FILOSOFIA YOGA
ROSACRUCES y ALQUIMISTAS POR
FRANZ HARTMANN
TRADUCION DE SALVADOR VALERA BIBLIOTECA ORIENTALISTA EDITORIAL TEOSOFICA Barcelona 1926
INTRODUCCIÓN Las páginas siguientes iban a ser el fundamento de una obra titulada “Clave de los Símbolos Secretos de los Rosa-cruces”, pero habiendo abandonado por ahora el proyecto de publicar semejante obra, aumentamos estas páginas al presente libro como apéndice a las notas históricas que preceden. En ellas podrá verse que las doctrinas que presentan, contienen secretos profundísimos, sobre todo en lo que concierne a la “resurrección de la carne”. El cuerpo físico no es cosa inútil y sin interés y la Materia es tan necesaria al Espíritu como éste a aquélla. Sin la presencia de un cuerpo vivo no podría realizarse resurrección alguna; el Espíritu no tendría existencia relativa, sin la presencia de una forma material. El estado de Nirvana no se alcanza dedicándose a meditar exclusivamente sobre él, y antes de que se haya elevado el hombre sobre todas las cosas, debe haber alcanzado todo aquello a que ansía ser superior. Solamente del alma resucitada del cuerpo carnal es de donde se eleva el espíritu glorificado.
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Ex Deo nascimur. In Jesu morimur. Reviviscimus per Spiritum Sanctum.
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EN EL PRONAOS DEL TEMPLO DE LA VERDADERA ROSACRUZ
Nuestra salvación es la vida del Cristo en nosotros
El lugar o estado en que viven los Rosacruces es demasiado sublime para que podamos descubrirlo con palabras. Cuando penetramos en el vestíbulo del templo de la verdadera Cruz-Rosa, entramos en la región de la felicidad infinita. En él existe una irradiación de luz supra terrena en que cesan todos los laboriosos esfuerzos del pensamiento y el ejercicio de la imaginación, para deducir consecuencias lógicas sobre lo desconocido, pues esta luz es la sede del conocimiento puro. Vivir en ella es percibir, y percibir es saber. Nada impuro puede penetrar en este paraíso de celeste consciencia, en que no hay lugar para la carne y la sangre terrenales, puesto que los seres espirituales que habitan en este reino están hechos con la carne y cuerpo del “Cristo”, es decir, con la substancia del alma espiritual. H.P. Blavatsky, dice en la Clave de la Teosofía, que hay seres que han llegado a un estado tan elevado de conciencia espiritual que tienen derecho al Nirvana, pero que, por compasión a la humanidad, permanecen en la tierra, invisibles a los ojos mortales y viviendo en el plano astral del planeta. Con esto nos da la definición de la verdadera Orden de la “Cruz Rosa y dorada”, constituida en Fraternidad espiritual, y si, por alguna razón, encarnara en un cuerpo humano uno de los seres superiores, sería un verdadero Rosacruz en forma carnal. La “historia” de esta “Fraternidad” es la historia de la evolución del mundo y la de la regeneración espiritual del alma y del cuerpo humano; pues, aunque cada uno de sus individuos tenga su historia y experiencias terrenas particulares, sin embargo, las vidas de todos ellos coinciden en los puntos esenciales del dominio de la naturaleza inferior y la eflorescencia de la superior. Todos han llevado la cruz del sufrimiento; todos han tenido que crucificar a su voluntad 3
egoísta y personal, y morir para todo lo que atrae al alma hacia los deseos e ilusiones terrenas, antes de alcanzar la corona de la victoria y de desplegar, como rosas acariciadas por el sol matinal, las facultades espirituales de su alma.
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REGLAS DE LOS ROSACRUCES
1. Amad a Dios sobre todas las cosas. “Amar a Dios” quiere decir amar a la sabiduría y a la verdad. Nosotros no podemos amar a Dios, más que obedeciendo a su ley. Para ejecutar conscientemente esta obediencia, debemos conocer la ley, cuyo conocimiento sólo se adquiere por medio de la práctica. 2. Dedicad vuestra vida entera al progreso espiritual. Así como el sol envía, desde lejos, sus rayos a la tierra para iluminar tanto a los puros como a los impuros e inundar de luz hasta los más míseros objetos, el espíritu del hombre puede enviar su rayo mental a la materia para adquirir el conocimiento de todas las cosas terrestres, sin necesidad de que pierda su conciencia divina o sea absorbido por el objeto de su percepción.
3. Sed completamente desinteresados. El conocimiento espiritual comienza en donde cesan todo sentimiento egoísta, y la ilusión de creerse separado de los demás hombres. En este momento es cuando comienza el hombre a comprender su verdadera naturaleza, es decir, su poder divino, universal y autoconsciente que todo lo abarca.
4. Sed pacientes, modestos, enérgicos y silenciosos. La puerta del templo interior se llama “contentamiento”; pero por ella no puede entrar otro animal que el que camina erguido, consciente de su dignidad de ser humano. Sin energía no se realiza nada. Las armonías divinas penetran 5
en el oído interno cuando todos los pensamientos y deseos se hallan en reposo, es decir, en completo silencio.
5. Aprended a conocer el origen de los metales contenidos en vosotros. La causa del sufrimiento es la ignorancia. Para que resucite lo espiritual debe crucificarse a lo material.
6. Guardaos de los impostores y de los charlatanes. El que pretende poseer conocimientos no sabe nada, sólo es sabio aquel por cuya boca habla la Palabra de Sabiduría.
7. Vivid en adoración constante del supremo bien. Los gusanos buscan sus delicias en la abominación y el fango; pero las águilas libres, despliegan sus alas y se elevan hacia el sol.
8. Aprended la teoría antes de dicaros a la práctica. Quien viaja conducido por un guía experimentado, va más seguro que el que se niega a beneficiarse de las experiencias ajenas.
9. Sed caritativos con todos los seres. Todos los seres son uno en espíritu, y no están separados entre sí más que por la ilusión de la forma. El que es caritativo con otra forma en que se manifiesta la Vida Una universal, libra a su propio yo del sufrimiento.
10. Estudiad los antiguos libros de sabiduría. Los libros son para el espíritu no maduro, como la leche para el niño. Antes de que hayamos adquirido las fuerzas necesarias para descender a la fuente de aguas vivas de nuestro propio ser y beber el agua de la verdad, es preciso que recibamos el alimento de manos ajenas. 6
11. Esforzaos en comprender su oculto significado. Lo exterior es visible a los ojos externos; pero lo espiritual sólo se puede ver con los ojos del espíritu. He aquí las once reglas que deben seguir quienes aspiren a entrar en el templo de la Rosa- Cruz; pero los Rosa-cruces poseen la regla doce, Arcanum, en el que residen grandes poderes, del que no es lícito hablar aquí. Este Arcano se comunica a los que lo merecen. Con su ayuda pueden los hombres encontrar la luz en las tinieblas y una mano que les guíe con seguridad por el laberinto. Este Arcano no puede traducirse a ningún idioma mortal y, por lo tanto, sólo se puede transmitir de corazón a corazón. No existe tortura, por cruel que sea, que obligue al Rosacruz a revelarlo; porque, aunque deseara hacerlo, no le comprenderían los que son indignos de recibirlo.
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DEBERES DEL ROSACRUZ
Los que están muertos en la fosa de la carne, leerán lo que sigue con el entendimiento externo; pero los que viven en el espíritu comprenderán su significación íntima y obrarán en consecuencia. Los deberes del verdadero Rosacruz, son los siguientes: 1. Aliviar los sufrimientos y curar las enfermedades sin aceptar remuneración alguna. La medicina que ellos dan vale más que el oro. Además, es invisible y no se compra con dinero.
2. Vestirse conforme a los usos del país en que temporalmente habita. La vestidura del espíritu es la forma en que habita y debe adaptarse a las condiciones del planeta en que reside.
3. Reunirse una vez; al año en un lugar determinado. Los que dejen de encontrarse en él cuando haya terminado su carrera terrestre, verán borrados sus nombres del libro de la vida.
4. Todo miembro deberá buscar una persona adecuada cara que sea su sucesor. Todo hombre es el creador del ser cuya personalidad adopta en el siguiente escalón de la escala evolutiva.
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5. Las letras R. C. son el emblema de la Orden. Los que hayan entrado verdaderamente en la Orden llevarán las señales en el cuerpo, que reconocerá fácilmente quien sea capaz de ello.
6. La existencia de la Fraternidad debe mantenerse en secreto, durante cien años, contados a partir de la época de su primera fundación. Los cien años no habrán transcurrido hasta que el hombre se haya despertado a la conciencia de su divina naturaleza.
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SIGNOS SECRETOS DE LOS ROSACRUZ
Hay diez y seis signos, por medio de los cuales se puede reconocer a los miembros de la Orden de los Rosacruces. El que posee tan sólo unos cuantos no es miembro de un grado superior, pues el verdadero Rosacruz los posee todos. 1. El Rosacruz es Paciente. Su primera y más importante victoria es la conquista de tu propio yo. Es la victoria sobre el LEÓN que ha causado grandes destrozos en algunos de los más celosos prosélitos de la Cruz-Rosa, al que no se le puede derribar, sino atacándole furiosa e irreflexivamente; pero para convencerle de que se rinda, son necesarias la paciencia y grandeza de alma. El verdadero Rosacruz trata de vencer a sus enemigos con la bondad y a los que le odian por medio de dones. No descarga sobre sus cabezas los rayos de las injurias, sino los ardientes fuegos del amor. No persigue a sus enemigos con la espada y la excomunión, sino que deja que crezca la cizaña con el trigo hasta que los separe la Naturaleza al llegar su madurez.
2. El Rosacruz es bueno. Jamás se le ve sombrío o melancólico, ni aparece en su rostro un gesto ceñudo o despectivo. Es cortés y amable con todos y está siempre dispuesto a servir al prójimo. Aunque difiere de los demás hombres, se esfuerza por acomodarse a sus costumbres y a su manera de ver las cosas, en cuanto su dignidad se lo permite. Por consiguiente, es un agradable compañero y sabe adaptar su conversación, tanto al rico como al pobre, desenvolviéndose en todas las clases sociales de modo tal, que todos le respetan, pues ha domado a la hidra de la vulgaridad.
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3. El Rosacruz no es nada envidioso. Antes de que le reciban en la Orden debe pasar la terrible prueba de decapitar a la serpiente de la envidia, trabajo dificilísimo, pues la serpiente es astuta y se esconde en todos los rincones. El verdadero Rosacruz está siempre satisfecho de su destino, porque es el que se merece. No envidia la suerte de los demás, sino que desea que todos sean dichosos. Sabe que obtendrá lo que se merezca y no le duele que otro obtenga más que él. No espera favor alguno y, sin embargo, distribuye los suyos liberal e imparcialmente.
4. El Rosacruz no es orgulloso. Él sabe que el hombre no es más que un instrumento en manos de Dios, incapaz de realizar algo por su propia voluntad, ya que ésta es la voluntad de Dios pervertida por el hombre. El Rosacruz alaba a Dios y vitupera a todo lo que es mortal. No se apresura para hacer trabajos, sino que espera la orden del Maestro que está por encima de él y en él. Medita cuidadosamente antes de hablar y no emplea palabras impías.
5. El Rosacruz no es vanidoso. Y, al no serlo, demuestra que tiene en si algo verdadero y que no se parece a un odre lleno de aire. Es insensible a las alabanzas y a los vituperios, y no se siente molesto si le contradicen o le desprecian. Vive en sí mismo, gozando las bellezas de su mundo interior, sin ansiar dar muestras de los enormes poderes espirituales que posee. Cuanto mayor son éstos, mayor es su modestia y su deseo de obedecer a la ley.
6. El Rosacruz no lleva vida desarreglada. El Rosacruz se esfuerza continuamente en cumplir su deber y obrar de acuerdo con las leyes establecidas. No se preocupa de exterioridades ni ceremonias. Como la ley está escrita en su corazón, todos sus pensamientos y actos están regidos por ella. No estriba su honradez en las apariencias externas, sino en su verdadero yo, que es como la raíz de que nacen todos sus actos. La íntima 11
belleza de su alma se refleja en su cuerpo externo, imprimiendo un sello hermoso a sus acciones. La luz que ilumina su corazón asoma por sus ojos, porque es el reflejo de la imagen del Dios interno.
7. El Rosacruz no es ambicioso. Nada es más fatal y opuesto al desarrollo espiritual y a la expansión del alma que una naturaleza mezquina y un carácter egoísta. El verdadero Rosacruz se preocupa más del bien ajeno que del propio, porque no tiene intereses personales que defender, busca él la ocasión de hacer bien y no pierde ninguna oportunidad de hacerlo.
8. El Rosacruz no es de carácter irritable. No cabe duda de que el que trabaje por el bien de la masa será aborrecido por aquellos a quienes no reporte beneficio alguno su trabajo, pues el egoísmo se opone a la magnanimidad, y las necesidades de las minorías no son siempre compatibles con los intereses de la comunidad. Las personas de carácter mezquino y rastrero se opondrán con frecuencia a los Rosacruces, que serán calumniados e incomprendidos. Los ignorantes no les comprenderán; los que se llaman sabios a sí mismos les ridiculizarán, y los necios se mofarán de ellos. Sin embargo, nada de esto puede irritar al verdadero Rosacruz, o amortiguar la divina armonía de su alma, pues su fe tiene por base la percepción íntima de la verdad. La oposición de la masa ignorante, no le disuadirá de hacer lo que él considere noble y bueno, que llevará a cabo aun cuando le ocasione la ruina o la muerte. Acostumbrado a dirigir hacia lo divino su mirada espiritual, no se deja engañar por la ilusión de la materia. No oye el rumor de los animales, porque lo acallan los cánticos de las influencias angélicas. El Rosacruz vive en compañía de esos nobles seres que antes eran hombres como los demás y que, ahora, se han transfigurado y están por encima de todo lo bajo y vulgar.
9. El Rosacruz no piensa mal de nadie. Quienes piensan mal de alguien, sólo ven su propia maldad reflejada en los demás. El Rosacruz reconoce pronto lo bueno de todas las cosas. La tolerancia es una virtud que distingue al Rosacruz de los demás hombres, y por la que le 12
reconocen. Si algo le parece dudoso y ambiguo, él suspende su juicio hasta que pueda comprender su naturaleza; pero, en tanto que no se pueda formar un juicio exacto, se inclina más a opinar bien que mal.
10. El Rosacruz ama la justicia. Sin embargo, nunca se erige en juez de las faltas ajenas, ni trata de parecer sabio al censurar las de los demás. No le gusta la crítica chismosa, y no se ocupa tan poco de las necedades humanas como del zumbido de las moscas o las cabriolas de un mono. No le gustan las discusiones políticas, las querellas personales o las recriminaciones mutuas. Ignora la astucia del zorro, las lágrimas del cocodrilo, la rapacidad del lobo y no remueve las aguas fangosas. La nobleza de su carácter le sitúa por encinta de todas las mezquindades y absurdos humanos y, como se mantiene por encinta del plano emocional en que encuentran su felicidad los mortales ordinarios, vive entre los que no piensan mal y son justos con sus semejantes, sin complacerse al ver los ignorantes y desgraciados. EI Rosacruz se asocia con los amantes de la verdad, de la paz y de la armonía.
11. El Rosacruz ama la verdad. Nada es más perverso que la mentira y la calumnia. La ignorancia es perdonable; pero no la mentira, porque es la substancia del mal. El calumniador exagera en cuanto encuentra algo en que basar sus mentiras, hasta formar verdaderas montañas de falsías. La Verdad es opuesta a la mentira, porque es el rayo de luz de la fuente eterna del Bien que transforma al hombre en ser divino. Por esto el Rosacruz no busca otra luz que la de la verdad, de la que goza en compañía de todos los buenos de esta tierra y del mundo espiritual, y, sobre todo, con los que son inocentes y son perseguidos, confiando en que la verdad les salve.
12. El Rosacruz sabe callar. Los falsos no aman la verdad; los necios, aborrecen la sabiduría. El verdadero Rosacruz prefiere la compañía de los que aman la verdad a la de los que la pisotean, y sabe guardar lo que sabe en lo más recóndito de su corazón, pues el 13
poder está en el silencio. A semejanza de un Ministro de Estado que no da a conocer los tratados secretos, el Rosacruz no publica las revelaciones que le ha hecho su rey interior, rey que es más noble, prudente y sabio que todos los monarcas de la tierra, pues éstos no gobiernan más que con el poder y la autoridad que han recibido de Él. Sólo habla cuando él Rey se lo ordena, pues entonces no es él quien habla, sino la verdad.
13. El Rosacruz cree lo que sabe. Cree en la inmutabilidad de la ley eterna y en que todo efecto tiene una causa. Sabe que la verdad no puede mentir y que se realizarán las promesas que le ha hecho el rey, si él no pone impedimento alguno. Por consiguiente, es inaccesible al temor y a la duda, y confía enteramente en el divino principio de la verdad que ha tomado vida y conciencia en su corazón.
14. La esperanza del Rosacruz es firme. La esperanza espiritual es la convicción cierta, basada en el conocimiento de la ley, de que se han de realizar las verdades reconocidas por la fe. Es la ciencia del corazón, distinta en todo de las especulaciones intelectuales y los raciocinios del cerebro. Su fe tiene por base la roca inquebrantable de la percepción directa. Sabe que en todas las cosas existe un germen de bien, aunque al parecer sean malas, y espera que en el transcurso de la evolución se desarrollará este germen, transformando así el mal en bien.
15. Al Rosacruz no le vencen los sufrimientos. El Rosacruz sabe que no hay luz sin sombra, ni mal sin bien y que la fuerza crece con la resistencia. Los cambios externos no influyen en él, porque sabe que el principio divino existe en todo. Su objeto principal es conservar sus posesiones espirituales y no perder la corona que ha ganado en la batalla de la vida.
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16. El Rosacruz será siempre miembro de su Sociedad. Los nombres no tienen importancia alguna. El principio por que se rige la Sociedad de la Rosa-Cruz es la Verdad y quien conoce la verdad y la práctica es miembro de La sociedad en que preside la Verdad. Si todos los nombres se cambiasen y se transformaran todos los idiomas, la verdad no cambiaría. Quien vive en la verdad, seguiría viviendo en ella, aunque desapareciesen todas las naciones. Estos son los diez y seis signos de los verdaderos Rosacruces. Han sido revelados a un peregrino por un ángel que le arrancó el corazón, poniendo en su lugar un carbón encendido, que continúa ardiendo con el amor de la Fraternidad universal de la Humanidad.
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PIEDRAS PRECIOSAS DE LOS ROSACRUCES
La más preciosa gema de los Rosacruces es la Sabiduría, representada por un diamante puro colocado en el centro de la Rosa; pero la Cruz está adornada con doce piedras de valor inestimable, en cada una de las cuales se manifiesta uno de los poderes de la verdad. Estas piedras preciosas son las siguientes:
1. Jaspe (color verde obscuro). El poder de la luz activa que se multiplica hasta el séptimo grado y evoluciona siete estados de la luz una, por medio de la cual se destruyen los siete estados de las tinieblas.
2.
Jacinto (color amarillo).
El amor nacido de la matriz de la Luz, que se manifiesta a medida que crece y emite rayos rojos. Su poder subyuga al espíritu de la cólera y de la violencia.
3.
Crisolito (color blanco).
La magna sabiduría. Confunde a lo necio y vano, lo somete y sale victorioso de la lucha.
4.
Zafiro (color azul).
La Verdad, que nace y crece en su propia esencia y triunfa de la duda y la vacilación.
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5.
Esmeralda (verde).
La primavera florecida en su eterna justicia que destruye los injustos atributos de una naturaleza degenerada y perversa al abrir los manaderos de los tesoros infinitos.
6.
Topacio (color amarillo dorado).
Símbolo de la paz dulce y amable. No permite que exista ninguna impureza ni ninguna división; ni consiente tampoco lo que causa la separación y las querellas. Arregla las desavenencias y sana las heridas.
7.
Amatista (color violeta).
Imparcialidad, equilibrio en la justicia y en el juicio. No puede falsificarse o desviarse. Pesa todas las cosas en las balanzas de la justicia y se opone al fraude, la crueldad y la felonía.
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Berilo (diversos colores).
Modestia, humildad, equilibrio del espíritu, triunfa de la cólera, la obstinación y la amargura.
9.
Sardónice (color rojo claro).
La Fe sublime y magnifica que se transforma en poder para acabar el miedo, el escepticismo y la superstición
10. Crisoprasa (color verde claro). Poder y fuerza invisibles que triunfan de toda oposición, y no dejan que subsista nada que pudiera resistir a la ley.
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11. Sardónice (estriada). Júbilo y alegría triunfantes, que manan de la fuente eterna de la felicidad, destruyendo todos los dolores y tristezas (¡Que ella te bendiga!) 12. Calcedonia (estriada). La corona de la Victoria, del poder y de la gloria. La piedra de toque de los mayores milagros, que transforma todas las cosas para gloria de Dios.
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SÍMBOLOS DE LOS ROSACRUCES Signos del Corazón de la Madre Celeste
PROGENESIS. —Una nave en el mar, con un ancla flotante y una estrella en el cénit. Inscripción: Hac monstrante viam. Emblema 1. Un libro abierto, en cuyas páginas se ve el nombre de MARÍA y un corazón traspasado por una espada: Inscripción: Omnibus in Omnibus.
2. Un monstruo de siete cabezas, amenazado por una maza. Inscripción: In virtute tua.
3. Una puerta cerrada y sellada que trata de abrir un ángel. Inscripción: Sigmatur ne perdatur.
4. Un paisaje que presenta una isla. El sol sale y brillan las estrellas. Inscripción: Aurora ab lacrymis.
5. Un naranjo cargado de frutos, cuyo interior es dulce y cuya corteza es amarga. Inscripción: Dulce amarum.
6. Un altar en llamas, en que arde un corazón que exhala un perfume delicioso. Inscripción: In odorem suavitatis.
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7. Una azucena blanca en un búcaro, colocado en un jardín. Inscripción: Virgenei laus prima pudoris.
8. Un ángel separando el trigo de la paja con un harnero. Inscripción: Dimitit inanes.
9. Un anillo can una piedra preciosa expuesto en una mesa. Inscripción: Honori invincem.
10. Un globo iluminado por la luna llena. Inscripción: Plena sibi et alus.
11. La Escala de Jacob, con siete escalones, yendo de la tierra al cielo. Inscripción: Descendendo ascendendo.
12. Un cuadrante solar en el muro de una torre. Inscripción: Altissimus obnumbrat.
13. Los signos del Zodiaco, con el sol que cruza la constelación de la Virgen. Inscripción: Jam mitius ardet.
14. Una gallina empollando huevos en una cuadra. Inscripción: Parit in alieno.
15. Dos palmeras inclinadas la una hacia la otra. Inscripción: Blanda se pace salutant.
16. Una rama de viña, separada de la cepa y goteando. Inscripción: Ut gaudeas mero. 20
17. Una planta de mirra. Inscripción: Amara sed salubris.
18. Un caballete de pintor con tela en blanco. Inscripción: Qua forma pIacebít.
19. Un corazón traspasado por una espada. Inscripción: Usque ad divisionem animae.
20. Dos palomas picoteándose. Inscripción: Amat et castigat.
21. Una flor de pasionaria. Inscripción: Delectat et crucial.
22. Lobos y corderos, águilas y murciélagos calentándose juntos al sol. Inscripción: Non poscentibus offert.
23. Un ave posada entre espinas y cardos. Inscripción: His ego sustentor.
24. Una hiedra rodeando un árbol muerto. Inscripción: Nec mors separavit.
25. Dos corazones oprimidos por una prensa. Inscripción: Cogid in unum.
26. Un cocodrilo llorando y comiéndose a un hombre. Inscripción: Plorat et devorat.
27. Un lobo devorando a un cordero. Inscripción: Non est qui redimat.
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28. Tulipanes inclinados hacia el sol naciente. Inscripción: Languexit in umbra.
29. Dos instrumentos de cuerda. Una mano pulsando uno de los dos. Inscripción: Unam te tigis se sat est.
30. Un lirio blanco, pasando entre espinas. Inscripción: Transfixium suavius. 31. El profeta Jonás en un mar tempestuoso. Inscripción: Merger ne mergantur.
32. El sol poniente y la estrella vespertina. Inscripción: Sequitur deserta codentem.
33. Una cruz a la que está enrollada una serpiente. Inscripción: Pharmacum non venenum.
34. Un águila volando hacia el sol. Inscripción: Ad te levavi oculos.
35. Una ardilla posada en un tronco de árbol que flota en el agua. Inscripción: Ne merger.
36. Un faro iluminando el océano. Inscripción: Errantibus una micat.
37. Una roca en un mar borrascoso. Inscripción: Non conmovebitur.
38. Un diamante en una mesa. Inscripción: In púritate pretium.
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39. Injerto de un árbol. Inscripción: Accipit in sua.
40. Un hombre colgado de un árbol. Inscripción: Non est hoc tutior umbra.
41. Un rebaño de corderos con usa T marcada sobre la cabeza. Inscripción: Non habet redargutionem.
42. Un candelabro de siete luces. Inscripción: Non extinguetur.
43. Un eclipse solar. Inscripción: Morientis sideris umbra.
44. Sol poniente y un arco iris derramando lágrimas. Inscripción: Desinit in lacrymas.
45. Un ciprés azotado por vientos procedentes de los cuatro puntos cardinales. Inscripción: Concussio firmat.
46. Dos corazones rodeados de espinas, con clavos y un puñal. Inscripción: Vulneratum vulnerat.
47. Un corazón traspasado por una espada e instrumentos de tortura. Inscripción: Supereminet omnes.
48. Una colmena y abejas revoloteando alrededor de las llores. Inscripción: Currit in odorem.
49. Un horno con retortas, de las que destilan gotas. Inscripción: Calor elicit imbres. 23
50. Un hombre sembrando trigo en los surcos. Inscripción: Ut surgat in ortum.
51. Un paño tendido en tierra y salpicado con agua. Inscripción: A lacrymis candor.
52. Olas en el océano y un pájaro volando entre los surcos de las olas. Inscripción: Mersa non mergitur.
53. La paloma de Noé llevando una rama de olivo. Inscripción: Emergere nuntiat orbem.
54. Un águila que vuela, llevando un cordero en las garras. Inscripción: Tulit prodeam tartari.
55. Lluvia cayendo en las llores, Inscripción: Dulce refrigerium.
56. Una plomada y un nivel. Inscripción; Recta a recto.
57. Un hierro al rojo en un yunque. Inscripción: Dum calet.
58. Un pájaro posado en una caverna. Inscripción: Gemit dilectum suum,
59. Un elefante bebiendo el jugo de un racimo de uvas. Inscripción: Acuitar in proelium.
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60. Pájaro saliendo del nido. Inscripción: At sidera sursum.
61. Sol saliente iluminando un Corazón de diamante. Inscripción: Intima lustrat.
62. Un pájaro volando y retenido por un hilo. Inscripción: Cupió dissolvi.
63. Dos aves del paraíso elevándose. Inscripción: lnnixa ascendit.
64. Una triple corona de plata, hierro y oro. Inscripción: Curso completo.
65. Estatua de Dragón derribada y rota; un cadáver. Inscripción: Cui honorem honorem.
66. El mar Rojo abriéndose para que pasen los israelitas. Inscripción: Illue iter quo ostendum.
67. Laberinto con un rostro de hombre. Una mano desciende del cielo teniendo un hilo que va a caer junto al hombre. Inscripción: Hac duce tuta via est.
68. Un campamento. Entre las tiendas una bandera, en la que está dibujada la imagen de un hombre, Inscripción: Poesidium et decus.
69. Un reloj cuyas agujas señalan las dos. Inscripción: Ultima secunda.
70. Un navío llevando un fanal. Los peces y los pájaros son atraídos por la llama. Inscripción: Veniunt ad lucem. 25
Epílogos: El arca de Noe en aguas sosegadas. Inscripción: Non mergitur, sed extollitur.
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SIMBOLOS RELATIVOS AL NIÑO DIVINO
PROGENESIS. —Una gallina ocultando a sus polluelos bajo sus alas y un gavilán en los aires. Inscripción: Sub umbra alarum tuarum. Emblema 1. Una persona arrodillada con un libro abierto en la mano, en el que se ve representado un corazón ardiendo. Inscripción: Tolle lege.
2. Un altar en el que un rayo de sol prende fuego. Inscripción: Extintos suscitat ignes.
3. Un rayo de sol atravesando una lupa e incendiando una nave. Inscripcíon: Ignis ab Primo.
4. El sol iluminando una piel del cordero extendida en tierra. Inscripción: Descendit de coelis.
5. Una crisálida en una hoja. Inscripción: Ecce venio.
6. EL sol levantándose sobre el mar. Inscripción: Renovabit faciem terrae.
7. El sol de la mañana eclipsado por la luna. Inscripción: Condor ut exorior.
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8. Un polluelo y una águila cerniéndose sobre él. Aquél está protegido contra ésta por un escudo. Inscripción: A facie persequentis.
9. Una rosa en el centro de un jardín. Inscripción: Hcec mihi sola placet.
10. Un cordero ardiendo sobre un altar. Inscripción: Deus non despiciet.
11. Un perro cazando. Inscripción: Fuga salutem.
12. Un cordero muriendo al pie de una cruz. Inscripción: Obediens usque ad mortem.
13. El Arca de la Alianza. Relámpagos. Inscripción: Procul este profani.
14. El sol entre nubes. Inscripción: Fulgura in pluvium fuit.
15. El sol alumbrando a un grupo de corderos y lobos. Inscripción: Super probos et malos.
16. Un pozo y un cubo. Inscripción: Hauriar, non exhauriar.
17. Animales entrando en el Arca. Inscripción: Una salutem.
18. Un pastor llevando un cordero. Inscripción: Onus meum leve.
19. Carneros bebiendo en una fuente. El agua es removida con un palo. Inscripción: Similem dant vulnera forman. 28
20. Paloma posada sobre un globo. Inscripción: Non sufficit una.
21. Luz atravesando las nubes. Inscripción: Umbram fugat veritas.
22. Una viña al sol levante. Inscripción: Pertransüt beneficiendo.
23. Tres corazones y un tamiz encima de ellos. Inscripción: Coelo contrito resurgent.
24. Un cisne limpiándose las plumas antes de comer. Inscripción: Antequam comedam.
25. Un perro hambriento aullando a la luna. Inscripción: Inanis ímpetus.
26. El Area de la Alianza arrastrada por dos bueyes. Inscripción: Sancta Sancte.
27. Una prensa. Inscripción: Premitur ut exprimat.
28. Un botón de flor abriéndose. Inscripcion: Vulneribus profundit opes.
29. El Amor disparando flechas a un corazón. Inscripción: Donec attingam.
30. Una cruz e instrumentos para la crucifixión. Inscripción: Proebet non prohibet.
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31. Un girasol inclinado hacia el sol levante. Inscripción: Usque ad occasum.
32. Gotas de sudor cayendo en un jardín. Inscripción: Tandem resoluta venit.
33. Espada saliendo de las nubes. Inscripción: Coedo non Coedo.
34. Un martillo, un yunque, una fragua y un fuego. Inscripción: Ferendo non feriendo.
35. Un morueco coronado de espinas en un altar. Inscripción: Victima coronata.
36. Un carnero que lleva animales encima. Inscripción: Quam grave portat onus.
37. Un hombre crucificado y una serpiente en un árbol. Inscripción. Unde mors unde vita.
38. Un árbol derramando lágrimas en tres platos. Inscripción: Et loesa medelam.
39. Un surtidor de agua. Inscripción: Rigat ut erigat.
40. Un corazón ofrecido a un águila. Inscripción: Redibit ad Dominum.
41. Un corazón en una cruz rodeada de espinas y coronada con laurel. Inscripción: Pignus amabile pacis. 30
42. Un pájaro perseguido por un gavilán se refugia en la hendedura de una roca. Inscripción: Hoc tuta sua sub antro.
43. Un blanco con un corazón ardiente en el centro, al que dispara flechas el Amor. Inscripción: Trahe mi post te.
44. Un pelícano alimentando a sus hijuelos con su sangre. Inscripción: Ut vitam habeant.
45. Fénix abismándose en las llamas. Inscripción: Hic mihi dulce morí.
46. La sangre de un cordero verttiéndose en una copa. Inscripción: Purgantes temperat ignis.
47. Nubes de las que salen rayos. Inscripción: Lux recto, fatumque noscenti.
48. Águila volando hacia el sol. Inscripción: Tunc facie ad faciem. 49. Epilogo. Un erizo que al rodar entre frutos se cubre de ellos. Inscripción: Venturi providus oevi. Quienes comprenden el significado de estas alegorías tienen abiertos los ojos.
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TABULA SMARAGDINA
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VERBA SECRETORUM HERMETIS
Es verdad, sin mentira, cierto y muy verdadero. Lo de abajo es como lo de arriba, y lo de arriba es como lo de abajo, para hacer los milagros de una sola cosa. Y como todas las cosas han sido y han procedido de uno, así todas estas cosas han nacido en esta cosa única por adaptación. El Sol es su padre, la Luna su madre, el viento lo llevó en su vientre y la tierra lo alimentó; el padre de todo, el Telemo de todo el mundo, está aquí; su fuerza es completa si se convierte en tierra. Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo denso, suavemente, con gran industria. El asciende de la tierra al cielo y de nuevo baja a la tierra, y recibe la fuerza de las cosas superiores e inferiores. De esta manera tendrás la gloria del mundo y se apartará de ti toda obscuridad. Es la poderosa fuerza de todas las fuerzas, pues mueve a todo lo sutil y penetra en todas las cosas sólidas. De este modo se creó el mundo. De esto surgirán innumerables adaptaciones, cuyo medio está aquí. Por esto me han llamado Hermes Trismegisto, el que posee las tres partes de la Filosofía del Mundo. Lo que yo digo de la operación del sol se ha realizado y concluido a la perfección.
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ALQUIMIA
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ALQUIMIA
Quae sunt in superis hac inferioribus insunt; Quod monstrat coelum id térra frequenter habet. Ignis, Aqua et Fluitains, dúo sunt contraria; Félix talia si jungis, sit tibi scire satis. La Alquimia es la ciencia que tiene por base el conocimiento de Dios, de la Naturaleza y del Hombre. El conocimiento perfecto de uno de estos tres no se puede obtener sin conocer los otros dos, pues los tres forman un solo e inseparable todo. La Alquimia no es sólo una ciencia intelectual, sino también espiritual, puesto que lo perteneciente al espíritu, sólo se puede conocer espiritualmente. No obstante, es una ciencia que trata de cosas materiales, pues el espíritu y la materia no son más que dos opuestas manifestaciones, o “polos”, de la cosa única y eterna. La Alquimia es un arte, y así como es necesario ser artista para practicar el arte, de igual modo esta ciencia divina, este arte, sólo lo pueden ejercer quienes posean el poder divino que para ello se requiere. Cierto es que las manipulaciones prescritas para producir ciertas preparaciones alquímicas, se pueden enseñar, igual que los procedimientos químicos, a quien sea capaz de razonar. Pero los resultados que obtendría no tendrían vitalidad, pues únicamente aquel en quien se ha hecho nacer la verdadera vida, puede despertarla de su sueño en la prima materia, y hacer que nazcan del Caos de la Naturaleza formas visibles. El aspecto más elevado de la Alquimia trata de la regeneración espiritual del hombre, y enseña el método para transformar en dios al ser humano; mejor dicho, enseña cómo deben establecerse las condiciones necesarias para desarrollar los poderes divinos del hombre, a fin de que el ser humano se convierta en dios por el poder de Dios, de igual modo que una semilla se convierte en planta con ayuda de los cuatro elementos y de la acción invisible del quinto. En su aspecto material, la Alquimia enseña cómo pueden 35
engendrarse los minerales, los metales, las plantas, los animales y los hombres, o el medio de hacerlos crecer de sus semillas; es decir, cómo puede acelerarse la generación, que tan lentamente se verifica, según las leyes naturales conocidas, y cómo deben dirigirse con el conocimiento espiritual del hombre. Es indudable que se puede hacer oro alquímico; pero para que el éxito corone las experiencias, debe llevarlas a cabo un alquimista, pues quien aún se sienta atraído por el poder del oro, no obtendrá el poder espiritual necesario para poner en práctica este arte. No es nuestro intento demostrar a los escépticos que la Alquimia es verdad o presentar argumentos para que los incrédulos se persuadan de que es posible. No sirve para nada creer en aquello cuya existencia se ignora; pero quienes posean algunos conocimientos espirituales sobre la Alquimia, quizás porque la estudiaron en una encarnación anterior, sacarán algún provecho al leer este capítulo, que les recordará lo que ya saben espiritualmente sobre este asunto1. No debe confundirse la Alquimia con la Química. La Química moderna es una ciencia que únicamente se ocupa de las formas externas en que se manifiesta el elemento materia. Jamás produce algo nuevo. Dos o más cuerpos químicos pueden combinarse y descomponerse miles de veces y hacerlos aparecer en formas diferentes, pero al fin de cuentas la substancia no habrá aumentado ni se habrá obtenido algo más que la combinación de substancias empleadas. La Alquimia no mezcla ni combina nada, sino que hace que crezca y pase al estado activo lo que existe en latencia. Por eso, se puede comparar mejor la Alquimia a la Botánica y a la Agricultura que a la Química, puesto que, en realidad, el crecimiento de una planta o de un animal es un proceso alquímico que se produce en el alquímico laboratorio de la naturaleza por obra del gran Alquimista, del poder activo de Dios en la naturaleza. Johannes Trithemius define admirablemente la naturaleza de la Alquimia, cuando dice:
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El hombre posee dos modos de conocer: el perteneciente al espíritu (Budhi) y el intelectual (Manas). El primer es como si dijéramos la quintaesencia de lo que aprendió el hombre en sus anteriores encarnaciones; el segundo, es el que se adquiere en la encarnación actual. Si el hombre consigue elevarse hasta la esfera espiritual, es decir, unir Budhi a Manas, su inteligencia participará entonces de los conocimientos que posee el espíritu.
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“Dios es un fuego esencial, oculto en todas las cosas y, especialmente, en el hombre. Este fuego es el generador de todo. Ha sido su generador y seguirá siéndolo siempre, y lo que ha sido engendrado es la verdadera llama divina y eterna. Dios es un fuego; pero en la naturaleza no puede arder fuego alguno, si le falta aire que active su combustión. El Espíritu Santo que mora en nosotros debe obrar, igualmente, como “un aire” o soplo divino, procedente del fuego divino que a venta el fuego del alma para que aparezca la luz, pues la luz debe alimentarle con fuego y esta luz es el amor y la alegría de la divinidad eterna. Esta luz es Jesús, que emana de Jehová en la eternidad. Quien no tiene en si esta luz, está dentro de la llama sin luz; pero si tiene en sí la luz, entonces tiene en sí al Cristo, y toma forma en él. Entonces conocerá la luz tal como existe en la naturaleza.” “Todas las cosas, tales como las vemos, están en su fuego y en su luz interiores. La esencia del espíritu se encuentra oculta en sus reconditeces. Cada cosa es una trinidad de fuego, luz y aire. Es decir, “el Espíritu”, el “Padre”, es una luz divina súper esencial; el “Hijo” es la luz manifestada, y el “Espíritu Santo” es el aire y el movimiento divino súper esencial. El fuego tiene su hogar en el corazón desde donde envía sus radiaciones al cuerpo del hombre, infundiéndole vida; pero de este fuego no puede brotar luz alguna, si se carece del espíritu de santidad.” Expresando este pensamiento en otros términos, diremos que todas las cosas son el producto de los pensamientos existentes en el pensamiento universal (La luz astral) y que en todas ellas existe la voluntad en estado latente, por cuya acción ellas se desarrollan y aumentan sus poderes. Todo esto se efectúa, en circunstancias favorables, por la acción lenta e inconsciente de la voluntad universal que actúa en la naturaleza; pero es posible realizarlo en mucho menos tiempo con ayuda de la voluntad consciente del Alquimista. Sin embargo, antes que una persona pueda llevar a cabo estas maravillas en las cosas externas, es preciso que su voluntad divina llegue a ser consciente de sí misma. La luz que resplandece en el centro del corazón debe vivir e iluminar antes de poder actuar en las substancias con que opera el Alquimista. Quien no ha vitalizado la luz divina del Cristo (Atma), está virtualmente dormido en el espíritu y no puede actuar en las cosas espirituales, a semejanza de un hombre dormido a quien le es imposible manejar en sueños substancias materiales. Los sabios y los superficiales racionalistas que se creen estar completamente despiertos,
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desconocen y comprenden mal este hecho; por eso los secretos alquímicos son enigmas indescifrables para ellos. La Alquimia se conoce desde los tiempos más remotos. Para los iniciados egipcios y los antiguos brahmanes no era un secreto. Si se lee la Biblia a la luz de la Cábala, se verá que es la descripción de un procedimiento alquímico. El Alehp:
א
representa tres llamas de fuego y, sin embargo, no es más que una sola letra. En Magia significa AOH, el Padre, de quien nacen todos los demás, el Alfa y el Omega, el principio y el fin. Así como el aire hace arder y llamear al fuego, así el Espíritu Santo (sin cuya presencia nada se realiza), permite que se manifieste la luz divina del Cristo, alimentando con el alma el fuego divino. Lo mismo significa las tres primeras letras de la palabra:
בראשיה pues el
ב significa “Ben”, el Hijo;
א AOH, el Padre; y
ר 38
“Ruach”, el Espíritu, o sea, una trinidad formada por el padre, el hijo y el espíritu, cuya cualidad indica la silaba siguiente:
שיה que representa la verdadera generación, pues
ש es la letra, símbolo del fuego y
י es la luz. La pronunciación de la primera se parece al silbido de la llama, pero la última surge suavemente del fuego, como del alma humana, mientras que
ה es el símbolo del espíritu y el poder del verbo hablado. El “Cantar de los cantares”, de Salomón, describe procedimientos alquímicos. En este Cantar, el Subjectum está descrito en el Canto I, 5; el Lilium Artis, en el Canto II, 1; la Preparación y la Purificación, Canto II, 4; el Fuego, en el Canto II, 7 y Canto IV, 16; la Putrefacción, en el Canto III, 1; la Sublimación y Destilación, en el Canto III, 6; la Coagulación y el Cambio de color, en el Canto V, 9 a 14; la Fijación, en el Canto II, 12 y Canto VIII, 4; la Multíplicación, en el Canto VI, 7; el Aumento y la Proyección, en el Canto VIII, 8; etcétera, etc.
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A pesar de esto, no vaya a creerse que la práctica de la Alquimia se limite al ejercicio de la voluntad y de la imaginación o que los productos obtenidos sean sólo imaginarios, intangibles o invisibles para los ojos de los mortales; muy al contrario, ningún procedimiento alquímico puede efectuarse sin la presencia de materias tangibles y visibles, porque la Alquimia es la espiritualización de la “materia”. No se trata de transformar la “materia” en “espíritu”, como muchos creen, pues cada uno de los siete principios de la naturaleza eterna es inmutable y permanece siempre en su propio centro. Así como las tinieblas no pueden transformarse en luz, aunque pueda encenderse luz en las tinieblas haciendo así que éstas desaparezcan, así en cada forma material, dormita el espíritu divino, la luz, que puede traerse a la vida y a la actividad, iluminando al cuerpo y dándole vida y crecimiento. La Química moderna ignora por completo los poderes y cualidades de esta luz y no tiene nombre con qué describirla. En la Biblia y en los demás antiguos libros de Oriente se enumeran estas cualidades. Hay una substancia visible y otra invisible; un agua tangible y otra imperceptible por los sentidos físicos; un fuego visible y un fuego mágico, invisible. Ninguno de éstos puede realizar nada sin el otro; pues en la práctica de la Alquimia, igual que en la regeneración del hombre, lo que está arriba debe penetrar en lo que está abajo, para que esto pueda ascender a un estado más elevado de existencia.
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LA “PRIMERA MATERIA”
Para conocer la naturaleza hay que conocer a Dios; pero a Dios no se le puede conocer sin conocer antes a nuestro propio “yo” divino. La substancia espiritual, de la que la naturaleza visible no es sino una expresión imperfecta, una manifestación, ha sido denominada “Prima materia”, la cual es el material para formar una tierra y un cielo nuevos. Comparada con nuestra tierra material es como “agua” o como un “océano cristalino”; es fuego, agua, aire y tierra a la par; es material en su esencia y, sin embargo, inmaterial con relación a nuestras formas físicas. Ella contiene, como el “Caos”, los gérmenes, semillas o “potencialidades” de todo lo que ha existido y existirá. Es el alma o el Corpus de la naturaleza que se puede extraer de todas las substancias y hacerse material y visible con ayuda del fuego mágico. Es una unidad, pero también una trinidad, de Azufre, de Mercurio y de Sal, según sus aspectos. Estas tres cosas son cualidades distintas y características del espíritu de la luz, y, sin embargo, son también la esencia de la luz, luz que es la naturaleza eterna o el alma del mundo. La materia primordial atesora los poderes que concurren en la formación de los minerales, de los vegetales, de los animales y de todo lo que respira; en sus profundidades se hallan ocultas todas las formas y, por lo tanto, es el principio o comienzo de todas las cosas. Es el campo de batalla de todas las influencias astrales procedentes de las estrellas, y el lugar de nacimiento de los seres que habitan en el plano astral y de los que nacen en el mundo visible (para nosotros). Es la matriz de la naturaleza eterna, de donde nace todo lo que existe por el poder del espíritu que actúa dentro. Su fértil suelo produce los buenos y los malos frutos, las plantas comestibles y las venenosas, los animales útiles y los dañinos, pues Dios no distingue entre las personas ni favorece más a un animal que a otro. Cada uno recibe su parte de vida y de voluntad, según su capacidad receptiva, y cada cual acaba por ser lo que le permite ser su carácter. 41
EL “SPIRITUS UNIVERSALIS” Sin el que no puede concluirse ninguna experiencia alquímica
Johannes Tritheim, abate y alquimista, cuyas obras son más sencillas y comprensibles que cualquier otro libro de Alquimia, dice: “El poder de la palabra divina, que es el espíritu divino o el soplo que emana de la fuente divina, ha creado todas las cosas. Este soplo es el espíritu o alma del mundo y se denomina “spiritus murndi”. Al principio era como el aire y se contrajo hasta formar una nube o substancia nebulosa, para transformarse en “agua” (akasa), que era por completo espíritu y vida en el comienzo, pues el espíritu la traspasaba y vivificaba. Era sombra en las profundidades; pero la luz nació en ella por la acción del espíritu, y, entonces, se iluminaron las tinieblas y nació el “alma del mundo” (luz astral). Esta luz espiritual, a la que nosotros damos el nombre de naturaleza, o alma del mundo, es el cuerpo espiritual que puede quizás hacerse visible con ayuda de la Alquimia; pero, como su estado normal de existencia es invisible, se la denomina “espíritu”. “Es un fluido viviente y universal diseminado en toda la naturaleza; es la más sutil de las substancias y, también, la más poderosa, por sus inherentes cualidades, que penetran en todos los cuerpos y da vida a todas las formas en que actúa. Su acción libera de imperfecciones a las formas, purifica las impuras, perfecciona las imperfectas y convierte lo mortal en inmortal.” Esta esencia o espíritu emana, en su origen, del centro y está incorporada en la substancia de que está formado el mundo. Es la Sal de la Tierra, sin cuya presencia no germinarían las plantas, ni se cubrirían de verdor. Cuanto más concentrada, condensada y coagulada se halla esta esencia en las formas, tanto más resistentes son éstas. Esta substancia es la más sutil de todas las cosas; incorruptible e inmutable en su esencia, llena la infinitud del espacio. El sol y 42
los espacios son estados condensados de este principio universal y distribuyen la abundancia con las pulsaciones de sus corazones enviándola a las formas de todas las cosas de los mundos inferiores, actuando a través de sus propios centros y haciendo que las formas se vayan elevando por la escala de perfección. Las formas en que se fija este principio vital se perfeccionan y hacen permanentes, de un modo que no están sujetas a cambio, oxidación ni decadencia, cuando se las expone al aire. Estas formas no pueden disolverse ya en el agua, ni ser consumidas por el fuego o devoradas por los elementos de la tierra. Se obtiene este espíritu del mismo modo que las estrellas lo han comunicado a la tierra, es decir, por medio del agua, que le sirve de vehículo. No es la piedra filosofal, pero se puede preparar con ella inmovilizando lo que tiene de volátil. “Os recomiendo que os fijéis atentamente en la ebullición del agua y que no permitáis que vuestro espíritu se distraiga en cosas de menor importancia. Hacedla hervir lentamente y dejad que se descomponga hasta que tome el color deseado, pues en el Agua de la Vida, reside el germen de la Sabiduría. El arte de la ebullición transformará el agua en tierra. Esta tierra se cambiará en un fluido cristalino y puro que producirá un buen fuego rojo; pero esta agua y este fuego, confundidos o unidos en una sola esencia, dan la gran Panacea, el producto de la humildad y de la fuerza: “el cordero y el león reunidos en uno”
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EL FUEGO SECRETO
H. P. Blavatsky describe en su libro “La Voz del Silencio” el Fuego Secreto de los Alquimistas, con el nombre de “Kundalini”, “el poder llamado serpentino o anular, porque progresa en el cuerpo del yogui, describiendo una espiral”. “Es un poder eléctrico, ígneo, oculto o fohático, la gran fuerza primordial oculta en toda materia orgánica e inorgánica.” En otra parte dice el autor: “Es una fuerza electro-espiritual, un poder creador que, al ponerse en movimiento, es tan capaz de matar como de crear.” Por esta razón no se revelan los secretos alquímicos a los curiosos. Únicamente a quienes poseen el poder de dominarse a sí mismos se les dan instrucciones para que despierten en sí este poder. Los Rosacruces dicen al referirse al “fuego sagrado”: “Las potencialidades de la naturaleza se revelan por la acción del fuego secreto ayudado, por el fuego elementario. El fuego secreto es invisible y está contenido en todas las cosas. Es el fuego más potencial y poderoso con el que no puede compararse el fuego visible externo. Es el fuego con el que Moisés quemó el becerro de oro, y el que escondió Jeremías y encontraron los sabios, setenta años más tarde, convertido en agua densa.” (2, Macabeos, I y II) Sin poseer este fuego mágico no se puede realizar ningún experimento alquímico; por eso los “Símbolos secretos de los Rosacruces”, recomiendan que se busque este fuego, ante todo.
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LAS CUATRO LEYES DE LA ALQUIMIA
1. Sigue a la Naturaleza. Es inútil buscar el sol a la luz de una vela. 2. Ante todo, adquiere la sabiduría; luego, obra. El verdadero conocimiento se encuentra en el triángulo compuesto de ver, sentir y comprender. 3. No te sirvas de ningún procedimiento vulgar. No te sirvas más que de un solo vaso, de un solo fuego y de un solo instrumento. La clave del éxito radica en la unidad de voluntad y de intención, y en el empleo de los medios convenientes para obtener el resultado apetecido. Los caminos que conducen al centro celeste son numerosos. El que sigue el camino elegido puede triunfar, mientras que quien marche por varios caminos a la vez se retardará. 4. Cuidad constantemente del fuego. Los metales en fusión se endurecen si se deja que se enfríen antes de que se hayan transformado en metales preciosos y entonces habrá que volver a empezar desde el principio. Utilizad una lámpara inextinguible, cuya luz no se extinga, a menos que no se apague a la fuerza.
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LAS CINCO COSAS QUE ES NECESARIO OBSERVAR EN LA PRÁCTICA DE LA ALQUIMIA 1. Conocer la verdadera MATERIA PRIMA. Se encuentra en todo; pero si no la halláis dentro de vosotros, no la busquéis en ninguna parte. Es una substancia viviente que sólo se ve en los lugares habitados por los hombres, la única substancia con que puede prepararse la Piedra Filosofal, indispensable para hacer oro o plata puros. En una libra de mercurio no hay, generalmente, más que una sola partícula de la verdadera substancia; y cien libras de azufre no contienen sino una libra de lo que es útil. Sólo se encuentra en la superficie de la tierra, jamás debajo. Es visible para todos, nadie puede vivir sin ella, todos la utilizan; los pobres poseen, generalmente, más cantidad de ella que los ricos; los ignorantes la aprecian sobremanera y los sabios la desprecian. Los niños juegan en la calle con ella y, sin embargo, es invisible. Se puede percibir por el tacto; pero los ojos físicos no la ven. 2. Cuando preparéis la MATERIA PRIMA no os sirváis más que dé la sangre rosa del León Rojo y del gluten blanco y puro del Águila. Que vuestra Voluntad sea fuerte, sin ser colérica, que vuestros pensamientos estén purificados de todo lo que mancha las capas inferiores de la atmosfera terrestre. Dejad que penetre en el hondón de vuestra alma el fuego de la Voluntad divina y elevad vuestro espíritu a las más sublimes regiones del pensamiento. 3. Procuraos el fuego sagrado. El fuego sagrado no ha sido hecho por el hombre, ni se vende tampoco; sino que se distribuye gratis a los que lo merecen. 4. Haced entonces la Multiplicación y la Adición; utilizando el peso y la medida. Pesad todo en la balanza de la justicia y medidlo con la regla de la razón. 46
5. La quinta es la Aplicación, es decir, la Proyección sobre los metales. La naturaleza la realizará sin ayuda artificial.
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AXIOMATA HERMÉTICA 1. Lo que pueda hacerse siguiendo un método sencillo, no debe buscarse por un medio complicado. No hay más que una sola Verdad, que no necesite prueba alguna, pues es en sí misma la prueba suficiente para quienes pueden concebirla. ¿Para qué irnos por lo difícil cuando lo que buscamos es tan sencillo? Los sabios dicen: “Ignis et Azoth tibi sufficiant”. Ya poseéis el cuerpo; ahora os falta buscar el fuego y el aire. 2. Ninguna substancia se perfecciona sin pasar por luengos sufrimientos. Los que creen que la Piedra filosofal se endurece antes de haberse disuelto, cometen un gran error y pierden el tiempo y el esfuerzo. 3. Cuando a la Naturaleza le faltan fuerzas, se le debe ayudar con el arte. El arte puede llegar a ser el servidor de la Naturaleza, pero nunca a suplantarla. El arte sin la Naturaleza no es natural nunca. La Naturaleza sin el arte no es siempre perfecta. 4. No se puede enmendar a la naturaleza, sino en su propio ser. Podando las ramas de un árbol no se cambia su naturaleza. Para mejorarla hay que abonar su tierra o injertarlo. 5. La naturaleza disfruta de la naturaleza, y la comprende y domina. El único verdadero conocimiento es el del yo, puesto que todo ser puede conocer su propia existencia, mejor que la de los elementos que no tienen relación con él. 6. Quien no conoce el movimiento, no conoce la Naturaleza.
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La Naturaleza es el producto de las emociones. En cuanto cesa el movimiento eterno, toda la Naturaleza deja de existir. Quien ignore que en su cuerpo hay movimientos, desconoce su propia morada. 7. Lo que produce un efecto igual al efecto producido por un compuesto, es análogo a éste. Lo único es más poderoso que todos los otros números, ya que con él se puede formar una variedad infinita de multitudes matemáticas. Ningún cambio puede realizarse sin la presencia del Único que lo penetra todo y cuyas cualidades se reconocen en sus manifestaciones. 8. Nadie puede pasar de un extremo a otro, sin pasar por el medio. Un animal no puede llegar a ser divino, sin convertirse antes en hombre. Lo que no es natural debe llegar a serlo, antes de ser espiritual. 9. No se puede transformar un metal en otro, sin reducirlo antes a PRIMA MATERIA. La voluntad del yo, opuesta a la voluntad divina, debe cesar antes de que pueda la Voluntad divina penetrar en el corazón. Antes de que la sabiduría hable a nuestro espíritu, debemos ser tan puros como niños. 10. La madures debe ayudar a los que no están maduros. Así es como se facilitará la fermentación. La ley de inducción rige en toda la Naturaleza. 11. El Corpus no disminuye mientras tiene lugar la Calcinación, su cantidad aumenta. El verdadero ascetismo consiste en abandonar lo que no se necesita después de haber recibido otra cosa mejor. 12. Nada puede dar frutos en Alquimia, si antes no ha sido mortificado. La luz no puede traspasar la materia si ésta no se refina para dejar paso a sus rayos. 13. Lo que mata da nacimiento a la vida; lo que causa la muerte, da la resurrección; lo que destruye, crea. Nada sale de nada. La creación de una nueva está constituida por la destrucción (transformación) de la antigua. 49
14. Todo lo que contiene un germen es capaz de aumento, si bien esto no sea posible más que con la ayuda de la naturaleza. El fruto, portador de nuevos gérmenes, procede de la semilla. 15. Todas las cosas se multiplican y aumentan por medio de los principios masculino y femenino. La materia no produce nada sin la fuerza. La Naturaleza no crea nada si el Espíritu no la impregna. El pensamiento es improductivo si no actúa la Voluntad en él. 16. La virtud de toda semilla consiste en unir a todo lo que pertenece a su propio reino. Todas las cosas de la Naturaleza se sienten atraídas por su propia naturaleza, representada en otras cosas. Los colores y sonidos de la misma naturaleza se unen para formar unidades armónicas; las substancias que tienen algo de común pueden combinarse; los animales de la misma especie se asocian, y los poderes espirituales se reunen a los de gérmenes semejantes a ellos. 17. Una matriz pura alumbra frutos puros. Únicamente en el más profundo santuario del alma se revela el misterio del espíritu. 18. El movimiento es el único productor del fuego y el calor. Estancarse es morir. Una piedra lanzada a un lago produce en el agua círculos progresivamente concéntricos que son el resultado del movimiento. El alma que no puede moverse, no se eleva: se petrifica. 19. El método entero comienza y termina con un solo procedimiento: la EBULLICIÓN. El gran Arcanum es un espíritu celeste descendido del sol, de la luna y de las estrellas. Llega a la perfección en el objeto saturnino (de plomo), por medio de una ebullición continua hasta que alcanza el grado de sublimación y de poder necesario para transformar los metales bajos en oro puro. Esta operación se practica por medio del fuego hermético. La separación de lo sutil de la materia densa debe hacerse con sumo cuidado, añadiendo agua constantemente, pues cuanto más terrestres son los materiales, más necesario es diluirlos para hacerlos
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móviles. Continuad este procedimiento hasta que el alma separada se haya unido de nuevo al cuerpo. 20. El procedimiento entero se realiza con Agua únicamente. La misma Agua sobre que se movía el Espíritu de Dios, al principio, cuando las tinieblas estaban sobre el haz de las aguas. 21. Todo procede de Aquello en que de nuevo se ha de convertir. Lo que es de la tierra, procede de la tierra; lo que pertenece a las estrellas, se obtiene de las estrellas; lo que es espiritual, viene del Espíritu y vuelve a Dios. 22. Cuando los principios verdaderos fracasan, los resultados obtenidos son imperfectos. Las intenciones no pueden dar resultados apreciables por sí solas. El amor, el poder y el conocimiento imaginativos sólo son eficaces en el reino de la ilusión. 23. El arte comienza en donde deja de obrar la naturaleza. El arte realiza por medio de la Naturaleza lo que la Naturaleza no puede hacer sin ayuda del arte. 24. El arte hermético no puede conseguirse por métodos distintos; el LAPIZ2 es único. No hay más que una verdad única e inmutable, que aparece bajo diversos aspectos, aunque lo que cambia no es la verdad, sino nuestra manera de concebirla. 25. La substancia empleada para preparar el AKCANUM, debe ser pura, indestructible e incombustible. Debe estar pura de elementos groseros y materiales, ser indestructible por medio de la duda e incapaz de consumirse en el fuego de la pasión. 26. No busquéis la semilla de la piedra FILOSOFAL en los elementos. Este grano no se encuentra sino en el centro del fruto. 27. La substancia de la Piedra Filosofal es mercurial.
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LAPIS es en latín, la piedra.
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Los sabios la buscan en el mercurio; los necios intentan crearla con su pobre y vacío cerebro. 28. La semilla de los metales está en los metales, y los metales nacen de sí mismos. El crecimiento de los metales es lentísimo, pero se puede acelerar con paciencia. 29. No utilicéis sino metales perfectos. El mercurio en bruto no debe utilizarse en estos trabajos. La sabiduría mundanal es locura en presencia del Señor. 30. Es preciso que lo que es duro y espeso se haga ligero y sutil por la calcinación. Procedimiento largo y doloroso, porque hay que extirpar hasta la raíz del mal, aunque sangre el corazón y gima la naturaleza torturada. 31. El fundamento de este arte consiste en transformar el CORPORA en ARGENTUM VIVUM. Es decir, el Solutio Sulphuris Sapientium in Mercurio. La ciencia sin vida es ciencia muerta; la inteligencia sin espiritualidad no es más que una luz falaz y reflejada. 32. El disolvente y lo disuelto deben permanecer unidos en la solución. Es menester combinar el fuego con el agua; el Pensamiento y el Amor deben ir unidos eternamente. 33. El grano no germina sino se le trata por medio del calor y de la humedad. La frialdad contrae al corazón y la sequedad lo endurece; pero el fuego del amor divino lo dilata y el agua del pensamiento disuelve el residuo. 34. La tierra no produce frutos sino se la riega. Ninguna revelación acontece en las tinieblas, excepto cuando se hace la luz. 35. El riego se hace con agua, con la cual tiene gran afinidad.
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El cuerpo en sí es producto del pensamiento, y tiene, por lo tanto, gran afinidad con el espíritu. 36. Todo lo que está seco tiende a atraer la humedad necesaria para completar su constitución. El Único de que proceden todas las cosas es perfecto; por eso todas las cosas contienen en sí mismas la tendencia y la posibilidad de hacerse perfectas. 37. Un grano no tiene poder ni utilidad alguna, sino se le coloca en la matriz apropiada. El alma no puede progresar si carece de un cuerpo apropiado; porque el cuerno físico la provee de la materia necesaria para su desarrollo. 38. El calor activo produce negrura en lo húmedo; blancura en lo seco, y un color ámbar en lo que es blanco. Lo primero es la mortificación, luego la calcinación y después el reflejo dorado, producido por la luz del fuego sagrado que ilumina al alma purificada 39. El fuego debe ser moderado, ininterrumpido, lento, igual, húmedo, cálido, blanco, ligero, compresivo, encerrado, penetrante, vivo, inextinguible, y el utilizado por la naturaleza. Es el fuego que desciende del cielo para bendecir a toda la humanidad. 40. Todas las operaciones deben tener lugar en un único recipiente y sin retirarlo del fuego. La sustancia utilizada para la preparación de la Piedra Filosofal debería ser reunida únicamente en un sitio y no ser dispersada en varios lugares. Si el oro ha perdido su brillo una vez, es difícil recuperarlo. 41. El recipiente debe estar bien cerrado, para que el agua no salga de él y el aire no se escape. Debería estar sellado herméticamente, porque si el espíritu encontrara un lugar por donde escapar, el poder se perdería. Además, debería estar bien cerrado para que nada extraño e impuro pueda entrar y mezclarse con él. En la puerta del laboratorio debería colocarse siempre a un centinela con una lanza llameante para que examine a todos los visitantes, y para que rechace a aquellos que no sean dignos de ser admitidos. 53
42. No abras el recipiente hasta que el humedecimiento haya sido completado. Si el recipiente se abre prematuramente, se pierde la mayor parte del trabajo. 43. Cuanto más se cuida y nutre el LAPIS, más aumenta. La Sabiduría Divina es inagotable; la limitación estriba únicamente en la incapacidad de la forma para recibirla.
FIN
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INDICE DE MATERIAS EN EL PRONAOS DEL TEMPLO DE LA VERDADERA ROSA-CRUZ .................................. 3 REGLAS DE LOS ROSACRUCES ............................................................................................... 5 DEBERES DEL ROSACRUZ ........................................................................................................ 8 SIGNOS SECRETOS DE LOS ROSACRUZ .............................................................................. 10 PIEDRAS PRECIOSAS DE LOS ROSACRUCES ...................................................................... 16 SÍMBOLOS DE LOS ROSACRUCES ......................................................................................... 19 SIMBOLOS RELATIVOS AL NIÑO DIVINO ........................................................................... 27 TABULA SMARAGDINA (grabado) .......................................................................................... 32 VERBA SECRETORUM HERMETIS ........................................................................................ 33 ALQUIMIA ALQUIMIA................................................................................................................................... 35 LA PRIMERA MATERIA............................................................................................................ 41 EL SPIRITUS UNIVERSALIS .................................................................................................... 42 EL FUEGO SECRETO ................................................................................................................. 44 LAS CUATRO LEYES DE LA ALQUIMIA ............................................................................... 45 LAS CINCO COSAS QUE ES NECESARIO OBSERVAR EN LA PRÁCTICA DE LA ALQUIMIA................................................................................................................................... 46 AXIOMATA HERMÉTICA ......................................................................................................... 48
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