Asediada por el cáncer —hablo de aquellos dolorosos altibajos de su salud, hacia los meses del año 2004—, la asistencia de Ingrid a las reuniones de nuestro Seminario de Estudios de la Signiicaci!n se ueron espaciando" #a esperábamos sin saber si sus uer$as le iban a permitir trasladarse a %uebla la tarde anterior al d&a de la reuni!n, instalarse en un hotel rente al $!calo, sentarse a una mesa bajo los amplios portales ' dejar que las horas pasaran pasaran con lentitud mientras la sombra ca&a sobre la copa de los árboles" Si eso ocurr&a, a la mañana siguiente la (e&amos llegar, alta ' tratando de mantenerse erguida, más agudo su peril pero con una sonrisa interior, una lu$ &ntima que, obstinada ' silenciosa, luchaba por no e)tinguirse* llegaba tocada con un pequeño sombrero destinado a cubrir la escase$ de su cabello, deendida por un tapado oscuro ' esa mirada seria, atenta, que recib&a con tranquilidad nuestro aecto, recib&a ' de(ol(&a, esa mirada que era como ella misma" Ingrid estaba ah&, ocupando su lugar en la mesa de discusiones, los libros ' el cuaderno de notas al alcance de su mano" Estaba ah& ' pod&amos comen$ar" %ero esta imagen se ue haciendo más ' más esporádica, hasta que tu(imos que resignarnos a no contar con ella" +a no se pod&a (erla sino en su casa de -)ico" #a .ltima (e$ que uimos a (isitarla, cuando o'! que llamábamos a su puerta se asom! a la terra$a" /imos que se a'udaba a respirar con una bolsa plástica que le proporcionaba o)&geno, o)&geno, una bolsa de la que sal&a un largo cable que le permit&a despla$arse al mismo tiempo que obstaculi$aba cualquier mo(imiento que saliera de control" Esa tarde Ingrid nos salud! —con la mano más que con la (o$— ' nos arroj! la lla(e que nos permiti! subir ' entrar" Estaba ahora sentada en un sill!n, siempre perturbada por ese aparato que, sin embargo, no le imped&a hablar con una (o$ serena, ensimismada, una (o$ serena como la mirada de quien se detiene ante la ca&da de la tarde" Era la hora en que resulta natural —en alguien como ue ella— recibir a los amigos con la mesa dispuesta para la ceremonia del t- las ta$as prontas, los cubiertos en el orden debido, el agua en su lugar e)halando su indispensable (apor, (apor, dos o tres (ariedades de pastel, alg.n pan especialmente adquirido en la misma casa de donde (en&an los pasteles" 1ustar de esas cosas con delicada ruici!n como si la (ida prosiguiera igual que siempre" Esa .ltima tarde, sin embargo, la mesa estaba (ac&a ' nuestra con(ersaci!n con(ersaci!n debi! iniciarse sin aquel requisito" En alg.n momento alguno de nosotros —creo que 'o— le dijo que quer&a tomar agua ' entonces Ingrid hi$o un gesto como quien se dispone a le(antarse de su asiento, pero enseguida cambi! este gesto por otro señal! el lugar donde estaban los (asos, el botell!n con el agua, ' enseguida su cuerpo se quebr! en un sollo$o con el que nos e)plicaba ' se disculpaba por la desgracia de no poder atendernos" Ingrid, no te quiebres, ped&a 'o en silencio, a'.danos t., que estás tan d-bil, a sobrelle(ar tu penuria" %ero Ingrid no era d-bil hab&a (enido arontando su enermedad con entere$a ejemplar, como si uera su .ltima lecci!n* ', en eecto, pronto contu(o sus sollo$os ' (ol(imos a hablar de nuestras cosas, de los alumnos que la hab&an (isitado el d&a anterior, anterior, del diálogo que segu&a manteniendo con ellos, ' de su libro que pronto aparecer&a" Ese libro que 'o casi conoc&a porque hab&a le&do la tesis doctoral en la que estaba basado" n libro que debi! haber sido el primero de una saga antropol!gica pero que, desgraciadamente para todos, ser&a tambi-n el .ltimo, pues el tema del silencio que hab&a comen$ado a desarrollar a partir de aquellas meditaciones ser&a en realidad otro silencio, el que nunca quisimos ' al que declaramos inaceptable"
3e ese libro hablar- como si hablara de ella, de Ingrid 1eist, pero tambi-n como si hablara más allá de ella, porque ese libro que nos dej! es, más que de ella, del saber al que ella se dedic! con una decisi!n ' un rigor que ahora, ' cada (e$ más, las uni(ersidades se dedican sin pausa a desalentar" ablar- de lo que, creo, es un serio aporte no s!lo a la antropolog&a sino a las disciplinas human&sticas en general" 555 3ispuesto a hablar de ese libro, comen$ar- diciendo que si tu(iera que describirlo con una sola palabra, 'o seleccionar&a la palabra inestabilidad " En realidad, no s- si esa palabra describe e)actamente al libro o describe la sensaci!n que me acompañ! al leerlo, primero como tesis doctoral ' luego, corregido aunque no modiicado esencialmente, en la edici!n hecha por el Instituto 6acional de Antropolog&a e istoria, edici!n en cu'a portada está la igura de un (enado que apenas se apo'a en sus patas traseras ' mantiene las delanteras en el aire, el pecho adelantado ' la cabe$a echada hacia atrás, un animal que a(an$a ' al mismo tiempo retrocede, que arremete ' se entrega al sacriicio" 7 6o s- si la imagen de ese (enado que retrocede como para tomar impulso ' dar un salto, o que a(an$a hacia un l&mite en que el a(ance no puede ser sino tambi-n retroceso, es una metáora del trabajo de Ingrid 1eist o de mi lectura de ese trabajo" 83esde d!nde mirar ' hacia d!nde9 Ingrid 1eist ha desarrollado un gran esuer$o por reunir un conjunto de disciplinas más o menos aines, disciplinas en cu'o conocimiento quiso proundi$ar :la enomenolog&a, la hermen-utica, la iloso&a en sentido amplio, la semi!tica peirciana; ' otras en las que quiso incursionar :una sociolog&a antropol!gica dedicada a obser(ar las culturas marginales, la semi!tica greimasiana, un teatro uertemente perormati(o ' por lo mismo orientado hacia lo que ha dado en llamarse el performance;, de modo tal que gran parte de su in(estigaci!n ha consistido en una e)ploraci!n disciplinaria que ha hecho de su modo de mirar tambi-n una e)periencia del a(ance inestable" Es claro que este conjunto de disciplinas se re.nen no s!lo por lo que ha' de com.n en ellas sino sobre todo porque están culti(adas desde la antropolog&a, la cual, podemos decir, ha sido desde el comien$o un espacio de partida ' de arribo" %ero es necesario tener en cuenta que se trata de una antropolog&a que, inspirada en los estudios turnerianos, se asume ella misma como una disciplina de l&mites porosos, de contornos inciertos porque está consagrada a estudiar en!menos de inestabilidad situándose no a la distancia sino, por el contrario, en el interior de tales en!menos" Estamos, pues, lejos de la tradici!n de una antropolog&a positi(ista tanto como de una antropolog&a estructural* lejos, desde luego, en la concepci!n de sus procesos metodol!gicos ' en la constituci!n de su objeto de estudio, no en la decisi!n de rigor" 555 8acia d!nde apunta esta mirada m!(il ' compleja, qu- objeto propone, qu- temática despliega9 Se supone que el t&tulo que un in(estigador escoge para identiicar su in(estigaci!n es una primera respuesta a esta pregunta" En eecto, la unci!n del t&tulo de un trabajo es inormarnos sobre la materia que -ste trata ' a (eces tambi-n sobre su perspecti(a metodol!gica" En el caso de la in(estigaci!n de Ingrid 1eist disponemos de dos t&tulos el que decidi! darle en su presentaci!n como tesis doctoral ' el que preiri! para su publicaci!n cuando la tesis tom! la orma de un libro" #a tesis se llam! El proceso ritual como proceso de semiosis. Ensayo analítico en torno al tiempo
con base en las propuestas teóricas de la antropología, la semiótica y la fenomenología" %or su parte el libro se llama Liminaridad, tiempo y significación. Prácticas rituales en la Sierra Madre Occidental "2 Si comparamos ambos t&tulos, salta a la (ista que el primero, más largo ' descripti(o —como corresponde a una tesis uni(ersitaria—, trata de puntuali$ar no s!lo el objeto de estudio sino la:s; perspecti(a:s; metodol!gica:s; desde la:s; que será abordado* mientras el segundo, menos pesado ' más sugerente, se limita a señalar el objeto de estudio, si bien en su designaci!n (a impl&cito el ámbito disciplinario en el que se trabaja" %ara nuestros prop!sitos actuales esta obser(aci!n es secundaria" #o que me interesa obser(ar, en eecto, es la orma enunciati(a de estos t&tulos, en sus semejan$as tanto como en sus dierencias, as& como lo que estas ormas contienen" Ambos t&tulos están ormulados en dos rases ' en cada uno de ellos la primera, más concentrada, señala el objeto de estudio, mientras la segunda, más e)pandida, e)plica —en el caso de la tesis— c!mo debe ser entendido este objeto ' c!mo será abordado, o precisa —en el caso del libro— en qu- conte)to será in(estigado" 3e hecho, en ambos casos la primera rase podr&a uncionar como el t&tulo propiamente dicho ' la segunda como un subt&tulo que tiene la unci!n de ampliar, especiicar o conte)tuali$ar la inormaci!n" na lectura un poco más detenida nos lle(a a obser(ar, sin embargo, que la segunda rase —en cada caso— si bien ampl&a, tambi-n despla$a la inormaci!n aportada por la primera de modo que, una (e$ le&da, se hace necesario (ol(er sobre -sta como en un juego de reen(&os" Si la primera rase del t&tulo de la tesis nos indica que se estudiará el ritual en tanto productor de sentido, la segunda precisa que se trata de un ensa'o
Al menos para m&, para mi lectura, esta mo(ilidad, esta imposibilidad de hacer pie en terreno s!lido es no s!lo esencial sino que constitu'e un :o el; (erdadero principio metodol!gico pues el a(ance en la in(estigaci!n no puede hacerse si no pensamos dicho a(ance como un incesante despla$amiento" En el t&tulo del libro, en su primera rase que es una enumeraci!n triádica de temas, aparece una noci!n que no estaba presente en el t&tulo de la tesis ' que es una noci!n undamental, acaso la que engloba a las demás ' constitu'e el espacio lu'ente al que toda la in(estigaci!n tiende sin cesar me reiero a la liminaridad" >reo que Ingrid 1eist, si busca reerencias ' modos de proceder en di(ersas disciplinas no es sino para e)traer —acaso a pesar de estas disciplinas— aquellos aspectos que le permitan situarse en esa $ona continuamente inestable, continuamente en tránsito, de la liminaridad" /&ctor ?urner, retomando un modelo triádico propuesto por /an 1enep para e)plicar el proceso ritual, pero a la (e$ modiicándolo, pens! este modelo caracteri$ándolo como de orden temporal ' no espacial" El proceso ritual es un proceso de desestructuraci!n que se sit.a entre una estructura preliminar ' una estructura posliminar" Se trata de una quiebra o más bien de un suspenso de la estructura social —caracteri$ada por un espacio@tiempo indicati(o— que conduce, en la oscuridad, hacia una nue(a estructuraci!n de la (ida comunitaria en la que el mundo ' con -l el espacio@tiempo, se restauran" El tiempo liminar es un tiempo subjunti(o" #a entrada en este tiempo supone la suspensi!n de toda certe$a o asidero, pues el modo subjunti(o del tiempo es un modo relati(o al sujeto, pero a un sujeto de deseo, de b.squeda o espera que no tiene ante s& más que asideros potenciales los cuales tan pronto se alejan como se apro)iman" El modo subjunti(o señala al sujeto, se (uel(e sobre -l pero para ponerlo en tensi!n o indicar su inconsistencia" E)presiones como <+o quisiera<, <+o hubiera podido<, <+o pueda< marcan esta incertidumbre lo que pudo ser ' 'a no ue, lo que podr&a ser si se cumplen ciertas condiciones que están uera del dominio del sujeto, la (oluntad o el deseo de que algo alcance el estatuto de lo real" #o liminar es ese momento subjunti(o del tránsito, de la continua desaparici!n@ reaparici!n de los objetos ' los sujetos, el tiempo del suspenso o el desacomodo" 3e ah& que en esa enumeraci!n temática ormulada en el t&tulo :liminaridad, tiempo, signiicaci!n;, los dos .ltimos t-rminos están, por decirlo as&, regidos por el primero, en tanto que hablamos de tiempo del ritual —tiempo del des(anecimiento ' rein(enci!n del mundo— ' de la signiicaci!n de lo que está siempre amena$ado de perderla" =scuridad, borradura, desestructuraci!n, inestabilidad, paso del :en t-rminos de =mar >alabrese;
%ero esto es as& en t-rminos generales ' en aspectos relati(os" En realidad, en los rituales mencionados por Ingrid 1eist —' seguramente en todo ritual— no deja de haber una programaci!n que combina lo preestablecido con una especie de la)itud que libra a los actores a una e)periencia siempre (i(ida como nue(a ' aun como desconocida" En eecto, tanto en los procesos rituales de Semana Santa cora como en los de la Semana Santa huichol, ha' una calendari$aci!n de las acti(idades seg.n los d&as ' aun las horas del d&a, ' una asignaci!n de espacios para cada acti(idad o cada recorrido" 6o por eso, sin embargo, desaparece la incertidumbre pues la incertidumbre es esencial cuando se trata de la reo que, in(ersamente, otro tanto podr&amos decir de la ceremonia" El ejercitar ormas de cortes&a, el entonar un himno, el reiterar con conductas ' procedimientos — (estirse de un modo determinado, intercambiar saludos, pronunciar un juramento en una posici!n, con un gesto ' una (o$ preestablecidas— para testimoniar el (alor acordado a ciertos s&mbolos, tiene como inalidad conirmar el orden imperante, e(itar la transormaci!n o el deterioro, clausurar de antemano todo posible desajuste" Si la ceremonia es necesaria para que una comunidad perse(ere, es porque la posibilidad de la transormaci!n o el desajuste están siempre latentes ' resulta necesario reor$ar las estructuras" En una ceremonia, entonces, está siempre presente el peligro de la transormaci!n, una programaci!n toma siempre en cuenta la necesidad de e(itar el desajuste ' por lo tanto un r-gimen siempre contiene o supone al otro" En los procesos rituales que Ingrid 1eist describe, sus actores, además de mo(erse entre la programaci!n ' el ajuste@desajuste —esto es, en el riesgo— tambi-n se mue(en entre la teatrali$aci!n ' el trans(estimiento, aunque estos dos .ltimos t-rminos no sean opositi(os sino más bien consecuti(os" Esto nos indica que el ritual se asume como representación, es decir como entrada en una dimensi!n simb!lica desde donde se e)presa algo que queda siempre ine)presado porque precisamente se e)presa en un lenguaje en proceso de desestructuraci!n" %odr&amos pensar, entonces, que lo liminar es un tiempo@estado de incertidumbre en el que el sujeto, desasido de s&, se transorma mientras atra(iesa el espacio de la representaci!n para instalarse en la incertidumbre" abr&a, pues, en el proceso ritual, un esquema programático :echas, lugares, despla$amientos, gestos, comportamientos; siempre sub(ertido, desestructurado, un esquema (isible que conduce a su propio despla$amiento dando lugar a una liminaridad generali$ada" Esta teatralidad del ritual, este juego de la representaci!n@transormaci!n e)plica la tendencia a establecer una relaci!n entre el proceso ritual ' ciertas e)periencias teatrales : performance;" 555 Ingrid 1eist, en eecto, siguiendo a ?urner asocia de una manera esencial la e)periencia del rito ' la e)periencia del teatro" %ersonalmente, tendr&a ciertos reparos en esta asociaci!n" Es claro que el teatro pro(iene en sus or&genes del ritual ' ese origen no deja de estar presente a lo largo de su desarrollo, pero eso no debe
hacernos ol(idar que el teatro se separa del ritual en el momento en que se con(ierte en espectáculo, es decir en un e(ento preparado para un espectador ' por lo tanto en un discurso esencialmente transiti(o" 8%odemos hablar de espectadores de un ritual9 1eist admite esta posibilidad aunque con (acilaciones <%or otra parte, el ritual ' el performance teatral, en su conjunto, constitu'en un espacio liminoide al cual accede el espectador<,4 espectador que (endr&a a ser el antrop!logo" Esta airmaci!n es inmediatamente mati$ada en una nota a pie de página en la que se reiere a la (iolencia que -ste introduce, (iolencia que laro que la propia 1eist no deja de reerirse a una dierencia constituti(a de la relaci!n@oposici!n ritual@teatro cuando por ejemplo alude al
#a noci!n de liminoide, aunque menos desarrollada, no deja de ser central en esta in(estigaci!n pues dicha noci!n está ine(itablemente ligada a la noci!n de liminaridad con la cual se re.ne por complementariedad, por oposici!n, o bien, como (imos, por su dierenciada posici!n con respecto a la estructura, mejor dicho, a lo estructurado" ientras lo liminar es una temporalidad desestructurante que supone la e)istencia pre(ia de una estructura a la cual se niega :arlos onsi(áisH en donde este autor se reiere al
situaciones ca!ticas, no es menos cierto que se trata de en!menos controlados ' administrados por -rreas instituciones que crean estos espacios bien acotados para la maniestaci!n colecti(a de pasiones ' creencias, maniestaci!n que termina más bien sumándose a otras ormas de la organi$aci!n industrial o de la pro(isi!n de bienes ' ser(icios" En cuanto a la reo, pues, que ser&a necesario redeinir la noci!n de communitas, lo cual, por cierto, no es tarea ácil pues por su propia naturale$a esta noci!n rehu'e todo intento de acotamiento aparte de que, (erdaderamente, obser(ando las conductas sociales siempre se llega a un momento en que el orden se muestra como una continua apro)imaci!n al caos ' la estabilidad como una antas&a o como un (elo de la inestabilidad" %odr&amos decir, entonces, que toda comunidad tiene por lo menos un aspecto que permite describirla como comunitas, pero esta apro)imaci!n resulta qui$á demasiado la)a ', más que una deinici!n, es un apla$amiento de la deinici!n lo cual hace de communitas un objeto en suspenso" 555 El libro señala, sin embargo, un ejemplo de communitas, un ejemplo relati(amente cercano, relati(amente uni(ersal aunque siempre reno(ado, que bien podr&a ilustrarnos sobre la ormaci!n de un espacio liminoide ' la e)periencia de una temporalidad liminar" e reiero a la procesi!n, moti(o sobre el cual la autora (uel(e reiteradamente pero que, ' es de lamentar, parece no haber alcan$ado en este libro un pleno desarrollo" #a procesi!n ejempliica el continuo paso del r-gimen de programaci!n al r-gimen de ajuste@desajuste, la e)periencia de la inestabilidad ' la transormaci!n, del intercambio lábil, de un tiempo uera del tiempo, ' de una espacialidad a la que no puede adjudicársele un espacio propio" %rogramada para ser un despla$amiento grupal con un punto de partida ' un destino preijados, la procesi!n (a modiicando, sobre la marc#a, los modos de intercambio para preser(ar los la$os de la comunidad siempre amena$ada por los a$ares del camino" #a procesi!n a(an$a con un destino ijo pero ese a(ance nunca es lineal sino aleatorio ' supone al mismo tiempo el alejamiento ' la apro)imaci!n" #a procesi!n es un despla$amiento que debe reprogramarse con el in de responder a las incertidumbres, las deserciones ' los e)tra(&os mediante estrategias que tienen por objeti(o la recuperaci!n de un pro'ecto inicial que para cumplirse necesita rein(entarse sin descanso" El despla$amiento, el caminar sonamb.lico de los miembros de la procesi!n termina con(irti-ndose en una e)periencia de lo liminar@ liminoide un espacio temporali$ado, un tiempo espaciali$ado siempre perdi-ndose ' siempre recuperándose" #as procesiones, los largos (iajes se (uel(en una lucha contra el a$ar ' contra la amena$a del e)tra(&o o la p-rdida" Ello a su (e$ nos lle(a a pensar que todo apartamiento, (oluntario o accidental, de las pre(isiones ' prácticas de uso conducen a esta e)periencia de una incertidumbre ' al ensa'o de respuestas destinadas a superar o mitigar la incertidumbre" A este respecto, la literatura de icci!n en gran parte se alimenta de tal tipo de e)periencias" %ienso, por ejemplo, en <#a Autopista del Sur<, el magistral relato de Kulio >ortá$ar donde se describe el desconcierto al que deben sobreponerse los aectados por un gigantesco embotellamiento que inmo(ili$a a los innumerables paseantes que regresan a %ar&s en la tarde de un domingo de (erano" El
relato ocali$a, dentro de la interminable ila, una parcela de coches cu'os tripulantes se (en precisados a con(ertirse en una suerte de comunidad inestable que debe atender a los requerimientos que la demora (a creando satisacci!n del tedio de la espera, satisacci!n de las necesidades de pro(eerse de agua ' alimentos, de conseguir abrigo para pasar la noche, necesidad, más adelante, de cuidar a quienes se enerman, de sobreponerse a la primera muerte, de hacer lugar al primer nacimiento" >ada tanto la ila a(an$a algunos metros ' este corto despla$amiento ocasiona una nue(a ubicaci!n de los coches en el espacio, nue(as (ecindades e inesperados distanciamientos" El tiempo lu'e de un modo para el cual los relojes de los automo(ilistas no han sido programados ' en consecuencia esos relojes son in.tiles porque el tiempo es ahora una dimensi!n e)traña ' reacia a toda medici!n o cálculo" ?odo el tiempo la impro(isada comunidad debe programar respuestas, todo el tiempo alg.n coche ' sus habitantes desparecen del hori$onte de la siempre reno(ada comunidad ' reaparece más tarde, en otro despla$amiento, o es reempla$ado por un nue(o coche que ingresa al hori$onte comunitario, ha' un continuo paso del orden al desorden ' de nue(o al orden, un orden circunstancial en el que sin embargo se impro(isan relaciones, intercambios, se desarrollan aectos, solidaridades ' desconian$as, el tiempo se espaciali$a, se mide por unidades ' transormaciones meteorol!gicas es la noche, es el r&o, es la llu(ia o la nie(e ' nadie alcan$a a saber en qu- d&a del calendario está instalado" Es, creo, este relato una magn&ica ilustraci!n de la liminaridad, de un tiempo subjunti(o, de oscuridad, en el cual los automo(ilistas deben reorientarse* ' una ilustraci!n tambi-n de las trasormaciones de una proto@ estructura liminoide" %odemos deducir, entonces, que todo e(ento catastr!ico deri(ado de una interrupci!n artiicial de las programaciones o de accidentes naturales introducen más o menos bruscamente a los miembros de una sociedad en una e)periencia liminar@liminoide en la que se crea una communitas con el in de responder a la transormaci!n del hori$onte de (ida" %ara aludir a una e)periencia que a todos nos es pr!)ima ' en todos nosotros ha dejado huella, el terremoto que sacudi! a la ciudad de -)ico en 7LHD cre! ormas de intercambio ' respuestas acti(as ' despert! situaciones aecti(as, solidaridades, sentimientos ' recursos morales no pre(istos" En el caso de ese terremoto que tu(o como respuesta espontánea la creaci!n de una communitas, como en el de las catástroes naturales en general, (imos c!mo el nue(o espacio u hori$onte de (ida deb&a reprogramarse continuamente en una b.squeda de la super(i(encia" En el caso del relato de >ortá$ar los protagonistas organi$an una communitas con el in de preser(arse para restaurar, en el menor tiempo ' con la menor p-rdida posibles, sus hábitos cotidianos" #a communitas promue(e la inestabilidad en todo los ni(eles" #a inestabilidad, aquello contra lo cual se debe luchar, es al mismo tiempo lo que demanda, pero tambi-n ' sobre todo permite, las reprogramaciones que al cabo signiican la posibilidad de una reundaci!n de la (ida" 555 En estos espacios liminoides la comunidad se pone en juego puesto que lo liminoide será esencialmente eso un espacio de juego" En tanto la liminaridad es una de las dos <ormas de antiestructura< '
noci!n de juego es, como se puede (er, otra de las nociones centrales de la in(estigaci!n que estamos comentando" Se dir&a que la palabra uego tiene una carga semántica alimentada por contenidos que se despla$an ' contradicen signiica a la (e$ el desajuste ' el ajuste" 3ecimos que algo uega o tiene uego cuando está desajustado en relaci!n con el conjunto del que orma parte o el ordenamiento social al que se supone deber&a responder" na pie$a mecánica, por ejemplo la rueda de un auto, tiene uego cuando está desajustada, se bambolea ' amena$a con propagar la desestabili$aci!n a las pie$as contiguas ' progresi(amente al conjunto en general* un estudiante uega en clase cuando en (e$ de concentrarse en su tarea ensa'a conductas desestabili$adoras se distrae, distrae a sus compañeros con mo(imientos o actitudes que tienden a relajar la adecuada disciplina ' la adecuada distribuci!n de roles que una clase necesita para desarrollarse con -)ito" %or el contrario, decimos que algo #ace uego cuando se complementa, se combina ' en deiniti(a se ajusta a otro elemento o a un conjunto estructurado" El juego, aqu&, es ajuste o completud un juego de estampillas, de utensilios de cocina, un juego de pinceles o de herramientas suponen un conjunto completo de pie$as coneccionadas para un determinado in" %ero acaso lo más caracter&stico del juego sea la puesta en relaci!n del a$ar con el disciplinado esuer$o por dominarlo" n bal!n disputado en una cancha siempre puede tomar una direcci!n ' una (elocidad inesperadas, las cartas que alguien distribu'e sobre una mesa de juego son esperadas con la ansiedad o el temor propios del que no sabe si serán portadoras de n.meros astos o neastos pero los jugadores están ah& para ejercer un control sobre el a$ar ' aun reducirlo a un m&nimo posible" n jugador es alguien que tiene el oicio o la pasi!n de enrentarse al a$ar para mostrar o mostrarse que es capa$ de dominarlo aplicando t-cnicas as& sean ilusorias, como cuando un apostador se concentra en los giros de la ruleta ensa'ando conjuros mentales que alguna otra (e$ le dieron buenos resultados ' ahora repite, en plena tensi!n, apretando las manos o ajustándose a la silla de un determinado modo para conseguir que la (eleidosa bolita termine deteni-ndose en el n.mero escogido" 3e tal modo, el juego es este (ai(-n entre la amena$a del desajuste o la p-rdida, que son eectos propios del a$ar, ' la (oluntad humana de conocer el secreto de sus esperadas@inesperadas maniestaciones para someterlo a una regulaci!n siempre amena$ada"L Ponerse en uego no es entregarse a un puro a$ar sino enrentarlo lle(ado por una esperan$a, una necesidad o simplemente una pulsi!n que le indica a un sujeto que ha llegado el momento de (eriicar si inalmente podrá con -l :si conseguirá que al a$ar se ponga de su lado; o si sucumbirá como consecuencia de un acto de cualquier modo programado" #os que inter(ienen en las prácticas rituales de la Sierra adre =ccidental arontan el tiempo de oscuridad, atra(iesan un espacio de incertidumbre :se ponen en juego; porque de un modo o de otro esperan sobreponerse al a$ar ' arribar a la otra orilla del tiempo, orilla en que el tiempo, precisamente 'a librado del a$ar, puede ser reundado" Sin juego, esto es, sin riesgo, no es posible la transormaci!n" 555
A lo largo de este comentario hemos hablado con reiteraci!n del tiempo, pero nos quedan unas palabras por decir acerca de este tema que tiene en la in(estigaci!n un amplio tratamiento" 3ar orma (erbal a la e)periencia del tiempo supone or$ar el lenguaje, pues la gramática apenas si nos deja un resquicio para reerirnos al tiempo como tiempo (i(ido" %or lo general, tratamos de acceder a la e)periencia del tiempo mediante la narraci!n que no es sino la descripci!n de acontecimientos sucesi(os, o mediante metáoras que son de cualquier modo locuciones descripti(as ' por lo tanto espaciali$antes" #a rase de arc >hagall que 1eist utili$a como ep&grae del libro :uál es su tema de estudio9 e aqu& que hemos pasado de las prácticas rituales en la Sierra adre =ccidental, a las e)periencias de cierto teatro contemporáneo, a la ormaci!n de communitas aqu& ' allá, antes ' ahora" Se trata de un objeto que se contrae ' se e)pande, que continuamente se transorma ' se despla$a bajo la mirada —o como eecto de la mirada— del in(estigador" Siempre desestructurado, siempre m!(il, siempre en otro lugar ' en otro tiempo, este objeto no puede ser sino objeto de una antropolog&a negati(a" Esta orma, tan sugesti(a ' tan re(eladora, de la mirada antropol!gica es la que quiso para s&, aanosamente, Ingrid 1eist" Se ue dejándonos un libro que atestigua el esuer$o por construir esa di&cil —' 'a imprescindible— mirada"