La Emociones Escultoras Del Cerebro

las emociones

La llamada plasticidad neuronal ha revolucionado la neuropsiquiatría: demuestra que el cerebro es maleable. Nuestras experiencias y emociones dejan huellas psíquicas y ísicas en el cerebro, cerebro, lo transorman transorman continuamente continuam ente y determinan nuestras decisiones y acciones desde el inconsciente. P Pierre magistretti, ól P  françois ansermet, pqu  pcl

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Pij d fbr nrvio, cuyo xopm (n ocuro) án rcubiro Cerebro y emoCiones

d un cp d miin (n zu vrdoo).

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las inormaciones provenientes del mundo exterior. rior. Las percepciones invaden nuestro cerebro. Pero además ocurre otra cosa: esta Nochebuena evoca tantas otras del pasado… y a su vez, muchos recuerdos de la noche no che de este año quedarán anclados en nuestra memoria, transormándola para siempre. De repente nos empieza a invadir cierta tristeza. La buena comida, los regalos, el simpático perro, la música de Haydn… todas estas cosas procedentes del mundo exterior deberían colmarnos de elicidad y, sin embargo, embargo, nada de eso parece suciente. En un segundo, todo se trastoca. Acabamos de decidir que en cuanto podamos nos levantaremos de la mesa con una excusa no demasiado increíble y abandonaremos la reunión amiliar. ¿Qué misterioso proceso ha tenido lugar en nuestro cerebro? Volveremos a la cena de d e Nochebuena más adelante, pero por ahora desvelaremos d esvelaremos que el origen de ese inesperado comportamiento comportam iento puede estar en el llamado llamad o “inconsciente “inconsc iente””, un término alumbrado a lumbrado en 1901 por Sigmund Freud que hasta ahora era de uso exclusivo de los psicoanalistas, pero que está cruzando la rontera de la neurociencia de la mano del enómeno de la plasticidad neuronal.

el cerebro que se transforma a sí mis mismo mo.. Al contrario de lo que se creía hace apenas una década, el cerebro no es estático ni deja de desarrollarse a partir de cierta edad, sino que se transorma según todo lo que nos va su-

aecta especialmente al proceso de comunicación entre neuronas, es lo que llamamos ll amamos neuroplasticidad y ha modicado completamente nuestra orma de entender cómo se relacionan rela cionan el cerebro, la memoria, el aprendizaje aprendizaje y las emociones. Las encargadas de transmitir la inormación en el cerebro son las neuronas. Hasta Hasta ahora, se consideraba que el sistema de transmisión de inormación uncionaba de manera binaria. Según esta hipótesis, la inormación pasaba pasab a o no por los circuitos, como si se tratara de un interruptor que solo pudiera estar o encendido o apagado. Sus elementos de base, las neuronas, estarían organizados como si ueran los microcircuitos microcircuitos grabados de los ordenadores, de modo que se trataría de un sistema nervioso terminado, sin posibilidad de cambios ni desarrollo. d esarrollo. Semejante visión, relativamente simplista y rígida, no se corresponde con los últimos datos experimentales: en realidad, la inormación se transmite en nuestro cerebro de una neurona a otra de orma altamente modulada. Siguiendo con las comparaciones, es como si habláramos de un regulador de la intensidad de la luz, todo lo contrario a una transmisión binaria. La plasticidad, concepto que que se opone al de rigidez, signica que las neuronas mantienen en todo tod o momento su capacidad para modicar la ecacia ecac ia con la que se transmiten la inormación. Nuestro cerebro está constituido por más de 100.000 millones mill ones de neuronas, lo que el neurólogo







delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del ama, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental!”). Desde el punto de vista uncional, cada neurona presenta tres partes: la dendrita, zona receptora encargada de recibir la inormación proveniente de otras neuronas, el cuerpo cuer po celular, zona que integra las inormaciones recibidas, y el axón, zona por donde emite señales a otras neuronas.

sinapsis: comunicación entre neuronas. Los mecanismos de plasticidad que nos ocupan se centran en torno a los contactos entre las neuronas, allí donde intercambian las inormaciones. Esta zona de contacto entre las neuronas se llama sinapsis: presenta una parte presináptica, localizada en la terminación del axón, y una parte postsináptica, generalmente correspondiente a una zona especíca de la dendrita: la espina dendrítica, llamada así porque se asemeja a las espinas del tallo de una rosa. La parte presináptica de las sinapsis presenta una especie de pequeñas bolsas, las vesículas, en cuyo interior se acumulan miles de moléculas: los neurotransmisores. neurotransmisores. Cada neurona contiene un neurotransmisor principal y a veces uno o más nerotransmisores (raramente más de tres) que podrían calicarse de accesorios. acces orios. Los neurotransmisores son las moléculas a través de las cuales las neuronas transmiten sus señales: se liberan cuando la terminación axonal es activada y las vesículas vuelcan su contenido de neurotransmisores en la hendidura sináptica, espacio minúsculo de millonésimas de milímetro que separa las zonas presinápticas presinápticas y post sinápticas. Pasemos ahora a la segunda parte p arte del proceso, la neurona receptora. receptora. ¿Qué ocurre oc urre cuando las moléculas de los neurotransmisores son liberadas? Estas últimas son reconocidas especícamente por los receptores presentes en las membranas postsinápticas; encajan como si se tratara de una llave y su cerradura. cer radura. Los neurotransmisores tienen el poder de volver a la neurona receptora

l rd étr d pt. pt.

tnmo má d 100.000 mion d nuron n  crbro, qu  rnmin inormción  rvé d  inpi. Cundo un nuron  civd,  dncdnn  o rgo d u xón  xón brv corrin d 5 miéim d gundo (rnmiión écric) qu cundo cnzn u xrmo, ibrn nurornmior (rnmiión químic d  inormción) crndo nuv inpi.







La transmisión de inormación entre neuronas neuronas se produce a través de un inter intercambio cambio de señales químicas y eléctricas: las sinapsis. Ha Hayy cinco mil veces más sinapsis en el cerebro que estrellas en nuestra galaxia inormación: el glutamato, que aumenta la excitabiliadd neuronal, y el ácido gamma amino butírico (GABA), que la inhibe. De modo que, como vemos, la transerencia de inormación entre neuronas no es nunca de naturaleza binaria ni de intensidad constante; por el contrario, es altamente modulable modulable según el tipo y el fujo de los neurotransmisores emitidos.

el circuito de la memoria y el aprendizaje. Durante una experiencia de aprendizaje, se acentúa el intercambio de inormación en ciertas sinapsis del circuito neuronal involucrado en el proceso. Los neurocientícos denominan a este enómeno “potenciación” o “acilitación” y creen que es la base de la memoria. La experiencia personal –ya sea en el contexto del aprendizaje cognitivo consciente o de las experiencias aectivas– deja d eja una impronta en la red neuronal. Esta huella es a la vez uncional y estructural, lo que signica que ocurren oc urren cambios microscópicos en el nivel de las sinapsis. Después de una acilitación sináptica se observa una duplicación de las espinas dendríticas en la zona de recepción de la neurona postsináptica. La transerencia de inormación entre neuronas se eectuará mejor en las sinapsis previamente acilitadas. Podríamos decir que una huella es la modicación de la ecacia ecac ia sináptica entre determinadas neuronas que se han activado a la vez. Cada neurona recibe aproximadamente 10.000 sinapsis que provienen de otras neuronas. Esto da un total de 1.000 billones de puntos de contacto en los que la inormación entre las neuronas

inormación se transmite de una neurona a otra, en cada uno de esos puntos de contacto, varía a lo largo de la vida en unción de la experiencia. Las posibilidades de que se produzcan dierentes intercambios entre neuronas, por lo tanto, son innitas. Nos encontramos ya bien lejos de la noción de un cerebro rígido y binario. El cerebro posee, pues, unos mecanismos que permiten percibir el mundo exterior y otros mecanismos, cuyos elementos ya hemos bosquejado, que llevan a inscribir dichas percepciones en la red neuronal. Evidentemente, Evidentemente, las percepciones no tienen como único destino alimentar la memoria o lograr un aprendizaje: también desencadenan respuestas motrices que, aortunadamente para nosotros, la mayoría de las veces resultan adecuadas. Todos Todos sabemos cómo hacer rente a un pavo de Navidad: ¡trocearlo y probarlo! Por supuesto, no se trata de una respuesta motriz refeja, como la que activa la extensión de la pierna cuando un médico golpea con su martillo nuestra rodilla; gracias a los mecanismos de plasticidad sináptica hemos alcanzado un aprendizaje aprendizaje motor que nos permite eectuar las operaciones necesarias para la degustación del pavo sin darnos cuenta. Y no de cualquier manera: el acto motor está modulado por el contexto cultural, es decir, por los buenos modales que nos ueron inculcados. No nos comportamos como el hombre de Neandertal rente  rente a una pata cruda de jabalí: cortamos c ortamos el muslo de pavo según un código bien establecido. El cerebro posee nos mecanismos para almacenar las percepciones y recordarlas cuando sea necesario, a veces de una orma que podría pod ría consi-







Foto provisional dierentes movimientos que nos permiten comer de orma elegante un muslo de pavo; lo hacemos automáticamente. Sin embargo, si debemos explicitar las etapas, por ejemplo cuando se lo enseñamos a nuestros hijos, podemos describir la operación en sus más ínmos detalles. Así pues, a primera vista, los sistemas de memoria permiten acceder a la experiencia registrada bajo orma de aprendizaje o recuerdo de un modo que conserva una notable correspondencia con lo que ue percibido inicialmente. in icialmente. Por los mecanismos de plasticidad sináptica, se ha inscrito esta percepción exterior en nuestra red neuronal, constituyendo una realidad interior de la que somos conscientes, o que puede emerger a la conciencia por vía del recuerdo. Es indudable que existe una relación directa a nivel consciente y cognitivo entre la experiencia y la huella y, por tanto, entre la memoria y el aprendizaje. De hecho, podemos aprender matemáticas matemáticas y geograía, o recordar nuestras vacaciones del año pasado. Es decir, existe una relación directa básica, una continuidad lineal, entre la experiencia y la huella. Pero las cosas no son s on tan simples.

Hu ápt. lo nurornmior

ibrdo por  nuron prinápic xcin o inhibn  cción d  nuron rcpor. Cundo o  produc, hbmo d "ciición";  circuio nr mb h ido crdo y u comunicción rá má áci n dn. e nómno dj un hu píquic (mmori) y mbién íic, pu  pin dndríic d  zon rcpor d  nuron poinápic  dupicn.

huellas sin conexión con la realidad. Lo que llamamos inconsciente unciona de una manera radicalmente distinta. Las huellas creadas por la experiencia se reasocian y crean nuevas redes, y estas nuevas huellas en la red neuronal no guardan una relación directa con la experiencia original. origi nal. Imaginemos que dos personas tienen una misma experiencia, por ejemplo, escuchan el mismo sonido. Si bien la experiencia es la misma, el registro en el nivel cerebral –la huella sináptica– es distinta. Por tanto existe una discontinuidad discontinuidad entre la experiencia y las nuevas huellas que se crean en el inconsciente. La base neurobiológica neurobiológica de la reasociación de huellas es lo que los neurocientíicos llaman “reconsolidación”. A través de este mecanismo, las huellas creadas por distintas experiencias se pueden reasociar. En general, solemos

Foto provisional









se debilita (se vuelve maleable), lo cual permite que la huella reactivada se reasocie con otras huellas. Obviamente, más adelante puede volver a ortalecerse. Lo destacable de este proceso de reasociación de huellas es su resultado: la creación de nuevas huellas que ya no están directamente relacionadas con la experiencia original. Este mecanismo crea una discontinuidad entre la experiencia y las huellas nuevas, un proceso que se encuentra completamente completamente uera de nuestro control, y puede que sea el correlato biológico de lo que en psicoanálisis se llama inconsciente. cx y ó. l rd

nuron  un dno jido d xon y dndri (rrib). a rvé d impuo croquímico,  rd  civ y rmi inormción no nr nuron como  im nrvioo cnr pr provocr un cción. en  imgn d bjo  h mgnifcdo n coor vrd  momno d civción nuron. a  drch, cuivo d nuron n bororio.

nuevas redes, mundos paralelos. Para comprender cómo se origina, debemos saber sab er que no existe una representación, un recuerdo inscrito en una sola sinapsis, sino una red de sinapsis acilitadas que se activan a la vez; y esta activación sincrónica sincrónica corresponde corresponde con una representación de una experiencia especíca del mundo exterior. Digamos que cada vez que vemos un pavo de Navidad, Navidad, se acilitan acilitan en nuestra nuestra red neuronal una serie de sinapsis: la que identica la orma de d e ave como animal comestible, la que identica el olor como algo apetecible, la que nos recuerda cómo hay que cortar el pavo... Cuando todas estas sinapsis se activan act ivan al mismo tiempo, aparece lau representación representación psíquica de lo que es para nosotros, según la experiencia inscrita en nuestro cerebro, un pavo de Navidad. Este proceso se produce de un modo parecido p arecido al siguiente: imaginemos imaginemos un rascacielos en la l a noche, las ocinas están vacías, la achada, oscura. De repente las ventanas empiezan a iluminarse













mr y prdzj. Grci 

 cividd nuron omo cpc d rizr gun d  uncion má crcríic d  pci humn. l nuron d córx crbr o mri gr i (rrib), on  rponb d  mmori y  nguj. l d hipocmpo (bjo) prmin  ormción d rcurdo. l b d proco  impr  ibrción d nurornmior n  inpi (drch).

involucradas, las sensaciones conservadas a la par de su representación bajo la orma de lo que el neurocientíco portugués Antonio Damasio denomina marcadores somáticos; algo así como una memoria corporal. A nes del siglo XIX, el psicólogo norteamericano William James ya sostenía (de orma muy provocativa para su época) que al activar un determinado sistema sensorial, por ejemplo la visión, un estímulo proveniente del mundo externo no solo desencadenaría desencadenarí a una percepción, sino que también estaría asociado con una respuesta somática (por ejemplo, cambio del ritmo cardiaco). Y la ocurrencia oc urrencia simultánea de un estímulo externo y de un estado somático asociado estaría en la base de la percepción de una emoción: “Para mí, es imposible pensar qué tipo de emoción de de miedo quedaría si no estuvieran presentes la sensación de latidos acelerados o de respiración entrecortada, ni la sensación de labios temblorosos o de piernas pier nas debilitadas, debilitad as, ni de carne de gallina… gall ina…””. En eecto, la emoción es somática.

cuerpo, recuerdos y emociones, una relación intima. El cerebro posee una serie de circuitos neuronales “transductores” “transductores” de la percepción en emoción. Especícamente, una región cerebral lleva a cabo esta tarea: la amígdala. Un ruido, la visión de un objeto, un olor, son capaces de activar algunas neuronas de la amígdala, que a su vez proyectarán masivamente hacia regiones del cerebro que controlan el sistema neurovegetativo. Este está constuituido por circuitos neuronales que controlan con suma ecacia













Cada experiencia y cada emoción modifcan las sinapsis establecidas y crean otras nuevas, y así sucesivamente. sucesivamente. Podemos decir que nunca utilizamos dos veces el mismo cerebro, sino que lo esculpimos mientras vamos viviendo la corteza prerontal se proyectan hacia la amígdala, desencadenando reacciones en el sistema neurovegetativo y endocrino. Es decir, también un recuerdo o una representación representación psíquica desencadenan reacciones corporales y estas, sin que nos demos cuenta, nos llevan a tomar decisiones de cariz muy distinto.

capaz de ensombrecer nuestro estado de ánimo incluso en el paisaje real de la mayor alegría, e impulsarnos a salir de allí sin razones reales para hacerlo. Si nuestra mente –construida a partir de la experiencia y a través del mecanismo de la plasticidad– uese totalmente consciente y cognitiva, actuaríamos de orma racional y predecible. Ob viamente, viamente, ese ese no es el el caso. caso. el extraordinario poder En cambio, el inconsciente tiene un uerte imnuest ra cena pacto en la manera en la que nos comportamos. del inconsciente. Volvamos a nuestra de Nochebuena. Somos víctimas de una tristeza De hecho, incluso podemos decir que una parte inexplicable, un sentimiento de desvalorización signicativa de lo que hacemos es impulsada por nos ha ido invadiendo hasta agotarnos ísica y el inconsciente. Diversos neurocientícos sugieanímicamente. Nuestro Nuestro humor en principio ale- ren que la consciencia es un proceso a posteriori gre, ha cambiado de tal manera que estamos a y que nos permite darnos cuenta de aquello que punto de abandonar la mesa sin que sepamos por nuestro inconsciente ha decidido hacer con antequé. Lo que ha sucedido es que, aunque no uéra- rioridad. En su libro Mind Mind Times imes, el neurocientímos conscientes de ello, una cadena asociativa asoc iativa ha co Benjamin Libet propone, a partir de una serie hecho surgir una imagen proveniente proveniente de nuestro de experimentos neurosiológicos, que la acción mundo interno y ha intererido en nuestra ex- se determina antes de que nosotros nos demos periencia actual. Tiene relación con un episodio cuenta racionalmente de la misma. reciente que terminó mal y que nos dejó la imUn posible actor en la toma de decisión de una presión de haber sido engañados... Mientras cor- acción sería, tal como propone Antonio Damatábamos el pavo relleno, una idea ha establecido sio, la anticipación de placer o dolor. dolor. Según esta sin nuestro permiso una serie de asociaciones que teoría, nuestro cerebro es capaz de anticipar el









pensar que dirigimos conscientemente nuestro destino, que cada una de nuestras decisiones se basa en la evaluación racional. Sin llegar a decir que esto es totalmente also, la neurociencia nos obliga a reconocer que los procesos inconscientes tienen un impacto mucho mayor del que nos gusta admitir. Pero Pero esto no debería ni rustrarnos ni asustarnos, asustarnos , ya que el inconsciente orma part partee de cada uno de nosotros y hasta podría considerarse considerars e nuestra mismísima esencia.

plasticidad contra determinismo. El papel de los genes en la determinación de nuestra personalidad es una cuestión recurrente en biología. Es cierto que el genoma proporciona proporciona cierta estructura, pero p ero la experiencia juega un papel clave en la construcción del individuo. Como individuos, somos únicos por los propios mecanismos de la plasticidad neuronal que nos permiten liberarnos del estricto determinismo genético. La creatividad también es otro de los resultados de esa libertad que otorga la plasticidad, pues si sólo s ólo pudiésemos reproducir las experiencias que hemos vivido, no seríamos creativos creativos ni habría artistas. La reasociación de las

nur v pá. e

nómno d  nuropicidd upon un rmiicio n  rdicion nrnmino nr nuróogo nuróogo y piconi. Curiomn, Curiomn,  concpo y hbí ido ugrido por sigmund Frud y por snigo Rmón y Cj  dcir qu " conxion nrvio no on ni dfniiv ni inmub”. inmub”. Hoy,  víncuo nr mb mb dicipin á cro:  hu píquic    mn o qu  hu inápic   crbro.

La Emociones Escultoras Del Cerebro

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