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JUNTA PARA. AMPLTAClfix DE BSTUDtOS e iNVfiSTtC ACIOHE3 CIENT^ICAS
CENTRO DE ESTUDEOS H1ST6rIC0S
HISTORIA DE LOS JUECES DE CORDOBA POR
ALJOXANl THXTO ARaBE Y TRADUCCIOJJ ESPANOLA
POR
JUUAN ribera 1>H
%
% rt
LA RKAI. ACA1>EMIA BSPaSOLA
MADRID Impbenta IbiIrica,— E. Maestre POZAS
12.— TELIIPOKO 3,854
1914
INDICE GENERAL
vn
Pr6logo del traductor Erratas en
Proemio
la
del
traduccion
xlvii
>
autor
3
Capftulo en que se trata de aquellos cordobeses a qulenes se ofrecid
el
cargo de juez y no lo quisieron aceptar
Capitulo en que se trata de
la
9
de Cdrdoba y de sus
historia
Jueces en tos tlempos anteriores a los
calif as.
Del juez Mahdt ben M6siim Del juez Antara ben Felah Del juez Mohichir ben Naufal El Goraxf
3'
Del juez Yahia ben Yecid ElTochibI
35
23
33
[Capftulo en que se trata de los jueces nombrados por los calif as]*
Del juez Moavia ben S&lih El Hadramf Del juez Omar ben Xarahil Del juez Abderrahmen ben Tarlf El Yahsobl Del juez Almosab ben Iinr&n El Hamadani Del juez Mohimed ben Baxir
3^
Del juez Said ben Moh&med ben Baxir El Moaferl Del juez Alfcrech ben Quinena El Quincni Del juez Cat&n ben Chaz El Temimf Del juez Obaidala ben Muza El Gafequt
83
,
5° S2
55 62
89 96
96
33 ^3
VI Pags.
96
PR6L0G0 DEL TRADUCTOR La plena conviction de que es
una de
mas
las
interesantes y
realizar estudios acerca
musulmana durante el principal
el
de
la
la
crdnica de Aljoxani
que mejor
se prestan a
vida social de
la
Espana
emirato de los Omeyas, ha sido
motivo que me ha impulsado a publicar
afabe y su traduccitfn espaflola. A mi modo mas dide ver, es la crdnica que nos pone en contacto otra permite que ninguna sociedad: aquella con recto Para tan adentro ni tan objetivamente.
el tcxto
penetremos
que
el lector
pUeda
cerciorarse
de
los
fundamentos de
a guisa de prdlogo, esbozar, a voy mfa, opinidn esta en elja pueden que materias las de indice un somero ser estudiadas.
—
el cronista, AbuabAunque obra su autor El y Joxanf, fue un extranjero, El Harit ben Mohamed dala
Andalucia nacido en Cairuan y avecindado en (A
(1), el
Ensayolio-MHotrAfico.iobr* los kistoen su Boigues, Pov-S (>**", '*9«). ^edica un ca-
riaLs y getgrafos arM^af*** obras ? itulo a la vida y
de este autor Pag.
76.
VIII -—
—
.__
proyecto de realizar su obra debidse, sin duda alguna, a sugestiones de Alhaquem II, y los materials
que
_--_
~
" =r
—
m
le
sirvieron para redactarla fueron exclusivamente espanoles: colaboraron multitud
y de Andatucia, desde
el
de personas de Cordoba monarca hasta individuos de
mas populares. Para probar enumerar
las clases
tard
Las fuentes.— Tuvo a
este aserto
="—"= --"
j_
baszl
su alcance todos los
I-
me"" "i"
dios de informacion que podlan proporcionarle las re-
comendaciones del prlncipe archivo de
Unas son
(1).
escritas: el
:"-jS> :-V_^L. f-E
Casa Real, donde se conservaban aun en
la
aquel tiempo copias de cartas reales expedidas por rnonarcas anteriores (2); el archivo de la curia de los
:"
>
mento
histdrico (4);
como docu-
-»
-^&
(5);
y algunos
libros,
^
-
de cuyo autor apenas dice nada
(i)
omite
el titulo
AlhAquem
II
i-*-.
'~
documentos particulars que se
conservaban por ciertas familias
tor (7)
—^-^=-
-^.
jueces de Cordoba (3), en donde quiza se encontrara
alguna providencia judicial que se cita
'
i
y
(6),
o
si
nombra
el
5
au-
naturaleza de la obra (8).
tenia apuntes personates suyos acerca
de los
jueces de C6rdoba. Vide AlfaradJ, edicttn Coders, biog. 1.4307 biog. 1.605,
--
(2)
Veanse pdga. 92 y 93 de
(3)
P*B- '38-
(4)
»B-
(5)
Entre cllos se desltearon algunos evidentemente falsos,
la
_-__
traducci6n,
"-
'-m
35-
la carta citada en la p&g. 47, inventada, sin miljares. (6)
P&ga,
(7)
P&g- 147-
(8)
Una
:-?lSi
-2
como
duda, por vanidadea fa-
m
63/91,
'
-=
:
-
=:3-
- -^ -"V-_
vez nos dice que lee una noticia hisl6rica, pig. 56, y --"rs^i --'.
^-=^P.
:
V.-"S^j ;
-
<&t ---*£*
IX
Pero te
esta se halla principalmente fraguada
tradiciones orales, por narraciones que corrian en-
tre las
varias clases sociales de
se referian
ca
median-
y de
te los
la
en
las tertulias
Cordoba, desde
las
que
de los palacios, del monar-
nobleza, hasta las que recitaban publicamen-
narradores de plazuela en los arrabales y barrios
bajos.
Cada
clase social conserva aquellos relatos histdricos
o novelescos que por simpatia o interes propio
mas caros o agradables, bien porque halagan su dad o porque favorecen
la
manera de contar
medio
social en
ficiente claridad
que suponen
la
abolengo arabe
el
que se ha transmitido:
que en
esta
se nota
el
con su-
crdnica hay narraciones
transmisidn entre familias de raza o (1); otras tradiciones
y
han debido conreligiosos, entre
gente letrada clerical, ulemas y faquies
cita la naturaleza del
(2);
documento u obra en que
nada. Indudablemente debi6 ferir
narracidn o
la
suceso hacen bastante visible
servarse vivas en centros Hterarios
no
vani-
causa politica o religiosa a
que esta adherida. El asunto mismo de la
son
le
utilfzar
se halla consig-
algunos apuntes o libros
sucesos contados por Abdelmelic ben Habib,
han
otras
al
re-
Ahmed ben Oba-
ben Sad, Mohamed ben Abdelmelic ben Ayman, Mohauidd ben Guadah, Mohamed ben Omar ben Lobaba, Ahmed ben Baqui y Obaidala ben Yahia, testimonios que cita a menudo, pues da El.Roaini,
casi
todos
Jalid
ellos escribieron apuntes hist6ricos o libros
acerca de
An-
dalucia. El unico libro que cita en la pag. 147, es desconocido. (1)
Tale3 cofflo las contenidas en las pags, 60, 6l, 98, ioo, 134
y >35(2J
Pags. 73, 83, 87, 89,
etc., etc.
-^ *
y
-
-
j= -
_.
Mi
x sido forjadas
y transmitidas por sujetos algo rebeldes, mal avenidos con el regimen politico o social domi-
nate y aun sospechosos
de heterodoxia,
ascetas y ermitattos (1); y
muchas son anecdotas popu-
lares
que
la
como
_
p^
--
ciertos
plebe de todas partes gusta de repetir,
porque son censuras acerbas contra
curiales, a quie-
nes detesta, o contra beatos con quienes no simpati-
t.Z
za (2). Algunas de ellas conservan todavia rastros de
haber sido transmitidas en lengua vulgar romance de
Cdrdoba, traducidas
al
arabe por nuestro autor,
cual las traslada ordinariamente integras.
embargo, suprime parte de
sin
la
Alguna vez,
el
narraciones eran demasiado corrienles y (3),
el
narracidn o nos da
un mero resumen, porque consideraba
y divulgadas
^3
que
muy
ciertas
sabidas
o tan desproporcionadamente
iar-
gas (4) que no cabian en su obra. _7*
Esta se halla constituida por todas esas narraciones, ^
que
sin
el
autor se meta en digresiones largas ni ex-
plicaciones personales suyas: despues de exponer en
proemio por cuenta propia
el
nente para explicar za ya sin
la
si
que
formacion de su
desde luego a inserlar
hablar por
lo
las
el
cree perti-
libro,
"
comien-
narraciones ajenas,
casi siempre, eso
si,
de autori-*1
"
<*>
Pags. is, 6s, 71, 97 y 109. fags. 5*43.44. 57> 7'. 132,
(3)
Pags.
(4)
Pags. 101 y 143.
I
tl
personalmente mas que en poquisi-
mas ocasiones. Cuida
(')
K
_
etc. -
iz y 159.
-tt\
-iV*SB5.'«-
-
\
_ -''-
.-
-.
-Xl
m
"
-
XI
zar las noticias
sona que se
con
nombre o naturaleza de
la per-
ha comunicado.
las
Critica del
el
autor.— No
es
muy
severa ni
escru-
.pulosisima: se muestra excesivamente credulo en ad-
personas que no
mitir ciertastradiciones forjadas por
eran de
fiar;
pero hay que decir que aquellas se refieren
principalmente a los primerosliempos, epoca sobre
que reina mucha osCuridad en casi carencia
de noticias; y es
los testimonios dificil
la
o hay
que un autor de
aquellas edades y aun de otras se contente con decir
que no sabe una palabra: ortodoxos y heterodoxos dieron
el
gusto de inventar fabulas histdricas que
se fa-
vorecicsen a su secta respectiva.
Para informarse acerca de algunas invenciones de los
malequies ortodoxos, leanse las pa"ginas 38, 41 43, ,
45 y 62; y respecto de heterodoxos, es muy curiosa invencidn de
de los
la historia
tres
la
primeros jueces de
Cordoba. Este asunto merece consideraciones especiales
que vamos
a exponer.
Dozy, ensus Recherches sur tare de
tomo
V Espagne pendant
I,
pag. 34
credulidad y
y
falta
de aquella epoca
sigs.)
de el
,
I'histoire et la llttera-
Moyen Age (3/ edicidn, presenta como ejemplo de la te
critica
de los tedlogos espafloles
haber creido las falsedades que
Cdrdoba forjaron
acerca de los primitivos jueces de los sabios
de Oriente,particularmente los egipcios. Tal
afirmacidn es completamente inexacta. Dozy, quetra-
duce en
las
p&ginas
F
anteriormente citadas un largo
--^" v-
:
"-_--^"
"_
.>
XII
pasaje de nuestra crdnica, y se ve que
gran
carifto,
no
se enlerd, sin
la
estudio con
embargo, de
verdad
la
-
-"
en este punto.
-=>-
.--*-
"
-- =
-" -"
V
El verdadero inventor de esa novela no es
un orien-
""
i-i-
como 61 afirma, sino que es un andaluz, un cordons, Ahmed ben F£rech ben Montel; y el que la acepto" como verdadera no era un tedlogo espaflol, tal,
-
sino AJjoxani, es decir, un extranjero.
Hay
indicios de
que
—
" "-
^£^ ^
xos de aquella edad
y de tiempos
posteriores tuvieron ~_
buen cuidado de no aceptar aquella novela: Aifaradi, que en su Hlstoria de los uletnas de EspaHa copia de -"
Aijoxanf
mayor parte de
la
las noticias biogrdficas
los sabios espafioles consignadas en esla crdnica,
de -"
no
mm:
dice una palabra de los tres primeros jueces (l),a pesar
de haber tenido delante una copia autSntica de AijoxanI (2):
indicio
vehemente de que no
acepto" la false-
r
dad. Es mas: en
Ahmed ben senta a 6ste
la biografia
num.
127,
quees
la
de -s--*&tt
F^rech (inventor de aquella), nos pre-
como sujeto muy sospechoso
que posteriormente tuvo
la
(3).
^
El autor
debilidad de aceptarla fue -.
_ «*.:=
(l)
Henalcutja da noticias de ca B todoa i
do del omlrato y no inenciona a esos
Mackmua,v&**\o 9
trea
-
primitives jueces militares„pero no
la
=zi*F
Ajbm
a esos.
Bbnadari, nombra a muchos jueces de C6rdoba; a esos no. (a) Vease pag. 6 de su Historia de los uhmas, edicidn
donde dice que leyo
v
los juecee del perio-
primeros jueces.
«
Codera,
obra en un manuscrito aut6grafo de Al-
joxani. (3)
Tambien tnsmua que son sospechosos algunos de
monioa que AijoxanI
uliliza
en esta crdnica,
v. gr.,
-
ft**-
.":
los tedlogos espafioles ortodo-
j- -~ _
los testi-
«
Mohamed ben
-.-.m-~ "-
"
_i_
XIII t
el
historiador
Tecmila
Abenhayan, de cuyas obras pasd
(1), diccionario biografico
labar: este copio
como
la
que escribio Bena-
verdaderas las noticias referen-
primeros jueces.
tes a los tres
La invencidn tiene su descifrar en
a
intringulis
que no era
tiempos de Dozy. Hoy, despues de
fficil
los es-
tudios del docto historiador de la filosofia y de la teologia
musulmanas, D. Miguel Asin, sobre Abenma-
sarra
y
su escuela: origenes de la filosofia hispa-
no-musulmana (Madrid, 1914),
se puede ya vislum-
brar claramente la explication de aquella fantasia histdrica.
La invencidn
esta
hecha con
cer a una sectapolitico-religiosa,
cuaces en Andalucia.
propdsito de favore-
el
que
Ahmed ben
Farech ben Montei
segun dice Alfaradi (obra y biografia
era,
muchosse-
tenia
citadas),
un
masarri, es decir, un nacionalista andaluz, unmistico-
heterodoxo del partido antiarabe, sujeto que pertenecia a
una escuela que ocultaba sus doctrinas
veto de los simbolos. La invention tiene
que caracteriza
la
el
tras el
simbolismo
enseflanza y la doctrina de los masa-
con un poco de atencidn en
nom-
rries.
Basta
bre
apeliido de los tres jueces y observar lo que de
y
Gualid (vide abi
Xaiba
fijarse
el
Codera de AtFA^Abi, biog. 1.178), Ali ben 918) y Otman ben Mohamed (biog, 900), De este
la edici6n
(biog.
dice que ersimentiroso* (j)
Tecmila, biogs, 1,162 y 1,163,
a otras obras posteriores, v* gr, t (ediclon de Leyden), pag. 40.
la
fcdicitin
Codera,
De
esta pas6
de Almaccakl Vease tonio
II
.
XIV
cada uno de ellos dice, para descubrir
el
simbolismoy
intencion politico-religiosa del inventor.
la
El primer juez de Cordoba fue, segun jada por
masarri,
el
Mahdi ben Moslim
bes que traducidos literalmente
un
mesi'as hijo
de
el
que
buena
era
hombre
familia;
tan sabio
que
esto el inventor
el
el
redactd,
seguramente trataba de afirmar
bla de ser de raza arabe;
sujetarse
mismo
en
de Cdrtfoba,
Mesias, o restaurador de
andaluz se debe
el
escribid,
por las que hubierpn de
regirse tos posterioTes jueces
el
(apeliidos 5ra-
de un converso o renegadq). Cuenta un espafiol converso procedente de muy
las pritnitivas constituciones
que
novela for-
al castellano significan
diploma de su nombramiento que
Con
la
y que
la fijacidn
de
la
ley islamica,
a
la
la
ejercicio del cargo
de
no ha-
sabiduria de un
pauta a que habia de juez. Casa
todo esto
-r
-
-
-
perfectamente con los ideales nacionalistas masarries.
Al segundo juez Ilamdle Antara ben Felah (es decir,
un intrepido era
hijo 'de
hombre poco
un labrador). Cuenta de
instruido y tan ignorante,
sabla hablar; sin embargo, tuvieron
tal eficacia
el
que
que no
_
.
sus ora-
ciones, que mediante su intercesidn con Dios las lluvias fueron
En
muy
copiosas en toda
la
Andalucia.
--L
este juez se simbolizaron
indudablemente
las ten-
dencias democniticas y socialistas del partido masarri.
Al tercer juez de Cordoba
le
apellidd
Naufal EI Coraxi (es decir, uno de
mix, de
los
que salieron de
la
Mohachir ben
la tribu
de Co-
Meca con Mahoma,
hijo
=
L-_ _-
.
-:
xv f
=
de una calamidad). Cuenta de
el
que en
audiencias
las
publicas estaba siempre hablando de Dios y dando
buenos consejos; pero despues de '.-*
-
su muerte,
al
ser
t
enterrado, ocurrid un suceso maravilloso que indicaba -
de modo inequivoco que aquel noble arabe que siem-
«w
pre tenia
beza
el
nombre de Dios en
ve, pues, bien claro
que
la historia de estos tres jueces,
espafiol,
que
boca, se fu£ de ca-
al infierno.
Se
--:.
la
odiaba a
la
el masarrl
inventor de
como buen
nacionalista
nobleza arabe, y era partidario de
1os cargos religiosos fueran desempefiados por es-
paftoles.
En una
palabra,
la
de parcialidad de una Pons Boigues
invencidn obedecio a impulsos secta
genuinamente andaluza.
(1) tuvo la debilidad,
no solo de acep-
tar las opiniones de Dozy, sino de atreverse, extre-
mando St-
contra
las cosas, la
a estampar frases
muy
despectivas
crdnica de Aljoxani, que no tienen fundamen-
to ni justificacidn alguna. r?
-
Pons cree advertir en esta cronica "el lesco y fantastico, la misma tendencia a raly maravilloso, mezclandose
con
las
lo
spbrenatu-
la verdadera
historia
egipcia consejas y leyendas (de importacion corrian entre el vulgo, y embrollan-
segfin Dozy)
do con
espiritu nove-
que
prime^ esto la historia arabigo-hispana de los
ros tiempos„.
(,)
En
si.
Ensayo
l>io-biblio
citado, pag. 76 y siguientes.
V
Afico sobre
hs historiadorts antes
ft
XVI
Yo no
advierto en esta obra de Aljoxani, ni creo
que nadie adverting ral, ni el
mo te.
menor
rastro
de
lo sobrenatu-
prejuicio teoldgico, ni aun siquiera el fanatis-
politico
o adulacidn en favor de
El autor respeta
cordobeses, que cipe
el
y venera, claro
la
dinastia reinan-
es, a los
monarcas
favorecen y sustentan; pero
le
Alhaqnem debid
ser
hombre de
criterio
el
prin-
tan hol-
gado, que dejd a Aljoxani que pusiese en esta obra, entre las narraciones populares, algunas
mulan graves defectos de
los
que no
disi-
monarcas antepasados
suyos o que suponen desden hacia cosas respetables para
la
pos de
un
ortodoxia dominante. Realmente, en los tiem-
juventud de Alhaquem, reind en Andalucia
la
mucho mds amplib
espfritu
del que
suponen
las
ah'rmaciones de Dozy; hablan pasado ya los tiempos
en que
temores politicos o religiosos pudiesen im-
los
pulsar a no consentir ciertas debilidades
Es
cierto
de
cicSn voluntaria
ras: lo
do
callar, silencio
monarcas.
decir
que no
umco que hace
translucir
quesupone
deli-
oculta-
de verdades sabidas por muchos, verbi-
hablar de los jueces de
al
debemos
los difuntos
que alguna vezse observa en Aljoxani
berada intencidn de
gracia,
que los subditos recordaran
que
Alhaquem
sustituye la verdad
I
(1);
pero
con menti-
es omitir ciertos relatos, de|an-
los omite por razones de prudencia.
Importancla de
la
obra.— En resumen,
Aljoxani
ha compuesto un precioso mosaico histdrico formado (r)
Pags.
95y
9 6.
XVII
con
multitud de
pequenas narraciones, agrupadas.
linicamente por personas, es decir, poniendo bajo
cada juez
epigrafe de
dencia variada que a
las diversas noticias el
el
de proce-
se refieren, sin intento
de ha-
cer una narracidn original suya, antes bien trasladando
mas de
integras, las
las veces, las noticias sin transi-
cidn alguna, sin afiadidos ni pegaduras retdricas. Por
consecuencia, no es su obra un cuadro sintetico para
cuyo conjunto uniforme
se
hayan fundido
las noticias,
sino una conlinuada sucesidn de relatos expuestos
ycomo
han Ilegado a su conocimiento.
Esa acumulacidn de materiales obra de poco atractivo, por
dela forma;
tal
nidad; mas
conocer
si
podra" constituir
la escasa
belleza
una
literaria
vez parezca pesada, mondtona e insu
frible al lector distraido
que vaya en busca de
6ste es curioso
la
ame-
y observador y desea
fondo aquellos tiempos, encontrara" ana
a
mina de anecdotas interesantfsimas, cuadritos saicos, pero reales, de escenas contadas, en la rfa
tal
pro-
mayo-
de los casos, por testigos presenciales.
El estudioso que trate exclusivamente de enterarse
de
verdad,
la
tal
como
es referida
por personas senci-
Uas, podra" ver en esta crdnica con cuanta realidad se
han retratado
monarcas como
instantanea:
rrahmen
xem
I
I
(2),
ciertos personajes, cual en
(1);
y
el
el
fotografla
duro y nervioso Abde-
manso y bondadoso energico y resuelto Alhaquem I el
suave,
Hi(3); 4
(i)
Wg-
S*
(2)
Pag. 57.
(3)
P&g. 58.
B
XV in jueces
como
acicalado y elegante Abenbaxir (1), e
el
Amer ben Abdala (2) y el escrupuvanidoso, Mohamed ben Selma (3), 6
silencioso y grave
losisimo, pero el tipo
soberbio del teologo jurista Yahia
(4).
Algunas clases sociales de aquel imperio se nos pre^ seritan
con ciertos rasgos
muy
acentuados, v. gr.,
ambicibsa y ladrona nobleza de Coraix cuencia se
Con
de
palacio, los eslavos,
deros o intermediarios entre
puede percibir
la
como
-
como
los
reca-
monarca y sus subdi
el
intervencidn en los nego-
cios de Estado de ciertas familias de abolengo flol,
fre-
ven aparccer, como en escena cinematogri
fica, a Ios pajes
tos (6); se
(5).
la
Beniabiabda
los
(7),
espa-
Benimuza
(8),
los Benimajlad, etc.; a veces salen a escena personajes cristianos, ascetas y ermitanos
hasta una monja de esa
primera
vista
misma
musulmanes
(9)
y
cosa que a
religidn,
sorprende (10).
Aparte de esto, deja Iranslucir en algunas ocasiones
movimiento de partidos politicos y facciones, incluso nacionalistas (11); nos presenta al pueblo de Cordoel
ba y de Andalucia con
sus preocupaciones sociales (12)
(i).
Pag. 71.
(5)
I'ags. 53, 54, 55, 58, [45. etc.
(6)' Pags. 58,
(2)
Pag.
US-
(3)
P^g- 9'.
(8)
Pag. 96.
{9)
Pags. 76,
(lol
Pag. 203
(11)
Pags. 12, 17, 18, 20, 21, etc.
(12)
(4)
:
59,74- 82, 87, 128, 163, 179,
(7)
'
Pag. 206.
188,"
193 y 2t 9-
84 y 210.
Pags. 10 y 123.
"
'
'
Pag-
'
'..
-
J
1
-F -.
r
.
J
XIX
y religiosas (en los procesos de su Inquisicidn) (1), con su puntillo de amor propio andaluz (2), su veneracidn
\fc*
por el
nobleza del saber religioso
la
desden mas soberano hacia
escuela
En muchos
(4).
tumbres populares de
el
infeliz
nados i
palabra,
Cdrdoba en presidn de
la
vida piiblica y dom&tica;
"F
=.
I
la
muy
crdnica nos pone en
aficio-
medio de
tiempos del emirato, dandonos
la
im-
realidad, cual ninguna otra historia eru-
dita o literaria es capaz de producir.
1
_-
_ .
visto,
h
\
?-,
la
-j
_
_
los
*
_ 1
maestro de
(6).
En una
5-
-
con
casos nos hace conocer cos-
cas fueron los andaluces, por lo
i
rifle
nos traslada adagios y frases del pueblo (5); y hasta inserta una coleccidn de chistes a que en ciertas epo-
r-i
-
que no
(3)
j
_
^>
futiles,
_
Nos cuenta cosas
escenas vulgares, sin grandezas ni aparato de
->
conjunto; pero esa inatencidn -"£
J
das narraciones consienten
el
artfstica, esas
descuida-
estudio de fendmenos
sociaks, que en otras crdnicas no aparecen siquiera -
''J"
esbozados ellos
j
-
'
- "
-
r .
m*
aludidos.
Vamos
examinar uno de
a
que pueda servir de ejemplo, a saber:
usada por
el
la
lengua
pueblo de Cordoba en aquella edad.
r-
.
!_'
Hasta no hace mucho, estudiada :|
la
historia de los
mus'jlmanes espafloles unicamente en crdnicas generales
se
y narraciones forjadas por historiadores literatos, habia formado !a opinidn de que el uso de la leri-
(l)
Pags. 127 y 154.
(2)
Pags. 223 y 347.
(3)
Pags- 15,
(4)
Pag. 129.
(5)
Pags. 46, 108 y 166.
(6)
Pag. 229 y sigs
"9y52-
<£,
XX
gua drabe, desde
los primeros tiempos, se
neralizado en Andalucia,
y que
los
luces hablaban todos o casi todos
musulmanes andael
arabe.
el
libros arabigos
muchos
palabras latinas y romances, y llegd a
rabes
estas
debieron
es la
la
rabes, nolo que se usaban en
de que
Esa
que expuso en sus obras. docto historiador de los moza-
opinion que formd Dozy y Nuestro Simonet,
habia ge-
ser transmitidas
la
conclusion
por los moza-
(1).
Pero
prescnte crdnica nos
la
pone en
relaci<5n
in-
pueblo de Cordoba y permite certificarnos completamente de que, en tiempos de Alha-
mediata con
quem
II,
el
cerca de tres siglos despues de la conquista
arabe, aun habia sabio espafiol
musulman que
naba de hablar en romance
y afirmaba que
espafioles les era
muy
(2)
diricil
se ufaa
los
expresarse en arabe; que
en los primeros siglos despues de
la
invasion habia
en Espafia completa carencia de hombres instruidos en
la ley religiosa (3);
escascz de
ga
(4)
aun en epoca posterior hubo
hombres couocedores de
y no chocaba
el
que
el
la
cultura arabi-
propio juez de Cordoba
no supiese hablar. (i)
Dozy
Vease, para precisar y Simonet,
mi Discurso
el
alcance de estas afirmaciones de
leido
ante la R. A. Espaiiola. Impren-
ta Iberica, 1912, pags. 19 y siguientes.
Pag 23 t donde aparece que cl inventor de la farsa de tos tres primeros jueces de Cordoba se hace llamar achami, es decir, (2)
tatinado. (3)
P^gs-38y39-
(4)
P*g- 107-
XXi
Por
nuestra cronica
otra parte, los
los pajes de
hace intervenir a
monarcas, transmitiendo ordenes o
recados a ministros, jucces y personajes de Cordoba,
y esos pajes tienen apellidos latinos, v. Vicent (I) (nombre que parece Catalan); Nasar,
el
eunuco
presenta en
favorito de
gr.,
sonas del cortejo del juez de Cordoba
(2);
a
nos
II,
hablando en romance con
la calle
paje
padre de
al
Abderrahmen
el
lo
las per-
un popular,
cordobes, llamado Yenair (Giner) , leveprestigioso y mos expresarse en romance ante el propio Consejo de ministros, los cuales transmiten
al
monarca
romances que aquel habia pronunciado. de Cordoba habla en romance en
la
las frases
El propio juez
misma. sala del
juzgado, a tiempo en que estaba despachando en audiehcia publica (3). Hasta en tiempos de Abderra-
nien
III
aparecen en escena varios
bleza andaluza que eran Litinados
sefiores
de
la
no-
y nos cuenta
(4),
Aljoxani que ese monarca, en cierta ocasidn, estuvo a
punto de elegir para juez de Cordoba a un individuo. '
que era completamente latinado
(5).
Dozy, en su Histoire des Musuimans d*Espagne tomo II, pag< 6o, se decide por ltamar a esle paje Yacinto o Jacinto^ siguiendo a uno de los mas modernos historiadores espanoles, Bena(l)
t
labar. Sin
embargo,
N*lcutia
<*3ij4
el
Ajbar Machmua escribe
{Bznt);
(Brnt) (por faltarle un punto alas),y el manuscrito
de nuestra cr6nica, que es bueno, coincide con
La
el
Ajbar Mackmtta
lectura que ofrecen los mejores y
mas
antiguog
I
i
manuscritos nos autorizan a Uamarle Vicent (en arabe no hay
j
BE-
(2)
Pag, 136.
(3)
p ^g-
!
(4)
Tags. 237 y 234,
(5)
p *g-
234.
7>-
v).
XXII "-—--_;
Por consecuencia, de infiere
que
la
lectura de esta crdnica se
lengua romance,
la
rriente en aquelia
nacional,
era co-
epoca entre musulmanes de toda
misma
clase social en la
la
En cambio, como
capital del
contraste
islamismo
(1).
3f!
digno de notar, nos
presenta esta cronica ejemplos por Ios que se ve que ciertos cristianos
de
viso en la
fluidos por la cultura oriental,
ciudad de Cordoba,
in-
que iba infiltrandose en
mas acomodaticias, se habian punto que sobresalieron en el arte
las clases superiores,
arabizado hasta
el
de escribir en arabe y llegaron a desempefiar
la secre-
monarca cordobes, mientras algunos jueces musulmanes de la capital, inferiores en cultura litera-
taria del
ria,
J
eran incapaces de pronunciar en arabe un sermon
aprendidode memoria. Pero
el
asunto
m^s
interesante de esta crdnica, na-
turalmente, es su materia principal, es decir,
La
historia
---c
de los jueces.— Nos pone en comu-
nicacidn con estos en su vida familiar, en su marcha
-^.-i
:-'£-*
por
la calle,
en
las
mezquita aljama.
audiencias publicas dentro de
De
la *~
- -
modo podemos
ese
ir
estudian-
Teniendo en cuenta estas observaciones, no ha de extraiiar que aparezcan relatos en las cr6nicas, que muestren huella de haber (i)
sido transmitidos en
uno de
romance
Mohamed ben comunicu
los
(Jundah, que mas narraciones
a nuestro autor Aljoxani y
nica, se dice que
j--?
mismos musulmanes. De de C6rdoba de la tercera centuria,
entre
los narradores hist6ricos
_-
de sucesos
"-"I'M! -=_^=^
histc-ricos
-
van consignadas en esta crd-
no sabia arabe (veaae la biograffa de ABASALfARADf,.
1
134 de la obra -r
--?=:
?
-
--I*-
_-_-
"-"-:
^
XXIII FhI":
dp
que
to das las funciones de esa dignidad,
tuyo
mode^o de
el
la
organization judicial en
musulmana: fendmeno
pafia
no
social quo
nos limitrofes
y no
(1)
es ajeno a
juez de C6rdoba.
al
cristia-
limitrofes.
r-">
Qui6n nombra
Es-
la
organizaciones posteriores en los paises
las
m
consti-
— Lo
nom-
:
braba
el
todas
te
soberano, en quien residtan de las facjltades judiciales
monarca como juez nato toridad pendla jueces
pero
(4);
como
el
chas ocasiones se mostrd
y de
(3),
eficacia
la
(2): la
modo eminen-
consider&base
fuerza de su au-
de las resoluciones de
pueblo de C<5rdoba en
muy
mo, insinud su intervencidn en
No ha
[nu-
la
monarca
la
civis-
forma en que pocondicidn de que
juez fuese grato y acepto al elemento popular
el
los
celoso de sus intereses,
y durante largo tiempo poseyo bastante vivo su
dia (5), imponiendo al
al
(6).
de extranar, por consiguiente, que los monar-
cas tomaran precauciones paia acertar en su nombra-
miento
(7): al efecto,
consultaban con ministros y per-
sonas.de prestigio en Cordoba, los cuales indicaban
yo hubiese podido aprovechar esta cr6nica cuando esoribi los Origenes del yitsticia de Aragon, ciertas demostraciones las (i)
Si
hubiera podidoexponer con pru'ebas mas completas. -
Cada
vez
me
mas en
afirnio
la
creencia de que la .cultura cientf-
Europa medieval no po-
fica, literarin, artistica, politics, etc*,
de
dra ser plenamente expiicada sin
estudio profundo de la historia
de
la cultura
(2>
Pag.
4>
Pags.
(
(6)
el
de los .paises musulmanes
6. 6,.
88
7:
1
53-
P&gs. 52 y 110.
"
-
la
y,
en particular, de Espaiaa.
(3)
rag. 58.
(5)
**&•
{7)
Pags. 9,
<3>
I02 > 1 r,
u6yi3o.
14 y 83.
.
XXIV
candidates
(1).
Son
raras las ocasiones en
que
los jue-
ces de Cordoba fueron nombrados sin consulta previa (2), por consideraciones de mera simpatia personal — -
o porintriga polttica
(3).
Numero de jueces.— Se nombraba uno este habia
de desempeftar personalmente
nes sin delegar en otro que
edad o nal
y
le
directo del cargo, se
y
cuando
el ejercicio
la
perso-
y se nombraba
destituia
le
solo,
las funeio-
sustituyera:
achaques no consentian
los
-.
otro.
En una
sola ocasion se cuenta que
tablecio turno entre dos jueces
ciendoun
ailo
cada uno de
el
monarca
que alternaban
ejer-
pero.se refiere a
ellos;
tiempos en que por su Iejanfa no es posible, a mi cio, asegurar
plenamente
la
es-
jui-
veracidad de las tradicio-
nes orales (4) en este punto.
-
"
:
"*= -"
-
-
_-
J j-
Cualidades de los jueces: cualidades intelecttiales.— No parece que en los primeros tiempos
bubo de haber mucha exigencia en raria, ni siquiera'teologica
ni
aun
nombrados bastantes jueces que no
guno de
ellos fue
la
instruccion
juridica. las
Fueron
tenian (5);
tachado de supino ignoranton
Cuando verdaderamente eran
si
(6).
algun juez es hom-
(i)
Pags. 63, I9r,2i 4 y2i5.
(2)
Pag. 139,
i3)
p ags- 234 y 235.
(4)
Pag. 50.
i$)
Pags. 61, 62, 200, 20
(6)
Pag. 116.
(7).
Pags. 98, 99 y 100.
y Z09.
al-
instruidos (7), los narra-
dores histdricos lo hacen notar:
1
lite-
"^
.
-
<_
-\
-
--
""
-
5
XXV +
bre ducho en materiasnotariales
- t-
dicen;
(1), lo
si
sabe
E
un poco de
literatura (2), lo declaran;
si
es verdadera-
y—
-
_>
:
mente
>
literato,
no dejan de consignar
tal
noticia, di-
-"-
.
ciendo que sabe escribir %
cumentos en forma
X
culto (5), o es orador (6).
al
dictado
rctorica
(3)
o redacta do-
elegante (4), o es
muy
1-
No
-J
y aun
la juridica
como
luego vereraos, que en su curia habia casi siem-
debe sorprendernos su poca instruction y teoldgica,
si
se tiene
literaria
en cuenta,
»" _
pre algfin letrado o letrados que eran consejeros tecI
nicos suyos, los mufties, cuyo dictaraen pudiera seguir
i
is-
en sus decisiones.
Cualidades morales.— Estas son palmente exigia a sus jueces
el
-:*.
:*
la
escrupulosa pu-
blitidad de sus actos judiciales (7), acompanada or-
dinariamente de
la llaneza-de trato
y
la
vida que rayaba frecuentemente en
el
La mayoria de lentia
(0
T_
>
"
ellos fueron
de su equitativo
justicia (9)'y
=.
princi-
pueblo andaluz. Los
su integridad, de que era prenda
--
que
jueces de Cdrdoba se distinguieron generalmente por
_--^-_
_-
las
criterio
simplicidad de
ascetismo
popularisimos por
en
la
su energica resolucidn
la
(8).
va-
administracidn de (10);
de
modo
que
,
_
i-1
XXVI
por
la
constancia y firmeza de caracter
que ocu-
de. los.
paron esa dignidad, convirtieronse en principios
-
poli.ti-
-
-
cos de aplicacion practica cial establecidas
por
ban ejemplo con su
,
normas de igualdad
las
>l
so-
jueces da-
la ley religiosa (1): los
resuelta actitud contra las
y aun actos depredatorios de
demasfas
nobleza de
la despdtica
Coraix, contra palaciegos y cortesanos (2) y, en bca-
mismos
siones celebres, contra los monarcas cuales tuvieron
que aceptar como
no esas normas democraticas o
Como fendmeno
criterio
(3), los
de go bier-
citarse el
7*
cuidado
que pusieron algunos monarcas en no elegir para cargo de juez a sujetos que tomasen
ma,sinoque escogian
t
igualitarias.
puede
curioso
<
_^
.-
_*3
_
el
cosas a bro-
las
_T_r_1
a los
andaluces formalesy se-
rios (4).
La cualidad de hombres
manes
la
la exigia la
ser,
circunstancia de que
(la
por delegacidn del monarca,
como no
de juez y
juez de Cor-
el
oracidn en los oficios solemnes de
quifa; pero
des
-\
-^
doba habia de de
y buenos musul-
religiosos
la
era esencial
de
de
jefe
que
las
jefe
gran mez-
la
dos dignida-
la oracidn)
-"
-
1
el
monarca cordo-
el
r=
estuviesen
desernpeiladas por un solo individuo, pudo' ocurrir
caso siguiente: llegd tiempo en que
rC-C*
<-?
,"
-.
bes nombrd juez de Cordoba a un espaflol de raza; los arabes de,
Cordoba no quisieron consentir que un
(r)
Pags. 57, 86 y 87.
(2)
Pags.
1 1
,
63, So, 8
.
1 ,
(3)
Pags. 65, 66 y 173.
(4)
Pags ir 106 j 238.
82, 90,
1
05,
1
24,
1
...
...
36, 1 46,
,
1
49,
1
£
52 y
-
58.
1
_. J=
_
-Zr^
.
*-
'
y
-
-.
T
1
-
"^
33
-xxvn
individuo no arabe les presidiera en los oficios religiosos. El monarca, en'onces,
dando <
-
el
tion en
juzgado
la
al
mezquita
separo esos dos cargos,
espanol y a
la
presidencia de
la ora-
un arabe. Desde entonces que-
daron muchas vecesseparados(l).
Los jueces, en su calidad de
jefes
algunas ocasiones tuvieron sustituto
de
de
la
oracion, en
(2).
La raza de
los jueces.— Mientras los hombres
estirpe arabe
formaron casta aparte y conservaron
preponderancia guerrera y politica y tuvieron fuerza para acaparar los cargos publicos, pudieron impedir
que fuesen ocupadas
las
magistraturas por
hombres de
-^-^_
raza espafiola: mostr£ronse celososdel eleraento espaflol (3);
pero a medida que fueron mezcl&ndose con
mujeres espaHolas y
el correr
de los tiempos hizo po-
sible la intervencidn de los conversos espanoles en
los asuntos publicos, fueron aquellos sobreponiendor se al elemento arabe. ^ ^
El juzgado de Cordoba fue ocupado primitivamente
y durante egipcios
largo tiempo por Srabes siriacos (4), o por
(5),
es decir, por Jos arabes maVtivilizadosy
mas educados
para
la
vida ciudadana, por fiaber vivido
sus antecesores en regiones enclavadasen
Pags. 144, 2ri, 213, 237, 252 y 257.
(2)
P&g. 216.
(3)
P^g. 91.
el
gran im-
Pags. 38, 55, 89, 96, 98 y 200. Recuenjese que la historia de los tres primeros jueces de esta cr6nica es pura.invenci6n, (4)
(5)
Pigs. 63 783.
C*
XXVIII
perio romano o bizantino. Se ve, pues, por este sold indicio que los
Omeyas tuvieron cuidado de
elegir,
de
desem-
entre losarabes, aquellos que mejor pudieran pefiar esa magistratura.
Luego, cuando ciaron en teologla
el
hombres de
los
conocimiento de
musulmanas y
raza espailola se ini-
jurisprudencia y la
la
se hizo evidente a esos
monar-
cas que los espanoles eran superiores a los arabes.
comenzaron a nombrar algunos jueces de raza es-
que or-
paftola (1), los cuales fueron realmente los
modo mas
ganizaron de
acabado aquella
perfecto y
curia.
Competencia de juez (cadi) reside de
los jueces.
— En
modo eminente,
ganizacidn judicial musulmana,
la
el
cargo de
competencia en
dos los asuntos que han sido regulados por ley giosa
(2).
autoridad
En
este senlido se halla por
(3),
incluso
el
on
dentro de la
to-
reli-
encima detoda:
propio monarca
sus mi-
(4),
nistros (5), palaciegos (6) y la nobleza de Coraix (7).
Con mucha al
mayoreficacia es superior
zabazoque
(9), al
a!
zalmedina
(8),
almotacen (10) y a los nofa-
rios (11), todos los cuales dentro
de
la
ciudad de C6r-
doba habian de reconocerle como autoridad 238 y.239.
superior.
(2)
Pags. 90, 91, 120, 208,
(4)
P4gB.
Pag- 167-
(6)
Pag. 158-
(7)
P&g8.58y67.
(8)
Pags. 127, 128, 164 y 215.
(9)
Pags. 121 y 200.
(i)
Pags. 144,
(3)
p ags.
(5)
(11)
58, 59, 159 y '63.
(ro)
etc,
66yi4i.
Pags. i6r y 244.
Fag. 247.
.
^
*:
XXlX
Hay que
notar que
la
competencia del juzgado de
Corte no transpasaba los limites del territorio o proprovincias vinoia de C6rdoba. Las otras ciudades y la
que no dependian de el en jerarquia: si residencid a alCdrdoba de juez el ocasidn alguna en
tentan jueces
*
t
de provincia, durante
los jueces
guno de
el
periodo dc
t
taxativa nuestra crdnica, fue por delegacion expresa y
-t
I
monarca que le encomendo ese oficio (1); no era, de los pues, el cadi de Cordoba un superior jerarquico de majueces de provincias, aunque se le considerase
J
del
yor categoria por juez de ."
la
prestigio
el
capital del reino.
r
Los
de Cordoba eran inapelables ante
fallos del juez
autoridad superior: unicamente tenia sobre
-I i _
narca,
"i
^*-
el
si el
asunto, o des-
de pero los monarcas, en la inmensa mayoria personalmente, casos, se abstuvieron de intervenir
-
1
y hasta para destituira un jueztomaron de abrir informaciones publicas entre
I :
mo-
cual podia invalidar sus providencias, orde-
narle que se inhibiese para atraer a
los
-
el al
tituirle;
^.
'
inherente al cargo de
mas
prestigiosos de
la
la
precaucidn
los
elementos
ciudad, sobre lodo cuando
f;;*/
quejas del pueblo se hicieron El cargo era, en cierto
muy
modo,
las
patentes (2). vitalicio;
y
las se-
por disparaciones y destituciones se realizaron: o por rao soberano del (3); personates celos o gustos zones de Estado
->,
-J -
£
(4);
o por lucha de jurisdicciones con i3.8oy
103
Pags. 12 y .65.
(2)
Pags-
(3)
Pftg. 115.
(4)
Pigs- 174 y 181.
.
:-::
XXX otra
los
autoridad (1); faquies de
la
dera impopularidad
o por haberse indispuesto con secta (3);
malequi
(2);
o por
verda-
o por haber caido en desca-
lificacidn (4)
La unica autoridad que podia reaimente reformar sus providencias (caso de que te queja,
no
ducia, era
las
al anterior (5);
extremo, por tar
el
propio juez, median-
reformara) o residenciarleporsu con-
nuevo
el
el
juez que se
nombraba
al
destituir
pero se ve que evitaban Jiegar a ese
que
desprestigio
al
cargo podia resul-
con lassentencias condenatorias del juez destitui-
do; se esquivaba ese procedimiento, apelando en casbs apurados a la prueba de juramento obtenido se-
cretamente
ta
(6).
La importancia religiosadel cargo (7) y t*condneejemplar que siguieron en su ejercicio los jueces de
Cdrdoba, hicieron (an respetada su autoridad y persona, que constituyd timbre de nobleza, por voto popular, el hecho de haberlo ocupado (8). Algunas veces ejercieron altos cargos en
la
milicia (9) y sustituye-
ron a los propios monarcas en sus ausencias de Cdr-
doba
(10).
Criterlo jurfdico a
que en todos (')
los
que se atemperaron.— Aunpaises musulmanes es ley el Alcordn (2)
Pag. ioi.
(4*
Pags. 140 y 176. Pag. (80.
(6)
(8)
(10)
Pags. 122, 147, 239 y 240. Pag. 233.
•XxXl
zuna, ha habido diferencias en
yla
la
interpretation
aplicacidn a los casos particulares; riaciero'n
y en-su
distintas escuelas jurldicas o '
que fue.ron mas
ritos
aceptos en unos paises que en otros. Habiendo sido los
primeros jueces de Cordoba de procedencia
siriaca,
es natural que apKcasen a sus decisiones
criterio
juridico de
escuela de El Auzai
la
merced.a
Siria; pero luego,
con Cairuan y Egipto (por
(1), jurisconsulto
de
la
la
de
las reiaciones frecuentes
los viajes
de estudio que los
espafioles realizaban, al cumplir con
peregrination a
el
el
deber de
Meca), fue imponiendose
ir
en
el criterio
escuela de Malic queseguianlosjurisconsultosde
esos paises; desde entonces menudearon los jueces ma-i -_1
lequies en Cordoba (2); pero alguna vez fue
nombrado
hubo enemigos de
esta sec-
&
quien no
{
ta (4),
ateo
y
(5).
lo
era (3); los
hasta ejercid el cargo
uno que fue tachado de
Yo sospecho que algunos jueces nombrados
por Alhaquem
I,
no
serian malequles, ni siquiera or-
todoxos, por cuanto los his'.oriadores han tenido buen cuidado de omitir el expresaf su criterio- juridico en esta cr6nica y
en otras semejantes. Ese monarca
motivo para odiar Dentro de .
=
:-
(i)
=*-_
5-
escuela de Malic, nuestra crdnica exel
pue-
sido Las obras de los jurfcconsultos mas acredUados han
islamicos, los veidaderos c6digos legalcs en todus los paises 1, M2 y IZ2. Pags. 78, 81, ioi, (2)
u
f -
malequies.
presamente consigna que, en aquel entonces,
.
-i.
la
a los
tenia
3
)
Pag. 101.
(4)
Pag. 109.-
'
(5)
P*g.
«*•
Sr^
XXXII
bio de Cordoba gustaba de seguir las doctrinas de
Abenalc£sim con preferencia a
las
Pero por mas que se sujetaran a
que
bla ocasiones en
por
la
equidad natural
de Axhab
tales doctrinas, ha-
que
los jueces tenian (2), lo
(1).
resolver
cual les Ilevaba a tomar
decisiones prudenciales (3), que vinieron a formar jurisprudencia genuinainente espaflola (4), ya en parte
ya en materia procesal
sustantiva de doctrina (5),
Uno
de
los
asuntos en que
la
conducta de los jueces
de Cdrdoba no se atuvo estrictamente a
musulmana
(6).
la tradicidn
fu6 el castigo de los borrachos:
los
jue-
ces de Andalucia se vieron precisados a hacer la vista
gorda en
esta materia (7).
Orden de proceder.— Al ba
la
arbitrio del juez
election del lugar en que habia de ejercer public
camente sus funciones, bien en su casa una mezquita tener
ma
el
(9);
pero
lo
to (11),
despacho o audiencia en
y ante
£1
acudian
(8),
bien en
m3s frecuente y usado
(10). Alii se sentaba el juez,
tenia
queda-
la
sin
mezquita
fue alja-
grande apara-
los litiganles. EI
demandado
que presentarse mediante citacidn judicial
(12).
El orden se conservaba por el simple respeto que
(i)
Pag. 108. Los dos son discipulos de Malic ben Anas.
(2)
Pag. 169.
{4.)
Pigs. 170 y 218.
(6)
Pfrg. 75-
(8)
Pag,
(3)
no.
(10)
Pag. 143, etc.
(13)
Pags. 67, 68, 147, 152, 153, 165 y 168.
el
...
xXxnt juez imponia, o porque
que
que
lo hubiese (1), alii
mismo
el
publico se interesaba
o mediante
la
pena de azotes
(3).
Demandante y demandado, por
turno, exponian he-
chos y razones, oral y directamente al
(2)
se propinaban, o por amenaza de la
pena de deshonra
Si
eit
demandado no
que comunicarle por
le
era
al juez.
posible acudir, habia
demanda
escrito la
(4),
conce-
diendole para contestar un plazo prudencial que esta-
ba
al arbitrio del juez (5).
Contestada
la
demanda,
bien documental, bien
se
procedia a la prueba,
testifical (6).
Si el juez dudaba acerca de algun punto de dere-
cho, podia consultar con los faquies de su consejo, los cuales
le
informaban. Estos informes, en los primeros
siglos, se exponian oralmente;
comunicados por dicial (7) en la
escrito,
despues hubieron de ser
quedando en
misma forma que
archivo ju-
el
las sentencias,
documentos de consulta para estudiar
la
como
jurispruden-
cia espafiola.
Cuando
el
juez, penetrado bien del asunto, se deci-
dia a resolver, formalizaba
de testigos y procediase -_
*
-.1
la
sentencia con las firmas
a la ejecucion (8).
XXXIV
puede
inferir
que para
actuaciones judiciales ha-
las
de los esbia un secretario encargndo de la redaccion critos
que
el
juez ordenara (1), especialmente las acse citan los adules o tes-
tas oficiales (2).
A menudo
tigos abonados,
cuyo testimonio hace
o alguaciles, bien para cumplir
las
las
a
citar
fe;
los sayones
partes,
bicn para
6rdenes de ejecucidn de sentencia, y
abogados o procuradores
que podian
(3),
los
utilizar las
personas de algun viso social, a quienes se dispensa-
ba de acudir personalmente
En
algunas ocasiones,
aceptar o no aceptar diarios, se la
oponia a
la
al
juzgado
que era drbitro para
juez,
el
(4).
intervencion de esos interme-
tales representaciones
comparecencia personal de
la
exigiendo
parte interesnda (5).
Acer ca del archivo judicial se dan algunas referencias (6). Del sueldo que disfru'aban los jueces se ha-
bla en varios pasajes (7).
los jueces
Comparaci6n con cas orientates.
— Leyendo
causa algo dc sorpresa
(i)
Pigs. 144,
(2)
P& R 77-
(3)
P*g- »<>.
{4)
Pag-*. 66,
209
la
la
de otras comar-
cronica de Aljoxani,
forma poco aparatosa,
fa-
y 210.
.
del juez d
J
1
1
4.
Cordnba
y
148.
Aparte
los imf>ectores
plos de la capital. Hi juez Ins
o adniinistradores de
nombraba y
(5)
P&g. '66.
(6)
Pags. 143. '80, 215 y 236.
(?)
P»g s S'. '56, 302, 205 y 212. -
estos funcionarios, dependfan
les
las ir^ados
hacia rendir cuentns.
1
XXXV miliar y patriarcal en que durante ese periodo se ejer-
ce
la
funcion de enjuiciar en
meja a veces
simplicidad
la
y
de paz en un pueblecillo de jo explicarse el prestlgio
la capital del reino: se-
llaneza de
la sierra,
un juzgado
y cuesta
inmenso que
traba-
auloridad
esa
ilegd a tener en Espaila; pero se hace evidente alteza
que
moral
comparan
fue
adquiriendo
si
se
orientales. El historiador ^ra-
be EI Quindi escribio capital
cargo,
jueces de Cordoba con los de otras
los
comarcas musulmanas
la
el
la
la
historia de los jueces de
de Egipto (1). La compaction es
muy
sugestiva.
Egipto fue una de
las
comarcas cuyos sabios
yeron mas en
las doctrinas juridicas
en
musulmana;
la Espafia
Cordoba apenas
sin
influ-
que se aceptaron
embargo',
el
juez de
se parece al juez de Egipto.
Et juez de Egipto tiene jurisdiccidn sobre extensisi-
mo
territouo: alguna vezllego hasta las provincias de
Palestina, Jordan _ -
-
_^ -^^ :-
""
T^, -* ~-^
En
.
V :^
y Damasco
(2).
su curia se detiden no solo los pleitos entre
musulmanes, sino tambien entre dios
i _
"
_>
enfre ju-
(3)".
sc5to se
-.
_
y
j
No -*
cristianos
les, sino
cine
el
juez a entender en asuntos civi-
que tiene tambien jurisdiction criminal
(i)
Governors
and judges
of Egypt'e by El, Ki.NDi. E. J. W. Gibb
Memorial. Vol. XIX. c
(4).
^
'-Z-
p
los
V
-*-=-.
-M
(2)
Vease pag. 480 de
(3)
Pi gs- 35'
(4)
Pag. 309.
y
la edici6n
390 obracitada.
de El Quindi antecitada.
4
3
^
XXXVI
AI cargo de juez se unieron, algunas veces,
cargos
politicos, extraflos a su misidn religiosa (1).
Esta acumulacidn de cargos produjo gran compli-
caddn en
curia, y, por consecuencia, la necesidad
la
de muchos secretaries y curiales para despachar los asuntos (2). Hubo de crearse, ademas, un registro y
examen de
oficina especial para el
norabilidad de los testigos
En medio
la
veracidad y ho-
(3).
de este cumulo de negocios,
el
juez no
podfa atender a todo personalmente y fuele preciso delegar sus funciones
(4),
bien en sus secretarios (5),
bien en otra persona que hiciera sus veces (6).
Esto debid dar por resultado
el
que
el
entendiera de inspeccionar directamente
de los asuntos y,
juez se desel
despacho
desentenderse de ellos, se entro-
al
metid en cosas ajenas a sus funciones y se mezcld inconsideradamente en
las
luchas politicas y religio-
sas tan vivas en aquel pais (7), exponiendose al descrfidito
Por
la
antedicha complicacidn de oficinas y la
falta
alto
cargo de poli-
pags. 311,322, 335 y 327; juez ordinario y juez
extraordinario
(i) cia,
de su autoridad.
Juez y tesorero, pags. 317 y 332; juez y
de injusticias, pAg. 481. (a)
Varios secretarios, pags. 340 y 428; cuatro secretarios, pa-
gina 394; seis secretarios, pag. 395.
23
(3)
P^g s 385. 86 .
(4)
P^g- 393.
(5)
P*g-355-
(6)
Pags. 483,
{7)
Pags. 440, 446, 447 y 453-
-
y 429-
491,492 y
493.
.
^^^^77"
XXXVII
que
de inspection personal y directa, se explica
el
abusos fueran mayores en aquella curia
(1),
todo en
en
la
sobre
administracidn de las fundaciones pias, que
ciertas
dos
los
epocas fue deplorable:
alii
robaban
to-
(2).
Si a esto se utie el que los califas orientates no aten-
voto popular para nombrar los jueces (3),
dian
al
falta
de permanencia en
el
cargo por instabilidad
la
fre-
cuente y que en ocasiones recaia el nombramlento en personasfrancamente inraorales, borrachos, mujeriegos o ladrones,
garan
no extranara que
los
abusos
extremo de levantar violentamente
al
lle-
la furia del
pueblo para sacudirse de su obediencia y apelar a
mds graves
colisiones (4).
En C6rdoba distintos:
esa dignidad presentd caracteres
aunque era
gulaba sus funciones, 1
.°
caso 2.°
las
la
misma
ley religiosa la
la pnictica
muy
que
re-
fue casi antitttica.
El juez de Cdrdoba tenia en su jurisdiction es-
territorio.
No
incluyd en sus atribuciones
el
dirimir con-
de las personas honorables que alll ae guarningan daba se metieron nombres de personas que no mereclan (i)
En
el registro
respeto, pag. 436. (2)
PagB.4Soy4S'-
viato que consultiiran con personaa ocasi6n he una en S6I0 (3) pags. 482 y483prestigiosas del pais para que indicascn candidate,
(4)
El juez El
Omari roba
y deja
robar
al
seeretario, pags.
404
Audiencia, pagibebe ires vasos de vino antes de ir a la Se 412. y mezquita es azotado, de la dentro vino bebla juez que Un na 416. pags. 465 J 4°7- Encarafeitado, pelo y barba, y paseado en burro,
celado por descrcdito publico, pag. 441.
y
XX XVIII tiendas entre cristianos ni entre judios, los cuales
te-
uton en Cordoba sus autoridades judiciales propias.
Se
3.°
a entender en los asuntos civiles y reIigiosos, dejando los menudos y fastidiosos asuntos de cifto
policia al zalmedina
4.° te.
y
al
zabazoque.
Nodesempefto cargos
poiiticos conjuntamen-
cargo de jefe de
oracidn fue a veces des-
Aun
el
la
empeflado por otras personas; y cuando la guerra, cesaba en su oficio de juez. 5.°
La
curia era sencilla
secretario;
ninguna
oficina
el
juez iba a
y poco numerosa: un solo especial informadora
de
testigos.
6.°
EI juez atendia personal y directamcnte a des-
pachar los asuntos, sin delegaciones 7.°
ni sustitutos.
Nose mezclo inconsideradamente en
las
lu-
chas religiosas ni politicas. Si alguno de palabra se
desmandd, fue destituido imnediatamente. 8.°
Los abusos fueron parciales y corregidos
a se-
guida. 9.°
Hubo
bastante estabilidad en
el
cargo.
Los monarcas atendierori escrupulosamente voto popular en la eleccion. 10.
11.
Ningun borracho, mujeriego
esa dignidad; y
si
ni ladrdn
al
ocupo
recayeron sospechas sobre alguno,
fue prontamente destituido.
Merced
a tales
justa adquisicidn .
circunstancias se
hace evidente
la
del prestigio religioso y social que esta dignidad disfruto en Andalucia.
-
-
XXXIX
Indudablemente, a ese efecto debieron contribuir en
mucha
andaluz. parte las virtudes civicas del pueblo
influencia pode esa vehemente indicio un Creo ver igualitario y democratic de los criterio el en pular, al que completamente opuesto Andalucia, de
jueces
Egipto. mostraron en su conducta los jueces de estar prevenido contra de vez en Egipto, de juez El la
nobleza arabe,
guarda en sus oficinas
que habitaba en
el
que forma y
la
nobleza arabe
es precisamente
de
el registro
el pais (1).
Los coptos,
es
decir, el
de permanecer esvez en egipcio, indigena elemento pretende adquirir arabes, los de separado quivo y falsas.informaciones de de rr?edio por arabe, abolengo nobleza
(2),
estimulado
tal
vez por
la
conducta de los
evidente, solian parcialidad por jueces, los cuales, de los bienes administracidn la arabe dar a la nobleza Egipto, ademas, huerfanos (3), etc. Et juez de
de los
aparato: hasta imponente de persona procura rodear su el uso de principales personas prohibe a los faquies y
prendas de
yas
vestir
que considero como exclusivas
su-
(4).
En
Andalucia fue todo
se atreven a usar
lo contrario:
mas prendas de
nales: ni siquiera el turbante,
"70~^e pags. 398, 4 tecitada. (2)
Pag. 399-
(3)
Pag- 396.
(4)
Pag. 460.
,
3
vestir
que
y 4.4 de
la
el
los
jueces no
que
las nacio-
pueblo no acep-
obra de El Qu.Nni an-
i
XL taba; las audiencias se dan sin aparato; la vida del juez es sencilla, liana, humilde. Casi todos se distin-
guen, como hemos dicho, por su criterio democratic contra la nobleza de Coraix, contra palaciegos tesanos. Esto
no
ocurriria
tencidn de contentar fortalecia
no
cor-
tuviesen ellos la
in-
pueblo de Cordoba,
al
con su apoyo
si
y
prestigio
el
el
cual
de su autoridad.
Tal vez algunas costumbres judiciales espaflolas de antiguo establecidas, perdurando despues de la invasion drabe, hicieron que esta dignidad conservase
mayor
pureza. ^Algunas de las costumbres de la curia
musulmaua no
estarian impuestas por la tradicidn peculiar espaftola?
Yo
creo que
seria inuy curioso
estudiar
si
algunas
practicas de los jueces musulman.es de Andalucia derivan de otras anteriores a ia conquista arabe. Quiza sea pura coincidencia; pero a mi me han llamado la
atencidn ciertas semejanzas.
Los malequles espanoies trataron de imponer aqui en Andalucia el criterio de que solo se aceptase
ley
musulmana un
libro,
disponia precisamente
la
el
como
Almoata de Malic. Eso
Fuero Juzgo: no usar de
otro libro (1).
Dealgunos jueces de Cordoba a las partes con su sella. El
()
Fueroju^o, "bra
se dice que citaban
Fuero Juzgo ordena que
II, tftujo I,
p4g
.
n
de Ja cdici6|i de
^H
XL1
el
demandado por su
juez debe llamar al
I
su sello
A te
(1).
los personajes
de viso de Cordoba
nombr ar persorteros, abogados o
mo
en
el
Fuero Juzgo
pleados reales
No
se ies consien-
procuradores, co-
y em-
a los principes, obispos
(2).
deseo que se de valor
a esta sospecha; solo diesen obtener, con
menos
definitivo,
dc apuntar que quiza se pu-
trato
u'n
real, ni
estudio cuidadoso, algunos
re-
mas demostrativos, sobre todo extendiendo
sultados
de
las investigaciones a la historia dicial
carta o por
la
organization ju-
en tiempos anteriores y sobre todo
te (3). Ese estudio ultimo critico para determinar
podna
mejor
la
a la
de Orien-
servir hasta
de medio
veracidad de los
tes-
timonies que aparecen en esta cronica de Aljoxani.
Exponiendo algunos casos
tipicos se
comprendera me-
r
jor
mi
idea.
Varias narraciones de historiadoresandaluces dan a r
entender que
* s
primer juez de C<5rdoba fu6 nombra-
(i)
F,
J.,
libro II, tit
(2)
F.
J.,
libro II,
(3)
El que desee estudiar la instituci6n del cadf en obras doc-
trinales arabes
GoTthbil
*
el
1,
tit. Ill,
puede ver
utiliza
pag.
la
1
6.
pag. 29.
abtmdante
bibliografia
que Richard
en su arilculo The cadi: the history of this institu-
tion publicado en la Revue des Hudcs ethnographiques et sociology ques. Paris. Aout 1908- Es un trabajo de conjunto digno de ser tenido en cuenta, aunque se note, por las citas que ha hecho de mi libro 0*if>enes*del
der bien aino el tinta.
el
ymticia algun
ligero descuido, quiza
por no enten-
espanol. El Justicia de que trata mi libro no'es
v^J^^J] va^JOj
*l
&
la $
infusticias, autoridad
el cadi,
muy
dis*
.
&& *
V
XUi
do por
me
de Oriente. Tal noticia
el califa
parecio
sospechosa; pero no tenia motivo para creerla eviden-
temente
que
falsa;
mas
al leer
en
dido por los califas fue en inferir
la. <
anterior,
.
ya
la
a su Corte,
Por
la
Hegira,
los califas orientales
Andalucfa en £poca bastante
los jueces
de Egipto, provincia
no eran nombrados por
otra parte, los
segun El Quindi litar
(1)
falsedad de aquella tradicidn espafto-
los jueces de
cuando
154 de
el afio
moralmente posible que
nombrasen
cana
obra de El Quindi
primer nombramiento de juez de Egipto expe-
el
pude
la
cer-
ellos todavia?
primeros jueces de Egipto eran,
de
(2), jueces militares,
colonia mi-
la
drabe: cada colonia militar tenia su juez.
Esta noticia confirma otras tradiciones espafiolas,
que
las cuales refieren
los
primeros jueces de Cordoba
fueron exclusivatnente jueces de
node
la
colonia militar y
la
comunidad o pueblo de Cordoba. Lo cual
indicio de que todavia no se habia form a do
dad musulmana en
De
la
Corte de los
esa manera aparece claro
que
Omeyas
el titulo
y
es
comuni-
espanoles. la
institu-
cion At juez de la aljama (o comunidad) de Cordoba,
hubo de aparecer
bastante tiempo despues de la veni-
da de los Omeyas, es decir, cuando conversiones
al
islamismo pudo
al
existir
menudear
las
en Cordoba una
verdadera comunidad musulmana.
De
todo lo expuesto se
infiere, a
0)
Obra antes citada, pag. 368.
(2)
Pag, 368.
mi
juicio,
con
bas-
-
.
tante claridad, te
que
cronica
la
de
Aljoxani, atentamen-
considerada, puede ofrecer ocasi6n a estudios
muy
interesantes para la historia espanola.
Restanos nica,
por
tratar,
fin,
manuscrito de
del
y de como hemos realizado
la
cro-
edicion del tex-
la
y su traduction.
to
El manuscrito. leyana de Oxford
— Es unico y
(1).
se conserva
en
la
Por mediation de nuestro
ilustre
Osma, obtuvo
J. de
y docto amigo D. Guillermo
Bod-
el
Centro de Estudios Historicos- una excelente copia fotografica
que haservido para
la edicion.
El manuscrito es de letra espafiola
muy
clara y le-
gible en casi todas las paginas, excepto las primeras y
ft
la ultima, las cuales,
s
como mas
sufrido algunos desgastes
palabras
frar ciertas
expuestas
al
roce, nan
que han impedido
cuya omisidn apcnas
desci-
altera
el
sentido
No --.-
aparecen en
el
manuscrito correcciones margi-
t
nales que indiquen haber sido cotejado con otras copias; pero se
Abdala ben J
ve que £sta se hizo cuidadosamente por
Mohamed ben Ali
El Laguati en
la
Hegira
(2), es decir, alia
por
(l)
Nfim. 127 del Catalogc de Nicoll.
(2^
La
1295 de nuestra
Abumohamed ben
cuales hacen reinontar la versi6n hasta fue discipulo directo de Aljoxani.
Aula de
el
copia se hizo sabre manuscrito autorkado por la inter-
venci6n de Abubequer El Tochibi y
"3
ano 695
-
de
-
el
AiiENi'ASCUAi,.)
el
(Vease
Atab, los
autor mismo: El Tochibi la
biografia
684 de
la
:
XI, IV
Era, segunse desprende del siguicnte colofon que copista escribio
O^
fcfcj»4-o
^
**«
en
*»ii
»JJ|
ultima pagiua
c*^! ^^9
fS^j j^aAJ ^»j^*J|9
iao^
la
b+C S*ib <***> ^-U
»f«$9 W3&J U* ^> VJ»X0>1
^^1
^
«*k !»o*l v-ij
jot
«*i»
^
^«&4
*i* »JJ1 lie
^*a«lji|
*J-J1
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b-UI
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b*^o
^
el
la
que
se lee
*C&4£9
^
s^JiJI
SJj (U^.j
sj,i*oa.|
^-O^HJ
^fc 8ai4
Ulii^^bjU
^1
^KoLaoJl
»W
i
„|
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tt4^9 «&«
^
ja4)JJi ^JjJJl
*1U w»
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....
9
jou^aoJI ^»«>$» ^»|
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tt*ft»Jl
jtiUiU'i :»*» ^o*Ri-»9
en
jiai
JJjWoJlj *»&}\i
8i»»4
4j*oa j*4)^l
jii
^
^J«3
nota siguiente:
la
844
*J|
»J jSXlui«J|
^AjS
*JJ|
Tras del colofon aparece Sue
Jti^oj
*^oJ-«9
vwS»MI ^»«iJ1 «JJ
jrfjtS9
ei
que poseyd y
^
b«^!
*-*»
j^
iUioS^Ic
utilizes
este
manuscristo
celebre viajero Abenbatuta; que posteriormente fue a
manos de un
parar a
tal
Omar ben Ahmed ben
Yusuf,
en Portugal; y de este paso a ser propiedad de su hijo Ibrahim, apodado Sograto, aflo
de
J.
C.
De sospechares que
a
875de la
la
Hegira=1470
Bodleyana de Ox-
ford llegaria este manuscrito procedente de
La edici<3n.--Hemos procurado grificamente, a saber, ese manuscristo,
tal
Portugal.
reproducirlo paleo-
cual el texto se encuentra en
aunque evidentemente en
el
se hayan
introducido algunas notasde copistas y algun afladido
que en
la
obra primitiva seguramente no podian estar,
XLV v. gr., las noticias
fines del reinado
que fue
de jueces que ejercieron
de Alhaquem (por
el
cargo a
prdlogo se ve
el
siendo esle principe heredero); pero
escrita
hay que decir que
estas adiciones
han debido de
ser
escasas y de poca monta.
Al estudiar
han hecho de el
las citas
que otros autores musulmanes
la crdnica
de Aljoxani, llegue a formar
proposito de colejar esos pasajes con
crdnica; pero
me
el
texto de la
persuadi bien pronto de que
la
mayor
parte de los autores citaron la obra sin haberla con-
sultado directamente, o
ban integroslos
si la
consultaron,
pasajes. Alfaradi,
no
traslada-
que pone biografias
de casi todos los jueces de Cdrdoba, resume las noti cias, sin transcribirlas;
y Benalabar, que incluye en su
Tecmila datos de personajes citados por Aljoxani, cita de segunda mano: de la historia de Abenhayan. Tal
hecho da
a
entender que Benalabar no tuvo a disposi-
cion suya ninguna copia de esta crdnica, lo cual hace
sospechar que no seria
Ha
sido, pues,
facil
encontrarla en su tiempo.
una gran suerte
el
que
se
haya conser-
vado hasta nuestros liempos una obra de la que no eran comunes las copias en la Espana musulmana en el
siglo XIII.
Las unicas libertades que nos hemos tornado, al reproducir el manuscrito, son las que la practica real-
mente ha impuesto: el
^
final
por
occidental.
el
1
el
^ por
el
^,
el
^ por el ^;
y
que es costumbre exclusivamente
XLVf
La traducci6n. que fuera
que
-
Hemos procurado sobre
exacta y clara,
fiel,
'
todo
diciendo en espafiol
lo
esta dicho
en arabe, huyendo del literalismo mecanico que, por el prurito de tradueir palabra tras pa-
labra, no traduce frasesni ideas. venci(5n se rer,
esta
pre-
me
ha bran escapado seguramente, sin quealgunos arabismos.
Alguna vez para
la
do de
me
he pennitido
inteligencia del texto;
mias
pero siempre he cuida-
manuscrito aparece
el
misma persona con la
afladir palabras
senalarlas incluyendolas entre
Cuando en en
Ami con
[
el
].
nombre de una
distintas grafias, las
he respetado
edicidn arabe; pero en la tradticcidn las
he
uni-
ficado, para que al lector no se Ie produzcan confusiones. Los apellidos de los monarcas los he traducido por su numero de orden; asi, v. gr.,
Abderrah-
men I, por Abderrahmen ben Moavia, etc. En las paginas de la traduccion he seHalado texto arabe a
que corresponded Para ligencia he separado parrafos que en
las del
facilitar la el
inte-
original
es-
tan juntos; y he dejado blancos de linea en los casos que he creido conveniente para que se distingan mez
jor las distintas narraciones de los testimonios.
Los indices.— Realmente, esta
hecho en
el
indice de
presente prdiogo; por eso
puesto aparte; solo he creido
nombres
el
litii
formar
el
materias
no
lo
he
indice de
propios.
' -•"
--
^
"-
•
M s t
ERRATAS EN LA TRADUCTION
Paginas
=
_
*?.%&:•
TRADUCCI6N
f
4
.
.
.,
.
)-
nombre de Ala clemente y miseri Ala bendiga.y salve, a Mahoma y a su fami ''
".[Pag. .5] .En
cordioso.
"
"
'
*
lia.(l).
Dice
autor Abuabdala
el
Mohamed
ben Harit El
-
'
Joxani:
Ante todo ruego a Dios que conceda
al
emir Alhar
quem
Almostansir,
principe
heredero, todo lo que
pueda contribuir a que su felicidad sea duradera, haga perennemente glorioso y de su concurso divino. Ciiando bio el
el
colme con
le
le
gracia
la
principe (cuya vida guarde Dios) conci-
hermoso proyecto y maduro su plan (que Dios
dirija a
buen-termino) [de fomentar
(2)] el
aprendizaje
de las ciencias y de excitar a que se estudiara
conociesen las genealogfas de
toria; se
la
his-
las familias; se
pusieran por escrito las hazanas de las pasadas generaciones; se publicasen las excelencias y los antiguos (sin olvidar las noticias "
1
de
meritos de las
virtudes
F
de los modernos); se renovase
el
recuerdo de
lo
que
ya se iba olvidando (aunque fueran narraciones de I
(i)
En
el
manuscrito aparece aqui, escrita por copista,
guiente clausula;
«La
crito fue trasmitida
gun se la'
la
la si-
narraci6n bist6rica contenida en este manus-.
por
Abu Mohamed ben Atab
habia coniunicado su padre,
cl
cual la
qtiien la reliri6
conE6 se-
conforme
habia oldo relatar a Abubequer El Tochibi »
ae
] *
'
r
L
I
(2)
Suplo con esta palabra, una que no puede leerse en el
ori-i
-
'-
ginal.
v
*•*
, 1
-
4
cosas menudas que se tienen tancia), especialmente lo
como
de poca impor-
que concierne a
la capital
de
Andalucia (tanto respecto a los tiempos antiguos , como a los sucesos contemporaneos), cosas todas es-
que Dios establecio [pag. 6] como alimento para fortalecer la vida de los espiritus y para despertar tas
y
entendimientos, los hombres [instruidos (1)] excitados por el impulso que para ello recibieron del principe, comenzaron a recoger las dispersas noticias
aguzar
los
que estaban expuestas a perderse y pusieron por escrito todos los conocimientos mas esenciales y las materias cientificas que hasta entonces se habian descuidado.
A
alcanz6
todos los que se dedicaron a semejante tarea la
(cuya vida
gratificaeion del principe
guarde); de este
modo
mas
las
f
Dios
excelsas virtudes ;bri-
divulgd y se produjeron otra virtudes que dieron ocasion a nuevas llaron con esplendorosa luz, la
fama
las
glorias.
Alabado sea Dios que hizo
al principe, jefe
el
m5s
distinguido, el primero en realizar el bier, y la virtud;
guia que dirige por
el
derecho camino; director de
sanas opiniones y costumbres; modelo que imitar por sus buenas obras; Have [con que se entra al camino] de la
loable conducta; puerta
Dios
le
haga
feliz
[abierta]
para los favores.
con su gracia, haga perdurable sn
colme
con sus beneficios y acreciente su dicha haciendole sentir la satisfaccion que causan las acciones generosas dignas siempre de fama perdubienestar,
[le
(2)]
rable.
(1)
Suplo, con esta palabra, una
que no puede leerse en
gin a]. (2)
En
eJ
original
no se
lee
una palabra que suplo.
el ori
— Pues bien, cuando que
se
compusiera
el
o
—
el principe (c. v. g.
libro
D.) ordend
de LOS JUECES, dedicado
exclusivamente a aquellos que ejercieron el cargo aqui en tierras occidentales, en la gran corte de Cdrdoba,
ciudad
la
mas
ilustre,
es decir, los jueces nombrados
bien por los califas, bien por los gobernadores que en
Cordoba hubo antes de
venir aquellos, invite
tiarradores histdricos a que
me comunicaran
yo
a los
las
noti-
que pudiesen recordar; interrogue" a los doctos acerca de los hechos de esos jueces; pregunte" a ios ulemas respecto a la conducta que aquellos hablan cias
seguido en los tiempos pasados (no cifiendome exclusivamente a lo que los jueces dijeron de palabra, sino
que pusieron por obra) y me encontre con algunas cosas muy curiosas que causaran la admiracidn de los hombres inteligentes que traten de estudiar a fondo las materias, algunas historietas o anScdotas tambien
lo
que regocijaran a los que las oigan y algunas noticias que haran ver a los observadores, que deseen informarse minuciosamente, la solidez de entendimiento de aquellos varones ilustres, el vasto saber que poseian, su tolerancia, su agudeza
de ingenio [pag.
7],
superior sagacidad en penetrar el fondo de las cosas (1), su correcta firmeza en la resolucidn (que no la
con la inclinacidn benevola a favorecer a todo el mundo), su recta administracicm de justicia y la probidad de su conducta... Tambien indicare los califas que nombraron a tales jueces, y hare notar lo bien que supieron informarse para buscar y elegir a las personas; el cuidado que refila
(i)
Suplo en este parrafo algunas palabras que en
se leen con claridad.
el original rtO
_
pusieron en cxhortarlcs
(V
—
(1); sit
decidido empcfio en
que fueran hombres sinccros; y la solicitud con que lesa'sistieron y ayudaron en el ejcrcicio de sus funciones,cosas estas de las que se puede ai'irmar que son especiales, caiactcristicas dc los pieces dc tan gran metropoli, ciudad natal
de los califas
alta autoridad religiosa, centro
sulmana, mina de bres superiores,
las virtudes,
depdsito
de
(2),
sedc de
la
mas
.
comunidad mu-~ residencia de los hom-
dc
las
la
ciencias,
punto de;
reunion de los sabios, capital del mundo. Dios ha querido llevar al colmo la supcrioridad
de
metrdpoii y perfeccionar su hermosura, concediendole la gracia.de tener a su frcnte el pontifice, el
esta
principe de los creyentes,
justo, excelente soberano,
Abdcrrahmen
III
(c. v. g. :
0.), juntamente con
el
ele--
gido para hcredcro de su trono, Alhaqucm (II), el cual continuant mantcnieiido la gloria dc tan excelsa farriilia;
pues Dios
le
ha constituido eu
embiema de las
buenas acciones. cargo de juez de Cordoba venia
virtudes y estandarte de las
Como
el
a ser
la
dignidad mas alta del imperio, despues del Iman, et
quien Dios puso como
de
dirigir los
jefe
de
la religion
y encargado
negocios temporales, especialmente -de
hacer cumplir todas las.providencias que por dejega— cidn suya tiene que tomar el.juez, tales como la d^ ejecutar las.sentencias y .mantencr siempre en
sus decisiones (ya se irate
como
muertes. y heridas;
d.c.
materias criminates,,.
ya de cuestiones delicadas
de.h.onra; ya de .cuestiones pecuniarias;
,-.
(i)
jfld£ errata del manuscrilo por
(a)
Aunque
eoni'iisiimejite
vigor
ya.de calurri-
parcce que. sc lee en
ei
maiuiscrifco
V
>
CI"
"I-
i
—
:
7
-
murmufaciones y, en general, todo lo favorable o desfavorable que con estas cosas se relacionan), las responsabilidades que esta autoridad tiene delante de nias o
i"-
V
Dios, hacen que este cargo sea muy gravei puesto terrible, empleo imponente. Las graves consecuencias espirituales que de su ejercicio se derivan, motivaron
opiniones de los hombres reflexivos y sabios fuesen divergentes [pag. 8]: muchos aceptaron la dignidad de juez por el vivo deseo de la honra mundana, con la esperanza de que Dios no les privarla de su concurso y hasta confiando en la amplitud de su el
; _
1-
.
que
las
perddn; pero hubo otros que experimentaron miedo de que pudiera ocurrirles algo desagradable en la vida ~
1
1_
temor de Dios, porque no solo habian de responder de su conducta personal en los negocios propios, sino ademas de los asuntos ajenos que
futura y tuvieron
.
a su direccidn se encomendaban. Hombres distinguidos por su saber y su piedad hubo en Andalucia, sobre todo en la capital, a quienes se
>
cargo de juez y no quisieron ser nombrados; a quienes se les invito" y no se mostraron proles ofrecio el --
1
picios a aceptar, sdlo por
-r
£~ I
r
"•z
-
temor a Dios, consideran-
do (1) las consecuencias que podrian sobrevenir a sus almas en la vida futura. Yo he creido (2) que debia mencionar a esos hombres distinguidos y recordar
la alta
consideraci6n en
temor que les tuvieron los califas, asi como tambien el que experimentaron de ocupar el puesto a que los socapitulo beranos les invitaban. Para esto dedicare un al principio
(i) (2)
£
F £.
i
>
de esta obra; luego pasar£
Suplo una palabra que no se lee en Suplo una palabra que no se lee en
a
mencionar,
el original. el original.
•-'-'-m
-
8 --
Dios quiere, a los que ocuparon realmente el puesto, uno tras otro, cronologicamente, segun lo fueron dessi
empefiatido.
Pido a Dios su buena ayuda para exponer la materia con arreglo a la estricta verdad y componer la obra de manera que resulte laudable. El es el que guia por el
h-
recto camino.
*
CAPI'TULO EN
QUE SE TRATA DE AQUELLOS CORDO-
BESES A QUIENES SE OFREClO EL CARGO DE JUEZ Y NO LO QUISIERON ACEPTAR.
Abderrahmen ca
de
pidid consejo a sus cortesanos acer-
I
persona que debiera ser designada para
la
cargo de juez de Cordoba [pag.
9].
Su
hijo
Hixem
el (I)
Abenmoguit indicaron a Almosab ben Imran. Abderrahmen I, habiendo aceptado este consejo, mandrj llamar a Mosab. En cuanto este liegd a y
el canciller
palacio, se
le
hizo entrar a presencia del monarca,
el
acompanado de su hijo Hixem, del canciller Ahmed ben Moguit y de toda la corte. El soberano le ofrecio el cargo de juez; pero Mosab rehuso cual estaba
t _
.-
I j
L
aceptar y expuso las razones que para ello tenia. El soberano las rechazd, dandole a entender que habia
ll
t
formado
la firme
resolucion de que
Mosab ocupara
el
cargo, sin atender las excusas que este presentara para
embargo, se encerro en la negativa y persistid con firmeza en rehusar el cargo. Cuando el monarca perdid la esperanza de reducirle a
no aceptar. Mosab,
sin
que accediera, calldse, bajo la cabeza y empezo" a retorcerse el bigote con los dedos. Es de saber que Abderrahmen I, siempre que se incomodaba, retorciase con los dedos el bigote, y jay de aquel contra el que se airase!
la-suerte
iJ-
Los cortesanos comenzaron
a
temer por
de Mosab, expuesto a ser victima de un arre-
-
10
—
bato de cdlera del soberano, en tales ocasiones ble,
se pusieron a mirar al principe
y
ciller
Ahmed ben
~jA
Moguit,
como
dirigiendose a
el
Mosab
al
can-
diciendoles:
que peligro habeis expuesto
Pero, por fortuna,
Hixem y
terri-
hombre!
a este
soberano levantd
cabeza, y
la
dijo:
---Vete, vete; contra
ti...
(esto
y
lo otro);
y
contra
que me han aconsejado que te nombrara... Se desfogd hablando y no tuvo otras' consecuencias
los
el
arrebato del monarca. Salio
y vivid en td a
del palacio real
de su casa, alejado de la vida puque subid al trono Hixem I, el cual le ins-
el
blica, liasta
Mosab
retiro
que ocupara
cargo de juez, suceso de que especialmente trataremos mas adelante. el
Abumeruan Obaidala ben Yahia
Refiere
[pig. 10],
por haberselo oido contar a su padre, que Hixem I quiso nombrar juez de Cordoba a Ziad ben Abderrahmen; pero, enterado este del propdsito del soberano, salio htiyendo
de Cdrdoba. Hixem,
— jOjala fuesen
todos
como
al saberio, dijo:
Ziad!
De
esa manera
no me veria yo importunado por tantos pretendientes que piden empleos. El monarca le did a entender ro
y
sin
cuidado
[sin
que podia vivir segutemer su colera], y pudo volver
tranquilamente a su casa.
Otman ben Mohamed que oy6
Refiere
Mohamed ben Cuando
ios
G^lib io siguiente: ministros hicieron comparecer a Ziad
ben Abderrahraen y
Hixem
I,
contar a
le ofrecieron el
cargo de parte de
contestd aquel:
—Si me
obliges a aceptar, cosa que yo repugno,
— os
juj;o
por lo
mas
caro
—
11
a
mi corazon que,
vez'se presenta en la curia un demandante
si
alguna
que pida
algo que este en poder vuestro, ini primera providencia sera arrancaroslo de vuestras manos y poneros en situation "de ser vosotroslos
demandantcs
(1).
se enteraron los ministros de estas
Cuando
bras, en vez de
insistir,
pala-
trabajaron para que no fuese
nombrado.
Xontdme un cuandpmurio ca Alti&qucm ca de
narrador. de sucesos histdricos el
1
juez
Mohamed ben
tuvo que
tratar
Baxir, el
monar-
con sus ministros
provision de ese cargo y de
la
la
que,
acer-.
persona a
quien.habia de nombrarse.
—:Yo
cfeo
— decia — que no hay en Cordoba otro
que pueda desempefiarlo, si no es Mohamed ben Isa Elaxa; sin embargo, me impone un poco el humor excesivamente alegre y bromista que tiene.
faqUi
A
pesar de esta consideration sc decidio, por
fin,
en favor de esta candidatura; mas uno de sus ministros le dijo:
— Me'
parece rhuy bien, a condition de que se
le
pohga. a prueba antes de comunicarle oficialmente
el
propdsito de nombrarle. El monarca invito a uno.de sus ministros para que fuese a hablar con el. Este fue a casa de Benisa, tuvo
una.conferencia con el.
soberano
le
el
y
le
expuso francamente que
reprochaba su excesivo humor bromis-
ta.y rlsueno. Benisa contestd: r
-
-r
Es"deck, os obligare a presenter documeritos o pniebas que acrediten e] derecho que teneis a poseer vueatraa propicdadcs, cosa '
(t)
do;qiie careceiSjY porqtfe las "pbsecls
arrebatado'a eus legitimos duefioa.
sin titulo
legale
por habcriaa
.
_
_
Yi
— Antetodo debo decir que,
por mi parte, juro que no aceptare ei cargo de juez de ningun modo, hagase conmigo lo que se haga; por consecuencia, no tiene
monarca que molestarse en ofrecerme ese cargo [pag. 11]; pero si me atrevo a decirle que Ali ben abi Talib no abandond, para ejercer ei alto cargo de califa, el buen humor a que era propenso; ^tendrfa yo que dejar el mio para ejercer el humilde cargo de el
juez?
Cuando
monarca
al
le fueron
comunicadasestaspa-
labras ya no insistid en su candidatura:
hubo de pen-
sarse en otra persona.
Alhaquem
tenia, en
I
la
circunscripcidn de Jaen, un
juez sobre cuya conducta injusta habian elevado quejas al
monarca
no encargd
al
los habitantes
juez de
la
de
la region.
El sobera-
aljama de Cdrdoba, Said ben
Mohamed
ben Baxir, que instruyera proceso contra el juez de Ja6n, con orden de que, si no resultaba probada la injusticia y aparecia inocente, se le conservara en
el cargo;
pero
si resultase
culpable de lo que se
le
acusaba, fuera destituido. El juez de la aljama instruyd el proceso y, como resultd que era inocente, le dijo:
— Vete Pero
a
ocupar tu juzgado.
el juez
de Jaen replied:
— |Ah! No, antes me divorcio de mi mujer, y juro... (taly
y mantendre" y cumplire" el juramento que hizo tu padre (Mohamed ben Baxir) de no intervenir en ningun pleito, como juez,, hasta que comparezca ante la presencia de Dios. tal)...
[Para entender la fuerza de esa contestation] se ha de recordar que Mohdmed ben Baxir, al ordenarie el
-
-=i_
'^i
-
13
-
monarca que cesara en su cargo, jurd que no volveria a desempefiarle jamas, prometiendo que se divorciaria
de su mujer y manumitiria a sus esclavos, si faltaba al juramento. Pasado algun tiempo, sin embargo, el monarca
nombrar y aceptd, dejando de cumjuramento, si bien cumpliendo la promesa de
le
plir el
volvio a
divorciarse de su mujer y de manumitir a sus esclavos. El monarca, en cuanto supo el sacrificio que habfa he-
cho,
le
Otman ben Mohamed haber oido referir Abumeruan Obaidala ben Yahia, que este habia oido
Me
a
indemnizd cumplidamente.
contd
contar a su padre Yahia
lo siguiente:
Cuando subio al trono Abderrahmen II me pidid con insistencia que aceptase yo el cargo de juez. Era en aquel entonces Tarfa jefe de la secretarfa real. Yo a este:
le dije
—El
J*
de que gozo podia tener para vosotros un mejor empleo: si el pueblo eleva quejas contra un juez, vosotros podreis designarme a mi para que yo le procese, a fin de examinar su conducta; pero si yo ocupo el cargo y el pueblo acude en alto
prestigio [pag. 12]
queja contra mi, i& quien pondreis para procesarme? dquien hay iQuien hay que sea mas sabio que yo? i
que este a
la
altura
mia en
la
ciencia religiosa?
b-
I t
Mi
respuesta fue tenida en cuenta y se
de aceptar
el
me
eximid
cargo.
Dice Jalid ben Sad que Ahmed ben Jaiid contaba que, al morir Yahia ben Moamar, el pueblo de Cdrdoba qued6 sin juez, hasta que cierto dia la multitud se dirigio" a Ziriab, que iba por la calle cabalgando en direccidn a palacio, y
le
rogo que expusiera
al
monarca,
rm
de parte
-14
—
mala situation en que este se hallaba por no tener juez. Ziriab, al entrar en palacio y ver al monarca, le comunicd la suplica que acababan de hacerle. El soberano contestd: del
pueblo,
— jOh, Ziriab! ha impedido
el
En
la
verdad puedo decirte que no
nombrar
juez otro motivo,
si
no
me
el
de
no encontrar persona idonea, a ini satisfaccion; sdlo hay una que me satisfaga completamente.
—cQuien es?~ dijole —Yahia ben Yahia — conteslole Ziriab.
este,
el
soberano
—
;
pero
con scguridad, no aceptara mi ofreeimiento.
—Si
su majestad cree a
Yahia— replied Ziriab— per-
sona grata e idonea para desempefiar exigirle, por lo
menos, que indique
— Realmente— contestd cidnme parcce muy Y mandd Uamar a
el
el
el
cargo, puede
otro candidato,
monarca—
tu
proposi-
aceptable.
Yahia; pididle consejo acerca de
persona que mereciera ser nombrado, y Yahia indied la candidatura de Ibrahim ben Elabas. EJ monarca, en consecuencia, nombro juez a este. la
Pero
Jalid
ben Sad
aflade:
otros ulemas
me
hart
no solo rehusd aceptar el cargo de negd a indicar candidato.
referido que Yahia juez, sino que se j
[Pag. 13] Dice Jalid ben Sad: persona fidedigna
me
ha referido que Yahia ben Zacaria contaba lo siguiente, por haberselo oido narrar a Mohamed ben
Guadah: Despues que
monarca invito con insistencia a Yahia a que aceptara el cargo de juez, al ver que este el
decididamente rehusaba, dijole: hidicame, al menos, algun candidatopara que yo .:--': pueda nombrarle.
—
T7
r_
-"
-
— Eso
;
no
lo
cerlo, vendria justicias, si es
-
hare— replied Yahia
— porque, de
~ha-
parte, de sus
in-
yo a ser culpable, en que lascometia.
Esta contestation
que ordend
15
irritd
en
tal
forma
at
soberano,
que pusiese guardias que de que este no se ausentara de
a su secretario
vigilasen a Yahia [a fin
Cdrdoba], y que a la manana siguiente lo condujeran a la mezquita aljama, le hiciesen entrega de la docurnentacidn del juzgado y dijeran a los litigantes: -
— Este es
el
juez que ha de juzgaros.
Asi se hizo; y en esta situation se mantuvo
i
durante
tres
dias
[es
decir,
Yahia
teniendo que ejercer de
juez a la fuerza]; pero cuando se convencid de que no
podia
de aquel trance apurado sin indicar perso-
salir
tr
na, entonces aconsejd
que fuese nombrado Ibrahim
ben EIab£s.
Otman ben-Ayub ben milia
que
se
abi Salt, perteneciente a fa-
habia distinguido en Cordoba por su
y que.gozaba de posicidn desahogadisimai tampoco quiso aceptar el juzgado y lo rehusd. J&tid ben Sad dice. que oyd referir a Ismael, hijo de Olman,
ciencia
16 siguiente:
—A
mi padre sele ofrecid
no queria
el
cargo dejuezy, como
aceptar, pidid que se le dispensara.
r *
_"
Entre los doctores de Cordoba que fueron invitados
cargo y rehusaron, se cuenta a Ibrahim ben Mohamed ben Baz. El motivo que impulsd al so*
a aceptar
el
berano a nombrarle fue, segun
me
dor (1) de sucesos histdricos,
siguiente:
(i)
En
el
refirid
un narra-
* * -
el
manuscrito tfUg en vez de Slgj.
- 16 El monarca
Mohamed
I,
— de Abderrahmen
hijo
hizo entrar un dia ante su presencia a
II
Hdxim ben Ab-
delaziz y le dijo:
—(Oh, Hdxim! He
tenido un ensneno extraordinamaravilloso, en el que se me ha representado un
o hombre que no se quien
rio
ba en
la
Almozara,
He sonado que me halladonde me encontre [p£g. 14] con es.
cuatro personajes que iban montados en sus respectivas cabalgaduras. No he visto nunca caras mds
her-
mosas en mi vida, ni mas esplendentes rostros. Los estuve contemplando maravillado, mientras subianal Alharaf; luego
mino por
me
fui tras ellos
izquierda,
la
y les vi seguir su cahasta que llegaron a una
mezquita que tiene una casa enfrente; llamaron a la puerta de la casa y salid de ella un hombre; le dieron la
mano,
saludaron, estuvieron hablando un rato con el y, por fin, se marcharon. Entonces pregunte:— dQuienes son esos?— y me contestaron: -Son el Prole
,
feta
Mahoma, Abubequer, Omar y Otmin, que han
venido a
hombre que monarca a H£xim:
visitar a ese
Y dijo el --Ya habr^s podido reconocer como si te hubiese yo conducido
esld enfermo.
la
mezquita y
la casa
a ella; vete, pues, y enterate de quien vive en esa casa.
—La
conozco sin necesidad de ir a informarme— cohtestd Haxim— Es la casa de Ibrahim ben Moh£med ben Baz. .
—Pues bien— dijo ses a enterarte
Haxim
el
de como
se fue"
Emir—; yo
desearia
que
fue-
se encuentra.
y volvid luego a comunicarle que era verdad todo lo que el monarca le habia dicho antes como sonado, y que el hombre realmente estaba enfermo.
r-
Esta fue l-
causa por
la
j.uzgado de la aljama a
la
que
el
soberano
ofrecixi ei
Mohamed
ben Baz; y lo hizo Haxim a casa de aquel para que se certify
5-
enviando
-
37
a
cara de su aceptacion; pero Abenbaz no quiso aceptar el cargo. EI monarca entonces ordend a Haxim que volviera a visitarle para decide lo siguiente:
— Pueslo que no aceptas
cargo de juez, seas por lo menos uno de los que vengan a verme a palacio, a fin de que podamos pedirte consejo en los negocios ;
el
del gobierno.
—Oh, Abu
Jalid
(Haxim)— contesto Abenbaz—
el monarca insiste en alguna de estas cosas, obligado a huir de Cordoba.
En cuanto
ya no
quiso
darse de
el
monarca
insistir
el, ni
mas;
se enterd al
me
de
heredero, el
vere
de esa respuesta,
contrario, fingid
no acor-
quiso saber mas de su persona.
[Pag. 15] Oira version del hecho me contd ben Obada El Roaini, y es la siguiente: que dir, hijo
si
Mohamed
I,
fue
conferencid con
el
Ahmed Almon-
que, siendo principe
Abenbaz para
ofrecerle
cargo de juez; este rehusd aceptar, y Almondir
dijo:
—Si hubiera de seguirse mi consejo, yo propondria" que
se obligara a
Abenbaz a aceptar
Entre los que se mantuvieron sar el cargo de juez se cuenta a
salem El Joxani. El
mas
a la fuerza.
tenaces en rehu--
Mohamed ben Abdemonarca Mohamed mando que I
fuesen en busca de El Joxani y que se le dijera que iba a nombrarle juez de la region de Jaen. Al efecto, iueron los ministros y ie dijeron a. El Joxani:
—El monarca desea nombrarte juez de Jaen.
-s
2
^
-
-
18
-
El rehusd mostrando grandisima aversion a ejercer el cargo.
y
En vano
trataron de veneer su repugnancia
prodigaron atenciones; no consiguieron otra cosa
le
que aumentar
la
aversion que seutia y las negativas.a
aceptar. Los ministros, en vista de esto, comunicaron
que pasaba, diciendole que se habia encasquetado aquel hombre en no aceptar; y recibieron una nota del monarca en que ruda y duramente les decia lo siguiente, poco mas o menos: por
escrito al
soberano
lo
en no acep'ar, hagasele entender que se muer'e.„ Cuando El Joxani oyo esa or-
"Si se obs^ina
expone
a la
den, descubriose
la
cabeza quitaiidose elbonete,
comenzo a decir: Rehuso, rehuso, como rehusaron
in-
cline su cuello y
—
tierra;
no por desobedecer a su
temor, por miedo a Dios
y la sino por simple
(1).
monarca textualmencontesto que dejasen aquel
Los ministros comunicaron respuesta,
seflor,
los cielos
al
y 6ste asunto y que no se ocuparan ya en el; mas los ministros insis'ieron diciendo a El Joxani: te la
— Esta noche medita acerca sulta
con Dios respecto
a
de este asunto y cones'a invitacidn que se te
hace. El se fue [sin dar contestacidn a los ministros].
Mohamed ben Fotais retemonarca Mohamed ordend a sus minis'ros
Dice Jalid ben Sad que
I que el que enviasen a llamar [pag. 16] a Aban ben Isa ben Dinar y que le nombrassn juez de Jaen. Despues de enviarle el aviso y de exponerle el asunto de que se tra-
ria
(i)
AlusidD a la doctrina alcoranica contenida en la sura XXXIII,
versiculo 72.
-^
Iffl^fc^_
taba,
19
-
Aban rehusd, pidiendo que
aceptar. Entonces el monarca le
le dispensaseri
Mohamed
de
ordeno que se
pusiesen guardias que lo celaran hasta que fuera
conducido a Jaen, se
le
ocupar su asiento en
hiciese
aquella curia y que juzgara. Los ministros pusieronle guardias, le condujeron a Jaen, lo hicieron sentar'en el
juzgado y juzgo un solo dia; al llegar la noche huyd; y el pueblo, al amanecer, decia: "El juez ha huido.„ Cuando llegd la noticia a oidos del Emirexclamd:
— Realmenle
es
un santo vardn; conviene que
se
le
busque hasta saber en que sitio se ha metido. Hechas las investigaciones y sabido el lugar donde estaba, quedd muy complacido el soberano. Luego, cuando Aban fue a Cordoba, el monarca le nombrd jefe de la oracidn de la mezquita aljama. Algunos hombres de ciencia cuentan que en el acto de dirigir la oracidn solia poner en evidencia su humildad: muchas veces lloraba; e inmediatamente despues de acabar los oficios del viernes, marchabase sin permanecer un momenta en
con
la
mezquita, siguiendo
esto las tradiciones del Profeta.
monarca, honraba y distinguia extraordinariamente a Baqui ben Majlad. Un dia de gran parada o revista de tropas, en el campo de la Mosala, Almondir,
no quiso que en
el
el
este le besara la
mano, y
propio tapiz en que se sentaba
el
le
hizo sentar
monarca, en
sus lados, junto a los grandes dignatarios de la corte. Antes que Almondir subiera al trono, habia
uno de
sido Baqui uno de sus amigos intimos y contertulios. El fue quien comunicd al monarca la buena nueva de
su ascensidnal
califato.
Despues desubir
al
trono, no
cesd, antes bien continud distinguiendole y honran-
^~Zv
**M
-.20
-
punto que [pag. 17] cuando fue separa:do del cargo de juez Soleiman ben Asuad, ordeno Alrnondir que llamaran a Baqui ben Majlad y le ofrecid el puesto vacante. Baqui, sin embargo, rehusd, porque realmente sentia repugnancia a ejercer ese cargo. El monarca le dijo: dole, hasta
—
el
cidn que
de
tii
aceptar, dime, al menos,
persona que
la
el carifto
me han
que
te pa-
indicado los ministros.
—dQuien es?— preguntd Baqui. — Ziad ben MohAmed ben Ziad — contests narca!
y devo-
he profesado? Bien, bien... pero, supuesto
te
que no quieres .rece
pago que me das por
c>Este es el
mo-
el
. j a
:..-.:
.^^iValiente propuestalr— dijo Baqui.
.
— Si creas
no
m&s
parece bien, propdn tu
te
la
persona que
musulmanes— dijo
apta para ser juez de los
soberano.
el
— Yo
'
c
—
aconsejo— contestd Baqui a un hombre que pertenece a la misma familia de Ziad yque es.conocido por Amir ben Moavia. Aceptd el monarca la candidatura que le proponfa Baqui, envid a llamar a Amir y le nombrd juez de la te
aljama de Cdrdoba. j
*
i
j
.
- r
Otro de
quese
le
Alfdrech.
los
que rehusaion aceptar
Abumoh&med Casim ben Asbag me
el
le
ofrecio, en
nombre
juzgado de Cordoba;
.Lin ulema
refirid
Hodair se presentd en casa de Abug^lib
ben Quinena y
lib
cargo de juez,
habia ofrecido, fue Abugdlib Abderruf.ben
lo siguiente:
Abdala,
el
me
el
del
soberano
rehusd aceptarlo.
ha comunicado que cuando Ahuga-
AbderrufbenAlMr.echvotvid.de.
la peregrinac;dn-a
'Im
.
"^
f
— lfMfeca, se dedicd a
21
—
vida ascetica, llena de priva-
la
clones, devota, c6rao varon celosisimo que era en teria religiosa.
dado
El soberano Abdala que estaba pren-
[de este santo vardn]
habia tenido,
le
vino
fin, cierto
por
el
por
quiso
viernes,
al
la
el
61
ver a
en palacio.
introducirio
volver Abdala de
corrector [que habia cons'ruido
palacio a
que de
las noticias
deseo muchas veces
a
ese hombre; pero no
Por
ma-
la
aljama,
de paso de
el]
mezquita, vio a ese asceta. Otro dia, en
conversation con sus ministros, sali6 a relucir
bre de ese asceta y dijo el soberano: Tendre que nombrarle ministro
—
[pag.
el
nom18]
o
juez.
Abdala ben Moh&med ben abi Abda, que era entre los ministros de Abdala el que mas queria y respetaba a Abugalib, dijo al monarca: Yo creo que no deben tratarse de improviso estas cosas con ese hombre; convendrfa sondear de antema-
—
no su opinion acerca de Sac^n,
el
estos asuntos.
secretario, refiere lo siguiente:
El soberano Abdala
hablar con Abugalib, a
me encargd fin
a
mi que fuera a
de exponer
seos del monarca. El hombre
me
a este los de-
recibio tan risueno y
de tan buen humor, que me hizo concebir esperanzas de que aceptaria; pero luego se puso a decir:
— Vosotros
atendeis con esmero,
muy
seriamente,
y mirais con mucho cuidado las cosas terrenas en que andais ocupados; por mi parte, se me da un ardite de todos esos cargos que podais otorgar, ni de los benede que podais hacer participes a otros. Y anade Sac£n: Cuando llegue al punto de ofrecerle el cargo de
ficios
Juez,
me
dijo:
?.vV£3
22:
—rPardiez,
si
—
vuelves a repetir
tal
cosa,
si
me comu-
nicas acerca de esto alguna orden del soberano, ten
por.seguro que
+
-_
me
marchare de Andaluda.
-"
-/e _
-
.
CAPITULO EN QUE SE TRATA DE LA HISTORIA DE C0RDOBA Y DE SUS JUECES EN LOS TIEMPOS ANTERIORES A LOS CALIFAS.
DEL JUEZ MAHDf BEN M6SLIM - r
Cordoba, y Entre los antiguos jueces que hubo en a los emires (debien debio, se nombramiento cuyo -
provincia, prependientes), bien a gobernadores de del ejercito, en la epoca generates o region de iectos
omeyas en AndaluEra un [pag. 19]. Moslim ben Mahdi cia, se cita a sabia en la ley piadosa devota, y familia converso de Nombrole juez Ocba ben. Alhachach El anterior a la entrada de los califas
religsosa. Saluli.
Montel que Abuben benFarech Ahmed Refiridme El Mocri le contd, Mohamed ben Isa ben Ahmed tabfis ciudad deTenes, lo siguiente: El Saluli, Alhachach ben Espafla-Ocba Gobernd" a en las batallador santa, guerra la de valeroso campeon ardia en deseos de que valiente, intrepido y fronteras,
en
la
.
hacer dafio a los politeistas.
Su
celo religioso llegaba
poder un pnsu en caia cuando que, o hasta el pun sin darie un espacio mataba lp no guerra, de sionero abrazar el a invitaba se le cual el de tiempo durante l
islamismo, se le inspirabaeldestodeconvertirse.se la nueva relide excelencias las hacian considerar
le i
-O
24
gidn y aun se le exponian los motivos de duda que pudiese ofrecer aquella que profesaba. Se dice que,
por mediation suya y por virtud de convirtieron al
islam dos mil
tales
personas.
medidas, se Eligid
como
punto de residencia en Espana una ciudad que se llama Narbona.
Mahdi ben Mdslim fue hombre que se distinguid POtsu ciencia, por su ceio religioso, por su piedad. Ocba le dejd como lugarteniente suyo en Cordoba, ordenandole ademas que ejerciera el oficio de juez para .
resolver las causas 6 pleitos
que pudiesen ocurrir
entre
pueblo de Cordoba. Este Mahdi se distinguid, por otra parte, por su elocuencia y por su destreza en expresarse con arte y claridad. La prueba fehaciente esta en que, cuando Ocba quiso nombrarle juez, le el
dijo:
—Escribe tu mismo que yo te otorgo.
Mahdi
escribid el
la
credencial del nombramiento
documento
siguiente:
"En nombre de Dios misericordioso demente. y H "Estoeslo que Ocba ben Alhachach prescribe a Mahdi ben Mdslim cuando le nombrd juez:,, "Prescribidle el temor de Dios; que pusiera todo su conato en obedecerle; que realizara aquellas obras que debieran ser mas gratas a Dios, tanto en secreto
como
en publico, evitando todo lo que pudiera atraer su cdIera y ilenando su corazon del santo temor de Dios,
buscando
defensa propia en el apoyo sdlido y proteccidn segura de Dios, cumpliendo sus la
la
manda-
mientos, poniendolo todo en
manos de la
providencia,
conft'Sndose enteramente en El [pag. 20] y temiendole;
pues Dios acompafia obran bien.„
a los
"Le ordend que tomase
el
que
le
libro
de Dios
temen y a (el
los que
Alcoran)
"*?!
^v=-
1
-
a--
y
la zuria del profeta
25
Mahoma
quien Dios guarde y salve), como guias cuya luz le dirigiera por el recto camino, como meta ha:ia donde encaminarse, como lampara con que se alumbrara; pues con ambos se alcanza buena direccidn que evita todo extravio, se (a
tiene clara explicacidn
i_
l"
que disipa toda ignorancia, se cOnsigue solution concreta y ponuenorizada para toda dificultad u oscuridad, aclaracidn de toda cosa dudosa, argumento contundente, prueba categdrica, faro briUante y elevado, remedio contra los movimientos pasionales del alma, guia y demostracidn evidente de la misericordia de Dios que irradia sobre todos los creyentes. „
*_
"Le ordend que tuviese muy en la memoria que no lo habia elegido para los asuntos puramente mundatios, ni politicos, pues la investidura del juez, cuyo poder Dios ensalzd e hizo de el mencidn honorifica (1),
fu6 ennoblecida precisamente por habersele conferidb la noble virtud de decidiry resolver, de parte de Dios,
aquellos asuntos que se relacionan intimamente con la vida de la religion, la noble misidn de hacer cumpUr los deberes religiosos a los
obedecer el
|
[
| t I
los
musulmanes, de obligar a preceptos divinos a aquellos que tienen
deber de seguirlos. Al
definir,
pues, las prescrip-
ciones legales a que deben someterse los que acudan a su curia y al decidir acerca de lo que se le demande*
en los asuntos que entren bajo su competencia, debe el juez sujetarse a lo ordenado por Dios y debe tratar •de aproximarse en grado a Dios e irse acercando a el
I
f i
i r
i w
(i)
jueces, i-
t
f
En v,
equidad.»
alguaos versiculos del Alcoran se hace mencidn de los gr., sura V, versiculo 46: «D\os ama a los que juzgan con
-
26
-
y hacer exaraen de conciencia a cada instante, meditando acerca del pesado depdsito que se le confid y del fardo abrumador con que le ha cargado, porque de ello
tomara cuenta, conforme Dios lo tiene
se le
ordenado y mandado. n "Le prescribid que, al intervener entre litigantes, examine, pregunte, inquiera por los medios mas ingeniosos y bien inlencionados y escuche con atencidn las deposiciones de los testigos; que se fije cuidadosamente en los [pag. 21] argumentos y pruebas que cada uno presente; que atienda con benevolencia y perdone (1) el defecto que algunos tienen de no saber expresarse bien, o dispense al que no lo sabe hacer con claridad; pues el exigir que las partes expongarl sus argumentos no es obligacidn estricta que Dios haya impuesto
2l
juez, ni se le
impone como cosa
necesaria,
hay que saben presentar, mejor que.otros, sus argumentos; que son muy expresivos en su lendeguaje, rapidos en exponer bien las cuestiones Litigantes
mandasy muy
habiles en ingeniar estratagemas sutiles
modo.de plantear las cuestiones y, consagaridad y agudeza, saben contestar a todo; y si lo que ellos.se -Jlproponen conseguir, no es razonable; si su objetivo es.contrario a la justicia, el juez no esta obligado ni forzado a decidir en favor de setnejantes individuos; al contrarip, uno de los medios para atraerse la volunen
el
tad,
de Dios es
muy
muy
receloso,
te cngafiadora,
(t)
La forum
el estar
muy
sobre
si,
prevenido,
muy
para guardarse.de. Ia;gen-
disputadora, pleitista e impostora (2)
,54(3*0$ no la enouentro : en los diccionarios co-
Trie n tea.
(a)
**-uLiii
despierto.;
-.-
parece slgmfic&r presttitar tcstigesfahas.
,
J;.-
TV^"-"""'
*
-
27
que presenta testimonios falsos y violenta los derechos ajenos: no venga a resultar que el fuerte venza al debit, apropiindose los derechos que al debil correspon-
En
dan.
en
atender
juez a esto, en ser
el
muy escrupuloso
en contar que Dios ha de recom-
tales materias,
pensarle por esa conducta, consiste precisamente
que
y verdadero
triunfe lo justo
el
sobre... (1) lo falso:
ciertamente lo falso es perecedero.„
"Le ordend que los ministros suyos, sus consejeros y ayudantes, sean cual corresponden a la misidn temporal
y_ espiritual
hombres
que
encomendada, es decir, religiosa, que sepan derecho
le esta"
sabios en la ley
y moral, hombres religiosos y de la completa confianza de la persona que ha de aceptar sus consejos. Adem£s le ordend que se pusiese en correspondencia por escrito.con las personas que, teniendo esas nrismas
laudables condiciones, vivan fuera de su distrito o
ju-
que cpntraste las opiniones de uno con la de otros y que se esfuerce en averiguar la verdad; pues Dios dice en su libro (2) que nos consumed por boca lisdiccidn;
del veridico profeta tos
Mahoma:
y cuando hayas tornado
"consultales en sus asun-
la
resolution, dejalo todo
a la voluntad de Dios,, [p£g. 22].
Que
y sayones, de quienes se haya de
serv'ir
los
alguaciles
para Uenar las
funciones judtciales, sea gente honesta y continente [que se abstenga de lo Uicito], hombres que cumplan sus deberes religiosos, apartados completamente de
cr&pula; porque lo a
quien
si el
sirven; el
que
ellos
hagan
pueblo echara
la
juez, al designarlos, procede
(l)
Una
(i)
Alcor&n, sura
palabra que no se Ice en III,
el
verslculo 153.
la
se imputara al juez
culpa
al juez;
pero
con cautela y cp-
manuscrito.
'
-
rrecc&n, hi se
le
28
-
imputaran los yerros,
ni
dudar£
se
de sus buenas intenciones y conducta, Dios mediante.,„ "Le mand6 que menudeey mantenga las audiencias
y
sesibnes, pgra favorecer a aquellas personas
cuyos
Diosle encomendd queguardara celosamente-j-
asuiitos
para eso
le
did la investidura de juez y
obligacidrt
anexa
en contra.
Que
del enfado
al oir
el
le
puso como
que sentencie, bien en favor,
biert
se deje llevar pocas veces del enojon-i
a los reclamantes, antes bien em'plee
su voluntad, su inteligencia.su cuidado, sus reflexion nes, su ingenio y su lengua no sdlo en procuracies
ampliamente
equidad, sino en tratar de reconciliar a las partes y avenirlas. Esto anima muchc* a los hombres y les hace concebir risuefias esperarizas
y
la justitia
y
la
medio seguro para atraerse
es
cariflo,
el
la
Jjuena
voluntad y la confianza de todos, pues quedan pren-
que van
hay dSbiles, inca.paces de atraerse la afeccidn de nadie y aim enfermos de enferdad crtfnicaj que son carga pesada para los otrbs; a
la
curia,
al juez corresponde,
los
en todo tiempo, cuidar devque
esos infelices sean atendidos; y no debe hacer nada en favor de ios pleiteadores, amigos de reflir o disr putar (1), ni de los perversos ni de los que se precis pitan-en asuntos dudosqs.
Que
en
la
y en eldespacho y examen de
curia
audiencias deja
las
causas proceda
activa 6 aceleradamente, sin retardos ni.languideces: esto le dar& autoridad y hara mas firmes sus providencias y resoiueiones, sobre todo en lo referente a la .policfa
y orden que deben guardarse en
el
juzgado.„ ,
(i)
b^fcJI debe significar Jisfiuta, riAd...
F^y%*:"
-
29
—
f I.
i
"Le ordeno que solo oyeia las aseveraciones de los testigos cuando el las juzgaseverdaderasy sinceras; en
.-;
esto debe usar de
mucha
que no quede nada de .ja
lo
austeridad, hasta
el
pttnto
que se debe/oir, sobre todo
declaration de las personas que garanticen
la
vera-
cidad o bondad de los testigos. Debe inquirir y escriitar prolijamente las condiciones de todos los testimo-
debe preguntar a varones [pdg. 23] santos, religiosos, sinceros, de quienes pueda fiarse, sin que quede el menor escriipulo, que conozcan a los testigos y sepan con intimidad las cualidades de estos. No debe.apresurarse a dar sentencia hasta que haya nies; a este Jin
i
r
examinado
a
argumentos de los. litigantes y adenias, a las personas que garantizari
fondo
los
sus pruebas y, la probidad de los testigos. [Para no precipitarse]
Z
i
les
debe seflalar plazos para sus alegatos y pruebas, debiendo estos ser lo suficienteinente amplios para que pueda quedar bien clara y evidente la verdad y se descorran los velos que puedan ocultarla. Y cuando el jucz haya adquirido conviction profunda y esteseguro
de
la
verdad, no debe demorar
la
resolution: inrae-
diatamente que tenga evidencia, conocimiento cierto y firme, el y los faquies de su consejo, debe pronunciar sentencia.
„
"Le ordeno. que recurra a estudiar en los libros, en los casos nuevos que se le presenten y exijan ese estudio, para dictar sus providencias, sobre todo en los I
dudosos y dificiles. Eso mismo tuvo que hacer el juez Ibrahim ben Harb, para sentenciar algunos pleitos,
modelo cuya conducta
se debe imitar, cinendose a la
impuso, a fin de que los procesos. o causas se sustancien conforme a orden sistematico en que los principios se.correspondan. con las consecuen* pauta que
el se
:
.
De
cias.
ese
modo
las
30
-
resoluciones llevaran garantfa
de solidez y firmeza, si Dios quiere.„ "Tal es la recomendacion, orden y encargo que tengo que hacerte y la misidn que te confio: si la desempenas conformandote preferentemente con lo que a Dios agrada y obedeciendole, haciendo cumplir las funciones de policia
al
funcidn a los amines (o
almotacen y ayudando en su empleados de hacienda), esta
credencial vendra a constituir uti acta y hasta un diploma en favor tuyo; pero si no obras con arreglo a estas instrucciones, vendra a ser ti.
Pidoa Dios que
te
ayude,
marchar por
ia
bien:
mejor ayudante y
61
es el
un documento contra fortalezca,
te
recta via, te asista
y
dirija
asistente.
haga
te
hacia el
Dios salve a
Mahoma.„ [Pag. 24] Aflade
med
ben
Ahmed ben
Ah-
Farech: yo dije a
Isa:
— Tienes memoria privilegiada, puesto que te acuerdas de un documento tan largo
como
ese
y de
tales
historias antiguas.
—Las aprendi— contesto Benisa— siendo muy ven, de mi abuelo que me las contaba; el vivid
j
bastante para
que yo
le
hombres mas doctos en dentales: sabia
y
muy
pudiera tratar, y era
uno de
ri-
lo
los
la historia
de los paises occibien los sucesos c!e su conquista
de los Omeyas de Espaila. Yo poseia vade mi abuelo, que contenian hermosas
la historia
rios libros
y
peregrinas obras historicas; pero se perdieron en un incendio que ocurrid en mi casa. Me han dicho que
algunos aglabies o quiza cla,
pretenden que este
fue escrito para
uno de
que viven en Andalu* documento les pertenece, pues xiies,
los jueces
suyos de esta secta;
±7-
'^-*v
*
*
i
pero eso no es verdad:
SI
la
-
credencial fue expedida
ett
Mahdi benMosiim; lo se desde hace mucho tiempo, desde mi juventud, cuando lo aprendi de mi
favor de t
abuelo. £Se acuerdan en Andalucia de este documento? he oido hablar de el en mi tierra- le conteste
—No
yo—
ni se recuerda siquiera en
;
Andalucia
el
nombre
de este Mahdi.
—He
preguntado lambien a otros andaluces— dijo Benisa— y no le conocian; pero joh, latinado! (1),
icdmo
es que se ha perdido entre vosotros la
me-
moria de Mahdi? Quiza, creo yo, no haya dejado posteridad y se haya olvidado su memoria por las guerras civiles
que en vuestro pais han ocurrido.
DEL JUEZ ANTARA BEN FELAH
Me
ha contado
Ahmed
ben Farech ben Montel
lo
siguiente:
Estando yo en Elarex de Siria, conoci a Abumohamed Maslama ben Zora ben Ruh [pag. 25]. Era este un anciano que rayaba en In centuria, segun me dijeron,
y habia alcanzado
a
Harmala, discipulo de El
Xafei; de el aprendi tradiciones del Profeta, las cuales
de Harmala y otros tradicionistas. Me dijeron que era cliente de los Omeyas, de los que era muy adicto y devoto partidario; lo que puedo asehabia aprendido
el
gurar es que sabia la historia antigua y moderna de los Omeyas, especialmente la historia de Andalucia.
Pues bien; (i)
cierto dia vi, en
Textualmeote aijamiado.
una de
las
mezquitas
alja-
^ t.'J -
-
-- 33
mas'de
beduinos, un sermon escrito en caracteres rudos, en pergamino pegado a la pared, frente i los
frente del ptjlpito desde el cual
se predicaba;
y cuan-
do Abenruh se ponia a predicar, miraba hacia el pergamino y, claro es, no titubeaba, ni se paraba en el sermdn. Luego habie con el acerca de en cara aquello, diciendoles:
— Vosotros sois orientales,
.
a los
esto,
que todo
reconoce como h&biles para hablar
y el
les
eche
mundo
lengua arabe y diestros para expresarse muy bien y hasta para predicar de repente y sin preparacidn alguna y, sin embargo, necesitais acudir al expediente de leer el sermon.
No
he
visto
dentales, a
la
yo semejante cosa en las comarcas occipesar de que no son hombresde elocucion
fecil.
— Aun
es
mds
gracioso
— contesto
Abenruh
—
lo
que ocurre en la capital de vuestro pais, en la corte de vuestros sultanes. Me contaba mi padre, por haberselo oido contar a mi abuelo, que alia* en Cordoba,
hubo en tiempos pasados un juez, 11amado Antara ben Felah, hombre piadoso y devoto, al vuestra patria,
cual, cierto dia en
que
presidia las rogativas publicas
para pedir agua, despues que rezd perfectamente las oraciones y predico el sermon, presentdsele un hombre del pueblo bajo de C6rdoba, y le dijo: |Oh juez misionero! Ya se ve que tii eres bueno
—
en
la apariencia;
Dios haga que en
el
fuero interno lo
seas tambien.
—Si, si— contesto el juez— que nos haga buenos a todos. Y Jpor que has dicho eso, querido? Si— contesto" el hombre—; con el chorro de tus indecentes discursos [pag. 26] ya hemos logrado la
—
copiosa
lluvia
que pedias en
tu rogativa.
r
tr-
*""
-i'S^Sr*.
'"
f. 0-
-
33
-
Al olr semej'ante reconvention,
*
j
i f
juez se dijo a
el
sf
mismo: "Dios mio, prometo dar en limosna, en consideration a ti, todos los objetos comestibles que actualmente sean de mi propiedad.,, E inmediatamente hizo el proposito de dirigirse a su casa y repartirentre los pobres todo lo que habia ahorrado (1). Dice Abenruh: Y aquel dia cayeron lluvias generales en toda Andalucia.
Aun cir: [
l
!
pueblo delante.
|
n
Lo que
hacia era que cuando predi-
caba se echaba una prenda de su traje para taparse el rostro [y no ver a la gente]; pero otros dicen que no se
j
anadid lo siguiente: Este juez Antara solia de"Yo no puedo hablar seguidamente, tenietido al
lapaba por eso, sino que Uevaba
en una hoja cosida en
la
el
sermdn
parte del vestido
escrito
con que
Eso es semejante a lo que has que hacemos aqui; y no por eso dejan de tener cia y producir buen efecto estos sermones. cubria la cara.
se
visto efica-
DEL JUEZ MOHACHIR BEN NAUFAL EL CORAXf
Contdme Ahmed ben Farech ben Montel que Maslama ben Zora
le refirid:
oi
contar a mi padre varias
veces, por haberselo oido referir a su abuelo, el cual
estuvo en Andalucia, lo siguiente:
No
he
visto jueces semejantes a los andaluces,
se entreguen tan
completamente
al servicio
que de Dios y
hagan vida tan piadosa. Yo vi en Andalucia a un juez Uamado Mohachir ben Naufal El Coraxi, el cual, al (l)
Lease jS&| y no j&h|
del manuacrito.
8
-
34
-
pueblo para que el decidiera sus cuestiones, no cesaba de hablarles de Dios y de infundirles el temordivino; les recordaba que la colera divina alcanza a los que en este mundo hacen vida frivola [sin acudir
el
acordarse de Dios]; les exhortaba poniendoles de manifiesto los castigos de la otra vida y el terrible com-
parecerante
la
presencia de Dios en
el
dia del
j'uicio;
luego solia hablarles [pag. 27] de la exquisita prudencia a que estaba obligado ei juez, a quien se impone como obligacidn atender escrupulosamente a los asun-
han encomendado y estudiar la ley religiosa; despues comenzaba a lamentarsc y aun a llorar delante de todos, hasta el punto que yo vi al pueblo tos
que
le
marcharse llorando, imbuidos todos del santo temor de Dios, despues de haberse avenido ellos mismos, cediendose sus mutuos derechos [sin necesidad de sentencia]. En su muerte, segun me han dicho, ocu-
un caso maravilloso: murid sin dejar mujer ni hijos; fue enterrado en un cementerio, al orienle de Cordoba, a la orilla de un gran rio que alii hay; el entierrid
rro se hizo
de noche, por expresa disposition del
funto, segun creo,
y
al
echar tierra sobre
el
di-
cadaver,
que presenciaban la inhumacidn oyeron unas palabras que salian del fondo del sepulcro; pusieron atencion y se oyd que el difunto gritaba y decia: Os advierto que la tumba es por demas angustiosa; y que trae muy malas consecuencias el haber ejerlos
—
cido
el
cargo de juez.
Dice
el
narrador:
Y
quitaron la tierra con que lo ha-
bian cubierto, figurandose que aun estaba vivo, y se lo encontraron con el rostro tapado, muerto realmente,
en
el
mismo estado en que
le enterraron.
se
encontraba cuando
A-!
>-
*
r
% F
35
~
L
i
DEL JUEZ YAHIA BEN YECID EL TOCHIBf
He oido
t
referir
a un ulema,
como
vulgada, que cuando Abderrahmen
I
noticia
muy
di-
entrd en Cordo-
ba y fue proclamado rey, se hallaba ejerciendo el cargo de juez de la capital Yahia ben Yecid El Tochibi, y el soberano le confirmd en el puesto sin destituirle. An-
de esa fecha se decia de el y de los jueces anteriores: "Fulano esjuez de la colonia milltar,; pero cuan-
tes
s
en Granada y Abderrahmen I le forzd a [pag. 28] abdicar y tuvieron que hacerse las capitulaciones ante el juez Yahia, este, que estaba pre-
do
El Fihri se rebeld
sente, escribid
en
el
ron las estipulaciones, s
i
r.
documento en que la siguiente frase:
se consignaH
y esto fu6 a presencia de Yahia ben Yecid, juez de la aljama„. As!
lo
he oido
referir;
pero yo he visto una providencia
Mohamed ben Baxir en que se de Mohamed ben Baxir, joe? de la
autorizada por
dice:
"Providencia
colo-
nia milltar en Cordoba. „ Realmente,
el
llamarse
al
t i
i
I
de Cordoba juez de la aljama, es denominacidn moderna; en los antiguos tiempos no se empled ese
juez
titulo.
Todas
las
personas con quienes he mantenido yo
correspondencia, estan conformes en que Yahia ben
Yecid El Tochibi fue nombrado en Oriente juez par-
de Andalucia y que vino a Andalucia con este caracter; pero en lo que no estan conformes es acerca de quien fue el que le nombrd; una versidn, autorizaticular
5
da por Abenguadah, dice que Yahia ben Yecid fu6
nombrado laziz.
juez
de Andalucia por Omar ben Abde-
-
36
-
Yahia fue un santo vardn del que se cuenta que cuando entrd en Andalucia Abderrahmen I se mantuvo separado de los partidos que mantenian la guerra: no quiso tenir sus manos de sangre; pero cuando file"
la
reconocido soberano Abderrahmen
I,
se adhirio a
proclamation espontaneamente.
Otros narradores de sucesos histdricos me han ieferido que despues que Balech ben Bixr vino a Espafla y tuvieron lugar los acontecimientos que todo el mun-
do sabe con Abdelmelic ben Catan El Fihri, y que los hijos de este obtuvieron la ayuda de Abderrahmen ben Ocba (1) El Lajmi, y ocurrid el grave suceso de la muerte de Balech ben Bixr, Hegd la noticia a conocimiento de Hantala ben Safuan El Quelbi, jefe de y envid a Espafia, en calidad de gobernador, a Abuljatar Hosam [pag. 29] ben Dirar El Quelbi, disponiendo a! mismo tiempo que Yahia ben Yecid El Ifriquia,
Tochibi viniera a Espafla, en calidad de juez, acompafiando a ese gobernador. Era Yahia un arabe
siria-
co que habitaba entonces en Ifriquia.
Me
han contado varios ulemas que
el
monarca Ab-
cuando entrd en el alcazar [de Cordoba] se encontrd alii con las hijas de Yusuf ben Abderrahmen EI Fihri con todo el resto de la familia de este. Una de las hijas de El Fihri le dijo a Abderrahmen I: "Hermano, ya que te has enseiloreado de Cordoba, pdrtate bien con nosotras.„ Abderrahmen I mando 11amar a Yahia ben Yecid, que era el juez, e hizo entrega a este de toda la familia de El Fihri, disponiendo que fuera atendida y guardada cuidadosamente. Pero cuando Abderrahmen I salid de Cordoba en busca de derrahmen
(i)
En
I,
Ajbar
Machmua
se le llama
Abderrahmen ben Alcama.
—
37
-
Yusuf El Fihri, hacia la region de Merida, este Yusuf, aprovechando la ausencia del soberano, se metid en Cordoba y se apoderd de dos muchachas de Abde-
rrahmen I, a las cuales este amaba. Entonces el juez Yahia ben Yecid dijo al Fihri: "Eres un villano. Abderrahmen cogid a tus hijas y a tus mujeres principaha tratado bien, hasta el pun'o de trasladarocurriera; a tu casa, sin que ningun accidente les en cambio, te has apoderado de sus dos mucha-
ls y las tii,
las
tuyas, y te chas, que no son tan respetables como las Fihri, al oir esto.se avergonzd las has adjudicado.,, El
desuconducta y se
las
devolvid diciendo: "Aun no
he mirado siquiera la cara; tdmalasy entregaselas.. He visto en algunas anecdotas que Mohamed ben Guadah reieria que el hijo de Yahia ben Yecid El Tola sublevacidn chibi fue uno de los complicados en
las
contra Abderrahmen I, en Abdelconnivencia con Yahia ben Yecid ben Hixem y
quesetramden Cordoba melic ben
Aban ben Moavia ben Hixem
[pag. 30], y
buenrecaudo, juntamente con
estos
en los dos antecitados y otros partidarios suyos, nes de la Ruzafa.
jardi-
que fue metido a
fCAPlTULO EN QUE SE TRATA DE LOS JUECES
NOMBRADOS POR LOS
CALIFAS]
1
DEL JUEZ MOAVIA BEN SALIH EL HADRAMf
Abuamer Moavia ben
Ahmed
abi
Salih ben
OtmSn,
conocido por Harir, ben Said ben Sad ben Fihr El Hadrami, procedia defamiliasiriaca, de Emesa; se le conocia por el sobrenombre de Ganat-abs; entrd en Andalucia antes de la venida de Abderrahmen I fijd el
y
su residencia en Seviila. Fue
notables y de los
uno de los uiemas m£s tradicionistas que aprovecharon las
ensefianzas de aigunos que fueron maestros de Malic
ben Anas,
tales
como
Yahia ben Said y otros. Narraron tradiciones citando la autoridad de Moavia ben Salih una multitud de hombres distinguidos en las ciencias religiosas, tales como Sofian El Taurl, Sofi^n ben Oyaina y AMait. Se dice que el propio
Malic ben Anas citd, como autoridad, el nombre de este Moavia, aunque no fuese mas que en una sola tradicion.
Tambien
que Malic ben Anas tuvo un dia [en ocasidn de hallarse en Medina ese juez andaluz] el propdsito de visitar a Moavia; pero al ir a se dice
verle a su casa, se volvid sin haberle visitado. Refiere Mohamed ben Guadah que Yahia
ben Main
le
preguntd en cierta ocasidn:
—.iHabeis coleccionado ben S41ih?
las tradiciones
de Moavia
r-^- 3-?--
- -
39
-
—No— dijo Abenguadah. — Y que es que os ha impedido le
lo
d
llevar a efecto
Yahia. este trabajo?-replico
—Vino
a
un
pais [pag. 31]
donde no habfa
real-
religiosa - contesley la supiesen que mente hombres \6 Abenguadah. perder mucha ciencia— exdejado Habeis —iAh!
clamo Abentnain. ben Ayman que, Abdelmelic ben Mohamed Cuenta
j i
ordeno a Moavia emprendiese hacer aprovecho este la ocasi6n para
cuando Abderrahmen elviaie a Siria, la
oeregrinacion
a la
pusieron por escrito
I
Meca, y los [estudiantes] del Irac muchas tradiciones quelescomu-
nicd Moavia.
u He Ayman: Abdelmelic ben ben Mohamed Y decia
j
i
r -
r
T
tradiciones profebcas las que de podido evidenciarme estimadas en el Irac, muy son Moavia que comunico dijo me Jaitama abi ben Ahmed pues Mohamed ben 3
gusto de
*
"Hyo tendria mucho formant de los manuscritos
ir
a
Espafia para in-
originates que pertene-
*.
Moavia ben Salih. yo volv Cuando Abenayman: Taflade
cieron a
1.
i
i
a Espana,
halle que por manuscritos, y busque los originales y ^perd.do habian se espaflol pueblo
aUa de cuidado de! d«eb Aymto ben Abdelmelic Mohamed ben d la H.ston cuidado mucho bien: He leido con
tarn
All
las trad en fuarme de med ben abi Jaitama, tratando en esa obr aludirse pudiera dones de Moavia a que persona de Sma a cita autor sobre todo cuando este de los de Em nofc.as relata cuando especialmente y o tres dos en sino cite que lo encontrado he no sa y ,
,
tradiciones.
*r"
— Ahmed ben
Ziad
40
refiere
-
que
contaba que Yahia ben Yahia
Mohamed
le dijo:
ben Guadah "El primero que
introdujo en Espafia las Iradiciones del Profeta Moavia ben Salih de Emesa.,,
Un ulema
fufi
que Moavia ben Salih fue narrador de tradiciones aprendidas de los sabios de Siria [pag. 32]; que vivid hasta edad muy avanzada y fue el que mas se distinguid en aquellos tiempos. Una prueba de que fue el principal y mas distinguido esta en que Zeid ben Alhobab El Ocii, uno de los sabios refiere
con quienes comunicd Abubequer ben
moso
abi
Xaiba,
fa-
entre los tradicionistas, hizo
un viaje a Espafia desdc Irac y aprendid aqui, de Moavia, multitud de tradiciones. Ahmed ben Jalid contaba que Abuabdelmelic Meruan ben Abdala El Faj'ar le dijo lo siguiente: •Of referir a Abusaid EI Axach que Zeid ben Alhobab era cliente de Oct [por eso se Ilamaba El Ocli].„
Y he oido hobab
Abda ben Abdala que Zeid ben Al"Vine a Espafia y escribi tradiciones al
referir
decia:
a
dictado de Moavia ben Salih. „
Hemos
dicho ya que Moavia ben Salih entrd en Espafia antes de que viniera Abderrahmen I que fijd su
y
residencia en Sevilla y en esa ciudad vivid hasta que vino el citado monarca. Al ser este proclamado por
todos como rey de Espafia y apaciguarse y ordenarse los asuntos politicos, envid el soberano a Moavia a Siria para que trajera a su hermana Asbag. Pero
Om
hermana de Abderrahmen I no quiso trasladarse a Andalucia y dijo: "Yo ya me he hecho vieja; no esta muy lejano el dia en que haya de dar cuenta a Dios; no estoy en disposicidn de atravesar mares y desiertos;
esta
me
basta con saber que Dios ha
cios a mi hermano.-
colmado de benefi-
-**
:
-
41
....
Moh&med
ben Abdemelic ben Aym&n: En ese viaje, algunos notables ulemas escribieron o anotaron tradiciones que Moavia les comunicd. Y afladia: Luego, cuando Moavia volvid a Cordoba,
Me
mi
dijo a
presentd a
Abderrahmen I [pag. 33] algunos regalos monarca le habian entregado sus amigos
que para
el
de
Entre esos regalos se hallaba
Siria.
assafari.
granado que
nombre de Los contertulios de Abderrahmen
ahora es conocido en Espafia con
nado
el
el
graI
se
pusieron a hablar de Siria y a manifestar la nostalgia que sentian al recordar su pais natal. En're esos concogid tertulios habla uno que se llamaba Safar, el cual
cuidd y plantd, hasta muy bien (1) y dar fruto. assaEl granado que hoy se conoce con el nombre de fari tomd el nombre de ese Safar. Refiere Ahmed ben Jalid que cuando Abderrah-
una rama de aquel granado, que pudo arraigar y prender
men
I
envio a
Moavia ben
Salih a Siria, hizo este la
peregrination en ese viaje y, los dias asistio
la
al entrar
en la Caaba, en
en que se reunen los peregrinos en
a
tas, tales
las
reuniones que
alii
la
Meca,
tenian los tradicionis-
como Abderrahmen ben Mahdi, Yahia ben
Said El CatSn y otros contemporaneos. Moavia, tierto dia, acercdse a una de las columnas del templo, rezd con dos prosternaciones y luego se fue a inter-
cambiar
con aquellos con quienes solia refirieron algunas tradiciones y;
las enseflanzas
comunicarse. Estos
le
comenzddiciendo: —Me refirid Abuazahiria Hodair ben Coraib, al cual habia se lo refirid Chobair ben Nofair, que a su vez
al
tocarle su turno,
(l) tfculo
^9
aal
dice el manuscrito.
Dozy
leyo *** y
en su Supfl. aux dicc, que debe borrarse.
pus° un
ar-
-
42
i
recibido
la
tradicion de Abuaddarda, a quien se lo co-
comunicd el mismo Profeta... Algunos de la reunion al oir
estas palabras dijeron:
— Maestro, tenga usted un poco
de escrupulo y temor de Dios; no mienta usted; no hay nadie en la superfine de zahiria,
la tierra
que haya oido tradiciones de Abua-
por conducto de Chobair ben Nofair
y de
Abuaddarda, mas. que un hombre, el cual debe de tar en Andalucia y se apellida Moavia ben Salih.
— Ese Al se,
Moavia ben Salih
oir eso, aquella
— les
replied
el— soy
es-
yo.
asamblea ya no pudo mantener-
porque en vez de atender
a otros, se
agolparon
to-
dos en derredor suyo y copiaron la mucha ciencia reHgiosa que el les hubo de comunicar durante el tiem-
po que permanecid
la
peregrinacidn en Meca.
[P3g. 34] Despues que
Moavia ben Salih volvid de Siria y se presentd a Abderrahmen I, este soberano le nombrd juez y jefe de la oration. Un afio este monarca hubo de salir en expedicidn guerrera hacia Zaragoza, y Moavia ben Salih se incorporo al ejercito como militar. Su vida era )a siguiente: pasaba la noche en completa vigifia, orando hasta el amanecer, yentonces se arropatoa con el sobretodo, se revesti'a de las armas e iba a ocupar su puesto en las filas del ejercito rnientras duraba el
combate; y
alii
se mantenia
como bueno. Moh&med ben Omar ben Abdelaziz ben abi Xaiba
le refirid lo siguiente:
cumpliendo
cuenta que
Moavia ben Sdlih
salio en expedicidn guerrera, siendo juez de la
[de Cordoba], en compafiia de
AH
Abderrahmen
I,
aljama
en
di-
reccidn a Zaragoza, donde tenia que guerrear contra
Abenalarabi. Pues bien, cuando se llamaba a las ar-
ii
.
_ mas
al ejercito
43
-
para entrar en batalla, Moavia presenta-
base con su regimiento de la seccion egipcia y se manballesta, hasta que tenia en su puesto, apoyado en su
combate. Ahmed ben Ziad dice que
cesaba
el
Mohamed ben Guadah
conto que Harb, un sujeto del pueblo de Xobelar, mezquinarraba lo siguiente: Me encontraba yo en la le
viernes y, aljama, dentro de la macsara, un dia de hallabase un homentre la gente que alii estabamos,
ta
bre que por devocion leia
el
Alcoran en voz tan
alta,
entro Moaque se hacia oir de lcjos, a tiempo en que ei, entonces, juez y via ben Salih en la macsara. Era el ruido que armaba jefe de la oracion. Moavia oyo
aquel hombre
I £
t-
cogio el bo-
al recitar; se dirigio a el, le
la cabeza y se lo lanzo en llevaba que gorro nete o rincones de la macsara, alia bien lejos en uno de los alii reunida; y dijo estaba que gente la toda de a vista el Alcoran: "<;Tu sabes recitaba que ese baja a en voz hasta ese punPues bonete? tu parar a ido ha adonde
t
to ha Uegado
la
r
molestia que causas tu
dos los
oficios,
publico. „
ocupar la presides Luego, terminala oracion [pag. 35]. hubo persona que le pregunto a aquel
Moavia inmediatamente cia para dirigir
al
se fue a
Moavia?„ Y el dicho te haque hombre: "iQue hombre repitio la frase que nemos antes referido. Mohamed ben Abdelmelic ben Ayman cuenta que es lo
de
Moavia permanecio" algun tiempo, en el reinado comAbderrahmen I, retirado, cesante y oscurecido soberano, senpletamente, hasta que un dia en que el
s-
Azotea de palacio,
tado en
la
te {del
Guadalquivir] y se
le vi<5
le
puenmemoria de
pasar por
renovd
la
el
la desconsidemientes las vino a hombre, le aquel a Uamarle, envio trataba le y se con que racidn
"_
_ le
hizo regalos y
44
admitid nuevamente a su gracia.
Ie
Acerca de esto he oido
Said El
Jair, hijo
-
referir otra version
de Abderrahmen
ante su padre, hasta que
le
I,
y
es:
que
intercedio por
el
restituyd a la gracia del so-
berano; y le volvid este a tratar con la misma consideracidn con que antes le habia tratado.
Moavia ben SMih contrajo parentesco de afinidai con Ziad ben Abderrahmen, dando a este en casamiento a su hija Hamida, de la que Ziad obtuvo descendencia. li ,
F
.
A Ziad
un caso con susuegro Moa-
le ocurrid
que entonces se divulgd y hablado mucho; fue el siguiente:
via, suceso
del
que
se ha
Ziad quiso ver a su esposa cuando esta se hallaba aiin en casa de su padre, antes de scr conducida a casa
de su esposo, cosa que algunos suelen hacer; pero a las mujeres
este, su suegro,
tomarse
el
de Moavia] se les figurd que a
[de casa
no
recien
que pensaba cual unicamente le
le gustaria la licencia
casado, por lo
consintieron que fuera despues de anochecido. Ziad, a esa
hora, se metid en el zagu£n; pero tuvo la mala
suerte de que la caballeria de Moavia, que estaba se espantara y se armase con estrepito,
cabalmente
Ai oir
el
ese motivo
a
un grande tiempo en que Moavia, su sue-
gro, salia de casa para ci(5n.
alii,
ruido de
ir
a la
la
mezquita a hacer
la ora-
caballeria se extrafid; pidid
que le trajeran una lampara y, al alumbrar, se encontrd con que Ziad se habia metido en el propio pesebre de la bestia, alia" en uno de los rincones del zaguSn. Moavia, en vez de disgustarse, no dijo ma's que la siguiente frase:
— jHombre,
hombre, yo creo que se os debiera haber tratado con un poquito ma's de consideracidn! [P£g. 36] Ahmed ben Ziad refiere que a Isa ben
*' :tJ
J
"
Bequer,
el
pedagogo,
—
-
45
le
habia narrado persona fide-
digna la cual lo habia oido contar a y a otros, lo siguiente: ,
a
Amir ben Moavia
Moavia ben Satin hizo una segunda peregrination hemos menciola Meca despues de la anterior [que
Andalucia acornpanado de Ziad ben Abdeirahmen. Al llegar ambos a Medina, Ziad ben Abderrahmen se fue a casa de Malic ben Anas y ievisito. Ziad y Malic se conocian ya, porque Ziad en su viaje anterior habia asistido a la clase de Malic.
nado],
saliendo de
enesa visita, Moavia acababa de que
le hiciera
a Malic.
dio a entender a Malic que
le
Ziad,
Medina y Malic le rog6 su casa; ambos fueron a visitar
llegar a
venir a
Moavia en aquella ocasion propuso
a Malic
tocerca de doscientas cuestiones y Malic contest6 a
Despues, otro dia, Ziad ben Abderrahmen quiso sondear a Malic [acerca de la opinion que habia fordas.
\
F.
y
mado de Moavia] y
le
preguntd:
—
las
ts
semejantes a
que me ha presentado Moavia ben Salih— contesMalic.
Ziad luego interrog6 a Moavia acerca de Malic y l
Moavia contesto:
—A nadie se me
ha ocurrido presentar cuestiones, que pueda ponerse en parangon con Malic. Refiere
Ahmed ben Hazam que MohSmed ben
Omar ben Lobaba conto Yiisuf El Fihri regalo
lo siguiente:
una joven esclava a Moavia
subi6 Cuando hijo. este un tuvo cual de la Salih, ben en pleito a reclamada le fue I, Abderrahmen trono al Moavia ben Salih; pero se declaro que este tenia de-
:
t
-
46
-
recho a conservar en su poder a la muchacha. Preguntdsele a Moavia acerca de esta cuestion y del motivo o razdn que habfa alegado para fundar su derecho,
y
contests
—He
alegado
precedente de Abuazahiria ante e 1 cual se sustancid un pieito sobre [pag. 37] un pilar el
que un hombre habia construido para sostener un muro que pertenecia a otro, pilar que se consider^ como obra necesaria para que el muro no se derrumbase. Abuazahiria sentencid en favor de aquel que habia construido "si
sele quita ese pilar,
sufrir
mlo
pues se hizo
el pilar,
se
Pues
dafio„. le
el
bien,
la siguiente reflexion:
muro necesariamente ha de yo creo que
quita a su madre, sufrira
mas
si
a es*e hijo
dafio
que pomuro.
dia haber sufrido aquella pared al quitarle el Este razonamiento se aceptd y esa es la jurisprudent cia que se ha mantenido [aqui en casos. Pero [afiade
el
Lobaba, para que me
narrador]
Andalucia] en tales
yo consults con Aben
dijera su opinion,
y
se cruzd de
brazos y no quiso soltar prenda, aunque recordaba bien el caso, pues me dijo que esa esclava se llamaba Jola.
Ahmed ben
Said
refiere
que Abdala ben
Mohamed
ben abi Elgualid El Arach decia: Esta esclava Jola era deformey tea, y tenia a su se>vicio otra esclava muy guapa llamada Soad. Por eso entre el pueblo [de Cordoba] ha quedado como adagio: "jQuediferencia entre Jola y Soad!,,
Malic no
ha expresado de manera constante, sino que ha expuesto opiniones distintas, acerca de los derechos que derivan de la posesion de la manceba en se
caso semejante. darse con
ella
bien pagando
En una
ocasiCn dijo que debia queaquel que la habia hecho concebir, si
el
valor de
la
manceba y pagando ade-
V "
mSs
el
precio del hijo
pero cuando
el
juez por causa
47
ella se
que de
hubiera tenido;
mismo Malic me demandado ante el parecida, declard como jurisconsulto
que sdlo debia pagar el precio de
la
madre y nada mas.
ben Sad cuenta que Mohamed ben Hixem haAbderrahmen bia oido decir a Ahmed ben Yecid ben el monarca que Mohamed ben Guadah referia que Jalid
Hixem
I
asistid
al
entierro de
Moavia ben
Salih,
cual tuvo lugar en el arrabal [de Cordoba]; y
el
anduvo
a pie acompaflando al feretro. le cont6 que Dice JSlid que Mohamed ben Hixem Yahia ben Yahia a referir oido habia asceta, Isa, el ben Salih y esta frase: "Aqui murio" Moavia [pag. 38]
fue enterrado en
el arrabal.,,
Moavia ben Salih
Mohamed ben quedo en
tenia un
hermano quese llamaba
cuya descendencia numerosa que ninguno de eilosviniese a Es-
Salih,
Siria, sin
pana.
Ahmed ben Moh&med ben Ayman me
conto lo
si-
guiente:
hermano Yo he visto una carta que la familia de ese de Moaque quedo en Siria escribid a la otra famila textualmente via residente en Andalucia, la cual carta dice asi:
"En nombre de Dios misericordioso y clemente.„ -A toda la iamilia de Moavia ben Salih El Hadrami, ben Salih El de parte de toda la familia de Mohamed su Hadrami. Rogamos a Dios que os proteja con colme guarda, os atienda con su divino cuidado, os Dios, cuya El favores. sus multiplique y deben alabanza honra al que la hace y cuyos nombres costumbre de ser benditos, puso entre los hombres la
de beneficios
cuales ellos qsar denominaciones familiares, por las
1*
48
deben mirarse con simpatia unos a otros y permanecer unidos en amistad con el m&s solido de Ios vinculos, con fuerte firmeza. Vosotros, a quien Dios os de salud, sois para nosotros la parte de triDu mas cercana y la familia mas prdxima en parentesco, como que nos une a vosotros y a nosotros identico abuelo, conocido con el nombre de Hodair, es decir, que los lazos de la sangre nos unen en igual grado por ambas partes. Si la providencia ha dispuesto que estuvieramos alejados residiendo desgraciadamente unos tan distanciados de los otros, eso no quiere decir que la separacidn deba aflojar los lazos que nos unen, ni la lejania que dificulta nuestro trato, deba impedir las mutuas relaciones. Nosotros no hemosdejado de pensar en vosotros, a quien Dios honre, ni nemos dejado de preguntar por .
vosotros a los peregrinos de tierras occidentals, a
quienes Dios ha concedido
por estas
tierras
la gracia
de Oriente, con
de poder venir
el ansia
que menos
viva de
alguno de vosotros vinierais por aca o por lo
de saber noticias vuestras; pero Dios no ha permitido que encontrasemos uno siquiera que nos indicara nada de vosotros [pag. 39] ni nos diese noticias vuestras, hasta el punto que llegamos a sospechar, como era ,
natural, que,
con
el
transcurso de las noches
y
los dias
de los meses y de los aflos, vuestra familia se habria extinguido o desaparecido. Por fin, Dios nos
y
el pasar
hizo
la
gracia de
proporcionarnos un medio de saber
de vosotros, cosa que tanto anhelabamos, cuando ya casi se habia perdido la esperanza de lograr noticias vuestras. Ese
medio
portador de esta nuestra carta que ahora osdirigimos, Abulharit Bixr ben Mo-
h£med ben Muza
El
es el
Coraxi. Este sefior ha
Emesa, de vuelta de su
viaje a
venido a
Bagdad, en direccidn a
49
-
pues creydse vuestro pais. El pregunto por nosotros, sois, seobligado a ello en vuestro obsequio, porque
r
gun
el
es hija al
Om
Amer nos comunica, tios suyos: su madre queria, benSalih;el Moavia ben Mohamed de Puesbien, a Espafla, llevar noticias nuestras.
volver
en que viviamos y le innosotros. Vino, de dicaion como podria dirigirse a muy bueno, que parte de el, un hombre que parece de vir'uoso, que nos dio" de vosotros y de
-aqui 1c 5
_
informaron del
sitio
tiene fa ma
el pecho vuestras cosas tales noticias que nosllenaron gozo: no le haciamos pregunta acerca
:
r r
de alcgria y dc el sabia, que no que de lo andonos inform de vosotros, llenara de nos que algo vosotros de decir oyeramos os ha otorDios que position dc alteza la satisfaccidn: vuestra conducpor gozais que de prestigio el gado y Dios, sefior del sea Alabado pensar. de modo ta y el que nos ha honrado, el favorcccdor, el univcrso,
-l
noticias tan agrallegasen nos que de gracia hecho alta posicion de dables y supieramos con evidencia la la
Dios pedimos que acabe de comos colme de llenado, ha os que de gracias pletar las nos que mismo, lo conceda y nos nosotros bienes y a
que ahi gozais.
A
indemnice o compense
*_
(
y
a vosotros
dc
la
nos ha improvidencia su que separacidn dolorosa scparados mucho tenido ha nos Dios que ya puesto; y el reunirnos en su paquiera tierra, en la aqui tiempo de los escogimorada celestial, mansion la en raiso, dos. Dios
^
a nosotros
es
muy
abierto a
la
misericordia
[pag. 40]
es la carta Tal criaturas. sus de suplicas y atiende las toda cosa desde libre os Dios escribimos. que os en su gracia; conserve nos nosotros a agradable y la consideraremos venga, nos fil de que prueba toda la nobleza de nuestra a Pertenecemos favor. tin como
-"
-
-
50
—
y toda nuestra familia y nuestro regimiento ocupamos el rango que podemosambicionar; todos viven en la opulencia y ocupan los primeros puestos. Bixr ben Mohamed se habra evidenciado de todo esto y os podra informar tal vez. Loado sea Dios, a el se deben gracias por los beneficios que dispensa y a el debemos rogar para que se sirva concedernos mas aun. La paz sea con vosotros, la misericordia de Dios y sus tribu
bendiciones.„
DEL JUEZ OMAR BEN XARAHIL
Abuhafs
Omar ben
Xarahil El Moaferi era origina-
de Beja y habitaba en Cdrdoba, en el derb de AlfSdal ben Camil. Le nombro j'uez de Cdrdoba el morio
narca Abderrahmen
I,
Moavia ben Moavia ben Saiih;
para reemplazar a
S^Iih; luego le destituyd y repuso a
y de esta manera fueron turnando siempre en el juzgado: un aflo, Moavia; otro afio, Omar; asi permanecieron largo espacio de tiempo.
Me
Mohdmed
ben Guadah, citando por autoridad a persona que alcanzd el tiempo de los dos contd
jueces antecitados, que cuando
nar le
el
el
monarca,
al termi-
ano, se descuidaba en dar el cese a uno, el otro
elevaba suplica recordandole
m'an [pag. 41] ademas
el
asunto.
Ambos
te-
cuando por cualquier ocupacidn personal, algun dia dejaban de asistir al juzgado, dejaban de percibir el sueldo que por ese dia
Me
les
la
siguiente costumbre:
debia corresponder.
contd un ulema,
hombre que merecia
que Abumeruan Obaidala ben Yahia guiente:
credito,
le refirid lo si-
-_/_ -
--
-"\-
*S>f
-Y-+
\.-&^: T
-
51
-
turnar en el juzI hacia Abderrahmen monarca El Xarahil: un ben Omar a Salih ben y Moavia gado a
anonombrabaauno; otro, al otro. Una de las veces el alio, en nombro a Omar ben Xarahil y, al terminar el cargo. Moavia, lugar de removerlo, le confirmo en suplicandole encarecientonces, escribio al monarca
\
el, puesto que el afio en a nombrara le que damente habiatranscurrido. que tocaba ejercer a su compaflero molestado y dissintiose carta, la leer al El soberano, orden de que Moavia se presentara en
guslado, dio palacio y,
—iHas
al
tenerlo delante, le dijo:
escrito tu esta carta?
Moavia contests afirmativamente. Y un hombre como tu —replied
—
atreve a solicitar
el
monarca
-se
ese cargo sabiendo las malas conse-
que lo solicita. cuencias a que se expone aquel Moavia se excuso diciendo: guarde, Dios quien a majestad, su Sefior,
—
nombrd
juez la vez primera y,
aunque no
me
de mi mes pn-
era
cargo, acepte; al terminar el que me pagascon cuantioso sueldo disteis me mero percibiendo ese continue luego esplendidamente; teis
gusto aceptar
I
el
sueldo hasta que a
que
me
sobrd
fin del
ano
me
del sueldo del aflo
destituisteis.
Con
primero en que
lo ful
el aflo en que pertodo holgamente pasar juez, pude se acababan al terahorros esos Pero cesante. maneci
minar
a cobrar el sueldo, t
nombrarme otra vez, y volvi repitiendose el mismo caso. En tal
el aflo. Volvisteis a
en que, al transsituaci6n ha llegado la hora presente currir el aflo
de cesantia, los ahorros que
me
queda-
han acabado ban del sueldo del aflo anterior se me finalizar el ano volveal que esperaba Yo [pag. 42]. el sueldo; el percibirja yo que nombrarme riais a y
>'"^53 '.I-"
retraso en
52
-
nombrarme me pone en apuro; por
esc rib a su majestad recorddndole i
berano debe tener en cuenta que
el
eso
asunto. El so-
el solicitar
un empleo
[no es cosa insolita o deshonrosa], pues personas de mucha mayor suposicidn que la mia, no se han aver-
gozadode hacerlo: [el patriarca] Jose dijo [a Faraon]: pon a mi cargo los almacenes de la tierra y sere yo su guardian inteligcnte
(1).
El soberano acepto esta sincera explicaci6n y dispuso que cesara en el cargo Omar ben Xarahil, para
nombrar a Moavia. El cargo de alamin o intendente y el de juez de provincias se concedio repetidas veces a individuos de la descendencia de Omar ben Xarahil: uno de estos, 11amado Abusaid Mohamed ben Omar, fue nombrado juez de Jaen y de Ecija: era
hombre de mucho
presti-
gio entre los nobles y tenido por persona de alto rango entre el pueblo. Su descendencia ha sido numerosa.
DEL JUEZ
ABDERRAHMEN BEN TARIF EL YAHSOBf
Ahmed ben
Era costumbre de los califas el enterarse de las noticias que corrian por el pueblo, hacer la pesquisa de quienes eran los hombres Dice
Jdlid:
sabios y virtuosos que descollaban y averiguar los tios
si-
en que vivian, bien fuese en Cordoba, bien en
otras comarcas fuera de la capital.
De
ese
modo, cuan-
do necesitaban de un hombre a propdsito para ocupar (i)
Alcoran, XII, 55.
&:w:*----
alguno de
los cargos, lo
53
hacian venir a
la corte
de don-
Abderrahmen I, al tener neceside quiera que fuese. aljama de G5rdoba [pagidad de nombrar juez de la Merida se encontraba un hombre en que supo na 43] fuerte, y le honrado, piadoso y de caracter energtco y en el ejervenir. Este se condujo admirablemente ,
hizo
de su cargo. Mohamed ben Abdelmelic ben
cicio
Ayman dice: Uno de
o nomdesignacion por juzgado, el ocuparon los que Abderrahmen ben bramiento de Abderrahmen I, fue de laudavaron santo Merida, en habitaba Tarif, que El juez Ahmed ben Motived ben Ziad ble c'onducta.
que se menciona en autentko documento me [el juez] Abderrahmen que dinero de cantidad una ba leyo un
disposicidn testamende virtud en adjudico, Tarif ben
Om Elabas yaOm Elasbag,
de Abhermanas taria, a al mencionar la documento, dicho En I. derrahmen fulano era el padifunto el que decia se adjudication, ellas el heredara correspondia que ambas trono de y porque Andalucia, en estaba dos las de le. Y ninguna se hallaban en Siria. ben Ibrahim Mohamed a que decia Sad ben Jalid siguiente: lo contado habian le Chabab ben El
Habib
El Coraxi se presento ante '
quejandose del juez xi
un
decia que pleito
el
Abderrahmen
Abderrahmen ben
Tarif. El
I,
Cora-
el, en juez iba a dictar sentencia contra a sustanciaba en el juzgado respecto
que se
El Coraxi, y poseia entonces aquel un cortijo que en arrancado violentamenhabia lo este que pretendia se manos del verdadero duefto.bl te'y
con
injusticia
de
juez para que le hablaexaminara detenida y lentamente
monarca envio un emisario se y le ordenase
que
al
que se prede expresa prohibition ese asunto, con la
= -
54 cipitara en dictar sentencia. El juez Abentarif, al reci-
inmediatamente
bir la orden,
mando Uamar
a los fa-
quies y adtiles y dicto sentencia contra Habib; la hizo poner por escrito y la firmaron los testigos. Habib
entonces se presents ante
comenzd
monarca [pag.
el
44]
y
hablarle contra el juez diciendole que
a
este debia de odiar al soberano,
puesto que lo habla
o desprecio. Al monarprecipitacion del juez; le man-
tratado con desconsideracion
ca
molestd
le
do" llamar, lo
— iQuien
mucho
la
hizo entrar a su presencia y
le dijo:
ha impelido a dictar sentencia, despuSs de haberte ordenado que examinaras despacio la te
cuestidn y sustanciaras
—Me
ha obligado
Abentarif
que
el
a
pleito lentamente?
sentenciar contra
el— repuso
—aquel
tu te
que te ha puesto en ese trono en sientas; si no fuera por el, lu no lo ocu-
parias.
—Tus palabras—
replied el
soberano— me admiran
aun mds que tus obras. ^Quien cho sentar en mi trono?
— El Profeta del Sefior no fuera porque juez — .
Si
ocuparias
el
es el que
me
ha he-
del universo— contesto el tu
eres pariente de
el,
no
ttono; y ese Profeta nos ha impuesto la
cbligacidn de obrar con justicia,
la
cual se ha de apli-
car equitativamente a todos, a altos y a bajos. Sefior— continud diciendo el juez ^por que razon has de
—
mostrarte tu tan parcial en favor de un subdito contra otro?
Tu seguramente podras encontrar
aunque
sea de tu bolsillo particular,
aquel por quien tanto
—
te
medio,
para satisfacer a
interesas.
Si estos -dijo entonces el
sideran con derecho
algiin
al cortijo
soberano— que
se con-
lo quisieran vender,
tendrla yo inconvenienteencomprarlo de
mi
no
bolsillo
-
-
-*-
^-5K_s - --
r'"." :
"-
,<:-
-
-
55
-
particular para entregarselo a
en
el
Habib; yo
les satisfaria
precio.
— Yo
mandare llamar— contestd Abentarif— y les hablare en ese sentido. Si ellos se conforman con venderlo, bien; pero si no, mi sentencia ya esta" dada. El juez se fue; mando llamar a los que se creian con derecho al cortijo; les hablo de lo que se trataba, y accedieron a la venta, a condicidn de que se les diese les
precio bastante subido.
Habib
— Dios
solia decir despues:
favorecido con
me ha
Abentarif: poseia antes rido;
un
intervencidn de
cortijo ilicitamente
ahora debo a Abentarif
dero dueiio, con justo
la
el
poseerlo
como
adquiverda-
titulo.
oido contar a un ulema que a este [pag. 45] Habib le ocurrio un caso identico con el juez Abenbaxiry que luego, despues del suceso, Habib fue a
He
ver al juez y le dijo:
— Te doy H
_
las
mas
expresivas gracias: yo habia sen-
de comer cosa prohibida; tii te opupero, en cambio, hiciste que yo lo logra-
tido la tentacidn siste a ello;
ra
como
cosa
licita.
DEL JUEZ ALMOSAB BEN 1MKAN EL HAMADANf
Almosab ben Imran ben Xofa ben Cab ben Caabar ben Zeid ben Amer ben Amrilcais ben insZeid El Hamadani, era de los arabes sirios y estaba en Andalucrito en la division militar de Emesa. Entro instalo en la cia antes de que viniera Abderrahmen I; se Este juez, llamado
— regidn de Jaen.en
a un lugar de la
56
—
Vado;luego se trasladd provincia de Cordoba, al norte de Alel pueblecillo
moddvar, es decir, del Almoddvar mas cercano [a Cdrdoba], fijando su residencia en el pueblecillo llamado Goliar, en las montanas de la region de Almoddvar.
Su padre pertenecla Abdelmelic en
de
a la division militar de
Hixem ben
habia casado con una mujer
Siria; se
de los Beni Hatib ben Baltaa. Abdcrrahcontrajo matrimonio con la hermana de esta
la familia
men
I
mujer, de Azzaida,
la
cual tuvo a su hijo Soleiman
en
la cual vivfa
el
y
a su hija
palacio de su padre en Cdr-
doba y hie enterrada en el cementerio del arrabal. Por una noticia histdrica que he leido se que Hixem I, el hijo [p£g. 46] de Abderrahmen I, al llegar a su mayor edad y salir de palacio para inslalarse en su voto y piadoso y tratd
Mosab
hombre muy dedeatraersele a fin de que estu-
casa, tuvo noticia de que
era
viese completamente a su servicio,
suyoy
le
hizo ministro
contertulio, con quien entretenerse
y hablar
Por eso cuando Abderrahmen I tuvo necesidad de un juez de la aljama de Cdrdoba, Hixem propusole como candidato a Mosab. Al soberano le en
las veladas.
muy bien esta propuesta y, al efecto, designd a Mosab para ocupar el cargo; pero este no quiso aceptar, como hemos referMo ya al principio de este parecid
libro, en el capitulo
en que se
quienesse ofrecid
juzgado y rehusaron aceptarle.
Mosab,
al
el
no aceptar,
trata
de aquellos a
retirdse a su casa [sin servir a la
familia real].
Un
me ha dicho que cuando Hixem subid al trono, como califa, envid un emisario al cortijo donde se hallaba Mosab ben Imr£n. narrador de sucesos histdricos I
El narrador recordaba que
cuando
el
emisario Uegd a
—
57
—
mujer de este se hallaba tejiendo en un telar, y que Mosab estaba delante de su mujer preparandole los ovillos. Su mujer arregl6 con los casa de Mosab,
la
y luego, volviendose a Mosab, le dijo: ".jRechazaras ahora el cargo de juez de Cdrdoba que te ofrece el monarca, cotno rehusaste aceptarlo cuandedos
do
el telar,
te lo ofrecio su padre?„, e
inmediatamente continue"
Cuando Mosab este: "Ya se que a ti
dando vueltas a
los ovillos del telar.
se presents ante
Hixem
no
te
gustaba aceptar
tumbresque caracter.
cargo, por
el
cardcter
y
cos-
mi padre. Tu conoces muy bien mi le
decidie-
cargo y volvid a rehusarlo; pero Hixem tal fuerza, que al tin aceptd. Mosab solia sermon y dirigir los rezos en la aljama de el
el
Ctfrdoba, cuando
en
le dijo
Estas reflexiones, al pronto, no
n
ron aceptar insistio con predicar
tenia
el
I,
el
monarca Hixem
I
se ausentaba
la capital.
Mosab, para aceptar el cargo de juez, impuso una condici<5n [pag. 47]: que se le permitiera ir a su cortijo todos los
sabados para poder estar en
el
campo
el
s&bado y el domingo de todas las semanas. Le fu6 aceptada esa condicidn. Mientras ocupo el juzgado de Cordoba tenia su domicilio en la plaza de Abdala ben Abderrahmen ben
Moavia.Su
secretario fue
ben BaxirEl Moabien en el desempeflo de su
Moh4med
Mosab se portd muy cargo: fue hombre justo y de feri.
loable conducta, rigido
en lo estrictamente legal, y ejecutivo, lo mismo para el los nobles que para los del pueblo. Asi transcurrid reinado de
Hixem
I.
Al morir este, su
hijo,
Alhaquem
I,
nombramiento de juez de la aljama y de jefe de la oracion. La severidad y resolucidn ejecutiva de Alh4quem I son bien conocidas: prestaba ayuda a su ratified
su
-
58
—
juez y mantenia con brazo fuerte sus decisiones y, aun cuando a veces no fueran de su agrado, aprobaba sus
actos y ejecutaba sus sentencias. He leido una anScdota de la cual se infiere lo
si-
guiente:
Meruani arranco violenun hombre de Jaen. El hombre
Que Elabds ben Abdala tamente
uit cortijo a
El
murio y dejd varios hijos. Cuando estos llcgaron a mayor edad y tuvieron noticias de la rectitud y justicia de Mosab ben Imran, se fueron a Cordoba, denunciaronle la injus'icia que con ellos se habia cometido
en sa vista, mandd citar a Elab^s ben Abdala, haciendole saber lo que aquellos reclamaban y dandole noticia de los testigos que se habian presentado a declarar en contra suya. El juez le invitaba en la citacidn a que contestase la demanda; fuele concediendo plazo tras plazo para contestar; pero, al fin, se acabaron los plajuez su derecho.
y probaron ante
el
zos y, visto que
de,sistia
El
de defenderse,
el
juez,
juez
le
noti-
que iba a dictar sentencia contra el. Entonces Elab£s se fue a ver al monarca Alhaquem I y le pidio" que ordenase al juez que se inhibiera en el asunto y que
fied
propio soberano quien sustanciase y decidiese [pag. 48] el pleito. El monarca llamo a un paje suyo, que se llamaba Vicent, y le encargo que dijera
fuera
a
el
Mosab ben Imr£n que
el paje la
se inhibiese.
orden del soberano,
Mosab
Pero at cumplir le dijo:
"Los de-
mandantes han probado su derecho, para lo cual se obligados a hacergrandessacrificios y muy. perseverantes trabajos y molestias, porque viven lejos
han
visto
de Cordoba; y como han probado el derecho que les asiste en su demanda, yo no pucdo dejar de entender
en
este
asunto hasta dictar sentencia. „ Ei paje volvio
— a palacio a comunicar al
habia dicho
el juez.
59
-
monarca
las palabras
que
Elabas entonces comenzb a
le
ins-
y decir al soberano que el juez menospreciaba cola dignidad del monarca y que aquel pensaba que rrespondia al juez por derecho propio, y no al monar-
tigar
ca, la
autoridad de juzgar. El soberano, en vista de
esto, volvib a enviar el
para
paje
que
,
dijese al juez:
"Es preciso que te abstengas de intervenir en ese pleito; quiero ser yo personalmente el juez que decida.„
Pero cuando para cumplir
el
paje volvib a presentarse ante Mosab,
orden del soberano, Mosab le ordenb que se sentara, e inmediatamente se puso a escribir: dictb sentenciaen favor de losdemandantes, diciendo que a
la
ellos perteuecia el cortijo;
luego autorizd
tencia haciendo firmar a los testigos y,
la
sen-
cuando ya
to-
dos los requisitos legales estaban cumplidos, dijo al paje: "Puedes ir a comunicar al soberano que yo he realizado ya todo lo que de ley me compete, como juez; si el,
como soberano,
quiere derogar
la
senten-
puede hacer lo que le plazca.„ El paje entonces se marchb a comunicar al soberano las palabras del juez; pero en vez de comunicarlas tal cual el juez al las habia pronunciado, trabuco los terminos y dijo monarca: "Me ha dicho el juez: yo he resuelto la cues-
cia,
tion,
como en
justicia
puede, que derogue
la
debe resolverse;
el
soberano,
sentencia.,, El soberano
si
baj6
cabeza y se qued6 pensativo. Elabas insistio en azuzarle y encenderle en colera; pero quiso la providencia que Alhaquem I se calmara un poco y se sere-
la
animo que cuadra mejor yes mas convenient^ a los* que Dios ha puesto aqui en la tierra como califas y pontifices suyos. Alhaquem sdlo se nara, serenidad de
desahogo" diciendo: "jCu^n
vil
es aquel que tiene que
"
"-_£ "
-
60
-
pegue en el rostro„ [pagina 49]. El soberano se porto luego con el como si nada de esto hubiera ocurrido; no le opuso ninguna que
sufrir
la
y ulema
dificultad,
Un
pluma
el
del juez le
juez pudo ejecutar su sentencia.
refiere lo siguiente:
Mosab cayo enfcrmo
en su cortijo.
informarse de su estado y se
le
Alh&quem 1
desetf
dieron noticias de
la
enfermedad que padecia. El soberano, cierto dia en que se fue de paseo por la parte de Almoddvar, se dirigib a casa
de
Mosab y
se
aped en
ella
para
visi-
tarle.
Mosab dijo al soberano: — Su majestad ha salido
me
a explayarse;
si
a la vuel-
honor de pasar por aqui, yo le prepararfa manjares que fueran de su gusto. El monarca marchdse, did el paseo que tenia que ta
hiciera el
Mosab y 6ste le presentd la se fijo en despues, AlhAquem
dar, volvid por casa de
I comida. Un instante un criada o esclava de Mosab, llamada Ala, y pidid a 6sta que le diese agua. Mosab entonces dijo a la es-
clava
:
— Nosirvastu. Y la
llamd a una hija suya que se Uarnaba Cucuya, a
que
dijo:
— Sirve agua a tu soberano. La chica no sdlo sirvid el agua al soberano, sino que presto personalmente todos los servicios que el caso requerla. Alhaquem dijo a Mosab:
—iCucuya, es apodo o nombre? — Es nombre de una abuela mi|— contestd el
sab— madre
Mo-
de Hatib ben abi Baltaa. Las mujeres de
mi casa
le
han puesto ese nombre por ser costumbre
de ellas
el
llevarlo.
_- *"
St.
V_
f J
-
r i
61
-
I
Entonces Alhaquem dijo: Si Dios me concede una
—
hija, la llamare
con ese
nombre. tuvo Alhaquem una hija y la llamd Cucuya. El fue el primero de los califas que usaron este nombre
Y
i
para sus hijas.
t 7.
Mosab murio de
£
aquella enfermedad. Dej6 dos hi-
descendencia es aun conocida ahora, y los canunca han cesado de proteger a los miembros de
jos; su lifas
estafamilia.
[Pag. 50]
Me
que llegd en narca
ha contado un narrador de sucesos
cierta ocasion,
Alhaquem
I,
ante
el
palacio del
mo-
una multitud de gente dedistintas
que eran aptos para el servicio militar y pidiendo al soberano que los comprara, de sus clientes, con el fin de entrar al servicio del monarca. El soberano orden6 que preguntasen los r.ombres de los clientes a quienes pertenecian. Habia entre ellos unesclavode los hijos de Mosab. Alhaquem ordeno clases, diciendo
que fuera devuelto a sus ducnos diciendo: — Este esclavo esta al servicio de los hijos de aquel juez; si el esclavo se les muere, yo no tengo mds remedio que darles otro en reemplazo.
Mosab no
No era
quiero.
hombre
erudito en la ciencia de
zuna, ni sabio en materias histdricas.
la
Ahmed ben Ziad
J.
i {
I
1
decia que
Mohamed ben Guadah
contaba que Yahia
que Ziad ben Abderrahmen fue la ciencia del el primero que introdujo en Andalucia derecho y la ciencia de la moral. El fue el que se jactd de haber introducido la coslumbre de cambiar ben Yahia
solia referir
de postura
las mantillas
o bufandas en
las rogativas
*&* -
62
para pedir agua, siendo Aben Xofa (1) jefe de la oracion y juez de la aljama en aquel entonces. Para
demostrar Yahia
la
ignorancia de este juez, afirma que
de que ese rito lo habia introducido Ziad como medio magico o encanto [para obtener la lluviaj. Pero Yahia aflade: Yo parti de Andaiucia este tenia la idea
—
para
ir
a Oriente y asisti a las clases de Malic, de Al-
ben Sad y varios otros maestros, y encontre que costumbre de cambiar de postura la mantilla (o bu-
lait
la
fanda) era conocidisima y divulgada por todas partes.
Recuerda Abdelmelic ben Alhasan haber oido rir-a
Mohamed ben
Baxir que Malic decia
guiente: "Las noticias que se tienen de
refe-
frasc si-
la
Abenimran
pueden formar ellas solas una historia. n Ahora bien; lo que no se con seguridad es a que Abenimran queria referirse Malic: podria ser que se
casi
refiriera a
Mosab
[pag. 51]
ben Imran, puesto que
Abenbaxir fue secretario de este juez andaluz y quiza este [secretario que estuvo en Medina] hubiera conta-
do a Malic los sucesos de la vida de este juez. Podria fambien referirse a Mohamed ben Imran El Talhi, juez que fue de Medina. Yo creo que lo mas probable es que Malic aludiera a Mosab ben Imran, juez a quien Abenbaxir habia tratado con mucha intimidad, puesto que habia sido secretario suyo y, como tal, daria a conocer a todo
el
mundo
noticias de la vida de
las
este juez.
mohamed ben baxir J
Mohamed ben necia a (i)
la
division
Baxir ben Xarahil El Moaferi pertemilitar
de Beja, por
Aqui escribe ,$£&, antes ibu*
.
ser
de familia
"i-v*
i 3-
—
(i3
-
r
arabe del Egipto.
Ahmed
ben Jalid cuenta que
el
juez
Mohamed ?
i
ben Baxir hizo sus estudios con los maes(ros de Cdrdoba, hasta que logrd ser hombre muy instruido. Luego fue secretario de uno de los hijos de Abdelmelic ben Omar El Meruani, al que se acogid
buscando refugio o defensa para librarse de una injusticia con que se vid amenazado. Llend su cometido a completa satisfaccidu de su principal; mas luego se separd de !a
el
y
salid
peregrinacidn a
de Andalucia con
la
el fin
de hacer
Meca.
Mohamed
r
5-
ben Baxir fue en su juvenlud secretario de Mosab ben Imran; despues salio de Andalucia para ir en peregrinacidn a la Meca. Encontrd a Malic; le tratd
y fue condiscipulo suyo en
clase de
la
varios
Tambien estudid la ciencia religiosa en Egipto. Luego volvid a Andalucia y metidse en su cormaestros.
tijo
de Beja.
Un ulema que me merece t
cho
lo siguiente:
Alhaquem
I
pidlo
entero credito
me ha
di-
Cuando murid Mosab ben Imran, consejo [pag. 52] a Elabas ben Ab-
delmelic El Meruani, acerca de a quien habria que 2
nombrar juez de Cordoba. Elabas le dijo: "Aunque Mosab ben Imran haya sentenciado en contra mla y
me haya
causado disguslos, hasta
el
extremo de tener
y ser enemigo suyo, esono obstante, hcde reconocer que era hom-
que romper yo bre de vtriudes eleligid,
como
las relaciones
y que sabia
con
el
elegir bien
secretario suyo, a
las
personas:
Mohamed ben Ba-
ademas conozco a Abenbaxir de cuando fue secretario de mi hermano Ibrahim. „ El monarca aceptd el consejo de Elabas y ordend que se presentara en Cdrdoba Mohamed ben Baxir.
xir;
r-
He
Ieido en un libro que
Mohamed
ben Baxir,cuan-
— .
-
-
C4
do por virtud del Hamamiento del monarca venia hacia Cordoba, no sabia aun para que era llamado y, al llegar al llano de Almodovar, se hie a ver a un amigo suyo que vivia alii: era este amigo un sicrvo de Dios
un
en casa del eremita y hablo con el de su viajey de la orden del monarca; y hasta apuntd Mohamed la sospecha de que se le queria obligar a aceptar la secretaria del juzgado de Cor[es decir,
ermitafio]. Pard
doba, cargo de que antes habia dimitido. Su amigo el
ermitafio le dijo:
—Yo creo que porque
juez,
te
que
el
deben llamar para lo
el
cargo de
desempeflaba en Cordoba aca-
ba de morir y Cordoba esla sin juez. — Puesto que tu dices eso— repuso Abenbaxir
y
a
te
li
ha ocurrido esa sospecha, quiero yo pe-
dirte consejo
sejes
en este asunto;
y digas
lo
que
tii
te
ruego que
creas
me
acon-
mejor que deba yo
hacer.
—Antes de
daite consejo— contestd
el
necesito preguntarte acerca de tres cosas;
ermitafio tu
contes-
tame con toda sinceridad, y luego no tendre inconveniente en darte mi opinion. -— .jCuales son esas tres cosas?— preguntd Mohamed ben Baxir.
—iTienes—
— mucha aficidn
a
exqutsitos y a vestir telas preciosas
y
dijo
le
comer manjares
el
ermitafio
a montar en agiles cabalgaduras?
—No me preocupa— contests Mohamed [p^g. 53] —
que haya de comer para matar el hambre, ni los vestidos con que haya de cubrir mi desnudez, ni la cabaigadura que haya de montar. Esta es una de las cosas le dijo el ermitaiio Ahora dime: itu tienesbastante fuerza moral para relo
—
—
—
*--*-=:
&4
J -
tF-'-e
-
65
-
tentacidn de las caras bonitas de esta indole? sistir la
— Pardiez—repuso
y
otros apetitos
Abenbaxir- esas cosas'no me
han preocupado jamas, ni he pensado en caso, aunque me fallen.
ellas, ni
hago
—Esta es la segunda cosa— dijo el ermitaflo— Vamos a ver la lercera: ^gustas tu de que la gente te ala.
be y ensalce?
—Me
doyo
me
si
alaban o desalaban;
me nombren;
alegra el que
me
de
justicia,
ni
me
ni
entristecerfa por
me que
dejaran cesante.
— Tomando las cosas taflo— debes aceptar
el
en esta
forma— dijo
el
ermi-
cargo de juez; nada hay malo
en que lo aceptes.
Mohamed
llego a la corte del
%
f
brado juez de
la
i
monarca y fue* nomaljama de Cordoba y jefe de la ora-
I
cidn. i:
Una de las noticias mas divulgadas, que con ran'sima unanimidad se acepta por todo el mundo, es que
Moh&med ben
Baxir fue de los mejores jueces de Andalucia, de los m&s notables que en ella hubo; era
completamente irreductible, nose doblegaba, y ejecutivo en sus decisiones; prefeiia aplicar con rigor la ley; en materias de justicia era severo; no toleraba nada a la
gente perversa, ni disimulaba nada por considera-
ciones politicas
soberano mismo, ni atendia a recomendaciones de los cortesanos que estaban al servicio del monarca, ni a los que rodeaban a este, cualquiera al
que fuese su categoria. Dice
Ahmed ben
Jalid:
Una de
dencias que tuvo que tomar, fu£
la
las primeras provi-
de pronunciar sen5
-
66
-
Alhaquem
tencia contra el monarca
I,
negandole
el
derecho, que pretendia tener, sobre los molinos del puente [de C6rdobaj; pleito que tuvo que sustanciar
en su juzgado
[pag.
Oyo
54].
primero las pruebas
que el demandante presentd y, despues, invitd al monarca a que nombrase procurador en el pleito y respondiese a la demanda. Luego dicto" senlencia y la autorizd con los testimonios que tenian que firmar. Tras esto [una vez adjudicados los molinos a sus legitimos duettos] ya se encargo el de comprar esos molinos por cuenta del monarca, por medio de contestificales
trato.
Alhaquem
I
soliadecir, pasadasaquellascircuns-
tancias, lo siguiente:
—Mohamed ciendo titulos
se ha portado
ben Baxir
muy
bien, ha-
que ha hecho; yo poseia esos molinos con muy dudosos; el ha hecho que se convirtielo
forma ha legalizado esa propiedad, que ahora puedo licitamente y con justo ran en
titulos legales;
en
tal
tilulo poseerla.
Mohamed ben Guadah: Mohamed ben
Dice
Baxir
pronuncid sentencia contra Abenfotais, sin comunicarle siquiera el nombre de los testigos que se habian presentado como prueba contra el. Abenfotais se presents en palacio para exponer
el
caso
soberano,
al
Este ordenb que se comunicara a Abenbaxir lo siguiente: "Me dice Abenfotais que tii has sentenciado contra el fundandote en la prueba testifi-
Alhaquem
I.
cal de personas
de
las
que
el
no sabe
siquiera quienes
son. Los ulemas sostienen que esto no debe hacerse. B El juez Abenbaxir did al monarca la siguiente contestacion:
"No
es Abenfotais persona a quien se
deba co-
que declaran en contra suya, porque, caso de que el no pueda apelar municar
el
nombre de
los testigos
E-* *^t=
'*
^
\
su
contra
testimonio,
-
67
tratar&
de hacerles dafio
etl
otras cosas, incluso se atrevera a arrebatarles sus ha-
ciendas.
„
ben Sad cuenta que Moh&med ben Fotais referia que Yahia ben Yusuf ben Yahia el Moaferi oyo a Abdelmelic ben Habib emitir el siguiente juicio de Mohamed ben Baxir: Fue uno de los mejores musulmanes; hombre irreprochable por su espiritu justiciero. Y recordaba tambien que dirigia los oficios reliJalid
giososde
los viernes [en
la
aljama de Cordoba], te-
niendo cubierta su cabeza con un bonete deseda. Un ulema recuerda que Mohamed ben Baxir, para
en un banco que estaba adherido [a la pared], en la parte de la alquibla [pag. 55] de la mezquita de Abuotmany que su casa se hallaba en el juzgar, se sentaba
derb
quita;
no se sentaba nadie
solo, [o
que esta en la parte oriental de esa mezque cuando se sentaba para juzgar hall&base
[o calle]
el
saco donde
conservaba
los
cartera
la
papeles]
delante,
mayor parte de lo que tenia que escricon su propia mano. Los litigantes iban presen-
apuntando birse
lado; ppnia
a su
fa
t£ndose, segun
orden en que se inscribian en la nota que el personalmente tomaba. Se ponian de pie delante de el, presentaban sus argumentos y pruebas, e inmediatamente de alegar los contrincantes, decidia el ia
a
el
cuestidn y ellos se marchaban. Abria
la
audiencia
hora del alba y permanecia despachando los negocios hasta un poco antes del mediodia; luego, desla
puesde ria,
la
oracidn del mediodia, volvia a abrir
hasta la oracidn de
media
tarde;
la
cu-
pero en esta se-
sitin
vespertina no hacia
bas;
no admiti'a
ese;
y no consentia, fuera del lugar en que daba au-
mas que examinar las pruepruebas en otro tiempo, mas que en
.
diencia,
que
le
68
-
hablaran de pleitos,
ni siquiera en su
que tratara de estas cosas. Dice Mohamed ben Guadah: Cuando iue nombrado juez Mohamed ben Baxir, hizo estampar diez [papeletas de citacidn con sus] sellos, los cuales guardo" siempre en su cartera, hasta que murio. Cuando algun demandante le pedia una de esas papeletas, se informaba acerca de la persona a quien habia de citar: si estaba cerca, en la misma ciudad de Cordoba, le daba casa, ni leia escrito
una papeleta de citation y ordenaba a su secretario que inscribiese el nombre y domicilio del demandado en el registro y tambien el nombre de la persona que entregaba esa papeleta de citation a la cual decia: "Cuidado con que te sirvas de ella injuslamente.,, Y le comprometia a devolver la misma a
la
,
papeleta. Pero
si el
demandado
estaba fuera
de Cor-
doba, entonces seflalaba un plazo prudential para su comparecencia. Estas papeletas de citation volvian siempre a sus manos y pudo usarlas hasta que murio. Un narrador cuenta lo siguiente: Una de las personas principales de Cordoba estaba declarando
como
testigo,
juntamente con otro hombre
que habia sido [pag. 56] camarada paflero suyo en la peregrination a habian realizado. La gente creia
la
del juez y comMeca que juntos
que ese hombre, como amigo intimo que era del juez, debia ser tesal litigo de su completa confianza; pero el juez dijo tiganteen cuyo favor esostestigos iniormaban: Es preciso que presenteis otro testigo [dando a
—
entender que no aceptaba uno de los dos testimonios presentados] corrio Esta declaration del juez se hizo publica, el juez entre el pueblo y algunos se enteraron de que
T-^iT"
r*-
- V^U
— habia aceptado
el
primer
-
testigo
y que
el
testimonio
de su amigo y compaftero. litigante al juez— que se declare
que habia rechazado era
_Ruego—dijo
69
el
el
cual de los dos testigos presentados es el que se aceprechaza, a fin de presentar otros ta y cual es el que se que abonenal testigo no aceptado,
— Aquel testigo que no es inutil que otros le
acepto
— contestb
el
juez—
abonen: es fulano, mi amigo y
compafiero.
Despues que el juez hubo declarado paladinamente en la curia a esto, su camarada vino a presentarse tiempo en que se hallaban les [de C6rdoba] y le dijo:
—Sefior juez, se muy
alii las
personas principa-
bien que no puedo conversar
acerca de lo a solas contigo, ni preguntarte preguntar,
si
no
es
extrafles, pues,
no
aqui delante de toda
que yo
crea deber
la
mio
que deseo multitud; venir aqui
de la causa por para preguntarte publicamente acerca mi testimonio. Sabes que la que has debido rechazar
hemos criado y educado juntos; hemos asistido a hecho la carrera juntos; junla misma escuela; hemos estas enterado de tos hemos ido a la peregrinaci6n; como estoy enterado de las cosas mas intimas mias, decirde favor el Hazme tuyas. intimas mas ias cosas nos
me
causa por
la
de que yo
a fin
la la
que has rechazado mi testimonio, conozca y pueda reconocer mi faita
delante de toda esta asamblea.
—Es verdad— contestd
Abenbaxir— que nos unen
que has referido, y me conoces como has dicho; yo no puedo seembargo, tu conducta vicio alguno feo; sin
ios lazos de amistad, etc., todo lo
que
tu
ftalar
en
la peregrinade volviamos cuando que acuerdate de asistir a empezamos Egipto en y paramos cion y nos
-
70
-
de nuestros maestros con
las clases
el
proposito de
permanecer algun tiempo en'ese pais, me dijiste tu a mi: "La abstinencia del goce sexual [por virtud del largo viaje] me ha perjudicado en la salud: no me siento bien; deseo comprar una muchacha.,, A mi me
muy
bien tu prop6sito [pag. 57]; pero tu pasaste revista a lasesclavas [del mercado] y me dijiste: parecid
"He encontrado una muchacha que, en tanto; pero posee
un
realidad, vale
y por ese arte o habilidad que posee, me pide su duefio tanto y cuanto, es decir, mas de lo que ella valdria, si no poseyese ese arte., Entonceste
dije yo: ".{Que
de esa muchacha? Si sexual, deja esa el
mismo
arte,
oficio
necesidad tienes tu del
arte
compras solo para el goce y compra otra. Esa otra puede llenar para que tu la quieres; no hay necesitu la
dad de dar mas precio por ella.,, Tu fingiste haber aceptado el consejo que yo te di; pero te marchaste y compraste aquella que era mas cara. Como entonces vi yo que la pasion te dominaba y te hacia comprar aquella muchacha y que despilfarraste el dinero comprando cosas caras, he temido que tu te dejes llevar de la pasidn y que te domine tambien ahora en esta informacion de testigos, bien por dinero que pueda haber mediado o por simple inclinacidn de tu alma. Yo tengo que tomar todas las precauciones proceder y
con escrupulosidad en ia decision de los asuntos y me veo en la precision de no aceptar tu testimonio.
Un hombre, que pal,
de
los
era
amigo suyo y persona
que solian frecuentar
sentdse en
la
Abulyasa;
el
curia a deponer
la
como
princi-
casa del juez, pretestigo:
Ilamabase
juez rechazd su testimonio. El hombre se enterd de esa decisidn, se dirigid al juez a tiempo
-
71
hacia la aljama y le dijo: andando iba este que en amigo ;Has rechazado mi testimonio por ser yo nos une? que carino el por tuyo y le contesto iEscrupuIos mios, oh Abulyasa!
—
—
—
jEscrupulos que tengo, oh Abulyasa!...
Abenbaxir— Y no did mas explicacion. .
Mohameh ben Ahmed El Xaibani, el asceta, contareferia lo siguiente: Guadah ben Mohamed taba que al juez Mohamed conocio que persona cont6
Me
ben Baxir, que
le
quita aljama [de
vio entrar por
la
puerta de la mez-
Cordoba] un dia de viernes, y Ueva-
de color de azafran [paba una zapatos que chirnaban y unos pies sus en eina 58] y cabellera partida. en peinado cabeza el pelo de su mantilla [o bufanda]
modo
solia
rezar los oficios, predicar
Vestido de este argiiia mucho no presentarse de manera v iuzgar. [Esa uno bien de su enteraba se cuando pero en su favor] de la asombrado quedaba moral, religiosa y conducta muy alto, en aquel hombre; se le veia alia, alteza
de
propias Cabrillas [o Pleyades]. corria contaba pueblo el y que Uno de los sucesos
las
el siguiente: fue todos, de boca en presentd un homle se Baxir ben Al iuez Mohamed al verle con personalmente y, conocia bre que no le con la cabellera partida con
aquel traje tanjuvenil, alcolas trazas de haberse con azafranada, la mantilla frotado la dentadura y limpiado y haberse holado, de pudo no manos, sus en alhefla con las huellas de la de los uno a volvi6 se juez, y imaginar que fuera el asistentes para decirle:
quien es indicarme de favor el -Hagame si es ese. dijeron— hombre-le —Pero,
el
juez.
Y
72
—
sefialaban al juez.
le
— Miren ustedes - dijo
el
hombre— yo soy
foras-
tero;yocreo que ustedes estan bromeandose conmigo; yo les pregunto por el juez y ustedes me senalan a
un El
flautista.
hombre aquel tuvo que
[preguntando y todos Mohamed ben Baxir le
— Venga usted
aca"
le
de un
ir
decfan
io
sitio
para otro
mismo]. Al
fin
dijo;
y exponga
el
asunto que le
trae
a la curia.
Al persuadirse aquel hombre de que aquel sefior era el juez, se avergonzo y se excustf; luego expuso el asunto que le interesaba exponer al juezy se encoutrd
con que
este era
hombre muy
justo
y
muy
equitativo,
cual no habia podido imaginar.
Mohdmed ben
Isa, bromista,
socarrdny parlanchm, solfa decir al encontrarse con alguno de los amigos de Mohamed ben Baxir:
iCuando vas a ver te
vas a
duda, a
visitar
los diez
pregoneros? ^Cuando a los diez pregoneros? [aiudiendo, sin
los die2
seiios o papeletas de citacidn
que
el
juez hizo imprimir].
Esta frase Ilego a ofdos del juez xir,
y supo quien
mucho y Benisa y
Un
le
dfa
Ba-
la decia; [lo
hasta llego a
pitiendo],
Mohamed ben
peor fue que] se divulg(5 moiestarle [el que se fuera re-
Mohamed ben
Baxir se tropezd con
increpd, diciendo:
— Nadie puede evitar
consecuencias de su mala conducta; todo aquel que se complace en practicar el mal [pag. 59], es castigado por la providencia. El ser virtuoso no es cosa que se logra sino con pacientes las
esfuerzos y aplicando buena disciplina para
domar
las
**
_-**
^^"^-
*-^.
I
-
73
—
pasiones. Quiero decirte que frase esa
que
tu
Sera mejor para Esta idea que
dices,
no
Charles ni repitas la
segun ha llegado a mis oidos.
ti.
Mohamed ben
Baxir expresd, es pa-
que expuso Malic a un poeta, segun me refirio un ulema en la ciudad de Tunez. Dos hombres [decia este ulema] pleitearon ante el gobernador de Medina: uno de los litiganles era poeta. El gobernador quiso desentenderse de esa cuestiony encomendd recida
a la
a Malic ben
Anas que
la resolviese.
Ambos
litigantes
expusieron sus razones delante de Malic y discutieron; por fin decidid Malic el pleito condenando al poeta y resolviendo en favor de su contrincante. Entonces dijo el
poeta,
al
cual la decision de Malic habia irritado:
— (iPiensas que
Emir no va a conocer esta resoluci6n que has tornado contra mi? Creiamos, al acudir a ti, que transigirias el pleito poniendonos en paz, y no lo has hecho. Pardiez, ya te sentareyo la mano. Al decir eso
el
el
poeta, inmediatamente se marcho.
Malic entonces did orden para que lo trajeran y,
al
venir, le dijo:
— Oye,
puedes llamar insensato y vil? Sepas que esas son cualidades que no puede uno quitarse de encima; pero hay otras sin las cuales tu mereceras, no que te sienten la mano, sino que te corten el cuello, y son: el ser hombre honrado y de (itu
sabes por que
buena educacidn, cual
a
ti
te
te
corresponde.
Ahmed ben Mohamed ben Abdelmelic ben Ayman me ha contado que su padre le refirio lo siguiente, por habSrselo oido referir a su abuelo:
Habia en nuestra vecindad dos
sefiores tan bien ca-
-:
-
-
74
que su testimonio hacia
lificados,
fe
en aquellos tiem-
ambos eran amigos de Mohamed ben Baxir y solian con frecuencia tratarle; el los tenia en muy buen concepto, como hombres ambos muy virtuosos:" uno de ellos era el [pag. 60] abuelo de Ahmed ben t Baxir, el conocido vulgarmente por Abenelagbas. Pues bien, ocurrid que uno de los mas ricos comerciantes de Cordoba murid, y un esclavo que el difunto tenia prepos;
Baxir exponiendo que su senor, el difunto, le habia manumitido y le habia encargado que se casara con su hija, legandole para sentdse
al juez
ese efecto
Mohamed ben
capital
el
que poseia
el difunto.
El juez exi-
gid prueba fehaciente de las pretensiones del esclavo,
y este
que
trajo a
esos dos sefiores,
era verdad
juez aceptd
la
lo
que
el
los cuales testificaron
esclavo habia expuesto.
El
deposicidn de los testigos y decreto en
poco puso en
favor del esclavo, cual este habia solicitado. Pero
tiempo despues, uno de estos dos testigos se trance de morir y encargd que comunicaran al juez
el
y hablarle. El juez recibid esta noticia hallandose en el cortejo de un entierro en el cementerio de Bilat Moguit y, al volver de este endeseo que
el
sentia de verle
tierrro, fue a visitar a
En cuanto
aquel senor.
este vio
pesar de la situacidn dolorida y agdnica en que se hallaba, luchando con la muerte, se puso a andar a rastras haciendo esfuerzos para acercarse al juez. al juez, a
Este
le dijo:
—Pero, hornbre, ^que Creia
el
juez
llos esfuerzos el
pasa?
que aquella agitacidn
penosos, se debian a
hombre aquel
la
violenta,
aque-
enfermedad; pero
le contestd:
—Me voy derecho —No,
te
no me salvas tii. juez—; ten confianza
al infierno, si
hornbre, no—replied el
--
'&R
£¥*
V"
?
w&*
r
i
-- 75 -
el te librara
en Dios;
del fuego del infierno.
Vamos
a
ique es lo que pasa? (iTe acuerdas— replied el enfermo— de que fui yo testigo en favor de fulano, esclavo de zutano? Pues lo que entonces dije fue una mentira mla. Por temor
ver,
—
i. E
J 1
de Dios, deroga la decision que tomaste. Ejecuta, por decidido [a no el contrario, aquello que debid haberse
i i I t
f
mediar mifalsedad]. Mohamed ben Baxir,
el juez,
se callo, puso las
ma-
nos sobre sus rodillas, levantose y se puso a decir: —La sentencia es firme... y tu te vas al infierno; sentencia es firme... y tu
Y
te
vas
la
al infierno.
se salid.
Mohamed ben siguiente: Mohamed
[Pag. 61] Jalid ben Sad dice que a
Abdelala
le
habian contado
lo
ben Baxir fue nombrado juez de Cordoba en dos oca5-
siones distintas y, al ser destituido
la
primera vez,se
fue a su pueblo.
ben Sad dice que
Jalid le
conto
Uno Baxir -
echo en cara a
cesiva severidad
cargo, y
—Yo
Baqui,
el
juez,
lo siguiente:
de los amigos de
le
Ahmed ben
le
Mohamed
ben Said (1) ben
y la exdesempeflo del
este el excesivo
que empleaba en
el
rigor
decia:
temo que por ese rigor
te
destituyan del
cargo.
— Ojala
fuera asi
— contestaba
Abenbaxir— jquien ;
velozmente pudiera ver a mi mulita rubia llevandome por la carretera en direccidn a Beja.
I
(l)
Asi en
el
manuscrito; debe decir
Mohamed ben
Baxir.
-
-
-
76
Poco tiempo despues de haber tenido esa conversation, ocurrid un caso en que la severidad del juez se puso tan de manifesto, que motivd su destitution, cosa que, por otra parte, deseaba: pero permanecid
poco tiempo fuera del cargo: un correo de gabinete
Yendo
llegd a Beja para hacerle volver a Cordoba.
a
camino para visitar a eretnita], con el que tuvo la
esta tiudad, quiso desviarse del
un amigo suyo asceta
[o
siguiente conversation:
— El monarca me ha enviado un
emisario para de-
cirme que vaya a Cordoba; seguramente querra que vuelva yo a ocupar
—Si
el
cargo de juez.
—
^Que
parece?
te
amigo asceta— de que serascapaz de realizar la justicia con todo el mundo, cualquiera que sea su condition, y que nadie podra echarte en cara cosa que pueda disgustar a Dios, yo creo que tu no debes privar al pueblo de los buenos servicios que puedes prestarle; pero si temes, tu estas
convencido
le
contests su
por cualquier concepto, que tu no has de ser justo,
mejor sera no aceptar
el
cargo.
— Pienso — contests Mohamed ben Said
xir
— aplicar
(1)
ben Ba-
estrictamente la justicia a todo el
mundo,
sin consideration a nadie, sea
quien fuere.
— Creo —lerepitidel amigo asceta — que debes aceptar
para no privar a
la
gente de tus buenos oficios.
[Pag. 62] Al llegar a Cordoba, h'rid
de nuevo
el
cargo, y obrd
el
monarca
rectamente
al
le
con-
hacer-
lo asi.
Jalid ben
guiente:
(l)
En
Vease
Sad dice que un ulema cierta ocasidn, a
la
nota anterior,
le
Mohamed
refirid
lo
ben Baxir
si-
se
-
-
--"
-
*
,W^'
_
77
-
pusieron obstaculos para que su autoridad se impusiera sobre cierta persona de alto rango en C6rdoba. le
que no ejerceria ya el cargo y, caso de vplverlo a ejercer, se imponia la obligation de divorciarse de su mujer y dar todo lo que poseyera a los Al ver eso, jurd
el
pobres. El monarca Alhaquem I lo destituyd; pero luego, cuando quiso que volviera de nuevo a desempefiarlo,
Mohamed se
que habia hecho;
excusd alegando
el crela
que con
juramento
el
esto el
monarca
lo
eximiria de aceptarlo; pero el soberano le regald una de sus esclavas de palacio y le did un capital en cam-
bio del que habia de dar a los pobres. diciones hubo de aceptar el cargo.
Me
contd persona de credito que
referia
que
a
Con
tales con-
Ahmed ben
Mohamed ben Guadah
le
Ziad
conto CSsim
4
ben
Hilel lo siguiente:
vez nos presentamos en la curia ante Mohamed ben Baxir para abonar [o declarar bueno] como testigo a'un hombre. El juez nos dljo:
Una
—Jurad
por aquel Dios, que no hay otro que el, que ese es un testigo irrecusable y debe ser aceptado. del Los testigos, en vez de pronunciar la fdrmula
juramento, contestaron:
— Dios
te
guarde.
El juez, entonces, dijo al secretario: escribas hasta que realmente-juren.
—No -
Casim ben Hilel anadia: Yo era
dos
A
el
escape dejando alii a Abenguadah le preguntaron:
ellos,
y
me
—Y ^que hicieron —No
lo
Cuando
m^s joven de los
to-
demas.
los testigos?
se— contesto. las
opiniones de los ulemas [del consejo]
...
— no eran acordes y
el
-
negocio se presentaba oscuro,
Moh&med benBaxir solia a
78
Abderrahmen ben Alc^sim y
Otm&n Yahia
ben
Moh&med
Egipto consultando
escribir a
Abdala ben Guahab. que a Obaidala ben
a
refen'a
contd su padre Yahia lo siguiente:
le
Mohamed ben
Baxir
me encargo
a mi que consul-
con Abenalcasim algunas cuestiones concretas; al propio tiempo hizo tambien ese encargo a Moh&med
tara
ben Jdlid, de hacer las mismas consultas. Cuando fui yo a Egipto consulte con Abenalcasim y me did contestacidn [pag. 63]
que puse por
escrito.
Por otro lado
Mohamed dina,
ben J£lid, despues de haber estado en Meconsulto las mismas cuestiones y aquel le di6
le
contestation que puso por escrito. Al reunirnos los dos,
examine
lo
que Abenalcdsim
le
habia contestado a
Abenjaltd respeclo a esas cuestiones, y encontre que habia divergencia en las dos contestaciones: no habia
mismo que me habia contestado a Entonces me presents: denuevo a Abenalcasim, le
contestado a mi.
expuse
—
el lo
que pasaba y le dije: Si volvemos los dos a nuestra lo
tierra
[Andalucia]
Uevando cada uno contestacidn diferente, van con raz6n a recelar de nosotros y no creer&n que ambos nemos recibido de ti ese informe juridico; el juez, por otra parte, se vera" confuso, dudara y tendra que escribirte
de nuevo.
—Tienes razdn— contesto Abenalcasim. MoMmed
ben Jdlid
te di la contestacidn, estaba
ocupadi-
Entonces mandd este llamar a
y
le dijo:
— Cuando yo
sima mi mente en multitud de asuntos; haz el favor de escribir de nuevo las contestaciones, conforme las he contestado a Yahia.
-
-_ *-
Asi
lo
hizo;
79
y volvimos con
las
contestaciones
acordes. !
I l L
hombre sagacisimo, de Un ulema me dijo: Era hombre
Mohamed ben Baxir
\ I r
t i
f i
mucha
perspicacia.
era
testimonio handose un veces algunas que aceptaba el arte de leer en la poseia indicios; tfnicamente por secreto sin mas lo inquiria personas; fisonomia de las en su favor las tienen que apariencias pararse en las
pruebas de formalismo legal.
Obaidala ben que conto Otman ben Yahia le dijo al ben Yahia que referido Yahia le habia
Mohamed me
r
Mohamed ben Baxir: -Las circunstancias de
juez ±
continuo; cuando en
la
personas cambian de curia depongan testigos en las
a lo que arregto con juzgar abono de otro, tu debes pero si el proceso testimonio; ese por resulte probado ese m.srno declarar a volver que se prolonga y tiene rcpitiendo abonen le que vez otra testigo, debes exigir la
indagatoria.
,
consejo de Yahia y, Mohamed por norma, anesto tenia juez el que al saber la gente precauci6n. cuidado mucho y con duvieron los que trataron con de uno rue Yahia Yahia ben Baxir ben Mohamed a mas [pag. 64] consideraciones ese juez Desde vida la durante y mas le alabaron, tespecto a la Yahia a consultaron pues que este murio
ben Baxir aceptd
costumbre de
-En
el
Yahia contesto: turbante: esa es la costumbre
vestir turbante.
Oriente usan
el
que tienen desde antiguo. el pueseguramente -Si tu le usaras-dijeronleEspanaJ. en [aqui usaria lo imitaria y blo te llevaba Abenbaxir Yahia-: creo-contestd
-No
lo
:m
vestidos de seda
y
el
-
80
pueblo no
que Abenbaxir era hombre de para imponer esa moda. Si yo la
me
gente
le
ha imitado; y eso
prestigio, a
me
propdsito
pusiera turbante,
no me imitaria, en la misma forma que no ha imitado a Abenbaxir. Yahia ha ensefiado algunas materias que aprendio de Mohamed ben Baxir, el cual, a su vez, las habia aprendido de Malic ben Anas. Un ulema refiere haber oido decir a Yahia ben Yadejaria solo en este uso y
hia, lo siguiente:
Hamdun ben
Fotais presento ante
Alhaquem
I
que-
de agravio contra el juez Mohamed ben Baxir, diciendo que este habia cometido una injusticia al
ja
sentenciar un pleito contra
el.
~jOh Abumohamed! He
Hamdun me
pedido
dijo a mi:
soberano que forme tribunal de faquies para entender en esta causa mia y he solicitado, ademas, que ta formes parte de al
esa asamblea.
—Considero cosa muy grave— contestd Yahia ben Yahia— eso de formar yo parte de un tribunal en que se sustancie queja de agravio contra un hombre como Mohamed ben Baxir. Si es que teneis que apelar a semejante extremo, yo os aconsejaria que nombraseis a mi maestro Yahia ben Modar el Caisi. Te digo esto porque creo que Mohamed ben Baxir, estando airado contra
ti,
sera
mas benevolo contigo que yo, que-
riendote favorecer.
Al
olr
Hamdun
esta contestacion,
quedo
muy
co-
y como era bastante sufrido y paciente, se abstuvo de instar que se reuniese el tribunal cuya formarrido;
ci6n habia solicitado del monarca.
Entre
las
cosas que
Mohamed ben
Baxir aprendio"
••V i':J?S£f2";
;'
^ f^
--
=-_
-^T-:^
—
81
-
Dice Abdelmelic [p£gina 65] ben Alhasan que Mohamed ben Baxir le refiM Esrid que habia oido decir a Malic estas palabras: de Malic,
esta"
la
siguiente:
tudiad estos librosy no los mezcleis con otros.„
Yo
creo que Malic, en esta frase, aiudia a la Al-
moata. Abdelmelic ben Hasan dice que Mohamed ben Baxir le refirio haber oido decir a Malic estas palabras:
"Con una
las noticias
de Abenimran casi
puede formar
se
historia,, (1).
No Anas,
se a
Abenimran
a
si
que Abenimran quiso
Mosab ben Imran,
el Talhi,
juez de
la
M&lic ben
referirse
juez de Medina,
oa
aljama de Cordoba, Yo
Mohacomo tal
conjeturo que querria aludir a Mosab, porque
med ben
Baxir fue secretario de
Mosab
y,
secretario, sabria las noticias de ese juez.
Despues de
haber sido secretario de Abenimran asistio a las clases-de Malic y quiz& contara a Malic las no.ticias de
Mosab;
estas causarian
diria-lo
que
admiracion a Malic y por eso
dijo.
Mohamed ben Omar ben Abdelaziz me dijo que Mohamed ben Omar ben Lobaba y Mohamed ben Abdala ben Elcoc referian que Mohamed ben Baxir consultd a Malic sobre
la licitud
che de burra, y a Malic
le
del uso
de
la
le-
parecio que era Hcito
beberla.
He
oido referir a un narrador de sucesos historicos
que Muza ben Samaa, general de
la
quejo muchas veces ante Alhaquem
I
med ben
Baxir, porque, a su
injusticias contra el. El
(i)
El autor repite aqui
lo
juicio,
monarca que antes
caballeria,
del juez
habia
Moha-
cometido
contesto:
lia
contado. (i
I
se
-%
-
82
-
— Voy ahora, inmediatamente, a poner a que xir
dices: sal al instante
y
pidele permiso para verle:
si
te
da ese permiso,
da permiso para verle sin acompafiado de tu contrincante, puedo aftrmar que
ie destituyo; ir
prueba lo y vete en busca de Abenba-
no
pero
si
no
es injusto [p£g. 66]
te
y que solo se propone hacer
justicia.
Muza ben Samaa salid de palacio y dirigidse a casa de Abenbaxir. Al momento el monarca envio a un paje de palacio, de su completa confianza, que fuera siguiendo a Muza y se enterara de lo que a este suceApenas habia pasado el tiempo preciso para ir y volver, cuando ya estaba de vuelta el paje y contaba al soberano lo siguiente: diera.
— En cuanto enterd de que
mente
o alguacil del juzgado salid y se venia a visitar al juez, inmediata-
el ujier
Muza
se fue a informar a este
citaba audiencia, y al
de
momento
la
persona que
soli-
salid el ujier otra vez
para decir a Muza: "Si a usted se le ofrece algo, vaya a exponerlo alia en la curia,
cuando
el
juez comien-
ce a daraudiencias.,, El monarca, al oir la narracidn del paje, dijo:
—Ya sabia yo que Abenbaxir no
es
tiene tolerancias ni debilidades
Me
hombre
justo, que
con nadie.
un ulema, hombre que merece entero credito, que Mohamed ben Guadah contaba dos anecdotas del monarca Alhaquem I: una de ellas relacionada con Mohamed ben Baxir; la otra referiase a predicciones de sucesos futuros. Mohamed ben Guadah solia decir cuando acababa de relatar estas dos anecdotas: "Pardiez, aunque no tuviera Alhaquem I otros meritos en su vida que los que aparecen en estas do s refirid
*an£cdotas,tengo
la
creencia de que habra ido alcielo:.
La anecdota relacionada con Abenbaxir es
la si-
guiente:
Refiere un palaciego que una de las mujeres
estimadas de
Alhaquem
soberano se levantd [de
contaba que una noche
I
la
m&s
catna
el
donde ambos estaban]
y se fue, dejando a la mujer sola. A esta le entraron sospechas, como suelen tener las mujeres, sobre todo
cuando estan dominadas por los celos. Contaba ella: fui detras de el y me lo encontre en cierto "sitio rezando y orando. Luego, cuando volvio [a la
—Me
expuse lo que habia sospechado y lo que habia hecho y que le habia visto rezando y orando. le dijo el- mo[Pag. 67]— Se trata de lo siguiente cama],
le
—
narca— habia yo nombrado juez de los musulmanes de Cordoba a Mohamed ben Baxir; mi alma estaba sosegada y mi corazdn, completamente confiado en :
muy
el,
tranquilo,
rumores, altercados
sin tener que preocuparme de" los
y
maleficios del pueblo, sabiendo,
que era persona justificada y muy de fiar; pero he sabido esta noche que se halla en la agonia y proximo a morir; hallabame yo turbado e inquieto
como
sabia,
por esto;
me
sentia molestado
y
me
he levantado a esa
hora a rezar e invocar a Dios, a implorar de
proporcione un el
hombre que pueda
el
que me
reemplazarle y con
que mi alma pueda descansar nombrandole juez de
los
musulmanes en cuanto
se
muera Abenbaxir.
DEL JUEZ SAID BEN MOHAMED BEN BAXIR EL MOAFERf L
L L
Said ben fue
Mohamed ben Baxir ben
hombre de capacidad y
Xarahil
el
Moaferl
merito: habia colaborado
r*.=*
con su padre en
la tarea
84
-
de administrar recta
justicia
y contribuido a dar fuerza a sus decisiones perfectamente legales; fue tan sagaz
como su padre,
mismas sanas opiniones
y continuo con
iden-
de conducta.
tica rectitud
J£Iid ben
religiosas
participo de las
Sad
refiere
que un ulema
le
contd
lo si-
guiente: El pueblo de Ecija elevd instancia al sobcrano [pa-
gina 68] rogandole que se sirviera nombrarles un juez. El monarca mando la solicitud al juez de la aljama
de Cdrdoba, eligiera
al
Mohamed
que bien
ben Baxir, ordenandole que
le pareciese.
Jalid afiade:
Me
contd
Ahmed
ben Baqui que cuando
Mohamed
ben Baxir se entero" del contenido del documento que el monarca le transmitia, se lo leyo a su hijo Said y le dijo:
—
conoces a todos los que suelen venir a nues*ra
Tii
casa; icu^l crees tu que
debemos recomendar
al sobe-
rano para que lo nombre?
—No conozco a nadie— ^
merezca guno de
ser los
—(iQue
te
contesto" su hijo
Said— que
nombrado; yo no daria ese cargo que vienen a casa. parece
— insinub su padre — de ese
a
nin-
asceta
pedagogo que vive en Secunda y suele concurrir
a
nuestras reuniones?
— Si— replicC
el
hijo—; de todos los que vienen a
la
mds a prop6sito; pero ni a 6se siquiera le recomendaria yo ni le propondria para ese cargo. Puesyo dijo el padre— lo nombraria; y voy a tertulia es el
—
—
proponerselo al monarca.
Tom6
un pliego de papel y cornenzd a escribir al soberano, dandole noticias de ese pedagogo, a tiempo
?-^
-
85
Uamar
en que se oyo dirigiendose
al hijo,
salid,
el
padre esta
Pero mientras gente, vino el
padre r
es.
encontrose con varias personas que
preguntaban por
—Mi
a la puerta de casa. El
dice:
—Sal y veas quien El hijo
—
juez y les dijo:
muy ocupado en
el hijo estaba
pedagogo
este
momento.
hablando con aquella
asceta, el cual se
disponla a
hallaba el juez. El entrar en la habitacidn en que se actitud, se leinterpuso diesa en verle al este, de hijo ciendo: L-
ESt& muy
t
ocupado escribiendo una
carta al
sobe-
*
f
i
I
|
1
rano.
—Precisamente -dijo
asceta— me urge mucho que la ocasidn hablarle por un asunto del que temo le ha pedido escape: se me ha dicho que el monarca el juzgado de que indique la persona que debe ocupar Ecija;
yo desearia que
el
me propushse
j
.
Al oir esto
el hijo del juez,
a mi.
entrd donde estaba su
padre escribiendo y le dijo: el hombre cuya escribas: que ya menester es -No echado a perder ha se recomendar, a ibas candidatura el a si
mismo.
decir el pede acababa que Y le el nommenciond no Baxir ya ben Mohamed dagogo. escribiendo y estaba que carta la en pedagogo del bre
contd [pag. 69]
propuso
lo
a otro.
Said ben La causa ocasional que motivd el que fue un suceso que juez, de cargo et ocupara Mohamed tener i\ un depdsito de coincidencia la por le ocurrid, refiere que un Sad ben Jalid confiado. que le habian contar a oyd credito, entero merecia le ulema que
:
m?m
SG
Mohamed ben
Xahia ben Zacaria, intimo amigo de Guadah, que Asbag ben Jalil narraba
lo siguiente:
Estabamos de tertulia en casa de Yahia ben Yahia a tiempo en que vino a verle Said ben Mohamed ben Baxir, y se sentd con nosotros. Yahia notd que Abenbaxir estaba preocupado y triste, y le dijo:
—iQue pasa? — Un disgusto — contestd Abenbaxir— que de improte
me
viso
ha caido encima.
— iCual
-
es? Di: aqui
oye ni te ve. Pues mira, es
te
—
me
tiano],
que
ahi
puedes estar tranquilo; nadie
lo siguiente:
Rebia,
el
conde
did en deposito un cuantioso capital,
pregonero esta gritando en
el
[cris-
y hete
la calle este
pre-
gdn: "Aquel que tenga dinero o cosa depositada perteneciente a Rebia
y no
lo
manifieste dentro de tres
dias, serd casiigado
con
la
pena de muerte y seran
confiscados sus bienes.,,
:A Yahia causo mucha impresion esta noticia y quedo pensativo y aun atdnito> mirando al suelo largo :
rato;
luego
—r^Y
.
le
preguntd:
bes guardar ese
Ua
tradicidn. del
Yo
que depacto de deposito, conforme a aqueProfeta que dice: '1E1 depdsito debe
qu'epiensasrhacer?
creo, pardiez,
devolverse, no. solo al hOnrado y justo, sino hasta al malvado o perverse; [Dios ha hecho estas cosas asi:] lo
mismo
que
la
se
que no
muere,
tras del parto, la
mujer honrada
lo es.„
El caso se traslucid y divulgd hasta que lo supo el monarca, e.1 cual,.pasados los tres dias [de publicado el pregdn] lo mandd llamar. El ujierdel soberano [al .
,
presentarse en palacio Abenbaxir] le recibid ,;[de
parte del monarca]
y
le dijo
„
/"
—
87
-
ha inducido a esconder Rebia en deposito? Ya has oido lo que
— iQue
lo
te
el
que
te
did
pregonero ha
publicado y [pag. 70] la resolution firme y proclamada que hemos hecho a este propdsito.
— Haz
—
— dijo
de Abenbaxir al ujier comunicar al soberano de mi parte que esto lo nice unicamente apoyandome en una tradicidn del Proel
favor
feta.
Y de
le citd el texto
las
como
de
la tradicidn,
ailadiendo despues
palabras "el deposito debe devolverse al justo coletilla: "Esta tradial perversa la siguiente
debe aplicarse a Rebia, porque no hay hombre mas perverso que 61. soberano la contestaEl ujier eunuco comunicd al enterarse de ella, tion de Abenbaxir, y el monarca, al era un santo que diciendo visires los a recomendo
cidn del Profeta
lo
varon, y aun afladio: Creo que debeis nombrarle juez.
—
Esta fue realmente juez de Cdrdoba.
Said ben flero
la
causa de que se
Mohamedben
de Yahia ben Yahia,
el
le
nombrara
Baxir era amigo o compacual te trataba con
muchas
Otman ben consideraciones y atencion extraordinaria. decia Obaidala Abumeruan que conto me
Mohamed
que Yahia ben Yahia le refirid lo siguiente: a los mucho adorna que prenda es longanimidad La hombres. Lo digo por lo siguiente: el dia del cornMoguit ben Abdelmelic con Iba yo expedicion guede salido habiamos Narbona; bate de ben Mohamed ben Said nosotros con venia rrera y a buscar para peenviado habia nos Abdelmelic Baxir. llamaba a mi espeme veces Algunas consejo. dirnos •
—
—
88
cia.lmente, prescindiendo de Said
yo
le dije a
ben Mohamed, pero
Abdelmelic:
—No
hagas eso: puede saber mal a mi compafiero que me llames a mi exclusivamente].
[el
Y Abdelmelic
aceptd este consejo.
Pues bien, un
dia envid, en concepto de regalo,
ocho dinares de oro para Said ben Moha-
para mi, y otra cantidad igual med; pero yo me dije:
— Por mi parte,
puedo pasar
sin esta cantidad;
lo
que debo hacer es juntarlos todos y enviarselos todos a mi compafiero, que verdaderamente los necesita.
Cuando
musulmanes cogian botin y se acumulaba en sus manos mucha cantidad, solia repartirse conlos
forme a nuestros consejos y a presencia nuestra. Cierto dia, en una de aquellas ocasiones, le dije yo:
— Desearia
hablarte de un asunto [pag. 71], pero tengo vergtienza o miramiento de hablarte de esas cosas.
— jOh,
Abumohdmed! — me
conlestd
venga algun escrupulo, desechalo. Y aflade Obaidala: A mi padre Yahia
— cuando le
te
complugo
mucho esta contestation. Y dice Yahia: Al volver de la expedition de Narbona, me dijo [Abdelmelic ben Moguit]: jOh, Abumohamed! Yo quisiera daros una mues-
—
de mi consideration: desearia honraros a compafiero.
tra
—(iCdmo? icon que?— — Haciendoos— me dijo—
le
ti
y a
tu
conteste yo.
oir
un buen concierto de
buena musica. Pardiez— le replique— tii no quieres honrarnos; tu lo que quieres es hacer un desprecio. —No lo areas— replied Abdelmelic—. Pardiez, per-
—
*l">
-
'
-
89
sonas de tu clase hay que no creen que se
debidamente
los
honores hasta que se
les
buena musica. Pues Dios— dije yo entonces— no
—
esa action, ni a ellos, ni a nar, si faltan a
Al oir esta
ya
insistir
ti;
la
les
hacen
obsequia con
les
galardonara
ha de galardo-
Dios y a su Profeta? respuesta mia, se avergonzo y no quiso
m£s.
DEL JUEZ ALFARECH BEN QUINENA EL QUINENf
Se llama Alfarech ben Quinena ben Nizar ben Atbdn ben Malic El Quineni. Se apodaba de este modo porque pertenecia a
la
crito a la division militar nia; era
de Palestina; vivia en Sido-
hombre dedicado
escribir al
de Quinena. Estaba ads-
tribu
a
cientia religiosay sabia
la
dictado de los profesores. Hizo tambien
con el fin de estudiar y alii oyo a Abderrahmen ben Alcasim y otros maestros de ciencia religiosa. Luego, cuando volvid de su viaje, Alha-
viaje a Oriente
quem
I
lo aplico
a su exclusivo servicio y
le
nombr6
juez.de la aljama de Cordoba.
[P&g. 72] El cargo de juez de Sidonia tut desempe-
nado por
los
descendientes de este Alfarech, sucesi-
vamente, pasando de unos a otros en tiempo de califas, hasta
que,
al reinar el
los
Principe de los creyen-
Abderrahmen III, nombro juez de Sidonia a un hombre de esta familia, llamado Abulab&s, el cual se tes
habia dedicado al estudio de
la
ciencia religiosa que
aprendio de los maestros de Andalucia, siendo con-
:,
:>FV^T^
m*-:*
90 discipulo de
Mohamed
-
ben Abdelmelic ben
Ayman
y
otros contemporaneos suyos.
ben Sad que im ulema le contd el siguiente suceso que habia oido referir a un asceta perteneciente a la familiade Alfarech ben Quinena: A un hombre se le acusd de haber tornado parte en el movimiento revolucionario de la celebre revuelta del Refiere Jalid
Arrabal. Los esbirros del soberano asaltaron la casa de
mujeres gritaron y armaron gran vocerio. Alfarech oyd la griteria y preguntd: aquel para matarle;
las
— iQue es eso?
—A
tu vecino
fulano—se
dijo
le
— han
buscarle los esbirros y se nan lanzado sobre
venido
a
el repenti-
namente, de sorpresa, para matarle. Al
oir eso
Alfarech se fue a la puerta de
la
casa del
vecino, se encard con los esbirros y les dijo: Este vecino mio es hombre bueno a carta cabal
—
y no se ha mettdo en esas cosas que sospechais. Eso no te iriiporta a ti— le contestd el emisario
—
de los esbirros — eso no tiene nada que ver contigo. Tu, como juez, metete en la administracidn de los legados piosy en sentenciar pleitos; no te metas en lo que no te incumbe. Alfarech ben Quinena se encolerizd al oir aquello y se marchd en seguida a ver a Alhaquem I; pidid audiencia y, al entrar a presencia del soberano, despues de saludarle, le dijo: del tnonarca que iba al frente
— iOh, monarca!, tieron contra
el
;
los de la tribu de Coraix
Profeta y le declararon abiertamente
su enemiga; y el Profeta luego les perdond
como
amigos.
otros, puesto ..
comba-
Tu debes
itnitarle
y
les
trato
con mds razdn que
que eres de su familia.
[Pag. 73J Tras estas palabras
el
juez le refirid el su-
w-^'y
-
91
-
habia ocurrido. El monarca entonces ordend castigar al jefe de aquclla banda, por el des-
ceso
y
acato,
lo
que
le
y perdond
a todas las restantes personas
doba, haciendo extensivo
de Cor-
perddn a todo el mundo y dando a entender paladinamente a todos que podfan vivir tranquilos en sus casas. Refiere
Mohamed ben
Hbro, escrito de letra de
el
Hafs
lo siguiente:
Ahmed ben
Lei
en un
Fdrech, en
el
que habia una porcidn de noticias histdricas de Andalucia, que Alfarech ben Quinena fue de expedicidn guerrera hacia Galicia,
como
jefe
de
la
division mili-
de Sidonia del Algarbe, con [el general] Abdelquerimben Abdelguahed;.y que Abdelquerim ledestacd desde Astorga mandandale a [un lugar donde se
tar
habia tealizado] una concentracidn de cristianos. ffirech los
te nza
Y
puso en fuga
e hizo
Al-
de ellos una gran ma-
.
tambien en ese Hbro que Alh&quem I Alfarech ben Quinena desde Sidonia [a
aflade: Lei
hizo venir a
Cdrdoba] y le nombrd juez de la aljama; y que cuando transfirid el mando de Zaragoza, que habia otor-
gado a su hijo Abdermhmen, encomend&ndolo a Abderrahmen ben abi Abda, Omara, que era en realidad arabe, mird con desprecio a ese general [Benabiabda],
a pesar de que este venia a Zaragoza en auxilio
suyo. Tuvo,por esta razdn, que encargarse del gobier-
np de Zaragoza Alfarech ben Quinena, que era arabe [y no el general Benabiabda que no lo era]. Alfarech Uegd a tener bajo su mando la Frontera, permaneciendo en tal situacidn algun tiempo. Pero, luego, Omara se hizo amigo de un grupo de berberiscos, a los cuales metid en la ciudad [de Zaragoza] y, juntos, se sur
>-
_
92
-
blevaron contra Alfarech ben Quinena y se apodera-ron de el. Despues se pusieron de acuerdo los arabes-
y los principales berberiscos contra Omara y los suyos; los combatieron y arrojaron de la ciudad; se apo deraron o cogieron a
Omara y
a
su hijo
y
se fueron
corriendo a presentarlos a Alfarech ben Quinena. Los arabes y principales berberiscos pidieron a Alfarech
que escribiese a Alhaquem I haciendoie saber que ellos [pag. 74] se habian mantenido adictos a su gobernador y habian ayudado a este. Alfarech escribio a Alhaquem en sentido favorable a estos y se arreglo el asunto, calmandose los animos.
En
el
archivo real
Alhaquem to
I
he
leido la contestacidn
did a Alfarech. ben Quinena,
que confirma
el anterior relato.
que
documen-
He aqui copia
li-
teral:
"He recibido tu carta en que refieres los esfuerzos que haces para ordenar los asuntos de esa provincia y el cuidado que pones en darme noticias del asunto de Omara, lo que el ha hecho y lo que han hecho los que con
el
se juntaron transgrediendo lo
pactado, suble-
vandose contra tu gobierno de Zaragoza y metiendo en la ciudad a los berberiscos. Me haces saber tatnbi6n quienes fueron los que te ayudaron acudiendo en tu
auxilio, tanto militares
dad ygente
como
notables
de
la ciu-
que se pusieron a tu mas provechoso y saluda-
pacifica y de orden
lado, enterados de que lo
ble para los subditos es obedecer
a
TambiSn
de que fuiste
ma
se,
por tu
de parte de
como
la
carta, el asalto
las
gente mala e insensata
autoridades.
que
vfcti-
ahi hay,
cambio de conducta que luego se verified en ellos y de que ellos mismos reprocharon lo que sin meditacidn habian realizado y [que estaban arre-
asi
del
X
i-,iO-
V
-
93
—
pentidos] del desliz que habian cometido; fin,
ya
se
nan concertado todos
pero,
en
los mejores, los nota-
bles y los pacificos ciudadanos en ayudarte y en rechazar a la gente villana que te asaltd. Esto borra la
mala accidn
las violencias
hace que uno olvide
del populacho,
de los insensatos, incita a que se
les
perdone y se les dispensen las malas acciones. Yo es_cribo al pueblo de Zaragoza, de acuerdo con el mensaje que me has enviado, accediendo a lo que me pi-
y esto !o hago sin demora, porque apruebo (1) lo que tu propones aceptar, es decir, el concierto hecho por los dos bandos y el arrcglo [pag. 75] del asunto. Sabemos quealencomendarte a ti que pactes con ellos,
des;
nombramos con
tos
muy
bien y rectamente; por eso te jefe con autoridad para arreglar esos asun-
has de proceder
ellos.
Por nuestra
parte te
promelemos
el re-
conocimiento. Adids.,,
Junto con esta cara [que podia ser piiblica] le cluyd otra [reservada] en que le decia: "Lo ocurrido con Omara y su hijo y el haber
mediado para que se pusiesen de acuerdo
in-
tu
los arabes
de esa region para meterlos ambos en tu poder, es hecho que me certifica de tu fidelidad y lealtad y de que estan ellos dispuestos a obedecerte. Sin embargo, quiero que vigiles a
Omara y
su hijo, a toda hora, de
y de noche; evita todo descuido en este particular; pon mucho cuidado, que no se te escapen hasta que vaya a esa Almoguira. Sabete que tii me respondes de que no han de escaparse. Cuida tu personalmente
dia
de que sean vigiiados estrecha y escrupulosamente; obra en esto como si fuese cosa de interes personali-
(i)
Parece que se lee '-i+Ol
!>iij.
YrJ&u
simo tuyo; no se
te
94
aceptara ninguna excusa,
en
si
esto te descuidas. Adios.„
Alfarech ben
Quinena
al
contestation las anteriores]
mando
enviar al
la carta [de
monarca Alhaquem
una comisidn de arabes pacificos [de
tera], a los cuales el
que son la
I,
Fron-
soberano ordeno que se les dieran
vestidos y regalos, y hasta les dio otros regalos semejantes para las respectivas tribus o familias a
que
per-
tenecian.
He en
leido la contestation de
que se
la
trata
Alhaquem
de estos arabes que
I
a Alfarech,
este envio, res-
pecto a los cuales estaba en las mejores disposiciones.
He
aqui copia
"He
literal
de esa carta:
laciones que
el
que veo
buenas repueblo arabe de tu region mantiene
leido tu apreciable, en la
las
contigo y lo dispuestos que estan a obedecerte y la lealtad con que se conducen, especialmente aquellos
han tenido que sufrir quebrantos por nuestra causa; a esos se les debe remunerar y recompensar. El mensajero que nos en-
que taxativamente nombras,
viaste, te lo
volvemos a enviar llevando nuestra
carta
y la carta que a ellos dirigimos. Les nerecompensado por su venida con esplendida gra-
dirigida a
mos
los cuales
ti
tification. Adios.,, .
He
aqui copia de
la carta
a [pag. 76] Hobais ben
que Alhaquem
Nuh y
I
escribifi
a los arabes de su par-
tido:
"Hemos
recibido vuestra carta en
la
que mencio-
nais el favor que Dios nos ha concedido en esa Fron-
que vosotros os mantegais firmemente en vuestros puestos y que vosotros trateis de apaciguar el desorden que habia, y que compitais en ofrecerme vuestras personas y vidas en apoyo y honra de
tera, al hacer
„
-
-
95
vuestro gobernador y en luchar contra quien se separe de su obediencia y defender sus ordeneshasta que
Dios se sirva arreglar ese asunto, concertar las voluntaries y consolidar la obediencia. Todo lo que en este particular habeis escrito
mencionando
esto y
haciendo
vbtos porque se logre, lo he aceptado con el mayor reconocimiento y estoy dispuesto a galardonaros y a retribuiroslo.
Debo
encomendado el Almoguira ben Alhaquem,
deciros que he
gobierno de esa Frontera a y le he recomendado especialmente que se entere de cuantia de los dafios que habeis sufrido por nuestra causa y reconozca vuestra obediencia y docilidad y
la
que sea esplendido con vosotros, cosa para la que le he aulorizado, ya que de ello os habeis hecho dignos por vuestra docilidad u obediencia, vuestra entereza y lealtad, y por el merito de los actos que habeis realizado en esta ocasion. Dios esa quien se debe peayuda. La paz sea con vosotros. No he encontrado entre los narradores de sucesos
dir
hist6ricos noticia alguna que se refiera a Alfarech
Quinena, despues que volvid de Abdelmelic ben
Ayman
dice
la
ben
Frontera.
que
la
descendencia
de Alfarech ben Quinena en Sidonia fue numerosa, y afiade:
—-Yo
alcance a
Abulabas,
el
uno de
sus descendientes,
cual fue condiscipulo
mio en
llamado
los estudios
que hice con los maestros de mi pais,
Mas juez
tarde
Abderrahmen
de Sidonia.
III
nombrd
a este, Elabas,
-.?=5'>£vr"
[P5g. ??]
96
DEL JUEZ CATAN BEN CHAZ EL TEMlMf
Es Calin ben Chaz ben El-lachlach ben Sad ben Said ben Mohamed ben Otarid ben Habib ben Zorara El Temimi. Procedia de Jaen. Lo nombro juez de la aljama de C6rdoba Alhaquem I. No he encontrado acerca de
el,
entre los narradores de sucesos, noticia
alguna que pueda yo consignar por did en
el
escrito.
cargo, luego, Bixr ben Catan,
el
Le suce-
cual volvid
a ser nombrado en otra ocasidn distinta de esta.
DEL JUEZ OBAIDALA BEN MUZA EL GAKEQUf
Es Obaidala ben Muza ben Ibrahim ben Mdslim ben Abdala ben M6sltm ben Abdala ben Jalid ben Yecid ben Amar ben Obaid El Gafequi. Procede de los arabes de Siria, habiendo pertenecido especialmente a la divtsidn de Palestina, la cual tenia su asiento en la regidn de Algeciras. Su familia habitaba en Sevilla. Los hijos de Muza, el visir, pretenden que este Obaidala, a quien Alhaquem I nombro juez de la aljama de Cordoba, es el patrono de quien ellos tomaron el apellido [pag. 78]. Los narradores de sucesos histdricos no recuerdan de el noticia alguna que pueda escribirse en este libro. Le sucedid luego Mohamed ben Talid ben Hamid ben Mohamed El Roaini.
DEL JUEZ HAMID BEN MOHAMED EL ROAINf
Hamid ben Mohamed ben Said ben Ismael ben Hamid ben Abdelatif El Roaini era de Sidonia. Le Este
*
-&---r\-
.
nombro" juez de
97
aljama de Cordoba Alhaquem
la
I,
no mencionan los ulemas cosa alguna referente a
y
el.
DEL JUKZ MASRUR BEX MOHAMED BEN BAXIR EL MOAFERl
Es Masrur
de
hijo
Mohamed ben
Said ben Baxir
ben Xarahil El Moaferi. Al principio de este libro esta~ el capitulo que trata de su padre Mohamed ben Baxir. Le nombro juez de la aljama de Cdrdoba el emir
Abderrahmen tos
y
II.
Se
ie
contaba entre los varones San-
virtuosos.
[Pag. 79]
Me
de credito, que
conto un ulema, persona
Mohamed
ben
Ahmed
muy
digna
ben Abdelme-
conocido vulgarmente por Abenazzarrad, deria: En la ciudad de Cordoba, donde vivia yo, hubo un
lie,
juez conocido por Masrur: era
un asceta. Un dia
permiso a los liti^antes que habia en para levantarse e
mente
le
ir
la
audiencia,
a realizar una cosa que personal-
incumbia. Los que estaban presentes
ron ese permiso. Nuestro llevando en
la
pidio"
hombre se
mano un pan que
Ie die-
levantd y se salid
estaba aun en masa
ysincocer, y se dirigio hacia el horno para que lo cocieran. Uno de los presentes se ofrecio" al juez para llevar al horno aquel pan; pero el juez Ie contestd:
— Cuando me destituyan
a
A
el
mi del cargo, ^te he de buscar yo a cada momento, para que me prestes este servicio? No, no; el que llevaba el pan antes de ser yo juez, debe llevarlo tambien ahora. este juez le
med ben
Baxir,
sucedio en la
cargo Said ben Moha-
segunda vez que
se encargd
juzgado. 7
del
:-
-
m
-
MAAMAR
DEL JUEZ YAHIA BEN
KL ILHANf
Era Yahia ben Maamar ben Imran ben Monir ben Obaid ben Onaif EI Atlumi, El Ilhani, de los arabessi-
donde se haliaba su casa en esa ciudad llamabase Magrana,en un bacarreterrio extremo de la capital por donde pasaba la riacos.
Su
y
patria era Sevilla,
la calle
tiempo estaba considerado como el mejor faqui de Sevilla, el mas vcrsado en el conocimiento de donde la ley divina. Habia ido a estudiar a Oriente, ra.
En
ese
habia tratado con Axhab ben Abdelaziz y oido [pagina 80] sus lecciones y las de otros maestros en la ciencia religiosa. Era, por caracter, hombre escrupuloso pery abstinente, asceta, virtuoso, muy aficionado a manecer en su cortijo y ocuparse en sus negocios per-
sonales.
me dij'o que los sevillanos deseaban que Yahia ben Maamar fuese nombrado juez de Cordoba. Y anadia: Un hombre de
Mohamed ben Omar ben
Sevilla, conocido
sam,
me
con
Abdelaziz
nombre de Morra ben Day-
el
conto lo siguiente:
Estaba yo con Yahia sentado en su cortijo, en un caserio que habia por alii, a tiempo en que vimos un jinete
correr a galope;
iba
bien pertrechado, como
para largo viaje; andaba todo derecho por Ja carretera mayor. Yo le iba siguiendo con la vista. Al llegar al
ben Maamar pardse, asi como se paraaquel que, no conociendo un lugar, tiene que pedir a otro indicaciones para encontrarlo. Yo me recele que ese caballero debia de ser un enviado del califa de Cordoba que venia por Yahia
camino que conduce
a
la
casa de Yahia
'
-
>
.«=?-: s
ben Maamar para que r
me
L
-
an
ocupara
este
volvi entonces a Yahia y
—Oh,
Abuzacaria,
e!
cargo de juez, y
Ie dije:
gente desea que a ti te hagan algo; yo deseo saber realmente tus propdsitos, pues creo que va a suceder lo que todo el mundo desea. .jAceptas el
la
cargo de juez o no
— Acepto— me contesto. — Cuando seas juez de
z
yo
lo aceptas?
aljama de
la
Cordoba— le
-
^que participacidn corresponded a tu compafiero y amigo en ese caso? —Si Dios quiere— contesto— le corresponded pardije
ticipacidn esplendida.
—Pues mira— afiadi— este
>
es el
emisario que vie-
ne desde Cordoba a buscarte.
Apenas hube acabado de pronunciar estas palabras, cuando el emisario que galopaba en busca de Yahia ben Maamar se pard a nuestra presencia. [Luego, pasado algun tiempoj, cuando Yahia estaba ocupando ya el juzgado de la aljama de Cdrdoba, fui a desde Sevilla y pare en su casa. El me saludd afectuosamente, me hizo los honores, me aposentd en una habitacidn; pero al llegar [pig. 81] la noche, me presentd una cena muy parca. visitarle
i
—
le dije
esplendidez con que
entonces—. <[Ddnde
esta"
me
prometiste tratarme aqui en variedad y abundancia de platos
Cdrdoba? ^Esa es la que ofreces [al amigo] siendo
Temo—le
dije
luego— por
tu
juez de la aljama?
Dios, arrepentirme de ha-
ber hecho este viaje para verte.
—No,
i ^
hombre,
no— me
contesto.
En efecto, al dia siguiente por la mafianita, Yahia ben Maamar se puso a escribir sin que yo lo supiese, y escribid una carta al monarca Abderrahmen II con-
-&£ *Wf
-
100
-
que antes he referido y diciendole la promesa que habia hecho de dar un regalo cuantioso a su amigo Morra, y que este habia venido de Sevilla a exigirle que cumpliera lo
tindole,
tal
como
habia pasado, todo
lo
prometido. Le pidio, ademas, que concediese a Morra el mando de su tribu durante un aflo entero y que le
esplSndidamente y le regalase vestidos preciosos. Y cuando yo menos pensaba, desesperanzado ya de lograr nada bueno del juez, pues habia yo vis\> de tratase
que he aqui que
cerca su abstinencia, la parquedad de medios de
disponia y la clase de vida que ilevaba, viene un estandarte [signo de la jefatura de
la tribu]
a
Yahia de pirte del soberano, juntamente con un regalo de doscientos dinares, una inula cargada de vesti-
dos preciosos y una carta con todas esas cosas en que el
monarea decia:
— Cumplo yo
la
promesa que
tu hiciste a
Morra ben
Daysam.
Sad dice que le refirieron Ahmed ben Jalid y Otman ben Abderrahmen ben Abdelhamid ben abi Zeid (dando cada uno de ellos una version que se completan mutuamente) que Mohamed ben Guadah Jalid ben
contaba
lo siguiente:
— Rece
la la
Abenmaamar en aljama de Cordoba, aflo 218. Este Maamar dirigia oracion y sabia hacerlo muy bien. Apenas hubo la
oracidn del eclipse con
acabado de hacerla, y en elia se enttetuvo bastante, comenzo a rezar la oracion de la maflana y, cuando aun no habia acabado de hacer este ultimo rezo, [pag. 82] el sol, pasado el eclipse, habia aparecido. Estabamos en el verano. Contaban Ahmed ben Jalid y Otman ben Abde-
-"
*_
^~
w
- -:.
rrahmen que rezado
Mohamed
-
101
ben Guadah
referia
oration del viernes, siendo jefe de
la
Abenmaamar, haciendo en
ella
que habia la
oration
cuatro prosternaciones
y estando presentes Abuisa, Said ben Hasan, Abdelmelic ben Zaunan, Harit ben abi Sad y Abdelmelic ben Habib. La mayor parte de la gente que estaba en r
patio de la mezquita hizo la oraci6n con dos pros-
el
ternaciones.
Cuando
a
Yahia ben
Maamar
juzgado] algun asunto de
el
faquies de su consejo cribia
Egipto, a
a
que estos
le
no
se ie presentaba
dificil
resolution y los
se ponian
de acuerdo, es-
Asbag ben Farech y
informaran de
lo
[en
otros,
para
que deseaba saber. Yo
mismo he leido algunas cartas muy bien escritas que Asbag ben Farech dirigio a Yahia ben Maamar, juez aljama de Cdrdoba, contestando a las consultas que este le hacia. En ellas se contiene extensa informacicm de algunas causas. Yo pense al pronto mende
la
cionarlas aqui en este libro (1), transcribiendolas por
me ha parecido mejor no salirque me trace, y no las pongo para
extenso, pero despues
me de
los limites
no desviarme del plan primitive
Cuenta Jalid ben Sad lo siguiente: A varios de los mas venerables ulemas he oido referir que Yahia ben Maamar y Yahia ben Yahia eran enemigos uno de otro
y que Yahia ben Yahia
rrahmen
II,
trabajo,
cerca de
para que fuese destituido
el
juez
AbdeAben-
maamar; y hasta presento information testifical en la que varios ulemas y personas prestigiosas y de crediYahia ben to declararon, delante de los visires, contra Maamar, poniendo en evidencia negocios feos que se (i)
Lease l«j£&4 ^U
102 le atribuian [pag. 83]. te, la
Yahia ben Maamar, por su par-
soberano informes acerca de enemistad que Yahia le profesaba, dandole al prohizo que llegaran
al
pio tiempo a entender que este habia forzado a los
quies y adules a declarar conforme a les
la
pauta que
fael
habia impuesto. El monarca, entonces, expidio
una orden dirigida a los visires, mandandoles que hicieran comparecer a los principales comerciantes de Cordoba y que preguntaran a estos la opinion que tenian formada de Yahia ben Maamar. Los ministros hicieron comparecer a varios comerciantes y estos declararon de conformidad con los testigos anteriores.
Estas declaraciones debieronse a las calumnias y falsas imputaciones que los faquies habian divulgado por
aquel entonces. El monarca, en vis'a de eso, tuvo que destituirlo.
Era Yahia, segun se infiere de las noticias que todo el mundo sabe que se conservan de el y por lo quese cuenta de las hazanas suyas, hombre que no se prestaba a que solia
gobernaran los faquies de Cordoba, ni condescender a sus recomendaciones, ni gustaba le
de complacerles en lo que pedian; por eso esquivaron el tratarle todos ellos, y aun llegaron a formar un solo cuerpo contra el. Tanto le llegd a cargar a Yahia ben
Maamar
esta
conducta de
los faquies, que, encoleri-
zado, proceso nada menos que a diez y siete de ellos. La consecuencia fue que todos se aunaran para lanzarse contra
el,
desacreditarle
como un
solo
hombre, para zaherirle y
hablando mal de su persona.
Otman ben Mohamed me conto que Abumeruan Obaidala ben Yahia le habia referido que Yahia ben Yahia narro lo siguiente:
Cuando
el
pueblo levantd protesta contra Yahia ben
103
Maamar,
-
juez de la aljama de C6rdoba, vino a decir-
me Said ben Has5n: ,jCrees tu tra
suya? —No hagas
consejo y,
tal
como
en este caso
como
que debo declarar como
mas
—
le conteste
lal
—
consejero,
eficaz,
;
testigo
tu eres
puede
que [pig.
en con-
miembro
ser tu
del
opinion
84] tu declaration
testigo.
Pero a Said contra el juez.
domino la pasitfn y se fue y declaro Poco despues vino y me dijo:
le
—Ya he declarado contra
61.
anade Yahia: Inmediatamente despues de suceder II, en que me decia: esto, recibi carta de Abderrahmen "He cuidado de examinar minuciosamente las deYahia ben claraciones que se han hecho contra el juez
Y
Maamar, y no he
mando
visto en ellas la
todas; examinalas y
pon por
tuya.
Ahi
te
las
escrito la opinitfn
que tu formes acerca de ellas. „ Y conteste al soberano informdndole de lo que yo conducta del juez, sabia por referencias, acerca de la por experiencia perpuesto que yo no podia informar que no asistia a sus audiencias, ni el me contenia que resolver. En que negocios los en sultaba testigos que contra los de declaraciones las cuanto a las examine detenidamente, y el habian testificado, sonal, ya
si se hubieran presenque tales, eran que puedo El-lait, aun siendo estos contra Malic o contra tado les hubiera personajes lo que ellos eran, imposible dia mismo Aquel cabeza. levantar vida sido ya en su
decir
Abenmaamar. Abdelm&icle ben Ahmed que refiere Sad JaMid ben virtuoso, le santo varon Said, y ben Otm&n dijo que
fue depuesto
conto lo siguiente:
-rw*
— Cuando
—
104
ben Maamar del cargo de juez de Cordoba, uno de los ministros del monarca, que era amigo intimo del jiiez, ordend a un hijo suyo que fuera a casa del juez con varias acemilas y fue destituido Yahia
servidores, diciendole:
— Hijo mio, vete a casa del juez y sobre estas acemilas
el
que cargue que tenga por
dile
bagaje suyo y lo
conveniente transportar.
Cuando
el
hijo del ministro se presentd
en casa del
juez y le expuso a este el encargo de su padre, lo
de
oir
las acemilas, dijole el juez:
—Entra,
entra
en mi casa y veas
El hijo del ministro entrd en
que
al
el
tinaja
juez no tenia
donde metia
la
el
bagaje que hay.
casa y se encontrd con
m^s muebles que una la
harina,
gina 85], un jarro para
el
estera,
una
una escudilla o plato [pAagua, un vaso y la cama
para acostarse.
El hijo del ministro
—
le dijo:
estan los objetos
es
Y
lo
que hemos de cargar?
que hay —replied
dirigiendose este al
el juez.
mancebo que
le
servia de
criado, dijo:
— Mira,
esa harina repartela
entre
los
pobres que
haya por ahi fuera, y esa estera y esos cacharros manda a uno de esos hombres que han venido que los ha-
gan pedazos. Luegosalid de
la casa
y dijo al hijo del ministro: Saluda de mi parte a tu padre y dale las gracias por la atencidn que ha tenido conmigo. E inmediatamente se puso en camino, dirigiendose
—
a Sevilla, su patria.
Un
ulema recuerda
el
siguiente hecho-de
Yahia ben
*V^J I
H
'V-
—
105
-
Maamar: En una de las grandes fiestas religiosas que hubo en Cordoba, la gente se agolpo para tomar sitio tan precipitadamente, que cuando llego" el juez a la Mozala, los nobles de Cordoba y los empleados de palacio del monarca ya se habian colocado en su sitio,
que el jefe de la oracionhabia de ocupar. Cuando Yahia ben Maamar observd" esa precipitacion, ordeno a sus servidores que trasladaran mas adelante la alfombra. La multitud del pueblo que se agolpaba, aprovechandose de esa maniobra, se pusieron cerca del jefe de la oracion, en tal forma, que los que estaban delante ahora quedaban atras. Inmediatacerca de la alfombra
mente
el juez
comenzo
el
rezo y predico
el
sermon.
DEL JUEZ ELASUAR BEN OCBA EL NASRI I
Abu Ocba la El
Elasuar ben
Ocba ben Hasan ben Abda-
Nasri, natural de Jaen, juez de
doba nombrado por
el
la
aljama de Cor-
monarca Abderrahmen
II,
era
hombre muy observante de sus deberes, muy bueno, modesto o humilde, de conducta irreprochable: e! mismo Ilevaba a cocer su pan al horno y [pag. 86j gustaba de practicar los servicios domSsticos de su casa y familia. Despues que el monarca lo destituyd,trato de reponerlo en el cargo; pero entonces rehuso aceptar.
Ha-
blando acerca de esto, decia:
-
[No puedo aceptar porque] tengo muchos impedimentos o tachas: mis hijos han crecido y mi cuerpo ya no tiene el vigor necesario. Tenia un hijo que se llamaba Hosdin. Alguien le dijo: .— (iTii crees que el haber llegado a mayor edad tu hijo es impedimento para que seas juez?
;
106
— Ya
lo
creo— contestd— es
el
mas grave impedi-
menta. Dice
Ahmed ben Mohamed ben Aym^n: Yo he
un auto o providencia de Elasuar ben Ocba, en que se senalaban los limites del cementerio del
visto el
Arrabal y se indicaban los puntos extremos a que por todos lados llegaba. Yo presencie el acto siguiente:
Ahmed
ben Baqui, que era juez de Cdrdoba en el tiempo a que me refiero, rue a caballo a ese sitio,
acompaflado de los faquies; llevaba consigo ese docu-
nuevo examen los limites cementerio y conformarse con lo que en ese auto
mento, del
a fin
de someter
a
se decretd.
Asbag ben
Isa El
Xacac
me
contd
lo siguiente:
Of
que Moh&med ben Isa Elaxa fue a visitar a Elasuar ben Ocba y le dijo: Hola, Abuocba,
Ahmed ben
Baqui
—
11a
misma sesidn y el juez le dijo: Tu eres hombre demasiado bromista; yo no
—
eso que
tu
declaras lo haces en serio o
si
lo
se
si
haces
de burlas. Estas palabras mortificaron a Elaxa.
[P&g. 87] DEL JUEZ YAHIA BEN MAAMAR, SEGUNDA VEZ
Mohamed ben Omar ben
Abdelaziz
me
dijo
que
el
motivo de haber sido nombrado por segunda vez Yahia ben
Maamar
fue lo siguiente:
.-
_?
f
-
1-L
-
-
107
El monarca Abderrahmen
II
salid, durante
la es-
tacidn de otofio, en direction a Sevilla y las playas
.
mar,
fas,
con
como
del
el fin
solian hacer en aquel tiempo los calide esparcir su animo y distraerse. Uno
de los cortesanos vid a Yahia ben
Maamar que
estaba
en un huerto suyo, extrayendo el agua con un cigUenal, para regar las verduras. Al ver lo que Yahia esta-
ba haciendo, fue narca el
y
el
cortesano adonde estaba
mo-
el
contd lo que acababa de ver, Entonces dijo
le
soberano:
— Ya no dudo
de las virtudes de ese hombre; estoy seguro de que es un hombre escrupuloso en su conducta; ahora creo que aquellos que lo denunciaron no dijeron mas que falsedades.
Cuando
volvid Yahia ben
Maamar a Cordoba, como
que no consultaria, para resolver las causas, con Yahia ben Yahia, ni con Said ben Hasan, ni con Zaunan; quedaron en suspenso todas las resoluciones juez, jurd
de los negocios del juzgado hasta que volviera de su
soberano Abderrahmen II, resolucidn del Juez, encargd que
excursidn ber la
el
el
cual, al
le
dijeran que
sa-
no aprobaba esa medida. El juez contestd:
— No puedo hacer otra cosa,
puesto que
lo
he
ju-
ciudad de Elvira hay un hombre [pag. 88] entendido en la ley religiosa, y muy aventajado, que puede sustituira todos estos, a saber, Abdelmelic ben
En
rado.
la
Habib,
Se
le hizo venir
de Elvira y se encomendaron a
el
solo las decisiones juridicas (o fetuas).
ben Abdelmelic ben Ayman que suyo, intimo amigo de Aben Maamar, contaba
Cuenta un tio
Mohamed
lo siguiente:
-
108
—
Estaba yo cierto dia en casa de Aben
Maamar
el
juez, dentro de su propia habitation, la
segunda vez que desempefid el juzgado, a iiempo que pidid permiso para entrar Abdelmelic [ben Ha bib]. Una vez iniciada
la
conversation dijole Abdelmelic:
— Yo desearia
que
la
sentencia del pleito de fulano
informe que yo he presentado: eso es lo que en justicia corresponde hacer. se ajustase al
El caso es que
Aben Maamar
causa de acuerdo con
la
queria resolver
doctrina de Abenalcasim,
Abdelmelic queria que se decidiese conforme a trina juridica
la
la
y
doc-
de Axhab. Yahia le contestd:
— No, no, por
Dios, no lo hare; no quiero alterar
costumbre del pais: aqui en Cddoba he encontrado que el pueblo se conforma o acepta la doctrina de
la
Abenalcdsim, y tu quieres que yo cambie aceptando la doctrina de Axhab.
Inmediatamente
el juez le cit6
pueblo de Cdrdoba solia
decir:
un proverbio, que
"Un
el
aflo nueces, otro
La conversation se hizo algo viva; cruzironse entre los dos palabras un poco duras, hasta que Abenhabid se levantd y marchdse amoscado. Y aflade Mohdmed ben Aymdn: Me dijo mi tio que aflo bellotas,,,
el
se atrevio a reprender a Yahia por haber tratado de
manera a Abdelmelic, diciendole: —Este hombre era el que se mantenia mds firme contra tus enemig:s; yo creo que si ahora tu haces que sea el tambien enemigo tuyo, te van a destituir esa
otra vez.
— iCrees tu— replied
juez— que pueda yo tener miedo a la destitution? jDichoso el dia en que pueda yo galopar sobre mi mula por el llano de Almoddvar en direction a Sevillal
el
109
A
mi
tio se le
ta frase:
qued6 muy grabada en
"jDichoso
el dia
le
memoria
en que pueda yo galopar!„
[Pag. 89] Jalid ben Sad refiere que
delmelic
la
Ahmed ben Ab-
contd que Otman ben Said
(1), el asceta,
narraba lo siguiente:
Cuando Yahia ben Maamar se vid en trance de muerte en Sevilla y se hubo dado cuenta de que iba hombre bueno a carta a morir, dijo a un cliente suyo, cabal, que habia sido companero y amigo: Te conjuro en nombre de Dios, sublime, que cuan-
—
do yo muera te vayas a Cordoba, te plantes delante de Yahia ben Yahia y le comuniques que Yahia ben Maamar le dice la siguiente frase: "Aquellos que co-
meten
injusticia,
saben seguramente
turbacidn seran enviados [en
Y
aflade
el
asceta:
la
a
que
sitio
de
vidafutura]. H
Cuando murio Yahia ben Maa-
Yahia y mar, se fue ese cliente a presentar delante de comunicd la frase que Aben Maamar le habia orle
llorar denado que le dijera. Entonces Yahia se puso a lagrimas y luego hasta que se mojd las barbas con sus
dijo:
Dios somos y a Dios nemos de volver; yo creo ese hombre; con a respecto engafiados estuvimos que relaciones. nuestras rralearon se mentiras chismes y a Dios Luego compadecio su muerte y pidid perddn
-De
por
61,
Mohamed ben Said (2) conto, da destituido por fue Maamar ben Yahia que
Esta anecdota que a entender
ejerciendo segunda vez y que no murio estando
llpma
Mohamed ben
(i)
Mis abajo
(2)
Antes dice Otman ben Said.
1-
Said.
las
*¥j£*&
-
110
funciones de juez. Tambien se refiere de
el
otra anec-
dota, a mi juicio no bastante autorizada, la cual
daba
Yahia ben Maamar murio siendo juez. mencionare al principio del capitulo siguiente,
a entender que
Ya la que trata
DEL JUEZ IBRAHIM BEN ELABAS EL CORAXf
Su
mas completo
apellido
es Ibrahim
ben Elabas ben Isa ben Algualid ben Abdelmelic ben Meruan. [Pag. 90]. Dice Jalid ben Sad que cuando murio el juez Yahia ben Maamar quedo el pueblo de Cordoba cerca de seis meses sin juez. El pueblo se agolpaba delante de los ministros cuando estos iban a caballo
[hacia
el
alcazar]
para rogarles
que comunica-
ran al soberano ese deseo popular, EI monarca,
para
clamor del pueblo, ofrecid el cargo de juez a Yahia ben Yahia; pero este no quiso aceptarlo. satisfacer el
Todas las noticias que se refieren a este suceso las expusimos ya con todos los pormenores al principio de este libro, en el capitulo
de Cordoba a quienes se ron aceptar.
que
de aquellos ulemas ofrecid el cargo y no quisietrata
Fue Ibrahim ben Elabas ioado por sus sentencias, justo en sus decisiones, modesto en el modo de conducive, sin afectacidn ni descuido. Me contd Farech ben Selma ben Zohair el de Poley que Mohamed ben
Omar ben Lobaba
que Ibrahim ben Elabas solia despachar los asuntos del juzgado en su propia casa (1), y aunque se hallaba alii toda la gente de cuPor
le refirid
que luego iaserta el autor, juzgaba o despachaba en la mezquita aljama. (i)
noticias
se desprende
que
Ill
-
ria, la
-
esclava que le servia estaba a su lado,
en
la
habitation, tejiendo en su telar.
misma
Me
contd uno de mis amigos, persona fidedigna, que Ahmed ben Ziad le habfa referido que Mohamed ben Guadah narraba lo siguiente:
Cuando Yahia ben Yahia rehusd aceptar el juzgado, aconsejo que fuese nombrado juez Ibrahim ben Elabas
y que se le nombrara como monarca acepto
Un
secretario suyo a Zaunan. El
este consejo y
nombr6
juez a Ibrahim
ben Yahia tenia que informar como testigo [en el pleito que se sustanciaba en el juzgado] acerca del agua que habia en el homo [llamado de] Berrel, cuya propiedad reclamaban los Benilabas y Abenisa, al salir [Yahia de declarar], uno ben Elabas.
de los litigantes tarse
dia en que Yahia
de nuevo ante
[Pag.
Yahia volvidse para presen-
le injurio.
el
juez y
91]— Este me ha
le dijo:
injuriado; castigate.
— ciQue castigo debo imponerle?-le preguntd — Mandalo a
la
El juez dispuso
el juez.
carcel-contesto Yahia.
que
fuera encarcelado; pero luego,
despues de haber salido Yahia por la puerta del Alminar [de la mezquita aljama] y haber montado en su caballeria y Uegado cerca de la plazuela, volvidse otra vez, entrd [en la mezquita]
donde estaba
el
juez y
le dijo:
— Ordena tigalo
que has encarcelado y cascreas que deba ser castigado [no
que suelten
conforme
tu
al
por lo que yo digaj. El ra
nombramiento de Ibrahim ben Elabas,
vez que se
le
adjudicd
el
la
cargo, se hizo en
primeel
ano
214 6 215; luego me destituido, y se nombrd a otro; despues, en el ano 223, sucediendo a Said ben Soleiman, ocupd de nuevo el cargo de juez.
I
i
i
*^s -
-
112
—
Esta frase sucediendo a Said ben Soleitnan
me
ha
hecho pensar que debe de haber equivocacion: Said ben Soleiman fue juez tras Mohamed ben Ziad, y despues de ocurrida la muerte de Yahia ben Yahia; ahora bien, todo esto sucedio despues del 234, y no he podido
ver, en las narraciones
de aquellos sucesos, cosa
alguna que permita suponer que Said ben Soleiman
ocupara dos veces
me me
refirid a
dijo
mi
distintas el
Ahmed
juzgado, a no ser lo que
ben Obada El Roaini,
el
cual
que Said ben Soleiman fue destituido un solo
momento
de un dia, por error, que inmediatamente fue
reparado por
el
monarca Abderrahmen
II,
el
cual or-
deno su inmediata reposicion; pero ocurrio que cuando fueron a buscar al juez destituido para decirle que el monarca queria que continuase en el cargo, encontraronse que se habia marchado ya a su tierra. Informado de esto el monarca, dijo: "Ciertamente, es im santo vardn.„ El deseo de que continuara en el cargo se le avivd mas al monarca, el cual dispuso que fueran a buscarle, a fin de que volviese a ocupar el cargo. Le encontraron y volvid a ocupar, como antes, el cargo de juez. [Pag. 92] Pues bien, si Ibrahim ben Elabas era jue.z en el afio 223, hay que suponer que lo fuera despues de cualquier otro, pero de ningun rnodo despues de Said ben Soleiman. Dice Mohamed ben Guadah: Al ocupar por segunda vez el cargo Ibrahim ben Elabas, llegd a noticias del soberano que ese juez no aceptabalosconsejos de otras personas de Cordoba, que las que Yahia ben Yahia le indicaba; hasta le insinuaron que esta conducta era algo sospechosa, intriga politica
como
en que ambos se habian puesto de
v
—
113
-
acuerdo, para formar partido en favor de ese Coraxi.
Abderrahmen
II
envid a llamar a Abdelmelic ben Ha-
bib y le dijo: Estoy seguro del respeto y estimacion que me tienes; deseo preguntarte una cosa, a la que quiero
—
que contestes con toda sinceridad.
— Muy bien— contestd Abenhabib —
;
yo no
te dire
nada que no sea completamente sincero. Se me ha denunciado— anadio el monarca— que
—
Yahia ben Yahia y el juez traman algo contra mi, y debe de ser verdad, por la conducta que siguen.
— El
sabe
soberano
— dijo
Abenhabib
—que
no
relaciones que existen entre mi y Yahia; eso no obsta, sin embargo, para que yo afirme
son buenas
las
sinceramente que de Yahia ben Yahia no puede venirle
cosa daflosa a S. M., sino, por
vorable
como yo
la
el contrario, tan fa-
pudiera hacer; todo
Io
que contra
hayan podido contar al monarca es falso. Ahora bien; debo decirle, tratandose del juez, que no es conveniente que el soberano compartael poder de administrar justicia con un individuo que lleva el mismo apellido de la tribu de Coraix. EI monarca, siguiendo el consejo de Abenhabib, £1 le
destituyo al juez.
Un
ulema me ha contado que, al volver Muza ben Hodair de su viaje de peregrinacion a la Meca, el monarca le ofrecio el cargo de tesorero y que. el no quiso aceptar, pues tenia el proposito de vivir retirado sin ocupar cargo alguno. El soberano acepto" su renuncia fpag. 93]; pero poco despues una mujer que vivia en la vecindad de Muza ben Hodair presento contra este una denuncia ante el juez Ibrahim ben Elabas, en 8
I ..- -ft'
_
-
114
habia perseguido dentfo ben Elade su casa, contigua a la de Muza. Ibrahim presentarse, bas dispuso que compareciera aquel y, al
que afirmaba que Muza
la
la
dijo:
— Esta mujer dice esto y esto; y tal
y
tal cosa; tu
demanda contra
ti
dices?
—Yo nombrare procurador— contests
Muza— para
que me represente y sostenga el pleito con ella. —No, no— le dijo el juez-; tu debes afirmar o negar personalmente; luego, despues de esa confesidn, represente en lu nombra a quien quieras para que te el pleito.
—Nombrare
procurador
— repitid
Muza— el
cual
afirmara onegara, autorizado por mi. Ibrahim no quiso aceptar lo que Muza proponia y afirmanforzd a contestar a la demanda de la mujer, le
do o negando
hecho. Muza [viendo
el
la
persistencia
del juez] contestd:
—Pues
bien, todo lo que alega esa mujer es verdad;
todo lo que dice es verdadero. Inmediatamente se marcbo; mas en su pecho guardo un odio profundo, odio terrible que manluvo muy
en
secreto. Excitado por la pasidn, se
puso a escribir
monarca pidiendole que le nombrase tesorero, diciendo que se habia informado cuidadosamente de ese por oficio y que lo encontraba facil de desempenar, cuanto es un cargo cuya funcidn consiste en dar los dineros del mismo modo que los recibe. Abderrah-
al
en la demanda y le nombro tesorero. Al mes de estar en el ejercicio de ese cargo, escribio" lo recial monarca pidiendole audiencia; el monarca
men
II
consintio
bid personalmente;
— Hesabido
el
dijo al
una cosa que
monarca:
me
inquieta
mucho,
res-
-
-
115
pecto a la cual no cabe dudar, y es que el juez Ibrahim ben Elabas, en el propio Iugar de la audiencia, cuan-
do
esta ejerciendo funciones, se hace llamar /oh hijo de los califas! [cual si fuese realmente el soberano].
Abderrahmen
por virtud de esta denuncia, des-
II,
tituyo al juez.
He oido
referir al
gina 94], hijo de
Mohamed
principe heredero
Abderrahmen
ben Hodair
le
AlMquem
[p&-
que Muza ben habia contado que Muza III,
ben Hodair tenia escondida en su casa a una mujer que pertenecia a uno de sus clientes; esta mujer [escapo y] se presento al juez, cuando este iba andando por la calle,
y
"jOh
le dijo:
hijo
de los
esta [frase constituia el tratamiento
s61o a los sa
por
la
Omeyas que ocupaban que
califas!
n
Y [como]
que correspondia
el trono],
fuela cau-
se destituyd a Ibrahim.
Ahmed ben Mohdmed
Ayman
ben
refiere
lo
si-
guiente:
Mi padre me conto que Abas de los Benilabas, se presento" queja contra el
soberano
el
soberano en son de juez por cierto suceso que ocurrid, y a
su casa y,
conferenciar a solas con al presentarse
no se
encargo que
dijeran:
a
la
le
te ocurre
ejercer
yo
si
te
da
licencia
para
lo destituire.
casa del juez, pididle au-
concedid; por
la
el
contrario,
algo en que yo deba intervenir, vete
mezquita y estate
casa a
el,
Ab^s en
diencia; el juez
—Si
al
le dijo:
— Vete a verle Y
Coraxi, antecesor
el
mi
alii
oficio
hasta
que yo
saiga
de mi
de juez delante de todo
mundo; entonces me pondre forma en que sirvo a todos.
a tu servicio en la
el
misma
-
r^-fii » h
116
Cuando
el
monaTCa supo
la
contestacion que el juez
lo habia dado, lo estimo y considero aun mas de que hasta entonces lo habia estimado y considerado.
le
DEL JUEZ YOjAMIR BEN OTMAN EL XABANf
Llamabase Yojamir ben Otman ben Has&n ben YoAmer. jamir ben Obaid ben Acnan ben Guadaa ben Fuenombrado juez el ano 220. Era hermano de Moad ben Otman. Este Moad me el padre de Sad ben Moad el
faqut.
Ambos [Moad y
Yojamir]
eran de Jaen,
lo del Castillo de Elaxat. El apellido que ellos usaban habian tornado [pag. 95] de la tribu drabe de Chodam, diviy eran, segun se me dijo a mi, de la sion militar de Quinesrina. Este juez trato al pueblo en formas tales, que eran dificiles de soportar: con maneras rudas (1), con mucha dureza, de tal modo
segun
creo;
medida. El pueblo bajo no le pudo aguantar tales cosas. Esto hizo que se cebaran con el por las lenguas y se multiplicaran las hablillas. Tuvo
que sobrepujaba
la
uno de los poetas de Cbrdoba que en aquel tiempo sobresalian, conocido por Algazal, el cual le rival a
satirizaba
y
le
trataba de insensato y de ignorante.
entre los versos
que de
el
se
De
recuerdan, aludiendo a
este juez, se halla el siguiente:
jHosana al que te di6 violencia y fuerza! Alabado sea quien hizo juez a Yojamir.
El prmcipe heredero dia,
(i)
en que salieron
a
[Alhaquem
II]
conversacion
Creo debe leerse jCg en vez de jig
me las
dijo cierto
noticias de
.
-
-
117
Cordoba, que Mohfimed ben abi
los jueces de
habia contado lo siguiente: Abenaxxdmer metio, enlre
las cedillas (1)
Isa le
de Yojdmir
ben Otm^n el Xabani, una cedula en la que estaban consignados [estos dos nombres]: Jon&s, hijo de Mati, y el Mesias, hijo de Maria. A Yojamir le fue presentada esta cedula,
que se
citara
y no tuvo inconveniente de ordenaf esos dos personajes.
a
pregonero
El
gritd
—Jon&s,
de Mati, y el Mesias, hijo de Maria. Al oir este preg6n Abenaxx&mer, grito" tambten: La aparicion de esa cedula es uno de los signos hijo
—
que anuncian
el juicio final.
Despues cogio Abenaxxamer
otra cedula
y escribi6
ella los siguientes versos:
en
Yojamir, no cesas de cometer torpezas verdaderaniente vergon[zosas.
Has citado [como
litigantes] al hijo de Mati
y
al
Mesias, hijo de [Maria.
Tal
como
tu los has citado ahora, te citarS.
a
ti
despues algun pre[gonero.
Esos dos personajes son los que han de sobrevivir en el mundo y [ambos lo bar an saber*
Tu cogote es cogote rapado y tu
[Pag. 96].
cara esta cubierta de [tinieblas.
Tu chirumen no vale una peseta de
bofiigos.
[Que vivas odiado! jQue vivas enfermo y achacoso!
iQue
al
morir nadie lo sienta; y que mueras sin ser musulmanl r
El pueblo de Cordoba, coaligado, elev6 quejas a Abderrahmen II, quejandose del juez. Tanto insistietieron en las denuncias que el soberano ordend a sus
(1)
cada
Cedulas en que se citan dla.
los
nombres de
los litigantes
de
MR minisfros que instruyesen proceso acerca de
ducta del juez. Se dijeron de
el
la
con-
una multitud de ex-
travagancias, que indicaban que era incapaz del trato
de gentes,
y,
sobre todo, que habia olvidado
las
bue-
nas costumbres que los jueces tenian cuidado de mantener en el ejercicio de sus funciones. Habia en aquel entonces en
capital
la
un anciano llamado Yenair,
que s6Io hablaba en romance, de tal prestigio por su honradez y sinceridad, que su testimonio hacia fe en actas notariales y judiciales; era popularisimo en Cordoba por sus virtudes y por sus ortodoxas doctrinas
musulmanas. Lcs ministros le invitaron a declarar en aquel proceso; el anciano contesto en romance: Yo no le conozco a fondo y personalmente; pero religiosas
—
si
he oido decir
Y
al
pueblo que ese es un Ho malvado.
empleo un diminutivo que el monarca, cuando le
para expresar esta idea,
romance tan significativo, fue comunicado por los ministros el texto de la frase* queddse admirado y dijo: Verdaderamente, esa frase no la hubiera proferido un santo var6n como este, si la sinceridad no se la
—
Jmbiese dictado.
Y
destituyd entonces
Me dijo Mohamed
al juez.
ben Abdelmelic ben
Ayman
que,
cuando el paje de palacio fue a llevarle a Yoj^mir la orden de destitucion de parte del monarca, el juez no tuvo reparo en pronunciar delante de principales de
Cordoba [que estaban
las
personas
a su lado] la
si-
guiente frase:
— Diie me
soberano que cuando el me nombro juez mandd expresamente que me guardase de tener al
119
-
relaciones con ciertas personas no bien calificadas; ahora me destituye por instigaciones injustas de esas
mismas personas contra mi. Cuando el monarca supo, por referencias de su paje [pag. 97], las palabras que el juez habia contestado, dijo:
— Dios le abomine
por haber repetido ante
sonas principales de Cordoba
lo
que yo
dije
las per-
en se-
crete
DEL JUEZ AlJ BEN
AB1
BEQUER EL QUILABf
Abderrahmen II a Yojamir, nombrd para el cargo de juez a un hombre de Cabra, llamado AH ben abi Bequer ben Obaid ben AH El Quilabl. Tenia por apodo Yoanes. De el no tengo mas noticias Al destituir
que
estas.
DEL JUEZ MOAD BEN OTMAN EL XABANf
Abderrahmen II nombro" luego juez de la aljama Moad ben Otman El Xabani. Era de Jaen. Ejercid
a el
cargo durante diez y siete meses, pasados los cuales fue destituido.
Por alguna anecdota que de el se cuenta ha podido inferirse que su destitucidn se debio a que [pag. 98] en ese espacio de tiempo despacho y resolvid setenta causas, numero que parecid excesivo. Yo creo, sin embargo, que esa anecdota es inventada o supuesta, porque no encuentro reprochable el que un juez despa-
_
-
-
120
che y sentencie multitud de causas, si es que procede con justicia y trata de evidenciarse de la verdad. Yo he meditado acerca de ddnde haya podido proceder y sospecho que no es verdadera. El alitor de ella la conto y aim escribio para mandarsela al principe heredero [Alhaquem II], especificando que esta anecdota
era fulano hijo de fulano
que
el
oido referir a su padre. Estoy dispuesto a
la habi'a
creer que es verdad que fuera
como verdadera por
siderada
cuando este era
no
verdadera, eso la luz
de
la
su padre
una cosa de dos; o
contara; pero
Moad
juez,
indica sino
los
la
que
se habia extinguido
ser
y bien
los ne-
abogados de aquel tiempo,
resolucidn y se apresurara
las sentencias
se la
o no. Si era tenida por
no querian reconocer como cosa la
que
contemporaneos de
especialmente aquellos que pertenecian
acelerara
el
anecdota fue con-
virtud [de despachar pronto
gocios] y que los faquies o juez,
como
contaba, tal
la
al
consejo del
justa el
que se
ejecucidn de
la
en asuntos en que tuviesen
interns,
por
amigos de prolongar los pleitos, pues cuanto mas
mas ganancia podian
se alargaran estos,
reportarles.
Los ulemas que andan en estos negocios, saben quiero decir.
Y
anecdota no era considerada
si la
lo
que
como
verdadera, ella no tiene otra signification, sino la del
que
prurito de difamar
echando en cara a no querian acabar
que
los jueces la lentitud,
los pleitos
la cont<5,
puesto que
en favor de aquel a quien
y a eso aludimos antes al idea primeramente. jOh gente perspi-
correspondia hacer recordar esta
tenia el fulano
justicia;
caz, y c<5mo te dejas engaflar!
Fue"
Moad,
hombre de excesuave, que trataba con mu
segiin he oido decir,
lente conducta; de caracter
-
-
-^
-
121
-
cha atencidn a la gente; no tenia el genio violento de su padre; por eso salio mejor librado de la consideration del pueblo.
He
oido tambien
referir
que era hom-
y sanas intenciones que no solia penmal de nadie. Por su excesiva bondad encomendo
bre de tan puras sar la
administration de los legados pios [cuya inspection
correspondia
al juez] [pag. 99]
honrado, y respecto del cambiar de opinion. Acerca de esto dijo
bre que
el
un homcual tuvo que
de Cordoba,
creia
el
a
poeta Al-
gazal: El juez
Moad me
consulta y
Despues de haber nombrado
— Dime,
me
a un
dice,
hombre a quien
creia virtuoso;
querido, ique crees tu que hara ese hombre?
Yo le contesto:-Hara lo que el oso con Romper las colmenas y comerse la miel. iBenditos sean los tabanos, por
la virtud
las abejas:
[chupativa] que tienen!
ano 232, fechs en que ejercia de zabazoque de esa capital Ibrahim ben Hosain ben Jdlid. Moad ben Otman en ese afio casd o derogo la sentencia que el zabazoque habia pronunciado contra los Benicotaiba, por virtud de la cual
Moad
era juez
de Cordoba
el
Ibrahim habia de demoler las tiendas que estos poseian. Realmente correspondia resolver esa causa a la privativa jurisdiction de Ibrahim
benHosain ben
Jalid;
pero los faquies de aquel tiempo, Yahia, Abdelmelic y
Zaunan, declararon publicamente que aquella providencia no se ajustaba a la doctrina legal, y pusieron claramente de manifiesto el error del zabazoque. El juez aceptd esa doctrina de los faquies y derogo la sentencia de aquel.
.:v*r
-
DEL JUEZ
122
MOH A.MED
-
BEN ZIAD EL LATMf
Abderrahmen II nornbrd juez de la aljama, despues de Moad, a Mohamed ben [pag. 100] Ziad ben Abderrahmen ben Zohair ben Naxira ben Laudan ben Hais ben Halib ben Harita ben Raxida ben Zeid ben Harita ben Chadila ben Lajm ben Adf. Este Moh&med ben Ziad, padre del que en tiempos
nombrado
Elhabib ben Ziad, fu£ hombre de buena conducta; se recuerda con alabanza la epoca de su mando, por haber sido honrado y virtuoso. Fue discipulo de Moavia ben Salih, del que posleriores fue
juez
aprendid mucha ciencia.
Mohamed ben Abdala
ben abi
que cuando Yahia se sintid en cargd
la
el
Isa
me
ha referido
trance de morir, en-
ejecucidn de su ultima voluntad, en lo refe-
deudas y cumplir los contratos que pudieran estar pendientes, a Mohamed ben Ziad, que era en aquel entonces juez de Cdrdoba. Yahia habia sido mandatario suyo mientras el otro era juez. rente a pagar
Un
narrador de sucesos histdricos
me
ha referido
que cuando se estaba arreglando el sequito en el entierro de Yahia ben Yahia, [un hijo del difunto, llamado] Obaidala ben Yahia, que tenia entonces diez
anos, invito al juez
Mohamed ben
diera el cortejo funeral. se
puso en
la
En
presidencia
y siete
Ziad a que presi-
virtud de esta invitacidn
Mohamed
ben Ziad; pero
Ishac ben Yahia [otro hijo del difunto] quiso dirigir
el
cuando el juez se puso a rezar, Ishac lo hizo tambien, hasta que ambos llegaron al saludo final: saludd Mohamed ben Ziad y saludo Ishac ben Yahia, rezo y,
*,,"*•--'-
123
oracidn funeral que hicieron a Yahia Al terminar el rezo, Mohamed ben Ziad
Asi tuvo lugar
ben Yahia.
3a
dirigidse a Ishac
—iQuien
te
ben Yahia y
3e dijo:
ha autorizado para presidirme en esta
ocasidn?
— ^Y
quien
te
ha autorizado
para presidirme,
— contestdle
tratandose de
Ishac
los funerales
—
de mi
padre?
—La
presidencia de los funerales— replied
el
juez—
mi de derecho [como jefe de la oracidn] y no a ti [pSg. 101]; ademas, tuhermano me ha invitado a que presidiera. Tu hermano haprocedido con mucha mas correccidn que tu. Pardiez, si no fuera por atencidn al difunto, ya verias lo que haria
me correspondia
a
contigo.
Se dice que estas
frases laudatorias que el juez
hamed ben Ziad pronuncid ponderando
la
Mo-
correccidn
de Obaidala ben Yahia en ese dia, fue causa de que
Obaidala adquiriese siderado
el prestigio
como hombre m&s
que
le llevd a ser
con-
distinguido y fuese luego
mas enaltecido y honrado. Esta anecdota se la conte yo a
Mohamed ben Ab-
ben abi Isa, el cual no la conocia, y dijo: Pues sepas que Obaidala guardaba a su hermano muchisimas consideraciones: cuando este queria mon-
dala
—
tar,
Obaidala iba respetuosamente
a coger el estribo;
y trataba a su hermano Ishac con atenciones que no se si las habria guardado con su mismo padre.
Ahmed
ben Ziad
refiere
que Abenguadah contaba
lo siguiente:
Se presentd un testigo hamed ben Ziad. Garab
a declarar ante el juez se atrevid a decir a este:
Mo-
—
-
—.iQuien es tra
testigo
el
124
-
que se atreve
mi? Aunque ese testigo fuese de
a declarar con-
la
categoria de
ben Sad [no debia aceptarse su lestimomo], contesto el juez Mo(iA que cuento viene ahora hamed ben Ziad recordar aqui el nombre de Al-l£it ben Sad? Y ordend ei juez, estando en plena mezquita y siendo Garab jefe superior de la guardia del monarca,
Al-lait
—
que
—
—
le arreasen
una azotaina encima de
la
cabeza.
Realmente aquello estuvo muy bien hecho. Dice Abenguadah que Abenalcasim sostenia que el soberano podia castigar al delincuente con pena de azotes en
zaba.
Y
la
mezquita; pero Abensahnun no lo autori-
afiadia:
Cuando Sahnun ben Said
ejercia el
cargo de juez castigaba con la pena de azotes al que, siendo solvents, no queria cumplir una obligacidn que
sele imponla.
A Abensahnun
—iDe donde has sacado el
licito
tu
se le objetd
diciendo:
esa doctrina, de que es
corporal en esos casos fpag. 102],
castigo
que nosotros no nos atrevemos a imponer mas que el castigo de prisidn, hasta tanto que cumpla lo que debe cumplir? Derivo mi criterio— contestaba Sahnun— de una
siendo
asi
—
tradicidn del Profeta, que dice:
"El retraso o aplaza-
miento de aquei que realmente pudo hacer
la
su tiempo debido, es hecho que constituye por
una
injusticia. n
injusta a
por su
Y cuando
el
Profeta
cosa a si
solo
mismo tacha de
una persona, yo creo que puedo castigarla
injusticia.
Mohamed ben Guadah
contaba lo siguiente:
Se presents una informacion de personaje de
la
contra
uti
propia familia del soberano, ante
el
testigos
-:
_^
W_^
:
k2Ml -
— juez
Mohamed ben
contra
125
—
Ziad. El juez envio a
la
persona,
cual declaraban, dos emisarios que le di-
la
jeran:
—Fulano y zutano han lo
de mas
declarado contra
alia. Si tu tienes
ti
esto
medios de defensa,
y
pre-
sentalos.
EI juez [tuvo cuidado de comunicar esta orden de palabra y] no quiso comunicarla por escrito. El de-
una carta at soberano haciendole saber que el juez no le queria comunicar el asunto por escrito. El monarca ordeno al juez que lo hiciera en
mandado
dirigio
debida forma; pero
el juez
MoMmed
ben Ziad con-
testo
—Temo que, che de las
ella
al hacerlo
yo en esa forma, se aprove-
para esquivarla y transgredirla, amaflando
pruebas en favor suyo para destruir
testimonios.
De
hazafias suyas
Un
ulema
eso estoy
que todo
me
el
el
valor de los
muy bien informado mundo sabe.
dijo lo siguiente: Iba
por
Mohamed ben de Mohamed
andando en compaiiia ben Isa Elaxa, cuando se encontraron con un borracho que caminaba vacilante e inseguro por efecto de su borrachera. El juez Mohamed ben Ziad mandd prenderlo para aplicarle el castigo que la ley religiosa im-
Ziad
cierto dia
pone al borracho. Los sayones de! juez lo prendieron. Luego anduvo un poco y llego a un sitio tan estrecho que tuvo que adelantarse el juez y quedar detras Elaxa. Al rezagarse e cia aquel say<5n
ir
tras del juez,
que habia cogido
Elaxa se volvio haal
borracho y
le
dijo:
—El
juez
me ha
El sayon lo
solto"
dicho que sueltes a ese borracho. entonces. Luego se separaron am-
—
12t>
-
bos,tomando cada uno su direccion. Al acabar su paseo y [pag. 103] entrar en su casa, el juez pregunto" por el borracho y le contestaron:
— EI faqui Abuabdala nos dijo
que usted habfa
denado que lo soltaramos. —
— Si—
le
el juez.
contestaron.
— Bueno, bien — repuso
Lo que
or-
se cuenta
de
la
el
juez.
conduct de
luces en esta materia, es decir, el rraran los ojos para
no
los jueces
que
los
anda-
jueces ce-
ver a los borrachos, y su evi-
dente negligencia en castigarlos y hasla la excesiva benignidad con que los trataban, no me lo explico de otra
manera, visto que en Andalucia se hablaba de
esas cosas en todas partes y se les excusaba
sino unicamente por la
el
vicio,
razdn que voy a exponer:
pena que ha de aplicarse
al
borracho
es,
la
entre todas
derecho musulman, aquella que no esta marcada taxativamente en el libro revelado; ni siquiera las del
hay una tradicion mahometica, admitida y segura; sdlo consta que al Profeta le presentaron un hombre que habia bebido vino, y pafierosque
le
el
Profeta ordend a sus
com-
aplicaran unos azotes por haber falta-
do a sus deberes; en virtud de esa orden le pegaron unos zapatazos y unos zamarrazos con las cimbrias de la mantilla [c bufanda que llevaban al cuelloj. Muri6 el Profeta y no sefla!6 concretamente que debiera castigarse al borracho
con una pena que estuviese formando parte del cuadro de las otras penas. Cuando Abubequer (1) tuvo que intervenir en estas cosas, des(1)
En
el
margen se dice j^c como correcci6n.
.
-
127
pues que falto el Profeta, pidid consejo o consults con sus companeros. All ben abi TAlib le dijo:
— Quien cha,
bebe, se emborracha; quien se emborra-
hace disparates;
el
que hace disparates, forja
mentiras; y a quien forja mentiras, debe aplicarse
pena.
Yo
la
creo que deben darse ochenta azotes al que
bebe.
Los compafieros aceptaron esta opinion de Ali. Los Iradicionistas recuerdan que Abubequer, al tiempo de morir, dijo: lo unico que me preocupa es una cosa: la pena del que bebe vino, por ser cuestidn que dejd sin resolver [pag. 104] el Profeta, y es uno de esos asuntos sobre el cual no nemos pensado hasta despues que murid Mahorna. La causa que motivd la destitution de Mohamed ben Ziad de su cargo de juez, fue lo que ocurrio" con el
sobrino de Achab, a saber, lo siguiente:
Se hizo una information de testigos que declararon contra ese sobrino, por una frase [trrespetuosa para la divinidad] que pronuncio desdenosamente en un dia de liuvia. Abderrahmen II ordeno que se le metiera en la
c&rcel.
Achab
ra del encierro.
solicitd
Esta
con instancia que se
Achab podia tomarse
tal
le
saca-
confian-
con el soberano, por la estima y consideration con que el padre de este la habia distinguido. El monarca
za
le
dijo a ella:
— Examinaremos las opiniones de
los
ulemas a ver
penalidad en que ha incurrido por haber pronunciado esa frase y, luego, ya lo recomendare" yo para la
que
se le favorezca.
El monarca ordeno a
Mohamed ben
dina en aquel entonces, que citase
quies de
la
ciudad y que
los
Asalim, zalme-
al juez
y
a los fa-
reuniera en asamblea
1
-
—
— magna
128
-
de inquisicidn]. Formaron parte de esta asamblea Abdelmelic ben Habib, Asbag ben Jalil,
(1) [o tribunal
Aban ben caso, ciada. te el
Abu
Abdelala ben Guahb,
Zeid ben Ibrahim y
ben Dinar. Se les consultd acerca del refiriendo ademastaxa'dvamente la frase pronunIsa
No se decidieron por aconsejar la pena de muerjuez Moh£med ben Ziad, Abuzeid, Abdelala y
Aban; e informaron que debia matarsele Abdelmelic ben Habib y Asbag ben Jalil. EI zalmedina, Mourned ben Asalim, dispuso que consignaran por escrito sus informes respectivos en un
habia de elevarse
documento que luego
monarca. Asi lo hicieron; y cuando el soberano examino detenidamente lo que ellos habian expuesto, se decidio en favor de lo que habian al
dicho Abdelmelic y Asbag, es decir, penso que debia condenarsele a muerte y ordeno a su paje Has&n que
comunicara su resolucidn [pag. 105]. El paje salio, y dijo al zalmedina: —El monarca se ha enterado del informe j'uridico que los faquies han presentado en el proceso de este les
impio. El soberano dice
al
juez: vete,
porque
te
ne-
mos destituido. Ahora, en cuanto a ti, Abdelala, sabemos que Yahia ben Yahia en cierta ocasion declaro que
un ateo, y de los informes de aquel que es tachado de ateo no debe hacerse caso. En cuanto a ti, oh Aban ben Isa, habiamos pensado nombrarte juez de Jaen; pero ahora pensamos que no sirves para ocupar ese cargo, porque una de dos: si has sido en esta ocasion sincero [eso quiere decir que no sabes dere-
(l)
tu eras
EI nombre jj«MliJ] no tiene en diccionarios acepcion aplica
ble aqui. Puede signiticar asamblea taa clases,
formada por personas de o tribunal de inquisicidn, que es lo queparece.
distil
-_
-
*--
-
*
^.-
—
129
-
cho], y ya no es hora de que te pongas a aprender las decisiones legales; y si fuiste mentiroso, al mentiroso
no
bebe prestar creMito ni confianza. Y al otro [Abuzeid, que no quiso nombrar] le dirigio frases tan se
le
soeces, que ni entre criminales se emplean, ddndole a
entender que se a
soberano pensaba que debia dedicarser maestro de parvulos. el
Hasan dijo al zalmedina: monarca me manda que saigas
El paje
—El
con estos dos
mismo
ah;.ra
Abdelmelic y Asbag, y que vayan con cuarenta sayones a cumplimentar la pena o castigo que ellos creen que merece ese impio. Abdelmelic salio diciendo:
—EI
Dios
sefiores,
quien servimos ha sido escarnecido; no lo defendieramos, realmente seriamos unos ma-
si
a
los siervos.
Luego
se saco de la carcel al impio,
y esos dos sehasta que me izado
fiores
estuvieron delante de
en
poste o cruz. EI impio decia entonces a Abdel-
el
el
melic:
—Oh
Abumeruan, teme a Dios por haber sido causa de que derramaran mi sangre. Yo testifico que no hay mas Dios que Ala y que Mahoma es su Profeta. —SI; ahora lo dices— contestaba Abdelmelic—; antes, sin embargo, eras un rebelde.
Todo
esto sucedia mientras lo estaban crucificando;
luego los dos seflores se marcharon.
A Mohamed
ben Ziad no se le achacd [pag. 106] durante el tiempo de su mando nada de particular, segun cuentan los ulemas, fuera de una pequefia licencia que tolero (y se hizo publica) a su mujer, como las que suelen tomarse
las
mujerescon sus maridos; pero 9
el
vulgo, inclinadoa
la
130
-
maledicencia,
esparcio en
la
seguidaa todos los vientos, y aun exagerd, sin que realmente fuera cosa grave, sino una pequenez que no debiera haber llamado
la
atencidn
Sumujerse
(1).
llamaba Cafat.
Ahmed ben Ayman dice que Mohamed ben Abdelm£lic ben Ayman le refirid lo siguiente: Cuando Mohamed subid al trono de los califas, se I
le
reco:nendd que confiara de nuevo a
ben
de juez y de jefe de la oracidn; pero monarca, aunque Abenziad habia sido protegido
Ziad ei
Mohamed
los cargos
suyo antes de subir al trono, no quiso acceder, y contestd al que le recomendaba: -—(iCrees tu acaso que he olvidado lo que el pueblo ha murmurado de el por el asunto de Cafat? Y le nombro unicamente jefe de la oracidn [pero no juez].
Mohamed ben Guadah
refiere
Mohamed
que oyd a
ben Ziad, cuando fue nombrado jefe de la oracidn la segunda vez, durante el reinado de Mohfimed I> que decia a los sacristanea o servidores de
la
mezquita a
quienes habia citado:
—Se me ha surables
(2)];
dicho de vosotros [algunas cosas cenyo os recomiendo que temfiis a" Dios;
que cumpl&is con vuestros deberes y me secund£is, a fin de cumplir con las obligaciones que tenemos; sabed que si yo encuentro que alguno de vosotros hace algu-
Dozy (Suppliment aux dictionnaires arabes)
(i)
da acepcion nueva. El
original dice
**o^*a y bm
lee
so***
significado
y le
no es
dudoso. (a)
Falta en el original.
'
-
,
\0
na cosa mala,
Y aiiadio: —Vosotros
aplicare
le
si
en
el
consiguiente castigo.
que yo haga y poned la vierais que yo faltara, entonces os
fijaos
atencion en mi:
-
131
lo
considerareis autorizados para falrar; pero
veis
que
yo cumplo con mi obligacidn, secundadme y no motivo para que os censuren.
deis
si
[Pag. 107] DEL JUEZ SAfD HEN SOLEIMAN EL GAKEQUf
Abujalid Said ben Soleiman ben Habib era originario de la ciudad de Gafec. Habia sido juez de Merida
y
de otras partes, antes de ocupar el cargo de juez de Cordoba; luego,el monarca Abderrahmen II le nombro" juez de la aljama de Cordoba.
Tengase cuidado en no
confundir a Soleiman ben Said [padre de este juezj
con Soleiman ben Asuad,* que fue tambien juez de aljama de Cordoba. EI faqui
Abuotmin
El Iraqui contaba, por habeiselo
oldO referir a Abuabdala
g&n
me comunicd Fa re ch
que tambien nas han ejercido cia,
br6s justos,
la
Moh^med ben Guadah, ben Selma,
se-
la siguiente noti-
ben Sad: cuatro persocargo de juez, cuya fama, de hbm-
referia Jalid el
ha corrido por
el
mundo: Dohaim ben
Elyatim, en Siria; Elharit ben Misquin, en Egipto; Sahmm ben Said, en Cairuan, y Abujalid Said ben Soleiman, en Cordoba.
Respectode Dohaim ben Abderrahmen ben Ibrah im se sabe que era deDamasco, y le nombrd juez de Siria (
Chafar El Motaguaquil. Murio
Dohaim ben
Abderrah--
men, conocido por Abeneiyatim, en Rambla, pero no se lafecha [pag. 108] en que ocupo
afto cl
245;
cargo.
a
-
132
-
cuanto a Elharit ben Misquin, nombrole tambien juez de Egipto Chafar EI Motaguaquil el aflo 237, Cuando recibid la credencial de su nombramiento en-
En
contr&base en Afejandria; luego se trasladd a Misra
y
fue juez en esa ciudad hasta que se le destituyd el vier-
nes a
siete
noches restantes del mes de Rebia primero
del ano 245.
nombrole juez de Ifriquia Mohamed ben Elaglab El Temimi, aflo de 234; y murio Sahnun siendo juez, no cesante, 240. el martes a siete dias corridos de Recheb del aflo
En
A
Sahnun ben Said
cuanto a
Said ben Soleiman
nombrd
le
de Cordoba Abderrahmen
murid Abderrahmen
II;
El Tanuji,
II;
luego,
aljama
juez de la
y fue juez hasta que
Mohamed
I
le confir-
cargo; y lo ejercio cerca de dos aftos; al fin, murio en Cdrdoba siendo juez, no cesante. No be oido decir la fecha en que fue nombrado, pero sin
md
en
el
duda alguna debid de ser despues del aflo 234. Dice Jaiid ben Sad: me refirid un ulema, amigo mio, que Ahmed ben Abdala ben abi Jalid, que alcanzd" a vivir en los tiempos del juez Said ben Solei-
man y
presencid
cdmo
juzgaba este rodeado del pu-
blico, contaba lo siguiente:
monarca Abderrahmen II quiso nombrar a Said juez de Cordoba, envidle un emisario [pag. 109J, el cual encontro a Said arando con su yunta de bue-
Cuando
yes en tas.
el
el
cortijo
que poseia en
el
Llano de
las Bello-
Ei emisario le dijo:
— Ponte
cabailo inmediatamente para
a
doba, porque
el
monarca tiene
el
ir
proposito de
a
Cor-
nom-
brarte juez.
— Dejame
ir
antes a mi
casa— le
preparar lo que sea precise
contestd
Said—
-
— Estate
tu aquf
133
-
conmigo— le
dijo
el
no
emisario
queriendo dejarle marchar— y envia a alguienque vaya a tu casa por
la
caballeria que hayas de montar
que necesites. Asi se hizo; y cuando llegd
y
las provisiones
le
Cordoba,
a
nombro
juez.
Iba a
mezquita, donde tenia
la
un chupa blanca, Uevando en
la
el
curia,
la
cabeza un
soberano vistiendo
alto
bonete
de forma cdnica, tambien bianco, y una capa blanca de
la
misma
clase.
Cuando
con
los curiales le vieron
aquella vestimenta les parecid, a primera vista,
hombre despreciable y en que
el
no estaba en
un
hasta se atrevieron, en un rato la
mezquita, a traer una es~
puerta llena de cortezas de bellotas y ponerlas debajo de la estera sobre la que habia de colocarse el juez
para rezar. Al venir este,
despues de realizada esta
encima de la estera, sintio que alii debajo habia una cosa que se resquebrajaba y, cuando acabd de rezar, levantd la estera y vi6 las cortezas de bellotas. Alguien le dijo que unos curiales habian hecho aquello, y el juez, persuadido de que efectivafechoria y ponerse
mente
asi
habria sido, al present&rsele aquellos, di-
joles:
—Oh cara el
asamblea de
curiales, vosotros
que yo sea del Llano de
me
echdis en
las Bellotas; os
pro-
meto que he de ser, pardiez, tan duro como la madera de carrasca, que no se hiende. Luego, tras estas palabras, les juro que ellos no
abogado ni procurador en su curia durante un afio. Eso hizo que estuviesen a punto de arruinarse, quedando pobres. ejercerian el oficio de
+
Me
*
?
"
contd Farech ben Selma
el
de Poley
[pag. 110]
que Sadiin ben Nasir ben tendimiento,
-
ia4
Cais,
anciano de vivo en-
habia referido que su padre habia
ie
sido administrador o procurador de Said ben Solei-
man, y que en
cierta ocasidn vino,
desde
el
Llano de
Said ben Soleiman [en
las Bellotas, a casa del juez
Cordoba], y se encontrd que el juez tenia de visita en su casa varias personas, entre las cuales un matrimo-
hombre y mujer. Contaba Nasir ben Cais: Cuando entre en casa del
trio,
juez, se levanto este para
saludarme;- luego se sentd y dijo a estaban a su lado:
—
Sefiores, este es el que,
las
personas que
Dios mediante,
me man-
tiene a mi y suslenta a mi familia.
me
Despues afio,y yo
pregunto acerca dc
le dije
que
la
cosecha de aquel
las tierras del juez
habian produ-
cido a razdn de siete modios de cebada y tres modios de trigo. El juez did gracias a Dios y le atabd, e
inmediatamente se puso
a hablar
con aquel hombre
aquella mujer que tenia de visita. El
hombre
y
dijo al
juez:
—
Sefior,
ordena a
esta
migo a mi casa. La mujer se pegd al marido ni un palmo de
mujer que se venga con-
y juro que no iria consu terreno, y dijo ella al juez: Por aquel Dios que no hay otro que el, si me mandas que vaya con ese hombre, yo me mato; y tu seras culpable de mi muerte. suelo
—
Dice N£sir: ..
Cuando
el
juez oyd estas palabras de
la
mujer, vol-
vidse hacia un sefior que tenia a su lado, que creo era '
faqui, y le dijo:
-~c[Que
te
parece este caso?
-
— Si al juez no
.
135
-
—
consta— contestd el faqui que mal a su mujer, debc obligar a esta le
marido trata a que vaya con su marido, quiera ella'O no quiera, a menos que el marido se ccnforme con separarse de ella mediante una indemnizacidn u otra cosa que ella le oirezca; pero si el se niega a consentirlo sin que ella le ofrezca indemnizacidn, puede hacerlo; eso es cosa muy licita, porque el marido puede despojar a su mujer hasta de los pendientes que Ueva en sus orejas, ese
no
si
le
ha hecho ningun mal
trato. el
ma-
pobre y no tiene capital
riin-
[P£g. Ill] Al oir ese informe.del faqui, dijo rido:
— |Por Dios,
si
ella es
guno!
—Y
si
brarse de
ella— dijo
juez— creyera que pudiese
el
ddndote indemnizacidn,
ti,
li-
ir
se-
parandote de ella?
—En contestd
ese caso el
si
que
lo haria
yo con mucho gusto—
marido.
Dice Nasir:
Entonces
el
— —Sdlo he
juez se volvio" hacia
mi y me
dijo:
en este viaje? traido un modio de trigo y dos modios
,iHas traido tu provisiones
de
cebada— le dije yo. En aquel instante vi que
dando vueltas
a los
el
juez estaba moviendo
dedos [como quien cuenta], y
y
lue-
go dijo: —Provisiones para nueve mesesy aun mds. Despues dijo al marido: Toma lo que resta de mi cosecha en mi cortijo y en paz a tu mujer; de ese modo te venis libre de
—
deja
ella.
— Aceptarla
esa oferta
— dijo
ai
oir
eso
el
ma-
— rido
—
si
esas
136
provisiones
— Ya veo — contests sabe aprovechar
el
estuviesen en
juez— que
eres
Cordoba.
hombre que
la ocasidn.
EI juez, entonces, puso las
vantd,
-
en una de
manos en
tierra,
se
le-
habitaciones de su casa y sacd una pieza de tela blanca de lana y se la entregd al marido, diciendole: entro"
— Esta pieza de para que
las
tela se
ha fabricado aqul en mi rasa
pudiera yo usar este invierno; realmente puedo pasar sin ella; tdmala y vendela, y con el prela
que saques tendras dinero para los gastos de transporte de mi cosecha a tu casa. El hombre la tomo y dejd en libertad a su mujer. A mi me ordend que le entregara aquellas provisiones; y no tuve mas retnedio que entregarselas. cio
Dice Jalid ben Sad que un ulema amigo suyo le contd, por referencias de un hombre virtuoso, de los mejores musulmanes, que vivia en tiempos del juez Said ben Soleiman,
Un
dia, Said
mezquita hasta dia.
Luego
lo siguiente:
ben Soleiman estuvo juzgando en la que transcurrio la primera parte del
se levantd
y marchdse a su casa. Ya estaba a piinto de entrar en ella, cuando el padre de Nasar el eunuco venia en busca del juez, rodeado por losguardias que le solian acompaRar. El no sabia hablar mas
que en romance, y gritd desde lejos en romance: [Pag. 112] -Decidle al juez que se detenga, porque tengo que hablarle.
—Decidle en romance- contestd el juez— que el juez esta cargado y rnoles'ado de estar despachando negocios en la curia. Al anochecer, cuando vaya a la mezquita a dar audiencias y resolver
los
asuntos pu-
blicamente ante entendera, le
si
137
-
pueblo, que vuelva
el
el
y entonces
Dios quiere, en ese negocio que tanto
urge.
El juez se metid en su casa y no quiso afenderle.
Sad que Mohamed ben Omar ben al juez Said ben Soleiman de hom-
Refiere Jalid ben
Lobaba
calificaba
bre honrado, virtuoso, y alababale diciendo que era
modesto y humilde. Mohamed ben Omar ben Lobaba dice que Mohamed ben Ahmed El Otbi le contd lo siguiente:
Un viernes,
en que asistiamos a los oficios divinos en
mezquita aljama de Cordoba, dirigid la oracidn el juez Said ben Soleiman. Una vez acabados los rezos, la
salimos acompanandole; ballo, sino a pie,
que llegd
al
el se
puso
a andar,
yendo en compania
horno, en
el
cual solia
no a
nuestra,
cocer
el
ca-
hasta
pan.
El
juez dijo al hornero:
— cocido ya mi pan? — Si -contestd hornero. — Traelo— dijo juez. <{Estd
el
el
Y
se lo did; cogid los panes, se los metid debajo del
brazo y nos fuimos andando hasta llegar a su casa, en la
que
entrd; nosotros nos
Refiere un ulema
acostumbraba
que
marchamos dejdndolo
el
alii,
juez Said ben Soleiman
mezquita aljama y solia Uno de los dias yendo a
a juzgar en la
ir
la andando por su pie. mezquita, seria ya a media inafiana, al llegar a la puerta de los Judios, se tropezd con Said ben Hasan
a ella
el
faqui. Este Said habia
vaba
tratar
ciendo:
con ef juez
roto las relacionesy esqui-
[p3g.
113]. Este le increpd di
w#i
.-
-- iPor que esquivas
Ya no vienes"[por que no me propongo
tratarme?
el
(
el.juzgado]..
—
13S
Por Dios; sabete
m£s que hacer justicia; ni quiero tar mi conducta a la ley.
— |Ah,
si
yo
Said ben Hasan
hubiera
lo
-no me
otra cosa
que afus-
—
respondid
sabido!
le
hubiese apartado de'ti y
habria tolerado que esa cartera [indicando
la
bali-
dondellevaba los papeles] permaneciese en ius manos. Despues de esta conversation, Said volvid a fre-
ja
.
cuentar
el
juzgado.
Said ben Soleiman permanecid ejerciendo hasta que murio Abderrahmen II, aflo 238 (1). Contd Moh&med ben Abdelmelic ben Ayman que le hablan referido personas que habian asistido a
la
proclamation del
monarca Mohamed I, que cuando el juez Said ben Soleiman fue a presentarse al nuevo soberano y'se puso cerca de
—Oh, Y
juez,
el,
dijole el
monarca:
continua ejerciendo tu cargo.
continud siendo juez en los principios del reina-
do de Mohamed, unos dos pues murio ejerciendo
do descendencia. Encontre en una
el
lista
es
se que haya deja-
de nombres, que se extrajo
ben Soleiman sucedid en si
prdximamente. Des-
No
cargo.
del archivo de los jueces de
Said; pero no se
afios
Cordoba, que el
cargo
Moh&med
al
juez Said
Mohamed ben
hijo de Said
ben So-
puedo decir que no he encontrado noticia que a el pueda referirse, ni he oido contar nada de el a los ulemas que alcanzaron a vivir en aquel tiempo, sino es la mencidn de su nombre, que leiman o
(i)
En
es otro; solo
el
manuscrito dice 288, fecha equivocada.
—
139
—
estaba inscrito juntamente con bres de los jueces de
la
el de-
aljama, en
losnom-
todos
sacada del
la lista
archivo mencionado.
[P5g. II4] DEL TUEZ
Ahmed ben Ziad de Mohamed ben como
juez.
ben
AHMED BEN ZIAD EL
Abderrahmen
I.AJMf
hermano Ziad, anteriormente mencionado El monarca Mohamed, por iniciativa per(1)
es
venirde Sidonia y lo nombro juez de la aljama. Se condujo admirabiemente en el ejercicio de su cargo: era un santo vardn, de sonal suya, lo eligid,
hizo
le
sanas ideas, de conducta irreprochable. Se dice que fue durisimo y severo, a pesar de su
bondadoso
ca-
r&cter y de su natural recto.
Un Ziad,
me
narrador de notices
dijo que
Ahmed
ben juez, era hombre que imponia muchisimo
el
temor con sus resoluciones; no consentia que nadie le hablase de los asuntos de curia sino en
respeto
el
lugar y hora de sus audiencias; no permitia
die se le acercara por la calle ta
con su cortejo, ni que
enalgo que
le
insistia
te
correcto, lo metia en la
rrador que rach] lo
un
dia
la
al
volver; al
no consideraba convenien-
Mohamed
abordo junto a
iba a la mezqui-
acompafiaran
que
el
cuando
que na-
Recordaba el naben Yusuf [apodado Elacancel.
puerta del Puente.
El
juez
en aquel dia habia mandado encarcelara un hombre
que se
le
habia presentado en mala forma, increpan-
dolo y usando de palabras inconvenientes que no de-
(1)
En
el
manuscrito
***$),
i*?
—
-
140
bian emplearse. Elarach realmente era
mor un poco
raro
pronto. Al saber
la
y
fuerte,
orden
hombre de hu-
que se encolerizaba
enviando
del juez
muy
a la car-
aquel hombre, dijo:
eel a
— Es imposicidn llosos
de soberbios y conducta de orgueso de no permitir que le hablen a uno por la
calle.
El juez
Ahmed ben
nd meter en
la
Ziad,
al oir
La noticia corrio de gente que estaba en la aljama,
carcel a Elarach.
boca en boca entre la porque eso habia ocurrido en
de
la
sitio
muy
cercano [pagi-
momento en
na 115]. Hallabase en aquel jefe
tales palabras, orde-
guardia del sultan,
Mohamed
la
Ahmed
ben Ziad,
el
ben Abderra-
me.: ben Ibrahim, y salid inmediatamente a
taba
aljama
donde
es-
reprocho lo que habia he-
le
cho y desaprobd el criterio tan cerrado que el juez tenia. Este volvio" sobre si, no insistio en su propdsito
y ordend que sacaran de
la
carcel a
Mohamed ben
Yusuf.
Ahmed
el
cargo durante
y algunos meses, hasta que uno de sus hihizo una calaverada en Sidonia. La noticia de este
nueve jos
ben Ziad permanecid en
aflos
hecho llegd
a oidos del
Mohamed, el cual, un hijo de Mohamed
soberano
para examinarel caso, envid a
llamado Muza, hombre inteligente y de mucha sagacidad y viveza. Se llevd a cabo la investigation, se vid que era verdad lo que se habia dicho y el juez no tuvo mas remedio que sufrir, como ben Muza
el
visir,
consecuencia de
la
calaverada del hijo, su propio des-
y degradacidn. contd Ahmed ben
prestigio
Me
Mohamed ben Omar ben Lo-
baba que Haxim ben Abdelaziz exigid del juez Ahmed ben Ziad que pusiera en venta una casa que ha-
K"
m jtf"_
•,-^--v
-
-
—
141
bia dentro de la ciudad, perteneciente a los huSrfanos
de uno de los hijos del monarca Mohamed. El juezse opuso e insistid tenazmente en su negativa y dijo:
— Yo no consiento que En
se
venda.
Amer
aquel entonces era secretario del juzgado cual ambicionaba
juzgado y andaba en connivencia con Haxim ben Abdelaziz. Este secretario persuadio al juez Ahmed ben Ziad de que en-
ben Abdala,
el
el
tonces era ocasidn oportuna para que escribiese
al so-
berano rogandole que le consintiera dejar el cargo. El juez Ahmed ben Ziad aceptd el consejo y escribid al tnonarca presentando
la
dimisidn.
Y cuando ya habla
y era imposible deshacer lo hecho, presentd ante el juez uno de sus mas intimos ami-
mandado se
gos y
carta
la
le dijo:
— Tu eres hombre poco comunicativo
(1),
excesiva-
mente callado; tu secretario tambien es hombre reservado y yo he sido tambien muy poco expansivo. No me te fies de tu secretario Amer, el cual te engafla y engana a mi. dQue [pag. 116] es lo que te ha aeonsejado?
—Me
ha
y que escribiese al misidn: asi lo he hecho. mitir;
— Por
juez— que yo debia monarca presentando mi
dicho— contestd
el
Dios -replied entonces su
amigo— ya
didi-
pue-
des considerarte cesante.
Y (
i
)
aquel amigo suyo que contaba este suceso anadia: Dozy (en su Supplement
de este texto
el
en esta cr6nica,
atix dictionnaires arabesj
da
al jifO*
veces sale signiiicado de tonto, majade-o. Cuantas Se hace significa corto de palabra, j>oco expansivo.
pagina 194 del texto arabe, donmujer, le dice: de el juez, para impedir la charla excesiva de una evidentisima esta signiacaci6n en
jjjO*! no charles tanto.
la
—
—
142
Apenas me marche yo [de casa cretario del soberano y comunicd
—El
monarca
juzgado
al
del juez], vino el seal
juez lo siguiente:
que entregues
te dice
archivo del
el
nuevo juez que ha elegido, Amer ben Ab-
dala.
Un ulema
contaba lo siguiente:
Cuando sobrevino
el grave tropiezo
de
Ahmed ben
Ziad y su desprestigio, por virtud de lo que habia hecho su hijo en Sidonia, pidid consejo a su secretario,
Amer ben Abdala,
acerca de lo que debia
en aquel trance, vista hijo le habia creado.
la
Su
—Yo creo que debes le
que
te
admita
casos, cuando
situation
delicada
hacer
que
su
secretario le contestd:
escribir al
soberano rogdndo-
dimisidn; pues los reyes, en estos
la
con entereza y
dimisidn, suelen confirmar en
virilidad se presenta
cargo
el
al
la
que dimite,
reiterando y renovando su confianza al dimisionario. El juez Ahmed ben Ziad consintio en esto y escri-
bid una carta [de dimisidn], en la cual puso toda la elegancia de su estilo.
En aquel entonces
el juez
Ahmed ben
Ziad habia
cpnfiado la inspeccidn de los legados pios a im hombre de los mas sagaces y astuios, eonoeido por Zeid El Gafequi.. Este Zeid fue a casa de Ahmed ben Ziad
en
el
momento en que
Abdala, acababa de
que dijo .
la
de
este,
Amer ben
salir.
al juez:
eshombre te
secretario
Zeid estaba enterado ya de carta se habia escrito [aunque no enviado]; y
..-7-jOh juez, este
sivo;
el
y
que acaba de
reservadisimo;
tatita
reserva
salir, es decir,
yyo.he
puede sernos
engana. Por Dios,
si tii
Amer,
sido poco expan-
daflosa.
Yo creo que
presentas al soberano la di*.
<&-:
-
-
143
misidn, seguramente aprovechara las circunstancias en que te encuentras para lograr sus deseos. [Pag. 117] El juez no quiso creer
al
inspector de los
legados pios ni seguir sus consejos, y envio" la carta en la forma en que la habia redactado. El monarca le destituyd.
Mohamed ben Ayman
cuenta que Zeid
le refirio" lo
siguiente:
Eslaba yo en guardia y
me
mercado, cuando se
el
me
acerca un
dice:
— Tendras que ponerte a
las
drdenes del juez.
—
fuf a verle
dijo.
y
me
encontre que
Amer
ben Abdala estaba sentado en la aljama. Este Zeid contaba tambien un suceso que le ocurrid con Amer, relacionado con el hecho narrado; pero es demasiado largo para referirlo. Dice Jalid ben Sad: Uno de mis amigos me contd r
que Yahia ben Zacaria le habla referido lo siguiente: Cuando Amer ben Abdala fue nombrado juez, no quiso incautarse del archive* del juzgado, sino de-ma-
nosde Ahmed ben
Ziad.
Amer
le envid a
llamar y
exigid que fuera el personalmente quien le entregara. ef archivo [o documentacion del juzgado], sin que en-
comendara a nadie, que no fuera el, el hacerla entre-' ga. Vino Amer con Ahmed a la aljama y este le entregd el archivo; y cuando se levantd Ahmed, cogio del brazo a
Amer y
le dijo:
tuya de proceder para conseguir este cargo* es accidn cuya malas consecuencias no desearia yo que te alcanzasen a ti.
.— Esa manera
—
.
™'T&?0$§
144 -
DEL JUEZ AMER BEN ABDALA BEN LEIT EL COBAA
Era cliente de
la hija (1)
de Abderrahmen
se
Amer ben Abdala Abuabdala. Fue
te
que
ejercio el
por los
cargo de juez de
califas [p£g. 118].
Este
la
el
I;
ilamaba-
primer clien-
aljama,
nombrado
nombramiento
caustf
rnuy mala impresidn entre los &rabes (2) y se atrevie ron a hablar de esa designacidn. Estas censuras llegaron a oidos del monarca
Mohamed
I,
y
dijo.
— He encontrado en ese hombre condiciones que en arabes no he encontrado. — En cuanto juzgado — contestaron Arabes
los
los
al
no nos oponemos a que
go
politico; pero
lo desempefie,
en cuanto
porque es car-
a dirigir la oracion
[en la
mezquita aljama], a eso nos opondremos resueltamente:
nosotros no rezamos dirigidos por un cliente.
El monarca. atendiendo a estas indicaciones, brd jefe de
la
oracion a El Nomairi
nom-
Abdala ben Al-
fdrech
Amer ben Abdala
habia sido protegido del monarca
que Amer era hombre virtuoso, inteligente, bien educado e instruido; le nombrd por conocimiento personal que de
Abdala antes de subir
£1
al trono,
y
tenia, por experiencia propia.
gado de
la
aljama en
Antes de que juez
Ahmed
el afio
este sabia
Le encomendo
el juz-
250.
Amer ben Abdala
fuese secretario del
ben Ziad habia sido tambien juez de
la
region de Ecija.
(i)
Sospecho que debe ser leido
(z)
En
el
manuacrito no se lee
go, claro el sentido,
$m) del manuacrito por So$|. una palabra. Queda, sin embarel
#•*••
— Persona fidedigna
145
me
—
contd lo siguiente:
ben Fotais acudid al juez Amer reclamando conuna injusticia o agravio que le habia hecho Abenai-
Isa tra
xa
el
Coraxi;
repitid
insistentemente
Amer ben Abdala no
la
hacia caso: callabase
le
contestaba palabra. Abenfotais volvid a tnientras iban por
donde
la calle];
al
llegar
vivia, al entrar por la puerta,
Abenfotais y le dijo una frase corta, pero que queria indicar
—El
muy
a la casa
hacia
se volvid
muy
significativa,
que
el
la
cuenta de lo que
juez queria decir; fuese, junto a sus esclavos y otras
personas devotas suyas que dependian de
que podia contar para el
le
[un dia
corlijo, ese es el
que gana el pleito. Abenfotais cayd en seguida en
el
y no
insistir
Amer
pero
mucho y decisivamente:
que tenga en su poderel
gana, ese es
queja;
el,
con
las
contra su Utigante, y arrebatd cortijo del poder del Coraxi. Despues, ambos com-
parecieron juntos ante
negd todo
ir
el
juez [pag. 119].
Abenfotais
que Abenaixa arguia contra el y quedd libre de la obligacidn de probar; se le impuso a Abenaixa el deber de presentar la prueba del derecho que lo
demandaba a lps
[cosa que, por lo visto, les era imposible
dos],yfue declarado publicamente dueno Aben-
fotais,
como
en realidad lo era en el fuero interno^
En resumen, podemos
que Amer ben Abdala era de sano criterio, de excelente conducta, muy poco hablador y, cuando hablaba, apenas se movia: sus padecir
labras parecian salir de la hendidura de
infundfa exquisita
mucho temor o urbanidad;
respeto;
una
pefia;
trataba a todos con
apenas levantaba
la
vista
para
mirar a su interlocutor y hablaba siempre sonriendose
amablemente. La epoca desu mando se ha puesto en parangdn con la de Moh^med ben Baxir, por la ser
10
146 ser adornaban: ambos que a cualidades de mejanza conducta y integerrimos, escrupulosos, de inlachable
decidido empeilo en mantener
Amer
se sentaba para juzgar,
no
la
justicia.
Cuando
se le acercaba nadie,
no litigante; lo mismo ocurria cuanfamiliaridad de amigo admitia no montado; iba do pusiesen ai ninguno, ni consentia siquiera que se le tranquilidad lado cabalgando. Era hombre de mucha del cuerpo; de ammo y reposado en los movimientos guardaba tolepero vigoroso y rapido en ejecutar: no niatenciones a los cortesanos, cualquiera que
fuera litigante o
rancias
fuera. fuese su rango o categoria, por alta que
Un
narrador de noticias historicas
guiente:
En
cierta ocasion
me
refirio
Amer ben Abdala
lo si-
senten-
en que una heredad de propiedad de derecho el ventilaba se Jaen. Para latifundio que £ste poseia en la region de
ced contra
Haxim ben Abdelaziz en un
pleito
o
dictar sentencia se atuvo
unicamente a
lo
que
el
per-
sonalmente sabia, sin mediar informaciones ni pruetales conbas; sin notificarle siquiera la demanda: en firmas de diciones dictd sentencia, la legalizo con las
y ulema
los testigos
la
hizo ejecutiva.
que un anciano [que vivia en los cont6 lo alrededores] de la mezquita de Abuotm4n le con Haxim siguiente: Se encontro Amer ben Abdala
Un
refiere
no hizo mas [pag. 120] que Haxim, e inmediatael ademan preciso para saludar a mente volvi6 la cabeza, sin retener siquiera con las
ben Abdelaziz, y
el juez
riendas a su cabalgadura ni pararse un momento.
Dice Jalid ben Sad que Mohdmed ben Misuar le rejuez Amer ben Abfirio que cierto dia rue 6ste a ver al dala, un poco antes de mediodia. Decia: encontre a la gente que estaba esperando que
—Me
-
147
juez saliera de su casa para
el
a la mezquita;
y salid, efectivamente yendo delante de el un hombre que llevaba la cartera con los documentos de la curia, y ir
,
un anciano, que iba
lado suyo, el cual cuando no-
al
taba que alguien hacia
adem&n de
acercarse al juez,
para hablarle durante su marcha hacia
oponia dicienlole: Vete [no momento en que el juez abra
se el
mezquita,
la
acerques],
te la
hasta
audiencia en
el
juzgado.
Un ulema
refiere
Amer ben Abdala, y
lo
siguiente:
la
nobleza de
Murid un
de
hijo
Coraix fue andari-
formando parte de la comitiva del entierro, en tal rnultitud, cual no se ha presenciado nunca mas condo,
siderable, ni por la representacidn ni
Amer ben Abdala so: sabia
era
contenerse en
hombre muy el
por
el
sufrido
momento de
la ira
numero. y calmoo cdlera,
o cuando sentia desagrado, Cuenta Ahmed ben Mohamedben Abdelmelic, en su libro, lo siguiente:
A Amer
ben Abdala se le puso por apodo Eicobaa cogujada] porque era enanito y corto de talla: cuan-
[la
do se sentab a,
casi se
hacia invisible. Al tiempo
de
sentarse para juzgar exigia que los litigantes escribiesen
nombres en una cedula; luego, se reunianesas cedulas y las mezclaban a presencia suya; y se iba Uamando a los inscritos en ellas por el orden con que las
sus
cedulas [pdg. 121] iban viniendo a las
Un hombre
Mumen cho
[que
no sabia
ben Said,
el
escribir]
manos
fuese
a
del juez,
buscar a
poeta (que solia frecuentar
mu-
mezquita en que tenia sus audiencias Amer ben Abdala, porque vivia cerca de esa mezquita), a pedirle la
que escribiese su nombre en una cedula. EI poeta preguntd: .
;
—(jCdmo
;-
te
.
llamas?
le
148
—Me llamo Ocba— contesto Mumen
el
hombre.
puso Coben Said, en vez de escribir Ocba, juez].
Aquel hombre tomo la cedulas del juez. Cuan-
baa [apodo despectivodel cedula y la puso entre las otras leyd en aquel hombre del [y cedula do este cogi6 la verdadero iurot; produjo le despectivo] ella su apodo la cedula retrasando fue contuvo y] pero el juez [se aquella, hasta
que
publico, por haberse ya quedaba apenas cuando
juez,
marchado
la
gente, dijo:
— (iQuien es Ocba? Y
hi
acabaron. las otras cedulas se
hombre
el
'
'
ante el juez. se adelanto presentandose r
Este
le
pregunto:
ha escrito esta cedula? la persona que le hadescribid le hombre Aquel las que el juez por senas dando bia escrito la cedula, EI juez se Mumen. del.poeta trataba se que conocio
—iQuien
concretd a decirle:
—
que
para eseindividuo, a acudir de vez Guardate otra
te escriba tu
Me dijo
nombre.
.
.
Otman ben Mohamed que
su padre le
refi-
ri6 losiguiente:
Yo
de Amer ben presencie cierto dia una audiencia cerca de su dola mezquita que estaba
Abdala, en
justicia en medio de haciendo sentado micilio, y le vi senHallabase mexrlcab. vestido un la gente- llevaba rodeado de los mezquita, la de angulo tado en un para resolver actos bien audiencia, pedirle que iban a litigios o pleitos.. En bien o voluntaria de jurisdiccidn encontraba Muse mezquita la de opuesto el angulo suyo un corro alrededor tenia cual el Said, men ben recitar versos.y a a iban que estudiantes de jdvenes
-
-
,
149;
Los jovenes que asistian a la clase de Mumen tuvieron un altercado por no se que motivo; uno de ellos lanzo un zapato contra su compafie-
aprender
literatura.
ro.y despues de pegarle a este vino a caer el zapato (1) en medio del circulo donde el juez daba audiencia, Los presentes creyeron que el juez [pag. 122]
aLver el desacato, se pondria seguramente sin embargo, no hizo otra cosa que decir: Estos chicos nos molestan.
furioso;
—
Yo
muchachos huir silenciosamente, escondiendose por miedo al juez, amedrentados por lo que habia ocurrido. Y aflade: Apenas me aleje yo, Amer ben Abdala levantdse para marchar a su casa; la gente se levantd con el; y cuando llego a la puerta de su casa parose, cambio el aspecto de su semblante, se apoyo en su bastdn y dijo: Dice
el
narrador:
--—El que
vi a los
algo que decirme, que
tenga
me
lo
diga. -
Algunos
le
expusieron los asuntos que
Amer ben Abdala:
ban, y despues dijo
—(iDdndeesta Y
.
el
se acerco a el
— Yo soy. — Pues bien—
les interesa-.,
emisario del emir Abuishac?
un hombre y
le dijo
=
.-
le dijo:
Amer— saluda
de mi parte al
hermano del soberano y dile: "Has cometido injusticia y no has hecho bien en lo que has hecho: has apoyado a un hombre que estaba bajo mi emir, es decir, al
jurisdiccion y lo has metido en tu
casa para cubrirle
con tu.egida. iQuieres oponerte a lo que en justicia se le exige? Si no lo sacas y lo.presentas, cumplire jp io-decretado contra £1 y tendra que pbedecer
.(i)
Eri el inanuScrito
"H^i
Jease*^iJl.
a lo
man-
.
m
;*>*->3!
.i-*v-*^? v -
— dado; de
lo contrario enviare
las puertas
Y
150
— quien.cerrara y sellara
de tu casa„
despues de decir eso se metid en
la
suya.
Un
ulema contaba el siguiente caso: Dos hombres pleitearon ante el juez Amef ben Abdala; uno de ellos mostro una escritura de contrato; pero se la guardd y ocultd [dentro de la manga]. El juezledijo:
—Saca ese documento. no quiso mostrarlo [otra vez]. El juez le invito a que lo sacara e insistid con resolucidn. Al fin. el litigante, incomodado, sacd de la manga el documento y se lo arrojd al juez dandole un golpe en la cara. Amer palidecid hasta el punto que pudo notarse claramente el cambio de color. La gente creyd que El litigante
daria una orden severa contra el litigante; pero el juez
serendse, se calmd y, en vez de castigarle, cambid de talante y se puso a examinar [pag. 123] el documento.
Acabado de
—(iNo
es
leer, dijo al
hombre:
mejor esto? L \
Soleiman ben Imran, juez de Caiman, escribia a Amer ben Abdala en esta forma: De Soleiman benlmrdn.juez de Cairudn, a Amer ben Abdala. Amer le l consentia es o y no lo desaprobaba y, al contestarle, aun pdnia el nombre de Soleiman delante y el suyo
Cuando Soleiman ben Asuad fue nombrado juez [de Cordoba], Soleiman ben Imran le trato del mismOmodo; pero Soleiman ben Asuad no se lo tolerd y contestdle anteponiendo su nombre. Por esto Soleiman ben Imran decia: [Que cosa mas extrafia: destituir del cargo de juez detras.
—
:
a
—
Amer ben Abdala y nombrar como Soleiman ben Asuad!
un hombre como
imbecil e insensato
Mohdmed ben
151
Ayman
Abdelmelic ben
a
contaba
un
lo
siguiente
Estaba sentado un dia Mumen ben Said, el poeta, en casa de Amer ben Abdala. Mumen, que era un socarrdn que tenia ocurrencias peregrinas,
como todo
recuerda y sabe de memoria, dijo: Este Abuzeid el Hadari(l) ha tornado unos
el
mundo
—
mu-
chachos para su servicio y la gente dice tal y cual. Al hablar en esta forma dejaba translucir claramente que aludia al anciano juez, por lo cual los que estaban en
la tertulia
se pusieron a reir estrepitosamen-
Amer, sin embargo, no hizo mds.que llevar sus manos a la boca haciendo como quien se sonreia.
te.
Dice J&lid ben Sad que Gualid ben Ibrahim
le
con-
t6 lo siguiente:
Mi padre Ibrahim me envio cierto dfa a que llevase un recado a Amer ben Abdala, el juez, de quien 61 era amigo. Entre en la mezquita donde 6ste se hallaba fuzgando en medio de la gente [pag. 124], a tiempo en que un pordiosero cubierto de andrajos se le presento a quejarse de uno de los gobernadores de pro-
Para entender
(l)
la fuerza del chiste
hay que
tenet en cuenta
nom•que en las gramaticas arabes se emplea, en los ejemplos, el bre de Zdd, como el de Juan y Diego en las nuestras; y hay ciertas en que se dice: guardate de Zeid; no te fies de Zeid. De eaa frases frase
form6
Mumen
literatura) el
nifios a quienes
(que era maestro de
denominativo Hadari aplicado
corao indicando que era persona poco de forma velada que
el
juez era sodomita.
liar
al juez
ense&aba
de C6rdoba,
y aun insinuando en
.
M*
—
152
—
nombrados por el monarca Mohamed I. Este gobernador era persona de mucho prestigio y autorivincia
dad; tanto, que era entonces
el
candidato para
go de zalfnedina de Cdrdoba; poco despues
el car-
fue real'
mente nombrado zalmedina. Aquel —[Oh juez de los musulmanes, Fulano me ha arrepobre dijo al juez:
batado una casa!
—Toma papeleta de citation Amer ben
—
(iY
y
citale
—
le
contesto
Abdala.
un hombre miserable, como yo, ha de
honrbre
como
a
tin
Yo no me
a citarle con una cedula?
el
ir
temo que pueda ocurrirme algo. Toma papeleta de citacion y citale— volvid a
atrevo;
—
re-
petir el juez.
Afiade Gualid:
Yo me
dije a
mi mismo: voy a sen-
tarme aqui hasta ver en que para
entereza del juez
la
en este asunto
Apenas
un momento cuando
transcurrid
pobre
el
aquel volvid y dijo:
— |Oh
leta
juez!,
yo
le
he enseilado desde
de citacidn, sin acercarme a
e
61,
lejos la
pape-
inmediatamen-
he huidb.
te
— Bueno.pues—
.
le
dijo
Amer
—
;
sientate,
que
el
vendra.
Dice Gualid ben Ibrahim: De ts
con gran
naje citado;
de caballeros y peones el persoplego sus piernas y bajd de su caballo; .
la
mezquita, satudo al juez y a todos
los concurrentes, estuvo fin,
-
un largo rato
arrimd sus espaldas
Entonces
le
a poco se presen-
cortejo
luego entrd en por
alii
al
alii
muro de
la
derecho
y,
mezquita.
dijo el juez:
-^-Venga ustedaca y sientese delante.de mi, de su contrincante,
lado
al •
=%
K
—
— Seflor
153 --
— contests
juez
dentro de la mezquita y todo
sagrado; lo
mismo da
— estamos
persona je
el
de
sitio
que
este sitio
mezquita es
la
otro,
todo es
uno.
—Venga t\6 el
juez
listed
aca [pag. 125]
Ie
mandado— repi-
he
—y sientese aqui delante
de mi,
al
lado de
su contrincante.
Al ver
la
sentd delante de
el;
bre miserable para
delante de
juez, se acercd
firme resolution del
el,
y,
entonces
que
el
juez hizo sefia al
se sentara
y se
hom-
con su contrincante
despues de seutado,
dijo
Amer
al
pordiosero:
—,jQue tienes que exponer? —Yo digo— contesto pobre -que el
ese senor
me
ha robado mi casa arrebatandomela.
—iQuSrespondes a eso?— dice juez dirigiSndose demandado. — Yo digo —contesto personaje— que debo el
al
casti-
el
garle por esa calumnia; es decir, por
tado
el
—Si
.
haberme impu-
crimen de robar. eso lo dijera un hombre honrado —replied en-
tonces el
juez— tendria realmente derecho
por calumnia,
como
tii
dices; pero
a castigarle
quien publicamen-
conocido por ladron, no tiene derecho para chazarlo como calumnia.
te es
Y
re-
dirigiendose a la multitud de los sayones del juz-
gado que el juez tenia delante, les dijo: 7- Marchaos con el y vigiladle. Si devuelve la casa a este hombre, bien; pero si no, traGdmelo aqui, para que yo ponga una comunicacidn al monarca dan.
4ole-cuenta de esto y haciendole saber la i
la ipjusticia
y
insolencia que ha cometido.
: Aquel
personaje tuvo que
salir
con
los sayones.
-
154
—
cuando ya volvia
Poco
rato pasd
dias.
El pobre dijo
el
pobre y los guar-
al juez:
pague: ya me ha entregado mi casa. — Dios —Vete, pues, enhorabuena— contestd juez. te lo
le
Dice
Mohamed ben
dala se mantuvo,
Amer ben Abprimera epoca de mando,
Gualid: EI juez
en su
como hombre de mucha conocida bial;
justicia,
el
hasta
autoridad, el
evidente virlud,
punto de hacerse prover-
podiase desafiar a los malvados teniendo el
curso de acudir a
el:
fue juez
incomparable, con
reel
que ningun otro se puede parangonar por su excelente conducta; pero su fama sufrid bastante al incoarse en su juzgado
la
causa contra Baqui ben Majlad, a quien
imputaban opiniones hereticas. Se presentaron a declarar contra Baqui los hombres m&s distinguidos de
se
Cdrdoba y
los faquies
mas notables de
la
capital, los
cuales decidieron que merecia la pena de muerte [pa-
gina 126], puesto que se hacia preciso y urgente extirpar los malos efectos que habian de producir sus doctrinas. Los faquies le acusaron ante al
el
soberano,
cual produjo grave preocupacidn esta causa.
El
monarca consultd el negocio con Haxim, al cual dijo: Los principales faquies de la ciudad y personas notables han declarado contra ese hombre lo que tu sabes. Si me decido por rechazar esos testimonios y no hacer caso de lo que ellos dicen, me pongo en situacidn ardua o dificil; y si castigo a este hombre, que evidentemente es piadosisimo y devoto, creo que co-
—
meto un crimen. <{Que
te
parece?
—Yo
creo— contestd Haxim— que debes destituir ante el cual se sustancia esta causa, Cuando tu
al
juez
lo
hayas destituido, esa gente se apaciguara; se anula
_
*
m
^"^
155
entonces lo actuado y ya no es facil comenzar otra vez a sustanciar la causa ante el juez que le suceda. El monarca, atendido este consejo, destituyd a
Amer
ben Abdala.
DEL JUEZ SOLEIMAN BEN A5UAT) EL GAFEQUf
Soleiman ben Asuad ben Yaix ben Choxdib, de la ciudad de Gafec, habia sido juez de la region de M6rida cuando su tio Said ben Soleiman ocupaba el juzaljama de Cordoba y era juez del Llano de las bellotas este Jalid ben Said (1).
gado de
la
En Merida con
la
se
habia casado Soleiman ben Asuad
hermana de Soleiman ben Soleiman ben Haxim
Moaferi.
el
El monarca
de
la
Mohamed
nombrd
[pag.
127] juez
aljama de Cordoba, cuando destituyo a
Amer ben
Abdala. La causa de que
I
le
el
soberano
le favoreciera
y
deseara enaltecerlo, y hasta de que se hubiera encariflado
con
el
da
emir
Mohamed, en
para distinguirlo y honrarlo, fueron dos cosas, una de las cuales la siguiente: Estando e,n Meriel
men
vida de su padre Abderrah-
que uno de sus guardiastuvo el atrevimiento de arrebatar a un hombre su hija. Era entonces juez de Merida Soleiman ben Asuad. El hombre contra e! que se habia realizado ese delito, acudio al juez SoII,
ocurrid
leiman e implord su ayuda. El juez escribid
(l)
Asi est& en
el
manuscrito.
al "emir
Debe de haber equivocaci6n. Sos-
pecho que, en vez de b£JLui SJ4 :&)!&, debe leerse jaft*u*.si# (&1
|&£ «un hermano de
este Said*.
rTT^^w
Mohamed
156
-
poniendo en su conocimiento
El emir retrasd
la
demmcia.
contestar a esa peticidn de justicia
el
monto
a caballo y se plants a la puerta del alcizar en Merida y escribid al emir lo
que se
y
le exigia,
el juez
.
marchar a Cordoba a decirseio a tu padre, si no corriges lo que tus guardias han hecho.„ El emir Mohamed tuvo que acceder en justicia a loqueel juezsolicitaba. Y cuando Mohamed
siguiente: "Estoy dispuesto a
subio" al trono le dijeron a
Soleiman: "No tienes mas
remedio que hacer un agujero en el, despuSs de haber hecho con
que
hiciste
cuando
rridlo contrario:
el
tierra el
y sepultarteen
emir
Mohamed
lo
estaba en Merida. „ Pero ocu-
no solo no
le
hizo ningun dano, sino
mucho, siendo una de las cuatro personas que entraban en palacio, cuando el monarca las necesitaba como testigos [en sus contratos] o para consultar como jurisconsultos. que
lo considero
distinguio
y
La segunda causa fue la siguiente: Al ser destituido Soleiman del juzgado de Merida, se presentd a la puerta del alcazar de Cdrdoba y entregd una carta para el soberano Mohamed, en que decia: "Tengo dinero que he ahorrado y reunido, procedente de mis sueldos, el cual me considero en la obligation de de* volver al tesbro publico, porque es la parte de mi sueldo que corresponde a los dias feriados, de otros dias en. que tenido faenas personates propias mias [p£g. 128], y de otros en que teniendo yo el deber de acudir al juzgado, no he podido ir.„ Y recibioV contestacidn del monarca, que le decia: "Ese dinero. se te da de regalo de mi parte.„ El juez no quiso aceptar ese regalo y tuvieron que incautarse de esa can;
tidad.
En
cuanto a
la
primera causa, es cosa conocida
y
— muy
divulgada entre
se'gunda, el
cual
157
-
vulgo y la nobleza; pero esta Farech bel Selma el de Poley,
el
me la refirio me dijo que se
la
Omar ben Lobaba. Ha llegado a mi noticia
habia contado
Mohamed
ben
tenia su poquitillo
que Soleiman ben Asuad
de ciencia
literaria
algunos versos bien hechos, los cuales califas y gente principal amigos suyos.
y quiza hiciera dirigiria
a
los
Sad dice que Gualid ben Ibrahim ben cont6 que Soleiman (1) ben Soleiman ben
Jalid ben
Lebib
Asuad
le
referia lo siguiente:
yo en la aijama cuando mi suegro Soleiman btn Asuad fue nombrado juez y destituido Amer ben Abdala: ambos estaban en aquellos momentos reunidos en esa mezquita. Los dos salieron juntos, el nuevamente nombrado y el destituido y, al llegar ambos a la puerta de los Droguerosy salir de la ciudad, se separaron. Toda la gente se fue con Soleiman ben Asuad, dejando que Amer ben Abdala se fuera solitario a su casa, sin que nadie le acompa-
Me
hallaba
fiase.
Antes de estos sucesos [Soleiman] habia sido juez en Pego.
Dice Soleim (2): Yo pense marcharme con Amer ben Abdala, porque sentia verdadero bochorno y vergttenza al notar eso; me quede atonito al ver el abandon© y defeccion de los hombresy su poca lealtad. Me hubiera marchado con el; pero tuve miedo a que
Debe de haber equivocaci6n. Mas nbajo dice Soleim en vez ds Soleiman. D«s todos modos ia narraci6n esta contada por un yerno de Soleiman ben Asuad. (i)
:
(z)
Ast en
el
manuscrito.
-
-
158
mi suegro, Soleiman ben Asuad, tomandolo a mala
me
parte,
lo
reprochara.
Un ulema compaftero mio me ren'rid que Yahia ben Zacaria, uno de los mas gran grandes amigos de MohSmed ben Guadah, le contd lo siguiente: [Pag. 129]
Estaba convidado Soleiman ben Asuad en casa de
un
uno de
los ministros,
invito a
excusd"
que comiera estando solo, como estaba; el se diciendo que ayunaba. Le invito luego a que
tomara
algalia para perfumarse; el
— Hoy con
de viernes. El ministro
si
me
Le
rehuso diciendo:
he tenido que hacer
es viernes;
[para purificarme];
dia
la
ablucidn
perfumara, tendria que qui-
ablucidn ese perfume, y se perderia. El minis f ro no se atrevid a insistir en esas materias.
tar
la
Cuando Soleiman ben Asuad dijo a uno de sus amigos:
— Me
hubiera repugnado
de casa de aquel,
salio
mucho
ejercer
el
hoy
el
de predicador y misionero de los musulmanes, llevando encima de mi esos aromas. oficio
i
Varios ulemas
me han
referido
Asuad era hombre de mucha
que Soleiman ben
virilidad, severo, preve-
nido contra los palaciegos y poco amigo de alternar ni tratar con los h ombres mas distinguidos de la corte,
nobles y ministros. Un narrador de noticias histdricas
que Haxim ben Abdelaziz
me
ha contado
referia lo siguiente:'
El juez Soleiman ben Asuad escribid una carta al
soberano en que insinuaba que yo merecia la pena de muerte; que Omeya ben Isa debia ser destituido del cargo de zalmedina, y que Abenabiayub El Coraxl debia ser metido en
la carcel.
En
que
la carta
-
159
dirigio al soberano
venian.a expre-
que Abenabiayud habia salido a plena luz del dia, descaradamente, con la espada desenvainada y [pag. 130] habia herido con las
sarse
afirraaciones siguientes:
un hombre e intimidado aotros. "Hechoscomo este los ha realizado varias veces. Yo-se los he comunicado al zalmedina, y este no ha tratado siquiera de a
ella
impedir esos delitos,
ni
aim
ha dirigido
le
la
menor
reconvention. Antes de esto, ya comunique lo que Obaidala ben Abdelaziz-, hermano del ministro, habia
hecho, cuando cometio las atrocidades y fechorias que todo el mundo sabe. El ministro no hace caso de tales
muy
escandalos, es
han llegado
al
por lo cual
negligente,
extremo de que
el
monarca
las
cosas
se
hade
ver forzado a intervenir necesariamente.„ El juez conto el suceso
que se atribuye
al
hermano de Haxim
[Obaidala], y en esa narration hizo alusiones despreciativas y reproches graves a Haxim, por la parte que este tuvo;
do en bien
acuso a
Omeya,
el
zalmedina, por descui-
cumplimiento de sus deberes; y conto tamhecho criminal de Abenabiayud El Coraxi. EI
el
el
monarca decreto que fuera
este encarcelado. r
\ F
Me
han referido que Haxim ben Abdelaziz puso aseehanzas contra el juez Soleiman ben Asuad, y mostro rivalidad encarnizada contra el, con motivo de la herencia de Comes ben Antonian, porque el juez en este asuntb no proveyo en favor del ministro, como.este queria. El caso fue el siguiente:
Haxim te,
era
hombre de gran predicamento en
distinguido especialmente por el soberano, de quien
era valido: llevaba las cargasdel califato; los
la cor-
mas graves
asuntos; a
el
se
despachaba
habia encomendado
el
-
--
—
160
no se llevaba a efecto ninguna resolution, si no mediaba el, ni el soberano disponla cosa alguna sin su intervention; no
manejo y direction de
los negocios;
que comenzd a
habia quien pudiera reemplazarfe, ni consentia nadie
contradijera.
le
En
esta situation,
Comes ben Antonian: se puso en evidencia su gran valer como hombre instruidisimo; ocupd el cargo
elevarse
de secretario del monarca; demostro que tenia capacidad para encargarse de los asuntos mas dificiles y para llevar
primorosamente
la
correspondencia;
tener renombre en la corte; se
mas arduos
tar los
comenzo a
vio dispuesto a afron-
le
asuntos; y fue, grado a grado, pau-
Haxim, que no gustaba de ir humillarse a un igual [pag. 131],
latinamente subiendo. detras de nadie, ni
comenzd
a preocuparse de
prestigio
que
recerle a
el,
Comes
pflsose a meditar su daflo
exa4taci(3n
comenzd
producia en
a precaverse;
el
el
miedo
a calumniarle.
y
columbrcS el efecto
animo
del ministro,
se le impuso,
y Uegd
extremo de su precaution y de su temor
el
el
obscu-
6ste adquiria podria ser causa para
En cuanto Comes ben Antoni&n que su
que
y, creyendo
a lo si-
guiente:
Mohimed
ben Yusuf ben Matruh, amigo suyo
intimo, llamo una notiie a
la
puerta de su casa.
salid a ver quien era
[sin abrir] le habltf
de
le dijo:
la
puerta. El
y amigo
muy
Comes
desde detrds
—-Abre.
— Por
Dios
— contestd
puedes decirme que es
—Se trata—
dijo
que no se deben
lo
Comes
que quieres.
Mohamed ben
tratar
— no Yusuf
desde delMs de
—^Pues dejalos para mafiana
por
El amigo se fue disgustado por
la
te abrire; tu
— de asuntos
la
puerta.
mafiana.
no haberle abierto
x- -
\ -
w-8V
siquiera la puerta,
161
dejandoio fuera plantado.
med ben Yusuf no durmid de rezar
la
las
el
cual
le recibio"
atenciones,
Moha-
aquella noche y, despu£s
oracidn del alba, se fue
a casa de Comes,
dd todas
—
le
hizo
muy de mafianita muy bien, le guar-
los
honores y hasta
Mohamed ben Yusuf le dijo: —iAhora me haces los honores? Cuando anoche vine, no me creiste digno siquiera de que se me abriereverencias.
se
la
puerta de lu casa.
— Dispensame — contestd Comes— soy quien se trata de hacer dafio; tu sabes
un hombre a
muy
bien quten
que me persigue; yo tengo que tomar todas las precauciones que has visto. Esas precauciones que contigo he tornado, justifican el que yo las tome tambien con otros que no son amigos mios; no me reproes el
ches, pues, esta accidn.
El
amigo
le
expuso entonces
lo
que queria
decirlt.
Cuando murid Comes ben AntoniaX Haxim presentd reclamaciones contra los herederos de Comes y promovid una informacien de testigos de todas las clases sociales y logrd que un almotacSn elevarael proceso al juez Soleiman ben Asuad afirmando que Comes ben Antonian habia muerto en el cristianismo y que los bienes que este poseia deblan ir a su herencia;
parar al tesoro publico. Al propio tiempo
nuncid
el
hecho
— Yo creo que
al
monarca y
tu,
como
Haxim de-
dijo [pag. 132] a este:
representante del pueblo
musulman, tienes mas derecho a poseer esa hacienda que los herederos del muerto; y debes ordenar al juez que intervenga en este asunto [puesto que a el corresponde la decision]. EI monarca Mohamed ordend a Soleiman ben Asuad que entendiera en ese asunto. Se li
—
162
-
presentaron ante el juez una multitud importantisiraa de de testigos pertenecientes a las familias principales
C6rdoba,
las
clararon que
personas mas calificadas,
Comes habia muerto
las
cuales de[
cristiano.
Apenas
dejaron de comparecer, para declarar, de entre la nobleza de C6rdoba y faquies y cortesanos, poquisimos; que no se presentaron a declarar se hallaba entre los
ben Yiisuf ben Matruh, el cual al sentarse aljama no se escondia de decir publicarnente
Mohamed en
la
dirigi£ndose a los principales de Cordoba:
— De un hombre
como Comes, que
siempre estaba
rezando, que estaba siempre haciendo obras devotas, propias de un siervo de Dios, la paloma de esta mezquita, se dice
Y
que ha muerto en
volvia a recalcar
y
el cristianismo!
repetir esta
frase
muchas ve-
pueblo extranaba mucho que hubiese quien declarara contra Comes. Ese estado de opinidn Ueg6 los mia noticia del monarca Mohamed, y encargd a ces. El
que enviaran a llamar al juez Soleiman ben Asuad y que le preguntaran que es lo que realmente constaba probado, a juicio de el, contra Comes ben nistros
Antonian. Comparecio" Soleiman ben Asuad y
le dije-
ron los ministros:
monarca ha ordenado que te Uamaramos y se sondeara acerca del proceso que en tu curia se ha
—El te
asunto de Comes.* Soleiman en aquel momento sac6 un tomo de den-
sustanciado en
el
de sus mangas y dijo: Aqui esta la informacidn de testigos que en mi curia han declarado en el asunto ese; yo creo que se hojearla y. fa debe elevar al soberano para que pueda examinarla detenidamente; luego que ordene el lo tro
—
que bien
le
plazca.
\
r:
— 163 Haxim ponfa
el
queria impedir que se realizara lo que juez y le dijo:
— Sefior juez,
tomo
pro-
demasiado voluminoso y las declarations muchas; el soberano no conoce a todos los que han declarado; fijate especiaimente en los nombres de los testigos [pag. 133] que a tu juicio deban ser aceptados, indicaselos, e indica lo que el
es
ellos
han declarado.
Soleiman comprendid, al reflexionar sobre las palabras que acababa de decir el ministro, el plan que este se proponia,
y contcstd: Yo no hago eso; es preciso que el soberano vea varias declaraciones que se han hecho.
— las
Y
monarca todo el volumen con todo lo que se habia actuado. Pero al poco rato salid un paje del monarca que dijo al juez: elevo" al
—El soberano
comunica que son demasiado largas las informaciones para que el las examine. Expdnle unicamente lo que a tu juicio este" demostrado y te
probado.
— Dile
soberano— contestd Soleiman
al
al
paje
—
que,a mi juicio, nada reprochable se ha probado contra Comes, y es bien notorio que todos los testigos que se han presentado no han considerado siquiera que, al
nombraban a Dios en su juramento. -Pero, por Dios, seflor juez— dijo Haxim al
declarar,
—han
.
oir eso
declarado
en tu curia [personas tan calificadas como] Abencdlzom y FulanO y Fulano. —Nada -replied el juez- lo que yo creo verdad, eso es lo que
Y la
salid
expongo
al
soberano.
una minuta-orden
del
soberano para
el
juez,
cual decia:
"Precede
a dividir la herencia
de Comes
entre sus
— herederos
[sin
164
-
pretener en cuenta las informaciones
sentadas contra el]."
Y
Constituia la herencia
el juez hizo la particidn.
un caudal cuanlioso.
ben Sad que Mohamed ben Casim el administraBazea, ben Mohamed tio su decia que Refiere Jalid
lo siguiente: dor o procurador, le habia contado ben Asuad Soleiman junto a curia la en yo Estaba
presento denunhombre un vino que y en en ocasidn el zalmedina de Corcontra injusticia e agravio cia de a mandd Soleiman ya, anochecido doba. Como habia estaba alii delanque anciano ordenanzas, sus uno de te, lo
que
sigue:
— Manana por
manana
la
te
vas
al
encuentro del
donde se pozalmedina; cuando este llegue al sitio a vaya que en tiempo al tesoro del y nen los guardias le riendas las por y coges bajardelacaballeria,'la que venga aqui, porque se ha
mandasdemi
parte
Si obedece, presentado denuncia de agravio contra 61. si no obedece, le pero, 134]; [pig. mis dice no se le traerlo hacia aca, para caballeria la a varazo arreas un
aunque no quiera. fui por la maflaMe Bazea: Aben de tio el afiade Y le habia dado se que al ordenanza, el viejo con fla compam'a suya, aquella orden tan rasa, y me pare, en venir el zalmedina, debia donde por camino en su cortejo, constihasta que este llego acompaflado de ordenanza le El caballo. gente a de multitud tuido por eso form6 el ver al zalmedina el riendas; cogio las mandar que lo echaran fuera, a tiempo el
propdsito de
que
el
—El
ordenanza juez
le
me ha
decia:
enviado por
ti,
porque un hombre
£-7.
— Ie
165
-
ha presentado denuncia contra
has hecho; y tienes que las, segun sea tu gusto. le
—No,
hombre, no;
ir,
por agravio que
ti,
a las buenas o a las
ire a las
ma-
buenas— contesto
el
zalmedina.
Y
que llego
se fue hasta
a la curia del juez,
donde
se apeo. El juez intervino en aquel asunto, entre de-
mandante y demandado; el pleito,
asunto y resolvio
Luego,
Me
el
se entero a conciencia
segun
le
hubo de
del
parecer.
zalmedina se marcho.
refirio
Mohamed ben Omar ben
Abdelaziz lo
si-
guiente:
Cuando
fue destituido Yusuf
ben Basil
del juzgado*
de Sidonia, algunos individuos de esa poblacion acudieron al juez de Cordoba en demanda de cierta can-
que creian
tidad de dinero
habia guardado
ba lo
el
juez
ellos les
pertenecia y se
de Sidonia. El de C6rdo-
mando llamar por medio de una
cedula; pero
de Sidonia la cSdula del juez de C6rdoba, aquel la rechazo y aun quiso pegar al emisario. En vista de esto Soleiman reunirj los sayones y
cuando se present6
al
que trajeran a Yusuf. Los sayones taron cerca de la casa de este y, en cuanto los envio" a
se apossalid
de
trajeron ante el juez. Al presentarse ante el juez de Cdrdoba, este le intimd, obligSndoIe a ella,
a la fuerza
le
que afirmara o negara el hecho que se le imputaba. le El de Sidonia se nego" a contestar. El de Cdrdoba amenazo con aplicarle la pena de degradacion o des-
convencio de que era firme la resolucion del juez de Cordoba, sometiose y declare^. honra.
Cuando
se
Dice Jalid ben Sad que un amigo suyo, persona
fidedigna,
166
—
habfa referido, por haberselo oido conJar a un anciano, vardn virtuoso, liamado Ahmed ben le
Jalid, el cual fpag. 135] habia del fuez ts
alcanzado
los
tiempos
Soleiman ben Asuad, que un hombre presen-
demanda
contra otro ante este juez. El
demandado
Abdelmelic ben Elabas El Coraxi. El juez, sin ha^er caso de la noble alcurnia del demandado, le impuso el que tuviera el que afirmar o negar personalwente. El Coraxi se negd a declarar. El juez le hizo era
que habia formado
ver
la firme
resolution de degra-
darlo o descalificarlo. Al cerciorarse de esa actitud del -juez, el
publico que estaba en
melic y
le dijo:
— Teme
honor; lo
si
a
Dios por
no haces
lo
curia roded a Abdel-
por tu nobleza;
ti,
que
que ha mandado y
la
el
conserva tu
juez te ordena, ejecutara
ser& una
vergUenza para
ti
y
para tu familia.
Cuando
El Coraxi se persuadi6
de
las
malas conse-
cuencias que podian sobrevenirle, dijo:
—Pues
bien,
yo corapro eso [que suponen que he
arrebatado].
— Consta, como juez—, que
tu
probado— se apresurd
a
decir el
compras.
^ ^
Esa
aplicaban algunos jurisconsultos, que tenian que dar decisiones juridicas, a los gobernadores frase
la
reconocidamente ladrones e injustos. r
XJn.ulema que me merece credito me refirid que habia oido .contar al visir Abumeruan Abdelmelic ben -
Chahuar elsiguiente suceso: El faqui Abenelmoldn se dedicaba al oficio de redactar contratos: era muy entendido en esta materia, horn-
_-"*2Vv
-
-
167
sagacisimo en tretas, consistentes en intercalar [ciertas frases] en el contenido de esos documentos;
bre
se le
imputaba que tenia pocos escrupulosy que no
le
importaba transgredir las leyes divinas, dejando deslizar engafios en ios contratos que redactaba. Soleiman ben Asuad quiso atraparlo; pero AbenelmoloX temeroso de que el juez le cogiera, huyo y se escondid en casa del ministro Mohamed ben Chahuar, el cual acogid y amparo para tenerlo seguro. Inmediatamente envid este ministro a un hermano suyo para que intercediera con el juez por el perseguido, y que rele
cordara
al juez
los
lazos que unian
Abenelmoldn, por los que
se creia
al
ministro con
obligado a prote-
gerle.
—Es preciso — contestd pla
en
el
caso que
el
juez
— que
la
ley se
[pag. 136] ha llegado a mi
cumcono-
cimiento. Se que el visir lo tiene en su casa escondido, para librarle de mi; pero eso no me consta oficial-
mente; en cuanto
me
conste oficialmente, mandare
que penetren en el domicilio del ministro y lo saquen. El ministro entonces comenzd a preocuparse de si mismo;ya no estaba tranquilo teniendo a Abenelmolbn en su casa, hasta que hubo de trasladarle a otra parte para que no estuviese en su propio domicilio.
Abenomar ben Abdelaziz me dijo que un anciano de Sevilla, llamado HSxim ben Racin, le conto* lo siguiente:
Estaba yo un dia formando parte del cortejo (1) de Mohamed ben Muza el ministro. Era entonces 6ste el ministro de
mayor
prestigio del
>A«;
monarca MohSmed
I
—
168
-
y e! mas estimado por el. Y cuando estuvo frente a la mezquita aljama,salid a su encuentro un pariente suyo,
marido de su
— El juez
hija,
esta
y le dijo: sentado en la mezquita;
de citacidn suya; y manda que parecer en su curia.
te bajes
la
— Con mucho gusto— contests Y
esta es cedil-
ministro.
el
did vuelta a las piernas y se bajd de
dura.
Cuando
guardianes de
llegd a la puerta de ella se
com-
para
la
la
cabalga-
mezquita,
los
apresuraron a presentarsele; el les
dijo:
— Buscadme un prbcurador para pleitos. Se adelantd hacia dos prosternaciones los
la
quibla de
y, al
acabar
guardianes de la mezquita
bre,
como
la
mezquita, or6 con
hom-
presentaron un
le
que
rezo, encontrd
el
procurador para pleitos.
—Vosotros sois testigos— dijo he nombrado a este sefior,
ministro— de que procurador para pleitear el
con mi pariente. Este pariente insistid en que sentarse
al
juez,
a
fin
el
de que
ministro debia pre-
personalmente
afir-
mara o negara. EI piiblico de ia curia reprimid severamente al pariente, dictendole: El ministro ha obrado con equidad al encomendar ese asunto a un procurador que le represente en
—
tu pleito.
El pariente desistid la
mezquita y se
y el ministro entonces marchd a caballo.
Dice Jalid ben Sad que
Lobaba
Mohamed
ben
saiid
de
Omar ben
referia lo siguiente:
Estaba yo de tertulia en casa
[pag.
137] del
juez
Soleiman ben Asuad a tiempo en que -vino un hombre
169
a querellarse
de su yerno, marido de su
estaba bajo la tutela de su padre,
y
con su mujer en
la
tutor, exigia del
marido que sacara
casa propia de
hija.
La
hija
marido vivia
el
ella. El padre,
a la hija
de
como
la
casa
propia de ella y que la alquilara, para que su hija obtuviese algun beneficio del alquiler de su propia casa. El juez
preguntd
—iAcaso tienes — No— contestd padre de
El
no
rido del
la
marido:
al
tii
casa propia?
el
yerno.
joven asegurd ser verdad que
tenia casa propia. El juez, al oir
padre de
—Seria
la
ma-
afirmacidn
joven, dijo a este:
deshonroso para
ti
el
que
su propia casa, para meterse en otra su marido; y
la
el
que vayan andando por
tu hija saliera de
de la
alquiler, calle
con
con su
cama al hombro, de casa en casa, dando un escandalo. Eso no le hace ningun favor a ella. Abenlobaba admir&base de la solucidn que el juez habia dado a ese pleito y solia decir: Yo he visto que Soleiman decidia las causas ateniendose a la equidad natural, sin sujetarse a lo legal
—
estrictamente.
Un
caso en que se decidid por
fue el siguiente,
que
Ahmed
por haberselo oido referir a
Lobaba. Decia
Me
equidad natural
ben abi Jalid contaba,
Mohamed
ben
Omar ben
este:
hallaba yo en
sentd al juez un
la
la
curia cierto dia en que se
hombre en demanda
pre-
contra otro, res-
un homo cuyo propietario lo construyd en forma que los humos moleslaban al demandante y al vecindario. Acerca de esta cuestion Abencasim decia pecto de
-
170
-
un dafto que habia que evitar, no debiendp Pero el autorizarse el que se construyera el homo. de la juez Soleiman ben Asuad decidio, separandose opinion de Abencasim, que debia colocarse un tubo que era ese
superior del horno, para que el humo saa los de la liera por la parte m£s alta y no perjudicase vecindad. Moh^med ben Omar aceptd esa doctrina y
en
la parte
en conformidad con
ella
daba sus consejos o decisio-
nes juridicas; y el pueblo
le
gun me informd Ahmed ben [Pag, 138]
Yo
atribuia esa opinion,
se-
Jalid.
creo que Soleiman ben Asuad debid
ver esta costumbre en alguna parte o, si no la vid, tuvo al menos noticia de que en Oriente los hornos se
hacian
asi,
construySndose segun esta regla que se ha
mencionado; y le parecid bien eso; y ordend que se imitara esa costumbre en Andalucia. Dice JSlid ben Sad: Me contd un ulema, maestro mio, que el juez Soleiman ben Asuad mando Uarnar a Abdala ben Jalid para que se presentara en la curia de testigo en documentos del monarca. Abenjalid rehuso presentarse en la curia del juez. Soleiman ben Asuad escribid al soberano censu-
conobjetode
oficiar
negativa de Abdala ben Jdlid y poniendo en evidencia que el faqui se tenia a menos el escriir por la curia (1). Abdala ben JaHid, a su vez,
rando mucho
la
bid al monarca, a proposito de esta exigencia del juez. El monarca puso la siguiente nota en la carta de
(i) v- gr-i
El manuscrito dice sJilU; y
como
sale
en varios lugares,
pag. 186, linea filtima del texto arabe, con el
cado de desvto, apartamienio
desdefloso,
esta lectura con eBte significado.
mismo
signifi-
creo que debe copservarse
-
171
-
Soleiman ben Asuad: "Nosotros preferimos que honran a quieras
que
ciencia y a los ulemas.
la
figure
el
de los
ser
como
testigo
Cuando tii en algun documen-
mio, debes presentarte en casa del faqui Abdala
to
ben J31id.„
me han
que Soleiman ben hombre algo bromista, de un cierto buen
Varios ulemas
Asuad era humor que casaba
referido
muy
bien con su caracter y que a todos soliacaer en gracia. Cuentan de el, acerca de
un caso que recuerdan sucedid en su cuando actuaba como juez, y es el siguiente:
este particular,
curia
Habia en su tiempo un adul
[hombre bueno
quien se suele acudir para que informe
como
en los pleitos o actos que se sustancian ante
conocido vulgarmente por Abenamar,
costumbfe de
manecer
ir
alii,
imperterrito
,
testigo el
juez]
el cual tenia
a la curia o audiencia
a
la
del juez y per-
constantemente sentado
tenia
que el juez levantaba la sesidn. Este Abenamar una mula flaca que se pasaba todo el dia royen-
do
freno a
hasta
el
la
puerta de
habia extenuado y el
Un
flaquectdo.
y
le
la
hambre
mezquita: [pag.
dia se presento una
139]
el la
trabajo la
habia en-
mujer ante
el juez
dijo en romance:
desdichada! — [Sefior juez, atiende a —Tu no eres mi desdichada -— contestd juez en romance — criatura mas desdichada que he enconesta tu le
;
el
la
yo es la mula de Abenamar, que se pasa todo dia royendo el freno a la puerta de la mezquita.
trado el r
Me
dijo
Mohamed ben AbdelmSUc
ben
Ayman
lo
siguiente:
Un
faqui de la ciudad de Cordoba, Fulano, hijo de
Fulano (y nombrd a un
seflpr
de
mucho
prestigio [que
-
172
—
no queremos mencionar]), acepto y tomd de otro una chupa verde que este le habia ofrecido por mero cumplimiento y sin intencion real de regalarsela. Aquel
que se vid desposeido de la chupa penso demandar en juicio al que se habia adjudicado la prenda, y comunico al juez Soleiman el caso ocurrido. El anciano
que,despu6sde todo, era hombrede sanas ideas y buenas intenciones, no se percataba de vestir ia chupa, aim en los sitios mas publicos donde se reunia mucha gente. El juez Soleiman dijo al dueflo de la faqui,
chupa,
al expresar este el
— Cuando [aqui en
deseo de reclamarla en juicio:
!a curia]
veas
al
anciano vistien-
do la chupa, reclamaia; ysi, al reclamarla, contesta apoyandose en doctrinas legales, negandote tu derecho, dile: "Seflor juez, esesenor no habia por si propio; la que habia es la chupa que lleva encima. n Cuando
tu digas eso,
faltar a las
yo
te
reprochare tu conducta
[por
consideraciones debidas a un hombre de su
categoria] y hasta ordenare
que
te
metan en
la
carcel.
Tu, por eso, no ceses de repetir esa frase. EI litigante hizo lo que el juez le habia mandado; y el anciano se avergonzd y cambio radicalmente de actitud, lleno
Me
dijo
de contusion y vergiienza.
Ahmed ben Obada
El Roaini que
le
habia
contado uno que habia oido a Soleiman ben Asuad, el juez, decir lo siguiente a los almuedanos de la aljama:
—Cuando sea ni
hora de los oficios, no los retras£is un momento, aunque sepais que yo este bajando
de
!a
la
cabalgadura junto a
espereis;
Hamad
Mohamedl
la
puerta del alminar;
no me
a la oraci6n y rezad.
destituyo [pag. 140] a su juez Soleiman
•^
-
173
—
ben Asuad y nombro de nuevo a Amer ben Abdala. Ahmed ben Obada me refirid que Abusalih Ayub ben Soleiman le habia dicho: "el primer juez que me
nombro a mi consejero fue Soleiman ben Asuad„. Son varias las versiones que he oido acerca de la destitucidn de Soleiman ben Asuad. La primera explica cdmo ocurrid y por que causa. Jalid ben Sad, por una parte, refiere que Abdala ben Yunus le contd que el monarca ordend a uno de sus ministros
ben Asuad y
que enviara le
habtara
a llamar al
juez
Soleiman
de una casa que pertenecia a
a los un huerfano [cuya tutela estaba encomendada soberano para jueces], la cual casa deseaba adquirir el
un taun hijo suyo. El ministro envid de antemano a sador a ver la casa, para que indicara su valor o preSoleiman ben Asuad para cio, y luego mandd llamar a comunicarle los deseos que el soberano tenia de comtasadores prar aquella casa por la cantidad en que los tasado. El juez, al oir tal proposicidn, conla
habian
testdle:
que pudieran quedar de esa casa, no los venderia yo por ese precio. si se derribase, «;Cdmo he de autoriza-r la venta de la casa entera cons-
—Los
truida
materiales
como
ahora esta?
El juez exigid, para el huerfano, tidad
en que se habia evaluado;
el
doble de
el visir
la
can-
transmitid
al
proposicidn del juez; yel monarca dispuparecerle precio por casa la comprara se que no so
soberano
la
escesivo.
hablar con El ministro ese odiaba a Soleiman y solia antes de virulencia con'ra el en presencia del soberano
en suceso, pero no habia podido perjudicarle la venta de cosa grave; mas cuando el juez se opuso a este
-
la
casa,
el
ministro aprovechd la
dar al soberano que el
juez estaba
muy
caso particular,
odio que
el
ocasidn para el
recor-
ministro senlia por
y que el juez, en ese habia puesto en evidencia las odiosas justificado
cualidades que el ministro
en cara.
—
174
Y como
habia echado siempre
le
ministro insistid
el
muchas veces,
Uegd a hacer impresidn sobre el alma del soberano, el cual, por fin, ordend que el juez fuese destituido.
HI] Ahmed ben Abdelmelic
[Pag.
[da otra version
cuenta que Soleiman permanecid ejereiendo las funciones de juez, en la primera epoca de su mando,
y]
hasta que
el
mbnarca
salid
afio [doscientos] sesenta.
raxi
Amer ben
de expedicidn guerrera,
Con
el
monarca
Ais, el cual excitaba
salio"
El
Co-
de continuo al so-
berano quejandose de Soleiman ben Asuad en todos los campamentos donde asentaban los reales, hasta que
Uegaron bid a
En
a Calatrava.
Omeya ben
este
punto
el
monarca
escri-
zalmedina [de Cordoba] que era entonces, ordenandole que destituyese a Soleiman del Isa,
cargo de juez y que enviara cuatro personas de las calificadas en Cordoba como (adules) irreprochabies, para fin
que
se
incautasen del archivo
de depositarlo en
nistros.
Omeya ben
el
juzgado, a saldn donde se reunian los rhi-
Isa hizo lo
que
del
mandaba'; y al volver el soberano de esa expedicidn, nombrd de nuevo, para el cargo de juez, al que antes lo habia ejercido,
Amer ben Abdala.
se
le
:
175
DEL JUEZ AMER HEN ABDALA EN LA SEGUNDA fiPOCA DE SU
MANDO, QUE FU£ EN EL ANG 260
Abuabdala Mohamed ben Abdelmelic ben Ayman (segiin version que nos ha transmitidosu hijo) que, cuando fue destituido Soleiman ben Asuad, anduvo intrigado el pueblo de Cordoba acerca de quifin Refiere
nombrado para
seria
persona que oyo a decir,
durante
el
sucederle.
Y
aflade:
Amer ben Abdala, que
Me
contd
este solia
intervalo de tiempo [en que
Cordoba
esluvo sin juez] estando sentado a la puerta de su casa: jEI cargo de juez! jEl cargo de juez! Hay que de-
—
cirle
a aquel a quien
la
providencia se lo de, que
jbueno esta ese cargo para ejercerlo!
Y continuaba
refiriendo el
mismo
narrador:
Poco
soberano nombraba juez [p£g. 142] a ese mismo Amer ben Abdala. despues
el
L
Un ulema me conto lo siguiente: Cuando fue nombrado Amer ben Abdala la segunda vez, se puso a examinar Sste los autos y resoluciones de Soleiman ben Asuad y encontro dignas de censura algunas senten-
y aun se atrevid a instruirle y' proceso. Tal actitud puso en situacion muy dificil embarazosa al juez anterior. Uno de los amigos del cias
que
este habia dictado
juez entrante le aconsejo, diciendole terse
que no debia
tne-
enesas cosas cuyo resultado inevitable habia de
ser atraerse la
instructor
no
enemistad de Soleiman. Pero
pare.ce
que
el
juez
estaba dispucsto a aceptarel
consejo y continuo sustanciando la causa contra el juez destituido; mas, al fin, cesd de actuar y vi<5se Solei-
-r
176
man libre de las dificultades en que le habia metido Amerben Abdala. Un ulema a quien tengo por persona fidediona me cont6 iosiguiente: Cuando Amer desempefio por segunda vez el juzgado, no se porto como la vez primera:
su con iucta sufrio cambio en r
mal
sentido; su
modo
de obrar se torcid completamente, Debiose esto a
la
mayor edad, apellidado Abuamer, domino a su
circunstancia de haber llegado sus hijos a
uno de
los cuales,
padre: desde entonces ofrendas y regalos entraban en su casa.
Un
narrador de noticias historicas contd lo siguiente:
Estaba Abuamer, hijo del juez en
Amer ben Abdala,
curia de su padre un dia en
que habia grandisima concurrencia y, dirigiendose a uno de los mercaderes que estaban por alii, dijo: Quiero comprar un bocado que este repujado en forma de granitos, a propdsito para un caballo que he la
—
adquirido recientemente. Podia usted encargarse de
proporcionarmelo.
Dice
mismo
el
narrador:
Antes del anochecer de aquel
ya tenia diez y siete bocados que, regalo, se los habian mandado todos a su casa. se
dia,
como
La gente habld mucho de Abuamer, el hijo del juez: decia que falsificaba documentos del archivo, para
sustraer cantidades guardadas alii
referiremos explicandolo,
si
en deposito. Ya lo
Dios quiere, conforme
lo
ha referido [pag. 143] persona enterada. A este tiempo alude el poeta Mumen ben Said en estos versos: Por vida m£a Abuamer ha desacreditado a Amer, t
Y
;un ho nib re como
Amer
parecia
brillar
Abuamer ha desacreditado con
luz propia,
.
a su padre?
-
17?
-
Pero amanecia Abuainer y hubo de eclipsar a la luoa llena. No se le conocia a Amer, fogoso caballo, ninguna mala tachaPero, vamos a ver, psthn libres log mejores caballos de dar
u'n
tras [pie?
Son
varias las opiniones que corren entre
acerca de
causa por
el
pueblo
que fue destituido Amer en este segundo periodo de su mando. Unos me han dicho que estos tres versos que hizo Mumen Ilegaron a oidos del soberano, el cual dijo: la
la
— Mucho habla la gente de Amer y de su Y
hijo.
lo destituyd entonces.
Otros dicen que a Haxim se le hizo insoportable el juez, por lo parcialisimo que se habia mostrado contra Baqui ben Majlad, y que, debido a esto, trabajd para que fuese destituido. Refiere
Ahmed ben
Abdelmelic que Amer ejercid, en su segunda etapa, desde el afio [doscientosj sesenta hasta que Gualid ben Haxim salio, en el ailo [dosciensesenta y tres, hacia tierra enemiga, expedicion que se conoce con el nombre de Expedicidn delos tos]
bereberes. y,
al
En
esa expedicidn iba tambien
volver de
ella,
no
se
le
el
juez
Amer
ordend que ejerciese
el
cargo de juez. Era costumbre entonces, cuando un juez iba a la guerra y volvia, el que no se pusiese de
nuevo a
ejercer, hasta tanto
nombrd
[p&g. 144] por segunda vez para ese cargo a
que se le ordenara expresa y concretamente. El pueblo de Cordoba quedd entonces sin juez cerca de seis meses. El soberano luego
Soleiman ben Asuad. Ocurria esto en
el afio
263.
12
; fl-
178
-
DEL JUEZ SOLEIMAN BEN ASUAD, EN LA SEGUNDA EPOCA*, KUE NOMBRADO EN 263
Fu6 nombrado luego, por segunda
vez,
Soleiman
cual se puso a examinar la conducta del lo juez anterior, Amer den Abdala, e hizo con 6ste mismo que este habia hecho antes con 61: inspecciond
ben Asuad,
el
minuciosamente los documentos del archivo y enconde cerca de dicz tr<5 nota de una cantidad cuantiosa, del capirail monedas de oro, que formaba el tercio el cual tal de un comerciante conocido por El Cabisi, habia ordenado en su testatnento que se repartiese [entre los pobres]
Ese
.
capital
bienes de raanos muertas a
de
se entrego" a tltulo
uno de
los adules [o per-
sonas de confianza en Cdrdoba]. El juez Soleiman mandd llamar a ese adul, al que se habia entregado el capital,
y
le dijo:
—Presentame esa cantidad.
—
mi poder largo tiempo— le contests pero, despu6s, el juez Amer ben Abdala se incauto" de
—La
tuve en
ese capital,
como
juez que entonces era, y
me
did
el
correspondiente recibo.
.—
Pres6ntame
el
documento probatorio de
lo
que
dices.
hombre trajo una hoja en la que constaba el documento de Amer ben Abdala, que entonces era |uez, en quese acreditaba que 6ste habia recibido de aquel hombre la dicha cantidad. Para confirmar el hecho se presentaron diez y seis testigos. Se le notified el caso a Amer ben Abdala y 61 negd, diciendo [pag. 145] que no habia recibido esa cantidad; y alegd que los testi-El
179
gos habian dicho mentira, era una estratagema o
manifestando que eso sdlo
mala
arte
empleada contra
61
y
una ocasidn buscada adrede para perjudicarle. EI juez Soleiman no se apresurd a darsentencta en el asunto. Entretanto
Amer
pidio la intercesidn del monarca
y elevd solicitud, en la cual del hecho de que se le acusaba.
hfiined
carse
I
tratd
de
Mo-
justifi-
Me
contd un ulema que un hombre, amigo de ben Abdala, le habia referido lo siguiente:
Amer
Amer cuando soberano Mohamed, un
Estaba yo senlado en compafiia de vino a su casa, de parte del
empleado en
paje de palacio,
una
pidid
entrevista reservada.
la secretaria
Amer
alii
un buen
rato;
luego
le
y am-
se levantd
bos entraron en una habitacidn contigua.
y
real,
Estuvieron
salid el paje, dejando a
Amer
en aquella habitacidn. Despues de salido aquel, pedi
yo
a este
permiso para entrar donde
lo concedid;
enlre
y encontremelo
61 se hallaba y
callado,
me
con los
ojos bajos, fijos en el suelo.
—
que ha venido el paje?— le dije yo. Pero 61 mantuvose sin decirme una palabra largo
rato; al fin, recitd este verso:
Me
levanto por
la
maBana con
tniedo;
me
acuesto por
la
nocho
[con miedo.
[Maeca
el freno y
no hagas nada por esa gente!
Luego me dijo: Ha venido el paje con un alcoran metido en las mangas y me ha ordenado que jurase que yo era inocentey que no tenia ese capital. Yo he jurado. Y aflade el narrador: EI monarca Mohamed le declard inocente y ordend que pagaran los herederos de El Cabisi un segundo tercio del capital que por herencia habian ellos recibido. Los herederos tuvieron que
-
180
-
pagar de nuevo una cantidad igual a la que antes habian entregado. Se me dijo que eso fue causa de que los herederos se
Refiere
quedaran pobres.
Ahmed ben Mohamed ben Abdelmelic que
en las oficinas del juez habia un caudal cuantioso que se habia entregado en concepto de manda piadosa [o
manos muertas] a un [pag. 146] adul. Este murid, y Abuamer, el hijo de Amer ben Abdala, se puso de acuerdo con los hijos del difunto para repartirse ese capital, del que Abuamer habia de coger la mayor parte, a condicidn de que el [como hijo del juez] sustrajera del archivo el documento probatorio. bienes de
El archivo entonces
no
tenia inspectores
que
lo vigi-
lasen y sdlo constaba el hecho en un cuaderno suelto [cuyas hojas eran faciles de arrancar] El caso fue que .
se repartieron el capital y a
Abua\mer se
olvidd sus-
le
nota correspondiente, y quedd alii la nota hasta que fue destituido su padre Amer, y el juez entrante, Soleiman, encontrd en el archivo ese Iraer del
cuaderno
documento
referente al
rrieron incidentes ces;
la
muy
permanecid luego
asunto.
Con
ese motivo ocu-
desagradables entre ia
ambos
jue-
cosa indecisa hasta que
el
monarca pidid consejo a los faquies y todos ellos aconsejaron que se exigiese juramento a Amer, excepto Baqul ben Majlad, que se opuso diciendo: —Si liegara a noticia de los Abasies de Oriente que aqui en Andalucia nos vemos en el caso de exigir juramento a nuestros jueces, seguramente constituiria un esc&ndalo grave que nos podrian reprochar.
muy bien la frase de Baqui ben Majlad, y encargd a Amer que escribiera secretamente su declaracidn jurada. Y asi se hizo. Al soberano
le
parecid
Uno de
—
181
argumentos que Amer esgrimia contra Soleiman, cuando tuvieron la entrevista ambos jueces los
a presencia
—Si yo
de los ministros,
fue:
hubiera sustraido— decia
Amer— esa
dad, screes tu que hubiera dejado en
el
canti-
archivo
la
nota a ella referente?
— [Ah!— contestaba Soleiman — Dios providencialmente hizo que se olvidaran de sustraer
esa nota.
Realmente, los ulemas y hombres distinguidos por su sabiduria en aquel tiempo, sostenian que Amer era inocente, que estaba puro; pero aquel
hombre perma-
necid ya constantemente amargado por
la
tristeza
y
corazdn afiigido; quedo su alma agitada hasta que perdid completamente el seso: sdlo de esta ma-
con
el
nera desdichada acabo" pena tan aflictiva.
El pobre
quedd como un insensato, hasta el extremo que salla por las calles desnudo, en cueros, jcuando tanta virilidad habia desplegado y tan gran dominio de si propio habia mostrado en sus buenos tiempos!
ben Sad dice que Abulabas Gualid ben Ibrahim ben Lebib le contd lo siguiente: Fuf a ver a Amer ben Abdala, despu6s que le destttuyeron del cargo de juez. El que trabajd realmente para que [Pag, 147] Jalid
lo destituyeran fue
Haxim ben
Abdelaziz, por lo ocu-
con Baqui ben Majlad. El proceso o information de testigos contra Baqui se instruyd en su curia; y el juez sentia vivos deseos de sentenciar de acuerdo con rrido
las declaraciones contrarias a
destitucidn,
que
le
juicio.
Haxim
Baqui. Al decretarse su
realizd contra el juez ciertas cosas
amargaron tanJo, que
el
pobre juez perdid
el
,
(&&&$*". m
Refiere Gualid
-
182
que Amer ben Abdala, antes de que
perdiera corapletamente
el
seso,
le
dijo la siguiente
frase: -
Hijo mio, aquello por lo que uno puede desear la
muerte, es mas duro de
sufrir
que
la
muerte misma; yo
de mi, se decirte que siento mucho no haber muerto ya.
Sad dice: He oido referir a Aslam ben Abdelaziz que un dia, al anochecer, cuando acababa de salir del alcazar, se encontr6 con Baqui ben Majlad que venia a verle, a tiempo que Haxim salia tambien de palacio, y este comenzd a increpar a Baqui Jalid ben
diciendole:
—No
te
figures
que
deba exclusivamente a media; yo,
si
lo la
que
me
ocurre con
Amer
enemistad que entre
el
se
y yo
he trabajado cerca del monarca para que
no ha sido mas que por tu causa, por lo que he visto que ha hecho contigo; y he procedido asi por consideration a Dios, que es alto y noble. Tu, sin embargo, has dado hoy, en la causa de este juez, un informe juridico que derrumba todo
este lo destituya,
que yo habia construido en este asunto: has informado separdndote del parecer de todos los faquies
lo
compafieros tuyos.
Aslam
[Mi hermano] H£xim habia mandado faquies de antemano, y les habia pedido
dice:
llamar a los
que expusieran su opinion acerca del caso; y ellos habian declarado que era preciso que Amer ben Abdala prestase juramento, para decidir en justicia
el
proceso incoado y formado acerca del capital de un hue'rfano, capital que por orden del juez se habia depositado [pag. 148] en poder de persona de confianza.
El juez, por todo descargo, habia dicho:
-:
ZX* r^.jc
r.
-
i
183
—No me acuerdo en manos de quien
lo
he
depo
sitado.
Los ulemas emitieron
la
opinion de que debiera
prestar juramento.
Mi hermano Haxim no mando
recado para que
compareciera Baqui ben Majlad, por en
el tenia:
suponia
el
la
confianza que
que Baqui no habia de sepa-
rate del parecer de sus compafleros en ese informe juridico, sobre todo pensando que seria haiagtieflo
Amer ben Abdala
enemigo suyo. El caso fue que los faquies se reunieron en la sala de los ministros y expusieron su opinion de que debia exigirse juramento; pero se presento Baqui ben Majlad y, despues que todos habian emitido sus opipara Baqui, pueslo que
era
niones, dijo:
—Yo creo que no debe
exigirse el juramento a nin-
porque los jueces deben estar exentos de esa prueba, hasta el punto que contra ellos debe la verdad
gun
juez;
probarse por otros medios.
Cuando
el
monarca
nombro" juez, hubo de nombrarle porque, a su
hombre recto y justo. Cuando al monarca Mohamed
le
juicib,
era
se le expusieron los
que en el proceso de Amer se aceptara la opinitfn de Baqui ben Majlad. Y al pedir cuentas mi hermano Haxim a Baqui por lo que este habfa hecho (conversation a que yo estuve presente) dijo Baqui a mi hermano: —Por Dios, (ite parece bien a ti que un anciano pareceres, ordeno
,
yo, pronuncie decisi6n juridica contra tin enemigo, sin tener el convencimiento intimo de la verdad? Por Dios, yo no pronuncie mi decision en aquel asun-
como
sino con arreglo a mi conciencia, confonnecon lo que yo creia la verdad o la justicia. jNo me reproches!
to,
-;.^rap
Y
184
Aslam: Mi hermano Haxim estuvo algun tiempo, cerca de dos meses, disgustado con Baqui ben afladia
Majlad; pero despues se de este disgusto.
le
borrando
fue
la
memoria
Soleiman ben Asuad permanecio" ejerciendo el cargo, despues de Amer ben Abdala, en la segunda etapa, hasta
que se hizo viejo y la edad puso en evidencia que s6Io era ya una ruina. El rnonarca Mohamed recibio" una carta que aparecia firmada por Amer ben Abdala, en que se le decia: "Soleiman ben Asuad ha entrado ya en la decrepitud [pag. 149]; se ha debilitado completamente su vigor fisico y es incapaz ya de actuar como juez.„ El soberano ordeno a los ministros que mandasen llamar a Soleiman y a Amer: a Amer para preguntarle 11a
carta;
y
a
si el
habia enviado
al
soberano aque-
Soleiman para preguntarle
si
se
encon-
traba con fuerzas para continuar ejerciendo su cargo. Los ministros hicieron comparecer en su propio des-
pacho a
dos a un tiempo; y ambos se sentaron. Amer ben Abdala era hombre muy circunspecto coy medido, tranquilo y reposado, mientras que los
Soleiman movimien-
era todo lo contrario: vivo
y ligero en los tosdel cuerpo. Los ministros sacaron la carta, yeron delante de Amer y preguntaron a este:
—dHas sido
la
le-
que la ha dirigido al soberano? Dios me libre— contests' Amer—; yo, por Dios, no la he escrito.
—
—Oh
tu el
Abuabdala— dijo Soleiman—;
tu
no
la
ha-
brds escrito, pero la habrds dictado para que otro la escriba. +
—No,
por Dios -dijo Amer-^no solo no tado, sino que no s6 nada de esa carta..
la
he dic-
r=*-
-
— Si
185
—
quisieras ser sincero -replied
tii
Soleiman—
que el autor de la carta es tu hijo Abuamer. Soleiman continud hablando largamente en este sen-
dirias
tido.
A
Amer ben Abdala,con
todo esto
la
cabeza baja,
calmosa y pacienzudamente, conteniendose extra ordinario dominio de si mismo. Soleiman, al
sufria
cor. fin,
diciendo:
le increpo"
--Ahora haces tambien como quien no oye; haces como quien aguanta pacientemente, jcomo si no te conociera yo!
—Todo
sea por
Dios— dijo
por toda contestacidn
Amer—; todo sea por Dios. Y puso las dos manos juntas en man de levantarse. Al verle en esa
el
suelo, con ade-
posicidn, Soleiman
da un brinco con ligero movimiento y con viveza, y le
extiende su
mano
—Dame
mano, oh Abuabdala, para que yo
la
ofreciendosela
y
diciendo: te
ayude a levantarte. Entonces te
Amer
se
quedd mirandole, tranquilamen-
sentado, diciendo:
—A
Dios solo es a quien se debe pedir ayuda; solo a Dios hay que pedir ayuda; solo a Dios hay que pedir ayuda.
E inmediatamente
se.
marcharon cada uno por su
lado.
(Pag.
ben
150]
Abuabdala Mohamed ben Abdelmelic
AymSn me
En
dijo:
Soleiman ben Asuad cayd" gravemente enfermo y estuvo a punto de morir. Era entonces jefe de la oracidn; e Ibrahim ben Cdlzom se consicierta ocasion
deraba a
si
mismo presunto candidato para
sucederle;
y con suficiente motivo, por cuanto disfrutaba de
mu-
-^?
-
—
186
cho valimiento con Haxim. Ibrahim un jueves se presento en casa de Haxim y le dijo: Ya sabes en que situation se encuentra Soleiman
—
[por su grave enfermedad]; mafiana es viernes [dia festivo en que el jefe de la oration debe ir a la mezquita].
Haxim dole
si
rigir al
se
escribio a Soleiman
ben Asuad preguntan-
consideraba con fuerzas suficientes para
di-
que
hi-
pueblo en
la
oration y, de no ser
asi,
de comunicarlo para ver a quien habia que encomendar el sermon y el rezo. Soleiman contestd a Haxim: Yo estoy bastante agil y tengo fuerzas sobradas ciera el favor
—
para cumplir con mis deberes.
Por
la
mafiana se impuso
el
trabajo de
ir
a la mez-
quita y, aunque andaba con alguna dificultad, apoyado en dos personas, aun tuvo aliento para pronunciar
breves frases en
He
el
sermon.
ofdo referir a un narrador de noticias historicas
una anecdota muy chistosa y divertida, en que intervienen Soleiman y Abencolzom, a proptfsito del rezo en la mezquita. Soleiman ben Asuad sabia los vivisimos deseos que Abenc<51zom tenia de llegar a ocupar el cargo de jefe de la oracidn, cargo para el que se consideraba como candidate Un viernes, a media mafiana,
cuando Soleiman mas descuidado estaba
sin
pensar en tales cosas, se presenta Abencolzom en su casa pidiendo permiso para entrar a visitarle.
man
tuvo de improviso una ocurrencia
muy
Solei-
peregrina:
dice a su criado:
—Sal
tu a recibirle; pero
mando: jmi amo dile que entre.
has de
se esta muriendo!
ir
llorando y excla-
Despues de
eso,
-
-
187
Soleimaninmediatamente se acosto, se tapd bien y se puso a fingir con mucha realidad los estertores de la
muerte,
En
como
esto entrd
si
estuviese agonizando.
Abencdlzom
en ese trance,
y, al verle
se puso a lamentar aquella desgracia, a llorar y afligirse; pero al instante se salid, se fue [pag. 151] a ver a
Haxim y
le dijo:
— Soleiman esta en los estertores de que no
la
muerte; yo
llega a la hora del rezo del viernes,
porque antes de esa hora habra muerto. Es preciso que escribas inmediatamente al soberano, pues el reemplazarle, en tan poco tiempo como falta para las oraciones del
creo
viernes en la mezquita, es
— Pero... —
le
pregunto"
muy
dificil.
—
Haxim
has visto real-
tnente en ese estado?
—Si, hombre, — contesto— si
de
salir
de su casa donde lo
acabo ahora mismo he visto con mis propios ;
ojos.
— Entonces— dijo Haxim —ya no hay E inmediatamente
que esperar.
se puso a escribir al soberano co-
municandole que Abencdlzom se habia presentado en su casa y le habia referido que acababa de venir de casa del juez Soleiman al que habia encontrado en los estertores de la muerte. "El
Vea
tiempo apremia,
afladia.
monarca que debe hacerse en caso tan apu-
el
rado*„ El soberano,
poco:
el
al
estuvo pensando un
leer la carta,
caso es, se decia a
mismo, que
si
ni el
pue-
saben nada. Asi pensando y pensanocurrid que Abencdlzom deseaba el cargo de
blo ni la nobleza
do se
.
le
jefe
de
bia
oido hablar de achaques
la oracidn;
antes de aquel
que afectase a Soleiman. Al
ni
momento no
se ha-
de enfermedad alguna
fin,
cayd en
la
cuenta, en
-
188
—
que Haxim no habia caido: la sospecha de que debia de haber alguna mentira por medio; y dijo a uno de los eunucos de mas categoria que tenia en su palacio:
—Vete ahora mismo, entra en casa del cdmo
esta
y que
le ocurre. Si
y veas encuentras que aun hajuez
y se express con lucidez, preguntale si se halla en disposition de pronunciar hoy el sermon y de dirigir bia
el
rezo.
El eunuco se rue a casa de Soleiman, entrd a verle
y se lo encontrtf muy bien sentado, como persona sana que no tiene enfermedad alguna. El eunuco, en vista de eso, se abstuvo de hablar (1) del asunto especial que se le habia encomendado y desvid la conversacion hacia otras cosas. Soleiman se levantd del asiento en que estaba, a presencia del eunuco, se sento en un si-
agua para las abluciones; se lavd, se vistio y salio andando en compafiia del eunuco hasta llegar a la aljama. El eunuco volvid a palacio [pag. 152] e informd al monarca de lo que licon
y
ordeno"
habia pasado
que
le trajeran
como
tal
lo
habia presenciado. El mo-
narca dijo:
—Soleiman
Abencolzom y se ha
que ha querido. Y se rid mucho, cuando supo la jugarreta del juez. Soleiman aun se encontraba fuerte y agil; aun con-
divertido con .
se ha burlado de el
todo
lo
servaba lucidez y perspicacia, a pesar de su ancianidad; e iba a pie desde su casa a la aljama.
Mohamed ben (i) lio eBtS,
Elverbo vJImi en
Abdeimelic ben
sale variaa veces
Ayman
con esta
significaci6n
los dicciotiarios: desviar la conversacion,
asuftfo, esquivarse
de hablar.
dice
que
que
no tra-tar de
un
l s'-
—
189
-
Bequer ben Hamad, el divisor de herencias, vecino que era de Soleiman, contaba lo siguiente: Me presente en su casa, en la ultima semana de su vida, y le invite a dar tin paseo; salid
conmigo en direction de
aljama andando a pie; luego nos volvimos. Era esto en el reinado del monarca Abdala, siendo entonla
cesjuez Anadar ben Selma.
Soleiman, en su segundo periodo, permanecio" ciendo de juez durante diez
En
73.
este afio
murio
afios,
Mohamed
desde I.
el
Entre
afio el
ejer-
63
al
pueblo
susurraban noticias confusas e inciertas de que ha-
se
monarca; pero no se supo con certeza hasla que subio al pulpito Soleiman ben Asuad, ei cual, al Uegar en el sermon a la parte en que se reza bia fallecido
por
el
monarca, embargado por
el
la
emotion,
llord.
De
manera indirecta anuncid al pueblo la muerte del soberano, y el pueblo pudo certificate bien de que esa
habia ocurrido.
Inmediatamente despues de
Mohamed
I,
ocupd
el
monarca Almondir, el cual confirmo" a Soleiman ben Asuad en el cargo. Abumoharned Casim ben Asbag, el de Baena, me dijo que Soleiman ben Asuad trono
el
continuo"
en
el
cargo de juez, dentro del califato de Al-
mondir, cerca de cuarenta dias, pasados los cuales
Almondir lo destituyd nombrando a Abumoavia. [PSg. 153] Yo no creo que mediara causa especial para
la
destitucidn de Soleiman en su segundo perio-
ancianidad y el que evidentemente aquel hombre era ya una ruina. do,
si
no es
la
Dice un ulema: Soleiman ben Asuad habia sido uno de los protegidos del emir Abdala antes de subir
Soleiman estaba impaciente porque sutrono Abdala, por el deseo que tenia de vol-
fete al trono.
biese al
"-*1
-
190
-
Ver a ser nombrado juez; pero cuando subid al trono y no se acordo de 61, se puso Soleiman a recitar, en
una de aquellas ocasiones en que el entraba en palacio juntamente con los otros faquies, para ejercer el oficio humilde de testigos: Cuando
ocurri6 el suceso que con tanta ansia esperabamos,
Tuvimos que
asistir
en calidad de testigos jcomo cualquier otra per[sona desconocida!
Me conto
un ulema lo sigmente: Unos^hombres entraron en casa de Soleiman a visitarle, en el mes mismo en que este habia de morir, y le preguntaron que edad tenia. El calld un momenta; pero luego llamd a una esclava negra que le servia y, al presentarse esta, le pidid que trajera un saquito que el tenia para guardar ciertas cosas. La esclava se lo trajo y el sacd una hoja de [papel o pergamino] que entregd a
los visitantes
diciendo: "leed n
.
Los hombres aquellos leyeron la hoja, que era una a su juez, de la carta dirigida por el monarca Hixim I
parte norte de Andalucla, del Llano de las Bellotasy
comarcas vecinas, Asuad ben Soleiman, en que se le ordenaba que recaudase las contribuciones que fuera preciso recaudar y que las distribuyese en la forma que se especificaba en aquella carta. Al fin de ella habia una nota, de letra del juez Asuad ben Soleiman, que decia: "Nacid Soleiman ben Asuad, Dios le
conserve
vida, dia
la
tal,
de
tal
mes.„ Los hombres
aquellos contaron los aflos transcurridos desde la fecha [pag.
que Soleiman
154] en
que entonces
riacid,
hasta la fecha. en
se hallaban, y resultaron noventa
ve anos y diez meses. Soleiman les dijo: —Si vivo dos meses mas, cumplire cien
y nue-
afios.
-
191
-
Pero murid en aquel mismo mes, antes de cumplir los cien anos.
DEL JUEZ AMIR BEN MOAVIA EL LAJMf
Al ocupar Almondir
pensd
el trono,
sustitulr a
So-
leiman nombrando otro juez. Al efecto pidid consejo a sus ministros. Estos le contestaron que nombrase a Ziad ben Mohamed ben Ziad; pero Almondir ofrecid el
cargo a Baqui ben Majlad,
vista
el
cual
no aceptd. En
de esta negativa Almondir consultd a Baqui,
acerca del candidato que saber; Ziad ben
Mohamed
propoman
los ministros, a
ben Ziad. Baqui
le dijo:
— jQue disparate! Al
ok
eso pididle que se sirviera Baqui indicar
la
person! que debia ser nombrada; y Baqui indicd a Abumoavia El Lajml. Este sefior se Uamaba' Amir ben Moavia ben Abdelmdslim ben Ziad ben Abderrahmen
ben Zohairben Naxira'ben Laudan EI Lajmi. Almonjuez dir aceptd el consejo de Baqui y nombrd a Amir aljama de Cdrdoba. Jalid ben Sad me contd que habia oido referir a Abdala ben Yunus lo siguiente: Era Elhabid ben Ziad
de
la
amigo intimo de Baqui ben Majlad, y habia alimentado la esperanza, en los dias del monarca Almondir, que Baqui lo recomendaria como candidato para el cargo de juez de Cdrdoba. Al saber que el monarca habia consultado con Baqui y que este habia indicado [pag. 155] a Abumoavia, fuese Elhabib ben Ziad a casa de Baqui ben Majlad y
le
reprochd por
que habia tenido. Baqui ben Majlad
el
chasco
le dijo entonces:
#F*
.
— No me reprendas o
192
-
censures por
que he hequien creo que
cho; yo solamente he recomendado a es mas digno y virtuoso que tu.
Elhabib ben Ziad,
dijo lo
eso, se calld.
Mohamed
Abuabdala
me
al oir
lo
ben Abdelmelic ben AymSn siguiente: Abumoavia El Lajmi pertenecia
a la familia de los Beniziad
y tenia su residencia en Raya. En los dlas de Abderrahmen II, se fue de viaje para estudiar; en ese viaje oyd a Sahnun en Caiman, a Asbag en Egipto y a otros maestros. Era hombre
que
referia tradiciones del profeta y,
cionista, era excelente.
como
Yo he aprendido
tal
tradi-
sus ensenan-
he oido y he puesto por escrito. En aquel tiempo se aprendia de el la obra de Asbag titulada Instruction para losjaeces; pero un ulezas, las cuales
ma
recuerda que se hizo sospechosa
la versidn,
que
el
di6 de esa obra
a
Me dijo
y fue abandonada. Abenayman que Abumoavia habia venido
Cdrdoba
a
de Almondir y aqui permanent hasta la muertc de ese monarca. Jalid ben Sad dice que Abuomar su amigo (1) le fines del
reinado
habia contado que Abuyahia. ben Jamis referia lo
si-
guiente:
Cuando sento"
en
la
fue
nombrado
juez
Amir ben Moavia y
aljama, vid a Soleiman
ben Asuad que
se le
despues de saludar, le dijo: Gracias a Dios, a cuya providencia sedebe el que se haya nombrado, como sucesor mio, una persona traia el archivo y,
—
como (i)
tu.
En
el maniiscrito
»*a>lopero debe de ser
errata,
que no me
atcevo a corregir, por no saber que ea lo que el autor quieo escribir,
— Al
Soleiman de
ia
[perteneciente a
la
salir
hombre
193
-
aljama se
le
presentd un
nobleza] de Coraix [pagina 156] que habia tenido un pleito en ia curia antes de haber sido destituido Soleiman, y arreo a este un golpazo en el cuello con la mantilla o bufanda, al propio
tiempo que increpd
al
juez cesante con estas pa-
la bras:
— Gracias a Dios, hombre
que ha lanzado de
y ha castigado a ese nuevo juez; yo te cito.
injusto
migo ante
el
la curia
tirano.
a ese
Ven con-
Soleiman volvidse acompafiado del Coraxf ante el juez Amir ben Moavia a quien dijo: -Yo he sido destituido; tu estas ejerciendo; lo que tii hagas hoy conmigo, estate seguro que, en correspondencia, haran contigo mafiana.
Y Amir ben Moavia librando al
sentencid en contra del Coraxi, juez destituido de las impertinencias de
aquel.
Ahmed ben Mohuimed
ben Abdelm&ic dice: Abumoavia sentencid en favor de Eiddn, el eunuco, adjudicandole el campo conocido vulgarmente por el campo Achal, a Ia otra parte del no, despues de largo
que acerca de esto se sustancio" en ia curia siendo juez Soleiman ben Asuad. Dirigia ese pleito, como abogado, Mohamed ben Galib ben Asafar. Soleiman pleito
no queria pronunciar sentencia, y dijo un dia a Abenasafar:
—Ese hombre
[Eiddn] se empeila en que yo sentencie en favor suyo; pero yo no encuentro motivo razonable para hacerlo: mientras no vea yo claramente la decision que deba tomar, que no me venga con re-
comendaciones que
me
repugnan; de Jo contrario,
Irasare la decision. 18
re-
.
-
-
194
eunuco a que En Soleiman y nomdestituido foe que se abstuvieta hasta presentd de nuevo en se Entonces bmdo Abumoavia. obligo vista de esto Abenasafar
la curia
y
al
alii
delante del ]uez, siempre ponia se
el
decia: cual, al verle, le
se compadezca? Dios quien de erestu, -^Quien todo el mundo como Galib, ben Mohamed
.
-Soy
sabe
— respondia.
mas
pura intencidn.
.
con la Abumoavia preguntaba Todos los dias se lo Mohamed ben Galib no cesd de
que el juez sentence en ad|udicandole-d Abengahb, de favor del patrocinado la hrma de los con sentencia la campo, y formalize despues de esto, aparecuS que d pleito hasta insist' en aquel
Pero luego, a smo] eunuco, del poder campo habia pasado [no a [el abogado] Galib ben Mohamed coder de sin interrupcidn continud Abumoavia IPae 157] Almuri6 que hasta oracidn siendo juez y jefe de la ,-., mondir. dice: 01 al Ayman ben Abdelmelic Mohamed ben en la so predicar el sermon al pueblo
testigos.
,
juez
Abumoavia
les predicd el sermon agua; por rogativas iemnidad de EmoIsraelites los a predicado Jeremias habia
que
atraia los
cionaba tanto, que do se ponia a Uorar.
med
dice que
ben Sad ben Misuar,
Jalid
:
corazones y todo
Ahmed ben
al describir a
Jalid
Abumoavia,
el
mun-
y Mohalo
pinta-
si bien Ahmed bueno, ban como hombre virtuoso y chocante. Recordaba cosa una el de referia ben Jalid
este
Ahmed
que habia ido a ver
al
juez para
pedule
del Profeta que Tradiciones las ensenara que les para lo cual se Alfarech, ben Asbag bia aprendido de le
rogd que
ha-
abriese clase o curso;
Ahmed y cuando
195
-
fue a la clase para aprender las Tradi clones,
el
maes-
sacd unos Iibros que trataban de los Principios .0 bases de la ciencia religiosa, obra de Asbag. El juez habia confundido [lastimosamente] las bases tro
le
de con
riencia religiosa [estudio critico y filosdfico] Tradiciones [materia de transmisidn mecanical.
la
las
DEL JUEZ ANADAR BEN SELMA EL QUILABf
Anadar ben Selma ben Gualid ben abi Bequer Mohamed ben Ali ben Obaid El Quilabi era originario de Cabra. Ejercia donia, cuando
el
cargo de juez en la region de Siemir Abdala estuvo en esa regidn; el
esteemirleadmitidentre susamigos, viniendo a uno de los mas intimos suyos [pag. 158]. Anadar
ser
era
hombre de ingenio vivo y pronto y de mucha capacidadydespejo. Alsubir al trono Abdala, nombrd a Anadar ben Selma para que desempefiase simultaneamente los dos cargos, el de juez de la aljama y el de jefe
de
la
oracidn. Este se portd
muy
bien en
el ejer-
de su cargo: trataba a la gente con correccidn exquisifa y predicaba el sermdn con mucha eiocuencicio
soberano Abdala le ordend que pronunciara el sermon siempre que el monarca fuera a la mezquita: cia, EI
le
gusto
pueblo.
mucho el sermdn y fue muy celebrado por el En la primera epoca de su mando, el se en-
cargd constantemente
como durd
de pronunciar
el
sermdn
y,
ese periodo cerca de diez aflos, Uegaron a
aprender de memoria ese sermon, que constituyd, por decirlo asi, la pauta que siguieron los jueces que vinieron despues, porque estos trataban de imitarle ai ser
_-w==
-
196
tiombrados, especialmente
al
principio de su ejercicio.
Pascuas y arreglado y depubien muy bonito, muy fiestas, otras genuinamente murado, con arreglo a las tradiciones
Tambien compuso
otro
sermon para
las
sulmanas.
Ahmed ben Mohamed
Refiere
lo siguiente:
monarca en a sertodos los asuntos, dedicandose completamente Me conto persona que merece credito que el moAnadar ben Selma
solia trabajar para el
virle.
esperannarca un dia de viernes estaba en el Corredor tarde, a tiempo media de oracion la a llamaran que do cauque despacho urgente de carta y una llegC que en de que este era pesar a monarca, al impresidn viva sa
hombre muy
tranquilo.
Mohamed
dala ben
el
Hubo que
ir
en busca de Ab-
Zachali [secretario del monarca]
Por coincidencia el semonarca estucretario se hailaba fuera de Cdrdoba; el vo a punto de hacerle venir de donde estuviera; pero
para redactar
la
contestacion.
Anadar, que estaba alH presente, le ,iQue asunto es ese que, por
—
tanto
al
Este treg6
lo
visto,
inquieta
monarca? contestd explicandole el caso y, al fin, le enel carta. Anadar se le ofrecid para contestar;
le
la
soberano
expuso
dijo:
le autorizo" para
la
fdrmuia que
el
que
lo
hiciera
y Anadar le
usaria para la contestacicm;
monarca y Anadar la escribid y fuS expedida inmediatamente. El monarca quedd prendado [pag. 159] del despejo de entendimiento de Ana-
le pareci6
bien
al
dar y agradecidle el servicio como gran favor. Anadar conocia muy bien los defectos que cometian perfecta los notarios al redactar documentos y sabfa
-
mente los pasajes en que los errores se solian deslizar notar y aun los fraudes que empleaban. Anadar hacia
—
197
-
cosas a los faquies, y estos tenian que confesar que el juez tenia razdn y reconocianle su rara discreestas
cidn en estas materias.
Anadar ben Selma
fue
el
pri-
mer juez que nombro consejero para las fetuas o respuestas juridicas del juzgado a Mohamed ben Abdelmeiic ben Ayman. Ahmed ben Obada EI Roani me dijo losiguiente: Anadar ben Selma era de n?uy sanas ideas y hombreentre cuyas cualidades brillaba la longanimidad. Un dia estando yo presente en su curia, entrd un hombre que se plantd delante de £1 y le dijo:
—Oh
has sido injusto conmigo; has sido pmcial contra mi; pardiez, eso es, eso es... juez,
tu
El juez se estuvo callado hasta de hablar,
—Si no
y
le dijo
que
hombre cesd
el
entonces:
porque esas caiumnias no puedert dirigirse a mi, por actos que yo haya realizado, sino que recaen sobie otro, ya te daria yo buena contestafuera
ci6n.
El juez le
did"
hombre quedd
imas chucherias,
como
regalo,
y aquel
muy
complacido; y le expresd su reconocimiento, y hasta salid a mantenerle los estribos, al tiempo de montar, y todo se volvieron alabanzas en favor del juez.
—Si te
Anadar decia luego:
das algo, estan contentos; pero maldicen.
Jalid
les
ben Sad dice que habia oido
a
si
no
les das,
Mohdmed ben
Misuar lo siguiente:
Oi hablar
ai
juez (y se referia a
eh una conversacidn en la que
—Mohamed ben Asbat
menester— afiadian— que
te
le
Anadar ben Selma) decian:
calumnia y
te injuria.
tu le destruyas
Es
o aniquiles.
-m*
—No,
por Dios
ninguna
—
— contestaba
deseo contradecirie;
quiera a
198
Anadar— mucho menos
criatura, a quien
ni
;
si-
destruir
Dios providente man-
tenga.
[Pag. 160]
Un
anciano
me
conto
que sigue:
lo
Cordoba un hombre conocido vulgarmente por Abenrahm6n,sujeto muy bromista y charrador (1), el cual en la curia de Anadar se chun-
En mi tiempo habia
en
gueaba de un litigante que mantenia un pleito en el juzgado, usando de bromas que hacian reir a todos los circunstantes. Anadar, en vez de incomodarse, aunse sonreia. El caso fue este:
El litigante de quien se
bromeaba Abenrahmdndijo
Anadar:
al juez
— Este
mi contrincante cuando se sale fuera de aquf, de la presencia de usted, no cesa de insultarme y de hablar [indecorosamente] de mi madre,
Y volviendose a — Yo no quiero [frase
su contrincante afladia: darte nada,
ni
tomar nada de
ti
con que querria expresar que deseaba no tener
relacidn ninguna con su contrincante].
—
al
juez
Abenrahmdn
—
.
Senor
no acepta lo que yo quisiera hacer y tal y su madre con el pregonero; no quiere, no, que
juez, ese cual...
yo
le
( i )
eeta.
en
pague
Dozy, Die, artlculo el
conforme (2)
las cuarenta pesetas (2).
propone que en vez de *^#ia!i que
manuscrito, se lea "-£fc^f. Es discreta esta
No es
en
el
facil
la
correcci6n; pero
manuscrito tiene significado bastante aceptable.
de precisar en que consistla
vulgar de la palabra
ma
j!ai,
^1^1 hace sospechar que
el chiste:
ee
la gtafla
trataba de bro
indecente de sodomismo; pero las reticencias y alusiones deB-
madre de aquel infeliz, sugieren na indecencia de b.tra categoria.
hontosas a
ta
la
sospecha de
algu-
;y-^*
V
199
Y
puso a
se
reir
y se rieron todos los presentes. Ana-
dar toleraba esas cosas. L
4
la disciplina liteexperto en Selma ben Anadar Era quiza, quiza, dirigiera verdicho, han me segun raria; categoria supede empleados los a monarca y sos al de dela secretaria real. He oido a un narrador
rior
noticias contar lo
Un
que
sigue:
iamilia de los Benixohaid murid de* echaba de poeta hijo. Un sujeto que se las elegia en verso a la muerte del ministro
de
visir
jando un
la
compuso una y
composicidn a Anadar y se
trajo la
dar, al oirla, vid
que eran
la
recitd.
versos insignificantes
Anay aun
disparatados; pero le dijo al poeta: e mtetimento de hombre es difunto del -El hijo quiza, quiza, comversos esos y Presentale gente,
prenda
61
que tus has querido hacer una
elegia por la
muerte de.su padre. El poeta
le
did las gracias por el consejo.
Fue Anadar juez hasta que
soberano
le
encargd
inspeccidn de los bienes plos que, como aljama de C6rmezquita la a adscritos estaban quiso, aceptd este nombramiento; pero
[pag. 161] tales,
el
la
doba. Anadar antes de encargarse de
la
administraci6n.de estos
pedirles su parecer. ulemas y bienes, opiniones. Anade divergencia manifestaron Estos esa administracidn y a de encargarse a resistib dar se reunir a
los
unammidad casa del tesoro, sin la Este hecho did raotiulemas. los de pareceres de trasladarse a
la
diretes,
que llegaron a
se trastornd el
senfidoide las
vo a que corriesen dimes y
oidos del soberano; se tomaron pronunciado; habia juez frases que el
en mal
sentido y
el
monarca, por
fin,
lo destituyd.
^=-^_-H.
-
200
-
DEL JUEZ MUZA BEN MOHAMED BEN ZIAD EL CHODAMf
Al
soberano
Anadar, nombro como sucesor suyo en el cargo de juez a Muza ben Mohamed ben Ziad ben Yecid ben Ziad ben Catir ben Yecid ben destituir el
Habib de
el
Chodami,
a
el cual
pertenecia a los drabes
si-
de Paiestina y era originario, ciflendonosa su estancia en Andalucia [sin remontarnos a rios
la divisidn
su antigua patria oriental], de principio de su carrera, la
Cdrdoba y
policia de
go lo trasladd a do de Cdrdoba.
la
el
region de Sidonia. Al
la
monarca
nombro" jefe de
le
juzgado de apelacidn; lueguardia superior; despues al juzga-
Un
del
solo viernes dirigid los oficios re-
ligiosos; para el siguiente, pidio
que
relevasen
le
de
ese cargo. Jdlid ben
Sad
dice:
He
Mohamed ben Omar Muza ben Mohamed y me paoido a
ben Lobaba hablar de rece que no apreciaba bien las buenas cualidades de este juez: le alababa bastante; pero le pinraba como hombre excesivamente tolerante. Referia [pag. 162] que en una ocasidn en que el se hallaba presente en la curia, el juez
a
despues de haber mandado comparecer
un hombre y presentarse
sayones con
la
£ste,
orden de que
lo
encomendd
a
los
acompafiaran y no se separasen de su lado hasta que presentara un documento que tenia en su casa. Los sayones se encarga-
ronde
aquel
hombre y
fueron con
volvieron con aquel hombre, to [que le habia
le
el
61;
poco despues
cual traia
el
documen-
ordenado traerel juez; pero] al llegar a la curia, arrojd el documento con violencia y did un golpe en el pecho del juez Muza ben Mohamed. Como
— documento
el
era
grande
-
201
[y
pesado]
golpetazo le
el
produjo baslante dolor. Afiade Abenlobaba: Yo no dude de que el juez le castigaria por aquello; pero el juez no hizo mas
que
documento y devolverselo diciendole: Toma tu documento, tio grosero. Y no dijo mas. Esta anecdota, que los faquies se complacian en
leer el
—
contar, la refieren todos aplicandola a
Muza.
Cuando Muza ben Mohamed ascendid juez incautose del dinero que, por
al
cargo de
concepto de lega-
dos pios,
estaba a disposicidn libre suya, es decir, aquel dinero sobre cuya administracidn se hablan dividido los pareceres de los uleinas en tiempos anteriores, cuando quiso adjudicarsela Anadar benSelma.
He oido referir a algunos ulemas que Muza ben Ziad era hombrede buena conducta, instruido urbay no, y con todo el aspecto de hombre serib y grave; pero realmente era un ignorantdn:
ni
siquiera sabfa
que en cierta ocasidn contaba Mohamed ben Galib ben Asafar que el juez habia dicho que habta ayunado todo el mes de Ramaddn incluso el dta (^Elarafa; luego, eldlade... es decir, cometid [en hablar. Dicese
una sola palabra] dos errores garrafales. Imaginaba qne en el mes de Ramadan habia un dia de Arafa, como le hay en el mes de Dulhicha; y adem^s metid indebidamente el articulo el al nombrar el dia de Arafa.
He
oido tambien
ponla allfy
referir
que
al
plural le ponia he
al
nombre
[faltas
de.
vez
le
gramaticales
que suponen escasisima instruccidn]. .[Pag. 163]
Muza ben Ziad
muchos cargps: unas veces en .como ministro,
etc.
sirvid al la
monarca en
secretaria real, olras
En una ocasidn
le
permitid
que
-1
fuera a la viaje
Meca a hacer
y vo!vi6. Al morir
—
202 la el
peregrination; realizd
soberano,
el
Muza ben Ziad
estaba cesante, sin tener cargo ninguno, compietamenhabia te oscurecido. A esa situation Uegd porque se atrevido a meterse en lo que no era de su incumbencia:habld,sin que nadie le pidiera consejo, de los asuntos
mds graves y de
los negocios
que pende ralmente, tuvo que sufrir licados, de los
trae.
Dios
le
la
mas escabrosos y
suerte del
las
castigo haciendo
califato;
de-
natu-
consecuencias que esto
que
sufriese los
malos
resultados que esa imprudencia suele acarrear: en realidad
le
sucedio lo que
el se
merecia.
DEL JUEZ MOHAMED BEN SELMA .-
F
Al destituir
el
Muza ben Ziad del cargo sucederle a Moh&med ben Sel^
soberano
de juez, nombrd para
a
ma El Quilabi. Era este hermano de Anadar ben Selma y hombre de sanisimas ideas, muy religioso y de muy buena salud corporal, a pesar de su ascetismo y austeridad. El haber ascendido al cargo de juez,
introdujo
cambio alguno en su manera de
no
vestir, ni
cargo para ganar dinero, pues ni siquiera suficiente para comprarse una casa: vivid en
le sirvio el
gand
lo
habitacidn alquilada dentro del recinto amurallado de Realmente no la ciudad, cerca de la mezquila aljama. era tan vivo de entendimiento ni
tan despierto o ex-
pedito en los negocios [pag. 164] como lo fue su hef^ mano; sin embargo, aunque era muy trariquilo, mos para exigir el cumplimiento
trd
mucha severidad
las
buenas tradiciones
religiosas; huia del trato
de
de la
flffl c-i!?:-.^
.
i
— gente, viviendo por lo
203
-
comun en
el
campo, costumbre
que contribuytf tal vez a que corriera entre el pueblo la fama de que era hombre excesivamente duro o aun quiza de ser injusto por partial, derivada de su manera de expresarse, mas que de sus actos. Jalid ben Sad dice: He oido a Mohamed ben Omar ben Lobaba hablar de cribia
este juez
como hombre honrado y
y lo alababa y virtuoso.
Mohdmed
Dice Jalid ben Sad que
lo des-
ben Haxim,
el
asceta, le contd lo siguiente:
—Una los
santa mujer, de esas que viven apartadas de
hombres y
austera,
me
retiradas en su domicilio haciendo vida
conto que rue
personalmente a casa del juez cierto dia, un poco antes de mediodia, y Uam6 ella
a la puerta. EI juez salio a abrirle: ella no
le
conocia.
manos impregnadas de masa, como que estaba amasando el pan. Ella le dijo: Deseo hablar con el juez, porque me veo en la
El juez traia las
— tiecesidad de acudir a —Vete a mezquita aljama — el.
la
traras alii al juez dentro de
Decia aquella mujer: Yo
le
contest^— y encon-
un momento.
me
fui a la aljama, rece e
inmediatamente senteme a esperar
poco,
mezquita aquel hombre que habia
a abrirme
[cuando llame en casa del juez] y manos las huellas dela masa. Hizo
en
alii
que llevaba en aquel
juez; a
la
aparecid salido
al
hombre
las
sus rezos; pregunte yo quien era
Cuando acabd de hable del asunto que me
y me
dijeron que era el juez.
rezar, pre-
senteme a
el, le
urgia y
r'esolvio el
caso inmediatamente.
Jalid beri
Sad
que su padre
Me
le
encoritre
me
:
dice que Abdala ben Casim le
refirid
habia contado lo siguiente:
en
cierta ocasidn
con
el
juez
Mohamed
.
—
204
—
ben Selma y me pidid que le comprara un alquicel, de la clase que en Cdrdoba llamaban borrocdn. Yafiade Abdala: Mi padre me mandd que bajara a la
de
calle
los pafieros, a buscarel alquicel [pag. 165].
compre un alquicel por veinticuatro dinares y medio; y se lo lleve a mi padre, el cual se lo trajo personalmente al juez. A este le agradd y dijo: Baje y
le
—({Cuanto —A
te
ha costado?
cuesta— contestdle— diez dinares. El juez, creyendo que ese era el precio que habia costado le entregd los diez dinares. Pero unos momentos despues vino a vera mi padre Abuyahia, el inspector de los legados pios, y le dijo: ti
—El y que
te
saluda y te ruega que tomes el alquicel devuelvas los diez dinares, porque necesita
juez le
te
ahora ese dinero para otros gastos,
y no
necesita el al-
quicel.
— Yo le dare el dinero que ahora
necesita
— respon-
mi padre no queriendo tomar el alquicel— y que utilice hasta que le sea faci! devolvermelo.
did lo
Pero
porque .
de legados pios se negd a aceptar, juez habia dicho:
el inspector el
—Yo no puedo aceptar eso. Y
al
preguntarle
mi padre que
obligado a devolver
el
es
lo
alquicel, el juez,
que
le
habia
que ya habia
sabidp cual era su verdadero precio, no quiso aceptar
y
dijo:
—Yo creia que
el
precio del alquicel era
el
de diez
que es la canlidad que yo di; pero cuando he sabido que el alquicel vale mas, ya no lo quiero. Me sabe mal, muy mal, que otros carguen con el gasdinares,
to
[que sdio a mi correspondej
Abdala
dice: Entre
mi padre y Mohamed ben
Sel-
^js-v-
-
—
205
—
ma mediaba amistad y hasta intimidad: las mujeres de ambos se visitaban unas a otras. Cierto dia la hija a
Mohdmed
ben Selma, que entonces mi casa de visita, y mi padre ordend
de
que pusieran
a la hija del juez
un veto
eso no
le
el
mujeres
a las
iraqui [es decir,
del Irac]; las mujeres se lo pusieron; pero
su casa, notd
juez, vino
era
al
volver a
juez que su hija Uevaba aquel velo;
gusto, y le dijo:
—tDe ddnde has sacado
tu esa
prenda?
que habia ocurrido,
Ella contdle lo
como
tal
ha-
y el padre le dijo: —Hija mia [pag. 166], a ti no te corresponde usar de ese velo; porque el que lleva ese velo, es preciso que lleve un traje a propdsito para el, y has'a una mantilla que cuadre con el velo. bla pasado,
Inmediatamente
le
mandd que
devolviese
el
velo y
que no loaceptara.
Mohamed
ben
Omar
Lobaba
ben
referia
to
si-
guiente:
Fui a
visitar al juez
Mohamed ben Selma y
advert!
que en su escribania o tintero no habia mds que unos cdiamos rotos. Tome" unos buenos calamos que yo tenia, los
afile"
y
se Ios lleve a su casa; pero 61
no quiso
aceptarlos, diciendo:
—Si yo aceptara regalos, aceptaria Y
el
tuyo.
los rechazo.
Soleiman ben
Mohamed ben
abi Rebia
me cont6
lo
siguiente:
—Tenia yo un
pleito en la curia del juez
ben Selma. Hube de soportar se
tramaron contra mi ante
mo
se encolerizd
do yo ibaa
la
el
Mohamed
intrigas o calumnias juez; hasta
en contra mia,
curia, se lanzaba
al
el
que
juez mis-
extremo que, cuan-
contra mi hablando
^-T?-7
mal delante de toda
206
la gente.
— Fui a quejarme de esta
conducta del juez ante
Mohamed ben Omar ben Loba-
me
amparara con su recomenda-
ba y a rogarle que
Abenlobaba era en aquel tiempo
cidn.
influencia pesaba
m£s en
el
animo
m&s consideraba, respetaba y
este
el
hombre cuya
del juez y a
quien
queria. Pero
Aben-
lobaba medijo:
— Yo creo que ni mi recomendacidn,
ni la
de nadie,
nada absolutamente; pero yo me atrevo a indicarte un medio ingenioso que conlio ha de serte util para conseguir la justicia que pides. Veas de procurarte una conferencia con el juez en sitio retirado. Aunque te grite, no te amedrentes por sus gripueda
tos,
servirte
de
por mucho que
grite;
contestale respetuosa-
tu
mente empezando con estas palabras: joh sefior juez de los musulmanes, a quien Dios ha conferido el cargo!...
Efectivamente hice lo que Abenlobaba aconsejado, miido" a
mi
le di
y desde entonces y ceso en todo lo que
ese tratamiento
por completo de actitud
me
me habia
molestaba.
ben Sad dice que oyd Omar ben [pag. 167] Lobaba Jalid
referir a lo
Mohamed ben
siguiente:
Nos presentamos yo y Elhabib ben Ziad ante Mohamed ben Selma, para abonar con nuestro testimonio el valor del testigo Abenxarahil, conocido vulgarmente
por El Ocheiza
[la
viejecita], y,
en efecto, declaramos
en su favor delante del juez. Luego marchdse Elhabib
y
me qued6 solo con el juez. Este me dijo: Oh Abuabdala^que" piensas que debe hacer
—
ante el cual abonan el valor de el
un
testigo de
juez sabe personalmente que su testimonio
ser
aceptado?
(tQue" criterio
el
juez
quien
no debe debe seguir ese juezP^Debe
7' .
-
207
que sabe
decir, por lo regirse por su juicio propio, es
testimonio de los que abonan? sabe por ciencia propia le dije yo juez merece ser recusado o que no tiene va-
personalmente, o por
—Si que
el
el
—
—
el testigo
que moral su declaracidn, debe atenerse al juicio no a lo que otros le digan. 61 mismo haya jormado y contestd el juez— ese testigo que Pues bien es de convosotros habeis abonado me consta que no lor
—
—
"
*
fianza.
cnteno juez debe regirse— le conteste -por el le nemos abopropio, por lo que el sabe; nosotros, si de el. nado es por lo que nosotros nemos oldo decir merece mas credito interioridades las conoce que El
—El
que solo conoce las apariencias. recorde yo Dice Jalid ben Sad: Esta anecdota se la este me Aym^n, ben Abdelmelic y ben Mohamed a que
el
dijo:
—Pues
sepas que
realmente
Mohamed ben Selma
ninguna cosa deshonAbenxarahil de saber podia no lo que ocurno recusado; ser pudiera que rosa, por la juez, obedeciendo a del amigo vecino y fue que un se avenla bien no porque sdlo nobles, poco estimulos el juez creyd difamo, o calumnio y le testigo, con el esa infamia.
Ahmed
ben Obada
me
cont6 lo siguiente:
ben Selma, Mohamed con andando dia un yo Iba juez, y nos trode cargo el ejercia que en tiempo en de la. caencima Uevaba que hombre un pezamos con podia verse; no que algo contenia cual el beza un saco, El juez mandd tamboril. un Uevaba mano pero en la con comosuponia tamboril el y, pedazos que hiciesen cierto que por tenia fundamento y bastante dijo: taba Ueno de tamboriles,
el
saco es-
—Que
eche a tierra
208
el
—
saco y
que
se registre lo que
lleva dentro.
—A
[Pag. 168] ti no te incumbe— dije yo al juezal oiresa orden— hacer inquisiciones sobre los cbjetos ocultos que la gente ileva, ni descubrir las cosas escondidas: a ti solo te toca corregir lo que pubtica y externamente sea reprobable.
El juez se abstuvo de ordenar que registrasen io que habia en el saco. Luego continuamos nuestro paseo y
nos encontramos con la, al
cual consults"
Mohamed ben Omar ben Lobajuez
caso, contandole lo que habia sucedido. Abenlobaba contestole cosa identica a la que yo le habia dicho. El juez el
el
mostrose
complacido de mi y
—Oh
me
muy
dijo:
Roaini, tu amistad rae ha sido
muy
titil
en
el
dia de hoy.
Admed ben Obada que un hombre que estuvo servicio de Mohamed ben Selma y le solia acompa-
Dice al
cuando iba por la calle, le refirid lo siguiente: Un dia andando por la calle, el juez vid" a un borra-
fiar
cho y me dijo: Pr6ndelo para aplicarle
—
la
pena con que
la
ley
castiga la borrachera.
— iSenor juez!— exclamd den—. Ven cas, te voy
tu
el
borracho
mismo y prendeme.
a arrear
al oir
me tosentara" muy
Rediez,
un sopapo que
te
esa or-
si
bien.
El
juez, al ver el
cariz
que
la
cosa presentaba,
desvi6 del camino o direccidn que el borracho llevaba, y^ndose por otra parte. El juez me dijo se
luego:
—.{Has
oido lo que decia el borracho? Pardiez, yo
que es capaz de hemos librado. creo
Moh4med ben ture
andaba de
-
209
hacerlo. Gracias a Dios que nos
Selma, a
los principios
de su judica-
raalas relaciones
con Mohamed ben Galib. Este una vez solicitd volver a su gracia y acompafiarle; pero Moh^med ben Selma no quiso aceptar su compafiia y le ordeno que se alejara de su lado, porque no queria sufrir a un sujeto a quien consideraba enojoso.
Mohamed ben
Galib se separo de el; pero poco despues de haberse separado encontrb a un eu-
nuco o paje de
los
de
la
secretaria
busca del juez, llevando en narca. Abenasafar,
mano una
la
que iba en
real,
carta del
al ver la carta, penstf
que
mojuez
el
no [pig. 169] se atreveria el solo personalmente a contestarla, y cambid de direccidn, yendose tras del eunuco hasta entrar en la mezquita donde se hallaba Alii se
encontro con que
mano, mientras
el
eunuco
juez tenia
el le
alii se
juez.
en
la
apremiaba exigiendo
la
respuesta. El juez estaba sin saber
que pudo advertir que
el
la
que
carta
hacer, hasta
hallaba Abenasafar,
y
le
dijo:
—iC6mo es que has vuelto? —Dios
bendiga— contesto" Abenasafar—; he eneste (seflalando al eunuco) y he sospecha-
te
jontrado a
do que vendria a buscarte; y le he seguido, por si puedo servirte yo para dar la conteslacidn y ahorrarte a ti
el
trabajo.
El juez le autorizo a
que
contestara,
y Abenasafar
Lo hizo perfectamente, por lo cual el juez se mostro agradecido y le admitio" de nuevo a su gracia.Desdeaquel entonces.MohamedbenGalibpudo contests por
el.
considerarse seguro
y firme
[en su cargo de secreta14
-m.^^>%
-
2l0
-
su seno]. Mientras Abertsefma fue juez, Abenasafar, hasta cretario, era el que realmente dirigia la curia,
que aquel murio en
el afio
91, sucediendole Elhabib.
Del soberano Abdala puede decirse que fue un jefe los religioso que dirigid al pueblo por la via recta, de piecalifas que verdaderamente sobresalieron por su dad y -de los mas distinguidos en la austeridad y devotion. En su tiempo vivia un asceta, dedicado exclusivamente a la vida reiigiosa, virtuoso, conocido con
nombre de Asayad. Un dia el soberano preguntd a Anadar ben Setma: iDesde cuando no has hablado tu con Asayad? --No tengo relaciones con Asayad— contesto el
el
—
juez.
—fY un
trata
hombre como tu— dijo
el
monarca— no
se
con Asayad?
Esta frase del
monarca
le
hizo bastante impresidn.
Pasado algun tiempo volvio a preguntarle el monarca: iHace mucho que no has hablado con Asayad? —En este momenta— contesto el juez— le acabo
—
mezquita aljama; me he dirigido a el, le he saludado y le he preguntado como estaba. iY un hombre como tu— replied el soberano al oir eso— intima relaciones con un sujeto como Asayad? [Pag. 170] Entonces conocid el juez la opinion ver-
de ver en
la
—
dadera,
el sentir del
monarca. Este admiraba
giosidad, las virtudes y la santidad y pureza
la reti-
de inten-
tion que tenia Anadar.
Mohamed ben Selma
fue"
juez de
Cordoba
el
tiem-
po que Dios quiso; luego, el soberano lo destituy6. La causa fue que Anadar ben Selma [hermano del juez ejerciente] quiso volver a desempenar esc cargo; lo de-
-
-
211
seaba vivamente, aun a costa de que fuese destituido
hermano Mohamed. Para lograr su objeto, hizo creer a su hermano que se habia presentado ocasidn
su
oportuna para que escribiese
al
soberano, rogandole
queaceptarasuretiuncia.Su hermano Mohamed aceptd el consejo y escribid al monarca, pidiendo que aceptase su renuncia, te a lo
que
solicitaba,
y
este le contestd afirmativamen-
eximiendole.de esa carga, con-
forme a los deseos que habia mostrado.
DEL JUEZ ANADAR HEN SELMA POR SEGliNDA VEZ
Cuando su juez
el
soberano Abdala aceptd
Mohamed ben Selma
tando su destitution, volvio
la
renuncia
que
habia presentado, decrea
nombrar para
el
cargo
de juez a Anadar ben Selma, y confirmd en el cargo de jefe de la oration y predicacidn de la aljama a
Mohamed
ben Selma. De
este
modo quedaron
los
dos
hermanos ejerciendo cada uno de ellos su oficio: Anadar, el.de juez; Mohamed ben Selma, el de jefe de la oracidn.
He oido
decir [pag. 171] a varios
ulemas que Ana-
en su primer periodo de mando, se portd de manera mas laudable que en el segundo: no llegd ni de mucho a la altura a que habia llegado en el primero. dar,
En esta situation permanecio algun tiempo, hasta que el monarca pensd nombrarle minisiro.de la corona; y efectivamente, le destituyd del cargo de juez
y
le
Enronces, su hermano Mohamed reunid los dos cargos que an*es desernpenaba, a saber: el de juez de la aljama y el de jefe de la .oration.
nombrd
ministio.
;
- -m
DEL JUEZ MOHAMED BEN SELMA POR SEGUNDA VEZ
Ahmed ben Obada el Roaini me contd lo siguiente: Cuando Mohamed ben Selma fue de nuevo nombrahubo de cargar sobre sus espaldas con un asunto repugnante,. que tuvo que aceptar por virtud de su cargo; [de el no se puede dudan] era varon santo, virtuoso, de sanas ideas religiosas, Ya enumeranios anteriormente sus buenas prendas y recordado .sus virtudes, al narrar la historia de su primera epoca de mando: no es necesario ni oportuno repetir lo mismo do
juez,
aqui.
Farech ben Selma taban haber oido
Lobaba
me
se lo
y
J&lid
Mohamed
referir a
Mohamed ben Selma me
ben Sad con-
ben
Omar ben llamar
envio a
pidid que redactara yo su testamento [pag. 172] redacte,
bienes. Despues
que me
y deseos, queria disponer del tercio de sus
conforme
declarando que
lo
de Poley
lo siguiente:
El juez
y
el
el
a sus indicaciones
comenzd
a distribufr
iba especificando,
el
tercio,
segun
y distribuyd como perte-
neciente a ese tercio unos diez dinares poco
m£s o
menos. Al llegar a esa cantidad, se paro y no dispuso ya de mas. Yo le dije:
—^No hay mas que eso? —Esa cantidad— co ntesto—es como el tercio de mi Yo me puse a dar
lo
que yo considero
fortuna.
vueltas
con
la
vista a
todos
objetos que habia en su casa; el comprendio
lo
los
que
yo queria decir con esa mi actitud y dijo: Por Dios, en esta casa no hay nada que sea rnio
—
—
213
-
nuda propiedad de la casa y no al usufructo); esta casa pertenece a mi hija Afia. Y afladia Mohamed ben Omar ben Lobaba: A su (se referia el a la
muerte
asisti
a los calculos que se hicieron para re-
su hacienda y, realmente, no pasaba esta treinta o de treinta y cinco dinares. partir
Mohamed ben Selma
Murio
Abdala, ejerciendo
el
durante
el
de
reinado de
cargo de juez, sin que se
le
hu-
biese destituido.
Un ulema me
refirio lo siguiente:
Cuando Mohamed ben Selma entrd en el periodo mas agudo de su enfermedad, en que ya no podia ir en los oficios del viernes, pididle su hijo que escribiera al soberano y le rogara que le nombrase a el como sustituto, para desempeAar el oficio de a predicar
pero
dirigir el rezo;
—No
el contestd:
hago, por Dios; yo no quiero elegir para el rezo de los musulmanes, ni indicar candidato para que el soberano lo nombre, si no es a persona que lo
realmente merezca ese cargo y sea digno de
el.
monarca recomendandole que nombrara a Mohamed ben Omar ben Lobaba. El monarca acepto esa indication y ordend que Abenlobaba di-
Y
escribio al
rigiese el rezo
en
Un narrador de
la
mezquita aljama.
noticias historicas
me
ha contado lo
siguiente:
Al morir
Mohamed ben
Selma,
el
soberano Abdala
hubo de pensar en candidato que le reemplazase, y se decidid por Abulgamer ben Fahd; al efecto lo mando llamar [pag. 173];' pero este hailabase entonces ausente de Cdrdoba, en un cortijo que poseia en Cabra. Despues de haber dado esta orden (tomada sin duda en consejo) los ministros se fueron cada cual por
-^>>^M -
_- V".
-
-~Vr
-;=
214
—
Achami
[el
su lado. Chidmir EI
al salir del alcazar, fue a casa
(Elhabib), informole de lo
— Es cosa como nombrado bre
de
Iatinado] se entero y,
Ahmed ben Mohamed
que ocurria y
le dijo:
un homde jueces, no es
rara lo que los ministros hacen:
tu,
que
para
el
tienes necesidad
eres
de familia
cargo a que tiene derecho.
de
titulos
que acrediten
tu
Tu no
aptitttd,
ni pruebas; si tienes en palacio
quien pueda insinuar tu candidatura y recomendarte, no te descuides; que lo haga.
Elhabib marchose inmediatamente, tuvo una conferencia con Abdala El Zachali en
la
que trataron de
eso y, despues, hablo tambien aquella
misma noche
con Mohamed ben Omeya. Luego, por la mafiana, Chidmir se presento an'e el soberano Abdala y le dijo: Ayer por la noche pensaba haber vuelto a ver al
—
soberano; pero
como no me
gusta molestarle,
me
marche; pero debo decide que, al salir de palacio, me encontre con una multitud de gente pobre de Cor-
doba que estaban llorando y lamentandose de la resolucion que ha tornado el soberano de nombrar juez a Abenfahd. Esa gente decia: "Si nombra a ese sujeto, se comera el dinero destinado a los pobres, por e! afan y avidez que ese hombre tiene; seguramente consumirS los legados pios que nos corresponden a los r
pobres. „
—Cierlamente —
dijo el
monarca
al
oir eso
— Aben-
fahd es un afanoso. Entraron luego en palacio los ministros y el monarca les comunico que habia cambiado de opinion, es decir, que
no queria nombrar a Abenfahd. El Zachali
propuso como candidato a Elhabib, y apoydsu candidatura diciendo que Abenomeya habia encomenda-
^v
+
X _
-
215
-
de sus propias hijas; y para cotestamento rroborar su dicho mandd que trajeran el monarca examino el original en que lo consignaba. El
do a Ethabib
documento
la tutela
dispuso que fuera
y, tras eso,
juez Elhabib; y, en efecto, fue
[Pag. 174] DEL
JUE7-
ELHABIB
nombrado
nombrado.
AHMED BEN MOHAMED
BEN Z1AU EL LAJMf, LA PRIMERA VEZ
Al morir
monarca a
Mohamed ben Selma, ordeno el Mohamed ben Omeya, zalmedina enaquel el
juez
judicial y lo entonces, que se incautara .del archivo bien guardado y coiocara en sitio donde pudiese estar juez a persona a nombrase que tanto hasta conservado, de la guarda proposito, el cual se encargaria, como tai, el zalmedina. El pueblo de hizo lo Asi archivo. del quedo sin juez durante largo tierapo: el sobe-
Cordoba aconsejandose, esconsultando, anduvo Abdala rano detenitudiando reiteradamente y examinando con miento quien habia de Mohamed ben Selma.
ser
designado para suceder a
Un
dia reunio a
sus ministros
para que le propusieran candiconsultaries, decidio y dijo: date Se levanto Mohamed ben Omeya, y nadie Seguramente soberano. al bendiga Dios voluntad, ni la ejecucion de su ultima
—
encomienda
sino a aquel de bienes, familia propia y su confia a le inspira. Aqui confianza mas que. hombres entre los nombro testamento. Vea el monarca a quien esta
mi
testamentario o albacea.
•
;
-Efectivamente dad lo que dices.
— contesto
el
soberano
— es
ver-
— Despues examind
el
nombraba testamentario
216
—
documento y encontrd qu^
Elhabib Ahmed ben Mohambed Ziad. EI monarca, en consecuencia, aceptd
med
a
y nombrd juez a Elhabib Ahmed [paben Ziad ben Abderrahmen ben Zohair El
esta candidatura
gina 175]
Lajmi. Esto fue en
Algunos
que
el
juez
sefiores
Ahmed
291.
el alio
y sabios me dijeron ben Mohamed ben Ziad, conocido inteligentes
vulgarmente por Elhabib, era uno de los hombres mas ins'ruidos, de los mas resueltos en favorecer a los amigos, lleno del
mas generoso
celo en el ejercicio de su cargo; se desvivia por atender a cualquier necesidado
recomendacidn que se le pidiese, dispensando liberalmente dinero o proteccidn; sabia manejar muy bien los asuntos,
era
perspicaz en
;todo, mal enemigo para era constante lo
mismo
los negocios y, sobre quien quisiera daftarle, pues
para
el
odio que para
el
ca-
riflo.
Un
ulema me referia lo siguiente: Ahmed ben Mohamed ben Ziad fue siempre, desde su juventud, ami-
go intimo de
los califas:
monarca Mohamed ya le honrd pidiendole consejo,junta mente con los alfaquies, el
en algunas resoluciones que hubo de tomar; Elhabib presidid tambien rogativas para pedir lluvia en el reinadode Almondir, como sustituto del juez Abumoa-
que realmente el hubiese sido nombrado juez; y obtuvo exito, porque llovidycayd abundance lluvia [como resultado de sus rogativas]. Elhabib era uno de los hombres de mejor via, sin
posicidn
que habia en Cordoba: realmente era opulento, muy experto en
ts
comercio, pues conocia bien las diverjnaneras de trah'ear. Un anciano me dijo: el
La fortuna que hizo Elhabib, en.cuanto
se refiere a
—
217
-
su caudal en metalico, se la
debe unicamente al ju e Soleiman ben Asuad, el cual mostrd porElhabib una solicited extrema. Elhabib en los principios de su ca
comercial no tenia caudal ninguno. Soleiman le excitd y exhorto y aun recomendd que mirara por si rrera
mismo, y que viera de adquirir un patrimonio; verla conveniencia de no despreciar el
le
dinero
que
y
hizo las
tener dinero proporciona; le indico que la raejor manera de lograr un capital era dedicarse al comercio y le alento a emprender los negocios. Pero [pag. 176] Elhabib le contestd: ventajas
el
—Si, esoesta muy bien, pero el comercio no puede hacerse mas que con dinero, y yo no lo tengo. Soleiman, al oir esa respuesta, calldse; mas pasados unos dias le ilamo y le entrego cinco mil dinares dici£ndole:
-Manejalos; comercia con ese dinero
tu
mismo
personalmente. Ese fu6
origen de su fortuna y e! medio de liegar opulencia.
a la
el
nombrado juez Elhabib Ahmed ben Moha-
A! ser
ben Ziad (suceso que tuvo lugar en el aflo 291) no quiso aceptar dictamen juridico de ningun jurista nied
a
quien por
si
dica.
el
consultara sin que
el
jurisconsulto redactase
mismo, por su propia mano, la respuesta juriEl fue el primer juez que obligd a los alfaquies
de quienes correspondfa pedir consejo nes judiciales, a redactar [las
en
las resoiucio-
respuestas o] fetuas, e in-
trodujo la elios
costumbre de
registrar las opiniones
que
emitian escritas por sus propias manos, sin en
comendar quiera al
la tarea
mismo
coleccionar
de inscribirlas
al
secretario ni
si-
Ademas se impuso el trabajo de providencias y sentencias, para formar con juez.
—
-
218
—
tomos o volumenes que pudieran servir de information a los que quisieran estudiarlas, de evidente
ellas
utilidad para quien deseara instruirse; pero entiendase
que unicamente se hacia con aquellas resoluciones en que no pudiera seguirse daflo alguno al ser estudiadas, ni se faltara en lo mas minimo al dejarlas consignadas en esos tomos.
En
esta
su primera epoca de
ejercer el cargo,
no
anduvieron en buenas relaciones con el, y aun le esquivaban, los dos maestros Mohamed ben Omar ben Lobaba y Ayub ben Soleiman, los cuales realmente eran los dos hombres mas prestigiosos dc su tiempo y los dos mas distinguidos tedlogos y jurislas; pues
ademas de
ser
venerables por sus
y famosos por su la
moral, poseian
pericia en
la
aiios,
muy
ilustres
ciencia candnica
mucha experiencia y
y en
larga pragtica,
de antigua fecha se habian dedicado a estos asuntos y entregado exclusivamente al estudio de los principios de la jurisprudencia y a toda
como hombres que
clase de cuestiones legales.
.
desvio de
ban
ambos y
presentarse en
Cuando Elhabib not6
se cercioro la curia,
de que
los
el
dos esquiva-
resolvid utilizar los
servi-
Mohamed [pag. 177] ben Gualid el faqui, y de Mohamed ben Abdelmelic ben Ayman, como consejeros, prescindiendo durante muy largo espacio de cios de
.
tiempo, de los dos maestros antedichos; perp luego, Omar ben Yahia ben Lobaba se esforzd en arreglar esa disidencia y consiguio, por fin, que el juez estuviese muy dispuesto a la reconciliacidn. Mas ocurrio cabal-
.
mente entonces otra dificultad, a saber, ,que se rompieron las buenas relaciones que habia entre los dos ancianos y Mohamed ben. Omar ben Lobaba, especialmente [por
concretarlo, mejor] entre este
y Ayub ben
—
219
-
Omar
Soleiman.
consiguio avenirlos en casa de Aslam ben Abdelaziz; pero ambos pusieron, por condition .para esta
avenencia,
el
que
Mohamed ben Ayman
ce-
cargo de consejero del juez Elhabib ben
sara en el
Ziad.
Sucedieron en aquella ocasion acontecimientos que seria demasiado largo referir. Ocurrid lo que suele
cuando median dos adversaries; pues no hay mas grande contrariedad que la que producen la concurrencia (es decir, el concurrir muchas personas para pocos cargos) y la rivalidad en los rangos o dignida-
ocurrir
des, sobre
todo
si
hay dos que
se
proponen un mismo
objeto con ambiciones para cuya justificacidn hay que apelar a distintps drdenes de razones, por ser distintos
meritos que han de apreciarse: uno de ambos podia alegar muchos meritos por ser hombre venerable y los
prestigioso; el otro podia alegar
.
muchos
meritos por
su ciencia y gran talento. Lo que en puridad ocurria es que cada uno de los rivales negaba al otro lo que
enrealidad poseia, y no queria confesar las buenas prendas [que al contrario adornaban], rechazando de piano todo lo que el otro pudiera alegar.
•
.
Un Un
anciano
me contd
lo siguiente:
sujeto ya entrado en
afios,
se
presento ante
Elhabib ben Ziad en calidad de testigo y expuso su
.
^declaration. El juez
le dijo:
—
tu este
asunto?
El testigo, al contestar, dejandose Ilevar de la hi-
perbole y extremando la f rase, dijo: jOh! mucho: desde hace cien afios.
— —iCuantps-anos tienes? — pregunto" [Pag.. — Sesenta— dijo testigo. — £Y cdmo conoces asunto desde le
.
el
juez.
el
1.78J
este
hace- cien
—
-
220 -
iTe figuras tu que antes de nacer?
aflos?
— Esto— contestd
el
lo
conociste c'uarenta afios
testigo
— lo
he dicho
como
comparanza; es un decir.
—En las declaraciones de testigos— replied
el
juez
no deben emplearse figuras retoricas. E inmediatamente ordeno que azotaran al testigo. Y le arrearon varios azotazos. Despues dijo el juez: —Si Ibrahim ben Hosain ben Asim hubiese estado un poco prevenido contra semejantes hiperboles, no hubiese crucificado a un hombre a quien injuslamente
condend. Ei caso del crucificado a quien Ibrahim ben
Hosain
condend injustamente es el que sigue: En tiempo del monarca Mohamei ocurrid un hambre horrorosa; menudearon en ese ano multitud de hechos criminales por espacio de mucho tiempo, debidos, sin duda alguna, a ser un ano verdaderamente malo. Con este motivo se elevaron muchas quejasal monarca y tuvo que contestar a muchas consultas [que en procesos cuya sentencia era de pena de muerte, amputacidn de manos y cosas parecidas. Ejercia en aquel entonces el cargo de zabalas autoridades le hacian]
zoque de Cdrdoba Ibrahim ben Hosain ben Asim. El monarca recomendo a este mucho celo y le aconsejo que se mantuviese en su puesto sin guardar muchas contemplaciones con los criminales; hasta le aulorizd para que ejecutase las penas de amputacidn y crucifixion, sin necesidad de elevar la causa al soberano, ni consultarle,
penas.
Con
ni
pedir autorizacidn
tales prevenciones,
zabazoque en su curia, se acusaba
de grave
para ejecutar las
Ibrahim, ejerciendo de
al traerle a
delito, solia
un criminal a quien
decide:
f_
-_
—
221
—
—Dicta tu testamento. Y llamaba a unos ancianos, de
la
los cuales eran testigos
ultima voluntad del criminal, e inmediatament.e
y degollaba. Para ejecutar esas drdenes delante una gran turba de verdugos.
lo crucificaba
tenia alii
Ocurri6, pues, que unos hombres trajeron a un mancebo, vecino de ellos, quejandose y ponderando
que realizaba el mozalbete [pagina 179]. Ellos no deseaban que se le aplicara gran castigo; figurabanse que el zabazoque le daria un buen
mucho
las fechorias
escarmiento y que a lo mas le meterfa en la carcel. El zabazoque dijo al mas anciano y respetable de aquel
grupo que habia traido al muchacho: —([Que pena merece este chico a juicio tuyo? El anciano
contestd hiperbolicamente
y exagerando mucho: —Merece que le entregues a
,
en sentido
figurado
Y
esos.
verdugos. Entonces Ibrahim ben Hoanciano y al grupo de hombres que ha-
sefiald a los
sain dijo al
bian traido
al
muchacho:
— Marchaos. Ellos se fueron.
Y
dirigiendose al
muchacho
dijo ei
zabazoque:
—Dicta
—Oh,
tu testamento.
por
muchacho -no que yo he cometido no llega a mere-
Dios— dijo
hagas
tal; la falta
cer
pena de muerte
la
—Los testigos
-
entonces
el
ni la de crucifixion.
contestd
el
zabazoque
— han
decla-
rado que la mereces.
mat 6 y crucified. Cuando los testigos se enteraron de lo que habia sucedido, presentaronse de nue-
Y
vo -
lo
al
zabazoque para
—Contra
ese
decirle:
muchacho no
se ha declarado aqui en
la
curia que
—
222
haya cometido
que exigiera
falta
la
pena
de rauerte.
— (J?ues no ha dicho— replied que ha dedarado por vosotros,
zabazoque— aquel que el muchacho meel
recia ser entregado a los verdugos?
— No,
seflor— contestaron ellos—
;
aquello lo dijo
por via de comparanza.
— Pues ese
crimen
— contestd
recaer sobre vosotros, lo
el
zabazoque
— debe
por no haber sabido expresar
que queriais decir. *
Ha
que Elhabib sento" a su mesa a un mercader de Cordoba que era amigo o protegido suyo. El mercader [siguiendo quiza su costumbre de todos los dias] nabia sacado de su casa y mellegado a mi
tido en las lo
mangas de
en su tienda El juez
noticia
le
como
un pan, para comerse-
su traje
almuerzo a
la
hora del desayunc*.
rogd que se sentara hasta que trajeran
la
mesa. El hombre se acercd a esta y se atrevio a gastar con el juez una broma de dudoso gusto: sac 6 el
pan que traia metido en sus mangas y dijo: Por mi parte me he traido un pan y
—
me
lo
co-
mere. Elhabib, que era
sobre todo
muy
—iQue es es [pag. 180]
lo
hombre generoso y magnanimo,
despierto,
que dices?
le dijo:
Si lo dices por
broma, aun
mayor ignominia o verguenza.
Inmediatamente ilamo
— Coge a ese
y.
a su criado,
hombre de
y
.
le dijo:
mano, quitalo de la un tipo de esa ralea no
la
mesa y echalo fuera de casa: debe ser considerado como amigo.
Otm&n ben Moh&med me
refirid lo siguiente:
Exis-
— entre
tia
223
-
Elhabib ben Ziad, antes de ser nombrado
ben Yahia ben Mozain un motivo de enemistad y malevolencia. Chafar era de los que solian ir a rezar a la tnacsura [sala especial] de la mez-
juez, y Chafar
quita aljama.
Pues bien,
al ser
nombrado
juez Elha-
un viernes ordend a uno de los criados (o sacristanes) de la mezquita que cuandd Chafar ben Yahia ben Mozain fuera a entrar por la puerta de la tnacsubib,
ra, se plantara a prevention ta, la cerrara trar.
hizb
quedd junto
alii
casa.
los
le
le dejara
en-
habian mandado: Cha-
a la puerta, en la parte
de fuera;
rezos e inmediatamente se march6 a su
Se dice que
murid
sacristan en dicha puer-
en sus propias narices y no
El sacristan hizo lo que
far se
el
se le declard
al tercer dia.
una
ictericia
de
la
Este es un caso que prueba lo
antes dijimos nosotros: que Elhabib era
que que
hombre que
gustaba de castigar duramente a los que dejaban de
amigos suyos o se desviaban de el. Un ulema referia acerca de Mohamed ben Ibrahim, conocido vulgarmente por Abenelchabab, lo siguiente: Un sujeto que vivia en la vecindad de Mohamed cometid contra este un atentado. Mohamed era entonces muy joven. Tal accidn le molestd mucho, produser
encono que suelen producir las rencillas y etiquetas que mantienen la enemistad entre los vecinos. Mohamed ben Ibrahim se presentd ante Elhabib ben Ziad, en la primera epoca de su mando, quejanciendo
el
dose de aquel hombre. El juez ordend que ran en la carcel.
Pero
lo
metie-
Mohamed ben Omar ben Lo-
bada y Abusalih Ayub ben Soleiman, intercedieron para que fuera puesto en libertad. Estos decian: ^Metes en la carcel a un hombre sin mas razdn que la de haberlo pedido el contrincante suyo?
—
-
584 --
Elhabib, sin embargo, no lo solto, y contestaba: Ni mi padre ni mi tio se atreverian a pedirme tal
—
cosa en favor de
quien ha sido denunciado por un
que es ademas hom bre de bien a carta cabal. No debe ponerse en libertad, sino a peticidn de aquel por quien se puso preso.
hombre de
ciencia [pag. 181],
:
como
Si esa anecdota fuese verdadera [tal
aplicada a Elhabib, daria a entender que
el
se relata],
era capaz
de cometer erorres crasisimos y deslices que solo pueden ocurrir a un ignorante; el adjudicarie esa frase en
que aparece su padre falsa.
no
y
su
tio,
da a entender que
Aun cuando imaginaramos que
es
fuera verdad, eso
argumento en favor de una tesis acerya nadie tiene ninguna duda. Y (jque
constituiria
ca de
cual
la
verdad puede haber en
esto, tratandose
hombres mas distinguidos por su celo
de uno de los
religioso,
por su
sabiduria, por su instruction, por su educacidn exquisita? Si
alguna persona pidiera judicialmente un mise-
rable ochavo, ese sola virtud de
la
ochavo no se
demanda
ante
el
le
concederia, por
juez;
^cdmo se
le
la
ha de
de conceder cosa de mayor importancia, cual es la meter a una persona en la carcel? Es aun mas evidente
que
pena no se debe aplicar a nadie sdlo porque haya uno que la pida. Es verdad que aquel que se la
esfuerza en cumplir sus deberes y ser
hombre
justo,
merece siempre premio; pero [de aqui no se sigue la afirmacidn contraria, es decir, que el que cometa] una falta [deba ser castigado, porque] cabe que la cometa involuntariamente, sin poderlo evitar, por no ser due-
no de
si,
y en ese caso hay exencidn o dispensa de
hombres tienen necesidad de pruebas, pues no son como] Dios [que] ve lo oculto de las concastigo.
[Los
—
225
-
que sabe lo secreto de las intenciones. y asi como al ulema, por ser ulema, no debe imputable todo lo que haga como falta, tampoco debe negarse que pueda faltar. Dice Dios en el Alcordn (1): "David y SaIom6n pronunciaron sentencia [en un pleitiencias y es
el
en que se trataba de un campo cultivado donde los ganados de una familia hablan ido a pacer: Nosotros toj
asistimos a aquel juicio. Ditnos a
gencia para resolver ese asunto.
y sabiduria.„ En
este
texto
Salomon la inteliA ambos ditnos poder
Dios paladinamente con-
para honra del profeta Salomon, que Sste obro" justamente al resolverlo; pero no reprocha a David por ficsa,
su
falta,
dosy
puesto que inmediatamente les alaba a los
"A ambos dimos poder ysabiduria„. Ahmed ben Mohimed ben Ziad no ceso" [p5g. 182]
en
cargo, de juez,
en su primer periodo, desde el 291 hasta que murid el soberano Abdala, y aun
el
ailo
les dice:
que
continuo,
puesto
men
confirmd en
III le
al el
subir
al
trono Abderrah-
cargo, siendo juez durante
un breve espacio de tiempo; luego
fue"
destituido.
DEL JUEZ ASLAM BEN ABDELA/JIZ
Se llamaba Abulchad Aslam ben Abdelazizben HAxim ben Jdlid ben Abdala ben Hosiin ben Chad ben Aslam ben Abdn ben Amer,cliente de Otman ben Afdu. La relacidn de clientela de sus antepasados se trabd con
Otman ben
Af&n. Era hombre que gozaba de gran prestigio y consideration, de casa ilustre, de linaje no(l)
Cap, XXI, versiculoa 78 y 79, 15
".:-:V5j
—
226
-
r
famoso por
ble,
la
sinceridad de sus consejos, de reco-
nocida franqueza y lealtad para con los
de
ser,
ademas
distinguido en
la
muyentendido en tradicionesmusul-
cienciareligiosa,
manas
muy
por otra parte, hombre
califas,
(viajo para realizar sus estudios)
y estimado por
pripureza y sanidad de sus ideas religiosas. Estudio se fue fnero con -los maestros de Andalucia y despues maestros a Mohamed al extranjero: en Egipto tuvo por
la
.
Yahia ben Abdala ben Abdelhaquem y a Ismael ben ya El Mazani,y en Caiman a Yunus ben Abdelala Soleiman ben Imran. Fue esto en el aflo 260. As[Pag. 183] Jalid ben Sad dice que oyo referir a
lam ben Abdelaziz lo siguiente: Entre un dia en el baflo del Astil y, al salir, me encontre con Mohamed ben Abdala ben Abdelhaquem, que iba montado en burro. Me saludo, pues me conocia
por haber asistido a su clase, y
me
dijo:
—
— iY un hombre
— iQu6 tiene el
como tii sale del bafio que ver eso?— replique.
del Astil?
—Hombre, en
ese baflo no es Hcito entrar, porque
propietario,
lo posee, es
si
porque
lo
robo.
—^Y quien robo? — Pertenece los Omeyas— me — Aunque fuera cosa y prohibidapara alguien, lo
dijo.
a
ilicita
habria de ser
,— iCdmo
—Tu es eso?
Y
licita
es
para mi.
eso?— me
dijo.
dices. que el bafio es
Pues yo soy
se puso a reir
de
la familia
Cmeya, ino
cliente suyo.
Abenabdelhaquem. Y
afiade Aslam:
Yo, despues de ocurrir habia en ella
clase;
— Ven aca, Me
227 lo
mucha
—
que he narrado, gente,
y me
asistl'a'su
dijo:
ponte aqui delante.
que me pusiera cerca de guio con atencionesy me dijo: invito a
—Ese camino es
el
el,
me
distin-
mismo.
Frase con que queria significar Abenabdelh^quem que estaba enlazado con los Omeyas con la relacidn
de
clientela, lo
mismo que
yo.
Despues de cumplir Aslam su peregrinacidn a la Mecayacabar sus estudios.volvidse a Andalucia y consiguid alta consideration
men
III
y elevado rango. Abderrah-
estaba perfectamente
enterado de sus buenas
costumbres y modo de pensar, de su excelente y cumplida education y de sus buenas prendas; y, al destituir
Ahmed ben Mohatned ben
a
juez,
nombro
a
Ziad
Aslam ben Abdelaziz
de Cdrdoba, aflo
[pig. 184]
del
cargo de
juez de la aljama
300, dia de miercoles,
quelaban del ines-de Chumada poslrero. Este juez puede considerarse como uno de los jueces modelosque mas se distinguieron en Cdrdoba, por-su
siete dias
destreza en inquirir lo verdadero y justo, y eri cumplir la ley. Fue hombre en^rgico, riguroso, sin tolerancia
para el que comete cualquier injusticia, ni indulgenCia
con
Me
los disolutos.
conto un ulema, a quien tengo por persona fide-
dignff, losiguiente:
Habia en Cdrdoba un hombre [de raza espaflola] que hablaba solo el romance [y ni siquiera era musulman], de esos rebeldes sefiores que se habian rondido por capitulation en las plazas fuertes que [hasta entonces] se habian mantenido independientes sin obe-
,
.-
."_
^
-
-
—
228
—
monarca de Cordoba]; este sefior tenia una mujer noble musulmana, la cual imploro la proteccion demandel jue2 Aslam ben Abdelaziz. Este acogio su en da y erapezd a instruir diligencias en el asun o. Era aquel entonces canciller del imperio Beder ben Ahmed, el cual gozaba de gran predicamento con Abder-
decer
[al
rahmen
III.
Apenas
iniciado el proceso por el juez
Aslam, presentosele Yala, de parte del canciller Beder, y
le dijo:
y te dice que a estos sefiores que hablan en romance [espafloles no arabizados] los cuales solamente se han rendido o capitulado mediante pacto, no se les debe tratar con desden; tii sabes perfectamente que es lo que debe hacerse para cumplirlo pactado; convendria que no intervihieses entre ese espafiol latinado y la esclava que est& en su
—El
canciller te saluda
poder.
—Dile
de mi
parte— contesto Aslam— que estoy
obligado, por todos los juramentos, a dejar todos los asuntos de la curia, para dedicarme exclusivamente a ejecutar, contra ese sefior latinado, todo lo la ley religiosa
en favor de esa mujer
libre
que manda
musulmana
que esta en poder de ese hombre. Yala se marchd; pero volvio inmediatamente a decir al juez:
—El
canciller te saluda y dice:
yo no me opongo
que se cumpla la ley, ni siquiera considero licito el hacerte tal recomendacion osolicitud [pag. 185]; solo te ruego que cumplas lo que de derecho se debe a esos-aliados con quienes el monarca ha pactado. Tu sabes muy bien las consideraciones que se les deben guardar, y eres hombre razonable que est! muy enterado de lo que en tales casos se debe hacer.
a
-
"^-
—
/ d
i
—
—
229
Aslam ben Abdelaziz era hombre muy despierfo, que distinguia muy pronto lo verdadero de lo falso,sin necesidad de dar muchas vueltas al asunto. Cuando el soltaba una frase en la que anduviera envuelto un chiste, era de admirar que esa frase al propio tiempo tenia un sentido natural recto;. pero se podia toEl. juez
mar en sentido de broma o alusion humoristica. Un ulema que solia contar anecdotas, me refirid la siguiente: Una vez entraron Abusalih Ayub ben Soleiman y Sad ben Moad en casa del juez Aslam y, al comenzar la conversacidn con ambos, les echo una mirada e .
inmediatamente dijo:
—Parid Y
lo
les dejd
que hay&is de
parir (1).
asombrados por
la
agudeza del chiste,
consistente en un equivoco, pues la frase totnada
sentido recto, era
ned
apropiada
al
momento: Jexpo-
que hayais de exponer],
lo
Un
muy
en
dia fue, a casa de este juez,
lid el faqui, el
resaba;
el
Mohdmed ben Gua-
cual le hablo de un asunto que le inte-
juez [en vez de contestarle con el tradicional
oigo y accedo, frase a>abe equivalente a me parece muy bien, lo hare con mucho gusto] le contesto: te
— Te oigoy me rebelo Al oir
esta
(2),
contestacidn Abengualid se apresurd a
decir:
(i)
No
tengo la seguridad de haber acertado con
dadero del equivoco. Entre los varios sentidos
me ha parecido mas apropiado a
el
sentido ver-
posibles, elijo el
que
las circunstancias. r
(2)
La
gracia del chiste esta en
que
la palabra arabe
que
se tra-
duce por accedoj no se distingue de la que se traduce por me 'rebelo mas que en una letra* la cual al ser pronunciada rapidamcnte da lugar a confusibn.
- 230
-
— Lo digo yo y considerolo En
ya
como
obtenido.
un hombrc de curia. Ese litigante
otra ocasion se lc pre.sento
tenian pleito pendiente en la
— Le he (raido
al j'uez
un
testigo
los
que
lc dijo:
que declarara en
mi favor; ese testigo es de Scviiia y va a entrar aqui. El juez mostro quedarse atonito, maravillado, de
que viniese un testigo de Sevilla y, cuando
testigo
el
sevillano se presents, dijole:
—
un mohtdseh (hombre que cumplc estrictamentc con sus deberes religiosos) o un moctasebr c;Tu eres
(un afanoso que quiere sacar ganancia) (1).
duda
El sevillano [que sin
era
muy
vivoj se
amosco
y dijo [muy resuclto]:
— Scilor juez, les
ustcd no tiene derecho a haccrme ta-
preguntas; a mi
rarcomo usted:
me
tes'igo], a usted
le
toca
quiere aceptar, acepte;
si
re aceptar,
Aslam,
no acepte
lo
si
hablar [para declaoir;
no
dcspties, elija
[pag. 186] quie-
que yo diga.
que venian muy saber al pronto que
al oir estas frases del testigo
a cuento, se quedtf
luego
decir;
toca aqui
plantado sin
dijo:
— Declare usted. Y
el
hombre
dijo lo
diatamente puso las
que
tenia
manos en
que declarar; tierra, se
e
inme-
levanto y se
rnarchb.
Esta seftor
(i)
muy
divulgada una frase que el juez dijo de Niebla,
Son
difcrcncian
chiates de palabrns; las que en la frase
mas que en una
apenng se distingue.
letra,
a
un
emplea no se
que en pronunciaciftn rapidi
— Este senor
le visilo,
—
231
inmediatamente des-
le saludd e
pues de sentarse dijo: — Senor juez, ^tne conoce usted? —No, sefior— contestd Aslam.
—Soy
cadiLebla
de Niebla).
(el juez
— Hombre-contesto
Aslam
— no
niegue usted
la
providcncia de Dios (1).
Llego
a oidos del juez
Astam que uno de
los faquies
el, habia recibido en caante declarar de habian que favor del cual habia de lidad de regalo, del cliente en faqui cntrd en ese cuando alfombra; y una declarar, ponerse a juez, tras quitarse las botas, ai ir a
casa del
andar sobre
la
alfombra [de
la
habitation del juez),
le
dijo este:
jOjo! [Ten
La alusidn
le
mucho cuidado con produjo
tal
efecto,
para a declarar en aquel asunto
dad de
He
el
la alfombra!
que no
se atrevi6
que venia en cah-
testigo.
oido
referir
que en
cierta
ocasion se presents en
la muerte para si mismo. pidiendo cristiano un la curia reprimenda diciensevera una echo le Aslam juez El
dole:
,
.
,
la cabeza el en metido ha te iqiiien Desdichado, sin haber dehnmuerte, propia tu pidas que tu mismo
—
quido en nada? (,)
Para entender
el chinte
que hay que tencr en euenta
^iWI
al
juez
(•! )«« P« «JJU solian darle por tratamiento fa formula palabra tCJtt ° * rabe >> * la pag. ** (v. Dios) 195 gracia de andaluza vulgar prommciaci6n en la Niebla, bre geografico de
la
^f "TU
que al Jectr soy maner. te bla^w&<* no P or la sin el poder o la gract* de Dtos. juez soy entender. podia cadi Lebla, se
pelade
Dior,
.
—
232
La necedad o ignorancia de
los cristianos les Ueva-
ba a atribuir a esa action, de ofrecerse a
la
muerte, un
gran merito, cuando nada semejante se podia citar
como
ejemplo, dignp de ser imitado, en
vida del
la
profeta Jesus, hijo de Maria. El cristiano respondio (I):
— Pero
cree el juez que
si el
me
raata,
<;sere
yo
el
muerto?
— iQuien
ser6, pues, el
muerto?
—
le replied el juez.
—El muerto ser& una semblanza mia que
ha mejuez ma-
se
un cuerpo; esa semblanza es la que el En cuanto a mi, yo subire inmediatamente
tido en tara.
al
cielo.
— Mira— te
dijo
entonces Aslam
— aquel
a
quien
tu
encomiendas en estas cosas, no esta aqui conmigo,
y aquel que te pudiera informar bien, para desengafiarte de esa falsedad, tampoco lo tienes delante de ti; pero aqui hay un medio para poner en evidencia
que haya de
cierto,
y nos podremos
ceitificar
lo
[pagi-
na 187] tu y yo.
—
medio?— dijo
el cristiano.
El juez Aslam volvi6se hacia los sayones o verdugos
que
alii
estaban y les dijo:
— Traed
el azote.
Ordend luego que desnudaran nudaron,
Cuando
e
inmediatamente
el cristiano
comenzd
lo des-
al cristiano;
mando que
le
atizaran.
a sentir el efecto
de
azotes, pusose a agitarse y a gritar. El juez Astern
los le
dijo:
(l)
EI musulman narrador de este suceso es posible que atribu-
ya al cristiano respecto de N. tes entre musulmanes, por
S.
Jesucristo, ideas que eran corrien-
estar expuestas
Alcor&n, v,,gr<,eura IV, versiculo 156.
en varios pasajes del
-
fP
-
- 233
-
—iEn que espalda van cayendo
—
—En
mi espalda repuso el cristiano. asimismo Pues hombre— dijole Aslam
—
—
pardiez,
ria,
los azotes?
ocurri-
cayera la espada sobre tu cuello. ^Ima-
si
ginas que podria ocurrir otra cosa?
Fue Aslam juez de loable conducta y desempefld su cargo con un celo que merecia gratitud, desde el ano 300 hasta el 309. Durante ese tiempo fue jefe de la oracidn Mohamed ben Omar ben Lobaba. Abderrahmen III dejd muchas veces, como lugarteniente suyo, a Aslam ben Abdelaziz en la Terraza del Alcazar, cuando aquel soberano salia de expedition guerrera. Despues, Aslam insistid cerca de Abderrahmen III para que este le autorizara para dejar el cargo; al fin le admitid la dimisidn.
Mohamed ben Abdelbar me
dijo:
Estaba yo de tertulia en casa de Aslam cuando vino el
eunuco de
parte
de Abderrahmen
de destitucidn. Aslam bajd
los ojos
III
con
con
el
decreto
disgusto,
ca-
meditabundo un momento y luego dijo: Gracias a Dios que me ha autorizado para cesar en el cargo; mucho tiempo ha tardado en concederme lo que le habia pedido. Dice Mohamed ben Abdala (1): Y yo corrobore la perspicacia que en esto demostrd y le recorde los muchos deseos que habia manifestado de verse libre de
lldse
—
aquella carga.
Un
narrador de noticias me. dijo:
Sonaba el
[pag. 188] entonces,
como
candidato para
cargo de juez, un sujeto que era descendiente,
(i)
Asi en
el ma.;
parece que debe ser Abdelbar.
: *\
-
-
234
por parte de madre y padre, de familia completamente latinada. Y cuando fue destituido Aslam y nombrado Elhabib, se puso a decir aquel:
— Alabado sea Dios,
me ha hecho la gracia dicen: No hay mas Dios que
porque
de que yo sea de los que Ala.
En
como
sujeto que sonaba
estas frases aludia al
candidate y cuyos padres se sabia que eran latinados [de dudosa ortodoxia por tantoj.
DEL [UEX AHMED BEN MOHAMKD BEN ZlAD, POR SEGUNDA VEZ
Un
me
narrador de noticias historicas
de que volviese a ser nombrado juez
habib fue
el
haber tratado Aslam,
como hombre
al
La causa de Cordoba Eldijo:
ocupar
cargo,
el
despreciable a Elhabib; y no solo a este,
sino a sus amigos
y protegidos; les tratd con gran severidad: el juez mismo, personalmente, montado en una caballeria fue a derrumbar el muro o pared de la almunia de Elhabib para tomar un trozo de terreno de esa almunia, dos hileras de arboles, con el fin de ensanchar
la carretera,
segun
el
juez creia que debia ha-
cerse por constar inscrito ese
Elhabib, por su parte su empefio:
comenzd
[al
derecho en
verse maltratado],
a atraerse
el
curia.
la
no
cejo"
favor de la
en
man-
ceba de Beder y, cuando obtuvo su amistad o gracia, esta misma sehora hizo que cayese tambien en gracia
de su marido, a casa del cual fu6 Elhabib varias
veces.
Un
dia dijo Elhabib al canciller:
— Me has olvidado curso de
la
a mi,
conversacion se
oh Abulgosn; aqui en el ha mencionado a los ami-
-r-.-j*w/r
.-7*
— gos tuyosy a
los
235
—
enemigos: centre cuales me cuentas?
^Entre cuales coiocas a Aslam?
En le
realidad,
Beder se habia olvidado de
el,
pero
dijo:
— No creas que
he descuidado tu asunto.
Poco despues Abderrahmen III se preparaba para salir en una de sus [pag. 189] expediciones guerreras. Elhabib salid a despedir a Beder. Este
—El monarca
no
le dijo:
conoce personalmenle, porque no te ha tratado; convendria que te tratara,.que es como verdaderamente se conocen las personas. Para eso debes tii escribirle mientras el est£ en esta expete
[no tengas reparo:] escribe muchasveces; y, luego, cuando este de vuelta, sal tu y cuida de que dicidn;
saiga
mucha
gente a recibirnos.
Asi lo.hizo: escribio e insistid en
escribir y se
le
Luego, cuando volvian de esa expedicidn, salid de Cordoba y se fue al encuentro del soberano a distancia de una Jornada. El soberano cohsintid en contesto.
que se lo presentaran
yendo en
y
se puso
en contacto con
el,
cabalgata;
y hasta le procurd B6der alguna conferencia a solas con el soberano en la misma marcha del cortejo o acompanamiento. Y como Elhabib era hombre que sabia mantener la conversacidn la
con noticias interesantes, se hizo duefio de la conversacidn con el monarca, manteniendola el solo-.de un tirdn hasta
que
el
A Abderrahmen
cortejo llegd a la almunia de N&sar.
produjo excelente efecto y habld con Beder del asunto de Elhabib; por lo ctial, despues de aquellas conferencias, le nombrd juez, apro-
vechando
la
III le
oportunidad de
la
renuncia de Aslam que
habia solicitado retirarse.
Cuando
el
monarca admitid
la
renuncia de Aslam
—
236
-
ben Abdelaziz y le destituyo del cargo de juez, nombro de nuevo a Ahmed ben Mohamed ben Ziad juez de la aljama y jefe de la oracion. Al volver a entrar en funciones este Juez, fueron molestados los adrninistradores de hacienda que habia nombrado Aslam sometio a examen de cuentas respecto de los depositos que se les habia confiado, y se les obligo a presentar el dinero que debian tener en
ben Abdelaziz y se
les
su poder.
Ahmed
ben Obada
me
dijo:
en persona y estuve presente cuando Elhabib, sentado en la mezquita aljama, examinaba a la gente y ponia al descubierto las cantidades que cada uno de elios tenia. Permaneci alii sentado un rato; luego me levante para marcharme, a tiempo en
Yo mismo
fui
que por orden del juez nadie debia levantarse sin permiso de el y aun expreso mandato suyo; el juez se fijo en mi y me miro [pag. 190]; uno de los que eslaban p. su lado debio decirle.quien era yo y, dirigiendo,se el juez a mi, cuando estaba yo levantandome, dijo: No creo que ese hombre deba nada al juzgado, es decir, no tendra dinero que a este pertenezca. —Creo que no conteste yo. Aftade Ahmed ben Obada: Pero cuando menos podia yo esperarlo, pasados algunos dias, un emisario del juez Elhabib viene a mi casa oidenandome que comparezca en la curia.
—
—
Alia
me
fui; el
juez
—He encontrado
me en
el
dijo:
archivo una nota, en
la
que
consta que tu te has incautado de un dinero perteneciente a un huerfano; y no he encontrado
de cancelacidn en que conste que recibido de
ti.
el
documento
huerfano lo ha
-
237
-
— El
huerfano— contests yo al juez— esta vivo, en todo su conocimiento; se ha emancipado ya de la tutela; le he entregado todo lo que habia en mi poder que pudiera pertenecerie. Si el viniera a rectamar algo de lo que en mi poder estaba, debe ser creido, sin necesidad de prueba alguna,
—Tengo de que es en
el
el
asi;
ni siquiera
juramcnlo.
convencimiento intimo— dijo pero
me
juez
el
—
sabe mal unicamente que aqut
archivo aparezca una nota de haberte
incau-
tu
tado de una cantidad, sin que haya otra nota de cancelacibn.
E inmediatamente me marche. Elhabid no ceso de ejercer el cargo de juez en esta su segunda epoca, ni el de jefe de la oracidn, hasta que murio,
JJBL
aflo
312, sin haber sido destttufdo.
JUEZ ASLAM HEN ABDELAZIZ, POR SEGUNDA VEZ
Al mortr
el
Abderrahmen
juez III
Mohamed
ben Ziad,
nombrara Aslam
[pag. 191]
Ahmed
volvi<5 a
ben
ben Abdelaziz para que ocupase el catgo de juez, y a Ahmed ben Baqui ben Majlad para jefe de la oracidn. Aslam ben Abdelaziz hizo entonces con Elhabib lo mismo que este habia hecho con 61: tratar con gran severidad a los administradores de bienes nombrados por la curia, poni6ndoles en e! caso de rendir cuentas
escrupulosamente y sometiendotos a gran En esta segunda epoca Aslam fu6, en
rigor. el
ejercicio
desu cargo, hombre muy debil en sus resoluciones. Los anos habian hecho mella en su caracter; vino
I
—
238
—
gran decadencia; sin embargo, aun conservaba lucidez de entendimiento; mantuvola lo bastante para poder enseflar la ciencia religiosa rias materias,
cirse
que
el
y exponer loslibros de
va-
de hadices y jurisprudential puede de-
buen
juicio
nunca
le
abandono,
crepitud afectd a su entendimiento,
ni la de-
no es en la misma inedida que es ordinaria a los que llegan a avanzada edad y vejez. Mantuvose asi hasta que se volvid ciego, se debilito su cuerpo o su
incapaz para ejercer
el
cargo.
si
vigor fisico y se hizo
Entonces
Abderrahmen
III
aflos despues,
murid Aslam, en 317.
le
destituyd
del cargo de juez, alio 314. Algunos
DEL JUEZ AHMED BEN BAQUf BEN MAJLAD
Abderrahmen III a Aslam ben Abdelaziz cargo de juez, nombrd a Ahmed ben BaquI [pagi-
Al del
destituir
na 192] ben Majlad juez de
ademas en ya
ejercia.
muy
el
la
aljama y
le
confirmd
puesto de jefe de la oration, cargo que
Fue
esto en 314.
Era Abenbaqui hombre
de irreprochable conducta, de muy loables intenciones, serio y reposado: cualidades que ya sensato,
no eran comunesensu tiempo, porque sus contemporaneos las habian abandonado. Yo he tratado a Ahmed ben Baqui durante algun tiempo y puedo afirmar que era inteligente, de entendimiento sdlido, perspicaz; instruido, de car^cter abierto y generoso., de maneras elegantes; sabia realizar con destreza cuanto se proponia., bien sea hablando, bien hacien.do; poseia fluidez y copia en el hablar, claridad en sus discursos, elocuencia en sus piaticaso
-
*
.
—
239
—
sermones y cuando escribia solia hacerlo larga y extensamente; en su trato era afabilisimo y su conversation iba esmaltada de multitud de an6cdotas.
Alhaquem II, una vez que sati6 a conversation el nombre de Ahmed ben Baqui, oi decir de este que era hombre muy sincero y modesto. Y afladla: A mi me dijo el canciller Muza ben Mohamed ben Hodair lo siguiente: Al principe heredero
— He preguntado a Ahmed ben Baqui por su linaje y clientela, y me ha dicho: "Nuestra familia obtuvo relacidn de clientela con una mujer del pueblo de Ja6n.„ El tion,
principe heredero, despues de hacer esta rela-
pusose a admirar
la
sinceridad de aquel
hombre
y su espiritu de justicia, y afiadid: —Si el quisiera, podria presumir de descender de la
mas noble progenie, porque, despuSs de
todo, na-
die se atreveria a desmentirle.
Es publica y ha corrido entie frase atribuida al canciller
pueblo
la
siguiente
Muza ben Mohamed:
— Dios nos ha librado de [un Ahmed ben
el
rival
tan temible como]
[pag. 193] Baqui, haciendo que su
ci6n le inclinara hacia
los asuntos
marchara por ese camino. Si
el
de
la
otra
voca-
vida y
hubiese hecho profe-
de meterse en politica, seguramente me hubiera tenido yo que preocupar de su persona. Ahmed ben Baqut fue desde su juventud, y entoda su vida no ceso de ser, hombre prestigioso, muy con-
si6n
siderado, reconocido por virtuoso y tenido en todas partes como persona principal y noble. El monarca
Abdala
le
tuvo por consejero cuando
Ahmed apenas
tenia veinticinco anos.
A uno
de ios ulemas he oido
referir lo siguiente:
-
dala
-
mandd
a los ministros que llamaran a Obaidala ben Yahia ben Yahia y a Abuah-
El soberanb
Abumeruan
240
Ahmed ben Baqui ben Majlad y
les
pidio con-
en un asunto. Despues se marcharon los dosluego de haberse marchado, piisose Nadar (1) ben
sejo
Selma a hablar con sus compafieros [los ministros], admirandose de cdmo cambian los tiempos y de las vueitas que el mundo da por el rodar de los sucesos y
les dijo lo siguiente:
En
cierta ocasidn, siendo
yo
en vida de Baqui ben Majlad, vino a verme Obaidala ben Yahia y me juez,
dijo:
— A mi no me gus^a, voto a Dios,
que me cites para pedirme consejo, juntairente con Baqui ben Majlad, al mismo tiempo, en la misma sesidn. Esto parece indicar que tu eso no debe ser;
me
si
tienes a
Y
a el a
ministro afiadia:
el
soberano llama
mi por un
igual a
el.
No,
tu quieres consultaries a los dos,
una hora y a mi no nos juntes a los dos. llama
el
al hijo,
me
llamas a otra hora;
Y apenas ha muerto Baqui, el Ahmed ben Baqui, y [a! mis-
mo] Obaidala y consulta
dos juntos en
a los
la
misma
conferencia [sin repugnancia por parte de Obaidala]. 7
Ahmed ben Baqui mismo
caracter
tenia las
mismas costumbres,
ef
que su padre Baqui ben Majlad; en
su vida publica dispensaba y
aun trataba muy bien
a
generoso en perdonar las injusticias que [pag. 194] con el habian cometido. Abderrahmen ben Ahmed ben Baqui me dijo lo siguiente: Yo estaba con mi padre, en ocasion en que
sus propios enemigos;
(t)
En
el
era
manuscrito dice *wj; pero debe ser errata por j*Di
(j
*z-
vino
uno a
una carta al
Mi padre
al
24!
-
que cierto sujeto habfa elevado monarca Abderrahmen III denuncidndole. saberlo, no solo evitd toda demostracidn
decirle
de disgusto por ese acto, sino que se puso a rogar a Dios por el denunciante a fin de que se arrepintiera.
ben Sad dice: El dia que enterraron al hijo de Elhabib ben Ziad, me encontre yo con Ahmed ben Baquf y me dijo: jaiid
—iPiensas a casa del — Si— conteste. ir
Y nos fuimos
difunto?
dos andando desde la mezquita a casa del muerto. Ibamos por una de las calles, cuando
me
los
dijo:
-Este que ha muerto mientras estuvo en
me
ha hecho bastante dano: mundo, tuve que sufrir con el;
el
yo no he querido pagarle con la misma moneda. Ahora que ha muerto, el pobre tiene mas necesidad de mi perddn. Yo te declaro que le perdono y que puede considerate completamenie Hbre de todo lo que ha hecho conmigo. pero
r
Ahmed ben Baqul en
era de
muy buen
corazon, suave
imposicidn de penas; en este particular se cuende el anecdotas que deberian coleccionarse, por-
la
tan
que se salen de lo que es ordinario y conocido. Me contaron Ahmed ben Mohamed ben Omar ben Lobaba y Farech ben
Es&bamos un se
Selma dia
en
el
de Poley,
la curia
hallaba este ejerciendo, y se
de le
lo siguiente:
Ahmed
ben Baqul,
presents una mujer
que habia entablado pleito con su propio marido. Ella hablaba largamente y con exceso, hasta el punto que el juezse molestaba ya de su impertinente charla. EI juez se
encard con
ella
y
le dijo;
16
242
— Amaina lu locuacidad, porque, de lo contrario,
te
castigo.
La mujer queddse de pronto un poco en seguida volvid a
charla
la
cortada; pero
impertinente.
El juez
volvid a decide:
—No Charles tanto, porque
si
no,
te castigo.
La mujer paro un momenta, pero luego volvid
a
la
charla.
Al
fin, el
juez
195] sobre ella y
—Eres una
j
Lo
ben Baqui
comenzd
criminal;
tres
dijo
Ahmed
veces
se
lanzd [pdgina
a decirle:
una criminal.
tii
eres
e
inmediatamente afiadid
el
juez:
—Pero
mujer, <;no
me
has tenido miedo?
El que contaba el suceso decia: Este fue, en suma,
todo
el castigo
que impuso
charla impertinente;
el
a
aquella n.ujer por su
decirle eres
una criminal
tres
veces. H
1
Fdrech ben Selma
me
refirid el
siguiente suceso:
Estaba yo presente en la curia de Aslam; una mujer habia venido reclamando contra su m3rido la cuoque 6ste le debia; el juez Aslam dijo a AbuabdalaMohamed ben C.^sim:
ta legal
.
cuota que deba corresponderla. El/[jurisconsultoj la fijd; pero la mujer no quiso
.,— SeflAlale
la
aceptar esa cuota; le parecid poca la cantidad sefiala-
daydijo:
—No hay aqui nadie que
le
diga,a Dios...
Aslam ,al oir la charla impertinente de esa mujer, pidjd que trajeran los azotes e inmediatamente ordend que le prppinaran;una.azotaina, dandole los azotes en mangas. la cabeza. La mujer tapdse la cabeza con las
1=
-
traje, hasta
de su
que
la
243
-
azotaina
acab6. Al terminar,
esta 5irigidse al juez diciendo:
— Al obrar asi, te; asi
senor jucz, has hecho perfectamenhacen los jueces que son jueces por Ea gracia de
aquel Dios que no hay otro queei...;pero... aceptar la cuoia que se me ha sefialado.
nopuedo
Y anade Farech: Cuando yo presencie el hecho de Ahmed ben Baqui con la mujer [que anteriormcnte se ha narrado], celebre su mansedumbre y su dutzura y !e conte lo que en caso semejante habia hecho Aslarn.
Ahmed ben Baqui me
coi:test6 [modestamcntej;
"Dios
unico a quien se debe pedir ayuda; pido a Dios que me asista con su gracia. „
es
el
He oido referir a muchos, que lo sabtan por voz publica y como cosa divulgada y sabida, que en toda su larga
epoca.de mando,
a nadie
con
Ahmed ben Baquf no casUgd
azotes, excepto a un sujeto
que se llama-
ba Monajal, hombre perverso a quien castigo coo-azotes. Y no hubo nadie que no alabara a Ahmed ben Baqui, por haberlo hecho
asi.
[Pag. 196J Asbag ben Isa
e!
Xacac
me
conto"
lo si-
gutente:
Un
yo en compania del juez Ahmed ben Baqui a tiempo en que casi nos tropezamos con un borracho que iba delante de nosotros. El juez tiro" de dia iba
las-riendas de su cabalferia
rando que
el
y refreno su marcha, espeborracho advirtiera o notara que el juez
estaba cerca y se largase apresuradamente; perocuan-
mas lentamente iba el juez, el borracho se paraba raas.Jiasta que el-. juez no tnvo mas remedio queacercarse y darse ponentendido. Yo pude notar, vi6ndole to
perplejo ante ese espectaculo y sabiendo que era horn
brede.muy blando corazdn,
la
repugnancia que sen-
en imponer a nadie
tia
244
—
pena de azotes, y dije en-
la
tre mi:
— [Ah caramba! A ver como de
salir
Y
al
esle
te
las
compones
para
apuro, joh Abenbaqui!
acercarnos al borracho,
me
veo, con gran es-
tupefaccidn mia, que se vuelve hacia mi y me dice: Mira, mira ese desdichado transeunte, me pare
—
ce que ha perdido
el seso.
—Si—contestele — es una gran desgracia. EI juezse puso a compadecerse de
Dios que
le
Tambien
el
y a pedir
a
curase la locura y le perdonara sus pecados. cuenta Asbag lo siguiente: Estabamos un
dia en su casa, yo
Abenhosn, cuando se presents un almotacen trayendo un hombre que olia a vino. El almotacen le denunciaba como bebedor. El juez dijo a su secretario Abenhosn.
—-Huelele Y
Si, si,
Al
te
secretario
el aliento.
el secretario se lo olio"
— cia
y su
y
me
dijo:
huelea vino.
oir eso pintdse ei
y
disgusto
en
la
que esto
cara del juez la repugnanle
causaba, e inmediatamen-
dijo a mi:
— Huelelo Yo hice y — Efectivamente encuentro que huele tii.
lo
le dije:
a algo;
pero
no percibo con seguridad que sea olor de bebida que pueda emborrachar. Al oir eso brilld en la cara del juez la alegria y dijo inmediatamente:
— Que
lo
pongan en
Iibertad;
galmente que haya cometido esa
Ya hemos
no
esta
probado
falta.
[pag. 197] expuesto anteriormente,
capitulo dedicado
al
juez
le
Mohamed ben
en
el
Ziad, la ra-
—
-
245
zon legal en que se fundaban los jueces de Andaiucia para hacer la vista gorda y no aplicar la pena al borracho.
No
ahora lo que entonces
es preciso repetir
dijimos.
Uno de mis amigos me
contd lo siguiente:
Hallabame yo en casa de Ahmed ben Baqui a tiempo que ordenaba que fuese metido en la carcel un hombre; pero inmediatamente dijo en secreto a las personas que le rodeaban: Pedidme que lo suelte. Los presentes entonces se pusieron a pedir al juez que lo soltara, y el juez accedid diciendo a aque) cuya
—
prisidn habia decretado:
—Si no fuera porque estos que
te suelte,
con seguridad
sefiores te
me
han pedido
hubiera metido en
la
carcel.
Abderrahmen ben Ahmed ben Baqui me dijo: Cuando venia a casa por la noche algun huesped o convidado, no se mataba ningun ave [del corral]. Mi padre decia que la noche constituye un seguro para la
vida de esos animates. La cena se reducia a miel,
manteca, huevos y cosas por se ofrecia al huesped.
Ahmed ben Baqui crftico
el
estilo.Eso es lo que
hombre que poseia
era
instinto
y sagacidad especial en materia de redaccidn
de contratos.
No
ponia su firma para autorizar ningun
documento, a menos que desde el principio hasta
lo leyera
el
fin;
todo integramente,
para eso tenia
mucha
cabo a rabo, aunque tuviese que esiar de pie durante algun tiempo. Ahmed ben Obada El Roaini me cont<5 lo siguiente: paciencia; lo leia de
— En
246
-
ocasidn redacte y escribi yo un documetlto en que hacia constar que un sujeto me debia cierta cierta
Me
cantidad de dinero. ese
vi
en la precision de poner en
documento una clausula [que me convenia]; pero
esa clausula invalidaba
Encargue
a un
en cierto
modo
colono mio que fuera
el
contrato.
a recoger [acom-
paflado dei deudor] las firmas de ios testigos que ha-
bian de autorizar
documento en que se consignaba la deuda de aquel hombre. El colono llevo a Ahmed ben Baqui el documento para que este lo firmara; el
pero, al leerlo y notar [pag. 198] aquel defecto que invalidaba e! contrato, se encontro perplejo en la si-
guiente situacidn: no gustaba, su firma
por una parte, poner
documento que contenia aquel
en
tampoco gustaba, por
otra,
dejar de firmar,
defecto;
porque
con esa abstencidn o negativa podia molestar al amigo que le pedia ese favor; tampoco queria adverlir a persona que se obligaba por ese contrato, que en el documento habia una clausula que quitaba fuerza lela
gal al contrato.
aquel hombre,
— Lo que
Por
y
fin
levantd la cabeza para mirar a
le dijo:
pides es que sea testigo de que tu tienes.en tu poder tal cantidad de mizcales que son de fulano,
tu
y que
concede un.plazo de tanto tiempo para devolverlos, ^no es eso? Si, eso es^— coniesto" el hombre. Entonces Ahmed ben Baqui puso su testimonio este te
—
alii,
redactfindolo de manera
riese a esas frases,
y
que unicamente
se
refi-
a ninguna otra mas.
Un narrador de noticias me conto lo siguiente: Mohamed ben Ibrahim ben Elchabab era un hombre que se habia dedicado al ohcio de redactar conjatos. Ahmed ben Baqui ordeno quese inspecciona.
-
247
-
se escrupulosamente lo que ese
notario hacfa;
desde
documentos que redactaba fueron sorevision. Abenelchabab, al notar esto, dijo
ese instante los rnetidos a cierto dia:
—
ha sacado ese Abenbaqui que el sabe redactar documentos mejor que yo? Estas palabias llegaron a oidos de Abenbaqui; pero se
que aquel notario hubo de redactar unos contratos y se los presentaron a Ahmed ben Baqui para revisarlos. Abenbaqui puso todosu ahinco este se calld, hasta
en examinarlos escrupulosamente hasta que encontrtf aigunas clausulas que puso en evidencia, como defectuosas,
y
le dijo
en seguida:
— Hay que cambia
r las.
El notario las cambio.
Luego
le
trajo otros
docu-
mentos y Ahmed ben Baqui se los censuro" tambien. AI fin Elchabab le mandd a decir: Confiesote que sabes tu de esta- materia mas que
—
yo y estoy dispuesto a proclamarlo publicamente; pero te suplico que dejes de hacer esa inquisicidn y examen tan minucioso y tan repetido porque, de conlinuar haciendo eso, juro que no redactare un solo documento. Abenbaqui, de nada, sino que le
alii
en adelante, no sdlo no
le dijo
trat6 con indulgencia.
ha contado Ahmed ben Obada lo siguiente: Estaba yo un dia en casa de Abenbaqui; haltebase tambien alii un sujeto de baja extraccitfn, desconsiderado sbcialmente, no era reconocido como, persona
Me
bien calificada; no habia nosotros.
En
alii
presente nadie
mas que
esta situacion presentCse otro su;?*o
[pag. 199] vino a decirle:
que
-
— Puedes
utilizar
248
como
~
testigos en favor
mio a Abuomar [Ahmed ben Obada] y a Abu-Fulano, es decir, el hombre de baja extraction a que antes nos referimos.
Abenbaqui,
al
oir
esa peticidn,
y no quiso contestar. El hombre insistia con mucha pesadez ensuproposicidn. Yo me dije entonces a mi mismo: ver si el juez me coloca en el mismo nivel que a ese tio y nos hace firmar como testigos a los dos juntos en ese asunto en que 61 ha de juzgar. calfdse
—A
Peroeljuez levantd la cabeza y encarandose con aquel hombre que tanto solicitaba, le dijo: Yo conozcoque a Abuomar [Ahmed ben Obadal
—
le
repugna mediar como
en esta informacidn; peroyo hare" que entre Fulano, a quien hare firmar con Abu-Fulano.
Y
testigo
ordeno- que entrara un
social
que
hombre de
la
misma
clase
el otro.
Ahmed
ben Baquf, en los pleitos que se sus'anciaban en su curia, se distinguia por el siguiente rasgo, que le. caracterizaba: si el asunto era claro y habia bastante prueba, era rapido y ejecutivo; pero si el asunto era algo embrollado, usaba de calma y lentitud: no resolvla los dudosos hasta que apareciera muy clara la verdad o el derecho, o estimulaba a los litigantes a que se concertaran o avinieran.
Ahmed ben
Abderrahmen ben
Baqui
me
refiriC lo
siguiente:
Vino un hombre a ver al juez y le dijo: Algunos personajes de la corte de Abderrahmen III han hablado de ti en su tertulia
—
diciendo que
eres
hombre de
caracter debil
resolucidn de lascausas.
y que
retrasas
mucho
la
—
-
249
— Dios me libre — contestd el juez — de cendencia que
me
libre
trae
por fruio
tambien de
la
la
condes-
debilidad; pero Dios
la
severidad que viene aparar en
violencia.
E iumediatamente de los tiempos,
la
se puso a recordar la corrupcidn
arrogancia de
la pillerla
y
lo
que se
contaba de negocios dudosos en que no aparecia clara, para el, la justicia y cuya razdn no era evidente; luego dijo:
—A Omar ben Aljatab
le
parecid oscuro
el
pleito
de
unos hombres y detuvo [pag. 200] el proceso, entreteniendose mucho en sustanciar la causa, porque ie disgustaba sentenciar en cosa dudosa; por fin, ordend que se comenzara otra vez el pleito desde el principio.
Un ulema me
contd lo siguiente: Entablaron un pleito, ante Ahmed ben Baqui, dos hombres. El juez vio que uno sabia explicarse bien en lo
que tenia que
decir;
en
otro notd que no sabia
el
explicarse; parecidle por algunos indicios que el
no sabia hablar debia de tener razdn
— jAhl
Si hubieras
encomendado
y
que
le dijo:
a otro que habla-
seporti...; pero lo que veo es que tu contrincante sabe decir muy bien las cosas.
— jOh! te el...
juez-le contestd el torpe—-sola mentiene razdn... yo lo digo... eso es (1).
El juez
seflor
[al
oir estas palabras
en que, por torpeza,
venla a decir que su contrincante tenia razdn] dijo:
(0 lamtntc
Parece que este es
verdad
lo
litigante, torpe
que yo digo; pero
a entender lo contrario.
en
el
lo dijo
hablar, quiflo decir: so-
en
tal
forma que daba
-
250
—
jCuantos hay a quienes pierde su excesiva sinceridad! *
Un
dia se presentd ante el juez
municarle
el
un
-
para co-
sujeto
1
siguiente mensaje:
-r-Seflor mio,
el
canciller
Muza ben Mohamed
te
saluda y dice: "Ya sabes la amistad y carifio qiie te profeso y el interes decidido que me tomo por todas tus cosas.
En
tu curia
que
se tramita el pleito,
tu
ya
testigos bien califi-
conoces, contra Yahia ben Ishac;
cados han informado ya, viniendo a ser cosa probada; sin embargo, yo creo que debes diferir el pronunciar sentencia, evitando resolver de conformidad con lo
que
resulta
probado.„
—Saluda de mi
parte
al
canciller— contests
el
juez
recadero-y hazle saber que yo le digo: "Cierlamente nuestros lazos de amistad solamente se mantienen en cuanto puede ser grata a Dios y en consideracidn a el. Yahia ben Ishac y cualquier otro hombre, en materia de justicia, son para mi completamente iguales. Me han entrado dudas a mi en este negocio, y no resolverS nada, voto a Dios, contra Yahia ben al
que en su causa no vea yo tanta luz corao la del sol que ilumina al mundo. Ahora bien [en el dia del juicio], a mi no me protegera nadie de [una in-i justicia que yo cometa en favor de] Yahia ben Ishac, si me tralaran con rigor en el proceso que me han de Ishac, hasta
instruir
delantede Dios.„
El emisario conto lo siguiente [pag. 201]:
Yo
referi las
calld;.pero su
palabras del juez
hermano
el visir
al
mente;
al fin se
encard con
canciller...
Abuomar
blar de eso, atacando al juez e el el
-
se
:
Este.se
puso ha-
insistiendo repetidacanciller,
y
le
dijo:
-
— Hermano
mio,
el
251
juez,
voto a Dios, es hombre
yo de tratarle con las consideraciones debidas; sus dudas mismas me certifican claramente de la bondad de sus intenciones. Eso no significa, sin embargo, que yo haya abandonado a Yahia ben Ishac ^No hemos sido nosotros los que le hemos encomendado ese asunto y hemos pliesto la confianza en el? Lo que hace el juez, voto a Dios, aun es mayor motivo para mi cariflo y para que yo estime en mas sus virtudes. integerrimo; no por hacer eso dejare
.
L
Abderrahmen
III
habia puesto completa confianza
en este juez, y le trataba con mucha consideracion; sabia bien que era hombre justisimo. No le destituyd del cargo hasta
que murio"
y cuatro anos en
el
el
juez a la edad de sesenta
324.
DEL JUEZ AHMED BEN ABDALA BEN ABI TALIB EL ASBAHf
Ahmed ben Baqui,. Abderrahmen III nomAhmed ben Abdala ben abi Talib Gosn ben
Al morir brd juez a
Talib ben Ziad ben Abdelhamid ben Asabah ben Yezid
ben Ziad EI Asbahi; le citd para tener conferencia personal con el y hacerle las recomendaciones que el monarca solia hacer a los persoriajeis a quiehes nombraba para el cargo de adules y los de la jerarquia judi-
Recomendabales que enaltecieran el cargo y le honraran Jpag. 202j; que ante todo debian ajustarse a 10 estrictamente legal y que juzgasen y resolviesea los hegocios cuando creyesen que estaba bien clara la justiciary que no se diesen prisa cuando el asunto se,precial.
fe
-
—
252
—
sentase oscuro. Diole amplia explication, definiendo
y delimitando niendole
el criterio
que debian seguir en sus provi-
dencias, sefialdndole los derechos
y
las
de los jueces, en cada caso, tanto en
como en
decir,
lo
juecesyexpo-
atribuciones de los
las
que
se ha
nombrtf, en aquel entonces,
lo
obligaciones
que se ha de
de hacer. Abderrahmen jefe
de
la
orati6n a
III
MohA-
med ben Aym£n, quedando cada uno de los dos ensu cargo: Ahmed ben Abdala, en el de juezde la aljama; Abdelmelic ben Aym&n, en el de jefe de la oracion. Ahmed ben Abdala procedia de familia noble, de ilustre apellido; era muy serio, taciturno; su actitud imponia respeto; en los asuntos judiciales era horribre muy pr&ctico, y en los negocios experto; porque an-
de su carrera, Abderrahmen III le habfa nombrado zabazoque y administrador de los bienes de algunas de sus mujeres; luego le habia nombrado para ciertos cargos de hacienda en algunas retes, al principio
despues
giones;
le
habia nombrado juez de
de Elvira, ciudad en que se hallaba cuando
la
el
regidn
sobera-
-
no
le traslado al
juzgado de
la
aljama de Cdrdoba. Fue
juez de la capital dos aflos y pocos meses mas: mtiri6 en el mes de Dulhicha del aflo 326.
.
DEL JUEZ MOHAMGD BEN ABDALA BEN
Al morir
rrahmen
abi Taiib,
Abde-
orden6 que viniera a Cordoba [pag. 203j ben Abdala ben abi Isa Catir ben Guasl&s
III
Moh4med El
Ahmed ben Abdala ben
ABI ISA
Masmudi,
el
cargo de juez en
cual antes de esto la
habia ejercido
region de Elvira.
el
Mohdmed ben
„ Abdala ben abi cio real
hizo el
253
-
Isa se presentd
en
la
puerta del
pala-
y el monarca ordeno que entrase a verle; honor de conversar con el; le comunicd que
le le
habia elegido y nombrado juez de la aljama y le expuso las recomendacionesoprescripciones, exhortaciones
y encargos que soh'a hacer aquel monarca. Me dijo Abuomar Ahmed ben Obada El Roaini
lo
siguiente:
EI juez
Mohamed ben
cribio la conversacidn
Abdala ben abi
Isa
me
des-
que habia mantenido con Abde-
rrahmen III cuando este le nombro" juez; me expuso las recomendaciones que le habia hecho; las exhortaciones que le habia dirigido y los encargos que le habia dado, el plan bien definido que en tales materias hubo de trizarle, marcando taxativamente las prescripciones a que debia atenerse, explicandole juridicamente los asuntos del juzgado y explan£ndole las varias clases de providencias que ha de tomar el juez.
Ahmed: Hay que confesar que si
Dljoje
—
padre viviese y se esforzara en exhortarte, no habria llegado, en los sanos consejos, al
extremo
a
que
el
tu
monarca ha llegado contigo.
Abderrahmen III confirm^ a Moh&med ben Abdelmelic ben Ayman en el cargo de jefe de la oraciGn, que ejercio durante algun tiempo. Suceditf, pues, que Mohamed ben abi Isa era juez y AbenaymSn jefe de la oracidn, hasta que a Abenayman se le debilitaron y perdid su vigor y tuvo que presenrenuncia del cargo de jefe de la oracidn. Admi-
las fuerzas fisicas
tar la
tida la dimisidn de este, el soberano adjudicd a
hamed ben abi Isa los dos y el de jefe de la oracidn.
cargos a
la
vez: el
Mo-
de juez
254-
[Pag. 204] Antes de esto,
ben abi
Isa,
Mohamed
en su juventud, aim en
vida, no.ceso de ser
como persona
como hombre muy
estudioso de
discipulo de.
mocedad de
su
hombre considerado y estimado
por sureligiosidad,
Fue
la
ben Abdala
Ahmed ben
principal y notable, la
ciencia jeligiosa.
Jalid Elchabab
y de otros maestros de Cordoba, especialmente; luego se fue a hacer la peregrination en el afio 312 y frecuentd el tratb de los maestros de Caiman, Elbachali Mohamed ben Ali, Ahmed ben Ahmed ben Ziad, Moh&med ben Mohamed El-labad e Ishac ben Nor man; oy&tambien las lecciones de varios maestros :de Egipto, que fueron mis propios maestros y frecuentd en la Meca las dases de Abubequer Almondir, El Ocaili y otros. Volvid a Andalucia en juez de
la
314, y el aljama, en aquel entonces, Ahmed ben Ba-
qui, utilizd
como
consejero a
el aflo
Mohamed ben
.Abdala
benabi Isa j.untamen'e _con todos los demas faquies, Abderrahmen III le nombro para varios cargos de .hacienda; el, por su parte, desempe.no cumplidamente todos los. que. se- le encomendaron,.contentSndose siempre con aquellos que se le conferian. Despues le ;
nombrd sucesivamente juez de la region de Jaen, de la de Elvira y de lade Toledo; se le probd de todos modosy. en todos. sentidos, y quedd satisfecho deeste exameny.de estas pruebas.el monarca^encontrando-. lo.sirieeroy leal;
y cuando
deque
se
convencid,
poii
todas'
hombre. digno;Je nom-. brd juez de la aljama de Cdrdoba, confor;me;anteriormente hemos dicho. Desempefld esteimportante.cargo^ de manera loabie, haciendo que se cumplieia la jusestas experiencias,
ticiay se mantuviese
el
era
ordenrlegal,
y examinando.es-,
crupulosamente Jas pruebas, tanto en.su.parte secreta
co'mo en
-
255
publica, ajustandose a.Ia ley de [pag. 205]
la
un modo abierto y paladino, sin andar en contemplaciones con el que quiere enganar, ni usando de las estratagemas a que suelen apelar los que desean cubrir sutilmente las apariencias; no.temia a la gente maleante
usaba de indulgencia con los caciques, vista gorda a las personas principales que
ni
ni hacta la
estaban emplcadas en palacio, ya se tratara.de negdcios importantes y de mucha transcendencia, ya de pequefios asuntos que
fueran despreciables pot su
escasa cuantia.
Ahmed ben Oba'da me conto lo yo con Mohamed ben Abdala ben ocasidn en el juez
se
el
fijo
Estaba
siguiente;
abi. Isa en
cierta"
cementerio del arrabal, a tiempo en que en un objeto que evidentemente era un
instrumento de musica que manejaban unos esclavos. El juez ordeno que fuera hecho trizas. Se
adviftio
le
que ese instrumento era de fulano (y ;efectivamente se vi6 por el apellido que era unpersonaje importante en Cdrdoba); pero
el
cia^.ni esta le hizo
juez no hizo caso
cambiar
la
de
esa adverten-
resolucidn tomada de.
de que lo hiciesen pedazos.
Respecto a la justicia
el
la
severidad
y aplicar
-y
versa, se cuentan del juez
a
la
.,
resoluciCn en mantener,
las prescripciones -legales:
mundo, especialmente
,
;
a.
todO;
gente nialeartte.'o' per-;
Mohamed ben
Abdala ben-
y divulgadas entre el bajo pueblo y conocidas entre la nobleza de Cordoba. Yp fui tertuliano de Mohamed ben Abdala ben abi abi Isa
muchas
noticias, famosas
y he podido certificarme- derque.e/ra hombre.de conducta irreprochable, de sanas- convic-; ciones o doctrinas,.de caracter generosO..Despues de Isa varias veces,
-
256
-
haberle yo tratado, fue elegido juez de
aljama, y de ninguno de sus amigos, que fuera persona de recto la
puedo recordar que le reprochara haber cambiado en su trato, por el hecho de haber sido elevado criterio,
r
a esa dignidad; ni
le
echara en cara haber alterado
sus buenas dispositions, antes bien todos sostenian
verdaderamente es propio de persona bien educada y lo que mejor sienta en lo contrario a eso, lo cual
hombres
cabales.
Aparte de todo esto,
hombre
Mohamed
instruidisimo, de vastisima
ben abi
Isa
ins'ruccibn,
era
elo-
cuentlsimo [pag. 206], no solo hablando, sino escribiendo: merecia realmente el que el soberano le hubiese elegido, pues la persona
que
autoridad judicial en
y
la
ciudad
suprema
ejerce la
corte del
soberano,
debe tener las nobles prendas morales e intelectuales que en el brillaban.
Mohamed ben 338
y, al pasar
abi Isa salio de Cdrdoba en el aflo
por Toledo,
al
acampar en un pueble-
de su jurisdiction llamado Nohares, cerca de la capital, ocurrio su defuncion; muri6 en ese puebiecillo el s&bado fines de Safar del aflo 339, a la edad de cillo
cincuenta y cuatro aflos. Se dice que habia nacido en el mes de Dulhicha, trecenoches pasadasdel misrno, aflo 284.
Fue enterrado en Toledo. Dios
le
haya per-
donado.
DEL JUEZ MONDIR BEN SAID BEN ABDALA EL BELLOTl
Fue nombrado juez de cidn Mondir ben Said el
aljama y jefe de la oradia de viernes a cinco [noches] pasadasdel mes de Rebia postrero, afio 339. la
'
-
257
-
Se portd como hombre severo, inrrepido, nada temeroso ni perezoso.
derrahmen
III
Fue juez durante
y [pag. 207J
pontifice, el virtuoso,
al
el reinado
morir
el
de Ab-
soberano,
el
subir al trono el pontlfice Alconfirmd este a Mondir ben Said en los dos
y
hdquem II, cargos. Nunca
cesd de ser juez y jefe de la oracion. Los rezos que el dirigia se hicieron en la mezquita aljama de Azahra durante el largo tiempo que fue" juez, des-
de ios principios de su ejercicio hasta el fin. Murid la noche del jueves, dos nochesquedaban de Dulcada, fines del afio 355, a la edad de ochenta y cuatro aftos.'
DEL JUEZ MOHAMED HEN ISHAC BEN ASALIM
Despues del anterior fue nombrado Mohauied ben Tshac ben Asalim, dia de sabado a quince noches pasadas de Almoharram del ano 356. Se distinguid por su saber, por su inteligencia, su discreta manen de despachar Ios negocios, su excelente caracter en el trato social,
cosa que... (l)losjueces que
prece-
le
dieron.
Mohdmed de
jefe
la
ben Yahia quedd ejerciendo el cargo de oracion en Cordoba hasta que enfermd
y
presentd la dimision, fue"
nombrado
jefe
de
que la
le
fue aceptada.
oracion en
Entonces
Cdrdoba
el
MohSmed
ben Ishac ben Asalim. Esto fue en de Pascua de Alfitar, ailo 358. (i)
Palabra que no se
lee.
17
el
juez dia
iNDICE DE NOMBRES PROPIOS
.
.
.
INDICK DE NOMBRKS PROPIOS
Abin ben
ben Dinar,
Isa
18.
19,
128,.
Abas El Coraxf,
115..
Abasfes de Oriente, 180. Al>da ben Abdala, 40.
Abdala
(el emir), 20.
195 ...
i8g
2eo.
Abdelmelic ben Habib, 67. 101.
21
144.
213..
211.
Alfarech El
Nomai-
Abdala El Zachali
Moh£med
=
Abdala ben
El Zachali.
Abdala ben
Abda
}
Mohamed ben
abi
.
Abderrahmen 37-- 3 8
I,
-
43. 44. 45.
Abdala ben Mohamed ben abi
9-
35-
.<
36
-
41
• 4^v
39'
40.
50.
51. 53.... 55-
56... 144-
Abderrahmen roi.
99.
114.
II,
16-
13-
115.
227.
III, 6.
228.
*
97112.
.
117. 119- 122.
127. 131. 132. 138. 155-
225.
9l
107.
103, 105.
Abderrahmen
2i,
129
Abdelmelic ben Moguit, 87. 88. Abdelmelic ben Zaunan, 101. Abdelquerlm ben Abdelguahed,
113,
196. 214*.
13. 121. 128.,,
63.
..
ben Jalid, 170.,. 171. ben Casim, 203, ben Guadah, 78, ben Mohamed El Zacha-
1
Abdelmelic ben Omar El Menla-
91.
rf,i44-
li,
107, 108,
ni,
Abdala ben Abderrahmen ben Moavia (plaza de), 57.
Abdala Abdala Abdala Abdala
166.
xi,
214. 215. 225. 239.
Abdalaben
AbdelmSHc ben Catan El Fihrf, 36 Abdelmelic ben Chahuar, 166. Abdelmelic ben Elabas El Cora-
!
92-
89. 95. tig.
233-..
235*.
237. 238.. 241. 248. 251. 252.
Elgualid El Arach, 46.
Abdala ben Yunus, 173, 191. Abdelala ben Guahb, 128. AbdelmGllc ben Aban ben Moavia
253-- 254. 257.
1
.
ben Htxem, 37. Abdelmelic ben Alhasdn^Zaunfin, 62. Si.
AbdelmGHc ben Ayman (debe ser Mohamed ben Abdelmelic ben Aymin),95- 252.
Abderrahmen ben abi Abda, 91. Abderrahmen ben Ahmed ben Baquf, 240. 245- 2 48.
Abderrahmen ben Alcasim,
78.
89.
Abderrahmen ben Mahdf, 41 Abderrahmen ben Ocba (o ben Alcama?) El Lajmf,
36-
,
.
.
.
Abderrahmen ben Tarif
El Yah-
sobi, S 2, 53... S4 .. S5 ...
Abderruf ben Alfarech Abugalib, 20,.
.
2G2
-
Abenxarahil,
conocido
vulgar-
meiUe por KI Ocheiza, 206. 207 Abuabdala = Mohamed ben [sa Elaxa, 126.
Abenablayub EI Coraxi, 158. 159, Abenalxi El Coraxi, 145... Abenalarabf (rebelde en Zarago.
za), 42.
Amer ben
-=
ci<5n Wustcnfeld),
78
108.
f24. 167. 170.
Abuabdala^-Mohamcd ben Omar
(adul del juzgado de Cordoba), 171...
Abenaxxatner (el poeta), 1 17. Abencaslm = Abenalcasim Abencdlzom = Ibrahim ben C61zom, Abenelagbas (abuelo dc Ahmed ben Baxir), 74. Abenelmoldn (notario en C<5rdo.
= Mohamed
ben
Safd, 166.
167...
Abenfahd
(veasc tambien Abulgimcr), 214...
Abenfotals
Abuaddarda tal),
= Mohamed ben
Fo-
trtis.
206.
(tradicionista orien-
42.
Abuamer
(hijo del
jnez
Amer ben
Abdala), 176... 177. 1S0...1S5,
Abuazahiria
Aben^mar
Abdala,
184. 185.
ben Lobaba,
Abenalcaslm (jurisconsulto de Egipto. Abenjalican da su biografia en tomo I, pap. 493f e(jj_
ba)
Abuabdala
fjurista oriental), 42.
46.
Abulabas (descendiente del juez Alfarech ben Quincna\ 89. Abubequerfel
califa oriental), 16.
126. 127.
Abubequer El Tochibf = Abderrahmen ben Ahmed ben Moha-
med
KI Tochibi (biog. 63;
Adenpascual),
de
3.
Abubeqjer ben abi X.iiba ben abi Xaiba?, 40.
=
Alf
Abugalib ben Quincna^Abderrul
ben Alfarech, 20. Abu J41id=Haxim ben Abdehziz, "7-
Abenguadah
= Mohamed ben
Guadah.
Abulshac
Abenxofa=Mosab ben Imran. Abenhosn
(secretario del juez
med ben
Ah-
Baquf), 244,.
Abenlmram=Mosab. Abenlsa, in.
Abenlobaba = Mohamed ben Omar ben Lobaba. Abenomar ben Abdelaziz=Mohamed ben Omar ben Abdelaziz. Abenmaamar = Yahia ben Maamar.
Abenmogult=Ahmed ben Moguit. Abenrrahmdn (bromista cordobis), 198.
Abulsa, 101.
.
(el emir),
149.
Abuocba^Elasuar ben Ocbn,eI juez, 106..
Abuomar?,
192,
Abuomar (hermano del canciller Muza ben Mohamed), 250. Abuotman (mezquita de) en Cordoba), 67. 146..
Abuotman
El
Iraquf (el
faqui),
Abulgamer ben Fahd, 213. 214. AbuIgo8n=Ueder, el canciller de Abderrahmen III, 234. Abufyasa (persona principal en C
.
.
.
-
2153
Abumeru&n^Abdelmelic ben Habib, 129.
Abumoavia
—
Amir ben Moavia 2l6
189. 191. 192. 193. 194
Abumoavia
El
T
*
Lajmf— Amir ben
Moavia, 191, 192,
AbumohAmcd^Yahia ben Yahia,
Abumoh&med ben Atab
m en ben MoMmcd
=
Abdeben Atab
(biog. 744 de Abcnpascual), 3.
Abusaid El Axacb, 40. Abuyahla (inspector de los Icgados
pi'os
en Cordoba), 204
Abuyahla ben
170.
[66,
194,,
254.
Ahmed ben abi Jalid, 169. Ahmed ben Obada El Roanf, Abuomar, 17. 112, 172, 173, 197, 247, 248..
253- 254- 255.
Ahmed ben Mohamad, cl
196 (vease
siguiente).
Ahmei ben Moh&med ben Abdel193 (v6asc
180.
melic, 147.
el
melic ben Ayman, 73 (igual
al
anterior).
Abuzeid ben Ibrahim, 128,. 129* Achab (cortcsana), 127, Achal (campo, en Ctfrdoba), 193. .
Afla(hija del jucz
-
Mohamcd ben
Selma), 213.
Ahmed ben Abdala ben
abi J4-
t
Tilib 25 1
.
252...
Ahmed ben Mohamcd ben Omar ben Lobaba,
140. 241.
Ahmed ben Mohamed ben
Ziadj
225, 227,
234,
53,
216,
214.
Ahmed ben Mognit
(el
Abdcrrah'iicn
9*
I),
cancillcr de •
10.
Ahmed ben Sa(d 46. Ahmed ben Yecid ben Abderrah-
Ahmed ben Ayman — Ahmed ben Mohdmedben Abdelmelic, 130 Ahmed ben Baquf ben M&jlad, 75 84. 106.. 237, 238
241-
242.
239,
;
2 48.
3*>.
111. 123. 139.
142
.*
61.
44.
W**
14°
144*
143-
Ala (criada o esclava dc Mosab), AlcorAn, 24- 25, 27- 43- 225. Alejandrta, 132.
AIfadalbenCamn\50.
249- 251.
Ahmed ben Baxir, 74. Ahmed ben F£rech ben
El Lajmf, 40- 43*
60,
,
z 44
243
245.. 246..- 247
men, 47Ahmed ben Ziad ben Abderrah-
men
109. 174- *77-
.
115 (igual alanterior).
47. 106.
T
Ahmed ben Ahmed ben Ziad, 254. Ahmed ben Abdelm61ic^Abmed ben Mohamedben Abdelm61ic, 103.
Ahmed ben MohAmecl ben Aymrtn,
236. 237-
132.
Ahmed ben Abdala ben abi Gosn ben Talib El Asbahf
23-
100,
65,
Ahmed ben MohSmcd ben Abdel-
famis, 192
99.
240.
63.
52.
siguiente).
AbuzacarIa=Yahia ben MaAmar,
lid,
Ahmed ben abi Jaitama, 39. Ahmed ben jalid, 13. 40, 41.
207. 20S, 212. 236.
80, SS.,
rr ah
-
Alfarechben Quinena ben Nizar Montel,
92
3'- 33- 91-
Ahmed ben Hazam, 45Ahmed ben Isa ben Moh&mcd Mocri, Abulabds, 23. 30,
El Quinenf, 89.. 90.,
Algazal El
9*
95-
9-1
(el pocta), 116. 121.
Algeclras, 96.
AlhdquemI,
lit 12,
57- 5^-
59-
,
.
..
.
- 2U 6o,.,6i
66... 77. 80.
63.
Alhaquem
Asbag ben
239
115. 116. 120.
Aiharaf (en C6rdoba), All
16.
ben
abi Tdlib, 12. 127,
ben abi Xaiba, 42, Al-lait ben Sad, 38. 62. 124.. Almlnar (puerta del), in. Almoata (de Malic), 81 .
64. 108.
60.
.
Almogulra ben Alh&quern, 93. 95. Almondlr (el emir), 17,, 19,.. 192. 194. 216.
189.,. 191
Almondlr El Ocailf Abubequer (maestro en Meca), 254. Almosab ben ImrAn ben Xofa El Hamadanf, 9. 55.. (veasc tarnbien Mosab)
Almozara (en Ctirdoba, r6, Amer ben Abdala ben Leit El Co baa Abuabdala,
141,.
146,
.
.
147.
.
'5°
.
148.
.
,
15'-
"54-
155-
175
176,. 177
179
'So- .,.
153
173-
'74
178,. i8i
183.. 184
Amer ben
149,
152--
'57- ..
-
142..
145
J 44
182.
185...
Amir ben Moavia ben Abddmtfslim ben ZiadEl Lajrai\ 20. 45. 191.. 193Artadar ben Selma ben Gualid El ,
.
.
*
197.
*
.
196
195
[98.
,
-
199
.
182.
184.
226.. 227., 228..,
234.. 235... 236. 237 238.. 242. 243Astil
(bafios del), en
C6rdoba
Astorga, 91. Asuad ben Soleiman, 190. Axhab ben Abdelaziz (AbenjalicAn,
i27) 98. 108..
I,
1
Ayub ben Soleiman Abus&lih, 218.
.
173.
223, 229,
Azahra, 257. Azotea en el pa'acio real de C6rdoba, 43-
Azzalda
(hija
de Abdorraliinen
1),
56.
Baena, 1S9. Bagdag, 48, B£iech ben Bixr {jefe siriaco), Baquf ben Majlad, 19. 20
36.
.
154-
177- 'So.. 181
183 .
.
.
182,.
184, 191
240,
,
ciller
,
Ahmed
Abulgosn, can-
del Imperio, 228.
.
234,
235-
Beja,5o, 62. 63.75, 7&-
Benablabda = Abderrahmen ben abi Abda, 91. Beitfcotalba, 121,
Benl HAtlb ben Baltaa 56. BenElabds, ill, 115. r
200.
201.
202, 210.
,
.
2tl
Antara ben Felah, 3 1 32. 33. Arrabal de C6rdoba (revnelta (
del), 90,
Asayad
106,
(el ascela),
Benlsa
=
axd, II.
Benlsa 210,
1
226...
BSder ben
Ais El Coraxi', 174,
Quilabf, 189.
jo6.
229,. 230. 231.... 232... 233..
t
All
Altnoddvar, 56.
El Xacac,
J&lid Abulchad,
219. 225..
Quilabf 119.,
143
Isa
243- 244.
ben abi Bequer ben Obaid El
AH ben
192,.
Asbag ben Jaltl, 128,., 129. Aslam ben Abdelaziz ben Haxim
257-
•
iok.
I''arech,
194. 195.
Asbag ben
II, 3, 6.
.
-
81. 82,, 83. 89. 90. 91. 92...
94,,, 96,. 97.
.
Mohimed ben .
Isa El-
72.
= Ahmed ben Isa, 33,
Benjxohald, 199,
.
.
..
.
.
265 Raya,
Bettlzlad 'familia de lo&), en 192.
Bequer ben Hamad, 189. Barrel (homo ds) en Cirdoba,
HI.
clyalim
Mohamed ben Muza
Ec(ja, 52. 84. 85.
144,
Egtpto, 63,.
78,
58.
Moguitj 74. Borrocan (tela), 204.
ni,
Caaba, 41. Cabra, 119. 195. 213. Cafat (mujer del juez Moharaed 192. 226.
.
Calatrava, 174.
Caslm ben Asbag,
Abumohamcd,
189.
Castillo
Comes ben Antonian, t6i
Elarach^Mohamed ben
r62.
14c
139,
.
El CoraxI, 53,
96. 159.
Elcobfra^Amer ben Abdala,
160,.
Elhablb =
145.
217,
...
237- 241.
jama de C6rcloba), 196. Cucuya (hija de Mosab) 60, Cpcuya fhija de Alhaqucm I), 61,
CMfar El MotajruAquil,
ben
Elharlt to),
El
131.
214219.,
ben Misqufn
Yahia ben MozAin,
223...
Chldmlr EI Achamf, 214, Chobalr ben Nofair, 42.
El
215.. 216. 222,
..
223,...
235,..
236,.
[juez de
Egip
131. 132.
Fihrf=Ytisuf ben Abderrahmen, 35. 36.. 37.
EMalt= Al-lait ben
132.
Mohamed .
Omeyas y la al-
Sad, 103,
Ocheiza=AbenXarahil,
Elvira, 107,, 252/. 254. .
Damasco, 131, David, 225
Do halm ben
Ibra-
ben Ziad ben Abderrahmen ben ZohairElLajmf, 122. 191. 192,
224-- 234
ChAlar ben
166.
Ahmed
206., 210.
los
147.
him, 247,
•
Corredor (pasadizo vol ado entre
de
.
E!chabad=Mohamed ben
Coraix, 193.
el palacio
las fronteras
deKgipto,3l. Elasuar ben Ocba ben Hasan El Nasrf, Abu Ocba, 105. 106. Elaxa^Mohamed ben ha, 106.
CoraxI- Ibrahim ben Elabas, 113. CoraxI — uno de la nobleza de
= Abenaixa,
Yusuf,
ElCabisf, 178. 179.
Coraix, 9. 113. 147. 193.
CoraxI
63,..
125.,
dc Elaxat, 116.
benSadElTemimf, ,.
50.
.
Elabas o Abulabas, descendientc de Alfarech benQuinena, 95,
77..
CatAn ben Chaz ben El-lachlacli
-
131.
eunuco", 193,
(el
Elarex de Siria, en
Ziad), 130.
Cafruin, 131, rso.
101.
Elabas ben Abdelmelicel Merua-
Bllat
I-Iilcl,
69,
131.,
132. 192. 226, 254.
El
Coraxf, Abulharit. 48, 50.
Caslm ben
juez de Siria),
Elabas ben Abdala El Meruam,
Blxr ben Catan, 96.
ben
-
Eid6n
Blxr ben
,
Abderrahmen ben Ibrahim, conqcido por Aben-
ElXafef, 31,
Emeaa
r
33. 39. 48. 55,
Espafia, 23. 24. 30, 36.. 39.. 40. .... 41. 47. 49.
Faradn, 52
79.
1
Fftrech bei)
Sulma ben Zohair
,
.
-
— Poley,
no,
131. 133. 157- 212.
266 Hodilr ben Coriib, Abuazahirfa (tradicionista oriental) 41
241. 242. 243,
Oifec, 131. 155-
Hosam ben
Oallcla, 91.
Hosain (bijo
Ganat-abs tsobrenombre de Moa(jefc superior
de
guardia
la
real), 123. 124.
Qoliar (piteblccillo en los monies
dc
la
region
do Alrao^d-
35.
AbuInbAs, 151, 152.
.
Lebid,
157. 181,
Ibrahim ben Elab's ben Isa ben A uualid ben Abdelmelic ben I
MeruAn El 15
-
Coraxi, 14, .
12,
1
.
Hablb Kl Coraxf, 53. 54. 55 Hamld ben Muhimed ben Said .
15.
220.
63.
113. 114,.
*
Ibrahim ben Harb, 29. Ibrahim ben Hos&in ben
121.
Iftixim, 177.
185.
1S7... iSS.
186
.
.
Asim
221.
.
ben
Ibrahim ben Hos£in
182.
ben
Elasuar),
del juez
105.
1
Guadalquivir, 43, G 4a lid ben Ibrahim ben
Giialfd
Dirar El Quelbf, 36,
110.... in.,
var), 56.
Granada,
_
Ibrahim ben C6hom, 163,
via ben S41ih), 38.
Garab
.
,
Jalid,
.
Ibrahim ben Mohdmed "ben Baz, 17
15-
IfrJquia, 36.
El Roainf, 96.
Hamlda (hi> dc Moaviabcn Sitlih, esposad* Ziftd ben Abdc-
Ijistruceldn para los jueces (obra
rrahmen) 44. HamdAn ben Fotdis, 80, Hantala ben Safuin Ei Quelbf 36, Harb (aojeto dj Xobdsrj, 43-
Irac,
E
HArmala (juiisconsulto discipulo de Kl Xafrf. AbenjalicAn l 227), t
de Asbag),
39-
192.
40. 205,
Isa (el asceta),47.
ben Bequer,44. Esa ban Fot£is, 145. Ishac ben Nomrin, 254. Ishac ben Yahia, 122.,, 123.. Ismael ben Yahia El Mazam', Isa
226,
HasAa(e) pajc), 128, 229. HAtIbbeniibiUaltaa <>0. rUxIm bin Abdelaziz, 16
Ismael {hijo de
OtmAn btn Ayub),
J
17,,
140,
[41
-
158.. 159..* 160, I67,
l8l..
[SiZ..
15-
146--
'54-.
161.
163..
.
183..
184.
186.... 187... 188. 189,
fUxim ben Racln, Htxem I, 9. 10
*9- 5 2 56. 58. 96. 105. 116. 119- 128,
Jaen, 12..
ben Sad, 67.
53-
56.,.
47-
57, ... 190,
ben Abd^lmellc, 56. HobAli ben Null, 94, Hodair (politico cordobGs), 20. Hoialr (aacendicnte de la familia deMoavia ben S«lih)4S HIxe.11
B
l8 -
-
-
146- 239. 254. Jftlld
167.
14.. 17-
.
100.
75-
ioi.
13.
76-
163.
18.
15,
84.. 109.
47-
85, 90,
no.
131,
132. 137- 146,
151-
155-
*57'
164- 165- 168.
170,
173.
181.
182. 191. 192.
194.
197-
20 °-
203. 206^ 207. 212.
226,
241.
Jesus
{el Mesias), 232,
Jeremias
(el profeta), 194*
-
.
.
.
de Mati {pcrsonaje
Jon&s, hijo blico),
17*
1
46.
267
bi-
de fealdad prover-
-
Mohdmed ben Abdala ben Elcoc Moh&med ben Abdala btn Abdclhaquem, 226... 227. Mobftincd ben Abdala ben nbi Isa Caiir ben Guashis El Masmudf,
.
Jos6 (el pat,riarca). 52. Judljs (puerta delos;, 137.
Llano de las Bcliotas (Los Pedro -
122,
ches en la provincia de Cordo-
255-
133.13*- 155. 190. Macsura (sala reservada en la
Magrana
al-
C<5rdob:i), 43., 2^3..
(calle
dj
Scvilla), 98.
25. 27. 12; (veasc tain-
.
.
63.
80. 81
Jesus).
117...
.
53..
131.
Abdala AbuabdelmeliCj 40,
155
El
Fajar
i(
Mexricab (veslido o
tama, 39.
143. 219. 252.
Moh&med ben Ei Xabani,
1
e6,
Moavia ben Silih El Hadrami Abuamer, 38 40' 39 "•• 45
44.
43 47-
hii
-
So-
52- 122.
MohSchlr ben Naufal El Coraxi,
35
El Moafcri
•
(vfiase
71.. 78.
82
..
72..-.
66 73-
tambiGi
Safd\ it,
55- 57- 62
64.. 65..
83,
67.. 68. 74--
84. 85.
75-
69 77
81.... 86,.
*45-
Moh&med ben
12
63
80
79
Xara
Baxtr ben
Moh&med ben
119.. 120.. 121.., 122.
4i. 42
El Xaiba-
Moh&med ben Ah' El Bachalf, 254. Moh&med ben Asalim, 127. 128. Mohdmed ben Asbat, 197* Moh4m;dben Aymin = Mohamed ben AbdelmeJic ben Ayman, 108.
traje), 148.
MIsra, 132.
-ii
abi Jni-
m',71.
.
Meruin ben
51
Moh&med ben Ahmed ben
MohAmed ben Ahmed
Medina, 38. 45.. 62.. 73. 78. 81
..
rrad,97.
137.
63.
45,
68, 113. 202. 227, 254.
Moad ben Otradn
couocido por Abcna&za-
Mohdrned ben Ahmed El Qtbf,
.
Meea, 21, 39. 41. 42.
Mesfas, 117.
El Jo-
Mohimed ben Ahmed ben Abdelmfilic,
Maslama ben Zora ben Rub, Abumohimed, 31. 32. 33. Masrur ben Mohrimed ben Uaxir
156-
194. 197, 207. 218. 253.,
xam'j 17.
232.
37.
138.
171. 175. 185. 18?. 192..
Moh&med ben Abdesalem
73
103,
Maria (madre de
Mirlda,
iS. 130.
Ibrahim, 140.
45
46. 47- 62
El Moafcri, 97,
1
41
Mohamed ben Abdorrahmon ben
M&tlc ben Anas, 38.
..
Moh&mel ben Abdclmelie ben
151-
bifcn Profeta).
..
254.!
Abdelala, 75. Mohitned ben Abdclbar, 233.
43- S3- 9°- 107-
31...
,
253.
.
AyrnSn Abuabdala, 39
Mahdi ben M6slim, 23,." 24
Mahoma,
252..
123.
Mohamed ben
ba), 132,
jama de
.
81.
-
,
loll (esclava bial),
.
Bazca, 164.
>
.
97
.
,
.
.
MohAmed ben C&sim Abuabdala, MohAmed ben Chahuar MohAmed ben Elaglab,
El Tcmi-
45. 46. 81.
137.
157.
.
168..
208,.
.
213.
212.
.
218.
223. 233.
Fotdis, 18
66
.
Xarahil El Moaferi, 75. 76. 97.
MohAmed ben 10. 193.
.
G&lib
ben
Asafnr,
201, 209.
194
.
MohAmed ben Guadah Abuabdala, 14- 35- 37- 38- 39- 4o. 43-
138. 147,
MohAmed ben
HadramC
Salih El
101.
in,
202.
112. 123.
207.
.
Gualid
faqui,
el
154. 218. 229.
MohAmed ben Hafs, 91. MohAmed ben Harit El
Joxani,
47.
206.
.
210,
211.
215.
.
160..
140-
139.
161.
MohAmed ben Ziad ben Abderrahmen ben Zohair El Lajmi, 112.
MohAmed ben
244-
Isa Elaxa, II. 72.
..
abi Isa, 117. 253..
2560
129-
128.
127,
MohAmed
106. 125.
124. 125..
123...
122
lt
130.
139,
19- 130.
16. 17.. lS.
132, 138... 139. 140. 141-
144-
l61 - l6 *« 1SS-- '56 167, 172- 179- • l§3* l8 4- 189.. 152.
Ishac
ben Asalim,
-
2l6. 220,
257.,.
Mohamed ben Jalid, 78. MohAmed ben Moavia ben
Monajal, 243-
,
Sa-
Mondlr ben Said ben Abdala El Belloti, 256.. 257.
49-
MohAmed ben Mohamed EMabab, 254.
MohAmed ben
.
MohAmed ben Talid ben Hamid ben Mohamed El Roaini, 96. MohAmed ben Yalria, 257, MohAmed ben Yusuf ben Matruh
S3. 223.. 246. 247. MohAmed ben Imran El Talhf, 62. t
MohAmed ben
Quilabi,
205.,
.
209.
Salih),
162,
ben Ibrahim ben Elcha-
MohAmed ben
204
208.
,
Elarach,
Abuabdala, 3. MohAmed ben Maxim, 203.
MohAmed ben Hixem,
'203.
.
213.
134.. 130, 131. 158.
MohAmed ben
47MohAmed ben Selma EI
82..
47, 50. 61. 66.68. 71. 77. roo.
109.
(hermano de Moavia ben
210,
P
no.
MohAmed ben Omcya, 214. 215.. MohAmed ben Said ben Baxir ben
67- 145
Hh
•
.
MohAmed ben
bab
.
268
206.
167,
}
mf, 132,
MoMmed
.
169.. 170, 200. 201. 203. 205.
i64. 242.
86.
,
.
Misuar, 146. 194,
197.
MohAmed ben Muza, 140. 167, MohAmed ben Omar, Abusafd, 52. MohAmed ben Omar ben Abdelaziz (Abenalcutfa),
42. 81. 98.
to6. 165. 167.
MohAmed ben Omar ben Lobaba,
Morra ben Daysam, 98. Mosab ben Imran, 9 56 60
100.
10..
5 8 "-
57 63,
.
,
Si
.
«
.
59-
.
Mosala o Mozala (de C6rdoba), 19, 105.
Mumen ben 151.
.
.
Said,
148.
.
.
149,
176. 177-
Muza ben Hodair, 113,. 115. Muza ben Mohamed ben Hodair
•
-
Otman (califa oriental), 16. Otman ben Abderrahmen ben Abdelhamid ben abi Zeid, 100. OtmAn ben Attn (cl califa orien-
Muza ben MoMmed ben Ziad ben Yecid ben Ziad El Choda201
200
mi,
Muza ben
202..
..
.
Sarnaa, Sr> 82.
- Anadar
Nadar ben Selma
-
Orlente, 48. 62. 79. 89. 98. 170.
253.
239..
115.
El canciller,
269
..
,
225..
tal),
240.
Otmin ben Ayub ben Abi Salt, Otmin ben Said, 103, 109.. Otman ben Mohamed, 10, 13*
Narbona, 24. 87. S8. Nasar (almunia de; en C6rdoba,
15.
78,
235-
NAsir ben Cais, 134-- C3S-
T
36
79, 87, 102. 148.
-
Palestine, 96, 200.
Nlebia, 230. 231.
Nohares (pucblecillo de la jurisdicci6n de Toledo), 256. Obaldala ben Addelaziz, 159. Obaldala ben Muza ben Ibrahim ben M6slim El Gafequi, 96,.. Obaldala = Obaidala ben Yahia
Pego, 157.
Abumeruan, Si. 123,, 240* Obaidala ben Yahia Abuineruan,
Qulitena (tribu de), 89.
.
10.
13,
122.
50, 78-
79- s 7-
Alhachach El Saluli ,
0c1»4O0.n
Amer (madre
de Bixr ben
Mohamed), 49Om Asbag u Om El Asbag t,hermana de Abderrahmen I), 40. 53-
Om
Elabas (hennana de Abde-
rrahmen
I),
Omar (calif a oriental), 16. Omara (arabe de Zaragoza),
42. 86.
87.. 89,
40*
19*
16.
124.. 126.
.
127.. 194-
Quinesrlna, 116. el
Comes
(condc cristiano),
Rambia (ciudad oriental;, Raya(regi6n de Malaga),
91
•
-
Abuhafs, 50.. 51.. 5 2 Omar ben Yahia ben Lobaba, -
218.
ben Yahia, 219, 158- 159. 174.
226
-
1 -
192.
Roaini^ Ahmed ben Obada, 208. Ruzafa ^de C6rdoba), 37* sccretario del monarca Sacan cordobGs Abdala), 21 Sad ben Moad, 116. 229, Sadun ben Nasir ben Cais, 134Safar (contertulio de Abderrah(
.
I),
4*-
*
ben Said El Tanuji (AbenIJIjalican, I, 522), 124--132..
Omar ben Aljatab, 249. Omar ben Mohamed, 322, Omar ben Xarahil El Moaferf,
115-
13
Sahnfin
92.-- 93Omar ben Abdelaziz, 35.
Omeyas, 30. 31..
Profeta (Mahoma),
men
53.
Omar = Omar Omeya ben Isa,
J
86,. 87..
emir), 23.- 24.,
(el
Puente (de C6rdoba) 139.
Rebia
<° 2 '
123. 240..
Ocba ben
Poley, 133. 157- 212, 241.
-
23 7-
192-
SaidElJair,44* Said ben Hasan, 101. 103.,
107-
138-
137..
Said ben
Mohamed ben Baxir ben Moaferf,
Xarahil El
83..
12,
$4.. 85. 86, 87., 88.. 97-
Said ben Soleiman ben Habib El Gafequi, Abujalid, 111. .
..
l
13*
136.. 137-
-
-
J
i2
3*
—
112..
I34, r
55'
,
.
Salomon, 225. Secunda, $4. Sevllla
1#
38,
40,.
96,
98...
100. 104.
107.
108,
109.
99. 167,
230..
SIdonIa del Algarbe, 91. Slrla, 31. 39.,
53. 56. 96.
40-
,.
..
-
270
Xobelar (pueblo), 43, Yahia ben Ishac, 250 25 [. Yahia ben Madmar ben Imr£n ben Monir El Ilham, 13. 98 99,
Sldonla, 89.,, 91. 95, , 96, 139. 140, 142. 165 r95_ 200.
,,
.
.
103.
,
100.
104.
,
108
102
101
.
.
105. 106.
.
ro7
no.
109
Yfthia >cn Main, 38. 39. \
41... 42. 47-
i3r..
Soad (csclava de hermosura pro* vcrbial), 46.
Yahia ben Modar El Caisf, 80, Yahia ben Said El CatAn, 38. 41. Yahia ben Yahia, {3. 14 15. .
Soflan ben Oyaina, 38. SofUn El Taurf, 38.
-
40.
...
47-
80... 86... 87.
102, 107.
Sotelm&n, hijo de Abdcrrahmen
I,
112,
Or. 62.. 78,, 79..
109.
W3...
.
88.. 101..
no. in 122..
I2T.
.
123.
128.
Solelmin ben Asuad ben YAix ben ChoxAib EI Gafcquf, 20. 131. 150., 151. 155.
>5^ 166.
p
156,,
161,. 162.. 167.
168,
177-
178-
.
i8k.
•- 185-186
,
4
170...,
174,
79- 180.
57>
164. 165,
169^
171.. 172.. r73....
i
175,
p
184,.
187..,. 188.
Yahla ben Yecid El Tochibf, 35. 36 37. Yahia hen Yccid ben Hixem, 37, Yahfa ben Zacarfa, 14, 86- 143. 158.
Yala (rccadero de Hedcr, caneille r de Abdcrrahmen III), 228.
I9 j_
Yenalr (personajc cordob£s que s6Iohablaba en romance), ir8,
Solelman ben Imran, 154 226. Solelman ben Mobilised ben nbi
Yoanes (apodo latino del juez Alf ben abi Bequcr), 119. Yojamlr ben Otmrfn ben Hasan
-
189
19-2-
190
193- 194, 217..
Rcbia, 205,
ben Yojimir El Xabanf, 116.
Solelman ben Safd, 131, Solelman ben SolcimAn ben Asuad, '57-
Solelmdn ben SolcimAn ben H4xim EI Moafcri, 155, Tarfa (secretario de Abderrah-
men
II), 13,
Tenes, 23,
..
117. ,. ri8. 119.
Yiinus ben Abdclala, 226. Yfisuf ben Abderrahmen El Fihr/, 36, 37.. 45.
Yusuf ben Uasil, 165.. Zaragoza, 42.. 91.... 92. 93, Zaunan = Abdelui61ic ben Alha-
in. 121. Zeldben Alhobab El san, 107.
Terraza del alcazar de Ctfrdoba, *33-
Ocli, 40.
.
Zeld El Gafcquf, 142. . 143. Zlad ben Abdcrrahmen 10... .
Toledo, 254. 256., Timez, 73,
Vado
(pueblccillo
de
44 la
provincia
dejaen), 56. Vlcent 'paje de Alhftquem
6i. 62,
45
Zlad ben iMohAmed ben Ziad, 20191,.
I),
58,
Ziriab(cl miisico),
13,
i4..,,