VISIÓN HISTÓRICA
1
Visión histórica GOMEZ GRANILLO, MOISES. BREVE HISTORIAS DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS. ED. EFFINGE, 2001. MERCANTILISMO CARACTERÍSTICAS GENERALES ¿Qué es el mercantilismo? Muchos autores se han hecho la misma pregunta, pero ninguno ha podido contestarla satisfactoriamente; nadie ha podido precisar lo que el término significa. Algunos dicen que es una doctrina; otros, que una teoría; otros más, que una escuela. Hablando con propiedad, podemos afirmar que jamás ha existido una escuela mercantilista. Esto lo podemos hacer debido a las siguientes razones: 1. Ningún autor de la época utilizó esta denominación. Muchos hablaron acerca del tema y en todos los países mercantilistas. Pero nadie fue economista: eran comerciantes, banqueros, filósofos, etc. 2. Carece de unidad, pues la corriente constituye un conjunto de creencias, teorías y prácticas, en donde de ninguna manera hay ciencia. 3. La época fue de controversias, con características a veces encarnizadas. 1. El calificativo apareció mucho tiempo después y lo utilizaron aquellos pensadores que tenían ideas opuestas a los llamados mercantilistas. Sin embargo, el término se ha seguido utilizando, más bien por comodidad que por convicción, pues vemos que resulta altamente discutible. Por comodidad nosotros también lo seguiremos usando. Descartada la posibilidad de llamarle escuela, ¿cómo definir entonces al mercantilismo? Se dice que es "la teoría del enriquecimiento de las naciones, mediante la acumulación de metales preciosos". Esta definición da una idea bastante amplia del mercantilismo, pero indiscutiblemente incompleta, como veremos más adelante. También se opina que el mercantilismo fue una serie de prácticas económicas que tuvieron como finalidad conseguir la unificación política y el poderío nacional.
2
Pero, como algún concepto debemos tener acerca de esta corriente, tal vez se acepte decir que el mercantilismo fue una teoría económica, y a la vez una política económica, la cual se desarrolló en los principales Estados europeos -España, Inglaterra, Holanda, Francia e Italia- sobre todo, en los siglos XVI, XVII Y XVIII.
Al mercantilismo también se le conoce en la historia de las ideas económicas con otros nombres, tales como sistema mercantil, sistema restrictivo, sistema comercial, colbertismo (en Francia) y cameralismo (en Alemania).
Por otra parte, el mercantilismo viene a ser un sistema laico, independiente de la moral religiosa, que trata la cuestión económica desde un punto de vista económico. Al contrario de otras corrientes anteriores, ve a la Economía por primera vez como objeto de estudio de conjunto, apareciendo también por primera vez los primeros tratados de Economía que, por supuesto, no se parecen de ninguna manera a los modernos. En los 300 años de reino aproximado, la presencia del mercantilismo no fue de igual manera en todas partes. Fue diferente de sigIo a siglo y de lugar a lugar; distinto el del siglo XVII al del siglo XVI y distinto en España, Francia, Inglaterra, Holanda e Italia. Además, no fue totalmente antiliberal como en ocasiones se le hace aparecer, sino que hubo ciertas manifestaciones de libertad económica, como aconteció en Holanda. Pese a esta circunstancia, puede presentarse un esquema de conjunto que abarque a todos los países mercantilistas; es decir, se pueden señalar características muy generales que sean aplicables a todos ellos, tales como la preferencia por los metales preciosos, la intervención del Estado, la balanza comercial favorable y la industria y comercio. 1. Preferencia por los metales preciosos.-Es la llamada ilusión crisohedónica, la cual consiste en creer que la riqueza. está representada por los metales -oro y plata- amonedados y amonedabIes. Si la riqueza de una persona se mide por la cantidad de oro y plata que tenga, lo mismo puede hacerse con un Estado: éste será más rico en la medida en que tenga mayor cantidad de oro y plata. Por otra parte, es precisamente su adquisición lo que constituye el fin de la actividad económica. Resulta pertinente aclarar que dinero no siempre significa riqueza. Para la mayor parte de los mercantilistas, el dinero sólo era un medio para acrecentar la riqueza, y no precisamente significaba su esencia.
3
2. Intervención del estado.- El soberano debe regular y dirigir los esfuerzos nacionales para conquistar los metales preciosos, mediante ordenanzas y edictos reales.
3. Balanza comercial favorable.- Lo importante para el mercantilismo es adquirir metal cuando se carece de él y conservarlo cuando se posee. Si se carece, hay que explotar minas, cuando se tienen; y, si no, buscar otros medios. Si hay metal, hay que impedir su salida; y, si se quiere aumentar, favorecer su entrada. Se evita su salida y se favorece su entrada, mediante una balanza comercial favorable. Esto significa que hay que reducir las importaciones y favorecer las exportaciones.
¿Qué hacer para poner en práctica la política basada en la balanza comercial? Los mercantilistas recomendaron las siguientes medidas: a) Conceder primas a la exportación. b) Imponer altos aranceles a la importación. c) Regular el movimiento de metales preciosos.
4. Industrialismo y comercio.- Es menester reglamentar la industria para que produzca barato, poniendo en práctica medidas como las siguientes: pugnar por un aumento de la población, para que haya mano de obra barata; establecer un máximo legal de salarios; implantar el trabajo forzoso; crear manufacturas reales; proporcionar estímulos al capitalismo; otorgar subvenciones a los productores; proteger y recompensar a directores de industria; reglamentar el comercio para impedir las importaciones y favorecer las exportaciones; pueden invertirse los términos al tratarse de materias primas; crear mercados mediante la colonización de países nuevos, o bien mediante la supremacía impuesta a países nuevos civilizados.
Ahora bien, para damos una idea de lo acontecido de siglo a siglo, a continuación hacemos el siguiente resumen:
Siglo XVI.- En este siglo, los problemas monetarios fueron la tónica del mismo, dado el estímulo que la actividad económica recibió del oro y plata llegados de América a través de España. Esta política está representada por el metalismo español, O bullonismo, como le llaman algunos autores, la cual no tiene relación con ninguna teoría económica. Era común que el Estado considerase que la acumulación de oro y plata constituía prueba y causa de enriquecimiento. De aquí que en España, sobre todo, se prohibiera la salida de estos metales, siguiendo el sistema de
4
comprar al exterior en la misma medida en que se vendía, a efecto de conservar un equilibrio monetario.
Es en esta época cuando aparece la teoría cuantitativa del dinero, bajo el supuesto que el circulante tenía influencia sobre los precios; en España el padre Mariana opinaba así. La teoría se formuló como consecuencia de las observaciones acerca del movimiento de los precios, hacia mediados del siglo XVI. Se notaba que había una elevación de los mismos en Europa, pero no sólo como consecuencia de las fluctuaciones en el circulante, sino, sobre todo, como consecuencia de la afluencia del oro proveniente de América. Oro y plata eran considerados como mercancías comunes y corrientes y, por tanto, su valor había de variar en sentido inverso a la cantidad: a mayor cantidad menor valor; y a menor cantidad, mayor valor. Con la teoría cuantitativa se observa el siguiente fenómeno: la acumulación de metales preciosos lleva al alza de precios, alza de precios que significa disminución de exportaciones y aumento de importaciones y, por consecuencia, una balanza comercial desfavorable, que sólo puede ser compensada con metal. Es así como la política metalista resulta inoperante, sobre todo en España.
Siglo XVIl.- Tal parece que las enseñanzas de la teoría cuantitativa no encontraron eco, pues durante este siglo se siguen prefiriendo los metales preciosos; oro y plata siguen conservando la deferencia de gobernantes y gobernados. A pesar de que la abundancia de éstos no significara precisamente riqueza, sí dicha abundancia facilitaba el crédito y los negocios, a la vez que aceleraba la producción. Desacreditado el metalismo, el mercantilismo encuentra en la producción nuevo apoyo en sus fundamentos teóricos. Ya no es la abundancia de metales preciosos ahora la base de la riqueza, sino la cantidad de bienes de consumo existentes. De acuerdo con este nuevo concepto de riqueza, quien más produzca será más rico.
Pero ¿cuál es la actividad más productiva? ¿Cuál es la más recomendable? Para unos es la agricultura y para otros la industria y el comercio. Algunos prefieren la industria porque ésta tiene rendimientos crecientes, mientras que la agricultura tiene rendimientos decrecientes, tal como opinaba Antonio Serra, en Italia. Y es precisamente aquí donde aparece, en forma rudimentaria, la ley de los rendimientos no proporcionales. Para el desarrollo industrial de la época se hacían las siguientes recomendaciones:
5
a) Abolir el tipo gremial de producción, por ser de carácter monopólico. b) Impulsar la manufactura real, en la que interviene precisamente el capital de los soberanos, Además, se formulaba la siguiente pregunta: ¿cómo hacer para que las ventas fueran superiores a las compras? Claro que se seguía pensando en la balanza favorable, pero ésta se mantuvo por otros procedimientos, distintos de aquellos que evitaban la salida de dinero al extranjero. Las siguientes medidas fueron las más características: a) Menos derechos a la importación. b) Primas a la exportación. d) Prohibición para exportar materia prima nacional y libertad para importarla. c) Fomento a la marina mercante nacional. d) Desarrollo de las compañías comerciales, tales como la "Compañía de las Indias Orientales". Lo anterior forma parte de la política económica impuesta por Colbert en Francia. Posteriormente a él, se implantaron otras medidas, todas ellas destinadas a mantener precios bajos a efecto de facilitar las exportaciones; se estableció también un riguroso control de calidad del producto, así como una política de salarios lo más bajos posibles; además, se controlaron los cereales para evitar un alza en el costo de la vida. A la vez se favorecieron los inventos y el progreso técnico. Siglo XVIII.- Aunque difícil de hacerlo, el resumen de este siglo es el siguiente: a) En sus principios se estudian, juntos, tanto los problemas económicos como los problemas políticos, aunque a la postre se separan. b) Inglaterra pugna por una intervención menos intensa en la vida económica, iniciándose así una economía distinta a la mercantilista, como es la de mercado. e) Disminución ele la influencia gremial. La industria algodonera, metalúrgica y toda la industria basada en energía del vapor se desarrollaron al margen de la estructura de tipo corporativo. Pronto adoptan estos puntos de vista los demás países europeos, apareciendo así un nuevo carácter en lo económico, carácter que se puede resumir así: a) Disminución en la influencia de los gremios y manufactureras reales, por una parte, y aumento de la libre empresa privada, por la otra. Los rigurosos controles del gremio se
6
consideraron como una barrera para el desarrollo industrial. El Estado comenzó a ser mal visto, debido a la protección que otorgaba a la economía; más que protección eran trabas. Pero la tendencia más liberal se observa en la modificación del comercio; ahora, para equilibrar la balanza, ya no hay necesidad de altos aranceles o prohibiciones de importación. Ahora se confía más en una política de precios adecuada y en el movimiento de capitales, consecuencia de una variación en la tasa de interés. b) Los problemas relacionados con el dinero y el tipo de interés, pasaron a primer plano. La abundancia de aquél y el bajo tipo de interés permitieron la expansión de los negocios. c) La economía se vuelve más analítica, a efecto de profundizar en el mecanismo económico. Antecedentes del mercantilismo Las primeras manifestaciones del mercantilismo aparecen desde el siglo xv. Ya desde entonces, y aun antes, tenemos como manifestaciones más importantes la avidez por el oro, el cual constituye el objetivo básico del comerciante, a la par que las riquezas en especies. Otras causas que precipitaron los acontecimientos fueron los grandes descubrimientos geográficos, el Renacimiento, la Reforma religiosa, la Aparición del Estado moderno y el Régimen colonial. 1. Los grandes descubrimientos geográficos.- Iniciados desde fines del siglo XV, los grandes descubrimientos geográficos abren inmensos mercados para los productos europeos, y se convierten, a la vez, en inagotable fuente de materias primas. Asimismo, de esos grandes territorios habría de llegar a Europa, con el tiempo, un interrumpido río de oro y plata, a efecto de saciar la avidez por estos metales. Es así como se abrían de par en par las puertas para la integración de la industria europea y lo único que hacía falta era emprender una tarea de renovación técnica de gran envergadura, capaz de satisfacer las nuevas necesidades, porque la organización gremial era incapaz de hacer frente a las nuevas condiciones. La producción para un cliente conocido debía transformarse en producción para un consumidor desconocido. Además, hacía falta una concentración de capital, así como la presencia del lucro como móvil legítimo de toda la actividad económica. Y así sucedió. Los recursos técnicos aparecieron muy de prisa; ahora uno y mañana el otro. Los recursos viejos, los concernientes al gremio, se destruyeron rápidamente para dar origen a capitales nuevos. Las ganancias de! comercio pronto dieron con la meta apetecida; relativamente pronto se produjo una cierta acumulación de capital, que habría de permitir nuevas instalaciones y nuevas formas de trabajo. El ahorro obtenido ya no sirvió para satisfacer necesidades suntuarias de la corte, sino para la creación de nuevos negocios y para dar lugar a la aparición de la
7
manufactura, forma de producción característica de la época. En poco tiempo aparecieron aquellas fórmulas jurídicas que habían de regular la concentración del capital. Aparecen también las letras de cambio, a efecto de asegurar la circulación de los capitales; también los préstamos con interés, cuya prohibición era notoria anteriormente. 2. El renacimiento.- El movimiento renacentista sin duda influyó en el advenimiento del mercantilismo, tanto por 10 concerniente al desarrollo de las ciencias -principalmente Física, Astronomía, Biología y Medicina-, como al del Arte, Filosofía, Literatura, Comercio, etcétera. También cuenta el invento de la imprenta, ya que el uso de ésta permite ampliar el marco de la enseñanza y de la cultura. Como si todo esto no fuera suficiente, se tiene ahora un nuevo concepto del hombre: es el ser más importante del universo y, por tanto, resulta necesario interesarse cada vez más por sus problemas aquí en la tierra. 3. La reforma religiosa.- Lutero, fiel a las concepciones económicas del Medievo, entra en conflicto con otras sectas' protestantes, encabezadas por Calvino -verdadero fundador del protestantismo-, las cuales hicieron una interpretación a su manera de la Biblia, exaltando el esfuerzo individual y creyendo en las finanzas, con lo cual hace legítimo el afán de lucro ilimitado. El judío dejó de ser hostilizado, aumentando así su influencia y sintiéndose estimulado para implantar sus propios métodos, los cuales eran contrarios a los de sus competidores cristianos. En lugar de estabilidad social y deseos de servir a los demás, característica de la Edad Media, se implantó el lucro como móvil de toda actividad económica. El ideal generoso de esta época cede su lugar al espíritu burgués, a ese espíritu de comerciante que había sentado sus reales desde hacía mucho tiempo.
4. Los grandes estados modernos.- A partir del siglo XVI, desaparece el ideal de los siglos anteriores, basado en una cristiandad unida y organizada como potencia política, apareciendo las grandes nacionalidades, tales como Francia, España e Inglaterra. Cada uno de estos Estados se consolidó bajo los ideales de soberanía y libertad, convirtiéndose así en los artífices de su propio destino. En 10 futuro, la política habría de jugar un nuevo papel: asegurar la supervivencia, el engrandecimiento y la prosperidad del Estado, a efecto de convertirlo en una entidad desprovista de aquellos escrúpulos a que los sometía el régimen feudal.
5. El régimen colonial.- Todos sabemos que a los descubrimientos sigue la conquista, la colonización y el establecimiento de un régimen colonial. Veamos sus rasgos fundamentales:
8
1. Implantación de un tipo feudal de explotación -reparto de tierras para asegurarse una renta, como la encomienda mexicana- dentro de las colonias portuguesas y españolas. En las colonias holandesas e inglesas la explotación fue de tipo capitalista, generalmente a través de plantaciones. 2. Creación de monopolios, tanto para los productos coloniales como para el trasporte y comercio, los cuales determinaron una gran acumulación de riqueza en Europa. d) Aplicación del principio expoliativo en la organización del traba jo, política que distaba mucho de la aplicada en las metrópolis. e) Comercio de esclavos, cuyo primer monopolio se otorgó, en 1517, por Carlos V. Este comercio también contribuyó al acrecentamiento de la riqueza europea. Weber estima que a principios del siglo XIX vivían en las colonias de Europa algo así como 7 000 000 de esclavos, y que tan sólo a Inglaterra le redituaba cada uno entre 15 y 20 libras por año, en el siglo XVIII.
Este es el panorama en que se desarrolla el mercantilismo, la nueva corriente del pensamiento económico considerada como la etapa preclásica, con su característica de pragmatismo, orientado hacia la conquista de la riqueza; nacionalista en sus aspiraciones, realista en sus métodos, pero buscando por doquier la ganancia. El mercantilismo español A la corriente española mercantilista, como ya se dijo, es más propio llamarla metalismo o bullonismo, y se desarrolla en los siglos XVI y XVII. Este metalismo implica una reglamentación de los metales preciosos, tanto el oro como la plata. España se preocupó por acumular y defender el oro que le llegaba de América, pues lo consideraba como la riqueza máxima por excelencia y, además, como muestra de poderío y prosperidad. En estas condiciones, su legislación se orientó a impedir la exportación del metal, por estimar que así asimilaba más riqueza y al mismo tiempo hacía descender los precios, que para entonces habían aumentado considerablemente. Pero resulta que el oro tenía que salir forzosamente para pagar las mercancías que España compraba en el extranjero, ya que en este país los precios eran demasiado altos. También se prohibió la exportación de mercancías y, más tarde, la medida se completó prohibiendo la entrada de mercancías extranjeras, al mismo tiempo que se falsificó la moneda, es decir, se redujo su contenido de metal fino, a efecto de impedir su caída (a veces se depreciaba la moneda y a veces
9
se le sobrevaluaba). A la vez, a las monedas extranjeras del mismo peso se les dio mayor valor para atraerlas, pero casi al mismo tiempo se hizo notorio que la moneda nacional salía en las mismas condiciones. Lo que pasaba era que la producción no crecía a la par que el circulante; al contrario, cada vez más iba en decadencia. El último intento para retener el oro fue reglamentar su cotización. Todas las medidas fracasaron. Al finalizar el siglo XVII, España llegaba a su máxima pobreza: la población había disminuido, carecía de industria y agricultura, y el comercio estaba en manos de extranjeros; el hambre era endémica, pues hasta las clases económicamente altas vivían con prohibiciones. Veamos como opina Uztáriz, considerado como el mercantilista español más destacado. JERÓNIMO DE UZTÁRlz.-En 1724, aparece la obra más importante de Uztáriz, intitulada Teoría y práctica de comercio V de marina. En esta obra habla de todo: de economía. de administración, de política, de diplomacia, etcétera, aspectos que vienen siendo una descripción completa de la España de principios del siglo XVIII. SUS ideas económicas principales son las siguientes:
a) Concede gran importancia a los metales preciosos, aunque critica que sale mucho oro español. b) Considera que la balanza de comercio favorable es un magnífico medio para retener el oro. c) Los derechos de aduana debían ser altos para la importación de manufacturas y exportación de materia prima y bajos para la importación de materia prima y exportación de manufacturas. d) Deben desaparecer las aduanas interiores, por ser una herencia feudal. e) Combatió la alcabala, porque encarece progresivamente la mercancía, pues cada vez que es vendida paga impuesto y al mismo tiempo cada vez es más elevado este impuesto, haciendo difícil, así, la competencia con productos extranjeros que no lo pagaban. Cree que la alcabala es culpable, en mayor grado que otros factores, de la decadencia industrial española, pero considera que no debe suprimirse, sino sólo reducirse. El mercantilismo italiano Antonio Serra, uno de sus ideólogos, aboga por la abundancia de numerario. Hay dos formas de obtener oro: las naturales y las accidentales. Las primeras se refieren a la explotación de minas y
10
las segundas a que la producción ha de ser abundante para que pueda ser exportada. Además, debe haber situación geográfica favorable, variedad de oficios, aptitud de la raza, tráfico importante y prudencia y previsión de los gobernantes. Además, concede más importancia a la industria que a la agricultura, debido a que es menos aleatoria y a la vez más rendidora. El tráfico comercial en grande es también fuente de enriquecimiento, pero para que sea provechoso se ha de comerciar tanto con productos nacionales como extranjeros. Debe haber abundancia de metales preciosos y la moneda ha de tener un precio elevado. Por otra parte, condena los procedimientos bullonistas, tales como prohibir la exportación de moneda y lingote y enriquecer o depreciar tanto la moneda nacional como la extranjera. A Serra se le compara con los mejores escritores mercantilistas franceses e ingleses. El Mercantilismo Frances El mercantilismo francés tiene un carácter distinto al español, pues Francia no tiene minas v el problema es cómo adquirir oro. Este país tiene por costumbre trabajar con ahínco, de donde se explica el rápido crecimiento industrial y comercial que tuvo. Aquí, en el desarrollo del mercantilismo puede verse una etapa precolbertista, que comprende el siglo XVI y primera mitad del XVII, Y que se caracteriza por el progreso industrial y comercial. El comerciante francés adquirió gran importancia y reorganizó el comercio exterior, pues la meta era atraer el oro español. Había reglamentación del Estado en la industria y el comercio, la cual consistía en establecer normas para la fabricación, crear manufacturas reales y organizar grandes compañías de comercio, navegación y colonización, subvencionadas y protegidas por el Estado. La política aduanera tenía por objeto evitar la importación de productos fabricados y la salida de materia prima. Había la tendencia muy marcada hacia la producción de artículos de lujo. Durante la época de Colbert, político y gobernante, estos caracteres se hicieron notorios. El Estado se ocupaba de todo: organizar y reglamentar, pues se pretendía hacer de Francia, a la vez que un Estado, una fábrica. Con frecuencia se le llama colbertismo a esta forma especial de mercantilismo. El mercantilismo angloholandes En el siglo XV, Inglaterra era un país exclusivamente agrícola y todavía en el siglo XVI la industria era nula. Pero en el siglo XVII nace la industria metalúrgica y a fines del mismo siglo aparece la
11
industria textil. La industria prospera rápidamente y la piratería sienta las bases para la constitución de la marina inglesa, creándose así el comercio colonial. A principios del siglo XVII, Amsterdam, ciudad de comerciantes, armadores y banqueros, era un centro marítimo de gran importancia, sacando provecho de su situación, tanto del transporte como del almacenaje, mas no precisamente de la producción. Holanda inaugura el sistema imperialista económico moderno. Inglaterra emula a Holanda, haciendo del comercio y la navegación las piedras angulares de su mercantilismo, pero sin descuidar para nada la industria. Así es como Inglaterra quita la superioridad a Holanda, en lo cual interviene Francia por haber restado influencia a Holanda, lo que resulta a favor de Inglaterra; este país se convierte en el centro financiero de entonces, con la creación del Banco de Inglaterra, hecho que tuvo lugar en 1694. Sólo quedaba Francia como enemiga, pero la lucha de ésta es únicamente parcial, a efecto de conservar la hegemonía; al fin de cuentas, Inglaterra se queda con la supremacía comercial y marítima en 1713. De última nación marítima y colonial que era, Inglaterra se coloca en primera fila en sólo 150 años. Veamos cómo pensaba Inglaterra en este periodo, a través de dos de sus principales voceros: Thomas Mun y William Petty. Thomas Mun.- En dos obras, Discurso del comercio de Inglaterra con las Indias Orientales y El Tesoro de Inglaterra mediante el comercio exterior, habla en general del mercantilismo, pero en particular de la balanza de comercio. Señala que no sólo el movimiento de mercancías influye en una balanza favorable o desfavorable, sino también los llamados renglones invisibles, tales como fletes, gastos de diplomáticos, militares y espías, etcétera. Es decir, incluye renglones considerados hoy en el concepto moderno de balanza de pagos, en la cual queda comprendida la balanza de comercio. No está de acuerdo en que -se prohíba importar o exportar mercancía para tener una balanza de comercio favorable, pues estima que los derechos de aduana son suficientes para frenar las importaciones. Además, pone de manifiesto que en ciertos casos conviene la exportación de oro, por los beneficios que ello reporta. Defiende un tipo de interés alto, pues cree que ello favorece la acumulación de capitales.
William Petty.- Petty escribe dos obras, Ensayos de aritmética política y Anatomía política, en las cuales aplica las Matemáticas y la Biología. Esta situación lo convierte en precursor de la Escuela
12
Matemática. Sustenta tres teorías principales, las que se relacionan con la producción, el cambio y la distribución.
Producción.- Distingue dos factores productivos: el trabajo y la tierra; al primero lo considera como el padre de la riqueza; y al segundo, como la madre; pero siendo el trabajo el más importante. Estima que el capital es trabajo acumulado. También describió las ventajas de la división del trabajo.
Cambio.- Considera que el cambio está sujeto a leyes naturales, a las cuales nadie puede oponerse; por ejemplo, en materia de precios dice que éstos tienden a volver a su nivel natural por más altos o bajos que sean. Quien más influye en la fijación del precio es el costo de producción, y en este costo el - salario del trabajador es el más importante.
Distribución.-Habla de tres categorías de renta: la renta del terrateniente, el interés y el salario. A la renta la considera como un excedente no ganado (viene a ser un antecedente de la teoría ricardiana). Cree que el interés es el precio que se paga por el uso del dinero y que, como tal, el Estado no tiene por qué intervenir en su fijación. En cuanto al salario, señala que hay una ley natural que lo rige, pues el nivel se fija por el mínimo necesario para vivir; su elevación si sucede, es transitoria y ninguna ley positiva puede evitar que vuelva al nivel mínimo. Aconseja que es conveniente que el salario sea bajo, porque ello estimula al obrero a trabajar.
Capítulo V Adam Smith Importancia de la obra de Smith Adam Smith nació en Kirkaldy, el 5 de junio de 1723, ) murió en Edimburgo el 17 de julio de 1790, en donde por doce años ocupó el elevado puesto de Comisario de Aduanas. Estudié en Glasgow, Oxford y Edimburgo. Fue profesor de la Universidad de Glasgow, durante trece años. Su primera obra la publicó en 1759, a la cual puso por título Teoría de los sentimientos morales. A los cuarenta años de edad se ve obligado a abandonar la docencia, a efecto de acompañar por el extranjero: durante dos años, a un noble inglés, con un generoso salarie vitalicio. Visitó Suiza y
13
Francia, lugar éste en donde entró er contacto con fisiócratas y enciclopedistas. Es en Francia donde precisamente inicia la escritura del libro que más tarde habría de darle fama imperecedera : Investigaciones acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones> o, más breve. mente, La riqueza de las naciones> el cual aparece en 1776. Esta obra está integrada por cinco libros, los cuales presentar las siguientes características: 1. Libro I.- Título: De las causas del adelantamiento 1 perfección de las facultades productivas del trabajo, y del orden con que su producto se distribuye naturalmente entre las di]erentes clases del pueblo. Este libro trata problemas tan impar. tantes como la producción, cambio y distribución de la riqueza. En los primeros capítulos habla de la división del trabajo, después hace un examen del origen y uso del dinero; y, al último estudia la distribución. 2. Libro Il.- Título: De la naturaleza, acumulación J empleo del stock. (Stock es lo que hoy comúnmente se llama capital). En los primeros capítulos habla del capital, del dinere y de la acumulación del catital; enseguida trata lo relativo al interés, a los tipos de interés y al uso del capital. 3. Libro III.- Título: De los diferentes progresos de la opulencia en distintas naciones. Aquí estudia la historia de la industria europea. 4. Libro IV.- Título: De los sistemas de economía política. En este libro pone de manifiesto la relación entre progreso económico y trabajo. 5. Libro V.-Título: De los sistemas del soberano o de la comunidad de naciones. Viene a ser una continuación del libro IV. Desde entonces, tal vez todavía hasta el presente, la o!» 1 (1<' Smith ha servido de guía a todas las generaciones de economistas, aunque ahora ya en pequeñísima escala. El ha sido el punto de partida de los estudios, a pesar de que ya nadie le reconozca el título de "padre de la Economía Política", como solía hacer en años pasados, aunque sí sigue siendo el jefe indiscutible de la Escuela Clásica. En términos generales, el valor de la obra de Smith puede considerarse desde dos diferentes ángulos:
14
1. Desde el punto de vista literario.-El libro es interesante y vivo. Habla del colonialismo, de las grandes compañías comerciales, del mercantilismo, de la moneda y de los impuestos. Es persuasivo y se encuentra bien documentado. Está escrito ,en forma sencilla y con juicio sereno y justo. 2. Desde el punto de vista científico.-Smith hace una generalización de las ideas más importantes de sus antecesores o contemporáneos, recogiendo con ello un gran caudal de conocimientos; puede decirse que da a su libro un valor enteramente nuevo. Entre los principales antecesores se cuenta a Francis Hutcheson, de quien precisamente hereda tanto la cátedra ';c Filosofía Moral en la Universidad de Glasgow, como varias teorías que Smith desarrolla considerablemente, tales como la división del trabajo, el valor y la moneda; a David Hume y a Bernard de Mandeville. La obra, considerando el aspecto científico, supera a la realizada por los fisiócratas. División del trabajo Para Adam Smith, el trabajo viene a constituir la fuente verdadera de la riqueza, pero no cualquier trabajo, sino "el trabajo anual de cada nación"; no en particular el trabajo agrícola -como en los fisiócratas-, sino precisamente el trabajo de todas las clases sociales. La cooperación que existe entre los grupos para realizar el trabajo es espontánea y se realiza mediante la división del trabajo. Y aquí tenemos ya la primera oposición entre la escuela de Smith y la escuela fisiocrática, o sea: no solamente la naturaleza interviene en la creación de los bienes que el hombre consume, sino que la participación de éste en dicha creación es decisiva, ya que sin su dirección la naturaleza misma es infecunda e inútil. Como se observa, aquí es donde se borra la distinción entre clases productivas y no productivas. El sistema de Smith es un gran taller, en donde la realización de todos los diferentes trabajos va a dar origen a la riqueza. Por ejemplo, dice que en 12 fabricación de las tijeras para trasquilar a las ovejas, hay que considerar el trabajo del minero, del fundidor, del leñador, de carbonero, del ladrillero, del albañil, del vigilante del horno del ajustador, del herrero, del cuchillero, etc. Todos estos trabajadores intervienen para producir las tijeras. En el caso concreto de las especialidades que se requieren para la fabricación de un bien, cita el caso de los alfileres. En el ejemplo clásico para explicar la división del trabajo. Smith considera que un trabajador no calificado apenas si podría hace! veinte alfileres en un día de trabajo. En cambio, si un trabajador saca el hilo del carrete, otro lo endereza, otro lo corta en partes iguales, otros tres le hacen la cabeza (que requiere de tres trabajos distintos, como limar, modelar y blanquear), otro agujerar el papel y coloca el alfiler, etc.; es decir, si intervienen un total de
15
dieciocho operaciones diferentes, la fabricación así será más rápida. Debe considerarse que en algunas fábricas habrá dieciocho obreros y en otras menos, puesto que en algunos casos cada trabajador puede hacer más de una labor (señala que con diez obreros se pueden fabricar cerca de cincuenta mil alfileres). Está claro que la división del trabajo constituye una institución, por la cual el hombre crea la riqueza sin esfuerzo y además con toda naturalidad. Insiste Smith en que la división del trabajo es la verdadera fuente del progreso y bienestar y que la cooperación de todos es benéfica, puesto que hay la posibilidad de satisfacer mejor las necesidades. La división del trabajo tiene sus ventajas, pero también tiene sus desventajas. Las ventajas son tres: 1. Adquisición de maestría y destreza, debido a la ejecución de un mismo trabajo. 2. Economía de tiempo, ya que se ahorra el paso de una ocupación a otra. 3. Propensión hacia las invenciones y perfeccionamiento de los bienes. Es más fácil que esto suceda cuando un trabajador se dedica diariamente a un mismo trabajo. Desventajas:
-
1. Monotonía en el trabajo. 2. Atrofia mental. Para contrarrestar los efectos negativos de la especialización, Smith considera que los trabajadores deben ser instruidos en aspectos tan elementales como la escritura, lectura y cálculo, y para que haya efectividad en esta política es preciso que la educación sea impartida por el Estado. Pero la división del trabajo tiene sus limitaciones. Así debe considerarse lo dicho por Smith, cuando habla de extensión del mercado, es decir, que a un mercado más extenso corresponde una mayor división del trabajo y viceversa; esta idea se refiere tanto al mercado nacional como al internacional. La otra limitación está relacionada con el capital, el cual debe acumularse previamente. Claro que entre más amplio sea el mercado habrá más consumidores y, por tanto, mayor necesidad de ampliar las instalaciones y concomitantemente la división del trabajo. Por lo que se refiere al capital, está claro que si no se dispone de dinero suficiente no podrá ampliarse la división del trabajo, puesto que esta medida implica disponer de mayores bienes de capital para poderse realizar.
16
Espontaneidad de las instituciones económicas Según Adam Smith, no ha -habido necesidad de que esté presente ninguna clase de voluntad colectiva para organizar el mundo económico; éste marcha por su propio impulso. No ha sido necesaria ninguna previsión razonada o convenio previo entre los hombres en esta organización. La configuración actual de las instituciones económicas ha sido consecuencia de la acción espontánea de millones de hombres, cada uno de los cuales sigue su propia ruta, desentendiéndose de la ruta de los demás y sin que haya alguna duda del resultado final de los actos de cada individuo. Las principales características de nuestro mundo económico, son el resultado de la unión de todas aquellas particularidades de las personas, bajo las cuales se esconde una fuerza inconsciente relativa a los fines perseguidos. La idea de espontaneidad implica noción de algo que se encuentra por encima de las voluntades individuales, que al fin y al cabo termina por imponerse a toda clase de resistencia, ya sea organizada o no, tendiente a impedirla. "Smith ve en el mundo económico más bien un ser vivo que se crea sus órganos indispensables".
Para Smith, las principales instituciones económicas, indiscutiblemente espontáneas, son:
1. División del trabajo.-Esta institución es la que en mayor escala contribuye a la creación de la riqueza nacional y es "consecuencia necesaria, aunque lenta y gradual, de una tendencia especial de la naturaleza humana", tendencia que de ninguna manera es del tipo primitivo, sino que es precisamente el resultado del interés personal; es como decir: "dame esos zapatos que yo necesito y, en cambio, te daré este vestido que a ti te hace falta". El pan diario que obtenemos del tendero o del panadero, no se debe precisamente a su altruismo para cedérnoslo, sino que lo cede atendiendo a sus propios intereses. Y aquí estamos ahora en presencia del cambio, el cual aparece porque siempre hay la certeza de cambiar el excedente del producto del trabajo, una vez satisfechas las propias necesidades, por el excedente del trabajo de otra persona. "La división del trabajo es el efecto de un excedente común a todos los hombres, el excedente del cambio, y éste, a su vez, se ha desarrollado espontáneamente bajo la acción simultánea y concordante del interés personal de todos y del interés personal de cada uno."
17
2. Moneda.- Ninguna otra institución económica ha facilitado tanto los cambios y aumentado tanto la riqueza como la moneda. Esta institución es mejor que el trueque o la permuta. Su origen lo encontramos en el instinto colectivo de los hombres y nunca en las disposiciones estatales; el Estado interviene únicamente cuando la sociedad se encuentra en un estadio muy avanzado, mas nunca en los primeros. Claro que la permuta tiene muchos inconvenientes y para vencerlos nace la moneda, bajo la "acción simultánea, aunque no concertada, de un gran número de personas obedientes a sus impulsos individuales".
3. Capital.-El capital es la tercera fuente de enriquecimiento de la nación, y, algunas veces, Smith la hace aparecer como única. Señala que entre mayor sea el capital disponible mayor será el desarrollo industrial, mayor la división del trabajo y mayor el bienestar. Pero el capital sólo puede aumentar en la proporción en que se economice la renta, es decir, suponemos que en la medida en que se ahorre. De aquí que sea un factor limitativo de la división del trabajo. Ahora bien, si el capital se acumula es por el ahorro, el cual es espontáneo; éste aparece debido al deseo del hombre de mejorar su situación, de ninguna manera a una previsión de carácter colectivo que empuje a la sociedad a ahorrar. 4. Oferta y demanda.-Según Cide y Rist, es la oferta y demanda la más interesante aplicación de la espontaneidad de as instituciones económicas. En efecto, en un régimen en que cada persona produce para el mercado, 10 lógico es que sea muy difícil adaptar la oferta de bienes a la demanda de los mismos, mesto que nadie sabe lo producido por otros y, además, tampoco existe una dirección de conjunto que permita equilibrar oferta y demanda. Si la producción es anárquica, no puede enviarse que en cierto momento la oferta sea mayor o menor que a demanda efectiva.
Otras teorías relacionadas con el problema de la oferta y a demanda, son la del valor y la de la población. Hablaremos irreverente de cada una. Teoría del valor Adam Smith distingue dos clases de valor en los bienes: un valor de uso y un valor de cambio. El valor de uso consiste en la utilidad del bien para satisfacer una necesidad; y el valor de cambio, en la posibilidad de cambiar un bien por otro bien.
Desde luego, no hay ninguna relación entre uno y otro valor; lo que interesa a Smith es el valor de cambio. Ahora bien qué es lo que determina el valor de una mercancía? El trabajo, contesta.
18
El trabajo es el origen y medida del valor de cambio de una mercancía. Pero, ¿qué clase de trabajo? No lo dice. La pregunta habrá de ser contestada más tarde, principalmente por Marx.
Es cosa bien sabida que el trabajo en sí no puede ser ni a única fuente del valor ni la única medida del mismo. Buscando solución al problema, nos dice Smith que tal vez la medida del valor sea el costo de producción, es decir, lo que cuesta producir un bien, o sea: pagar a precios normales salario, interés y renta, servicios correspondientes, respectivamente, a trabajo, capital y tierra. Sin embargo, Smith no se decide por ninguna solución y las varias que se plantea las vemos coexistir a lo largo de toda su obra.
Es muy probable, al parecer, que pese más la teoría del costo de producción, lo cual, de ser cierto, da origen a dos diferentes tipos de precios. Por un lado tenemos el precio natural, que es igual al costo de producción, y, por el otro, el precio de mercado, que se fija de acuerdo con la ofertademanda. En el sistema de Smith, por lo menos en la gran mayoría de los casos, la producción de mercancía se adapta constantemente a su demanda efectiva, adaptación que se lleva a efecto mediante un mecanismo natural y espontáneo. Teoría de la población Smith también habla de la población. Para él, la población se puede regular en función de la demanda de brazos por parte de la sociedad. Es decir, recibe el mismo trato que cualquier otra mercancía. O sea, si la producción de hombres es lenta debe estimulársele y si es rápida debe detenérsele. Pero sucede que los grupos humanos económicamente débiles son quienes generalmente tienen muchos hijos. Si los salarios son bajos, muchos de los hijos mueren por enfermedad o como consecuencia de la miseria; y, si los salarios son altos, se conservan más y aun pueden aumentar. Al aumentar la demanda de brazos, aumentan al mismo tiempo los salarios, y por tanto, los matrimonios; la inversa también es cierta, o sea, al disminuir los salarios disminuyen los matrimonios y, por tanto, disminuye la prole. Pero sucede también que a un aumento de brazos corresponde una baja de salarios y con ello una disminución de brazos. Aboga por un justo medio, en donde los brazos no sean demasiado numerosos para que los salarios no sean demasiado bajos.
19
Smith y los fisiócratas Más de una vez los economistas se han hecho esta pregunta: ¿fue Smith un fisiócrata? Para contestarla, es menester recordar aquel feliz encuentro de Smith con los fisiócratas. Ya hemos hablado de las circunstancias en que los conoció, hecho que tiene lugar en París, hacia 1766. Es indudable que Smith sufre la influencia de la fisiocracia, como consecuencia del trato directo con Quesnay y Turgot, de quienes adquiere los pormenores de la Escueh. Desde luego, landa los conoció ya tenía nociones acerca de laissez-jaire, las tales ahora resultan fortalecidas. Por laissez-faire Smith entiende la no intervención del Estado en la vida económica, principalmente en el campo de la 'aducción. Alega que el Estado es mal administrador, pues burocracia es desidiosa, negligente y dilapidadora, puesto que) está directamente interesada en la buena-marcha de la administración, debido a que no maneja fondos propios. Como no le puede eliminar, su intervención debe limitarse a lo estrictamente indispensable; sólo cuando la acción individual sea materialmente imposible. Smith le reconoce únicamente tres fines al Estado: 1. Administración de la justicia. 2. Defensa del país. 3. Promover y sostener aquellas instituciones que para la iniciativa privada no tengan ningún interés, es decir, que no sean lucrativas. En este caso se encuentra el correo, la educación primaria, los montepíos, algunas obras públicas, etcétera. Smith se acerca más a los fisiócratas en sus ideas referentes la producción y distribución. En el primer caso otorga una mayor productividad a la agricultura, y en general a las industrias extractivas; sigue en importancia la industria y luego el comercio. Por lo que se refiere a la distribución, es muy probable que la idea haya sido tomada directamente del Cuadro económico del Dr. Quesnay y de la teoría del producto neto. Dice que "en la agricultura la naturaleza colabora con el hombre", lo que permite la producción de un excedente y, por monto, de una renta anual, la cual se reparte entre las diversas ases sociales. Esta apreciación de Smith es mucho muy superior a la apreciación de los fisiócratas, puesto que éstos vieron 1 problema en forma unilateral, mientras que aquél se sitúa en n lugar de más amplio horizonte, ya que considera que no sólo l agricultura es productiva, sino también las demás actividades económicas. Mientras los fisiócratas se circunscriben a la cultura, Smith advierte que la riqueza es creada por todas las clases sociales y no sólo por las actividades primarias, sino tanbien por las secundarias y terciarias.
20
Finalmente, no podemos dejar de mencionar aquella declaración de Smith que dice: "No hay capital ·-refiriéndose a la tierra- que, en iguales circunstancias, ponga en movimiento la cantidad mayor de trabajo productivo que el del agricultor". Esto lo dijo al observar que la agricultura requiere de un capital circulante menor que cualquiera otra ocupación. Historia de las doctrinas económicas La ley del interés personal El interés personal no es otra cosa que el móvil psicológico que interviene en la creación de la riqueza; es la fuerza que hace triunfar a todos los actos económicos; es el elemento que permite dar unidad al sistema. Es ce el esfuerzo natural que hace cada hombre para mejorar su condición", como dice Adam Smith. Es, finalmente, el pilar básico "que asegura la vida y el progreso de la sociedad". Pero no es el único. Las pasiones van de la mano con el interés. Y éste no es igual en todos los hombres; el móvil individual siempre presenta diversas facetas. Las observaciones de Smith no se aplican a un hombre en particular, sino precisamente a los hombres en conjunto, en masa, como dicen Gide y Rist. Mientras la simpatía domina en la esfera moral, el interés hace lo propio en la esfera económica. El interés personal es quien funda y mantiene el orden económico espontáneo, el cual constituye una realidad viviente, por lo que no hay necesidad de crearlo; ya existe, como existía entre los fisiócratas un orden natural, considerado por ellos como el régimen ideal. Pero la idea del interés personal resulta más interesante cuando se dice que todo hombre en su búsqueda del interés personal, promueve, sin desearlo, el interés de los demás. Naturalismo y optimismo de Adam Smith Smith no pudo sustraerse a la idea de que lo natural y espontáneo es lo mejor en esta vida, idea que por cierto saturaba todo el ambiente intelectual del siglo XVIII. Se esforzó en demostrar que el origen natural de las instituciones económicas era útil y benéfico; es decir, le parecía que, con el hecho de ser naturales, quedaba demostrada su bondad. Gide y Rist llaman "naturalismo" a la idea de Smith de que las instituciones económicas nacen espontáneamente; y "optimismo", a la bondad que Smith atribuye a dichas instituciones. Ambas ideas se encuentran relacionadas íntimamente, a grado tal, que Smith las confunde; sin embargo, deben ser estudiadas por separado. Más adelante trataremos con la mayor amplitud posible el tema de la espontaneidad y en este momento hablaremos brevemente del optimismo.
21
El optimismo de Smith no es universal, puesto que se reduce exclusivamente a la producción de la riqueza. En cierta forma tiene a ser un reflejo de la confianza que a lo largo del siglo XVIII prevalece en cuanto a la bondad de la naturaleza. En la introducción, las cosas suceden más o menos de la siguiente manera: la inversión más ventajosa para una persona y a la vez a que aporta mayor utilidad a una nación, es aquella que se inicia con la agricultura, sigue con la industria, enseguida pasa ti comercio mayorista -subdividido en interior, exterior y de transportepara terminar con el comercio al menudeo. Específicamente podemos representar la dirección del capital 1. Agricultura 2. Industria 1. Interior
Capital 3. Comercio al mayoreo
2. Exterior 3. De transporte
4. Comercio al menudeo
Comercio internacional Según el economista escocés, el comercio internacional debe ser oportuno y desarrollarse espontáneamente, a efecto de que resulte ventajoso. Desde luego está en contra del proteccionismo, porque al operar éste imposibilita la capitalización del país. Por tanto, se convierte en inútil y hasta perjudicial. Según Smith, resultaría absurdo fabricar zapatos de X especificaciones él un costo de 100, si los mismos zapatos se pueden importar a O. Es decir, hay que observar la máxima que puede enunciarse más o menos en esta forma: N o debe fabricar el país aquello que cuesta más barato comprar. En esta forma es como piensa una familia y así es como debe pensar un Estado. Si Adam Smith viviera y fuera mexicano, y pensara como pensaba hace casi 200 años, diría que no hay necesidad de fabricar coches en México, puesto que en los Estados Unidos son más baratos; hacerlo sería un absurdo. Las aduanas -señala- son las instituciones que impiden aprovechar las ventajas naturales que tienen las naciones extranjeras en relación con Inglaterra, nulificándolas a través de los impuestos al comercio. Se observa en esta aseveración que hay una especie de "reparto natural de la producción entre los diferentes países", debido a lo cual todos ellos deben aprovecharse de las
22
ventajas que cada uno tiene. Y ¿qué hace el proteccionismo? Lo que hace es únicamente impedir que se saque el mejor partido de este reparto natural, que viene a ser no otra cosa que una "aplicación del principio de la división del trabajo a la comunidad internacional". Este argumento se puede criticar diciendo que capital y trabajo no circulan de la misma manera, de nación a nación, que dentro de la misma nación. El reparto de los productos industriales se realiza de acuerdo con su costo relativo, mas nunca de acuerdo con su costo absoluto. Pero, ¿cuál es el argumento decisivo en favor de la libertad de cambio? Es aquel que proviene del propio interés del consumidor, puesto que el libre cambio le permite obtener una suma de utilidades constante y progresiva. Algunas veces, Smith considera al comercio internacional como un excelente medio para exportar sobrantes y otras veces como el provecho que sacan los países ca-cambistas a través de sus negociantes. En el primer caso el país exportador aumenta su división del trabajo, en perjuicio del importador, y al mismo tiempo aumenta su capacidad de producción. Desde el punto de vista teórico, Smith es partidario del libre cambio absoluto, pero en la práctica se ve obligado a aceptar ciertas restricciones, tales como las Actas de Navegación, o sea, aquellas leyes que obligaban a los comerciantes ingleses a usar barcos nacionales para destruir la influencia del poderío de la flota holandesa. "La defensa nacional es mucho más importante que la riqueza", habría de sentenciar. También justifica la presencia de ciertos impuestos a la importación, ya que se trata de proteger a la industria nacional. Ahora bien, la libertad muy bien puede ser gradual en todas aquellas industrias que se encuentran protegidas. En lugar de los derechos de importación y producción, deben existir derechos fiscales sobre mercancías extranjeras de consumo general, tales como vino, alcohol, azúcar, tabaco, cacao, etc. Capítulo VIII David Ricardo Importancia de su obra Ricardo, el autor más representativo de la Escuela Clásica inglesa, nació en Londres, el 19 de abril de 1772, y murió a la relativamente temprana edad de 51 años. Su vida fue un tanto polifacética, ya que lo mismo se dedicó a corredor de Bolsa, oficio que había aprendido de su padre, que a escribir sobre asuntos económicos. Su afición a la Bolsa le permitió amasar una gran fortuna, en más bien poco tiempo, siendo ésta de tal magnitud, que en su época era considerado como uno de los hombres más ricos de Inglaterra y de Europa.
23
Como escritor no fue menos afortunado, pues escribió varias obras, siendo la más importante de todas aquella que lleva por título Principios de Economía Política y Tributación Fiscal, aparecida en 181 7, Y la cual puede considerarse como una de las aportaciones más importantes a la evolución de la ciencia económica. Tanta importancia concedió a la Economía, que en 1821, en unión de Adam Smith, fundó el Club de Economía Política, en la ciudad de Londres. La obra de Ricardo presenta las siguientes características generales: oscuridad en la exposición, hecho que tuvo un impacto negativo entre los intelectuales de entonces; empleo del método deductivo en la investigación, de lo cual la única culpable es la época, ya que toda ella está saturada por el empleo de este método. Es muy probable que la oscuridad de sus escritos se deba a ello. Algunos autores lo consideran corno escritor mediocre y más dogmático, abstracto-ev pesimista que Adam Smith. Sin embargo, las aportaciones de Ricardo hacen evolucionar a la ciencia económica, en forma muy importante. Escribe acerca de varias teorías: valor, renta de la tierra, distribución, salarios, beneficio, moneda y comercio exterior. El valor Ricardo otorgó al valor una gran importancia. Tan es así, que en sus Principios le dedica el más extenso de sus capítulos, precisamente el primero. Lo trató por separado, porque estimó que la teoría del valor nada tenía que ver con la teoría de la distribución. Siguiendo a Smith, Ricardo consideró que las mercancías tenían dos valores: un valor en uso y un valor en cambio; pero la utilidad, que es inherente al valor de uso, de ninguna manera constituye la medida del valor de cambio, aun cuando resulta esencial al mismo. Ricardo introduce un nuevo elemento en cuanto a la causa fundamental del valor: el valor de cambio depende del trabajo necesario para producir una mercancía, pero a la vez depende también de la escasez. Así las cosas, los bienes se pueden clasificar en dos grupos, en cada uno de los cuales el origen del valor tiene distinta causa. De un lado tenemos aquellos bienes cuyo valor depende del trabajo y, por el otro lado, están los bienes cuyo valor no depende del trabajo. Los bienes que caen dentro del primer caso son los que representan mayoría, es decir, el valor de la mayor parte de los bienes económicos tiene como origen el trabajo. El segundo grupo representa minoría, y, económicamente hablando, carece de importancia; en este caso, el valor de los bienes no está determinado por el trabajo, sino por su rareza o por el deseo de adquirirlos. Tal es el caso de las obras de arte, de las monedas antiguas, de los libros raros, etcétera.
24
El valor de la casi totalidad de los bienes tiene como origen el trabajo, pero no cualquier trabajo, sino el trabajo necesario para producirlos. Un ejemplo nos ayudará a entender esta premisa: si producir un par de zapatos cuesta como 100 de trabajo y un sombrero 200, entonces los zapatos valen la mitad de lo que el sombrero. Esta relación del valor traba jo es válida en todas las sociedades y situaciones y no sólo en las sociedades primitivas, como 10 asentó Smith; el trabajo es el fundamento y medida del valor. Pero ¿siempre se requiere la misma cantidad de trabajo para producir un bien? No. Varía según las situaciones en que se realice la producción; es decir, un bien valdrá más según que contenga más o menos trabajo necesario, o de otra manera: el producto elaborado en las condiciones más desfavorables es quien determina su valor. Pero mercancías iguales se venden en el mercado al mismo precio y éste lo determinará aquella mercancía que haya costado más trabajo producirla. Claro que (El precio deberá ser suficiente para remunerar la cantidad de trabajo necesario empleado en la producción) La competencia entre productores tiende a eliminar las diferencias que existen en las cantidades necesarias de trabajo, pues éstas son temporales. Si, por ejemplo, la diferencia se debe al que un tejedor de telas de lana es más hábil que otros, estos últimos terminarán por adquirir la habilidad de su competidor. La única excepción que podemos encontrar a esta norma general, es la que se refiere a la tierra: aquí, las diferencias de la cantidad de trabajo necesario para producir un mismo producto descansan en aspectos imposibles de alterar. Se obtienen las mismas coles sembradas por un inexperto que sembradas por un experto. Teoría de la renta Ricardo es quien desarrolla la teoría de la renta en Su forma más amplia. El sigue una ruta distinta a la seguida por Sus antecesores para explicar su contenido. Por principio de cuentas, rechaza cualquier cooperación que la naturaleza pudiera tener en la misma, tal y como se había concebido antes de él. Ahora la fertilidad por sí sola no es causa de la renta. En efecto, en un país nuevo, si la tierra es fértil y abundante, en cantidad superior a las necesidades de la población, no produce renta, ya que no habría nadie que comprara un terreno habiendo tanta tierra fértil y sin dueño, y, por lo tanto, disponible para quien quisiera cultivarla. En este lugar la renta aparece cuando es imprescindible cultivar terrenos de calidad inferior v mal situados, como consecuencia de un aumento de la población, a fin de satisfacer necesidades de las personas excedentes. En otras palabra podemos decir que la renta nace cuando la necesidad obliga a cultivar tierras menos fértiles, ya sea como consecuencia de la escasez de las fértiles o
25
consecuencia el un aumento en la población. "La escasez comparativa de los terrenos más fértiles es la fuente de la renta", había el sentenciar Ricardo" Pero ¿es la escasez condición o causa de la renta? Ricardo contesta que la escasez es condición para que aparezca la renta, porque, a causa de la escasez, aumenta el precio de los productos agrícolas. Este aumento está determinado por el aumento de trabajo que implica e! cultivo de terrenos pobres. El precio de los productos agrícolas, en igualdad de condiciones, se determina por el precio de aquel producto que haya costado más trabajo producirlo, es decir, el obtenido en las condiciones más penosas o más desventajosas. Un ejemplo aclarará estas afirmaciones. Supongamos que se trata de un terreno de primera categoría, de fertilidad extraordinaria, en donde para obtener una tonelada de trigo se requieran 100 horas de trabajo y que la tonelada del grano se venda a $1,000.00. Esta situación no es indefinida. Puede acontecer que la población aumente y que, por lo tanto, las tierras de primera categoría resulten insuficientes para satisfacer las necesidades de la nueva población. Entonces hay que echar mano de tierras de segunda, en donde para producir la tonelada de trigo se requieran 150 horas de labor. De inmediato el valor del trigo aumenta a $1,500.00 la tonelada, es decir, experimenta un aumento proporcional. En este momento es cuando los dueños de las tierras de primera reciben una bonificación o premio de $500.00 v cuando exactamente nace la renta. Y claro, ésta sigue aumentando a medida que es necesario cultivar nuevas tierras. Supongamos que es preciso poner en cultivo tierras de tercera; sólo que ahora es menester emplear 200 horas de traba jo para obtener una tonelada de trigo, con lo cual el valor del grano aumenta a $2,000.00 la tonelada. Entonces, los propietarios de las tierras de primera categoría reciben una renta de $1,000.00 Y los propietarios de las tierras de segunda sólo de $500.00. Si es necesario echar mano de tierras de cuarta categoría, entonces tenemos que para producir una tonelada de trigo se requerirán 250 horas, elevándose su precio a $2,500.00; en este caso, la renta del propietario de las tierras de primera categoría aumenta a $1,500.00, la renta del propietario de las de segunda a $1,000.00, Y la renta del propietario de las de tercera a sólo $500.00. Probablemente el problema no quede estacionado en este punto. Tal vez la población siga aumentando y las buenas tierras sigan escaseando, dado caso habrá necesidad de echar mano de tierras de quinta categoría, de sexta categoría, de séptima categoría, etcétera. Pero en todo
26
caso el mecanismo para calcular la renta será como ya quedó asentado. A medida que haya necesidad de cultivar tierras más pobres, en esa misma medida aumenta el precio del producto y a la vez la renta del propietario de las mejores tierras. Para evitar el uso constante de tierras que tienen diferente calidad, Ricardo señala tres procedimientos: 1) Cultivar intensivamente las tierras más viejas. Esta medida sólo puede llevarse a cabo hasta cierto punto, debido a la probabilidad que resulte contraproducente, como veremos al hablar de la ley del rendimiento no proporcional. 2) Practicar la rotación de cultivos. Si la tierra ya no sirve para cultivar trigo, por ejemplo, hay que sembrarla con maíz, cebada, patatas o con cualquier otro producto en donde se asegure un rendimiento mayor. 3) Pagar renta por los terrenos más próximos al mercado, Si no se quiere echar mano de tierras de inferior calidad, hay que pagar por el uso de las mejores. Cierto que se pueden buscar tierras en lugares más lejanos, pero, en este caso, al costo ele producción hay que añadir el costo de transporte, obteniendo, con ello, un resultado idéntico: aparición de una renta para los terrenos más próximos al mercado. Utilizando los elementos cotidianos, se ha elaborado el siguiente cuadro, para explicar el mecanismo de la renta.
Funcionamiento 1. Tierra.- Se supone que hay cinco categorías de tierras, ordenadas de acuerdo con su fertilidad.
27
2. Producción.- Aplicando la misma cantidad de capital y trabajo, la producción disminuye a medida que disminuye la fertilidad de la tierra. La producción máxima es de cien para tierras de primera y de sesenta para tierras de quinta. 3. Renta.- Indica cambio que experimenta la renta a través de cinco etapas, correspondientes a cinco categorías de tierra. En la primera etapa la renta es cero para las tierras de primera categoría; en la segunda etapa la renta es diez para las tierras de primera y cero para las de segunda; en la tercera etapa la renta es veinte para las tierras de primera, diez para las de segunda y cero para las de tercera, etcétera. Pero si los cultivadores de las tierras de segunda, tercera, cuarta o quinta, quieren obtener una producción de cien, tendrán que pagar diez, veinte, treinta o cuarenta de renta, respectivamente, en tal caso los resultados económicos son los mismos. 4. Costo.- Las cinco categorías de tierras dan lugar a cinco costos diferentes del producto, digamos del trigo. Pero como en el mercado el precio se determina por el costo más elevado, resulta que el trigo se venderá a cien; y, como el costo disminuye a medida que aumenta la fertilidad de la tierra, la renta de ésta aumentará en la misma proporción, tal y como se observa en la columna correspondiente a la quinta etapa. Ley del rendimiento no proporcional Íntimamente ligado al problema de la renta de la tierra, se encuentra el referente a sus rendimientos. Si bien es cierto que el principio que rige a éstos se conoció, aunque en forma implícita, desde tiempos muy antiguos, no es sino hasta 1768 cuando el fisiócrata Turgot, en su obra Observaciones sobre las Memorias de Saint-Peravy, habla acerca de los rendimientos. Quesnay también trató el tema, por la misma época, pero sus consideraciones fueron menos afortunadas que las de Turgot. Era evidente, en aquel entonces, el rendimiento decreciente en la agricultura, lo cual obligaba, cada vez en mayor proporción, a medida que la población crecía, a introducir al cultivo tierras más pobres. Mientras aquel fenómeno se agudizaba, la tierra disminuía, tanto en cantidad como en calidad, y con esto la producción relativa de artículos alimenticios. Pero quien, en realidad, hace un estudio amplio de la ley, es Ricardo, que en el fondo coincide con la opinión que Malthus tenía sobre el particular: la causa de los rendimientos decrecientes es el aumento de población. Ricardo observó que, en Inglaterra, cada vez más se hacía uso de la
28
tierra en forma intensiva y que sus productos no siempre estaban en proporción con el aumento de la dosis de capital y trabajo. Es decir, los rendimientos eran decrecientes, motivo por el cual formuló una ley, que si bien es cierta aplicada exclusivamente a la tierra, más tarde otros autores habrían de decir que también puede aplicarse al capital y al trabajo.
La ley puede formularse de la siguiente manera: "si " u.w cantidad fija de tierra se agregan dosis sucesivas de mano de obra y capital, en un principio el rendimiento será más I proporcional; después, proporcional y, por último, menos que proporcional». En palabras más sencillas podemos decir: "más trabajo y más gastos aplicados a la tierra no tienen un beneficio equivalente".
Tomemos a la tierra, como factor fijo, y al trabajo, como factor móvil, y supongamos que se trata de una hectárea de terreno. Al aplicarle el trabajo de un solo hombre, se obtendrá cierto producto. Este producto se verá aumentado si dos hombres la trabajan, y seguramente el producto obtenido será equivalente a más del doble. Si se aumenta otro hombre, habrá también aumento de producto, aunque ya en menor proporción. Pero llegará un momento en que, casi agotada la posibilidad para aprovechar la tierra, el aumento de un nuevo hombre traerá un incremento en el producto quizá mucho muy pequeño pero todavía positivo. No sucederá lo mismo si se siguen aumentando más hombres para cultivar la hectárea de tierra, puesto que llegará un momento en que no habrá ninguna ganancia con ello. Muy por el contrario, es casi seguro que el producto disminuya cuando el número de trabajadores sea tal que se estorben para trabajar, y por tanto, no haya provecho alguno. También se puede tomar al trabajo como factor fijo. El provecho que un hombre obtenga, al cultivar una hectárea de terreno, se verá aumentado, quizás al doble o más, si se le aumenta la tierra a una hectárea y media. Pero llegará un momento en que, no pudiendo cultivar más! terreno, cualquier adición será de poco provecho, llegando a ser contraproducente cuando su extensión sea de tal magnitud que ya no pueda atenderla, perdiendo con ello tiempo y disminuyendo el producto de su trabajo. Teoría de la distribución Esta teoría viene a constituir nada menos que la parte más original de la obra de Ricardo, a pesar de que su base la encontremos precisamente en la clasificación que Adam Smith hizo de las rentas: la renta del terrateniente, el salario del trabajador y el beneficio del capitalista. La diferencia fundamental entre uno y otro es que, mientras la teoría de Smith es estática, la de Ricardo es dinámica; a Smith le preocupa cómo se fija la renta en cada uno de los sectores
29
señalados, a Ricardo le preocupa más cómo evoluciona la renta a través del tiempo. Por lo que se refiere a la renta, salario y beneficio, Ricardo formula sendas leyes. Veamos su enunciación y desarrollo: 1. Renta.-"La renta tiende a subir". Como la renta está íntimamente .ligada a la producción agropecuaria, resulta que, a medida que aumenta la demanda de sus productos a consecuencia de un aumento de población o de un aumento de necesidades. la producción de los mismos no puede crecer en la misma proporción. Ello se debe a que las tierras ya cultivadas no pueden producir más" debido fundamentalmente a la presencia de rendimientos decrecientes, a pesar de los aumentos de capital y trabajo que se le hagan. De aquí que se imponga la necesidad de poner en cultivo nuevas tierras. La exposición detallada de la renta y de los rendimientos decrecientes la hemos hecho más arriba. 2. Salario.- Ricardo distingue dos clases de salario: el salario nominal y el salario real. La ley del salario nominal se puede enunciar así: a el salario nominal tiende a subir ligeramente", y la ley del salario real: a el salario real permanece estable a un nivel muy bajo, determinado por el mínimo necesario para subsistir". Según Ricardo, corno consecuencia del alza de precios en las mercancías, los salarios nominales también pueden elevarse de vez en cuando, aunque este método de ninguna manera mejora la condición económica de los trabajadores, debido a que los salarios reales no suben. Los salarios deben permanecer lo más bajo que sea posible y en forma estable, pero tornando corno base un mínimo de subsistencia. En cuanto a los salarios reales, Ricardo vislumbra una tendencia a la baja, debido, por una parte, al aumento de precios. y, por la otra, a la competencia derivada de este mismo aumento. La situación real prevaleciente en la época se manifiesta en salarios al nivel de las subsistencias, y Ricardo habría de ser el encargado de describirla. La deducción era lógica: si la fuerza de trabajo es igual que cualquier otra mercancía, es decir, que se puede vender en el mercado, el valor que este trabajo tenga, dependerá de su costo de producción. Y ¿cuál es este costo de producción? El necesario para conservar la vida del trabajador, así corno la del hijo que habrá de substituirlo cuando ya no pueda trabajar o cuando muera. Ricardo hablaba del nivel natural de los salarios; y por éste entiende aquella cantidad "que proporciona a os trabajadores en general los medios de subsistir y de perpetuar a especie, sin crecimiento ni disminución".
30
¿Qué pasa con el salario corriente? Esta pregunta se contesta diciendo que el salario corriente puede elevarse por encima del salario mínimo, nada más que en forma transitoria: de ninguna manera la situación debe prolongarse indefinidamente, pues de serlo, traería corno consecuencia un mejoramiento del nivel de vida y, con ello, el incremento de los nacimientos, hecho que a la postre daría lugar a que la competencia aumentara, debido al aumento de la oferta de brazos. Resultado final: vuelta al salario mínimo vital. Sin embargo, por mínimo vital, según Ricardo, debe entenderse un mínimo de acuerdo con la costumbre v grado de civilización en cada país, grado que no es precisamente fisiológico, con lo cual resulta que cada país tendrá un mínimo: el de Inglaterra, por ejemplo, será más alto que el de México o el de cualquier país latinoamericano. 3. Beneficio.- Para Ricardo, la tasa de beneficio -o sea, la renta del capital- tiende a disminuir. Por supuesto, no ignoraba que el total de los beneficios iba en aumento a medida que la producción también aumentaba, a la vez que el capital se iba acumulando. Lo que disminuía en forma progresiva era únicamente el beneficio que correspondía a determinada suma de capital ya invertido. Ejemplo: si el capital invertido era de cien, la disminución del beneficio era sobre cien y no sobre los aumentos que genera cien.
Ricardo estaba seguro de la existencia de un antagonismo sin remedio entre salarios y beneficios, pues mientras el patrón se reservaba para sí todo el beneficio, el salario sólo podía alimentar a expensas del mismo y viceversa. Esto quiere decir que una elevación en los precios de las mercancías, corrige un aumento nominal de los salarios. Al mismo tiempo, el nivel de los beneficios baja, así como también la tasa de interés del el dinero que se presta. Es casi seguro que la ley del beneficio se inspiró en el de crisis por que atravesaba la industria inglesa a principios del siglo pasado, pues fue muy característico de entonces que los beneficios bajaran y los tipos de interés, también. Criticando este punto de vista, podernos decir que Ricardo se equivocó al precisar que esta tendencia fuera permanente. Su error consistió en considerar al beneficio corno una retribución del capital, que los salarios nominales trajeran como consecuencia una baja de Ios beneficios reales y, por último, que los patrones conservaran para si mismos el beneficio producido por el alza de producción y precios. Comercio Internacional Debemos anticipar que Ricardo es partidario absoluto del libre cambio, en materia de Comercio Internacional. Esta tendencia se pone de manifiesto en el problema del trigo, en Inglaterra, a principios del siglo XIX. Ricardo pensaba que la única manera de combatir los altos precios del cereal era permitir la libre importación. Así, al impedirse el alza de precios, se impedía, a la vez, el
31
alza de salarios, que es su consecuencia inmediata; y, al mismo tiempo, también se evitaba la baja de beneficios. Por si estas ventajas no fueran suficientes, aún agrega otra más: los beneficios provenientes de la división del trabajo. La principal aportación de Ricardo a la Economía, en materia de comercio internacional, es la de haber descubierto el mecanismo del movimiento de mercancías, así como el haber determinado el papel que la moneda juega en dicho movimiento, explicando la forma en que ésta va y viene durante las transacciones. Expliquemos esta idea de Ricardo. Si un país tiene balanza de comercio desfavorable, es menester que salga la moneda para cubrir el déficit, y ¿qué sucede en el país importador? Lo que sucede es que la moneda comienza a escasear, aumentando al mismo tiempo su valor y, por consiguiente, haciendo bajar los precios. Pero el problema no termina aquí. Después hay que enfrentarse con exportadores e importadores. Los que venden se desaniman por la baja de precios y los que compran se ponen de plácemes porque están comprando más barato. Al llegar a este punto, ¿qué pasa? Aquí entra en juego la moneda para poner las cosas en su lugar. Esta deja de salir; pero, a la vez, comienza a entrar de nuevo, hasta que el equilibrio se restablece, debido a la corriente inversa. Un ejemplo aclarará las dudas. Sabemos que México tiene balanza comercial desfavorable con los Estados Unidos. Supongamos que el déficit es por $ 1 000 millones, los cuales hay que pagar con moneda. Al escasear la moneda en México, aumentará su valor, haciendo bajar los precios aquí y haciéndolos subir en los Estados Unidos, como consecuencia de la afluencia de moneda. Esta baja de precios, en México, estimula la exportación; y la importación, en los Estados Unidos. Al cabo de algún tiempo, los $ 1 000 millones vuelven a México, restableciéndose así I equilibrio; todos quedan contentos y cada país tiene la cantidad de moneda que debe tener, cantidad que estará siempre le acuerdo con sus necesidades; no habrá más ni habrá menos. Claro que este mecanismo es complicado y lento, pero no s necesario esperar a que la salida de la moneda repercuta en os precios, porque antes ya ha subido el 12recio de la moneda le papel sobre el extranjero. Las operaciones de cambio son muy sensibles y cualquier elevación que sufra la moneda, aunque sea loca, inmediatamente estimula las exportaciones y hace diminuir las importaciones.
32
En estas condiciones, la moneda no sale del país y, en caso le suceder, no es más que transitoriamente, debido a lo cual es posible afirmar que el papel de los metales preciosos en el comercio internacional es el mismo que el de los aceites en los notares: facilitar el movimiento de las distintas partes del mecanismo, y nada más. Todo comercio se realiza como tales no existieran y como "si el comercio de país a país se imitara a la simple permuta" de los productos de cada une. Es decir, en última instancia el comercio internacional no es otra cosa que un trueque disfrazado; y los metales preciosos se reparten por sí mismos entre los países que los necesitan, dirigiéndose invariablemente a las naciones que tienen mayor poder adquisitivo en mercancías. Resultado: el país que más gana es eI país más pobre, porque en materia de comercio internacional 'as ventas deben verse desde el punto de vista del consumidor, y no del vendedor. Capítulo XV Marxismo ¿Qué es el marxismo? Es ésta la primera pregunta obligada en toda persona que se inicia en el estudio de tan interesante tema. El marxismo debe concebirse como una corriente de pensamiento, de carácter económico y social, que aparece como consecuencia, principalmente, de los escritos de Carlos Marx. Sus obras más sobresalientes son aquellas que llevan por título La Miseria de la Filosofía (1847), El Manifiesto Comunista (publicado en colaboración con Federico Engels en 1848), Crítica de la Economía Política (1858), El Capital, su obra cumbre, cuya primera parte apareció en 1867, la segunda, en 1885 -dos años después de su muerte- y la tercera, en 1894, publicada por Engels (en este tomo resulta difícil delimitar cuál fue la contribución de cada autor). También se llama socialismo científico a esta corriente, por la pretensión que tiene de dar al socialismo una base científica, real, oponiéndose en esta forma al socialismo utópico. Así, mientras éste tiende a establecer un sistema social imaginativo, el socialismo científico considera que el advenimiento del socialismo es una consecuencia de leyes económicas y sociales. Frente a los problemas de la época, los utópicos aconsejaron los remedios que debían aplicarse para corregirlos, aunque, claro, los resultados estaban por verse. En cambio, al socialismo científico no le preocupó el porvenir, más que en función de la evolución del régimen capitalista, puesto que consideraba que necesariamente desembocaría en el socialismo. Personalidad de Marx Carlos Marx, considerado por algunos autores como el más grande socialista y economista del siglo XIX, maestro aún de todos los socialistas actuales, no importa que den a su obra una
33
interpretación diferente, nació en Tréveris, Alemania, el 5 de ayo de 1818. Sus padres fueron judíos de la clase media, estudió en la Universidad, donde obtuvo el grado de doctor en filosofía. Tuvo inquietudes intelectuales y políticas, las que llevaron, muy pronto, a ingresar al grupo de jóvenes, revolucionarios, ya que sostenía el punto de vista de que sólo revolución social, encabezada por el proletariado, en lugar un simple cambio de tipo político, podría llevar a la liberación del género humano. Engels, convertido al socialismo ante el espectáculo tan deprimente de la miseria de la época, amigo inseparable de Marx desde 1842 y hasta su muerte, le dio siempre apoyo moral, intelectual y económico, a través de su larga vida. A partir de 1848 -uno de los años cruciales en el destino e la humanidad-, y hasta 1870, vemos a Marx participar todos los movimientos revolucionarios, los cuales estaban inspirados en sus propias ideas, cuando menos en gran parte. Inmobiliario para vivir en Alemania, desterrado y perseguido, tuvo que vivir en Francia, Holanda e Inglaterra, siendo en este país -Londres-, donde pasó la mayor parte de su vida, donde escribió su obra cumbre: El Capital. Participó activamente en la fundación de la Primera Internacional de trabajadores, convirtiéndose así en el inspirador indiscutido de la misma. Orígenes del marxismo ¿Son originales las ideas de Marx? En general, no. Su origen ay que buscarlo en la economía política clásica inglesa, en socialismo francés y en la filosofía alemana. La deuda mayor la tiene con el clasicismo inglés, aunque, por supuesto, no llegaran sus mismas conclusiones. De Ricardo -su principal acreedor- las ideas respecto a la producción, a la distribución y al valor: de Smith y de Ricardo, lo concerniente a la explotación [e los trabajadores y a la teoría cuantitativa del dinero. Por supuesto que Marx no reniega de sus maestros. Lo que pretendió fue superarlos, introduciendo el criterio de que las leyes -para ellos permanentes- del liberalismo económico, correspondían a un régimen que a todas luces era transitorio. En cuanto al socialismo francés, socialismo utópico, realmente Marx no lo tomó muy en serio, debido a que sus ideólogos proponían soluciones de tipo limitado: resolver el problema económico y social de pequeños grupos de obreros. Dichas soluciones nunca tuvieron la certeza de llevarse a cabo; eran más bien proyectos románticos, sin ninguna base científica, según Marx. Los utópicos no hacían ciencia -sus planes eran a priori-, porque hacerla implicaba "describir el capitalismo y
34
prever su evolución", a la vez que averiguar si, en esta revolución, la clase trabajadora podría encontrar aquellos recursos que permitieran obtener su propia salvación y la que corresponde a la sociedad en general. Conviene recordar que la rúbrica del Manifiesto Comunista: "proletarios de todos los países, uníos" era una advertencia para que los trabajadores confiaran en ellos mismos la redención que buscaban, sin apelar a otras entidades, terrenas o extraterrenas, para que lo hicieran. La influencia de Sismondi o de Rodbertus tampoco tiene gran significación. Georg W. F. Hegel (1770-1831), filósofo alemán, lega a Marx su concepción dinámica de la sociedad, la cual estudia mediante la aplicación del método dialéctico (usa los términos tesis, antítesis y síntesis, para explicar las contradicciones que en el seno de la misma se presentan). Marx se interesó por este punto de vista hegeliano, porque en el fondo buscaba los principios que dan origen a los cambios sociales; rechaza, en cambio, el aspecto conservador, el idealista, aunque señalando que era menester invertir los términos, como en los párrafos siguientes se explica. Materialismo dialéctico e histórico La dialéctica, considerada por los griegos como el método del diálogo, tiene con Hegel otro significado. Para él, dialéctica es un con junto de leyes que rigen el movimiento, tanto en la naturaleza como en la vida social. Considera además, que el pensamiento constituye la fuente del ser, el cual, en su desarrollo, crea la realidad. En otras palabras: para Hegel, primero es el pensamiento, y, luego, la materia. En Marx sucede todo lo contrario: primero es la materia, la que, al evolucionar, da origen al pensamiento. Por esta razón, en el campo social, señala que "no es la conciencia del hombre la que determina su modo de existir, sino su modo de existir social el que determina su conciencia". El materialismo histórico, llamado también materialismo económico o concepción materialista de la historia, es un método, porque el socialismo científico no podía prescindir de él, como no puede prescindir ninguna ciencia. De aquí que este materialismo pueda definirse como "un método intelectual de interpretación de la Historia". Luego ¿cómo ve la Historia el materialismo histórico? La ve como un conjunto de acontecimientos de índole espiritual, tales como el derecho, la filosofía, la moral, la religión, el arte, etc., determinados invariablemente por hechos de tipo material, siendo éstos todos aquellos que caracterizan la forma en que el hombre obtiene todo ese conjunto de bienes que le sirven para la satisfacción de sus necesidades.
35
A la manera en que el hombre produce estos bienes, Marx la llama infraestructura, o sea, la base en que descansa todo el acontecer histórico. De tal suerte que a toda modificación de la técnica para producir esos bienes, corresponderá también una modificación de los hechos sociales. Cuando se necesitó el empleo exclusivo de la fuerza humana para producir, se hizo necesaria la presencia de la esclavitud. Al usarse métodos más avanzados que, en parte, liberan al hombre del empleo de su fuerza física, como el uso del agua o el aire para producir movimiento, el sistema esclavista disminuye de intensidad y se convierte en sistema feudal (la presión sobre la fuerza humana sufre un descenso considerable). Por último, con la utilización del vapor como fuente de energía, sustituyendo así la fuerza del hombre, la humanidad se encuentra en la antesala del régimen capitalista. De aquí que Marx dijera textualmente: "el conjunto de las relaciones de producción, forma la estructura económica de la sociedad, es decir, es la base real sobre la que se eleva una super-estructura política y jurídica, a la que corresponden determinadas formas sociales de conciencia. El modo de producción de la existencia material determina, en general, el proceso social, político e intelectual de la vida".
Gráficamente, podríamos representar el proceso antes descrito -dentro del cual el hombre pierde la libertad para escoger las instituciones que quiera, puesto que éstas se crean de acuerdo con la forma en que produzca sus satisfactores-, por medio de la figura de la página anterior. Cabe señalar en este apartado, que el elemento activo de la historia son las clases económicosociales, dando origen, así, a la teoría de la lucha de clases. Marx considera dos clases dentro del régimen capitalista: burguesía y proletariado. La diferencia entre una y otra es que, mientras la primera es propietaria de los medios productivos, la segunda sólo posee su fuerza de trabajo
36
para subsistir. Antes habían recibido otro nombre estas clases: señores feudales y siervos; y, mucho antes todavía, patricios y esclavos. Por ello, el marxismo hace notar que, desde época muy remota, la historia del hombre no ha sido otra cosa que la historia de la lucha de clases. Mientras los poseedores luchan denodadamente, hasta el fin (no abandonan baluarte alguno sin lucha: la aristocracia de sangre luchó sin cuartel, hasta ser desplazada por la burguesía), por retener sus propiedades y conservar, por tanto, todos los privilegios de clase y explotación del obrero inherentes, los desposeídos, por el contrario, luchan por destruir el orden económico y social existente. ¿Cuándo terminará esta lucha de clases? Cuando la burguesía sea destruida, implantándose, acto seguido, la dictadura del proletariado, como paso obligado para el advenimiento del socialismo. Pero el proletariado debe actuar con criterio internacional y no puramente nacional, puesto que el interés común del obrero es más real y consistente que el concepto de "interés nacional". Por otra parte, así como el capital puede traspasar las fronteras nacionales, llevado por intereses no nacionales, ¿por qué el obrero ha de limitar su lucha al territorio nacional? Claro que la lucha de clases tiene sus peligros. Cuando traspasa las fronteras, la guerra es inminente, sobre todo, porque, al crecer el capitalismo, no le queda más remedio que extender sus privilegios a otras naciones, mediante la explotación conveniente del "sentimiento nacional". Evolución del régimen capitalista Para abordar este tema, es menester hacer un poco de historia. Es necesario remontarse al siglo XVI, porque en aquel lejano siglo es cuando en realidad arranca la llamada era Capitalista. En aquel entonces, no existía el capital -ni el capitalismo, en el sentido de medio para producir rentas, incluyendo L producida por el trabajo de otro. Existía, sí, bajo la idea de retor productivo, pero con la característica -del régimen cooperativo- de que su apropiación era en su mayor parte individual, es decir, cada trabajador era poseedor de sus propios medios de producción. Varias causas, ya analizadas en el capítulo referente al Mercantilismo -grandes descubrimientos geográficos, aparición del estado moderno, creación de grandes Bancos y grandes compañías de colonización, Reforma religiosa, etc., permitieron acumular, aunque a veces lentamente, el capital en un reducido número de personas, eliminando en esta forma a los propietarios artesanos, quienes en esta forma se convertían en los "pigmeos" de la producción o en asalariados de la manufactura.
37
Así fue el principio. Lo mejor para la "nueva ola" viene después. El drama se inicia cuando el artesano se ve obligado el vender lo único que le quedaba, su fuerza de trabajo, o, lo que es lo mismo, "venderse a sí mismo", porque ya no era posible que vendiera sus propios productos, como lo haga, en forma directa, sin intermediarios. La eliminación de la propiciad fundada en el trabajo personal, era necesaria para crear la nueva propiedad: la fundada en el trabajo de los demás. Así es como aparece el proletariado y como el artesano pasa a la historia. La tarea no fue fácil ni se realizó en poco tiempo. Se necesitaron tres centurias para que la burguesía lograra sus propósitos. Al proclamar los principios de libertad para la contratación del trabajo y declarar que el hombre tenía ciertos derechos que debían ser respetados, la victoria era indiscutible. Sin embargo, la empresa no ha concluido, ni aun en los países con régimen capitalista avanzado. Pero Marx prevé la continuación de ella, espontáneamente, debido a las siguientes causas: 1. Desarrollo, cada vez mayor, de la producción en grande escala. Consecuencia: proletarización creciente. 2. Incremento de los monopolios, trusts, cárteles o sindicatos industriales. Marx no conoció estas organizaciones; lógico que éstas conduzcan a la expropiación de los capitalistas medios, en beneficio de los grandes capitalistas. 3. Superproducción en aumento, la cual lleva, inevitablemente, al paro forzoso y, por consecuencia, al aumento de mano de obra barata. 4. Concentración demográfica en las grandes ciudades, debido al éxodo de la población rural. Epílogo. Así ha nacido, y así se ha constituido, el régimen capitalista. Es la lucha de clases quien lo engendra y la misma lucha quien lo destruirá. Comenzó expropiando y acabará expropiado. "Los expropiadores serán expropiados", había de sentenciar Marx. Sobretrabajo y plusvalía Para Marx, dentro del sistema capitalista, el trabajador sufre una permanente explotación, la cual explica a través de la famosa tesis de la plusvalía. El mecanismo es el siguiente: dentro de una sociedad en donde no existiera la división de clases, el trabajador sería dueño absoluto de todo lo que produjera su trabajo. Pero, dentro del régimen capitalista, no sucede lo mismo. Aquí, en lugar de cambiar una mercancía por dinero, para después obtener otra mercancía, como sucede en el artesanado, lo que pasa es que la producción se lleva a cabo por personas que, mediante un capital, compran mercancías, las cuales venden con el objeto de obtener un capital más importante (D-M-D, dinero-mercancía-dinero, sería la fórmula).
38
El objetivo anterior sólo puede alcanzarse, mediante la existencia de una mercancía que pueda producir un valor más alto que aquel que cuesta producirla. Esta mercancía es el trabajo, puesto que ella puede comprarse y venderse en el mercado. Se compra con aquella parte del capital que Marx llama variable, y cuya característica es cambiar de valor durante el proceso productivo (también hay un capital constante, representado por equipo, herramienta y materia prima, que no cambia de valor). Hay otro problema: ¿a qué precio se compra la fuerza de trabajo? Marx contesta que a un precio equivalente al gasto que el obrero hace para mantenerse en condiciones de trabajar, o sea, para reponer su fuerza de trabajo. Y ¿qué cantidad de trabajo necesario se requiere para producir los alimentos que repongan esta fuerza? Generalmente, menos de una jornada de trabajo. Coloquémonos en un régimen laboral en donde esa jornada es de ocho horas y supongamos que el obrero sólo requiere de unas horas para producir un valor igual al monto de su salario el que le va a servir para comprar los bienes y servicios, que le permitan reponer su fuerza de trabajo); pero como el patrón : paga por ocho y no por cinco horas, resulta que el excedente 'e tres horas, no tiene compensación alguna; es decir, el valor producido en estas tres horas, constituye el beneficio del patrón, debido a esa característica que tiene el trabajo humano: crear m valor superior al que necesita consumir/para su propia conservación. Y ésta es precisamente la plusvalía (en nuestro ejemplo tres loras), así como el mecanismo para su creación. Pero la plusvalía puede crecer, claro. Basta con que el patrón aumente la ornada de trabajo o mejore la técnica de producción (para incrementar la productividad y, por tanto, reducir costos y precios, inclusive el de la mano de obra). La primera medida es más difícil de aplicar, por la presencia de leyes laborales o contratos colectivos de trabajo, no así la segunda, pues a medida le aumenta el numero de unidades producidas por jornada le trabajo, disminuye el tiempo necesario para reproducir la energía humana, aumentando, al mismo tiempo, el trabajo no ligado o plusvalía. También se pueden emplear otros recursos rara el mismo objeto: utilizar el trabajo de mujeres y niños (porque devengan salarios más bajos) y operar cooperativas de consumo (porque bajan el costo de vida del obrero). Trabajo no pagado y plusvalía han dado origen a que las organizaciones de trabajadores sobre todo, las de tipo revolucionario-, vengan insistiendo, desde hace tiempo, en que el Estado limite o reduzca la jornada de trabajo.
39
Teoría del Valor-Trabajo La teoría del valor-trabajo tiene su origen en la teoría clásica del valor, en su aspecto de valor de cambio, expuesta, principalmente, por Ricardo. Este autor, bien debemos recordarlo, consideraba que los bienes valen, independientemente de la apreciación que de ellos hagan los contratantes particulares del mercado; es decir, que el valor está en el objeto y no en el sujeto. Luego entonces ¿por qué valen las cosas? Indudablemente, por el trabajo que ha costado producirlas, por el traba jo que contienen. A más trabajo, mayor valor, y viceversa. Pero no sólo hay que considerar el trabajo directo, sino también el anterior, el pasado. Ricardo concebía ya de esta manera al valor. Marx lo ratifica, y afirma categóricamente: lo que hace homogéneas las mercancías, a sabiendas de que todas son heterogéneas, es el traba jo que contienen -"trabajo humano cristalizado", decía-o ¿Algún trabajo en particular, o cualquier trabajo? No, por supuesto. El trabajo a que se refiere Marx es social, pero el socialmente necesario para producir una mercancía, trabajo que se mide según el promedio de horas invertido en su fabricación. Según sea este trabajo, así será su valor. Esta explicación sugiere otra pregunta: ¿es lo mismo el trabajo socialmente necesario en la época gremial y en la época actual? Claro que no. La razón es que, entre las dos épocas, han cambiado los medios de producción y la destreza del obrero. Hoy la técnica es distinta. Hoy se produce más rápidamente que entonces. Hoy, por ejemplo, se produce un par de zapatos en una hora, mientras que en la época gremial se necesitaban treinta. De aquí que sea necesario tomar en cuenta la época, la técnica y la calidad del obrero, para tener una idea más completa del significado del concepto "trabajo socialmente necesario". Es decir, por trabajo socialmente necesario, debe entenderse el promedio de horas para producir un bien, con máquina y técnica común en la época.
Autodestrucción del régimen capitalista Autodestrucción -destrucción por sí mismo- significa que las mismas leyes que han creado y permitido la evolución del capitalismo, serán, a la vez, las mismas que lo lleven a la tumba, una vez que haya sido concluida la excavación de ella por esas fuerzas. El resultado es fatal. Al respecto dice Labriola -partidario del marxismo-: "el régimen capitalista engendra él mismo su propia negación, con la fatalidad que preside las metamorfosis de la naturaleza". Varios son los hechos que ponen de manifiesto la marcha del proceso autodestructivo. Las crisis, el pauperismo y la multiplicación de sociedades anónimas no dejan lugar a duda.
40
Las crisis, cuyo mecanismo veremos en el siguiente apartado, arruinan cada vez más al régimen, porque cada vez se vuelven más frecuentes, más prolongadas, y abarcando más territorio. El pauperismo, resultado del paro involuntario que acarrean dichas crisis, aumenta sin cesar, acrecentando, al mismo tiempo, el número de inconformes. Y, por último, ¿por qué el marxismo incluye a la sociedad anónima como hecho autodestructor? Porque -dice- el beneficio que se reparte entre muchas manos se vuelve independiente de todo traba jo personal, puesto que quien lo genera es el trabajo del obrero. Además, la función del patrón -cuya característica es la dirección, la iniciativa y el abajo personal-, se descompone en dos aspectos: el gran accionista parasitario, y el dirigente asalariado (administrador, gerente, director, presidente, etc.). Las crisis Las crisis de superproducción o subconsumo, a las que aquí referiremos -porque también las hay bancarias, bursátiles, e crédito, monetarias, etc., tienen su origen en un crecimiento excesivo de la producción de bienes, que la demanda no puede absorber. Este tipo de crisis aparece desde principios del siglo asado, prolongando su presencia hasta el presente. Algunos consideran que es la característica de los años mil ochocientos de los mil novecientos. Parar Marx son inevitables, por construir el cordón umbilical del régimen capitalista. Las primeras crisis coinciden con el triunfo de laissez-taire -en Inglaterra literalmente-, a pesar del gran perjuicio que le causan. Son inevitables en este régimen, porque a medida que aumenta la inversión en máquinas (capital constante), disminuye la lana de obra (capital variable) y, consecuentemente, la tasa e beneficio. ¿Qué hacer entonces? El capitalista cree que aumentando la producción, combate la baja de sus ganancias totales, porque espera desquitarse en la cantidad. Claro que no lo consigue, por una sencillísima razón: porque los obreros no pueden comprar con su salario lo que ellos mismos producen, debido que éste jamás es igual al valor del bien producido; si a esto agregáramos que periódicamente se encuentran sin trabajo, reducidos al paro forzoso, no hay más remedio que aceptar que la incapacidad para consumir lleva directamente a la depresión. Así pues, para Marx, la crisis tiende a romper el equilibrio que debe existir entre el capital constante y el capital variable, al crecer aquél exageradamente, el desastre es inevitable, arrastrando al abismo una parte del capital constante, mucho del cual más se recupera. Esta descapitalización permite a la plusvalía ornar nuevo impulso, el cual lleva nuevamente a la capitalización, que, al agudizarse, acarrea una nueva crisis. A ésta sigue otra, otra más y otra. Aunque este desequilibrio no lleva necesariamente a una paralización total del sistema, sí le
41
causa interrupciones periódicas en su evolución, cuya consecuencia puede ser el estancamiento del progreso. Socialización de los medios de producción Marx llama a los medios de producción, "instrumentos de producción". Más recientemente se les conoce como "bienes de producción". Dichos bienes -tierra, máquinas, edificios, etc.-, son todos aquellos que se utilizan para producir otros bienes de producción o bienes de consumo. Todos estos instrumentos son de propiedad privada dentro del régimen capitalista, la cual el marxismo trata de abolir, tal y como lo señala expresamente el Manifiesto comunista.
Para alcanzar esta meta, el medio es la socialización, que consiste en expropiar la propiedad de los instrumentos productivos a los capitalistas, y al mismo tiempo, ponerlos a disposición de todos, en beneficio de la nación, excluyendo la posibilidad de que algún grupo de personas en particular detente la propiedad de los mismos. Finalmente, así como la producción es colectiva, la propiedad de los instrumentos también debe ser colectiva.
Una vez lograda la socialización, el producto del trabajo de todos los integrantes de la comunidad será repartido, de acuerdo con el trabajo realizado por cada uno, no sin antes haber deducido todos los gastos que el interés común haya demandado. En estas condiciones, no habrá sobretrabajo y tampoco plusvalía.
Como es fácil observar, la propiedad sobre el producto del traba jo no hay por qué tema al colectivismo. Esa propiedad, al estilo del ya ido sistema corporativo o rural, que el capitalismo está destruyendo, para sustituirlo por el salariado, el nuevo sistema no la aniquilará; al contrario, la reivindicará, sólo que no bajo la forma tradicional individualista, sino conforme a una norma distinta: como derecho a un valor equivalente al producto del trabajo. El argumento es claro: individualismo y producción en grande escala y división del trabajo son incompatibles. Acumulación creciente de los capitales Como su nombre lo indica, con esta teoría Marx trata de explicar la forma en que los capitales se acumulan. El mecanismo de la acumulación, cuya esencia es la aplicación de una parte del rendimiento de la producción a una producción posterior, a efecto de ir ampliando, más y más, la base de todo el sistema productivo, es como sigue:
42
Una vez en posesión del capital -cuya consecuencia inmediata es la división de la sociedad en burgueses y proletarios, así amo la consiguiente explotación de éstos-, se ha constituido, n realidad, la cimentación del edificio de la acumulación capitalista, Este cimiento recibes el nombre de acumulación originaria, o sea, la primera formación de capital, la que no necesariamente es consecuencia de una capitalización de la plusvalía -sin la cual la acumulación es inoperante o inconcebible-, aun cuando puede tener su origen en un excedente de ganancias, producto del trabajo, u otras causas: monopolios ) ciertos privilegios, como la herencia.
Listo el capital, la producción se inicia, y, a la vez, la acumulación capitalista, que no es otra cosa que la transformación de la plusvalía en capital. Después, viene la reproducción del capital, que viene a ser una consecuencia de la continuidad de la producción, ya que, durante ésta, es indispensable sustituir permanentemente la porción del capital consumido, a no detenerla. La sustitución, por medio del producto de la plusvalía, reproduce el capital dentro de un periodo de rotación de la empresa, a cuyo final el capitalista tiene en el bolsillo dinero contante para proseguir la producción, independientemente de que parte del mismo sea producto del trabajo (a fin de cuentas, se convierte también en acumulación de plusvalía).
Conviene aclarar, en este momento, que la reproducción puede ser simple y acumulativa. Es simple, cuando el capital se conserva al mismo nivel dado, es decir, cuando se produce a la misma escala o escala sencilla, lo que implica el consumo total de la plusvalía. En la segunda no acontece lo mismo. Aquí no se consume toda la plusvalía, sino que una parte de la misma se dedica a nuevas operaciones de acumulación, o sea, a transformar en nuevos capitales la parte no gastada. Y así es como llegamos a la reproducción del capital en gran escala, la que será mayor a medida que sea menor el gasto de la plusvalía. A los capitales existentes se acumulan nuevos capitales, cuya consecuencia es una mayor producción y, también, una mayor plusvalía. ¿Por qué es posible que la producción tenga una escala ascendente y, por tanto, un derrame permanente de nueva plusvalía? Por las perspectivas que tiene el sistema capitalista de obtener ventas crecientes, sin las cuales no tiene sentido el aumento de producción. Así que, mientras tengan vigencia dichas perspectivas, el proceso acumulativo seguirá su marcha ascendente, puesto que el capitalismo tiende en realidad no a gastar, cuando menos, parte de la plusvalía, sino precisamente a acumularla. Proletarización creciente Proletarizar no es otra cosa que convertir en proletario a quien no lo es. El capitalismo, ante la necesidad de producir cada vez en mayor escala, es el encargado de llevar a cabo esta ingrata
43
tarea. Precisamente, una de las consecuencias de la gran producción es la proletarización creciente de las masas, la cual se inicia al iniciarse aquélla. El capitalismo, sin quererlo, aumenta así el número de sus enemigos. "La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros", dice Marx en el Manifiesto comunista.
El paro involuntario, consecuencia de la acumulación del capital, así como de la concentración de las explotaciones, necesariamente lleva a una inversión cada vez mayor de recursos para instalaciones y menor para el sostenimiento de la clase trabajadora. Este paro es el que forma el llamado "ejército de reserva industrial" siempre listo a ofrecerse en el mercado a cualquier precio, con 10 cual el capitalista obtiene ele obra al precio más bajo.
La población rural expropiada aumenta también el proletariado. Marcha a la ciudad y no le queda más remedio que buscar una ocupación asalariada, ante la pérdida de su pequeña propiedad. Artesanos y otros pequeños propietarios correr: la misma suerte. En suma, la consecuencia fatal del capitalismo es que cada día haya mayor número de pobres y menor número de ricos, pero más ricos.
Tesis catastrófica Las ideas de Marx fueron revolucionarias, carácter que no tuvieron las que sustentó la mayor parte de sus predecesores socialistas. Para Marx, la revolución consistía en la eliminación de la clase burguesa y su relevo por la clase trabajadora. Este cambio no implica necesariamente la lucha armada, el motín, la asonada, el cuartelazo. Puede ser pacífico, para lo cual procede utilizar, ya sea el expediente político o el económico, cualquiera de los dos (o una combinación de ambos, pensamos nosotros). El primero se consigue mediante una mayoría de representantes obreros en el Poder Legislativo. El segundo se logra cuando las organizaciones obreras toman en sus manos la producción de bienes y servicios, así como la distribución respectiva.
Hay una tercera alternativa, la más factible para el marxismo: la "catástrofe" final del capitalismo. Esta se producirá una crisis particularmente grave, que es uno de los más ricos desequilibrios de que adolece el régimen. Ahora, estaría tan carcomido, a consecuencia de que, cada vez, las crisis son más frecuentes y más extensas, en el tiempo y en el espacio, le derrumbe será más fácil. Por otra parte, la concentración habrá llegado a tal madurez, que será particularmente la expropiación socialista, ya que bastará una sencilla forma para que los títulos de propiedad de la burguesía
44
pasen propiedad de la nación. En esta forma, casi pasará desapercibido el cambio del mecanismo económico. Si bien es cierto que el marxismo no necesariamente piensa el empleo de la violencia, para llevar a cabo el cambio, tampoco la excluye. Más bien, la considera probable, ya que la evolución, por sí misma, no será suficiente para eliminar las formas iniciales obsoletas y poderlas sustituir por formas nuevas. La -nsiblería es mala consejera, porque, cuando menos, frena el advenimiento de las nuevas formas. En cambio, el sufrimiento, inherente a los periodos de transición. "La fuerza es la parera de toda sociedad en acción", decía Marx. Cada etapa lleva una compañía inseparable, no precisamente la sonrisa a flor de labio, sino reacciones distintas, pero "indispensables para el elvenimiento de las fuerzas superiores" Critica a la obra de Marx Al marxismo se le ha criticado una v mil veces. Trataremos le exponer las principales críticas, dividiéndolas en dos grupos ~ as de tipo general, y las de tipo específico. l. Críticas de tipo general.- Los tratadistas que han dedicado mucho tiempo al estudio de la obra de Marx, consideran que ésta es confusa, puesto que en ella se mezclan ideas filosóficas, económicas y sociológicas. Es cierto que tiene un estilo sugestivo, vehemente, pero a la vez dogmático y abstracto, características que con frecuencia la vuelven obscura, aun para los mismos especialistas. Algunos consideran que, en lugar de una obra de tipo económico y social, es un catecismo de carácter político. Estimamos que este punto de vista es exagerado. Tal vez, lo cierto sea que mucho de lo escrito por Marx le sirvió de apoyo político. Se ha llegado a afirmar que su legado es una idolatría política y no una ciencia económica.
2. Marx ha sido leído no sólo por economistas, sino también por sociólogos, filósofos, juristas, etc. (y hasta religiosos).
3. Desde el punto de vista económico, el marxismo es, básicamente, un análisis del funcionamiento y evolución del régimen capitalista.
4. Las leyes económicas del marxismo no son permanentes. Sólo son válidas dentro del régimen capitalista, a quien él considera transitorio. Esta afirmación echa por tierra la idea de que el
45
marxismo es un simple estudio de los sistemas socialistas. La confirmación de las ideas marxistas hay que buscarla en los países que siguen siendo capitalistas, y no en los socialistas. 5. La obra de Marx es de origen clásico, con la diferencia de que trató de superar a sus maestros, con quienes adquirió una gran deuda, ya que trató de demostrar que las leyes del capitalismo no son permanentes, sino transitorias, como lo es el mismo régimen. 6. Sismondi y Rodbertus influyen poca cosa en Marx. Y, en cuanto a los utópicos, incluyendo a Proudhor, Marx les atribuyó poca seriedad, debido a que pretendían organizar asociaciones de tipo unilateral, puesto que habían de servir para que reducidos grupos de obreros se refugiaran en una isla de bonanza. Estos intentos, para Marx, no pasaban de ser intenciones románticas y no verdadera actitud científica.
CRÍTICA DE TIPO Específico.- 1. Materialismo histórico.- Si Marx quiso decir que todos los movimientos de lo que llama superestructura, son provocados por modificaciones en la estructura económica -que implica cambios en las técnicas productivas-, creemos que no tiene razón, por ser una explicación rígidamente determinista de la historia. En estas condiciones, sería fácil prever las transformaciones superestructurales ligadas a la técnica de producción (por ejemplo, las consecuencias sobre el derecho de propiedad en el uso de la energía atómica). Los cambios espirituales no dependen exclusivamente del aspecto material, sino de muchos otros, algunos de los cuales son imprevisibles. Es decir, debe hablarse más bien, en términos generales, de una influencia recíproca entre estructura y superestructura. ¿En qué proporción? Nada podría decirse con certeza. Últimamente, algunos pensadores dan al materialismo histórico una interpretación más dialéctica que determinista, o sea, que todo cambio estructural crea situaciones especiales, para que ciertas instituciones, ideologías o creencias, se vuelvan anacrónicas u obsoletas y, por tanto, tiendan a desaparecer. De ser así, no tenemos más medio que aceptarla, ante la fuerza de los hechos: las condiciones en que el hombre produce todos aquellos satisfactores que permiten subsistir, son los determinantes más poderosos -no ricos-, en toda evolución de la organización social.
En cuanto a la lucha de clases, los neomarxistas no la niegan, ero consideran que ya no es la lucha entre dos clases diametralmente opuestas, sino más bien una especie de subluchas entre ruchas clases, cuyo resultado es difícil de predecir. Las hay entre restatarios y rentistas, fabricantes y comerciantes, industriales propietarios rurales. Se dice, incluso, que entre la misma
46
clase trabajadora hay lucha: sindicatos rojos y sindicatos blancos, sindicalizados y no sindicalizados, obreros calificados y no afiliados.
El Estado, a quien se consideraba lisa y llanamente como n instrumento de la clase poseedora, ha perdido mucho de este carácter. ¿Por qué? Porque ahora el trabajador tiene acceso, al aparato legislativo, como al administrativo. En suma, la burguesía de hoyes muy distinta de la que conoció Marx. Ha cambiado su conducta, más por conservación que por generosidad, ya que, de otra manera, es casi seguro que la predicción marxista se cumpliría inexorablemente. Por eso ha hecho concesiones: en vez de derrocar gobiernos, acatar sus leyes; en vez de afrontar el sindicalismo ilimitado, otorga mejores salarios y prestaciones (seguro social, participación de utilidades, etc.). El capitalismo "puro" de Marx ha pasado a mejor vida, y, en algunas partes, se ha salvado gracias a su impureza. Marx vivió un capitalismo que aparentemente había legado a su punto de saturación. Después de él creció desmesuradamente: nuevos mercados, muchos inventos y nuevas necesidades, son factores que determinaron una diversificación considerable de actividades y una prosperidad hasta entonces desconocida. El axioma de que la máquina devoraría al hombre, resulta dudoso, cuando menos temporalmente, al observar, por ejemplo, las consecuencias de la industria automotriz. Toda esta expansión hace fallar, cuando menos en sus consecuencias inmediatas, la predicción de Marx. Resulta positiva, pues, la introducción a la Economía del concepto "clase social", aun en el caso de no admitir que necesariamente las clases sociales estén en lucha constante. Su existencia es una realidad, pero falta precisar el alcance del concepto. 2. Evolución del régimen capitalista.- La forma en que Marx describió la evolución del régimen capitalista -que se inicia con la expropiación de los muchos por los pocos, y acabará al contrario, con la expropiación de los pocos por los muchos, no se ha cumplido al pie de la letra. Concibió que esta transformación tendría lugar en los países capitalistas, en Ios más adelantados industrialmente, por tener un clima favorable para ello. Pero no sucedió así. El cambio se operó en un país, donde estas condiciones óptimas estaban aún muy lejanas: Rusia, porque su economía, en 1917, era esencialmente de tipo feudal. La predicción marxista falló y creemos, hasta el momento, que, tal y como fue planteada, no tiene ninguna posibilidad de operación. De todas maneras, resulta positiva la introducción a la economía de todos aquellos estudios referentes al proceso evolutivo de las estructuras, principalmente si son de tipo institucional, máxime si se tiene
47
en cuenta que, en efecto, el capitalismo se ha venido transformando, y hasta ahora no hay ningún indicio de que esta transformación haga alto. Sólo falta que la ciencia diga las leyes que la rijan. . La contradicción suprema del capitalismo de que a una forma de producción debe corresponder una apropiación colectiva, no se ha resuelto. Marx pensaba que era menester suprimir la propiedad privada, mediante la etapa transitoria de la dictadura del proletariado, para lograr esa finalidad. Después de esta revolución, que sería la última, la lucha de clases carecería ya de sentido. Posteriormente, vendría el socialismo puro, sin clases ni propiedad privada. Y ¿después? Marx no dijo qué pasaría. Tampoco dijo cuáles serían las bases para el funcionamiento del régimen subsiguiente. 3. Sobretrabajo y plusvalía.- Si esta teoría es una deducción de la anterior (valor-trabajo), el derrumbe de ésta arrastra, irremisiblemente, en su caída, a la del sobretrabajo y plusvalía. En estas condiciones, si el trabajo no engendra necesariamente el valor, sino que éste puede provenir de otros factores, ¿por qué el trabajo ha de crear, también necesariamente, una plusvalía, y, además, dar al capitalista una ganancia que proviene del trabajo no pagado? La consideración lo mismo es válida en el caso de que el valor sea creado independientemente del trabajo. También se dice que crear plusvalía significa que el trabajo humano es capaz de obtener, de la naturaleza, algo más que simples medios de subsistencias. Además, el progreso que la humanidad lía experimentado, sobre todo en los dos últimos siglos, ha dependido precisamente de ese excedente (esta afirmación sugiere comentar que las generaciones presentes están disfrutando de un beneficio fincado sobre la miseria y el dolor de los obreros de generaciones pasadas). Otra opinión considera que la Economía se desarrolla impulsada por el problema que implica la visión de la plusvalía entre el consumo de ras diversas clases !a acumulación capitalista. 4. Teoría del valor-trabajo.- Esta teoría casi se ha abandonado, incluso por los marxistas, en vista de su vulnerabilidad mismo 'Marx, a la postre, aceptó que oferta y demanda tienen le ver con el valor. En estas condiciones, cada día crece más número de los que se alinean al lado de la teoría marginalista, otra. 5. Autodestrucción del régimen capitalista.- Marx consideraba que la autodestrucción del régimen capitalista estaba en archa, debido a las crisis de superproducción, al aumento del iuperisrno y a la multiplicación de las sociedades por acciones primera condición ha sido superada, como veremos en el párrafo siguiente. La segunda ha corrido la misma suerte, como también lo veremos más adelante. Y la tercera, en lugar de haber determinado concentración económica, ha motivado disensión de la propiedad, aunque sí concentración de poder.
48
6. Crisis.- En la actualidad, a partir de la gran crisis iniciada en 1929, que algunos opinan se prolongó hasta el principio la segunda guerra mundial, ya no es tan amenazadora como veía Marx. Ahora ya no es fatal. Ahora se la puede controlar; si no para su eliminación total, cuando menos, para atenuar los efectos. El Estado moderno -intervencionista- juega un papel importantísimo. En las teorías modernas, para explicar el mecanismo de las crisis, aún queda algo del pensamiento marista, lo cual implica una aportación positiva a la ciencia económica. 7. Socialización de los medios de producción.- Los mismos marxistas se han encargado de hacer un a juste a esta teoría, lar considerar que es demasiado general, puesto que lo mismo tiene medios de producción un artesano, que un gran industrial. ... luego entonces, ¿a quién aplicar la medida? Se contesta diciendo que sólo a la gran propiedad y a la gran industria, o sea, a la que emplea asalariados, respetando, en cambio, a la pequeña propiedad de quien vive de ella trabajándola. La expropiación, de esta manera, debe comenzar por las industrias que han llegado su fase capitalista, o sea, las que producen plusvalía. Si así qué fin tendrá la pequeña propiedad individual? ¿Podrían subsistir los dos regímenes? 8. Ley de concentración.- Es cierto que, cada vez más, aumenta el número y fuerza de las grandes empresas; pero, hasta ahora, no han eliminado ni al pequeño industrial, ni al pequeño agricultor o comerciante. ¿Razón? Nuevos inventos y aumento de población hacen proliferar nuevas pequeñas industrias y comercios. En cuanto a la propiedad de la tierra, se ha venido notando que, en lugar de concentración, hay dispersión, es decir, 4 que el latifundio va cediendo su lugar al minifundio (caso de México), lo cual puede obedecer a razones políticas, sociales o, económicas. Quizá la crítica más interesante sea aquella que se hace a la concentración de empresas: ahora hay mas hombres ricos que antes, cierto, pero es que su número ha venido aumentando en todos los países capitalistas. Han aumentando los "peces gordos", los "medianos" y hasta los "pequeños". En este último caso, se encuentra el grueso de los accionistas de las sociedades anónimas, donde, si bien es cierto que hayo puede haber concentración de empresas, no la hay, en cambio, de propiedad (concentración de poder, no económica). Las sociedades cooperativas también han contribuido a minimizar la propiedad. Las grandes guerras, sobre todo, también han cooperado con su "grano de arena", para evitar la concentración, ya que han dado origen a la aparición de pequeños rentistas. Los impuestos, tan altos en algunos países, merman en forma considerable las utilidades del capital. 9. Proletarización creciente.- Es verdad que el capitalismo trae como consecuencia la aparición del proletariado, clase hasta entonces desconocida, y que, en efecto, cuando menos hasta fines
49
del siglo pasado, la tendencia a su aumento es permanente. Pero, a raíz de la aparición del Estado "paternal", el pauperismo deja de ser fatal, debido a las garantías dadas al trabajo, a la presencia de la institución del salario mínimo -que deja fuera de combate a la ley de oferta y demanda-, a los regímenes de seguridad social, etc., medidas todas que tienden a evitar tanto el desempleo, como el desplome de los salarios. Una observación al proletariado de nuestros días pone de manifiesto que es distinto al de hace cien años o más. Hoy disfruta de un salario que ha dejado de ser el indispensable; y en algunos países (Estados Unidos y Suecia), ciertos grupos de trabajadores disfrutan de salarios tan altos que hasta tienen conciencia burguesa, debido a los elevados niveles de vida que los mismos les permiten disfrutar. En algunos casos, hasta son accionistas. Es la pujante llamada clase media, tan crecida ya que casi llena ese gran abismo que, según Marx, separa a burgueses y proletarios. 10. Tesis catastrófica.- La crisis, principal ingrediente que motiva el desplome catastrófico del capitalismo, ya no es de tener, por las razones expuestas en el número 6 anterior. Otros motivos, ya expuestos también y que son de menor importancia, emiten suponer que la catástrofe del capitalismo está cada vez más lejana. Y si no se presentó en la crisis de 1929, creemos que, a medida que pase el tiempo, menos sucederá, debido a que, mientras más se aleje aquella nada agradable fecha para el capitalismo, más se afinan las técnicas para el control de las crisis. Capitulo XXIII Keynes John Maynard Keynes, economista inglés de gran renombre en nuestro siglo, nació en Cambridge, estudió en Cambridge --en donde fue uno de los discípulos más brillantes de AIfred MarShall- y ejerció la docencia en la Universidad de Cambridge. Sus obras más famosas, cuyo contenido influyó en la política económica de Inglaterra, fueron, en orden cronológico de aparición, las siguientes:
1. Consecuencias económicas de la paz (1919). 2. Tratado sobre la probabilidad (1921). 3. Reforma monetaria (1923). 4. Consecuencias económicas de W. Churchill (1925). 5. Tratado sobre el dinero (1930). 6. Teoría general de la ocupación, el interés, el dinero (1936).
50
7. Cómo pagar la guerra? (1940). Como es fácil observar, por el título de las obras, Keynes se interesó fundamentalmente, por los problemas monetarios, lo cual le valió, seguramente, ocupar el importante puesto de Director del Banco de Inglaterra (además de otros relacionados con su especialidad). Fue tanta su fama, que el gobierno inglés le otorgó el título nobiliario de lord.
Para los fines de este capítulo, la obra que más nos interesa analizar, por su contenido económico y social, es Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Unos renglones previos servirán para entenderla mejor.
Hasta antes de la Guerra Mundial 1, la desocupación, en realidad, a pesar de existir, no revestía la importancia que adquirió después. Tan es así, que durante el siglo XIX casi no se habló de ella. Los clásicos, por ejemplo, la consideraban como un fenómeno transitorio, voluntario, puesto que, decían, los trabajadores que han perdido su empleo se niegan a trabajar en otros lugares con un salario más bajo. Marx también opinó: estimaba que desocupación tenía como causa el exceso de población trabajadora y, como consecuencia, había más trabajadores de los que necesitaban.
Keynes, sustenta un punto de vista diferente. El cree, y trata le demostrarlo, que hay un permanente desempleo que no es voluntario; es el llamado paro forzoso o involuntario.
En efecto, la desocupación principió a preocupar a los interesa dos en el problema, a raíz de hacerse más ostensible la especialización del trabajo, 10 cual tuvo lugar después de la Guerra Mundial I. Pero el fenómeno tuvo caracteres catastróficos en los años posteriores a 1929 en que se inicia la Gran Crisis, a mayor que ha padecido el género humano, debido al camino de estructura económica experimentado en todos los países a nivel mundial, como dicen algunos escritores), en unos más que en otros, ya se trate de países viejos o de países nuevos, de países ricos o de países pobres.
Ante este panorama, la doctrina no tuvo otra alternativa que lcuparse del problema y, por tanto, de investigar sus causas y lroponer remedios, sobre todo después de la Guerra Mundial n. \hora, las causas de la desocupación se buscan: 1. En los cambios estructurales de la economía. 2. En las relaciones existentes entre los factores productivo.
51
3. En la falta de equilibrio de las economías de mercado 4. En las dificultades inherentes al paso de una economía de guerra a una economía de paz, tales como: a. Fricciones entre industriales y obreros. b. Distribución no equitativa del ingreso nacional. c.
Disminución del ahorro, consecuencia de las devaluaciones.
d. Limitaciones en el movimiento de bienes y servicios, así como el ocupacional.
Todos estos elementos se han confabulado, aunque, claro, en forma desigual, según el país de que se trate, para hacer inoperante el equilibrio económico preconizado por los clásicos. 1 Se refiere al cíclico y estructural, porque también hay el llamado de espera y el estacional. El primero se presenta en los periodos de depresión económica. El 2" se produce cuando ciertas ramas de la producción son abandonadas (por ejemplo: abandonar la minería por incosteabilidad o por agotamiento de los yacimientos). El 3" cuando un trabajador deja una ocupación para buscar otra. El 4” se debe a que algunas ramas de la producción tienen ocupación en ciertas épocas del año (como en el case de la agricultura temporal). De aquí que el Estado se vuelva más intervencionista, a medida en que son más agudos los problemas que plantea el desequilibrio económico que caracteriza a nuestra época, si es que puede llamarse desequilibrada a la economía que vivimos. En el caso de la desocupación, el Estado no puede ser, ahora, un simple espectador de la miseria en que se debaten los parados. El laissez-faire, aunque, no haya sido absoluto nunca, está pasando a la historia, aunque en algunos países más lentamente que en otros.
Se observa que a los gobiernos actuales sí les preocupa el problema. Pero ¿cómo lo vienen atacando? En general, con una intervención económica más vigorosa, más efectiva, más clara y más firme. Debe ser así. Lo contrario sería abandonar a los grandes grupos de población a su propia suerte, porque, desafortunadamente, todavía hay muchos países en donde el movimiento obrero es tan poco fuerte, que no puede por sí solo obtener los niveles de vida a que el trabajador tiene derecho. Concretamente, los gobiernos de hoy tratan de acabar con la desocupación, cuando menos en forma parcial, mediante la ejecución de obras públicas, a efecto de dar trabajo a
52
quienes no lo tienen, fortaleciendo así al consumo de bienes y servicios, mediante el salario que devengan.
Pero dichas obras, para que sean realmente productivas, como las referentes a la construcción de carreteras, puentes, ferrocarriles, obras de irrigación y de electricidad, etc., deben representar un aumento real de la riqueza nacional, o sea, que mejoren las condiciones económicas generales de la nación, provocando con ello nuevos empicas de la mano de obra.
Y esto es en realidad lo que debe hacerse, porque en la doctrina inicial se admitía, inclusive, la realización de proyectos de obras improductivas, nada más con el único objeto de dar ocupación a quienes no la tenían. No sólo Keynes tuvo una actitud favorable a esta idea, sino que también otros pensadores. Lo importante era dar trabajo para generar ingresos y así nuevos consumos; es decir, era menester alentar al "multiplicador": nuevos ingresos crean nuevos consumos; nuevos consumos generan nuevas inversiones; nuevas inversiones crean nuevos ingresos; y así sucesivamente. Esquema de las teorías de Keynes 1. Inicialmente, el pensamiento de Keynes se inclinaba al libre cambio y a la política económica liberal. Más tarde cambiaria de opinión y en El fin del laissez-iaire se pronuncia a favor de una política proteccionista, en lugar de la postura clásica, que prohíbe al Estado toda intervención en la economía; además, aboga por la necesidad de moderar y guiar la libertad económica, de controlar los factores del desarrollo económico y de orientar la integración de la iniciativa privada. Fue contrario al restablecimiento del patrón oro en Inglaterra, quien, en 1931, abandona la paridad con el oro y, en consecuencia, el libre cambio. A partir de entonces las ideas de Keynes dominaron la política inglesa.
2. La obra Reforma Monetaria, presenta una nueva versión de la teoría cuantitativa de la moneda, pues afirma "que un cambio en la cantidad de dinero en circulación no e [ere: sobre los precios, salvo algunos casos de inflación catastrófica, efectos completos y proporcionales". Es decir, que si el circulante aumenta un punto, no necesariamente los precios aumentan un punto. Keynes no sólo hace el diagnóstico, sino que también proporciona el remedio. Dice que el recurso idóneo para estabilizar los precios, y al mismo tiempo evitar las fluctuaciones cíclicas, consiste en el manejo adecuado de la tasa del descuento.
53
3. En su Tratado sobre el dinero, Keynes sostiene la idea de que es necesario igualar el ahorro e inversiones, para conseguir la estabilidad económica, pues de lo contrario se presentará una desproporción entre ahorro y producción de bienes materiales y, por tanto, en la producción de los bienes que realmente necesita la población. Para evitar esta posibilidad, propone el control de ahorro e inversiones mediante una política adecuada de tipo bancario y fiscal. 4. La obra cumbre de Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, presenta un panorama del sistema económico capitalista en periodos cortos. Las principales ideas que contiene se pueden resumir en la siguiente forma: A.-En cuanto al empleo, la preocupación básica es la plena ocupación o "full enployment", como dicen los ingleses. Desde luego, el problema existe en mayor proporción en los países ricos, porque afirma que "el obstáculo al pleno empleo radica en el ahorro excesivo respecto a las inversiones". Los países pobres o no ahorran o casi no ahorran. En efecto, en los países ricos hay excedentes inactivos, porque los campos de inversión están prácticamente saturados. Esta situación hace bajar el gasto total, a un nivel que no permite adquirir todas las mercancías que se producen en un régimen de plena ocupación". Pero el volumen de ocupación depende de los siguientes factores:
a) Propensión al consumo.-En primer lugar, es necesario explicar que los gastos en bienes de consumo más los gastos en bienes de producción son igual al ingreso; de aquí que el gasto sea igual al ingreso. La relación entre ingreso y consumo presenta tres alternativas: b) Cuando el ingreso aumenta, aumenta el consumo. c) El consumo puede superar al ingreso, cuando éste desciende por abajo de cierto nivel. d) Aumento del consumo, pero en una proporción menor que el del ingreso, caso en el cual una parte de éste se destina al ahorro. e) La posibilidad de ahorrar, entonces, sólo se presenta cuando el ingreso excede al gasto en bienes de consumo. Veamos la relación existente mediante sencillas fórmulas. Si 1 = ingreso, C = consumo, A = ahorro e i = inversión, tenemos:
1 = C, si todo el ingreso se gasta en consumo. 1 = C + A, si parte del ingreso se ahorra. A, inversión igual al ahorro.
54
De aquí que la magnitud de la inversión dependa de la magnitud del ahorro: a mayor ahorro mayor inversión y viceversa. Si la inversión es inferior al ahorro, una parte de éste permanece inactiva. Lo ideal sería que toda inversión se fincara en el ahorro. En la práctica no sucede así en muchos casos.
También resulta que las inversiones no sólo dependen del ahorro sino, además, de la perspectiva del beneficio que los empresarios esperan en sus negocios. No debe olvidarse, que en los regímenes liberales las inversiones se llevan a cabo por empresarios particulares, quienes, en parte cuando menos, recurren para ello al ahorro de quienes no saben, no quieren o no pueden hacerlo.
Por otra parte, el incentivo para invertir depende de dos factores: a) Eficiencia marginal del capital. Keynes quiere decir con ello lo siguiente: cuando un empresario hace una inversión, desde luego espera obtener un rendimiento --que siempre es el mayor-, del capital invertido, por todo el tiempo que sea utilizado (por ejemplo, de lo que le rendirá una máquina durante el tiempo que trabaje normalmente). Desde luego que ese rendimiento no lo obtiene de inmediato, sino que lo recibe a plazos mensuales, bimestrales, trimestrales, etcétera. Supongamos que la inversión es de $ 1 000 000.00 y que, el bien en que invirtió tiene una vida probable de 10 años, al cabo de los cuales espera obtener $ 1 000000.00 neto; claro que este millón no lo obtiene :le inmediato, sino que sólo $ 100 000.00 anuales, $ 50 000.00 semestrales, 25 000.00 trimestrales, etc.
b) Tipo de interés, o sea, la cantidad anual que el empresario tiene que pagar por el capital prestado. El interés varía según el tiempo y el riesgo de la empresa: a-mayor tiempo mayor interés y viceversa, y a mayor o menor riesgo sucede lo mismo. Por cierto, hay que tener en cuenta que el nivel del tipo de interés se rige por lo que Keynes llama "preferencia por la liquidez". Este término significa que las personas que ahorran, pueden dar a sus ahorros diversas formas, pero siempre prefiriendo a las cantidades en efectivo, a efecto de poder hacer frente a cualquier gasto. El dinero en circulación, es el otro factor del cual depende la tasa de interés (además de constituir la oferta de recursos líquidos). Por otra parte, la cantidad de dinero rige la propensión a invertir. Es decir, a mayor circulante la tasa de interés tiende a bajar; lo contrario sucede si el circulante baja. Con ello, la inversión aumenta o disminuye, según baje o suba el nivel de la tasa de interés.
55
Como Keynes habla también del ciclo económico, y éste tiene un ascenso, resulta que en la primera fase hay un aumento de ingresos, pero, a la vez, de gastos en consumo, aunque no en la misma proporción, debido a lo cual el ahorro aumenta; el empleo de este ahorro, como es fácil advertir, requiere de un aumento en las inversiones. Aun en la culminación, última fase de la prosperidad, las inversiones aumentan todavía, debido, claro, a las previsiones optimistas de quienes invierten. Pero el descenso llega necesariamente. Este se inicia cuando la acumulación capitalista ya no permite más inversiones. Es el momento, también, en que se inicia la desocupación, la cual se prolonga durante todo el proceso depresivo. Desde luego que esta situación no es indefinida. Termina cuando la eficiencia marginal del capital vuelve a aumentar, como dice Keynes. De aquí que tanto ahorro como inversiones vengan a explicar las fluctuaciones económicas, las crisis y, consecuentemente, la desocupación. Cierto que ésta no es fatal. Se le puede combatir promoviendo, simultáneamente, un aumento en la "propensión al consumo" y un aumento de las inversiones. Así que para conseguir la plena ocupación, se requiere que la otra parte ahorrada se destine a nuevas inversiones, con el objeto de ocupar los factores productivos disponibles. Pero para lograrlo es necesario observar las siguientes condiciones: a) Propensión al consumo.-En primer lugar, es necesario explicar que los gastos en bienes de consumo más los gastos en bienes de producción son igual al ingreso; de aquí que el gasto sea igual al ingreso. La relación entre ingreso y consumo presenta tres alternativas: b) Cuando el ingreso aumenta, aumenta el consumo. c) El consumo puede superar al ingreso, cuando éste desciende por abajo de cierto nivel. d) Aumento del consumo, pero en una proporción menor que el del ingreso, caso en el cual una parte de éste se destina al ahorro. e) La posibilidad de ahorrar, entonces, sólo se presenta cuando el ingreso excede al gasto en bienes de consumo. Veamos la relación existente mediante sencillas fórmulas. Si I = ingreso, C = consumo, A = ahorro e i = inversión, tenemos: I = C, si todo el ingreso se gasta en consumo. I = C + A, si parte del ingreso se ahorra. A, inversión igual al ahorro.
56
De aquí que la magnitud de la inversión dependa de la magnitud del ahorro: a mayor ahorro mayor inversión y viceversa. Si la inversión es inferior al ahorro, una parte de éste permanece inactiva. Lo ideal sería que toda inversión se fincara en el ahorro. En la práctica no sucede así en muchos casos. También resulta que las inversiones no sólo dependen del ahorro sino, además, de la perspectiva del beneficio que los empresarios esperan en sus negocios. No debe olvidarse, que en los regímenes liberales las inversiones se llevan a cabo por empresarios particulares, quienes, en parte cuando menos, recurren para ello al ahorro de quienes no saben, no quieren o no pueden hacerlo. Por otra parte, el incentivo para invertir depende de dos factores: a) Eficiencia marginal del capital. Keynes quiere decir con ello lo siguiente: cuando un empresario hace una inversión, desde luego espera obtener un rendimiento -que siempre es el mayor-, del capital invertido, por todo el tiempo que sea utilizado (por ejemplo, de lo que le rendirá una máquina durante el tiempo' que trabaje normalmente). Desde luego que ese rendimiento no lo obtiene de inmediato, sino que lo recibe a plazos mensuales, bimestrales, trimestrales, etcétera. Supongamos que la inversión es de $ 1 000 000.00 y que, el bien en que invirtió una vida probable de 10 años, al cabo de los cuales espera .tener $ 1 000 000.00 neto; claro que este millón no lo obtiene inmediato, sino que sólo $ 100 000.00 anuales, $ 50 000.00 trimestrales, 25 000.00 trimestrales, etc. b) Tipo de interés, o sea, la cantidad anual que el tiene que pagar por el capital prestado. El interés varía con el tiempo y el riesgo de la empresa: a mayor tiempo mayor interés y viceversa, y a mayor o menor riesgo sucede lo mismo, Ir cierto, hay que tener en cuenta que el nivel del tipo de interés se rige por lo que Keynes llama "preferencia por la liquidez". Este término significa que las personas que ahorran, pueden a sus ahorros diversas formas, pero siempre prefiriendo a cantidades en efectivo, a efecto de poder hacer frente al alquiler gasto. El dinero en circulación, es el otro factor de tal depende la tasa de interés (además de constituir la oferta recursos líquidos). Por otra parte, la cantidad de dinero rige propensión a invertir. Es decir, a mayor circulante la tasa de interés tiende a bajar; lo contrario sucede si el circulante baja, con ello, la inversión aumenta o disminuye, según baje o suba nivel de la tasa de interés. Como Keynes habla también del ciclo económico, y éste ene un ascenso, resulta que en la primera fase hay un aumento e ingresos, pero, a la vez, de gastos en consumo, aunque no en misma
57
proporción, debido a lo cual el ahorro aumenta; el empleo de este ahorro, como es fácil advertir, requiere de un aumenten en las inversiones. Aun en la culminación, última fase de la prosperidad, las inversiones aumentan todavía, debido, claro, las previsiones optimistas de quienes invierten. Pero el descenso llega necesariamente. Este se inicia cuando la acumulación capitalista ya no permite más inversiones. Es el momento, también, en que se inicia la desocupación, la cual e prolonga durante todo el proceso depresivo. Desde luego que esta situación no es indefinida. Termina cuando la eficiencia marginal del capital vuelve a orientar, como dice Keynes. De aquí que tanto ahorro como inversiones vengan a explicar las fluctuaciones económicas, las crisis y, consecuentemente, a desocupación. Cierto que éste no es fatal. Se le puede combatir promoviendo, simultáneamente, un aumento en la "propensión al consumo" y un aumento de las inversiones. Así que para conseguir la plena ocupación, se requiere que la otra parte ahorrada se destine a nuevas inversiones, con el objeto de ocupar los factores productivos disponibles. Pero para lograrlo es necesario observar las siguientes condiciones:
1. Favorecer el consumo, para lo cual precisa hacer operante la política de redistribución de ingresos, pues debe tenerse en cuenta que los grupos menos favorecidos son los que tienen una mayor propensión a consumir. La seguridad social juega también, en este caso, un pape! importante. Es menester lograr que la parte no consumida del ingreso -el ahorro-, sea igual a las inversiones; además, que la acumulación de capitales resulte proporcional al aumento de la población, a fin de absorber la parte de ésta que llega a la edad en que necesita trabajar.
2. Estimular las inversiones privadas, proporcionándoles, inclusive, moneda barata, o sea, otorgando interés bajo a los préstamos que haga la iniciativa privada. El destino de estas inversiones debe ser el establecimiento de industrias o toda actividad que tienda al aumento de mercancías y, por tanto, a la ocupación de la fuerza de trabajo. No debe olvidarse que la magnitud de las inversiones privadas depende, en gran parte, de la demanda que haga la comunidad de bienes de consumo.
3. Complementar los gastos privados con los gastos públicos, mediante empréstitos (esto quiere decir que no hay necesidad de aumentar los impuestos para cubrir los excedentes). Se estima
58
que en esta forma se movilizan los ahorros inactivos y así poder cubrir las diferencias que existan entre el gasto en consumo e inversiones y los requerimientos para lograr el pleno empleo.
La estabilización de la demanda efectiva se puede lograr, en caso de que las inversiones privadas sean insuficientes para ello, mediante empréstitos concertados por e! Estado. Pero las inversiones que lleva a cabo e! Estado no deben, por ningún concepto, desalentar a las privadas (esto puede ocurrir si las cantidades liberadas se destinan a inversiones que compitan con las que llevan a cabo los particulares).
Otra política del Estado que puede desalentar la inversión F derivada, es la que se refiere a la emisión de valores por parte de aquél. En efecto, como la oferta de estos valores en el mercado tiende a elevar la tasa de interés, resulta que el público inversionista puede preferir la adquisición de ellos en lugar de invertir los fondos de otra manera. Por eso el programa de Keynes contiene las ya muy conocidas proposiciones siguientes, cuyo fin es aumentar las inversiones y reducir la desocupación. 1. Establecer impuestos sobre las transferencias de riqueza y capitales. 2. Llevar a cabo maniobras inflacionistas. 3. Reducir la tasa de interés. 4. Socializar la producción. En su obra How to pay lar the toar, Keynes hace notar que en época de guerra la desocupación ya no se debe a una demanda inefectiva, sino a varias causas inherentes a la misma, como son las dificultades en la transferencia del trabajo y en la adquisición de las materias primas, así como en la deficiencia de las instalaciones. Agrega que en tiempo de guerra, la parte de! ingreso destinada a consumo es fija; si se trabaja más no es para consumir más, sino para combatir mejor. Es decir, que la mayor parte de la producción ha de reservarse para hacer frente a las necesidades derivadas de la guerra. El "New Deal" en los Estados Unidos Se da el nombre de "New Deal", a toda una serie de medidas económicas que puso en práctica el extinto presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Franklin D. RooseveIt, poco tiempo después de haber asumido la presidencia de la Unión, en 1932, con el objeto de reconstruir la economía del país, tan tremendamente dañada por la crisis iniciada en 1929. La tendencia de
59
estas medidas constituyó, principalmente, un esfuerzo para corregir los abusos más ostensibles del capitalismo financiero norteamericano, prevaleciente durante los años que siguieron a la 1 Guerra Mundial. Claro que el New Deal no trataba precisamente de disminuir la influencia del sistema, ni mucho menos de eliminarlo. Más bien pretendía restaurar el sistema de empresa privada, tan seriamente comprometido. Pero antes de enumerar cuáles fueron las medidas que implantó e indicar e! destino que tuvieron, veamos brevemente los antecedentes del caso. Al terminar la guerra, y durante una década, aproximadamente, Estados Unidos tuvo el privilegio de gozar de una prosperidad inusitada, aunque se dice que ésta fue más bien ficticia y superficial. Fue una época de explotación y concentración de riqueza verdaderamente desenfrenada. En 1930, sólo 200 compañías, las mayores, no bancarias, controlaban la mitad de los activos de todas las sociedades anónimas; la otra mitad estaba en manos de 300 000 empresas. El gobierno norteamericano reveló, en 1929, que de 48 000 000 de rentistas, sólo 504 disfrutaban de 1 000 000 o más de dólares; en cambio, e! ingreso de 22.8 millones de norteamericanos era de sólo J 000 a 2 000 dólares. En situación peor estaban 18.5 millones de personas, puesto que e! ingreso de éstas no llegaba ni siquiera a 1 000 dólares. Pero la base de la prosperidad se derrumba en el otoño de 1929. El colapso fue inevitable. El cierre de Bancos, que se había iniciado desde 1920, con 152 casos, fue tremendo: entre 1930 y 1934 hubo 7 837 casos (en 1934, sólo 34, porque ya operaban las medidas del New Deal). En resumen: de 1920 a 1932 cerraron sus puertas aproximadamente 11 000 Bancos y a principios de marzo de 1933 operaban únicamente 18800, de más o menos 30 000 que funcionaban en 1920. En cinco años de quiebras, de 1929 a 1933, pasaron a mejor vida 8 479 Bancos. 5 000 000 000 de dólares en depósito, aproximadamente, tenían los Bancos quebrados. Un breve resumen de las causas de! colapso es el siguiente: 1. Exigencia de los líderes financieros por obtener grandes e inmediatos beneficios especulativos. 2. Desplome de los negocios por la tendencia monopolística. 3. Fracaso de la política para asegurar el poder de compra de los consumidores, mediante la aplicación de salarios justos. 4. Trato inadecuado a la producción agropecuaria. 4. Incremento de gastos extraordinarios.
60
5. Fracaso de una política fiscal adecuada (a mayor ingreso, mayor impuesto).
El presidente Hoover trató de frenar la depresión, pero fracasó, debido a que el aspecto central de su política fue suministrar abundantes recursos financieros a las grandes instituciones económicas, precisamente las principales responsables de la crisis. Creyó que la transferencia. de recursos beneficiaría a los trabajadores. Pero no fue así. Se olvidó que la prosperidad sólo podía restablecerse mediante el fortalecimiento del poder de compra de las mayorías. Al finalizar su régimen, la depresión había llegado a su punto más crítico. El panorama no podía ser más desalentador: destrucción completa del sistema bancario, decaimiento enorme de la agricultura y más de 15000000 de parados. De no ser por las perspectivas que el nuevo régimen democrático inspiró, tal vez e! colapso hubiera sido aún mayor. Algunos piensan que era el momento propicio para poner en práctica la predicción marxista: implantación de la dictadura del proletariado. Pero también se reconoce que si esto no aconteció entonces, cada vez más se aleja esta posibilidad. Roosevelt asciende al poder con una Banca nacional desplomada. Ante la gravedad del problema, pensó que era necesaria la intervención del gobierno. Y así lo hizo. Primero ordenó, temporalmente, todos los Bancos, para poder establecer condiciones en que serían reabiertos. Según el Acta Bancaria emergencia, de 9 de marzo de 1933, la reapertura quedaba a una estricta supervisión estatal (a través de los Bancos Sistema de la Reserva Federal, que tienen funciones de central, y de la Secretaría de! Tesoro). En estas condiciones, la era de las grandes medidas intervencionistas en los dos Unidos quedaba inaugurada. El cierre transitorio de bancos obedeció a que para ese momento aún no se tenían mano los datos que habría de aportar el estudio sobre el dilema bancario, iniciado desde un año antes, a efecto de medidas pertinentes. Otras medidas intervencionistas fueron las siguientes: 1. Vigilancia más estrecha sobre los préstamos bancarios, realización de la rama bancaria y garantía limitada sobre los sitos bancarios, según ley del 16 de junio de 1933. En realidad, esta ley sólo tuvo parcial vigencia, pues si bien es :0 que logró reducir ligeramente la posibilidad de especular valores privados, facilitaba, en cambio, aún más, la especie con valores oficiales. Esta circunstancia obligó al gobierno, 1935, a estrechar más todavía la vigilancia sobre la negociación de sus valores. 2. Préstamo a los industriales por un total de 580 millones dólares (ley de junio de 1939).
61
3. Registro de la emisión de nuevos valores, con el objeto comprobar la veracidad de sus especificaciones y de proteger comprador. Esta ley, de 27 de mayo de 1933, echa por tierra dicho tan generalizado de "dejar que el comprador se de a sí mismo". 4. Limitación de los vicios en las especulaciones bursátiles para tal efecto, se declaran ilegales tanto las combinaciones y manipulaciones, como la falsificación abierta de información, demás de otras medidas menos importantes. Con esta ley, de Río de 1934, simplemente se pretendió que el juego de Bolsa ese lo más limpio posible, como si se tratara de una casa de ego común y corriente. 5. Cierto control de la industria eléctrica por el Estado. La exposición más importante apareció el 18 de mayo de 1933 cual crea la autoridad del Valle del Tennessee, con el objeto aprovechar los recursos hidráulicos del Valle, bajo los auspicios del gobierno, a la vez que controlar las aguas del río mediante la construcción de varias presas. De Valle de la Muerte convirtió, con el tiempo en un emporio de riqueza y bienestar para la región. En realidad, fue el primer experimento de planeación integral que se realizaba en los EE. UU.
6. El 29 de agosto de 1935, se aprueba una ley que tiende a terminar con las innecesarias y explotadoras compañías que controlaban la industria eléctrica.
7. Se considera que el aspecto más importante del New Deal es la ley para la reconstrucción de la industria nacional (N.I.R.A.), de 6 de junio de 1993, a través de la cual se deseaba acabar con la anarquía, el derroche y la explotación. Para lograr esta ambición, se tomaron las medidas necesarias para planear la reorganización industrial bajo la vigilancia del gobierno (las diversas industrias estaban autorizadas para redactar códigos de competencia limpia y someterlos al presidente). Hasta entonces, y desde hacía más de 60 años, los industriales, a través de la Cámara de Comercio, habían mantenido incólume el principio del aissez-faire, a pesar de la lucha del gobierno contra esta tendencia. Por fin gana la batalla con esta ley, aunque transitoriamente, porque, a la postre, se convierte en un instrumento de sumisión empresarial. Hacia fines de 1933, la mayor parte de las industrias estaban operando, cuando menos legalmente, bajo la N.I.R.A. Desafortunadamente, el 27 de mayo de 1935, la Suprema Corte declara fuera de la Constitución la autoridad de los códigos de esta ley. Sin embargo, la administración que se creó para hacerla operante, siguió trabajando, aunque precariamente, hasta abril de 1936.
62
8. Para poner remedio a la anarquía prevaleciente en la industria de! carbón bituminoso, e! 30 de agosto de 1935 entra en vigor la ley respectiva. También fracasó, porque la Suprema Corte la declaró inconstitucional un mes después.
9. Para la reorganización' de los transportes, el 16 de junio de 1933, se dictó una ley emergente, con e! objeto de establecer la coordinación de los transportes, así como crear una comisión especial, para supervisar a las compañías contratadoras ferroviarias. Se incluía en la misma la protección al trabajador ferrocarrilero.
10. A fines de 1933, se creó la administración del trabajo civil, la cual puso a trabajar a 4000000 de hombres y mujeres que recibían ayuda directa. En unos cuantos meses gastó alrededor de $ 1 000000000.00. En el verano siguiente fue disuelta. Poco de importancia permanente se logró. Sin embargo, se considera como positivo el procedimiento, puesto que superaba la nada edificante fórmula "ayuda directa-holganza absoluta".
11. En octubre de 1933, el gobierno federal crea una institución cuya misión básica era la de comprar alimentos, vestidos combustibles, a los precios más bajos, para ser distribuidos.
12. Como muy positiva debe considerarse la creación de la administración de las Obras Públicas, con el objeto de dar ración a parados en la construcción de obras públicas (hasta de 1935 se le había autorizado 3 700 millones de dólares).
13. El 31 de marzo de 1933, se crea una ley tendiente observación de algunos recursos naturales, la cual establece pos para los parados, principalmente jóvenes, los que fueron lados en trabajos de reforestación y otras actividades de donación (les daban casa, comida y dinero). 14. Se admite que la restauración, en la época de Roose cuando menos hasta 1938, fue resultado, fundamental, del dinero gastado en obras públicas y en ayuda. En 1933 y 1941, los gastos de ayuda por parte de los gobiernos federal y estatal, fueron superiores a $14 mil millones.
63
15. La primera ley de Roosevelt para combatir el desempleo, el 6 de junio de 1933, crea un sistema de bolsas de ajo de tipo federal, a efecto de cooperar con las de dos de la Unión para facilitar la ocupación. 16. Legalización de los contratos colectivos de trabajo por I.R.A. Pero una excepción, la industria automotriz, quería contratar obreros no sindicalizados, dio al traste con el culo correspondiente. No fue sino hasta el 5 de julio de 5, cuando en realidad se legaliza en especial el contrato colectivo de trabajo, estableciendo, además, el procedimiento cuado para resolver los conflictos laborales. En esta misma la se declaran ilegales las uniones de compañías. 17. La N.I.R.A. también establecía cláusulas para la limitación de salarios mínimos, aunque se critica que fueron demasiado bajos para proporcionar un decoroso poder de compra. 18. El 14 de agosto de 1935, Roosevelt firmó la ley de sociedad social, la cual proporcionaba un modesto sistema federal seguro de vejez y paro (en este caso debía aplicarse a más de '00 000 de indigentes con más de 65 años de edad). La pena máxima era de $ 15.00 mensuales, y había de pagarse: gobierno federal y estatal. También contenía estaciones para los desocupados, los niños, los enfermos y los gastos. Poco se hizo para aumentar el ingreso del "proletariado cuello duro", o sea, los empleados, profesionales, etc. Estos grupos no estaban organizados, debido a lo cual no pudieron aprovecharse del contrato colectivo. Es más, el 20 de marzo de 1933, se establece una ley cuyo objeto principal era reducir el sueldo de los empleados del gobierno y las pensiones (con objeto de equilibrar el presupuesto, lo cual no se logró). A la postre, los sueldos no se redujeron. 19. El 15 de enero de 1934, Roosevelt obtiene autorización para revaluar el dólar, parte de cuyo beneficio se utilizó en el pago de la deuda pública. 20. Por ley de junio de 1934, se autoriza la nacionalización de la plata. 21. El problema de la vivienda también recibió atención, mediante varias leyes (para construir y reparar); inclusive, se creó la Administración Federal de la Vivienda, con el objeto de ayudar a resolver el problema de la vivienda popular. 22. La política fiscal siguió siendo casi igual, salvo algunos casos, como los referentes a latifundios y altos ingresos. En 1935, Roosevelt propuso contribuciones más drásticas
64
para ellos, pero con poco éxito. Lo mismo sucedió con el impuesto a los superávit no distribuidos de las sociedades anónimas. Financieros y empresarios lucharon contra el New Deal, a pesar de que en muchos aspectos les era favorable. Incluso, se organizaron políticamente para oponerse a sus medidas, pero tuvieron más éxito con la ley, puesto que la Suprema Corte declaró inconstitucionales la mayor parte de sus preceptos, dando así fin al experimento. Resultados del "New Deal" 1. Se estima, de manera general, que esta política económica y social trajo como consecuencia una mejora en las condiciones de vida de las grandes masas afectadas por la crisis, "pero poco más del suficiente para mantener a la población alimentada, vestida y caldeada". 2. Reconstrucción económica también la hubo, pero a un nivel muy inferior al existente antes de la depresión. 3. Los logros de las reformas sólo compensaron en pequeña escala las ambiciones de los reformadores. 4. Varios de los grandes problemas del país casi no se tocaron, por ejemplo, el de la agricultura (ésta necesitaba reestructurarse para hacer frente a las nuevas necesidades) y el de la moneda (tuvo menos control, en cuanto a su equilibrio, que antes). Simplemente, sólo se mencionaron. 5. Bien poco se hizo par?- controlar las fluctuaciones de la reducción industrial en los años venideros. 6. Ahora bien, si al New Deal se le compara con lo que hicieron o prometieron gobiernos anteriores, no cabe duda que esta política constituyó un gran avance, puesto que con ello asestaba un rudo golpe al laissez-faire, tan poderoso todavía entonces. 7. El intervencionismo, claro, se tambaleó; pero ya no era posible retroceder, como lo intentaron muchos. En general, el aunado posterior a la Guerra I y más ostensiblemente a la II, punta hacia el intervencionismo, de aquí la dificultad para dar marcha hacia atrás, sobre todo por las tristes experiencias que el zissez-faire dejara en la clase trabajadora. 8. Finalmente, si sus resultados se comparan con la situación existente antes de que Roosevelt escalara al poder, no hay duda de que el New De al constituyó un éxito indiscutible. Fuente: http://www.revistafuturos.info/futuros_6/emprendedor_1.htm
65