ENCICLOPEDIA OXFORD® DE FILOSOFÍA Segunda Edición Dirigida por TED HONDERICH
Editada y traducida al español por CARMEN GARCÍA TREVIJANO Coordinación editorial y supervisión de la redacción de los lemas correspondientes a la filosofía en lengua española. MANUEL GARRIDO
tem os
This tmnslation ofTHE OXFORD COMPANION TO PHILOSOPHY, originally publishea in English in 1995 and 1005, is yublished by armngement with Oxford University Press. «Oxford» is the trade tnark of Oxford University Press.
Esta traducción de TOE OXFORD COMPANION TO PHILOSOPHY, originalmente publicada en inglés en 1995 y reeditada en segunda ver sión en 2005, se publica con permiso de Oxford University Press. «Oxford» es la marca registrada de Oxford University Press.
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transfor mación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. Traducción © C armen G arcía T revijano , 2008 © O xford U niversity Press , 2005 © EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA, S.A.) 2008 Juan Ignacio Lúea de Tena, 15 - 28027 Madrid ISBN: 978-84-309-4780-5 Depósito legal: M-50.476 - 2008. Printed in Spain. Impreso en España por Fernández Ciudad
A Bee, Jane, John, Kiaran y Ruthie, con amor.
ocasionalismo ‘ Lógica tradicional. J. N. Keynes, Formal Logic, 4.a ed., Londres, 1906, cap. IV.
ocasionalismo. Teoría acerca de la naturaleza de muchas de las cosas que consideramos causas que afirma que todas las relaciones entre las cosas físi cas, o entre las mentes humanas y los objetos físicos que intuitivamente suponemos causales, son de he cho no causales. En lugar de ello, las relaciones son consecuencia de la voluntad de Dios, en el sentido de que unos sucesos particulares, las «causas», se unen constantemente a otros sucesos, sus «efectos», porque, cuando ocurre una causa, Dios quiere que se produzca el efecto. La razón esgrimida en favor de esta teoría fue que era la única explicación conce bible de la necesidad causal. p.j .p.n . ‘ Causalidad; paralelismo psicológico; armonía preestablecida. N. Malebranche, D e la recherche de la verité, 2 vols., en Oeuvres completes, Vrin-CNRS, 1972-1976.
Occam, Guillermo de. (1285-1347). Francisca no inglés llamado «Doctor Supersutil», Occam de fendió el ‘ nominalismo y, por considerarla como «el peor error de la filosofía», condenó la doctrina de que los universales fuesen cosas reales distintas de los nombres o los conceptos. Rechazó el ‘ ato mismo en favor del ‘ hilemorfismo y practicó la pobreza en metafísica negándose a proponer clases distintas de entidades para cada una de las diez ca tegorías de Aristóteles, restringiendo su «dieta» fi losófica a sustancias y cualidades realmente distin tas, a las que añadió algunas relaciones para lograr una buena medida teológica. Sin embargo, defen dió el reconocimiento franciscano de una plurali dad de formas sustanciales en las cosas vivas (en los seres humanos, formas realmente distintas de corporeidad y de alma intelectiva y sensitiva). A diferencia de Hume y Malebranche, Occam mantiene la distinción aristotélica entre ‘ causali dad eficiente propiamente dicha, y causalidad sirte íjua non, basada en la cuestión de si la correlación entre los As y los Bs es producida por el poder de A o por voluntad de algún otro. Contra Enrique de Gante, niega que haya una causalidad sine qua non en la naturaleza, y considera metafísicamente im posible que las regularidades de la naturaleza sean drásticamente reorganizadas, aunque el funciona miento natural puede verse obstruido por Dios y por las criaturas. Al igual que otros aristotélicos, Occam cree posibles la física y la biología porque la uniformidad del principio de la naturaleza es verdadera. Incluso para un nominalista, las natura lezas son poderes; individuos coespecíficos, pode res máximamente similares que operan de mane ras máximamente similares. Fiabilista aristotélico en epistemología, Occam da por sentado que las facultades cognitivas huma nas funcionan «siempre o la mayoría de la veces», es decir, que nosotros tenemos un cierto conoci miento de las cosas materiales y de nuestros actos
872 . mentales. Occam no extrae conclusiones escépti cas de la posibilidad lógica, metafísica o natural de su obstrucción, porque define la certeza en térmi nos de libertad respecto al error real. Notoriamente entusiasta de la lógica, el distinti vo tratamiento occamiano de la lógica de términos («teoría de la suposición») refleja sus desacuerdos metafísicos con otras figuras notables (como Gui llermo de Sherwood, Pedro Hispano y Walter Burleigh). Su Summa Logicae reorganiza el tradicional syttabus subsumiendo de alguna manera los diver sos «tópicos» bajo la teoría de la inferencia, y con tiene además su brillante y extenso desarrollo de la silogística modal. En la teoría de la acción, Occam defiende la li bertad de indiferencia o contingencia para los seres racionales divinos y creados. La voluntad no es sólo un poder autodeterminante para los opuestos (como insistía Escoto); sus opciones incluían el de sear el mal bajo su condición de mal y el desear algo que iba en contra del bien bajo su condición de bien. En cuanto a la moralidad no positiva o éti ca, Occam adopta una «teoría de la razón correcta modificada», según la cual la acción virtuosa re quiere la libre coordinación por parte del agente de la elección con la razón correcta (la norma prima ria). Dado que la razón correcta bien informada dicta que Dios, el bien infinito, debe ser amado so bre todas las cosas y por sí mismo, y por tanto obe decido, los mandamientos divinos se convierten en una norma secundaria. Las prioridades quedan in vertidas en la categoría soteriológica de mérito y demérito, donde los estatutos divinos libres y con tingentes hacen que el seguir los dictados de la ra zón correcta sea una condición necesaria del méri to y la bienaventuranza eterna. Excomulgado por su defensa a ultranza de la po breza franciscana en contra del papa Juan XXII, Occam pasó el resto de su carrera bajo la protec ción de Luis de Baviera, propugnando enérgica mente la «separación de la Iglesia y el Estado» de manera que la respectiva autoridad de cada uno no estuviese subordinada regulariter a la del otro, aun que cada uno de ellos pudiese interferir con el otro casualiter con ocasión de una crisis grave. M.M.A. ‘ Fiabilismo. Marilyn McCord Adams, William Ockham, 2 vols., Notre Dame, Ind., 1987. Philotheus Boehner, Collected Artides on Ockham, ed. Eiigius M. Buytaert, OFM, St Bonaventure, NY, 1958. Cuillelmi de Ockham: Opera Phibsophica et Theologica, St Bonaventure, NY, 1967, i-vi, i-x. Arthur Stephen McGrade, The Potítical Thought o f William o f Ockham: Personal and Institutional Principies, Londres, 1974. P. V. Spade (ed.), The Cambridge Companion to ( kkharn, Cambridge, 2000.
O’Neill, Onora (1941-). Filósofa política y moral británica que ha escrito sobre la filosofía moral de Kant y utiliza un enfoque kantiano al abordar los temas éticos y políticos, entre ellos algunos asun-