LA HISTORIA COMO RELACIÓN ACTIVA CON EL PASADO
Diríase que la historia es una gran máquina autoselectiva, capaz de "retener", o de "olvidar" los personajes, las fechas, los hechos; tiene incluso sus "vertederos", ya que está bien organizada. ay una idea de que la Historia domina a los hombres desde el e!terior, que ejerce sobre ellos una autoridad suprema por estar inscrita en un pasado por denici#n irreversible y que hay que inclinarse d#cilmente ante ella. $ue, por lo tanto, es el pasado el que manda en el presente.
%in embargo, dice &ar!, la historia no realiza nada, no posee ninguna riqueza inmensa, no libra batalla alguna. 's más bien el hombre, el hombre vivo realmente, quien realiza todo, quien posee y quien lucha. %i el pasado cuenta, cuenta, es por lo que signica para nosotros. 's el producto producto de nuestra memoria colectiva, es su tejido fundamental. (a historia es una relaci#n activa con el pasado. 'l pasado está presente en todas las esferas de la vida social. 'l trabajo profesional de los historiadores h istoriadores especializados especializados forma parte de esta relaci#n colectiva y contradictoria de nuestra sociedad con su pasado; pero no es más que un aspecto particular, no siempre el más importante, y jamás independiente del conte!to social y de la ideología dominante. ) la vez, "e!iste una gran hambre de historia entre el pueblo", seg*n la f#rmula empleada por el historiador "acionado" +laude &anceron. este "hambre de historia", puede quedar en algo visceral y primitivo, la b*squeda de un refugio contra lo que hace dao. -ero puede tambin signicar una voluntad de lucha, un aferrarse activo. 'l pasado, el conocimiento hist#rico pueden funcionar al servicio del conservatismo sociail o al servicio de las luchas populares. (a historia penetra en la lucha de clases; jamás es neutral, jamás permanece al margen de la contienda. )l situar la relaci#n colectiva con el pasado como base del conocimiento hist#rico, se invierte radicalmente la relaci#n presente/pasado. presente/pasado. 0a 0a no es el pasado el que está en el puesto de mando, el que da lecciones, el que juzga desde lo alto de su tribunal. 's el presente el que plantea las cuestiones y hace las conminaciones. (a relaci#n dialctica entre pasado y futuro, hecha a la vez de continuidad y de ruptura, de cohesi#n y de lucha, es la trama misma de la historia.
(a funci#n *ltima del saber hist#rico es, pues.1 hacer un balance de las e!periencias de la humanidad, en materia de descubrimientos, en materia de invenci#n, en materia de creaci#n, en materia de progreso )l armar el carácter activo del conocimiento hist#rico, se relegan a segundo plano los temas usuales del discurso de la historia, sus falsas evidencias tan com*nmente admitidas que ni siquiera se toma n adie el trabajo de demostrarlas2 El intelectualismo: el conocimiento intelectual del pasado constituiría un objeto válido por sí mismo, independientemente de la vida social concreta. El objetivismo apolítico: 3nelon escribi# "el buen historiador no es de ninguna poca ni de ning*n país" -ero -aul 4eyne, 5n historiador serio, es decir, desinteresado, no se
interesa en la historia de 3rancia por ser francs, se interesa por amor a la historia. El profesionalismo: la historia, el conocimiento del pasado, dependería en primer lugar de las calicaciones tcnicas, de la habilidad, del ocio. 'l saber hist#rico circularía en la sociedad seg*n un dispositivo de un solo sen tido2 cc elaboraría aislado, en las esferas eminentes de la investigaci#n especializada, para bajar despus de piso en piso, degradándose de uno en otro2 manuales escolares, historiadores "acionados", vulgarizaci#n.. . 6echazar este discurso elitista no signica que no se planteen problemas reales y difíciles2 7se necesita cierta divisi#n del trabajo con objeto de conocer el pasado8 7%e puede criticar el profesionalismo del historiador y mantener al mismo tiempo la e!igencia de rigor cientíco8 's preciso, por el contrario, partir del lugar global y del papel del pasado en nuestras sociedades divididas contra sí mismas, desgarradas por contradicciones sociales agudas, y s#lo entonces pueden abordarse los problemas tcnicos propios del saber hist#rico. dos corrientes hist#ricas se encuentran hoy en fase ascendente entre los historiadores franceses2 la "9ueva istoria" pretende ser atractiva, abierta a todos los problemas del hombre, mentalidades, tcnicas, vida y muerte... 0 la historia universitaria mar!ista, apoyada en el prestigio y los medios materiales de la historia acadmica sovitica, 'stas dos corrientes, están fundadas ambas en una com*n acepci#n de las falsas evidencias del discurso hist#rico y de las reglas sociales de funcionamiento de la instituci#n de la historia.
'stas dos corrientes, propagan, una y otra, una concepci#n de los mecanismos hist#ricos que reposan sobre la continuidad lenta, sobre procesos e!ternos ai movimiento activo de las masas. 'l tejido fundamental de la historia estaría constituido en un caso por la "larga duraci#n" : puesta de moda por el profesor raudel, y en el otro por el lento empuje de las fuerzas productivas entrando ineluctablemente en contradicci#n con las relaciones de producci#n. lo cual da por resultado de todos modos, desposeer a las masas populares de su historia, e!pulsarlas de ella, a la vez porque se reserva su estudio para especialistas privilegiados y porque se introduce la duda respecto de su capacidad de interverci#n activa, su capacidad para "hacer la historia". )deptos de la "9ueva istoria" y mar!istas acadmicos, como la vieja historia de los hechos, ignoran la relaci#n fundamental entre saber hist#rico y práctica social.