La sociedad cortesana III. Estructuras habitacionales como índice de estructuras sociales
La corte se designa como “órgano representativo” en el campo social. Todo lo que venía de las amplias profesiones reales, del reino, tenía que pasar por el filtro de la corte, antes de que pudiera pasar por el rey, hasta el más absoluto de los monarcas vivía actuaba sobre su país de acuerdo a la mediación de la corte. ntonces ntonces el papel de la corte era sumamente importante, por definición “corte” no es más que la casa y la economía dom!stica. l "efe de familia real tenía la necesidad de reinar a un país desde su casa y a trav!s de ella. #in embargo no todas las unidades sociales o formas de integración son al mismo tiempo unidades de vivienda, se pueden caracteri$ar mediante determinados tipos de conformación del espacio, unidades entonces de hombres que se relacionan, entrela$an y coe%isten en un espacio determinado. n este sentido el tipo de vivienda de los cortesanos permite tener acceso grafico para la comprensión de ciertas relaciones sociales. Las casas urbanas del noble manifiestan de un modo simple, las necesidades en la vivienda, que tenían esas sociedades, esto seg&n el rango de su poseedor. #e denota que todo en ellas remite a la íntima vinculación en esa sociedad y sólo un mínimo hace referencia a su relación con la ciudad. La relaci relación ón legit legitima imada da entre entre hombr hombre e y mu"er mu"er encu encuen entra tra su e%pre e%presi sión ón en la formación y concepto de “familia” y el concepto de “casa” se utili$a para se'alar unión familiar. #e percibe con esto la separación de las relaciones entre hombre y mu"er, acrecentada con el distanciamiento de los cuartos, además la manera en que se entrela$a la sociedad con la disposición de los salones de sociedad. l punto punto de e%ist e%istenc encia ia está está local locali$a i$ado do allí. allí. #e re&ne re&ne la vida vida priva privada da y la vida vida profesional. (sí los vínculos sociales son amplios y fuertes, esto los diferencia ampliamente de las sociedades burguesas. )o se puede entender la estructura de una sociedad, si no se es capa$ de verla simultáneamente desde la perspectiva de ellos y desde la del nosotros, así la investigación y configuración de la casa y del espacio en la sociedad cortesana suministra una primera lección de perspectiva, se percibe la manera en que esos hombres ven dicha configuración y se ven a sí mismos cuando dicen nosotros.
l deseo de sobresalir, de diferenciarse de los que no pertenecen a la misma es una idea imperante, las e%presiones y valores llegaron a simboli$arse en otras sociedades en el afán de distinción y prestigio. IV. Las peculiaridades del entramado cortesano-aristocrático
La particular configuración de una conducta cría y necesita para subsistir se esbo$a en una racionalidad y una lógica &nica, se hace una referencia a los ingresos y egresos monetarios, se topa aquí con otro sistema social de normas y valoraciones de cuyas leyes sólo pueden escapar aquellos que renuncian al círculo social, dado que se conforma en la relación de los individuos. l ethos social, una tradición social que imprime en el individuo el deber de la generosidad impuesto por su rango, dado que este da prestigio. l consumo de prestigio obliga una competencia de status y los privilegios vinculados a estos. *na de las limitaciones más importantes a las dos formaciones de la noble$a en la sociedad francesa de la masa del pueblo, es la prohibición legal de que tomen parte en empresas comerciales de cualquier tipo. (umentar sus ingresos de esta manera es deshonroso y trae como consecuencia la p!rdida del título y del rango. n virtud de la competencia por el rango, el status y el prestigio se arraiga en las convicciones, valoraciones e ideales de los gobernados se vincula aquí el campo de acción del poder de los reyes y sus representantes para poder dirigir el ascenso social de familias, seg&n su propio criterio y en favor de sus intereses, mediante el otorgamiento de títulos nobiliarios a ricas familias burguesas. +e esta manera no solo el descenso está controlado, tambi!n lo está el descenso social. on esto se nota la importancia de las edificaciones cortesanas y la conformación que tienen a los o"os de la correspondiente sociedad, sólo manifestables cuando se les entiende en el conte%to de las interdependencias en la que se encuentran enla$ados sus propietarios y sus círculos. Lo esencial en este conte%to no es el n&mero, aunque tenga su importancia, sino ante toda la forma de las interdependencias a cuya presión se hallan sometidos los hombres de las sociedades cortesanas. sta amena$a de ruina es perceptible, obligando a varias familias a ingresar en el comercio. -ucho de lo que los cortesanos consideraban digno del esfuer$o y del traba"o ha desaparecido y casi carece de valor, habiendo otras que casi lo conservan igual, cómo el arte, la literatura que son parte del buen gusto de una sociedad cortesana, con esto se puede considerar que los valores humanos son relativos y no del todo absolutos, sea entonces el sacrificio de la vida humana un servidor de los valores pasa"eros pero que en su !poca se consideraban eternos.
V. Etiqueta y ceremonial: Conducta y mentalidad de hombres como funciones de las estructuras de poder de su sociedad
La relación de la buena sociedad con la corte no fue siempre la misma. La corte sólo compartía su importancia como representante de la sociabilidad, como fundador de la cultura social, desde entonces y cada ve$ más, con los círculos aristocráticos. La sociabilidad y la cultura social iban descentrali$ándose lentamente y se e%tendían desde la noble$a cortesana hasta los financieros. en este grado de desarrollo se producía la cultura de salón. La corte siguió perdiendo importancia como centro social. La buena sociedad se abrió todavía más sin que desaparecieran sus fronteras hacia aba"o. (demás de las viviendas, se pueden abordar otras "erarquías, el palacio real en !l, los cortesanos recibieron una formación determinante para toda uropa, además representa el símbolo de la "erarquía y depositaria de prestigio. l rey utili$aba sus instalaciones más privadas para definir diferencias de rango y para repartir distinciones, demostraciones de gracia o por el contrario, de desaprobación. on esto queda ya insinuado que la etiqueta tenia, en la estructura de esta sociedad y de esta forma de gobierno, una función simbólica de gran importancia. Tal participación y tal autori$ación no tenían ning&n ob"eto de utilidad. /ero cada acto en el curso de la ceremonia poseía valor de prestigio perfectamente escalonado que se comunicaba a los que participaban y en cierto grado, se independi$aba el valor prestigio de aquel acto. Todos los participantes, desde el rey y la reina hasta los nobles de diversos grados, la seguían desde hacía tiempo contra su voluntad. #in embargo la etiqueta continuo e%istiendo, en su totalidad, hasta la revolución pues renunciar a ella habría significado habría significado perder privilegios y oportunidades de poder y valores de prestigio. l ceremonial era por cierto, una carga más o menos pesada para todos los participantes. #ólo se iba a la corte de mala gana y uno se que"aba en vo$ alta, cuando debía hacerlo. La posición efectiva de un hombre en el entramado de la sociedad cortesana estuvo siempre determinada por ambos momentos0 por el rango oficial y por la factual posición de poder, pero este <imo era en <ima instancia, más importante para la conducta de los cortesanos a este respecto. La "erarquía efectiva oscilaba constantemente.
VI. La vinculacin del rey por la fi!ura etiqueta y las oportunidades de presti!io
La necesidad que la noble$a tiene de distinguirse, cuya desaparición equivaldría a la derrota de la noble$a misma, responde a las necesidades de poder del rey. sta aspiración al distanciamiento de los elitistas grupos amena$ados es el punto de arranque para que el rey pueda disponer sobre la noble$a. La tendencia a la autoafirmación por parte de la aristocracia y la tarea de dominación del rey se engar$an como eslabones de una cadena que aprieta a la noble$a. La etiqueta es para el monarca no sólo instrumento de distanciamiento, sino tambi!n de dominio. )o puede entenderse un instrumento de poder sin considerar la estructura del ámbito al que está destinado y a cuyos condicionamientos debe corresponder. 1esulta aquí una tarea peculiar para el sociólogo0 la corte debe ser estudiada como una estructura de poder que, como cualquiera otra, prescribe al que en ella y a partir de ella quiere gobernar, modos y medios totalmente específicos de dominio. #in lugar a dudas, la corte constituye sólo una parte del más amplio ámbito de poder del rey. )o constituye por completo, pero sí hasta cierto grado, la configuración central de toda la estructura de poder, mediante la cual el rey dirige su ámbito más amplio de poder. +entro de un campo social de poder, ampliamente revuelto y fuera del equilibrio social, un n&mero limitado de hombres, de tal suerte que la presión de !stos vaya y act&e en la misma dirección e%terna, esto es, en el ámbito más amplio de poder. (demás el tener !%ito en dominar situaciones críticas que son incalculables o casi, legitima al detentor carismático del poder como un “carismático” a los o"os del grupo central y de los s&bditos del más amplio ámbito de poder. l stado como valor en sí mismo es aquí completamente una idea de la 2posición. omo motivación de Luis 3.45 y, en consecuencia, como impulso decisivo de la política y de las acciones de 6rancia ba"o su reinado, se encuentra la reivindicación de prestigio del rey mismo, esto es, la e%igencia no sólo de poseer y e"ercer el poder sobre los demás, sino de ver que !ste es constante y p&blicamente reconocido en las palabras y gestos de todos, y de este modo, doblemente asegurado.