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Las Economías Latinoamericanas, 1939-1950. – Rosemary Thorp
La década de 1930 representó para los países de América Latina un período de crecimiento, crecimiento, luego de lo que fue la crisis mundial con sus orígenes en EEUU en el año 1929. A partir de 1918 se comenzó a ver el cambio de predominio comercial a nivel mundial, en donde EEUU comenzó a ganar más terreno luego de la Primera Guerra Mundial, resquebrajando el viejo padrón oro del sistema centrado en Inglaterra. A partir de los años 30 se comenzaron a adoptar políticas proteccionistas proteccionistas de los gobiernos europeos, como respuesta a la crisis, llevando a un paulatino crecimiento del mercado mundial. Los países de América Latina se vieron perjudicados en su comercio meramente exportador de materias primas, al ver que sus mercados de exportación se veían amenazados, ya en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Esto llevó como consecuencia a la acumulación de grandes cantidades de excedentes de estos productos, como, trigo, choclo, café, azúcar, cacao, banana, etc. Algunos países como Argentina y Brasil perdieron gran parte de sus mercados. Como consecuencia de esto comenzaron a aparecer otros mercados para los países latinoamericanos, como la fuerte presencia de Japón en un comienzo, aunque de todas maneras no contaba con la capacidad de fornecer los bienes que América Latina necesitaba. El país que surgió con gran trascendencia en el mercado mundial, y con vistas a América Latina fue EEUU, algo que influyó en la repercusión manejada luego del ataque japonés a la base militar norteamericana Pearl Harbor, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Algunos países como México y Brasil fueron de los primeros en realizar declaraciones formales de guerra, debido a este conflicto. Por otra parte los países del cono sur se mostraban más o menos dispuestos a afiliarse a EEUU. De las mayores economías, Argentina fue de los únicos que resistió la expansión norteamericana norteamericana bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. Saco provecho de las necesidades de británicas de carne, por lo que fue blanco de una política de restricción referente al comercio por parte de EEUU, la cual solo acabaría en Marzo de 1945, cuando los argentinos declaran la guerra a Japón y Alemania. La importancia de la Segunda Guerra Mundial represento un golpe en el modelo latinoamericano basado en las exportaciones, trayendo como consecuencia la fuerte intervención económica de EEUU en América Latina y la expansión del papel de los gobiernos nacionales. El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo como potencia consolidada a EEUU, el cual se había transformado visiblemente en el centro de la economía mundial. Con una capacidad de producción en un aumento del 50%, producía más de la mitad de la totalidad mundial de los productos manufacturados y contaba con la mitad de la flota mundial de navíos. El rol de los EEUU debía ser el de acabar las practicas intervencionistas que habían surgido en la guerra, y establecer un cierto control sobre la inflación, algo inevitable en los años de conflicto. Se llevó a cabo la institucionalización de distintas instancia de control de los EEUU hacia el mundo como
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puede ser el Pacto de Bretton Woods, en donde se cambió el patrón oro, por el dólar como moneda internacional, lo cual derivó en la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, los cuales tenían como objetivo la liberación de las cuentas de comercio y de capital. Para Europa fue lanzado en 1947 el Plan Marshall, como ayuda para la reconstrucción del occidente del continente, con el objetivo de realzar su hegemonía ideológica en el marco de la Guerra Fría. La nueva dominación de EEUU sobre América Latina después de la guerra se reflejaba tanto el flujo económico, como en las inversiones, decreciendo el comercio intra-regional. EEUU no solo exigía del sur un compromiso más abarcativo de reducir las tarifas y acoger el capital extranjero, sino también la condenación del nacionalismo económico y proponer un desestimulo de la empresa estatal. Los años comprendidos entre 1945 y 1948 se caracterizaron según la autora, por la firme esperanza de los latinoamericanos de que en futuro próximo llegaría una ayuda substancial de EEUU, como lo fuese el Plan Marshall para los europeos, algo que no terminó sucediendo. En 1949 la teoría de la CEPAL representó un importante desafío al pensamiento ortodoxo de la época. Con uno de sus principales fundadores, el argentino Raúl Prebisch, se analizó la situación de dependencia de los países de América Latina frente en una situación periférica frente a las potencias centrales. La asimetría en la elasticidad-renta de la demanda
de los productos del centro y periferia, llevo a un
deterioro de los términos de intercambio, y a la inclinación hacia un proceso de industrialización de los países periféricos, explicado a grandes rasgos. Este modelo fue conocido como Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), para el cual era necesario el desarrollo de dos factores políticos, aparte de la teorización cepalina según la autora. El primero fue un necesario y mayor desarrollo de las delicadas relaciones entre el Estado, el capital nacional y el extranjero. Mientras que el segundo surge como una consecuencia del primero, como la necesidad de definir la posición de la fuerza de trabajo, para generar una confianza adecuada de los capitales externos privados. Siendo Brasil uno de los que alcanzo mayor desarrollo y su burguesía industrial donde la CEPAL encontró más eco. Una de las cuestiones que no fue acogida tal claramente fue la del papel empresarial directo del Estado, levantando oposiciones en Brasil, México y Chile donde el papel interventor del Estado era importante. La aceptación de protección y el boom de los controles luego de la guerra provocaron un crecimiento de relaciones clientelísticas entre el Estado y los empresarios de todas las economías industrializadas de América Latina, enmarcado en un contexto de supuesta alianza entre Estado, multinacionales y burguesía nacional. Realizando un análisis más específico por país, se observa que Chile se encontraba bastante avanzado, por la dominación del cobre, Brasil incorporaba una ley de divisas en 1953, Argentina en 1955 el capital extranjero precipitó la caída de Perón, México en 1944 ejerció una tentativa de limitación de la participación extranjera en las empresas nacionales y Colombia y el café como el principal producto
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de exportación en manos de propietarios locales. El papel del estado fue ampliado y se dio inicio a un comercio intra-regional, aunque confirmándose la inseguridad de un modelo fuertemente dependiente del comercio exterior, teniendo su mayor causa en la sobrevalorización de la tasa de cambio, algo que aumento la dependencia del control de las importaciones y no disminuirla. La industrialización no se mantuvo con el ritmo presentado durante la guerra, y la participación de la industria en el PIB cayó en Argentina, Venezuela, Ecuador y Guatemala, subiendo un poco en los otros países. La inflación fue otro aspecto que subió más que durante la guerra. La situación de EEUU y Argentina fue empeorando luego de la guerra con la consolidación del peronismo que promovía su base política interna en el movimiento de los trabajadores urbanos y una energía política de promoción del sector industrial para el mercado interno. El bloqueo norteamericano llegó a hasta los países europeos a los cuales se les prohibió adquirir productos derivados de Argentina con los dólares del Plan Marshall, lo que llevo a un pobre desempeño tanto de la industria como de casi toda su economía. Brasil por su parte no represento realmente un estancamiento en el sector de industria en los años pos-guerra, como en otros países latinoamericanos, mientras que en México la industrialización se tornó la principal característica de los gobiernos desde los años 40. Chile fue el único país cuyas exportaciones crecieron a un ritmo más modesto después de la guerra, debido al adelantamiento que llevaba por sobre el resto de los países de la región obteniendo un destacable desarrollo institucional que contribuyo para el crecimiento industrial. Colombia por su parte que contaba con una industrialización pobre durante la guerra, llevo adelante políticas que incentivaran tanto a la agricultura como a la industria, a través de un proteccionismo moderado. Uruguay es visto como un caso particular, ya que para su tamaño se encontraba altamente industrializado por el año 1945, obteniendo un nivel de industria en su PIB semejante al de México y Brasil. Por otro lado Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay estaba en menores condiciones de industrialización luego de la guerra. El boom del Petróleo en la década del 20 fue favorable para Venezuela, en Ecuador la banana, el café y el cacao eran el 90% de las exportaciones en 1955, Perú había pasado por décadas de fuertes exportaciones, y el papel del Estado era importante, pero no en una cuestión de intervencionismo, sino empleando a un gran número de personas. Bolivia es un caso aparte por su predominio del estaño, la fuerza del grupo de elite que dominaba el mismo y la fuerte y relativa coherencia de la reacción política correspondiente. Mientras que Paraguay se encontraba ligado a la dictadura de Stroessner desde 1954, dominando en la misma, familias vinculadas al sector exportador de productos primarios. La cuestión de reforma política, tan importante en algunos países de América Latina no tuvo la misma trascendencia en países como El Salvador, Guatemala y Nicaragua los cuales no rompieron con el tradicional modelo de crecimiento basado en
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las exportaciones, añadiéndole a Cuba también con un modelo que venía ejerciendo desde los años 20. La falta de inversión de los países más importantes de América Latina en el sector agricultor fue muy grande. Analizando los extremos, en México siempre estaba presente en el plano político, debido a la base de la revolución y la tendencia socialista cooperativista de algunos movimientos. A través de la reforma agraria existió un fuerte desarrollo agrícola, que trajo importantes consecuencias para el proceso de industrialización. Mientras que el caso argentino y su política peronista de industrialización se basaba en una apropiación del excedente de trigo y carne, a través de compras estatales. Siendo una posible excepción el caso colombiano explicado anteriormente. América Latina sufrió bajo los años de la segunda guerra y pos-guerra una mayor autonomía política que durante años anteriores, adoptando políticas que estimulaban la demanda interna, el crecimiento de productos no comerciales y de aquellos que competían con los importados. La influencia de EEUU aumento claramente sobre la región con el envió de asesores y misiones extranjeras a varias partes. Surgiendo por tanto dos modelos destacables, la industrialización inducida por el Estado y otra más vinculada con los intereses norteamericanos y más conservadores dentro de América Latina con una posición altamente favorable a la llegada de capitales extranjeros privados.