BRYAN M AGEE
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BIBLIOTECA
PLANETA
A DORLING KINDERSLEY BOOK
C o n ten id o In t r o d u c c ió n
Responsable editorial del proyecto Neil Lockley Director de arte del proyecto Rowena Alsey Editor Lara M aiklem Editor adjunto Luci Collings Director de arte Clair Legemah Gestión editorial A nna Kruger Director adjunto de arte Tina Vaughan Adjunto de gestión editorial Sean Moore Investigación iconográfica Francés Vargo, M elissa Albany Producción M eryl Sübert, David Profñt Diseño de portada Carlos Gayou
Una invitación a la filosofía 6
LOS GRIEGOS Y SU M U N D O Los presocráticos 12 Sócrates 20 Platón 24 Aristóteles 32 Los cínicos 40 Los escépticos 42 Los epicúreos 44 Los estoicos 46
Dedicatoria del autor
Dedico este libro con amor a mi hija Gunnela y su esposo Santiago.
S ó c r a t e s ( h a c ia
470-399
a.
C.)
F il o s o f ía Y CRISTIANISMO
www.fullengineeringbook.net Published in Great Britain in 1998 by Dorling Kindersley Limited, H enrietta Street, London WC2E 8PS
Publicado en México en 1999 por Editorial Planeta M exicana, S.A. de C.V. Insurgentes Sur, 1162 México D.F.
DERECHOS RESERVADOS Copyright O 1998 Dorling Kindersley Limited, London © 1999 Editorial Planeta M exicana, S.A.de C.V., México D.F Text copyright O 1998 Bryan Mgee
ISBN: 0 7513 05901 (Gran Bretaña) ISBN: 968 406 851 4 (México)
N inguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, sin permiso previo del editor.
Sa n A g u s t ín
(354-430)
San Agustín 50 Filosofía medieval 54
Los
INICIOS DE LA CIENCIA MODERNA De Copérnico a Newton 64 Maquiavelo 72 Francis Bacon 74 Hobbes 78
M o d e lo del s is t e m a s o l a r
(1 7 1 2 )
LOS GRANDES RACIONALISTAS
D y
Descartes 84 Spinoza 90 Leibniz 96
R e n e D e sc a r t e s
e m o c r a c ia
FILOSOFÍA
Los utilitaristas 182 El pragmatismo americano 186
(1 5 9 6 -1 6 5 0 )
LOS GRANDES EMPIRISTAS Locke 102 Berkeley 110 Hume 112 Burke 118 J o h n Lo c k e
J o h n S t u a r t M ill
La
(1 8 0 6 -1 8 7 3 )
f il o s o f ía d e l s ig l o xx
Frege y la lógica m oderna 194 Russell y la filosofía analítica 196 Wittgenstein y la filosofía del lenguaje 202 Existencialismo 208
(1 6 3 2 -1 7 0 4 )
LOS PENSADORES REVOLUCIONARIOS FRANCESES
www.fullengineeringbook.net Voltaire 122 Diderot 124 Rousseau 126 El
ca m p e sin o s o m e t id o
POR LA NOBLEZA Y EL CLERO ' R e v o l u c ió n fr a n c e s a ,
J ean-Paul Sartre (1 9 0 5 -1 9 8 0 )
1789-1799)
E l s i g l o d e o r o d e la FILOSOFÍA ALEMANA K a n t132 S chopenhauer138 Algunas comparaciones entre Occidente y Oriente 146 Fichte 154 Schelling 156 Hegel 158 Marx 164 Nietzsche 172 C a s p a r D a v id F r i e d r i c h , D o s h o m b r e s e n el MAR CONTEMPLANDO LA LUNA (HACIA
1817)
Bergson y la filosofía francesa contem poránea 214 Popper 220 El futuro de la filosofía 226
Glosario 228 índice 233 Información sobre las ilustraciones 239
Una INVITACIÓN a la FILOSOFÍA UN INTENTO DE PONER EN CUESTIÓN TODO AQUELLO QUE DAMOS POR SABIDO
L
á v i d a c o t id ia n a d e l a m a y o r ía
de n o sotros está rep leta
de cosas que n os m an tien en o cupados y preocup ad o s.
No obstante, m ás de una vez nos preg u n tam o s cuál
es el origen y sentido de to d o lo que nos envuelve. Es así com o u n o se p u e d e llegar a plan tear una serie de pregu n tas esenciales sobre aspectos a los q u e n o rm alm ente n o se p resta m ayor atención. Este tipo de reflexión p u ed e darse en cualquier aspecto d e la vida cotidiana. Así, p o r ejem plo, los políticos se rem iten co n tin u am en te a nociones com o «libertad», «igualdad», «justicia social» y u n largo etcétera. Pero incluso en to n ce s un o p u e d e ir m ás allá y preguntarse: «Sí, pero, de hech o , ¿qué es lo que en ten d em o s p o r libertad?». Preguntas sem ejantes p u ed e n to rn arse desafiantes y difíciles de responder. A lgunos añadirán: «¿Están en conflicto la libertad y la igualdad e n tre sí? Si to d o s
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som os libres de d isp o n e r de nuestras vidas com o queram os, ¿cóm o es posible que al final estem os con d en ad o s a acabar
co n streñidos p o r toda u n a serie de situaciones m arcadas p o r la desigualdad? ¿Y n o es cierto q u e esto últim o sólo p u ed e evitarse m ediante una política de intervención? Si esto es cierto, n o tien e m ucho sentido con clu ir afirm ando que se está a favor de la libertad y la igualdad y n o profundizar m ás en esta afirm ación, ya que es indudable que co n tien e u n m arcado sentido contradictorio». C uando u n o se em pieza a p lan tear to d o s estos interro g an tes se p u ed e d ecir q u e está em pezando a filosofar; en este caso con creto , estaríam os en tran d o en el te rre n o de la llam ada «filosofía política». C ualquier ram a de la actividad hum ana p u e d e som eterse a u n cu estionam iento sim ilar al que acabam os de realizar. Es
R i m b r a n d t , L o s d o s f il ó s o f o s (1628) E n la fi lo s o fía , la d is c u s ió n , la a r g u m e n t a c i ó n y e l d e b a te s o n e s e n c ia le s , y a q u e to d o lo q u e s e d ig a o a f i r m e d e b e q u e d a r a b ie r to a la p o s ib il id a d d e la c u e s tió n o la c r ític a . S e p o d r í a d e c ir q u e p a r a f i l o s o f a r s o n n e c e s a r ia s d o s p e r s o n a s , y q u e la f i lo s o fía n o e s m á s q u e la b ú s q u e d a c o m p a r tid a d e la v e r d a d .
“TODA FILOSOFÍA NACE DE LA decir, se p u ed e filosofar sobre cualquier cosa. Los profesionales
ley. D e igual m odo qu e el m édico qu e se p reg u n ta a sí mismo:
del d erech o se refieren co n stan tem en te a térm inos com o
«¿Existe algo sem ejante a la salud perfecta?, p o rq u e si no, ¿qué
culpabilidad e inocencia, justicia, u n juicio justo y u n largo etcétera, p ero desde el m o m en to en que un o de ellos plan teara
se en tien d e en to n ces p o r curación?», lo qu e está hacien d o es filosofar sobre la m edicina. Así pues, to d o s los cam pos de
la siguiente pregunta: «Cuando se habla de justicia, ¿nos estam os
la actividad hum ana p erm iten p lan tearse un a serie de p reg u n tas
refiriendo a la justicia social de la q u e hablan los políticos, o se
sobre sus co n cep to s, p rin cip io s y m éto d o s fundam entales,
trata de dos c o n c ep to s diferentes?», estaría filosofando sobre la
de form a qu e se p u ed e hablar de u na filosofía de la ciencia,
filosofía de la religión, filosofía del arte, etcétera. Incluso suele
es que, com o b u en o s filósofos, no están ten tad o s de basar su
darse el caso de q u e las figuras m ás sobresalientes en cada
p rogram a filosófico en la religión. Un arg u m en to filosófico
u n o de estos cam pos sientan u n gran interés p o r la filosofía d e su respectiva especialidad.
es aquel qu e se basa en sí m ism o en form a d e un a serie de
Es im p o rtan te darse cu en ta de q u e cuando u n filósofo
argum entaciones qu e apelan a la razón d e cada uno, no a la fe o la obediencia. En definitiva, la filosofía in ten ta v er cu án lejos es
político se p reg u n ta qué es la libertad n o está b u scan d o una
capaz d e llevam os la razón.
sim ple definición de la palabra, ya que p ara eso no ten d ría más qu e re c u rrir a u n diccionario, sino que su p reg u n ta va m ucho
Al constituirse la filosofía en u n in ten to de circunscribirlo todo en unos parám etros racionales, lógicam ente plantea u na
m ás allá, p re te n d e bu scar u n enten d im ien to m ás p ro fu n d o del
serie de im p o rtan tes interrogantes acerca de la naturaleza
co n c e p to y analizar hasta qué p u n to está p rese n te en n u estro
m isma de la capacidad de en ten d im ien to y, p o r tanto, las
p ensam iento y en n uestras vidas, a la vez q u e se d etien e a estudiar hacia qué d erro tero s podría derivar, los posibles
diferentes form as de conocim iento. ¿Cómo se p u ed e n resp o n d er
peligros que conlleva y, p o r supuesto, cóm o se p u ed e h acer
estam os en condiciones de afirm ar qu e realm ente po d em o s
com patible co n o tros c o n c ep to s de índole política, co m o es el caso de la igualdad. Lo q u e se p ro p o n e es aclarar el verdadero
llegar a «saber», en el sentido de estar seguros del todo de una
alcance y las im plicaciones prácticas de u n c o n c e p to tan im p o rtan te en n uestra civilización com o es la libertad, y que
seguros d e qu e realm ente sabemos? Es decir, ¿podem os llegar a
p o r desgracia todavía hoy en día debe h ac er fren te a n um erosos
lugar prim ordial en la historia de la filosofía, d u ran te la que
obstáculos.
E
s ta a c la r a c ió n d e c o n c e p to s ,
si b ien resulta
de lo m ás fascinante, no constituye m ás que una aproxim ación superficial a la filosofía.
Los grandes filósofos h an ido m ucho m ás lejos y se han interrogado sobre los aspectos fundam entales de la existencia y la ex p erien cia del hom bre. Los seres hum anos se e n c u en tra n de rep e n te en u n m undo cuyos rasgos m ás singulares vienen determ inados p o r u n m arco esp aciotem poral -tre s dim ensiones de espacio y una de tie m p o - poblado p o r
todas estas p reg u n tas acerca d e nosotros mismos? ¿Es qu e acaso
cosa? Y aun q u e esto últim o fuera posible, ¿cómo podríam os estar saber qu e sabemos? Interrogantes com o éstos han o cu p ad o u n los filósofos, a la vez de interrogarse sobre el m undo circundante, se p reg u n tan sobre la naturaleza de la p ercep ció n hum ana, la experiencia y el entendim iento. Así, sim plificando al m áxim o, se p odría A u g u s t R o d i n .ü í
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una en o rm e cantidad de objetos m ateriales, en tre los qu e se en c u en tra n los p ro p io s seres hum anos. Es en ese co ntex to que los filósofos se h an planteado in terrog an tes com o «qué es el tiempo», «¿es to d o lo que existe actualm ente, incluidas las personas, m eros objetos m ateriales y nada más?», «¿puede te n e r existencia real aquello q u e no es u n objeto material?, si sí, ¿cuál sería la naturaleza de dicha existencia»? M ediante el p lanteam iento de cuestiones com o éstas no sólo p re te n d e n profundizar todavía m ás en el significado de un o u otro co n c ep to , sino que, p o r el contrario, bu scan conseguir una perfecta
ADM IRACION! co m p reh en sió n de to d o cu an to rodea al hom bre, incluido lógicam ente el p ro p io ser hum ano.Y to d o ello sin necesid ad de co nvertir este p ro ce so en u n a cu estió n de fe religiosa o de recurrir a la palabra de alguna autoridad. Esto últim o no quiere d ecir que com o perso n as individuales n o ten g an sus p ro p ias creencias religiosas - d e hecho, la mayoría de los filósofos más im portantes las tenían, au nque o tros n o -, sin em bargo lo cierto
PENSADOR (1880) La d e sn u d e z d e esta fa m o s a escu ltu ra d e R odin, en la q u e u n h om bre está su m id o e n u n a p r o fu n d a reflexión, nos rec u e rd a q u e som os e l ú n ico a n im a l d o ta d o d e la c a p a c id a d d e reflexión y con cien cia, rasgos fu n d a m e n ta le s d e la c o n d ic ió n hum ana.
d ecir que la filosofía se asienta sobre dos interrogantes fundam entales: el prim ero ¿cuál es la esencia últim a de todo
derivado a lo largo de los siglos, así com o el resto de las ramas subsidiarias d e que se co m p o n e la filosofía, com o la ética, la
aquello q u e existe?, y el segundo, ¿cómo, d espués de todo, p o d em o s conocer? La ontología es la ram a de la filosofía qu e
filosofía política, la estética, la filosofía de la ciencia, la filosofía
estudia la p rim era de las cuestiones, qué es lo q u e existe y cuál la naturaleza de su existencia, m ientras que la epistem ología
filosofía, p ero lo cierto es que las dos cuestiones referidas (qué es loque existe y cóm o sabem os qu e conocem os) h an constituido
se ce n tra en el estudio de la naturaleza del conocim iento y de to d o aquello que se p u ed a llegar a conocer. La historia de la
desde siem pre los dos objetivos prioritarios de los filósofos. Es p osible q u e n u n ca se logre e n c o n trar resp u esta a algunos
filosofía, de hech o , se basa en el desarrollo de estas dos ram as
de los in terro g an tes m ás im p o rtan tes, p e ro com o esto resulta
y en el co n ju n to de p reguntas y respuestas que de éstas se han
im posible de saber d e antem ano, lo más natural es co n tin u ar
de la religión, etcétera.Todas ellas se engloban d en tro de la
“ EL OBJETIVO DE LA FILOSOFÍA PR O PO R CIO N A R NORMAS, SINO LA REFLEXIÓN DESDE LA RAZÓN
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in terro g án d o se sobre to d o cu an to in terese al h o m b re, de form a q u e sólo en to n ces, d u ran te ese p ro ce so d e reflexión, se p u ed a llegar a la conclusión d e q ue no existe u n a explicación
racional. Incluso en ese caso, com o o cu rre c o n otras tantas co nclusiones filosóficas, será preciso p lan tearse la m ejor m anera de conjugar la razón co n la m ism a creen cia en tal o cual cosa. No se trata, pues, de acep tar nada p o r u n sim ple p ro ce so de especulación, fe ni, tan siquiera, intuición, sino qu e es p reciso basar la m ism a creen cia so b re un a base esen cialm en te racional.
es p recisam en te u n o de los pilares sobre los qu e se asienta to d o razonam iento
E
sta in s is t e n c ia e n la r a z ó n
filosófico y, de h ech o , es lo qu e p erm ite distinguir la filosofía d e la religión o el arte. Así, en el caso de la religión, au n q u e en algunas ocasiones se rem ite a la razón, lo cierto es qu e esta últim a suele q u ed ar p o r lo general supeditada a n o cio n es tales com o fe, revelación, rituales y obediencia, que d esem p eñ an u n p ap e l fundam ental y, en m u ch o s casos, del todo in com patible co n la arg u m en tació n racional. El artista, a su vez, co in cid e c o n el filósofo en ese afán p o r desvelar la verdad bajo la m áscara de apariencias q u e recu b re la realidad, d e m odo que se llegue a u n co n o cim ien to m ás au tén tico de la naturaleza W i l l i a m B l a k e , T h e a n c i e n t o f d a y s (1794) L a p r o p o r c ió n s e e n c u e n t r a p r e s e n te e n c a d a e s ta d io d e l u n iv e r s o c o n o c id o , d e s d e e l m a y o r a l m á s p e q u e ñ o , y , p o r lo g e n e r a l, d e f o r m a q u e p u e d a e x p r e s a r s e a tr a v é s d e e c u a c io n e s m a te m á tic a s . D e h e c h o , es c o m o s i e l p r o p io u n iv e r s o e n c a r n a r a la r a z ó n . E n este s e n tid o , a lg u i e n d ijo u n a v e z: «D ios es u n m a te m á tic o » .
hum ana; sin em bargo, el m odo de p ro c e d e r d u ran te este p ro ce so d e desenm ascaram iento es del to d o diferente, ya que, al ex p resar su p articu lar visión de la realidad, rec u rre a una p e rc e p c ió n directa de la m ism a en riq u ecid a co n su p ro p ia
in tuición sin necesidad de rec u rrir a la razón, q ue es so b re la
hum anos intentando desvelar todo cuanto perm anece en la
q u e se basa el filósofo. Los lím ites q u e separan la filosofía de la ciencia son d e otra
oscuridad y presentando sus conclusiones de una m anera perfectam ente articulada de form a que p uedan enriquecerse de
naturaleza. Así, el científico, al igual que el filósofo o el artista,
m anera m utua. Por ello, no es de extrañar que toda persona
p re te n d e d escu b rir la verdad m ediante nuevos d escu b rim ien to s qu e aclaren la naturaleza del m undo y la p e rc e p c ió n q ue de él tenem os los hom b res para al final acabar publican d o sus resultados. Y de nuevo, al igual que el filósofo, está obligado a asentar cada una de sus conclusiones sobre u n a base racional. Hasta aquí todo coincide. La clave que m arca la diferencia en tre
dotada de un m ínim o de curiosidad intelectual se sienta atraída p o r estas tres ramas. Esta obra narra la historia de una de ellas, la filosofía, que, al igual que las otras dos, constituye un a de las actividades hum anas más fascinantes qu e la civilización haya producido a lo largo de su trayectoria.Y que,
N O ES EL DE EL DE ANALIZAR PERSONAL UNIVERSAL” ^
com o las demás, su futuro p ro m ete ser más rico que el pasado.
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u n o y o tro radica p recisam en te en la p rep o n d e ra n cia qu e el
científico co n ced e a la experim en tació n y la observación, que de p o c o valen al filósofo cuando trata de resolver in terro g an tes tales com o si el tiem p o es infinito o la naturaleza de los d erechos naturales del hom bre. Esta serie de interrogantes, qu e d u rante tantos siglos h an sido objeto de sesudo estudio p o r
p arte de los filósofos, p u e d e n p erfectam en te so m eterse a u n pro ceso de racionalización, p ero en cam bio n o son com patibles co n los m étodos científicos.
E
s im p o r ta n te
d a rse c u e n ta
de que la filosofía, la ciencia y el
arte no están reñidos entre ellos y, de hecho, tienen m ucho
más en com ún que lo que se pudiera pensar a simple vista.
De hecho, tal com o se verá a lo largo de este libro, la ciencia nació de la misma filosofía: no en vano, tanto una com o otra, al igual que el arte, no son sino distintas m aneras de abordar una misma realidad, u n m ism o nnindo. Los tres tratan de explicar el m isterio de la existencia del m undo y de la existencia de seres hum anos procurando alcanzar u n conocim iento más profundo.Y todos ellos se valen de una com binación de inspiración y crítica a la vez que publican sus conclusiones de form a que p u ed an ser contrastadas entre sí. Pero es precisam ente p o r el hecho de que recurren a unos m étodos y a unos esquem as diferentes, que cada una de estas ramas del conocim iento hum ano deben ser abordadas desde una perspectiva diferente.Aunque en el fondo com parten u n mismo Objetivo: profundizar en el conocim iento y experiencias
Salvador D alí , H om en aje a N e w t o n (1969) El h o m b re p o see la ca p a cid a d , n o sólo d e ex p lo ra r e l m u n d o c ircu n d a n te, sin o ta m b ié n d e rela ta r los d escu brim ien tos e n su s espacios in tern os q u e o c u p a n la r a zó n y los sen tim ientos. Es p rec isa m e n te en este terreno d o n d e la in terrelación e n tre la filosofía, la cie n c ia y e l a rte p u e d e d a r sus m ejores fru tos.
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JS0
EGOS SU MUNDO La
f il o s o f ía n a c e c u a n d o el h o m b r e e m p ie z a a
INTENTAR ENTENDER EL MUNDO QUE LE RODEA MEDIANTE LA RAZÓN, DEJANDO A UN LADO LA CREENCIA EN UN SER SUPERIOR. ESTE PROCESO PARECE SER QUE TIENE LUGAR EN LA ANTIGUA G r e c i a d u r a n t e l o s s i g l o s v i, v y iv a .
C.
LOS PRIMEROS INTERROGANTES FUERON: «¿DE QUÉ SE COMPONE EL MUNDO?» s o s t ie n e ?».
P ero
Y,
«¿SOBRE QUÉ SE
e n t o n c e s a p a r e c ió
Sócra tes,
el
MÁS FAMOSO DE ENTRE TODOS LOS FILÓSOFOS GRIEGOS, QUIEN SE PLANTEÓ QUE EL ASUNTO MÁS
www.fullengineeringbook.net IMPORTANTE ES CUÁL DEBERÍA SER LA MEJOR MANERA DE COMPORTARSE.
Su
PREGUNTA BÁSICA ERA: “¿QUÉ
ES LA JUSTICIA?». LAS OBRAS DE SU DISCÍPULO P latón
s o n las p r im e r a s d e las q u e n o s h a n
LLEGADO TESTIMONIOS ESCRITOS, Y HOY EN DÍA SON OBJETO DE ESTUDIO EN LAS UNIVERSIDADES DE TODO EL MUNDO. ARISTÓTELES, DISCÍPULO DE P lató n,
es o t r a d e las g r a n d e s f ig u r a s
DE LA FILOSOFÍA UNIVERSAL.
C ab eza d e b ro n c e d e A fro d ita Esta c a b e z a d e bro n ce se e n c o n tró en Satala, la a c tu a l Tu rqu ía. Fue e scu lpida en el siglo ii o i a. C. E n la a c tu a lid a d se e n c u e n tra e n e l B ritish M useum d e Londres.
LOS PRESOCRÁTICOS EL N A C I M I E N T O DEL R A CI O N A LI SM O
C o n ex io n e s
Caleñas, un adivino griego del siglo iv a. C., exam ina el hígado de un animal. No está estudiando anatomía, sino prediciendo el futuro m ediante el exam en d e las visceras. Por aquel entonces, la magia y la razón eran una misma cosa, e incluso en m uchas ocasiones la prim era conducía a la segunda. Por ello, es u n error considerarlas com o opciones radicalm ente opuestas entre sí, ya q u e a m enudo constituyen cam inos paralelos.
Los primeros filósofos occidentales, los presocráticos, llamados así porque desarrollaron su obra antes de la de Sócrates, elaboraron una enorme cantidad de teorías acerca del mundo, algunas de ellas claramente erróneas, pero otras, en cambio, lo suficientemente profundas como para seguir influyendo incluso entre los científicos contemporáneos. LOS PRIMEROS FILÓSOFOS realizaron a un mismo tiem po dos grandes rupturas con respecto al pasado. En prim er lugar, intentaron entender el mundo m ediante el uso de la razón, sin apelar a la religión, la revelación, la autoridad o la simple tradición. Esto ya era de por sí algo totalm ente nuevo, y constituye uno de los puntos de inflexión más im portantes en el desarrollo hum ano posterior. Pero al mismo tiem po enseñaban a otros a valerse de su propia capacidad de razonamiento y a ser capaces de pensar po r sí mismos, de modo que incluso incentivaban a sus propios alumnos a que discrepasen de sus enseñanzas. Fueron los primeros
profesores que evitaron transm itir un conjunto de enseñanzas puras e inviolables; p o r el contrario, animaron a sus discípulos a que debatieran y formasen su propio juicio. Estas dos formas, ambas revolucionarias, de hacer desarrollar la capacidad de raciocinio del género hum ano van inextricablem ente unidas entre sí, de ahí que aparezcan en escena a la vez, y conforman la base de lo que se ha venido a llamar «pensamiento racional». Una vez introducidas estas dos nociones, se convirtieron en un utensilio valiosísimo en el proceso de conocim iento hum ano y del entendim iento.
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E l NACIM1KNTO DF LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL
El p e n sa m ie n to ra cio n a lista a p a rec ió p o r p rim e ra v e z en O cciden te h a c ia el siglo vi a. C., a l este d e l M editerrán eo. La p r á c tic a to ta lid a d d e los p rim e ro s filósofos o ccid en ta les viviero n en u n a d e las regiones costeras o islas. .
Sócrates y Platón h icieron d e A te n a s e l p r im e r cen tro m u n d ia l d e la filo so fía
Los primeros pensadores que actuaron en esta línea aparecieron en la Grecia antigua, en el siglo vi a. C. Por regla general se suele considerar como el primero a Tales, un griego nacido en la ciudad de Mileto, situada en la costa de Asia Menor (en la actual Turquía) y de la que tomaron su nombre él y sus discípulos, conocidos en su conjunto como la T u í 5 d e M ileto escuela de Mileto. No se C u a n d o observó q u e el m u n d o m ateria l p o d ía conocen con exactitud reducirse a un ún ico las fechas de su esemento, Tales llegó a la errónea con clu sión d e q u e éste nacimiento y e m e ! agu a. muerte, pero se sabe que alcanzó gran renombre durante la década del 580 a. C , e a parte gracias a que predijo el eclipse de sol que tuvo ' jgar en el año 585 a. C. Fue, además, un renombrado ingeniero civil que logró la hazaña de dividir el curso del tjo Hylas para así permitir el paso del rey Creso.
flotaba sobre una masa de agua, que era el mar, este último lógicamente debía sostenerse sobre otra cosa, y así hasta el infinito (paradoja que se ha dado en llamar «retroceso al infinito»). Anaximandro solucionó este problem a con una idea de lo más sorprendente: la Tierra no se sostenía sobre nada, sino que sencillamente estaba suspendida en el espacio, donde se mantenía equidistante con respecto a todo lo demás. Pero lo cierto es que Anaximandro no pensaba que la Tierra fuese un globo, ya que todavía no ponía en duda que se tratase de una superficie plana, de ahí que llegara a la conclusión de que poseía una forma cilindrica. «La Tierra [. ..] no se aguanta sobre nada, sino que perm anece inmóvil gracias al hecho de que se encuentra equidistante con respecto a todo lo demás. Su superficie [...] es como la de un tambor, sobre cuyos lados planos y opuestos andamos.» Esta teoría pareció demasiado aventurada a su discípulo Anaxímenes, para quien no cabía duda de que la Tierra era plana y, p o r tanto, debía asentarse sobre algo. Para él, este algo era el aire, de igual forma que a veces la tapa de una cacerola flota sobre el vapor. A pesar del retroceso que suponían las teorías de Anaxímenes, lo cierto es que este último gozó de un mayor prestigio que su maestro Anaximandro en las posteriores generaciones de pensadores, que tom aban como
La recolección DE LAACEITUNA C uando la pobreza am enazó a Tales, invirtió todos sus ahorros en una prensa que alquilaba a los cam pesinos durante la época de la recogida de la aceituna, a los que cobraba lo que quería. De este m odo, dem ostró que ganar dinero n o era e n absoluto incom patible con el ejercicio de la filosofía.
.D E QUÉ ESTÁN COMPUESTAS LAS COSAS?
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El interrogante que más obsesionaba a Tales de Mileto era: ;de qué está hecho el mundo?», es decir, cuál es h com posición del conjunto de todo lo existente. Finalmente, llegó a la conclusión de que, a pesar de la árente multiplicidad de los seres, todos están fi rmados por un mismo elemento. Esta afirmación nos r _ede parecer en la actualidad de lo más simple, ya que todos sabemos que cualquier objeto material es reducible a energía, pero lo extraordinario del caso es que Tales realizó este planteam iento m uchos siglos antes que los físicos lograsen demostrarlo. Llegó a la - inclusión de que todo estaba com puesto po r el dem ento agua, en cualquiera de sus estados.Y com probó que en caso de bajas tem peraturas el agua se convierte en sólido y, por el contrario, con una tem peratura elevada \ íc evapora. Ademas, observo que con el agua de la lluvia plantas crecen, po r lo que éstas en el fondo no son más que una modalidad concreta de agua. Por otro lado, concluyó que se trataba de un elem ento absolutamente indispensable para la existencia de todo ser vivo, pues no en vano nuestro cuerpo se com pone en un 60 % de este icuido. A todo ello hay que añadir la creencia, muy extendida en la época, de que la Tierra descansaba sobre --"i enorm e balsa de agua, de la que había emergido y, pe r consiguiente, formaba parte constitutiva. Anaximandro, uno de los discípulos de Tales, que "-ició también en Mileto en el año 610 a. C., y vivió i r roximadamente hasta el 546 a. C., retom ó esta última jáea. Así, argüyó que si, com o Tales afirmaba, laTierra
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A n a x im a n d ro , el prim er ca r tó g ra fo A n a x im a n d ro f u e e l p rim e ro e n tr a z a r en u n m a p a las fo r m a s d e l m u n d o con ocido hasta la fe c h a , y en c o n c lu ir q u e la Tierra flo ta b a en el vacio. A p e s a r d e este extra o rd in a rio descubrim iento, lo cierto es q u e la creen cia en u n a Tierra pla?ia se m an tu vo ■ d u r a n te m u ch o tiem po.
Esto último significa que tanto el conflicto com o la contradicción no deben evitarse, sino que juntos sirven para constituir el mundo. Es decir, si se elimina la contradicción se elimina también la realidad. De ello se deriva también la idea de que esta misma realidad posee un carácter inestable inherente: todo está en perp etu o cambio. Ésta es precisam ente la segunda gran idea que se asocia siempre con Heráclito: «todo fluye y nada permanece». En este sentido, y siempre según Heráclito, se puede afirmar que nada es inmutable y perm anente, sino que todo se encuentra sometido a un continuo cambio. Así, las cosas existen com o una sucesión de diferentes cambios, de forma que durante su existencia nunca son las mismas, sino que a cada instante la realidad se muta y altera. Esto es válido para todo lo que com pone el universo, y lógicamente el hom bre no queda al margen. Así, lo que en un principio consideramos com o «cosas» no son de ningún m odo objetos estables e inmutables, sino que están sometidos a un cambio
S en ten cia s H eráclito
de
Heráclito realizó dos afirm aciones que todavía hoy en día se citan a menudo. Una de ellas es: «Una relación no aparente es mucho más sólida que una evidente». La otra es: «No es posible bañarse dos veces en el mismo río». Ahora bien, no menos sobresaliente resulta ésta: «Lo que la ira quiere cuesta el precio del alma».
Este m undo es una comedia para aquellos que piensan y una tragedia para los que sienten. Sólo así se entiende por
H e r á c l ito : el
más g r a n d e d e en t r e los pr eso c r á tic o s
E ntre la s fr a se s m á s célebres d e H eráclito se e n c u e n tra a q u e lla d e q u e «el c a rá c te r d e u n h o m b re es su destin o», u n a a firm a c ió n d e lo m á s b rilla n te q u e reto m a ría S ig m u n d F reud m á s d e dos m il a ñ o s después.
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qué Demócrito
reía y Heráclito lloraba ” H o ra ce W alpo le
F r a g m en to s
d e los
pr e so c r á t ic o s
No ha sobrevivido la obra completa de ninguno d e los filósofos presocráticos, p o r lo que todo lo que sabemos d e ellos es gracias a algunos frágm entos de.» las obras originales y a las citas y comentarios (algunos, p o r fortuna, bastante extensos) que aparecen en las obras d e los autores posteriores. D e hecho, el prim erfilósofo occidental del que se han conservado sus obras completas en la lengua original es Platón.
punto de partida las teorías de aquél, cuando en realidad las de Anaximandro resultaban de una modernidad m ucho mayor. Este proceso de vaivenes ha sido una constante a lo largo de la historia de la filosofía, que más que describir una línea recta bien definida se ha caracterizado po r dar dos pasos hacia delante y uno hacia atrás. Imaginemos cuánto podem os aprender del pasado en el caso de que en la actualidad nos encontrem os en uno de esos pasos en falso hacia atrás...
LA VÍA ASCENDENTE ES LA VÍA DESCENDENTE Heráclito es, sin duda alguna, el filósofo de la escuela de Mileto del que más se sabe. Nació en Éfeso,una localidad costera próxim a a Mileto, que alcanzó su máximo apogeo durante los prim eros años del siglo vi a. C. Heráclito se hizo famoso por dos ideas en particular, que han ejercido una gran influencia en la obra de los filósofos posteriores. La prim era de ellas es la unidad de los opuestos. Según Heráclito, el camino de ascensión a una cima y el de bajada no son dos recorridos diferentes que van en sentido contrario, sino que en el fondo se trata del mismo camino. El joven Heráclito y el Heráclito adulto no son dos personas diferentes, sino que son la misma persona. De igual modo, uno puede ver una botella de vino medio llena mientras que otro la puede ver medio vacía, y de hecho los dos tienen razón y coinciden en sus afirmaciones. Según Heráclito, todo es la conjunción de sus contrarios o, al menos, de tendencias opuestas.
U n a v is ió n
MARÍTIMA DEL MUNDO
El m u n d o d e los a n tig u o s griegos, d a d a su p e c u lia r id a d geográfica, se b a sa b a en el mar, d e a h í q u e e n un p r in c ip io creyera n q u e la Tierra se so sten ía sobre u n a en o rm e balsa d e a gu a.
perm anente. Heráclito ilustra esta idea con un ejemplo muy gráfico: las llamas parecen objetos, pero no son más que procesos en continua evolución para los que no existen dos instantes iguales. Esta idea resulta sin duda alguna de lo más desconcertante, tanto más cuando el ser humano, desde siempre, se ha em peñado en buscar algo estable y perm anente en lo que poder creer, algo que sobreviva a través del tiem po y nunca perezca. Heráclito, en cambio, irrum pe en este contexto afirmando que ese algo no existe, que el cambio y la transformación constituyen la ley básica sobre la que se asienta la vida y el propio universo y de la que nunca se podrá escapar.
La
SlMBOI.OGÍA DE LAS MONEDAS Las m onedas no sólo transm iten valor sino tam bién inform ación y propaganda, e incluso im ágenes religiosas. Se em pezaron a acuñar justo en la misma zona geográfica donde nació el pensam iento racional. En la época d e los presocráticos eran m uchas las ciudadesestado de Grecia que acuñaban su propia m oneda y solían estam par los motivos característicos de cada una d e ellas: en el caso de Atenas se eligió el búho, sím bolo de la sabiduría.
clave está e n las m a t e m á tic a s
Tal vez el más famoso de todos los filósofos presocráticos, mejor conocido incluso que el mismo Heráclito, sea Pitágoras. Nació en Samos, una pequeña isla próxim a a la costa de Asia Menor, de donde proceden todos los filósofos que hemos estudiado hasta P itágoras Este filósofo y m a te m á tic o griego f u e la p r im e ra p e rso n a qu e tuvo la g e n ia l id e a d e q u e todo aqu ello d e c u a n to se co m p o n e e l u n iverso m a te ria l p o d ía expresarse en térm in os m atem áticos.
í í Casi hiciste flaquear mi fe al
www.fullengineeringbook.net ahora, y vivió aproxim adam ente entre los años 570 y 497 a. C. Considerado un genio en muchas materias, una de sus aficiones fueron las matemáticas. Aparte de su más que conocido teorem a que m uchos hem os estudiado en la escuela, fue él quien introdujo la idea del «cuadrado» y el «cubo» de un núm ero basándose en toda una serie de conceptos geom étricos y aritméticos. Fue precisam ente gracias a él que la palabra «teoría» adquirió su sentido actual. Además, se le atribuye la invención del térm ino «filosofía», así com o la aplicación del térm ino «cosmos» al universo. En definitiva, la influencia que ha ejercido su obra a lo largo de los siglos ha sido enorme. Fue el prim er gran pensador que intentó conciliar las matemáticas con la filosofía, lo que sin duda alguna ha constituido una de las mayores aportaciones realizadas a
' “ TODO FLUYE Y NADA PERMANECE” H erácuto
la civilización a lo largo de toda la historia. Desde entonces, las matemáticas han m antenido una estrechísima relación con la filosofía y la ciencia, hasta el p unto de que algunos de los más grandes filósofos han sido también grandes matemáticos, com o es el caso de, p o r ejemplo, Descartes, a quien no sólo se le deben los
sostener las ideas de
Pitágoras WilliaiM S hakespeare, E l MERCADER DE VENECIA
El pensamiento de P itágoras Muchas ideas fu ndam entales que se originaron en la filosofía occidental se deben a Pitágoras m ás que a ningún otro pensador anterior a Platón. De hecho, mucho d e lo que se suele atribuir a este último no es en realidad más que una adaptación d e los postulados originales del filósofo de Samos, incluyendo la idea d e que recordamos todo aquello que hemos conocido en u n a vida anterior, y la idea de que el orden matemático impregna el m undo físico.
recurrir a la imprescindible ayuda de las matemáticas. El hecho de que el cosmos entero, desde las galaxias más alejadas hasta el mismísimo núcleo de cada átomo, pueda expresarse en térm inos matemáticos resulta tan familiar que se corre el riesgo de considerarlo como algo obvio, cuando en realidad no sólo no lo es, sino que resulta una hipótesis de trabajo de lo más aventurada. Esto explica el que algunos de los científicos más im portantes, como Einstein, hayan llegado a creer en la posibilidad de que exista una especie de inteligencia superior detrás del universo, que por supuesto no tendría que coincidir necesariam ente con el Dios de la tradición judeocristiana.Y fue Pitágoras el prim ero en ten er la idea genial de expresar en térm inos matemáticos el conjunto de todo el universo, aunque incluso a él le era imposible desprenderse de cierta lectura mística. Pitágoras aplicó sus revolucionarias tesis a un campo muy extenso del saber humano, pero com o muchas de ellas fueron adoptadas p o r Platón, las trataremos con mayor detenim iento cuando lleguemos a este último para así evitar repeticiones innecesarias. C o n s t r u im o s n u e s t r o p r o p io C O N O C IM IE N T O
Uno de los filósofos presocráticos más interesantes es Jenófanes, que vivió a finales del siglo vi a. C. Al igual que Pitágoras, nació en la costa de Asia Menor, en Colofón, aunque pasó la mayor parte de su vida en el sur de Italia. Desde un principio, Jenófanes tuvo muy claro que la percepción que el hom bre posee de las cosas no constituye más que creaciones realizadas p o r él mismo, incluido todo aquello que entre en la categoría del conocimiento. Mediante un aprendizaje progresivo y continuo, y lógicamente adaptando las ideas y el conocim iento en función de lo aprendido, el hom bre puede aproxim arse a la verdad, aunque p o r supuesto las ideas siem pre perm anezcan en uno mismo y sea inevitable incorporar un ingrediente de conjetura o suposición.Tal com o afirma Jenófanes: [...]p o r lo q ue respecta a la verdad absoluta, n in g ú n hom bre ha sido capaz de llegar a ella,
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A l e g o r ía
d e las a r t e s libera les
En este c u a d ro ren acentista, p in ta d o dos m il a ñ o s despu és d e su muerte, P itá g o ra s es to d a v ía visto com o la expresión m ás a lta d e las a rtes liberales, g ra c ia s a sus a portacion es en e l c am po d e las m a tem á tica s. A ristóteles (q u e sostiene u n libro, en la p r im e ra f ila ) a p a re c e co m o h o m en a je a su lógica.
gráficos, sino también el conjunto de toda la geometría analítica, o Leibniz, descubridor del cálculo aritmético, por citar tan sólo dos ejemplos de los más conocidos. En la actualidad, no se concibe el estudio del universo sin
n i na d ie lo logrará, n i tan siquiera los dioses n i n a d a de lo q ue y o diga conseguirá alcanzarla, y a que en el supuesto de que alguien lo lograra, n u n ca tendría constancia de haberlo conseguido: la realidad no es m á s qu e u n a telaraña entretejida con conjeturas. El filósofo aborda la cuestión de la religión y los dioses con una gran sagacidad: Los etíopes a firm a n qu e sus dioses tienen la n a riz chata y son negros. Los tracios, a su vez, sostienen qu e los suyos poseen ojos azules y cabellera pelirroja. Si se diera el caso de qu e el ganado, los caballos o los leones fu e ra n capaces de p in ta r Y esculpir con la m aestría con qu e lo hacen los hombres, entonces los caballos
LOS ELEMENTOS BÁSICOS D os m il a ñ o s despu és d e q u e E m pédocles fo r m u la s e p o r p rim e ra v e z la hipótesis d e q u e e l m u n d o se co m p o n e d e cu a tro elem en tos
P intarían sus dioses c o n fo rm a de caballo, el ganado, a su vez, con fo r m a de ganado Y todos darían fo r m a a sus dioses a su im agen y sem ejatiza, cada un o a su m anera. Estas traducciones de Jenófanes las realizó Karl Popper, uno de los filósofos más im portantes del siglo xx. Para éste, el pensador griego fue la prim era persona que logró formular la hipótesis de que todo el conjunto de conocimientos que consideram os científicos no son más que simples conjeturas, y en principio toda idea tenida p or cierta podría sustituirse p o r otra que estaría más próxima a la verdad absoluta. Parménides, discípulo •ie Jenófanes, vivió en la prim era m itad del siglo v a. C. >egún relata Platón, en la época en que el joven Sócrates acudía a escuchar a Parménides, éste era ya un venerable anciano que tenía en Zenón, entonces de mediana edad, ■ano de sus principales discípulos.Tanto Sócrates como Platón fueron conscientes de lo m ucho que habían aprendido de Parménides.
expansión de sí misma, todo el espacio debe estar lleno. Esta teoría da pie a una visión del universo com o un todo perm anente en el que todo es uno. De ese modo, lo que en apariencia es un cambio, un movimiento, no es más que un proceso que tiene lugar en un espacio delimitado y ajeno a los cambios o transformaciones. Resulta sorprendente observar las afinidades entre las teorías de Parménides y la concepción del universo que se desarrolló entre Newton, en el siglo xvn, y Einstein, en el xx. Estas similitudes se centran principalm ente en dos aspectos. En prim er lugar, la visión determinista que hacía que todo fuese visto com o algo ineludible y necesario en sí mismo. Por otro lado, la creencia de que el «ahora» tan sólo podía concebirse desde el punto de vista subjetivo de cada uno ya que, en térm inos objetivos, todo instante posee el mismo sentido. Dos de las m entes más lúcidas del siglo xx, Einstein y Popper, abordaron esta cuestión, e inevitablem ente recurrieron a la obra de Parménides. En uno de sus últimos escritos, recogidos en su autobiografía U nended Quest, afirma Popper: «Intenté convencerle de que dejara su determinismo, que se basaba en la visión del mundo de Parménides, según la cual éste no es sino Lin universo monolítico com puesto de cuatro elem entos y en el que todo cambio no es más que una ilusión, o casi. Éste era su punto de vista, y yo no pude evitar llamarlo “Parménides”». Difícilmente se podría encontrar un ejemplo tan ilustrativo com o éste, que ponga de relieve la im portancia de las teorías de Parménides.
F ilosofía MEMOKIZABLE Antes del desarrollo de la escritura, la poesía precedió a la p r o sa y a que resultaba mucho más fá c il de memorizar. Algunas de las más tempranas muestras de filosofía se escribieron en form a de poem as fáciles de m emorizar. A este respecto, el más destacado de entre los antiguos griegos es Jenófanes. Y d e entre los filósofos rofnanos, el m ás excepcional es Lucrecio, quien escribió en latín.
ÍC
Cada hombre cree tan sólo en su propia experiencia Empédocles
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Todo
es u n o
Parménides considera que la afirmación de que nada existe es de lo más contradictoria, ya que según él nunca puede haber existido algo que no es nada y, por tanto, tam poco tiene sentido afirmar que todo viene de la nada, sino que todo debe haber existido desde siempre. Por la misma razón, no es posible concebir que todo se convierta en nada, de ahí que para Parménides todos los íeres creados no sólo no tienen principio y no han sido creados, sino que deben ser además eternos e imperecederos. Ello explica tam bién el que no pueda ñaber espacios vacíos en la realidad, lagunas donde sólo exista la nada: la realidad debe ser una continuación o
LOS CUATRO ELEMENTOS
Una de las figuras más llamativas de entre los filósofos presocráticos es Empédocles, que vivió hacia la prim era mitad del siglo v a. C. Fue un dirigente político dem ocrático y un gran demagogo, al que se le atribuían poderes sobrenatLirales, que acabó suicidándose arrojándose al cráter del Etna. Empédocles, a diferencia de Parménides, defendía la realidad del cambiante m undo de los sentidos y su pluralidad inherente, aunque de todos modos compartía algunos de los puntos de vista de su contrincante filosófico. Así, admite que la materia no puede salir de la nada, ni tampoco convertirse en nada, pero matiza que LOS ÓRDENES CLÁSICOS La belleza d e las m a te m á tic a s e ra a p rec ia d a p o r los arqu itectos griegos ta n bien com o p o r los filósofos griegos. P o r ello, n o resulta ex tra ñ o q u e d ie ra n fo r m a a los p rin c ip io s geom étricos m e d ia n te el em pleo d e la p ie d ra , ta l com o se a precia en el tem plo d e Z eus en O lim pia (los capiteles corin tios a r ra n c a n d el a ñ o 1 7 4 a. C J. El resu ltado f u e u n a a rq u ite c tu ra d e u n a a rm o n ía y elegan cia q u e to d a v ía no h a sid o supérenla.
Sofistas Maestros de profesión, los sofistas em pezaron a aparecer en la época inm ediatam ente anterior a la d e Sócrates, y se dedicaban a fo rm a r a los jóvenes en artes tales como la disertación y la oratoria. El procedim iento consistía en aprovechar al m áxim o la am bigüedad inherente de la p alabra y acom odar el discurso según las circunstancias, independientem ente de las ideas personales de cada uno, d e a h í que y a en aquella época no g o za ra n d e una buena reputación; de hecho, todavía en la actu a lid a d él término «sofista» posee cierta carga peyorativa. Elprim ero y m ás célebre d e entre todos los sofistas fu e, sin duda, Protágoras
todo está com puesto de cuatro elementos diferentes: tierra, agua, aire y fuego (este último com prende el sol y las estrellas). Esta teoría de los cuatro elementos fue retomada por Aristóteles y desempeñó un papel fundamental en toda la filosofía occidental hasta el Renacimiento; en efecto, todavía hoy en día constituye uno de los motivos literarios más recurrentes en la literatura occidental. Entre los filósofos presocráticos más brillantes se encuentran los «atomistas», térm ino con el que se conoce a Leucipo y Demócrito. El primero tuvo la genial idea de que todo se com pone de átomos que por ser de tamaño minúsculo resultan imposibles de ver y de subdividir; de hecho, el térm ino «átomo» procede de la palabra griega con que se designa algo que no puede ser cortado. Así, según Leucipo, todo lo que existe no es más que un conjunto de átomos ubicados en el espacio, y la diferencia entre los diversos objetos consiste tan sólo en la peculiar combinación de cada uno de esos grupos de átomos. Éstos, según Leucipo, no han sido creados y son indestructibles, por lo que todo cambio que se produce en el universo no es sino una variación en la com binación o ubicación de dichos átomos. Esta interpretación del cambio, que retomaría a su vez Demócrito, difiere notablem ente de las formuladas hasta entonces, en el sentido de que se incorpora la noción de la causalidad, aun cuando en ningún m om ento se intenta explicar los fenóm enos de la naturaleza a partir de una causa concreta. En ese sentido, Demócrito afirmó una vez: «Preferiría descubrir una causa antes que poseer el reino de los persas». Otra de las nociones fundamentales que se les debe a esos dos filósofos es la de considerar el universo com o un conjunto de entidades estancas entre sí, que nada tiene que ver con la continuidad que postulaba Parménides. En cierta medida, y salvando las distancias, se les puede considerar com o los creadores de la física atómica, aunque lógicamente tam poco hay que caer en la tentación de atribuirles todos los logros y avances que de sus teorías se han derivado. En cualquier caso, lo cierto es que todavía hoy en día la obra de estos dos filósofos asombra por su extraordinaria originalidad.
La f il o s o f ía lleg a a A t e n a s Las figuras tratadas en estas páginas son tan sólo una selección de los filósofos presocráticos más relevantes. De todos modos, no es justo finalizar esta panorámica sin m encionar al m enos a Anaxágoras, a quien se le debe el honor de haber introducido la filosofía en Atenas, y a Protágoras, a quien se cita p o r su célebre frase: «el hom bre es la medida de todas las cosas». Si observamos con atención el conjunto de filósofos anteriores a Protágoras, encontrarem os que todos ellos poseen una serie de características comunes. En prim er lugar, se centran en un intento de desvelar la naturaleza
“EL H O M B R E ES LA M E D I D A
DE TODAS
LAS C O S A S ” www.fullengineeringbook.net P rotágoras
del m undo circundante más que la del propio hombre, tal vez porque no tenían claro el concepto de «naturaleza humana». Como consecuencia de ello, son lo suficientem ente audaces com o para em prender una teorización del universo, y dado que son los prim eros en acom eter tamaña empresa, no es de extrañar que lleguen a conclusiones hoy descabelladas. Lo más sorprendente de todo es la gran cantidad de ideas brillantes y originales que tuvieron, y que han contribuido a alcanzar los logros conseguidos a lo largo de los siglos.
La sabiduría de la filosofía clásica Los filósofos d e la a n tig ü e d a d fu e r o n u n m otivo recu rren te en la p in tu r a m e d ie va l y su peración . A p a recen en u n con texto religioso con e l objetivo d e tra n sm itir la id e a ren acentista, en la q u e a p a rec ía n co m o s ím bolo d e la s a b id u ría y la c a p a c id a d d e d e q u e la f e no es in com patible con la razón , p e ro p u e d e n p e rm a n e c e r en arm on ía.
A q u il e s la TORTUGA no de los alumnos más brillantes de Parménides fue Zenón (llamado Zenón de Elea para no confundirlo con Zenón de Citio, el fundador de la escuela estoica), un joven que destacaba sobre todo en la formulación de inteligentes paradojas, algunas de las cuales siguen sin solución hasta la fecha. Una de estas paradojas es la de Aquiles y la tortuga. Aquiles decide hacer una carrera de velocidad con una tortuga, pero como aquél corre dos veces más rápido que ésta, le permite com enzar desde una posición más avanzada. Entonces, afirma Zenón, en el m om ento en que Aquiles alcance el punto de partida de la tortuga, ésta habrá recorrido la mitad de la distancia que llevaba de ventaja. Y cuando Aquiles alcance la distancia que la tortuga ha recorrido, ésta a su vez habrá recorrido la mitad de la distancia, y así sucesivamente hasta el infinito, de m odo que en teoría Aquiles nunca será capaz de alcanzar a la tortuga, ya que en el tiem po en que haya recorrido el espacio que mediaba entre ellos el animal habrá avanzado a su vez la mitad de la distancia anterior. Es evidente que, en la práctica, Aquiles supera a la tortuga, pero lo cierto es que desde un punto de vista teórico, la lógica de la paradoja que Zenón plantea causa tanto impacto como perplejidad. Y es que en ningún m om ento el
U
filósofo pretende convencer a nadie de que Aquiles es incapaz de superar a la tortuga, puesto que no hay duda de que lo hace, y Zenón es perfectamente
consciente de ello. Ahora bien, lo que interesa aquí es la impecable argumentación lógica que conduce a una conclusión totalmente falsa. Pero, entonces, ¿cómo resolver el equívoco?
U n a im pe c a b l e A R G U M EN TA CIÓ N LÓGICA QUE C O N D U C E A UNA C O N C L U S IÓ N FALSA
esde el momento en que nos es posible partir de una serie de premisas incuestionables y proceder a continuación mediante una sucesión de perfectos pasos lógicos, hasta llegar a una conclusión a todas luces falsa, lo cierto es que esto nos lleva a una situación en la que el caos am enaza con echar abajo todo intento de racionalizar el m undo que nos rodea. El caso es que nadie puede evitar sentirse desconcertado ante esta paradoja planteada por Zenón, y aunque se tenga la tentación de pensar que la argumentación lógica contiene algún fallo, la verdad es que nadie hasta la fecha ha logrado descubrirlo.
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El pa r a d ig m a DE U N EQUÍVOCO FILOSÓFICO
o en vano, uno de los filósofos más importantes del siglo xx, Gilbert Ryle, ha dicho a propósito de la paradoja de Aquiles y la tortuga: «Sin duda alguna, constituye el paradigma del equívoco filosófico». Tal vez alguien logre descifrarlo algún día, de igual m odo que en los últimos años se ha logrado solucionar el último teorema de Fermat.
Sócrates EL MAESTRO DE LA IN TERRO G A CIÓ N Sócrates es elfundador de la filosofía moral o ética. Además, sentó las bases de un pecidiar método para alcanzar la verdad mediatite un proceso basado en la continua formidación de preguntas. C entro de atención Según las descripciones y retratos q u e nos han llegado d e Sócrates, no se pued e decir q u e fuera u na persona dotada de u n gran atractivo físico. N o obstante, poseía un gran sentido d e la ironía y el humor, adem ás de u n m arcado carisma que hacía q u e la gente d e la m ás alta sociedad se sintiese m uy atraída p o r su persona hasta convertirlo en el centro de todas las reuniones.
SÓCRATES FUE EL PRIMER gran filósofo griego nacido en la misma Atenas, que en aquellos mom entos gozaba de su edad de oro. Nació hacia el año 470 a. C. y murió en el 399 a. C., dejando una mujer y tres hijos. Durante su juventud estudió entre los filósofos presocráticos, quienes a su manera intentaban entender el mundo natural que nos rodea. Dos son los principales defectos que observa en ellos. El prim ero es que todos están reñidos entre ellos. Sus postulados no son más que un cúmulo de teorías opuestas que resultan a simple vista imposibles de conciliar. A pesar de que p roponen ideas sumamente originales sobre el mundo, lo cierto es que carecen de un m étodo crítico y fiable que perm ita averiguar cuál de ellas se encuentra más próxim a de la verdad, en el hipotético caso de que haya alguna. La segunda objeción va más allá y sostiene que, a efectos prácticos, lo cierto es que no tiene la m enor im portancia práctica saber cuál de esas ideas es correcta. En este sentido, Sócrates se pregunta qué im portancia tendría en la vida cotidiana el
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E l ó n f a lo s Por aquella época, Delfos era considerado com o el centro del m u n d o y albergaba u n a enorm e piedra q u e los antiguos griegos veneraban a m odo de «ombligo» (omphalos) del m undo conocido.
E l t e m pl o d e D elfos El o r á cu lo d e D elfos f u e c o n s id e r a d o co m o la m á x im a fu e n te d e s a b id u r ía d e la v e r d a d e ra n a tu r a le z a d e las cosas.
La escuela d e A tenas Este m aravilloso fr e sc o d e l V aticano p in ta d o p o r R afael e n tre 1 5 0 8 y 1511 retra ta a los filósofos m ás célebres d e la a n tig u a G recia. E n e l cen tro se en c u e n tra n P latón (iz q u ie r d a ) y A ristóteles (d erech a ). A la izq u ie rd a d e am bos, Sócrates se dirige a u n g ru p o d e discípulos y a dm ira d o res.
hecho de saber la distancia que hay entre el Sol y la Tierra o la extensión total del Peloponeso. Para el filósofo, saber estos datos técnicos no supondría ningún enriquecim iento sustancial del saber sobre el com portam iento humano.Y es que, según Sócrates, lo que sí es necesario saber es cóm o dirigir nuestras vidas y a nosotros mismos. Así, preguntas tales como qué es el bien, lo correcto o la justicia revisten una importancia trascendental, ya que, si se logran responder, los efectos que pueden llegar a producir en la vida de los hombres son m ucho más profundos e importantes. Sócrates era consciente de que nadie tenía la respuesta a ninguna de estas preguntas, ni él ni tampoco los sofistas, que aparentaban saberlo todo. Así, aun cuando el oráculo de Delfos lo distinguió como el más sabio de todos los hombres, él afirmaba que lo único que sabía es que no sabía nada.Tal era el estado del conocimiento para Sócrates, tanto en lo referente al m undo externo como al de la naturaleza humana. Así que Sócrates se dedicó a vagar p o r las calles de Atenas planteando todo un conjunto de sencillas preguntas sobre la moralidad y la política a todo aquel que quisiera escucharlo. Fue tal el
dejaba al descubierto la ignorancia de aquel que creía saber para hacerle ver, tal como le había dicho el oráculo de Delfos, que lo único que se es capaz de saber es que no se sabe nada. Por otro lado, lograba a un tiempo implicar a su auditorio en un apasionado debate filosófico sobre las cuestiones fundamentales de la naturaleza humana. Aunque Sócrates no solía aportar él mismo ninguna respuesta o solución concluyente a la pregunta planteada (y aun en el caso de hacerlo insistiría de forma reiterada y siempre de acuerdo con el método aplicado en que dicha respuesta debía ser probada y cuestionada, de ahí que difícilmente pudiera considerarse com o una respuesta definitiva), lo cierto es que siempre lograba que los interlocutores tomaran plena conciencia de las dificultades inherentes que se hallaban en la resolución de una pregunta que, en un
U n hombre del pueblo Sócrates continúa inspirando incluso a los pintores de nuestros días. En este caso, se trata d e un cuadro pintado en 1897 en el que aparece paseando p o r las calles de Atenas.
principio, parecía de lo más sencilla.
¿ Q ué
se e s c o n d e tras las palabras ?
Cuando Sócrates pregunta en qué consiste la justicia no está pidiendo que alguien le dé una simple definición formal. Así, el hecho de que el calificativo «justo» se pueda aplicar a una extraordinaria variedad de personas, decisiones, leyes y situaciones, la palabra sugiere, siempre según Sócrates, que existe un nexo com ún entre todas estas acepciones, que es lo que se podría denom inar justicia; y es precisam ente la característica de esta cualidad com ún lo que el filósofo pretende desvelar. En otras palabras, está convencido de que existe algo llamado «justicia», y que ésta poseeuna existencia
cc¡Iaz caso de mi consejo y piensa menos en Sócrates y mucho más en la verdad
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r~.:erés que despertó -e n el que sin duda influyó el ínorm e carisma que poseía entre los atenienses- que allá _ nde fuera iba siempre rodeado de una multitud, sobre : odo de jóvenes. Siempre seguía el mismo procedimiento. Zegía un concepto de los que más influencia ejercían >: bre la vida de los hombres, po r considerarlo -_adamental, com o p o r ejemplo la amistad, el valor : a piedad religiosa. A continuación, solicitaba entre s_ concurrido público que alguien respondiese, y acto erguido sometía la respuesta a un detenido examen fe nnulando al interlocutor toda una serie de preguntas acoca del asunto en cuestión. Así, por ejemplo, si alguien iiirmaba que el valor era básicamente la capacidad de ¿ruante, Sócrates replicaba: «¿Y qué hay de la obstinación? . gente obstinada es capaz de m ostrar una gran everancia y, por tanto, una resistencia encomiable. >esto valor? ¿No es acaso digno de admiración?». De c'-e modo tan sutil el filósofo lograba que su interlocutor ■a rebatir su propia respuesta o, cuando menos, ¿ ponerla en duda. El resultado era que tras el examen ;atorio se demostraba que la respuesta planteada l errónea. Así, Sócrates hacía ver al interlocutor y al [ico presente que si bien en un principio creían saber >que era el valor, lo cierto es que al final se mostraban apaces de definirlo. Este peculiar m étodo socrático basado en la anulación de preguntas se hizo célebre, y le perm itía al Iftásofo griego matar dos pájaros de un tiro. Por un lado,
UN CLÁSICO VENERADO Ya en la época en q u e se p in tó este fr e sc o en u n a villa rom an a, d u r a n te e l p r im e r siglo d e nu estra era, Sócrates se h a b ía con vertido en u n héroe e n los círcu los intelectuales d e l Im perio rom ano.
Sócrates
Famoso sin desearlo Sócrates mostró un total desinterés p o r el hecho de que quedase algún testimonio tanto de su obra como de su propio nombre. Por lo que se sabe, nunca dejó nada p o r escrito y, de hecho, todo lo que se sabe de él es gracias a testimonios de otras personas. Entre éstas destaca Platón, au tor de un conjunto de inmortales diálogos que tienen a Sócrates como prin cipal interlocutor. Se sabe que los primeros diálogos reflejan de un modo bastante fidedign o el contenido d e las teorías enseñadas p o r Sócrates, mientras que en los posteriores un Platón mucho más m aduro se dedica a p o n e r en boca de su maestro sus propios postulados filosóficos.
real, si bien no de tipo material, sino como un tipo de esencia o abstracción real, que es a la que alude la pregunta inicial. Esta concepción será retomada por su discípulo Platón, quien postula la existencia de una serie de Ideas abstractas que constituyen una entidad superior, perfecta e invariable, situada por encima de las manifestaciones imperfectas y variables que adopta en el mundo terrenal.
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!> Sócrates in t er r o g a d o En u n a escena d e la com edia Las nubes (423 a. C.), del dram aturgo Aristófanes (hacia 448 380 a. C.), u n enem igo encarnizado d e Sócrates, éste aparece su spendido de una cesta sobre las cabezas del público, desde la que es som etido a un interrogatorio (sátira de su m étodo) p o r Estrepsíades, u n personaje d e la obra.
“ ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?” Sócrates
Los revolucionarios postulados de Sócrates hicieron de él una figura altam ente subversiva e incóm oda a los ojos de las autoridades. No en vano, se dedicaba a enseñar a los jóvenes a que se cuestionaran todo y superaran su ignorancia, algo lógicam ente contrario a los intereses del p oder y la autoridad. Así pues, Sócrates se convirtió en una figura tanto amada como odiada, e incluso en una ocasión fue caricaturizado en una representación de Las nubes ((423 a. C.), una comedia de Aristófanes, durante la celebración de un festival en la ciudad. Al final las autoridades decidieron arrestarlo acusándolo de corrom per a los jóvenes y de no creer en los dioses de la ciudad, p o r lo que fue juzgado y condenado a m orir ingiriendo cicuta. F.l relato detallado de su juicio y m uerte constituye sin duda alguna uno de los m om entos más trágicos de la historia del pensamiento. P Probablem ente lo que ha propiciado que Sócrates sea hoy en día uno de los filósofos más célebres es sin duda alguna el hecho de que con él se cuestionan de forma implacable los conceptos básicos sobre los que se había asentado toda la historia de la filosofía. Aunque no dejaba de afirmar que no tenía nada que enseñar, sino tan sólo preguntas que formular, lo cierto es que tal
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L os CUATRO GRANDES FILÓSOFOS Este m an u scrito m e d ie va l ita lia n o m uestra a los cu a tro filósofos m ás a d m ira d o s d u r a n te el R en acim ien to: A ristóteles (extrem o izq u ie rd a ), P latón (extrem o derech a), Séneca (in ferio r d e re c h a ) y, p o r últim o, Sócrates (in ferior izq u ie rd a ).
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A ristófanes A ristófan es f u e e l m á x im o represen tan te d e la co m e d ia en la a n tig u a G recia. En u n a d e sus obras a p a rec e Sócrates c a ric a tu riza d o , hecho q u e d em u estra h a sta q u é p u n to era co n o cid o e l g r a n filó so fo ¿Ueniense
afirmación resultaba del todo falsa, ya que según se desprende de las líneas maestras que subyacen en todo su método, no cabe duda de que éste se vertebra sobre una serie de postulados o ideas filosóficas m ucho más sólidas que lo que el mismo Sócrates hacía ver. Una de ellas es el convencimiento de que toda persona que logre m antener intacta su integridad se encuentra a salvo de todo daño o peligro. Las incertidumbres que caracterizan este mundo son tan poderosas que cualquiera puede verse en un momento dado desposeído de todas sus propiedades o encarcelado injustamente, o fallecer a causa de un accidente o enfermedad. Pero todas estas eventualidades son inherentes a una siempre escurridiza existencia que de todos modos ha de acabar algún día. No obstante, en el caso en que el alma de cada uno haya permanecido íntegra y a salvo de los infortunios, todo ese cúmulo de adversidades pasará a ser una simple trivialidad. Y es que para Sócrates la peor de las calamidades para un hombre consiste en la corrupción del alma, de ahí que el verdadero daño no se encuentre en realidad del lado del que sufre una injusticia sino del que la comete. Así, concluye, nadie merece más compasión que aquel que com ete una injusticia, y no la víctima de ésta. Esta creencia hizo que Sócrates se convirtiera en todo un modelo a seguir para los estoicos, quienes varios
siglos más tarde encontraron en él una especie de santo patrón. Otra de las firmes creencias del filósofo ateniense era el convencim iento de que nadie hace el mal de forma consciente. Para él no había duda de que si alguien tiene la certeza de que corre el riesgo de actuar de una forma incorrecta, sim plem ente no lo hace. Por esa misma regla de tres, en el caso de que alguien lo hiciese, en realidad esa persona no sería consciente de su equivocación en lo más profundo de su ser. De este postulado se deriva la idea de que la virtud es una forma del conocimiento. Ello explica el em peño de Sócrates po r resolver interrogantes ules como la naturaleza de la justicia o del bien, rjestiones, a su parecer, fundamentales para poder actuar de la manera más justa. La búsqueda del conocimiento y la ispiración a la virtud se convierten en una misma cosa.
Nt O ENGAÑARSE UNO MISMO No cabe duda de que pocos filósofos han ejercido una ¡afluencia tan grande como Sócrates. Él fue el primero en poner de relieve la importancia de la integridad de cada a o como una auténtica obligación personal, ajena a las leyes, la religión o cualquier tipo de autoridad. Este ro tu la d o , es obvio decirlo, ha ejercido una influencia ^calculable a lo largo de los siglos. De hecho, no sólo retaba dispuesto a m orir en manos de la justicia antes que
defenderse contradiciéndola para demostrar su inocencia, sino que además no escapó, pudiéndolo haber hecho. Para él la integridad era lo primero, creencia que retomarían algunas de las figuras más sobresalientes de la historia.Tal es el caso de Jesús al preguntar: «¿Qué gana un hombre que acaba poseyendo el m undo entero a costa de engañarse a sí mismo?», o de Shakespeare: «Ante todo, lo importante es ser coherente con uno mismo». Sócrates fue más allá que nadie al establecer el principio de que todo es cuestionable; en ese sentido, las respuestas no pueden ser breves y concluyentes ya que las mismas preguntas conducen a nuevos interrogantes. Es así como a partir de esta idea sentó las bases de un método llamado «dialéctica», basado en la sucesiva formulación de preguntas y sus respuestas hasta dar con la verdad. Este método ha perm anecido vigente hasta la fecha, y en la actualidad se em plea sobre todo en la enseñanza.No es un m étodo válido para todo tipo de aprendizaje, pero sí constituye un excelente medio para medir hasta qué punto se ha asimilado lo que se ha aprendido. Su efectividad será tanto mayor cuanto más profundo sea el grado de com penetración y entendim iento entre el alumno y el profesor, quien debe saber com prender las dificultades de aquél. Éste es el «método socrático».
MÁS QUE UN HOMBRE Sócrates ha dado nom bre a l modelo de político sabio y con carisma. Así, si se dice d e alguien que es todo un Sócrates, todo el m undo sabe qué virtudes se le atribuyen, p u es es el único caso en que se haya tomado el nombre de un filósofo en este sentido.
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La m u erte d e S ócrates cu a d ro d el p in to r fr a n c é s D a vid , a c a b a d o en 1787, m uestra a S ócrates a c o n d e n a d o s a m uerte la p o s ib ilid a d d e to m a r el ven en o o bien ser ejecutados. Io d e tom arse la cicu ta . E ra co stu m b re en la a n tig u a G recia p e r m itir a los Sócrates a p u n ta h a c ia lo alto, d o n d e p r e v é q u e h a d e ir u n a v e z m uerto.
Plató n C O N C I L I A R EL M U N D O DE LAS COSAS C O N EL DE LAS IDEAS Se suele decir que el conjunto de la filosofía occidental no es más que un continuo comentario sobre la obra de Platón, la cual sin duda alguna ha marcado las pautas que ha seguido la filosofía en los siglos posteriores. F il ó s o f o
pero
NO GOBERNANTE
Platón fue un auténtico genio en m ás d e un sentido. Sus diálogos, redactados en la mejor prosa griega q u e se haya escrito nunca, son obras m aestras d e la filosofía así com o d e la literatura. No obstante, cuando trató de influir en la práctica d e la política, n o tuvo tanto éxito.
DE LOS FILÓSOFOS QUE HEMOS TRATADO hasta ahora no nos han llegado obras escritas originales, y todo lo que sabemos acerca de ellos y sus postulados es gracias a las referencias y com entarios que otros pensadores posteriores han recogido en sus obras.Algunas de estas referencias son bastante extensas, no obstante resultan incompletas y, lógicamente, proceden de una fuente indirecta. Así, Sócrates no escribió nada, y todo lo que sabemos sobre su obra y persona se debe a los escritos de toda una serie de autores posteriores a él. Entre estos últimos destaca p o r encima de todos Platón, quien fue a su vez uno de sus discípulos. De hecho, nos encontram os ante el prim er filósofo occidental cuyas obras manuscritas originales se han conservado intactas. Son m uchos los que lo consideran, junto con su maestro Sócrates, uno de los filósofos más grandes de todos los tiempos.
con la máxima exactitud las mismas palabras de éste. Pero una vez ha dicho todo lo que tenía que decir sobre su maestro, Platón se encuentra con que ha surgido todo un público que espera con suma avidez la aparición de más diálogos. Es en ese p unto cuando Platón empieza a expresar sus propias y originales ideas en nuevos diálogos, que m antendrán a Sócrates com o principal protagonista, p ero ahora tan sólo lo hará com o licencia literaria. La situación, no obstante, plantea toda una serie de problem as de interpretación a la hora de determ inar con exactitud hasta dónde llega el Sócrates real y el genuinam ente platónico. Lo cierto es que esta duda
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La República es el compendio de toda la obra filosófica d e Platón. En El banquete expone su pu n to de vista sobre el amor. La apología de Sócrates, Fedón y Critón reflejan la personalidad y la obra de su maestro Sócrates.
E l P lató n de Sócrates y el
Sócrates de P latón
Platón cuenta con 31 años cuando Sócrates es ejecutado, en el año 399 a. C.Tanto el juicio (al que asiste entre el público) como el suicidio forzoso de su maestro hacen mella en él, ya que no en vano lo considera com o el más sabio y justo de todos los hombres.Tras su muerte, Platón empieza a escribir una serie de diálogos filosóficos que tienen com o principal protagonista a su maestro, que aparece interrogando y confundiendo a sus interlocutores acerca de los conceptos básicos sobre la política y la moral. Dos razones le llevan a hacerlo. Por un lado, y a modo de desafío, inmortalizar las ideas de aquél, que ha sido condenado injustamente. Por otro, limpiar la memoria de su maestro mostrándolo com o la persona más sabia que haya habido jamás y que nada tiene que ver con las calumnias de corruptor de jóvenes con las que se le ha acusado y condenado. No obstante, se da p o r sentado que a medida que pasan los años Platón va evolucionando y madurando hacia un p unto de vista y unos postulados propios. Así, en los prim eros diálogos refleja de un m odo bastante fiel la obra y personalidad de Sócrates, recogiendo incluso
“QUE NADIE ENTRE AQUÍ SIN SABER MATEMÁTICAS” P latón
siempre existirá, aunque tam poco cabe duda de que los diálogos de Platón contienen los postulados filosóficos de dos genios distintos, Sócrates para los prim eros y Platón para el resto. Así, p o r lo que respecta a los diálogos de la primera etapa, se observa un interés absoluto p o r las cuestiones relativas a la moral en detrim ento de los problemas filosóficos que afectan al mundo de las cosas concretas. En ese sentido, una de las creencias filosóficas más arraigadas es la identificación de la virtud con el conocimiento, al que se pretende llegar m ediante un proceso de continuo cuestionam iento y argumentación. En la segunda etapa, no obstante, observamos un profundo cambio: ahora, el interés de Platón sex en tra en
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La a n tig u a G recia f u e la p r im e ra s o c ie d a d en la q u e se e n señ a b a a los jó v e n e s a lu m n o s a p e n s a r p o r s í m ism os m e d ia n te el recurso d e l debate, la a rg u m e n ta c ió n y la crítica, y no sim p lem en te a a s u m ir sin m á s e l p u n to
La escuela d e P latón d e vista d e l m aestro. Esto llevó lógicam en te a l m a y o r desarrollo d e l e n te n d im ie n to ja m á s experim en tado, siem pre a p a r tir d e la p r e m isa d e q u e co n o cim ien to y c rítica no son incom patibles.
b s cuestiones filosóficas aplicadas al mundo de las cosas . ncretas y sensibles, para después pasar a aplicarlas a la _ n Jucta humana. Así pues, ningún aspecto de la realidad _■'.'undante es ajeno al interés de Platón,y en ese -cntido las matemáticas y la física aparecen com o medios ■sustituibles a la hora de aproxim arse y entender mejor
el m undo de las cosas. De ese modo, no es de extrañar que en el frontispicio de su academia hiciera grabar las siguientes palabras: «Que nadie entre aquí sin saber matemáticas». Muchas de sus ideas más im portantes se formulan en forma de largas explicaciones que no son propiam ente debates o diálogos en el sentido pleno de la
El ARTE CO M O A l v er este fresco , p in ta d o en u n a d e las p a r e d e s d e u n a villa r o m a n a a m o d o d e tram pantojo, d a la im presión d e q u e la c a sa dispon e d e u n bello ja r d ín
u Como tal vez hayas leído, el sabio Platón afirma que las palabras deben estar de acuerdo con la acción v
palabra, donde las intervenciones del interlocutor se reducen a un simple «sí, po r supuesto» o «es cierto». Además, rechaza la idea de que la virtud consiste tan sólo en saber qué es lo correcto. En lo que Platón discrepa de Sócrates es en la creencia de que el único daño que puede sobrevenir a una persona es el que afecta al alma y, por tanto, es mejor sufrir una equivocación que cometerla.Tampoco coincide en el convencim iento de su maestro a la hora de no dar nada por sentado y cuestionar todo y a todos. De todos modos, lo cierto es que sólo gracias a esto último logrará deshacerse de la herencia de Sócrates para así poder expresar sus propias ideas. No en vano, pensar tal com o Sócrates enseñaba a sus discípulos no es más que pensar por uno mismo, sin necesidad de som eterse a ninguna autoridad superior.Y, de hecho, eso es precisam ente lo que hace Platón al exponer
ENGAÑO
en lu g a r d e u n sim ple m uro. P a ra P latón, e l arte en g a ñ a siem p re y n o es e n r e a lid a d m á s q u e u n a tram pa p a r a e l alm a.
necesario, de los límites marcados p o r su maestro. Así, partiendo de Sócrates, lo que hace en el fondo Platón es seguir a aquél, aun desde la inevitable discrepancia.
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G eoffrey C haucer
L a c u n a d e la c u l t u r a OCCIDENTAL
Platón vivió en la e d a d d e oro d e Atenas, a caballo entre los siglos v y j v a . C., cuando la ciu d a d estaba generando grandes filósofos, a sí como físicos, matemáticos, astrónomos, historiadores, escultores, arquitectos y dramaturgos. Además, se d a b a p aso a la prim era dem ocracia de la historia.
¡sí V¿ fcrJ
C. 'Ja
E s c e n a d e E l ba n q u ete El esta d ista A lcib ía d es llega a ca sa d e l p o e ta A g a tó n p a r a m a n ten er u n a co n versa ció n q u e q u e d a rá in m o rta liza d a p a r a siem pre.
E l p r im e r m a e s t r o
Platón, que murió a la edad de 81 años, vivió medio siglo tras la m uerte de Sócrates, período en el que escribió unas dos docenas de diálogos de una extensión variable que va desde las 20 páginas actuales a las 300. Uno de los más célebres es, sin duda alguna, La República, obra en la que Platón aborda la cuestión de la naturaleza de la justicia y se plantea, entre otras cosas, esbozar las bases del Estado ideal. Destaca tam bién otro diálogo, El b a n q u ete, en el que trata la naturaleza del amor. La mayoría del resto de los diálogos suelen tom ar el nom bre del interlocutor principal con el que dialoga Sócrates, com o Laques, Eufitrón, Protágoras, Fedón, Teeteto, Tim eo, etcétera. Estos diálogos se encuentran entre las más excelsas muestras de este género en toda la literatura universal. A ello hay que añadir el hecho de que contienen algunos de los pasajes filosóficos más bellos y m ejor escritos de toda la historia de la filosofía; de hecho, son muchos los estudiosos que sostienen que se trata de la mejor prosa en griego jamás escrita. Entre los más conm ovedores y, p o r tanto, los más adecuados para leer en prim er lugar se encuentran aquellos que se refieren al juicio y m uerte de Sócrates, es decir, Critón, La apología de Sócrates y Fedón. La apología recoge el discurso pronunciado p o r Sócrates durante su
¿efensa y juicio y, de hecho, se puede considerar como una apología p ro vita sua, esto es, la justificación de su propia vida. Por todo ello, se considera a Platón tanto com o un ñlósofo com o un artista de primerísimo orden. Además, rje él quien estableció el prototipo de la institución de ^Academia, que era el nom bre que había puesto a la casa en la que recibía a sus alumnos, y que a partir ce entonces pasó a designar p o r extensión todo centro donde los jóvenes recibían una formación ce alto nivel.
El m u n d o
d e las id ea s
Li teoría que más fama ha dado a Platón es, sin duda i_guna, la de las Ideas. (Se utilizará a partir de ahora la mayúscula para distinguir cuándo se utiliza este térm ino según la acepción platónica.) Ya hem os com entado con anterioridad que cuando '• ■erales formula una pregunta acerca de, p o r ejemplo, íl belleza o el valor, no busca la definición concreta de ü é a una de estas palabras, sino que trata de descubrir ¿i naturaleza de la entidad abstracta que subyace bajo rve concepto. Esta serie de entidades, siempre según S xrates, no se encuentran localizadas en un lugar o un
tiem po concretos, sino que se trata de algo que posee una existencia universal independiente de toda referencia tem poral o espacial. El conjunto de cosas concretas y singulares que existen en el mundo cotidiano, así como todos aquellos actos remarcables que pueda realizar una persona, no son más que conceptos efímeros pero que, en cam bio,form an parte indisoluble de una esencia o idea atemporal de la belleza o el valor absolutos.Y este conjunto de ideas son indestructibles y existen p o r sí mismas. Platón retom ó esta teoría acerca de la naturaleza de lo moral y de la virtud, y la generalizó al resto de la realidad. Así pues, todo aquello de que se com pone este mundo sensible que nos rodea no es más que una manifestación o reflejo efímero y caduco de una idea superior y universal que posee una existencia perm anente e indestructible fuera del espacio y el tiempo. Platón sostiene esta conclusión con argumentos de muy diferente signo. Así, p o r ejemplo, constata que, a medida que se profundiza en el conocim iento de la física, más evidente se hace el estrecho vínculo existente entre las matemáticas y la realidad del mundo. En ese sentido, para Platón el cosmos es un perfecto ejemplo del orden, la armonía y la proporción, algo que nosotros
Los copistas Hasta la invención de la im prenta, la única m anera d e que los escritos circulasen era copiarlos a m ano de m anera que pudiesen ser estudiados y glosados. Precisam ente, durante la Edad Media fue una de las principales labores de los monjes en los m onasterios, gracias a cuyo anónim o trabajo nos ha llegado una gran cantidad d e las obras maestras de la cultura clásica, que d e otro m odo se habría perdido para siem pre.
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U n o r d e n r acional abso lu to , desd e las matemáticas a las leyes K c ú ii constituye u n a referen cia im p rescin d ib le a lo largo d e los h « . En este fre sc o d e u n m on a sterio ru m a n o d e l siglo x v i a p a rec e
en c o m p a ñ ía d e l m a tem á tico P itágoras y Solón, e l g r a n legislador y reform ista ateniense.
Esparta, la ciudadestado que dom in aba el su r del Peloponeso, era la gran rival d e A tenas en la época d e Platón, aun que a ú n tuvo tiempo este último d e ser testigo d e su definitivo declive. Se fu n dam en taba sobre una sociedad totalmente m ilitarizada y , a diferencia de la floreciente y dem ocrática Atenas, imperaba en ella una severa disciplina y austeridad. Ello explica que todavía hoy en día el térm ino «espartano» se emplee p a ra designar un a disciplina d e lo m ás estricta.
L a R e p ú b l ic a
La República de Platón em pieza como una sim ple disquisición acerca de la naturaleza de la ju sticia p ero poco a poco deriva hacia una profunda reflexión sobre la naturaleza hum ana en su conjunto, que com prende incluso los aspectos d e la vida social, p a ra y a a l fin a l centrarse en las principales cuestiones de la filosofía. Contiene, además, el prim er anteproyecto hasta ahora conocido de las bases de una sociedad ideal. Por todo ello, son muchos los que consideran este diálogo como la obra maestra de Platón, en la que éste dibuja las líneas esenciales de toda su doctrina filosófica.
ahora podem os corroborar arguyendo que todo fenóm eno producido en la naturaleza puede expresarse en térm inos de ecuaciones matemáticas. Retomando los postulados de Pitágoras, Platón concede una extraordinaria importancia a este concierto universal al concluir que, por encima del caos aparente que se manifiesta en la realidad, subyace un orden perfecto que encuentra su máxima expresión en las matemáticas. Este orden no es perceptible a simple vista,pero, en cambio, sí que es accesible a la razón, la inteligencia y el intelecto. En cualquier caso, lo más im portante es que está ahí, existe, y sobre él se asienta la realidad. Precisamente, en su afán p or encontrar ese orden absoluto acogió en su Academia a varios de los matemáticos más célebres de su tiempo, y bajo su égida tuvieron lugar enorm es avances en el dominio de las matemáticas y de todo cuanto hoy en día designamos bajo el nom bre genérico de ciencias.Y todo ello como parte indisoluble de la filosofía.
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La V enus d e M ilo (h a cia 2 0 0 a. C.) es ta l v e z la escu ltu ra d e m a y o r fa m a en e l m u n do. B ajo la fig u r a d e la d io sa A frodita, e n c a rn a los ideales d e . la belleza fe m e n in a en la (.¡recia a n tigu a.
I n t e r p r e t a c ió n c r is t ia n a de
P latón
Esta aproximación, llevada a cabo por Platón con una gran minuciosidad en las áreas más variadas del conocim iento, dio com o resultado la división de la realidad en dos reinos distintos. Por un lado, un mundo visible de las cosas, que no es más que la percepción que de él tenem os a través de los sentidos, el m undo cotidiano en el que nada perm anece inmóvil e invariable. En ese sentido, para Platón todo en ese mundo está en continua evolución, no hay nada que se encuentre ajeno al proceso de cambio continuo: «Todo está en constante cambio, nada es», en el que todo resulta, p o r tanto, imperfecto y corruptible. Es precisam ente este m undo ubicado en el espacio y el
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f E l id e a l g r ie g o
Los antiguos griegos dem ostraron una absoluta maestría a la hora de conciliar el orden con la em oción, y ello lo dem ostraron en cada una de las facetas de su vida pública y social, desde la política al arte. Incluso las cráteras m uestran una extraordinaria com binación entre la forma y el sentimiento. D esde entonces, este equilibrio ha constituido todo un m odelo a seguir q u e se conoce con el nom bre de «ideal griego», y ninguna otra civilización posterior ha logrado alcanzarlo de nuevo.
“T O D O ESTÁ EN CONSTANTE CAMBIO, NADA ES” P latón
tiem po el único que el hom bre puede percibir y aprehender a partir de los sentidos. Pero, además, existe otro reino, éste ajeno a la tiranía del espacio y el tiempo, que no es accesible a nuestros sentidos, y donde reside el orden perfecto y perm anente. Este otro m undo no es más que la realidad perm anente y atemporal de la que el mundo sensible e im perfecto de las cosas nos ofrece
jnos siempre breves e insuficientes destellos. Pero, de Precisamente, la base de su doctrina es la argumentación aecho, constituye la realidad verdadera, ya que es estable filosófica, y de ningún modo la supeditación e invariable, y no está sumida en un continuo proceso o justificación de dogma o credo alguno, y menos de cambio, tal com o sucede en el m undo sensible. del cristiano. Todo esto se puede aplicar, lógicamente, al propio Platón no siente la necesidad de apelar a la creencia en ningún dios o palabra revelada; de hecho, son m uchos ser humano. Es decir, hay una parte de nosotros mismos los ateos o agnósticos que han aceptado la totalidad o que se puede percibir con los sentidos, aunque bajo esta parte de sus teorías filosóficas. En cierto modo, Platón ¿pariencia subyace otra parte, ésta inaccesible a los sentidos, pero que, en cambio, la razón sí que es capaz mismo atribuía a las Ideas cierto com ponente divino dado su carácter perfecto y, al igual que Pitágoras, creía ie intuir. La prim era se com pone del cuerpo, de todo en la reencarnación. Pero lo cierto es que el grueso de su aquello que se encuentra sometido a las leyes de la influencia filosófica tuvo lugar sobre toda una serie de naturaleza y que se sitúa bajo el dominio del espacio y el pensadores que, partiendo de él, optaron sencillamente tiempo. El cuerpo nace y crece,y siempre es imperfecto, p o r ignorar todos aquellos elem entos que no se ya que está en continua evolución, hasta que desaparece. De hecho, no es sino un fugaz reflejo de algo superior adecuasen a sus finalidades de sincretismo religioso, e incluso sobre aquéllos manifiestamente contrarios íjue también forma parte de nosotros mismos y que no a toda interpretación divina. □ene materia, es atemporal e im perecedero, algo que podríamos denom inar «alma». Es el alma, precisam ente, la La h o s t il id a d d e P l a t ó n h a c ia el a rte Idea de cada uno de nosotros que habita en un mundo io n d e no existe el espacio ni el tiempo, allí donde en Platón afirma que, para toda persona dotada de un Jefinitiva se encuentra la verdadera realidad. mínimo de inteligencia, el principal objetivo vital debe Muchos de estos conceptos resultan sumamente ser atravesar la capa superficial del m undo de las cosas r-imiliares en la tradición cristiana, lo cual se debe al y penetrar hasta llegar al nivel donde reside la realidad aecho de que la escuela filosófica predom inante en el verdadera. Esto podría entenderse hasta cierto punto mundo de herencia cultural helénico sobre el que com o una especie de misticismo intelectual, desde el rru m p ió el cristianismo, y de la que por tanto se nutrió, mom ento en que supone tom ar conciencia de ese mundo era de tradición platónica. No en vano, el Nuevo de las Ideas en el que se encuentra el alma y al que ha de Testamento se escribió en griego y m uchos de los acceder tras la m uerte para toda la eternidad. En ese primeros pensadores cristianos trataron reconciliar las sentido, la m uerte se ha de entender como una liberación, revelaciones de su religión con las que es justo lo que Platón pone principales doctrinas de Platón. en boca de Sócrates en el Fedón. Y una de las teorías adaptadas por Para alcanzar este estado de los cristianos fue precisam ente la consciencia, es preciso que la ie la antropología platónica, que persona sepa ver a través del presenta al hom bre com o un conjunto de cosas efímeras y (xmjunto de dos realidades caducas de que se com pone el iistintas. De hecho, durante m undo sensible, de m odo que —ucho tiempo se extendió la quede libre de todo tipo de | jstum bre de referirse a Platón atracciones y deseos. Es f Sócrates como «dos cristianos precisam ente esto último lo que citeriores a Cristo», e incluso son explica la hostilidad del filósofo —uchos los cristianos que han hacia el arte, al que considera rreído plenam ente en la idea de com o algo falso y ficticio, y que que la misión histórica de estos produce un perjudicial atractivo Jos filósofos griegos universales sobre los sentidos, tanto más fae la de sentar las bases teóricas destructivo cuanto mayor sea su rué perm itieran la irrupción y grado de belleza. Para él, las obras r«ropagación del cristianismo.Tal de arte son doblem ente ¿he la creencia dom inante durante decepcionantes ya que no son la Edad Media, en la que la sino la representación imaginaria escolástica trató po r todos los de algo que ya de p o r sí es una R em o t o parecido medios de conciliar las doctrinas manifestación ilusoria. Lo único Los m a n u scrito s a n terio res a la a p a rició n d e la im p re n ta se so lía n ilu m in a r con ilustraciones, las platónicas con el dogma cristiano. que hacen es disimular tras una cuales co n stitu yen h o y e n d ía u n a d e las Es obvio que Platón no fue ni apariencia de belleza el carácter p rin c ip a le s fu e n te s d e retratos d e los filósofos d e la a n tig ü e d a d , co m o es e l caso d e l d e P la tó n q u e adío ni cristiano, y que desarrolló inalienable de fugacidad del a p a re c e so b re estas líneas. Lo cierto es q u e los hi> teorías filosóficas ajeno a mundo sensible y favorecer a u to res d e la s m in ia tu ra s n o d isp o n ía n m á s q u e cualquier tradición judeocristiana. d e su p r o p ia im a g in a ció n a la h o ra d e inspirarse. nuestro vínculo con este último, lo
Baile en ho n o r AL DIOS DlONISO En el m undo griego sobre el que Platón desarrolla toda su obra filosófica, las prácticas y manifestaciones religiosas se encuentra extraordinariam ente arraigadas. En ese contexto, para una persona de gran reputación y fama, negar o cuestionar la existencia de los dioses representa u n gran riesgo, de ahí que siem pre nos quede la duda de hasta qué p unto Platón cree en ellos o no.
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La TRAGEDIA GRIEGA
La tragedia griega aborda los problem as fu ndam entales d e la naturaleza hum ana, de a h í que siempre despenara un gran interés entre los grandes filósofos. Los más célebres dramaturgos de tragedias son Esquilo, Sófocles y Eurípides, cuyas obras todavía se representan en la actualidad. Uno d e los temas inmortales m ás tratados es el conflicto entre el deseo individu al y la obligación p a r a con la sociedad. La conclusión es siem pre la misma: todo aquel que se enfrente a los intereses d e la colectividad acaba irremediablemente condenado alfracaso.
Sa n J u a n
San Juan Evangelista (siglo i d. C.), autor d e u n o de los Evangelios, era u n judío im pregnado de la cultura y la filosofía griegas. Precisam ente fue el prim ero en inaugurar u n largo proceso que habría de durar m uchos siglos, la obsesión p o r adaptar la tradición filosófica griega a la propia judeocristiana.
que nos desvía de esa llamada verdadera que nos ha de im peler a superar ese grado de apariencia, hasta acceder al nivel ajeno al tiem po y a los sentidos que hay más allá. En definitiva, para Platón el arte no es más que una tram pa para el alma, de ahí que en su visión de la sociedad ideal no tenga cabida. Bajo esta teoría se han escudado todos los regímenes políticos que se han dedicado a prohibir o controlar la creación artística. Para Platón, el hom bre esta com puesto de tres elem entos en perm anente conflicto: las pasiones, el intelecto y la voluntad, y la labor principal del intelecto es el control perm anente de las pasiones a través de la voluntad. Pero Platón no se queda ahí y extrapola esta división a su visión de la sociedad ideal, en la que destaca una clase intermedia, que él define com o «guardianes», cuya finalidad es m antener bajo control a la clase inferior formada p or el pueblo llano, y una clase superior, la de los gobernantes, que procede de una selección de los m ejores guardianes y que tiene com o finalidad arbitrar la vida política del conjunto de la sociedad desde su condición de filósofos. La verdad es que esta visión platónica guarda enorm es similitudes con las sociedades comunistas del siglo xx; no en vano, la influencia que las teorías políticas de Platón han ejercido a lo largo de los siglos ha sido enorm e, y no únicam ente en los regímenes totalitarios, tanto de derechas com o de izquierdas, que tanto han proliferado a lo largo de la historia reciente.
Aristóteles, un autor de tanta im portancia que se estudia p o r separado en el capítulo siguiente. De hecho, Aristóteles funda una línea de pensam iento filosófico diferente de la platónica e, incluso, contraria en muchos aspectos, aunque siempre es consciente de su deuda para con su maestro. Además de Aristóteles, otro de los filósofos más destacados enclavado en la corriente filosófica platónica aparece varios siglos más tarde, a finales del siglo ni d. C. Se trata de Plotino, que nació en el año 204 y m urió en el 269. Aunque era natural de Egipto y tenía nom bre latino, Plotino, que escribía en griego, es considerado com o el último de los grandes filósofos griegos, poniendo fin así a la línea de tradición filosófica iniciada porTales en el siglo vi a. C., así como el último gran filósofo de la antigüedad. Su doctrina filosófica se nutre de la vena mística platónica y da lugar a lo que se conoce con el nom bre de «neoplatonismo». Aunque no era cristiano y en sus escritos no aparece en ningún mom ento referencia alguna al cristianismo, lo cierto es que sus teorías ejercieron una influencia decisiva en la obra de los dos grandes filósofos del siguiente milenio, san Agustín y santo Tomás de Aquino.y, p o r consiguiente, en el desarrollo del cristianismo. Dean Inge, escritor cristiano del siglo xx, se refiere a Plotino como «el pensador místico más grande de todos los tiempos. Ningún filósofo alcanza su poder de penetración espiritual».
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u Si alguien busca la felicidad más allá de sí mismo, no es la felicidad lo que está buscando v P l o t in o
P latón Y EL CRISTIANISMO
Platón ejerció m ás influencia en el desarrollo del prim itivo cristianismo que ningún otro pensador no cristiano. El griego era todavía la lengua d e com unicación y cultura p o r antonom asia en la época en que nació Jesús, y el filósofo más conocido p o r aquel entonces era precisam ente Platón. D e hecho, El Nuevo Testamento se escribió en griego.
LOS D ISCÍPULOS DE PLATÓN
La obra de Platón y la de aquellos filósofos que estuvieron bajo su influencia ejerció un dominio filosófico absoluto en Europa durante los seis o siete siglos posteriores, hasta que fue sustituida p o r la corriente del pensam iento cristiano. El más célebre discípulo de Platón fue uno de los más
E l f il ó s o f o m ís t ic o
La obra de Plotino, más que la de cualquier otro filósofo anterior a él, salvo la excepción de Platón, se convierte en el eje filosófico que vertebra el desarrollo intelectual del cristianismo. Plotino defiende la teoría platónica de las Ideas, y sostiene que la realidad última y verdadera es de carácter m ental y que todo aquello que es creado debe haber sido previam ente pensado. Destaca tres inmediatos en el tiempo. Nos referimos a su alumno niveles ascendentes del ser. El inferior, que es donde se encuentra el ser humano, es el alma. El siguiente, donde se aprehenden las Ideas, es el dominio del intelecto. Por último, el nivel superior es el bien (Dios para los cristianos), donde debe dirigirse el ser hum ano tras superar los niveles inferiores. Los pensadores cristianos adaptaron estas teorías de acuerdo con su dogma; para éstos el mundo aparece com o una creación que surge de la m ente de Dios, a cuya l N VENERADO FILÓSOFO PAGANO unión mística debe aspirar A u n q u e Plotino no era cristiano, lo cierto es q u e sus teorías ejercieron U 7ia in flu en cia el hombre. ta l q u e h izo q u e su sarcófago fu e s e tra sla d a d o a u n o d e los m useos d e l Vaticano.
E l MITO de la CAVERNA l mito de la caverna, probablem ente el pasaje más célebre de toda la obra platónica, se encuentra en La República. En él, Platón ejemplifica de forma simbólica su visión de la condición hum ana y, en especial, su teoría del conocimiento con respecto a la realidad. La escena se sitúa en una caverna que da al m undo exterior a través de un túnel lo suficientemente largo com o para evitar la entrada de la luz del sol en el interior. Al entrar hay toda una fila de prisioneros que dan su espalda a la entrada y miran de frente a un gran muro situado al fondo de la caverna. Están del todo inmovilizados m ediante unas argollas situadas en los pies y el cuello de forma que no pueden realizar el más mínimo movimiento ver quién se encuentra a su lado, ni a sí mismos. De hecho, lo único que pueden ver es el muro que se encuentra delante de ellos, y han perm anecido en esta posición durante toda su vida, así que lo único que conocen es lo que ven en ese muro.
E
circulan más allá de la muralla transportando los objetos. Precisamente, afirma Platón, ese conjunto de sombras y ecos es lo
ecos no son sino la realidad, la única que conocen y han podido experimentar. ero, ¿qué ocurriría si uno de esos prisioneros se deshiciese de sus cadenas, escalara la muralla y dejase los dominios de la oscuridad para acceder a la claridad de la hoguera? Lo más probable es que,: deslum brado por los destellos de ésta y confundido ante la visión de la realidad circundante, : quisiera volver atrás y I colocarse de nuevo delante del muro de las sombras, que es la realidad a la que está acostumbrado. Si fuera arrastrado a la fuerza al exterior de la caverna, la luz del sol lo cegaría y trastornaría e modo que durante una tem porada sería incapaz de ver o entender la realidad del m undo exterior. Pero, una vez se hubiera acostum brado a perm anecer en ese nivel superior de la realidad, si tuviera que volver de nuevo a la caverna, volvería a deslumbrarse, pero esta vez a causa de la oscuridad. Y todo cuanto dijera a los prisioneros acerca de las maravillas del exterior sería ininteligible para unos seres cuyo lenguaje tan sólo remite al m undo de las sombras y los ecos.
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etrás de ellos hay una gran hoguera y, en m edio (entre ellos y ésta) y sin que los prisioneros tengan conocimiento de ella, se levanta una muralla de la altura de un hombre, por cuyo lado exterior no cesan de pasar hombres sosteniendo cosas en lo alto de sus cabezas y cuyas sombras refleja la luz que desprende la hoguera en la superficie del muro que se encuentra al fondo de la caverna y a la que miran los prisioneros. A la vez, éstos perciben como un rum or el eco de las voces de los hom bres que
D
único que los prisioneros están condenados a percibir o experim entar a lo largo de toda su experiencia. Para ellos, de hecho, esas sombras y
LO Ú N IC O QUE PUEDEN V E R ES EL MURO QUE SE EN CU EN TR A DELANTE DE ELLOS
sí pues, tal como se desprende de esta alegoría, para Platón el ser hum ano es prisionero de su cuerpo y es incapaz de discernir incluso su propio mundo. La experiencia que de éste posee el hom bre no nace de la realidad sino de su mente.
A
A r is t ó t e l e s EL G E N IO QUE CLASIFICÓ LAS CIENCIAS Y FO R M U L Ó LA LÓ GICA Aristóteles es el iniciador de una corriente filosófica que parte de la observación y la experiencia en detrimento del pensamiento abstracto.
G enio universal Aristóteles es considerado, p o r los estudiosos m ás virtuosos y serios d e la filosofía, com o u n o d e los tres o cuatro grandes pensadores d e la elaboración d e una teoría del sujeto. Actualmente, su Metafísica y su Ética son objeto de estudio en todas las universidades del m undo.
DE IGUAL MODO QUE PLATÓN fue discípulo de Sócrates, Aristóteles lo fue a su vez de Platón. Además, el propio Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno, de forma que se puede distinguir toda una herencia intelectual, de generación en generación, a través de unas figuras de relevancia universal. El padre de Aristóteles trabajaba com o m édico en el palacio del rey de Macedonia, Filipo, de ahí que más tarde el filósofo llegara a ser tu to r del hijo de éste, Alejandro. Nació en Estagira en el año 384 a. C.y a los pocos años quedó huérfano de padre. A los 17 años se trasladó aAtenas para estudiar en laAcademia de Platón, donde perm aneció cerca de veinte años. Más tarde, en el año 335 a. C., fundó su propia escuela en la capital, a la que puso el nom bre de Liceo, cuyo emplazamiento primitivo se descubrió precisam ente en 1996. Murió en el 322 a. C. a la edad de 62 años.
De hecho, según Aristóteles, es precisam ente este elem ento de fascinación el que ha hecho que los prim eros pensadores se dedicaran p o r entero a filosofar acerca de la naturaleza; es éste, y no otro, el m undo que se plantea entender y conocer. Por otro lado, Aristóteles no cree en la existencia de otro m undo ajeno a éste, de ahí que crea inútil toda
u
¿QUÉ ES EL www.fullengineeringbook.net SER?’
^Debo mucho a Platón, pero debo mucho más a la verdad ^ Aristóteles
U N FILÓSOFO DE ESTE MUNDO
A ristóteles y A lejandro M a g n o A ristóteles e n señ a n d o a A le ja n d ro M agno, q u ie n d e d ic a ría to d a su v id a a c o n q u ista r el m u n d o co n o cid o .
Aristóteles siem pre reconoció el genio de su maestro Platón y la enorm e deuda contraída con sus enseñanzas, p ero ello no fue impedim ento para que rechazara algunas de sus teorías básicas, com o la de la existencia de dos mundos. Como ya hem os visto, para Platón no es válido el conocim iento procedente de la percepción que tienen los sentidos de un m undo en continuo cambio, sino que, po r el contrario, la verdadera sabiduría radica en el conocim iento de otro mundo, el de las Ideas, que es abstracto y se encuentra fuera del tiem po y del espacio, y al que sólo se puede acceder a través de la razón. La postura de Aristóteles, en cambio, se opone radicalmente a esta visión dual de su maestro al sostener que el único mundo sobre el que se puede filosofar no es sino el mismo en el que vivimos y percibimos, que en sí mismo constituye una enorm e e inagotable fuente de fascinantes y maravillosas experiencias.
A r istó teles
argum entación filosófica que tenga p o r objetivo su justificación. Según él, todo aquello que se encuentre más allá de nuestra percepción o experiencia no existe. Y como no hay manera alguna de referirse o hablar de la nada, no tiene sentido detenerse en ella: toda filosofía que vaya más allá de este m undo concreto y sensible es palabrería inútil. Por tanto, las discrepancias con la teoría de las Ideas de Platón son del todo obvias: para Aristóteles, no existe motivo alguno que lleve a pensar en la posible existencia de estos entes abstractos; es más. está convencido de que no existen. El objetivo de Aristóteles de conocer todo lo relativo al m undo de los sentidos constituye, no obstante, un em peño de dimensiones faraónicas, al que dedicó por com pleto toda su energía y pasión a través del estudio de las materias más variadas. P la tó n y A ristóteles : d o s co r rien tes filosóficas opuestas P latón, a la izq u ie rd a , sostien e e l T im eo, o bra q u e recoge sus teorías m etafísicas, y a p u n ta b a c ia las cosas superiores. Aristóteles, a su vez, m u estra su Ética, y su giere c on su gesto q u e n o h a d e p e rd e rse n u n c a e l c on tacto directo con la rea lid a d . Estas dos corrientes opuestas h a n vertebrado la historia d e la filosofía a lo largo d e los siglos.
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realizada p o r Aristóteles es de una magnitud tal que durante dos mil años el estudio de la lógica no ha sido, en realidad, más que una continua aproxim ación a los postulados establecidos p o r el genial filósofo griego. Ante tal manifestación de genialidad uno no puede sino quedarse maravillado admirando la obra ingente del que sin duda ha sido la m ente más lúcida de toda la historia universal. De hecho, difícilmente se puede encontrar a alguien que haya reunido tanto saber en una misma persona com o Aristóteles.
“EL MAESTRO
DE AQUELLOS QUE SABEN”
www.fullengineeringbook.net D a n t e so br e A ristóteles
D a n t e , d iscípu lo d e A ristóteles D ante, e l m a y o r p o e ta d e la E d a d M edia, vio siem pre a A ristóteles com o la m á x im a a u to r id a d en aqu ella s ra m a s d e l sa b er q u e el cristia n ism o n o h a b ía abo rd a d o .
M etafísica La pa la b ra «metafísica» proviene d el griego y significa -más allá d e la física *. Constituyó el título d e u na colección de varios trabajos de Aristóteles, los cuales elaboró después de escribir el libro que versaba sobre la física. Se centra en el estudio d e los rasgos m ás característicos de la realidad, como el espacio, el tiempo, la sustancia, etcétera.
No en vano, de él parte la prim era clasificación de las diversas ramas del saber, muchas de las cuales han tomado el nom bre de los títulos de algunas de las obras aristotélicas más célebres, com o es el caso de la lógica, la física, la política, la economía, la psicología, la metafísica, la meteorología, la retórica o la ética, algo que resulta de lo más extraordinario si se tiene en cuenta que se trata de la labor de una sola persona. Además, a él se deben muchísimos térm inos técnicos que, desde entonces, han gozado de una difusión universal en la gran mayoría de las lenguas, ya sea a través del griego o de su versión latinizada, com o energía, dinámica, inducción, demostración, sustancia, atributo, esencia, accidente, categoría, tópico, proposición o universal.Y, p o r encima de todo, Aristóteles sistematizó la lógica m ediante un proceso de validación e invalidación, es decir, distinguiendo aquello que realm ente deriva de una causa y lo que tan sólo es consecuencia en apariencia. La labor
Tras la caída del Imperio romano y la entrada en lo que se ha venido en llamar los «siglos de la oscuridad», la obra de Aristóteles pasó al olvido en Europa, mientras que en el m undo árabe se conservó viva, de donde posteriorm ente pasó a la cultura occidental hasta convertirse en la base de todos los conocim ientos
científicos o cuasicientíficos que poseyeron los europeos de la época. Por stipuesto, la importancia de la obra aristotélica radicaba no sólo en el propio contenido de la misma, sino también en los diferentes m étodos de investigación y conocim iento sobre los que se basa. Así, no es de extrañar que el propio Dante (1265-1321) se refiera a Aristóteles com o «el maestro de aquellos que saben». Sus estudios sobre la biología así com o sobre lógica ejercieron una gran influencia hasta bien entrado el siglo xix, y su filosofía de ámbito más general, com o la política, la ética y la estética, perm anecen vigentes.
La
n a tu r a leza d e l ser
La pregunta básica que se plantea Aristóteles es cómo explicar la esencia de las cosas, qué es lo que hace que algo exista. O dicho con sus propias palabras: «La pregunta, planteada desde hace m ucho tiem po y que siempre ha sido objeto de debate [es]:“¿Qué es el ser?”». La prim era conclusión a la que llega es que las cosas no son sim plem ente la sustancia de que están hechas. Para ilustrar esta afirmación, se vale del ejemplo de una
casa. Imaginemos que alguien años. Pero, ¿quién pondría en encarga a un constructor que duda que se trata del mismo le haga una casa en un terreno Sócrates? Así, parece obvio que posee, y éste trae los que no tiene mucho sentido ladrillos, las tejas, la madera afirmar que el gran filósofo y el resto de los materiales ateniense es de lo que se necesarios y le dice al dueño: com pone su cuerpo. Aquí tiene su casa». Lo cierto Aristóteles traslada esta teoría es que esta situación parece al resto de los seres. Así, por sacada de un chiste malo, pues ejemplo, sostiene que las el dueño dispondría de todo diferentes familias de perros aquello de que se com pone que existen no se engloban una casa pero no de la casa en en el nom bre genérico de L a Física d e A r i s t ó t e l e s sí. Para que ésta cobrara «perro» p o r la materia El térm in o q u e h o y con ocem os p o r fís ic a p r o c e d e d e l título d e esta o bra d e Aristóteles. realidad, cada uno de los particular de que se materiales tendría que estar com ponen, sino porque todas dispuesto de la m anera conveniente y conformando una ellas com parten un mismo conjunto de rasgos estructura o fundam entos bien definidos, que es lo que característicos que las diferencian de las otras especies verdaderamente daría consistencia a la casa. De hecho, se de animales que tam bién poseen huesos, carne y sangre. podrían utilizar otros materiales de construcción (cristal, Estos argumentos, con los que Aristóteles se opone al metal, plástico), y aunque éstos, sean cuales sean, resultan puro y duro materialismo que defiende la existencia de imprescindibles, en realidad no son ellos los que dan la m ateria p o r encima de todo, resultan apabullantes y, de rorma a la casa, sino que son los fundamentos y la hecho, todavía no ha habido nadie que haya sido capaz armazón los que la dan. Aristóteles ilustra incluso esta de refutarlos, ni tan siquiera los mismos partidarios del :eoría con los propios seres humanos, en este caso, el materialismo. Así pues, Aristóteles concluye que una mismo Sócrates. Si nos fijamos en el cuerpo de Sócrates, cosa es lo que es en virtud de su forma. Al llegar a este afirma, observaremos cómo éste se encuentra en punto se plantea otra cuestión: ¿qué se entiende p o r perm anente transformación y llega incluso a forma? Por un lado se afirma que no se trata cambiar p or com pleto al de algo material y, p o r otro, se cabo de unos pocos refuta la teoría de las
DESACREDnADO D urante los siglos xvi y xvn la visión del m undo planteada por Aristóteles fue m uy rebatida. En este libro de 1616, que trata sobre los diferentes tipos de carácter hum ano, se com para al gran filósofo griego con un asno.
“ El hombre es bueno en un sentido, pero malo en muchos v
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A ristóteles
P rincipales obras Ética a Nicómaco Política Poética Retórica Lógica Física Metafísica Sobre el alma
I m por tan cia de la observación de la naturaleza Entre las aportacion es m á s valiosas d e A ristóteles está n las referentes observación y estu dio d e la re a lid a d p a r a fo r m u la r sus teorías. Este a la biología y ¡a fisio lo g ía . En todo m om ento, el filó so fo p a r te d e la fre sc o d e l siglo iv lo m uestra en lin a sesión d e a n a to m ía .
Ideas platónica, desechando así la posibilidad de que se trate de una entidad sobrenatural fuera del espacio y el tiempo. Para Aristóteles, la respuesta hay que buscarla en la realidad del propio mundo sensible.
Las i.
S? &%^»#¿¿&
R etórica En esta obra, Aristóteles analiza y enseña el arte de la persuasión, desde cóm o construir un discurso hasta cóm o causar u n a buena im presión en el público valiéndose d e los múltiples recursos q u e perm ite la oratoria.
c u a t r o causas
De acuerdo con lo dicho hasta ahora, para Aristóteles la forma es la causa que hace que algo sea lo que es. Esto le lleva a examinar qué se entiende por «causa», de la que acaba distinguiendo cuatro tipos distintos que explicarían en definitiva por qué una cosa es lo que es. De ese modo, la forma no es sino lo que expresa una cosa. A la hora de ilustrar esta teoría de las cuatro causas se suele recurrir al ejemplo de una escultura de mármol. Para que ésta exista
que se compone, esto es, el mármol: es lo que Aristóteles define como «causa material» que responde a la pregunta: «¿de qué material está hecha la escultura?». Pero, como ya hemos visto antes, la materia de que se com pone una cosa no basta para que ésta exista. Sí que es cierto que el mármol es imprescindible, pero es del todo insuficiente en sí misma para crear la estatua, pues requiere otras tres causas. Así, para que el bloque de mármol adopte la forma de un dios o un caballo o de cualquier otra cosa es necesario que alguien lo esculpa con un cincel y un martillo: es lo que Aristóteles denomina la «causa eficiente», es decir, aquello o aquel de donde procede el principio primero del cambio que responde a la pregunta: a «¿qué es lo que perm ite trabajar la materia en cuestión?», «¿qué utensilios se utilizan para darle la forma previamente pensada?». Pero el proceso no acaba ahí, sino que ese bloque ha de adoptar una forma concreta y característica que lo distinga de los demás, ya que un bloque recién sacado de la cantera no es, en principio, ninguna escultura.
“ EL HOMBRE, POR
u El oprimido busca siempre la justicia y la igualdad. El poderoso, en cambio, las ignora
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A ristóteles
A r istó teles
Sabias palabras
En 1545, el hum anista inglés Roger Ascham (1515-1568) hizo la siguiente observación:«Sea cual sea la lengua empleada, aquel que desee escribir bien debe seguir el consejo de Aristóteles: hablar como la gente llana y p en sa r como los sabios. D e ese modo, la palabra estará siempre a l alcance de todos».
F o rm a e in ten cio n a lid a d En El esclav o lib erán d o se (1 5 2 5 -1 530), u n a escultura in a c a b a d a d e M iguel Ángel, a p a rece u n a fig u ra h u m a n a salien do d e la oscu ridad. Q u ed a claro hasta q u é p u n to la in ten cio n a lid a d y la m aestría d el escultor resultan im prescindibles p a r a d a r fo r m a a l m árm ol.
Aristóteles denomina esto último «causa formal», es decir, aquello que hace que la materia indeterminada pase a ser algo determinado que responde a la pregunta: «¿cuál es la imagen que se ha logrado al trabajar el material?». Las tres causas mencionadas tienen lugar porque hay una finalidad detrás de todas ellas; es decir, el artista crea la escultura p o r un motivo, ya sea éste el dinero o la fama. Se habla de la «causa final», el fin por el que se hace algo, lo que confiere sentido a toda acción. Así pues, las cuatro causas aristotélicas son la material, la eficiente, la formal y, p o r último, la final. Salvo en la primera, se puede dar el caso de que dos o más coincidan en un caso determinado. Esto resulta evidente en las ciencias naturales: la causa formal de un roble que ha crecido a partir de una simple bellota es su misma causa final, pues la última forma alcanzada es, a la vez, el último paso de todo el proceso.
E l padre DE la l ó g ic a e n 1502, a p a rec e n la Lógica d e Aristóteles, la R etórica d e Cicerón l a lógica aristo télica se m a n tu v o co m o u n o d e los p ila r e s d e la y la M ú sica d e Túbal. edu cación su p erio r cristia n a a lo largo d e to d a la E d a d M ed ia y m á s a llá d e ella. En este c u a d ro d e la c a te d ra l d e Le Puy, p in ta d o
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En este caso concreto, la causa material estaría constituida po r la madera, la corteza y las hojas de que >e com pone el árbol, mientras que la causa eficiente consistiría en la tierra, el agua, el aire y los rayos solares. Mediante este análisis detallado de las cuatro causas podemos entender la concepción que tenía Aristóteles de la forma y, por tanto, de su oposición con la de su maestro Platón. Así, según aquél, la forma de un objeto, aunque no es algo material, es algo intrínseco a la misma realidad del objeto, no se puede separar de ésta, de igual modo que no se puede separar a un hom bre de. su cuerpo. Esto resulta corroborado po r el simple hecho de que, a la hora de conocer la realidad, uno no se ve impelido a escoger entre una lectura materialista y otra supranatural: de hecho, es perfectam ente posible conocer la realidad valiéndose de múltiples aproximaciones no materialistas, pero sin necesidad de abandonar el m undo sensible. Para Aristóteles, la verdadera esencia de un objeto radica no tanto en La materia de que está formado, com o de la función intrínseca para la que se ha diseñado; en este sentido ¿firmó una vez que si el ojo tuviera alma ésta sería la de la visión. Este principio resulta igualmente válido para ios seres inanimados; así, afirma de nuevo, si un hacha tuviera alma, ésta sería su capacidad para cortar. Así pues, para Aristóteles lo verdaderam ente im portante de los
objetos es su utilidad, la finalidad para la que han sido concebidos, y tan sólo desde esta aproxim ación es posible llegar a conocer la realidad. Es éste también el camino que a nosotros nos perm ite entender los conceptos aristotélicos de alma, forma y causa final. Este método, además de proporcionar a Aristóteles una solución al problem a de los universales planteado p o r Platón en su teoría de las Ideas, le perm ite al mismo tiem po abordar los principios del movimiento y el cambio. Este último es concebido com o el proceso en el que la potencia (aquello que puede llegar a ser lo que todavía no es) se convierte en acto (la realización o concreción de esa potencia), tras dejar el objeto su forma primitiva para pasar a ser otra cosa distinta.
Salvar
las a p a r ie n c ia s
En todo su intento de entender el m undo, Aristóteles insiste en el hecho de que no se debe olvidar nunca que es este mundo concreto y singular el que se está procurando entender. Y aunque muchas veces uno se siente constreñido ante las limitaciones que la experiencia impone, lo cierto es que se deben descartar siempre todas aquellas explicaciones que pongan en entredicho la validez del conjunto de experiencias que se intentan aclarar. Por ello mismo, sugiere Aristóteles la necesidad de dotarse de un m étodo aplicable en
U na vida n o exenta DE PELIGROS A l igual que Sócrates, Aristóteles fu e acusado de im piedad hacia el fin a l de su vida. Ante la p osibilidad d e ser condenado a muerte, y «para evitar un segundo atentado contra la filo s o fía d e c id ió aban don ar A tenas y se exilió a Eubea en el año 3 2 3 u. C., donde m urió a l añ o siguiente a la e d a d d e 62 años. No todos losfilósofos posteriores tuvieron tanta suerte. El último de ellos en sufrir tortura hasta la muerte fu e Giordano Bruno (1548 1600), a quien la Inquisición condenó p o r defender el heliocentrismo.
A rquímedes Entre los más célebres continuadores de los postulados aristotélicos en el cam po de las ciencias destaca la figura del inventor y m atem ático Arquímedes (287-212 a. C.), autor del principio q u e lleva su nom bre, según el cual el volum en desplazado p o r u n cu erp o sum ergido en el agua es equivalente a la cantidad d e agua desplazada.
cualquier tipo de situaciones, sobre el que se asienten de modo firme el conjunto de fenómenos que se hayan de estudiar, de modo que siempre sea posible volver atrás, al origen. Éste es, precisam ente, el objetivo fundamenta] que debe presidir toda aproxim ación del hom bre a la naturaleza. Este m étodo debe perm itir en todo m om ento prescindir de todo aquello que no se base en la propia experiencia; es decir, tal com o dice el propio Aristóteles, debe «salvar las apariencias». Esta expresión, de sobras conocida p or todos, todavía puede servir de punto de partida para la actualidad en cualquier estudio filosófico. Platón y Aristóteles ejemplifican los arquetipos de las dos corrientes principales que han vertebrado la historia de la filosofía a lo largo de los siglos. Por un lado, algunos filósofos han concedido un valor relativo al conocimiento de la realidad procedente de los sentidos, p o r cuanto creen que hay algo más allá escondido tras la apariencia de los objetos concretos. En cambio, otros han optado por centrarse en el estudio de este mundo, que para ellos es el único que existe. Por p o n er un ejemplo relativamente próxim o a nuestra época, los grandes filósofos racionalistas de los siglos x v ii y xvrn defendían que el conocim iento procedente de la percepción de nuestros sentidos era del todo insuficiente, mientras que los grandes filósofos empiristas de la misma época postulaban precisam ente todo lo contrario, es decir, que el único conocim iento válido es el derivado del estudio directo de los hechos observables y concretos. Esta oposición entre ambas tendencias filosóficas ha estado siempre presente en la filosofía occidental.
énfasis en el p unto precisam ente ignorado p o r la otra. Lo im portante no es aferrarse a una de estas posiciones y despreciar la contraria, sino aprender de ambas. Eso es lo que hizo el genial filósofo alemán Kant a finales del siglo x v iii , quien optó p o r conciliar las dos corrientes tom ando los elem entos más coherentes de cada una. Todo lo que hem os visto hasta ahora sobre Aristóteles tiene que ver con su epistemología o teoría del conocim iento, aunque no es justo dejar de m encionar otros aspectos de su extensísimo corpus filosófico. Así, sus obras sobre ética, entre las que destaca su Ética a N icóm aco, han ejercido más influencia a lo largo de la historia que las de cualquier otro filósofo, y si com paramos los enfoques adoptados p o r la gran mayoría de los filósofos morales del siglo xx, preocupados por cuestiones tan familiares como el bien o el deber, con la m agnitud y profundidad de los de Aristóteles, las diferencias saltan a la vista.
“ EL HOMBRE
ES POR , www.fullengineeringbook.net NATURALEZA UN ANIMAL POLÍTICO”
u La poesía es más filosófica y más digna de seria consideración que la historia v A ristóteles
E l t é r m in o
m e d io
Hasta cierto punto, la elección de una u otra corriente tiene bastante que ver con el tem peram ento de cada persona. Así, la gente que tiene ciertas inquietudes religiosas suele sentirse más identificada con la doctrina platónica, mientras que aquellos que poseen una concepción más terrenal de la vida suelen optar más por las teorías de Aristóteles. Pero el motivo p o r el que han perm anecido vivas a lo largo de los siglos radica en el hecho de que cada una de ellas p one un especial
A ristóteles
Aristóteles parte del presupuesto de que el hom bre tiende a buscar la felicidad p o r sí misma, y ésta viene dada p o r el pleno desarrollo y ejercicio de las capacidades propias de cada uno en el contexto de la vida en sociedad. Esta búsqueda pasa inevitablemente p o r el desacuerdo con otras personas, pero esto, según puntualiza, no constituye en sí ningún impedimento. En este contexto desarrolla su famosa teoría del «término medio», según la cual la virtud se encuentra en el punto medio de dos extremos, cada uno de los cuales no es más que vicio. Así, la generosidad se encuentra a medio camino entre el derroche y la avaricia; el valor, entre la cobardía y la temeridad; el respeto, entre la vanidad y el desprecio; la modestia, entre la timidez y el descaro. El objetivo es siempre alcanzar el equilibrio, que es el que en definitiva
conduce, según Aristóteles, a la verdadera felicidad. í Una de las cosas que más llaman la atención acerca de la filosofía moral de Aristóteles es lo poco moralizante que resulta, pues no en vano su principal objetivo era puram ente práctico. Su doctrina sobre la m oderación y el equilibrio, en la que no hay cabida para los excesos, puede resultar m ucho más atractiva a las clases medias y acomodadas que a los jovenes, pero lo cierto es que éstos siempre acaban adoptando una posición bastante aproximada a la aristotélica.
V iv ir
c o n i n t e g r id a d
La. Ética a Nicóm aco de Aristóteles nos lleva directamente a su Política; de hecho, ambas obras fueron concebidas como la primera y la segunda parte de un mismo tratado. Según Aristóteles, la auténtica misión del Estado consiste en crear las condiciones para que los hombres EL TEATRO GRIEGO puedan llevar una vida plena y feliz, Los griegos rep resen taban su s obras e n teatros a l a ir e libre, com o éste d e T aorm in a, en es decir, que puedan satisfacer sus Sicilia. Las g r a d a s te n ía n u n a fo r m a sem icirc u la r y los a sien tos n o se h a lla b a n señ a liza d o s. necesidades. Uno de los puntos poco más». A partir de esta afirmación, uno de los sobre los que se basa su teoría reside en la creencia editores renacentistas del filósofo griego, el italiano ¿e que el hombre sólo puede alcanzar la felicidad Castelvetro, en el prólogo de la Poética (1570), propone formando parte de tina sociedad, y nunca como un ser p o r prim era vez la famosa teoría de las tres unidades de aislado. Es éste el sentido de su famosa frase: «El hombre tiempo, espacio y acción, que a partir de entonces pasan es por naturaleza un animal político». El hombre a conocerse bajo el nom bre de «normas aristotélicas» de solitario es antinatural; la tendencia innata del hombre la tragedia y que tendrán tina influencia decisiva en el es la que le lleva a intentar lograr la perfección y, por transcurso de la historia de la literatura universal. Aunque tanto, la felicidad, en la sociedad. En este punto nos más que tratarse de una idea del propio Aristóteles, es encontramos con una de las aseveraciones más más bien de una derivación de una de sus teorías. importantes de toda la filosofía política, y es la idea Lo cierto es que, habiendo pasado a formar parte de de que el Estado hacer posible la consecución de la nuestra civilización tal cantidad de teorías y conceptos felicidad: la plena realización del individuo. aristotélicos, es una verdadera lástima que no nos haya P ie d a d y t e r r o r llegado ningún ejemplar de la época en que fueron la última obra de Aristóteles a la que nos vamos a referir publicados. Además de p o r su contenido, las obras de es la Poética, en la que habla sobre la literatura y la Aristóteles eran admiradas p o r la gran belleza de su tragedia. Su mayor parte se centra en el estudio de esta estilo; así, el célebre orador y literato latino Cicerón ultima, ya que Aristóteles considera que posee una mayor calificaba la prosa del filósofo griego como «un río de capacidad de penetración en la vida que la misma oro». Son tan numerosas las referencias a sus obras en las ristoria. Según afirma, el conjunto de sentimientos que de los autores posteriores que sabemos prácticam ente emergen a la superficie durante la representación de una todo acerca de ellas, aunque p o r desgracia las originales tragedia conduce a la catarsis, que define com o un se han perdido. Lo único que se ha conservado es un proceso purgativo o de limpieza mediante el recurso de conjunto de com entarios que com prenden tan sólo una b piedad y el terror. Es el propio Aristóteles el que define quinta parte del total del corpus aristotélico. Desde un por prim era vez las tres partes de todo relato p unto de vista literario, no tienen nada que ver con la «planteamiento, nudo y desenlace), todo ello, según calidad artística de las de Platón y, de hecho, hasta ifirma, «en el tiem po que media entre el alba y el ocaso, o resultan algo pesadas al leerlas.
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LA TRAGEDIA GRIEGA La calidad que alcanzó la tragedia griega no ha sido nunca superada. La m ayoría de la población m asculina de Atenas solía acudir a las representaciones, las cuales versaban sobre las cuestiones más fundam entales. Los actores se caracterizaban m ediante el em pleo de máscaras, de acuerdo con el personaje que habían de representar, lo cual constituía, d e hecho, el único maquillaje que llevaban.
U na palabra dura La palabra cínico significa *como un perro», y fu e el propio Diógenes, el m áximo representante d e esta escuela, quien explicó el motivo d e dicho nombre: «Me llanum perro porque adulo a aquellos que m e dan algo, aúllo a los que no lo hacen y m uerdo a los tunantes». El término «cínico» todavía se emplea en la actualidad, pero se aplica a aquel que menosprecia las motivaciones d e otros.
Los
CÍNICOS
EL DECLIVE DEL M U N D O A N T IG U O Los cínicos rechazaban todo tipo de convenciones. Fue la primera de las cuatro grandes escuelas de la filosofía griega que surgieron tras la caída de Atenas.
ALEJANDRO MAGNO, QUETUVO a Aristóteles por tutor, modificó el curso de la historia a la vez que el de la filosofía, al hacerse con las riendas, en un asombroso corto espacio de tiempo, de la práctica totalidad del m undo conocido po r los antiguos griegos, desde Italia a la India pasando p o r enorm es extensiones del actual Oriente Medio y el norte de África. La aparición de Alejandro supuso, po r otro lado, la desaparición u En verdad de las ciudades-estado independientes griegas, que perdieron así su preem inencia cultural. os digo que si Allí donde iba, Alejandro fundaba nuevas ciudades no fuera con colonos griegos para que administrasen el enorm e territorio conquistado. La mayoría de estos colonos se Alejandro casaron con mujeres locales, de modo que el resultado querría ser fue la aparición de una población cosmopolita, pero que en todo m om ento supo conservar su identidad griega. Diógenes v Así, la gran mayoría del m undo conocido en aquella A lejandro M agno época pasó a tener m ultitud de ciudades «griegas» en un territorio que no era Grecia y que se caracterizaba p o r la gran heterogeneidad cultural de sus pobladores: es lo que se ha venido en llamar el «mundo helénico». Entre estas ciudades destacó aquella a la que Alejandro había dado su propio nom bre, Alejandría, en Egipto, que se convirtió en el prim er foco cultural e intelectual de todo el mundo helénico, y que contenía la mayor biblioteca jamás habida en toda la antigüedad. El período helenístico se extiende desde la caída de las ciudades-estado griegas en el siglo rv a. C. hasta el dominio del Imperio romano, en el siglo i a. C. Durante este tiempo, la cultura y la civilización de la antigua Grecia se propagaron p o r todo el mundo conocido, e incluso La prim era biblioteca internacion al sobrevivieron a la conquista La biblioteca d e A le ja n d ría f u e la m á s im p o rta n te d u r a n te cerca d e m il años, desd e e l 2 9 0 a. C. ha sta s u destrucción, e n 646. p o r parte del Imperio
romano, el cual fue, de hecho, conquistado culturalm ente p o r Grecia. Por ello, no es de extrañar que, aunque Palestina formara parte del Imperio romano, el Nuevo Testamento se escribiera en griego.
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Los d o s p r i m e r o s c í n i c o s A la m uerte de Alejandro, su Im perio entró en una fase de luchas internas y políticas que, no obstante, no lograron socavar la fuerte im pronta cultural heredada de la antigua Grecia. De todos modos, esta situación de gran inestabilidad política y social determ ina la vida cultural e intelectual de la época, de ahí que se convierta en un tem a recurrente a lo largo de toda la obra de las cuatro escuelas filosóficas que surgen durante este período, los cínicos, los escépticos, los epicúreos y, p o r último, los estoicos. En todas ellas se observa una constante preocupación p o r el modo en que la civilización debe hacer frente a ese m undo dominado p o r el peligro, la inseguridad y la inestabilidad. La primera escuela filosófica que aparece es la de los cínicos, que equivaldrían hasta cierto punto a lo que hoy entendem os p o r «pasotas». Su fundador fue Antístenes, un discípulo de Sócrates y coetáneo de Platón que llevaba una existencia acomodada y sin sobresaltos en aquel círculo aristocrático de filósofos, hasta que la muerte de su maestro y la caída de Atenas le hicieron replantearse la vida. Así, se deshizo de las cosas superfluas y pasó a vestir como un humilde campesino y a vivir entre los más pobres, proclamando la abolición del gobierno, de la propiedad privada, del matrimonio y de la religión oficial.
“ SOY UN CIUDADANO DEL MUNDO” D ió g en e s
A le ja n d r o , f i l ó s o f o y c ie n tíf ic o A d em á s d e u n g r a n m ilitar, a A leja n d ro M agn o se le d ebe en p a r te el q u e la c u ltu ra g rieg a se p ro p a g a se p o r todo el m u n d o a n tig u o . Esta ilu stra ció n m e d ie va l m uestra a A leja n d ro e x p lo ra n d o e l m a r desd e u n a c a m p a n a d e bu zo .
E l epitafio de D iógenes El epitafio del monum ento levantado en Atenas en memoria d é Diógenes dice así: ¡fe, lo niego, perro, dim e qué guardas en esta tumba. -U n perro. J -¿Cómo se llam a? - Diógenes. —¿ Y de dónde viene? —D e Sínope. -¿El mismo que hizo de un cubo sil casa? —El mismo, pero que ahora, muerto, es una estrella entre las estrellas.»
«Soy un ciudadano del mundo», que es lo que significa la palabra «cosmopolita», que Diógenes acuñó para la posteridad. Son muchas las anécdotas a propósito de Diógenes. La más famosa es tal vez aquella que se refiere a la visita que le hizo Alejandro Magno. Al pararse éste a la entrada del antro que el filósofo tenía p o r casa, le preguntó si él, que había conquistado todo el mundo conocido, podía hacer algo p o r ayudarle, a lo que Diógenes replicó: «Sí, deja que entre la luz». Sin duda, una respuesta que admite una lectura simbólica además de la real y que constituye tal vez el mayor desprecio que ningún filósofo haya realizado jamás contra el sistema de valores de toda civilización.
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Entre los admiradores de Antístenes destacó uno en especial llamado Diógenes (404-323 a. C.), que superaría EH fama al maestro. Diógenes adoptó Lina postura de ¿esprecio absoluto de toda convención, y para ello no radaba incluso en causar la p eor imagen posible, ya :~_cra no lavándose, vistiendo con harapos, durmiendo un sarcófago, com iendo alimentos en mal estado realizando todo tipo de actos indecentes en público. 3e hecho, tal com o afirmaba, vivía como un perro, i r ahí que la gente le pusiera el apodo de «cínico», iel griego kynikos), que significa «como un perro», la palabra ha perdurado intacta a través de los siglos, üLmque lo cierto es qtie su significado ha cambiado considerablemente.
El PRIMER COSMOPOLITA Diógenes y sus seguidores no eran cínicos en el sentido ■anal de la palabra. Creían en el p oder de la virtud, pero v: hacían distinción alguna entre los verdaderos valores w los falsos. Para ellos, esta distinción es despreciable, de tln que no reconozcan la existencia de las convenciones ■•reíales: distinguir entre lo propio y lo ajeno, público f privado, vestido o desnudo, crudo o cocido, no sirve rara nada. Diógenes extendía esta consideración a la procedencia de las personas, de modo que para él un ^iidadano griego y un extranjero eran lo mismo. Así, . ^ando le preguntaban sobre su procedencia, respondía:
A le ja n d r o M a g n o v is ita a D ió g e n e s Es e l e n cu en tro d e dos sistem as d e valores a ntagón icos: e l c o n q u ista d o r d e l m u n d o va a l en cu en tro d e l filósofo q u e r e c h a z a todo lo te rre n a l y h a opta d o p o r v iv ir com o u n perro .
LOS ESCÉPTICOS LOS PRIM EROS RELATIVISTAS DE LA H IS T O R IA DE LA FILOSOFIA La escuela filosófica de los escépticos fu e creada por uno de los grandes soldados de Alejandro Magno. EN UN SENTIDO AMPLIO de la palabra, la verdad es que el térm ino «escéptico» posee una larga tradición en la filosofía griega. Así,Jenófanes sostiene que, aunque siempre se puede aprender más de lo que se sabe, nunca se llega a tener la certeza de que se alcance la verdad final. A esto Sócrates replica que lo único que sabemos es que no sabemos nada, aunque de su afirmación se desprende que el conocim iento es posible y, lo que es más, que aspira a llegar a él. Jenófanes, a su vez, está convencido de que la ignorancia se puede com batir tom ando conciencia de ella. Así, pues, ambos filósofos acaban adoptando una actitud positiva con respecto a la posibilidad de conocer.
escépticos, de ahí que a veces se la denom ine también pirronismo. Pirrón era un soldado de Alejandro Magno que llegó a combatir en las campañas de la India. Sin duda alguna, durante sus largas expediciones tuvo oportunidad de constatar la extraordinaria diversidad de pueblos, culturas y doctrinas existentes en los lugares por donde pasaba. Así, llegó a la conclusión de que toda creencia firmemente aceptada por un pueblo encuentra su réplica opuesta en otro, y lo curioso del caso es que las razones esgrimidas en ambos casos parecen igual de razonables, o eso le parece a Pirrón. Concluye que lo mejor es aceptar las cosas tal como vienen y, dado que las apariencias engañan, es preferible no dar crédito a ninguna de las interpretaciones E l e s c e p t ic is m o de la verdad que circulan. Por ello, no es necesario El prim ero en hacer del escepticismo toda una preocuparse por esta cuestión, y tan sólo hay que dejarse doctrina, adoptando, pues, una postura activa de llevar por la corriente y nadar entre todo ese conjunto de rechazo hacia todo tipo de conocim iento fue creencias y prácticas sociales que conforman la mayoría Pirrón (hacia 365-270 a. C.), quien creó la escuela de las situaciones en que se puede encontrar una persona. filosófica llamada de los Uno de los alumnos de Pirrón,Timón de Filio (320 230 a. C.), retom ó esta idea dotándola de una argumentación intelectual m ucho más sólida. Señala que todo argumento o prueba se basa sobre una serie de premisas que no se sostienen p or sí solas. De ese modo, si se intenta demostrar la verdad de esas premisas mediante otros argumentos o pruebas hay que recurrir a su vez a otras premisas indemostrables, y así hasta el infinito, de modo que, para Timón, no se uede alcanzar ningún grado de certeza absoluta. El sucesor de Timón, Arcesilao (315 240 a. C.), se hizo cargo de laAcademia de Platón, que habría de perm anecer en manos de los escépticos durante dos siglos. Arcesilao en sus enseñanzas mediante dos m étodos principales: el prim ero consistía en p oner a un mismo nivel los dos extrem os de un mismo problema; el otro se basaba en refutar cualquier E l p o d e r in f l u y e s o b r e la s id e a s consideración planteada p o r alguno de sus alumnos. N in g ú n otro m ilita r o e sta d ista tu vo ta n ta in flu en cia en e l curso d e la historia d e la filo so fía com o Por su parte, su sucesor, Carneades (214-129 a. C.), se A leja n d ro M agno, y a q u e p o r u n la d o a c a b ó c o n la a u to n o m ía d e las ciu d a d es-esta d o g rieg a s q u e tan to h a b ía n a p o rta d o a la filo so fía , a l tiem po q u e h a c ía d e l griego u n a len gu a universal. trasladó en una ocasión a Roma para ofrecer una serie
C arneades (214-129 a. C .) Célebre polemista, Carneades sucedió a Arcesilao tanto en la dirección de la Academia de Platón com o al frente de la corriente escéptica. Sobresalió sobre todo p o r sus críticas a los filósofos epicúreos y estoicos.
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de charlas acerca de las diferentes concepciones que tenían Platón y Aristóteles de la justicia, tras cuya exposición pasaba a rebatir todo cuanto acababa de decir.
La
c e r t e z a a b s o l u t a n o existe
H escepticismo ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la filosofía. Ello se debe principalmente i que la certeza no es asequible mediante la argumentación, la demostración o la prueba, algo que por otro lado no ha sido aceptado de forma unánime hasta el siglo xx, de ahí que la búsqueda de la certeza haya desempeñado un papel fundamental en el desarrollo histórico de la filosofía. Lo que un argumento válido prueba es que las conclusiones a las que llega proceden de sus propias premisas, pero ello no equivale en absoluto a afirmar que dichas conclusiones sean verdaderas. De hecho, todo argumento válido empieza con la condición «si»: si «p» es cierto, entonces «q» debe ser también cierto. Aunque la verdad es que con este tipo de planteamiento siempre queda la duda de si «p» es cierto, ya que la argumentación no lo prueba por sí mismo desde el m om ento en que se acepta como cierto. Y. en definitiva, asumir que algo es cierto, cuando no se ha demostrado su condición de tal, no puede sino plantear un interrogante sobre la veracidad de las conclusiones a que conduce una argumentación de este tipo. Así pues,
P rin cip ales o b ra s Las obras de Sexto Empírico (hacia 2 0 0 d. C.) constituyen la prin cipal fu en te de conocimiento d e la corriente filosófica del escepticismo: R esum en del pirronism o Contra los dogmáticos Contra los sabios
LOS LÍMITES DEL MUNDO CIVILIZADO La g e n te d e a qu ella época solía id e n tifica r el Im perio d e A leja n d ro M agn o con la c iv iliza c ió n . Esta id e a sen tó las bases d e lo qu e con ocem os com o m u n d o helenístico, q u e h ab ría -d é p e rp e tu a rse a lo largo d e m uchos siglos, y estableció el griego com o len gu a u n iversal d e la cultu ra. No en vano, f u e la len gu a en qu e se escribió el N uevo Testamento.
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■ “ M E D I A N T E EL E S C E P T I C I S M O SE I LLEGA EN U N : P R I N C I P I O A LA I S U S P E N S I Ó N DEL ¡juicio, PARA PASAR I A LA LIBERTAD, j N A C I D A DE LA A L T E R A C I Ó N DE LO “ ESTABLECIDO” S e x t o E m p ír ic o
cada «prueba» se basa en una serie de premisas ^demostrables, y esto ocurre tanto en lógica, matemáticas y ciencias como en los aspectos más cotidianos de nuestras vidas. De todos modos, esto no :.Hiere decir que una serie de postulados no puedan ser más ciertos que otros; afirmarlo sería injusto. No obstante,
la labor de distinguir entre unos y otros es uno de los problemas de más difícil resolución con que se ha encontrado la filosofía a lo largo de los siglos. El más célebre escéptico de la era m oderna es el escocés David Hume. Para él, la vida del hom bre es una continua elección entre diversas posibilidades, algo que implica la necesidad de tom ar una decisión con respecto al modo en que se nos aparece ese cúmulo de situaciones, tanto si nos gusta com o si no.Y dado que la certeza no es asequible al ser humano, éste está obligado a elegir del mejor m odo posible entre las diversas manifestaciones de la realidad a las que tiene que hacer frente, algo que imposibilita el hecho de considerar cada una de esas alternativas con igual grado de escepticismo. Así pues, este último debe reducirse al máximo, ya que nadie puede vivir de acuerdo con unos esquemas totalm ente escépticos o, de poder hacerlo, no tendría m ucho sentido vivir de ese modo. En cualquier caso, esta refutación del escepticismo, si es que lo es en realidad, no se basa una argumentación de tipo lógico. Se debe tender hacia un equilibrio entre la búsqueda de esa certeza que nunca se alcanzará p o r com pleto y la capacidad de sopesar en igualdad de condiciones unas alternativas.
E l P yrrhoniarum ( resumen del PIRRONISMO) d e S e x to Em pírico G ran parte de lo que sabem os acerca de la obra de Pirrón, el fundador de los escépticos, se lo debem os a Sexto Empírico (hacia 200 d. C.). Lo cierto es que Pirrón n o destacó com o u n pensador original, p e ro lograba rebatir los argum entos de sus contrincantes con tanto ingenio que su obra alcanzó gran fama. San G regorio, en el siglo iv, arrem etió contra Pirrón, ya que contagiaba a la gente con «la vil y maligna enfermedad» del escepticismo.
LOS EPICÚREOS LOS PRIM EROS C IE N T ÍF IC O S Y HUM ANISTAS LIBERALES
Epicuro David Hume, en pleno siglo xvm, realiza la siguiente observación: «Los interrogantes planteados p o r Epicuro perm anecen todavía sin respuesta. ¿Acaso está dispuesto [Dios] a erradicar la m aldad, pero no es capaz de hacerlo? En ese caso no es poderoso. ¿Es capaz, p ero no está dispuesto a hacerlo? Entonces es q u e es m alvado. Por último, ¿es capaz y está dispuesto a hacerlo? Si es así, ¿por qué existe la maldad?». En la obra de Voltaire se encuentra u n pasaje muy parecido a éste. Tal vez esto sea signo de q u e los interrogantes planteados por Epicuro se encuentren todavía sin resolver.
Como tantas ideologías del siglo xx, el epicureismo es materialista, busca el placer y carece de toda intencionalidad religiosa. En definitiva, se trata de la primera ideología de este tipo que se sistematiza desde un punto de vista intelectual, bajo la form a de toda una doctrina filosófica. DOS DE LAS CORRIENTES FILOSÓFICAS más importantes y que más influencia han ejercido a lo largo de los siglos aparecen por prim era vez durante el período helénico. Nos referimos al epicureismo y al estoicismo. La prim era de ellas es, hasta cierto punto, creación de un único filósofo, Epicuro (hacia 341-270 a. C.). Su principal objetivo consistía en liberar al hom bre de cualquier tipo de temor, no sólo el de la m uerte sino el de la misma vida. En una época en la que la vida estaba repleta de peligros y amenazas de toda clase, Epicuro proponía la búsqueda de la
felicidad y la satisfacción personal en el dominio de la vida privada. «Sé un desconocido» es una de sus máximas más célebres y supone una ruptura total con la mentalidad tradicional que no busca sino la fama, la gloria o algo tan decente en apariencia como el honor. Pero el epicureismo es, de hecho, una doctrina filosófica que pretende abarcar todos los aspectos de la existencia. Para ello empieza por abordar la concepción de la naturaleza. En prim er lugar, Epicuro acepta el atomismo de Demócrito, según el cual todo el universo material se com pone únicam ente de átomos y espacio. Dado que es imposible que los átomos existan a partir de la nada o desaparezcan en esa misma nada, Epicuro sostiene su carácter indestructible y eterno. No obstante, no es posible predecir sus movimientos, y las com binaciones que forman no duran para siempre. Es p o r ello que los objetos físicos, todos ellos formados a partir de una particular com binación de esos átomos, son efímeros. Su vida, pues, no es más que una sucesión de átomos que se unen para, en un m om ento dado, deshacerse de nuevo. Así, desde este punto de vista, todo cambio producido en el universo consiste en la repetición infinita de este proceso, o bien en el movimiento a través del espacio de los objetos así
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formados.
M
u jeres y esclavos i n c l u id o s
El propio ser hum ano se encuentra entre los objetos formados de este modo. Así, un grupo de átomos finos y particulares se unen hasta constituirse en un cuerpo y un alma bajo la forma de un ente singular, el ser humano, que existe com o tal hasta que llega el m om ento, inevitable p o r otro lado, en que dichos átomos se disgregan. Pero, según afirma Epicuro, no se debe tem er este momento, ya que la m uerte representa el cese de ese ser que somos mientras existimos y, p o r tanto, cuando uno m uere ya no existe com o ser. Dicho de otro modo, mientras se vive la m uerte no existe, y cuando uno Ba c o y las M énades B aco, o D ioniso, era e l d io s d e los p o d e re s e m b ria g a d o re s d e la n a tu ra leza , y se le a so cia b a con las orgías. P recisa m en te los epicú reos fu e r o n a c u sa d o s d e p ra ctica rla s, c u a n d o en r e a lid a d se o p o n ía n fir m e m e n te a ellas.
está m uerto, somos nosotros los que no existimos. Así pues, según Epicuro, todo ese conjunto de suplicios y torturas con que los dioses amenazan al hom bre tras la
muerte no tienen ningún sentido, ya que no pueden tener lugar desde el m om ento en que no se existe. En este contexto se entiende la célebre sentencia de Epicuro: «La m uerte no existe», pues para él, todo aquel que logre hacer suya esta idea quedará libre de cualquier temor ante la idea de morir. Por lo que respecta a las divinidades, Epicuro logra prescindir de ellas sin necesidad de negar su existencia (algo que le habría puesto en serios apuros), ¿firmando que se encuentran muy, muy lejos y que, como dioses que son, no tienen ningún deseo de rebajarse hasta el punto de intervenir en el caótico dominio de los isuntos mundanos. Así, inactivos en su distancia y
cientifícistas y de liberación que han caracterizado el pensam iento del siglo xx. De hecho, nos encontram os ante la prim era versión de esa filosofía vitalista tan propia de nuestros tiempos, y que tiene su más im portante base ideológica en el largo poem a del poeta latino Lucrecio (hacia 92-52 a. C.) De rerum na tu ra (Sobre la n aturaleza de las cosas), una de las obras maestras de toda la literatura latina, que tenía por objetivo principal introducir la doctrina epicúrea en la cultura romana.
desinterés, «no hay nada que esperar ni tam poco tem er de ellos». En el fondo hay que hacer com o si no existieran.
“LA MUERTE f NO EXISTE”
M emento M orí Los epicúreos, al igual que otros m uchos, se valían de la calavera com o símbolo d e la mortalidad. Su m ensaje implícito era: «Disfruta de la vida mientras puedas-.
NEADVM C EN1TRIX H OMI NAD!
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Ya que estamos condenados irremisiblem ente a la no existencia, deberíamos aprovechar al máximo las zportunidades que nos ofrece la única vida de la que disponemos. Así pues, nuestros objetivos en esta vida han de ser vivir plenam ente y alcanzar la felicidad, para k> cual resulta imprescindible m antenerse al margen de :odo ese cúmulo de violencias e incertidum bres que caracterizan la vida pública y optar p or convivir en pequeñas com unidades en las que todo el mundo compartiera ideas similares. Gozar de una buena salud fi disfrutar de unas perfectas relaciones personales es rjndamental, de ahí que los placeres se deban de abordar íiempre desde una m oderación en la que se tiene que estar abierto a todo lo que no sea dañino o injurioso. En un principio, las com unidades que formaron los epicúreos estaban abiertas a todo el mundo, incluidos ■ys esclavos y las mujeres, algo inaudito en el contexto del conjunto de sociedades circundantes, los prim eros cristianos com batieron firm em ente el epicureismo po r cuanto tenía éste de rechazo a la inmortalidad establecida y a la existencia de un Dios benévolo, además de po r su apología de los valores puramente terrenales. UNA OBRA MAESTRA DE LA POESÍA Una de las cosas que más llama la atención de la filosofía ipicureísta es el enorm e parecido que presenta en nuchas de sus ideas con respecto a los movimientos
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S o b r e la naturaleza d e las cosas Lu crecio, el m ás célebre d e los p o e ta s epicúreos, a p a rece escribien do en su m esa en esta m in ia tu ra q u e ilustra la ed ic ió n cristia n a d e esta obra p a g a n a . El texto qu e lo a c o m p a ñ a es e l in icio d e l Libro p rim ero, u n ca n to a Venus, la diosa d e l a m o r carn al.
LOS ESTOICOS LA FILOSOFÍA OFICIAL DEL IM PERIO ROMANO Z e n ó n d e C itio El fundador del estoicismo, Zenón, es autor de la célebre República, obra e n la que defiende la im portancia de las leyes y aboga p o r la validez universal de las instituciones políticas. Por desgracia, salvo algunos escuetos com entarios, ninguna de sus obras ha llegado hasta nosotros.
P rin cip ales o b ra s Las Epístolas de Séneca Los Discursos de Séneca Los Discursos de Epicteto Las M editaciones de Marco Aurelio
Ya que tanto la muerte como la adversidad se hallan fuera de nuestro alcance y afectan a todos por igual, lo más conveniente es aceptarlas con la más digna de las resignaciones.
EL ESTOICISMO SE MANTUVO com o corriente filosófica durante casi cinco siglos y representó el paso de una filosofía estrictam ente griega a otra de ámbito universal. De hecho, esto no fue más que una consecuencia directa de las conquistas realizadas p o r Alejandro Magno, que propiciaron la rápida expansión p o r todo el Imperio, el m undo civilizado, de la cultura griega. De ese modo, no ha de extrañar que los prim eros filósofos estoicos procedieran de Siria y los últimos de Roma. Lo cierto es que esta diversidad jerárquica de procedencias afecta también al cam po social, de modo que entre los estoicos más célebres se puede encontrar desde un esclavo (Epicteto) hasta un em perador (Marco Aurelio). De hecho, estos últimos han dem ostrado a lo largo de los siglos una especial predilección por la filosofía estoica, ya que todos los sucesores de Alejandro Magno, e incluso la gran mayoría de los reyes que hubo tras la m uerte de Zenón, se declararon abiertam ente partidarios de esta doctrina. Zenón (334-262 a. C.), natural de Citio, Chipre, es el fundador de la filosofía estoica, y no hay que confundirlo con el tam bién filósofo Zenón de Elea.
M a r c o A urelio Este em perador, qu e g o b e rn ó e n tre los a ñ o s 161 y 1 8 0 d. C., s im b o liza la época d e m a y o r esp len d o r en to d a la historia d el Im perio rom an o. A fín a l estoicism o, desta có ta m b ié n p o r sus obras d e c o n te n id o filosófico, d e m o stra n d o d e ese m odo q u e e l ejercicio d e l p o d e r n o es in co m p a tib le c on la filosofía.
que existe es aquella que percibim os a través de los sentidos, y no cabe hablar de realidades o m undos «superiores». Este m undo físico, al que pertenece el ser humano, está gobernado p o r una serie de principios racionales e inteligibles, y es precisam ente ese espíritu de racionalidad que lo imbuye todo lo que los estoicos denom inan Dios. Éste no se encuentra fuera de la realidad y sin contacto con ella, sino que impregna cada uno de los objetos de que se com pone. En otras palabras: es la conciencia del mundo.
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Algunas de las mejores obras sobre el epicureism o fueron escritas p o r Cicerón, Diógenes, Laertio y Sexto Empírico.
SENECA, FILOSOFO V POLITICO
Uno d e los últim os estoicos, Séneca, tu to r d e Nerón, ocupó im po rta n tes pu esto s en la a d m in istra c ió n d e l Im perio ro m a n o en tre los a ñ o s 54 y 6 2 d. C.
El estoicismo p arte de la idea de que no hay autoridad más im portante que la razón y, a partir de esta afirmación, se basa el resto de los dogmas que conforman esta doctrina. Así, para los estoicos la única realidad
Em o c io n e s
y ju ic io s
Al formar el ser hum ano parte indisoluble de la naturaleza y no existir un m undo superior, para los estoicos no tiene sentido afirmar que hay un después tras la m uerte, ya que no hay ningún sitio donde ir, sino que la sustancia m uerta pasa a integrarse de nuevo en la naturaleza. Es precisam ente el conjunto de postulados éticos que derivan de esta última afirmación uno de los motivos p o r los que el estoicismo ha alcanzado tanta fama e influencia a través de los siglos. Ya que la naturaleza está gobernada p o r una serie de principios racionales, cabe preguntarse p o r qué la realidad es com o es. Para el estoico, ésta es inamovible y no se puede hacer nada p o r cambiarla ni aunque se quiera, p o r lo que lo único que se puede hacer es aceptarla tal cual es.Y si las em ociones se resisten a hacerlo, es que se encuentran mal orientadas, son erróneas: según el estoicismo, las em ociones son juicios
y. por tanto, manifestaciones del «conocimiento», tanto si son ciertas como falsas. Así, la codicia sería el conocimiento de que el dinero es un bien de gran importancia que se debe adquirir p o r cualquier medio, lo que sin duda constituye un juicio erróneo. Si todas las emociones se atienen a la razón, entonces éstas proporcionarán tan sólo juicios correctos, y sólo así se puede llegar a otorgar a las cosas la im portancia que realmente poseen. La mayoría de la gente que adoptaba las doctrinas ' estoicas solía ser capaz de mostrar una gran resignación inte las penurias de la vida. Pero lo cierto es que a veces podía darse el caso de que uno no quisiera vivir más, por ejemplo en caso de arruinarse o ante una enferm edad sin i cura posible. En esas situaciones, el estoicismo defendía .i posibilidad de poner fin a una vida llena de pesadumbres, tal como, de hecho, hicieron muchos. Así, no es de extrañar que una gran cantidad de los estoicos ! más célebres acabaran suicidándose. Lina de las mejores fuentes de información acerca de los postulados de la doctrina estoica se encuentra en las jbras de dos de los últimos estoicos más célebres, ambos niños. Nos referimos, por supuesto, a Séneca (hacia 2 a.C.-65 d.C .) y Marco Aurelio (121-180 d. C.). Aunque no se les pueda considerar estrictam ente filósofos, en el -entido en que no aportaron ningún postulado original a la doctrina estoica, la extraordinaria calidad y modernidad de sus obras hace que éstas puedan ser
U
en la moral cristiana, que poco a poco iba cobrando una mayor importancia p o r las mismas fechas en que Séneca, Epicteto y Marco Aurelio escribían sus obras. Las palabras «estoico» y «estoicismo» han pasado a formar parte de nuestro vocabulario y se aplican a aquellas personas que m uestran una gran entereza ante las adversidades. El alcance de los postulados defendidos p o r los estoicos resultan de una m odernidad extraordinaria, y son m uchos los que hoy en día, incluso sin ser conscientes de ello, se valen de una actitud vital muy próxim a a la que se desprende de la obra de Séneca. Sin duda alguna, en la perm anencia de las ideas estoicas a lo largo de los siglos ha influido el hecho de que la literatura latina haya sido uno de los pilares sobre los que se ha asentado la educación en muchos países occidentales.
U na visión universal El estoicismo no sólo fu e la doctrina moral to n la que se asocia en la actualidad, sino que constituía una propuesta filosófica que abarcaba todos los campos del conocimiento sobre el ser humano, como la lógica o la epistemología.
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CADA EST O IC O
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PERO EN LA C R IS T IA N D A D , ¿ D Ó N D E ESTÁ EL C R I S T I A N O ? ” R a lph W a ld o E m e r so n
leídas en la actualidad por el gran público sin mayores ; dificultades. De hecho, constituyen la referencia i mprescindible para todo aquel que esté interesado en introducirse en el m undo de los estoicos. La moral estoica ha causado desde siempre un respeto y admiración, incluso entre aquellos que no se considerados fieles partidarios de esta corriente I flosófica. No se trata de una moral de fácil seguimiento, ¿unque, en realidad, ¿qué moral digna de tal nom bre I) es? Lo cierto es que ejerció una influencia decisiva
E legir entre la vida y la muerte E ntre los estoicos e l su ic id io no era algo p roh ibido, sin o que, p o r el contrario, se con sid era b a qu e uno d e los derech os m ás im portan tes d e todo se r h u m a n o era la c a p a c id a d d e elegir cóm o d e b ía ser tan to su m uerte com o su vida.
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FÍA
ISMO D urante del
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l o s m il a ñ o s q u e m e d ia n e n t r e la c a íd a
I m p e r io
r o m a n o , e n el s ig l o v d e n u e s t r a e r a ,
EL INICIO DEL RENACIMIENTO, EN EL SIGLO XV, LA
ANTORCHA DE LA CULTURA DE LA EUROPA OCCIDENTAL FUE TRANSPORTADA, PRINCIPALMENTE, POR LA IGLESIA, DE MANERA QUE, ANTES DE ACEPTAR NUEVAS TEORÍAS Y DESCUBRIMIENTOS, LOS CRISTIANOS DEBÍAN ASEGURARSE DE QUE FUERAN COMPATIBLES CON EL DOGMA CRISTIANO. ASÍ, LOS ESCRITOS DE LOS FILÓSOFOS MÁS DESTACADOS DE ESA ÉPOCA FUERON ESCUDRIÑADOS PARA DETERMINAR QUÉ IDEAS PODÍAN SER ADMITIDAS
www.fullengineeringbook.net POR EL CRISTIANISMO (COMO LAS IDEAS QUE SE HALLABAN EN ARMONÍA) Y CUÁLES DEBÍAN SER
RECHAZADAS. L a MÁXIMA EXPRESIÓN DE ESTE PERÍODO
LA ENCARNA SANTO TOMÁS DE AQUINO, CUYA INGENTE OBRA CONSTITUYE UNA ORIGINALÍSIMA SÍNTESIS DE LAS PRINCIPALES DOCTRINAS FILOSÓFICAS POSTULADAS HASTA ENTONCES.
A ltar b iz a n t in o D etalle d e l a lta r m a y o r d e S an M arcos, Venecia, hecho d e oro, p la ta con p ie d ra s preciosas, p e rla s y esm alte.
Sa n A g u s t í n LA SÍNTESIS ENTRE EL PLA TON ISM O Y EL C R IS T IA N IS M O San Agustín es tal vez el filósofo más importante entre Aristóteles y santo Tomás de Aquino, un período de casi 1.600 años. C ic e ró n M arco Tulio Cicerón (106-43 C.) fu e un célebre orador, político y filósofo, que escribió la gran m ayoría d e su obra en el exilio, a l cual se retiró tras la victoria de Julio César. Se opuso a Marco Antonio, que subió a l p o d e r tras la muerte d e César en el año 4 3 a. C., y fu e asesinado p o r orden del hijo adoptivo de este último, el em perador Octavio.
SIN DUDA UNA DE LAS FIGURAS más interesantes de toda la historia de la filosofía, san Agustín nació en la ciudad de Hipona, en la actual Argelia, en el año 354 d. C., y murió en esa misma ciudad en el año 430 tras haber recorrido todo el Mediterráneo. Su padre era pagano, pero su madre, p o r la que sentía un especial cariño, era cristiana. San Agustín dio la espalda en un principio al cristianismo cuando contaba con 15 años. La lectura de Cicerón unos pocos años más tarde le llevó a una búsqueda p o r las diferentes corrientes filosóficas hasta que volvió de nuevo a la religión profesada p o r su madre. En un principio adoptó el maniqueísmo, una doctrina creada p o r el persa Mani en el siglo ni según la cual el universo es el resultado de la oposición de dos fuerzas opuestas, el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Según esta misma doctrina, la m ateria es perversa y el espíritu, bueno, y cada persona tiene una mezcla de ambos elem entos en la que la llama de luz, que es el alma, trata sin cesar de desprenderse de la materialidad del cuerpo en el que se encuentra encerrado. Pero poco a poco san Agustín fue derivando hacia un cada vez más intenso escepticismo, precisam ente la corriente filosófica que imperaba p o r aquel entonces en la Academia de Platón. Durante un tiem po se volcó en el estudio de la obra del genial filósofo ateniense y en la lectura neoplatónica de Plotino, y adoptó firm em ente los postulados de los escépticos. Pero, a los 32 años, dio un nuevo giro y volvió de nuevo al cristianismo, sin p o r ello dejar de lado las teorías platónicas y neoplatónicas p o r las Sa n A g u st ín que tanta admiración A la p reg u n ta : «¿Por q u é D io s c reó el un iverso a rb itra ria m e n te sentía. El resultado fue e n el tiem po?, sa n A gu stín replicó: -C u á n d o creó e l universo creó ta m b ié n e l tiem p o ». la fusión de estas
últimas con el dogma cristiano, hecho que habría de ten er unas consecuencias de incalculable trascendencia. Él mismo nos relata las diferentes fases que le llevaron p o r este periplo en sus maravillosas Confesiones, la prim era autobiografía en el sentido m oderno de la palabra. En ellas relata desde las vicisitudes de su infancia y el gran afecto que sentía por su madre hasta la promiscuidad sexual que le caracterizó durante su adolescencia. Es curioso observar cóm o hasta cierto punto se resistía a deshacerse de las tentaciones carnales, y en una de sus oraciones exclama: «Señor, hazme casto, pero todavía no».
P recedentes
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Uno de los elem entos de contenido filosófico más interesantes que encontram os en las Confesiones -íntim am ente ligado, p o r otro lado, a su condición de autobiografía- es el que trata sobre la naturaleza del tiempo. «Si nadie m e pregunta [qué hora es], sé; si, en cambio, m e lo preguntan e intento responder, no sé.» San Agustín cree que aunque los seres vivos se hallan sujetos al transcurso del tiempo, Dios no lo está, y concluye que el tiem po existe sólo desde la pura experiencia de la realidad y que, p o r tanto, carece de entidad com o algo autónom o en sí mismo, una afirmación que anticipa una de las grandes teorías kantianas (véanse págs. 132-137). En otra de sus ideas acerca del tiem po se anticipa a su vez a Schopenhauer (véanse págs. 138-145), en concreto cuando afirma que la existencia sólo tiene cabida desde el presente, al igual que cuando sostiene que el conjunto de nuestra presencia en el m undo com o seres, incluido el intelecto, se basa en la voluntad. San Agustín también se adelanta a Descartes (véanse págs. 84-89) al rebatir el escepticismo argum entando que para dudar de algo, e incluso de todo, es preciso existir,y que, p o r tanto, si de algo no se puede dudar es de la existencia de uno mismo. Así, desde el m om ento en que se tiene la absoluta certeza de que se existe, es falso afirmar que no se puede saber nada, no estar seguro de nada o, incluso, dudar de todo, que e£ precisam ente el principio sobre el cual se basan los escépticos. Así pues, si es posible saber que se existe, tam bién lo ha de ser ten er la certeza de que existen
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de que el verdadero conocim iento se encuentra fuera del tiem po, en un mundo de Ideas perfectas, al que se llega m ediante la razón y no a través de los sentidos. Un m undo al que, po r otro lado, tiende esa parte del ser hum ano que tam bién es perfecta y se halla fuera del tiempo, pero que se encuentra atrapada en un cuerpo que, por el contrario, tiende hacia las cosas materiales del m undo concreto y singular. Es precisam ente ese carácter tem poral y corruptible de los objetos que com ponen el m undo sensible lo que hace que no pueda haber un conocim iento estable y verdadero de él, puesto que la m ateria no es más que mera apariencia.Todo este conjunto de ideas platónicas, y otras tantas, pasan a formar parte del cristianismo gracias a la labor realizada p o r san Agustín. De hecho, incluso se llega a dar p o r sentado el hecho de que el conjunto de las teorías platónicas no constituyen sino una fase previa del cristianismo que habría de aparecer unos siglos más tarde, del cual, en el fondo, formaban parte.
La pérdida de LA GRACIA DIVINA M uchos pensadores de la época creían q u e la reproducción sexual era u na consecuencia directa de la caída del hom bre. Sin embargo, san Agustín consideraba q u e la sexualidad era una parte fundam ental de la naturaleza hum ana que Dios había creado, pero que el pecado d e A dán la habría distorsionado p or com pleto. Así, según él, la caída del hom bre debía atribuirse únicam ente al p ecado original.
A lmas
c o n d e n a d a s al in f i e r n o
LTna de las teorías de san Agustín que nunca llegó a ser aceptada p o r la doctrina ortodoxa de la Iglesia pero que, sin embargo, ejerció una influencia fundamental sobre ella es la de la predestinación. Según ésta, nadie puede salvarse p o r sus propios méritos sin la intervención divina, ya que sin la gracia de Dios toda salvación es imposible. Así, las almas que son condenadas al infierno son las de aquellos en los que Dios no está presente; es decir, los condenados existen como tales porque tal ha sido la voluntad divina. Esta teoría sirvió de marco y justificación para las miles y miles de personas que durante los siglos posteriores habrían de ser condenadas y torturadas antes de su definitiva entrada en el infierno.
De hecho, nos encontram os ante uno de los muchos ejemplos -com o pueda serlo tam bién el marxismoen que una doctrina filosófica es utilizada com o marco ideológico para justificar el asesinato en masa. Algo que, p o r otro lado, demuestra, si es que aún necesita demostración, las terribles consecuencias prácticas que se pueden derivar de una simple idea abstracta. Esta misma teoría agustiniana de la predestinación ejerció una enorm e influencia a lo largo de los siglos, de forma que incluso mil años más tarde se habría de convertir en uno de los pilares sobre los que se basó la reforma protestante realizada p o r Lutero, Calvino y Jansen. E l d e c liv e d e l a c iv iliz a c ió n San Agustín vivió durante la plena decadencia del Imperio romano, de modo que se convirtió en un testim onio privilegiado de cómo, a lo largo de los años, las bases sobre las que se había asentado el m undo y la civilización hacían aguas hasta su com pleta destrucción p o r parte de los pueblos bárbaros. Así, poco después de su muerte, Hipona, su ciudad natal, fue destruida p o r los vándalos. Es el inicio de lo que algunos historiadores han denom inado la «edad de las tinieblas», unas tinieblas a las que hasta cierto p unto el propio san Agustín ha contribuido a forjar, con su visión pesimista de la caída en desgracia del hom bre y del inherente carácter pecam inoso de la naturaleza en la que le ha tocado vivir. En su fundamental obra La d u d a d de Dios describe cóm o cada individuo es ciudadano de dos comunidades diferentes: la de Dios, p o r un lado, que es eterna e invariable, y se asienta sobre los verdaderos valores, y la terrenal, basada en valores falsos y efímeros, como todo lo que en ella se encuentra. Así, el lector puede ver el paralelismo de esta teoría y la de los dos mundos de Platón. San Agustín es el último gran filósofo de la antigüedad latina, y son m uchos los que lo consideran com o el más grande de la época. Es, además, el prim er autor que entiende su búsqueda filosófica más com o una profundización en el propio m undo interior que en la simple interrogación acerca de la realidad física y social que se extiende alrededor del ser humano. Por último, a él se le deben dos de las obras fundamentales de la historia de la literatura y la filosofía universales: Confesiones (hacia 400) y La ciu d a d de Dios (hacia 413-426). .
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La I n q u is ic ió n española San A g u stín e ra p a r tid a r io d e l em pleo d e la fu e r z a p a r a c o n ven cer a los q u e se a le ja ra n d e la d o c trin a cristian a, id e a q u e la Iglesia n o ta rd a ría en adoptar. La In qu isición española, establecida en 1478, cobró u n a im p o rta n c ia fu n d a m e n ta l en la p e rse cu ció n d e los fa lso s conversos (m u su lm an es y ju d ío s ) tras las p ro m u lg a c io n e s d e expulsión d e 1 4 9 2 y 1502.
Los SUPLICIOS DEL INFIERNO La d u d a d d e D ios (4 1 3 -4 2 6 ) se c o n virtió e n u n a d e las obras fu n d a m e n ta le s d e la E d a d M id ia . San A gu stín c re ía que, tras la c a íd a d e l hom bre, D ios d iv id ió a l a h u m a n id a d en elegidos y con den ados. En e l m u n d o terrenal, los lím ites e n tre u n o s y otros n o resu ltan claros d e distingu ir, y n o es hasUi e l d ía d e l ju ic io f in a l q u e los elegidos reciben la g ra cia divin a , m ien tras q u e los co n d e n a d o s son a tr o ja d o s a la h ogu era p e rp e tu a d e l infierno.
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LA ARQUITECTURA ÁRABE Los árabes conquistaron España tras sus invasiones, que se iniciaron en el año 711, y se prolongaron durante más d e ocho siglos. La máxima expresión de la arquitectura d e esta época se encuentra en el conjunto de la Alhambra (1238 1358), cuyas galerías y patios ajardinados ejercieron una gran influencia en la tradición arquitectónica del gótico occidental. En la ilustración aparece el Patio d e los Leones.
U N C O N T I N U O IN T E N T O P O R C O N C I L I A R DE FO R M A A R M Ó N I C A LAS D O C T R IN A S DE PLATÓN, ARISTÓTELES Y EL C R IS T IA N IS M O Debido a los espectaculares avances de la ciencia, la filosofía medieval ha quedado injustamente relegada en los últimos siglos. Sin embargo, merece una especial atención.
LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO viene marcada por la conquista de varios de sus territorios p o r parte de diversos pueblos bárbaros, p o r lo general enfrentados los unos con los otros. Así, la civilización clásica presente hasta entonces y com puesta p o r la herencia de las
^E n pleno revés
culturas griega, helénica y latina cae en una profunda decadencia y da paso a lo que se ha venido en llamar com o «edad de las tinieblas». Esta época, que se extiende aproxim adam ente entre los años 600 y 1000, contrasta con el extraordinario desarrollo vivido p o r otras civilizaciones del mundo, com o es el caso de la islámica, que en esos años se extendía desde el este p o r gran parte de lo que había sido el antiguo Imperio alejandrino hasta la península Ibérica, pasando p o r el norte de África. Lo mismo ocurría con la civilización china, que alcanzó su época de mayor esplendor justo p o r aquel entonces, con la dinastía Tang (618-907), durante la cual se com pusieron las más hermosas obras de toda la poesía china. De igual modo, la cultura japonesa iba camino por esa misma época de entrar en su brillantísimo período clásico. Europa, mientras
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de la fortuna, la más desdichada
manifestación de la desgracia es el recuerdo de haber sido feliz ^
“ EL SER H U M A N O
Boecio
ES U N A SUSTANCIA E l MUNDO ISLÁMICO A la muerte del profeta Mahoma, ocurrida en añ o 632, el islam y a sobrepasaba con creces la península d e Arabia, y en el año 751 el m undo islámico se extendía desde la fron tera con Francia hasta las proxim idades de China. El islam realizó grandes aportaciones a la filosofía, a sí como a las matemáticas, la astronom ía y la m edicina. En el arte, a su vez, sobresalió en campos como la arquitectura, la caligrafía, la cerámica y la confección.
IN D IV ID U A L DE N ATU R ALEZA R A C IO N A L” B o e c io
E l CONSUELO DE LA FILOSOFÍA A q u í a p a re c e d o ñ a Filosofía co rteja n d o a Boecio, a p a rtá n d o le d e las m u sa s o b sta cu liza d o ra s. La d a m a F ortu na d a vu eltas a u n a e n o rm e ru ed a en la q u e diversos p e rso n a je s su ben y bajan .
tanto, tendría que esperar cerca de mil años para p oder im poner su poder económ ico y su cultura en el resto del mundo, una situación que sin duda alguna hubiera parecido de lo más descabellada a cualquier habitante de la Europa de aquellos terribles siglos de oscuridad. A lo largo de estos siglos la herencia de la cultura clásica logró conservarse gracias
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B atalla e n t r e tro p a s m a ta n te los ¡siglos w y v los p u e b lo s b á rb a ro s e m p e za ro n a m a n q u e a r los lím ites d el Im perio ro m a n o d e O ccidente. E ntre las se e n cu en tra la terrible s itu a c ió n d e p e n u ria d e a lg u n o s d e pueblos. com o en el caso d e los g o d o s y los v á n d a lo s, q u e les ■ te g a a b u sc a r n u evos territorios en los q u e asentarse. E n e l a ñ o
. has sabios y eruditos musulmanes. El caso de ■escóteles es uno de los más claros. Así, mientras j - e en Europa se había perdido el rastro de la mayoría je las obras aristotélicas, éstas fueron objeto de =-cjdio por parte de los filósofos musulmanes, 'abría que esperar hasta el siglo xiii para que t_-:sóteles volviese a Europa. Este contacto con ^ civilización islámica tuvo, de hecho, unas . "secuencias determ inantes en el desarrollo del ^ tírunto de la cultura occidental, y no sólo por lo ¡pe ¿Aristóteles se refiere. Lo cierto es que la única obra aristotélica que m crevivió en la Europa de esos siglos de oscuridad p e b Lógica, gracias a la traducción al latín que de r ib hizo Boecio (hacia 480-524), principal asesor fld rey ostrogodo Teodorico, que acabó siendo jiarcelado y ejecutado por sus num erosos enemigos. Etacante su estancia en prisión escribió su célebre Bacadl titulado El consuelo de la filosofía, una « trn que incluso hoy resulta de fácil lectura y que se c a ra d u ra entre las dos o tres obras de mayor peso r'c'ccifico de toda la Edad Media. Aunque Boecio era
romanas y bárbaras
4 1 0 ; las tropas v isigodas d e l rey A la rico p u sie ro n sitio a Rom a, m ien tras q u e los v á n d a lo s h icieron lo p r o p io p o c o m á s tarde, en el 4 5 5 . Los h istoriadores su elen to m a r el a ñ o 4 7 6 com o la fe c h a d e la c a íd a Im perio ro m a n o d e O ccidente. A p a r tir d e entonces, R om a p a s ó a s e r g o b e rn a d a p o r sucesivos reyes bárbaros.
cristiano, los consuelos a los que se refiere en su obra se basan en las doctrinas estoica y neoplatónica.
I rlanda
c o m o r e f u g io
D espués de Boecio, Europa se sume en la más profunda barbarie y oscuridad p o r un largo período de unos seis siglos, durante los cuales son muy pocas las figuras o instituciones que despunten en el cam po intelectual. Incluso la Iglesia se encuentra tan volcada en lograr su propia supervivencia en unos tiem pos tan difíciles, que p oco tiem po le queda para dedicarse a las disquisiciones de tipo filosófico. Los pueblos germánicos que pusieron fin a la presencia romana en el n orte de Europa nunca llegaron, de hecho, a invadir Irlanda, de m odo que la isla se convirtió en el refugio para el desarrollo cultural heredado de los clásicos a lo largo de los siglos vi, vil y vra. Por ello, no es de extrañar que los únicos filósofos europeos de especial relieve durante este largo período histórico procedieran de esta isla.
La dinastíaTang La dinastía china Tang (618-907), que sucedió a la Sui (581-618), m arcó el período de m áxim o esplendor cultural en toda la historia de la China clásica, y produjo grandes obras, desde la literatura y la escultura hasta la porcelana. La invención d e esta últim a (casi m il años antes de que llegara a Europa) h izo que la cerám ica se convirtiera e n u n prestigioso arte. Así, la elaborada durante este período destaca p o r su extraordinaria c a lidad y originalidad, algo aplicable tam bién a las obras de joyería de la m ism a época.
La I r la n d a c e lta Los pueblos que habita b a n Irlanda entraron en contacto con el cristianism o en el siglo v. Un siglo m ás tarde, Irla n d a y a poseía su propio estilo caligráfico, tan característico d e los herm osos códices ilustrados q u e se elaboraron en la isla dura n te los siglos posteriores. D estaca el Libro de Kells, u n a obra maestra surgida d e los monasterios irlandeses de los siglos viii y ix y que tom a su nom bre del m onasterio hom ón im o d o nde se conserva. Se trata, probablem ente, del m ás herm oso y perfecto códice ilustrado q ue date d e esa época.
Destaca po r encima de todos la figura de Juan Escoto, cuyo nom bre procede de la forma latina con que en aquella época se conocía la actual Irlanda (Scotia). Llamado también Juan Escoto Erigena, se cree que nació hacia el año 810 y murió en el 877.
A u t o c o n o c im ie n t o DIVINO Erigena sostiene que, ya que una argumentación correcta no puede conducir a una conclusión falsa, es imposible concebir que la razón entre en contradicción con la revelación divina, pues en realidad ambas, partiendo de su validez incuestionable, no son más que dos caminos independientes que conducen a una misma verdad. En realidad, lo que se propone es dem ostrar desde la razón la validez del dogma cristiano, algo que por otro lado no dejó de inquietar a las autoridades de la época, ya que en caso de que su dem ostración fuese
siglos que media entre san Agustín y Boecio, p o r un lado, y Anselmo, en el siglo xi, p o r otro. No obstante, a partir de este último se sucede toda una serie de sucesivos e ilustres pensadores:Abelardo (siglo xn), Roger Bacon y santo Tomás deA quino (siglo xm )Juan Duns Escoto y, p o r último, Guillermo de Ockham, que marca el final del período medieval.
U n a h is t o r ia d e a m o r La más im portante idea que aporta Anselmo a la historia del pensam iento es el argumento ontológico de la existencia de Dios, que se estudia con detenim iento más adelante (véase pág. 57). A continuación, P l a c a d e u n c r u c if ijo ir l a n d é s D e los m onasterios celtas p r o v ie n e n alg u n a s nos ocuparem os de la figura d e las m á s g ra n d e s m an ifestacion es artísticas de Abelardo (hacia 1079-1142), d e l arte c ristian o p rim itivo, c a ra c te riza d a s p o r el em pleo d e nu evos m ateriales y técnicas. quien pasó la mayor parte de Este cru cifijo d e l siglo v iii es ta l v e z u n a d e las su vida en París. La historia trágica p rim e ra s representaciones d e la cru cifixión e n Irlan da. de su apasionado rom ance con Eloísa constituye una de las historias de amor más correcta, hacía innecesario todo recurso a la fe conm ovedoras de toda la tradición occidental, como o a la revelación. Erigena parte de los postulados del puedan serlo la deTristán e Isolda o Romeo y Julieta. neoplatonism o de acuerdo con la más pura tradición Eloísa, sobrina de Fulberto de Notre Dame, y Abelardo agustiniana, pero en realidad alcanza un rigor mucho más entablan una apasionada y prohibida relación.Tras sólido que el obispo de Hipona y sus razonamientos se quedar ella embarazada, deciden casarse en secreto; basan sobre una base intelectual e ideológica de los herm anos de Eloísa entran una noche en la una mayor profundidad. Uno de sus habitación de Abelardo y lo castran, p o r principales argumentos sostiene que orden de Fulberto, quien logra ya que no se puede conocer a Dios vengarse. Abelardo acaba en el mismo sentido en que se retirándose a un monasterio, puede llegar a conocer un lo mismo que Eloísa, y la objeto de la realidad, es relación epistolar que imposible que el propio Dios m antienen ha pasado a pueda conocerse a sí mismo convertirse en un clásico y entender su propia imprescindible de naturaleza. De hecho, es algo la literatura universal. similar a lo que bastantes Por lo que se refiere a lo siglos más tarde sostendrá estrictam ente filosófico, la Kant, para quien ningún ser contribución más importante consciente -n o sólo Dios, sino de Abelardo es la relativa a la también cualquier ser hum anopolém ica de los universales, es puede llegar al conocim iento decir, ese conjunto de conceptos absoluto de sí mismo. («rojo» o «árbol», p o r ejemplo) Erigena es el único filósofo que pueden aplicarse occidental que lleva a cabo un indefinidamente a una gran A belardo y E loísa planteam iento sistemático sobre variedad de objetos concretos y P edro A b ela rd o f u e u n teólogo y filósofo q u e trató, los principales postulados en tre otras cosas, e l p ro b le m a d e los universales. Su singulares. ¿Se puede decir que a p a sio n a d o ro m a n ce con Eloísa le llevó a q u e su tío, filosóficos conocidos por aquella tras esas palabras existe una Fulberto d e N otre D am e, lo castrase. A quí, vem os época en el largo período de seis realidad universal que aglutine cóm o Eloísa coge e l velo a A belardo.
www.fullengineeringbook.net La caballería En u n principio, el té rm in o «caballería» designaba a l con ju n to de caballeros fe u d a le s medievales, a u n q u e con el tiem po p a só a referirse a la serie de virtudes propias de todo caballero. A lca n zó su m á xim o apogeo d u ra n te los siglos x n y xiu, y ■ desem peñó u n pa p el crucial d u ra n te las Cruzadas, época de la qu e d a ta n las prim eras órdenes de caballeiia, com o la orden del Hospital de sa n fu a n d e ferusalén.
FILOSOFIA MEDIEVAL
¿ Sepuede DEMOSTRAR EXISTENCIA de D lO S ? Entre los diversos argumentos propuestos para demostrar la existencia de Dios a lo largo de la historia de la filosofía se pueden distinguir tres, cada uno de los cuales derivará a su vez en múltiples variaciones. El argum ento EL ARGUMENTO COSMOLÓGICO TELEOLÓGICO e b asa e n la idea d e q u e to d o o d o el u n iverso está ser p erte n ecie n te al universo im p reg n ad o d e u n a clara d e b e h a b e r sido cread o p o r intencionalidad, com o la bellota q u e acaba convirtiéndosealguien, ya q u e n o es co n ceb ib le e n u n a en cin a o el calculado q u e algo exista a partir d e la nada. m ovim iento d e las estrellas; to d o p arece re sp o n d e r a u n a finalidad d eterm in ad a o a u n p lan preestab lecid o . Este arg u m en to recibe el n o m b re d e «teleológico» ÜSÜr? *m m p recisam en te p o rq u e sostiene q u e detrás d e cualqLiier objeto o fe n ó m en o su b y ace u n a in ten cio n alid ad o finalidad específica. El desarrollo d e las ciencias ex p erim en tales ha su p u esto u n d u ro go lp e para esta teoría, d esd e el m o m en to en q u e se p u e d e explicar to d o fe n ó m e n o natoral a partir d e u n as causas o de la sim ple casualidad, y descarta, p o r tanto, cu alq u ier tip o de in ten cio n alid ad últim a. No cabe El p ro b lem a q u e p re sen ta este duda, n o obstan te, q u e gran parte arg u m en to es q u e condLice a u n del un iv erso se asienta sobre u n retro ceso h asta el infinito. Si el o rd en , p e ro tam b ién es cierto qiie cosm os es tan m aravilloso q u e tan el caos d e se m p e ñ a u n p ap e l sólo se p u e d e explicar p o r la fundam ental. P or to d o ello, u n o se existencia previa d e algo q u e lo p re g u n ta si tien e algún sentido haya creado, este últim o h abrá sido atribuir Lina finalidad específica cread o prev iam en te p o r otro algo, al con ju n to d e los objetos q u e y así sucesivam ente, hasta llegar al co m p o n e n el universo. infinito.
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EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO l tercer gran arg u m en to q u e p re te n d e p ro b a r la existencia d e D ios se co n o ce co m o el argum ento ontológico. El térm ino «ontológico» alu d e a to d o lo q u e ten g a q u e v er c o n la n atu raleza del ser. Y es fo rm u lad o p o r san A nselm o (1033-1109), q u ien d u ran te 16 añ o s fue arzo b isp o de C anterbury. Si u n o se im agina el m ás g ran d e y p erfecto d e to d o s los seres, y éste p o se e to d o s los atributos posibles ex c ep to el de L la existencia, e n realid ad n o p u e d e ser el m ás p erfecto de to d o s los seres ya q u e cu alq u ier ser q u e exista será siem p re m ás p erfecto q u e aq u el q u e n o existe. Lo cierto es que, a u n q u e esta arg u m en tació n n o acab e de co n v e n cer del todo, resulta su m am en te difícil señ alar d ó n d e reside el error del p lanteam ien to , tal co m o ocurría c o n la p arad o ja de A quiles y la tortuga (véase pág. 19). Kant, a finales del siglo xviii, fue el prim ero e n hacerlo p ara alivio de todos, a u n q u e el p o d e r d e sed u cció n d e este argu m en to es tal q u e e n las últim as d écad as ha vuelto a co b rar fuerza e n el m u n d o d e la filosofía.
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Los filósofos actuales coinciden al afirmar que la existencia de Dios no puede probarse, pero ello no quiere decir en absoluto que éste no exista, sino que sencillamente su existencia es algo que no se puede demostrar a partir de la razón.
La Santísima T rinidad El dogm a de la Santísima Trinidad -D io s Padre, Hijo y Espíritu Santo reunidos en una misma p erso n aconstituye uno de los pilares sobre los q u e se asienta el cristianismo, y fue u n gran tem a de debate filosófico durante la Edad Media. En esta ilustración, el Padre sostiene la cruz en la que h a sido crucificado el Hijo, y el Espíritu Santo toma la forma de una paloma.
^E l pecado no consiste en desear
cada uno de esos objetos? Para Platón no cabe la m enor duda de que existe la Idea del color rojo, y de que cada objeto rojo concreto y singular no es más que un reflejo o inspiración imperfecta de esa idea superior. Aristóteles, en cambio, sostiene lo contrario: p o r supuesto que existen objetos de color rojo, pero no se puede decir que el concepto «color rojo» posea una entidad propia y desligada de cada uno de esos objetos. La postura platónica tom ó el nom bre de «realismo» ya que postulaba la existencia real de esos universales, mientras que la contrarréplica aristotélica pasó a designarse con el nom bre de «nominalismo», cuyos partidarios sostenían que en realidad sólo existen los individuos y que el universal no es más que una mera palabra. La polémica entre ambas posturas, la de los realistas y la de los nominalistas, se convirtió en uno de los temas de debate filosófico más recurrentes en toda la Edad Media, no sólo p o r la complejidad de las argumentaciones esgrimidas, sino sobre todo porque implicaba toda una serie de cuestiones teológicas, com o la naturaleza de la Santísima Trinidad. El caso es que la polém ica abierta p o r el nominalista Abelardo perm anece todavía hoy en día, a pesar de los siglos transcurridos, sin resolverse.
EL RENACIMIENTO MEDIEVAL
La lu z c e le s tia l Las g r a n d e s c a tedrales g ó tic a s d e l siglo x iii representan u n sím bolo lla m a tivo d e l p a s o d e la •e d a d d e las tinieblaseu ropea a u n a época d e lu z. Uno d e los m ejores ejem plos d e a rq u ite c tu ra g ó tic a es la Sainte-C happelle d e P arís (1 2 4 3 -1 2 4 8 ), c u y a s en orm es vidrieras, a d e m á s d e p ro p o rc io n a r u n a g r a n c a n tid a d d e l u z y color a l interior, d a n la im presión d e q u e el techo d escan se e n el vacío. La a c u s a d a v e rtic a lid a d d e las fo r m a s s im b o liza la ascen sión d e l a lm a a l cielo.
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a una mujer,
sino dejarse llevar por el deseo ” A belardo
El siglo x iii constituye, desde la caída del Imperio romano, la prim era gran época de renacimiento y auge del pensam iento y civilización europeas. No en vano, es el m om ento en que los intercambios culturales entre las culturas islámica y occidental dan sus mejores frutos.Tal es el caso de la filosofía aristotélica, que vuelve a Europa a través de las obras de los grandes filósofos árabes y persas. Es, también, la época del florecim iento de la literatura en lengua
La pintura gótica Elp rim e r estilo propiam ente gótico se dio en la arquitectura durante la Baja E dad M edia. En la pintura, el cam bio hacia el nuevo estilo tuvo lugar a fin ales del siglo xni en la obra de artistas italianos como Cimabue (1240-1302) y Giotto (1267-1337). El gótico, uno d e cuyos rasgos más característicos es su extraordinario naturalismo, se convirtió en el principal estilo pictórico en Europa hasta fin a les del siglo x \T.
U n a m a n o sale del lago para c o g e r la espada del rey A r t u r o Las leyen d a s a rtú rica s a p a recen d u r a n te el siglo x m y c u lm in a n en 1 4 8 5 c o n la a p a rició n d e la M uerte d e A rturo, escrita p o r Thom as M alory.
románica, que encuentra en el ciclo artúrico y la poesía trovadoresca algunas de sus más excelsas muestras, proceso paralelo al de la construcción de las grandes catedrales góticas y la fundación de las grandes universidades, com o la de Oxford, Cambridge o Bolonia. Precisamente, uno de los prim eros en enseñar en Oxford es Roger Bacon (1220-1292), quien, sin aportar ningún logro significativo, marca sin embargo algunos de los caminos que habrá de seguir la filosofía. Según él, las diferentes disciplinas científicas deberían unirse bajo una base común, las matemáticas, donde tuvieran cabida tanto la experim entación y la observación com o la misma abstracción. De hecho, él mismo realiza notables avances en óptica, y es uno de los cada vez más num erosos partidarios de la observación práctica de la realidad com o medio para llegar al conocimiento. Pero, sin duda alguna, el filósofo más im portante de todo el siglo x iii y, de hecho, desde san Agustín, ocho
íiglos antes, es santo Tomás deA quino (1225-1274). Li envergadura de esta figura es de tal im portancia que, - pesar de los siglos transcurridos, continúa siendo el filósofo por antonomasia de la Iglesia, y su obra, al menos hasta el Concilio Vaticano II (1962-1964), ha permanecido com o referencia canónica indiscutible de : odo el pensam iento cristiano, tal com o señaló el papa León XIII en 1879. Sa n t o T o m á s d e A q u in o Li gran aportación de santo Tomás deA quino a la historia de la filosofía es la ingente labor de síntesis que realiza entre el conjunto de doctrinas más im portantes postuladas hasta la fecha, y su afán po r hacerlas cMnpatibles con el dogma cristiano. Incluso, no duda en incorporar elem entos de la tradición judía e islámica cuando lo cree necesario. Si, com o ya hem os visto, hasta entonces el cristianismo se había nutrido esencialm ente áe las corrientes platónica y neoplatónica, santo Tomás pisa a incorporar num erosos elem entos sacados de la : bra y tradición aristotélicas. El resultado es el «tomismo» que lógicamente tom a el nom bre de su creador), un v_stema filosófico que concilia la hasta entonces platónica doctrina cristiana con las nuevas teorías de Aristóteles. Durante este descomunal esfuerzo de sincretismo filosófico, santo Tomás da muestras de una t>crupulosidad absoluta a la hora de diferenciar en todo momento la religión de la filosofía, esto es, la fe de la
que, com o cristiano y aunque no se pueda dem ostrar desde la razón, el m undo fue creado p o r Dios y un día llegará a su fin. Basándose en Aristóteles, afirma que todo el conocim iento racional de este m undo se obtiene a través de los sentidos, sobre los que se ha de basar la razón. No existe nada en el intelecto que no haya pasado previam ente p o r los sentidos. Así, cuando un niño nace, su m ente está limpia, com o si se tratase de una pequeña pizarra sobre la que todavía no se ha escrito (santo Tomás em plea la célebre expresión latina tabula rasa, que durante m ucho tiem po se ha atribuido erróneam ente a John Locke). Sobre este
P rincipales obras Las obras más im portantes de santo Tomás de Aquino son dos compendios escritos pa ra sus alumnos. La prim era de ellas es la Summa Theologine (Suma teológica), y la otra es Summa contra Gentiles (Suma contra los gentiles). A diferencia d e las obras de san Agustín, las de santo Tomás de Aquino resultan d e una gran d ificultad y densidad conceptual p a ra el lector general.
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“ EL ALMA SE CONOCE POR SUS ACTO S ” Sa n t o T om ás d e A q u in o
•zuzón. Así, por ejemplo, sostiene que hasta donde llega d entendim iento es imposible dar respuesta a m errogantes tales com o el del origen y el fin del mundo, - i que la verdad podría ser tanto una respuesta .¿rm ativa com o negativa. De todos modos, concluye
Sa n t o T omás d e A q u in o Es u n o d e los p rim e ro s filósofos e n in tro d u c ir los p rin c ip io s aristotélicos e n la d o c trin a cristian a. En El triunfo d e san to T om ás d e A quino, obra d e l p in to r p is a n o d e l siglo x iv F rancesco Traini, a p a rec e en tre A ristóteles (iz q u ie r d a ) y P latón (derecha).
I— i— i—¡---------------- |— LOS GREMIOS Los grem ios eran asociaciones que velaban p o r la defensa de los intereses dé los diferentes artesanos pertenecientes a una m ism a profesión que las integraban, y desempeñaron un p a p elfu n d a m en ta l en el desarrollo dé las ciudades durante toda la E dad M edia. Por lo general, cada profesión solía tener su propio gremio.
conjunto de afirmaciones construye toda su teoría sobre el conocim iento, que resulta de un empirismo tan exacerbado que uno podría preguntarse cómo puede ser com patible con las creencias religiosas. Pero, com o ya hem os dicho, para santo Tomás el m undo de la razón y el de la fe son independientes, de modo que es imposible que el entendim iento llegue a contradecir o poner en duda algún postulado religioso.
D io s e n la c r ea c ió n del m u n d o Este h erm oso ta p iz d e l siglo xa, p ro c e d e n te d e la p e n ín su la Ibérica, m u estra a D io s com o c re a d o r d e tod a s las cosas. A p a re c e ro d ea d o d e las escen as (d esd e la iz q u ie rd a ) d e la cre a c ió n d e E va a p a r tir d e A d á n , a s í com o d e los p á ja r o s y los peces, y e l m om en to en q u e A d á n p o n e n om bre a los an im ales.
www.fullengineeringbook.net E s e n c ia
y e x is t e n c ia
La distinción que santo Tomás realiza entre esencia y existencia ha tenido una trascendencia fundamental a lo largo de la historia de la filosofía. La esencia de una cosa El MICROCOSMOS La noción de microcosmos aparece en la filosofía occidental en tiem pos de Sócrates, y con ella se define al hom bre com o un universo individual, a peq u eñ a escala, tal com o se observa e n la ilustración, y en el que se refleja el macrocosm os, el universo.
es lo que esa cosa es, y este planteam iento no tiene nada que ver con el hecho de que exista o no. Así, si un niño pregunta qué es un unicornio, se le puede responder que se trata de un herm oso caballo, p o r lo general de color blanco, que tiene un cuerno muy largo en la cabeza. Ahora bien, si a continuación pregunta si existe, la respuesta será lógicam ente que no. La prim era de las dos preguntas de este ejemplo se refiere a la esencia, mientras que la segunda se concentra en la existencia. De igual modo, se le puede explicar a ese niño cómo son los tigres, pero por muy bien que se le describan, lo cierto es que tendrá que preguntar si existen o no, ya que se trata de dos conceptos distintos que requieren dos preguntas p o r separado. Precisamente, esta distinción sirve de base a santo Tomás para refutar el argum ento ontológico de san Anselmo:
así, éste no hace más que definir la esencia de Dios, pero en ningún caso la caracteriza com o existencia. Aquino se plantea con una gran sagacidad la pregunta de qué es lo que hace que algo exista. Si una cosa es sólo esencia, existe potencialm ente, aunque no com o una realidad. Partiendo de la base de que Dios creó el m undo a su imagen y semejanza, la esencia de dicho mundo debe haber precedido necesariam ente a su propia existencia. Pero com o la propia esencia de Dios no puede haber precedido a su existencia, santo Tomás concluye que éste no es sino pura existencia. A partir de entonces, generaciones enteras de filósofos discutirán sobre qué es anterior, la esencia o la existencia. Como viene siendo habitual en la historia de la filosofía, unos creerán encontrar la respuesta en Platón y otros en Aristóteles. De hecho, la idea de que la esencia debe haber precedido a la existencia es la base de la teoría de las Ideas platónica (véase pág. 27), justo lo contrario de lo que defienden aquellos que, siguiendo a Aristóteles, sostienen que la esencia es la consecuencia del conocim iento em pírico de la realidad y que, p o r consiguiente, todo objeto concreto y singular debe existir con anterioridad
a que se le puedan atribuir el conjunto de rasgos que je son propios. Las similitudes con la polém ica de los universales (véase pág. 58) son, po r otro lado, más que evidentes.
La « navaja »
de
O
ckham
Duns Escoto (hacia 1266-1308), uno de los filósofos escolásticos más im portantes, arremetió contra los postulados de santo Tomás deA quino rebatiendo ridiculosam ente cada una de sus teorías. Sostiene -i separación absoluta entre la razón y la fe, lo que jc lleva a afirmar que la inmortalidad del alma no r uede ser probada bajo ningún concepto por la rizón, de modo que tan sólo puede ser admitida : ?mo un acto de fe. El célebre filósofo estadounidense 1 S.Peirce (véanse págs. 186-187) ve en Duns Escoto «uno de los filósofos más metafísicos que -.¿más hayan existido». Lo más paradójico de todo es que la palabra inglesa con que se designa a un zoquete», du n ce, deriva precisam ente del nombre ic este ilustre filósofo, quien sin duda alguna se : :r¡ó una gran cantidad de enemigos com o ; : nsecuencia de la meticulosidad y profundidad ie sus críticas. Guillermo de Ockham (1285-1347) retom ó algunos ic los postulados de Duns Escoto y sentó las bases de i ■Ja una larga corriente em pirista británica que habría Je continuar a lo largo de los siglos con figuras tan
una aproxim ación estrictam ente científica. Una de las aportaciones más im portantes realizadas p o r Ockham es el llamado principio de econom ía o, de un modo m ucho más gráfico, de la «navaja». Según éste, los fenóm enos naturales son realizados en y p o r la naturaleza, de la manera más simple y sencilla. En consecuencia, todas aquellas teorías de los filósofos que intenten explicar dichos fenóm enos deben ser igualmente simples y sencillas, sin introducir com plicaciones innecesarias, ya que entonces, tales teorías serían p o r fuerza falsas. Así pues, de ello se desprende que, de entre las diversas hipótesis que explican un fenómeno, la m ejor es la más sencilla. «Los entes no deben ser multiplicados sin necesidad», afirma Ockham, quien de este modo formula uno de los principios básicos, el de economía, en toda formulación científica. Einstein añade su propio grano de arena al afirmar: «Se debería hacer todo de la forma más simple posible, pero no de un modo simplista».
D uns Escoto Duns Escoto fue un filósofo escolástico escocés y teólogo franciscano que estudió y enseñó en París, O xford y, por último, en Colonia, donde falleció. Sus postulados filosóficos se oponían a las ideas de Aristóteles y santo Tomás de Aquino.
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“ LA EXISTENCIA
DE LOS SERES I
N O DEBERÍA
I
POSTULARSE
INNECESARIAMENTE” G u iller m o d e O ck h a m
—portantes com o Locke, Berkeley y Hume. Ockham ' -tiene que el conocim iento de la realidad es imposible 9 se basa únicam ente en un simple ejercicio de ■gum entación lógica o especulación. Por el contrario, es rteciso acudir a la propia realidad y, tras un proceso de rsrudio y experim entación, extraer las conclusiones rertinentes; sólo así se puede llegar a un verdadero y profundo conocim iento de la realidad de las cosas. De este modo, lo que hace Ockham es abrir un camino ■uevo y original que conduce al conocim iento mediante
La dama y el u n ic o r n io ¿Hasta qu é p u n to p u e d e n sig n ifica r algo aqu ellas p a la b r a s que, com o e l u n icorn io, se refieren a algo q u e n o existe? El ejem plo d e l u n icorn io, a u n q u e p u e d a p a r e c e r b asta n te trivial, ilustra sin em bargo la p o lé m ic a d e la esen cia y la existen cia q u e ta n ta im p o rta n c ia h a ten id o e n la filosofía.
Sa n A g u s t í n LA SÍNTESIS ENTRE EL PLA TON IS MO Y EL C R I S T I A N I S M O San Agustín es tal vez el filósofo más importante entre Aristóteles y santo Tomás de Aquino, un período de casi 1.600 años. C icerón M arco Tulio Cicerón (106-43 a. C.) fu e un célebre orador, político y filósofo, que escribió la gran m ayoría d e su obra en el exilio, a l cual se retiró tras la victoria defu lio César. Se opuso a Marco Antonio, que subió a l p o d e r tras la muerte d e César en el año 4 3 a. C., y fu e asesinado p o r orden del hijo adoptivo de este último, el em perador Octavio.
SIN DUDA UNA DE LAS FIGURAS más interesantes de toda la historia de la filosofía, san Agustín nació en la ciudad de Hipona, en la actual Argelia, en el año 354 d. C., y murió en esa misma ciudad en el año 430 tras haber recorrido todo el Mediterráneo. Su padre era pagano, pero su madre, p o r la que sentía un especial cariño, era cristiana. San Agustín dio la espalda en un principio al cristianismo cuando contaba con 15 años. La lectura de Cicerón unos pocos años más tarde le llevó a una búsqueda p o r las diferentes corrientes filosóficas hasta que volvió de nuevo a la religión profesada p o r su madre. En un principio adoptó el maniqueísmo, una doctrina creada p o r el persa Mani en el siglo ni según la cual el universo es el resultado de la oposición de dos fuerzas opuestas, el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Según esta misma doctrina, la m ateria es perversa y el espíritu, bueno, y cada persona tiene una mezcla de ambos elem entos en la que la llama de luz, que es el alma, trata sin cesar de desprenderse de la materialidad del cuerpo en el que se encuentra encerrado. Pero poco a poco san Agustín fue derivando hacia un cada vez más intenso escepticismo, precisam ente la corriente filosófica que imperaba p o r aquel entonces en la Academia de Platón. Durante un tiem po se volcó en el estudio de la obra del genial filósofo ateniense y en la lectura neoplatónica de Plotino, y adoptó firm em ente los postulados de los escépticos. Pero, a los 32 años, dio un nuevo giro y volvió de nuevo al cristianismo, sin p o r ello dejar de lado las teorías platónicas y neoplatónicas p o r las Sa n A g u st ín que tanta admiración A la p reg u n ta : «¿Por q u é D io s c reó el un iverso a rb itra ria m e n te sentía. El resultado fue e n el tiempo?, sa n A gu stín replicó: -C u á n d o creó e l universo creó ta m b ié n e l tiem p o ». la fusión de estas
últimas con el dogma cristiano, hecho que habría de ten er unas consecuencias de incalculable trascendencia. Él mismo nos relata las diferentes fases que le llevaron p o r este periplo en sus maravillosas Confesiones, la prim era autobiografía en el sentido m oderno de la palabra. En ellas relata desde las vicisitudes de su infancia y el gran afecto que sentía por su madre hasta la promiscuidad sexual que le caracterizó durante su adolescencia. Es curioso observar cóm o hasta cierto punto se resistía a deshacerse de las tentaciones carnales, y en una de sus oraciones exclama: «Señor, hazme casto, pero todavía no».
P recedentes
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Uno de los elem entos de contenido filosófico más interesantes que encontram os en las Confesiones -íntim am ente ligado, p o r otro lado, a su condición de autobiografía- es el que trata sobre la naturaleza del tiempo. «Si nadie m e pregunta [qué hora es], sé; si, en cambio, m e lo preguntan e intento responder, no sé.» San Agustín cree que aunque los seres vivos se hallan sujetos al transcurso del tiempo, Dios no lo está, y concluye que el tiem po existe sólo desde la pura experiencia de la realidad y que, p o r tanto, carece de entidad com o algo autónom o en sí mismo, una afirmación que anticipa una de las grandes teorías kantianas (véanse págs. 132-137). En otra de sus ideas acerca del tiem po se anticipa a su vez a Schopenhauer (véanse págs. 138-145), en concreto cuando afirma que la existencia sólo tiene cabida desde el presente, al igual que cuando sostiene que el conjunto de nuestra presencia en el m undo com o seres, incluido el intelecto, se basa en la voluntad. San Agustín también se adelanta a Descartes (véanse págs. 84-89) al rebatir el escepticismo argum entando que para dudar de algo, e incluso de todo, es preciso existir,y que, p o r tanto, si de algo no se puede dudar es de la existencia de uno mismo. Así, desde el m om ento en que se tiene la absoluta certeza de que se existe, es falso afirmar que no se puede saber nada, no estar seguro de nada o, incluso, dudar de todo, que e£ precisam ente el principio sobre el cual se basan los escépticos. Así pues, si es posible saber que se existe, tam bién lo ha de ser ten er la certeza de que existen ^ ^
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INICIOS
LA CIENCIA M O DERNA Al
c o n t r a r io d e l o q u e se p u d ie r a p e n s a r a
SIMPLE VISTA, LA CIENCIA NO EMPIEZA CON EL ESTUDIO DE LAS COSAS MÁS INMEDIATAS, CERCANAS AL HOMBRE, PARA LUEGO PROSEGUIR CON LAS MÁS ALEJADAS, ES DECIR, LAS ESTRELLAS, SINO QUE SIGUE JUSTAMENTE EL PROCESO CONTRARIO: PARTE DEL ESTUDIO DEL CIELO Y DESCIENDE A CONTINUACIÓN HACIA LO TERRENAL. L a NOVEDAD DE LA CIENCIA MODERNA RADICA EN LA CONTINUA
www.fullengineeringbook.net CONFRONTACIÓN DE LAS TEORÍAS CON LA
REALIDAD Y LA METICULOSA COMPROBACIÓN DE
LA VERACIDAD DE LOS DATOS SOBRE LOS QUE SE BASAN AQUÉLLAS, EN DETRIMENTO DE LA DISCUSIÓN Y LA ARGUMENTACIÓN, QUE HABÍAN SIDO LOS MÉTODOS EMPLEADOS HASTA ENTONCES.
M o d e l o del sistema solar Este m odelo e n m in ia tu ra d e p rin c ip io s d e l siglo x ix se con stru yó p a r a d e m o stra r las d iferen tes ó rb ita s p la n e ta r ia s d e l sistem a solar.
De
Nicolás Copérnico Las teorías d e Copérnico sobre el movimiento rotatorio diario d e la Tierra sobre su eje y a n u a l alrededor del Sol representan tina auténtica revolución en el m undo científico, a si como también filosófico, d e aquella época. A p a rtir de entonces, la Tierra deja de ser el centro del universo.
^ T ú has fijado la Tierra de un modo inamovible y firm e ^ Salmo 93, DIRIGIÉNDOSE A DlOS
C o p é r n ic o A N EWTON EL D E S C U B R I M I E N T O DEL UN IV ER SO Los avances científicos desarrollados durante los siglos x v iy xvii traen consigo una auténtica revolución en la concepción que el hombre tenía hasta entonces del universo. LA CONCEPCIÓN DEL UNIVERSO que im peró a lo largo de toda la Edad Media fue la heredada de los antiguos griegos y, sobre todo, de Ptolomeo, un astrónom o de laAlejandría del siglo n d. C. que formuló la más com pleta teoría sobre el universo hasta la fecha, que perm anecería vigente hasta bien entrado el siglo xvi. Según Ptolomeo, la Tierra era una esfera que flotaba en el espacio y que constituía el centro de todo el universo, alrededor de la cual giraban el Sol y el resto de las estrellas y planetas describiendo grandes círculos.
www.fullengineeringbook.net La
PTOLOMEO El m atem ático y astrónom o alejandrino Ptolom eo vivió en el siglo ii d. C. En su obra m ás importante, el Almagesto, coloca a la Tierra en el centro de todo el universo, teoría qu e a partir del siglo xvi es sustituida p o r el heliocentrism o, según el cual la Tierra gira alrededor del Sol. -
r e v o l u c ió n c o p e r n ic a n a
La Iglesia asumió com o propio el sistema de Ptolomeo acerca del universo durante toda la Edad Media como una manifestación más de su em peño p o r conciliar el saber de los antiguos con el dogma cristiano. De este modo, según esta teoría, Dios hace de la Tierra el centro del universo y crea al hom bre a su imagen y semejanza para gobernarlo. A un mismo tiempo, establece en los cielos el paraíso al que deben acceder las almas de los justos tras la liberación corporal que supone la m uerte física. Esta visión del mundo resultaba tan simplista como creíble a simple vista, aunque lo cierto es que las teorías matemáticas que debían sostener esta concepción del mundo se resistían a corroborarlo. Pero en el siglo xvi aparece el clérigo polaco Copérnico (1473-1543), que dem uestra cómo la totalidad de esas incoherencias matemáticas dejan de tener sentido si en vez de considerar la Tierra com o el centro del universo se tom a como referencia el Sol. Al hacerlo, los inexplicables movimientos rotatorios de los planetas
E l sistema copernicano El a strón om o p o la c o N icolás Copérnico, e l p a d r e d e la a stron om ía m o dern a, sostu vo la teoría d e q u e era e l Sol, y n o la Tierra, el cen tro d e l sistem a solar. E n la ilu stración se observa e l sistem a copern ican o, con e l Sol ro d ea d o d e los seis p la n e ta s conocidos h asta ese m om ento.
cobran sentido en un instante. No obstante, en todo m om ento recuerda que su teoría sobre el heliocentrismo no es más que una m era hipótesis y, tal vez consciente de la revolución que habían de suponer sus ideas, retrasa la publicación de las mismas hasta el mismo año de su muerte, en 1543. Incluso entonces, le dedica el libro al papa. Como suele suceder con la aparición de ideas nuevas y revolucionarias, éstas tardaron en aceptarse. Y es que según el sistema propuesto p o r Copérnico, era la Tierra la que giraba alrededor del Sol, y no al contrario, con lo que no sólo echaba abajo lo que la Iglesia había sostenido a sangre y fuego durante más de mil años, sino, lo que es peor, contradecía a la misma Biblia, en cuyo salmo 93 se lee: «Tú has fijado la Tierra de un modo inamovible y firme». Por ello, no es extraño
“ ¿Q U IÉ N OSARÍA C0PER1MIC ANVM^ S ystem a g ^ ^ T lV S
C O L O C A R LA
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A U T O R I D A D DE C O P É R N I C O POR E N C I M A DE LAS SAGRADAS
ESCRITURAS?” C a l v in o
Pero, de hecho, más im portante que lo que esas teorías aportaban desde un punto de vista estrictam ente científico, la verdadera revolución radica en el hecho de rebatir lo que la Biblia, la Iglesia y los sabios de la antigüedad daban p o r cierto. Así, si se dem ostraba que la Iglesia estaba equivocada, ¿cómo dem ostrar que no lo estaba en el resto de sus postulados dogmáticos? El orden establecido se encontraba seriam ente amenazado y, con él, la misma noción de autoridad.
E l TELESCOPIO
No se sabe con exactitud quién fu e el prim ero en observar que dos lentes po d ía n colocarse de fo rm a que los objetos distantes aparecieran mucho m ás próximos. De hecho, se tiene constancia d e que hacia 1608fu eron tres los astrónomos que reivindicaron tal honor. Los prim eros telescopios eran refractantes y se ■valían d e diversas lentes p a ra desviar el h a z de luz. En 1668, Isaac Newton diseñó un telescopio reflectante m ediante el empleo d e cñstales en lugar d e lentes, que proporcionaban una m ayor d e f inición de * la imagen.
La obra maestra de C opérnico Temiendo la condena p o r p arte de la Iglesia, Copérnico retrasó la pu blicación d e su obra De revolutionibus orbium caelestium, que sostenía que la Tierra giraba en to m o a l Sol, y no a l contrario, hasta el mismo año d e su muerte, en 1543.
www.fullengineeringbook.net que un siglo después de la publicación de las teorías de - pém ico éstas estuvieran todavía proscritas por la Iglesia. Pero no fue únicam ente la Iglesia católica la que se : ru so a las teorías de Copérnico, sino que los mismos rratestantes no ocultaron su estupor. «La gente da crédito -se lamentaba Lutero- a un advenedizo de la _~:ronomía que se em peña en dem ostrarnos que la Tierra se mueve, y no los cielos o el firmamento, el Sol o la ligia... Este loco pretende desacreditar toda la ciencia de b astronomía, cuando las Sagradas Escrituras nos dicen qoe Josué condenó al Sol a moverse, no a la Tierra.» CiM no. de forma semejante, se preguntaba rscmdalizado: «¿Quién osaría colocar la autoridad i* Copérnico por encima de la de las Sagradas Escrituras?». Es precisam ente esta cuestión de la autoridad la base de la férrea oposición de la Iglesia a las nuevas * ñas. Desde una cóm oda perspectiva histórica, r e s resulta fácil ver hasta qué punto son ciertos los resallados de Copérnico, que sin duda habían de aener unas repercusiones de indudable trascendencia.
Ó r b it a s e q u i v o c a d a s Otra de las consecuencias fundamentales de la difusión de las teorías copernicanas fue la de sacar al hom bre de su privilegiada situación hasta entonces com o centro del universo.Tras Copérnico, el hom bre deja de ser el centro de nada, ya nada gira en torno a él. Esto constituyó toda una revolución que llevó a una reformulación del propio hom bre con respecto al mundo y, por supuesto, la religión. Por otro lado, si se partía de la base de que ninguna autoridad estaba exenta de crítica, el propio Copérnico no había de ser ninguna excepción. Es así com o los astrónom os que le
N icolás C o pé r n ic o El interés y la afic ió n p o r la a stro n o m ía le vin o a C opérnico m ien tras estu d ia b a m a te m á tic a s y a los clásicos en la u n ive rsid a d d e Cracovia.
O bras de K epler En su Nova astronomía (Nueva astronomía, 1609), Kepler demuestra que la órbita dibujada p o r el planeta Marte es elíptica. En H armonices m undi (Armonías del universo, 1 619) expone su ley d e los períodos, según la cual los cuadrados de los períodos de revolución de los planetas son proporcionales a l cubo d e sus distancias medias a l Sol.
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J ú p ite r
cualquier movimiento celeste respondía a una serie de pautas simétricas, una idea que ya venía de muy lejos, desde los antiguos griegos, y que durante la Edad Media había tomado una dimensión religiosa. Otro paso, pues, en el proceso de demolición de la antigua concepción del universo y, p o r tanto, de las autoridades vigentes hasta entonces.
G a l il e o ,
el g e n i o d e
P isa
El prim er padre de la ciencia m oderna que entró en serios conflictos con una de esas autoridades, la eclesiástica, fue Galileo (1564-l642),quien acabó siendo condenado p o r la Inquisición -el tribunal mediante el cual la Iglesia se encargaba de juzgar cualquier tipo de manifestación herética-, primero de forma privada, en 1616, y, más tarde, públicam ente, en 1633. Se le atribuía el doble crim en de sostener que la Tierra giraba sobre su eje y, al mismo tiempo, alrededor del Sol. Unas ideas que, com o hem os visto, tenían ya casi un siglo de historia y que Galileo había aprendido de las obras de Kepler y Copérnico, pero que casi acabaron costándole la vida. De hecho, para no ir a la hoguera tuvo que renegar públicam ente de su teoría y prom eter que nunca volvería a sostener que la Tierra se movía. Sin embargo, según cuenta la T y c h o B rahe e n su observatorio tradición, justo después de firmar su abjuración, no C u a n d o e l rey d a n é s F ederico II ced ió la isla d e H ven a Tycho B rahe, e l m a y o r d e los a strón om os a n te s d e la llegada d e l pudo evitar exclamar su celebérrim a frase: «Y, sin telescopio, éste h iz o co n stru ir u n observatorio de sd e d o n d e embargo, se mueve». p o d e r m e d ir co n p rec isió n los astros. En su s o bservacion es s e v a lía d e in stru m en tos tales com o g r a n d e s sextan tes La genialidad de Galileo va más allá de su dimensión y c u a d ra n te s d e metal. estrictam ente científica. No se sabe a ciencia cierta si fue él el inventor del telescopio, pero es indudable que fue uno de los prim eros en utilizarlo para penetrar en las sucedieron rectificaron parte de sus teorías de acuerdo profundidades del universo y sentar las bases de con las observaciones realizadas con posterioridad. la m oderna astronomía. Además, a él se le debe Al astrónom o danés Tycho Brahe (1546-1601) se le debe el descubrim iento del principio del péndulo y el la confección de unas tablas consiguiente perfeccionam iento astronómicas que contienen la del mecanismo em pleado en los más meticulosa descripción relojes. Es, también, el inventor de los movimientos planetarios del term óm etro, así com o el anterior a la aparición del creador de una teoría, asombrosa telescopio y que resultaron de para la época, en la que postulaba inmensa utilidad al genial que todos los cuerpos caen a una astrónom o alemán Johannes misma velocidad (que acelera a Kepler (1571-1630). una media de 9 metros por Copérnico había dado por segundo) con independencia de sentado el hecho de que los su peso, siempre y cuando se planetas describían unas órbitas encuentren en el vacío, libres circulares y uniformes, tesis que de cualquier tipo de presión. Kepler rebatió al dem ostrar Establece también que todo que dichas órbitas no sólo eran proyectil describe una parábola, elípticas, y no circulares, sino que algo que tendrá unas presentaban diversas velocidades implicaciones inmediatas en según la fase en que se encontrara el arte de la artillería, a la vez La c inem átic a celeste segú n K e p le r el planeta. De este modo, el que demostraba que el K epler aplicó las m a te m á tic a s a la hora d e establecer astrónom o alemán echaba por movimiento natural que sigue sus leyes sobre las órbitas d e los plan etas, ba sa d a s tierra la arraigada creencia de que en u n a m eticulosa observación y experim en tación . todo cuerpo no es el círculo o la
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M úsica celeste K epler creyó descubrir una relación entre la velocidad con que los planetas describen sus órbitas y la música celeste de la tradición pitagórica. Así, calculó las escalas musicales según el movim iento de los planetas fuera más próxim o o alejado del Sol. El ejem plo de la ilustración p rocede de su obra Harmonices mundi.
J ohannes K epler El m atem ático y astrónomo alem án Johannes Kepler (1571-1630) estudió teología antes de interesarse p o r la astronomía. Según su célebre ley de las órbitas, que descubrió estudiando las órbitas d e Marte, los planetas recorren órbitas elípticas, y no circulares, tal como pensaba Copérnico.
Academias italianas
D urante el siglo xvj proliferó en las grandes ciudades italianas la aparíción de numerosas academ ias don de se itnpartían materias como la literatura, la filosofía y diversas ciencias. Una de las m ás célebres era la Accademia del Cimento de Florencia, creada p o r uno de los discípulos de Galileo, Vicenzo Viviani - (1662-1703), y en étlá se llevaron a cabo importantes experimentos en campos como la biología y la física.
E l pr o c eso c o n tr a G a u leo su D iálog o so b re lo s d o s m á x im o s sistem as d el m u n d o : el >!emaico y el c o p e rn ic a n o , p u b lic a d o en 1632, G alileo d e fie n d e n u eva co n cep ció n d e l u n iverso f r e n te a la s p o stu la d a s p o r
P tolom eo y C opérnico. C om o con secu en cia d e s ú s n u ev a s teorías, es c o n d e n a d o p o r la In qu isición y o b ligado a a b ju r a r d e ellas y a fir m a r q u e la Tietra es e l c en tro in a m o vib le d e l universo.
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dipse, sino la línea recta, siem pre que se halle libre -íc cualquier fuerza exterior. En esa misma línea de la cinética, descubre que si varias fuerzas diferentes actúan s e ore un mismo objeto, el resultado sobre su movimiento es el mismo que si dichas fuerzas actuaran
“Y, SIN EMBARGO, SE M U EVE” G a u l e o G alilei
adamente y de forma consecutiva, teoría que sentó • bases de la hasta entonces desconocida ciencia de la nica. Por último, es el mismo Galileo el prim ero en nular el principio de la objetividad en la ciencia, . según el cual el científico debería prescindir de todas jellas experiencias, incluso las más directas e ¿miediatas como el color o el olor, que queden ^rcunscritas al ámbito puram ente personal y subjetivo.
Esta lista, necesariam ente breve, de algunos de los descubrim ientos realizados p o r Galileo dejan bien claro que nos encontram os ante uno de los genios más admirables de todos los tiempos, cuyas revolucionarias teorías habrían de ejercer a partir de entonces una influencia extraordinaria sobre la concepción del universo y, p o r consiguiente, del mismo hombre. A pesar de lo com plicado de su situación, en todo m om ento defendió el principio de que tanto el poder com o la autoridad, incluida p o r supuesto la Iglesia, no debían interferir en las investigaciones realizadas p o r la ciencia, que en el fondo lo que busca es el esclarecimiento de la verdad última. «¿Acaso está capacitado un déspota para administrar medicinas o levantar edificios sin ser m édico o arquitecto, tan
sólo p o r el placer de ordenar, a sabiendas de que si lo hace está poniendo en grave peligro la vida de sus pacientes o la de los inquilinos de una casa que corra el riesgo de derrumbarse?» Esta exhortación en pos de la libertad de investigación y conocim iento tendrá consecuencias enorm es en la vida intelectual y científica de la Europa de los siglos posteriores. I saac N e w t o n , c i e n t í f i c o s u p r e m o El inglés Isaac N ew ton (1642-1727), tal vez el mayor científico de todos los tiempos, era ya capaz a los 23 años de descom poner los elem entos de la luz, inventar el
El reloj de péndulo Galileo observó que, pese a dism inuir el recorrido d e las oscilaciones d e un péndulo, el tiem po em pleado en cada una de ellas era el mismo. Este principio le perm itió diseñar los prim eros relojes de péndulo, m ucho más exactos que sus antecesores. Este boceto, dibujado p o r Vicenzo Viviani, no se construyó hasta el siglo xix.
P r in c ip a le s o b ras
En su D iálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo: el ptolem aico y el copernicano (1632), Galileo rectifica las concepciones del universo expuestas hasta la fecha. Sus principios sobre la m ecánica aparecen recogidos en la obra D iscursos sobre las nuevas ciencias (1638).
antes el papa había condenado públicam ente a Galileo p o r afirmar que la Tierra se movía, ahora aparece Newton proporcionando a la humanidad entera una exacta dem ostración matemática de los mecanismos que rigen el conjunto del sistema solar. Este tipo de investigación recibió el nom bre de «filosofía natural», ya que pretendía explicar los mecanismos que rigen la naturaleza. De hecho, la distinción m oderna entre filosofía y ciencia no se realizó hasta el siglo siguiente. De todos modos, esta filosofía natural trajo consigo una de las mayores revoluciones habidas en toda la historia del pensamiento y, p o r fin, más de dos mil años después, la teoría pitagórica de que todo el universo sensible podía explicarse en térm inos matemáticos se hacía realidad. A partir de Newton, los mecanismos internos que regulan el funcionamiento del universo se pueden
E l R oyal O bservatory F u n d a d o p o r C arlos II en 1 6 7 5 y d ise ñ a d o p o r s ir C hristopher W ren, el p r in c ip a l objetivo d e l R oyal O bservatory d e G reentvich, Inglaterra, era p r o fu n d iz a r en e l co n o cim ien to d e los cuerpos celestiales, d e c a ra a servir d e in estim able a y u d a en la n a veg a ció n tran soceán ica.
www.fullengineeringbook.net cálculo, definir la gravedad y, p o r si fuera poco, formular la ley de gravitación universal. Más tarde, a partir de sus propios descubrimientos, se dedicó a rectificar las teorías de Kepler y Galileo, como las tres leyes del primero, que
“ T AN SÓLO HABRÍA P O D ID O El momento DEL DESCUBRIMIENTO de N ewton Según la tradición, N ewton em pezó a estudiar la noción de gravedad u n día d e 1666, cuando se encontraba sentado en su jardín y observó cóm o caía una m anzana de u n árbol próxim o. Esto le hizo preguntarse si la fuerza ejercida p o r la Tierra al hacer caer la m anzana era la misma fuerza q u e hacía q u e la Luna girase alrededor d e la Tierra describiendo u n a órbita elíptica.
V E R MÁS DESDE LOS H O M B R O S DE G I G A N T E S ” I saac N e w t o n
a partir de entonces pasaron a conocerse com o las leyes de Newton. Poco a poco fue construyendo todo un entramado de teorías matemáticas que le perm itieron obtener una visión m ucho más fiel y perfecta del conjunto del sistema planetario. El resultado de sus conclusiones aparece en su obra Principia, publicada en 1687, nom bre abreviado con el que se la conoce, ya que el título com pleto es m ucho más largo.Así, si 54 años
expresar a través de leyes perfectam ente inteligibles para rl ser hum ano y en forma de ecuaciones matemáticas que, gracias a su constancia, perm iten que por primera vez el hom bre pueda predecir un fenóm eno físico. Así, p arriendo de un estado cualquiera de un fenóm eno físico ;ado, y con la ayuda de las leyes de Newton, se puede predecir cuál será su estado futuro. Esta novedosa :apacidad de predicción hizo que m uchos científicos rensaran que de un m odo u otro el universo dejaba de tener secretos para el entendim iento humano. Lo cierto es que este cambio de mentalidad : j v o unas consecuencias inmediatas e incidió decisivamente en el desarrollo de la revolución industrial durante las décadas posteriores. Se tenía ^ sensación de que el hom bre podía dominar la naturaleza, no sólo desde un p unto de vista estrictam ente :íórico, sino, m ucho más im portante todavía, en sus más
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L os P r in c ip ia d e N e w to n En los Principia, la obra m ás im portan te d e N ewton, a p a recen recogidas las tres leyes d e l m ovim ien to g ra vita to rio y la teoría d e la g r a ve d a d , a s í com o la d em ostración d e q u e es la f u e r z a d e esa g r a v e d a d la q u e h a ce q u e los p la n e ta s giren , describien do u n a serie d e órbitas a lred e d o r d e l Sol.
inmediatas manifestaciones prácticas y, p o r tanto, productivas. De todos modos, paralela a este proceso fue la convicción generalizada de que, al dejar de ser la Tierra el centro del universo y convertirse en un simple planeta más, ese mismo universo respondía a unas leyes en las que el hom bre no intervenía para nada. Esto último conllevó una rápida propagación de ese ateísmo que tanto habría de caracterizar la vida intelectual y científica de O ccidente en los tres siglos siguientes.
^Donde se yergue la estatua de Newton, con su prisma y su cara silenciosa, el mármol deja entrever una mente que viaja eternamente por los vastos mares del saber, en soledad ^
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n u e v a v is i ó n d e l m u n d o
Las consecuencias que todas estas nuevas teorías tuvieron en la concepción tradicional del universo y la autoridad fueron las de un auténtico cataclismo.Así,poco a poco se fue im poniendo la idea de que ni la tradición ni la autoridad tenían cabida en la búsqueda de la verdad y el conocimiento.A partir de entonces, cualquier afirmación del tipo «x es verdadero» remitía a la pregunta: «¿Sobre qué bases o pruebas se asienta dicha afirmación?», en lugar de la tradicional: «¿Quién lo dice?», ya que la autoridad tradicional deja de tener vigencia. Lógicamente, este cambio de mentalidad no ocurrió de la noche a la mañana, pero sí que es cierto que influyó de forma decisiva en la superación de toda la anticuada herencia medieval. La principal consecuencia para la Iglesia fue que ésta perdió el control de la vida intelectual y cultural de Europa, sobre todo en los países E l reloj del universo Este m odelo d e reloj d e l sistem a solar, e n e l q u e la Tierra y la L u na g ir a n e n to rn o a l Sol d escrib ien d o u n a ó rbita d e te rm in a d a , f u e con stru ido en 1 7 1 2 p o r John R ow ley p a r a reflejar la visión neti’to n ia n a d e l universo co n ceb id o com o un en o rm e m eca n ism o
WlLLIAM WORJDSWORTH
P rincipales obras
En sus Principia (1687), Newton form u la la teoría d e la gravitación y la de sus tres leyes del m ovimiento gravitatorio de los planetas. En Ó ptica (1704), demuestra que la lu z blanca es la sum a de todos los colores visibles de que se compone el espectro que va del rojo a l violeta.
E sple n d o r form al Los ja r d in e s d e V aux-le-V icom te (1 6 5 6 -1 6 6 1 ), con u n fu e r te q u e se d eriva d e fó r m u la s m a te m á tic a s las cuales énfasis a x ia l, d iseñ a d o s p o r A n d r é Le Nótre. Se b asan e n u n os expresan e l p e n sa m ie n to filo só fico ta n característico d eta lles q u e q u e d a n reservados y en u n esqu em a geom étrico d e l siglo xvn.
protestantes, pero también en cierta medida en los que perm anecieron dentro de la influencia católica, donde tarde o tem prano ésta acabaría p o r perderse definitivamente. Por lo que se refiere a la concepción genuinam ente aristotélica del universo preponderante hasta entonces, ésta quedó definitivamente superada y se puso fin así a un larguísimo proceso que a lo largo de los siglos, y culminando en la obra de santo Tomás de
www.fullengineeringbook.net A ndré le N ótre El arquitecto paisajista francés A ndré Le Nótre (1613-1700) representa la m áxim a perfección en el diseño de ja rd in es dentro del m ás p u ro clasicismo, tal como atestiguan sus jardines d e Versallesy Vaux-le- Vicomte. Sus diseños se caracterizan p o r la extraordinaria m eticulosidad y geometría de sus proporciones y elementos compositivos, construidos sobre un eje principal que gira en torno a la cara principal del palacio. Las columnatas, fuentes y esculturas están dispuestas en un plano simétrico.
“ LOS Ú L TIM O S RESABIOS A i ¿ r T -x T A ”
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M atthew A r n o ld
Aquino, se había em peñado en integrar la obra aristotélica en la concepción cristiana del universo y la realidad más inmediata (véase pág. 59). De ahí que el rechazo p o r el dominio intelectual y cultural impuesto durante tanto tiem po por la Iglesia, que se inició en el Renacimiento, y la reforma protestante no pudiesen desligarse del consiguiente rechazo de la autoridad aristotélica. Este proceso, al que se ha hecho ya referencia, fue lento y arduo, y durante las sucesivas generaciones los científicos se esforzaron por deshacerse de la tan arraigada tiranía del binomio Iglesia-Aristóteles.
E l nuevo saber H a c ia fin a le s d e la E d a d M edia, la Iglesia p ie r d e g r a n p a r te d e l p o d e r sobre la v id a m o ra l e in te le ctu a l e n E uropa. A hora, el d estino d e l h o m b re se e n c u e n tr a e n su s p r o p ia s m a n o s.
“Y Dios exclamó: ¡ Q u e e x is t a N e w t o n ! on la posible excepción de Einstein, se suele considerar a Newton como el mayor científico que jamás haya existido. Entre sus num erosas contribuciones, se encuentra el haber sido capaz de explicar desde una base científica los movimientos de la Tierra y el resto de planetas que com ponen el sistema solar. Tan sólo Newton es capaz de situar en su justo lugar lo que ha constituido el hogar del ser hum ano durante miles de años. Un hecho que, sin duda alguna, constituye un momento fundamental en la historia de la humanidad, tal com o afirman los célebres versos del poeta Alexander Pope:
C
nueva ciencia, y toda consideración sobre la realidad debía basarse en unos fundamentos demostrables desde un punto de vista científico. Es más, toda aproximación al conocimiento, y al camino que
dejaron de tener valor. La verdad, a partir de Newton, pasó a asentarse en una serie de m étodos y procesos científicamente demostrables, de m odo que la Iglesia perdió por completo su antigua posición de privilegio en la vida intelectual moderna. na consecuencia lógica de ello fue que la gente em pezó a cuestionarse los fundamentos sobre los que se asentaba su fe o sus creencias. Si los movimientos de todo lo material presente en el espacio se basan en leyes científicas, ¿qué ocurre con el cuerpo humano? ¿También éste está sujeto a dichas leyes? En ese caso, ¿se puede deducir que no existe el libre albedrío? ¿Acaso el hom bre no es dueño de su propio cuerpo? Si ya no existe la noción de libre elección, ¿qué sentido tiene hablar de ética? Y, por último, si cualquier fenóm eno de la naturaleza puede explicarse a través de toda una serie de términos científicos y matemáticos, ¿qué necesidad hay entonces de seguir creyendo en Dios?
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La naturaleza y sus leyes permanecían ocultas en la noche, y Dios exclamó: -¡Que exista Newton!», y se hizo la luz.
ero sus nuevas teorías no sólo se referían a los planetas y el universo, sino que incidían directamente en el movimiento de todos los objetos, al tiem po que sentaban las bases de la estática y la dinámica. Además, la aplicación práctica de sus leyes dio lugar a la tecnología, la cual haría posible la revolución industrial, que tanta importancia tendría en la transformación de la realidad y la sociedad humanas. Las consecuencias de la obra de Newton en el campo de la filosofía fueron tam bién inmensas. A partir de entonces, ningún filósofo pudo ignorar las aportaciones realizadas por la
P
conduce a él, tenía que fundamentarse sobre una argumentación científica si quería gozar de alguna credibilidad. Así, en este nuevo contexto, el antiguo conjunto de autoridades supremas invocadas por la Iglesia
:
urante más de un siglo, los principales filósofos han intentado responder a estas y otras muchas preguntas. ¿Cómo hacer compatible la creencia en Dios con los nuevos descubrimientos de la ciencia? ¿Qué papel desem peña la moral en un , m undo regido p or leyes científicas? ¿Cómo puede existir el libre albedrío en un universo determinista? Como podem os ver, la obra de Ñewton no sólo sentó las bases de la ciencia m oderna, sino que fijó las líneas maestras que habría de seguir la filosofía en los años sucesivos.
¿ C ómo hacer COMPATIBLE LA CREENCIA EN DlOS CON LOS NUEVOS DESCUBRIMIENTOS DE LA CIENCIA?
d
P rincipales obras En El príncipe (1513) describe el modo en que todo príncipe debe gobernar. En realidad, lo que hace es aplicar los métodos experimentales d e la ciencia a l campo d e la política. En sus Discursos (1 513) a n a liza los argum entos a fa v o r y en contra d e las diferentes form as d e gobierno.
M a q u IAVELO EL E D U C A D O R DE LOS PRÍNCIPES Maquiavelo fu e el primero en estudiar de un modo objetivo, e incluso científico, el arte de la política y el gobierno tal como los entendemos hoy en día.
LA APASIONANTE HISTORIA del nacimiento de la ciencia m oderna -d e Copérnico a Newton, pasando por Kepler y Galileo- ocupa un lugar preponderante en el transcurso de la filosofía, aunque en un principio pueda parecer que se trata de dos disciplinas diferentes. Lo mismo ocurre con la filosofía política, que también durante el Renacimiento vio aparecer a uno de sus más ilustres representantes, Maquiavelo (1469-1527), nacido cuatro años antes que Copérnico. Al igual que los partidarios de la nueva ciencia en sus respectivos campos, Maquiavelo se dedicó a echar p o r tierra cuantas teorías políticas teóricas se habían ido asentando a lo largo de los siglos para partir de tina base fundam entada en la más estricta realidad, tal com o afirmaba en su famosa obra El p rín c ip e , publicada en 1513: «Ya que lo que m e propongo es sugerir una serie de ideas que resulten de utilidad al gobernante, he pensado que lo más conveniente es presentar los hechos tal como se presentan en la misma realidad, y no como meras imaginaciones». De hecho, hasta entonces los teóricos habían abordado temas com o los deberes del gobernante, cóm o debía de ser el príncipe ideal o cuál era la forma de sociedad más deseable, partiendo desde una serie de profundas disquisiciones filosóficas, pero que en la práctica no tenían utilidad ninguna. Maquiavelo, por su parte, se propuso rom per con todo aquello, y aunque muchos puedan encontrar demasiado extremistas algunos de sus postulados (no en vano la palabra «maquiavélico» designa en la actualidad a alguien amoral y oportunista), lo cierto es que lo único que hizo fue partir desde la más absoluta sinceridad intelectual para p oder afrontar N icolás M aquiavelo de la m ejor m anera posible la E1 esta d ista y p e n s a d o r ita lia n o M a q u ia v e lo d e sc e n d ía cruda realidad de la política. De ta n to p o r v ía p a te r n a co m o m a te r n a d e do s d e las fa m ilia s a risto crá tica s m á s im p o rta n te s d e Florencia. igual m odo que los partidarios
de la nueva ciencia pretendían superar la secular tradición cristiana para dar paso a una ciencia verdadera y real, Maquiavelo intentó a su vez asentar las bases de un sistema político válido y aplicable a la realidad.
El
g r a n d e s v e l a d o r d e la v e r d a d
Valiéndose de una extraordinaria sagacidad y sinceridad, Maquiavelo describe lo que el hom bre es capaz de hacer para acceder al p oder y conservarlo, así com o los diferentes motivos p o r los que puede perderlo. No se va po r las ramas, sino que aborda con gran crudeza todos aquellos elem entos que tienen que ver con la naturaleza del poder: el recurso necesario a la fuerza, la importancia de las apariencias y de la imagen proyectada, la necesidad a veces de ignorar la palabra dada para conseguir un objetivo determinado, los diferentes tipos de tramas y conspiraciones que pueden perm itir la consolidación del poder... No es de extrañar que El prín cip e se haya calificado com o la Biblia de la Realpolitik: Maquiavelo, con esta obra, se convierte en el creador de una política basada en la realidad y no en una
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“ ES M U C H O MÁS S E G U R O PARA U N P R Í N C I P E SER T E M ID O QUE AMADO” N ic o l á s M a quiavelo
moral teórica. Así, p o r ejemplo, uno de los capítulos lleva 1 el significativo título de «Sobre aquellos que acceden al p oder m ediante el crimen». En ningún m om ento basa un argumento en aquello que se espera o se supone que ha de hacer un gobernante, y m enos desde una base doctrinal y de ética cristiana. De hecho, lo único que hace es recoger p o r escrito cuanto constata de la cruda realidad. La trascendencia de su obra es inmensa y ha ejercido una influencia enorm e en la concepción que del
tampoco se ha de caer en la tentación de poder se tendrá en los siglos posteriores, y acusarle de defender y justificar cada una de arn- especialm ente en las dictaduras que jfe. esas prácticas abominables. Bien es cierto _anto han caracterizado la historia del que en algunos pasajes sostiene que siglo xx. Pero la validez y universalidad para que el gobernante logre salir de ¿e Maquiavelo es tal que no cabe una crisis determinada o mantener reducirla únicam ente al ámbito su posición de poder debe estar estrictamente político, sino que ha ■Jo m ucho más allá al incidir de preparado para actuar en contra de le ñ o en los más variados aspectos uno u otro principio moral, pero ¿e la vida profesional e, incluso, incluso en esos fragmentos lo único que hace es partir de la más cruda y privada del hom bre moderno. En Discursos, escrita práctica realidad, al menos en lo que paralelamente a El príncipe y se refiere al enormemente ajetreado publicada en 1513, se dedica a contexto político de su época y de su _omparar con igual capacidad de patria, la Italia del Renacimiento. Su obra se convirtió en referencia penetración y sinceridad las ventajas imprescindible para los gobernantes de I desventajas de los diferentes U n estadista flo r en tin o M a q u ia velo era e m b a ja d o r d e la la época, que veían en Maquiavelo el -istemas de gobierno, hasta llegar R epú blica d e F lorencia e n u n a época gran desenmascarador de las a 1a conclusión de que la mejor y más en q u e la s estru ctu ras p o lític a s hipocresías que habían prevalecido a tra d ic io n a le s vigentes e n E uropa rítable es la república, ya que cuenta e m p ie za b a n a tam balearse. lo largo de los siglos. Alcanzó una fama c >n el apoyo de todo el pueblo. enorm e, y el propio Shakespeare lo Lo que Maquiavelo describe y m encionó en una de sus obras. Francis Bacon escribió: recoge en sus obras puede provocar en muchos casos «Es m ucho lo que debem os a Maquiavelo, que a _q sentimiento de repulsa e, incluso, desprecio, pero lo diferencia de los demás se dedica a contar qué hacen los rásm o ocurriría si se comparase con los hilos que tejen la : :>mplicada trama política de nuestros días. Ahora bien,
hom bres,y no qué es lo que deberían hacer».
NI C O LAI MACHIA VELLI PRINCEPS. EX
S Y L V E S T R I T E L If
B A S I L E AB
Ex officinaPcniPcrns m d xxc,
El príncipe C oncebido com o u n m anual para la educación d e los gobernantes, El príncipe (1513) aconseja sobre cóm o llegar al poder y conservarlo. Al parecer, M aquiavelo se inspiró en el despiadado César Borgia com o m odelo d e príncipe ideal.
www.fullengineeringbook.net Los B o r g i a D escendientes de una fa m ilia noble española, los Borgia llegaron a Italia en 1443 y ocuparon un lugar destacado en la vida política del siglo x v Rodrigo, que m ás tarde se convertiría en el papa A lejandro VI, se dedicó a fortalecer la posición de p o d e r de sus hijos. Dos d e ellos, ilegítimos, César (1475-1507)}' Lucrecia (1480-1519) destacaron p o r sus numerosos crímenes y excesos.
C é s a r B o r g ia a b a n d o n a n d o e l Va t ic a n o •sar B orgia f u e u n a stu to a m b icio so y u n oportu n ista f a lto c a p a c id a d d e m an do. En este c u a d ro d e 1877, p in ta d o p o r tescrúpulos q u e se en a m o ró d e l p o d e r p o lítico . Sin e m b a rg o G iuseppe-Lorenzo G atteri, a p a rec e C ésar a b a n d o n a n d o e l V aticano mquiavelo lo p o n e co m o m odelo d e l p r ín c ip e id e a l p o r su tras visitar a su p a d re, e l n o m enos controvertido p a p a A lejan dro VI.
P
r in c ip a l e s obras
En sus Ensayos (1597) a n a liza cómo vive el hom bre y cómo debería hacerlo. El avance del saber (1605) es una revisión del estado d el conocimiento en aquel entonces. En Novum organum (1620), Bacon propone su método científico.
Eííayes. Reiigioüs Meditations. Places of perfwafíon and
diíi'.vaíion, Seeneaodalloweá.
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^ T in E e d fo rH u ttjfrc y H o o p e E , s n í a f f i
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i o s E nsa yo s d e B a c o n En sus Ensayos (1597), Bacon ex p o n e su p u n to de vista sobre los tem as más diversos (políticos y personales) y, con una excelente prosa, se dedica a estudiar conceptos tales com o la ambición, la envidia o el amor.
F r a n g ís
Ba c o n
U N N U E V O M É T O D O PARA LA C I E N C I A M O D E R N A En vista de las posibilidades de la nueva ciencia emergente, Bacon presen ta progra mas para su desarrollo desde el nivel teórico al institucional. FRANCIS BACON (1561-1626) fue un verdadero genio polifacético que destacó en disciplinas tan diversas com o política, derecho, literatura, filosofía y ciencia. Su vida transcurrió ligada a la corte inglesa de la reina Isabel I y el rey Jaime I, centro del p oder político, donde su padre había ocupado puestos de gran responsabilidad. Estudió filosofía en Cambridge, de donde nace su arraigada hostilidad hacia la obra aristotélica, y más tarde se decantó po r el derecho. Con su entrada en el Parlamento con tan sólo 23 años, inició una m eteórica carrera política que le llevó a ser canciller, además de barón y vizconde. A los 36 años publicó la serie de ensayos que habrían de convertirse en su obra más conocida, y a lo largo de su vida escribió una
serie de obras que tendrían unas consecuencias extraordinarias en el transcurso de la historia de la filosofía y la ciencia occidentales. Si a ello añadimos su más que com pleta vida política, lo cierto es que la hipótesis de que fue autor de algunas de las obras de Shakespeare parece tan descabellada como afirmar que Einstein escribió las obras de George Bernard Shaw. E l p a d r i n o d e la c i e n c i a Bacon no dudó en valerse de su influyente poder político para prom ocionar la ciencia. Así, intentó convencer a Jaime I para que se crease una institución que velara p o r la prom oción de los estudios científicos, así com o un centro en el que se pudieran llevar a cabo todo tipo de experim entos. Al mismo tiempo, hizo todo lo posible para que las nuevas ramas de la ciencia se enseñaran en las universidades de Oxford y Cambridge. Por desgracia, Bacon no pudo ver cumplido ninguno de sus objetivos en vidapero lo cierto es que cuando el nieto de Jaime I. Carlos II, fundó la Royal Society en 1962 nadie puso en duda lo que se le debía a Bacon. De hecho, los dos científicos británicos más im portantes que pasaron por dicha institución Newton y Darwin.
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E l G resham C ollege : la primera resid en cia d e la R oyal S o c ie ty La R o ya l S ociety se creó e n el G resham College d e Londres, fu n d a d o p o r s ir profesores residentes q u e d a b a n con feren cias en inglés y la tín so b re a lg u n a s Thom as G resham , u n im p o rta n te m e rc a d e r isabelino, y p e rm a n e c ió e n este m a teria s q u e n o se p o d ía n e stu d ia r en n in g u n a u n iversidad, com o a stron om ía e m p la za m ien to en tre 1 6 6 2 y 1 710. El G resham College c o n ta b a con siete y o tras discip lin a s científicas.
tom ar el camino adecuado. Según Bacon, los filósofos racionalistas eran com o arañas que construían sus telarañas con una sustancia segregada desde el interior de su propio cuerpo, y el resultado de sus conclusiones filosóficas, aun siendo digno de consideración, no guardaba ninguna conexión con la realidad física. A los filósofos más empíricos, a su vez, los consideraba como hormigas, que se limitaban a recoger datos sobre la realidad pero que eran incapaces de llegar a tener una
“ la
m en te más
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Y PRÁCTICA DE T O D A LA h u m a n id a d
”
La R oyai. S oeori’Y La Royal Society de Londres, una de las instituciones científicas más antiguas d e Europa, fu e fu n d a d a en 1662, a l reunirse en una misma organización diversas academ ias, y ejerció una enorm e influencia en el desarrollo de los estudios científicos. Entre sus miembros fu n dadores se encontraban el arquitecto sir Christopber Wren y el físico Robert Hooke.
A l exander P o p e so br e F r a n c is B a c o n
visión general de la misma. La tradicional lógica de Aristóteles ya no era de ninguna utilidad ya que se limitaba a constatar la realidad sin aportar nada nuevo. Lo mismo ocurría con los conceptos: creer que éstos contienen en sí algún tipo de conocim iento no tenía ningún sentido. «Las palabras son imágenes de la materia -afirm a-; enamorarse de ellas es como enamorarse de un cuadro.» Según Bacon, para avanzar y profundizar en el conocim iento del mundo real y sensible es imprescindible proceder m ediante un método sistemático. Así, en prim er lugar se debe partir de una detenida observación de los hechos, tom ar nota de lo observado y reunir la mayor cantidad posible de datos. Este paso será tanto más fructífero cuanto mayor sean las personas involucradas, p o r lo que el trabajo individual es desaconsejable. De ahí, p o r otro lado, la necesidad de disponer L a r e in a Is a b e l I de centros donde puedan A la rein a n o le g u s ta b a B acon , q u ien e ra consejero d e l c on de llevarse a cabo estos estudios. d e Essex, su fa v o rito . No obstante, c u a n d o este ú ltim o f u e arresta d o a c u sa d o d e c o n sp ira r c o n tra la rein a, f u e e l p ro p io En esta fase del proceso es B acon , com o m iem bro d e l consejo d e la reina, el e n c a rg a d o muy im portante no caer en el d e llevar a ca b o la d eten ció n d e l conde, q u e f u e ejecu tado.
www.fullengineeringbook.net S ir F ran cis B a c o n B acon , q u e llegó a s e r p r im e r c a n ciller d e Inglaterra, es m á s c on ocid o p o r su s escritos filosóficos q u e p o r su s logros legales y p olíticos.
fueron conscientes en todo m om ento de la enorm e deuda contraída con el m étodo postulado por Bacon, que tanta influencia tendría en Francia e Inglaterra. Cuando se encontraba en la cima de su carrera y del poder, con 60 años de edad y convertido en canciller áel reino, se le acusó de aceptar sobornos y cayó m desgracia. Los últimos años de su vida los dedicó a escribir obras filosóficas y a profundizar en sus estudios sobre los diferentes m étodos científicos. En definitiva, a lo largo de su dilatada vida logró combinar :os más altos y profundos pensam ientos propios de las materias abstractas con un absoluto sentido práctico, al tratar los asuntos de la vida política y cotidiana. Así, el poeta Alexander Pope lo describe como «la m ente más ;abia, lúcida y práctica de toda la humanidad».
El m é t o d o c i e n t í f i c o Bacon fue el prim ero en ver que el conocim iento científico podía proporcionar al hom bre un gran poder sobre la naturaleza, de ahí que creyera firm em ente que ios avances de la ciencia conducirían a unos niveles de prosperidad hasta entonces inimaginables. Pero estaba convencido de que nadie había logrado hasta entonces
La familia de Bacon Francis B acon fue el m enor de los dos hijos del político sir Nicholas Bacon (1509 1579), q u e o cupó diversos puestos d e responsabilidad en la corte de Isabel I y destacó tanto p o r su anticatolicismo com o p or su oposición a la reina escocesa María. En 1606, Francis contrajo m atrim onio con Alice Barnham , perteneciente a una influyente familia londinense, pero no tuvieron hijos, tal vez debido a su rum oreada bisexualidad.
error de im poner nuestras ideas o prejuicios sobre los hechos, sino que hay que dejar que éstos hablen p o r sí solos. Una vez se haya reunido toda la información disponible, se podrá proceder a atar cabos y establecer las relaciones de causalidad preceptivas, de las que se podrán inferir toda una serie de leyes de la naturaleza. El siguiente paso consiste en prestar m ucha atención a todo aquello que contradiga las hipótesis formuladas previam ente y evitar de este modo sacar unas conclusiones, atendiendo tan sólo a aquellos elementos que las corroboren e ignorando los que las refuten. Así, si alguien sueña algo que luego se hace realidad, uno está tentado de pensar que esa persona tiene algún tipo de poder profético, cuando en realidad son muchísimos más los sueños que no se han cumplido. De este modo, es im portante retener la idea de que los elementos negativos son tan im portantes com o los positivos a la hora de sacar una conclusión. Según este proceso, si el científico posee la suficiente autodisciplina será capaz de em pezar a intuir las principales leyes a partir de un fenóm eno concreto. Una vez formulada la hipótesis, se debe proceder a su com probación en la realidad m ediante un experim ento y, en el caso de que éste corrobore la hipótesis, se habrá descubierto una ley de la naturaleza que, a su vez, perm itirá deducir cómo se actuará posteriorm ente en situaciones similares. Así pues, el m étodo científico propuesto p o r Bacon va de lo particular a lo general (de ahí que se le conozca como el m étodo «inductivo») para, más tarde, y una vez ya formulada la ley, ir de lo general a lo particular (método «deductivo»). De este modo, se observa que lo que Sherlock Holmes define com o deducciones son, en realidad, inducciones, según la más pura formulación baconiana.
Este m étodo experim ental ejercería una enorm e influencia desde su aparición, en el siglo xvn, hasta nuestros días. Generación tras generación de científicos se han valido de él en sus investigaciones, y todos los filósofos posteriores a él, incluso los más grandes, han sabido reconocer la inmensa aportación realizada p o r Bacon al definir para siempre los límites entre el conocim iento científico y los otros tipos de conocimiento. Por ello, no ha de extrañar que Kant incluyera una cita del filósofo inglés en el prólogo de su edición revisada de la Crítica de la razón p u ra o que, en el siglo xvin,Voltaire y el resto de enciclopedistas franceses lo consideraran com o el creador del tipo
“ las p a l a b r a s S O N IMÁGENES DE LA MATERIA; E NAMORARSE. DE ELLAS ES C O M O
www.fullengineeringbook.net E N A M O R A R S E DE
WlLLÍAM HARVEY
UN CUADRO”
Elfísic o inglés W illiam H arvey (1578-1657), m édico p ersonal de Bacon, f u e el descubridor de la circulación d e la sangre. Estudió m ed icin a en C am bridge y en la universidad de P adua, d o n d e f u e a lu m n o de H yeronim us Fabricius. Su obra D e m otu cordis et sanguinis (Sobre la circulación de la sangre), p u b lic a d a en 1628, supuso u n g ra n avance en los estudios de a n a to m ía y fisiología de la época.
F r a n c is B a c o n
de conocim iento crítico y cientificista que con tanto em peño se esforzaron en propagar p o r toda Europa. Un m étodo que, de hecho, mantuvo plena vigencia hasta que Einstein y Popper, ya en el siglo xx, introdujeron el nuevo modelo de m étodo científico.
LOS FALSOS ÍDOLOS
E l sistema circulatorio El d escu b rim ien to d e la circ u la ció n d e la s a n g re f u e u n o d e los p rim e ro s a v a n c es m édicos q u e trajo consigo e l m éto d o e x p erim en tal d e B acon . Esta ilustración, d e la obra d e H arvey D e m o tu c o rd is e t san g u in is (1 6 2 8 ), dem u estra la existen cia d e válvu las en las venas.
Al tiem po que propone su nuevo y poderoso m étodo como medio de acceder al verdadero conocim iento de la realidad, Bacon insiste en la necesidad de no ceder ante la tentación de todo ese conjunto de prejuicios e ideas («ídolos») que, arraigados p o r siglos y siglos de historia, pretenden alejarnos de dicho método. Distingue cuatro grandes tipos de ídolos. En prim er
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conocimiento superficial de la filosofía inclina al hombre hacia el ateísmo, mientras que un conocimiento profundo de la misma lo lleva a la religión ^ Sir F rancis B a c o n
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Sir W alter R aleigh
E l po d e r de LA PALABRA fo ro -). Estas confu sion es y fa llo s d el len gu aje son m u y corrientes en J-¿' relacion es e n tre los seres h u m a n o s vien en m e d ia tiz a d a s p o r la s el com plejo m u n d o d e la p o lític a , ta l com o lo ilu stra e l c u a d ro d e p alabras. É stas p u e d e n sig n ifica r cosas diferen tes p a r a g en tes d e E gbert v a n H eem skerk La e le cc ió n d e l c o n se jo d e la ciudad, á a e rs a p ro ce d e n c ia , d e m o d o q u e se p u e d e lleg a r a c o n fu n d ir la Oxford, p in ta d o e n 1637. rea lid a d con e l len gu aje (es lo q u e B a co n d e n o m in a 4 d o lo s d e l
jgar, lo que denom ina «ídolos de la tribu», caracterizados como aquellos errores que, com unes a toda la humanidad, proceden de la propia naturaleza humana, üntre éstos se encuentran la tendencia a creer en la evidencia de los sentidos cuando en realidad muchas reces lo que hacen es cegarnos, perm itir que los sentimientos interfieran y distorsionen los juicios y, por Jtim o, im poner interpretaciones basadas en las propias ieas o deseos de cada uno a partir de lo percibido con ■:>s sentidos.A continuación se enctientran los «ídolos de la caverna», en clara referencia al mito platónico véase pág. 31): cada uno «tiene su propia caverna que n tercepta y colorea la luz de la naturaleza» de acuerdo : }n su «peculiar y singular predisposición». En tercer jgar se encuentran los «ídolos del foro», derivados del -so inadecuado del lenguaje, ya que éste se halla repleto ie equívocos y ambigüedades. Son dos los modos en que p lenguaje puede distorsionar la verdad. Por un lado, . jando una misma palabra significa cosas diferentes para '. arias personas; por otro, la tendencia innata del ser '.amano a confundir el lenguaje con la realidad. Por
último, identifica los «ídolos del teatro», que surgen cuando se recurre a la autoridad, en lugar de basarse en la razón y en la experim entación, cuando se quiere dem ostrar una tesis. Se trata del tipo de ídolo más habitual en las diferentes corrientes filosóficas, que respetan a ciegas la autoridad del maestro.
La
c a l id a d d e l in t e l e c t o
Bacon fue un pensador de talla indiscutible. Fue él el prim ero en separar de forma sistemática la ciencia de la metafísica (todo aquello que se basa en la fe o en la creencia) y en observar que el conjunto de fenómenos de la naturaleza se asienta sobre una serie de procesos causales que carecen de cualquier com ponente de intencionalidad trascendental. De ahí la importancia absoluta que confirió a la observación y la experim entación como único medio fiable para acceder al verdadero conocim iento de la realidad, así com o su insistencia en tener siempre muy presentes todos aquellos elem entos que pudiesen contradecir la validez de una ley.
Soldado, marino, cortesano, escritor, aventu rero y favorito de la reina Isabel I. sir Walter Raleigh (hacia 1552-1618) es una de las personalidades más destacadas d e toda la época isabelin ay ejemplifica a l típico inglés de la época en su afición p o r la aventura y el conocimiento. Acusado de conspirar contra el sucesor de Isabel 1, Jaim e I. Raleigh fu e encarcelado en la Torre de landres desde 1603 a 1616, poco antes de su m uerte. En el prólogo ¿fcpÉK Historia del m undo (1614) cita a Bacon.
P rincipales OBRAS Thomas Hobbes expone sus teorías políticas en la obra Elementos del derecho natural y político (1650). En Leviatán (1651), su obra maestra, expone sus ideas sobre la metafísica, la psicología y la filosofía política.
u El valor de un hombre es, como en todas las cosas, su precio v
H obbes EL P R I M E R MATERIALISTA MODERNO Hobbes establece que la realidad física es lo único que existe y que ésta sólo se puede explicar si se concibe como algo en perpetuo movim iento. THOMAS HOBBES (1588-1679) nació prem aturam ente com o consecuencia del miedo terrible que le entró a la madre al oír que la armada Invencible española se acercaba a las costas británicas. «El tem or y yo somos gemelos», solía afirmar, refiriéndose así a su carácter inquieto, que po r otro lado no le impidió ser un escritor sagaz e im petuoso a la vez que un filósofo dotado de una extraordinaria personalidad. Creció en la Inglaterra del reinado isabelino. Después de la m uerte de la reina Isabel I sufrió todos los avatares de la época de los Estuardo y de la guerra civil inglesa.Tras estudiar en Oxford, se convirtió en tutor del hijo del futuro conde de Devonshire, hecho que le
T hom as H obbes H obbes vivió e n tre e l r e in a d o d e Isabel I'y él d e C arlos II, p e río d o en e l qu e In glaterra tuvo q u e h a c e r fr e n te a los nu m erosos retos p la n te a d o s p o r la R eform a y la g u e rra civil.
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T hom as H obbes
proporcionó tres cosas que le aportaron grandes consecuencias en su vida intelectual: el acceso a una completísima biblioteca, continuos viajes p o r el extranjero y la oportunidad de conocer gran cantidad de gente interesante. Estrechó lazos, tanto intelectuales com o de amistad, con las figuras más brillantes de su época, com o Bacon, al que frecuentó en sus últimos años de retiro forzoso en Francia, con Descartes, con el que mantuvo una riquísima correspondencia filosófica, el m atem ático Gassendi, al que le unió una profunda amistad, y Galileo, a quien visitó en Italia. Durante dos años fue profesor de matemáticas del futuro rey Carlos II. Lo cierto es que por muy tímido que fuera, siempre dio muestras de una seguridad intelectual ñiera de toda duda.
La
C arlos II, pr ín c ipe de G ales , c o n u n paje Thom as H obbes e n señ ó ?natem áticas a l fu tu r o C arlos II (1 6 3 0 1685), q u e a c ce d ió a l tro n o en 1 6 6 0 c u a n d o e l P a rla m en to ap ro b ó la rein sta u ra c ió n d e la m on arqu ía.
m e n t e c o m o u n a m á q u in a
En una época en la que la religión lo dominaba todo y no creer en Dios podía p o n er en peligro la vida de quien osase afirmarlo, Hobbes aparece de pronto con una doctrina filosófica basada en un absoluto materialismo. «El universo, es decir, el conjunto de cuantas cosas en él se encuentran, es corpóreo, posee un cuerpo y éste tiene unas dimensiones normales de altura, anchura, profundidad y volumen. Cada una de sus partes actúa, a su vez, com o un cuerpo, con sus correspondientes magnitudes. Por consiguiente, cada parte del universo forma parte de este cuerpo, y aquello que no lo sea no
::rm a parte del universo.Y com o que éste lo es todo, fc>que no forme parte de él no es nada, ni aquí ni en ninguna parte.» Pero no acaba ahí su crítica, sino que va más allá al sostener que conceptos filosóficos y teológicos tales como «sustancia etérea» no sólo son contradictorios, sino pue además no significan absolutamente nada. Cuando ±n una ocasión se le invitó, a la luz de sus teorías, a ieíinir la naturaleza y los atributos de Dios, replicó con - igacidad que tal em presa se encontraba más allá de las posibilidades de cualquier ser humano. De esta forma tan riginal, Hobbes lograba filosofar con total libertad a la tcz que aseguraba su integridad física. Nunca se vio bligado a atenuar el alcance de sus afirmaciones, y ruando alguien le retaba a conciliarias con el conjunto de creencias y valores establecidos, él replicaba con una ■sspuesta que hacía que el interlocutor no tuviera más remedio que aceptarla, com o cuando afirmaba que tal o :~al pregunta (por lo general las más com prom etedoras, c :mo las metafísicas, las religiosas o las de derecho) tan
“ LA PALABRA ES LA [ DEM OSTRACIÓN ■
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C O M O LA
I M O N E D A DE LOS I
ESTUPIDOS” T h o m a s H obbes
sólo podía contestarla el rey. Éste, po r otro lado, -preciaba al filósofo, a quien conocía muy bien de itiondo le enseñaba matemáticas, lo que le garantizaba » seguridad. Es obvio que estos subterfugios resultaban ton astutos com o cínicos, lo cual no pasaba icíapercibido a sus coetáneos, de ahí que sus más - arrim o s enemigos hicieran todo lo posible por prohibir sus obras y ponerle en serios aprietos, sobre : :*do cuando viajaba p o r Europa. El caso es que a pesar fe las continuas amenazas, Hobbes llegó a los 91 años. Partiendo de la teoría de que lo único que existe es la nateria, Hobbes pasa a considerar cada objeto, incluido d ser humano, com o una especie de máquina rerteneciente a una máquina m ucho mayor, el universo.
U na épo c a do m in a d a p o r la relig ió n El a bsoluto m aterialism o defen d id o p o r H obbes se opon ía a b ie rta m en te a la corriente espiritu alista im peran te p o r a q u e l entonces. V algan com o ejem plo las 5 2 iglesias co n stru id a s p o r sir C hristopher W ren en L on dres tras e l g r a n in cen d io que. asoló la c iu d a d p o r com pleto en septiem bre d e 1666.
Es p o r ello que se le puede considerar como el creador del m oderno materialismo metafísico, así com o el prim er filósofo que dio a conocer una visión estrictam ente mecánica de la naturaleza. Además, desarrolló toda una corriente psicológica mecánica, algo de una extraordinaria originalidad, al considerar el cerebro del hom bre com o una máquina cuyos mecanismos perm iten explicar lo más profundo del com portam iento humano.Todas estas toerías -el materialismo, el mecanicismo y la más estricta psicología físicaejercieron una gran influencia en el pensam iento de los filósofos de los siglos posteriores. Aunque uno pueda no estar del todo de acuerdo con las teorías defendidas p o r Hobbes, discutibles en muchos aspectos, lo cierto es que hay que reconocer la trascendencia que éstas han tenido en el curso del pensam iento universal. Así, p o r ejemplo, hoy se sabe que en todo proceso m ental hay un com ponente físico que tan sólo puede abordarse desde una perspectiva estrictam ente científica. En definitiva, una de las principales aportaciones de Hobbes a la humanidad es el haber erradicado la idea de que la m ente es algo puram ente abstracto.
Sir C hristopher W ren P.l arquitecto ingles \ sir Christopher Wren (1 6 J 2 1723) fu e tam bién profesor d e astronom ía en Oxford desde 7660 y uno de los fu ndadores d e la R oral Sóciety. De lodos modos, se le conoce sobre todo p o r su obra arquiteclón ica, en especial p o r la catedral d e San Pablo (1 675-1710)y la reconstmccióri de 52 iglesias londinenses entre 1 6 7 0 y 1711.
I nfluencia de los UTILITARISTAS La obra de Hobbes entró en un período d e olvido hasta que en el siglo xix fu e resucitada p o r los utilitaristas, es decir, los seguidores d e Jeremy Bentham (1748-1832), en especialfo h n Austin (1790-1832), un reputado teórico del derecho. Gracias a ellos, Hobbes ha p a sa d o a ocupar un lugar d e privilegio entre los más grandes filósofos políticos.
Seguridad y ubertad P a ra llegar a u n a s itu a c ió n en la q u e los intereses p a r tic u la r e s de En Vista d e u n m e rc a d o , d e H en d rik Steenivyck (1 5 5 0 -1 6 0 3 ), se c a d a u n o n o in frin ja n la ley, es preciso, segú n Hobbes, d e le g a r el retra ta u n a s o c ie d a d en p a z . Según Hobbes, es e l m ied o a la m uerte p o d e r en u n a a u to r id a d central. lo q u e im pu lsa a l h o m b re a v iv ir en so cie d a d , p u e s d e otro m odo se en co n tra ría en u n *estado natural» sin n o rm a s n i orden algun o.
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LEVIATÁN En Leviatán (1651), su obra maestra, H obbes defiende el absolutism o com o la única forma de gobierno q u e puede garantizar el orden. En esta ilustración aparece Leviatán, com puesto p o r todos los m iem bros de la com unidad, dom inando el Estado. En la parte inferior se encuentran los símbolos de los poderes eclesiástico y civil.
Entre las grandes obsesiones de Hobbes se encontraba el fenóm eno del movimiento, sobre todo después de su visita a Galileo. Según la vieja concepción aristotélica del mundo, que el genio italiano con tanto ahínco se em peñó en combatir, el reposo aparece como el estado natural de todo cuerpo, algo a lo que se oponía radicalmente Galileo, para quien todos los cuerpos físicos, incluso laTierra misma (y, p o r consiguiente, todo lo que en ella se encuentra), tienden a moverse en línea recta siempre y cuando no actúe sobre ellos ninguna fuerza exterior. Hobbes quedó fascinado p o r esta teoría, y llegó a la conclusión de que toda la realidad física se com pone de materia en movimiento, teoría sobre la que se vertebra toda su concepción del m undo. Así, Hobbes sostiene que las causas que intervienen en todo proceso físico se fundam entan en el impulso, que es lo que genera cualquier cambio. Hobbes aplica esta teoría a la psicología y sostiene que toda motivación psicológica no es más que una especie de impulso que tom a dos direcciones posibles de motivación, la aceptación o el rechazo, es decir, el apetito o la aversión. Las manifestaciones de estas dos direcciones son de lo más variadas: am or y odio, alegría y pesadum bre, etcétera. Los prim eros conceptos de todos estos binomios denotan la insatisfacción y, p o r tanto, las necesidades, carencias y objetivos del ser humano, aspiraciones que no cesan hasta que cesa la vida misma. La m anifestación más poderosa de la aversión y, por consiguiente, el rechazo que va más allá, con diferencia,
que cualquier otro es, sin duda alguna, el m iedo a la muerte, trance que el ser hum ano hace todo lo posible po r evitar. Sobre esta peculiar concepción de la psicología humana sienta Hobbes las bases del resto de su doctrina política, que es precisam ente la faceta más im portante de su obra filosófica.
F uerza
y fraude
Hobbes está convencido de que, en el fondo, lo que hace que el hom bre se agrupe en sociedades es el miedo a la muerte. Sin una sociedad, el hom bre se encuentra en un «estado salvaje» donde no existen las reglas, el orden o la justicia, y la vida se convierte en una «lucha de todos los hombres» en un contexto de violencia y abusos o, según sus propias palabras, de «fuerza y fraude». En Leviatán (1651), su obra más conocida, Hobbes lleva a cabo una sombría descripción de un m undo donde reina este caos, y acaba el relato con las siguientes palabras, de una m odernidad asombrosa: «Y, lo peor de todo, el miedo perpetuo a la m uerte, y la vida del hom bre, una vida solitaria, pobre, horrible, em brutecida y breve». Para evitarlo, el hom bre debe asociarse mediante una serie de acuerdos y alianzas, pero, según afirma, «un acuerdo sin la espada no es más que una palabra, y no fuerza en absoluto a salvar a un hombre».Todo aquel que pueda aislarse de la sociedad lo hará en cuanto tenga un interés especial en hacerlo, de ahí que el único medio de evitarlo sea establecer un m odelo en el que nadie tenga
interés en infringir las leyes sobre las que la sociedad se fundamenta. Y esto último tan sólo se puede lograr si todo el mundo está de acuerdo en delegar el p oder en una autoridad central cuyo deber sea im poner la ley y castigar con severidad a todo aquel que la infrinja. Así, para que esta autoridad tenga capacidad de maniobra debe contar con un mayor grado de p oder que cualquier otra persona o asociación de personas que form en parte de esa sociedad y, p o r consiguiente, este poder debe ser absoluto e indiscutible. Éste es, según afirma Hobbes, el único medio de conciliar la libertad y la seguridad del conjunto de individuos que constituyen una sociedad. Pero esa capacidad de libertad «no debe ser tanta como para perm itir que los hom bres la utilicen en contra de sus propios congéneres». En todo momento, Hobbes deja muy claro que esta autoridad suprem a puede ser tanto una sola persona como un grupo de ellas, cuyo p oder en cualquier caso no C a stig o ejemplar Según Hobbes, e l p o d e r c en tra l d ebe c a stig a r con g r a n sev e rid a d a todo a q u e l q u e in frin ja la ley. E n la ilu stración se m uestra la ejecu ción d e los regicidas responsables d e la m uerte d e C arlos I tras la s u b id a a l tron o d e Carlos 11, en 1660.
“ ESTOY A PU N TO DE EMPRENDER
O liver C romwell
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D urante ésta se ejecutó al rey, que hasta entonces se creía que había recibido su poder p o r voluntad divina, y el país entró en un período de violencia y desorden que tan sólo fue capaz de atajar la imposición de una dictadura militar. Curiosamente, entre sus máximas autoridades se encuentran algunas personas muy próximas a Hobbes, quien escribe su L eviatán desde el exilio francés. Cuando aparece publicado, en 1651, la dictadura de Oliver Cromwell se encuentra en su punto culminante, y Hobbes puede volver a Inglaterra. No pudo disimular su alegría cuando al cabo de unos años se restauró la monarquía y su antiguo alumno, Carlos II, accedió al trono.
Tras su actuación como uno d e los principales m andos d e las tropas parlam entarias durante la guerra civil inglesa, Cromwell ( 1 599 1 658) se convirtió en canciller de la nueva República. Desde 1653, y después de disolver p o r la fu erza el Parlamento, se convirtió en lord protector, una especie d e dictador de Inglaterra, Escocia e Irlanda, hasta su muerte, en 1658.
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MI ÚLTIMO VIAJE, U N G R A N SALTO
AL VA CÍO
V
Ú ltimas palabras d e H obbes
lene dado ni po r Dios ni p o r cualquiera de las antiguas autoridades tradicionales, sino que emana del mismo pueblo, de la colectividad. Así se entiende que ésta Jelegue el poder en manos de una autoridad suprema :on la finalidad de fomentar y asegurar sus intereses, en sp e cia l aquellos que se refieren a su libertad personal y i su seguridad (en orden creciente de importancia). En Jefinitiva, el soberano recibe el p oder absoluto, no com o ja reconocim iento a título personal, sino con el fin de lograr el bien común. E l c a o s es p e o r q u e la t ir a n ía Una de las tesis fundamentales sobre las que se asienta la -octrina política de Hobbes es el miedo que siente la ¿jente -p o r encima incluso de la más férrea dictaduraai caos social, de ahí que prefiera som eterse antes a cualquier modalidad de dictadura que sumirse en dicho caos. Hay que tener presente el contexto histórico en r je se realizan estas afirmaciones, la guerra civil inglesa.
LA BATALLA DE MARSTON MOOR H obbes p u b lic ó a su s 8 0 años, en 1682, su obra B eh e m o th . H istoria d e las cau sa s d e la g u e rra civil d e Inglaterra. Una d e las ba ta lla s m á s im portan tes f u e la d e M arston Moor, e l 2 d e ju lio d e 1644, qu e p e rm itió a las fu e r z a s p a rla m e n ta rista s hacerse con el n orte d e Inglaterra.
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RACIONALISTAS U na
v e z q u e la ig l e s ia d e j ó d e e je r c e r el
MONOPOLIO SOBRE EL PENSAMIENTO, SON MUCHOS LOS QUE CREYERON QUE EL CAMINO MÁS FIABLE PARA ACCEDER AL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD RADICABA EN LA RAZÓN: ES LO QUE, EN FILOSOFÍA, SE DENOMINÓ RACIONALISMO, CORRIENTE DE PENSAMIENTO INICIADA por
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esca rtes y c o n t in u a d a , e n t r e o t r o s , p o r
S p in o z a
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L e i b n i z . P r e c is a m e n t e , D
L e ib n i z ,
d o s d e l o s m a t e m á t ic o s m á s c él e b r e s
esca rtes
DE SU ÉPOCA, ENCONTRARON EN LAS MATEMÁTICAS EL MODELO IDEAL PARA LLEGAR AL VERDADERO
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E st a b a n
p l e n a m e n t e c o n v e n c id o s
DE QUE SI SE LOGRABAN APLICAR ESOS MISMOS m é t o d o s m a t e m á t ic o s q u e t a n f e c u n d a s e
INNOVADORAS CONSECUENCIAS HABÍAN PROPORCIONADO EN EL ESTUDIO DE LA REALIDAD, ÉSTA ACABARÍA POR DESVELAR TODOS SUS MISTERIOS.
U na d e las primeras calculadoras Elfilósofo y m a te m á tic o fr a n c é s B laise P a sc a l in ven tó esta c a lc u la d o ra en 1 6 4 4 p a r a a y u d a r a su p a d r e e n la rea liza c ió n d e operaciones d e c o n ta b ilid a d .
G e o m e tr ía a n a l í t i c a
La analítica, u n a de las ram as de la geom etría, fu e in v e n ta d a p o r Descartes en ¡637 y se basa en la idea de q u e todo p u n to contenido en el espacio p u e d e definirse m ediante u n a serie de coordenadas. Descartes aplicó el álgebra a la geom etría no sólo p a ra m a n ip u la r las dim ensiones d e las fig u ra s geométricas, sino tam bién p a ra representar las líneas y las curvas m ediante ecuaciones matem áticas.
ccEstaba
D escartes
,
EN BUSCA DE U N M É T O D O UNIVERSAL Descanes situó la pregunta «¿Quépodemos conocer?» y su respuesta-mediante un seguimiento estricto de certezas—en el centro de las reflexiones filosóficas de la filosofía occidental durante tres siglos. RENE DESCARTES NACIO en Como resultado, durante los veinte Francia en 1596.Tras recibir una años que transcurrieron entre cuidadosa educación de manos 1629 y 1649 produjo una ingente de los jesuitas, que incluyó el producción filosófica y científica, estudio de materias com o la tanto en calidad com o en cantidad. filosofía y las matemáticas, se Por lo que respecta al terreno de la licenció en derecho en la filosofía, sus obras más importantes universidad de Poitiers, su ciudad son el Discurso del m étodo, natal. Estudiante brillante,pronto publicado en 1637, y las se dio cuenta de que m uchos de M editaciones metafísicas, los argumentos defendidos p or publicadas a su vez en 1641. En varias autoridades que había 1649, la reina Cristina de Suecia lo estudiado no eran válidos y, p o r lo invitó a establecerse en Estocolmo tanto, a m enudo no sabía qué como tutor de filosofía, y al póco de creer. Para com pletar su formación, llegar contrajo una fuerte pulmonía según afirma él mismo, se alistó en a causa del frío invierno de Suecia y R e n e D escartes el ejército y recorrió com o soldado falleció en 1650. Son varios los retratos qu e se hicieron en toda Europa, llegando a la v id a delfilósofo. Éste f u e p in ta d o p o r F ra n sH a ls (h a c ia 1 5 8 0 -1 6 6 6 ), a u n q u e conclusión de que el m undo de LA DUDA CARTESIANA la v e r d a d es q u e lo m á s p r o b a b le es que los seres humanos era todavía más Descartes fue un genio de la D escartes n o p o s a r a n u n c a p a r a e l p in to r fla m e n c o . variado y contradictorio que el matemática e inventó una nueva recogido en los libros.A partir de rama de la misma que consistía entonces, se obsesionó con la pregunta de si ¿hay algo de en aplicar el álgebra a la geometría: especialidad que se lo que se pueda estar del todo seguro? o de lo que se conocía com o geometría analítica o com o geometría pueda saber con certeza. coordenada. Además inventó la gráfica.Y esas dos líneas Decidió establecerse en Holanda, que p o r aquel que nos resultan tan familiares en la gráfica, esto es, las entonces era el país con mayor libertad de expresión de coordenadas, reciben su nombre: coordenadas toda Europa, y em prendió un examen minucioso de los cartesianas («cartesianas» procede de Descartes). La pilares del pensam iento hum ano desde los campos de transparencia y las certezas, totalm ente fidedignas, que le conocim iento de la filosofía, las matemáticas y la ciencia. proporcionaban las matemáticas le em ocionaron tanto
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la enorme
cantidad de ideas falsas que desde
mi infancia había tenido por ciertas R ene D escartes
E l c o l e g io d e los jesuítas de La F leche En 1604, D escartes f u e e n v ia d o p o r su p a d r e a l colegio rea l q u e se e n c o n tra b a en la lo c a lid a d d e La Fleche, a l n orte d e la T tirena. F u n d a d o p o r E n riq u e I V y d irig id o p o r los je su ita s, La Fleche era p o r aqu ella época u n o d e los colegios d e m a y o r rep u ta ció n en to d a E uropa, y en el q u e D escartes estuvo h a sta 1 6 1 2 tras h a b e r estu d ia d o lógica, filo so fía y m atem áticas.
que em pezó a plantearse si podría aplicarse de igual m odo a otras áreas del conocim iento humano. De ese modo, en caso de lograr demostrarlo, no sólo rebatiría a los escépticos, para los que nada se podía conocer con certeza, sino que, m ucho más im portante, conseguiría disponer de un m étodo que perm itiría adquirir conocim ientos certeros sobre el m undo y sobre el que basar la ciencia m oderna. Descartes llegó a la conclusión de que la validez de las
S o bre el h o m br e En este tratado, publicado en 1664, D escartes analiza el cuerpo hum ano com o si se tratase de una m áquina, e intenta explicar los diversos procesos fisiológicos a partir del com portam iento de los organism os microscópicos. Esta ilustración exam ina la relación entre el calor y el dolor.
www.fullengineeringbook.net C ristina Suecia
de
Cristina d e Suecia (1626-1689), única hija d el rey’ Gustavo Adolfo II y M aría Eleonor de Brandemburgo, fu e reina d e Suecia entre 1 644y 1654. Independiente y dotada d e una gran inteligencia y curiosidad intelectual, albergó en su corte a Descartes, a l compositor Alessandro Scarlatti y a l arquitecto G iovanni Bernini. A l convertirse al catolicismo en 1652, tuvo que renunciar a l trono en 1654.
La r e in a C r is t in a DE S u ec ia y D e sc a r t e s t cu a d ro d e P ierre Louis D u m e sn il e l Joven retra ta a la rein a y tres d ía s a la sem a n a , y c a d a u n a d e ellas d u r a b a cin co horas. stinaya los m iem b ro s d e su corte m ien tra s a tie n d e n a u n a Todo esto, la c o m b in a c ió n d e los m adru gon es u n id o a las d u ra s :ion d e filo so fía p r o n u n c ia d a p o r D escartes. La rein a h a b ía in clem en cias d e l in viern o sueco, h iz o q u e D escartes su friera u n a •siido en q u e las clases e m p e za r a n a la s c in co d e la m a ñ a n a p u lm o n ía q u e a c a b a ría con su v id a e l 11 d e fe b r e r o d e 1650.
L a experiencia DE LA OBSERVACIÓN D escartes so sten ía q u e la observación d ire c ta d e la r e a lid a d p u e d e estu dien. E sta serie d e c u a d ro s d e la c a te d ra l d e Rouen, p in ta d o s lle v a r a l equívoco, d e m o d o q u e u n o n o p u e d e e sta r n u n c a seguro p o r C lau de M on et e n tre 1 8 9 2 y 1894, ilu stra h a sta q u é p u n to los d e q u e la s cosas so n ta l co m o se ven, p o r m u y d e cerca q u e se efectos d e la lu z a lte ra n la p e rc e p ció n q u e se tie n e d e u n objeto.
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EL CEREBRO HUMANO El tratado Sobre el hombre (1664) fue u n a de las obras más leídas durante los siglos xvii y xviii. En él, Descartes p retende explicar los procesos fisiológicos del ser hum ano desde una óptica mecanicista e interpretando el cuerpo com o si se tratase d e una máquina. Esta ilustración muestra el cerebro hum ano en vigilia y durante el sueño.
matemáticas reside en lo que llama «cadenas de razones». Las dem ostraciones matemáticas parten de unas pocas premisas de una absoluta simplicidad, tan básica y evidente que es imposible dudar de ellas, como cuando se afirma que una línea recta describe la distancia más corta que media entre dos puntos. La dem ostración sigue un proceso deductivo a partir de una serie de pasos lógicos, cada uno de los cuales es irrefutable, p o r lo general bastante sencillo y, de nuevo, indudable. De ese modo, se observa cómo, siguiendo toda esa serie de pasos lógicos, simples y evidentes, y a partir de unas premisas, a su vez, simples y evidentes, se puede llegar a una conclusión que ya no resulta ni tan simple ni tan evidente. Es así com o poco a poco, y con la ayuda inestimable de las matemáticas, el hom bre es capaz de acceder a estadios nuevos del saber hasta entonces desconocidos, tal com o experim enta el propio Descartes con la geometría analítica. Llegado a este punto, Descartes se pregunta en qué medida es posible aplicar este método al saber no matemático. Si se pudiera encontrar al menos una afirmación más allá del dominio de las matemáticas que resultara imposible cuestionar, se podría em plear como premisa en un razonamiento deductivo, de modo que todo lo que de él se dedujera tendría que ser cierto. De esta manera, sería posible sentar las bases de un m étodo que perm itiera abordar cualquier campo del saber humano con la más absoluta fiabilidad. Pero, ¿existen muchas premisas de este tipo
o, p o r el contrario (y éste era el pensam iento general en tiem pos de Descartes), el único conocim iento fiable y válido es aquel que procede de las matemáticas y la lógica? Durante la búsqueda de esas premisas de validez universal, el razonamiento de Descartes pasa por tres fases distintas. Primero, analiza la experiencia procedente de la observación directa e inmediata y llega a la conclusión de que no se puede confiar en absoluto en el conjunto de informaciones que
“pien so LUEGO EXISTO” R e n é D escartes
proceden de los sentidos, ya que p o r lo general suelen ser erróneas. La veleta de una iglesia que resplandece al recibir los rayos del sol en pleno mediodía pasa a convertirse en una triste figura
gris durante el resto de la jornada. Así, concluye Descartes, nunca se puede estar seguro de que las cosas son como se nos aparecen a través de los sentidos, por m ucha atención que se preste.
El
g e n i o m a l ig n o
Esto nos lleva a un segundo grupo de consideraciones que hace Descartes. A menudo, afirma, ha tenido la absoluta certeza de que había estado realizando tal o cual cosa y resulta que, de repente, se da cuenta de que ha estado soñando. Muchas veces, en estos sueños aparecen las actividades más cotidianas: soñaba, po r ejemplo, viéndose sentado al lado de la chim enea leyendo un libro o escribiendo en la mesa de su escritorio, cuando en realidad ha estado todo el rato durm iendo en su cama. Así, se pregunta, ¿cómo se puede saber que ahora, en este preciso momento, no se está soñando? Por un m omento, parece llegar a la conclusión de que resulta imposible 2>egar a estar seguro de que uno no está soñando, áucinando o algo po r el estilo. En este punto de aparente desesperación por resolver la cuestión de lo indudable, Descartes lo -oluciona diciendo que debe haber un geniecillo maligno,y es así com o se llega a la tercera fase, 'apongam os, afirma, que ese conjunto de errores e ilusiones se deben a que existe, sin llegar a ser nunca el nombre consciente de ello, un espíritu superior cuya
única finalidad es engañarnos m ediante una serie de poderes sobrenaturales que le perm iten hacernos dormir y soñar profundam ente cuando parece que en realidad estamos en plena actividad o, incluso, llegar a hacernos creer que dos más dos son cinco. Pero, ¿es que acaso existe algo de lo que ese espíritu maligno no pudiera hacernos dudar? Descartes llega a la conclusión de que sí que existe ese algo que confunde la conciencia en
r
cualquier caso. Así es que aunque uno interprete erróneam ente la realidad o incluso crea soñarla, como cuando uno se imagina que está sentado al lado del fuego y en realidad no hay fuego, el caso es que la misma impresión de encontrarse en esa situación es lo suficientem ente vivida y real com o para que exista. La única cosa, en este caso y en cualquier otro hipotético, que es segura es la certeza de que se están teniendo esas experiencias o impresiones. De esta certeza se p ueden inferir a su vez varias conclusiones. En prim er lugar, uno es consciente de su propia existencia, aunque las impresiones que extraiga de la realidad sean erróneas. Por otro lado, y todavía más im portante, uno tiene la absoluta seguridad de ser un ente, com o mínimo, capaz de pensar y reflexionar
H OS '
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El universo de D escartes En Sobre el m undo (1633), D escartes elabora una descripción hipotética sobre el «nuevo mundo». En este diagram a intenta representar el universo com o u n núm ero indefinido de vórtices contiguos. D escartes dem uestra cóm o la sustancia o materia que cubrió el universo se reúne form ando vórtices, con una estrella central en cada uno de ellos; y algunos con planetas orbitales.
acerca de una serie de experiencias conscientes y reales. Esto es lo que Descartes viene a decirnos en su celebérrim a frase Cogito ergo s u m , es decir, «pienso, luego existo».
www.fullengineeringbook.net La
b ú s q u e d a d e la c e r te z a
Llegado a este punto, Descartes ha dem ostrado que hay cosas más allá de las matemáticas y la lógica que se pueden llegar a saber con absoluta certeza. Pero, se pregunta, ¿hay algo que se pueda inferir de esta certeza con la misma certeza? Para responder a esta pregunta recurre a una versión renovada del antiguo argumento ontológico de la existencia de Dios (véase pág. 57), y afirma: yo me conozco a mi mismo com o un ser
imperfecto, perecedero, finito y aun así poseo en mi el concepto de un ser infinito de carácter eterno e inmortal. Perfecto en todos los sentidos. Lo finito no puede formar lo infinito; tal supuesto es del todo contradictorio. ¿Es posible concebir la idea de que alguien haya creado algo más grande que él mismo? La respuesta propuesta por Descartes es que el hom bre ha sido creado p o r un ser perfecto y eterno que ha inculcado en su m ente esa idea de Dios de igual m odo que un ebanista graba su firma en cada uno de sus trabajos.
U n libro d e tex t o d e fisio lo g ía t El tra ta d o Sobre el h o m b re d e D escartes (1 6 6 4 ) es con siderado com o e l p r im e r libro d e texto d e fisiología. Esta ilustración dem uestra la supuesta estrecha relación en tre la p ercep ció n sensorial d e u n a im a g en y la a c ció n m uscular. Así, la im a g en se ■proyecta desd e los ojos h a sta la g lá n d u la p in ea l, y la rea cció n entre la im a g en y d ic h a g lá n d u la d e te rm in a la a c ció n m otora.
El hecho de que el hom bre sepa que Dios existe y es perfecto implica que se puede confiar plenam ente en él ya que, a diferencia del geniecillo maligno, nunca defrauda ni engaña. De ese modo, una vez llegados a este convencimiento, uno ya puede pensar en el carácter verdadero de todo aquello que aparece com o algo cierto, no p o r lo que se conozca a través de los sentidos, tan propensos al equívoco y al error, sino a través de la razón, la misma que ha llevado a creer en la existencia de
I
~ i E l racionalismo El racionalismo es una doctrina filosófica qiw consiste en la deducción racional de las • proposiciones que son en | s í mismas evidentes y, por \ lo tanto, las únicas bases '. de todo conocimiento. Normalmente, se com para con el emfrirismo, corriente que defiende que todo , conocimiento deriva, únicamente, d e lo que se percibe a través de los sentidos. Descartes fu e el prim er racionalista moderno. Su método influyó en ¡a obra d e muchos filósofos, sobre todo en Spinoza, Leibniz y Kant.
Dios y a desarrollar las matemáticas y que, en el fondo, constituye el núcleo esencial de nuestra existencia humana.
El
n a c im ie n t o d el r a c io n a l is m o
De todas estas teorías defendidas p o r Descartes surge la corriente filosófica racionalista, que se basa en la creencia de que el único conocim iento válido es el procedente de la razón, en oposición al derivado de los sentidos, los cuales p o r lo general constituyen más una fuente de errores que de verdadero conocim iento. Esta corriente se convertirá en uno de los ejes sobre los que se vertebrará la historia de la filosofía a partir de entonces, y alcanza su época de mayor esplendor en los siglos xvii y ¿El cráneo de D escartes? A unque fue enterrado en Estocolmo, los restos de Descartes fueron trasladados más tarde a París. Se sabe con total certeza que el cráneo que reposa junto con sus restos en la iglesia d e St. Germaindes-Prés, en París, n o es el auténtico, sino que, según parece, u n o de los guardianes suecos que estaba presente durante la exhum ación del cadáver lo sustituyó p o r otro falso. El verdadero, tras u n a azarosa trayectoria, fue p o r fin confiscado y trasladado al M usée d e THom m e del Palacio de Chaillot.
y las figuras más destacadas, además de Descartes, son Leibniz y Spinoza. Aunque nunca ha dejado de ejercer una im portante influencia en el pensam iento occidental posterior. Lo cierto es que si bien son muy pocos los grandes filósofos posteriores a Descartes que coinciden en su dem ostración de la existencia indudable de Dios, de él parten algunos de los conceptos fundamentales del pensam iento occidental. Uno de ellos es, por supuesto, la idea de que el m étodo de investigación científica debe partir de hechos indudables para más tarde pasar a extraer conclusiones de orden lógico en forma de razonamientos deductivos, base sobre la que se asienta la ciencia m oderna occidental. Aunque la mayoría de los grandes pensadores llegan a la conclusión de que una observación rigurosa y m etódica (por tanto, basada en los sentidos) x v iii
«dualismo cartesiano» y constituye uno de los pilares sobre los que se asienta la concepción que el hom bre m oderno occidental tiene de la realidad. De hecho, son muy pocos los filósofos que, hasta nuestros días, hayan disentido de esta teoría dualista, y tan sólo cabe señalar las excepciones de Spinoza y Schopenhauer. Incluso en la actualidad algunos de los filósofos más destacados continúan suscribiendo dicha teoría, si bien constituyen una minoría. Más incluso que Francis Bacon y Galileo, la obra de Descartes ha resultado fundamental a la hora de convencer a al m undo occidental de que es posible conciliar la certeza con el conocim iento de la realidad. Ahora bien, para ello resulta imprescindible utilizar el m étodo adecuado, ya que sólo a través de éste, basado en las matemáticas, se puede acceder a dicho
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C O M Ú N ES
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U N O DE LOS DONES MEJOR
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EN EL M U N D O ,
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PUES N O HAY
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Marín M ersenne El teólogo, matemático y filósofo francés Marín M arsenne (1588-1648) tuvo relación con los filósofosy científicos más eminentes d e su época, como Hobbes, Gassendi y Galileo, y desempeñó una inestimable labor en la difusión d e Descartes p o r toda Europa. A él se le debe también el descubrimiento d e una fó rm u la (llam ada de «los números de M arsenne»)que perm ite la representación de todos los números primos.
es del todo imprescindible a la hora de establecer esa serie de hechos indudables que constituyen las premisas iniciales, todos ellos reconocen los aciertos del m étodo cartesiano, sobre todo en lo que se refiere al hecho de partir de un conjunto de experiencias perfectam ente fiables para a continuación someterlas a un minucioso análisis basado en la más estricta lógica, sin dejar que interfiera nada que pueda llevar a la duda. Descartes convenció a la gente de que su método, fundam entado sobre una estricta base matemática, era el único medio posible de acceder a un conocim iento fiable y seguro del mundo.
M
e n t e y m a t e r ia
La idea de que el ser hum ano es, en el fondo, un ser mental lleva a Descartes a desarrollar toda una concepción del mundo a partir de la existencia de dos tipos principales de sustancia: m ente y materia. Constata que el m odo en que el ser hum ano aborda la realidad se basa en la dicotomía existente entre lo estrictam ente físico y sustancial p o r un lado y lo mental p o r el otro. Esta distinción entre dos tipos de entidades, la m ente y la materia, el sujeto y el objeto, el observador y lo observado, es lo que se ha venido en llamar
N A D IE QUE AFIRME I N O PO SEER U N A GRAN CA NTIDAD DE ÉL” R ené D escartes
conocim iento fiable y seguro. De este modo, a partir de Descartes la búsqueda por la certeza se convierte en una de las prioridades de la vida intelectual en Occidente. El genial filósofo francés no sólo nos indicó el camino a seguir (la búsqueda de un saber universalmente válido), sino que además nos proporcionó el m odo de acceder al mismo (el famoso m étodo cartesiano).
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P r in c ip a le s o b r a s
En su Discurso del m étodo (1637), presenta su fam oso método científico y expone de fo rm a somera sus puntos de vista sobre cuestiones de índole científica y metafísica. En las M editaciones metafísicas (1641), desarrolló su doctrina metafísica. Los Principios de filosofía (1644) son un intento de abordar los fenóm enos naturales en un único sistema basado en principios mecánicos.
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Escenas DE la vid a d e D escartes ■Ene g r a b a d o m uestra a lg u n o s h echos d esta ca d o s en la v id a A la derecha, D escartes a p a rec e im p a rtien d o leccion es d e filo so fía é e D escartes. A la iz q u ie rd a a p a rec e la m uerte d e la hija a la rein a C ristina d e Suecia, cargo q u e m a n ten d ría h asta su le g ítim a d el filósofo, F rancine, e l 7 d e sep tiem b re d e 1640. m uerte en 1650.
R E N A T I
De hecho, hem os visto que los primeros Hósofos, los presocráticos,ya se habían planteado cuestiones acerca de la existencia o com posición de la realidad, interrogantes que Sócrates sustituyó por cuestiones de índole más ética acerca de cóm o iebería ser nuestra existencia, un planteamiento que habría de dom inar el transcurso de la filosofía ¿ lo largo de m uchos siglos. Pero, de repente, iparece Descartes y formula una pregunta tan riginal com o desconcertante: «¿Qué es lo que redem os llegar a saber?». De este modo, coloca i la epistemología (la teoría del conocim iento) a i el centro del debate filosófico durante los tres siglos siguientes. Es éste el motivo por el que se si-ele considerar al filósofo francés com o el prim er pensador estrictam ente m oderno, de ahí que —uchos estudiantes de filosofía suelan em pezar precisamente con su Discurso del m étodo. Aunque hay otro motivo.Y es que, al em plear la duda como procedimiento metódico y aplicarla sobre todo uello de lo que se pueda dudar desde el ámbito ce la lógica, erradicando así todo tipo de prejuicios suposiciones que entorpecen el acceso a la verdad esencial, lo que hace en el fondo Descartes es
em pezar desde cero y sentar las bases del saber m oderno. EL PLACER DE LEERA DESCARTES Descartes es un escritor excelente, escribe con bella claridad y utiliza una jerga fresca y elegante. Además, toda su obra está escrita en francés, hecho que tan sólo se repite en el caso de Leibniz, aunque la calidad de la prosa de éste no tiene com paración con la de Descartes. Por ello, no es de extrañar que el genial filósofo se haya convertido en uno de los signos de identidad más preciados de la cultura francesa.Y p o r este motivo, en las escuelas de secundaria de Francia, com o en los famosos «Lycées» (Liceo francés), se requiere su lectura para alcanzar niveles superiores. Así, cualquier francés bien educado, ya sea m ujer u hom bre, ha leído a Descartes. Pero, de hecho, lo cierto es que no hace falta haber nacido en ese país para p oder disfrutar de uno de los mayores filósofos de la historia. Una de las mejores maneras de introducirse en su obra es em pezar p or el Discurso del m étodo y proseguir, a continuación, con sus célebres M editaciones m etafísicas.
DESCARTES, M E D IT A T IO N B S
DE PRIMA PHILOSOPHIA1N* QYA DE1 EXISTENTE A
M. DC XLl C n í iá i tp i, Jt>nlt:ler.tJ3tGnnu;.
M editaciones METAFÍSICAS Antes de publicarlo, e n 1641, D escartes dio el m anuscrito de esta obra a Marin M arsenne para que recogiera opiniones de personas com o T hom as H obbes y Pierre G assendi. La publicación de esta obra dio tanta fama com o problem as a D escartes, quien fue acusado de ateísm o p o r el rector de la universidad de Utrecht (H olanda) y, al poco, condenado p o r las autoridades locales.
LOS SEFARDÍES
Los descendientes de ju d ío s españoles y portugueses, los sefardíes, se diferencian notablem ente d e los ju d ío s asquenazíes, procedentes d el norte y este de Europa. Los prim eros, a los q ue pertenecía Spinoza, y los que le excom ulgaron vivieron e n España desde la E d a d M edia hasta que fu e r o n expulsados de la p en ín su la en 1492, y se establecieron sobre todo e n el norte de África, el este m editerráneo y, m ás tarde, e n A m s te r d a m y otras ciudades d el centro y norte d e Europa, adem á s d e Am érica.
'El más noble y loable de entre todos los grandes filósofos B e r tr a n d R ussell
Sp in o z a T O D O ES U N O , Y ESE U N O ES DIVINO Aunque Dios lo es todo y está en todas las cosas, esta totalidad debe entenderse también como si se tratase de un sistema físico-matemático. SPINOZA ES EL ÚNICO judío que ocupa un lugar de privilegio en la historia del pensam iento occidental hasta Karl Marx. Nació enAm sterdam en 1632 y recibió una educación dentro de la más estricta tradición, pero a causa de sus heréticas opiniones fue apartado de la com unidad judía cuando contaba con 24 años.Tras cambiar su nom bre judío (Baruch) por la versión latina (Benedictus), em prendió una vida en solitario trabajando com o pulidor de cristales y lentes para gafas, m icroscopios y telescopios, una nueva profesión por aquella época. No obstante, de inmediato alcanzó gran fama p o r sus obras filosóficas. Pero cuando se le propuso que ocupara la cátedra de filosofía en la prestigiosa universidad de Heidelberg en 1673, Spinoza la rechazó para así p oder filosofar con total libertad y «de acuerdo con su propio espíritu».
B en ed ic t Spin o z a S p in o z a n a c ió e n A m s te rd a m e n el sen o d e u n a d is tin g u id a f a m ilia ju d í a q u e h a b ía e m ig ra d o d e P o rtu g a l co m o c o n se c u en c ia d e las p e rse c u c io n e s religiosas. E stu d ió p o r s u c u e n ta d iscip lin a s ?j a je n a s a la tr a d ic ió n p r o p ia m e n te ju d ía , c o m o m a te m á tic a s y lin g ü ística . -
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so br e
S p in o z a
Además de sus contribuciones al campo de la filosofía, Spinoza fue el prim ero en analizar las Sagradas Escrituras desde un punto de vista puram ente histórico, y llegó a plantear cuestiones, inauditas hasta la fecha, como la relativa a la autoría de las mismas, así como a las indudables limitaciones impuestas p o r la época en que se escribieron. De este modo, inauguraba el llamado fuerte criticismo que tanta importancia tendrá durante los siglos xix y xx. Precisamente, se encontraba traduciendo el Antiguo Testamento al holandés cuando le sobrevino la muerte, en 1677, como consecuencia de una serie de complicaciones pulmonares, probablem ente ocasionadas p o r la inhalación de los polvos desprendidos de los cristales que había pulido durante toda su vida. Un año después de su muerte, en 1678, apareció publicada su obra más conocida, llamada simplemente Ética, que de hecho abarca un abanico de cuestiones de carácter filosófico mucho más amplio que el estrictamente ético. Spinoza, como otros tantos célebres filósofos, contaba con unas grandes dotes intelectuales. Fue un polifacético E d u c a c ió n d e n tr o de la t r a d ic ió n ju d ía Este a g u a fu e rte p in ta d o p o r R e m b ra n d t, Judíos en la sinagoga (1 6 4 8 ), ilustra u n a e scena típ ic a d e la vid a j u d í a e n el genuino. Así, además del holandés y el , , . . , . . . . A m s te rd a m d el siglo xvíi q u e vio c recer a S p in o za . N a c id o e n e l sen o d e u n a f a m ilia j u d í a p r a ctica n te , S p in o z a recibió , , , , hebreo,’ dominaba el español y- el ' u n a e d u c a c ió n d e n tro d e la m á s estricta orto d o xia , p e ro f u e e xp u lsa d o d e la c o m u n id a d e n 1656, a la e d a d d e 2 4 a nos, a c a u sa d e su s opiniones. portugués, así como el latín, lengua en
que escribió todas sus obras.A ello hay que añadir su faceta com o ilustre exégeta bíblico y estudioso de las matemáticas y el conjunto de disciplinas integradas en la nueva ciencia», de la mano de las obras de Copérnico, Kepler, Galileo, Hobbes y Descartes. Por otro lado, el perfecto conocim iento del m undo de la óptica microscopios y telescopios) que le proporcionaba su profesión le perm itía hacerse una clara idea de las enormes posibilidades de una nueva tecnología que ifrecía esa nueva ciencia. Su obra filosófica, de hecho, pretendía abordar todo tipo de cuestiones desde una perspectiva centrada en la armonía del universo. Su curiosidad po r la ciencia le llevó p o r otro lado i suscribir plenam ente la idea cartesiana de que el conocimiento científico debe partir de una serie Je premisas indudables, para deducir de éstas las consecuencias pertinentes tras un proceso de razonamiento lógico. No obstante, su espíritu crítico le liizo ver que Descartes había dejado muchas cuestiones -in resolver. Así, po r ejemplo, si la realidad se com pone Je dos sustancias opuestas, una mental y otra material, es decir, la m ente y el cuerpo, ¿cómo puede la m ente desplazar el cuerpo en el espacio? La respuesta de Descartes no lograba convencer a nadie, y sus seguidores :iabían decidido dejar por imposible esta cuestión. Pero .as lagunas dejadas p o r el filósofo francés no acaban iquí. Para Spinoza, el com ponente religioso tan poderoso en Descartes actúa a m odo de lastre insuperable a la hora Je abordar las posibilidades abiertas por la nueva ciencia. Si toda la realidad no es más que la realización Je un sistema basado en la deducción en el que todo
aquello que existe o sucede se puede deducir mediante la ayuda de una serie de premisas lógicas e indudables, ¿qué lugar ocupa el libre arbitrio? O, lo que es lo mismo, ¿cómo se puede concebir la libertad en un mundo en el que todo se puede determ inar y explicar desde una base puram ente científica?
“ DIOS ES LA C A U S A DE TODAS LAS COSAS, LAS CUALES F O R M A N PARTE DE ÉL B e n e d ic t S p in o z a
Por otro lado, ¿qué lugar ocupa Dios en todo este sistema? Según se desprende de lo afirmado por Descartes, sostiene Spinoza, si todo lo que tiene lugar en el universo se puede explicar a partir de una serie de leyes científicas y ecuaciones matemáticas, ya no es preciso atribuir a Dios ningún papel en este proceso. Dicho de otro modo, Dios pasa a ser algo superfluo e innecesario, hipótesis que sin duda habría de convertirse en una de las obsesiones en la filosofía de los siglos posteriores (del siglo x v ii al x x ) . La respuesta que
La ó p tic a
Spinoza, que se ganaba la vida fabricando y puliendo lentes para gafas, telescopios y m icroscopios, m ostró u n gran interés en disciplinas tales com o la óptica y la astronomía. Esta ilustración, que m uestra un microscopio y u n condensador, pertenece a la obra de Robert H ooke Micrographia (1665).
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La exégesis bíblica, basada en el estudio de las Sagradas Escrituras desde una perspectiva literaria e histórica, concede una gran im portancia al contexto histórico. Dicha exégesis se centra en tres aspectos fundam entales: estructura literaria, fecha de redacción y autoría. Se suele considerar a Spinoza como el iniciador de esta corriente crítica en su empeño p o r abordar el estudio de la B iblia desde un pu n to d e vista objetivo.
La universidad d e H eidelberg W fm o z a rec h a zó la c á te d ra d e filosofía q u e le ofreció en p a p a U rbano VI en 1386, era d u r a n te a qu ella época ■ 5 7 3 la u n ive rsid a d d e H eidelberg. Ésta, la m á s a n tig u a u n a d e las u n iversid a d es m á s p restigiosas d e to d a m t A lem an ia , f u n d a d a p o r R uperto I y b e n d e cid a p o r el E uropa.
P rincipales obras lil Tratado leológicopolítico se publicó de form a anón im a en 1670, p ero fu e prohibido en 1 6 7 4 p o r sus controvertidas opiniones sobre la Biblia y la teología cristiana. En su Ética (1677), la obra más im portante de Spinoza, éste rechaza el dualism o cartesiano a fa v o r de una visión panteísta del universo.
N ew ton da a este interrogante es que Dios creó ante todo el conjunto del universo para, a continuación, dejar que éste se desarrollase por sí solo de acuerdo con unas leyes que habría dispuesto, leyes que el hom bre entiende com o científicas. Pero esta tesis no satisface a Spinoza, que necesita un Dios om nipresente y om nipotente. La pregunta, no obstante, continúa ahí: ¿qué lugar ocupa Dios en un m undo basado en una serie de explicaciones deterministas y deductivas?
C ontra
el d u a l is m o
La solución que p ropone Spinoza parte de la negación de la prem isa cartesiana básica que sostiene la diferenciación entre cuerpo y m ente. Se sabe, afirma, tal com o dem uestra Descartes, que Dios existe y que es un ser perfecto e infinito. Pero, si de verdad es infinito no pueden suponérsele límites, ya que de hacerlo sería un ser finito, de modo que, se puede concluir, que no hay nada que no forme parte de Dios. Así, no cabe concebir
“ N O SE P U E D E I R EN C O N T R A DE LA
www.fullengineeringbook.net NATURALEZA, PUES ÉSTA SE A S I E N T A SOBRE M oisés M aimónides M aimónides (1135-1204), el más célebre filósofo judío de la Edad Media, nació en la Córdoba andalusí. A demás de filósofo, destacó com o jurista y científico, y su obra filosófica, una vez traducida al latín, ejerció una enorm e influencia en la escolástica m edieval así como, siglos m ás tarde, en el tam bién judío Spinoza. La G uía de perplejos (1176-1191), su obra más im portante, fue decisiva a la hora de introducir las teorías aristotélicas e n la filosofía m edieval occidental. Más tarde, Spinoza encontró, e n las obras de M aimónides, la fuente que le inspiró algunas de sus propias ideas.
UN O R D E N FijO E INMUTABLE” B e n e d ic t S p in o z a
que Dios exista por un lado y el universo p o r otro como dos realidades inconexas, ya que de hacerlo se estarían poniendo límites al carácter infinito de Dios, p o r lo que no hay duda de que éste se encuentra presente en la totalidad de lo creado. El propio Descartes ofrece un buen argum ento que apoye este razonamiento. Si éste define la sustancia com o algo que no necesita nada exterior para existir, Spinoza matiza que lo único que se basta a sí mismo es la misma totalidad que conforma el universo. Si a una escala inferior todo puede explicarse m ediante causas y leyes, tan sólo la totalidad se autojustifica sin necesidad de recurrir a ninguna explicación científica. Simplemente existe en y para sí misma, y no hay nada que pueda explicarla o situarse a
su mismo nivel, ya que existe en sí y se entiende p o r sí. Por todo ello, concluye Spinoza, es esta totalidad, que lógicamente identifica con Dios, la única sustancia verdadera, la única causa sin causa. Sólo así se puede entender que Dios esté presente en la totalidad de la naturaleza. De esto último se desprende la idea de que cuando se intenta explicar el cosmos, ya sea desde una perspectiva estrictam ente religiosa o en térm inos de planetas y otros objetos materiales (a partir de unos fenóm enos físicos), se está estudiando en ambos casos lo mismo.Tanto si se trata de sustancias físicas como mentales, pero constituyen dos formas distintas de describir la misma realidad. Por ello, Dios no está fuera
“ Mi objetivo no es reírme de las acciones del ser humano, ni llorar por ellas, ni odiarlas, sino entenderlas " B enedict Spinoza
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Panteísmo
E l po d e r de la naturaleza Ms¡e cu adro , R uin in R iesen g eb irg e (1 8 1 5 -1 8 2 0 ), d e l p in to r a la v e z q u e su giere la in disolu ble u n id a d q u e fo r m a n e l h o m b re y '.F ernán C a sp a r D a v id F riedrich (1 7 7 4 -1 8 4 0 ), evoca el p o d e r la n a tu ra le za , ta l com o se d espren de d e l p a n te ís m o p o stu la d o p o r x f .n ito de la n a tu ra le z a a través d e u n vasto p a is a je desolado, S pin oza.
ís. 1mundo, ni está en el mundo, sino que él mismo es el B lin d o . Afirmar que el universo físico es el cuerpo de
3ios es tan sólo una manera de abordar lo que, en definitiva, constituye la esencia y sustancia de todo lo zxistente. El propio ser humano, a pesar de ser una :ríatura finita, posee esa misma doble naturaleza: el raerpo y el alma, y a nadie se le ocurriría pensar que se r a ta de dos personas diferentes. De hecho, tal como r-aseña la tradición judía, el cuerpo viene a ser la forma citerior del alma.
Esta peculiar concepción del hom bre y el universo propuesta p o r Spinoza constituye la base sobre la que se asienta la deificación de la naturaleza postulada p o r el romanticismo a lo largo de los siglos xvm y xix, cuyos teóricos más preem inentes ven en la obra del filósofo holandés su máxima fuente de inspiración. No obstante, a diferencia de los románticos, Spinoza considera que el com portam iento individual del ser hum ano viene determ inado p o r una serie de circunstancias ajenas a su voluntad, no como una simple consecuencia de una ley
El panteísm o, que literalmente quiere decir «todo es Dios», sostiene que el universo entero fo rm a p a rte de la m ism a naturaleza divina. Así, postula la u n id a d de toda la realidad y el carácter divino de dicha unidad. Lospanteístas religiosos suelen ser místicos que pretenden llegar a Dios m ediante la intuición. Spinoza era un racionalista que creía que Dios, el hombre y el m undo físico form aban parte d e u n a sola sustancia y que toda la realidad, tanto la física como la espiritual, no es más que u na extensión d e su propia naturaleza divina (de Dios). Adem ás d e Spinoza. -otros grandes filósofos m ás o menos próxim os a l panteísm o son Fichte, Schelling y FLegel.
palabra, lógicamente, sino como medio de abordar la realidad tal como es. No obstante, a diferencia de lo que sostendrá Freud, Spinoza afirma que es absurdo que las personas se obsesionen con sus propios problem as personales, ya que si éstos se contextualizan en el marco general del universo entero, se llega a la conclusión de que en el fondo son del todo insignificantes. En definitiva, sostiene, el ser hum ano debería observar su propia vida desde los ojos de la eternidad, sub specie aeternitatis.
La VISIÓN DEL HOMBRE Armonía, perspectiva, tolerancia, éstos son algunos de los conceptos que se desprenden de la doctrina social de Spinoza y que, sin duda alguna, em papan tam bién su filosofía política. En una de sus obras más im portantes que publicó en vida, Tratado teológico-político (Tractatus theologico-politicus, título en el que se inspira Wittgenstein, uno de los más grandes filósofos del siglo xx, para su Tractatus logico-philosophicus), Spinoza lleva a cabo una viva apología de la libre expresión que, lejos de considerarla como algo incompatible con el m antenim iento del orden, cree imprescindible para m antenerlo. De este modo, Spinoza se convierte en la prim era persona que formula desde una perspectiva m oderna esta idea, que en la actualidad constituye uno de los pilares sobre los que se asienta la sociedad contem poránea. En un mundo gobernado p o r la razón, «cada persona debe p oder pensar lo que quiera y decir lo que piensa», y Libertad d e expresión concluye: «los que de verdad atentan La H o la n d a en q u e vivía S p in o za e ra u n refugio p a r a los librepen sadores, e n tre los q u e se en c o n tra b a Descartes, c u y a o b ra in flu yó m u ch o e n S pin oza. Éste, a su vez, n o p o d r ía contra la libertad son aquellos que, en h a b e r d e sa rro lla d o su o b ra filo só fica en n in g ú n otro lugar, com o refleja este c u a d ro d e una sociedad libre, pretenden coartar f a n Steen (1 6 2 5 -1 9 7 9 ), C o m p a ñ ía m usical, q u e su giere e l a m b ie n te d e rela tiva lib erta d q u e se v iv ía e n este pa ís. la libertad de pensam iento de los que se resisten a aceptar la tiranía». La obra más im portante de Spinoza, Ética (1677), natural determinada. Anticipándose a lo que dos siglos aparece bajo la forma de un tratado de geometría en más tarde desarrollaría Freud, Spinoza sostiene (y es la el que cada dem ostración empieza con sus prim era persona en hacerlo en toda Europa) que la correspondientes definiciones y axiomas, a los que sigue impresión de libertad que posee el ser hum ano no es el razonamiento en sí. Cada uno de éstos siempre más que una mera ilusión basada en el hecho de que éste concluye con las letras QED (abreviatura de q u o d erat no es consciente de las causas que se esconden tras cada dem o n stra n d u m , «que debe ser probado»), tal como com portam iento individual.Y es tan sólo tomando hace Euclides al final de cada uno de los capítulos de su consciencia de esta causalidad implícita cuando se obra Elementos, escrita en el siglo m a. C. Esta estructura puede llegar a ser libre, no en el sentido literal de la
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^E l hombre se engaña si piensa libremente sobre sí mismo ^ B e n ed ic t S pin o z a
U n personaje po lé m ic o S p in o za a c a b ó e n c a rn a n d o la fig u r a d e l a teísm o a los - ojos d e su s co n tem porán eos p o r sus s u p u esta m en te h eréticas opin ion es a c erc a d e los m á s v a ria d o s aspectos relativos a la teología.
responde a la plena convicción de Spinoza, heredada de Descartes, de que el único medio de acceder a un conocimiento fiable de la realidad es a través de las matemáticas. Esta obra suele tomarse com o ejemplo perfecto del camino que sigue un filósofo para llegar al ; nocimiento de todas las cosas a partir de un sistema áe pensamiento global, aunque lo cierto es que las c i ntinuas referencias a la obra de Euclides hacen que su lectura resulte ardua. Además, hay que añadir el hecho ie que la mayoría de las argumentaciones que realiza '"in o /a se basan en una serie de premisas perfectam ente ilidas para la gente de aquella época, pero no aecesariamente para nosotros, como la afirmación de r íe la existencia de Dios es evidente p o r sí misma e "cuestionable. Por tanto, para las corrientes filosóficas p d siglo xxi, no son lógicam ente demostrables. Así, la m portancia de esta obra no reside tanto en el conjunto de argumentaciones que en ella se exponen, sino en la cea general y la intencionalidad que la presiden.
Descartes, rechazó el dualismo cartesiano (véase pág. 88), algo que en la actualidad se da p o r sentado, pero no por aquel entonces. Por otro lado, fue también el prim er filósofo en postular, un siglo antes de que lo hiciera de nuevo Locke, la libertad de expresión. De igual modo, es indudable que su casi mística actitud con respecto a la insignificancia de los problem as personales que afectan a cada individuo en el conjunto de la globalidad del universo ha servido de consuelo a muchísima gente. Son m uchos los filósofos que, en los siglos posteriores, han recibido la influencia de la obra de Spinoza.Tal es el caso, p o r ejemplo, de Hegel, Schopenhauer, Nietzsche y Bertrand Russell. Precisamente, este último afirma a propósito del filósofo holandés que se trata del «más noble y loable de entre todos los grandes filósofos. Desde un p unto de vista intelectual son varios los que le superan, pero, éticam ente hablando, es el más grande». Pero no son sólo los filósofos los únicos que han reconocido la grandeza de las ideas expresadas p o r Spinoza, sino que otras muchas personalidades de las disciplinas más variadas, com o Einstein, Freud, e incluso grandes artistas como G oethe o George Eliot, han encontrado en su obra una im portante fuente de inspiración. Así pues, además de ser una figura de prim er orden en la filosofía occidental, ocupa un puesto de igual relevancia en la cultura occidental.
ETHÍCS BEXEDiCT beSMNÜZA. FlVir Í'AETA
ÉTICA La Ética (1677) de Spinoza, su obra más im portante y que se publicó postum am ente, aborda todas las ram as de la filosofía, y n o sólo la ética com o pudiera hacer creer el título. Partiendo de la geom etría de Euclides, p ropone u n sistema filosófico basado en la prem isa de que to d o es dem ostrable.
L a c r ít ic a LITERARIA
La obra de Spinoza perm an eció ignorada hasta que fu e recuperada p o r los grandes críticos literarios y poetas del siglo xviii alemán, en especial G. E. Lessingy Goethe, a s í como p o r el poeta inglés decim onónico Coleridgé. Lessing abrazó el panteísm o postulado p o r Spinoza tras la lectura del Prom eteo de Goethe.
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U na
in f l u e n c ia b e n ig n a
- p moza es el gran representante del panteísm o en la filosofía occidental. Aunque su obra cayó en el olvido ¿arante casi un siglo después de su muerte, fue -teuperada y venerada p or los románticos, y desde a to n c e s son m uchos los que se sienten atraídos ro r sus teorías, sobre todo en lo que se refiere a su concepción divina del conjunto de la naturaleza. ' jinoza fue, además, el prim er gran filósofo que, ■saliendo la doctrina racionalista formulada por
VERDADERO O B J E T I V O DEL G O B I E R N O ES LA L I B E R T A D ” B e n e d ic t S p in o z a
Es éste, precisam ente, uno de los aspectos fundamentales en la obra de cualquiera de los grandes filósofos: su visión global de la realidad. Cada uno de ellos aborda esta realidad desde un punto de vista peculiar y hace todo lo posible p o r hacernos creer que su perspectiva es la mejor, valiéndose de razonamientos que, en muchas ocasiones, resultan difíciles de seguir e, incluso, farragosos. Pero lo verdaderam ente im portante de su exposición no es ese conjunto de razonamientos, sino precisam ente la visión global que proyectan, p o r lo general m ucho más atractiva y asequible.
G e o rg e E lio t La novelista inglesa George Eliot, pseudónim o d e Mary Ann Evans (1819-1880), sentó las bases del m étodo d e análisis psicológico en la narrativa m oderna. Su M iddlemarch (1872) se considera una d e las grandes novelas del siglo XIX.
P r in c ip a le s o b r a s
Aunque escribió sobre la mayoría de las disciplinas filosóficas, tan sólo publicó breves tratados. En Teodiceo (1710) manifiesta su confian za p len a en la ilustración y la razón, que Voltaire satiriza en Cándido. En la M onadología (1714), Leibniz sostiene que la naturaleza se compone d e un conjunto d e unidades esenciales llam adas «mónadas».
“ Una de mis mayores convicciones fuera de toda duda es que la
L eibn iz EL ÚL TI MO GR AN G E N I O ENCICLOPÉDICO Leibniz divide, por lógica, todas las verdades a su vez en dos tipos de verdades, las de la razón y las de hecho, una distinción todavía hoy en día vigente en filosofía. GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ (1646-1716) fue una personalidad dotada de una portentosa capacidad intelectual, además de un gran filósofo. Inventó el cálculo de forma independiente a N ew ton y publicó sus descubrim ientos antes de que lo hiciera el genio inglés, quien no obstante los había realizado un poco antes. De hecho, es la notación de Leibniz, y no la de Newton, la que em plean hoy en día los matemáticos. Inventó el concepto de energía cinética así com o la lógica matemática, aunque p o r desgracia no llegó a publicar nunca su invención y hubo de esperar cerca de siglo y medio para que se pudiera utilizar esta disciplina
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naturaleza no anda a saltos.
Es lo que yo
L e i b n i z c o n l a r e i n a S o f í a C a r l o t a d e P r u s ia
E l Teodiceo d e L e ib n iz está d e d ic a d o a la re in a C arlota d e Prusia, c u y o m e c e n a z g o p e r m itió la cre a c ió n d e la A c a d e m ia d e las c ie n c ia s d e A le m a n ia , f u n d a d a e n B e rlín e n ju lio d e 1700.
llamo la ley de continuidad ” G o t t f r ie d W il h e l m L e ib n iz
E l id io m a a l e m á n
Leibniz solía escribir sus obras filosóficas en latín, aun que se carteaba con sus amigos en francés. De todos modos, de acuerdo con el movimiento nacionalista d e entonces (siglo xvui) que abogaba p o r la p u re za del idioma, propuso la creación de una A cadem ia de la lengua alem ana. De hecho, los filósofos alem anes posteriores a Leibniz escribieron en su propia lengua llevándola a un nivel de perfección desconocido hasta la fecha.
G o ttfried W ilhelm L e ibniz L e ib n iz n a c ió e n L eipzig e n 1 6 4 6 y m u r ió e n H a n n o v e r e n 1716. A d e m á s d e filósofo, d esta có com o m a te m á tic o a l s e n ta r las bases d e la lógica m a te m á tic a m o d e rn a .
de las matemáticas. Así pues, aparte de ser uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos, fue tam bién uno de los filósofos más influyentes de su época. Hijo de un profesor de filosofía moral en la universidad de Leipzig, su precocidad intelectual fue tal que a los 21 años se le ofreció una cátedra en dicha universidad, que él rechazó en sus ansias p o r conocer m undo. La mayor parte de su vida la pasó com o cortesano, diplomático, bibliotecario e historiador al servicio de la familia de los duques de Hannover, de donde provendría el futuro Jorge I de Inglaterra. Viajó sin cesar y durante muchos años fue una persona admirada y cargada de honores, aunque al final de su vida acabó siendo ignorado y olvidado. Junto a todos estos cargos públicos, Leibniz aprovechaba la soledad de su estudio para dar forma a sus teorías filosóficas en forma de breves escritos y apuntes que en m uchos casos no verían la luz sino a
“ HAY DOS TIPOS DE
VERDADES: LAS DE R A Z Ó N Y LAS DE H E C H O ” G o t t f r i e d W il h e l m L e i b n i z
llevar a cabo ninguna investigación para saber que si el vecino es soltero la m ujer no puede ser su esposa. Por lo tanto, la contradicción implícita hace que esta afirmación no sea válida. Leibniz sostiene que todas las verdades pertenecen a uno de estos dos tipos lógicos: o bien hay que analizar los hechos para averiguar si cierta afirmación es verdadera, o bien no hace falta y se acepta o no la aseveración en virtud de su propia coherencia. Este último tipo de afirmaciones recibieron, posteriorm ente, en la historia de la filosofía, el nom bre de «proposiciones analíticas» (ya que se analizan sin necesidad de profundizar en su interior), mientras que las primeras constituyen las «proposiciones sintéticas». Ambos térm inos se utilizan todavía hoy en día.
La reina Sofía C arlota Sofía Carlota (1668 1 705), herm ana de Jorge 1 d e Gran B retaña, sé convirtió en la prim era reina de Prusia d e la m ano d e Federico I en 1701. Era herm ana d e la hija d e Ernesto Augusto, la m áxim a au toridad de Hannover, y Sofía, hija de Isabel y reina de Bohemia. En 1684 se casó con el príncipe Federico y llevó a cabo una gran labor de m ecenazgo d e las artes y la enseñanza.
Lógica matemática
Los descubrimientos que Leibniz realizó en el campo de la lógica m atem ática hubieran sido d e u n gran valor si los hubiera publicado y d e ese modo se habría iniciado esta ramu de las matem áticas con un siglo y medio d e antelación. Gracias a los trabajos de F regey Russell, se ha reconocido la enorme contribución realizada p o r Leibn iz en este campo.
www.fullengineeringbook.net rulo postumo. Él mismo describe el desorden con el ;u e escribe sus obras: «Cuando acabo algo, lo suelo vidar al cabo de unos pocos meses, y lo único que me .,ueda es un caos de cuartillas y anotaciones dispersas, áe modo que po r lo general tengo que rehacerlo todo de ■nevo». El resultado es que, a diferencia de Spinoza, -/jien presentó sus ideas ordenadas de modo que el lector pudiese seguir fácilmente el discurso de sus razonamientos, el lector de Leibniz lo tiene m ucho más c implicado a la hora de hacerse una idea general del conjunto de su obra.
U na
Este proceso de distinción se ha llevado hasta unas cotas de una gran sofisticación los tres siglos posteriores, y desem peñó un papel fundamental en la tradición filosófica empirista que transcurrió entre el propio Leibniz y Kant, así com o en la obra de los lógicos
d i s t i n c i ó n b á sic a
Si alguien afirma: «Tengo p o r vecinos un hom bre rio) y si su m ujer está de verdad gorda (o en realidad está flaca, o ni tan siquiera es su mujer...), además de -"eriguar si éstas son las únicas personas que viven en - úo el edificio. En cambio, si alguien dice: «Mis vecinos soo un hom bre soltero y su esposa gorda», de inmediato ab em o s que esta afirmación es falsa, ya que no hace falta
U n g e n io d e l a s m a te m á tic a s
La m a y o r a p o rta ció n a las m a te m á tic a s r e a liz a d a p o r L e ib n iz fu e , con diferen cia, e l desc u b ñ m ie n to d e l c álcu lo infinitesim al, d e fo r m a in d e p e n d ie n te a N ewton, en 1676.
positivistas del siglo xx. Por otro lado, se suele aceptar
cada mano. Así, aunque ambas son posibilidades, la
que la lógica y las matemáticas se basan en
realización de una de ellas com porta necesariam ente
proposiciones analíticas, mientras que todo el conjunto
la imposibilidad de la otra. Esto es lo que Leibniz
de conocim iento asentado sobre una base empírica
denom ina «composibilidades», es decir, posibilidades
remite, en cambio, a las proposiciones sintéticas.
(en un núm ero infinito) que son com patibles entre
Esta distinción, no obstante, ha tenido también
C a r o lin a d e A n sb a c h
La herm osa e inteligente reina Carolina (1683-1737), esposa del rey Jorge II de Inglaterra, apoyó a Leibniz en la polém ica con Newton sobre quién había sido el inventor del cálculo. Precisam ente, com o consecuencia de esta agria discusión, Leibniz se hizo m uy im popular en Inglaterra y, a p esar del apoyo m antenido p o r la reina Carolina, acabó siendo ignorado p o r la mayoría.
sí en oposición a las que no lo son y cuya suma
sus consecuencias negativas. La negación de una
total constituye la base del mundo posible. Para
proposición analítica verdadera es una contradicción
Leibniz, Dios podría haber creado cualquier m undo
y, por tanto, no podría ser bajo ningún concepto
que se hubiera planteado, partiendo, p o r supuesto,
cierta, mientras que la negación de una proposición
de la base de que sólo es posible la existencia de
sintética igualmente verdadera no tiene p o r qué
uno, pero como ser perfecto que es se decantó por
ser contradictoria, sino que es otra proposición
crear el m ejor de los m undos posibles, es decir, aquel
sintética que podría ser cierta pero que, de hecho,
en el que impera el libre albedrío aun a pesar de
no lo es. De este modo, lo prim ero plantea una
las consecuencias negativas que éste com porta,
imposibilidad, mientras que lo segundo no es sino
com o el error y la maldad. Sólo de este modo se
una posibilidad.
explica que Dios haya creado un m undo en el que
Partiendo de esta idea, Leibniz introduce en la filosofía m oderna la noción de los m undos posibles.
exista tanta maldad.
Es perfectam ente posible imaginar que el ser humano
“ EL A L M A ES
podría haber tenido seis dedos en cada m ano o tres en vez de los cinco presentes, pero no hay un mundo posible en el que podam os tener ambas posibilidades a la
EL ESPEJO DE
vez: tener seis dedos en cada mano y tener tres dedos en
U N UNIVERSO
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INDESTRUCTIBLE” G o t t f r i e d W il h e l m L e i b n i z
Precisamente, Voltaire arrem eterá contra
C álculo
Leibniz satirizándolo en el personaje de Pangloss
En 1 6 7 6 Leibniz visitó Londres, donde m antuvo una serie de discusiones con los matemáticos del círculo de Newton que culm inarían en una agria polém ica sobre quién había sido el inventor del cálculo infinitesimal. D e hecho. L eibniz publicó sus descubrimientos en 1 6 8 4 y Newton lo hizo algo más tarde, en 1687, aunque, en realidad, habría hecho algunas referencias a su invento en una obra anterior. A unque la R oyal Society dio la razón a Newton en 1711, la controversia duraría mucho tiempo.
de su Cándido (1759), un filósofo tan ingenuo como optim ista que sostenía que éste era el mejor de todos los m undos posibles. Lo cierto es que la afirmación de Leibniz, discutible como tantas otras, no deja de tener su sentido. La
a u t o s u f i c i e n c i a d e la r a z ó n
Otra idea que introduce Leibniz en la historia de la filosofía es el llamado «principio de autosuficiencia de la razón», según el cual todo argumento descansa sobre una razón. Si la verdad que se pretende estudiar es analítica, puede probarse sin necesidad de referirse a la realidad externa, ya sea m ediante una demostración lógica o matemática u otros tipos de razonamientos deductivos.Si se trata de un asunto que incluye definiciones o de una actividad regulada p o r las autoridades, com o un juego o un juicio, se debe recurrir entonces a las reglas y a las convenciones. Si, en cambio, «D o c t o r Pa n g lo ss»
La c re e n cia d e L e ib n iz d e q u e D io s creó e l m e jo r d e los m u n d o s p o sib les es s a tir iz a d a p o r Voltaire e n su novela Cándido (1 7 5 9 ). E n ella p o n e e n bo ca d e l d o c to r P angloss to d a u n a serie d e p a r o d ia s com o: "Todo es p a r a los m ejores e n el m e jo r d e los m u n d o s posibles".
nos encontram os ante una verdad sintética, en ese caso hay que basarse en el conjunto de causas que hayan motivado el estado actual de la cuestión. En cualquier caso, una explicación debe asentarse sobre la razón,
teoría. Para el filósofo, esos centros de propensión al movimiento de que se com pone la materia son como una especie de puntos en el espacio con conciencia que define com o «mónadas».Y creyó que la realidad estaba formada p o r mónadas. Éstas varían notablem ente en cuanto a su intensidad, y van desde las que conforman la materia inorgánica hasta aquellas que se encuentran en lo más alto de la escala en forma de la m ente humana, que es en sí una mónada, y, p o r último, Dios, que es a su vez otra mónada. Cada una de ellas representa un punto de vista particular con respecto al resto de la realidad, y constituyen unidades aisladas unas de las otras, sin que entre dos de ellas pueda existir ninguna com unicación o influencia -p o r ejemplo, los seres hum anos no formamos parte de la conciencia de los dem ás-; de un modo muy
E n e r g ía c in é t ic a
Todo cuanto se mueve posee energía llam ada cinética. Así, cuanto más rápido se m ueva un objeto, m ayor será su masa y su energía cinética. En 1686, más de un siglo antes de que se hiciera este descubrimiento, L eibniz y a introdujo el concepto d e vis viva, u n a especie de fu erza viva» que va ría segíí n la m asa y la velocidad d e un objeto, y que sería motivo de un gran debate entre la com unidad científica a lo largo d el siglo xvin.
gráfico Leibniz afirma que las mónadas «no tienen puertas ni ventanas». Pero todas, dice, hem os sido creadas p o r Dios para coexistir en un mismo m undo de la forma más armónica posible. Es precisam ente esta «armonía preestablecida» uno de los rasgos más característicos del sistema postulado p o r el genial
La casa de L eibniz D esde 1 6 7 6 L e ib n iz o c u p ó e l c argo d e bibliotecario d el d u q u e d e B ru n sw ic k . E n 1679, la b iblioteca se tra sla d ó d e l p a la c io d e H e rre n h a u se n a H a n n o ver, y d o s a ñ o s m á s ta rd e a otro e m p la za m ie n to m á s a m p lio e n el e xtre m o d e u n a d e las a la s d e l p a la c io , h a sta q u e e n 1 6 9 8 f u e tra sla d a d a d e fin itiv a m e n te a u n ed ific io a p a rte q u e era a l m ism o tiem p o el h o g a r d e l filó so fo . Este edificio, c o n o cid o c o m o la ca sa d e L eib n iz, f u e d estru id o e n la s e g u n d a g u e rr a m u n d ia l. E n la a c tu a lid a d existe u n a réplica q u e d a ta d e 1983-
filósofo alemán. Se puede describir a Leibniz com o el filósofo de los filósofos: lo m ejor de su obra es demasiado técnico para lectores no familiarizados; pero la influencia que ha ejercido sobre otros filósofos es enorme.
íi¿Cómo se explica que prime la existencia sobre la nada? ^
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G ottfried W ilhelm Leibniz
-rsde el m om ento en que se decide de qué tipo de rrdad se trata hasta indagar en el conjunto de causas que han llevado a dicha verdad. De este modo, Leibniz ' rrmula un principio metodológico que ha sido de gran -rilidad hasta la fecha. La m odernidad de Leibniz resulta sorprendente j s d e muchos puntos de vista. Así, si hasta entonces se _ snsideraba la m ateria como algo inerte y se entendía el ~ :vimiento com o la consecuencia de ejercer algún tipo le fuerza sobre esta materia inerte, Leibniz rom pe con 1
*j o
ello y sostiene que dicho movimiento -y, con él,
rjalquier propensión a la actividad- es inherente a la ra n c ia de la materia. De hecho, cree que esta última -
uchos centros de energía con palabras del tipo de “ cíite, espíritu o alma, que son precisam ente los rrminos de que se vale Leibniz a la hora de formular su
L e ib n iz id e ó u n m odelo d e m á q u in a c a lc u la d o ra e n 1 6 7 3 b a sa d o e n la d is e ñ a d a a rtte rio rm en te p o r e l célebre c ie n tífic o y escritor fr a n c é s B la ise Pascal. L e ib n iz p rese n tó s u m á q u in a en la R o y a l Society d u r a n te su p r im e r viaje a Londres, d e enero a m a rzo de 1673
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GRANDES EMPIRISTAS L a REACCIÓN PRINCIPAL CONTRA EL RACIONALISMO FILOSÓFICO NACIÓ EN LAS ISLAS BRITÁNICAS Y SE CONOCE CON EL NOMBRE DE «EMPIRISMO». LOS RACIONALISTAS HABÍAN MENOSPRECIADO LA EXPERIENCIA COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO, SOSTENIENDO QUE EL ÚNICO CONOCIMIENTO FIABLE ERA EL DERIVADO DEL USO DE LA RAZÓN, PERO LOS EMPIRISTAS RECHAZARON ESTA AFIRMACIÓN AL SOSTENER QUE EL CONOCIMIENTO QUE EL SER HUMANO POSEE DE LA REALIDAD QUE LE RODEA TAN SÓLO PUEDE PROVENIR DE LOS SENTIDOS.
Y ES LA MENTE
LA QUE
DESEMPEÑA UN PAPEL FUNDAMENTAL EN LA VALORACIÓN Y
www.fullengineeringbook.net ORGANIZACIÓN DE ESTA INFORMACIÓN (RECIBIDA POR LOS
SENTIDOS) PONIÉNDOLA EN CONTACTO CON LAS INFLUENCIAS QUE PROVIENEN DE ELLA.
NO OBSTANTE,
SOSTIENEN LOS
EMPIRISTAS, LA FUENTE DE ORIGINAL CONOCIMIENTO ES, ÚNICAMENTE, LA EXPERIENCIA SENSIBLE. ÉSTA ES LA POSTURA QUE DOMINARÁ DESDE ENTONCES EL PANORAMA FILOSÓFICO DEL MUNDO ANGLOSAJÓN.
V io l a d ’a m o r e El ro m á n tic o n o m b re d e este instrum ento, q u e d a ta d e 1774, h a ce referen cia a las siete c u erd a s d e l a lm a q u e v ib ra n en a r m o n ía con las siete c u erd a s m usicales.
Lo c k e
PHILOSOPHICAL
E S S A Y S C O N C E R N IN G
EL LIBERAL SUPREMO
Human Underíknding. By the Authok of ihe
Aunque en realidad no es el primer empirista de la historia de la filosofía, se suele considerar a Locke como el padre fundador de la corriente conocida como «empirismo».
E ssays M o r a l and P o l i t ic a l .
LONDON: Printed for A. Milla», oppoñre Kaitarhi-Sinel, in the Strand. MDCCXLVIII.
E n sayo so bre el e n ten d im ien to
HUMANO Ésta es la obra más im portante d e Locke y se publicó en 1689, aunque en realidad fue el resultado d e 20 años de profundas m editaciones sobre la naturaleza y el alcance de la razón.
P r in c ip a l e s o b r a s
Ensayo sobre el entendim iento hum an o (1689)
JOHN LOCKE (1632-1704) fue hijo de un abogado Dos tratados sobre el gobierno civil (1690) y del oeste de Inglaterra que combatió en el A lgunas consideraciones sobre la educación bando de los parlamentaristas contra el rey (1693). De este m odo,y aunque continuaría durante la guerra civil inglesa. En 1646 le escribiendo hasta el final de su vida (llegó enviaron a estudiar a la escuela de a los 72 años), en el corto período de Westminster, la m ejor de toda m enos de cinco años aparecieron Inglaterra, y allí estudió no sólo a las obras más im portantes del los clásicos sino también hebreo filósofo inglés. y árabe. Más tarde se trasladó Locke se sentía satisfecho a la universidad de Oxford, J de su práctica en política donde descubrió la nueva K. y en su labor como filósofo; filosofía y la nueva ciencia en ambas disciplinas demostró Wj y obtuvo el título de médico. P una extraordinaria efectividad. Al poco tiem po em pezó a ¡F Aunque nunca se casó, fue obtener cargos públicos hasta m uy querido y contó con que ingresó, en 1667, al servicio innumerables amistades gracias del conde de Shaftesbury, el jefe a su carácter afectuoso, a su de la oposición parlamentaria enorm e encanto personal, J o h n Lo c k e . . . . . contra el rey Carlos II, como E ntre las g r a n d e s a p o rta cio n es r e a liza d a s p o r Locke se inteligencia y, al mismo tiempo médico personal, aunque tam bién e n c u e n tra su fo r m u la c ió n d e los p rin c ip io s p o lític o s y profunda modestia.Tanto en
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Carta sobre la tolerancia (1689)
D os tratados sobre el gobierno civil (1690)
Algunas consideraciones sobre la educación (1693)
.
„
G u ille r m o
III
Junto con su esposa María II, G uillermo III (1650-1702), tam bién llamado Guillermo de O range, gobernó Gran Bretaña e Irlanda desde 1689 a 1702. A unque su reinado trajo consigo estabilidad tras u n período d e grandes disturbios, lo cierto es q u e nunca gozó de una gran popularidad.
.
le orientaba a nivel político y moral. ,
. .,
sociales q u e em ergieron tras e l p e río d o d e p r o fu n d a s tu rbu len cias q u e c a ra c te rizó el siglo xvn en G ran B retañ a, a s í com o su síntesis d e l con ocim ien to h u m an o.
Entre 1675 y 1679 vivió en Francia, donde estudió la obra de Descartes y entró en contacto con algunas de las m entes más brillantes de aquella época. En 1681 el conde de Shaftesbury fue acusado de traición y, tem iendo po r su vida, optó p o r exiliarse a Holanda, seguido po r Locke dos años más tarde, en 1683.Fue precisam ente en Holanda donde escribió el grueso de su obra más im portante, Ensayo sobre el entendim iento h u m a n o , que si bien se publicó en 1689, de hecho su gestación había em pezado mucho antes, concretam ente en 1671. Locke se convirtió en una de las principales figuras del exilio político inglés, que pretendía subir al trono de Inglaterra a un holandés, Guillermo de Orange, algo que finalmente ocurrió tras la revolución gloriosa de 1688 y la huida del rey Jaime II. Locke fue uno de los que escoltó personalm ente a la princesa de Orange desde Holanda hasta Inglaterra en febrero de 1689, en donde se
convirtió en esposa del rey Guillermo III. Ese mismo año Locke publicó la prim era de sus grandes obras sobre política, Carta sobre la tolerancia, a la que siguieron
su vida privada com o en sus actividades políticas y filosóficas, en todo mom ento dio muestras de una extraordinaria sensatez,
“t o d o e n l a
‘
naturaleza responde a m o tiv o
o
un
u n a
fin a lid a d
”
J o h n Lo c k e
incluso en aquellos puntos que le conducían a incongruencias. Era en esos m om entos en los que salía a relucir su indiscutible vena anglosajona en contraste
con el más estricto cartesianismo francés. Pero incluso entonces era perfectam ente consciente de que, a veces, el em peño por íustificar un punto de vista personal no conduce sino a un mayor alejamiento de la realidad.
N u estro s
l ím it e s
Las aportaciones más relevantes realizadas por Locke tienen lugar en dos campos diferentes, la teoría del conocim iento y la filosofía política. En prim er lugar tenem os su em peño p or definir los límites de lo inteligible para el hom bre. Hasta entonces, se tiene la idea de que los límites del conocimiento vienen dados p o r los límites que marca la misma realidad; es decir, se puede conocer más y más en la medida en que se vayan descubriendo nuevas facetas hasta entonces ignoradas de la realidad. Son muchos los filósofos que, por otro lado, sospechan que hay otro tipo de límites para el conocimiento, éstos marcados por las propias limitaciones del ser humano y que afectan a una serie de aspectos de la realidad que lo más probable es que perm anezcan inaccesibles a la razón humana para siempre, que es la postura generalizada entre los filósofos medievales. Locke retom a esta idea t va más allá al sustraerla de todo contenido religioso. Si, sostiene, el ser hum ano pudiera llegar hasta lo más hondo de su capacidad mental y lograra determ inar hasta dónde es capaz de com prender y, po r consiguiente, qué facetas de la realidad quedan más allá Je su alcance, en ese m om ento se habrían descubierto los límites del conocim iento humano. No im porta cuánto (o cuán poco) íe extienda p o r encima o p o r debajo de lo que nos es aprehensible,ya que lo importante es ser consciente de esos límites. Ello explica p or qué titula su obra Ensayo sobre el entendim iento h u m a n o %también, tal com o indica en las primeras páginas, la «necesidad de examinar nuestras propias
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A l e g o r ía d e l a d v e n im ie n to p r o t e s t a n t e
El p in to r b arroco inglés s ir J a m es Thornhill ( 1 6 3 5 -1 734) f u e el a rtista p red ilec to en la corte d e l nu evo rey. Este retrato d e l triu n fo d e G uillerm o y M a ría se e n c u e n tra e n e l techo d e l P a in te d H a ll d e l h ospital n a v a l d e G reenw ich.
capacidades y p oder establecer qué campos del saber están, o no, al alcance de nuestras posibilidades. De esta manera, Locke sienta las bases de una búsqueda que centrará la obra de algunos de los filósofos más relevantes del siglo xvm (Hume y Kant). del xix (Schopenhauer) y del xx (Russell,Wittgenstein Popper), cada uno de los cuales irá integrando en s i propia obra las aportaciones realizadas po r sus predecesores hasta conform ar toda una tradición de una extraordinaria trascendencia en la historia de la . j: filosofía occidental.
'
E l primer conde de Shaftesbury
CÓM O SE APRENDE Según Locke, aquello que se percibe de la realidad no es más que un cúmulo de imágenes sensoriales, pensamientos, sentimientos, memoria y un largo etcétera que denom ina «ideas», con independencia de que sean intelectuales, sensoriales o emocionales, y que no constituyen sino aquello que existe en nuestra conciencia. Como se trata de un conocim iento sensorial, la principal entrada de datos e información acerca de la realidad se produce a través de los sentidos. Nuestra vida es un continuo bom bardeo de impresiones concretas
El político inglés A nthonyA shley Cooper. prim er conde de Shaftesbury (1621-1683), era partidario d e la restauración m onárquica y uno de los p rin c ipales dirigentes de la oposición contra el católico d uqu e de York, elfuturo Jaim e U. Fue Juzgado p o r traición y, m ás tarde, absuelto, hasta que fin alm ente se exilió a Amsterdam.
L a r e v o l u c ió n g l o r io s a
I.a revolución inglesa de 1688, también conocida como la «revolución gloriosa», tuvo lugar sin derram am iento de sangre, cuando, ante las tentativas d el rey> Jaim e IIpor imponer de nuevo el catolicismo en Gran Bretaña, varios nobles optaron p o r ofrecer el trono a Guillermo de Orange. Éste llegó a tierras británicas en noviembre de 1 6 8 8 y fu e coronado rey un añ o más tarde, en febrero d e 1689, cuando Jaim e II hubo abandon ado el p a ís en dirección a Francia.
u Una cosa es
com o claro-oscuro, rojo-azul, frío-calor, áspero-suave, duro-blando y un larguísimo etcétera de impresiones que, incluso, durante los primeros años de nuestra vida consciente, ni siquiera poseen nom bres con que poderlas designar. No obstante, las grabamos, recordamos y, en muchos casos, las asociamos unas con otras hasta extraer de ellas nociones generales. Así, según Locke, el proceso es el siguiente: prim ero nos hacemos una idea general de un objeto de la realidad exterior, de la que recibimos una serie de impresiones, para, a continuación, pasar al proceso siguiente que consiste en memorizar dichos objetos o sensaciones y distinguirlos del resto. Por ejemplo, dice, empezamos a distinguir un objeto peludo que está en todas partes, que se mueve sobre cuatro patas a la vez que emite un sonido muy particular, hasta que, finalmente, aprendemos a llamarlo «perro». Comenzando de este modo, el ser humano va construyéndose un sofisticado y complejo universo de ideas que, nacidas de un conjunto de impresiones sensoriales, perm iten al final llegar a ver en su plenitud la realidad del mundo circundante y, por tanto, posibilitan también la capacidad de abordarlo desde la perspectiva de la razón. Locke insiste en la idea de que los sentidos constituyen la única mediación que existe entre el ser humano y el mundo sensible: sólo a través de ellos se
puede llegar a tom ar conciencia de todo aquello de que se com pone la realidad exterior. Locke reconoce la capacidad de llegar, a través de la razón, a todo tipo de complicadas reflexiones sobre esa realidad, pero insiste en que el punto de partida debe ser el conjunto de informaciones recibidas a través de los sentidos. De no ser así, si no se parte del conocimiento sensorial, se cae en el error de desvincular el proceso racional de la realidad directa de la que tendría que partir, y como resultado, lo único que genera la m ente es un cúmulo de sueños y ficciones que poco o nada tienen que ver con el mundo real. Para Locke, cualquier concepto o noción sobre algún aspecto de la realidad y del mundo circundante debe basarse en última instancia en el más estricto conocimiento sensorial y en lo que de éste se desprenda. Éste es, en definitiva, el núcleo del empirismo. Como en cualquier otra doctrina filosófica, uno de los rasgos característicos es la ruptura con algunos de los postulados sostenidos hasta entonces. Así, por ejemplo, Locke rebate la teoría platónica según la cual el ser humano nace ya con una serie de informaciones acerca de la realidad que ha recabado de su anterior existencia. Al mismo tiempo, discrepa de Descartes, quien sostiene que se puede confrontar la percepción de la realidad exterior partiendo sólo del conjunto de elementos que conforman la
demostrar a alguien que está
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equivocado
y otra, muy distinta,
enseñarle la verdad ” J o h n Lo c k e
La in flu e n c ia de L ocke en l a e d u c a c ió n
Locke revolucionó el ideal del caballero inglés a l incorporar nociones tales como dem ocracia y puritanism o, que tanto h abrían de caracterizar a la nueva burguesía emergente d e las décadas posteriores. Además, este nuevo modelo propuesto p o r Locke ejerció una gran influencia en el desarrollo de la educación inglesa de la época.
El c o n o c i m ie n t o d e l m u n d o e x t e r i o r Locke cree q u e el co n o cim ien to d e l m u n d o e xterior p r o c e d e B a rtolom é M urillo, La S agrada Fam ilia (1 6 5 0 ), ju g u e te a con u n d e los sentidos, a través d e los cu ales se a d q u ie re la idea d e los objeto que, tras u n proceso d e a bstracción , a p ren d erá a iden tificar objetos q u e está n fu e r a d e nosotros. El n iñ o d e este c u a d ro d e com o un perro.
conciencia con la que se viene al mundo. De hecho, Locke no concibe la posibilidad de que pueda haber ningún tipo de idea innata, sino que, por el contrario, la m ente del ser humano al nacer es como una cuartilla en blanco sobre la que se van grabando todas aquellas experiencias sensoriales de las que ha de surgir la idea y percepción que tengamos de la realidad.
Las
idea s s e g ú n
Lo c k e
Esta teoría formulada p o r Locke tuvo una enorm e acogida entre los círculos filosóficos de aquella época y, aunque ahora nos parezca algo de lo más obvio, lo cierto es que por aquel entonces constituía una teoría de lo más novedosa, que habría de tener unas repercusiones revolucionarias en las décadas siguientes. Así, si en verdad la m ente del hom bre es una cuartilla en blanco, una tabula rasa, al nacer, es lógico pensar que todos los hombres vienen al m undo en igualdad de condiciones y que, de hecho, las diferencias posteriores vienen determinadas po r el tipo de educación
E d u c a c ió n p a ra t o d o s
Locke so stien e q u e c u a n d o u n o nace, la m en te h u m a n a es com o u n p a p e l en bla n co cu yo fu tu r o d e p en d e en g r a n m e d id a d e l tipo d e e d u c a c ió n q u e reciba, d e a h í q u e llegue a la c o n clu sió n d e q u e to d a p e rso n a p u e d e liberarse a través d e la e d u ca ció n . E sta escena sa tírica titu la d a U n a e sc u e la p a ra ch ico s y chicas, p in ta d a p o r J a n Steen h a c ia 1670, d a ta d e la ép o ca en q u e Locke e m p ie za la red a c c ió n d e su E nsayo s o b re el e n te n d im ie n to hum ano.
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que uno reciba. De ese modo, las ideas de Locke nos llevan directam ente a la convicción, sobre todo en Francia, de que el pueblo llano tan sólo puede acceder a !as mismas condiciones de que disfrutan las clases poderosas a través de una educación adecuada. Los postulados de Locke en su «nueva dirección de ías ideas», tal como se le llamó, también ejercieron una gran influencia en el desarrollo de la nueva ciencia, colocando el énfasis central en la observación y confrontación de las ideas generales con la experimentación. En ese sentido, Locke distingue entre iquellos aspectos de los objetos materiales en los que debe basarse la ciencia (por supuesto, las disciplinas científicas de aquella época) y aquellos que no son válidos; una distinción que, de hecho, ya había formulado Galileo. Entre los primeros, es decir, aquellos con los que la ciencia puede tratar, se encuentra todo elem ento ajeno al propio científico (com o observador individual), como la longitud, la localización, la altura, la velocidad de movimiento y todo aquello que conforma las dimensiones medibles de un objeto. Éstas, al ser independientes al observador, son lo que Locke denomina «propiedades primarias» y constituyen la dimensión objetiva de la realidad. Por otro lado, los aspectos sobre los que no puede basarse la ciencia son aquellos en los que interviene la subjetividad del
científico y que, p o r tanto, pueden interferir en la consideración objetiva de los objetos, com o es el caso del gusto, el olor, el color y un largo etcétera. Estas cualidades, presentes en cada uno de los objetos, varían U
'NINGUN
CONOCIMIENTO H U M A N O PUEDE IR MÁS ALLÁ DE SU PROPIA EXPERIENCIA” J o h n Lo ck e
según la experiencia particular de una persona u otra y son lo que Locke denom ina «propiedades secundarias». Esta distinción, desarrollada p o r prim era vez p o r el filósofo inglés, ha sido fundamental en el desarrollo posterior de la ciencia.
La escuela de W estminster La escuela de Westminster nació como una escuela monástica p o r la m ism a época en que se fu n d ó la aba d ía de Westminster. En 1540 Enrique VII la secularizó y, en 1560. Isabel I la refundo. A lo largo de su historia, p o r esta escuela han pasado algunos de los más célebres polít icos, científicos y escritores británicos, como Locke, sir Christopher Wren, Roben Hooke y E dward Gibbon.
E l l u g a r d e n a c im ie n to d e L ocke
La ilustración superior m uestra la casa de Wrington, en Somerset, d o nde nació Locke el 29 de agosto de 1632. Era el prim ogénito de un abogado y nieto del sastre d e la localidad.
í¿Las nuevas opiniones despiertan siempre sospecha y,
Un elem ento fundamental sobre el que se asienta la teoría del conocim iento de Locke es la perspectiva de que un objeto no se puede aprehender prescindiendo de sus propiedades exteriores y sensibles, pues sólo podem os observar las características del objeto que son observables. Es decir, no podem os tener ningún conocim iento de qué es el objeto, pero sí de aquellas características que lo configuran exteriorm ente y de sus com portam ientos determinados, pero más allá se encuentra algo invisible y metafísico, que Locke identifica com o una sustancia material, a lo que no puede acceder nuestro conocimiento: «algo que no sé lo que es». Locke insiste en que sólo podem os conocer de la sustancia material sus características o propiedades, pero nunca conocerlo en sí. Lo mismo ocurre con el sujeto. Como sujetos capaces de conocim iento y experiencia, todo lo que podem os distinguir en nosotros mismos son los contenidos de nuestra conciencia, de nuestras experiencias. Lo que hace que esa entidad sea lo que es y no otra cosa; nos resulta incognoscible. Por ello se puede concluir que, según Locke, tanto el sujeto como el objeto de nuestro conocim iento son en sí mismos incognoscibles y, de hecho, lo único que podem os conocer de ellos es el conjunto de relaciones que se producen entre estas dos misteriosas entidades.
anteriores. En realidad, lo que Locke pretende no es sino definir la im portancia del sentido com ún como uno de los fundamentos del conocim iento humano. Una definición sobre la que, p o r otro lado, se fundam enta toda su filosofía política, tal com o veremos a continuación. La humanidad parte, dice Locke, de un estado natural inicial. No obstante, como criatura creada p o r Dios a su imagen y semejanza, incluso en ese estado natural primitivo, el ser hum ano está dotado de razón y conciencia, concepción que difiere notablem ente de la sostenida p o r Hobbes. Según Locke, la ausencia de todo tipo de gobierno u organización civil lleva a una situación tal que es el propio ser hum ano el que
con frecuencia, se suelen refutar con
R e v o l u c ió n
liberal
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la única excusa de que no son comunes ” J o h n Lo c k e
R o b e r t B oyle
Químico, m édico y filósofo d e origen irlandés, Robert Boyle (1627-1691) trabó u na estrecha am istad con Locke en Oxford. Uno de los científicos más célebres d e su época, fo rm u ló en 1662 su fa m osa ley, que recibe su nombre, según la cual la presión d e un gas es inversamente proporcional a sn volumen. Protestante devoto, fu e uno d e los miembros fu n d a d o res d e la «escuela invisible■», la cual devino, en 1645, en la Roy al Society.
A diferencia de Descartes, Locke no cree que el conocim iento científico de la realidad derive de una lógica deductiva basada en una serie de premisas incuestionables. Es p o r ello que concede una mayor fiabilidad al conocim iento derivado de la certeza de las matemáticas, ya que es consciente de que todo conocim iento fundado en los sentidos da margen al error. En ese sentido, hacer generalizaciones a partir de la experiencia -proceso conocido como inducción, no deducción- no quiere decir que a veces esas conclusiones no sean erróneas, incluso cuando éstas han sido contrastadas con la realidad p o r varias personas. En ocasiones, una observación directa puede resultar errónea a pesar de que sea, posteriorm ente, examinada p o r otros. Incluso, el conocim iento más cuidadoso, construido a partir de la observación, no es absolutam ente cierto: tan sólo m eramente probable. De ahí que, concluye, si bien se ha de m antener el principio de que nuestra concepción de la realidad debe basarse en las percepciones (evidencias) que de ella tengamos, tam bién es cierto que se debe estar dispuesto a cambiar dicha concepción a la luz de nuevas evidencias que nieguen la validez de las
E l o jo d el o bserva do r
Locke sostiene q u e la s c u a lid a d e s q u e su rgen e n la in teracción en tre u n objeto y u n sujeto o b servador son p r o p ie d a d e s su bjetivas (es decir, sec u n d a ria s) q u e n o existen s i no s e p e rc ib e n . U na d e ellas es, p o r ejemplo, e l color, u n elem en to su bjetivo qu e p u e d e d iferir d e u n o b serva d o r a otro, ta l com o se ilu stra en la obra El taller d el artista (1 6 3 8 ), d e D a v id R yck a ert.
decide unirse con sus congéneres hasta formar una sociedad, punto en el que esta vez sí coincide con Hobbes, para quien la sociedad es una opción libremente escogida p o r el hombre. No obstante, Locke va más allá al reconocer los derechos individuales de toda persona con independencia de que se haya constituido una forma particular de organización social, llámese gobierno o como se quiera. Así, la soberanía descansa en el fondo en el pueblo, y la seguridad de sus derechos -la protección de la vida, de la libertad y de la propiedad privada- es el único propósito del gobierno. En el caso hipotético de que un gobierno abuse de esos derechos (una tiranía, po r ejemplo) o no sepa defenderlos de modo eficaz
(devendría inefectivo), el pueblo tiene el derecho moral de, una vez agotadas todas las vías posibles, sustituir ese gobierno p o r otro que sepa cum plir con su misión de una forma correcta. Esto es, precisam ente, lo que sucedió, según Locke, en la revolución inglesa de 1688. Locke sostiene que el derecho a poseer una propiedad descansa, en prim er lugar, en el esfuerzo con que se haya llegado a ella y, a continuación, y como consecuencia de lo anterior, en la libertad de disponer de ella libremente. Si uno trabaja para conseguir algo y al hacerlo no hace daño a nadie, entonces se tiene todo el derecho a recoger los frutos de dicho esfuerzo. Si, en cambio, alguien tom a parte de esos resultados está, literalmente, robando. Así pues, si se da por sentado
E l C h r is t C h u r c h COLLEGE DE OXFORD
F undado con e l nombre d e C ardinal College en 1 5 2 5 p o r Thomas Wolsey, canciller de Enrique VIII, tomó su nom bre actual en 1546. La fam o sa Tom Tower que preside la entrada de la escuela fu e construida p o r sir Christopher Wren en 1681. Las paredes de la sala d e los Tudor están adornadas con los retratos de algunos de los alum nos m ás célebres que han pasado p o r esta escuela, como el propio John Locke, William Gladstone (u no de los 13 prim eros ministros que han salido d e l Christ Church College) y Charles Dodgson, más conocido p o r el pseudónim o d e Lewis Carroll.
u El hombre es propenso al error; de hecho, la mayoría de los
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hombres suele dejarse tentar por éste, ya
sea por pasión o por interés ^ J o h n Lo ck e
PlERRE GASSENDI
Entre 1 6 7 5 y 1 6 79 Locke viajó p o r Francia, y p a só la m ayor p a rte del tiempo entre París y Montpellier. M antuvo numerosos contactos con científicos y filósofos de la escuela gassendista fu n d a d a p o r elfilósofo y científico francés Fierre Gassendi (1592-1655), u n convencido partidario de la ciencia experimental que intentó conciliar la teoría atóm ica de la materia, basada en la doctrina epicúrea, con el dogm a cristiano.
de creer sin saber, a m enudo incluso en los temas más complejos, en este movedizo estado de continuos cambios y profunda ceguera en el que nos encontram os nos debería hacer reflexionar sobre la importancia de cultivar el propio entendim iento antes que im ponerlo sobre el de los demás».
I n f l u e n c ia Locke hizo más que cualquier otro filósofo hasta ese m om ento para sentar las bases teóricas de la democracia liberal moderna. De hecho, los padres de la independencia norteam ericana (de la constitución de Estados Unidos) y principales artífices de la primera constitución dem ocrática del mundo tendrán muy presentes la obra del filósofo inglés, al que m encionan en repetidas ocasiones en su correspondencia. De igual modo, su influencia es enorm e en el pensamiento T r a n s a c c i ó n v o l u n t a r ia Locke cree q u e lo q u e nos d a derech o a la p r o p ie d a d y , p o r tanto, a d ispon er revolucionario francés del siglo xvin; d e ella, es e l tra b a jo y el esfuerzo qu e se h a llevado a cabo p a r a conseguirla. Voltaire, M ontesquieu y los Es p re c isa m e n te esta tra n sa cc ió n vo lu n ta ria u n o d e los p ila r e s sobre los q u e se a sien ta e l libre capitalism o. La ilu stración su p erio r m uestra e l ajetreo enciclopedistas franceses encuentran d e u n o s c o m ercia n tes en e l m e rc a d o d e c a rn es d e Sm ithfield, situ a d o en los postulados de Locke una fuente en Londres. de inspiración para el conjunto de sus teorías no sólo políticas sino también que uno tiene todos los derechos sobre un determinado éticas, educativas y filosóficas. Así pues, no hay duda de objeto, se puede disponer de él com o se quiera, que su influencia en la guerra de independencia dándolo, vendiéndolo o lo que sea. De ese modo, la sociedad se basa en este conjunto de transacciones libres sin necesidad de que intervenga para nada el gobierno, afirmación que constituye una de las bases del libre capitalismo.
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Samuel P epys
Entre 1 6 5 9 y 1669 el cronista inglés Samuel Pepys (1633 1 703) registra los acontecimientos m ás importantes acaecidos en este período, como la gran plaga (1655 1656) o el incendio (1666 ) que asolaron Londres. Tras la restauración, Pepys alca n zó puestos de responsabilidad de la m ano del conde de Sandwich, aunque p erdió su oficio y fu e encarcelado tras ser acusado de com plicidad en la tram a de 1679. En 1684, tras ser rehabilitado, pasó a ocupar la presidencia d e la Royal Society.
“ LA N O C I Ó N QUE I
T E N E M O S DEL
T o l e r a n c ia La firme creencia en la tolerancia es uno de los puntos que com parten tanto la teoría del conocim iento como la doctrina política de Locke. Así, según éste, de igual modo que es imposible alcanzar una certeza absoluta en el conocim iento del m undo sensible, p o r más que todo conocim iento deba partir necesariam ente de su experiencia sensible, igualmente erróneo e inadmisible desde un punto de vista moral es pretender im poner las creencias de las autoridades políticas y religiosas, quienes creen estar en posesión de la única verdad. La im portancia de esta aseveración en el transcurso de la historia es tal que vale la pena citar las palabras del mismo Locke: «¿Dónde está el hom bre que cree p oseer la evidencia de la verdad absoluta de todo cuanto afirma, o la falsedad de aquello que condena, o que dice haber llegado hasta lo más hondo de las opiniones sostenidas po r los demás? La necesidad
ESPÍRITU ES TAN C LA R A C O M O LA QUE T E N E M O S DE N U E S T R O PROPIO CUERPO” J o h n Lo c k e
norteam ericana y la Revolución francesa fue extraordinaria. Es indudable que se trata del filósofo que ha tenido una mayor repercusión en los asuntos prácticos de la vida entre Aristóteles y Karl Marx.
la
NACIMIENTO de MENTALIDAD MODERNA
S:
e suele considerar a Locke como , el prim er pensador m oderno al O í haber sintetizado en una única y originalísima base doctrinal el conjunto de las principales cuestiones abordadas p o r el pensam iento posmedieval. Parte de su principal mensaje se podría resumir con las siguientes palabras: «No te sometas incondicionalmente a los m andatos de la autoridad, sea ésta intelectual, política o religiosa. Ni tam poco te hagas esclavo de las tradiciones ni < las convenciones sociales. Piensa pi mismo. Mira a tu alrededor y adecu tu pensam iento y conducta a la realidad circundante». Aunque para nosotros pueda resultar difícil com prender en su justa medida el alcance novedoso de este mensaje, tuvo implicaciones revolucionarias en la educación, la ciencia, la política y la filosofía.
ejemplos y ejercicios prácticos. Al mismo tiempo, propone incidir mucho más en las disciplinas m odernas en detrimento de las clásicas. Por otro lado, está convencido de que todos los
sta perspectiva le lleva a combatir toda forma de i j gobierno que no cum pla ese requisito imprescindible. Pero incluso entonces, al oponerse a todo tipo de manifestación arbitraria de poder en los ámbitos más variados de la vida y el pensamiento, Locke lo hace con un talante de lo más m oderado y realista, lejos de adoptar ninguna posición extrema. Y es precisam ente continuo recurso al sentido común y la m oderación una de las características más sobresalientes de la obra de Locke.
E
T o d o s lo s seres H U M A N O S POSEEN U N A CAPACIDAD INNATA PARA PROGRESAR
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or otro lado, la obra de Locke está en plena consonancia con las dem and de observación y experim entación científica de aquella época. Así, se puede decir que Locke influyó en Newton de la misma m anera que éste influyó en el primero. Por lo que respecta al campo de la educación, se opone radicalmente a los m étodos imperantes, por aquel entonces fosilizados por siglos y siglos de tradición. Por ejemplo, Locke propugna un aprendizaje de los idiomas basado no en el estudio único de la gramática, sino a través de
P
Lá IN S IS T E N C I A
odos estos aspectos de la filosofía de Locke definen los principales rasgos que habrían de caracterizar el pensam iento anglosajón durante los siguientes doscientos años, jr No obstante, su influencia no acaba ahí, sino que también incidió de un m odo muy directo sobre las principales corrientes filosóficas continentales, esto es, la francesa y la alemana. De ese modo, tanto Voltaire (en Francia) como Kant (en Alemania) profesaron una auténtica veneración por Locke, quien al fin y al cabo había inaugurado el sistema de pensam iento sobre el que aquéllos fundam entaron sus teorías.
EN EL SEN TIDO C O M Ú N seres hum anos tienen una capacidad innata para progresar, y que el único objetivo legítimo de cualquier gobierno es el de garantizar la defensa de los derechos y libertades del pueblo.
B erkeley U N EMPIRISTA CO N S IS T E N T E E lT rin ity C o lle g e d e D u b lín
Fundado en 1592 por la reina Isabel I, el Trinity College, también conocido como la universidad de Dublín, es la universidad más antigua de Irlanda. La fotografía muestra el famoso campanario construido por sir Charles Lanyon en 1853-
El imperio de la razón avanza hacia
Berkeley apuntó que lo que nunca puede ser experimentado por los seres conscientes es el contenido de sus conciencias. Nada más puede conocerse como existente. GEORGE BERKELEY (1685-1753) fue un protestante irlandés que estudió en el Trinity College de Dublín.Todas las obras filosóficas p or las que se hizo muy conocido las publicó antes de llegar a los treinta años -.Ensayo sobre u n a nueva teoría de la visión (1709), Tratado sobre los principios del conocim iento h u m a n o (1710) y Tres diálogos entre H y la sy Filonus (1713). Aunque accedió al cargo de obispo veinte años más tarde (1734), lo cierto es que se le ha pasado a conocer desde entonces como el obispo Berkeley. Una de sus principales obsesiones fue establecer un colegio en el Nuevo Mundo, hecho que le llevó a vivir a las colonias americanas durante tres años. Donó su biblioteca y terrenos de Rhode Island a la universidad de Yale, fundada en 1701, de ahí que uno de los centros de esta universidad haya tomado el nombre de Berkeley. La ciudad de Berkeley, en California, también recibió su nom bre en homenaje al filósofo irlandés. Murió a los 67 años en Oxford, y su tumba se encuentra en la catedral de Christ Church.
G e o r g e B e rk e le y
E n 1 724 B erkeley f u e n o m b ra d o d e á n d e D erry, p e ro se e m p e ñ o c o n la idea d e f u n d a r u n colegio e n las B e rm u d a s. D espués d e p a s a r a ñ o s p re s io n a n d o , z a r p ó h a c ia A m é r ic a e n 1728. Estuvo tres a ñ o s e n R h o d e Is la n d a la espera d e las s u b ve n c io n e s p r o m e tid a s p o r e l g o b ie rn o b ritánico. N u n c a llegó a p is a r las B e rm u d a s.
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Occidente ^ G e o r g e B e r k e le y
U na
JONATHAN Sw iFT
El poeta y satírico novelista Jonathan Swift (1667-1745) nació en Dublín y estudió en el Trinity College con Berkeley, al que presentó en Londres ante la corte. En su obra más conocida, Los viajes de Gulliver (1726), satiriza las pretensiones intelectuales de los filósofos, científicos y políticos de su época.
id e a f u n d a m e n t a l
La gran mayoría de los filósofos más famosos del pasado han elaborado un corpus doctrinal que abarca una gran variedad de cuestiones. No es éste el caso de Berkeley, quien centró todas sus reflexiones filosóficas en un único problema, pero lo hizo con una perspicacia tan singular que nadie desde entonces se atreve a ignorar. Según Berkeley, Locke estaba en lo cierto al afirmar que lo único que no se puede llegar a aprehender directamente son los contenidos de nuestra propia conciencia. Pero, en ese caso, se pregunta, ¿hasta qué punto es posible pensar que esos contenidos mentales se basan en una serie de objetos totalmente diferentes a aquéllos y que perm anecen inaccesibles de forma directa
L a u n iv e rs id a d d e Y a le S itu a d a e n N ew H a v en , C o n n ecticu t, s e f u n d ó e n 1701 y es la tercera u n iv e rs id a d m á s a n tig u a d e E stados Unidos. P o r ella h a n p a s a d o a lg u n a s d e la s fig u r a s m á s d e sta c a d a s d e la reciente h isto ria d e l p a ís. B erkeley d o n ó s u biblioteca p e rs o n a l a la d e esta u n iv e rsid a d , q u e e n la a c tu a lid a d es u n a d e las m á s im p o rta n te s de Estados U nidos.
en todo m omento y reciben el nombre de objetos materiales? Si, según se dice, el acceso a esos objetos se realiza de forma indirecta a través de las imágenes sensoriales que se tiene de ellos, ¿hasta qué punto son verdaderos? La gente lo explica diciendo que esas imágenes sensoriales son meras «copias» de los objetos,
pero entonces, ¿cómo se puede concebir que una experiencia como, por ejemplo, un color o un sonido, constituya una simple copia de algo que no es una experiencia ni nada parecido? ¿Hasta qué punto el color o el sonido emitido por un objeto determinado se parece al color o sonido de otro objeto? Según Berkeley, se trata de un sinsentido conceptual. Locke postulaba la existencia independiente de una realidad no sensorial, ni material, que ni tan siquiera se puede conceptualizar ni tener evidencia de ella. Y po r tanto, no se puede diferenciar. ¿Cómo, se pregunta Berkeley, se puede demostrar iodo esto? Sabemos, dice Berkeley, que un sujeto experim enta una serie de sensaciones en contacto con la realidad y es, al mismo tiempo, perfectam ente consciente de dichas
P e r c e p c ió n d e l a s c u a lid a d e s S e g ú n Berkeley, lo ú n ic o q u e e xiste s o n los sujetos y s u s experiencias. N a d a m á s. Sostiene q u e lo q u e se p e rc ib e a tra vés d e los sen tid o s n o s o n cosas s in o cu a lid a d e s, c o m o el color, y estas c u a lid a d e s v a ría n d e u n a p e rs o n a a otra. P a ra los tin to re ro s d e la ilustración, u n c o lor sólo p u e d e s e r igual, o diferente, a otro color.
sensaciones. Pero lo cierto es que nunca podrem os legar a dem ostrar hasta qué punto esas experiencias '■ensoriales corresponden a una serie de objetos que están más allá de nosotros mismos. Por consiguiente, Berkeley sostiene que un empirismo coherente lleva a la conclusión de que lo único que en verdad existe son mentes y sus contenidos o sujetos y sus experiencias. Por tanto, no hay razón para creer en la existencia de nada más. Así, la teoría de Locke acerca de la existencia de una -ustancia m aterial e independiente (que él mismo admite más allá de todo intento de conceptualización) no tiene ' ingún fundamento. De hecho, Berkeley sostiene que
Locke, al defender la existencia de un algo más allá del ámbito de lo sensible y experim entable, rom pe uno de los principios fundamentales del empirismo. Berkeley hace gala de una extraordinaria perspicacia a la hora de construir este razonamiento filosófico, difícil de rebatir incluso para los más brillantes filósofos posteriores. Siendo Berkeley un cristiano de firmes convicciones religiosas, pretende presentar el m undo de la realidad com o una simple creación de la m ente divina, un espíritu infinito que ha creado al ser humano, criatura finita, y con el que se com unica p o r vía de la experiencia sensible. Según esta teoría, todo lo que existe es una proyección mental, ya sea ésta del hom bre o, a un nivel
P r in c ip a le s o b r a s
Ensayo sobre una nueva teoría de la visión (1709) Tratado sobre los principios del conocim iento hum ano (1710)
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Tres diálogos entre Hylas y Filonus (1713)
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“ LA V E R D A D ES EL L A M E N T O DE M U C H O S Y EL
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Whcrcin thc chiefCanfésofErroraDáDifficulty in thc Sciences, widi me Groanos of Scetticifm, Alheijm, znA Lmligzx, are inquir'd into. B j George B e r h le j, M-A. F d lo w oí Triniij-Ccllcge, D ubB x. D V B L JN : Printed by Aahos Rhames, ( x J txtmy PEPYATjBooklcllcria Sszzzer-Rjs:, 1710.
Rechazo de
POCOS” G e o r g e B erkeley
superior, de Dios. Lo cierto es que ningún filósofo posterior, obviando por supuesto este marco puram ente religioso y que, en el fondo, tal vez constituya el punto más débil de todo su postulado filosófico, ha logrado resolver el desconcertante interrogante formulado por Berkeley.
LA SUSTANCIA MATERIAL
En su Tratado sobre los principios del conocimiento h um ano (1710), Berkeley presenta los argum entos que niegan la existencia de las ideas abstractas y de las causas materiales, así com o d e la sustancia material para afirm ar la existencia d e la substancia espiritual.
T R E A T IS E Human Nature :
H um e U N ESCEPTICO M O D E R N O
MORAL SUBJECTS.
PA S S I O N S .
Tratad o so bre la NATURALEZA HUMANA Uno de los textos centrales del em pirism o británico, el Tratado sobre la naturaleza h u m a n a d e H um e, se publicó de forma anónim a en Londres en 1739-1740. Lleva el subtítulo -Un intento de introducir el m étodo experim ental de razonam iento en las ciencias morales». Se divide en tres libros: Libro I, sobre el entendim iento, q u e intenta explicar el proceso m ediante el cual el hom bre conoce; Libro II, sobre las pasiones, que se centra en explicar desde u n p u n to de vista psicológico el cam po em ocional del hom bre, y Libro III, sobre las ciencias morales, que p retende describir la b o n d ad moral a partir de una serie de sentim ientos favorables o desfavorables.
Apañe de las matemáticas, no se conoce nada más que proporcione tantas certezas. Pero todavía tenemos que vivir. Y vivir es actuar. Todos los actos deben basarse en las suposiciones que se hagan sobre la realidad.
DAVID HUME (1711-1776) argumentos presentados hasta es otra de las figuras más entonces para dem ostrar la interesantes e im portantes de existencia de Dios. Son muchos toda la historia de la filosofía. los que sostienen que estos Sin ser en absoluto una persona Diálogos constituyen su obra sensiblera, lo cierto es que maestra. consiguió ganarse el afecto de U n h a z de todo el mundo. Así, en Francia, PERCEPCIONES donde residió varios años, se le Hume com parte con Locke la conocía com o «fe bon D avid» premisa empirista que afirma y en su ciudad natal, Edimburgo, que el origen y el valor de se le conocía por «Saint David». La calle en la que vivió en todo conocim iento depende Edimburgo recibe el nom bre en de la experiencia que se la actualidad de St David. Algunas tiene de la realidad circundante. de sus mejores obras las escribió Al mismo tiempo, coincide siendo muy joven. Su obra más con Berkeley tanto al sostener D a v id H u m e im portante, Tratado sobre la que dicha premisa debe Ya e n su s p r im e r o s a ños, H u m e (q u e a p a rec e a q u í e n naturaleza h u m a n a (1739 em plearse con absoluto rigor u n retrato d e 1 7 6 6 p in ta d o p o r A lia n R a m s a y ) 1740), se publicó cuando fr e c u e n ta b a la u n iv e rs id a d d e E d im b u rg o . M á s tarde, y coherencia, como al concluir y e n co n tra d e s u s deseos, f u e o bligado a e stu d ia r contaba con tan sólo 28 años. que, en el fondo, es imposible derecho, h a sta q u e e n 1 7 2 9 c a y ó e n u n a p r o fu n d a Lejos de desanimarse ante el depresión. saber con absoluta certeza si nulo interés que los círculos intelectuales mostraron p o r su obra, continuó U desarrollando sus teorías de una forma que creyó más popular y que tom aron la forma de dos pequeños vol amenes. Investigación sobre el en tendim iento h u m a n o (1758) e Investigación sobre los p rin cip io s de la m oral (1751), que de nuevo no lograron despertar el más mínimo interés. Ante esta situación, decidió dejar de lado la filosofía y durante la década de sus cuarenta se volcó en la redacción de los seis volúmenes de la H istoria de Inglaterra (1754-1762), que durante un siglo se convirtió en el modelo de ensayo histórico hasta la aparición de la obra de Macauley entre 1848 y 1861. Al mismo tiempo, Hume adquirió fama com o economista y ensayista. Entre sus amistades más próximas se encontraba Adam Smith, D a v id H u m e tradicionalmente considerado com o el padre de la moderna economía, y de hecho el propio Hume elaboró algunas originales teorías monetaristas. No obstante, su fama com o filósofo le vino a título postum o. Así, tres existe un m undo material independiente de nosotros. años después de su m uerte, en 1776, se publicaron sus Pero Hume va más allá al extender esta imposibilidad Diálogos sobre la religión n a tu ra l, obra en la que había de acceder a la realidad al dominio mismo del trabajado en secreto y en la que rebatía todos los conocim iento. De este modo, los juicios se basan en
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DE LAS COSAS EXISTE EN
LA M E N T E DE Q U I E N LAS
A d a m S m it h
El econom ista y filósofo escocés Adam Smith (1723 1790) es célebre p o r su obra Tratado sobre la natura leza y las causas de la riqueza de las naciones (1776). D esde 1748 formó parte del círculo de Edimburgo al que pertenecían David Hume, el biógrafo Jam es Boswell y el ingeniero Jam es Watt.
CONTEMPLA”
meras probabilidades o hipótesis, nunca en certezas. Hume parte del principio de Berkeley para acabar rebatiendo a este último. ¿Quién ha sido capaz de observar su propio yo sin nada más? Cuando hacem os introspección, lo que encontram os al contem plarnos a nosotros mismos son experiencias de tipo sensorial, pensante o emociones, todas ellas fugaces. Pero nunca observamos una entidad distinta de todas éstas. Así, según el principio por el cual no podem os afirmar la existencia de nada que no sea captado por la experiencia a través de los sentidos, no tenem os razones para suponer la existencia de un yo como hacía Berkeley. El yo que experimenta, esto es, el sujeto de conocim iento, es una ficción, dice Hume.Y si uno se pregunta en ese caso «¿quién soy yo o qué soy yo?», la única respuesta sostenible, coherente p o r experiencia o la observación, es que «yo soy un haz de percepciones, de sensaciones», de ahí que no se pueda saber si existe o no un alma. El yo se presenta, en definitiva, com o un haz de percepciones, una colección de impresiones en perpetuo fluir.
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¿ Q ué
es u n a c a u sa ?
Hume aplica un razonamiento similar con respecto a la existencia de Dios, sobre la que Berkeley funda toda su doctrina. La existencia de Dios es una cuestión de hecho. Existe o no existe. Y. por lo tanto, la cuestión de hecho o las cuestiones de existencia sólo se pueden abarcar a partir de la observación. Así, ¿hay alguien que haya observado a Dios? En consecuencia, sostiene Hume, no hay ninguna evidencia de que exista. Hume tiene escasa dificultad en demostrar que lo que tradicionalmente
U n a m u je r m ir á n d o s e a l e sp e jo , J e a n R a o u x ( h a c ia 1720) H u m e a r g u m e n ta que, c u a n d o h a c em o s introspección, lo q u e e n c o n tra m o s a l c o n te m p la rn o s a n osotros m ism o s so n e xp e rie n cia s c o m o p e n s a m ie n to s y em ociones. N u n c a a n o so tros m ism o s c o n fr o n ta n d o u n a e xp e rie n cia p r o p ia te n ie n d o estas e xp erien cia s. P o r lo tanto, H u m e creyó q u e n o p o d e m o s a sev e ra r la e xiste n c ia d e la e x p e rie n cia d e u n o m ism o.
se ha venido considerando com o evidencias de La existencia divina no son más que conclusiones
indirectas y vagas, pero nada más. Como mucho, concluye, ese cierto grado de armonía que preside el universo podría entenderse com o la manifestación de un algo identificable con una especie de inteligencia superior, supuesto que en cualquier caso está muy iejos de probar la existencia del Dios de la tradición üÉeocristiana. El razonamiento seguido po r Hume con respecto a la existencia de Dios es análogo al empleado
a la hora de definir la naturaleza del ser.Tanto uno como otro, sostiene, deben probarse desde una base de evidencias fundamentadas en la experiencia y la observación, algo que no ocurre de ninguna manera. Precisamente, sobre esta misma base teórica elabora su crítica del principio de causalidad. Para alguien que no haya profundizado en la historia de la filosofía, no siempre resulta fácil entender p o r qué la causalidad es un tem a tan recurrente entre los filósofos, así com o entre los científicos. Ello se debe sim plem ente a que aparece como el nexo de unión
P r in c ip a l e s o b r a s
Tratado sobre la naturaleza hum ana (1739-1740) Investigación sobre ios principios de la moral (1751) D iálogos sobre la religión natural (1779)
Hume señala que ninguna relación causal puede probarse, al igual que ocurre con la existencia de Dios o del propio ser. Así, uno puede decir que ha observado cómo el suceso B ha sido causado p o r el suceso A, pero en realidad lo que ha observado es prim ero el suceso A y, a continuación, el B. sin que en ningún momento pueda establecerse un tercer
elemento, una relación causal, entre A y B. Según Hume, no es lo mismo af de B» (B tiene lugar gracias a A) que «A sucede y, a continuación, sucede B». En realidad, lo que se ha observado es una sucesión de hechos, entre los cuales se establece, necesariam ente, una relación de causalidad. Pero, en ese caso, alguien puede objetar que A sí que es la causa de B porque siempre que tiene lugar el fenómeno A trae consigo la C a usa y e fe c t o aparición de B; es decir, se S eg ú n H u m e, to d o fe n ó m e n o es in d e p e n d ie n te d e c u a lq u ie r otro, y p a r a ilu stra r esta estrech a rela c ió n e n tre c a u sa y efecto rec u rre a l ejem plo d e c h o q u e d e las bolas d e billar. produce una relación constante Este ju e g o , q u e a lc a n z ó u n a e n o rm e p o p u la r id a d e n e l siglo xv//t, a p a rec e sa tiriza d o e invariable que hace que A y B e n esta c a ric a tu ra r e a liz a d a p o r e l inglés fa tn e s G illray (1 7 5 7 -1 8 1 5 ). constituyan más que una simple sucesión de hechos independientes entre sí. Sin embargo, este razonamiento entre el conjunto del universo, es decir, que gracias no es válido para Hume. Es indudable que desde siempre a la causalidad el cosmos no es un caos.Todo suceso es la causa de su correspondiente efecto la noche ha venido a continuación del día, pero a nadie se le ocurriría afirmar que uno es consecuencia de la y, al mismo tiempo, es causado por otro anterior. otra, sino que ambos existen debido al movimiento de Esta relación de causa-efecto, que se da de forma rotación de laTierra sobre su eje alrededor del Sol. Así persistente y regular en m uchos acontecim ientos pues, la relación entre dos fenómenos puede ser y de modo que resulta inteligible por nuestro invariable sin necesidad de establecerse ningún vínculo entendim iento, nos perm ite dar sentido a nuestro de causalidad entre ellos. En definitiva, si lo más que entorno, Pero, si no hubiera esta relación causal, podem os constatar es la sucesión constante de una serie nuestra experiencia de la realidad carecería de todo de hechos, ¿cómo saber cuándo se da esa relación causal fundam ento racional, de modo que la vida del ser y cuándo no? hum ano (a diferencia de la del resto de animales
www.fullengineeringbook.net Hume, e l e co n o m ista Los D iscursos políticos (1752) es la prim era obra sobre economía que escribe Hume y gracias a ellos a lca n za una gran fa m a . Por la evidencia y claridad con que expone sus ideas, la obra económ ica d e Hum e se adelanta a su tiempo. No obstante, a diferencia de su am igo Adam Smith, no llega a elaborar toda una doctrina económica completa. Hum e estaba convencido de que los avances en la agricultura y la industria constituían requisitos indispensables p a r a el desarrollo d e la civilización.
no racionales) resultaría imposible. Por otro lado, aunque se tiende po r naturaleza a dar por garantizada esta relación de causalidad, lo cierto es que la labor de los científicos es probar m ediante leyes su existencia, a la vez que los filósofos se dedican a ahondar en su misma esencia preguntándose: «¿Cuál es este fenómeno, sin el cual el mundo no sería inteligible?, ¿qué es la causalidad?». Así, puesto que la tarea fundamental del filósofo es entender la realidad en todos sus aspectos, lograr entender la causalidad debe convertirse en la preocupación principal de su labor.
N O SABEMOS NADA Hume plantea uno de los principales problemas que confundieron a m uchos filósofos posteriores a él. Si, tal com o afirma, nunca se puede llegar a dem ostrar de forma em pírica que un hecho conduce, necesariam ente, directam ente a otro, ¿cómo es posible la ciencia? Por m ucho que cada vez que alguien en la historia de la humanidad haya puesto agua a calentar y ésta haya com enzado a hervir al llegar a los 100 °C, Hume sostiene que en ningún m om ento se puede probar que el calor haga hervir
el agua, y en absoluto asegura que la próxim a vez que se caliente agua ésta vaya a hervir al alcanzar los 100 °C,ya que tal vez el resultado podría ser otro distinto al esperado. Durante siglos y siglos todos ios cisnes que el europeo ha visto son de color blanco, lo cual le ha llevado a pensar que todos los cisnes son de dicho color, hecho que han dado por garantizado ser evidente po r sí mismo. Pero cuando llegó a Australia pudo com probar que en aquellas latitudes son de color negro. Por muchas veces que se hayan visto cisnes de color blanco, nunca se puede
“ ES LA COSTUMBRE, PUES, LA | PRINCIPAL GUÍA EN LA VIDA DEL ■ HOMBRE”
I
afirmaciones generales qtie conducen a su vez a relaciones de causalidad, como cuando se afirma que «todo líquido que se caliente en una presión atmosférica 0 hierve cuando la tem peratura alcanza los 100 °C». Según Hume, ni la relación causal ni la validez universal de esta aseveración se puede confrontar con la realidad m ediante la observación o la experimentación. Entonces, ¿cómo se puede probar? Lo cierto es que podem os esperar que el agua hierva en efecto al alcanzar los 100 °C, pero en ningún caso se puede llamar a esta suposición prueba; p o r tanto, no se puede decir que sepamos con absoluta certeza que vaya a ocurrir. Ciertamente, hasta este punto Hume podría pasar por un escéptico radical, com o alguien que niega que se pueda estar seguro de nada, ya sea de la existencia de Dios, del m undo sensible, del propio ser hum ano o del supuesto principio de causalidad sobre el que se fundamentaría el universo. En realidad, la postura de Hume es puram ente teórica. Según afirma, las decisiones pertenecen al m undo de los sentimientos, no al de la razón. De ese modo, el hecho de que a uno le guste escuchar cierta música o com er fresas no responde en absoluto a una razón, sino que, en el fondo, el com portam iento del ser hum ano responde a un cúmulo de deseos, pasiones, em ociones y gustos, es decir, al conjunto de los sentimientos. Por ello, Hume concibe com o principal objetivo de la razón el facilitar la culminación de esos sentimientos, de ahí que, tal como afirma en su célebre máxima, «la razón es esclava de las pasiones».
E d im b u r g o Desde lasegunda mi ta d de! siglo x\ tu hasta bien entrado el siglo xix, E d i m b u r g o se ■ ' convirtió e n u n o de los centros intelectuales m á s importantes d e toda Europa. E n esa ci u d a d residían algunas d e las figuras m a s importantes d e aquella época, c o m o D a v i d H u m e , el economista A d a m Smitb y el científico J a m e s Hutton, conocido c o m o el p a d r e d e la geología m o de rn a.
www.fullengineeringbook.net D avid H um e
concluir que todos han de ser del mismo color. Este principio es válido para cualquier tipo de observación. De ese modo, por muchas X que haya con la cualidad Y nada hace pensar que todas las X com partan esa misma cualidad Y. Si bien es cierto que uno tiende a esperar que habrá esa relación de causalidad, en el fondo se trata de ¡mu suposición puram ente
E
psicológica, una simple asociación de ideas, y, por tanto, carece de todo fundam ento científico. La lógica se basa en la relación entre varias proposiciones, una de las riales puede incluso llegar a contradecir a las otras, pero en ningún caso un hecho puede contradecir a otro desde el ccomento en que ambos ocurren. Este planteam iento lleva a la ::cncia a un problem a muy p rofundo. Las leyes tradicionales ce la ciencia se basan en
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E n ten d e r las leyes d e la c iencia V aliéndose d e l m é to d o c ie n tífic o d e N e w to n p a r a d e scribir e l pro ceso p o r e l c u a l la m e n te tra b a ja h a sta a d q u ir ir lo q u e se lla m a *c o n o cim ien to », H u m e llega a la c o n clu sió n d e q u e tío existe m á s c o n o c im ie n to q u e el d e riv a d o d e la p r o p ia exp erien cia . La in flu e n c ia d e la c ie n c ia e n e l p e n s a m ie n to c o n te m p o rá n e o q u e d a ilu strado e n Lectura de un filósofo (h a c ia 1 766), d e D erby.
Así, nadie deja de com er hasta morir de ham bre sim plem ente porque no tenga ninguna prueba de que el hecho de com er le alimente. Por tanto, el ser humano actúa de acuerdo con sus em ociones y su principal obsesión es satisfacerlas, y entre un estado y otro establece las asociaciones de ideas antes mencionadas, Edward G ibbon M ejor conocido corno au to r d e Historia del ocaso y caída del Im perio rom ano (1776-1788), E dw ard Gibbon (1737-1794) f u e el m ás im portante d e los historiadores ingleses d el siglo xvni. Reconocido p o r Hume, y m uy adm irado p o r el estilo d e su prosa, Gibbon tiene una cierta visión pesim ista de la historia, a la que describe como «un registro de una enorm e ca n tid a d de crímenes, locuras y desgracias que han salpicado la humanidad».
a las que hace pasar p or relaciones de causalidad. Aunque muchas veces, de hecho, éstas resultan de lo más difíciles de sostener, como cuando uno come a sabiendas algo que sabe que es perjudicial para su salud. De todos modos, para Hume ese escepticismo que lleva a pensar que no se puede estar seguro de saber nada debe superarse puesto que, de lo contrario, sería imposible vivir. Hume califica su posición filosófica de «escepticismo». Así, según éste, fuera de las matemáticas, las pruebas concluyentes en los asuntos humanos
“ LA RAZÓN ES ESCLAVA DE LAS PASIONES”
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Jam es B o s w e ll
El biógrafo y literato escocés Jam es Boswell (1740-1795) nació y estudió en Edimburgo. A unque estudió derecho, su obsesión era alcanzar la fama literaria, q u e alcanzó con la publicación de su obra Vida de Samuel Johnson (1791), con el que m antuvo una estrecha am istad y con cuya biografía alcanzó un éxito suprem o. A unque tenía la intención d e escribir la biografía de Hume, nunca llegó a hacerlo. En la actualidad se le considera com o u n o d e los más grandes escritores de diarios de la literatura universal.
carecen de sentido. En realidad, no sabemos nada: lo único que tenem os es una serie de asociaciones de ideas, pero que en ningún caso hay que confundir con el conocimiento. Hume retom a la distinción realizada por Leibniz (véase pág. 97) entre las afirmaciones analíticas y las sintéticas. Para el filósofo escocés, es imposible saber con certeza si estas últimas son ciertas o no, po r lo que no tiene ningún sentido dar crédito a ninguna de las teorías que constituyen la base de disciplinas tales com o la filosofía, la política, la ciencia, la religión o cualquier otra: desde el mom ento en que no se puede dar p o r cierta una cosa, es totalm ente ridículo preten d er creer que se tiene la respuesta a todo. Para Hume, todo corpus doctrinal o dogmático se encuentra fuera de lugar. Por el contrario, otorga una importancia fundamental a las opiniones e impresiones particulares de cada uno, aun siendo consciente de que pueden ser erróneas, p o r lo que en todo m om ento insiste en la necesidad de respetar las opiniones ajenas. Esta moderación y extraordinaria tolerancia constituye uno de los pilares sobre los que se fundamenta todo el pensam iento de Hume, tan acorde con su propio carácter.
Los postulados de Hume han ejercido una influencia extraordinaria hasta nuestros días. De hecho, algunos de los interrogantes que plantea todavía no han hallado respuesta, com o es el caso del problem a de la inducción, según el cual resulta imposible llegar a una conclusión general a partir de un núm ero indeterm inado de casos concretos. El estilo de sus obras también ha influido en el de otros filósofos posteriores al dem ostrar cóm o se
£(.La religión cristiana no sólo se basaba originariamente en los milagros, sino que todavía hoy en día nadiepuede sostener su fe prescindiendo de ellos ” D a v id H u m e
www.fullengineeringbook.net La influencia de H ume
D o m i n a d o s PO R EL CORAZÓN
H um e sostien e q u e e l c o m p o rta m ie n to h u m a n o v ie n e d e te rm in a d o eri ú ltim a in s ta n c ia p o r la s em o cio n es. Así, la f i n a lid a d d e la razón, escla va d e las p a sio n es, es la d e a seg u ra r e l o r d e n d e esos
deseos. E n este c u a d ro titu la d o La cerradura (h a c ia 1777), e l p in to r b arroco fr a n c é s fe a n -H o n o r é F r a g o n a rd a b o r d a e l im petuoso m u n d o d e las p a s io n e s y el deseo h u m a n o s.
pueden abordar algunos de los más densos y complejos interrogantes filosóficos utilizando una prosa extraordinariam ente clara y fluida. Su influencia no sólo ha llegado a filósofos británicos -Bertrand Russell y A. J. Ayer, po r ejem plo-, sino también i muchos otros procedentes de Francia Y Alemania.
Así, Schopenhauer rechaza el oscuro estilo característico de la producción filosófica alemana hasta entonces y opta p o r seguir las pautas de claridad marcadas por Hume en inglés para acabar escribiendo algunos de los pasajes en prosa más herm osos jamás escritos en lengua alemana.
D avid Hume fu e una d e las m ayores figu ras de su época En Europa, especialmente en Francia, H um e fu e considerado como uno de los filósofos m ás importantes que Gran B retaña haya tenido jam ás. En Alemania, K ant leyó a Hume y afirm ó que sus lecturas le despertaron d e su «sueño dogm ático». Las ideas d e Hum e sobre la filosofía m oral influyeron decisivam ente en el siglo xix en los utilitaristas Jeremy Bentham y John Stuart Mili. Si se hiciera una votación entre los profesores de filosofía p a ra considerar la elección d e cuál ha sido el filósofo que mejor ha escrito filosofía en lengua inglesa, el gan ador sería Hume.
EL SU PREMO C O N S E R V A D O R Partiendo de la base de que la tradición de una sociedad desarrollada recoge el saber y la experiencia de todas las generaciones anteriores, es lícito pensar que aquélla resulta mucho más fiable que la simple opinión de una persona. B urke , político En 1765 Burke pasó a ser el secretario privado del m arqués de Rockingham, dirigente del partido liberal del Parlam ento, y consiguió el puesto d e diputado. Entre las m edidas políticas q u e favoreció se encuentran la reducción de las cargas fiscales sobre Irlanda, la adopción d e u n a actitud conciliadora con las colonias americanas y la propuesta de que gobernase la India una com isión independiente en vez d e la Compañía Británica de las Indias O rientales o la corona británica.
EDMUND BURKE (1729-1797) públicos y sus artículos nació en el seno de una modesta periodísticos lo convirtieron familia protestante irlandesa. en uno de los personajes más Estudió en elTrinity College de influyentes de su época. Se le suele Dublín y más tarde prosiguió sus considerar com o el paradigma estudios de derecho en Londres, del conservadurismo en política. aunque de hecho nunca llegó a E l saber d e l pa sa d o ejercer la abogacía. De hecho, antes Según Burke, una sociedad de entrar como diputado en el desarrollada es tan grande y Parlamento, a la edad de 37 años, compleja que no es posible que se dedicó a la literatura y el una única m ente pueda llegar a periodismo. En un discurso que abarcarla y com prenderla en su tuvo lugar en Bristol pronunció totalidad. Durante generaciones su ya clásica frase según la cual enteras, los ciudadanos, tanto a un miembro del Parlamento es un título individual com o unidos en representante, y no un delegado, multitud de organizaciones, han E dm und B u rk e del pueblo; es decir, un político Teórico p o lític o y d ip u ta d o liberal, E d m u n d ido haciendo frente a la realidad debe votar según sus propias B urke es u n o d e los m á s im portan tes hasta conformar la extraordinaria convicciones y no p or imperativo. p e n sa d o re s p o lític o s q u e h a h a b id o n u n c a en la h istoria d e la p o lític a britán ica. riqueza de la sociedad, cuyas Su obra más conocida es instituciones encarnan ese acervo Reflexiones sobre la Revolución secular de experiencias y en Francia, publicada en 1790, tan decisiones basadas en el saber de generaciones enteras. sólo un año después de que ésta tuviera lugar. Así, según Burke, la sociedad es com o un vasto y Aunque nunca llegó a ocupar ningún cargo ministerial la indudable calidad del contenido de sus discursos complejo organismo que evoluciona desarrollando nuevas capacidades que pueden hacer frente a las continuas necesidades y adaptándose a las cambiantes circunstancias. No se trata de una simple máquina a la que se le pueden sustituir los mecanismos anticuados p o r otros nuevos y ya está. La realidad es m ucho más compleja y ni siquiera el más influyente de los filósofos o políticos puede, ni en la práctica ni en la teoría, concebir una nueva sociedad y sustituirla p o r otra ya caduca, tal com o pretenden -y ahí reside la principal objeción de Burke- los revolucionarios franceses. La única vía aceptable de cambio político, sostiene, es la orgánica, es decir, la que está en consonancia con la propia realidad, y en ningún caso la revolucionaria. Es imprescindible que cada generación asuma como propios los avances realizados p o r la sociedad hasta entonces com o u n verdadero tesoro que, lejos de enterrar, se debe intentar desarrollar y aum entar U n a s o c i e d a d e n p e r p e t u o caiM BIO para beneficio de las generaciones futuras. B u rk e c reyó q u e la s in stitu cio n es g u b e rn a m e n ta le s recogen Ia tra d ic ió n b a sa d a en e l sa b er Los seres humanos son criaturas imperfectas, p o r lo la ex p erien cia d e g en era cio n es enteras. La M a n sió n H ouse, a c a b a d a en 1753, es la residen cia o ficia l d e la p r in c ip a l a u to r id a d d e Londres y, a l m ism o tiem po, sed e d e la corte. tanto pretender que la sociedad sea perfecta no es sino
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y
La influencia de B urke Los escritos d e B urke sobre la Revolución fra n ce sa constituyeron u n a im portante fu e n te de inspiración p a r a las corrientes de p e n sam iento contrarrevolucionario tanto en A lem ania como en la m ism a Francia. É n G ran B retaña es considerado com o u n o de los m áxim os exponentes de la esencia del sistema : constitucional, con sus ideas sobre los p a r tid o s^ la validez de la jerarquía y el lim itado pa p el de los políticos en la sociedad. A u n q u e de hecho era u n diputado liberal, el p ensam iento político de B urke constituye, ju n to con el de Disraeli, la base ideológica del m oderno conservadurism o político.
HBb H U na clase nacida B urke sostiene q u e e l desarrollo d e la s o c ie d a d es m a y o r c u a n d o ésta es a d m in istr a d a p o r p e rso n a s q u e está n a c o stu m b ra d a s a a s u m ir g r a n d e s respon sabilidades. P erson as que, a s u entender, es
paka gobernar
m á s p r o b a b le e n c o n tra r en tre los q u e h a n n a c id o en u n a fa m ilia a co m o d a d a , com o la a risto cra cia q u e Thom as G ainsborough retra ta en este cuadro, El s e ñ o r y la se ñ o ra A n d rew s (h a c ia 1 749).
Philoíophical Enquiry O .io i»
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OF T H E
una vana pretensión. Presenta, además, otro argumento en contra de los postulados defendidos por los idealistas. Los gobiernos deben tratar con la gente tal cual es, com o una masa heterogénea con múltiples intereses y aspiraciones. Según Burke, es m ucho más fácil que la sociedad prospere cuando es administrada po r aquellos que están acostumbrados a asumir grandes responsabilidades y a saber afrontar la realidad del día a día de la mejor manera posible, algo que es poco probable que logren los teóricos, po r muy inteligentes que éstos sean. De hecho, no son los intelectuales los que deben gobernar, sino aquellos que conozcan bien la realidad práctica y posean un fuerte sentido de la responsabilidad, así como una gran dosis de sensatez y dotes personales.Todo este cúmulo de requisitos, sostiene Burke, es más probable encontrarlo entre aquellos que proceden de familias acomodadas que entre los que han logrado abrirse camino a base de tesón e inteligencia pero que proceden de clases humildes. No obstante, matiza, lo más probable es que alguno de estos últimos logre, con el tiempo, acceder a los puestos de poder. En definitiva, el conjunto de todas estas ideas no tiene más finalidad que reafirmar la realidad social tal cual existe y los principios sobre los que se asienta. Así, el cambio se admite com o una realidad que se debe im poner muy poco a poco y de forma gradual. Al mismo üempo, se parte de la idea de que la sociedad no es una creación perfecta, sino que es la suma de m ultitud de
a la adopción de cualquier tipo de ideología intelectual o puram ente teórica que nada tenga que ver con la dura realidad. Lo cierto es que, de todas las manifestaciones de conservadurismo posible, e incluso en una sociedad tan tradicional y reaccionaria com o la británica, la defendida p o r Burke constituye una de sus variantes más razonables y coherentes, rasgos que tal vez expliquen p o r qué incluso es respetado por sus más férreos adversarios.
SUBLIME AND
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intereses y aspiraciones contradictorios. Por otro lado, los postulados de Burke se oponen al igualitarismo, así como
LO SUBLIME Vale la pena m encionar otro concepto im portante que, lejos del ámbito de la política, desarrolla Burke. Así, en su Ensayo filosófico sobre el origen de las ideas de lo sublim e y lo herm oso (1756), aborda con espíritu crítico uno de los postulados fundamentales del Siglo de las Luces: la idea de que la claridad es una de las cualidades esenciales del arte. Lejos de sostener esta afirmación, Burke afirma que el arte es una manifestación del infinito, y éste, al carecer de límites precisos, nunca puede ser claro ni definido. Por ello, es inconcebible diseccionar una obra de arte como si se tratase del cuerpo de un animal. Además, es precisam ente ese carácter infinito el que hace que uno se impresione m ucho más ante una obra de arte que ante un simple conjunto de afirmaciones objetivas. Así, al abordar esta idea de la atracción p o r lo desconocido, Burke marca el punto de inflexión entre el concepto clasicista de arte propio del siglo xvm y la totalm ente revolucionaria concepción romántica del mismo.
BEAUTIFUL.
LONDON: Primcá fot R. «id J. DonstEYj in Pall-ioal!. MDCCLV1I.
La e s té tic a d e B u rk e Publicado en 1756, su Ensayo filosófico sobre el origen d e las ideas d e lo sublim e y lo hermoso contribuyó enorm em ente a abrir nuevos cam inos en la teoría d e la estética. Su publicación le reportó una enorm e fama tanto en su país natal com o en el extranjero, donde consiguió el halago de figuras com o Kant y Diderot.
P rincipales obras Ensayo filosófico sobre el origen de las ideas de lo sublime y lo herm oso (1756) Reflexiones sobre la Revolución en Francia (1790)
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PENSADORES REVOLUCIONARIOS FRANCESES En
la
F ra n c ia
d e l s ig l o
x v n i,
las
CONSECUENCIAS DE UNA NUEVA FORMA DE PENSAR BASADAS EN LA NUEVA CIENCIA NEWTONIANA Y EN LA FILOSOFÍA DE LOCKE SE EXTENDIERON A TODA UNA POBLACIÓN LECTORA POR MEDIO DE GENIOS DIVULGADORES. SURGIÓ ASÍ UNA NUEVA CLASE DE INTELECTUALES LIBREPENSADORES EN TEMAS DE RELIGIÓN,
www.fullengineeringbook.net Y
POLÍTICOS RADICALES. VOLTAIRE, SATÍRICO
INMISERICORDE, DESARRAIGÓ LAS CREENCIAS
TRADICIONALES A TRAVÉS DE LA IRONÍA. DlDEROT, CON UN TALENTO PARECIDO, EDITÓ LA MONUMENTAL ENCICLOPEDIA DE 35 VOLÚMENES CON EL OBJETIVO DE CAMBIAR LA MANERA COMÚN DE PENSAR. LAS CREENCIAS TRADICIONALES DE LA IGLESIA Y EL ESTADO FUERON SOCAVADAS. Y NACIÓ LA MARCA DE UN RADICALISMO REVOLUCIONARIO QUE HA ESTADO CONTINUAMENTE PRESENTE HASTA NUESTROS DÍAS.
La E n c ic l o p e d ia La E nc ic lo p e d ia c on sta d e u n to ta l d e 3 5 volúm enes ( 1 7 51-1780). Éstos p e rten ecen a la p r im e ra ed ic ió n y fo r m a b a n p a r te d e la biblioteca p e rs o n a l d e Luis XVI.
P r in c ip a l e s o b r a s
V
C a rta s f ilo s ó fic a s
(1734) E l e m e n to s d e la f ilo s o fía d e N e w to n
o l t a ir e
EL GR AN D I V U L G A D O R
(1738) La é p o c a d e L u is X IV
Voltaire, más que ningún otro ilustrado, llevó a cabo una ímproba labor divulgativa por toda Europa de las implicaciones revolucionarias de la nueva ciencia y del nuevo liberalismo.
(1751) C á n d i d o (1759) D i c c io n a r io f ilo s ó fic o
(1764) F ilo s o f ía d e la h is to r ia
(1765)
VOLTAIRE (1694-1778), cuyo verdadero nom bre era Fran<;ois-Marie Arouet, nació en el seno de una familia acomodada de París. Recibió una esmerada educación en los jesuítas y ya entonces em pezó a destacar com o escritor satírico, hasta tal punto que a los 19 años tuvo que exiliarse p o r un tiem po en Holanda y, de nuevo, hacia los 25, fue encerrado en la Bastilla durante cerca de un año. Pero incluso siendo tan joven,Voltaire logró consolidarse com o el mejor dramaturgo de su época, posición hegemónica que m antendría durante medio siglo y desde la que bom bardeaba todo cuanto mereciera sus críticas, siempre con un estilo tan ágil e inteligente como divertido y satírico. V o lt a ir e d ic t a m ie n t r a s s e v is t e
LA LUZ DE LA RAZÓN
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Vo l ta ir e t e n í a u n a in u s u a l y la r g a p r o d u c c i ó n d e e s c r ito s q u e c o m p re n d e c o m e d i a s , n o v e la s , lib e lo s , c a rta s , b io g ra f ía s , o b r a s h i s tó r ic a s y a rtíc u lo s . E n e s te g r a b a d o a p a r e c e d i c t a n d o a s u s e c r e ta r io m ie n t r a s s e v is te p a r a así a p ro v e c h a r al m á x i m o e l tie m p o .
J e a n -P h il l ip p e R a m e a u
El compositor tardobarroco francés Jean-Phillippe Rameau (1683-1764) trabó am istad con la m ayoría d e las m áxim as figu ras intelectuales d e su tiempo, como el propio Voltaire, y participó en algunas polém icas con D iderot y Rousseau. Aunque en la a ctu a lid a d se le conoce sobre todo p o r sus obras p a ra clavicordio musical, fu e un fam oso compositor de óperas y destacado musicólogo. Entre sus obras cabe m encionar las óperas H ip ó lito y A rc is (1 733) y P i g m a ü ó n (1748).
Tras pasar una segunda vez encarcelado en la Bastilla, Voltaire tuvo que exiliarse durante más de dos años a Inglaterra, lo cual supuso un punto de inflexión en su obra y pensamiento. El alto grado de libertad y el respeto po r los derechos individuales y la ley que encontró en Inglaterra hicieron gran mella en su espíritu, hasta el punto de que a partir de entonces, y hasta el resto de sus días, no pararía de com batir contra todo aquello que se opusiera al
u
V o l t a ir e
E n s u in c a n sa b le c r u z a d a c o n tra la tira n ía , el fa n a tis m o y la cru eld a d , Voltaire sig u e s ie n d o reco n o cid o com o u n o d e los m á s g r a n d e s in telectu a les fr a n c e s e s d e todos los tiem p o s y la p e rs o n ific a c ió n d e l espíritu ilustrado d e l siglo x v i i i .
LO SUPERFLUO
IMPRESCINDIBLE V o l t a ir e
advenimiento en su país de esa misma libertad.Tras aprender el inglés, se volcó en el estudio de la nueva ciencia que representaba N ew ton y del liberalismo postulado po r Locke. Aunque de hecho no llegó nunca a hacer ninguna aportación significativa en estos campos, el mérito indiscutible de Voltaire es la ingente
labor divulgativa que realizó a lo largo de su extensísima producción filosófica y literaria en la que difundió los postulados de N ewton y Locke. Para ello se valió de cualquier medio a su alcance (comedias, novelas, biografías, obras históricas, libelos, cartas, artículos) y lo hizo con tanta brillantez que se convirtió en el autor predilecto del lector medio de aquella época en toda Europa. N unca nadie ha conseguido llevar a cabo una em presa divulgativa de estas proporciones e influir de una forma tan directa en los esquemas de pensam iento de toda una sociedad. Tal vez uno de los principios más revolucionarios postulados p o r Voltaire fuera la convicción de Locke de que las creencias personales de cada uno deben basarse
en la razón. De ese modo, el ilustrado francés pone en tela de juicio las bases mismas de la sociedad, fundam entada en toda una serie de preceptos y creencias cuya única razón de ser es que parten de la Iglesia o de cualquier otra manifestación del poder. La insistencia en abordar la realidad desde la luz de la razón explica p o r qué este período se conoce norm alm ente con el nom bre de Siglo de las Luces o Ilustración.
Francia, del que lógicamente derivó la Revolución de 1789. Desde entonces hasta nuestros días, la causa del reformismo liberal en la Europa continental ha tenido una tendencia más clara a radicalizarse y a defender el em pleo de la violencia para difundir los principios de la Ilustración, que su vertiente en el m undo anglosajón, donde en realidad esta corriente revolucionaria nunca ha llegado U n MARGEN a cuajar, así como tam poco lo ha INCISIVO hecho el fascismo, su réplica Con Voltaire, el liberalismo contrarrevolucionaria. tomó un cariz mucho Precisamente, el siglo xx más incisivo y ha sido testigo de la revolucionario en el oposición violenta de continente que en una u otra corriente Inglaterra, donde el nivel revolucionaria en la de libertad y desarrollo forma de dos terribles social se caracterizaba guerras mundiales, cuyos P e n s a m ie n t o r e v o l u c io n a r io Este g r a b a d o q u e d a ta d e la época d e la R e v o lu c ió n fr a n c e s a por la escasa incitación desastrosos efectos, lejos ilu stra e l so m e tim ie n to d e l p u e b lo a m a n o s d e la n o b le za y la a la milicia. Además, de circunscribirse al Iglesia. Voltaire, a u n q u e n o llegó a ser u n revolucionario, f u e ju n to c o n D id e ro t y R o u ssea u u n o d e los fu n d a d o r e s d e l p e n s a m ie n to y como consecuencia territorio europeo rev o lu c io n a rio e n F ra n cia . de esto último, tanto la continental, han alcanzado Iglesia de Inglaterra como a muchas otras regiones el Estado no se basaban del planeta. En la tanto en la opresión, y fueron mucho menos actualidad, parece que el liberalismo está de nuevo revolucionarios. Por el contrario, en Francia y, de hecho, extendiéndose p o r todo el mundo. t n el resto de la Europa continental, el p oder se concentraba en una oligarquía déspota y una Iglesia católica intolerante que asfixiaba implacablemente cualquier atisbo de reforma o avance social. Fue precisam ente en estas sociedades donde el liberalismo se convirtió en un auténtico credo revolucionario que tenía como principal objetivo derrocar la tiranía y la desigualdad de clases existentes e instaurar una sociedad asentada en los principios de la igualdad T el derecho.
1.a B a s t i i .i a
1:1 rey (.'cirios Vele Francia mandó c ó m tm ir en 1380 la Bastilla para proteger la m uralla que entonces rodeaba París d e los ataques de los ingleses. Durante los siglos KYtíy vi ni se convirtió en una prisión que albergaba aquellos presos que habían recibido una loare de ciirhel por orden expresa del rey Además, en ella se guardaban los libros incluidos en el índice de obras prohibidas El 14 de ju lio d e 1789, joch a en que se tomó la Bastilla, se ha convertido en la fiesta nacional de I 'rancia. Iras la toma, la prisión fu e atrasada por completo por orden de las autoridades revolucionarias
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C a m b io
s in v io l e n c ia
Los asuntos intelectuales de los liberales llevaron a éstos a propugnar el em pleo de la razón y el derecho a la libertad de opinión frente al conformismo y obediencia ciega a la tradición y la autoridad. Voltaire estaba convencido de que esta batalla podía y debía ganarse sin recurrir a la violencia ni a ningún tipo de prisión, exilio o censura, que él tantas veces había sufrido. No obstante, m uchos de sus seguidores creían que sin violencia las ideas revolucionarias no podrán ;amás derrocar al antiguo régimen. El caso es que, sin ?er nunca un revolucionario en el sentido estricto de la palabra, se ha solido considerar a Voltaire com o el padre Jel librepensamiento revolucionario del siglo xvin, en
L a t o m a d e l a B a s t il l a
E n la m a ñ a n a d e l 1 4 d e ju lio d e 1 7 8 9 e l p u e b lo d e P a rís to m ó la B astilla p a r a h acerse c o n arm as. A u n q u e ta n sólo c o n ta b a co n siete prisioneros, c u a tro fa lsific a d o re s, dos locos y u n jo v e n aristócrata, lo cierto es q u e este h ech o v in o a s im b o liz a r e l f i n a l d e l a n tig u o régim en.
P r in c ip a l e s o b r a s P e n s a m ie n to s f ilo s ó fic o s
D id e r o t
(1 7 4 6 ) Cartas sobre los ciegos para uso de los videntes (1749) Ensayo sobre la vida de Séneca (1778) La m onja (1790) El sobrino de Rameau (1821) El sueño de D 'Alembert
( 1830)
^ El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad ^ Ú l t im a s pa l a br a s de
EL GRAN ENCICLOPEDISTA Genio polifacético -filósofo, novelista, comediógrafo, crítico de arte-, Diderot fu e el responsable de la edición de la monumental E n c ic lo p e d ia , un hito en la historia de la civilización occidental. DENIS DIDEROT (1713-1784), al igual que Descartes y Voltaire, recibió una esmerada educación en los jesuítas, contra los que más tarde arremetería. Rechazó especializarse en una profesión concreta y optó po r proseguir sus estudios hasta mucho después de haber dejado el colegio. De esta manera, se dedicó a imbuirse de todo el conocim iento de su época yendo de una disciplina a otra, desde las matemáticas y la ciencia hasta las lenguas clásicas y modernas. Mientras duró esta etapa de estudio, vivió en la pobreza y el más absoluto anonimato. Su prim er reconocim iento público y económ ico le vino a través de sus traducciones del inglés de las principales obras filosóficas. Los Pensam ientos filosóficos, su prim era obra, aparecen en 1746, año en que entró en la ingente em presa de la Enciclopedia. En un principio, la Enciclopedia se concibió con un propósito modesto: la versión en francés de la Cyclopedia inglesa publicada p o r Chambers en 1728, proyecto que poco a poco fue quedando atrás. Diderot se convirtió en el editor de la obra, labor que le
D e n i s D id e r o t
E lfilósofo y literato fr a n c é s D en is D id e ro t f u e u n o d e los escritores m á s p ro líficos y versátiles d e todo e l siglo xviu. A d em á s d e e d ita r la célebre E nciclopedia, escribió novelas, d ram as, s á tira s filosofía, crítica litera ria y n u m erosas cartas.
m antendría ocupado hasta 1772. Año tras año iban apareciendo los sucesivos volúmenes hasta alcanzar la cifra total de 35 y com pletar así lo que sin duda alguna constituía la mayor aventura editorial em prendida nunca hasta la fecha en ningún idioma. De todos modos, la verdadera trascendencia histórica e intelectual de tan gigantesca em presa radica en que personificaba la nueva actitud hacia el conocim iento que Voltaire había traído consigo tras su exilio forzoso en Gran Bretaña de manos de los nuevos m étodos científicos postulados p o r Bacon y N ew ton y, sobre todo, el liberalismo postulado p o r Locke. En ese contexto. Diderot sostuvo en todo m om ento que el principal objetivo de la Enciclopedia era «cambiar la m anera de pensar» im perante hasta entonces. Algo que, sin duda alguna, consiguió.
www.fullengineeringbook.net D e n is D id e r o t
N
L á m i n a s d e l a E n c ic l o p e d ia s o b r e i n s t r u m e n t o s d e p e r c u s i ó n , m i n e r í a y f a b r i c a c i ó n d e p a p e l
La p r im e ra ed ic ió n d e la E n ciclo p ed ia (1 7 5 1 ) se inspiró e n el éxito q u e tu vo en G ran B re ta ñ a la p u b lic a c ió n d e la C yclo p ed ia d e C ham bers. B a jo la c o o rd in a ció n d e D iderot, la E n ciclopedia supuso u n a ex tra o rd in a ria p la ta fo rm a desde d o n d e e m itía n su s ju ic io s los m á s im portan tes ilu strados fra n ceses, c o m o Rousseau, M ontesqu ieu y Voltaire.
e g a c ió n d e la a u t o r id a d
Este propósito reviste una importancia trascendental y llevará a los enciclopedistas a negar la legitimidad de las diversas manifestaciones del poder de la época. Así, p o r un lado, a la vez que se afirma que la doctrina religiosa no aporta ningún conocimiento nuevo acerca del mundo, se niega cualquier tipo de legitimidad intelectual tanto a la Biblia como a la Iglesia. Al mismo tiempo, los enciclopedistas sostienen que el
poder político no debe inmiscuirse en las cuestiones intelectuales ni artísticas. En definitiva, lo que se proponen es echar abajo los cimientos sociales, políticos y religiosos sobre los que se asienta la sociedad en la que viven. Al hacerlo, sientan las bases de la nueva concepción de la ciencia y el arte que caracteriza el mundo moderno.
LA VITRINA DE IDEAS Entre los colaboradores que participaron en la gestación de la Enciclopedia se encontraban las figuras más prestigiosas de la Francia de entonces, com o Voltaire, Rousseau, Montesquieu y m uchos otros, cuyos nom bres aparecen al pie de los artículos escritos p o r cada uno, los cuales, en m uchos casos, han pasado a convertirse en modelos perfectos del género ensayístico. Diderot, concretam ente, escribió 990 entradas. Los 4.225 ejemplares de la prim era edición se agotaron con gran rapidez, y es que en aquella época no había nada que se pudiese com parar a la monum ental Enciclopedia, cuya influencia en la vida intelectual europea fue incalculable. Además, se debe tener presente que por aquel entonces
“
LIBERTAD N O S IG N IF IC A N A D A ”
M o n t e s q u ie u
Los e n c ic l o p e d is t a s Los a u to res d e la E n c i c l o p e d i a , c o n o cid o s c o m o los enciclopedistas, fu e r o n h o m b re s d e d ic a d o s a l a v a n c e d e l ra cionalism o, la n u e v a ciencia, la to le ra n cia y e l h u m a n ita r ism o .
continuase escribiendo durante toda su vida, esperando en el fondo que algún día sus escritos pudiesen publicarse y recibir el reconocimiento que se merecían.Y así fue, aunque a título postumo. Si durante toda su vida Diderot fue conocido como el editor de la Enciclopedia, una vez que los contenidos recogidos p o r ésta se han visto superados p o r los sucesivos avances posteriores realizados p or la ciencia y el resto de las ramas del saber, lo cierto es que en la actualidad la celebridad del genial ilustrado se debe sobre todo al resto de su obra, la mayoría publicada postumamente. Destacan, entre otras muchas, los diálogos El sobrino de R a m ea u (1821) y El sueño de D 'A lem bert (1830) y la novela La m o n ja (1790). Diderot fue un enciclopedista p o r partida doble: poseía una curiosidad intelectual extraordinaria que le perm itió escribir artículos con una autoridad sorprendente sobre muchas disciplinas y fue el editor de la enciclopedia más influyente que se haya publicado.
Aunque en la actu alidad se le conoce como un gran filósofo político liberal, lo cierto es que Cbarles-Louis de Secondat Montesquieu (1689-1755) fu e en su día uno de los autores d e sátiras m ás célebres, una figu ra social prom inente, a s í como un brillante prosista. Cuando se le p id ió que escribiera las entradas sobre dem ocracia y despotismo p a r a la Enciclopedia declinó la oferta aduciendo que y a había dicho cuanto sabía sobre esos temas, pero que en cambio no tendría inconveniente en escribir sobre el gusto. Ésta fu e su última obra.
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D e n is D id e r o t
París era considerada la capital intelectual, artística, social e, incluso, política del mundo. Un prestigio, lógicamente, que se trasladaba al francés, lengua de la diplomacia y que toda persona m edianam ente culta hablaba sin problemas. Incluso, se daba el caso sorprendente de que varios monarcas europeos preferían expresarse en dicha lengua que en la de sus propios súbditos. Dadas todas estas circunstancias, no resulta extraño que m uchos franceses todavía se resistan a admitir que el inglés haya sustituido al francés com o lengua internacional durante el siglo xx. A medida que los volúmenes iban publicándose, la Enciclopedia se encontraba con una cada vez mayor reticencia p o r parte de las autoridades, hasta que en 1759 fue retirada de la calle p o r real decreto. No obstante, Diderot y el resto de colaboradores, además lógicamente de los propios impresores, optaron por com pletar la obra desde la sombra, de modo que al final todos los volúmenes llegaron a ver la luz. Al mismo tiempo que trabajaba afanosamente en la edición de la Enciclopedia, Diderot escribía sus propias obras, que, de nuevo, no lograron obtener el beneplácito de la censura debido a su profundo materialismo y ateísmo. No obstante, esto no fue impedimento para que
R e u n i ó n d e in t e l e c t u a l e s e n e l G r a n d C a f é d ’A l e x a n d r e , P a r ís
Los c ie n a ñ o s q u e p r e c e d ie ro n la rev o lu c ió n d e 1 7 8 9 c o n stitu ye ro n e l «a n tig u o rég im e n ». L a s o cie d a d está s itu a d a e n e l c en tro d e P arís y , a d ife r e n c ia d e la corte co rru p ta d e L u is X V , flo r e c ía n las artes, la e c o n o m ía p ro sp e ra b a y su s in telectuales e ra n co n o cid o s e n to d a E uropa.
P r in c ip a l e s o b r a s
D iscurso sobre los orígenes y los fundam entos de la desigualdad (1 7 5 4 )
R o usseau C R Í T I C O DE LA C I V I L I Z A C IÓ N
I.a n u e v a E lo ísa
(1761) Emilio o sobre la educación (1762) El contrato social (1762)
Rousseau fu e el primer filósofo occidental en sostener que los juicios deberían basarse en los requerimientos de los sentimientos antes que en la razón.
Sueños d e un paseante solitario (1776-1778) C onfesiones (1782-1789)
JEAN-JACQUES ROUSSEAU (1712-1778) nació en Ginebra cuando ésta era un estado independiente. El hecho de que no fuera francés reviste su im portancia ya que, a diferencia del resto de escritores en lengua francesa, nunca dem ostró admiración alguna por dicha cultura (de hecho, po r ninguna). Por otro lado, su origen suizo no se puede desvincular de su profundo sentim iento de respeto por la democracia, con la que desde siempre se u El hombre le ha asociado. Otro rasgo lo distingue, además, de los es bueno por filósofos más em inentes de su tiempo: su educación fue bastante precaria, elem ento que sin duda alguna refuerza naturaleza ^ ese indomable espíritu libre y espontáneo, contrario a J e a n -Ja c q u e s R o u s s e a u cualquier atadura intelectual, que lo caracterizaría a lo largo de toda su vida. Muerta su madre a los pocos días del parto, Rousseau fue educado por una tía y su irascible padre, quien al menos le enseñó a leer. A continuación pasó a cargo de un sacerdote y, más tarde, de un tío.Tras entrar como aprendiz en una notaría, pasó al taller de un grabador, de donde tuvo que escapar a causa de sus malos tratos. De hecho, su vida habría de continuar siempre así, siempre llena de intensas emociones y duras experiencias, cambiando continuamente de trabajo, mujer y país. Vivió con intensidad la cara más amarga de la realidad, trabajando en los oficios más diversos e incluso teniendo cinco hijos ilegítimos con una sirvienta. Pero, por otro lado, contó con la suerte de conocer a Diderot y a otros philosophes, término con el que por aquel entonces se conocían a las personas del entorno de la Enciclopedia y que, hoy en día, llamaríamos intelectuales. El propio J e a n -J a c q u e s R o u sse au El s u iz o Jean-Jacques R ousseau f u e sin d u d a u n o d e los m á s Diderot le invitó a que g ra n d e s p e n sa d o re s europeos d e l siglo xvm. Su o bra inspiró a escribiera algunas de los p rin c ip a le s dirigen tes d e la R evolu ción fr a n c e sa y ejerció u n a p r o fu n d a in flu en cia en la •g en era ció n ro m á n tic a ». las entradas referentes a la
música. No en vano, uno de los principales objetivos de Rousseau al llegar a París fue el de hacerse un nombre en el mundo de la música mediante un nuevo sistema de notación musical que había inventado. Pero lo cierto es que de inmediato tuvo que deshacerse de sus pretensiones en esa disciplina, por más que algunos años más tarde estrenara con éxito en la corte de Luis XV en Fontainebleau su ópera El adivino del pueblo (1766). Sin duda alguna, la fama le vendría por sus escritos, no por sus composiciones musicales. Su producción empezó con dos ensayos, Discurso sobre la ciencia y las artes (1750) y Discurso sobre los orígenes y los fu n d a m en to s de la desigualdad (1754). Hubo que esperar a 1761-1762 para que aparecieran tres de sus obras más famosas: La nueva Eloísa, Em ilio y El contrato social. Su otra obra más célebre es la autobiografía
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“ EL HOMBRE HA NACIDO LIBRE Y, SÍN EMBARGO, ESTA ENCADENADO” J e a n -J a c q u e s R o u s s e a u
Confesiones, que se publicó postumamente. Hacia mediados de la década de 1760 decidió trasladarse a Inglaterra invitado por David Hume, uno de los filósofos más admirados por los philosophes. Pero, una vez allí, sufrió una crisis de tipo paranoico y, tras acusar a su amigo Hume de buscar su perdición, volvió a Francia, donde falleció en 1778. Rousseau introdujo tres ideas sumamente revolucionarias en el curso de la historia del pensam iento occidental y que desde entonces han
M adam e d e PO M PA D O U R
Jean ne-Antoin ette Poisson ( 1 721 1 764), la fu tu ra m adam e d e Pompadour, se convirtió en la favorita de Luis X V Iras conocerse am bos en una recepción en 1 745. Tras instalarse en la corte d e Versallesy convertirse en la m arquesa d e Pompadour, ejerció una extraordinaria influencia en la política de Luis XV. Además, fu e una generosa mecenas d e las artes, fu n d ó la escuela militar, la fábrica de porcelana de Sévres y apoyó a Voltaire, Montesquieu y Rousseau.
www.fullengineeringbook.net El buen La id e a liza ció n d e l concepto d e l h o m b re in c iv iliza d o , q u e s im b o liza la b o n d a d in n a ta d e l se r h u m a n o q u e sólo la s o cie d a d corrom pe, co n stitu ía u n tópico literario m u y a n te rio r a R ousseau. C h a te a u b ria n d (escritor fra n c é s), en su p o e m a épico ro m á n tico
¿esempeñado un papel de una extraordinaria trascendencia. La prim era de ellas es que la civilización, a diferencia de lo que se había pensado hasta entonces, no es buena, ni tan siquiera algo neutro, sino que es definitivamente perjudicial. La segunda idea es que uno debería cuestionar todo lo que afecta a nuestras vidas, tanto en el ámbito privado com o en el público, desde los propios sentim ientos y el instinto natural y no desde la razón; es decir, según Rousseau, los sentimientos deberían sustituir a la razón com o referente tanto en b vida com o en los juicios que se tengan que emitir. La tercera sostiene que la sociedad humana constituye un ser colectivo con una voluntad propia que difiere de la suma de todas las voluntades particulares de las personas que la com ponen, y éstas deberían someterse i los designios de esta «voluntad general». Por lo que respecta a la prim era idea, Rousseau sostiene que el ser humano nace bueno, pero se rorrompe a medida que la sociedad lo contamina. Esta ronvicción de que el hom bre es bueno po r naturaleza se pone radicalmente a la sostenida por Hobbes, ya que
sa lv a je
A tala (1801), id e a liz a a los in d io s d e N orteam érica. En este c u a d r o d e M ussini, La m u e rte d e A tala (1 8 3 0 ), a p a rec e el héroe C hactas en e l lecho d o n d e y a c e A tala, q u e se h a e n v en en a d o p a r a h u ir d e la ten ta ció n y p r e s e rv a r su v irg in id a d .
según Rousseau el estado natural del hom bre es el del «buen salvaje», que no obstante es obligado a crecer en una sociedad supuestam ente civilizada pero que lo único que hace es frustrar sus instintos naturales, reprim ir sus sentimientos verdaderos, im poner convenciones sobre sus em ociones y, en definitiva, obligar a sentir y pensar cosas que, en realidad, ni siente ni com parte. El resultado de todo ello es una alienación (térm ino que introduciría más tarde Hegel) de su verdadero ser en beneficio de toda una serie de convenciones falsas e hipócritas. Así, para Rousseau la civilización actúa como un nefasto agente que corrom pe y destruye los verdaderos valores en vez de crearlos y propagarlos, com o hasta entonces se afirmaba. De todos modos, es consciente de que una vez introducido en la civilización, el hom bre ya no tiene posibilidad alguna de retornar a su estado primitivo. Por ello mismo, Rousseau concluye que lo único que se puede hacer es intentar civilizar la propia civilización cambiándola de manera que perm ita dar rienda suelta a los sentimientos y emociones. Es precisam ente en su
A c o so a R o u s s e a u El Emilio y El contrato social de Rousseau fueron condenados por el Parlamento de París en junio d e 1762 por considerarse que atentaban contra el poder y la religión. A causa de ello, Rousseau tuvo que exiliarse en Suiza, pero allí tam bién se prohibieron sus obras. En sus Cartas escritas desde la montaña (1764) intentó en vano autojustificarse, pero al final optó por aceptar la invitación de David Hume y partió para G ran Bretaña.
influencia haya ejercido en la noción de educación a lo largo de la historia. La postura de Rousseau con
LOS CAFÉS El café se introdujo en E u r o p a durante los siglos xv jy xvij y alcanzó p o pu la ri da d en n u me ro so s cafés d e Londres. El pr im er o se estableció e n Londres e n 1652, al qu e pr on to siguieron otros muchos, y se convirtieron rápidamente e n centros d e influencia política, socialy literaria. E n el resto d e E u r o p a aparecieron e n los siglos xvij y xviii. E n París, Rousseau y Diderot solían frecuentar el Régence y el Procope.
respecto a la religión se encuentra acorde con el resto de su ideología. De hecho, no es un ateo como otros tantos philosophes, pero en cambio se opone radicalmente a todo tipo de credos, dogmas y catecismos que pudiesen p oner trabas a su libertad de espíritu. Para él, no hay duda de que Dios se encuentra más allá de cualquier planteam iento racional, y toda manifestación de piedad o reverencia debe ser en todo m om ento equilibrada, pues el hom bre ha de ser consciente de que la fe se encuentra p o r encima de cualquier otro sentimiento, pero siempre ajena a la razón.
¿¿El hombre social vive
L a VOLUNTAD GENERAL Según Rousseau, todos los integrantes de una sociedad deberían participar en la aprobación o modificación de una ley m ediante una deliberación inicial y una votación final, tal como se hacía en la antigua Grecia o en sl i Stiiza natal. De ese modo, se da voz y voto a lo que denom ina «voluntad general», concebida com o la expresión de lo que mejor se adecúa a las necesidades del conjunto de la sociedad, que p o r otro lado no necesariam ente tiene p o r qué coincidir con lo deseado p o r uno mismo (por ejemplo, cuando se exigen sacrificios
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constantemente fuera de sí ^
J e a n -Ja c q u e s R o u s s e a u V id a f a m il ia r d e R o u s s e a u
D esd e q u e su p a d r e tuvo q u e exiliarse, en 1 7 2 2 , R ousseau llevó u n estilo d e v id a m u y itin erante. A p e s a r d e q u e n o disfrutó d e la v id a en fa m ilia com o con secu en cia d e la m uerte d e su m a d re tras el p a rto , y a p e s a r ta m b ié n d e la p r o c la m a c ió n p o r su p a r te d e «la in o cen cia d e la in fa n c ia «, lo cierto es q u e los cin co hijos q u e tuvo con u n a sirvien ta a n a lfa b eta a c a b a ro n a b a n d o n a d o s e n diversos hospicios.
Emilio A cabada en 1762, Emilio o sobre la educación es uno de los proyectos más am biciosos de Rousseau. B a jo ía fo rm a d e u n a n o v e la , narra la h isto ria de u n n iñ o q u e c re c e a p a rta d o d e o tro s n iñ o s. C o n e sta o b ra , R o u s s e a u a c o n s e ja s o b re c ó m o s e d e b e e d u c a r a u n h ijo, s ie m p re «de a c u e rd o c o n la naturaleza».
novela La nueva Eloísa donde lleva a cabo su más encendido alegato en defensa de la expresión libre de los sentimientos y las emociones lejos de cualquier manifestación de constreñimiento racional o del tipo que sea. Rousseau propugna toda una serie de cambios fundamentales en la educación de cara a liberar al hom bre del nefasto contacto con la civilización. Su teoría se basa en la idea de que la educación, a diferencia de lo com únm ente establecido p o r entonces, no debe nunca reprim ir ni disciplinar las tendencias naturales del niño, sino, por el contrario, incentivarlas y desarrollarlas al máximo. Así, el principal medio de educación no sería la palabra, ni m ucho m enos los libros, sino la práctica y el ejemplo, es decir, el contacto directo con la gente y la realidad. El contexto adecuado para llevar a cabo todo esto es la familia, no la escuela, y aquélla se debe fundam entar en el amor y el reconocim iento, en ningún caso en normas y castigos.Todas estas ideas las recoge Rousseau en Emilio, probablem ente la obra que mayor
o peligros). En ese contexto puede delegar la puesta en práctica de esas leyes en la modalidad de gobierno que crea más conveniente (un monarca o un grupo de políticos o militares, por ejemplo), aunque en el fondo la modalidad elegida es secundaria ya que las leyes, al haberlas aprobado el conjunto del pueblo, afectan a todos en igualdad de condiciones y es del todo imposible sustraerse a sus efectos. No obstante, Rousseau reconoce que el grueso de la población constituye una masa carente de disciplina, conocim ientos y visión de futuro com o para que pueda considerarse una fuente de leyes fiable, así que recurre a la figura del «legislador», una persona carismática, capaz de com prender las necesidades y la voluntad del pueblo, y de canalizarlas elaborando una serie de leyes de acuerdo con aquéllas. La filosofía política de Rousseau ha ejercido una influencia enorme, em pezando p o r los precedentes teóricos que sirvieron de base a la Revolución francesa y que num erosos países de todo el m undo intentarían llevar a la práctica hasta finales del
siglo xx. No obstante, su concepción de democracia es radicalmente diferente a la postulada po r Locke, ya que Rousseau aboga p or la imposición po r la fuerza de la voluntad general en detrim ento de la protección y defensa de las libertades individuales defendidas por el filósofo inglés.
“ LIBERTAD, I
IGUALDAD,
[FRATERN ID AD” J e a n -Ja c q u e s R o u s s e a u
Según los postulados de Rousseau, el individuo no puede bajo ningún concepto desviarse de la voluntad general, de manera que la noción de democracia es en todo momento compatible con la idea de ■a más absoluta ausencia de libertad individual. De este modo, nos encontramos por prim era vez en la historia de la filosofía occidental con la formulación de algunos de los fundamentos sobre los que se asentarán los grandes movimientos Totalitarios del siglo xx: el comunismo y el fascismo. Ambos, de hecho, sostienen que son sistemas Jemocráticos y que cuentan con d apoyo del conjunto del pueblo, :-oando en realidad lo que hacen es negar los derechos individuales. Al mismo tiempo, están dirigidos po r una persona fuerte y carismática empeñada tn socavar las bases del sistema democrático de tradición anglosajona rasado en los principios de Locke.
importancia desempeñada por este rechazo en la psique de cada individuo será uno de los pilares de las teorías psicológicas formuladas po r Sigmund Freud. Por todo ello, pero sobre todo po r la revalorización de las emociones, Rousseau fue reconocido como uno de los precedentes más im portantes del romanticismo, que al poco de su m uerte acabaría desbancando al clasicismo característico del siglo xvm. Fue el filósofo suizo quien se encargó de sentar las bases de la nueva corriente, que se adueñará del pensam iento y arte occidentales a partir de entonces y según la cual la expresión de los sentimientos y el instinto personal debe ir más allá de los falsos límites impuestos p o r la razón. Esta nueva concepción de la realidad, no exenta po r otro lado de ciertos peligros y que tan atractiva resultó para las generaciones jóvenes, ha pasado a formar parte integrante de la mentalidad del hom bre de hoy.
M a x im il ie n R o b e s p ie r r e
Conocido entre sus contem poráneos con el apodo d e «el Incorrompible», Robespierre (1758-1794) fue u n o de los cabecillas d e la Revolución. Al igual que Rousseau, pensaba que la virtud moral era indisociable del ejercicio de la autoridad. A unque esta última actitud le hizo ganarse el afecto del pueblo, sus brutales m étodos coercitivos a fin de asentar la República le costaron la vida.
u El hombre es
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El p o d e r
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apoiivoir.tutor, imutí íjiMW«un»patsaanlrii» ;.||S..........C cliccstcoYifitc XIII. •viii lict(&ctífidtc ■Aintijeiivoce«les «Ixoitsí.w.iríUd*or. . I'ouRlVnirrjirn dela forte pid>li5 ij,-.r.cciUequi a»iurenvor),imt l oiiuiliiiiionÍT.Í«qyepi.r Uloi , Mis.on «le iMir». fflculirés : . - 1 I.Aloi ni>léclrn»*de deíní«itou fé ‘Mtih¿;r,Mvr, rfñ r.cstpa¡, dámdupar ialoitn: pni» «»« pa'-íeuis r«p»rsentam,la-nfccs&í»! deíatoniiibiihohpí»L p: cmpífíip.flriiil rif jMut ¿Irt Wílráint *>. VüíPcc «jii'dle ubi- l.rIArTmencei Íaquoiiií,lásiielieJe rt'.couvreVntfíCít la duírV. ¡J? J.Aloi ci¡ IvxpríhSioii de l.\ voloiite ^¿neVdlí ¡ lems leu ••■A.socirte'ale droil de dirmandcr compre atout agein :s ' UoywiS-oiil droli de cbncbiirir pc.i'SpunelIcmeiil.oHpai |iul»l¡cde sonadmWí
.»
La obra de Rousseau constituye el prim er -uque procedente de un filósofo de talla vciiíc'tanie'^anjea'.ci-yt-ux.sorn:éf>jlVjn*n!«imiV4>W<”.a .P'ls4ss'u«-«ár,nilessepa.r.inondeipoiivojrsclejcrmijief,-v ; :ntra los valores de la Ilustración, lourefcrji^íitév;placeaftcmplbispublic!.,f.fflonkur.ca.-'.Ji'apoincder.onstiliillon . .jS : pnti(e',«-^ans ¿ütres disilnctionque cclJ« de le«rs ... XVH. - - . :• -asados por encima de todo en la .’ . ... • ■. ... . . . t’lJS b p ro p rw n e u i f c i w r d r o í t m v l o u i d t »>* m veriws er de Wwrs laUns pfiu en áre- prive, si te nVtr lorscjiie¡a riAa-ssite. puljJlfjUP, I l ee,»temer»*uc »r *ap tr eéca,ll vn id rn ií crit.eiso'tuUcoi^i 7"reponderancia absoluta de la razón. lioh dunr. j so t*e>e ae lx ii lj í^ -eri dceim ljlíé Sos ideas en contra de la civilización AIJX R E P R K S K N T A N S DU PKUPLE F R A N C O IS ^ t creerán una enorm e influencia en s grandes teóricos del anarquismo D e c l a r a c ió n d e l o s d e r e c h o s d e l h o m b r e Escrita en 1789, u n o d e sus capítulos p rin cip a les d ecla ra qu e •todos los hom bres n a cen ce! siglo xix, como Proudhon, así libres y con los m ism os derechos-. B a sa d a en las teorías d e R ousseau y la d ecla ra ció n d e : ?mo en la filosofía de Nietzsche. De in d ep en d en cia d e E stados Unidos, en ca rn a tod a s aquellas libertades n eg a d a s a l p u eb lo sual modo, el reconocim iento de la fr a n c é s en la época d e la m o n a rq u ía absolutista a n terio r a la R evolución.
L a s c iu d a d e s e u r o p e a s A lo largo del siglo x v m las grandes ciudades de E u r o p a crecieron en u n a proporción desconocida hasta lafecha. Así, hacia 1750, ciudades c o m o París y Londres y a habían alcanzado el me di o millón d e habitantes. Este crecimiento estaba ligado alfortalecimiento de las clases medias, cuyas fuentes de ingresos se basaban, n o en la posesión d e tien'as, sino en el comercio. Los contrastes eran enormes: mientras los ricos se construían lujosas mansiones, los m á s pobres se ha ci na ba n en míseras barracas sin la m á s mínijna higiene.
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ORO
E n t r e 1780 y 1880, l o s f i l ó s o f o s e n l e n g u a ALEMANA HACEN QUE LA FILOSOFÍA ENTRE EN UN PERÍODO DE FLORECIMIENTO EXTRAORDINARIO TAN SÓLO COMPARABLE AL HABIDO EN ÉPOCA DE LOS ANTIGUOS GRIEGOS. E l INICIADOR DE ESTE PROCESO ES KANT, CUYA OBRA SERÁ EL PUNTO DE PARTIDA DE LAS DE SCHOPENHAUER, FlCHTE Y SCHELLING. HEGEL, POR SU PARTE, PRODUJO UNA FILOSOFÍA DE IDEALISMO ABSOLUTO. M a r x
se
ENCARGÓ DE LA ESTRUCTURA Y EL
www.fullengineeringbook.net VOCABULARIO DE LA OBRA HEGELIANA PARA SUSTITUIR LOS VALORES MATERIALISTAS POR LOS IDEALISTAS. POR
ÚLTIMO, NlETZSCHE LLEVA A CABO UNA FEROZ CRÍTICA DE LA FALSA MORALIDAD PRESENTE EN LA SOCIEDAD DE SU TIEMPO. La IMPORTANCIA Y CANTIDAD DE IDEAS PRODUCIDAS POR ESTOS FILÓSOFOS ES EXTRAORDINARIA Y CONSTITUYEN EL PUNTO DE PARTIDA DE ALGUNAS DE LAS MÁS IMPORTANTES TENDENCIAS DE LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA.
E s c u d o d e a r m a s d e l r e y d e P r u s ia
Este escu do d e a r m a s d e fin a le s d e l siglo x tx fu e d iseñ a d o p o r G uillerm o I, rey d e P ru sia de sd e 1861 y e m p e ra d o r d e A le m a n ia e n tre 1871 y 1888.
Kant P r in c ip a l e s o b r a s
Crítica de la razón pura (1781) Prolegóm enos a toda metafísica futura (1783) Fundam entación de la metafísica de las costum bres (1785) Crítica d e la razón práctica (1 7 8 8 ) Crítica del juicio (1790)
EL RA C I O N A L I S M O Y EL EM P I R I S M O JU NTO S
«IBl IOTé C a
Nuestra experiencia es, en parte, determinada por nuestro aparato sensorial y sólo por esta parte nos podem os imaginar la existencia específica de algo
SE SUELE CONSIDERAR a Immanuel Kant (1724-1804) com o el filósofo más im portante que haya existido jamás desde la antigua Grecia. Nació en Kónigsberg, en el este de Prusia, ciudad de la que nunca salió. Tampoco se casó y, en definitiva, no hay nada que merezca la pena destacar sobre su vida, sumida en la más absoluta rutina, hasta el punto de que sus convecinos solían rectificar los relojes de acuerdo con sus paseos cotidianos. A pesar de todo esto, lo cierto es que era una persona entretenida e inteligente en la conversación y, de hecho, siempre tenía invitados a la hora de cenar, y las lecturas de sus obras devinieron legendarias. Por otro lado, aunque nunca salió de su Kónigsberg natal, sus obras alcanzaron ya en vida del propio filósofo una enorm e reputación internacional.
la Crítica de la razón práctica
(1788) y la Crítica del ju ic io (1790). Entre tanto, en 1785 publicó una breve obra con un título m ucho más largo, F u ndam entación de la m etafísica de las costumbres, que habría de ejercer una influencia enorm e a partir de entonces. Falleció a los 80 años, precisam ente cuando se encontraba en plena redacción de una de sus obras. Esta cosecha de su pensamiento, aunque tardía, era de una originalidad y profundidad tales que fueron Im m a n uel K a n t m uchos los que la consideraron Elfilósofo a le m á n Im m a n u e l K ant, sin d u d a u n o d e los m á s g r a n d e s filósofos d e demasiado difícil de entender. De todos los tiempos, sosten ía q u e el hecho, fue esta misma sensación de con o cim ien to se p r o d u c e ta n to a través d e la e xperien cia co m o d e la ra zó n . incom presión inicial lo que le llevó a publicar, a continuación de la aparición de su Crítica de la razón p u ra , un breve opúsculo con la finalidad de hacer más asequibles los principales postulados de su obra. U n a c a d é m ic o g e n ia l Este librito, conocido tradicionalmente com o los Kant es el prim er gran filósofo desde la Edad Media en Prolegómenos, continúa siendo hoy en día la m ejor ocupar una cátedra universitaria. Aunque después de él introducción para aproxim arse a la obra de Kant. algunos de los más im portantes filósofos ocuparon dicho Además, con ese mismo objetivo de facilitar una mejor puesto, hasta Kant se trataba de algo inaudito y, de com prensión de sus postulados, publicó en 1787 una hecho, hubo que esperar hasta el siglo xx para que la edición revisada de su principal obra. Lo cierto es que filosofía estableciera lazos de unión con el mundo Kant, a pesar de su indiscutible genialidad com o filósofo, universitario.Ya el propio Schopenhauer criticó esta no fue nunca un brillante escritor, lo que, unido a la profesionalización de la filosofía, pues la consideraba profundidad de sus teorías, lo convierte en un autor nociva, opinión que se mantuvo durante mucho tiem po difícil de leer. Pero vale la pena hacerlo, ya que su obra es y que sólo durante las últimas décadas se ha empezado la p uerta de acceso a los avances más significativos de la a ver com o algo normal. historia de la filosofía desde Hume. D urante gran parte de su vida, la reputación de Kant fue la propia de todo profesor universitario ¿C óm o conocem os? de prestigio. Sin embargo hubo que esperar a que Hasta Kant, la inmensa mayoría de los filósofos, así llegase a los 57 años de edad, tras una década de com o científicos, daban p o r sentado que el último silencio absoluto, para que publicara una de las obras límite al conocim iento venía dado p o r la existencia más im portantes en toda la historia de la filosofía, la misma de la realidad: así, en principio se puede ir Crítica de la razón p u ra (1781), a la que siguieron avanzando hasta que ya no quede nada más por
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JOHANN SCHILLER
Uno de los más grandes poetas y dram aturgos alem anes, Jo h an n Schiller (1759-1805) estudió la filosofía d e Kant entre 1793 y 1801. En sus ensayos intenta definir la esencia de la actividad estética, su función en la sociedad y su relación con la experiencia moral. En sus prim eras tragedias arrem ete contra la opresión política, y en sus obras más tardías, centradas en la libertad del alma, perm ite al hom bre superar su condición física.
conocer. Kant, en cambio, y desarrollando la línea de pensamiento abierta p or Locke, insiste en que, además, el conocim iento viene delimitado p o r una barrera de muy distinta índole: todo cuanto aprehender, tanto si se trata de una percepción, un sentimiento, una memoria, un pensam iento o cualquier otra cosa, pasa por nuestra condición puram ente física, esto es, los cinco sentidos, el cerebro y el sistema nervioso central. De este modo, todo aquello que pase a través de los sentidos se traducirá en experiencia, mientras que lo que no pase po r este tamiz nunca no se podrá llegar a aprehender.
El
muchas más cosas hasta allí donde el conocim iento alcance, pero, al estar fuera del alcance de nuestra capacidad sensorial, no tenem os constancia alguna de ellas. Y, p o r tanto, no podem os aprehenderlas. De este modo, Kant diferencia dos tipos de limitaciones del conocimiento, y no solo una. Por un lado encontram os la de la suma de todo cuanto existe incluyendo a Dios, el alma y lo que se quiera que constituye lo que denom inam os realidad. Pero, al mismo tiem po, el conocim iento que se tenga de ella, total o parcial, depende del grado de percepción
(íFuera de la corrupta madera de la humanidad, no hay nada que se pueda hacer recto ^ Im m anuel K a nt
s e r y la a p a r ie n c ia
Kant sostiene que si los sentidos son válidos para ciertas cosas, no lo son en cambio para otras, debido a su propia naturaleza, que im pone toda una serie de limitaciones. Así, es evidente que nadie puede sacar una fotografía con un abrelatas ni fabricar salchichas con un coche. Una cámara puede fotografiar una escena, pero no el sonido que en ella se esté produciendo, mientras que un equipo de sonido puede recoger ese sonido pero no hacer una fotografía de él. Y en el supuesto de que hubiera algo invisible y
“LA PALABRA
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'TOTALIDAD' ES SIEMPRE ALGO
RELATIVO” I mm anuel K ant
’encioso -pongam os p o r ejemplo un gas incoloro-, la grabadora ni la cámara lograrían dejar constancia de lo que, po r otro lado, no hay duda posible de que existe como tal. De este modo, no pudiendo detectar ese gas m ediante estos aparatos, habría que recurrir i otro que sí fuera capaz de hacerlo de forma que se pudiera conocer su existencia. Toda esta serie de consideraciones, sostiene Kant, se refieren al conjunto de los sentidos. Los ojos pueden llegar a percibir muchas cosas, pero no todas, al igual que los oídos, que no obstante serán capaces de llegar i ciertas percepciones que la vista no puede alcanzar, y lo mismo ocurre con el tacto y el resto de los sentidos. De ese modo, el conjunto de cosas que se perciben i través de cada uno de esos sentidos constituye exactamente aquello que se puede llegar a aprehender. Ahora bien, esto último no quiere decir que no pueda existir nada más; en realidad, pueden existir
L a n a t u r a l e z a d e l a e x p e r ie n c ia K a n t sostiene q u e todo aqu ello q u e n o p o d a m o s a p reh en d er a través d e los sen tid o s n o p u e d e ser e xperien cia p a r a nosotros. La m u jer q u e a p a rec e e n este c u a d ro d e John E verett M illais, La joven ciega (1 8 5 6 ), p u e d e d isfru ta r d e l so n id o d e la m ú sic a d e su concertin a, e l tacto d e la m a n o d e su b ija y e l olor d e su cabello, p e r o n o p o d r á llegar a «e xperim en tar»e l a rco iris e n e l cielo.
confundir la representación de un objeto con ese mismo objeto. De nuevo, dice Kant, todo esto es aplicable a la experiencia del ser humano. Lo que se expresa en nuestra conciencia es el producto de nuestro aparato sensible que viene modificado p o r la propia naturaleza de los sentidos con los que se percibe el m undo exterior: no se pueden obtener imágenes visuales sin ojos ni imágenes acústicas sin la capacidad de oír. de igual m odo que no puede haber ideas o pensam ientos sin cerebro. Pero tanto unos com o otros, imágenes, sonidos, ideas o lo que sea, no son en ningún caso los objetos reales del exterior, sino representaciones de los mismos que tan sólo existen en el conjunto de sentidos que las producen. No tiene m ucho sentido afirmar que dichas representaciones «se parecen» a los objetos que existen con independencia a nuestra experiencia: un sonido sólo puede ser parecido, o diferente, a otro sonido; todo sonido, com o tal, depende del sujeto que lo R e p r e s e n t a c i ó n y r e a l id a d Según K ant, la p r o p ia n a tu ra le z a d e los sen tidos im pon e u n a serie d e lim itacion es percibe. De este modo, ese sonido puede a lo q u e p u e d e n hacer. Una fo to g ra fía es la represen tación d e u n a escena bajo u n a proporcionar todo un conjunto de datos d e te rm in a d a fo r m a , y en n in g ú n caso es la escena p ro p ia m e n te d ich a. Y d ic e K a n t q u e estas c o n sid era cio n es se p u e d e n aplicar, tam bién , a la ex perien cia h u m a n a . de lo más minuciosos, pero lo hace en calidad de mero indicador, nunca com o fiel que se alcance de la misma. Así, p o r un lado está retrato. Confundir una percepción con la pintura exacta lo que existe, independientem ente de nosotros de la realidad es com o tom ar la tem peratura de un y de nuestra capacidad sensitiva, y, p o r otro, el grado enfermo a través de una fotografía suya. Por ello, se de conocim iento que tengamos de esa realidad, puede decir que la realidad que se encuentra más allá de limitaciones que en ningún caso tienen p o r qué nuestra percepción o entendim iento no está al alcance coincidir entre ellas. De hecho, es indudable que esta segunda limitación im pone unas restricciones mucho más severas que la primera. De hecho, las diferencias entre ambas limitaciones son m ucho más profundas de lo que a simple vista pudiera parecer. Y es que la percepción que se tiene de la realidad viene determ inada por la propia naturaleza del sentido por el cual la percibimos. Si retom amos
www.fullengineeringbook.net L a Ilu s tra c ió n
El movimiento intelectual europeo conocido como Ilustración a lca n zó su m áxim a expresión en el siglo xvrn. Los ilustrados ■ creían en el p o d e r liberador de la razón hum ana y en el progreso social, d e a h í que fu era n p o r lo general m uy críticos con la sociedad de su época. En la definición que realizó en 1784 de la Ilustración, Kcmt se refiere a ella como el período en que la hu m a n id a d alcan za la m ayoría de ed a d y rom pe con todo tipo de tutela previa a l tom ar plena conciencia de su propia libertad.
“ LA FILOSOFÍA EXISTE C O M O
el ejemplo de la cámara, podem os decir sin tem or a equivocarnos que la fotografía que sale de dicha cámara no es en sí la escena fotografiada, sino una representación de la misma en un formato muy definido. De igual m odo, el sonido grabado no es el original, sino una mera representación de éste en una forma (la cinta) muy diferente a la primitiva. El paisaje puede estar com puesto de una vista panorám ica que contiene montañas, valles, seres humanos, animales y otras muchas cosas, pero en realidad la fotografía no es más que un trozo de papel que se puede coger con la mano, un trozo de papel con marcas que representa esa vista, de igual modo que el sonido no es sino su representación en una simple cinta. Así pues, concluye Kant. es un error propio de las m entes infantiles o de las culturas primitivas
TAL DESDE EL MOMENTO EN QUE C O N O C E
SUS PROPIOS LÍMITES” Im m anuel K an t
de todo tipo de conocimiento. Por un lado, se encuentra el m undo de los objetos tal com o se nos aparecen, que es lo que Kant denom ina «fenómenos», y que constituye el mundo asequible a nuestro conocim iento, el cual adopta unas formas peculiares de acuerdo con cada uno de nosotros que dependen del sujeto que las observa. Por otro lado, está el m undo de los objetos tal cual son en sí mismos, que Kant denom ina «noúmenos», y cuyo modo de existencia no tiene nada que ver con la percepción que de ellos tenem os Qos fenómenos). Por ello mismo, constituye un mundo exterior inaccesible a nuestro conocimiento, de ahí que reciba el calificativo de ■trascendental», es decir, que posee una existencia independiente de la experiencia.
EL ORDEN A PARTIR DEL CAOS El m undo aparente, tal como lo percibimos, no es un caos, sino que se asienta sobre un orden de múltiples caras. Los objetos existen en un espacio tridimensional, todos ellos sujetos a las leyes de la gravedad y la dimensión del tiempo. Las relaciones que establecen
cuanto percibimos a la vez que constituye el contexto que posibilita acceder racionalm ente al m undo de la realidad. Ahora bien, resulta im portante señalar que estas dimensiones de espacio y tiem po forman parte indisoluble del proceso de conocim iento del ser hum ano, es decir, existen en su interior, pero en ningún m odo se constituyen en entidades independientes y ajenas al objeto percibido.
UNA IDEA FAMILIAR Lo cierto es que estas ideas nos serían m ucho más difíciles de entender si no fuera p o r el hecho de que resultan bastante familiares, sobre todo en un contexto religioso. La gran mayoría de las religiones mundiales sostienen que este m undo material y sometido a las limitaciones del espacio y el tiem po no es más que una parte del conjunto de la realidad, ya que existe otro nivel de la realidad que no es material y se encuentra fuera de las dimensiones de espacio y tiempo. El ser humano, por supuesto, sólo puede acceder al primero, no al segundo. En realidad, lo que hace Kant es tom ar esta teoría y dotarla de un razonamiento filosófico y racional, sin colocar a ningún Dios o alma o algo que requiere fe, de manera que cualquier persona que no crea en Dios pueda suscribir esta teoría y, en definitiva, acabar poseyendo fuertes argumentos para creer en él. Kant está convencido de que precisam ente son esos aspectos no religiosos los que se pueden
UES absolutamente necesario estar convencido de la existencia de Dios, pero en ningún caso lo es tanto como para pretender demostrarla ^
estos objetos entre sí responden a una serie de Im m anuel K a n t procedimientos perfectam ente predecibles y que se pueden expresar en ecuaciones matemáticas. Éste es el orden sobre el que se asienta el universo: los objetos existen en un contexto de espacio y tiem po y establecen entre sí una serie de relaciones concretas y definidas. Lógicamente, esto es válido en el caso del mundo de las cosas que percibimos, ya que el otro, el exterior, no es accesible al entendim iento. Así, es im portante retener ia idea de que todo lo que conocem os se encuentra sujeto a estas dimensiones de tiempo y espacio referidas, y que sin ellas es imposible concebir el conocimiento, de igual modo que no es posible imaginar un efecto ?in una causa que lo produzca y le dé sentido. Así pues, todo objeto que conocem os existe como tal de acuerdo con unas dimensiones específicas de espacio y tiempo, formas que son parte indisoluble de nuestra capacidad de sensibilidad y sin las cuales no podríamos percibir o aprehender nada. Estas formas de sensibilidad son la red con la que captamos cualquier percepción, y algunas categorías del entendimiento son el marco dentro del cual hacemos inteligible cualquier percepción que nuestros sentidos han recogido. Todas estas cosas caracterizan nuestra manera de funcionar com o sujetos experimentadores, com o seres del mundo. Pero - in características de la experiencia, no de las cosas com o existen en sí mismas E l m á s a llá La in m en sa m a y o ría d e los segu idores d e las religiones p r a c tic a d a s en todo e l m u n d o sostienen q u e la rea lid a d índe pendientem ente de que sean v a m á s a llá d e l m u n d o d e las cosas c on cretas y m ateriales. En este cu a d ro , D o s h o m b re s e n el m ar rxperimentadas. En cierto modo, se trata de un c o n te m p la n d o la lu n a (h a cia 1817), C aspar D a v id Friedrích su giere la id e a d e q u e existe otro n iv e l d e la -¿miz imprescindible p o r el que pasa todo r e a lid a d m ás a llá d e los confin es d e l espacio y el tiem po. K a n t lla m a a este m u n d o trascen den tal*.
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llegar a dem ostrar m ediante un razonamiento racional. La verdad es que éste resulta bastante com plicado y profundo, e incluso en algunas ocasiones difícil de seguir, pero se puede afirmar que sus conclusiones convergen en una postura perfectam ente compatible con la fe cristiana.
El p r o b l e m a d e l libre a l b e d r ío
M o ses M e n d e lsso h n
El filósofo judío y estudioso de la Biblia Moses . M endelssohn (1729-1786) sostenía que la creencia e n la existencia de Dios descansa en la razón. Su Fedón (1767) es una exposición filosófica sobre la doctrina de la inm oralidad del alma según la cual, tal com o postula Kant, ésta d ebe basarse en las exigencias de la razón y n o del dogma.
Kant cree que la clave para llegar al conocim iento y entendim iento del mundo de la experiencia, el m undo de los objetos materiales en el espacio y en el tiempo, está en manos del hom bre, a través de la ciencia. La constitución íntima de cada objeto material y todos sus movimientos en el espacio y en el tiem po le parecían coincidir con los principios de la ciencia. Por tanto, no ve razón ninguna para creer que no somos capaces de llegar finalmente a un conocim iento com pleto de ellos. Pero, llegados a este punto, aparece una espinosa cuestión. Si partim os de la base de que nuestros cuerpos son objetos materiales que existen en un espacio y un tiem po determ inados y sus movimientos responden p or com pleto a una serie de leyes científicas, ¿hasta qué p unto se puede afirmar que la voluntad hum ana es libre? Kant no sólo sostiene que la voluntad es libre sino que, además, esto se puede demostrar. Así, argumenta que los actos de voluntad libres tienen lugar no en el mundo de los fenómenos, es decir, aquel en que se encuentra la parte de la realidad que conocem os y estudia la ciencia, sino en el otro mundo, el de los mámenos, donde no alcanza el conocim iento humano. De hecho, su argumentación se basa no tanto en definir la libertad de la voluntad como en el hecho de dem ostrar que es
I n t e n c i ó n v o l u n t a r ia
K a n t cree e n e l lib re a lb e d río d e l se r h u m a n o . En caso d e no existir, n o te n d ría sen tid o qu ejarse c u a n d o a lg u ien nos tra ta injustam en te, y a q u e esta p e rs o n a n o p o d r ía a c tu a r d e otra m anera.
ninguna posibilidad de hacer otra distinta. En ese caso hipotético, la moralidad no sería sino una ilusión vacía donde nociones com o «bueno», «obligación», «deber» y otras muchas carecerían de sentido. Así,todo ese cúmulo de preceptos, condenas o consejos, al no tener ya sentido, deberían desaparecer del vocabulario y del pensam iento de los hombres, ya que no tendrían ninguna utilidad ni en la vida privada ni en la pública. Además, no habría lugar a quejarse de que alguien explotara o tratara de forma incorrecta a otra persona desde el m om ento en que aquélla no tuviera otra alternativa a la hora de com portarse. Nadie podría lamentarse de haber actuado incorrectam ente, ya que no habría tenido más remedio que actuar de esa manera.
www.fullengineeringbook.net del todo imposible concebir una existencia en la que no existiese esa libertad. Es un hecho empírico dem ostrado que hay una serie de principios morales com o el bien, lo correcto o lo conveniente, de igual m odo que se sabe qué es correcto, bueno, conveniente, o no. Por otro lado, es igualmente dem ostrable el hecho de que, p o r m ucho que se intente prescindir de este conjunto de principios, no es posible hacerlo. Ahora bien, matiza Kant, para que
C o n v ic c io n e s m o r a l e s
P a r a K ant, u n p r in c ip io m o ra l sólo tien e sen tid o d e sd e e l m o m en to en q u e e l ser h u m a n o d isp o n e d e la lib e rta d s u f icien te com o p a r a p o d e r escoger en tre a c tu a r d e u n m o d o u otro.
todos estos conceptos y principios tengan algún sentido y contenido, debe darse el caso, aunque sólo sea de vez en cuando, de poder elegir entre hacer o no una cosa según esos principios. De lo contrario, si uno no pudiera nunca elegir, sería falso afirmar que es conveniente hacer una cosa, ya que no habría
LA BASE DE LA ÉTICA Este último e hipotético supuesto constituiría, en definitiva, un determinismo tan exacerbado como, p o r otro lado, casi imposible de concebir como una posibilidad real. Incluso aquellos que son criminales psicópatas o, en el fondo, deterministas, se rebelan cuando alguien los trata de una forma incorrecta o injusta. No obstante, son muchas las ocasiones en que uno está tentado a pensar que en último extremo la libertad de voluntad no existe. No cabe duda de que muchos de los movimientos de los objetos materiales situados en el espacio y el tiem po responden a una serie de leyes científicas perfectam ente deterministas, pero no siempre es así, ya que en
ocasiones es nuestra propia voluntad la que decide de forma libre, aunque, por supuesto, ello no evita en ningún caso que esa libertad tenga que atenerse a esas mismas leyes. Por tanto, concluye Kant, tanto si nos gusta como si no, el hecho es que creem os que hay una realidad no empírica, un m undo fuera de la experiencia de donde parten las decisiones que provocan el movimiento de nuestros cuerpos y en el que sí que tienen sentido nociones com o «bueno» y «malo». De hecho, se podría decir que toda la obra filosófica de Kant es un continuo em peño en dem ostrar cóm o es posible conciliar la moralidad y la libertad de voluntad en un m undo basado en una serie de leyes científicas que lo explican.
“ EL D I V I N O PLATÓ N Y EL ASOM BROSO KANT”
universal, lo mismo ocurre con el universo moral, cuyas leyes deben ser aplicables en cualquier contexto. De esto se deduce también que la moral se fundam enta en la razón, al igual que la ciencia. Esta serie de consideraciones llevan a Kant a formular su célebre imperativo categórico como principio fundam ental de la voluntad: «obra según la máxima que pueda hacerse a sí misma, al propio tiempo, ley universal».
N i n g u n a « p ru e b a » d e
D ios
La teoría kantiana de que no es posible probar la existencia de algo que no se puede com prehender a través de los sentidos lleva implícita la negación de la posibilidad de dem ostrar la existencia de Dios y las almas inmortales. Ahora bien, conviene matizar el hecho de que Kant no niega en ningún m om ento la existencia de Dios, sino la posibilidad de conocer dicha existencia, lo cual precisam ente, tal com o él mismo subraya, es lo que da paso a la fe. Este hecho ha resultado de una gran trascendencia histórica ya que, al echar p o r tierra las supuestas «pruebas» de la existencia de Dios establecidas hasta entonces, reduce a ceniza, no siglos, sino milenios, de filosofía. Así, a partir de Kant todos los grandes filósofos posteriores dan p o r sentado que no se puede dem ostrar la existencia de Dios ni, p o r consiguiente, negarla.
JOHANN HERDER
Elp rin cipal fu n d a d o r de la doctrina del nacionalismo romántico, Johann Gottfried Herder (1744-1803), estudió bajo las enseñanzas de K ant en Kónigsberg desde 1762. En 1771 em pezó a escribir obras que fu eron fu ndam entales p a ra el movimiento llam ado Sturm und Drang en las que expresa que el medio del pensam iento son los sentimientos, y que tan pronto como el hombre tiene en cuenta los límites impuestos p o r su entorno la balan za de las fu erza s se equilibra y su identificación con la realidad se consuma. En sus últimos días, Herder atacó las teorías de Kant porque las vio como una am en aza a su visión del m undo.
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D e d ic a t o r ia d e l p r im e r l ib r o d e S c h o p e n h a u e r
Kant sostiene que tan sólo puede decirse que alguien actúa de acuerdo, o no, con la moral si entiende las argumentaciones que hay en contra y a favor de una actuación determinada, de modo que la noción de moralidad sólo se puede aplicar a los seres racionales: no se puede acusar a una serpiente venenosa de ser inmoral. ?ero, al mismo tiempo, la validez de una argumentación u otra no es sólo una cuestión ie criterio personal sino de la diferencia de nuestros juicios. Dos personas p ueden no estar de acuerdo en que una actitud es buena o mala, y cada una de ellas intentará convencer al interlocutor de lo contrario, pero desde el m om ento en que esto sucede quiere decir que ambos tienen buenas razones para pensar que su opinión es Jicertada. Por otro lado, una razón válida lo es siempre, no sólo cuando interese: no áene sentido afirmar que una cosa es buena para alguien y mala para otra persona que >e encuentra en las mismas circunstancias. Así, de igual modo que el m undo em pírico íe halla gobernado por unas leyes de validez
U n s ó l id o a r g u m e n t o
En esta escena, en la C á m a ra d e los Lores, en el p a la c io d e W estm inster; los m iem bros d eb a ten la v a lid e z de sus argum entos. D e cir qu e u n r a zo n a m ie n to en p a r tic u la r es bu en o sign ifica q u e creem os q u e m erece u n a sa n c ió n universal. Si u n ra zo n a m ie n to es válido, es u n iversalm en te válido.
I
,
EL S IG L O D E O R O D E LA F I L O S O F IA A L E M A N A
Sc h o p en h a u er EL E N C U E N T R O DE LA FILOSOFÍA O C C I D E N T A L Y LA FILOSOFÍA ORIENTAL E l p rim er m a n u sc rito La teoría metafísica de S chopenhauer queda resum ida en el título de su principal obra, El mundo como voluntad y representación, publicada e n una prim era edición de 1818 y com pletada en 1844. A lo largo d e sus dos volúm enes se dedica a dem ostrar q u e el m undo em pírico existe para el sujeto experim entador com o m era representación. Es inútil intentar llegar a la «cosa-en-sí-misma» q u e hay m ás allá d e esta representación partiendo desde este m undo material. Pero, al m ism o tiempo, nosotros mismos somos «cosas-en-sí-mismas», y es precisam ente esta dualidad la que perm ite entender la realidad.
Schopenhauer creyó que había corregido y completado la obra de Kant. El resultado no fu e una filosofía kantiana o una filosofía schopenhaueriana, sino una filosofía kantiano-schopenhaueriana.
ARTHUR SCHOPENHAUER (1788-1860) nació en Danzig, la actual Gdansk polaca. Nacido en una rica familia de com erciantes, su padre intentó sin éxito que tomara las riendas de los negocios familiares. El joven Schopenhauer optó en cambio p o r sufragarse él mismo una vida dedicada p o r com pleto al estudio y a la escritura. Su tesis doctoral, titulada nada más y nada m enos que La cuádruple ra íz del prin cip io de la razón suficiente (1813), constituye todo un clásico. Al poco, en 1818, al llegar a los treinta años, publicó su obra más im portante, El m u n d o com o vo lu n ta d y
representación. Aunque estaba convencido de que en esta obra lograba resolver el enigma del universo, lo cierto es que sufrió una gran decepción cuando vio que nadie le prestaba ninguna atención.Tras un largo silencio, en 1836 publicó una pequeña obra, Sobre la vo lu n ta d en la n a tu ra leza , en la que pretendía dem ostrar cóm o los avances de la ciencia corroboraban los postulados de su obra anterior. A continuación, escribió dos breves pero magníficos ensayos sobre ética, La libertad de la volu n ta d (1841) y Los dos p ro b lem a s fu n d a m e n ta le s de la ética (1841).
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t a r d ía
En 1844 publicó una edición revisada y aumentada de El m u n d o com o vo lu n ta d y representación. Dada la enorm e cantidad de información acumulada en todos esos años, con una extensión mayor incluso que la obra de 1818, optó p o r reuniría en un segundo volumen a m odo de com entarios sobre la edición anterior y así respetar la estructura primitiva.Tras esta obra, tan sólo publicó un par de volúmenes de ensayos que, com o otras muchas obras suyas, no contaban con un título demasiado atractivo, Parerga y Paralipom ena, tom ado de los trabajos de los antiguos griegos y que significa com entarios y omisiones (en clara referencia a su obra anterior). Precisamente con estos dos volúmenes, publicados en 1851 a la edad de 63 años, Schopenhauer alcanzó p o r fin la fama internacional, que le acompañaría ya hasta su muerte, a la edad de 72 años.
J o h ann G oethe El escritor alem án Johann Wolfgang vori Goethe ( 1 749 1832) mostró una enorm e curiosidad p o r disciplinas tan variadas como la ciencia, el periodismo, la poesía, el teatro y la filosofía natural. Recibió u na gran influencia de Herder, el p a d re del romanticismo alemán, y fu e am igo d e Schiller, con el que trabajó en una revista literaria. Schopenhauerfue un gran adm irador de Goethe, a l que cita en su Teoría del color (1810).
El
A r th u r Scho pen h au er
E lfilósofo a le m á n A rth u r Schopenhauer; con ocido com o el "filósofo d e l p esim ism o », su b ra y ó e l p a p e l d e la v o lu n ta d com o la f u e r z a irra c io n a l d e la n a tu ra le z a h u m a n a . Sostenía q u e e l a rte es la ú n ica m a n ifesta ció n d e l c o n o cim ien to qu e n o está su jeta a la v o lu n ta d y, p o r tanto, lo veía com o e l ú n ico m edio p o sib le d e h u ir d e este m u n d o sin r e c u r r ir á la ra zó n .
legado de
Ka n t
Schopenhauer estaba convencido de que gracias a Kant la filosofía había realizado los avances más im portantes de toda su historia. Entre estos avances se encuentra, por ejemplo, la división de la realidad entre aquello que es susceptible de experim entarse y lo que perm anece inaccesible al conocim iento humano; la idea de que todo el conocim iento viene siempre determ inado por la
SCHOPENHAUER
naturaleza estrictam ente física de los sentidos (punto fundamental en la doctrina kantiana); el hecho de que lo que nosotros percibimos no es la realidad en sí y, po r tanto, ésta aparece com o u n libro cerrado, de modo que queda inaccesible a cualquier intento de intelectualización; p o r otro lado, que el tiempo, el espacio y las relaciones de causalidad son rasgos que pertenecen únicam ente a este m undo sensorial, y toda
P r in c ip a l e s o b r a s
El m undo como voluntad y representación (1818) Sobre la voluntad en la naturaleza
( 1836)
“ [...] M IE N T R A S
Los dos problem as fundam entales de la ética (1841)
SE ESTÉ
Parerga y Paralipom ena (1851)
S O M E T I D O AL C A O S DE LOS DESEOS, C O N SUS D if e r e n c ia s
PE R M A N E N T E S ESPERANZAS
A p aren tem en te, se p u e d e rep ro d u c ir u n m ism o objeto in fin id a d d e veces, a u n q u e e n r e a lid a d c a d a u n a d e esas reprodu ccion es es distin ta, y a q u e existe p o r sep a ra d o en el espacio. S chopenh auer sostien e q u e p a r a q u e u n objeto sea d iferen te d e otro, a m b o s d eb en d iferen ciarse en e l espacio o e n e l tiem po y , p o r supuesto, p erte n e c e r a l m u n d o d e los fen ó m en o s.
El hombre es el lobo del propio hombre ”
Y TEMORES www.fullengineeringbook.net
A r t h u r Sch o pen h a u er
[...] N O SERÁ POSIBLE A L C A N Z A R N U N C A UN
ESTADO DE FELICIDAD O PAZ DURADERO”
Por ello, sostiene Schopenhauer, sólo aquel que haya asumido todas estas teorías kantianas podrá entender el alcance de su propia obra. De ese modo, se niega a volver al punto de partida adoptado p o r Kant, ya que lo encuentra del todo inútil e innecesario, y lo que hace justam ente es partir del lugar donde Kant había llegado. De todos modos, esto no quiere decir que estuviera de acuerdo con absolutamente todos los puntos de la filosofía de su maestro, algunos de los cuales incluso consideró errores de bulto, de modo que decidió corregirlos a medida que postulaba sus propias teorías. Así, en el fondo, el verdadero punto de partida de la filosofía de Schopenhauer es la lectura crítica de Kant.
R e a l id a d A r th u r Scho pen h au er
aprehensión de la realidad pasa p or fuerza a través de ellos; la convicción de que la ciencia es la puerta de entrada a todo conocim iento, aun teniendo en cuenta que tan sólo puede abordar los objetos del mundo empírico. Schopenhauer suscribe plenam ente todas estas ideas, las cuales considera tan elementales e imprescindibles que «el efecto que sus palabras producen en la m ente de quien las escucha es com o el que produce una operación de cataratas en un ciego».
im p e r s o n a l
Schopenhauer suscribe la teoría kantiana según la cual la realidad se divide en el m undo de los fenóm enos y el de los noúmenos, aunque matiza que estos últimos no tienen p o r qué ser necesariam ente cosas (en plural) en sí. Es decir, según Schopenhauer, para que dos objetos sean diferentes es necesario que ambos se encuentren en una dimensión de espacio y tiempo, algo que sólo ocurre en el m undo de la realidad. Si un objeto difiere de otro es porque son distintos en un contexto espacial o temporal, ya que de no ser así se trataría de dos objetos idénticos. Incluso un objeto abstracto com o un núm ero natural o una letra del alfabeto sólo pueden diferir de otro si existe
T o d o u n c lá s ic o
A través de su tesis doctoral L a c u á d r u p le r a íz d e l p r in c ip io d e la r a z ó n s u fic ie n te ( 1 8 1 3 )
S chopenhauer se convirtió en doctor e n filosofía por la universidad de Jena. Tuvo que costearse él m ism o la publicación de esta peq u eñ a obra que con el tiem po se ha convertido en todo u n clásico. En ella dem ostró cóm o el proceso de conocim iento y la experiencia constituyen un todo.
JOHANNA SCHOPENHAUER
Tras la m uerte de su m arido, la m adre de Schopenhauer, Johanna, se trasladó a Weimar, en cuya casa albergó un salón literario frecuentado p o r G oethe y los herm anos Grimm. Ella, a su vez, alcanzó una gran fama com o novelista romántica, y Schubert puso música a algunos de sus poem as.
la noción de secuencia, algo que, de nuevo, remite de nuevo al espacio o el tiempo. De ese modo, afirma Schopenhauer, la diferenciación entre diversos objetos no puede darse fuera de un m undo donde no existan las nociones de tiem po o espacio, en el que la realidad sea un todo uniforme (teoría que presenta bastantes similitudes con la de «todo es uno» de Parménides, véase pág. 17). Por otro lado, sostiene, no es posible que los noúm enos sean la causa de los fenómenos, ya que, como el mismo Kant habría dem ostrado, la relación causal, com o el espacio y el tiempo, se da únicam ente en el mundo de los fenómenos, p o r lo que no tiene sentido afirmar que la causalidad une dos m undos sin ningún contacto entre ellos. Por ejemplo, Kant sostenía que los actos de la voluntad, que se encuentra en el mundo de los noúmenos, son la causa de los movimientos (supuestam ente libres) de nuestro cuerpo, afirmación que Schopenhauer no com parte en absoluto. Para éste, la voluntad y los movimientos del cuerpo que de ella se desprenden constituyen en el fondo dos modos de abordar un mismo hecho, uno desde el exterior y otro desde el interior. «Los motivos son causas experim entadas desde el interior»: el m undo de los fenómenos y el de los noúm enos constituyen, en realidad, la misma realidad abordada desde dos perspectivas distintas.
C am po d e fu e rz a
P a ra S c hopenhauer, la e n erg ía d e l u n iv e rso y e l resto d e l m u n d o em p írico n o g u a r d a n in g u n a rela c ió n c o n la m e n te o la co n cien c ia , y a q u e a q u é lla p o see u n a f u e r z a su p erio r e im persona < c a re n te d e c u a lq u ie r f i n a lid a d u objetivo.
www.fullengineeringbook.net Sc h o pe n h a u e r y W a g n er
En 1854, R ichard Wagner (1813-1883) envió a Schopenhauer el libreto de su ciclo operístico El anillo de los N ibelungos, con la d e d ic a to ria «Con reverencia y gratitud». La lectura en 1854 de El m undo com o voluntad y representación fue, al decir del compositor, uno de los acontecimientos más importantes de su vida e influyó enorm em ente en su producción posterior. Así, la ópera Tristán e Isolda (1859) contiene muchas nociones d e la filosofía de Schopenhauer, como la de la insatisfacción d e la voluntad en un m undo de fenómenos.
L a VOLUNTAD DE GANAR
S c h o p e n h a u e r creyó q u e la v o lu n ta d y e l m o v im ie n to a so cia d o a ella c o n stitu y e n do s m a n e ra s d istin ta s d e a p r e h e n d e r u n a m is m a rea lid a d , u n a d e sd e e l in te rio r y o tra de sd e e l exterior.
Los esfo rza d o s rem eros d e este c u a d ro d e T h o m a s E akins, La carrera 1 8 7 3 ) ilu stra n esta teoría de S c hopenhauer.
de los herm anos Biglin (h a c ia
SC H O PE N H A U E R
Según Schopenhauer, el m undo de los noúm enos se imbuye del carácter de la voluntad, aunque no en el sentido pleno de la palabra. El cosmos entero emana una cantidad tal de energía (galaxias enorm es de estrellas y
en definitiva, no es sino la manifestación en el m undo de los fenómenos de todo aquello que es propio de los noúmenos. En un principio, Schopenhauer denom inó esta manifestación sim plem ente com o «fuerza», pero, al observar que esta palabra tenía ya unas connotaciones m uy fuertes relacionadas con el mundo de la ciencia y aplicables sólo en lo referente al m undo de los fenómenos, optó p o r denominarla «voluntad», como fuerza que da sentido a cada uno de los movimientos producidos en el mundo empírico. La verdad es que el em pleo de este térm ino puede llevar a más de uno a un malentendido, ya que resulta algo com plicado concebir una voluntad sin una personalidad, una m ente o alguna manifestación de inteligencia detrás de ella y, además, carente de una finalidad concreta Pero lo cierto es que, una vez que los físicos han logrado demostrar, ya en el siglo xx, que todo aquello de que se com pone la realidad, incluidos los objetos materiales, no es más que energía y campos de fuerza, las teorías desarrolladas p o r Schopenhauer toman un sentido pleno y premonitorio.
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“ los m o t i v o s SON CAUSAS EXPERIMENTADAS DESDE EL
INTERIOR A r t h u r Sc h o p e n h a u e r
La soles en continua expansión, que explotan, se calientan, se mueven...) que anula la imaginación. De todos modos, rsta energía, presente en una proporción difícil de imaginar, no tiene nada que ver con la m ente o la conciencia. Se trata, pues, de un fenóm eno ciego, irracional, sin personalidad ni inteligencia y, po r tanto, fin objetivos ni finalidades; una fuerza impersonal que,
é t ic a d e la c o m p a s ió n
Como objeto físico situado en un espacio y un tiempo, el ser humano aparece com o una manifestación del Uno uniforme que es el noúm eno, principio sobre el que Schopenhauer construye toda su doctrina ética, en lo que constituye uno de los casos más destacados en que la metafísica sirve de base a la ética. Según afirma, sólo somos individuos perfectam ente diferenciados en el m undo de los fenómenos ya que, en el estadio más
Los HERMANOS GRIMM Las obras de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm constituyen todo un clásico de la literatura alemana. Descrita como la primera colección «científica» de leyendas, sus célebres Cuentos de los herm anos G rim m
(1812-1814) se inspiraban en la más pura tradición oral y popular. Jacob (1785 1863) también fue un destacado lingüista y gramático, y elaboró junto con su hermano Wilhelm (1786-1859), un enorme diccionario de la lengua alemana.
profundo de nuestro ser, el noúm eno, somos un todo uniforme. Esta teoría explica
su situación en el mundo. Las figuras más sobresaliente? de esta tradición occidental, desde Platón en adelante, habían sostenido que una ciencia basada en las matemáticas constituía la puerta de entrada que perm itía acceder al
entonces la compasión, esa
18 4 8 :
a ñ o de
REVOLUCIONES
Los profundos problem as sociales y económicos que las -guerras napoleónicas ocasionaron en toda Europa crearon una sensación de descontento general. Así, en 1848 el auge d é las teorías liberales y nacionalistas derivaron en m ultitud d e revueltas, todas ellas sofocadas. Schopenhauer, que residía en Erankfurt desde 1833, condenó dichas revueltas p o r considerarlas prim itivas.
habilidad especial de los seres hum anos para identificarse con sus semejantes y com partir sus alegrías y penas. De ese modo, si uno golpea a alguien, en realidad se está haciendo daño a sí
conocim iento del m undo empírico, cuya realidad se extendía más allá de una
mismo. Precisamente por ello, es la com pasión la que constituye la base de la ética, y no la razón, tal como erróneam ente creía Kant. Por otro lado, esa misma com pasión es el fundam ento sobre el que se asientan las relaciones entre las personas y sus mecanismos de comunicación, en los que la labor realizada por la vista y el oído es, a su lado, del todo secundaria. En definitiva, la com pasión es la única y
L a c u a l id a d d e l a c o m p a s i ó n
En e l m u n d o d e los n oú m en os descrito p o r Schopenhauer, todos som os uno, d e a h í q u e n os p o d a m o s id e n tifica r con u n a p e rs o n a y c o m p a rtir su s sen saciones. Según él, la com pasión c on stitu ye la base sobre la q u e se fu n d a m e n ta n las relacion es e n tre las personas, la ética y e l ám or.
verdadera esencia de la ética y el amor entre los seres humanos.
dimensión puram ente física. Pero, al mismo tiempo, habíari conservado sus creencias religiosas, en el caso de tenerlas, fuera de sus investigaciones filosóficas, de modo que éstas tan sólo se basaran en razonamientos de índole racional. La filosofít oriental, en cambio, no respondía a estas pautas, tal com o descubrió Schopenhauer. No se trataba de un proceso basado en la ciencia sino
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c c id e n t e al e n c u e n t r o
O r ie n t e Según confiesa el propio Schopenhauer, fue justo después de llegar a estas conclusiones cuando descubrió la filosofía oriental. Lo cierto es que. hasta entonces, los principales escritos del hinduismo y el budismo resultaban del todo desconocidos en Europa, de modo que ambas tradiciones de pensam iento, la orienta! y la occidental, se habían ignorado entre ellas. No fue hasta el siglo xix que em pezaron a traducirse a las principales lenguas europeas los textos orientales más importantes. Uno de los pioneros fue precisam ente el orientalista Friedrich Majer, con el que Schopenhauer trabó amistad cuando contaba treinta años, había publicado ya su prim er libro y se encontraba en plena redacción de su obra maestra. Fue entonces cuando Majer dio a conocer las principales doctrinas del hinduismo y el budismo al filósofo alemán, quien com probó asombrado que muchas de las conclusiones a las que Kant y él habían llegado coincidían plenam ente con aquéllas. Tanto Kant com o Schopenhauer habían desarrollado sus teorías dentro de la más estricta tradición occidental, basada en los antiguos griegos, especialm ente en Platón y Aristóteles, y optaron p o r proseguir con la labor, iniciada por Locke y seguida, más tarde, p o r Hume, de definir los límites del ser hum ano a la hora de conocer y entender de
F r ie d r ic h M a je r
El orientalista Friedrich Majer (1772-1818), discípulo de Herder, introdujo a Schopenhauer en el hinduism o y el budism o y ejerció sobre él una profunda influencia. La ilustración superior representa a Krishna y procede del Diccionario de mitología (1804) de Majer.
en la religión, de manera que no era posible separar filosofía de religión. Pero lo más curioso de todo es que. a pesar de este punto de partida tan opuesto y de la presencia de un contexto intelectual, social, cultural, tem poral (a veces con miles de años de diferencia) y, por supuesto, idiomático tan diferente, los pensadores más célebres de esta tradición habían llegado a las mismas conclusiones que los más recientes filósofos occidentales.
EL ORIENTALISTA SOLITARIO Schopenhauer se volcó en la lectura de las grandes obras de las tradiciones hindú y budista mediante traducciones, y em pezó a estudiar los paralelismos entre sus razonamientos y los de los orientales. La influencia de estas lecturas fue muy im portante, aunque, com o ya hem os m encionado, Schopenhauer ya había dibujado p o r aquel entonces las líneas maestras del conjunto de su doctrina. De hecho, lo que no dejó de sorprenderle es precisam ente el hecho de que ambas tradiciones filosóficas, tras haber seguido unos caminos totalm ente separados e independientes, hubieran llegado a las mismas conclusiones en lo que respecta a los principales problem as filosóficos. De este modo, Schopenhauer fue el prim er autor europeo de fama reconocida en abordar desde una perspectiva seria y profunda el contenido de esas tradiciones filosóficas orientales. De hecho, todavía hoy en día continúa siendo el único
S C H O PE N H A U E R
gran filósofo occidental que ha llegado a estudiar en profundidad la filosofía oriental. Además de ser el prim er gran filósofo occidental que estableció conexiones entre los pensam ientos iriental y occidental, Schopenhauer fue el primero en manifestarse abiertam ente ateo. De hecho, lo más probable es que Hobbes y Hume tam bién lo fueran, pero
“EL MUNDO
ES MI REPRESENTACIÓN |
DE ÉL” A r t h u r Sc h o pe n h a u e r
el caso es que les tocó vivir en una época en que negar la existencia de Dios constituía un acto punible, de ahí que nunca lo hubiesen hecho público. Schopenhauer consideraba que la idea de un Dios con forma de persona no es más que una manifestación de antropomorfismo desde el m om ento en que toda nuestra concepción acerca de la naturaleza se rstablece a partir de un m odelo humano. Lo mismo ocurre con la noción de alma: de : íual modo que no puede haber rQtendímiento sin cerebro o digestión sin estómago, «el concepto de “alma” rresupone la existencia de un m tendim iento y una voluntad cidependientes del organismo humano, ■ügo que es imposible de concebir».
a la que conducen todas sus doctrinas filosóficas. Una conclusión que, de nuevo, presenta asombrosas similitudes con la postura vital que recoge la tradición budista. WlLLIAM BLAKE
El
h o r r o r d e la e x is t e n c ia
La concepción que Schopenhauer tiene del mundo no resulta demasiado halagüeña. Así, según éste, el reino animal aparece marcado p o r la violencia desde el m om ento en que la mayoría de las criaturas sobreviven cazando y devorando otros animales, de modo que continuam ente cientos de criaturas m ueren devoradas. De hecho, la visión que tiene del m undo humano no es m ucho mejor, un m undo donde la violencia y la injusticia forman parte del pan de cada día y en la que la vida de toda persona se convierte en una tragedia sin sentido, cuyo final inevitable es la m uerte. Hasta que ésta llega, la vida del ser humano transcurre esclavizada p o r los deseos, de modo que, tan pronto se satisface uno, otro tom a el protagonismo, y así siempre. El resultado es un estado de insatisfacción perm anente que hace que vivir se convierta en una inagotable fuente de sufrimientos.Visto todo esto, no es extraño que
El poeta y grabador William Blake (1757-1827) fu e conocido com o u n discrepador de la política y la religión de su tiempo. Su obra abarca desde proféticos poem as narrativos com o El
canto a la inocencia (1789) a las teorías sobre la naturaleza hum a n a , como Jerusalén (1820). Blake sostenía q ue el hom bre sólo puede liberarse a través d e la im aginación y de su capacidad p a r a conocerla realidad m ás allá d e la prisión de los sentidos.
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El m u n d o LA NADA
com o
■>chopenhauer sostiene que, en el Sondo, el mundo em pírico carece de significado o finalidad alguna y, por c «siguiente, no es nada en absoluto. De igual modo, desde el m om ento en que su existencia depende del sujeto pensante y éste cree que existe com o un —.indo independiente y autónomo, no - instituye más que una mera ilusión. Pi r todo ello, Schopenhauer postula la necesidad de no dejarse llevar ni engañar por el m undo sino, simplemente, prescindir en la mayor medida posible de él dándole b espalda. Esta es, en definitiva, la conclusión
La
n a t u r a l e z a v io l e n t a y s a lv a je
P a ra S ch o p enhauer, el m u n d o n a tu r a l es u n lu g a r c ru e l y salvaje, ta l c om o lo ilustra este m a g n ífic o c u a d ro d e G eorge Stubbs, Caballo atacado por un león (1 7 6 9 ). Estos c alificativos ta m b ié n son válidos p a r a d e fin ir el d e la c o n d ic ió n h u m a n a , u n m u n d o d e v io le n cia e in ju stic ia q u e a c a b a c o n la m uerte.
Schopenhauer haya pasado a la posteridad como el filósofo del pesimismo po r antonomasia, de igual modo que Spinoza lo es del panteísmo, o Locke, del liberalismo.
E l v alor
Le ó n T o l s t o i
El gran novelista León Tolstoi (1828-1910), nacido en el seno d e una familia terrateniente, es fam oso p o r sus extraordinarias novelas, com o Guerra y p a z (1869), am bientada en la invasión napoleónica, y A n n a K arenina (1877). Tan p ro n to com o h u b o acabado Guerra y p a z , em pezó a leer la obra de S chopenhauer y llegó a la conclusión d e q u e el filósofo alem án había llevado la filosofía al límite d e sus posibilidades.
d e l arte
No obstante, Schopenhauer reconoce la existencia de un camino que, aunque sólo sea m om entáneam ente, perm ite escapar a la miseria de la vida: se trata, por supuesto, del arte. A través de la pintura, la escultura, la poesía, el teatro y, po r encima de todos ellos, la música, la constricción que sufre perm anentem ente la voluntad se libera, y po r unos instantes el hom bre queda liberado de las torturas de la existencia. Durante ese m om ento el ser hum ano se encuentra en una dimensión más allá del m undo empírico, donde no existen las nociones de espacio ni de tiempo, ni tan siquiera de nosotros mismos ni de nuestras limitaciones físicas. Schopenhauer analiza con gran profundidad cóm o tiene lugar este proceso de liberación y cuáles son sus causas.Al hacerlo, se convierte en el único gran filósofo que aborda en toda su extensión el estudio de las diferentes disciplinas del arte, a las que, p o r otro lado, sitúa por encima de cualquier otro cam po com o nadie había hecho hasta entonces (con la excepción de Schelling). De entre todas las disciplinas artísticas, la música
aparece com o una manifestación superior del arte y con un alcance metafísico de m ucho mayor calado. Por ello, no es extraño que m uchos de los grandes com positores de su época, e incluso posteriores a él, com o Wagner o Mahler, hayan visto en la obra de Schopenhauer la plasmación teórica de sus ideales musicales. De hecho, la influencia que su obra ha ejercido sobre los artistas es superior a la de cualquier otro gran filósofo de los últimos siglos, incluido Marx. Esto es especialm ente cierto en el caso de los novelistas Tolstoi,Turgenev, Maupassant, Zola, Proust, Hardy, Conrad, Thomas Mann; todos ellos se reconocieron en su día grandes deudores de la obra de Schopenhauer Por otro lado, ejerció una influencia decisiva en la vida de Wagner. Al mismo tiempo, y más allá del cam po artístico, tam bién tuvo un destacado papel en la formación intelectual de los principales filósofos posteriores, en especial Nietzsche (autor de un librito titulado Schopenhauer com o educador, 1874),W ittgenstein y Popper. A su vez, el mismo Freud reconoció que Schopenhauer había sido el prim ero en formular los mecanismos de represión y sentar las bases de lo que más tarde se convertiría en el psicoanálisis, al que Freud llegaría no obstante sin conocer todavía la obra del filósofo alemán. Así pues, la im pronta que éste ha dejado en la cultura contem poránea es realmente extraordinaria.
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U N GRAN ESTILISTA Al interés de sus escritos propiam ente psicológicos hay que añadir el hecho de que Schopenhauer escribió todas sus obras en una prosa de enorm e calidad. Así, se halla entre el contado grupo de grandes filósofos que, como Platón, san Agustín, Descartes, Rousseau, Nietzsche y pocos más, fueron también grandes figuras literarias. Sus frases son a veces tan brillantes y concisas que son muchas las antologías que se han publicado con ellas a modo de epigramas. Algo que, p o r otro lado, desvirtúa p or com pleto el alcance del conjunto de su producción filosófica, la cual, junto con la de Kant, constituye uno de los grandes pilares de la historia de la filosofía occidental. P laceres pr o fu n d o s S ch open h au er sostiene q u e sólo a través d e l arte, so b re todo d e la m úsica, e l h o m b re es c a p a z d e sobrellevar la m iseria d e la existen cia . Según él, la m ú sica es a b stra c ta y , p o r tanto, n o representa a l m u n d o d e los fen ó m en o s, d e a h í q u e a través d e ella se p u e d a d isfru ta r m á s a llá d e las d im en sio n es d e l espacio y e l tiem po, ta l com o p a r e c e su gerir V elada m usical, d e É tienne J e a u r a t (1 6 9 9 -1 7 8 9 ), en e l q u e los p erso n a jes ex p erim en ta n el p o d e r lib e ra d o r d e la m úsica.
SCH O PEN H A U ER
LEGADO
de
Sch o pen h a u er na de las cosas que más llaman la atención de Schopenhauer en la enorm e influencia que ejerció sobre algunas de las figuras más célebres, o que habrían de serlo con el paso de los años, de su época, muchas de ellas procedentes de m undos que nada tenían que ver con la filosofía. Así, según reconoció el propio Wagner, su ópera Tristán e Isolda fue fruto de la lectura de la obra del filósofo alemán. La partitura se publicó en 1859, antes de que Schopenhauer muriera en 1860, aunque es probable nunca llegara a tener consciencia de su existencia. Por otro lado, Sigmund Freud reconoció que el análisis de la represión, uno de los pilares del psicoanálisis, la había hecho Schopenhauer, figura a la que constantemente remite también el más destacado discípulo de Freud, Jung.
que su nom bre aparece m encionado en algunas de estas novelas, como A n n a K arenina (1877), de Tolstoi, y Teresa de Urbevilles (1891) de Hardy.
U
los dramaturgos más importantes, tanto del siglo xix como del xx, como el ya m encionado Chekhov (que cita a Schopenhauer en varias de sus obras), Bernard Shaw, Pirandello y Samuel Beckett, o poetas como Rilke y T. S. Eliot. o hay ningún otro filósofo, al m enos desde Locke, que haya ejercido tanta influencia. Ni siquiera Marx, cuya impronta en la vida artística fue extraordinaria, alcanzó el grado logrado por Schopenhauer. Por lo tanto, esta influencia también se dio entre los filósofos. Tal es el caso de Nietzsche, el más célebre pensador del siglo xix tras la m uerte de Schopenhauer, quien llegó a reconocer que se hizo filósofo tras leer sus obras. Ya en el siglo xx, Wittgenstein partió precisam ente de los postulados formulados por el propio Schopenhauer.
www.fullengineeringbook.net U n a profunda INTROSPECCIÓN SIN PRECEDENTES EN LA CONDICIÓN HUMANA
. ero es la novela probablem ente el campo en el que la influencia de Schopenhauer fue más decisiva. Así, los grandes novelistas rusos Tolstoi y Turgenev, los escritores franceses Proust y Zola, el im portante novelista alemán Thomas Mann, y en inglés, los novelistas Hardy y Conrad, reconocieron en todo m om ento lo decisiva que había sido la obra del filósofo alemán a la hora de escribir las suyas propias. Incluso, se da el caso de
P
También los grandes escritores de relatos cortos, com o Maupassant, Chekhov, Maugham y Borges, se inspiraron en algunos de sus postulados. Lo mismo ocurre entre
s
on muchas y complejas las razones que explican el enorm e alcance de su legado, pero tal vez una de las más destacables sea el hecho de que Schopenhauer llevó a cabo una profunda introspección en la naturaleza hum ana sin precedentes, valiéndose de una prosa bella y exquisita.
CONFUCIONISMO Surgido d e las enseñanzas d e K'ung Fu-tzu ( 5 5 1 4 7 9 a . C ), el confucionismo es la principal manifestación filosófica y m oral de la sociedad China actual. Se hasa en el am or fra tern a l y el respeto p o r la tradición, y uno de sus lemas esenciales es. -No hagas a los dem ás lo que no quieras que te hagan a ti-. Durante la dinastía Han (206-221 d. C.) el confucionism o se convirtió en una doctrina política y religiosa, y sus principales obras, entre las que destaca Los analectos, pasaron a ser textos canónicos.
^ Aquel que, tras liberarse de todos sus deseos, vive ajeno a toda
A lg u n a s
c o m p a r a c io n e s
O c c id e n t e y O r ie n t e
entre
LA C O N V E R G E N C I A DE DOS GRANDES T R A D I C I O N E S La filosofía oriental se ha caracterizado durante mucho tiempo por poseer una mayor profundidad en sus planteamientos que la filosofía occidental, aunque en los dos últimos siglos este desequilibrio se ha ido compensando. UNO DE LOS PRECEPTOS BASICOS del dogma cristiano es creer que hace dos mil años tuvieron lugar en Oriente Medio toda una serie de hechos, com o que Dios vino al m undo en forma de un hom bre que a los tres días de m orir crucificado resucitó de entre los muertos, entre otros. En ese sentido, el cristianismo es una religión con un im portante sentido histórico, ya que se basa en la creencia de un conjunto de hechos puntuales y concretos. En cambio, las grandes religiones de Oriente, com o el hinduismo o el
budismo, no com parten en absoluto esta decisiva dimensión historicista. Es evidente que también conservan su propia tradición sobre la vida de sus
• “ ES INEFABLE
www.fullengineeringbook.net Y SE E N C U E N T R A
atadura [...] obtiene la
felicidad ^ B h a g a v a d G ita
MÁS ALLÁ DE LA
R A Z Ó N [...] SÓLO SE PUEDE LLEGAR A CONOCER transform an dos:
EN ÉL” E x t r a c t o d e l o s U p a n ish a d s
E scenas d e la vida de C risto El cristia n ism o es u n a historia b a sa d a e n la religión. Sus seguidores, si es qu e se con sid era n a s í m ism os cristianos, d eb en creer q u e ciertos sucesos q u e tu viero n lu g a r en la v id a d e Cristo -c o m o los q u e se rep resen ta n en este retablo d el siglo x iv - ocu rrieron realm ente.
fundadores o fieles más célebres, pero en ningún caso el hecho de pertenecer a una u otra religión viene determ inado p o r la creencia o no en tales sucesos puntuales. De hecho, lo im portante, o casi, es identificarse con las doctrinas filosóficas sobre las que se fundam entan y, sencillamente, intentar vivir de acuerdo con ellas. De ahí que, en definitiva, estas religiones posean un carácter m ucho más «filosófico» y, al mismo tiempo, m enos «historicista» que el cristianismo.
Tal vez por esta razón, en la tradición oriental la filosofía ha seguido su camino en perfecta consonancia ' simbiosis con la religión, al contrario que en la iradición occidental. Esto último tam bién explica el que h filosofía haya gozado de una mayor libertad a la hora ¿e formular sus planteam ientos y conclusiones en ¡tóente que en Occidente, sobre todo durante aquellos figlos en que no pasaba de considerarse com o una -Triple rama más de la religión. El contacto entre ambas ^adiciones filosóficas es, en realidad, muy reciente, y se inicia tan sólo a principios del siglo xix. No resulta muy extraño que, cuando varias personas dotadas de una gran inteligencia y capacidad Je reflexión abordan diversos problemas, lleguen en muchos casos a unas conclusiones bastante -proximadas. De hecho, son muchas las : ^incidencias que existen entre las doctrinas
posteriores actúan de muy diversa manera, de forma que el mundo que percibimos no es más que algo efímero e inestable que acaba diluyéndose en la nada com o si se tratase de un sueño. Por ello mismo, la realidad viene a ser com o un velo de ilusión tras el que se encuentra la realidad perm anente, que, lejos de estar dividida en multitud de objetos diferentes tal com o sucede en este m undo efímero, constituye un todo integrado y único, o, com o dicen los filósofos, el Uno. Así pues, la aparente división en objetos individuales que se da en el mundo de la experiencia, incluido el ser humano, es una de las manifestaciones ilusorias de ese mundo ya que, en el fondo, son diversas
¿el hinduismo y el budismo, po r un lado,y los postulados de Kant y Schopenhauer, por otro. Pero la verdadera dificultad a la hora de com parar ¿mbas tradiciones es el hecho de que existe tal cantidad de escuelas de pensam iento diferentes ¿entro de las religiones orientales, sobre : jdo en el caso del budismo, que resulta ¿orto com plicado extraer conclusiones re índole general. No obstante, siempre existen algunas similitudes que no ¿im iten réplica alguna. Los U panishads, la obra metafísica — j s im portante de la ortodoxia hindú, -<í escribieron en la India entre los siglos v i i i y v a. C. en su lengua, que es ti sánscrito.Tratan sobre la naturaleza
B u d is m o t ib e t a n o
La m odalidad d e budism o que se dasarrolló en el Tíbet es la com binación de las escuelas M ahayana y Vajrayana. Aparece en el siglo vil d. C. y continúa desarrollándose hasta el siglo xi, época en que se traducen m uchos textos procedentes de la India. En el siglo xiv se establecen diversas órdenes de m onjes, cuyas rivalidades internas culm inan en la derrota de los gtsangs p o r las fuerzas de los m ongoles, partidarios del Dalai Lama. Este último y el Dge-lugs-pa gobernaron el país hasta la invasión com unista china d e 1951. La f o to g r a fía s u p e r i o r r e c o g e la i m a g e n d e u n B u d a d e l T íb e t.
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re la realidad, que aparece dividida ea dos reinos de desigual
F il o s o f ía e n la I n d ia
raportancia: po r un lado el mundo que se nos aparece
Desde siempre, la filosofía en la Iridiase ha basado en los sucesivos comentarios sobre obras y a escritas, de modo que un filósofo es en realidad un intérprete d e dichos textos. Éstos, p o r otro lado, se inscriben en m uy diversas tradiciones y constituyen el signo d e identidad de los adeptos d e cada una de esas escuelas. En el período clásico, las principales eran la hindú, la budista y la jain ista.
i través de nuestros sentidos, d de la experiencia, y por : tro el que se encuentra más da. de éste, que perm anece cuccesible al ser humano.
Un
v elo d e
ILUSIÓN
Li percepción que se tiene áel prim er mundo, del que tenemos experiencia, viene determinada necesariamente por la condición física de los sentidos por los que se rercibe la realidad, la cual por otro lado tan sólo existe —entras es percibida, i" cualquier caso, tanto los sentidos como las peraciones mentales
E l c u l t o h in d ú
E l tem plo d e B a s a v a n a g u d i es u n o d e los m á s a n tig u o s d e B angalore, e n la I n d ia . C o n struido bajo el K em p e G o w d a a m e d ia d o s d e l siglo xvi, es célebre p o r su s escu ltu ra s d e N a n d i el Toro, la m o n tu r a d e Shiva, e n c u yo h o n o r se celebra c a d a a ñ o u n fe s tiv a l q u e a tra e a c a m p esin o s d e todo el pa ís.
representaciones de la misma cosa, el mismo Uno. Cuando alguien m uere se convierte en un pequeño riachuelo que vierte sus aguas en el océano: su breve existencia individual cesa para volverse a integrar de nuevo en el vasto océano del ser.
Los B odhisattvas Un bodhisattva es un ser espiritual que, en v ez de p a sa r al nirvana, opta p o r contin uar en el ciclo de las reencarnaciones p a r a a sí a yu d a r a los demás. Este estado d u ra 3, 7 o 3 3 eones, durante los cuales p a sa p o r 10 estados (niveles espirituales) en los que perfecciona su generosidad, moralidad, paciencia, fu erza , meditación y sabiduría. Una v e z que ha alca n za d o el último nivel se convierte en un buda.
V er d a d es N o bles El budismo, a diferencia del hinduismo, se basa sobre todo en las enseñanzas de una persona, un príncipe indio que vivió en el siglo vi a. C. y murió cuando rondaba los 80 años de edad. Su nom bre era Siddhartha Gautama, pero, tras tener una revelación durante su juventud sobre la verdadera naturaleza de las cosas, se le pasó a llamar Buda, es decir, «el iluminado». Durante su larga vida se dedicó a transm itir dicha revelación m ediante sus enseñanzas pero, com o hicieran más tarde Sócrates o Jesús, nunca llegó '•?& a escribir nada, de modo que ^ todo su saber se transmitió oralm ente a través de sus ü ^ ü ü l t discípulos. . - ¿y
Esto motivó que, tras su muerte, surgieran disputas sobre qué
versión o enseñanza eran auténticas, polémicas que se alargarían durante siglos y que llevaron a convocar no m enos de tres concilios para tratar de llegar a una solución. De hecho, no fue hasta el siglo i d. C. que se puso p o r escrito en pali (una lengua de la India) la prim era versión unificada de la doctrina de Buda. Estos escritos conforman el llamado budismo Theravada. y representan la versión más pura de las enseñanzas de Gautama. Buda resumió su doctrina en las Cuatro Verdades Nobles. La prim era de ellas considera la vida como una pesada carga que no lleva más que a la insatisfacción y el sufrimiento; la segunda establece que este sufrimiento viene motivado po r el afán insaciable po r las cosas terrenales; la tercera, que dicho sufrimiento
“ FELIZ ES AQUEL QUE H A SUPERADO SU YO [...] Q U E H A
A L C A N Z A D O LA
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PAZ [...] QUE HA LA V E R D A D ” G autama B uda
El b u d ism o a p a re c ió h istó rica m en te e n e l norte d e la In d ia en tre los siglos vi y v a. C , c u a n d o S idd h a rth a G a u ta m a a lc a n z ó e l estado d e ■ilu m in a c ió n », la v e r d a d ú ltim a q u e libera d e l ciclo d e ren a cim ien to . Este b u d a d e l N epal está re a liza d o en cobre d orado.
no cesará hasta que se dejen de desear esas cosas terrenales; y la última, que esto sólo se puede lograr siguiendo lo que Buda denom ina Camino de los Ocho Pasos Nobles. Acto seguido, describe cuáles son esos ocho requisitos. Aunque Buda sostenía que la existencia del ser hum ano se prolongaba a lo largo de sucesivas vidas, no creía en la existencia de la inmortalidad del alma. Por el contrario, precisam ente porque consideraba la existencia com o una fuente de insatisfacción y sufrimiento, consideraba que el nivel más alto al que podía aspirar una persona era deshacerse de cualquier . atadura para poder volver a nacer en esta vida. Este n a estado se conoce con el nombre de nirvana y es el último grado de dicha y sabiduría, tras el cual la persona se integra en el Uno. Buda no creía tam poco en la existencia de un ser cósmico perm anente, de igual m odo que negaba la existencia de un ser hum ano perm anente; en otras palabras, no creía en la existencia de un Dios creador,
cuya noción consideraba incom patible con el mal y el sufrimiento que caracterizan la existencia. No obstante, reconoce que hay una serie de cuestiones sobre el universo que no tienen respuesta, com o saber si el espacio y el tiem po poseen límites o no. Pero, precisam ente porque son cuestiones que no tienen respuesta, anima a sus discípulos a que no pierdan el tiem po intentando contestarlas. Todas las doctrinas budistas e hinduistas que hem os m encionado hasta ahora forman parte de la base troncal de ambas corrientes filosóficas y cuentan con sus réplicas en las doctrinas postuladas por Kant y Schopenhauer. H punto de partida de la Crítica de la razón pu ra de Kant es el antinomio espacio-tiempo, imposible de abordar m ediante el único empleo de la razón.Tanto Kant como 'chopenhauer conciben el m undo em pírico como un algo en continua formación e indisoluble de la p ercepción que el hom bre - btiene de él a través de sus sentidos, de manera que aquél tan sólo existe mientras dura r>a experim entación. Así pues, para ambos filósofos la realidad tiene un carácter menos perm anente que la propia naturaleza del ser humano.
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C r e e n c ia s
com unes
Al mismo tiem po, ambos están convencidos de que la realidad perm anente, la «real», se encuentra más allá del m undo de las apariencias e inaccesible al ser humano. A su ez. Schopenhauer, al igual que los hindúes, pero a diferencia de Kant, sostiene que esa realidad es una e indiferenciada. Además, y de nuevo coincidiendo con el budismo, parte ¡Je la idea de que la existencia es un continuo - jfrim iento que viene provocado p o r la msaciabilidad de la voluntad, y, p o r tanto, la aníca m anera de superar dicho sufrimiento es m u ra r de esa voluntad. Como los budistas, Sdiopenhauer niega la existencia de un yo “rrm anente así com o la de un Dios en forma
C o s m o l o g í a b u d is t a
E n este ta p iz d e l siglo x ix o xx, Yam a, e l S e ñ o r d e la M uerte, h a c e g ir a r la R u e d a d e la Vida. Estos tapices (thang-kas) se e m p le a n en la m e d ita c ió n co m o m e d io p a r a fa c ilita r la v isu a liza c ió n . D en tro d e la R u e d a d e la V ida se e n c u e n tr a c a d a u n a d e las seis esferas d e la e xiste n c ia e n las q u e u n ser h u m a n o p u e d e renacer. Y ju s to e n e l c en tro se h a lla n los tres sím bolos d e los p e c a d o s c a rd in a le s d e la h u m a n id a d : el cerdo (la g u la ), la s erpiente (e l o d io ) y e l g a llo (e l e n g a ñ o ).
ó t persona. Esta negación de la existencia de Dios ie l alma inmortal ha llevado a muchos a - a te n e r que, en realidad, el budismo no es ninguna religión, sino una concepción atea o agnóstica de la realidad. Visto desde esta perspectiva, « ría más acertado afirmar que el budismo es en el fondo ana doctrina filosófica, precisam ente una de las surgidas en Oriente que más similitudes presenta con los postulados de Kant y Schopenhauer. No obstante, hay que decir que, a pesar de todas estas coincidencias a las
Cuando se alcanza la liberación de lo Bello, en ese momento uno se
que se ha aludido, hay una diferencia fundamental e insalvable entre ambas posturas.
U na
s u c e s ió n de v id a s
Tanto el hinduismo com o el budism o sostienen que
da cuenta de lo que es realmente la Belleza v G autam a B uda
La é p o ca d e LOS SUTRAS D urante la llam ada ¿pota de los sumís (4(X) a. C.-SOOd. C .\ las obras filosóficas adoptaron la fo rm a de sentencias breres, o sutras, p a ra a si fa c ilita r su memorización. Durante este tiempo surgieron seis escudas de pensam iento, como la Nyaya, que postulaba una serie de norm as p a ra la razón, o la del Yoga, cuyas doctrinas buscaban acceder a l estado de iluminación m ediante la perfección psico-Jísica. C am po d e e n t i e r r o t i b e t a n o Tras siglos d e u n a tra d ic ió n fu n e r a r ia a cielo descubierto, en la q u e e l cuerpo se d e ja b a co m o p a s to p a r a los buitres, se p a s ó a le v a n ta r tú m u los fu n e ra r io s a d o r n a d o s con b a n d e ra s d o n d e se inscriben o racion es o se c u e n ta n p roblem as, d e m a n e ra que, c u a n d o e l vien to h a ce o n d e a r las banderas, éstos desaparecen . O rigin aria d e la s tra d icio n es in d ia y ch in a, esta p r á c tic a h a p a s a d o a ser m u y c o m ú n entre los bu dista s d e l Tíbet.
la existencia del ser hum ano es una sucesión de vidas, nunca una sola. Lógicamente, esta creencia determina el modo en que se debe entender el conjunto de sus doctrinas filosóficas, enfocadas a explicar no una vida en particular, sino la sucesión de varias. Se trata de un elem ento de elevado contenido religioso que, p o r otro lado, define una m anera diferente de abordar la realidad, aun cuando ésta no pueda justificarse desde una base puram ente científica. Ello explica el hecho de que la mayoría de los filósofos orientales den la impresión de partir de una base esencialm ente religiosa. De ahí tam bién que se considere el budismo como una religión, aun cuando en realidad niegue explícitam ente la existencia de un Dios o la inmortalidad de las almas. Así, han habido grandes filósofos en la tradición occidental que han creído que la existencia del ser hum ano está formada p o r una sucesión de vidas, como es el caso de Pitágoras o Platón, en cuya epistemología precisam ente esta noción ocupa un lugar destacado. Pero lo cierto es que, después de ellos, no ha habido ningún gran filósofo que defendiese tal teoría, ni siquiera Aristóteles, discípulo de Platón. Salvo, claro está, Schopenhauer, quien, no obstante, adopta una posición con respecto a este tem a que resulta en m uchos casos contradictoria. Aparte de él, no ha habido ningún otro filósofo occidental de renom bre, desde los antiguos griegos, del que se pueda sospechar que creía más o menos en esta idea de la existencia com o una sucesión de vidas. ¿Hasta qué punto ha influido la tradición filosófica oriental en la occidental? Muy poco o, incluso, nada,
según se mire. Lo cierto es que lo? U panishads se escribieron en su mayor parte antes de que naciese incluso la filosofía en Occidente, y durante los siglos en que la filosofía griega se formaba, el hinduismo y el budismo, plenam ente activos, se expandían p o r enorm es regiones de Asia. Todo esto ha llevado a algunos estudiosos a sostener que se produjo una fuerte influencia de la tradición oriental en Oriente Medio sobre el desarrollo de la filosofía griega (cuyos máximos ejemplos serían, en ese caso, Pitágoras y Platón) y, p o r tanto, en la formación del primitivo cristianismo. Pero la verdad es que resulta bastante difícil determ inar el alcance de dicha influencia, en el caso hipotético de haber existido.
“ TAN CIERTA ES LA MUERTE PARA EL N ACID O COMO EL NACIMIENTO PARA EL ! MUERTO”
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Los d io s e s h in d ú e s Los tres dioses más im portantes entre los hindúes so n Brahma (creador del universo al principio d e cada ciclo tem poral), Vishnu (que m antiene el orden) y Shiva (que lo destruye). Los discípulos de Vishnu, com o Ishvara, el ser suprem o, reciben el nom bre de Vaishnavites y sus im ágenes aparecen esculpidas en las paredes de num erosos templos. Los poderes protectores d e Vishnu aparecen representados en diez encarnaciones, o avalars. La imagen m uestra a Shiva a lomos de Nandi el Toro, q ue simboliza el apetito sexual.
B h a g a v a d G ita
C o n v e r g e n c ia Tras Platón, el desarrollo del pensam iento en Occidente derivó hacia una serie de cuestiones intelectuales propias de la tradición occidental, prim ero a causa de la situación particular de la sociedad griega, después con el advenimiento del cristianismo y, más tarde, con la aparición de la ciencia moderna. De hecho, el único paréntesis p rocedente del exterior en este larguísimo
período es el contacto que, durante la Edad Media, O ccidente m antuvo con el m undo árabe (véase pág. 54). Desde que el neoplatonism o volvió sus ojos hacia la tradición platónica, no ha habido filósofo alguno hasta Kant que, en el curso de la filosofía occidental, se haya aproximado a los fundam entos de la tradición oriental, y ni siquiera el propio filósofo alemán fue consciente de ello. En realidad, las primeras traducciones de las obras más im portantes del hinduismo y el budismo no empiezan a publicarse hasta después de m uerto Kant. Además, p o r lo general, esas traducciones no resultaban demasiado fiables, muy poca gente conocía p o r aquella época el sánscrito o el pali. De esa manera, la edición de los U panishads que Schopenhauer leía con tanto em peño cada noche antes de acostarse era en realidad una traducción latina de una versión persa del original. De todos modos, las traducciones de una segunda lengua no eran raras en la época: algo más tarde, en el mismo siglo xix, las primeras obras de Ibsen se publicaban a partir de traducciones del alemán del original en noruego. Así pues, desde Platón, el único gran filósofo occidental de quien se puede decir sin duda alguna que estuvo influenciado p o r el hinduismo y el budismo es Schopenhauer. Sus afirmaciones a este
respecto resultan, por otro lado, bastante contradictorias: si p o r un lado sostuvo que había desarrollado todas sus teorías partiendo de la obra de Kant antes de descubrir el hinduismo y el budismo, p o r otro llegó a afirmar que tan sólo había podido desarrollar su obra gracias al hecho de que habían estado a su alcance tanto las obras de Platón y Kant com o los Upanishads. De hecho, cuando difiere del punto de vista de Kant apunta hacia una visión budista, de m odo que, hasta cierto punto, se podría decir que su obra es el resultado de la fusión de las doctrinas kantianas y budistas expresada en el lenguaje propio de la filosofía occidental. Alguien que com pare esta última a la luz de la filosofía oriental puede llegar a la conclusión de que, en general, la tradición filosófica proveniente de Oriente ha sido m ucho más profunda y avanzada que la occidental hasta la revolución kantiana, punto en que pierde p o r fin su superioridad, no sólo p o r el gran desarrollo de la metafísica en Occidente, sino también p o r la inmensa ventaja de no estar sujeta a ninguna doctrina religiosa, p oseer tras de sí una sólida tradición basada en el rigor de la lógica y, p o r último, a causa de la estrecha relación que existe entre dicha tradición p o r un lado, y las matemáticas y (con Schopenhauer) el arte, p o r otro.
L o s U p a n is h a d s
Los textos sagrados del hinduismo. los Vedas ("conocimiento se escribieron entre 1500 y 700 a. C. Los Upanishads, escritos entre 800-300 a. C., resumen el contenido de esas enseñanzas y abordan la naturaleza del atm an (el alm a de cada u n o )y Brahman (el alm a universal). La búsqueda de la propia identidad no tiene fin y toda la realidad es Brahman del mismo modo que cada ser individual es atinan; de hecho, este último es tam bién \ Brahman.
SU l.jf m e in e s
www.fullengineeringbook.net LÉXICO MITOLÓGICO
A principios del siglo xix aparecen las prim eras traducciones al alem án de los textos sagrados hindúes y budistas. El Diccionario de mitología de Majer se publicó en 1804.
F.i. B h a g a v a d G ii a
A r ju n a y K rishna JEJ B hagavad Gita, «El C anto d e l Señor», recoge e l célebre d iá lo g o jpÉfjsófico-religioso e n tre K rishna, u n av atar («m anifestación») d e 'í i s b n u , y A rju n a, héroe d e l p a r tid o g o b ern a n te, a l q u e le a sa lta n
n u m erosas d u d a s m orales en el m om en to d e e n tra r e n la b atalla y cu yo carro d e c o m b a te es c o n d u c id o p o r K rishna, s u f ie l a m ig o y consejero.
Incluido dentro del poem a épico del Mahabharata, el Bhagavad Gita atin a y expresa las principales ideas recogidas en los Vedas )■los l panishads. Venerada p o r la gran mayoría d e los hindúes, esta breve \ obra constituye un importante texto religioso y uno d e los pilares de la f e hindú. Subraya Ia im portancia de la devoción, que desde entonces se ha convertido en el principal fu n dam en to del hinduismo.
D
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O
c c id e n t e a
O
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r ie n t e
Por otro lado, algunos de los grandes avances realizados p o r la filosofía occidental eran desconocidos en la tradición oriental, com o po r ejemplo la distinción entre los papeles desem peñados p o r la razón y la experiencia en el proceso del conocimiento, así com o entre verdades contingentes y verdades necesarias. De hecho, si observamos el flujo de influencias entre ambos mundos, tanto en filosofía com o en otros aspectos, éste ha sido desde mediados del siglo x k m ucho más intenso de Occidente hacia Oriente, un proceso en el que por supuesto ha tenido mucho que ver la peculiar realidad política y hegemónica mundial.
I m p e r ia l is m o S u n Y at-s e n
El líder del Partido Nacionalista de China, Sun Yat-sen (1866-1925) desem peñó un papel decisivo en el derrocam iento de la dinastía Ching y se convirtió en el prim er presidente de la República d e China. Su ideología política se resum e en los Tres Principios del Hombre: nacionalismo, dem ocracia e igualdad d e derechos sobre la tierra.
LA VICTORIA a l i m e n t a el
ODIO, YA QUE EL c o n q u ist a d o
ES INFELIZ
id e o l ó g ic o
A lo largo del siglo xix y la prim era mitad del xx el subcontinente indio estuvo gobernado p o r los británicos.Tanto Gran Bretaña com o el resto de las potencias imperialistas (Estados Unidos, Francia y Holanda) llevaron a cabo una intensa política de carácter colonial en muchas regiones de Asia, hecho que se tradujo en la imposición de los modelos culturales occidentales propios de las metrópolis. Así, en la India, por ejemplo, la clase aristocrática hablaba en inglés, lengua que acabó p o r imponerse sobre el resto de las lenguas nativas. A finales del siglo xix se crearon las primeras universidades, cuyos programas lógicamente respondían al modelo
V
G autam a B u da
p rocedente de la metrópoli, de manera que a finales de siglo no era extraño encontrar universitarios indios que estudiaban el utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mili (véanse págs. 182-185). Por esa misma época la corriente filosófica de moda en Gran Bretaña era el hegelianismo, pero lo normal era que, en cuestiones de moda, las colonias estuvieran una o dos generaciones p o r detrás de la metrópoli. Así, aunque la obra de Kant, Schopenhauer y Hegel ya era
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En 1898, George N aihaniel Curzon (1859-1925) se convirtió en el virrey d e la India m ás joven habido hasta entonces. D urante su viireinato llevó a cabo numerosas reformas, como la partición d e Bengala. Sus diferencias con Lord Kitchener, com andante en jefe d e las tropas indias, hizo que el gobierno británico acabara fo rza n d o su dimisión.
LO S BRITÁNICOS EN LA INDIA
Tras la s revu elta s d e 1 8 5 7 -1 8 5 8 , e l ú ltim o e sfu e rzo d e la I n d ia p a r a im p e d ir e l d o m in io b ritá n ico , la a n tic u a d a C o m p a ñ ía d e las I n d ia s O rientales f u e s u stitu id a p o r e l g o b ie rn o d irecto d e la m etrópoli.
El p e río d o c o m p re n d id o e n tre 1 8 9 9 y 1905, e n e l q u e L o rd C u rzo n (c e n tro ) fu e virre y d e la In d ia , m a rc ó e l p u n to c u lm in a n te d e l c en tra lism o b ritá n ic o e n la colonia.
conocida por aquel entonces, su verdadera incidencia en la vida cultural india no tendría lugar hasta bien entrado el siglo xx. De hecho, fue en ese momento cuando se introdujo por vez prim era la enseñanza de la filosofía en los estudios universitarios superiores, en los que la conjunción de un nivel académico mucho más elevado y la aplicación de los procedimientos educativos importados de Oxford y Cambridge propició una mayor profundización en el estudio de la filosofía occidental, sobre todo la ilemana. Los filósofos más
casos llegaron a hacerse con el poder, com o en el caso de Corea del Norte,Vietnam y Camboya. De hecho, en la actualidad, Asia es el único continente en el que los partidos comunistas m antienen un peso específico im portante, gobernando las vidas de algo más de medio billón de personas.
L a s id e a s d e M a r x TODAVÍA D O M IN A N C h in a El alcance de este fenómeno E s t u d ia n t e s i n d i o s d e f il o s o f ía revolucionario ha alcanzado La fo to g ra fía m u e stra u n a clase c o e d u c a c io n a l de unas proporciones gigantescas filo s o fía d e la u n iv e rs id a d esta ta l d e B a ro d a , In d ia , e n 1947. H u b o q u e e sp era r h a sta p r in c ip io s d e l siglo x x p a r a y allí donde ha actuado ha q u e se e m p e z a ra a e stu d ia r e n serio la filo s o fía o c cid en ta l conllevado el cuestionam iento e n ese p a ís. estudiados eran Kant y Hegel, de las estructuras de probablemente por la pensam iento propias gran cantidad de similitudes existentes entre sus de cada tradición. Sin duda alguna, se trata de la doctrinas filosóficas y las de las principales religiones mayor influencia occidental jamás habida en Oriente. indias. De este modo, surgió en el continente indio Y aunque en los últimos años se ha puesto en duda una im portante tradición centrada en el estudio de la la validez de los postulados marxistas, lo cierto es filosofía poskantiana, que en m uchos aspectos se sentía que en algunos países los partidos comunistas todavía muy próxim a a las tradiciones nativas. se resisten a ceder el poder, en teoría para llevar a la práctica las doctrinas de Marx. En cualquier caso, resulta Las id e a s o c c i d e n t a l e s de lo más asombroso constatar la extraordinaria ACCEDEN AL PO D ER influencia que un pensador europeo ha ejercido Pero el verdadero impacto de Occidente en O riente fue en el curso de la historia mundial. la llegada del marxismo. De hecho, desde un punto de vista objetivo se puede decir que el marxismo ha constituido la más im portante influencia occidental en Oriente, po r encima incluso del cristianismo. De nuevo, las causas son puram ente políticas, en especial la revolución rusa de 1917, cuyo objetivo principal era llevar a la práctica los postulados de Karl Marx. Los lideres de dicha revolución estaban convencidos de que se trataba del inicio de un gran movimiento revolucionario a escala mundial, y fom entaron el alzamiento com unista de los países asiáticos limítrofes como medio de afianzar su propia revolución, sobre :odo en China. En 1921 dieron grandes cantidades de dinero a Sun Yat-sen, el líder de la oposición parlamentaria contrario u n to a la continuidad del em perador chino com o a la invasión japonesa, para que reorganizase su partido, el Kuomintang, de tendencia comunista. Al mismo tiempo, promovieron la fundación de un Partido Comunista
M ao Z edong
Como principal pen sador revolucionario del Partido Comunista Chino, Mao Zedong (1893-1976) trató de a daptar el comunismo a las peculiares condiciones d el país, cuya econom ía se basaba en la agricultura. Uno d e los pilares d e la ideología comunista era la reeducación y consiguiente «rectificación», tal cómo se recogió en el L ib ro r o jo , cuya «revolución permanente» marcaría el curso de la República Popular d e China entre 1 9 4 9 y 1976. Hacia m ediados de los años sesenta se llevó a cabo una revolución cultural en contra de la burocracia y los intelectuales con objeto d e purificar el comunismo.
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Chino independiente, que acabó por im ponerse en 1949, posición hegem ónica que ha mantenido hasta nuestros cías. Por otro lado, varios partidos marxistas llevaron a cabo movimientos revolucionarios en otras regiones isiáticas tras la segunda guerra mundial, y en algunos
L a r e v o l u c ió n e n C h in a
Tras varios a ñ o s d e g u e rr a civil, los c o m u n ista s d e M a o d e rro ta ro n e l rég im e n n a c io n a lista d e C h ia n g K a i-sh ek y p r o c la m a r o n la R epública P o p u la r d e C h in a e n B e ijin g (P ekín), e l 1 d e o c tu b re d e 1949. A q u í a p a r e c e n p a r tic ip a n te s e n los d istu rb io s d e las calles d e S h a n g a i e n 1948.
F ich te EL IDEALISTA IMP E NIT EN T E L a u n iv e r s id a d d e J ena
La U niversidad de Jena, situada en el este de Alemania, se fundó en 1548 y alcanzó el rango de universidad e n 1577. Su época de mayor esplen d o r transcurrió entre 1787 y 1806, cuando contaba entre su profesorado con filósofos de la talla de Fichte, H egel y Schelling y escritores com o Schlegel y Schiller.
Soy un ojo viviente
Lejos de aceptar que el conocimiento derive de la realidad empírica, Fichte sostiene lo contrario: que el mundo empírico es una creación de la mente.
JOHANN GOTTLIEB FICHTE (1762-1814) nació en el seno de una humilde familia campesina alemana. Un domingo, un noble de la localidad que se había perdido el serm ón quedó asombrado cuando el joven Fichte, que p o r aquel entonces se encargaba de cuidar gansos, fue capaz de reproducírselo por entero. Sospechando el genio del joven, el noble lo puso a su cargo y le proporcionó una cuidadosa educación, prim ero con un pastor protestante y, más tarde, en la universidad de Jena. Al acabar sus estudios pasó po r graves problem as económicos, ya que su apoderado falleció al poco tiempo. Su prim era obra, Crítica de toda revelación, se publicó anónim am ente en 1792 y alcanzó una gran fama, pues se creyó que se trataba de la cuarta Crítica de Kant. No se sabe si el propio Fichte contribuyó a crear dicha
J o h a n n G o t t l ie b F i c h t e
Fichte, hijo d e u n tejed o r d e cintas, f u e e d u c a d o en las u n iversid a d es d e J e n a y Leipzig, d o n d e en tró e n con tacto con las p r im e ra s m an ifestacion es d e l rom an ticism o alem án . P a rtie n d o d e los conceptos éticos d e Kant, fo r m u ló u n a d o c trin a filo só fica b a sa d a en el idealism o absoluto.
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J o ha nn G ottueb F ic h te
ambigüedad, pero lo cierto es que la obra le proporcionó una gran reputación y consiguió, en 1794, una plaza com o profesor de filosofía en la universidad de Jena, en com pañía del poeta Schiller, profesor de historia y con el que trabó una profunda amistad, al igual que con Goethe. Los inicios de Fichte com o profesor fueron de lo más brillantes, pero su difícil personalidad (era una persona severa y áspera al trato) le llevó a aislarse del resto de la gente. Su vida fue una continua sucesión de disputas y fracasos. Además, la mayoría de sus obras resultaban de una oscuridad extrema. Pero entonces, cuando ya se veía ganándose la vida fuera de la universidad, publicó una breve pero interesantísima obra para el público en general titulada El destino del hom bre (1800), qLie todavía hoy en día continúa siendo la mejor introducción a su filosofía. Murió de tifus, enfermedad que contrajo contagiado p o r su mujer, enfermera p o r aquella época, a la edad de 52 años.
Se r
O b s e r v a c ió n e m p í r i c a f r e n t e a l e y e s c i e n t í f i c a s
Fichte a p re n d ió d e K a n t q u e la s leyes cien tífica s n o p o d ía n d ed u c irse d e la observación em pírica. No obstante, p a r tie n d o d e la id e a d e q u e la fís ic a n e w to n ia n a era u n iversalm en te v á lida, p e n s ó q u e las observacion es experim en tales se p o d ía n d e d u c ir a p a r tir d e las leyes científicas.
es a c t u a r
Fichte tom ó de Kant, quien a su vez la tom ó de Hume, la idea de que el conocim iento científico de la realidad no es el resultado de la com binación de la observación y la lógica: una ley científica no puede deducirse lógicamente de ninguna observación. Pero lo que llamó la atención de Fichte fue que se podía establecer una relación lógica deductiva en el sentido inverso: aunque las leyes científicas no
pueden deducirse de la observación empírica, éstas sí que pueden deducirse a partir de las leyes científicas. Fichte sostenía, com o todo el m undo desde Newton, que las leyes de la física son del todo objetivas y universalmente válidas: dada una ley científica, se deducen dentro de la más absoluta lógica toda una serie de fenómenos em píricos cuya realidad es incuestionable. Esta idea llevó a Fichte a formular la teoría de que el universo es una simple creación del sujeto: cada ser hum ano lleva en su interior una peculiar concepción del universo, de la cual deriva necesariam ente éste. Fichte fundam enta sus postulados en otras dos importantes teorías. Así, si p o r un lado acepta el razonamiento de Hume po r el cual el ser se convierte en un objeto de imposible estudio, po r otro reconoce que el hom bre cuenta con la experiencia directa de su propio ser, no com o ser cognoscible sino com o ser moral. El hom bre actúa y, p o r tanto, se ve impelido a elegir y reflexionar, m om ento en el que precisam ente tom a conciencia de su propia existencia, de nuevo, no como un simple objeto empírico, sino com o un agente moral. Y es a través de este reconocim iento de que el hom bre es capaz de asumir la responsabilidad moral de sus propias acciones que se puede decir que perm anece en el tiempo.
consciente, crea el m undo empírico, que es a su vez-el reino del conocim iento posible de ese yo. Esta teoría ha ejercido en m uchos una atracción casi religiosa.Algunos, de hecho, la han com binado con su creencia en Dios, mientras que otros han encontrado
“ EL TIPO DE FILOSOFÍA QUE UNO ELIGE DEPENDE DEL TIPO DE PERSONA QUE U N O ES”
P r in c ip a l e s o b r a s
Crítica de toda revelación (1792) La vocación de u n alum no (1794) Los derechos d e la ciencia (1796) La doctrina de las costum bres (1798) El destino del hom bre (1800) Camino hacia la vida feliz (1806)
JO H A N N G O TTLIEB FlC H T E
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La m o r a l e s l a r e a l i d a d ú l t i m a Fichte sostiene que la naturaleza prim era y fundamental ie toda realidad radica en su carácter moral. De acuerdo con esto, concluye que la naturaleza primaria y fundamental del ser hum ano reside no en su conciencia de recibir experiencia sino en la de ser moral, perfectam ente consciente de sus acciones. Así, es la voluntad moral, y no la mente, el elemento fundamental de la existencia humana. Pero, p o r otro lado, para .|ue un ser moral exista es necesario que pueda actuar y elegir y, al mismo tiempo, ha de haber una parcela de la realidad ajena al propio ser, la cual hasta cierto punto íe opone a él a la vez que le permite desarrollar sus acciones y. por tanto, tener conciencia de su existencia. Esta parcela es, lógicamente, el m undo fisico,y el hecho de que la esencia misma de la realidad posea ese com ponente moral permite que dicho m undo físico aparezca com o una creación moral, ya que de todos modos no podría existir de otro modo. Así, el yo, que es el sujeto
en ella una forma de idealismo que no supone tener que creer en ningún ser superior. Por otro lado, Fichte fue el prim er filósofo en concebir el conocim iento científico com o una creación totalm ente libre p o r parte del ser humano, una noción de la ciencia que habría de tener enorm es repercusiones hasta ya bien entrado el siglo xx.
F ic h t e se d ir ig e a la n a c ió n a l e m a n a
Fichte se co n virtió en u n célebre o r a d o r g r a c ia s a su D iscurso a la n a c ió n ale m an a d e 1808, en el q u e se la m e n ta b a d e la d esu n ió n e n tre los a lem a n es q u e h a b ia p e rm itid o q u e las tropas n a poleón icas se h iciera n con el poder, y p r o p o n ía u n a serie d e m e d id a s p a r a recu p era r la g lo ria p e r d id a . D e este m odo, F ichte p a s ó a convertirse e n u n o d e los p a d r e s d e l n ac io n a lism o alem án .
P r in c ip a l e s o b r a s
SCHELLING
El yo com o principio d e la filosofía (1795) Ideas para una filosofía de la naturaleza (1797) Sistema del idealismo trascendental (1800) Investigaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad hum ana (1809)
No es válido escudarse en laininteligibilidad de un filósofo ^ F r ie d r ic h S c h e l l in g
EL FILÓSOFO DE LA NATURALEZA El hombre form a parte de la naturaleza, por lo que la creatividad hum ana es una parte de la productividad de la naturaleza. Con el hombre, la naturaleza ha alcanzado la autoconsciencia. FRIEDRICH SCHELLING (1775-1854) fue hijo de un pastor luterano alemán que, dos años después de su nacimiento, se convirtió en profesor de lenguas orientales. Recibió una esmerada educación y ya en sus prim eros años dio muestras de una gran inteligencia. Era todavía un quinceañero cuando entró en el m undo de la filosofía de la mano de las obras de Kant, Fichte y, hasta cierto punto, Spinoza. A los 23 años pasó a ser profesor de filosofía en la universidad de Jena. el principal centro universitario de toda Alemania p o r aquella época. A pesar de su juventud, alcanzó una enorm e fama y cuando contaba con 31 años fue distinguido con un título de nobleza añadiéndole «von» a su nombre, que a partir de entonces fue Friedrich von Schelling. A diferencia de la gran mayoría de filósofos anteriores, su corpus filosófico no constituye un sistema unificado, sino una serie de creaciones geniales y de innovadoras intuiciones. Por diferentes motivos dejó de publicar a los 35 años, pero ello no evitó que, al igual que hiciera Kant, continuara escribiendo hasta poco antes de su muerte, acaecida a los 80 años.
www.fullengineeringbook.net E l e s p ír it u DE LA MATERIA
La n a t u r a le z a es u n p r o c e s o
Este g r a b a d o d e 1 8 8 0 ilustra la fo r m a c ió n d e las ca p a s d e roca y la evolu ción d e la v id a en la Tieira. A n tes d e q u e D a n v in c o m e n za r a a e scrib ir su teoría so b re la evolución, Schelling y a h a b ía p o s tu la d o su filo so fía d e la n a tu ra le za , segú n la c u a l ésta a p a r e c ía s u m id a e n u n p ro ceso inin terru m p id o .
De las diferentes teorías postuladas po r Schelling, la más conocida e influyente es la llamada filosofía de la naturaleza, que en parte nació com o réplica a las teorías de Fichte. Así, mientras que éste sostiene que la realidad existe en cuanto a creación del ser «viviente», Schelling defiende justo todo lo contrario: la vida es una creación de la naturaleza, la cual en su día sí que fue un m undo de materia inerte. La naturaleza aparece com o el conjunto de la realidad, que se encuentra en perpetua evolución. De este modo, si al principio no había nada más que materia muerta, en un m om ento dado aparece la vida y empieza a desarrollarse, prim ero en forma de plantas, luego de animales y,
F r i e d r i c h S c h e l l in g
Schelling sostiene q u e la co n c ie n c ia es el ú n ico objeto d e co n o cim ien to in m ediato, y q u e ta n sólo a través d e l a rte p u e d e la m e n te se r p e rfec ta m e n te c on scien te d e ella m ism a, id e a q u e ejerció u n a g r a n in flu en cia e n e l m o vim ien to d e l rom anticism o.
por último, dando lugar al ser humano. En este retrato que hace de la naturaleza, Schelling subraya varios elementos. En prim er lugar, la naturaleza aparece como una unidad. Segundo, no se trata de un estado, sino de un proceso en continuo avance.Tercero, el ser hum ano nace en medio de este proceso com o una forma más de la naturaleza. Así, la vida no se puede separar de la materia, sino que ambas son dos manifestaciones de una misma realidad. Por otro lado, no tiene sentido concebir al hom bre com o algo que existe fuera de la realidad e, incluso, contrario a la misma naturaleza, tal como los ilustrados se habían em peñado en hacer creer, sino que forma parte indisoluble de ella. De esta forma, el hom bre viene a ser una especie de materia espiritualizada o, lo que es lo mismo, un espíritu potencial, latente. Una vez dicho todo esto, se entiende p o r qué para Schelling el único modo de abordar la naturaleza, el conjunto de toda la realidad, es considerándola como un proceso en continua transformación. Precisamente de esta cualidad deriva una de sus principales y sorprendentes características: su extraordinaria
SCHELLIN G
capacidad para crear que hace que a cada instante ¿parezcan millones de nuevos seres vivientes; en realidad, constituye lo que Spinoza había denom inado natura n a tu ra n s, es decir, la naturaleza que crea, y la más alta expresión de esta capacidad creativa es el ser humano, quien a su vez es también capaz de crear. Esta creatividad tom a muchas formas, pero sin duda la más avanzada y significante es la que produce el arte. No bstante, hay una diferencia fundamental entre esta creatividad del hom bre y la de la naturaleza, y es que en el hom bre este proceso de creación es perfectam ente consciente.Toda producción artística se convierte de esta forma en un em peño del ser humano p o r entender las profundidades de su propio ser. Pero, desde el momento en que el hom bre forma parte de la naturaleza, en todo proceso artístico esa misma naturaleza logra un mayor grado de autoconsciencia. Es aquí donde Schelling 'itúa el eje que ha vertebrado la existencia misma de - naturaleza, en la que cada uno de sus múltiples fenómenos constituye en realidad un paso más hacia la consecución de esa autoconsciencia. Por todo ello, si la verdadera razón de ser de la realidad sólo se alcanza a través del arte, es, p or tanto, el artista el que encarna el punto máximo de su expresión.
Ya al final de su vida, mientras se encontraba pronunciando una conferencia en Berlín ante un más que selecto auditorio en el que se encontraban Friedrich Engels, el principal colaborador de Marx, el anarquista Bakunin, el gran historiador Burckhardt y el filósofo danés Kierkegaard, planteó lo que él mismo denom inó com o «la desesperada pregunta final: ¿por qué se existe? ¿Por qué no?». Se trata, en definitiva, de la última pregunta que se plantea alguien que no cree en Dios. De hecho, tal com o afirma él mismo, de igual modo que en su juventud abrió una nueva página en la historia de la filosofía, ahora, hacia el final de sus días, decide pasar dicha página e iniciar una nueva. Ya bien entrado el siglo xx, los filósofos existencialistas encontrarán en esta inquietante pregunta la fundam entación ideológica de sus pesquisas filosóficas. Incluso todavía hoy en día continúa siendo uno de los interrogantes más apasionantes a los que tiene que hacer frente todo filósofo agnóstico.
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F il o s o f ía d e la natura leza
D urante su estancia com o profesor en la universidad de Jena, Schelling escribió una gran cantidad d e obras en las que desarrolló su filosofía de la naturaleza. Su intención era dem ostrar cóm o la naturaleza incide directam ente e n el espíritu, una teoría típicam ente romántica.
u La arquitectura
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es música
¿ P o r q u é hay c o sa s? 3 movimiento romántico, contem poráneo de Schelling, encontró en las obras de este ultimo la fundam entación ideológica de algunos de sus postulados más im portantes, com o Li importancia de la naturaleza, la indisoluble unión de ésta con el hombre o la deificación del arte y el artista. De hecho, muchas ie las principales figuras del romanticismo artístico alemán eran ¿migos personales del propio Mrhelling, com o Goethe, el compositor W eber y los poetas Hólderlin y Novalis.Tal vez esto último facilitó el hecho de que recibieran entusiasmados _i filosofía de la naturaleza del filósofo, que en cierta m anera >e convirtió en el principal aglutinador del romanticismo ¿lemán. En Inglaterra, a su vez, Coleridge, el principal teórico de entre los poetas románticos británicos, refundió las teorías de xrhelling en sus propios escritos.
congelada ^
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S a m u e l T a y l o r C o l e r id g e
L a u n ió n d el h o m b r e c o n la n a t u r a le z a
S ch ellin g so stien e que, d e ig u a l m o d o q u e e l h o m b re su rg e d e la n a tu r a le za , p e r m a n e c e in d iso lu b le m e n te u n id o a ella d u r a n te to d a s u vid a . E l p e rs o n a je d e este c u a d ro d e S a m u e l P a lm e r (1 8 0 5 -1 8 8 1 ), El m anzano mágico, f o r m a u n to d o p e r fe c ta m e n te a r m ó n ic o co n los a n im a le s y las p la n ta s q u e lo rod ea n .
El poeta y crítico inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) fue u no de los principales fundadores del romanticism o inglés. Entre sus poem as destacan Kubla Khan y El can tar d el iñejo marinero. En Biographia literaria (1817) y otras obras da a conocer al lector inglés el pensam iento de los filósofos alem anes de aquella época, sobre todo el de Schelling.
H egel EL P R E D I C A D O R DEL ABSOLUTO Hegel concibe la totalidad del mundo y su historia como el desarrollo de un algo no material, un proceso histórico que culmina en la autoconsciencia a la que se llega a través de su filosofía. L e c c io n e s s o b r e f ilo so fía DE LA HISTORIA UNIVERSAL
H egel aborda el estudio de la naturaleza hum ana desde una perspectiva histórica. Concibe la realidad com o un proceso en continuo m ovim iento hacia delante, nunca estático, que denom ina «proceso dialéctico». Según Hegel, la sociedad griega fue u n a de las pocas en las q u e se produjo un perfecto equilibrio entre arm onía y deseo.
GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL (1770-1831) nació en Stuttgart. Uno de sus com pañeros en la universidad de Tubingia era Schelling, pero si éste realizó una precoz carrera intelectual, Hegel en cambio desarrolló su filosofía casi media generación más tarde y recibió una gran influencia de su com pañero. Antes de convertirse en profesor de filosofía en las universidades de Heidelberg y, más tarde, Berlín, fue profesor particular, editor de un diario y director de un instituto. Su producción filosófica fue enorm e y cuando le sobrevino la m uerte era la figura intelectual más im portante de Alemania. Entre sus obras más im portantes se encuentran Fenom enología del espíritu (1806), Lecciones sobre filo so fía de la historia universal (1818) y Principios de la filo so fía del derecho (1821).Tal com o sugirió en su
prim era obra publicada, en la que estudiaba las diferencias entre las filosofías de Fichte y Schelling, la obra com pleta de Hegel gira hasta cierto punto en torne a las teorías postuladas p o r ambos filósofos. Al igual que Schelling, Hegel concibe la realidad com o una unidad orgánica que, lejos de estar estancada, se encuentra en ue continuo proceso de transformación cuyo objetivo es, en última instancia, la consecución de un grado se autorreconocim iento y autoconocim iento. Pero, a
“ LO FINITO www.fullengineeringbook.net NO POSEE UNA
(íEsto conduce
fácilmente a la
idea errónea de que se conoce algo antes de conocerlo
EXISTENCIA
realmente ^ G e o r g W il h e l m
VERDADERA
F r ie d r ic h H e g e l
G e o r g W il h e l m F r ie d r ic h H e g e l
P r in c ip a l e s o b r a s
Fenom enología del espíritu (1806) La ciencia de la lógica (1812) La enciclopedia de las ciencias filosóficas (1817) Lecciones sobre filosofía de la historia universal (1818) Principios de la filosofía del d erecho (1821)
G e o r g W il h e l m F r i e d r i c h H e g e l
La ca rrera u n iversita ria d e H egel se v io in terru m p id a en 1 8 0 6 con el cierre d e la u n iv e rsid a d d e f e n a tras la victoria d e N apoleón. A n tes d e volver a la u n iversid a d, esta v e z a la d e H eidelberg, en 1816, tra b a jó com o e d ito r y com o d irec to r d e u n instituto.
diferencia de Schelling, Hegel no identifica este proceso con la naturaleza, sino com o un algo más moral que material, punto en el que se aproxim a a la posición definida por Fichte. Para Hegel, no tiene sentido pensar que la m ente o el espíritu hayan podido surgir de una naturaleza inerte, sino que constituyen seres en sí mismos sobre los que se fundam enta la propia existencia y, p o r consiguiente, el sujeto sobre el que discurre el proceso histórico que constituye en última instancia la realidad. Llegados a este punto, lo cierto es que resulta bastante difícil dar con una traducción exacta de los
contradictorios que desestabilizan el términos em pleados p o r Hegel. Así, este proceso de cambio histórico recibe conjunto, razón p o r la que dicha el nom bre de Geist, que viene a situación de inestabilidad equivaler a un algo interm edio / no puede durar de forma entre espíritu y m ente, con una £*'/'• indefinida, sino que exige ••••■» V ■ connotación más mental que J ■' . ' que esos elem entos en nuestra palabra «espíritu», contradicción deriven en per© al mismo tiem po más una solución, la cual a su espiritual que el térm ino vez constituirá una nueva •mente». Precisamente, para situación con nuevos Hegel este Geist es el centro elem entos contradictorios. r ce la existencia, la esencia Ésta es, según Hegel, la -Itima del ser.Y todo el mecánica de todo cambio, proceso histórico que para cuyo estudio crea una constituye la realidad no serie de nuevos términos. es más que el desarrollo de Así, el proceso en su este Geist con el objetivo totalidad recibe el nom bre ce alcanzar la verdadera de proceso dialéctico o, conciencia y conocim iento sim plem ente, dialéctica, la ce uno mismo, de modo cual queda dividida en tres cue, cuando alcanza este etapas diferentes. La estado, el ser pasa a estar descripción del prim er en perfecta armonía con el nivel, el estado inicial de conjunto de la realidad, que la cuestión, sea cual sea, es lo que Hegel denom ina es la tesis. La reacción •el Absoluto». Precisamente que ésta siempre provoca por el hecho de identificar para com pensar la postura h verdadera esencia de todo anterior, es decir, los :uanto existe en algo no elem entos contradictorios, material su filosofía recibe es la antítesis de la tesis. el nom bre de «idealismo El encuentro de ambos ensoluto». Aunque Hegel extrem os lleva a la aparición de una nueva concilia esta filosofía con la H a c ia la c o n c i e n c ia d e u n o m is m o El p ro ce so histórico q u e co n stitu ye la r e a lid a d es e l desarrollo d el creencia en el cristianismo, situación que incorpora G e is t- la esencia ú ltim a d e l s e r - h a c ia la co n c ie n c ia d e u n o I :>cierto es que muchos elem entos nuevos a la vez m ism o. H egel c o m p a ra este d esarrollo con la agon ía, la m uerte y la resu rrección d e Cristo, en e l q u e la red en ció n ta n sólo se de sus seguidores han que m antiene otros de la a lc a n z a c u a n d o el p ro ce so se h a en ten dido. considerado sus postulados tesis y la antítesis: se trata como una especie de de la síntesis. Pero, como panteísmo e, incluso, como nueva situación, dicha cna religión sin Dios. El más radical de todos ellos, Karl síntesis contiene en sí toda una serie de nuevos Marx, suscribió la gran mayoría de las teorías hegelianas, elem entos contradictorios que conduce a otra tríada pero matizando que el sujeto de todo el proceso com puesta de tesis, antítesis y síntesis, de manera que histórico no era algo mental o espiritual sino, po r el el proceso de cambio se convierte en una especie de c intrario, puram ente material. urdim bre perfectam ente entretejida que se prolonga indefinidamente en forma de nuevos cambios. Por ello, La ley d e l c a m b io afirma Hegel, la realidad, en cualquiera de sus facetas El eje vertebrador de la obra de Hegel resulta bastante (ideas, religión, arte, ciencia, economía, instituciones, próximo al de Heráclito (véase pág. 14), de modo que la sociedad misma), se encuentra en transformación : xio cuanto existe se encuentra, según Hegel, en perm anente según un modelo dialéctico (también permanente desarrollo, com o resultado de un proceso. conocido com o «la ley del cambio») perfectam ente a s í . el filósofo alemán está convencido de que todo definido. mtento por conocer un aspecto cualquiera de la realidad E l c u r s o d e la h is t o r ia conlleva conocer a su vez su respectivo proceso de cambio, el cual es, por otro lado, perfectam ente Desde el m om ento en que todo cambio es el resultado inteligible y nunca arbitrario.Toda situación compleja, del encuentro entre una serie de fuerzas históricas, la sostiene, contiene en sí misma una serie de elementos persona atrapada en dicho cambio no puede hacer nada
■ ■ ■
S a m u e l H ir s c h
Elju d ío y teólogo alem án Sam uel H irsct (1815-1889) fu e ei líder del renacim iento moderno d el judaism o ortodoxo. Sus obras estuvieron fuertem ente influidas p o r Hegel. lo cual se evidencia en ei método que sigue y p o r la tarea que asigna a la filosofía d e la religión: ¡a transform ación de ¡a conciencia religiosa en la verdad conceptual. Contrariam ente a Hegel, no consideró que la verdad de ¡a reíigión fu era inadecuada a la verdadfilosófica.
www.fullengineeringbook.net E l r o m a n t ic is m o EN LA LITERATURA ALEMANA
La prim era escuela rom ántica a lem ana fu e fu n d a d a en Jena. en 1 798. Entre los trabajos j m ás importantes d e este período se bailan: la poesía d e Novaiis (1772-1801) y la d e Friedrich Hólderlin (1 770-1843), a s í como los cuentos y obras de Heinrich pon Kleist (1777-1811). Los románticos estudiosos desarrollaron la filosofía alemana, tradujeron a Shakespeare)■ reunieron los cuentos populares.
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para dominarlo, sino que se ve impelida a seguir su mismo curso. De hecho, incluso en aquellas facetas ligadas a la creatividad personal, uno siempre se encuentra rodeado por el espíritu de su época (que Hegel denom ina Zeitgeist, térm ino en el que Z eit significa «tiempo»). Así, si un genio del año 2000 intentara reescribir las obras com pletas de Shakespeare o recom poner las sinfonías de Beethoven, el resultado, po r muy brillante que éste fuera, no dejaría de ser una mera imitación. No se puede saltar más allá de la historia; es decir, nadie puede evitar encontrarse en el proceso dialéctico en el que le ha tocado vivir. La única cosa que pondría fin a este modelo de cambio en un proceso cualquiera de desarrollo,y que
u
TODA PERSONA DEBE P O R ENTERO SU www.fullengineeringbook.net EXISTENCIA AL ESTADO E l c o n c e p t o d e a l ie n a c ió n
H egel e n tie n d e p o r a lie n a c ió n la id e a d e sen tir com o ajeno y hostil algo q u e fo r m a p a r te d e c a d a uno. Tanto e n e l m u n d o e spiritu al com o en e l m a te ria l (y en e l laboral), este e stado d e a lie n a c ió n se con vierte en la f u e r z a m otora qu e lleva a l c a m b io dialéctico.
Nadie conoce,
G e o r g W il h e l m F r i e d r i c h H e g e l
por tanto conllevaría la libertad individual, sería la aparición de una situación libre de contradicciones: en el m om ento en que éstas no existieran, el cambio ya no tendría ningún sentido. En el caso del desarrollo histórico de la sociedad concebida como un todo, esta situación se daría con la consecución de un estado social ideal y carente de contradicciones, en el que cualquier cambio no sólo sería innecesario sino incluso indeseable. Para Hegel, este estado ideal vendría constituido por una sociedad orgánica en la que cada individuo fuera una
B e e t h o v e n : el e s p ír it u d e la é p o c a
P ara Hegel, to d a o bra p r o d u c id a p o r la c re a tiv id a d in d iv id u a l está im b u id a d e l espíritu d e su época, e l Zeitgeist. Así, la o bra d e u n g ra n com positor com o Ludivig v a n B eethoven (1 7 7 0 -1 8 2 7 ), cu ya trayecto ria m a rca la tra n sició n d e l clasicism o a l rom anticism o, n o p o d r ía haberse p r o d u c id o e n n in g u n a otra época, y a q u e fo r m a p a r te d e u n tiem po v u n p e río d o concreto d e l proceso histórico.
p arte en perfecta armonía con el resto y al servicio de los intereses de tina totalidad m ucho mayor que él mismo y, p o r consiguiente, en el que los valores del individualismo liberal quedarían supeditados al interés general. Si, en cambio, nos referimos al desarrollo de las ideas, esta situación libre de contradicciones se alcanzaría cuando el Geist se reconociera com o última realidad y todo aquello que hasta entonces se había visto como algo ajeno a aquél se descubriera que, en realidad, formaba parte del mismo, y no se oponía en absoluto a él. Pero hasta que esta situación no se alcance, el Geist continúa alienándose a sí mismo, p o r lo que cada individuo se encuentra sumido en una continua contradicción que le priva de conocerse y ser libre. Además, este estado de alienación es la fuerza m otora que alimenta continuos cambios dialécticos. Si uno se pregunta hasta qué plinto en el m om ento actual de la historia de las ideas se reconoce el Geist com o última realidad, la respuesta sólo puede ser una: siguiendo la filosofía de Hegel. Así, éste fue el único gran filósofo que no sólo era consciente de haber proporcionado la llave que perm ite acceder a una mejor com prensión de la realidad (algo que otros muchos filósofos habrían hecho antes que él), sino que se presentó como la culminación de todo un proceso histórico universal, es decir, como la encarnación del fin último que conduce al saber, la encarnación de la más absoluta iluminación.
La ADORACIÓN DEL ESTADO En cambio, si uno se pregunta, partiendo de la doctrina social y política de Hegel, si se ha alcanzado dicha
ni tan siquiera
siente, los límites
o defectos de una
cosa hasta que no se encuentra al
mismo tiempo por
encima y más allá de ella ”
G e o r g W il h e l m
F r ie d r ic h H e g e l
Ll. IMPERIO NAPOLEÓNICO
Napoleón Bonaparlc (1769-1821) se declaro a sí mismo em perador de/■rancia en ¡801. Sobre el año 1810 logró el imperio de gran p a n e de Europa. Su caída com enzó con la desastrosa invasión en Prusia en 1812. En 1815fu e fin alm ente derrotado p o r los británicos (bajo el gobierno del duque de Wellington) \ y los prusianos en Waterloo, y fu e exiliado a Santa Elena.
desde 1618 hasta 1945. Fue u n reino independiente hasta : que en 1867 lo dom inó la Confederación A lem ana del Soné. Prusia se dispersó \ después d e la segunda guerra mundial, cuando bajo el concejo del control aliado, la Prusia occiden tal pasó a fo rm a r parte de Polonia. Así, gran parte d e Prusia del este fu e incor¡>orada en la antigua URSS.
F e d e r i c o G u il l e r m o
III, r e y
de
P r u s ia , r e CxA l a n d o a s u s h i j o s u n o s u n i f o r m e s l a n o c h e d e n a v id a d d e 1 8 0 3
El p e n sa m ie n to d e H egel ejerció u n a n otable in flu en cia en m u ch o s cam pos, n o sólo e n el filosófico, sin o ta m b ié n en el histórico y e l p o lític o . Tras la m u erte d e l filósofo, los político s d e la d ere c h a h eg elia n a co n serva d ores se b a sa ro n en su
filo so fía p a r a a r g u m e n ta r q u e e l m odelo d e e stado id e a l era e l d e la m o n a rq u ía con stitu c io n a l p ru sia n a , r a zó n p o r la q u e era d e l todo in n ecesario c u a lq u ier in ten to d e cam bio.
situación libre de contradicciones en el desarrollo de la sociedad, la respuesta es m ucho m enos obvia. De hecho, según da a entender el propio Hegel, ese estado social ideal estaría encarnado po r la m onarquía constitucional de la Prusia de aquella época. Los defensores del estado desarrollaron este aspecto de la filosofía hegeliana e hicieron de él la base de una modalidad alemana de estado fuerte que tendría una enorm e trascendencia en los años posteriores. Estos partidarios, conocidos com o la «derecha hegeliana», creyeron ver en Hegel el fundador del movimiento nacionalista que culminaría un siglo más tarde en Hitler. No obstante, había p o r otro lado la «izquierda hegeliana» que, lejos de ver en la Prusia de 1830 el estado ideal, defendía la necesidad de llevar a cabo un cambio radical, si no revolucionario, para alcanzar el verdadero estado social ideal postulado p o r Hegel. El partidario más im portante de esta segunda corriente fue, lógicamente, Karl Marx. Así, aun a pesar del evidente abismo existente entre ambas corrientes, Hegel aparece com o el padre intelectual tanto del nazismo como del comunismo.
pensam iento occidental. Una de ellas es concebir la realidad com o un proceso histórico que tan sólo puede com prenderse analizando los mecanismos que han llevado a la situación actual y, también, el lugar hacia dónde se encamina; es decir, la realidad sólo se puede explicar desde una perspectiva estrictam ente histórica. Esto, que en la actualidad nos puede parecer algo evidente, era un concepto totalm ente desconocido hasta Hegel, pues con anterioridad los filósofos concebían la realidad com o una compleja unión de circunstancias predeterm inadas sobre las que se basaban a la hora de justificar los hechos que ocurrían a su alrededor. No obstante, Hegel impuso a partir de entonces la noción de conciencia histórica com o punto clave para interpretar el conjunto de la realidad. Esta noción de sociedad en continua transformación incidiría de forma decisiva en la obra de las dos figuras más trascendentales del siglo xix, Marx y Darwin. En el caso del primero, este concepto provenía directam ente de Hegel. Otra de las ideas principales que introdujo el filósofo alemán fue la de que la historia del m undo se sustentaba sobre una base racional vertebrada en torno a la ley del cambio, esto es, la dialéctica. Una teoría que, como veremos en el siguiente capítulo, de nuevo incide plenam ente en el pensam iento de Marx.
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C h a r l e s D a r w in
El naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) es mejor conocido p o r su teoría sobre la evolución de las especies y d e la selección natural. Em pezó a form ular sus teorías durante la travesía q u e realizó com o naturalista a b o rd o del HMS Beagle, en un viaje de cinco años que le llevó por Sudamérica y las islas del Pacífico, au n q u e d e hecho ya llevaba más de 20 años trabajando sobre las teorías de la evolución.
T res
id ea s clave
A Hegel se le deben toda una serie de ideas que han desem peñado un papel decisivo en el transcurso del
La otra idea introducida p or Hegel es la noción de iüenación: el hom bre, en el proceso de construir su propia civilización, crea todo tipo de instituciones, poderes e ideas que, a pesar de haberlas inventado él saismo, se convierten paradójicam ente en sus propias limitaciones externas, muchas de las cuales ni tan squiera llega a com prender. Así, po r ejemplo, cuando jfaorda la religión, observa cóm o son m uchos los que proyectan las cualidades y virtudes más elevadas sobre g d Dios que ven com o un ser perfecto, om nisciente y
I
“ LO REAL ES LO RACIONAL, Y LO RACIONAL ES LO REAL”
\ I
G e o r g W il h e l m F r ie d r ic h H e g e l
Kierkegaard es perfectam ente consciente de que Hegel es el más grande pensador de su época, cree que el filósofo alemán está del todo equivocado. Por el otro lado, en cambio, encontram os al joven Karl Marx, un izquierdista hegeliano que fundam entará toda su doctrina filosófica, el marxismo, en las teorías de Hegel, m anteniendo incluso la misma terminología. De hecho, durante la segunda mitad del siglo xix el hegelianismo se puso de m oda en todo el m undo occidental. Así, los filósofos británicos Bertrand Russell y G. E. Moore partieron de él, aunque más tarde acabaran cuestionándolo en algún que otro aspecto concreto, para sentar las bases de la tradición analítica que acabó dominando el panoram a filosófico en lengua inglesa durante casi todo el siglo xx. En definitiva, el desarrollo de estas cuatro ramas filosóficas (hegelianismo, marxismo, existencialismo y filosofía analítica) perm ite hacerse una idea de la trem enda im portancia que la obra de Hegel ha supuesto en la historia de la filosofía. Por otro lado, hay que m encionar la influencia que Hegel ha tenido en la fundam entación ideológica de los movimientos nacionalistas, así com o del fascismo. Hegel fue, en definitiva, el más ilustre defensor de una filosofía política de corte antiliberal en el m undo contem poráneo al sostener que las libertades individuales de cada persona quedan supeditadas al interés de la sociedad entera en aras a alcanzar su autorrealización, estado que no alcanzaría en el caso de perm anecer com o una entidad individualista e insolidaria.
E l n a c i o n a l i s m o a le m á n
La idealización que Hegel hace del estado prusiano de su tiem po sirvió d e base para que algunos intelectuales fundaran toda una ideología al servicio de un estado alem án fuerte que culminaría con la llegada al p o d e r de Hitler. Esta fotografía m uestra a un grupo d e las juventudes hitlerianas, una organización que reclutaba jóvenes de más d e 14 años a quienes se som etía a una disciplina militar a la vez que se les form aba de acuerdo con la m ás pura ideología nazi. A partir de 1939, la pertenencia a dicha organización se hizo obligatoria.
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mm ipotente, en oposición a la debilidad e ignorancia propias de la condición humana. Así, el alma infeliz que actúa de este modo no acierta a darse cuenta de que en realidad lo que está haciendo es proyectar las características humanas sobre otro ser, Dios, que concibe ; orno algo diferente e, incluso, optiesto a él mismo, : jando en verdad, dice Hegel, com parten la misma existencia espiritual. Uno de los discípulos del filósofo alemán, Feuerbach, sostenía que tanto Dios com o los r iltiplcs dioses habidos a lo largo de la historia son en d fondo meras creaciones humanas, y com o tales se han Je considerar, teoría que tendría lógicamente una -iscendencia extraordinaria en el pensam iento del
L i í DWK. I l l ¡liRBACH
/:7filósofo y novelista alem án I.udwig j'éuerbacb (1801-1872) \ estudió dos años bajo las enseñanzas de Hegel con quien se enfrentó p o r su idealismo, defendiendo, en oposición a éste, el naturalismo. Su obra principal es I.;i esenc ia ;del cristianismo (1841). en donde atacó la cristiandad convencional, describiendo la religión como ■un sueño de la mente \ humana-, proyectando en Dios nuestros ideales y naturaleza humanos.
s i g l o XIX.
E l l e g a d o d e H egel Se ha dicho que la historia de la filosofía tras Hegel no es c a s que una sucesión de diversas reacciones a favor o en contra de su obra, algo que resulta bastante exagerado, es obvio decirlo, pero que sin embargo tiene un algo de Verdad. Por un lado, se encuentra la corriente contraria a Hegel, com o la que representa el fundador del m oderno rxistencialismo, el filósofo danés Kierkegaard (1813 2855). Éste vertebra toda su filosofía en la idea de que Eodo cuanto existe es en realidad algo único e individual, po r lo que resulta del todo imposible pretender reducir verdad acerca de la realidad m ediante la formulación Je afirmaciones generales, tal com o pretenden todos los =E>temas filosóficos basados en lo abstracto. Aunque
E l a l m a in f e l i z
M uchos ven en D io s u n a f u e r z a p e rfe c ta y p o d e ro sa en oposición a la ig n o ra n c ia y d e b ilid a d p r o p ia s d e l hom bre, y p r o y e c ta n su s c u a lid a d e s so b re u n se r in d e p e n d ie n te d e l p r o p io hom bre. H egel sostiene q u e e l se r h u m a n o y D io s son u n a m ism a cosa.
M A RX
P r in c ip a l e s o b r a s
La miseria de la filosofía (1847) Manifiesto comunista (con Friedrich Engels, 1848) La lucha de clases en Francia, 1848 a 1850 (1850) Una contribución a la crítica d e la econom ía política (1859)
LA H I S T O R IA ASPIRA A CONVERTIRSE EN C I E N C I A Marx creyó haber conseguido la explicación del desarrollo histórico desde la perspectiva segura de la ciencia, que permite a la hum anidad predecir elfuturo del desarrollo de la sociedad con la exactitud- de la ciencia.
El capital (1867)
í(La historia se repite a sí misma: primero como una tragedia y,
KARL MARX (1818-1883) nació en la ciudad alemana deTréveris en el seno de una familia judía que se convirtió al luteranismo cuando Marx contaba seis años. Desde muy joven se manifestó contrario a toda religión,y su credo era éste: «La crítica de la religión es el fundam ento de toda crítica». Durante su etapa universitaria estudió derecho, filosofía e historia, y su tesis doctoral versó sobre la filosofía de los antiguos griegos. Dada su animadversión p o r la religión, no pudo optar a enseñar en ninguna universidad, po r lo que se convirtió en editor de un periódico, aunque por poco tiempo. En realidad, Marx optó po r vivir en la más estricta pobreza y se volcó durante toda su vida en el estudio y la redacción de sus revolucionarias obras. Cuando cerró el periódico que editaba, en 1843, decidió trasladarse a París, donde conoció al joven Friedrich Engels. Así se inició una de las más famosas y fructíferas colaboraciones literarias en toda la historia de la filosofía. Engels procedía de una rica familia alemana asentada en Manchester, donde poseía una fábrica textil y, de hecho, mantuvo económ icam ente a Marx durante toda su vida para que éste pudiera escribir. Fue durante los años inmediatam ente posteriores al encuentro con Engels cuando Marx estableció las principales bases de lo que más tarde se conocería como marxismo, fundamento teórico del com unismo, el único verdadero socialismo al parecer de Marx. Engels, una persona dotada de una gran inteligencia, desem peñó un im portante papel com o crítico y colaborador de su amigo, pero en definitiva era este último el que poseía el genio y la inspiración intelectual a la hora de formular las principales teorías.
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más tarde, como una farsa ^ K arl M arx
M a r x y E n g e l s e n e l s e g u n d o c o n g r e s o c o m u n is t a
En ju n io d e 1 8 4 7 se reu n ió en Londres la Liga d e los Justos, u n a so c ie d a d p o lític a secreta f o r m a d a p o r em ig ra n tes alem anes, q u e c a m b ió su n o m b re p o r el d e Liga C om unista. E ntre los o rg a n iza d o re s se en c o n tra b a n M a rx y Engels, quienes escribieron p a r a la ocasión el M anifiesto com unista.
V iv ió y m u r ió en I nglaterra Cuando Marx fue expulsado de Francia en 1845 se trasladó a
K a rl M arx
En 1 8 4 5 M a rx f u e e x pu lsado d e F ran cia y A le m a n ia p o r sus ! a c tiv id a d es revolucion arias. F in alm en te se instaló en 1 8 4 9 en 1 Londres, d o n d e fr e c u e n tó la B ritish L ibrary e n c u y a sa la d e lectura p a s ó m u ch a s horas. Su cuerpo se e n cu en tra en terra d o en el H igh gate Cem etery.
Bruselas, donde escribió junto con Engels el M anifiesto com unista, publicado en 1848. Pero no había transcurrido ni un año cuando fue de nuevo expulsado y. tras vagar de un sitio a otro, acabó recabando en Londres, en 1849, donde perm aneció 34 años, esto es, el resto de su vida. La mayoría de sus escritos consistieron en brillantes opúsculos y artículos, además de diversas obras de mayor extensión, entre las que destaca su obra maestra, El capital, publicada en 1867 y, sin duda alguna, uno de los libros que más influencia han tenido en toda la historia universal. Marx m urió en Londres en 1883, y su cuerpo se encuentra enterrado en el Highgate Cemetery.
D e s c e n d ie n t e
de
H
egel
Uno de los motivos po r los que el marxismo constituye una sólida doctrina de pensam iento es el hecho de que nació com o resultado de la fusión de tres tradiciones ideológicas muy avanzadas: la filosofía alemana, la corriente política francesa y la economía británica. Por ello, no es del todo válido reducir el marxismo a una simple «filosofía» en el sentido tradicional de la palabra, aun a pesar de que su dimensión filosófica es fundamental y habría de ejercer una enorm e influencia en los filósofos posteriores. Así, ninguna historia de la filosofía m oderna puede prescindir del marxismo. La base filosófica del marxismo deriva en su totalidad de Hegel, de quien adopta incluso la misma terminología. Las coincidencias entre ambas doctrinas filosóficas son, pues, enormes. En prim er lugar, la idea según la cual la realidad no perm anece en un estado de quietud, sino que se encuentra sometida a un continuo proceso histórico de cambio. Segundo, y com o consecuencia de lo anterior, el hecho de que la clave para entender la realidad consiste precisam ente en entender la naturaleza de dicho proceso histórico de cambio.Tercero, que este proceso responde a una ley perfectam ente inteligible. Cuarto, que esta ley llamada dialéctica se repite hasta el infinito en forma de tríadas compuestas de tesis, antítesis y síntesis. Quinto, que lo que hace que esta ley siga en plena vigencia es la alienación, responsable de que todo estado acabe siendo superado po r otro nuevo como consecuencia de los elementos contradictorios que alberga en su seno. Sexto, que el ser hum ano no puede " ~~ dominar este proceso y se ve arrastrado por éste, que responde a sus propias leyes internas. Séptimo, que este proceso ha de continuar hasta que se llegue a un estado en que las mencionadas contradicciones internas desaparezcan y ya no haya ninguna rorma de alienación ni, por consiguiente, ninguna fuerza que lleve al cambio. Octavo, que cuando se alcance esta situación libre de contradicciones, el ser hum ano dejará de verse arrastrado p o r un conjunto de fuerzas ajenas a su control y, p or prim era vez en la historia, jbism: será dueño de su propio destino y se
que se puede alcanzar este estado de libertad y autorrealización no es la atomizada postulada p o r los liberales, en la cual el individuo aparece com o una entidad independiente del resto, sino que se tratará de una sociedad orgánica en la que el interés personal quedará supeditado al de la colectividad, lo que p o r tanto perm itirá llegar a un grado de realización m ucho más intenso que si los hom bres actúan como meros individuos. Pero tras estas diez similitudes con Hegel subyace una gran diferencia, que Marx tom a de su com patriota y coetáneo Ludwig Feuerbach, otro izquierdista hegeliano, quien postula que la esencia de la realidad no es algo espiritual sino, p o r el contrario, algo material. Marx se declara materialista, no idealista. De ese modo, ese vasto proceso histórico y dialéctico que acabamos de describir m ediante esos diez puntos aparecen, en opinión de Marx, com o el resultado de una serie de fuerzas materiales, que son las que en definitiva com ponen la realidad. Es p o r ello
D as K apital. Kritik dor |wlitLsclii‘ii (Vkonomi.'.
E l c a p it a l
D escrita com o la «Biblia de la clase obrera» en una resolución de la Internacional Obrera, El capital se publicó en Berlín en 1867. En la que constituye una de las más influyentes obras de todo el siglo xix, Marx predice la supresión del capitalismo p o r el socialismo. Sin em bargo, tan sólo pudo com pletar y ver publicado el prim er volum en, ya que los otros dos fueron editados postum am ente por su am igo y colaborador Friedrich Engels.
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convertirá en el árbitro de cualquier cambio posterior. Noveno, que esto ultimo hará que la libertad y la .mtorrealización estén al alcance de todo el m undo. Décimo, que la sociedad en la
Las
posibilidades
de cada uno en beneficio de las necesidades de todos ^ K a rl M a rx y
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F r ie d r ic h E n g e l s
L a r e v o l u c ió n in d u s t r ia l
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I.A R E V O L U C IÓ N EN E lIR O P A
D u ra n te e l siglo xix el sen tim ien to n acio n a lista qu e se h a b ía a p o d e ra d o d e to d a Europa sirvió d e m a rco ideológico a u n a serie d e m ovim ien tos revolu cion arios con trarios a los p o d e re s im periales. Estos g r a b a d o s recogen escenas d e la revolu ción d e 1 8 4 8 e n Berlín.
La aparición de los sistemas de producción en serie durante los siglos xvm y x d í supuso toda una revolución en las industrias textil y metalúrgica. Así, el m undo occidental, d e u na fu erte tradición agrícola hasta entonces, entró en un proceso de industrialización que conllevó la emigración a las ciudades. Gran B retaña encabezó este proceso y durante el siglo x m i i se convirtió en la prim era potencia económ ica internacional.
que denom ina su doctrina «materialismo dialéctico» o «materialismo histórico». Ambos térm inos son intercambiables, aunque tal vez el más apropiado para referirse a la realidad hum ana sea el segundo, mientras que el prim ero, el dialéctico, se tiende a em plear más en referencia a la realidad en su aspecto más universal, no en el específicamente humano. Precisamente, Engels escribió m ucho más que su amigo Marx sobre esta segunda modalidad de materialismo.
La im p o r t a n c ia d el FACTOR ECONÓMICO Según afirma Marx, la prioridad de todo ser hum ano es L a s h ija s d e M a r x
Marx sintió u n gran cariño p o r sus hijos, aunqu e p o r desgracia de los siete iniciales tan sólo tres llegaron a la m adurez. Esta fotografía de 1864 m uestra a Marx con sus hijas, Laura, Eleanor y Jenny, en com pañía de Engels. Las hijas de Marx eran las únicas capaces de enten d er la letra de su padre, de ahí q u e se convirtieran en las responsables de transcribir sus manuscritos.
garantizar unos niveles mínimos de subsistencia que le perm itan alimentarse, vestirse, tener una casa, etcétera. La producción de esa serie de necesidades es elemental, pero una vez se ha superado cierto nivel básico, surge la necesidad de especializarse en los diversos campos de producción, tendencia que obtiene com o resultado la interdependencia de todos cuantos com ponen la sociedad. La producción de esos bienes vitales pasa de ser una actividad individual a adquirir una dimensión social. Esta dependencia m utua viene determ inada p o r la relación entre los diversos campos de producción y, a un mismo tiempo, determ ina la configuración de todo un
www.fullengineeringbook.net marco vital, la sociedad. Según el vínculo que cada uno tenga con su respectivo campo de especialización
y el resto de las personas es inevitable la aparición de
diferentes clases socioeconómicas y, p o r consiguiente, el conflicto entre éstas. De todos modos, los medios de producción se encuentran en continuo proceso de cambio, de ahí que la relación de cada uno con aquéllos y con el resto
P o l a r iz a c ió n d e las c la ses
S eg ú n la teoría d e M arx, las clases sociales v ie n e n d e te rm in a d a s p o r e l n iv e l e co n ó m ic o . A su entender, los progresos tecnológicos n o h a c e n s in o c o n c e n tr a r to d a v ía m á s e l p o d e r e n las m a n o s d e u n o s pocos, d e m a n e ra q u e a m e d id a q u e la clase obrera a u m e n ta , la c a p italista va red u c ié n d o se p ro g re siva m e n te .
de la gente evolucione también constantem ente. Así, cada vez que se produce un cambio de gran envergadura en esos
P a ra a lc a n z a r u n m ín im o n iv e l d e su b sisten cia , e l se r h u m a n o d e b e sa tisfa ce r s u s n ecesid a d es básicas. Las teorías d e sa rro lla d a s p o r M a r x d escrib en c ó m o los m ed io s d e p r o d u c c ió n d e b e n satisfacerlas. La ilu stra ció n m u estra u n a e scen a e n u n s u b u rb io d e L o n d res e n 1872.
Marx define com o «superestructura», es decir, el conjunto
medios de producción, la
de instituciones políticas y sociales, la religión, la
com posición de las clases
filosofía, el arte, etcétera, todo un conjunto de factores
sociales cambia y, p o r tanto, el
sobre los que se asientan los factores económicos, la
alcance mismo de la lucha de
«infraestructura».
clases. Cada uno de estos
M e d i o s d e s u b s is t e n c ia
Por encima de este nivel básico se encuentra lo que
Marx ilustra su teoría con num erosos ejemplos. Así,
diferentes niveles se suceden,
p o r ejemplo, constata cóm o durante la prim era etapa de
según Marx, de acuerdo con
la industrialización, cuando el transporte de las materias
un proceso dialéctico. En el
primas se realiza fundam entalm ente en barco, y los
nivel más bajo, el elem ento
molinos y las fábricas dependen de la fuerza del agua,
fundamental de todo cambio
surgen numerosas ciudades industriales a lo largo de la
social consiste en el desarrollo
costa, los ríos y los lagos. Pero la aparición de la fuerza
de los medios de producción,
del vapor, con la consiguiente llegada del ferrocarril,
que p o r otro lado definen a su
perm ite que las ciudades crezcan cerca de las principales
vez la naturaleza de las clases
fuentes de materias primas o de los mercados. Éste es,
sociales y el conflicto entre ellas.
según Marx, un claro ejemplo de cóm o el desarrollo de
“ LO Ú N I C O QUE H A H E C H O LA F IL O SO F ÍA ES IN T E R P R E T A R EL M U N D O DE VARIAS M A N ERA S, C U A N D O LO QUE H A C E FALTA ES CA M BIA R LO ”
L a c l a s e m e d ia b a ja
La industrialización supuso una transformación radical de la sociedad europea y conllevó la aparición de grandes ciudades industriales ante la masiva llegada de inmigrantes procedentes del cam po. La ilustración m uestra una típica familia inglesa d e clase m edia baja de finales d e 1890 posando en el jardín de su casa.
www.fullengineeringbook.net K arl M arx
realidad y que, p o r discutible que pueda ser, ha contribuido enorm em ente a configurar nuestra visión m oderna de la historia. los medios de producción conlleva cambios en la infraestructura. Lo cierto es que esta serie de observaciones y conceptos, tan conocidos y evidentes para nosotros hoy en día, eran del todo desconocidos hasta entonces, y fue Marx el prim ero en sacarlos a la luz. De hecho, si se aborda la historia de la filosofía desde una perspectiva puram ente marxista, se constata que es Kant el prim er filósofo que, ya en los primerísimos inicios de la revolución industrial, hacia finales del siglo
x v t ii ,
concibe el conocim iento como
un producto. Según esta interpretación, tan característica de
L in
análisis ideológico marxista, el arte aparece como
un instrum ento al servicio de la clase dirigente, al inspirarse en
s l is
valores e intereses y, p o r tanto,
convertirse en un inmejorable medio de propaganda y vanagloria de aquélla. La religión, a su vez, adquiere desde la órbita marxista una clara finalidad instrumental al convertirse, en palabras del propio Marx, en «el opio del pueblo». De hecho, esta m anera de concebir e interpretar la historia ha dado origen a toda una tradición historiográfica marxista que se basa precisam ente en esta interpretación materialista de la
E l d e s a r r o l l o d e l t r a n s p o r t e d u r a n t e la r e v o l u c ió n in d u s t r ia l
La n e c esid a d d e c o n ta r con accesos rápidos y asequ ibles q u e a c e rc a ra n las m a teria s p r im a s a los m e rc a d o s co n d u jo a u n g r a n desarrollo d e los m edios d e transporte. En G ran B retañ a, este progreso se tra d u jo a l p r in c ip io en la con stru cción d e n u m erosas carreteras y canales, a u n q u e m á s ta rd e se optó p o r el ferrocarril, ta l com o m uestra esta im agen d e la d é c a d a d e 1820.
P r o t e c c ió n d e l o s DERECHOS LABORALES DE LOS MENORES
la s terribles condiciones laborales im perantes en las fá b rica s a q u e se veían sometidos, sobretodo , m ujeres y n iños h izo q u e a principios d el siglo xix surgiera en G ran B retaña toda u n a corriente en defensa de sus derechos. Como consecuencia de esta presión p ú b lica , se aprobaron diversas m edidas legales, com o la Factory A cí de 1833Ésta, entre otras cosas, estipulaba e n nueve años la e d a d m ín im a p a r a trabajar y u n a jo r n a d a laboral de ocho horas p a ra los menores.
U n a o s t e n t a c ió n d e r iq u e z a y p o d e r
F o to g ra fia d o e n 1890, este estu d io c o n stitu ye u n típico ejem plo d e l g u sto p o r la o p u le n c ia ta n ca racterístico e n tre las fa m ilia s b r itá n ic a s m á s a d in e r a d a s d e a q u e lla época. Esta o sten ta ció n e n la d e co ra c ió n b a sa d a e n in fin id a d d e c u a d ro s y objetos
d e a rte era p r o p ia d e la burguesía, la cual, d e a c u e r d o co n los m arxistas, se v a lía d e l a rte p a r a serv ir a s u s p ro p io s intereses, y éste e n e l fo n d o n o e ra m á s q u e u n a m a n ife sta c ió n m á s d e s u p o d e r y riq u eza .
www.fullengineeringbook.net BURGUESIA La
r e v o l u c ió n
Marx ve la sociedad industrial capitalista de su época
I
A
com o el penúltim o estadio en el transcurso de la historia antes del advenimiento de una sociedad libre de todo conflicto social. Está convencido de que los imparables
progresos técnicos y el consiguiente aum ento del desempleo no hacen sino conducir a una situación en la que la masa alienada de los medios de producción es cada vez mayor y más pobre, en oposición a la clase dirigente, que cada vez tiene más poder, al concentrar más y más medios de producción. Este proceso se traduce, lógicamente, en la división de la
N O ESTÁ | PRODUCIENDO MÁS QUE SUS PROPIOS
sociedad en dos clases opuestas, la capitalista y la obrera; esta última, según Marx, cada vez más numerosa y M a n if ie s t o
c o m u n ist a
Publicado en 1848, el
em pobrecida, ha de acabar levantándose contra sus
M a n ifie sto c o m u n is ta
opresores y tom ando el control de los medios de
constituye la obra más célebre de todo el movimiento socialista. Escrito por Marx y Engels, sostiene que toda la historia de la humanidad hasta entonces no ha sido más que una continua lucha de clases y hace un llamamiento final a que la clase obrera de todo el mundo se una.
producción. Esta revolución sería el fin de la historia por partida doble, ya que por un lado se trata del clímax al que se dirige inevitablemente todo acontecim iento y, por otro, supondría el cese de todo proceso dialéctico al haber desaparecido las distintas clases sociales y dar lugar a una sociedad perfectam ente libre. En ese contexto, los medios de producción estarían en poder y al servicio del conjunto del pueblo y, com o afirma Engels, el único poder que haría falta sería simplemente el que administrase los recursos. De ese modo, se alcanzaría un estado en el que, ajeno a todo poder opresor, y desembarazado de todo tipo de fuerzas
SEPULTUREROS, j SU CAÍDA Y LA ¡ CONSIGUIENTE VICTORIA DEL PROLETARIADO ES INEVITABLE” K arl M arx
dialécticas, el ser hum ano sería libre y se sentiría plenamente realizado.
Fa lso
pro feta
Lo cierto es que las posteriores tentativas de llevar a la práctica las teorías defendidas po r Marx difirieron notablemente de los postulados originales del filósofo revolucionario. Esto fue debido sobre todo a que se equivocó a la hora de definir la naturaleza misma de 'U doctrina, que consideraba tan científica como pudieran serlo las teorías de Newton. Así pues, de igual modo que partiendo de un profundo análisis del presente estado de cualquier conjunto de objetos en movimiento se puede llegar a predecir cómo será ese mismo conjunto en el futuro mediante las leyes newtonianas, Marx creía a su vez haber descubierto las leyes del movimiento im perantes en la sociedad, tal como afirma en el prefacio de El capital, de modo que, según él, era perfectam ente posible establecer el rumbo de dicha sociedad en el futuro. Por todo ello, sostenía que su doctrina, el marxismo, era «científica»,
D is i d e n t e s r u s o s
Los m arxistas era n im placables con los d isidentes, q u e o bien e ra n en ca rcela d o s o bien ejecu tados. Esta fo to g ra fía d e 1 9 3 2 m uestra u n g u la g ruso en e l q u e los d eten idos era n obligados a tr a b a ja r en la con stru cción d e u n can al.
í(La religión de ahí que esta modalidad del socialismo se conozca
es el opio
con el nom bre de «socialismo científico» para así
del pueblo ”
diferenciarla de otras. De hecho, siempre mostró
K arl M arx
una gran animadversión p o r cualquier socialismo
www.fullengineeringbook.net no científico, pues consideraba que se basaba en meras utopías o doctrinas moralistas ajenas a la
realidad. Una realidad que él, en cambio, abordaba
desde una perspectiva estrictam ente científica para analizar todas aquellas fuerzas y leyes sobre las que se asentaba y emitir así una doctrina política realista. De hecho, este carácter supuestam ente científico del marxismo fue una de sus principales bazas hasta bien entrado el siglo xx. De este modo, los marxistas se basaban no en una serie de opiniones personales, sino en toda una doctrina científica de validez incuestionable. Esto último les confería una extraordinaria confianza y, com o consecuencia, hicieron gala de una ya célebre intolerancia con todo tipo de opiniones o puntos de vista alternativos, de modo que lo prim ero que hacían cuando llegaban al poder era prohibir la publicación o enseñanza de cualquier ideología incompatible con la suya. Por otro lado, otro de los grandes atractivos del marxismo era el hecho de que, al predecir el futuro transcurso de la sociedad con una fiabilidad absolutam ente científica, se L a o p r e s i ó n c a p it a l is t a
Este cartel ruso d e 1 9 1 8 m uestra a l zar, el clero y la aristo cra cia en u n ca rro tira d o p o r e l pu eb lo . M a rx estaba co n ven cid o d e q u e el capitalism o se d erru m b a ría p o r a cció n d e sus p ro p ia s con tra d iccio n es in tern a s y d a ría p a s o a la d ic ta d u ra d el proletariado: a m e d id a q u e la clase capitalista oprim iera m á s y m ás a la clase obrera, m á s a g u d o se h a ría el conflicto d e clases, ha sta el p u n to en que a q u élla a c a b a ría im pon ién dose sobre su s opresores.
consideraba que el advenimiento del socialismo era algo inevitable y que, p o r tanto, todos los socialistas se encontraban en el camino correcto que conducía al futuro. En definitiva, estaban convencidos de que las ideas que defendían iban a hacerse realidad con independencia de que otros lo quisieran o no: el futuro
S a la d e l e c t u r a DE LA ANnGUA B r it is h L ib r a r y
La enorm e sala d e lectura de la British Libran.- fue diseñada p o r Robert Smirke, arquitecto del British M useum. Acabada e n 1857, se construyó con la intención d e abrir las colecciones d e la biblioteca -a todos los estudiosos y curiosos». M uchos grandes intelectuales han frecuentado esta sala, com o G eorge Bernard Shaw, Mahatma G andhi y el p ropio Marx.
del m undo entero estaba al final de
llegando al poder, que en algunos
su camino o, como solían decir, «la
casos todavía mantienen. Es, en
historia se encuentra de nuestro
definitiva, una clara dem ostración de
lado», y todo aquel que se opusiera
la extraordinaria repercusión que las
acabaría, en palabras de Trotsky, en
ideas de Marx han tenido en la
el cubo de la basura de la historia.
historia reciente.
De este modo, se consideraban los abanderados del futuro, los más
D
eclive y c a íd a
m odernos, pues no sólo vivían en el
El especial énfasis que Marx puso
presente sino también en el futuro,
a la hora de defender el carácter
algo que hasta entonces nadie había
científico de su doctrina dejó a ésta
hecho.
al descubierto cuando se trató
Un
acontecim ientos en la realidad,
de refutarla m ediante los
L a r e v o l u c ió n r u s a
En m arzo d e 1917 estalló la revolución en Petrogrado (la actual San Petersburgo) y se organizaron p o r todo el país consejos revolucionarios (soviets) de soldados, obreros y cam pesinos. El zar abdicó y se estableció u n gobierno provisional. En el verano d e ese m ism o año A leksandr Fydorovich K erensky (1881-1970) se convirtió en el prim er ministro, p e ro el soviet de Petrogrado p asó a m anos d e los bolcheviques de Lenin, quien durante los días 7 y 8 d e noviem bre tom ó el poder.
a t r a c t iv o p o d e r o s o
La com binación de todas estas ideas
tal com o ocurre con la necesaria
(ciencia, modernización, futuro)
experim entación de toda afirmación
tuvo una acción casi hipnótica para
supuestam ente científica. El hecho
una gran cantidad de intelectuales
es que a finales del siglo xix ya
en los países en vías de desarrollo,
resultaba del todo evidente que
quienes veían en las teorías económicas del marxismo, basadas
los acontecim ientos históricos no acababan de adecuarse en absoluto
en la planificación centralizada y el
a las «leyes científicas del proceso
control de la economía, «la solución
histórico» postuladas p o r Marx.
ideal» para sus economías. Si en
Esto dio pie a que surgieran diversas corrientes «revisionistas»
el siglo x v i i i las teorías de Locke desem peñaron un papel fundamental en el éxito de la guerra
L a ARQUITECTURA FUTURISTA RUSA
en las que pensadores marxistas
www.fullengineeringbook.net de independencia norteam ericana y
la Revolución francesa, en el siglo xx
La p o b r e z a y e l c aos so c ia l d e los p rim e ro s a ñ o s d e la revolu ción h iciero n q u e los a rtista s y a rq u itectos b u sca ra n soluciones radicales, com o la d e esta c iu d a d flo ta n te id e a d a p o r G eorgy Tikhonovich en 1928.
este papel quedó reservado para la ideología marxista, que sirvió de base ideológica para las dos mayores revoluciones jamás
u
LOS PROLETARIOS N O TIENEN
Le ó n T r o t s k y
Uno d e los dirigentes de la revolución de 1917 y del levantam iento d e la arm ada roja, León Trotsky (1879-1940) fue u n o de los rivales d e Stalin para hacerse con el p o d e r tras la m uerte d e Lenin en 1924. Finalmente, Stalin acabó im poniéndose y en 1929 Trotsky fue deportado. Se estableció en México, d o n d e fue asesinado a m anos d e un agente estalinista.
NADA QUE P ER DER SALVO SUS C A D E N A S ” K arl M arx
habidas hasta entonces, las revoluciones comunistas de Rusia (1917) y China (1948-1949). Además, tras la segunda guerra m undial surgieron numerosos movimientos revolucionarios comunistas entre los países subdesarrollados, en m uchos de los cuales acabaron
trataron de buscar la fórmula de adecuar la realidad a las leyes
marxistas y, en cierta medida, tam bién lo contrario. De esta m anera surgieron diversas escuelas
de pensam iento marxista, muy diferentes entre sí y algunas de ellas incluso violentas. Al final, lo único que quedó en claro es que, independientem ente de dónde se impusiera un movimiento político inspirado en el marxismo, el resultado era siempre el mismo: la imposición de una dictadura burocrática sobre una sociedad que muy poco tenía que ver con la postulada p o r Marx. De igual modo, y también sin excepción, la econom ía de estas sociedades dem ostraron ser un fracaso, de modo que el pueblo, en vez de mejorar su situación, acababa siendo aún más pobre. En definitiva, la historia ha dem ostrado que todo gobierno inspirado en el marxismo sólo ha traído consigo la dictadura y la pobreza, de ahí que sean m uchos los que hayan llegado a la conclusión de que existe algún error en la doctrina postulada p o r Marx. En cualquier caso, no cabe duda de que la influencia que el marxismo ha ejercido sobre la cultura m oderna ha sido extraordinaria, y no en vano todavía hoy en día, a pesar de contar con muchos menos adeptos, constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que se ha levantado la m oderna sociedad de nuestros días.
E l PODER de las IDEAS e puede decir sin tem or a exagerar que ningún otro filósofo a lo largo de la historia ha ejercido una mayor influencia, y en un período de tiem po tan breve, como Marx. Aunque durante toda su vida no dejó de ser un intelectual pobre y apenas conocido que vivía de la generosidad de sus amigos y que se pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo y escribiendo, a m enudo en el British Museum, el caso es que a los 70 años de su muerte, acaecida en 1883, aproxim adam ente una tercera parte de la hum anidad se encontraba viviendo bajo unos sistemas de gobierno que se denom inaban a sí mismos «marxistas».
S
Muchas de las principales figuras de la historia reciente se han dejado guiar por el marxismo, com o Lenin, Trotsky y Stalin en Rusia; Tito en la antigua Yugoslavia; Mao Zedong en China; Ho Chi-minh en Vietnam, y Fidel
m undo del arte se reconocieron abiertam ente com o marxistas o comunistas, com o los dramaturgos Jean-Paul Sartre (destacado novelista y también filósofo) y Bertolt Brecht (un gran poeta, por otro lado), el poeta Pablo Neruda o el pintor Pablo Picasso. or otro lado, es justo señalar que la concepción que se tiene del arte desde una perspectiva estrictamente marxista, según la cual la verdadera función de éste es la crítica social, sigue gozando todavía hoy en día de una gran aceptación. De acuerdo con este punto de vista, el arte aparece com o un inmejorable m edio de profundizar en el conocimiento y en la crítica de los aspectos más deplorables de la realidad, de ahí que en última instancia incite a cambiar dicha realidad como si se tratase de un instrumento revolucionario más. No m erece el calificativo de arte todo aquello que ayude a inmortalizar los valores de la sociedad existente e invite a aceptarlos com o los únicos posibles. Esta noción del arte, no siem pre compartida por los ideólogos anteriores a Marx, resulta perfectamente válida en la actualidad y, hasta cierto punto, constituye el último bastión del marxismo en el m undo de hoy en día.
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ntre éstos se encontraban todos los países del este de Europa, Rusia y el antiguo imperio de los zares, y China. Nada igual había ocurrido hasta entonces ni es probable que vuelva a suceder en el futuro, si es que se puede hacer este tipo de afirmaciones. Ni la fulgurante expansión inicial del cristianismo o del islam, ni siquiera la del budismo en su período de máximo apogeo. Ha sido un fenóm eno de unas proporciones inconmensurables, más aún si tenemos en cuenta que desde un punto de vista práctico el marxismo ha supuesto un rotundo fracaso del que no se ha salvado ninguna meritoria excepción.
E
La v e r d a d e r a
FINALIDAD DEL ARTE ES LA CRÍTICA SOCIAL Castro en Cuba. Todos ellos han cambiado el mundo. Durante su época de mayor apogeo, el marxismo ejerció una influencia determ inante tanto en el arte com o en la política. Así, algunas de las personalidades más célebres del
P rin cip ale s o b ra s
N
El nacim iento de la tragedia (1872) Hum ano, dem asiado hum ano (1878) Más allá del bien y del mal (1886) La gaya ciencia (1887)
« D I O S HA M U E R T O » La moral y los valores del hombre occidental derivan de u nas creencias religiosas que éste está dispuesto a perder. Es necesario, por tanto, buscar unos valores nuevos.
La genealogía d e la moral (1887) Así habló Zaratustra (1891)
^N o hay hechos, sólo interpretaciones F riedrich N ietzsche
FRIEDRICH NIETZSCHE (1844-1900) procedía de una familia en la que abundaban los pastores luteranos (su padre y sus dos abuelos lo fueron). En la escuela y en la universidad estudió a los clásicos y fue un alumno tan brillante que hacia los 25 años ya se había convertido en profesor universitario. Nunca estudió filosofía y tan sólo se interesó por ésta tras leer a Schopenhauer, cuya obra ejerció una influencia enorm e en el joven Nietzsche. D urante los 16 años siguientes se dedicó a viajar por Suiza e Italia y publicó sin gran éxito algunas de sus obras más conocidas, como El nacim ien to de la tragedia (1872), H um ano, dem asiado h u m a n o (1878), Más allá del bien y del m a l (1886), La gaya ciencia
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(1887), La genealogía de la m oral (1887) y A sí habló
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Zaratustra (1891).
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V iv ir c o n p l e n it u d D urante su juventud, además de ser discípulo de Schopenhauer, Nietzsche cayó ante el hechizo del com positor Wagner, con el que trabó una profunda amistad a pesar de la gran diferencia de edad que
mediaba entre ambos. No obstante, en un m om ento dado Nietzsche se rebeló contra sus dos grandes m entores e incluso dio pie a algunas de las más célebres polémicas antiwagnerianas,El caso de Wagner (1888) y Nietzsche contra Wagner (1895). Por desgracia, cuando se encontraba en la plenitud de sus cuarenta años sufrió R ic h a rd W a g n e r Tras com enzar su carrera com o director de orquesta en Riga, W agner viajó p o r toda Europa, aunq u e sus prim eros éxitos n o llegaron hasta la época e n q u e entró al servicio de Luis II de Baviera. Tras su relación c on Cosima von Bülow, tuvo q u e ab andonar M unich y se estableció en Suiza, d o nde com puso sus obras más célebres, com o El anillo d e los nibelungos, q u e no se interpretó hasta 1876.
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F ried rich N ietzsche Elfilósofo F riedrich N ietzsche, e l escritor m a g istral d e p r o sa en len gu a a lem a n a , vivió d e d ic a d o p o r com pleto a su s obras y llevó u n a v id a d e lo m á s a ustera. En 1 8 8 9 su frió u n colapso m ental, p o r lo q u e e n su s últim os on ce a ñ o s d e v id a n o p u d o escribir n a d a más.
un colapso mental, debido probablem ente a una sífilis contraída en su juventud, que le duró hasta el final de su vida, en 1900, cuando gozaba de una enorm e reputación internacional. Nietzsche coincide con Schopenhauer al negar la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. Por otro lado, tam bién concibe la vida com o un largo sinsentido abocado al sufrimiento y la muerte, y dirigido p o r una fuerza irracional que se puede llamar voluntad. En cambio, rechaza la teoría del filósofo alemán que sostiene que este m undo es tan sólo una parte de una realidad m ucho mayor, y lo ve como la única realidad existente, de ahí que se oponga al rechazo total del m undo que proponía Schopenhauer: según Nietzsche, el hom bre debe vivir al máximo y aprovechar en la medida de lo posible todo lo que le ofrezca la vida. Precisamente, la totalidad de la obra de Nietzsche gira en to m o a cómo
sacar el máximo rendim iento a un mundo que no sólo carece de Dios sino de sentido alguno. La b ú s q u e d a d e n u e v o s v a lo r e s Lo prim ero que hace Nietzsche es atacar la moral y los valores im perantes en la sociedad de su tiempo, unos valores que, según afirma, proceden directam ente de la cultura griega y la tradición judeocristiana, es decir, unas sociedades que en nada se parecen a la actual y que se asientan en unas religiones en las que apenas cree la gran mayoría. Así, para Nietzsche ésta es una situación tan contradictoria com o deleznable: no se puede basar la existencia en un sistema de valores cuyos pilares, en el fondo, ya no tienen crédito alguno, pues entonces lo que se está haciendo no es más que llevar una existencia
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Aurora (1881)
ie t z sc h e
falsa. Así, propone buscar una nueva base ideológica en la que creer y fundam entar esos valores, o bien abandonar estos últimos y encontrar otros que se adecúen verdaderam ente a la realidad.
Sa t is f a c c ió n El siguiente paso de Nietzsche consiste en arrem eter contra esos valores im perantes e intentar destruirlos p o r todos los medios posibles. Lo que perm ite al ser hum ano salir de su condición animal, sostiene, y desarrollar cualquier forma de civilización, incluido todo aquello que se engloba dentro del concepto de arte, no es más que el constante desbancam iento del débil p o r parte del poderoso, del incom petente p o r el com petente, del estúpido po r el E l iW ONTE O l i m p o , l a r e s i d e n c i a d e l o s d io s e s inteligente. Sólo gracias a este proceso, tan S e g ú n N ietzsche, los valores m o ra les im p e ra n te s d e riv a n e n s u g r a n m a y o ría d e antiguo com o la propia humanidad, ha sido la a n tig u a G recia y la tra d ic ió n ju d e o c ris tia n a , d e a h í q u e n o te n g a sentido, posible que perdurara lo más preciado y e n u n m u n d o s in D ios, u n a e xiste n c ia b a sa d a e n so cie d a d e s q u e y a n o e xisten y e n religiones e n las q u e y a n a d ie cree. valorado de la existencia. Pero entonces aparecen los llamados moralistas, como Sócrates y Jesús, afirmando que esos valores no son de la moral, incluso las personas más dotadas quedaban válidos, sino que las leyes deberían proteger al débil uniformizadas p o r ese conjunto de supuestos valores. de la opresión del poderoso de modo que la justicia Según Nietzsche, esto no es más que la peor reinara, y no oprimiera. Por el contrario, según Nietzsche manifestación posible de la decadencia y una absoluta lo que ha posibilitado que el hom bre superase su condición animal y apareciese la civilización ha sido precisam ente el proceso contrario, el favorecimiento del
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EL ARTE ALZA LA CABEZA CUANDO LA RELIGIÓN RELAJA SU OPRESIÓN”
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F r ie d r ic h N ie t z s c h e
más espabilado y em prendedor sobre el más apocado, de manera que los dirigentes (el innovador, el seguro de sí mismo, el aventurero) no queden constreñidos en un sistema de valores que los sitúe a un mismo nivel que el conjunto de la humanidad. Lo que hacen los moralistas es, en definitiva, elevar al rango de virtudes los rasgos característicos del esclavo: una vida de servicio a los otros, sacrificio y resignación, de modo que, en nom bre
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S o m e t i d o a l s is t e m a d e v a l o r e s
N ietzsch e sostiene q u e to d o in n o v a d o r está supeditado, e n n o m b re d e la m ora lid a d , a u n o s valores q u e le s itú a n en ig u a ld a d d e co n d ic io n es c o n e l resto d e la h u m a n id a d . Esta ilustración a le m a n a d e 1 8 9 5 m u e stra có m o la e n c a r n a c ió n d e l «Domingo» aparece a tr a p a d a e n tre los sistem as d e valores d e la Iglesia y e l Estado.
O t t o v o n B is m a r c k
El jefe de estado prusiano, Otto von Bismarck (1815 1898), prim er canciller del Imperio germ ano (1871 1890), coincidía con Nietzsche a l sostener qué «el destino del débil es ser devorado p o r el poderoso-. El éxito d e Bismarck consistió en m antener a Europa estable durante 2 6 años después d el congreso d e Berlín. Wtlliam Gladstone dijo de él: «Hizo grande a Alem ania y pequeños a los alemanes». Fue lodo un genio, pero tam bién un gran oportunista.
m undo se someta a esos principios interesados. Una vez se tiene claro el hecho de La g u e r r a FRANCO-PRUSIANA Olto vó n & i s m m ch pr o v o c ó q u e Francia declarara ta g u e n a a Frusta e n julio d e 1870. l a eficacia d e la ofensiva a l e m a n a contrastéco n la ineptitud d e la movilización francesa. L a clara victoria d e los primeros m a r c ó elfinal d e la d o m i n a c i ó n francesa ; e n E u ropa, a la vez q u e permitió a B í sm ar ck unificar los diversos estados del Ri ñ e n ú n a única confederación alemana. El 1 8 d e \ enero d e 1 8 7 1 se p r o c l a m ó el nu ev o Imperio a l e m á n y él rey d e Prusia p a s ó
a ser Guillermo 1 de Alemania.
que es el propio ser humano el único creador de sus propios principios morales, resulta m ucho más fácil elegir qué intereses son los más beneficiosos, aquellos que han perm itido que el hom bre haya abandonado su condición de animal irracional hasta crear toda una civilización: la eliminación del ser inferior p o r parte del superior en todos los aspectos de la realidad humana. El imaginativo, el audaz, el creativo, el astuto, el valiente, el curioso, es decir, todos aquellos con madera de líder deben liberarse de los principios propios de los esclavos y dedicarse a vivir la vida y a desarrollar todo su potencial. Nietzsche denomina este instinto natural «voluntad de poder», un concepto que aplica no sólo al ámbito de la política o las conquistas militares sino también en el cam po artístico. De este modo, todo aquel que desarrolle al máximo su potencial se convierte en una especie de ser superior o, en la célebre expresión L íd e r e s n a t u r a l e s empleada p o r Nietzsche, un Según N ietzsche, todos los h om bres h a n d e p o d e r desa rro lla r todo su poten cial, «superhombre». En esta categoría la «v o lu n ta d d e poder», ta n to en e l ca m p o cu ltu ra l y p o lític o com o en el bélico. N apoleón, q u e se m uestra a q u í e stu d ia n d o en la R eal A ca d e m ia M ilita r d e inscribe no sólo a personas como B rienne, e n 1779, e n c a rn ó a la p e rfec c ió n la re a liza c ió n d e su «v o lu n ta d Napoleón, sino tam bién a Lutero y Goethe, e incluso a Sócrates, quien supo im poner sus propios principios negación de cuanto positivo ha producido la cultura y la (no com partidos p o r Nietzsche) con total valentía y civilización, hasta el punto de que si se continúa p o r este perseverancia. La aceptación de estos nuevos principios camino se corre el peligro de perder lo más preciado com porta un doble beneficio. Primero, el potencial de nuestro mundo. Así pues, para Nietzsche resulta creativo del ser hum ano quedará libre de trabas de modo imprescindible rom per con esta moral propia de los que en todos los campos del conocim iento se podrán esclavos. alcanzar hitos desconocidos hasta ese m om ento y la Pero, desde el m om ento en que se determ ina civilización avanzará con gran rapidez, algo que p o r otro rechazar esos principios morales, se plantea el lado favorecerá al conjunto de la humanidad. Segundo, interrogante de cóm o llegar a formular otros nuevos las personas mejor dotadas podrán realizarse en todos que sustituyan a los anteriores y se amolden los aspectos y alcanzarán un estado de felicidad lejos de perfectam ente a la vida moderna, a lo que Nietzsche la frustración im perante hasta el m omento; una felicidad responde que en un mundo, éste, el único posible, en el que, p o r otro lado, va más allá de los simples placeres de que no existe Dios alguno, no tiene sentido hablar del la vida m undana y que se refiere a su plena realización origen trascendental de la moral, sino que ésta debe ser como individuos. una creación genuinam ente humana. Los antiguos principios im perantes hasta ahora, propios de los D e c ir sí a la v id a esclavos, no tienen una procedencia divina, sino que han Así pues, los principales valores postulados por sido im puestos por otros hombres, salidos igualmente Nietzsche son aquellos que se basan en la vida misma,, j i del populacho para som eter a éste en su propio interés, y de m anera que todo hom bre aprovecha al máximo sus de ahí que incidan tanto en la necesidad de que todo el posibilidades. En este sentido, una de las expresiones más
www.fullengineeringbook.net Sir R ic h a r d B u r t o n
El ideal del «superhombre» postulado p or Nietzsche fue en cam ad o p o r sir Richard Burton (1821-1900), un explorador, soldado, botánico, geólogo y traductor inglés que recorrió todo Oriente Medio (fue u n o de los prim eros europeos en entrar en las ciudades santas de la Meca y M edina) y el África oriental, donde descubrió junto con Jo h n Speke el lago Tanganika. Entre la extensa producción literaria de Burton, destaca una traducción de las Noches arábigas (1885-1^88) y las de gran parte d e la literatura erótica oriental, que le llevaron a ser conden ad o p o r prom over el vicio.
utilizadas p o r el filósofo es «atreverse»; de hecho, toda su filosofía podría resum irse en el siguiente mandamiento:
previam ente ha de volver a la realidad algún día, y así hasta el infinito. Según esta visión, vivir al máximo no
-Atrévete a ser lo que eres». Esto, en el fondo, implica el que todo hom bre viva la vida lo más acorde posible con los instintos naturales y, por otro lado, conduce a una inevitable confrontación con los demás. Pero, al fin
es más que vivir de la manera que uno querría vivir eternam ente, de modo que la vuelta cíclica del tiempo
y al cabo, tanto el audaz com o el aventurero aman las dificultades, se realizan superándolas y éstas les ayudan a desarrollar al máximo sus capacidades personales. Lógicamente, en este conflicto perpetuo el más débil acabará sucumbiendo, pero eso es algo siempre positivo. En el fondo, concluye Nietzsche, pretender acabar con el sufrimiento y la derrota es tan inútil como, p o r ejemplo, intentar acabar para siempre con el mal tiempo.
perm ite dotar a un m undo finito y delimitado de una dimensión vital casi eterna. Llegados a este p unto es conveniente diferenciar el reto que Nietzsche plantea y su propia respuesta a dicho reto. De hecho, son m uchos los que han encontrado que este reto es m ucho más legítimo y al mismo tiem po poderoso si no se tiene en cuenta la respuesta que el propio Nietzsche propuso. El reto planteado es que, desde el m om ento en que ya no
LA VIDA COMO UN RETO Nietzsche juzga el resto de los valores bajo esta misma dimensión de afirmación de la vida. Así, el bien constituye el pedestal sobre el que se asienta la vida y perm ite desarrollarla plenam ente. Incluso la noción de lo verdadero está del lado de la vida, y no en su contra. Pero uno podría plantearse la siguiente pregunta: «¿Qué sentido tiene todo esto? Si se afirma que no hay más vida que ésta y que sólo existe este mundo, ¿qué im porta lo que haga o deje de hacer uno? Incluso la vida más exitosa y brillante está condenada a la muerte, tras la cual
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LA TENTACION DE LA CONCIENCIA ES INDECENTE F r ie d r ic h N ie t z s c h e
todo lo hecho o vivido pasará al más com pleto olvido, ¿ nihilismo absoluto. Entonces, ¿qué más da si se ha actuado de un modo u otro?». Nietzsche responde a dos Jempos. Por un lado, defiende una vida que se basta a sí misma y que, por tanto, m erece la pena vivir po r sí sola, á n necesidad de trascender más allá de ella ni de buscar ningún tipo de interpretación abstracta. En cierto modo, Ai1«fc.k' ¿¡jwxv? LV;í'¿íse* :
E l r e t o d el c o n f l ic t o
V iv irla v id a a l m á x im o lleva a l ch oqu e-de intereses con e l resto d e la h u m a n id a d , conflicto qu e N ietzsch e c on tem pla com o algo positivo, y a qu e p e rm ite d e fin ir el p a p e l d e los líderes y d e sarrollar sus c a p a cid a d es. Estos fra n c e se s celebran la ca p tu ra d e la b a n d e ra p r u s ia n a d e Jena, en 1806.
ZOROASTRO
Tam bién conocido com o Zaratustra, Zoroastro fue el fundador en el siglo vi a. C. d e una región persa preislámica que modificó la tradición religiosa aria, q u e se basaba en la idea del etern o castigo, según la balanza se decantara hacia el bien o el mal durante la vida terrenal. Nietzsche se vale de Zaratustra com o portavoz de sus teorías sobre el cristianismo, al que com bate, y otra serie de elem entos, com o la m uerte de Dios y la necesidad d e que haya conflictos en la sociedad.
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A sí h a b ló Z aratu stra Acabada cuando Nietzsche contaba con 40 años, A s í h a b ló Z a ra tu str a (1891), qu e no tuvo una gran acogida e n su prim era edición, hoy en día se considera com o una d e las obras m aestras de la literatura universal. A lo largo de sus cuatro volúm enes, Nietzsche expo n e una visión general del conjunto de su filosofía. Muy atrevida tanto en la forma com o en las ideas expresadas, sobre todo en lo relativo a la moral y la psicología, en esta obra aparece p o r prim era vez el concepto del «superhombre».
El a r t e p o r el a r te
E l p in to r a u stría c o G u sta v K lim t (1 8 6 2 -1 9 1 8 ), q u e e staba fa m ilia r iz a d o c o n los escritos d e N ietzsche, a rre m etió c o n tra los c o n ve n c io n a lism o s d e la s o c ie d a d v ienesa d e f i n d e siglo, q u e s im b o liza b a e l f i n a l d e to d a u n a época. S u obra se c a ra c te riza p o r
u n fu e r t e in g red ien te s e n s u a l y erótico, ta l co m o se a p rec ia e n El b e so (1 9 0 7 -1 9 0 8 ), h e ch o q u e le llevó a s e r tild a d a d e p o rn o g rá fic a , c u a n d o e n r e a lid a d e jem plifica a la p e rfe c c ió n los p o stu la d o s de N ietzsche.
tienen vigencia una serie de creencias religiosas tradicionales, no es lícito justificar todo un sistema moral y de valores a partir de dichas creencias ya que, de hacerlo, se actuaría de un modo falso y erróneo. Lo que hay que hacer, según sostiene Nietzsche, es reformular el conjunto de principios morales sobre los que se asienta una sociedad que ya no cree en el conjunto de valores mantenidos hasta ahora. Éste es un reto de unas dimensiones extraordinarias, pero que exige una actuación de la máxima urgencia en un m undo cada vez más alejado de la religión. De hecho, el reto planteado por Nietzsche se ha convertido en la más acuciante asignatura pendiente con la que tiene que hacerse frente, no sólo Occidente, sino también todo pueblo que ya no m antenga la fe en su religión, y ha marcado los fundamentos ideológicos de la corriente existencialista del siglo xx. En realidad, se trata de un reto que perm anece todavía sin resolver y, al decir de muchos, constituye el más im portante interrogante filosófico de
propaganda nazi, a su vez, se sirvió de varios conceptos de Nietzsche, com o el de superhom bre o el de «voluntad de poder». Por todo ello, se le ha considerado com o el principal ideólogo de los fascismos, tanto por los propios fascistas com o p o r sus adversarios, hecho que ha marcado el modo en que durante muchas generaciones se ha interpretado la obra del genial filósofo alemán.
I n f l u e n c ia
d el arte
Nietzsche ejerció una enorm e influencia en los artistas de finales del siglo xix y principios del xx.Tal es el caso de los dramaturgos mundialmente conocidos August Strindberg, Luigi Pirandello o Bernard Shaw, quien tituló una de sus obras El hom bre y el superhom bre (1905) y reconoció: «Debo la fama a mi continuo em peño en obligar al público a reconsiderar sus principios morales». Él mismo afirmó que el conjunto de la filosofía de Nietzsche podía resumirse en estos tres versos que Shakespeare puso en boca de Ricardo III:
“ el h o m b r e es UNA CUERDA, ESTIRADA p o r LA BESTIA Y EL
Lou S a l o m é En 1873 Nietzsche conoció a Paul Rée, otro filósofo, y am bos se hicieron grandes amigos. Rée le presentó a Lou Salomé (1861-1937) y se estableció una com plicada relación a tres bandas. Poco a poco, los sentim ientos de Rée por Lou fueron m inando su am istad con Nietzsche, y los celos de la herm ana de éste acabaron por com plicar todavía más la situación.
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SUPERHOMBRE: UNA CUERDA SOBRE EL A B IS M O ”
C esar e Lo m b r o so
F r ie d r ic h N ie t z s c h e
nuestros días. Por ello mismo, Nietzsche ocupa un lugar preponderante entre los filósofos más im portantes de :oda la historia reciente. Ya hem os com entado que es m ucho más interesante el reto planteado por Nietzsche que la propia solución que éste propone, aunque lo cierto es que dicha solución rjerció una decisiva influencia durante el siguiente rnedio siglo. Así, Mussolini, el fundador del fascismo, leía con avidez las obras de Nietzsche; no en vano, Hitler bsequió al dictador italiano con las obras com pletas del ilósofo en su histórico encuentro de 1938 en Brenner. La
E l TRIUNFO DE LA VOLUNTAD
A lg u n o s d e los conceptos em pleados p o r N ietzsche, c om o e l d e la «v o lu n ta d d e poder», fu e r o n em pleados p o r la p r o p a g a n d a fa s c ista d e M u sso lin i y Hitler. P ero N ietzsch e n o era n i n a c io n a lista n i a n tisem ita , y , p o r tanto, a s o c ia r la idea d e «superhombre» c o n la su p u esta p u r e z a y su p erio rid a d d e la r a za a n a es u n a equivocación. La fo to g r a fía superior m uestra u n a c o m petición celebrada p o r los n a z is e n N urem berg, A le m a n ia , e n septiem bre d e 1934.
Las teorías del superhom bre y d e la suprem acía d e las personas superiores fo rm u la d a s p o r N ietzsche fu e ro n respaldadas p o r otras teorías d e aquella m ism a época. Cesare Lombroso ( 1836 1909), u n profesor italiano de tnedicina, psiquiatría y antropología crim inal, f u e el au to r de u na teoría similar: los m iem bros de la clase crim inal se distinguían p o r su aspecto físico, com o la fo r m a del cráneo, la n a riz o las cejas
G eo rge B e r n a r d S h aw
El dram aturgo irlandés George B ern a rd Sbaw (1856 195 0 ) a lca n zó g ran fa m a p o r sus obras teatrales en las q ue c om bina filosofía y política. Como socialista, leyó con a v id e z la obra de Marx, a la v ez que la incitación a disfrutara i m á xim o d e la vida fo r m u la d a p o r N ietzsche ejerció en él u n a g ra n influencia; de hecho, tituló u n a d e sus obras El h o m b re y el s u p e r h o m b r e ( 19 0 5 ).
La conciencia no es sino u n a p a la b ra qu e los cobardes em plean Con el objetivo de m a n ten e r a los poderosos en el poder. ¡Nuestros fu e rte s brazos serán nuestra conciencia, las espadas serán nuestra ley! La obra del más grande poeta en inglés de aquella época,W. B.Yeats, recibió una fuerte influencia de la filosofía de Nietzsche, al igual que la de los poetas alemanes Rainer Maria Rilke y Stefan George, y los novelistas Thomas Mann y Hermann Hesse, también alemanes. Por lo que respecta a los autores franceses, destacan, entre otros, André Gide, André Malraux, Albert Camus y Jean-Paul Sartre. En definitiva, se puede afirmar que, sin duda alguna, Nietzsche fue el filósofo que más influencia ejerció sobre los grandes escritores europeos después de Marx, si es que este último puede considerarse filósofo en el sentido pleno de la palabra. Más asombrosa aún resulta la enorm e influencia que ejerció sobre los com positores, ya que p o r lo general uno no espera que un filósofo sea ensalzado p o r un compositor. Tal fue el caso de Mahler, Delius y Schoenberg, que pusieron música a algunos pasajes de Nietzsche, al igual que Richard Strauss, autor de una obra titulada A sí habló Zaratustra (1896), interpretada
todavía m uy a m enudo en la actualidad. Así pues, no hay duda de la im portancia que la obra del filósofo alemán tuvo con respecto a la producción artística de finales del siglo xix y principios del xx.
H a c e r f r e n t e a las VERDADES MÁS DESAGRADABLES Una de las enseñanzas más atractivas que se desprende del conjunto de la obra de Nietzsche es lo que se ha definido como «heroísmo estoico», es decir, la idea de que se debe hacer frente a las más difíciles y desagradables verdades acerca de nuestra propia condición humana, asumirlas y ser conscientes de ellas para así sacar el máximo partido de nuestra existencia. De hecho, fueron muchos los que, ante la imposibilidad de consolarse con unos dogmas religiosas en los que ya no podían creer, vieron en Nietzsche el medio de hacer frente a los problem as de su existencia. Su propio heroísmo en pos de este camino estuvo siempre fuera de toda duda. Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, afirmó de él: «En mi juventud representó una nobleza que yo nunca pude alcanzar». El mismo Freud, de acuerdo con su biógrafo, «declaró en diversas ocasiones que Nietzsche había penetrado en el conocim iento de su propia naturaleza mucho más que cualquier otro filósofo en el pasado y, probablem ente, en el futuro».
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WlLLlAM BUTLERYEATS
El poeta y dram aturgo angloirlandés William B utler Yeats (1865-1939) m antuvo u n a compleja relación con su país. Tras enam orarse de la activista M aud G onne, Yeats se convirtió en u n ferviente nacionalista irlandés. Leyó p o r prim era vez a N ietzsche en 1902, y su obra posterior refleja la fuerte impronta dejada p o r el filósofo alemán.
F a s c is m o
Losfascistas y los n a zis hicieron suyos m uchos elementos de la filosofía d e N ietzsche en los años anteriores a la segunda guerra m u n d ia l. Los fascistas subieron al p o d e r en Italia p a ra p o n e r rem edio a la extrem a p o b reza del país, m ientras q u e los} n a zis alem anes supieron imponerse p o r encim a del tem or q u e inspiraba la debilidad d e u n a sociedad dem ocrática. Nietzsche com batió num erosos elementos del fascism o, com o el nacionalism o y el estado autoritario, pero p a r a m uchos su nom bre h a quedado asociado a él.
N ie t z s c h e y W a g n e r
En 1 8 6 8 N ietzsche co n o ció a l com positor R ic h a rd Wagner, y a l c o m p a rtir a m b o s u n a g r a n a d m ira c ió n p o r Schopenhauer, in icia ro n u n a p r o fu n d a a m is ta d q u e rom pió el filósofo u n a ñ o
a n tes d e su locu ra con la p u blicación d e El c aso d e W agner (1 8 8 8 ) y N ietzsche c o n tra W agner (1 8 9 5 ). M a x B rü ckn er d iseñ ó esta ' escenografía p a r a la ópera d e W agner Parsifal (1 8 8 2 ).
ARTISTA FILÓSOFO ietzsche es uno de los filósofos con mayores dotes literarias. De hecho, m uchos de sus compatriotas lo consideran como el mejor prosista en lengua alemana. Por ello, uno de los motivos que explican la enorme acogida que tuvo su obra entre los artistas de su época y los posteriores reside precisamente en su condición misma de artista dedicado a la filosofía. Escribió notables poemas, compuso música (tal vez no tan brillante) y su gran amigo de toda la vida fue el compositor Wagner. Pero, más importante que cualquiera de estas facetas secundarias, es la extraordinaria calidad de su prosa, sin duda una de las virtudes que le hizo más interesante para otros escritores. La gran mayoría de su producción filosófica no se presenta bajo la típica forma de argumentos y sus consiguientes réplicas, sino que adopta múltiples modalidades, desde aforismos o versos bíblicos a sencillos párrafos numerados.
N
largos razonamientos, de m odo que el lector capte la esencia del contenido ayudado por lo brillante de las metáforas empleadas. Algunas veces opta por presentar su pensam iento a través de epigramas del
convenciones implica el deseo de no ser comprendido», aunque, lógicamente, la mayoría de los epigramas suelen ser más filosóficos que éstos, como en el caso de «Todo pensador considera un inconveniente estar sometido a otra persona», «Si miras dem asiado hondo en el abismo, éste acabará m irándote a ti» o «Pasado m añana me pertenece. Algunos nacen postumamente». eniendo en cuenta que los nazis siempre ensalzaron las teorías de Nietzsche como su principal fundam ento ideológico, hay que subrayar una vez más que el filósofo se opuso siempre al nacionalismo alemán y el antisemitismo. Aunque era alemán, siempre fue muy crítico con su pueblo, tal com o sugieren los siguientes comentarios: «El alemán posee la virtud de ser aburrido a pesar del ingenio, el saber y el sentimiento», «La profundidad de un distinguido alemán suele estar encerrada en un feo envoltorio». Por lo que respecta al antisemitismo, mantuvo una postura fuera de toda duda: «Los antisemitas no perdonan a los judíos el hecho de que tengan dinero e inteligencia. El antisemitismo, en definitiva, es propio de los chapuceros». Siempre fue muy crítico con la tendencia antisemita del pueblo alemán. Sus últimas palabras al respecto fueron de lo más contundentes: «Voy a pegar un tiro a todos los antisemitas». No era un nazi.
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l m étodo seguido por Nietzsche para captar la atención de sus lectores y hacerles ver la realidad desde una nueva perspectiva no reside en el em pleo de persuasivos razonamientos sino que incide en la perfección de la forma: por supuesto que hay razonamientos filosóficos, pero éstos descansan sobre hermosas metáforas. En realidad, esta m odalidad de presentación responde más a la voluntad de lanzar breves pero penetrantes ideas, antes que desarrollar
E
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Un
a.
pe n sa m ien to
QUE DESCANSA SOBRE
HERMOSAS METÁFORAS tipo: «Si las parejas casadas no vivieran juntas, habría muchos más matrimonios felices», «La vanidad es la inclinación involuntaria para convertirse en un individuo sin serlo en realidad» o «Una terca manera de evadirse de las
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D
e m o c r a c ia f il o s o f ía T ras
el d e c l iv e d e las c iu d a d e s - e s t a d o d e la
a n t ig u a
G r e c ia ,
h a y q u e e s p e r a r h a s t a el
SIGLO XVIII, ES DECIR, MÁS DE DOS MIL AÑOS, PARA QUE REAPAREZCAN LAS LLAMADAS SOCIEDADES DEMOCRÁTICAS. L a PRIMERA ES LA DE ESTADOS U n i d o s d e A m é r ic a , c r e a d a e n 1776. S ó l o 1 3 AÑOS MÁS TARDE, LA REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1789 PROPAGA POR TODA EUROPA SUS IDEALES REVOLUCIONARIOS: ES EL INICIO DE UN PROCESO DEMOCRATIZADOR EN EL SENTIDO MODERNO DE LA PALABRA, EN EL QUE LAS IDEAS DESEMPEÑAN
www.fullengineeringbook.net UN PAPEL FUNDAMENTAL, SOBRE TODO EL DE CONCILIAR LA LIBERTAD INDIVIDUAL CON
LA IGUALDAD SOCIAL. PRECISAMENTE, LOS DIVERSOS PROBLEMAS DERIVADOS DE INTENTAR RECONCILIAR ESTAS IDEAS CON EL ORDEN SOCIAL Y LA PROSPERIDAD ECONÓMICA PASAN A DOMINAR EL PANORAMA DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA.
L a s N a c i o n e s U n id a s L a a s o c i a c i ó n d e los e s t a d o s q u e v e l a p o r la p a z , s e g u r i d a d y c o o p e r a c i ó n in t ernacionales tiene s u s e d e central e n N u e v a
York.
LOS UTILITARISTAS
E l U n iv e r s it y C ollege d e Lo n d r e s A u n q u e se suele a tri b u i r la c r e a c i ó n
LOS EMPIRISTAS VOLCADOS EN LA ÉTICA Y LA POLÍTICA
del University College de Londres a Jeremy Bentham, de hecho éstef u e f u n d a d o p o r u n a asociación d e liberales e n t r e los q u e se e n c o n t r a b a n H e n r y
«Cada cual cuenta como uno y nadie lo hace por más de uno» y «El mayor bienestar para el mayor número de gente posible» son sus principios básicos.
B r o u g h a m , Isaac Goldsmidt, J a m e s Mili y el d u q u e d e N o r f o l k . A
t o d o s e l l o s l es f u e
n e g a d o el a c c e s o e n Cambridge y
Oxford
a c a u s a d e s u talante inconformista y su e d u c a c i ó n católica o j u día. E l University
DURANTE LA PRIMERA MITAD del siglo xrc la
N
C ollege, p o r el contrario, n o concedía ninguna importancia a l a r e l i g i ó n e n el p r o c e s o d e a d m i s i ó n y se g a n ó f a m a d e s e r «la institución laica d e G o w e r S t r e e t ».
filosofía en los países de habla inglesa ignoró por com pleto a Kant. De hecho, su obra maestra, la
La principal influencia filosófica de Bentham fueron los pensadores prerrevolucionarios franceses, cuya obra, tamizada a través del propio Bentham, habría
Crítica de la razón p u ra (1781), no se tradujo al inglés hasta 1854, más de medio siglo después de su m uerte, y muy pocos eran capaces de leer directam ente del alemán. Como consecuencia de esto, apenas se avanzó en los campos de la metafísica y la epistemología más allá de Hume. De hecho, los verdaderos avances tuvieron lugar en la ética
u ev a u n iv e r s id a d
más tarde, ya en el siglo xix, de sentar las bases del socialismo británico. Tanto Bentham com o sus principales discípulos eran librepensadores, peculiaridad que les privó de la posibilidad de entrar en las universidades de Oxford y Cambridge de Inglaterra, de ahí que decidieran crear una nueva universidad, la prim era desde la Edad Media: el University College de
y la filosofía política, cuya puesta en práctica tuvo unas consecuencias de una gran trascendencia por cuanto
Londres, fundado en 1826. Hoy en día, su cuerpo embalsamado, salvo la cabeza, que se ha sustituido p o r una réplica de
www.fullengineeringbook.net p o r aquel entonces Gran Bretaña gobernaba una cuarta parte del mundo.
P a n ó p tic o U n a d e la s p rio rid a d e s d e B e n th a m fu e la re fo rm a d e la p risió n , q u e a su p a r e c e r d e b ía b a s a r se e n «la re v is ió n d e la m o ra l, la p re v e n c ió n m é d ic a , el re fu e rz o d e la in d ustria y e l a c e n to e n la form ación». P a ra ilu strar s u s teorías, d is e ñ ó u n m o d e lo d e p risió n , e l P a n ó p tic o , q u e p o r d e s g r a c ia n u n ca lle g ó a c o n c re ta rse e n la p rá ctic a . N o o b sta n te, fu e r e c o m p e n sa d o e co n ó m ic a m e n te p o r su s e sfu e rz o s y B e n th a m a p o rtó e l d in e ro a l U n ive rsity C o lle g e .
O
El prim er gran filósofo de
hace bien poco se le
habla inglesa, tras Hume,
m encionaba en las actas del consejo de dirección del centro universitario como
fue Jeremy Bentham (1748 1832). Nació en Londres,
J erem y B entham A fra g m e n t o n g o v e rm e n t ( 1 7 7 6 ) D e fe n s a d e la u su ra (1787)
In tro d u c ció n a lo s p rin c ip io s d e la m o ra l y la le g isla c ió n (1789)
C ó d ig o c o n stitu c io n al
(1830)
«presente pero sin posibilida de voto». Tal vez p o r su em peño en
estudió en Oxford y alcanzó el grado de abogado superior en los tribunales de la capital. Ya
llevar a la práctica sus teorías, Bentham m ostró una total despreocupación por la
durante su etapa de estudiante m ostró un enorm e interés p o r el alcance de la injusticia social y los
publicación de sus obras, de
aspectos de la moral pública. Aunque produjo una copiosa obra sobre cuestiones de ética, política y legislación, lo cierto
P r in c ip a l e s o b r a s d e
cera, preside la entrada del vestíbulo principal, y hasta
l v id o d e l o r d e n
es que siempre se volcó en la
J erem y B en th a m
E l filó s o fo y r e fo r m is ta s o c ia l in g lé s J e r e m y B e n t h a m f u e e l f u n d a d o r d e l u tilita r is m o , c o r r ie n te fi lo s ó fic a q u e s o s tie n e q u e lo s in te r e s e s i n d i v id u a l e s s o n c o m p a tib le s c o n lo s d e la s o c ie d a d .
aplicación práctica de sus ideas. Se convirtió en el principal
manera que muchas veces antes de acabar una se ponía a escribir otra dejando inacabada la anterior o, en el caso de acabarla, no se preocupaba de publicarla. De hecho, la inmensa
radicales que encabezaba el movimiento liberal de
mayoría de ellas se llegaron a publicar, muchas a título postum o, gracias a la interesa
reform a carcelaria, de la censura, la educación, las
intervención de sus amigos. Así, p o r ejemplo, su nombre
relaciones de pareja, la corrupción del estam ento público y, en definitiva, todos aquellos objetivos
alcanzó enorm e fama en el resto de Europa p o r la
dirigente de un grupo conocido com o los filósofos
de la izquierda liberal.
traducción al francés de su obra p o r parte de un admirador suyo y fue publicada en París en 1802.
www.fullengineeringbook.net U t o p í a e n N e w L a n a r k , E s c o c ia
L a
in fluencia d e l utilitarismo f u e decisiva e n la o b r a d e R o b e r t
O w e n
( 1 771-1858),
u n o d e los p r i n c i p a l e s s o c ialistas u t ó p i c o s d e
p r i n c i p i o s d e l s i g l o xix. C o m o
d u e ñ o d e los m o l i n o s d e N e w L a n a r k ,
No obstante, diez años antes, en 1792,ya era una persona m uy admirada en la nueva República francesa y la influencia de sus ideas ya se dejaba notar en otros países de Europa y Estados Unidos. Bentham fue evolucionando con la edad y, a diferencia de lo que viene siendo habitual, se volvió cada vez más radical a medida que envejecía. En 1824, tan sólo unos pocos años antes de su m uerte, acaecida a los 84 años, fundó y financió The W estm inster R eview , que durante m ucho tiempo constituiría el foro ideal de todo tipo de ideas avanzadas». Por ejemplo, así sería cóm o a través de esta revista, treinta años más tarde, la filosofía de Schopenhauer alcanzó fama mundial tras casi 35 años de com pleto anonimato. E l m a y o r b ie n Bentham tom ó com o principio rector de toda su política la máxima de un filósofo de principios del siglo xvm llamado Francis Hutcheson: «La mejor acción es aquella que procura el bienestar al mayor núm ero de personas». Bentham dotó a este principio de todo un sentido moral hasta llegar a la conclusión de que la virtud de toda
O w e n
y
mostró u n g r a n
interés p o r m e j o r a r las c o n d i c i o n e s sociales
e c o n ó m i c a s d e sus trabajadores y
reformas e n sanidad,
alojamiento y
llevó a
ca b o
importantes
c u i d a d o d e los m e n o r e s .
acción se podía m edir en relación con sus consecuencias (los motivos, pues, eran del todo secundarios). De ese modo, unas acciones buenas eran las que proporcionaban alivio a alguien, mientras que unas malas eran las que causaban daño. Así, concluía Bentham afirmando que toda acción, sea cual sea la situación en que se inscriba, debe buscar p or todos los medios el bien y el beneficio a la vez que reducir al máximo los efectos del daño y el mal que pudiera comportar. Esta filosofía pasó a conocerse con el nom bre de utilitarismo ya que basaba el j uicio de toda acción en virtud de su utilidad ulterior, es decir, del beneficio que com portan las consecuencias derivadas de dicha acción. Sus partidarios adoptaron estos principios tanto en el ámbito de la moral privada com o en la política legal y social, y de ese modo sentaron las bases sobre las que se asienta la m oderna política occidental. Una vez que este principio («el mayor bienestar para el mayor núm ero de gente posible») fue aceptado, el principal problem a a la hora de tom ar las decisiones
T h e W e s tm in s te r R e v ie w G ra n p arte d e la o b ra d e B e n th a m se c e n tró e n a s e g u ra r la re fo rm a p arla m e n ta ria y , c o n el o b je tiv o d e d ifu n d ir su s te o ría s re v o lu c io n a ria s , fu n d ó u n a p u b lic a c ió n p e rió d ic a , T h e W e s t m i n s t e r R e v i e w , con Ja m e s M ili, e n 18 2 3 . P u b lic a d a e n tre 18 2 4 y 1 9 1 4 , tratab a ta m b ié n a s p e c to s re fe re n te s a la e d u c a c ió n , e l arte y la c ie n c ia , y fu e , en g e n e ra l, b ie n re c ib id a.
tradicionales im perantes hasta entonces. Así, por ejemplo, los utilitaristas defendían fervientem ente la libertad sexual, cuando las leyes de entonces castigaban con gran severidad cualquier tipo de supuesta tendencia indecente. Por otro lado, los utilitaristas com batieron también con gran ahínco todas aquellas realidades que, sustentadas p o r la
A s is t e n c ia s o c ia l D u r a n t e los sigl o s
legalidad vigente, provocaban un gran sufrimiento entre las gentes, de m odo que la rápida difusión de sus teorías trajo consigo im portantes cambios en la vida cotidiana. Así, la posición de los utilitaristas con respecto a los castigos impuestos p o r una falta era
xv iu y
x i x las c o n d i c i o n e s d e v i d a d e la i n m e n s a m a y o r í a d e lo s c i u d a d a n o s b r i t á n i c o s eran extremadamente duras. Las
P o o r Law s
(«L e y e s p a r a e l p o b r e » ) , a p r o b a d a s e n 1601, p r e t e n d í a n aliviarp a r t e d e esta p o b r e z a m e d i a n t e
“ P O R E N C I M A DE
la a s i g n a c i ó n d e p e q u e ñ o s subsidios c o n c a r g o al erario público. H a c i a 1 8 3 4 la i d e a d e q u e c a d a
U N O M ISM O , POR
persona contribuyera con u n impuesto a a y u d a r a los p o b r e s d e c a d a m u n i c i p i o se sustituyó p o r
E N C I M A DE SU
la c r e e n c i a d e q u e e r a mejor que cada un o soportara sus propias necesidades, d e m o d o q u e la ú n i c a a y u d a c o n
E l AMOR LIBRE
la q u e c o n t a b a n los m á s
U n o d e los p i l a r e s d e los utilitaristas e r a l a d e f e n s a d e l a l i b e r t a d
n e c e s i t a d o s e r a n l os
s e x u a l . S i g u i e n d o e s t a línea, el r e v e r e n d o H e n r y J a m e s P r i n c e
hospicios. P r e c i s a m e n t e esta s i t u a c i ó n d e m i s e r i a y
f u n d ó el c u l t o A g a p e m o n e ( d e l g r i e g o á g a p e ,
q u e significa a m o r
espiritual) e n l a d é c a d a d e los c u a r e n t a . S i t u a d o e n u n a
espaciosa
desprotección social h i z o q u e B e n t h a m dirigiese t o d a s s u s teorías e n a r a s a
m a n s i ó n
PROPIO C U ER PO
d e S o m e r s e t ( s uperior), el c u l t o p r o n t o a d q u i r i ó la r e p u t a c i ó n d e p r á c t i c a d e l a m o r libre.
lograr u n a sociedad m e j o r
Y DE SU MENTE, R E IN A EL
www.fullengineeringbook.net IN D IV ID U O ” y
? n á s justa.
políticas pertinentes era calcular sus consecuencias, lo que condujo a un segundo principio fundamental: «Cada cual cuenta com o uno y nadie lo hace p o r más de uno». Lógicamente, los valores que se derivaron de estos dos principios diferían enorm em ente de los
J o h n S t u a r t M il l
concebir dicho castigo únicam ente como método de disuasión, y no com o mecanismo de infligir sufrimientos innecesarios. El resultado de todo esto fue que durante la segunda mitad del siglo xix los principios utilitaristas acabaron im poniéndose entre las instituciones del gobierno y la administración de Gran Bretaña, posición de privilegio que han conservado desde entonces. De hecho, esto último marca una de las diferencias principales entre Gran Bretaña y Estados Unidos, donde desde siempre se puso el énfasis en la preem inencia de los derechos individuales p o r encima de los de la colectividad y, p o r tanto, existe una mayor oposición a aceptar la intervención del gobierno.
C a s t ig o s p o r c r ím e n e s B e n t h a m f u e u n g r a n
r e f o r m i s t a d e los s i s t e m a s l e gal, j u d i c i a l y
c o n t r a d e l s u f r i m i e n t o le lle v ó a s o s t e n e r q u e l a s p e n a s solas p a r a
c a r c e l a r i o británicos. S u a c t i t u d e n
i m p u e s t a s p o r c u a l q u i e r f a l t a b a s t a b a n p o r sí
d i s u a d i r d e c o m e t e r n u e v o s delitos, d e a h í q u e s e t u v i e r a q u e e v i t a r e l s u f r i m i e n t o .
j .]
Un n iñ o p r o d ig io s o James Mili fue, sin duda alguna, la persona que más se esforzó en conseguir que las teorías de Bentham se propagasen y llegasen a formar parte de los fundamentos de la política institucional en Gran Bretaña. Por otro lado. Mill también es famoso p o r el hecho de ser el padre de John Stuart Mili, el que habría de convertirse en el filósofo inglés más im portante de todo el siglo xix.
disfrutar de la suficiente libertad de acción es la autoprotección». En otras palabras, cada individuo debería disfrutar de la suficiente libertad como para hacer lo que quisiera siempre y cuando no com portase daño alguno para otra persona; es decir, la libertad de uno acaba donde empiezan los derechos de los demás. En este sentido, la obra de Mili continúa siendo todo un clásico entre los defensores de la libertad individual, y como | tal se lee todavía hoy en día. 35 años más tarde, en 1858. El La servidum bre de absoluto dominio que su padre la m u jer resulta incluso ejercía sobre todos los aspectos de una mayor trascendencia de su vida le llevó a caer en una ya que, desde Platón, el cual fuerte depresión a la edad de defendía que las mujeres J o h n S t u a r t M il l 20 años. No obstante, logró E l filósofo y e c o n o m i s t a br i t á n i c o J o h n S t u a r t M i l i fuesen educadas de igual modo es a u t o r d e la q u e tal v e z c o n s t i t u y e la m á s que los hombres, la única superarla y a los 25 años conoció i n f l u y e n t e d e f e n s a d e las libertades i n d i v i d u a l e s a HarrietTaylor, con la que persona de renom bre en q u e j a m o s se h a y a publicado. mantuvo una apasionada relación reclamar la igualdad de la tolerada p o r el marido de mujer fue Epicuro, cuya aquélla, algo que revolucionó la sociedad de la época. reivindicación perm anecería olvidada hasta la llegada Tras la m uerte de su padre en 1851, Mili se casó con de los pensadores de la Revolución francesa. La verdad Harriet, quien murió al poco tiempo, en 1858. Entre es que resulta difícil explicar los motivos de este silencio de más de dos mil años, sobre todo si se tiene 1865 y 1868 Mili fue miembro del Parlamento y propuso por prim era vez el derecho a voto de la m ujer en Gran en cuenta el enorm e prestigio que tuvo la figura de Bretaña. Platón durante todo ese tiempo. Así, La servidum bre de la m u jer se convierte en la prim era obra I g u a l d a d p a r a la m u je r que defiende explícitam ente la igualdad sexual y La primera obra de Mili, los dos volúmenes de su hace de Mili uno de los pensadores más interesantes de todo el siglo xix y una de las figuras más respetadas Lógica, publicada en 1843, le proporcionaron una por las feministas de nuestros días. enorme fama. A pesar de lo que pueda sugerir el título John Stuart Mili (1806-1873) no fue a la escuela ni a la universidad, sino que fue educado p or su padre, quien le enseñó desde su más tierna infancia griego, latín, aritmética, historia y matemáticas. Por supuesto, creció según los postulados del utilitarismo, una doctrina filosófica que el propio Stuart Mili ayudaría a difundir por todo el mundo. A la edad de 17 años em pezó a trabajar en la Compañía de las Indias Orientales, donde su padre ocupaba un im portante cargo, y en la que perm aneció hasta su desaparición
S o b r e la lib e r ta d La m á s c é le b re d e to d a s la s o b ra s d e J o h n Stuart M ill, S o b r e l a l i b e r t a d , fu e e scrita e n c o la b o ra c ió n c o n su m ujer, H arriet, y se p u b lic ó tras la m u erte d e ésta. E n e lla s e d e fin e y d e fie n d e la lib e rta d in d ivid u a l fre n te al c o n tro l s o c ia l y p o lític o d e l E sta d o .
P r in c ip a l e s o b r a s de
J o h n S t u a r t M il l L ó g ic a
(1843)
S o b re la lib e rta d (1859)
www.fullengineeringbook.net
La s e rv id u m b re d e la m u je r ( 1 8 6 9 ) P rin c ip io s d e e c o n o m ía p o lític a (1848)
U tilitarism o
(186$)
T res: e n s a y o s s o b re la r e lig ió n ( 1 8 7 4 )
se trata de una doctrina filosófica de ámbito general que actualiza las teorías empiristas de Locke, Berkeley, Hume y Bentham, aunque prescindiendo de la teología de Berkeley y del escepticismo de Hume. Durante muchos años esta obra constituyó el mejor y más sistemático tratado sobre e§ta corriente filosófica, hecho que le proporcionó una enorm e Qma en todo el mundo, a pesar de que en realidad su exposición no aportaba importantes ideas nuevas y originales. Mucha más trascendencia tuvieron, y siguen teniendo en la actualidad, otras obras suyas, sobre todo Sobre la libertad ' 1859) y La servidum bre de la m ujer '1869).. La tesis central de Sobre la libertad es que «lo único que garantiza que cualquier miembro de la humanidad, individual o colectivamente, pueda
El d e r e c h o a v o t o d e l a s m u j e r e s E l m o v i m i e n t o d e s u f r a g i o b r i t ánico se inició e n P a r l a m e n t o el p r i m e r p r o y e c t o e n esperar hasta 1 9 1 8 p a r a
1866,
defensa del d e r e c h o a
q u e las m u j e r e s d e m á s
c u a n d o M i l i p r e s e n t ó a n t e el vo t o d e las m u j e r e s . H u b o
q u e
d e 3 0 a ñ o s o b t u i d e r a n ese derecho.
H a r r ie t T a y l o r H a c ia 18 3 0 Jo h n Stuart M ili cono ci© a H arriet T a y lo r, c o n la q u é tra b ó u n a re la c ió n ín tim a a p e s a r d e q u e e lla y a e sta b a c a sa d a . H arriet in tro d u jo a M ill e n su c írc u lo d e a m ista d e s y p ro n to p a s ó d e s e r su d isc íp u lo a c o n v e rtirse e n su m e jo r crítico y a y u d a n te .
E l PRAGMATISMO .AMERICANO
P r in c ip a l e s o b r a s de
C h a r l e s Sa n d e r s P e ir c e
In v e s tig a c io n e s s o b re fo to m é tric a, H a rva rd O b se rv a to ry A n n a ls (1878) *C ó m o e s c l a r e c e r nuestras ideas»
LA D I M E N S I Ó N PRÁCTICA DEL C O N O C I M I E N T O
(1878) «.I l u s t r a c i o n e s d e l a l ó g i c a d e l a c i e n c i a »,
P o p u la r S c ie n c e M o n th ly ( 1 8 7 7 - 1 8 7 8 )
Conocer es algo que hacemos que se basa en una actividad práctica. Por ello, las cuestiones relativas al significado y la verdad se entienden mejor en este contexto.
C o le c c ió n d e e n s a y o s (19 3 1-19 5 8 )
^ Todo lo real
CUANDO ESTADOS UNIDOS se convirtió en una
debe poder ser
nación independiente hacia finales del siglo xvin, se produjo un fuerte impulso en el desarrollo de la
experimentado,
cultura del nuevo país, aunque hubo que esperar todo tin siglo para que la filosofía desarrollada en su
del mismo modo
territorio lograse captar el interés de la com unidad internacional. Además, durante los últimos años del siglo xix y los prim eros del xx el más prestigioso
que todo lo experimentado
departam ento de filosofía de todo el m undo fue
debe ser real ^
el de la universidad de Harvard. De esta época datan
W iix ia m J a m e s
los tres célebres filósofos que conformaron el llamado
www.fullengineeringbook.net «pragmatismo estadounidense»: Charles Sanders
Peirce (el más original de los tres), William James (el más fácil de leer) y, por último, John Dewey (el que mayor influencia ejerció).
E l c o n o c im ie n to es u n a a c tiv id a d
P e i r c e s o s t i e n e q u e el c o n o c i m i e n t o a u m e n t a d e c a d a situación y P o r ejemplo,
C
o n o c e r es h a c e r
Según la Enciclopedia B ritá n ica, C. S. Peirce (1839-1914) es «reconocido hoy en día como el más original y versátil intelectual que ha producido Estados Unidos hasta la fecha». Su padre fue profesor de matemáticas en Harvard y el más brillante matem ático del país p o r aquellas fechas. C. S. Peirce se licenció en matemáticas y ciencias, y durante bastante tiem po se ganó la vida com o científico, dejando la filosofía com o entretenim iento para sus ratos libres, hasta que a la edad de 48 años decidió dedicarse com pletam ente a ella. Nunca escribió nada y, de hecho, el
C h a r l e s S a n d e r s P e ir c e E l físico y
m a t e m á t i c o e s t a d o u n i d e n s e C . S. P e i r c e
f u e e l f u n d a d o r d e l p r a g m a t i s m o . S e g ú n él, l a l ó g i c a c o n s t i t u y e la b a s e d e t o d a la filosofía. E n
los
ú l t i m o s a ñ o s d e s u v i d a vivió e n f e r m o d e c á n c e r y e n
la m á s a b s o l u t a miseria,
la a y u d a
d e sus amigos,
t a n sólo aliviada p o r
c o m o
WilliamJames.
grueso de su obra no se dio a conocer hasta después de su m uerte con la aparición de los ocho volúmenes de su Colección de ensayos. La idea central sobre la que gira la obra filosófica de Peirce es la concepción del conocim iento como
1880,
el a p r e n d i z a j e a
m e d i a n t e el a n á l i s i s
t r a v é s d e los p r o p i o s errores.
tras el d e r r u m b a m i e n t o d e l p u e n t e T a y d e E s c o c i a e n
los i n g e n i e r o s m e j o r a r o n n o t a b l e m e n t e s u s c o n o c i m i e n t o s
s o b r e el d i s e ñ o y
c o n s t r u c c i ó n d e pu e n t e s . L a ilustración s u perior
m u e s t r a diversos preparativos p a r a q u e y a c e n
i n s p e c c i o n a r los restos
e n e l f o n d o d e l río.
una actividad. El impulso natural del ser hum ano es el de querer saber y llegar más lejos ya sea p o r necesidad, carencia o duda. Este impulso lleva a evaluar el contexto en que se inscribe cada problem a e intentar descifrar dónde se encuentra el error o la carencia y, a continuación, buscar el mejor m odo de solucionar dicho problema. Este esquema resulta incluso válido cuando se trata de una cuestión puram ente teórica, y se aplica tanto en la vida cotidiana com o en la ciencia. La inteligencia tiene básicamente finalidad de evaluar el estado de la cuestión y perm itir entenderla. Así, el conocimiento aparece como un conjunto de explicaciones válidas. El prim er gran escrito de Peirce se tituló «Cómo esclarecer nuestras ideas» (1878), y en él sostenía que para entender un concepto es preciso preguntarse en qué diferirían las consecuencias en caso de aplicarse en diversas situaciones determinadas, y qué soluciones posibles habría. La diferencia resultante es lo que constituye el significado de ese concepto, de manera
que un térm ino cuya aplicación no mostrara ninguna diferencia im portante con respecto a ninguna otra cosa carecía de verdadero significado. Este pragmatismo» -térm ino que el propio Peirce acuñó para su aplicación en este contexto y con el que sentó las bases de una nueva teoría del significado- era, según el filósofo estadounidense, el método para determ inar el significado de los conceptos. E l f a l ib il is m o La originalidad de esta nueva teoría se halla fuera de toda duda, ya que supone un rechazo absoluto de la concepción que del conocim iento habían tenido los científicos durante doscientos cincuenta años, para quienes dicho conocim iento constituía un hecho impersonal. De hecho, sin ser necesariam ente conscientes de ello, los científicos se basaban en lo que podríamos denom inar com o una concepción pasiva del conocimiento, como si uno estuviera observando cual espectador la realidad desde fuera H a c e r es c o n o c e r P e i r c e s o s t i e n e q u e n u e s t r o c o n o c e r n o e s estático, s i n o q u e p o r el c o n t r a r i o y aprendiendo a partir de sus e s d i n á m i c o y p a r t i c i p a t i v o . Así, p o r e j e m p l o , c u a n d o a p r e n d e m o s a c o n d u c i r , observaciones. Según Peirce, la realidad n u e s t r o c o n o c i m i e n t o a u m e n t a a m e d i d a q u e p r a c t i c a m o s y, p o r tanto, a c t u a m o s . E s t a v i s i ó n s e o p o n e f r o n t a l m e n t e a la m a n t e n i d a p o r los científicos es bien diferente: el conocim iento se d n r a n t e m á s d e 2 5 0 a ñ o s , p a r a q u i e n e s el c o n o c i m i e n t o e r a i m p e r s o n a l adquiere com o participantes, no como y s e c o n o c í a a través d e la ob s e r v a c i ó n . meros espectadores. El ser hum ano es parte integrante del mundo, en el cual necesidad para hacer frente a dicha realidad en la que vive, de ahí que el conocim iento aparezca com o una se encLientra sumido. Así pues, el hom bre es una parte interesada que se vale del conocim iento com o un instrum ento, probablem ente el más im portante de todos ellos, para sobrevivir.Y, debido precisam ente a este innegable carácter instrum ental y aclaratorio de la realidad, dicho conocim iento tan sólo será válido en la m edida en que de él deriven resultados válidos y prácticos. Por ello, si estos últimos no hacen más que plantear problem as o dificultades, se tiende a sustituir ese conocim iento p o r otro más válido. De todo esto se deduce que el conocim iento científico no es un conjunto de certezas sino que, p o r el contrario, es un cúm ulo de explicaciones, de m anera que la ciencia no avanza añadiendo nuevas certezas a las ya existentes, sino que lo hace sustituyendo las primeras explicaciones p o r otras mejores. \ Un poco antes que Peirce,W illiamW hewell,un filósofo de Cambridge, Inglaterra, había llegado a unas conclusiones similares, aunque Peirce las desarrolló con una mayor profundidad. De todas estas consideraciones surgió una nueva concepción de la ciencia y el C h a r l e s S a n d e r s P e ir c e conocim iento que acabaría p o r desbancar la hasta
www.fullengineeringbook.net “ LO REAL,
E N T O N C E S , ES
AQUELLO A LO QUE, TARDE O
T E M P R A N O , ACABA
C O N D U C I E N D O LA
I N F O R M A C I Ó N Y EL RAZONAM IENTO
L a u n iv e r s id a d de
H a rvard
H a r v a r d , la universidad m á s antigua d e Estados Unidos, sef u n d ó e n 1 6 3 6 en N e w
T o w n e
( m á s tarde rebautizada Cambridge), Massachusetts. T o m ó su n o m b r e defohn Harvard,
u n pastor
puritano, y e n u n principio estuvo d i r i g i d a p o r l a Iglesia. D o s siglos m á s t a r d e l o g r ó liberarse d e t o d o c o n t r o l eclesiástico y político, a d q u i r i e n d o rápidamente gran reputación c o m o centro d e desarrollo intelectual. Allí se h a n e d u c a d o n u m e r o s o s científicos, f i l ó s o f o s y se i s presidentes d e E s t a d o s Unidos.
contemplándolo, sino que forma parte de él y participa plenam ente en el proceso de com prensión de la realidad circundante que atañe a sus más inmediatas necesidades Esta teoría será com partida por varias escuelas de
H e n r y J am es C o n o c i d o c o m o el p a d r e d e la « n o v e l a internacional», H e n r y James (1843-1916)
pensam iento posteriores, que en un principio parecían radicalmente opuestas entre sí.Tal es el caso de Heidegger y la nueva modalidad de existencialismo que se desarrolló a partir de él,W ittgenstein y la escuela analítica que se inspiró en su producción filosófica, publicada postum am ente, y la corriente epistemológica evolucionista que surgió de la obra de Karl Popper.
f u e u n a d e lasf i g u r a s angloamericanas literarias y artísticas m á s importantes d e su época. Tras viajarp o r el m u n d o
durante su
juventud, a c a b ó volviendo a Estados Unidos, d o n d e e m p e z ó su carrera lit e r a r i a . E n
1869
r e alizó u n viaje p o r E u r o p a q u e le m a r c ó
U n a p r o s a l ú c id a Peirce vivió y trabajó en la más absoluta oscuridad, y tan sólo fue leído p o r sus amigos y un limitado círculo de especialistas. Fue su gran amigo William James (1842 1910) el que dio a conocer p o r el m undo entero el pragmatismo estadounidense. Licenciado en medicina p o r la universidad de Harvard, enseñó en ella anatomía,
notablemente y d u r a n t e el q u e escribió s u
un a dam a
R e tra to d e (1881), sin
d u d a s u m á s célebre novela. S u s o b r a s se caracterizan, m á s q u e p o r la a c c i ó n , p o r la p r o f u n d i d a d p s i c o l ó g i c a d e l os persoJiajes.
fisiología, filosofía y, p o r último, psicología. Sus obras se caracterizan p o r un estilo de lo más fluido, muy lejos de la enrevesada prosa de su herm ano pequeño Henry, el gran novelista. Así, si éste se hizo famoso p o r la extraordinaria densidad y complejidad de sus novelas, N in g ú n c o n o c im ie n t o es c ie r t o P e i r c e c o n s t a t ó q u e m u y p o c o d e lo c o n s i d e r a d o c o m o en
u n a
«c o n o c i d o »
época continuaba siendo considerado c o m o
algo
www.fullengineeringbook.net i n c u e s t i o n a b l e p o r las g e n e r a c i o n e s posteriores. L o s h e r m a n o s Wright d e m o s t r a r o n al m u n d o
q u e e r a p o s i b l e volar, a l g o q u e
h a s t a e n t o n c e s se h a b í a d a d o p o r imposible. S u p r i m e r v uelo t u v o l u g a r c e r c a d e Kitty H a w k ,
C a r o l i n a d e l N o r t e , el 1 7 d e
diciembre d e 1903.
W ilh e lm R ó n t g e n U n o d e lo s m á s im p o rta n te s p ro g re s o s c ie n tífic o s d e fin a le s d e l s ig lo xrx fu e e l d e s c u b rim ie n to d e lo s ra y o s X p o r p a rte d e W ilh e lm R ó n tg en . E sto s ra y o s e le c tro m a g n é tic o s p e rm itía n a lo s m é d ic o s v e r p o r p rim e ra v e z e n la h isto ria e l in te rio r d e l c u e r p o h u m a n o s in recu rrir a la c iru g ía e in flu y e r o n d e c is iv a m e n te e n la im a g e n q u e la g e n te d e la é p o c a te n ía d e la c ie n cia .
P r in c ip a le s o b r a s d e W illia m Jam es P rin c ip io s d e p s ic o lo g ía ( 1 8 9 0 ) V a rie d a d e s d e la e x p e rie n c ia re lig io s a (1902)
P ra g m a tism o : u n n u e v o n o m b re p a ra u n a a n tig u a fo rm a d e p e n s a m ie n to ( 1 9 0 7 ) E l sig n ific a d o d e la v e rd a d ( 1 9 0 9 )
entonces imperante, tan característica por otro lado del siglo xix, según la cual la ciencia aparecía como un conocim iento irrefutable e inamovible; de hecho, por aquel entonces todo conocim iento que se preciara de ser tal iba acompañado de este indisociable com ponente de certeza absoluta, y en modo alguno se concebía un conocim iento abierto a la corrección posterior. Fue, en cambio, en el siglo xx cuando la gente em pezó a darse cuenta de que ningún conocim iento era absolutamente infalible, ni tan siquiera la ciencia; todo, en el fondo, es falible, improbable e, incluso, sustituible. La verdad es que resulta un tanto sorprendente que nadie hasta entonces llegara a esta conclusión cuando la misma historia de la filosofía no ha hecho más que corroborarla: muy poco de lo que en u n tiem po se consideró com o algo incuestionable fue admitido a ciegas por las generaciones sucesivas. Es evidente que, con el paso del tiempo, nuestra propia época no será ninguna excepción a esta regla. Otro de los rasgos característicos del siglo xx que anuncia Peirce es la relación existencial que vincula al hom bre con el conocimiento, desde el m om ento en que aquél no está fuera del mundo
W il l ia m J a m e s El p s i c ó l o g o y filósofo e s t a d o u n i d e n s e W i l l i a m J a m e s , novelista H e n r y J a m e s , vida a
la u n i v e r s i d a d d e H a r v a r d , y
h e r m a n o del
e s t u v o v i n c u l a d o d u r a n t e la m a y o r p a r t e d e s u d o n d e se b a h í a g r a d u a d o e n
e n la q u e e n s e ñ ó p s i c o l o g í a , filosofía y fisiología.
m e d i d a
William, p o r el contrario, optó po r un estilo m ucho más asequible, ágil y lúcido; de hecho, si uno se hubiera de dejar guiar p or el estilo, Henry sería el filósofo y William, el novelista, justo al revés. Las obras de este último alcanzaron una gran fama internacional y todavía hoy en día se leen con frecuencia. Si uno m enciona en el departam ento de filosofía de la universidad de Harvard el nom bre de James, autom áticam ente sabrán que se refiere a William James, mientras que si se pronuncia en el departam ento de literatura, se entenderá que se trata
'
*
-
de H enry James. Las obras más conocidas de este filósofo son Principios de psicología (1890), Variedades de la experiencia religiosa (1902) y P ragm atism o (1907). U n a t e o r ía d e la v e r d a d Si Peirce había presentado el pragmatismo como una teoría del significado, James lo hace com o teoría de la verdad. Sostiene que una afirmación o una teoría son ciertas cuando responden de forma adecuada a lo que
“ n a d a es VITAL PARA LA CIENCIA; NADA PUEDE S E RLO
www.fullengineeringbook.net C h a r l e s Sa n d e r s P e i r c e
se espera de ellas: al mismo tiem po que se adecúan a los hechos conocidos a partir de una serie de afirmaciones y leyes científicas previam ente demostradas, están p o r otro lado abiertas a la crítica, a la vez que perm iten deducir predicciones fiables. Si una afirmación responde a la perfección a cada uno de sus requisitos, ¿qué impide afirmar que dicha afirmación es correcta? En definitiva, para James lo verdadero es aquello que funciona, un equívoco que el desafortunado térm ino pragmatismo no ayuda a deshacer, sino más bien al contrario. Por otro lado, son m uchos los que se han limitado a realizar una simple lectura superficial de la obra de James cuando éste afirma, a propósito de las creencias religiosas, que es lícito creer en la verdad de una afirmación o doctrina en el caso de que nadie logre dem ostrar que es errónea y siempre que, al mismo tiempo, produzcan algún provecho a quien crea en ellas, una teoría, por otra parte, muy próxim a a la obra de Jung. Aunque Peirce m antenía unas excelentes relaciones
E l p o d e r d e la c r e e n c ia S o n
m u c h o s los q u e s e h a n
qtiedado c o n u n a
s u p e r f i c i a l d e J a m e s c u a n d o éste a f i r m a ,
si m p l e lectura
a p r o p ó s i t o d e las
c r e e n c i a s r e l i g i o s a s , q u e e s lícito c r e e r e n t o d a a f i r m a c i ó n q u e n o p u e d a
refutarse s i e m p r e y
ello. A s í , p o r e j e m p l o ,
u n a
c u a n d o se extraiga a l g ú n p r o v e c h o d e m a d r e q u e a c a b e d e p e r d e r a - s u hijo
p u e d e consolarse p e n s a n d o
q u e s e e n c u e n t r a e n e l cielo.
personales con James y conocía perfectam ente el calado de los postulados de su amigo, se distanció públicam ente de su interpretación del pragmatismo. James, consciente de que se había entrado en una inacabable y repetitiva polémica en torno a esta
cuestión, dirigió su punto de mira hacia otros terrenos dejando vía libre al joven filósofo John Dewey.
A c t iv is m o p o l í t i c o A
la v e z q u e f u n d a b a s u p r o p i a «E s c u e l a
laboratorio» e n 18 96, D e w e y llevó a c a b o u n a
intensa actividad
sociopolítica. F u e fideicomisario del p r o y e c t o d e la H u l l Ho u s e en u n
barrio d e
Chicago y colaboró r e g u l a r m e n t e e n la revista
R e p u b lic
The N ew escribiendo
artículos e n d e f e n s a d e la leg a l i z a c i ó n d e los s in di c a t o s . E n 1933 cofundó la U n i v e r s i d a d e n el E x i l i o p a r a estudiantes p e r s e g u i d o s p o r los r e g í m e n e s totalitarios d e t o d o el m u n d o y
l u c h ó p o r los
d e r e c h o s y libertades d e s d e t o d o tipo d e asociaciones.
universidades de Tokio, Pequín. Nanking,Turquía, México y la antigua URSS. A los 78 años dirigió una com isión especial encargada de revisar los cargos contra Trotsky en un juicio realizado en Moscú, y la sentencia tras una cuidadosa investigación, fue absolutoria. Cuando apareció en 1946 la célebre H istoria de la filo so fía occidental de Bertrand Russell, el único filósofo vivo que contaba con un capítulo entero dedicado a él fue, claro está,John Dewey. Su producción es tan enorme y de tal calidad que resulta difícil hacer una selección, aunque tal vez sea su Lógica, teoría de la investigación (1938) la obra que mejor sintetice el conjunto de sus principales teorías. Su obra más popular es Reconstrucción en filo so fía (1920) y la más influyente, tal vez, Escuela y
U n e s t a d o u n id e n s e INTERNACIONAL John Dewey (1859-1952) fue un tímido estudiante de Nueva Inglaterra que estudió en la universidad de Vermont. No destacó en los estudios, y p o r dos veces le fue negada una beca para proseguir sus estudios superiores de filosofía, po r lo que se vio obligado a pedir prestados 500 dólares a un tío suyo para poder hacerlo. AI acabar sus estudios pasó a ser profesor universitario, prim ero en la universidad de Michigan, luego en J o h n D ew ey A d e m á s d e s e r u n o d e losf i l ó s o f o s m á s la de Chicago y, po r último, en la brillantes d e l siglo xx, D e w e y f u e i g u a l m e n t e de Columbia, en Nueva York. u n r e c o n o c i d o psicólogo, e d u c a d o r y u n a d e las v o c e s m á s a c t i v a s d e la d e m o c r a c i a Aunque em pezó como estadounidense. hegeliano, pronto se pasó al pragmatismo. De acuerdo con las sociedad (1899). más puras teorías pragmáticas, se volcó en la realización de una gran cantidad de A p r e n d iz a je p r á c t ic o actividades prácticas, como la colaboración en grupos de Para Dewey no hay duda de que durante m uchos siglos científicos, políticos o bien en el desarrollo de nuevas los grandes avances en la adquisición del saber han teorías de aprendizaje en escuelas. En su afán por difundir sus ideas entre el mayor núm ero de personas, tenido lugar, con diferencia, en el cam po de la ciencia. escribió gran cantidad de artículos periodísticos (de una Destaca dos características de este conocimiento: por un gran calidad), así com o numerosas obras. Alcanzó una lado, es m ucho más fiable que el de otras disciplinas y, enorm e reputación internacional y colaboró con las p o r otro, es sin duda el más práctico, ya que gracias a él se vive en una sociedad mucho más avanzada. Como pragmático que es, aborda el conocim iento ante todo com o una actividad humana, y es de esta perspectiva de la que parte a la hora de analizar lo que distingue a este tipo de conocim iento (el científico) para así po d er aplicarlo a los otros campos del saber. Llega a la conclusión de que la ciencia es una modalidad del conocim iento enorm em ente crítica y metódica, basada en un esquem a lógico, de manera que puede aplicarse sin problem as a cualquier otro campo del saber. Para Dewey, el prim er paso consiste en formular el problem a a tratar, de forma que quede lo más claro posible; un proceso que, p o r otro lado, puede no resultar muy fácil de llevar a cabo y se ha de dividir en diversas etapas. El siguiente paso consiste en buscar una solución posible al problem a y, a U n h o m b re d e a c c ió n
www.fullengineeringbook.net u Lo que a veces se suele denominar como un acto de expresión individual no es más que una autoexhibición, ya que revela el carácter-o su carencia- a los otros. En realidad, no es más que un paso hacia delante ^ J o h n D ew ey
D e w e y e s t a b a c o n v e n c i d o d e q u e los d o s g r a n d e s p a r t i d o s d e l C o n g r e s o n o h a b í a n sabido ha c e r frente a A q u í aparece,
en
los p r o b l e m a s c a u s a d o s e n E s t a d o s U n i d o s p o r l a D e p r e s i ó n .
1 9 3 6 , p r o m o v i e n d o la f u n d a c i ó n d e u n
4 e r c e r - p a r t i d o liberal.
continuación, probarla desde un p unto de vista experimental. Si los resultados refutan
'.i solución propuesta, hay que volver atrás y buscar otra, pero, en el caso de que no sea así, si la experimentación corrobora la validez de la solución, el problem a se habrá resuelto y entonces es posible dar un paso más allá. Dewey sostiene que este método constituye el proceso básico que debe seguir toda investigación. Sólo a través de esta serie de pasos, el conocim iento y la com petencia del hom bre pueden avanzar de forma ininterrum pida en todo tipo de disciplinas, aunque, por supuesto, según cuáles sean los procedim ientos empleados y los experim entos realizados, variarán algo entre ellos. Por otro lado, dado el fuerte com ponente crítico de dicho método, Dewey observa que su aplicación resulta ideal en el cam po social, hecho que ie lleva a interesarse por las instituciones y su liincionamiento, así como p o r la democracia, sobre .a que escribirá abundantem ente. Al mismo tiempo, defiende un sistema educativo basado en la resolución de problem as prácticos, esto es, una enseñanza práctica ya que ésta fomenta el desarrollo imaginativo del alumno tanto en el plano teórico tradicional com o en el práctico, hecho que le proporciona una com petencia mucho mayor. Sus teorías sobre la educación tuvieron, lógicamente, una
“c u a n t a s
más
INTERACCIONES SE P R O D U Z C A N ,
M E J O R SE am f
C O N O C E R Á EL
B E IN C IllfíE E L E C lU F E S
JO H N
OBJETO EN c u e st ió n
SOCIETY
yD E W
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SUPELEMENTED B Y
”
A ST A T E M E N T OF T H E U N IV E R S IT Y ELEMENTARY SCHOOL
J ohn D ew ey
repercusión internacional. Por aquel entonces, cuando em pezaba a publicar sus prim eros escritos sobre este tema, la educación se concebía com o la imposición, m ediante una severa disciplina, de una serie de conocim ientos teóricos sobre un recalcitrante alumno, p o r supuesto siempre en contra de su voluntad. Los m étodos de Dewey, en cambio, proponen encauzar la predisposición y capacidades naturales de cada alumno con el objeto de desarrollarlas al máximo y ilcanzar unos resultados extraordinarios. Sin duda alguna, fue el prim er gran pedagogo m oderno y, tal vez, el mejor de todos.
E s c u e l a y s o c i e d a d
E n s u m á s c é le b re o b ra s o b re e d u c a c ió n , E s c u e l a y s o c i e d a d ( 18 9 9 ) , D e w e y p la n te a la s p rin c ip a le s lín e a s s o b re la s q u e d isc u rre s u filo so fía s o b re la e d u c a c ió n , c o m o e l p a p e l d e l p r o fe s o r c o m o g u ía y c o m p a ñ e ro y la c o n v ic c ió n d e q u e t o d o p r o c e s o e d u c a tiv o d e b e b a s a r s e e n lo s p ro p io s in te re se s d e l a lu m n o .
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P r in c ip a le s o b r a s de Jo h n D ew ey E sc u e la y s o c ie d a d (1899)
E stu d io s d e teo ría ló g ic a ( 1 9 0 3 ) R e c o n stru c c ió n en filo so fía ( 1 9 2 0 ) La b ú s q u e d a d e la c e rte z a
(1929)
L ó g ic a , teoría d e la in v e s tig a c ió n (1938)
E n s e ñ a n z a p r á c t ic a D e w e y era partidario d e u n a
e d u c a c i ó n b a s a d a e n la
e n s e ñ a n z a p r á c t i c a ( - a p r e n d e r h a c i e n d o •) y a
q u e ésta f o m e n t a
l a i m a g i n a c i ó n t a n t o e n el p l a n o p r á c t i c o c o m o
e n el t e ó r i c o
tradicional. E n
esta fotografía,
dos jóvenes a l u m n o s d e diez año s
atentamente observados p o r su profesor experimentan q u é p a s a c u a n d o se calienta y
s e e n f r í a el aire.
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ILOSOFIA DEL SIG En e l
s ig lo x x to d o s lo s g ra n d e s
FILÓSOFOS SON PROFESORES UNIVERSITARIOS, ALGO QUE NO OCURRÍA DESDE LA EDAD MEDIA. E n PARTE COMO CONSECUENCIA DE ELLO SE PRODUCE UN EXTRAORDINARIO AUGE DEL ANÁLISIS, SOBRE TODO EN LOS CAMPOS DE LA LÓGICA Y LA LINGÜÍSTICA, DONDE SE ALCANZA UN NIVEL DESCONOCIDO HASTA LA FECHA. D E TODOS MODOS, LOS GRANDES AVANCES SE PRODUCEN EN OTROS DOS FRENTES. U no
es la r e s p u e s t a a l o s d e s c u b r im ie n t o s
www.fullengineeringbook.net DE LA CIENCIA REALIZADOS EN ESTE SIGLO,
QUE CONLLEVA UN REPLANTEAMIENTO ABSOLUTO DE LA NATURALEZA DEL CONOCIMIENTO HUMANO COMO TAL. E l OTRO ES EL INTENTO DE REDEFINIR LA CONDICIÓN HUMANA EN UN UNIVERSO QUE HA DEJADO DE SER VISTO COMO LA CREACIÓN DE D lO S O DE QUE ÉSTA POSEA UNA FINALIDAD DETERMINADA EN Sí MISMA.
P r u e b a s n u c l e a r e s e n e l a t o l ó n B ik in i Entre 1 9 4 6 y
1 9 6 3 Es t a d o s U n i d o s realizó n u m e r o s o s e n s a y o s
n u c l e a r e s e n el a t o l ó n B i k i n i , s i t u a d o a l n o r t e d e l Pac í f i c o .
P r in c ip a l e s o b r a s B eg riffsc h rift (Escritu ra c o n c e p tu a l) (1879)
L o s fu n d a m e n to s d e la aritm ética (1884)
F r e g e y la LÓGICA MODERNA LA LÓ GICA EN EL C E N T R O DEL ESCENARIO
L e y e s b á s ic a s d e la aritm ética (1893)
Los avances realizados en el campo de la lógica a principios del siglo xx afectan al conjunto del resto de la filosofía.
In v e s tig a c io n e s ló g ic a s (1919-1923)
G iu s e p p e P e a n o M u c h a s d e las teorías d e F r e g e fueron dadas a c o n o c e r p o r otras p e r s o n a s , c o m o el italiano G i u s e p p e Peano. F u n d a d o r d e la lógica simbólica, P e a n o creó s u propia n o t a c i ó n ló g i c a , tal c o m o h i c iera Frege, y estableció las b a s e s elementales del cálculo geométrico.
DESDE QUE ARISTÓTELES definiera sus fundamentos, la lógica perm anece inalterada hasta el siglo xix, época en que se concibe com o la esencia misma de las leyes que rigen el pensamiento.Tal com o había dem ostrado Schopenhauer, no se puede pensar de una forma coherente sin atender a esas leyes, de igual m odo que para doblar una extremidad se necesitan las articulaciones. No obstante, hacia finales del siglo xix un alemán llamado Gottlob Frege (1848-1925) dio un vuelco a esta concepción de la lógica, dando paso a una nueva y revolucionaria era.
de manera que la teoría del conocimiento la epistemología, es decir, aquello que pasaba p o r la m ente del ser humano se convirtió en el centro de todas las investigaciones filosóficas. Pero la teoría de Frege rompe con esta concepción al eliminar de la filosofía todo com ponente psicológico, ya que, tal com o se desprende de lo sostenido p o r el filósofo alemán, el intento p o r com prender la realidad, ajena a la m ente humana, no puede descansar de ningún modo sobre la epistemología. Así, la filosofía debería basarse en la lógica y no en la epistemología, tal com o había hecho hasta entonces. Las consecuencias de esta G o ttlo b F r eg e revolución todavía son patentes E l m a t e m á t i c o y filósofo a l e m á n Gottlob F r e g e f u e e l f u n d a d o r d e la lógica m a t e m á t i c a hoy en día en muchas ramas de m o d e r n a y s e n t ó las b a s e s d e la filosofía an a l í t i c a la filosofía. N o obstante, a l c a n z ó r e n o m b r e i n t e r n a c i o n a l
www.fullengineeringbook.net Además, u n
inventó
lenguaje
internacional d e a u x i l i o , el
«I n t e r l i n g u a »,
u n a
f u s i ó n d e los v o c a b ularios del latín, e l f r a n c é s , el a l e m á n y e l inglés.
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— .Mfct-. s~ i-.;?-..?
C a rta a H u sse rl F r e g e co n stata q u e su c o n c e p c ió n d e las re la c io n e s e n tre la s p a la b ra s y su s s ig n ific a d o s d ifie re d e la re c o g id a p o r H u sserl en su Filosofía d e la a r i t m é t i c a ( 1 8 9 1 ) . E n e sta carta, F re g e e x p lic a su s d ife re n c ia s y e s ta b le c e u n a d istin c ió n en tre el s ig n ific a d o y e l re fe re n te d e u n a e x p re sió n .
La l ó g i c a e s o b j e t i v a Tal com o suele suceder con las grandes teorías, éstas resultan de lo más obvias una vez se han a título p o s t u m o . formulado, pero lo cierto es que hasta que esto no ocurre nos son LA MATEMÁTICA absolutam ente desconocidas. Así, ES LÓGICA una cosa deriva, o no, de otra, tanto si depende o no de Otra de las grandes aportaciones realizadas p o r Frege es la concepción de las matemáticas.Todo razonamiento algo relativo a la psicología del ser humano. En otras y dem ostración matemática, com o cualquier otro palabras: la lógica no es un conjunto de leyes de tipo de concatenación lógica, se fundamenta en la pensam iento, ni tan siquiera tiene algo que ver con él, ya sucesión de una serie de elem entos consecutivos que que las relaciones lógicas son totalm ente independientes del pensam iento humano. Por supuesto, el ser humano parten de una serie de premisas; p o r lo tanto, ha de puede conocerlas, aprenderlas, ignorarlas, tergiversarlas haber un mecanismo que regule el modo en que dicha o lo que se quiera, pero en cualquier caso se trata de concatenación deriva de cada una de esas premisas. Pero, elementos independientes. Por ello, las proposiciones com o ya se ha visto antes, una dem ostración no puede lógicas son verdades objetivas: tal vez podam os probar nunca la validez de sus propias premisas o com prenderlas, o no, pero su existencia no tiene nada mecanismos internos ya que, de hacerlo, se entraría que ver con la capacidad del pensam iento humano. en una especie de círculo vicioso. Por ello, cada Lógicamente, cuando esta nueva teoría se aplicó a la dem ostración matemática parte de un conjunto de premisas que no se pueden probar y responde a un filosofía, tuvo unas consecuencias trascendentales. procedim iento interno cuya validez está p o r demostrar. De hecho, desde Descartes, la filosofía occidental había De ese modo, lo que en realidad dem uestra una «prueba estado dominada por la pregunta «¿Qué puedo saber?»,
matemática válida es que, a partir de un procedim iento determinado, de una serie de premisas derivan una
vínculo de las matemáticas con la lógica, la supresión
serie de conclusiones, pero en ningún m om ento prueba
de todo com ponente psicológico de esta última
que las conclusiones sean ciertas, ya que no se puede
com porta el mismo proceso en el cam po de las matemáticas. Así, si miramos la historia de las
demostrar que las premisas sean igualmente ciertas. Como todo esto afecta al conjunto de razonamientos y demostraciones matemáticos sin excepción, las
La otra gran consecuencia es que, dado el fuerte
que se forman dos posiciones bien diferenciadas a propósito de su verdadera naturaleza: así, mientras
flotando en el aire sin un soporte visible y fiable sobre el que asentarse.
unos defienden que se trata de un producto de la m ente humana, como el lenguaje, otros, p o r el contrario, sostienen que su existencia es independiente
demostrar que todo ese conjunto de reglas y afirmaciones sin probar que conforman los
posición que defiende Frege.
fundamentos de las matemáticas deriva de los más elementales principios de la lógica. De ese modo, lo
Fa m a
que pretende es dar validez a las matemáticas como un conjunto de verdades necesarias derivadas de sencillas premisas lógicas. Este objetivo de proporcionar a las matemáticas unos fundamentos sólidos lleva a dos grandes consecuencias de una enorme trascendencia histórica.
•‘NO HAY NADA MÁS OBJETIVO QUE LAS LEYES DE LA
L a g r a n c o n trib u c ió n q u e ¡ r e g e rea lizo e n el
matemáticas a lo largo de los siglos observamos
matemáticas adquieren una dimensión algo etérea, como
Partiendo de la aritmética, Frege se propone
T e o íú a d e la CUANTIFICACIÓN
de la m ente del hombre. Ésta es, precisam ente, la
t a r d ía
Como matem ático que era, Frege pasó toda su carrera profesional trabajando en el departam ento de matemáticas de la universidad de Jena, y aunque fue publicando sus conclusiones, lo cierto es que los profesores de los departam entos de filosofía de las universidades alemanas no leían sus obras. Además, p o r aquel entonces lo que imperaba era precisam ente el idealismo alemán, para el que las matemáticas no eran más que un producto de la m ente humana. Por otro lado, tam poco llegaron sus escritos a los filósofos de habla inglesa, muy pocos de los cuales, p o r otro lado, conocían el alemán. El caso es que
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I A R ITM ÉTICA ” G o tt l o b F rege
Por un lado, si la lógica contiene en su interior el total de las matemáticas com o una consecuencia necesaria, igualmente válido es afirmar que la lógica es una parte de las matemáticas o, al revés, que ¡as matemáticas son una parte de la lógica. En cualquier caso, lo cierto es que lo que durante más de 2.000 años se había considerado que constituía la esencia misma de la lógica, resulta que ahora se convierte en una mera parte de ella. De ese modo, a la luz de esta nueva concepción, el estudio de la lógica sufre una enorm e transformación que la conduce a un vasto terreno altamente especializado en conexión con las matemáticas, y desde esta perspectiva se estudia hoy en día en todas las universidades del mundo.
durante la mayor parte de sus años más fructíferos perm aneció en la oscuridad, hasta que el inglés Bertrand Russell, quien ya BoolesrechnendeLogikunddieBegriffsschrift geschlossene Z a h l b d ie U ngleichung n <ítf>(,4+ b )-< £ (.á ) llevaba m ucho tiem po trabajando fulle. b) - $ (4 ) £ n p o r su cuenta en el mismo campo £0 que Frege, lo «descubrió» y le ayudó a alcanzar un merecido reconocim iento a nivel internacional. Antes de dedicarse p o r com pleto a la filosofía, Russell había estado enseñando matemáticas en Cambridge y tuvo, además, la suerte de haber contado en su infancia con una niñera alemana que le enseñó el alemán.Todo este conjunto de circunstancias perm itió a Russell aunar y desarrollar
el conjunto de conclusiones a las que tanto él com o Frege habían llegado p o r caminos independientes. Al hacerlo, y aplicar p o r consiguiente los nuevos descubrim ientos a todos los campos de la filosofía, se convertiría en cierto modo en uno de los filósofos más relevantes e influyentes de todo el siglo xx.
<£n
I c h h a b e hie rbe i angenom m en, dass d ie Z eichen < , > , ¿ d ie A usdrücke, z w ischen d e n en sie stehen, ais reelle G róssen kennzeichnen. 14) D ie reelle F u n c tio n stetig.
(*) des reellen * ist a u f d e m In tervalle von A bis B -
n £ $ (c +
9
b) -
b^ g
-A ¿ c +
b¿
B
------------ A £ c £ B W e n n h ie r d ie F o n n e l im V ergleich m it d e m W ortausdruck um fangreich erscheint, so is t imxner z u b e denken, dass E rstere d ie D efinition des Begriffes g ib t, d e n L etzte re n u r n e n n t. T ro tzd e m m o c h te eine Z ah lu n g de r einzelnen Z eichen, d ie h ie r u n d d a erforderlich sind, n ic h t z u U ngunsten de r F o n n e l ausfallen. 0 (x ,y ) ist eine reelle, f ü r * = A , y = B stetige F unction von * und_y. n £ 0 !
{A + b ,B + e ) - 4 > { A ,B ) £ n
I— g ¿ b£ g '----- g £ e ^ g
1-------- g > o ------------------n >
0
16) A ist de r G re nzw e rt de r m it B anfangenden 0 -R e ih e (vergl. Begriffsschrift §§ 9, 10, 26, 29). A
+ n ^ o ^ ^ 4 —n
-i® _n >0 Z.B. 1 ist d ie G renze, w elcher sich d ie G lieder e iner R e ih e n a h em , die m it 0 an fa n g t, u n d in d e r au s irgendeinem G liede (*) das náchstfolgcnde (y ) im
d u rch da s V erfah ren ^ -t
y hervorgeht.
B e g r iffs c h r ift E n
1 8 7 9 Frege publicó
c o n c e p t u a l)
B e g r iffs c h r ift ( E s c ritu r a
e n el q u e , e n p o c o m á s d e c i e n p á g i n a s ,
describía u n
n u e v o sistema d e cálculo que, d e s d e
entonces, h a
o c u p a d o u n
lugarprimordial en
l a l ó g i c a m o d e r n a . A l m i s m o t i e m p o , a b o r d a la n a t u r a l e z a d e la lógica, las p r u e b a s y el l e n g u a j e .
P r in c ip a l e s o b r a s P rin c ip io s d e m a te m á tica s
R ussell
y la
(1903)
P rin c ip ia m a th em atica (1910-1913)
P ro b le m a s d e la filo so fía (1912)
N u e stro c o n o c im ie n to del m undo e x te rio r p a ra u n m é to d o cie n tífic o e n filo so fía . (1914) H istoria d e la filo so fía o c c id e n ta l
FILOSOFÍA ANALÍTICA LA FILOSOFÍA DIRIGE SU A T E N C IÓ N AL LENGUAJE Bertrand Russell, al aplicar los nuevos avances de la lógica en el campo del lenguaje, inauguraba una nueva manera de hacer filosofía.
(1946)
¿íNo hay absolutamente nada que dos mentes puedan
BERTRAND RUSSELL (1872-1970) tuvo una de las vidas más apasionadas de entre las grandes figuras de la filosofía. Fue nieto de John Russell, quien llevó a cabo la gran Reform Bill de 1832 y fue prim er ministro de Gran Bretaña en dos ocasiones. Huérfano a los cuatro años, Bertrand fue educado po r sus abuelos, hecho que le perm itió crecer en una de las familias más aristocráticas de Gran Bretaña en una época en que ésta se encontraba en el máximo apogeo de su esplendor colonial, político y económico. Fleredó el título de conde de su abuelo a través de su herm ano mayor.
de la filo so fía occidental, aparecida ec 1946 y que se convirtió en un gran éxito de ventas.
P i o n e r o d e la l ó g ic a Russell fue un gran defensor de los derechos y libertades del hom bre. Durante su juventud fue un activista socialista y fue parlamentario p o r el Partido Liberal. Pero fue sobre todo su atrevida actitud vital de com prom iso social lo que le reportó una enorm e reputación a principios de los años veinte, época en la que llevó una activísima campaña en defensa de todo tipo de libertades y proyectos progresistas (antibelicismo, U n a p a s io n a d o antiimperialismo, reformas en B e r t r a n d R u sse l l DE LAS MATEMÁTICAS el matrimonio o en la R u s s e l l p a s ó los ú l t i m o s 1 5 a ñ o s d e s u v i d a Tal com o explica en su moralidad) que encarnaba por h a c i e n d o c a m p a ñ a e n c o n t r a d e la f a b r i c a c i ó n d e a r m a s nucleares. Incluso, c u a n d o c o n t a b a aquella época George Bernard autobiografía, a la edad de 11 años c o n 9 0 a ñ o s , m e d i ó e n el c o n f l i c t o d e los misiles se enamoró de las matemáticas, Shaw, de quien Russell acabaría d e C u b a d e 1962, c u a n d o Estados Unidos una pasión que conservaría c o n m i n ó a los s o v i é t i c o s a q u e d e s m a n t e l a s e n tomando el relevo años más los m i s i l e s n u c l e a r e s d e s u s b a s e s e n C u b a s o tarde. Colaboró en todo tipo de durante toda su vida: «Cuando p e n a d e iniciar u n a t a q u e nuclear. publicaciones liberales y W hitehead y yo acabamos los progresistas, se casó cuatro P rincipia m athem atica, mom ento en que contaba con 38 años, las matemáticas eran mi veces y fue un im penitente mujeriego hasta edad principal afición y mi mayor fuente de felicidad». Durante avanzada.
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contemplar de forma
simultánea ^ B e r t r a n d R u ssell
L o r d J o h n R u s s e ll E l a b u e lo d e B ertra n d R u s se ll fu e e l p o lític o lib e ra l J o h n R u sse ll ( 1 7 9 2 18 7 8 ) , p rim e r c o n d e d e R u sse ll, m ie m b ro d e l p a rla m e n to d e s d e 1 8 1 3 y e le g id o p rim e r m in istro d e G ra n B re ta ñ a e n d o s o c a s io n e s e n tre 18 4 6 y 18 6 6 . A p o y ó la e m a n c ip a c ió n c a tó lic a y d irig ió la R e fo rm B ill d e 18 3 2 .
su estancia en Cambridge, com binó sus estudios de matemáticas con los de filosofía. De hecho, su prim era gran obra de importancia, publicada en 1900, fue precisam ente un estudio sobre la obra del em inente matem ático y filósofo Leibniz. En realidad, éste fue el único libro que escribió sobre otro filósofo, además lógicamente de su celebérrim a y más general H istoria
Debido a lo variado de su actividad social y pública, y a la enorm e cantidad de contactos que tenía, Russell viajaba constantem ente y allí donde fuera se reunía con las más altas autoridades políticas, literarias, científicas y académicas del país. Entre tanto, tuvo tiem po de escribir más de 60 obras, ganar el Premio Nobel de literatura y perm anecer en lo más alto de la escena mundial hasta el
PRINCIPIA MATHEMATICA
Partiendo de las conclusiones de Frege y de las suyas propias, se embarca en la m onum ental tarea de dem ostrar dicha teoría en todos los campos posibles, en colaboración con su antiguo profesor de matemáticas en Cambridge, Alfred North Whitehead. El resultado lo com ponen los tres enorm es volúmenes de los P rincipia m athem atica, publicados entre 1910 y 1913, y que al decir de m uchos constituyen la mayor contribución al desarrollo de la lógica desde Aristóteles.Tan sólo después de haber llevado a cabo estos m onum entales progresos en la lógica matemática, Russell decidió centrar sus esfuerzos en el resto de las disciplinas filosóficas. Para entonces, contaba 40 años.
P r i n c i p i a m a th e m a ti c a P r in c ip ia m a t h e m a t ic a
L a BÚSQUEDA DE LA CERTEZA Su prim era obra filosófica de carácter más t e n í a d e las r e l a c i o n e s lógicas. E s s i n d u d a la m á s i m p o r t a n t e o b r a d e a m b o s a u t o r e s y e n ella p r e t e n d í a n d e m o s t r a r c ó m o , e n general fue Problemas de la filosofía, r e a l idad, las m a t e m á t i c a s s e p u e d e n r e d u c i r á u n a s i m p l e publicada en 1912, en la que exponía una r a m a d e la lógica. serie de teorías muy originales y escritas en un lenguaje ameno y asequible para todo el mundo. Ésta será precisam ente una de las final de su extensa e intensísima vida (llegó a los características del resto de su producción, tal como 98 años). de hecho habían hecho la mayoría de los grandes Ante tal panorama, resulta de lo más sorprendente filósofos. Destaca de entre sus obras una cuyo título constatar cóm o las aportaciones a la filosofía realizadas sintetiza todo su ideario como por Russell parten de una base de lo más compleja y filósofo: Nuestro conocim iento del m u n d o exterior p a ra un m étodo científico en filosofía, publicada en 1914. Otras obras que m erecen destacarse son Filosofía del a to m ism o lógico (1918), El análisis de la m en te (1921) y El análisis de la m ateria (1927).Tras un largo período en el que se volcó en sus actividades políticas, sociales y educativas, retom ó su producción con obras como Investigación sobre significado y verdad (1940) y El conocim iento h u m a n o : su fin a lid a d y lím ites (1948). Puso punto final a su carrera filosófica con vina obra en la que hacía una lectura crítica de toda su producción anterior. M i B e r t r a n d R u ssell evolución filosófica, publicada L a c o l a b o r a c i ó n entre Russell y A. N. (1910-1913) m a r c ó u n
Whitehead en
a v a n c e s i n p r e c e d e n t e s e n la c o n c e p c i ó n q u e se
la prim era todos l o s h o m b r e s d e G ran B r e t a ñ a e n e d a d de Durante
guerra
mundial,
p r e s t a r el s e r v i c i o militarf u e r o n obligados a a l i s t a r s e p a r a ir a la gueira.
P or s u s
múltiples c a m p a ñ a s pacifistas y s u n e g a t i v a a alistarse, R u s s e l l f u e ' m u l t a d o e n 1 9 1 6 c o n el p a g o d e u n a fuerte
que su cátedra en el Trinity College de Cambridge y fue e n c a r c e l a d o dura n te suma,
tuvo
a b a n d o n a r
se i s m e s e s e n 1 9 1 8 , d u r a n t e lo s q u e e s c r i b i ó
I n tr o d u c c i ó n a la filo s o fía m a te m á tic a
su
(1919).
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“ EL SECRETO DE LA FELICIDAD ES HACERSE
A LA I DEA DE
QUE ESTE M U N D O ES HORRIBLE,
HORRIBLE,
H O R R IB L E ”
técnica. De forma paralela a Frege, Russell llega a la conclusión de que la aritmética, y probablem ente las matemáticas en su totalidad, derivan de los principios fundamentales de la lógica, tal com o expone en su obra Principios de m atem áticas, publicada en 1903.
en 1959. Desde un p unto de vista filosófico, Russell enlaza a la perfección con la larga tradición empirista tan característica de Gran Bretaña y que tenía en
L a p r o te s ta s e n ta d a E n a
la d é c a d a d e los c i n c u e n t a R u s s e l l p a s ó d e la filosofía la política. E n
1 9 5 8 s e c o n v i r t i ó e n el p r e s i d e n t e d e la
C a m p a ñ a p o r el D e s a r m e N u c l e a r , p u e s t o q u e a b a n d o n ó p a r a E n
i n c o r p o r a r s e a l m á s c o m p r o m e t i d o C o m i t é d e los 1 0 0 .
la f o t o g r a f í a superior, Ru s s e l l a p a r e c e s e n t a d o e n f r e n t e
del ministerio d e D e f e n s a d e L o n d r e s e n c o m p a ñ í a
d e otros
m a n i f e s t a n t e s c o m o p r otesta a la política n u c l e a r británica.
Locke, Berkeley, Hume y Mill (padrino del propio Russell) sus máximos representantes. Sostenía que todo el conocim iento del m undo exterior (tanto el conocim iento práctico de la vida diaria como el estrictam ente científico) deriva en última instancia de la experiencia. Precisamente, lo que se proponía era encontrar una dem ostración racional de la certeza de este conocim iento y asentarlo sobre unos fundamentos sólidos e inamovibles.
A n a l iz a r l o q u e d e c im o s Pero mientras sus predecesores habían dado por supuesto que el conocim iento pertenecía a la epistemología y tan sólo se podía abordar desde esta W h ite h e a d ( 1 8 6 1 - 1 9 4 7 ) fu e p ro fe so r d e perspectiva, Russell trajo consigo todo el conjunto de m a te m á tica s a p lic a d a s en avances sobre la lógica que tanto él com o Frege y la u n iv e rsid a d d e L o n d re s ( 19 1 4 - 1 9 2 4 ) y d e filo so fía W hitehead habían realizado. Así, si hasta entonces se e n la d e H a rv a rd ( 1 9 2 4 19 3 7 ) . E n tre su había limitado a dotar a las matemáticas de unos p ro d u c c ió n d e s ta c a n los fundam entos basados en la lógica, lo que se proponía Principia m a l h e m a t i c a ( 1 9 1 0 - 1 9 1 3 ) , e sc rito s e n ahora era ampliar esos mismos fundamentos lógicos al c o la b o ra c ió n c o n R u sse ll, resto de disciplinas del saber humano, incluido el terreno y El concepto d e n a t u r a l e z a ( 19 2 0 ). E n su científico. El objetivo era, en ambos casos, siempre el «teoría d e l organ ism o » mismo: dotar de validez al conocim iento humano,y, in ten tó h a c e r u n a sín tesis e n tre la m e ta físic a aunque en ninguno de los casos alcanzara su objetivo y la c ie n cia . inicial, lo cierto es que en el intento llevó a cabo SECTION c ] GENERAL THEORY OF CLASSES ]9 3 *20 21. i - : 3 ( 0 s ) - £ ( f » ) . s . 3 ( i f r * ) s - ? ( £ s ) [* 2 0 1 5 .* 1 0 3 2 ] im portantes progresos. *20-22. V : 2 ( fe ) _ 2 (yjrz). 2 ( f z ) = 2 (Xz) . 3 . 2 ( f e ) = 2 (Xz) Lo prim ero que hace Russell [*2015 . *10301] The above propositions are not immediate consequences of *13*15*16*17, es, lógicamente, aplicar las for a reason analogous to th a t explained in the note to *1413, namely because f { z (fe)} *s not a valué of f x , and therefore in particular " 2 (f e ) = 2 (-<¡rz) ” is técnicas de análisis lógico not a valué of “x = y.” #20-23. E : 2 ( f e ) = 2 (yfrz).'¿(fe)*'* (x z ) . 3 . 2 (y¡rz) = 2 (x z) [*20-21-22] a todo aquello que se suele *20-24. E : 2 ( ^ z ) « 2 (<£*). 2 (Xz) = 2 (z\ . 3 . 2 (x/rz) = 2 (Xz) [*2021 22] *2025. E a = 2 ( f e ) . = . . a = 2 (■^s): = . 2 (<£¿) = 2 (ifrz) englobar dentro del Dem. conocimiento. Pero, al hacerlo, E.. *10*1. DI- a = 2 (>¿) .= „ .« = z.(-<\rz): 3 : 2 ( f e ) = $ ( f e ) .= ,z(z) = S(yfrz): se encuentra con serias [*20-2] D : 2 ( ^ ) = 2 ( f 2) (1) E . *20-22 . 3 E : ot = 2 ( f e ) . 2 ( f e ) = 2 ( ^ z ) . 3 . a = 2 (-^-2) : dificultades a la hora de definir [Exp.Comm] 3 E :.2 ( f e ) = 2 ( f z ) . 3 : a = 2 (£ 2) . 3 . a = 2 (yfrz) (2) E . *2 0 2 4 . 3 E 2 (<£*) = 2 ( f z ) . a = z (yfrz) . 3 . 8 = 2 (¿ 2) los significados y las verdades [Exp] 3 E :. 2 ( f e ) = 2 (yfrz). 3 : a * 2 ( * » ) . 3 . a = 2 (fe ) (3) F • (2 ). (3 ). D h :. 2 ($ 2 ) = 2 (ifrs). D : a = 2 ( f e ) . = . a = 2 (yfrz) en las aparentem ente más [*10*11*21] 3 I-:. 2 (<^>z) = 2 (-fz ) . D : a = 2 (<£z). =«. a = 2 (yfrz) w K ( l ) . ( 4 ) . D H .P rop sencillas afirmaciones. Así, si *20'3. 1*: ¡t e 2 ( ^ 2 ) . —. i/ra: se afirma: «El heredero de la Dem. Y. *201. 3 corona de Gran Bretaña es I-:: ¡r e 2 (1^ 2 ) . = ( g ^ . ) f y . =„. ! y : x « (! 2) [(*2002)] = (n) :. yfry. =v . ly: cf>lx:. calvo», el significado de dicha . [*1043] = : .( ’&tf>):.->lry.=!,.<¡>ly:ilrx:. [*10-35] = :.(3 ^ > ): >fry. =v . ! y yfrx afirmación parece bastante [*121] = y/rx:: D h . Prop This proposition shows th at a: is a member of the class determined by \fr obvio, y si se intenta establecer when, and only when, x satisfies yfr. su veracidad com probando lo *20'31. I - z (yfrz)*=2 (Xz ) . = :x e 2 (- fr z ). =x . x e 2 ( Xz) [*20*15*3] *2032. h . í {x e 2 (fe)} = 2 ( fe ) [*20-3*15] afirmado se descubre que lo *2033. h :. « = 2 ( f e ) . = : x e a . =z .
W h it e h e a d El filó s o fo y m a te m á tico in g lé s A lfre d N orth
alguien y un algo que no existen. Entonces, ¿hasta qué punto se puede afirmar que es cierto o falso? ¿Es que, acaso, significa algo en realidad? De este modo, tan pronto Russell som ete a un estricto análisis lógico el modo de referirse a cualquier I asunto llega a la conclusión de que se trata de un terrea repleto de trampas y problemas.Tal como se desprende del ejemplo mencionado, Russell dem uestra cóm o dos afirmaciones pueden poseer la misma estructura
U
LAS MATEMÁTICAS POSEEN N O
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S Ó L O LA V E R D A D ,
S I N O TA MB IÉ N BELLEZA; U N A BELLEZA FRÍA Y
AUSTERA,
C O M O LA DE U N A www.fullengineeringbook.net ESCULTURA” B e r t r a n d R u ssell
gramatical pero dos sentidos lógicos totalm ente diferentes, de manera que en al m enos uno de los casos la estructura lingüística de lo que se está afirmando esconde de hecho su verdadera naturaleza lógica, una paradoja que puede resultar harto problemática. E l N A CIM IEN TO DE LA FILOSOFÍA ANALÍTICA Estas innovadoras conclusiones a las que llega Russell sientan la base de lo que se ha venido a llamar «filosofía analítica», una corriente que habría de dominar la filosofía en lengua inglesa durante gran parte del siglo xx. Aunque con el tiem po ha tomado diversas formas, siempre se ha caracterizado por partir de un detenido análisis de las proposiciones o de cada uno de los térm inos y conceptos de los que se vale, o bien de las relaciones lógicas que se establecen entre la estructura profunda y superficial de la afirmación con el objeto de sacar a la luz todos los elem entos que intervienen en ella. En el fondo, la pregunta que subyace es la siguiente: «¿Qué es lo que realmente se está queriendo decir cuando se dice tal o cual cosa?».
E l C ír c u l o d e V ie n a F u n d a d o p o r el filósofo a l e m á n M o r i t z Schlick ( 1 8 8 2 - 1 9 3 6 ) , este g r u p o d e científicos, f i l ó s o f o s y matemáticos, f o r m a d o e n la d é c a d a d e los a ñ o s veinte, se reunía e n
Viena p a r a
e s t u d i a r el l e n g u a j e científico y la metodología. U n o d e los p r i n c i p a l e s objetivos d e l g r u p o e r a d e t e r m i n a r la estructuraf o r m a l d e las teorías ci e n t í f i c a s ; a d e m á s , formularon u n principio d e verficabilidad s e g ú n el c u a l la ausencia de significado e n u n a proposición d e pende d e la e x p e r i e n c i a y la o b s e r v a c i ó n .
www.fullengineeringbook.net E l T r in ity C o lle g e
C o m p r o b a c i ó n DE LOS HECHOS Los c o m p o n e n t e s del Círculo d e ve r d a d e r o significado d e u n a c u a n d o
V i e n a s o s t e n í a n q u e el
a f i r m a c i ó n sale a
la l u z
u n o se p r e g u n t a q u é h a y q u e h a c e r p a r a
el s i g n i f i c a d o d e d i c h a a f i r m a c i ó n p u e d e d e t e r m i n a r s e a
través del m o d o
e n q u e s e verifique. L a p e r s o n a q u e a p a r e c e
e n esta fotografía se e n c u e n t r a r e c a b a n d o
información p a r a
d e t e r m i n a r s u c a r á c t e r v e r d a d e r o o falso, e s decir,
identificar s u e s c u d o heráldico.
Entre los num erosos filósofos que partieron de las conclusiones de Russell destaca un grupo que se reunía
sentar las bases filosóficas de una concepción cientifista del mundo. El resultado de sus investigaciones fue lo que se ha denom inado positivismo lógico o neopositivismo. Según éste, el verdadero significado de una afirmación
en Viena en la década de los años veinte y que ha pasado a la posteridad com o el Círculo de Viena. Éste estaba com puesto en realidad p or más científicos y matemáticos que filósofos, y su principal objetivo era
queda al descubierto cuando uno se pregunta a sí mismo qué es lo que hay que hacer para determ inar la
d e C a m b rid g e F u n d a d o e n 15 4 6 p o r E n riq u e V II, e l T rin ity C o lle g e e s e l m a y o r d e la u n iv e rsid a d d e C a m b rid g e . A lo la rg o d e lo s ú ltim o s añ o s h a fo rm a d o a v e in te p re m io s N o b e l, seis p rim e ro s m in istro s d e G ra n B re ta ñ a y v a rio s p o e ta s , c o m o B y r o n y T e n n y s o n . R u sse ll e n tró e n e l T rin ity C o lle g e en 18 9 0 , y a llí c o n o c ió a a lg u n a s d e la s m e n te s m á s b rilla n te s d e l s ig lo x x , c o m o G . E. M o o re, A . N. W h ite h e a d y , m ás ta rd e , W ittgen stein , a lu m n o d e R u sse ll en tre 19 12 y 19 13 .
v
no había pasado de los 25 años. Con la llegada al poder de los nazis en Austria y, p o r supuesto, en Alemania en 1938, los integrantes del Círculo deViena tuvieron que exiliarse, la mayor parte a Estados Unidos y Gran Bretaña donde ejercieron una gran influencia en el pensamiento de toda una generación.
PUT A TIGERIN YOUR TANK
S e n t id o c o m ú n Mientras tanto, en Gran Bretaña, un gran amigo de Russell llamado G. E. Moore había llevado a cabo sus propias investigaciones acerca del análisis de las afirmaciones del lenguaje cotidiano sin recurrir a la ciencia ni a la compleja lógica sino, sencillamente, al sentido común. Junto con su discípulo J. L. Austin desarrolló una corriente filosófica que acabaría desplazando al positivismo lógico. Se trata de la «filosofía analítica» o del «análisis del lenguaje» y se fundamenta en el uso normal y corriente de cualquier lengua. Según Moore yAustin, los neopositivistas se habían equivocado al intentar reducir todo tipo de manifestaciones lingüísticas a un conjunto de estrechos patrones científicos, cuando en realidad cada uno de los numerosísimos discursos espontáneos que caracterizan la vida del ser hum ano responden a su propia lógica. Los
El g ru po de B loo m sbury El conjunto d e es c r i t o r e s , f i l ó s o f o s y artistas in gleses q u e se r e u n í a n e n e l di s t r i t o l o n d i n e n s e d e B l o o m s b u r y entre 1 9 0 7 y
1 9 3 0 recibió
el n o m b r e d e g r u p o de Bloomsbury. M u y
influenciado
p o r los
e th i c a
P r in c ip ia
(1903) de
G . E. M o o r e y las teorías d e B e r t r a n d Russell, t r a t a b a n s o b r e diversas c u e s t i o n e s estéticas y filosóficas.
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F o r m a b a n p arte del
Esso
g r u p o figuras tan c o n o c i d a s c o m o la novelista Virginia W o o l f el e n s a y i s t a L y t t o n S t r a c h e y , el crítico d e a r t e R o g e r
A f ir m a c i o n e s v e r if ic a b l e s
F r y , el p i n t o r D l i n e a n
L o s lógico-positivistas s o s t e n í a n q u e las a f i r m a c i o n e s q u e n o
G r a n t y el e c o n o m i s t a J o h n M a y n a r d
establecen diferencias c o n
otras c a r e c e n d e contenido, y
q u e tan
s ó l o l a s a f i r m a c i o n e s v e r i f i c a b l e s s i g n i f i c a n a l g o . Así, el e s l o g a n
www.fullengineeringbook.net Keynes.
p u b l i c i t a r i o ■P o n
u n
tigre e n
tu depósito■ es u n a
metáfora, p e r o e n
r e a l i d a d n o s i g n i f i c a n a d a d e s d e u n p u n t o d e vista e m p í r i c o .
u El método consiste en intentar construir un puente entre el mundo de los sentidos y el de la ciencia ” B e r t r a n d R u ssell
verdad o falsedad de dicha afirmación. Es decir, en qué medida se diferencia de la realidad para p oder afirmar que se trata de una afirmación verdadera o falsa. Una afirmación que se refiera a algún aspecto de la realidad pero cuya verdad o falsedad no difiera a simple vista de ninguna otra cosa carece de contenido, de significado; en realidad, es com o no decir nada. En este punto los filósofos del Círculo deViena coinciden con los pragmáticos estadounidenses, aunque su formulación es m ucho más restrictiva: tan sólo las afirmaciones que son verificables em píricam ente poseen significado desde ese mismo punto de vista empírico, de modo que el significado de cualquier afirmación se revela en el modo en que tiene lugar su verificación. De este modo, los neopositivistas se dedicaron a echar p o r tierra todo el conjunto de sinsentidos heredados del pasado, sobre todo de la entonces ya más que decadente tradición idealista alemana. La disección que llevaron a cabo de toda argumentación religiosa a propósito del mundo, así com o del discurso ideológico del cada vez más poderoso fascismo alemán, fue del todo despiadada, de ahí que se hicieran un gran eco entre la juventud iconoclasta de la época. La obra que dio a conocer fuera de los países de habla alemana las teorías del neopositivismo fue Lenguaje, verdad y lógica (1936), escrita po r A. J. Ayer cuando éste todavía
ílttmtsílíenft furftiV nmbUchc Juocní) íft fflütterí)íen.ft.
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n a z i ( c o m o el
se convirtió e n u n a
c o n t r a d e la i d e o l o g í a fascista. T r a s la
s u b i d a a l p o d e r d e los n a z i s e n A u s t r i a e n del Círculo d e
la h o r a d e a n a l i z a r
r e t ó r i c o estilo d e l a p r o p a g a n d a
V i e n a se vieron f o r z a d o s a
a Estados Unidos y
1938,
los c o m p o n e n t e s
emigrar, sobre todo
G r a n Bretaña.
G . E. M o o r e E l filósofo bri t á n i c o George E d w a r d M o o r e (1873-1958)fue p r o f e s o r d e filosofía e n la u n i v e r s i d a d d e C a m b r i d g e entre 1 9 2 5 y
1939. E n su
o b r a m á s célebre,
P r in c ip ia e th ic a ( 1 9 0 3 ) , q u e ejerció u n a notable i n f l u e n c i a e n t r e los c o m p o n e n t e s del grupo de Bloomsbury, a b o r d a la c u e s t i ó n m o r a l s o b r e el bien. E l e n f o q u e analítico q u e adopta M o o r e c o n r e s p e c t o a las c u e s t i o n e s éticas tuvo m u y
bu e n a
a c o g i d a e n t r e los filósofos d e h a b l a inglesa.
Los usos d e l L o s filósofos lingüistas s o s t e n í a n q u e s e p u e d e n uso s del lenguaje, y d e ellos e n u n
distinguir diversos
toda confusión n a c e del m a l u s o q u e se h a g a
c o n t e x t o d e t e r m i n a d o . Así, p o r e j e m p l o , estos
l e n g u a je
corredores d e bolsa se c o m u n i c a n q u e
e n t r e ellos c o n u n a s e r i e d e g e s t o s
r e s u l t a r í a n d e l t o d o i n a d e c u a d o s e n el c o n t e x t o d e u n a
declaración amorosa.
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problemas filosóficos no son más que confusiones conceptuales que surgen cuando se trata de aplicar una estructura de discurso propia de un contexto determinado en otro totalm ente equivocado. La labor del filósofo es, precisam ente, deshacer esas confusiones em pleando según su propio criterio los diversos registros modales del lenguaje. De ese modo, una vez demostrada la causa de dichas confusiones, se habrá conseguido, más que solucionar el problema, deshacerlo, de forma que todo qiiedará m ucho más claro y, en definitiva, ya no habrá lugar para malentendidos.
vez más, los filósofos de generaciones posteriores a la suya se limitaban a lo que en el fondo no era más que una decadente actividad de puro análisis -para ellos, la filosofía era en el fondo análisis- cuando, en
L a in f l u e n c ia de
R u sse l l
B e r t r a n d Russell h a sido
“ EN L Ó G I C A ,
u n a d e las f i g u r a s intelectuales m á s i n f l u y e n t e s d e l siglo xx. Su producción
EL SENTIDO
c o mprende u n e n o r m e a b a n i c o d e disciplinas, c o m o l a fil o s o f í a , l a c ie nc i a , las m a t e m á t i c a s , l a é t i c a , la
E n t e n d e r el m u n d o Decisiva en el avance de la filosofía analítica fije la obra tardía de Wittgenstein, un alumno de Russell a quien se dedicará todo el capítulo siguiente. Si el neopositivismo había sido la corriente filosófica de moda durante la generación de la segunda guerra mundial, una generación más tarde lo que se im pone es la filosofía analítica, sobre todo en Gran Bretaña. Desde entonces, los intereses de la filosofía se han ampliado hacia una mayor diversidad de disciplinas, superándose el estrecho margen científico en el que se había desarrollado hasta entonces. No obstante, com ún a todos esos enfoques es el estudio analítico de los enunciados lingüísticos como medio indispensable para sacar a la luz su significado último, siguiendo, de ese modo, el camino abierto por Russell. Éste, por otro lado, iba constatando cómo, cada
DE LA
sociología, la e d u c a c i ó n , l a his t o r i a , l a r e l i g i ó n y la política. S u s i n v e s t i g a c i o n e s s o b r e las m a t e m á t i c a s y la lógica
REALIDAD ES FUNDAMENTAL
h a n ejercido u n a extraordinaria i n f l u e n c i a e n la filosofía o c c i d e n t a l . D u r a n t e los últimos a ñ o s d e s u vida se volcó e n múltiples c a m p a ñ a s en contra de la e s c a l a d a n u c l e a r y la gu e r r a del Vietnam.
B e r t r a n d R u ssell
realidad, lo que él había intentado era aplicar la nueva lógica del siglo xx a la tradicional finalidad de la filosofía, esto es, com prender la esencia de la realidad exterior.
L a UNIVERSIDAD
W
DE MANCHESTER F u n d a d a e n 1851,
it t g e n s t e in y la.
la u n i v e r s i d a d d e Manchesterpronto
FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
se convirtió e n u n a d e las m á s grandes d e toda G r a n Bretaña. E n
U N A FILOSOFIA QUE N O VA MÁS ALLÁ DEL LENGUAJE Y LA LÓGICA
la é p o c a e n
q u e Wittgenstein era m í o d e sus a l u m n o s , esta universidad se h a b í a c o n v e r t i d o e n el
Wittgenstein fu e el creador de dos corrientes filosóficas, ambas de una enorme importancia. En la última, el análisis lingüístico alcanzaría su máximo nivel de perfección.
centro m u n d i a l d e ■
investigación
a t ó m i c a d e la m a n o d e Ernest Rutherford (1871-1937), p r e m i o Nobel de química en 1 9 0 8 y descubridor del n ú c l e o del á t o m o e n 1909.
^Sobre lo que no se pueda hablar, se debe pasar
AUNQUE LUDWIG WITTGENSTEIN a W ittgenstein fue una experiencia (1889-1951) nació enViena y escribió imborrable desde el punto de vista en alemán, pasó la mayor parte de intelectual». su vida enseñando filosofía en la universidad de Cambridge y obtuvo la LOS LÍMITES nacionalidad británica. Por otro lado, dado DE LOS SENTIDOS que tenía ascendencia judía, durante la época En su juventud W ittgenstein leyó la obra en que los nazis estuvieron en el poder de Schopenhauer, con el que compartía tam poco habría podido volver a su país. Su principales conclusiones. Durante el resto padre había sido uno de los magnates del de su vida aceptó que la realidad hierro enA ustria.de ahí que BÉÍÜr estuviera dividida en dos heredara de él una gran reinos: p o r un lado, un reino fortuna. Era el m enor de que estaba ajeno a cualqui cinco herm anos varones, tres intento de conceptualización de los cuales se suicidaron; el y sobre el que, en definitiva, otro, Paul, fue un reputado no se podía decir nada, y, pianista que tras perder un p o r otro, el m undo de la brazo durante la prim era experiencia, que es al guerra mundial continuó que constantem ente nos dando conciertos de piano referimos e intentamos (para una sola mano), que com prender. Así, para algunos de los grandes W ittgenstein la filosofía com positores de aquella inteligible debía ceñirse L u d w ig W i t t g e n s t e i n época, com o Ravel y A n t e s d e leer a B e r t r a n d R u s s e l l y d e e s t u d i a r filosofía exclusivamente al estudio m a t e m á t i c a e n C a m b r i d g e e n 1911, Wittgenstein estudió Prokofíev, com pusieron de este segundo mundo, so ingeniería e n Berlín entre 1 9 0 6 y 1 9 0 8 e investigación expresam ente para él. pena de convertirse en una aeronáutica e n Ma n c h e s t e r desde 1908.
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en silencio
L u d w ig W it t g e n s t e in
P a u l W ittg e n s te in L u d w ig W ittgen stein era el m enor de ocho h e rm a n o s , to d o s e llo s c o n u n e n o rm e talen to artístico e in telectu al. Su h e rm a n o P a u l e ra u n re p u ta d o p ia n ista d e fa m a in te rn a cio n a l q u e c o n tin u ó d a n d o c o n c ie rto s tras p e r d e r u n b ra z o d u ra n te la p rim era g u e rra m u n d ia l, e n el e jé rcito a u stría c o . A q u í a p a re c e e n 19 3 4 a b o rd o d e l M a j e s t i c tras lle g a r a N u e v a Y o r k p a ra d a r u n co n c ie rto .
Em
o c io n a n t e a v e n t u r a
Ludwig mostró desde pequeño un gran interés p o r las máquinas y recibió una sólida formación en física y matemáticas. En 1908 se trasladó a la universidad de M anchester para estudiar ingeniería y perm aneció en ella durante tres años. Su fascinación p o r las cuestiones filosóficas referentes a las matemáticas le llevó a adentrarse en los Principios de m atem áticas de Bertrand Russell, cuya lectura resultó toda una revelación.Tras visitar a Frege, éste lo convenció para que dejase M anchester y se trasladase a Cambridge a estudiar filosofía con Russell, quien más tarde escribiría: «Conocer
disciplina carente de sentido en el caso de franquear los límites de la experiencia. L e n g u a je
y r e a l id a d
En u n principio,W ittgenstein concibió la idea de valerse de las aportaciones realizadas p o r Frege y Russell para dar una mayor solidez a la teoría del mundo fenomenológico de Schopenhauer a través, no sólo de k epistemología, sino también de la lógica. Su intención, en el fondo, es tratar de explicar el hecho de que el mundo pueda ser descrito a través del lenguaje y, por tanto, explicar la relación entre lenguaje y realidad. De ese modo, el siguiente paso sería formular toda una serie
de principios que recogiesen los límites de lo inteligible para el lenguaje y, por consiguiente, los límites del propio pensam iento. Partiendo de la base de que el punto de partida adoptado por Schopenhauer es el correcto,W ittgenstein constata que la filosofía debe ir por estos caminos. Así pues, en un principio el planteamiento filosófico propuesto por el filósofo austríaco se basa en una revisión del proyecto de KantSchopenhauer de establecer los límites de lo inteligible para el ser humano, valiéndose para ello de los nuevos avances realizados durante el siglo xx en los campos de la lógica y la filosofía analítica. Form a
l ó g ic a
Esto es lo que pretende Wittgenstein en su prim era obra, Tractatus logico-philosophicus (1921), o simplemente Tractatus, cuyo peculiar título, sugerido al filósofo p o r G. E. Moore, es una clara alusión al Tractatus theologico-politicus de Spinoza. W ittgenstein estaba convencido de que con esta breve obra daba solución a todos los grandes problem as que habían quedado pendientes en la filosofía, po r lo que a partir de entonces se volcó en otros asuntos. Este libro se convirtió en la Biblia del Círculo de Viena y ejerció una enorme
teoría de la pintura del significado, térm ino que desde su creación estuvo muy vinculado al m undo de la pintura. Un lienzo es un objeto que no tiene nada que ver con un paisaje aunque un buen pintor es capaz de lograr que el prim ero represente con gran fidelidad dicho paisaje,
P r in c ip a le s o b r a s T ractatus lo g ic o -p h ilo so p h ic u s (1921)
In v e s tig a c io n e s filo só fica s (1953)
“NOMBRAR
ES COMO COLOCAR U N A ETIQUETA SOBRE UN OBJETO”
L u d w ig W it t g e n s t e in influencia en toda su generación. No obstante, fue el propio Wittgenstein el que com probó que, en el fondo, el neopositivismo que tan fervientem ente había defendido se encontraba en un error, así que, tras superar varias colocando diversas manchas de color combinadas entre dudas, decidió volver al dominio filosófico de Cambridge, ellas de modo que se correspondan con los diferentes en el que perm aneció hasta su m uerte, en 1951. elem entos de que se com pone el m encionado paisaje. Durante este segundo período no publicó Este conjunto de relaciones internas y com unes a ambos absolutamente nada, pero tras su m uerte em pezaron a objetos es lo que W ittgenstein aparecer sin cesar escritos y más escritos. La obra más denom ina «idea lógica», im portante de esta segunda etapa es presente tanto en el Investigaciones filosóficas, publicada en 1953, tal vez la obra filosófica más influyente, en Gran Bretaña al menos, desde la segunda guerra mundial. A través de ella, el nombre de Wittgenstein ha trascendido su dimensión puram ente filosófica para hacer llegar su pensam iento a otras muy diversas disciplinas, desde la sociología a la crítica literaria, convirtiéndolo en una de las figuras más im portantes del siglo. Así pues, W ittgenstein es el padre de dos corrientes filosóficas diferentes, cada una de las cuales ha tenido una L e n g u a j e y r e a l id a d trascendencia extraordinaria. W i t t g e n s t e i n s e v a l i ó d e la o b r a d e F r e g e y R u s s e l l p a r a d a r u n a b a s e l ó g i c a a la teoría f e n o m e n o l ó g i c a d e S c h o p e n h a u e r , h e c h o q u e le p e r m i t i ó e x p l i c a r e n q u é m e d i d a el l e n g u a j e refleja Lo que critica del «primer l a r e a l i d a d y, e n definitiva, las r e l a c i o n e s q u e e x i s t e n e n t r e a m b o s , a la v e z q u e d e f i n i r los límites Wittgenstein» es la llamada q u e s e p a r a n el p e n s a m i e n t o c o n c e p t u a l d e l l e n g u a j e .
C o m e n ta rio s so b re los fu n d a m e n to s d e la s m atem áticas (1956)
T ractatus Logico-Philosophicus
ludwig
wrnttemuK
KJtTOAND »USSkU. fJLS
T ra c t a t u s
D u ra n te la p rim e ra g u e rra m u n d ia l W ittgenstein a n o ta b a s u s re fle x io n e s s o b re ló g ic a y filo so fía e n c u a d e rn o s q u e lle v a b a e n su m o ch ila . El re su lta d o d e e s o s a p u n te s fu e e l T r a c t a t u s , o b ra p u b lic a d a en 19 2 1 que, a p esar d e c o n s ta r tan s ó lo d e 7 6 p á g in a s , a b a rc a u n a e n o rm e c a n tid a d d e c u e s tio n e s filo só fic a s , s o b re to d o a c e rc a d e lo s lím ites d e l le n g u a je .
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M argaret St o n b o r o u g h W it t g e n s t e in T a n t o los p a d r e s d e Wittgenstein c o m o sus siete h e r m a n o s e s t a b a n dotados de u n e n o r m e t a l e n t o t a n t o artístico c o m o intelectual. S u h e r m a n a Margaret (1882-1958), en especial, e j e r c i ó u n a g r a n influencia s o bre él y le d i o a c o n o c e r la o b r a d e Schopenhauer. A d e m á s de a y u d a r a
numerosos
artistas ( e l p r o p i o C h i s t a v K l i m t la retrató en
1905), m a n t u v o u n a fértil
correspondencia con S i g m u n d l-'reud.
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lienzo como en el paisaje, y es lo que hace que uno represente al otro. De igual modo, sostiene, es posible com binar palabras, cada una de las cuales esconde un concepto en forma de oraciones que posean la misma idea lógica en correspondencia con la serie de conceptos u objetos a los que alude la oración, de forma que, al final, se pueda representar la realidad de una idea concreta mediante el lenguaje. Así, esa idea lógica sería la que perm ite al ser humano hablar acerca del mundo. Form as
d e v id a
Al poco tiempo,W ittgenstein se dio cuenta de que habría dado con una de las más importantes funciones del lenguaje y decidió desarrollar a partir de esta noción toda una teoría del significado. Así, el lenguaje puede hacer otras muchas cosas además de «pintar» la realidad, como po r ejemplo dar órdenes y una gran cantidad de actividades que no tienen nada que ver con la descripción de la realidad. Para explicar cóm o funciona el significado, sustituye la imagen del cuadro por la de una herramienta. De ese modo, el lenguaje se podría comparar a una herram ienta que se puede emplear en una infinita variedad de situaciones diferentes y su significado viene determ inado por todo aquello que se pueda hacer con él. Así, si se coge una palabra o concepto determinados, el significado de ésta será la síntesis de todos sus posibles usos, que pueden diferir mucho entre ellos. «Una cosa» no tiene p o r qué tener un único «significado»: éste no adopta una sola cara, sino que lo más probable es que haya todo un conjunto de significados en sus múltiples caras. De modo que, una vez que se haya tomado conciencia de lo que se puede hacer con ella, se habrán cubierto todos sus significados y ya no habrá confusiones al hablar. Esta teoría supone un rechazo de las dos teorías tradicionales del significado. La prim era defendía que a cada palabra le correspondía un significado determinado e invariable; la realidad demuestra, po r el contrario, que una situación comunicativa es m ucho más proteica y compleja. La segunda sostenía que el significado de las palabras deriva de la intencionalidad de los
hablantes, de manera que para entender lo que dice alguien es preciso saber qué es lo que pasa p o r la m ente del interlocutor. El lenguaje es de dominio público, sostiene Wittgenstein, y se aprende a emplearlo por contacto con otras personas y en un contexto social.
“ EL SIGNIFICADO DE UNA PALABRA DEPENDE DELUSO LINGÜÍSTICO QUE SE HAGA DE ELLA” .
Lu d w ig W it t g e n s t e in
R ijd o l p h C a rn a p E l filósofo a l e m á n Rudolph Ca r n a p (1891 1970)f ue u n o d e los m á x i m o s r e p r e s e n t a n t e s d e la e s c u e l a lógicopositiirista y
realizó
numerosas a p o r t a c i o n e s a la f i l o s o f í a d e la c i e n c i a , la l ó g i c a y la teoría d e la p r o b a b i l i d a d . E n 1920, a petición d e M o r i t z Schlick, e n t r ó a f o r m a r p a r t e del C í r c u l o d e Viena, ( g r u p o d e intelectuales q u e se r e u n í a p a r a hablar sobre temas f i l o s óficos, e n e special s o b r e las o b r a s d e Wittgenstein), y d e l c u a l se convirtió e n u n a d e las m á x i m a s f iguras. S u o b r a m á s importante e s La estruc tura ló g ic a d e l m u n d o ( 19 2 8 ) .
www.fullengineeringbook.net Por ello, es inconcebible pensar en una dimensión privada del lenguaje, ya que de hacerlo se contradice la misma naturaleza del lenguaje.
De hecho,W ittgenstein cree que el significado de las palabras deriva en última instancia del conjunto de actividades que conforman la existencia. Así, p o r ejemplo,
T e o r ía d e l a p i n tu r a d e l s ig n if ic a d o A u n q u e el l i e n z o es u n n a d a
objeto q u e n o tiene
q u e v e r c o n l o q u e s e p i n t a s o b r e él,
el artista p u e d e r e p r e s e n t a r t o d a u n a escena valiéndose del color d e m a n e r a q u e a m b o s c o m p a r t a n la m i s m a D e
igual m o d o ,
lasp a l a b r a s sólo p u e d e n r e a l i d a d si, d e n u e v o ,
¿z
m i s m a
«i d e a l ó g i c a ».
W i t t g e m t e i n sostiene q u e
i d e a lógica.
r e p r e s e n t a r la
a m b a s
comparten
E l l e n g u a je es p ú b l ic o S e g ú n s e d e s p r e n d e d e las i d e a s d e
W i ttgenstein, n o existe u n
l e n g u a j e p r i v a d o , s i n o q u e éste s e a p i ' e n d e a p a r t i r d e u n a
serie d e s i t u a c i o n e s sociales: a q u í , u n g r u p o s e c o n c e n t r a a l r e d e d o r d e u n
o r a d o r e n el S p e a k e r s C o m e r d e L o n d r e s .
W ITTGENSTEIN, ARQUITECTO Entre 1 9 2 6 y
1928, e n
c o l a b o r a c i ó n c o n el arquitecto P a u l E n g e l m a n n (antiguo discípulo del g r a n arquitecto vienés Adolj'Loos), Wittgenstein diseñó y construyó e n
Viena
u n a cas a , la
K u n d m a n n g a sse , pa ra su h e r m a n a Margaret
(v é a s e
p ág . 203)- El resultado fue u n a obra de u n a g r a n originalidad, a u n q u e de hecho Wittgenstein n u n c a llegó a f o r m i d a r d e f o r m a sistemática u n a t e o r í a estética, y
n u n c a
p r e t e n d i ó s e r u n a fiel representación d e sus i d e a s filosóficas. E n u n a o c a s i ó n a f i r m ó : -M i i d e a l es c o n s e g u i r cierta frialdad. U n
templo q u e
se convierta e n u n
existe todo un extenso cam po de actividades científicas, y el significado de los térm inos científicos deriva del modo en que dichos térm inos se emplean en esas disciplinas científicas, los cuales con el tiempo es posible que cambien incluso de significado. Lo mismo ocurre en el terreno de la religión, que tiene su propia terminología específica, así como en el de la música, los negocios, el teatro y un larguísimo etcétera. De este modo, lo que aparentem ente es una misma palabra puede poseer distintos significados dependiendo de la disciplina a la cual se refiera y del contexto en que se emplee. Es lo que ocurre, p o r ejemplo, con la palabra «evidencia», cuyo significado presenta una gran diversidad de matices según la em plee un abogado, un historiador o un físico: los rumores m inea equivaldrán una evidencia en un juicio, pero en cambio muchas veces es lo único con lo que puede contar un historiador, quien deberá, no obstante, proceder con suma cautela, mientras que un científico necesita evidencias, pues los rum ores no le son de ninguna utilidad. Muchos sociólogos y antropólogos adoptaron com o una útil herram ienta de trabajo esta teoría formulada por Wittgenstein.
e s c e n a r i o p a r a las
E l s ig n if ic a d o d e la s p a la b r a s W i t t g e n s t e i n s o s t e n í a q u e el s i g n i f i c a d o d e las p a l a b r a s
p a s i o n e s p e r o sin i n t e r f e r i r e n ellas-.
La f i l o s o f í a c o m o l e n g u a j e Durante mediados del siglo xx la filosofía de W ittgenstein se impuso en Cambridge de igual modo que en Oxford dominaba la de J. L. Austin. Para ambos, los problemas filosóficos no nacen de los m isterios fundamentales del mundo en que nos encontram os (tiempo, espacio, materia, causalidad, etcétera), sino de las confusiones que se derivan de un mal uso del lenguaje; es decir, si retomamos el ejemplo anterior, el em pleo del térm ino «evidencia» en un contexto inapropiado al previsto en un principio da com o resultado un mensaje ambiguo y confuso. Lógicamente, el tipo de confusiones que han dado origen a los principales problem as filosóficos a lo largo de la historia han sido m ucho más sutiles que este ejemplo, pero la esencia es la misma. Precisamente, la labor de todo filósofo, según afirman, consiste en deshacer todo ese conjunto de entuertos y confusiones m ediante un empleo adecuado del lenguaje. Esta posición llevará a que aparezcan muchos estudios em píricos sobre el lenguaje a través de sutiles y E l a n á l i s is d e l l e n g u a je P a r a W i t t g e n s t e i n , t o d o s los p r o b l e m a s fil o s ó f i c o s s o n la brillantes análisis lingüísticos, c o n s e c u e n c i a del u s o i ndebi d o del lenguaje. L o s sold a d o s siempre partiendo de que s o b r e estas líneas a p r e n d e n a d e s a c t i v a r b o m b a s ; u n a a m b i g ü e d a d a q u í p o d r í a r e s u l t a r fatal. cualquier enfoque debe basarse
deriva del contexto e n q u e se emple e n . L o q u e e n apariencia
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u n
m i s m o c o n c e p t o es posible q u e
t enga u n significado m u y
distinto e n el c o n t e x t o
d e la ó p e r a q u e e n el d e los n e g o c i o s , la r e l i g i ó n o la ciencia.
en la lógica y el uso adecuado del lenguaje. En este contexto, los problem as em píricos exigen unos métodos empíricos, de igual modo que aquellos relativos al sentido com ún se basan en su respectivos campos (política, derecho, etc.). Así, a diferencia de lo que se había creído hasta ese momento, este nivel de actuación no había sido de incum bencia de la filosofía, ya que ésta debía centrarse tan sólo en la resolución de los problem as conceptuales, es decir, en analizar y clarificar los conceptos y su em pleo. A partir de ahora, en cierto sentido la filosofía pasa a adquirir tina dimensión puram ente lingüística, en especial en lo relativo a los problem as de significado, análisis de lo subjetivo y búsqueda de la verdad. E l d is c u r s o c o m o a c c ió n De todos modos, llega un m om ento en que, sin desm erecer en absoluto el indudable mérito de este enfoque, se tiene la impresión de que su cam po de acción es demasiado limitado, muy a menudo centrado únicam ente en echar p o r tierra los razonamientos escolásticos. Así, fueron m uchos los que suscribieron la opinión de A. J. Ayer cuando éste calificó la obra de J. L. Austin como árida. De hecho, la tendencia im perante hoy en día entre los filósofos analíticos es la de aplicar sus
un millar de acciones diferentes que tienen lugar a través de la emisión de palabras. En prim er lugar lo que hace es analizar un enunciado preguntándose: «¿Qué haría alguien si dijera esto?» y «¿en qué contexto lo diría?». A continuación, llega a la conclusión de que, si no se es capaz de imaginar un contexto determinado en el que se pueda pronunciar dicho enunciado, éste carece de significado. Una de las categorías del acto de habla más interesantes es lo que denom ina actos de habla.es decir, frases que realizan ellas mismas la acción que describen, como, p o r ejemplo, cuando se dice «Gracias», «Felicidades», «Te lo prometo» o «Lo siento».
extraordinarios m étodos de análisis a cuestiones que van más allá de la lógica y el lenguaje, y que com prenden un conjunto de campos que hasta entonces no habían sido objeto de estudio p o r parte de los filósofos, como la música, el sexo y todo tipo de cuestiones socioculturales, además, lógicamente, de continuar abordando los temas tradicionales. El enfoque, no obstante, se basa todavía en el análisis de conceptos y las modalidades de pronunciación propios de esos campos. Una de las
J . L. A u s t i n E l filó s o fo in g lé s J o h n L a n g sh a w A u stin ( 1 9 1 1 19 6 0 ) fu e p ro fe s o r d e filo so fía m o ra l e n la u n iv e rsid a d d e O x fo rd en tre 1 9 5 2 y 19 6 0 , p e r ío d o e n el q u e , en d ic h o c en tro , d o m in ó e l p a n o ra m a filo só fic o . F u e p io n e ro e n e l e stu d io d e l e m p le o d e l le n g u a je d e u s o c o rrie n te y su s d o c trin a s e je rc ie ro n u n a n o ta b le in flu e n c ia e n lo s a ñ o s q u e s ig u ie ro n a la s e g u n d a g u e rra m u n d ia l, s o b re to d o e n lo re la tiv o a s u n o c ió n d e d isc u rso c o m o c o n d u c ta s o c ia l.
E l s ig l o d e l l e n g u a je c o n c ie n t e El nom bre de Austin, sin embargo, no ha pasado a formar parte del dominio público, cosa que sí ha hecho el de Wittgenstein, cuyo indudable ingenio a la hora de analizar los significados lingüísticos le abrió las puertas desde a un gran núm ero de críticos literarios hasta disciplinas de un ámbito m ucho más general, com o la sociología y la antropología. Por una serie de razones que van más allá de lo estrictam ente filosófico, y que com prenden el arte y todo tipo de disciplinas, lo cierto es que el siglo xx ha mostrado más interés p o r el lenguaje y su empleo consciente que cualquier otro siglo anterior. Este hecho explica el desarrollo que la filosofía analítica ha tenido así com o el indudable interés que ha despertado a todos los niveles durante todo este período, algo desconocido hasta el momento. Ningún filósofo hasta entonces creyó que la lingüística constituyera la disciplina sobre la que la filosofía debía centrar sus investigaciones, así como tam poco lo han creído m uchos de los filósofos más destacados del siglo xx. De hecho, el mismo Bertrand Russell, de quien parte este particular enfoque, manifestó en más de alguna ocasión lo inadecuado y restringido que resultaba sostener una visión de la filosofía de estas características. Como veremos a continuación, muchos D e c ir y h a c e r otros grandes filósofos U n a d e las c a t e g o r í a s d e l d i s c u r s o q u e d i f e r e n c i a A u s t i n e s lo q u e d e n o m i n a a c t o s d e h a b l a , e s decir, contem poráneos de Russell f r a s e s q u e l l e v a n i m p l í c i t o el a c t o a l q u e se optaron p o r seguir un camino r e f i e r e n , c o m o c u a n d o s e d i c e «G r a c i a s ■» o «F e l i c i d a d e s ». bien distinto.
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“ SI U N LEÓN PUDIERA
HABLAR, N O
I
P O D R ÍA M O S ENTENDERLO” L u d w ig W it t g e n s t e in
aportaciones más fructíferas de Austin a la filosofía es el concepto de «acto de habla»: cada vez que se dice una cosa se está haciendo algo, ya sea describir, negar, animar, ordenar, preguntar, sugerir, explicar, avisar o lo que sea. De hecho, afirma, no sería posible hablar sin realizar alguno de estos actos. Austin llega a distinguir
P r in c ip a l e s o b r a s
Ex is t e n c ia l is m o
DE K í ERKEGAARD O lo u n o o lo otro: -Un fra g m e n to d e vida»
DE KIERKEGAARD A H E ID E G G E R
(1843)
T e m o r y te m b lo r
El hombre como individuo se plantea el problema del misterio de su existencia, a través del cual pretende comprender la realidad del mundo en el que vive.
(1843)
E l c o n c e p to d e la a n g u stia (1844)
F ra g m e n to s filo só fic o s (1844)
D ia rio d e u n s e d u c to r ( 1 8 4 5 )
u La vida sólo se puede entender mirando hacia atrás, pero se debe vivir mirando hacia delante S 0R E N KíERKEGAARD
LA CORRIENTE FILOSÓFICA más im portante de Europa durante el período inm ediatam ente posterior a la segunda guerra m undial fue el existencialismo, que floreció no sólo en las universidades, sino en campos tan diversos com o la literatura, el teatro y el cine. Se trata, sin duda alguna, de uno de los movimientos intelectuales más im portantes de todo el siglo xx y ha contribuido de forma muy notable a conformar el pensam iento contem poráneo. Además, ha producido una enorm e cantidad de célebres novelas y obras de teatro. Una de las cosas que más llama la atención es que esta corriente se puso de m oda m ucho después de que se sentaran sus bases ideológicas. El más grande filósofo existencialista del siglo xx, Martin Heidegger, escribió sus obras más im portantes en la década de los años veinte, e incluso los filósofos precursores de dicho movimiento se alejan m ucho más en el tiempo, hasta el siglo xix: Kierkegaard y Nietzsche (véanse págs. 172-179). De hecho, el repentino augede la ideología existencialista que tuvo lugar durante los años cuarenta y cincuenta fue en realidad una reacción contra la trágica experiencia de la barbarie nazi, de la que Europa empezaba entonces a despertar.
las abstracciones y generalizaciones no existen como tales, sino que tan sólo constituyen una serie de ayudas que el propio hom bre ha creado para pensar y relacionar el conjunto de la realidad. Pero si lo que se pretende en el fondo es llegar a entender esta última, e>
“ LA SUPREMA PARADOJA DE T O D O
P E N S A M IE N T O www.fullengineeringbook.net ES QUE PRETENDE
Yo y Dios
S 0 R E N KíERKEGAARD Elf u n d a d o r del existencialismo n a c i ó e n C o p e n h a g u e , d o n d e p a s ó la m a y o r p a r t e d e s u vida. S u a
o b r a inspiró
m u c h o s fi l ó s o f o s d e l siglo xx, s o b r e t o d o a
los
existencialistas. K i e r k e g a a r d e s t a b a c o n v e n c i d o d e q u e n i n g u n a
d o c t r i n a f i l o s ó f i c a e r a c a p a z d e e x p l i c a r la
e x p e r i e n c i a ú n i c a d e la e x i s t e n c i a c o m o
individuo.
Tradicionalmente, se suele atribuir la fundación del existencialismo al gran filósofo danés S0 ren Kierkegaard (1813 1855), quien escribió toda su obra en una época en la que el panoram a filosófico estaba dominado p o r el recién fallecido Hegel. Éste, según Kierkegaard, había pretendido explicarlo todo m ediante un gran sistema de ideas en el que las cosas concretas, las entidades individuales, apenas eran mencionadas, cuando en realidad la única verdadera existencia es la de esos objetos individuales. Así,
D E SC U B R IR A LG O QUE ES IN C A P A Z DE PENSAR S 0 r e n K ie r k e g a a r d
imprescindible centrarse en los seres individuales, que es en definitiva lo único que existe. Esto resulta especialm ente cierto p o r lo que se refiere al ser humane Según Hegel, el individuo tan sólo puede realizarse integrándose en esa entidad abstracta y enorm e que es el Estado, cuando, en realidad, afirma Kierkegaard, la suprem a entidad moral es el propio individuo y, p o r consiguiente, es todo ese conjunto de aspectos subjetivos y personales que conform an su vida cotidiana lo único que debe importar. Dado el valor trascendental que posee la actividad moral del hom bre, la actividad humana más im portante es la toma de decisiones: al
en este capítulo. Como el otro, este existencialismo humanista hunde sus raíces en la obra del filósofo danés, pero también en la de Nietzsche, que era ateo, y su máximo representante en el siglo xx fue Martin Heidegger. S e d u c i d o p o r el n a z is m o Martin Heidegger (1889-1976) nació en Badén, Alemania, el mismo año en que W ittgenstein nacía en Viena. Pasó toda su vida en Alemania como profesor universitario. Durante su etapa de estudiante fue alumno en la universidad de Friburgo del reputado Edmund Husserl (1859-1938), del que aprendió su peculiar m étodo, que veremos un poco más adelante. Precisamente, la obra maestra de Heidegger, Ser y tiem po, publicada en 1927, se basa en dicho método y está dedicada a Husserl.
L a TOMA D E DECISIONES
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L a p a r e j a q u e a p a r e c e s o b r e estas líneas h a matrimonio,
Heidegger se alistó en el partido nazi y cuando Hitler subió al p oder se convirtió en el prim er rector nacionalsocialista de la universidad de Friburgo; además, dados los orígenes judíos de Husserl, Heidegger se desvinculó en público de éste, actitud que, lógicamente, pesaría com o una losa en su reputación durante el resto de su vida. Un año más tarde renunció al cargo, pero una vez acabada la segunda guerra mundial se le cerraron las puertas a la enseñanza durante seis años. Muchos de los detractores de la filosofía de Heidegger se han valido
K a r l B a rth E l s u iz o K arl B a rth ( 18 8 6 19 6 8 ), u n o d e lo s te ó lo g o s m á s im p o rta n te s d e l s ig lo x x , in ic ió u n m o v im ie n to d e re fo rm a e n el p e n s a m ie n to p ro te sta n te. D e s d e las c á te d ra s d e te o lo g ía d e G ó ttin g e n , M ü n ster y B o n n se o p u so ra d ica lm e n te a la a sc e n sió n d e l n a c io n a lso c ia lism o y firm ó la D e c la ra c ió n d e B a rm e n , q u e s e c o n v irtió e n la b a s e d o c trin a l d e la id e o lo g ía an tin azi. En su o b ra D o g m á t i c a e c l e s i á s t i c a ( 19 3 2 - 1 9 6 2 ) , c o n v ie rte la re su rre c c ió n d e C risto e n e l p ila r cen tra l d e l cristian ism o .
u n a
decidido contraer
d e las d e c i s i o n e s p e r s o n a l e s m á s
importantes
e n la v i d a d e u n a p e r s o n a . S e g ú n K i e r k e g a a r d , y a i n d i v i d u o es la m á x i m a
entidad m o r a l y
q u e el
la t o m a
d e d e c i s i o n e s con s t i t u y e la a c t i v i d a d h u m a n a
m á s
i m p o r t a n t e , a l r e a l i z a r e s a s e l e c c i o n e s el h o m b r e c r e a y
d a s e n tido a s u vida.
elegir el ser hum ano crea su propia vida y se encuentra ¡ consigo mismo. Kierkegaard confiere a este | razonamiento una interpretación religiosa según la más pura tradición protestante, en la que la relación del alma individual con Dios cobra un protagonismo [ fundamental.
de su pasado nazi para rebatir sus postulados, pero esa actitud es en realidad tan injusta como cuando otros muchos filósofos sufrieron toda una campaña de desprestigio por el simple hecho de ser comunistas. En definitiva, la idea de que un pensador debe ser
í£El hombre, solo entre todos los seres, cuando es guiado por la voz del Ser, experimenta la mayor de todas las maravillas: que lo-queexiste sea ”
D O S EXISTENCIALISMOS > Muchos filósofos posteriores han respetado el modo en que Kierkegaard sitúa la figura de Dios, aunque sin i com partir en absoluto su fe religiosa. Consecuencia de i esto último es el hecho de que se hayan desarrollado dos corrientes paralelas que han alcanzado su máximo apogeo en el siglo xx: el existencialismo religioso y el I. existencialismo humanista. Por lo que respecta al primero, baste decir que algunos de los teólogos más originales del siglo xx se han inscrito en esta corriente, derivada directam ente de la obra de Kierkegaard, entre los que destacan Karl Barth, PaulTillich y Rudolf Bultmann. Pero es sobre todo la segunda corriente, la de un existencialismo estrictam ente filosófico que no recurre para nada a la fe religiosa, la que vamos a estudiar
M a r t in H e id e g g e r
P r in c ip a l e s o b r a s de
H e id e g g e r
Q ué es el ser
(1926)
S e r y tie m p o (1927)
K a n t y e l p ro b le m a d e la m e ta físic a (1929)
Q u é e s la m e ta física M a r t i n H e id e g g e r
(1929)
U n o d e los m á x i m o s r e p r e s e n t a n t e s d e l e x i s t e n c i a l i s m o , M a r t i n
C arta s o b re el h u m a n ism o ( 1 9 4 7 )
H e i d e g g e r c o n t i n ú a ejerciendo u n a g r a n p e n s a m i e n t o contemporáneo. E n o r d e n d e losj e s u í t a s y
m á s
sustituiría e n
i n f l u e n c i a e n el
u n p r i n c i p i ó q u i s o e n t r a r e n la
tardef u e a l u m n o
d e Husserl, a
la u n i v e r s i d a d d e F r i b u r g o .
quien
Q u é e s la filo so fía (1956)
una persona digna de admiración desde un punto de vista hum ano es totalm ente romántica, e incluso infantil, y son muchos los ejemplos que nos proporciona la historia de la filosofía com o para tomarla en serio.
S e r y tie m p o E scrita c o n u n e stilo d ifíc il y e s p e s o , S er y
tiem p o ( 1 9 2 7 ) e s la o b ra m á s im p o rta n te d e l filó s o fo a le m á n . E n e lla , H e id e g g e r s e v a le d e la fe n o m e n o lo g ía d e H u sserl p ara p ro fu n d iz a r e n lo s fu n d a m e n to s d e la e x iste n c ia h u m a n a a p artir d e la sig u ie n te p re g u n ta : «¿Qué se n tid o tie n e la existencia?». E sta o b ra e je rc ió u na in flu e n c ia d e c is iv a e n Sartre y otro s e x iste n c ialista s.
Ex a m in a r s ó l o la e x p e r ie n c ia Ser y tiem po se presenta com o el prim ero de lo que debían haber sido dos volúmenes, pero el caso es que nunca llegó a escribirse el segundo ya que la filosofía de Heidegger tom ó otros derroteros. Por esta razón se suele distinguir el «primer Heidegger» del «último Heidegger». De hecho, durante esa segunda etapa el filósofo alemán no escribió ninguna obra original, sino que se dedicó a volver sobre las teorías de otros filósofos, sobre todo las de Nietzsche y los presocráticos, y algunos poetas, como Novalis. En definitiva, Ser y tiem po constituye la obra maestra de Heidegger y se suele considerar com o la base ideológica del existencialismo del siglo xx. El em pleo que se hace en esta obra del método fenomenológico de Husserl es tan im portante, que antes de pasar a considerar su contenido es preciso aclarar en qué consiste dicho método. Husserl coincide con Descartes al sostener que la única cosa de cuya existencia el ser hum ano no tiene duda alguna es de la
EXISTO, Y TODO ] LO QUE NO ESTÁ EN M í ES U N
j
MERO FENÓMENO COMPUESTO A SU VEZ DE M Ú L T I PL E S FENÓMENOS”
| I
E d m u n d H u sser l
propia conciencia individual, punto de partida del que tiene que arrancar todo intento p o r construir nuestra percepción de la realidad. Pero, al mismo tiempo, coincide también con Hume al afirmar que si uno mira, p o r ejemplo, una mesa, la conciencia que se tiene es la de la mesa, no la de estar mirándola. Así, p o r lo general la conciencia actúa siempre de esta manera, sobre los objetos mismos y no sobre el ser com o otro objeto. De todos modos, todo intento p o r dem ostrar la existencia independiente de estos objetos con respecto a la conciencia están condenados al fracaso: es imposible probar la existencia del mundo exterior. Uegado a este punto, Husserl hace una original sugerencia: no quedarse atascados en el problema imposible de resolver acerca de la existencia independiente de los objetos con respecto a la conciencia ya que, según afirma, no hay duda de que éstos existen com o objetos conscientes para nosotros, independientem ente de que tengan o no otras categorías de existencia. Así, Husserl sugiere estudiarlos únicam ente desde esta perspectiva, com o objetos cuya R e n e M a g r i t t e , ¿ ! z ; c a n s a n c i o d e ¡ a m d a , 1927 H u s s e r l c o i n c i d e c o n H u m e a l a f i r m a r q u e c u a n d o u n o o b s e r v a u n objeto, u n a m e s a p o r e j e m p l o , s e e s existencia no admite ninguna duda c o n s c i e n t e d e d i c h o objeto y n o d e u n o m i s m o . P r o p o n e q u e lafilosofía s e b a s e s o b r e u n m é t o d o q u e desde nuestra conciencia, y dejar de e x a m i n e ú n i c a m e n t e aquello q u e se e x p e r i m e n t a e ig n o r e t o d o aquello q u e n o h a y a sido c o m p r o b a d o . E s t e m é t o d o e s lo q u e s e h a d e n o m i n a d o f e n o m e n o l o g í a . lado cualquier otro tipo de
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mismos, com o los pensamientos, los sentimientos, la memoria, el dolor, etcétera. La suma total de las cosas que percibimos equivale exactam ente al conjunto de cosas que somos conscientes de estar percibiendo, aunque sea bajo la forma de fenómenos. No obstante, éste es nuestro único mundo, en el que vivimos y percibimos, de ahí que Husserl acuñe la expresión Lebenswelt, que literalm ente significa «el mundo de la vida». Precisamente, lo que propone la filosofía fenomenológica de Husserl es un estudio exhaustivo de nuestro Lebenswelt.
P r in c ip a l e s o b r a s de
H u sse r l
I n v e s tig a c io n e s ló g ic a s ( 2 vo lú m en es, 1900-1901)
¿ Q ué e s l a e x i s t e n c i a ?
E d m u n d H u sser l
E d m u n d H u s s e r l es e l in i c ia d o r d e la fe n o m e n o lo g ía , u n a c o r r ie n te fi lo s ó fic a q u e p r e t e n d e lle g a r a la e s e n c ia d e la s c o s a s a tr a v é s d e la c o n c ie n c i a . E ste n u e v o e n f o q u e e je r c ió u n a g r a n i n f lu e n c ia e n c a m p o s m u y d iv erso s, c o m o la f i lo s o fía d e la c ie n c ia , la d e l le n g u a je , la d e la r e lig ió n y la d e la s c i e n c ia s so c ia le s.
Heidegger conoció este enfoque de la mano del propio Husserl, pero la cuestión a la que dirigía sus investigaciones partía de un p unto de partida diferente. Una de las cosas que más le había llamado la atención a Heidegger es el hecho de que, desde Descartes, el problem a del conocim iento se había convertido en la principal obsesión de la filosofía occidental. La concepción cartesiana concebía la realidad escindida en m ente y materia, sujeto y objeto, observador y observado, conocedor y conocido. Lo más probable es que el joven Heidegger no tuviera noticia de las investigaciones de los pragmáticos estadounidenses, pero lo cierto es que su objeción a la epistemología tradicional tenía m ucho en com ún con la obra de aquéllos. Para Heidegger, este enfoque era del todo erróneo ya que, según él, no se puede separar al ser hum ano del m undo cuando éste lo
I d e a s ; i n tr o d u c c i ó n g e n e r a l a la f e n o m e n o lo g í a p u ra (1913)
F ilo s o fía p r im e r a (1923-1924)
L ó g ic a f o rm a l y tra s c e n d e n ta l (1929)
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consideración. Para ello, hay que p oner entre paréntesis toda clase de cuestiones que no se puedan responder y centrarse tan sólo en aquello que sí se pueda investigar.
La v i d a m u n d a n a Mediante este método Husserl da lugar a una nueva corriente filosófica basada en el análisis de la conciencia y los objetos. Se trata de un m étodo sistemático que recibió el nom bre de fenomenología porque reducía la realidad a un conjunto de fenómenos. No obstante, este térm ino ha trascendido su dimensión filosófica inicial y en la actualidad se habla de la «fenomenología» de una actividad determinada, con lo que se sugiere una detallada descripción o análisis del conjunto de experiencias conscientes que esa actividad com porta consigo. Así, p o r ejemplo, la filosofía de las matemáticas estudia los fundamentos lógicos de dicha disciplina, la naturaleza del núm ero, etcétera, mientras que la fenomenología de las matemáticas contem pla esta disciplina com o una actividad consciente en la que intervienen numerosas experiencias. Por supuesto, se puede establecer una fenomenología de cualquier disciplina, no sólo relativa a nuestra percepción de los objetos materiales sino también al arte, la religión, la ciencia y, p or supuesto, a aspectos «internos» de nosotros
P e n s a m ie n t o s y s e n t i m i e n t o s s i l e n c io s o s
E ste ó le o d e f i n a l e s d e l s ig lo x i x p i n t a d o p o r A n d r é C o llin , P o b r e s , i n v ita a la in tr o s p e c c ió n . S e n ta d o s e n s ile n c io , la s f i g u r a s p a r e c e n e s ta r s u m i d a s e n u n a p r o f u n d a c o n t e m p la c ió n d e s u s re s p e c tiv o s s e n ti m i e n to s in te r io r e s , c o m o s i n i s iq u ie r a f u e r a n c o n s c ie n te s d e s u p r o p i a e x is te n c ia .
que la realidad se mueve; ello explica que sea imprescindible la dimensión del tiem po y, p o r consiguiente, que la existencia de la que somos conscientes sea temporal. De nuevo, no se podría
C o N m o L NAZt SOBRE LA CULTURA
“
C o m o ocurre en toda d i c t a d u r a , los n a z i s .
DEBEMOS ANALIZAR SOMOS NOSOTROS MISMOS”
controlaron toda m a n i f e s t a c i ó n cultural e intelectual. E l Ministerio d e Adiestramiento Público y P r o p a g a n d a ejerció u n control absoluto s o b r e t o d o s los a s p e c t o s d e la c u l t u r a a l e m a n a , c o m o los c e n t r o s educ a t i v o s , las i n s t i t u c i o n e s , el, e m e , el ar t e , la. p r e n s a y l a Iglesia. M u c h o s intelectuales t u v i e r o n
C o n c ie n c ia d e l a e x is te n c ia Heidegger estaba conven c i d o d e q u e todos t e n e m o s u n a c o n c i e n c i a i n m e d i a t a d e n u e s t r a existencia, p e r o p a r a q u e se a l c a n c e este n i v e l d e c o n o c i m i e n t o e s p r e c i s o q u e t e n g a l u g a r
que emigrar de
e n e l c o n t e x t o d e a l g ú n t i p o d e a c t i v i d a d . A s í p u e s , e l «ser» e s
A l e m a n i a o arriesgarse
inseparable del « m u n d o » .
a acabar en campos de concentración.
observa, sino que es una parte integral de aquél; en otras palabras, es inconcebible imaginar al ser hum ano fuera de algún tipo de mundo. De ese modo, la cuestión principal se desplaza del proceso de conocim iento a la existencia, al ser. ¿En qué consiste esta existencia en o con la que nos encontramos? ¿Qué hace que algo exista? ¿Por qué no existe la nada?
M a r t in H e id e g g e r
www.fullengineeringbook.net L a p s ic o l o g ía DE LA GESTALT El principio m á s i m p o r t a n t e d e la p s i c o l o g í a d e la Ge stalt es q u e n i n g ú n análisis d e las p a r t e s p u e d e proporcionar u n c o n o c i m i e n t o del c o n j u n t o . L a Gest a l t , q u e aparece afínales d e l s i g l o xix, s e v a l e d e la f e n o m e n o l o g í a al d e s c r i b i r el c o n j u n t o d e experiencias psicológicas inmediatas. E l p r i n c i p a l objetivo d e la p s i c o t e r a p i a d e l a G e s t a l t e s a l i v i a r la fragmentación y confusión d e u n a c o n d u c t a neurótica y psicótica estableciendo u n a r e l a c i ó n e n t r e el individuo y su entorno.
ser consciente de nuestra propia existencia si ésta no afectara a la misma consciencia: p o r poco que sea, debe involucrarnos para que haya conciencia. Y así sucesivamente. De este modo, si en un principio
EL ANÁLISIS DEL SER Nuestro ser se com pone de la existencia de todo aquello de lo que tenem os una conciencia inmediata e indudable. De ese modo, sugiere Heidegger, el camino para abordar la cuestión de la existencia es llevar a cabo un análisis fenomenológico de todo aquello de lo que tenem os conciencia cuando somos conscientes de nuestra propia existencia. Y eso es lo que hace al principio mismo de Ser y tiem po. He un modo lento, arduo sistemático e incluso pedestre vamos separando las diferentes hebras de que se com pone la conciencia de nuestra existencia. Por ejemplo, Heidegger dem uestra cómo esa conciencia sería imposible de alcanzar en el caso de que no se viese reflejada en un escenario, pantalla o mundo, y de ahí que nuestro ser tenga una inalienable condición «terrenal». En definitiva, el ser es inseparable de algún tipo de mundo. Por otro lado, tam poco se podría tener conciencia si no se tuviese la sensación de'
EL SER ES TIEMPO
H e i d e g g e r tituló s u o b r a m á s
importante
S e r y t ie m p o
el s e r e s t i e m p o . Así, l a e x i s t e n c i a v i e n e a s e r c o m o q u e el s e r h u m a n o
n o es, e n
realidad,
h a b r í a d e ejercer u n a
m á s q u e u n a
e n o r m e
tras h a b e r l l e g a d o a
I;..-.
la c o n c l u s i ó n d e c
u n a personificación del tiem p o d e m a n e r a e n c a r n a c i ó n d e d i c h o tiempo,
i n f l u e n c i a e n la teología cristiana.
idea q u e
se podía pensar que la conciencia de nuestra propia existencia era algo tan inmediato, directo y transparente que no admitía ningún tipo de análisis, Heidegger dem uestra todo lo contrario realizando un minucioso y enriquecedor estudio de este proceso. La conclusión a la que llega es que, a grandes rasgos, nuestro modo de ser posee una triple estructura cuyos elem entos corresponden al pasado, al presente y al futuro, de manera que lo que queda tras un último análisis del ser es el tiempo, y de ahí el título de la obra. S e r u n o m is m o IUna vez aclarado este punto de partida, Heidegger pasa a estudiar el contexto del hombre. Según éste, el ser hum ano no nace como un individuo apartado del resto del mundo, sino que ya desde el principio posee una dimensión social, pues la existencia humana viene marcada precisam ente p o r la coexistencia con otras personas. Por ello, uno de los problem as que hay que afrontar es cóm o encontrar una auténtica existencia personal. Continuamente nos vemos obligados a encarar un más que incierto futuro tomando decisiones sin saber exactam ente qué consecuencias tendrán, de ahí que nuestra existencia se vea continuam ente asediada p o r la culpa y la ansiedad, sobre todo a la hora de afrontar la muerte. Además, si hasta ahora teníamos el consuelo de todo un respaldo metafísico que daba en cierto modo algún sentido a dicha existencia, ahora nos encontram os con que nada de eso existe, por lo que, en definitiva, nuestras vidas carecen de sentido, son en el fondo un absurdo cuyo único sentido es el que queramos darle nosotros mismos.
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L a ANGUSTIA VITAL EXISTENCIALISTA S e g ú n a f i r m a Heidegger,
el s e r h u m a n o
d e b e estar t o m a n d o decisiones
c o n t i n u a m e n t e s i n t e n e r c e r t e z a d e los r e s u l t a d o s ; d e h e c h o ,
U n a v id a p le n a s in
Dios
certeza es q u e tiene q u e h a c e r f r e n t e a
u n a
(1893), del p intor n o r u e g o E d v a r d M u n c h ,
Estas cuestiones constituyen la base del pes i m i s m o ¡existencialismo del siglo xx, que recoge jel reto planteado p o r Nietzsche y trata de buscar sentido, a partir de un conjunto de valores a un universo sin Dios, un mundo que carece de cualquier tipo de sentido o finalidad en sí misma, a la vez que trata de justificar una vida fugaz tras ia que no hay ningún más allá. Tras la segunda guerra mundial esta serie de ideas adquieren un nivel de popularidad inusitado para tratarse de una corriente filosófica, y ésta posee su centro
lo ú n i c o d e lo q u e t i e n e
vida d e culpa y
ansiedad.
E l g r it o
e x p r e s a p e r f e c t a m e n t e la a n s i e d a d y el
d e l artista p r o v o c a d o s p o r la c o n f u s i ó n y
la s o l e d a d d e la existencia.
internacional en París; de hecho, la mayoría de los escritores existencialistas más im portantes fueron franceses, y de entre ellos destacó especialm ente la figura de Jean-Paul Sartre, quien más que un filósofo fue un renom brado novelista y dramaturgo de fama mundial que trataremos con mayor más detenim iento en el siguiente capítulo sobre la filosofía francesa contemporánea.
P r in c ip a le s o b r a s d e B e rg so n T ie m p o y lib re vo lu n ta d : e n s a y o s o b re lo s d a to s in m e d ia to s d e la c o n c ie n c ia (1889)
B e r g s o n y la fil o so f ía FRANCESA CONTEMPORÁNEA
M ateria y m e m o ria
LA FILOSOFÍA C O M O U N A RAMA DE LA LITERATURA
(1896)
La e v o lu c ió n c re a d o ra (1907)
L a s d o s fu e n te s d e la m o ra l y la re lig ió n (1932)
Durante el siglo xx, la filosofía eri Francia se ha desarrollado como una rama más de la cultura literaria en general, sin demasiados especialistas interesados en la ciencia, la lógica o el análisis. HENRI BERGSON (1859-1941) nació en París y tuvo el francés com o lengua materna, aunque su madre era inglesa y su padre, polaco de origen judío. Durante toda su vida trabajó com o profesor universitario de filosofía,
Cuando
aunque lo que le reportó una enorm e fama mundial fue
pensamos en
su brillante producción ensayística p o r la que en 1927 le fue concedido el prem io Nobel de literatura. Entre sus
el presente como
obras más conocidas destacan Ensayo sobre los datos
algo que va a ser,
inm ediatos de la conciencia (1
todavía no existe;
m em oria (1896) y La evolución creadora (1907). En los últimos años de su vida su pensam iento tom ó un cariz
y cuando
religioso y, según se dice, se convirtió al catolicismo poco
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pensamos en él
antes de su muerte. No obstante, lo mantuvo en secreto para así no afligir todavía más al pueblo judío, que por
como algo que está
aquel entonces sufría la persecución nazi en una Francia
existiendo, ya
ocupada.
es pasado ^
I n t u ic ió n Bergson sostiene que el ser hum ano se puede explicar a partir de un proceso de evolución. Según afirma, en un principio la función de los sentidos en los organismos vivos no fue la de proporcionar una serie de «representaciones» de la realidad circundante, sino la de estimular reacciones como protección ante los peligros del entorno. Así, prim ero los órganos sensoriales, luego el sistema nervioso central y, más tarde, la m ente constituyeron en su día y durante m ucho tiem po un mecanismo de supervivencia para el organismo que, lógicamente, incidía en la conducta. Desde entonces hasta nuestros días, lo que proporcionan no son imágenes objetivas del m undo que nos rodea sino mensajes que hacen que L a fu e rz a v ita l S e g ú n B e r g s o n , e n la e v o l u c i ó n se d a u n a actuemos de una determinada constante tendencia hacia u n a m a y o r manera. De ese modo, la visión c o m p l e j i d a d e i n d i v i d u a l i d a d , a la q u e d e n o m i n a é la n v ita l, o « f u e r z a v i t a l ’ . que tenem os de nuestra realidad H enri B erg son
H enri B erg son D u r a n t e l a p r i m e r a g u e r r a m u n d i a l B e r g s o n llevó a diversas misiones diplomáticas i n c l u y e n d o u n a c u a n d o sef u n d ó ,
e n
1920,
cabo
e n América, y
la L i g a d e las N a c i o n e s , s e c o n v i r t i ó e n
el p r i m e r p r e s i d e n t e d e l C o m i t é p a r a
la C o o p e r a c i ó n
intelectual
circundante no es en absoluto un conjunto de fotografías detalladas, sino unos cuantos datos seleccionados, siempre pragmáticos y útiles. En realidad, tan sólo prestam os atención a aquello que nos interesa, de modo que nuestra concepción de la realidad se basa en esos intereses cuya última finalidad es asegurar nuestra propia integridad. Según Bergson, es imprescindible que el hom bre sea consciente de todo esto para llegar a com prender la verdadera naturaleza del conocimiento. Por lo que respecta a la evolución, sostiene que las teorías de los procesos de selección natural a través del azar no constituyen una explicación válida de la realidad evolutiva. En el fondo, parece que haya una especie de impulso en busca de una mayor individualidad y complejidad, a pesar de que este proceso implica un riesgo y una vulnerabilidad más intensos. Este impulso
es lo que denom ina élan vital, que viene a significar «corriente o fuerza vital». Bergson sostiene que, dado que todo está en continuo cambio, el discurso del tiem po es esencial para entender la realidad y éste lo percibimos en nuestro propio interior de la forma más directa e inmediata, no a través de los conceptos ni tan siquiera de los sentidos. Bergson denom ina este tipo de conocim iento sin intervención alguna «intuición». Además, destaca también la existencia de un conocim iento intuitivo que gobierna las decisiones a la hora de actuar y, p o r consiguiente, un conocim iento inmediato de nuestra propia conciencia de libre albedrío. De todos modos, este conocim iento inmediato de la esencia interior de los objetos es bastante diferente del conocim iento que nos proporciona la inteligencia con respecto al mundo exterior.
U n i d a d e s m a n e ja b le s B e r g s o n sostiene q u e
n u e s t r o intelecto n o s p r e s e n t a u n
p o r las d i m e n s i o n e s d e e s pacio y
La r e a l i d a d f l u y e La inteligencia nos proporciona la posibilidad de crear los utensilios que nos perm iten predecir y controlar la realidad, de manera que a través de ella el m undo se nos aparece como algo asequible, fragmentado en diversas unidades manejables mediante las dimensiones de espacio y tiempo. Se trata del m undo cotidiano, el de los negocios y, por supuesto, el de la ciencia, que podem os dom inar a través de la inteligencia y los logros de la m oderna tecnología que de ella se derivan. Pero, en realidad, ese m undo no es más que un producto simplificado y hecho a m edida para que resulte asequible a nosotros, de igual modo que cuando un cartógrafo representa toda una riquísima región con un conjunto de recuadros o fragmentos lineales sobre un plano. No hay duda de que ese m undo resulta de lo más productivo y práctico, pues no en vano nos perm ite
m u n d o
simplificado
u El movimiento
t i e m p o , p e r o q u e e n elf o n d o d i s t a m u c h o
del agua de un
d e s e r la v e r d a d e r a realidad.
m ental que nada tiene que ver con el tiem po «real» en el que se encuentra ese perpetuo fluir del que tenem os una experiencia directa. En este punto de su formulación, Bergson identifica este curso continuo con la vida misma y con esa fuerza vital (élan vital) que protagoniza todo el proceso de evolución. Como se recordará, Heidegger tam bién llega a la misma conclusión al identificar el ser con el tiempo, aunque queda claro que ambos filósofos arrancan de un punto de partida totalm ente diferente y siguen una trayectoria independiente. En vida del propio Bergson no faltaron algunos célebres pensadores que criticaron sus teorías, como es el caso de Bertrand Russell. La principal objeción esgrimida p o r éstos era que, reconociendo la enorm e
torrente es distinto del que se produce en el lecho del
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mismo, aunque no tiene más remedio
que amoldarse a su curso irregular ” H enri Berg son
M a rc e l P ro u s t Durante su época de e s t u d i a n t e , el novelistaf r a n c é s Marcel Proust ( 1 8 7 1
hacer con él lo que queramos, pero en el fondo no es la verdadera realidad. Ésta es un perpetuo co n tin u u m en el que no hay instantes fragmentados ni tramos marcados, sino que sigue un curso ininterrum pido y constante. Lo mismo ocurre con el espacio: en la verdadera realidad no hay puntos ni lugares separados unos de otros, pues esto no son más que creaciones de la mente.
1 9 2 2 ) leyó c o n a v i d e z las o b r a s d e H e n r i Bergson. l a m á s c é l e b r e d e ellas, de contenido autobiográfico,
E n b u s c a d e l t ie m p o p e rd id o ( 1 9 1 3 - 1 9 2 7 ) , es u n a e x p l o r a c i ó n s o b r e la e s e n c i a m i s m a del t iempo e n el m a r c o d e la Francia promncial
S e r y t ie m p o De este modo, vivimos de forma simultánea en dos mundos. En el mundo interior de nuestro conocimiento inmediato todo es un continuum , un perpetuo fluir, mientras que en el mundo exterior, que percibimos a través de nuestra inteligencia, la realidad aparece fragmentada en múltiples espacios y períodos de tiempo mesurables. Lógicamente, el tiem po de este último mundo, el de los relojes po r ejemplo, es una creación
d e finales del siglo
XIX.
F n
esta obra,
la e x p e r i e n c i a h u m a n a
n o se
presenta bajo u n a línea narrativa cronológica tradicional, s i n o q u e se evoca mediante
L a r e a l id a d c o m o u n c o n t i n u o f l u i r B e r g s o n c o n c l u y e q u e los o b j e t o s i n d i v i d u a l e s b a j o los q u e s e n o s p r e s e n t a el m u n d o mente,
exterior n o s o n m á s q u e
m a n i f e s t a c i o n e s d e la
m i e n t r a s q u e el « t i e m p o real” es u n f l u i r c o n t i n u o .
sutiles a s o c i a c i o n e s d e i d e a s a t r a v é s d e la memoria.
SlMONE DE BEAUVOIR La n o v e lis ta y e n sa y ista e x iste n c ia lista fra n c e s a S im o n e d e B e a u v o ir ( 19 0 8 - 19 8 6 ) , q u e m a n tu vo u n a la rg a re la c ió n c o n Sartre, fu e u n a d e las fu n d a d o ra s d e la m o d e rn a filo so fía fem in ista. Su o b ra m á s c o n o c id a e s E l se g u n d o se x o ( 19 4 9 ), e n la q u e a rre m e te c o n tra e l m ito d e l «eterno fem enino».
P r in c ip a l e s o b r a s de
Sa r t r e
La n á u s e a
(1938)
La p sic o lo g ía d e la im a g in a c ió n ( 1 9 4 0 ) El s e r y la n a d a
belleza de las analogías y com paraciones con que Bergson presentaba su doctrina, en realidad no la sustentaba con argumentos racionales, sino que lo dejaba todo en manos de la intuición del lector. Además, le reprochaban que sus teorías no resistían un análisis lógico. Sus partidarios replicaron que Bergson se valía de las cualidades de los más creativos escritores, ya que lo que pretendía era lanzar una serie de ideas al aire más que presentar un conjunto de argumentos lógicos. En cualquier caso, sus teorías tuvieron una enorm e aceptación y constituyen un punto de inflexión im portante en la filosofía del siglo xx.
movimiento existencialista se propagara p o r toda Euro y se pusiera de moda. Ese mismo año renunció a su puesto com o profesor y se dedicó por com pleto a la escritura. Su com pañera, Simone de Beauvoir, fue la
cc
EL INFIERNO
J k a n ' P a u l Sa r t r e Sartre (1905-1980) com partía sobradam ente este genio literario y filosófico, ya que no sólo fue un brillante escritor, sino que además sus novelas y obras de teatro alcanzaron un enorm e éxito internacional, algo que ningún otro filósofo había conseguido hasta entonces; tan sólo había el precedente de Rousseau, autor de dos J e a n -P a u l S a r t r e novelas de gran éxito, y Camus, a quien estudiaremos un poco más adelante. En 1964 se le concedió el prem io Nobel de literatura, pero lo rechazó En realidad, lo más probable es que quede para la posteridad más com o un prim era escritora feminista que alcanzó renom bre escritor muy original que com o filósofo. internacional tras la publicación de El segundo sexo Nació en París y ya desde pequeño sintió una gran (1949). Entre sus más cercanos colaboradores afición p o r la lectura, de ahí que titulara más tarde destacaban Albert Camus, que en 1957 recibió el premio Nobel de literatura, y el gran filósofo Maurice MerleauPalabras (1963) una obra de contenido autobiográfico sobre su juventud y se dedicara a la enseñanza de Ponty, con quien Sartre fundó el diario Les tem ps la filosofía. En 1938 publicó m o d em es (Los tiem pos La náusea, en la que se narra el modernos'). Al mismo tiempo, se proceso de desintegración de la volcó de lleno en la defensa de m ente del protagonista. En 1940 todo tipo de movimientos apareció su prim era gran obra revolucionarios de izquierdas, así com o del comunismo. de contenido estrictam ente filosófico, La im aginación. La Considerándose a sí mismo un segunda guerra mundial marcó la materialista histórico, emprendí' vida de Sartre.Tras alistarse en el la redacción de una extensa ob ejército francés fue capturado y Crítica de la razón dialéctica, en la que pretendía conciliar el encarcelado po r los alemanes, existencialismo con el marxismo período en el que aprovechó para estudiar la filosofía de pero de la que sólo llegó a publicar un único volumen. Heidegger y escribir su prim era obra de teatro.Tras su liberación Desde el punto de vista de se trasladó a vivir al París su trayectoria como filósofo, ocupado, donde escribió su obra se distinguen tres etapas bien filosófica más im portante, El ser definidas, en cada una de las cuales se situó bajo la tutela y la n a d a (1943). El final de la segunda guerra m undial de uno o dos pensadores. Así, coincidió con su salto a la fama, Husserl dominó su primera en parte com o filósofo pero etapa, en la que publicó I Je an -P a u l S a rtre sobre todo po r sus dos obras náusea, La im aginación y El S a r t r e f u e u n o d e los m á x i m o s r e p r e s e n t a n t e s de teatro Las m oscas y Puerta m u ro (1939). Heidegger dominó d e l e x i s t e n c i a l i s m o . S e g ú n él, l a c o n c i e n c i a q u e el h o m b r e p o s e e d e s u p r o p i a l i b e r t a d le l l e v a la segunda, que fue el período cerrada. En 1945, la conferencia a l a a n g u s t i a , d e l a q u e i n t e n t a librarse. A q u í más fructífero de Sartre y en el El existencialism o es u n a p a r e c e retratado e n s u a p a r t a m e n t o parisino que publicó El ser y la fiada h u m a n ism o hizo que el d e la R u é B o n a p a r t e .
S O N LOS 55 OTROS
www.fullengineeringbook.net (1943)
E l e x iste n c ia lism o e s u n h u m a n ism o (1945)
La e d a d d e la ra z ó n (1945)
El p ro b le m a d e l m é to d o (1960)
La n áusea S artre e sc rib ió La n á u s e a , s u p rim era g ra n o b ra , e n lo s a ñ o s e n q u e e n se ñ a b a e n Le H a vre , E scrita en fo rm a d e d iario , n arra lo s sen tim ien to s d e re c h a z o q u e e x p e rim e n ta su p ro ta g o n ista c u a n d o s e e n fre n ta a l m u n d o d e la m a te ria , in c lu id o su p r o p io c u e rp o .
m
(1943) y El existencialism o es u n h u m a n ism o (1945). Por último, la última etapa vino marcada p o r la obra de Hegel y Marx. Por lo que respecta a las dos primeras etapas, se dio la paradoja de que Sartre era mucho más famoso que los filósofos cuyas teorías estaba divulgando, de ahí que a la larga dichas teorías acabaran asociándose más al filósofo francés que a sus propios autores. N O S CREAMOS A N O SO TRO S MISMOS Una de las aportaciones más interesantes realizadas por Sartre, y que tal vez constituye el rasgo más característico de toda su obra filosófica, es la trágica noción de la libertad individual. En un mundo sin Dios, afirma, no nos queda más alternativa que elegir y, po r consiguiente, crear nuestros propios valores. Al hacerlo, V iv ir a i. m á x im o estamos construyendo los fundamentos P o r lo g e n e r a l , e s la g e n t e j o v e n l a q u e r o m p e c o n la s r e g l a s y la s c o n v e n c i o n e s P r in c ip a le s o b r a s sobre los que se ha de basar nuestra propia i m p u e s t a s p o r l a s o c i e d a d . P o r ello, f u e r o n m u c h o s l o s q u e s e s i n t i e r o n d e C am us f a s c i n a d o s a n t e l a c é l e b r e i d e a d e S a r t r e s e g ú n l a c u a l t o d o s s o m o s -l i b r e s d e existencia y definiendo cóm o hemos de El m ito e l e g i r n u e s t r o d e s t i n o *. d e S ísifo ser: en definitiva, nos creamos a nosotros (1942) mismos. El e x tr a n je r o (1942) Muchos encontraron esta noción de libertad y su responder el interrogante fundamental de la filosofía». La p e s te Al final, concluye que destruirse a uno mismo es una consiguiente responsabilidad demasiado aterradora (1947) manera de capitular. En un claro llamamiento al orgullo como para hacerle frente, de ahí que se refugiasen en la El h o m b r e -«no hay nada igual al espectáculo del orgullo falsa idea de que estaban sometidos a una serie de reglas e n r e b e l d ía (1951) humano»- apela a seguir una vida de rechazo y normas preexistentes, que es lo que Sartre denominó. La c a íd a estoico para acomodarse en ese sinsentido Según éste, toda persona es libre de elegir su propio (1956) cósmico; es decir, propugna una vida que, en destino, y vivir al máximo significa elegir una determinada opción vital y vivir de acuerdo con ella a cierto sentido, es una forma de rebelión contra las circunstancias en las que se modo de «compromiso», tal com o afirma Sartre. Muchos encuentra todo ser humano. Además de en El jóvenes de aquella época encontraron fascinante esta idea, que tom aron com o pretexto para ir más allá de lo m ito de Sísifo y en libro titulado El hom bre establecido. Más tarde, sin embargo, ya durante su etapa en rebeldía (1951), Camus desarrolla marxista, el propio Sartre reconoció que había ido magistralmente esta idea en una serie de demasiado lejos al suponer que la libertad de toda novelas:/?/ extranjero (1942), La peste (1947) y La caída (1956). En 1960 falleció persona no se encuentra sometida a las indudables limitaciones que impone la sociedad en la que vive. en un accidente de coche mientras se encontraba en plena E l ABSURDO redacción de El p rim e r El escritor Albert Camus (1913-1960), amigo de Sartre, hom bre, que se publicó, inacabada, en 1994. acuñó los térm inos de «absurdo» o «el absurdo» La extraordinaria talla refiriéndose al destino del hom bre, obligado a vivir en un mundo qtie carece de cualquier tipo de sentido o humana de Camus hizo finalidad.Todo intento por intentar dar sentido a la que fuera descrito com o « existencia está condenado al fracaso. Pero, entonces, un santo sin Dios». Nacido surge la siguiente pregunta: ¿Para qué vivir una vez en una humilde familia que se ha asumido que la vida carece de sentido? La blanca de Argelia, cuando respuesta la encontram os en las célebres palabras con fue acusado p o r la A lbert C am us L a s o b r a s d e C a m u s refl e j a n la a l i e n a c i ó n y el d e s e n c a n t o d e l que introduce su ensayo El m ito de Sísifo (1942): «Sólo izquierda francesa de i n t e l e c t u a l d e p o s g u e r r a y s e f u n d a m e n t a n e n el p e n s a m i e n t o hay un único problem a filosófico verdadero, y éste es el no apoyar el Frente existencialista. E n 1 9 5 7 , a los 4 4 a ñ o s , C a m u s r e c i b i ó el p r e m i o de Liberación Nacional N o b e l d e literatura. suicidio.Valorar si vale la pena vivir la vida equivale a
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de Argelia declaró: «Creo en la justicia, pero defenderé a mi madre antes que a la justicia». En otra ocasión, com entó a un amigo: «Ocurra lo que ocurra, te defenderé contra el pelotón de fusilamiento, pero tendrás que estar de acuerdo en la posibilidad de cjue me disparen a mí». En los últimos años de su vida rompió la amistad con Jean-Paul Sartre ante la ferviente defensa que éste hacía de la barbarie comunista.
P r in c ip a l e s o b r a s d e M erl e a u - P o n t y E s tru c tu ra delc o m p o i t a m ie n t o (1942)
F e n o m e n o lo g ía d e la p e r c e p c i ó n (1945)
H u m a n is m o y t e r r o r (1947)
L as a v e n tu r a s d e la d ia lé c tic a ( 1 9 5 5 )
El mundo no es lo que yo pienso, sino lo que vivo en él ” M a u r ic e M e r i .e a u - P o n t y
aunque p o r supuesto ninguno de ellos llegó a manifestarlo explícitamente. Merleau-Ponty. en cambio, insiste en la idea de que para com prender nuestra identidad como seres humano? es imprescindible que el hom bre se reconozca como un objeto físico, ubicado en un espacio y tiempo determinados. Pero, además, no sólo todo lo que el ser humano pueda percibir lo hace a través de su peculiar y única dimensión física, M a u r ic e M erlea u - P o n t y sino que toda la realidad M e r l e a u - P o n t y f u e u n o d e los m á x i m o s r e p r e s e n t a n t e s d e LA VOZ DEL CUERPO pasa necesariam ente l a f e n o m e n o l o g í a t r a s H u s s e r l . P a r a él, l a p e r c e p c i ó n e s El menos famoso pero tal vez el a través del punto de vista l a f u e n t e d e l c o n o c i m i e n t o y d e b e e s t u d i a r s e a n t e s q u e la ciencia convencional. mejor de los filósofos afincados personal de cada uno de en París p o r aquella época nosotros. Incluso suponiendo fue Maurice Merleau-Ponty que seamos algo más que (1908-1961). Sus obras más im portantes son Estructura nuestro cuerpo, siempre somos conscientes de éste, del com portam iento (1942) y, sobre todo, sin el que no podríamos percibir o actuar. Entonces, Fenom enología de la percepción (1945). Su principal ¿debe considerarse el cuerpo hum ano como un objeto aportación a la historia de la filosofía fue la de reconocer o com o un sujeto? En cierta manera, se puede decir la im portancia del cuerpo humano.Tanto los que es ambos y, al mismo tiempo, ninguno de los fenomenologistas com o los existencialistas habían dos: no se trata de un sujeto que experim enta sin postulado que el ser hum ano era, p o r encima de todo, necesidad de su cuerpo, ya que es un objeto físico un núcleo de conciencia y, p o r tanto, algo que podía en el mundo, pero por otro lado tam poco se puede considerarse desde una dimensión abstracta o inmaterial, decir que sea un simple objeto com o los demás, ya que es consciente de poseer toda una serie de experiencias. Merleau-Ponty trató con una gran capacidad de penetración los principales problem as filosóficos referentes a la subjetividad, tales com o su condición parcial y, por tanto, incompleta. Dada la gran complejidad de estas cuestiones, la obra de Merleau-Ponty exige un gran esfuerzo por parte del lector, hecho que sin duda ha influido a la hora de que no haya gozado de la misma popularidad que Camus o Sartre, aun a pesar de que su obra sea de una mayor calidad y originalidad que la de éstos.
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A s e n t a m ie n t o d e l e s t r u c t u r a l is m o Cuando Jean-Paul Sartre falleció en 1980, más de 50.000 personas acudieron a su funeral: p o r prim era vez, un filósofo se había convertido en un fenómeno de masas. Pero la verdad es que por aquel entonces ya habu dejado de estar entre la vida intelectual parisina de vanguardia, que hacia finales de los años sesenta se habu desplazado al estructuralismo, una corriente que se enclavaba perfectam ente en el enfoque «lingüístico» al que tendía la filosofía. Simplificando bastante, el L a ú n ic a l o c a l iz a c ió n e n e l e s p a c io y e l t ie m p o M e r l e a u - P o n t y r e c o n o c e p o r p r i m e r a v e z e n la filosofía d e l siglo x x la i m p o r t a n c i a d e l c u e r p o h u m a n o .
E n
este c u a d r o d e B e r t h e M o r i s o t ,
figuras p arecen
M u je r c o n s u h ijo e n e l ja r d ín
(1883-1884),
c o m o p e r d i d a s e n s u s u b j e t i v a u b i c a c i ó n e n el e s p a c i o y
el t i e m p o .
las d o s
estructuralismo se basa en la idea de que cualquier discurso, filosófico o del tipo que sea, no es más que una estructura lingüística. El texto, en el fondo, no representa
nada más que una sucesión de palabras; es decir, no hay nada «más allá» del lenguaje. De ese modo, los partidarios del estructuralismo tienden a interpretar un texto a partir de un conjunto de normas que regulan los diferentes usos del lenguaje y lo reducen a niveles de discurso, lenguaje, com unicación, etcétera. Este enfoque de crítica textual se conoce con el nom bre de «deconstruccionismo».
esconde tras dicho texto. Al igual que sus predecesores, este grupo de filósofos parisinos logró alcanzar una gran reputación internacional. Pero, no obstante, una cosa los diferenciaba: si Bergson, Camus y Sartre habían sido unos excelentes escritores (a los tres, de hecho, les fue otorgado el premio L o u is A lth u sser Nobel de literatura), A l t b u s s e r f u e el m á x i m o filó s o f o m a r x i s t a d e los a ñ o s s e s e n t a y los estructuralistas y s e t e n t a . S u s o b r a s m á s i m p o r t a n t e s s o n P a r a M a r x ( 1 9 6 5 ) y L e e r «El c a p ita l» ( 1 9 6 5 ) . A l t b u s s e r s o s t e n í a q u e l a i d e o l o g í a d e l a c l a s e posestructuralistas g o b e r n a n t e e s u n a f o r m a d e c o n t r o l d e l a s clases. tendieron a utilizar una prosa tortuosa, densa R e n o v a c ió n y opaca. Precisamente este estilo DE LAS VIEJAS IDEAS fue motivo de crítica p o r parte de En la década de los sesenta y los filósofos analíticos de habla setenta LouisAlthusser (1918-1990) inglesa, para quienes en muchas intentó integrar las teorías ocasiones esas complicadas dominantes del estructuralismo con oraciones, tras ser analizadas, el marxismo de forma que sustituyó revelaban una retórica vacía tras la a Sartre com o principal filósofo que se escondía un conjunto de marxista de la época. Al mismo vagas nociones triviales, falsas, tiempo, y paralelamente al anterior, contradictorias e, incluso, sin Jacques Lacan (1901-1981) llevó a sentido alguno. Así, cuando cabo una lectura estructuralista de en 1992 la universidad de la obra de Freud y el psicoanálisis. Cambridge realizó un hom enaje al Para Lacan, el inconsciente está estructuralista más im portante de «estructurado como el lenguaje», de aquel entonces Jacq u es Derrida, se J a cq u es La ca n manera que el deconstruccionism o levantó toda una ola de protestas E l p s i c o a n a l i s t a f r a n c é s J a c q u e s L a c a n llevó a c a b o u n a r e l e c t u r a d e F r e u d d e s d e el aparece com o un perfecto p o r parte de m uchos filósofos e s t r u c t u r a l i s m o lingüístico. C o m o instrum ento para llegar a británicos, que lo consideraron c o n s e c u e n c i a d e ello, s e c o n v i r t i ó e n u n a i m p o r t a n t e i n f l u e n c i a d e n t r o d e la c o r r i e n t e entenderlo. com o una afrenta. No obstante, estructuralista. Michel Foucault esta polémica ha (1926-1984) sostiene contribuido en gran que todo discurso es medida a que el un instrum ento que, en estructuralismo haya manos del que lo emite, m antenido su vigencia.
(í¿Cómo podemos estar seguros de que no somos unos impostores? ” J a cq ues La can
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sirve para ejercer algún
La esencia retórica del estructuralismo y el
tipo de control sobre los demás, por lo que
E l fu n e ra l d e S a rtre S artre fa lle c ió a c a u s a d e u n c á n c e r d e p u lm ó n e l 1 5 d e ab ril d e 19 8 0 . El c o rte jo fú n e b re q u e lo lle v ó d e s d e e l h o sp ita l d e B ro u s s a is , al s u r d e P a rís, al c e m e n te rio d e M o n tp a rn a sse e l 1 9 d e abril fu e s e g u id o p o r u n a s 50 .0 0 0 p e rs o n a s . E n tre é sta s se e n co n tra b a n
posestructuralismo, que puede desagradar
p e rs o n a lid a d e s d e l m u n d o
deconstruirse desde esta perspectiva. Además, de igual modo que la
a algunos filósofos, es
e n c a b e z a d a s p o r su c o m p a ñ e ra d e to d a la v id a ,
capaz sin embargo de gozar de las simpatías
S im o n e d e B e a u v o ir, y lo s
personalidad de una hom bre se revela por
de aquellos que no
un texto sólo puede
sus acciones, el análisis deconstructivo de un texto perm ite conocer m ejor el carácter de la persona que se
abordan un texto M ic h e l F o u c a u lt
J a c q u e s D e r r id a
Foucault arremetió contra
F u n d a d o r del
la f e n o m e n o l o g í a y
el
decoiistruccionismo, a l c a n z ó
e x i s t e n c i a l i s m o . S e g ú n él, t o d o
u n a g r a n reputación hacia
discurso se convierte e n u n
f i n a l e s d e los a ñ o s s e s e n t a . S u
i n s t r u m e n t o d e p o d e r s o b r e los
o b j e t o d e e s t u d i o f u e la r e l a c i ó n
demás.
e n t r e filosofía y
lenguaje.
desde un enfoque de análisis lógico, como es el caso, p o r ejemplo, de los estudiantes de literatura.
p o lític o e in te lectu a l,
a c to re s fra n c e s e s Y v e s M o n ta n d y Sim o n e S ig n o ret.
P r in c ip a l e s o b r a s de
Po ppe r
P o pper
La ló g ic a d e la in v e s tig a c ió n cie n tífica
DE LA C IE N C IA A LA POLÍTICA
(1934)
La s o c ie d a d a b ie r ta y s u s e n e m ig o s (1945)
El conocimiento científico se ha convertido en un campo repleto de conjeturas, constantemente abierto a la revisión de sus postulados a la luz de la experiencia. Estos mismos principios se pueden aplicar a la política.
La p o b re z a d e l h isto ric ism o (1957)
B ú sq u ed a in te rm in a b le (1976)
El conjunto de la ciencia no es más que una mejora del pensamiento de cada día ^ A i.b e r t E i n s t e i n
DURANTE LOS DOS SIGLOS posteriores a Newton, el hom bre occidental creyó que había encontrado el conocim iento verdadero y universal encarnado en la nueva ciencia moderna, de manera que cuando se descubría una nueva ley o fenómeno científico éste quedaba cerrado a todo cambio posterior. Ésta era precisam ente la principal y más apreciada característica de la ciencia, su validez: el saber científico se convertía así en el conocim iento más fiable de que disponía el ser hum ano y adquiría, po r ello, el valor de verdad absoluta. Desde esta óptica, todo avance de la ciencia aparecía com o un com plem ento a lo ya sabido en forma de nuevos descubrim ientos que hacían que el progreso en este cam po fuera cada vez mayor; aunque, en realidad, la base era siempre la misma, y los nuevos descubrim ientos no hacían sino corroborar lo que ya se sabía. Aquellos que estaban familiarizados con las teorías de Locke y Hume eran conscientes de que las leyes científicas no estaban cerradas a correcciones posteriores, pero en vista de los extraordinarios avances que durante m ucho tiempo se derivaron de la aplicación de esas leyes, la mayoría de la gente acabo convenciéndose de que eran infinitamente probables, es decir, se encontraban tan cerca de la validez absoluta que desde un punto de vista práctico los resultados eran los mismos.
P a n o r a m a t e c n o l ó g ic o
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A l b e r t E in s t e in E l físico a l e m á n A l b e r t Einstein, q u e a l u m n o
n o f u e u n
brillante, f u e u n g e n i o q u e c a m b i ó el
c u r s o d e la historia c o n s u s teorías d e la relatividad, las c u a l e s r e v o l u c i o n a r o n el e s t u d i o d e la c i e n c i a y
l a filosofía.
C o n o c im ie n t o in c ie r t o A principios del siglo xx apareció en escena un genio com parable al de Newton, un alemán de origen judío llamado Albert Einstein (1879-1955) que formuló unas teorías
L a
m o d e r n a er a industrial su r g i ó c o m o
c o n s e c u e n c i a d e la
a p l i c a c i ó n d e la c i e n c i a n e w t o n i a n a y p e r m i t i ó c r e e r a l h o m b r e o c c i d e n t a l q u e h a b í a d e s c u b i e r t o el v e r d a d e r o c o n o c i m i e n t o .
Sin embargo,
las teorías d e E i n s t e i n d e m o s t r a r o n q u e éste n o e r a
d e l t o d o válido, h e c h o q u e t u v o u n a s c o n s e c u e n c i a s e n o r m e s e n el d e s a r r o l l o d e la filosofía y
la ciencia.
incompatibles con las del sabio inglés. Entre sus numerosas y determ inantes aportaciones a la humanidac destacan su teoría específica de la relatividad, publicada en 1905, y la teoría general de la relatividad, aparecida en 1915. Ambas dieron lugar a una enorm e polém ica en la com unidad científica internacional, que no obstante reconoció unánim em ente su indudable trascendencia. Lo más desconcertante de todo era que si se demostraba que las teorías de Einstein eran ciertas, entonces las leye> new tonianas im perantes durante tanto tiem po no eran correctas. Una vez formuladas, se llevaron a cabo numerosos experim entos para ver cuál de las dos teorías era la correcta, y al final se dem ostró que las válidas eran las de Einstein. Lógicamente, las repercusiones que esto tuvo en la filosofía fueron extraordinarias. Desde Descartes, la búsqueda de la certeza absoluta había constituido una de las obsesiones de toda la filosofía occidental, problem a que habían resuelto en cierta medida las leyes de Newton, las cuales perm itían sentar las bases de un saber científico universal que posibilitaba la com prensión de la realidad de este m undo además de proporcionar una gran cantidad de prácticos avances. Por todo ello, los fundam entos sobre los que se asentaba
■
de una im portancia fundamental, la revolución industrial. Todas esas teorías, sin embargo, dejaban ahora de tener validez, hecho que llevaba a replantearse la misma concepción de conocimiento. U N A ED UCA CIÓN POLIFACÉTICA En el capítulo dedicado a Locke ya vimos las implicaciones que las nuevas teorías newtonianas tuvieron en el cam po de la filosofía y cóm o algunas de sus más im portantes consecuencias incidieron directam ente en la vida política y social en las décadas posteriores. En el siglo xx, fue Karl Popper (1902-1994) el encargado de llevar la revolución new toniana a estas disciplinas. Popper, hijo de un acomodado abogado, nació en Viena en 1902. Sus padres se convirtieron del judaismo al cristianismo, p o r lo que recibió una formación dentro de la más pura tradición luterana. Durante su juventud fue afín a la ideología marxista, pero la violencia empleada p o r los regím enes comunistas para im poner sus ideas le llevó a decantarse p o r la socialdemocracia. Demostró su socialismo vistiendo com o un trabajador más, viviendo entre los desem pleados y ayudando a niños con deficiencias. Esto último le perm itió entrar en contacto con el psicoanalista Alfred Adler. Al mismo tiempo, frecuentaba los círculos musicales de vanguardia encabezados p o r Schoenberg y entabló amistad con el com positor Webern. En vacaciones solía dedicarse a practicar el montañismo, y acabó casándose con una de las bellezas de su promoción. En definitiva, su vida en Viena resultaba de lo más variada y enriquecedora, y tenía todo lo que podía desear. Hasta que apareció el nazismo. En 1937, un año antes de que Hitler tomara el p oder en Austria, Popper
A lfred A d ler El p sic o a n a lis ta a u stría c o A lfre d A d le r ( 18 7 0 - 19 3 7 ) fu e u n o d e lo s in te g ra n te s d e u n c írc u lo d e c ie n tífic o s a fin e s a F re u d e sta b le c id o e n V ie n a d e s d e 19 0 0 . Sin e m b a rg o , y a e n 1 9 1 1 m o stró s u s p rim e ra s d e s a v e n e n c ia s c o n a q u é l al so s te n e r q u e la «voluntad d e poder» e je rc ía u n a m a y o r in flu e n c ia e n la c o n d u c ta h u m a n a q u e e l p r o p io im p u ls o s e x u a l. Su s o b ra s m á s c o n o c id a s s o n S o b r e el c a r á c t e r n e u r ó t i c o
(19 12 ) y
C o n o c i m i e n t o del
( 19 2 7 ) . U n a d e su s p rin c ip a le s a p o rta c io n e s fu e la in tro d u cc ió n d e l té rm in o «sentim iento d e in ferioridad », q u e m u c h a s v e c e s se s u e le llam ar, in c o rre c ta m e n te , «co m plejo d e inferioridad». h o m b r e
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este saber habían perm anecido intocables a lo largo de los siglos com o garantía de su validez universal.Y, ahora, de repente, se dem ostraba que todo ese saber era falso. Entonces, ¿qué era? Porque, indudablem ente, gracias a aquél se habían llevado a cabo progresos trascendentales en nuestra concepción del mundo y sus aplicaciones prácticas habían dado origen a todo un período histórico
I I
“TAN SÓLO EL A r n o ld S c h o e n b e rg A n te s d e h a b e r c u m p lid o lo s n u e v e a ñ o s , e l c o m p o sito r a u stro h ú n g a ro A rn o ld S c h o e n b e rg ( 1 8 7 4 1 9 5 1 ) y a h a b ía c o m p u e s to p e q u e ñ a s o b ra s p a ra d o s v io lin e s . T ras u n a e tap a ro m á n tica , e n la q u e c o m p u so su s C a n c i o n e s d e G u r r a ( 19 0 0 -19 11) , S c h o e n b e rg c a m b ió e l c u r so d e la m ú sic a del
DESAFÍO A LA ESPECULACIÓN, Y N O U N A SIMPLE
s i g l o x x c o n la f o r m u l a c i ó n
I A C U M U L A C I Ó N DE H E C H O S , PUEDE PERMITIRNOS
\\
K arl P o pp e r
AVANZAR”
E l filósofo d e la c i e n c i a a u s t r í a c o K a r l P o p p e r n a c i ó y
creció e n
británica e n
A l b e r t E in s t e in
Vi e n a , a u n q u e a d q u i r i ó la n a c i o n a l i d a d 1 9 4 5 . F u e p r o f e s o r d e lógica e n la L o n d o n School ofEconomics.
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d e l d o d e c a fo n is m o , m é to d o d e c o m p o sic ió n e n e l q u e la s 1 2 n o ta s q u e c o m p re n d e la o c ta v a re c ib e n e l m ism o v a lo r y d e ja a u n la d o lo s a c o rd e s y g ru p o s d e n o ta s q u e c a ra c te riz a b a n la a rm o n ía tra d icio n a l. E n tre la s o b ra s m á s im p o rta n te s d e esta e ta p a a to n a l fig u ra n C i n c o p i e z a s p a r a orquesta,
O pus 1
6 ( 19 0 9 )
y el
C o n c i e r t o p a r a violín,
O p u s 3 6 ( 19 3 4 - 1 9 3 6 ) .
-•
aceptó un puesto en una universidad de Nueva Zelanda, donde perm aneció durante toda la segunda guerra mundial. Al acabar ésta, en 1945, se trasladó a Inglaterra, donde perm anecería el resto de su carrera profesional com o profesor de lógica en la London School of Economics. La vida que llevó en este país no tenía nada que ver con la de su juventud en Viena, y optó por recluirse en sí mismo para poder dedicarse a su obra, la cual cubre un extensísimo elenco de disciplinas. De hecho, no paró de publicar hasta el mismo año de su muerte, a la edad de 92 años.
U
TAL VEZ LA Ú N I C A A C T IV ID A D
H ay c e r t e z a e n la c i e n c i a Popper llega a la conclusión de que si en todos los siglos de tradición científica heredada p o r la ciencia new toniana no se había logrado dem ostrar la validez de las teorías sobre las que se asentaba la ciencia, no hay nada que perm ita determ inar que una teoría es correcta o no. Así, las supuestas leyes científicas no son en el fondo verdades absolutas acerca del mundo, sino que, com o teorías que son, constituyen meros productos de la m ente humana. Si una teoría funciona bien a lo largo de siglos de continua y satisfactoria aplicación, eso quiere decir que se aproxima bastante a la verdad, aunque se puede dar el caso de que tras esos siglos de validez aparezca alguien proponiendo una teoría m ejor y, por tanto, todavía más próxim a a la verdad.
1
H U M A N A EN LA 1
QUE LOS ERRORES SON CRITICADOS
E c o n ó m ic a s y c ie n c ia s p o lític a s In te g ra d a e n la u n iv e rsid a d d e L o n d re s, la L o n d o n S c h o o l o f E c o n o m ic s a n d Political S c ie n c e fu e fu n d a d a en 18 9 5 p o r lo s re fo rm ista s s o c ia le s in g le se s S id n e y ( 1 8 5 9 - 19 4 7 ) y B e a tric e ( 18 5 8 - 19 4 3 ) W ebb. P o r s u s a u la s h a n p a s a d o n u m e ro sa s p e rs o n a lid a d e s, c o m o e l m is m o P o p p e r y el e sp e c ia lis ta e n c ie n c ia s p o lític a s in g lé s H a ro ld L a sk i ( 18 9 3 - 19 5 0 ) . E n la a c tu a lid a d , c o n stitu y e sin d u d a a lg u n a u n o d e lo s c e n tro s m á s p re s tig io s o s d e to d a E u ro p a p a ra e l e stu d io d e la s c ie n c ia s s o c ia le s .
'LA C I E N C I A E
SISTEMÁTICAMENTE Y, CON EL T IE M P O .
CORREGIDOS K arl P o ppe r
conocer del todo. El ser humano formula diversas teorías que tratan de explicarla y éstas perm anecen en vigencia mientras siguen funcionando. No obstante, la experiencis dem uestra que tarde o tem prano acaban presentando
www.fullengineeringbook.net Popper aplica esta idea a toda la teoría del conocimiento. Según él, la realidad física existe independientem ente de la m ente hum ana y no tiene nada que ver con la experiencia que de ella tiene el hombre, de ahí que en definitiva nunca pueda llegarse a
una serie de limitaciones con respecto a un aspecto determ inado de la realidad, por lo que se sustituyen por otra mejor, que ofrezca una mayor amplitud de miras que la anterior. Este proceso no sólo es aplicable a la ciencia, sino a todos los otros aspectos de la realidad humana, incluso a los más cotidianos. De ese modo, la relación que el ser hum ano establece con la realidad se realiza a través de la continua resolución de los interrogantes que plantea; pero este avance no se logra añadiendo nuevas certezas a una doctrina de conocim iento preexistente, sino que se efectúa m ediante la continua sustitución de las teorías imperantes p o r otras mejores. Así pues, según Popper, la búsqueda de la seguridad absoluta, que tanto ha obsesionado a los filósofos desde Descartes a Russell, ha de dejarse p o r imposible, ya que no es accesible al hombre. Por consiguiente, nunca se podrá dem ostrar si una ley científica es cierta o no, de igual modo que el conjunto de las ciencias o las matemáticas no podrán descansar sobre unos fundam entos definitivos. El «justificacionismo», tal com o lo denom ina el
H a c e r u s o d e l o s r e s u l t a d o s p r á c t ic o s P a r a Popper,
la r e a l i d a d f í s i c a existe d e f o r m a
independiente a
la m e n t e h u m a n a ,
c o n o c e r d e l todo. S e c r e a n teorías q u e t r a t a n d e explicarla, teorías q u e d u r a n
d e a h í q u e
n u n c a se llegue a
m i e n t r a s sirven. S i n e m b a r g o ,
v e z e n c u a n d o se d e m u e s t r a q u e a l g u n a d e es a s teorías es i n a d e c u a d a y se sustituye p o r otra mejor.
de
propio Popper, es erróneo p o r definición. Si alguien construye una casa sobre un lodazal, será preciso hundir los pilares con la suficiente profundidad com o para que soporten la
estructura del edificio; y cada vez que se pretenda añadir un piso más a la casa, habrá que hundir más y más los pilares. Pero este proceso no tiene límites: no hay ningún nivel «último» del que no puedan pasar los fundamentos ni ninguna estructura «natural» sobre la que ceñirse. No obstante, aunque una teoría no pueda demostrarse, sí puede en cambio refutarse, por lo que se puede probar o no su validez. Como ya vimos anteriorm ente (véase pág. 115), po r m uchos cisnes que veamos de color blanco, nunca podrem os probar la verdad de la afirmación «Todos los cisnes son blancos», ya que basta con encontrar un día un cisne negro para que quede invalidada. Así, el m étodo que propone Popper es intentar dem ostrar la invalidez de una L a e x is te n c ia d e D io s n o s e r á n u n c a u n h e c h o c ie n tíf ic o A u n q u e u n a teoría n o p u e d a p r o b a r s e , b a s t a c o n u n s i m p l e e l e m e n t o q u e ' l a c o n t r a d i g a teoría p o r su refutación, situación que p a r a q u e q u e d e i n v a l i d a d a . D e e s e m o d o , u n a a f i r m a c i ó n d e l t i p o «D i o s e x iste», a u n q u e convierte la crítica en el principal p u e d e s e r c i e r t a , n o p u e d e s e r *c o n t r a s t a d a », d e m o d o q u e n u n c a p o d r á s e r p r o b a d a y a l c a n z a r el g r a d o d e p r i n c i p i o científico. instrum ento para avanzar en el conocimiento. Un enunciado que no pueda refutarse m ediante la observación no puede ser m odelo de sociedad es ya válida antes de que llegue puesto a prueba, p o r lo que en ningún caso podrá a instaurarse; de todos modos, si ya se ha llevado a la considerarse científico, ya que el que una teoría sea práctica, las nefastas consecuencias sociales que conlleva com patible con todos los hechos conocidos no deben ser excusa suficiente com o para buscar otro tipo de sociedad. demuestra en absoluto que sea verdadera. La afirmación «Dios existe» puede ser perfectam ente cierta, pero a Así, en una sociedad que perm ita la crítica interna nadie se le ocurriría considerarla como una proposición y la oposición (lo que P opper denom ina una «sociedad científica. abierta») será m ucho más fácil resolver los problem as
S ir J o h n E c c le s L a s investigaciones de l fisiólogo australiano f o h n Eccles ( 1 9 0 3 - 1 9 9 7 ) h a n sido esenciales p a r a el e s t u d i o d e las enfermedades nerviosas. E n
1963
c o m p a r t i ó el p r e m i o Nobel con Alan Hodgkin y A n d r e w H u x l e y p o r sus e s t u d i o s s o b r e el sistema nervioso central. E n t r e s u s obras se e n c u e n t r a
E l s e r y s u c e r e b ro ( 1 9 7 7 ) , q u e escribió e n colaboración co n Popper.
Lo único que se puede hacer es intentar probar
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La s o c i e d a d a b i e r t a Popper expone esta teoría en La lógica de la investigación científica, publicada en alemán en 1934 y en español en 1963.'I ras aplicarla sistemáticamente a las diversas disciplinas de la ciencia, se da cuenta de que esta teoría es perfectam ente aplicable a las ciencias sociales. El resultado es La sociedad abierta y sus enem igos, obra publicada en 1945 y en la que aplica su principio sobre la validez de cualquier postulado a la política y la sociología. Así, llega a la conclusión de que nunca está justificada la imposición de un único punto de vista: la manifestación más indeseable e insostenible de la sociedad m oderna es aquella regida p o r un p o d er centralizado y en la que toda disensión es perseguida. Esta visión crítica de ese nada deseable
la falsedad de la mejor teoría ^ K a rl Popper
P r in c ip a le s o b r a s d e E in s te in S o b r e la e le c tr o d in á m ic a d e lo s c u e r p o s e n m o v im ie n to (1905) e n la q u e p u b l i c ó s u teoría específica d e la relatividad
T e o r ía g e n e r a l d e la r e la tiv id a d (1916)
P o l ic ía d el e sta d o P a r a Popper,
la p e o r s o c i e d a d é s a q u e l l a e n la q u e el p o d e r e s t á c e n t r a l i z a d o y
d i sensión es perse g u i d a , ( 1 9 4 9 ) , e n la q u e
tal c o m o
a p a r e c e e n la n o v e l a
toda
M il n o v e c ie n t o s o c h e n t a y c u a t r o
G e o r g e O r w e l l d e s c r i b e e l m o d e l o d e s o c i e d a d q u e c o n l l e v a r í a el establecimiento d e u n
r é g i m e n autoritario.
se produce a un ritmo vertiginoso. Por ello mismo, es inconcebible pretender crear y perpetuar una sociedad ideal: sumido en un proceso imparable de continuas transformaciones, el ser hum ano debe dedicarse a resolver los incesantes problem as que plantea esta situación. En prim er lugar, p o r supuesto, se encuentra la prioridad de erradicar los más acuciantes problemas sociales, com o la pobreza, las amenazas a la paz, una educación y medicina deficientes, etcétera. Dado que la perfección y la seguridad absolutas se hallan fuera de nuestro alcance, el hom bre debe em peñarse m enos en construir escuelas y hospitales modélicos y centrarse más en resolver las lagunas sociales más im portantes y con una mayor repercusión en la sociedad. En definitiva, si no está a nuestro alcance hacer feliz a la gente, al m enos sí que se puede intentar aliviarla de sus pesares y más insoportables limitaciones.
M a n if e s t a c ió n d e p r o t e s t a S e g ú n P o p p e r , la crítica y
Los fenómenos sociales se
la o p o s i c i ó n p r e s e n t e s e n u n a s o c i e d a d
«a b i e r t a » c o n s t i t u y e n e l m á s
importante y
dispone toda sociedad p a r a
a v a n z a r y p r o g r e s a r . P o r ello, u n a
sociedad e n
efectivo m e d i o d e q u e
la q u e l a d i s e n s i ó n n o e s t á p e r m i t i d a r e s u l t a d e lo m á s desaconsejable.
parecen a los estrictamente físicos, pues sus
prácticos de toda índole que en una en la que, p o r el contrario, no exista ese com ponente de crítica, de forma que el progreso será m ucho más rápido y menos costoso. Por si fuera poco, se trata de un planteam iento del todo objetivo, fuera de cualquier consideración de tipo moral. En la política, al igual que ocurre en la ciencia, se sustituyen sin cesar teorías ya establecidas por otras que, en principio, han de dar un m ejor resultado. La sociedad, pues, también se encuentra en perpetuo cambio y esto
E n t e r r a r el m a r x i s m o A la vez que desarrolla estas teorías, P opper se dedica a em prender una severa crítica de todas aquellas doctrinan que definen la esencia de la sociedad ideal, sobre todo fede Platón y Marx. De hecho, su crítica al marxismo se considera com o la más seria y efectiva que se ha realizado hasta la fecha y, p o r otro lado, catapultó al filósofo austríaco hacia la fama. No en vano, al poco de publicar La sociedad abierta, obra en la que deshace el mito marxista, un tercio de la humanidad se encontraba sometida a regím enes políticos que se autodenom inaban marxistas. Es evidente que hoy en día esa crítica al marxismo ya ha perdido gran parte de su vigencia, pero la apología que P opper realiza de una sociedad abierta y tolerante continúa conservando una extraordinaria vitalidad.
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límites van más allá del ámbito de la tecnología ^ K aki. P o p p e r
S ir E r n s t G o m b r ic h E l h isto ria d o r d e arte d e o r ig e n a u stría c o E rn st G o m b ric h ( 19 0 9 - ) lle g ó a In g la terra e n 19 3 6 , d o n d e e n tró e n e l W a rb u rg In stitute d e la u n iv e rsid a d d e L o n d re s. S u s o b ra s m á s im p o rta n te s son Historia d e l arte ( 19 5 0 ) y A r t e e i l u s i ó n (19 6 0 ), e n la s q u e s e v a le d e la s te o ría s d e l arte fo rm u la d a s p o r P o p p e r.
.
E l im i n a r l o s m a l e s s o c ia l e s
L a s o c i e d a d m o d e r n a s e e n c u e n t r a e n p e r p e t u o c a m b i o y, c o m o
m á s a c u c i a n t e s p r o b l e m a s sociales, c o m o
c o n s e c u e n c i a d e ello, e s i m p o s i b l e a l c a n z a r l a s o c i e d a d p e r f e c t a .
L a d e s c o m p r e s i ó n d e los s u b u r b i o s e n G r a n B r e t a ñ a m e j o r ó las
P o p p e r a b o g a p o r a u n a r t o d o s los e s f u e r z o s e n la e r r a d i c a c i ó n d e los
la e d u c a c i ó n y
la p o b r e z a
c o n d i c i o n e s d e v i d a d e las clases u r b a n a s c o n m e n o s recursos.
La REVOLUCIÓN de ElNSTEIN o s tre m e n d o s p ro g re so s
q u e am b a s s e a n e rró n e a s, p e ro lo
v álid o s. E sto n o s d e m u e s tra có m o
re a liz a d o s p o r la c ien c ia h a n
cierto es q u e n o p a ra n d e g e n e ra r
in c lu so las m e jo res te o ría s s o b re las
re v o lu c io n a d o n u e s tro c o n c e p to
n u e v o s re su lta d o s p e rfe c ta m e n te
q u e se a sie n ta n u e s tro co n o c im ie n to
L
d e c o n o c im ie n to y, p o r ta n to , la
n o d e ja n d e se r fru to s d e la m e n te
filosofía e n g en e ral. D a d o q u e el
h u m a n a y, p o r c o n sig u ie n te , e s tá n
c o n o c im ie n to científico es el sa b e r
su jetas al e rro r y la co rrec ció n , y
m ás fiab le y p rá c tic o q u e p o s e e
c o n d e n a d a s a se r su stitu id a s ta rd e
el se r h u m a n o , to d o in te n to p o r
o te m p ra n o p o r otras. El c o n o c im ie n to
d efin ir o d elim itar la n a tu ra le z a del c o n o c im ie n to c o m o tal se e n c u e n tra
h u m a n o es falible p o r d efin ició n y h ay q u e d e s c a rta r la im a g en tra d ic io n a l d e la c ien c ia co m o
in e x tric a b le m e n te lig a d o a la
u n s a b e r d e v a lid e z e te rn a
cien cia. D e h e c h o , a lo largo d e la h isto ria d e la filosofía h a
e in c u e stio n a b le .
h a b id o m u c h o s m o m e n to s e n los q u e la e se n c ia d e l c o n o c im ie n to
e ro los cien tífico s n o
se h a id e n tific a d o c o n la ciencia,
só lo s e h a n lim itad o
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so b re to d o e n lo s ú ltim o s cu a tro siglos.
a c a m b ia r p o r c o m p le to
n u e s tra c o n c e p c ió n d el
c o n o c im ie n to c o m o tal, sin o
A
lo larg o d e l siglo xx h a n
que, de hecho, h an h ech o
te n id o lu g a r to d a u n a
m u c h o m ás q u e lo s filósofos
serie d e p ro fu n d a s
p a ra re v o lu c io n a r los cim ien to s
tra n sfo rm a c io n e s q u e h a n lle v ad o
s o b re los q u e d e s c a n sa b a la
a la n e c e s id a d d e re p la n te a r los
p e rc e p c ió n d el h o m b re c o n re sp e c to
fu n d a m e n to s so b re los q u e h asta
al m u n d o , h a s ta e n to n c e s c o n
e n to n c e s se h a b ía a s e n ta d o el
c o n c e p to s tales c o m o «tiempo»,
c o n o c im ie n to . Así, só lo e n el c a m p o
«espacio», «materia» y «objeto físico».
d e la física y a e n c o n tra m o s d o s
Así, es m ás q u e p ro b a b le q u e c u a n d o
g ra n d e s cam b io s: p o r u n lad o , la te o ría d e la rela tiv id a d d e E instein, q u e re v o lu c io n ó la cien cia trad icio n al; y p o r otro, la te o ría cu án tica, in c o m p a tib le c o n las d e la rela tiv id a d y cu y o s re su lta d o s p rá c tic o s so n e x tra o rd in a rio s. Y, sin em b a rg o , resu lta im p o sib le q u e a m b a s te o rías s e a n co rrectas; d e h e c h o , lo m ás p r o b a b le es
El c o n o c im ien to CIENTÍFICO ES EL SABER MÁS FIDEDIGNO Y ÚTIL QUE POSEE EL SER HUMANO
los h is to ria d o re s d e las g e n e ra c io n e s fu tu ra s a n a lic e n n u e s tra é p o c a , id e n tifiq u e n las p rin c ip a le s lín e as m a e stra s d e la filosofía c o n las d e la cien cia, ya que, n o en vano, han sid o lo s cien tífico s los q u e c o n su s c o n tin u o s d e s c u b rim ie n to s h a n re v o lu c io n a d o la c o n c e p c ió n filosófica q u e la g e n te te n ía d el m u n d o .
E l FUTURO de la FILOSOFÍA U N C O N T I N U O AVANCE P O R U N C A M I N O QUE TAL VEZ N O TE N G A FIN
L
A GRAN MAYORÍA de los filósofos que fueron fam osos en vida h an sido olvidados al cabo de los años.Tan sólo unos pocos, los m ás destacados de los cuales hem o s
recogido en esta obra, han logrado sobrevivir al paso del tiem po; m uy p o co s si se tien e en cu e n ta que la historia de la filosofía abarca u n p erío d o de m ás de 2.500 años. Es p o r ello qu e n o hem os tratado de estudiar los filósofos más im p o rtan tes de n u estra historia recien te del m ism o m odo que los ya considerados com o clásicos, ya que n o hay duda de q u e tan sólo u n o o dos com o m ucho lograrán en c arn ar la filosofía del siglo xx: el resto pasará a ese lim bo del olvido d o n d e se en c u en tra n todos aquellos filósofos que en su día fueron
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grandes celebridades. C ualquier m oda intelectual que im pere en u n a generación, lejos de ap u n tar hacia el futuro, está co n d enada a la desaparición. En esta obra nos hem os lim itado a estudiar aquellos filósofos cuya obra ha trascendido en el tiem po y h a ejercido
un a n otable influencia en las generaciones posteriores. Se trata de figuras que, p o r lo general, alcanzaron su m ayor ren o m b re y trascendencia una vez m uertos.T al es el caso, p o r ejem plo, de Locke, quien publicó toda su p ro d u cc ió n filosófica en el
I m a g e n d e l a T ie r r a E n
las g e n e r a c i o n e s v e n i d e r a s , e s p o s i b l e q u e el s e r h u m a n o
universo y
h a b i t e otros m u n d o s .
o r í g e n e s e n el p l a n e t a
Tal vez m i r e n al pasado,
Tierra, d e la m i s m a
m a n e r a
s e e x p a n d a p o r el
h a c i a sus primitivos
q u e nosotros m i r a m o s h a c i a
n u e s t r o s l e j a n o s a n c e s t r o s d e l Á f r i c a tropical.
siglo xvii, au nque habría que esperar al siglo siguiente p ara que ejerciera su m áxim a influencia en el m arco histórico d e los p ro ceso s revolucionarios en E uropa y América. Marx, a su vez,
Pero esta serie d e retos co n stitu y en sólo u n a p arte d e las
vivió en el siglo xrx, p e ro sus ideas no cam biaron el m u n d o
en o rm es posibilidades q u e ofrece la filosofía. Sin d uda alguna,
hasta el siglo xx. En u n nivel más hum ilde, W ittgenstein, que
h an de ap arecer figuras claves que, com o en su día lo h icieron
m urió m ás o m enos h ac e m edio siglo, es una figura m u ch o más
D escartes y K ant, rev o lu cio n en los cim ientos d e la filosofía de tal m anera qu e d esp u és d e ellos ésta ya no vuelva a ser la
im p o rtan te en la cultura actual que en la de su época.
misma. P artiendo de la base de que nu estra historia es breve y el STOS HECHOS NOS LLEVAN naturalm ente a la conclusión de que la filosofía a corto y m edio plazo va a girar en torno
q ue las m ás brillantes ap o rtacio n es a la filosofía estén p o r venir son m ucho m ayores q ue el qu e ya hayan ten id o lugar. Por
E
futuro ap arece com o u n h o rizo n te in fin itó la s posibilidades de
de nuestros días. Así, queda p o r explorar la veta abierta p o r
desgracia, este p ro ce so d e p e rp e tu o cam bio d e ideas no se
H eidegger en su réplica a los retos existencialistas planteados
p u e d e predecir, ya qu e d esde el m o m en to en q u e se pudiera
p o r Nietzsche; de igual m odo, el h orizonte abierto p o r la obra de
hacer, dichas ideas p erd e ría n ese carácter fu tu ro para p asar a
P op p er en relación a su visión de la ciencia y la sociedad com o
form ar p arte del p resen te. P reten d er h acerlo sería, p o r o tro
un todo en continua transform ación es inagotable, tal com o lo
lado, tan absu rd o com o su p o n e r qu e alguien an terio r a Kant
a la obra de los más im portantes filósofos ya fallecidos
refleja el enorm e interés que su obra h a d espertado durante los
hu b iera p o d id o vislum brar la revolución llevada a cabo p o r el
últim os años en todas las sociedades em ergentes.
genial filósofo alem án. A unque resulte difícil de aceptar, lo
añadir u n en o rm e abanico de tem as, d esde la m úsica al sexo, a los q u e la filosofía hasta ahora n o había p restad o ninguna atención.
P
OR OTRO LADO, en los últim os años se h a venido p ro d u cie n d o u n n otable au m en to del in terés p o r la filosofía p o r p arte del pú b lico en general. No sólo
constituye un a asignatura d en tro de los program as escolares, sino q u e cada vez es m ás c o rrien te q u e las grandes com pañías in c o rp o ren filósofos para q u e d iseñ en un a serie de pautas éticas de com p o rtam ien to ; incluso algunos g ob iern o s rec u rren a filósofos para so p esar el alcance social o m oral de to d o tip o de m edidas legislativas. Por otro lado, cada vez existe u n m ayor se cto r del p ú b lico interesad o p o r cu estio n es relativas a la filosofía, tal com o lo d em uestra uno de los fenóm enos editoriales m ás extraordinarios de los últim os años, la p ublicación de El m u n d o d e So fía (1991), obra en la qu e Jo stein G aarder realiza u n a originalísim a in tro d u cció n a la historia de la filosofía en form a de novela. Un éx ito que, p o r o tra p arte, habría sido im pensable hace unos años. Así p u es, el h o rizo n te q u e se le p rese n ta a la filosofía en n u estra sociedad es de lo m ás optim ista. Pero la filosofía es com o la m úsica: au n q u e tiene n um erosas aplicaciones prácticas, su m ayor v irtud no radica en n inguna de éstas, sino en sí misma. Es p ro b ab le que, dados los inevitables lím ites
www.fullengineeringbook.net qu e im p o n e n u estra co n d ició n hum ana, algunos d e los más
im p o rtan tes in terro g an tes q u ed e n sin resolver. Pero, co m o se ha
p rete n d id o d em ostrar a lo largo d e esta obra, el ser h u m an o es p erfectam en te capaz de h ac er en o rm es progresos desde el reco n o cim ien to de sus p ro p io s lím ites y sin n ecesidad de alcanzar la verdad absoluta sub y acen te bajo su p ro p ia
“ LA SU P ER S T IC IÓ N HACE QUE TO D O EL M U N D O QUEDE ENVUELTO EN LLAMAS; LA FILOSOFÍA LAS A PA G A ” VOLTAIRE
cierto es que el futuro de la filosofía constituye toda una
existencia: d e ese m odo, se d escu b re qu e ese trayecto q ue es
incógnita.
la existencia constituye p o r sí solo to d a un a en riq u eced o ra
Sin em bargo, hay todo u n conjunto de tendencias q u e sí se p u ed e n prever. Así, los m éto d o s de análisis filosófico d eb erán cu b rir una variedad crecien te de disciplinas: a las siem pre fundam entales cuestiones relativas a la política, habrá que
experiencia. P uede que no haya resp u estas al final de ese viaje, p e ro está rep le to de infinidad de cosas maravillosas que aprender.
G
losario
A
c o n cep to s, pro p o sicio n es, m étodos,
C o n tin g e n te Algo qu e p u ed e darse
A p r i o r í Algo cuya validez se atribuye
argum entos y teorías, estudiándolos
o no. Lo co n trario es necesario.
co n anterioridad a la experiencia. Lo
de form a in d e p en d ie n te y
contrario es a p o ste rio ri, que es algo
m eticulosa.
cuya validez sólo viene determ inada p o r la experiencia.
C o n tra d icto rio Dos enunciados son co n trad icto rio s si u n o es cierto y el
A n a lítico , e n u n c ia d o Enunciado cuya
otro es falso: n o p u e d e n ser cierto s o
verdad o falsedad se p u e d e d eterm in ar
falsos los dos a la vez. Lo co n trario es
A b so lu to La realidad últim a concebida
a través del análisis del m ism o. Lo
n o c o n tra d icto rio , y se refiere a
com o u n to d o que co n tien e e n sí todos
co n trario es el e n u n c ia d o sin té tic o ,
en u n ciad o s cuya validez es
los principios. A lgunos filósofos lo
cuya veracidad o n o v ien e determ in ad a
in d e p en d ie n te de la de otro.
identifican c o n Dios, otros lo co nciben
p o r un a serie d e h ec h o s ex terio res al
com o una fuerza su p erio r que no es de
mismo.
naturaleza divina y, p o r últim o, hay
C o n tra rio D os enunciados son co n trario s si u n o de los dos es falso,
q uienes n o cre en en él. Hegel es el
A n tin o m ia C onclusiones
filósofo q u e m ás se ha asociado con
co n tradictorias qu e p a rte n de unas
esta idea.
prem isas iguales.
o am bos p u ed e n serlo.
C o r r o b o r a ció n Evidencia qu e d efiende u n a co n clu sió n sin
A ctitud esté tic a C ontem plar algo
A n tr o p o m o r fism o A tribuir
n ecesid ad de probarla.
www.fullengineeringbook.net p o r el p ro p io p la ce r de hacerlo, sin
u n co n ju n to d e rasgos
aten d e r al p rovecho que se pu ed a
o cualidades hum anas a algo
C o sm o lo g ía Estudio del co n ju n to del
sacar de él.
q u e no es hum ano, p o r ejem plo, el
universo, el cosm os. Los interrogantes
tiem p o o Dios.
plan tead o s en la cosm ología p u ed e n
A g en te El yo que hace, en oposición al cognoscente. Es el yo que decide, elige o realiza una acción.
ser tan to filosóficos com o científicos.
C C ategoría C o n cep to filosófico
D
A g n ó stic o P ersona que n o es que
fundam ental y u n a de las num erosas
D ed u c ció n Razonamiento que va de lo
crea o n o crea, sino que n o em ite
subdivisiones en las qu e se clasifican
general a lo particular. Por ejemplo,
juicio.
las cosas.T anto A ristóteles com o
«si todos los hom bres son mortales,
K ant in te n ta ro n realizar un a lista
entonces Sócrates, que es u n hom bre,
A n á lisis Buscar u n enten d im ien to más
co m p leta de todas las categorías
debe ser mortal». La deducción es
profundo de algo tras dividirlo en
posibles, em p resa q u e ningún
um versalm ente válida. El proceso
diversas partes. Lo contrario es la
o tro filósofo se h a atrevido a
contrario, es decir, el razonam iento que
síntesis, q u e significa b uscar u n
em prender.
va de lo concreto a lo general, se
p ro fu n d o enten d im ien to de ese algo,
denom ina in d u cció n . Un ejem plo de
p e ro reun ien d o varias p artes en un
C o g n ic ió n C ualquier tip o de
esta última es: «Sócrates ha m uerto,
todo.
co n o cim ien to o p ercep ció n .
Platón h a m uerto,A ristóteles h a m uerto y todas aquellas personas que nacieron
A n alítica, f ilo s o fía Rama de la
C o n c e p to P ensam iento o idea.
hace más de 130 años han m uerto, p o r
filosofía q u e tien e p o r objeto
Significado d e un a palabra o un
consiguiente el hom bre es u n ser
la b ú sq u ed a de la clarificación de
térm ino.
mortal». A diferencia de la deducción, la
inducción no siem pre conduce a una
E m o tiv o Se dice de algo q ue expresa
E stética Filosofía del arte. Tam bién
conclusión correcta, de ahí que se haya
em oción. En filosofía, este térm in o se
cuestiones filosóficas acerca de la
puesto en duda que se trate de un
aplica a m en u d o para calificar una
belleza.
proceso lógico en el sentido estricto de
afirm ación q u e en u n p rin cip io debiera
la palabra. H um e lo consideró com o un
ser objetiva e im parcial, p e ro q u e en
Ética R eflexión filosófica sobre cóm o
proceso psicológico, no lógico, al igual
realidad expresa u n a actitu d em ocional,
se habría de vivir; p o r tanto, analiza las
que Popper.
com o p o r ejem plo cuando se habla de
cu estio n es del b ien y del mal, de lo
u n a «definición emotiva».
b u en o y lo m alo, de lo qu e se debe
D e te r m in is m o C reencia de que
o no se d eb e h ac er y c o n c ep to s de
nada p u e d e su c ed e r de diferente form a
E m p irism o C onvicción d e qu e todo
a la q u e está condenada, ya que to d o es
con o cim ien to d e to d o lo qu e existe
un a consecu en cia necesaria de las
actualm en te d eb e derivar d e la
E x iste n c ia lism o C o rrien te filosófica
causas que lo h an preced id o , las cuales
experiencia. Así, el m u n d o e m p ír ic o
qu e p re te n d e b u scar alguna
a su vez fueron la consecuencia
es aquel q u e se nos revela m ed ian te la
explicación al enigm a de la existencia
n ecesaria de otras causas anteriores a
experiencia; el c o n o c im ie n to
hum ana, sobre el q ue v erteb ra to d a su
aquéllas. Lo contrario es el
e m p ír ic o es aquel qu e p ro ce d e del
doctrina. Se distinguen dos grandes
in d e te r m in ism o . Los debates entre
m undo em pírico y, p o r últim o, u n
ramas: el existencialism o religioso y el
am bos extrem os todavía siguen en
e n u n c ia d o e m p ír ic o es aquel q u e se
hum anista.
p len a vigencia.
refiere al m u n d o em pírico, es decir, trata sob re to d o aquello qu e es o p u ed e
D ia lé ctica a) Habilidad para
experim entarse.
esta índole.
F
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cu estio n ar o argum entar,
F alacia A rgum ento seriam ente erró n eo
b) Tecnicism o em pleado p o r los
E p istem o lo g ía Teoría del conocim iento;
seguidores de H egel o M arx para
ram a de la filosofía q u e se cen tra en las
designar la idea de que toda afirm ación,
cuestiones relativas al conocim iento:
F a lsa b ilid a d Validez d e u n enunciado,
ya sea en palabras o hechos, im plica su
q u é p o d em o s conocer, có m o y q u é tip o
o un co n ju n to d e ellos, q u e p u ed e ser
contrario, de la u n ió n de los cuales
de conocim ien to es. En la práctica, la
refutado m ediante la ex p erim en tació n
resulta u n a síntesis que in corpora
ram a do m inante d e la filosofía.
em pírica. Según Popper, la falsabilidad
elem entos de ambas.
o la co nclusión falsa qu e deriva de éste.
es lo q u e distingue la ciencia de lo que E sc e p tic ism o A ctitud filosófica qu e
D u a lis m o C onvicción de que
sostiene qu e es im posible c o n o c e r nada
algo se co m p o n e de dos elem entos
co n certeza.
irreductibles. El ejem plo más
no lo es.
F e n ó m e n o E xperiencia inm ediata qu e se tiene de u n objeto. Si uno co n tem p la
co n o cid o es la idea de q u e el
E se n c ia La esencia d e u n o b jeto es lo
u n objeto, éste constituye u n fenóm eno
ser h u m ano se co m p o n e de dos
que h ac e qu e sea co m o es, es decir,
d esde el p u n to d e vista del qu e lo
elem entos totalm ente opuestos,
lo que lo distingue del resto. Por
contem pla. K ant lo distingue del objeto
el alma y el cuerpo.
ejem plo, la esencia de u n u n ico rn io
en sí m ism o, o n o ú m e n o , qu e es
es aquello qu e se trata d e u n caballo
in d e p en d ie n te del percibido.
E
co n u n gran cu e rn o en la cabeza. Esto deja abierta la cu estió n de si existen
F e n o m e n o lo g ía E nfoque de la
É la n v i ta l P rincipio del q u e deriva
unicornios. L ógicam ente, la esencia
filosofía fundado p o r E dm und H usserl
to d o p ro ceso o evolución: la fuerza
n o im plica la existencia d e lo qu e
(1859-1938) q ue estudia los objetos de
vital, la cual diferencia los seres vivos de
define; esta distinción es im p o rtan te
la ex p erien cia sin rec u rrir a to d o s
los n o vivos.
en filosofía.
aquellos in terro g an tes de im posible
co n testació n acerca de su pro p ia
In d u c c ió n véase d e d u c c ió n
naturaleza.
la ciencia. A quellos filósofos que consid eran qu e el m u n d o natural
In tu ic ió n C onocim iento directo, ya sea
es el ú n ico qu e existe em p lean el
F ilo so fía Etim ológicam ente, «amor a la
a través d e los sentidos o de un a idea.
térm in o «metafísica» aplicado
sabiduría». Este térm in o se em plea para
Form a d e co n o cim ien to q u e n o recu rre
d esde una p ersp ectiv a m uy am plia
cu alq uier tip o de reflexión sobre tem as
a la razón.
al co n ju n to del p en sam ien to
generales que p re te n d e profundizar
hum ano.
en el conocim iento de una cuestión concreta. C om o asignatura académ ica,
L
M e to d o lo g ía Estudio d e los
p erm ite ejercitar la capacidad de
L enguaje, filo s o fía Tam bién llamada
m éto d o s de investigación y
análisis de to d o tipo de teorías,
análisis del lenguaje, sostiene que
razonam iento, q u e p u e d e n variar
m éto dos y razonam ientos, así com o el
todo p ro b lem a filosófico n ac e de
seg ú n la disciplina de q u e se trate,
co rrec to m anejo de los elem entos de
u n uso in debido del lenguaje, p o r
com o física, psicología, historia
qu e se integran.T radicionalm ente, el
lo que el ú n ico m edio de solucionarlo
o derecho.
objetivo últim o de la filosofía ha sido el
es llevando a cabo u n m eticuloso
de p erm itir un m ejor cono cim ien to del
análisis del m ism o a través de lo
M isticism o C onocim iento intuitivo
m un d o, aunque en el siglo xx se ha
expresado.
q ue trascien d e el m u n d o natural.
el estudio de sus p ro p io s m ecanism os
L ógica Rama d e la filosofía q ue se
M o n ism o C reencia d e q ue algo está
interiores.
cen tra en el estudio de u n argum ento
co m p u esto d e u n ú nico elem ento.
racional a través d e los térm inos
Por ejem plo, aplicado al ser hum ano,
ten d id o en gran p arte a profundizar en
H
www.fullengineeringbook.net em pleados, las reglas y m étodos
significa qu e este últim o no se
seguidos, etc.
co m p o n e de elem en to s separables
H ip ó te sis Teoría cuya verdad se acep ta c o n el transcurso del tiem po.
en tre sí, com o alm a y cu erp o , sino que L ó g ico -p o sitiv ism o D octrina
conform an u n a unidad, u na sustancia
filosófica qu e sostiene que los únicos
única.
H u m a n ism o E nfoque filosófico basado
enunciados em píricos q ue tienen
en la creencia de q u e la hum anidad es
sentido son aquellos qu e son
M undo En filosofía, la palabra «mundo
lo m ás im p o rtan te que existe en el
verificables.
tiene u n significado especial, p u es se
m undo, así com o en la negación de que
refiere «al conjunto de la realidad
n o se p u e d e c o n o c e r ningún m undo
empírica» y, p o r tanto, equivale a todo
sobrenatural, en el caso de que éste
M
aquello que p u ed e ser experim entado.
exista. Su d o ctrin a se resum e en la
M a teria lism o D o ctrin a p ara la qu e la
Los em piristas sostienen que este m undo
siguiente afirm ación: «El único objeto
existencia de to d o lo real es, e n últim a
es el único qu e existe, m ientras qu e hay
de estudio de la hum anidad es el
instancia, algo m aterial. Lo co n trario es
otros filósofos para los que este m undo
hom bre» (Pope).
el id ea lism o .
tan sólo es u na p arte de la realidad ya que hay tam bién un m undo
M etafísica Rama d e la filosofía que
trascendental tan válido com o el
I
se cen tra en el estudio de la
anterior.
Id e a lism o O pinión de que la realidad
naturaleza últim a d e la realidad.
consiste, en últim a instancia, en algo no
Interrog a el m u n d o natural «desde
m aterial, ya sea la m ente (nuestra m ente
fuera» form ulando u n a serie de
N
y sus con ten id o s m entales) o el alma.
p reguntas p ara las q u e n o son
N atu raleza El m u n d o em pírico tal
Lo co ntrario es el m a te ria lism o .
válidos los m éto d o s em pleados p o r
com o lo co n cib e el hom bre.
N a tu ralism o C reencia de que la
O
La filosofía n o s en señ a a ser siem pre ^..-
realidad sólo se p u ed e explicar desde el
O n to lo g ía Rama de la filosofía q ue
co n scien tes de cualquier tip o de
interior de ella, sin necesidad de
se p reg u n ta qu é es lo qu e existe a
p resu p o sició n y a analizarlas.
recu rrir a ninguna in terpretación del
diferencia de la naturaleza d e su
exterior.
conocim iento. Así, n o se h a de
P rim arias y se cu n d a ria s, cu a lid a d es
confundir co n la e p is te m o lo g ía (que
Locke divide las p ro p ied ad es de u n
N e c e sa r io Q ue d eb e ser. Lo contrario
trata del conocim iento). Tanto la un a
ob jeto físico en aquellas q u e p o se en
es c o n tin g e n te , es decir, que p u ed e
com o la o tra co n stitu y en la tradición
los objetos in d e p en d ie n te m en te de la
darse o no. H um e sostiene q u e las
central d e la filosofía a lo largo d e su
ex p erien cia qu e se ten g a de ellos, com o
relaciones necesarias sólo existen en
historia.
la ubicación, las dim ensiones, la
lógica, n o en el m undo real, teoría que h an suscrito m uchos filósofos desde
velocidad, la masa, etcétera, y aquellas q u e d e p e n d e n d irectam en te d e las
P
reaccio n es del observador, com o el
P ra g m a tism o Teoría d e la verdad.
color del objeto, el gusto o el olor.
N ec esa r ia s y su fic ie n te s,
Según éste, u n en u n ciad o es co rrecto
Las prim eras rec ib en el n o m b re de
c o n d ic io n e s Para que alguien sea
si cum ple co n lo qu e se esp era de él:
cualidades prim arias y las otras,
m arido es condición im prescindible
describe fielm ente u n a situación,
secundarias.
qu e esté casado. De todos m odos, no es
p erm ite an ticip ar h ec h o s futuros,
u na co ndición suficiente, ya que, ¿qué
encaja co n o tro enunciado, etcétera.
P r in c ip io d e la r a z ó n s u fic ie n te
o cu rre si ese alguien es una mujer?
Se trata, en el fondo, de u n a teoría
Sostiene q u e to d o aco n tecim ien to del
Una condición suficiente para q u e esa
bastante com pleja y p ráctica si se sabe
m u n d o ex terio r deriva d e u n a serie de
entonces.
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p erso n a sea m arido es q u e sea u n
aplicar co rrectam en te.
h o m b re y esté casado. Esta distinción
factores que lo explican, tan to si se
d escu b ren d ichos factores o no. Para
e n tre condición n ecesaria y suficiente
P rem isa P unto de p artid a d e u n
Leibniz, se trata del p rin cip io
es m uy im portante, ya que u no de los
razonam iento.Todo razonam iento debe
fundam ental p ara to d o razonam iento.
erro res m ás co rrien tes es confundir
p artir de al m en o s u n a prem isa y,
S ch o p en h au er escribió so b re esto en su
un a co ndición n ecesaria co n una
lógicam ente, no p u ed e p ro b ar la validez
p rim e r libro.
suficiente.
de esta últim a. De hecho, un razonam iento válido es aquel que
P ro p ie d a d En filosofía, este térm in o
N o ú m e n o La realidad ininteligible tal
p ru eb a qu e sus conclusiones derivan
viene a em plearse co m o sinónim o de
com o la p erc ib e la co n ciencia hum ana,
de sus propias prem isas, p ero esto no
característica, com o en el caso «el
la realidad últim a que se halla fuera de
significa en n in g ú n caso qu e p ru eb e
diafragm a es el elem en to diferenciador
la ex p erien cia posible. U na cósa que
que dichas conclusiones son ciertas,
de to d o s los mamíferos». Véase
es en sí, co n in d e p en d e n cia de lo que
algo que n ingún razonam iento p u ed e
ta m b ié n p rim a ria s y se cu n d a ria s,
de ella se perciba. Se suele em plear
hacer.
cu a lid a d es.
a m en u d o com o sinónim o del térm in o alem án kantiano D ing-an-sich
P r e s u p o s ic ió n Algo q ue se da p o r
(«cosa-en-sí»),
sentado im plícitam ente.T odo discurso
R
tien e sus p resu p o sicio n es, qu e p u ed e n
R a c io n a lism o Enfoque filosófico
N u m in o so (no co nfundir co n
ser conscien tes o inconscientes. Si un a
según el cual to d o co n o cim ien to del
n o ú m eno, véase superior) Se dice de
presu p o sició n es erró n ea, lo más
m u n d o ex terio r p a rte de la razón, y no
algo m isterioso y d eslu m brante que
p ro b ab le es q ue el discurso q u e se
de los sentidos, a los qu e los
co n tien e elem entos q u e están fuera del
base en ella acabe siendo falso p o r
racionalistas n o les o to rg an ninguna
dom inio de lo norm al.
una razón nada ev idente p o r sí sola.
fiabilidad. La o p in ió n contraria, es decir,
q u e el conocim iento de la realidad se
T e le o lo g ía D octrina d e las causas
tratab a de un a palabra recib iero n el
p ro d u c e a través de los sentidos, es lo
finales. Una explicación teleológica es
n o m b re de «nominalistas».
q u e se denom ina e m p ir ism o .
aquella qu e explica algo a p artir de sus U tilita rism o C o rrien te d e la ética y la
finalidades. R ea lism o in g e n u o C onvicción de que
política q u e juzga la m oralidad de una
la realidad es, de hech o , tal com o se
T e o lo g ía C iencia qu e trata de la
acción p o r sus co n secu en cias y qu e
n o s aparece en nuestra vida de cada día.
naturaleza d e Dios: atrib u to s y
considera qu e la m ejo r co n secu en cia
p erfecciones. La filosofía, p o r el
es aquella qu e p ro p o rc io n a el m áxim o
contrario, no p arte de la existencia
beneficio al m ayor n ú m ero de gente,
de Dios.
en ten d ién d o se beneficio com o algo
S S em á n tica Estudio del significado de las ex presiones lingüísticas.
p lacen tero y sin d o lo r alguno. T r a sce n d en ta l Fuera del m u n d o de la experien cia sensorial. U na p erso n a
S e m ió tic a Estudio de los signos y los
(W ittgenstein, p o r ejem plo) q u e crea
V
sím bolos.
q u e la ética es trascen d en tal está
V alidez A decuación de u n argum ento.
convencida de q u e ésta h u n d e sus
U n argum ento es válido si la conclusión
S o lip sism o C onvicción de que sólo
raíces fuera del m u n d o em pírico. Por
deriva d e sus prem isas. Ello n o quiere
existe o sólo se p u e d e co n o c er el
el contrario, los em piristas niegan la
d ecir qu e dicha conclusión sea
p ro p io yo.
existencia d e nada trascendental, a
co rrecta, ya q u e u n a o todas las
diferencia d e N ietzsche o d e los
prem isas p o d rían ser falsas, p ero en
existencialistas hum anistas.
cualquier caso el arg u m en to sería
S o fista Se dice de aquel q u e se vale
www.fullengineeringbook.net U
de razonam ientos, no para alcanzar la
válido.
verdad, sino para p ersu ad ir a su
V erifica b ilid a d A decuación de un
interlocutor. En la G recia antigua el
sofista era u n p rofesor que enseñaba
U n iv ersa l C o n cep to d e aplicación
en unciado, o u n g ru p o d e ellos, cuando
a los jóvenes a expresarse en público
general, com o «rojo» o «mujer». Se h a
su validez se p u e d e p ro b ar m ediante
y a rebatir los argum entos de los
discutido si los universales existen
un a evidencia em pírica. Los
contrarios.
com o en tid ad es in d ep en d ien tes. Es
neopositivistas sostienen q ue los únicos
decir, ¿existe el rojo o tan sólo hay
en u n ciad o s em píricos qu e tien en
T
objetos rojos? En la Edad Media, los
significado p le n o son los verificables.
filósofos qu e creían q u e el «rojo» existía
Tanto H um e com o P o p p er m atizan qu e
T a u to lo g ía Enunciado q u e es
com o algo in d e p en d ie n te recib iero n el
las leyes científicas no so n verificables.
n ecesariam en te cierto. Su contrario
n o m b re de «realistas», m ientras que
es la contradicción.
aquellos q u e sostenían qu e tan sólo se
*
i
\
^
^
1 * / A' ' *1 ■ ,"r
Í n d ic e
A A b e la r d o , P e d r o 5 6 -5 8 ,
5 6
S u m m a
c o n t r a gentiles
S u m m a
theologine
59
a b s o lu t is m o 8 1
árab e, m u n d o 34 , 55 , 58, 15 0
a b su rd o , el 2 1 7
A r c e s il a o 4 2 - 4 3
A c a d e m ia a le m a n a d e la s
a r g u m e n t o t e le o ló g ic o s o b r e la
c ie n c i a s 9 6
4 2 , 50
A r is t ó fa n e s
22,
A c c a d e m ia d e l C im e n t o 6 7
A r is t ó t e le s 1 1 ,
16, 2 0 , 2 2 ,
32
74
78, 12 4
74,
74
74
b u d is m o 5 1 , 1 4 2 , 1 4 3 , 1 4 6 - 1 5 0 ,
c r is tia n is m o y 5 9 , 7 0
b á rb aro s 52 , 55 ,
c u a tro c a u sa s 3 6 -3 7
B a r o d a , u n iv e r s id a d d e l e s t a d o
2 2 1
A fr o d it a 2 8
e n la E d a d M e d ia 5 5
A g a p e m o n e , c u lt o d e
1 8 4
Ética
A g a tó n 26
32,
38 -39
a g u a , p r e s o c r á t ic o s 1 3 ,
1 4 50,
(B a n g a lo r e )
Física 3 5
56,
14 4
5 1, 52,
39
B e c k e tt, S a m u e l 14 5
A la r ic o , r e y 5 5
Política
39
B e e t h o v e n , L u d w ig v a n
A lc ib ía d e s 2 6
Retórica 3 6
c i u d a d d e Dios
A le ja n d r ía 4 0 ,
40,
64
A le ja n d r o M a g n o 3 2 , 40-41, 4 1, 42,
5 3
42,
s o b r e la n a t u r a le z a d e l s e r 40 ,
32,
46, 54
119 ,
160,
18 5
182,
214,
C a s t e lv e t r o 3 9
B e r g s o n y la 2 1 4
s is t e m a d e P t o lo m e o 6 4
c a u s a li d a d 1 1 3 - 1 1 6 . 1 4 0 c a u s a s , t e o r ía d e A r is t ó t e le s s o b r e la s 3 6 - 3 7 c a v e r n a , m it o d e l a 3 1 , 7 7
Revolución e n Francia
118
c e lt a s 5 6 ,
5 6
c e r te z a 4 3 , 8 7-8 9 , 2 2 2 -2 2 3
1 7 4
B en th a m , Je r e m y 80, 1 1 7 , 15 2 ,
B e r g s o n , H en ri 2 1 4 - 2 1 6 ,
t e o r ía d e l o s c u a t r o
lo h e r m o s o
B u r t o n , s ir R ic h a r d
18 2 -18 4 ,
3 4 -3 5
sublime y
R e f l e x i o n e s s o b r e la
161
9 8
y s a n t o T o m á s d e A q u in o 5 9
1 1 9
Poética
L a
216,
2 19
43
I n q u is ic ió n 6 6 1 1 8
o r i g e n d e l a s i d e a s d e lo
B e a u v o i r , S im o n e d e 2 1 6 ,
o p o s ic ió n d e B a c o n a 7 4 , 7 5
42,
c a t ó lic a r o m a n a , I g le s ia 7 0
E n s a y o f i l o s ó f i c o s o b r e el 1 2 3
10 2
c a t e d r a le s g ó t ic a s 5 8
1 2 7
B u lt m a n n , R u d o l f 2 0 9
B u rk e , E d m u n d 1 1 8 - 1 1 9 ,
1 4 7
B a s t illa ( P a r ís ) 1 2 3 ,
32
Metafísica
n o m in a lis m o 5 8 50, 5 1 , 52
Confesiones
B a s a v a n a g u d i , t e m p lo d e
81,
C a s t r o , F id e l 1 7 1
15 1, 17 1
15 7
2 0 9
8 1,
C a r r o ll, L e w is 1 0 7
B u r c k h a r d t , J a c o b C h r is t o p h e r
1 5 3
B a r th , K a r l 2 0 9 ,
3 3
Ética a N i c ó m a c o
A g u s t ín , s a n 3 0 , 5 0 - 5 2 ,
de
15 2
148,
b u e n s a lv a je , e l 1 2 7 ,
5 5
78, 19,
C a r o lin a d e A n s b a c h , r e in a
B a c o n , s ir N ic h o la s 7 4 , 7 6
149,
78,
C arn ead es
1 7 8
B u d a 14 7 -14 8 ,
B a k u n in , M ik h a il 1 5 7
74,
C a rn a p , R u d o lp h 20 5
B a c o n , R o g e r 56 , 58
A d án y E va 52 A d le r , A lfr e d 2 2 1 ,
1 6 9
B r u n o , G io r d a n o 3 7
39,
14 2 , 15 0
C a r lo s II, r e y d e In g la t e r r a 6 8 ,
B ro u g h am , H e n ry 18 2 B rü ck n e r, M ax
74
o r g a n u m
- a c t o d e h a b la » 2 0 7
32-37, 59,
8 1
B r e c h t , B e r t o lt 1 7 1 B r it is h L ib r a r y , L o n d r e s
El desarrollo del s a b e r Ensayos
2 2
C a r lo s I, r e y d e I n g la t e r r a 7 8 ,
6 6
B rah m a 15 0 , 1 5 1
B a c o n , F r a n c is 7 3 , 7 4 - 7 7 ,
N o v u m
2 2
Las nubes
B ra h e , T y c h o 66, 4 4
75,
e x is t e n c ia d e D io s 5 7
A c a d e m ia d e P la tó n 2 7 , 2 8 , 3 2 ,
B B aco
59
C ésar, Ju lio 50
c
C h a t e a u b r ia n d , v iz c o n d e d e 1 2 7
www.fullengineeringbook.net
A le ja n d r o V I, p a p a 7 3 ,
73
a le m a n a , le n g u a 9 6
y P la tó n 3 0 , 3 2
A lh a m b r a d e G r a n a d a a l ie n a c ió n 1 2 7 , 1 6 1 , 16 3 ,
e le m e n t o s 1 8
5 4
1 6 1
, 16 2
a lm a
A r ju n a
110,
el 29
17 7 -17 8 , 17 9
a n á lis is d e l l e n g u a je 1 9 3 ,
2 14
m e m o r i a
E n s a y o sobre u n a
a r t ú r ic a s , l e y e n d a s 5 8 ,
5 8
y
B e r n in i, G io v a n n i 8 5
a n a r q u is m o 1 2 9
A s ia , c o m u n is m o e n 1 5 3
B h a g a v a d
A n a x á g o ra s 18
a s t r o la b io s
B ib lia , la 5 1 , 6 5 , 9 0 , 9 1
A n a x im a n d r o 1 3
63,
68-69
14 6 , 1 5 1 ,
B is m a r c k , O tto v o n 1 7 3 , 1 7 4
A n a x ím e n e s 1 3
a t e ís m o 1 4 3
B l a k e , W illia m 1 4 3
a n g lic a n is m o 1 2 3
A te n a s 18 , 2 0 -2 1, 26, 32 , 37 ,
a n im a le s 1 4 3 A n s e lm o , s a n 5 6 , 5 7 , 6 0
á to m o 18 , 44
bodhisattvas
A n t ig u o T e s t a m e n t o 9 0 , 9 1
«atom istas» 1 8 , 44
B o e c io
a n t is e m it is m o 1 7 9
A u r e lio , M a r c o 4 6 ,
A n t ís t e n e s 4 0 - 4 1
A u s t in , J y L. 8 0 , 2 0 0 , 2 0 6 - 2 0 7 ,
a n t ít e s is , l e y d e c a m b io 1 5 9 , 16 5 A n to n y, M ark 50 « A q u ile s y la to rtu g a » 1 9 A q u in o , s a n t o T o m á s d e 3 0 , 49, 56, 5 8 -6 1, 59, 70
46,
47
20'y u n o m is m o ) 1 5 9
B a c o n y la 7 4 - 7 7
t e o r ía a r is to t é lic a s o b r e e l 3 7
c a u s a li d a d 1 1 4 - 1 1 5
t e o r ía d e B e r g s o n s o b r e e l
D e s c a r t e s y la 8 8 -8 9
verdad y
lógica
d e s c u b r im ie n t o s d e G a l il e o
2 14 -2 15 c a m b io h is t ó r ic o , m a r x is m o y
74 , 1 5 3 , 18 2 ,
206,
199,
E l c o n s u e l o d e la filosofía
54, 55 1 7 0
2 1 7
2 17
El h o m b r e e n
rebeldía
m a r x is m o c o m o 16 9 , 1 7 0
B o r g ia , C é s a r 7 3 ,
L a
L a peste 1 1 6
2 17
2 17
El p r i m e r h o m b r e
B o s w e ll, Ja m e s 1 1 2 ,
L o c k e y la 1 0 5 - 1 0 6 , 2 2 1
El extranjero
caída
15 4 -15 5
le y e s d e la 2 2 2
, 2 19
E l m i t o d e Sísifo
73
e n la fil o s o f ía d e F ic h t e
fil o s o f ía n a t u r a l 6 8 -6 9
B o r g e s , J o r g e L u is 1 4 5
B o y le , R o b e rt 10 6
20 2, 203,
2 19
2 17 -2 18 ,
6 6 -6 7 E in s te in 2 2 0 - 2 2 1 , 2 2 5
16 5 , 16 8 - 16 9
C a m u s , A lb e r t 1 7 8 , 2 1 ,
B o r g ia , L u c r e c ia 7 3
A yer, A . J . 1 1 7 , 20 6
200
a s t r o n o m ía 6 4 -6 6
6
14 8
5 5 , 56
b o l c h e v iq u e s
a u t o c o n c ie n c ia ( c o n c ie n c ia d e
Lenguaje,
54,
39 , 50
e n lo s p r e s o c r á t ic o s 1 4 - 1 5
B lo o m s b u r y , g r u p o d e 2 0 0 , 2 0 1
39
37,
c ie n c i a 9 , 6 3 - 7 1 a n á lis is d e l le n g u a je 2 0 6
C a m b r id g e , u n iv e r s id a d d e 5 8 ,
The ancient of da y s 8
O x fo rd 10 7 C ic e r ó n
e n la f ilo s o fía d e P o p p e r 2 2 4
151
a s t r o n o m ía 6 3 , 6 4 -6 6
, 1 3
166 ,
161
1 6 5
Gita
d in a s t ía T a n g 5 4 , 5 5 C h r is t C h u r c h C o l l e g e d e
e n la fil o s o f ía d e H e g e l 1 5 9
110
, 17 0 ,
c o n f u c io n is m o 1 4 6
1 3 7
16 8 - 16 9
111
Filonus
B e r lín
C ám a ra d e lo s L o re s
110
1 5 3
17 1
e l m a r x is m o y e l 1 6 5 ,
n u e v a
Tres diálogos entre H y l a s
S c h o p en h a u e r y 14 4 , 14 5
c o m u n is m o 1 5 3 ,
1 2
c a m b io
R e c h a z o d e la s u s t a n c i a m a t e ñ a l
m a r x is m o y 1 6 8 , 1 7 1
C a le ñ a s
98
97,
C a lv in o , J o h a n n e s 5 2 , 6 5
1 1 2 , 1 1 3 , 18 5
A sch a m , R o g e r 36
2 0 3 -2 0 7
2 14
C h in a
81, 9 9
c á lc u l o 1 5 , 9 6 ,
teoría d e la visión
in f lu e n c ia d e N ie t z s c h e
2 1 9
2 14
B e r k e le y , G e o r g e 6 1 , 1 1 0 - 1 1 1 ,
h o s t ilid a d d e P la t ó n h a c ia
S p in o z a 9 3
c a lc u la d o r a
evolución creadora
Materia y
a rte 8 , 9
A lt h u s s e r , L o u is 2 1 9 ,
C h e k h o v , A n tó n 14 5
L a
3 8
n e g a c ió n d e N ie t z s c h e 1 7 2
te o r ía d e la p r e d e s t in a c ió n 5 2
c a fé s 12 8
conciencia
a r q u ite c t u r a g r ie g a 1 7
S ó cra te s 22
E n s a y o s o b r e los d a t o s
151
A r q u ím e d e s
S c h o p e n h a u e r14 3
C h au cer, G e o ffr e y 26
i n m e d i a t o s d e la
e n e l b u d is m o 1 4 8
P la tó n 2 6 , 2 9
c a b a l le r ía 5 6
a rit m é t ic a 1 9 5 , 1 9 7
A r n o ld , M a t t h e w 7 0
16 5
2 19
2 17
2 17 2 17
N e w t o n 6 7 -6 9 , 7 1 p r a g m a t is m o 1 8 7 - 1 8 8 , 1 9 0 19 1 S p in o z a y la 9 1 C im a b u e 5 8
c a p it a lis m o 1 0 8 , 1 6 8 - 1 6 9
c in é tic a , e n e r g ía 9 9
C a r lo m a g n o , e m p e r a d o r 5 8
c ín ic o s 4 0 - 4 1
/ c iv iliz a c ió n 1 2 7 - 1 2 8 , 1 2 9 , 17 3 -17 4 c la s e o b r e r a , m a r x is m o 1 6 8 - 1 6 9 c l a s e s s o c ia l e s , m a r x is m o
166 ,
S o b r e el m u n d o
C re so , re y 1 3
t e o r ía d e l c o n o c im ie n t o
c r is tia n is m o 4 0 , 4 9 - 6 1 , 1 4 6 , 146,
15 0 , 1 7 1
P lo t in o y e l 3 0
C o le r id g e , S a m u e l T a y l o r 9 5 ,
S a n t ís im a T r in id a d
C o llin , A n d r é ,
Pobres 2 1 1
5 8
Lógica,
y e l e p ic u r e is m o 4 5
y e l p la t o n is m o 2 9 , 3 0 , 5 1 - 5 2
c o m p o s ib i lid a d e s 9 8
y la fil o s o f ía m e d i e v a l 5 5 - 6 1 y s a n A g u s t ín 5 0 - 5 2 ,
85,
191
t e o r í a d e la
19 0
5 0
filosofía
Enciclopedia
12 1,
12 4
y lo s d e r e c h o s in d iv id u a le s
C r o m w e ll, O l iv e r 7 8 , 8 1
12 5 ,
121,
, 12 6
c u á n t ic a , t e o r ía 2 2 5
P e n s a m i e n t o s filosóficos
m o n j a
12 5
d i fe r e n c ia c ió n 1 3 9 - 1 4 0 ,
C u a tro V e r d a d e s N o b le s 14 8
D ió g e n e s 40 , 4 1 ,
C uba 17 1
D io n is o
cu erp o h u m an o 2 18
D io s
12 4
1 3 9
41
44
16 8
C o n f u c io 1 4 6
Schopen h auer 14 1-14 2
c r e a c ió n d e l m u n d o
E tn a , m o n t e 1 7
É fe so 1 4
E u c lid e s ,
E in s te in , A lb e r t 1 6 , 1 7 , 6 1 , 7 1 ,
E u r íp i d e s 2 9
9 5, 2 2 0 -2 2 1,
220,
223,
2 14 , 2 15
c r is t ia n is m o 3 0 , 5 1
95
E u r o p a e n lo s s ig lo s d e
e v o l u c ió n 2 1 4 , 2 1 5
e le m e n t o s e n la f ilo s o fía 6 0
Elementos
l a o s c u r id a d 5 4 -5 6
2 2 5
é l a n vital
m o ral
véase ta m bién
R o u s s e a u y la 1 2 8
225,
a t e ís m o 1 4 3
D
e s t o ic i s m o 4 7 y l a fil o s o f ía d e
e n la a n t ig u a G r e c ia 3 8
76,
b u d is m o y 1 4 9 , 1 5 0
166 ,
A r is t ó t e le s y la 3 8 - 3 9
e d u c a c ió n
p r a g m a t is m o 1 9 1
c u a n t ific a c ió n , t e o r ía d e la 1 9 5
29,
E d im b u r g o 1 1 5
L o c k e y la 1 0 4 , 1 0 5 , 1 0 9
L a
e n N ie t z s c h e 1 7 5 m a r x is m o y 1 6 5 ,
1 2 4
12 5
C ru z a d a s 56
1 5 2
é tic a
E d a d M e d ia 3 4 , 5 4 - 6 1 , 7 0
c r it ic is m o r a d ic a l 9 0 , 9 1
C u rz o n , L o rd 1 5 2 ,
10 8 , 17 0 , 1 8 1 p r a g m á t ic o s d e 1 8 6 - 1 9 1
e s t r u c tu r a lis m o 2 1 8 - 2 1 9
12 8
S a rtre y e l 2 1 6 , 2 1 8
en H e g e l 15 9 , 1 6 1
g u e r r a d e in d e p e n d e n c i a
e s t o ic o s 2 2 , 4 0 , 4 4 , 4 6 -4 7
12 5
168
c o n s t it u c ió n 1 0 8
m a r x is m o 1 6 6 - 1 6 9 , 1 7 0
’A l e m b e r t
d e c la s e s 1 6 6 ,
carrera de
H um e 114
El s u e ñ o d e D
c o n flic t o
L a
d ic t a d u r a 8 1 , 1 7 0
c rít ic a s o c ia l 2 2 3 - 2 2 4
2 18
75
E s t a d o s U n id o s
D id e r o t , D e n is 1 1 9 , 1 2 4 - 1 2 5 ,
P o p p er y el 2 2 1
c o n c ie n c ia 2 1 0 - 2 1 1 , 2 1 2 - 2 1 3 ,
j
5 4
E ssex, con d e d e
E e c o n o m ía
El sobrino d e R a m e a u
m a r x is m o
61
E sp a rta 27
61
E c c le s , s ir J o h n 2 2 3
d ia lé c t ic a 2 3 , 1 5 9 - 1 6 1 , 1 6 5
124,
8 9
19 0
c rít ic a lit e r a r ia 9 5
véase t a m b i é n
D u n s E sc o to 56 , 6 l,
60- 6 1 ,
e s p a c io 7 , 1 3 5 , 14 0 , 14 8 , 2 1 5 E sp añ a 5 2 ,
85
los h e r m a n o s B i g l i n 1 4 0
P la tó n y e l 3 0
12 9
Descartes
E a k in s , T h o m a s ,
Reconstrucción en
C ristin a , r e in a d e S u e c ia 8 4 , 85,
19 0 ,
sociedad
investigación
c o m p a sió n 14 2
in flu e n c ia e n O r ie n t e 1 5 3
r e i n a Cristina d e
Esquííó-29
Escuela y
y e l e x is t e n c ia li s m o 2 0 9
in flu e n c ia d e H e g e l 1 6 2 , 1 6 3
e s e n c ia
L a
1 9 0
C o lo fó n 16
c o m u n is m o 1 6 4
e s c é p t ic o s 4 0 , 4 2 - 4 3 , 5 0 - 5 1
D u m e s n il, P ie r r e - L o u is e l
Suecia y
D e w e y , Jo h n 18 6 , 1 9 0 - 1 9 1 ,
t o m is m o 5 9 - 6 1
1 5 7
d u d a , D e s c a r t e s y la 8 1
Jo v e n ,
d e t e r m in is m o 1 3 6 - 1 3 7
c la s ic is m o 1 1 9 , 1 2 9
15 7 ,
8 7
8 6 -8 7 , 8 8 -8 9 , 1 0 5
e l e s t o ic is m o y e l 4 7
16 8 - 16 9
166-167,
c r e a t iv id a d 1 5 7 , 1 5 9 - 1 6 1
p r e s o c r á t ic a 1 7 - 1 8 , E lio t, G e o r g e 9 5 ,
1 7
9 5
e x is t e n c ia 7 , 8 ,
61
D e s c a r t e s y la 8 7 e m p ir is m o 1 0 4 - 1 0 5
www.fullengineeringbook.net
c o n f u c io n is m o 1 4 6
D a la i L a m a 1 4 7
c o n o c i m ie n t o 8
D a lí, S a lv a d o r ,
B a c o n 75-76
a
N e w t o n
H o m e n a j e
9
D e s c a r t e s 8 6 -8 7 , 8 8 -8 9 , 1 0 5
D an te 34 ,
e m p ir is m o 8 7
D a r w in , C h a r le s 7 5 , 1 6 2 ,
e n f o q u e c a r t e s ia n o 2 1 1
D a v id , J a c q u e s - L o u i s ,
e p is t e m o l o g í a 8 , 8 9 , 19 4 , 19 8 ,
2 11-2 12
fa lib ilid a d 1 8 7 - 1 8 8 , 2 2 5 fil o s o f ía a n a lític a 1 9 8 G u ille r m o d e O c k h a m 6 l
3 4
1 6 2
La
E lio t , T . S. 1 4 5
e n F ic h t e 1 5 5
e n B e r k e le y 1 1 1
E lo ís a 5 6 ,
e n H eg el 15 9
e n E r ig e n a 5 6
E m e r s o n , R a lp h W a ld o 4 7
en H um e 11 3
e m o c io n e s , e s t o ic is m o 4 6 -4 7
en K ant 13 3 -13 5
e s t o ic is m o 4 6
E m p é d o c le s 1 7
f e n o m e n o l o g ía 2 1 1 - 2 1 3 ,
e x is t e n c ia d e 5 7 , 6 0 , 6 9 , 8 7
e m p ir is m o 3 8 , 8 7 , 1 0 1 - 1 1 9
t o m is m o 6 0 - 6 1
88, 13 7 , 2 2 3
m u e r t e d e Sócrates 2 3
D e c la r a c i ó n d e l o s d e r e c h o s d e l h o m b re
d o c tr in a d e P t o lo m e o 6 4
K a n t r e fu ta la s «p ru eb as» d e la e x is t e n c ia d e 1 3 7
1 2 9
d e c o n s t r u c c ió n / d e c o n s t r u c c io n is m o 2 1 9
5 6
B e r k e le y 1 1 0 - 1 1 1
18 8 , 2 0 8 -2 13 , 2 1 6 - 2 1 7
G u ille r m o d e O c k h a m 6 1
h u m a n is t a 2 0 9
H um e 112 - 117
m u n d o s p o s ib l e s 9 8
L o ck e 10 2 -10 9
e m p ir is m o 1 1 1 , 1 1 3 e n la fil o s o f ía d e l
n e c e s id a d d e 1 6
R u s s e ll 1 9 8
in t u ic ió n 2 1 5
d e f in ic io n e s , B a c o n y la s 7 5
N ie t z s c h e n ie g a l a e x is t e n c ia
t o m is m o 5 9 -6 0
K ant 13 2 - 13 6 , 13 8 -13 9 , 16 7
D e lfo s 20 ,
L o ck e 10 3 -10 6 , 13 3
D e liu s , F r e d e r i c k 1 7 8
p a n t e ís m o 9 3
P o p p e r 22 2 -2 2 3
d e m o c r a c ia 1 8 1
R o u ssea u y 12 8
d e 17 2 , 2 13
p r a g m a t is m o 1 9 1
S p in o z a y 9 1 - 9 3
p r o p o s ic io n e s s in t é t ic a s 9 8
R o u s s e a u y la 1 2 6 , 1 2 8 - 1 2 9
t e o r ía d e la p r e d e s t in a c ió n
r a c io n a lis m o 8 7 , 8 8
y la f ilo s o fía p o lít ic a d e
p ra g m a t is m o 18 6 - 1 8 8 , 1 9 0 - 1 9 1
t o m is m o 5 9 - 6 0 véase t a m b i é n
52
L o ck e 10 8 , 12 9 c ie n c i a
D e m ó c r it o 1 8 , 4 4
y e l e x is t e n c ia li s m o 2 0 9 , 2 1 3
D e r r id a , J a c q u e s 2 1 9 ,
c o n s e r v a c io n is m o 1 1 9
D e s c a r t e s , R e n é 7 8 , 8 4 -8 9 ,
y e l m a t e r ia lis m o d e H o b b e s
2 1 9 8 4
85,
c o o r d e n a d a s c a r t e s ia n a s 8 4
Discurso^ del m é t o d o
C o p é r n ic o , N i c o lá s 6 4 -6 6 ,
e x is t e n c ia d e D io s 8 7 - 8 8 , 9 2
64-65, D e
65
c o s m o ló g ic o , a rg u m e n t o , q u e p r u e b a la e x is t e n c ia d e D io s 5 7
9 1 , 10 2 , 14 4 84, 89
m a t e m á t ic a s 1 5 , 8 3 , 8 4 -8 6 , 9 5
91
revolutionibus o r b i u m
caelestium
88-89,
M e d i t a c i o n e s metafísicas
89,
84,
8 9
p r e c e d e n t e d e s a n A g u s t ín 5 0 P r i n c i p i o s d e filosofía S o b r e el h o m b r e 8 5 ,
89
86,
d io s e s
e n c i c lo p e d i s t a s 7 6 , 1 0 8 , 1 2 5 ,
h in d u is m o 1 4 7 e x p e r ie n c ia s e n s o r ia l
1 2 5
e m p ir is m o 1 0 1 , 1 0 4 - 1 0 5 ,
e n e r g ía 9 9
E n g e ls , F r ie d r ic h 1 5 7 , 1 6 4 , 1 6 4
13 3 -13 6 , 13 9 f e n o m e n o l o g ía 2 1 1
, 12 6
,
16 6 ,
166,
16 9
E n r iq u e V II, r e y d e I n g la t e r r a
E p ic t e t o 4 6 , 4 7
110 -111, 113 h in d u is m o 1 4 7 t e o r ía d e l c o n o c im ie n t o d e K ant 13 3 - 13 5 , 13 9
F
e p ic ú r e o s 4 0 , 4 4 -4 5
e p ic u r e is m o 4 4 -4 5
E p i c u r o 4 4 -4 5 ,
h in d ú e s
e p is t e m o l o g í a 8 , 8 9 , 1 9 4 , 1 9 8 ,
1 5 0
44,
D is r a e li, B e n ja m ín 1 1 9
211-212
d r a m a g r ie g o
véase t a m bién
3 9
d u a lis m o c a r t e s ia n o 8 8 , 9 5
8 7
1 2 4
c o n o c i m ie n t o d e K a n t
1 2 1 , 12 4 -12 5 ,
10 5 , 19 9
79 y la c ie n c i a 7 1
c o n s e r v a d u r is m o 1 1 9
Enciclopedia
E n g e lm a n n , P a u l 2 0 6
y a l ie n a c ió n 1 6 3
C o n rad , Jo s e p h 14 4 , 14 5
e x p e r ie n c ia
L e ib n iz y 9 9
d e d u c c ió n 7 6 , 8 8 , 1 0 6 , 1 5 4 - 1 5 5
2 1 2
e x is t e n c ia li s m o 1 5 7 , 1 6 3 , 1
B u rk e 1 1 8 - 1 1 9
H um e 11 2 - 11 3
2 0
e n H u sserl 2 1 0 - 2 1 1
S p in o z a y e l 9 2 - 9 3 , 9 5
18 5
F a c to ry A ct ( 18 3 3 ) 16 8 f a s c is m o 1 2 3 , 1 2 9 , 1 6 3 , 1 7 7 ,
c o n o c i m ie n t o
E r ig e n a , J u a n E s c o t o 5 6 e rro r, e n la fil o s o f ía s o c r á t ic a 2 2 -2 3
F a b r ic iu s , H ie r o n y m u s 7 6
17 8 F e d e r ic o G u ille r m o III, r e y d e P r u s ia
1 6 2
F e d e r ic o I, r e y d e P r u s ia 9 7
I
F e d e r ic o II, r e y d e D in a m a r c a
66
G u ille r m o I 1 7 4
G a l il e o 8 8 , 9 1 , 1 0 5
fe m in is m o 1 8 5 f e n o m e n o l o g ía 2 1 1 , 2 1 2 - 2 1 3 , 2 18
m u n d o
67,
1 31
G u ille r m o III, r e y d e In g la t e r r a
m á x i m o s sistemas del
10 2 ,
6 7
1 0 2
, 10 3 , 10 4
13 9 -14 2 , 202
h u m a n is m o 4 5
F e u e r b a c h , L u d w ig 1 6 3 , 1
66
F ic h t e , J o h a n n G o tt lie b 9 3 , 1 3 1 , 15 6 , 15 8
154-155,
Crítica d e t o d a r e v e l a c i ó n
15 4
15 4
El destino del h o m b r e
ju ic io 6 6 ,
68
67,
f ilo s o fía a le m a n a 1 3 1 - 1 4 5 ,
112
natural
J a i m e II, r e y d e I n g la t e r r a 1 0 2 ,
G a n d h i, M a h a t m a 1 6 9
H a rv a rd , Jo h n 18 7
e s c e p t ic is m o 4 3 ,
G a s s e n d i, P ie r r e 7 8 , 8 8 , 8 9 , 1 0 7
H a r v a r d , u n iv e r s id a d d e 1 8 6 ,
Historia d e Inglaterra
G a t t e ri, G iu s e p p e - L o r e n z o ,
el V a t i c a n o
18 7 7 6
15 9 -16 1
L a
a n a lít ic a 8 4
G ib b o n , E d w a r d 1 0 5 , 1 1 6
N ie t z s c h e 1 7 2 - 1 7 9
G id e , A n d r é 1 7 8
S c h e llin g 1 5 6 - 1 5 7
G illr a y , J a m e s
S ch o p en h au er 13 8 -14 5
G io t t o 5 8
Geist
f ilo s o fía a n a lític a 1 6 3 , 19 8 - 2 0 0
G la d s t o n e , W illia m 1 0 7 , 1 7 3
in f lu e n c ia d e 1 6 3 , 2 1 7
H u t c h e s o n , F r a n c is 1 8 3
fil o s o f ía p o lít ic a d e L o c k e
g l o r i o s a , r e v o l u c ió n ( 1 6 8 8 )
in t e r é s o r ie n t a l e n 1 5 2 , 1 5 3
H u tto n , J a m e s 1 1 5
fís ic a e p ic u r e is m o 4 4
philosophes
12 6 -12 7
H u s s e r l, E d m u n d 1 9 4 , 2 0 9 , 2 10 -2 11,
la historia u n i v e r s a l
2 1 1
216
,
musical
Velada
1 4 4
J e n a , b a t a lla d e ( 1 8 0 6 )
l e y d e c a m b io 1 5 9
1 7 5
J e n a , u n iv e r s id a d d e 1 5 4 , 15 6 ,
154,
19 5
Je n ó fa n e s 16 - 1 7 , 4 2 51,
146,
159,
17 3
i
1 5 8
godos 5 5
Ja p ó n 54
Je s u c r i s t o 2 3 , 5 1 ,
15 8 ,
18 9
18 9
religiosa
J e a u r a t , É t ie n n e ,
1 1 2
L e c c i o n e s s o b r e filosofía d e
f ilo s o fía
fil o s o f ía p la t ó n ic a 2 7 - 2 8
15 9 -16 1
112 ,
h u m a n a
y lo s
fil o s o f ía p o lít ic a 1 6 1 - 1 6 2 , 1 6 3
p o lít ic a ,
véase
T r a t a d o s o b r e la n a t u r a l e z a
d e l espíritu
15 8
10 4 , 10 7
g o b ie r n o
15 8 -16 3 , 15 8 , 208
18 9
Principios d e psicología
J a n s e n , C o r n e liu s O tto 5 2
G e s t a lt , p s ic o l o g ía d e la 2 1 2
10 2 ,
112
15 5
K ant 13 2 - 1 3 7
F e n o m e n o l o g í a
1 8 8 P r a g m a t i s m o
V a r i e d a d e s d e la e x p e r i e n c i a
M arx 16 4 - 17 1
s o b r e la p r o p ie d a d 1 0 8
J a m e s , W illia m 18 6 , 1 8 8 - 1 9 0 , 112
s o b r e la e x is t e n c ia 1 1 2 - 1 1 3 ,
F r ie d r ic h 9 5 , 1 2 7 , 1 3 1 , 1 5 4 ,
1 1 4
Ja m e s , H e n ry 18 8
s o b r e D io s 4 4 , 1 1 3
H e g e l , G e o r g W ilh e lm
G e o r g e , S te fa n 17 8
112
p r i n c i p i o s d e la m o r a l
7 7
10 4
103,
ja in is m o 1 4 7
I n v e s t i g a c i ó n s o b r e los
elección d e l consejo, O x f o r d
H egel 15 8 -16 3
10 3 ,
116
entendimiento h u m a n o
H e em sk e rk , E g b ert van ,
73
114
I n v e s t i g a c i ó n s o b r e el
H a r v e y , W illia m 7 6 ,
g e o m e t r ía 1 5 , 8 4
F ic h t e 1 5 4 - 1 5 5
I
J a i m e I, r e y d e In g la t e r r a 7 4 , 7 7
D i á l o g o s s o b r e la religión
D i s c u r s o s políticos
Geist
15 4 - 17 9
, 14 2 , 14 3 , 18 5
H a rd y , T h o m a s 14 4 , 14 5
César Borgia a b a n d o n a n d o
F ilip o II, r e y d e M a c e d o n ia 3 2
1 1 2
c a u s a li d a d 1 1 3 - 1 1 6
H a ls , F r a n s 8 4
l o g r o s c ie n t ífic o s 6 6 -6 7
76 , 7 7 , 78 , 10 5 , 1 1 0
is la m 5 4 , 5 5 , 5 8 , 1 7 1
H u m e , D a v id 6 1 , 1 0 3 , 1 1 2 - 1 1 7 ,
H
H o b b e s y 7 8 , 7 9 -8 0
F e rm a t, e l ú ltim o t e o r e m a d e 1 9
15 4 -15 5 ,
ciencias 6 7
75,
Micrographia 9 1
D i s c u r s o s o b r e las n u e v a s
f e n ó m e n o s , m u n d o d e lo s 1 3 5 ,
I s a b e l I, r e in a d e I n g la t e r r a 7 4 ,
H o o k e , R o b ert 7 5 , 10 5
G u ille r m o I, r e y d e P r u s ia
D i á l o g o s o b r e los d o s
je s u ít a s 8 4 , 1 2 2 , 1 2 4
Ib s e n , H e n r ik 1 5 1
Jo h n s o n , S a m u e l 1 1 6
www.fullengineeringbook.net G o e t h e , J o h a n n W o lf g a n g v o n
l e y e s d e la 6 8 , 1 5 5 , 1 6 9 F o u c a u lt , M ic h e l 2 1 9 ,
F ra g o n a rd , Je a n -H o n o r é , cerradura
9 5 , 13 8 , 14 0 , 15 4 , 15 7 , 17 4
2 1 9
G o ld s m id t , I s a a c 1 8 2
L a
G o m b r ic h , s ir E r n s t
1 1 6 - 1 1 7
fr a n c e s a , R e v o l u c ió n ( 1 7 8 9 ) 10 8 , 1 1 8 , 1 2 1 - 1 2 9 ,
123,
1 8 1 , 18 5 F r a n c ia , f ilo s o fía co n te m p o rá n e a e n 2 14 - 2 19
fr a s e s d e r e a liz a c ió n 2 0 7 ,
2 0 7
F r e g e , G o t t lo b 9 7 , 1 9 4 - 1 9 5 , 1 9 4
F r e u d , S ig m u n d
14,
9 3-9 4 , 9 5,
A r is t ó t e le s 3 2 - 3 9
226
c ín ic o s 4 0 - 4 1
Ser y
e p ic ú r e o s 4 4 -4 5
1 5
g r e m io s
c o n t e m p lando
la l u n a
1 3 5
F ry , R o g e r 2 0 0
60
h in d u is m o 1 4 2 ,
74
g u e r r a c iv il in g l e s a 7 8 , 8 1
fu t u r o d e la f ilo s o fía 2 2 6 - 2 2 7
g u e rra d e in d e p e n d e n c ia
G a a rd e r, Jo s te in ,
G a in s b o r o u g h , T h o m a s , señor y
a n á lis is
g u e r r a m u n d ia l, s e g u n d a
El 11 9
222
216 ,
véase
c a tó lic a
im p e r a t iv o c a t e g ó r ic o 1 3 7
in d u c c ió n 7 6 , 1 0 6 , 1 1 6 - 1 1 7
H itle r, A d o l f 7 2 - 7 3 , 1 6 2 , 1 7 7 ,
in d u s t r ia l, r e v o l u c ió n 6 9 , 7 1 , 16 5 ,
78,
89, 9 1 , 10 7 , 12 7 , 14 3
E lementos del derecho n a t u r a l y político
78
7 8 , 8 0 -8 1,
8 0
Leviatán
H ó ld e r lin , F r ie d r ic h 1 5 7 , 1 5 9
90,
17 9 , 20 9, 2 1 4
ju s t ic ia e n S ó c r a t e s 2 1 - 2 2 , 2 3
ju v e n t u d e s h it le r ia n a s
1 6 3
K K an t, Im m a n u e l 9, 3 8 , 5 7 , 8 7, 10 3 ,
119 , 1 3 1 , 13 2 -13 7 ,
16 7 ,
1 6 7
132 Crítica d e la r a z ó n p u r a
c r ít ic a d e S c h o p e n h a u e r a la fil o s o f ía d e 1 3 8 - 1 4 0 Crítica d e l juicio
13 2
p r e d e s t in a c ió n 5 2
F u n d a m e n t a c i ó n
d e la
In g e , D e a n 3 0 52,
76,
1 3 2 , 14 9 , 18 2
in fie r n o , t e o r ía d e la
I n q u is ic i ó n
132,
14 2 Crítica d e la r a z ó n p r á c t i c a
e x is t e n c ia l i s m o 2 0 8 -2 0 9 , 2 1 7 f e n o m e n o l o g ía 2 1 3
200
ju d ío s 9 0 ,
ro m a n a , I g le s ia
H ir s c h , S a m u e l 1 5 9
88,
g u e r r a m u n d ia l, p r im e r a 1 9 7
la s e ñ o r a A n d r e w s
15 1
H o b b e s, T h o m a s 7 8 -8 1,
le n g u a je ; a n á lis is l ó g ic o
El m u n d o
d e Sofía 2 2 7
150,
29,
ju s t ific a c io n is m o 2 2 2 - 2 2 3
in d iv id u o 14 6 -14 7 ,
H o C h i-m in h 1 7 1
17 0 , 18 1 véase
14 9 , 15 0 ,
177,
n o r t e a m e r ic a n a ( 1 7 7 6 ) "
76 -7 7
In d ia 1 4 7 , 1 5 2 - 1 5 3
142,
16 ,
Ju n g , C ari G u s ta v 14 5 , 18 9
im p e r ia lis m o 1 5 2
H e sse, H erm an n 17 8
74
3 2 , 58, 60
13 4 , 15 6
h e r e jía 5 2 , 6 6
F u lb e r t , C a n o n 5 6
a n á lis is
15 9
ju d e o c r is t ia n a , t r a d ic ió n 17 2
I lu s t r a c ió n 1 1 5 , 1 1 9 , 1 2 3 , 1 2 9 , 14,
3 0
ju d a is m o 1 5 9
10 3 -10 4
Ig le s ia c a t ó lic a
13 8
G r e sh a m C o lle g e
J u a n E v a n g e lis t a , s a n
a b s o lu t o 1 5 9
30,
véase
J u a n E sc o to
2 8
íd o lo s e n la fil o s o f ía d e B a c o n
H e r d e r , J o h a n n G o t t fr ie d 1 3 7 ,
141
G
,
44
G r im m , J a c o b y W ilh e lm 1 4 0 ,
« fu e rz a vital» 2 1 4 , 2 1 5
2 1 0
, 2 15
H e r á c lit o 1 4 - 1 5 ,
G r e s h a m , s ir T h o m a s
in Riesenbirge 9 2 - 9 3
2 1 2
209, 2 10 ,
9 1
e n la E d a d M e d ia 6 0
D o s h o m b r e s e n el m a r
E r ig e n a ,
id e a s e n la f ilo s o fía d e L o c k e
2 1 1 - 2 1 3 , 2 16 ,
h e le n ís t ic a , é p o c a 2 9 , 4 0 , 4 3 ,
p r e s o c r á t ic o s 1 1 - 1 8 , 2 0
5 1
Ju a n E sc o to
Id e a s , te o r ía d e la s 2 2 , 2 7 , 2 9 , tiempo
2 12 ,
G re g o rio , s a n 4 3
F r ie d r ic h , C a s p a r D a v id
209,
16 3 , 16 5
H e id e lb e r g , u n iv e r s id a d d e 9 0 ,
S ó c ra te s 2 0 -2 3
2 19 , 2 2 1
R u i n
H e id e g g e r , M a rtin 1 8 8 , 2 0 8 ,
P la t ó n 2 4 - 3 1
12 9 , 14 4 , 14 5 , 17 8 , 20 3,
162 ,
g r a v e d a d 6 7 -6 8 ,
2 0 9 -2 10 ,
J u a n B a u t is t a , s a n
id e a lis m o 1 1 9 , 2 0 0
h e g e lia n is m o 1 5 2 ,
6 8
J o r g e I, r e y d e In g la t e r r a 9 6 , 9 7
id e a , f ilo s o fía d e A r is t ó t e le s
id e a l g r ie g o , e l
G ra n t, D u n c a n 20 0
m oned as
19 5
15 8
del derecho
id e a ló g ic a 2 0 5
35 -3 6 , 3 7
y e l m a r x is m o 1 6 5
e s c é p t ic o s 4 2 - 4 3
, 19 7 , 19 8 , 20 2
Ideografía
2 2 4
G r e c ia , a n t ig u a 1 1 - 4 5 , 1 5 0 , 1 7 2
f r a n c o p r u s ia n a , g u e r r a 1 7 4
15 8
p a n t e ís m o 9 3 , 1 5 9
P r i n c i p i o s d e la filosofía
g ó t ic o , e s t ilo 5 8
17 0 ,
Lógica
m e t a f í s i c a d e las
66
costumbres
13 2
in t e le c t o 2 1 5
in flu e n c ia s e n 1 0 9 , 1 1 7
in t u ic ió n 8 , 2 1 5
in t e r é s e n O r ie n t e p o r 1 5 2 ,
I r la n d a 5 5 - 5 6
15 3
56
lib r e a l b e d r ío 1 3 6 - 1 3 7
L i b r o d e Kells
m e c a n ic i s m o , p s ic o l o g ía d e l 7 9
M u n ch , E d vard ,
p r e c e d e n t e s d e s a n A g u s t ín
L ic e o a t e n ie n s e , e l 3 2
M a je r, F r ie d r ic h 1 4 2 , 1 5 1
m e d i e v a l, f ilo s o fía 5 4 - 6 1
m u n d o s a lt e r n a t iv o s p o s ib le s
lite ra tu ra
M a lo r y , s ir T h o m a s ,
M e n d e ls s o n , M o s e s
50 P r olegómenos a
e x is t e n c ia li s m o
toda
13 2
metafísica f u t u r a
in flu e n c ia d e S c h o p e n h a u e r 14 4 , 14 5
13 2 -13 6 , 13 8 -13 9 , 16 7
n o v a
H a r m o n i c e s
66,
68, 9 1
m u n d i
6 6
r o m a n t ic is m o a le m á n 1 5 9
102,
K e r e n s k y , A le k s a n d r
1 1 0 , 14 2 , 18 5
106,
s o b r e la e d u c a c i ó n
C a r t a s o b r e la tolerancia
K ie r k e g a a r d , S o r e n 1 5 7 , 1 6 3 ,
D o s
K itc h e n e r , L o r d 1 5 2
10 2 ,
K r is h n a
102,
10 3
1 7 0
L
17 0 , 226
Lacan, Ja c q u e s 2 19 ,
L a n y o n , s ir C h a r le s 1 1 0
m ic r o c o s m o s
M a r s to n M o o r , b a t a lla d e
M ig u e l Á n g e l,
81
t e o r ía d e l c o n o c im ie n t o
in f lu e n c ia d e 1 4 5 , 1 7 1 , 2 1 7 ,
164-166,
16 5 ,
168,
171,
165,
16 9
17 8
226
16 3 , 16 5 16 4 ,
16 1
155,
n a t u r a le z a
e s c u e la d e 1 3 M ill, J a m e s 1 8 2 , 1 8 4
e n S c h e llin g 1 5 6 - 1 5 7 , 1 5 8
M ill, J o h n S tu a rt 1 1 7 , 1 5 2 ,
e s t o ic i s m o 4 6
185,
la m u j e r
n a z is 1 6 2 , 1 7 7 , 200,
200,
177,
1 7 8 , 179L
20 8, 2 0 9 -2 10 , 2 1 1
2 14
18 5
Lógica
¡
p a n t e ís m o 9 3
19 8
L a servidumbre d e
18 5
Manifiesto co munista
1 7 4
n a p o l e ó n ic a s , g u e r r a s 1 4 2 ,
El esclavo
n a t u r a l, f ilo s o fía 6 8 -6 9
18 4 -18 5 ,
in f lu e n c ia d e H e g e l 1 5 9 , 1 6 2 ,
“N a p o l e ó n I, e m p e r a d o r l ó l . 17 4 ,
6 0
liberándose 3 6
17 1,
« A q u ile s y la to rtu g a » 1 9
r o m á n t ic o 1 3 7
M ile t o 1 3
E l capital
17 9
163,
in flu e n c ia d e H e g e l 1 6 3
m é t o d o s o c r á t ic o 2 0 - 2 2 , 2 3 , 2 7
s u s t a n c ia m a t e r ia l 1 0 6 , 1 1 1
l ó g ic a
2 1 9
a le m á n
m e t a fís ic a 3 4 , 7 7
M a r ía , r e in a d e E s c o c i a 7 6
(16 4 4 )
2 18
percepción
10 4
102,
5 4
n a c io n a lis m o
M e r s e n n e , M a r ín 8 8 , 8 9
73
lib e r t a d d e d i s c u r s o 9 5
y la c ie n c i a 1 0 5 - 1 0 6 , 2 2 1
8 4
73
m u s u lm a n e s
N
2 18
c omportamiento
F e n o m e n o l o g í a d e la
72-73
muerte d e Atala
2 1 8
Estructura del
M arx, K arl 90, 1 3 1 , 14 4 , 16 4 -
10 3 -10 6 , 13 3
La F le c h e
2 18 ,
L a
1 0 4
17 8 , 2 2 1
144,
M u s s o ü n i, B e n i t o 1 7 7
M e r le a u - P o n t y , M a u r ic e 2 1 6 ,
1 1 8
S a g r a d a Familia
121
S p in o z a y la 9 1 , 9 2
M an n , T h o m a s 14 4 , 14 5 , 17 8
10 2 ,
in flu e n c ia d e 1 2 2 - 1 2 3 , 1 2 4 ,
151
K r u t ik o v , G e o r g y T i k h o n o v ic h
M u s s in i,
L a
15 8 -15 9
M a r ía II, r e in a d e I n g la t e r r a
f ilo s o fía p o lít ic a 1 0 6 - 1 0 8 , 1 0 9
El beso 1 7 6
e n la f ilo s o fía d e H e g e l
E l p r í n c i p e 12,
entendimiento h u m a n o
K lim t, G u s t a v 2 0 3
m ú s ic a 1 4 4 ,
Discursos
10 2
E n s a y o s o b r e el
K le is t , F le in r ic h v o n 1 5 9
e m m f ís m o 1 0 1 , 1 0 4 - 1 0 5
M a q u ia v e lo , N ic o lá s 7 2 - 7 3 ,
t r a t a d o s s o b r e el
g o b i e r n o civil
2 0 8
D e s c a r t e s y la 8 8
M a n c h e s t e r , u n iv e r s id a d d e
M ao Z e d o n g 15 3 , 1 7 1
10 2
M u rillo , B a r t o l o m é E s t e b a n .
M a lr a u x , A n d r é 1 7 8
202
E l grito 2 1 3
98
1 3 6
m e n te
M a n s ió n H o u s e ( L o n d r e s )
10 2
K e y n e s, Jo h n M ay n a rd 200
2 0 8 -2 0 9 ,
muerte
m a n iq u e í s m o 5 0
A l g u n a s consideraciones
F y d o r o v ic h 1 7 0
L a
M an i 50
L o ck e, Jo h n 59, 6 1, 10 2 -10 9 ,
6 6
9 2
d e Arturo 5 8
17 7 - 1 7 8 , 17 9
t e o r ía d e l c o n o c i m ie n t o
A s t r o nomía
216
in flu e n c ia d e N ie t z s c h e
. s o b r e la c o n c ie n c ia 5 6
K e p le r , J o h a n n e s 6 6 ,
M a im ó n id e s , M o is é s
www.fullengineeringbook.net
L a s k i, H a r o ld 2 2 1
L e N ó tre , A n d ré 70 , Lebenswelt
A r is t ó t e le s y la 3 4 c a u s a li d a d 1 1 5
70
2 11
L e ib n iz , c a s a d e ( H a n n o v e r ) 99 L e ib n iz , G o t t fr ie d W ilh e lm 8 7 , 96-99,
116
2 0 0 -2 0 1
98 p r in c ip i o d e la r a z ó n s u fic ie n t e 9 8 -9 9 Teodiceo
96
L e ip z ig , u n iv e r s id a d d e 9 6 l e n g u a je a n á lis is d e l 1 9 3 , 2 0 3 - 2 0 7
in flu e n c ia d e H e g e l 1 6 3
m ó n a d a s 99
N e ru d a , P a b lo 1 7 1
in flu e n c ia e n O r ie n t e 1 5 3
m oned as
N e w L an ark
p r o p o s ic io n e s a n a lític a s 9 8
S a rtre y e l 2 1 6
M o n e t , C la u d e ,
r a c io n a lis m o 8 8
y e l e s t r u c tu r a lis m o 2 1 9
19 7
véase t a m b i é n
c o m u n is m o
D e s c a r t e s 1 5 , 8 3 , 8 4 -8 6 , 9 5
L o n d o n S c h o o l o f E c o n o m ic s
f e n o m e n o l o g ía 2 1 1
L o n d re s 12 9 ,
98,
9 8
l o g r o s 6 7 -6 9 , 7 1 Óptica
69
Principia
68, 69,
e n F ic h t e 1 5 5
s o b r e D io s 9 1
6 9
t e le s c o p i o 6 5 t e o r ía d e la r e la tiv id a d
L u c r e c io 1 7
P la tó n y la s 2 5 - 2 6 , 2 7 - 2 8
i m p e r a t iv o c a t e g ó r ic o 1 3 7
p r o p o s ic io n e s a n a lític a s 9 8
u tilita r is m o 1 8 3 - 1 8 4
N ic o lá s II, z a r
y e l r a c io n a lis m o 8 3
y e l lib r e a l b e d r ío 1 3 6 - 1 3 7
N ie t z s c h e , F r ie d r ic h 1 3 1 , 1 7 2
D e
r e r u m
natura
(S o b r e l a
n a t u r a l e z a d e las co s a s )
45,
y e l u n iv e r s o 1 5 - 1 6
4 5
m a t e r ia D e s c a r t e s y la
f ilo s o f ía d e A r is t ó t e le s 3 5
M o r is o t , B e r t h e , 87,
L e u c ip o 1 8
L e ib n iz y la 9 9
lib e r a le s 1 1 8 , 1 1 9
m a n iq u e í s m o 5 0
M M a c a u le y , T h o m a s B a b in g t o n 112 El cans a n c i o
2 10
hijo e n
17 9 ,
a fir m a c ió n v it a l 1 7 4 - 1 7 5
el j a r d í n 2 1 8
m o v im ie n t o r o ta t o r io 6 6 -6 7 , 79 -8 0 , 99
e p ic u r e is m o 4 4
h is t ó r ic o
M a h le r, G u s t a v 1 4 4 , 1 7 8
M au g h am , W . S o m e rse t 14 5
M ah o m a 54
M au p assa n t, G u y d e 14 4 , 14 5
176,
226
A sí habló Zaratustra
17 2 .
1 7 6 W a g n e r
17 2
17 2 4 7
e x is t e n c ia li s m o 2 0 9 y fo r m a c ió n d e la s s o c ie d a d e s 8 0 - 8 1 m u je r,
,
E l n a c i m i e n t o d e la t r a g e t O m
e s t o ic is m o 4 6 , 4 7 ,
166 166
1 7 2
El caso d e
m u e rte
S p in o z a y la 9 1 , 9 2
d i a lé c t ic o
1 6 9
é t ic a
p r e s o c r á t ic o s 1 7
m a t e r ia lis m o 7 8 - 7 9 , 1 6 6
M a g ritte , R e n é , d e la v i d a
88
220-221
M u j e r c o n su
véase t a m b i é n
L u te ro , M a r tín 5 2 , 6 5 , 1 7 4
1 3 6 - 1 3 7 , 14 0 , 2 1 5
97,
en Schopen h auer 14 1-14 2
L u is X V , r e y d e F ra n c ia 1 2 6 , 1 2 7
lib r e p e n s a d o r e s 1 8 2
2 0 1, 20 3
c á lc u l o 6 7 , 9 6 ,
l e y e s fís ic a s 6 8 -6 9 , 7 1 , 1 6 9
e n N ie t z s c h e 1 7 2 - 1 7 7
L e s s in g , G . E . 9 5
lib r e a l b e d r ío 7 1 , 9 1 , 9 4 , 9 8 ,
7 5 , lO üJ
l ó g ic a y 1 9 4 - 1 9 5 , 1 9 7
L e ó n X III, p a p a 59
e x p re sió n 94, 95
68,
P it á g o r a s 1 5
1 6 6
L u is II, r e y d e B a v ie r a 1 7 2
lib e r t a d in d iv id u a l 1 8 5 , 2 1 7
M o o re, G . E . 16 3 , 19 9 , 200,
9 7
1 83
N e w to n , Is a a c 1 7 , 12 2 , 12 4
8 6
m o ral
L e ib n iz y la s 1 5 , 8 3 , 9 6 , 9 7 ,
L a
m u j e r
s e r v i d u m b r e d e la
18 5
]
2 0 1, 205
L o o s, A d o lf 20 6
e s t r u c tu r a lis m o 2 1 8 - 2 1 9
lib e r t a d d e l h a b la / d e
catedral
M o n t e s q u ie u , C h a r le s - L o u is
1 7
L o m b ro so , C esa re 17 7
2 2 2
L a
d e S e c o n d a t 10 8 , 1 2 5
a r q u ite c t u r a g r ie g a
a n d P o litic a l S c ie n c e 2 2 2 ,
1 5
d e R o u e n
m a t e m á t ic a s
L e n in 1 7 0 , 1 7 1
lib e r a lis m o 10 8 , 1 2 3
15 0
n e o p o s it iv is m o 9 8 , 19 9 -2 0 0 .
L e ib n iz y la 9 7
te o ría d e la c u a n t ific a c ió n 1 9 5
m u n d o s p o s ib l e s a lt e r n a t iv o s
L a joven
133
ciega
n e o p la t o n is m o 3 0 , 5 0 , 5 2 . 5 6 . 1
F r e g e y la 1 9 4 - 1 9 5
y la s m a t e m á t ic a s 1 9 4 - 1 9 5 ,
96
M illa is , J o h n E v e r e tt ,
m a r x is m o 5 2 , 1 6 4 - 1 7 1
1 8 5
m it o d e la c a v e r n a , e l 3 1 , 7 7
e s t u d io d e R u s s e ll s o b r e 1 9 6
M o n a d o l o g í a
18 5 ,
c rític a d e P o p p e r d e l 2 2 4
m a t e m á tic a s 1 5 , 8 3 , 9 6 , 9 7 ,
9 7
S o b r e la libertad
t e o r ía e c o n ó m ic a 1 6 6 - 1 6 9
f ilo s o fía a n a lític a 1 9 3 , 19 8 ,
l e g is la c ió n , R o u s s e a u y la 1 2 8
8 8 , 8 9 , 9 6 -9 9 ,
1 6 8
e s t ilo lit e r a r io 1 7 9 H u m a n o , h u m a n o
d e m a s i a d o
17 2
in f lu e n c ia d e 1 7 7 - 1 7 8 i n flu e n c ia s s o b r e 9 5 , 1 2 9 14 4 , 14 5
f
L a g a y a
ciencia
p é n d u l o , r e l o je s d e
17 2
allá del b i e n y
del m a l
17 2 n e c e s id a d d e n u e v o s v a l o r e s
W a g n e r
17 2
y e l e x is t e n c ia lis m o 1 7 7 ,
R u s ia 1 7 1
S p in o z a 9 1 - 9 3
R u s s e ll, B e r t r a n d 1 0 3 , 1 9 6 - 1 9 8 ,
18 6 - 1 9 1 , 200, 2 1 1
P ir r ó n 4 2 , 4 3 P it á g o r a s 1 5 - 1 6 ,
15,
16, 27,
29,
68
20, 22,
24
« n o rm a s a ris to té lic a s » 3 9
A c a d e m ia 2 7 , 2 8 , 3 2 , 4 2 , 5 0
n o ú m e n o s , m u n d o d e lo s 1 3 5 ,
Critón
24-27,
29, 59,
14 2 , 14 4
26
d iá lo g o s 2 4 -2 5 , 26 El b a n q u e t e
N u e v o T estam en to 29, 3 0 , 40
Eutifrón
N y a y a , e sc u e la 15 0
F e d ó n
26
26, 29
apología d e Sócrates
L a República
26
26, 28, 3 1
Laques
o b s e r v a c ió n , D e s c a r t e s y la 8 6
m ito d e la c a v e r n a 3 1 , 7 7
t e o r ía d e la s I d e a s 2 2 , 2 7 , 2 9 ,
T i m e o
O lim p o , m o n t e 2 0
o n t o lo g ía 8
P r in c e , r e v e r e n d o H e n r y J a m e s
26,
r e a lis m o p la t ó n ic o 5 8
E l análisis d e la m a t e r i a
R ée; Paul
E l análisis d e la m e n t e
r e e n c a r n a c ió n 2 9 , 1 4 9 - 1 5 0
p r o c e s o h is t ó r ic o , la r e a lid a d
finalidad y
Filosofía d e l a t o m i s m o
r e lig ió n
7,
8
19 7
lógico
a t e ís m o 1 4 3
H i s t o r i a d e la filosofía
P ro tá g o ra s 1 8
filo s o f ía o r ie n t a l 1 4 2 , 1 4 6
p r o t e s t a n t is m o 2 0 9
h o s t ilid a d d e M a r x h a c ia la
19 0 , 19 6
occidental
in flu e n c ia d e 2 0 1 in flu e n c ia s o b r e 1 1 7 , 1 6 3
16 4
P ro u st, M arce l 14 4 , 1 4 5 , 2 1 5
N ie t z s c h e 1 7 7
p r u e b a s , e s c e p t ic is m o y 4 3
p r a g m a t is m o 1 8 9
P r u s ia 1 6 1 - 1 6 2 , 1 6 3 , 1 7 4
R o u s s e a u y la 1 2 8
ló g ic a m a t e m á t ic a 9 7 , 1 9 7
p s ic o a n á lis is 1 4 4 , 1 4 5 , 2 1 9
y a l ie n a c ió n 1 6 3
M i
p s ic o l o g ía d e la G e s t a lt 2 1 2
y e x is t e n c ia li s m o 2 0 9
N u e s t r o c o n o c i m i e n t o del
P t o lo m e o 6 4 ,
y la f ilo s o fía d e l
6 4
Investigación sobre significado y
19 7 ,
véase t a m b i é n
19 7
externo
19 7
19 7
Principia m a t h e m a t i c a
13 5 -13 6
p u e b l o s g e r m á n ic o s 5 5
ve r d a d
e v o l u c i ó n filosófica
m u n d o
c o n o c im ie n t o d e K a n t
y e l c ris tia n is m o 2 9 , 3 0 , 5 1 - 5 2
cada una
197,
19 6 ,
1 9 8
Principios d e m a t e m á t i c a s
www.fullengineeringbook.net y la r e e n c a r n a c ió n 1 5 0 y P a r m é n id e s 1 7 , 2 6
e x is t e n c ia d e D io s 5 7 , 8 7 -8 8
p la t o n is m o 2 9 , 3 0 , 3 8 , 5 0 , 5 1 - 5 2 P lo t in o 3 0 ,
9 1
30,
50
su
19 7
s u s límites
fil o s o f ía a n a lít ic a 1 9 8 - 2 0 0
225
P r o u d h o n , P ie r r e J o s e p h 1 2 9
19 7
19 7
El conocimiento h u m a n o :
re la tiv id a d , te o ría d e la 2 2 0 ,
s is t e m a d e 6 4
3 3
1 7 7
R e fo r m a 7 0
1 8 4
Almagesto 6 4
y A r is t ó t e le s 3 2
17 3
d e m o s t r a c ió n d e la
ó p t ic a
26
30 , 3 2 , 58 , 60
O c t a v ia n o 5 0
ó n f a lo s , e l
26
Teeteto
61
c rít ic a d e B e r g s o n 2 1 5 - 2 1 6
116
o b je t iv id a d , e n la c ie n c ia 6 7
n a v a ja d e
y la r e e n c a r n a c ió n 1 4 9 - 1 5 0
p r o p o s ic io n e s a n a lític a s 9 7 -9 8 ,
26
h o s t ilid a d h a c ia e l a r t e 2 9
O c k h a m , G u ille r m o d e 5 6 , 6 l
19 6 - 1 9 8
p r e d e s t in a c ió n , t e o r ía d e la 5 2
c o m o u n 16 2
N o v a lis 1 5 7 , 1 5 9 , 2 1 0
L a
W itt g e n s t e in 2 0 2
89, 2 10
3 1,
1 7 0
p r a g m a t is m o 1 8 6 - 1 9 1 , 2 0 0 , 2 1 1
p r e s o c r á t ic o s , lo s 1 1 - 1 8 , 2 0 , 64-66,
17 0 ,
1 4 9
p a n t e ís m o 9 3
P la tó n 1 1 , 1 4 , 1 6 ,
88
r u s a , r e v o l u c ió n ( 1 9 1 7 ) 1 5 3 ,
m e t a fís ic a 3 4
n o m in a lis m o 5 8
86,
R u e d a d e la V id a
m a r x is m o y 1 6 5
p o s ib l e s , m u n d o s 9 8
N o r fo lk , d u q u e d e 1 8 2
87,
K an t 1 3 3 - 1 3 6 , 1 3 8 - 1 3 9 , 14 9
p r a g m á t ic o s a m e r ic a n o s
p la n e t a s 6 4 -6 6 ,
o
219
7 5 , 98,
74,
10 6 , 10 8
99,
p in t u r a , e s t ilo g ó t ic o 5 8
n ir v a n a 1 4 8
13 9 -14 1
R o y a l S o c ie t y 7 4 ,
P ic a s s o , P a b l o 1 7 1
68, 15 0
208, 209
17
p o g e s t r u c t u r a lis m o
P ir a n d e llo , L u ig i 1 4 5 , 1 7 7
17 2 -17 4 Nietzsche contra
H e g el 1 6 1 , 16 2 , 16 5 h in d u is m o 1 4 7 , 1 4 9
U n e n Ú e d Quest
12 6 , 12 8
philosophes
16 ,
2 2 2 -2 2 3
p e s im is m o 1 4 4
17 2 M á s
t e o r ía d e l c o n o c i m ie n t o
6 7
P e p y s , S a m u el 10 8
L a g e n e a l o g í a d e la m o r a l
19 7 , 20 2
d e la s r e lig io n e s
R em b ran d t
R
P r o b l e m a s d e la filosofía
fudíos e n
r a c io n a lis m o 1 2 , 3 8 , 8 3 - 9 9 , 1 0 1 D e s c a r t e s 8 4 -8 9
19 7
« re d e s c u b r im ie n to » d e F r e g e
la s i n a g o g a 9 0
19 5
L o s d o s filósofos 6
s o b r e S p in o z a 9 0 , 9 5
R e n a c im ie n t o 7 0 , 7 2 , 7 3
o p u e s t o s , u n id a d d e lo s 1 4
p o d e r a b s o lu to 8 1
e s t o ic i s m o 4 6 -4 7
r e v is io n is m o d e l m a r x is m o 1 7 0
W it t g e n s t e in y 2 0 2
o r ie n t a l, f ilo s o fía 1 4 2 - 1 4 3 ,
p o e s ía 1 7
L e ib n iz 9 6 -9 9
r e v o l u c io n e s 1 2 3 ,
y e l a n á lis is d e l le n g u a je 2 0 1 ,
P o itie r s , u n iv e r s id a d d e 8 4
S p in o z a 9 0 -9 5
R ilk e , R a in e r M a r ía 1 4 5 , 1 7 8
14 6 -15 3 O r w e ll, G e o r g e ,
Mil
novecientos ochenta y
cuatro
O w e n , R o b ert
18 3
O x fo r d , u n iv e r s id a d d e 5 8 , 7 4 , 10 2 , 10 7 , 1 5 3 , 18 2 , 206
p m á g i c o
R o b e s p ie r r e , M a x im ilie n
p o lít ic a , fil o s o f ía 6
R a fa e l,
R o c k in g h a m , m a r q u é s
El m a n z a n o
15 7 1 8 2
r o m a n o , I m p e r io 4 0 , 4 6 -4 7 , 5 2 ,
H e g el 1 6 1 - 1 6 2 , 16 3
R a m s a y , A lia n
H o b b e s 8 0 -8 1
R a o u x , Je a n ,
15 9
R ó n t g e n , W ilh e lm 1 8 8
E r ig e n a 5 6
P o p p er 22 3, 224
e s t o ic is m o 4 6 -4 7
R o u sseau 12 8 -12 9
H um e 116
Confesiones
S p in o z a 9 4
p r e s o c r á t ic o s 1 2
D i s c u r s o s o b r e la c i e n c i a y
18 4
in f lu e n c ia d e S c h o p e n h a u e r
P e a n o , G iu s e p p e 19 4
18 9 L a
223
so c i e d a d abierta y
enemigos
22 3, 224
sus
12 6
desigualdad
12 6 , L a
d e la
126
12 7 , 12 8 ,
n u e v a Eloísa
12 6 , 1 2 7
1 2 8
12 6 , 12 8
e x is t e n c ia li s m o 1 6 3
R o w le y , J o h n
F ic h t e 1 5 5
R o yal O b servato ry d e
filo s o f ía p la t ó n ic a 2 8 , 3 1 , 3 2
G r e e n w ic h
68-69
6 8
s S a in t e - C h a p e lle ( P a r ís ) S a lo m é , L o u
5 8
1 7 7
s a n g r e , c ir c u la c ió n d e la S a n t ís im a T r in id a d 5 8 ,
12 6
E m i l i o o s o b r e la e d u c a c i ó n
2 1 5
E l taller d e l
artista 1 0 6 - 1 0 7
Sam os 15
El contrato social
r e a lid a d
14 4 , 2 1 6
D i s c u r s o s o b r e los o r í g e n e s y
r a z ó n s u fic ie n t e , p r in c ip i o d e
B ergson 2 15 ,
126-128,
las artes
A r is t ó t e le s 3 2 , 3 4 - 3 8
lógica d e la investigación científica
12 6 -12 9 ,
los f u n d a m e n t o s
la 9 8 -9 9
2 2 6
14 4 L a
r a c io n a lis m o 8 8 R o u s s e a u y la 1 2 7
P o p p e r , K a r l 7 6 , 1 0 3 , 18 8 , 221,
R o u ssea u , Je a n -Ja c q u e s 12 5 ,
y m o ral 1 3 7
P a s c a l, B l a i s e
id e a s» 1 8 6 - 1 8 7
15 7 ,
11 3
1 9 6
R y le , G ilb e r t 1 9
r o m a n t ic is m o 9 3 , 9 5 , 1 1 9 , 1 2 9 ,
m a r x is m o 1 6 4 - 1 7 1
2 2 1-2 2 4 ,
« C ó m o e s c la r e c e r n u e s t r a s
espejo
19 6 ,
R u t h e r fo r d , E r n e s t 2 0 2 R y c k a e r t , D a v id ,
54
1 1 2
M u j e r c o n
ra z ó n
P o p e , A le x a n d e r 7 1 , 7 5
186,
7
Rom a 5 5
P a r m é n id e s 1 7 , 1 8 , 1 9 , 1 4 0
18 6 -18 8 ,
1 1 8
R a m e a u , Je a n -P h ilip p e 1 2 2
P o o r L a w s
P e ir c e , C h a r le s S a n d e r s 6 l ,
d e
El p e n s a d o r
R a le ig h , s ir W a lte r 7 7
p a r a d o ja s , « A q u ile s y la
81, 9 9
R o d in , A u g u s t e ,
B u rk e 1 1 8 - 1 1 9
P o m p ad o u r, m a d am e d e 12 7
P a r ís 1 2 9 , 2 1 3 , 2 1 8 , 2 1 9
escuela d e A t e n a s
207 R u s s e ll, J o h n , p r im e r c o n d e
1 2 9
e n c ic lo p e d ista s 1 2 5
p a n t e ís m o 9 3 , 9 5 , 1 5 9
tortu g a»^ 1 9
L a
20-21
M a q u ia v e lo 7 2 - 7 3
P a lm e r , S a m u e l,
P a n ó p t ic o
r a d i c a le s , f i l ó s o f o s 1 8 2 , 1 8 4
L o ck e 10 3 , 10 6 - 10 8 , 10 9
p a c ifis m o 1 9 7
16 9
p o lít ic a s o c ia l 2 2 3 - 2 2 4
A r is t ó t e le s 3 9
2 2 3
165,
7 6
5 8
S a rtre , J e a n - P a u l 2 1 6 - 2 1 7 ,
216,
2 19 Crítica d e la r a z ó n
dialéctica
216 E l existencialismo es u n h u m a n i s m o El ser y
2 16 , 2 17
la n a d a
2 16
e x is t e n c ia li s m o 2 1 3 , 2 1 7 fu n e r a le s 2 1 8 ,
2 1 9
in flu e n c ia s o b r e 1 7 8 , 2 1 0 , 2 1 8
La
e d a d d e la r a z ó n
L a
i maginación
L a
n á u s e a
2 16 ,
21
6
16 5
1 3 1 , 14 4 , 15 4 , 15 6 - 15 7 ,
156,
1 5 7 132,
13 8 , 15 4
S c h le g e l, F r ie d r ic h v o n 1 5 4
S m ir k e , R o b e r t
1 6 9
221 S c h o p e n h a u e r, A rth u r 88 , 10 3 , 1 3 1 , 13 2 , 13 8 -14 5 ,
1 3 8 - 1 3 9
,
El m u n d o
c o m o
voluntad y
representación
13 8 ,
138,
14 0
in flu e n c ia s o b r e 9 5 , 1 1 7
114 , 115
in t e r é s p o r la filo s o fía
D e sc a rte s
p in t u r a 2 0 3 - 2 0 5 ,
2 0 4
17 9
W e b b , B e a t r ic e 2 2 1
e p ic u r e is m o 4 4
W e b e r, C a r i M a r ia v o n 1 5 ”
T e rc e r M u n d o , p a íse s d e l 17 0
F ic h t e 1 5 5
W eb ern , A n tó n v o n 2 2 1
t é r m in o m e d i o 3 8
fil o s o f ía n a t u ra l 6 8 -6 9
Westminster Review,
v o lu n t a d g e n e r a l 1 2 7 , 1 2 8 ,
t e s is , l e y d e c a m b io 1 5 9 , 1 6 5
m a n iq u e í s m o 5 0
T h e r a v a d a , b u d is m o 1 4 8
m a t e r ia lis m o d e H o b b e s
12 9 S ó cra te s 1 1 , 17 , 2 0 -2 3 ,
2 0 - 2 3
,
T h o r n h ill, s ir J a m e s ,
Alegoría
del a d v e n i m i e n t o protestante
c o m o su p erh o m b re 17 4 e s c e p t ic is m o 4 2
t ib e t a n o , b u d is m o 2 3
, 26
m é t o d o s o c r á t ic o 2 0 - 2 2 , 2 3 ,
147,
1 5 0
te o r ía c o p e r n ic a n a 6 4 -6 5 ,
S o l, t e o r ía d e C o p é r n ic o 6 4 -6 5 ,
2 0 2 -2 0 7 ,
2 0 2
2 0 3-2 0 6 , 2 0 7 in flu e n c ia d e 2 2 6 in flu e n c ia d e S c h o p e n h a u e r 14 4 , 14 5 I n v e s t i g a c i o n e s filosóficas 2 0 3
e n N ie t z s c h e 1 7 2 - 1 7 7
T r a c t a t u s logico-
e x is t e n c ia li s m o 2 1 7
64 - 6 5
19 9
198,
a n á lis is d e l l e n g u a je 2 0 1 .
v a lo re s
T ie r r a
19 8 ,
W it t g e n s t e in , L u d w ig 1 0 3 . 1J 19 9 ,
9 1
v
N ie t z s c h e 1 7 5 s a n A g u s t ín 5 0
S ó fo c le s 29
19 7 ,
14 6 , 14 7 , 15 0 , 1 5 1
18 2 -18 5
K a n t 1 3 5 , 14 0
97
Upanishads
u t o p ía 3 0
fe n o m e n o l o g ía 2 1 2 , 2 1 3 2 3
W h it e h e a d , A lfr e d N o rth 19 6 ,
u tilita rista s 8 0 , 1 1 7 , 1 5 2 ,
B ergson 2 15 b u d is m o 1 4 8
P la tó n y 2 4 , 2 6
W h e w e ll, W illia m 1 8 7
p r e s o c r á t ic o s 1 7 , .18
U r b a n o V I, p a p a
t ie m p o 7
y e l s is t e m a d e P t o lo m e o 6 4
v á n d a lo s 5 2 , 5 5
y l o s p r e s o c r á t ic o s 1 3
V a u x - le - V ic o m t e
philosophicus
94, 20 3,
W it t g e n s t e in , P a u l 2 0 2 ,
www.fullengineeringbook.net 64-65
S o ló n 2 7
S p e k e , Jo h n 17 4
T illic h , P a u l 2 0 9
Vedas
15 1
S p in o z a , B e n e d ic t 8 3 , 8 7 , 8 8 ,
T i m ó n d e F ilio 4 2
V e n u s
d e Milo 2 8
T ito , m a r is c a l 1 7 1
v erd ad
f u n d a m e n t a l e s d e la ética
13 8
9 0 -9 5 ,
Parerga y
P a r a l i p o m e n a
13 8
p r e c e d e n t e s e n s a n A g u s t ín 50
Ética
, 97, 15 7
90, 9 5
90, 9 2, 9 4 -9 5,
9 5
T r a c t a t u s theologico-politicus
9 2, 94, 20 3
S o b r e la v o l u n t a d e n naturaleza
la
13 8
to t a lit a r is m o 3 0 , 1 2 9 ,
C o m p a ñ í a U n a
s e fa r d íe s 9 0 22,
y
musical 9 4
escuela p a r a chicas
1 0 5
46,
47
P y r r h o n i a r u m
4 3
s e x u a l i d a d , c a íd a d e l e s t a d o d e g r a c ia 5 2 S h a ft e s b u r y , c o n d e d e 1 0 2 , 10 3
u n
m e r c a d o
7 3 , 74 , 15 9 , 1 6 1 , 17 8
S h aw , G e o rg e B ern ard 12 2 , 14 5 , 16 9 , 1 7 7 - 1 7 8 , 19 6 1 5 0
s ig lo s d e la o s c u r id a d 3 4 , 5 2 ,
M argaret 2 0 3, 20 6
u n d
león
D r a n g
a n á lis is d e l le n g u a je 2 0 5 - 2 0 6 t e o r ía d e la p in t u r a d e l 2 0 4
T o m á s d e A q u i n o
s u b je t iv i d a d 2 1 8
T r in it y C o l l e g e d e D u b lín
15 0
17 1,
15 3
.
3 7
1 1 0
Y u g o s l a v ia 1 7 1
v io l e n c ia 1 2 3 , 1 4 3 - 1 4 4
z
v ir t u d 2 3 , 2 6
v is ig o d o s 5 5
Z a ra tu stra 6 7
V o lt a ir e 4 4 , 1 2 1 , 1 2 2 - 1 2 3 ,
C á n d i d o
96, 98,
u u n id a d e s d e e s p a c io , t ie m p o y a c c ió n 3 9
Y e a t s , W illia m B u t le r 1 7 8 . / U Y o g a , e sc u e la d e l 15 0
V ie t n a m 1 5 3 , 1 7 1
Zeitgeist 122,
1 7 6
15 9 -16 1
Z e n ó n d e C it io 4 6 ,
4 6
Z e n ó n d e E le a 1 7 , 1 9 9 8
in f lu e n c ia s o b r e 7 6 , 1 0 8 , 10 9 lib e r a lis m o 1 2 2 - 1 2 3
u n id a d d e lo s o p u e s t o s 1 4
é p o c a d e lo s 1 5 0
110-111 199,
12 4 , 12 5 , 227
2 17
152,
S w ift, J o n a t h a n
110,
19 0 Túbal
W rig h t, h e r m a n o s 1 8 8
Y a le , u n iv e r s id a d d e 1 1 0 ,
e n S c h e llin g 1 5 6
V iv ia n i, V ic e n z o 6 7 , 170,
E l filósofo
Y
17 4 -17 5
V is h n u 1 5 0
T u rg e n e v , Iv a n 14 4 , 14 5
sutras
110
1 9 9
T ro tsk y , L e ó n 17 0 ,
“ 5.
lector 1 1 5
200, 20 3, 205
S u i, d in a s t ía 5 5 47,
W rig h t o f D e r b y .
p r a g m a t is m o 1 8 9
V ie n a , C ír c u lo d e 1 9 9 ,
1 3 5
su eñ os 87
s u ic id io 4 7 ,
5 9
118
( r o m a n t ic is m o a le m á n ) 1 3 7
su p erh o m b re 17 4 , 17 7
s ig n ific a d o
14 3
68.
7 9 , 79, 10 5 , 10 7
e n N ie t z s c h e 1 7 2 - 1 7 3 ,
El triunfo d e
T r in it y C o l l e g e d e C a m b r id g e
Caballo
e n m a t e m á t ic a s 1 9 5
v id a
conocimiento h u m a n o
S t r in d b e r g , A u g u s t 1 7 7
S t u r m
168
t r a g e d ia g r ie g a 2 9 , 3 9
santo
W o r d s w o r t h , W illia m 6 9
W re n , s ir C h r is t o p h e r
y l e y e s c ie n t ífic a s 2 2 2
2 2 3
T r a t a d o s o b r e los p r i n c i p i o s d e l
S t ra u s s , R ic h a r d 1 7 8
S tu b b s, G e o r g e ,
14 5
t r a s c e n d e n t a l, m u n d o 1 3 5 ,
S t o n b o r o u g h - W it tg e n s te in ,
Su n Y a t-se n
5 4 -5 6
Vista d e
8 0
atacado p o r u n
S h a k e s p e a r e , W illia m 1 4 , 2 3 ,
t r a b a jo in fa n t il
T r a in i, F r a n c e s c o ,
S t e e n w y c k , H e n d r ik ,
S e x t o E m p ír ic o 4 3
2 0 3 -2 0 5 ,
chicos
W o o lf, V ir g in ia 2 0 0
p r o p o s ic io n e s l ó g ic a s 1 9 4
t o m is m o 5 9
S te en , Ja n
y la r e e n c a r n a c ió n 1 5 0 1 4 0
144,
2 0 J
2 0 2
W o ls e y , T h o m a s 1 0 7
70
L e ib n iz y la 9 7
L o ck e 10 8 T o ls t o i, L e ó n 1 4 4 ,
S ta lin , J o s e p h 7 2 - 7 3 , 1 7 0 , 1 7 1
W itt g e n s t e in y 2 0 2 , 2 0 3
S ch o p e n h a u e r, Jo h a n n a
t o le r a n c ia , f ilo s o fía p o lít ic a d e
18 5
W e stm in ste r, e s c u e l a 1 0 2 , 1 0 5
S p in o z a 9 2 - 9 3
1 0 3
The
1 8 3
78 -79
ló g ic a 1 9 4
S h iv a
178,
W e b b , S id n e y 2 2 1
8 7
Los dos problemas
39,
172,
W att, J a m e s 1 1 2
m a r x is m o 1 6 6
s o fis t a s 1 8
Sén eca
17 2 ,
C o p é r n ic o 6 4 -6 6
p r incipio d e la r a z ó n
libertad d e la v o l u n t a d
e x is t e n c ia d e D io s 5 7
t e le s c o p i o 6 5 , 6 6
t e o r ía d e l s ig n if ic a d o d e la
s o c r á t ic o , m é t o d o
1 3 9
W a g n e r, R ic h a r d 1 4 0 , 1 4 4 , 1 ^
m a r x is m o 1 6 4 , 1 6 9 , 1 7 0
96-97,
13 8 ,
m a t e m á t ic a 1 5 - 1 6 c o m o p r u e b a d e la
1 8 5
1 8 5
w
c o m o c o n s t r u c c ió n
3 9
t e m o r, e p ic u r e is m o 4 4
c u á d r u p l e raíz del
suficiente
a 68-69
T e o d o r ic o 5 5
S o fía C a r lo t a , r e in a d e P r u s ia
o r ie n t a l 1 4 2 - 1 4 3 , 1 5 1
63,
b r it á n ic o 1 8 2
27
in t e r é s e n O r ie n t e p o r 1 5 2
a s t r o la b io s
30
v o t o p a r a la s m u je r e s , d e r
1 40-141
c o n c e p c ió n d e P t o lo m e o 6 4
ju ic io y m u e r t e 2 2 ,
in flu e n c ia d e 1 4 4 , 1 4 5 , 1 7 2
13 8
112,
s o c ia lis m o
40, 17 3
14 9 , 1 8 3
13,
T a y lo r , H a rrie t 1 8 5 ,
s o c ie d a d
S c h o e n b e r g , A r n o ld 1 7 8 , 2 2 1 ,
L a
T a o r m in a
P op p er y el 2 2 1
S c h lic k , M o ritz 1 9 9 , 2 0 5
L a
6 3
S m ith , A d a m 1 1 2 ,
15 8
u n iv e r s o
5 9 ,/ 10 5
T a n g , d in a s t ía 5 4 , 5 5
s is t e m a s o la r
f ilo s o fía d e la n a t u r a le z a 1 5 6 ,
S c h ille r , J o h a n n
T a le s 1 3 ,
116
S c h e llin g , F r ie d r ic h v o n 9 3 ,
u n iv e r s a l e s 5 6 -5 8 , 6 l
tabula rasa
s in t é t ic o s , e n u n c ia d o s 9 7 - 9 8 ,
2 1 6
S c a rla tti, A l e s s a n d r o 8 5
156,
T
s ín t e s is , l e y d e c a m b io 1 5 9 ,
2 16
« v o lu n ta d a l p o d e r» 1 7 4 , 1 7 7 ,
221 « v o lu n ta d g e n e ra l» 1 2 7 , 1 2 8 , 12 9 v o lu n t a d , S c h o p e n h a u e r 1 4 1
Z o l a , É m ile 1 4 4 , 1 4 5 Z o ro astro
1 7 6
I n f o r m a c i ó n s o b r e l as i l u s t r a c i o n e s s = superior i = inferior c = centro d = derecha iz = izquierda pág. 1: grupo de estrellas; pág. 2: Rafael, La escuela de Atenas, siglo xvi, detalle, fresco, It.; pág. 3: detalle, véase pág. 59; pág. 4 s véase pág. 20 s iz; 4 c véase pág. 20; 4 i: véanse págs. 68-69; pág. 5 s iz: detalle véase pág. 84 S; 5 sd: véase pág. 185 s iz; 5 iz c: véase pág. 102 d.; 5 c: véase pág. 123 s.; 5 c d: véase pág. 216 i d; 5 i: véase pág. 135; pág. 6: Rembrandt, Los dos filósofos, 1628, detalle, Hol.; pág. 7: Auguste Rodin, Elpensador, 1880, bronce, Fr.; pág. 8: William Blake, The ancient óf days, 1794, detalle, GB; pág. 9: Salvador Dalí, Homenaje a Newton, 1969, bronce, Esp.; págs. 10 11: galaxia M51/Afrodita, siglo n a. C., bronce, Gr.; págs. 12-13: escena de Caleñas, sacerdote griego, principios del siglo iv a. C., marco de bronce de ■un espejo/Tales de Mileto, 1820, grab., Al./ recolección de la aceituna, hacia siglo v a. C., ánfora, Gr./Anaximandro, hacia siglo II, mosaico; págs. 14-15: detalle, véase pág. 2/Exekias, Viaje por mar de Dioniso, hacia 540 a. C, cuenco con figuras en negro, Gr./Pitágoras, tetradracma de mármol y plata de Atenas, hacia 445 a. C., moneda, Gr.; págs. 16-17: Biagio d’Antonio da Firenze, Alegoría de las artes liberales, finales siglo xv, It ./fragmentos de la Física de Aristóteles, siglo xiv, Ms./templo de Zeus en Olimpia, Atenas; págs. 18-19: Giovanni da Ponte, Las siete artes liberales, principios del siglo xv, cuadro, It./carrera de atletas, hacia siglo v a. C, ánfora con figuras en negro, Gr.; págs. 20-21: Sócrates, de Lisipo/La escuela de Atenas, véase pág. 2/ónfalos, Gr./templo en el santuario de Atenea Pronaia, Delfos/ André Castaigne, Sócrates caminando por las calles de Atenas, de The Century, 1897, grab., Fr./GB/Sócrates, siglo i d. C., fresco, Éfeso, Turquía; págs. 22-23: escena de la comedia de Aristófanes Las nubes, siglo xix, grab. Al./Sócrates, Aristóteles, Platón y Séneca, siglo xiv, Ms. It./Aristófanes, siglo xv, detalle/Jacques-Louis David, La muerte de Sócrates, 1787, Fr.; págs. 24-25: Platón, mármol/escuela de Platón, hacia siglo I a. C, mosaico, Roma; págs. 26-27: mural, villa de Livia, finales del siglo i d. C., fresco, Roma/U. Feuerbach, escena de El banquete en Grecia y Roma, siglo xix, grab. Al./John el copista, Clarke Platón, año 895, detalle/Platón, Pitágoras y Solón, siglo xvi, fresco, Rumania; págs. 28-29: atleta frotando su cuerpo, siglo v a . C., ánfora, Gr./Milo, Venus, hacia siglo i a. C., mármol, Gr./danza de las ménades ante Dioniso, hacia 395 a. C., detalle, vaso, Gr./Platón, Hipócrates y Dioscuro, Ms., It.; págs. 30-31: Fra Angélico, La Virgen y el niño con los santos, principios del siglo xv, tríptico, detalle, It./tumba de Plotino, siglo ni a. C., It./detalle, véase pág. 25; págs. 32-33: Aristóteles, siglo iv a. C., copia en alabastro del bronce original, It./Aristótéles y Alejandro, siglo xiv, cubierta, detalle, marfil/detalle, véase pág. 2; págs. 34-35: Domenico di Michelino, Dante leyendo, de La divina comedia, 1465, pintura, detalle, It./ G. B. della Porta, Aristóteles, de El libro de la fisonomía, 1616, grab. It./filósofo, posiblemente Aristóteles y sus discípulos, siglo rv d. C., fresco, It.; págs. 36-37: Retórica de Aristóteles, Ms./Miguel Ángel, El esclavo liberándose, 1528, li./La lógica de
grab./Mosaico de Alejandro, Casa del Fauno, Pompeya, hacia 320 a. C., detalle, mosaico copia de la pintura griega original, hacia siglo rv a. C., It./Alejandro dirigiendo la construcción de un muro de fuego contra Gog y Magog, hacia 1600, Ms., India /Sexti Empiríci de Pirrón, siglo xvn, primera página, GB; págs. 44-45: Epicuro, busto/Baco y ménades, fresco, It./símbolos epicúreos, Pompeya, hacia siglo i a. C., mosaico, It./Lucrecio, De rerum natura, Ms.; págs. 46-47: Zenón de Citio, busto/Mino da Fiesole, Marco Aurelio, finales del siglo xv, relieve de mármol, It./Joos van Gent, Séneca, hacia 1475, pintura, Hol ./Leonardo Alenza y Nieto, El suicidio romántico, principios del siglo xix, Esp.; págs. 48 49: imagen de Cristo, Santa Sofía, Estambul, siglo xii, mosaico, Turquía/el arcángel Miguel, de Pala d’Oro, San Marcos, Venecia, hacia 980, detalle, esmalte y objetos preciosos, It.; págs. 50-51: san Agustín, de La ciudad de Dios, principios siglo xv, Ms., detalle/bautismo de Cristo, baptisterio de Arians, Rávena, siglo v, mosaico, It.; págs. 52-53: Adán y F.va, de Speculum humanae salvationis, hacia 1360, Ms., Al./herejes condenados a la hoguera por la Inquisición española, 1849, grab., Al./infierno, de La ciudad de Dios de san Agustín, siglo xv, Ms. Fr.; págs. 54-55: patio de los Leones, Alhambra, Granada, 1238-1358, Esp ./Boecio asiste a una lección de filosofía, de El consuelo de la filosofía, siglo xv, Ms./Angelo Falcone, Combate entre romanos y bárbaros, siglo xvn, It.; págs. 56-57: crucifijo, siglo v i i i , bronce, Ir./ Pernottin, Eloísa recibe el velo de Abelardo, siglo xvm, impreso, Fr./La creación, siglo xii, detalle, tapiz, Esp.; págs. 58-59: La Santísima Trinidad, 1470, vidrio y hierro, Al./interior, La Sainte Chapelle, París, siglo xiii, Fr./El regreso de Excálibur, de La muerte de Arturo, hacia 1316, Ms., Fr./Francesco Traini, El triunfo de santo Tomás de Aquino, santa Catalina, Pisa, siglo xiv, pintura, It.; págs. 60-61: El microcosmos, Ms./ tapiz, véase pág. 57/Juan Escoto Erigena, grab ./La dama y el unicornio, hacia 1500, detalle, tapiz, Fr.; págs. 62-63: Camille Flammarion, El cielo, de L 'atmosphére méléorologique populaire, 1888 en el estilo de hacia 1520, madera, Fr. principios del siglo xix, GB; págs. 64 65: Andrea Pisano, Ptolomeo, hacia 1335, relieve, It./Andreas Cellarius, Sistema copernicano del universo, de Harmonía microcósmica, 1708, impreso, Hol./Nicolás Copérnico, 1967, moneda, Polonia; págs. 66-67: relación entre la velocidad de rotación planetaria y la música armónica, de Harmonices mundi de Johannes Kepler, 1619, Ms., detalle/Tycho Brahe ■en su observatorio, de Astronomiae instauratae mechanica de Brahe, 1602, grab./explicación de los planetas, de Harmonices mundi de Kepler, 1619, grab./Juicio contra Galileo, 1632/Vicenzo Viviani, diseño de un péndulo realizado por Galileo, principios del siglo xvn, dibujo; págs. 68-69: Royal Observa tory de Greenwich, de Elplanetario y los mundos estelares, 1859, grab. GB/Camille Flammarion, Newton descubre la ley de la-gravedad, de Astronomía popular, 1881, grab., Fr./John Rowley, 1712, GB/Principia mathematica de Isaac Newton, siglo xvn, portada, GB; págs. 70-71: Castillo'y jardín, Vaux-le-Vicomte, norte de París, siglo xvn, Fr./biblioteca, siglo xvm, impreso, Fr./ detalle, véase pág. 68 iz; págs. 72-73: Lorenzo Bartolini, Maquiavelo, principios del siglo xix, escultura, It./Santi di Tito, Nicolás Maquiavelo, finales del siglo xvi, detalle, It./Elpríncipe de Nicolás Maquiavelo, 1580, portada, Basilea/Giuseppe Lorenzo Gatteri,
detalle, GB; págs. 76-77: escudo de la familia de Bacon/existencia de válvulas en las venas, de De motu cordis et sanguinis de William Harvey, 1628, grab. GB/Egbert van Heemskerk, La
elección del consejo de la ciudad, Oxford, 1637; págs. 78-79: sir Godfrey Kneller, Thomas Hobbes, mediados del siglo xvn, GB/William Dobson, Carlos 11 como príncipe de Gales con un paje, mediados del siglo xvn, detalle, GB/sir Christopher Wren, St Peter’s in the Wardrobe, Londres, finales del siglo xvii, GB; págs. 80-81: Hendrik Steenwyck, Vista de un mercado, finales del siglo xvi, Bélgica/Abraham Bosse (atr.), Leviatán de Hobbes, 1651, grab., portada, GB/ejecución de los regicidas, 1660, detalle, madera, GB/Abraham Cooper, La batalla de Marston Moor, 1819, GB; págs. 82-83: Sebastien Leclerc, Estudio de un astrónomo, 1714, impreso, Fr./calculadora de Blaise Pascal, 1642; págs. 84-85: de Frans Hals, René Descartes, siglo xvm, detalle/F. de Gaigniéres, Colegio délos jesuítas de La Fleche, 1655, detalle, aguafuerte, Fr./Pierre-Louis Dumesnil el Joven, Cristina de Suecia y su corte, siglo xvm, detalle, Fr./ilustración de Sobre el hombre de Descartes, 1677, impreso, Amsterdam; págs. 86-87: Claude Monet, de iz a d La catedral de Rouen: pórtico, mañana, 1892; Pórtico y la torre Alban, mediodía, 1893-1894; Efectos del sol, noche, 1893, Fr./ilustraciones de Sobre el hombre de Descartes, 1662, impreso, Fr./el universo de Descartes, de El mundo, 1668, impreso, Amsterdam; págs. 88-89: cráneo de Descartes (atr.)/C. P. Marillier, Escenas de la vida de Descartes, siglo xvm, grab., Fr./Meditaciones metafísicas de Descartes, 1641, portada, Fr.; págs. 90 91: Benedict Spinoza, siglo xvii, detalle/Rembrandt, Judíos en la sinagoga, 1648, aguafuerte, Hol./instrumentos de Robert Hook, de su Micrographia, 1665, grab., GB/Universidad de Heidelberg, 1900, grab. a partir de una fotografía, Al.; págs. 92-93: estatua de Moisés Maimónides en Córdoba, bronce, Esp./Caspar David Friedrich, Ruin in Riesengebirge, 1815-1820, Al.; págs. 94 95: Jan Havicksz Steen, Compañía musical, mediados del siglo xvii, Hol./Jean-Charles-Franfois de la Hay, Baruch Spinoza, 1762, lápiz, Fr./Ética de Spinoza, 1876, portada, EF.UU./George Eliot, mediados del siglo xix, GB; págs. 96-97: Gottlieb Wilhelm Leibniz, de Historia de la filosofía de Leibniz de Cari Gunther Ludovici, 1737, detalle, grab. Al./Theobald Freiherr von Oer, Leibniz en Berlín, 1855, grab. Al./ilustraciones de Mathematische Schriften de Leibniz, vol. I, de C. I. Gerhardt, 1849, grab. Al.; págs. 98-99: Charles Jervas, Carolina de Ansbach, 1727, GB/G. Adcock, Dr. Pangloss, interpretado por Harley en una versión de Cándido. hacia 1800, grab., GB/casa de Leibniz, Hannover, Al./calculadora de Leibniz, de Historia de la filosofía de Leibniz de Cari Gunther Ludovici, 1737, grab., Al.; págs. 100-101: Sebastian Stoskopff, Los cinco sentidos (verano), principios del siglo xvn, detalle, Fr./viola d’amore, 1774; págs. 102-103: Ensayo sobre el entendimiento humano de John Locke, 1748, portada, GB/ de un cuadro de sir Godfrey Kneller (atr.), Guillermo III de Inglaterra, finales del siglo xvn, GB/sir James Thornhill, Guillermo y María en la gloria, mural, Painted Hall, Royal Naval College, Greenwich, hacia 1710, detalle, fresco, GB; págs. 104-105: Bartolomé Murillo, La Sagrada Familia, siglo xvii, Esp./Jan Steen, Una escuela de chicos y chicas, hacia 1670, Hol.; págs. 106-107: ca.rta manuscrita de Locke con una ilustración de la casa en que nació, 1699, GB/David Ryckaert III, El taller del artista, 1638, Hol.; págs. 108-109: Thomas Rowlandson, El mercado de Smithfield a vista de pájaro, 1811, acuarela, GB/detalle, véase pág. 105; págs. 110 111: Bell Tower, Trinity College, Dublín/John Smibert (atr.), George Berkeley, principios del siglo xvm,
escuela angloestadounidense/Charles Jervas, Retrato de Swift, principios del siglo xvm, detalle, GB/Doolittle, Vista de Yale en New Haven, hacia 1910, aguafuerte, EE.UU/escuela italiana, El oficio de tintorero, 1522, Ix../Tratado
sobre losprincipios del conocimiento humano de Berkeley, 1710, portada, Ir.; págs. 112-113: Tratado sobre la naturaleza humana de Hume, 1739 pg., portada, GB/Allan Ramsay, David Hume, 1766, Escocia/James Tassie, Adarn Smith, 1787, detalle, medallón de pasta, Escocia, Jean Raoux, Mujer con espejo, hacia 1720,Fr.; págs. 114 115: James Gillray, Partida de billar, siglo xvm, impreso, GB/Joseph Wright of Derby, Lectura de un filósofo, hacia 1766, GB; págs. 116-117: George Willison, James Boswell, 1765, Escocia/Jean-Honoré Fragonard, La cerradura, hacia 1777, Fr.; págs. 118 119: C. J. Staniland, Edmund Burke
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Edmund Burke, finales del siglo xvm, detalle, GB/Mansion House, Londres, 1739, impreso, Fr./Thomas Gainsborough, El señor y la señora Andrews, hacia 1749, GB/Ensayo
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Royal Naval College, Greenwich: 103. Royal Society: 74 i. Scala: Accademia, Florencia 36 d; Biblioteca Laurenziana 29 i; Museo del Capitolio, Roma 44 s; Museo de Delfos 21 iiz; Metropolitan Museum of Art, Nueva York, 26 s; Museo Gregoriano Profano, Vaticano 30 i; Museo Nacional de Arqueología, Nápoles 45 s; Vaticano 33Scala/Archivio Camera photo,Venecia: 3 (y 59). Science Photo Library: Chris Butler 10-11; Dr. Jeremy Burgess 87 iz.; 140-141. Science and Society Picture Library: Royal Institution 5 siz; (y 84 s). Sonia Halliday Photographs: 21 id; 48 49; 51; 58 sd/Darmstadt Museum 58 siz; Spectrum Colour Library: 39 s; 173 s; Dallas y John Heaton 17 i, 21 id. Stanley Gibbons Ltd.: 139 s. Still Pictures: Catherine Platt 150 d. Sygma: 193 d; Jacques Pavlovsky 219 s; , Guichard 219 iz/Keystone/Plllustration 224 iiz. Telegraph Colour Library: Japack Photo Library 199 d; Peter Sherrard 226-227. Tony Stone Images: Jonathan Kirn 201; Jeremy Walker 220 221; Jan Frederick 215 i. Visual Arts Library: Artephot 4 c (y 50); 77;
Oronoz/Artephoto 92 iz/British Library 58 i; Derby Art Gallery 115; Louvre,. París/A. Lorenzini 4 s (y 20 siz;); Musée Carnavalet, París 82-83; Artephoto/Nimatallah 120-121; National Museum, Irlanda, Dublín 56 s; Colección privada 7, Tate Gallery 143; Vaticano 2 (y 20-21). P o rtad a: The Bridgeman Art Library Scottish National Portrait Gallery siz; Mary Evans Picture Library se; Hulton Deutsch sd; Scala i. Solapa delantera: Visual Arts Library, Louvre, París/A. Lorenzini. Lomo: Giraudon. C o n trap ortada: siz. a der.: AKG, Londres iz; AKG, Londres Staatl. Antikenslg. und Glypothek, Munich 2; Science and Society Picture Library Royal Institution 3; Image Select/Ann Ronan 4; E. T. Archive Musée Carnavalet, París 5; i de iz. a der.: The Bridgeman Art Library Colección privada 1; Camera Press 2; Scala 3; AKG, Londres 4. Solapa trasera: Pictorialist s; Visual Arts Library Colección privada i.
C réditos AdvertisingArchives: Esso 200 s. Agence France Presse: 218 s. Agence Nina Beskow: Giséle Freund 5 cd. y 216 id. AKG, Londres: 5 c. (y 123 s.)¡ 13 siz; 22 siz; 23; 28 iz.; 52 i; 62-63; 66 sd; 74 s; 89 d; 91 i; 95 iz; 96-97; 118 iiz; 132 d; 136 iiz; 138 s; 139 i; 140 siz; 154 sd; 155; 158 s; 158 i; 160; 162 d; 163 sd; 164 d. (y 171); 165 iz; 169 i; 169 iiz; 170 iiz; 172 iz; 172 d; 174 iz; 174 d; 176 iiz.; 177 iz; 185 iiz; 200 i; 202 d. Moritz Naehr; 203 d; Fritz Eschen 209 i; 211 s; Erich Salomon 221 s; 221 id; 223 s./Badisches Landesmuseum, Karlsruhe 29 s; Bibliothéque de Sainte Geneviéve 53; Birmingham City Museum and Art Gallery 133; Biblioteca del Estado de Hesse, Darmstadt 52 s; Kunstmuseum, Dusseldorf 130-131; Louvre, París 116-117; Maerkisches Museum, Berlín 136 siz; Musée de l’Armée. París 175; Musée Marmottan, París 86 siz; Museo Capitular de la Catedral, Girona 57 (y 60 d.); Museo Romántico, Madrid 47; Museum der Stadt, Greifswald 92-93; Museum für Deutsche Geschichte, Berlín 164 iz; Museo de Arte Ruso, Kiev 159; Nasjonalgalleriet, Oslo/© The Munch Museum/The Munch-Ellingsen Group/DACS 1998 213; National Gallery, Londres 119 iz; Museo Nacional de Arqueología, Nápoles 42 i (y 44 i); Nationalgalerie, Berlín 5 i (y 135); Palazzo Vecchio, Florencia 73 s; Staatl. Antikenslg. y Glyptothek, Munich 14-15; Staatl. Kunstlg. Neuegalerie, Kassel 138 i; Staatliche Galerie, Dessau 163 i. AKG, Londres/Archivio Camera photo, Venecia: 49 i.AKG, Londres/Erich Lessing: Bibliothéque Nationale 121 d; Cháteau Ferney-Voltaire 122 i; Gallerie im Belvedere, Viena 176 d. (y 179); Historisches Museum der Stadt, Viena 142 d. (y 145); Louvre, París 24; Musée des Beaux-Arts, Dijon 106-107; Musée d’Orsay, París 86 se, 86 sd AKG, Londres/Orsi Battaglini: Duomo, Florencia 64 iz Ancient Art and Architecture Collection: 32 i; 43 i; 150 iz/Catedral de Le Puy 37. Ann and Bury Peerless: 151 i BBC Photo Archive: 203 iz. Bildarchiv Preussicher Kulturbesit-zr210 s Bodleian Library: Ms. E. D. Clarke 39 f.l05v 27 s The Bridgeman Art Library: 147 iz/Accademia, Florencia 72, 127 iz; Biblioteca Nacional de Austria, Viena, ms. códice 12600 60 iz; Bargello, Florencia 46 sd; British Library 8; Burghley House, Lines. 78 s; Catacumba della via Latina, Roma 35 i; Cháteau de Versailles, París 85 iz;
Christie’s Images 146, 148; Duomo, Florencia 34; Fitzwilliam Museum, Universidad de Cambridge 157 iiz; Galerie Daniel Malingue, París/ © Salvador Dalí, Fundación GalaSalvador Dalí/DACS 1998 9; Guildhall Art Gallery, Corporation of London 98 s, 108; Harold .Samuel Collection, Corporation of London 94; Harris Museum and Art Gallery, Lañes, 81 i; Biblioteca del Congreso, Washington D.C. 180-181; Louvre, París 22 iiz; Musée Carnavalet, París 123 i; Musée Cluny, París 6 l i; Musée Condé, Chantilly 16 (y 22 sd); Musée des Beaux-Arts,"Estrasburgo 100-101; Musée des Beaux-Arts, Tournai 211 i; Musée Lambinet, Versalles 126; Museo Civico Rivoltello, Trieste 73 i; Museo Correr, Venecia 111 sd; Museo Diocesano, Cortona 30 sup.; National Gallery de Escocia 105 (y 109), 218 i; National Gallery de Victoria, Melbourne 6; Oriental Museum, Universidad de Durham 149; Philip Gale Fine Art, Chepstow 166-167: Philip Mould, Historical Portraits Ltd., Londres 110 iiz; El Prado, Madrid 104; Colecciones privadas 67 iz, 75 iz, 80 s 114, 132 iz, 137; Royal Albert Memorial Museum, Exeter 118 sd; Scottish National Portrait Gallery 78 i, 112 sd, 112 iiz, 116 iz; Stapleton Collection 124 iiz; Museo Estatal Ruso, San Petersburgo 144 s; Museos y Galerías del Vaticano, Roma 12 s; Wallace Collection, Londres 54 i, 113. The Bridgeman Art Library/Giraudon: Louvre, París 46 i. British Library: Ms. Roy. 20 B.xx f.77v 40-41; ms. Add. 11912 f.2 45 i; Ms. Add. 10294 f.94 58 i; 142 iz; 151 d. British Library of Political and Economic Science: National Westminster Bank 185 id. Cambridge University Press: 197 s; 198 i. Camera Press:John Blair 147 sd; Giancarlo Botti 219 c; Tom Blau 221 ic. C.M. Dixon/Photoresources: 176 siz; Corbis: 99 s; 110-111; 127 d; Bert Hardy 153 s; Michael Yamashita 192-193; Adam Woolfitt 199 iz; Dave G. Houser 204; Ira Nowinski 206-207; Kevin R. Morris 212 i; Sarah Jackson 222 s; David Reed 224 s/Hulton/Tropical Press 205. Corbis-Bettmann: 5 ic (y 102 d); 161; 178 iz; 187; 190 s; 190 i; 191 iz. CorbisBettmann/UPI: 191 i.; 196 d; 202 iz; 207 id; 220 iiz. (y 225). Corbis/UPI: 217 i. Jean-Loup Charmet: 17 s; 56 i; 80 i; 152 s; 214 d/Bibliothéque des Arts Décoratifs 40 iz, 70 i; Bibliothéque Nationale 85 d, 86 i. 128 s; British Museum 13 sd; Musée Calvin, Noyon 209 sd. David King Collection: 170 sd
Dorling Kindersley: 4 i (y 68-69); 43 d; Linda Whitwam 54; 69 d; Dave King 83 d, 101 d, 214 iz; 96 iz; 97 d; 99 i; 111 id; 112 siz; 131 d; 157 sd; 162 iz; 182 d; 183 i; 185 sd; 186 iz; 188 id; 191 d; 194 iz; 194 d; 195/British Museum 15 d, 19; Science Museum/Clive Streeter 63 d. E. T. Archive: 35 s/Casa Goldini 39 i; Museo del Capitolio, Roma 15 se; Musée Carnavalet, París 122 d; Museo Nazionale, Roma 32 s; Monasterio de Sucevita, Rumania 27 i; Museo de Wagner, Bayreuth 178. Éditions Gallimárd: 216 iiz. Fine Art Photographic Library: 144 i. Fotomas Index: 102 siz; 119 d. The Garden Picture Library: Erika Craddock 70 s. Giraudon: 90 s; 124 ic¡ 124 id; 128 i/Bibliothéque Nationale 84 i, 106 iz; Musée Carnavalet, París 125 i, 129 i; Musée des Beaux-Arts, Lille, 129 s; Colección privada/© ADAGP, París y DACS, Londres 1998 210 i; Scottish National Portrait Gallery 102 iiz. Hulton Getty: 66 iz; 76 s; 81 s; 134, 152 i; 154 SÍZ; 156 d; 166 ÜZ; 167 i; 168 sd; 169 id; 197 i; 198 s; Bill Brandt 206 iz; G. Douglas 207 sd; John Chillingworth 217 s/Fox 212 s; Keystone 153 i Image Bank: Eric Meóla 222 i; Frans Lemmens 215 s. Image Select/Ann Ronan: 38 s; 38 i; 64-65; 65; 66 id; 67 d; 68 siz; 68 iiz. (y 71); 76 i; 89 iz.; 91 s; 118 siz; 156 iz; 196 iz/E. P. Goldschmidt and Co. Ltd. 87 d. Kobal Collection: 223 i Koninklijke Bibliotheek den Haag: 95 sd. Magnum Photos Ltd.: Guy Le Querrec 219 id. Mary Evans Picture Library: 5 sd; (y 158 siz;); 21 sd; 26 i; 42 s; 61 S; 95 id; 98 i; 125 S; 136 d; 141 id; 154 i; 157 id; 167 sd; 170 siz; 173 i; 182 iz.; 183 s; 184 S; 184 i; 186 d; 188 iz; 188 sd; 189; 209 siz/Sigmund Freud copyrights 177 d. Mary Evans Picture Library/Explorer: 75 d. Marx Memorial Library: 165 s.; 166 siz; 168 iz. Michael Holford: 79/British Museum l i d ; Louvre, París 28 d. Musée de l'Homme: J. Oster 88. Museum het Rembrandthuis, Amsterdam: 90 i. National Gallery of Art, Washington: donación de Cornelius Vanderbilt Whitney/Richard Carafelli 140 i National Gallery, Irlanda: 110 sd. Oronoz: 46 siz;/Biblioteca de El Escorial, Madrid 36 iz; Museo Nacional de Arqueología, Nápoles 25 (y 31); El Prado, Madrid 18, 55; Vaticano 14 s; Villa Albani, Roma 41 i. Rex Features: 224 id/Sipa Press/Anne Selders 219 ic. Rheinisches Landes Museum,Tréveris: Thomas Zühmer 13 i. Robert Harding Picture Library: P. Craven 110 siz; 181 d. Roger-Viollet: 208; Harlingue 216 s.
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A gradecim ientos del au to r U n a o b ra d e e sta s ca ra cte rística s c o m p o rta u n a in g e n te la b o r d e p re p a ra c ió n y d o c u m e n ta c ió n d e la q u e d ifíc ilm e n te e s c o n s c ie n te e l a u to r a l in ic ia r la re d a c c ió n . P o r lo q u e re sp e c ta a l a c a b a d o fin a l d e la o b ra , m i m á s s in c e ro a g ra d e c im ie n to a d o s p e rs o n a s e n c o n c re to : N e il L o c k le y , q u ie n a c tu ó a m o d o d e c o o rd in a d o r g e n e ra l a d e m á s d e c o n trib u ir e n o rm e m e n te e n la m a q u e ta c ió n y re d a c ta r g ra n p a rte d e las le y e n d a s y lo s c u a d ro s e x p lic a tiv o s ; y R o w e n a A ls e y , re s p o n s a b le d e la s ilu stra c io n e s y la m a q u e ta c ió n fin a l d e la o b ra . T a m b ié n h a n c o la b o ra d o L ara M aik le m , Jo a n n a W a rw ick , J o H o u g h to n , C laire L e g e m a h y T in a V a u g h a n , a q u ie n e s a g ra d e z c o su v a lio s a a y u d a . La id e a o r ig in a l d e e sc rib ir u n lib ro d e e sta s ca ra cte rística s p artió d e S e a n M o o re , d e D o rlin g K in d e rsle y . D e ig u a l m o d o , ta m b ié n c o la b o ra ro n e n a lg ú n m o m e n to d e l p ro c e s o d e e d ic ió n d e la o b ra G w e n E d m o n d s , A n n a K ru g e r y L u c i C o llin g s. P o r ú ltim o , fe lic ito a D o rlin g K in d e rsle y p o r fo m e n ta r la le ctu ra d e la filo so fía e n to d a u n a n u e v a g e n e ra c ió n d e le cto res. D o rlin g K in d e rs le y d e s e a e x p r e s a r s u m ás s in c e ro a g ra d e c im ie n to a las s ig u ie n te s p e rs o n a s : M a n d ie T s a n g p o r la ilu stra c ió n d e la p á g in a 1 2 ; H ila ry B ird ; E d d a B o h n s a c k ; E d w a rd B u n tin g ; M ic h e lle F ie d le r; J o H o u g h to n ; Jo a n n e M itch ell; Lau ra S tre v e n s; N ich o la T h o m a ss o n ; F ra n c é s V a rg o y Jo a n n a W a rw ick .