HIPNO IPNOT TERAPIA ERICK IC KSONIANA NIANA NIVEL INTERMEDIO: FENOME NOMENO NOS S HIPNO IPNOT TICO IC OS
Segunda Edición Revis Revisa da y Amplia Amplia da (Versió (Versió n Resumid Resumid a )
Ps. Mario Pacheco León Editor
Instituto Milton H. Erickson de Santiago Santiago, 1998
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Los Fenómeno enómenos s Hipnóticos ipnóticos1
Ps. Ps. Mario Mario Pac hec o
Podemos definir a la hipnosis como un estado de consciencia en el cual ofrecemos comunicaciones de comprensiones e ideas al paciente, y después permitirle usar esas ideas y comprensiones de acuerdo a su propio repertorio singular de aprendizajes corporales y sus a prend pren d iza iza jes fisiológ fisiológ icos. ic os. (Eric (Ericks kson on,, 1980) 1980) Desde otro punto de vista (del terapeuta) la hipnosis puede ser entendida como un proc eso de c omunic omunic ac ión de infl influencia, uencia, en la la cua l el terapeuta terapeuta extr extrae y guía guía las asoc asoc iaciones internas de los clientes para establecer o fortalecer asociaciones terapéuticas en el contexto de una relac relac ión de c olaborac olab orac ión mutua mutua orientad orientada a a metas (Yapk (Yap ko, 1992 1992). ). Cuando las personas entran en trance hipnótico, son capaces de experimentar fenómenos denominados f e n ó m e n o s h ip ip n ó t i c o s, que son los “ingredientes básicos” de las aplicaciones terapéutica terap éutica s de la hipno sis. is. Ad emá s, seg según ún Yapko Ya pko (1990 (1990), ), son son los lo s sop ortes bá sico s de toda experiencia. Para los terapeutas que practican la hipnosis tradicional o la estandarizada, es el hipnotista quien “fa brica ” esos esos fenómeno s. Desde Desde el punto de vista vista d e la hipnosis hipnosis natur na tura a lis lista y de d e utiliz utiliza c ión, el terap terap euta no c oloc a e sos fenómenos en el pac iente, iente, sin sino o q ue los e v o c a . Aunque hay entre quienes practican hipnosis tradicional o estandarizada aquellos que reconocen que estos fenómenos son sucesos de la vida cotidiana, las técnicas usadas para obtenerlos son incongruentes, ya que son rituales y artificiales. Aunque pueden trabajar bien en la obtención de los fenómenos hipnóticos, se apartan del enfoque de utilización en el contenido de relleno que soporta las sugestiones. (Yapko, 1990) Los fenómenos hipnóticos que aparecen en mayor o menor grado en la interacción hipnótica, son experiencias que ocurren rutinariamente en la vida cotidiana. Son una parte de la experiencia necesaria para funcionar normal y saludablemente. Estas experiencias ocurren en la vida vida c otidiana otidiana en forma inespe inesperrad a, al a zar. (Yapko, (Yap ko, 1990 1990)) Al considerarlos como fenómenos naturales e identificar los contextos donde surgen, se facilita la evocación de los mismos al presentar al paciente una situación de la vida cotidiana en la c ual es proba ble que q ue oc urr urra la experienc experienc ia de sea da . El pa c iente iente puede pued e ab sorberse orberse en dicha exper expe riencia ienc ia y mostr mostra a r naturalmente el fenó meno hipnótico hip nótico , sin sin que se lo solicite solicite en fo rma d irec irec ta. Desde el punto de vista terapéutico, la utilidad de la obtención directa o indirecta de los stica s d el pa c iente . Si fenómenos dependerá de las c a rac te rí Si un pa c iente se muestra muestra más má s
“resistente” a la terapia, será más aconsejable usar acercamientos indirectos; sin embargo, si 1 Esta Esta
sec c ión ión ha sido sido par pa rc ialmente ialmente modific modific ada ad a respec espec to a la edición ed ición original. original. 2
Los Fenómeno enómenos s Hipnóticos ipnóticos1
Ps. Ps. Mario Mario Pac hec o
Podemos definir a la hipnosis como un estado de consciencia en el cual ofrecemos comunicaciones de comprensiones e ideas al paciente, y después permitirle usar esas ideas y comprensiones de acuerdo a su propio repertorio singular de aprendizajes corporales y sus a prend pren d iza iza jes fisiológ fisiológ icos. ic os. (Eric (Ericks kson on,, 1980) 1980) Desde otro punto de vista (del terapeuta) la hipnosis puede ser entendida como un proc eso de c omunic omunic ac ión de infl influencia, uencia, en la la cua l el terapeuta terapeuta extr extrae y guía guía las asoc asoc iaciones internas de los clientes para establecer o fortalecer asociaciones terapéuticas en el contexto de una relac relac ión de c olaborac olab orac ión mutua mutua orientad orientada a a metas (Yapk (Yap ko, 1992 1992). ). Cuando las personas entran en trance hipnótico, son capaces de experimentar fenómenos denominados f e n ó m e n o s h ip ip n ó t i c o s, que son los “ingredientes básicos” de las aplicaciones terapéutica terap éutica s de la hipno sis. is. Ad emá s, seg según ún Yapko Ya pko (1990 (1990), ), son son los lo s sop ortes bá sico s de toda experiencia. Para los terapeutas que practican la hipnosis tradicional o la estandarizada, es el hipnotista quien “fa brica ” esos esos fenómeno s. Desde Desde el punto de vista vista d e la hipnosis hipnosis natur na tura a lis lista y de d e utiliz utiliza c ión, el terap terap euta no c oloc a e sos fenómenos en el pac iente, iente, sin sino o q ue los e v o c a . Aunque hay entre quienes practican hipnosis tradicional o estandarizada aquellos que reconocen que estos fenómenos son sucesos de la vida cotidiana, las técnicas usadas para obtenerlos son incongruentes, ya que son rituales y artificiales. Aunque pueden trabajar bien en la obtención de los fenómenos hipnóticos, se apartan del enfoque de utilización en el contenido de relleno que soporta las sugestiones. (Yapko, 1990) Los fenómenos hipnóticos que aparecen en mayor o menor grado en la interacción hipnótica, son experiencias que ocurren rutinariamente en la vida cotidiana. Son una parte de la experiencia necesaria para funcionar normal y saludablemente. Estas experiencias ocurren en la vida vida c otidiana otidiana en forma inespe inesperrad a, al a zar. (Yapko, (Yap ko, 1990 1990)) Al considerarlos como fenómenos naturales e identificar los contextos donde surgen, se facilita la evocación de los mismos al presentar al paciente una situación de la vida cotidiana en la c ual es proba ble que q ue oc urr urra la experienc experienc ia de sea da . El pa c iente iente puede pued e ab sorberse orberse en dicha exper expe riencia ienc ia y mostr mostra a r naturalmente el fenó meno hipnótico hip nótico , sin sin que se lo solicite solicite en fo rma d irec irec ta. Desde el punto de vista terapéutico, la utilidad de la obtención directa o indirecta de los stica s d el pa c iente . Si fenómenos dependerá de las c a rac te rí Si un pa c iente se muestra muestra más má s
“resistente” a la terapia, será más aconsejable usar acercamientos indirectos; sin embargo, si 1 Esta Esta
sec c ión ión ha sido sido par pa rc ialmente ialmente modific modific ada ad a respec espec to a la edición ed ición original. original. 2
aparece como cooperador y poco resistente, los acercamientos directos pueden funcionar muy b ien (Ya pko, pko , 1990 1990;; Robles Rob les 1991). 1991).
Utilidad tilidad de los fenóme fenómenos nos hipnótico hipnóticos s
En hipnoterapia es fundamental distinguir entre inducción y utilización del trance hipnótico. La inducción (o evocación) del trance es la primera parte del proceso terapéutico, pero el hecho de inducir trance no es curativa en si misma. La hipnosis por si sola no genera cambios en el paciente. Es la fase de utilización del trance en donde puede haber una reorganización de las experienc experienc ias de l pa c iente, iente, lo lo c ual puede pued e fac ilit ilitar ar el c ambio amb io terapé terapéuti utic c o. En consecuencia, los fenómenos hipnóticos son de utilidad en la fase de utilización para dicha reorganización, y pueden ser ordenados o vueltos a ordenar de acuerdo a la intervención pa rtic tic ular pa ra ese ese c onsult onsultante. ante. En la tradición ericksoniana del uso clínico de la hipnosis, se habla de “trance sintomático” pa ra refe referrirs irse a l hecho hec ho q ue los problemas prob lemas que pr p resentan las persona persona s pue de n po seer ee r simili imilitude tudes s c on la ex e xper pe riencia de tranc tranc e. A la b ase de esta esta c onc epc ep c ión subyac subyac en los sigui siguientes entes supuest supuestos os:: 1.
Puede ser considerado como un principio en hipnoterapia el hecho que el mecanismo por medio del cual se mantiene un síntoma, puede ser un mecanismo de soluc ión que pue de ser usa usa do en la induc c ión hipnótica hipnótic a . (Zeig, 1987 1987,, 198 1988) 8)
2.
Los síntomas son versiones naturalistas de los fenómenos hipnóticos clásicos. La experiencia fenomenológica de los síntomas es similar a la experiencia de los fenómenos del trance hipnótico. La forma de la experiencia es la misma, pero el c ontexto difiere difiere radic almente. (G illi illiga ga n, 1987) 1987)
3.
Esta perspectiva "permite al terapeuta aceptar los síntomas como expresiones hipnó hipnóti tic c as leg legít ítim imas as que ya están están siendo siendo prac tic tic ad as por el c liente, liente, y trab trab ajar pa ra tra tra nsforma nsformarl rlos os en las soluc soluc iones ione s d el prob p roblema lema." ." (G illiga illiga n, 1988, 1988, p. 327)
4.
El terapeuta puede generar contextos de relación interpersonal e intrapersonal, donde los mismos procesos sintomáticos sean validados, definidos, como expresiones autónomas legítimas del inconsciente, y ser utilizados como la base pa ra la soluc solución ión de proble prob lemas mas y la integrac ión de l si si mis mismo. (G illi illiga ga n, 1987 1987))
5.
Cuando durante la terapia se identifican los fenómenos de trance que son subyacentes a la sintomatología, la terapia toma la forma de una experiencia complementaria. Por ejemplo, si la disociación está presente formando parte del problema, la asociac asocia c ión será será una pa rte pr p rincipal d e la solución. (Yap ko, 199 1990) 0)
Desde la perspectiva de la hipnosis como un proceso de influencia experiencial, los fenómenos hipnótic hipnótic os, os, co mo experienc experienc ias c omplementarias, omplementarias, pued en a yudar a alterar alterar la p auta que
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mantiene el problema del cliente; o suministrar experiencias que ayuden al cliente a recuperar sus propios rec ursos naturales. En el estudio con detenimiento de cada fenómeno hipnótico revisaremos su utilidad clínica y entreg aremos ejemplos clínicos de su utilización.
Descripción somera de los fenómenos hipnóticos
A c ontinua ción describiremos junto a Erickson (C oo pe r y Erickson, 1950/1980; Eric kson, 1944/1980; Erickson y Rossi, 1981) estos fenómenos hipnóticos:
Catalepsia
Es un estado peculiar del tono muscular, paralelo a la flexib ilid a d c é rea del paciente cata tónico estupuroso. El sujeto mantiene su brazo e n el a ire, mantiene cualquier posición da da por el hipnotista y no muestra rea cciones de fatiga . En conc omitanc ia, hay una p érdida del reflejo d e deglución, dilatación pupilar, pérdida de la movilidad facial y pérdida de toda la actividad psicomotora.
Ca m bios sensoriale s
C onsisten en alterac iones del comportamiento sensorial, de carác ter positivo y nega tivo (a luc ina c ione s p ositivas y n e g a t i v a s). También pueden ocurrir en forma espontánea la a n a l g e s i a y la anestesia , y otros tipo s de perturbac iones sensoriales.
A m n e si a y o t ra s a l te r a c i o n e s d e l a m e m o r ia
Constituyen otro tipo de fenómeno hipnótico, generalmente después de un trance “profundo”, los sujetos tienen una amnesia más o menos completa de todos los eventos del trance (aunque su ocurrencia no es obligatoria). Esta amnesia puede ser controlada por el hipnotista, a través de sugestiones, o los sujetos por si mismos deliberadamente pueden recobrar el material amnésico. En ambas instancias las memorias olvidadas pueden recobrarse totalmente o en parte, de a cuerdo a las nec esidad es del sujeto. En contraposición con la amnesia hipnótica, está la capacidad de los sujetos para desarrollar hipermnesia , es decir, un incremento de la habilidad de la memoria y para recobrar rec uerdos de experienc ias pa sad as largamente olvida da s y rea lmente inac cesibles en el estado de vigilia.
Re g r e si ón d e e d a d
Esto significa que basado en algún grado en los mecanismos de la amnesia y la hipermnesia, el sujeto es capaz de desarrollar amnesia para un período definido de la vida y revivir y restablece r los rec uerdos, pa trones y hábitos de un período anterior de la vida. De e ste mod o, a un sujeto de 25 años puede inducírsele el desarrollo de una amnesia profunda para todos los
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suc esos de su vida después de los 15 años y reasumir sus modo s yháb itos rea les y respuestas pe rtenecientes a su nivel de de sarrollo d e 15 años.
Pr o g r e si ó n d e e d a d
Es un fenómeno inverso a la regresión de edad, una orientación al futuro o “proyección del tiempo ”. De este modo se le pe rmite a l pa ciente lograr una visión imparcial, disoc iada , objetiva e incluso subjetiva de lo que él cree en ese momento que ha logrado, sin percatarse que aquellos logros son la expresión de fantasías de sus esperanzas y deseos.
Disociación
Este fenómeno consiste e n q ue la hipnosis pued e pe rmitir dividir las expe riencias del sujeto. Por ejemplo, uno p uede sepa rar los aspec tos intelec tuales de un problema y dejar sólo los aspectos emoc ionales al trata r con e l prob lema (y viceversa).
Respu estas ide od inám ic a s
Este fenómeno consiste en que la representación de ideas en un nivel aparentemente intelectual, realmente evoca procesos psicodinámicos que alteran el estado psicológico del oyente. Se d istinguen estas respuestas en tres niveles: ideo motor, ideo sensorio e ideoa fec tivo.
Distorsión de tiem po
Fue desc ubierto po r C oo pe r en 1948 y, según Rossi, fue el primer fenómeno hipnótico nuevo de scubierto en alreded or de c ien años. Consiste en que el sentido temporal (un fenómeno subjetivo) puede ser alterado deliberadamente a través de sugestiones hipnóticas. Así, un intervalo de 10 segundos de reloj puede parecer como si fueran 10 minutos para el sujeto hipnotizado.
Escritura a uto m átic a
Consiste en que el sujeto puede escribir automáticamente, sin estar consciente del hecho. Permite recobrar material amnésico o descubrir información necesaria inaccesible de otro modo, o que la personalida d no po see la fortaleza para enfrentarla.
Sonambulismo
Es otra forma de conducta hipnótica, siempre significativa del estado de trance “profundo”. En esta condición, los sujetos se comportan y responden como si estuvieran completamente alertas, e incluso pueden engañar a los observadores con su aparente vigilia. Según Erickson, es muy apropiado para las formas de psicoterapia profunda y puede ser inducida po r hipnosis rep etida en al menos el 70% de todos los sujetos.
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Sug estione s posthipn ótic as
Consiste en que al sujeto pueden dársele instrucciones en el trance que dirijan su conducta futura, p ero solamente en un grad o razonable y ac ep table.
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Los Aprendizajes Experienciales
Ma ría E. Viveros y Mario Pac hec o
Erickson y Rossi (1979) afirmaban que las sugestiones indirectas e v o c a n y utilizan los potenciales de respuesta de los pacientes. La sugestión indirecta no impone respuestas, sino que utiliza las e x p e r i e n c i a s de los sujetos. Erickson siempre hacía hincapié que son los aprendizajes de la vida cotidiana, las experienc ias persona les, la b ase de la c onduc ta hipnótic a. Por cierto, gran parte de los comportamientos que exhibimos las personas han sido aprendidos por medio de la experiencia, y ese aprendizaje ha ocurrido al margen de nuestro percatarnos consciente. (Erickson, 1965/ 1980) Estos ap rendizajes en la vida cotidiana p uede n ser evoc ad os por el terape uta háb il a través del uso de un lenguaje que apele a las experiencias del sujeto; un lenguaje descriptivo que “de spierte” las memorias y comprensione s de aque l. Por ejemplo, cuando sugerimos al paciente que se relaje, estamos solicitándole que reviva sus memorias y sus interpretaciones de lo que es la relajación física para él. Y a medida que comienza a revivir esas experiencias, comienza a relajarse en una forma similar a como lo hizo en el pasado. Rossi (1986) diría que las ideas de la relajación y el recuerdo de los contextos donde ha tenido esa experiencia, son claves distintivas internas dependientes del e stado2 pa ra la experiencia de la relajac ión en el aquí y el ahora. Al usar hipnosis y dirigir la atención del sujeto hacia su interior, estamos solicitándole que utilic e tod os los potenciales de sus aprendizajes experienciales. “Esa utilización pue de implicar tod os los tipos de procesos fisiológicos, respuestas psicológicas y todas las funciones neurológicas” (Eric kson, 1965/1980). Erickson decía que si pedimos a un paciente que desarrolle una sordera hipnótica, éste respond erá diciendo que no puede hac erlo, sin embargo su organismo está preparado pa ra dejar de escuchar un sonido continuo; tampoco creerá que tiene la capacidad de aumentar su presión sanguínea, lo c ual oc urre en una forma automática c uando es nec esario. Estos automatismos eran para Erickson parte del potencial de la mente inconsciente, los cuales usamos en psicoterapia. Se hace evidente que el terapeuta que desea trabajar con hipnoterapia debe ser un ob servad or ac ucioso de los proc esos del desarrollo de la persona (desde la infanc ia a la vejez) y de los múltiples aprendizajes cotidianos. Al describir experiencialmente esos aprendizajes estará 2 Ver
más adelante en este volumen el artículo “Aprendizaje dependiente de l estado ”. 7
colocando en marcha los procesos psicológicos, fisiológicos y neurológicos que son la base de la verdadera respuesta hipnótica. Cuando ponemos al descubierto esos recursos experienciales, fortalecemos al paciente y lo p reparamos para enca rar la diversidad de las tareas hipnótica s. En una d e sus raras definiciones que hizo Erickson de su terap ia hipnótica (Rossi, 1990/1994), pode mos comprender la d iferencia d e este enfoque hipnoterapé utico c on la hipnosis trad icional: [...] la persona hipnotizad a c ontinúa siendo la misma persona . Su comportamiento sólo está alterado por la experiencia de trance, pero aun así, el comportamiento alterado deriva de la experiencia vital del pa ciente y no d e la del terapeuta [...] La inducc ión y mantención del estado de trance sirve para proveer un estado psicológico especial en el cual el paciente puede reasociar y reorganizar sus propias complejidades psicológicas internas y utilizar sus propias capacidades, en una forma acorde con su propia vida experiencial. La hipnosis no cambia a las personas, ni altera su vida experiencial pasada. Sirve para permitirles aprender más respecto a si mismas y a expresarse en una forma más ad ec uada . La sugestión directa está basada en la presunción que cualquier cosa que se desarrolle en hipnosis deriva de las sugestiones entregadas. Esto implica que el terapeuta posee el poder milagroso de efec tuar cambios terapéuticos en el paciente, sin considerar el hec ho que la terapia resulta a partir de una resíntesis interna del comportamiento del paciente, logrado por él mismo. Es verdadero que la sugestión directa puede efectuar una alteración en el comportamiento de aquel y resultar en una cura sintomática. Sin embargo, tal “cura” es simplemente una respuesta a la sugestión que no ocasiona la reorganización y la reasociación de ideas, comprensiones y memorias, tan esencial para una cura real. Es esta experienc ia de rea soc iación y reorganizac ión de su propia vida e xperienc ial la q ue acontece en una cura, no la manifestac ión de c ompo rtamiento dispuesto a responder que puede, a lo má s, solamente satisfacer al observador. [...] En otras palabras, la psicoterapia hipnótica es un proceso de ap rendizaje pa ra el paciente, un procedimiento de reeducación. Los resultados efectivos en la psicoterapia hipnótica, o hipnoterapia, solamente derivan de las ac tivida des del pac iente. El terape uta simplemente estimula a l pac iente para la ac tivida d, a menudo d esconociendo c uál puede ser ésta, y después lo guía y ejercita su juicio clínico para determinar el monto d e traba jo que debe hac erse p ara a lcanzar el resultado deseado. C ómo guiar y juzgar constituye el problema del terapeuta, mientras que la tarea del paciente es aprender a través de sus propios esfuerzos para c omprender su vida experiencial en una nueva forma. Esta reeducación debe ser, desde luego, en los términos de las experiencias de vida del paciente, sus comprensiones, memorias, actitudes e ideas; no puede ser en términos de las ideas y opiniones del terapeuta... (Erickson, 1948/1994, p. 13-14)
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Las Mentes Consciente e Inconsciente Según Erickson
Ps. Mario Pac hec o
En sus artículos teóric os y aborda jes terap éutic os, Milton Erickson d istinguía d os mentes que formab an una sola unida d: las mentesc o n s c i e n t e e i n c o n s c i e n t e . Afirmaba que “los pacientes tienen problemas porque su programación consciente está limitando sus capacidades. La solución es ayudarlos a romper las limitaciones de sus actitudes conscientes para liberar su potencial inconsciente para la solución de sus problemas.” (Erickson, Rossi y Rossi, 1976) Por esa razón es que los acercamientos de Erickson para inducir/evocar el trance hipnótico y facilitar la resolución de los problemas, estaban dirigidos a burlar las limitaciones aprendidas y la rigidez de la mente consciente de los pacientes, así como también sus actitudes habituales. Decía, “cuando estoy hablando a una persona en el nivel consciente, espero que me escuche en un nivel inconsciente, así como también conscientemente.” (Erickson y Rossi, 1981, p. 2) Para lo cual usaba métodos indirectos y formas de sugestión indirectas (v.g., dobles vínculos, metáfo ras, c omunica ción a múltiples niveles, etc.) Para Erickson, el inconsciente contiene una riqueza de recursos experienciales que se ad quieren y almac enan automáticamente en el proceso d e vivir. El ca mbio terap éutico se lograría al ayudar a los consultantes a reorganizar y reasociar sus habilidades mentales de modo que esos recursos se hagan disponibles en nuevas formas (Lankton, 1985). En esta conc epc ión de la mente humana, pa rec iera que Erickson estuviese establec iendo una “dicotomía psicológica, como si comprendiera a dos entidades separadas. [Sin embargo] En sus funciones, las mentes consciente e inconsciente son a menudo entidad es separad as.” (Erickson, en Rossi y Ryan, 1985, p. 144) Yap ko (1990) describe al c onsciente y al inconsciente en los siguientes términos: La m e n t e c o n sc i e n t e puede ser definida como aquella parte de la mente que nos permite darnos cuenta de las cosas. Cuando prestamos atención a algo o cuando adv ertimos algo, estamos consciente de aq uello. Posee la ha bilida d pa ra ana lizar, razonar, emitir juic ios respe cto a lo que está b ien y lo que está mal. Decide muy racionalmente lo que es posible y lo que no es posible hacer. C onsec uentemente, las limitac iones de nuestra vida están basada s en la e valuac ión crítica de la experienc ia que ha ce la mente c onsc iente.
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La m e n t e in c o n sc ie n t e es aquella parte de la persona que es un reservorio de todas las experienc ias adq uiridas a través de la vida . Son una evidenc ia d e las funciones inconscientes nuestras experiencias, aprendizajes, costumbres, impulsos, motivaciones y necesidades para nuestra interacción con el mundo y el funcionamiento automático de innumerables conducta s c otidiana s. En contraste con la mente consciente, la mente inconsciente no es rígida ni analítica. Es cap az de la interpretac ión simbólica y tiende a ser globa l. Aun cuando la persona esté conscientemente absorta y focalizada, a través del proceso d e la a tención selec tiva, estará p roc esand o informac ión a un nivel inconsc iente. La mente inconsciente puede procesar la información en un nivel más simbólico y metafórico que la mente consciente. Mientras la mente consciente está ocupada en el análisis racional de las palab ras, al inconsc iente le conc iernen más los signific ad os. En los años recientes se ha identificado al funcionamiento “consciente” e “inconsciente” con el funcionamiento d e los hemisferios cerebrales. ric o izq uierdo o d o m inan te , responsable de la mayoría de las El funcionamiento he m isfé
func iones del habla y d el razonamiento lógico, aná lisis e intelecto, c orrespo ndería a la mente c o n s c i e n t e . El h e m i s f e r i o d e r e c h o , n o d o m i n a n t e , correspondería a la mente i n c o n s c i e n t e .
Contendría a la intuición y la creatividad, operando en un nivel más simbólico que el hemisferio izquierdo; sería responsable de la concepción de mundo y la imagen de si mismo. (Watzlawick, 1980) El proceso de la hipnosis –en este contexto– es caracterizado como el proceso de distraer y ocupar el hemisferio dominante del sujeto, mientras se utilizan los recursos del hemisferio no do minante. (Watzlaw ick, 1980) Así como puede entenderse a la mente dividida en dos entidades que funcionan integradamente, en el trabajo de Erickson es fundamental la integración de los aprendizajes inconscientes con los conscientes. Por ejemplo, no basta con remover una fobia durante una experiencia de trance, sino que además el paciente no deberá presentarla en el estado de alerta normal. “Por consiguiente, al tratar con pacientes, siempre es necesario decidir cuán rápida y cuidadosamente necesitarán integrar lo que aprenden inconscientemente con lo que aprenden en forma consciente.” (Erickson y Rossi, 1981, p. 6)
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Fenómeno Hipnótico: Disociación
Ps. Ma rio Pac heco
Definición de conceptos
La disociación está relacionada con el funcionamiento de las mentes consciente e inconsciente. Se la define como la “habilidad para separar una experiencia global en sus partes componentes, amplificando la consciencia de una parte, mientras disminuye para las otras.” (Ya pko, 1990, p. 285) También pued e definírsela co mo “la habilidad pa ra separar los c omponentes de una experienc ia, y ser ca pa z de respond er en forma selec tiva.” (Yapko, 1988, p. 56) Durante el trance hipnótico, la persona tiene su atención enfocada selectivamente sobre las sugestiones del terapeuta. La mente consciente está ocupada con el proceso de trance y el inconsciente está en una búsqueda activa de significados simbólicos, asociaciones pasadas y respuestas apropiadas. (Erickson, Rossi y Rossi, 1976) El hecho que las mente consciente e inconsciente puedan ser divididas y utilizadas como entidades independientes, es el fundamento de la hipnosis. “La facilitación de la disociación a través del trabajo de trance permite tener un acceso más directo a muchos recursos y cono cimientos de la mente inc onsciente d el cliente.” (Yapko, 1990, p. 136) Otra forma d e c onsiderar a la naturaleza disoc iativa d e la expe riencia d e tranc e es a través de la teoría de la n e o d i s o c i a c i ó n de Hilgard. El individuo en trance hipnótico poseería múltiples consciencias, cad a una operand o en un nivel separado. Uno de esos niveles relativamente o bjetivo posee una comprensión realista de la naturaleza de la experiencia, una parte de la persona que Hilgard denomina el “observador oculto” (Yapko, 1990). Este observador oculto está separado (disociado) de la urgencia de las experiencias de trance sugeridas, y puede mantener un grado de objetividad respecto a la experiencia. Esta característica disociativa del estado de trance le permite al sujeto atender y responder a las sugestiones, mientras que al mismo tiempo puede ob servarse a si mismo expe rimentand o la experiencia.
Su ocurrencia natural
La disoc iación no es un fenómeno que solamente oc urre e n la experienc ia de tranc e, sino que es un fenómeno psicológico natural. De hecho, mientras está leyendo este documento, hay
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innumerables procesos físicos y fisiológicos que continúan completamente por su cuenta (v.g., respiración, deglución, pestañeo, etc.), sin un compromiso consciente. La
disociación
es
una
capacidad
inherente
a
toda
persona,
que
permite
compartimentalizar las experiencias; es decir, dividirlas en componentes más discretos y manejables. Según Yapko (1988, 1992), si no fuera por este mecanismo, las experiencias se juntarían en una forma co ntinuada y confusa, d e modo que el individuo no tendría la c ap ac ida d d e d ejar de hac er, pensar o sentir una experienc ia pa ra luego da r pa so a otra. Yapko (1988, 1992) sugiere evaluar la cap ac idad de disoc iación del p ac iente, cuánto es capaz de separar sus experiencias, o cuánto se queda adherido a ellas. Un indicador pronóstico de rec aída s es la tendenc ia a la ruminac ión en los pa cientes (Yap ko, 1998b), es decir, la tendenc ia a repasar una y otra vez el problema o los eventos. Por lo tanto, la (baja) ca pa cidad de disoc iación sería un blanc o de la terap ia. Por lo tanto, el mecanismo de la disociación tiene en si mismo un valor natural. Posee la cap ac idad por igual de aumentar o disminuir una experiencia, dep endiendo de las maneras en las cuales es ap licad a y los resultado s que genera. Puede ser un mecanismo útil para aumentar o disminuir la cualidad de las experiencias vitales, o puede ser un mecanismo de enfrentamiento desadaptativo con consecuencias destructivas, como se observa en numerosos desórdenes psiquiátricos que emplean disociación, tales como las personalidades múltiples, estados de fuga, amnesia funcional y psicosis. (Yapko, 1990)
Uso estratégico de la disociación
Necesariamente el trabajo de trance involucra disociación, como una c a rac te rí stica b ásic a de la experiencia d e tranc e.
En este contexto, el uso de la disociación como fenómeno hipnótico puede tener diversas aplicaciones: que usted induce una levitación de mano, 1. C o m o r a t if ic a d o r y p ro f u n d i za d o r d e l t ra n c e : Suponga la cual se eleva y queda cataléptica, y luego le da una sorpresa a su paciente respecto a que cuando abra los ojos no podrá mover la mano en ninguna dirección. Esa mano cataléptica (inmóvil y con la sensibilidad alterada) se encontrará disociadas, lo cual tiene un efecto de ratific ar el tranc e hipnótico , a la vez que lo profundiza.
tema sólo 2. D iso c i a c i ón d e l in t e l e c t o y l a s e m o c i o n e s p a r a t ra t a r a n si e d a d e s, fo b i a s y t ra u m a s : Este
se menc iona a quí, pues se trata extensamente en otro luga r3.
3 M.
Pacheco (1997) Estrés p o stra um átic o Instituto Milton H. Erickson de Santiago 12
sica s): 3. Uso d e la disocia c ión pa ra el tratam iento d e fob ias y exp erienc ias traum átic as (no a m né
Las estrategias descritas por Band ler (1988, p. 33-43), “curac ión rápida de fobias” y “curac ión de traumas”, pueden utilizarse tanto en trance hipnótico como en estado “consciente” (vigil). Ambas utilizan el fenómeno de la disociación como el elemento curativo que posibilita la extinción de la ansieda d asoc iada a la experienc ia traumática . Analicemos junto a Dorothy Bowie (1991), en la exposición resumida de un caso clínico, cómo la revisión disoc iada d e un evento pe rmitió resolver un serio problema en un pa c iente: Una de mis primeras experiencias con este fenómeno fue con un hombre que tuvo un accidente automovilístico en el cual falleció su esposa. Su culpa, su angustia, su depresión no había disminuido en 8 meses. Ahora, frente a mí afirmaba que no le quedaba otra cosa que matarse y terminar así con su culpab ilidad, y todo e so a pesar que a su lado e staba otra mujer que a hora le amaba y dos peq ueños hijos que esperaban su retorno a casa. Interrumpiendo su llanto le dije pausadamente: “Sabes, lamento mucho no haber estado presente en esa esquina cuando ocurrió el accidente. Sólo sé que fue terrible. Pero no sé realmente, exac tamente, qué suce dió... Qué te pa rec e que me lleves contigo a ese lugar... ahora mismo... para que pueda comprender mejor y ver contigo, con mis propios ojos todo lo que pa só ese día... Imaginemos esa esquina... Nosotros vamos a pa rarnos aq uí en la vereda, viendo pasar a los autos... algunos de color crema, otros de color azul, otros rojos... algunos que van demasiado rápido... otros más lentos, prudentes... Tú estás muy alerta... y me puedes avisar con una inclinación de tu cabeza cuando veas llegar tu auto, contigo manejándolo... para que podamos ver todo lo que pasó ese día... por última vez... todo lo que sucedió... paso a paso... las posiciones de los autos a tu alrede do r en los momentos que oc urre el choque... Así es... Estemos muy atentos...” Dejo de hablar... hay una larga pausa. Observo atentamente la cara del cliente. Los ojos se mueven rápidamente detrás de los párpados, indicando actividad visual. De pronto me indica con un leve movimiento de la cabeza. Su cara refleja la tragedia del momento y de su boca escapa un grito angustioso. Espero en silenc io. Luego se a clara su cara, a bre los ojos y con una exclamac ión de sorpresa me dice: “Sabe una cosa... o fue mi culpa. La maniobra fatal no fue la mía, fue la del otro... salió repe ntinamente d e su pista, c omo que p erdió el co ntrol. No fue mi culpa ... ¡No ma té a mi esposa!” Entre lág rimas de duelo y risas de alivio p roc esaba esta nueva informac ión que le iba liberando d el peso intolerab le d e la responsabilidad global que había c onservado y de la c ual se acusaba y que amenazaba su capac idad d e emprender cualquier proyecto pa ra rehac er su vida.
estrategias están tratadas en 4. C o m o e s tra t e g i a p a ra e l m a n e j o d e l d o l o r a g u d o y c ró n ic o : Estas otro luga r4.
Accesos indirectos a la disociac ión
C ualquier sugestión que fa c ilite divisiones de expe rienc ias es una sugestión pa ra la disoc iac ión. 4 M.
Pacheco (1988) Ma nejo hipnótic o d el dolor . (Edición ampliada, revisada y actualizada). Instituto Milton H. Erickson de Santiago 13
Diversas terapias utilizan la disociación como elemento terapéutico; ya sea evocándola en forma directa o indirecta. Según Yapko (1990), cualquier sugestión directa de la forma “una parte de usted está experimentando esto, mientras otra parte de usted esta experimentando aquello”, es una sugestión d irec ta d e d isoc iac ión. En el trabajo de integración de partes de la terapia gestáltica (silla vacía, integración de polaridad es), se está usand o e l fenómeno de la disoc iación. La sugestión de d ob le vínc ulo d ob le -disoc ia c ión , descrita por Erickson, Rossi y Rossi (1976) fac ilita indirec tamente el fenómeno de la d isoc iación: Puede despertar como una persona, pero no necesita despertar como un cuerpo. (Pausa) Puede despertar cuando despierte su cuerpo, pero sin un rec onoc imiento de su cuerpo.
En esta sugestión, la primera parte sugiere que la persona esté disociada de su cuerpo cuando despierte; la segunda, la pe rsona y el cuerpo son d isoc iado s del rec onoc imiento d el cuerpo. Yapko (1990, p. 288) describe la téc nica de Erickson denominada “en medio de ninguna pa rte”, que tiene el efecto de dividir a la persona entre la experiencia de estar en algún lugar y ninguno. Esto p od ría ser como sigue: ...y cuando se sienta en aquella forma, puede hacerse más fácil reconocer que usted vaga afuera... y puede vagar afuera... y usted realmente no sabe dónde va, ¿lo sabe?... al medio de ninguna parte... donde no existe el tiempo... en ningún lugar... en medio de ninguna parte... ahí sólo está mi voz... y sus pensamientos... y ninguna parte es un lindo lugar para estar... porque además en ninguna parte uno puede ser tan libre pa ra estar en ninguna pa rte... después de tod o, siempre ha estad o en alguna p arte, a veces... pero no sabe ... ninguna parte es buena... y el medio de ninguna parte es un luga r muy agrada ble, ¿no lo es?...
El uso de metáforas, confusión y otras sugestiones indirectas también pueden facilitar la disociación. El siguiente ejemplo de una metáfora contiene sugestiones indirectas para la disociación: ...y pienso que podría interesarle saber que tuve una experiencia similar a la que usted describió... una experienc ia que me enseñó mucho ac erca de mi mismo y los otros... y ¿no es asombroso cuántas co sas importantes puede aprender uno de esas experiencias que pa rec en tan rutinarias?... como si una parte de nosotros estuviera experimentándolo y otra parte estuviera mirándonos a través de la experiencia... preguntándonos ¿qué sucederá?... y ¿cómo nos sentiremos cuando termine?... y después las cosas estarán tan confusas en un nivel y se aclaran debido a las partes de nosotros que comprenden... en un nivel muy profundo... c ómo pensar c rea tivamente... y hay una pa rte c rea tiva en todos, estoy seguro que usted estará de ac uerdo... y en la experiencia que tuve, yo... (Yapko, 1990,p. 288)
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Yapko co menta que e n el ejemplo anterior, la d isoc iación es sugerida en numerosas oca siones diferentes. Es creada una parte que “experimenta”, otra que “observa”, otra que “preguntará”, otra que puede “sentir”, otra que puede “clarificar”, y además otra que puede ser “creativa”. Cada una de esas partes puede ser aislada, dirigida y utilizada para lograr alguna meta terapéutica.
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Fenómeno Hipnótico: Fenómenos Ideodinámicos
Ps. Mario Pac hec o
La descripción e investigación de los fenómenos o respuestas ideodinámicas comenzó en la antigüedad, estando asociadas a encantamientos mágicos, curaciones magnéticas, “toque de sana c ión”, etc . En la actualidad se reconoce a las respuestas ideomotoras e ideosensorias como la base de los efectos de la imaginación. Una idea puede dar origen a respuestas motoras (conductas) y respuestas sensoriales a las cuales está asociada. La idea de mover una parte del cuerpo da origen, realmente, a una respuesta motora no reconocida, pero mensurable, en esa parte del cuerpo (Erickson y Rossi, 1981). Por ejemplo, la idea de caerse puede activar respuestas del sistema nervioso simpático, experimentadas como ansiedad; la palabra “limón” hace surgir una imagen y respuestas de salivac ión en muc has persona s. En el siglo 19, en el período clásico del mesmerismo, hubo investiga ciones que reconoc ieron q ue la naturaleza esenc ial del tranc e y las sugestiones, podía ser explicada como ac ciones ideomotoras e ideosensorias. Es así como Berheim escribió en 1896 que: ...Si digo al sujeto hipnotizado, “Su mano permanecerá cerrada”, el cerebro actúa la idea tan pronto como es formulada. Es transmitida inmediatamente en un reflejo desde los centros corticales, donde la idea inducida es percibida por el nervio auditivo, al centro motor, correspondiendo al origen central de la flexión. Hay entonces, exaltac ión de la exc itab ilida d d el reflejo m oto r, el cua l efec túa la transforma ción inc onsc iente de l pensam iento en mo vimiento, inco nsc iente pa ra la voluntad .
Lo mismo ocurre cuando digo al sujeto hipnotizado, “Tiene una sensación de picazón en la nariz.” El pensamiento inducido a través del escuchar es reflejado sobre el centro de sensibilidad olfatoria, dond e d espierta la imag en m em orizad a d e la c om ezón nasal, co mo imp resiones q ue se han c read o y ma ntenido impresa s y latente s. Esta m em oria d e sensac ión a síresuc itada pue d e ser tan intensa c om o pa ra oc asiona r el ac to reflejo de l estornudo . También existe, entonc es, la exaltac ión de la excitabilida d de l reflejo ide o-sensorio, el c ual efec túa la transforma c ión inco nsc iente de l pensamiento en sensac ión, o en ima ge n sensoria.
En general, el mecanismo de la sugestión puede ser resumido en la fórmula siguiente: a u m e n t o d e la excitab ilidad de l reflejo ide om oto r, ide osensitivo e ide osensorial ... (C itado en Erickson y Rossi, 1981, p.
114)
Estas formulaciones de la naturaleza ideomotora e ideosensoria del trance y la sugestión, suministraron las bases para su estudio experimental sistemático moderno. Weitzenhoffer –reputado 16
investigador del enfoque estandarizado en hipnosis– resumió en 1953 en la siguiente forma los traba jos experimentales sob re los movimientos ide omotores: La base psicofisiológica de la sugestibilidad es la acción ideomotora , una forma de condicionamiento. Las bases fisiológicas de la hipersugestionabilidad son (a) estimulac ión neum otora (homo-acción) y (b) c ondicionam iento abstrac to (generalizac ión o hetero-ac ción). Las bases psicofisiológicas de la alteración hipnótica de la consciencia es una combinación de inhibición y excitación selectiva de numerosas regiones cerebrales que llevan a la disociación de la consciencia a partir de t o d o estímulo, excepto la voz del hipnotista, a menos que las sugestiones espec ifiquen otra cosa. A través de la hipersugestionabilida d y la d isoc iac ión de la c onsciencia, las pa labras del hipnotista adquieren valor de estímulos reales. Su voz se transforma en una extensión de los procesos psíquicos del sujeto. Esto abre el camino para una amplia variedad de alteraciones perceptuales. (Citado en Erickson y Rossi, 1981, p. 117)
Definición de conceptos y su ocurrencia natural
Se han descrito tres formas de respuestas ideod inámica s, las cua les Yap ko (1990) define en la siguiente forma (todas son una respuesta generada en un nivel inconsciente en respuesta a un estímulo, ya sea externo o interno):
a) Re s p u e st a i d e o m o t o r a : es la manifestac ión física e una experienc ia mental; es dec ir, las reacciones del cuerpo a nuestros pensamientos. Hay múltiples ejemplos cotidianos: por ejemplo, asentir o negar con la cabeza en una conversac ión, ya sea rea l o imag inad a. Estos movimientos son muy leves (“tironcitos”), por lo cual permanecen fuera de la consciencia, pero pueden ser observados a simple vista. b) Respue stas ide osensorias: consisten en experiencias automáticas de sensaciones asoc iadas con el prog reso de las sugestione s. El efec to de la pa labra “limón” antes descrito, es un ejemplo d e e ste fenómeno. La descripción con detalles elaborados de los numerosos componentes sensoriales asociados con una experiencia, permite al sujeto re-experimentar aquellas sensac iones.
c) Re s p u e s ta s i d e o a f e c t iv a s : son las respuestas emocionales asociadas a las variables experienc iales de c ad a persona. Es difícil, sino imposible, sentirse completamente neutral respecto a algo; por lo tanto, mientras el terap euta elabo ra sugestiones, los diferentes sentimientos asoc iados co n las ideas contenidas en las sugestiones se acercan a la superficie.
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Uso estratégic o
Según Yapko (1990), los fenómenos ideodinámicos son variables importantes en el trabajo hipnoterapéutico, por dos razones: 1) Reflejan las experiencias internas de l pac iente en los niveles do nde se busca e l ca mbio. 2) Son parte de la experiencia terapéutica ordinaria, y la acción, los sentimientos y la sensorialidad son los compo nentes bá sicos de la terap ia c on los c uales c ontará el pa ciente c omo la b ase d el ca mbio futuro. Asimismo, los dinamismos ideosensorios e ideomotores poseen un valioso uso en hipnoterapia. Los fenómenos ideo sensorios son los que permiten que el tranc e hipnó tic o sea e x p e r i e n c i a l. Las re sp u e st a s id e o m o t o ra s poseen muc hos usos, a saber (Yap ko, 1990):
1) Pueden usarse para facilitar la disociación. 2) C omo p rofundizad oras del estado de tranc e. 3) Co mo indica do ras de la disposición a respo nder. 4) Como una forma d e interc ambio de informac ión entre el terapeuta y el co nsultante. Pueden solicitarse como una respuesta física automática a las preguntas del terapeuta (“Su cabeza asentirá en una respuesta ‘Sí’”; “Su cabeza negará con un movimiento en una respuesta ‘No ’”; “Su dedo se elevará p or si mismo para indica r ‘Sí’”. Cuando se utiliza la esc ritura a uto m átic a (habilidad para escribir o dibujar sin un compromiso c onsc iente a l hac erlo); o c uando se utiliza el h a b l a a u t o m át ic a (hablar sin un compromiso consciente del sujeto), se está estableciendo una c o m u n i c a c ió n d i re c t a con la pa rte i n c o n s c i e n t e del sujeto. Lo mismo sucede cuando se solicitan respuestas como levitación de mano, alzamiento de un dedo , señales co n la ca beza, para que el pac iente indique cuándo ha finalizad o un pensamiento, rec uperad o un rec uerdo, o está p reparado p ara c ontinuar, etc. Erickson (Erickson y Rossi, 1981) manifiesta que las téc nicas que utilizan respue stas ideomotoras poseen un valor particular con los pacientes que buscan hipnosis y que podrían beneficiarse con ella, pero que resisten cualquier esfuerzo manifiesto de inducirles trance, y que necesitan que sus resistencias sea n burlada s. La utilidad de las téc nicas ide omotoras no desc ansa en su elabo rac ión o novedad, sino que simplemente en la iniciación de actividad motora, ya sea real o alucinada,
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como un medio para fijar y focalizar la atención del sujeto en sus aprendizajes experienciales y capacidades internas. Erickson y Rossi (1981) indican que las respuestas ideomotoras sirven a dos propósitos generales: 1) C o m o i n d u c t o ra s d e t r a n c e , ya que requieren que el sujeto fije y focalice la atención, en una forma q ue es una autoinducción. 2) C o m o p r o f u n d iza d o r a s d e t ra n c e ; el terapeuta puede preguntar al paciente si le gustaría o está preparado para profundizar el trance. Si se recibe una señal positiva, el terapeuta le dice al paciente que vaya más profundo hasta que el inconsciente esté satisfecho con el estado de comodidad y dé una señal positiva cuando haya alcanzado ese estado. El terapeuta puede utilizar después cualquiera de los otros acercamientos clásicos para profundizar el tranc e (levitac ión de la mano, cierre d e o jos, ba jar una escala, e tc.) y usar la señal ideomotora pa ra c ontrolar la efec tivida d de cad a proc edimiento de p rofundizac ión. Las resp ue sta s id eo sen sorias , a juicio de Erickson y Rossi (1981), son un sistema de señales singular, que puede usarse en muchas formas. Puede parecer en cualquier parte del cuerpo y experimentarse en numerosas variedades (calor, frío, presión, hormigueo, punzadas, picazón, etc.). Pueden ser usadas por el paciente para su propio conocimiento, pero es natural que no se comuniquen al terapeuta. De este modo, las señales ideosensorias pueden poseer indudable ventaja cuando los pacientes quieren explorar algo en forma privada o cuando no están preparados para comunicarlo al terapeuta. Cuando las respuestas ideosensorias ocurren en lugar de la señal ideomotora, el terap euta p uede interpretar esta situac ión para e l pac iente y alentarlo a la exploración interna en una forma privada. Posteriormente los pacientes serán capaces de elegir respecto a c ómo c omunic ar ese material al terape uta. Puede e ntenderse, entonces –según Rossi–, a las señales ideosensorias como una e stac ión de relevo en el proceso de comunicación. Al principio pueden ser señales somáticas primitivas que surgen desde el nivel inconsciente. Una vez que son reconocidas, pueden ayudar al individuo a perca tarse d e a lgo que e stá en el proceso de alca nzar la co nsciencia. Lo ayudan a rec onoc er que está ocurriendo a lgo importante, aunque no sab e c on exac titud qué es. De este mod o, la p ersona debería d etenerse po r un momento y ser rec eptiva a los nuevos sentimientos o p roc esos co gnitivos que requieren su atención. Desde este punto de vista, las respuestas ideosensorias se fusionan con las emoc iones por un lad o y c on las respuestas psic osomáticas po r otro5.
5 Volveremos
a este tema en otro volumen: M. Pacheco, Psico b iolog í a d e la Curac ión Me nte/ c uerp o: La s té c nic a s tera p é ut ic a s d e Erne st Rossi y Da vid C he ek . Un a nálisis b ibliog ráfic o . Instituto Milton H. Erickson de Santiago, 1995 19
Accesos
Los ideodinamismos aparecerán siempre en el proceso de trance, sin importar lo que el terapeuta haga para facilitarlos o el paciente para impedirlos. Sin embargo, se facilitan mientras mayor sea el grado de disociación del sujeto (Yapko, 1990). Las sugestiones directas ofrecidas permisivamente son útiles para facilitar respuestas ideo dinámica s. Son ejemplos de este tipo las siguientes sugestiones (Yapko, 1990, p. 297): ...cuando permita que su cuerpo se relaje... su cabeza comenzará a descender lentamente... y déjela hac er lo que desee... (respuesta ideomotora ) ...y cuando sus músculos continúen relajándose... puede sentir el hormigueo en ese lugar... (respuesta ideosensoria )
...mientras recuerda aquella fotografía suya de cuando era niño... puede advertir cómo el sentimiento d e la fotografía se rec rea dentro de usted ... (respuesta i d e o a f e c t i v a ) Las sugestiones indirectas son útiles y las palabras deben escogerse adecuadamente, ya que las palabras usadas producirán las respuestas específicas a obtener. Algunos ejemplos son los siguientes (Yapko, 1990, p. 297): ...No creo que su mente consciente sepa lo que su inconsciente sabe acerca de ese suceso, hasta que su dedo se haya levantado... (respuesta ideomotora ) ...Me pregunto si usted recuerda cuán bien se sentía la frescura de saltar a una piscina helada después de sentir calor y habe rse secad o bajo e l sol quema nte... (respuesta ideosensoria ) ...Puede ser un gran a livio descubrir que a quel pensamiento suyo de que sería una repa rac ión mayor del auto, era solamente una pequeña a vería... (respuesta ideoafectiva )
En las páginas siguientes se entregan dos estrategias terapéuticas con señales ideomotoras, la primera es una estrategia para facilitar señales ideomotoras con los dedos; y la segunda es una inducción de trance desarrollada por Rossi que utiliza fenómenos ideomotores (la cual se acompaña c on los comentarios de l mismo Rossi).
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Facilitación de señales ideodinámicas con los dedos (Rossi y C hee k, 1988, p. 20)
Esta secuencia tiene como objetivo obtener señales ideodinámicas, para establecer una comunicación con el inconsciente y utilizarlas en los diversos acercamientos al trabajo hipnoterapéutico. Lo interesante d e este acerca miento es que p uede rea lizarse sin una inducc ión formal de tranc e p revio (el cual fac ilitan o induc en); o también inmediatamente después de haber induc ido trance, el cual profundizan. El procedimiento es como sigue: 1. I n t r o d u c c i ó n
La pa rte interior de su mente sab e c on frecuenc ia lo que usted ha olvida do , o lo que tal vez nunca supo conscientemente. Puede dejar que sus dedo s hab len por usted.
2. Estab lec im ien to d e seña le s “sí” y “no ”
Piense y sienta “sí”—”sí” —”sí”, mientras se pregunta cuál de sus dedos levantará su mente interior para dar una señal de “sí”. (Pausa... Si no hay ningún movimiento d entro de un minuto, continúe c on:) A vec es se siente como si un hilo invisible lo e stuviera leva ntand o... (Esperar la señal de un dedo q ue se levanta dic iendo “sí”) Ahora piense y sienta “no” —”no—”no” hasta que otro dedo de la misma mano se levante pa ra da r una señal de “no”. (Pausa... Si no hay un movimiento c laro, continuar con:) Ahora, realmente revise profundamente dentro de usted algo que definitivamente no quiere. (Esperar la señal de otro d edo q ue se levanta indicand o “no”) A vec es la mente interior senc illamente no está lista p ara que la mente c onsciente sepa algo, así que tome tiempo para maravillarse de esto, hasta que la mente interior dé una señal con otro dedo de la misma mano para decir: “No estoy listo todavía para saberlo conscientemente.”
a les 3. Ra tific a c ión d e la s señ
Regrese ahora al momento cuando se quedó dormido anoche. Mientras está qued ándose d ormido, su de do que indica “sí” se levantará... (Pausa)
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Cada vez que tiene un sueño, su mente interior levantará el dedo que indica “no”. Y cuando despierte, se levantará su dedo que señala “No estoy listo para saberlo c onscientemente toda vía.”
Acercamiento a las señales ideomotoras con una inducción de doble vínculo “moviendo las manos” (Erickson y Rossi, 1981, p. 126-138)
Rossi adaptó la experiencia hipnótica de “mover las manos” de Weitzenhoffer”, para crear un acercamiento de doble vínculo, que puede servir como un paradigma para facilitar la experiencia de muchos fenómenos hipnóticos, utilizando sugerencias indirectas cuidadosamente controladas por señales ideomotoras, para permitir al terapeuta adecuarse a las experiencias el paciente. En el área izquierda de la pá gina se transc ribe el proc edimiento sugerido, y a la derec ha un resumen de los comentarios de Rossi. T: Coloque sus manos así, con las palmas una frente a la
otra, a una distancia de unos 20 centímetros. (El terapeuta lo demuestra con sus manos levantadas, al frente de la cara. Los brazos y los codos no deberán tocar nada, de modo que las manos y los brazos puedan moverse libremente). Ahora, sabemos que el cuerpo humano posee un fluido magnético. No sé si usted realmente experimentará el fluido magnético entre sus manos, o surgirá cualquier otra sensación de su imaginación –pero permítase ser sensible a esa fuerza magnética que comenzará a sentirse entre las palmas de sus manos– como si tuviera manos magnéticas. T: ¡Pero no permita que esas manos se muevan a un ! Sólo
Durante la pausa, el terapeuta sólo mira las manos del
permítase experimentar la fue rza entre ellas. (Pausa)
sujeto co n ávido interés y expec tac ión. Esta expec tac ión no verbal es otra forma hipnótica indirecta que tiende a evoc ar respuestas automática s dentro d el sujeto. Este interés necesita ser genuino; y cuando el paciente observa
este
interés
genuino
del
terapeuta,
generalmente también focaliza y fija su mirada en sus manos. En caso contrario, el terapeuta puede hacer una leve señal no verbal moviendo la cabeza en dirección de las manos del sujeto y dirigir su mirada a aquellas. Si el sujeto aun no focaliza su mirada sobre las manos, el terapeuta señala las manos para dirigir no verbalmente la mirada del sujeto. Esta directiva no verbal tiende a de bilitar los proce sos co nsc ientes dominantes. Cuando el terapeuta advierte pequeños movimientos en
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las manos, suspira contenidamente y comenta sobre los movimientos de los dedos cuando uno comienza a escribir.
T: C orrec to, déjelo que suceda . Algunos dedos se mueven
un poco por si mismos y eso está bien, pero no permita que
sus
manos
se
muevan
mucho,
aun.
Sólo
experiméntelo, permitiendo que suceda por si mismo. T: C onocemos una fuerza magnétic a que puede a traer o
Cualquier
alejar las cosas, y lo mismo sucede con el inconsciente.
ideomotora, “sí” o “no”, se hará manifiesta, y por
Cuando quiere decir “sí” atrae a la gente para que se
definición los movimientos autónomos son una forma de
junte; c uando quiere dec ir “no”, aleja a las c osas o las personas. De modo que podemos usar los movimientos de la mano para preguntar a nuestro inconsciente una
respuesta
que
el
sujeto
dé
en
forma
respuesta hipnótica. El sujeto ge neralme nte está tan fa scinad o co n los movimientos incipientes que está experimentando y la posibilidad de su respuesta inconsciente a la pregunta,
pregunta interesante. Si su inconsciente quiere decir “sí”,
que no reconoce el doble vínculo. Incluso, cuando los
sentirá que esas manos se juntan. Si su inco nsciente quiere
sujetos reconocen la naturaleza del doble vínculo y lo
decir “no”, sentirá que esas manos se alejan. Simplemente
comentan en forma humorista –generalmente porque lo
deje que su inconsciente mueva esas manos en una u otra
conocen y saben de su aplicación en hipnosis–, la experiencia ideomotora continúa.
forma. ¿ Y cuál será aquella pregunta? (Pausa) T: ¿C uál es la pregunta que su inconsciente e stá d ispuesto
Generalmente
a responder con un “sí” acercando las manos, o un “no”
lentamente
alejándolas? (Pausa) La p regunta e s, “¿Estará bien pa ra el
característicos de los movimientos inconscientes. Con
inconsciente
permitirle
experimentar
un
trance
terapéutico?” (Pausa) Correcto. Permita a las manos
las c on
manos
comienzan
mo vimientos
de
a
juntarse tironc itos,
frecuencia los sujetos sonríen; es una agradable sorpresa experimentarlo.
comenzar a juntarse para un “sí”, o separarse para un “no”. T: Correcto. Y mientras esas manos continúan moviéndose
Si los ojos no se cierran o si las manos realmente se alejan
muy lentamente, usted puede maravillarse de lo que está
o no se mueven en lo absoluto, esto significa que
sucediendo a sus ojos. ¿Están pestañeando? ¿Están
estamos enco ntrand o resistencia . Esta resistencia pued e
dispuestos a cerrarse cómodamente mientras esas manos
ser explorada y utilizada co mo sigue.
continúan juntándose? (Pausa) ¿Se cerrarán antes o después que esas manos se toquen? T: C orrec to; aquellas manos realmente están a lejándose,
Aquí se muestran algunas de las formas de tratar con la
queriendo decir que al inconsciente no le gustaría entrar
resistencia, y lo hacen a través de (1) comentar
en un trance terapéutico todavía. Y eso, porque hay
continuamente sobre cómo se está manifestando; (2)
alguna dificultad consciente o inconsciente con eso. De modo que aquellas manos pueden continuar expresando aquella dificultad alejando las manos muy lentamente. Y
asociando la conducta resistente con otra sugestión hipnótica diseñada para tratar y posiblemente resolver la resistencia a través de una serie d e p reguntas que son respo ndida s por, (3) otra respuesta ide omot ora.
mientras continúan alejándose, ¿está en su mente consciente la razón para esa dificultad? ¿Requiere el
En los casos muy raros en que no haya movimiento de
inconsciente más tiempo para trabajar otras cosas antes
manos, el terape uta puede proced er como sigue.
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que oc urra el trance? Sólo permítase mirar esas manos. ¿El inconsciente puede tratar adecuadamente ese problema en este momento, sin decirme algo al respec to? ¿ Y esas manos co mienzan a juntarse cuando haya tratado con el problema? ¿El inconsciente puede detener aquel movimiento mientras trata con ese problema? ¿M antendrá sus ojos abiertos, o permitirá que sus ojos se cierren para concentrarse más intensa y adecuadamente sobre la resolución de ese problema? (Pausa)
T: ¿Y qué está sucediendo con esas manos? ¿Realmente
De este modo, la falta de movimiento puede convertirse
no se mueven? ¿Cuánto tiempo puede mantenerlas
en una forma pasiva de catalepsia, con el sujeto
rígidamente ahí sin ningún movimiento? Eso es correcto,
manteniendo sus ojos abiertos y no moviendo las manos
inténtelo tan duramente como pueda, no permita que se muevan en lo absoluto. El cuerpo generalmente está siempre en un estado de constante movimiento, aunque
en lo absoluto. El terapeuta puede continuar trabajando co n el problema, mientras el cuerpo permanec e completamente quieto e inmóvil, al igual que en un sueño o un profundo estado de conc entrac ión.
no lo advirtamos, pero en el estado hipnótico podemos tener respuestas paradojales –lo opuesto de lo que pedimos– y el cuerpo pued e permanec er completamente inmóvil e incluso, a vec es, por mucho tiempo . O una p arte del cuerpo puede comenzar a quedarse quieto mientras otra parte del cuerpo experimenta el movimiento? ¿Qué sucede en su caso? T: Y el inconsciente puede continuar trabajando en ese
Los
problema, en aquel tiempo especial de trance, donde
convertidos en una experiencia de trance, en donde el
cada momento de trance puede ser equivalente a horas,
sujeto trata efectivamente con cualquier resistencia que
días i incluso años del tiempo ordinario del reloj. (Pausa) Y la cosa interesante es que la mente consciente puede o
movimientos
ideomotores
originales
han
sido
había para oponerse a los movimientos ideomotores. Incluso puede suceder que no haya resistencia activa, sino que el sujeto no tiene talento para los movimientos
no puede comprender realmente lo que está sucediendo,
ideomotores. En este caso, la catalepsia pasiva es la
si el inconsciente necesita mantenerlo en privado. Usted
forma más ideal pa ra pe rmitir que oc urra el tranc e.
puede permanecer exactamente como está, hasta que su inconsciente complete aquella unidad de trabajo, y usted sabrá que ha finalizado cuando tenga urgencia de moverse
y estirarse
y estar completamente a lerta
nuevamente.
[Si el sujeto respondió bien al doble vínculo, “permitiendo que las manos se junten para indicar que está experimentando un cómodo trance terapéutico”, pueden explorarse habilidades del sujeto, como lo hac e Rossi a co ntinuación.]
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T: Correcto. Y mientras esas manos continúan juntándose
La pausa le da al sujeto una oportunidad consciente
lentamente, indicando que el inconsciente le está
para oponerse a la fuerza magnética. Es interesante e
llevando a un estado más y más cómodo, usted puede
informativo
maravilla rse de lo que está sucediendo si intenta oponerse a su voluntad inconsciente. ¿Qué sucede si toma algún
advertir
cómo
los
sujetos
usan
esta
oportunidad: (1) Si las manos co ntinúan a ce rcánd ose sin interrupción, aunque se advierta el esfuerzo en la cara o quizá una
tiempo por un momento e intenta oponerse a esa fuerza?
sonrisa, puede significar que está tan poseído por el
¿Es posible para su mente consciente oponerse a esa
movimiento ideomotor, que no puede oponerse. Este es
fuerza inconsciente?
el tipo de sujetos que poseen un talento especial para la sugestión hipnótica y puede ser capaz de experimentar muchos de los fenómenos hipnóticos con facilidad. (2) Si las manos pueden continuar juntándose, sin que se adviertan señales faciales que está haciéndose algún esfuerzo, puede ser un sujeto que está tan cómodo con la experiencia interna, que no haría ningún esfuerzo para oponerse a ella. También puede estar dispuesto a experimentar mucho s de los fenómeno s hipnótico s clásicos, pero puede ser particularmente exitoso con aquellos que le permiten permanecer pasivo más que ac tivo: inhibición ideomo tora, respuestas ideo sensorias y proc esos imaginativos. (3) Otros sujetos toman la oportunidad con alivio y anhelo para probar la fortaleza de la voluntad c onscien te co ntra los movimientos ide omotores. El terapeuta puede observar toda clase de pruebas: muchas veces hay una oscilación entre el alejamiento obviamente consciente de las manos y después una pausa, antes de juntarlas nuevamente en forma autónoma; rara vez los sujetos apartarán sus manos, bajándolas
y
comenzando
aparentemente
a
reorientarse y finalizando así la experiencia por el momento. A estos sujetos debería preguntárseles si hay alguna objeción seria para experiencias de trances posteriores.
T: C orrec to, es un poc o frustrante forzarse a salir de ese
Aquí Rossi está facilitando el descanso natural del ritmo
ag rad ab le estado donde las cosas suceden po r si mismas.
ultradiano.
Es de sconc ertante d ebido a que siempre se siente mejor
perturbaciones y enfermedades psicosomáticas son el
dejar que el inconsciente haga lo que mejor sabe hacer, dejándolo
trabajar
sin
interferencias
de
la
mente
Plantea
la
hipótesis
que
muchas
resultado del estrés que surge cuando la consciencia no permite la oc urrencia de ese ciclo na tural. Asociar una sugestión posthipnótica a este ciclo, es
consciente. Usted está experimentando ahora aquella
asociar una sugestión posthipnótica a una inevitabilidad
diferencia y aprendiendo a cómo permitir que el
conductual. Esta tiende a reforzar a la sugestión
inconsciente haga las cosas. Dejando al inconsciente
mientras utiliza y fac ilita un proc eso vital na tural.
juntar o sepa rar nuevamente esas manos. Realmente ese no es el asunto, la única cosa importante es que permitimos a aquella parte creativa del inconsciente determinar exactamente qué sucederá. Y es agradable saber que sólo cuando usted permita a esas manos
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moverse nuevamente, puede usar esta nueva habilidad a lo largo del día, para ponerse ocasionalmente en contacto con usted mismo cuando el inconsciente quiera que usted tome algunos minutos de descanso, y lo deje hacer las cosas importantes que lo ayudarán en muchas formas, más de las que usted pueda darse cuenta conscientemente. Ponerse cuidadosamente en contacto con el cuerpo a lo largo del día y permitir al inconsciente tomar el tiempo y energía que nec esita para trabajar co n esos problemas que son muy importantes para usted. T: Mientras esas manos continúan juntándose, usted puede
Si el sujeto responde y las manos se detienen a una
ponerse en contacto con lo que está sucediendo. ¿Esas
distancia d e do s o c uatro c entímetros la una de la o tra –
manos se pondrán un poco rígidas y torpes? ¿Hay un par
presumiendo que los ojos del sujeto están abiertos, o si
de guantes magnéticos densos sobre esas manos, de modo que no sienten nada? ¿Tan densos que el relleno del guante detiene a las manos, de modo que no pued en ac erca rse más que d os o c uatro c entímetros? (Pausa)
están cerrados, la frase se enuncia contingentemente con la apertura de los ojos para observar este bloqueo, rigidez y entumecimiento de las manos–, el terapeuta tiene una base excelente para preguntarse en voz alta respecto a cuá nta rigidez y entumecimiento hay e n esas manos, de modo que el sujeto pueda experimentar una anestesia e n gua nte.
La anestesia puede probarse posteriormente, cuando se permita que las manos bajen a la falda y no se sientan. A muchos sujetos, desde luego, les será imposible sentir algo, ya que la sugestión del guante no les permitirá toca r la falda, p orque interferirá el guante ma gnético.
J unto a la a nestesia, o e n lugar de a quella, uno también pue de explorar ide as ideosensorias.
T: Mientras eso continúa, usted podría ponerse en
Hay
contacto con la sensación de su cara. Todos conocemos
ideo sensorias, pe ro c iertos principios siempre a yudan:
el calor que a veces sentimos en la cara y partes del
(1) Mencionar una historia vital en la cual el cuerpo
cuerpo cuando nos sonrojamos de emoción. Y usted puede
no
saber
exactamente
por
qué,
pero
su
pudo
innumerables
haber
formas
de
experimentado
evocar
la
respuestas
sensación
–el
enrojecimiento de la emoción, la frescura del viento– tiende a iniciar una búsqueda interna en un nivel
inconsciente sabe cómo sentir ese calor. ¿Puede sentir el
inconsciente q ue prepa ra la sensac ión a experimentar;
calor ahora? (Pausa) Y mientras siente ese calor, ¿esas
(2) El uso de la pausa permite el tiempo adecuado para
manos bajarán haciéndomelo saber al separarse, o su
la respuesta;
cabeza comenzará a asentir en un “sí”? (Pausa) ¿O su
(3) Estableciendo una señal ideomotora que permita al
cabeza se moverá en un “no” completamente por si
terapeuta saber cuándo está experimentándose la
misma?
respuesta. Estos principios son básicos para facilitar cualquier fenómeno hipnótico en una forma permisiva.
En este momento de la secuencia, el terapeuta puede introducir cualquier rango de respuestas hipnóticas que c rea son nece sarias pa ra fa cilitar el trab ajo futuro.
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T: Correcto. Y si el inconsciente está preparado para
En esta fase el sujeto generalmente está preparado
permitir que el trance se profundice, para que la
para el trabajo posterior. Rossi introduce señales
comodidad se profundice tal como cuando dormir,
ideomotoras con los dedos, que pueden usarse para
¿sentirá esas manos y sus brazos volviéndose un poco
c ontrolar el curso de cua lquier proc ed imiento que siga.
pesado s –y de spués má s pesados? (Pausa mientras el terapeuta observa los ligeros movimientos bamboleantes que señalan que está experimentándose un peso mayor.) Y mientras aquellas manos continúan desce ndiendo, esa comodidad se profundiza más. Pero esas manos no descansarán en su falda ha sta que el inco nsciente esté rea lmente prepa rad o pa ra descansar y ap render después otras habilidades hipnóticas que sean útiles para sus propósitos.
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Fenómeno Hipnótico: Progresión de edad
Ps. Mario Pac hec o
Definición de conceptos
Este fenómeno implica “guiar” al paciente hacia el futuro, donde pueda tener la oportunidad de imaginar las consecuencias de los cambios conductuales o experienciales, e integrar los significados a niveles profundos (Yapko, 1990),
Oc urrencia natural
C onstantemente las pe rsona s nos estamos proyec tando hac ia e l futuro; p royec tamos una parte de nosotros mismos en esa experiencia e imaginamos cómo será o sería. Son comunes las expresiones “Te ve ré la sema na próxima”, “M e insc ribiré e n ese c urso el próximo semestre”, “A fin de semana compraré eso.” A juicio de Yapko (1990), la progresión de edad es una extrapolación de las tendencias personales del cliente, donde se amplifican sus sentimientos, conductas, etc. Muchas configurac iones pe rsona les, conscientes u otras, son muy prede c ibles. El inconsciente de una persona pued e p redec ir el futuro e n algún g rad o, sob re las ba ses de a quellas experiencias que lo pe rmitirán o lo p rocurarán (o no lo p ermitirán). Erickson (Rosen, 1986, p. 65-67) relata una metáfora que tiene mucha relación con lo anterior. En una demostración en la Universidad de Michigan, escogió a una voluntaria llamada Peggy. Al entrar en trance, sentada en el extremo de una larga mesa, escribió algo en forma automática y lo d eslizó en su bo lso, sin pe rc ata rse. Erickson le indujo trance y le d ijo q ue a l despertar escribiría a utomáticamente “Hoy es un hermoso día d e julio”. La de mostrac ión fue en A bril. Peggy escribió lo que le dijo Erickson, y al estar en vigilia no reconoció haberlo escrito, ya que esa no era su letra. En Sep tiembre, Erickson recibió una llama da telefónic a d e larga distanc ia de Pegg y, la c ual le relató que le había sucedido algo extraño. Había vaciado su bolso ese día y encontró en el fondo un papelito doblado. Al abrirlo encontró escrito en letra muy extraña, “¿Me casaré con Harold?” No sabía cómo fue a parar ese papel en la cartera, y creía que Erickson tenía algo que ver co n esto. Erickson le e xplicó que hab ía estado en M ichigan en a bril. Lo má s interesante es que e n esa fecha Peggy estaba comprometida con Bill y no tenía dudas de su compromiso. En junio terminó
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con Bill y en julio se casó con un compañero, Harold, a quien había visto sólo una vez, hasta que se encontraron en julio. Erickson explica esto diciendo que el inconsciente de Peggy supo con varios meses de ad elanto que ella iba a terminar su compromiso. El motivo que do blara tanto e l pap elito fue que en ab ril ella no p odía soportar conscientemente el hec ho. Rosen acota que cuando Erickson le sugirió a Peggy que escribiera la frase “Hoy es un hermoso día de julio”, fue un “caso de aptitud para la buena suerte”. Fue el mes en que ella terminó su compromiso con su novio y es el mes que se asocia con los matrimonios en el hemisferio norte.
Uso estratégico de la progresión de edad
La progresión de edad puede usarse al menos en dos formas genéricas, complementarias: co mo una co mproba ción d el trab ajo d el terap euta, y co mo intervención terap éutica .
solicita al paciente que se proyecte al futuro, y vea 1) C o m p r o b a c i ón d e l t ra b a j o d e l te r a p e u t a : Se
cómo se ve y se siente d espués del trab ajo terap éutic o; c ómo se ve y se siente manejando las situaciones antiguas de modos nuevos; cómo reaccionan los otros a su cambio; qué áreas continúan siendo difíciles pa ra él y, en general, cuá les área s de su vida han sido afec tadas po sitiva o nega tivamente. Dicha información puede ser de mucha utilidad para la formulación de la intervención terapéutica, a la vez que comprueba el impacto del trabajo realizado. Si el paciente experimenta p rogresión de edad y aun presenta la misma d olencia, la terapia no ha conc luido 2) Interve nc ión terap é Erickson (1954/1980) desarrolló una estrategia que utiliza progresión de utic a : edad denominada p se u d o -o r ie n t a c ió n e n e l t ie m p o , consistente en dirigir al paciente hacia el futuro, c uand o su problema estuviera resuelto, y les pedía q ue a lucinaran un e ncuentro c on é l en ese futuro imaginario, en el que le contaran cómo habían resuelto sus dificultades. Una vez que le habían de scrito la escena, les hac ia olvida r la experiencia p or medio de la amnesia y los enviaba a casa. Tras cierto tiempo, informaban, por lo general, haber resuelto sus quejas. (O’Hanlon y Weiner-Davis, 1993) La progresión de edad está a la base de las terapias estratégicas “orientadas a la solución”; es decir, en lugar de orientar la terapia hacia las situaciones problemáticas no resueltas en el pa sad o d el pa ciente, se lleva a éste hac ia el futuro, c uando ya hab rá resuelto los problemas que lo llevaron a consultar (de Shazer, 1992; Dolan, 1991; O’Hanlon y Weiner-Davis, 1993). Según Rossi (1986/1993), la estrategia de pseudo-orientación en el tiempo de Erickson es un método a través del cual los pacientes pueden generar su propio futuro, al accesar y facilitar las po sibilidade s internas que solamente existen en forma embriónic a.
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Watzlawick (citado por Rossi, 1986/1993) discute el uso de la imaginación a través del fenómeno "como si” y la profecía de auto-cumplimiento en la formación de nuestra realidad experienc ial y nuestro “de stino”. “Somos víctimas de nuestro destino c uando permitimos que nuestro inconsciente, a través de sus propios procesos creativos autónomos, construya nuestro futuro. Si tenemos poca o ninguna relación con aquellos procesos inconscientes, nada tenemos que decir en la c onstrucción de nuestro futuro. Sin embargo, podemos da r una mano a la c onstrucción de nuestro futuro c on e l traba jo interno.” (p. 108)
Accesos
Las pautas para facilitar progresión son numerosas, variando desde las más directas a las meno s direc tas.
1) Accesos directos
Los accesos directos se relacionan con aquellos que se utilizan en la regresión de edad: un “vehículo especial” para viajar al futuro, una pantalla de cine sobre la cual mirar una película del futuro, un libro en el cual leer acerca del futuro, una colección de fotografías de sucesos futuros. El siguiente e s un acc eso direc to, simple: “...y ahora que usted ha tenido la oportunidad de descubrir algo muy importante respecto a si mismo, me pregunto c uántas formas descubrirá para usar crea tivamente esta nueva habilidad suya, en su propio beneficio... y puede ser como si un largo tiempo hubiera pasado desde esta sesión... algunos días... y el tiempo transcurre rápidamente... después algunas semanas... y algunos meses atrás pasamos algún tiempo juntos, en do nde usted ap rendió que po día sentirse muy bien... y tuvo un pensamiento en aquella é poc a que le permitió verse en una forma diferente... y sentirse diferente... y mientras se mira hacia atrás, a través de todo el tiempo que ha transcurrido desde entonce s, ¿c uánto lo ha a fectad o e se pensamiento?... ¿C uán diferente es usted?... ¿Qué puede hacer ahora que no podía realizar en ese entonces?...” (Yapko, 1990, p. 265-266)
Esta secuencia orienta al paciente hacia el futuro como si fuera ahora, y le da la oportunidad para reflexionar sobre el cambio reciente y sus consecuencias. 2) Accesos indirectos (Ya pko, 1990, p. 266)
a) Uso de metáforas o anécdotas “Me gustaría c ontarle respec to a un cliente c on el cual trabajé, que pudo imaginarse claramente a si mismo dos meses después de nuestra sesión, haciendo exactamente lo que hablamos ahora, y cuando se vio en esa forma, de scubrió...”
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b) Sugestiones entremezcladas “A veces me gustaría mirar a lred ed or y preg untarme que suc ed eráen e l futuro, cuando usted pueda m irar ha c ia a trás y sentirse b ien p or tod os los c am bios qu e ha efec tua d o ...”
c) Presuposiciones “Me p regunto d ónde e stará exac tamente y qué estará haciendo cuando a dvierta c on felic idad que no ha fumad o en días...” (En este ejemplo, además de sugerir la progresión de edad, se presupone [implica] que se habrá eliminado o superad o la dificultad.)
d) Preguntas indirectas entremezcladas
“¿Puede decirme cómo describiría la forma en que se resolverá su problema con los amigos? ¿ No puede ?”
Dos estrategias generales para la progresión de edad
Una estrategia general para progresión de edad (Ya pko, 1990, p. 266-267)
Esta estrategia descrita por Yapko puede adaptarse a las necesidades del individuo en el contexto de la psicoterapia. Está ideada en pasos secuenciales en el proceso de trance, para fac ilitar un mayor grad o d e d isposición a respo nder en e l paciente. Se c ompone de 11 pa sos: Paso 1: Inducción. C omprende una inducc ión de c ualquier tipo. Paso 2: Construcción de una dirección de respuesta. Implica ofrece r una d irec ción de sugestiones verificab les que estab lece el ímpetu para responder positivamente al terape uta. Paso 3: Metáforas que consideran el futuro. Implica ofrecer al menos dos metáforas que consideran el futuro (v.g., cambios que sucederán en la ciencia, en la medicina, en la sociedad, etc.). Paso 4: Identificación de recursos positivos. Implica la identificación de recursos positivos valiosos (v.g., inteligencia, sensibilidad, perseverancia) existentes en el paciente. Paso 5: Identificación de contextos futuros específicos. C omprende la identificac ión de situac iones futuras espec ífica s que e nfrentará el pac iente, que son una b ase de interés. Paso 6: Mezcla de recursos positivos identificados en el Paso 4. Implica asoc iar los rec ursos existentes en el paciente a futuros contextos probables, donde serían útiles. Paso 7: Ensayo de la secuencia conductual. Provee una oportunidad para un “ensayo” de las consecuencias futuras, como si estuvieran sucediendo ahora. Paso 8: Generalización de los recursos positivos a otros contextos seleccionados. Suministra una oportunida d pa ra identificar otros diversos co ntextos donde la misma ap licac ión de la habilidad será útil. Paso 9: Sugestiones posthipnóticas. Implica sugestiones específicas para usar la habilidad en contextos específicos donde p ueda ser útil.
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Paso 10: Desenganche. Conduce el trabajo orientado al futuro a un cierre y el restablecimiento de los vínculos con el contexto social. Paso 11: Reorientación al estado de alerta.
La siguiente transcripc ión ilustra el proc edimiento menciona do más arriba (tomado de Yap ko, 1992, p. 157-159): La paciente estaba deprimida, y el propósito de la siguiente progresión de edad fue establecer una orientación positiva hacia el futuro, que facilitara su rol de madre, basado en perspectivas espec ífica mente rec omendadas.
Pasos
C onstrucc ión de una disposición a responder
Transcripción
(Después de la ind uc c ión) Ahora, usted sabe y yo sé que uno no puede predecir con precisión todo el futuro... como lo que sucederá en los deportes... o si lloverá ese día Martes en particular en enero del próximo año... pero cuando usted comienza a pensar hacia delante... en aquellas cosas que no han suce d ido a un... es muy claro... que algunas cosas pueden predecirse ... cambios de las
Metáforas respecto a l futuro
estaciones... las personas cambian... los avances científicos... puede mirar por adelantado los nuevos lugares que visitará... nuevas personas que
conocerá...
nuevas
habilidades
que
aprenderá... nuevos artefactos que aprenderá a operar... y usted sabe profundamente... muy profundamente... que sabe cómo aprender... cómo adaptarse... al cambio de los tiempos... a las circunstancias cambiantes... y es cierto que Identificación de recursos positivos
será madre por primera vez... y puede mirar por adelantado
esa
experiencia
que
le
dará
incontables oportunida des... para ap render de si Identifica ción de contextos futuros específicos
misma... aprender que usted ama y cuida a su
Rec ursos positivos incrustado s
bebé... y cómo a daptar su vida... a med ida que ocurre...
cambiando
en
las
formas
más
profunda s... en formas que puede anticipar... como ir a la reunión de la ATP... y formas que no puede anticipar, como la carrera que escogerá su hijo... y puede imaginar con facilidad... con detalles vívidos... la apariencia de su rostro...
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cuando sostiene orgullosa y amorosamente a su bebé... y la forma en que se sentirá orgullosa cuando enseñe al bebé a hacer algo nuevo y Ensayo de una secuencia conductual
en forma independiente... como aprender a levantarse... o comer comida sólida... y cómo pacientemente
puede
responder
a
las
preguntas aparentemente interminables del niño...
disfrutándolas
como
maravillosos
indicadores de la curiosidad... y su habilidad para
aprender...
y
adaptarse...
le
servirá
maravillosamente siendo una madre... y en otras situaciones específicas también... que puede pensar ahora... mientras yo guardo silencio durante un minuto... (un minuto de silencio)... y puede mirar por adelantado las incontables opo rtunidades... día a día... en las cuales puede aprender con facilidad... a usar lo que ha ap rendido ... para el be neficio de su bebé... y las persona s a quienes usted a ma y c uida . Generalización de rec ursos
(Cierre y desenganche)
Sugestión posthipnótica
Ca so c lí nico : Orienta c ión a una m eta (futura)
(Yapko, 1990, p . 336-338) El cliente era un hombre de casi 60 años, que presentaba el problema de “estar atascado” en una relac ión inestab le de “terminar - volver a empezar”; lo cual lo a ngustiab a, tenía hipertensión arterial y estab a constantemente rumiando respecto a su carrera. Se presentaba como “estar esperando lograr el suficiente crec imiento p ersonal para ser capaz de seguir adelante c on mi vida”. No tenía metas espec íficas en su mente que pudieran representar “seguir adelante”. Así, una de las netas del tratamiento era desarrollar un sentido de dirección en su vida. Durante el curso del tratamiento, se utilizó una sesión de trance para fomentar el desarrollo de una sensación de futuro que lo empujara a tomar algunos cursos de acción decisivos en el presente. El cliente era un educador que decía estar bien enterado con el trabajo de hipnosis clínica en general, y con el trabajo de Milton Erickson en particular. La transcripción que sigue a continuación es la tercera sesión de 12. ...Está bien, J erry, puede comenzar a tomar algunas inspirac iones profundas, relajantes... y poco a poco... puede c omenzar a tener diversos rec uerdos... pasando p or su mente... como estar en un tranc e profundo... en una forma que sea agradable y cómoda... y estar quieto durante un rato... desde su última experiencia... un proceso de trance normal... conmigo como guía... pero hubo una época... no
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hace muc ho... cuand o se acostumbró por primera vez... a escuc har mi voz... quedá ndose quieto... pa ra escucharme... hablar en una forma lenta... una forma deliberada... y fue durante esa experiencia inicial... cuando comenzó a aprender algo por primera vez respecto al trance... y se abrieron muchas posibilidades futuras... que se permitió experimentar... algo de las dimensiones más interesantes... de experimentar un trance... y ya que ha transcurrido algún tiempo desde su primer trance... y ya que ha crecido en muchas formas desde esa época... puede ser mucho más fácil... ir a un trance profundo... y un estado mucho más cómodo de la mente y el cuerpo... momento a momento... y esta es una... oportunidad que vale la pena... para volver a descubrir... su habilidad... para divagar... en una forma que sea útil... en una forma que tenga sentido... y sé... de las numerosas posibilidades... a medida que usted explora sus experiencias... y por cierto puede ser muy fascinante... como las diversas posibilida des... le permiten v olver a descubrir... antiguos perca tarse... que allanan e l camino para nuevas comprensiones... y a medida q ue las nuevas comprensiones vienen... a su consciencia... cuando suce de eso es muy fácil... descubrir la poca atención que es necesaria... para permitir esa clase de comodidad... que podemos construir... en una experiencia futura... de cada día... y estoy consciente que su mente está divagando... a ningún lugar en particular... que las cosas que usted piensa en este momento... están ligadas... a las experiencias pasadas... y expectativas futuras... y usted sabe y yo sé... que muy a menudo... si las semillas... pueden plantarse hoy... generan el mayor monto... de provecho... posibilidades futuras... y cómo Erickson lo señaló correctamente... usted no puede cambiar el pasado del paciente... sólo puede cambiar la perspectiva de aquel... y cómo el pasado se relaciona con el futuro... como lo sabrá en el presente... debido a que el presente está conectado a su pasado... y lo lleva a posibilidades futuras... que deseará explorar... y su experiencia aquí... confirma que... usted construye el presente... de un futuro positivo... que incorpora aprendizajes del pasado... de cosas que experimenta en el presente... y toda la charla respecto al pasado y el presente y el futuro... realmente no es más que una forma para desorientarlo... que podría valer la pena... pues por cierto puede ayudarlo... a ver la perspectiva... que los impulsos del momento... pueden ser vistos en una forma diferente... a medida que descubre... que las cosas más valiosas para hacer... puede fabricarlas en el interior... desde dentro... en su yo profundo... su yo profundo... y si pensara para atrás... en todas las cosas provec hosas que ya ha experimentado... algunas vienen c on facilidad ... por la simple razón... que cualquier cosa que ha obtenido... usted trabajó para obtenerla... y hubo muchas veces... en su camino para convertirse en maestro... que habría sido mucho más fácil... saltarse la clase... e ir a jugar... ir a la playa... o ir a correr... y por cierto habría sido justificado hacer eso... pero habría sentido profundamente... que hay a lgo más importante q ue obtener... en el nombre de l sac rificio... y cada autosac rific io para el mejoramiento de si mismo no es realmente un auto-sac rific io... porque c uando piensa respecto a la relación entre los sacrificios y la mejoría... y usted mejora el sacrificio... y usted sacrifica más que su mejoría... usted realmente no se ha sacrificado... sólo ha mejorado... y avanzado un paso... y las preguntas d entro de si mismo... que generan el ímpetu pa ra crec er... y experimentar... es una presión interna me ngua nte ... que c ada experiencia pued e da r comodidad... ca da oportunidad nueva... para
crecer... puede ser reconocida por lo que es... que hay mucho que aprender con el tiempo... hay muchas formas en las que ha cambiado... y cada cambio iguala la presión externa... al responder profundamente a las demandas apropiadas del interior... usted se ha hecho más hábil... y los resultados se ha n mostrad o... y puede tener un impacto muy profundo... cuando se permite... liberarse... quizá pa ra enseñar... en una forma compa rtida ... que usted ya conoc e... e ir a la escuela en solamente una fo rma... pa ra evolucionar... y cambiar... en una fo rma d e a uto-sac rificio... que lleva a un mayor sentido del yo... y todo lo que ha e xperimentado a ntes... y todo p or lo que pa só... fue auto-sac rificio... y tiene un aura... de
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cuida r de usted mismo... por deb ajo de ellos... y cuando uno se c onvierte en pad re... es ap arente... que el ser padre... es la superficie brillante... de una decisión egoísta... de tener hijos... que uno espera reflejarán el yo de uno... c on orgullo... co n logro... y el deba te respecto a la naturaleza egoísta de tener hijos... co ntinua... y el sacrificio... de una relac ión de amo r... que le da lo que usted q uiere... y usted sabe que quiere decir dar... para obtener... y cuando usted puede dar abiertamente... crece... con facilidad... y a medida que comprende más y más profundamente en su interior... que dar para obtener... es la mejor forma... para c on struir una relac ión sólid a ... especialmente dentro de usted... especialmente... consigo mismo... y... por qué no... egoísta y d esinteresad amente... sac rificar un poc o de tiempo cada día... para darse a si mismo... para o b tener de usted mismo... mucha más comod idad... y muc ha m enos presión ... para hacer las cosas... un medio con mucha menos presión... para que circule
la sangre... en un cuerpo que está muy saludable... con comodidad... y la habilidad para relajarse profunda mente... y usted sabe por la gente que traba ja con usted... que usted puede simular que ellos no ha escucha do... pero usted sabe que el inconsciente de ellos está a hí... y ellos pueden simular que no escucharon... pero usted no tiene q ue ser engañado por eso... porque hay pa rtes en c ad a persona... sin importar su nivel educacional... que tienen la capacidad de aprender... y crecer... y cambiar... y todos puede n trabajar duro pa ra permanec er igual... pero usted y yo sabemos que e l ca mbio es inevitable... de modo que no tiene que ser engañado por eso... y guardaré silencio por un minuto... mientras usted explora dentro de si mismo... los pensamientos y sentimientos... que pasan por su consciencia... que se convierten en significativos para usted en formas que su mente consciente tiene aun que descubrir... y cuando yo le hable nuevamente, dentro de un minuto... mi voz lo relajará aun más profundamente... y el minuto de silencio comienza... ahora... (un minuto de silencio)... correcto... puede continuar relajándose... puede continuar descansando cómodamente... y usted me ha permitido estar consciente... de los múltiples propósitos de nuestra sesión... aprendiendo oportunidades y oportunidades de crecimiento personal... y experiencias significativas... y me pregunto si será capaz de descubrir... a partir de estas experiencias de trance... a medida que advierte las ideas diferentes y las perspectivas diferentes... y puede disfrutar sabiendo... que cada proceso de trance... tendrá un efecto diferente... y genera una pauta diferente... en las formas que su mente inconsciente... puede permitir... mientas su mente consciente mira hacia delante... para descubrir... el rango de posibilidades... un día a la vez... y tómese tod o el tiempo que nec esite... pa ra proc esar sus pensamientos... las dimensiones diferentes de su experiencia... y pensar en sus expectativas... y cuáles aprendizajes serán más adecuados para utilizarlos... esta semana... y cuáles aprendizajes esperarán hasta la semana siguiente... y entonces, cuando esté preparado... puede comenzar a volver al aquí y al ahora... a esta sala y a este lugar... y cuando quiera... puede comenzar a moverse lentamente para volver aquí... y después puede permitir que sus ojos se abran... El cliente reflexionó sobre la verdad b á sica que él hab ía tenido valor, trab ajó duro pa ra e so. Fue ca pa z de recordar con facilidad que parecía un sacrificio la época cuando estaba en la escuela asistiendo a clases, mientras los otros estaban fuera disfrutando de actividades recreativas. La sesión lo motivó para confrontar la falta d e p ropósito en cada una d e las área s de su vida , y llevó en las sesiones posteriores a tratar los problemas de colocar metas, dejando al lado la gratificación inmediata mientras se esforzaba por alcanzar posibilidades futuras provec hosas, y responder más en su relac ión (“da r para rec ibir”).
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Me táfora terap é utica pa ra estim ular el de sa rrollo d e una bu ena ima ge n de si mism o, q u e o c u p a c o m o f e n óm e n o h ip n ó t ic o l a p r o g r e si ón d e e d a d (Donoso, 1995)
La siguiente metáfora terapéutica para la construcción de la imagen de si mismo, está construida de acuerdo a las indicaciones de Lankton y Lankton (1983)6 y fue utilizada en una investigación con niños con labio leporino.7 La meta terapéutica de la metáfora es que “la imagen de si mismo puede c orrespo nder a la de una pe rsona cap az, que mejora y se transforma a si misma grac ias a su prop io esfuerzo y sac rific io”. Hay una historia que me demoré varios años en averiguar. Es fascinante y valió la pena el trab ajo q ue me c ostó conseguirla. Cuando mi vecino tenía seis años, lo atropelló una moto. Estuvo en el hospital un buen tiempo. Después de las operaciones, quedó con algunas cicatrices en la cara y un poco cojo. Para que sus c icatrices fueran d esap arec iendo, el pe queño Esteba n deb ería usar, todo el día, unas correas transparentes de plástico en su cara. La cojera se arreglaría con unos ejercic ios espec iales para fortalec er sus piernas. Se fue acostumbrando, poco a poco, a esas correas en su cara. Ya casi ni se daba cuenta. Lo difícil era aguantar que sus compañeros se rieran de él y le pusieran sob renombres. C ada vez fue juntánd ose menos con sus amigos. Prefería estar solo y o jalá e n luga res osc uros para que nad ie lo pudiera ver. C uando se enc errab a e n su pieza, sus pa pá s y hermanos se p reoc upaba n mucho. Sab ían que Esteban estaba triste. Aunque Esteban sabía que esas correas que tenía que usar en la cara lo ayudarían a verse normal de nuevo, el tratamiento parecía demasiado largo. Pasar cuatro años con esas correas sería terrible. Mientras más se miraba la cara en el espejo y se tocaba esas tiras de plástico, más triste se c olocab a. Dos meses después, descubrió que había un cine muy cerca de su casa. Y mejor todavía, daban películas todo el día. Después de llegar del colegio y de hacer las tareas, partía ráp idamente al cine. Veía una y otra vez las películas, tanto que hasta se las ap rendía de memoria. Le gustaba mucho y, además, el cine estaba casi todo el rato oscuro, así que nadie se fijaba en él. Eso, por lo menos, era lo que él creía. Sin embargo, alguien empezó a da rse c uenta q ue un niño pa sab a toda s las tardes viendo películas.
6 Ver,
utica s en p sico tera pia . M. Pacheco, Hip not erap ia Eric kson iana : Nivel Av a nzad o. Uso d e m etáforas terap é Instituto M ilton H. Erickson de Santiago , 1993 7 El objetivo ge neral de esa investigación era “compa rar la efica cia de tres estilos comunicac ionales, respecto al uso y c uida do de ap aratos ortodóncicos removibles en una muestra de pacientes con labio lepo rino y fisura velo palatina o perado s.” 36
Esa persona era el viejito que manejaba la máquina que proyectaba las películas. Un día el viejito se acercó a Esteban y lo invitó a que conociera la máquina proyectora. Desde aquel día, el niño siempre visitaba al viejo y observaba cómo colocaba las películas en la máquina; cómo prendía los motores y empujaba hacia delante la enorme palanca verde pa ra q ue la func ión comenzara. Poc o a poc o, Esteban fue conociendo la historia del anciano. Venía de las montañas del sur, de un luga r que ya na die c ono ce. Era el último sob reviviente de su pueblo. Esteban también le fue contando su vida y por qué tenía que usar esas correas en su cara. Entonc es fue c uando el viejito sonrió y le d ijo q ue volviera a l cine esa misma noc he a las onc e y media. Le iba a rega lar un sec reto e spe cial. El niño q ue ya tenía nueve a ños estaba muy asustado , aunque igual logró llegar al c ine esa noche. Esperó y esperó, hasta que, finalmente, el viejo abrió la puerta. Esteban, por orden del anciano, se sentó en un piso frente a la pantalla. El viejito sacó lentamente de una bolsita azul, una sustancia rosad a que espa rc ió en toda la pantalla. “Mira a tentamente esa sustanc ia y ahora imag ina cómo te g ustaría ser en unos años más”, le d ijo e l anc iano. La sustancia rosada fue transformándose en una imagen como de película. Y en esa imagen estaba Esteban, aunque unos años más grande y de alguna forma distinto. Estaba con otros jóvenes, se veía más fuerte, con menos cicatrices y mucho, mucho más contento. Mientras más se fijaba en esa imagen, más detalles fascinantes descubría. Especialmente le llamab a la atenc ión que sus ojos tenían un brillo muy extraño. “¡Ven inmediatamente!”, le gritó el anciano desde la sala de proyección. El viejito estaba sentado junto a la máq uina moviendo unos cab les y apretand o b otones. “Fíjate e n las imág enes que verás en la p antalla a hora, y aprende de ellas.” Entonces el viejito movió hacia atrás la enorme palanca verde y Esteban empezó a ver imág enes de si mismo c ad a vez más joven, hasta llega r a los nueve a ños que tenía e n ese momento. En las distintas escenas él se veía a si mismo en muchos lugares, aprendiendo cosas, conversando con otras personas, pensando, a veces contento, a veces triste. Toc ánd ose las c orrea s, hac iendo ejerc icios y muchas otras cosas que lo hac ían sentirse mejor. Y en todas esas imágenes, él tenía ese extraño brillo en los ojos. Finalmente vio una imagen de si mismo tal como estaba ahora. El viejo empujó hacia delante la palanca y el niño se vio a si mismo c rec iendo y aprendiendo. De pronto el anciano detuvo la película, golpeó sus manos y las imágenes de la pantalla se transformaron nuevamente en esa sustancia rosada. Luego, lentamente la sustancia se convirtió en una nuble de luz brillante. Suavemente esa nube se acercó al niño hasta rodearlo por completo. La luz empezó a hacerse más intensa, tan intensa que el niño tuvo que cerrar los ojos. Al abrirlos descubrió que estaba en su propia casa y que ya estaba amaneciendo. Tocó su cara y, claro, ahí estaban las correas. Pero se sentía distinto. Era una
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sensac ión extraña y ag rad ab le. Se vistió, d esayunó y al despedirse de su madre, ella sonrió y le dijo, “Sabes, Esteban, es extraño, p ero juraría q ue tus ojos tienen un b rillo espe cial.”
Incubando curación mente/ cuerpo
(Rossi, 1986/1993, p. 109) Según Rossi, puede suponerse que la estrategia que se describe más abajo, estimula a las funciones de la imaginación y planeamiento de la corteza pre-frontal, así como también provee visualmente imág enes de rec ursos internos y soluciones de problemas que pued en no ha be r estado disponibles o ser inac cesibles a la c onsciencia. La frecuente experiencia de alivio emocional que acompaña a los insights y recuerdos olvida dos que surgen “espontánea mente” a la c onsciencia en los tres pa sos de la estrateg ia, son las señales típicas de haber accesado y reencuadrado terapéuticamente patrones de memoria, aprendizaje y comportamiento que han estado disociados (“aprendizaje dependiente del estado.”)8 La orientación psicológica al futuro en donde el problema está solucionado, agrega aparentemente un estímulo nuevo y un marco de referencia terapéutico que permite al paciente romp er el “marco presente de l problema ” que ha limitad o su ac ceso a sus prop ios rec ursos internos. La estrategia e n tres pa sos, es c omo sigue: 1.
Señal d e d ispo sición p ara la revisión d el p roble m a p resente 9
Cuando su mente interna esté preparada para revisar todos los aspectos de ese problema que está experimentando a ctualmente, [pausa] ¿sus ojos estarán c erránd ose mientras usted revisa todos los aspec tos del p rob lema, q ue no sab e c ómo tratar toda vía?
2.
I n c u b a n d o c u ra c i ón a c t u a l y fu t u ra
Ahora e xplore las po sibilidad es de c urac ión futura. ¿ C ómo se ve a si mismo? ¿C ómo se siente? ¿Qué está haciendo ahora que el problema está completamente resuelto? [Pausa] Ahora permita que su mente interna revise cómo hará para ir desde el problema presente [pausa] al futuro, cuando usted lo haya resuelto. [Pausa] ¿C uáles son a lgunos de los pa sos que tomará p ara fac ilitar su curac ión? [Pausa]
8 Ver
más adelante en este volumen. no acostumbra a inducir trance hipnótico formal, sino que espera la ocurrencia del “trance común de cad a día”. Si el lector ha induc ido tranc e formal, puede c omenzar con el pá rrafo que sigue a la pausa. 9 Rossi
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3.
Ra t i fi c a c i ó n d e la c u ra c i ón m e n t e / c u e r p o
C uando su mente interna sepa que pued e continuar el proceso c urativo totalmente por si misma, y cuando su mente consciente sepa que puede cooperar con esta curación, [pausa] ¿se enc ontrará estirándose, a briendo sus ojos, y sintiéndose refrescado, a medida que se despierta totalmente?
Pseudo-Orientación en el Tiempo C omo un Procedimiento Terapéutico
Para po der entende r esta estrategia de scrita po r Erickson en 1954, se transcribirán dos de los cinco casos descritos por Erickson, y los comentarios generales que hace respecto al procedimiento.
Pa c i e n t e A El paciente era un hombre de 30 años, divorciado, oficinista de posición inferior, que vivía en una casa miserable y q ue no tenía amistade s de ningún sexo. No leía, no iba a la iglesia o al c ine, tomaba sus comidas en un restorán barato, y limitaba sus actividades recreativas a conducir sin ánimo su auto por la ciudad. Durante tres años había estado bajo el cuidado de un médico general, debido a innumerables molestias somáticas en todo su cuerpo. Una vez había sido hospitalizado, como posible candidato a cirugía abdominal. Había reaccionado traumáticamente a la admisión al pabellón quirúrgico, al desarrollar un terror extremo, llorando y gritando, y quejándose de un dolor abdominal agonizante. Una laparotomía no descubrió ninguna co ndición patológica, pero se e fectuó una a pendec tomía de rutina. Su convalecencia se prolongó durante un mes y marcada por más molestias aun que las que había expresado previamente. Adicionalmente, estaba periódicamente deprimido, llorando mucho y muy renuente a dejar el hospital. La operación y sus comportamientos relacionados con ésta, lo convencieron que e ra un “cobarde”, que no era “bueno”, “sin fortaleza” e “incapa z de ser un hombre. Por co nsiguiente, hab ía funcionado en un nivel más bajo e n lo personal y lo e conómico . Visitaba a su médico dos o c uatro vec es por semana, b uscando ayuda principalmente para su debilidad, do lor de espalda, jaquec as, do lores gá stricos, etc . Los esfuerzos pa ra referirlo a un psiquiatra resultaron ser inútiles. Ellos “no lo c omprende rían.” A su vez, los psiquiatras lo reportaban c omo un “defec to de carác ter”, una “personalidad inadecuada”, un “hipocondríaco profundo”, y una “personalidad psicopática de un tipo constitucional inferior.” Todos estaba n de a cuerdo que no estab a c ap ac itad o para rec ibir terap ia. Sin embargo, mi impresión clínica fue mucho más favorable. Aproximadamente 18 meses después de la laparotomía, me fue referido para hipnoterapia, y el médico me hizo llegar la extensa historia c línica que ha bía toma do. Establecí rápidamente el rapport con el paciente. Esta muy impaciente por ser hipnotizado, y probó ser un muy b uen sujeto. Durante un mes lo ví una vez por sema na, en sesiones de tres a cuatro horas. Durante este tiempo, dediqué todo mi esfuerzo para entrenarlo a desarrollar con facilidad todos los
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fenómenos hipnóticos de los cuales fue capaz. En todas esas sesiones induje amnesia profunda. No intenté ninguna p sicoterap ia, a pa rte del estab lecimiento de un buen rap port y un sentimiento general de c onfianza. Las dos sesiones siguientes fueron utilizadas en hacerlo alucinar una serie de bolas de cristal. 10 En ellas lo induje que viera una gran colección de experiencias emocionales pendientes y experiencias traumáticas de su vida. Esas representaciones estaban “fijas” –es decir, podía pasar de una escena a otra y regresar a la anterior sin tener que volver a alucinarla. Así, pudo verse a si mismo en diversas situaciones en épocas distintas en su vida. Por lo tanto pudo observar su comportamiento y reacciones, hacer comparaciones y contrastes, y advertir la continuidad en sus pautas de reacción desde un nivel de e da d al siguiente. El paciente pudo revisar, de este modo, una serie muy extensa y elaborada de eventos. Su reacción a la experiencia total era de desesperanza y resignación, “A cualquiera que le haya sucedido todo lo que me pasó a mí, no tiene muchas oportunidades.” Incluso después de haberlo despertado con amnesia para cada sesión, su ánimo era de desaliento y d epresión general. La sesión siguiente fue dedicada a discutir con él, en estado de vigilia, todas las cosas que deseaba para si mismo, las esperanzas que tenía, y todas las ideas que podrían ser posibles para él. Esta sesión no fue satisfactoria, ya que mucho del tiempo lo utilizó para hacer énfasis en sus dolencias, como barreras insuperables para tod o lo que quería. A l final de la sesión estaba muy desalentado. En la sesión siguiente, lo hipnoticé profundamente y le di instrucciones para que repitiera la tarea de la sesión a nterior. Sus esperanzas quejumbrosas para el futuro pueden resumirse como sigue: 1.
Disfrutar de una salud física “lo justo necesaria.”
2.
Un ajuste ec onómico “alrededo r del promedio”.
3.
Un ajuste personal suficiente de modo que pudiera “progresar” con relación a la recreación, los háb itos persona les, actividad es soc iales, intereses persona les y amistades.
4.
“No demasiad o” miedo, ansiedad, y sentimientos de compulsión.
5.
“Suficientes tripas para ser un hombre si tuviera que operarse, o si tuviera que defender sus derec hos, “para da r una pa liza c omo un hombre”.
6.
Un deseo de ser capaz de “tomar con un poco más de calma” todas las cosas malas que le habían suce dido o que podrían suce derle en el futuro.
7.
El deseo que podía lograr “quizá la suficiente” madurez emocional de modo que pudiera casarse por amor y no “porque a lguien tenga compa sión de mí.”
Lo desperté c on a mnesia y se fue con un ánimo depresivo. En las dos sesiones anteriores, como en las sesiones previas, no hice ningún esfuerzo más que extraer sus respuestas. En la sesión siguiente, estando el paciente en estado de vigilia, elaboré una vaga a la op ortunid a d discusión general respecto a lo que él podría esperar en el futuro. Esto, le expliqué, serí de mirar ha c ia el pa sad o, p ara revisar sus do lenc ias y d ific ultad es, y reco rda r el de sarrollo d e la terap ia. Despué s, y m uy imp ortan te, p od í a exa m inar tod os esos log ros resultante s de la te rap ia, qu e representa ba n su log ro de e sas c osas qu e signific ab an un a a d ap tac ión norma l. Sin em ba rgo, esto último p od rí a ser hec ho solam ent e d esp ué s d e un la p so d e tiem p o, p rob a b lem en te a lguno s m eses, de sp ué s d el té rmino d e la tera pia .
10 (Nota
d e Erickson) La idea de las bolas de cristal se presta c on facilidad a la comprensión del público c omún, y los cristales alucinados son c onvenientes, pueden ser manipulado s con facilidad y son muy económicos. 40
Después lo hipnoticé profundamente, y repetí la misma discusión en términos generales similares. Estando en un trance sonambulístico profundo, fue desorientado en el tiempo y después orientado o proyectad o en el tiempo11 hac ia alguna fec ha futura.12 La proyec ción al futuro que a lcanzó este pa ciente fue de a proximad amente cinco meses, y al ambiente era la consulta. El propósito d e su vista –ya que, pa ra é l, había pa sad o suficiente tiempo desde la finalizac ión de la terap ia– fue da r un rec uento de lo que rea lmente le hab ía suce dido desde entonces. Ofrecí la sugestión, con la c ual estuvo de a cuerdo fá cilmente, que podría agrad arle c omenzar con una revisión breve, pe ro c omprensiva, d el pa sad o c omo se veía en las escena s de las bolas de cristal. Se ocuparon unos 10 minutos en esta revisión alucinada. Durante este tiempo, sus manifestaciones emocionales fueron de un interés empático, en lugar del temor, la ansiedad intensa y las preoc upaciones que había mostrad o con frecuencia en las situac iones previas similares. Después le sugerí que podría ayudar en su reporte de los desarrollos terapéuticos que había alcanzado, al visualizar los incidentes significativos en otra serie de bolas de cristal. Así, podría disfrutar observando el desarrollo progresivo de cad a evento cua ndo había oc urrido. Estuvo de ac uerdo c on e ntusiasmo, y a medida que revisaba las diversas escenas alucinada s en las bolas de cristal, su entusiasmo y su placer aumentaba. Con frecuencia las comentaba con excitación o exigía que yo observara lo que estaba suced iendo. Algunos de los reportes que dio pueden ser resumidos brevemente como sigue: 1.
Estoy caminando en la calle. Me doy vuelta. Iré a ver al Doctor X (su médico). No, vengo de vuelta. Estoy pensando, “Grac ias a Dios, no tengo que regresar nuevamente.”
2.
Estoy nada ndo y –ob servándome, haré un gran clava do.
3.
Mire, estoy pidiéndole un aumento a mi jefe. Está dándomelo. Demonios, no pude escuchar cuánto dinero. No c omprendo eso. (Distraje su atención rápida mente.13)
4.
¡Dios mío! ¿Vio eso? Ese fue el inmenso tipo que siempre estaciona su auto tan cerca del mío que no puedo sacar mi auto hasta que él regresa una hora y media después. Ahora estoy terminando de c onv ersar con él y le dije que si pensaba que yo era un árbol po r estac ionar su auto donde él pudiera hac erme esa mala jugad a.
5.
Estoy en el cine. (Le pregunté qué película estaba viendo.) ¿Quién miran esa película? Estoy ab razando a mi chic a.
11 (Nota
de Erickson) Esenc ialmente, esta es una téc nica simple a unque detallada de sugestiones a través de las cuales se le rec uerda a l sujeto p rofundamente hipnotizad o la fec ha ac tual; se le d ice que los segundos, los minutos y las horas están pasando; que mañana está acercándose, está aquí, y ahora es ayer; y que a medida que los días pasan, e sta semana pa sará pronto y que pronto el p róximo mes será e ste mes. Al usar esta técnica, deb e da rse particula r importancia a la verbalizac ión cuidadosa de la transic ión desde el futuro ha sta el presente y al pasado , y debe hac erse en forma c almada y gradual, sin apurar al sujeto. (Nota de Ma rio Pa checo) Un ejemplo de esta téc nica está descrito en Hip no te rap ia Eric kson iana : Nivel Básico , capítulo “Téc nica s de C onfusión”, Instituto Milton H. Erickson d e Santiago, 1996. 12 (Nota de Erickson) La fecha para el paciente, como consecuencia de las discusiones en estado de vigilia y trance anteriores, sería necesariamente para dentro de algunos meses en el futuro. Esas fechas futuras son mejor selec cionada s por el sujeto, ya que el hipnotista podría e scoge r una fec ha inoportuna para la situación. Además, el período de tiempo seleccionado no debiera ser definido con exac titud. Por ejemplo, si se desea una fecha futura real, como el próximo cumpleaños, la orientación debiera ser a “algunos días antes de su próximo cumpleaños.” Después es simple llevar al sujeto a definir la fecha progresivamente, en una forma más exacta. Cuando la fecha futura real es desconocida, puede pedírsele al sujeto que mire por una ventana y describa lo que ve, lo cual revela en forma indirecta la hora del día, la estación del año, y la ubicación. Así, un sujeto describió el mediodía d e Na vidad, c omprando apurado e n una ciudad distante. 13 (Nota de Erickson) Debe ejercerse una alerta constante para impedir un pensamiento indebido que pudiera romper la orientación psicológica establecida. 41
6.
Esa es una chica diferente y vamo s a una galería de arte y después vamos a c enar. Ella es bonita.
7.
Estoy dando un discurso a un grupo de hombres. Me pregunto cuál grupo es, porque di otro discurso también, pero no puede ver con c larida d.
8.
Mi auto ha sido pinta do y tengo un traje nuevo. Luzco b ien. Incluso lo llevo en el trab ajo.
No deseaba dejar de ver las bolas de cristal, expresando muc ho placer en sus logros y un deseo de describir más respecto a ellos. Sin embargo, lo orienté nuevamente al tiempo actual y le di extensas sugestiones posthipnóticas para tener una amnesia completa de toda s las cosas posibles que pudieron ha ber ocurrido durante la sesión. Adicionalmente, que no respondiera a ninguna c lase de cosas que pudieron hab er suce dido durante la sesión, excepto una obediencia total a las instrucc iones que estaba entregá ndole. Al irse se quejó de una fatiga extrema. Lo v i al día siguiente, y empleé la misma rutina. Lo orienté a siete meses en el futuro, y dio una respuesta inicial similar a esta proyección en el tiempo. Le dije lo que sigue: Según rec uerdo, yo lo vi por última vez hac e unos dos meses. Usted vino a reportar sus progresos. Lo coloqué en trance y lo tuve visualizándose en unas bolas de cristal, de modo que pudo d arme un recuento c ompleto. Ahora, suponga que usted recuerda esta noche todas las cosas que dijo y vio esa noche, dos meses atrás. No piense en las cosas que nunca vio o hizo; recuerde solamente las cosas que dijo y vio e hizo mientras estaba dándome el reporte. [Esto fue para impedir que él recordara algo respecto a las instrucciones preliminares o las posteriores, particularmente con relación a la proyecc ión en el tiempo.] Ahora revise todas esas cosas. Algunas de ellas son de muy atrás, de su primera entrevista e incluso má s atrás, al comienzo del problema q ue usted me trajo. Piense c on c uida do, co n claridad, extensamente, y después discútalas conmigo. El contenido e senc ial de esta discusión es co mo sigue: Realmente yo era una porquería cuando lo conocí a usted. Un niño llorón. No podía ver cómo usted pudo aguantarme. El Dr. X se merece una medalla de oro por lo que él hizo. Me avergüenza pensar en eso. Realmente no sé lo que suce dió. Fue co mo un sueño, pe ro no era un sueño. C ualquiera le d iría que se ha co nvertido en verdadero. Yo era un niño pe queño, y era mayor, y era má s grande a un, a veces todo al mismo tiempo. De alguna forma usted hizo que yo viviera toda mi vida, de manera q ue pudiera verla. Rea lmente la viví. Después usted me hizo ver unas escenas en unas bolas de cristal. Yo estaba en esas bolas. Y miraba desde afuera. Algunas de las cosas que vi eran muy tristes. Estab a triste c onmigo mismo. Pero la cosa realmente me gustaba, pero no tenía ninguna esperanza cuando usted me dijo que le dijera tod a s las cosas que yo quería hacer. Después, de a lgún modo, comencé a ha cer esas cosas. Pero no puedo comprender cómo, porque yo debo haber estado en esta sala y no estaba. [Lo interrumpí de inmediato, y le di extensas instrucciones hipnóticas para que reportara solamente lo q ue él vio e hizo, y que no intentara c omprender la situac ión.]
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Bien, hice cada una de esas cosas. Disfruté haciéndolas. Estoy seguro que estaba sorprendido cuando le ped í a esa mesera una cita. Era una linda chica. Y el costo de eso fueron 10 dólares. Y cuando le hablé a ese tipo porque me bloquea ba con su auto, él me tomó po r un hombre. ¡Y me sentí como un hombre! No fui dond e el Dr. X, aunque él estaba rea lmente interesado e n mi. C reo que me c ría, aunque no po día ayudarme. C ontinuó revisando con confianza, seguridad y plac er, mucha s más fantasías de logro, toda s dentro de situaciones realmente posibles para él. Todas ellas tuvieron, aparentemente, el significado de ser rea lida des pa ra él. Cuando hubo terminado aparentemente, le dije que estaba hipnotizado. Por medio de este ac erca miento fue po sible volver a orientarlo a l tiempo a ctual. Nuevamente, co mo en la sesión previa, le di extensas sugestiones posthipnóticas para inducir amnesia para todos los eventos del trance. Estando aun en estado de trance , le di instrucciones ambiguas respec to a que su próxima cita e ra posiblemente para la semana siguiente, pero que eso podría ocurrir o no; que los diversos eventos que se desarrollarían determinarían el tiempo y el modo en el cual él asistiría a la cita. Sin embargo, estaría seguro que le vería nuevamente, si no era a la semana siguiente, sería muy posiblemente en dos meses más. Lo desperté con instrucciones posthipnóticas para a mnesia y lo desped í sin mencionar la c ita futura. Se veía exhausto y a bsorto en si mismo. No lo vi hasta ocho semanas después. Vestía un traje nuevo, y su auto estaba recién pintado, con los asientos con un tapiz nuevo. Lo acompañaba una atractiva muchacha joven, una secretaria. Su primer comentario fue que sentía que le gustaría darme un recuento de los eventos recientes que le habían ocurrido. Su reporte puede resumirse del siguiente modo: Durante alrede dor de una semana después de la última sesión se ha bía sentido confundido y desconcertado, pero al mismo tiempo tenía una “sensación” que “algo bueno estaba sucediéndole.” Después un día estaba preguntándose en su trabajo cuándo era su próxima cita conmigo, pe ro a ntes que pudiera c larifica r su pensamiento, le había p edido e n forma impulsiva un aumento d e salario a su empleador. No solamente se lo hab ían asignado, sino que fue transferido a otra posición mejor. Esto le había dado un tremendo sentimiento de júbilo y confianza en si mismo. Al salir del trabajo esa noche, en lugar de esperar en su auto y enojarse inútilmente, porque no podía sacarlo del estacionamiento, saludó al hombre y lo invitó a tomar una cerveza. Mientras bebían le dijo al hombre con un tono de voz seco, “Creo que usted ha estado dejando atrapado mi auto, porque he sido un marica. Pero a partir de ahora, bastardo, córtela y pídame otra cerveza.” Esto había finalizado esa persecución sin importancia. Sintiendo mucho júbilo por esto, cenó en un restorán diferente esa noche, entablando una conversación con la mesera, y le pidió una cita. Ella lo rechazó, y sin perturbarse, se fue solo al cine. Subsecuentemente, se mudó a otro barrio residencial, mucho mejor. En el proceso de la mudanza, “arrojé toda la basura que había estado guardando durante años. Arrojé todos los desperdicios y realmente limpié la casa.” Se había unido al Club de Hombres de Negoc ios J óvenes y se había hecho una posición en el programa semana l. Sentía que ha bía logrado c redibilida d. A pa rtir desde entonce s, “comenc é a vivir una vida respetable normal y disfrutar de las cosas como el hombre promedio. De pronto abandoné mis malos hábitos y mis malos sentimientos. Fue fácil una vez que hube comenzado. Nunca lo había intentado antes. Pero una cosa llevaba
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naturalmente a la siguiente, en lugar de sentirme mal como acostumbrab a, aba ndone eso y hago lo que de bo. C onoc í a mi chica en un baile, y somos una pa reja establec ida. Pero estamos esperando un poco para ver si estamos realmente interesados. Mi salud es buena. No presto atención a cua lquier jaquec a o dolor pequeño c omo lo hac ía antes. Lo calmo con una aspirina o algo parecido, en lugar de asustarme a morir. Algún día iré a ver al Dr. X y le permitiré que me vea en la forma que soy realmente. Fue un buen muchacho conmigo.” Después de conversar un poco más, y sin haber hecho algún esfuerzo por averiguar qué había oc urrido en su relac ión co nmigo, se ma rchó. Lo ví casualmente de tiempo en tiempo en una forma social. Dos años después aun estaba ajustándose satisfactoriamente, y él y la secretaria estaban completando sus planes de matrimonio. (Erickson, 1954/1980, p. 397-404)
Pa c i e n t e D Esta historia de caso se centra alrededor de un impasse durante una terapia y la utilización de una fantasía respecto al futuro para a segurar una rea nudación efectiva de l progreso terapéutico. La pa ciente sufría de una profunda ne urosis ansiosa con d epresión severa y reacciones de retirad a, y marcada dependencia paterna. Habíamos hecho mucha hipnoterapia y su respuesta inicial fue buena. Sin embargo, a medida que la terapia c ontinuaba , se fue volviendo má s nega tiva y resistente. Finalmente, la situación llegó a que ella se limitara a si misma durante la hora terapéutica, con un acerca miento intelec tual a sus problema s y sus nec esida des, mientras mantenía rígid amente el status q u o de antes.
Unos pocos ejemplos serán suficientes para ilustrar su comportamiento. Por razones lógicas, ella no podía tolerar su situación en la casa paterna, pero persistía en permanecer en ella a pesar de las dificultades reales, y est aba a la espera de oportunidades favorables pa ra irse. Estaba amargamente resentida c on su empleo, pero se nega ba a a ceptar un ascenso realmente disponible para ella. Se da ba totalmente c uenta de su nec esidad d e tener ac tivida des soc iales, pero evitaba , a menudo c on dificultad, todo tipo de oportunida des. C onversó largamente de su interés por leer y las largas horas que pasaba en su casa deseando algo para leer, pero se negaba a entrar a la biblioteca ante la cual pa sab a dos vec es al día, a pesar de las numerosas promesas que se había hecho. Además, comenzó a exigirme crecientemente que yo debía tomar acciones definitivas para obligarla a hacer esas cosas que ella reconocía como necesarias y apropiadas, pero que no podía lograr por si misma. Despué s de muc has horas inútiles, ella se centró finalmente en la ilusión que si podía lograr al menos una de esas cosas deseadas, tendría los ímpetus y la intención forme para lograr las otras. Después que ella dio énfasis y rec alcó esta a firmac ión, lo a cepté como una mu estra de valor. La hipnoticé de inmediato y, en un estad o sonambúlic o, la instruí para que viera una serie de bolas de cristal. En cada una de ellas se mostraría una experiencia significativa de su vida. Ella las estudiaría, haría comparac iones, realizaría contrastes y notaría la c ontinuida d de los diversos elementos desde un nivel de edad al siguiente. Además, de este estudio emergería lentamente una constelación de ideas que serían formulada s sin que e lla fuera c onsciente. Esta formulac ión se le manifesta ría a través de otra 44
bola de cristal grande, en la c ual se vería mostrando plac er, felicidad y entusiasmo en a lguna activida d futura. Pasó aproximadamente una hora absorta estudiando las diversas situaciones alucinadas; ahora y de spué s da ría un vistazo a la oficina, c omo si mirara o tra bola d e c ristal. Finalmente loc alizó esa bola y dio toda su atención a ella, describiéndome la escena alucinada c on interés ávido. Esta fue la descripción de una escena de una boda, la de un viejo amigo de la familia, la cual no tendría lugar realmente hasta dentro de tres meses. Vio frecuentes acercamientos [close-ups ] de si misma y los demás. Describió la ceremonia matrimonial, la recepción, y el baile que siguió a continuac ión. Estaba particularmente interesada en el vestid o que su imagen estaba luciendo, pe ro que sólo pudo describir como “bello.” Observaba el baile, identificando a algunos de los hombres con los cuales bailó, y dijo el nombre de uno que le pidió una cita. Una y otra vez comentó lo feliz que ella estab a, y el contraste que había entre su apa riencia a ctual y su apa riencia en la boda. Fue difícil lograr que dejara de mirar la escena de la fiesta de bodas, ya que estaba muy interesada en ésta y debido a que estaba muy agrad ad a c on su comportamiento en la fiesta. Finalmente le di instrucc iones para q ue mantuviera en su inconsciente todo lo que había visto, y que tuviera amnesia para las experiencias de trance. Además, le expliqué, que éstas constituirían una fuerza motivadora tremenda, por medio de la cual sus comprensiones podían ser utilizados en una forma constructiva. Después la desperté y la de spedí con una sugestión posthipnótica pa ra la c ontinuac ión de la a mnesia. Tuvimos solamente dos entrevistas más, y ambas estuvieron limitadas en libertad para la pac iente. Cada vez ella afirmó que no había dicho nada, hasta que estuvo hipnotizada. Cada vez que la hipnoticé, afirmó que quería instrucc iones para rec ordar muy claramente en su inconsciente todo lo que había visto, pensado y sentido, mientras mirab a la escena de la boda . Le di las instrucc iones desea das, y después de media hora a una hora de pensamiento silencioso en el estado de trance, le pedí que despertara y la d espedí. En la segundo visita ella dio por terminad a la terapia. No la vi hasta algunos días desp ués de la boda , tres meses después. Entró a la oficina sin tener una cita y explicó, “He venido a contarle respecto a la boda de Nadine. Tengo un extraño sentimiento que usted sabe respec to a eso y aun no sé una c osa. Pero sé que tengo que darle una explicac ión por alguna razón.” Su explicac ión consistió e n que e lla y Nadine y el novio ha bían sido amigos de toda la vida y que sus familias eran amigas íntimas. Hacía tres meses atrás, después de la sesión terapéutica, se había sentido obligada a interrumpir la terapia y a dedicar sus energías para prepararse para esa boda. Cuando le pidieron que fuera una dama de honor, decidió confeccionarse su propio vestido. Esto hizo necesario que fuera ascendida en el trabajo, de modo que pudiera tener mejores horas en el trabajo. Adicionalmente, había tomado un departamento en el centro, de modo de no perder un total de tres horas en ir y venir al trabajo. Había salido de compras con diversas amigos para que le ayudaran a seleccionar los regalos de boda, y se las había ingeniado para invitarlos a la boda. Había estado muy ocupada. Describió la escena de la boda, la recepción y el baile. Estuvo decididamente asustada cuando le pregunté si había bailado con Ed y si él era uno de los hombres que le habían pedido una cita. Respondió muy asombrada que ella no c omprendía, ya que no hab ía hecho mención al nombre de él, y cómo yo p odía hacerle esa pregunta espec ífica. Sin embargo, había b ailado c on Ed, pero que había rec hazado su petición para una cita, ya que ella c onsideraba que él no estaba a su altura. Sin embargo, había ac eptado una cita para otro ba ile.
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Finalmente, le recordé cuál era su propósito original para verme. Su respuesta fue muy simple, “Yo era una linda niña e nferma c uando vine a verlo a usted; estab a horriblemente confundida, y le agradezco mucho que me ha ya da do e l impulso en el tiempo para que pudiera estar preparada para la b oda .” No tenía c onsciencia que su prepa rac ión para la bo da constituyó su rec uperac ión. La he visto ocasionalmente en forma casual. Está felizmente casada y es madre de tres hijos. (Erickson, 1954/1980, p. 410-412)
C o m e n t a r io G e n e r a l Quizá la primera discusión de estos procedimientos experimentales debiera referirse a cómo las fantasías de los éxitos pudieron proba rse c omo una medida terapéutica efec tiva. C omo todos sabemos, sobre la ba se de la experienc ia c otidiana, lo fá cil que es fantasea r y lo lejos que están esos esfuerzos de convertirse en una realidad. La historia fantaseada es como una obra maestra, hasta que es puesta en un papel, y la bella pintura, tan fácilmente visualizada en el ojo de la mente, se convierte en una as mancha cuando e l pincel es aplic ado a la tela. Sin embargo, de be tenerse en mente que e sas fa nt a sí son fa nta sí a s c on sc iente s . Ellas representan los logros separados de la realidad, completas en si mismas,
expresivas, y reconocidas por la persona como no más que los deseos ilusorios conscientes. La s fa nta sí a s inc on sc iente s , sin embargo, pertenecen a otra categoría de funcionamiento
psicológico. No son logros completos en si mismos, no están separados de la realidad. Por el contrario, son constructos psicológicos con diversos grados de formulación, para los cuales el inconsciente está preparado , o e stá esperando una oportunidad para hacerlos parte d e la realidad. No son simplemente un d eseo ilusorio , sino que una intenc ión rea l para el momento oportuno. Así, uno puede esforzarse por registrar una historia fantaseada en un papel, sino que sus méritos pueden derivarse de “los súbitos destellos de inspirac ión que vienen a la mente”. O un autor puede esforzarse c onscientemente por escribir una novela y encontrar que sus personajes “no se comportan como él quiere, sino que lo hacen por c uenta propia.” En estas historias de caso, el énfasis se coloc ó en las fantasías respec to a l futuro, y se hicieron tod os los esfuerzos para mantenerlas inconscientes, a través de sugestiones que prohiben e inhiben. Al hacer esto, el inconsciente de cada paciente proveyó un rico conjunto de ideas desconocidas para la mente consciente. Después, en respuesta a las nec esida des innatas y deseos de la persona lida d total, el consciente pudo utilizar esas ideas al traducirlas en realidades de la vida cotidiana, como respuestas espontáneas en las situaciones oportunas. Puede citarse una ilustración experimental de esto. A un sujeto hipnótico normal a quien le disgustaba mostrar ostentación de lo que sabía, y que solamente hablaba inglés, se le enseñó en un trance profundo a recitar “Die Lorelei.” Esto fue hec ho e n un apa rente experimento sobre la memoria, sin informarle que estaba aprendiendo un poema o que estaba en alemán. Se le sugirió una amnesia posthipnótica pa ra esta ta rea . Alrededor de dos semanas después, en una reunión social, en la cual se habían hecho algunos arreglos de a ntemano, un colega mío se ofreció pa ra entretener al grupo c on canc iones y poemas en diversos idiomas, polaco, austríaco, italiano, francés y español. Después de escucharlo con un disgusto crec iente, el sujeto afirmó “Yo puedo hablar en sílab as sin sentido, también”, y precedió a rec itar “Die Lorelei.” Para su comprensión consciente, sus palabras no eran más que sílabas sin sentido, ofrecidas espontánea mente en la situación inmediata. Fue nec esario volver a hipnotizarlo para c onvenc erlo de lo contrario. 46
Este experimento difiere de las historias de caso en que las posibilidades futuras en una situación de la vida cotidiana no eran parte de una situación experimental. Por el contrario, se suministró al inconsciente del sujeto un aprendizaje especial, y después, posteriormente, se creó una oportunidad en la cual ese aprendizaje especial pudo hacerse manifiesto en respuesta a sus necesidades personales internas. En el caso de los pacientes, se desarrollaron en sus mentes inconscientes comprensiones especiales pa ra el futuro, y sus situa ciones de la vida rea l presentaron las oportunidad es rea les pa ra utilizar esas ideas en co mportamientos de a cuerdo a sus nec esida des y deseos internos. La forma e n la cual los pa cientes hicieron de sus fantasías una pa rte de su vida rea l fue de ac uerdo a la evolución natural de las respuestas conductuales espontáneas a la realidad. Esto no fue una complacencia a las sugestiones, ni parecían derivar de alguna otra respuesta de los pacientes a sus realidades. Su comportamiento fue experimentado por ellos como surgiendo desde dentro de ellos mismos y relacionado con sus necesidades en su situación vital inmediata. De este modo, el Paciente A se preguntaba vagamente respecto a su próxima cita conmigo y actuó bajo un impulso súbito para pedir un aumento de salario, lo cual llevó, a su vez, a una serie de eventos. La Paciente D no abandonaba la casa paterna debido a las razones lógicas que había discutido conmigo, puesto q ue ella quería fabricarse un vestido que quería lucir. [...] La clase de fantasías a través de las cuales los pacientes alcanzaron sus metas posee un marcado interés y significado. No fueron del tipo grandioso de fantasías elaboradas que uno tiene cuando fantasea conscientemente respecto a los deseos de uno. Fueron fantasías acordes con sus comprensiones de metas realmente alcanzables. Por ejemplo, el Paciente A era lastimosamente modesto al desear una salud “lo justo necesaria.” Ni pensaba convertirse en un ganador de una pelea, sino que esperaba ser capaz de ser “tomado como un hombre.” [...] Y la paciente D se veía a si misma en su fantasía no c omo una estrella en el mundo d el espectác ulo, sino c omo una protagonista feliz en la boda de su amiga. Esas fueron todas las fantasías respecto al futuro experimentadas por esos pacientes. No iban más allá de la imaginación, sino que eran fantasías adecuadas a las posibilidades reales, acordes con su comp rensión de si mismos. Es difícil especular sobre la pregunta de por qué y cómo la “proyección del tiempo” probó ser una medida terapéutica efectiva para esos pacientes. Uno podría trazar con dificultad paralelos con las experiencias comunes en la vida cotidiana. Por ejemplo, la publicidad utiliza recursos que estimulan las fantasías del futuro. Un ejemplo má s cerca namente c ompa rab le a los reportes de caso descritos es el de escribir, que después de mucha indecisión, una c arta ac eptando un nuevo puesto. Una vez que ha sido escrita, incluso aunque no haya sido enviada aun por el correo, se desarrolla inmediatamente un sentimiento profundo q ue la suerte está ec ha da en forma irrevoc able. Esto resulta en una nueva orientac ión psicológica de una fuerza obligatoria que efectúa una nueva organizac ión del pensamiento y el planeamiento. El acto de escribir la carta constituye la iniciación de la acción, y, como fue mencionado antes, una ac ción una vez iniciada tiende a continuar. Aparentemente para esos pacientes, el establecimiento de un estado disociado, en el cual ellos pudieron sentir y creer que habían logrado ciertas cosas beneficiosas para ellos, les dio un sentimiento profundo de haber lograd o realida des, lo cua l, a su vez, resultó en la reorientac ión terap éutica d eseada. (Erickson, 1954/1980, p. 420-423)
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Sistematización de la técnica de proyección en el tiempo de Erickson (Hammond, 1990, p. 543-545)
Hammond ha descrito y ejemplificado 8 pasos en la técnica, y sugiere tomar precauciones cuando sea utilizada con pacientes severamente deprimidos, ya que pueden proyectarse negativamente hacia el futuro, estimulando aun más sus sentimientos de desesperanza. Los pa sos son los siguientes: Paso 1: Entrenamiento para entrar en tranc e.
Erickson reportó que todos sus sujetos estaban en trance sonambulístico e indicó específicamente que esta técnica era generalmente usada con un trance profundo. Los sujetos también deberían ser cap ac es de experimentar amnesia. Paso 2: Identificación de las esperanzas y anhelos para el futuro.
Después de hipnotizar profundamente al paciente y mantener el estado de trance, hacerlo meditar e identificar sus esperanzas y anhelos para el futuro. Paso 3: (Opc ional) Revisar la historia pasada y las pautas de ésta.
Se tiene al pac iente alucinando una serie de televisores (Erickson tenía al pac iente a lucinando “bo las de cristal”) como en una tiende d e equipos de televisión. Se indica al pa ciente que se verá a si mismo en una variedad de situaciones (en distintas películas) y en épocas distintas de su vida. Será capaz, por consiguiente, de observar su comportamiento, reacciones y pautas en épocas diferentes, para comparar, contrastar y discernir los lazos de continuidad entre las diferentes edades. Esta revisión también puede incluir revisar los logros y los aprendizajes que han ocurrido en la terapia. Paso 4: Desorientación y c onfusión respecto al tiempo.
Se le rec uerda al pac iente la fec ha ac tual; se le d ice que los segundos, los minutos y las horas están pasando; que mañana está acercándose, ya está aquí, y ahora es ayer; y que los días pasan, esta semana pasará pronto y que el próximo mes será este mes [...] De este modo se desorienta al paciente primero en el día, después en la semana, después en el mes, culminando en una amnesia para el tiempo, el lugar y la situac ión, pero c on un reconoc imiento de la identida d general de si mismo. Erickson entrega sugestiones de confusión para reorienta r al paciente en el tiempo . El siguiente es un ejemplo de regresión de e da d, que luego se invierte para la progresión en el tiempo: El tiempo puede cambiar, ¿no es cierto? Y quiero que olvide algo. No le diré exactamente qué. Pero estará olvidando algo en forma gradual, lentamente, con facilidad y en forma cómoda. Casi parece como si pudiera ser Lunes [el día es Domingo], o quizá podría ser Sábado, o incluso podría ser Viernes. [Va hac ia atrás puesto q ue es una regresión]. Y quiero que pa rezca de ese modo , y me gustaría que se sintiera un poquito asombrado a medida que comienza a estar confundido con la edad, y disfrútelo... Y ya que usted no sabe qué día es, será difícil decir qué semana es. Y tiene que ser esta semana, pero ¿qué semana es esta semana? ¿Es la última semana de Mayo o la primera semana de
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J unio? [Realmente es J unio] O quizá en ninguna d e esas semanas. Quiero que lo disfrute. J unio, Ma yo, Ma yo, J unio, y la p rimera c osa que sé es que vendrá a su mente el pensamiento de Abril [es una regresión de edad]; y no puede ser J unio, no puede ser Ma yo, no pued e ser Abril. Y, ahora, mientras experimenta ese sentimiento, quiero que se dé c uenta que ha olvidado a lgo más. Olvida que e s Ma yo, y si piensa q ue es Ab ril o Ma rzo, o incluso si piensa que es Febrero –Marzo, Abril, Ma yo y J unio están olvidado s, y ahora quiero q ue descub ra que no está seguro si es 1944 o 1945 [rea lmente es 1945]. [En otra oportunidad se usaron las siguientes sugestiones:] Ahora escúcheme cuidadosamente. Es 1942, ¿no lo es? Y el tiempo está cambiando, cambiando, y pronto no será 1942. Pronto no será 1941. Muc has cosas están yéndose de su mente, y está olvidando y olvidando y olvida ndo y olvida ndo, y usted es una niña pequeña – sólo una niña pe queña y se siente feliz. Ahora puede hablarme. ¿Qué día de la semana es éste? Realmente no sé, ¿y usted? Tiene cosas más importantes en las cuales pensar.
Después que la paciente había recibido más entrenamiento en el trance, se usaron las siguientes sugestiones para la proyec ción en e l futuro: Y a h o ra q u ie ro q u e c o m p re n d a , e sc u c h e c o n c u i d a d o y c o m p r e nd a , que el tiempo está
cambiando nuevamente. Y a hora es Junio, 1945. Y cambiaré el tiempo de nuevo. Quiero que olvide J unio, 1945. Olvidar, J unio, 1945, y aun ser cap az de escuc harme y co mp renderme. Y el tiemp o c a m b iará y usted no sa b rá q uéd í a es, o q uém es es, y no le imp orta rá . Estará cómoda, durmiendo
profundamente. No le im p o rta rá q uédía es . Todo lo que quiere es dormir. Y ahora el tiempo está cambiando, y quiero que se dé cuenta que el tiempo ha cambiando ha muy rápidamente. Aun no sabe qué día es y no le importa. Pronto será Agosto, 1945. Agosto, 1945; y a nte s será Ag osto, 1945, m uc ha s c osas deb en ac ontec erle. Muchas cosas diferentes. Y lentamente, quiero que le sucedan esas cosas. Y
quiero que p asen por su mente [o el pa ciente pued e verlas en las TV o e n las bolas de c ristal] –ca da día en J ulio y ca da día en la primera semana de Agosto. Y quiero que esos días estén claros en su mente, hasta que comience a rec ordar incluso la última semana e n J u nio, 1945. Y ahora d uerma y vaya en el tiem po hasta que sea Ago sto, 1945 . Sólo c ontinúe durmiendo a medida que e l tiempo pasa y esas cosas
le sucedan –sucedan muchas cosas. Y en Agosto, 1945, usted vendrá a verme. ¿Vendrá, no es cierto? Cua nd o sea A go sto, 1945, qu iero qu e d uerma c on sus ojos ab iertos, y me ha ble, y me c uente esas cosas que le suc ed ieron la última sem ana de Junio, y en las sem ana s de Julio y la p rime ra sem ana de Ag osto
[una direc tiva implicada , que permitió que la pa ciente tomara todo el tiempo interno que era nec esario, y después suministra una respuesta conductual cuando éste ha finalizado]. Y me contará... respecto a que hizo y cómo lo hizo. Paso 5:Pseudo-orientac ión en el tiempo hac ia el futuro
El paciente es proyectado ahora al futuro. Después de ser orientado en el tiempo, se interactúa con el paciente como si ambos estuvieran en el futuro. Este paso está ilustrado en la siguiente forma: Según rec uerdo, yo lo vi por última ve z hac e unos do s meses. Usted vino a reportar sus progresos. Lo coloqué en trance y lo tuve visualizándose en unas bolas de cristal, de modo que pudo darme un rec uento completo. Ahora, suponga que usted recuerda esta noche todas las cosas que dijo y vio esa noche, dos meses atrás. No piense en las cosas que nunca vio o hizo; recuerde solamente las cosas que dijo y vio e
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hizo mientras estaba dándome el reporte. [Esto fue para impedir que él recordara algo respecto a las instrucciones preliminares o las posteriores, pa rticularmente c on relac ión a la proyec ción en el tiempo.] Ahora revise todas esas cosas. Algunas de ellas son de muy atrás, de su primera entrevista e incluso más atrás, al comienzo del problema que usted me trajo. Piense con cuidado, con claridad, extensamente, y después discútalas conmigo. Erickson explica, “Después le pedí al paciente, que ha alterado su orientación temporal, que pensara profundamente e n esas cuestiones estresantes –respec to a esas cosas que lo avergonzab an y lo hac ían temeroso e n las situac iones de su vida ac tual. Y ya que él podía mirar esas cosas desde su punto de vista ventajoso, como habían ocurrido en el pasado, ¡él podía emplear la perspectiva del tiempo pasado en su resoluc ión!
Paso 6: Sugestiones extensas de amnesia
Se sugiere amnesia pa ra proteger a la riqueza de ideas inconscientes, desconoc idas por la mente consciente. Una forma de entrega r la amnesia podría ser la siguiente: Y quiero que mantenga ese co nocimiento en su inco nsciente. ¿C omprende? Y quiero que mantenga este conocimiento en su inconsciente y no lo descubra hasta después, este verano. ¿Comprende? Así como a reprimido y olvidado cosas dolorosas en el pasado, así quiero que reprima este c onoc imiento hasta que llegue el tiempo correc to pa ra desbordarse en su entendimiento, de modo que realmente pueda tener la experiencia de descubrirse a si misma... ¿Comprende? Y quiero que sea un sorpresa treme nda me nte p lac entera pa ra usted .
Paso 7: (Opcional) Repetición completa del procedimiento en la sesión siguiente
Parece que en ocasiones, Erickson tenía al paciente repitiendo completamente la experiencia de la progresión de edad en la sesión siguiente. Puede haber sentido que esto formularía aun má s las metas e imágenes en un nivel inconsciente en la mente del pa ciente, y para suministrar una repetición adicional de la sugestión. Paso 8: Sugestión posthipnótica
Después de hab er completado la experienc ia de p rogresión de ed ad , puede volver a darse sugestiones positivas, de confianza, al paciente: “Usted sabe, dentro de si mismo, que esto es cómo ocurrirá. Realmente lo ha experimentado.” “Usted ahora sabe que puede, tiene confianza. De hecho, ha tenido éxito, y no hay nada que pued a hacer para impedir que suceda una y otra vez.”
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Fenómeno hipnótico: Alucinación hipnótica
Ps. Mario Pac hec o
Definición de conceptos
Se define a una alucinación como una experiencia sensorial que no surge de la estimulación externa (Yap ko, 1990). Las alucinaciones pueden darse en cualquiera o en todos los sistemas sensoriales (visual, auditivo, kinestésico, gustativo y olfatorio). Asimismo, p ueden dividirse en alucinac iones positivas y negativas. Una a l u c i n a c i ón p o si ti v a es definida como tener la experiencia de algo que no está objetivamente presente. Una a l u c i n a c i ó n n e g a t iv a es no experimenta r sensorialmente a lgo q ue está objetivamente presente.
Respecto a las alucinaciones negativas, son frecuentes cuando uno está absorto en otros niveles sensoriales (por ejemplo, si está concentrado leyendo estos apuntes, es probable que haya dejado de escuchar sonidos del ambiente, o quizá no se percate del reloj que lleva en la muñeca, hasta q ue haya leído e sto). Las alucinaciones positivas son más difíciles de conseguir en el trance hipnótico, que las negativas.
Su ocurrencia natural
Las alucinaciones positivas y negativas ocurren rutinariamente en la vida cotidiana. Ejemplos de alucinaciones positivas son aquellas de sentir picazón en el cuerpo cuando se encuentra un insecto sobre aquel; escuchar que nos llaman por nuestro nombre cuando no hay nadie alrededor, etc. Ejemplos de a l u c i n a c io n e s n e g a t i v a s son, por ejemplo, no escuchar la campanilla del timbre c uand o uno está a bstraído en otra c osa; no enc ontrar un objeto q ue está frente a nuestra vista. Para Ya pko (1990), las alterac iones sensoriales y las alucinac iones son términos intercambiables. Ya que para facilitar las alucinaciones el terapeuta debe alterar la consciencia sensorial d el pa ciente. A l alterar esa c onsciencia, se crea n las alucinac iones.
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Su utilizac ión estratégica
Las alucinaciones positivas son de utilidad para sumergir terapéuticamente al paciente a una situación que no puede ser reproducida en el mundo “real”. Por ejemplo, alucinar la imagen de otro signific ativo fallec ido p ara tener un diálogo con él. La técnica de la “silla vacía” de la terapia gestáltica, cuando es guiada en forma adecuada, es una verdadera inducción de trance, en donde la persona alucina positivamente aq uello que e stá trab ajando e n la silla vac ía.14 Para Yapko (1990), cuando se guía al paciente a una situación donde pueda experimentarse a si mismo o al mundo en una forma diferente, puede ayudar a incrementar la amplitud d e su experienc ia y o btener, en c onsec uencia, nuevos rec ursos.
Accesos
Las alucinaciones pueden surgir espontáneamente durante el trance hipnótico. Alucinar nega tivamente el c uerpo de uno o la voz del terap euta, son experienc ias comunes pa ra el cliente en tranc e (Gilliga n, 1987; Yapko, 1990). Para facilitar la experiencia de alucinar, los accesos directos o los indirectos pueden funcionar igualmente bien. Las sugerencias debieran ser ofrecidas en una estructura de sugestión po sitiva, d e mod o q ue el pa c iente p ueda experimentarlas. Yap ko (1990) entrega los siguientes ejemplos de sugestiones direc tas p ara alucinaciones positivas: ...Puede mirar hacia su alrededor y ver a alguien a quien ha querido ver y no ha visto en mucho tiempo ... ¿y có mo lo mira él?... ...Puede escuchar una voz diciéndole algo que usted realmente no debería saber... y ¿de quién es esa voz?... ¿y qué d ice? ... ...Puede oler el aroma del café cargado... y ese aroma surge de una situación pasada que usted no ha recordado en mucho, mucho tiempo... y ¿dónde está usted?...
En los ejemplos anteriores se espe c ifica la mod alida d sensorial, no así el contenido. También pued en utilizarse sugestiones indirec tas para fac ilitar alucinac iones. Por ejemplo, en lugar de sugerir directamente “No distinguirá a nadie que esté presente”, para que el paciente alucine negativamente a otras personas vecinas, puede lograrse esa alucinación sugiriendo, “Puede estar solo”, o “¿Dónd e se fueron todos?” Otros ejemplos indirectos pued en ser: 14 Ver,
Tobin, “El proceso de despedirse”, en Esto es ge sta lt , Editorial Cuatro Vientos, Santiago. 52
...y ¿c ómo se siente al verse a hí como un niño?... ...y ¿de quién es la voz que está escuc hando? ...
Erickson, Rossi y Rossi (1976) ofrec en una interesante sugestión indirec ta, que cubre todas las posibilida des de respuesta en forma de preguntas, pa ra posibilitar las alterac iones de la p ercep ción visual o pa ra a lucinaciones positivas o negativas: Y ahora o en unos poc os momentos, c uando su inconsciente esté listo, ¿ puede haber co nfusión o nebulosidad en el campo visual? (Pausa) Y, ¿cómo se desarrollará esa nebulosidad? ¿Habrá neblina o sombras? Y, ¿cuándo comenzarán esas sombras a ordenarse por si mismas en formas definidas? (Pausa) ¿Sus ojos estarán abiertos o cerrados? (Pausa) ¿Será interesante descubrir si ellos están brumosos, nebulosos o empañados? ¿O estarán inusualmente brillantes, penetrantes y claros cuando los abra? ¿Habrá alguna alteración del color del fondo? ¿Algunas cosas se verán inusualmente claras y otras no se verán en lo absoluto? Usted quiere saber y esperar cómodamente mientras eso se desarrolla.
A continuación, revisaremos dos procedimientos técnicos de Erickson que utilizan alucinaciones hipnóticas.
Dirección de la atención del pac iente en otra dirección (Erickson, en Rossi y Ryan, 1986, p. 129-134)
Debilitac ión de la resistencia a través de la c onstrucc ión repetitiva d e un “Ma rco de referencia inmodificable”; Entrenamiento en a lucinac ión; Fragmentac ión de la a tención a través de la c onfusión y la d istrac ción [Pregunta de la audiencia] ¿C ómo puede dirigir en otra direc ción la a tención del pac iente? “Ahora, he advertido sin lugar a dudas que mientras usted mira el reloj, sus ojos muestran una tendencia a vagar. Realmente, desde luego, en todos los estudios efectuados en la atención humana, ésta tiene una c ap ac idad muy limitad a. Por consiguiente, c reo que usted debiera estar interesado en advertir que sus ojos miran hacia lo lejos, y tarde o temprano volverán atrás; después vuelven a mirar hacia lo lejos, y volverán a retornar. Y he a firmado un simple hecho fisiológico.” No he corregido la experiencia de los sujetos. Les he e x p l i c a d o algo, porque no quiero corregir a los pacientes. Si los corrigiera les daría un sentimiento de inferioridad e incertidumbre; un sentimiento de fracaso. Quiero acentuar lo normales que son, porque quiero comportamientos normales de ellos; y usted quiere darles el sentimiento q ue son normales, y que ellos divaguen. Ahora, hay otra técnica que debo ilustrar, y es esta. Puedo pensar en el hombre y la mujer con los cuales trab ajé. Tenían acumulad as alrededor de 30 horas [de terapia] co n varios doc tores, y eran excesivamente resistentes. C omencé c on el hombre en esta forma:
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“Mientras se sienta en esta silla, y esta sentado allí, en e sa silla, advertirá que hay un c uadro en la pa red ahí. Hay una cortina allí, y hay un doctor sentado ahí, y un doctor sentado ahí. Hay una alfombra en el piso, hay una grabadora ahí y, desde luego, usted tendrá dificultades para cooperar conmigo en la hipnosis, puesto que es un paciente resistente. Usted lo sabe y no está muy seguro de eso. Pero hay un cuadro en la pared ahí, usted no puede ayudar a advertir, y hay una cortina en la pared ahí, y hay un doctor ahí, y un doc tor ahí, y un doc tor ahí, y un c uadro a hí en la p ared. Y mientras está sentado allí en esa silla c on sus pies ap oyad os en el piso, c on c omod idad, mientras ve un cua dro en la pared, el doc tor ahí, el doctor ahí, la cortina ahí, la pintura ahí, el doctor ahí. Y puede sentir los zapatos en sus pies, y puede mantener la sensac ión del zapa to en el pie hasta que dirija su atenc ión a la pintura en la pared; y el do ctor ahí y el doc tor ahí, la pintura ahí, la a lfombra en el piso y la grabadora.” Ahora, ¿qué hará el paciente, mirando hacia un lado y hacia el otro? Tendré su pie en ello, tendré sus rodillas en ello; tendré sus muslos en ello; y usted sab e q ue olvidará totalmente la pa red, porque ha y un cuadro en la pa red. Sólo verá a ese doc tor, y ese doc tor, y ese doc tor, y esa c ortina, y esa alfombra, y esa grab ad ora, y lo tendrá totalmente concentrado en esas cosas, y usted puede tomar esa grabadora y moverla hacia otro lado . No se percatará, porque ya e stá dirigido a ver la grabadora exactamente a hí. Y alguien puede c aminar y el doctor sentado allí puede moverse hacia otro lugar, pero él continuará viendo al doctor ahí. Todo lo que usted ha hec ho es co nstruir un ma rco de referenc ia p or med io d e la rep etic ión, y que no pued e c am biar . Usted ha mencionado sus pies, su pie izquierdo y su pie derecho; y su rodilla y su muslo; y él ha estado intentando seguirlo y darle sentido a estas frases interminab les. “Y después de un rato, usted puede ver literalmente al doctor sentado ahí, y al doc tor sentado a hí, y al doctor ahí, y la c ortina e n la pa red, la pintura ahí, la pintura a hí, y la graba dora ahí, incluso c on sus ojos cerrados. Y usted sabe que puede mantener el recuerdo de la pintura en la pared, el doctor sentado ahí, el doc tor sentado a llí; y mantener el rec uerdo de la pintura e n la p ared, el doctor ahí, la a lfombra en el piso, y la grabadora ahí. Mientras está pensando para comprender otras cosas, usted realmente no nec esita p ensar en e sas cosas en lo absoluto. La c osa imp ortante es usted mismo y su problem a y lo q ue qu iere ha c er a l respec to, y los diversos pensam ientos que están revo lote an do a travé s de su m ente inconsciente .”
Le he entrega do [a usted] esta técnica muy ráp ido, p ero le dará una idea de c ómo dirigir el pensamiento del paciente, de modo que esté dispuesto prontamente a olvidar cualquier cosa y cierre sus ojos y comience a pensar en el problema. Un lindo tranc e. C on la mujer proc edí del siguiente modo. También era mu y resistente, y usé esenc ialmente la misma téc nica, alterándola un poco para abreviarla y enfa tizando sus pies y sus mano s, sus gua ntes, sus muñec as, etc. “Puede recordar su pie derecho, pero puede olvidar su pie izquierdo, pero, desde luego, su mano derecha esta sobre su rodilla y su mano izquierda está sobre el brazo de la silla. Pero eso realmente no haría ninguna diferencia si su mano izquierda estuviera sobre su rodilla y su mano derecha estuviera sobre el brazo de la silla.”
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Bien, eso e stá bien. De modo q ue la p ac iente está e scuchándole, pero ¿dónde está su atención? M ano derecha, mano izquierda, pie derecho, pie izquierdo, su muslo derecho –no, su muslo izquierdo, etc. Usted está dirigiendo la a tención de ella. “Pero, desde luego, e l asunto no es su mano derecha o su mano izquierda, su muñec a derec ha, su muñeca izquierda, o su pie derecho o su pie izquierdo. El asunto es ese problema de la respiración que usted tiene y esa dolencia de la tos. Pero su mano derecha está sobre su rodilla –usted la siente allí, y le gustaría sentir la misma comodidad en su garganta y en su pecho, a medida que siente su mano en su rodilla.”
Usted pue de de nom inarla una té c nic a d e fragm enta c ión, si lo d esea , dond e usted frag me nta e l c uerpo; o p od rí a lla m a rla una té c nica d e c onfusión, o de nom ina rla una té c nica de distrac c ión. Pero to do el a sunto es p ed irle al pa c iente : “Désu a ten c ión a esto, a esto; y pe rmíta m e m a nte ner su a ten c ión mo vié nd ose en un e sp ira l c ad a v ez más estrec ho ha sta q ue su atenc ión estédirigida al asunto por el c ual vino a verme .
En una clase del Postítulo de Hipnoterapia Ericksoniana, un alumno y yo trabajamos con otro alumno. Nuestra meta era provocar una alucinación positiva visual en él. No sabíamos muy bien como procederíamos, así que decidimos a c o m pañ ar a l sujeto e n c ualquier rea lida d que nos propusiera, y luego d irig irlo hacia la meta deseada. No conocíamos la técnica descrita más arriba, pero actuamos en una forma en la cual el foco de atención del sujeto quedó totalmente reducido a lo que estaba viendo y luego a lucinando. Al sentarnos, el sujeto comenzó a mirar el piso (alfombrado), le preguntamos qué estaba mirando, mientras dirigíamos nuestra vista hacia ese lugar. Nos contó que desde pequeño le gustaba imaginar figuras en los pisos; le preguntamos qué figura estaba imaginando ahora, y comenzó a describirnos a un “payasito” que lo estaba mirando así y tenía sus brazos y piernas en esta y esta otra posición. Sin dejar de mirar hacia el lugar donde él veía el payaso, lo continuamos acompañando en su realidad, y estimulándolo a relatarnos qué más veía en el payaso y qué hacia éste. A medida que continuaba con el relato, con sus ojos totalmente abiertos, comenzó a evidenciar comportamiento de trance: la mirada fija, los ojos enrojecidos, las pupilas dilatadas, ausencia de pestañeo; y luego , a pe tic ión nuestra, c omenzó a imitar los movimientos del pa yaso, comenzand o a moverse e n forma estereotipad a y co ntinua. Se ma ntuvo en este c omportamiento p or más de media hora, y le sugerimos que él pod ía escucha r alguna cosa que e l payaso le quisiera contar. Para sacarlo del trance, le sugerimos cerrar los ojos, le permitimos descansar, y luego lo reo rientamos en la forma usual. Al pedirle después que mirara hacia ese lugar, hacia donde estaba el payaso, su vista volvió a fijarse y a entrar en trance hipnótico nuevamente.
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Regresión de edad: Técnica de alucinación visual (de una pantalla de cine) (Erickson, en Rossi, Ryan y Sharp, 1983, p. 255-256)
Descubrí después que es mucho más fácil extraer regresión de edad con la técnica siguiente: Usted tiene a una persona alucinando una p antalla de cine, y en esa pa ntalla hay una película en vivo, animada. ¿Q ué e stoy de mostrando ahora? [Apa rentemente, Erickson está demostrando ahora claves corporales sutiles pa ra reforzar la realida d de la pa ntalla d e c ine a lucinad a.] Mi compo rtamiento sugiere que yo realmente estoy mirando la pa ntalla. Es una c omunicación no verba l, una sugestión no verbal; pero mi compo rtamiento –de mis ojos, mi ca beza, la posición de mi torso leva ntado- sugiere que realmente estoy mirando esa p antalla de cine y que e stoy viendo a lgo en ella. “Y ahora una niña pequeña viene desde esa dirección hacia aquí, y está caminando muy feliz sola. Ahora ella se detiene, pero, ¿qué hará después?” Y mi sujeto está consciente de mi comportamiento; el sujeto mira en la direc ción que estoy mirando, y también c omienza a ver a la niña pequeña . Desde luego, mi sujeto es una mujer, ¿y quién es esa niña pequeña q ue verá probablemente? Esa niña pequeña es ella misma. A veces el sujeto (o paciente) verá a o tra niña pequeña , entonce s pregunto: “Hábleme de esa niña pequeña. ¿Q ué está hac iendo a hora? No la veo c on claridad. No pude ver ese movimiento que hizo... ¿Q ué fue?... ¿Q ué está tomando ahora? ” Y mi sujeto me lo cuenta. Después quiero saber: “Usted sabe, creo que la niña pequeña está hablando con alguien, pero no puedo escucharla. ¿Usted escuchará atentamente y me contará lo que ella está diciendo? Ahora cuénteme, ¿q ué está dic iendo? ” Mi sujeto me lo cuenta. Y puede ag regar: “¡No! ¡Ella dijo eso! Y ahora ella pe nsará a lgo, y ¿usted me contará lo que ella está pensando?” Y mi sujeto comienza a relatarme lo que la niña pequeña está pensando. Ahora pregunto: “¿Y qué supone usted que ella siente? ¿Puede advertir cómo está sintiéndose? ¿Se siente en la forma en que sus pies están colocados en el suelo? ¿Siente el movimiento de vaivén?” Y mi sujeto comienza a sentir la sensación de sus pies en el piso, la sensación de vaivén. ¿ Dónde, realmente, está mi sujeto? Mi sujeto está a hí, en la pe rsona de esa niña pequeña que e stá pensando y sintiendo y hac iendo. Después dijo: “Usted sabe, mientras usted se mece ahí arriba, aquí a mi lado puede hablarme. Y una voz a mi lado me puede habla r.”15 Y mientras ella c ontinúa mec iéndose, y jugando c on la muñeca , y hac iendo tartas de barro; y una voz aquí me habla y me cuenta lo que esa niña pequeña allá arriba está pensando y hac iendo, puesto que yo realmente no sé esas cosas espec ífic as. No puedo sab er cuáles son sus pa labras, si le gusta el movimiento, cómo se siente el piso –de modo que la voz me lo cuenta. Es una regresión de edad en do s fases. A veces dejo que el sujeto mantenga su identidad como adulto mientras está mirando a la niña pequeña –una niña pequeña muy viva, haciendo esto y eso; y después le pido a la adulta sentada a mi lado que identifique a la niña pe queña...
Utilicé (MPL) una técnica similar con dos pacientes adolescentes (14 y 13 años), con el fin de estimular en e llos el desarrollo de pa utas nuevas para enfrentar situac iones que los c oloc ab an tensos (el primero había desarrollado síntomas psicosomáticos fóbicos [fiebre] ante el inspector del 15 Adviértase
el método de disoc iación que está utilizando Erickson. 56
colegio; y el segundo presentaba síntomas somáticos la noche antes y las horas anteriores a los pa rtido s de tenis en los cuales competía). A ambos pac ientes les pregunté q ué les gustaba más, ¿e l cine o la televisión? Ambos preferían la televisión. Les sugerí que podían imaginar con los ojos abiertos un televisor apagado (o color o en blanco y negro, según ellos prefirieran) en la pared enfrente de ellos. Les pedí que me dieran una indicación con la cabeza cuando lo estuvieran v i e n d o . Una vez que obtuve la señal, mirando yo hacia la pared, les sugerí que se prepararan para
encender el televisor y ver un interesante programa donde un joven de la edad de ellos les enseñaría c osas impo rtantes pa ra que pud ieran supe rar sus temores. En ambos casos, se mantuvieron por más de media hora c on la mirada fija, los ojos abiertos, sin pestañear, sin presentar reflejo de sobresalto (en ambos ca sos el citófono de la oficina sonó y no alteraron su mirada; incluso en el primer caso tuve que abandonar la oficina por unos minutos, y le dije que iba a ausentarme por unos minutos, pero que él siguiera viendo ese interesante programa; cuando volví, no había modific ad o en lo absoluto su posición corpo ral). Para sacarlos del trance, les dije que podrían seguir revisando y recordando dentro de sus mentes las enseñanzas que ese joven les había dado, y que ahora podrían apagar el televisor y volver a p restar atención a la oficina. En ninguno d e los dos casos les pedí que me c omentaran lo que hab ían visto, y los cité pa ra quince días. En ambos casos, en la sesión siguiente, reportaron que los síntomas habían desaparecido.
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Fenómeno hipnótico: Analgesia y Anestesia hipnótica
Ps. Mario Pac hec o
Definición de conceptos
Según Yapko (1990), la a n a l g e s i a se refiere a la reducción de las sensaciones dolorosas, permitiendo la percepción de las sensaciones asociadas (v.g., presión, temperatura, posición). La anestesia se refiere a una eliminac ión co mpleta o casi completa d e las sensac iones de una pa rte del c uerpo o d e todo éste. Como las ap licac iones de la ana lgesia y la a nestesia c oincide n en muchos aspec tos –tanto en la evocación como en la utilización– las estudiaremos juntas.
Su ocurrencia natural
En un interesante artículo sobre la alteración del funcionamiento sensorio-perceptual, Erickson (Erickson y Rossi, 1979)16 afirma q ue c omo resultado d e los eventos experienciales de la vida de las personas, se han estructurado dentro del cuerpo, aunque no totalmente reconocidas por aquellas,
ciertos
aprendizajes
psicológicos,
fisiológicos
y
neurológicos,
asociaciones
y
condicionamientos, los cuales hac en posible que el do lor sea c ontrolad o e inc luso a bolido. Todo s nos hemos perca tado que el dolor desapa rec e c uando nuestro foc o de a tención es compe lido po r otro e stímulo má s inmediato. Por ejemplo, muchas vec es nos hemos hec ho una herida en la mano, y no nos damos cuenta de ésta hasta transcurrido un rato; o quién no ha experimentado sensaciones de entumecimiento en un brazo o la pierna al quedársenos “dormidos”. Cuántas veces ha desaparecido una jaqueca mientras mirábamos una película interesante. A través de experiencias semejantes a esas, el cuerpo ha aprendido una riqueza de asociaciones y condicionamientos psicológicos, emocionales, neurológicos y fisiológicos. Ese es el potencial que ocupa la hipnosis para controlar el dolor en forma intencional, sin recurrir a drogas (Erickson y Rossi, 1979). La experiencia del dolor es modificable a través de métodos hipnoterapéuticos, debido a que el dolor es un c o n s t r u c t o p s i c o l ó g i c o , un fenómeno subjetivo que se acompaña de manifestaciones objetivas. Puesto que es un fenómeno subjetivo consciente, con todas sus formas 16 “Una
introducción al estudio y a la aplicación de la hipnosis para el control del dolor”, en M. Pacheco, Manejo Hipnótico de l Dolor (Edición revisada , ampliada y ac tualizada ), Instituto Milton H. Erickson d e Santia go, 1988, p. 71-79) 58
de desagrado, amenaza, con significados virtualmente peligrosos, para su abordaje hipnótico se nec esita una ad ec uada c omprensión de c ómo se está manifest ando e n cad a pe rsona.
Uso estratégico de la analgesia y la anestesia hipnóticas
El uso de estos fenómenos –inocuos en cuanto a efectos colaterales– es muy ventajoso en situac iones de manejo y c ontrol del do lor ag udo y crónico. Son útiles en el control d el do lor ag udo c on a quellos pa cientes alérgico s a los anestésicos (v.g, Pacheco y Madariaga, 1989), o que no respondan bien a los analgésicos o anestésicos químicos; y también como coadyudantes de la anestesia y analgesia en pacientes que reciben anestesia química. Son utilizados, solos o combinados, en el manejo del dolor crónico. El control del dolor crónico o pe rsistente a travé s de métod os hipnó tic os ofrec e numerosas ventajas: 1.
Da la oportunidad para aumentar el autocontrol y acrecentar la responsabilidad del pa ciente po r su propio bienestar.
2.
Puede reducirse e incluso llegar a eliminarse los medicamentos, que pueden ser adictivos en algunos casos. Su efecto es mejorar la calidad de vida de estos pacientes (ver Haley, 1980, p . 269-284).
3.
Permite q ue el pa ciente sea menos depe ndiente del equipo méd ico pa ra su bienestar.
Accesos
A menudo la analgesia y la anestesia surgen espontáneamente al experimentar trance, ya que está asociada con la inhibición de los movimientos voluntarios (catalepsia) que se produce durante el trance, habiendo una consciencia disminuida del cuerpo y facilitando, por consiguiente, que surja la analgesia. Por lo tanto, c ualquier ac ceso q ue de svíe la c onsciencia d el sujeto de la sensac ión corpo ral ba jo consideración, puede tener un efec to ana lgésico indirec to (Yap ko, 1990). En las sesiones de entrenamiento y reforzamiento, el paciente con dolor puede aprender a distraerse y c onc entrarse e n otros aspe c tos internos que lo alejen del dolor.
A c c e s o s d i re c t o s
La sugestión direc ta d e a n a l g e s i a implica ofrecer sugestiones para la pérdida de sensaciones en el área específica que es dolorosa para el paciente. Por ejemplo, si un paciente experimenta un dolor agudo en el abdomen, que surge de una fuente orgánica, podría estructurarse un acceso c omo e l que sigue:
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... y cuando sienta que sus brazos y sus piernas se vuelvan pesadas... puede ver a los músculos del abdomen soltándose... relajándose... c omo si fueran cuerdas de g uitarra que usted va desenrollando... y cuando vea esos músculos de su abdomen relajados, puede sentir un hormigueo agradable... un hormigueo de comodidad... como cuanto tuvo una parte de usted entumecida, como un brazo o una pierna que se queda ron dormidos... podría sentir el mismo hormigueo... gustar del hormigueo agradab le en el abdomen ahora... más hormigueo... ¿y no e s interesante y aliviador descubrir la sensac ión de no tener sensac iones allí? C orrec to... la sensac ión de no tener sensac ión... un hormigueo... una agrad able y cómod a sensac ión de entumec imiento ahí... (Yapko, 1990, p. 277)
Adviértase que en la evocación del proceso descrito, no se menciona la palabra “dolor”; ya que es probable que exista una gran resistencia asociada al área molesta, y si se mencionara el no sentir dolor, quizá el paciente lo experimentaría en mayor grado; por esta razón se reencuadra diciendo “presión”, “inco modida d” o “sensac ión incó moda ”, en lugar de la pa labra “dolor.” Otro acceso directo, aunque ligeramente menos directo, es la a n e s te si a e n g u a n t e , en donde se anestesia una o ambas manos, y se puede transferir esa anestesia a cualquier parte del cuerpo q ue está con d olor. Este ac ceso p odría ser de la siguiente forma: ... y en un momento, cuando tome su mano, la pondré en una posición en que pueda permanecer en forma cómoda (el terapeuta toma la mano del paciente y apoya el brazo sobre su codo)... y puede mantener su mano e n esa posición c on facilidad... y mientras lo hac e puede advertir cómo... esta mano comienza a sentirse diferente a la otra... más alejada de usted... más distante... y mientras el resto de usted permanece muy tibio y c ómod o... esta mano puede comenzar a experimentar frescura... c omo si una brisa fresca estuviera flota ndo sobre su mano... refrescándola, enfriándola... y se c oloc a fría... y fría... mientras el resto d e usted permanec e c ómod amente tibio... la agrad ab le sensac ión de frío en su mano aumenta... fría... fría... y mientras su mano se vuelve cómodamente fría... puede hormiguear con un entumec imiento frío... y cua ndo yo toque su mano... puede ad vertir que la única sensac ión que siente es un entumecimiento frío y puede colocar su mano en cualquier punto en el cual le gustaría sentir ese entumecimiento frío... (Yapko, 1990, p. 278)
La sugerencia descriptiva de la experiencia de hacer bolas de nieve con la mano desnuda, o la experiencia de introducir la mano en el congelador para sacar una bandeja con cubos de hielo, puede fac ilitar la experienc ia de e nfriamiento y entumec imiento. Otro a cc eso p ara fac ilitar la ana lgesia implica de splazar el do lor . Es decir, cambiar el dolor desde un á rea a otra menos peligrosa, o a un área p equeña o menos inco nveniente. Por ejemplo, a un paciente que experimenta un dolor en el brazo podría sugerírsele: ... mientras continúa recordando cuánto aprendió de su cuerpo tiempo atrás... como toda la gente debió hac erlo... usted po dría c omenzar a rec ordar cuá n deliciosamente equilibrad o está el cuerpo... un músculo que le permite doblar su pierna, tiene su contraparte que le permite enderezarla nuevamente... y mientras hay más músculos que le permiten elevar la cabeza... también hay músculos que... permiten
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q u e su c a b e za b a je . .. profunda me nte relajada ... y hay una pa rte de usted que pue de sentirse c ómo da
donde había incomodidad... y cuando la comodidad fluya en el área donde a usted más le gustaría... y desaloje a la incomodidad, dejándola fluir hacia abajo... y cuando la sienta fluyendo hacia abajo, hac ia su brazo, pued e sentirla moviéndose en su dedo meñique... muy pequeña y fác il de olvida r... (Yapko, 1990, p. 279)
A c c e so s i n d i re c t o s
Erickson (Erickson y Rossi, 1979) afirma que en lugar de utilizar sugestiones directas para inducir una anestesia –que puede generar resistencia– es preferible evocarla solicitándole al paciente que traiga al presente una experiencia previa de anestesia local o las sensaciones tan comunes de entumecimiento en una pierna o un brazo que se ha quedado “dormido”, y transferir esas sensac iones al luga r que nec esita ser anestesiado en la situac ión ac tual. Otro acceso indirecto es la disociación , la cual implica guiar al paciente a la experiencia subjetiva que su mente y su cuerpo tienen una existencia en dos niveles diferentes de experiencia. Puede haber suficiente distancia entre ellas, para que el paciente no advierta lo que está experimentando su cuerpo. Por ejemplo: ... y cuando sus pensamientos comiencen a viajar tan rápido que su cuerpo no pueda ir a la par... puede descubrir cómo la mente puede viajar más y más rápido... y puede preguntarse respecto a las cosas que existen en el universo... el tamaño del gran océano... la edad del inmenso árbol que llena el cielo... el número de estrellas en el cielo... co sas que se ha p reguntad o de tiempo en tiempo... y puede dejar que su mente flote libremente al lugar en que se encuentre consiguiéndolo... mientras su cuerpo permanece aquí... cómodamente aquí... no necesita moverlo... no necesita dejarlo que lo traiga de regreso... sólo puede disfrutar de la libertad de dejar a su mente flotando libremente... al lugar que más disfrute... y mientras su mente está allí... y su cuerpo aquí... puede ser tan cómodo saber que su cuerpo está aq uí... aguardando... pa cientemente por todo e l tiempo e n que a usted le guste flotar libremente... sin haberlo advertido... porque su mente puede ir a cualquier lugar que quiera ir... (Ya pko, 1990, p. 279-280)
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Fenómeno hipnótico: Regresión de edad
Ps. Mario Pac hec o
Y quiero que elijas un momento del pasado en que eras una niña muy, muy pequeña. Y mi voz irá contigo. Y mi voz se convertirá en la voz de tus padres, tus vecinos, tus amigos, tus compañeros de escuela, tus compañeros de juegos, tus maestras. Y quiero que te veas sentada en el aula, una niña pequeña que se siente contenta por algo, algo que pasó hace mucho tiempo, algo que has olvidado hace mucho tiempo.
M. H. Erickson (Rosen, 1986)
Definición de conceptos
Puede definirse a la re g re sió n d e e d a d como una intensa utilización de la memoria (Yapko, 1990). Induc ir una regresión de edad implica llevar al pa ciente retroc ed iendo e n el tiempo a alguna experienc ia, para volver a experimentarla. Se distinguen dos variedades de este fenómeno: Rev ivir hipnótico (vivification ): en donde el sujeto está inmerso en la experienc ia, re viv ié nd o la tan
intensamente como sea posible, exactamente igual al recuerdo que fue incorporado en la época e n que suced ió realmente. Hipermnesia : la persona está en el presente, mientras simultáneamente recuerda vívida mente los
detalles del evento.
La regresión de edad como un fenómeno natural
Al definir a la regresión de edad como una intensa utilización de la memoria, se hacen patentes los aspectos cotidianos de este fenómeno, ya que las personas vagamos rutinariamente en los rec uerdo s. Por ejemplo, una canción relacionada con un antiguo amor puede hace que el oyente quede absorto en recuerdos de esa persona, las cosas que hicieron y los sucesos que tuvieron lugar en esa época. En esos momentos, la persona está absorta internamente y concentrada en sus rec uerdos, incluso vo lviénd olos a expe rimentar profunda mente. 62
Cualquier señalo estímulo que “dispare” a la persona a retroceder en el tiempo, para rec orda r o revivir algunos sucesos, está estimulando una regresión d e eda d e spo ntánea. Es evidente que aquí estamos ante una expresión del aprendizaje dependiente del estado (Rossi, 1986; 1986/1993): u n a se ña l d ist in t iv a a s o c i a d a a u n e v e n t o , e v o c a e l m ism o e st a d o d e a c tivac ión p sic ofisiológic a o rig inal en el cua l esa seña l d istintiva fu e a soc ia d a (c on d ic iona da ).
Uso clínico de la regresión de edad
Debido a que nuestras experiencias previas moldean nuestras percepciones actuales, es que la regresión de ed ad es una de las pa utas hipnóticas más usad as en terapia (Yapko, 1990). Ya que la memoria es maleable y dinámica (Diges, 1997; Ya pko, 1994), los recuerdos cambian con el tiempo y pueden influenciarse terapéuticamente debido a su naturaleza inestable. La regresión de edad puede utilizarse con tres objetivos generales, que dan origen a una variedad de técnica s: resc a ta r rec ursos , resoluc ión d e e xpe rienc ias traum ática s , y f a b r ic a c i ón d e p seud o-rec ue rdo s o p seu d o-e xpe rien c ia s tera p é utica s .
Analizaremos brevemente estos tres objetivos, mencionando algunas de las estrategias terapéutica s más utilizada s.
1) Resca tar rec ursos Las personas en el pasado han desarrollado habilidades y recursos que les fueron útiles para enfrentar problemas, pero que ahora no están siendo usados para enfrentar las dificultades o problemas actuales. Muy a menudo los pacientes poseen recursos de los cuales no están conscientes. Erickson decía que las personas desarrollamos muchas habilidades por el simple hec ho d e estar vivos, pero d e las cua les no nos pe rcata mos. Existen múltiples formas para extraer estos recursos, y un ejemplo de esto son las m e táfo ras . te rap é utic a s Se buscan los recursos del pasado y se incorporan a los contextos actuales y futuros. Como proceso implica, primero, disociar hipnóticamente aspectos específicos del individuo a través del tiempo, para dirigirlas después (a través de la progresión de edad) a situaciones vitales que el pa ciente enfrentará y do nde le servirán a dec uadamente (Yapko, 1988). De este modo, el pac iente tiene la oportunida d en hipnosis pa ra ensaya r el uso d e sus propias c ap ac idad es positivas en las situac iones donde son ne cesarias.
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2) Resolución d e e xp erienc ias traum átic as En este apartado nos dedicaremos a la resolución de experiencias traumáticas no a m nésic a s . El ab ordaje terap éutico de los eventos traumáticos a mnésicos requiere de gran hab ilidad y prepa rac ión de l terap euta, p or lo c ual estas estrateg ias serán trata da s en o tro luga r.17 Existen situaciones vitales traumáticas que para su resolución necesitan ser revividas nuevamente, de modo que las emociones asociadas (ligadas, aprisionadas, “atascadas”) a ellas puedan extinguirse (“liberarse”), mientras que simultáneamente se proveen nuevas formas de e n c u a d r a r l a s (r e e n c u a d r a r l a s ) para aliviar al paciente de las influencias de structivas que e sas experiencias aun pueden estar persistiendo e n su v ida. Watzlawick y colaboradores (1976) definen al r e e n c u a d r e como el cambio de sentido o atribución de una situación, mientras que la situación misma permanece sin modificar o no se pued e mod ifica r. Una vez que se ha lograd o a tribuir una nuevo significad o a una situación, ya nunca la volveremos a percibir (y por lo tanto, sentir) en la forma como lo hacíamos anteriormente. Para q ue esta téc nica sea efec tiva y el pac iente no vuelva a revivir la experienc ia del mismo modo como ocurrió la primera vez, se requiere usar la d isoc iac ión hipnótica , de modo que el paciente pueda reencuadrar la situación. Esto puede explicar por qué la abreacción simple de los afectos reprimidos no siempre logra el c ambio desea do .18 Si el evento traumático es muy amenazante para el paciente, conjuntamente con la disociación, será preferible utilizar la hipermnesia como estrategia de regresión de edad; c omo p or ejemplo, ver las escenas como si fuera una p elícula. Debido a que la hipermnesia es psicológicamente más distante que la vivification , el pa ciente p uede estar más seguro en el a quí y ahora mientras trab aja c on el trauma del pasado . Ad emá s de la hipe rmnesia, se usa el revivir hipnótico (Ya pko, 1988). En el revivir hipnótico se hace uso de la vivification . Es decir, el paciente revive los episodios del pasado como si estuvieran ocurriendo en el presente. Se busca alterar la forma en que el episodio está internamente representado, y de este modo poder trabajar el recuerdo para alc anzar una resolución más adap tativa. Pueden utilizarse numerosas estrategias: destapar represiones; liberar emociones; desviar el foco de atención desde una dimensión del recuerdo a otra; ayudar al cliente a accesar y movilizar aquellos recursos que podrían ser usados con efectividad en la experiencia revivida; y el uso de técnicas de reestructurac ión cognitiva. En los textos de G rinder y Bandler (1982) y Bandler (1988) pue de n e ncontrarse otras estrategias para resolver eventos traumáticos no amnésicos, que utilizan la regresión de edad y la disociación combinadas. 17 Estas
c nica s estrategias son revisadas en, M. Pacheco, Psico b iología d e la c urac ión me nte / c uerp o: Las té te rap é utic a s de Ernest Rossi y Da vid Ch ee k. Un a nálisis b ibliog ráfico . Instituto M ilton H. Erickson d e Santiago, 1995 18 En el caso c línico reportado por Dorothy Bowie –ver “Disoc iac ión”– en donde se usa la regresión de e da d y la disoc iación, el ca so e s resuelto justamente de bido a la revisión disoc iada del evento traumático. 64
3) C r e a c i ón d e p s e u d o - re c u e r d o s En la historia de la hipnosis moderna, podría afirmarse que fue Erickson quien redescubrió esta estrategia terapé utica (Erickson y Rossi, 1979/ 1994; 1992). El primer registro histórico de la c rea ción de p seudo-rec uerdos fue realizad o por J anet (citado en Perry y cols., 1986), con una paciente que presentaba una ceguera histérica en uno de sus ojos. J anet estab leció que la c eguera se ha bía d esarrollad o a la edad de seis años, junto c on un impétigo en un lado del rostro, como resultado de haber compartido la cama con una niña que tenía un impétigo similar al que había desarrollado la paciente posteriormente. Aunque el impétigo había sido curado por medios dermatológicos, la ceguera había pe rsistido hasta la a dultez joven. J anet removió la ceguera al regresar a la pac iente a la noche en cuestión y sugerir que la otra niña no tenía impétigo; después de dos intentos, la visión fue restab lecida y pe rsistió po sthipnótica mente. La racionalidad de la creación de pseudo-recuerdos consiste, por ejemplo, en que el paciente puede tener carencias importantes en su vida pasada que están influyendo en su identidad actual, y que por los métodos terapéuticos usuales quizá sea muy difícil que pueda desarrollarlos. (Pensemos por ejemplo en una persona que sufrió de gran a ba ndono p aterno en su infanc ia). Pod ríamos a través de l uso d e la vivification , regresar al paciente a esas épocas importantes de su vida, y proporcionarle experiencias vitales que no tuvo, como si estuvieran ocurriendo realmente en su aquí y ahora (el pasado para el observador externo, el presente para el paciente regresado en edad), y crear amnesia para esas experiencias hipnóticas. Si somos lo suficiente hábiles, vincularemos esas expe rienc ias c on a spe c tos de la vida po sterior del pa ciente, c uida ndo de no interferir c on hechos rea les significativos de su vida. El siguiente ejemplo de caso, reportado por Erickson, describe el uso de la creación de pseudo-recuerdos:19 Descripción: Una mujer de 23 años comenzó a angustiarse y perder eficacia en el trabajo;
gradualmente se retiró de todas las relaciones sociales y permaneció recluida en su habitación; comía si se lo rogaban, la mayor parte del tiempo sollozaba y manifestaba que quería morir. No se comunicaba con los psiquiatras, y la familia pensaba hospitalizarla. Erickson se enteró que se había junto a una a miga de un joven, él se c asó con la a miga, pero ella fallec ió y él se marchó. Después de un año volvieron a verse y comenzaron a salir, ella estaba así desde que volvió una noche descompuesta y con muestra de haber vomitado. El joven contó que estaban hablando en el auto, y cuando quiso besarla ella vomitó y se puso histérica, diciéndole que era inmundo y vil; y huyó indicándole que no le volviera a ver.
19 El
caso ha sido resumido y se han descrito las diversas estrategias terapéutica s utilizada s por Eric kson. Este material forma pa rte de un texto en preparac ión, Jay Haley, Terap ia n o c onv enc iona l. La s té c nica s psiquiátric a s d e M ilto n H. Eric kson . Análisis d e lo s p roc ed imie nto s te rap é utic o s utilizad os po r Eric kson . 65
Intervención: Hizo que la amiga fuera a la consulta con la paciente; le indujo trance a la amiga,
haciendo coincidir sus sugestiones con el ritmo respiratorio de la paciente (hipno sis, en forma indirecta : m ane jo de resistenc ia ); ratific ac ión de l tranc e a la pa ciente, indicá ndole que p odía salir
del trance cuando quisiera (pe rmisividad y seguridad ); sugestiones de amnesia (indicación de olvidar muchas cosas); desorientac ión en el tiemp o para llevarla a una regresión de e da d , entre los 10 y los 13 años (los inmediatamente anteriores a la muerte de la madre y porque entre ellos tendría que haber menstruado por primera vez); por los comportamientos quedó claro que estaba en una vivification . Erickson le indicó que relatara tod o lo q ue sab ía sobre el sexo, coloc ando e l énfasis en la
menstruac ión (en su relato, c on orac iones breves e inco nexas, ella reportó las enseñanzas moralistas y llenas de prohibiciones de su madre). A la pregunta, “¿por qué tu mamá te dijo eso?”, la respuesta fue: “para que siempre sea una buena chica”. Erickson se pone de p arte de la ma dre (evitando ), y repasa todas las enseñanzas dadas por la madre. Le dio la sugestión suscitar resistencias posthipnótica que al despertar le c ontaría todas esas cosas. C uando la sujeto se reorientó mostró a m n e s i a respecto a la inducción y la regresión de edad; y fue capaz de relatar las enseñanzas
maternas. En la entrevista siguiente, entró en tranc e p rofundo en forma ráp ida; Erickson averigua que la mad re falleció cuando ella tenía trece años; Erickson procede a hablarle respecto a aquellas cosas referentes al sexo que la m ad re no alca nzó a c ontarle (c ontinúa evitand o susc itar resistenc ias , utiliza la autoridad d e la ma dre sob re la hija ), aspectos que describen el desarrollo sexual saludable en
toda mujer. Al término le indicó que tuviera en cuenta los aspectos intelectuales y emocionales (integración ), y la instruye para que recuerde todo. El reporte de la paciente fue un resumen juicioso, y finalizó preguntándose qué indicaciones le habría dado su madre ahora. Erickson finaliza la sesión allí. En la tercera sesión le indujo tranc e rápid am ente , y le indicó que pasara revista velozmente (distorsión de tiem po ) y en silenc io a la s do s sesiones anteriores (recapitulación ). El comentario de la paciente fue que su madre trató de contarle las cosas, y que le hubiese dicho que se casara, que tuviera hijos y que fuera feliz. Erickson le indica que al despertar olvidaría por completo lastres sesiones, incluso que había sido hipnotizada, excepto su primer relato en estado de vigilia [el del final de la primera sesión] (sugestión po sthipnótica pa ra a mne sia g eneralizada ), que no recordaría cualquier comprensión nueva y satisfac toria que hub iese d esarrollad o. Q ue a l despertar él le da ría un repaso sistemático de la educación sexual que había recibido, tal como Erickson la había conocido a través de ella; y ella no sabría si era una p robab ilidad hipotética c onstruida por Erickson. Que encontra ría verdades, significad os y aplic ac iones que sólo ella entendería. Erickson protege de las resistenc ias e inhibic iones c onscientes a la paciente al proceder así, y le dio la posibilidad que
tuviera un insight gradual. La reorientó y Erickson repasó el desarrollo sexual normal de una adolescente que se trasforma en mujer. A medida que Erickson hablaba, ella dio muestras de un mayor insight y compresiones, afirmando que a hora sabía lo que andab a ma l con ella [por primera vez], y que ahora se iría y se lo c ontaría al día siguiente. En luga r de dejarla escapa r, Erickson volvió a coloc arla en trance , y le retiró la a m nesia indicándole que podía recordar todo, y que considerara todas aquellas cosas que podían ser potencialmente útiles. Le indicó que sintiera la libertad de pedir consejos y sugerencias al despertar. Al reorientarse, se mostró con menos urgencia de irse, y pidió consejo respecto a “besarse, acariciarse y toquetearse.” Erickson aprobó esos comportamientos, en una forma cautelosa.
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Al día siguiente la joven fue a decirle que “b esarse era un gran deporte.” Días después la vio en una sesión regular, acordada, Erickson se enteró que estaba comprometida, que la última sesión le permitía ahora entender el amor y las relaciones en una forma distinta. Agradeció a Erickson haber salvado su virginida d a l haber evitado que se esca pa ra de la sesión para ir a “entrega rse” al joven, y
le pidió consejos respecto al coito. Posteriormente se casó. (Haley, 1980, p. 67-74)
Accesos a la regresión de edad
Según Yapko (1990), cualquier mensaje que ayude al cliente a retroceder en el tiempo, es un ac ercamiento a la regresión de ed ad . Existen acercamientos d i r e c t o s e i n d i r e c t o s para evocar este fenómeno hipnótico; los primeros hacen uso de la capacidad imaginativa del sujeto; los segundos (naturalistas) hacen uso de fenómenos cotidianos o del uso há bil del lenguaje p ara sumergir al pac iente e n la experiencia. Dependiendo del paciente, ambos funcionan bien.
A c c e s o s d i re c t o s
Aquí se utilizan recursos como el uso de “vehículos especiales” (v.g., un tren, un avión, la máquina del tiempo, una nave espacial, un ascensor, etc.) que llevan al paciente a un viaje reg resivo en el tiempo. La técnica del vehículo especial es una forma artificial, conc reta y orientad a al c ontenido, que nec esita de muchos de talles pa ra fa c ilitar el proc eso reg resivo (Yapko, 1990). A continuación se presenta un ejemplo del uso de un tren que retrocede en el tiempo, el cual se sugiere después de la induc ción y profundizac ión del tranc e: ... y ahora que puede sentirse tan cómod amente relajado... puede p ermitirse tener la experienc ia en su mente... de llegar a una estación de trenes especial... una estación de trenes distinta a cualquier otra que jamá s usted ha conoc ido... donde el tren que corre es muy inusual en su habilida d para ha cer que usted retroc eda en el tiempo ... y usted p u e d e retroc ede r en el tiempo... para experimentar aquello que no ha pensad o e n mucho, mucho tiempo... y puede verse subiendo al tren más interesante... y puede encontrar un asiento que sea cómodo para sentarse... tan suave, que usted descansa allí... profundamente descansado... y después puede sentir que el tren comienza a moverse en forma delicad a y plac entera... puede experimentar el movimiento de retroc eder en el tiempo... lentamente al principio... después rápido... un momento poderoso... y mientras mira a través de la ventanilla... y ve los sucesos de su vida moviéndose hacia el pasado, ve pasar como postes de teléfono en la vía, los recuerdos de ayer... después los del día anterior... y del día antes... y del día antes... y todos los días antes... puede ir sin rumbo a través de su mente mientras viaja más y más en el pasado... cuando después se convierte en ahora... y después el tren c omienza a disminuir la veloc idad... y después llega a una pa rad a... y ahora usted puede salir del tren pa ra e nco ntrarse en aquella situac ión ahora, pue de ver las escenas, escuchar los sonidos, y sentir los sentimientos de aquel tiempo y lugar... este tiempo y lugar... (Ya pko, 1990, p. 258-259) 67
Al llegar a ese punto, las señales mínimas pueden indicarnos si el paciente está regresado en ed ad (v.g., ca mbios en la c ara, gestos, ac titud del cuerpo, etc.); y el terapeuta, si lo d esea o lo necesita, puede preguntar al paciente en qué época está, quién está presente, qué está oc urriendo, qué está p ensand o, sintiendo o ha ciendo. Aquí se p uede intervenir para reencuad rar, aumentar las comprensiones, resca tar recursos, etc. Si se nec esita que la e xperiencia p ersona l sea más distante, pueden da rse sugestiones para que el paciente esté presente disociado, en el aquí y el ahora, y asistir al hecho “como si estuviera mirando una película de la experiencia... y mientras mira cómodamente... puede aprender algo importante de si mismo ahí...” (Yapko, 1990). Otros ejemplos de accesos direc tos son los siguientes: Visualícese yendo a una habitación agradable, con repisas en sus paredes. Esas repisas están llenas de diarios de vida, uno para c ad a día de su vida. Debiera n habe r algunos que se refieren al problema que lo preocupa en el momento presente, usted puede usar esos diarios para descubrir información relevante acerca de su pasado. O simplemente puede desear descubrir más acerca de su pasado. Para ayudarlo a hacer esto, están guardadas en esos diarios fotografías antiguas, cartas, y otros ayuda memoria. [Esta estrategia puede fac ilitar la hipermnesia](Hammond, 1990, p. 519)
Todos sabe mos que los relojes pueden avanzar pa ra registrar el p aso del tiempo, o retroc eder, para indica r el tiempo hac ia atrás. A vec es, pa ra indica r el paso del tiempo e n las películas, se muestran hojas de un calendario que van hacia atrás, o un reloj que retrocede. Es como con si usted pudiera ver el tiempo que ha transcurrido allá “afuera”. Muchas personas no saben que también hay una clase de tiempo “interior” –el tiempo que usted no pued e ver. Todos tenemo s una espec ie de reloj biológico que r e a l m e n t e va hacia delante o hacia atrás, que realmente puede llevarlo al pasado. Usted puede sentir
ese reloj interno, incluso sin estar muy consciente de él, y podemos ir hacia atrás contando; después, podemos volver al presente, co n mucha fac ilidad . Dentro de poco, comenzaré a contar desde [la edad del sujeto] hasta cuatro . A medida que yo cuente, el reloj biológico comenzará a ir hacia atrás y usted se hará más y más pequeño, más y más joven, de modo que c uando yo llegue a cuatro, usted tendrá c uatro años de eda d. Con cada número que yo diga, perderá toda la memoria del año que c orresponde a ese número, de mod o que c uand o yo llegue a cuatro, usted olvidará todo lo que ha sucedido después de los cuatro a ños. Esa es la forma en que trabaja el reloj biológico. Cuando lleguemos a cuatro, usted r e a l m e n t e tendrá cuatro años, celebrando su cuarto cumpleaños. Se moverá y hablará y actuará y pensará como si tuviera cuatro años de edad; será fácil porque usted realmente tendrá cuatro años y no será capaz de pensar como otra persona: tener cuatro años será muy divertido, y ser otra persona parecerá absurdo, hasta que contemos nuevamente usando el reloj biológico. Entonces, tendrá cuatro años. Cuando lleguemos a cuatro, abrirá lentamente sus ojos y mirará e sta sala ac ogedora. Habrá a lguien a q uien usted c onoc e y le gusta, y le gustará hablarle. [Sugerenc ias pa ra vivification ] (Hammond, 1990, p. 522-523)
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A c c e so s i n d i re c t o s
Estos accesos implican ofrecer sugestiones indirectas que evocan los recuerdos, sin la necesidad formal de anunciarlo. Pueden tomar diversas formas:
D ire c c i ó n d e a p re n d i za j e s t e m p ra n o s
Al hablar a un pac iente d e a prendizajes que o currieron en épocas tempranas de la vida, se está evoc ando indirec tamente la regresión de ed ad . Erickson no acostumbraba a evocar la regresión de edad en forma directa, y uno de sus acercamientos favoritos en su última etapa de la vida fue el uso de la dirección de aprendizajes tempranos (Zeig, 1990/ 1995). La rac ionalida d d e esta inducc ión de trance conversac ional es triple:
1) Induc e un tranc e en una forma muy ca sual, inoc ua. 2) Evoc a indirec tamente la regresión de eda d al hac er mención de ap rendizajes tempranos en la vida de las pe rsona s. 3) Crea una disposición a responder en el oyente hacia el aprendizaje; es en la época escolar temprana donde las personas estamos más dispuestas a escuchar y aprender de un maestro (el terap euta en este c aso; aprender a resolver o enfrentar los prob lemas). Si el terapeuta comienza su inducción en el segundo párrafo, cuando el paciente está mostrand o disposición a atend er, esta induc c ión será c asual y totalmente c onversac ional. Mira hac ia la e squina superior de ese c uadro. La esquina superior de ese cuadro. Ahora te hablaré. (Pausa) C uando fuiste po r primera vez al kindergarten, a la escuela primaria, ese asunto de aprender letras y números parec ía ser una tarea insuperable. Reconocer la letra A distinguir una Q de una O era muy difícil. Y también después la manuscrita de la imprenta eran muy distintas. Pero aprendiste a formar una image n mental de algún tipo. No lo sabías en esa é poca, pero fue una imagen mental permanente. Y después en la gramática esco lar formaste otras 69
imágenes mentales de pa labras o dibujos de frases. Desarrollaste más y más imágenes mentales, sin saber que estabas desarrollando imágenes mentales. Y puedes rec ordar todas aquellas imágenes. (Pausa) Ahora puedes ir donde desees, y transportarte a C ualquier situac ión. Puedes sentir el agua, puedes querer nada r en ella. (Pausa) Puede s hac er lo que quieras. Incluso no tienes que escuchar mi voz Porque tu inconsciente la escuchará. Tu inconsciente puede intentar todo lo que desee. Pues tu mente consciente no estará hac iendo nada de importanc ia. Advertirás que tu mente consciente está interesad a en algo, ya que mantiene agitándo se tus pá rpa dos. Pues alteraste tu frecuencia respiratoria. Has alterado el pulso. Has alterado tu presión sanguínea. Y sin sabe rlo,
estás demostrando la inmovilidad
que puede demostrar un sujeto hipnótico. No hay nada realmente importante, excepto la actividad de tu mente inconsciente. Y eso puede ser todo lo que tu mente inconsciente desea. Ahora e xiste la c omod idad física, pues incluso no necesitas prestar atención a tu relajac ión y comodidad. Y puedes dec irle a tu mente inconsciente que eres una sujeto hipnótica excelente, y cualquier cosa que nec esites o desee tu mente inconsciente
te permitirá usarla .
Y puedes tomar tiempo
tu propio tiempo
dejándote entrar en trance ayudándote a comprender algo razonable. [...] Y cuando tu inco nsciente lo desee quizá te gustaría de spertar. ¿Te gustaría de spertar? (Erickson, Rossi y Rossi, 1976, p. 5-14)
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Uso d e p r e g u n t a s
Se hacen preguntas que orientan a la persona a sus experiencias pasadas, que comprometen al paciente en una búsqueda interna de su pasado para recordar los sucesos apropiados nec esarios pa ra respo nde r significativamente a las interrog antes. ¿Puede verse e n e sa expe rienc ia ?... Cuando se vea en esa experiencia, ¿puede recordar cómo se sentía?, ¿no p ued e? ... y esos sentimientos ¿son los sentimientos que aun forman pa rte de usted?... Incluso c uando usted no haya pensad o en ellos por un largo tiempo... y ¿p uede ver a las otras personas?... y ¿cómo la miran?... ¿cómo están vestidas?... y ¿puede escuchar que lo que dic en es importante pa ra usted?... y ¿qué dicen? (Yapko, 1990, p. 260)
Uso d e m etáfora s o a né c d o ta s
Consiste en hacer lo menos amenazante posible el retroceso al pasado, a través del relato de los ap rendizajes relevantes que tuvieron en el pasado el terap euta u o tra persona, de modo que el paciente se proyecte en la situación que le está siendo relatada, imaginando cómo se sentiría o ac tuaría en ese suceso. El ejemplo siguiente se refiere a una pa ciente c uyos pa dres se ha bían d ivorciad o c uando ella tenía 6 años, y que se sentía innec esariame nte c ulpa ble e injusta c on sus pa dres. Eso es interesante, ya que una niña con la cual estoy trabajando describió el mismo sentimiento... tiene casi siete años de edad ahora y se siente muy orgullosa de estar en el primer grado... excitada y emocionada, en la forma en que todos los niños una vez lo estuvieron... usted puede recordar aquello, ¿no puede?... respecto a estar en la escuela y aprendiendo a aprender todo lo que hay que aprender... y que hay un inmenso y complejo mundo fuera de aquí... un mundo mucho más grande que el mundo de los seis años... porque a los seis años de esas aun no sabe que... ella tiene que aprender a leer y escribir... aprender sobre ciencias y matemáticas... sobre los adultos y otros niños... respecto a enamorarse y pelearse con el amor... y el mundo del seis años está siempre cambiando y creciendo... pero no más veloz que lo que ella piensa... porque parte de ella aun piensa que el mundo gira a su alrededor... y que puede hacer que sucedan grandes... y no aprenderá hasta que sea mayor... que el mundo no gira alrededor de ella... que sólo tienen seis años... y siente mied o d e estar sola... (Yapko, 1990, p. 261)
Uso d e p u e n t e s a f e c t iv o s
Esto consiste en asociar un sentimiento actual del cliente con la situación en la cual lo experimentó la primera o las primeras vec es. Al pa c iente pued e dec írsele: Coja ese sentimiento. La usaremos como un puente hacia el pasado; y mientras cuento hacia atrás, comenzando en 10, usted viajará hacia atrás en el tiempo y el espacio, a la primera vez
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que usted lo experimentó. Diez, nueve, ocho, yendo hacia atrás más y más, siete... [etc.]” (Edelstein, 1986, p. 157)
Esta estrategia necesita de un terapeuta hábil, pues es bastante poderosa, y puede suceder que el paciente accese un evento traumático amnésico, y se libere una intensa carga emocional. (Hammond, 1990; Yapko, 1990) La técnica original del puente afectivo de Watkins ha sido sistematizada por Hammond, c omo sigue: Paso 1. Ob tenga permiso con una señal ideomotora para que “exploremos y comprendamos
qué sucedió para ocasionar este sentimiento [sensación]. Paso 2. Reg resión de e da d a una e xperienc ia rec iente donde se sintió e l sentimiento, compulsión
o sensación. El terapeuta facilita entonces la experiencia de este esta nuevamente, haciendo que el pac iente dé una señal c uando esté sintiéndolo.
Paso 3. Inte nsific a c ión d el sen timiento . “El sentimiento [sensación] se está haciendo más y más
intenso. Esta haciéndose tan fuerte que pareciera como si usted no pudiera pensar en nada más.” Paso 4. Desorienta r al pa c iente e intensifica r el sentimiento . “Está comenzando a sentirse
confundido. La habitación está alejándose y todo está haciéndose muy, muy borroso. [Usar la palabra “neblina” si se acomoda más al paciente.] La única cosa que puede experimentar es el sentimiento [sensac ión] de _____________. Todo el mundo está lleno de ________________.” Paso 5. Reg resión de ed a d a l orige n d e los sí nto m a s . “Y ahora este sentimiento es un puente que
usaremos para via jar hac ia atrás, hacia el pasado , como un línea de ferroc arril compuesta de _____________. Y está hac iéndose más joven, yendo hac ia atrás, más y más en el tiempo, hacia el pasado, viajando hacia atrás por este puente de ________________. Todo esta cambiando, excepto _______________. Es lo mismo. Y está haciéndose más joven y más joven, viajando hacia atrás por el tiempo, a través del puente de este sentimiento [sensac ión], yendo hac ia atrás hac ia la primera vez que experimento este sentimiento [sensac ión], yendo hacia atrás en su vida , a cuando lo sintió por primera vez.” Puede indicársele al paciente que dé una señal ideomotora cuando llegue allí. Si es nec esario, puede continuar diciéndole: “A medida que yo c uente de uno hasta diez, puede d ejar de viajar hac ia atrás a una époc a temprana , a otro lugar. Puede sentirse muy pequeño y más joven, más joven y más pequeño, hasta, que en el número diez, volverá a experimentar la situación en la cual por primera vez se produjo este sentimiento. No intente recordar conscientemente. Simplemente permita que suceda y permítase experimentarlo, a medida que su mente inconsciente lo lleva hacia atrás. 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10. ¿Dónde está? ¿Q ué está ocurriendo? ¿Q ué edad tiene? Si se encuentra otro sentimiento [sensación]que parezca fundamental, puede usarse otro puente afectivo, a partir de esta edad en la regresión de edad hacia otra edad menor. Un puente a fec tivo invertido también puede seguir el sentimiento [sensac ión] hac ia de lante, a pa rtir
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de la experiencia original a una experienc ia po sterior que involucra e l mismo sentimiento [sensación]. (Hammond, 1990, p. 523-524)
D e so r ie n t a c i ó n t e m p o r a l
Aquí se emplea la confusión para desorientar al paciente desde el “ahora” y reorientarlo al “después”. (Veáse el Capítulo “Confusión”, en Hip no te rap ia Eric kso nia na : Nivel Básico , 1996 ). Lo que suce de ahora y después es que rec ord a r el d espués ahora recuerda el ahora de l después s se c on vierta en a ho ra porque ayer cuando el después es muy importante y cuando el d espu é
condujo a hoy y puede rec ordar ayer como si fuera ahora porque ahora y después rec orda r el d espu é s c om o si fue ra a ho ra puede ser muy importante...
(Yapko, 1990, p. 262)
Pr o g r e si ón y re g re s ió n d e e d a d c o n j u n t a s
Primero se guía al paciente hacia el futuro, y estando ahí puede mirar hacia atrás y recordar las cosas que sucedieron en el pasado. Al estar orientado a futuro, se crea una gran distancia emocional respecto al pasado, con lo cual las experiencias pueden ser entendidas en otra forma, y ser usada s terap éuticamente. Además, si desde el futuro puede estar recordando algo penoso que sucedió hace largo tiempo, el hecho que esté en el futuro está indicando que sobrevivió a eso, y puede percatarse de cómo lo supe ró.
Ejemplo de búsqueda de recursos positivos del pasado: Ayudando al cliente a cambiar en trance20
La siguiente secuencia hipnótica fue ideada por Carol Lankton, e induce indirectamente una regresión de edad, para buscar recursos positivos del pasado en la resolución de un problema actual. 1.
2.
¿Qué hacen los clientes al llegar a la sesión? •
Se sientan, miran las cosas en la sala, escuchan los ruidos...
•
Empiezan a ponerse más cómodos, sientan su cuerpo en la silla...
•
Empiezan a hab lar sobre su problema : suspiran, lloran, se eno jan...
¿Qué es lo que quieren los clientes del tratamiento? •
Sentir más confianza en si mismos...
•
Sentirse má s relajado s, aliviado s...
•
Obtener ayuda pa ra pensar más claramente sobre los problemas que tienen...
20 Apuntes de un Seminario
con C arol Lankton, 1987. Trad ucidos y ada ptad os por Dorothy Bowie, M .A. 73
3.
•
C onseguir algunas ideas nuevas respecto a sus vidas...
•
Recibiralivio de dolores y síntoma s que los aq uejan...
¿Cambios al entrar en trance? (dirigiéndose al cliente) •
Siente tu cuerpo descansado en la silla... siéntete muy cómodo...
•
Siente el ca lor de tu mano sobre tu cuerpo... las cosas parec en c laras
•
Empiezas a relajarte y sientes más pesados los párpados de los ojos... surgen nuevas fuerzas... inesperadas... gratas
•
Percibes tu respiración levantando tu pecho, al entrar el aire, entra y sale... tranquilamente... sin ningún esfuerzo... así es... (Pausa)
•
Escuchas mi voz mientras vienen a tu mente imágenes interiores... ves las cosas... de otra manera... la c ab eza se agacha un poq uito... ves a los síntomas disolviéndose... lentamente...
4.
Cambios al profundizar el trance •
Sientes cerrarse los ojos... más apretados... y ves a las cosas que te bloquean y te producen resistenc ia... disolviéndo se... alejándose...
•
Relajándote más y más... una sensación de flotar... suavemente... el t..i..e..m..p..o pasa l..e..n..t..o... (ba jando la voz)
•
Escuchando mi voz... te sientes acompañado... más confiado... más alerta a tu meta/ problema/ propósito... a tusopciones... y soluciones...
5.
La atención divaga y se concentra en la tarea •
Empiezas a tornar tu mente a las tareas que quieres realizar... tu mente consciente puede tenerlas muy c laras... a sí como también pueden estar muy vagas... sólo a nhelas lo que la mente inconsciente ya está formulando.
•
Puedes repasarlas y selec cionar la intenc ión más urgente pa ra tu vida hoy... (Pausa)
•
Puedes toma r todo el tiempo nec esario para b uscar los rec ursos que nec esita s... que han estado guardados desde hace mucho tiempo... desde la niñez... la juventud... experiencias tuyas... dispo nibles al pedirlas... al buscarlas...
•
Te recuerdas resolviendo un problema... traba jando para solucionar algo necesario para ti o algún otro... esa sensac ión de logro... de profunda satisfac ción... de alegría... de valor... (Pausa)
•
Toma todo el tiempo que nec esites en este momento... vuelve dentro de ti... hasta encontrar un tiempo en el pasado ... algo ha ce mucho tiempo olvida do... pero que tu mente inconsciente ha guarda do como un tesoro... para tu uso hoy... una c osa tuya...
6.
Mejorando la estimación de si mismo •
Cuando hayas encontrado esa escena de ti mismo... percátate de lo bien que manejabas la situación... (Pausa)... toma el tiempo que necesites para verte... cómo eres... mira tu cara, tu ropa ... cualquier cosa... tal vez a lgo nuevo que no viste aq uella vez... (Pausa) memoriza cómo usaste tu inteligencia... perseveranc ia... creativida d... percátate de c ómo te sentías... al lograr algo... escucha lo que te dijiste, o algo que otra te dijo... (Pausa) Toma todo el tiempo que necesites... no hay apuro... no hay nada más importante... puedes levantar un dedo para decirme cuando hayas terminado de vivir esa escena... o si quieres tomar más tiempo... o
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busca r otra escena mejor... no es necesario que te a presures... Avísame... no más... cuando quieras... en tu p ropio tiempo... (Pausa) •
Percátate nuevamente de cuán bien pudiste manejar esa situación... repasa las cosas que aprendiste... que tu mente inconsciente sabía... pero que a veces la mente consciente ha olvidado... y AHORA te ves en una situac ión nueva, tal vez algo que estás viviendo ahora, o va s a vivir en un futuro próximo... (Pausa) y obsérvate usando esas capacidades que has encontrado dentro de ti mismo... Mira cómo te ves allí... permite que fluya a la situación toda esa inteligenc ia... creatividad... todo lo que nec esitas para ma nejar en forma estupenda lo que tienes que hacer... (Pausa) y levanta un dedo para avisarme que has completado la escena... sin apuro... así es... hay t..i..e..m..p..o... (Pa usa)
7.
Mejoría en autoeficacia •
Sorprendiéndote con nuevas soluciones y habilidades.
•
Gozando de tu nueva eficiencia y capa cidad.
•
C onfiad o e n tu capacidad de utilizar aprendizajes del pasad o
•
Ma ravillad o de tu crecimiento a través del tiempo.
•
Fijándo te que laspersonas te responden de un modo diferente.
8.
Cambios pequeños en síntomas/actitudes/sensaciones c orporales
•
Puedes da rte cuenta de las emociones que han estado escondidas...
•
Fijándote que tu do lor se ha movido, disminuido, se ha ido...
•
Que ya no te importan tanto las cosas... mientras que otras son...
•
De gran ... v..a..l..o..r ... t..e..s..o..r..o..s ... t..u..y..o..s... (Pa usa)
9.
Reorientación a la vigilia
Otros ejemplos de evoc ación de regresión de edad efectuados por Erickson “... Y póngase cómoda, muy a sus anchas, gozando realmente de esa comodidad... muy cómoda... Puede o lvidarse de todo , salvo de esa maravillosa sensac ión de c omod idad. Y después de un rato le parec erá que su mente abando na el c uerpo y flota en el espa cio... retroc ede en el tiempo . (Pausa) Ya no es 1979, ni siquiera 1978, y 1975 es el futuro (se inc lina a la S)21, es 1970 y el tiempo sigue rodando hacia atrás. Pronto será 1960, y pronto es a p roximánd ose 1955... y entonces sabrá que es 195322... y que usted e s una niña p equeña. Tal vez tú23 estés esperando tu fiesta de c umpleaños o ir de visita a algún lad o... ir donde la abuelita... o ir a la escuela... tal vezahora 24
21 Adviértase
el cambio “es 1970 y 1975 es el futuro”, la desorienta en el tiempo. Además es inclina hacia la paciente en un uso de la d inámica voca l a través de cambios en la posición del cuerpo. Una asociac ión voc al. 22 (Nota de Zeig) Va bajando la cabeza al nombrar cada año, cambiando el lugar de emisión de la voz. Según Erickson, el futuro se ubica “arriba y adelante”. [Nota de Mario Pacheco: la programación neurolingüística enseña que los movimientos ocupares para las representaciones visuales construidas, los ojos van a la derecha y arriba; y en las auditivas, a la izquierda y a rriba). 23 (Nota del traductor del texto de Zeig, 1983) En la traducción se cambia usted a t ú para indicar la regresión a un estadio infantil. El t ú es más informal que usted . Debe recordarse que en inglés el pronombre yo u se emplea en situac iones formales (usted en c astella no) e informales o íntimas (t ú en castellano). 24 Ahora confirma la regresión de ed ad . 75
estés estés sentada en la escuela, mir mirando and o a tu mae maes stra. tra. O juga jugando ndo e n el patio de rec reo, eo , o tal vez sea épo c a rse e n el respaldo respaldo de l sil silló lón n )25. Y realmente lo est de vac ac iones. ones. (Vuelve a ap oya rse estás ás pas pa sando and o b ien. Quiero Quiero
que disfrutes de ser una niña pequeña que algún día va a crecer. (Se inc lina otra ve z hac ia la S )26. Y tal vez quieras preguntarte qué serás cuando crezcas. Y tal vez quieras preguntarte que serás cuando seas grande. grande . Me pregunto si si te gustará gustará la escuela sec undaria. undaria. Y tú te p uedes uede s preguntar preguntar lo lo mis mismo. Y mi voz va c ontigo ontigo a todas partes partes y se c onviert onvierte e en la voz de tus pa dres, dres, de tus maestr maestras, de tus c ompañe omp añerros, y en las voces voc es del viento viento y de la lluvi lluvia. a.27” (Zeig, 1983, p. 91-92)
“Usted “Usted tiene e sos aprendizajes a prendizajes en la vida vida adul ad ulta, ta, pued e c orregir orregirlos los,, (Pausa) pero realmente no es necesario corregirlos. Ellos deberían ser apreciados. Una niña ve un ba stón (Pausa) C omo adul ad ulta ta ell e lla muestr muestra a su asombro asombro ante e l bastón bastón que rea lmente lmente es e s una c uleb ulebrra. La psico terap ia al a l usa r hipnosis, toma nota de los rec rec uerdos pa sad os en su pureza sin que ha ya nec ne c esidad esidad de c orregir orregirlos los.. Aunque usted usted d esearía esearía sa ber be r lo lo q ue son. (Pausa) Apr Ap rendemos ende mos a rec onoc er aquellos rec uerdos individuales sin correg c orregir irlos. los. Usted tiene tiene la opo o porrtunidad tunidad de valorar, evaluar los c ompo nentes de una c omprensión omprensión total. Usted c onoc e a una una pers p ersona y sin sin ra ra zón no le gusta gusta esa p ersona ersona , per pe ro usted usted debe de be tener una una razón. Tiene Tiene la razón razón de un ba stón, tiene tiene la c ab eza entr e ntre las piernas piernas busc busc ando and o la razón de l mundo, mundo, por po rque ha vis visto algo nuevo e n esa esa pers p ersona ona en términos términos de rec uerdo uerdos s, de apr ap rendizajes. endizajes. Pero c omo adul ad ulta, ta, usted usted generalmente generalmente c orrige orrige es e sos rec rec uerdos, uerdos, 25 Nueva mente
usa usa un dinámica voc al; al volver volver al respaldo respaldo d el sil sillón, lón, su voz c ambia amb ia de direc direc c ión, indica indica ndo q ue ese momento es el “presente”. 26 Inic Inic ia nuevamente nuevame nte un “viaje” “viaje” en e n el tiempo tiempo . 27 Aba A barrc a muchas posibi posibili lida da des, y a la vez que va c on la S, pone e n marcha marcha muc muc has asoc asoc iac iones. ones. Erickson decía que cuando una persona estaba regresada en edad (en vivification ), ), el terapeuta no estaba en las memorias memorias de aquell aq uella, a, p or lo lo c ual ofrecía esta esta sugest sugestión ión amplia amplia pa ra que el pa c iente iente identific fic ara su voz c on cualquier persona de su pasado, y mantener de este modo el contacto, que aceptara su influencia y poder regresarl egresarla a al mundo adul ad ulto to (ac (a c tual) sin sin compli co mplic c ac iones. iones. 76
y sim simplemente plemente dic e q ue no le gusta gusta es e sa persona persona sin ninguna razón. (Pausa) C ita ita ré incidente nc identes s pers pe rsona les puesto que los conozco mejor que otros ejemplos. C uando c aminab aminaba a a ca sa c on mi mi hij hijo Lance, en ese entonces entonc es un niño ño pe queño . Tuvo Tuvo un problema. El no sabía q ue pod p odía ía ver a travé través s de una pared p ared de ladrill ladrillos. os. Solame nte podía po día ver ve r a través de las ventanas. Mientr Mientras papi entrab entraba a a la c asa dijo, “se te d ijo ijo que q ue no jugar juga ra s c on ese pa ñete de a dor do rno que está está sobre la mesa.” mesa.” El hab habíía jugado c on el pañete y oc urr urrió que e staba al otro otro lad o d e una ventana ventana,, y vio vio c uando me aprox a proxim imab aba. a. De modo que volvió volvió a ubica r c uida uidadosament dosamente e el pa ñete, excepto exce pto que q ue no lo c entró entró sobre la la mes me sa. Eso e ra lo que él no sabía . Y entonces entonces atri atribuyó mi co nocimiento nocimiento respec espec to a que é l estaba estaba jugando jugando c on el pañete, a que q ue yo era c ap az de ver a travé través s de la p ared de d e ladr lad rillos illos.. (Pausa) Hasta Hasta que e l pac iente iente esté interesado usted no se recordará de las comprensiones adultas. Ni observ observará ará e sa c onduc ta c on c omprensiones omprensiones ad ultas ultas.. (Pausa)”
Ross Rossi y Eric Ericks kson on c omenta ome ntan: n: “R: Aquí usted sugiere un fenómeno hipnótico (recuerdos tempranos) por n o h a c e r (no (no necesita corregir los recuerdos antiguos ni las distorsiones infantiles), de modo que eso atrae como para estar muy erca miento indir indirec ec to pa ra la fácilmente en un plácido estado de trance. Esto es realmente un ac erca reg resi esión de ed ad . No le dice direc direc tamente a ella ella q ue regres regrese e en e dad. da d. Por la la simple simple mención menc ión de las
formas en las cuales una niña ve el mundo en forma diferente, usted está esperando realmente evocar sus modos tempranos de percepción y así facilitar la posibilidad de una regresión de edad genuina. E: C orrec orrec to.”28
28 Además
podríamos agregar que también hay un mensaje indirecto: lo que aprendemos cuando niños, y los signifi ignific c ad os de las cosas c osas pa ra los niños, niños, no no nec ne c esariamente esariamente se se c orresponde orresponden n con c on la p erspe erspec c tiva tiva a dulta. dulta. 77
Regresión de eda edad d y validez va lidez de los rec recuerdos uerdos obtenidos en hipnosis hipnosis
Ps. Ps. Mario Mario Pac hec o
El le dijo a su esposa que simplemente no podía enfrentar las cicatrices de Vietnam. En más de veinte años de matrimonio, habían ocurrido muchos episodios que la llevaron a creer en él. Una noche, él enloqueció, aparentemente en reacción reacción ante las zapatilla s de lona que ella llevaba puestas. Después que se calmó, le dijo que había estado prisionero durante quince días después que el je t F-4, del cual era navegante, había sido derribado. Los captores del Vietcong llevaban zapatillas similares y lo encerraron en una jaula de bambú. Lo golpeaban con regularidad y que orinaban encima de él. Relató que se había escapado después que estranguló a un guardia, que llevaba el mismo tipo de zapatillas. Finalmente fue a ver a un terapeuta para que lo ayudara con sus problemas, describiendo en detalle sus terribles experiencias en Vietnam y sus insidiosos síntomas. Recibió el diagnóstico de “desorden de estrés postraumático” y fue tratado por la depresión severa, la culpa extrema y la rabia explosiva que sufría. Sin embargo, el tratamiento no lo ayudó lo suficientemente rápido. Alrededor de tres años después, puso fin a su atormentada vida inhalando monóxido de carbono. Después de su muerte, su esposa intentó que su nombre estuviera escrito en el monumento a los caídos en Vietnam, declarando que él había muerto debido a las secuelas de la guerra. Su terapeuta escribió una carta para apoyar la petición de ella. Solamente entonces fueron investigados los antecedentes del paciente. ¿Podría haber sabido alguien que él nunca había estado estado en Vietnam? Esta es una historia verdadera. El terapeuta es un profesional al cual estimo mucho. Los síntomas severos de su cliente fueron asociados con esas memorias específicas, y él nunca se preguntó si esos eventos habían ocurrido realmente. La esposa del cliente creía en él. (¿Y quién no?) En realidad, en base a toda la evidencia, el cliente creía en si mismo. ¡Cómo pudo suceder esto! (Yapko, 1994, p. 15-16)
¿Cuán veraces son los reportes de los sujetos regresados en edad?, ¿pueden fabricarse los eventos de los cuales dan cuenta los sujetos?, ¿pueden construirse pseudo-recuerdos?, ¿cuánta veracidad existe en los reportes de experiencias intrauterinas?, ¿son confiables las metodologías utiliz utiliza a da s en las “reg “reg resione esione s a vida vid a p a sada ”? Estas interrogantes quizá no tengan gran importancia para el trabajo terapéutico, pero si lo tienen tienen para p ara la p siquiatrí iquiatría a for fo rense, ense, la psic psic ología a c ad émica y para tod o p sicólogo icólog o c líni línic c o interes interesad ad o en utilizar técnicas terapéuticas que se sustenten en una teoría bien construida y que permita rép lic lic as expe expe rimentales o empír e mpírica ica s pa ra p roba r tal teoría teoría .
Algunas palab palabrras preliminares preliminares respec to al al funcio funcionamiento namiento de la memori memoria a
Una definición de la m e m o r i a es la siguiente: “es la capacidad y la facultad para retener información, pensamientos, sentimientos, y otras experiencias en la mente, y recordar lo que es pa sa do .” (Yap ko, 1994 1994,, p. p . 66) 66)
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Pueden distinguirse diversas variedades de memoria: visual, verbal, espacial, sensorial, incidental, deliberada, ligada al estado, consciente, inconsciente, etc. Sin embargo, el contexto en el cual la memoria se ha formado y es recordada, juega un rol significativo en todas las cualidades de la memo ria. (Yap ko, 1994) La memoria es un p r o c e s o , no un evento aislado. Hay diversos pasos, no solamente en la formac ión de la memoria, sino que e n el recuerdo. En síntesis, estas etapa s son las siguientes (Yapko, 1994): (1 ) Re g istro se nsorial d e un e stím ulo :
Para poder registrar algún evento o series de eventos, primero debemos haber sido estimulados, a través de algunos de los sistemas de representación sensorial. Esta fase puede ser consciente o inconsciente (subliminal). La memoria sensorial es de muy corta duración. (2)
O r g a n i za c ió n d e l a in f o r m a c ió n e n u n id a d e s c o n sig n if ic a d o :
Esto se relaciona con los procesos de la percepción, en donde se le atribuye un significado a la información. La probabilidad de poder recordar esa información dependerá del significado otorgado al evento (si no se le otorgan asociaciones significativas, la informac ión será rápidamente olvidada ). (3 ) A lm a c e n a m ie n t o d e la i n fo r m a c ió n :
Esto se refiere a la “codificación” de la memoria. Si se otorga a la información un carácter de significativa (por ejemplo, a través de la repetición o una carga emocional intensa), esa memoria pasará a formar parte de la memoria a largo plazo; si sólo se la está usando por pocos momentos, esa memoria a corto plazo será descartada. La memoria a largo plazo es la que permite la continuidad de nuestra experiencia; y la informac ión que ha sido e nsayada –reproduc ida en forma motora, diría Band ura– y se le han d ad o a soc iaciones significativas, es la que pasa a formar parte de la memoria a largo plazo. (4 ) Re c u p e r a c ió n d e l a in f o r m a c ió n :
La fase final es la recuperación de la información; esta fase es vulnerable a muchas influencias; la angustia y el ánimo, por ejemplo, impedir la recuperación adecuada de la información. Otro factor es la longitud del tiempo entre la formación de la memoria y su recuperación. Esta fase también es afectada por los métodos utilizados para accesarla. Yap ko (1994) resume los conoc imientos ac tuales de la memoria en los siguientes términos: 1) La memoria es reconstruc tiva, no reprod uctiva. 2) La memoria, co mo la percep ción, es selec tiva. 3) Que una memoria sea verda dera, no significa que rea lmente lo sea . Ni tampo co lo es el monto de detalles proporcionados o el grado de emocionalidad que ac ompaña al relato.
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4) La exac titud de la memoria de experiencias infantiles muy temprana s (antes de la edad de dos o tres años) es generalmente imposible de recuperar, debido primariamente a razones biológ ica s y del desarrollo. 5) No hay evidencia que las “memorias del cuerpo” puedan ser consideradas exac tas o confiables. 6) Los terap eutas y los investiga do res no tienen fórmulas confiables para distinguir las memorias verda de ras de las falsas. 7) Los “prejuicios” llevan a los terapeutas a buscar información selectiva que c onfirme sus creencias preexistentes. 8) Las memorias pueden ser “reescritas” retroa ctivamente con la nueva informac ión adquirida.
Estudios experimentales sobre los falsos recuerdos
En la actualidad hay pocas dudas que las personas creen recordar detalles más o menos complejos, e incluso e pisod ios enteros, que en realida d nunca vivieron. (Diges, 1997) Se han realizado experimentos para implantar memorias falsas de hechos ocurridos en la infanc ia, y se ha entrega do informac ión engañosa pa ra a lterar los recue rdo s. Los resultado s de esas investigaciones indican que algunas personas llegan a creer que vieron detalles inexistentes dentro de un episodio, o que vivieron de un modo diferente un acontecimiento que habían experimentado de una manera más personal, o incluso que les ocurrieron cosas que nunca habían sucedido. Los resultados de esos experimentos apoyan la idea que un recuerdo original se puede alterar, ya sea sustituyendo una pa rte, o a ñad iendo a lgo nuevo. Se ha determinad o q ue la entrega de información engañosa, para alterar los recuerdos, está más determinada por las condiciones de la situación (el tipo y formato de las preguntas sugestivas, los intervalos temporales entre la presentación del estímulo original, la sugestión y la recuperación), que por las características individuales de las personas engañadas, ya sean diferencias debidas al momento del desarrollo en que se encuentran, ya sean diferencias más consistentes y estables, como los estilos cognitivos o las dimensiones de la personalidad. Se han desarrollado diversas hipótesis para explicar estos fenómenos: (Diges, 1997) 1) Para responder a la pregunta si es posible alterar los recuerdos, se ha acudido a tres aspectos de la memoria episódica o autobiográfica: (1) la conciencia del pasado personal, (2) la ad quisición y almac enamiento d e informac ión, y (3) la c onversión de la informac ión en conduc ta. Los informes de los investigad ores indic an que sus expe rimentos sólo de muestran q ue hay modificac iones en el informe de la memoria, c omo c onsec uenc ia de la informac ión engañosa posterior al suceso; es decir, al tercer aspecto mencionado más arriba. No
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puede saberse si la representación original se ha modificado o se ha vuelto más inaccesible. La cuestión es si la persona no sólo d i c e que recuerda algo que los investigadores saben que es irreal, sino que también si se lo c r e e . Experimentos realizados en 1995 y 1994 apoyan la idea que efectivamente los sujetos engañados llegan a creer que vieron un detalle que se les ha sugerido, lo cual permite decir que hay alteraciones en la experienc ia c onsciente d el pa sad o o riginal. ¿Por qué llegaríamos a creer que tal detalle ha sido experimentado realmente en nuestro p asado ? Se han utilizado los conceptos de memoria episódica y semántica para examinar esta cuestión. Se define a la memoria episódica como aquella que recoge y almacena información sobre episodios fechados temporalmente y sobre las relaciones espaciotempo rales entre esos sucesos; la memoria ep isód ica es un reg istro má s o menos fiel de las experiencias de una persona. La memoria se m ánt ica es la memoria nec esaria pa ra el uso del lenguaje, aunque no se limita a éste; es el conocimiento organizado de palabras y otros símbolos verbales, sus significados, referencias e interrelaciones, y sobre las reglas que gobiernan la manipulación de esos símbolos, conceptos y relaciones. Cuando se produce el efecto de la información engañosa, cuando alguien cree recordar un detalle sugerido, parece como si la información semántica se volviera episódica por estar ligada a un contexto que proporciona continuidad entre el antes y el después. Este es un fenómeno inverso respecto a lo que produce en la amnesia, donde la informac ión episódica q ueda reducida a un mero c onoc imiento semántico. 2) Las condiciones que se ha mostrado favorecedoras a la aparición de los recuerdos sugeridos son diversas. Los sujetos que crean imágenes visuales con muy poco esfuerzo son más vulnerables al efecto de la información engañosa; y el efecto se produce en mayor medida cua ndo la informac ión engañosa se p resenta de una forma q ue ob liga al sujeto a una participación más activa (en el sentido de la creación de imágenes mentales) cuando contesta a las preguntas o cuando intenta recomponer en su orden cronológico una narración que se ha presentado sin estructura, son dos pistas que apuntan a la idea que el recuerdo sugerido requiere que el sujeto imagine el detalle inexistente en el co ntexto en el que hub iera debido estar, de ser cierto. Es posible que los sujetos engañados creen de forma automática los lazos contextuales de esos c ontenidos con el pa sad o persona l. Se ha determinado que cuando se proporciona información falsa con una demora suficiente como para que la huella original esté bastante deteriorada, o animar a los sujetos a contestar las preguntas aunque sea adivinando, son condiciones que favorec en el efec to de informac ión enga ñosa, y pued e q ue lo haga n precisamente a
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través de la mayor facilidad pa ra crear lazos contextuale s de un modo a utomático, no reflexivo. Se han encontrado tres factores para que un recuerdo falso o erróneo se considere real: (1) que resulte “familiar”, (2) que sea plausible, y (3) que contenga suficientes datos contextuales. ¿Es po sible aplicar estas hipótesis explicativas a las memorias rep rimidas? Diges (1997) analiza del siguiente modo este problema: Si la m e m o r ia re p rim id a fuera irreal, ¿c ómo p odemos explicar que e sa persona crea ahora que a quello suce dió rea lmente hac e tantos año s? C uando alguien cree rec ordar que ha c e 20 o 30 años sufrió un abuso sexual, o presenció una violación, acciones de las que no se ha vuelto a ac ordar hasta a hora, también espera que su rec uerdo tenga poc os detalles sensoriales debido a l paso del tiempo, pero también es posible que una buena parte de la información contextual que “recuerda” proceda del amplio conocimiento genérico del que dispone en la actualidad sobre el sexo y las relac ione s sexua les. Las memorias reprimidas de este tipo aparecen casi siempre en el curso de un tratamiento terapéutico que suele incluir hipnosis como medio de regresión a la etapa infantil, además de fomentar la creación de imágenes mentales asociadas al abuso, que son factores que favorecen la creación de memorias sugeridas. Si a esto se agrega que el terapeuta está convencido de la existencia de memorias reprimidas sobre abuso sexual en la infancia, no sería extraño que sus preguntas a la paciente contuvieran sugestiones, conscientes o no, relacionadas con este tema. Y el terap euta e s una fuente c reíble de informac ión. Diges afirma que las preguntas sugestivas repetidas en cada sesión, la creación bastante automática de imágenes relacionadas, el uso de la hipnosis, un conocimiento general del que se extraen buena parte de datos contextuales, así como la expectativa de un escaso recuerdo de detalles sensoriales, pueden sentar las bases de la aceptación de la sugestión: suena familiar (después de tantos repasos e intentos por liberar la memoria reprimida), es plausib le (lo cree el terapeuta, pues es un fenómeno muy común, y si la paciente no lo recuerda es porque está reprimido; es plausible también respecto a sus contenidos), y dispone de un alto grado de d e t a l l e c o n t e x t u a l proporciona do por el conoc imiento ge nérico del rec uerdo. No es extraño, entonc es,
que a unque el c aso no sea rea l, termine c reyéndo se q ue se trata de un rec uerdo ge nuino. En cuanto a los re c u e r d o s d e la in f a n c ia , al ser contados una y otra vez en el ámbito familiar, se preservan del olvido. Por otro lado, el repaso también puede contribuir a la creación de imágenes mentales que prestan al recuerdo esa viveza que nos inclina a considerarlo como verídico. Buena pa rte de la informac ión co ntextual de e se recuerdo pued e p rovenir de fotografías y recuerdos posteriores que utilizan el mismo espa cio físico, del mismo modo que se puede esperar que pa rte de los datos del c ontexto temporal se e xtraiga n de esquemas o guiones ac tuales sobre suc esos de ese tipo.
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También pueden im p la nta rse rec uerd os falsos de la infancia. Aunque el punto de partida de la implantación incluye un marco físico con algunos datos contextuales, el sujeto añade otros basándose en lo que conoce sobre el desarrollo de un suceso de esta clase, incluidos los sentimientos a que podría haber dado lugar, produciendo relatos cada vez más detallados y coherentes. Además, el repaso a que es sometido el “recuerdo” influye sobre la familiaridad y la plausibilidad. La repetición del suceso imaginado a lo largo de varias semanas produce familiaridad, y más facilidad para generar las imágenes correspondientes, que también son más vívidas.
Hipnosisy material recordado
Relinger (1986) afirma que aunque la hipnosis puede mejorar el monto de los recuerdos, no es un “suero de la verdad”. Se ha comprobado que la hipnosis puede estimular el recuerdo de material significativo, particularmente si fue aprendido bajo estrés. A juicio de ese autor, la hipnosis sería productiva al usar la regresión de edad en aquellas situaciones en que: (1) el sujeto fue expuesto a un trauma que se sabe que fue real, y que e stá a mnésico; y (2) c uand o e l sujeto intento aprender el material en una situación muy estresante y, por consiguiente, fue incapaz de recordarlo. Orne (1986) afirma, además, que en esas circunstancias es probable que el paciente lo recuerde los eventos muy vívidamente, con una gran carga emocional, y se alivie de su sintomatología a l hac erlo. Sin embargo –expone Orne– debido al recuerdo vívido de detalles y al alivio obtenido por el paciente, muchos terapeutas asumen que esos recuerdos hipnóticos son hechos históricamente verídicos. Las investigaciones analizadas más arriba (Diges, 1997) apoyan la afirmación que tal creenc ia es errónea . Es frec uente enc ontrar en la ac tualida d avisos que a nuncian re g re sio n e s a v i d a s p a sa d a s , c omo una fo rma d e resolver los síntomas ac tuales que se prod ujeron en otras vida s anteriores de los pa cientes. Quienes han c uestionad o la verac idad de estos repo rtes no están c riticando la c reenc ia de la m e t e m p s i c o s i s o reencarnación, así como tampoco podrían criticar la creencia de una vida futura en el cristianismo (Perry y cols., 1986), pues la v e r d a d de ambas creencias no puede estudiarse científica mente. Parec iera que en los reportes de casos a regresión a vidas pa sad as en hipnosis, interviene n los mismos factores que en los falsos recuerdos: fabulación de los sujetos, creación de recuerdos fabricados por el hipnotista, señales inadvertidas entregadas por el terapeuta, necesidad psicológica de los sujetos. Asimismo, en los casos rep ortad os por en la literatura, se han rea lizado investigaciones para comprobar los datos entregados por los sujetos, no pudiéndose encontrar validación histórica de los mismos. Un caso interesante es aquel donde una mujer hablaba alemán arcaico al estar regresada en edad, el cual se supone no había aprendido antes. Infortunadamente, quienes investigaron el caso no interrogaron adecuadamente a la mujer en
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hipnosis para averiguar dónde había aprendido alemán; pues se ha demostrado en otras investigac iones que las persona s puede n tener amnésica s las fuentes de sus conocimientos (Perry y cols., 1986). Es c omprensible, a la luz de las investigaciones experimentales de los falsos rec uerdos, que si un paciente acude a un terapeuta que avisa tratamientos con regresiones a vidas pasadas, se encuentre “recordando” existencias anteriores en el Egipto Antiguo o el medioevo. También en la literatura de divulga ción psic ológica y entre los c entenares de terap ias psicológicas ofrecidas, están las experiencias de r e n a c e r. También esto ha sido abordado desde la pe rspe ctiva d e la hipnosis clínica científica , por C heek y LeCron (Rossi y Cheek, 1988). C heek (Rossi y Cheek, 1988) relata q ue c omenzó a interesarse e n este tipo de investigaciones ya que LeCron había encontrado que algunos sujetos en hipnosis regresaban espontáneamente a l momento del parto. A l principio en sus investiga ciones estaba interesad o en lo que los pacientes podían creer que había sucedido en el parto, sin considerar si eran recuerdos reales o fab rica do s. Cheek trabajó desde el año 1957 en estas investigaciones, desarrollando un método basado en señales ideomotoras para ayudar a los pacientes a recordar y reencuadrar sus experiencias traumáticas del nacimiento. Cheek afirma que sus hallazgos poseen mayor valor que el esotérico, pues puede n encod ifica rse problemas mente/cuerpo en el momento de na cer, que se manifestarían po steriormente como trastornos psicosomáticos. C heek (Rossi y C heek, 1988) también reporta un caso sobre el c ual med itó durante 22 años –antes de publicarlo por primera vez en ese volumen– que “sugiere la posibilidad que un evento crítico durante el sexto mes de gestación preparó una disposición mental de desmerecimiento y expec tativas de rec hazo q ue p erduraron a través de 41 año s de dolor, c ulpa y cirugías múltiples [en la paciente]” (p. 432). El caso en cuestión trata de una mujer con la cual se había trabajado en hipnosis, que descubrió a través de autohipnosis que su madre había tratado de abortarla introduciéndose un alfiler de gancho, y que ella lo había visto claramente y se había visto, también, tratando de escap ar del a lfiler. C heek afirma, “No e stoy reportand o e ste c aso con la intención d e p robar que las memorias prenatales son válidas, sino que más bien tener la mente abierta respecto a esa posibilidad.” (p. 437) La reputación científica de Cheek y sus largos años de investigaciones (casi 40) llevan a Rossi (Rossi y C heek, 1998, p. 442-443) a sugerir un proyecto de investiga ción doc toral de estos hallazgos de C heek. Una consideración importante respecto al método de señales ideomotoras usado por Cheek, es que si bien se extraen eventos fisiológicos de excitación emocional revividos , el mismo método es a la vez una revisión disociada, y el paciente da un reporte v e r b a l de lo que está experimentando y sucediendo, desde una perspectiva adulta. Es decir, las cogniciones y las c reenc ias ad ultas i n t e r p r e t a n los eventos emoc ionales y la informac ión extraída.
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Indep endientemente de la verac idad de cualquier rec uerdo extraído a trav és de la regresión de e da d –los cuales puede n ser rea les o eventos fab ricado s que nunca oc urrieron–, la evidenc ia empírica y clínic a muestra que los pa c ientes pueden ob tener mejoría c uando se usa este fenó meno hipnó tico pa ra resolver prob lemas clínicos (Edelstein, 1986; Orne, 1986; Relinger, 1986). Cheek afirma al respecto, “[...] cuando usamos métodos ideomotores podemos indagar las impresiones subjetivas de nuestros pacientes. No debemos denigrarlas [...] Debemos observar la evide nc ia subjetiva e impe dir que nuestros prejuicios interfieran c on un resultad o terap éutico constructivo.” (Rossi y C heek, 1988, p. 437) Estos hallazgos terapéuticos estarían avalando la postura teórica que las personas nos formamos map as de la rea lida d y nos comportamos de ac uerdo a nuestros propios mapas, y no de acuerdo a una realidad en si misma, que nunca podremos conocer en su esencia (Bandler y Grinder, 1980; Wa tzlawick, 1979, 1988).
Algunas consideraciones finales
Sin emba rgo, a la luz de las investiga ciones experimenta les sobre los falsos rec uerdos, ese op timismo pod ría resultar en algunos ca sos iatrog énico.29. Diges (1997) analiza una serie de problemas actuales que tienen relación con los falsos recuerdos, y que incluso suscitaron hace pocos años acciones legales en las cortes nortea mericanas e inglesas (Mardsen, 1994; Yap ko, 1994, 199530). A Diges le preocupa el hecho que la psicología c ad a vez más está aportando (en España) procedimientos que ayudan a valorar pruebas que son producto de los procesos psicológicos de testigos y víctimas de delitos, tales como la identificación o reconocimiento de los autores de delitos. Un punto impo rtante son las dec larac iones de testigos y víctimas acerca de lo que recuerdan del delito. Un tipo de casos con aquellos que se refieren a la evaluación de de clarac iones de ab uso sexual por parte de las víc timas menores de edad , en la medida que surge 29 Hace
poco llegó a consultar una paciente que presentaba ansiedad y el comportamiento compulsivo de lavarse las manos frecuentemente, especialmente en su casa, y en presencia de sus hermanos. En la entrevista inicial se hizo patente que era una hija c umpliendo un rol parental desde hace muc hos años (ella es la hija del medio, y cuando sus hermanos eran pequeños le decían “mamá-abuela”). Me indicó que se sentía nerviosa, pues no sabía cómo yo tomaría su caso y me contó que con la psicóloga que había ido a ver anteriormente, había descubierto que se lavaba las manos a menudo para limpiarse de los abusos deshonestos a la que la había sometido el pa dre. Esto lo descubrió e n una imaginería en la c ual se le ha bía sugerido hacer un viaje y se había visto encerrada en una cueva, desde donde podía ver su niñez, y con “ayuda” de la psicóloga había podido ver a su padre acariciándola. Esta visión (¿recuerdo?) la había alterado mucho, y aun no podía rec uperarse de eso. Abandonó a su psicóloga cuando descubrió, en conversac iones con otras pac ientes, que la mayoría de ellas habían descubierto que habían sido víctimas de abuso sexual en la infancia por los padres o pa rientes. Me pregunto: ¿por qué la c olega psic óloga no pudo “leer” la estructura familiar disfuncional a pa rtir de los relatos en estado vigil de la paciente?, ¿qué hizo para ayudarla a salir del rol que cumplía la paciente en la familia? , ¿por qué no le indicó a cudir a un psiquiatra para rec ibir ayuda con medicamentos pa ra a minorar los actos compulsivos?, ¿no se percató que sus acciones “terapéuticas” estaban siendo iatrogénicas para la paciente?, ¿cómo llegó a un diagnóstico de abuso sexual amnésico, cuando la paciente no presentaba indicadores de estrés postraumático? (ver los criterios diagnósticos del DSM-IV para estrés postraumático, p. 434440) 30 Este artículo se enc uentra traducido en el apéndice de este volumen. 85
con frecuencia la duda si la declaración procede de un hecho real, de algo inventado por el propio niño, o de la sugestión introducida intencional o accidentalmente por un adulto. Diges reflexiona que aunque la psicología no dispone de un procedimiento que clasifique inequívocamente las declaraciones de los menores en algunas de esas tres categorías, las investigaciones experimentales analizadas más arriba pueden permitir un acercamiento más ob jetivo a esa evaluac ión. Según Diges, cada vez más está viéndose que los problemas de la sugestión de recuerdos de rivan d e interrog atorios mal realizado s, tanto p or los familiares de l niño c omo po r los profesionales que se ocupan de obtener las declaraciones. Muchas veces son los propios psicólogos los que muestran el “sesgo del investigador”, persiguiendo ciegamente la hipótesis única de que el abuso sexual se ha producido, y que para demostrarlo es lícito y necesario realizar una entrevista de todo acusado r hac ia e l niño y formularle una y otra vez pregunta s sugestivas sin escuc har sus respue stas. Diges afirma que esos errores que llevan a recuerdos falsos sobre lo sucedido, no son fáciles de detectar y, a veces no se pueden corregir. Las investigaciones experimentales con sujetos engañados han mostrado que éstos realmente creen lo que se les había sugerido, y son muy resistentes a c ambiar sus op inione s c uand o se les informa q ue ha n sido e nga ñado s. No es necesario ahondar en espec ulac iones respec to al da ño psicológico que p uede oc asionar un supuesto ab uso sexual. Otro aspecto forense q ue hay que tomar en c onsideración tiene relac ión con la alteración de los recuerdos y las evaluaciones de declaraciones coincidentes, ya sea de adultos o niños, respecto al desarrollo de una acción delictiva o de un accidente. La sugestión introducida a través de comentarios ent re testigo s y/o víc timas tras oc urrir el suceso, o a través de interrogatorios de un testigo en presencia de los otros, puede crear testimonios con un alto grado de acuerdo intersubjetivo, que suele tomarse como la “verdad”, cuando no es más que el resultado de una sugestión c omún introd ucida en las fases tempranas de la investiga ción.
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Fenómeno hipnótico: Amnesia hipnótica
Ps. Mario Pac hec o
Definición de conceptos
La amnesia es una p érdida de memoria y pued e d escribirse c omo la experienc ia de olvida r algo. (Ya pko, 1990) Muchos recuerdos se encuentran en el inconsciente, sin embargo no todos pueden ser traídos a la consciencia. Ya sea porque las experiencias fueron muy superficiales como para prestarles atención e incorporarlas a la memoria de larga duración; y otras son tan amenazantes que se mantienen tan profundamente reprimidas que son irrecuperables para fines prácticos.
La amnesia en la vida cotidiana
Los ejemplos de amnesia en la vida cotidiana son abundantes: objetos perdidos, inasistencias a reuniones, el fenómeno “punta de la lengua”, asistir el día equivocado a una reunión, etc. Según el psicoanálisis ortodoxo, esos “actos fallidos” responden a motivaciones inconscientes; pero a la luz de los estudios de la memoria, no todas esas amnesias cotidianas son produc to d e los mecanismos de la represión. Erickson (1980b) analiza diversas situaciones de la vida cotidiana en la cual se producen olvidos involuntarios, a saber: 1. Tendemos espontánea mente a olvida r las partes o detalles de una situación c uando estamos fijado s o motivad os por la gestalt total o una meta superior que la situac ión. 2. Aquellas situaciones en que consultamos a alguien respecto a cómo llegar a algún lugar, y esa persona nos da las indicaciones correctas, pero de acuerdo a su recorrido habitual, olvidando que ahora se encuentra en una posición espacial distinta a la habitual. Esta amnesia se explicaría porque un ítem de memoria bien establecida toma la prioridad sobre la realidad inmediata, incidental, de la situación, la cual es olvidada espontáneamente; de modo que la respuesta es dada adecuadamente en términos de una memoria que corresponde a una situac ión totalmente diferente.
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3. Es frec uente que teniendo en mente c omunicarle a lgo a una p ersona, e n el momento que la encontramos sabemos que tenemos algo importante que decirle y no rec ordamos qué es. Esta amnesia es debida evidentemente a la pérdida de una conexión asociativa importante ocasionada por una interrupción exterior que distrae momentáneamente a la persona y rompe su tren de pensamiento. 4. Otra experiencia común es cuando estamos en un lugar y necesitamos algo que se encuentra en otro, al ir a buscarlo descubrimos de pronto que olvidamos el propósito de estar ahí. Esta amnesia es debida a una ruptura de las conexiones asociativas del ambiente inmediato, debido a una súbita pérdida del soporte que suministraba la situación exterior. Y al regresar al luga r original rec orda mos nuestro prop ósito o riginal.
Las circunstancias responsables de esos olvidos cotidianos pueden ser de utilidad para evocar o sugerir amnesias en forma indirecta; o como afirma Erickson (1980, p. 61), “el trance permite al operador evocar en forma controlada los mismos mecanismos mentales que están ope rando en forma espontánea en la vida co tidiana.”
Naturaleza de la amnesia hipnótica
La amnesia es una c arac terística típica de los estado s de tranc e profundo, incluso cuando no se ha dado una sugestión para amnesia. A este fenómeno se lo denomina “amnesia espontánea”. Sin embargo, no ocurre siempre y no es algo que el terapeuta pueda controlar, de bido a lo cua l es más ac onsejab le juga r un rol ac tivo en su evoc ac ión para los fines terapé utic os. Puede considerarse a la amnesia hipnótica como una consecuencia natural del estado especial de consciencia denominado “trance” (Erickson y Rossi, 1974/1980). Puesto que se ha encontrado que aquellos sujetos que presentan amnesia espontánea para los fenómenos del trance, recuperan esos recuerdos en un nuevo estado de trance, la amnesia hipnótica puede ser concebida como un fenómeno dependiente del estado (Erickson y Rossi, 1974/1980). Es decir, los fenómenos asociados a un estad o d e c onsciencia, sólo son recuperables ba jo el mismo estad o d e c onsciencia original. Según Erickson y Rossi, la aparente continuidad de la consciencia que existe en nuestro percatarnos consciente, es sólo una ilusión, que es posible gracias a las conexiones que existen entre sucesos relacionados. Cualquier evento que rompa esos puentes asociativos generará estado s discretos, con p equeña contigüidad. A l salir un pa c iente d el tranc e hipnótico, se romperían aquellas asociaciones y el material quedaría amnésico, o el terapeuta puede ingeniárselas para evocar estado s discretos, rompiendo aquellos pue ntes asoc iativos.
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Uso estratégico de la amnesia hipnótica
Un problema básico d e la hipnoterap ia, es cómo proteger a las intervenciones terap éuticas de las dudas, deb ates y efec tos potencialmente negativos de los esquema s c onscientes y ac titudes rígidas de los pacientes. Al
administrarse
sugestiones
indirectas,
de
modo
que
no
sean
reconocidas
conscientemente, se burlan aquellas resistencias, y las sugestiones son capaces de entrar al preco nsc iente y/ o e l inco nsciente d el pa ciente, y ser utilizad as allí en una forma ó ptima pa ra el de sarrollo integral de aq uel. De este modo, la amnesia hipnótic a e s una mod alidad conveniente pa ra ha c er frente a las limitaciones de la consciencia y proteger las sugerencias terapéuticas de los esquemas conscientes del pa c iente. La amnesia hipnótica rompe en forma efectiva los puentes asociativos entre la situación de trance y la vigilia, y salvaguarda a las sugerencias terapéuticas de los efectos potencialmente nega tivos de la c onsc iencia. Además, la amnesia hipnótica puede utilizarse para ayudar al paciente a reprimir recuerdos nocivos, si se estima que es necesario. Algunas sugerencias para este efecto podían ser como las siguientes: “Su mente interior puede d ec idir sabiamente por si misma el momento a propiado para que usted pueda co noce r eso... cuando esté preparado...” “Y ese rec uerdo puede quedar guarda do en un lugar seguro... donde no nec esite interferir con su vivir cotidiano.” (Yapko, 1990, p. 269)
“No es importante para usted recordar lo que ha logrado aq uí hoy. Su inconsciente puede revelárselo En trozo y partes en el momento apropiado, y usted tendrá una buena comprensión. Y algo no rec ordado hoy aun está graba do en su mente.” (Erickson, Rossi y Rossi, 1976, p. 290)
La decisión de cuáles eventos necesitarán permanecer amnésicos, dependerá del juicio clínico y de las seña les ideomotoras que haya entregad o el pac iente.
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Accesos a la amnesia hipnótica
Existen numerosos accesos, que varían desde la sugestión directa a las más indirectas. Sin emba rgo, es menos proba ble que se ob tenga la amnesia c uando su induc ción es más direc ta. Rossi y Erickson (1974/1980) explican que la gran efectividad de las sugestiones indirectas pue de ser formulada en la siguiente forma: En muchos trances, esta invariablemente presente algo de consciencia en la forma de una ac titud observadora; el sujeto está en parte perdido e n la e xperiencia, pero el ego está e n parte observando tranquilamente lo que sucede.
C uando d amos una sugestión d irec ta, ese ego observador puede advertirlo y posee el poder de escoger si la hace realidad o no. Sin embargo, si la sugestión es indirecta, incluso el ego observador puede pasar por alto la sugestión que ha sido entregada, con lo cual disminuye su habilidad pa ra deb atirla y negarla. De e ste modo, la sugestión emerge má s naturalmente en e l curso de la co nducta del pac iente.
Los ac cesos indirec tos pue de n tomar muchas formas, a saber:
1.
A c c e s o in d i r e c t o y d i st ra c t o r c il “... su mente puede estar muy activa mientras se relaja... y después puede darse cuenta de cuán d ifí es recordar lo que estuve diciendo exactamente hace siete minutos... podría intentar recordar lo que estuve
diciendo hace nueve minutos, o lo que estuvo pensando hace cuatro minutos, pero, ¿no le parece que es mucho trabajo intentar recordar?... es más esfuerzo de lo que vale... ¿y por qué no permitirse relajarse có modamente?... sabiendo que no tiene que recordar cuando es mucho trabajo...” (Yapko, 1990, p. 271)
2.
Té c nic a d el “c om o si” (Zeig, 1985)
Al usar estar estrategia, el terapeuta podría actuar como si la porción previa del trance no hubiera ocurrido nunca. Por ejemplo, podría decir, “¿Cuándo va a necesitar que yo comience la hipnosis?, con lo cual se rompe el puente asociativo con lo anterior, pues nunca existió.
3.
Confusión “... su mente consciente puede comenzar a preguntarse... sabrá qué cosas recordar... y cuáles cosas solam ente nec esita sa be r su inc onsciente ... y después usted puede recordar... olvidar... o pue de e leg ir olvidar pa ra recordar... pero c uando re c u e rd a p a ra o lv id a r lo que ha olvida do pa ra rec ordar... su memoria
olvidada recuerda lo que ha olvidado... pero usted sólo p u e d e o l v id a r lo q u e h a o lv id a d o cuando advierte q ue es muy d ifí c il rec ord a r en forma descuidada ... y entonc es pued e olvida r toda la confusión y relajarse
aun má s profundamente...” (Yapko, 1990, p. 272)
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“Recordar es tan cómodo como olvidar. Usted puede hacer ambas cosas en una forma consciente y puede hacer ambas cosas en forma inconsciente. Puede recordar olvidar en forma inconsciente o puede olvidar recordar en forma consciente o puede, en forma inconsciente olvidar recordar en forma inconsciente. O puede recordar en forma consciente lo que olvidó, o puede, en forma inconsciente, recordar lo que olvidó. Y las cosas que olvidó olvidar en forma inconsciente son diferentes a las que rec ordará en forma consciente.” (Zeig, 1985, p. 331-332)
“La cosa importante acerca del trance, es que usted puede entrar y puede salir. La mente que entra es consciente, pero cuando está afuera es inconsciente. Pero cuando el inconsciente está adentro, trata de conservar afuera a la mente consciente que entra. Lo que está afuera de la mente está adentro en tanto que esto es algo que le concierne al inconsciente, y lo que está afuera de la mente consciente realmente no es lo importante a hora.” (Zeig, 1985, p. 332)
4.
Metáforas
Ané c do tas o historias que tiene n entremezcladas sugestiones pa ra olvidar. “... y cua ndo e lla ab rió sus ojos, era c omo si saliera d e un sueño profundo, apenas cap az de rec ordar algo mas que las buena s sensac iones de una noc he de reposo...” (Ya pko, 1990, p. 272-273)
5.
Si e m b r a d e i d e a s
Esta estrategia consiste en ofrecer por adelantado insinuaciones de sugestiones de amnesia que ocurrirán después. Esta técnica ericksoniana se utiliza en forma típica en el período de preparación d el tranc e hipnótico . Erickson ac ostumbraba a relatar –en la induc ción hipnótica– anécdotas que se referían a olvidos naturales. Por ejemplo, el hec ho c otidiano cuando una persona es presentada a alguna otra y, después, unos pocos segundos más tarde, preguntarse, “¿Cuál era el nombre de esa persona?” También relataba que cuando les daba la fecha para un examen a sus alumnos, éstos se preguntaba n despué s de c lases, “¿cuál era la fec ha? ” (Zeig, 1985) “Algunas personas experimentan estado s de tranc e tan profundos o significativos, que cuando vuelven a la vigilia después, se sorprenden de lo poco que hay para recordar... y después cambian para lo mejor, sin importarles el cómo...” (Yapko, 1990, p. 273)
6.
Disociación
Aquí se ofrecen sugestiones respecto a qué recordar y olvidar, como mecanismos separados que puede n funciona r en forma indep endiente.
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“Su habilidad para recordar es el complemento de su habilida d para olvidar... y cuando piensa en reco rdar aquella situac ión, sus sentimientos pueden olvida r lo que sucede, porque están recordando otra parte de gran importancia...” (Yapko, 1990, p. 273)
7.
y Rossi, 1974/1980) A m n e s ia p o r d i st ra c c i ó n (Erickson Erickson tenía como una práctica de rutina no hablar al paciente respecto a los eventos de tranc e inmediatamente d espués que éste se orientaba a la vigilia. El estado de trance persiste unos pocos momentos después de la aparición del estado de vigilia. Las preguntas durante e se p eríodo p ermiten, c on frecuenc ia, el rec uerdo completo d e los eventos del trance. Por lo cual, Erickson, involucraba al paciente en una conversación casual, con anécdotas o historias muy alejadas de la experiencia hipnótica, durante un rato después de terminad o el tranc e. C on esto intentab a e fec tuar una a mnesia po r distrac c ión. O a veces “empujaba ” al pac iente fuera de la c onsulta, para evitar hab lar respec to al tranc e. Distraía al paciente haciendo todo lo que podía convertir la situación de vigilia en una experienc ia muy distinta a la d el tranc e.31
8.
A m n e s ia e st ru c t u ra d a ( A m n e s ia p o r re o ri e n t a c i ón e n e l t ie m p o ) (Erickson y Rossi, 1974/1980)
Una amnesia estructurada se efectúa al volver a la vigilia a los sujetos en una forma que los reorienta al lugar exacto, al tiempo y al contenido asociativo de consciencia donde se encontraban cuando entraron en trance. Se estructura la situación total de modo que el período de trance cae en una laguna entre dos sucesos estructurados, que son tan idénticos que la consciencia no los reconoce como dos eventos, siendo amnésic a pa ra todo lo que o c urrió entre ellos. En la experiencia de Erickson, esta medida de reorientar en el tiempo, volviendo a despertar trenes de pensamiento y asociaciones anteriores a la inducción de trance, es mucho más afectiva para inducir amnesia posthipnótica que las sugestiones directas autoritarias. “Uno simplemente hace dominantes las pautas de pensamiento y asociaciones de ideas previas.” (Eric kson y Rossi, 1974/ 1980, p. 84) 9.
A m n e s ia p o r i n te r ru p c i ón d e t ra n c e e s p o n t án e o p o st h ip n ó t i c o (Erickson y Rossi, 1980)
Erickson establec ió que la ejec ución d e una sugestión p osthipnótica evoc a espontáneamente un breve trance hipnótico, mientras está o curriendo el acto p osthipnótico . Si a los sujetos se los interrumpe o se les impide ejecutar el acto posthipnótico, permanecen en trance y este trance posthipnótico puede ser utilizado para interpolar un nuevo trabajo hipnótico. Después se les permite completar el acto posthipnótico original y se orienta a la vigilia c on una amnesia e spo ntánea pa ra los eventos interpo lado s.
31 Ver
J. Zeig (1983) Un sem inario d idác tico c on Milton H. Eric kson , Amorrortu, B. Aires, pa ra enc ontrar ejemplos de esta téc nica en las sesiones de Erickson. 92
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Fenómeno hipnótico: C atalepsia
Ps. Mario Pac hec o
Definición de conceptos
La “catalepsia” puede ser definida como la inhibición de los movimientos voluntarios, asociad a c on la conc entrac ión intensa sob re un estímulo espe cífico. (Yapko, 1990) Erickson y Rossi (1981) la de finen co mo una “forma de tonicidad muscular bien equilibrada .” Históricamente se ha considerado que el grado evidente de catalepsia en un sujeto en trance, está directamente relacionada con el grado de “profundidad” del trance o involucración experienc ial, y se la c onside ra como un indic ad or de trance. (Eric kson, Rossi y Rossi, 1976) Puede considerarse a este fenómeno como uno de los rasgos más básicos del trance, y por esto está asociada directa o indirectamente en, virtualmente, todos los otros fenómenos de trance. (Yapko, 1990)
Su ocurrencia natural
Erickson y Rossi (1981, p. 40-41) describen diversas oportunidades en las cuales esta respuesta oc urre e n forma espontánea. Por ejemplo: 1.
Cuando uno escribe una carta, se detiene por un momento a pensar. Durante ese momento, uno tiene inconscientemente el láp iz en la mano, la c ual está suspendida en el aire y es mantenida en una posición inmóvil: cataléptica. De hecho, todo el cuerpo está generalmente inmóvil en una pose cataléptica durante ese momento, cuando la consc iencia está enfoca da y rec eptiva ha cia nuestros pensamientos.
2.
Cuando consideramos una pregunta o un problema, uno frecuentemente moverá los ojos a la derecha o a la izquierda, hacia arriba o hacia abajo, o con los ojos fijos [según el sistema guía de nuestro sistema representacional], permaneciendo en una posición cataléptica. Este es un momento de sensibilidad y receptividad para los procesos internos de uno.
3.
Cuando la persona está ocupada en una tarea motora, y se le hace un pregunta que la haga quedar absorta, con frecuencia el sujeto detiene dicha actividad a mitad del movimiento, para permanecer cataléptico en aquella posición fija por el momento,
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mientras considera la pregunta. La pregunta suspende la actividad muscular externa, de modo que p ueda rec ibirse una respuesta a través de un fo co d e a tención interna. 4.
En una situación crítica de la vida cotidiana, las personas tendemos a “congelarnos”, permaneciendo catalépticamente inmóviles, fascinados, con toda nuestra atención dispuesta para recibir una comprensión del suceso. En todos esos momentos, tiende a haber una brecha en la consciencia, mientras
esperamos expectantemente una respuesta proveniente desde el exterior o el interior de nosotros mismos. Erickson y Rossi (1981, p. 41) afirman: En esos momentos, cuando [las personas] están en una pose cataléptica, están abiertas y receptivas a los estímulos apropiados... pue de rec ibirse una suge stión y ac tuarla e n una forma ap arentem ente a utom átic a. Esta b rec ha m om entánea e n la c onsc ienc ia es esenc ialme nte un tranc e m om entáneo. La rec ept ivida d a c rec entad a d urante e se m om ento es esenc ialmente lo q u e d e n o m in a d o s hip n ó t ic o .
Utilización estratégica
La catalepsia puede ser utilizada con diversos objetivos, a saber (Erickson y Rossi, 1981; Yapko, 1990): 1.
Un procedimiento d e evaluac ión de la d isposición a responder hipnótica .32
2.
Un proc edimiento de induc ción de tranc e (induc ción por pa ntomima).
3.
Un proc ed imiento p ara volver a induc ir tranc e.
4.
Un proc ed imiento pa ra profundizar el tranc e.
5.
Puede facilitar un mayor compromiso con el trance a través del reconocimiento del paciente de la habilidad de su propia mente inconsciente para responder en forma automática.
6.
Puede ser usada para ayudar a algún paciente a controlar sus movimientos, en caso que sus movimientos deb an ser mínimos, pa ra rec uperarse más ráp ido y c ómoda mente.33
32 Ver
E. Rossi (1986/1996) Escala de Evaluación de Trance indirecto (ITAS). En M. Pacheco, Hipno sis Eric kso nia na : Nivel Inte rme d io. Ap é nd ice : Susc ep tibilid a d Hipnótic a . Instituto Milton H. Erickson, Santiago, p. 35-37 33 Hace algún tiempo fue solicitada mi ayuda para que una paciente que tenía que someterse a un scanner al cerebro y que tenía temor a los espa cios pequeños cerrados, pudiera permanecer dentro de la má quina durante una hora sin moverse. La intervención fue realizad a en dos sesiones; utilicé disoc iación (el c uerpo p odía quedarse dentro de la máquina, mientras ella podía irse a otro lugar). Para llevarla al trance utilicé señales ideomotoras, y al finalizar la experiencia le ratifiqué el hecho que podía permanecer con los ojos abiertos, su cuerpo inmóvil sin necesidad de moverlo (ca taléptico), mientras su mente inconsciente le proporcionaba gran comodidad. 95
Accesos
Tod Tod o aq uellos uellos que c ap ture ture el interés interés intens intenso o del de l c liente liente pued e fac ilit ilitar ar respues espuestas tas c a talép tica s, inclui inc luida da s la la s convers co nversa a c iones interes interesa a ntes, ntes, las sorpres sorpresas, as, losshocks y y la c onfusión. onfusión. La c ataleps ata lepsia ia puede pue de logrars lograrse en for fo rma d irec irec ta o indir indirec ta, verba verba l o no verbalmente.
I n d u c c i ón ón d i re re c t a
En la siguiente sugestión directa de levitación del brazo, son evidentes las sugestiones para catalepsia: ... mient mientrras conti c ontinúa núa inspir inspirand ando... o... y exhalando exhalando ... a la frec uencia uenc ia más cómod c ómod a par pa ra usted... usted... puede pued e a dvertir dvertir cuál de sus manos comienza a sentirse más liviana que la otra... liviana, casi ingrávida... y su mano puede comenzar a flotar, fácil, fácilmente... subiendo... correcto... flota en el aire como si estuviera pegada a una gr g ran pelota, pe lota, usted usted p uede sorprende orprende r al descubrir descubrir cuán cuá n agr ag rad ab le es experim experimenta enta r su brazo brazo flotando rec to delante d elante d e usted... usted... como c omo si estuv estuvier iera a c ompletamente ingrávi ingrávido do... ... y puede permanec er ahí mientr mientras as c omienza omienza a ad vertir vertir otra otra sensac ensac ión que puede pued e inter interesar esarle... le... (Yapko (Ya pko,, 1990, 1990, p. 283)
I n d u c c i ón ón in in d i re re c t a v e rb rb a l
Una forma indirecta es ofrecer sugestiones generales para relajación e inmovilidad, como la siguiente: ... puede sentirse tan bien saber que su cuerpo sabe cómo cuidar de si mismo... saber cómo respirar cómodamente... en una lenta respiración... fácilmente... y fácilmente mientras su mente vaga a algún recuerdo especial en el cual usted no ha pensado en mucho, mucho tiempo... y también sabe cómo sentarse quietamente mientras usted disfruta ese recuerdo... ¿y no es cómodo... y reconfortarte... saber que sus bra zos pu ed en d esc pesadamente sobre la silla esc an sar pesadamente sin nec esi esida d de mo verlos verlos fuerzo, que no vele la la p ena mo verlos verlos cuando ?... ?... y toma tanto e sfuerz c uando es e stán
tan c ómodo s... (Yapko (Ya pko,, 1990, 1990, p. 283) 283)
I nd nd u c c i ó n i nd n d i re re c t a n o v e r b a l
Erickson desarrolló dos estrategias para inducir y profundizar el trance hipnótico, que en esencia son no verbales (o de pantomima ): In d u c c ión ió n d e t ra n c e p o r c a t a le p sia t o c a n d o la m uñe c a , e In I n d u c c i ón ó n d e t ra ra n c e e st re re c h a n d o l a m a n o .
A continuación se transcribirá la descripción de Erickson de ambos acercamientos; se acompaña un diagrama que muestra la posición de la mano del terapeuta en el primer método de inducción (tocando la muñeca), y se finaliza este artículo con la transcripción de una de mostr mostra c ión del d el uso uso d e e sa estra estra tegia y los co mentar menta rios de Ross Rossi.
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Inducción de trance tocando la muñeca (Erickson (Erickso n y Ross Ro ssi, 1981, 1981, p. p . 43-44) 43-44)
“Mos “Mo stré tré mis manos vac ías a la mucha c ha, y de spués extendí extendí mi mano der de rec ha y rodeé rode é su muñec muñeca a derecha con mis dedos, apenas tocándola, excepto un patrón de estimulación irregular, incierto, cambiante, con las puntas de mis dedos. El resultado fue la atracción completa de su atención, expectante, preguntándose interesada en lo que yo estaba haciendo. Con mi pulgar derecho efectúe una suave presión con el área látero-volar-cubital de su muñeca, como si la volteara hacia arriba; en el mismo instante, en el área de la prominencia radial, hice una leve presión táctil hacia abajo, en el área dorso-lateral de la muñeca con mi dedo del medio; también, al mismo tiempo, hice varios toques delicados con mis otros dedos, algo comparables en intensidad, pero no sugerentes en dirección. Ella hizo una respuesta automática a los toques directivos sin diferenciarlos conscientemente de los otros toques, evidentemente evidentemente pr p resta estando ndo atenc ate nción ión primero primero a un toque y d espués a los otros. otros. Mientras ella comenzaba a responder, aumenté en forma variable los toques directivos sin disminuir el número y variac iones de los otros otros estímul estímulos os tác tiles tiles distr distra a c tores. tores. De este este modo, mod o, suger uge rí movimientos movimientos laterales y hacia arriba de su brazo y mano, variando los estímulos táctiles mezclados con un número disminuido de toques no directivos. Estos movimientos de disposición a responder automáticos, cuyo origen no reconoció, la sorprendieron, y mientras sus pupilas se dilataban, toqué su muñeca con una sugestión de movimiento hacia arriba. Ya que su brazo comenzó a subir, delicadamente interrumpí el toque, de d e modo mo do que ella ella no a dvirti dvirtió ó el reti retirro tác tá c til til y conti co ntinuó nuó el movimient movimiento o ha c ia ar a rriba. Rápida mente c ambié las puntas de mis mis dedo de dos s, varié varié los toq toques ues de maner mane ra de dirigi dirigirr en una forma no rec onoc ible ible una vuela completa de la palma hacia arriba; después, otros toques en la punta de sus dedos sirvió para enderezarlos algo, doblar otros y un toque apropiado en la punta de los dedos doblados llevó a un curvamiento continuo del codo. Esto llevó a un movimiento lento de su mano a sus ojos. Mientras esto sucedía, atraje su atención visual con mis dedos y dirigí su atención a mis ojos. Focalicé mis ojos para visión distante, como si estuviera mirando detrás de ella 34, moviendo mis dedos cerca de mis ojos, ba jando jand o mis hombres homb res en una forma relajada relaja da , y des de spués pué s seña lando sus dedo de dos s, llos os c uales esta esta ba n ac ercándose ercá ndose a sus ojos. ojos. Ella Ella siguió siguió mis instr instruc ucc c iones ione s de pa ntomima y des de sa rrolló rrolló un tranc e que q ue resistió los esfuerzos de las personas cercanas para atraer su atención o despertarla en respuesta a sugestiones verbales.”
El análisis de este procedimiento de Erickson indica claramente que es un acercamiento de confusión no verbal. ¿Quién mueve el brazo hacia arriba: Erickson o la sujeto? Evidentemente ella está muy confundida, lo evidencian sus indicadores de trance (pupilas dilatas, movimientos automáticos), y la disposición a responder a las señales no verbales para profundizar profundizar el trance iniciad iniciado. o. Erickson ickson d esc esc ribe la rac ionalida ionalida d de su ac a c erca miento miento c omo sigue: “Usted c oge og e la muñec muñe c a muy, muy delica da mente. ¿C uál es su propós propó sito? ito? Su propós propó sito ito es permitir permitir a l paciente sentir su mano tocando su muñeca. Eso es todo. El paciente tiene músculos que le permitirán elevar su brazo, de modo que ¿por qué usted debería hacerlo por él? El cuerpo ha aprendido cómo 34 (N.E.)
La famosa mirada ericksoniana, y la cual evidentemente confunde y debilita aun más los esquemas mentales conscientes de la sujeto. 97
seguir a esas señales mínimas, presta más y más atención a cualquier señal adicional que usted le ofrezca. Mientras presta más y más atención a las sugestiones que usted ofrece, entra más profundo en trance. El arte de profundizar el trance no es necesariamente gritarle que entre más y más profundo; es dar sugestiones mínimas en forma delicada, de modo que el paciente preste más y más atención al proceso dentro de si mismo y, por consiguiente, entre más profundo. (Ericks (Eric kso on y Ross Ro ssi, 1981, 1981, p. p . 44)
Inducción de trance estrechando la mano35 (Erickson, (Erickso n, Ro ssi y Ross Ro ssi, 1976, p. p . 108-111) 108-111)
Erickson, Rossi y Rossi (1976) comentan que este acercamiento es esencialmente una sorpresa que interrumpe los marcos habituales del sujeto para iniciar una confusión momentánea. Se inicia así una receptividad para sugerencias que clarifiquen la situación, con una expectativa para más estímulos y dirección. En una carta a Weitzenhoffer, Erickson describió su acercamiento como un medio para iniciar catalepsia. Cuando Erickson se separa ep ara d el suj sujeto, eto, éste éste per pe rmanec e fijo fijo en e n una pos p osición ición cata c atalépti léptic c a o moviéndose en la dirección que Erickson indicaba. También utilizaba este acercamiento como una prueba para evaluar la disposición a responder a la hipnosis. Los requisitos para que este acercamiento sea exitoso, son un deseo del sujeto para que el terapeuta se acerque físicamente, una situación apropiada y una situación adecuada para continuar la experiencia. Una Una vers versión edit ed itad ad a de l proce dimiento, dimiento, es co mo sigue: sigue: “Iniciación : Cuando comienzo a dar la mano, lo hago en forma normal. El “toque hipnótico” comienza cuando la suelto. El movimiento de retirada de la mano se transforma desde un agarrón firme a un suave toque con el pulgar, una retirada persistente del dedo meñique, un ligero roce de la mano del sujeto con el dedo del medio –sólo una sensación lo suficientemente vaga para atraer la atención. A medida que el e l sujeto ujeto presta presta atención a tención al a l toq toque ue con c on el pulgar, us usted c ambia amb ia a un toque c on su su meñique. meñique. C uando la atención de su sujeto sigue ese toque, usted cambia a un toque con su dedo del medio y después nuevamente con c on el pulgar. Esta excitación de la atención es simplemente una excitación sin que constituya un estímulo para una respuesta. La retirada del sujeto del apretón de manos es impedida por la excitación de su atención, lo cual establec establec e una d ispos po sición a e spera r, una ex e xpec tativa. tativa. Después, pero no muy simultáneamente (para asegurar un reconocimiento neural separado), usted toca la superficie inferior de la mano (la muñeca) tan delicadamente, que apenas sugiere un empujón hacia arriba. Esto es seguido por un toque hacia abajo similar, y después rompo el contacto tan delicadamente que el sujeto no sabe exactamente cuándo –y la mano del sujeto está elevada, ni hacia
35 Ericks Erickson on
de sarrolló arrolló este este método métod o c uando esta esta ba dictando dic tando un Seminar Seminario io en M éxic éxic o (otr (o tra a versión indica indica que fue en Venezuela), y le solicitaron que hiciera una demostración de inducción de trance con una sujeto que no hablaba inglés, y Erickson no hablaba castellano. Discurrió, después de reflexionar mucho, un acercamiento puramente no verba verba l, que utili utiliz zara la c onfusión onfusión en un c ompo rtamiento tamiento soc ial. 98
arriba ni hac ia aba jo, sino que está c ataléptica. A vec es doy un toque lateral y medial, de mod o q ue la mano e sté aun más rígida mente cataléptica. Finaliza c ión: Si usted no quiere que sus sujetos sepan qué está haciendo usted, distraiga la atención de
ellos, generalmente c on un c omentario adec uado, y termine en forma casual. A veces ellos comentan, ‘¿Qué dijo? Estuve ausente de aquí por un momento y no estaba prestando atención a nada.’ Esto es levemente angustiante para los sujetos, y es indicativo del hecho que la atención de ellos estaba tan conc entrad a y fija en e l pec uliar estímulo e n la mano, que estuvieron momentánea mente en un tranc e, de modo que no e scucha ron lo que se les dijo. C ualquier utilizac ión lleva a una profundidad de tranc e c rec iente. Toda utilizac ión debiera Utiliza c ión: proceder como una c ontinuac ión o una extensión del procedimiento inicial. Muc ho de esto puede hacerse en forma no verbal. Por ejemplo, si el sujeto me está mirando con una mirada en blanco, lentamente puedo cambiar mi mirada hacia abajo, haciendo que mire su mano, la cual toco como si dijera, ‘Mire a este lugar.’ Esto intensifica el estado de trance. Después, si los sujetos están mirándolo a usted o hacia la mano de ellos o sólo están con la mirada en blanco, usted puede usar mano izquierda para tocar la mano elevada de ellos en la parte de arriba o al lado –lo suficiente para dar la sugestión de un movimiento hac ia abajo. Ocasionalmente, se requiere un coda zo hac ia abajo o un empujón. Si se requiere un empujón fuerte o un co dazo, co mpruebe si hay a nestesia. Hay algunos colegas que no quieren saluda rme c on la mano, a menos que les afirme primero [que no usaré este método], porque ellos desarrollaron una anestesia en guante profunda cuando usé este método con ellos. Les doy la mano, mirándolos a los ojos, inmovilizando rápidamente mi expresión facial, y enfocando después mis ojos en lugar detrás de ellos. Después, lenta e imperceptiblemente retiro mi mano de la ellos, y lentamente me muevo hacia un lado, fuera de la línea directa de la visión de ellos. He obtenido variados comentarios, pero el siguiente es uno de los más gráficos: ‘Te estaba escuchando y quería encontrarme contigo, y tú parecías tan interesado y me diste la mano con mucha calidez. De pronto, mi brazo se había ido y tu cara cambió y te fuiste lejos. Después, el lado izquierdo de tu cabeza comenzó a desaparecer, y solamente podía ver el lado derecho de tu rostro hasta que desapareció lentamente.’ En ese momento, los ojos del sujeto estaban fijos mirando hacia delante, de modo que cuando me moví a la izquierda, fuera del campo de su línea de visión, el lado izquierdo de mi cara ‘de sapareció’ primero y luego el lado derec ho. ‘Tu c ara lentamente regresó, te ac erca ste y sonreíste y dijiste que te gustaría usarme el Sábado por la tarde. Después me di cuenta de mi mano y te pregunté por qué no podía sentir toda mi mano. Me dijiste que la mantuviera en e sa forma por un rato, para tener esa experiencia.’ Usted da a esa mano derecha elevada (ahora cataléptica en la posición de dar la mano) la sugestión de un movimiento hacia abajo con un toque leve. Al mismo tiempo, con su otra mano, da un leve toque indica ndo un movimiento hacia arriba e n la mano izquierda del sujeto. Entonces usted tiene a la mano izquierda subiendo, mientras que la derecha está bajando. Cuando la mano derecha alcanza la falda, se detendrá. El movimiento ascendente de la mano izquierda puede de tenerse o c ontinuar. Me gusta dar otro toque y dirigirla hacia arriba, hacia la cara, de modo que alguna parte toque un ojo. Eso oc asiona un cierre d e o jos y es muy efec tivo para inducir un tranc e p rofundo, sin hab er dicho ni una sola palabra. No ha y sugestiones verba les. Por ejemplo, ¿q ué sucede si mi sujeto no respond e a mis esfuerzos con su mano derecha y la situación parece desesperada? Si no está mirando hacia mi cara, muy
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lentamente, delicada mente lo saco de la situac ión con movimientos (rec uerde: lo saco de la situac ión) obligándolo a mirar mi cara. Congelo mi expresión, vuelvo a enfocar mi mirada, y con movimiento de cabeza leve dirijo su mirada hacia su mano izquierda, la cual mi mano derecha está moviendo lentamente, apa rentemente sin un propósito. Cuando mi mano derec ha toc a su mano izquierda c on un leve y delicado movimiento ascendente, mi mano izquierda con un movimiento delicadamente firme, sólo lo suficiente, presiona hacia abajo su mano derecha durante un momento, hasta que ésta se mueve. Así, co nfirmo y vuelvo a afirmar el movimiento hacia deba jo de la mano derec ha, una sugestión que él acepta junto con la sugestión táctil de la levitación de la mano izquierda. Este movimiento hacia arriba es aumentad o por el hec ho que ha estado respirando al mismo tiempo que yo, y mi mano derecha le da a su mano izquierda ese toque hacia arriba en el momento cuando está comenzando una inspiración. Esto es reforzado, además, por cualquier visión periférica de él que advierta el movimiento hac ia arriba de mi cuerpo cuando inhalo, y a medida que e levo lentamente mi cuerpo y la cabeza y me alejo, cuando le doy a su mano izquierda ese toque ascendente.”
Erickson, Rossi y Rossi ana lizan la d escripc ión a nterior: “La descripción de Erickson de su inducción por apretón de mano le quita un poco el aliento al principiante. ¿Cómo tener todo eso en la mente? ¿Cómo desarrollar ese toque delicado y esa habilidad? Después de todo, ¿cómo aprende uno a utilizar cualquier cosa que suceda en la situación, como un medio para focalizar la atención del sujeto e involucrarlo internamente de modo que se desarrolle el trance? Obviamente se requiere un cierto monto de dedicación y paciencia para desarrollar esas habilidades. Es mucho más que dar simplemente la mano en una cierta forma. Estrechar la mano es simplemente un c ontexto en el c ual Erickson hace contac to c on una persona. Después utiliza este c ontexto p ara fijar la atenc ión hac ia adentro y disponer la situac ión para el posible d esarrollo de un trance. Cuando da la mano, el mismo Erickson está totalmente concentrado en dónde está la atención del sujeto. Inicialmente, la atenc ión del sujeto está e n un enc uentro soc ial co nvencional. Después, con los toques inesperado s en su mano cuando la sepa ra, hay una confusión momentánea y su atenc ión es focalizada rápidamente en su mano. En este punto, los sujetos “resistentes” podrían retirar rápidamente la mano y poner fin a la situación. Los sujetos que están preparados para experimentar trance estarán curiosos con lo que está sucediendo. Su atención es fijada y permanecen abierto y dispuestos para estímulos directivos adicionales. Los toques directivos son tan delicados e inusuales, que la cognición del sujeto no tiene forma de evaluarlos; se da a los sujetos una serie de rápidas sugestiones no verbales que mantienen su mano fija en una posición, pero no están conscientes de esas señales no verbales. La mano de los sujetos responde a los toques directivos para inmovilidad, pero éstos no saben por qué. Es un simple caso de una respuesta automática en un nivel kinestésico que desafía inicialmente al análisis consciente, debido a que los sujetos no han tenido una experiencia previa similar. A los toques directivos pa ra el movimiento les siguen respuestas en el mismo nivel, co n un vac ío similar en el percatarse y la comprensión. Los sujetos se encuentran respondiendo en una forma inusual, sin saber por qué. Su atención está dirigida ahora hacia el interior, en una intensa búsqueda de una respuesta o alguna orientación. Esta dirección y búsqueda interna es la naturaleza básica del “trance”. Los sujetos pueden estar tan preocupados en su búsqueda interna que los procesos sensorio-perceptuales usuales de nuestra 100
orientación de realidad normal están suspendidos en forma momentánea. Los sujetos pueden experimentar, entonces, anestesia, una laguna en la audición o la visión, una d istorsión de tiempo , un deja vu , un sentido d e desorientación o vértigo, etc . En este momento los sujetos están ab iertos para más
sugestiones verbales o no verbales, que pueden intensificar la búsqueda interna (trance) en una direc ción u otra.”
Erickson, Rossi y Rossi (1976, p. 111) proponen los siguientes ejercicios para los acercamientos no verbales: 1.
Las claves de los acercamientos no verbales a la inducción de trance son la observación, la paciencia, y el aprender paso a paso. Uno puede comenzar a aprender la inducción por apretón de ma no desarrollando e l hábito de observar cuidadosamente los ojos y el rostro d e las personas cuando les da la mano en una forma normal. El siguiente paso podría ser la práctica de soltar la mano un poco más lento que lo usual. Después aprender a cómo retener y liberar la mano, observando con cuidado el rostro del sujeto, para “leer” las respuestas no verbales (v.g., confusión, expectativa) a su vacilación. A medida que desarrolla su experienc ia, incluso en este nivel, usted comenzará a rec onoc er quién pued e ser un buen sujeto, por el grado de receptividad ante su vacilación. El sujeto que “se queda junto a usted” y le permite ejecutar el ritmo del apretón de manos, es evidentemente más sensible y dispuesto a responder, que la persona que se va de la situac ión. El paso siguiente podría ser liberar la mano hasta la mitad, de modo que el sujeto esté momentáneamente confundido. Después puede practicar soltar el resto de la mano tan delicadamente que el sujeto no se dé cuenta que ya la ha liberado, permaneciendo la mano momentáneamente suspendida en el aire. A veces usted puede acrecentar este efec to hab lando muy suavemente, de modo que la a tención de l sujeto esté más dividida, al intentar atenderle. La fase final es aprender a agregar los toques, como estímulos no verbales para inmovilida d (c atalepsia) o movimiento (levitac ión de mano).
2.
¿Qué otras situaciones que implican toques no verbales en la vida cotidiana, podría aprender a utilizar pa ra fijar y foc alizar la a tención hacia el interior para iniciar un tranc e?
Iniciación y utilización de la catalepsia (Erickson y Rossi, 1981, p. 50-56)
La transcripción siguiente es una demostración de Erickson enfrente a una audiencia, e ilustra cómo puede iniciarse y utilizarse la catalepsia para facilitar la experiencia de trance y el aprendizaje de o tros fenómenos hipnótic os. Los c omentarios de Rossi van a la derec ha.
101
Establecimiento de rapport
E: ¿Y usted es?
El primer movimiento es establecer rapport –
S: J anet.
un comentario humorístico respecto al
E: Ciertamente se hizo una impresión de la grabad ora. Dio el mejor silbido que pudo. ¿Cómo se siente estando frente a una impresionante audiencia como ésta? J : Estoy asustad a a mo rir .
silbido de la grabadora y una pregunta a los
sentimientos
audiencia,
de
para
ella
evaluar
frente su
a
la
estado
emocional en el aquí y ahora. Desde el chiste de Erickson sobre el silbido de la
E: Rea lmente, usted sabe, creo que ellos son los primeros que están
grabadora, ella está siguiendo la dirección
dispuestos a ser colocados en trance. ¿Puede decirme como
de Erickson. El respondió haciendo un
se siente?
esfuerzo para restablecer la confianza de
J : Mejor. E: ¿Está tan asustada c omo estaba antes? J : No.
ella. Es importante que esta confianza y rapport se establezcan como la primera frase
de
una
inducción.
Su
respuesta
positiva inmediata, “mejor” y no estar asustada,
indica
ahora
que
se
ha
establecido un clima favorable para una inducc ión formal.
Catalepsia levantando el brazo
E: Simplemente relájese. Elevaré su mano. Me gustaría que la mirara.
Mientras Erickson simultánea mente efec túa una
catalepsia
elevando
la
mano
y
pidiéndole que la mire, la atención de ella está siendo fijada y focalizada a través de do s moda lidad es sensoriales.
Alucinación visual
E: Ahora observe esta mano. Y mírela. Y véa la d ere c ha a hí.
“Véala derecha ahí” es una sugestión a dos niveles: un nivel significa simplemente, “vea la mano”. En otro nivel, es una sugestión para una posible alucinación visual para continuar viendo la mano “ahí”, incluso cuando no esté más ahí.
Catalepsia mirando el brazo
Muc hos sujetos inicialmente no mantienen
E: Y lo pondré abajo. Lo dejaré derecho ahí. Y sólo permanezca
su brazo en una posición fija, sino que la
mirando esa mano derecha. Puede mirar su mano. Y sólo permanezca mirando su mano derecha. Dejaré su mano izquierda rec ta a quí. Y ahora, lentamente...
dejan regresar pesadamente a su falda cuando el terapeuta la suelta. Entonces Erickson da esas sugestiones indirectas para mantener el brazo en una pose cataléptica. Habiéndose logrado una catalepsia del brazo derecho, rápidamente se establece la catalepsia del brazo izquierdo, para involucrarla a un más.
Disociación
E: ... sus mano s se ab rirán. C orrec to. Y me gustaría que...
Abriendo una mano “lentamente” mientras la observa cuidadosamente, es una tarea bastante inusual que tiende a promover
102
una actitud disociada y una respuesta automática.
Preguntas para foco interno
E: ... mire sus manos. Sus manos están abiertas. ¿Le gustaría mirar su mano?
Normalmente,
no
tenemos
que
mirar
nuestras manos tan cuidadosamente, por consiguiente la actitud disociada peculiar co ntinúa desarrollánd ose –estimulada p or una p r e g u n t a , como una forma hipnótica que ahora focaliza la atención dentro de los prop ios proc esos asocia tivos de la sujeto.
Cierre de ojos indirecto
E: Y pude continuar mirando su mano, si lo desea, con sus ojos cerrados. Y sus manos se e stán a briendo más y más.
Esta sugestión indirecta para cierre de ojos es hecha contingente con (1) continuar mirando la mano (es decir, una imagen visual o una alucinac ión pa ra tenerla dentro de la mente), y (2) sus propios d e s e o s. Lo primero es otro paso hacia el aprendizaje de la alucinación visual, mientras que el segundo
paso
tiende
a
movilizar
la
motivación positiva de ella. Si cierra ahora sus ojos para aliviarlos de la tensión de esta situación peculiar, entonces por implicación significa que ella está siguiendo su propio d e s e o . La sugestión de Erickson para el
cierre de ojos se ha convertido en el propio deseo
de
la
internalizada
sujeto;
la
sugestión
como
una
es
respuesta
egosintónica.
Pausa pare permitir el aprendizaje de respuestas automáticas
(Pausa de 47 segundos)
La apertura muy lenta de las manos es una
E: Si hay algo que le gustaría hac erme comprend er, puede afirmar
indicación del comportamiento de trance.
o negar con la cabeza.
Ella está volviendo a aprender movimientos –desde el control auto-dirigido voluntario a aquel movimiento automático, donde sus manos
se
abren
lentamente–
aparentemente por si mismas, siguiendo la sugestión de l terap euta.
Señal de la cabeza
E: De este modo tendrá una pequeña práctica, sólo me gustaría que asintiera o negara con su cabeza, lentamente. Y ahora gire cuidadosamente su c a beza de un lad o a otro.
Esta e s una sugestión muy pec uliar, co n muchas
implicaciones:
comenzando
a
(1)
ella
aprender
está
señales
ideomotoras con su cabeza; (2) se está comunicando solamente en una forma restringida, de modo que muchas de sus facultades
pueden
permanecer
“dormidas”; (3) si quiere que Erickson
103
comprenda
algo,
simplemente
se
lo
permitirá saber asintiendo o negando con la cabeza, lo que puede implicar una gran porción de conversación imaginada o alucinada, y comunicación entre ellos. El ensayo
de
movimiento
cabeza,
permite
que
“lento”
se
de
la
desarrolle
el
aspecto automático del comportamiento hipnótico.
Preguntas que motivan un compromiso profundo
E: Y ahora, ¿hay algo particular que le gustaría aprender o que le gustaría que yo hiciera? (Ella niega con la c abeza).
Esas preguntas permiten a los sujetos un grado respetuoso de control en la situación. ¿Por qué no d ebería permitirse a l yo hac er solicitudes para el comportamiento de trance? Esto acrecienta la motivación y puede profundizar la involucración en los proc esos del tranc e.
Utilización de la comodidad
E: Correcto, ¿está a g r a d a d a con ese sentimiento? (A siente) ¿ Está un sentimiento más cómodo? (Asiente) disfrutando
Las preguntas respecto a estar “agradada”, “disfrutar”
y
“sentimientos
cómodos”,
realmente son po de rosas sugestiones que le permiten a la sujeto evocar sus propias memorias kinestésicas de comodidad y utilizarlas
para
facilitar
el
trance.
La
co mo dida d es una c arac terí st ic a n a t u r a l d e l t ra n c e .
Sugestiones contingentes para la reorientación a q ue hic iera e s d escub rir qu e p ued e E: Y ahora, lo que m e g usta rí
Realmente hay una serie de sugestiones en
p ermitir a sus m a nos ba jar a la fa lda cuando haya abierto los
esta única sentencia. “Lo que me gustaría
sus ojos, y cua ndo e llas alca nce n su falda, puede despertar.
que hiciera” sugiere que ella está siguiendo a Erickson. Mientras ella llev a a c ab o la cadena
de
las
tres
sugestiones,
está
reforzand o su tendenc ia a seguir a Eric kson. “Descubrir que puede permitir a sus manos bajar”
implica
aprendiendo
que
cómo
la
sujeto
está
experimentar
el
comportamiento automático de bajar las manos. Permitir a las manos bajar d e sp u é s de abrir los ojos, da generalmente al sujeto un movimiento disociado, porque ella está mirando sus manos moverse en forma automática, a la vez que aun no está completamente reorientada. Se utiliza una directiva
implicada,
de
modo
que
el
despertar es hecho contingente con las manos alcanzando la falda. Si ella debe “despertar”, esto sugiere que debe haber
104
estado en tranc e.
Amnesia estructurada
E: ¿C óm o se sien te ? ¿C ómo se siente? J : Bien.
Al
regresar
nuevamente
a
la
misma
pregunta –¿ C ómo se siente?– , que fue hecha justo antes de la inducción por catalepsia,
tiende
a
estructurarse
una
amnesia para todos los eventos del trance que oc urrieron entre las do s preguntas idénticas.
105
Fenómeno hipnótico: Distorsión de tiempo
Ps. Mario Pac hec o
Introducción
Rossi (1980b) afirma q ue e se fenómeno hipnótico es el primer fenómeno nuevo descubierto en a lred edor de 100 años. Fue descubierto por Linn Cooper, y publicó su descubrimiento en 1948 (1948/ 1980). En 1950, Erickson y C oope r (1950/ 1980) p ublicaron un segund o artículo. Erickson rec onoc ió de inmediato el valor del descubrimiento de C oop er, ya que sin sab erlo hab ía trop ezado con e l uso terapé utic o d e la distorsión de tiempo, a unque sin co mprende rla (Erickson, 1954/1980).
Definición de conceptos y su ocurrencia natural
Cooper (1948/1980) reflexiona que aunque la percepción del tiempo es la experiencia humana más básica, presenta amplias variaciones. Las más comunes pueden observarse en los sueños, en donde el sujeto puede experimentar muchas horas, e incluso días de vida en un sueño, pe ro q ue c orrespo nden a unos po c os minutos de tiempo solar. También se encuentra d istorsión de tiempo en a quellas experienc ias que relatan pe rsonas que han e stad o en pe ligro, y en las cua les han visto transcurrir lentamente las escena s de su vida en unos pocos seg undo s o minutos. El tiempo pasa más rápido para los ancianos que para los jóvenes; y con ciertas drogas, como la marihuana, se ha reportado distorsión del tiempo. Se encuentran desórdenes en la experiencia personal del tiempo en lesiones orgánicoc ereb rales, psic osis y psic oneurosis, en el delirio y los estad os tóxic os. Las escenas plac enteras pued en a c ortar el tiempo subjetivo, y el dolor alarga rlo. C oope r y Erickson (1950/1980) rep ortan que no es raro que individuos involucrados en emergencias hayan relatado que su desempeño experimentó mejorías debido a que parecía que tenían más tiempo para tomar decisiones. Cooper descubrió la e x p a n s ió n d e l ti e m p o subjetivo, en d onde un co rto período d e tiempo solar es experimentado subjetivamente como un largo período de tiempo mental, en donde pue de n oc urrir muchas cosas que pue de n hacerse mentalmente. (Rossi, 1980) Erickson, trabajando con su esposa (Erickson y Erickson, 1958/1980) descubrieron que el fenómeno opuesto también era posible, la c o n d e n sa c i ón d e l t ie m p o , en donde un largo período de tiempo solar pued e ser experimentado subjetivamente c omo pa sand o muy ráp idamente.
106
Uso estratégico de la distorsión de tiempo
Su uso estratégico puede ser muy útil. La c o n d e n sa c i ón d e l t ie m p o se utiliza en pacientes con enfermedades terminales con dolores intensos y duraderos, en donde pueden aprender a cond ensar los episod ios de do lor en breves período s de tiempo subjetivo. (Erickson y Rossi, 1979; Rossi, 1980; Yapko, 1990) La e x p a n si ón d e l t ie m p o puede utilizarse, por ejemplo, para expandir la percepción del tiempo de comodidad entre las contracciones uterinas de una mujer durante el parto; hacer que un largo día de trabajo parezca más corto; transformar un trabajo difícil en uno llevadero; puede facilitar un mejor desempeño en un examen cuando se percibe como más largo el tiempo real disponible (Yapko, 1990). Erickson (1954/1980) describe cómo un corto período de tiempo, 20 segundos, puede experimentarse como días, semanas, meses o años, para pasar revista ráp idamente a eventos traumáticos rec uperables, pa ra luego reenc uad rarlos terapé uticamente.
Accesos
Yapko (1990) indica que la distorsión de tiempo tiende a surgir e n forma espontánea cuando la persona cierra sus ojos y se absorbe en una experiencia interna (v.g., pensamientos, recuerdos, sensaciones), el mundo exterior permanece en el fondo y se hace difícil evaluar cuánto tiempo ha transcurrido. Las sug estiones direc ta s para la distorsión de tiempo, especialmente cuando se ofrecen en forma permisiva, pued en fa c ilitar la experienc ia. Yap ko ofrece algunos ejemplos: “... y puede parec erle c omo si hubiera pasado un largo período d e tiempo... y que tiene muchas horas de desca nso...” (Yapko, 1990, p. 299)
“... una hora puede parecer como un minuto... y el tiempo puede pasar muy rápido... cuando cada pensamiento pasa a través de su mente a una velocidad tan rápida, es cómodo dejarlos pasar rápidamente, más que intentar co ger alguno...” (Yapko, 1990, p. 299) “... su mente y su cuerpo han estado ocupados aquí... y toma tanto tiempo hacer todo lo que usted no ha hec ho... las horas pa rec en haber pasado mientras usted ha estado tan preoc upado...” (Yapko, 1990, p. 299) “Su mente inconsciente también puede distorsionar el tiempo. Puede decirle a su mente inconsciente que el tiempo que usted siente dolor será percibido como un corto período de tiempo. Quizá una hora pueda ser como un minuto, y el tiempo de comodidad puede ser mucho más largo. De modo que cuando sienta dolor, usted sabrá que será un período muy corto d e tiempo.”
107
Distorsión ión de tiemp o en sí nd rome d e do lor crónic crónic o ) (C o n d e n sa sa c ió n d e t i e m p o ) (G a rver, 198 (Distors 1984/ 4/19 1990 90,, p.
62) “Puede permitirse vagar en un estado maravilloso de relajación profunda. Puede permitirse ir profundo y profundo, más y más profundo, como nunca antes. El tiempo pasa con rapidez y placer (entre 4 a 10 horas o quizá más), y no habrá fatiga, nausea o cansancio, debido a su relajación. Mientras el parto avance, cada contracción estará representada por un movimiento delicado del océano en la distancia, yendo hacia atrás y hacia delante, permitiéndole sumergirse profundo y profundo. Y cada c ontrac ontrac c ión signifi signific c a que usted usted e stá a lcanz lca nzand ando o su meta, permiti permitiéndo éndo le ir profundo y profundo. Distorsi torsión de tiem tiem po en e l trab trab ajo d e p arto ) (Stoler, (Dis (Stole r, 1898/1990, 1898/1990, p. 288)
esos ind irec tos Los a c c esos para la distorsión del tiempo siembran la idea que la experiencia del para
tiempo puede ser alterada. Las sugestiones indirectas, las historias que contienen ejemplos de experiencias donde el tiempo fue distorsionado, las implicaciones y los dobles vínculos facilitan la distors distorsión ión (Ya pko, 1990 1990). ). Algunos A lgunos ejemp los son son c omo los que siguen: “... mantener en orden el tiempo a veces es muy difícil... y ahora mismo es difícil saber si han pasado c inc inc o y un cuar cua rto de minuto, minuto, o c inc inc o y medio... o han pa sad o c inc inc o, seis seis,, oc ho o c inc inc o, siete, siete, ocho... ocho ... tión pa ra exp ansión ansión d e tiem p o ) (Yapko, 1990, p. 299) (Suge stión
“... Trabajé con una cliente hace poco tiempo atrás, la cual se sentía muy incomoda cuando vino... su problema la incomodaba mucho... pero cuando cerró sus ojos y se permitió escucharme... profundamente... olvidó de percatarse sobre cuánto tiempo transcurrió... y mientras parecía que se relajaba muy profundamente... parecían horas de comodidad... calmando su mente y su cuerpo... y después se sintió muy bien, por un largo período de tiempo...” rienc ia d e d istors istorsión ión d e tiem po ) (Yapko, 1990, p. 299) (Anéc do ta d e una expe rienc
“... y usted ha estado muy cómodo sentado escuchándome, ¿no lo ha estado?... Correcto... y no es fác il sab er cuánto... cuá nto... mucho tiempo ha p asado , ¿es fác fác il?... il?... (Implicación ) (Yapko, 1990, p. 300) “... y ahora me pregunto si se ha percatado de cuán rápido y corto ha sido este período... y puede preguntarse si lo desea... ¿debería decir que solamente ha estado cinco minutos o han sido solamente diez?... nc ulo que ob liga liga a esc esc og er entre d os tiem tiem po s, que son m uc ho m ás breve s que el tiem tiem po solar (Dob le ví tra tra nsc nsc urrido. urrido. El El tiem tiem po pu ed e ser ser expa ndido hac iendo las op c iones mu c ho m ás largas qu e el tiem tiem po sola r tran sc urrid urrid o ) (Yapko, 1990, p. 300)
Hammond (1990 (1990)) afirma afirma que q ue pa p a ra o btener bte ner distors distorsión ión de tiemp tiempo o pued p ued e ba b a star una suge suges stión simple como “Pasará mucho tiempo. Pero transcurre rápidamente”, o “Tendrá todo el tiempo que nec esite, esite, en su prop io tiempo interno”.
108
Sin embargo, hay situaciones en las cuales el terapeuta necesita usar con amplitud la distorsión de tiempo y tener al paciente en una experiencia confiable de autohipnosis. Esto puede ser necesario en el tratamiento del dolor crónico severo, en psicoterapia donde se necesita una exploración extensa de sucesos del pasado; cuando se desea hacer uso de la distorsión de tiempo c omo e l únic únic o a nestés nestésico ico pa ra la c irugía irugía (c ontrac ontrac c ión del tiempo tiempo); ); al igual que e n inves investi tiga ga c iones experimentales. En estas situaciones es deseable entrenar específicamente al paciente para exper expe rimentar c ompletame omp letamente nte el fenómeno. fenóme no. (Hammond , 199 1990) 0) Con este propósito, se entrega a continuación una estrategia resumida para entrenar al pa c iente iente en la distor distors sión de tiempo tiempo..
Entr ntrenamient enamiento o de pac pac ientes para para experi expe riment mentar ar distorsión de tiempo (expansión (expansión del tiempo) (C o op er y Eric Ericks kson on,, 1959 1959// 1990 1990,, p. p . 551-556 551-556))
En general, la distorsión de tiempo y sus fenómenos asociados dependen del grado de absorción del sujeto en su mundo alucinado, con una pérdida de la consciencia del ambiente que lo rodea. La primera meta del de l entrena entrenami miento ento es e s que el suj sujeto eto e ste c ompletamente ab sorto en su expe experriencia alucinada aluc inada . La secue ncia del de l entrena entrenami miento ento requi eq uiere ere de d e 3 a 20 horas; horas; sin sin inc inclu luir ir el tiempo nec esario esario pa ra entrena entrenarr al sujeto sujeto en la ex e xper pe rimentac imentac ión de tranc tranc es profundos. profundos. C oo per pe r y Ericks Erickson on indic a n que e ncontraron nc ontraron útil instruir truir al sujeto pa ra per pe rmitir mitirs se as a soc iac ión libre, libre, pa ra guiar su su imaginer imag inería ía dur d ura a nte su entrena entrena miento inic inic ial. Prop Propone onen n suge suges stione tiones s c omo la siguiente: siguiente: “Cuando le dé la señal de partida, diciéndole ‘Ahora’, permitirá que venga a usted alguna clase de imágenes visuales o escenas. Sin diferencias qué son. Mientras las mira, vendrán otras imágenes, en forma espontánea, una después de la otra. Esas imágenes se harán más y más claras, y más reales, de modo que eventualmente se se enc e ncontr ontrará ará ‘realmente a llá’ llá’ , en o tro tro mundo . Usted será será una pa rte de e se mundo, el cual c ual será será tan real c omo e l mundo mundo q ue usted usted ve c uando está está d espiert espierto, o, y en verdad vivi vivirrá esas esas experiencias como si estuviera ahí. Después de un rato le diré ‘Ahora, deje su mente en blanco’, con lo cual cesará su actividad alucinatoria. Después le pediré que me diga qué vio o hizo, pero solamente nec esita esita de c irme irme lo que de see d e su su expe experriencia.” iencia .” C on es e sta suge suges stión tión se entrena entrena al sujeto sujeto pa ra el uso uso d e una señal eña l de p artida artida y otra otra de términ término. o. Luego se le dan da n algunos minut minutos os pa ra que tenga te nga la experienc experienc ia antes a ntes des de sc rita. ita. El siguiente paso en el entrenamiento es asignarle una tarea específica, una experiencia familiar. Podr Pod ría ped p edír írs sele q ue se imagine un un lugar, o hac iendo a lgo. Pronto Pronto se ree reemplaza mplaza la p alab ra “imaginar” “imaginar”,, y se se le vivirála dice que estará en e n ese luga lugarr, o hará eso, eso, etc.; agregando q ue “serám uy rea l, de mo d o q ue realme nte vivirá experiencia ”.
A medida que el entrenamiento progresa, se le entrega una secuencia de actividades. Se indica al sujeto que tendrá “todo el tiempo que necesite entre las señales, para completar la tarea”. Al principio, es conveniente no asignarle un límite de tiempo, sino que él indique cuando haya finalizado la tarea. Luego, se le asigna un tiempo entre señales; con lo cual se introduce al sujeto en el uso de actividades completas que puede pued e termin terminar ar dentro dentro de un tiempo tiempo da do. do . Algunos ejemplos de esas tareas son como sigue:
109
“Cuando “C uando le dé la seña señall de inicio, inicio, al dec ir ‘Ahora’, ‘A hora’, ustéd... ustéd... ... tomará una caminata. ... comprará un pa r de zapa tos ... mirará un cortometraje ... pedirá pedirá una c omida e n un rest restorán orán ... lustrará sus zapatos ... c ambiará una rueda rueda al auto ... ... esc esc uchará una c anción anc ión.” .” Aquí, nuevamente, nuevamente, debiera ob teners tenerse un reporte reporte d e la durac durac ión a par pa rente pa ra c ada ad a tarea tarea.. Al principio principio de l entrena entrenami miento, ento, la durac durac ión apa rente pued e estar estar fuera fuera de d e la propo rc ión del monto monto de la actividad reportada. A medida que el trabajo progresa, esta desproporción tiende a desaparecer, y el monto monto d e la ac tivi tivida dad d se hac e má s apr ap ropiado co n el tiempo tiempo experienc experienciial. A continuación, se introducen actividades continuas con un tiempo personal sugerido y un tiempo permitido. La “finalización” de esas actividades consiste, desde luego, en la actividad que ha continuado para el tiempo personal sugerido. Nuevamente, puede ser adecuado dejar primero a la actividad como una tarea dentro de un tiempo permitido, permitiendo que el sujeto dé una señal cuando haya terminado. Con esto, debiera indicársele al sujeto que “cuando el tiempo (tiempo personal sugerido) se acabe, dará la señal de finalización.” Esas actividades son introducidas diciéndole al sujeto que estará en cierto lugar, o haciendo esta eta pa de l entrena entrena miento, es úti útill que reviva el plac er de c iertas expe rienc ias pa sad as. Sin ciertas cosas. En esta
emb a rgo, también es e s muy muy satis satisfac fac torio torio c ualquier tipo tipo d e ac tivi tivida da d, c omo las siguientes iguientes:: “Cua ndo d é la señal de inicio inicio diciendo ‘Ahora’, usted... usted... ... estará estará en una p laya. ... estará en el campo. ... estará estará e n la es e sc uela. ... estará estará en e n el trab trab ajo. ... estará de vacaciones. ... estará tomando una caminata. ... estará estará e n una pe líc líc ula. ... estará estará co nduciendo nduc iendo un auto. Debiera pedírsele un reporte después de cada tarea, y la duración aparente de la experiencia. La distors distorsión de tiemp tiempo o se hará e vidente a l exp exp erimentad erimentad or, y en este punto del de l entrena entrenamiento miento es a c onsejable señalar eña lar al sujeto sujeto la d iferenc iferencia ia entr e ntre e la durac ión ap arente y el tiempo del de l reloj reloj durante esta esta s experienc experienc ias. ias. Esto le ayuda rá a per pe rc atar ata rse de la distor distors sión del tiempo tiempo c omo un hec ho, y que lo pued pue d e experim experimentar entar c on mucha naturalidad. En esta forma, el sujeto estará acostumbrándose a finalizar actividades “completas” y “continuas” (con (c on un tiempo p ersona ersonall sugeri sugerido do)) dentr de ntro o d e un tiempo tiempo per pe rmiti mitido do.. El siguiente paso es una serie de tareas, ya sean completas o continuas (son tiempo personal sugerido), usando al principio un tiempo personal sugerido lo suficientemente largo para permitir que el sujeto termine la tarea, y después, al repetirlas, disminuir gradualmente el tiempo permitido en pasos que varían de 10 a 30 segundos. eg undos. El El sujeto, sujeto, “atrap “atrap ad o” por p or la la breveda d a l prin princ c ipio, ipio, pr p ronto a prenderá a ajustars ajustarse a l tiempo tiempo p ermiti ermitido do más corto, y adaptará su experiencia alucinada al intervalo permitido, sin apresurarse o comprometerse en
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ninguna forma. Así, aprende a trabajar con tiempos permitidos acortados. No sabemos en la actualidad cuán lejos pueda llevarse el proc eso para ser ejec utado. Algunas breves palabras respecto al tiemp o pe rsona l suge rido . Como regla, se usa solamente c on las actividades continuas, y puede ser introducido con una expresión como, “ Ten d rá 10 minut os (de su tiem p o espe c ial) pa ra h ac er esto y e sto .” O, el experimentador puede decir, después de la actividad de instrucción,
“Haráesto d urant e 10 minuto s.” Algunos sujetos ac eptan c on fac ilidad esto a l principio d e su entrenamiento; otros han tenido dificultad pa ra lograrlo. La dificultad pa rec e surgir debido a dos fac tores, al menos –un pe rcatarse residual del ambiente y consec uentemente, del tiempo externo, y una c onvicc ión profunda respec to a que “es imposible.” La prác tica y el uso de un tranc e profundo, lo a yudarán a sobreponerse a la primera dificultad. C on la segunda, puede ser útil señalar al sujeto que ha tenido muchas ocasiones en las cuales se ha entrenado a experimentar la variabilidad del tiempo subjetivo en relac ión al tiempo del reloj. El resultad o de algunas de las primeras prueba s lo convencerán de esto cuando se le muestre. Es de mucha importancia durante el entrenamiento asegurarle repetidamente al sujeto que tendrá todo el tiempo que necesite para su tarea, y debiera ser usada con frecuencia. Tales sugestiones deben ser da das con c onvicc ión, y a menudo es deseable repetirlas muchas veces. Algunos ejemplos: “Tendrá tod o el tiempo que nec esite.” “No tendrá q ue a presurarse.” “Tendrá tod o el tiempo que nec esite.” “Relájese y tome su tiempo.” “Puede retrasarse si lo de sea .” “Recuerde, tiene a su disposición un suministro ilimitado de tiempo especial de trance, de modo que tome todo el que nec esita.” “Tiene que hac er esto lentamente, sin apresurarse.” Hemos enco ntrad o útiles, a vec es, las siguientes téc nicas para enseñar al sujeto a trab ajar con tiempos permitidos cortos. Consiste simplemente en sugerir una serie de 10 tareas, cada una c on un tiempo p ermitido de 10 segundos, con un repo rte diferido ha sta que las series han sido terminad as. 0 seg.: “Cua ndo le dé la señal de partida, diciendo ‘Ahora’, se co rtará el pelo... 10 seg.: “Ahora” 20 seg.: “Ahora, en blanco. A la siguiente señal, lavará su auto...” 30 seg.: “Ahora” 40 seg.: “Ahora, en blanco . A la siguiente señal, co mprará un par de zapatos...” 50 seg.: “Ahora” etc. Otra téc nica útil es repetir una tarea da da una y otra vez, manteniendo constante el tiempo permitido. Aunque el sujeto puede no ser capa z de terminar al principio, a menudo ap rende rá a hac erlo sin apresurarse, después de intentos repetidos. Para estimular el progreso, las instrucciones de la a ctivida d debieran ser seguidas por sugestiones como las siguientes, dada s en forma repetida , y con convicción: “Terminará esto, sin apresurarse.”
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“Recuerde, terminará esta tarea, y no se apresurará.” “Tomará tanto tiempo como nec esite para terminar la ta rea sin apresurarse.” “Terminará la tarea.” Una técnica má s interesante, a prendida d e Erickson y aplicab le a una gran variedad de sugestiones, después de una sugestión a firmativa, es negar en pregunta, de este modo: “Terminará, ¿no terminará? (wont’you )” El sujeto, en una respuesta “Sí”, aumenta la probabilidad de llevar a cabo la sugestión. Esta téc nica puede ser usada con mandatos en la forma siguiente: “Tome todo el tiempo que necesite pa ra terminar la tarea. Hará esto, ¿no lo hará? ” Incluso puede ser obtenido un refuerzo ad icional a l agrega r, “¿Está seguro?”, después que e l sujeto ha respondido “Sí” a la pregunta anterior. C omo se señala en otro lugar, las producciones alucinad as con las cuales tratan estos experimentos, son, en ciertos aspectos importantes, distintas a las de la mayoría de los sueños. Por otro lado, los sueños nocturnos son la forma más común de experiencia semejante, en los cuales está presente la distorsión de tiempo . Por consiguiente, en a lguno s sujetos, la prod uc c ión d e a lguno s sueños ind uc idos hipnótica me nte p ued e servir co mo una introd uc c ión útil a la e xperienc ia a luc inato ria de la c lase q ue estamo s busca ndo de sarrollar . Si
los sueños son producidos, explicamos al sujeto que no le pediremos más sueños de ese tipo, sino que buscamos producciones que son idénticas a las experiencias en vigilia, que son continuas, experiencias “reales”, las cuales realmente vivirá . De este modo “tendrán sentido” y serán ricas en detalles, y no contendrán omisiones ni vacíos. Debemos sugerir con frecuencia que las expe rienc ias serán “m uy, muy reales, de mo d o que rea lmente las vivirá .” Esto es extremada mente importante.
En el mismo punto durante el tratamiento, es desea ble discutir el tiempo c on el sujeto. Cómo se hará esto variará con diferentes experimentadores. Generalmente empleamos algunos acercamientos como el siguiente: “Hay do s c lases de tiem po : uno, el tiem po que nos indica el reloj, el otro, nuestro p rop io sentido de el pa so d el tiem po . El prim ero d e e sos tiem po s es co noc ido c om o físic o, o solar, o tiem p o m und ia l. Es el tiem p o u sa d o p or los fí sico s y los a strónom os en sus m ed icion es, y p a ra to d os nosot ros en n ue stro d í ade trab ajo c otidiano . El seg und o tiem po es de nom ina do tiemp o p ersona l o tiem po subjetivo. Einstein se referí a a este tiemp o c om o e l ‘tiem po-yo.’ “Es en este tie m p o sub jetivo en el q ue esta m os más intere sa d os aq uí. Una d e la s c osas más imp orta nte s es que é ste es muy va ria b le. Así , si se les pid iera a va ria s p erson a s q ue juzg en la long itud d e un intervalo d e c inc o m inutos c om o si lo m idieran c on un reloj, pued en tene r muc has ide as diferentes respe c to a la d urac ión del intervalo, de pe ndiend o d e las c ircunstanc ias en las que c ad a p ersona se enc uentra. Para a qu ellos que están d isfrutan do , o q ue están m uy a bsortos en a lguna activida d interesan te, el intervalo p od rí a pa rece r más c orto. Por otro lad o, a que llos que tienen d olor o tiene n inc om od idad , o ansied ad , los c inc o m inutos pa rec erán m uc ho m ás largo . Denom inamo s a esto d istorsión d e tiem p o, y la m a yorí a d e los ejem plos fam ili a res de esto se e nc uen tra e n los sueños. Proba blem ente usted m ismo hab ráad vertido que pue de expe rimenta r mu c ha s horas de vida d e sueñ o en un p erí od o m uy c orto d e tiem po de l reloj. “Ahora, ha sido rep etidam ente d em ostrad o q ue la ap rec iac ión subjetiva d el tiem po p ued e ser aluc inad a al igual c om o usted p ued e a luc inar sensac iones visuales o a uditiva s, en respue sta a las sug estion es d urant e la hipno sis. El sujeto e stá exp erimen ta nd o rea lme nte e l m ont o d el tiem p o sub jetivo
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que le es suge rido. De m od o, que en un sentido , usted tiene su prop io ‘tiem po pe rsona l’, el c ual usted pued e d enom inar c om o d esee. Ad em ás, usted tiene una ca ntida d ilimitada de tiem po pe rsona l. Es el tiemp o d e los sueños y de l mund o aluc inad o, y ya qu e e s fác il ac c ed er a é l, nunc a tend ráqu e a purarse en e sas prueba s. Ade más, no tiene relac ión c on e l tiem po de l reloj, el cua l, en c onsec uenc ia, usted ig no ra rá. “Sa biend o esas c osas, a hora p ued e relaja rse y tom a r su tiem po .”
C iertas sugestiones que permiten tareas espec íficas que han probado ser útiles, son las siguientes: “A m ed ida q ue p rac tique m os estas tarea s, serán m ás y m ás fác iles pa ra usted .” “C o n la p rác tic a , la s exp erien c ias serán m ás y m ás c lara s, y m ás y m ás rea les, d e m od o q ue rea lme nte las vivirá.” “Co n c ad a expe rienc ia, do rmirám ás y m ás p rofund o.” “La exp erienc ia ve nd ráp or si mism a , pron ta m ent e y sin e sfuerzo, cu a nd o yo le d éla seña l de inic io.”
“Las experiencias se d etendrán inmediatamente, c uando yo le dé la señal de terminac ión.” A través del entrenamiento, se o btienen las siguientes ventajas: 1.
La tendenc ia inherente hac ia la distorsión de tiempo e spontánea en las activida des alucinadas.
2.
El esfuerzo y la necesidad de parte del sujeto hipnotizado para llevar a cabo las sugestiones, especialmente para finalizar una actividad completa.
3.
El hecho que, al menos desde el comienzo, las actividades familiares son más fácilmente alucinadas que las no familiares.
4.
El hecho que el interés y la curiosidad del sujeto, y su sentimiento de ser productivo, tiende a mejorar la cooperación y el desempeño. Puede tomarse ventaja de esto al darle suficientes comprensiones de lo que él está hac iendo, de modo que ac epte y no lo rechac e.
5.
La tendencia p ara mejorar co n la práctica.
[..] Debe rec orda rse que los sujetos varían a mpliamente en su ca pacidad de distorsionar el tiempo en hipnosis. Después de algunas horas de entrenamiento, el experimentador habrá obtenido una idea respecto a la habilidad del sujeto para adquirir esta habilidad. En nuestro trabajo experimental, nuestra política es continuar entrenando a aq uellos sujetos que solamente son p rometed ores.
Resumen de los pasos en el entrenamiento en distorsión de tiempo (Hammond, 1990, p. 556)
1.
Experimentar una actividad continua sin sugestiones para tiempo personal . Ejemplo: “Está
escuchando un disco.” 2.
Experime ntar una a c tivida d c ontinua c on suge stiones para tiemp o p ersona l . Ejemplo: “Escuchará un
disco durante 15 minutos.” 3.
. Ejemplo: “Coc inará un Experime ntar una ac tivida d c om pleta sin sugestiones pa ra tiempo pe rsona l platillo.”
4.
Experime ntar un a ctivida d c om pleta c on sugestiones para tiem po personal. Ejemplo: “Le tomará 15
minutos cocinar un platillo.”
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5.
Experime nta r una ac tivida d c ontinua, e n un pe rí o d o d e tiemp o p ermitido , sin suge stione s pa ra tiem po pe rsona l. Ejemplo: “Está escuchando un disco.” [Al sujeto se le dan dos minutos, sin decirle el
monto del tiempo.] 6.
Experime ntar una ac tivida d c ontinua, en un tiem po pe rmitido de tiem po , sin suge stiones pa ra t ie m p o p e r so n a l. Ejemplo: “En los próximos dos minutos escuchará un disco completo, y encontrará
que tiene todo el tiempo que necesita.” [Se les da un cierto número de minutos, y en ensayos subsec uentes el monto de tiempo es reducido.] 7.
Experimenta r una a c tivida d en un tiem po pe rmitido de tiem po , sin sugestiones de tiem po pe rsona l.
Ejemplo: “Mirará un programa de televisión, sin apresurarse, y tendrá todo el tiempo que necesite.” [Al sujeto se le da n tres minutos, sin decírsele el tiempo permitido.] 8.
Experime ntar una a c tivida d c om pleta , en un perí od o d e tiemp o p ermitido , c on suge stiones de t ie m p o p e r so n a l. Ejemplo: “En los siguientes tres minutos de tiempo, mirará uno de sus programas de
televisión favorito, sin ninguna necesidad de apuro. Y encontrará que tiene todo el tiempo para disfrutarlo.”
Después de cada experiencia, se interroga a los pacientes respecto a sus experiencias. Por ejemplo: “¿Dígame que experimentó?”, “¿Cómo fue eso?”, “¿Cuán largo le pareció?”, “¿Fue capaz de terminar?”, “¿Lo experimentó desde el comienzo hasta el final’”
Uso de un metrónomo en la facilitación de la distorsión de tiempo (Hammond, 1990, p. 557)
Puede usarse un metrónomo para facilitar la distorsión de tiempo en la consulta o en el laboratorio. Al paciente hipnotizado puede decírsele: “En un momento activaré un metrónomo, que sonará una vez por segundo. Me gustaría que lo escuchara con atención, a medida que emite el sonido una vez por segundo. Y continuará escuc hando el sonido d el metrónomo en el fondo de su consciencia, mientras continúa hac iendo un sonido cada segundo. Y con cada sonido del metrónomo, entrará más y más profundo en el trance. Y el metrónomo sonará c ada segundo, y cad a segundo lo hará ir más profundo.” El terapeuta tiene dos opciones. Primero, después de un período de tiempo, el metrónomo puede hac erse más lento (v.g., un sonido cad a 2-4 segundo s, o más ráp ido (v.g., 2-4 sonidos por segundo). Cuando el metrónomo se hace más lentos, es típico que los pacientes, muestren un comportamiento letárgico, depresivo y lentificado. Se hacen más hiperactivos, se ponen más contentos y finalmente maníacos cuando el metrónomo es acelerado. Segundo, puede dejarse el metrónomo a la misma velocidad, pero puede sugerirse que está hac iéndose más lento o más rápido. Por ejemplo, “A med ida que escuc ha el metrónomo, éste se a celerará más y más.” Este método produce demostraciones impresionantes, pero es más limitado en sus aplicaciones clínicas.
Ejemplos resumidos de casos clínicos donde se usó distorsión de tiempo (Hammond, 1990, p. 557-558)
Un dentista c onsultó a Erickson en un ca so d e respuesta fóbic a de ansiedad , nausea y mareos ante la vista de la sangre. La paciente quería hipnosis para remediar el problema, pero no quería saber hasta que le hubieran hecho hipnosis. Después de inducir un trance sonambúlico, Erickson ofreció la sugestión que “lo primero, es que podría tener la experiencia de los diversos fenómenos comunes en el trance hipnótico, como
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una forma para mantenerla hipnotizada [en la medida que ella lo deseara] y como una medida para darle satisfacción.” El entrenamiento de trance en el fenómeno hipnótico duró 50 minutos. Erickson procedió en la siguiente forma: “Le dije que mientras estuviera en trance, permanecerían un par de fenómenos más que podría disfrutar. Uno d e ellos estaba relac ionado con el tiempo y estaría rea lmente c entrad o e n un cronómetro, el cual le mostré. Con el fin de ser instructivo, le recordé que el tiempo pasaba rápidamente cuando ella lo estaba pa sando bien, lento c uando estaba ab urrida, los segundos interminables cuando esperaba un resultado en algo que tenía dudas, la rapidez con la cual una simple palabra hacía pasar por la mente los contenidos de un libro que había leído o los sucesos de un largo viaje feliz, y la tremenda rapidez y fuerza de los pensamientos y los sentimientos. Tomando lo anterior como un antece dente, le di una detallada elaborac ión del conc epto del tiempo distorsionado, personal, especial o experiencial, contrastándolo con el tiempo del reloj. Discutí también respecto al “tempo normal” de l tiempo distorsionado o tiempo experienc ial. Cuando pareció haber comprendido, le ofrecí la explicación que este fenómeno hipnótico podía ser iniciado por ella al darle instrucciones simples que podía a ceptar con fa cilidad. Esas instrucc iones serían seguidas por una señal de inicio, “Ahora”, c on lo c ual se pondría en marcha el cronómetro. Después, cuando el fenómeno se hubiese completado, le diría que se detuviera. Repetí esta explicación hasta que la comprendió totalmente. Después, con un énfasis progresivo, rápido, enfático, intenso, ob liga torio, le dije, “Comenzando por el principio, y teniendo una experiencia de tempo normal, con una gran fuerza, sin saltarse nada, alcance una total comprensión de todo respecto a la Sa ng re –Ah ora .” Reaccionó a la palabra “sangre” con un violento sobresalto, temblando brevemente, quedándose físicamente rígida, y apretando los puños y la mandíbula. Mostraba estar teniendo una aguda tensión física, rígidamente involucrada en forma física y mental, y en ac ciones inad ec uadas. Veinte segundos después, ante el comentario “Pare”, ella se relajó, descansó en la silla y respiró con profundidad. De inmediato le dije en forma enfática, “Ahora usted sabe, usted comprende, ya no necesita temer. No lo recordará cuando esté despierta, pero su inconsciente lo sabe ahora, y continuará sabiéndolo y comprendiéndolo en forma correc ta, y le d ará así esa tranquilida d que usted quiere.” Le pregunté si quería despertar o pensar las cosas nuevamente. [Esta maniobra fue exitosa pa ra que ella resolviera el problema.] En otro experimento, Erickson procedió en la siguiente forma: “Usted a veces puede hacer un viaje en auto y disfrutarlo inmensamente. El auto estaba desplazándose muy ráp ido. Vio este p aisaje, vio esas escenas, dijo esto, dijo a quello, todo de un modo c omún y corriente. El auto se movía rápidamente, pero usted estaba tranquilamente sentada, sólo yendo con él. No detuvo el auto, ni tampoco quería hacerlo. Los postes de teléfono parecían estar distantes sólo algunos pies unos de los otros, y usted los veía pasar. Veía los campos que dejaba atrás, campos grandes, campos pequeños, y estaba muy quieta mirado el campo que se a proximaba , y veía si la siguiente c asa era d e ladrillos o d e ma dera. Y todo el tiempo, a medida q ue el auto c ontinuaba, usted estaba sentada quietamente, sólo viendo, su pensamiento, todo a su propio modo, a su propia velocidad, sólo ocurría, y el auto continuaba a d espu é s , un campo, una c asa, moviéndose. No ne cesitó prestar atención al auto, sino q ue a lo q ue suc ed erí
un caballo o c ualquier co sa q ue ve ní a a c ontinuac ión . Ahora, le daré mucho más tiempo que el que necesita para hacer este experimento. Le daré veinte segundo s del tiempo d el mundo. Pero en su tiempo espec ial, esos veinte segundos, serán todo lo largo q ue
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usted necesite para completar su trabajo. Puede ser un minuto, un día, una semana, un mes o incluso años. Y tomará todo el tiempo que necesite. No le d iré a un qué experimento o tarea rea lice. Tan pronto c omo a sienta c on su ca beza p ara mostrar que está preparada, pondré en marcha el cronómetro y le daré la señal ahora y muy rápidamente le mencionaré la tarea [c omo se ha e fec tuado en los “experimentos” previos] y comenzará c on el principio de esa tarea, realmente desde el inicio, e irá hasta el final, sin importar cuánto tiempo le tome. ¿Listo? Bien, escuche cuidadosamente el sonido de inicio del cronómetro, mi señal, y el nombre de la tarea. ¡Aho ra – de sde la fue repetido literalmente como una doble señal.) [Veinte infanc ia hasta la a c tualida d – Rec uerd e ! (El Ahora segundos después se le indicó a la paciente que se detuviera, preguntándole si había realizado la tarea, y si desea ba compa rtir lo q ue había revisad o a ntes de despertar.]” En un ca so similar, Eric kson d io las siguientes sugestiones al pa ciente para entrena r sistemáticamente al pa ciente a “trab ajar el co noc imiento de la distorsión de tiempo ”: “C on este cronómetro le da ré un tiempo permitido de veinte segundo del tiempo del mundo, esos veinte segundos cubrirán horas, días, semanas, meses e incluso años de su vida experiencial. Cuando diga “Ahora”, usted comenzará e l experimento. C uando diga, “Alto”, finalizará. Durante los veinte segundo s del tiempo del mundo, estará sentado inmóvil, sin hablar ni moverse, pero hará mentalmente el experimento, en su inconsciente, tomando todo el tiempo experienc ial que nec esite. Esto lo hará c on c uidado. Tan pronto c omo le dé la señal de inicio, mencionaré e l experimento y usted lo hará c ompletamente. ¿Está preparado? Ahora – Pase por toda s las causas de su problema. Ahora . Alto.”
Enseñanza de la distorsión de tiempo (Erickson, en Rossi y Ryan, 1986, p. 195-197) Utilizac ión de sugestiones posthipnótica s para evoc ar un estad o alterad o d el tiempo; una fuente espontánea de amnesia; e studio de la distorsión de tiempo en el niño
[Las preguntas de la audiencia se refieren a la inducc ión del fenómeno de la distorsión de tiempo.] E:
[Nombre del sujeto] ¿Y sabe que el tiempo está pasando y ha estado sentada aquí durante toda una hora? Un largo, largo tiempo. Lo suficientemente largo como para sentirse cansada, y ha estado sentada ahí desde alrededor de las 3:15, y después llegaron las 3:30, y luego las 3:45, las 4:00; y usted realmente debe llegar a su casa a las 6:00. Y esa hora está acercándose mucho, y no quiero incomodarla mucho con esto. No se irá, pero realmente tiene que estar en casa a las 7:00, o estar en algún otro lado, pero no aquí, y ya deben estar cerca las 6:00. Ahora, quiero q ue d espierte co n el sentimiento q ue ha estad o d em asiad o tiemp o a quí.
S:
Estoy en deuda con usted.
E:
¿A dónde piensa que irá?
S:
A casa.
E:
¿Por qué?
S:
Está ce rca la hora de hac er la ce na.
E:
¿Ha coc inado la cena?
S:
[Inaudible]
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E:
El [presumiblemente el esposo de la sujeto] se ve bien alimentado. Está coloc ándose oscuro allá afuera. ¿Cómo se siente respecto a haberme tenido tanto tiempo? Realmente no fue a propósito, ¿lo fue? ¿Fue a propósito?
S:
Usted tuvo su propó sito.
E:
Yo tuve mi propósito. ¿A qué hora coc ina, realmente?
S:
No sé.
E:
Haga un intento.
S:
4:30 o 5:00.
E:
4:30 o 5:00. ¿Q ué le hac e pensar que son las 4:30 o las 5:00?
S:
Lo siento , aunq ue he estad o a quím ás tiemp o . [S está siguiendo la sugestión posthipnótica de E.]
E:
Siente que ha estado aq uí un largo tiempo. ¿La he aburrido?
S:
No.
E:
¿No ha aprendido mucho?
S:
Sí.
E:
Bien, ¿por qué parec e tanto tiempo?
S:
No lo sé. [S está demostrando una fuente de amnesia para la sugestión posthipnótica de E, respec to a que ella despertara “sintiendo que ha estado dema siado tiempo aq uí”.]
E:
¿C onoc e el sentimiento opuesto al de largo tiempo ? Lo opuesto es que el tiempo se siente corto. Usted sabe, el tiempo pasa tan rápidamente que una tarde completa se siente aun como si la tarde recién estuviera comenzando. Y esa es una linda sensación, ¿cierto? Y realmente se siente como si fuera el comienzo de la tarde. ¿C ómo qué hora es?
S:
Siete minutos pa ra las cuatro.
E:
Siete minutos pa ra las cuatro. C orrec to. Ahora quiero que sienta como si fueran las 2:30. Hemos hec ho mucho trabajo en ese tiempo, ¿no lo hemos hecho?
S:
¿Lo he hecho?
E:
¿No lo ha hecho?
S:
Lavé el auto.
E:
Ha lavado el auto. ¿Q ué otra co sa ha hecho?
S:
He estad o perezosa.
E:
¿Q ué otra cosa?
S:
Eso es todo.
E:
Y se irá.
S:
Mi esposo me llevará en auto.
E:
Y se irá. ¿Q ué hora es?
S:
Alrededor de seis minutos pa ra las cuatro.
E:
Alrededor de seis minutos pa ra las cuatro. Lo que estado intentando hacer es saltar muy rápidamente, sin darle muchas claves a ella.
Generalmente, la distorsión de tiempo requiere muy, muy pocas sugestiones, si usted desea que [su paciente] reconozca el valor que tiene el tiempo. Todos los niños pueden enseñarles mucho respecto al tiempo. La mañana e s una eternida d interminable pa ra el niño. Usted o bserva el comportamiento de un niño y le pide que espere un minuto; él lo mira y espera un minuto. Es como si hubiera esperado toda la vida, y no quiere esperar por todo el tiempo de otra vida. No pueden hacerlo. Usted le dice al niño: “Aquí hay dos trozos de dulce. Hay uno corto y uno largo. Si esperas hasta mañana puedes tener el trozo largo. Si insistes en tener el dulce hoy,
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solamente pued es tener el c orto y botaremos el otro.” El niño dice , “¿Pued o tener los dos?” Usted dice , “No, sólo pued es tener un trozo. Puedes tener el largo mañana, el trozo pequeño a hora mismo.” El niño no puede e sperar posiblemente esa eternidad hasta mañana, y después, un día, el niño lo mira y le dice, “Si espero hasta mañana, puedo tener los d o s trozos?” Usted le dice nuevamente, “No. Puedes tener el trozo pequeño hoy y el trozo grande mañana, pero si esperas hasta mañana puedes tener el trozo largo, y tiraremos a la basura el trozo pequeño hoy.” El niño responde, “Esperaré hasta mañana.” El niño ha crecido y ha desarrollado un nuevo concepto del tiempo. Si el deseo de ustedes es investigar el concepto del tiempo –todos los niños pueden enseñarles mucho respecto a la distorsión de tiempo– y todos nosotros estamos llenos de experiencias con la distorsión de tiempo.
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Fenómeno hipnótico: Escritura automática
Ps. Mario Pac hec o
Según Rossi (1980c), la escritura y el dibujo automáticos eran fenómenos favoritos en las investigaciones de campo de Erickson, en donde estructuraba una situación que permitía que el inco nsc iente se expresara a si mismo en una forma observable. Esas investigaciones tenían como objetivo la validación de los conceptos freudianos de los mec anismos mentales y el inconsciente (Erickson, 1937/ 1980,1938/ 1980). Sin emba rgo –afirma Rossi– en esos tempranos estudios de la década de los años 1930, Erickson ya estaba ensayando el uso de los dob les vínc ulos. Este fenómeno consiste en que el sujeto pueda escribir automáticamente, ya sea sin tener consciencia del hecho de escribir, o sin tener comprensiones conscientes del material escrito. Su ut ilida d c lí nic a es la de recobrar material amnésico, o descubrir información necesaria para la
terapia, pero inaccesible de otro modo o que la personalidad no posee la fortaleza para enfrentarla. En sus experimentos, Erickson (1937/1980) ofrec ía las siguientes sugerenc ias a sus sujeto s pa ra obtener el fenómeno: 1)
Llevar a c ab o una discusión general respecto a la c uestión de si un ac to simple podía expresar un significad o y propósito consciente e inconsciente.
2)
Dec idir evaluar esto a través de la escritura automá tica.
3)
Ofrecer la sugestión durante el trance hipnótico que “el sujeto iba a esc ribir algo, c on un tota l pe rc ata rse c onsc iente de lo q ue e stab a escribiendo , que su escritura iba a ser clarame nte legible pa ra c ua lquiera que estuviera p resente , pe ro qu e serí a su inco nsc iente quien guiarí a su m an o, y q ue en rea lid a d escribirí a a lgo q ue fue ra m ás allád e lo q ue é l o los presente s pu d ieran leer .”
Ejemplo de la utilización clínica de la escritura automática (Erickson y Rossi, 1979, p. 394-411)
Mientras la sujeto (J ) está en tranc e, Erickson c ontinúa la sesión en la siguiente forma: E: Ahora hay algo más que me gustaría que aprendiera.
[Pausa] 119
Me gustaría darle la oportunidad pa ra que ap rendiera una c osa totalmente nueva. [Pausa] ¿Y desea aprender una cosa totalmente nueva? ¿Sin mucho esfuerzo? [Pausa; J finalmente asiente muy lentamente c on la c abeza. Erickson dispone c uatro hojas de papel y un lápiz sobre el escritorio, de modo que él y J tengan fácil ac ceso a ellos.] Ahora, puede de jar de hace r C ualquier cosa que está hac iendo. Puede volver a la oficina y unírseme. ¿Y pued e acerca r su silla? J: ¿Umm? E: Ac erca r su silla hac ia el escritorio y los materiales pa ra escribir.
[Los ojos de J permanec en abiertos después que ella a cerca la silla, pero se mantiene la c ualida d de sus ojos, y los lentos movimientos del cuerpo indican que ella aún está en trance.] Ahora, la trataré como una niña. ¿Está bien? J: Seguro. E: Ahí hay pa pel y lápices. J: ¿Puedo ac tuar como una niña? ¿Y me tratará como una niña? E: No, dejaré de tratarla como—
Dejaré de tratarla como una niña. [Pausa] Pero puede inclinarse hacia delante. Ahora, mientras me mira, ¿ qué supone que pod ría hac er su mano? J: ¡Aplaudir! [Co n una risa pa rec ida a la de los niños]
No sé que haría . E: Lleve el lápiz hac ia el papel. J: Es difícil controlarlo [mientras toma el lápiz con torpeza]. E: Puede controlarlo, puede escribir.
[Pausa] Y puede escribir algo sin saber que estaba escribiendo. J: ¿Sin saber que estaba escribiendo? E: Y podría escribir una pregunta a la c ual usted no tiene la respuesta c onscientemente.
Y solamente saberla en forma inconsciente. [Pausa] R: Usted introduce la posibilidad de la escritura automática al establecer primero un disposición infantil o aprendizajes tempranos. Tal como ella aprendió a escribir cuando era niña, usted espera una disposición más infantil para ayudarla a escribir en forma automática. Pero ella se muestra muy entusiasta en el rol de niña, de modo que usted tuvo que corregirlo. Realmente ella estaba respondiendo muy literalmente a su primera frase que la trataría como si fuera una niña. E: Sí. Ella está respondiendo como una niña sin control. Tuve que sacarla de eso, pues los niños pueden ser muy irresponsables.
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R: La torpeza que ella experimentó al sostener el lápiz es una clave relevante respecto a su estado de regresión de edad. Entonces usted da su primera sugestión directa respecto a la escritura automá tica: Ella puede escribir sin saber qué está escribiendo. Desde luego, este no sabe r fa cilita más disoc iación de su percatarse c onsciente. E: Le daré un ejemplo.
[Erickson describe aquí un ejemplo de escritura automática. A una paciente que se sentía “aproblemada con algo”, Erickson le pidió que escribiera una pregunta y después una respue sta. Erickson la distrajo con la conversación, mientras ella escribió en forma espontánea la pregunta y la respuesta, en distintas partes de una hoja de papel. Dobló la hoja y la c oloc ó en su cartera. Tres meses después, ella reportó que e nco ntró la respuesta a su pregunta y pidió permiso para mirar el papel que aun tenía doblado. Desdobló la hoja y vio que realmente había escrito dos preguntas. La primera era, “¿Me casaré con Bill?”. La respuesta era “No”. La segunda pregunta era, “¿Estoy enamorada de Howa rd? ” La respuesta era “Sí”. Ahora estaba realmente comprometida con Howa rd. De este modo, la escritura automática de tres meses antes había reflejado su conflicto principal en esa época e indicaba los sentimientos respecto a Bill y Howard, que se manifestaron posteriormente en la ruptura c on el primero y con su co mpromiso c on el segundo.] E: Ahora, todos tenemos preguntas como esas.
Esa paciente sabía por mi comportamiento que yo no leería la pregunta o la respuesta que ella escribió. Deje q ue su mano se mueva sola mientras sostiene el lápiz. [Pausa, J toma el lápiz.] Ahora, suponga que me habla de algo distinto a lo que su mano escribirá. R: Esto es muy típico de su acercamiento cuando un sujeto parece necesitar ayuda en el trance. Cuando un nuevo aprendizaje hipnótico está aun en el proceso de ser formulado o expresado por primera vez, usted comienza tranquila y c asualmente a da r diversos ejemplos del c omportamiento hipnótico deseado. Esto parece motivar al sujeto y le da claves inconscientes respecto a cómo proceder. También da tiempo para hacer las conexiones internas necesarias que harán posible el comportamiento; tiempo para que e l sujeto se dé cuenta de lo que usted realmente quiere d ec ir, y que lo esperará. Este es nuevamente el proc eso bá sico de la foc alizac ión ideodinámica indirec ta. Su mención respecto a que “Todos tenemos preguntas como esas” tiende a facilitar los procesos de búsqueda inconsciente d entro d e e lla para enc ontrar algún material significativo que se e xprese por si mismo e n la e scritura. Usted intenta otro a cerca miento disoc iativo a l pedirle que le hable respecto a otra cosa cuando esté escribiendo. [Pausa. J mira sin pestañea r hacia los ojos de Erickson, y mientras él le de vuelve la mirad a, la mano d e e lla, con una rapidez y firmeza sorprende nte escribe una frase clara. C uando su mano ha terminado la frase y cuando es claro que no volverá a escribir, con rapidez y sutileza Erickson sac a de aba jo la c uarta hoja de pap el y la coloc a sobre la hoja rec ién escrita. J continúa mirando hac ia los ojos de é l y es ap arente que no a dvierte este c ambio de hojas.] J: ¿Era una pregunta? E: ¿Humm? J: ¿Era una pregunta? ¿Escribí algunas preguntas?
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E: ¿Dónde?
[J ahora ve la hoja de pa pel en blanc o, y una mirad a de asombro viene a su rostro.] ¿ Escribió una pregunta? J: ¿Escribí una pregunta? E: ¿Dónde? J: Aquí. [Co n un asombro obvio.]
[Pausa] Pensé que el lápiz se había movido, creo. [Pausa] Creo, no supe. Estoy sosteniendo un lápiz. ¿Por qué estoy sosteniendo un lápiz? [Pausa] ¿Soñé algo? ¿M e qued é dormida? No, no me q uedé d ormida po rque tengo recuerdos vívidos de c osas.
R: ¿Por qué c ubrió la e scritura que ella había hec ho recién? E: Usted la cubre para que ella se sienta segura: usted no está intentando fisgonear. También está enseñándole a mnesia. R: Incluso durante el tranc e usted está protegiéndola para que no vea mucho de ese material. E: Sí. Eso le da una oportunidad pa ra escribir más. Sab e a demás que usted no se a provec hará de eso. Yo no fisgoneo, no lo leo e n ese momento p ara mi mismo. R: Todas estas preguntas de asombro y confusión de si misma son indicaciones del desarrollo de la amnesia en ella, así como también la disoc iación. Su yo consciente es tan prec ario que no e stá segura si ha estado soñando o ha estado durmiendo. E: ¿ Recuerdos vívidos que puede compa rtir? J: Sí, tuve uno muy importante para mi. ¿Realmente quiere escucharlo todo? E: ¿Era la supuesta pregunta importante? J: No sé. Sólo tuve un sentimiento de importancia, o algo importante. Estaba sosteniendo un lápiz, mi mano se
sentía c omo si no se moviera. Me sentía muy tiesa. C uando usted sostiene un láp iz y está escribiendo, usted ap rieta sus dedos. Pero el lápiz no estaba ap retad o e n mis dedos. Por eso es que me sentía algo extraña. Estaba sosteniendo el lápiz, y la única razón que puedo p ensar pa ra eso es que he estado sosteniendo un lápiz para escribir. Pero no sentía como si estuviera sosteniendo un lápiz. Pero veo el lápiz en mi mano, de modo que supongo que lo estoy sosteniendo, ¿cierto? Pero mi mano aun siente esa clase de dureza. No tiesa como un tablero. Pero no es –no sé cómo describirlo– esa clase de entumecimiento. Hay una clase distinta de sensación ahí, ahora mismo. E: ¿Esta pregunta le hace sentido? ¿Su mano quiere escribir de nuevo? J: ¿De nue vo? Se siente c omo si quisiera e scribir, pero no p uede, porque no quiere sostener el láp iz pa ra
escribir. ¿Sab e de q ué estoy hab lando? E: Sí. J: Usted sostiene un láp iz, tiene sostenido el láp iz con la punta de sus dedos, de mod o que p ueda controlarlo y
dejarlo ir en la forma q ue usted q uiere.
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E: Lo que ella está describiendo es la disoc iación de su escritura y esa pa rte de su percatarse c onsciente. Esta es una descripción clásica de la disociación, desde un punto de vista subjetivo. El inconsciente de ella quiere sostener el lápiz en una forma distinta a como ella lo sostiene en un estado normal. R: ¿Por qué? E: ¡Porque es material inconsciente! Al igual que c uando usted e stá de va cac iones se viste en una forma diferente. ¿Diferente, cómo? ¡Sólo distinto! R: El hecho que el lápiz sea sostenido en una forma diferente es una señal de la autenticidad del fenómeno de la escritura a utomática . E: Sí. J: Mi mano sostiene el lápiz y se siente c omo si ella fuera a escribir, pero no, no sostiene el lápiz pa ra escribir. No
sostiene el lápiz en una forma ac eptable pa ra escribir. E: Quizá es escritura automática.
[Pausa] J: Esposible. Nunca lo había pensad o antes.
Pero, ¿cómo puede ser eso? Su mano aun tiene –correcto, espere un minuto. Los músculos aun tienen sostenido el objeto pa ra ha cerlo trab ajar. ¿No es cierto? ¡No siento como si estuviera sosteniendo el lápiz! [Ella, de hec ho, ha estado sosteniendo el lápiz durante esta discusión.] ¡Pero ve o que sostiene el lápiz! ¡No siento la presión! E: Normalmente una pe rsona sab e que está sosteniendo un láp iz, pero no tiene que ver que está
sosteniéndolo. J: C orrec to, así es como me siento, pero no siento como si realmente sostuviera un lápiz, pero veo que
sostengo el lápiz. E: Si, correc to. Quizá de bid o a q ue su mano quiere tener más escritura a utomática .
[Pausa] Esposible que c oloque su mano en una posición en la c ual ella tenga una oportunidad. [Pausa] Quizá le gustaría verla y ver lo que está escribiendo, solamente, desde luego, usted no sabrá qué está escribiendo. [Larga pa usa. La mano de J finalmente co mienza a moverse c on decisiva firmeza y escribe rápidamente algunas frases.] J: ¿Puedo leerlo? Hay escritura ahí, ¿e s mi letra manuscrita?
Mi mano se siente muy extraña, como si fuera mi mano, pero no escribió nada. E: Advierta el lenguaje cuando ella se está refiriendo a su propia mano: “ se siente c omo si ella fuera a escribir...” Ya no es más de ella. R: La disociación la está llevando a una despersonalización de la parte disociada del cuerpo y su actividad. E: Ella ve realmente el lápiz que sab e q ue está sosteniendo. Esto es nuevamente una evidencia pa ra una separac ión del consciente y el inconsciente. E: Advierta cómo ac epto y refuerzo la despersonalizac ión al usar un pronombre en tercera p ersona [it en el original] y lo contrasto con la parte de ella a la cual trato de “usted”. Ella puede ver lo que está
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escribiendo, pero esto implica que ella no sabrá lo que está escribiendo. Usted puede ver sin saber. Yo puedo ver sólo esos libros, por ejemplo. La pregunta de ella y la sensación extraña son características del proceso disoc iativo. E: Mire a este lugar.
[Erickson distrae de este modo la visión de ella durante un momento y después cambia el papel nuevamente, de modo que J se enfrente nuev amente a una hoja de pa pel en blanc o.] Usted mira asombrad a por algo. ¿ Quiere leerlo a hora? [Pausa mientras J mira en vano su escritura en la hoja de papel en blanco.] J: ¿Lo soñé? (C on una voz muy suave, lejana)
[Pausa] ¿Lo soñé? [Eric kson a hora le muestra una de las hojas con la escritura d e ella.] E: ¿Es esta la escritura? J: ¿Q ué es esta escritura? No se pa rec e a mi letra manuscrita, ¿lo es? ¿Es mi letra? Lo primero de todo es que
tiene q ue de círmelo, ¿yo e scribí eso? Creo que d ebo haberlo hec ho, pero no siento que ha ya sido yo. Me enc uentro sosteniendo un láp iz: Debo haber escrito a lgo po rque generalmente no sostengo lápices con la mano a menos que haga algo con ellos. Pero no siento que haya escrito algo. Esta mano es mi mano. [Refiriéndose a su mano izquierda que no escribió] Esta mano [su mano derecha que escribió] se siente como más separada que ésta [la izquierda]. Pero no lo saben, no se sienten como si realmente hubieran escrito. E: Sólo exprese su impresión intelectual: ¿Usted escribió esas frases en la otra hoja? J: No siento que lo haya hec ho.
R: El comentario de ella, “C r e o que debo haberlo hecho, pero no siento que haya sido yo”, indica una clara disociación entre el pensar y el sentir . Es interesante advertir que el yo consciente asociado con el pensamiento de su hemisferio izquierdo es retenido como una parte de su identidad, mientras que el sentimiento que puede estar más asociado con la experiencia del hemisferio derecho está d isoc iado.
E: Todas esas preguntas e intentos lógicos y racionales son muy característicos de un estado disociativo genuino. R: Es como si su hemisferio izquierdo con su lógica estuviera racionalizando un acto que puede estar fuera de su experienc ia, al igual c omo los pacientes con lesiones y déficit en el hemisferio derec ho usan la lógica del hemisferio izquierdo intacto para racionalizar su comportamiento sin reconocer sus incongruencias. E: C orrec to, veamos qué piensan sus mano s. Deje que su mano indique la escritura que hizo. Ahora sólo mire a
su mano c omenzar a indicarlo. [La mano de J se eleva.] Pod ría coger el lápiz y escribir, “sí”. [La mano de J escribe “sí”.] J: ¿C ómo puede ella saberlo so yo no lo sé? Siento que e lla puede sab er, pero mi mente piensa que siento
eso, siento que sé q ue ella escribió a lgo. Algo, ¡en a lguna pa rte! Pero [Pausa] Escribí algo, pero es muy
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[pausa mientras J parec e a bsorberse profundamente en el pensamiento] E: ¿M uy qué? M: Mi pensamiento no es muy claro en este momento [voz lejana]. E: ¿Por qué? J: Estoy muy relajada. Mi pensamiento –es como si mis sentimientos no quisieran que mi mente pensara,
particularmente. E: Deje que su mano indique... la escrita automática. J: Pero señalará nad a. E: Quizá escriba “sí” o “no”.
[La mano de J eleva el lápiz.] E: La fuerzo a un “sí” cuando le digo que la mano podría escribir “sí”. Esto aumenta la d isoc iac ión porque le muestra q ue ella puede escribir en forma automática , pero ella a demás puede responder escribiendo (respondiendo a la sugestión de Erickson que escriba “sí”). En este punto, ella no quiere pensar que ha escrito “sí” en una forma obediente, de modo que sus sentimientos no quieren que su “mente piense, particularmente.” R: Usted ha precipitado un conflicto entre el pensar y el sentir de ella. E: Eso es lo que queremos decir por “automático”. ¿Le gustaría intentar ad ivinar que escribirá? J: No. No quiero intentar nad a. Sólo quiero que oc urra por si mismo. E: Pero puede a divinar. La mano escribirá la respuesta c orrec ta. J: Me gustaría pensar sí y no –porque no siento que yo hubiera escrito c uando pensé respec to a c ómo se
sentía cuando estaba sosteniendo el lápiz. E: Mi pregunta: ¿Escribió?
[La mano de J comienza a escribir.] J: Está mo viéndose p or si misma. Esta mo viéndose p or si misma. Extraño, estoy muy consciente de ello.
[Susurrando muy suavemente] Continúa. [Pausa] Está sosteniendo el lápiz. Se siente, no sé, se siente como si mi mano fuera una mano cósmica. La veo como parte de mi cuerpo, pe ro es como una ma no cósmica saliendo de las nubes. E: ¿ Cree que le gustaría [a usted] intentar algo más? J: No a mi frente, pero el resto de mi ser se siente c omo si fuera a e scribir más. Pero no solamente a mi frente. Es
como si mi frente estuviera empujando el resto de mi cuerpo ahora mismo. E: Deje que su mano se coloque en la parte de arriba del pa pel. J: ¿Humm? [Voz lejana] E: Escriba . J: ¿Deb iera c omenzar a escribir o esperar? No sé cómo hac erlo. Quiero decir, no sé cómo. E: ¿Es eso suficiente? ¿Hay alguna escritura que no haya hec ho que le gustaría hac er? J: Sí, creo que sí. E: Deje que su mano comience a escribir.
[La mano de ella c omienza a escribir algunas frases mientras mira el rostro de Erickson. C omo es usual en la escritura a utomática, la mano se mueve rápidamente, a una veloc idad furiosa, apa rentemente mucho más rápido que lo normal. Cuando ha finalizado, ella mezcla las hojas sin un percatarse aparente de parte de ella, de modo que nuevamente queda arriba una hoja en blanco .]
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E: Al hacerle la primera pregunta de intentar “adivinar qué escribirá”, facilito la disociación y la dejo afirmarse a si misma que quiere escribir en forma automática. Ella después da muchas bellas expresiones subjetivas de disoc iac ión entre la mente y el cuerpo, como una persona relativamente ingenua respec to a la hipnosis. E: Ahora puede preguntar: ¿Piensa que puede escribir en forma a utomática ? [C omo si no hubiese escrito36] J: ¿Pardon? E: Dígame honestamente: ¿Piensa que pued e escribir en forma automática ? J: Pienso que sí. Todo es posible en el mundo. Pienso que todo es posible. E: Estoy hablando de usted. J: No sé mucho respecto a eso. ¿Cómo comenzó usted? Quiero decir, mi mano siente como –sólo es un poco
mía, usted sabe. Porque pa rec e que fuera mía, pero no lo e s –y la única forma en que he e scrito es tomar el lápiz entre las puntas de mis dedo s. Una vez intenté escribir con los dientes. Con mi bo ca y mis dientes. [Durante la escritura automática, ella a veces sostuvo el láp iz torpemente entre sus dedos segundo y tercero, apretándolo, como el esfuerzo de una niña.] Pero ahora mismo, para ser perfectamente honesta, mi mano no se siente como si estuviera sosteniendo un lápiz para escribir con él. ¿Sabe de qué estoy hablando? Me siento como si estuviera hablando incoherencias. E: Está habland o c on sentido, sólo que usted no lo sabe. Y el Dr. Rossi le encuentra sentido. ¿Estaría bien este
papel pa ra intentar escribir en forma a utomática en él? J: Bien, seguro, lo intentaré, pero quiero dec ir, dígame como c omenzar, exac tamente. ¿Dejo que mi mano lo
sienta, correc to? Se siente c omo si no estuviera usando mi mano. ¿ C ómo voy a saber si la d ejo que escriba , exactamente? Se siente como si la mano saliera de una nube y yo pudiera mirarla y verla moverse, quizá si la mirara. R: Esta pregunta en este punto tiende a darle una amnesia para la escritura que ha hecho. Realmente está reorientando la c onversac ión al momento a ntes que hubiera escritura a utomática , de modo que la escritura tiende a caer en una amnesia lacunar. Esto es lo que hemos denominado amnesia estructurada. E: Sí, dispone el acto de escribir en su propio cubículo de tiempo. Ella da después muchas expresiones clásica s del proc eso disoc iativo: “Parece c omo si fuera mía, pe ro no le es”. R: El sentimiento de ella que está hablando incoherencias solamente es otra señal de la disociación dentro de ella. Sus pa labras tienen sentido para nosotros, puesto que e ntendemos ambos lados – consciente e inconsciente. Pero ella no puede imaginárselo junto con entenderlo, aunque está intentándolo, y des este mod o sus propios esfuerzos le suena n a “incoherencias”. E: C orrec to, ahora haré algo. Me gustaría que estuviera interesada y agrada da .
[Erickson a hora le muestra la primera hoja de la escritura automática –Figura 1.]37 J: ¿Yo hice eso? ¡Oh, Dios mío! E: ¿Esta asombrada que haya tenido escritura automática ? J: ¿Yo escribí eso? ¿Puede leerlo? 36 Y
creando una a mnesia por el método d el “como si”. figuras se encuentran más adelante en esta sección.
37 Las
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E: Usted no sab e qué está e scrito, no lo ha leído, para mi conoc imiento. Puede querer leerlo o puede no
querer, es su de cisión. J: ¡Sí quiero! E: Esta es la segunda parte. [Revela la segunda hoja d e pa pel –Figura 2] J: No sé si tenga buena ortografía, ¿la tuve? E: La escritura a utomática se c arac teriza p or tener errores de ortografía. J: Oh, rea lmente. R: ¡Lo ha hec ho muy bien!
R: Ella escribe sus pa labras con una c laridad poco usual para la escritura automática. E: Sí, generalmente hay muc ha ec onomía del esfuerzo. Un respuesta “sí” puede set c ondensad a en una línea vertical y un “no” en una línea horizontal. R: De modo que una línea vertical es una abstracción de “sí” y una línea horizontal es una abstracción de “no”. E: Así es. Y un “No sé” puede ser una línea horizontal con va riad os grados de ángulos para significar que es más un “sí” (hacia la vertical) o más como un “no” (hacia la horizontal). Así: Sí
No
“No sé”
Una línea “sí” escrita en el lad o o puesto d el pa pel podría significar un “no”. Una línea “sí” en la p arte de arriba d e la ho ja es “sí”, pero si es escrita e n la pa rte de ab ajo del pap el, pod ría signific ar lo opuesto, un “no”. J: ¿Puedo leerlo en voz alta? [Lo lee.]
“Descansar y estar bajo el sol está bien. Bajar nuevamente sólo pa ra deslizarse en un rayo de luna.”38 Mmm, eso significa que usted tiene que esperar hasta la noche y el sol se enfría y se esconde. [Erickson revela ahora la tercera hoja con la e scritura automática –Figura 3.] ¿Yo lo escribí? Mmm, ¡qué extraña escritura! Es como si no fuera mía, ¡eso lo sé! [La lee] “El sol no está muy caliente para quemarse con él. Amo el sol y soy una con él en su centro. Somos lo mismo y dejo que el fuego arda nuevamente, sin quemar. Y el amor es co mo el sol.”39 [Erickson le muestra la c uarta hoja de pa pel c on la escritura automática –Figura 4.] ¿Escribí eso también? [Lo lee c on un sentimiento profundo y algunas lágrimas.] “¿De struirá mi vida el amor no satisfec ho? ¿Existe una fo rma d e dejar el c entro del sol sin saltar profundo en el fuego y caer?”40
38 To
rest and be at one with the sun is okay./ To get do wn ag ain just slide down on a moon b ea m. sun is not too hot to splah in./ I love the sun an I am at one with the suns’s center./ We are the same and I leave the fire whole again, not burnt. And love is like the sun. 39 The
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E: ¿Eso significa algo para usted? J: En una forma profunda , pero no es una forma dulce. E: He hecho unas preguntas muy ridículas, le pregunto: ¿De qué color es su ca bello? J: Rubio. Rubio teñido. Mi color natural es algo rubio. E: Porque mi hija me preguntaba p or la muchac ha de c abello rubio, y ¡yo no c onoc ía a una muchacha con el
cab ello rubio! [Refiriéndose joc osamente a l hecho que Erickson tiene c eguera a los colores] Y Pete Thompson, a quien he visto durante muchos años... [Erickson c ontinúa durante a lgunos minutos habland o respec to a l cabello rubio, e iniciando de este modo una conversación casual que la distrae del trabajo psicológico que ha estado efectuando.] E: Leer en voz alta e s distinto a leer en silenc io, ya que tiene que pedir un permiso e specífico pa ra leer en voz alta. Este es otro a specto de la disoc iación de ella. Ahora, no ha go ningún esfuerzo para descubrir lo que ella quiere decir. Cuando dice que esta era una escritura “extraña”, eso significa que es desconoc ido para su c onsciencia. Usted tiene que estar co nsciente del posible do ble significado de las palabras, como “sol” [sun ], que podría ser “hermano” [so n ]. Usted siempre busca esas posibilidades. Yo puedo tener mis propias ideas respecto a lo que significa, p ero no le preguntaré p ara revelarlas. R: El hec ho que ella hable de la po sibilidad de la po sibilidad que su vida sea destruida sugiere que usted está en lo c orrec to al creer que los problemas son delicad os y, por lo tanto, su c autela e stá justificada. E: Incluso, ella está intentando revelarme algo, aunque yo no me siento con el derecho en esta fase temprana del juego . De modo que le pe rmito que me revele algo, pero yo elijo qué: su ca bello teñido. R: Usted utilizó su impulso prematuro para revelar algo, al dirigir la revelación al asunto aparentemente inoc ente de su ca bello rubio a rtificial. E: Después, a partir de esa revelación, además desvío la conversación a mi hija, mi vida, y finalmente hac ia mi amigo Peter, lo c ual la lleva lejos del material ca liente. En la psicoterapia , usted sac a del contexto los ap rendizajes y los usa en formas nuevas. E: ¿Sabe que es eso? [Refiriéndose al tapiz en la pa red de la oficina] J: ¿Es algo prec olombino? ¿No sé? E:
¿Q ué le hace pensar que es prec olombino?
J: Vi el diseño. ¿El diseño? El diseño se parec e a , ¿no sé? Realmente no sé? El rostro se parec e a algo. Pod ría
estar equivoc ad a, pe ro no sé –e s atractivo–, pe ro no sé mucho d e eso. E: ¿Fui yo quien le dije que era prec olombino? J: ¿Q uién, usted? E: Sí. J: Bien, nunca le he preguntado eso, que yo sepa . ¿Por qué? ¿ Dónde supuso que le pregunté? [Pausa] ¿Está
suponiendo que me ha d icho algo a l respec to? E: No lo supongo –¡se lo dije! J: ¡Realmente lo hizo!
R: Aquí J está d emostrando una fuente de amnesia: Ella sab e respecto al símbolo precolombino, del cual usted ha bló al principio mientras ella estab a en tranc e, pero no sabe la fuente d e su conocimiento.
40 Will
the unfilfilled love of the new destroy my life? / Is there a way to leave the c enter of the sun without jumping down deep into the fire a nd falling? 128
Programación versus utilización
Ps. Mario Pac hec o
Desde los c omienzos del uso d e la hipnosis en c línica, ha existido la c reencia errónea que la mente de los pacientes es una especie de pizarra en blanco, sobre la cual “escribir” (prescribir) la remisión de los síntoma s. Esta creencia, sumada a la del poder del hipnotista sobre el paciente –una característica sobresaliente del enfoque autoritario de la hipnosis (Gilligan, 1987; Yapko, 1986)–, otorgó una gran carga autoritaria a los mensajes de esos terapeutas hacia sus pacientes; y, por consiguiente, etiquetar de “resistentes” a a que llos que no ob ed ec ían sus mand atos (Erickson y Rossi, 1979). Desde la p erspe c tiva de Rossi (Rossi y Ryan, 1992), Erickson fue una figura de transición en la historia de la hipnosis: ilustró el cambio desde un acercamiento autoritario al permisivo, desde la sugestión directa a la indirecta, desde la programación del paciente a la utilización de sus propios rec ursos internos pa ra la c uración. En el trabajo de Erickson pueden distinguirse dos componentes que, a primera vista, pued en pa rec er inco mpatibles: direc tivida d e indirec ción. La terapia de Erickson era una terapia orientada a metas (Lankton, 1985), y las metas perseguida s po r él pod ían ser explícitas o no, c ompa rtida s o no p or el pa ciente (de Shazer, 1989). Esta orientación hacia las metas define el carácter “estratégico” de la terapia de Erickson; es decir, se proponía influenciar la experiencia del paciente para alcanzar esas metas (Lankton, 1985). Sin embargo , a diferenc ia de los hipnoterap eutas tradic ionales, no impo nía c omportamientos de acuerdo a sus propios puntos de vista, sino que de acuerdo a los deseos de cambio sugeridos o solicitado s po r el pa ciente.41 Lankton (1985) afirma que es el paciente quien tiene el crédito total y la responsabilidad por el logro real de las metas, ya que cambiará solamente en una forma que sea significativa y relevante pa ra é l. Keeney (1987) afirma que “lo más notorio de la manera de trabajar de Milton Erickson era su misterioso modo de ingresar a l mundo vivenc ial de su cliente y alterarlo en forma tal que la sintomatología desaparecía y el sujeto podía echar mano de sus propios recursos [...] Su obra nos está indicando que los terapeutas pueden desempeñar un papel activo en la construcción de mundo de la e xpe rienc ia d e sus clientes.” (p. 18-19)
41 Una
característica del aspecto estratégico de la terapia de Erickson, que la diferencia marcadamente de la hipnoterapia clásica y las terapias más tradicionales, es que en lugar de prestar atención a los contenidos del problema descritos por el paciente, trabajaba en la p a u t a del problema. 129
Ese misterioso modo de trabajar de Erickson es el concepto clave de ut iliza c ión . Zeig (1992) definió a la utilización como “la disposición del terapeuta para responder estratégicamente a c ualquiera y a tod os los aspec tos del pac iente o del ambiente” (p. 256) C uando Erickson p rescribía c omportamientos o tareas a los pac ientes, no lo ha cía desde su propio modelo de mundo (como lo haría un hipnotista tradicional), sino que utilizaba los esquemas de mundo de su paciente para ofrecerles esa terapia; creaba disposición a responder (Zeig, 1987), no im p o n í a dichos comportamientos. Y esa era la razón por la cual las personas que lo visitaban llevaba n a c ab o e sas tareas, por muy bizarras que p arec ieran. El otro aspecto sobresaliente de la obra de Erickson fue la indirección . Sus suge rencias indirectas facilitaban la búsqueda inconsciente, y la recuperación de aprendizajes y habilidades personales, los cuales a su vez estimulaba n a los pa c ientes a resolver sus problema s en formas efe ctivas singula res. (Lankton, 1985) Desde la perspectiva de Erickson, el rol del terapeuta es suministrar condiciones adecuadas al pa ciente, ba jo las cuales ap renda , pero los cambios ocurren d entro d e éste, y cualquier cambio resultante es el resultado de sus prop ios esfuerzos. “Esta es una distinc ión importante, deja de considerar al paciente como un receptor pasivo de ayuda, para verlo como un agente activo de su propio progreso ha cia el ca mbio.” (Gordon y Meyers-And erson, 1981, p. 20) Esta c reenc ia de Erickson está reflejada en la siguiente anéc dota que relató en uno d e sus seminarios: una persona para que deje de fumar. Un día vino un hombre y dijo, “Tengo Usted no puede o b l i g a r a
sesenta y cinco años, fumo tres cajetillas de cigarrillos al día, realmente n o p u e d o gastar el dinero en la forma en que lo hago. Estoy aburrido y c a n s a d o de toser cada mañana en la forma en que lo hago, todas las mañanas, toda la noche, no duermo bien, y mis alimentos no tienen ningún sabor.” Al término de la hora le dije, “Perdóneme señor, pero en toda esta hora de entrevista, usted no me ha dado ninguna evidencia de que realmente quiere de jar de fumar.” Se fue a casa y se lo d ijo a su esposa, y ella expresó, “¡Regresa donde e se c ontrahecho y dile que te conozco mejor que él, y sé que quieres dejar de fumar!” El hombre regresó. Le dije, “está despilfarrando su tiempo, pero gastaré otra hora con usted esperando encontrar evidencia de que quiere dejar de fumar.” Al término de la hora le dije, “La verdad es que no quiere dejar de fumar.” Regresó a su casa y se lo contó a la esposa, y ésta dijo, “Iré contigo para ver a ese c ontrahec ho.” Y me dijo q ue debería poner a su esposo en tranc e y hacer que dejara de fumar. Le dije en forma privada, “Usted puede forzar a una persona a dejar de fumar a través de numerosas téc nicas aversivas, pero las téc nicas de aversión no perdurarían por mucho tiempo . Usted lo motiva a dejar de fumar y si él no quiere, lo cual es, sin embargo, una buena motivación, volverá a fumar.” Ella replicó, “Mi esposo quiere dejar de fumar, colóquelo en trance y vea que él lo haga.” Dije, “Lo colocaré en trance y le daré una motivación muy poderosa para dejar de fumar.” Lo puse en trance y le dije, “Fume tanto como desee. C a d a v e z que encienda un cigarrillo, coloque el equivalente en a s , el equivalente en monedas pequeñas en una botella de vidrio, y c oloque en la bo tella, to d o s los d í
monedas pequeñas el precio de tres cajetillas de cigarrillos.” Bien, durante la primera semana estuvo interesado en la acumulación de monedas en esa botella, dejó de fumar cuando la tuvo llena de monedas. La primera semana estuvo muy excitado... nunca antes había sido capaz de ahorrar dinero. Había una b otella llena hasta e l borde y comenzó a plane ar las vac a ciones. La primera semana 130
transcurrió bien, la segunda fue gloriosa, y la tercera semana estuvo muy excitado respecto al comienzo de las vacaciones. En la cuarta semana dijo a su esposa, “No estoy a c o s t u m b r a d o a dormir profundamente toda la noche. Estoy acostumbrad o a toser. No estoy a c o s t u m b r a d o a saborear mis comidas. Volveré a fumar.” Ella estaba tan enfurecida, que me telefoneó y me dijo que yo había hecho algo mal; a lo c ual él añadió, “Aun estoy intentando c onvencer al maldito mentiroso que quiero dejar de fumar.” (Gordon y M eyers-Anderson, 1981, p. 20-21)
131
Fenómeno hipnótico: Sugestiones posthipnóticas
Ps. Ma rio Pac heco
Introducción
Las sugestiones posthipnóticas son bastante antiguas en la literatura hipnótica, sin embargo son e scasos los trab ajos que las estudien en forma ac ab ad a. En la hipnosis tradicional las sugestiones posthipnóticas han sido utilizadas para evaluar la efec tivida d del tranc e y pa ra reforzar un tranc e hipnótico. Por ejemplo, la c onduc ta que se sugiere realizar ante un chasquido de los dedos del hipnotista; si el chasquido produce la conducta, entonces se concluye que el trance ha sido efectivo. Estrategia que a juicio de Yapko (1990), correspo nde más bien a un ac to teatral que no respeta a la persona, que al comportamiento que podría esperarse d e un terapeuta. En el enfoque tradicional se concibe al estado de trance como un pizarrón en blanco, sobre el cual se escribe o programa fácilmente al individuo. En el enfoque ericksoniano o permisivo, en c ambio, se reconoc e q ue los individuos retienen su propia dinámica de la personalidad durante el trance. El trance es un fenómeno que posibilita la ocurrencia de procesos inconscientes para med iar respue stas que p oseen valor clínic o. (Erickson y Rossi, 1979) En un sentido amplio, puede hablarse de sug estión p osthip nótica c uando se introduc e una idea durante un momento de receptividad, que después se hará realidad en un comportamiento fuera del trance. Este momento de receptividad ocurre en el trance inducido formalmente o durante el tranc e c omún de ca da día. Erickson (Erickson y Erickson, 1941/1980) de finió a l a c t o p o st h ip n ó t ic o como aquel “que es desempeñado por el sujeto hipnótico después de reorientarse del estado de trance, en respuesta a las sugestiones dadas durante el estado de trance, con la ejecución del acto marcado por una ausenc ia de un percatarse c onsciente d e las ca usas subyac entes o motivac iones pa ra ese a cto.” (p. 338) Erickson (Erickson y Erickson, 1941/ 1980), tamb ién se perca tó q ue c uand o e l sujeto ejec uta el acto posthipnótico, presenta un trance hipnótico espontáneo de breve duración. Y este trance ocurre tanto en el sujeto inexperto como en aquellos muy entrenados en hipnosis. Erickson explica que p arec e ser una func ión del proc eso de la inic iación de una respuesta en la situac ión inmediata a la sugestión posthipnótica da da en el tranc e p revio. A la luz de la teoría d el ap rendizaje d ep endiente d el estado de la hipnosis, desarrollada po r Rossi, po demos entender a e ste tranc e espontáneo c omo un fenómeno d e tranc e liga do al estado .
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Es decir, si durante el trance hipnótico se da una sugestión posthipnótica (señal distintiva) para ser ejecutada fuera del trance (otro estado de consciencia, distinto al anterior), la presencia posterior de esa señal distintiva activará los procesos ligados al estado (anterior) y el sujeto volverá a experimentar el estado de consciencia anterior (trance) y ejecutará el comportamiento post hipnótico. El concepto de aprendizaje dependiente del estado permite explicar el
comportamiento posthipnótico, y la construcción de sugestiones posthipnóticas que consideren este fenómeno. Otra cuestión interesante es la d u r a c i ó n en en el tiempo de las sugestiones posthipnóticas. Según Matheson (1986), las investigaciones han indicado que solamente del 2 al 3% de los sujetos muy dispuestos a responder (o muy susceptibles) han mostrado una persistencia de larga duración en la respuesta posthipnótica. Sin embargo, Erickson (Erickson y Erickson, 1941/1980) han reportado duraciones de la respuesta por períodos que varían de meses a años. Incluso Erickson (Rossi y Ryan, 1985 1985)) reporta q ue en e n un c aso transcurr transcurrier ieron on 20 años des de sde que fue dad d ad a la suge suges stión tión p osthipnótica osthipnótica pa ra entrar entrar en tranc tranc e a nte una seña señall de él, é l, hast hasta a que se enco e nco ntró ntró c on la persona persona y le presentó presentó la señal, eña l, obteniendo una buena respuest espuesta a de tranc tranc e e n la sujeto. sujeto. Ma theson theson (1986 (1986)) c omenta que la d urac urac ión de las sugest sugestiones iones po sthipnótica thipnótica s depe nderá de la naturaleza de la sugestión y el rol e importancia que posee la sugestión para el paciente. Además, los estudios de la memoria indican que se recuerda mejor el material que es significativo para el sujeto y que también ha sido presentado en forma repetida. Podríamos suponer que cuando el hipnotista supone al paciente como un “pizarrón en blanco”, sin considerar las dinámicas mentales de aquel, la duración de sus sugestiones será breve, quizá tan breves como oc urre urre en la hipnos hipno sis tea tra tra l. Ericks Erickson on y Ross Rossi (1979 (1979)) a nali na lizan zan a lgunas lguna s estr estra a tegias teg ias pa ra c onstruir onstruir suge suges stiones po sthipnótica thipnótic a s que consideran los dinamismos y procesos inconscientes de los sujetos en trance; las cuales revisaremos en este capítulo y que integraremos con los conceptos del aprendizaje dependiente del de l estado estado .
Uso estrat estratég égic ico o de las sugestiones post posthipnótic hipnóticas as
Es evidente que todo tratamiento psicoterapéutico busca cambios permanentes en el pa c iente, y que esos c amb ios se ma nifies nifiesten ten no sólo sólo e n la c onsult onsulta a de l terape terape uta, sino sino que también en su a mbiente natural. Las suge suges stiones posthipnó posthipnó tica s son rec urs ursos útiles útiles pa ra este este efec efe c to. En forma esquemática, podríamos afirmar que el uso terapéutico de este fenómeno sirve a los sigu siguiente ientes s prop ósitos: ósitos: 1.
Asociar a través de sugestiones posthipnóticas las sugerencias terapéuticas que se han trabajado en la sesión, de modo que se hagan realidad en el comportamiento c otidiano otidiano d el pac iente. iente.
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Si, por ejemplo, ejemplo, estamos estamos trab trab ajando ajand o c on una fobia a los exámenes, exámenes, y hemos ab ordad o el caso a través del uso de la disociación hipnótica y la recuperación de recursos que le serían útiles al paciente en esa situación temida, tendremos que incluir en el trance hipnótico señales distintivas que se encontrarán en la situación de examen y que en esa situac ituac ión real rea l extraig extraigan an los rec rec urs ursos rec rec upe ra do s en la sesión. sesión. 2.
Logro de comportamientos terapéuticos evocados por sugestiones posthipnóticas c ombinad as c on amnesia amnesia para p ara el tr tranc e. Para aquellos pacientes muy intelectuales o resistentes, habrá que usar acercamientos más indirecto indirectos s (Zeig, 1987 1987), ), y mucha s vec es habrá que evoc evo c ar o c onstr onstruir amnes amne sia par pa ra preservar el trabajo terapéutico (Yapko, 1990); por lo cual habrá que construir sugestiones posthipnóticas que activen la terapia –sin que el paciente lo sepa c onsc onsc ientemente– ientemente– fuera fuera de la c onsul onsulta. ta. Haley (1980) reporta que Erickson en algunos casos de agorafobia daba sugestiones posthipnóticas de, por ejemplo, una picazón insoportable en los pies, de modo que el pa c iente iente se encontr enc ontrab ab a c aminando por po r los luga luga res temido temidos s, pero c on toda su atenc ión dirigida a la sensación de los pies y no a sus síntomas físicos de angustia, lo cual po sibilitaba ibilitaba la e xtinción d e los sínt síntoma oma s.
3.
Facilitar la re-inducción de trance hipnótico, ya sea en la misma sesión terapéutica o en una sesión posterior. p osterior.
Estrategias ategias eric ericksonianas par para la construcc ucc ión de suge sugest stiones post posthipnóticas icas
Las sugestiones posthipnóticas d i r e c t a s son son de la forma, “Después que despierte hará tal o cual cosa” (Erickson y Rossi, 1979); las sugestiones posthipnóticas i n d i r e c t a s, en c ambio, impli implic c an el el uso uso d e sugestiones sugestiones indirec indirectas tas y de los procesos proc esos psic psic ológ icos ico s c otidiano s. Alguna s de las estr estrate ategias gias eric eric ksoniana s para la c onstr onstrucc uc c ión de d e sugestiones ugestiones posthipnótica posthipnóticas s indirec tas ta s son las siguie siguientes: ntes:
1.
Asociac Asoc iac ión de suge sugest stiones posthipnótic hipnóticas as con con compo comporrtamient amientos inevit inevitab ables les
Las más usadas aquí son las sugestiones contingentes y las cadenas asociativas, en las cuales se vincula la sugestión posthipnótica con pautas de comportamiento que el paciente experimentará en el futuro. Estos comportamientos inevitables funcionarán como se ñ a le s distintivas pa pa ra la ejec ución d e la sugest sugestión ión posthi posthipnó pnóti tic c a.
Alguno Alg unos s ejemp eje mplos los son son los siguie siguientes ntes (Eri (Eric c kson kson y Ross Rossi, 1979 1979)) (las (la s sugesti ug estione one s se ind ica ic a n en e n itálica itálic a ): “Luego “Luego que usted usted des de spierte, pierte, le d iréa lgo .”
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resa ráa l tranc e .” “La “La des de sper pe rtaré y reg resa .”
O tras tras suge suges stione tiones s son son c omo siguen: “Y como una pa rte de esa experiencia experiencia es olvi olvidar dar
aquel aquel sueño eño des después pués que que des despi pier ertte.
Una exper experiienci encia a de olv olvidar
es en si misma
una experi experienc encia ia que no es ajena a na die.” (Ericks (Eric kso on, Ross Ro ssi y Rossi, Rossi, 1976, 1976, p. p . 32)42
“Y puede contar hacia atrás, desde 20 hasta 1, en cualquier forma que desee. A la cuenta de uno des de sper pe rtará, pero p ero su brazo brazo no . (Pausa) 20, 15, 10, 5, 4, 3, 2, 1.” (Ericks (Eric kso on, Ross Ro ssi y Ross Ro ssi, 1976, 1976, p. p . 100)43
“Y su su mano ma no d erecha erec ha pued e elevarse elevarse y elevar eleva rse, y d isfrutarl frutarlo o –dis –d isfrutar frutarlo lo rea rea lmente. lmente. Y no per pe rmita mita q ue mi charla lo interrumpa. (Pausa) Bien, Paul, ¿siente que ha tenido suficiente experiencia, de modo que estará deseando aprender cabalmente después qur tome asiento? Siéntase cómo respecto a eso ahora, Paul. Y ¿siente que sabe cómo seguir una sugestión posthipnótica? ¿Y el próximo Viernes sería una buena ocasión para recordar esto –estando acá arriba e la plataforma? ¿Sería el próximo Viernes Viernes una buena oc asión asión pa ra rec ordarlo? ordarlo? C orrec orrec to. Es Estamos de ac uerdo en eso. Y ahora, regres regrese e a su siento, siento, ¿de ¿ des spert pe rtará ará lo suficiente suficiente c omo pa ra regresa regresa r a su asiento y senta sentars rse.” (Erickson, (Erickson , en e n Ross Ro ssi y Ryan, Rya n, 1985, 1985, p. 76-77)44
“Le pe diré que de spiert pie rte e y le relatar relata ré una histori historia a a pa rentemente sin sin sentido. entido . inc inc onsc onsc iente iente c omprender omprende rá. diec iocho, ioc ho,
Ahora des de spierte. pierte. Uno,
diec isiete, diec iséis, éis,
dos do s, etc ., hasta hasta
quince, trec trec e,
nueve,
Pero su su mente veinte, veinte, diec dieciinueve, nueve,
oc ho,
siete,
seis, eis,
cinco, cuatro, tres, dos, uno. Despierte.” (Ericks (Eric kso on y Ross Ro ssi, 1979, 1979, p. p . 191)45
42
Rossi comenta al respecto: al describir o mencionar verbalmente un mecanismo neuropsicológico como olvidar, tiende a evocarlo. Esto parece ser un método fundamental en los procedimientos de la hipnosis moderna. 43 La paciente experimentó un entumecimiento en el brazo izquierdo, inmediatamente después de haber salido del de l tranc tranc e. (Sugest (Sugestión ión po sthipnótica thipnótica c ontingente ontingente c on des de spertar.) pertar.) 44 Rossi y Ryan comentan: Adviértase que Erickson es cuidadoso para lograr esta sugestión posthipnótica en una oc asión asión defini d efinida da en el e l futur futuro, o, el e l cual cua l es inevita inevita ble. Es inevitab inevitab le que llega rá e l día Viernes, Viernes, y cuando cua ndo lleg llegue ue serv serv irá c omo una señal asociati asoc iativa va para p ara Pa ul, ul, pa ra rec ibiresa sugest sugestión ión posthi posthipnótica pnótica . 45 Según Rossi, ésta es una interesante sugestión posthipnótica para rodear las limitaciones y dudas que pueda tener la la mente me nte co nsc nsc iente. iente. 135
2.
Series de sugestiones posthipnóticas
Las sugestiones se dan encadenadas, lo cual ha más difícil rechazar dos o más sugestiones da da s al mismo tiempo en una cad ena asociativa, que rec hazar una sola sugestión que está aislada. Analicemos junto a Rossi el siguiente ejemplo ideado para facilitar el entrenamiento e induc c iones posteriores de tranc e e n adultos (Erickson, Rossi y Rossi, 1976, p. 80): “(1)
Cuando despierte, sus ojos se ab rirán...
(2)
Se moverá y quizá se estire un poc o...
(3)
Puede hab lar un poco
(4)
respecto a lo que le interesa en su experienc ia...
Y olvidar el resto...
(5)
Hasta que yo le pida q ue regrese al trance...
(6)
De modo que pueda e xperimentar y rec ordar algo má s.”
Rossi comenta: (1), (2) y (3) son verdades obvias que forman una cadena asociativa de comportamientos inevitables. Crean una dirección de aceptación que impide reconocer a la (4) como una sugestión sutil para amnesia posthipnótica. (5) es una sugestión posthipnótica directa para volver al trance hipnótico, que contiene una contingencia importante con la palabra “hasta que”. “Hasta que” significa que al volver al trance puede recordar algo olvidado debido a la amnesia hipnótica cuando estaba despierto. (6) continúa la cadena, vinculand o un tranc e futuro c on la experienc ia ac tual.
3.
Condicionamiento inconsciente como sugestión posthipnótica
Como ya hemos estudiado, en el “condicionamiento inconsciente” interviene el aprendizaje dependiente del estado; es decir, las claves o señales presentes en la situación de inducción/evocación de trance hipnótico exitoso, tenderán a evocar o volver a inducir ese mismo estad o de tranc e e n la p róxima o po rtunida d en q ue e stén presentes. Por lo tanto, los tonos de voces, miradas, gestos del terapeuta, etc., son verdaderas sugestiones o señales posthipnóticas que emite aquél y que puede utilizar y profundizar para un nuevo trab ajo hipnótico.
4.
Resolución posthipnótica de expectaciones iniciadas
Esto consiste en iniciar expectaciones, tensiones o patrones de comportamientos que solamente pueden completarse o resolverse después que el trance está formalmente terminado (efecto Zeigarnik ). Erickson trabajaba para crear motivación y disposición a responder en el paciente, de modo que éste estuviera dispuesto a aceptar las sugerencias terapéuticas que entregaría después en la vigilia.
136
Veamo s en un extracto d e una sesión de terapia (Eric kson y Rossi, 1992, p. 155-156) el efec to Zeigarnik, y los come ntarios de Erickson y Rossi al respecto: “E:
Permítame estrec harle la mano. [MPL. Erickson ha condicionado el estrechar la mano de la paciente como una sugestión posthipnótica no verbal pa ra que ésta ingrese en tranc e.]
S:
De ac uerdo.
E:
Uno, dos, tres, cuatro. Uno, dos, tres, cuatro. [MPL. Erickson co ntinúa entregando seña les, ahora verbales, pa ra la oc urrenc ia de l tranc e.] (El doctor Fink pa sa un papel a Erickson)
S:
Déjeme verlo. Quiero ver había en ese trozo de papel que tiene en la ma no.
E:
¿En la mano de quién?
S:
Del doctor Fink. Bueno, quiero verlo.
E:
Despierte. Despierte del todo. ¿Querría ver esto? (Le muestra el pa pel)
S:
Usted ac túa sin sentido, igual que los otros.”
Erickson y Rossi co menta n: R:
En el momento en que usted le estrec ha la mano, dá ndole la señal pa ra una [experiencia y] regresión hipnótica [...] el doctor Fink distrae involuntariamente la atención de la sujeto al entregarle a usted un papel. Usted se apresura a revertir sus sugestiones inductoras (“Despierte. Despierte del todo”) y la deja ver el papel. Este contiene algunas anotaciones evidentemente incomprensibles para ella (“Usted actúa sin sentido, igual que los otros”). Frente a esta interrupc ión, usted maneja esto diciéndo le a la sujeto que despierte, pa ra que no se extinga en parte el proceso de condicionamiento asociado al estrechar la mano, por no haberse producido la entrad a en tranc e inmediatamente después de rec ibida la señal.
E:
Sí, no quería perder ese condiciona miento, pero como era una tarea interrumpida, la sujeto estaría a nsiosa por co mpletarla.
R:
Sí, se lo llama el efec to Zeiga rnik.
E:
Y cuantas más induc ciones haga usted, tanto más se afianzará el tranc e.
A continuación podemos observar este efecto, por la forma en que Erickson le indica directamente a la sujeto que ingrese en trance. Además, hace mención a la mano, la cual –aunq ue los autores no lo dic en– al parecer ha q uedad o suspe ndida en el aire, en la posición de cuando da mos la mano a alguien: “E:
Ahora duérmase. A medida que vaya durmiéndose profundamente, quiero q ue su ma no q u e d e a p o y a d a d e sc a n sa d a m e n t e so b r e su re g a zo . Vaya durmiéndose profundamente y,
según se vaya durmiendo, quiero que su mano quede apoyada descansadamente sobre su regazo...”
5.
La sorpresa como sugestión posthipnótica
La sorpresa es una sugestión hipnótica que aumenta la expec tac ión y provee un ca nal incierto pa ra la expresión de la individua lida d del pa c iente (Erickson y Rossi, 1979), c on lo cual a ctúa 137
como una verda de ra sugestión po sthipnótica, pues predispo ne al pa ciente a rec ibir esa sorpresa. Por ejemplo, “¿ Le gustaría experimentar una a grad able sorpresa d espués que despierte? ”. Si el paciente responde afirmativamente (inclinando la cabeza, con una señal ideomotora en el de do , una respue sta verba l, o una sonrisa), estará a bierto y rec ep tivo a la sugestión p osterior.
6.
La directiva sugerida como vehículo de sugestiones posthipnóticas
La direc tiva suge rida o implica da (Erickson y Rossi, 1979; Erickson, Rossi y Rossi, 1976), dependiendo del uso que se haga de ella, puede servir como una forma indirecta para construir sugestiones posthipnó ticas. C onsidé rese la siguiente sugestión ofrec ida po r Rossi pa ra que el pa c iente vuelva a experimentar tranc e e n la sesión siguiente: Tan pronto como su inconsciente sepa que puede regresar a este estado, cómoda y fácilmente, para hacer un trabajo productivo la próxima vez que estemos juntos, se enc ontrará despertándose, sintiéndo se refrescad o y alerta.
Rossi (1986/1993) ofrece una interesante sugestión posthipnótica en forma de directiva sugerida, y que a la vez posee elementos de progresión de edad, al sugerirle al paciente que su inconsciente le puede mostrar una fecha en la cual el problema que lo aqueja quedará completamente resuelto. Es evidente que esta fecha actúa como una sugestión posthipnótica que proviene desde la interioridad del paciente, promoviendo procesos inconscientes que lo ac erca n a la meta desead a.
7.
Utilización de señales ideomotoras como sugestiones posthipnóticas
También pod emos construir sugestiones terap éuticas que se harán realida d posteriormente y solicitar que sean ratificadas por señales ideomotoras afirmativas. Si el paciente ratifica la sugestión a través de la señal ideomotora acordada, al igual que en el caso anterior, estará ad ministránd ose una profecía de auto-cumplimiento q ue inicia p roc esos inco nscientes que lo lleva n a resolver el problema .
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Apéndice
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MEMORIAS REPRIMIDAS*
Michael Yapko
En el año 1994, la profesión de la salud mental se encontró profundamente dividida respecto a un enfoque de la psicoterapia conocida como “terapia de las memorias reprimidas”, o TMR. La TMR se apoya en las denominadas técnicas de recuperación de memorias, para ayudar a los pacientes a “recordar” o “rec uperar” episodios de la infancia, usualmente de abuso sexual –episodios que presumiblemente han sido “olvida dos”. Se supone que el abuso es una causa subyac ente de los síntomas ac tuales del pac iente. La TMR está basada en la teoría que para enfrentar el trauma de haber sido abusada, la víctima empleó la defensa psicológica conocida como disociación. La disociación implica una “separación” de la consciencia, de modo que la mente consciente está “en otro lugar” cuando ocurre el abuso. El resultado es la represión, una pérdida de memoria auto-protectora, o amnesia. A pesar del hecho que las experiencias dolorosas son olvidadas conscientemente, el material reprimido aun puede ocasionar síntomas severos; a menudo esos síntomas no tienen una causa clara. El rol del terapeuta en la TMR es ayudar al paciente a recuperar esas memorias. Presumiblemente, una vez que la memoria ha sido traída a la consciencia, el problema presente del sobreviviente puede ser efec tivamente tratado. La controversia profesional respecto a la TMR se centra en cuestiones como las siguientes: ¿Por qué y bajo qué condiciones un individuo reprime las memorias traumáticas? ¿Puede uno olvidar completamente los episodios de ab uso sexual en la infanc ia? ¿Podrían “fabricarse” esas memorias que son rec uperadas, pa ra acomodarse a las expectativas y sugestiones del terapeuta, o para dar cuenta de los síntomas, que de otro modo son enigmáticos? ¿Es posible que un terapeuta lleve al paciente a creer que fue sexualmente abusado cuando esos eventos realmente no ocurrieron? Y quizá lo más importante, ¿cómo debieran comportarse los terapeutas cuando las respuestas a esas preguntas permanec en sin aclarac ión? Los profesionales de la salud mental están generalmente de ac uerdo que el ab uso sexual infantil ha sido y es un problema extendido en la población. Reconocen que históricamente, los sobrevivientes de esos ab usos han sido víctimas de una “nega ción cultural”, que ha minimizado la esfera y la seried ad de la o fensa. Sab en que c rea r un clima en el cua l los sobrevivientes pueda n seguir adelante, descubrir qué les suce dió, y que se les crea, es vital para su recuperación eventual. Sin embargo, más allá de esto, las opiniones son divergentes. Por un lado están aquellos que creen que la disociación y la represión son respuestas comunes al abuso sexual en la infanc ia, y que las víctimas, generalmente, pued en ser identificadas co n fac ilidad de ac uerdo a una lista conocida de síntomas. Desde este punto de vista, el tratamiento debiera levantar el velo de la represión a través de técnicas como la hipnosis o la “imaginería guiada”. El terapeuta después debe ayudar al paciente a tratar con las memorias dolorosas. Los proponentes de la TMR indican que si el terapeuta no cree en esas presunciones, se hace más difícil para los sobrevivientes del abuso sexual descubrir sus problemas, y facilita que los perpetradores evadan la responsabilidad de sus terribles actos. Rechazan la noción que las memorias
* Represed
Memories. Enc yc lop ed ia Britannica Boo k of the Year , 1995 (Trad ucc ión: Ps. Mario Pac hec o)
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traumáticas detalladas puedan surgir simplemente debido a sugestiones, proponiendo que esas memorias nec esitan ser rec onoc idas como verda deras para que el tratamiento pued a tener éxito. En el otro lado d e la controversia están a quellos que c onciben a la disoc iación y la rep resión como respuestas inusuales. Tienen serias dudas que alguien pueda sufrir traumas repetidos a lo largo del tiempo y reprimir todas las memorias, solamente para recuperarlas muchos años o incluso décadas después bajo la influencia de terapia (o alguna otra fuente sugestiva, como un libro o un programa de televisión). Los opo sitores a la TMR no creen que las víctimas puedan ser identificadas sobre la base de una “lista de síntomas”. Además, sostienen que es erróneo hipotetizar una historia de abuso basados en síntomas que podrían ser explicados de otras formas. Reconoc en q ue a lgunas personas pueden ser particularmente vulnerables en c iertos contextos – por ejemplo, psicoterapia – y puede n a ceptar “evidenc ia” que no tienen hec hos en los cuales sustentarse. C uando los terapeutas concluyen que las pa cientes han sido a busad as sexualmente, pueden llevarlas, en forma intencionad a o no intencionad a, a la misma c onclusión. En co nsec uencia, el tratamiento apropiado se retrasa o se impide. Y finalmente, los opositores a la TMR están preoc upados que pe rsonas inoc entes pueda n ser ac usad as falsamente d e ha ber cometido ab uso, y que c omo resultado se destruyan sus vidas y sus familias. Los profesiona les de ambos lados de esta controversia a rguyen sus puntos de vista en forma vehemente e inteligente, y ambos grupos están motivados por el deseo de ayudar a las “víctimas” o a las víctimas potenciales. Para acomodarse a la teoría de las memorias reprimidas, muchos estados en Estados Unidos han a proba do leyes que p ermiten que un “de scubrimiento tardío” sirva c omo el fundamento p ara un pleito c ivil. De otro modo, el estatuto de limitaciones en esos casos habría expirado. Hasta el último mes de 1994, se habían iniciado alrede dor de 500 acciones lega les –la mayoría entablad as por una hija e n co ntra d e un padre que se alega que es abusivo. En los últimos dos años, varios casos han sido muy publicitados, llevando la controversia de la TMR ante los ojos del público común. Uno de esos casos involucró a Ga ry Ramona , un exitoso ejecutivo de la industria viñatera del norte de California, cuya hija Holly había buscado psicoterapia para la depresión y la bulimia (un desorden alimenticio severo) que presentaba cuando fue una estudiante del college . Durante su tratamiento en los año s 1989-90, comenzó a recordar escenas de abuso sexual en la infancia, y llegó a creer que implicaban a su padre. En el proceso de la terapia, le fue administrad o el denominado “suero de la verda d” (amital sódico), en un intento por validar su conclusión que su padre había abusado de ella. Mientras estaba bajo la influencia de la droga, hizo un rec uento c ircunstancias espec íficas de ab uso por parte de su pa dre. Cuando Ramona fue acusado públicamente de abuso sexual infantil, lo negó con vehemencia. Sin embargo, perdió su trabajo, su esposa lo abandonó, y sus otras dos hijas cortaron todo contacto con él. Su reputación, su familia y su carrera se arruinaron, y Ramona se querelló por 8 millones de dólares contra los terapeutas de Holly y el centro médico en el cual trabajaban. Rec lamaba que habían plantado informac ión inadecuada y dañina en la mente de su hija y que habían usado técnicas cuestionables para hacerlo. El 13 de mayo de 1994, el jurado en la corte superior del condado de Napa votó a favor de la querella de Ramona, fijando un monto de 500.000 dólares por daños. El juicio no estuvo basado en la verdad o falsedad de las memorias de Holly, sino en el cómo habían sido obtenidas. El jurado creyó que los terapeutas no se habían conducido apropiadamente en el tratamiento de Holly. Este caso fue significativo, debido a que fue el primero caso de memorias reprimidas en Estados Unidos en el cual un tercero fue indemnizad o por daños. Normalmente, si un terap euta es demanda do, es un pac iente quien se querella. Los casos previos solamente han considerado la responsabilidad del terapeuta hacia su paciente, no hacia los parientes del paciente. Otro aspecto interesante del caso de Ramona, fue que la
145
paciente, Holly, testificó en beneficio de sus terapeutas y continuó sosteniendo que el abuso tuvo lugar, incluso después de la de cisión de la c orte. En otro caso ampliamente publicitado, Stephen Cook, de 34 años, de Filadelfia, demandó por 10 millones de d ólares a J oseph Bernardin, C ardenal de Chicago; reclamando que Bernardin había ab usad o de é l hac e c asi dos déc ad as antes, c uando C ook era e studiante en e l Seminario. También ac usó a otro clérigo de la escuela que lo había molestado [sexualmente]. Las memorias de C ook respec to al abuso de Bernardin eran ta rdías y fueron obtenidas ba jo hipnosis. El Cardenal negó la acusación rápida y convincentemente, restándole credibilidad a las memorias de C ook. C ook consultó, entonces, a un psicólogo para evaluar sus “memorias” y determinar si había sido influenc iado por el hipnotista. Posteriormente, C ook reconoció pública mente que sus memoria s no “eran reales”, y a principios de 1994 retiró su alegato contra Bernardin. La acusación de Cook y su posterior desistimiento hizo surgir muchas dudas en la mente del público respecto a la validez de la TMR. (El caso de Cook contra el otro sac erdote también fue retirado de la c orte.) En uno de los casos más bizarros respecto a las memorias reprimidas, Paul Ingram, un sheriff del estado de Washington, fue acusado de abuso sexual por una de sus hijas. El cargo surgió a partir de una memoria que había aflorado a la superficie en un retiro espiritual de la iglesia, en el cual se discutió el asunto del abuso sexual. Otra hija de Ingram, que estuvo en el mismo retiro, reclamó después que ella también había sido víctima de abuso sexual por parte de su padre. Los colegas de la fuerza de policía de Ingram lo estimularon a confesar, puesto q ue eso lo a yudaría a “rec ordar” los ac tos que d ebía estar reprimiendo. Aunque los alegatos de las hijas eran poc o proba bles –ya que incluían a muchos de los compa ñeros de Ingram como cómplices en rituales satánicos, e incluso sacrificios humanos (cargos para los cuales nunca se enc ontró evidenc ia)– los investigadores en este caso c reyeron que los ab usos hab ían oc urrido. No pensaron que esas detalladas historias podían ser falsas. Ingram, un hombre profundamente religioso, razonó que sus hijas no serían c apac es de fabricar las historias; a pesar de no tene r rec uerdos, conc luyó que las ac usac iones deb ían ser verdaderas. En la creencia que ni Dios ni sus hijas le llevarían a imaginar una culpa sin fundamentos, Ingram confesó y fue enviado a prisión. Su intensa religiosidad le llevó a creer que cualquier imagen que evocó en su mente, de haber cometido el abuso, debió haber sido colocada por Dios, y por consiguiente confirmando su “culpa”.** Sin una evidencia objetiva de corroboración –como una fotografía o una cinta de vídeo– ¿cómo puede distinguirse una memoria real de un abuso sexual infantil de una memoria ilusoria? En la actualidad no existen métodos co nfiab les pa ra distinguir la realidad de la ficc ión en los ca sos de TMR. C laramente, el problema es complejo, y se les ha pedido a las cortes que hagan justicia incluso en ausencia de hechos comprobados. En 1990, por ejemplo, en el caso de las memorias recuperadas de la californiana de 30 años, Eileen Franklin-Lipsker, el jurado envió a prisión a su padre, George Franklin, quien en 1969 habría asesinado a uno de los amigos de la infancia de ella. El jurad o lo c onde nó después que el testimonio de Franklin-Lipsker, y de la psiquiatra infantil, Lenore Terr, convencieron al jurado, más allá de la duda razonable, que Franklin era culpable. Fue dec larad o c ulpa ble de homicidio en primer grado y sentenciado a prisión perpetua. A medida que la presión aumenta dentro del ca mpo, pa ra enfocar co n extremo c uida do e sos sensibles casos, es indudable que deben efectuarse investigaciones más cuidadosas. Y a medida que las reglas legales modifiquen la percepción pública y definan las responsabilidades profesionales, es probable que disminuya la ** (N.Trad.)
Podría especularse que la controversia de la TMR correspondería a una nueva “caza de brujas”, a la cual la historia huma na pareciera estar ac ostumbrada. Las primeras cazas de brujas tuvieron relac ión con lo demoníaco, luego las purgas políticas (Stalin, el nacionalsocialismo, la “revolución cultural” de la “Banda de los Cuatro” en China, la “guerra sucia” en América Latina); y ahora esta caza de brujas psicológica, en un tema especialmente sensible y oc ulto en la soc iedad oc cidental. 146
controversia de la TMR. Mientras tanto, el terapeuta debe, como siempre, respetar el juramento hipocrático: “Primum no n noc ere” (“Lo primero, es no dañar”).
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Una Entrevista con David Cheek, M.D.*
Michael Yapko
Sola na, Ca lifornia
El 12 de J unio d e 1996, David B. Cheek, M.D., fallec ió en su c asa, en Santa Bá rbara, C alifornia. Tenía 83 años. El Dr. Cheek fue uno de los pioneros originales en las aplica ciones médica s de la hipnosis. Cheek, un obstetra y cirujano que se desempeñaba profesionalmente en San Francisco, dedicó muchas décadas al desarrollo y al uso d e téc nica s hipnótica s en diversas formas, algunas no tradicionales e innovadoras. El desarrollo de la técnica de indagación ideomotora de Cheek le llevó a adoptar algunas posiciones muy controversiales respecto a la naturaleza de la memoria humana y el procesamiento de la información. Por ejemplo, Cheek afirmaba a menudo que los fetos y los bebés eran capaces de reaccionar y almacenar experiencias que pueden tener impacto emocional a lo largo de la vida, como lo describirá en esta entrevista. Cheek ha escrito extensamente sobre el uso de la hipnosis y las técnicas de inda gación ideomotoras para rec uperar memorias de esas experiencias, empleando conceptos y técnicas que contradicen a veces a las teorías más tradicionales respecto a la disponibilidad y confiab ilidad de la memoria prenatal, neonatal e infantil. Cheek describió sus métodos, su experiencia clínica y opiniones en su libro más reciente, Hypno sis: The Ap plica tion of Id eo m oto r Tec hniques (1994, Allyn & Bacon). También escribió y habló de la habilidad de los pacientes quirúrgicos para
escuchar y estar conscientes de los eventos durante las cirugías mientras están bajo la influencia de la anestesia, Este fue un trabajo pionero que está disfrutando de mayor confirmación en la literatura científica reciente. Las investigaciones de Cheek respecto a la relación de la mente inconsciente con la memoria verbal y no verbal almac enada , puede tener implicac iones profunda s en una mejor comprensión de la relación mente-cuerpo y la curación. De hecho, Cheek colaboró en esta área con Ernest L. Rossi, Ph.D., y el producto de esa colaboración fue el bien recibido volumen Mind-Body Therap y: Ide od ynam ic Hea ling in Hypno sis (1988, W.W. Norton). También fue coautor con Leslie LeCron del conocido texto titulado Clinical Hypnotherapy y otras numerosas publicaciones. El Dr. Cheek era un ac ad émico caballeroso. Un hombre muy ama ble y co nsiderado. Era muy amigab le, incluso cuando no estaba de acuerdo con usted, como yo lo experimenté de primera mano. En los años recientes, he estado muy abocado a prevenir a los terapeutas respecto a la recuperación de las supuestas memoria s reprimidas del abuso sexual infantil. Ca da vez que el Dr. Cheek y yo nos encontramos en una u otra conferencia, no pudo ayuda rme, pero se mofó simpática mente de mi teoría de la no-c onfiabilidad de las memorias infantiles, la c ual co nsideraba poco c lara. Era la única persona que c onoc í que podía hac er un chiste de mí en esa forma, un testimonio de la buena voluntad que el Dr. Cheek inspiraba en las personas. Es una pérdida dolorosa. Esta entrevista fue llevada a cabo en el Encuentro Anual de la Am eric an Soc iety o f Clinica l Hypno sis , efectuado en Las Vegas, Nevada, en Abril de 1987. La mayor parte de esta entrevista fue publicada * “An
Interview with David C heek, M.D.”, Am eric an Journal of C linica l Hyp no sis, 39:1 , J ulio d e 1996, p. 2-17. Traducc ión: Ps. Ma rio Pac heco 148
originalmente e n The M ilto n H. Erickson Fou nd a tion New slette r , en Enero de 1988, y es reimpresa aquí con el permiso de la Milton H. Erickson Foundation. Algunos materiales adicionales no fueron editados originalmente por falta de espac io, y se incluyen aquí para ser publicad os por primera vez. M
El trab ajo que usted ha estado hac iendo es considerado po r muchos como un clásico. Quiero comenzar preguntándo le cómo evalúa usted su influencia en el ca mpo d e la hipnosis.
D
C reo que si he sido ca pa z de c ontribuir en algo, sería que he trab ajado c on las técnica s que realmente fueron iniciadas por Erickson, en términos de ser capaz de observar muy cuidadosamente a las personas – no solamente escuchar lo que ellos dicen, sino que ir a un nivel más profundo, respecto a qué están pensando, pero no diciendo. A veces eso es contradictorio. Un movimiento de la cabeza, por ejemplo, puede contradecir lo que una persona ha dicho. Recuerdo a la primera persona que hizo que me preguntara respecto a esto. Era una pac iente fértil de alrededor de 40 años que me vino a ver después de 5 años de no quedar embarazada, y le hice la pregunta que siempre hago, “¿Quería tener bebés cuando se casó por primera vez?” Ella dijo, “Oh, sí”, mientras su cabeza estaba moviéndose de un lado hacia el otro. M e tomó alrededor de 2 años darme c uenta que ella había visto en la Biblia familiar que su madre y su padre se habían casado solamente tres meses antes de la fecha del nacimiento de esta niña. Su hermana le había mostrado la fecha, y ese era un ejemplo del fundamento para una respuesta ideomotora. Esto ocurrió varios años antes que comenzara a trab ajar con [Leslie] LeC ron en 1956. Vi lo rápido que po día a cceder a la informac ión inconsciente usando un péndulo de C hevreul** y también las señales de dedos. Debido a eso y el estímulo que me dio [estudiar] la audición bajo anestesia [mi interés en las señales ideomotoras creció]. Nunca había sido capaz de conseguir que alguien me hablara de una operación hasta que revisé la informac ión inconscientemente c on señales de dedo. Entonces, fueron capa ces de da r informac ión de la c ual podían hab lar. Creo que mi contribución principal fue ser capaz de ac cesar información muy ráp idamente, que no está disponible en otra forma...
M
En una forma no verbal...
D
Ni en un nivel muscular motor.
M
Presumo que no toda s las persona s están familiarizada s con las señales ideomotoras y sus técnicas ideomotoras. ¿Puede d ar una explicac ión sucinta de lo que está describiendo?
D
Registramos impresiones sensoriales en un nivel muy primitivo de la ac tividad c erebral en el tallo cerebral. Probablemente la primera y más primitiva forma de respuesta a un input es la fisiológica, v.g., hay c omida o no hay co mida, o hay peligro a llí afuera. Los animales muy primitivos se mueven muy lentamente, en forma química al principio –v.g., animales a nivel molecular. Después, cuando el movimiento está e volucionando , los animales tienen músculos lisos, los cua les se mueven muy lentamente. Después, el desarrollo mucho má s [evolucionado] vino junto con el desarrollo de la médula espinal y las vértebras, para acoger mejor la
** (N.T.)
El péndulo de C hevreul consiste en una prueba de sugestiona bilida d en el cua l se solicita a l sujeto que sostenga colgando un péndulo entre el pulgar y el índice. El péndulo tiene dibujadas dos líneas rectas que se intersectan, indicando los puntos cardinales, de modo que al Norte le corresponde una “S” (Sí) y al Oeste una “N” (No). Se entregan las siguientes sugestiones al sujeto: “A medida que se relaje, respirando profundamente, puede concentrarse en permitir que el péndulo tome un movimiento particular.” Esta sugerencia es inespecífica, y a medida que el péndulo comienza a moverse se entrega n sugestiones pa ra amplificar el movimiento: “Correc to... el péndulo está c omenzando a o ndular más y más hac ia el eje (S, N), desde la (derec ha o la izquierda ; o desde atrá s hac ia delante), y puede ondular sin que usted separa c ómo o por qué... el péndulo puede moverse en la medida que usted se concentre en él, y dejar que se mueva más y más...” Después se entregan sugestiones para detenerlo y cambiar la dirección en el otro eje. El grado de ondulación del péndulo indica el grado de sugestionabilidad del sujeto. Ya que el movimiento del péndulo es muy inconsciente, esta prueba es a menudo una sorpresa real para el sujeto y sirve p ara convencerlo de sus hab ilidades hipnótica s. (Yapko, 1990, p. 204-205) 149
necesidad de la acción rápida. Usted pone los músculos en acción, que es lo que estamos tocando cuando usamos respuestas ideomotoras. Estamos observando cómo se mueven los músculos, v.g., un dedo elevándose o un pequeño movimiento repetitivo de un péndulo que refleja los pensamientos. [Con un pensamiento] c omo “sí, sí, sí”, usted obtiene una p equeña o ndulación del péndulo. Cuando cambiamos el pensamiento a “no”, y ya que nuestro cerebro c onoc e la diferencia e ntre un “sí” y un “no”, usted obtiene un movimiento del cuerpo un poco distinto. Es mucho más simple cuando usted usa señales de dedo. Incluso en las personas no hipnotizadas obtenemos un movimiento que seleccionan para un “sí” –no nos hemos propuesto que muevan el músculo–, piensan “sí” y rápidamente después tienen un pequeño movimiento del c uerpo. Se parec e mucho a la forma en que movemos la c abeza –hacia a rriba y hacia abajo para decir “sí”, o hacia los lados para decir “no”. Una vez que hemos seleccionado esos movimientos inconscientes con un pensamiento consciente, podemos hacer preguntas que sean respondida s con un “sí” o un “no”, o “No deseo respond er.” Esas respuestas provienen de un nivel profundo. Así como ap rendemos mec anografía o a prendemos a c onduc ir un automóvil, relega mos esas respuestas a un nivel inconsciente. Si tuviéramos que pensar todo conscientemente, ¡nos volveríamos locos! Entonces, relegamos cosas. Y gracias a una revisión inconsciente repetitiva somos capaces de toparnos con información como el nacimiento y experiencias, experiencias de la anestesia general. Un valor particular radica en la forma que podemos extraer información subliminalmente de un testigo de un crimen. Es muy valioso, y he trabajado mucho en el examen de testigos. Si tienen el suficiente miedo, ellos solamente prestarán atenc ión a las pa rtes más groseras, como la pistola humeando y el cuerpo en el piso. Debido a la emoción, también rescatan una enorme variedad de otros detalles. Rescatan esas memorias y se las entregan a usted en una forma que pueden ser muy útiles en el campo legal. Creo que otras de mis contribuciones fue mi aprendizaje con pacientes quirúrgicos que habían sido traumatizados, que la mayoría del trauma no los había afectado en el quirófano, sino que cuando soñaban las noches posteriores a la cirugía. Fisiológicamente, pueden ocurrir cosas muy angustiantes que afecten la coa gulación, la respirac ión, la ac ción intestinal –debido a [que el pac iente] revive repetidamente el trauma de escuchar algo a menazante. A menudo no hubo intención que fuera a menazante –la conversación en el quirófano pudo haber sido casual, pero debido al modo en que piensa el inconsciente de una persona , [tienden] a a tribuir que todo lo que escuc han es pa ra ellos. Entonces, si un cirujano está diciendo algo respecto a otro paciente del día de ayer, el paciente puede sentir que tiene relación con él, [de este modo] podría ser muy dañino. M
Por medio de la sugestión tenemos la clase de influenc ia de la que está hablando usted, afec tando los sueños de los pacientes, incluso afectando la coagulación; estamos hablando de una interacción mente/cuerpo muy poderosa. ¿Puede describir qué ha encontrado en su investigación, lo que usted considera que es esta relación mente/cuerpo, y quizás hablar un poco también de cómo cree que usted será c onsiderado en el futuro?
D
La gente que trabaja en neurofisiología, algo que hemos conoc ido vagamente por muchos años, está comenzando ahora a etiquetar las neuroproteínas que son liberadas en el nivel celular en el cerebro, e incluso a través del cuerpo, y los rec eptores que responden a las proteínas que e stán llevando el mensaje. Creo que la endorfina es un ejemplo de eso: Candance Pert y su grupo en el Instituto Nacional de Salud Mental averiguaron lo que los receptores del dolor hacen con relación a nuestras propias endorfinas, las cuales son las precursoras de los efec tos derivados de la morfina. C omo obstetra, por ejemplo, he estado interesado durante años con lo que sucede emocionalmente y que mantiene la menstruación de una mujer. O si ella está muy deprimida o muy enrabiada, puede tener hemorragias y sangrados por largos períodos de tiempo. C uramos esto, pero es mucho más efectivo si también pe nsamos qué está hac iendo el
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cerebro para que la mujer tenga ese sangrado. Los tumores fibroides, y [algunas otras anormalidades] del útero están definitivamente relacionadas con los factores emocionales. He tenido pacientes que han involucionado sus tumores fibroide s al haber tenido una mejor co mprensión de si mismas. He aprendido hace muchos años atrás que otra condición en mi campo de la ginecología tiene raíces psicológicas –la endometriosis. Aparentemente, el hipotálamo y el sistema límbico están unidos como los demonios para hace r todo lo p osible que la p arte baja d e la p elvis quede embarazada, d e modo que el peritoneo es estimulado para formar células exteriores que realmente sólo son para la lubricación del abdomen, pa ra mantener los intestinos y los otros órganos unidos. Se metamorfosean en tejidos gland ulares que realmente pueden menstruar al mismo tiempo que la mujer menstrual. En otras palabras, están intentando fabricar tejido glandular que pueda rec ibir un óvulo fec undad o. M
Esto es asombroso. ¿Puede continuar?
D
Aparentemente, esto se relac iona invariablemente con una ac titud. Las personas que ca rac terísticamente tienen endometriosis son mujeres que tienen poca consideración por si mismas como mujeres, aunque al c rec er se dan c uenta que son muy atrac tivas, que son muy aprec iadas. Como mujeres, pueden haber comenzado su vida con el sentimiento que deberían haber sido varones. Es un fenómeno cultural muy común entre e l pueblo judío, c hino, japonés, etc. La fa milia quiere un varón como p rimogénito, y [aunque] está perfectamente dispuesta a aceptar a una niña, la niña que ha nacido tiene improntada una noción de rec hazo. Esto puede tener un impacto profundo e n la sexualida d y en otras áreas.
M
¿Q ué quiere dec ir cuando usa el término “improntado"? ¿No es inusual aplica r esa expresión al desarrollo humano?
D
Bien, los psic ólogos han sabido durante mucho tiempo, tanto como los zoólogos (v.g., [co nsidere] el trabajo de Konrad Lorenz en Alemania), que las impresiones que tiene un animal muy joven (él estuvo trabajando con gansos, una especie común en Europa) se improntarán. El bebé emitirá un pequeño gorjeo (denominan a esto un sonido de “goteo de agua”), la madre responde a esto y eso se establece –como dejar una fotografía lista para tomarla. Cuando entran al agua, los jóvenes sólo se acercan a la madre, pero [Lorenz] encontró que po dían equivoc arse –c oloc ando un trozo de mad era delante de ellos y reproduciendo una grabación de la respuesta de la madre, y los pequeños seguían el trozo de madera y no a su madre real. Denominó a esto “pregum”, lo que significa “cuño”. Fue un proceso de aprendizaje breve, que no se desvanec ió con el tiempo. Se desvanec e, pe ro entre los animales inferiores es como una impresión fija, justo lo suficiente pa ra que ellos co nozca n a su mad re, porque si siguen a la madre equivocada, se ahogan. Esto ocurre tanto en los mamíferos como en las aves. La improntación también parec e ocurrir en los humanos en c ualquier momento de la vida, y puede no desvanec erse, c omo un bebé que está siendo dado a luz por una madre que ha sido drogada por su doctor, porque ella tenía mucho dolor y estaba asustada . Este bebé está naciendo sin la voz de su madre. C omo sabemos ahora, ha e stado respondiendo a esa voz los últimos 3 meses antes de nacer. Esto fue mostrado por primera vez hace muchos años atrás, cerca de 40 años atrás, por Lester Sontang en Yellow Springs, Ohio, en el Intitulo Fels. (Aparentemente, el anciano de Fels-Naptha que fabricó la sopa Ivory tenía algún interés en lasinfluencias prenatales y financió muchas de estas investigaciones). Encontré q ue a l usar técnicas ideomotoras, pode mos trad ucir frases reales al pie d e la letra. No conoc en el lenguaje cuando están naciendo, pero usted está volviendo a tocar una cinta de audio que grabaron cuando usted les habló, digamos, 30 años atrás. Pueden pasar fisiológicamente por la misma experiencia, los sonidos que c aptaron en la sala de pa rtos –o no c aptaron– y tiene una idea de lo que ha estado dando forma a sus actitudes desde el nacimiento. Como los bebés vinculados con sus madres cuando tienen la oportunidad de escucharlas y son abrazadas y cuidadas por éstas en la sala de parto, también pueden
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tener un sentimiento de rechazo. Esto puede ser anulado por cualquier muestra de amor y afecto por parte de la madre posteriormente. Si puedo dec irlo de este modo, esta e s otra contribución que he hec ho. Ha sido hecha por otros sobre bases especulativas, aunque realmente podemos establecer lo que ha suced ido –hemos sido c apac es de c omprobar con la ma dre y los bebés la verac idad de que los bebés recuerdan. M
¿C ómo es eso? ¿ Cómo puede ser establecido? Lo qué usted está diciendo es realmente un co ncep to muy radical de la memoria. ¿Admitiría que la mayoría de los teóricos del desarrollo dirían que lo usted está diciendo es...
D
“Una locura.”
M
“...una locura...”, muy probab lemente?
D
Sí, porque usted no tiene la informac ión... Lo negamos hasta que tenga mos una opo rtunida d para ver las cosas. Yo negué durante 12 años que las personas podían escuchar estando con anestesia general. Después estuve motivado a o bservar, debido a que tuve una tremenda a nsiedad después de la c irugía en mi rodilla, cuando el cirujano [comentó que él] pensaba que yo tenía un sarcoma en lugar de una inflamación crónica. Intenté con desesperación ver si la gente escuchaba, debido a que mi ansiedad se alivió en el minuto que él me contó lo que había dicho en el quirófano. El había enviado muestras a tres patólogos distintos –uno era profesor de patología en la Universidad de Harvard, y yo no creía en ninguno de ellos. Estuve ansioso hasta que mi cirujano me dijo que él había hecho un comentario respecto a un sarcoma , debido a que le rec ordaba a un amigo mío, que había tenido un tumor maligno y había p erdido la pierna. En forma similar, yo sabía de Freud, Breuer y J ung –todo s ellos aba ndonaron la hipnosis, porque obtenían [resultados falsos]. Por ejemplo, Freud, no podía hipnotizar a nadie al grado que él pensaba que debían estar hipnotizad os, para que tuvieran amnesia. J ung estaba enc ontrando que todos ellos usaban hipnosis coercitiva pa ra extraer traumas que c ausaba n comportamientos neuróticos. Ellos (Freud, Breuer y J ung) estab an forzando a sus pa cientes a fabricar traumas que nunca habían oc urrido. Freud los enco ntró, J ung los enc ontró; J ung le contaba esto a uno de sus protegidos en una c arta de 1913: Aba ndonó la hipnosis y la teoría del trauma deb ido a q ue enc ontró que no po día ob tener evidencia q ue fuera segura.
M
Hay la idea que usted sólo está extrayendo memorias falsas. Si usted observa la literatura ac tual respecto a la memoria, la teoría de la construcción de la memoria es, por cierto, la más destacada. Si las personas pueden tomar informac ión y trozos de la experienc ia y la c ombinan pa ra crea r...
D
Sé de eso... y le d igo de nuevo, usted tiene que co nocer la evidenc ia. He intentad o ca mbiar la memoria de un paciente quirúrgico que fue traumatizado, por ejemplo... Lo he hecho durante años, con las memorias del parto que tienen las persona s [Puedo] hacerlos revivir su nacimiento como si su madre hubiera tenido un buen doctor que le hubiera explicado respecto al dolor y le hubiese enseñado a relajarse. ¿Qué habría dicho la madre [durante el parto?] Pueden fabricar lo que la madre hubiera dicho, pero, lo fabrican a partir de lo que la mad re hab ía dicho. Vea, ellos son cap ac es de sobreponerse. Si usted tiene a una persona que ha estado de acuerdo con esto, que le ha dado el reporte antes, y usted le pregunta, “¿Cómo se siente ahora con lo que le he dicho?”, y usted los hace prometer que mantendrán esa memoria en lugar de la otra. Después usted prueba esto un año después, y dice, “He perdido mis registros de esto... ¿Qué encontramos respecto a su nacimiento?” Ellos le darán el [recuento] del nac imiento donde la madre estaba gritando, y no podían escuc harla. Se sentían solos, rec hazado s, sin que nadie los cuidara, pero el efecto de la experiencia ha disminuido. Ya no están [sufriendo]... porque usted puede cambiar el afec to, pero no pued e c ambiar los detalles de una memoria improntada. He traba jado
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mucho con esto. Realmente desafío a las personas a probar esto por si mismos. Basado en esa impresión falsa, usted puede fabricar un trauma real, como un testigo de un crimen y que lo ha alterado. Yo digo, “¡Desde luego que puede hac er esto!” Hemos conoc ido durante siglos que las personas en una hipnosis teatral puede n alucinar a un perro que no está ahí rea lmente. He tenido pe rsonas alucinando un perro en un nivel verbal, y cuando les pregunto a través de señales de los dedos, “¿Puede ver a un perro ahí?”, dice n, “Desde luego ” y aun así sus dedos dicen “no”. Vea , en un nivel profundo hay mucha más integridad de observación. Lo que se ha fijado es una memoria con emoción. En el escenario del teatro no hay una emoc ión real. Pero, c uando ha sido fijad a por una experienc ia rea l, su impacto es un tipo de informac ión a un nivel más superficial, usted ve lo que quiero de cir, no... M
Si estuviera leyendo esta entrevista, la pregunta que me vendría de inmedia to a la mente es si estamos hablando respecto a la improntación en humanos en la misma forma como en los gansos de Lorenz. Aparentemente, usted está hablando respec to a una memoria fijad a en un nivel no verbal, inconsciente, y que existe antes del desarrollo de una estructura cognitiva en la cua l la memoria es virtualmente incorporada. ¿En qué fase del desarrollo dirían la mayoría de los teóricos del desarrollo que desarrollamos un sentido de la memoria? Algunos podrían decir antes de los 2, o los 3 años, otros probablemente a los 6 o los 7 años, una memoria continua y significativa para el individuo. Usted está desafiando esto.
D
¿C uál es la evidencia de ellos? ¿C ómo obtienen sus evidencias? ¿A través de estrategias verbales?
M
Presentan informac ión al niño, y algún tiempo después les hac en prueb as para ver cuánto rec uerda n en un nivel verbal. Pero este concepto de memoria no verbal y, por lo tanto, memoria inconsciente... ¿está convencido q ue incluso oc urre prenatalmente?
D
Oh, sí.
M
Para usted, entonces, ¿e l conc epto del trauma de nac imiento tiene sentido?
D
Sí. Debe ser algo c omo lo que especularon Freud, Otto Rank y otros. Pero ellos estaba n ba sando su información en lo que venía a la mente en los sueños de las personas. Los sueños son muy difíciles de evaluar, puesto que el sueño es generalmente una transferencia de un nivel profundo a un proceso de pensamiento. Esto fue lo que yo comenc é a mencionar. La siguiente c osa que me impresionó mucho fue lo que sucede, por ejemplo, con una experiencia quirúrgica traumática que no es tan mala en el quirófano, pero en réplicas repetidas en ciclos sucesivos de sueños, no ensoñaciones, sino que sueños profundos, los pacientes no están de ac uerdo con usted [respec to a la experiencia]. Cuando usted está obteniendo una respuesta ideomotora, por ejemplo, de un dedo que dice, “Estoy soñando”, como yo c omúnmente pienso respec to a los sueños –que p ueden ser de la c lase que son d istorsionados, pueden ser simbólicos, etc.– y darán una señal cuando estén pasando por la cosa que dijo el cirujano, entre las señales [ideomotoras] que indican que está soñando. Y usted dirá, “Bien, ese es un sueño, ¿cierto?” Y le indicarán con un dedo que no es un sueño. Y después usted dirá, “Bien, ¿qué es eso?”, y dirán, “Bien, siento que es real. Estoy reviviéndo lo –no e s un sueño.” Y a hí está la esencia de esto, que ellos están reac cionando fisiológicamente como si fuera real. El efecto de eso puede ser una fabricación. Encontré a una mujer que desarrolló preeclamsia, calambres severos, presión arterial elevada, proteínas en la orina (una de los peligros en obstetricia), esto nunca ocurrirá a causa de un sueño. Ocurrirá debido a un proceso de pensamiento sucesivo, amenazante, que construye el efecto hasta que la persona esté actuando el estrés. Como a todos los animales les ocurre bajo estrés, retendrán sales, elecrolitos, agua. Vea, somos animales básicamente marinos, y si estamos en peligro o muy enfermos, tenemos que retener todas esas cosas o moriremos, clínicamente hablando. He encontrado que los contenidos profundos son muy poderosos, y deb iéramos saber como tener ac ceso a esa informac ión. Usted no puede hac erlo solamente a través de la charla o preguntando, “¿Qué soñó la última noche?” No se lo contarán. La razón del porqué siento que
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esto es real, y que hay validez en esto, es debido a que he trabajado con mujeres que han desarrollado una toxemia muy severa y han descubierto la causa de eso; ellas han sentido –y esta no es mi opinión, sino sus sentimientos subjetivos– que sienten opresión en el cuerpo, que están reaccionando a esto, una vez que conoc en qué estaba n soñando, es dec ir, en el sentido q ue no era real. Por ejemplo, está el ejemplo de una mujer que estaba perfectamente bien en su embarazo hasta 4 semanas antes del término. Dio una fiesta y tres personas en la sala remarcaron lo delgad a que lucía, y una de ellas le dijo, “No pareces estar embarazada, Bárbara”. Ella se rió de todo esto, puesto que sabía que estaba embarazada [y que] todo ma rchaba bien. Pero esa noche, soñó que tenía un bebé q ue se pa rec ía a un saltamontes. Fue un sueño que la asustó mucho. La vi tres días después, y su presión arterial era de 170/110. Esa mujer, tan pronto como descubrió lo que era [molesto para ella], bajó la presión con su relajación y con las otras cosas que yo le estaba enseñando. Llevó su presión arterial a niveles normales, y continuó así hasta el término de su embarazo. No dejó de eliminar proteínas en la orina, pero el obstetra sabía que las personas pueden tener proteínas en la orina y no tener problemas de salud. Es solamente [un problema] cuando la presión arterial está alta. He tenido suficientes [casos] de ese tipo para sentirme muy confiado... M
Usted e stá obviamente c onvencido que no hay que tener ninguna e structura cognitiv a de memoria establecida pa ra o perar. Prenatalmente no la hay, y en el nac imiento no la hay...
D
¿Q uién lo está presumiendo? ¿Q uién está presumiendo eso?
M
¿Está diciendo que no es una presunción co nfiable?
D
No es una presunción confiable. Suponga que escucha una conferencia en chino, ahora, hoy –supongo que usted no sabe chino, pero está interesado en el tema de la conferencia. Entonces, usted decide que ha aprendido algo y estudia chino. Usted graba esa conferencia. Escucha la grabación 10 años después, cuando sabe chino, y la co mprende –¿no le hac e sentido?
M
No sé.
D
Eso es lo que hacen los bebés, creo. Quiero dec ir, esta es mi interpretac ión, debido a que no tiene sentido que ellos tengan lenguaje.
M
¿Ellos almac enarán esas impresiones sensoriales, y después serán capac es de organizarlas y comprenderlas?
D
Sí. ¿Está informado del artículo que escribí sobre los movimientos de la cabeza y los hombros durante el proceso de parto? Este es un ejemplo, y creo que es muy bueno. Si usted tiene a alguien reviviendo su nacimiento mientras comprende subjetivamente sus impresiones del parto, ocurre algo más. Es decir, están grabando y volviendo a accesar sus respuestas musculares que fueron improntadas como un estímulo sensorial. Un bebé se alinea sobre un lado o el otro de la madre, y es muy raro que esté absolutamente [centrado] de frente; generalmente es a un lado o al otro. La cabeza, el acceso de la cabeza es en un ángulo recto para el acceso de los hombros. A medida que el bebé baja por el canal de parto, el diámetro mayor está en la diago nal si la madre está rec ostada de e spaldas, de mod o que la c abeza ba ja en una u otra dirección, no en la vertical –45 grad os; después, para salir del canal, efectúa una rotac ión en el diámetro vertical, lo cual agranda el canal. ¿Ve lo que quiero decir? Desciende por una pendiente, gira, y después sale, hay tensión en los músculos, porque su cabeza ha girado, haciendo lo que denominamos restitución –regresar a su posición original. Es decir, si la espalda está encima aquí –bajará en esta forma y después pasará hacia ac á –, el obstetra observa eso y después lo gira algo más, de modo que los hombros salgan en el plano vertical. He hecho esto con centenares de personas y lo he hecho con bebés de los cuales he sabido cómo fue su parto. Tengo sus registros que dicté hace veinte, quizá quince años atrás, y no he mirad o mis registros hasta después que he he cho la entrevista, de modo que no ha sido posible que
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ellos me hubiesen influenciado. Bajo hipnosis me dieron la posición exacta de su cabeza y su espalda –en el momento de su parto–, cómo giró, y cuál brazo salió primero. Ese es un asunto de la memoria. Es perfectamente posible que hubieran escuchado a la abuela hablando del parto después, pero tengo mucha s frases al pie de la letra y evidencia que lo que estab an recordando era verdad ero. M
¿Esta informac ión no fue dada verbalmente, conscientemente? ¿Fue rec uperada bajo hipnosis, y no tuvieron acceso a esa informac ión a través de otros medios?
D
Ahora, sé que usted no creerá esto, pero uno fue [improntad o prenatalmente] a los cuatro meses y medio. ¡Esto realmente abrió mi mente! Un bebé que asistí en el parto, cuya madre era una mujer terriblemente neurótica, y tuve que trabajar con ella durante todo el embarazo –ella me llamaba prácticamente todos los días– incó moda con este bebé y preguntándo se si estaba todo bien. Y después la vi durante a ños. Se traslad ó a otra c iuda d, pero regresó una vez a San Franc isco c on su hija, 13 años después. Le pedí a la hija que viniera, debido a que entretanto averigüé que ella era una chica maravillosa, que había sido presidente en su clase de gramática, etc., y quería que la madre advirtiera el trabajo maravilloso que había hecho con esta hija. La madre estaba bajo hipnosis. La chica entró en hipnosis mientras yo estaba trabajando con la madre, de modo que me dirigí a ella y le pregunté, con sus dedos respondiendo “sí” o “no”, “¿Hay alguna e xperiencia pasada que sea responsable de que te hayas convertido en una c hica tan hermosa, tan grande?” Y yo tenía curiosidad de ver qué iba a suceder, y se elevó un dedo, temblorosamente, y dije, “Permite que venga un pensamiento a tu mente, respecto a qué estás indicando.” Y ella dijo, “Es cuando sé, supongo q ue soy una niña...” Y después miré a la madre, y pude ve r que estaba saliendo un poco de la hipnosis, y después dije, “Por favor, regresa a eso...” Yo pensaba que estaba en la sala de pa rto, porque la mad re estaba e nca ntada; yo había tomad o a la bebé po r los pies, y ella agarró mi pulgar, y la sostuve en mi mano, y dije, “Mire a su bebé, ¡tiene grandes reflejos!” Sentí que la chica había regresado a eso, pero no era ahí donde ella se había detenido, había regresado aun más todavía, lo indicó con una señal. Conjeturé que estaba en el momento cuando ella se dio cuenta que estab a bien ser una niña, y dije, “¿Dónde estás?” Y pude ver sus ojos bajo suspá rpa dos, moviéndose hac ia todos los lados. Miraba con dificultad, y dijo, “No sé, creo que estoy adentro...” Entonces le dije, “Bien, ¿c ómo lo sab es?” Ella dijo, “Ma má está sentada e n el sillón... y Papi entra a la sala y la ve tejiendo algo para una niña, y él dice, “¿Por qué estás tejiendo para una niña?” Y mamá dice, “Es una niña, sé que es una niña, ¡tiene que ser una niña!” En ese punto, la mad re c asi se c ae de la silla . Y dije, “Bien, parec e que eres capaz de ver... ¿Qué vestido llevaba tu madre?” Y describió un vestido de tartán que había tenido la madre -¡incluso me dijo los colores! No quiero impresionarlo demasiado...
M
¿C ómo es remotamente posible que ella supiera lo que vestía su madre?
D
¿C ree en esas cosas como la clarividenc ia, la telepa tía? Usted sabe que hay mucha evidenc ia de ambas.
M
Realmente no creo ni las niego . C reo que hay mucho que no sé o no comprendo.
D
Sólo estoy hablándole de mi investigación. No estoy diciéndole que crea en ella .
M
No creo en ella ni la niego. Sólo que lo encuentro asombroso. Cuando usted tiene suficientes casos como ese, alguien con su experiencia tiene que estar impresionado con...
D
Particularmente cuando usted ha tenido los prejuicios que yo tuve. Tuve la misma clase de entrenamiento que usted, y el mismo tipo de sistemas de creencias neurofisiológicas que me fueron improntadas en la escuela de medicina, (¡lo cua l ahora pa rec e) de hac e 150 años atrás! C ontra mis creencias, he tenido que aceptar esos pensamientos. Fue realmente duro al principio, porque estaba trabajando con LeCron, y le suplicab a, “Por favor Les, no hables ac erca de las experiencias del nacimiento –¡esos tipos sabrán que estamos ‘cucús’, por sólo pensarlo!” Cada vez que tenía a alguien con asma o a alguien con jaqueca, indagaba [esas memorias]. Esta es la forma típica en que se aproximaba a la gente, y creo que es una
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bella forma para obtener evidencia, tener a la persona indicando que hay una experiencia pasada y después hacer preguntas como, “¿Está relacionada esa experiencia del pasado con sus jaquecas, antes que tuviera 30 años de edad?” Bien, después de tener la información en un nivel ideomotor, ellos aun no sab ían po r qué estaban da ndo la señal. “¿Fue a ntesque tuviera 20 años?” “Sí.” “¿Fue antes que tuviera 10 años?” “Sí.” Cad a vez estaba n revisando la evidencia pa ra tener una respuesta muscular. Déjeme llevarlos hacia atrás, antes de la edad de un año y después preguntarles qué está ocurriendo y ellos le dirán respecto a su nacimiento. Cuando hacen esto en forma repetida, entonces usted encontrará que lo que estaba acoplado con la presión en la cabeza de ellos era el nivel de epinefrina de la madre. Como obstetra, una puede relac ionar con fac ilidad cómo pued e suceder esto. Los niveles de epinefrina de la madre pasan hac ia el bebé a través de la place nta, de modo q ue el bebé e stá agitad o si la madre tiene dolor o está asustada, o ambos estados (generalmente son los dos estados). La madre está muy estirada, deb ido a su dolor o su miedo, y el bebé está a pretado c ontra los músculos de la p elvis. El único dolor que tiene un bebé durante el pa rto, y he a sistido pa rtos de personas con brazos quebrados, huesos del c uello rotos, (sienten ruidos, pero no les duele), el único dolor de un bebé es un dolor de cabeza. Que puede ser acoplado con la epinefrina, de modo que cuando fabrican su propio estrés (preocupándose por algo) pueden desarrollar jaquecas. Tanto las jaquecas vasculares como la migraña pueden tener esta base. Usted puede ver a las personas parando sus jaquecas cuando descubren el origen y descubren que no necesitan que suceda, no necesitan tener memorias relámpago de esta experiencia. No necesitan tener culpa respec to a haber tenido a sus madres sintiendo el d olor del parto, en primer lugar porque eso viene aparejado con eso. De modo que la culpa puede causar jaquecas posteriormente. Es una respuesta condicionada, un mecanismo muy simple que conocemos. De modo que cuando usted obtiene esa clase de evidenc ia en forma repetida, no puede decir simplemente, “Bien, ellos vienen aquí con alguna clase de razón lógica y eso les permite curarse a si mismos.” Hemos intentado eso en e l nivel verbal durante a ños. M
De modo que una vez que las personas tienen ese insight , eso hac e la diferenc ia.
D
Sí.
M
¿Podemos cambiar de tema ahora?
D
Sí.
M
Usted ha estado en este ca mpo durante mucho tiempo y ha visto a todos los ac tores. ¿Po dría hab larnos de algunas de las persona s que má s lo han influenc iado , de a lgunas de las personas que usted c ree q ue han tenido mayor impacto en lo que está sucediendo en el mundo de la hipnosis en la actualidad? Esa es la parte A de la pregunta, y después la parte B: ¿Podría describir la evolución del campo, ya que usted ha sido tan ce ntral en él durante déc adas?
D
Bien, yo había leído algunos artículos de Milton antes que tuviera la oportunida d de reunirme con él, pero no puedo rec ordar mucho c uando di co n ellos. Supe d e él alrededo r del año 1950-51, y no puedo recorda r si alguien me habló de Erickson o qué, pero estudié sus artículos y me impresionó mucho. Después recibí una c ircular de Leslie LeC ron, que fue uno de los mayores pioneros en la enseñanza de la hipnosis, donde decía que habría una reunión y unos talleres en San Franc isco. Yo e staba viviend o en C hico, eso fue en 1954, en Febrero. No pude ir todos los tres días, porque estaba muy activo haciendo obstetricia en esa época y no podía abandonarla, pero fui al segundo y al tercer día y me impresioné mucho con las formas diferentes en las cuales ambos trabajaban con sujetos hipnóticos, la forma permisiva en la cual ellos hacían hipnosis. Todo lo q ue yo sabía antes era de cirle a las personas qué hac er y qué no hac er.
M
Usted dijo ambos. ¿Está refiriéndose a Eric kson y LeCron?
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Sí, estaba n traba jando juntos, y Aa ros Mo ss, que era dentista, también estaba allí. En ese encuentro él había estado en otra sala trabajando con todos los dentistas. Alrededor del 60% de los interesados en la hipnosis eran dentistas y alrededor del 35% eran médicos (en esa época). Había muy pocos psicólogos en ese entonc es, pero a hora es un montón en aumento, y estoy feliz por eso. Los escuché a ambos hablar de la cirugía, y dijeron, “Sean cuidadosos con lo que dicen en el quirófano,” y pensé que estaban equivocados, ya que trabajo con esto. Había administrado anestesia y estaba seguro que las personas no escuchaban después que se habían quedado dormidas. Pero, la permisividad fue la p rimera c osa que me impresionó mucho. Leí y escuché a Erickson y traba jé c on él en talleres. También trabaje con LeCron. Como sucedió de hecho, mucha de mi enseñanza fue con LeC ron. Ambos tenían sus carac terísticas, ambo s eran personas destac ables. Erickson era muy c omplicado e intuitivo. LeC ron también era intuitivo, pero sus acercamientos eran mucho más simples. El extrajo mucho de su conoc imiento a cerca de los fenómenos ideo motores observando a Erickson y escuc hando a Erickson aconsejarle a las personas que miraran al sujeto completo, en lugar de pensar “...¿qué le diré a continuac ión?” LeC ron se a poyó en la idea de la posible simplicidad para o btener informac ión, mientras que Erickson era muy complicado. Sentí que Erickson era un maestro de maestros. No era fácil para los estudiantes trabajar con Erickson para hac er algo, pero dec ían, “¡Mi Dios, qué c osas maravillosas está haciendo!” Mo strab a a la gente, po r ejemplo, que no po dían hac er algo que les decía que hicieran en la misma forma, que no po drían hacerlo. Les mostraba primero que podían obstruirse a si mismo para aclarar un problema ; pero después ellos encontraban alguna forma pa ra hacerlo –estaba enseñando todo el tiempo, mientras hac ía que las personas parecieran que estaban siendo manipuladas. Los psiquiatras que observaban el trabajo de Erickson a menudo estaban horrorizados, porque ellos estaban interesados en su forma manipuladora de trabajar con la gente. Pero creo que todo el tiempo que lo vi hacer esto, él estaba enseñándole a las personas que había cosas que podían ser difíciles. Incluso cuando parecía a veces que él estaba riéndose de ellos, estaban aprendiendo algo de él –si mantenían sus mentes abiertas. En contraste, LeC ron siempre estab a b uscando que el individuo d ec idiera po r si mismo. El pa ciente no e ra forzado en ninguna forma, no era manipulado, sino que simplemente responder “sí” o “no” a las preguntas, como una computad ora. Lo que más me impresionó fue que ap rendí c osas teóricas de Erickson. Diez años después de e scucha rlo diciendo algo, descubrir que “¡Mi Dios! él lo había dicho, y yo pensaba que yo lo había dicho.” Estaba siempre más adelante que todos. Y hasta el día de su muerte negó que era un psíquico, que era un clarividente.i Pero todos los que observaban su trabajo sabían que él estaba captando mucho más que acción muscular. Creo que estaba captando pensamientos. Creo que algunas personas estaban perdidas con el trabajo de Erickson. Estaban mas interesadas en las técnicas que él había desarrollado y no pensaban mucho en cómo él había desarrollad o esas téc nicas. Para c omprenderlo, ellos debieran haber ido un poc o más allá de su sistema de creencias, para alcanzar la parte intuitiva. LeCron era didáctico. Las técnicas que él desarrolló, pensé, combinaban bien cuando las juntaba con lo que aprendí de Erickson. Los dos eran grande s persona s, y era una pena q ue no se c ayeran bien.ii A Erickson le molestaba que alguien sacara un péndulo; sentía que era un truco, y es un truco –si usted lo toma y lo sostiene y lo deja colgando delante de los ojos de alguien. Pero, si está revelando una acción muscular que usted no puede observar de otro modo, es un movimiento ideomotor fino –entonces no es un truco. Es una herramienta, y debemos usar todas las herramientas que podamos.
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Usted mencionó a Erickson y a LeC ron. Diría que hay otros...
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Mencioné a Erickson y LeCron, pero deb iera haber agregad o los nombres de otras grandes personas: Emile Coue, Charles Bea udoin (que escribió sobre Coue), August Forel, que mostró que los animales hibernan para protegerse, como lo hacen las personas en el trance hipnótico, Berheim, por mostrar que las personas muy enfermas y el inconsciente se comportan como si estuvieran hipnotizadas, también Ferenc Volgyesi, que unió en una forma impresionante el comportamiento hipnótico con la sobrevivencia, demostrando con su esposa, Galena Solovay, que los sangrados pueden ser controlados a través de hipnosis en relajación, y su gran artículo sobre el “Síndrome pavloviano” que ocurre en los estados inanición.
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¿Puede describir alguna experiencia personal con Erickson en pa rticular, que le venga a la mente como interesante o inusual?
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Bien, creo que la mayoría de las cosas que han carac terizad o a Erickson ya han sido incluidas en la literatura. Su forma de contar historias, por ejemplo, parecían sin sentido. Si usted tiene la intuición para ver, eran bellas, eran c omo C risto co ntando a néc dotas que tenían sentido para la persona q ue veía, pero para otros solamente eran historias. Esa fue una de las grandes bellezas de lo que Erickson podía hacer. Denomínelas metáforas o en la forma que usted desee, pe ro siempre eran a propiada s pa ra la persona con la cual estaba trabajando en la situación clínica. A Erickson no le gustaba hacer terapia en las demostraciones.iii Tenía mucho respeto por la posibilidad de destapar un barril de gusanos en la persona. Creo que le preocupaba lo que las personas pensarían si algo salía y la persona tenía una abreacción, frente a 100 persona s, po r ejemplo. Usted se inc omoda ría con los psiquiatras y lo que ellos pensaran. Al enseñar hipnosis, usted no quiere asustarlos de ningún modo. Encontraba que las personas podían protegerse a si mismas muy bien. Siempre les dab a [formas pa ra hacerlo] en un nivel idemo tor. Si los músculos del paciente nos están d iciendo “No, no quiero responder”, por ejemplo, es que él no quiere e ntrar en eso.
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Esa es una de las cosas que siempre me ha impresiona do en sus escritos. Usted siempre les da a las personas esa forma segura para responder. Es un acercamiento seguro, que siento muy respetuoso.
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Encontré una co sa c uriosa. Si tiene a alguien, por ejemplo, a quien le está preguntando, “¿Estaría bien saber algo acerca de su nacimiento?” y la señal es “No quiero responder”, encuentro que esa primera respuesta es esencialmente una regresión de edad total. Es decir, en el nivel en el cual su cuerpo está comenzando a rea ccionar, él está a llí. Está en la escena, y le es muy difícil manejarla. A l principio yo estaba preguntándome q ué de cir después, cuando cambiara desde un “No quiero responder” a “Sí.” La d istancia hac e, a menudo, que las cosas pa rezca n menos traumáticas –para todos ha sido una co sa c rítica encontrar que es más fácil hablar cuando se está de regreso allí [en el pasado], que si usted está en la escena [ahora]. Yo diría, “¿Tomando el día de [hoy] como punto de partida, por ejemplo, estaría bien que supiera respecto a su nacimiento?” y tengo que el “No quiero responder” cambia a “Sí”. Yo me había percatado que si le permite al paciente ir un poco más adelante, estaría tomando distancia, así como también desensibilizando [la memoria]. Después continuar adelante en segundos, intervalos de 15, 20 segundos, que le pueden permitir estar de acuerdo e ir hacia atrás y observar su parto. Generalmente, es algo pesado, pero puede disociarse por si mismo del parto. Otra bella característica en el nivel de preguntas ideomotoras, es que no responde el “yo”, sino que mis dedos. El paciente no se siente involucrado o tonto po r haber hecho algo equivocado, ya que a hora es una esp ec ie de observado r. Una mujer que había tenido 18 meses sin período menstrual sintió que estaba embarazada. Tenía vómitos, tenía leche en los pechos, tenía todos los síntomas del embarazo, pero no estab a e mbarazada. M e pidieron que traba jara c on ella. Yo tenía un péndulo, porque yo pensaba que no tendría deseos de trabajar con hipnosis (le dije que la vería como una paciente clínica). Le mostré el péndulo y le dije, “La mente interna
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sabe mucho más respecto a lo que sucede en su cuerpo, y sé que usted quiere tener bebés. Descubrámoslo... y esta e s la forma en que puede hac erlo... tener al inconsciente... M
¿Sin una inducción formal?
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Sin inducción. Le pe dí que sostuviera el péndulo y le dije, “Por favor, piense sí, sí, sí”, y el péndulo se movió en la otra direc ción de “No, no quiero responder.” Le dije, “¿Sabe su mente inconsciente que usted puede tener bebés como cualquier otra mujer? Yo sé que usted y su esposo quieren tener bebés.” Ella dijo, “Sí, probablemente –no, quiero decir no.” Y le dije, “Bien, ¿estaría bien que usted supiera por qué se siente en esa forma?” Ella respondió, “No, no quiero responder.” Ella estab a asombrada . Después le d ije, “¿Y qué hay respecto a su esposo, estaría bien que él supiera?” Ese fue un golpe de suerte, porque dijo “Sí”. Después fuimos hac ia atrás –“¿fue a ntes que tuviera 20, 30 años,” etc. [Eventualmente], ella bajó la bola, y ya sab ía inconscientemente qué era. Su comentario fue, “Dios mío, ¿cómo he podido ser tan estúpida?” Yo sabía que lo había descubierto, pero dije, “¿Qué quiere dec ir?” Ella respondió, “Bien, cuando yo tenía tres meses de edad, mi padre falleció de neumonía y creo que yo temía que si tenía un bebé y ella era hija única, mi esposo moriría.” Le dije, “Bien, eso parece un cuento, de modo que preguntémosle al péndulo –¿esa es toda la historia?” Ella dijo, “Sí.” Le dije, “Bien, eso ocurrió hace 32 años, y tenemos antibióticos y toda clase de cosas ahora. Preguntémoselo al péndulo –“¿Se da cuenta ahora que usted es una mujer que puede menstruar y mostrar que es una mujer normal de nuevo?” Dijo, “Sí.” Para ese entonces ella estaba en tranc e. Le ped í que fuera hac ia delante. Esta es una buena forma p ara enco ntrar dónde está la resistencia en la persona. Si estuviera alucinando, qué estaríamos hablando respecto a lo anterior, si puede hac erlo –si puede alucinar algo constructivo, puede alcanzarlo como una meta. ¿Aprecia lo que quiero decir? Todos los buenos atletas hacen esto, se ven a si mismos [teniendo éxito]. Ella tuvo una fecha [para menstruar], que era dentro de 2 semanas a partir de mi entrevista con ella. La vi posteriormente, y había menstruado, no ese día, ¡sino a l día siguiente! Ahora, esos neurotransmisores y rec eptores...
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Destacable.
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C onté este ca so en un grupo de residentes y gente interesada –nosotros teníamos una especie de cónc lave de residentes antiguos de mi profesor, el Dr. Tolanda , en el J ohn Hopkins, cua ndo él tenía 80 años. Debe haber habido al menos 1000 personas en esa sala inmensa. G eorgina Seger-J ones estaba en la parte de atrás del auditorio. Ella también estaba en el J ohn Hopkins y era una autoridad mundial en la liberac ión de sustancias desde el hipotálamo que afectan los ovarios, los pec hos y el útero. Gritó desde su po sición, “¿Sabe David que toma dos semanas para la liberación de las sustancias que hacen menstruar a una mujer?” Ella hab ía estad o traba jando con personas que no habían tenido menstruac ión por largo tiempo, y enc ontró que tomab a ese lapso de tiempo. Yo no lo sabía en ese momento –ocurrió antes que yo leyera al respecto. Y la paciente, ¡no sé cómo lo supo! Usted se pregunta dónde está la conexión entre algunos de esos pensamientos y lo q ue sucede. Hay muchas áreas de investiga ción –a hora pueden marca r las moléculas mensajeras. Son capaces de saber no solamente dónde están en el cuerpo, sino dónde están loca lizad as, adónde van para “encender las clavijas” en las células. Hay diversos lugares esperando que los investiguemos. Por ejemplo, sabemos que si hacemos que una persona esté inconsciente del sistema nervioso c entra l para el do lor, no desarrollará la inflama ción que normalmente ocurre a soc iada al dolor cuando un tejido es dañado un poc o. Este es el trabajo que fue hec ho hac e muchos años por J ames Eisdale, en la India. El se percató que cuando una persona no siente dolor por medio de los pases mesméricos –esto ocurrió en 1845–, los otros tres signos ca rdinales de inflamación –e nrojec imiento, hinchazón y c alor loc al– desapa rec en. Esos signos reaparec en c uando el individuo siente el dolor nuevamente.
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