El pan de la serpiente Norma Huidobro
© Norma Huidobro, 2009 © Grupo Editorial Norma, 2010 San José 831, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Reservados todos los derechos. Impreso en la Argentina Printed in Argentina !rimera edici"n# a$ril de %&1& 'irecci"n de colecci"n# (at)as (aggio Ram)re* +dici"n# atalia (énde* - Cecilia +sp"sito 'iseo de tapa# Ariana Jeni/ - 0er"nica rand2ean CC# %8&&181 ISBN: 978987!"!2"11
A la memoria de Felisa Santa María y de Juana Echarri, mis abuelas.
+stamos, como naci"n, empeados en una contienda de ra*as en 4ue el ind)gena lleva so$re s) el tremendo anatema de su desaparici"n, escrito en nom$re de la civili*aci"n. 'estru-amos, pues, moralmente esa ra*a, ani4uilemos sus resortes - organi*aci"n pol)tica, desapare*ca su orden de tri$us - si es necesario div)dase la 5amilia. +sta ra*a, 4ue$rada - dispersa, aca$ar6 por a$ra*ar la causa de la civili*aci"n. Julio Argentino Roca 7183911: ;legan los indios prisioneros con sus 5amilias a los cuales los tra2eron caminando en su ma-or parte o en carros, la desesperaci"n, el llanto no cesa, se les 4uita a las madres sus hi2os para en su presencia regalarlos a pesar de los gritos, los alaridos - las s
>'"nde, d"nde est6n los criados vie2os - ?eles 4ue entrev) en los primeros aos en la casa de mis padres@ >'"nde a4uellos esclavos emancipados 4ue nos trata$an como a pe4ueos pr)ncipes, d"nde sus hi2os, nacidos hom$res li$res, criados a nuestro lado, llevando nuestro nom$re de 5amilia, compaeros de 2uego en la in5ancia, viendo la vida recta por delante, sin m6s preocupaci"n 4ue servir $ien - ?elmente@ 7...: o- nos sirve un sirviente europeo 4ue nos ro$a, 4ue se
viste me2or 4ue nosotros - 4ue recuerda su calidad de hom$re li$re apenas se lo mira con rigor. (iguel Cané, +n la tierra 7188:, en Prosa ligera
1# $amos, %elisa
DArri$a, nia, 4ue -a ha amanecido. +s hora de llevar la lea, - la mula -a est6 lista. EFue se hace tardeG EArri$a he dicho, demonioG Helisa dio media vuelta en la cama - se tap" la ca$e*a con la gruesa manta de lana 4ue le ha$)a te2ido su a$uela, pero la vo* ronca de su madrastra segu)a martill6ndole la ca$e*a. DE;ev6ntate, HelisaG ;as nias holga*anas como t< no merecen el plato 4ue se les sirve a la mesa. Fuiso gritar, pero ning
Fué le pasa$a@ Sa$)a 4ue de$)a levantarse r6pido, vestirse a los apurones, $a2ar a la cocina, tomar un tro*o de pan de la mesa - meterlo en el $olsillo de su delantal, luego ir a $uscar a la mula - llevar la carga de lea... !ero no pod)a. Ah) segu)a, 4uieta en su cama, tapada hasta la ca$e*a con la manta de lana. DEFue te muevas, demonioG >e crees princesa, acaso@ a ver6s lo 4ue es $ueno... Ahora s), pens" Helisa, apretando los dientes con 5uria. Ahora viene el golpe. viendo sin ver, vio el $ra*o en alto de su madrastra, la mano cerrada 5ormando el puo Dduro como el pedernalD los o2os entrecerrados, la nari* a?lada, la $oca estirada seme2ando una sonrisa, los dientes pare2os - ?nos
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mordiéndose unos a otros, - sinti" sus huesos cru2ir antes aun de reci$ir el golpe, - 4uiso gritar, otra ve*, como antes, - tuvo miedo de 4ue no le saliera la vo*, como antes. 0amos, Helisa, pens", lev6ntate. 0amos, Helisa, grita, no te 4uedes muda esperando el golpe. DEo, no, noG Eo me golpee...G Dgrit", al ?n, tap6ndose la cara con los $ra*os, mientras se incorpora$a de un salto en la cama. DE+h, gallegaG >Fué te pasa@ Dle lleg" la vo* de Juana como una $endici"n desde la cama de al lado. Dn... na... nada. D>ada@ !ara m) 4ue tuviste otra pesadilla... Juana se despere*" estirando los $ra*os 5uera de las mantas - volvi" a enroscarse de cara a la pared. Dodav)a es temprano Ddi2oD. 0olvé a dormirte, gallega. Helisa se recost" nuevamente - estir" la manta de lana hasta cu$rirse la nari*. Sa$)a 4ue no volver)a a dormir, no se lo permitir)a. o pod)a correr el riesgo de soar con a4uella noche negra de su vida - o)r de nuevo la vo* eKtraa de su madrastra, anda, nia, 4ue don aspar te espera, lleva la mula, as) cargas la harina, ve criatura, ve... +sa vo*... ;a misma, pero di5erente. o era esa la vo* de la mu2er 4ue la golpea$a para sacarla de la cama cada amanecer. sin em$argo, s), era. +ra la vo* de su madrastra la 4ue preludia$a los sueos de la noche negra. ella no 4uer)a soar con eso, no 4uer)a o)r esa vo*. (e2or 4uedarse despierta... Si se dorm)a, el sueo se la traer)a como una o5renda. tam$ién le traer)a la noche, la
Helisa, est6s despierta, no te duermas. 'entro de poco amanecer6 - el nuevo d)a ser6 grato. ;a manta de lana le hac)a cos4uillas en la nari*, - su penetrante olor, r
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la m
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2# En la 'o'ina
D>asta cu6ndo has de lustrar esos cu$iertos, Juana@ Dasta 4ue $rillen como el sol. (aana llega el nio (iguel de la estancia - la seora 4uiere 4ue todo esté reluciente. Adem6s, no viene solo. rae visitas, pues. D>+s $uen mo*o el seorito@ DFué pregunta. -o 4ué sé... DC"mo 4ue no sa$es. Fue me pregunten a m) si es $uen mo*o mi Joa4u)n, 4ue me lo sé me2or 4ue el padrenuestro. DC"mo no i$as a sa$er, si es tu prometido. +l nio (iguel es el hi2o de la patrona - -o no tengo nada 4ue ver con él. no me preguntes m6s, -a lo vas a ver maana. D+st6 $ien, mu2er, no pregunto. Solo 4uer)a conversar un poco mientras hago hervir la leche, 4ue -a sa$es 4ue no me gusta tra$a2ar en silencio. Cuéntame algo de ti, vamos, si ni si4uiera sé cu6ntos aos tienes. D'ieciséis. D!ues eres menor 4ue -o, mira t<. Aun4ue, para ser sincera, te diré 4ue he nacido hace apenas seis meses. D>Fué dec)s, gallega@ DA-, mu2er, 4ue no so- gallega, -a te lo he eKplicado mil veces. So- de Castilla la 0ie2a, no de alicia. ;as
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D !ilar. Do, 4ue esa es de Asturias, anda, por 'ios. -o, de Castilla, recuérdalo. D+st6 $ien, est6 $ien, >pero 4ué es eso de 4ue naciste hace seis meses@ D+s 4ue he llegado a esta $endita tierra el d)a de mi cumpleaos, hi2a m)a. +l %N de noviem$re he cumplido diecisiete - ese mismo d)a, por la maana... cerca del mediod)a, creo -o... EAnda, 4ue no recuerdo la horaG !ero no hace al caso, la 5echa es lo 4ue importa. !ues $ien, el %N de noviem$re he $a2ado del $arco - he puesto los pies en este suelo - he vuelto a nacer. A4u), en la Argentina, 4ue a eso he venido, a nacer, a vivir una vida nueva - di5erente. Con mi Joa4u)n, vamos, 4ue es el hom$re de mi vida. As) 4ue -a sa$es, Juana, la 5echa de mi nuevo nacimiento me la he gra$ado en el cora*"n# %N de noviem$re de 18%. a ves 4ué pe4uea so-. DA-, a-, a-, Helisa. +st6s loca, eso es lo 4ue veo. D;oca de amor por mi Joa4u)n. a lo has conocido - no dir6s 4ue no es $uen mo*o. DSi -o no digo nada, gallega. D0uelta la $urra al trigo... D> no eKtra6s a tu 5amilia@ DFue no, mu2er... A mi padre, un poco, el po$recillo. !ero si conocieras a mi madrastra... EA-, 0irgen de la (isericordia, 4ué mu2er tan malvadaG D>enés hermanos@ D'os hermanas, hi2as de mi padre - mi madrastraL tan malas como la madre 4ue las pari", las chi4uillas... o no he conocido a mi madre, >sa$es@ +so es algo 4ue he lamentado siempre. a muerto a poco de nacer -o - eso me da un dolor a4u) en el cora*"n, hi2a m)a, 4ue no sa$es... (e cri" mi a$uela, la madre de mi padre, 4ue ha muerto cuando -o ten)a ocho aos, poco después de 4ue mi padre volviera a casarse... As) 4ue -a ves, he de2ado all) en mi tierra las ceni*as de las
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dos tu padre no te 4uer)a@ DS), me 4uer)a, pero... +s 4ue esa mu2er le ha sor$ido el seso, 4ué 4uieres 4ue te diga. 0e por sus o2os, respira su aire, cree todo lo 4ue le cuenta... A-, perdona, Juana, pero -a no 4uiero seguir ha$lando de ellos. Anda, h6$lame t< de tu 5amilia, >4uieres@ Do tengo 5amilia. DAh, perdona... !ues entonces cuéntame de las visitas 4ue se trae el seorito. >Fuiénes son@ D'on +ste$an - su esposa, doa Catalina. Son amigos de la 5amilia, pero m6s 4ue nada del nio (iguel, - todos los aos pasan el verano en la estancia. ;uego vienen los tres a4u) - se 4uedan unos d)as, hasta 4ue el patroncito se va a +uropa - ellos vuelven a la Casa de la Serpiente. D>;a Casa de la Serpiente...@ DS), as) la llaman. Fueda en el $arrio de la Recoleta, cerca del cementerio. +s le2os de a4u). D> tienen una v)$ora en esa casa@ Do no vi ninguna... D>as ido@ >Conoces la casa...@ Cuéntame, mu2er, 4ue tengo 4ue sacarte las pala$ras como si 5ueran diamantes, 4ue as) las ocultas. Anda, ha$la. DHui con doa Catalina el ao pasado, el mismo d)a 4ue el nio (iguel tom" el $arco para ir a +uropa, -a te di2e 4ue ellos se 4ueda$an ac6 hasta 4ue él se i$a. ;a seora le pidi" a doa (ercedes 4ue me de2ara ir para limpiar la casa - ella di2o 4ue s), entonces 5uimos. +so, nom6s. D> c"mo era la casa@ >(u- grande, enorme@ >en)a 2ard)n@ Drande, s), - con 2ard)n, pero 5ea -... D> 4ué, mu2er@ >+s 4ue no puedes contar todo de un tir"n@
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D!as" algo mu- raro a4uel d)a 4ue me llev" doa Catalina... (uchas veces lo pienso, pero no sé, no entiendo... DCuéntame - te diré 4ué pienso -o, a ver si entiendo algo... D+se d)a, don +ste$an se ha$)a ido a la Casa de la Serpiente por la maana, - como doa Catalina ten)a 4ue hacer algunas compras, pre?ri" ir a la tarde. +ntre una cosa otra, salimos casi de noche. ;léveme primero al almacén de don Costa, le di2o doa Catalina al cochero. D>'"nde 4ueda ese almacén@ D!ara el lado de la Recoleta, tam$ién, pero antes de llegar al cementerio. Do cono*co ese lugar... Do ha- muchas casas por ah). ;as pocas 4ue ha- tienen 2ardines mu- grandes. Bueno, el cochero nos llev" al almacén de don Costa, nom6s. a$)a un hom$re parado en la puerta, la seora se $a2" del coche - le ha$l"... D> 4ué le di2o... @ D'e26 4ue te cuente, gallega, me interrump)s a cada rato. A-, don Costa, no sa$e lo 4ue pas", di2o doa Catalina. ;a chinita se escap"... +ntonces el hom$re se eno2" - grit" $ien 5uerte# EChina desagradecida. Son todas iguales, uno les da de comer - mire c"mo le paganG. As) es, le di2o la seora, tiene toda la ra*"n. Seguro 4ue se 5ue con alg de d"nde se ha$)a escapado la chinita@ > por 4ué se lo di2o al don Costa ese@ D;a chinita se ha$)a escapado de la Casa de la SerpienteL para m) 4ue a ella tam$ién la ha$)an llevado a limpiar. +so es lo 4ue entend) -o. doa Catalina se lo di2o a don Costa por4ue se ve 4ue la chica tra$a2a$a en el almacén. !ero
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esper6 4ue te sigo contando... +l coche se puso en marcha otra ve* - al rato pasamos 5rente al cementerioL vi algunas cruces por detr6s del pared"n - miré para otro lado. o me gustan los cementerios, - menos de noche. DAnda, mu2er, 4ue a m) tampoco. 'e d)a es otra cosa, pero de noche... 'e solo pensarlo, me dan escalo5r)os. DComo te dec)a, seguimos unas cuadras m6s, do$lamos por una calle - al ?n el coche par" 5rente a una casa... D>C"mo era la casa@ D'esde a5uera no se ve)a. odo esta$a mu- oscuro. e di2e 4ue por ese $arrio los 2ardines son mu- grandes, con 6r$oles 4ue tapan las casas. Adem6s en esa calle no ha$)a lu*. Bueno, $a2amos del cocheL doa Catalina a$ri" la puerta del 2ard)n - entramos. Al 5ondo se ve)a un 5arol, pero mucho no alum$ra$a. D ninguna serpiente apareci" por el camino... Da te di2e 4ue no... !ero lo raro era 4ue... 4ue la casa no esta$a vac)a. DClaro, esta$a el marido de la seora... DAparte de él, 4uiero decir. 'oa Catalina me ha$)a dicho 4ue no ha$)a nadie m6s. !ero apenas pusimos los pies en la galer)a, o) la vo* del seor, a lo le2osL no sé 4ué dec)a. !arec)a 4ue ha$la$a con alguien. +ntonces doa Catalina grit", $ien 5uerte# E;legamos, +ste$anG, - él le contest"# +sto- en la cocina - no volvi" a ha$lar m6s. D> con 4uién ha$la$a el patr"n@ D+sper6 un poco, gallega, -a vas a ver. Seguimos por la galer)a - pasamos 5rente a la cocina... ;a puerta esta$a a$ierta - ha$)a algo de lu*... +ntonces la vi... D>A 4uién...@ DA una chinita como -o. +sta$a cocinando, se ve, por4ue revolv)a algo en una olla. 'on +ste$an esta$a parado detr6s le ha$la$a al o)do... D> 4ué le dec)a@
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DA-, gallega, c"mo vo- a sa$er 4ué le dec)a, si -o esta$a a5uera - él le ha$la$a al o)do, $ien pegado a ella... D>!egado...@ DS), le ha$la$a - se le apo-a$a encima, - la toca$a... D+l mu- as4ueroso... D'oa Catalina, 4ue ven)a detr6s de m), me puso una mano en la espalda - me empu2" un poco para 4ue caminara m6s r6pido... (e di2o 4ue me2or me 5uera a dormir por4ue era tarde - al otro d)a me ten)a 4ue levantar mu- temprano. D>< le preguntaste algo@ DFué le i$a a preguntar si era su casa. o i$a a hacer la limpie*a, nom6s. D>!ero la seora no le di2o al del almacén 4ue la chinita se ha$)a escapado@ >P acaso ser)a otra...@ D -o 4ué sé, gallega. o preguntes tanto, 4ue todav)a no te conté lo m6s importante. DBueno, mu2er, cuenta, cuenta, 4ue me tienes so$re ascuas. D'espués de cru*ar el patio, llegamos a una escalera angosta, de ?erro. Arri$a esta$a la piecita con el catre para m). 'oa Catalina me de2" una vela - me di2o 4ue me acostara - la apagara enseguida. o le hice caso - ah) nom6s me dorm). o sé cu6nto tiempo ha$r)a pasado, pero... me despert" un grito... D>Mn grito...@ >'e 4uién...@ D!ara m), era de la chinita. Mn grito horri$le, - enseguida un ruido de golpes, - después nada m6s... D>C"mo 4ue nada m6s@ > no $a2aste a ver 4ué ha$)a pasado...@ D>C"mo i$a a $a2ar, gallega@ +sta$a oscuro, todav)a era de noche - no ten)a con 4ué prender la vela... (e senté en el catre - me 4uedé 4uieta, escuchando... (e pareci" o)r unas voces, le2os, como viniendo del 2ard)n... D> 4ué m6s...@ >Fué pas" después...@ 17
Dada. 'espués no se o-" nada m6s - me volv) a dormir. !ero a la maana, cuando me levanté - 5ui a la cocina, la chinita -a no esta$a. i en la cocina ni en ninguna parte. D>Ad"nde se ha$)a ido@ 4+ .o 5u6 s6, allea#
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# El silen'io . los ritos
Si su piel hu$iera sido $lanca como la de Helisa, seguramente cuando ella le pregunt" si el nio de la casa era $uen mo*o, Juana se ha$r)a sonro2ado. 70en), chinita, dec)a él - ella i$a por4ue era su o$ligaci"n.: !ero la piel morena de sus me2illas no sa$)a tomar ese tinte ro2o ni a$rasarse con ese calor s<$ito 4ue la vergOen*a suele provocar en los rostros m6s claros 4ue el su-o. 70en), chinita, dec)a él.: !or eso cuando en la cocina de la casa, ocupada cada una en su tarea, Helisa 5ormul" la pregunta, ella hi*o lo 4ue sol)a hacer cuando algo la intimida$a# $a2ar la vista - ordenar a sus manos 4ue no la delataran con tem$lores inoportunos. !or suerte para ella, Helisa no de2a$a de ha$lar - salta$a de un tema a otro, a veces sin esperar respuesta. >a$r)a comprendido Helisa 4ue a ella no le gusta$a ha$lar de su vida, de su pasado@ Juana sent)a 4ue le 5alta$an las pala$ras, >c"mo i$a a darlas, si no las ten)a@ !od)a devolver miradas, gestos, hasta prodigarse en sonrisas pod)a o en conversaciones 4ue no tuvieran 4ue ver con su intimidad, por4ue cada ve* 4ue llega$a el momento de ha$lar de s) misma, su $oca se o$stina$a en el silencio. C"mo le ha$r)a gustado responderle a Helisa con muchas pala$ras cuando ella le pregunt" so$re su 5amilia - no de una manera tan me*4uina como apenas pudo hacer. o tengo a nadie, ha$r)a 4uerido decirle. So- una india, >a 4uién vo- a tener@ !ero conoc) a mi madre, >sa$és@, le ha$r)a gustado decir. A
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sus pala$rasL siento la ti$ie*a de su aliento arrullando mi sueo con sonidos eKtraos, pero no sé lo 4ue dicen. Recuerdo el viento - el 5r)o, - el calor de su pecho. uardo su vincha $a2o mi almohada - me duermo ro*ando con los dedos sus hilos de colores, aun4ue ni si4uiera sé si era su-a esa vincha o va-a a sa$er de 4uiénL solo sé 4ue la tengo, 4ue la tuve siempre, 4ue es mi recuerdo m6s antiguo, 4ue 2am6s me separaré de ella, 4ue me digo una - otra ve* 4ue era la vincha de mi madre por4ue s), nom6s, por4ue se me da la gana, por4ue no tengo otra cosa 4ue me la recuerde. Salvo los gritos. !ero no lo di2o. A veces veo su cara oscura, oscura como la m)a 7>la veo o me la invento@:, su pelo renegrido con la tren*a colgando a la espalda - la vincha partiendo su 5rente en dos, le ha$r)a gustado decir. !ero no lo di2o. o pudo. o sa$)a c"mo. ;os gritos. unca llega$an solos los gritos. ;lega$an con una presi"n so$re su pecho 4ue la o$liga$a a respirar hondo, hondo, con toda la $oca a$ierta, hasta 4ue una agu2a se le clava$a en el costado con una pun*ada seca - pro5unda, 4ue la inmovili*a$a. ;lega$an en cual4uier momento. ;lega$an en cual4uier lugar. +n la estancia, a4uella ve* 4ue el patr"n la sorprendi" de rodillas en su ha$itaci"n, mientras 5rega$a el piso, - con la punta de la $ota empe*" a ro*arle una pierna a levantarle la pollera. llega$an tam$ién cada ve* 4ue el patroncito la empu2a$a contra la pared, al principio, después, cuando simplemente la llama$a a su lado - ella i$a por4ue no pod)a hacer otra cosa. ampoco sa$)a si esos gritos eran el eco de los de su madre o si eran la repetici"n in?nita de todos los gritos de todas las madres a las 4ue los soldados les arrancaron sus hi2os, a4uella maana, en la ciudad, para entregarlos como sirvientes, como esclavos a las 5amilias porteas. ;as manos, los $ra*os de su madre la su2etaron con 5uria, con desesperaci"n, - ah) vienen los gritos, ese es el momento. odos los gritos, por4ue mientras a su madre le arranca$an la hi2a, a las otras madres tam$ién les 4uita$an sus hi2os, a 20
todas. !rimero las separaron de sus hom$res, después de sus hi2os. A todas. los gritos. odos los gritos en su ca$e*a. !ara siempre.
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"# an de a.er
D+h, nia, >-a has comen*ado a llenar de pan tu delantal@ DFue no lo lleno, Rosario, solo guardo un mendrugo por si me da ham$re. DE(endrugoG E0a-a la niaG Si un pan entero llevas ah). ;o esto- viendo. D+s pan de a-er, Rosario, 4ue el 4ue ha tra)do ho- la Consuelo ni lo he tocado, 4ué digo, ni lo he mirado, si4uiera. Anda, mu2er, 4ue de todo protestas. DAnda t<, Helisilla, 4ue a4u) se te da de comer. Cual4uiera 4ue te viera con el pan en el delantal pensar)a 4ue pasas ham$re. DFue no paso ham$re, mu2er, - t< lo sa$es. !ero dé2ame con mi pan a $uen resguardo 4ue no le hago mal a nadie. es pan de a-er, -a te lo he dicho, a ver 4uién lo 4uiere, >eh@ Si no 5uera por m), terminar)a seco - duro en un rinc"n, el po$recillo. DA-, Helisa, calla -a, calla 4ue ha- mucho 4ue hacer. +sta tarde llegar6 el hi2o de doa (ercedes - 4uerr6 el chocolate los churros, - tam$ién las natillas para el postre de la cena. D>Conoces al seorito, Rosario@ DClaro 4ue s). Antes ven)a m6s seguido a ver a su madre, pero ahora se pasa casi todo el tiempo en la estancia via2ando a !ar)s. D>+s $uen mo*o@
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DPh, s). a lo ver6s. D;e he preguntado a la Juana, pero me ha dicho 4ue no lo sa$)a. DEC"mo no lo va a sa$er, niaG Cual4uiera 4ue lo ha-a visto, lo sa$e. la Juana lo conoce $ien, -a 4ue ha vivido en la estancia desde pe4uea. -a $asta de charla, Helisa, 4ue se nos va la maana - el pescado sin vender. Anda, ve al almacén de tu paisano - le pides una li$ra de chocolate - dos chauchas de vainilla. no te entretengas con tu Joa4uinillo, 4ue -a $astante tiempo te 4uita. +l andar de Helisa era r6pido - desmaado. Su pierna derecha renguea$a levemente a causa de un accidente en su in5ancia del 4ue no le gusta$a ha$lar. ;as tres cuadras 4ue de$)a caminar hasta el almacén del padrino de Joa4u)n, Helisa las recorr)a casi a diario para ver a su prometido -, cada ve* 4ue lo hac)a, no de2a$a de compararlas con el largo - sinuoso camino 4ue, en su pue$lo, separa$a su casa de la de Joa4u)n. +sos pasos despare2os, alegres ahora - doloridos antes, cuando los golpes de su madrastra la hac)an huir en $usca de amparo - consuelo, siempre la lleva$an a Joa4u)n, su amigo desde 4ue eran nios, su con?dente, su c"mplice. Hue él 4uien la convenci" para via2ar a la Argentina, después de 4ue su padrino lo llam" para o5recerle tra$a2o en el almacén. 0o-, si t< vas, Helisa, le di2o, - en ese momento ella supo 4ue ir)a, 4ue 2am6s se separar)a de él - 4ue, 5uera adonde 5uera, lo seguir)a siempre. Ahora Helisa se detiene en una es4uina - mira hacia un lado, atra)da por el sonido 4ue aprendi" a amar apenas lleg" a Buenos Aires# ese cloc, cloc hueco - sonoro 4ue no es m6s 4ue el golpeteo de los cascos de los ca$allos en el ado4uinado de las calles. Mn coche negro - reluciente, guiado por un hom$re de som$rero alto, se acerca$a al trote lento de dos ca$allos imponentes, tam$ién negros, tam$ién relucientes. Helisa los mira pasar - ni si4uiera se ?2a en 4uién va dentro del cocheL le pareci" ver a una mu2er con la ca$e*a cu$ierta por una mantilla, pero no le interesa, solo presta atenci"n al cloc, cloc, cloc de los cascos so$re los ado4uines - eso es su?ciente para alegrar aun m6s esa hermosa maana de 23
principios de ma-o. Sin moerse de la es5uina, mientras mira el 'o'/e 5ue se ale(a, %elisa llea la mano al bolsillo de su delantal, sa'a el pan . 'omiena a mordis5uearlo# El sabor re'on'entrado del pan de a.er, leemente m3s salado . de 'onsisten'ia un po'o omosa, a'ompa-a bien ese momento de intensa . ua eli'idad#
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!# a 'ena
DHelisa, t< a4u), en la cocina, conmigo, 4ue -a lo sa$es, nia, no sé por 4ué te lo repito Dorden" RosarioD. <, Juana, ve a retirar la sopera - después lleva la 5uente del pescado, hi2a. Fue te 4uedes 4uieta, Helisa, -a te lo he dicho. +l comedor no es tu sitio. !ilar es 4uien sirve, la
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hacia el 5ondo del patio, - ella, 4ue casi se puso a correr, avergon*ada, como ha$r)a hecho ahora, si no se hu$iese o$ligado a seguir recogiendo los platos de la mesa - a ignorar esa complicidad de sonrisas 4ue, después de todo 7como pens" m6s tarde: 4ui*6s 5uera solo una mala 2ugada de su imaginaci"n. !ero no la mano del nio (iguel so$re su pierna. o la certe*a de su manoL de eso no duda$a. 'espués de la comida, a la hora del ca5é - los licores, Helisa se las ingeni" para ocultarse en el comedor -a vac)o, asomarse al sal"n sin 4ue nadie la viera para espiar a sus anchas a las visitas. +l seorito (iguel, tan atildado con su cuello duro - sus maneras re?nadas de mover las manos tomar asiento, no le gust" nada. ;e $ast" echarle una mirada - compararlo con Joa4u)n para llegar a la conclusi"n de 4ue su prometido era cien veces m6s guapo. +n cuanto a la pare2a de invitados, lo mismo# no le gust" ninguno de los dos, aun4ue por motivos mu- di5erentes. +l hom$re, 4ue se mov)a ha$la$a del mismo modo 4ue el seorito, pero 4ue a di5erencia de él era mucho m6s $a2o de estatura - ten)a un a$domen demasiado voluminoso, le pareci" desagrada$le tam$ién algo rid)culo. Record" lo 4ue le ha$)a contado Juana cuando lo vio ha$l6ndole al o)do a la chica en la Casa de la Serpiente - le dio asco. Mn recuerdo mu- le2ano 4uiso tomar lugar en su mente, pero Helisa lo recha*" de plano - se concentr" aun m6s en lo 4ue ve)a para no perder un solo detalle. uien la /io estreme'er ue la esposa del /ombre'ito barri;n, por lo pare'ida 5ue era a su madrastra# ui3s no se tratara de un ran pare'ido *si'o, pero esa mu(er ten*a alo en 'om
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># ?ala no'/e
A veces Helisa le tem)a a la noche, no a la noche en s), no a la oscuridad ni a los ruidos eKtraos 4ue se de2an o)r en medio del silencio - el desvelo, tampoco a los esp)ritus 4ue pudieran rondar por all), sino a los sueos 4ue la noche trae consigo. (alos sueos 4ue le de2a$an un poso de angustia al despertar - una mancha capa* de oscurecer la maana m6s $ella soleada, - 4ue ella consegu)a $orrar solo a 5uer*a de empeo - voluntad. +sa noche, mientras Helisa - Juana, solas en la cocina, termina$an de lavar - secar los platos a la ve* 4ue comenta$an acerca de los invitados, sucedi" algo 4ue a Helisa le caus" cierta in4uietud, aun4ue no tuvo del todo claro el motivo# el seorito (iguel se ha$)a asomado a la cocina para pedirle a Juana 4ue antes de retirarse le llevara una 2arra de agua a su ha$itaci"n. A Helisa le pareci" 4ue a Juana le tem$la$an las manos. ;a vio tomar aire con la $oca a$ierta, como si le costara respirar. ;a vio a5errarse al respaldo de una silla - 4uedarse 4uieta, de espaldas. DAnda, llévale la 2arra Dle di2oD. e esperaré - luego nos iremos a dormir. Se nota 4ue est6s mu- cansada. Do, no me esperes, gallega. Andate, nom6s. o vodespués. !or intuici"n, m6s 4ue por otra cosa, supo 4ue ten)a 4ue irse. Se durmi" enseguida con un sueo pesado, negro, sin im6genes, un sueo pro5undo - muerto del 4ue despert" con un so$resalto, sintiendo 4ue algo le oprim)a la garganta. ir" 27
la ca$e*a hacia la i*4uierda -, a la escasa lu* de luna 4ue entra$a por la alta clara$o-a de la puerta, alcan*" a ver 4ue la cama de Juana esta$a vac)a. al ve* no sea tan tarde, pens"L cerr" los o2os - volvi" a dormirse. Ahora, Helisa est6 mirando el techo a$ovedado de la iglesia - se le ocurre 4ue podr)a caérsele encima. Aplastada contra las losas del piso 4uedar)a si el techo se ca-era. (6s aun, mucho m6s, hundida entre los huesos 4ue descansan de$a2o de las losas 4uedar)aL cad6ver entre los cad6veres 4ue all) moran por los siglos de los siglos. 0amos, Helisa, tienes 4ue irte de a4u), la iglesia no es sitio seguro para ti. o hanadie, ni el cura si4uiera, 4ue todos se han ido. >!ero ad"nde iré@, se pregunta, - ese dolor en la pierna 4ue no cesa... 0ete, Helisa, se ordena. 0ete. !ero a5uera est6 el cementerio, dice ahora, - all) ha- m6s muertos 4ue en la iglesia, - no solo los es4ueletos, sino los esp)ritus 4ue se lamentan por4ue no encuentran su lugar ni en el cielo ni en el in?erno. 0ete, Helisa, vete. A5uera, un cielo 5r)o, sin luna - cu$ierto de estrellas 4uiere aplastarla contra la tierra. al ve* ser)a me2or, piensa, me2or la tierra 4ue las losas de la iglesia. el dolor de la pierna 4ue no cesa... Asiendo la manta de lana con los puos $lancos de tanto apretarlos, Helisa a$ri" los o2os a la lu* de la madrugada. Juana dorm)a en la cama de al ladoL de tanto en tanto, su $oca tensa se agita$a en una mueca eKtraa, acompaando el rechinar de sus dientes, 4ue se o)a como el murmullo de los grillos al atardecer.
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7# Gente importante
D>asta cu6ndo se 4uedar6n el seorito (iguel - sus invitados@ Dle pregunt" Helisa a Rosario, mientras la a-uda$a en la preparaci"n del almuer*o. D> a ti 4ué te importa, doa me meto en todo@ Do te eno2es, solo 4uer)a conversar. DConversar, conversar, va-a, nia, mira 4ue conversas t<, >eh@ A ver, lava ese arro* hasta 4ue el agua 4uede clara. !onlo en el ceda*o, anda. para 4ue no te muerda la curiosidad - hagas $ien tu tra$a2o, te diré 4ue el seorito (iguel - sus invitados se ir6n esta misma semana. +l seorito, a !ar)s, como hace todos los aos. ;os otros dos, pues a su casa, >ad"nde, si no@ !ara Helisa, el almuer*o transcurri" como la cena de la noche anterior, es decir, sin ninguna intromisi"n de su parte en el comedor. !ero a la hora del ca5é - los licores Ddel mismo modo en 4ue lo ha$)a hecho la pasada nocheD cuando todos se 5ueron al sal"n, se ocult" en el comedor vac)o para poder espiarlos un poco m6s - después contarle a Joa4u)n c"mo era - de 4ué ha$la$a esa gente de Buenos Aires 4ue tan poco conoc)a - tanta curiosidad le provoca$a. Con la seora de la casa 2am6s ha$)a ha$lado. +ra evidente 4ue la gente importante no les dirig)a la pala$ra a sus sirvientes, salvo a los ma-ores, como Rosario, a 4uien Helisa le calcula$a una edad superior a los treinta aos - 4ue, adem6s, lleva$a 29
mucho tiempo en la casa ocup6ndose de la comida de todos los d)as. P tam$ién a Juana, a 4uien la seora se lo pasa$a retando a cada rato - pidiéndole cosas de la maana a la noche, como ha$)a hecho el seorito (iguel cuando se acerc" a la cocina para decirle 4ue le llevara una 2arra de agua. odas las maanas, Juana le serv)a a la seora (ercedes el desa-uno en la cama, después la a-uda$a a em$utirse en el corsé, a vestirse - a peinarse, - la acompaa$a cuando sal)a de compras para cargar montaas de ca2as - pa4uetes de ropa. Juana, siendo tan 2oven, era la sirvienta m6s antigua, -a 4ue ha$)a vivido casi toda la vida en la estancia de los seores - siempre ha$)a estado a su servicio, hasta 4ue muri" el seor - doa (ercedes la tra2o con ella a Buenos Aires. !ara Helisa, en el rango de personal de servicio no ignorado del todo, después de Rosario - Juana le toca$a el turno a !ilar, 4ue era la no es cierto, 4uerida@ DA-, +ste$an, no me hagas acordar, por 5avor... Ddi2o la mu2er, llev6ndose la mano al pecho - entrecerrando los o2os en un gesto de su5rimientoD. unca ha$)a visto un
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espect6culo tan atro*... D;o 4ue sucede Dempe*" a eKplicar el marido, dirigiéndose a doa (ercedes - a su hi2oD es 4ue esta maana tuve la pésima idea de pedirle a Catalina 4ue me acompaara al puerto, donde de$)a reali*ar un tr6mite, - la desdichada casi se me muere ah) mismo Dtermin", tom6ndole una mano a la esposa, compungido ante su dolor. 7+l puerto, el hermoso puerto de Buenos Aires, pens" Helisa. ;e diré a Joa4u)n 4ue me lleve el domingo a dar un paseo.: D>!ero 4ué ha pasado, por 'ios@ D4uiso sa$er doa (ercedes, preocupada, como es de$ido, al o)r las pala$ras del invitado. D+s 4ue he visto a la tur$a Ddi2o Catalina, -a recuperada, pero manteniendo a ra2ata$la el gesto de su5rimiento 4ue le achica$a los o2os - le arruga$a la 5renteD. E;a tur$a $a2ando del $arco, 'ios m)oG 7>;a tur$a@ >Fué es eso@: D!o$re Catalina Dse compadeci" su maridoD. o es para menos. A m) me a5ecta, desde luego, pero un hom$re so$relleva estas cosas de otra manera. Mstedes, las mu2eres, son m6s sensi$les Ddi2o, mirando a doa (ercedes, a la ve* 4ue su$)a - $a2a$a lentamente la ca$e*a. D+sos eKtran2eros, E0irgen SantaG DCatalina se persign" - tom" la pala$ra nuevamenteD. Son mendigos, ignorantes, sucios. Atesta$an el puerto como las moscas en el matadero, 6vidos de nuestra sangre. E'ios m)oG o sé c"mo no me he desma-ado ah) mismo Dtermin" Catalina, am$as manos so$re el pecho, los o2os cerrados, la 5rente una sola - pro5unda arruga como marcada a 5uego. 7(adre de la (isericordia...: D+stos son los tiempos 4ue corren, 4uerida amiga Ddi2o (iguelD. ;as autoridades se est6n $urlando de nosotros, - de m6s est6 decir 4ue al $urlarse de los ciudadanos, se $urlan de la patria. >Fué pretenden@ Da4u) hi*o una pausa, mientras los dem6s lo mira$an, eKpectantesD. uestro glorioso e2ército ha 31
vencido al indio Dsigui"D, permitiendo 4ue la civili*aci"n llegara al desierto salva2e, >- para 4ué@ Dotra pausaD. >!ara terminar a$riéndoles las puertas a estas hordas de misera$les@ E!or 5avor...G Dtermin", indignado. 7>(isera$les...@: D+s di5)cil comprender a 4uienes nos go$iernan D reQeKion" +ste$an, mirando mu- serio a su auditorioD. o me pregunto por 4ué no toman e2emplo de nuestros hacendados, 4ue gastan 5ortunas tra-endo de +uropa a los m6s selectos e2emplares de ganado para cru*arlos con los de a4u) - as) me2orarlos. >Acaso, doa (ercedes, no es eso lo 4ue hi*o su esposo, 4ue en pa* descanse, toda su vida...@ 'oa (ercedes, emocionada por la menci"n del marido muerto, 2unt" am$as manos so$re la 5alda, asintiendo una otra ve* con la ca$e*a. D>!or 4ué nuestro go$ierno no hace como ellos, entonces@ Dsigui" +ste$anD. >!or 4ué tienen 4ue traer a nuestra patria una inmigraci"n in5erior@ 7In5erior...: Da 4ue las autoridades no hacen nada para impedir la llegada de esta chusma, nosotros, EargentinosG, tenemos el de$er de hacernos o)r por el $ien de nuestra patria D proclam" (iguel, la vo* inQamada, el puo en alto. Doña Mercedes, con los ojos vidriosos a causa de tanta emoción contenida, tomó la mano de su hijo.
D(iguelito Dcasi susurr"D, esa es la pala$ra necesaria... !atria, patria... !ala$ra 4uerida, tan manoseada - devaluada en estos d)as... !atria... enemos 4ue devolverle el $rillo 4ue tuvo antao... D- -a no di2o nada m6s por4ue la vo* se le 4ue$r" en una especie de maullido desgarrado. DS), doa (ercedes, (iguel, tienen ra*"n Dtom" la pala$ra +ste$anD, es hora de 4ue nos oigan, - para eso tenemos 4ue de2ar de ser la mansa vaca 4ue se de2a ordear... DAh... Dsuspir" CatalinaD. a me siento me2or. Ac6 se respira aire nacional.
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7anado. Chusma. !atria. Argentinos. Aire nacional...: %elisa, 'on la 'abea ba(a . una piedra en la aranta, oli; a la 'o'ina#
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8# @tras palabras
Helisa 4uer)a contar lo 4ue ha$)a escuchado en el sal"n, 4uer)a gritarlo, escupir esas pala$ras 4ue la ha$)an herido, pero no pod)a. o a Rosario, ni a Juana, si4uiera. ;a piedra 4ue le atravesa$a la garganta se lo imped)a. !or eso, cuando Rosario la mand" a $uscar canela al almacén, sinti", al ?n, 4ue la piedra empe*a$a a desintegrarse - 4ue el aire, de a poco, circula$a otra ve* por donde de$)a. Joa4u)n era el t< crees 4ue eso es verdad@ DFue no, hom$re. C"mo vo- a creer eso, por 'ios. D+ntonces no tienes por 4ué preocuparte. Anda, 4ue los
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ricos son iguales en todas partes. >P crees t< 4ue en +spaa son me2ores@ D+s 4ue a esos no los cono*co. o ha$)a seoritos como los de a4u) en nuestro pue$lo, Joa4u)n, dueos de tantas tierras - tantas vacas. Do en el nuestro, pero s) en otros. Con menos tierras con menos vacas, seguramente, pero con tantos humos como estos, mu2er. >Fue dicen cosas 5eas de nosotros@ !ues anda, 4ue con su pan se lo coman. D> siempre ser6n as) las cosas, Joa4u)n@ Do, -a han de cam$iar, mu2er. uestros hi2os ver6n otro mundo, 4ue a eso hemos venido a esta tierra. DAnda, hom$re, 4ue a m) tam$ién me gustar)a verlo. 4o er3s, lo er3s# + a/ora, a re*r, 5ue no 5uiero erte 'on esa tristea en los o(os, 5ue me partes el alma, %elisa#
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9# a *spera
Ptros almuer*os - cenas, m6s otros ca5és - licores en las so$remesas del sal"n, o el té - el chocolate de la tarde D siempre acompaados de las amenas charlas propias de la gente educada - mundanaD se 5ueron sucediendo durante la semana sin 4ue Helisa intentara espiar a los concurrentes o escuchar su conversaci"n. Considera$a 4ue -a ten)a en su ha$er demasiadas pala$ras hirientes Ddi5)ciles de olvidar, por ciertoD - no 4uer)a correr el riesgo de tener 4ue escuchar m6s. !or otro lado, con los preparativos del via2e del seorito (iguel a !ar)s, ha$)a tantas cosas 4ue hacer, 4ue no 4ueda$a demasiado tiempo para esca$ullirse por all) sin 4ue Rosario notara su ausencia en la cocina o en la piecita del planchado. ;a v)spera del via2e 5ue el d)a m6s atareado, con tanta prenda 4ue asolear - sacudir, tanto cuero de $otas - $otines 4ue lustrar, docenas de camisas 4ue almidonar - planchar, una pasadita de hilo a estos $otones, hi2a, - limpia el $a
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ca$e*a $a2a, mientras con torpe*a intenta$a 4uitarse el delantal. DP-e, mu2er, no va-as. Fue no le hagas caso, te digo. >Fuién se cree 4ue es@ D+l patr"n, eso es. DSer el patr"n no le da derechos so$re ti. D0os no sa$és nada, gallega. D+so es lo 4ue t< crees. Anda, 4ue cono*co mu- $ien a estos seores tan educados. o va-as, Juana. Al ver 4ue t< no su$es, se dormir6 enseguida - se olvidar6 de ti. Recuerda 4ue maana de$er6 levantarse mu- temprano - no est6 acostum$rado a madrugar como nosotras. D> si $a2a otra ve*...@ Do vendr6, -a lo ver6s. Anda, vamos pronto a nuestra ha$itaci"n. All) no te $uscar6, no creo 4ue 4uiera alertar a toda la casa. Mna m)nima claridad de luna se cola$a por la clara$o-a ca)a so$re las manos de Juana 4ue, acostada en su cama, ten)a la mirada ?2a en el techo. Sin conciencia de lo 4ue hac)a, sus dedos 2uguetea$an con la vincha de colores de su madre. D>Fué es eso 4ue tienes ah)@ Dada... +s... una vincha. D>Mna vincha@ > para 4ué sirve@ D!ara su2etar el pelo. (i madre la usa$a. Dienes un recuerdo de tu madre... C"mo me gustar)a tener uno de la m)a. D+s lo
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D'ormite vos tam$ién, gallega, 4ue es mu- tarde... ;a luna de la clara$o-a sigui" su curso - la oscuridad llen" la ha$itaci"n. ;as manos nerviosas de Juana se calmaron, al ?n, acariciando la vincha entre los dedos, - as) logr" dormirse. !ero los malos sueos hicieron presa de Helisa - la llevaron le2os, de regreso a su pue$lo. 'e$a2o de los p6rpados, sus o2os ve)an a4uella noche, la m6s temida, la 4ue Helisa se nega$a a recordar. con esa noche llega$a la vo* de la madrastra, la vo* di5erente de su madrastra, - tam$ién, intacto, el dolor de su pierna desgarrada - rota cuando la mula la arrastr" entre las piedras. lo 4ue era peor, peor aun 4ue recordar - sentir su pierna rota, era ver - sentir la mano de don aspar alcan*ando su cuerpo - o)r su vo* pastosa pronunciando esas pala$ras 4ue no 4uer)a recordar, 4ue nunca ha$)a 4uerido recordar desde a4uella noche de sus doce aos. 'espués, la carrera con la mula llev6ndola a la rastra. +l dolor de la pierna, sordo - ?loso como la ho2a de un cuchillo. 'espués, la iglesia vac)a con sus muertos de$a2o de las losas. +lla sa$)a 4ue la iglesia no era un $uen re5ugio. ampoco el cementerio, a esa hora cu$ierto de som$ras. en)a miedo de gritar, miedo de 4ue apareciera don aspar volviera a tocarla. Se mordi" los la$ios para callar el dolor, hasta 4ue por ?n lleg" su padre, 4ue ha$)a salido a $uscarla al ver 4ue la mula regresa$a sola. l 5ue 4uien la encontr", casi desvanecida, a mitad de camino entre la iglesia - el cementerio. Apenas el amanecer se insinua$a, el mal sueo empe*a$a a perder densidad - Helisa i$a viendo, en una sucesi"n cada ve* m6s $orrosa, la cara de su madrastra, sus dientes apretados, la mano en alto lista para el golpe, los o2os vidriosos de don aspar cuando la llama$a, las piedras, su pierna, la iglesia, el cementerio... asta 4ue, al ?n, o)a su propia vo*... 0amos, Helisa... Su propia vo* Dmuda, poderosa D pu2ando por de$a2o de las im6genes hasta romperlas del todo. 0amos, Helisa... a no est6s all), de2a de temer. 0amos, Helisa... &espierta, a/ora, pero 'on los o(os 'errados, %elisa re'ompone su 'uadro, otro 'uadro, pla'entero, luminoso, io, 5ue empiea, 'omo
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siempre, 'on los protaonistas 4ella . Aoa5u*n4 tomados de la mano . des'endiendo del bar'o# El olor a sol, el aire intenso . 'aliente, la tierra /ospitalaria ba(o sus pies, las o'es etra-as . amias de los 5ue lleaban 'on ellos iban 'ompletando el 'uadro . 'olm3ndolo de detalles m*nimos, siempre dierentes . nueos, 'omo el reoloteo de las mos'as 4re'uerda %elisa a/ora, est3 seura, lo e, C';mo no lo re'ord; antesD4 en torno a la 'abea rubia de un ni-o 5ue, sentado en un 'anasto, 'om*a un troo de pan rebosante de miel, o el pa-uelo ro(o 5ue a5uella mu(er de randes o(os neros se /ab*a 5uitado del 'uello para sonarle la nari a su /i(o pe5ue-o, o el pu-ado de /ios se'os 5ue un /ombre (oen le obse5uiaba a una mu'/a'/ita 5ue lloraba en silen'io# &etalles, apenas# in'eladas llenas de 'olor 5ue 'ompletaban el 'uadro 'ada amane'er#
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10# nos se an, otros se 5uedan
odos se levantaron temprano esa maana. ;as cuatro mu2eres de servicio, como siempre. ;os seores, m6s 4ue de costum$re. +l al$oroto de la partida comen*" con el desa-uno, sigui" con el e4uipa2e, 4ue hu$o 4ue $a2ar por la escalera - llevar al 2ard)n para 4ue el cochero lo cargara en su coche, - termin" cuando el seorito, su madre - los dos invitados salieron de la casa con destino al puerto, donde el 2oven de$)a em$arcar rum$o a Hrancia. !ero entre una punta - la otra, es decir, entre el desa-uno - la salida de la casa, sucedieron algunas cosas dignas de ser mencionadas. (ientras !ilar serv)a el desa-uno en el comedor, Rosario, Juana - Helisa su$ieron a la planta alta para ocuparse de los +ntendiste, mhi2a@ 'esde la entrada, Helisa alcan*" a o)r un suave s), doa (ercedes, en el mismo momento en 4ue ella - Rosario de2a$an el $a
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pudiera a$rir la $oca para retarla o darle un tir"n a su delantal, Helisa corri" hasta la puerta del comedor -, ocult6ndose tras el cortinado, espi" lo 4ue all) suced)a. D'oa (ercedes, no sa$e c"mo se lo agrade*co Ddec)a la seora Catalina en ese mismo instante. Do tiene nada 4ue agradecerme, 4uerida, si no nos a-udamos entre nosotras... D(aana mismo se la devuelvoL va a ser me2or 4ue pase la noche en casa. a- mucho 4ue hacer. 'esde su escondite, Helisa no ve)a la cara de la mu2er mientras ha$la$a por4ue le da$a la espalda, pero 5ue su?ciente su vo* para hacerle sentir cierta repulsi"n de la 4ue no supo el motivo. !ro$a$lemente 5uera el tono con 4ue ha$l", una modulaci"n 4ue le pareci" engaosa sin sa$er $ien por 4ué, lo cierto es 4ue las pala$ras de la mu2er o la 5orma en 4ue las di2o le desagradaronL - si $ien no pudo verle la cara, s) vio las de los dos hom$res, 4ue esta$an sentados 5rente a ella. >;e pareci" 4ue los o2os del seorito (iguel, tam$ién los de don +ste$an, $rilla$an de un modo inusual@ >P tal ve* se lo imagin"@, por4ue después de todo, no esta$a ella tan cerca de la mesa como para poder apreciar seme2antes detalles de la mirada. >P s)@ +n todo caso, ha$)a algo en la manera de mirar de los dos 4ue no le gust" nada, como tampoco le ha$)a gustado la 5orma en 4ue ha$l" la seora Catalina. D>Fué hacés ah), parada@ !odés irte, mhi2a Dorden" la seora (ercedes, mientras agita$a una mano como espantando moscas. Juana sali" por la puerta 4ue da$a al patio - Helisa se 4ued" unos instantes m6s, eKtraamente alerta, aun4ue no sa$)a por 4ué. D+stas chinas son todas iguales. A cu6l m6s $urra, por 'ios... Ddi2o el seorito (iguel cuando Juana se 5ue. D>Fué podés pretender de los indios, (iguel@ !or m6s 4ue los tratemos como gente, nunca van a de2ar de ser salva2es Ddi2o don +ste$an, mientras los dem6s apro$a$an el
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comentario moviendo la ca$e*a, resignados. Helisa sinti" 4ue la tironea$an del delantal - no tuvo m6s remedio 4ue a$andonar su escondite. DSi doa (ercedes te descu$re espiando, te pone de patitas en la calle Dmurmur" Rosario, mientras se lleva$a a Helisa de un $ra*o hacia la escalera, para terminar de $a2ar el e4uipa2e. &espu6s del desa.uno lle; el 'o'/ero, . Auana . %elisa lo a.udaron a 'arar el ba
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11# No te metas
unca le ha$)a ha$lado as) Juana. ampoco nunca se ha$)a eno2ado con ella. Con cara de pocos amigos la ha$)a mirado casi siempre, s), pero muda, pensando en va-a a sa$er 4ué, como perdida en algo 4ue no 4uer)a compartir con nadie. !ero eno2ada, no. unca, hasta ahora. D>!or 4ué te di2o eso@ Dle ha$)a preguntado ella cuando el coche sali" para el puerto - se 4uedaron las dos ah), 4uietas, en el 2ard)n, mirando c"mo se i$a. D> a vos 4ué te importa@ Dle respondi" Juana, malhumorada. De trat" mal. +so no est6 $ien D5ue todo lo 4ue se le ocurri" decirle. Do es asunto tu-o, gallega. no me molestés m6s, 4uerés. ;o di2o - se 5ue. Con mala cara se lo di2o, mu- mala, - ella se sinti" herida - avergon*ada, tam$ién, por4ue no 4uer)a molestarlaL solo 4uer)a entender - ver si pod)a a-udarla en algo. o le gusta$a nada el seorito, con esos modales 4ue pod)an ser mu- elegantes, s), pero 4ue seguramente le serv)an para ocultar algo mu- 5eo, si no, >por 4ué le ha$)a dicho eso a Juana@ Cuando doa (ercedes - los dos invitados volvieron del puerto, el almuer*o -a esta$a listo - la mesa puesta. (ientras Helisa estuvo a-udando en la cocina, Juana se pas" todo el tiempo limpiando las ha$itaciones, de modo 4ue no pudo
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intercam$iar una sola pala$ra con ella, como ha$r)a 4uerido hacer, a pesar de 4ue imagina$a 4ue todav)a seguir)a eno2ada. 'espués de almor*ar, doa (ercedes le di2o a Juana 4ue a-udara a la seora Catalina a preparar el e4uipa2e - 4ue luego partiera con ella - su esposo a la Casa de la Serpiente. Juana se 5ue - Helisa se 4ued" en el patio con una opresi"n en el pecho - unas ganas de llorar 4ue a punto estuvo de salir corriendo a $uscar consuelo en Joa4u)n. Si no lo hi*o, 5ue por4ue Rosario se la llev" a la piecita del planchado, donde la aguarda$an un cuenco de almid"n, una pila de s6$anas - manteles - la plancha caliente so$re el $rasero. Esa no'/e le 'ost; dormirse# &esde su lleada a la 'asa, siempre /ab*a estado Auana en la 'ama de al lado . a/ora la etra-aba# ada e 5ue se despertaba despu6s de uno de sus malos sue-os, la o de Auana la deol*a a la realidad JFuiste otra pesadilla, alleaK, . ella respiraba /ondo . se llenaba de aler*a, . repet*a para s*: ue un sue-o, ue un sue-o, est3s en otro pa*s 'on Aoa5u*n, dentro de po'o tendr3s tu propio /oar, donde na'er3n tus /i(os### ero a/ora Auana no estaba ., aun5ue sab*a 5ue iba a oler al d*a siuiente, %elisa seu*a 'on esa opresi;n en el pe'/o . esas anas de llorar 5ue solo Aoa5u*n /abr*a podido 'almar#
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12# L5uella no'/e, esta no'/e
Al ?n logr" dormirse, - 2unto con el sueo, 5ue la vo* engaosa de su madrastra lo primero 4ue le lleg"L la vo* de a4uella noche, la
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hacerlo, el vie2o grit"# E0en a4u), te digoG - dio un golpe con el puo en la puerta, 4ue asust" a la mula - la hi*o salir corriendo, espantada, arrastr6ndola a ella, 4ue aSeguir)a eno2ada con ella cuando volviera@ >!or 4ué se ha$)a eno2ado@ Helisa era consciente de 4ue ha$la$a preg pregun unta ta$a $a dema demasi siad ado, o, >per >pero o de 4u 4ué é otra otra 5orm 5orma a podr podr)a )a enterarse, si no, de lo 4ue pensa$an - sent)an los dem6s@, >c"mo la conocer)an a ella los dem6s si no ha$lara@
+sa maana ha$)a tenido 4ue a-udar a !ilar en la limpie*a de las ha$itaciones en lugar de Juana, - cuando termin", Rosario le encomend" la tarea 4ue m6s le gusta$a# ir al almacén del padrino de Joa4u)n a llevar la nota del pedido - volver una hora m6s tarde con Joa4u)n - la canasta de comesti$les, 4ue él deposita$a en la mesa de la cocina - descarga$a, de a poco, mientras charla$a a sus anchas. Cuando Rosario le dio la list lista, a, ento entonc nces es,, Helis elisa a carg carg" " de pan pan el $ols $olsil illo lo de su delantal - sali" a la calle sil$ando una vie2a tonada 4ue ha$)a desem$arcado desem$arcado con ella. ;a maana, $astante 5resca, pero con un sol radiante, le 46
4uit" a Helisa la in4uietud 4ue el eno2o de Juana le ha$)a provocado. Seguro 4ue -a se le ha pasado, pens". +ntonces tuvo una idea# le i$a a decir a Joa4u)n 4ue el pr"Kimo domingo 5ueran a pasear al puerto, llevando a Juana como invitada. Contenta con el plan, se par" en una es4uina a contemplar los ca$allos de un coche 4ue se acerca$a. Cloc, cloc, cloc. +l sol pon)a destellos de ro2o en el pela2e castao oscuro de los dos animales. Helisa Helisa cerr" los o2os Dcloc, cloc, cloc, se ale2a$an -a los cascos so$re los ado4uinesD - respir" pro5undo el aire a la ve* 5resco - ti$io del otoo. 'e repente tuvo ganas de caminar un rato antes de ir al almacén, de dar una vuelta D ella sola, callada, muda, mirando, mirandoD una vuelta $reve, apenas un desv)o por la pla*a, una o dos cuadras de m6s, minutos, apenas, 4ue no signi?car)an ningFué importancia pod)an tener unos pasos de m6s o de menos en el tra2)n de la maana@ odo era apaci$le - a la ve* $ull)a $a2o el sol. +l aire, engaosamente 4uieto como un lago de aguas sosegadas, se romp romp)a )a de repe repent nte e con con el tra4 tra4ue uete teo o pes pesado ado del del tran tranv) v)a, a, me*clado con el cloc, cloc de los cascos de los ca$allos - el metal 5ragoroso - limpio Dincon5undi$leD de la campana 4ue lo anuncia$a en cada es4uina, como si 5uera necesario alertar a la gente de su llegada. +l tranv)a era un animal 5a$uloso 4ue recorr)a las calles de la ciudad, - ha$)a 4ue advertir a los desprevenidos de su presencia ma2estuosa - 5ero*, por si se le ocurr)a engullirse a alguno en su camino. Hrente a la pla*a, un hom$re se ha$)a instalado en la vereda con su canasta de hortali*as - un $alanc)n. Bongiorno,, signorina signorina Dsalu DBongiorno Dsalud" d" a Helisa elisa,, sac6n sac6ndos dose e el som$rero.
DBuen d)a, don enaro Drespondi" ella con una sonrisa. Signorina, signorina repet)a para s), murmurando $a2ito, mientras se ale2a$a. ;e gusta$a la pala$ra. Signorina, signorina. Sona$a dulce - mansa. +ra una pala$ra a*ucarada,
de miel. +n una de las es4uinas de la pla*a, $rilla$a el carrito de lat"n del manisero.
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DCucuruchos de man)))))... (an)))))... (an)))))... Cucurucho Cucurucho,, cucu cucurucho rucho,, cucurucho. cucurucho. Helis elisa a se ri" con con la $oca en u - el olor lor cali calie ente - pica icante del man) le hi*o i*o
cos cos4uill uillas as en el pala aladar. +l grit rito del del manis anise ero se 5ue perdiendo mientras da$a vuelta a la pla*a - cru*a$a la calle, por ?n, rum$o al almacén. Mn nuevo cloc, cloc, cloc hi*o 4ue su mirada se dirigiera hacia un coche 4ue se acerca$a. 'os seoras de som$reros emplumados conversa$an en su interior, mir6ndose una a la otra, a2enas a la calle, a sus ruidos, a sus voces, a Helisa, 4ue las contempla$a desde la vereda mordis4ueando el pan 4ue ha$)a guardado en el $olsillo de su delantalL un pan $astante seco, por cierto, pero 4ue a 5uer*a de mover las mand)$ulas, sus sus dien diente tes s - su sali saliva va term termin inar aron on por por conv conver erti tirl rlo o en un una a masa $landa - per5umada como la misma maana.
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1# L la /ora de la siesta
'oa (ercedes todav)a no se ha$)a levantado de su siesta, cuando un coche se detuvo 5rente a la casa. Hue !ilar 4uien a$ri" la puerta, al o)r los 5uriosos golpes del llamador de $ronce resonando en el sal"n. !ero ha$)a sido Helisa 4uien, desde un rinc"n del 2ard)n, donde se halla$a 2untando con pala - esco$a las ho2as secas del tilo 4ue un viento suave se empea$a en dispersar hacia la casa, ha$)a visto llegar el coche - $a2ar de él, apresurada, a la seora Catalina, a 4uien luego vio correr hacia la ver2a del 2ard)n, empu2arla, retomar la carrera hasta la puerta de entrada -, pr6cticamente - ante su asom$ro Desco$a en una mano - pala en la otraD aporrear el llamador de $ronce. 'e so$ra sa$)a Helisa 4ue nadie la invitar)a a conocer el motivo de la visita de la seora CatalinaL motivo 4ue la intriga$a so$remanera, -a 4ue la mu2er se ha$)a marchado de la casa de su patrona el d)a anterior llev6ndose a Juana, después de ha$er prometido 4ue la devolver)a al d)a siguiente, o sea, ese mismo d)a. ahora regresa$a, s), pero sin Juana. >!or 4ué@, se pregunt" Helisa, - sa$iendo, como sa$)a, 4ue nadie le dar)a una respuesta, de2" la pala - la esco$a 2unto al tilo, se escurri" por la galer)a -, después de asegurarse de 4ue ni !ilar ni Rosario la ha$)an visto, pas" al comedor - se ocult" donde ella sa$)a para espiar - escuchar lo 4ue la seora Catalina ha$lara con la duea de casa. DEA-, doa (ercedes...G o sa$e lo 4ue pas"... DeKclam", al pie de la escalera - tomando a la seora por am$as manos,
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una ve* 4ue la tuvo ante s). DCatalina, me asusta. >Fué sucedi"@, por 'ios... Ddi2o doa (ercedes, a 4uien aC"mo 4ue se escap"@ >Fué dice@ o entiendo... Do tampoco, doa (ercedes. ;o Ad"nde@, le pregunté. (e vo- le2os, me di2o, con mi prometido. Imag)nese mi asom$ro... o pude ni a$rir la $oca, 4ue ella -a ha$)a corrido hacia el hom$re. l le a$ri" la puerta del 2ard)n - la a-ud" a su$ir al coche. o corr) detr6s, pero se 5ueron. Si al menos hu$iera estado mi marido... D(e de2a helada, 4uerida, helada... Ddi2o doa (ercedes, mientras se senta$a en uno de los sillones del sal"nD. Siempre la traté como a una hi2a... D;o sé, lo sé, doa (ercedes, pero esta gente no merece el trato 4ue le damos. +sa es la manera en 4ue nos pagan. As) nos agradecen lo 4ue hacemos por ellos. DChina $ruta... 0a-a a sa$er 4ué cuentos le han metido en la ca$e*a... D+n el 5ondo me da l6stima, doa (ercedesL ese hom$re se va a aprovechar de ella, esto- segura. Do se preocupe, Catalina. Bien merecido se lo tiene. India estAd"nde se i$a a ir Juana@ A ningCon 4uién ha$r)a de irse@ Con nadie. >Mn prometido...@ o, ninguno, ella lo sa$r)a. odo era una gran mentira, pero...
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>por 4ué@ DBueno, doa (ercedes, ahora tengo 4ue irme... +sa vo*. +sa manera de ha$lar 4ue le tra)a a la mente el recuerdo de su madrastra. +se per?l, la nari*, los la$ios, esos dientes apretados, la 5alsedad de esa vo*. Su madrastra... D'e$o terminar de poner mi casa en orden - me gustar)a tenerla lista antes de 4ue llegue +ste$an. (iente, miente, se repiti" Helisa, Juana no se 5ue a ninguna parte. de golpe a$andon" su escondite - corri" hacia el patio, lo cru*" de dos *ancadas - entr" a su ha$itaci"n. Hue derecho a la cama de Juana, tante" de$a2o de la almohada - sac" la vincha de su madre. +lla ten)a ra*"n# Juana no se ha$)a idoL 2am6s se marchar)a sin llevarse esa vincha de colores 4ue guarda$a de$a2o de la almohada,
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1"# n ra'imo de pasas de ua
DA-, nia, 4ue esta$an a4u), te digo. DFue no, Rosario, te has con5undido. D!ues es este el armario en 4ue guardo las pasasL me has visto de2arlas a4u) en m6s de una ocasi"n... Da lo sé, mu2er, pero es 4ue se han aca$ado la cu6l es el pro$lema@ +n un peri4uete me llego -o hasta el almacén - te traigo otro. D+so es lo 4ue t< 4uieres# ir corriendo a ver a tu Joa4u)n. D(ira 4ue eres mal pensada. ;o 4uieres@ A su manera desgar$ada a causa de la pierna renga, Helisa corri" las tres cuadras hasta el almacén sin prestar atenci"n a nada, ni si4uiera al cloc, cloc de los ca$allos o a las ho2as secas - cru2ientes de los pl6tanos 4ue cu$r)an las veredas - le gusta$a pisar. Solo se detuvo un instante en su carrera, - 5ue al llegar a una es4uina, donde un vie2o mendigo dormita$a con el som$rero a su lado invitando al paseante a
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de2ar una limosna. Helisa se llev" la mano al $olsillo, sac" el pan - luego un racimo de pasas de uvaL de2" las pasas en el som$rero, volvi" a guardar el pan - sigui" corriendo. Hue al padrino de Joa4u)n, el dueo del almacén, a 4uien Helisa encontr" detr6s del mostrador, mientras atend)a a una clienta - otra espera$a su turno. DSeguro 4ue 4uieres ver a Joa4u)n, >no es cierto@ Ddi2o el hom$re, apenas Helisa entr" al almacénD. !ues pasa, est6 en la trastienda. Dracias, don Andrés. +s solo un minuto, nada m6s, me iré enseguida. !arado so$re una escalera, Joa4u)n acomoda$a 5rascos latas en los estantes m6s altos de la trastienda. Se sorprendi" al ver a Helisa. D+sto- mu- preocupada Ddi2o ella. ah) nom6s, sin esperar si4uiera a 4ue él $a2ara de la escalera, le cont" de un tir"n todo lo 4ue Juana le ha$)a dicho d)as atr6s acerca de la Casa de la Serpiente - la muchachita 4ue ha$)a desaparecido. o lo de2" a$rir la $oca ni para hacer una pregunta - sigui" con la visita de la seora Catalina - lo 4ue le ha$)a contado a doa (ercedes so$re la huida de Juana. D+sa mu2er miente, Joa4u)n. >Ad"nde se i$a a ir la Juana, me 4uieres decir@ > con 4uién@ D>< 4ué piensas@ D+so, 4ue es mentira. Fue la Juana no se ha ido a ninguna parte. Fue todav)a est6 en esa maldita casa. (e lo dice el cora*"n, hom$re. ;o sé, lo sé, est6 all), en la Casa de la Serpiente. Do puedes sa$erlo, Helisa... D;o sé, te digo. >o ves 4ue se repite la historia@ >o ves 4ue es lo mismo 4ue me ha contado la Juana de la otra muchacha@ ;o mismo, Joa4u)n, te lo he dicho# la seora Catalina 5ue al almacén - le di2o al dueo 4ue la chica se ha$)a escapado, pero al llegar a la casa, la Juana la vio en la
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cocina, - m6s tarde la o-" gritar - al otro d)a -a no esta$a. !" 4uién te ha dicho a ti 4ue se trata$a de la misma
chica@ 4Era la misma, esto. seura# &o-a atalina le di(o al /ombre 5ue se /ab*a es'apado, pero era mentira, estaba en la 'asa . al otro d*a desapare'i; de erdad### a Auana est3 en la asa de la Serpiente, Aoa5u*n# enemos 5ue ir a bus'arla###
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1!# &e la es'alera al /ospital
Das tardado, Helisa. e di2e 4ue no te entretuvieras... DSi no me entretuve, Rosario. +s 4ue el po$recillo Joa4u)n ha tenido un accidente. oma, a4u) tienes tus pasas D di2o Helisa, mientras de2a$a un envoltorio de papel $lanco so$re la mesa de la cocina. D>Mn accidente@ EJesFué le ha pasado...@ D!ues 4ue esta$a acomodando mercader)a en los estantes m6s altos de la trastienda - se ha ca)do de la escalera. el $ueno de don Andrés lo ha llevado al hospital, eso es lo 4ue ha pasado. D>+s 4ue se ha roto la ca$e*a ese 6ngel de 'ios...@ D;e ha salido $astante sangre, por eso don Andrés ha 4uerido 4ue lo viera un médico. DA-, 0irgen Santa, 4ue no sea nada, por 5avor... DAnda, te a-udaré con los $uuelos - con alguna cosilla m6s - después me iré otra ve* al almacén a ver si mi Joa4u)n -a ha regresado del hospital, 4ue me muero si le pasa algo... Di2a, por 'ios, ni lo digas. (ira, si la Juana estuviera a4u), -a mismo te manda$a de vuelta al almacén, pero... >e has enterado...@ D(e lo ha contado !ilar, apenas he puesto un pie en la casa. !ara asom$ro de Rosario, Helisa no agreg" una sola pala$ra -, sin 4ue ella le diera ninguna orden, puso un gran 55
$ol so$re la mesa - empe*" a medir con una ta*a la harina para los $uuelos.
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1># @tra e al alma'6n
+ra la segunda ve* en el d)a 4ue Helisa acud)a al encuentro de Joa4u)nL la segunda en un d)a en el 4ue, de no ha$er sido por su ingenio, no le ha$r)a correspondido ni si4uiera poner un pie en el um$ral del almacén. Si $ien ella esta$a dispuesta a volar hacia all) con cual4uier preteKto, Rosario administra$a avaramente esas visitas por4ue necesita$a a Helisa en la cocina -a 4ue, después de todo, para eso la ha$)an tomado, para 4ue se desempease como segunda cocinera - a-udara, cuando hiciera 5alta, en las tareas generales de la casa. Adem6s, Rosario esta$a convencida de 4ue con ir al almacén a llevar la nota del pedido dos veces por semana, aguardar a 4ue Joa4u)n preparase la canasta, volver luego con él, a 4uien Helisa hac)a sentarse en la cocina para darle a la charla al menos media hora, ten)a -a para darse por contenta. +so, sin contar los paseos del domingo, 4ue era su d)a li$re, - sin contar, tam$ién, las innumera$les ocasiones en 4ue de$)a correr al almacén en $usca de algo cu-a 5alta se descu$r)a a
director de or4uesta. ;os golpes de los cascos en los ado4uines sona$an m6s potentes. Helisa se 4ued" parada 2unto a un 6r$ol, mordis4ueando el pan 4ue lleva$a en el delantal, atenta al corte2o. ;a carro*a, con su alta cru* en el techo, le hi*o acordar a la torre de una iglesia. ;as coronas de Qores $lancas - amarillas marca$an el !or 4ué corres, mu2er@ Anda, 4ue no me escaparé D di2o Joa4u)n, 4ue en ese momento se encontra$a $arriendo la vereda. D+so lo tengo claro, vida m)a, pero, vamos, 4ue si no madrugas, no te a-uda 'ios. ni hace 5alta 4ue lo diga, hom$re, 4ue -a lo sa$es. D t< -a sa$es 4ue no por mucho madrugar... A-, mu2er, pues tendremos 4ue esperar. +l 0asco vendr6, me lo ha prometido, pero antes de$e terminar con el reparto. D> cu6ndo termina@ D(e ha dicho 4ue después de las seis... D!ero, Joa4u)n, llegaremos -a casi de noche... DS), lo he pensado, pero no ha- otra soluci"n. +l 0asco es la
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D>o te ha dado ningpor 4ué i$an a llamar as) a la casa@ Do lo sé, pero no importa, igual la encontraremos. !reguntaremos a la gente de por all), -a ver6s 4ué 56cil resulta todo. Da- otra cosa 4ue me preocupa, Helisa, - eres t<. >;e has dicho la verdad a Rosario para 4ue te de2ara salir@ DFue no, hom$re. Fué verdad ni 4ué ocho cuartos. >!ara 4ué ha$r)a de dec)rsela, si no me la i$a a creer@ D!ero entonces... >C"mo es 4ue te ha de2ado salir de la casa@ Da sido 56cil, le he dicho 4ue te has ca)do de la escalera - te has roto la ca$e*a, - 4ue el $ueno de don Andrés ha tenido 4ue llevarte al hospital. u$ieras visto la cara de preocupaci"n 4ue puso. DHelisa, mira 4ue la mentira tiene patas cortas. .. 4ero sabe 'orrer, /ombre, no te preo'upes, anda, d6(ame a m*#
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17# &os en un 'arro
Cuando el 0asco lleg" al almacén con su carro de lechero, -a ha$)an pasado varios minutos de las seis de la tarde. D!ues -a sa$es, Joa4u)n, cuando estés de regreso, me llevas el carro a la lecher)a. o importa la hora. Fuiero desenganchar al moro para 4ue descanse. (aana saldré con el ala*6n. Dracias, +nri4ue. Fuédate tran4uilo. +n unas horas te lo devolveré. 'espués de agradecer a su amigo, Joa4u)n a-ud" a Helisa a su$ir al carro. +l camino hasta la Iglesia del !ilar, 4ue en tiempos le2anos ha$)a sido el Convento de los Recoletos Dde ah) el nom$re del $arrioD lo conoc)a mu- $ien, -a 4ue en m6s de una oportunidad ha$)a acompaado a su padrino para entregar a los curas unos vinos 5ranceses - otras mercader)as 4ue sol)an comprarle. o era nada complicado, solo de$)an salir de la ciudad - tomar la Calle ;arga, 4ue los conduc)a directamente hasta la iglesia, 2unto a la cual se encontra$a el cementerio. Mna ve* all), preguntar)an d"nde 4ueda$a la Casa de la Serpiente 4ue, segFué le has dicho a tu padrino, Joa4u)n@ D;a verdad, mu2er, la verdadL -a sa$es 4ue no me gusta mentir. DA-, Joa4u)n, cual4uiera 4ue te o-era pensar)a 4ue a m) s) me gusta. no es as), hom$re. ;o 4ue sucede es 4ue a
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veces una mentirilla se hace necesaria. D!ues no en este caso, Helisa, 4ue -a conoces t< a mi padrino. Anda, me di2o, trae a esa po$re nia de regreso, 4ue va-a a sa$er 4ué 4uieren hacer con ella. DE!or 'iosG >Fué piensa tu padrino 4ue har6n con la Juana@ Do me lo ha dicho, pero nada $ueno ser6, eso te lo aseguro. DFue me asustas, Joa4u)n. Felisa sacó el pan del bolsillo y comenzó a mordisquearlo, tratando de no pensar en Juana. Ella también presentía alo malo, aunque no se atre!ía a indaar en sus propios pensamientos. "o entendía por qué desde esa ma#ana, al despertarse y !er la cama de Juana !acía, alo le mordía el estómao, alo como un mal a$ero que !ino a con%rmar la se#ora &atalina con su !isita a la casa y el anuncio de la huida de Juana. 'ero no quería pensar. Se concentró en el cloc, cloc de los cascos del caballo sobre los adoquines y en la masa c(lida y h)meda del pan deshecho en su boca. &loc, cloc, cloc. Entonces recordó el corte*o +)nebre que había !isto pasar cuando iba al almacén, acaso sería otro mal a$ero-, se preuntó. Miró los (rboles de la calle y !io sus sombras laras sobre las !eredas. A su izquierda, un horizonte de techos te#idos de ro*o era todo lo que quedaba del sol poniente. espués de traar el )ltimo trozo de pan, una imaen dolorosa del pasado acudió a su mente, pero enseuida la rechazó. /amos, Felisa, se di*o, est(s despierta, no traias tus malos sue#os a la !iilia. e olpe, se dio cuenta de que ya no oía el cloc, cloc de los cascos. Fi*ó la !ista en el camino y no !io los adoquines0 ahora la calle era de tierra y las pisadas del caballo le lleaban sordas, como perdidas.
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18# reuntando se llea a Moma
Sopla$a algo de viento - hac)a 5r)o. 'entro de poco ser)a noche cerrada. Mna luna menguante se di$u2a$a apenas luminosa en el cielo oscurecido. Helisa se arre$u2" en su manta de lana - se acerc" m6s a Joa4u)n. Se pregunt", por primera ve* desde 4ue se le ha$)a ocurrido la idea de $uscar a Juana, si realmente llegar)an a encontrarla. 'e repente record" la vincha de su madre -, metiendo la mano en uno de los $olsillos del delantal, la apret" con 5uer*a a la ve* 4ue se concentra$a en el rostro dulce - duro de Juana, en sus o2os oscuros, tristes, suspicaces, en su sonrisa es4uiva - 5ranca al mismo tiempo. Sin proponérselo, la cara de Juana se le $orr" de golpe -, en su lugar, apareci" la de la seora Catalina, los o2os risueos, pero de mirada 5alsa, la $oca de dientes apretados, los la$ios ?nos, - tam$ién o-" su vo* chillona# EA-, doa (ercedes...G o sa$e lo 4ue pas".... enseguida, por4ue s), sin 4uererlo, la cara de su madrastra 4uit" de en medio a la otra - se hi*o duea de todo el espacio de su imaginaci"n. am$ién los dientes apretados - los la$ios ?nos, tam$ién los o2os mentirosos - traicioneros, tam$ién la vo* engaosamente melosa de a4uella noche# Anda, nia, 4ue don aspar te espera. 0e, criaturaT. Helisa sacudi" la ca$e*a, como intentando apartar esa imagen - esa vo* 4ue se le presenta$an as), sin 4ue ella las convocara, se irgui" en el pescante - trat" de concentrarse en lo 4ue ve)a a su alrededor. D;legamos a la iglesia Ddi2o Joa4u)n entonces, mientras aQo2a$a las riendasD. (ira, all) est6 el cementerio. 62
DS), lo veo, lo veo, pero no me gusta, -a lo sa$es. Do se parece en nada al cementerio de nuestro pue$lo. (ira esos 6ngeles de piedra, Helisa, 4ué grandes son... DFue no me gusta, te he dicho, anda, apura, no te detengas, mira 4ué oscuro est6. D+st6 $ien, no me detengo, pero dime t< adonde vamos, 4ue -o no lo sé. DCuando la Juana me cont" de a4uella ve* 4ue 5ue a la Casa de la Serpiente, di2o 4ue ha$)an pasado 5rente al cementerio, 4ue siguieron unas cuadras m6s, 4ue luego do$laron por una calle - ah) nom6s esta$a la casa. D!ues con esas indicaciones no iremos a ninguna parte. +l cementerio aca$amos de pasarlo. Ahora dime cu6ntas cuadras haremos antes de do$lar. luego, >hacia d"nde do$laremos...@ >A la i*4uierda o a la derecha...@ DA-, hom$re, 4ue no sé... endremos 4ue pro$ar, 4ué 4uieres 4ue te diga. +n eso esta$an, cuando advirtieron 4ue por una de las aceras se acerca$a una mu2erL camina$a lentamente, apo-6ndose en un $ast"n. I$a mu- encorvada - vest)a de negroL lleva$a la ca$e*a cu$ierta con un manto. Con la mano 4ue le 4ueda$a li$re, apreta$a algo contra su pecho. DBuenas noches, seora Ddi2o Joa4u)n, cuando la mu2er estuvo m6s cercaD. Fuisiera hacerle una pregunta. ;a mu2er se detuvo -, después de levantar mulentamente la ca$e*a, se 4ued" mir6ndolo a los o2os. Helisa not" 4ue lo 4ue lleva$a contra su pecho era un ramo 4ue no pudo identi?carL no eran Qores, esta$a seguraL solo alcan*" a distinguir un con2unto de ho2as oscuras - largas espinas. ;a mu2er no di2o nada, se 4ued" inm"vil con los o2os clavados en Joa4u)n. D+stamos $uscando la Casa de la Serpiente Ddi2o élD. >!odr)a indicarnos el camino@ ;a mu2er avan*" unos pasos hacia el carro - mir" a Helisa como si la aca$ara de descu$rir.
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D;a serpiente... Ddi2o, con una vo* pro5unda, ronca, seca. Helisa advirti" 4ue el ramo, 4ue no ten)a ho2as, como le ha$)a parecido, sino solo largas - puntiagudas espinas, la mu2er lo sosten)a apret6ndolo 5uertemente con su mano enguantada. D#l $an de la ser$iente... Ddi2o ahora, mirando a Helisa a los o2os. Do, seora Ddi2o Joa4u)nD, el pan, no. ;a Casa de la Serpiente es lo 4ue estamos $uscando. El lobo . el 'ordero pa'er3n (untos 1recitó la mu*er, le!antando bastante el tono de !oz y sin apartar la mirada de Felisa 1, tanto el bue. 'omo el le;n se alimentar3n de pa(a, el pan de la
serpiente ser3 el polo, . ninuno de ellos 'ausar3 al
o ha$l" m6s. ;a mu2er agach" nuevamente la ca$e*a prosigui" su marcha lenta en direcci"n al cementerio. Helisa se persign" - estrech" la manta so$re su cuerpo. +sta$a tem$lando. DSanta (adre de 'ios, >4ué ha dicho esa mu2er@ (e ha dado miedo... c"mo me mira$a... >e has ?2ado@ D+s una po$re anciana 4ue desvar)a. o tienes de 4ué asustarte. (ira, en a4uella es4uina se ha detenido un coche. ;e preguntaremos al cochero si conoce la Casa de la Serpiente. +l cochero sa$)a, pero no demasiado. ;es di2o 4ue siguieran dos cuadras m6s, 4ue do$laran a la i*4uierda luego, no recorda$a si en la primera, la segunda o la tercera cuadra, $uscaran un p"rtico de piedra con una serpiente tallada en la parte superior. 4No se pueden 'onundir 4di(o4# Es la
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19# a *bora en la puerta
Mna ve* 4ue de2aron la calle del cementerio - do$laron a la i*4uierda, Joa4u)n aQo2" las riendas - comen*" un paseo lento con el carro, mirando él - Helisa a am$os lados, en $usca de un p"rtico de piedra. a era noche cerrada - la lu*, escasaL aparte de un po$re 5arol en alguna es4uina, la ahora 4ué hacemos@ Dpregunt" Joa4u)nD. >;lamamos a la puerta, preguntamos por la Juana - decimos 4ue hemos venido a $uscarla@ D!ues claro, as) nos responden 4ue se ha escapado con un hom$re - 4ue no sa$en d"nde est6. Anda, Joa4u)n, 4ue no esto- para $urlas.
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D>Burlas@ Si es la verdad, >no la estamos $uscando, acaso@ Adem6s, si no decimos eso, >4ué diremos@ Dada. o diremos nada. D> entonces a 4ué hemos venido... @ o lleg" Helisa a responder la pregunta por4ue, en el instante en 4ue i$a a hacerlo, la eKigua lu* 4ue desde la casa llega$a hasta el portal creci" de golpe, no demasiado, pero s) lo su?ciente como para no de2ar dudas de 4ue alguien ha$)a a$ierto la puerta - se dispon)a a salir. Sin a$rir la $oca, Joa4u)n agit" las riendas, - el ca$allo, d"cil por la costum$re, se puso en marcha de inmediato. Do $a2aré e iré a espiar, t< da la vuelta - vuelve Ddi2o Helisa, antes de llegar a la es4uina. D>+st6s loca, mu2er@ < no ir6s a ningFué me dice, entonces@ Ddi2o la seora Catalina. D+s 2oven - est6 en $uenas condiciones. ;a llevaremos a la 5rontera. D>Cu6nto...@ D;o de siempre. a lo ha$lamos con su esposo en otras oportunidades. Si 4uieren m6s, tendr6n 4ue conseguirnos carne $lanca. D>Cu6ndo vienen a $uscarla@
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DA medianoche. (e la preparan $ien, por 5avor. o 4uiero escenas ni gritos. Do se preocupe. (i marido est6 por llegar - sa$e mu$ien lo 4ue de$e hacer. +l eKtrao su$i" al coche - parti"L Helisa se peg" m6s al 6r$ol - gir" un poco para 4ue no la viera. (i marido est6 por llegarT, di2o para s), moviendo los la$ios, sin de2ar de mirar a la seora Catalina, 4ue -a ha$)a dado la vuelta para regresar a la casa. Sa$e mu- $ien lo 4ue de$e hacerT, volvi" a murmurar, aterrori*ada. Sin pensar en otra cosa 4ue no 5uera rescatar a Juana, de2" el escondite del 6r$ol - camin" hasta la puerta de re2a. A la dé$il lu* proveniente de la casa, vio entrar a la seora Catalina - cerrar la puerta a su espalda. Sin dudar, sin pensar, resuelta, llevada por una 5uria sorda 4ue le hac)a apretar los dientes - los puos, Helisa a$ri" la puerta de re2a - atraves" el 2ard)n. A la derecha del porche se encontra$a la galer)a de la 4ue le ha$)a ha$lado JuanaL sigui" por all), -a 4ue entrar por la puerta principal, siguiendo a la seora, le pareci" demasiado arriesgado. ;a galer)a era larga - oscura, a la i*4uierda se ve)an varias puertas cerradas, pero la
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20# Ni el ladrido de un perro
'e so$ra conoc)a Joa4u)n a Helisa. adie m6s testarudo 4ue ella, nadie m6s impulsivo. 'io vuelta la es4uina - se $a2" del carro, dispuesto a volver a la casa - convencerla, como 5uera, de 4ue lo me2or i$a a ser llamar a la puerta - preguntar directamente por Juana. (ientras ata$a las riendas a un 6r$ol, vio pasar el coche 4ue ha$)an visto 5rente a la Casa de la Serpiente. Apenas distingui" al hom$re 4ue lo conduc)a# una som$ra, m6s 4ue una ?gura, el ala de un som$rero 4ue oculta$a un rostro, una capa negra, nada. Joa4u)n se apur" hacia la es4uina# pensa$a 4ue Helisa lo estar)a esperando detr6s de alguno de los 6r$oles de la vereda. Camin" hacia la casa, pero no la vio. (aldi2o para s), temeroso, - presinti" algo mu- 5eo por primera ve* desde 4ue salieron a $uscar a Juana. Aun4ue su padrino ha$)a logrado in4uietarlo con su comentario acerca de lo 4ue podr)a sucederle a la muchacha si no la encontra$an, no ha$)a sido su?ciente para alarmarlo de verdadL ha$)a pensado 4ue su padrino eKagera$a, como sol)a hacer la gente ma-or. !ero ahora no esta$a tan seguro. Adem6s ha$)a algo 4ue lo esta$a molestando - de lo 4ue recién aca$a$a de tomar conciencia, algo 4ue ha$)a olvidado desde 4ue se ha$)a instalado en Buenos Aires# el silencio. Mn silencio a$arcador, pro5uso, 4ue lo envolv)a todo como una c6scara seca, dura, negra, impenetra$le. +l silencio de las noches de su pue$lo, esas noches 5r)as - 4uietas en 4ue ni si4uiera los perros se de2an o)r. oches de muerto, dice la gente. Como a4uella en 4ue Helisa ca-" inconsciente ante las puertas del cementerio, 68
cu$ierta de tierra - sangre, su ropa desgarrada, rota la pierna, - nadie, nada por all), ni murmullos ni aleteos, ni roces del viento si4uiera, nada, solo la costra del silencio call6ndolo todo, hasta 4ue al ?n su padre la encontr" - la llev" de regreso a casa. oche de muerto. oche de la 4ue Helisa le ha$l" una sola ve* - nunca m6s. Mna ve*, - 5ue su?ciente. ahora esa noche, hecha de las pala$ras con 4ue Helisa la relat" a4uella
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21# a entana redonda
Al ?nal de la galer)a, m6s all6 del patio 4ue la continua$a, se ve)a, en lo alto, una pe4uea ventana redonda, apenas iluminada. en)a 4ue ser esa la ha$itaci"n en la 4ue Juana ha$)a dormido un ao atr6s. Mna ha$itaci"n pe4uea, al 5ondo, ha$)a dicho, - se su$)a por una escalera angosta, de ?erro, - la seora le ha$)a dado una vela, con la recomendaci"n de 4ue la apagara apenas se hu$iera acostado. >+star)a Juana, ahora, a punto de acostarse - por eso la lu* de la vela ilumina$a a
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es'al;nD al e por eso, por el '/irrido oidado 5ue la obli; a desa'elerarse, a/ora %elisa e*a menuado ese impulso . se deten*a un seundo, 5ui3s menos, ante la puerta# @ no, tal e uera otra 'osa lo 5ue la detuo esa m*nima ra''i;n de tiempo, tal e uera el silen'io 5ue se 'olaba a tra6s de la puerta# or5ue la puerta estaba muda# a /abita'i;n, del otro lado, ritaba su silen'io# Si Auana no est3 a/*, no est3 en nin
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22# &el otro lado de la puerta
;a llama de la vela, apenas mecida por el aire 4ue pasa$a a través de la clara$o-a, se agit", ra$iosa, al a$rirse la puerta. DJuana... D5ue todo lo 4ue di2o Helisa, antes de arrodillarse en el piso, 2unto al catre en el 4ue -ac)a su amiga. Solo Solo vest vestid ida a con con un una a enag enagua ua,, los los to$i to$ill llos os - los los pu puo os s atados con sogas, una morda*a cu$riéndole media cara, Juana o-" su nom$re pronunciado por Helisa - comen*" a agitarse, presa de un llanto mudo 4ue anida$a en su interior - 4uer)a salir, como 5uera, como pudiera, de cual4uier modo, pero salir. ;o prim primer ero o 4u 4ue e hi*o hi*o Helis elisa a 5ue 5ue 4u 4uit itar arle le la mord morda* a*a a a$ra*arla. ;uego le pregunt" 4ué le ha$)a pasado, pero Juana no pudo contestarL ha$)a comen*ado a llorar con l6grimas, 4ue2i ue2ido dos s, hip hipos - ahogos. os. Helis lisa no perdi erdi" " tiem iempo con con preg reguntas tas - trat rat" de desanu nud dar las las soga ogas, pero no lo consig consigui" ui".. (ir" (ir" a su alrede alrededor dor,, $uscan $uscando do algo algo 4u 4ue e pud pudier iera a servirle para cortarlas - descu$ri" un costurero de mim$re so$re una mesita, en un rinc"n, en la 4ue tam$ién se ve)an algunas prendas, seguramente para *urcir. Se a$alan*" so$re el cost costur urer ero o - volv volvi" i" 2unt 2unto o al catr catre e con con un una a ti2e ti2era ra.. Ju Juan ana a parec)a 4ue se ahoga$a con el llanto. Helisa consigui" cortar las sogas de las manos - empe*" con las de los to$illosL sus movi movimi mien ento tos s eran eran r6pi r6pido dos s - cert certer eros os.. 'e repe repent nte, e, Helis elisa a advirti" 4ue Juana -a no se agita$a por el llanto, sino 4ue, al cont contra rari rio, o, se ha$) ha$)a a 4u 4ued edad ado o 4u 4uie ieta ta,, r)gi r)gida da,, m6s m6s $ien $ien,, en posici"n de alerta, si hasta pudo oler el miedo $rotando por los poros de su piel...
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Sin soltar la ti2era, Helisa se dio vuelta - de un salto es4uiv" el golpe 4ue la duea de casa le ha$r)a asestado en la ca$e*a con un $ast"n, si la reacci"n de Juana no la hu$iera advertido. Al ver la ti2era, la mu2er se inmovili*" con el $ast"n en alto. DSi no solt6s esa ti2era, desgraciada, te vo- a moler a palos... Hue la vo* de su madrastra la 4ue lleg" hasta sus o)dos dando cuerpo - sentido a las pala$ras de la mu2er. +ran los la$ios secos de su madrastra los 4ue se mov)an lentos al pronun pronuncia ciarr la 5rase 5rase - de2a$ de2a$an an entrev entrever er los diente dientes s ?nos ?nos pare2os, la punta de la lengua tem$lando, asom6ndose como la de una v)$ora. Helisa la mir" a los o2os para convencerse de 4ue no era ella, sino otra, igual de perversa, pero otra. ;a mu2er al*" m6s el $ast"n - volvi" a amena*arla. De De di2e 4ue soltaras la ti2era, gallega $ruta, >4uerés 4ue te golpee@ Helisa apret" los dientes - se a$alan*" so$re la mu2er 4ue, previendo su movimiento, se corri" a un costado - le asest" un golpe en el hom$ro 4ue le hi*o soltar la ti2era. Helisa grit" e intent" levantarse, pero la mu2er se lo impidi" al*ando otra ve* el $ast"n. Do sé c"mo llegaste hasta ac6, pero me alegro de verte, galleguita, ahora las ganancias van a ser do$les. +sper6 4ue venga mi marido - vas a ver... ero no termin; la rase, por5ue en ese momento, Auana, 5ue /ab*a lorado desprenderse de las soas 5ue su(etaban sus tobillos, se arro(; sobre ella 'on todo su 'uerpo dolorido 'omo
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2# ?order3s el polo
;a mu2er no se mov)a. a$)a ca)do $oca a$a2o so$re el piso de ladrillos, con la ca$e*a eKtraamente ladeada, como si se hu$iera roto el cuello. Mn hilo de sangre le $a2a$a desde el pelo, cru*a$a la me2illa - te)a de p+st6s segura... @ D(irale los o2os Ddi2o, de rodillas 2unto a la mu2erD. o ves 4ue los tiene perdidos... Helisa se agach" - compro$" 4ue la mu2er no respira$a. Se 4ued" inm"vil unos segundos, como hipnoti*ada ante la sangre 4ue mana$a de su ca$e*a, empapa$a el vestido oscurec)a el piso de ladrillos. em$lando, de repente, Helisa se incorpor" - aQo2" la presi"n de sus dedos so$re la ti2era, 4ue ca-" al suelo con un ruido duro - seco 4ue se me*cl" con otro, poderoso en la inercia de la noche, 4ue llega$a desde el 5rente de la casa# el golpe de una puerta al cerrarse e inmediatamente, sin pausa, sin respiro, sin posi$ilidad de reacci"n alguna 4ue no resultara m6s 4ue tard)a, una vo*. DECatalinaG >'"nde est6s...@ Como impelidas por un acto reQe2o, Juana - Helisa se 74
tomaron de la mano. D!or all6 Ddi2o Juana, sealando el costado de la casa opuesto a la galer)a. Corrieron sin soltarse. 'e ese lado, un huerto de 6r$oles 5rutales ocupa$a todo el terreno, hasta llegar al alam$rado 4ue lo separa$a de la casa vecina. (ientras corr)an hacia el portal de piedra, advirtieron 4ue un coche esta$a parado 5rente a la casa, - el cochero sentado en el pescante. Do tiene 4ue vernos nadie Ddi2o HelisaD. a- 4ue escapar por otro lado. D+sa es la
la serpiente, doblaron en la es5uina . subieron al 'arro 'omo si en eso les uera la ida) . les iba, les iba#
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2"# lo', 'lo', 'lo'
Apenas su$ieron al carro, Helisa de2" manar un torrente de pala$ras entrecortadas - en desorden, 4ue Joa4u)n no interrumpi" en ningFué vamos a hacer, ahora...@ Ddi2o entonces Juana, en respuesta a los cuidados de Helisa. D;o he estado pensando desde 4ue salimos de esa maldita casa Dse adelant" Joa4u)n.
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DAnda, dinos 4ué haremos Drog" Helisa. Cloc, cloc, cloc. ;a luna menguante -a esta$a altaL unos nu$arrones la oculta$an cada tanto. ac)a 5r)o. DJuana, no puedes volver a la casa de doa (ercedes. D>!or 4ué no@ Siempre he vivido con la seora... Da no podr6s, mu2er. Diene ra*"n Joa4u)n. +s 4ue la seora Ca..., $ueno, la ?nada doa Catalina, 4ue el Seor 2am6s tenga en su loria, ha ido esta tarde a la casa a decirle a doa (ercedes 4ue t< te ha$)as escapado con un hom$re. Anda, 4ue por eso hemos ido a $uscarte, 4ue no i$as a escaparte t< con nadie, mu2er, adem6s... I$a a repetirse la historia 4ue me has contado de la po$re chi4uilla, >te das cuenta@ DI$an a venderme... (e lo di2o ella... (e i$an a mandar a la 5rontera a... D;o sé, Juana, lo sé. o misma la he o)do ha$lar $a2o el arco de la serpiente con ese hom$re, el 4ue di2o 4ue volver)a a $uscarte m6s tarde, cuando el seor estuviera en la casa. Juana sollo*", con la ca$e*a $a2a, - Helisa record" algo. (eti" la mano en uno de los $olsillos de su delantal - puso algo entre los dedos de Juana. D;a vincha... DS), di2iste 4ue nunca te separa$as de ella, por eso la he tra)do. Cloc, cloc, cloc. i una sola estrella. al ve* llover)a, después de todo. DSa$es, Juana Ddi2o Joa4u)n, pensativoD, a ti te conviene ese cuento de 4ue te has escapado de la Casa de la Serpiente. D>C"mo 4ue me conviene@ DClaro, si te has escapado este mediod)a, como le ha dicho esa mu2er a doa (ercedes, pues, vamos, 4ue no has podido estar all) esta noche - nada has tenido 4ue ver con su muerte. >;o entiendes@ +n cuanto a Helisa - a m), nadie nos ha visto all), as) 4ue...
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D!ues tienes ra*"n, hom$re, entonces no ha- de 4ué preocuparse... D+spera, mu2er, no te apures. 'e$emos ser prudentes. Se me ha ocurrido algo... Cloc, cloc, cloc. ;as dos lo miraron, esperan*adas. inguna a$ri" la $oca mientras Joa4u)n les eKplica$a lo 4ue ha$)a estado pensando durante el via2e. Cloc, cloc, cloc... ;a luna se ocult" del todo. +l viento tra)a olor a tierra.
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2!# Cen6is idea de lo 5ue es un /ospitalD
Joa4u)n detuvo el carro a dos cuadras de la casa de doa (ercedes. +l cielo esta$a negro del todo, ni luna ni nada, solo nu$es de tormenta. Da sa$es, Juana, ha* lo 4ue Joa4u)n te diga, 4ue él nunca se e4uivoca. DAnda -a, Helisa, 4ue es tarde - no sea 4ue a la Rosario se le ocurra salir a $uscarte. DFue no, hom$reL esa no se mueve de la casa apenas se oculta el sol, con lo temerosa 4ue es. DSi no 5uera por vos, gallega... Dada, a callar. a tendremos tiempo para ha$lar después de esta noche, Juana. Idos de una ve*. Cloc, cloc, cloc. Helisa se 4ued" mirando c"mo se ale2a$a el carro, luego endere*" las peinetas 4ue recog)an su pelo, se sacudi" la tierra del delantal, se acomod" la manta de lana so$re los hom$ros - se encamin" hacia la casa. +n la cocina, sentadas a la mesa, Rosario - !ilar cena$an. DE(adre de 'iosG >Fué ha pasado, nia@ (ira 4ué horas t< recién llegas, 4ue -a esta$a -o por salir a $uscarte, >no es cierto, !ilar@ Si de eso ha$l6$amos. .. DEA-...G Santa eresa me asista, no sa$éis las 4ue he pasado... >enéis idea de lo 4ue es un hospital@ Fué lugar tan 5eo, tan lleno de en5ermos - heridos, - llantos - lamentos... (e he pasado all) la tarde entera, acongo2ada mi alma como
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2am6s en la vida... DAnda, Helisa, no eKageres, dinos c"mo est6 Joa4u)n Dla apur" RosarioD. (ientras t< ha$las, te serviré un plato de sopa, 4ue tienes una cara, hi2a m)a, como si vinieras de la guerra. Dracias, mu2er, 4ue me muero de ham$re. o he comido m6s 4ue el pan 4ue lleva$a en el delantal, - de eso ha pasado -a mucho tiempo. D> 4ué te has hecho en la ropa@ ()rate, ni 4ue te hu$ieras arrastrado por el suelo. D(e ca) en la calle cuando ven)a para a4u). e corrido como una loca. o 4uer)a 4ue os preocuparais. D+res atolondrada, Helisa. !ero ahora cuéntanos de Joa4u)n, >c"mo est6@ D(e2or, el po$recillo. ;e han vendado la ca$e*a - lo han mandado a casa. 'e$er6 hacer reposo, as) 4ue maana no podr6 traer el pedido. Seguramente lo traer6 don Andrés. D!ero claro, hi2a, 4uién piensa en el pedido, primero la salud de Joa4u)n... D> 4ué le han hecho en el hospital@ Dpregunt" !ilar. D!ues le han cosido la ca$e*a. odav)a oigo sus gritos... D>as visto c"mo lo hac)an@ Do, solo lo he o)do gritar. +l resto me lo he imaginado.
+sa noche no par" de llover. Con truenos - rel6mpagos, con ra$ia. +l olor de la tierra mo2ada le re5resc" el alma a Helisa. Al revés de lo 4ue ha$)a imaginado al acostarse, durmi" de un tir"n hasta 4ue la primera claridad del d)a se meti" por la clara$o-a. +ra la primera ve* 4ue se desperta$a sin recordar lo 4ue ha$)a soado. Se sinti" eKtraa. (ir" la cama vac)a 2unto a la su-a, pens" en Juana - sonri". Juana i$a a estar $ien, lo sa$)a.
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2># &os semanas despu6s
DEHelisaaa...G Dllam" Rosario desde la cocina. DFué tanto gritar, mu2er, a4u) esto-. D'e2a de espiar a las visitas, 4ue te he visto en el comedor. 0e al cuartito del planchadoL te he de2ado unas prendas para *urcir. 0ete -a, anda. Helisa entr" al cuartito, cont" hasta die*, se asom" -, al no ver moros en la costa Dmora, al menosD volvi" a salir -, ocult6ndose entre los macetones del patio, lleg" al comedorL una ve* all), corri" a esconderse en el rinc"n de siempre, desde donde pod)a ver - o)r a sus anchas a las dos seoras 4ue charla$an en el sal"n con la duea de casa. D;a muerte de esa desdichada me ha llegado al alma, doa (ercedes Ddec)a en ese momento una de las mu2eres, 4ue lleva$a un som$rerito gris, tipo cas4uete, con una pluma negra a un costadoD, mire 4ue morirse tan 2oven. D de 4ué manera, 4uerida, de 4ué manera... Ddi2o doa (ercedes en un suspiro. D+so no lo puedo entender Ddi2o la otra mu2er, tan encorsetada, 4ue cada dos pala$ras 4ue pronuncia$a de$)a respirar en pro5undidad para 4ue a sus po$res pulmones oprimidos les llegara algo de aireD, >4ué ten)a 4ue hacer una seora como ella en el cuarto de la criada@ DSeg
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Dl mismo encontr" la ti2era tirada 2unto a su esposa D agreg" doa (ercedesD, - declar" a la polic)a 4ue esa ti2era ha$)a estado siempre en el costurero del cuarto de la criada. DSigo sin entender para 4ué su$i" Dinsisti" la tan encorsetadaD. >Fué ten)a 4ue hacer con la ti2era@ >o pod)a esperar a 4ue llegara la sirvienta@ D;a po$re Catalina, 4ue en pa* descanse, - su esposo ha$)an estado a4u), en casa, unos d)as, como hac)an todos los aos al regresar de la estancia con (iguelito, - a+st6 ha$lando de la chinita esa 4ue se tra2o del campo, doa (ercedes@ Dpregunt" de un tir"n la del corsé, - se 4ued" sin aire. DAs) es. ;a misma 4ue se cri" en la estancia - conoci" la decencia gracias a nosotros. Dodos sa$emos lo 4ue es esa lacra, doa (ercedes. Msted ha sido demasiado $uenaL -a ve c"mo le han pagado D conclu-" la del cas4ueteD. Si $usca otra sirvienta, le aconse2o 4ue piense en las europeas. Consegu) una 5rancesa, recién llegada, 4ue no sa$e los primores 4ue hace con la agu2a. c"mo plancha. a le encomendé la ropa de toda la casa. DP sea 4ue cuando su$i" por la ti2era Dempe*", prudente, la tan encorsetada, - respir"D, la po$re Catalina esta$a sola en la casa... Dtermin" - volvi" a respirar. DSola Dsu$ra-" doa (ercedesD. ha- algo 4ue no puedo 4uitarme de la ca$e*a desde 4ue me enteré de su desgracia Dsigui", apo-ando los dedos en las sienes moviendo la ca$e*a de a un lado a otroD - es 4ue si la desagradecida de la Juana no se hu$iera escapado, Catalina a
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pudo - par" las ore2as como nunca. D+ra ella 4uien tendr)a 4ue ha$er su$ido por la ti2era, ella, como cual4uier sirvienta 4ue hace lo 4ue se le ordena, no la seora de la casa... o puedo de2ar de pensarlo... +star)a viva, >se dan cuenta...@ as dos isitas sa'udieron la 'abea de arriba aba(o: s*, se daban 'uenta# &o-a ?er'edes ait; la 'ampanilla para 5ue ilar siriera el t6 en el 'omedor, . %elisa ol; a la pie'ita del plan'/ado#
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27# El oto-o tiene esas 'osas
+ra un domingo soleado - 5resco, con algo de viento. +ra un domingo hermoso, $ien de otoo, amarillo, anaran2ado, ocre. +l aire ol)a a ti$ie*a - a eucalipto. +l ca$allo i$a al trote, tirando del carro con un movimiento de mineh@ >Halta mucho...@ Dpregunt" Helisa. DHalta, s), pero no tanto. a has preguntado cinco veces desde 4ue hemos salido. en un poco de paciencia, >4uieres@ D>+l 0asco hace este camino todos los d)as para ir a $uscar la leche@ DS"lo dos o tres veces por semana. Se turna con sus primos. A veces le toca ir a $uscar la leche, otras hacer el reparto, otras atender la lecher)a, - as)... D> ho- no necesita$a el carro@ Do, por4ue es domingo. D!ero s) lo necesitar6 maana... D(aana s), por eso esta tarde se volver6 con nosotros, de paso llevar6 los tarros cargados. D> por 4ué han puesto el tam$o tan le2os sus t)os@ D!ues por4ue las vacas necesitan espacio - en la ciudad no lo tienen. D(enos mal 4ue se les ha ocurrido a$rir la lecher)a en el
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$arrio de (ontserrat, 4ue si no... DFue si no 5uera as), 2am6s lo ha$r)amos conocido al 0asco, mira t<. D 2am6s ha$r)a hecho lo 4ue hi*o... D;"gico. D!ues mira 4ue 4ueda le2os el tam$o, >eh@ Da lo has dicho, Helisa, -a lo has dicho... 2nos metros m(s adelante, una senda bordeada de (rboles se abría del camino principal. 2n ancho cartel de madera con randes letras pintadas de blanco les dio la bien!enida3 ambo de los Et'/eo.en# 4os perros +ueron los primeros en recibirlos0 detr(s aparecieron los Etcheoyen3 Enrique, sus tíos, sus dos primas y los cuatro primos con los que traba*aba en la lechería y en el reparto a domicilio. 5odos se acercaron a saludar a los recién lleados3 sonrisas, apretones de manos, abrazos, besos en ambas me*illas las mu*eres. Felisa se notaba inquieta, mirando a un lado y a otro. e repente, Enrique olpeó las manos, en un aplauso corto, y todos miraron hacia la casa. 'arada en la alería con la m(s peque#a de los Etcheoyen en brazos, Juana sonreía, tímidamente y mirando al suelo, pero sonreía.
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28# na amilia
(ientras en el patio Juana - Helisa tend)an la mesa al sol, la duea de casa - sus dos hi2as ma-ores se esmera$an en la cocina, 2unto al 5og"nL la m6s pe4uea segu)a los pasos de Juana agarrada de su delantal. +n espera del almuer*o, +nri4ue, su t)o - sus primos llevaron a Joa4u)n a dar una vuelta por el tam$o, a la ve* 4ue le i$an eKplicando los pormenores de la actividad lechera. D+l aire de campo te sienta $ien Ddi2o HelisaD. raerte a4u) 5ue lo me2or 4ue se le pudo ha$er ocurrido a Joa4u)n. D+sta gente es mu- $uena, gallega. (e tratan como si 5uera de la 5amilia. tra$a2an todos... ;os patrones tra$a2an Dremarc" JuanaD, >podés creer@ D+s lo 4ue de$e ser. (e alegro por ti. ;a duea de casa apareci" con una gran sopera 4ue deposit" en el centro de la mesa, mientras una de las hi2as corr)a a avisarles a los hom$res 4ue el almuer*o esta$a listo. Hue una comida alegre, como Helisa ha$)a sospechado siempre 4ue pod)a darse en una 5amilia, no como la su-a, desde luego, salvo en los tiempos en 4ue viv)a su a$uela - su padre a
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los pasa$an a Helisa para 4ue los secara. Juana le canta$a a la nia, se re)a, la al*a$a en $ra*os, i$a con ella a la cocina, volv)a al patio, siempre contenta. +nri4ue la mira$a con una atenci"n especial, lo 4ue en un momento 5ue advertido por Helisa, 4ue no pudo evitar sonre)r, si $ien tuvo cuidado de dar vuelta la ca$e*a, r6pido, para no incomodarloL no tan r6pido, de todos modos, por4ue él se dio cuenta - $a2" la vista, avergon*ado. Antes de partir, mientras Joa4u)n - +nri4ue carga$an los tarros de leche en el carro, Juana - Helisa se apartaron de los dem6s para despedirse a solas. +l sol empe*a$a a declinar hac)a 5r)o. Da no tengo pesadillas Ddi2o Helisa, mientras se arre$u2a$a en su manta de lana. D>P sea 4ue -a no grit6s dormida...@ Do. Al menos, 4ue -o sepa. u cama sigue vac)a, as) 4ue no tengo a 4uien despertar Dse ri" Helisa. DSa$és, gallega, al principio, después de esa noche, tuve mucho miedo. (iedo de 4ue me encontraran - me echaran la culpa de lo 4ue pas", pero ahora no. Ahora esto- tran4uilaL ser6 por4ue ac6 me tratan tan $ien, 4ué sé -o... Dadie te puede culpar de nada. i a ti ni a m). Acuérdate de 4ue t< te ha$)as escapado. +l Fué le dir)a a la polic)a@ >Fue te ten)an prisionera para venderte a un prost)$ulo de la 5rontera@ o, mu2er, 2am6s lo har6. +n cuanto a m) - a Joa4u)n, nadie nos ha visto por all). +n la casa, me las he ingeniado con una mentirilla. e dicho 4ue tuve 4ue acompaar a mi po$re Joa4u)n al hospital por4ue se ha$)a roto la ca$e*a. anda, 4ue me han cre)do. +l carro -a esta$a listo - toda la 5amilia, alrededor, despidiendo a los 4ue se i$an. Joa4u)n, sentado en el pescante 2unto a +nri4ue, llam" a Helisa, 4ue a
- seguiremos la charla. t<, -a sa$es, tran4uila. ;o 4ue ha pasado, pasado est6. Ser6 nuestro secreto, Juana. DSer6 nuestro secreto, Helisa.
Suele ser dulce el regreso cuando la mente va ligeraL son los pesares del alma los 4ue ago$ian las partidas. Con el carro cargado, el trote del ca$allo se hac)a m6s lento, pero esta ve* Helisa no se 4ue2". ;iviana, su mente Qota$a en el atardecer como el humo de las 5ogatas de otoo 4ue se ve)an a4u) all6, - colma$an el aire con su aroma a corte*as - ho2as 4uemadas. +l sol, al poniente, era otra 5ogata incendiando el hori*onte.
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ndi'e
1# $amos, %elisa
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2# En la 'o'ina
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10# nos se an, otros se 5uedan
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11# No te metas
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12# L5uella no'/e, esta no'/e
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18# reuntando se llea a Moma
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19# a *bora en la puerta
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20# Ni el ladrido de un perro
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21# a entana redonda
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22# &el otro lado de la puerta
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2# ?order3s el polo
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2"# lo', 'lo', 'lo'
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2!# Cen6is idea de lo 5ue es un /ospitalD
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2># &os semanas despu6s
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27# El oto-o tiene esas 'osas
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28# na amilia
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