [ormas. Uniél1dose al romanticismo histósufrimientos, combatiendo contra las fuerzas de la naturaleza .m., icO,. que tenía otras raíces, se expresó a nivel imaginativo, en las que aceptar la vida en los términos que se les ofrecía, tanto a ; tes populares y en los productos de la gente primitiva, ya no desvictoriosos cuma a los vencidos, en las nuevas colmenas de la in,! Ilrtados corno burdos y bárbaros, sino valorados precisamente por tria. El movimiento era en parte el inverso de aquel gran esluc: dlchascualidades, que a menudo faltaban claramente en comul1idades de organización de los siglos XI y XII que limpiaron los monté' cho más desarrolladas. No fue accidental -I interés por e! arte los pantanos y levantaron ciudades de una punta c otra de Eure'.', "ApJ negros de Africa, una de las manifestaciones de este culto fue más bien una tendencia a la dispersión, al escape de una r:~ \"lltiestro siglo, e! producto de! mismo grupo de pintores de París cultivada, cerrada y sistemática hacia una existencia abiertr y rc.J ~<~~ceptaron con e! mayor calor las nuevas formas de la máquina: tivameme bárbara. C.óngo mantuvo e! equilibrio frente a las obras del motor y e! Con la ocupación las tierras que quedaban libres, este mO',) miento moderno de población fue cesando, y nuestra civiEzacIlY.' ócarril subterráneo. [tero en la más amplia plataforma áe la conducta personal, lo mecánica perdió una de sus principales válvulas de escape. La 1Jl.l.l itivo se reveló durante el siglo xx con la insurrección de! simple reacción humana que pudiera provocar el temor a la m 'O;, Las danzas eróticas de los pelinesios, la música erótica de las H quina -escapar corriendo-- había dejado de ser posible sin socal·. ~~ negras africanas conquistaron la imaginación Y presidieron el la base del medio de vida. La victoria de la máquina ha sido t.l.O: arcimiento de las masas urbanas mecánicamente disciplinadas de completa que en el éxodo periódico de la máquina, que tiene lug:l1 ctvilización occidental, alcanzando su desarrollo más vivo en los en los días de fiesta en América, los aspirantes a exiliados escapan e. os Unidos, el país que había alentado con mayor insistencia automóviles y se llevan hacia la soledad un gramófono o un aparatO ehísmes mecánicos y las rutinas mecánicas. Al relajamiento, antes de radio. Y finalmente, aunque en seguida encontró cauces prácti~. 3arnei1talme'1(c :1lilsI111in'J, de la emb,iagüez se añadió el relaiala rcacci.in del pionero fue mucho menos ef"::,i'vi! q..e el ;'Ilf::~:r'
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Capitu:
El efecto de este regreso a lo primitivo absoluto, lo mismo e tantas otras adaptaciones neuróticas que temporalmente tienden' puente sobre el abismo, desarrolla tensiones propias que tratan c: separar los dos lados de la existencia más aún. Ese. hiato [irnirn eficiencia de la reacción compensatoria; finalmente significa r':' para la civilización que trata de mantener lo mecánico Smto va':» dolo con lo primitivo bruto. Pues en sus más amplios alcanc incluyendo todos aquellos intereses. sentimientos y admiracione- e rurales que sostienen la labor del científico, del técnico, dei arudel filósofo, incluso cuando no aparecen en el trabajo particu: mismo -en sus más amplios alcances esta civilización no puede, llevada adelante por unos bárbaros. Un mono peludo en el ClW: ~':' rnl,1""nc'>c nnn «,,¡, " 1 !1P grave peligro; un mono peludo el, j.i.cntc de mando significa un rápido hundimiento. El aparecer " tales monos. en las formas c..:e esos dictadores políticos que tra.. de realizar a fuerza de brutalidad y agresión calculadas aquello q':: no tienen la inteligencia ni la magnanimidad de realizar con ur dirección 111,ís íiumana, indica sobre qué bases poco sólidas y en~:: fiosz= descansa actualmente la máquina. Pues, más desastrosa q¡'cualquier destrucción física de las máquinas por los bárbaros es s, amenaza de desvía- o de dis.raer la fuerza motriz humana, dese!' razonando los procesos cooperativos del pensamiente y la investiga ción desinteresada que son responsables de nuestros mayores logre, técnicos. Hacia el final de su vida Herbert Spencer contemplaba ron ve: dadera alarma la regresión hacia el imperialismo, el militarismo. J.: servidumbre que vela a su alrededor al principio del siglo actual: \ tenía toda la razón en sus augurios. Pero el caso es que agueib5 fuerzas no eran simples supervivencias arcaicas que no habían con' seguido extirpar la máquina, eran más bien elementos humanos sub· yacentes despertados J una estertórea actividad por la victoria mi-ms de la máquina como una fuerza absoluta y no rondicionada en b vida humana. La máquina, al fracasar todavía" -" pesar de los adelantos neotécnicosen permitir un juego suficiente en la exist~nc,a social a lo orgánico, ha abierto el camino para su retorno ~ ls estrecha y hostil forma de lo primitivo. La sociedad occidental est:í recayendo, en puntos críticos, en modos de pensamiento, de sentl· miento y de acción precivilizados porque ha aceptado demasiado fácilmente la deshumanización de la sociedad a través de la explotación capitalista y de la conquista militar. La retirada a lo primit!vO .. e:., "n .urna, en se: siblcrc :sF;,:e~7() t:'l::i\ evitar h I ¡·ai1sformac,.6r más básica e infinitamente más difícil que nuestros pensadores, d,f1'
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,,~tes y hombres de acción han carecido ,le la sinceridad de afronttr, la inreligencia de planear v la voluntad de realizar: la transición más allá de las formas históricas del capitalismo y de las formas originalmente igualmente limitadas de la máquina a una economía cetJtrada en la viJa.
10 i1 deporte y la «diosa impura» Los movimientos románticos fueron irnrx.rtantes como correctivos de la máquina porque llamaron la atención cobre los elementos esenciales en 1;; vida que habían quedado fucra de! cuadro mundial mecánico; ellos mismos prepararon algunos de los materiales para hacer una síntesis )11:', ,:.~:,. ~=:.:: !~~~' ~n 10 moderna civilización tcda una serre de funciones compensatorias que, muy lej..s de hacer posible una mejor integración, sólo sirven pan, estabilizar ;-1 estado ci3tente, y finalmente ellas mismas se convierten en narte de la propia reglamentación que pretendían combatir. La principal de estas it~tituciones la constituyen quizá los deportes de masas, PUF.de uno Jefinir dichos deportes como aquellas fermas de juego organizado en el que el espectador es más importante qve el jugador, y en el \lIe una buena parte del significado se pierde cuando el juego se jiega por el juego. El deporte de masas es principalmente un es~ctáculo. A diferencia del juego, el. deporte de masas exige un elemento de contingencia o de azar mortales corno uno de sus ingredientes; pero en lugar de que el azar se presente espontáneamente, como en el montañismo, tiene que ocurrir de acuerdo con las reglas del ~go y debe incrernentarse cuando el espectáculo empieza a aburrir lJ,oS espectadores. El juego, en una u otra forma, se encuentra en ~a sociedad Lumana y -entre muchas especies animales; pero el ~orte en el sentido de espectáculo de masas, con la muerte para "dirse a la excitación subyao-nte, lleg~ a aparecer cuando una elación ha sido disciplinada, regulada y deprimida hasta tal punto necesitar al menos una participación sustitutiva en hechos diíí.:e,s·de fuerza, destreza o heroísmo con el-fin de sostener su sentido .~ante de la vida. La demanda de circos, y cuando los espec,fl~os más moderados son aún insuficientes para excitar la vida, la . encía de proezas de tipo sádico y finalmente el deseo de sangre q"karacterística de las civilizaciones que están perdiendo su poder: 'ma bajo los Césares, México en tiempos de Moctezuma, Alemania ¡fu¡., los nazis. Estas formas dc su ..i:iiur;'J(¡ de la vi::JiJád j' dr la
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'otonados: los movimientos de esta masa, sus gritos, sus cantos, valentía son los signos más segures de una impotencia cclectiv, aclamaciones sor: un acompañamiento constante del espectáculo; de un difundido deseo de muerte. Los peligrosos síntomas de e ;!tsempeñan, el: efecto, 1::: parte del coro griego en el nuevo dramadecadencia final se encuentran en todas partes hoy en L civilizar ! .,áquina, anunciando 10 que va a ocurrir y subrayando los acontecide la máquina so capa de deporte de masas. C!Íentosdel mismo. Por su lugar en el coro, el espectador consigue La invención de nuevas formas de deporte y la transformac. 10 especial liberación; eeneralmente separado de unas estrechas asodel juego en deporte fueron dos rasgos característicos del siglo . ¿.ciones físicas por su rutina impersonal, se encuentra ahora unido sado: el béisbol es un ejemplo de lo primero y el cambio del 1 un grupo primitivo indiferenciado. Sus músculos se contraen 0 se y del golf en espectáculos de torneo, en nuestros días, es un ejcr.n :da;an con Cl progreso del juego, su aliento se acelera o se detiene, ce lo Sé¡:,uuJu. A Ji[eiclJC;" L:C: iu-:gu, el deporte tiene en m.c-: R1S gritos aumentan la excitación del momento e incrcrr.entan su civilización mecánica una existencia hasta en su manifestación ::. enddo interno clel drama: en sus momentos de frenesí da palmadas abstracta posible: la muchedumbre que no va a presenciar el ¡le lIl.1aespalda de su vecino o hasta lo abraza. El espectador se siente del 1:-31-5nse amontonará alrededor de! marcador en la ciudad p.! eatribuyendo él mismo por su presencia a la victoria de los suyos, asistir al cambio de puntos. Si no ve al aviador terminar su \'l:.' ra1gunas veces, más :,or hostilidad hacia el C:l''-'"~:bv ;~;-: ;:::::. ::~ en torne, al mundo batiendo una marca, escuchará por 'a radio Wnuloal crnigo, ejerce quizá un efecto visible en la conti=nda. Es reseña de su aterrizaje y oirá los gritos frenéticos de la rnultit. llI1 alivio Je1 oapel pasivo de recibir órdenes y de cumplidas autoen el terreno; si el héroe intentara evitar una recepción pública v desfile, se consideraría que estaba Laciendo trampa. A veces, COJ~' máticamente, de acornodarce mediante un reducido «yo» a un ensal1:ldp «Ello», pues en la arer-a de los deportes el espectador tiene en las carreras de caballos, los elementos pueden reducirse a no::' ilusión de estar comp1etamente movilizado ;' utilizado. Además, bres y apuestas de números: la participación puede ir no más al'. ~ espectáculo por sí mismo es una de las satisfacciones más intensas, del periódico y de la taquilla, siempre que intervenga el factor suerr. en Cuanto a sentido estético, que la civilización de la máquina puede Corno el objetivo principal de nuestra rutina mecánica en la induofrecea aquellos que no tienen medios de alcanzar otra forma de l. tria es reducir los dominios de la suerte, a mayor gloria de ésta ,. de lo inesperado, que proporciona el deporte, el ele:nento expulsade' c:ltura: el espectador conoce el estilo de sus contendientes favotitos mismo que el pintor conoce k pincelada r:aracterística o la paleta por la máquina retorna a la vida con una carga emocional acuml;.,su maestro, y reacciona ante el jugador de bolos, ante el que lada. En las últimas formas de deportes de masas, como las aérea~;l la peIcta al batsman, o el que pega el punterazo al balón, o el y las de autos, la emoción del espectáculo se ve intensificada por 1.: '\Ue.¡sac
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rés abstracto de batir marcas se haya convertido en una de portante del juego. El héroe deportivo con verdadero éxito, para preocupaciones principales, El bajar en un quinto de segun,! tisfacer a la demanda de las masas, debe encontrarse a mitad de ziempo de una carrera, el nadar i\ través del canal de la ;\1 caminoentre un proxeneta y una prostituta. veinte minutos más rápidamente que otro nadador, mantenerse El deporte, pues, en esta sociedad mecanizad,i, no es ya un aire una hora más que otro rival -esos intereses entran en '.1 ímplejuego sin más recompensa que el juego, es un negocio proveo petición y la convierten en una contienda en que el ver¿ad('f() doso: se invierten millones en estadios, equipo v jugadores, y el nente es el «record» o la marca anterior en vez de ser una c,,· I':antenerel deporte se convierte en cosa tan importar.te como mano tición puramente humana: el tiempo ocupa el lugar de un ener cualquier otra forma de mecanismo productor de be-. ~fi.ci0, visible-o Algunas veces, como en lo, maratones de baile o c· y la técnica del deporte ~c w,,:,a; infecta ctras actividades: se llevan concursos del mástil, el batir la marca tiene carácter de resist cabo expediciones científicas y exploraciones geográficas como si se tútil: el más aburrido y falto de interés de todos los espect.. tratasen de pruebas de velocidad o combates de boxeo, y p61' las subhumanos. Con el aumento en la ~~';treza profes.onalizad» , , slsmas razones. COIllOnegocio, diversión o espectáculo de masas, el acompaña a este cambio, el factor suerte se ve aún más redL!ól" deport- es siernore un medio, aun cuando se reduzca a ejercicios deporte, r¡ue originalmente era 'm drama, se convierte en ex,,;I, I Qtléti('nc y militares realizados con gran pom}Ja en PSl
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someterse por la fuerza. Y si bien el conflicto es un incidente il': table ':;1 cualquier sistema activo de cooperación, al que hav , dar la bienvenida por las saludables variaciones y modific1~i(· que aporta, la guerra es desde luego una perversión especial¡ de conflicto, legada quizá por los grupos cazadores más deprcd, res; y ha dejado de ser un fenómeno etel1lO y necesario, C01lW ' dejado de sería el canibalismo o el infanticidio. La ;uerra difiere ei, escala, intención, calidad mc<:er8 v cuencia con el tipc ¿.: ccciedad; recorre todas las formas de", guerra con predominio ritual .le muchas sociedades primitivas h.' las feroce matanzas cometidas de tiempo en tiempo por bír!,' conquisradcrc., (OlTIO Gengis-Kan y los combates sistemáticos , naciones enteras que ahora ocupan tanto tiempo y atención dc ' oaíses industriales «adeianracios» y «pacuiros». LOS impulsos b. la destrucción han disiminuido de ninguna manera con el l" greso en los medios; en realidad hay alguna razón para pensar e nuestros antep-isados primitivos recolectores de alimentos, antes ," inventar las armas que les ayudaron en la caza, fueron m3S pacífi« en sus costumbres que sus descendientes más civilizados, A medi.' que la guerra aumentó en destructividad, el elemento deportivo e ha hecho menor. Cuenta la leyenda de un antiguo conquistador q rechazó con desprecio la toma de una ciudad por sorpresa de nocl« porque hubiera sido demasiado fácil y le hubiera quitado toda !: gloria: hoy un ejército bien organizado trata de exterminar al enc miga con el fuego de la artillería antes de avanzar para tomar !; posición. En casi todas sus manifestaciones, sin embargo, la guerra indicó un retroceso hacia un patrón psíquico infantil por parte del pueb!r que no puede resistir por más tiempo la tensión exigente 0e ],; vida en grupos, con todas las necesidades de compromiso, de roma y daca, de vivir y dejar vivir, el entendimiento y la comprensión que pide la vida y ('()t} todo lo c;:.:e supone de complejidades y de ajuste. Tratan de desatar el nudo con el cuchillo v el fusil. Pero mientras las guerras nacionales hoy =on esencialmente competicione,~ en las que el campo de batalla toma el lugar del mercado, la habllidad de la guerra en dirigir la lealtad y los intereses de toda la población subyacente reside en parte en sus peculiares reacciones psicológicas: proporciona una salida y una relación emocional. «El arte degradaba, la imaginación denegaba -como dice Blake-, la gue· 11'agobernaba las naciones.» . Pues la guerra es el drama supremo de una sociedad comp:~' tamente mecanizada: y Ikva una ventaja sobe todas las de01," 1
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s de deporte de masas en las que se mimetizan las actitudes la guerra; la guerra es real, en tanto en los otros deportes de as existe un elemento de simulación: aparte las excitaciones de! «80 o las pérdidas en las apuestas, no tiene real importancia 'luién victorioso En la guerra, no cabe duda en cuanto a la realidad el i;Útopuede traer la recompensa de la muerte con la misma segu::dad que el fracaso, y puede llevarla al más lejano espectador como J 105 gladiadores en el centro de la vasta arena de las naciones. Pero la guerra, para los que realmente están en el combate, aporta 'mismo una j;!-'eración de los sórdidos motivos de hacer bene:idosy del egoísmo que gobiernan las formas que prevalecen de las ~lpresas de negocios, incluido el deporte: la acción tiene e! signi!Cado del auténtico drama. Y en tanto la suena es una de las erincipalesfuentes de mecanismo, y su instrucción militar v su reziaentación constituyen e! verdadero modelo del esfuerzo industrial 11 estilo antiguo, suministra mejor que el campo de deportes las empensacíones necesarias a esta rutina. La preparación del soldado, .parada, la elegancia y e! brillo del equipo y de! uniforme, e! mo~ento preciso de grandes masas de hombres, el sonar de los clarines,el redoble de los tambores, e! ritmo de la marcha, y des~és; ya en la batalla misma, la explosión final del esfuerzo en el ~~ardeo y en la carga, prestan una grandeza moral y una estética l!,tpaO el conjunto. La muerte o la mutilación del cuerpo da al _a e! elemento de sacrificio trágico, como el que se oculta bajo d~eXtétior de muchos rituales de religiones primitivas: el esfuerzo ~ .ve santificado e intensificado por e! grado del holocausto. En los ~e?lcs que han perdido los valores de la cultura y no pueden ya I!sponder con interés y comprensión a los símbolos de la misma, ~1;>andono de todo e! proceso y la regresión a creencias toscas y a _~!Ji:P.as no racionales, se ve poderosamente favorecida por los pro'1¡de la guerra. Si no existiera realmente un enemigo, sería nece'inventarlo, con el fin de favorecer este desarrollo. sí, pues, la guerra rompe el tedio de una sociedad mecanizada yescarga de la mezquindad y la prudencia de sus estuerzos nos, concentrando hasta el último grado la mecanización de dios de producción y e! vigor opuesto de los estallidos vitales erados. La guerra permite la exhibición extrema de lo primi'mismo tiempo que deifica lo mecánico. En la guerra moderna, itivo absoluto y la maquinaria de reloj son una sola cosa. .,:la vista de sus productos finales -los muertos, los mutilados, únentes, las regiones devastadas, los recursos quebrantados, la .cién moral, los .xlios >' lr. rnfianerfs antisocialec->, la 8l!f'''''?
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es la más desastrosa salida de los impulsos reprimidos de la s\Jlir,~.' tra vida fuera un conjunto orgánico, esta escisión y esta perverque se haya ideado. Las consecuencias funestas han crecido en :: '. !'f) serían posibles, pues el orden que hemos incorporado a las nitud y en miseria humana en la medida en que los elcllll'::' '''uIDas S~ vería más completamente ejemplificado en nuestra vida reales de lucha se han mecanizado más; la amenaza de la gl:, : nal y los impulsos primitivos que hemos desviado o reprimido química contra la población civil, además de contra el arma mi! ¡ excesiva preocupación con dispositivos mecánicos tendrían salidas pone ~!1 manos de los ejércitos del mundo unos instrumento mrales en sus formas culturales apropiadas. En tanto empezamos crueldad de los que sólo los salvajes conquistadores del pas:ll!,' _tJcanzar esta cultura, sin embargo, la guerra seguirá siendo probahubieran aprovechado La diferencia entre los atenienses con , ~ente la sombra constante de la máquina: las guerras entre ejérespadas y ,u, c,,-1Il1é;s luchando en los campos de Maratón ',' ~tosnacionales, ~3S guerras entre r~rridas, las guerras de c!ases y, soldados que se enfrentaron con tanques, cañones, lanzallamas, ¡:', f '"i$ todo ello, la Incesante preparación pan! C::::lS guerras mediante b tóxicos y granadas de mano en el frente occidental es la dilcr.::I1t!Ucciónmilitar y la propaganda. Una sociedad qu= ha perdido que hay entre el rito de la danza y la rutina del matadero, ! ' ~ valores vitales tender¿ a crear una religión de la muerte y erigir es la exhibición de la des treza y el valor con la posibilidad prc«: ;:aculto para adorarla: una religión no menos grata porque satisde la muerte; la otra es una exhibición ld~ anc, c.:c U 1.., ~" idee ai número creciente de paranoicos )' ,:,~;,-u, ':tu;:: ~..;l sociedad el casi accidental producto derivado de la destreza y el valor, 1',. :ltstrozadanecesariamente produce, es en la muerte donde las pcblaciones reprimidas y regimentadas ' lumbran por vez primera la vida efectiva; y el culto de la IllUC:' es un signo de su retroceso a lo primitivo corrompido. .2..•L05 parachcgues menores Como reacción en contra del mecanismo, la guerra, más aúr C:'" el deporte de masas, ha incrementado el área de conflagración e • De todas las formas de resistencia y compensación que hemos refrenar su avance. Sin embargo, mientras la máquina siga siendo " de la absoluto, la guerra representa para esta sociedad la suma de ,::' estadoexaminando se deduce claramente que la introducción valores y compensaciones, pues la guerra lleva a la gente -le nuc« aiáqWnano fue cosa fácil, ni sus hábitos caracrerísticos de vida a la tierra, le hace enfrentar k guerra LOn los elementos, desata 1.1' lndisCutidos.Las reacciones hubieran sido probablemente más numefuerzas brutas de su propia naturaleza, libera las normales cohibicie lOsasy más decisivas de no ser por el hecho de que los antiguos nes de la vicia social y permite un retorno a lo primitivo en e ~itos de pensamiento y las viejas formas de vida siguieron exispensamiento y en el sentir, aun si después da pie al infantilismo ~~ tiendo; esto sirvió de puente entre lo antiguo y lo nuevo, e impidió la obediencia ciega que impone, como ocurre en el arquetipo dl. que)a máquina dominara la vida tanto comu controlaba los procesos padre con el arquetipo del hijo, que despoja a este último de J¡ de la~,activi&d industrial. En parte, estas instituciones existentes, al necesidad de comportarse como una persona responsable y autónoma lIt.upo que estabilizaban la sociedad, impedían que ésta aLsorbiera El salvajismo ql'e hemos asociado a los no civilizados aún, es también ~l\ccionara contra los elementos culturales derivados de la máquiuna formación reactiva que surge en los mecánicamente supercivJi. ~!'¡,4eforma que disminuyeron los valiosos servicios de la máquina <. • .dos. A veces el mecanismo contra el cual tiene lugar la rpocciór. enel momento de mitigar sus defectos. es una moralidad apremiante o una regimentación social: en el caS(' Además de la inercia estabilizadora de la sociedad en conjunto, y de los pueblos occidentales lo que asociamos con la máquina es un .9s múltiples intentos por varios lados de combatir a la máquina medio demasiado estrechamente reglamentado. La guerra, como un1 " Po~~la'fuerza de ideas y de medios institucionales, hubo también neurosis, es la solución destructiva de una tensión insoportable y un otr~reacciones que sirvieron, por decido así, de amortiguadores o conflicto entre los impulsos orgánicos y el código y las circunstan' ~~éhoques. Lejos de detener a la máquina o de socavar el programa cias que le impiden a uno satisfacerlos. ~mente mecánico, quizá disminuyeron las tensiones producidas Esta unión destructiva de lo primitivo mecanizado y salvaje e! IIOf(eIla.Así la tendencia a destruir los monumentos de culturas más la altcrnariva a UN cultura madura y humanizada capaz de dirigir ]s ~'gu::ts, presentada por los utilitaristas en su primer impulso de máquina para el ensalzamiento de la vida personal y comunal ~ C\;5.5ctlj~a en sí mismos y de esfuerzo creador, se encontró ~n parte
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VdlJajas e inconvenientes
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entre las clases mismas más activas en ese ataque, por el culto a 1: antigüedades. Este culto carecía de la convicción apasionada de que cualqu: período pasado gozaba de un valor supremo; simplemente sosten. que casi cualquier cosa antigua era ipso [acto valiosa o hermosa. tr;, tárase de una estatua romana, de una imagen de madera del siglo vo de una aldaba de puerta de hierro. Los adoradores de este cr: intentaron crear ambientes privados en les que no había señal alpu:' de máquina: quemaban leños en los hogares de las chimeneas q imitaban el estilo de las mansior ec normandas, aunque e.: realid. se calentaban con vapor, y se diseñaban con h ayuda de Un? CcÍm: y planos exactamente calculados, y sostenidas, cuando el arquirc.: no estaba muy seguro de su capacidad o de sus materiales, e: ,1 vic: ocultas de acero. s: nc ~~¿::.:: ':";::~:::'-:-:': ~~::-: ~.:·~::uI8~de artesa: de los =diíicios en ruinas Jel pasado, l'lS copiaban 'v~~jv~
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éStables,«normales», «equilibradas». En relación con todo el ambienteen que trabajaban y pensaban y vivían, se comportaban simplementecomo si se encontraran en un estado 2:: colapso neurótico, (QWO si hubiera un profundo conflicto entre la circunstancia mecánicaque habían ayudado a crear y su exigencia interna, como si no nubierafl sido capaces de resolver sus actividades divididas en un solopatrón sólido. El otro aspecto de este conservadurismo en ~1 gusto. y esta repulsapor reconocer cambios naturales estaba la tende..cia de refugiarse en el cambio por el cambio, j acelerar el proceso mismo que había introducido la máquina. Cambiar el estilo de un o~jeto, · mociiiicarsu forma o su color superficial, sin efectuar ninguna mejora ;ea1,se convirtió en parte de la rutina de la sociedad moderna }11c:· dsamente porque las variaciones v las rupturas naturales faltaban en t h vida: la respuesta a l'pq regimentación excesiva llegó a través " deuna demanda avivada y estimulada, hasta 18 exageración, de nove· !!ades.A la larga, el cambio incesante es tan monótono como la continua Llta de variedad: la verdadera renovación supone a la vez i¡¡certidumbre y selección, el tenecque abandonar la selección sólo por' razones externas de que un estilo ha cambiado es perder lo que realmente se ha ganado. En esto también el can.bio y la novedad OO.'sonya más sagrados ni más enemigos que la estabilidad y la ~onotonía; pero el materialismo sin objetivo y la regimentación ~1tcil de la producción dio por resultado un cambio sin objeto y la t~encia de estímulos reales y ajustes efectivos en el consumo; y lliiíy'lejos de resolver la dificultad, sólo consiguió incrementarlos la tssistencia. El deseo de cambio, de movimiento y de novedad infectó , tOdq el sistema de producción y consumo y los separó de los verda,modelos y normas que tan importante era inventar. Cuando bajo y los días eran variados, la gente se conformaba con perer en el mismo lugar; cuando sus vidas fueron reducidas a cía rutina consideraron que era necesario moverse; y cuanto ddamente se movieron, más esranderdizado se hizo el ambiente e se movían: no había escape. Y ;;3{ sucedió en to.los los 's de la vida. nde los medios físicos de retirada fueron inadecuados, la fanpura floreció sin necesidad de otros medios externos que la 'a o el cuadro. Pero estos medios externos se colocaron en 'aSe colectiva mecanizada durante el siglo XIX, como resultado , ¡procedimientos más económicos de producción hechos posiacias a la prensa rotativa, la cámara fotográfica, el fotograbado Iícula Ccn lq expansión del ?lf:Ihf')icmo 11: lirerarurs en tw10s
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., ; amantes sustitutivos, héroes y heroínas sustitutivas, riqueza los grados y niveles formó un mundo sernipúblico al cual el ,. 5\lstitu-::ión llenaban sus vidas debilitadas y empobrecidas y lleviduo insatisfecl-o podía rei.rarse a vivir una vida de avc-: e; perfume de 10 ilusorio nasta dentro de sus casas. Y como siguiendo a los viajeros y a los exploradores en sus relatos. (\ • máquina misma se convirtió, por así decido, en más activa y huvida de acción peligrosa v de observación penetrante partir.. I reproduciendo las propiedades orgánicas del ojo y del oído, en los crímenes e investigaciones de un Dupin o de un Si:". • seres humanos que empleaban la máquina como escapatoria han Holmes. O una vida de romanticismo en las historias de amo: I&aKÜdú a hacerse más pasivos y mecánicos. Inseguros de sus propias las nov~las eróticas que llegaron a estar en mano de todos .: res, incapaces de cantar una canción, llevan consigo un gramófono del siglo XVIII, La mayoría ¿~estas diversas fantasías y en1 un transistor .ncluso a una merienda en el campo; temerosos de habían existido naturalmente en el pasad=, :,'Prr'> "hora se econtrarse s010s con sus tJ1Ul:';Ü' pensamientos, p
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El rallo en el «ajuste» puede considerarse comf rac.rso por parte del arte, de la morcl y de la religión en cl!n: J con 1.1 misma rapidez que la máquina y en la misma dirección. F<:0 me parece a mí una interpretación esencialmente sllpnl! Por u.: lado, el cambio en dirección opuesta a la de la máquina p ser t.ir. importante para asegurar el ajuste como el cambio en la nu . dirc,c:6n, si ocurre que la máquina está tornando un camino .: pudic:.1, de no compensarse, conducir al deterioro humano v ,1: 1 1PSll. Por otro lado, esta interpretación concierne a la máquina (1'" l'st 1 •....: ....::-::: ;~¿.:pcjjdicnt¿ y CÜ1JS~JC1C1 }a Jirección y el ritmo del 1..1 "in ,le '" máquina como norma, a los que todos los demás ,1SJ111' de h vida humana deben conformarse. En realidad, las interacc« l:li.C los organismos y sus medios tienen lugar en ambas direc.i.» v lo mismo es correcto considerar la maquinaria de guerra como : irasada con referencia a la moral de Confucio como adoptar 1.
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y como lo encontró,
como han hecho la mayoría de sus cornpafieen biología: la máquina misma no se habría inventado. L8 haílidad singular del hombre reside habe- creado normas y objetivos propios suyos, nc dados directamente en el orden externo de las rosas, y al realizar su propia naturaleza cooperando con el medio 2IIIbiente, crea un tercer reino, el de las artes, en el que los dos atán armonizados, ordenados y hechos significativos. El hombre es (Sil parte de la naturaleza en la que la causalidad puede, en circunsnncias determinadas, dar lugar a la finalidad: en la que los finb condicionan lo; medios. Algunas veces las normas del hombre son gotescas y arbitrarias: no moderado por el conocimiento ncs.tivo y un sentido justo de sus límites, el hombre es capaz de deformar la anatomía humana persiguiendo un sueño bárbaro de belleza, o, para objetivar 8US temores y sus torturados deseos, puede recurrrir a horrioies SaCntlCIOS humanos. Pero incluso en esas PCII'C";UllD ;''') '-'11 reconocimiento de que el hombre mismo crea las condiciones ,:1 las que vive, y r.o es el mero impotente prisionero de las circunstancias. Si ésta ha sido la aciituc' del hombre hacia la naturaleza ¿pnl' l!Ué tendría que adoptar una postura más cobarde hacia la máquina, cuyas leyes físicas él descubrió, cuyo cuerpo creó, cuyos W'llOS anticipó por acciones externas de regirnentac.ón en su propia vida? .& absurdo sostener que hemos ¿" seguir aceptando la abrumadora P~e.ycupación de la burguesía por el poder, por el éxito práctico, S?b:e todo por la comodidad, o que tenemos que asimilar pasivrmeme, sin discriminación ni selección -lo cual si es necesario exige un rechazotodos los nuevos productos de la máquina. Es igual'mente absurdo creer que debemos adaptar nuestra vida y nuestro pensamient::> al anticuado sistema ideológico que ayudó a crear los numerosos brillantes atajos que acompañaron el desarrollo inicial de _~ máquina. La verdadera pregunta que se nos presenta es ésta: ~(es6s instrumentos favorecen a la vida y realzan sus valores, o no? tJgpnos de les resultados, como explicaré en el próximo capítulo, rsoii admirables, mucho más admirables de lo que el industrial o el <'$tarista ~e permitió imaginar. Otros aspectos de la máquina son :riel contrario insignificantes, y otros aún, corno la guerra rneca,liizada moderna, son decisivamente antagónicos de cualquier ideal de ;fuunanidad, incluso del antiguo ideal del soldado que entonces arríessu vida en combate singular. En estos últimos casos nuestro problema es eliminar o dominar la máquina, a menos que deseemos ~r~:eliminados nosotros. Pues lo peligroso no es el automatismo, ni ~. estandardizacién, ni el orden. Es la restricción de la vida que ~H a menudo llCúr.1pllfíÓ Sil aceptación inculta. ¿Debido a qué ab-
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Capílu[
surda lógica hemos de inclinamos ante nuestra creación SI éSLI ur a máquina, y despreciada como «irreal» tratándose de una pinr- . o de un poema: el poema es un hecho de la realidad tamo (11,' la máquina. Los que utilizan la máquina cuando necesitan rcacci.. contra la vida directamente o emplean las artes humanas, car., tanto de eficiencia corno si estudiaran metafísica para aprender cocer pan. La pregunta en cada caso es: ¿cuál es la reacción':' apropiada? ¿Hasta dónde este o aquel instrumento favorecen objetivos biológicos o las metas ideales de la vida? Cada forma de vida, como lo ha expresado Patrick Geddes. lo marcada no sólo por el ajuste al medio ambiente ';110 por b :. belión contra ese ambiente: es a la vez criatura y creador, a la víctima de h fortuna y dueño del destino. Vive no menos por' . ,: minación que por la aceptación. En el hombre esta insurgencia r'ln7:: 51.,! ápice, y se manifiesta más LUluplc! auicute , quiz.r, l'¡ artes, en donde el sueño y la actualidad, la imaginación y sus el diciones iimitadoras, el ideal y los medios, se funden en el acre &: mico de la expre-i-in v en el cuerpo resultante que se expre-». Con' un ser con una herencia social, el hombre pertenece a un rnun.' que incluye el pasado y el futuro, en el cual puede C0!1 sus csfi-erz,: selectivos crear pasos y fines no derivados de la situación inmediuu y alterar la dirección a ciegas de las fuerzas insensatas que le rodear El reconocer estos hechos es posiblemente el primer peso P,¡~J tratar racionalmente con la máquina. Debemos abandonar .iuesrn vanos y lamentables recurso) para resistir a la máquina mediante' ridículas recaídas en la barbarie o recurriendo a anestésicos y a para choques. Aunque temporalmente puedan aliviar la tensión, en {¡,' de cuentas hacen más daño que el que evitan. Por otro lado, 11" más objetivos defensores de la máquina deben reconocer el '/abr humano subyacente a la protesta romántica contra la máquina: 105 elementos originalmente incorporados en la literatura y el arte en el movimiento romántico forman parte esencial de la herencia humana que no puede ser descuidada ni despreciada: apuntan a una síntesis más comprensiva que la desarrollada a través de los ó.¡sano; de la máquina misma. Incapaz de crear esta síntesis, incapaz de incorporarla a nuestra vida personal y comunal, la máquina sólo podrá seguir hacia adelante con la ayuda de parachoques que con firman sus peores características, o con el ajuste compensatorio de elementos defectuosos y bárbaros que, con toda probabilidad, destrui rán toda la estructura de nuestra civilización.
apítulo 7
SIMILACION
Las herramientas
DE LA lv1AQUINA~IA
y utensilios
empleados
durante
la mayor parte extensión de su propio organismo: no tenían -o lo que es más importante no ¡Jarefa!}., teneruna existencia independiente. Pero aunque eran una ~e:.íntima del trabajador, reaccionaban sobre sus capacidades, agu~oo su ojo, refinando su destreza, enseñándolc a respetar la natutiL~ del material con el que obraba. El instrumento puso al horn" ~ts;¡,en más estrecha armonía con su ambiente, no sólo porque le ~.!lf~ en condiciones de darlc otra forma, sino jJorque le hacía reC9nocer los límites de sus capacidades. En sueños, era todopoderoso ~.la~\realidad tenía que reconocer el peso de la piedra y cortar piedras ." yores que las que pudiera transportar. En el libro de la sabia·.e1 carpintero, el herrero, el alfarero, el campesino escribieron, .~~.~,i.no fiirmaron, sus páginas respectivas. Y en este sentido, la] tttJ,lÍfa ha sido siempre un instrumento constante de disciplina y edutaéjon. Un primitivo superviviente podía de vez en cuando descargar S((.':ifa¡ contra un carro atascado en el barro rompiendo sus ruedas, kmisma m-inera que hubiera n~gado a un burro qlle S;! negrrf' :~erse, pero la masa de la humanidad aprendió, al menos desde
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Capítul,
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produciendo un tercer estado a medio camino entre la naturaleza que disponemos de documentos escritos, que ciertas partes del nl~\1 "as artes humanas, que no era meramente el camino más rápido de circundante no pueden ser intimidadas ni engatusadas. Para conn (onseguirantiguas metas sino un medio efectivo de expresar nuevos larlas, debe uno aprender las leyes de su comportamiento, en II!' - ub. jetivos: la posibilidad en resumen de que la máquina favoreciera de imponer con petulancia los deseos propios de uno. Así el sal'JO nuevo modo de vida se encontraba muy lejos del pensamiento de popular y la tradición de la técnica, aunque empírica, tiende a rr,: iquellos que lo promovían activamente. Los industriales y los ingeel cuadro de una objetividad relativa. Algo de este hay en la (!tI" , eieros mismos no creían en los aspectos cualitativos y culturales de ción victoriana de l~ ciencia como «el sentido común orgariza.] '! !"~'il-,in~, En su indiferencia hac.a esos aspectos, estaban tan Debido a su fuente de energía independiente, y su Iuncio: ·.;JS de aprecia: la naturaleza de la rnáquina como lo estaban los mieto semiautomático incluso en sus formas más bastas, ha parcci,' ;ománticos: sólo que lo que los románticos, juzgando a la máquina que las máq";"?s tení-n una realidad y una existencia independicm. J ,ksdeel punto de vista de la vida, consideraban un defecto, los utiliaparte de la del usuario. Mientras los valores educativos de la ;11 i, urístas lo exaltaban como una virtud: para los últimos la ausencia sanía se encontraban pr!!'!C';i'~lmp"tP pn p1 procedimiento, los de : Je stte era una seguridad de cosa práctica. máquina e~L<\:',::' sobre todo G, el proyecto preparatorio: razón 1" Si la máquina hubiera carecido de valores culturales, los románla que el proceso mismo era entendido sólo por los maqvinisus : ticoshabrían tenido razón, y sus deseos de buscar dichos valores, los técnicos responsables del diseño y dela operación de la maqr ¡¡ fuese menester en un pasado muerto hubieran sido justificados por naria real. Al hacerse la producción más mecanizada, la disciplir misma desesperación del caso. Pero los intereses en los hechos y de la fábrica més impersonal y el trabajo en sí menos gratificador, :i (O la práctica, por los que los industriales consideran 11\única clave margen de algunas ligeras oportunidades de trato social que favor. da, la atención se fue centrando cada vez más en t.l producto: ! para su inteligencia, s610 fueron dos en toda una serie de" valores nuevosque habían aparecido por el desarrollo de la nueva técnica. gente valoró la máquina por sus realizaciones externas, por el J", Loshechos positivos y prácticos se utilizaron generalmente en cívimero de yardas de tela que tejía, por el número de millas que n corría. La máquina, pues, apareció puramente como un instrumenr llizaciones anteriores con un esnobismo despreciativo por las clases ¡' externo para la conquista del medio: la forma real de los producto- ' ociosas: CODO si la lógica ordenación de las propiedades fuera un la colaboracién y la inteligencia verdaderas manifestadas en crearh bechotécnico más noble que la articulación de las máquinas. El interéspor 10 práctico era sintomático de aquel mundo más amplio y i las posibilidades educacionales de esta misma cooperación impersona¡ todos esos elementos se descuidaron. Asimilamos los objetos rns- Glásinteligible que la gente había empezado a vivir, un mundo en bien que el espíritu que los produjo, y lejos de respetar ese espíritu que los tabúes de clase y de casta ya no podía considerarse como intentamos una y otra vez hacer que los objetos mismos parezcan définitivosal tratar con acontecimientos y experiencias. El capitalismo la técnica habían actuado ambos de disolvente de esos grumos del ser algo distinto del producto de la máquina. No esperábamos obte ner belleza d- la máquina del mismo modo que del laboratorio no ~reiuicioy la confusión intelectual, y por 1'110 fueron primeramente esperamos un mayor nivel de moralidad: y sin embargo es un hechl' IlI!portantesliberadores de la vida, que si buscamos una auténtica muestra de una nueva estética o 1Ir.,: Desde pj principio, en verdad, las conquistas más duraderas de la ética más elevada durante el siglo XDl. tal vez sea en la técnica y en Illáquinaresidieron no en los instrumentos mismos, que pronto quedaton anticuados, ni en los bienes producidos, que pronto se conla ciencia donde sea más fácil encontrarla, ,Los hombres prácticos mismos fueron las personas que se e~' snniieron, sino en los modos de vida hechos posibles gracias a la contraron más cerca de nuestra idea de que el significado de la ms IIláquinay en la máquina: el estrafalario esclavo mecánico era tamquina no se limitaba a sus realizaciones efectivas. Los inventores L(én un pedagogo. En tanto la máquina incrementó la servidumbre e industriales concebían la máquina de tal modo que no pretendían ,personalidades serviles, también prometió la más amplia liberación llevarla a 11'.fábrica, al mercado o a cualquier otro sector de la vi.d¡ ~.:,p.ersonalidades' liberadas: desafió el pensamiento y el esfuerzo humana más qd'~ COúiO en ú' y:i:0. T_a iJ0<:iJili¿?r1 de que la técnlC'.' COlrio ningún sistema de técnica anterior lo había hecho. No podían por sentado nicgiin aspecto concreto del medio, ni las r"j')_ se hubiera convertido en una fuerza creativa, llevada por su prol';-, impulso, que estaba rápidamente organizando un nuevo tipo de medIO¡ t'énciones sociales, una vez que la máquina había mostrado hasta qué
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punto el orden y el sistema y la inteligencia podían prevalecer q'¡ , la burda naturaleza de las cosas. Lo que queda como contribución permanente de la máqui.; transmitida de una generación a otra, es la técnica de la coopernc. . fomentada en el pensamiento y en la acción, la excelencia eq0t, de las formas de las máquinas, la delicada lógica de los materinl-. de las fuerzas. que han añadido un canon nuevo -e! de la máquiru a las artes: sobre todo, quizá, la personalidad más objetiva que h:l :' ciclo mediante úú llÜ:Ü más sensible y ccmprensivo con esos 1111(". instrumentos sociales y a través de su deliberada asimilación cultu: Al proyectar un lado de la personalidad humana en las [ormas , cretas de la máquina, Femos creado un medio independiente t. ha reaccionado sobre cada uno de los demás lados de la personal¡. En el pasado, los aspectos irracionales y dernonrscos de 1,1 v., habían invadido esferas a las que no pertenecían. Era un p~S(1 :,: lante el descubrir que las bacterias, y no los duendes, eran respc ' bles de! cuajado de 11 leche y que un motor refrigerado por ,1:' era más efectivo que una escoba de bruja para el transporte a br,· distancia. Este triunfo del orden era penetrante, daba una conh"n, a los objetivos humanos parecida a la que tiene un regimiento b;, instruido cuando marcha al paso. Al crear la ilusión de la invencil' lidad. la máquina realmente aumentó la cantidad de poder que r hombre puede ejercer. La ciencia y la técnica dieron firme-a a nuestu moral: por sus mismas austeridades y abnegaciones encarecieron " valor de la personalidad humana que sometieron a su disciplina: h cieron despreciar temores infantiles, suposiciones infantiles, afirm, c'ones igualmente infantiles. Gracias a la máquina e! hombre d: una forma concreta, externa y personal a su deseo de orden, y d: una manera sutil estableció así un nuevo nivel para su vida person» y sus actitudes más orgánicas. A menos de .ser mejor que la máquin¡ se hubiera encontrado reducido a su nivel: mudo, servil, abyecr~ una criatura de reflejos inmediatos y de respuestas' pasivas sin se, lec-ión. Si bien muchas de las preciadas realizaciones del industrialism~ son simplemente cosas sin valor, y muchos de sus productos son fral/' dulentos y evanescentes, su estética, su lógica y su técnica apegad; a los hechos 'constituyen una contribución 'duradera: figuran entrt las conquistas supremas del hombre. Los resultados prácticos pueder ser admirables o dudosos, pero el método. que les sirve de base tient una importancia permanente para la raza, aparte de sus consecuencias inmediatas. PUF.;; la máquina ha añadido toda una serie de artC5 a los producidos por las simples herramientas y los métodos artes;'
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~ y ha añadido un nuevo reino al medio en que el hombre culto bsjc, siente y piensa De forma análoga, ha ampliado ia potencia el alcanc= de los órganos humanos y ha descubierto nuevos especós estéticos y nuevos mundos, Las artes exactas producidas con ayuda de la máquina tienen sus propias normas y dan sus propias ci~facciones particulares al espíritu humano, Diferentes en cuanto I técnica :1 las artes del pasado, proceden, sin embargo, de ia misma fuente, pues la rr:áquina misma, debo recalcado por décima vez, es producto humano, y sus mismas abstracciones la hacen aún más ~'lIlana, en un sentido, que aquellas artes 1~~::n:lIl:lsque a veces Ial '~CaD. realísticarnente la naturaleza. En esto consiste, rnác allá de lo que aparece C'l el momento la realización, la contribución vital de la máquina. No importa el hecho que el trabajador corriente l'..i 'o" ;e 'J~'::':'C¡~j;'.-:::;:::: :? 1O esclavos trabajando para él, si e! maestro sigue r:~ndo un imL~,;:, 'jU'.. • devora las noticias adulteradas, las falsas sugerencias, lo, prejuicios ÍDte1ectLJ&:es que actúan sobre él en la prensa y en la escuela. dando IS!ida a las afirmaciones tribales y a los deseos primitivos bajo la impresión de que él es el resultado último del progreso y la civiización. No se hace poderoso a un niño poniéndole un cartucho de dinamita en las manos: sólo se aumentan los peligros de su irresponsabilidad. Si la humanidad se quedara en la etapa infa.iul. ejercería tlQpoder más efectivo reducida a utilizar un pegote de barro y una anticuada herramier..ta de modelar. Pero si la máquina ha sido Ui13 de las ayudas creadas por e! hombre para conseguir un más amplio crecimiento intelectual y alcanzar madurez, si trata a este poderoso !Utómat:! suyo como un reto a su propio desarrollo, si las artes exactas fomentadas por la máqurna tienen que ofrecer su propia contri:ción a la mente, y son ayudadas en la ordenada cristalización de la«experie-icia, entonces esas contribuciones son realmente vitales. La máquina, que alcanzó tan abrumadoras dimensiones en la civilización occidental en parte porque surgió de una cultura desorgani~da y unilateral, puede sin embargo ayudar á los cistintos campos ~~ la .cultura misma y con ello construir una síntesis más amplia: eD", cuyo caso, llevará un antídoto contra su propio veneno. Veamos ¡ilies"la máquina más de cerca como un instrumento de cultura y ex a~emos las formas en que, durante el siglo pasado, empezamos a-asimilarla.
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Suprimiendo
fases de la personalidad los sentimientos privados y las percepciones privadas, l~~~s_ ayudaron ~ Antes de que id máquina penetrara en la vida, el orden fue L ~~Illiblico que ganó en accesibilidad lo que perprerrogativa de los di uses y les monarcas absolutos. La deidad y ,11, ¡¡¡era en profundidad. El medir un peso, una distancia, una carga de representantes en la tierra tuvieron ambos, sin embargo, la desgra.i dectricidad. con referencia a lecturas de índices establecidos dentro de ser impenetrables en su juicio y con frecuencia de ser caprichos de un sistema med:11CO, construido deliberadamente para ese fin, y crueles en sus afirmaciones de maestría. Al nivel humano, su ord.: fue limitar la posibilidad de errores de interpretación y anular las estaba representada por la esclavitud: determinación completa de~(!, diferencias de experiencia individual y de historia privada. Y cuanto arriba; subordinación completa abajo sin preguntas ni cornprensiór . mas grcnde el grado de abstracción, mayor era la precisión de la Detrás de los dioses y los monarcas absolutos se encontraba la 11,' , referencia. Aislando simples sistemas y sencilla, secuencias causales _ las ciencias crearon la confianza en la posibilidad é1p hallar '.111 tipo turaleza bruta misma, llena de demonios, genios, gnomos, gigante , análogo de orden en cada aspectc de la experiencia: Fue, en readisputando el reino a los dioses. El azar y la malicia accidental ti,' '.~" 1 " __ : •... 1_ 1 - ...,:,,, ..•....•: ...~...... 1 d e -10 ;n,. rn,.......,,,,, universo se ~!~'~":~~~!!=;~!i entre les objetivos de tos hombres y Li;; .• '.'~ "J.J .....• "'u., \...r1 e l\...lno lIJO.1.guu .••...•...'-'-"''hemos adquirido cualquier '-lL<':IH ..;" que pv0al1'vo ,;~.;n~,' en la pogularidades observables de la naturaleza. Incluso como símbolo " sibilidad de alcanzar 1111 control y una comprensión similares en el monarca absoluto era débil como exponente del orden: sus trop.ipodían obedecerle con absoluta precisión, pero podía ser anulad" inmensamente más complejo dominio de la vida. Los primeros pasos en las ciencias físicas no fueron muy lejos. como observa Hans Andersen en uno de sus cuentos de hadas, p": Comparada con el comportamiento orgánico, en el que toda una serie la pequeña violencia de un mosquito, Con el desarrollo de las ciencias y con [a articulación de la IlL: de estímulos puede crear la misma reacción, o en el que un solo eslÍ'Uulo puede en diferentes condiciones crear un número de reacquina en la vida práctica, el dominio del orden f~:e transferido (k ciones diferentes, el! que el organismo en conjunto responde y camlos gobernantes absolutos, ejerciendo un control personal, al univer< de naturaleza impersonal v al grupo particular de artefactos y ea, hi~al mismo tiempo como la parte aislada que uno desea investigar, turnbres que llamemos la máquina. La fórmula real de decisicír compara:la con el comportamiento dentro de este marco la reacciór: física más complicada es agradablemente sencilla. Pero el caso es -«~o»fue traducida a los términos causales de la cienqUe':,gracias a los análisis v a los instrumentos desarrollados en las cia -<~Ella deb<;»-. Sustituyendo en parte el basto deseo de domi ciencia'( físicas e incorporados a la técnica, se han creado algunos de nio personal por una impersonal curiosidad y por el afán de corn IoSiin.strumentos preliminares necesarios para la exploración biológica prender, la ciencia preparó el camino para una conquista más eíecti\';l del ambiente externo y finalmente para un control más efectivo del y social, Toda medición supone la referencia de ciertas partes de un agente, el hombre mismo. El hecho de que una parte del unive!,(l _.ólÍleno complejo a uno más s.:fú:il1o cuyas características son rela~e~ una contribución del hombre mismo, de que las limitaciones 1~1' ~atnente independientes, fijas y determinables. La personalidad enpuestas en la investigación científica por los instrumentos y los J~' ~~ era.,un instrumento inútil para investigar limitados fenómenos tereses humanos tiendan a producir un resultado ordenada y matern,:!' ~nicos.: En su estado no crítico, era asimismo inútil para la- investicamente analizable, no disminuye la maravilla y la belleza del 51,ttgáción de sistemas orgánicos, fueran organismos animales u organistema: Da más bien a la concepción del universo algo del carácT sociales. Mediante un proceso de desmembramiento la ciencia de una obra de arte. El reconocer las limitaciones impuestas por a ~ un tipo de orden más útil: un orcie.. externo para el ser. A largo ciencia, el subordinar el deseo al hecho y esperar el orden como un ~,"esa limitación especial reforzó el ego como quizá ningún otro esquema urgente en las relaciones observadas más bien que CO~10 ~o intelectual 10 había hecho. uno extraño en esas relaciones, éstas fueron las grandes contribuc!oAunque las aplicaciones más intensas del método científico lo ter~ en tecnología, los intereses que satisfizo y puso en juego, el nes del nuevo concepto de la vida. Expresando regularidades y se~t que se repiten, la ciencia amplió el área de la cer.tidumhte, la pre teo~de orden que expresó se trasladaron a ctras esferas. Una inves~ción cada vez más atenidu a los hechos, el docuioen.c, el -::'lc"lo c;6¡~ y el control.
2_ La neutralidad
del orden
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del hombre, la cálida vida de la sensación privada,
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provor¡¡ una tensión excesiva sobre su inteligencia, más aún microscopios y balanzas, todas llevan la imprenta de su propio exacto se convirtieron en lo preliminar a la expresión. Eu verdad .. respeto por las cantidades resultó una nueva condición de lo q ~:ter así como las características generales impuestas por el n.edio tísico. Ha sido sólo gracias a un proceso de razonamiento e infehasta entonces habían sido torpes juicios cualitativos. Bueno y m.i' :tncia -en sí mismo no libre de la mácula de su origen=- como el belleza v fealdad, están determinados, no simplemente por sus re bre ha establecido el reino neutro de la naturaleza. El hombre pectivas naturalezas, sino por las cantidades que uno puede a<: tecledefinir arbitrariamente a 1". naturaleza como esa parte Je su narIes y por cada situación particular. Pensar con exactitud resp«: nperiencia que es neutral ante sus deseos y sus intereses, j.ero ~I de las cantidades es pensar más precisamente acerca de la nntu: ,00 sus deseos y sus intereses, sin hablar Je su constitución química, leza esencial de las cosas: el arsénico es un tónico en pequeñas lol tidsdes y un veneno en onzas: la cantidad, la composición local \ . sido formado por la naturaleza y íorma parte ineludiblernente de SIStema, Una vez que ha cogido y escogido en este reino, C01110 relación ambiental de una cualidad son tan imporrantes. por así (: .o hace en la ciencia, el resultado es una obra de arte, Sil arte: desde cirIo, como su signo original como cualidad. Por esta razón e~' P'" ' legoya no se encuentra en estado natural. que toda una serie de distinciones éticas, basada en la .ioción , En la rn-dida en m_~eel culto de la naturaleza ha hprh0 nllP 10, cualidades puras y absolutas sin relación con sus cantidades, h;1 ,:, I +nbres se lancen a una mayor experiencia para descubrirse en am.nstintivamente descartada por una parte considerable de 1,\ 111111 ,;(ntes hasta entonces inexpíorados, )' discurrir nuevos medios en nidad. En tanto el dicho de Sarnuel Butler, de que cada virtud " d laboratorio que les permitan realizar ulteriores descubrimientos, bería ser mezclada con un poco de su opuesta, dando a enti ndr .•• influido positivamente, el hombre debería encontrarse a sus ancomo lo hace, que las cualidades sor: alteradas por f.~:S relacior cuantitativas, parece estar más cerca con mucho del fondo del 1'[, tanto entre las estrellas como al lado de su propio fuego. Pero l!.Inqueel nuevo canon del orden tenga una profunda estética así blema. Este respeto por la cantidad k sido groseramente caric.n rizado por pobres mentes peda.ires, que ilan tratado con rnedi.: o un estado intelectual, la naturaleza externa no tiene finalmente toridad independiente: existe, como resultado de ia experiencia matemáticos de eliminar los aspectos cualitativos de complicada- ' 'va del hombre, y como objete de Sl:S posteriores improvisatuaciones estéticas. Pero uno no debe dejarse guiar por su error 3 es mediante la ciencia, la técnica y las artes humanas, no reconocer la contribución peculiar que nuestra técnica cuant.rativ El mérito del orden nuevo fue dar al hombre por proyección un ha aportado a sectores aparentemente lejanos de la máquina. do externo que le ayudara 2. rehacer el cálido mundo espontáneo Hay que distinguir entre el culto de la naturaleza como nonr deseo que lleva dentro de sí.'Pero el nuevo orden, la nueva imy UII criterio de expresión humana y la influencia general del espín' onalidad, era sólo un fragmento trasplantado de la personalidad científico. En cuanto al primero, puede uno decir que aunque RlIsk!l' un discípulo estético de la ciencia, rechazara e: relieve griego ¡Jorql!' conjunto: había existido como parte del hombre antes de que jeparara y le diera un medio ambiente y un sistema de raíces ne tenía corresponJiente entre las flores, los minerales o los animalc< para nosotros hoy la naturaleza no es ya un absoluto: o mejor, IV' dientes. La comprensión y la transformación de este mundo consideramos ya a la naturaleza como si el nombre mismo no esttl anal «externo» de la ré-nica fue una de las grandes revelacioviera implicado en ella, y como si sus modificaciones de ella no fueral' de'los pintores y los artistas y poetas de los tres últimos siglos. ellas mismas una parte del orden para el que ha nacido. Inclu5" arte es la nueva representación de la realidad, de una realidad cuando se hace hincapié en la impersonalidad de la máquina no delx '. ,'da, liberada de consrreñimientos y de accidentes sin irnporuno olvidar el atareado humanizarse que aparece antes de que, e ~, .no trabada por circunstancias materiales que hacen confusa hombre complete a medias su cuadro de una naturaleza objetiva e In' ~cia. El paso de la máquina al arte fue en sí mismo un signo diferente, Todas las herramientas que usa el hombre, sus ojos con ~aci6n, un signo de que las duras necesidades de la práctica, Pteocupación de la batalla inmediata había pasado: un signo de su limitado campo de visión y su insensibilidad a los rayos ultravt letas e infrarrojos, sus manos que sólo pueden mantener y manipu ;H ~ mente estaba una vez más libre para ver, para contemplar y un número limitado de objetos a la vez, su mente que tiende acre;!; pliar y profundizar todos los beneficios de la máquina. categorías de dos y tres porque, sin un entrenamiento intens:vo, e, :cipncj.l t~r.b erra cos- cr n f]l1e cont-il.u.r " 1:;3 r: :'reS ?~''''Il.í~ abarcar tantas ideas juntas como un músico puede abarcar en e.
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Capítulo
de la noción de que la máquina era un absoluto. Cor-tribuyó, con efectos sobre la invención y la rr.ecanización, un nuevo tipo de or para el ambiente: un orden en el que e: poder, la economía, I obietividad. lo colectivo desempeñarán un papel más decisivo el que habían desempeñado antes incluso en formas de dorniei tan absoluta, como en el sacerdocio real -y en los ingenieros= Egipto y Babilonia. LI sensible aprensión de este ambiente nu su traslación a términos que suponen afectos y sentimientos hu nos, y que ponen en juego una vez más toda la personalidad, se virtieron en parte de la misión del artista: y los grandes espíritus siglo XIX, quienes tlrimero dieron la bienvenida a este medio arnbi te modificado, no eran indifere.ites al mismo. Turner y 'l"c:nny Emily Dickinsor: y Thoreau, Whitman y Ernerson, todos s'lhé. C0.1 admiración la locomotora. ese símbolo del orden nue:':' en socied:d cccidentaJ Eran consciente= ,lpl ],p('j-,f) .:~~ O;lP 10< nu instrumentos estaban cambiando l
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un cetro. La segunda contribución de la actitud científica fue limitad tendió a destruir las persistentes mítologías de las diosas srieg: l de los héroes y santos cristianos; o más bien, impidió un uso ing y reiterado de aquellos símbolos. Pero al propio tiempo reveló nu símbolos universales, y amplió el verdadero dominio del sí mismo. Este proceso ocurrió en todas las anes: afectó tanto poesía como a la arquitectura. La prosecución de la cienci embargo, sugirió .iuevos :~1itOS.La transformación de la le' popular medieval del doctor Fausto desde Marlowe a Goetb minando Fausto como constructor de canales y drenador de nos y encontrando el sentido de la vida en la pura activid transformación de Prometeo como mito en el Moby Dick ~ ville, atestiguan la destrucción de los mitos no por el cono positivo sino por su más fecunda aplicación. Sólo puedo repe 10 que he dicho en otro lugar: «Lo que el espíritu cientl hecho realmente ha sido ejercer la imaginación de modos 111 de los que el deseo autisti: o --el rlpS?O del nific pO~f'(cl"
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ilusiones del poder y la dominaciónera capaz de expresar. La 11abilidad de Faraday al concebir las líneas de fuerza en un campo magnético fue un triunfo tan grande como la habilidad para concebir una danza de hadas en una escena, y A. N. Whitehead ha mostrado que los poetas que simpatizan con esta nueva especie de imaginación, poetas como ~!.;:lley, Wordsworth, Whitman, Melvil!e, 1'10 se sentían privados de sus propios poderes especíhcos, sino que los hallaron ampliados y recovados.» «TIn() de 10< m?s finos poemas de amor Ótl siglo xix, GI/t 01 tbc Cradle Endlessly Rocking, de Whitman, está -xpresado con una imagen como la que Darwin o Audubon pudieran haber empleado, si los científicos hubieran sido capaces de expresa-
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se, tenía su propia belleza, cuya revelación lo hacía más humano, v más próximo a la personalidad nueva que pudiera hacerla cualquier cantidad de artística decoración. Mientras los jardineros holandeses del siglo XVII habían a menudo, por ejemplo, convertido la alheña y el boj en formas de animales o de figuras arbitrarias, en el siglo .cx apareció un nuevo tipo de jardinería que respetaba las asociaciones ecológicas naturales, y que no sólo permitía t;'le las plantas cre:ieran con sus formas naturales sino que trataba de arlarar simr]emente sus relaciones naturales: ("1 conocimiento científico fue uno de los hechos que contribuyó al placer estético. Este cambio simboliza lo que La estado ocurriendo continuamente, a veces con lentitud, otras deprisa, en todas l']s artes. Pues finalmente, aunque la naturaleza misma no sea un absolu,o, y los hechos de la ;:;~~;.¡;·:.l.:;:¿¡ ',,""J.Uu ,,\) constituy-o 1,..,0 ,.;!,ic-:::s .uctcriclc., .:!c! ~rtista, ni su imitación literal sea garantía de éxito estético, la ciencia le da, no obstante, '" seguridad de un reino en parte independiente que define los límites de sus propias posibilidades de trabajo. Al crear esta unión del mundo interno y externo. de sus pasiones y afectos, con la cosa que existe, el artista necesita no quedar como la víctima pasiva de su, caprichos y alucinaciones neurótic. .•s: por ello inciuso cuando se separa de alguna forma externa objetiva o de alguna convención ensayada, posee aún una común medida de 10 extenso de su desviación. Mientras el determinismo del objeto -si está permitido acuñar una frase- es más enfático en las artes mecánicas que en las artes humanas, un hilo que las une corre a través de ambos reinos. La aprehensión estética y emocional de! nuevo ámbito apareció coordinada con la asimilación intelectual de la máquina por e! técnico y e! artista, que surgió en parte a través del hábito, en parte a través de la experiencia de la labor diaria, y en parte gracias a la ampliación del entrenamiento sistemático en la ciencia. Veamos esto con detalle.
3. La experiencia estética de la máquina El medio ambiente desarrollado de la máquina en e! siglo xx tiene su afinidad con aproximaciones primitivas en este orden en los castillos, las fortificaciones y los puentes desde los siglos XI al XIII, e incluso después: el puente de Tournay o las bóvedas y las obras de ladrillos de Mariekirche en Lübeck. Estos prime .os toques de 10 práctico tienen las mismas {inJ~ caracterí.tkas que los .ilt.rno, devadores de cereales o las grúas de acero. Pero las nuevas caracte-
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ósticas ahora alcanzan a casi todo sector de la experiencia. Obsérvenselas cabrias, los cabos, los candeleros o las escalas de '10 modernobuque de vapor, cerca, en la noche, cuando las duras sombras negrasse entremezclan oblicuamente con las sólidas +crmas blancas. He aquí un hecho nuevo de experiencia esté rica, y puede ser trasiadaáo con la misma dureza: el buscar matices y atmósfera aquí es perder una calidad fresca que ha surgido del uso de formas mecánicasy de modc= mecánicos de iluminación. ~) situarse e .• una plataforma de metropolir=oo desierta y contemplar el hueco bajo que se convierte en un disco negro en el que, a medida que el tren av~nzacon estruendo hacia la estación, dos círculos verdes aparecen comopuntas de alfiler aumentando basta e! tamaño de unas placas ''''¡"nrl~<1) seguir la repetición parecida a una araña de las líneas límites,que definen los cubos huecos del esqueleto de un rascacielo mcderno: un efecto ni siquiera existente en madera antes de que fuesenposibles las vigas de madera aserrada. O pasar a lo largo del I puerto de Hamburgo, por ejemplo, y ver desfilar la línea de giganI escos pájaros de acero con las patas abiertas que presiden al cargar . ,descargar de los barcos en las dársenas: ese espacio entre las patas, : ese largo cuello, el juego del movimiento en este vasto mecanismo, I r11'lacer especial derivado de la aparente ligereza combinada con la I enorme potencia en su trabajo, jamás existieron en esta escala en ningún otro medio: comparadas con estas grúas, las pirámides de Egiptopertenecen al tipo de los ílanes de arena. O mire por el ocular de un microscopio, y enfoque la lente sobre u!'. hilo, un cabello, una secciónde hoja; una gota de sangre: hay aquí un mundc de formas r ,'::>lorestan variados y misteriosos como los que se encuentran en d,fondo del mar. O situese en un almacén y contemple una hilera ~bañeras, o de sifones, o de botellas, cada objeto de idéntico taaño, forma, color, extendiéndose hasta un cuarto de milla de distanqa: el erecto visual especial de un modelo repetido, que antes ~o se observaba en grandes te.uplos o en masas de ejércitos, es :ra un tópico del ambiente mecánico. Existe una estética Je las idades y las series, así como una estética de lo único y 10 no re-
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.Ausente de estas experiencias, en su mayor parte, está el juego Ias 'superficies, la danza de las luces y las sombras, los matices de :or, los tonos, la atmósfera, las complicadas armonías que forman tuerpos humanos y los compuestos específicamente orgánicos, las cualidades qne pertenecen a los niveles tradicionales de la ~.!cnc:a y a! mundo no ordenado de la naturaleza. Pero frente tas nuevas máquinas e instrumentos con sus superficies duras,
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Capítulo '1 \símibción de la maquinaria
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sus rígidos volúmenes, sus formas puras, surge una nueva especi al su laboratorio. Crearon en forma la semblanza de 1JS ecuaciones de percepción y de placer: el interpretar este orden es una de Lo matemáticasy de las fórmulas físicas, tratando en esta nueva esculnuevas tareas de las arte~. Mier:tras es;a~ nuevas cualidade~ existir rur~~e respetar las leyes dt;l. equilibrio o de d~riv~r equivalentes ron como hechos de la industria mecanica, no se reconocieron e din:ffilcos de la escultura sólida del pasado haciencio rotar en el 3eneral corno valores hasta que fueron interpretadas por el pinte spacio una parte del objeto. y el escultor, y así existieron en U!1 anonimato indiferente dursm El valor final de estos esfuerzos no residía quizá en el arte mismás de un siglo. Las formas nuevas eran a veces apreciadas, quiz. 1110, pues las máquinas y los instrumentos originales eran tan estimucomo símboLos del progreso, pero el arte, corno tal, se valora pr antes como sus equivalentes, y las nuevas piezas de escultura eran 10 que es, no por 10 que indica, y la especie de atención DtLOdl: ,tan limitadas LVlllV ~as máquinas. No: el valor de esos esfuerzos para !a apreciación del arte faltó muchísim~ en e.1 me~lO industri, resideen }a creciente sensibilidad h:cia el amb~en!e mecánico que del siglo XIX, y exceptuando a un excepcional ingeniero de grao ;e producía en aquellos que entendían y apreciaban este arte. El talento, como Eiffel, se consideró con profundo recelo. experimento estético ocupaba un lugar comparable al experimento En el preciso momento en que era más clamoroso y más CO" centííico: era un intento de emplear una cierta especie de aparato ti"rlo el elogio del indust+ialismo, se consideraba el mundo rle ' ¡~;cocon el fin de aislar un fenóme-no sujeto a tX1'<:1;1111.:11'''L;0ú para máquina como ínherentemente feo, tan feo que no importa cuánr determinar los valores de ciertas relaciones: el experimento era una fealdad adicional se debía a la basura, a los desechos, a los mont·'I guíapara el pensamiento y una ,manera de plantear la acción. romo nes de escorias, a la chatarra, o a la inmundicia que se podía quita: bs pinturas abstractas de Braque, Picas so, Léger, Kandinsky, estos Lo mismo que los contemporáneos de Watt exigían que la rriquir [uperimentos constructivistas hicieron distinta la respuesta de la de vapor hiciera más ruido, como proclamación de potencia, así L máquinacomo objeto estético. Analizando, con la ayuda de simples mente paleotécnica exultaba, en su mayor parte, con la cualida construcciones, los efectos producidos, mostraron 10 que había que antiestética de la máquina. buscar y qué valores podían esperarse. El cálculo, el invento, la Los cubistas fueron posiblemente la primera escuela que super, org!lniz2.dónmatemática desempeñaron un papel especial en estos. está asociación de lo feo y lo mecánico: no sólo sostuvieron que' nuevosefectos visuales producidos por la máquina, mientras la conpodía producirse belleza a través de la máquina, incluso señalaro' Unua iluminación de la escultura y del lienzo, hecha posible con la el hecho de que se habla producido. La primera expresión de e; deCtricidad, modificó profundamente la, relación visual. Por un probismo en realidad se remonta al siglo XVII: Jean Baptiste Bracelk tesode abstracción, las nuevas pinturas finalmente, en algunos pinen 1624, hizo una serie de Bizarreries que describían hombres mec Iot,escomo Mondrian, consistieron en una pura fórmula geométrica, nicos rompletamente cubistas en su concepción. Esto anticipó en ¡: q¡~iun simple residuo de contenido visual. arte, como Glanville en la ciencia, nuestros ulteriores intereses e in :~Quizá las más completas así cemo las más brillantes de las interventoso ¿Qué hicieron los cubistas? Extrajeron del ambiente orgi ~e:taciones de la capacidad de la máquina lo fueron en la esculnico aquellos elementos precisos que podían ser expuestos en símb<~ tnta.,deBrancusi, pues él exhibía a la vez forma, método y símbolo. los geoméiricos abstractos: Transpusieron y reajustaron los contenJ ¡t~la obra de Brancusi s@constata, antes que nada, la importancia dos de la visión con tanta libertad como el inventor reajustaba fun' ~'material, con su peso específico, forma, textura, color y acabado: ciones orgánicas: crearon incluso en tela o en metal equivalente; ~do modela en la madera, aún se obliga a conservar la forma mecá~icos de objetos orgánicos: Léger pintó figu~as humanas que ~ca del árbol,\'1insisti~ndo más_bien que reduciendo !a parte parecían haber sido torneadas en un torno mecánico, y Duchaulf' ~aalpor la naturaleza, rmentras que cua-ndo modela en marmol le Villon modeló un caballo como si fuera una máquina. Todo este ~}plenamente la suave textura satinada, en las formas más suaves proceso de experimento racional en formas mecánicas abstractas fue l~!llás semejantes a un huevo. El respeto por la materia se extiende proseguido por los constructivistas. Artistas como Grabo y MohoI~· ~aún en la concepción del tema tratado: el individuo está sumerNagy pusieron juntas piezas de escultura abstracta, compuestas d.'~Q¡II~omo en la ciencia, en la clase; en vez de representar en márv!dr:~, óa;:,?s rle !Yl~~al, f'f~:r::le~ de !f'rOcte~, madera. QUf' eran eq~I' II!!)l'!ac?ra contrahecha de UM madre y un niño, pone dos bloques valentes no utilitarios de los aparatos que el físico estaba emplealJú: ,.~ármol uno al lado Jel otro CO.1 sólo la depresión de superficie
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más ligera para señalar los rasgos de la cara; es mediante las rc'¡ ciones de volúmenes como presenta la idea genérica de madre e il:' la idea en su forma más tenue. Así también, en su famoso p~i,. trata al objeto mismo, en el modelo en metal, como si fuera el ¡-. tóu de un motor: el a:filado es tan delicado, el pulimento tan r~ como si tuviera que adaptarse a la pieza más complicada de :" ¡ quinar.a, el'! la que tan sólo unos granitos de polvo pudieran irnpc.' . su acción ;-erfecta: :nirando al pájaro, piensa uno en el rasco de 1:torpedo. En CUánto al pájaro mismo, ya no es ningún pájaro ¿articlar, sino genérico en su aspecto más ornitológico, la función ,: vuelo. Lo mismo ocurre con su pez de mármol o metálico, parecien.' formas experimentales desarrolladas en un laboratorio de aviacio flotando en la superfi-ie sin defectos de un espejo. Este es el eql: valen te en arte del mundo me:::ánico que nos rodea pOI todas parteCon Sil perfección adicional del sín.bolo, y la de las formas me. licas sumamente pulidas el mundo en conjunto y el espectador mi, mo, se reflejan igualmente: por lo que la antigua separación entt sujeto y objeto está ahora figurativamente cerrada. El torpe oficial¿. aduanas de los Estados Unidos que deseaba clasificar la escultura de Brancusi como maquillaría o aparatos de fontanería estaba en reali dad haciéndole un cumplido. En la escultura de Brancusi la idea de J.; máquina está cbjetivada y asimilada en obras equivalentes de arte En la percepción de la máquina CJ'110 fuente de arte, los nuevo' pintores y escultores aclararon todo el problema y liberaron el arte del prejuicio romántico contra la máquina como necesariamente ho" til al mundo del sentimiento. Al propio tiempo, empezaron a inrer pretar intuitivamente los nuevos conceptos de tiempo y espacio que distinguen el tiempo presente del Renacimiento. El curso de este desarrollo puede quizá seguirse mejor en la fotografía y en el cine: las artes específicas de la máquina.
4. La fotografía como medio
y
sfmbolo
La historia de la cámara oscura, y de su producto, !a fotografía. ilustra los dilemas típicos que han surgido en el desarrollo del procedimiento de la máquina y su aplicación a objetos de valor estético. Tanto los hechos de la máquina como sus posibles corrupciones son igualmente manifiestas. Primeramente, las limitaciones de la cámara eran una salvaguar· . dia para un uso de ella de manera inteligente. El fotógrafo, a~n ')C.lp~rI...•CO'1 J!fíc!1es nrcblemas fotoquímicoe y ópticos, no ext!?l(I
••:••;¡e.ci6n de
la maquinaria
357
la fotografía otros valores que los que rendía inmediatamente por técnica misma, y como resultado los serios retratos de alguno de primeros fotógrafos, en particular el de David Octavius Hill, de Edinburgo,alcanza.on un alto nivel de perfección: en realidad no sido superado muchas veces por ninguna de las obras :.:lteriores. Al resolverse los problemas técnicos uno tras otro, gracias al uso lentes mejores, de emulsiones más sensibles, d., nuevas texturas papel para sustituir las superficies brillantes del daguerrotipo, el .6grafose hizo más consciente de dispositivos estéticos de los temas encontraba ante él, en vez de llevar adelante 13 estética de la m, volvió tímidamente a los cánones de la pintura, y se empeñó 1m hacer que sus cuadros cumplieran ciertos conceptos previos de :dleza como la concebida por los pintores clásicos. Lejos de exal::se C~~ 1~ ~e~~e~e~t~ci6!; minuciosa y detallada de la vida, ('nmn d ojo mecánico la afronta, el fotógrafo de los años ochenta en "de te buscó mediante suaves leutes un irnpresionismo neblinoso, o ~G.mdola disposición y la luz teatral intentó imitar las posturas ,a."eces los trajes de Holbein y Gainsborough. Algunos experirnenadores llegaron hasta imitar en la fotograHa impresa el borroso !letto del carboncillo o las líneas precisas del grabado. Esta recaída procedimientos limpiamente mecánicos en una imitación artificial ~'la ruina de la fotografía durante toda una generación. fue lo llismoque la recaída en la técnica de la fabricación de muebles que ••lInpbba la maquinaria para imitar las formas muertas de la antigua lltesanía. Tras ello estaba el fracaso en entender la importancia es~ca intrínseca del nuevo medio mecánico con sus propias posibi~des peculiares. Toda la fotografía, no importa el cuidado en la observación por PlItedel fotógrafo, o el tiempo empleado en la exposición real, es ISeo:cialmenteuna instantánea: es un intento de penetrar y capturar ,lÍlÜco momento estético que se distingue por sí mismo entre los aii!es.; de composiciones fortuitas, no cristalizadas e insignificantes, ~ s~ presentan en el curso de un día. El fotógrafo no puede reorga~.su material a su gusto.j Debe tomar el mundo como lo encuen~t;todo 10 más su modificación se limita a un cambio de posición ,~a alteración de la dirección y de la intensidad de la luz o en la ¡ancia focal. Debe respetar y entender la luz del sol, la atmósfera, ~;hO'ra del día, la estación del año, las posibilidades de la máquina, ~procedimientos de revelado químico, pues el dispositivo mecáWti)~nofunciona automáticarnente, y los resultados dependen de la ..lación exacta del momento estético con los medios físicos apro~ t.' L r- •tona tanto lc ''':''\Ios. _p'erc m.entras una t~c:1JLa::,\1yaccme concic r. oi pm
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Capíll.:
tura corno la fotograffa, pues el pintor, también, debe respeucomposición química de sus colores y las condiciones físicas l¡dC . darán permanencia y visibilidad, la fotografía difiere de las ("! artes gráficas en que el procedimiento está determinado en ( caso por las condiciones externas que se presentan por sí rnis.: su impulso interno, en vez de amplíarse en fantasía subjetiva, ,: estar siempre en armonía y en la clave de las circunstancias extc.: En cuanto a las varias especies de montaje de la fotografía no sc:: . realidad fotografía de ninguna clase sino una especie de pinturi la que se usa la foto -como retazos de tejidos en culchas (L : tasíapara formar un mosaico. Cualquier valor que pueda le el montaje, deriva más bien de la pintura que de la cámara. _A_'-!~q'-!'ó' ]:"_''ó'ch ser para la pintura de primer orden, la [(111' primera clase es quizá aún uiás rara. El grado de emoción v ,. ficado representado en la fotc por la labor de Alfred Etieglitz América es de un grado que raramente se supera allí. La mitad ,:. mérito de Stieglitz se debe a su riguroso respeto por las Iimitacic. de la máquina y la sutileza con la que combina la imagen y el n~!, No juega con trucos, ni con fngimientos, ni siquiera con los de ' insensible, pues la vida y el objeto tienen sus momentos suaves sus aspectos tiernos; la misión del fotógrafo es esclarecer el obic: Esta objetivización, esta clarificación constituyen importantes de arrolles en la mente misma: es quizá el primer hecho psicológique surge de nuestra asimilación racional a la máquina. Ver eón:. son, como si estuviesen ahí por vez primera, un barco cargado e emigrantes, un árbol del Madison Square Park, un pecho de rnujc: o unas nubes bajando sobre unas montañas negras requiere paciC;l(.· y comprensión. Generalmente, saltamos por encima de estas coS.!' las relacionamos con alguna necesidad práctica, o las subordinamos 1 algún deseo práctico: la fotografía nos da la posibilidad de recon,' cerlas en una forma independiente creada por la luz y la sombr;l \ el matiz. La buena fotografía, pues, es una de las mejores educJ. ciones con vistas a un sentido cabal de la realidad. Devolviendo j. ojo, por otra parte tan preocupado con las abstracciones de lo im' preso, el estímulo de las cosas vistas rotundamente como coS:!; formas, colores,' texturas, exigiendo para su disfrute una previa ex¡Xriencia de la luz y la sombra, este procedimiento de la máquina ~n ,1 , mismo neutraliza algunos de los peores defectos de nuestro ambl;nrc mecánico. Es la esperanzada antítesis de una sensibilidad estetlCJ debilitada y segregada, el culto de la forma pura, la que se esfuer.;:i ,!:,orocultar al lnür,Jr, que finalmente da forma y signinr:Hcloa sus n1.l' lejanos símbolos;
Es'
51 la Fotografía
se ha hecho popular otra vez en nuestros propios
s, desp1lés de su primer, aunque algo sentimental, estallido en lo: ochenta, es quizá porque, como un inválido que recobra la d, estamos encontrando un nuevo deleite en ser, ver, tocar y ItIltir; porque en un ambiente rural o neotécnico la luz del sol "el aire p1lTO que lo hacen posible están presentes; porque también os aprendido al fin la lección de Whitman y miramos con un ::leVO respeto el milagro de nuestros dedos cruzados o la realidad deuna brizna de hierba: la fotog.atía no es menos efectiva cuando tslá tratando con cosas tan sencillas: El despreciar la fotografía porque no puede conseguir lo que consiguieron El Greco o Rem~ran¿L o Tintoretto es como descartar 1" ciencia porque su visión delmundo no es comparable con las visiones de Plotino o las mitologf~sdel hmduisrr-o. Su virtud reside precisamente pn el hecho de haber conquistada otro sector LUlill-'IL~;:._:pntediferente de la realidad. Pues la fotografía, finalmente, da el efecto de permanencia ;!;> transitorio y efímero: la fotografía -y quizá sólo ella- es capaz de habérselas y de presentar adecuadamente los aspectos compliedós, interrelacionados de nuestro ambiente moderno. Como historiasde la comedia humana de nuestros tiempos, las fotos de Atget, "París. y de Stieglitz, en Nueva York, son únicas como drama y Cuma. documento a la vez: no sólo comunican la forma verdadera y e; toque de nuestro ambiente, sino que con el ángulo de visión y el 1Il0mentode la observación arrojan una luz oblicua sobre nuestras vidas íntimas, nuestras esperanzas, nuestros valores, nuestros humoles. Y este arte, entre todas las artes, es quizá el más ampliamente usado y -l más disfrutado: el aficionado, el especialista, el fotógrafo
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1 ~
XII,
LA NATURALEZA
Y LA MAQUINA
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el teatro, y la película como arte con todos sus derechos, La ¡". realización de la película ha sido la presentación de la historia (\ , la historia natural, las secuencias de la actualidad, o su interprcu.: del reino íntimo de la fantasía, como en las simples comedia, . Charlie Chaplin, René Clair y Walt Disney. A diferencia de la ¡, . grafíc, se reúnen en la película los extremos del subjetivimis.; de la realidad de los hechos. Nanook del Norte, Cbang, El acor: .... Potemkin, estas películas lograron su efecto dramático a travé- .: su interpretación de una experiencia inmediata y de un elevado l, . placerse en la actualidad. Su exotismo era completamente accidcn.. un ojo igualmente bueno hubiera conseguido el mismo orden acontecimientos significativo: en la rutina del día de trabajo dc '.: guardián del mc tropolita-ic o de un peón de una fábrica. En ver,:'; las iTTl(Jé'nt'< r-..~: intt'tt'<:mtt'< son las de los noticiarios C:e acu:... dades --=-a pesar de la insoponable trivialidad de los locutc.cs li . los comentan. Ninguna trama en el antiguo sentido dramático, sino secuenci» históricas y geográficas, es la clave para la disposición de estas nuc vas composiciones cinéticas: imágenes de sueño. pasaje de ob]ci.» organismos, a través del tiempo y del espacio. Constituye un de,~rl ciado accidente social -como ha ocurrido en tantos otros dep;Ht.l mentas de la técnica-e- que este arte haya sido groseramente d~ viado de su propia función por la necesidad comercial de crc,i: exhibiciones sentimentales para una población emocionalmente vncí.l «metropolitanizada», que vivía por sustitución los besos, y los el), tcles, los crímenes y las orgías y los asesinatos de sus Idolos-fantacm-' Pues la película simboliza y expresa mejor que cualquiera de 11< artes tradicionales nuestro cuadro mundial moderno y las concepCll'ncs esenciales del tiempo y del espacio que forman parte de la expc: riencia no formulada de millones de personas para las cuales Einstc¡r. o Bohr, Bergson o Alexander apenas si son siquiera nombres. En la pintura gótica puede uno recordar que el tiempo y el espacio eran sucesivos y no relacionados: 10 inmediato y le cte~O, 1,; próximo y 10 lejano, estaban confundidos; la fiei o.denación de. tiempo de los cronistas medievales queda destruida por el amontona· miento de sucesos presentados y por la imposibilidad de distingUir entre lo que es de oídas y la observación, y entre el hecho y la co~jetura. En el Renacimiento, el espacio y el tiempo estaban coord~nadas dentro de un sistema sencillo; pero el eje de los acontectmientas permanecía fijo, por así decirIo, dentro de 1111 marco establ~ciclo a una distancie ¿etermin~"'a dpl observ-dcr, "'JV~ e'\i~!enCl1 con referencia al sistema se daba por sentada de manera inoceilt~.
1: Radiografía del Nautilus por B. Polak. La Naturaleza emplea la espiral en sus obras, Los rayos X. como el microscopio, revelan un nuevo mundo es-
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rPtiro.
(Cortesía
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de \X7 endingen)
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1 363
maquinaria
XIII. ASIMILACION ESTETICA 3: Tribuna del nuevo estadio de Florencia: arquitecto, Pier Luigi Nervi. Ingeniería en la que la imaginación y la necesidad se armonizan completamei.te.
1: ESCUltLlr:1 por Conctantin Brancusi. Abstracción respecto a los materiales, importancia de las medidas precisas y las modulaciones delicadas, impersonalidad. Véase iámina XIV, número 2 (Cortesía
J,
Mareel Ducoump )
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2: Los °irabajadores del acero: mural por Thomas H. Bervon . Expresión del elemento dramático en la industria -noderr-a, y el heroísmo cotidiano que a menudo supera al del campo de batalla.
.
(Cortesía de la Neto School por Social Reseaicb)
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4: R. Duchamp-Villon: . pretación de la forma or¡;~ de un caballo en función ~ máquina.
(Cortesía de Walter Pacb! n
---, A!imilaciónde la maquinaria 3: Moderno elevado les. Efecto estético, la sencillez, escnciali. tición de formas ,. realzado a escala 1 ¡J, el sugestivo ensayo 1: ger sobre Egipto \' .', (Cortcsi«
,,'e Encb
,'.r. '..
365
Hoy, en el cine, que simobliza nuestras percepciones y sentimientos, d tiempo y el espacio no están coordinados meramente en su propio tje, sino en relación cen un observador, el cual por sí mismo, por su posición, determina en parte el cuadro, y ya no está íijo, sino t¡Ue es también susceptible de movimiento. La película, con sus primeros planos y sus vistas sinópticas, con sus ~::ontecimientos carnbifilltes y su ojo de la cámara siempre presente, ron su; (-armas espaciales siempre mostradas 1 través del tiempo, con su l',. -acidad por representar objetos r:!"P
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4: Mesa de desayuno, por Ferdinand Léger. Trasposición de lo orgánico y lo vivo en términos de lo mecánico: desmembramiento de las formas naturales y la nueva invención gráfica, (Colección particular: Cortesía M"fPO de 4~t!' Mo,[('rnC')
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}J1n.culclV:
Incluso con temas flojos y triviales, ,,1 arte enfoca intereses v rapta valores que las artes tradicionales deja sin tocar. Sólo la mú,si", hasta ahora ha representado el movimiento a través del tiempo; pero la película sintetiza el movimiento a la vez a través del tiempo y del espacio y en el hecho mismo Llue puede coordinar imágenes ,¡suales con sonido y dar ambos elementos desde los límites de un cio aparente y un lugar fijo, contribuye algo a r.uestro cuadro .' _niu~do que no nos es dado por completo en experiencia directa. Utilizando nuestra experiencia directa en el tren y el auto, la pef!cularecrea en forma simbólica un mundo que por otra parte está más allá de nuestra directa percepción o alcance. Sil". ninguna noción tOnsciente de su destino, la película nos presenta un mundo de Grganismos interpenetrantes y que influyen unos con.ra otros: lo nos permite pensar en un mundo con un mayor grado concreto. n no constituye un pequeño triunfo en la asimilación cultural. que se haya usado tan estúpidamente, la película se anuncia, sin argo, como el arte más importante -Ie 1il fase neotecnica. G:-:1¡a la máquina tenemos nuevas posibilidades de entender el mun:que hemos ayudado a crear. Pero en las artes está claro que la máquina es un instrumento n.últiples y conflictivas posibilidades. Puede utilizarse como un ,tituto pasivo para la experiencia; puede usarse para falsificar más antiguas de arte; también puede utilizarse, por derecho io, para concentrar e intensificar y expresar nuevas formas de rienda, Como sustitutivo de experiencia primaria, la máquina iene valor: en verdad es ernpobrecedcra. Lo mismo que el micopio es inútil a n.cnos que el VJU sea peneuantc, :';C la misma
as
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mi1adn de la maquinaria
Capi'
manera nuestro" aparatos mecánicos en las artes dependen pn-. , El crecimiento del Iuncionalisrno hito de la debida cultura de las aptitudes orgánicas, fisiológi, espirituales que se encuentran bajo su uso. No puede usarse '1.1 . Pero la .écnica moderna, incluso aparte de 12;; artes especiales quina como un atajo para escapar a la necesidad Je la expcri. ,\le favoreció, hubo de aportar una contribución :-Jltural por dereorgánica. Waldo Frank planteó muy bien el problema. «El ~ propio Lo roismo que la ciencia subravo d. respeto por el --cliceno puede convertirse en un lenguaje, y CG;] ello C'1 xcho, así la Léc~ic~ r~calcó la importancia de L .~ullc,ión; . e~ este experiencia, a menos que se practique. Para el hombre que tOC1. , zrreno, como senalo i.mercon, lo bello reposa s ; _'re ros cimientoreproduc-ión mecánica de música puede representar mucno, P': .c io necesario. La naturaleza .le eót:' rnntr;t..·1ci0:-_ pu('cl¡· verse meque va tiene una experiencia que asimilar. Pero cuanáo ia repro I quizá, describiendo la forma "" que el proble :--,1 de la máquina ción se convierte en la norma, los pocos músicos ejecurantes l!e,' . ".le primero afrontado, después evadido y fimlme:c resuelto. a ser más aisla.los y estériles, y la capacidad de oír música deUno de los primeros prcJucto<; de la m,L~ '::-..' fue la máquina -ecerá. L0 mismo ocurrirá con el cine, la danz- y hasta el depo.: nisma. Como en la organización de las primeras factorías las conMientras en la industria la má-:;C1ina pup2-= sustituir al ser b,· u
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estructuras de hierro modernas, desde las VIejas arrnazone , JeI .'.' seo Metropolitano a la base de la torre Eiffel, en París. En , ' partes dominaron modas análogas: homenaje de la hipocre-., arte. Se observan idénticos esfuerzos en los radiadores de 1, originales, en las decoraciones florales que adornaron un tiempo ' máquinas de escribir, en los indescriptibles ornamento, que oerduran en las escopetas de caza y en las máquinas
que podían soLrevivir las artes del pasado. El industrial, aislado este movimiento, aunque lo aceptcba, despreciativo pero a medio .eacer, hizo un esfuerzo por recobrar su posición intentando coi.u mecánicamente las formas muertas del arte que encontraban ~ el museo. Lejos de conseguir algún provecho del movimiento le los oficios, perdió por este procedimiento aquel poco valor que nsefan sus ingenuos proyectos que procedían algunas veces de un clima conocimiento de los procedimientos y de los materiales, La debilidad del movimiento original de los oficios estribaba en que suponía que el único cambio importante en la industria bía consistido en la intrusión de la máquina sin alma. Mientras La segunda etapa en el diseño clc la máquina fue un compro; d hecho era que todo había cambiado, y que todas l.is formas y El objeto se diviáió en dos partes. Una de ellas tenía que :os modelos empleados por la técnica estaban, por tanto destinados -1::-c::::::: ¡:recisamente con vistas a la eficiencia mecánica. L~ <" 1 camoiar también. Ei rnundo que los hombres tenían en la lJlt:lJU:; debía ser diseñada con vistas a la apariencia. Mier:;tras los uril:: iaolum, era completamente diferente del que llevó al constructor ristas reclamaban para sí las partes funcionales de la estructura. medievala esculpir la historia de la Creación o las vidas de los es teta, por así decirlo, sólo se le permitía modiL:ar Íigernmc: aatos encima del portal de las cated.sles, o una divertida imagen la superficie con sus patrones no importados, sus flores «plutónicatocima de su propia puerta, Un arte basado, como la artesanía, su filigrana sin sentido, siempre que no debilitaran seriamente : enuna cierta estratificación de las clases y en la diferenciación social estructura o condenaran la función a 13 inericacia, Utilizando me, delas artes no podía sobrevivir en un mundo en el que los hornnicarnente la máquina, este tipo de diseño trataba vergonzosamcr res habían sufndo la Revolución Francesa ) a los que se les de ocultar los orígenes que aún se consideraban corno bajos y me. bía prometido una cierta parte de igualdad. La artesanía moderna, quinos. El ingeniero se sentía con la inquietud de un paruen«. " que"trataba de liberar a: trabajador de la esclavitud de la producción con el mismo impulso por imitar los modelos más arcaicos de SI:' de la máquina, sólo permitía a las personas de cierta categoría mayores. disfrutar rle objetos nuevos que estaban completamente alejados del Naturalmente pronto se alcanzó la segunda fase: el utilirarismedio social dominante, como los palacios v inonasterios que el y el estera Sé retiraron nuevamente a sus campos respectivos. L ticuario y el coleccionista habían empezado a saquear, La tenestera, insistiendo con justicia en que la estructura formaba paw 'encia educacional del movimiento de las artes y oficios era admiintegral de la decoración y que el arte era algo más fundamentó! Ia~le; y, en la medida que suministraba valor y comprensión al que cubrir con capa de azúcar la torta como hace el pastelero, trato l' lfiqonado, era un éxito. Aunque este movimiento no añadía una de realizar la antigua decoración verdadera alterando la naturale-: cantidad suficiente de buen? artesanía, por 10 menos hacía desapade la estructura. Ocupando su lugar como trabajador, empezó a h1; I ~r una buena parte de arte falso. El lema de William Morris, de cer revivir los antiguos métodos ;"lramente artesanos del tejedor, el qu~.,nodebía U;;,J poseer nada que no se considerase hermoso o que ebanista, el impresor, artes que habían sobrevivido en su m8:'or ~¡'~)lpiera que era útil, era un lema revolucionario en el frívolo parte solamente en los rincones más atrasados del mundo, no PIS:;' lrstentoso mundo burgués. dos por el turista y el viajante del comercio, Los antiguos tallen:-; "-'Í~Pero el resultado social de ese movimiento de las artes y ofiy otros lugares de trabajo habían languidecido y muerto poco a poca gqs':no correspondía a las necesidades de la nueva situación; como en el siglo XIX, especialmente en la progresiva Inglaterra y en señaló Frank Lloyd Wright en su famoso discurso en Hull House América, cuando otros talleres nuevos como los dedicados al vidrIO tr¡.~i908, la máquina misma era tanto un instrumento artístico, en con William de Morgan en Inglaterra, y john La Farge en Amério. mIrlos de un artista, como eran los simples utensilios y herrarnieny Lalique en Francia, o una mezcla de oficies, t"les como el de '.~;I" Levantar una barrera social entre las máquinas y las herraWi;];ú:r: r.louis en rLgla(e!'t~, aparecieron para probar con su ejem· . ntas era realmente aceptar 1<1 falsa noción ciel nuevo industrial
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que, empeñado en explotar a la máquina, que poseía, y celoso instrumento, que aún pedía ser propiedad del trabajador ind,· diente, dispensaba a la máquina una santidad y gracia exclusiva no se merecía. Careciendo del valor para usar la máquina com. instrumento de fines creativos, y siendo incapaz de armonizar" los nuevos objetivos y nuevas normas, los es tetas se vieron k, mente obligados a restaurar la ideología medieval con objeto porcionar un apoyo social para su sesgo antimaquinisra. l.n . palabra, ese movimiento de las artes y los oficios 1J0 captó el h, de que la nueva técnica. al ampliar el papel de la máquina. 1, modificado completamente el papel dc la artesanía en la produ. y C:'Je los exactos procedimientos de la máquina no eran ncccmente hostiles a la fina labor del hombre v su artesanía. L;,
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había sido utilizada en forma de un" intensiva especialización casta. Para sobrevivir, la artesanía hubiera tenido que adaptars aficionado y estaba destinada a dar vida incluso en el nuro tr:II·, a mano, aquellas formas de economía y sencillez que 'la máou.: estaba reclamando por derecho propio, y a las cuales se estn': adaptando la mente, la mano y el ojo. En este procese de rein: gración se recobrarían ciertas formas «eternas»: existen formas , artesanía r;ue se remontan a un lejano pasado que cumplen tan r.: completo sus funciones que ninguna ulterior cantidad de cálcu o experimento podría mejorarlas. Estas formas-tipo aparecen v r , aparecen de una civilización a otra; y si no hubieran sido dese biertas por la artesanía, la máquina habría tenido que inventarl> La nueva artesanía iba de hecho :1 recibir en realidad una pode rosa lección por parte de la máquina. Pues las formas creada, ¡]l': ésta cuando ya no trata con de imitar los antiguos y superficiak< patrones de la obra a mano, se vieron más cerca de lo que podrí:l" ser producidos por el aficionado que, por ejemplo, las cumplio ciones de ensambladuras especiales, finos taraceados, maderas hacien· do juego, relieves y tallas, formas intrincadas, formas de adorno' metálicos, el orgullo de la artesanía en el pasado. Mientras en 13 fábrica la máquina se redujo con frecuencia a producir artesanía falsificada, en el taller del aficionado podía ocurir el proceso opuestO con verdadero provecho: se encontraba liberado por la sencillez misma de las buenas formas de la máquina. La técnica de ésta corno medio para alcanzar una forma simplificada y purificada alivió al aficionado de la necesidad de respetar e imitar los complicados patrones del pasado -patrones cuyas complicaciones eran en parte resultado d; un verdadero despilfarro, en parte de un vi,~u:;si:;rnn
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forma diferente de sentir. Pero antes pues, .cstaurarse como una admirable , forma de juega y un eficaz alivio de una vida físicamente ingenua, al! necesario dio poner de la máquina misma como instrumento • JOcial y estético. Por lo que la mayor contribución al arte la realilmon, después de todo, los industriales que permanecieron en su Jbor y la llevaron a cabo. l. , Con l,a t.ercera etapa ~ien~, luga; una 1110dificacib. en el d~se.ño ce la maquma. La imagmacion no se aplica ~~ cbjeto meccn.co " .!cspués de haberse terminado el diseño práctico. está Iuudida CO!l d en caGP etapa del desarrollo. La ~ente trabaja directamente a respeta las condic.c.ics que se le imponen ' aavés el,: la máquina, 1 no contenta con una burda aproximación cuantitativa busca una r i' .eauzacron estenca mas positiva. r.o ceoe conruncuse e,lU LUlJ el dogma, a menudo tan corriente, de que L\.~:.:uier artefacto mecá, aico que funciona es por fuerza estéticamente interesante. La fuerte de -ste sofisma está clara, En muchos casos, en realidad, se han scostumbrado nuestros OjÚ3 a reconocer 10 bello en la naturaleza, y .. lentimc: una especial simpatía hacia ciertas especies de animales y pájaros. Cuando un avión aparece como una gaviota, se aprovecha esta vaga asociación y acoplamos adecuadamente h belleza con la ~9r:edad mecánica, ya que el peso y la caída de un vuelo de una 8áy!üa añade una belleza corno en reflejo a su estructura animal. No existiendo tal asociación con una semilla de vencetósigo, no sentimos la misma belleza en lo que se refiere al autogiro, que se ',~~tiene en vuelo gracias a un principio similar. Mientras la verc¡.,(lerabelleza en algo que se usa debe unirse siempre a su adecua~6n>mecánica, y por tanto supone una cierta cantidad de reconoClmien!o v valoración intelectual, la relación no es sencilla: anunta fu;nte común más bien que a una identidad . ~ la concepción de una máquina o de un producto de la máhay un punto en el que hay que detenerse ror razones di> econonpa sin haber alcanzado la perfección estética: en este momento . ", ha de tenerse en cuenta cada factor mecánico, y el sentido . osa incompleta se debe al fracaso en reconocer las exigencias {¡gente humano. La estética lleva consigo la implicación de alter,!la'tivas entre un cierto número de soluciones mecánicas de igual ~~4ez, y a menos que esta conciencia esté presente en cada etapa ·4~'Proceso, en cuestiones menores de acabado, finura, composición, ..Í9te,s probable que aparezca de alguna manera satisfactoria en la ,etap"~ final del diseño. La forma sigue a la función, subrayándcla, . ~talizánciola, clarificándola, haciéndola real para el cjo . Los .ecur-
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sos y las aproximaciones se expresan por sí mismas en forma. ocigbal: aquí es dende se hacen los ensayos, se descubren y se completas, formas parecidas al absurdamente e11.1bata~osoY' los errores, aquí es donde se concentra el proceso creativo ajustado aparato de teléfono del pasado, como el ant~cuado " ' . (lI conjunto, Una vez establecido el modelo, el resto es rutina; más plano, lleno de armaduras, hilos, soportes suplementarios, tcvi.: tllilde ía oficina de proyectos y del laboratorio no hay -para los nios todos de la angustia por remediar innumerables factores in, ItÚcu10sproducidos en serie destinados a un mercado en gran estos y desconocidos' formas corno las del antiguo automóvil ('~ . lla- ni oportunidad para la selección ni realización personal. Por que una parte tras' otra se añadió al mecanisl!l? efectivo sin!" ~ .únsiguiente, aparte aquellos productos que pueden producirse autosido absorbida en el cuerpo del diseño, en c?nJunto; formas ;' !látic, -nente, el esfuerzo para lograr una producción industrial equilas de las obras de acerc de grandes dimensiones que se deh:." .brada debe ;:~ntrarse er: el desarrollo nf" h ofiCIna ~:c proyectos nuestra faltn de cuide-lo en la utilizw+ón de materiales bar.u.: í del laboratorio, c,:,::l'Jciendola escala de la producción y haciendo en nuestro deseo de evitar un gasto extraordinario al calcularlos ' posibleun tránsito más fácil hacia adelante y hacia atrás entre las precisión v haciendo el gasto rle l- mano de obra necesaria i' vcciones de .lisefio y las opera+vas de la fábrica, realizados,' El impulso .que cr",a. un objeto mecá~ico ~om?!c.t:,' , ¿Q~ién descu~,rió e~tos nuev~s cánones de diseño de la ,má9ui. ::::::. d que crea un objeto e,tetlcamente ?r
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!similación de la maquinaria
la formulación de su más importante ~rinClplO estético. el princii. ,iIdgusto y la moda con el despilfarro y el aprovechamiento comerde economía. Naturalmente este principio no es desconocido áai. Pues el desarrollo racional de normas técnicas auténticas, basaotras fases del arte, pero el caso es que en lo que se r~(ierc Jasen la función y la realización, sólo puede producirse por una formas mecánicas es siempre un principio de control, y dis!n.: ileSvalorización total del esquema de la civilización burguesa sobre de la ayuda de los cálculos y medidas más exactos hoy día posil-'. d cual nuestro presente sistema de producción está basado. Un buen diseño pretende eliminar del objeto, sea un automóv "El capitalismo, que juntamente con la guerra desempeñó una un juego de porcelana o una habitación, todo detalle, toda mollu: 'pute tan estimulante en el desarrollo de J:, técnica. se !1'1 corr.er.oda variación de superricie, toda parte superficial, excepto aquv" ,ciaoahora, junto con la guerra, en el mayor obstáculo a su futuru que pueda LvúJu":li a su e[eLl;vv [ulJ-:iulIam:ento. Nuestros il1~I'''' ':nejoraITÚento. La razón debería estar clara. La máquina desvasos inconscientes y nuestros hábitos mecánicos tienden firrnerno ~or.zalo raro: en vez de producir un solo obje,o único, capaz a la consecución de este principio. En aquellos sectores en que 1, de producir un millón de objetos más. tan buenos come el patrón gustos est-ticos no son conscientemente valederos, nuestro gu,: partir del cual se hacen t~dos éstos. La máquina desvaloriza la a menudo ha Sido seguro y excelente. Le Corbusier ha sido!l' plad, pues la edad es otro ejemplo de cosa rara, :! la máquina, al ingenioso a: escocer multitud de objetos, ocultos a L obs-r- ,ID . ,')U<:1 el accn i o en la aptitud y la adaptaciú¡ 1, ,e el!' 'l~u;;ele <:11 ;U por su misma ubicuidad, en los que esta excelencia mecánica .' más nuevo más bien que en lo antiguo: en vez de sentirse "Jténforma se ha manifestado sin pretensión ni engaño. Considérese .kamente confortable en medio de la herrumbre, el polvo, las tepipa de fumar; ya no es.á tallada pafJ parecerse a una cabeza b tarañas, las partes decadentes, se enor-iullece de las cualidades onue smana, ni lleva, excepto entre los estudiantes universitarios, ningú: ras -Iustrosidad, suavidad, brillantez, limpieza-o La máquina desemblema heráldico: se ha convertido en algo exquisitamente ;1:< v~oriza el gusto arcaico, p'Jes el gusto en el sentido bur;;ués es ni.no, consistiendo nada más que en un aparato para proporciona ~plemente otro nombre que se le da a la ~ama de desahogo Iinana la 1:-0C3 humana el hUr:1O procedente de una masa vegetal en lern cero, y contra esta norma la máquina establece las de la función combustión. Considérese el vaso corriente de beber de restaurant ]!a aptitud. Lo más nuevo, lo más barato, los objetos más corrier barato; ya no está tallado o colado o grabado con dibujos eS)1c, tes::pnede!1, desde el punto de 'lista de la estética pura, ser inmer, cialcs: todo lo más puede llevar una ligera protuberancia en 1.0 ,I;.¡¡¡ente superiores a los más raros. los más e-ros y los más antiparte superior para impedir que un vaso se pegue a otro al forma r gu2s. El decir todo esto es simplemente recalcar que Ía técnica pilas; es tan limpio, tan funcional, como un aislador de alta ter ,llIod~rna, por su propia naturaleza esencial, impone una gran purisión. O bien tóme-se el reloj actual y su caja y compárese con ],l'6cacrón de la estética; es decir, despoja al objeto de los anteojos formas de ingenuidad, gusto y asociación artesanos creadas en 1(" de:'l~aso.ciación, de todos los valores sentimentales y pecuniarios sigios XVI y XVII. En todos los obietos más comunes de nuestr(' ip~e~:no tienen abselutamente nada que ver con la forma estética ámbito se han aceptado los cánones de la máquina. Incluso ni al ,,:dirige la atención hacia el cbjeto mismo. más sentimental fabricante de automóviles se le ha ocurrido pintar ''l. ~La desvalorización social de casta exigida por el propio uso y su coche para que se parezca a una silla de postas al estilo de ~reciación de l~ máquina es tan importante como el despojo de Watt~au, aunque e posible que viva en una casa en donde 10; ~tformas esenciales en el proceso mismo. Uno de los siznos más muebles y decoración corresponden a aquella pasada moda. rf~c'es de este hecho durante la última década hit sido uso de Este carácter descarnado de lo esencial ha alcanzado todos 105 , ~~riales baratos y corrientes en joyería, primeramente introducido, sect?res del trabajo de la máq~ina ~ tocad~, todo~ los aspectos de por Lalique, pu~s. esto implicaba. un r~conocimiento del hecho la VIda. Es un pnmer paso hacia la mtegracion mas completa de la ,~ .•~ue una forma esteticamente apropiada, incluso en el adorno del máquina con las necesidades humanas y sus deseos que caracteriz~ I fU~O, nada tiene que ver con la rareza o el gasto, sino que es la fase neotécnica, y caracterizará más aún el período biotécnico, \'a ~~'cuestión del color, forma, línea, textura, aptitud y símbolo. El visible por encima de la línea del horizonte, Como en la transición ~pl~o de algodones baratos en el vestir por parte de Chanel y sus social del arder. paleotécniro al neotécnico, el principal obstáculo iltadores, que fue otro fenómeno de la posguerra, fue asimismo al más completo desarrollo de la máquina reside en la asoci3ÓÓ:. ,1:-1jt~lIZ reconocimiento de 105 .valores esenciales áe nuestra nueva l
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economía: puso al fin a nuestra civilización, aunque sólo JllOI!. táneamente, al nivel de aquellas primitivas culturas que Con ;' gusto trocaban sus pieles y sus marfiles por las cuentas d, de colores del hombre blanco, con cuyo diestro uso el artisi., vaje demostró a cualquier observador desinteresado que -:11 trario del fatuo concepto del hombre blancohabía COWl.' mayor beneficio en el negocio, Debido al hecho que el vesu.l» la mujer desempeña un papel compensatorio en nuestra so.« úlc;,;alopol!ta, con ello indica mucho J11ás lo que está auscn., lo que está presente en ella, la victoria de la estética genuin:l podría ser temporal. Pero estas formas de vestido y joyería apc: a la meta de la producción cie la máquina; meta por la cual l obieto se valoraría en términos de su función social directa.u», nica y vital, dejando aparte su valor pecuniario, los esnohiSI11(' casta o los sentimientos muertos de la emulación histórica, Este estado de guerra entre verdadera estética de la máquir.. 10 que Veblen ha llamado las «exigencias de la reputación 1',' niaria» presenta aún otro aspecto, Nuestra tecnología moderna, r: su organización interna, ha producido una economía colectiva v ' productos típicos son puramente colectivos, Cualquiera que sea ' política de un país, la máquina es comunista; de aquí los profuo.. conflictos y contradicciones que ha.. venido desarrollándose en :, industria de la máquina desde finales del siglo XVIII. En cada el T' de la técnica, el trabajo representa una colabor~lCión de inunmerable trabajadores, que utilizan ellos mismos una amplia y rarniíicada b: rencia tecnológica: el inventor más ingenioso, el científico más 1,:: llante individualmente, el más capacitado díseñador sólo contribi.vc. a la mita-l del resultado final. Y el producto mismo lleva necesaria mente la misma impronta impersonal: funciona ('1 no en lín~.!· totalmente impersonales. No puede existir diferencia cualirn.iva en, tre la bombilla eléctrica de un número determinado de bujías de un hombre pobre y la de un hombre rico que indique la diferencia de categoría pecuniaria en la sociedad, aunque existía una enorme diferencia entre el apestoso sebo de las velas del campesino y la; candelas de cera o de aceite de esperma utilizadas por las clase; superiores antes de la llegada del gas y la electricidad. En la medida en que las diferencias pecuniarias pueden contar en la economía de la máquina, sólo pueden modificar la escala r no el tipo, hablando en términos de la producción actual. Lo que se aplica a las bombillas de la luz eléctrica, se aplica a los automó' v-les; lo que se aplica aquí, 11) mismo se aplica a toda especie de aparato o de obra. Los desesperados intentos que se han hecho en 1,'
érica por las agencias de publicidad y lo, «diseñadores» para '!!zar los objetes fabricados a máquina han sido, en su mayor te, intentos pera desviar el proceso de la más ~ina a favor de los '¡tereses de casta y de distinción pecuniaria. En las sociedades das en el dinero, en la que los hombres juegan con fichas de lker en vez de jugar con realidades estéticas o económicas, se hatodos los intentos por disfrazar el hecho de que 12 máquina conseguido potencialmente .ma nueva economía colectiva en la que la posesión de bienes es una distinción sin sentido, ya que la mquina puedo producir tl"'clos nuestros productos esenciales en can, edades inmensas, que caen a su vez sobre el justo y el injusto, el ,Iilro y el cuerdo, como la lluvia misma. •. La conclusión .es c:vi,de~te: no pod:m~s ac~ptar de forma. irueagente los bcr¡cEc;:::: ;:':~c"r,,~rl,., b maquina S111 acept=r sus irnnerativos morales y sus fvrJ11'ls estéticas. np n", rnane-r , tanto nosotros como nuestra sociedad seremos las víctimas de una desunión destmctra y una serie de objetivos, los que crearon el orden de la 'máquina se encontrarán constantemente en guerra con los impulsos 'personales triviales e iuferiores inclinados a aprovecharse de manera encubierta de nuestras debilidades psicológicas. Faltando en conIl. jmto esta aceptación racional, hemos perdido una buena parte de ~s beneficios prácticos de la rnáquin, y hemos logrado la expresión $Stética.solamente en una forma indecisa y parcial. La verdadera dístinción social de la técnica moderna, sin embargo, es que tiende 11 eliminar las distinciones sociales. Su meta inmediata es el trabajo efectiv0. Sus medios son la estandardización, la insistencia de 10 genérico y lo típico, en resumen, una escueta economía. Su obje~vo último es el ocio -es decir, la liberación de otras capacidades . orgánicas. lEI poderoso aspecto estético de este proceso social ha sido ,()S8Jtecido por intereses pragmáticos y pecuniarios en apariencia que ~"sé"'haninsertado en nuestra tecnología y se han impuesto sobre ~~s,metas legítimas. Pero a pc'sar de esta desviación del esfuerzo ~~mos empezado finalmerne a comprender estos nuevos valores, es~~ nuevas formas y estos nuevos modos de expresión. Se trata :aquí de un nuevo medio ambiente: la extensión tiP. la naturaleza ~lihombre en términos descubiertos por la observación atenta y el ~.nálisis y abstracción de la naturaleza, Los elementos de este ambiente son duros, ásperos y claros: el 'puente de acero, la carretera ,~é.cemento, la turbina y el alternador, la pared de cristal. Detrás esta fachada se encuentran filas y filas de máquinas, tejiendo aJgodón, transportando carbón, reunien-Ic alimentos. imorirniendo
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• -"ación de la maquin.uia
Cap:l.
libros, máquinas con dedos de acero y MaS brazos musculares. reflejos perfectos, a veces hasta con ojos eléctricos. [unto ~ : ello hay nuevos aparatos, el horno de coque, el transformadl". calderas de tintorería, cooperando químicamente en estos pro. ruientos mecánicos y ensamblando nuevas cualidades en cornpi-, f ma[eriales químicos. Cada parte efectiva en este ambiente .!!c representa un esfuerzo de la mente \.:clectiva para ampliar el d, nio del orden, el contra) y la provisión. y aquí, finalmente:. formas perfectas empiezan a tener interés humano incluso al J" gen de sus realizaciones prácticas: tienden a producir esa serc.». y equilibrio inte nos, ese sentido del contrapeso entre el imr: interno y el ambiente externc, que es una de las marca" ,J" obra de arte. Las máquina" incluso cuando no son obras (le: .r ocultan nuestro arte -es decir, nuestras percepc;unes y ~~J1[iJ:: tos Oigal1¡¿dl_~U~_ en la rorm- con CTllf> 1, n'ltllr:7.~'_'::~ !8: .:.... ,.;" pliando la base sobre ia cual operamos y confirmando nuestro pn-:: impulso hacia el orden. Lo económico, 10 objetivo, lo colectivo finalmente, la integraciór. ::le estos principios en una nueva con.c:: ción de lo orgánico constituyen las características ya disrcrnilde nuestro asimilac:6n de la ¡náquina no sólo como un instrumcn: de "cción prác~ica, sino como un modo de vida valioso. 6. La simplificación
del medio an:biente
Como instrumento práctico, la máquina ha complicado de 1'1.1 nera enorme el medio ambiente. C:.lando se compara la estructur.i interna de una casa dei siglo X"III con la mezcla de tuberías el,' agua, tuberías ¿~ gas, hilos eléctricos, desagües, tomas de aire. ventiladores, sistemas de calefacciór. y acondicionamiento de aire que forman parte de una casa moderna, o cuando se comparan los adoquines de una calle antigua, colocados directarneme sobre J:¡ tierra, con los sistemas de cables, tuberías y líneas de Metro que corren bajo el asfalto, no St tiene duda alguna acerca de la como plejidad mecánica de la vida moderna, Pero precisamente porque existen tantos órga:::'I< físicos, y por. que tantas partes de nuestro ambiente compiten constantemente por llamar nuestra atención, necesitamos precavernos contra la fatiga de manejar demasiados objetos o de vemos estimulados innecesariamente por su presencia cuando realizamos los numerosos servicios que imponen. Por consiguiente, una simplificación de los aspectos exreriores del mundo mednico constituye casi un requierto p ~,,;o p:lr~
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ur con sus complicaciones internas. Para reducir la sucesión .llOStante de estímulos, el ambiente mismo debe hacerse lo más 'tUtrO posible. Esto, nuevarnent,., se opone en parte al principio muchos oficies artísticos, en los que el esfuerzo es retener h muda, dai a la mente algo con qué jugar, reclamar una especial Ittoción para la misma. Así, pues, si el canon de la economía y d respeto de ;,1 función no estu vieran arraigados en la técnica ;~1O!tina, habrían de derivarse (:~ nuestra reacción psicológica :l la lI&quina: sólo observando estéticamente estos principios puede reI ucirse el caos de estímulos [iasta el punto de asimilación electiva. Sin la estandardización, sin la repetición, sin el efecto de neutra-scióu del hábito, nuestro ambiente mecánico podría muy bien, en 'azón de su ritmo v de su impacto continuo, resultar demasiado _ iormir1~hlf" pn ln<
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acero y la otra está adornada por un frontón roto, consrin., signo de una fina consciencia estética en nuestra cultura que , .. Los buenos artesanos siempre han tenido algo de este más (¡nf\ rido de la forma, pero se confundía con el gusto «esnobisi.r., norma: literarias arbitrarias de una forma que llegó a la \i,!., la corte durante el Renacimiento. A medida que diversas par¡c, nuestr-. ambiente ,('~anz~n un grado creciente .Ie estandardi-.i, 1n~ sentidos a su vez debc., hHCI""
adores no puede sobrestimarse. Cualesquiera que sean las criquelos arcaísmos, los verbalismos, los errores emocionales e .ntektft¡ales de nuestro presente sistema de educación, no puede olvi'se a 1:> máquina como un educador constante. Si durante el pe· 'o paleotécnico la máquina acentuó lu brutalidad de la mina, en fase neotécnica promete, si la utilizamos con inteligencia, devclla delicadeza y la sensibilidad al organismo. I
. La personalidad
objetiva
Dados estos nuevos instrumentos, este nuevo ámbi to, estas nuero perfeccio-v-s ,pn<~('innes v normas. esta nueva rutina diaria, (Stas nuevas respuestas estéticas, ¿qué clase dé: hombre surge de euestra técnica moderna? Le Play preguntó una veo a sus oyentes roál era la cosa más importante que nabir salido de la mina; y después de que uno dijo que el carbón y otro que el hierro y otro que d oro, contestó: «No, la cosa más irnporrante que sale de la mina ts el minero.» Y esto es cierto con referencia a cualquier ocupación. y,hoy día cualquier tipo de trabajo se ha visto afectado por la máquina. '.~:~Ya he tratado, en cuanto a sus limitaciones y renuncias, acerca 'de!, tipo de hombre que influyó en la mecanización moderna: el lIlOñje, el soldado, el minero, el financiero; pero la experiencia más completa de la máquina no tiende necesariamente a producir I!na repetición de estos modelos originales, aunque existen abundan!es. pruebas que muestran que el soldado y el financiero ocupan I!na posición más extendida en nuestro mundo de hoy que quizá en"'cualquier otro tiempo pasado. En el aC~J de expresarse con la rle la máquina las capacidades de estos tipos originales han ,SJd.(t.II1odificadasy alterado su carácter; además, 10 que en un tiempo fue'tla innovación de una raza temeraria de pioneros se ha conle."'tido ahora en una rutina establecida de una inmensa masa de ~es' que se han apoderado de las costumbres sin haber comparo ~a6.·nada del entusiasmo original, y muchos de estos últimos quizá ~enen aún ninguna especial inclinación hacia la máquina. Es dif[~ analizar una influencia tan penetrante como ésta: no se trata trnna sola causa, no puede atribuirse únicamente a la máquina lIrial(8eterminada reacción. Y nosotros que vivimos en este medio e' en él hemos sido formados, que 10 respiramos constantemente .t'~ r-d:Jpt.i111IJS" él. ts posible que no 1,f)d?P.1~'i medir l? desvía ciol};" causada por el medio, menos aún estimar el impulso de la
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ley fue un tardío desarroilo en la mente comparable al que tuvo máquina, y todo lo qu., lleva consigo, de otras normas, El i:. :ar en la moral cuando los ciegos conflictos entre los hombres correctivo parcial es examinar un ambiente más primitivo, u: ,bdsarios se sustituyeron por los procedimientos civiles de la intentó hacerla Stuart Chase; pero incluso aquí no puede uno (1':' ~ticia. El proceso colectivo, incluso permitiendo la acumulación gir la forma en que nuestras mismas cuestiones y nuestra esc:d.! Jc! error y e! sesgo inconsciente de! instrumento neutral mismo, valores han sido modificados por nuestro contacto con ia máq. .. \1lDcedióun grado más alto de certidumbre que 1"1 más recto y subPero entre la personalidad que era más efectiva en el an..: t¡;vame!1[e satisfactorio juicio individual. técnicamente inmaduro del siglo x y el 'cipo que es hoy efll:' .~ El concepto de un mundo neutro, no afectado por los esfuerzos puede uno decir que el primero se encontraba subjetivarnenu \ del hombre, indiferente a sus actividades, insensible a sus deseos )dicianado y que el segundo -stá directamente ir-Huido por 125 ' !lÍplic~ es uno de los grandes triunfos de la imaginación oei hombre cienes objetivas. Estas, en todo caso, parecen ser las tendcn. '. r en sí mismo representa un nuevo valor humano. Los cerebros de En ambos tipos de personalidaJ existía una norma externa de '.' ategoría científica. incluso antes de Pitágoras, han debido tener inrencia; pero mientras que el hombre medieval determinaba le! : • n.:,;ones de este mundo; pero el hábito de! pensamiento no se Iidad por la extensión con que se acordaba con un complicado te: : I.,.tpnrlín "..,hrp n;n"'ln~ amplia zona ~::;sta que :::! método científico de (:~.c.~.i-_~~,~';, '::'ú el L",;;0 J,,-~ hombre moderno el árbitro [jJJ
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Capít
Capítulo 8
funcionamiento de la máquina misma. Y la adaptación a su ORIENTACION tiene efectos ulteriores: una modulación de énfasis, un aspecto ¡ sitivo, razonable, una serena seguridad de un reino neutro c: que las diferencias más insensibles pueden ser entendidas, oí ' armonizadas, es 'un signo de una personalidad emergente. Los \,.11, xismos agudos. violentos, vociíerantcs, el mostrar los dientes \ patalee puramente animales de un egoísmo sin crítica y un ' : incontrolado -todas estas cararterísticas arcaicas que fueron tiempo la muestra de los líderes de los hombres y de sus imi!:!,! resse encuentrar: ahora [ucra del estilo de nuestra época: su : ciente resurgir y el intento de santificación es simplemente un <: tome. de aquella recaída en lo más primitivo ? que me referí h:l, poco. Cuando uno mc.itiene estas salvajes características hoy, se ticr la ~_.uJ¡..J.l\"'';:~Jj de mantener una fonda de vida atr~c:~~~ ('()mn h ~l mastodonte, v ;" ~\:; l:-'icS(X,(;,~~ ~~ :::'"l1ido de una ;::2rsona];,I.: demencia 1. Entre el fuego de tales tipos bajos y el hielo de . máquina tendría uno que escoger el hielo. Afortunadamente nuesr: elección no está tan [imitada. En el desarrollo del carácter burnar hemos alcanzado u.; punto análogo al que hemos alcanzado en ] técnica misma: el punto en el que utilizamos los más complete desarrollos en la ciencia y la técnica para alcanzar una vez más 1: 1. La disolución de «la máquina» orgánico. Pero aquí también: nuestra capacidad para ir más allá ,:: la máquina depende de nuestro poder para asimilas la. Hasta q.:e no 10 que llamamos, en sus resultados finales, «la máquina» no hallamos aprendido las lecciones de objetividad, impersonalidad era, hemos visto, el subproducto pasivo de la técnica misma desneutralidad, las lecciones de nuestro reino mecánico, no podemos ;. arrollándose a través de pequeñas ingeniosidades y perfeccionamienmás allá en nuestro d,nsarro:lo hacia le más ricamente orgánico. I( lOS y finalmente extendiéndose por todo el campo del esfuerzo somás profundamente humano. cial.Al contrario, la disciplina mecánica y muchas de las invenciones ~ndamentales fueron el resultado de un esfuerzo deliberado por dcanzar una forma de vida mecánica: el motivo que estaba a la base de este hecho no era la eficiencia técnica, sino la felicidad, o el poder sobre otros hombres. En el CUhO del desarrollo, las máquinas han. ampliado sus objetivos y proporcionado un vehículo físico para ~1 cumplimiento. 'Ahora bien, la ideología mecánica que dirigió los cerebros de los:¡hombres hacia la producción de máquinas fue ella misma el tesllltado de circunstancias especiales, de elecciones, intereses y de!eos especiales. En tanto otros valores fueron supremos, la tecno~gía europea permaneció relativamente estable y equilibrada durante 1!n:.período de tres o cuatro mil años. Los hombres produjeron máljU.inasen parte porque estaban tratando de encontrar una salida ''Jta r~rr.plpjicl,¡rl " confusión desconrertar.res, que caractcrizabar. 385 MUflIford.
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Capíll-:
tanto la acción como el pensamiento; en parte, también porquambición de poder, frustrada por la tremenda violencia de (' hombres, se volvió finalmente hacia el mundo neutro de la 111.1 bruta. Antes ya se había buscado el orden, una y otra vez, en ( . civilizaciones, en la disciplina, la regimentación, las inflexibles v. seciales, la disciplina de casta y las costumbres; después d, glo XVII se buscó en una serie .le instrumentos y máquinas C;;l,. El europeo occidental concibió la máquina porque anhelaba l' laridad, orden y certidumbre, porque deseab.; reducir el mov.mi. de sus
lación
de nuestros deseos, sino simplemente
387 una serie de instrumentos
.¡ue utilizaremos en la medida en que nos sirvan para la vida en eral, y que eliminaremos cuando la infrinjan o existan pura· eenre pata soportar la contingente est.uctura capitalista. L¡¡ decadencia de esta fe absoluta se deriva de varias causas. Una Jt ellas es el hecho de que los instrumentos de destrucción ingenio;U}"P'1te urdidos en el taller de máquinas y en el laboratorio químicose han convertido, en las manos de personalidades vulgares y deshumanizaclas, en una amenaza permanente contra la existencia Jt la sociedad Ulga¡.i:t:ada. Los instrumentos mecánicos de armamento y ataque,' nacidos del miedo, han ampliado los campos del temor entre todos los pueblos del munJo; y nuestra inseguridad frente a ~ hombres bestiales y ambiciosos de poder es un precio demasiado a!to que hay que pagar para defendernos de las inseguridades del nedio na tural. ¿De qué sirve conquistar la naturaleza si nos convertimos en presade la naturaleza bajo la forma de hombres sin freno? ¿De qué sirve equipar a la humanidad con fuerzas poderosas para moverse, construir y comunicar si el resultado final de esta acumulación de dímenros y esta excelente organización ha de entronizar los morbososimpulsos de una humanidad frustrada? En el desarrollo del mundo neutral de la ciencia, y en el adelanto cle Ias funciones instrumentales y sdaptadoras de la n.áquina, hemos dejado a los egoísmos incultos de la humanidad el control de las 'energías y las máquinas gigantescas que la técnica ha creado. Al avanzar con demasiada rapidez e incautamente por la línea del perfeccionamiento mecánico no hemos logrado asimilar la máquina y. coordinarla con las capacidades y las necesidades humanas; y con nuestro atraso social y nuestra ciega confianza nos hemos sobrepasadó pensando que los problemas ocasionados por la máquina podrían. ser resueltos con medios puramente mecánicos. Cuando uno resta -de los manifiestos bienes de la máquina la cantidad' total de ~ergía, inteligencia, tiempo y recursos dedicados a la preparación !)ara'la guerra -sin hablar de las cargas residuales de guerras pa· s!!das..!...., se dI' uno cuenta de que el beneficio neto es desesperada~ente pequeño y que con el progreso de medios aún más eficientes de'infligir la muerte dicho beneficio resulta progresivamente menor. ~l,lestro fracaso en esto-es el ejemplo crítico de un fracaso común enrtoda la línea. lbLa .decadencia de la fe en lo mecánico ha tenida, sin embargo, dtra fuente: se, trata. de la ..comprobaci6n de que la utilidad de 'las !iláqt'!'¡n~~se: 11a venido entendiendo C0lJ10 utilidad para la emnresa
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Capítulo'
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capitalista. Estamos entrando ahora en una fase de disociación cnulas escalas y otras tonterías infantiles de ese tipo: apoyados en el capitalismo ~' la técnica; y empezamos a ver. junto con Thorste métodos analíticos y en las habilidades desarrolladas al CWü la Veblen, que sus respectivos intereses, muy lejos de ser idéntico., ,uina, podemos ahora acercarnos a tareas mayores de síntesis. encuentran a menudo en guerra, y que los beneficios humano, " lesumeu, la máquina está sirviendo independientemente en su fase la técnica no han sido cumplidos por una desviación en los interctécnica como un nuevo punto de integración en el pensamiento de una economía pecuniaria. Vemos, además, que muchos de ¡, en la vida social. beneficios especiales en la productividad que se acreditan al ~;I!,!:. Aunque en el pasado le máquina se retrasó por su limitada lismo fueron debidos realmente a agentes por completo d;fertlw encia histórica, por su ideología inadecuada, por su tendencia -pensa:niento colectivo, acción cooperativa y hábitos generales ,: denegar lo vital y lo orgánico, está ahora superando dichas limioraen-, cualidades que no tienen neces¡¡riamenre conexión COI1 : icnes. Además, puesto _1m. nuestras máquinas y nuestro, apaempresa capitalista. Perfeccionar y ampliar el alcance de las m ntos se hacen más sutiles, y el conocimiento derivado con su ayude quinas sin perfeccionar y dar dirección humana a los órgano, ,: e hace más delicado y penetrante, ;:1 simple análisis mecánico del acción y control social es crear peligrosas tensiones en la estrucu:.. 'verso realizado por los primeros físicos deja de representar algo l de la sociedad. Gracias al capitalismo, la máquina ha sido explclI.h CJ que el cientrú,,-v IJJ;~IJJV I...~lé alluLa interesado El cuadro del con exceso, agrandada con exceso y aprovechada, debido a !:~¡)l'. undo mecánico se está disolv.cndo. El medro mteíectual en donde, bilidad de hacer dinero con ella. Y el problema de integrv m un tiempo, la máquina se reprodujo tan rápidamente, se está máquina en la sociedad no es simplemente una cuestión, como '.. dterando, al tiempo que el medio social -el punto de aplicaciónhe señalado, de hacer que las instituciones sociales sigan al paso ,:: ti sufriendo un cambio paralelo. Ninguno de estos cambios es la máquina: el problema es también el de modificar la n
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Capltut«
tcalmente en un solo sistema: si no se puede aún unificar en una era una vez el decir que 'm organismo era una especie complica.' solafórmula es aún menos concebible sin sentar un orden subyade máquina. «La física newtoniana», como dice el pro k" cente que aparece a través de todas sus manifestaciones. Aquellas A. N. Whitehead en Aduentures 01 Ideas, «está basada en la in.' partes de realidad C;UI! pueden reducirse a una patente declaración vidualidad independiente de cada pedacito de materia. Cada picd: ruantitativa de orden y ley no son más reales o esenciales que está concebida como plenamente descriptible al margen de !p,: squellas otras qu; continúan siendo oscuras e ilusorias: en verdad, referencia a cualquier otra porción de materia. Podría enconir-: b exactitud de la descripción puede incrementar el error de intersola en el universo, ser la única ocupante del espacio uniforme. ~ pretación cuando se aplica en t.:l momento equivocado o en un lugar piedra también po-Iría describirse en forma adecuada sin reíerenc -nóneo e en un falso contexto. al pasado o al futuro. Está concebida plena y adecuadamente e, Todos nuestros datos realmente funJ'llu'-lltales son C!L carácter totalmente constituida dentro del momento anual». Estos obi« socialy vital. Uno empieza C011 la vida, y uno conoce In vida no sólidos independientes J~ la física newtoniana pdrían mover-. comoun hecho en bruto sino en k medida en que uno es constocarse, entrar en rolis.ón unos con otros, o incluso, cou un cic. cientede la sociedad humana y utiliza las herramientas e instrurnenesfuerzo de la imaginación, actuar a distancia, pero nada podr. • IV. ,:!ue ia ~ulieJau !la ue~al1l)~lado a través de la historia: pala!'enetrarlos excepto en esa terma limitada ron que la luz pcner bras, símbolos, gramática, lógica. en breve, toda la técnica de ]a las sustancias traslúcidas. comunicación y de la experiencia fundada. El conocimiento más Este mundo de cuerpos separados, no afectados p0r los ar,: deutes de la historie o la ubicación geográfica, sufrieron -tn camb'« abstracto, el método más impersonal, es un derivado de este mundo de valores socialmente ordenados. Y en lugar de aceptar el mito profundo con la elaboración de los nuevos conceptos de mater: 1 victoriano de una lucha por la existencia en un universo ciego y y energía que se desr.aollaron desde Faraday y vou Mayer hasi sin sentido, se debe, con el profesor Lawrence Hendersor-, sustiPlanck y Einstein, pasando por Clerk-Maxwell, Willard Gibbs . tuir aquél por el cuadro de una asociación de ayuda mutua, en la Ernest Mach. El descubrj'Uiento de que los sólidos, los líquidos' que la estructura física de la materia misma, y la propia distribu105 gases eran fases de todas las formas de la materia modificó 1.1 verdadera confección de 1'1 sustancia, en tanto la identificación (le :;6n de los elementos en la corteza terrestre, su cantidad, su solubiUdad, su peso específico, su distribución y combinación química, la electricidad, la luz y el calor como aspectos de una energía pr0 son fomentadoras y sostenedoras de vida. Incluso la descripción téica, y la descomposición final Je la materia «sólida» en particulsde esta misma energía final salvaron la brecha, no sólo entre 10- dentifica más rigurosa de la base física de la vida señala su Intimo varios aspectos del mundo físico, sino también entre lo mecánicr carácter teleológico. Pero los cambios en nuestro aparato conceptual son rara vez y lo orgánico. Tanto la materia en bruto como los organismos m:í; estructurados y que se mantienen con sus propios medios interna· importantes o influyentes a menos que estén acompañados, más o por cambios paralelos en los hábitos mente podrían describirse como sistemas de energía en estados de !llenos independientemente, personales y en las instituciones de tipo social. El tiempo mecáequilibrio más o menos estables, más o menos complejos .. En el siglo. XVI! se concebía al mundo como una se.ie de siso nicoresultó importante porque estaba reforzado por la contabilidad temas independientes. Primero, el mundo muerto de la física, el financiera del capitalismo: el progreso resultó importc-ite como una mundo de la materia y el movimiento, sujeto a una .descripción roa; doctrina p':)rqlle se estaban realizando rápidamente visibles perfectemática precisa. Segundo, e inferior desde el punto de vista del dOllamientos en las máquinas. Así nuestra forma de pensar orgáanálisis de los' hechos, se encontraba el mundo de los organismo, nica1esimportante hoy, pues hemos empezado, aquí y allí, a actuar vivos,' un reino mal definido, sujeto a la intrusión de una entidad ~"esos términos aun cuando no nos damos cuenta de sus implicamisteriosa, el principio vital. Tercero, el mundo del hombre, un dones conceptuales. Este desarrollo ha continuado en arquitectura ser extraño que era un autómata mecánico en lo que se refiere al desde Sullivan y Frank Lloyd Wright a los nuevos arquitectos en mundo de la física, pero un ser independiente con un destino en ~uropa y de Ow.en y Ebenezer Howard y Patrick Geddes en la 10s cielos del>de el ruma de vista del teólogo. Hoy, en lugar ;le oIlbanizaciónhasta los planificadores de la comunidad en Holanda, esta serie de sistemas paralelos, el mundo se ha convertido concep' laétnania y Suiza que han empezado a cristalizar en un nuevo pa-
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artificial y 10 mecánico. Dentro de la misma tecnología este trón en la totalidad del ambiente neotécnico. Las artes hum. del físico, el psicólogo y el arquitecto, el higienista y el p1.1: eso, en muchos aspectos, se está invirtiendo: estamos vol'endo a lo orgánico; de todas maneras, ya no consideramos lo cador de la comunidad, han empezado durante las últimas dú.1 a desplazar las artes mecánicas de su posición hasta ahcrc ccir-. ;:l«ánicocomo si lo abarcara todo y fuera autosuficiente. Una vez que la imagen de lo orgánico ocupa el lugar Je la im aen nuestra economía y en nuestra vida. La forma, el modci.configuración, el organismo, la filiación histórica y la relación ~ tt'l de lo mecánico, se puede predecir con confianza una disminut cióndel ritmo de investigación, del ritmo de la invención mecálógica son conceptos que se utilizaban en toda la escal., (1 Jca ',' del ritmo del cambio social, ya que tul adelanto coherer:te ciencia: la estructura estética y las relaciones sociales son tan : t integrado debe C::~!"1'!!" más lentamente q1...1~ un adelanto desconexo les como las cualidades físicas f:.;::¿::::~c::tales que antes considera! • unilateral. ?,~;c:ntras que el inundo mecánico inicial podría reprelas ciencias exclusivamente. Este cambio conceptual, pues, es entarse por el juego de damas, en el que una serie análoga de amplio movimiento C;'-2e se extiende a todas las partes de la w, movimientos se lleva a c.;So por piezas idénticas, cualitativamentc dad: en parte nace del resurgir general de la vida, el cuidad« , los niños, el cultivo del sexo, la vuelta a la naturaleza Sá;V:W 'ímilares, el mundo nuevo debe ser representado por el ajedrez, un eego en el que cada clase de figuras tiene una categoría üifei"" ~'-, la renovada adoración del sol, y a su vez concede un r=ruerzo i: iectuai a aquellos movirme. .e: y actividades espontáneos. L:1 \ un valor diferente y diferente función: un juego más lento y exigente. Con el mismo ejemplo, sin embargo, 105 resultados en la tructura misma de las máquinas, COatO he señalado al describn iecnologia y en la sociedad cerán de naturaleza más sólida que fase neotécnica, refleja aquellos intereses más vitales. Compren.' squellos con que se felicita a sí misma la ciencia paleotécnica. Pues mas ahora que las máquinas, en el mejor de los casos, son impc: fectas ialsificaciones de organismos vivos. Nuestros mejores ¡¡CI laverdad es que cada aspecto del orden anterior, desde los tugurios planos son bastas e inciertas aproximaciones si se comparan con L' en que alojaban sus trabajadores hasta las torres de abstracción en qJe alojaban a sus intelectuales, estaba construido de mala mapato en vuelo: nuestras mejores lámparas eléctricas no pueden corr pararse en cuanto a eficiencia con la luz de una luciérnaga: nuestrc ,neta, aoresuradarnente terminado con vistas a beneficios inmediasistema automático más complicado de teléfonos es un artefacl., tos, in~ediato éxito práctico, sin cor:sideración alguna por las coninfantil si se compara con el sistema nervioso del cuerpo humar« secuencias e irnplicaciones mayores. El acento en el futuro debe Este nuevo despertar de lo vital y lo orgánico en cada secr« ,. colocarse, no en la velocidad y en la conquista inmediata práctica, socava la autoridad de lo puramente mecár:ico. La vida, que sien. sino en 10 exhaustivo, en lo interrelacionado e integrado. La coorcoordinación y ajuste pre «ha pagado al músico», ahora empieza «a pedir la canción. dinación de nuestro esfuerzo técnico -dicha Lo mismo que Tbe Walker, en el poema de Rober+ Prost, que eomo se representa para nosotros en la fisiología del organismo encontró un nido de huevos de tortuga cerca de una vía de tren. \'Íyo- es más importante que los extravagantes progresos sigui endo_~Jíneas especiales, y los igualmente extravagantes retrasos siestamos armados para la guerra: gpiendo otras lfneas, con una desastrosa falta de equilibrio y armoní!.e:.tre las diferentes partes. La proxtma máquüuJ que 1Pnga potencie para :'asar Recibirá este plasma en su metal pulido. El herhc es, pues, oue gracias en parte a la máquina disponeOjosahora de una visión de un mundo más amplio y de una sín-Pero en lugar de limitarnos a un resentimiento que destruye la teSis intelectual más comprensiva que la que estaba originalmente vida en el acio de arrojado desafío, podemos ahora actuar direc' ·delineada en nuestra ideología mecánica. Podemos ver ahora claratamente sobre la naturaleza de la máquina misma y crear otra raza. Diente que la energía, el trabajo, la regularidad, son principios adede estas criaturas, más adaptada efectivamente al ambiente y a lo; , cuados de acción solamente cuando cooperan con un esquema huusos de la vida. En este punto, se debe ir más allá del tan ex« lIlano de vida: que cualquier orden mecánico que podamos proyeclente análisis de Sombart. Este señaló, en una larga lista de produc, taNdebe adaptarse a un orden más ampli6de la vida misma. Más ciones e invenciones comparadas que la clave de la tecnología roD- i1Iá de la necesaria reconstrucción intelectual, que ya está ocurriencierna consistía en el desplazamiento <1(.10 orgánico y lo vivo pof a la ve: en la ciencia y en la técnica debemos consuuir ¡ná~
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Capítul,
centros orgánicos Je fe y acción en las artes de la sociedad \' , la disciplina de la personalidad: esto supone una nueva orient;'ci,·· que nos llevará mucho más allá del terreno inmediato de la prortécnica. Hay problemas: problemas que se refieren a la consm: ción de comunidades, a la dirección de grupos, al desarrollo de J.¡. artes de la comunicación y de la expresión, de la educación v l:, la higiene de la personalidad, que me propongo tratar en 01[" libro. Aquí limitaré mi atención a coordinar los reajustes que esi.i; claramente indicados jO j':': ~:; r:trte formulados y estatuidos en " ;·~:.~ode la técnic., y de la industria.
XIV. ARTF MODERNO
DE L\ ilL-\QUINA
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..3. Los elemen tos de la energética social
Examinemos las consecuencias de los desarrollos neotécnicos. C~ la máquina misma sobre nuestros objetivos económicos, la organi zación del trabajo, la dirección de la industria y las metas de consumo, y sobre los objetivos sociales que surgen en la fase neotécnica de la civilización, Primero: los objetivos económicos, En el curso de la empresa capitalista, que acompañaba la extensa introducción de las máquinas y de los métodos aplicados por éstas en los siglos X\' y XVI, el foco de la industria se trasladó desde el gremio artesano al gremio de los marchantes o a la corporación o a la compañía de negociantes, aventureros, o a la organización especial de explotación de monopolios auténticos, Los medios de intercambio usurparon la función y el significado de las cosas que se intercambiaban: el dinero mismo se convirtió en un producto y el ganarlo en una forma de actividad especializada. Bajo el capitalismo el beneficio dominó como principal objetivO' económico, y el beneficio se convirtió en el Iactor decisivo de toda empresa industrial. Los inventos que prometían beneficios, las in dustrias que íos producían, se veían favorecidos. El premio ¿:1 eapital, si no era el primer objetivo de la empresa productiva. era' en todo caso el que dominaba: el servicio al consumidor y el apoyo al obrero eran cosas completamente secundarias. Incluso en un pe' ríodo de crisis y de colapso, tal como éste en que se encuentra ahora aún el capitalismo, en el momento en que escribo, se sigue pagando los dividendos a los rentistas con cargo a la acumulación pasada cuando la industria misma operaba a menudo con pérdidas, o la masa de los trabajadores se despedía para pasar miseria. A ve· ces se obtenían Lenef:ici03 reduciendo los COSlOS y ampliando e;
t I: Rodamientos de bolas automáticos. Alto grado -le precisión y refinamiente' en uno de los aspectos más esenciales de la máquina. La belleza de las formas gcométricarnente elementales. Perfección de! acabado y ajus+-, aunque ya presentes en la artesanía fina, se iiizo corriente -y .sencial-; en los productos de la máquina.
(Cortesía del Museo de Arte i.iodemo)
2:
Sección de resorte. Aunque la línea y la masa son puramente utilitarias en cuanto al origen, el resultado, cuando se aísla, tiene interés estético. La percepción de las cualidades especiales del alto grado de acabado de las for;lnas de la máquina fue uno de los descubrimientos principales de Brancusi, y de los escultores en vidrio y metal, tak,s como Moholy-Nagy y Grabo. ,(Cortesía del Museo de Arte . Moderno; 1(;
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XV. EL NUEVO AMBIENTE
3: Botellas r1e cristal con tapones: típicas de la producción en gran escala moderna. Compárese este sencillo producto de la Owens-Illinois G!a~5 con la máquina extremadamente complicada que hace posil.le esta produc ción en .nasa y que figura en la lámina X, núm 2.
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(Cortesia de! Museo de Arte Moder/lo) 4: Cucharones de cocina: otro ejemplo de producción er, serie, con toda, las ventajas de diseño uniforme y de alto grado de refinamiento en el acabada. Pero mientras la máquina no puede conseguir satisfactoriamente la decoración, la artesanía a menudo produce formas tan racionales como ;&s de la máquina. En el diseño funcional las dos maneras se superponen. Incluso en técnicas más primitivas, máquinas tales como el torno, la perforadora y el telar condicionaron la artesanía y J
1: Interior de la gigantesca central de energía de Dnieprostroy. La calma, la limpieza y el orden del ambiente neotécnico. Las mismas cualidades domi. nan en la central de energía que en la fábrica, en la cocina o el baño de la vivienda illdividual. En cualquiera de estos lugares podría uno «comer en el su-lo». Compárese con el arubiente paleotécnico. (F%j;raIÍa
por Souloto)
a la rr.Jquina. (Cortesía de! Museo de Arte Moderno)
2: Muelles
del puerto de Colonia. El orden y el plan de la economía neotécen lo que solía sei una de las partes más caóticas y sucias de la ciudad. Las fábricas y los muelles forman U'1a unidad sola, que, lejos de que la escena sea horrible, contribuyen a su ordenación estética. Compárese esto con el despilfarro competitivo, h maraña, la plaga y los anuncios ¿~I
hica se manifiesta
régimen
más antiguo.
399 roducto, pero si se podían conseguir con sólo ofrecer artículos ,~eriores o adulterados -como en la venta de medicinas de chares o en las viviendas de los tugurios de los trabajadores peor ados- la salud y el bienestar eran sacrificados a fcvor del bede. La comunidad, en vez de recibir un provecho completo por bienes v servicios, permitía que una porción del producto se viara para los propietarios privados de la tierra y del capital. tos, apoyados po, la ley y por todos los instrumentos de goierno, determinaban oprivadamente y por sí solos y de acuerdo canon de provecho qué debería producirse y cuánto y doncie, o por quién y en qué términos. En el análisis económico de la iedad que creció sobre esta base, los tres términos principales de la actividad industrial eran la producción, la distribución y el nsurno T n< henefirios debían incrementzrse mediante una pro___ 0_,- ~......,~ ..•. '.Jucción más económica, una distribución múltiple y más amplia, 3:0"Ejemplo de. viviend-« modernas de trabajadores en Suecia Típicas de 1"0 J por un nivel continuamente creciente de gastos de consumo, con 109ule5s de ':'lvlendlasparecidas que se construyeron en Eurona de~Pll~:: -a veces en lugar de esto, a veces acompañándoloun creciente dlllLe , graciasya construcción a repentma cristaliz ióJn dI' ••. la planificación d . ~CI e os lmetodo, !leorecnIcos (.;, "mercado de consumidores. Ahorrar 1a mano d e obra o abaratarla de un? vuelta a un ambiente hur:a~v:vh~~ol;~soPayrabl'ean comtumd 3d.Se It rat.. mediante una superioridad del poder de contratación obtenido retila di' . d la ducci •. v .n egra oJ en e qu, .1 dI' 1 1b d Íi d 1 . '. el ciL'lC'd e pro uC~lón neotécnica puede registrarse c~n un ;dl< nn O e la nerra a a ra or y monopo Izan o os nuevos mstruru: e VI a y un mayor disfrute del ocio. mentos de producción, constituyeron los dos medios principales (Lorfesía de Architectr'0.11Forum ) del capital para incrementar el margen de beneficios. Ahorrar mano ~e obra mediante la racionalización fue un verdadero mejoramiento que aprovechó 3 todo excepto a la posición del trabajador. El estímulo de la demanda de productos fue el medio principal de aumenlar e! capital invertido: de aquí que el problema del capitalismo 'fuera esencialmente no el satisfacer necesidades sino crear dernanlas, Y el intento -le representar este proceso Je elevación privada de ventaja de clase como un beneficio natural y social fue quizá 'principal labor de los economistas políticos durante el siglo XIX. Cuando ano examina las actividades económicas desde el punto vista del empleo de la energía y el servicio a la vida humana, ta estructura financiera conjunta de producción y consumo resulta e tiene uua La~e supersticiosa. En la base -':e la estructura se cuentran el granjero y el campesino, quienes durante todo el curso la revolución industrial, que hicieron posible con su incremento suministro de alimentos, apenas recibieron nunca un provecho ecuado por sus productos, al menos habida cuenta de una con4: Modernas obras hidráulicas en Suecia. Lo que se llamó la nueva arquitabilidad pecuniaria según la cual se rige el resto de la sociedad. tectura es de hecho un símbolo de un nuevo modo de pensar, sentir y Además, lo que se llama ganancias en la economía capitalista revivir en el que los países escandinavosen particular han estado a menudo sulta!l a menudo pérdidas, desde el punto de vista de Id energéaneorécnica. la cabeza. Pero ejemplos similares pueden en-::ontrarseen casi toda región ;c;. r[ :i~:,,~ien~r~< c¡'~e las verdad-rac ganancias, de las cuales
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(Cortesia de Archi/ec/urtd Forum)
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inada con la adición de tres nuevas cosechas energéticas -la finalmente dependen todas las actividades de la vida, la civil -a de azúcar, la remolacha azucarera y la patataa la dieta de ción y la cultura se cuentan o bien como pérdidas, o bien se i," ran, porqu- permanecen fuera del esquema comercial de la ('(1:' población indusrrial. bilidad. La conversión mecánica de la energía vie.ie en segundo lugar cuanto a importancia en la conversión orgánica. Pero en el des(Cuáles SOI1, pues, las caracrerísticaa de los procesos eC011"" olla de la técnica la invención de la rueda hidráulica, de la turcos en relación con la energía y la vida? Los procesos esencia SOI1, la conversión, la producción, el consumo y k creación, En ' ina hidráulica, de la máquina de vapor y del motor de gasolina dos pr.m-ros escalones se capta la energía y se prepara para el , • 'tiplicaron las energías de que disponía el hombre, gracias al ienirniento de 1'1 vi.la. En el tercer escalón se mantiene la vida .. tlIlpleode alimentos por él cultivados y a sus animales domésticos, lli el incremento de la energía humana hecho posible a través de 1 enueva con el fin de que, por así decirlo, revierta sol-re si mi en los más altes niveles del pensamiento y la cultura en lugar ta serie de fuentes de energía, nuestro sistema de producción y que se vea encauzada nuevamente hacia las funciones prepararor: masporre no hubiera podido alcanzar la escala gigantesca a la Las sociedades humanas normales presentan tajas las cuatro eta:: 'lU~ llegó en el siglo XIX. Todas las etapas ulteriores del proceso eonómico dependen del hecho original de la conversión: el nivel de los procesos económicos, pero sus cantidades y sus proporcio: at-sotutas varían con el medio ambiente social. de realización nunca puede llegar más arri'-a que el nivel de [a T a conversión se refiere a la utilización del medio COIflO [ue:' eergía originalmente convertida y lo mismo que sólo una parte de energía. El primer hecho de toda actividad económica desde insignificante de la energía del sol disponible se utiliza en la conde los organismos más bajos hasta las culturas humanas más ;1(:, versión, así solamente una pequeña parte de ésta, a su vez, se lantadas, es la conversión de l~, energía solar: esta transforrnaciv atilizafinalmente en el consumo y la creación. depende de las propiedades de conservación del calor de ia armóLa conversión eleva la energía disponible a un punto maxrrno: desdeeste punto la energía corre pendiente abajo, reuniendo y foro fera sobre les procesos geológicos de levantamiento y erosión rehabilitación del suelo, de las condiciones del clima y de la tcp. IIIatldolas materias primas, transportando suministros y productos, grafía local y -lo más importantede h reacción de la hoja verde en los procesos del consumo mismo. Hasta que el proceso econóen el crecimiento de las plantas. Esta captación de la energía {" IIlico no alcanza la etapc de la creación, hasta que no abastece al la fuente original de todas nuestras ganancias: en UGa interpreranimal humano con más energía de la que necesita para mantener ción puramente energética del proceso, todo lo que ocurre despué, la existencia f~sica, y en tanto no se han transformado en medios de esto es un desperdicio de energía, desperdicio que puede S~: másduraderos de arte, ciencia y filosofía, libros, edificios y símbolos retrasado, que puede ser contenido, que temporalmente puede ser !lO existe nada que pueda llamarse, ni siquiera dentro de un limidesviado por la ingeniosidad humana, pero que a largo plazo no tado lapso de tiempo, una ganancia. En un extremo del proceso se:'1encuentra la conversión de la energía libre de la naturaleza y puede ser evitado. Todos los monumentos permanentes de la cul tura humana son intentos, utilizando medios físicos más acentuado, SI¡ transformación en formas más utilizables por la agricultura y para preservar y transmitir esta energía para evitar la hora de 1.1 U"tecnología: en el otro extreme está la conversión de los producúltima extinción. La conquista más importante de la energía fue tos.preparatorios e intermedios en subsistencia humana y en aqueel c1psmhrimi.ento y la utiiización orig.aales del fuego por ("1 ho~' \s formas culturales que se pueden utilizar por las generaciones bre; después de esto, la transformación más significativa del medIO $l¡cesivasde los hombres. se produjo gracias al cultivo de los cereales, de las verduras y del ,La cantidad de energía disponible para el proceso final depende aprovechamiento de los animales domésticos. En realidad, el enor dos hechos: de cuánta energía se convierte por la agricultura me incremento de la población que tuvo lugar al principio de hla;'técnica al principio, y de qué cantidad de esta energía se aplisiglo XIX, antes que la máquina hubiera afectado algún cambio apre· ca 'f se conserva efectivamente en la transmisión. Hasta la sociedad ciable en la agricultura, se debió a la habilitación de inmensas zona, Illást,tosca dispone de un excedente. Pero bajo el sistema capitade. tierras libres para el cultivo de cereales y la producción de Iitta el principal empleo de este excedente es servir como benefigann.:lo y 1"1 mejor abastecimiento de cosechas f0rrajeras ;le invierno. cios que son incentivos a las inversiones de capital, las cuales a su
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'xIo, el esparcimrer.to, la absorción, la actividad creativa, la cornulldción y la transmisión carecería por completo de significado y -decencia humanos. L1 las historias de los grupos humanos exisCommittee on tbe Eliminatiou Waste in 1ndusiry (Comité J! dI,naturalmente períodos, períodos de hambre, períodos de inunver para la eliminación del despilfarro en la industria), encou: !Jciones y terremotos y guerra, cuando el hombre combate en una por ejemplo, que las fábricas de vestidos en los Estados Ur:: uclJaperdida par su ambiente, y ni siquiera asegura su simple suson aproximadamente un 45 por 100 mayores que lo necc-.r "C"Vivenciafísica, y hay momentos en que todc el proceso
vez incrementan la producción. De aquí dos hechos impon.i.. y repetidos en el moderno capitalismo: primero, una enorme' pansión de instalaciones y equipo. Así, 1'or ejemplo, el II( "
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África, el Imperio romano acumuló mucha más ene~gía q~e (;. J máximo nuestros recursos científicos. Aparte la dudosa posibicia con su parca cUeta de sobriedad y su nivel de vida bajo. P.' . ¡dadde utilizar la energía interatómica, existe la mucho más próRoma no produjo poema, ni. estatua, ni arquite:tura original.. . cimade utilizar directamente la energía del sol en convertidores obra de ciencia ni filosofía comparable con la Odisea, el Parten alares o la de utilizar la diferencia de temperatura entre las malas obras de los escultores de los siglos VI y V, Y la ciencia de 1 ores profundidades y la superficie de los mares tropicales: existe tágoras, Euc1ides, Arquímedes y Herón. Y por ello la ?ralltL simismo la posibilidad de aplicar ~n una amplia escala nuevos el lujo y el poder cuantitativos de los romanos, 2. pes?~ de su e l pos de turbinas de viento, como el rotor; en realidad, una vez traordinaria capacid-d como ingenieros, quedaron relativamente ue se dispusiera de una eficiente batería de almacenamiento el significado; incluso por lo qlle se refiere al c.ontinu~do desar: Izento s;;!'J sería suficiente, con toda probabihdad, para suministrar de la técnica la obra de los !I!:.:!,:máticos y fíSICOSgriegos fue r 1.'Jalesquiera éC~c,:sidades razonables de energía. importante. '1 Junto con el renovado uso a través de la electricidad del vier.Esta es la razón pc- la cua! ningún ideal de producción . ·0 y del agua pude uno situar la destilación fraccionada del carbón, máquinas puede bas,arse solamente e? ~l .eva~g~lio del traba: '·erca de las bocas de los pozos, en los nuevos ~ipos de hornos de , se püe d e Ua;'Ul ~"~.. •..... o~ 'ue Esto no solamente ahorra., enorn1es cantidades de en"··~("· Ü"J.é:ftüS aun u 10 ~.on~~·" ",..1,e"••~.no..1o ,.lo n" r . -1· .•.... tanic aumento Llel ll¡~C: ="~ntitati~o ~k consumo. Si hem,on'.,' Ji3stadas ahora en el transporte del combu~tible desde el, h-gar donconstruir un uso planificado y cultivado de las enormes. encrc.. Je se extrae hasta el lugar donde se usa, sino que también conserva de las que felizmente ahora disponemos, debemos e~am~nar c.: ¡reciosos elementos compuestos que ahora escapan en el aire en detalle le: procesos que conducen al estado final de OClO,libre ac: .05 despilfarradores hornos individuales. Teóricamente, sin embargo, vidad f creación. Por culpa del error y de la mala gestión en este dichaseconomías de energía sólo conducen a un mayor consumo procesos es por lo que no he.mos alcanzadc el fin. de~ea~o, y. ¡ con ello a una utilizació? más rá~ida de aque~lo mismo que d.edebido a nuestro fracaso en fijar un esquema amplio de fines P', 'famos conservar: de aqui la necesidad de realizar un monopolio lo qu~ no. hem?s conseguido alcanzar ni. siquiera los corrnenzos c. iO<:~a1Íza~o de todas aqu~lIas materias prit,nas y recursos. El monola eficiencia social en la labor preparatoria. . . ¡oto privado de los yacimientos de carbon y de los pozos de pe¿Cómo ha de alcanzarse este margen, ~ cómo ha de ?pl,lCarsc',:¡óle? constituye. un anac~on~smo intolerable, t~n inrolerable como Estamos ya enfrentados a problemas políticos y morales aSI con;. ?O
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última condición es la necesaria para lograr una agricultura, de 3US cosechas sólo recalca el que deba encontrarse una base servadora, v mientras la comunidad misma no posea la tierr. "más estable para Ir. producción agricola: una base que no dependa posicién del granjero no será l:eseable. El lado negativo eL, de las conjeturas individuales del granjero, de los caprichos de la ~or:iajizacióll de la tierra, es decir, la compra de tien a n.ar: aaturaleza y de las fluctuaciones especulativas del mercado rnunmadecuada para otros fines que no sean la producción fOI,' fuI. Dentro de un período determinado, el precio tiende a variar ha sido ya realizada, por ejcn.plo, por el estado de Nue.,» v, /lI relación inversa con la cantidad disponible: en esto como en Queda por cumplir un obje: ivo análogo en su aspecto po-i: 'otros caso, los valores monetarios tienden hacia cero a medida haciéndose cargo y planificando adecuvlamente para alcanzar el I que los valores y las energías vitales aumentan. De aquí la necetivo máximo y el disfrute de las buenas tierras agrícolas. ;Ióaó óc: racionar, de cosechas estables y de un sistema enteramente Dicha propiedad y planificación por la comunidad no Si!!!l:! nuevo de determinación de precios y de comercialidad. Trataré de necesarlcmente una agricultura en ~ran escala, pues las unid' ete último punto más adelante. Basta señalar aquí que con el desec~nómicas eficientes rliíieren del tipo dc agricultura, y 13s gr,lI" arrollo de regiones económicas equilibradas, la producción agrícola ~:;-::~::~::: ::::::::::::-:::::1:: ::::1:,~"or1o< para el cultivo de las tierrairá unida a un mercado local estable, desaparecerán las repentinas trigo Je las praderas son de hecho inadecuadas para Otros tir'(I' , abundancias y escaseces que surger: LUll el Li.iú5jjC~~C <1 centros disagricultura. Dicho sistema de racionalización tampoco sign::: untes, y posteriormente pala regularizar la producción una buena inevitablemente la extinción del pequeño grupo agricola Iamii'. '~te de las cosechas más delicadas se cultivarán en pequeñas unicon la capacidad, la iniciativa y la inteligencia general que distir-: 'dádes, posiblemente, como en Holanda, en invernaderos, cer-a del favorablemente al granjero del trabajador de :ábrica muy esprc "lugar de consumo. lizado de tipo antiguo. Pero la repartición permanente en Z(l" " Incrementar la conversión, pues, no es una simple cuestión de de ciertas áreas para ciertos tipos de agricultura, y la derermi. extraer carbón de las minas o de construir más dinamos. Supone ción experimental de los tipos de cultivos apropiados para \:--, la apropiación social de los recursos naturales, la nueva planificación región o una sección particulares son cuestiones que no deben (J.: de~la agricultura y la utilización m~X;J:1a de aquellas regiones en jarse a la conjetura, la suerte o la ciega iniciativa individual: S{'" ~onde la energía cinética en forma de sol, viento yagua corriente por el contrario, complicadas cuestiones técnicas en las que ,r- está disponible en abundancia. La socialización de estas fuentes de posibles respuestas objetivas, En las áreas asentadas desde hace n" energía constituye una condición de su uso efectivo e intencionado. cho tiempo, como las varias zonas vinícolas de Francia, las er,cuc' tas sobre utilización del suelo confirmará probablemente los o::' tentes tipos de esfuerzo, pero en cualquier otra parte en que exi;;, t",¡Economken la producción! ~na selección entre tipos d~ u~o., la decisión .no puede deja!se a 1,\; •. ., , , ., mtereses azarosos de los individuos. El primer paso hacia la ¡J', ,~La aplicación de la energia a la producción y el empleo de cionalización en agricultura es la propiedad común de la tierr- 2'11quinas rápidas y relativamente incansables para realizar un moDicha propiedad prevaleció en Europa bajo formas consuetudi''" ~iento manual, la organización del transporte rápido y la conrias hasta el siglo XIX en ciertas regiones, y su rectauración no '1"~'iitraciól1 del trabajo en fábricas :ueron 10 medios principales pone ruptura alguna con los fundamentos esenciales de la vida rur.lL ~óptaclos durante el siglo XIX para incrementar la cantidad de La apropiación y la explotación privadas de la tierra, en rejo ;~~ductos disponibles. Y la meta de este desarrollo dentro de la lidad, d.eb~n ser consideradas. como un estado t1'ansi~ori~ pecuJ¡~r !áJlrica ~ue la sustitución compl~t~ de la energía del hombre por del capitalismo, entre la agricultura local consuetudinaria basad! '~nergla no humana, de la habilidad humana por la destreza meen las necesidades comunes de una pequeña comunidad local y un!, tártica, de los trabajadores por autómatas en todos los departamenagricultura mundial racionada, basada en los recursos cooperatir(1! tqsl en donde aquello fuera posible. Cuando la falta de sentimientos .Ie todo el planeta, considerado com0 una federación de regiones. h~manos o de inteligencia no se traducía por una inferioridad del cquil.cr.xí,,c. El !,,-Ch0 ,:: que, lX,':¡J~(' en tiempos 0~ ext;'C!l1a e; ,pro~!uct0.mismo. esta meta era legítima. casez, el granjero se vea depauperado o arruinado por la abundao ~t'Los elementos mecánicos en la producción fueron racionaliza0
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el que las huelgas y lockouts arrojaron una media de 54 millones dos mucho más rápidamente que los elementos humanos. De h, _es de jornadas de trabajo perdidas en los Estados Unidos al casi podría uno decir que estos elementos humanos fueron ai 11'. ,• .:omienzo de la última decada, según Polakov? Apenas se pueden tiempo irracionalizados, pues los estímulos a la producción, la '1 cular la ineficiencia Y pérdidas debidas a la incapacidad de crear tad humana, un esprit de corps, la esperanza de ascenso y mac'lll modelo coúperlitivo de relaciones humanas capaz de susti cuit la apreciación de todo el proceso de trabajo mismo, todo se n.: ¡j de la industria de la máquina. Sin embargo, el éxito de ciertas o se barriú en el momento preciso en que el trabajo mismo. mutaciones ocasi(1n~les rf!ahzad:ls dentro del propio sistema capitasu subdivisión, dejó de proporcionar una satisfacción indepeu.l., asta, corno la fábrica Calbury Cocoa en Bourneville, o la fábrica Sólo quedó en la producción el interés pecuniario, y la mayor: de acero Godin en Guisa (que viene a ser una adaptac:6n del plan los seres humanos, aparte los espíritus avariciosos y ambicioso- , de Fourier de un Hansterio cooperativist~) o la f~1;rica de papel alcanzaron la dirección de la industria, son tan peco scnsibl. Dennison en Framingham, r..hssachuSétts, clan una ligera idea de apariencia a este estímulo pecuniario que las clases dirigente' \ romo hubiera podido ser 18 eficiencia total si las propias l"f,brin'lf?S fiaron en el latigazo del hambre, más bien que en los piaccr. ~~~es~~l~~.i:1s~~~:~si~~ . :~~i~~~:i~:~:cS ;~~~n,~: ~e, i,~trod~!o ~:a n,~á~ la abundancia, para atraerlos nuevamente a la máquina. ,_..•... ~~ ~ .. __ .. ~~, .~_.,,", ... ~... ~... ~, ~,c.~ c.,,:l uue¡,u parc~ ~~ nues Se crearon y se emplearon instrumentos colectivos de !,; . .• ea destreza mecánic ' ha sido de~l:"'~' :;~;d,":"1.J'::>J. l,¡ IL;~~;-':"-" - ~;~ 1 ción, sin el oenencio de una voluntad colectiva y de un irvcr.'. el despilfarro y el innecesario Jeterioro humano. En este aspecto lectivo. Esto, para empezar, constituyú una grave desvenrai. ti testimonio procede de los propios ingenieros de producción. lo '::¡'le se refiere a la eficiencia productiva. Los tr~ba¡adores \". Al final del siglo XIX se llevó a cabo 1111 nuevo ataque del timaron los esfuerzos que aportaban a la máquina. se aplicaban \' problema de la <:D.ciencia en la produccih dentro de la fábrica: desgana, holgazaneaban y se paseaban cuanoc había una oportu tal vez no haya sido casual que el distinguido ingeniero que lo dad de escapar a la atención del capataz o del jefe de taller, tr.r inició fuera también el coinventor de un nuevo acero ultrarrápido ban de dar 10 menos que podían a cambio de los mayores j"m.!', para herramientas, un perfec~ionamiento característico neotécnico. que pudieran conseguir. Lejos de intentar combatir estas fuer.r. En" vez de estudiar la máquin t como una unidad aislada, Taylor de ineficiencia, los empresarios las sancionaban qui tándole al tral: estudió al obrero mismo como un elemento de la producción. Grajador aquella autonomía y responsabilidad que pudieran nat1!r.~: 'cias a un estrecho estudio real de sus movimientos, Taylor estuvo mente corresponder al trabajo, insistiendo en la velocidad con vist.ien condiciones de aumentar el rendimiento del trabajo por hombre a la economía sin consideración por la excelencia del buen mb::j<' sin añadir nada a su carga física. Los estudios del tiempo y del y organizando la industria atendiendo solamente al máximu ber« movimiento que Taylor y sus seguidores introdujeron se han hecho ficio. Había excepciones en todos los ramos, pero no constituh" hoy, con el desarrollo de los procedimientos en serie y del mayo; la regla. aütomatismo, algo anticuados: su importancia reside en el hecho Al no apreciar la ganancia en eficiencia que representaba la leal de' que atendieron al proceso industrial en conjunto y trataron al tad e interés colectivos junto con una fuerte dirección común, lo, trabajador como un elemento integrado en aquél. Su debilidad regrandes industriales se dedicaron a eliminar estas incipientes petI· side en el hecho de que ~r~ptaron los objetivos de la producción ciones de los obreros: mediante lockouts, brutales represiones en capitalista como estaban fijados, y se vieron obligados a confiar las huelgas, durísimos reajustes salariales y despidos despladados es; un estrecho incentivo pecuniario -con producción a destajo y en períodos de escasez de trabajo, los típicos compradores de fuerz3 bonos-- para alcanzar las ganancias mecánicas LJL2 fuesen posibles. Je trabajo disminuyeron estúpidamente la eficiencia de los obreros El paso siguiente hacia la auténtica racionalización de la indusy echaron a perder los productos. Esta táctica aumentó desmesura· tria consiste en ampliar los intereses e incrementar los alicientes damente la renovación de trabajadores con la consiguien te dismI' ",socia1es para la producclón. Por un lado, esto significa la reducción nución en el rendimiento del trabajo. Incluso un aumento en 1:1 de' las formas vulgares y degradantes de trabajo. Significa igua1escala de salarios tan moderado como el introducido por Ford ~n menre la diminación de productQs aue no tienen verdadero uso Detroit tuvo un notable efecto en la disminución de dichas pero sccial, ya que no ha] turma de auekbJ peor hacia un ser 11'1ma,.,) didas. Mas ¿qué pensar de b eficiencia rk ;','1 sistema pr')l:l!C ¡vJ
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racional que hacerle producir artículos que no tienen valomano: el deshacer estopa es en comparación una tarea instru.: Además, el estímulo a la invención y a la iniciativa denn. proceso industrial, la confianza en la actividad del grupo \' v termas íntimas de aprobacién social, y la transformacién del ti.' en educación, así como las oportunidades sociales de la Pi'(I(J¡1 fabril en formas efectivas de acción política, todos estos incc: . dirigidos hacia una producción industrial más humanamente trolada y efectivamente dirigida esperan la formulación de 11' no capitalistas de empresa. El taylorismo, aunque llevaba dc: de su t:ulica el germen de un cambio revolucionario en In il"l tria. fue reducido a r-n instrumento menor en casi todos los p.r: menos en Rusia. :2:ro es precisamente en las relaciones políiic.ipsicológicas del trabajador con la indus-ria corno han de reali . :':"1 J"~ econormas mas etcctivas. Esr- se h~ ilustrado re!'t'l .nente en UJ1a experiencia llevada a cabo en una instalación 'XTestinghouse descrita por el profesor Elton MaYlJ, Obsw·.II1.: las condiciones del trabajo y proporcionando períodos de repo se aumentó regularmente la eficiencia de un grupo de rrabajadorvDespués ,.le un cierto período de experimentación, se colocó nuc. mente al grupo en las condiciones originales de trabajo sin perio.] . de reposo: la productividad fue aún mayor de lo que había sil: originalmente. ¿Qué había sucedido? Existía el sentimiento ent.. Ios operarios, según el observador, de que «una productividad rnavo: está de alguna manera rel-icionaca con las condiciones de trabai: claramente más agradables, más libres y más felices». Esta b l.!' etapa bastante más allá del estudio original sobre el rnovimiernr mecánico de J:" aylor. Y señala un factor de eficiencia en la indus tria socializada, en la que el trabajador mismo goza de todo res peto, cosa que el capitalismo en el caso más ilustrado apenas puede llegar a tocar nada más, (¿No es es le factor humano quizá una ~c las razones de que la industria en pequeña escala -ademf.:; de su; gastos generales rnenorespueda aún competir ..on la gran ll1du,· tria, en la que el monopolio no favorece a esta última?) Mientras tanto, la producción moderna ha aumentado enorme mente el rendimiento productivo sin añcdir ni un solo caballo-vapor ni una simple máquina ni un simple obrero. ¿De qué manera lo ha conseguido? Por un lado ha habido grandes aprovechamiento' mediante la articulación mecánica dentro de la fábrica, y gracias a la organización más estrecha de las materias primas, el transpor· te, el almacenamiento y la utilización en la fábrica misma. C~lcu' lando el tiernno, elaborando las series eccnór-i.cas, crc '~C;J '1",a
uta ordenada de actividad, el ingeniero ha aumentado tremenda, mente el producto colectivo. Al transferir la energía de los organismos humanos a las máquinas ha disminuido el número de factores Vlriablcs e intezrado el sistema en conjunto. Estos son los beneficios de la organización y la administración. La otra serie de beneficios ha jlnved!do de la estandardización Y de la producción en serie. Esto supone In re:lLicción de un grupo entero .ie productos diferentes, er: los que la: diferencias no corresponden a las cualidades esenciales, a un número lirr-tado de tipos: una vez establecidos dichos tipos e ideadas las máquinas adecuadas para elaborarlc= y fabricarlos el procedimi~nto puede acercarse cada vez más al automatismo. Los pf'ligros residen aquí en la estandardización prematura, y en producir objetos con r:ezas ensambladas -como los ."t"".,h,.iIN ton rnm:--Ip;'''llentc estand::ll'dizados que no Se pUl:' ~~n mejorar sin desechar por completo la instalación de la fábrica . Este fue el costoso error C1Ue se cometió con e! Ford modelo T. Pero en todos íos casos de ia producción en donde es posible la tipificación se pueden conseguir grandes economías productivas sólo con ese método. Volvamos ,,1 ejemplo de Babbage. La piedra podía moverse s.n experiencia o sin esfuerzo organizado ejerciendo un esfuerzo equivalente a 753 libras. O se podía mover, adaptando apropiadamente to.los los elementos del medio, empleando sólo veintidós libras, En el estado bruto, la industria se enorgullece de Sil uso grosero de la potencia y de la maquinaria. En su estado avanzado se apoya en la organización racional, e! control social, la comprensión fisiológica y psicológica. En el primer caso, confía en el ejercicio externo de la potencia en sus relaciones políticas: en realidad, se precia de superar la fricción que con soberbia ineptitud se crea. En el se'gbndú estado, ninguna parte de los trabajos ¡::ueden permanece: inmunes a la crítica y a los criterios racionales: la meta no es ya tanta producción con.o sea -:ompatible con los cánones de la empresa privada y de los beneficios particulares y de los incentivos del lucro indivíduaies: es más bien producción I.:ñciente con vista a~'usos sociales por muy drásticamente que esos sagrados cánones deban ser revisados o extirpados. En una palabra, para economizar producción, no podemos emezar o terminar con las máquinas físicas o las obras mismas, ni la proclucción eficiente puede empezar o terminar en la fábrica '0 la industria individuales. El proceso supone una integración de! rtabajador, de la función industrial y del producto, lo mismo que ;, t?::c~. ur:a ",Oi'clir,,,j:Sll d~ 1.l<, f:,,?'l:;:' dp S~lr,li!I:Stl\- y lr-s mrr
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cados finales de consumo. Apenas hemos comenzado en :!lgún PUl:' de nuestro actual sistema de producción a utilizar las energía, :¡ tentes disponibles mediante la organización y el control social: el mejor de los casos, aquí y allí, sólo hemos empezado a en-» .. dichas eficiencias. . Si solamente hemos empezado a utilizar las energías late,:;,del personal, es también cierto que la distribución geográfica de :. industrias. hJ'La ~,110ra gobernada por elecciones y oportunid:«: ?ccidentales, tiene aún que ser daLül'ada raciüüaliú'-U'c considc: .r do los recursos mundiales y el reasentamiento de la población ¿: mundo dentro de las áreas señaladas como favorables para la Y;l:, humana. Se ofrece aquí una nueva serie de economías mediante, regionalismo económico. Los accidentes de la fabricación original o de la ubicación (11, gin«! de los recursos no pueden seguir como factores que sirv.rde pauta en el desarrollo cuando se hayan reconocido nuevas Íl.c't: tes de suministros y una nueva distribución de mercadeo. Ademala distribución neotécnica de l~ energía tiende al regionalismo W' nómico: la concentración. de las poblaciones en las ciudades carbonueras y er- las portuarias fue una característica de la utilización de la mano de obra organizada de manera fortuita y del alto costo del transporte del carbón, Una de las grandes posibilidades de economía consiste en la abolición de los cruces de los transportes: el famoso procedimiento de llevar hierro a Newcastle. Los comerciantes y los intermediarios ganan alargando la distancia en el espacio y en el tiempo entre el productor y el consumidor final. Con una distribución racionalmente planificada de la industria, este pa· rasitismo en el tránsito se reduciría a un mínimo. Y al ampiiarse el conocimiento de la técnica moderna, las ventajas especiales en experiencia, organización y ciencia, patrimonio un tiempo de sólo unos pocos países, sobre todo de Inglaterra durante el siglo XIX, tienden a convertirse en la propiedad común de toda la humanidad, pue~ las irlf'as no se ven detenidas p-r barreras aduaneras o tarifas de fletes. Nuestro mundo moderno, al transportar conocimiento Y experiencia, ha disminuido la necesidad de transportar mercancías: los zapatos dé San Luis son tan buenos como los de Nueva Inglaterra, y los textiles franceses tan buenos como los ingleses. En una economía equilibrada, la producción de artículos corrientes se convierte en una producción racional, y el intercambio entre las regiones se convierte en la exportación de excedentes de las regiones de abnndancía a las de escasez, o en el cambio de materias especiales y de experiencias -':OffiO tungsteno, manganeso, porce-
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lIn? fina, lentesque no se encuentran o se fabrican universalmente.Pero incluso aquí pueden seguir siendo temporales las venrajas de un sitio en particular. Mientras el queso camembert americanoo alemán es aún enormemente inferior a la variedad franesa, el gruyere producido en Wisconsin puede compararse en calidad con el que se produce en Suiza. Con el aumento del regionalismo económico, las ventajas de la industria moderna se ampliarán, no solamente con el transporte -como en el siglo XIXsinopor el desarrollo local. Los principales ejemplos de regionalismo económico consciente hasta el momento actual procede!' de países como Irlanda y Dinamarca, o de estados como el de Wisconsin, en donde las ocupaC;uneseran sobre todo agrícolas, y la floreciente vida económica dCj)er.¿:::::le '..':~:: ~:,::::-10t?(';nninteligente de todos los recursos regionales. Pero el regionalismo económico no tiende a la autarquía completa: hasta en las condiciones más primitivas ninguna región ha sido jamás económicamente autosuíiciente en todos los aspectos. Por otro lado, el regionalismo económico tiende a combatir el daño de la especialización exagerada: ya que cualesquiera que sean las ventajas comerciales transitorias de dicha especialización conducen al empobrecimiento de k vida cultural de una región y, arriesgándolo todo a una sola carta, a hacer finalmente precaria su existencia é~nómica. Lo mismo que una región posee un equilibrio potencial de vida animal y vegetal, así también posee un equilibrio social potencial entre la industria y la agricultura, entre las ciudades y las granjas, entre los espacios edificados y los abiertos. Una región enteramente especializada en un solo recurso o cubierta de un extremo a otro de una zona maciza de casas y calles, constituye un ,p1ediodeficiente, sea el que sea el florecimiento temporal de su comercio. El regionalismo económico es necesario para proporcionar !lna vida social variada, asI como para lograr una economía equilibrada. _Está claro que una buena parte de la actividad, los negocios y la potencia del mundo moderno, por los que tanto se enorgullecía el -siglo XIX, fue el resultado de la organización" la ignorancia, la iJÍeficiencia y la ineptitud sociales. Pero la extensión de los conocimientos técnicos, de los métodos estandardizados y de las realizaciones científicamente controladas disminuye la necesidad del transporte: en la nueva economía, el viejo sistema de especialización exagerada será la excepción más bien que la regla. Incluso hoy Ing!aterra ya no es el taller del mundo, ni Nueva Inglaterra es ya el talle: de A mérica. Y a h!dIJ" que 1&inductria mecánicc se rs-
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.•:scandalosos hundimientos, derroches y atascamientos eran pobres cionaliza más y se adapta de manera más precisa al medio ambicm. :alsificaciones de una economía funcional que podía realmente aprouna vida industrial variada y multilateral tiende a desarrollarse den ¡echarse de una técnica moderna. tro de cada región humana natural. Alcanzar todos esos logros posibles en la producción nos llcv, mucho m-is allá de la fábrica o industria ind. vidual, más al l.i (:, 6. ¡Normalicen e! consumo! las tareas corrientes del administrador o del ingeniero: exige los se: vicios del geógrafo y del planificador regional, del psicólogo, ci. Si bien podemos llevar al máximo la conversión para conseguir educador, del sociólogo, del administrado: político experimentado energías excedentes disponibles, cubrir las necesidades existentes Tal vez sólo Rusia nosea en la actualidad las concliciones necesariay estar preparados rara las ir=speradas, de f'lln no se deriva que para esta planificación en sus instituciones fundamentales, pero , un grado u otro, impulsados por la necc:sidad de crear el arder 'debamo< también llevar al máximo la producción según las líneas existentes de esfuerzo. La expansión sin P1C"¡~ (le h producción es para salir del caos y la desorganización, otro; países se están rno I?e ~echo la típica enf:rmedad de! :api,alismo en su aplicación de viendo en la misma dirección: la desecación del Zuyder Lee el .; ::::-:::~ ;-:cdcrr:c. pues como fall.. en establece!' rl1:::_ ~~sl~::2:, ~8.;.: cjc.nplo, es una muestra Je la racionaiizaciou i uu. pOI1Ía de U J"-~:~~ ¿CáilidZl t=-.::,~: ::.. -r-aliznción prc ... 'uctiva ni tiple de la industria y la agricultura y de la construcción de uní objetivos oosibles, excepto los fijados por la costumbre y el deseo dades económicas regionales aquí indicadas. accidental. Los modos más antiguos de producrión han explorado solaLa expansión de la máquina durante los dos últimos siglos se mente los procedimientos superficiales que eran capaces de ser me- vio acompañada por el dogma de la, creci-ntes necesidades. La incanizados y ordenados externamente; sin embargo, una econor.fu dustria iba dirigida no sólo hacia la multiplicación de los bienes socia: más ambiciosa tocará todos los aspectos dd complejo indusy al incremento en su variedad, sino también hacia la multiplicatrial. La organización completa de los elementos mecánicos con h ción de! deseo de dichos bienes. Pasamos entonces de una economía igncraucic, el accidente, la costumbre no criticada dominante "11 la de la necesidad a una economía de adquisición. El deseo de satissociedad en conjunto, era la fórmula de empresa capitalista durante facciones más materiales correspondientes a lo facilitado por la sus fases anteriores Esta fórmula pertenece al pasado. Logró sólo producción mecánica siguió de cerca y en parte anuló las gananuna pequeña parte de la producción potencial que incluso la edad cias en la productividad. Las necesidades se hicieron nebulosas e inde la máquina tosca del pasado hubiera sido capaz de lograr, de ~irectas: para satísfacerlas de manera apropiada bajo el criterio cahaber eliminado las fricciones, las contradicciones y los proyectes pitalista se las debe contentar con un provecho indirecto a través antagónicos que perpetuamente impedían la corriente de mercande los circuitos de la venta. El símbolo del precio hizo que la aprocías desde la fuente hasr- el consumo. El conseguir eficiencia en piación directa y la recompensa resultaran vulgares: de suerte que el pasado era una tarea tan contraproducente como la del famoso ~almente e! granjero que producía suficiente frur«, carne y hordilema de Carlyle, dada una banda de ladrones lograr algo honrado talizas para satisfacer su hambre se sentía algo inferior al hombre gracias a su acción unida. En detalle, llevaremos a cabo sin duda que, ~roduciendo estos artículos para un mercado, podía comprar muchas cosas prácticas y arreglos racionales derivados del capi ta- nuevamente los productos de calidad inferior del almacén o de la lismo, pero es completamente dudoso, por ser tan profundas las fábrica de conservas. ¿Exagera esto la realidad? Por el contrario, disonancias y tan inevitables las fricciones, que llevemos adelante la apenas si hace justicia a la misma. El dinero se convirtió en el símsociedad capitalista misma. Humanamente hablando ya no hay nada honorable en todos los aspectos de la vida, desde 010 del consumo él arte y la educación hasta el matrimonio y la religión. que esperar de él. Necesitamos un sistema más seguro, más flexible, Max Weber señaló el extraordinario alejamiento de las nuevas más adaptable y finalmente que sostenga mejor la vida que el cons de los hábitos y costumbres de la matruido por nuestra estrecha y unilateral economía. Su eficiencia era doctrinas del industrialismo yor parte de la humanidad bajo e! sistema más parco de producuna simple sombra de la eficiencia real, su poder despilfarrador era cien que pre aleció ,n el pasado. ~ 1 0' i,;' '0' J, le'; ndus: .• ",¿;. un pobre snsri tutivc del orden, su pro. lucción calent: .•ri~:,tr. y SIIS
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cional no era incrementar el número de necesidades, sino satisi. los niveles de una clase en particular. Incluso hoy, entre los pol» los hábitos de aquel pasado perduran junto con las reliquias de medicina primitiva y de la magia, pues un aumento en los jl'" les, en vez de emplearse para elevar el nivel de gastos del tr:l; jador, se usa a menudo para conseguir un descanso del tL1" o pala proporcionar e; dinero necesario p::ra una diversión, lo e deja al obrero exactamente en el n.ismo estado físico y social que se encontraba antes de empezar. La idea de emplear el , nero para escapar a la propia ::::!se y de gastar el dinero osrcn.: mente para marcar el hecho que uno ha escapado, no apareció l la sociedad en general hasta una fase bastante avanzada en el (1" arrollo del capitalismo, aunque se manifcstó en las categorías 'l' r;l'"\'-o:J
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El dogma de necesidades c-ecientes, igu,,; ':tue UllUO l,U",. del industrialismo y la democracia, apareció primeramente en el c' critorio y en la corte, y después se infiltró en el resto de la SO\I dad. Cuando las abstractas monedas de oro o de papel se conv.: rieron en los símbolos de la potencia y la riqueza, los hombres cr: pezaron a valorar una ferma de producto que de hecho no ten:., lfmi+es naturales. La carencia de normas de adquisición se mar: festó primero entre los banqueros y los comerciantes prós:»: ros; aun así estas normas, incluso aquí, preduraron hasta Il!U\ entrado el siglo XIX en el concepto de retirarse de los negocios de' pués de conseguir la holgura, es decir, los niveles de la propi: clase de uno. La falta de una norma consuetudinaria de consu.rv era más evidente en la vida' extravagante de las cortes. Para extc riorizar el afán de poder, -le riqueza y de privilegio, los príncipe' :le! Renacimiento derrochaban en lujo y despilfarraban enormes cantidades de dinero. Ellos mismos, a menos que ocurriera que pro' cedieran de la clase de los comerciantes, no habían ganado aquel dinero: se veían obligados por tanto a solicitar, a pedir prestaJo a extorsionar, a robar, o a saquear pare conseguido. Y a decir verdad, no dejaron ninguna de esas posibilidades sin explorar, Una vez que la máquina empezara a incrementar las capacidades de hacer dinero para la industria, estos límites se ampliaron y el ni';::! de gastos se aumentó para toda la sociedad. Esta fase del capitalismo se vio acompañada, como ya he señalado por un colapso genera! de las instituciones: por consiguiente el individuo a menudo trato de compensar mediante un gasto y un provecho egocéntriros [a ausencia de instituciones colectivas y de una meta colectiva. La rtqueza de las naciones estaba destinada a la satis.acción partícula.
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de los individuos: las maravillas de la empresa colectiva y ¿~ la (OOperaciónque la máquina puso en juego dejaron a la comunidad alÍsmaempobrecida. A pesar de la tendencia igualitaria de la producción en gran escala,siguió existiendo un profundo foso entre las diferentes clases /COoomjcas:este foso se explica dccembarazadamente en términos rictorianos de economía por una diferenciación entre necesidades, fomodidades y lejos. Las más ap:"~miantes nercsidades correspont dían a la ~~=~-:.1-:: las trab?~~r10r~5 Las clases medias, "demás de Iener satisfecl.i.s sus necesidades en una escala más amplia ':"P los J "'bajadores disponían de comodidades: en tanto que los tlCOS po~ lc{all ..-.2':'illdS lujos, y esto les hacía más afortunados. Sin emha;-go, babíauna contradicción. Según la doctrina de las necesidades creI aentes se suponía 'lúe: ;,( :.;,;;~:.:;;-,:2.:2 ::i1ía que adopta! • para SI JJ •• :~:a la meta nnal de un nivel de gastos principesco. Exis(l~nada menos que una oblig ición moral de pedir mayores can tidades y más variadas especies de productos, siendo el único límite í resta obligación la persistente renunencia del fabricante capitalista i"Ór al .rabajador una participación suficiente del ingreso industrial ljUe le permitiera realizar una demanda efectiva. (En el momento ,.•culminante de 18 última ola de expansión financiera en los Estados U~dos el capitalista trató de resolver esta paradoja prestando dinero Il3t~ el incremento del consumo --compras a plazos- sin aumenfár'los jornales, ni bajar los precios, ni reducir su propia excesiva participación en la renta nacional: una artimaña que no se les hubiera ocurrido ni siquiera a los Harpagones del siglo XVII, mucho más sobrios.) ¡fLos errores históricos de los hombres 110 son jamás tan aparen~ente buenos y peligrosos como cuando están incerporados en !lIla.doctrina formal, capaz de ser expresada en un lema, El dogma ~was necesidades crecientes y la división de les consumos en ne~éladC3, comodidades y lujos, y la descripción d-I proceso eco~co llevando a la universalización de niveles más costosos de ~sumo en términos de productos de la máquina, todas estas creen~han sido dadas por supuestas ampliamente, incluso por aquellos lJ!!e', se han opuesto a las rotundas injusticias y a las más escanda~s desigualdades del sistema económico capitalista. La doctrina ,ftie"presentada, con una clásica vanidad y de manera terminante, ~t el informe del Comité Hoover sobre cambios económicos reSen.tes en los Estados Unidos. «La encuesta ha probado de manera tWClüyente». dice el informe, «lo que desde hace mucho tiempo se consioerado como vcrd.tdci o, que; las ; .ccesídadcs SO;] ::::~¡iuss-
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ciables; que una ne:e~idad abre el camino a otra. La CC:1clmi," ,'Ile están ya viejos al final de la temporada. Por ti contrario, un que económicamente tenemos ar:.~e nosotros un campo infinito: (l)IlJurno tan rápido constituye una carga sobre la producción, y ex-isten nuevas necesidades que abrii.ín el camino incesante'; áende e barrer las ganancias que hace la máquina en aquel sector a nuevas necesidades, tan pronto como se vean satisfechas}), la actividad. En la medida en que las personas desarrollan inteCuando se abandonan los niveles de consumo de clase y !;t . !eSespersonales y estéticos, quedan inmunes a los cambios frívolos minan los hechos mismos desd., el punto de vista de los Pllll del estilo y menosprecian el favorecer exigencias tan pobres. Adcvitales que se han de satisfacer, se encuentra uno con que 11<' ' 1I!lÍS, como ha señalado sagazrnente J. A, Hobson, «si se dedicara un solo elemento que se pueda retener eu clirhas doctrinas. "M c~nti(bl indebida de individualidad a la producción y consumo .A,;-,~C todo. las neccsidades vi tales son necesa ri ~l11ente 1 in] i1;, de alimen.os, vestidos, etc., y al cultivo consciente y refinado de ~v mismo que el organismo no continúa creciendo más <111;Í ,:, esos gustos, se descuidarían formas de expresión individual más normas de su especie, norma establecida dentro de límites elevadas en el trabajo y en la vida», VJ1l1ente estrechos, así ninguna función particular de la vida 1" La segunda característica de las necesidades vitales es que no ser satisfecha con una complacencia Sin límites, El cuerpo no (' pueden restringirse a los simple: :--~::::::::c:; de ;::!:~-:~cijt(lción sufimás (.le un numero lim¡~ado de calorías al día, Si funciona 8(,('. dentes para prevenirse del hambre y vestidos y alojamientos has-:lamente con tres comidas al día, no se hace tres veces más fu," tantes para satisfacer las convenciones y evitar la muerte a la intemo efectivo con nueve comidas: por el contrario, es probable (: perie. La vida, desde el preciso momento del nacer exige, para :~: padezca de indigestión y de estreñimiento. Si la intensidad de cumplimiento, bienes y servicios, que se sitúan usualmente en el diversión se triplica en un circo con el empleo de tres pistas en \ departamento de «lujos». La canción, la historia, la música, la pinde una, existen pocas circl1nstancias de otro tipo en que se apli.: tura, la escultura, el juego en sí, el drama: todas estas cosas están esta regla. El valor de varios estímulos e intereses no se increrncn: fuera del campo de las necesidades humanas, pero ne son cosas con una multiplicación cuantitativa, ni tampoco, más aJJá de q1!ehan de ser incluidas después de satisfacer el estómago, son funcierto punto, con »na variedad sin fin. Una variedad de produ.: ,ciones que deben ser incluidas en la existencia humana hasta para que cumpla:J funciones similares es como la dieta omnívora: ¡:: 4,t;isfacer el estómago. por. no decir nada de las necesidades emoútil factor de seguridad. Pero esto no altera el hecho esencial .' cionales, intelectuales e imaginativas del hombre. El colocar estas la estabilidad del deseo y de la demanda. Un harén de un millar,' funLÍC''1esa lo lejos, el hacer de ellas la meta de una vida adquisimujeres puede satisfacer la vanidad de un monarca oriental, pe: tiva, o aceptar de ellas sólo lo que puede canalizarse en bienes pro¿cuál es el monarca suficientemente dotado por la naturaleza p:1: ducidos por la máquina y venderse con beneficio, el hacer esto es satisfacer el harén? interpretar erróneamente la naturaleza de la vida así cama l-s po siLa actividad saludable exige restricción, monotonía, repC:lclUT1 ~ilidades de la máquina. así corno cambio, variedad y expansión. El aburrimiento qucjum El hecho es que cada nivel de vida tiene sus propios lujos nebrasa de un niño que posee dem~siados juguetes se repite intern» cesarios, y el salario que no los incluye no es un salario vital, ni nablemente en L~ vidas de los ricos los cuales, no teniendo !:mlfC la,o'vida es posible por la simple subsistencia de una vida humana. pecuniario a la expresión de suc ¿c3eos, son incapaces sin Llnu trc ?Qr otra parte, fijar como meta para un esfuerzo económico unimenda fuerza de voluntad de restringirse a un solo canal 10 b~, la ~~~sal, o al menos poner como cebo, el imbécil nivel de gastos tante largo para aprovechado abriendo surcos y profundizándoll' ~ddptados por los ricos y los poderosos es simplemente hacer bailar hasta el fin. En tanto e! hombre de! siglo xx puede usar instrUl~en .JlIla'zanahoria de madera ante el hocico del burro; no puede altos, como la radio, e! fonógrafo y e! teléfono, que no tiene equiv:' Zar la zanahoria, y si pudiera, ésta no podría alimentarIe. Una lentes en otras civilizaciones, el número de dichos productos es en ~slala de gastos elevada no tiene relación esencial alguna con un sí mismo limitado. Nadie está en mejor posición por tener mueble; ,:\tto nivel de vida, y una abundancia de bienes, producto de la que se hacen pedazos en, unos pocos años o, 11 falta de esta fel17 ~quina, no tiene relación esencial, tampoco, puesto que uno de manera de crear una nueva .lemar-Ic, '1u~ '
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cj"'}-- no P.S un producto de la máquina. La noción de que 1::, 'Dicho en términos más amplios, esto significa que una vez sacosa implica le. otra es una ficción de la voiuntad de creer del hn:: Ó'fechaslas mayores necesidades de la humanidad gracias a la mábre de negocios. Fn cuanto a lo que se llama comodirb:1es, ~/Ja, nuestro sistema fabril debe ser organizado sobre una base buena parte de ellas, liberación del esfuerzo, el uso extensivo ,1desli~t~tución r.egular anual .en lugar de una expansión progresiva, servicio personal y mecár:ico, conduce de hecho a una atroíi.i ~ soore una base de sustitución prematura mediante una obra !J función: el ideal es en el mejor de los casos valetudinario eal hecha, unos materiales adulterados y un capricho groseramerue coníia; para el placer sensual en objetos inanimados -alm(11¡:., ..stimulado. «El caso, C0li10 señala nuevamente J. A. Hobson, es nes ¿e sofá, muebles tapizados, comidas dulces y telas suaves- : zncillo. Un simple incremento en la variedad de nuestro cor-surno ... :~ Cc esas artificios con los que un puritanismo burgués, fin¡2il'": nsterial alivia el esfuerzo impuesto al hombre por los límites del renunciar a la carne y castigar el cuerpo, simplerr-ente los rece: aiverso material, pues _~:::ha variedad le perrni:e utilizar una mací.m en sus formas más decadentes, transfiriendo la atención de ' .or proporción de la totalidad de la materia. Pero en la mfrlida cuerI:":-s animados de lo~ ~onjbres y las mujeres a. los obje.tos .: iquezEadim?s a la simple vari~c!a¿ una apreci~ción más alta de aque los simulaban. El Renacimiento, que alababa una vigorosa Vida s.: ;:Ias adaptaciones de la materia que son debidas :.: la habilidad huS"J3t zpenas produjo una siiia conrorrabie en doscientos años, Il!. I~a, que llárll~,ijiv'; ./i~~~, [~~i.'¡¡ de 105 límites de la 111C1sólc tiene uno que echar una ojeada a las mujeres pintadas por' ena y ya no somos esclavos cie las yal~;"', ";c lU, acres y ue una ronés v r.ubens para ver cuán poco se necesitaba aquella tapice ~y de reducción de los beneficios». En otras palabras: un nivel ir!c:g~~ica. !Uténti~o,una vez satisfechas las necesidades físicas vitales, tiende _-\1 hacerse los métodos mecánicos más productivos, se ha (L, l. cambiar el plano del ~onsumo y por tanto a lirnitar, en grado conarrollado la idea de que el consumo debería lracerse más voraz. Tr. !!derable, la extensión 0(' la ulterior empresa mecánica. esto existe una ansiedad, por miedo a que la máquina cree u:'. . Pero obsérvese la maligna paradoja de la producción capitasaturación en el mercado. La justificación de los medios que ah ~sta. Aunque el sistema fabril se ha basado en la doctrina de la rran la mano de obra no era que realmente ahorrasen ésta sino que ~p~n~ión de las .necesidades y de la masa de consumidores, se ha aumentaban el consumo: mientras oue, claramente, el ahorro de queoado corto universalmenre e'1 lu c;ue se refiere al abaetecimiento mano de obra sólo puede tener lugar cuando el nivel de consume ~ "las necesidades normales de la humanidad. Horrorizado ante la permanece relativamente estable, para que los incrementos en b ijea «utópica» de necesidades normalizadas y limitadas, y proclaconversión y en facilidad productiva se realicen en forma de ve;:d¡~ lIla?do orgullosa mente por el contrario que las necesidades son inderos incrementos del ocio. Desgraciadamente, el sistema capit::b¡¿ laaables, el capitalismo no La llegado ni mucho menos a satisfacer industrial prospera gracias a una negativa de esta condición, Pr~' 4 m~s modesto nivel de consumo normalizado. El capitalismo, con pera estimulando las necesidades más bien que limitándolas y S8tJS lclaClóna la masa trabajadora de la humanidad, ha sido como un faciéndolas. Fijar un límite al consumo sería poner un freno a J:¡ l\I$digo que ostenta una mano cubierta de joyas. una o dos de producción y reducir las oportunidades de ganancia. €stas auténticas, mientras está tiritando en sus andrajos y trata de Técnicamente hablando, los cambios en la forma v el estilo sor. : ~e,patar un mendrugo de pan: puede que el mendigo tenga dinero síntomas de inmadurez: marcan un períodc de transición. El error ~ \!l Banco, también, pero esto :-:::> mejora su condición. Este caso del capitalismo como credo reside en el intento de hacer que es~e se~ha visto claramente en todos los estudios basados sobre hechos período de tra~s}ci6n, s~a permanente. Tan pronto c0t;I0. un artifiCI0 ~~~se han rea~i~~do acerca de comunidades «avanzadas» industriaalcanza perfección tecnica, no hay excusa para sustítuirlo preten leSr'desde la clásica encuesta de Charles Booth sobre Londres hasta diendo un incremento de eficiencia: de aquí que tenga que recurrir ' ~filnuy documentada sobre Pittsburgo. También ha sido puesto de a las artimañas de derroche competitivo, de obra de desecho y a la lIl~ifiesto una vez más por el estudio de Robert Lynd sobre la moda. El consumo destructivo y la artesanía de mala calidad va" COmunidadbastante representativa de «Middletown», ¿Qué es 10 de la mano, por lo que si valoramos la solidez, la integridad y b se descubre? Mientras los habitantes más pobres de MiddIeF5ciencia dentro del sistema de liI máquina, debernos crear una esta' ~~r. COI1frecuencia ostentan un automóvil o una radio, las casas bilidad correspondiente en el consumo, ;nfdon¿e habitar. durante ,JS períodos de [r.lsa prosperidad no dis lhl';'ULlJ\J0
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ponen a menudo de SI:'TVIClOSsanitarios corrientes, en tanto el ~egada a sus lacayos e imitadores. Nuestra meta no es el consutado de la casa y sus alrededores en general, era, de hecho, l'; r.o incremeniado sino un estándar vital: menos en los medios preun barrio miserable. ;ugtorios, más en los fines, menos en el aparato mecánico, más en Cuando se dice que hay que rechazar la doctrina del ircrelll" .¡ cumplimiento orgánico. CUando tengamos tal norma, nuestro de las necesidades y que hay que normalizar el nivel de COI", !xit~ en la vida no será juzgado por la dimensión de los montones no se pide en verdad una contracción de nuestras actuales h.:' 'le desechos qut> hemos producido: será juzgado por los bienes indes industriales. En muchos sectores, por el contrario, necesii. nateria¡es y no de consumo que hayamos aprendido a "';;sfrutar, y una expansión -le los mismos. Pues lo cierto es que, a pC',J: : ~r nuestras realizaciones biológicas como amantes, cornoañeros y todos los alardes de progreso v de realización mecánica, :, :>adres,v nor nuestra realización personal como hombres y mujeres de todos :os temores de excedentes y plétoras, la masa de L, ; :! ;r" piensan ~ sienten. La distinción y J:1 individualidad residirán nidad, incluso en paises que se encuentran técnicc.nente adelani :n la personalidad, a la que pertenecen, no en el tamaño de la casa y son tinancieramen:2 más prósperos, no disfruta (1I; i", .iisír..'. ,.mla que vivimos, en el costo de nuestros adornos, o en la can tiue podem~s nunca, a~arte de la población agrícola) :lOa dieta a~.ecuada; ,'e ,~~,~~ m~no de obra óminar, Cuerpos hermosos, C!OS higiénicos aproj-iados, aloir-ruento decente, medios suncu j .. _._~'.:"!~c,",,.1~ op.,r111~. ;,pnsamlento elevado, percepciones aguy oportunidades para la educación el esparcimiento. ',T :::cbck1 sensibles reacciones emocionales y una vida l;e grupo afinada ;nente, en términos de norma vital u~a buena parte rle est~s el" ¡para hacer que ~ea~ posibles eS~ds, cosas y .en~alzarlas, éstos son alnan estado faltando en el aparente nivel de gastos cC''1segmdo i' ¡VIDas de los objetivos de un nrvei normalizado. los ricos. En la mayor parte de las grandes ciudades las vivicn.' '-,iYlientras el espíritu que condujo a la expansión de la máquina urbanas d., las clases superiores, por ejemplo, carecen ue sol v ,i ~a estrechamente utilitario, el resultado neto de dicha economía espacios abiertos, y son casi tan inadecuadas como las de los pobr. ¿S'el de crear una etapa antitética, igualada por las civilizaciones de mismos: por 10 que, según un nivel de vida normalizado, seri.r b antigiiedcd, dotadas con una abundancia de ocio. Este ocio, si en muchos casos más saludables y felices de lo que son actualme»: ~se e,mplea malamente en la producción irreflexiva de más trabaincluso aunque carecieran de la ilusión del éxito del poder y de mecanico, puede desembocar en una forma no utilitaria de sodistinción. ~e~ad, dedicada más plename?te al juego, al pensamiento y al trato Normalizar el consumo es establecer un nivel que ningun- !OCIaly todas aquellas especulacicnes y aquellos empeños que hacen clase, cualesquiera que sean sus gastos, posee hoy. Pero ese niv. que la vida tenga más significado. El máximo de maquinaria ., de no puede expresarse en términos de una suma arbitraria de dincn' organización, el máximo de comodidades y de lujos, el máximo los 5.000 dólares por persona anuales, sugerida por Bellarnv e: ~ consumo, no significan necesariamente un máximo de eficiencia los años ochenta, o los 20.000 dólares, sugerida por un recientc~tal o de expresión vital. El error consiste en pensar que la comogrupo de ,tecnócratas, pues el caso es que. 10. <=.\uecinco o 20. ~OO dó '~ad, la seguridad, la falta de enferm~~a? f~sfca, e una plétora de lares pudieran comprar hoy para cada individuo no cubrirían r"cetl.~ son las mayores dones de la civilización, y en creer que a cesariamente las -xigencias más apremiantes de este nivel. V real. , llI~da que aumentan, los males de la vida se disolverán y desapamente, cuanto más alto es el nivel de vida, menos puede expresars:, ~e,rán. Pero la com04id~d y la seguridad no son bienes incondiadecuadamente en términos de dinero, y más debe expresarse e~ ~nados;. son capace~ de d.errotar a la vida tan comp.etamente como términos de ocio, de salud y actividad biológica, y de placer este .. ~p;nahdades ~ la incertidumbre, y la idea de que cualquier ot,o tico, y más, por tanto, tenderá a ser expresado en términos de blc, IIlteres, arte, amistad, amor,parentesco, debe subordinarse a la prones y mejoramientos ambientales que quedan fuera de la producción duc?ón de cantidades crecientes de comodidades y lujos, es simde la máquina.P~emente. una de las supersticiones de una sociedad utilitaria ape-
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Al mismo tiempo, el concepto de un consumo normalizado re' ,ga~a al dinero. conoce el fin de aquellos sueños capitalistas principescos de ilimit,a· ~~ aceptar esta supers,tición el utilitario ha convertido una con00S ingresos, privfjegi~s y v ulgarid~des, -voluptll.osas ,c~va. po,esiO" ~~')~ ,e,l,:men~al. ~~ la existencia, la f'eces!dad de proporciona~ una por los amos de la SOCiedad proporciono una satisfacción ,10 ltmltf . ~C .LlC., a la "da, u_ ur, En. !,Of:1C' ~~SL1¡t'lJC, nucstr.; sociedad
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Orientación
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dominada por la máquina está orientada úr.icarnente hacia las «c.sas» y sus miembros tienen toda clase de dominios excepto el eI( minio de sí mismos. No es cosa que asombre que Thoreau observa que sus miembros, incluso en una etapa temprana y relativarncnu inocente del comercio y de la industria, llevaban vidas de call..: :!2sesperación. Colocando e! negocio por encima de cualquier ou., manifestación de la vida, nuestros líderes de la mecánica y de : {inanza han l:~scl'idado e! principal negocio de la vida: a saber e! crecimiento, la l\".I:'roducci~n, el desarrollo, l? pv~r¡>
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La base de un modo racionalizado de producción la cons.ituvc un modo normalizado de consumo. Si uno empieza con la producción como un fin en sí mismo no existe nada en e! sistema de 1.1 máquina o en e! sistema de precios que garantice un abartecirniento suficiente de bienes vitales. La economía capitalista intentó evita: la necesidad de establecer un nivel real de vida confiando en funcionamiento automático de los intereses privados de les hombres. con el hechizo L4e! beneficio. Todas las ganancias necesarias en la producción, junto con e! abaratamiento de los objetos vendido, se suponía que eran un producto derivado inevitable de! negocio de comprar barato y vender cuando la demanda fuera mayor y ei suministro escaso. El egoísmo ilustrado de los compradores individuales era la garantía de que se producirían las cosas justas, en el momento justo, y ,-n e! justo orden. Careciendo de alguna norma con vistas a la distribución de J~5 utilidades excepto sobre la base de la obra en bruto realizada v sobre la imprescindible subsistencia necesaria para que el obrero vuelva cada día a su tarea, este sisi =ma jamás acertó en sus rnejores tiempos ni siquiera en sus propios términos. La historia del capitalismo es la historia de la producción e.i cantidad, sobre la base de una expansión exagerada, de una supercapitalizaci6n privada codiciosa fundada en una perspectiva de ingreso creciente, de una apropiaci6n privada de los beneficios y los dividendos a expensas de los trabajadores y del inmenso cuerpo de consumidores fin¡.les no capitalistas, todo ello seguido, una y otra vez, por una pléror' de bienes que no se compran, de colapsos, de bancarrotas, de deRa· cion ).. Dé hambre arna.ga y .Iepresión de ias ciases traba.adors'
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cuya original incapacidad de comprar a su vez las mercancías gue habían producido ea siempre e! factor principal en este desastre. Este sistema es necesariamente inexplotable según 3US propias ptemisas excepto quizá por un modo de producción anterior a la :Jáquina. Pues ea las condiciones capitalistas. el precio de cada producto, en general, varía en proporción inversa de la cantidad disponible en un determinado momento. Es:o sig.rificn que a me dida que la producción alcanza e! infinito, e! precio de un artículo dado debe caer en forma correspondiente a cero. Hasta un cierto punto, la baja en los precios amplía el mercado: más allá de ese nunto, e! incremento en riqueza real para la comunidad significa una continua disminución en los beneficios por unidad [:'qra el h bricanre. Si los precios se mantienen altos sin un aumento de los salario; :'~z.~:::,cc ¡::'~¿:'::::2 '--::-:excedente. Si el precio b~j~ suficiente mente, el fabricante no puede, por grandes que sean sus ingresos, conseguir un margen de beneficio satisfactorio. Mientras la huma .. nidad en conjunto gana en riqueza en IR ';'~dirla en gue lo necesario I para la vida puede obtenerse como el aire, con sólo pedirlo, el sis .. tema de precios se estrella r termina en un desastre mucho antes de que se haya alcanzado ese punto ideal. Así pues, las g:>l1ancias en la producción según e! sistema de precios del'en ser disminui .. ,) das o anuladas cerr-o observa mordazmente Veblen, mediante un S'lbotaje premeditado por parte de! financiero o del hombre de ne .. gocíos. Pero esta estrategia sólo consigue un efecto temporal: el peso de la deuda, especialmente cuando se capitaliza de nuevo sobre la base de una expansión esperada de la poblaciór. y de; mercado, finalmente sobrepasa las disminuidas capacidades productivas y las somete a una carga que no pueden soportar. o Ahora bien, el significado de 12 conversión de energía y de la producción mecanizada reside en e! hecho rle que han creado una econcmía de excedentes, lo que quiere decir una economía no adap .. tada al sistema de precios. A medida que se transfiere más trabajo ~: las máquinas ?lltomáticas d proceso de desplazamiento de trabajadores de la industria según este sistema equivale a privarloc pe los derechos como consumidores, ya que, al contrario de los .poseedores de títulos, obligaciones, e hipotecas, no gozan de otros 'derechos sobre la industria, de acuerdo con las convenciones capi .. ~aIistas, gue los que resulten de su trabajo. Es inútil hablar de absorciones temporales de la mano de obra por ésta o aguella in .. 'austria: parte de esta absorción por las industrias relacionadas con Ja distribuci6n sólo incrementa los gastos generales y -::1 derecho. v aparte ce esto, bajo' ei sistema _misn.o de la n.ano de obra na
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429 Capíl\:
Además, en una economía científica, la cantidad de CCIT.' frutas, leche, textiles, metales y materias primas, así como el mero de casas necesarias anualmente para la sustitución y par.' incremento demográfico, puede calcularse aproximadamente COI1 ticipc a la producción. Se necesita sclamente tener la seguridad consumo para establecer las tablas de producción progresivarn.: más precisas. Una vez establecida la norma, lo que se gane IT¡;i, de lo calculado sería una prima para la comunidad en conjun esas ganancias serlan, en vez de un rreno al trabajo, como 10 ' ahora, un lubrificante, y lejos rlp trastornar el engranaje aligera: la carga dé toda la comunidad y aumentarían el margen de tic: o de energía disponible para las formas rle vida más bien que" ]05 medios. Hablar de. n nn aprí'lllnn",f" :---.l~~;r.,::".~"".",~~~ ~~l norma básic. consumo y sin los .¡Jeo~os polít.cos para hacerla 1-''-_'~;''LU, ", , Smdir el sabotaje monopolista de la industria capitalista en ,~: escala con el control social inteligente. Los fundamentos de este sistema de distribución, repito, ",] l" ten. Las escuelas, las bibliotec..s, los hospitales, las un.versidndclos museos, los baños, ciertas residencias, los gimnasios, están ," tenidos en cualquier cen tro de importancia a expensas de la co.. nidad en conjunto. La policía y los servicios contra incendios, ,: forma análoga, se proporcionan sobre la base de las necesidad en vez de sobre la capacidad para pagar: las carreteras, los canak, los puentes, los parques, los terrenos de juegos o de deportes, e !: ciuso -en Amsterdam->los servicios de los barcos para cru.. ríos o canales están igualmente a ca-go de la comunidad, Ademien la forma más estéril y desagradable, existe un comunismo Ll.; sico en los países que aplican un seguro de paro y de vejez. Pcrc estas últimas medidas se tratan como medios de salvamento m:Í' oien que como mecanismo positivo saludable para racionalizar );¡ producción y normalizar los niveles de consumo de toda la co muoidad. Un comunismo bási-o, que implique la obligación de compartir el trabajo de la comunidad hasta la cantidad requerida para alearzar la base, no significa el cierre completo de cada proceso JI: 1:1 satisfacción completa de cada necesidad dentro del sistema de producción planificada. Unos ingenieros han calculado cuidadosamente que todo el volumen de trabajo de la comunidad existente podría realizarse con menos de veinte horas de trabajo por semana por cada trabajador. Con una racionalización completa en toda h Iíne c, y con la ebn:náci2,l .le duplicaciones y de parasitisrnos, ))r"-
Jl,lercente bastarían menos de veinte horas para producir una .•••údad mucho mayor de bienes que actualmente. Siendo así, Il10S 15 millones de obreros industriales cubriú,n las necesidades !t 120 millones de habitanres de los Estados Uni.los Limitan~"Ia producción racionada y el consumo a disposición de la ;cmUDÍóad a las necesidades básicas, ('1 volumee de trabajo obliga"l.io sería incluso menor. En iales condiciones. la desocupación tec~i5gica sería una dirha. El comuni=r'o h~sico se aplicaría a las necesidades económicas lolculables de ~::. comunidad. Alcanzaria aquellos bienes y servicios lile :,ueden normalizarse, pesarse, medirse, o acero, de los cuales • ncdc :::::~;L::ers2 un cómputo estadístico. Por encima de dicha con el deseo de más biencc, y 0trna el deseo del ocio co~petiría t:n esto la moda, el ::::¡:~:::~~':', 1~ plprriAn irracional. la invención, los t;QJetlVOS L.:-nrialts, tendl;",l quizá aún un papel que desempeñar, ~Jes si bien todos esos elementos han sido toscament:: estimulados de maner« exagerada por el capitalismo, quedaría un residuo de diosy habrían de tomarse las medidas apropiadas en un sistema , ennómico cualquiera imaginable. Pero en un sistema de comunismo 'básico, estas necesidades nc actuarían desorganizando la produc'~ci6n y paralizando la distribuciór . Por lo que se lefiere a los productos básicos habría completa igualdad de ingresos, Y a medida que S~ normalizara e) con,umo, los procedimientos básicos cuidadan, con toda probabilidad, de una parte cada vez mayor cle las _ necesidades de la comunidad. Sobre esta base y hasta este rnornenro no puedo ver sobre qué otra base nuestros beneficios en la producción y nuestro creciente desplazamientu de la mano de obra humima podrían realizarse con provecho para toda la sociedad en ge~aI. La alternativa al comunismo básico es la tolerancia del caos, bien el cierre periódico de la instalación productiva y la destruc~ón -curiosament:: llamada valorización~ de bienes esenciales, ~n indu:triosos esfuerzos en la conquista imperi81ista para con.~ por la fuerza abrir mercados extranjeros; eso o bien una t?mpleta retirada de la máquina en una ,u0agLÍcultura (agricultura de subsistencia) y una subindusrria (manufactura de s'Jbsistencia) j q\,!eestarían en un nivel mucho más bajo en todos sus aspectos que 'ij~que la industria artesana proporcionara en el siglo XVIII. Si de~~os retener los beneficios de la máquina, no podemos permitir'.~~s denegar por más tiempo su mayor implicación social, es decir,
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él comunismo No sería que tendeu:!
básico, la ventaja menor del comunismo básico a }Jcn-.:'· \.lll :r·~nr: a la '!!l¡Jré:
el hecho de Pero dicho
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Carí'
freno, en lugar de tener la forma del sabotaje capitalista, o de' escandalosa dislocación de una crisis comercial, sería una cli,n.· ción gradual de la velocidad de las partes individuales y un e: naje de toda la organizacién en una regular rutina de produciiJ. A. Hobson ha presentado también este problema con su h.. penetración y sagacidad. "El progreso industrial), dice, «sc-í.: dudablemente más lento baje el control del Estado, pues el ahic' misn:o de este control es desviar .:.. J rrayor proporción del ~, ~. ':! ~~f'..lerzo !~~::-:~1'10S de aquellas ocupaciones [p:c':~.:c~éjJ ¡-: ..; .oria ] para aplicarlos a producir formas más 1:;"" adas de riqv Sin embargo, no es justo suponer que el progreso en las artedustriales cesaría bajo la industria estatal. diclio progreso más lento y participaría de un carácter de rutina, un lento, r " nuu "ju,,,:: uCl 1l1eUllli,JIIO lle producción y distribución a la, 1:, sidades lentamente cambiantes de la comunidad». Por muv ,;, agradable que dicha perspectiva le resulte al empresario del (1[.:_ antiguo, dicho humanamente representaría una tremenda ganan.
8. [Socialicen
la creación.'
Durante una gran parte cie la historia de la humanidad, a 1',1: tir de 10s tiempos neolíticos, las más altas realizaciones de la .r: manidad en el arte, la filosofía y la literatura, la técnica, la cierci: y la religión estuvieron en poder de una pequeña casta. LJS rn. dios técnico, para multiplicar dichas realizaciones eran tan difiru' rosos -los jeroglíficos de los egipcios, las tabletas cocida, de Ir, babilonios para sus textos y hasta las letras escritas a mano en lo, papiros o en los pergaminos de una época uheriorque el domini,) de los instrumentos del pensamiento y de la expresión ocupab'E1 la mayor parte de una vida. Los que tenían que realizar trabajo; manuales estab-n excluidos autornáticamcnte de la mayoría de lo; caminos de la creación fuera de lo suyo, aunque eventualmente podían compartir el producto creado, en segunda o tercera mano. ~ vida del alfarero o la del herrero, como Jesús ben Sirach observ() con presuntuosa pero realista autojustificación, lo imposibili tabar. para las tareas de la vida creadora. Este monopolio de casta fue seriamente destrozado durante b Edad Media, en parte porque el cristianismo mismo era originalmente la religión de los. humildes y los vejados. No sólo era cada criatura iiurr.ana un sujeto merecedor de salvación, sino que dentro del monustet io }' de la rglesia y de la universidad habla un reclv
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lento continuo de nOVICICS v estudiantes r1e todr s las clases de sociedad, y la poderosa ord~n de los benedictinos, haciendo del trabajo manual en sí 'J11a de las obligaciones de una vida disciplida, rompió un antiguo e invalidante prejuicio en contra de la participación j' el experimento; como complementarios de la obserración y la contemplación, en la actividad creadora. Dentro de los emios artesanales tuvo lugar el mismo proceso en orden inverso' d oficial, al irse a alcanzar 12 pericia en su oficio, no sólo tenía la :¡::::::::::~~d de estudiar críticamente las artes y las realizaciones de otras ciudades, no sólo se veía estimulado a elevarse desde las • setviles y mecánicas operaciones de su oficio hasta aquella maestría 'TeJe le era ofrecida, sino también en el cumplimiento de los miste,. dos y las moralidades en que el trabajador participaba en la vida estética y religiosa de toda lz. ::::='.::~:~:.¿E:-! '.,~::c1~d el escritor, como Dante, podía tener u!'} «estatuto» en esta sociedad solamente como miembro de nn gremio de artesanía. El movimiento humanista, concediendo importancia a la erurlici6n textual y a las lenguas muertas a las que se aplicaba dicha erudición, reforzó esta amplia separación de las clases bajo el capitalismo. Irnposibilitado para conseguir la capacitación preparatoria necesaria, el trabajador fue excluido de la más alta cultura europea; incluso el tipo más elevado de trabajador eotécnico, el utistc, y hasta una de sus más nobles figuras entre aquellos artistas, Leonardo, se sintió obligad') en sus notas íntimas a defenderse frente a la suposición de los simples literatos de que sus intereses por L. pintura y la ciencia eran algo en cierta manera de categoría inferior. , Indiferente a la vida esencial de los hombres como trabajadores, como un instrumento de , esta cultura se desarrolló originalmente ~der de una casta, y sólo en una segunda y débil forma para el béneficio de la humanidcd en general. De un extremo a otro, algunos de los verdaderamente mejores cerebros de los tres últimos " ,~iglos, en lo más recio de sus vigorosos esfuerzos creativos, han estaBo disculpándose por las injusticias y las corrupciones de sus amos. T.lórnc1ike en su History of Science and lviedicine in the Pifteenth ~éntury (Historia de la ciencia y la medicina en el siglo xv) observa la, degradación que se apoderó del pensamiento cuando las ciudades ~bres que Petrarca había conocido en su juventud fueron esclaviZadas por los ejércitos de conquistadores, pero el mismo hecho se da' en Maquiavelo, Hobbes, Leibniz, Hegel, y esta tendencia del P~nsa:nien!o alcanzó un cierto apogeo en la mala aplicación de la Ieoría de l',Lllt!:l.s-Darwir, ZCerC
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tación
Cap;{I!~
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Durante los últimos siglos, sin embargo, popular significa «vulel fin de justificar la guerra, la raza rvirdica y la posición domiru- " y «vulgar» no significa simplemente lo más ampliamente hude la Lurguesía. ~oo, sino algo inferior y basto y algo deshumanízado. En breve, Pero mientras el aspecto humanÍstico de esta nueva CUItULI ¡ /!! vez de socializar las actividades creativas de la sociedad, hemos fomentado en términos individualistas y de casta, con un maru "Ciallzado en gran escala solamente las bajas imitaciones de esas sesgo a favor de las clases poseedoras, la ciencia obró en dirc.. niddade<;: imitaciones que limitan y embrutecen la mente. Un opuesta. El verdadero incremento del conocimiento cientíí.co : \ü1let, un van G8gh, un Daurnier, '.1'1 \X'hitman, un Tolstoy OllSC81J imposible el Iimitar!o, como un secreto, a un pequeño grupo, ,_ turalmente a la clase tr ibajadora como compañera, pero fueron la astronomía se había mantenido en anteriores civilizaciones , :n realidad mantenidos v.vos y recompensados y apreciados sobre solamente esto, sino que la ciencia, utilizando sistemáticamente :000 por la burguesía misma que abominaban por sus maneras y conocimiento práctico de los artistas y los médicos en anaio: :uyo patrocinio deseaban evitar. Por otra parte, la experiencia de de los mineros y metalúrgicos en química,
~umford,
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Capítulo·
1 Orientación
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está comprometida una pequeña fracción de él. Un trabajo de ese de su estancia en el planeta. La tarea esencial de toda activida de carácter servil v ninguna disculpa o raeconómica equilibrada es la de producir un estado en el que L iipo es necesariamente cionalización psicológica pueden conseguir otra cosa: ni la necesicreación sea un hecho corriente en toda experiencia: en el que r. dad social puede, en lo que se refiere ~l producto, debilitar el prose niegue a ningún grupo, en razón de su trabajo o su deíicicm educación, su parte en la vida cultural de la comunidad, de'm, ceso mismo. de los lírni tes de su capacidad personal. A menos que socialicemc I Nuestra desconsideración por la calidad del trabajo, por el trala creación, a n:C1105 que subordinemos la producción a la ednc. . bajo como proceso vital y educacional, e, tan acostumbrada que ción, un sis.erna mecanizado de producción, por muy efici-ntc qr. apenas er-tra jamás en "uestras exigencias sociales. Pero está claro sea, sólo conseguid endurecerse en una formalidad biz.inr inn «-rvi "l1P en la decisión de cómo cc.istruir 1111nllt'nce o un túnel. evisre ~na cuestión humana que debería ::2:~,rastar 1.1 cucr tión de la ecoenric;~::::!cb con pan y circo. nomía o de la factibilida::l mecánica: me refiero ~,I número de vidas que se podrán perder en la •.onstrucción rc.il " :1 la conveniencia de condenar a 'm cierto número de hombres a pasar sus días en9. Trabajo para el autómata y el aficionado I ::=;:;~2:: :;.:~~.:;;:; ~-~;;:; ~;'::;:'J vigilando el tráíico del túnel. Tan pronto L,lS raraLterlstlca~ ~'-.. lJ,llcl :,vLic:uaJ LLVllVJIH\..u ,o'1rional son, L como nuestros pensamientos dejen de estar automáticarnente conel trabajo, ni la p.cducción por la producción con vistas a -..111 [w dicionados por la mina, dichas cuestiones resultan importantes. De neficio ulterior, sino la producción en interés de la vida y el tLI 1 manera análoga la elección social entre la seda v el rayón no es con referencia a los bajo como expresión normal de:' una vida disciplinada. Dicha so problema que pueda resolverse sencillamente ciedad aporta elecciones y posibilidades que apenas existieron mien diferentes costos de producción, o a la diferencia en calidad entre ·ras el trabajo se consideró extraño, y el beneficio -o el temor :l: L fibras mismas: queda también, para integrarse en la decisión, el problema de la diferencia en el placer del trabajo entre el cuidado hambreIuc el impulso principal para el trabajo. La tendencia a la mecanización, a partir del siglo XVII, ha sich de los gusanos de seda y el atender a la producción del rayón. Lo aporta ::.1 trabajador es tan importante como lo el normalizar los procedimientos de trabajo y hacer que pudiera- que el producto ser realizados por la máquina. En las centrales de energía con asis que el trabajador aporta al producto. Una sociedad bien adminisde montaje de automótencia automática, en las fábricas de textiles avanzadas, en las d~ trada debería modificar el procedimiento estampado, en varias instalaciones químicas, el obrero apenas tiene viles, con alguna pérdida dc velocidad y de baratura, con el fin de una' parte directa en el proceso de la producción: es, por así de proporcionar un proceso más interesante para el trabajador: de la de cirlo, un pastor de las máquinas, que atiende al bienestar del re misma forma se haría a expensas de equipar las instalaciones en seco con elibaño de máquinas que realizan el verdadero trabajo: todo lo más. fabricación de cemento mediante el procedimiento las alimenta, las engrasa, las repara cuando se averían, en tanto el minadores de polvo, o reemplazar el producro con un sustituto trabajo está tan lejos de él como la digestión que engorda al g'¡' menos nocivo. Cuandc no se puede disponer de ninguna de dichas a1tPtnativas, se reduciría ór-í~ticam(l1te la demanda a su más bajo nado cuidado por el pastor. Esta asisre=cia a la máquina a menudo exige viveza, movimien· nivel posible. tos no reiterados, e inteligencia general: al tratar de la neo técnica r'~ Ahora bien, en conjunto, incluyendo los procesos preparatorios señalé que en las industrias que han avanzado hasta este nivel el d,e la investigación científica y del proyecto mecánico, sin hablar de trabajador ha recuperado algo de la libertad y autonomía que fuero~ la.. organización política subyacente, la industria es en lo potencial frustradas en los procesos mecánicos más incompletos en los que e! un valioso instrumento de educación. Este punto, originalmente obrero, en lugar de ser un mecánico y un inspector general, es sim recalcado por Karl Marx, fue bien señalado por Helen Marot cuanplemente un sustituto de la mano y el ojo que la máquina aún no d9. dijo: «La industria ofrece oportunidades para la experiencia creaha desarrollado. Pero en otros procedimientos, como la línea inio" ,dora que es social en sus procesos así como en su destino. El fin terrumpida de ensamblado de la fábrica de motores, por eje::Jplo. 11l)ag!nario .de la producción no termina con la posesión de un arel tr:1b,,;aJor individual ;orma p:1i:te del proceso ..rism«, :' só!c ticulu, .10 ,c; ccn.i., el. e; ¡.;rvJucl~ u en la pericia de este 0 ,,::¡ue~
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hombre, sino en el desarrollo del comercio, de los procedirniom. tecnológicos, de la evolución del conocimiento y de In compremil' del mundo. La maquinaria moderna, la división del trabajo el v. tema bancario, los métodos de comunicación, hacen posible una :i' ciación real. Pero son reales y posibles sólo en la medida en Lli: los procedimientos están abiertos a la participación, al entendimu to y al juicio comunes de los que están entregados a la empr,industrial; son reales y posibles en la medida en que _. esrri: de la industria cambia ::2 1:. explotación ;;1 dc:sco común v asocie. para ci ear ; son reales y posibles en la medida en que el xar.i« individual la industria cede ante la evolución del esfuerzo <, cial». Una vez que el objetivo de la industria está apartado (1;: la iL lización de beneficios, del engiaucecimicruo !'urllcuiar, oc ia !JIU: explotacion, las u. .,.;::tonías y restricciones inevi tables ocupad n ..: lugar subordinado, debido a que el pr::::cedimiento en conjunto ' verá humanizado Esto significa que las compensaciones a los el. mentes represivos en la rutina industrial se realizarán mediante ajustes dentro de la industria, en lugar de perrnitirle acurnulacionc en un sitio, y que explote desastrosa y antisocial mente en otras r'l tes de la sociedad. Imaginar que tal sistema no lucrativo sea u: imposible es olvidar que durante miles de años la masa de la In manidad no conoció otro sistema. La nueva economía de necesi dades, sustituyendo a la economía de adquisición capitalista, colo cará a las corporaciones limitadas y a las comunidades de la vieja economía en una base socializada más amplia y más inteligernv pero en el fondo echará mano y canalizará impulsos análogos. A pc sar de sus altibajos y sus contradicciones internas, esta es quizá hasn la fecha la principal promesa mantenida por la Rusia Soviética. En la medida en que la industria debe aún emplear seres humanos como máquinas, deben reducirse las horas de trabajo. De bemos de terminal el número de horcc de ~utina vacía, por seerna. que está dentro de los límites de la tolerancia humana. más allá de la cual se produce un deterioro de la mente y del espíritu. El hecho preciso de que el trabajo puramente repetitivo, sin elecciones o variaciones, parezca convenir a los retrasados mentales basta para ad· vertirnos de sus peligros con relación a los seres humanos de grad? más elevado. Pero quedan ocupaciones y oficios realizados con rna quina así como oficios manuales, que son interesantes y absorbentes por sí mismos, siempre que no estén reglamentados demasiado es' trictamente en interés de la eficiencia superficial. En el acto de r~' cionalizar y norrnauzar los .nétodos .ie producción, la ingeiu-! ,J
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humana tendrá que sopesar los beneficios sociales de la producción incrementad" con la maquinaria automática, con una participaciór: y ,atisfacción disminuidas por parte de! trabajador, frente a un nivel !llenar de producción, con U:1a mayor oportunidad para el obrero. Es un tecnicismo superficial imponer el producto mis barato a cualquier precio. Si e! producto es socialmente valioso y si el trabajador mismo puede ser completamente eliminado la respuesta favorecerá, ¡ menudo, quizá, e: automatismo, jJC.;O a menos de que esto suceda . ~a p1..:!e~~ !0::-.2!S~ la 0t:>ri<:lnn ~ 1~ lig-ra. Pues ninguna ganancia producción jüstificará eliminar una especie humana de trabajo, a menos que se aporten al mismo tiempo otras compensaciones en el trebejo. El dinero, los bienes. el ocio v icfo, no pueden posiblemente resolver la pérdida de 'lila vida Je trabajo; aunque está cl-ro que e! dinero y los bienes según nuestros .~:::.:~~:::c :::'.-:::!-cs ,. abstractos de éxito son a menudo llamados para hacer precisamente esto. -Cuando ernpezam os a racionalizar orgánicarnente la industria, es' decir; con referencia a toda la situación social, así como con referencia al trabajador mismo en todas sus capacidades biológicas ~"':'no simplemente con referencia al producto bruto del trabajo y al ideal extraño de la eficiencia mecánicael trabajador y su educaciQn y su medio ambiente se hacen tan importantes como Ios j-,jpllne§j.que produce. Ya conocemos este principio en el aspecto negacuando prohibimos e! empleo de barnices de plomo baratos en.;la alfarería porque su empleo perjudica la salud del trabajador, pero también tiene una aplicación positiva. No solamente deberíam2s prchibir el trabajo que es perjudicial para la salud, deberíamos fomentar el trabajo que es bueno para la misma. Es en estos as'" pec,tos como la agricultura y nuestras regiones rurales pueden real'.~nte conseguir que regrese parte de la población que fue oriÍllí'hnente absorbida por la máquina en las v:'l"s tentaculaires. trabajo, desde zapar un jardín hasta hacer mapas de las es,,,di as , constir-rye uno de los placeres permanentes de la vida. Una ee9nomía de la máquina que permitiera a la humanidad el ocio esy trivial que H. G. WeIls describió una vez en The Time Maf/;{tJe (La Máquina del Tiempo) y al que muchos habitantes de I,~iudad están condenados bajo la sociedad. capitalist,a, en particu. I~~durante los perí.odos de ~aro, apen~l~ SI me~ecet1a el ~sf.uerzo ~~esario para lubriíicarla. Dicha esterilidad, dicho aburrimiento, , (<;Ha carencia debilitadora de la función no representan una ganan~J~de ~in~una especie. El ber-eficio principal ~ue~l 1:,SO racio~al ,~;ila maquma promete nu es ciertamente la t:1.n¡:naClvn ael trabajo.
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arrollo posible antes de los perfeccionamientos neotécnicos de la 10 que promete es algo bastante diferente, la eliminación del l' uina con la electricidad como fuente de energía. Pues la adquibajo servil o esclavitud: estos tipos de trabajo que deforman id6n de la experiencia necesaria para lograr una producción ehcuerpo, entumecen la mente y matan -:1 espíritu. La explot.n , nte sobre una base artesana era un proceso aburrido, y el ritmo de las máquinas es la alternativa a aquella explotación de los j,¡,. to de esa artesanía en las ocupaciones esenciales no concedía un bres degradados que se practicó durante la antigüedad y que : wgen suficiente de tiempo para una realización siguiendo otros combatida en tan gran escala, por primera vez, en la economí.1 amino. O más bien el margen
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grado de especialización, carecen de adaptabilidad para las 1111,' formas de producción: un cambio en la demanda, un carnhi. el modelo, conducen a una total tronsformación en chatarra d, equipo muy costoso. Siempre que la demanda de productos 'll naturaleza incierta, o variable, será una economía a la lar!:, utilizar máquinas no especializadas; esto disminuye el despc«: ¿" esfuerzos y el tener maquinaria inactiva. Lo que es ciert.' la máquina también lo es con referencia :11 trabajador: en 1: de un alto grado de aptitud especializada, una compentenri.i neral constituye una mejor preparación para abrirse paso a::., de rutinas superadas y hacer frente 1 situaciones críticas. Son las experiencias básicas, 180 operaciones manuales h,í.,:, los decubrimientos básicos, y las fórmulas básicas, lo que l!'
estas técnicas de la industria al orden social en general. El orden basta ahora establecido es tlemasiado local para ser socialmente efectivo en gran escala y, aparte la Rusi •. Soviética, el aparato social está o bien anticuado, como en los paíse; «democráticos», o renovado en formas arcaicas, como en los países fascistas aún más .rrasados. En resumen, nuestra organización política es o bien pa· levtécnica o pretécnica. De aquí el hi.uo entre las realizaciones mecánicas y los resultados sociales. T cnemos que elaborar ahora los detalles de un orden político y socicl nuevo, radicalmente distinto del «ctual en razón del conocimiento que está ya a nuestro alcance. Y en la medida en que este orden sea produc,o del peno '.mif'n:o científico y de la imaginación hurnanístca dejará lugar para los elementos irracionales, instintivos y tradicioru.le., en la -t sociedad que f,:~!,{'\n ("lpc:~t,pri~lr1r'1" !l~r~ '11 nropio riesgo nflal, por • ~~: =rrechas formes del rscional.srno que prevaleció durante el siglo pasado. ". La transformación del estatuto del obrero en la industria puede llegar solamente a través de un triple sistema de control: la 01"ganización política funcional de la industria desde dentro, 1<: organización de los consumidores COlLa grupos activos y c!e regulación autónoma, concediendo expresión racional a las áemandas colecti~as, y la organización de la industria corno un.dades dentro de la estructura política de Estados que cooperan. La organización interna supone la transformación de los sindicatos de organizaciones de negociación, que buscan privilegios especiales aparte de la industria o de la clase trabajadora en general, en organizaciones productoras, preocupadas por el establecimiento de un nivel de producción, un sistema humano de adminis tración y una disciplina colectiva que incluya a cada miembro, desde los trabajadores no especializados que pueden entrar como aprendices hasta Ice administradores e ingenieros En el siglo XIX la masa ~e trabajadores, acobardados, no educados, :10 preparados a la tdoperación no deseaban otra cosa que permitir a los capitalistas 'Epnservar las responsabilidades de la gt~lión financiera y la predi-e.ción: sus sindicatos buscaban en su mayor parte simplemente obtener para el trabajador una mayor parte del ingreso, y en cierta (orma condiciones más favorables de trabajo. El empresario, a su vez, consideraba la administración de su ,~dustria como un derecho de propiedad concedido por Dios: con"tratar y despedir, parar y empezar, construir y destruir eran derechos especiales que ni el trabajador ni el gobierno podían usurparle. ¡i:;1 á,-~arro;.iv cle 1:..S iejl,; rec. •.ineie~.~·J ~as ~(l:-:1S cle trsbajc y
transrnitirse
de ;c::.~~::i¿:-: c::-: ;:~-:c:~·<~~~é~. Mantener
la sur-erc-i
tura mientras dejamos que l'JS cimientos ".: ";c~llluru[jen e, t: en peligro no solamente la existencia t;e nuestra complicada t . lización, sino su desarrollo y refinamiento ulteriores. Pues los 1," bias y las adaptaciones críticas en la máquina, como en los Ni'; r.ismos, no proceden del fondo diferenciado y especializado, ,ii: del común antepasado relativamente indiferenciado. Fue el Pl<¡ 1'1 que sirvió a lo que necesitaba Watt para transmitir la encrr: en una tnáquina de vapor. Las máquinas automáticas pueden (1':: quistar un terreno cada vez mayor en la producción básica, pcr.' deben estar equilibradas por los trabajos manuales y las artesanírmecánicas para la educación, el recreo y el experimento. Sin :.' segundo, el automatismo se vería finalmente como una plaga e:' la sociedad, y su existencia pcsterior estaría en peligro.
10.
Control
político
El plan y el orden están latentes en todos los procedimiem« industriales modernos, en los diseños, en los cálculos preliminarc;. en los organigramas, en el horario, en las gráficas que reflejan la producción día por día, e incluso hora por hora como en la. central de energía. Este proceso, ordenado y gráfico, que ~" 0t1g1n~ en las técnicas diversas del ingeniero de caminos, del arquitectO, del ingeniero industrial, del agrónomo de montes y demás tipoS de técnicos es particularmente claro en las industrias neotécOiC35 (véase, por ejemplo, las elaboradas encuestas económicas y SOCI3' les de la Bell Telephone Company, en preparación para estab1ec~r o ampliar sus ~é1V;ci{)~).Lo que falta aún es la transferencia Je
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C:npíl' '
estableciendo un mínimo de condiciones sanitarias, el desarrollo d control público de importantes obras de interés general, el crecirni. to de los «cartels» y las organizaciones comerciales serni-mo.iop« ras bajo la supervisión del gobierno, han dado al traste con e . autonomía del fabricante. Pero estas medidas, aunque combatid por el obrero, h~:1 conseguido poco en orden a aumentar su P.... cipación dinámica en la gestión de la industria misma. Si bien "l¡ v illlí se han d~.Jo pasos h~r, UP1 integración más positiva (le mano de ()hr~ como en las fábricas L;~ !T!áqL~i!"?: d~l Baltimc: Obi» Railroad (ferrocarriles de Baltimc... j Ohic) y cicrt secciones de la Garment Indu;try (industria del vestido) en 1\11' rica, en la mayor parte de los casos ~'l trnbaindor no tiene rcsponl-ilidad fuera de su tarea detallada. T!::::::: ~;~:.:: ~~ ::·::::.;;.,,~v ... ,' salga de un ",[,ldo de dcpcndu« sin c.~I-'Íritu, 110 puede existir ganancia importante ni en la enciclICi ,-"iectiva ni en la dirección social; por su naturaleza, la autonomi e, algo que no puede ser entregado desde arriba. Para la crgani.. ción funcional de la industria debe existir disciplina colectiva, di ciencia colectiva y, por encima de todo, responsabilidad colectiva Junto CC1 esto debe ir un esfuerzo clclibetado para producir taleningenieril, cicntífico y administrativo sacándolo de las filas de 1(" mismos trabajadores, además de reclutar los servicios de miembroUl1S socializados ::le este grupo que se encuentran ya espiritualmente más allá de los señuelos y oportunidades del sistema financiero :11 cual están unidos sin el crecimiento dentro de la fábrica de unida d~s efectivas para el trabajo, la posición del obre-o, cualquiera qUe sea la naturaleza ostensible del sistema político, deberá seguir siend(' precaria y servil, pues el incremento de la mecanización vicia su poder de negociación, las filas crecientes de parados tienden automáticarnente a hacer que se reduzcan sus jornales, y ía desorganiza:-:ón periódica de la industria "nula cualesquiera pequerias ganancias que pudiera conseguir momentáneamente. Dicho claramente, este control, esa autonomía, no pueden Iograrse sin Unq lucha, lucha interna para la capacitación y el conocimiento, y lucha externa centra las armas y los instrumentos transmitidos desde el pas-do A largo plazo esta lucha supone un combate contra una burocracia administrativa sedentaria dentro de los mismos sindicatos; aún más importante, supone una batalla abierta con los guardianes del capitalismo. Afortunadamente, la bancarrota moral del sistema capitalista es una oportunidad así como un obstáculo: una institución en decadencia, aunque más peligrosa para vivir con ::IIa, que una .r-stituc.o» s..ua, Lo más ;áCl: cie eluni.r.u. La victoria sobre IdJ '-11
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,A medida que la industria adelanta en mecanización, debe desat}:ollarse un mayor peso de poder político t'lera de ella de 10 que .e!~ necesario en el pasado. Para contrapesar el control a distancia y ~lItendencia a seguir los surcos establecidos del esfuerzo industrial, dehe surgir una organización colectiva de consumidores con el fin de fi~calizar la especie y la cantidad y la distribución del producto. A~emás del aspecto negativo a que está sujeta toda industria, la lucha por la existencia entre productos competidores, debe existir un modo positivo de regulación que asegure la producción de tipos deseables de artlculos. Sin dicha vrganización, incluso nuestro régimen comercial semi-cornpetuivo es len.o en adapta.ve a i,t demanda,
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en el preciso momento en el que cambia de un mes a otro v de l' vez de perminr que se encamine dando un rodeo a través de 18 añc a otro los estilos superficiales de su producto, resiste 'a 11 1: adquisición por individuos, cuyo conocimient de la- necesidades de troducción de ideas nuevas, 10 mismo que la industria de mucb]. la comunidad es empírica y anticientihca y cuyo interés público americana durante mucho tiempo y testarudamente se opuso a "está viciado por preocupaciones particulares -si no abiertamente introducción de mobiliario que no correspondiera a UD cierto i por un espíritu antisocial-. Dicho cambio en la estructura Imanríodo. En una organización de la industria no competitiva y mi riera de nuestros principales instrumentos de producción constituye estable, los grupos de consumidores creados para formular e imr. un preludio necesario C' jq nurnanización de la máquina. ¡'0atuc"alner demandas serán aún más importantes en 10 que se refiere a L nente, esto significa una revolución: que haya de ser humana o producción racional: sin dichos grupos cualquier agencia cerur, sangrienta, inteligente o brutal, que haya de realiza-se suavemente dedicada a determinar líneas de producción y cupos deberá ser I~" o eO:1 una serie r1e choques violentos y -le sacudic'rs y de catástrofe. necesidad arbitraria e ineficiente. Mientras el establecimiento de edepende en gran medida de la calidad mental \ del estado moral calas científicas de realización y de calidad material -de mane que exista entre los actuales directores de la industria y sus ':Oll1. que los productos se vendan sobre la base de un valor y un servicio ponentes. A hn .•.......•1....:,-,,.., l,..."r ; •........ ,.....,,1("0(' •..... r>r¡":)C''lrinc: encarrunados : ;;I,1,n r~nlhi() reales, más hlpn r'!T1'-' tpnjpn0n en cuenta el mañoso embalaje >" ;. i ,apa;;~'c~~"y;~';j' astuta publicidad-e- es un corolario natural del atán del consumido: cara la racionalización de la industria. El fracaso en utilizar los L ta: durante sus ataques de j.arálisis, pide a gritos el estado que h'l boratorios existentes para determinar dichas nOf""'I5 -como el ¡\L· de llegar, la salve y la ponga nuevamente de pie. Una vez que se tional Bureau 01 Standards in the United States- para beneficio de ha espantado al lobo, el capitalismo se hace otra vez valiente, pero todo el cuerpo de ronsurnidores es 1>nO de los más insolentes fallo: durante el último siglo apenas si en a¡:iÚn punto ha sido capaz de del conocimiento bajo -I sistema capitalista. 1 vivir sin la ayuda de las subvenciones del Estado, sus privilegios, El tercer elemento necesario de control político reride en J,¡ sus tarifas, por no decir nada de la ayuda del Estado para someter posesión de la tierra, del caoital, del crédito y de las máquinas. En y dominar a los obreros cuando los dos grupos se encontraron en América, que ha alcanzado una etapa avanzada, a la vez de perlerguerra abierta. El laissez-jaire está de hecho preconizado y predicacionamiento mecánico y de- organización financiera, casi el cincuenta do por el capitalismo sólo durante aquellos raros momentos en que por ciento del capital invertido en la industria, y algo más del le va bien sin la ayuda del Estado, pero en su fase imperialista el cuarenta por ciento del ingreso de la nación, están concentrados en laissez-jaire es lo último que desea el capitalismo. Lo que quiere doscientas sociedades. Estas son tan inmensas v tienen su capital decir con este lema no es «¡no intervención en la industria! », sino distribuido en tantas acciones, que en ninguna de ellas ninguna « ¡no intervención en los benehciosl » Al concluir su monumental persona controla en propiedad más del cinco por cien te del capital encuesta Capitalismo, Sombart considera el año 1914 come un invertido. En otras palabras, la administracion y la propiedad, que punto crucial para dicho sistema. Los signos del cambio son la imtenían una afiliación natural en la empresa en pequeña escala, se pregnación de los modos de existencia capitalista con las ideas norencuentran ahora casi por completo separadas en las industrias mamativas: el desplazamiento de la lucha por el Leneficio como con¡jjción única de la orientación en las relaciones iudustriales, el yores. (Esta condición fue utilizada de manera astuta durante los dos últimos decenios por los banqueros y los administradores de la '~bcav~r la competencia privada mediante el principio de entendiindustria americana, por ejemplo, para apropiarse en beneficio promientos, y la organización constitucional de la empresa industrial. pio una parte del león del ingreso, gracias a un proceso de saqueo Estos procesos, que empezaron en realidad el capitalismo, sólo sistemático mediante la re capitalización y las primas.) Como los ,han de ser llevados a sus conclusiones lógicas para conducimos más actuales accionistas de la industria han sida ya desposeídos por las ~lIá del orden capitalista. La racionalización, la estandarización y, maquinaciones del capitalismo, no constituiría un choque serio si se sobre todo, la producción y el consumo racionados en la escala para ~roducir una norma vital del nivel consuntivo de toda la cornunicolocara el sistema sobre una base racional, situando las funciones bancarias directamente bajo la administración del Estado, y reco :~ad, estas cosas son imposibles en una escala suficiente sin un con'tal f>(,!íl ;-::0 soriaiizado de todo .:! _ proCéSr,. :;iendc (~;l"ct,Ilj)~nk (;1 ;:apit[,: las ganancias de la industria en
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Si dicho control no puede ser instituido con la cooperación \ simples y dura-ite lapsos muy pequeños de tiempo-, El necho es ayuda inteligente de los existentes administradores de la indll";:: quelas predicciones sociales que se basan en la experiencia pasada debe lograrse derribándolos y desplazándolos. La aplicación de n . son siempre retrospectivas: no alcanzan al Futuro verdadero, Que vas normas de consumo, como e'1 la vivienda de los trabajad,,!, nles predicciones tengan una terma de justificarse a sí mismas de durante los últimos treinta años consiguió el 2pOyO pasivo, a v« unro en tanto se debe a otro hecho: a saber, aquel que d profesor subsidios procedentes de los impuestos, de los gobiernos de Eurl\: John Dewey llama juicios de la práctica, en los que la hipótesis misdesde el Londres conservador a¡ comunista Moscú. Pero dilh~, , ma se convierte en une dt las elementos determinantes de 1<1 elamunidades, aur:que han retado y cambiado la empresa cap.talistn " boración de los acontecimientos, en el sentido de que es deformada simples señales de los nuevos vientos que scpian. Ante; de que' y falseada para que los acontecimientos l.ablen en Lvor suyo, L" damos volver a planear y ordenar todo nuestro n1<"dioen una es,.. doctrina del progreso mecánico ;UllLtL:"bleme,,~~.lcsempeñó dicho comensurable con nuestras necesidades humanas, la base moral. r ptpel en el siglo XIX. lírica y legal de nuestro sistema productivo tendrá que ser re'.'I":!. . ¿Qué razón existe paLl creer que la máquina seguirá mulriplicuidadosamente. De no tener lugar dicha revisión, el capiralisn cindose indefinidamente ;'i ritmo que caracterizó el pasado, )' que .será eliminado por una oodredurnhre i'ltf'rn~' tf'llrh-ín 1",,",. ' ocupará inclu;o más tf'rt'itorio del que ha conquistado? Mientras la chas letales ent.e Estados' que traten de salvarse mediante '¡J n' , ;npr, ;" rlp Ir, ~ocied~c-1es nrandc, los hechos rerercru cs c. ;" Jll<1L~.;<, quisca imperial, csí como tendrán lugar entre clases dentro < se prestan a una interpretac.ou diferente. La tasa de crecimiento en Estado, maniobrando para alcanzar un poder que tome la forma (i, todas las ramas más antiguas de la producción de .náquinas de hecho la fuerza bruta precisamen.e en la medida en que se debilite :. ha ido disminuyendo conti mamen te. Bassett jones incluso pretende garra de 1:\ sociedad sobre el mecanismo productivo. que esto es generalmente cierto acerca de toda la industria desde 1910, En aquellos sectores de la industria mecánica que estaban bien establecidos en 1870, como e! ferrocarril y las fábricas textiles. 11. La disminución ue la máquina esta' disminución del ritmo se aplica igualmente a las invenciones jmportantes. ¿Las condiciones que forzaron y aceleraron el crecíLa mayor parte de las fantasías corrientes sobre el futuro qUt miento inicial -es .lecir, la expansión territorial de la civilizacién han sido sugeridas por el triunfo de la máquina se basan en la ide. de Occidente y el tremenclo incremento clemográfico- no han estado de que nuestro medio ambiente mecánico se hará más penetrante disminuyendo desde aquel pun ro? y opresivo. Dentro de la generación pasada, pareció justificada es!.! Ciertas máquinas, además, han alcanzada ya el Iími te de su descreencia. H. G, Wells, en sus primeras historias de The War 01./-, Sttollo, cierta: zonas de la investigación científica han sido ya comW orlds (La guerra de los mundos) y Wben the SleeperW akei pletadas. La prensa de imprimir, por ejemplo, alcanzó un alto grado (Cuando d•..spierte el durmiente), predijo horrores grandes y peque de perfección dentro de! siglo posterior a m invento; toda una ños, desde gigantescos combates aéreos hasta los ruidosos avisos de :mcesión de .nventos ulteriores, desde la prensa rotativa a las másalvación por parte de las proseiitistas iglesias protestantes -horro8uinas de linotipia y rnonotipo. mientras han incrementado el ritmo res que se realizaron casi antes de que las palabras si,;ieran de de, la producción no han mejorado el producto original: la página su boca. ás hermosa que puede producirse hoy no es más hermosa que el La creencia en el dominio mayor del mecanismo se ha reforzado ,trabajo de los impresores del siglo XVI. La h~rhina hidráulica e<; por un error vulgar en la interpretación estadística: la creencia de 'ahora un noventa por ciento eficiente; no podemos, de ninguna maque las curvas generadas por un complejo pasado histórico conti- Jleta, añadir más de un diez por ciento a su eficiencia. La transminuarán sin modificación en el futuro. Las personas que mantienen si6n telefónica es prácticamente perfecta, incluso a largas distanestos puntos de vista dan por supuesto no sólo que la sociedad e' ,clas; 10 mejor que los ingenieros puedan hacer ahora es multiplicar inmune a los cambios cualitativos, sino también que presenta un« ~3!tcapacidacl de los cables y ampliar las intercomunicaciones. La dirección uniforme, un .inovirniento uniforme e incluso una acelera- it131abra y la visión a distancia no pueden transmitírse más rápida::iÓ;-J ,::~ifG!';n" - -'<10 ~lP.C!lú que s6lr 'J~l(' para ur"lCSOS soci~le, ~ente de lo que transmiten 11'W por la electr!-::idad; las ganancias
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que podamos realizar 10 son en cuanto 3 baratura y ubicuidad. lresumen: existen límites al progreso mecánico dentro de la n:\11 raleza del mundo físico mismo. Sólo ignorando estas condicio.¡ limitativas es como puede considerarse una creencia en la expun-¡ automática, inevitable e ili:nitada de la máquina. y aparte de dejar de tener interés poi la máquina, un incrcnn to general en el conocimiento comprobado en sectores distinto, .: las ciencias físicas amer-aza ya una gran ¿sminución las "rác.i c ., y de los instrurnenrr« mpdnicos 1\T(' es una retirada mística ti •. • prencupaciones prácticas acer:::a del mundo 10 que desafía a la 11 quina, tanto como un conocimiento más comprensivo de los 1m menos a 1(1< r;'Je nuestros dispositivos mecánicos sólo fuero r. puestas parciales e inefectivas. Lo mismo que, ¿entro de la ingclI' I La, ha Lucido una crcc.c..c, ~I...U~\....l1\..~u :Jin.... ¡a lc~llaJJjiento ~ .;;;:::;:::;:.:;.:;.:; tr.. .:~< de una mejor interrelación de las partes, así en ,: medio ambiente en general el dornir-io de la máquina ha empezad a reducirse. Cuando pensamos y actuamos en términos de un C01' junto orgánico más bien que en términos de abstracciones, cunnd. estamos preocupados por la vida en todas sus manifestaciones, rn.ibien que con fragmentos de ést.; que requieren dominación físil., y que se proyecta a sí misma en sistc.mas puramente mecánicos, Y.' no necesitaremos de la máquina sola lo que Jeberíamos pedir .1 través de un ajuste rnultilaterai de otro aspc.cto cualquiera de 1.1 vida. Un conocimiento más exacto de la fisiología reduce el número de drogas y medicamentos en los cuales el médico pone su con (¡:1I1' za; disminuye también el número y el alcance de la~ operacionr quirúrgicas - ¡esos exquisitos triunfos de la técnica de la máquinas! - de tal manera que aunque los refinamientos en la técnica han incrementado el i.úrnero de operaciones potenciales a las qL~ se pueda acudir, los médicos competentes se ven tentados a agotar los recursos de la naturaleza antes de utilizar un atajo mecánico. En .general, los métodos clásicos lie Hipócrates han empezado a desplazar con una nueva certidumbre de convicción, a la vez las absurdas pócimas recetadas en El enfermo imaginario, de Molier:. y la bárbara intervención Je Mr. Surgeon Cuticle. De manera an,a· Ioga, una noción más clara del cuerpo humano ha relegado al montan de chatarra la mayor parte de aparatos de levantamiento de pesos de la gimnasia de la última época victoriana. La costumbre de anda; sin sombrero, sin enagüas y sin corsé, en el siglo pasado destro~o industrias enteras; un destino similar, gracias a una actitud mas decente hacia el cuerpo humano desnudo, amenaza la industria ¿e 103 lr¡¡j,::, de bai... Fi"d:P.1.~nte, con una gran parte de ias vUr,I'.
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(limolos ferrocarriles, las líneas de transmisión de energía, los rnuey 105 servicios de los puertos, los automóviles, las carreteras de r.ormigón que estuvimos construyendo con tanto afán durante los ntimos cien años, nos encontramos ahora con que todo lo ,:!ue se .ecesita es la reparación y la sustitución. A medida que nuestra prodl'cción se racionaliza más, y que los cambios y nuevas agrupaciones de la población en una relación mejor con la industria y el sparcimiento S~ están construvcndo nuevas comunidades diseñadas t!!~ ~::c~b humana. F
'"lIIáqttinasresultará tan señalado como el actual paro tecnológico de los hombres. Lo mismo que los ingeniosos y complicados rnecanisnos para dar muerte utilizados por los ejércitos y las marinas constituyen signos de anarquía inrernacional y dolorasas psiccsis coleetivas, muchas de nuestras máquinas actuales son también reflejos de ~ pobreza, la ignorancia y el desorden. La máquina, lejos de s-r un ngno de nuestra actual civilización de poder y orden humanos, es (rJn frecuencia una indicación de ineptitud y parálisis social. Cualquel mejoramiento apreciable en la educación y la cultura reducirá d volumen de maquinaria dedicado a multiplicar los falsos sus titutClS mecánicos del conocimien to y la experiencia ahora proporcionados a través de las cadenas de películas, los periódicos, la radio y',el libro. Así también cualquier mejoramiento apreciable en el agarato físico de la vida, gracias a una nutrición mejor, una vivienda IIrás higiénica, formas más agradables de recreo, mayores oportuni-da'des para el goce natural de la vida, disminuirán la parte desempefurda por (,1 aparato mecánico en el salvamento de cuerpos naufragados y de cerebros enfermos. Cualquier ganancia apreciable en la at¿:nonía y el equilibrio personales repercutirán en una demanda decreciente de bienes y servicios de compensación. La dependencia (l¡Isiva de la máquina que ha caracterizado tan grandes sectores del ~undo occidental en el pasado fue en realidad una aplicación de la vida. Una vez que cultivemos las artes de la vida directamente, M,proporción ocupada por la rutina mecánica y sus instrumentos di s4i1huiní nuevamente. ~Juestla civilización mecánica, contraricmeme :1 1,; supuesto iJ01 umford,
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aquellos que adoran su poder externo para ocultar mejor su 111<': vida adquisitiva favorecerá el conservadurismo técnico en un alto sentimiento de impotencia, no constituye un absoluto. Todo, nivelmás bien C;'Jeun experimentalismo ostentoso en un niv-! bajo. mecanismos dependen de los objetivos y deseos humanos: nll:,' Pero este cambio se verá acompañado también por un cambio de ellos florecen en proporción directa de nuestro fracaso el! (. C'Jalitativo en interés: en general un cambio del interés mecánico seguir una cooperación social racional y personalidades if'tegr;11: hacialos intereses vitales, psíquicos y sociales. Este cambio potenPor eso no tenemos que renunciar por completo a la máquir. dal en interés se ignora en general en las predicciones acerca del rp3resar ~ la artesanía en orden a abolir una buena parte 1:' l hmiro de la máquina. Pero una vez que se ha comprendido su immaquinaria inútil y d~ la rutina abrumadora: hemos de utilizar ,. portancia, modifica claramente toda predicción cuantitativa que se plemente la imaginación, la inteligencia y la disciplina social ' base en la suposición de que los intereses que durante tres siglos nuestro uaro co.i la máquina misma. Los dos últimos siglos han actuado principalmente dentro ¿~ una estructura mecánica, cono menos de desorganización social, por un exceso de fe en 1:1.. tinuarán vigentes siempre dentro de esta estructura. Por el contraquina nos vimos tentados a realizarlo todo con ella. Éramos o: rio,bajo la superficie en la labor de los poetas, j.intores, biólogos, en un niño a quien se deja solo CO'1 una brocha que aplica indifcror un Goethe, un \'ijhi~man, un van Mueller, un Darwin, un Bernard, mente a la madera sin pintar, a los muebles harni7.~r1n<. ~1 n'1'" ba habido un cambio continuo en la atención decde lo mFrp;, j,() R Ir a sus juguetes y a su propia cara. Cuando, con más conocirnicnt- I . ~ vital y lo social; cada vez más, la aventura y el esfuerzo estimulante juicio descubrimos que algunos de aquellos C1S0S eran inaproj.i.«! residirán aquí, más bien que en el aspecto ya exhausto en parte de que otros redundaban, que otros eran sustitutos ineíicientes el. 1" la máquina. ajuste más vital, lirnitaremos la máquina a aquellas zonas en la q: Dicho cambio modificará la incidencia de la máquina y alterará sirve directamente como instrumento para un objetivo humano. i profundamente su posición relativa ell todo el complejo del pensaúltimo, evider-temente, abarca una amplia zona, pero es probal-l. miento y la actividad humanos. Shaw, en su Back to lvIethuselah mente menor que la que ahora está ocupada por la máquina. Vil (Vuelta a Matusalén), situó dicho cambio en U'1 futuro lejano, y de las cosas para que sirvió este período de experimento mecinir mnque la profecía de esta naturaleza sea arriesgada, me parece que sin discrirninación fue para revelar puntos insospechados de dcbi probable que ya esté insidiosarnente en acción. Que dicho movilidad en la sociedad misma. COtIlO un criado a la antigua moda, Ll miento no pudiera tener lugar, cier.tamente ni en la ciencia ni en arrogancia de la máquina aumentó en proporción a la debilid~c1 r sus aplicaciones técnicas, sin una larga preparación en el reino ininsensatez de su amo. Con un cambio en los ideales de la corqui-n orgánico está ahora perfectamente claro: era la relativa sencillez de material, la riqueza y el poder a la vida, la cultura y la exp¡esión la máquina, como el criado con un amo nuevo y más confiado, \'01· las abstracciones mecánicas originales lo que nos 'permitió desarro,la técnica y la confianza para aproximamos a fenómenos más verá a ocupar su propio lugar: el de nuestro servidor, no el de nuc>' ~tnplicados. Pero mientras este movimiento hacia lo orgánico tiene tro tirano. contraída una gran deuda con la máquina, no dejará a su pariente Cuantitativamente, pues, en el futuro estaremos probablemcnte '!6 menos preocupados con la producción de lo que nos vimos forzados •• ~J.l,posesión indiscutida del terreno. En el acto mismo de ampliar a estarlo durante el período de la rápida expansión que se encuentr:1 ~!dominio sobre el pensamiento y la práctica humanos, la máquina detrás de nosotros. I\sí, también utilizaremos probablemente menos ~J_ha demostrado en un alto grado autoeliminadora: su perfección instrumentos mecánicos de 10 que hacemos en la actualidad, aunque ~plica en cierto grado su desaparición -lo mismo que un sistema dispongamos de un número mayor por seleccionar, y tengamos aro I~tnunal de abastecimiento de agua una vez construido supone metefactos mejor diseñados, más finamente calibrados, más económl' .~I?s cuidado diario y menos gasto en sustituciones anuales que lo cos y más de fiar de los que poseemos en este mmento. Las máqul' .qiienecesitarían cien mil pozos de bomba domésticos. Este hecho es nas del futuro, si continúa nuestra técnica presente, superarán a las 'afortunado para la gente. Suprimirá la necesidad, que Samuel Butler actuales en cuanto al uso como el Pattenon superó a la cabaña de ~escribió satíricamente en Eretobon, de estirpar a la fuerza los madera r.eolítica; la transformaci6n será a la vez hacia la duración ~grosos trogloditas de la edad mecánica anterior. Las viejas rnáy el refinamiento de las formas. La disociacióa dp l~ rr0c1t.;cc:b 0( ;G¡',inasen pai te morían, como i.nn ieron los grandes saurios, para ser
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Orientación
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sustituidas por organismos más pegueños, más rápidos, con m.i. cerebro y más adaptables, adecuados no a la mina, al campo ,:c; 1,.;' , lla y a la fábrica, sino al positivo medio ambiente de la vida.
12. Hacia un equilibrio
dinámico
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Nuestro sistema de la máquina está empezando a alcanzar un estado deequilibrio interno, El eguilibrio dinámico, no el progreso indefinido, es el signo de la edad gue se abre: nivelación, no rápido j"1nCeunilateral; conservación, no saqueo inconsiderado. El paralelismo entre los tiempos neolíticos y neotécnicos conviene incluso ¡quí,pues los principales a~"la;:¡tos que se consolidaron en los tiemposneolíticos permanecieron estables, con variaciones menores dentro del patrón, durante ULJS 2.500 a -:..:-()O afios. Una vez que he-
La principal justificación c.ie los cambios gigantescos que ~1I'., a::~ :'.!:~:-:;~~do ge:-::~':-:!:~er:tc una nueva meseta técn 1e=-. pG,,-~~j110~ ron lugar durante el siglo XIX fue el hecho del cambio. Sin impo: i .. lo que ocurriera a las -;;Jas humanas y a las i claciones sociales, '. • perruailecer a c,e nivel con altibajos muy pequeños, :Ulante millares de años. ¿Cuáles son las consecuencias de este equilibrio que estagente consideró cada nuevo invento como un paso feliz haci ventas ulteriores, y la sociedad continuó ciegamente como un [i ... aos alcanzando? ter-oruga marcando su nueva ruta en el acto preciso de canu'.: Primero: el equilibrio en :1 medie ambiente. Esto significa la antigua. Se .süpuu;t.i yu"- 1d Hl~l.IU¡lld auulal-a los límites del i 'ahte todo ;a rcsu.uuu iun ljL; "L/'.ljjjuriu entre el hombre j' la nnturavimiento y del crecimienrc: las máquinas teman que iiegar ,1 '::. La conservación y rehabilitación de los suelos, la repoblación más grandes; tenían que llegar a ser más poderosas; las velocidad. • allídonde es factible. posible, de la cubierta forestal para proporhabían de ser mayores; la producción en masa tenía que muhipl cionar abrigo a la vida silvestre y mantener el trasfondo primitivo carse inmensamente más; la población misma tenía que seguir crr del hombre como fuente de recreo, cuya importancia crece en prot(Orcióncon el refinamiento de su herencia cultural. El aprovechaciendo indefinidamente hasta que al final superara el abastecimie..> de los alirnenros o agotara el nitrógeno del suelo. Tal era el 111;[' 1I miento de tres cosechas en donde sea nosible en sustitución de las anuales, y el empleo cie 18 energía ci~ética -sol, agua corriente, del siglo XIX, Hoy, la noción de progrese en una línea recta sin meta o límite viento-- en vez de los recursos principales limitados. La conservaciónde los .ninerales y los metales: el uso :nás amplio de la chataparece quizá la más mezquina nocién de un siglo muy mezqnir» tos limites en el pensamiento y en la acción, normas de crecimien« rra. La conservación del medio ambiente mismo como fuente, y la adaptación de las necesidades humanas a la estructura formada por y desarrollo, están ahora tan presentes en nuestra conciencia corno ausentes estaban par" los contemporáneos de Herbcrt Spencer. [11 ¡la región en conjunto: de aquí la restauración progresiva de aquenuestra técnica, han de realizarse naturalmente innumerables mejo . ~as regiones no equilibradas como las zonas metropolitanas de suramientos, y aún habrán de abrirse sin duda muchísimos nuevo, perurbanización de Londres y Nueva York. ¿Es necesario señalar terrenos, pero incluso en el reino del logro puramente mecánico que todo esto maro la llegada del fin de la economía del minero? estamos ya a la vista de los límites naturales, 110 impuestos por 1:1 No aprovechar la mina y marcharse, sino quedarse y cultivar son las contraseñas del orden nuevo. También, ¿es necesario insistir timidez humana o por la falta de recursos o por la técnica inma' dura, sino por la naturaleza misma de los elementos con los que que er- lo que se ~:5ere a nuestro empleo .lc los metales, el uso trabajamos. El período de exploración y de adelanto esporádico Y cohservador del suministro existente disminuirá h importancia -ie no sistemático, que pareció al siglo XVI incorporar las características lt"mina en relación con otras partes del ambiente natural? esenciales de la nueva economía, está llegando rápidamente a su Segundo: el equilibrio en la industria y la agricultura. Este ha fin, Nos encontramos ahora con el período de consolidación y de ~ido lugar rápidamente durante las últimas dos generaciones en asimilación sistemática. La civilización occidental, en conjunto, en ,~tmigración de la técnica moderna de Inglaterra a América y al otras palabras, está en la situación en que los nuevos países pioneroS testo de Europa, y de estos países a su vez a Afríca y a Asia. Nincomo los Estados Unidos se encontraron, una vez que todas sus gún centro es ya el hogar de la industria moderna o su único punto tierras libres habían sido ocupadas y que se habían instalado sus facal: el trabajo más preciso en la fotografía rápida de películas se principales líneas de transporte y de comunicación: debe ahora ha, realizado en el Tapón y el instrumento más asombroso de J.¡fOempezar a asencarse y e aprovechar lo mas posible lo que tJenc. ucción en gran escala de zapatos baratoc es la fábl:ca de lk,til, en v •
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Capítulo'
:listribución más o menos uniforme de la i~. todas las partes del planeta tiende a produci: quilibrada en cada región: finalmente un cSt2C: cierra misma, Queda por realizar un adelan.ente en la agricultura. Con la descentralizacióJ nuevos centros, estimulada por el transponpor lq gigantesca energía, así como con la 8;-< ientíficos .,; Cl' :tivo de los suelos y a los n:~ ra, como se practican tan ¡,¿üj¡¡able¡;¡en~e l'". 13, existe una tendencia a igualar la vente: rícolas. Mediante el regionalismo económico ¡. para el mercado y de "3ricultura mixta -\. 'aIJsfo'tmaci6n científica de nuestra dieta, rovecnamiento especializado del suelo par.i tenderá a disminuir excepto en donde, cor: na región produzca especialidades que no e mente. haya elaborado el equilibrio regional entre ltura, en detalle, la producción en ambos secte una 1-.a~e más estable. Esta estabilidad es e: normalización del consumo del cual ya he tra«lo el motivo de lucro surgió y fue estimulado y la especulación, cualquiera que fuera la este 10 especializado en el pasado, ésta residía er 'mover el cambio y aprovecharse del mismo. S,: S'] tendencia progresiva para revolucionar lo.' 1, fomentar nuevos cambios en la población, v :1 desorden especulativo. El equilibrio del ea[labras, era el equilibrio del caos. Al contrario n hacia una normalización del consumo, hacia ficada y racionada, hacia una conservación dé a distribución proyectada de la población están , en rozón de sus técnicas esen+ales con los )or consiguiente, hay un inherente conflicto enlos métodos capitalistas dominantes de expJo. e nos aproximamos a un equilibrio industrial a raison d'étre del capitalismo se desvanecerá o en la población. Existen partes del mundo hay una nivelación práctica entre el númerO nuertes; la mayor parte de estos países, Fran , Esta-los Unidos, los Países Escandinavos, se ido relativamente al.o de desarrollo técnico v t .
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cuJt1lral. La ciega presión animal de lJS nac.zi.e-; .r s. . esccnsable de tantas de las peores características del des.:.::.:::':: .:;:~ 7T~:o XIX, es ahora característica de los principales países <1::: "'':,~5.("~~se encuentran en un estado político o técnico de :"'1:;::::~:':.'2. ~: el equilibrio tiene lugar aquí durante el próximo s¡::~: ::-c·'::c::os considerar en lo futuro un reasentarniento racior ,' é" :::':c el :--:aneta en regiones más ravorables para la habitación ::'_:':=.'::'':': L:~J era de recoloruzación deliberada sustituirá aquellas cc:'.::, ~::':: .::: ~'~idosas y ¡ .~:;_::s " '1 dee.:' . - 1 que empezaron con l as exp loraci oraciones ;:::;':l:,:c,es y l os portugueses en el siglo XVI y que habriar: CO=::~~:',,':0 0::1 ningún cambio esencial hcsta las más recientes incu:sio==' .:-= :05 .:aponescs. Dieho reasentarniento interno está ya teniendo :~:;.:: ;::, ru.ichos países; el movimiento de las industrias en bgL:;::~_: meridional, el desarrollo de los Ai?es Íl
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única. de nivelación y equilibrio -regional, industriar, -obrará un cambie ulterior en el terreno mismo de la máquina: un cambio de ritmo. El hecho temporal de la creriente aceleración, que pareció tan notable a Henry Adams cuando estudió el progreso desde la unidad del siglo XII :1 la multiplicidad del siglo xx, el hecho que más tarde fue acompañado por una creeneia en el cambio y la velocidad por sí mismos, ya no ca.acterizara a nuestra sociedad. No es la velocidad absoluta asumida por alguna p-arte del sistema de la máquina la que indica eficic oria: lo que es Ítnportante es la velocidad relativa de las diferentes partes con vista a'los fines que iran de cumplirse: a saber, el mantenimiento y el desarrollo de la vida humana. La eficiencia, incluso en el nivel técIÜco solamente, significa un engranaje conjunto de las varias partes el fin de que puedan proporcionar las cantidades correctas y previsibles de energía, bienes, servicios, obras. Para alcanzar esta eficiencia, puede ser necesario el disminuir el ritmo más bien que aullJ.~ntar1o, en este o aquel sector; y a medida que mayores porciones dt!~:nuestros días pueden dedicarse al ocio y menores porciones al trabajo, a medida que nuestro pensamiento se hace sintético y relaciÓbado, en vez de abstracto y pragmático, a medida que nos dediCCOJos al cultivo de la oersonalidad entera en vez de centramos SOlamellle en los elementos de poder, d realizarse todas estas cosas Este
estado
agrícola, comunal
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son reales, aúr: están lejos de ser supremos: así pues, cuando he dicho «será» he querido decir «debemos». Al discutir las técnicas modernas, hemos avanzado U1'l lejos como parece posible considerando la civilización mecánica como un sistema aislado: el próximo pase para orienr-r nrcvamentc nuestra técnica consiste en ponerla más cornpletamer..c 'C:' armonía con los nuevos patrones culturales, regicnr.'es, societa.ios v pcr=o.iale: que hemos empezado a desarrollar coordinarlarnen re. ~ cría '111 gran error el buscar enteramente dentro del terreno de 1.1 técnica una respuesta a todos los problemas que L: misma 1.:1 suscitado, Pues el instrumento sólo en parte determina C": cnractc- de la sin.onía o la reacción del auditorio: el compositor, los músicos y el auditorio también han de ser tenidos en cuenta. ~Q:..:: ~~1''2!:~':~df~ la música que sr h~ pr()dll(';(~n h;·
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