Gripe Catarro

Gripe y catarro Protégete mejorando tus defensas

Mikel García Iturrioz

Gripe y catarro Protégete Pr otégete mejorando tus defensas Mikel García Iturrioz

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Acerca del autor Mikel García Iturrioz

Experto en Nutrición y Medicina Biológica, colabora periódicamente escribiendo artículos sobre nutrición y suplementación natural en revistas de sector de la salud natural. natura l. Asimismo, imparte seminarios seminarios de formaci formación ón a profesi profesionales onales de la salud. Ha asesorado a la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña como experto en Naturopatía y Homeopatía en el proceso de regulac regulación ión de las terapias naturales naturales en dicha comunidad autónoma. Es Director Técnico de una prestigiosa firma distribuidora en España de complementos dietéticos dietéticos y prepara preparados dos de fitoter fitoterapia. apia.

Gripe y catarro. Protégete mejorando tus defensas La información presentada en esta publicación sólo tiene fines educativos e informativos y no intenta reemplazar el consejo o tratamiento médico. Antes de iniciar un programa de salud se debe consultar a un profesional. No se recomienda el uso combinado de suplementos herbarios o nutricionales y medicamentos de prescripción sin el consentimiento de un especialista. © Mikel García Iturrioz. Iturrioz. Noviembre Noviembre 2008 El Mundo del Bienestar www.elmundodelbienestar.es 2ª edición

Diseño y maquetación: Ana Cobo Diseño gráfico Impresión: Gráficas Ulzama Depósito Legal: NA-3534/2008

Índice Una visita no deseada deseada.......... ..................... ..................... .................... .................... .................... .................. ........ 5 El sistema inmune.............. inmune........................ .................... .................... ..................... ..................... ................... ......... 5 Gripe........................ Gripe.............. .................... ..................... ..................... .................... .................... .................... .................. ........ 6 Catarro ......... ................... ..................... ..................... .................... .................... ..................... ..................... ................... ......... 8 Gripe o catarro. c atarro. ¿Cómo se distinguen? .......... .................... .................... .................... ................ ...... 9 Prevención y terapia natural .......... .................... .................... .................... .................... .................. ........ 10 · Complementos dietéticos: Multinutriente .......... ..................... ..................... .................... .................... ..................... ............. .. 11 Vitamina C .......... ..................... ..................... .................... .................... .................... .................. ........ 12 Zinc...................... Zinc............ .................... .................... ..................... ..................... .................... ................ ...... 15 Vitamina A y betacaroteno ............................................... 17 Flavonoides ......... .................... ..................... .................... .................... .................... .................. ........ 19 Própolis (propoleo) .......... .................... .................... .................... .................... .................. ........ 20 · Fitoterapia: Equinácea.......... Equinácea .................... .................... .................... ..................... ..................... ................... ......... 22 Astrágalo............................. Astrágalo.................. ..................... .................... .................... ..................... ............. .. 28 Maitake ......... ................... ..................... ..................... .................... .................... ..................... ............. .. 29 Sauce blanco........... blanco..................... .................... .................... ..................... ..................... .............. .... 30 Ajo ......... .................... ..................... .................... .................... ..................... ..................... ................... ......... 31 Saúco ........... ..................... .................... .................... .................... ..................... ..................... .............. .... 32 · Otras alternativas a lternativas naturales .......... ..................... ..................... .................... .................... ............ 34 Recomendaciones generales: · Dieta saludable .......... ..................... ..................... .................... .................... .................... .................. ........ 35 · Hidratación .......... ..................... ..................... .................... .................... .................... ..................... ............. .. 35 · Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, sal, grasas saturadas y azúcares.................................................... 36 · Actividad física .......... ..................... ..................... .................... .................... ..................... .................. ....... 36 · Favorecer el descanso............................................................ 36 En resumen ........... ..................... .................... .................... .................... ..................... ..................... ................... ......... 37 Referencias bibliográficas ......... .................... ..................... .................... .................... .................... ............ 39

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Gripe y catarro. Protégete mejorando tus defensas

Una visita no deseada Los virus de la gripe y el catarro aparecen sin avisar y nos obligan a guardar cama aunque no queramos. También ocasionan sudores, temblores y fiebre, dejando el cuerpo exhausto y dolorido. Nos visitan cada año, no dan tregua y aprovechan la mínima ocasión para doblegar nuestras defensas. Pasar los meses de otoño e invierno sin padecer un resfriado o gripe es casi una hazaña. Sin embargo, los últimos hallazgos indican que determinados complementos dietéticos y algunas plantas, contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y proporcionan al organismo las defensas necesarias para combatir estos virus.

El sistema inmune El cuerpo humano es hostigado constantemente por una amplia gama de microorganismos patógenos que causan enfermedades, tales como los virus, las bacterias dañinas y los hongos. El sistema inmunitario nos defiende de los agentes infecciosos proporcionándonos inmunidad y protección ante sus ataques. Las infecciones recurrentes o crónicas, incluso los resfriados más leves, sobrevienen cuando el sistema inmunológico está debilitado. Esta circunstancia adversa conduce a un círculo vicioso que provoca que sea difícil de superar la tendencia a la infección; es decir, un sistema inmunológico debilitado acarrea la infección, la infección daña el sistema inmunológico, con lo que la resistencia ante las infecciones se debilita. La protección y la estimulación del sistema inmunológico es el mejor modo de romper este círculo vicioso, y así conseguir una mayor resistencia a la enfermedad y reducir la susceptibilidad a las gripes y los catarros.

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GRIPE Y CATARRO. Protégete mejorando tus defensas

Gripe Esta enfermedad afecta a casi tres millones y medio de españoles cada año. Es uno de los mayores problemas de salud pública del mundo occidental y, todos los años constituye la primera causa de bajas laborales. Pese a ello, aún no se ha descubierto un remedio que la cure (los antibióticos no son útiles frente a los virus) y periódicamente las autoridades sanitarias se ven desbordadas por las masivas visitas que colapsan los servicios de urgencias de los hospitales y centros de salud. La gripe es una enfermedad infecciosa de carácter agudo que afecta principalmente a las vías respiratorias, está causada por el virus que se conoce con el nombre de Influenza. Dado que la reproducción del virus se desarrolla principalmente en los pulmones, se la considera una enfermedad respiratoria, a pesar de que también presenta síntomas generales y sistémicos. Es un virus con una extraordinaria capacidad de transmitirse persona a persona, y generalmente hace su aparición como epidemia en los meses de otoño e invierno (principalmente de octubre a marzo, ambos meses incluidos). La fuente de infección más común son las personas enfermas portadoras del virus, la transmisión se produce fundamentalmente por vía aérea mediante las gotas de saliva que se expulsan al hablar, toser y estornudar. Es muy raro que el contagio se produzca por el contacto directo con el virus; por ejemplo, al tocar a un enfermo y luego llevarse la mano a la nariz o a la boca. La enfermedad se inicia de modo brusco, con fiebre alta (más de 38º C); otros síntomas que aparecen son escalofríos, malestar general, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, lagrimeo y tos, que suelen durar de 5 a 8 días. Según van remitiendo los síntomas generales se advierten más los respiratorios (congestión y secreción nasal, tos e irritación de garganta). Durante los siete a quince días siguientes es habitual que persista el malestar general, la astenia, la apatía, el cansancio y la tos sin expectoración. La recuperación es lo normal en el caso de la gripe y, una vez superada, es considerada por la mayoría de las personas que la han padecido una experiencia desagradable. Sin embargo, para algunas personas puede acarrear la aparición de otras enfermedades y de graves complicaciones. Las complicaciones graves relacionadas con el virus que pueden requerir hospitalización y amenazan la vida son más frecuentes en los niños menores de doce meses de edad y en las personas mayores de sesenta y cinco años.


En los niños puede desarrollarse una obstrucción aguda de la laringe, otitis en el oído medio y que la alta fiebre provoque convulsiones. Las complicaciones más comunes de la gripe en los adultos son la bronquitis y la neumonía bacteriana secundaria. La fiebre persistente o recurrente y la progresión de los signos y síntomas respiratorios inferiores, especialmente con tos y flemas purulentas o sanguinolentas, sugieren que puede estar incubándose la neumonía bacteriana secundaria. Las bacterias neumocócicas son las causantes de la mayoría de los casos de neumonía bacteriana secundaria. La vulnerabilidad de las personas mayores a las complicaciones es mayor si la movilidad o el vigor físico de éstas ha disminuido, sobre todo, si además padecen otras enfermedades que incrementan su debilidad. Especialmente, están en peligro las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares (tales como bronquitis crónica, asma y enfisema). Las complicaciones relacionadas con la gripe y la neumonía bacteriana son una importante causa de mortalidad en personas de edad avanzada en la mayoría de los países. Se debe acudir a un servicio médico si apareciera alguno de los signos o síntomas siguientes: Si en niños de corta edad se observa:

• Respiración rápida y dificultosa. • Erupciones en la piel. • Los síntomas de la gripe han mejorado al principio pero reaparecen posteriormente. • No quieren comer, no tienen ganas de jugar, ni de moverse. Si en personas adultas se constata:

• Dificultad para respirar. • Dolor o presión en el pecho o abdomen. • Mareo persistente. • Estado de confusión. • Fiebre de más de 38º C que persista durante más de cuatro días.

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Catarro El catarro común, también llamado resfriado o enfriamiento, es una infección viral leve del sistema respiratorio superior de la nariz, garganta, senos paranasales, laringe, e incluso, la tráquea y los bronquios. Es la infección vírica más frecuente en el mundo ya que la mayoría de las personas padecen aproximadamente entre dos y cinco resfriados al año. La aparición del resfriado está muy relacionada con los periodos estacionales. Hay tres picos de mayor incidencia durante el año: en otoño, coincidiendo con el inicio del curso escolar; a mitad del invierno; y el último, en primavera. Son más de doscientos los virus que causan la infección y los síntomas de resfriado. Los más frecuentes son las variedades rinovirus y coronavirus. Como existen muchos subtipos de cada una de estas variedades, las recaídas en la infección son frecuentes puesto que puede afectar un virus diferente del que nuestro sistema inmunitario ha elaborado defensas específicas. Los síntomas característicos son molestias nasales con estornudos, secreción y congestión nasal (por el exceso de mucosidad), picor, dolor y flema en la garganta, tos, dolor de cabeza y malestar general. Normalmente, el resfriado común no provoca mayores complicaciones, aunque siempre se debe tener un especial cuidado con las mujeres embarazadas, ancianos y personas debilitadas. Se debe acudir sin demora a un servicio médico si aparece alguno de los siguientes signos o síntomas: • Si se padecen alguna enfermedad crónica que empeora debido al catarro. • Si se desarrolla algún síntoma diferente a los señalados. • Si el resfriado dura más de diez días. • Si la fiebre sube más de 38º C durante más de dos días. Debido al origen vírico y no bacteriano del catarro, los antibióticos no son eficaces para su curación. Sólo están indicados para prevenir posibles complicaciones, siempre según criterio médico.


Gripe o catarro. ¿Cómo se distinguen? GRIPE

CATARRO

Origen

Virus Influenza

Rinovirus, Coronavirus

Periodo de incubación

18-36 horas

48-72 horas

Inicio

Súbito

Paulatino

Congestión y secreción nasal

A veces

Sí

Dolor de garganta

A veces

Frecuente

Tos

Frecuente y no productiva

Moderada y productiva

Dolor de cabeza

Sí

A veces

Fiebre

De 38 a 41º C

A veces

Debilidad

Sí

Moderada

Dolores musculares

Sí

A veces de modo leve

Irritación ocular (ojos)

A veces

Sí

Dolor de oído

A veces

Sí

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Prevención y terapia natural La protección del sistema inmunológico es básica para disfrutar de una buena salud. Y a la inversa, una buena salud es decisiva para la protección del sistema inmunológico. Mantener un sistema inmunológico sano es la mejor manera de protegerse de padecer gripe y una cantidad excesiva de catarros. Padecer más de uno o dos catarros al año es indicativo de un sistema inmunológico débil. La nutrición es el factor determinante para poseer un sistema inmunológico sano. Otro factor también importante que reduce las defensas y favorece la infección vírica es el estrés, tanto el físico como el emocional. Como respuesta al estrés, las glándulas suprarrenales del cuerpo liberan compuestos que provocan que el timo se contraiga y disminuya su actividad. Se ha demostrado que numerosos factores nutricionales previenen este efecto del estrés en el timo, que es la principal glándula del cuerpo para favorecer el sistema inmunitario. En concreto, las vitaminas A y C, el betacaroteno, el zinc y otros antioxidantes previenen el estrés y el deterioro causado por los radicales libres en el timo, mejorando las funciones inmunológicas. Por tanto, su deficiencia provocará alteraciones en la respuesta defensiva de nuestro organismo, por tanto, situaciones como las infecciones repetidas o aquellas otras que acarrean inmunodepresión, aumentarán la necesidad de administrar los nutrientes anteriormente indicados. Hay otros factores que deben tenerse en cuenta además de la deficiencia de nutrientes y el estrés porque debilitan significativamente nuestro sistema inmune. Son: el consumo de alcohol y el tabaco, los fármacos, los niveles elevados de glucosa en sangre, la ingestión excesiva de azúcar, los factores medioambientales (por ejemplo, la exposición a productos químicos) y las alergias. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando se emplean sustancias naturales, en la mayoría de los casos, no debe esperarse un alivio inmediato. De hecho, como la mayoría de las terapias naturales para combatir la gripe y el catarro implican una ayuda al organismo, en vez de suprimir los síntomas, a menudo éstos empeoran transitoriamente. Muchos de los síntomas catarrales son la respuesta de los mecanismos de defensa de nuestro organismo; por ejemplo, el interferón (potente compuesto inmunoestimulante que liberan las células sanguíneas y otros tejidos durante las infecciones) es el responsable de muchos de los síntomas que hay similares a los de la gripe. También hay que señalar el efecto beneficioso de la fiebre durante el trascurso de la infección; es decir, aunque la temperatura


corporal elevada es algo molesta, la supresión de la fiebre actúa en oposición al mecanismo de defensa principal y prolonga la infección. En la mayoría de los casos, la fiebre no debería suprimirse durante una infección, a menos que sea peligrosamente alta (más de 40º C). COMPLEMENTOS DIETÉTICOS

El programa de suplementos dietéticos que se describe a continuación está diseñado para fortalecer el sistema inmunológico en los casos de que esté dañado a causa de una enfermedad, el estrés, una dieta inadecuada, hábitos de vida nocivos, envejecimiento, o la combinación de varios de estos factores. I

MULTINUTRIENTE Son numerosos los nutrientes indispensables para el adecuado funcionamiento del sistema inmune. Por ello, no sólo es recomendable la administración de alguno de estos nutrientes, sino además el aporte de una formulación multinutriente (combinación de vitaminas, minerales y, en ocasiones, otros nutrientes). La base de cualquier tipo de complementación dietética siempre ha de ser un suplemento multivitamínico mineral de alta potencia que, entre otros compuestos, debe contener: betacaroteno, complejo B, vitamina E, zinc, manganeso, cobre, bioflavonoides y selenio. Al igual que unos fuertes cimientos son la base sobre la que se construye una casa para que sea sólida y no se derrumbe, en el caso de la complementación dietética los “cimientos” de cualquier protocolo de suplementación los formarán un multinutriente que aporte la base para la “casa”. De esta forma, se aportará una base de múltiples nutrientes que, incluso administrados en pequeñas cantidades, cubrirán las posibles carencias leves y actuarán sinérgicamente haciendo más eficaz cualquier otro tipo de recomendación y terapia. De hecho, se ha descubierto que los nutrientes trabajan mejor “en equipo”; es decir, no es la ingesta de cualquier nutriente lo que garantiza una buena salud, sino la ingesta de una variedad de ellos. Es importante indicar que en un estudio publicado en la Revista de la Asociación Médica Americana (JAMA) 1, se recomienda a los adultos tomar un suplemento multivitamínico a diario. La investigación, producto de un estudio sistemático de estudios médicos, concluyó que esta recomendación se fundamenta en los efectos beneficiosos que tienen

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ciertas vitaminas en la conservación de la salud y la prevención de importantes dolencias. I

VITAMINA C La vitamina C (ácido ascórbico) desempeña un papel importante en la estimulación natural del sistema inmunológico. Se ha demostrado que la vitamina C es antivírica y antibacteriana, pero su principal efecto es la mejora de la función inmune. También se ha comprobado que tiene efectos inmunoestimuladores, incluyendo el aumento de la respuesta a la función leucocitaria, el incremento de los niveles de interferón (factor químico especial que lucha contra la infección vírica y el cáncer), el aumento de la secreción de hormonas tímicas y la mejora de la integridad de la superficie de las membranas mucosas 1,2. La vitamina C también tiene efectos bioquímicos directos sobre los leucocitos, efectos que son similares a los inmunoestimulantes que posee el interferón 3. Numerosos estudios clínicos aconsejan el empleo de la vitamina C para el tratamiento de enfermedades infecciosas. Además de para el catarro común, la vitamina C también ha demostrado su utilidad para combatir otras infecciones4. Por ejemplo, los niveles de vitamina C bajan rápidamente durante el estrés que produce una infección y también a causa de las enfermedades crónicas 5. El trabajo que publicó Linus Pauling estimuló el interés de emplear dosis altas (mayores de 1 g/día) de vitamina C para prevenir el catarro común 6. Sin embargo, en los últimos 30 años, numerosos ensayos controlados con placebo han examinado el efecto de la suplementación de vitamina C en la prevención y el tratamiento de los catarros. Un metaanálisis de 30 ensayos de intervención controlados con placebo ha demostrado que la suplementación de vitamina C en dosis de hasta 2 g/día no disminuye la incidencia de catarros 7. De todas maneras, en un subgrupo de corredores de maratón, esquiadores y soldados entrenando en el océano Ártico, incrementar las dosis de 250 mg/día a 1 g/día disminuyeron la incidencia de catarros en un 50%. En general, el uso preventivo de la suplementación de vitamina C redujo la duración de los catarros en un porcentaje de 8% en adultos y 14% en niños. En la mayoría de los ensayos de prevención se empleó una dosis de 1 g/día. Cuando el tratamiento fue iniciado al comenzar los síntomas, la vitamina C no acortó la duración de los resfriados en siete ensayos controlados con placebo empleando una dosis entre 1 y 4 g/día.


Durante una reciente revisión del metaanálisis anterior, los revisores anotaron que el número de estudios era limitado y de variada calidad. Asimismo, anotaron que un amplio ensayo constató que se producían beneficios significativos a partir de 8 gramos al día cuando se aplicaba al comienzo de los síntomas. Los autores escribieron: ”Dos ensayos empleando suplementación durante 5 días informaron de beneficios apun- tando la necesidad de ensayos terapéuticos adicionales para examinar los efectos de altas dosis de vitamina C.” Estos autores también indi-

caron que les hubiese gustado poder hacer más estudios de la vitamina C en relación con el catarro común en niños y en pacientes con neumonía, y concluyeron su estudio señalando que “la vitamina C no es una panacea, pero tampoco es inútil” 8. En un estudio doble ciego, controlado con placebo, un grupo de 168 voluntarios fue distribuido aleatoriamente para recibir vitamina C (dos comprimidos de Ester-C ascorbato 500 mg) o un placebo con el mismo aspecto, cada día con la comida principal durante un periodo de 60 días (entre los meses de noviembre a febrero). Para valorar la salud de los voluntarios se utilizó una escala de cinco puntos y se registraron en un diario las infecciones y síntomas de resfriado común que padecieron. Posteriormente, al comparar a este grupo con el grupo placebo, el grupo que recibió el tratamiento activo padeció significativamente menos resfriados (37 comparado con 50, P <0,05), menos días de exposición vírica (85 comparado con 178) y una duración significativamente menor de síntomas intensos (1,8 comparado con 3,1 días, P <0,03). Por consiguiente, se deduce que los voluntarios incluidos en el grupo activo tuvieron menos probabilidades de desarrollar un resfriado y se recuperaron con más rapidez cuando sufrieron una infección. Por lo demás, el suplemento de vitamina C fue bien tolerado 9. En un estudio reciente realizado en Japón, se administró a dos grupos un suplemento diario de 50 mg (grupo de dosis baja) y 500 mg (grupo de dosis alta), respectivamente, de vitamina C durante 5 años. Los investigadores concluyeron que el riesgo de sufrir tres o más catarros durante el periodo del estudio fue un 66% menor en el grupo al que se administró la dosis más alta 10. Sin embargo, a pesar de todos estos datos, actualmente, las recomendaciones oficiales se basan en la ingesta de la denominada CDR (Cantidad Diaria Recomendada). Según estas recomendaciones, el aporte de la CDR (60 mg al día en el caso de la vitamina C) cubriría totalmente las necesidades nutricionales. Pero pocos expertos saben que este valor se

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calculó en base a una población que gozaba de buen estado de salud y en ningún caso se buscaba conocer cuál era la ingesta necesaria para la prevención o en los casos de tratamiento a causa de patologías. Es más, algunos expertos advierten que la cantidad de CDR está mal calculada. En un libro recientemente publicado, titulado Ascorbate: The Science of Vitamin C (Ascorbato: La ciencia de la Vitamina C) los doctores Hickey e Hilary Roberts, licenciados en farmacia de la Universidad de Manchester (Reino Unido), sostienen que la Cantidad Diaria Recomendada (CDR) para la vitamina C fue establecida sin seguir el adecuado protocolo científico 11. Hickey y Roberts piensan que se cometió un error al calcular la vida media del ácido ascórbico, es decir, el tiempo que la vitamina C tarda en desaparecer de los tejidos. Según ellos, en los seres humanos, la vida media de la vitamina C es de 30 minutos aproximadamente. Sin embargo, los investigadores que establecieron las actuales CDRs se basaron en pruebas realizadas cada 12 horas (24 veces la vida media) tras el consumo. En palabras del propio Dr. Hickey: “se administró una dosis de vitamina C, se esperó hasta que se hubiera excretado, y entonces se midieron los niveles sanguíneos” .

Asimismo, debido a su rápida utilización, una única dosis elevada de vitamina C no alcanzaría la misma concentración en sangre que administrándola en tomas repartidas (por ejemplo, 3 gramos al día administrados en tomas de 500 mg repartidas a lo largo del día). Los Drs. Hickey y Roberts alegan que muchos resultados negativos en la investigación que empleó dosis elevadas de vitamina C no han tenido en cuenta esta circunstancia. Además, la CDR para la vitamina C fue establecida empleando estudios aplicados a sólo siete y quince individuos 12; ciertamente, es un número insuficiente para establecer el peso estadístico que posteriormente permita aplicar una CDR válida para millones de personas. ®

Precauciones: Los únicos efectos adversos que se producen después de administrar dosis altas de vitamina C son diarrea y molestias gastrointestinales. Aunque teóricamente las dosis masivas de vitamina C podrían ocasionar cálculos renales, los estudios clínicos realizados sólo han demostrado una ligera oxaluria en los pacientes tratados con dosis elevadas de ácido ascórbico. Sin embargo, se recomienda prudencia en las personas en que haya historiales clínicos de cálculos renales. Las personas que estén tomando anticoagulantes


deben limitar su ingesta de vitamina C a 1 gramo/día y, además, que el clínico que realice el seguimiento de sus terapias anticoagulantes monitorice los tiempos de protrombina. ®

Recomendación dietética: Existen distintas formas de presentación de la vitamina C: ácido ascórbico (polvo, comprimidos y cápsulas), ascorbatos minerales (por ejemplo, ascorbato cálcico), ascorbato y metabolitos de la vitamina C (el pH neutro de la vitamina C en forma de Ester-C hace que su paso a la sangre se realice de modo mucho más rápido y que su permanencia en el organismo sea el doble que la forma de ácido ascórbico 13-16), escaramujo, acerola y presentaciones combinando vitamina C con bioflavonoides.

Asimismo, la vitamina C está por lo común presente en formulaciones multivitamínicas. El rango de dosis habitual en apoyo general del sistema inmune es de 500-1.000 mg al día. En el tratamiento de infecciones es de al menos 500 mg, de 4 a 8 veces al día, repartidos a lo largo del día y administrándose con las comidas. I

ZINC El sistema inmunológico no funciona apropiadamente si no hay suficiente zinc en el cuerpo1,2. Habitualmente, el zinc es deficiente en la alimentación, especialmente en los ancianos 9. Los complementos nutricionales de zinc podrían ser de gran utilidad para aquellas personas que enferman fácilmente. De hecho, un estudio doble ciego de 2 años de duración sugiere que los complementos dietéticos de zinc y selenio tomados en combinación pueden reducir el número de infecciones en los residentes de asilos 11. Otros diez estudios realizados en países del tercer mundo han descubierto que los complementos de zinc en dosis nutricionales incrementan la resistencia a las infecciones 12,13. La suplementación aumenta las células T supresoras 14, restaura la actividad de la timulina sérica 15, incrementa la producción de interleuquina-1 16 y la actividad de las células asesinas naturales 17. Los resultados de estudios en animales sugieren que, incluso cuando la nutrición del zinc es normal, la suplementación con zinc mejora la resistencia a las infecciones 18. En varios estudios doble ciego se ha investigado la eficacia de la suplementación de zinc administrado en comprimidos, para el tratamiento del catarro común (rinovirus). Aunque que no todos los estudios confir-

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maron que los comprimidos eran efectivos, los resultados sugieren que la suplementación, cuando está formulada para liberar adecuadamente los iones de zinc, aminora la severidad y la duración del catarro común.19-24 En un estudio doble ciego a 100 personas que padecían los síntomas iniciales del resfriado se les administró una pastilla que contenía 13.3 mg de gluconato de zinc, o bien un placebo 22. Los participantes tomaron las pastillas varias veces al día hasta que los síntomas del resfriado disminuyeron. Los resultados fueron impresionantes: la tos desapareció en 2.2 días en el grupo tratado con medicamentos, mientras que tardó en desaparecer cuatro en los integrantes del grupo placebo; el dolor de garganta desapareció después de un día en el primero de los grupos, mientras duró tres días en el grupo placebo; la secreción nasal fue de cuatro días frente a siete días; y el dolor de cabeza dos días frente a tres días. Según los estudios realizados, la biodisponibilidad más pobre es la del óxido de zinc, seguida del sulfato de zinc 25-30. Por tanto, son más recomendables las formas orgánicas (por ejemplo, citrato, gluconato, picolinato y aminoquelado) porque aportarán mayor biodisponibilidad y serán mejor toleradas. Asimismo, el zinc (habitualmente en forma de gluconato y citrato de zinc) se presenta en forma de comprimidos masticables. Este tipo de presentación es muy adecuada para los niños y las personas con dificultades para tragar comprimidos, así como en los casos de que haya infecciones o molestias en la garganta. Además, el zinc en sus distintas formas también puede presentarse en fórmulas multinutrientes o en multiminerales, aportando de 5 a 10 mg de mineral elemental en cada comprimido. ®

Precauciones: Cuando se ingieren con el estómago vacío (incluso dosis moderadas de zinc en forma de comprimidos masticables o en forma de sulfato de zinc) pueden provocar nauseas y otras molestias digestivas. Por lo tanto, siempre se recomienda administrarlas después de las comidas. La suplementación de dosis elevadas de zinc durante períodos cortos de tiempo puede ser beneficioso en determinados pacientes, pero debe mantenerse preferiblemente por debajo de 100 mg al día.

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Recomendación dietética: 30 a 50 mg al día, con las comidas. Para reducir la duración del resfriado común se han recomendado comprimidos masticables de zinc cada 2-3 horas mientras se esté despierto, hasta que los síntomas del resfriado remitan.


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VITAMINA A Y BETACAROTENO Generalmente, se conoce a la vitamina A como la vitamina antiinfecciosa, debido a que es requerida para el normal funcionamiento del sistema inmune1. Las células de la piel y las mucosas (las células que recubren las vías aéreas, el tracto digestivo y tracto urinario) funcionan como una barrera y forman la primera línea defensiva frente a la infección. El retinol y sus metabolitos mantienen la integridad y la funcionalidad de estas células2. La vitamina A y el ácido retinoico desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y diferenciación de los leucocitos, así como los linfocitos desempeñan un papel crítico en la respuesta inmune. Está demostrado que su deficiencia reduce la respuesta a los leucocitos T y B, a los mitógenos y antígenos 3; también deteriora la fagocitosis 4, afecta a las respuestas de los anticuerpo 5 y afecta negativamente a la producción de IgA6. Desde una perspectiva fisiopatológica, el déficit de vitamina A produce una pequeña reducción en el tamaño del timo, que es el principal órgano productor de linfocitos T. En consecuencia, el déficit vitamínico se asocia a una disminución de linfocitos, mientras que una suplementación favorece su recuperación además de la acción coordinada de los linfocitos T con macrófagos y células natural killer . Los individuos deficientes en vitamina A son más susceptibles a enfermedades infecciosas en general, pero especialmente a las infecciones virales. Aunque la deficiencia de vitamina A predispone a un individuo a una infección, los depósitos de vitamina A se reducen drásticamente durante una infección. Por otra parte, en los estudios recientes acerca de los carotenos se ha observado que éstos producen una serie de efectos inmunoestimuladores7. Sin embargo, el conocimiento de estos efectos data del año 1931, cuando se halló una relación inversa entre una dieta rica en carotenos (determinada por los niveles de caroteno en sangre) y el número de días de clase perdidos por los niños 8. Primeramente se pensó que las propiedades inmunoestimulantes de los carotenos eran el resultado de su conversión a vitamina A, pero actualmente los investigadores saben que los carotenos ejercen muchos efectos estimulantes sobre el sistema inmunológico, con independencia de la actividad de la vitamina A 7. Uno de los estudios más impresionantes sobre el tema se realizó con voluntarios humanos sanos 9. Los resultados indicaron que la administra-

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ción oral de betacaroteno (180 mg/día; aproximadamente 300.000 UI) incrementaba significativamente el número de células T colaboradoras, aproximadamente, un 30% después de siete días, y de todas las células T después de 14 días 9. Debido a que las células T colaboradoras desempeñan un papel crucial en la determinación del estado inmune, este estudio indica que el betacaroteno oral es efectivo para aumentar de la función inmune en situaciones que se caracterizan por la disminución de células T, tal como sucede en el SIDA y en el cáncer. Mientras que los carotenos no poseen actividad antivírica, ni las propiedades de destrucción de tumores de la vitamina A 10-15, sin embargo, los carotenos son los inherentemente más seguros y ejercen efectos beneficiosos múltiples sobre la función inmune. ®

Precauciones: No emplear dosis altas de vitamina A durante el embarazo (no exceder de 5.000 UI/día) a no ser que lo aconseje un profesional de la salud. Si se requieren niveles elevados de vitamina A, los suplementos de complejos de carotenoides ayudan a incrementar la actividad de la vitamina A sin que haya riesgo de toxicidad.

Las personas con alguna enfermedad en el hígado o elevado consumo de alcohol, pueden estar en riesgo de hepatotoxicidad debido a la suplementación de vitamina A. Los fumadores y las personas que han inhalado partículas de amianto, deben evitar suplementarse con betacaroteno sintético, e incluso con altas dosis de betacaroteno natural aislado (sin superar los 7 mg/día). Hay dos maneras de obtener el betacaroteno: de forma sintética mediante un aporte aislado de betacaroteno (100% en forma “todo trans”); y de fuentes naturales (50% en forma “todo trans y 50% en forma “9-cis”); a su vez, entre las fuentes naturales, unas aportarán únicamente betacaroteno (por ejemplo, la zanahoria), mientras que otras, además del betacaroteno, contienen importantes carotenoides (por ejemplo, el alga Dunaliella salina ). Debido a la inestabilidad del betacaroteno (entiéndase como molécula aislada), en casos como los anteriormente mencionados (cáncer de pulmón o exposición al amianto), paradójicamente, puede suceder que este betacaroteno se transforme en radicales libres. El modo de evitar este posible problema es garantizando un aporte combinado de betacaroteno junto con otros carotenoides antioxidantes, tales como los aportados por el alga Dunaliella salin a; o bien, combinándolo con otros nutrientes antioxidantes como las vitaminas C y E.


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Recomendación dietética: En uso general, una dosis de 5.000 UI de vitamina A para hombres y 2.500 UI para mujeres es razonable. Durante una infección aguda, una única dosis de 50.000 UI durante uno o dos días es segura incluso en bebés (la administración en bebés solamente se hará con prescripción médica y bajo su estrecha supervisión). De todos modos, las mujeres que puedan estar embarazadas o que prevén hacerlo, no deben emplear suplementos de vitamina A (es preferible el empleo de betacaroteno).

Para los carotenos, una dosis diaria de 25.000 UI (15 mg de betacaroteno) es razonable para el mantenimiento general a la salud 16. La dosis recomendada de betacaroteno para el apoyo inmune es de 25.000 a 50.000 UI (15 a 30 mg). Para aportar una amplia gama de carotenoides en una forma natural, es preferible utilizar preparaciones de complejos de carotenoides en vez de suplementos de betacaroteno aislado. También es muy adecuado un aporte suplementario de otros nutrientes, tales como vitamina C y zinc. I

FLAVONOIDES Los flavonoides son un tipo de pigmentos hidrosolubles de plantas que a menudo se encuentran en frutas y verduras ricas en vitamina C, especialmente frutas cítricas. Hay evidencias de que la adición de flavonoides aumenta la biodisponibilidad de la vitamina C, puesto que de este modo se absorbe con más rapidez y permanece más tiempo en el organismo1. El extracto de semilla de cítrico, rico en bioflavonoides, se obtiene de las semillas de las especies del genero citrus, especialmente del pomelo (Citrus paradisi) . El extracto de semilla de pomelo (ESP) es un compuesto antimicrobiano de amplio espectro, no tóxico, elaborado a base de las semillas, pulpa y membranas blancas del pomelo. El líquido resultante es muy ácido y amargo, de ahí que se añada al preparado glicerina vegetal pura para que disminuya la acidez y el sabor amargo, además de aportar estabilidad. La relación extracto entre la semilla de pomelo y la glicerina suele oscilar en función del proveedor del producto. 2-4 La composición final es una combinación de elementos naturales que incluyen flavonoides, aminoácidos, ácidos grasos, oligosacáridos, compuestos polifenólicos (quercitina, hesperidina, neohesperidina, glicósido

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de camperol, naringina, apigenina, rutinósidos, poncirina, etc.), tocoferoles, ácido ascórbico y ácido dihidroascórbico. El empleo de ESP asociado a plantas que actúan activando el sistema inmune, tales como la equinácea y el astrágalo, es un remedio muy eficaz de la gripe y el catarro. El ESP ha demostrado su capacidad in vitro para matar o inhibir el crecimiento de gran cantidad de bacterias gram negativas y gram positivas potencialmente perjudiciales, hongos, virus y parásitos protozoarios. Esta capacidad antibacteriana es muy importante para evitar las posibles complicaciones de la gripe, por ejemplo, la bronquitis y la neumonía bacteriana secundaria 2-4.

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Contraindicaciones y efectos secundarios: No se conocen contraindicaciones ni efectos secundarios en las dosis recomendadas. Las personas alérgicas al limón, la naranja u otros cítricos, no deben utilizar este producto.

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Recomendación dietética: Tomar de 10 a 15 gotas de ESP con un poco de agua o de zumo, tres veces al día (esto aporta como mínimo 6-9 mg de flavonoides naturales de pomelo y 45-67,5 mg de vitamina C), o bien, la cantidad equivalente en forma de extracto seco de semilla de pomelo. En caso de afecciones de garganta también se recomienda realizar gárgaras con el ESP.

PROPOLIS (PROPOLEO) El propóleo (o própolis) es un producto que las abejas elaboran con las resinas y exudaciones de las yemas de álamo, abedul, roble, castaño silvestre y otros árboles, especialmente coníferas, transportándolas al interior de la colmena y modificándolas posteriormente con las propias secreciones de estos insectos (ceras y secreciones salivares). Los sacerdotes del antiguo Egipto ya lo utilizaban; también los griegos, de quienes procede el nombre: propolis (Pro significa “delante de”, y polis , “ciudad”). Su etimología indica el hecho de que buena parte de esta materia se halla en la entrada de la colmena (ciudad), con la finalidad de defenderla de los posibles enemigos; por ejemplo, las bacterias. Gracias a su contenido en aceites esenciales, el própolis suele ser aromático; en función de su origen botánico y de la época de recolección, varía de un color amarillo claro a castaño oscuro. Tiene un sabor amargo, ligeramente picante o insípido, su consistencia es más o menos sólida.


Se han aislado más de 180 compuestos en el própolis. Los principales son resinas y bálsamos que contienen flavonoides y ácidos fenólicos o sus ésteres (50%); también encontramos contenidos muy variables de ceras (7.5-35%) que afectarán a los restantes componentes; aceites volátiles (10%), polen (5%) y diversos materiales orgánicos y minerales (5%). Es una fuente concentrada de flavonoides (500 veces más que las naranjas), con propiedades antioxidantes que potencian la absorción de la vitamina C. Poseen capacidad antibacteriana, propiedades antiinflamatorias, estimulan la formación de colágeno y protegen las células. Los tres principales flavonoides son la pinocembrina, la galangina y la crisina. Es recomendable la estadarización del própolis de modo que se garantice un contenido de dichos flavonoides superior al 2%. Su importancia como complemento de la alimentación se fundamenta en sus propiedades inmunoestimulantes1,2, así como en su actividad antimicrobiana2-5. Una de las aplicaciones más habituales es la prevención y la disminución de la duración del catarro común. Un estudio preliminar en seres humanos confirmó que el extracto de própolis reduce las infecciones del tracto respiratorio superior en niños 6. En un estudio doble ciego con 50 pacientes que padecían catarro común, el grupo que tomó el extracto de própolis logró la desaparición de los síntomas con mucha más rapidez que el grupo placebo 7. El própolis también posee efectos inhibidores frente a los virus de la gripe, siendo útil para prevenirla 8. ®

Contraindicaciones y efectos secundarios: Carece de contraindicaciones y efectos secundarios en las dosis recomendadas. Por precaución, no se recomienda que lo tomen personas asmáticas o que sufran de alergia.

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Cantidad recomendada por los expertos: 333 a 1.332 mg de un extracto 3:1 de própolis (equivalente a 1.000-4.000 mg de própolis) al día, en adultos y niños mayores de 12 años. En niños de edad entre 3 y 12 años, se recomienda de 333 a 666 mg de un extracto 3:1 de própolis (equivalente a 1.000-2.000 mg de própolis), bajo supervisión. Es recomendable la estadarización del própolis de modo que se garantice un contenido en crisina, galangina y pinocembrina superior al 2%.

La dosis habitual de las presentaciones en tintura es de unas 10 a 30 gotas disueltas en medio vaso de agua, 3 veces al día.

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FITOTERAPIA

Actualmente, la investigación moderna confirma el saber que la medicina ha acumulado durante miles de años: que las plantas colaboran con los sistemas de nuestro organismo para mejorar la salud. Las plantas que a continuación se describen representan algunos de los más potentes intensificadores vegetales de la función del sistema inmune. I

EQUINÁCEA (Echinacea purpurea, Echinacea angustifolia) Probablemente es la planta más empleada como inmunoestimulante. Las dos especies más usadas son la Echinacea angustifolia y la Echi- nacea purpurea . Ambas ejercen importantes efectos inmunoestimulantes. Varias clases de componentes contribuyen a esta acción 1. Entre los compuestos inmunoestimulantes más importantes de la equinácea se encuentran los grandes polisacáridos, tales como la inulina que activa la vía alternativa del complemento (uno de los mecanismos no específicos del sistema inmunológico) e incrementa la producción de inmunoquímicos que activan los macrófagos. El resultado es el incremento de la actividad de muchos parámetros inmunes claves; por ejemplo, el aumento de la producción de células T, la fagocitosis por macrófagos, la unión de anticuerpos, la actividad de las células NK, y los niveles de neutrófilos circulantes 1. La equinácea también fortalece el sistema inmunológico de las personas sanas; por ejemplo, la administración de un extracto de raíz de E. purpurea (una dosis de treinta gotas tres veces al día) durante cinco días dio como resultado el notable incremento de un 120% en la fagocitosis leucocitaria2. Además de la protección inmunológica, la equinácea realiza una actividad antivírica directa y ayuda a prevenir la diseminación de las bacterias inhibiendo una enzima bacteriana denominada hialuronidasa 3. Las bacterias secretan esta enzima con la finalidad de destruir la primera línea de defensa del cuerpo (las membranas protectoras como la piel o las membranas mucosas) y así poder entrar. La equinácea ha demostrado que reduce los síntomas y la duración de la gripe y el catarro y que termina con el resfriado una vez que éste ha comenzado. Sin embargo, la evidencia no es tan clara a la hora de prevenirlos.


Reduciendo los síntomas y la duración

Estudios doble ciego, controlados con placebo incluyendo a un total de más de 800 personas han descubierto que varios tipos y especies de equinácea reducen los síntomas de la gripe y el resfriado, y también favorecen una recuperación más rápida 4-11. Por ejemplo, en un estudio realizado a 180 pacientes con gripe, se les administró un extracto de raíz de E. purpurea en una dosis de 450 mg o 900 mg, o bien, un placebo. La dosis de 450 mg se demostró que no era más efectiva que el placebo; sin embargo, tomando la dosis de 900 mg, el grupo obtuvo una reducción significativa en los síntomas 5. En un estudio doble ciego controlado por placebo en 80 personas con síntomas iniciales de resfriado, se les suministró extracto de E. purpurea o placebo 12. Los resultados mostraron que las personas a las que se les suministró equinácea se recuperaron con más rapidez: seis días en el grupo con equinácea por nueve días en el grupo con placebo. En otro estudio doble ciego controlado por placebo, se observó la reducción de la gravedad en los síntomas del resfriado 13. Los resultados en 246 participantes mostraron que el tratamiento con E. purpurea alivió significativamente síntomas del resfriado, tales como la secreción nasal, el dolor de garganta, los estornudos y la fatiga. Además, dos estudios doble ciego controlados por placebo realizados a más de 350 participantes, constataron beneficios similares con un producto que combinaba E. purpurea, E. pallida y otras plantas 14,15. Frenando un resfriado

Los resultados de otro ensayo fueron especialmente alentadores, dado que sugirieron que la equinácea no sólo acorta la duración del catarro y reduce su severidad, sino que también podía frenarlo cuando estaba comenzando16. En este estudio se administró E. purpurea o placebo a 120 personas cuando empezaron a mostrar los primeros síntomas de padecer un resfriado. Los participantes tomaron echinácea o placebo en una dosis de 20 gotas cada 2 horas durante 1 día y otra dosis de 20 gotas 3 veces al día durante 9 días más. Comparado con el grupo placebo, menos integrantes del grupo de la equinácea sintieron que sus síntomas iniciales evolucionaron a resfriados “reales” (el 40% de los que tomaron equinácea frente al 60% de los que tomaron el placebo enfermaron).

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Además, entre las personas que padecieron catarros “reales”, la mejoría de los síntomas comenzó con más rapidez en el grupo de la equinácea (4 días en vez de 8 días). Los resultados anteriores son estadísticamente significativos, es decir, la capacidad de la equinácea para acortar la duración de los catarros quedó constatada. En otro ensayo doble ciego, 128 pacientes recibieron 100 mg de E. purpurea (jugo liofilizado extraído de la porción aérea de la planta) o un placebo administrado tres veces al día hasta que los síntomas de enfriamiento se aliviaron o hasta el que pasaran 14 días, lo que aconteciera antes17. Los síntomas (estornudos, secreción y congestión nasal, dolor de cabeza, garganta dolorida e irritada, ronquera, dolor muscular, y tos) fueron puntuados subjetivamente por el paciente y se registraron a diario. El resultado fue que no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de tratamiento (ni en las puntuaciones de síntomas totales, ni en las puntuaciones de síntomas individuales medios). El tiempo de mejoría de los síntomas tampoco fue estadísticamente diferente. Es obvio que se precisa realizar más investigaciones empleando preparaciones adecuadas de echinácea, en las dosis apropiadas y mejorando los diseños de los ensayos. Previniendo los resfriados

Varios estudios han intentado comprobar si la ingestión diaria de equinácea previene los resfriados desde el inicio, pero los resultados obtenidos han sido contradictorios. En un estudio doble ciego controlado con placebo, a 302 voluntarios sanos se administró una infusión de alcohol que contenía ya sea raíz de E. purpurea, raíz de E. angustifolia, o un placebo durante 12 semanas 18. Los resultados mostraron que la E. purpurea estaba asociada con una posible disminución del 20% en el número de personas que enfermaron; la E. angustifolia estaba asociada con una disminución del 10%. La diferencia no fue considerada estadísticamente significativa. Sin embargo, en otro estudio, durante ocho semanas, 108 pacientes con resfriados recibieron un extracto de jugo exprimido de E. purpurea fresca (4 ml dos veces al día) o placebo 19. El número de pacientes que permanecieron saludables fue el siguiente: Equinácea, 32.2%; placebo,


25.9%. El tiempo que transcurrió entre infecciones fue: Equinácea, 40 días; placebo, 25 días. Cuando sobrevinieron infecciones en pacientes que a los que se administró equinácea, éstas fueron menos severas y se resolvieron en menos tiempo. Los pacientes que mostraban las evidencias de un sistema inmune debilitado (relación CD4:CD8 ratio < 1.5) fueron los que más se beneficiaron de la ingestión de echinácea. En la actualidad el “estándar dorado” para evaluar los remedios contra los resfriados se hace mediante la inoculación de individuos saludables con rinovirus. A pesar de que la concentración viral es mucho más elevada que a la que una persona está expuesta en el mundo real, cualquier substancia que demuestre eficacia con este modelo es reconocida como altamente eficaz. En un estudio, 48 adultos saludables recibieron equinácea o placebo, 2,5 ml 3 veces al día, durante 7 días antes y 7 días después de la inoculación intranasal con rinovirus (RV-39) 20. El 92% de los receptores de equinácea y el 95% de los receptores de placebo resultaron infectados. El resultado fue que un 58% de los receptores de equinácea y en un 82% de los receptores de placebo desarrollaron catarros. A pesar de que la administración de equinácea antes y después de la exposición al rinovirus no redujo el índice de infección, sí redujo el desarrollo clínico del resfriado. De todos modos, debido al pequeño tamaño de la muestra, la hipótesis estadística posee poca potencia relativa para confirmar diferencias estadísticamente significativas en la frecuencia y severidad de la enfermedad. Otro experimento realizado con infección por rinovirus y administrando echinácea quedó seriamente malogrado. En este ensayo, se administró a 160 personas echinácea o placebo y después se las expuso a un rinovirus. Se infectaron el 44% y el 57%, respectivamente, y la enfermedad se desarrolló en 36% y 43% de los sujetos tratados con equinácea o placebo21. Estos resultados indican que la echinácea no fue muy efectiva; de todos modos, hay que señalar que en la preparación empleada no había equinacósidos o alquilamidas, y sólo contenía un 0,16% de ácido chicórico. En un estudio más reciente en el que se utilizó el mismo modelo experimental, un total de 437 voluntarios fueron aleatoriamente asignados para recibir profilaxis (administrado desde siete días antes de la exposición al virus) o tratamiento (administrado desde el momento de la exposición) con una de las tres preparaciones de extractos de raíz de Echinácea angustifolia o con placebo22. Se inoculó intranasalmente rinovirus tipo 39

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a los voluntarios y fueron observados en un ambiente aislado durante cinco días. Los análisis finales de los datos indicaron que no había efectos estadísticamente significativos de los tres extractos de equinácea en los índices de infección o severidad de los síntomas. La interpretación de estos resultados se explica con el siguiente enunciado: lo que determina la efectividad de cualquier preparado de fitoterapia es su capacidad para suministrar una dosis efectiva de compuestos activos. Los compuestos específicos de echinácea responsables de los efectos inmunoestimuladores son los polisacáridos, las alquilamidas, y el ácido chicórico. Mientras que cada uno de estos componentes es efectivo por su cuenta, el mayor grado de mejora ocurre cuando los tres componentes activos se administran en un ratio específico. Por tanto, se produjeron varios problemas metodológicos durante el estudio anterior. El primero, las preparaciones de equinácea no estaban preparadas comercialmente puesto que las tres preparaciones de equinácea se fabricaron para el estudio a partir de un único lote de raíz seca. Todas se fabricaron con una relación de concentración de 1 kg de raíz en 5 litros de solvente (tintura 1:5), además, se sometieron a una extracción supercrítica mediante CO2, 60% etanol, y 20% de etanol, respectivamente, para conseguir diferentes porcentajes de alquilamidas. La dosis para cada uno de los extractos fue de 1,5 ml 3 veces al día, representando 300 mg por dosis o 900 mg por día de raíz de Echinacea angustifolia. La dosis estándar para la raíz seca de Echinacea angustifolia empleada al comienzo del catarro está bien establecida en un nivel de 3 o más gramos al día. Por lo tanto, la conclusión es que en este estudio empleó menos de un tercio de la dosis recomendada. Otro dificultad de este estudio fue el modelo experimental empleado. Involucró a sujetos expuestos artificialmente a una dosis muy alta de rinovirus inoculado directamente en las fosas nasales. A pesar de que este tipo de estudio se considera de alta calidad, es muy probable que la naturaleza no específica de la echinácea proporcione una protección insignificante ante la agresión viral aunque se empleen la preparación y la dosis adecuada. En un estudio reciente, científicos de la Facultad de Farmacia del Hospital Hartford (EE.UU.) concluyeron que la equinácea reduce un 58% el índice de probabilidades de padecer un resfriado. Además, rebaja en 1,4 días, por término medio, la duración del catarro común. Estos expertos analizaron los resultados de 14 estudios previos sobre las propiedades curativas de la equinácea y constataron que, tomada para


prevenir un resfriado, es capaz de reducir su incidencia en un 65%. En cambio, si se inocula a los pacientes directamente el rinovirus causante de la enfermedad, la planta sólo reduce la incidencia del resfriado en un 35%. Dado que hay 200 virus capaces de causar el resfriado común, la equinácea tiene un efecto limitado contra el rinovirus, pero su efecto es mucho mayor contra los otros virus, según manifiestan los autores de la investigación23. ®

Contraindicaciones: Embarazo, lactancia y hepatopatías. No se recomienda el uso de equinácea en las personas que padezcan alguna enfermedad autoinmune. Se ha publicado que la ingestión prolongada de dosis elevadas puede reducir su eficacia como estimulador inmune a largo plazo. Es aconsejable intercalar cortos periodos de descanso, o rotar el uso de la equinacea con otros estimulantes inmunes si el tratamiento dura más de varias semanas. La recomendación habitual es ingerirla durante ocho semanas y descansar una.

Como es un inmunoestimulante no debe consumirse junto con inmunodepresores, tales como los corticoides y la ciclosporina. Utilizado durante periodos prolongados (más de 8 semanas) puede provocar toxicidad hepática, especialmente si se emplea junto con otros medicamentos con efectos hepatotóxicos conocidos, tales como: esteroides anabolizantes, amiodarona, metotrexato o ketoconazol. No es aconsejable utilizar esta hierba en pacientes que estén en tratamiento con quimioterapia antitumoral. No utilizar esta planta en pacientes alérgicos a la familia de las asteráceas. ®

Cantidad recomendada por los expertos24:

• Raíz seca (o como decocción): 0,5–1 g, 3 veces al día. • Planta liofilizada (deshidratada por congelación): 325–650 mg, 3 veces al día. • Jugo de la porción aérea de E. purpurea estabilizado en un 22% de etanol: 2–3 ml, 3 veces al día. • Tintura (1:5): 2–4 ml*, 3 veces al día. • Extracto fluido (1:1): 2–4 ml, 3 veces al día. En niños de 2-6 años, 1 ml al día; en niños de 6-12 años, 1–2 ml al día. • Extracto sólido en polvo (6,5:1 ó estandarizado a >4% de polifenoles): 150–300 mg, 3 veces al día. * 1 ml equivale a 15-20 gotas

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ASTRÁGALO (Astragalus membranaceus) El astrágalo es un remedio vegetal de la medicinal tradicional china (MTC) cuya raíz se utiliza para el tratamiento de las infecciones víricas. En la MTC se recomienda su uso como tónico en vez del panax ginseng, en las personas menores de 40 años. Su actividad en fitoterapia ha sido relacionada con la presencia de polisacáridos y saponinas, ya que esta fracción es la responsable del incremento de la actividad adrenal. 1,2 Está considerada como la mejor planta de la medicina tradicional china para desarrollar resistencia frente a la infección. Se la considera como un tónico del Qi.3,4 Es un potente estimulador del sistema inmune. 5-9 Ciertos estudios clínicos han confirmado que el astrágalo reduce la incidencia y acorta la duración del resfriado común. 10 La actividad está relacionada con su contenido en polisacáridos, ya que la fracción glucídica estimula las células NK, aumentan las funciones de las células T e incrementan la producción de interferón. 11-16 La investigación publicada también afirma que proporciona protección frente a numerosos virus. 10,11 Tónico para los pulmones, se recomienda para gente que sufre resfriados frecuentes y respiración difícil. 17-20 Para aumentar la inmunidad, es conveniente tomar astrágalo durante la temporada de resfriados y gripes, al menos durante un mes, a principios de otoño y de este modo generar defensas que combatan a estas enfermedades durante el invierno. ®

Cantidad recomendada por los expertos21:

• Raíz seca (o como decocción): 1 a 2 gramos, 3 veces al día. • Tintura (1:5): 2 a 4 ml, 3 veces al día. • Extracto fluido (1:1): 2 a 4 ml, 3 veces al día. • Extracto sólido (0.5% de glucósidos con un 70% de polisacáridos): 100 a 150 mg, 3 veces al día.


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MAITAKE (Grifola frondosa) Su nombre científico, Grifola frondosa , procede de grifón, una bestia de la mitología griega con cabeza y alas de águila y cuerpo de león; y frondosa, que hace referencia a sus hojas. En el idioma japonés se la denomina maitake; mai significa danza, take significa hongo, por lo tanto, significa "hongo danzante". Este nombre proviene del aspecto de sus cuerpos frutales que se sobreponen y mueven con el viento. También se le conoce como "gallina de los bosques" debido a que su forma y color se asemejan a las plumas de esta ave. En la época feudal, el maitake era considerado tan valioso que se pagaba su peso en monedas de plata. Actualmente, los buscadores de este hongo silencian celosamente las áreas donde crece. Los principios activos principales del maitake están compuestos por polisacáridos, 1,6 betaglucanos, constituidos principalmente por beta-Dglucanos. Se absorbe bien al ingerirse oralmente y se han comprobado las propiedades estimulantes del sistema inmune que posee 1. Está demostrado que el maitake en polvo administrado por vía oral aumenta la actividad de los macrófagos, las células NK y las células T citotóxicas (en 1.4, 1.86 y 1.6 veces, respectivamente). Presenta además un alto contenido en vitaminas del grupo B, concretamente de tiamina (vitamina B1) y riboflavina (vitamina B2). En la actualidad, las propiedades de este hongo se están estudiando en lo que hace referencia a la prevención y tratamiento del cáncer y como herramienta de soporte y complemento al tratamiento de la infección por el virus VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), el SIDA. Los constituyentes del maitake pueden ayudar a proteger la reducción del timo, que es la glándula primaria de la inmunidad. También estimula la actividad de los linfocitos T y las células blancas de la sangre, favoreciendo de este modo el sistema inmune 2-5. ®

Cantidad recomendada por los expertos: 50-100 mg al día de extracto (4:1) del hongo, o 200-400 mg de polvo.

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SAUCE BLANCO (Salix alba) La corteza del árbol sauce blanco ya era conocida por los antiguos por sus propiedades antipiréticas. En China ha sido usada como un tratamiento para el dolor y la fiebre desde el año 500 d.C. En 1828, químicos europeos extrajeron la sustancia salicina del sauce blanco, que pronto fue purificada en ácido salicílico. El ácido salicílico es un tratamiento eficaz para combatir el dolor y la fiebre. Posteriormente, los químicos modificaron el ácido salicílico (esta vez a partir de la planta filipéndula) para crear ácido acetilsalicílico (corrientemente conocido por su nombre comercial: aspirina). La flora intestinal transforma la salicina del sauce blanco en saligenina y glucosa. Más del 86% de la saligenina y salicina es absorbida, pasando al plasma en pocas horas. Posteriormente, se oxida en los vasos sanguíneos y a nivel hepático se transforma en ácido salicílico. Los salicilatos alivian el dolor por efecto periférico sobre el sistema nervioso central (SNC); esto se explica por la inhibición de la síntesis de prostaglandinas en los tejidos inflamados, bloqueando la sensibilidad de los receptores al dolor. También se han descrito que tiene efectos directos en el SNC, en cuanto a analgesia y antipiresis en el hipotálamo. No causa trastornos mentales, tampoco hipnosis, ni cambios en las modalidades de percepción, excepto del dolor. No modifica las vías reticulares que participan en la vigilia y en el dominio de la atención. Los salicilatos disminuyen la temperatura corporal en los pacientes con fiebre, volviendo a regular la temperatura corporal, combatiendo el efecto pirogénico del agente inductor de fiebre: bien sea el pirógeno leucocitario o bacteriano o de otra índole. Esto lo hace mediante el establecimiento de competencia con los pirógenos hacia sitios receptores en los centros termorreguladores del hipotálamo y también por inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Por otra parte, la aspirina y los medicamentos antiinflamatorios relacionados con ésta, es notorio que irritan y dañan el estómago. Sin embargo, cuando se toma en dosis típicas, el sauce blanco no produce este efecto con la misma intensidad 1,2. En parte, esto se debe a que la mayoría del ácido salicílico proporcionado por el sauce blanco procede de la salicina y de otras sustancias químicas que sólo se convierten en ácido salicílico después de su absorción dentro del cuerpo3. Otra evidencia sugiere que las dosis estándares de corteza de sauce son el equivalente a 1 aspirina diaria para bebé, en vez de una dosis completa 2.


Este último resultado plantea una pregunta interesante: Si el sauce sólo proporciona una pequeña cantidad de ácido salicílico, ¿cómo produce su efecto? La respuesta más probable es que otros compuestos, además de la salicina, también desempeñan un papel importante.

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Precauciones y contraindicaciones: Carece de toxicidad en las dosis recomendadas. Sólo se han comprobado ligeros problemas gastrointestinales debido a la presencia de taninos. Por precaución, su uso está contraindicado si se padece úlcera gastroduodenal, intolerancia a salicilatos, hemofilia, púrpura trombocitopénica, bronquiectasias, hipermenorreas, en combinación con tratamientos con anticoagulantes o estrógenos, hiperestrogenismo, hematuria, melenas, hematemesis.

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Cantidad recomendada por los expertos: 300 a 900 mg de polvo de corteza de sauce blanco. Los extractos estandarizados de sauce blanco de calidad proporcionan un mínimo de un 15% de salicina.

AJO (Allium sativum) El ajo tiene una dilatada historia de uso para el tratamiento o la prevención de los resfriados. La elevada concentración de compuestos sulfurados y aceites de mostaza que contiene el ajo le confiere una potente capacidad para reducir la congestión de las mucosas, siendo un buen expectorante. Esta acción, combinada con su significativa actividad antimicrobiana, es lo que ha conferido a esta planta una gran popularidad para el tratamiento de infecciones respiratorias. Sin embargo, hasta el 2001 no existían evidencias científicas de que fuese útil para este propósito, pero un estudio realizado en ese año proporcionó evidencias significativas de que el ajo combate el resfriado 1. En este ensayo doble ciego controlado con placebo de 12 semanas de duración (entre Noviembre y Febrero), 146 personas recibieron placebo o un extracto de ajo. Los resultados mostraron que los participantes que recibieron ajo fueron casi dos tercios menos propensos a resfriarse que quienes recibieron placebo. Es más, los participantes que se resfriaron en el grupo placebo tuvieron una mayor duración de los síntomas que los del grupo que tomaron ajo (5,01 vs. 1,52 días). Los investigadores concluyeron que los voluntarios del grupo que tomó ajo eran menos propensos a padecer un catarro y, además, se recuperaban con más rapidez en caso de infectarse.

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Las preparaciones de ajo han demostrado poseer poderosas actividades inmunoestimuladoras. El ajo potencia la actividad de las células T, neutrófilos y macrófagos, incrementa la secreción de interleucina y la actividad de las células asesinas naturales (un tipo de linfocitos que destruyen células infectadas por un virus) 2-5. Una opción interesante

El ajo silvestre o ajo de oso (Allium ursinum) contiene mayor número de compuestos azufrados que el ajo común (Allium sativum) , sin embargo es por naturaleza inodoro (sin olor) después de ingerido. Contiene cantidades representativas de clorofila, la cual se une a los compuestos nitrogenados durante la digestión y previene de esta manera el característico olor a ajo.

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Contraindicaciones: Embarazo y lactancia. Trombocitopenia y hemorragias activas. No se recomienda en dosis elevadas si se están consumiendo medicamentos anticoagulantes, como los derivados de la cumarina (warfarina y acenocumarol). No combinarlo con hemostáticos y tampoco ingerirlo justo antes o después de operaciones quirúrgicas (debido a su poder antiagregante). En caso de ingerir grandes cantidades de ajo fresco con regularidad, algunas personas pueden padecer irritación del sistema digestivo.

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Precauciones: Hipertiroidismo (debido al contenido en yodo que posee, a pesar de su escasa cantidad).

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Cantidad recomendada por los expertos: 2 mg al día de aceite puro de ajo (equivalente a 2.000 mg de ajo fresco) al día. Ingerirlo con líquido frío después de la comida. En adultos y niños mayores de 7 años puede incrementarse a 4 mg al día. Evitar su ingesta con el estómago vacío y acompañado de líquidos calientes.

SAÚCO (Sambucus nigra) El saúco, también llamado cañilero, contiene aceites esenciales, flavonoides (de acción antioxidante y antiinflamatoria), otras sustancias antioxidantes, mucílagos y pectina (fibra soluble), ácidos orgánicos, taninos, vitamina C, azúcares y sales minerales. Todos estos principios


activos favorecen la sudoración, facilitan la expulsión de la mucosidad y contribuyen a reducir la inflamación de las vías respiratorias. Por poseer todas estas cualidades su empleo es muy útil en el tratamiento de afecciones respiratorias como los resfriados, la bronquitis y la gripe 1. La baya de saúco es esencial para ayudar a combatir los virus que causan resfriados y gripes. Los estudios demuestran que la administración oral del extracto de saúco reduce la duración de los síntomas gripales desde seis días a 48 horas 2,3. También proporciona beneficios para combatir virus no gripales, tales como el herpes o el virus de Epstein- Barr (asociado al síndrome de fatiga crónica) 2. Esta propiedad del saúco parece que se debe a su capacidad para inhibir ciertos mecanismos implicados en la replicación viral. Los virus son incapaces de reproducirse por sí mismos y necesitan células vivas para replicarse. Los virus están cubiertos por unos finos “pinchos” llamados hemaglutinina. La hemaglutinina es una glucoproteína antigénica que se encuentra en la superficie del virus de la gripe y es la responsable de la unión del virus a la célula infectada. Se adueñan de las células pinchando las paredes de éstas con los “pinchos”. Éstos, a su vez, están cubiertos por una enzima llamada neuraminidasa que ayuda a romper las paredes de la célula. Los científicos han encontrado dos ingredientes activos en las bayas de saúco que tienen capacidad para inhibir la actividad de la neuraminidasa en un periodo de tiempo de 24 a 48 horas desde la ingesta de la planta, frustrando así el ataque de los virus de la gripe y evitando que invadan células. En al año 1993, una epidemia de gripe en un kibutz israelí brindó la oportunidad de probar los efectos de la baya de saúco en pacientes. A aquellos con síntomas desarrollados de gripe, se les suministró a la mitad cuatro cucharadas diarias de un extracto estandarizado de baya de saúco, mientras que a la otra mitad se les dio un placebo. En 24 horas, el 20% de los pacientes que habían recibido baya de saúco mostraron una reducción drástica de los síntomas gripales: fiebre, tos y dolores musculares. En 48 horas, el 75% había mejorado notablemente, y en 72 horas el 90% se había recuperado totalmente de la gripe. Por el contrario, sólo el 8% de quienes tomaron placebo empezaron a mejorar a las 24 horas; el 92% restante tardó seis días en empezar a mejorar 3. En un estudio más reciente, a 60 pacientes entre 18 a 54 años de edad que padecían gripe, se les administró 15 ml de un jarabe de saúco o un

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placebo, con una periodicidad de cuatro veces al día durante cinco días. Los que tomaron saúco se recuperaron unos cuatro días de media antes que a los que se administró el placebo. Los investigadores concluyeron que el extracto de saúco ofrecía un tratamiento para la gripe que era eficaz, seguro y con una buena relación entre el coste y la eficacia. ®

Cantidad recomendada por los expertos:

• Extracto estandarizado de baya (30% polifenoles): 150-450 mg al día. • Extracto líquido: 5 ml (para los niños) a 10 ml (para los adultos), dos veces por día. • Decocción: 3 a 5 gramos de las flores secas en 250 ml (1 taza) de agua hirviendo durante diez a quince minutos, tres veces por día.

OTRAS ALTERNATIVAS NATURALES

Existen otros complementos dietéticos, tales como las formulaciones probióticas, los aminoácidos glutamina y arginina, y otras plantas como tomillo (hojas), la bardana (raíz) y el hongo shiitake, que son muy útiles y muy recomendables. De la misma manera, inhalar determinados aceites esenciales ha demostrado poseer cierto potencial para el tratamiento eficaz de los resfriados1.


Recomendaciones generales Además de los remedios naturales anteriormente mencionados, cada persona debe poner de su parte y no permanecer pasiva. Tal como afirmaba Hipócrates: “La vida es corta pero el arte es largo. No es suficiente para nosotros los médicos hacer lo que es necesario; el paciente y su entorno también deben contribuir para alcanzar la recuperación” .

DIETA SALUDABLE

Se debe aumentar el consumo de zumos de vegetales verdes y de frutas frescas. Eliminar el consumo de leche y sus derivados pues son grandes productores de moco. No forzar la ingesta de alimentos si la persona afectada no tiene apetito.

HIDRATACIÓN

La ingestión de líquidos proporciona varias ventajas. Cuando las membranas mucosas que recubren el tracto respiratorio se deshidratan, se genera un ambiente mucho más hospitalario para el virus. Beber mucho líquido y utilizar un vaporizador, permite que el tracto respiratorio mantenga una humedad que rechace la infección vírica. Beber gran cantidad de líquido también mejora la función de los leucocitos porque reduce la concentración de solutos en la sangre. Debe advertirse que el tipo de líquido que se consuma es muy importante. Mediante diversos estudios realizados se ha demostrado que consumir recursos concentrados con azúcar (glucosa, fructosa, sacarosa, miel o zumo de naranja) reduce en gran medida la capacidad de los leucocitos para matar bacterias. Antes de consumirlos, los zumos de fruta deben estar bien diluidos. Beber zumo de naranja concentrado durante un catarro probablemente haga más mal que bien.

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EVITAR EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS, SAL, GRASAS SATURADAS Y AZÚCARES

Todos esos alimentos mencionados en este epígrafe deprimen el sistema inmunitario y limitan su capacidad. Como se ha dicho anteriormente, el consumo de azúcar, aunque provenga de recursos “naturales”, tales como los zumos de la fruta y la miel, puede perjudicar las funciones inmunológicas. Este deterioro se debe a que la glucemia (azúcar en la sangre) y la vitamina C compiten por los lugares de transporte dentro de los leucocitos. Un nivel reducido de vitamina C debido a un consumo excesivo de azúcar puede acarrear una disminución importante de la función leucocitaria.

ACTIVIDAD FÍSICA

Los ejercicios extenuantes y el sobreentrenamiento no son convenientes; por el contrario, realizar ejercicio físico moderado y con periodicidad estimula la función inmunitaria; asimismo, también mejora los niveles intracelulares de antioxidantes en las células inmunitarias que están relacionan con un mejor funcionamiento del sistema inmunológico.

FAVORECER EL DESCANSO

En caso de que hayamos contraído una gripe o un catarro, el adecuado descanso es vital para una pronta recuperación. Al descansar en la cama y, sobre todo, al dormir, se liberan sustancias beneficiosas para el sistema inmunitario. De hecho, es la propia naturaleza la que nos invita al descanso. Así, las molestias oculares nos indican que permanezcamos a oscuras, el dolor muscular indica que debemos estar relajados y con una mínima actividad, etc. Y es que la energía se necesita en otro frente que prioriza la actividad.


En resumen Las recomendaciones que se enumeran a continuación indican un abordaje general para estimular la función inmune durante procesos infecciosos como la gripe y el catarro.

MEDIDAS GENERALES

• Descansar (mejor en la cama). • Beber grandes cantidades de líquidos (preferiblemente zumos vegetales diluidos, sopas e infusiones de plantas). • Limitar el consumo de azúcares simples (incluidos los azúcares de las frutas) a menos de 50 gramos diarios. COMPLEMENTOS DIETÉTICOS Esenciales • Multivitamínico-multimineral de alta potencia • Vitamina C: 500 mg, de 4 a 8 veces al día, repartidos a lo largo del día y administrándose con las comidas. • Zinc: 30 a 50 mg al día, con las comidas. Para reducir la duración del resfriado común se han recomendado comprimidos masticables de zinc cada 2-3 horas mientras se esté despierto, hasta que los síntomas del resfriado remitan. Muy recomendables • Vitamina A: 5.000 UI/día ó betacaroteno: 25.000 UI/día. • Flavonoides: Tomar de 10 a 15 gotas de extracto de semilla de pomelo (ESP) con un poco de agua o de zumo, tres veces al día o bien, la cantidad equivalente en forma de ESP. En caso de afecciones de garganta también se recomienda realizar gárgaras con el ESP. • Própolis (propoleo): 333 a 1.332 mg de un extracto 3:1 de própolis (equivalente a 1.000-4.000 mg de própolis) al día, en adultos y niños mayores de 12 años. En niños de edad entre 3 y 12 años, se recomienda de 333 a 666 mg de un extracto 3:1 de própolis (equivalente a 1.000-2.000 mg de própolis), bajo supervisión.

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FITOTERAPIA Esenciales • Echinácea: - Raíz seca (o como decocción): 0,5–1 g, 3 veces al día. - Planta liofilizada (deshidratada por congelación): 325–650 mg, 3 veces al día. - Jugo de la porción aérea de E. purpurea estabilizado en un 22% de etanol: 2–3 ml, 3 veces al día. - Tintura (1:5):2–4 ml, 3 veces al día. - Extracto fluido (1:1): 2–4 ml, 3 veces al día. En niños de 2-6 años, 1 ml (15-20 gotas) al día; en niños de 6-12 años, 1-2 ml al día. - Extracto sólido en polvo (6,5:1 ó estandarizado a >4% de polifenoles): 150–300 mg, 3 veces al día. • Astrágalo: - Raíz seca (o como decocción): 1 a 2 gramos, 3 veces al día. - Tintura (1:5): 2 a 4 ml, 3 veces al día. - Extracto fluido (1:1): 2 a 4 ml, 3 veces al día. - Extracto sólido (0.5% de glucósidos con un 70% de polisacáridos): 100 a 150 mg, 3 veces al día. Muy recomendables • Maitake: 50-100 mg al día de extracto (4:1) del hongo, o 200-400 mg de polvo. • Sauce blanco: 300 a 900 mg de polvo de corteza de sauce blanco. Los extractos estandarizados de sauce blanco de calidad proporcionan un mínimo de un 15% de salicina. • Ajo: 2 mg al día de aceite puro de ajo (equivalente a 2.000 mg de ajo fresco) al día. Ingerirlo con líquido frío después de la comida. En adultos y niños mayores de 7 años puede incrementarse a 4 mg al día. Evitar su ingesta con el estómago vacío y acompañado de líquidos calientes. • Saúco: - Extracto estandarizado de baya (30% polifenoles): 150-450 mg al día. - Extracto líquido: 5 ml (para los niños) a 10 ml (para los adultos), dos veces por día. - Decocción: 3 a 5 gramos de las flores secas en 250 ml (1 taza) de agua hirviendo durante diez a quince minutos, tres veces por día.


Por lo tanto, una dieta saludable y variada, rica en fruta y verdura, combinada con los suplementos nutricionales y herbarios, así como las dosis adecuadas de ejercicio físico y reposo, son la mejor estrategia para hacer frente a la batalla invernal contra la gripe y el catarro.

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Gripe Catarro

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