c La hermenéutica de Martin Heidegger representa un giro respecto a la hermenéutica tradicional, respecto tanto al carácter puramente epistémico del comprender, como con respecto a la interpretación como medio obvio para el entender. Dice Heidegger que ´la pregunta por el sentido del ser debe ser planteada.µ Esto es, la pregunta debe ser hecha. El mismo preguntar en cuanto comportamiento de un ente, nos dirá Heidegger, tiene carácter de ser, el cual a su vez, es el que se pone en cuestión. De ahí derivaría -en parteel carácter particular de la pregunta por el sentido del ser. Con Heidegger se transforma en el problema de la comprensión del mundo, adquiriendo un rango ontológico. ´La pregunta por el mundo toma el lugar de la pregunta por el otro. Al mundanizar así el comprender, Heidegger lo despsicologiza.µ
Ahora bien, en cuanto búsqueda, el
preguntar está falto de una previa guía de parte de lo buscado. Por ende, el sentido del ser ya debería encontrarse -de algún modo- a nuestra disposición. En una palabra, nos movemos desde siempre en una comprensión del ser. ´Desde ella brota la pregunta explícita por el sentido del ser y la tendencia a su concepto.µ Dicha comprensión en la que ya nos movemos, aclararla.
es una comprensión del ser ´mediana vagaµ y es menester
En el presente trabajo, procuraré indagar acerca de esa comprensión
«mediana y vaga» del ser que pertenece a la constitución esencial del Dasein y que resulta medular en la hermenéutica heideggeriana.
Según la óptica de Heidegger, la
«estructura previa del comprender» -nos dice Grondin- habría sido redefinida por el teólogo Rudolf Bultmann como ´la comprensión humana que se guía por una comprensión previa que surge de la situación existencial en cada caso y que define el marco temático y la amplitud de validez de cualquier tentativa de interpretación.µ Se trataría por tanto de una «comprensión previa» que conduce, que define la comprensión humana, el marco de la interpretación. ¿De qué se trata esta interpretación, de qué se trataría este «después» -dice Grondin- para lo cual es «previa» esta comprensión existencial que la guía?
El «después» sería ´la proposición, si no el lenguaje mismo.
La estructura previa significa, pues, que la existencia humana se caracteriza por su peculiar manera de estar interpretada, que es anterior a cualquier enunciado.µ La comprensión previa guiaría, por tanto, la interpretación de una proposición. El hecho de
la existencia supondría algo así como un ´estar interpretadoµ.
Sumado a lo anterior,
Grondin nos dice que la hermenéutica de la facticidad ´pretende ser una hermenéutica de todo lo que trabaja detrás de la proposición. Es una interpretación de la estructura cuidadora de la existencia humana, que se expresa antes y después de todo juicio y cuya forma más elemental de ejecución es la comprensión.µ En otras palabras, la «comprensión» que se ejecuta supone detrás, la ´interpretación de la forma elemental de la estructura cuidadora de la existencia humanaµ, la «comprensión previa» que surge de la situación existencial.
Contra la tradición hermenéutica, Heidegger se despoja del
carácter puramente epistémico del comprender, el cual tendría un carácter secundario. Nos dice Grondin:
´define su hermenéutica del comprender de manera aún más
universal. Heidegger elabora su nuevo concepto del comprender por medio de un sondeo de la fórmula ´entenderse con algoµ o ´entender algoµ que indica menos un saber que una habilidad o el dominio de una práctica. ´Entenderse con una cosaµ significa estar a la altura de ella, saber arreglárselas con ella.µ
Ahora bien, entenderse con una cosa
significa estar al mismo nivel con la cosa misma. No se trata de un saber, sino de un dominio no explícito, una suerte de ´maestríaµ, o un ´arteµ que -pese a todo- no se restringe, sino que implica a toda nuestra vida como entretejida por tales ´habilidadesµ, como entretejida por diversos momentos de interpretación. Se tratará, como veremos, de un «entender cotidiano». En resumidas cuentas, se trata de una ´manera de ser o modo básico de ser, gracias al cual nos orientamos y procuramos situarnos en él« µ, no de un conocer sin más
Acorde con lo anterior, el «entender» sería un ´estar bien
orientadoµ. Principalmente un estar, ´practicoµ en relación a un entorno, que nos permite situarnos en él bien orientados. Grondin se refiere a un ´estar al tanto en el mundo motivado por la preocupación.µ Esta preocupación -que implica al menos dos sentidos, el de «pre-ocupación» y el de «preocupación» según se verá más adelante- , sería este comprender previo existencial que nos sitúa de una determinada manera: un estar que implica un enfoque, una determinada situación en el mundo, una manera de ver, de interpretar. En una palabra, una «situación existencial» que es una situación previa para la interpretación.
Como se trata de un entender cotidiano somos
cercanos a él, estamos inmersos en él y, por lo mismo, lo pasamos por alto. Al respecto dice Grondin: ´Este entender cotidiano, constata Heidegger, casi siempre permanece no
expresadoµ, pues vivimos ´dentro de él y desde él, por lo que no necesita ser expresado.µ Sin embargo, nos dice, todas las cosas y acontecimientos de nuestro mundo vivencial estarían preinterpretadas por este ´entender anticipado como cosas para uno u otro uso.µ Este ´´comoµ instrumentalizador, que es constitutivo del entender humano, designa una manera no expresada del ser-ahí de tratar las cosas en el mundo.µ Sería una suerte de manifestación no expresada del Dasein.
Acerca de lo anterior, Heidegger establece
una diferencia entre el «cómo hermenéutico» y el «cómo apofántico»; donde el primero -a diferencia del segundo, que es enunciativo y está manifestado en proposiciones´realiza un preentender elemental e interpretativo de las cosas del mundo circundante al nivel del ser-ahí. [...] Esta estructura del ¶como· es esencialmente prelingüística y, como dice Heidegger, sencillamente forma parte de nuestro ´comportamientoµ.
Respecto al
carácter hermenéutico del entender previo al enunciado, Grondin menciona que ´resulta muy revelador que Heidegger emplee justamente el atributo de ´hermenéuticoµ para este entender previo al enunciado predicativo, porque resulta que está en concordancia con el esfuerzo básico de la hermenéutica por alcanzar aquello que se encuentra antes o, mejor dicho, dentro o detrás del enunciado, en resumen, el alma que se expresa en la palabra. No cabe duda de que Heidegger sigue con esta intención del entender hermenéutico, aunque lo hace radicalizándolo con la integración del entender en la estructura universal de la preocupación del ser-ahí. Como se ha dicho, hablamos de una manera determinada situarse en el mundo, «situación existencial» de la que ya disponíamos desde siempre, constitutiva del Dasein, como comprensión previa desde la cual interpretamos y que, sin embargo, no es explícita dada la inmersión en ella. Desde aquí puede entenderse, en una primera aproximación, el que la pregunta por el sentido del ser se haya convertido en una ´trivialidadµ, por lo que es menester una repetición explícita.
De aquí se desprende el segundo sentido de la «preocupación», ya no como
«pre-ocupación», como entendimiento previo, sino como preocupación fundamental del «ser-ahí» por este «ser-ahí mismo». El ser-ahí -nos dice Grondin: ´Se caracteriza por el hecho de que en su ser le importa propiamente su ser mismo, su poder ser en el mundo. Heidegger no lo repite en todas las páginas, pero salta a la vista que el circunspecto modo de ser del comprender tiene su raíz existencial en el preocuparse de sí mismo del ser-ahí. El eje más o menos inconsciente del entender humano es, por tanto, la
preocupación.µ El «comprender» va estar motivado, estará enraizado en la «comprensión previa», en esta preocupación del ser-ahí en su posibilidad de ser en el mundo. Este es el verdadero giro con respecto a la tradición hermenéutica. La hermenéutica de Heidegger supone primeramente esta situación existencial como un entender previo, a la manera de entender nuestra posición determinada como intérprete. La interpretación por su parte, consistirá solo en la elaboración de este entender. El «entender» -como se ha dicho- vive en o de un cierto estar interpretado específico de su situación. El entender como exponente de la preocupación por el propio ser-ahí, tiene la posibilidad de entenderse a sí mismo. Por ello, la interpretación debe lograr el esclarecimiento de sí mismo. En palabras de Grondin:
´La interpretación trata de
ayudar al entender previo a volverse transparente. En primer lugar sirve para la apropiación de la propia situación del entender y de las precondiciones que determinan el conocer y comportarse cuidador.µ De otra forma, para entender esta guía por sobre la interpretación que ejerce el entender previo.
Podría decirse, por ejemplo, que para
entender un texto lo primero es estar conscientes de nuestro rol de intérpretes, pero que somos un intérprete que se encuentran en una situación determinada, desde un punto de vista determinado:
´Con el retorno reflexivo a la propia estructura previa, en
cambio, comienza a ser posible controlar hasta cierto punto el trasfondo en su condición de estar interpretado, de manera que la otredad de las cosas que se pretenden descifrar pueda manifestarse frente a esa preestructura.µ
Por ende, se trata de una postura
crítica a favor de una interpretación ´honestaµ en base a la preestructura del ser-ahí, que supone un circularidad en la relación entre la interpretación y el entender. No puede tratarse, por tanto, de una exclusión del estar interpretado que sea preestructurante, que es lo que en primer lugar motiva el preguntar en la interpretación, se trata de que éste se vuelva consciente. ´Debemos integrar, pues, a esa preestructura, constituida como «interpretadora», en el punto de partida de la interpretación, que la eleva así su nivel.
BIBLIOGRAFIA Colomer, E. (1986) El pensamiento alemán de Kant a Heidegger. Vol. 3. Barcelona: Herder. Jean Grondin, Introducción a la hermenéutica filosófica, Traducción de AngelaAckermannPilári, Editorial Herder, S.A., Barcelona, 1999. Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Traducción de Jorge Eduardo Rivera, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2005. Ricoeur, P. (1995) Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido. Buenos Aires: Siglo XXI, pp. 83-100. -----------------------