Personajes 1. Debborah ------ Julieta 2. Mastrangelo ---- Romeo 3. Yeiber----- Paris 4. Luz----- Verónica (Amiga de Julieta) 5. Kelly ----- Sofía (Amiga de Verónica y Romeo) 6. Laura --- Lady Giut (Mama de Julieta) 7. Jonathan ----. Alexander Giut (Papa de Julieta) 8. Oreykar ---- Victoria Pernalette (Mama de Romeo) 9. Joseph ----- Alejandro Pernalette (Papa de Romeo) 10. Luis J. ----- Fabián (Amigo de Romeo) 11. Edimar----- María (Hermana de Paris) 12. Enver ------ Dr. Robert Collen (Doctor y Cura) 13. Kimberly ------ Jennifer (Hermana de Julieta) 14. Alcimar ---- Amanda (Novia de Romeo)
Amor después de la Muerte (Adaptación de Romeo y Julieta) Capitulo I. El ocaso Hoy, un día como cualquier otro, en pleno atardecer fui a la playa a observar el Crepúsculo, es increíble decir que viviendo toda mi vida en este lugar no dejo de pensar que cada día que estoy aquí, como ahora, aun siento la tranquilidad y la paz que sentí la primera vez que admire este maravilloso paisaje, me acompañaba mi mejor amigo de la infancia y novio desde hace 1 año y 2 meses; Paris, sabia que me hablaba , sin embargo el sonido de su voz solo me parecían unos simple murmullos, o voces lejanas que no dejaban de estar a mi lado. Era inevitable distraerme en momentos con la belleza de este lugar tan mágico. Paris: ¿Que te parece? Justo en ese momento volví a tierra. Julieta: ¡Ah! Si me parece bien. Paris: ¿Sabes lo que estaba hablando verdad? Realmente nos teníamos tanta confianza, que se me hacia inevitable, casi imposible ocultarle algo o tan si quiera algún sentimiento a él. Mi novio. Julieta: La verdad es que no mucho, me encontraba algo distraída, lo siento. Le dije algo sonriendo, mientras golpee un poco su brazo. Con la esperanza de que no se fuese enojado
Paris: ¡Olvídalo!, no era nada importante. Aunque su sonrisa algo sarcástica no logro convencerme, intente fingir que si. A lo lejos se aproximaban dos frenéticas chicas, con el un paso un tanto apresurado. Era mi fiel y loca amiga Verónica, ella era una de esas amigas por lo que fácil y felizmente moriría. La acompañaba una sonriente y simpática chica a la cual desconocía. Verónica: ¡JULIETAAA! ¡JULIETAAAAA! Julieta: ¡Verónica! ¿Que te pasa? Verónica: Nada malo amiga solo que me alegra verte. Te presento a una amiga, Sofía. No era una sorpresa ese tipo de ánimo en ella. Pero aunque ya estaba acostumbrada, seguía sorprendiéndome todo el tiempo. Y su nueva amiga también, era muy atractiva. Julieta: Mucho gusto Sofía, el es Paris. Sofía: El gusto es mío, encantada de conocerte Paris. Paris: Lo mismo digo, tú no eres de la zona. ¿Verdad? Sofía: No, vengo de visita. Estoy hospedada en casa de un amigo y casualmente me encontré con Verónica. Paris: Ah ok. Muy bien Verónica, ¿Como estas? Verónica: ¡Hola Paris! Disculpa, es que estoy un poco saturada. Paris: ¿Pero estas bien? Verónica: Si. Solo quería invitarlos a mi Fiesta en la playa, Esta noche. Paris: Lo siento Vero, ya estoy comprometido para esta noche. Pero estoy seguro de que a Julieta le encantaría ir. No entendía porque Paris actuaba como si fuese a morir sin estar en compañía de alguien, realmente me molestaba eso. Afortunadamente en esta ocasión tenia razón, deseaba hablar con mi gran amiga esa noche, me sentía extrañamente diferente, podría llamarse un presentimiento. Julieta: Si, claro que me encantaría Vero.
Verónica: ¡Perfecto! Date prisa porque se acerca la hora de la gran noche, iré a terminar los detalles que faltan. Paris: Vero tiene razón Julieta, es hora de irnos. ¿Quieres que te acompañe a tu casa? Julieta: No, estaré bien. Gracias. Paris: Adiós Vero, dejo bajo tu cuidado a mi querida novia. Lo dijo en vos baja la fallida intención de que no lo escuchara. Por algún motivo me incomodo un poco ese momento, fingí no darme cuenta de su preocupado y absurdo encargo. Verónica: Adiós Paris, no te preocupes, nos iremos juntas a mi casa y disfrutaremos de mi fiesta. Esta garantizado.
Capitulo II. La fiesta Verónica tenía razón al hablar de su fiesta como "MI GRAN FIESTA". Era admirable su espíritu tan feliz y seguro, nada en mi vida seria igual si no la hubiese conocido, tengo tantas cosas que agradecerle. Nos preparábamos para salir y ella aun organizaba tan alegremente su fiesta, su gran fiesta. Se veía tan entusiasmada. Verónica: ¿Que te pasa Julieta? Muévete, se nos hará tarde. ¿Te siente bien? Julieta: Nada, solo pensaba en tu increíble energía. Y en lo mucho que me alegra ser tu amiga. Te quiero. Si, exagere un poco al final, pero supongo que fue producto de la emoción de la fiesta, o tal ves no. Verónica: Me alegra escuchar eso, y sabes que también te quiero con el alma Julieta, pero no es el momento para sentimentalismos, es momento de disfrutar al máximo. Apresúrate, es hora de salir. Esas últimas palabras sorpresivamente me asustaron, y aun no dejaba de sentir esa sensación desconocida de nerviosismo con emoción fusionados. Julieta: Ya estoy lista. Nos dirigimos hacia la fiesta en la playa y se encontraban demasiadas personas en el lugar, una multitud de diferentes edades, tamaños y colores. En fin, había personas por doquier. Gracias a Dios que tenia a mi lado a Verónica, de no ser así, seguramente habría vomitado, desmayado o algo por el estilo.
Verónica: Relájate Julieta, no olvides a lo que venimos. Recuerda, disfrutar al máximo. Estoy contigo. Sin duda sus palabras me aliviaron mucho, a pesar de la cantidad de ojos con su atención enfocada en nosotras, seguramente la psicosis tampoco ayudaba. Julieta: No lo olvidare, pero no quiero que dejes de disfrutar por mi, ve y diviértete tu también. Verónica: ¿Segura que estarás bien sin mi? Julieta: Si, estaré bien Vero. Anda. Se acercaba la chica que conocí en la tarde, Sofía, con un atuendo increíblemente lindo. Sofía: Verónica te luciste con esta fiesta, pensaste en todo. Verónica: Gracias Sofía, tu te luciste con tu vestido, es lo máximo. Sofía: ¿Te gusta? Es a base de materiales desechables, ya sabes que soy fanática de la conservación del ambiente. Julieta: ¿De verdad? El mío también, conservar y admirar el ambiente es una de mis pasiones. Sofía: Que casualidad, a mi también me gusta los lugares abiertos. Son influencias de paz y felicidad. Como por ejemplo esta playa, es realmente hermosa. Julieta: Ni me lo digas, es mi lugar favorita, que triste que algunas personas no aprecien como nosotras la naturaleza. No supe en que momento se fue Verónica, pero de vedad me sentía a gusto con esta chica, ya entendía porque a Verónica le caía tan bien. Hubo un momento de silencio hasta que lo rompió diciendo: Sofía: Sabes, conozco a un amigo que admira igual o mas que yo la naturaleza. Julieta: Me es difícil creer eso, ya sabes que en estos tiempos son escasas las personas (en especial los jóvenes) que les interesa este tema. Sofía: Lo se, pero tengo la fortuna de vivir con uno de esos escasos jóvenes. El esta aquí, Verónica lo conoce. Es nuevo en la Ciudad como yo, por eso no es muy conocido por aquí. Julieta: Entonces considérate afortunada, me encantaría conocerlo.
La verdad sentí curiosidad por el misterioso chico ambientalista, sin embargo, no quería que Sofía mal interpretara mi curiosidad. Quise preguntar cual era su nombre pero preferí quedarme con la intriga en lugar de provocar un mal entendido. Rompió mi discusión interna con un grito aturdidor, que a la vez me provoco escalofríos: Sofía: ¡Allí esta! Es Romeo, el amigo del que te hablaba. ¡Romeoo! Mi cuerpo se estremeció, su nombre desato mis sentidos en un abrir y cerrar de ojos. Jamás había sentido algo parecido. Romeo: Te desapareciste repentinamente. Ya veo que has hecho nuevas amistades. Pero que sensación tan extraña la que sentí al verlo y escucharlo, hubo un instante en que perdí la noción del tiempo y el espacio. No sabia que responder a lo que me decía, o lo que es peor, no sabía que me había dicho. Sofía: ¿Julieta, te sientes bien? Julieta: Si, si, solo me, me maree un, un poco, disculpa. Mucho gusto, me llamo Julieta. Era magníficamente atractivo, en cuanto lo vi tan cerca de mi estalle en un sin fin de emociones desconocidas. Pero con ese tartamudeo tan ridículo el que acaba de hacer, me sentí realmente avergonzada en ese momento. Sofía: Pues si Romeo, veo que tu también lo has hecho. Adivina a quien le apasiona la naturaleza en este lugar además de nosotros Romeo: Ah, el es un amigo que acabo de conocer, su nombre es Damián Fonseca. ¿Sofía, me pides que adivine verdaderamente, o que te pregunte quien es? Sofía: Un gusto Damián, me llamo Sofía.- No solo yo me di cuenta de la manera en que coqueteaba con el chico pero inmediatamente volteo a mirar al otro para continuar- Y como tu quieras.- Dijo esta vez con una sonrisa muy entusiasmada. Romeo: Ahm, en definitiva preguntare te quien es. Sofía: Eso creí. Bueno, la chica apasionada es ella. Romeo: ¿Así que también eres conservadora? Julieta: Si, algo así. En realidad me gusta mas admirarla, pero hago todo lo que esta en mis manos por consérvala.
Sofía: Ya vuelvo. Sigan con su conversación. Seguiré hablado con Damián. Romeo: Me alegra que lo hagas. ¿Y tú eres de la zona? Es muy hermosa. Mi corazónlatía a un ritmo demasiado acelerado, no podía controlarlo, por Dios, no entendía porque me sentíaasí, no entendía ni lo que sentía. Fue inevitable escuchar que con sus últimas palabras se refería a mí y no a lo que nos rodeaba. Afortunadamente pude reaccionar a tiempo y decirle: Julieta: Si, he vivido aquí dese que tengo uso de razón. Me han dicho que tú eres nuevo por aquí. Romeo: Debe ser espectacular vivir un largo tiempo en este lugar... Ya lo imagino. Julieta: Estas en lo cierto, pero no entiendo porque no te quedas, estoy segura de que lo disfrutarías mucho. Romeo: Es una larga historia...Discúlpame Julieta, te dejo un momento con Sofía y Damián, debo ir a atender una llamada. Sofía: ¿Así que ya conoces a Romeo? Damián: Si, es un gran chico, creo haberlo escuchado al decir que vivían juntos y asumí que eran hermanos o familia. Sofía: Oh, si. Vivimos juntos pero solo somos amigos de infancia y cuando se mudaba quise venir a pasar unas vacaciones con el aquí, mis padres estuvieron de acuerdo y los suyos también. Hasta ahí fue una conversación de mi interés, lo demás fueron risas tontas y coqueteos directos e indirectos de aquí para allá: Damián: Interesante. Sofía: ¿Y qué mas te ha contado de mi? Damián: Nada que tu no puedas decirme. Sofía: Entonces solo es necesario que preguntes y con gusto responderé lo que desees. Damián: ¿Eso incluye tus datos personales? Sofía: Has la prueba, pero te diré que lo que sea que preguntes también tendrás que responderlo tu. Damián: Me parece un buen trato. ¿Qué edad tienes?
Sofía: Tengo 17 años de edad. ¿Tu? Damián: 19 años. ¿Cumpleaños? Sofía: 11 de Octubre. ¿El tuyo? Damián: 13 de Agosto. Sabes que eres muy simpática, si por algún motivo Romeo se va, mi casa esta a la orden.- Hasta mi atención llamo con su tono excesivo de seducción. Sofía: Lo tomare en cuenta- Le siguió el juego con una sonrisa amplia que casi encalambraba su rostro. Romeo: Ya llegue, disculpa mi demora, es que estaba solucionando un asunto. Imagino la tormenta que has pasado con este par de tortolos. Julieta: No tienes idea. No fue necesario advertirles sobre mi presencia y mucho menos por mi ausencia porque parloteaban sin importarles con quien ni donde estaban, en materia, no escuche nada que no fuesen cortejos. Romeo: Lo siento mucho Julieta. Julieta: Ya la fiesta esta terminando, las persona se han ido, hablando de contaminación y mira como dejaron todo... Romeo: Si, Sofía se ofreció a ayudar con el aseo y yo me voy a quedar también... ¿Te vas ahora? Julieta: Creo que me quedare ahora a ayudar a Verónica al igual que tu. Romeo: Me parece bien. Si gustas, luego de haber terminado con el desastre, puedo llevarte a tu casa. Julieta: Ahm, no tienes porque hacerlo, pero si no es mucho molestia, no tengo problemas. Solo asintió con la cabeza y comenzamos a limpiar el lugar. Después de haber terminado con la mayoría le dije: Julieta: Creo que es suficiente, vamos a despedirnos de Sofía y de Verónica Romeo: Perfecto, vamos. Verónica: ¿Terminaron tan rápido?
Romeo: Al parecer, si. ¿Sofía no te molesta que acompañe a Julieta a su casa? Sofía: Para nada Romeo, anda tranquilo que aquí te espero con Verónica para terminar de limpiar lo que falta, pero no te vallas a tardar mucho. Recuerda el genio de tu madre. Romeo: Esta bien vuelo en un momento. No tardo. Julieta: Bueno amigas me voy nos vemos otro día.- Inmediatamente me di cuenta de la expresión de las dos, pero una vez mas fingí no darme cuenta de nada para llegar rápido a mi casa. Había sido una larga noche. Julieta: Adiós chicas, espero verte pronto Sofía, ha sido un verdadero placer hablar contigo esta noche. Y gracias por todo Vero, no se te ocurra dejar de ir a mi casa mañana, tenemos varias cosas de que hablar.
Capitulo III. Historias. Caminamos por un largo rato hablando un poco de nosotros, de repente sentí que ya se había cansado de hablar lo mismo, comencé a contarle los malos chistes de mi madre y tal ves por cortesía se reía de ellos. Cuando llegamos a la casa. Julieta: Creo que llegamos. Romeo: Tienes una muy linda casa, ¿Con quien vives? Julieta: Gracias, con mi madre, mi padre y hermana. Romeo: ¿Eres la menor, supongo? Julieta: Al parecer si. ¿Te gustaría pasar? Aun no se en que estaba pensando cuando le hice esa pregunta, pero ya era tarde cuando intente remediarlo. Sus ojos estaban llenos de tranquilidad cuando dijo con satisfacción: Romeo: Si no es mucha molestia, me encantaría conocer tu casa. Aguarde a ver si bromeaba, pero al parecer lo decía en serio. Me dirigió una sonrisa al ver mi vacilación y extendió los brazos hacia mí. Mi corazón reaccionó, creo que pude haber pensado en otra persona, y eso provocarme un tanto de remordimiento, pero por ser ese sentimiento, lo ignore y seguí el paso con el, sabia que luego de que se fuera tenia que autoevaluarme como lo recomendaba, exigía siempre mi madre. Pero eso seria luego de que se fuera. Entramos a mi casa y nos sentamos en el sofá de la sala, nos quedamos
inmóviles y en silencio por un corto periodo de tiempo, cuando pregunto: Romeo: ¿Cómo te siente? Julieta: Estoy bien.- Conteste sorprendida por la intensidad. Romeo: ¿No tienes mareos, escalofríos, ni malestar? Julieta: ¿Debería? Se rio entre dientes ante la perplejidad de mi respuesta. Romeo: Bueno, de hecho esperaba que entraras en un estado de shock Su rostro se contrajo al esbozar aquella perfecta sonrisa de picardía. Julieta: Dudo que eso valla a suceder- Respondí después de tomar alientoAunque aun no entiendo el motivo de nuestra conversación y aun menos a que te refieres. Romeo: Espero que no creas que pase por alto tu temor descontrolado, además de indiscreto, cuando me invitaste a pasar. Daba la impresión de estar desconcentrado. Me miro a los ojos y vi que los suyos eran claros, mas de lo que anteriormente los había visto, de ese tono dorado que tiene el caramelo de miel, quizás fue por la oscuridad de la noche en la playa que no lo note. Julieta: No es exactamente lo que estas pensando, es mas complicado de lo que piensas. Ya se me hacia mas difícil hacer a un lado la “autoevaluación” que me esperaba, no podía dejar de pensar en Paris, mi madre, mi pare y todo lo que ellos implicaban.
Romeo: Estas apurada- Todavía con su sonrisa picara tallada en el rostro. Julieta: ¿Seguro de que quieres escuchar? Romeo: ¿Tu que crees? Julieta: ¿Siempre acostumbras a responder con otra pregunta? Romeo: Por lo que veo no soy el único. Por favor, cuéntame. Julieta: Esta bien, ponte cómodo. Romeo: Ya lo estoy- Me interrumpió.
Lo ignore para comenzar, o mejor, terminar lomás pronto posible la historia que me atormentaba. Julieta: Bueno, seré lo mas precisa y sincera posible. Desde hace varios años, he tenido un gran amigo con el cual he contado en todos los aspectos, por lo que le debo mi agradecimiento infinitamente. La verdad es que lo aprecio mucho, ha sabido ganar mi cariño con cada cosa que ha hecho, lo cierto es que sin saber en que momento paso, ahora de jo de ser mi mejor amigo para ser mi… Prometido, ya sabes, mi familia cree que es el hombre perfecto para mí y la suya lo mismo de mí. Como te dije, no se cuando, como, ni porque paso, lo que se es que no puedo defraudar la confianza de el ni de mi familia. Como te podrás imaginar, entonces, seguramente mi madre no estará muy feliz cuando le cuente de ti y lo que ha pasado esta noche. Romeo: ¿Y que es lo que ha pasado esta noche? Me sonroje. Durante los últimos minutos no había dejado de coquetear con el. No había forma de admitir aquello. Romeo: Sabes, eres un poco…
Julieta: ¿Loca, anticuada, tonta, extraña? Romeo: Quizá un poco de cada una, pero no era lo que iba a decir, pretendía decirte que eres un poco exagerada, vez pequeños problemas como grandes problemas y te torturas a ti misma a la vez. Julieta: Déjame decirte que lo que te he dicho no es un “pequeño problema”. Esta en juego el bienestar de mis padres y mi mejor amigo.
Romeo: ¿Y que hay con tu bienestar? Julieta: Yo tengo todo lo que necesito. Romeo: Eso es lo que crees. ¿Dime, cuantas veces has hecho algo sin preocuparte por alguien o algo que no seas tu y tus propios intereses? Julieta: No estas entendiendo lo que estoy tratando de decir. Romeo: Lo entiendo a perfección, sin embargo no comparto lo que dices, escucha, yo, al igual que tu, tengo una gran amiga, mi novia, la quiero y la respeto, la diferencia ente tu y yo es que no la veo como un tipo de responsabilidad, sino como una compañera con la cual comparto muchos momentos de mi vida. “Mi novia”, luego de esas dos cortas palabras deje de escuchar lo que decía, solo
ellas dos hirieron en lo mas profundo de mi corazón, ya no sabia que pensar de aquello que me decía. Sentí que el viento golpeaba mi piel con más intensidad y que las estrellas a su vez caían encima de mí como en las caricaturas que veía de pequeña. Julieta: Tienes razón, tenemos una manera de pensar muy diferente. Fue lo único que pude decir ante lo que acababa de decir. Romeo:” Recordar las cosas que se han ido es en definitiva, u na manera de retener algo de ellas y eso, quizá rescata un poco la alegría pasada, cuando la felicidad era plena, total. Sin embargo, ese recuerdo de la felicidad que se fue encierra en si, la misma indestructible tristeza”. Lo dijo uno de mis poetas preferidos, Pablo Neruda, como el prefiero dejar los buenos momentos que pasaron para evitar la tristeza que los mismos traen a mi.
Quizá algunas lágrimas escaparon de sus ojos recorriendo lentamente sus mejillas. Jamás había escuchado algo tan hermoso y profundo. Admire por largo tiempo sus facciones, era verdaderamente hermoso, fascínate en muchos sentidos. Lo único que pudo salir de mi boca en respuesta de sus palabras fue: Julieta: Creo que eso estará presente en mi vida desde ahora hasta mi muerte. Romeo: Eso espero, creo que ha sido suficiente charla por hoy, toma mi numero telefónico, cuando quieras volver a verme escríbeme - Aun con su mirada imperdonablemente seductora. Julieta: Si, ya es hora de irte, Sofía debe estar esperándote. Romeo: ¡Sofía! La olv idé por completo, debo darme prisa, debo estar… No quiero ni imaginarlo. Suerte cuando le cuentes a tu madre “lo que ha pasado esta noche” – Rompió a reír con signos de preocupación y ansias en combinación. Julieta: Adiós Romeo, suerte con Sofía. Romeo: Adiós Julieta – Pronuncio mi nombre completo con aires de nostalgia.
Ya era hora de hablar con mi madre, no sabia que decirle, o como empezar al menos, no lo pensé dos veces y entré a su cuarto; mi padre no estaba, se había ido de viaje por motivos de trabajo o algo así, no había sentido miedo de hablar con ella desde la ultima vez que me escapé con Verónica a la playa por todo el día, eso hace seis o siete años aproximadamente.
Julieta: ¿Mamá? Lady Giut: ¿Qué haces en la sala a esta hora? – Sonó cortante y fría, seguramente nos escucho entrar a la sala. En que lío me había metido. Julieta: Disculpa si te desperté madre, es que acabo de llegar de la fiesta de Verónica. Lady Giut: Tenemos que hablar hija mía. Julieta: ¿Pasa algo malo madre? Lady Giut: Hija, quisiera que me respondieras con sinceridad, ¿Alguna vez te ha hecho falta algo? Julieta: No entiendo a que te refieres madre. Lady Giut: ¿Alguna vez te has sentido insatisfecha con lo que has tenido hija mía? Julieta: No madre... ¿Que pasa? Lady Giut: Julieta hija, sabes que tu eres todo lo que tengo, que he hecho la mayoría de las cosa existentes para que seas feliz. Te he dado todo, amor, confianza, respeto, seguridad. ¿Acaso no basta? Julieta: Madre por favor, se mas clara. ¿A donde quieres llegar? Lady Giut: ¿Quien era el joven con el que hablabas? Julieta: Ah, ya creo que logro entender. Se llama Romeo, es nuevo por aquí, lo conocí en la fiesta de Verónica. ¿Tiene algo de malo acaso? Lady Giut: Dímelotú- A pesar de que sabía que me estaba tratando de decir, la manera en que me hablaba era más autoritaria que de costumbre, podría decir que me estaba regañando oficialmente. Julieta: Esta bien mama, aun no se adonde quieres llegar pero... - Me interrumpió con un tono de voz mas alto de lo necesario. Lady Giut: ¡Ya basta Julieta! ¿Es que no confías en mí? Por favor dime que siente por ese Romeo. Te conozco hija mía, se que te ilusionasfácilmente con las personas y me preocupa que alguien se aproveche de eso para lastimarte. Julieta: Te entiendo madre, pero eso no me sucederá esta vez, lo prometo, solo quiero que tútambién me entiendas, Paris es mi mejor amigo y aun no lo veo como mi futuro esposo. Lo siento.
Lady Giut: No pienses que no me había dado cuenta de eso, sin embargo, el problema aquí no somos Paris ni yo, eres tu hija, y lo que quieres. Julieta: Yo solo quiero se feliz sin que ello le afecte a los que quiero. Lady Giut: Es el interés mutuo en este lugar, ha sido suficiente por esta noche, ahora ve y duerme tranquila, mañana tendremos mucho tiempo para seguir hablando de esto, si es tu deseo. Pero no olvides nunca quien eres y de donde provienes hija. "Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios", dale a cada cosa el lugar que merece. ¿Que sucedía, todos eran filósofos esa noche para variar? Estaba exhausta, tenía muchas cosas en la cabeza por lo que solo respondí: Julieta: Buena noche madre- Me levante, le di un beso en la mejilla y me dirigídirectamente a mi cuarto. Al llegar a mi cuarto me pareció no haber dormido en el durante años, recode las veces que jugué muñecas con Verónica y tratando de imitar el cabello de ellas corto mi cabello y con pintura al frio pinto mi cabello de color rojo. Recordé a Paris, la primera vez que entro a mi cuarto y me vio en pijamas, no olvido su cara de sorpresa y pena, tal y como si me hubiese visto desnuda. En este cuarto el me pidió ser su novia luego de una fuerte discusión con mi madre a causa de un chico al que considere el amor de mi vida y que escapo cuando se entero de que mi padre iría a su casa sin saber que era solo para conocerlo formalizando el mismo día nuestro compromiso. Pensé que mis ojos cesarían de tanto llorar, apuesto que a Paris le doliómás que a mi verme en ese estado tan deprimente y hasta este momento no tengo una imagen clara de su rostro ni las palabras exactas con las que me pidió... Mi amigo Paris, jamás olvidare ese día. Ahora como le contaría a mi Padre y a Paris lo que me pasaba con Romeo, seguro iba a pensar que estaba repitiendo la historia de aquel joven cobarde, ese iba a ser uno de los motivos por el que se opondría a una posible relación con este diferente chico. No quería ni imaginarme la reacción de su familia al enterarse de lo que pasaba entonces, probablemente me tacharían de malagradecida y traidora, lo peor es que de solo pensarlo me sentía de ese modo. ¿En que estaba penando? Ya me estaba creando problemas por una historia que ni había comenzado, una historia que estaba solo en mi cabeza, formaba parte de mi extensa e infinita imaginación de princesas de Disney Chanell. Mis problemas eran solo míos, mis sentimientos eran solo míos. Romeo tenia toda la razón al llamarme exagerada, mi madre al decirme ilusionada
de cualquier cosa y pronto Paris tambiéntendríarazón al creer que esta historia se repetiría como la ultima vez... Jennifer: ¿Julieta?- Era mi hermana mayor, asomándose a mi cuarto sin tocar la puerta como de costumbre. Julieta: Jennifer, ¿Que haces despierta tan tarde? Jennifer: Eso mismo pregunto yo, Verónica llamo avisando que irían a una fiesta pero supuse que te aburriríasrápido como siempre y te vendrías antes de llegar. Además vi la luz prendida. Era cierto, nunca me había gustado las fiestas de Verónica, siempre que asistía a una era exclusivamente a sus cumpleaños, y era porque de lo contrario los problemas quetendría con ella no iban a ser nada agradables a mis oídos. Julieta: Lo mismo pensé pero, no estuvo tan mala, a pesar de que invito mas personas de lo que usualmente invita, pude distraerme bastante. Mas de lo que regularmente lo hago. Jennifer: Me alegra mucho hermanita, me enorgulleces, ya comienzas a ser normal. Pero te veo un poco triste, no parece que fueses disfrutado mucho... Julieta: Es que acabo de tener una, casi discusión con mama y... Jennifer: ¡No! Pero esta es una madrugada memorable, déjame ver si entendí: ¿Te divertiste en una fiesta real y discutiste con mama? Jajaja. El renacimiento de Julieta. Julieta: No te ríasJennifer, esto es serio.- Dije tratando de simular la risa por sus locas ocurrencias. Jennifer: Jajajaja, okey ya. Hablando en serio, cuéntame que paso. Julieta: Estoy muy cansada, mañana te cuento todo lo que paso. Jennifer: No, no, no, no, no, eso se lo dices a mama, a mi me cuentas ahora mismo.- No conocía a alguien mas terca que mi hermana, sabia que no me iba a dejar dormir así que preferí contarle de una vez. Tome un suspiro y comencé: Julieta: En resumen, conocí a un chico en la fiesta de Verónica, Romeo, hablamos sobre muchos temas y por mucho tiempo, seguramente toda la fiesta, me acompaño a la casa, lo invite a pasar, seguimos hablando y es probable que mi mama nos halla visto, hablo conmigo al respecto y...Aquí estoy.
Jennifer: Ya va, a ese cuento le falta pies y cabeza. Pregunta numero uno: ¿Por qué Paris no te acompaño a la fiesta? Julieta: Tenia otro compromiso. Jennifer: Pregunta numero dos: ¿Quien es Romeo? Julieta: Como te dije, es un chico que conocí en la fiesta de Vero por medio de una de sus amigas, Sofía. El vive cerca de la casa de Verónica con sus padres y Sofía, que obviamente, también es amiga de Romeo. Ellos se mudaron hace días para acá. El tiene 19 años, de piel clara, ojos claros, cabello castaño, delgado y mide 1,70cm aproximadamente. ¿Algo más? Jennifer: Pregunta tres, para casi terminar: ¿Te gusta? No ganaba nada con mentirle a ella, de igual modo lo iba a saber tarde o temprano, sabia que se iba a burlar y que comenzaría a gritar como loca por lo que trate de decirlo con la mayor tranquilidad e indiferencia posible. Julieta: Si. Jennifer: Ja, lo sabía. Tienes que presentármelo, lo quiero conocer lo más pronto posible. Ya quiero ver la cara de Paris y mi padre. -No sabia si se alegraba por el hecho de que me gustaba otra persona o por la satisfacción de imaginarse a mi padre y a Paris enojados, por algún motivo no se la llevaba bien con ninguno de los dos- Ahora, la pregunta final: ¿Que intenciones te ha dicho que tiene contigo? Julieta: No, el no me ha dicho nada de eso Jennifer, hablamos de otro tipo de intereses. Jennifer: Ahh, ¿Qué tiene de emocionante eso? Julieta: Bastante, y si ya estas satisfecha con lo que has escuchado, te pido que por favor me dejes dormir. Jennifer: Como quieras, pero una cosa si te digo: No quiero que por tus malas experiencias del pasado, te cohíbas de experimentar con otras y mucho menos que por tus falsos compromisos dejes que algún compromiso verdadero se valla. Julieta: ¿De verdad hoy todos se propusieron a manipularme con palabras bonitas o que esta pasando? Jennifer: No se a que rallos te refieres, pero es verdad lo que dije, con palabras bonitas o feas. Julieta: Si, ya vete. Descansa un poco y deja que yo haga lo mismo.- Me dio un
beso en la frente y salió por la puerta a carcajadas.
Al fin, pude dormir en paz por unas seis o siete horas y por más de que intente recordarlo, no logro saber que soñé esa noche. En lo que particularmente considero, sentí que dormí por un extenso periodo de tiempo. Al despertar, aun no sabía cuanto tiempo había dormido y mucho menos en que día estaba, creo que el motivo de mi resurrección fueron unas voces femeninas un tanto chillonas cuando logre darme cuenta de que se trataba de mi hermana y Verónica diciendo: Jennifer: ¿Pero como comenzó todo? Sofía: Mira, cuando llego a casa de Verónica nos fuimos directamente a su casa porque ya su madre me había llamado para preguntarme a que hora íbamos a llegar. Se despidió de Verónica demasiado distraído, nunca lo había visto así, parecía otra persona sonriendo por todos lados y haciendo chistes de origen desconocido, al menos para mí … No sabía para entonces que se trataba de otra persona en la sala, era Sofía contándole alguna historia sin sentido hasta el momento en que Verónica se lo dio diciendo: Verónica: Es cierto, Romeo parecía estar en otro mundo... Jajaja.- Ya sea el nombre de Romeo o la estruendosa carcajada de Verónica hiso que el poco sueño que aun tenía desapareciera automáticamente. Sofía: Luego de llegar a la casa comenzó toda la discusión…
Victoria Pernalette: ¿Se puede saber que son estas horas de llegar?- Dijo con voz alterada la señora Romeo: Estábamos en una fiesta madre, creo haberte dicho antes de salir de la casa y si mal no recuerdo fuiste tu quien insistió en que asistiera para “hacer nuevas amistades”, por favor, fue una muy buena noche, no quiero que termine en escándalos y desgracias. Victoria Pernalette: Ya veo que fue una muy buena noche, pero lo que no sabes es que Amanda estuvo esperándote toda la noche diciendo que tú le habías invitado a cenar para hablar de algo importante con ella.- Recuerdo que Romeo me había comentado que tenia que hablar con su novia sobre su relación, no sonó muy alegre cuando me lo dijo por eso creí que era algo malo y no le pregunte mas nada.
Romeo: Ella tiene razón, mañana iré a su casa para disculparme personalmente y hablar de lo que tenia planeado decirle esta noche, no deberías preocuparte por eso madre. Victoria Pernalette: Claro que si tengo porque preocuparme, usted es mi hijo y por serlo debe ser un caballero por encima de todo, como tu padre y yo te hemos enseñado. Alejandro Pernalette: Tu madre tiene la verdad en su boca hijo, cuéntanos a tu madre y a mi cual es el motivo por el que has cometido tal indigna acción. Romeo: Bueno, para empezar, olvide que le dije a Amanda que viniera hoy porque lo hice hace tres meses, es decir, desde la última vez que hable con ella. Ya dije que me iba a disculpa, así que no veo el motivo de su exaltación. Alejandro Pernalette: Estoy de acuerdo contigo, lo más correcto es que te disculpes con tu novia mañana, y para todos, que nos vallamos a nuestros respectivos cuartos y descansemos por lo que resta de noche. Victoria Pernalette: A mi no me convence tu historia, pero tu padre esta en lo correcto, debemos ir a dormir. Mañana seguiremos hablando de lo ocurrido. Alejandro Pernalette: Romeo, espera, creo que es conveniente hablar de esto ahora para que tu madre pueda dormir tranquila. Victoria Pernalette: Sabes que no lo digo por fastidiar hijo, es que es mi deber corregirte cuando actúes de forma incorrecta. Romeo: Hasta mañana madre, trata de calmarte un poco, no olvides que Sofía esta aquí también. Victoria Pernalette: Sabes que no lo digo por fastidiar hijo, es que es mi deber corregirte cuando actúes de forma incorrecta. Si, disculpe hija, por tener que presenciar semejantes bochornos familiares. Sofía: No se preocupe, buena noche a todos. Yo voy a dormir. Sabía que no estaba bien, pero la curiosidad pudo más conmigo… Alejandro Pernalette: Bien, ya se fue tu madre, ahora cuéntame que es lo que te pasa con Amanda. Romeo: Es sencillo padre, ella es mi novia, por la tanto la quiero y respeto como lo merece, sin embargo la distancia nos separa y no considero que sea la manera de mantener la relación. Me duele admitirlo, pero ya no la amo como antes.
Alejandro Pernalette: Hijo, vez que tu madre y yo hemos estado juntos durante mucho tiempo y no todo ha sido color de rosas, las relaciones no se basan en amor solamente, sino en confianza, perseverancia y comunicación. Entiendo que por ser joven aun no estés seguro de lo que sientas por esa chica, no obstante, es una mujer y me parece haberte enseñado a no lastimarlas ni con el pétalo de una rosa. Romeo: Lo sé, pero al ser infeliz, la hare infeliz a ella también. Ella es una mujer muy hermosa y merece a alguien que la quiera y valore más de lo que yo lo hago. Alejandro Pernalette: Eso es suficiente para mi hijo, confío en que sabrás tomar la mejor decisión como me has demostrado siempre. Te quiero. Se que ellos se quedaron hablando otro rato mas, pero no se que habrían dicho porque apenas olí la cama me quede dormida como Blanca Nieves. Julieta: ¿Puedo saber que hacen ustedes tres tan temprano juntas?- Intente sonar lo mas convincente posible, pero se sorprendieron como si fuesen visto a un demonio e hicieron un pequeño salto en las sillas de manera uniforme. Hubo un corto momento de silencio en el que las tres me miraron con el rabillo del ojo pero no lograban decir nada, para intentar romper el hielo salude a Sofía y a Verónica con un beso en la mejilla y dije: Julieta: ¿Entonces, están aquí por mi o por Jenny? No me digan que ahora son intimas amigas... Verónica: Sabes que vinimos por ti Julieta, solo que estabas dormida, fue Jenny la que nos atendió mientras te despertabas y aprovechamos para charlar un rato. Jennifer: ¿Celos? Jajajaja. La mire tratando de seguirle el juego cuando Sofía intervino: Sofía: ¿Y que tal tu noche de sueño? Julieta: Dormí muy bien, ¿Y que tal tu noche? Sofía: Mas corta de lo que esperaba, pero bien. Por cierto, te manda saludos Romeo. Sentí que instantáneamente tres pares de ojos clavaron su mirada en mi espada mientras buscaba mí ligero desayuno rutinario pero las ignore diciendo: Julieta: Que lastima Sofía. Espero que no tardanza, fue mi culpa.
lo hayas regañado mucho por su
Sofía: Tranquila- Dijo con picardía y sarcasmo para luego bajar su voz en tono de murmullos y dirigirse a Verónica a mis espaldas- De eso se encargaron sus padres. Julieta: Lamento decirles que Paris me llamo diciendo que vendría en el transcurso de la mañana, así que no tendremos mucho tiempo para charlar. Verónica: Yo en realidad, quería ver si aun estabas viva luego de la noche que paso. Ya veo que estas mejor que nunca así que supongo que no tenemos mucho de que hablar. Julieta: Si claro, por “lo poco que te conozco” apuesto a que ya hablaste con Sofía, te conto todo lo que paso anoche y ahora ya no necesitas saber nada por mi boca. ¿Me equivoco? Verónica: Quizá un poco, pero lo que si es cierto que ya se lo necesario para seguir viviendo hasta mañana que podamos hablar tu y yo. Sonó la puerta de la casa justo cuando termino de hablar…
Jennifer: Aff seguro es tu noviecito, ya lo huelo, yo me largo para tu cuarto Julieta, creo haber dejado caer uno de mis pendientes allí anoche con tanta emoción. Adiós chicas, fue un placer conocerte Sofía. Espero verte pronto. Verónica: Bueno, nosotras también nos vamos amiga, nos vemos mañana a primera hora, a menos que no tengas nada que hacer en la tarde... Julieta: Si, creo que voy a necesitarte luego de que hable con Paris. Sofía, si quiere venir con Verónica… Verónica: Perfecto amiga hermosa, vengo en la tarde. Sabes que cuentas con mi apoyo incondicional en cualquier momento, solo escríbeme y vengo lo más pronto posible. Sofía: Si puedo venir, con mucho gusto. Hasta luego. Julieta: Chao amigas. Cuídense.
Capitulo IV. El comienzo del fin. Al abrir la puerta, Paris estaba ahí. Ellas salieron y el entro. Me saludo con un beso en la frente, como de costumbre y se sentó una de las sillas. Paris: ¿Como amaneces bella?
Julieta: Bien. ¿Y tú? Paris: Por la forma en que me hablaste cuando te llame, se que pasa algo malo. Cuéntame sin muchos rodeos. Julieta: ¿Estas apurado? Paris: No, solamente intento que al contarme algo malo no te quite mucho tiempo a mi lado. Julieta: De ser así, comenzare utilizando tus palabras: Quiero que entes que nada sepas que valoro y agradezco mucho lo el tiempo que has pasado a mi lado, eres mi mejor amigo Paris y, no es fácil decir lo que intento… Lo cierto es que conocí a un joven en la fiesta de Verónica, eso no es lo importante, a lo que me refiero es a que me di cuenta de que no voy a hacerte infeliz conmigo sabiendo que el amor que te tengo no es el que tú me tienes. Es mi decisión seguir sin ti a pesar de lo mucho que me cuesta hacerlo. Lo único que espero es que respetes mi decisión y si no es pedir demasiado, me prometas que no me guardaras rencor por lo que estoy haciendo. Paris: No voy a negarte que me duele mucho lo que estas diciéndome, pero pensé que siempre había dejado claro que mi mayor interés desde que te conozco es tu felicidad por encima de la mía y no es algo de lo que me arrepienta. Confío en que estés tomando la decisión que mas te convenga y que aquel joven no se pase por la cabeza hacerte daño, de ser así, yo mismo lo buscare debajo de cada piedra y prometo que se arrepentirá. Te amo Julieta, lo sabes, el rencor no es un sentimiento que pueda sentir por ti jamás. No obstante, es mi deber decir que no podre estar contigo por algún tiempo, solo físicamente. Ojala entiendas porque. Me quede perpleja ante su actitud. No me sorprendió su comprensión, creo que fue la impresión que me dio de haberse esperado todo lo que le había dicho y saber lo que iba a responderme a la vez. Pobre Paris. Julieta: ¿Eso que quiere decir? Paris: Que me voy por algún tiempo. Salto de la silla casi huyendo y solo alcance a decirle cuando ya estaba en la puerta: Julieta: Te amo amigo, gracias… Lo abrace con lágrimas en los ojos por la impotencia de no poder decirle que se quedara conmigo. Creo que el también sentía lo mismo pero me soltó y no lo volví a ver.
Corrí a mi cuarto desconsolada y por suerte ya mi hermana se había ido. Llore por
largo tiempo hasta quedarme dormida. Asumo que en ese tiempo mi padre llego a la casa y se entero de todo por mi madre y mi hermana. Ahora pienso que fue lo mejor, no hubiese tenido fuerzas para enfrentar a mi padre después de todo. Toco mi puerta tres veces, la última vez respondí: Julieta: Pase. Alexander Giut: ¿Estas despierta hija? Quise decir que no pero sabia que tarde o temprano tendría que enfrentarme a mi padre. No podía evitarlo por mas de que lo deseara Julieta: Si padre, ven. ¿Cuándo llegaste? Alexander Giut: Hace algunas horas, pero no es de eso de lo que he venido a hablar ahora contigo. Quisiera que me contaras que ha pasado en estos días de mi ausencia. Julieta: Seguramente ya mi madre y mi hermana te han contado su versión de la historia. Alexander Giut: Ciertamente, la han hecho, es por ese motivo por el que estoy aquí ahora. He venido a escuchar tu versión con mi perspectiva neutra. Julieta: Lo que considero deberías saber es que he terminado mi relación de noviazgo con Paris, es lo mas importante. Alexander Giut: Si eso es cierto, ¿Cual es el motivo entonces? Julieta: No es aquel que quiero como mi esposo. Fue un error dejar de ser mi mejor amigo para convertirlo en mi medio de escape de un problema absurdo. Ahora me doy cuenta. Alexander Giut: No puedo creer tal nivel de inmadurez Julieta, me has decepcionado. Tu fuiste quien decidió mantener una relación de noviazgo con ese chico tan educado, noble y mas importante, te quería mas que tu misma, fuiste tu quien lo mantuvo como un medio de drenaje de tus penas, tristezas y obligaciones. Debería darte vergüenza con su familia, esa que dio su apoyo y confianza no solo a ti sino a toda tu familia. ¿Ahora que pensaran de nosotros? ¿Con que cara los volveremos a ver? Perdóname Julieta, pero no logro entenderte, jamás te ha faltado nada, sin embargo insistes en ilusionarte con cada joven que conoces, no, me niego a pasar de nuevo por eso. No cuentes con mi apoyo para esto porque no lo tienes. Julieta: No esperaba menos de ti padre, asumiré las consecuencias de mis actos,
sola si es necesario y como bien me han enseñado. Ahora voy a salir a la playa a tomar un poco de aire fresco si molesta. Permiso. No recuerdo la última vez que me sentí tan mal conmigo misma. Camine por la playa y pensé que alucinaba al ver a María (hermana de Paris) caminar muy apresurada y expulsando humo por cada poro de su piel. Pero no, no era una alucinación, ahí venia la energúmena de María seguramente a decirme lo que no me había dicho Paris. Siendo así, no era el momento para eso y no sabia como iba a reaccionar ante sus obscenas y desmandadas palabras: María: ¡Ahí estas malagradecida! Con tu carita de mosca muerta y tus lágrimas con intento estúpido de manipular a las personas que te quieren como mí hermano Paris. ¿No te da vergüenza? Julieta: Este no es el mejor momento para hablar María, ven otro día porque no tengo la suficiente paciencia para discutir contigo ahora. María: ¿Así que tienes horarios? Pues vas a tener que sacar paciencia de algún lado, tal ves un poco de la que te tenía mi hermano para escucharme. Se fueComenzó a llorar como una niña sin su chupeta favorita- Mi hermano se fue destrozado por tu culpa sin decir a donde ni la fecha en que volvería diciendo: Paris: Tengo que irme de la casa lo mas pronto posible María, no quiero que le digas nada a nuestros padres y que los cuides durante mi ausencia. Mi relación con Julieta ha terminado y no puedo estar en este lugar sin ella a mi lado, tengo que pensar bien las cosas para volver y darle mi apoyo en lo que sea que tenga pensado hacer María: ¿Pero que ha pasado? Paris: Es Julieta, descubrió que ya no puede estar conmigo, y no me sorprende ya que desde el día en que le propuse ser mi novia, sabia que no me amaba como yo a ella. María: Esa… Te dije que no te convenía Paris, te utilizo a su antojo y ahora te manda al carajo por no necesitarte mas, tal y como se hace con un trapo viejo. Pero me va a escuchar.
Paris: Hermana, seguramente tienes un poco de razón, sin embargo te estas dejando cegar por la rabia, ya te dije que sabia lo que Julieta sentía por mi y fui yo quien le pidió que estuviese conmigo. No fue su culpa, no quiero que la lastimes con tus comentarios severos y malintencionados. Promete que no le dirás nada, de lo contrario me enterare y entonces mi problema será contigo.
María: Que bien, yo soy la mala del cuento ahora. Si te quieres ir, hazlo ya. No quiero seguir viéndote.- Lo dije con el dolor más grande de mi alma-. Pero vuelve pronto. Lo ultimo lo alcance a decir mientras que me daba la espalda, no se si me habría escuchado. Al escucharla mi corazón termino volviéndose añicos, creo que fue lo mejor que pudo decirme si sus intenciones eran lastimarme. Con un nudo en la garganta y varias lágrimas derramadas por mi mentón puede decir: Julieta: Ya Paris dijo todo lo que quieres saber y si hacerme sentir miserable es lo que quieres, ya lo lograste. María: Te diré que es lo que quiero si le llega a pasar algo a mi hermano, querré asesinarte con mis propias manos y dalo por hecho si Paris llega peor de lo que se fue. No estoy jugando Julieta. Julieta: Haz lo que quieras- Se balanceo sobre mí cuando de pronto llego un joven y la interrumpió: Damián: ¿Julieta? Julieta: Tú eres…
Damián: Soy Damián, el amigo de Romeo. Creo que estabas con Sofía y conmigo en la fiesta de Verónica. De inmediato se fue María más enfadada y amargada de lo que usualmente era para finalmente aniquilarme con la mirada. Julieta: ¿Y que es lo que haces por aquí a estas horas? ¿Te encuentras bien? Damián: Si estoy bien, es que quise salir un rato a caminar. ¿Me acompañas? Julieta: Entiendo- No quería estar sola y Damián se veía agradable si obviaba la ridícula conversación con Sofía la noche anterior- Claro, vamos. Damián: Te ves fatal. Julieta: Gracias- Dije con una sonrisa de derrota. Damián: Hace un rato estaba hablando con Romeo, me dijo que quería venir pero que esperaba que tú le escribieras ya que en eso habían quedado la última vez que hablaron. Romeo, no había pensado en él, por lo tanto me sorprendí al recordarlo.
Julieta: Tiene razón, por un conflicto lo olvide. Damián: Si aún quieres, puedo ir a llamarlo y así aprovecho para hablar con Sofía. Julieta: No creo que sea buena idea, mírame, tú mismo me has dicho que estoy hecha un caos. Damián: Me refería a tu ánimo y no a tu aspecto físico, a Romeo le encantara vete y hablar contigo. Me parce que necesita hacerlo. No se diga más, espera aquí que lo llamaré y vendrá en un minuto. No pasaron más de cinco minutos cuando ya venía Romeo a lo lejos caminando por la orilla de la playa. Deje de pensar en todo, mi corazón palpitaba a un ritmo avalado, mi mundo repentinamente giro alrededor de él siendo el centro de atención de mis ojos y todos los sentidos de mi cuerpo. ¿Cuándo había sucedido esto? ¿Qué haría con este amor solo mío por el que fui capaz de terminar con mis ataduras? Sentir miedo era irrevocable, sin embargo, el vacío que había en mi corazón fue colmado en lo absoluto con la presencia de él justo en el momento en que lo sentí cerca de mí. Romeo: Sofía me conto lo que paso con tu novio, lo siento mucho. Julieta: Por ella también me entere de la discusión con tus padres y el inconveniente con Amanda.- Sin darme cuenta hable de su novia como si a conociera, quizá fue la manera que encontré más rápida de evadir el tema de Paris. Romeo: Te aseguro que no me afecto tanto como a ti Julieta. ¿Quieres hablar al respecto? Julieta: No creo que quieras escuchar. Romeo: Presumí que ya había quedado claro el hecho de que escucharte me interesa más allá de lo que tu supones. Pese a eso, te recordare que si quiero escuchar. Julieta: Siendo así; mi madre hablo conmigo cuando te fuiste y mi hermana también, pensé mucho en lo que hablamos esta madrugada y llegue a la conclusión de que varias cosas en mi vida no estaban en orden, intente arreglarlo pero creo que lo empeoré. Ahora ya no tiene remedio. Romeo: Así que crees que lo empeoraste… Déjame contarte algo, ayer hable con Amanda y me dijo:
Amanda: ¿Explícame por qué me dejaste esperando en tu casa ayer?
Romeo: Iré directo al grano Amanda, no quiero seguir con nuestra relación de este modo. Amanda: ¿A qué te refieres? Romeo: ¿Sabes cuánto tiempo tenemos sin hablar? Tres meses Amanda, tres, no es justo para ninguno de los dos seguir así y acabar con una amistad por salvar esta relación. Amanda: Yo te amo Romeo y si no nos vemos a menudo nos por mi culpa, no, no quiero que terminemos por esto. Romeo: No he dicho que sea tu culpa Amanda, sé que no está en tus manos ni en las mías pero te aseguro que podrás estar sin mí y encontraras a alguien mejor que yo. Amanda: Sé que no es esa la verdadera razón por la que estas acabando con nuestra relación, pero no te llevaras toda mi dignidad. Adiós Romeo. Romeo: Es posible. Pero tu dignidad está intacta. Es por eso que insisto al decir que eres digna de alguien que pueda ofrecerte más de lo que yo te doy. Amanda: Nunca te pedí nada, así que deja de decir mentiras tras mentiras porque no las creo. Pero si es cierto que soy digna de alguien que me valore y que me quiera, es lo que anhelo. Suerte con aquella por la que hoy me dejas.
Romeo: ¿Dime, como te sientes ahora? Julieta: Culpable. Romeo: No pregunte como te siente con las demás personas. ¿Cómo te siente ahora contigo misma? Julieta: A lo mejor un poco aliviada ahora, pero no por lo que me contaste, sino porque sé que Paris también encontrara a alguien como Amanda en alguna parte del mundo. Romeo: Eso está mejor. Olvidaste lo que dije de no recordar los momentos que se han ido ya que traerán dolor después de todo. Julieta: No es fácil hacerlo cuando son recientes lo recuerdos. Romeo: Mírame- Intente no olvidar que respirar era necesario para seguir con
vida- ¿No puedes olvidarlo? Tuve que dejar de mirarlo para organizar mis ideas y tratar de responder algo coherente. Julieta: Voy a decir algo que no es fácil de decir pero necesito decirlo para desahogarme y no quiero que te sienta responsable por ello: Desde que te fuiste de mi casa no he podido dejar de pensar en… Ti, me siento mal por eso ya que no es correcto sentir esto por alguien que apenas conozco. Romeo: ¿Y qué es lo que sientes? Julieta: No estoy segura, quizá solo sea una ilusión o algo por parecido, me pasa a menudo. Romeo: No creo que sea producto de tu imaginación tomando en cuenta que tú eres real, yo también lo soy y lo que hablamos la última vez también lo fue. Sé que es muy pronto para decirlo y que tal probablemente te asuste escucharlo pero desde el primer momento que te vi me enamore de ti Julieta. Hubo un largo periodo de tiempo de silencio, estaba desorientada con lo que había dicho. Casi por impulso dije: Julieta: Sentía miedo de confesar lo mismo. Romeo: Quiero que seas mi esposa Julieta, tu eres la mujer que buscaba, con la que soñé despierto en una casa alejada de todo y todos… Julieta: ¡¿Qué?! ¿Acaso te volviste loco Romeo? ¿Qué hay con tu familia y la mía? Romeo: Deja de pensar en los demás Julieta por favor, solo piensa en ti y en mi. Julieta: Eso se llama ser egoísta. Romeo: Si eso es lo que crees. Entonces olvida lo que dije. Julieta: ¿En serio quieres casarte conmigo Romeo? Romeo: Olvídalo. Decir en que estaba pensando cuando abrí mi boca, pero sin más dialogo dije: Julieta: Si. Romeo: ¿Si quieres casarte conmigo o si lo vas a olvidar?
Julieta: Si quiero casarme contigo. Romeo: Julieta, sé que fue una propuesta apresurada pe ro… Julieta: ¿Te arrepentiste tan rápido? Romeo: Déjame hablar ,… Yo estoy seguro de que quiero casarme contigo a pesar de lo rápido que se han dado las cosas y quiero saber primero si estas aceptando casarte conmigo porque de verdad quieres y no por sentirte obligada o alguna de las cosas extrañas que a veces sientes. Julieta: Si estoy segura. De lo que no estoy segura es de cómo vamos a hacer eso porque estoy totalmente segura de que mis padre se opondrán de inmediato. Romeo: Eso es lo de menos, si quieres pensar bien las cosas, puedes tomarte tu tiempo, yo te esperaré. Julieta: No tengo nada que pensar. ¿Tú sí? Romeo: Esta dicho, esta noche nos casamos, yo voy a arreglar todo. Espero que no te arrepientas de aquí a la noche.- Estaba feliz, se le notaba a leguas. Se veía perfectamente satisfecho. Julieta: No tardes mucho. Estar en mi casa sabiendo lo que voy a hacer. Romeo: Te amo Julieta ¡Te amo!- Beso mi frente y se fue.
Capítulo V. No hay vida sin ti. Así pasó todo, fui a hablar con mis padres pero una vez mas solo conseguí a mi madre: Lady Giut: ¿A dónde crees que vas? Julieta: Me voy de viaje. Sé que los decepcione a todos, por eso me voy. Lady Giut: Ya va, a ti nadie te está pidiendo que te valla, los problemas no se evaden, se enfrentan. Estas siendo demasiado exagerada. Julieta: Ya he escuchado eso antes. Pero ya es un hecho madre... Lady Giut: Hija, si te vas destrozarás mi corazón. Julieta: Lo siento madre querida. Si no es mucho pedir, discúlpame ante mi padre por lo que estoy a punto de hacer.
Lady Giut: Me has decepcionado como nunca antes lo había hecho Julieta, espere esto de tu hermana, incluso de tu padre, pero de ti en absoluto. Que Dios cuide de ti hija mía, porque yo ya no podre hacerlo. Julieta: Dile a Jennifer que pronto sabrá de mi. Aquel fue el día en que mi madre se dio cuenta de quién era en realidad su hija Julieta, era mi madre fragmentada en mil pedazos por mi inesperada partida, sin duda fue la despedida más dolorosa que había tenido desde el éxodo de mi gran amigo Paris. Fui a casa de Verónica pero no tuve las agallas para despedirme de ella también. Fue ahí donde me encontró Romeo, justo en el instante en que sentía que mi mundo se desvanecía de nuevo lo vi, reconstruyo todo lo que se había roto solo con una sonrisa y un abrazo. Romeo: Gracias. Todo estará bien, ya es la hora. Me tome el atrevimiento de llamar a Verónica para que firmara como testigo y estuvo de acurdo luego de que le conté lo que había pasado. Julieta: Gracias a ti. Romeo: Le pedí el favor a Sofía de que también nos sirviera como testigo, a Damián y a otro señor que estaba cerca. Julieta: Pero mira en las fachas que estoy, no quería casarme así. Romeo: Estoy seguro que no, por eso trate de que fuese la boda más decente y real que pude. El vestido está en una tienda adyacente a la casa de mi tío Alberto. No es muy lejos. Julieta: Bueno, entonces vamos ya.- La única expresión sincera que pudo contraer mi rostro fue una sonrisa de puro agradecimiento. Todos se ponen de pie. Sería conveniente que los esposos estuviesen colocados de tal modo que no diesen la espalda a la asamblea. El sacerdote se dirige a los esposos con estas palabras u otras semejantes: Roberto Collen: Han venido aquí, hermanos, para que Dios garantice con su sello su amor, ante el pueblo de Dios aquí congregado y presidido por su ministro. Un día fueron consagrados en el Bautismo; hoy, con un nuevo sacramento, Cristo va a bendecir su amor, y los enriquecerá y les dará fuerza, para que tengan siempre mutua fidelidad y puedan cumplir siempre con su misión de casados. Por
tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre su intención. ... y..., ¿vienen voluntariamente?
a
contraer
matrimonio
sin
ser
coaccionados,
libre
y
Romeo y Julieta: Sí venimos libremente.Roberto Collen: ¿Están decididos a amarse y respetarse mutuamente durante toda la vida? Romeo y Julieta: Sí estamos decididos.Roberto Collen: ¿Están dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia? Romeo y Julieta: Sí, estamos dispuestos. El sacerdote nos invitó a expresar su consentimiento diciéndonos: Así, pues, ya que quieren contraer Santo Matrimonio, unan sus manos, y manifiesten su consentimiento ante Dios y su Iglesia. Unimos nuestras manos derechas para decir: El esposo: Yo,..., te quiero a ti..., como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. La esposa: Yo,..., te quiero a ti..., como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. Romeo: ..., ¿quieres ser mi mujer? Julieta: Si, quiero. Julieta: ..., ¿quieres ser mi marido? Romeo: Si, quiero. Romeo: ..., yo te recibo como esposa y prometo amarte fielmente durante toda mi vida. Julieta: ..., yo te recibo como esposo y prometo amarte fielmente durante toda mi vida. Volvimos a unir nuestras manos derechas para responder a las preguntas del
sacerdote: Roberto Collen: ..., ¿Aceptas recibir a Julieta Azucena Giut López como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida? Romeo: Si, acepto. Roberto Collen: ..., ¿Aceptas recibir a Romeo Baltasar Montesco Camacho, como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y respetarle todos los días de tu vida? Julieta: Si, acepto. El sacerdote dijo: El señor bendiga estos anillos qué van a ser entregados uno al otro en señal de amor y fidelidad. Amén. Romeo situó el anillo en mi dedo diciendo: Romeo:..., recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. Yo coloqué el anillo en su dedo diciendo las mismas palabras: Julieta:…, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti.
Roberto Collen: El sacerdote prosiguió diciendo: El señor, que hizo nacer entre ustedes el amor, confirme este consentimiento mutuo, que han manifestado ante la Iglesia. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu santo, Amén. Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
Pasaron cinco años luego de aquel maravilloso día, aun lo recuerdo como si fuese sido ayer en que decidí hacer la locura más grande de mi vida, no me arrepiento de nada en absoluto a pesar de que los primeros días viviendo en aquella hermosa casita con el hombre de mi vida me deprimió demasiado estar lejos de mi familia y mi mejor amiga sin olvidar a Paris para variar. Extrañamente, hubo días en que no me sentí muy bien de salud con síntomas de fiebre y tos con flema y lo que mayormente nos preocupaba era que en ocasiones las toces eran con sangre,
lo extraño era que ese tipo de enfermedades no eran frecuentes en mí. Sin embargo, nunca fue de gravedad estando al lado de mi amado Romeo ya que me llevaba al médico constantemente. Como Romeo me aseguro, todo fue mejorando con el pasar del tiempo, volvimos en los próximos dos años de casados y hablamos primero con su familia para quedarnos allá la primera semana. Luego la llegada de Verónica fue inadvertida, se emocionó demasiado al verme allí, le conté todo lo que me había pasado en mis años de ausencia y al pasar de las horas se fue a su casa insatisfecha con lo relativamente poco que le había contado. Mi familia fue el prospecto para entonces, al siguiente día Romeo y yo fuimos a casa de mis padres. Todo estaba tan cambiado, cada casa, cada persona, incluso cada camino por el que caminaba hacia unos años eran ahora totalmente desconocidos para mí. Mi vieja casa, solo había modificado sus colores, al verla tuve serie de sentimiento encontrados que de no ser por Romeo, fuesen sido el motivo de una crisis nerviosa seguramente. No pude seguir, le invente un malestar a Romeo y le pedí que nos fuéramos para su casa lo más pronto posible, tal vez los malestares no eran solo inventos ya que al llegar a la casa comencé a sentirme cada vez peor: Vi a mi esposo llamando al doctor de la familia el Dr. Collen, en cuanto llego comenzó a examinarme, y apenas termino le dio mi diagnostico a mi amado Romeo. Roberto Collen: Romeo lamento decirte que tu esposa contrajo una enfermedad llamada tuberculosis, esta es una infección bacteriana que se transmite por el aire, contagiosa, que compromete principalmente los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos. Aunque la tuberculosis es una enfermedad predominantemente de los pulmones, puede afectar también el sistema nervioso central y aún en la piel que puede causar la muerte. Julieta ha esperado demasiado tiempo y ya la enfermedad no tiene tratamiento, lamento tener que decir que tu esposa esta en sus últimos días de vida. Romeo: No es posible, tiene que haber una solución, una cura para su enfermedad, buscare otras opiniones. ¡Tiene que existir algo, alguien! Roberto Collen: Sería en vano Romeo, considero que lo mejor para ella es que este sus últimos día con sus seres queridos. Romeo: Muchas Gracias Doctor, por lo menos tratare de que estos días se sienta lo mas feliz posible. Pasaron varios días desde la visita del doctor Collen y cada día me sentía peor.