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SANACIÓN DEL ALMA - Anselm Grün Nosotros, los autores del presente libro, trabajamos en el acompañamiento espiritual. En los últimos meses hemos enfrentado, con llamativa frecuencia, el tema de la relación con los padres en numerosas conversaciones conversaciones con ente a la cual acompañamos. En la supervisión de esas conversaciones individuales comprendimos !ue muchas personas est"n profundamente marcadas por las heridas paternas # maternas, # !ue inclusive en su adulte$ continúan sufriendo por ello. %a frase !ue ilumina ilumina un punto de partida de nuestro libro libro pertenece a &riedrich Niet$sche' Niet$sche' ()u* niño no tuviese un motivo para llorar por sus padres+. odos nosotros -tambi*n a!uellos !ue entre tanto tienen sus propios hijos- somos hijas o hijos. odos nosotros llevemos a cuestas nuestra historia familiar # somos parte de la historia de otra persona. %a historia !ue nos vincula con los propios padres desde un comien$o es tambi*n siempre una historia !ue tiene dos caras, una positiva # una dolorosa. %as painas siuientes tratan fundamentalmente del lado doloroso de la relación padres hijos, de las lesiones a trav*s de las heridas paternas # materna # de las posibilidades sanadoras para convivir con ellas. Nuestra convicción es !ue se trata de un tema vital # absolutamente central. Encontrar el sendero de nuestra propia vida o dejar !ue la historia de nuestra vida nos determine depende de cómo sanen las heridas provocadas por nuestros nuestros padres. olo !uien se reconcilia con lo !ue lleo a ser, ser, ser" ser" capa capa$$ de desc descub ubri rirr !u* !u* posi posibi bili lida dade dess se encu encuen entr tran an dent dentro ro de s/. 0eja 0ejar" r" de responsabili$ar a sus padres si su vida no marcha como lo hab/a imainado. En todas las heridas !ue e1perimentamos podemos ver una oportunidad de hallar este ser interior de la propia persona. El secreto m"s profundo de nuestro aut*ntico ser puede abrirse para nosotros s/ observamos conscientemente cómo fue la relación con nuestros padres, !u* tuvo de sanador # !u* de doloroso # enfermante. )uien tiene la valent/a de observar las propias heridas, hallar" a trav*s de ellas tambi*n las ra/ces positivas !ue ha obtenido de sus padres. 2a !ue los padres no sólo han lastimado, tambi*n han dado mucho. omos part/cipes de su historia, de su talento, de sus aptitudes. )uien reprocha a sus padres durante toda su vida sus heridas paternas # maternas, se distancia de las ra/ces positivas de sus padres. u vida pende entonces en el aire. Atravesando las heridas tenemos acceso a nuestro auténtico núcleo . En toda lesión de núcleo est" dentro de nosotros intacto e ileso, si lo descubrimos, dejamos de culpar a nuestros padres. No nos !uedamos en las heridas sino !ue vemos a trav*s de ella hacia nuestra verdadera esencia, hacia nuestro ser oriinal. A este núcleo aut*ntico lleamos al observar nuestros sueños de vida !ue tuvimos de niño, cuando anali$amos nuestros deseos profesionales de la infancia. 3odemos preuntar' 4)u* sendero de vida se encuentra en mi deseo infantil de llear a ser constructor o panadero5 En el deseo de ser constructor e1ist/a un esbo$o de construir alo !ue para los dem"s fuera un hoar. En la imaen del panadero se manifiesta la idea de endul$ar la vida de los dem"s. 6tro camino para descubrir el sendero de nuestra propia vida ser/a recordar los jueos !ue siempre juamos de niños. 7ierta mujer juaba de niña siempre con muñecas, las vest/a # se preocupaba por ella. En ese jueo infantil se manifestaba su sendero de vida, de ocuparse de los dem"s, de atenderlos # cuidarlos. ambi*n podemos hallar el sendero de nues nuestr tras as vida vidass si obse observ rvam amos os dete deteni nida dame ment ntee nues nuestr tros os cuen cuento toss favo favori rito tos, s, a!ue a!uell llos os !ue !ue escuch"bamos con tanto usto de niños, o recordar las narraciones !ue le/amos con entusiasmo. 7ierta niña estaba siempre fascinada por los marinados. u sendero de vida, el camino !ue la condujo hacia su esencia m"s primitiva, consist/a en aceptar marinados. El objetivo del presente libro es reconocer nuestro aut*ntico ser # hallar nuestro sendero de vida m"s primitivo a trav*s de la observación de las heridas espirituales !ue hemos padecido en nuestra infancia. La represión no ayuda: quien no observa a sus heridas será determinado por ellas. Ellas falsean su sendero de vida. Esta persona piensa !ui$"s !ue vive su propia vida. En realidad sólo repite las heridas de su infancia, est" determinada por sus heridas. 3ero no se trata únicamente de observar las heridas sino tambi*n nuestros recursos positivos, las fuentes de las cuales pudo beber nuestra alma desde la niñe$ # los sueño en los !ue se manifestaba la fiura de nuestro propio ser.
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i tomamos contacto con nuestra esencia tal como 0ios lo ha pensado para nosotros, entonces floreceremos, fluir" en nosotros nueva ener/a # percibiremos !ue la vida vale la pena, !ue sentimos placer en esta vida única. 8n criterio para encontrar el propio sendero de vida es siempre !ue la vida flu#a dentro de uno # emane hacia el e1terior. i mi sendero de vida consiste por ejemplo en el cuidado de los dem"s, entonces sentir* placer en ello, me har" bien. 3ero si a#udo a los dem"s simplemente para no sentir mi herida materna, !ui$"s acaso para atenuar mi propio dolor por la dedicación no recibida, entonces r"pidamente me sentir* sobree1iido, e1tenuado # aotado. No se trata de acusar a los padres sino de reconciliarse con ellos. El psicoterapeuta 9ert :elliner, !uien ha refle1ionado mucho acerca de los enredos incurables # enfermantes en el sistema familiar, critica con ra$ón !ue muchos esperan la sanación de sus heridas a trav*s de la e1presión # manifestación de su enojo. ;l habla de venerar # honrar a los padres, lo cual no sinifica !ue transfiuremos a los padres mediante una lu$ rosada # aprobemos todo en ello. Ellos tienen ciertamente sus l/mites. No siempre nos han dado lo !ue necesit"bamos. 3ero aun cuando esto fuera as/' debemos cesar reproch"rselo. 0ebemos aradecerles lo positivo !ue realmente nos han dado. ambi*n pudimos obtener de ellos. Ellos conforman las ra/ces a partir de las cuales ho# vivimos. in estas ra/ces nuestro "rbol de vida se seca. 3ara poder aceptar a!uello !ue nos han dado nuestros padres # tornarlo útil para nuestra vida, es importante comprenderlos en su limitación # en su propia historia. i los entendemos, no los ju$amos.
ichter ??@. Buchos elien situaciones en las cuales su pareja o jefe, su amio o su amia los lastiman de la misma manera !ue sus padres. 8na mirada en la historia nos muestra cómo las personas heridas durante su infancia actúan sus heridas con los dem"s durante toda su vida # !u* consecuencias provoca. 9asta con observar la vida de tiranos o de delincuentes violentos. 3or rela eneral se trata de niños heridos !ue transmiten sus heridas de manera brutal # sin embaro nunca pueden desprenderse de ellas. ambi*n e1isten las (victimas inocentes+ !ue se lastiman as/ mismas constantemente # se sientes a usto de su papel de victima.
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3ero como victimas a menudo tambi*n se convierten en actores. 2a !ue como victimas impiden a las personas de su entorno vivir la vida !ue les corresponde. IMPUL! "PI#I$UAL"
En este libro no se trata para nosotros e1clusivamente de la dimensión psicolóica de las heridas paternas # materna sino tambi*n del aspecto espiritual. %os reconocimientos psicolóicos deben ser tomados seriamente. 3ero no !uisi*ramos !uedarnos en ellos. En la refle1ión de la dimensión espiritual nos interesa principalmente la cuestión acerca de las medidas en !ue la confrontación con las palabras de 0ios en la 9iblia pueden sanar nuestras heridas espirituales. 3ara ello observaremos e interpretaremos las cuatro cl"sicas historias de la relación !ue nos describe la 9iblia. %a relación padre hija en Barcos C, la relación madre hija en Barcos D, la relación padre hijo en Barcos # la relación madre hijo en %ucas D. en estas cuatro historias de relación aparece en cada caso Fesús como terapeuta !ue se ocupa tanto del padre # de la madre como as/ tambi*n de la hija # del hijo. 6tras cuestiones centrales !ue a continuación nos interesan' 4 en !ue medida puede a#udarnos la meditación acerca de esta historia de sanación a comprender # a sanar nuestras propias heridas provocadas por nuestros padres5 4 7ómo podemos e1perimentar ho# en nosotros la fuer$a sanadora de Fesús5 4 En !ue se diferencia una psicoterapia de acompañamiento espiritual5 4 0ebemos concurrir con nuestras heridas a un terapeuta o tambi*n es posible el camino hacia Fesús5 4 7ómo podemos reconocer nuestra propia persona a trav*s del encuentro con Fesús # hallar nuestro sendero de vida m"s primitivo5 4 iene Fesús aluna relación con el descubrimiento de nuestro propio ser5 4 )ue piensa 7.G. Fun al denominar a Fesús el m"s claro ar!uetipo del s/ mismo5. No debemos confundir a Fesús con un mao !ue simplemente con tocarnos permite deshacernos, en lo posible sin dolor, de nuestras heridas. %as historias de sanación de la 9iblia, en cu#o centro est" Fesús como terapeuta, nos demuestran caminos en lo !ue se transforman nuestras heridas # cómo al confrontarnos con ;l podemos hallar nuestra aut*ntica fiura Fesús actúa en esta historia como terapeuta e1perimentando. 3ero simult"neamente actúa a partir de su unión interna con 0ios. 0ios es la verdadera fuente de salvación # sanación. El modo en !ue Fesús aborda en las narraciones b/blicas al padre # la madre, al hijo # la hija, nos muestra cómo proceder con nuestras propias heridas paternas # maternas. i observamos detenidamente las historias de sanación, descubriremos posibilidades para nuestra sanación # pasos hacia una vida aut*ntica. En el centro estar" una # otra ve$ el reconocimiento de !ue debemos reali$ar la sanación por fuer$a propia. Ella tiene luar cuando observamos # elaboramos nuestras propias relaciones a la lu$ de la historia de relación b/blica, # nos ofrecemos con nuestras heridas a este Fesucristo, para !ue su esp/ritu sanador nos to!ue, nos levante # nos colo!ue en el camino en el cual hallaremos nuestra verdadera vocación, en el cual flore$ca nuestro ser aut*ntico e ileso. %a dimensión espiritual de nuestras heridas # su sanación toca sin embaro otro aspecto m"s. %a e1periencia con nuestros padres marca esencialmente nuestra imaen de 0ios. iene poco sentido refle1ionar teóricamente sobre la imaen de 0ios. 0ebemos observar previamente cómo nació nuestra imaen de 0ios, por !u* nos aferramos aun inconscientemente a la imaen del 0ios severo, arbitrario # controlador, por !u* en nuestro inconsciente reinan aún el 0ios contador o el 0ios e1iente. En !u* medida podemos reconocer # amar en 0ios a nuestra aut*ntica madre o a nuestro aut*ntico padre, depender" de nuestra propia e1periencias paternas # maternas. ambi*n nuestro camino espiritual tiene su ra$ón en las e1periencias de la infancia. :a# !uienes ven tambi*n en su camino espiritual únicamente la satisfacción de las e1pectativas de los padres o divinas. nicamente se colocan bajan presión. En su vida espiritual !uieren reali$ar todo correctamente. 0e tal forma, su espiritualidad nos los conduce hacia la vida # hacia la libertad, hacia el amor # hacia la amplitud, sino a la estreche$, el temor # la e1iencia. %as heridas espirituales no sólo duelen, tambi*n son al mismo tiempo una oportunidad para crecer espiritualmente. 7uando esto# lastimado, no puedo continuar escondi*ndome tras una fachada aparentemente perfecta. %a herida !uiebra mi m"scara detr"s de la cual no sólo me escondo ustosamente frente a las personas sino tambi*n frente a 0ios.
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All/, donde m"s profundamente estamos lastimados, tambi*n estamos abiertos a 0ios nuestras heridas nos remiten a 0ios. Nos muestra !ue nosotros mismos no podemos a#udarnos. No sólo dependemos de la a#uda de otras personas sino, última instancia, tambi*n de la a#uda de 0ios. in embaro, no se trata de utili$ar a 0ios para liberarnos lo m"s r"pidamente posible de nuestro padecimiento sino !ue a trav*s de las heridas nos abrimos a 0ios. %as heridas pueden transformarse en la puerta de entrada para su racia. 8na ve$ reconciliado con mi herida # abierto al amor sanador de 0ios, dejo de culpar a mis padres por la escasa ternura !ue me han dado. Esto# en armon/a con mis heridas. 3uedo aradecer a 0ios no haber lleado a estar satisfecho. Esto me mantiene vivo. El hambre interior me permite buscar el amor en el cual no vuelvo a depender de las personas. Bi hambre # mi sed pueden, en última instancia, ser calmadas únicamente por el amor infinito de 0ios. "%"&$! "' "L A(UL$! (" LA )"#I(A (" LA &!#$A I'%A'&IA %as dificultades !ue uno tiene en la familia, en su comunidad, en el trabajo # en el trato con colaboradores # amios # amias, tienen su ra$ón de ser a menudo en las e1periencias de la infancia. )uien por ejemplo no ha tenido la e1periencia de un padre !ue le brindara sost*n # lo respaldara, tendr" dificultades con autoridad. 3resiente en cada autoridad a aluien !ue !uiere someterlo # hacerle dif/cil la vida. No puede enfrentar los conflictos por!ue no tiene respaldo. e compara constantemente con los dem"s # se adecua a ellos. 2 cuando *l mismo debe ejercer autoridad lo reali$a frecuentemente de manera mu# autoritaria. %a mujer !ue no ha encontrado en su madre el cobijo !ue anheló en lo profundo de su cora$ón, durante toda su vida buscar" madres sustitutas. 2 se aferrar" firmemente a a!uellas !ue ama para no perder su dedicación. Aotar" sus fuer$as para la madre ilesia o para la institución escolar o la universidad o la empresa, para e1perimentar finalmente el amor !ue no ha tenido de niña. 3ero de este modo se sobree1ie ella misma # a los dem"s e inresa en un c/rculo vicioso de soledad. Nunca recibir" la dedicación !ue anhela.
iempre se decepcionar" por!ue su ansia no tiene l/mites. %a observación de las heridas paternas # maternas no debe convertirse en modo aluno en una disculpa, por cierto en el sentido de ( dado !ue #o estuve esta e1periencia, no puedo hacer otra cosa, por esa ra$ón care$co de confian$a en m/ mismo # mi vida no puede tener *1ito+. Esto ser/a una e1cusa. En alún momento debemos asumir la responsabilidad por nuestra propia vida. Esto sinifica tambi*n !ue debemos reconciliarnos con las heridas !ue e1perimentamos de niños. Entonces podr"n convertirse en una fuente de vida. Nuestras heridas se transformar"n en perlas, como afirmar :ildeard von 9inen. i observamos nuestras heridas podremos comprendernos mejor. No nos autocondenaremos por reaccionar tan sensiblemente. Es claro !ue seamos tan sensibles con estas heridas, tan f"cilmente molestos, tan temeroso frente a la autoridad. >eci*n la compresión nos libera de la propia condena. 3ero tampoco debe !uedar en la mera comprensión. e trata de descubrir en mis heridas el talento, precisamente la perla, !ue hace valiosa en mi vida. En la herida siempre se encuentra tambi*n mi oportunidad. i por ejemplo he recibido mu# poca ternura, ser* sensible a todas las personas !ue padecen de un d*ficit de amor. 2 por no haber sido satisfecho en mi necesidad de amor # cercan/a, he tomado el camino espiritual. No me conformo con instalarme bien. 3ermane$co vivo en mi anhelo de 0ios. 3recisamente descubro mi sendero de vida en mis heridas. Bis heridas se convierten entonces en mi oportunidad de reconocer # vivir mi propio carisma. 0e este modo lo neativo se transforma en fuente de bendición para m/ # para otros. &!MPLI&A&I!'" "' LA #"LA&I*' PA(#"+)I,!
No resulta novedoso !ue la relación de los hijos con los padres sea compleja' por m"s !ue los padres tenan la mejor intención para con su hijo, le transmiten sus propias e1periencias infantiles como hijos e hijas.
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i por ejemplo una madre padeció de niña !ue su hermana fuera m"s bonita !ue ella # est" fuera la preferida de su padre, no asombrar" !ue controle celosamente a su hija # la humille. No puede tolerar !ue su hija reciba la dedicación !ue ella tanto ansió. No ve en ella a su hija sino a su hermana con la cual rivali$ó toda su vida. Entonces su hija se convierte en su rival. 6 ella ver" en su hija un aspecto de su propio ser. A trav*s de la belle$a de su hija !uiere compensar sus propios fracasos en este campo. %a hija se convierte en reempla$ante !ue debe vivir a!uello !ue le fue vedado a su madre. E1isten numerosos enredos entre padres e hijos. 7omo el caso de la madre o el padre !ue ven en el hijo un reempla$o de la propia madre o del padre. 3uede suceder !ue una madre !uiera remedar en su hija la culpa !ue siente frente a su propia madre. 6 !ue necesita de la hija para encontrar amor. %a hija deber/a darle todo el amor !ue no tuvo de sus padres. Ella ama a su hija con la intención inconsciente de ser amada infinitamente por ella. 8tili$a a la hija para sus propias necesidades sin l/mite. No le da a la hija lo !ue necesita sino !ue toma de ella # de este modo la sobree1ie. %os ejemplos son numerosos' 7uando el padre de la hija o la madre del hijo los toman como reempla$o del cón#ue, nace un intenso v/nculo emocional # erótico !ue no permite vivir al hijo o a la hija como ser/a adecuado para ellos. Ellos son utili$ados por los padres para sus propias necesidades insatisfechas. A veces los padres ven en los hijos un aspecto de su propio ser. Ella pro#ecta en los hijos su ser ideal !ue nunca loraron # el hijo debe vivir entonces supletoriamente lo !ue a los padres no les fue permitido o no pudieron. 6 los padres pro#ectan en el hijo un aspecto neativo de ellos mismo. Entonces el hijo se convierte en el chivo e1piatorio sobre el cual descaran todo lo !ue arrastran como cara inconsciente. Ellos pro#ectan sobre el hijo lo !ue no !uisieron carar sobre s/ mismo. Ellos no pueden resolver su propio conflicto sino !ue lo descaran en forma supletoria sobre el hijo o la hija. Esto los libera de enfrentar la propia verdad. 3ero el niño convertido en chivo e1piatorio de los problemas irresueltos # los conflictos reprimidos de los padres, frecuentemente aterri$a en el desamparo o en conductas neuróticas. 6tra forma de lesión se verifica cuando el niño es utili$ado por los padres como aliado, como amio o amia, o como confidente. %a madre toma al niño como arma contra su padre # a la inversa El niño es tironeado entonces de un lado para el otro # no puede construir una identidad clara. 2 tambi*n de adulto continuar" el jueo de la utili$ación =comp. >ichter H-@C@. ?. )"#I(A MA$"#'A %a madre brinda al hijo protección # la confian$a primitiva. Ella es la primera persona de relación para el pe!ueño # le transmite al reci*n nacido !ue pueda confiar en !ue el mundo es bueno # !ue puede confiarse en la bondad del mundo # de los hombres. %a madre permite !ue su hijo e1perimente !ue puede ser tal cual es, !ue puede tener necesidades # !ue estas necesidades se satisfacen. Ella le muestra la pro1imidad # el amor, le brinda la sensación de !ue es bienvenido, aceptado # amado sin condicionamiento. al e1periencia b"sica es la !ue necesita el niño como fundamento firme sobre el cual poder desarrollarse. 3ero pr"cticamente ninuna madre puede cumplir esta tarea en todo momento # en todo luar. ampoco ser/a bueno para el niño si e1istiera la madre perfecta, #a !ue no sólo puede aprender del amor infinito de la madre sino tambi*n de su limitación. %a ra$ón por la cual mencionamos a continuación alunas heridas provocadas por las madres no es para crear remordimiento en ellas, #a !ue a todos nosotros nos hieren, lo !ueremos o no. Es determinante, s/ cómo manejamos nuestras heridas. i enfrentamos las heridas maternas, ellas pueden sensibili$arnos para con nosotros mismo # con los dem"s. 2 principalmente nos protee una concienti$ación # autoconfrontación, de tal modo !ue inconscientemente transmitimos las propias heridas o nosotros mismo nos lastimamos o eleimos una # otra ve$ a!uellas situaciones !ue repiten las heridas de la infancia.
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Las heridas maternas de las hi-as A veces la herida materna aparece antes del nacimiento del niño. )ui$"s no sea bueno el embara$o de la madre. Ella se resiste interiormente a *l. Ella fuma por!ue no puede resinarse a !ue precisamente ahora ser" madre. 6 la relación con el hombre es poco clara. %os conflictos espirituales en el momento del embara$o transcienden al niño en el vientre materno. En el seno de la madre el niño est" e1puesto a los estados de "nimo # humor a la disposición f/sica # espiritual de la madre. 2 a veces recibe la ambivalencia interior de la madre !ue, por un lado se alera por el hijo. 3ero al mismo tiempo siente temor frente al nacimiento. 7uando alunas madres leen acerca de tales problemas, sienten de inmediato remordimiento # se preuntan cómo fue su propio embara$o. 3ara todas ellas, por suerte, el niño tiene siempre tambi*n, a pesar de todas las e1periencias traum"ticas, un potencial de sana ener/a !ue puede transformar todas las heridas.
8na herida materna profunda sure cuando la madre no puede cumplir su tarea de brindar protección a su hijo, por!ue est" ocupada consio misma o sobree1iida con esta tarea. As/, por ejemplo, nace una niña precisamente cuando la relación de los padres atraviesa una crisis raves. %a pe!ueña percibe inconscientemente !ue la madre no es capa$ de establecer una relación con ella por!ue est" demasiado ocupada consio misma. %a niña reacciona frente a la incapacidad de relación de la madre recha$"ndola. No toma alimento. e resiste probablemente frente a todos el intento de contacto de la madre. Inconscientemente castiada a la madre por!ue no recibe de ella lo !ue necesita. As/ sure una mañana compleja en la relación, en la cual ambas padecen. 8na ve$ !ue la niña se convierte en mujer debe enfrentar esa herida. 2 siempre resulta un camino doloroso, primero establecer la relación consio misma # lueo una relación con la madre carente de recursos. 7ierta mujer cuenta !ue, de niña, su madre no la !uer/a. 3ero su madre !uer/a sin falta !uedar embara$ada, por!ue las mujeres embara$adas al final de la uerra estaban liberadas de trabajar en las f"bricas de municiones. %a niña percib/o inconscientemente !ue la madre la utili$ó pero realmente no la amó. 6tras madres ans/an !ue al tener su hijo mejore la relación con su pareja. 6 !uedan embara$adas para, de este modo, unir a su novio a ellas. Bujeres ma#ores cuentan !ue a su se1ta o s*ptimo hijo en realidad #a no lo !uer/an, por!ue estaban al final de sus fuer$as. A veces conscientemente descuidaban lueo al niño. 3ara ellas era la única forma de venarse del hombre por el dictado de sus deseos. En todo estos casos el hijo es utili$ado para otros fines. %as consecuencias' 0urante toda su vida la persona es prisionera de la sensación de no ser amada por si misma sino utili$ada por los otros para sus fines. Esto conduce lueo a !ue se proteja frente a los dem"s # !ue no permita !ue nadie se le acer!ue emocionalemte. 8na niña utili$ada anhela una persona !ue finalmente la ame sin condiciones. 3ero a menudo e1perimenta la reiteración de su situación infantil. Inclusive la persona de la cual recibe amor incondicional, en alún momento se aprovecha. &recuentemente la madre esta sobree1iida con su hija por!ue esta demasiado in!uieta o no puede dormir de noche. )ui$"s la madre tena en ese momento mucho estr*s en el trabajo o en el hoar. No puede soportar la intran!uilidad de su hija, se torna aresiva # le pea, aun!ue en realidad no hubiera !uerida hacerlo. No puede hacer otra cosa. Ella padece no corresponder a las necesidades de la niña. Entonces intenta compensar a la niña por su ata!ue de ira mediante un amor desmentido. 3ero de esta forma confunda a la niña, !uien no entiende. Buchas madres estuvieron sobree1iidas en la posuerra. Estaban preocupadas por sus maridos !ue estaban en el frente mientras ellas mismas viv/an en sus casas con el temor de ata!ues a*reos # deb/an ir con sus hijos a los refuios. En una situación colmada de preocupaciones de esta naturale$a, las necesidades de muchos niños !uedaron insatisfechas. 8na mujer !ue creció como niña bajo estas condiciones siempre tiene la sensación de !ue (todos lo !ue hao est" e!uivocado. No puede hacerlo como !uiere mi madre+. 7uando una e1periencia tal se convierte en nuestro modelo interior, nos pesa durante toda la vida.
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6tra herida materna sure cuando la madre utili$a a su hija como confidente' 8na mujer no se entiende con su esposo # le cuenta a la hija sus problemas con#uales. &recuentemente pinta entonces una imaen neativa del padre, lo cual confunde a la hija !ue percibe a su padre de manera totalmente distinta, #a !ue lo ama. Ahora no sabe a !ui*n crecer, a la madre o a su propio sentimiento. 2 se produce una confusión de sentimientos. A veces la madre enerali$a # transmite a la hija una imaen destructiva de los hombres' los hombres son machos, sólo !uieren se1o, son infieles, eo/stas, fr/os, no saben dominarse. %a consecuencia' una imaen de los hombres tan neativa blo!uea posteriormente a la hija en su relación con los hombres. A menudo tambi*n est" unida a la imaen neativa de los hombres una imaen destructiva de las mujeres. %a madre no puede aceptarse a s/ misma como mujer. Nunca aprendió a amar su se1ualidad. Entonces lastima a la hija pint"ndole una imaen neativa de la mujer. 8na mujer recibió como mensaje de su madre la frase' (7omo mujer eres la última basura, el felpudo de los hombres (. Esta madre e1perimentó despu*s de la uerra cómo las mujeres se convierte en presa f"cil para los soldados de la ocupación. 2 cuando el locador !ue alojó enerosamente a ambas mujeres, abusó se1ualmente de la hija, la madre no pudo proteer a su hija de ello. Ella le transmite lueo a la hija !ue tal es el destino de las mujeres. Ella pro#ectó su propia miseria a la hija. No asombra por ende !ue la hija nunca ha#a encontrado aler/a en el hecho de ser mujer # ha#a re!uerido de una prolonada terapia para descubrir su valor de mujer. 6tras madres transmiten a sus hijas la sensación' (JNo te acer!ues demasiadoK+ i bien por un lado !uieren ser madres afectuosas, por el otro sienten temor ante una pro1imidad e1cesiva. No pueden demostrar la pro1imidad por!ue !ui$"s ellas mismas est"n impedidas # son incapaces de manifestar sus sentimientos, o por!ue no han e1perimentado cercan/a de su propia madre. %a hija notar" reci*n mucho tiempo despu*s, !ue ella transmite el mismo mensaje a los hombres # a las mujeres. Ella anhela cercan/a pero no es capa$ de darla o permitirla por!ue el mensaje inconsciente a todos los !ue se acercan a ella es' (JNo te me acer!ues demasiadoK+. 8na hermana de la orden cuenta !ue de niña ella siempre deb/o trabajar duro # nunca ten/a permiso para juar. Aparentemente la madre ve/a su propio valor en el servicio. 0e esta forma le transmitió a la hija !ue e1isten cosas m"s convenientes !ue juar # perder el tiempo. (3rimero el trabajo, lueo el jueo+, era el lema. %a hija ni si!uiera pod/a disfrutar unos instantes para s/ misma. %a madre siempre volv/a a encontrar una tarea para encomendarle a la hija. Esto se rabó tan profundamente en la hermana !ue hasta, en la actualidad, llea siempre un minuto tarde a la oración coral para !ue ninuna de las hermanas pueda pensar !ue tiene mu# poco trabajo. 6tras hijas son colocadas por la madre mu# r"pidamente en el papel de madre. on responsables por sus hermanos menores # no pueden disfrutar por ende su niñe$ o su juventud. %ueo, de adultas, se sienten estafadas en su propia infancia. Las heridas maternas de los hi-os
%os hijos tienen e1periencias distintas de las hijas. A menudo las madres tienen inconscientemente una relación m"s estrecha con ellos. 7uando esto conduce a !ue los malcr/en o den preferencias, les resultar" dif/cil a ellos poder crecer. A veces tambi*n sucede !ue, cuando el padre deja la familia o cuando la relación entre los padres es mala, los hijos varones son tomados como pareja sustituta. Entonces se convierten en pr/ncipes !ue todo lo tienen permitido # !ue no necesitan atenerse a ninún limite. 7uando el hijo es utili$ado como pareja sustituta, !ueda liado inconscientemente a la madre # no tiene entonces posibilidad aluna de vivir su masculinidad. %a madre continua durmiendo en la cama matrimonial con su hijo de trece años # no nota como ella despierta en *l su se1ualidad. 3ero al mismo tiempo refle1iona !ue el hijo reprime sus fantas/as e intereses se1uales. Ella se pone celosa cuando el hijo se enamora de una chica. %a madre pro#ecta en el niño su temor frente a la se1ualidad.
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3or un lado lo en"ltese como hombre, por el otro le impone una imaen masculina !ue reprime la se1ualidad # !ue permite únicamente el (puer aeternus el joven por siempre niño+, lo cual a menudo provoca !ue los hombres rehúsen toda responsabilidad, !ue finalmente absorban a la madre # nunca tomen su vida en sus manos. E1isten muchos hombres !ue a los cuarenta años aun viven con su madre. Generalmente son desempleados por!ue no pueden embarcarse en ninún trabajo. 0epende económicamente de su madre, muchas veces tienen problemas de alcoholismo # se aprovecha veron$adamente de su madre. 3ero dado !ue ella esta interiormente liada a su hijo, no tiene el valor de arrojarlo del c"lido nido para !ue finalmente se convierta en adulto. Adem"s del enaltecimiento del hombre, a menudo tambi*n sucede lo contrario' por el temor de la madre a la confrontación con el esposo, ridiculi$a al muchacho en su masculinidad. Eso puede provocar una profunda inseuridad en su papel de hombre. 7on frecuencia tales relaciones entre la madre # el hijo son contradictorias # confusas. El hijo anhela a su madre # la madre a su hijo. 3ero al mismo tiempo la madre se proh/be una relación mas estrecha con el hijo # lo desvalori$a en su identidad masculina. ales hijos permanecen a menudo tironeados entre sus anhelos de una mujer # el temor frente a ella. En su fantas/a se imaina cuan bonito seria tener una mujer comprensiva. 3ero ni bien les interesa una mujer se retraen por temor a !ue ella los ridiculice en su masculinidad. %a ma#or herida en la relación entre la mujer # el hijo es la e1periencia de ser abandonado, lo cual puede suceder por iual a hijas e hijos. 8n hombre cuenta !ue su madre, !uien viv/a sola, permanentemente lo amena$aba con suicidarse si el no era obediente. Al hijo no le !uedaba otra opción !ue adaptarse. 7onstantemente deb/a vivir con miedo a !ue la madre se !uitara la vida # !uedara abandonado. Aun cuando a veces deb/a reprimir su aresión, en ciertas oportunidades sal/a a la lu$. ;l no ten/a permitido ser un niño, deb/a preocuparse por su madre. Alo similar e1perimentan muchos niños cu#as madres enferman a edad temprana, #a sea f/sicamente o de depresión o neurosis. 7ierto hombre ten/a una madre psicótica. 2a de niño se averon$aba cuando su madre aparec/a en la ciudad, #a !ue constantemente vociferaba. &inalmente le faltó su madre. Es comprensible !ue durante parte de su vida ha#a estado buscando un reempla$o de su madre. 2 tambi*n la verüen$a lo acompaño durante años. ;l se averon$aba de s/ # de su conducta. 2 una otra ve$ se relacionaba con personas de las cuales deb/a averon$arse. 8na situación no tan e1traña' el padre le pea a su hijo la madre indefensa est" a su lado. i bien alunas madres tratan de intervenir a favor de sus hijos, viven lueo una situación tal !ue no les !ueda opción. ienen miedo de !ue el padre, en un ata!ue de ira, tambi*n les le peue a ellas. %os hijos lo viven entonces como traición de la madre. Badre se retira. No dice nada. >eprime su propio sentimiento. Esto resulta para el hijo una e1periencia !ue lo marca # hiere profundamente, una herida materna !ue permanece. 6tro hombre cuenta !ue de niño su padre lo encerraba siempre en un sótano oscuro. i bien la madre lo ve/a, nunca intentó evitarlo. Ni si!uiera hablaba en su favor. %a sensación de traición # abandono se ha marcado profundamente en este niño. 7ierta madre, sobree1iidas con conducta rebelde de los hijos, los amena$a con cortarle al padre si no les obedecen. 8na madre !ue actúa de este modo no ofrece protección, delata a los hijos frente al severo padre. ambi*n *sta resulta una e1periencia de abandono. El terapeuta sui$o heodor 9ovet ha dicho !ue las adicciones son siempre un sustituto de la madre. Esto naturalmente no sinifica !ue las madres son culpables de la adicción. ambi*n puede suceder !ue el hijo o la hija no loren desprenderse de la protección materna. 6 !ui$"s sencillamente no ha#an e1perimentado esta protección materna debido a circunstancias e1ternas, aun cuando la madre ha#a puesto todo su empeño en ello.
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%a adicción puede nacer por la e1periencia de la falta de protección. En el alma permanece siempre un aujero !ue no puede llenarse. 3ero tambi*n puede nacer por la condescendencia. %a malcrian$a reempla$a a menudo una relación afectuosa normal con el niño. 7uando una madre malcr/a a la hija o al hijo lo hace precisamente por!ue !uisiera ver concretado en ella o en *l lo !ue ella nunca tuvo permitido. &recuentemente tras la malcrian$a se esconde un remordimiento por no poder dar al hijo lo !ue necesita, o el empleo del hijo para fines propios. %a madre malcr/a al hijo para vivir en *l su propia vida no vivida. %os hijos malcriados caen frecuentemente en una adicción. No sólo en adicciones materiales como el alcohol, las droas o las p/ldoras. ino tambi*n en a!uellas adicciones inBateriales como la man/a de relación, la man/a de jueo o la adicción al trabajo. 3ero tambi*n la anore1ia, en la cual la joven se resiste a comer # protesta frente a su rol de mujer, puede ser consecuencia de relaciones enfermi$as con la madre. A la inversa, la ula, unida frecuentemente a la bulimia =vómitos tras un ata!ue de comer, muestra !ue la joven (tapona+ con comida su falta de protección para dejar de sentirse sola. "l e.ecto de las heridas maternas en los adultos
)uien padece una herida materna añora a su madre durante toda su vida. 7onstantemente necesita dedicación # reconocimiento. ales personas pro#ectan a menudo su herida espiritual a las personas con !uienes conviven. En las palabras inofensivas escuchan recha$o. En cual!uier mirada preocupada ven insatisfacción en el otro. odo lo refieren a ellas misma # tienen constantemente miedo a !ue el otro los rechace. Nunca consiue la pro1imidad necesaria # si aluien se dedica a ellas se aferran a *l. 3ero cuando m"s !uisieran retenerlo, tanto antes se desprende de ellas, #a !ue con su necesidad e1aera de dedicación eneran temor en otro. Ellas controlan a todo responsable de un rupo o de una empresa para ver si hablan con ellas la misma cantidad !ue con los dem"s. 9uscan una pro1imidad constante buscan conraciarse con ellos. 6 dan todo para conseuir as/ dedicación. )uien da mucho, tambi*n necesita mucho. Alunos dan todo por!ue son insaciables en su necesidad de amor. )uien por ejemplo dirie un rupo debe calcular siempre !ue los interantes traen consio sus heridas paterna # materna. 7uando tienen una herida materna observar"n con detalle al l/der para ver cu"nto tiempo habla con este o con a!uel colaborador, con esta o con a!uella mujer. 7ontrolan celosamente !ue les brinde la misma atención !ue a los dem"s. 6 hacen todo para atrapar su atención. Ellos entienden la empresa, la comunidad, la familia como madre sustituta. No pueden e1istir conflictos. 8na discusión es siempre una amena$a !ue les roba la sensación de estar en casa. 3ero !uien como l/der de un rupo de persona padece de una herida materna de cual no es consciente o !ue le pasa inadvertida, tendr" dificultades para conducir objetivamente. 8tili$ar" su tarea de conducción para hacerse !uerer' !ue todos lo !uieran. ;l necesita la función de conducción para satisfacer sus propias necesidades de dedicación. 3ero de esta forma *l no est" libre para conducir realmente bien a las personas # despertar vida en ellas. 8tili$a a las personas para s/ mismo. )uien se reconcilia con una herida materna naturalmente no ha resuelto de este modo todos los problemas de su vida' su historia absolutamente personal puede convertirse en fortale$a para *l pero simult"neamente tambi*n en una amena$a. )uien cuida de los dem"s en virtud de su herida materna puede entender bien el sentimiento del otro # a#udarlo. 3ero tal persona debe saber al mismo tiempo de la amena$a !ue radica all/, de intervenir siempre a favor de los dem"s # preocuparse mu# poco de s/ mismo. %a herida materna puede convertirse en nosotros en la ra$ón de un talento !ue se e1presa en !ue podemos crear un hoar para lo dem"s. 3ero al mismo tiempo no debo olvidar dónde puedo tener la propia sensación de hoar. 0ebo estar bien conmio mismo. 0e lo contrario corro el peliro de ofrecer a los dem"s un hoar con mucho amor # fantas/a, pero hundirme #o mismo en mi soledad.
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>eci*n descubro mi sendero de mi vida cuando veo en mi herida materna simult"neamente la oportunidad # la amena$a. Entonces esto# proteido frente al tra$ado de un sendero e1cesivamente unilateral # de hundirme en el lodo de mis necesidades inconscientes. @. )"#I(A PA$"#'A El padre tiene la misión de fortalecer la espalda del hijo, de transmitirle valor para la aventurarse en la vida # asumir riesos. 7erca del padre, el hijo a menudo se atreve m"s !ue cuando est" solo. e atreve a saltar el arro#o, tiene el valor de sentarse en su bicicleta. El padre le fortalece al hijo su columna vertebral # le libera la espalda. 7uando falta la e1periencia paterna el hijo busca una columna vertebral de reempla$o, # a menudo *sta consiste en la ideolo/a, en principios claros # firmes detr"s de los cuales se esconde. heodor 9ovet comenta al respecto !ue la ideolo/a es el reempla$o del padre' !uien carece de columna vertebral necesita otro sost*n. 2 las normas r/idas se lo brindan a menudo, normas detr"s de las cuales se oculta. 7uando un padre no nos fortalece la espalda es menester aferrarse a principios !ue le brinden a uno seuridad supletoria. ales hombres # mujeres parecen a primera vista fuertes. Ellos saben con precisión !u* es lo correcto # !u* es lo !ue !uieren. 3ero si se los observa atentamente, se los reconoce r/idos e inmóviles. En el acompañamiento espiritual a menudo notamos cómo en las personas mu# conservadoras, el modo r/ido de ver el mundo es simplemente un reempla$o del padre. :acia afuera, estas personas fundamentan sus opiniones conservadoras- cuando se encuentran por ejemplo en un entorno eclesi"stico- con la doctrina de la ilesia o del 3apa. i no arumentamos en contra de sus opiniones sino !ue las enfrentamos con respeto # benevolencia, frecuentemente sure !ue el parecer conservador es sólo una protección frente al propio caos interno. Bu# a menudo e1iste un sentimiento de abandono, un no ser tomado en serio por padre, una carencia de la e1periencia del padre. 3adre no estaba presente en la casa. e mantuvo ajeno a la educación # se escondió detr"s de su trabajo. 6 era demasiado d*bil para poder ser un padre. Era depresivo o alcohólico. 6 estaba en la uerra, estuvo ausente en los años importantes de la infancia # estuvo por ende marcado por la uerra de modo tal !ue dejó de ser abierto para ser un padre para sus hijos. Estaba ocupado consio mismo # con sus vivencias traum"ticas # se refuiaba en el trabajo, en el alcohol o en la enfermedad. 3ara a!uellas personas con e1periencias paternas de esta naturale$a, una posición r/ida # conservadora es en principio una protección # tambi*n un factor estabili$ante. 3ero, con el tiempo, esta posición conduce a la riidi$ación # a una prisión interior de la cual dif/cilmente se pueda emerer. Es importante no menospreciar la posición de estas personas sino en cambio ofrecerles aprecio. Entonces podemos notar con frecuencia !ue de pronto no se trata #a de tener ra$ón sino de hallar un camino hacia la verdadera vida. %a reciente investiación de los lactantes demostró cuan importante es el padre en el desprendimiento de la madre, !ue tiene luar entre el noveno # el decimocuarto mes de vida. i el niño puede apo#arse entonces en su padre, estar" proteido frente a los dif/ciles temores del abandono = comp. 3etri L?. i falta el padre, se perturba el e!uilibrio familiar. El hijo, #a sea varón o mujer, no puede separarse de la madre # se mantiene en una simbiosis con ella. %a psicolo/a reconoció la medida en !ue la ausencia del padre puede lastimar al hijo. El padre tiene la misión de desplear el entorno para !ue el hijo aprenda a tratar con *l en forma activa. El padre es para el hijo (modelo # soporte de esperan$as de las propias posibilidades+ = 3etri LM . 7uando no est" debido a muerte prematura, por ausencia, por divorcio-, al niño le falta una protección importante frente a las amena$as del mundo e1terior # una posibilidad de identificación absolutamente relevante. El niño no puede desarrollar en forma adecuada sus sentimientos de autoestima. El padre desempeña un papel primordial en la formación de la consecuencia. %os jóvenes !ue carecieron de sus padres muestra una marcada tendencia a la violación de las relas, al traspaso de los limites # a una conducta aresiva.
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7uanto menor la identificación del niño con el padre, tanto mas dif/cil le resulta su (protesta masculina+ frente a la sociedad, !ue se manifiesta entonces a menudo en forma de actividades antisociales = comp. 3etri ?M? . e evidencia entonces !ue la herida materna hiere tanto mas profundamente el alma del niño cuanto m"s temprano el niño carece del padre. %os efectos de la falta del padre son muchas veces m"s fuertes !ue el divorcio !ue en la muerte del padre, #a !ue en el divorcio los niños e1perimentan una fuerte desvalori$ación del padre a trav*s de la madre. Entonces no pueden identificarse con *l mientras !ue el padre fallecido tempranamente a menudo es ideali$ado # permanece vivo como posibilidad de identificación. Las heridas paternas de las hi-as
%as heridas maternas de las hijas eneralmente tienen relación con la postura ambivalente del padre respeto a la mujer. 7uanto un padre siente temor frente a las mujeres, es frecuente !ue desvalorice a la hija. e burla de sus sentimientos, o cuando llea a la pubertad la lastima haciendo referencia a caso a su cuerpo voluptuoso. 3or otra parte esta orulloso de su hija. %e hace bien cuando ella se dirie a *l. 3ero debido a !ue su relación con las mujeres no es clara, vuelve a recha$arla. 6 la utili$a para s/ al presentarla a familiares o amios. %ueo, sin embaro, la pasa por alto como sino e1istiera. Ejemplificativo de ello resulta lo !ue contó cierta mujer' u padre siempre la pasa por alto # tenia la sensación !ue de niña # de joven ni si!uiera tenia la relación con su padre, inclusive de no haber cru$ado palabra aluna con *l. %as niñas a menudo se sienten empujadas para uno # para otro lado entre el tironeo hacia el padre # su postura de recha$o. 0e pe!ueñas e1perimentan la dedicación del padre pero ni bien se convierten en mujeres sure un blo!ueo # #a no encuentran mas acceso al padre. 7on frecuencia *l tambi*n esta ausente por!ue se esconde tras su profesión. 0e ello puede resultar una herida de por vida. 6tra herida de la hija se verifica cuando el padre utili$a a la hija como compañera # socia o como conenial # confidente. %a une entonces tanto as/ !ue apenas puede separarse lueo de *l. %a rodea de ternura, despliea en ella sus necesidades eróticas. %a hija se siente sobree1iida. %a herida m"s profunda es el abuso se1ual de la hija por parte del padre. En el abuso es terrible la confusión de sentimiento de la hija. El padre le trasmite a su hija !ue la ama por sobre todo. %a acaricia. 2 de pronto ves mas all" # disfruta su impulso se1ual. %a hija #a no entiende. El padre le demostró todo su amor. 2 ahora la lastima. Ella siente repunancia pero no se anima a resistirse a ello. 2 tampoco puede hablar del tema con la madre. )ueda entonces sola con el abuso. A veces busca la culpa en s/ misma. )ui$"s e1citó demasiado al padre. Alunos padres le inculcan a las hijas no hablar una sola palabra de ello. Es su secreto. 6tros amena$an a la hija !ue, en caso de decir alo ambos ser"n castiados. Entonces la hija cada ves debe disociar mas su sentimiento. 2 no sabe como manejarse con su se1ualidad. A menudo inclusive siente asco a la se1ualidad # nunca llea a tener una sana relación con la misma. ambi*n sucede !ue los padres castian # pean. 7uando un padre le pea a su hija se produce una profunda herida paterna. %a hija no puede defenderse frente al padre mas fuerte. 8na estudiante contaba cuan denirante resultaba para ella !ue su padre le peara. Inclusive a los diecisiete años continuaba recibiendo sus olpes. E1perimentaba as/ como era despreciada como mujer. Nació en ella un odio abismal hacia el padre !uien no aceptaba su arumento # en cambio la olpeaba si *l tenia una opinión diverente a la de ella. En una atmósfera de tal violencia, la hija no puede hallarse a s/ misma. No puede aceptarse como mujer s/ constantemente e1perimenta la fuer$a brutal del hombre contra ella. 7ierta mujer contaba !ue la maestra le preuntaba a menudo a !u* se deb/an los moretones en sus bra$os. Ella no se animaba a decirle a la maestra !ue el padre hab/a vuelto a pearle.
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2 cuando la maestra e1presó su sospecha de !ue podr/a haber sido el padre, ella inclusive lo defendió. Esta mujer ansió toda su vida la pro1imidad de un hombre !ue la amara sin condicionamientos. 3ero al mismo tiempo sent/a temor de ello. E inconscientemente siempre se relacionaba con hombres !ue la lastimaban de modo similar a su padre. Las heridas paternas de los hi-os
ambi*n los hijos deben e1perimentar con frecuencia ser olpeados por sus padres. A menudo estos padres son mu# controlados hacia afuera # e1itosos en la profesión. 3ero en casa despliean su lado de sombra, se vuelven irascibles # pierden su control. %e pean al hijo # le sacan sus aresiones a olpes. Esto provoca !ue el hijo se adapte por!ue no encuentra oportunidad aluna de luchar contra la violencia del padre. 3ero en alún momento cae en la depresión. 7ierto hombre contaba !ue su padre le peaba con un cinturón de cuero. A veces ten/a miedo de !ue lo matara, tan iracundo se pon/a. 8no puede imainar el p"nico !ue sur/a en un niño tan impotente # cómo deb/a disociar sus sentimientos para sobrevivir. eci*n cuando descubrió la fuer$a dentro de s/ mismo, !ue hab/a obtenido de su padre, pudo hallar el sendero de su vida # dedicarse al trabajo con renovada ener/a # placer. Alunos padres tienen miedo frente a la masculinidad de su hijo. Entonces necesitan doblear al hijo, lo cual a menudo provoca peleas por rivalidades. ales hijos ven su modelo de vida posteriormente en disminuir a los dem"s. El odio frente a su padre se acumula # se manifiesta frente a los dem"s, #a !ue frente al padre no tendr/a posibilidad aluna. Entonces se trasladan las heridas a los dem"s d*biles. 7uando no se observa esta herida paterna se convierte en una fuente continua de violencia # humillación. El fenómeno de la violencia de e1trema derecha, ante el cual nos asustamos actualmente con desconcierto, tambi*n tiene su orien en tales heridas paternas. 8na herida paterna profunda sure tambi*n cuando el padre es arbitrario e imprevisible. 7uando el padre es alcohólico, toda la familia siente temor ni bien reresa al hoar. Entonces #a es suficiente un pe!ueño motivo para !ue el padre les rite a todos o les peue arbitrariamente. %os niños tienen miedo de !ue en su arrebato no cono$ca l/mite aluno.
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A veces tambi*n debe presenciar cómo el padre ebrio casi mata a olpes al hijo. El padre no puede tolerar !ue lo contradian # no puede soportar !ue el hijo se desarrolle distinto a lo imainado por *l. ales hombres reaccionan de manera brutal frente a cual!uier pe!ueña cr/tica o cuestionamiento. ienten miedo de ser destronados de su posición de poder. Entonces pean a su alrededor # !uieren afian$ar de este modo su fr"il autoridad. )uien ha e1perimentado un padre arbitrario # brutal como *ste, no encuentra un sost*n. Nunca ha podido apo#arse en su padre. Entonces busca su sost*n en una postura r/ida, en principios claros o se despla$a por la vida de manera inestable # nunca encuentra un terreno firme sobre el cual apo#arse. 7ierto hombre contaba !ue siempre tuvo miedo frente a su padre. El padre era severo, siempre ten/a ra$ón. No admit/a ninuna oposición. Incluso a los C años su padre lo seu/a tratando como a un niño. El padre impart/a las órdenes # el hijo deb/a obedecer. El hijo sent/a siempre sometido, nunca pod/a vivir sus propios deseos # siempre fue humillado. 3or ende nunca aprendió a defenderse a s/ mismo # a sus sentimientos. Nunca ten/a permiso para demostrar sus sentimientos frente a su padre. e tornó entonces inseuro # siempre se dejó determinar desde afuera. 3ero alo en su alma se rebelaba contra este padre todopoderoso. e podr/a decir !ue necesitaba un fracaso para !uebrar las ataduras de su padre. 3ara *l era la única v/a posible hacia la libertad # hacia su propio camino. 3ero al mismo tiempo esta v/a resultaba mu# dolorosa. "l e.ecto de las heridas paternas en los adultos
)uien padece de una herida paterna siempre tiene problemas de autoridad. Nunca puede llevarse bien con la autoridad. iene la impresión de !ue todo superior !uiere humillarlo # atacarlo.
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A causa de la partida del padre, a menudo el hijo ma#or toma el rol de padre. 2 como adulto es dif/cil !ue lo deje. Esto dificulta la relación con su esposa # con frecuencia tambi*n su trabajo en la empresa, donde se siente responsable por todo. El psicoanalista # terapeuta :orst 3etri enumeró en su libro