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EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
JOEL
S.
GOLDSMITH
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A MENOS QUE EL SE ÑOR EDIFIQUE LA CASA, EN VANO TRABAJAN LOS QUE LA EDIFICAN. -SALMO 127
LA ILUMINACIÓN DISUELVE TODAS LAS ATADURA MATERIALES Y UNE A LOS HOMBRES CON LAS CADENAS DORADAS DE LA COMPRENSI ÓN ESPIRITU AL;
SÓLO RECONOCE LA GUÍA DEL
CRISTO; NO TIENE RITOS NI NORMAS, SINO AMOR DIVINO, IMPERSONAL Y U NIVERSAL ; NINGUNA A DORAC IÓN, SÓLO LA DE LA FLAMA INTERIOR QUE BRILLA SIEMPRE EN EL ALTAR DEL ESPÍ RITU. HERMANDAD
ESTA UNIÓN ES EL ESTADO LIBRE DE LA ESPIRITUAL.
LA
ÚNICA RESTRICCIÓN
ES LA
DISCIPLINA DEL ALMA, POR ELLO CONOCEMOS LA LIBERTAD SIN CENS URA ALGU NA; S OMOS UN LÍMITES
FÍSICOS;
CEREMONI AS
NI
UN
SERVICI O
CREDOS.
EL
UNIVERSO U NIDO SIN DIVINO
A
ILUMINA DO
DI OS
SIN
CAMINA
SIN
TEMOR -P OR GRACIA. -JO ELS. ELS . GOLD GOLDSM SMIT ITH H EN: EN: EL CAM IN O INFIN IN FIN ITO
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JO EL S. GOLDSMITH
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POR JOEL S. GOLDSMITH
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Otros libros escritos por Joel J oel S. Goldsmith
EL ESTRUENDO DEL SILENCIO PRACTICANDO
LA
PRESENCIA
EL ARTE DE LA CURACIÓN ESPIRITUAL UN PARÉNTESIS EN LA ETERNIDAD ELEVÁNDONOS
EN
TRANSFORMACIÓN
DE
FUNDAMENTOS EL
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
CONCIENCIA
MISTICISMO HABLA
CONTEMPLATIVA
RECONOCIMIENTO EL
LA
DEL
MAESTRO
LA VIDA
CONCIENCIA
DE
CAMINO
LA
UNICIDAD
INFINITO
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CONTENIDO PRIMERA PARTE MEDITACIÓN - LA PRÁCTICA I
El
Camino
II
El
Propósito
III
La
Práctica
IV
La
Unión
V
Las
Indisoluble
Dificultades SEGUNDA PARTE MEDITACIÓN - LA EXPERIENCIA
Prefacio: La Meditación
de Mi Corazón
VI
La Tierra es del señor
VII VI I
Porque de tal Manera Amó Dios al Mundo
VIII
Vosotros Sois el Templo
IX
Mía es la Plata
X
El
XI
Porque el Amor es de Dios
XII XI I
Porque Él es Vuestra Vida
XIII
No
XI V
El Tabernáculo de Dios
XV
La Hermosura de la Santidad
Lugar Donde Estáis Parados
Temáis
TERCERA PARTE MEDITACIÓN - LOS FRUTOS XV I
Los Frutos del Espíritu
XVII
iluminación,
comunión
XVIII
Un círculo
de
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
y
Unión
Naturaleza- cristo
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EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOEL S. GOLDSMITH
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CAPÍTULO I EL CAMINO
LA mayoría de los hombres y mujeres están convencidos de que existe un Poder divino de alguna clase, actuando en los asuntos humanos; pero no están seguro de lo que es, ni saben cómo traer esa Presencia y Poder divinos a su experiencia cotidiana. Por un tiempo mucha de esta gente se encontró satisfecha al creer en un Dios que moraba en un cielo lejano, un Dios que no podían conocer sino hasta después de la muerte. Sin embargo embarg o en esta época tan práctica, muy pocos están satisfechos con ese concepto limitado de Dios. El mundo está lleno de discordias, y la pregunta se repite una y otra vez: ¿Por qué, si es que existe un Dios, este Dios permite el pecado, la enfermedad, enfermeda d, la guerra, la hambruna y las catástrofes? catástro fes? ¿Cómo pueden existir todos estos males, si Dios es bueno, si Dios es vida, si Dios es amor? ¿Cómo puede existir tal clase de Dios y a la vez los horrores de la existencia humana? Desde siempre ha habido gente tratando de resolver este enigma, pero no encuentran la solución; no hay respuesta alguna; sólo el que el mundo no no ha conocido a Dios. Dios. Ni por un momento podríamos creer que si la gente en este mundo hubiese tenido una comprensión de Dios, hubiera tenido también tambié n discordias y desarmonías. desarmonía s. Las discordias y las desarmonías desarmoní as llegan a nuestra vida debido a la ignorancia de lo que es Dios. Dios. Pero ahora, al familiarizamos con Él, encontramos el secreto de la existencia armoniosa. Siempre ha habido gente buscando libertad, paz y plenitud, pero su búsqueda ha sido principalmente, a través de la actividad febril de la mente humana. Placeres y satisfacciones han sido creados artificialmente, artificialmente , y debido a su naturaleza artificial, es que no son permanentes ni reales. Para vivir fuera del nivel mental debiera haber una renovación continua de placeres, de nuevos rostros rostros y de escenarios nuevos. Pocas veces se encuentra un verdadero momento de gozo o períodos de descanso y relajación. Libertad, paz y plenitud no dependen de circunstancias ni de condiciones. Incluso encadenados, encadenado s, ha habido hombres libres; libres aun bajo la esclavitud y la opresión: han hallado paz en medio de la guerra, han EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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sobrevivido a las inundaciones y al hambre, y han prosperado en épocas de depresión y pánico. Cuando el Alma del hombre está libre, Ella lo lleva a través de mares de color rojo y de experiencias desérticas hacia la Tierra Prometida de paz espiritual. La libertad es un estado del Alma. Al volvernos hacia el reino de nuestro Ser interno, encontramos el reino del Poder divino en el mundo exterior. Al buscar la paz interior, hallamos armonía exterior. Al alcanzar las las profundidades del Alma, Ella se hace cargo de nuestra existencia, proporcionándonos actividad y novedad en la vida, así como paz y serenidad serenida d como jamás soñáramos. soñáram os. Es entonces cuando alcanzamos la libertad del Alma, la libertad de la gracia. Siempre han existido hombres y mujeres espiritualmente dotados -los místicos del mundo -quienes han experimentado la unión consciente con Dios, y quienes han traído la presencia y poder de Dios a su propia experiencia. Siempre ha habido un Moisés, un un Elías, un Jesús, un Juan o un Pablo, aunque ninguno de ellos tuvo demasiados seguidores. Ninguno de ellos jamás fue reconocido ampliamente, ni sus enseñanzas practicadas ampliamente; ampliam ente; ni ni durante su época ni después. Estos maestros espirituales dedicaron sus vidas a darnos la verdad que nos ha conducido hasta este estado actual de conciencia. conciencia. La luz que tenemos tenemo s hoy en día día es el el resultado de la luz luz que siempre siempr e ha estado llegando. Ha habido muchos maestros espirituales que no han dejado registro alguno y de los cuales nada sabemos; pero hay muchos otros que sí podemos identificar: Moisés, Elías, Jesús, Juan y Pablo, mencionados anteriormente; Eckhart, Boehme, Fox y otros místicos desde el siglo XII hasta el XVII, así como grandes líderes y reveladores de tiempos más recientes. recientes. Ninguna persona ha dado la luz total al mundo, mas mas cada uno de estos grandes profetas espirituales ha sido un rayo de luz contribuyendo a la luz total. Estos grandes líderes espirituales están de acuerdo con los principios y enseñanzas básicos con los que la mayoría de nosotros estamos familiarizados: Amareis al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón;... Haréis a otros lo que quisierais que otros os hicieran;. No matareis;. No roba ro bare reis is;. ;. No cometeréis cometeréis adulterio. adulterio. Ellos Ellos no enseñaron el que todos teníamos que ser de la misma nacionalidad, color o credo; ellos enseñaron el principio del del amor y de la co-operación. Si este principio del amor y la la cooperación fuera realmente practicado y vivido por los millones de personas que aceptan las enseñanzas de el Cristo, la guerra sería del todo imposible. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Resulta increíble que luego de miles de años de estas revelaciones de la Verdad, los conflictos y las luchas sigan siendo la fuerza motivante en el mundo. Con esta enorme reserva de sabiduría mística a nuestro alcance, bien podríamos suponer luego de todos estos años, que el mundo debiera estar disfrutando de libertad y abundancia. Pero los principios de estas enseñanzas no siempre han sido practicados tal como fueron revelados; por el contrario, fueron encasillados en formas, y gradualmente adulterados, en ocasiones sumergiéndolos dentro de lo más profundo del pensamiento humano, en lugar de subirlos a lo más alto, donde en última instancia, yacen estas verdades. El principio original enseñado por el Maestro Cristiano, reveló que el reino de Dios, la presencia y el poder de Dios, están dentro de nosotros. Jesús llamó a esta presencia y poder: "Padre" -"El Padre que mora en mí, Él hace las obras". Pablo, utilizando un término términ o distinto, dijo: dijo: "Puedo hacer todo por medio de el Cristo que me fortalece". fortale ce". De cualquier forma que se Le llame -Dio -D io s, Padre o el Cristo -E ll o se encuentra: dentro. El reino de Dios Dios está dentro de nosotros; el todo de la Divinidad debe ser hallado dentro de nuestro ser individual; no en montañas sagradas, ni siquiera en el templo en Jerusalén, sino dentro de nosotros. Si de verdad creyéramos esta gran sabiduría, deberíamos estar dispuestos a apartarnos del mundo por un tiempo, hasta el momento en que pudiéramos alcanzar, tocar y responder al Padre interior. Cuando comenzamos comenzam os a reconocer nuestro bien como el don de Dios, permitimos que se relaje la mente que razona, piensa y planea. Escuchamos la vocecita callada y suave, velando siempre por el ángel del Señor, el Cristo, el Padre Padre interior. Ello jamás jamá s nos nos dejará ni nos nos abandonará. Ello es nuestra bendición permanente. Este escuchar constituye escuchar constituye el Arte de la Meditación, y cuando se aprende, llegamos a un lugar de transición donde la verdad se separa de la mente y penetra al corazón. Es decir, desaparece desaparec e el simple conocimiento intelectual acerca de la Verdad, y la Verdad se convierte en algo vivo dentro de nuestro ser. Para ejemplificar: Todos en el mundo conocen la palabra "Dios", pero pero sólo hay unos cuantos en el mundo que conocen a Dios. Para la mayoría de nosotros Dios ha permanecido como una palabra, un término, un poder afuera del ser; pero Dios Mismo no se ha convertido en una realidad viviente, excepto para aquellos cuantos conocidos como: místicos. La meditación nos lleva a una experiencia en la cual nos damos cuenta que hay EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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un Dios. Dios. La meditación nos lleva al punto donde nos nos convencemos de la realidad de Dios, Dios, tal como lo estamos del estar leyendo este libro aquí. Si todos los periódicos de los Estados Unidos de América pusieran esta noche en sus encabezados un anuncio diciendo que en este momento no nos encontramos en este lugar, esa noticia no alteraría nuestro conocimiento del hecho de que estamos aquí. Dios, es una realidad, una presencia, un poder, una entidad, una individualidad, tal como nosotros lo somos; y Dios puede ser tan conocido por nosotros, tal como nosotros podemos conocernos o conocer a otros. Desde el instante en que conocemos a Dios a través de la experiencia, la vida cambia para nosotros, porque nuestra personalidad se libera. Surge entonces un sentimiento de algo más que nosotros mismos, actuando en nosotros, por medio de nosotros y para nosotros -algo más grande que nosotros mismos. Ésta ha sido la experiencia de de todos los místicos. Verdaderamente han conocido a Dios; han sentido la presencia de Dios; y Dios se ha convertido en un poder activo, en sus vidas. No hay mucha gente como ésta en el mundo. mundo. Si tan sólo hubiera unos cuantos más que que verdaderamente conocieran a Dios, quizá esos cuantos bastarían para salvar al mundo. De acuerdo a las Escrituras, bastan bastan diez hombres justos para que una ciudad sea salvada. El reconocimiento reconocimien to consciente de los místicos de la presencia y el poder de Dios, es producto de la experiencia; no se trata sólo de una simple conversación acerca de la disponibilidad de Dios; no se trata sólo de una afirmación o declaración; no es tan sólo un tópico o un cliché; es una experiencia viviente. Nuestra búsqueda de Dios, nuestra búsqueda del reino de Dios, es evidencia de nuestra propia fe en la presencia y poder de Dios, aun cuando todavía no tengamos el conocimiento de Ello a través de la experiencia real. Aquéllos que no están en la senda espiritual carecen de tal confianza. Sólo quienes han obtenido una convicción interna de que hay un Dios, son conducidos a la búsqueda de Dios. Estos buscadores pueden no necesariamente haber alcanzado la comprensión de Dios, pero al menos cuentan con esa certeza interna: "Este es el camino; ahí hay un hay un Dios". En esa forma comienza la búsqueda, y comienza en formas diferentes. Cómo comienza, depende de nuestra experiencia; depende de dónde pudimos haber estado en un momento dado y de lo que esté ocurriendo en nuestro entorno particular. Ha habido gente cuya cuya búsqueda inició en las las EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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iglesias ortodoxas, y algunos de ellos encontraron ahí la respuesta. Descubrieron el reino dentro de sí mismos, pero continuaron trabajando en la iglesia como una forma de servicio, y en ocasiones como una forma de gratitud. Otros encontraron encontrar on a Dios Dios por por medio de un enfoque intelectual, y pocos a través del del camino espiritual. Otros han llegado por medio de enseñanzas que combinan lo intelectual con lo espiritual. Otros más por medio de libros; aquéllos otros llegaron por medio de maestros vivientes; en tanto que finalmente otros hicieron contacto con santos y videntes espirituales que jamás han muerto. Una cosa es conocer la verdad, así: con muchas palabras, citas, pasajes o teorías; y otra diferente por completo, es cuando por medio de la meditación, el Verbo, la Palabra, se enraiza en nuestra conciencia y surge como fruto espiritual. Se nos dice que los los frutos del Espíritu Espíritu son: "amor, gozo, paz, paz, benignidad, gentileza, bondad, fe". Es completamente completa mente cierto que cuando el Espíritu es tocado o cuando Ello nos ha tocado, surge el fruto en forma de armonía, totalidad, compleción y perfección. El propósito de este libro es ayudar a que los estudiantes practiquen el Arte de la Meditación, por medio del cual el Verbo se enraiza, de manera que lleguen a un reconocimiento verdadero, a una Conciencia real, de la vida en el Espíritu. Nuestro objetivo es alcanzar cierta medida de "aquella mente que estuvo en Cristo Jesús" Jes ús" para permitir que Ello Ello haga lo lo que que quiera de nosotros. Es alcanzar esa Conciencia en la cual Pablo revelara: "Vivo Yo, pero no yo, Cristo es quien vive mi vida"; o "Yo puedo todo por medio de el Cristo que me fortalece". fortalece" . Es decir, la actividad de de el el Espíritu se se aviva en nosotros y Ello Ello se hace cargo: ya no somos más buenos y ya no somos más malos; ya no estamos más enfermos pero tampoco tampo co estamos bien. bien. Estamos en un estado que trasciende el par de opuestos. Dentro de la sabiduría espiritual no existe el par de opuestos. Dios es, y por lo tanto no hay pre-ocupación de si podemos o no alcanzar a Dios, porque no hay nada por lo cual necesitamos alcanzar a Dios: el día ya es hermoso; el fruto ya está en los árboles; las flores ya están floreciendo; las corrientes ya están circulando; el sol, la luna y las estrellas ya están en los cielos; la armonía ya es. En dicho estado de conciencia espiritual llegamos al lugar donde descansamos y nos nos relajamos en la comprensión comprens ión de que: que: "Dios está en los cielos - ¡todo está bien con el el mundo!" En esa conciencia, nos apartamos del afán por las cosas de esta tierra. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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"Haya en vosotros esa esa mente que hubo también en Cristo Cristo J e s ú s . Aquél que levantó a Cristo de los muertos, avive también vuestros cuerpos mortales con Su Espíritu que mora en vosotros". vosotro s". Debemos esforzarnos por obtener ese mismo Espíritu que levantó a Jesús de la muerte; no diciendo ni declarando que eso es así, no enseñándolo ni predicándolo -sino debido a que contamos con 'esa mente'. Obtener o contar con 'esa mente' requiere esfuerzo, aunado a la gracia de Dios. Dios. La gracia de Dios Dios es el factor más más importante, porque sin ella, ninguno tendría la fuerza para continuar en la senda que lleva a la concientización de Dios. Sin la gracia de Dios Dios ninguno podría tener ni siquiera el deseo de comenzar la búsqueda, dejando por la paz los arduos pasos que hay que dar. Existe un área en la conciencia, revelada por medio de la meditación, a través de la cual nos volvemos instantáneamente uno con Dios, con todo ser espiritual y con la creación, y por medio de la cual hallamos todas las formas de bien, disponibles al instante. Esta área de la conciencia ha sido descrita como: un Mar Mar del Espíritu, el Alma universal o divina, el Padre interior. Al alcanzar el contacto consciente con este Mar del Espíritu o Padre interior, hallamos al Amor divino vertiéndoSE en expresión, para que ya no vivamos más sólo por esfuerzo personal, sino por por gracia. En lugar de buscar buscar nuestro bien en personas o cosas, aprovechamos esta Alma universal y nos convertimos en espectadores de Su actividad que vierte aquellas ideas que que se convierten en formas humanas de bien, necesarias para nuestra experiencia presente. Sólo a medida que aprendemos a mirar adentro, hacia esto Infinito Invisible, es que comenzamos a entender la naturaleza de la gracia. En lugar de buscar o desear algo que ya existe como forma o efecto, aprendamos a volvernos hacia el interior y dejar que el bien se revele desde la Fuente divina, desde lo Infinito Infinito Invisible. Que el hombre de negocios y el profesional vean a la Divinidad interior; que el enfermo y el pecador busquen curación y perfección, desde el interior; que cada uno de nosotros esté siempre alerta, observando la revelación de la conciencia como formas nuevas y más ricas, de bien, experimentando la abundancia de la vida -por la gracia. Comprender Comprende r que el Alma es el almacén eterno de todo bien, es permitir que la actividad del Cristo actúe en nuestra experiencia. Atraigamos nuestro bien desde la infinitud de nuestro propio ser, desde el reino interior. Al tocar ese centro, el Padre revela nuestra herencia de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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todas las riquezas celestiales, como "herederos de Dios y co-herederos con Cristo". Esto es vivir por gracia, el don de Dios. Los hijos de Dios viven siempre por gracia. El secreto de la gracia es contactar con lo Infinito Invisible, el centro universal del del Ser dentro de nosotros. Ésta es la experiencia de el Cristo. En la literatura mística esta experiencia espiritual es llamada: Iluminación, Conciencia Cósmica o Conciencia-Cristo; en el Nuevo Testamento se habla de ella como: "nacer de nuevo" o renacer. El leer leer y estudiar la literatura inspirada y la de las Escrituras, así como considerar y meditar con frecuencia en Dios y la creación de Dios, lleva a la verdadera comunión con el Padre, la cual trae a nuestra conciencia, ese toque de el Cristo. El mantener la mente en Dios conduce al reconocimiento; en ocasiones inclusive hay una voz, y sabemos que: "Él es quien lleva a cabo aquello que se me encomienda hacer". Aquéllos que han alcanzado esta luz no tienen más problemas de existencia puesto que ahora son alimentados, vestidos y hospedados por la fuente infinita de vida a la que llamamos el Cristo. Cristo. Este momento de gracia no puede ser descrito adecuadamente, puesto que aparece en forma diferente para cada gente; pero todos quienes han recibido esta luz comprenden las experiencias de los iluminados de todos los tiempos. La actividad de el Cristo que resulta en el vivir por gracia, de ninguna manera está limitada limitada al pasado. Actualmente Actualm ente muchos hombres y mujeres están experimentando el Cristo y viviendo vidas de belleza, salud, armonía y gozo - p o r gracia. Ahora, Ahora , con con la verdad al alcance de todo aquél que pueda pueda leer, la iluminación espiritual es una posibilidad para todo buscador sincero. "Familiariza ahora tu ser con Él, y queda queda en paz". La conciencia del Padre interior es el comienzo de una vida por gracia. Vivir por gracia nos capacita para hacer cosas más grandes y para alcanzar mejores resultados en todas nuestras actividades. Este impulso espiritual y guía divina nos permite deshacernos de toda pre-ocupación por nuestro bienestar personal, o por el de nuestras familias o nación. La liberación del temor, del peligro o de la carencia, llega sólo cuando el Consolador aparece. La voz de la la Verdad se profiere a Sí Misma Misma dentro de nosotros, y Se convierte en un: "paz, aquiétate" para toda tormenta en nuestra experiencia. Es como si hubiera una Presencia yendo siempre delante de nosotros para "enderezar lo torcido", para hacer "florecer como una rosa" al desierto, y para abrir las puertas a la oportunidad, al servicio y a EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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la bien-venida. Nuestra confianza y fe crecen a pasos agigantados cuando la actividad de el Cristo se manifiesta en obras cada vez mayores de poder espiritual. Entonces cesa la lucha lucha contra toda clase de discordia, seguros en esa convicción interior, y vivimos "no por fuerza ni por poder, sino por Mi Espíritu" -por gracia. Poca gente viene al mundo con algún grado de conciencia-Cristo, pero cualquiera con suficiente perseverancia, dedicación y fidelidad, puede desarrollar y cultivar una conciencia-Cristo, esa "mente que hubo también en Cristo Jesús". Sin embargo se requiere de devoción, consagración consagració n y receptividad para re-conocer y dar la bienvenida al Cristo cuando toca y despierta nuestra alma hacia hacia lo lo novedoso de la vida. En el silencio de nuestro ser el Cristo habla y nosotros escuchamos: "Yo nunca os dejaré ni os aban ab ando dona naré ré.. Yo estoy con vosotros siempre, hasta hasta el fin del mundo". Esta Esta conciencia de la presencia de Dios se desarrolla con paciencia y perseverancia, en quietud y en silencio, absteniéndonos de usar el poder mental o la la fuerza física, de manera que el Espíritu pueda funcionar. "Callad; y sabed que Yo, soy Dios". "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y eso, no por vosotros mismos; es el don de D io s ." . Por Por gracia sois salvados vosotros. LOS CAMINOS Para todo hombre son abiertos Un Camino, y Caminos, y un Camino; Y el Alma Superior sube el Elevado Camino, Y el Alma Débil tantea lo Bajo, Y a mitad del terreno borroso, El descanso va y viene. Pero para todo hombre se abre Un Camino Superior y otro Inferior, Y todo hombre decide El Camino que su alma recorrerá. -John Oxenham* *
De Poemas Selectos, de John Oxenham.
EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JO EL S. GOLDSMITH
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CAPÍTULO II EL PROPÓSITO
EL propósito de la meditación es alcanzar la gracia divina. Una vez que en cierta medida se haya alcanzado esta gracia, se hará cargo de nuestra experiencia y vivirá nuestra vida; llevará a cabo aquello que se nos ha encomendado encome ndado hacer, y enderezará enderezar á lo torcido. Ya no viviremos más sólo de de pan, sino por esta gracia interior. Los efectos tangibles de la gracia son las relaciones satisfactorias, la provisión abundante, la actividad exitosa y el esfuerzo creativo. Pero primero debe llegar la gracia interior antes que las cosas de este mundo puedan sernos añadidas; mas jamás podremos recibir la gracia de Dios mientras la busquemos con el interés de hacer demostraciones, es decir, mientras busquemos a Dios para poseer alguna persona o cosa, o para llegar a algún lugar. lugar. Ésa es es la razón por la cual cual la meditación no puede puede ser usada jamás jam ás para demostrar demos trar un automóvil autom óvil,, más dinero, diner o, o mejor posición: posici ón: la meditación tiene como propósito el reconocimiento reconocimi ento de Dios. En la meditación, Dios es revelado como la vida del del ser individual. Dios es la incorporación incorporació n de de todo el el bien. Al alcanzar la experiencia de de Dios, Dios, nuestro bien aparece en la la forma en que se necesite. Fracasamos cuando intentamos obtener algo separado separad o y aparte de Dios. Dios. Dios, en Sí Mismo, es es el bien. La oración o meditación para la obtención de cosas materiales y personas, no puede ser respondida por un Dios de Espíritu. Tal propósito traiciona el objetivo de la meditación. Las Escrituras nos dicen que 'el hombre natural' no recibe las cosas de Dios. ¿Quién es 'el hombre natural' sino el ser humano, el hijo pródigo todavía inmerso en la conciencia material, orando para que su materialismo pueda ser un poco mejor, un poco más rico, un poco más esto o un poco menos aquello? Oramos para ser corpulentos o delgados; oramos para tener más dinero y raras veces para tener menos, aunque esa oración sería muy espiritual. La cuestión es que oramos para mejorar o incrementar esa esa gran materialidad de la que Dios no sabe nada, y tal oración no es respondida. Muy a menudo si nuestros deseos humanos son satisfechos, satisfecho s, nos dejarán insatisfechos puesto que como seres humanos no poseemos la EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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sabiduría para saber aquello de lo que tenemos necesidad. Es el Padre interior el que es toda sabiduría y todo amor. Para que la oración sea efectiva debe ser dirigida a un Dios de Espíritu, y por eso aquello por lo que oramos debiera ser de naturaleza espiritual. Recordemos esto cada vez que nos volvamos a Dios en meditación; consideremos la calidad de nuestra oración por el grado de iluminación espiritual que estemos buscando, y sabremos así si debiéramos o no esperar el cumplimiento de la misma. "Yo he he venido para que tengan tenga n vida, y para que la tengan más más abundantemente". abundante mente". La promesa es cumplimiento, cumplimie nto, pero asegurémonos que el cumplimiento por el cual estamos orando sea de naturaleza espiritual; entonces ya no oraremos a un Dios espiritual para mejorar nuestra naturaleza humana, sino obedeceremos el mandamiento de las Escrituras de dejar que el Espíritu testifique dentro de nosotros: "porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros.". De hecho, no somos 'nosotros', quienes realmente oramos o meditamos; el Espíritu medita dentro de nosotros, y nosotros simplemente abrimos nuestra conciencia para dejar que el Espíritu revele nuestra necesidad y Su cumplimiento. He ahí el secreto. Qué diferencia a cuando se hace trabajo mental, declarando o afirmando que esto o aquello tenga que pasar -y ahora, en este instante. Al ir a meditar, nuestra nuestra actitud más bien debiera ser la del joven hebreo: "Hablad Señor, que vuestro siervo escucha". Esa es la actitud correcta con la cual entrar a meditar -abr -a brie iend ndo o nuestra conciencia a Dios y dejando que Dios Se satisfaga dentro de nosotros. Dejemos que Dios Dios exprese Su Verbo o Palabra Palabra dentro de nuestro ser - n o nuestras palabras, sino el Verbo. Encontraremos que ese Verbo es vivo, agudo y poderoso; no regresa a nosotros vacío. Cumple aquello para lo cual es enviado, pero debe ser el Verbo de Dios, no los deseos de ustedes ni los los míos. El verdadero verdad ero aspirante en en el camino espiritual no tiene más más deseos que el cumplimiento de Dios, el reconocimiento de Dios, la experiencia de el Cristo. ¿Cómo podría existir existir una necesidad no satisfecha si el Cristo Cristo está actuando en nuestra conciencia? El Cristo Cristo debe satisfacerse satisfac erse a Sí Mismo. Un solo deseo es legítimo, y ése es: el reconocimiento de de esta actividad de el Cristo en nuestra conciencia. "El Padre que mora en mí, Él Él hace las obras". El Padre mora dentro de mí y el Padre mora dentro de ustedes; ¿entonces, por qué es que las obras EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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no se hacen? hacen? Sólo se requiere de una sola cosa, y ésa es: nuestro reconocimiento reconocimie nto consciente de la Omnipresencia. Omnipres encia. La actividad de Dios, la presencia de Dios, el poder de Dios, están dentro de nosotros; pero hemos edificado un estado de conciencia formado de capas y más capas de sentido material. No hemos tenido éxito en destruir esas capas de sentido personal para alcanzar la atmósfera y la altura de Dios dentro de nosotros, y a menos que lo hagamos, fallaremos en nuestra meditación y perderemos el camino al cumplimiento. La mayoría llegamos a la búsqueda de Dios con una visión puramente material de la vida; pre-ocupados de que el corazón lata tantas veces por minuto, que los órganos digestivos y de eliminación funcionen en la forma prescrita, que nuestra provisión consista de tanto dinero; siempre creyendo que la satisfacción puede ser encontrada en el mundo exterior. Algunos Alguno s creen que el dinero traerá esa satisfacción; otros creen que la respuesta es la fama; inclusive otros más creen que el cumplimiento está en la buena salud. A menudo se dice: "Si tan sólo pudiera detenerse este dolor, entonces verdaderame verda deramente nte podría comenzar a buscar buscar a Dios. Dios. No puedo hacerlo en tanto sienta tal dolor"; o: "Si tan sólo pudieran liberarme de mis obligaciones, obligaciones , entonces estaría en paz y sería capaz de buscar a Dios". En otras palabras, esta gente está dando a entender que el reconocimiento de Dios depende de alguna condición física o financiera. El hecho de que haya gente con muchísimo dinero que no ha descubierto a Dios, es prueba de lo contrario; hay gente con perfecta salud que no conoce a Dios y tampoco ha encontrado su compleción, paz ni satisfacción. Ese es el estado de conciencia de la mayoría de nosotros cuando llegamos a la búsqueda de la verdad. Revirtamos la imagen: imag en: Comencemos Comenc emos a buscar a Dios; y al hallar hallar a Dios, veamos que el dolor desaparece; observemos que desaparecen la carencia, la limitación y el pecado. En tanto que estemos tratando sólo de cambiar discordias físicas por armonía física, no tendremos idea alguna de lo que el reino de Dios es, de las riquezas espirituales ni de la salud espiritual. Debemos comenzar nuestra meditación con el reconocimiento de que ni la salud ni las riquezas son el objetivo de nuestra búsqueda de Dios. Cualquier deseo por cosas o personas evitará o demorará nuestra entrada al reino espiritual, en tanto que el firme recordatorio de que la meta buscada es el reconocimiento de Dios, abrirá el camino y hará una una vía para nuestro Dios. Dios. En tal EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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reconocimiento encontraremos todo añadido, o para ser más precisos, hallaremos todo incluido dentro de nosotros. Debemos estar conscientes de no tener más objetivo que el alcanzar el reino de Dios, de no tener ninguna demostración que hacer, excepto la de nuestro Ser espiritual; pero eso es lo que tenemos que demostrar: primero que nada, para nuestro propio desarrollo; y segundo, como un testigo para el mundo de que Dios es un Ser individual, y que este estado de ser puede ser alcanzado por todos aquéllos que estén listos para abandonar el mundo, no yéndose a algún lugar remoto, sino soltando el deseo por aquello que el mundo puede dar. Como estudiantes de sabiduría espiritual, la pregunta primordial es: ¿Cuál es la mejor forma, si es que la hay, de alcanzar este reconocimiento de nuestro Ser verdadero? verdade ro? ¿Existe algún atajo? ¿Hay alguna senda que conduzca al reconocimiento de Dios, un camino que pueda ser recorrido aquí en la tierra? ¿Puede ser alcanzado aquí en la tierra? Y la respuesta es: ¡Sí! ¡S í! No sólo hay un camino para llevar a cabo este objetivo, sino que también hay un atajo. Ese atajo atajo es simple y a la vez muy difícil, difícil, y consiste en llevar a cabo un poco de cirugía mental en nosotros para erradicar todos nuestros deseos. Tomemos un afilado bisturí y cortemos de raíz todos nuestros deseos por personas, lugares, cosas, circunstancias o condiciones. Todo deseo debiera ser erradicado para que sólo permanezca uno solo: "Conocerte a Ti, a quien conocer correctamente es vida eterna". Pongamos todo nuestro corazón, alma y mente en el reconocimiento de Dios, más que que en la obtención de alguna forma de bien. En la medida en que alcancemos esa comprensión, disfrutaremos de todas las cosas buenas de la vida que nos lleguen, sin convertirnos en sus esclavos, sin apegarnos a ellas, y sin temor a perderlas. Nadie puede perder jamás jamá s sus riquezas, salud o vida, una vez que ha alcanzado un toque de el Cristo. Que nuestra oración sea: Una sola cosa he deseado: que pueda yo conocerte a Ti. ¡Una sola cosa! Mi corazón clama: "Dios, ábreTE a mí, revélaTE a mí. No importa cómo Te reveles a mí, si en la riqueza o en la salud, en la pobreza o en la enfermedad; sólo revélate a Ti Mismo. En Tu presencia hay seguridad, protección, paz y gozo". EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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En la meditación busquemos la gracia de Dios y nada más que la gracia de Dios. Esta gracia no se halla halla en la mente humana, ni se encuentra en los lugares que que el mundo ofrece. Hacer declaraciones y leer libros acerca de lo lo anterior, no ayudará para que eso ocurra. Tan sólo pudiera ser de ayuda en conducirnos al punto donde estaremos preparados en silencio para recibir la gracia de Dios; pero la meditación es aquello que nos eleva al estado espiritual de aprehensión aprehens ión donde la gracia divina se hace cargo. "Si así fuere que el Espíritu de Dios morare en vosotros", entonces seríamos hijos de Dios. Como seres humanos estamos separados de Dios y es por ello que no estamos bajo la ley de Dios ni experimentamos las bendiciones de la presencia y el poder de Dios. Es el Hijo Hijo de Dios, la imagen y semejanza semeja nza espirituales, la que es mantenida en en el seno del Padre. Nosotros hemos vagado lejos de la casa de nuestro Padre y derrochado nuestra substancia divina en un sentido personal de "yo". Ahora, Ahora , para comprender nuestra filiación con Dios, debemos tomar el camino de regreso a la casa del Padre el mismo viaje que el hijo pródigo tuvo que hacer -para que seamos revestidos con el manto y recibamos de nuevo el anillo de la adopción. ¿Cómo nos nos convertimos en los los Hijos Hijos de Dios? Dios? ¿Cómo despertamos al Cristo, o Hijo de Dios, quien siempre ha sido, es y será nuestra verdadera identidad, aunque haya estado oculto de nuestra vista durante este período de mortalidad en el que hemos estado durmiendo? durmiendo ? Hacerlo, requiere de esfuerzo. Debemos abandonar todos nuestros conceptos previos de vida "por amor a Mi nombre". Debemos levantarnos del del banquete del canalla, abandonar todo pensamiento, gente y actividades del mundo canallesco, y retornar al Padre. Es la naturaleza del ser humano amar la autoindulgencia: lo fácil, la comodidad, las riquezas, la intemperancia, la glotonería, glotoner ía, la indolencia y la sensualidad. Éstas operan en nuestra conciencia como un sentido de de separación separa ción de Dios. En realidad no es una una separación de Dios, porque no podemos estar más separados de Dios de lo que puede un anillo de oro estar separado del oro con el que está hecho. El oro es el anillo; el oro constituye el anillo. No hay hay forma posible de quitar quitar el oro del anillo sin destruir el anillo, porque no hay oro y anillo; sólo hay un anillo de oro. Lo mismo acontece con con nosotros. No podemos ser separados de Dios, Dios, porque no existe el nosotros. En realidad no existe en todo el mundo algo como 'tú' o como 'yo', como individuos que estén separados. Siendo Dios EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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infinito, Dios es todo cuanto hay. hay. Dios nos constituye a 'ti' y a 'mí'; Dios constituye nuestra vida, mente, alma y ser, tal como el oro constituye el anillo. El oro es la substancia; substanci a; el anillo es la forma. Dios es la substancia; substancia ; el individuo es la forma como Dios aparece. Dios es la esencia de nuestro ser ser la vida, alma, mente, espíritu, ley, continuidad y actividad. Dios es el todo, y el todo del del ser individual, ya sea santo o pecador. El grado en que la santidad es expresada por un individuo, depende por completo del grado del reconocimiento reconocimie nto consciente de unicidad con el Padre. La capacidad para para pecar en un individuo depende del grado del sentido de separación de Dios. Por cierto, este sentido de separación es todo cuanto constituye la naturaleza humana. No somos seres humanos como parecemos; somos seres puros y espirituales. No es que que haya haya dos seres separados, el ser humano y el ser espiritual; tan sólo es que un ser humano está admitiendo un sentido de separación separa ción de Dios. No podemos ser separados de Dios, pero podemos aceptar un sentido de separación separa ción de de Dios. Dios. En el el instante en que ese sentido de separación comience a desaparecer, la naturaleza de el Cristo o la filiación divina, será revelada. El retorno del del hijo pródigo tiene lugar sólo dentro del propio ser como una actividad en la conciencia, y en el momento en que pone sus pies en dirección a la casa del Padre, en ese instante ha entrado a la senda espiritual. No nos pre-ocupemos por por estar estar en la senda espiritual. Si no fuera por la gracia de Dios, no estaríamos alcanzando el reconocimiento de nuestra filiación divina. En la experiencia de toda persona llega cierto momento cuando es penetrada por un rayo de Dios, cuando un toque de Dios irrumpe en su conciencia, no debido a la persona en sí, sino a pesar de ella. Desde el instante en que el rayo la toca, el fin es inevitable: encontrará su camino junto jun to al trono tro no de Dios. Para el sentido humano el camino espiritual de vida parece imposible, efímero e intangible de alcanzar. Pero en realidad es lo más tangible; lo más real real en todo el mundo es el Espíritu o Dios. Una vez que esto es percibido, las cosas del mundo -el dinero que usamos para comerciar, nuestras casas y relaciones -tomarán su justo lugar como símbolos externos de la la gracia o efectos del Espíritu. Son estos símbolos o efectos, lo que cambia. Mientras los hombres y las mujeres vivan sólo de pan, por por el esfuerzo y la lucha que implica la actividad humana; en tanto que dependan EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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exclusivamente de los símbolos o efectos; gradualmente descubrirán que estas posesiones mundanas se consumen, se acaban y se vuelven como la nada. Cuando miramos a los los rostros de hombres y mujeres que están viviendo por tales efectos, que colocan su confianza en la salud de sus cuerpos, en la riqueza de sus billeteras, y en las cosas de este mundo, es que vemos los resultados de la dependencia de lo material. En contraste con esa gente, unos cuantos sobresalen aquí y allá, porque tienen una luz, una esperanza, una expectación o una gloria internas por las cuales vivir. Esta luz espiritual es fácilmente fácilmen te detectada: La vemos en los ojos; la oímos en la voz; la observamos en la vitalidad y el vigor de los cuerpos. Aunque esta Presencia es invisible, Ella Ella está dentro de cada persona; nadie en el mundo carece de Ella; Ella está disponible para todos los que tienen oídos para oír y ojos para ver; para todos aquellos que están receptivos a esta gracia divina. Ser un instrumento adecuado por medio del cual la gloria de Dios pueda aparecer, es el todo del del propósito de nuestra existencia. Jamás estaremos satisfechos en la vida si tratamos de expresar nuestra individualidad; la satisfacción yace en dejar dejar que lo lo Infinito Infinito Invisible Se exprese. Entonces no luchamos ni peleamos para glorificarnos, sino cada vez que meditamos es como si fuéramos a decir: Padre, "yo no puedo hacer nada por mí mismo... mi doctrina no es mía, sino de Aquél que me envió". Padre, yo no tengo sabiduría; no tengo poder; no tengo juicio; no tengo salud; no tengo riquezas, propias. Aquí estoy sentado para permitir que fluya la infinitud. Nuestra función es morar en ese reconocimiento interior y permitir que aparezca la armonía. Cuando nuestra visión está en el despliegue del Cristo, Éste aparece externamente como un ser humano mejor, más saludable o más acaudalado. Pero no seamos engañados por las apariencias, ya que no estamos buscando un cambio en la la escena humana. La meditación no no es un intento de convertir la enfermedad en salud ni la carencia en abundancia. La visión está siempre sobre el único Cristo invisible en el centro de nuestro ser, aquí y ahora. Cualquier meditación que tenga dentro de sí una pizca del deseo por obtener 'algo' de Dios o de adquirir 'algo' por medio de Dios, ya no es EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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meditación. El bien bien debe ser reconocido, sí, pero no buscado: la infinitud del bien ya está donde yo estoy; el reino de Dios Dios está dentro de mí. Tal como el perfume está encerrado en una flor, así encerrado dentro de nuestro ser, están la presencia y el poder de de Dios, el todo de la Divinidad. Al abrirse la flor, el perfume o la fragancia escapan. Todos tenemos la totalidad de la Divinidad encerrada dentro de nuestro propio ser -no sólo una parte. Dios no puede ser dividido; Dios es indivisible. Dios es infinito, sí, pero Dios Dios es es indivisible. La totalidad totalid ad de Dios está en una pequeña hoja en todas las hojas; la totalidad de Dios Dios está en cada individuo sobre la faz del globo. Si esto no fuera cierto, habría habido menos de Dios Dios sobre la tierra cuando la población era sólo del diez por ciento de la actual, y por lógica debió haber más del doble de Dios sobre la tierra cuando la población fue duplicada. Sin embargo hubo tanto de Dios Dios en el mundo hace un millón de años como habrá dentro de un millón de años. La totalidad infinita de Dios está está dondequiera que un individuo esté. Por eso es que se se dice que un Cristo Jesús pudo guiar a un millón de gentes al cielo, porque un Cristo Jesús es el el infinito Hijo individual de Dios Dios y manifiesta todo cuanto Dios Dios es. es. El "Hijo, tú estás siempre Conmigo y todo cuanto Yo tengo es tuyo", no estuvo dirigido a un grupo, sino a un individuo. Dios, en Su totalidad infinita, infinita, está incorporado en el Hijo de Dios, en el cual está nuestra identidad espiritual. Al aprender a volvernos hacia dentro y dejar que escape ese perfume aprisionado -esta actividad de el Cristo, esta belleza de Dios -entonces es que esto se vuelve un ser visible. Cuando ya no buscamos más la paz que el mundo puede dar, sino buscamos sólo "Mi paz", las puertas de la conciencia se abren para admitir la luz espiritual que se convierte en la vida de nuestro ser y de nuestro cuerpo. Mucha gente desea el poder espiritual para disfrutar de experiencias más armoniosas. armoniosas . A menudo su propósito al buscar a Dios es para disfrutar más y mejores cosas terrenas, pescar peces más grandes en sus redes -peces más grandes, peces mejores. Pero la base de nuestro trabajo es "abandonar "abandona r nuestras redes", abandonar esta búsqueda de un bien mayor y mejor, y abrir nuestra conciencia a las las realidades espirituales. Entonces lo que nos llegue en el mundo exterior no será sino el fruto de una una gracia interior. La gracia sólo puede ser obtenida por un estado de silencio interior, un estado de reconocimiento y receptividad interiores; por ello es necesario que nos EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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preparemos para la experiencia de recibir esa gracia. Este es todo el propósito de la meditación. La cantidad de fuerza y poder iluminados que fluya por medio de nosotros está está determinado por por la gracia divina. No depende de nosotros si alcanzamos o no esta meta final de la iluminación. Algunos buscarán y se esforzarán hasta el cansancio y aún así no la obtendrán; otros llevarán el paso tranquilo y firme; y los menos irrumpirán como la primavera de la conciencia de el Cristo. Cristo. La experiencia de el Cristo es algo que se alcanza solamente solam ente a través de la la gracia. En cualquier grado que llegue, llega como el don de de Dios. Dios. No llega porque nos la hayamos ganado; no llega llega porque la merezcamos; tampoco llega principalmente porque seamos hombres y mujeres buenos -de hecho a menudo se asemeja a la forma como llega al pecador, ya que la lucha interna del pecador puede ser mayor que la lucha del hombre bueno, y a menudo esa lucha es recompensada ampliamente. La única responsabilidad que tenemos es que nuestro deseo sea por la experiencia de el Cristo, y que ese deseo sea demostrado por la sinceridad de nuestro estudio y por la profundidad de nuestra meditación y devoción. Hasta ahí llega nuestra responsabilidad. La experiencia de de el Cristo es simplemente simple mente el don de Dios. Dios. Nadie se la gana; nadie se la merece; y nadie nadie sabe por qué a unos les llega y a otros no. En la experiencia de todo estudiante sincero llega un período de iniciación; es decir, llega un período de apertura del alma. alma. Pudiera ser alcanzado por medio de algo que escuchó, algo que leyó, o pudiera llegar por medio del contacto directo con la conciencia de un maestro espiritual. Cuando llega, el estudiante no requiere de mayor ayuda de cauces externos a él mismo. Toda su enseñanza es recibida desde el el interior: su iluminación total, poder para sanar y poder de regeneración, regeneraci ón, llega todo del del interior. interior. A partir de ese instante él se convierte en una bendición para otros en su camino, trayéndoles trayéndo les curación y consuelo. Conforme profundiza en el Espíritu, despierta en ellos esa misma naturaleza-Cristo: "Yo, si Yo fuere elevado, atraeré a todos los los hombre a Mí". En la la medida en que algún individuo recibe la luz espiritual, esa luz se vuelve una ley para todos aquéllos que están dentro de su ámbito. Cualquiera que haya producido una curación a través de medios espirituales ha sido la luz, y fue la luz en su conciencia, la que que produjo la curación. Cualquiera que sea la medida de luz que reconozcamos, esto nos hace automáticamente, en ese mismo grado, EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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una luz para todos aquéllos que tocan nuestra conciencia. Este es el propósito de la meditación: que cada uno pueda alcanzar un grado mayor de esa luz por medio de la experiencia de el Cristo. Una vez que hayamos alcanzado este contacto con nuestro Ser interno, seremos libres: ya no estaremos más bajo la esclavitud de ningún hombre, circunstancia ni condición. Seremos libres en Cristo y entonces es que podremos decir: Cristo vive mi vida. ¿Cuál es la diferencia si hay o no periodos de depresión o de prosperidad, de inundaciones o de sequías? Cristo vive mi vida. Ello me conduce junto a aguas tranquilas; Ello me hace descansar en pastos verdes. Miles podrán caer a mi derecha y miles a mi izquierda; mas no llegarán cerca de mí. Yo he hecho ese contacto. Muero a diario a mi naturaleza humana; estoy siendo renacido del Espíritu; estoy siendo guiado, dirigido, alimentado, mantenido, sostenido, sanado y salvado por esta luz interior -esta iluminación interna. El secreto es el despertar de el Cristo durmiente, y ése, es el propósito de la meditación.
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CAPÍTULO III LA PRÁCTICA
Ha y muchas formas de meditación meditación que conducen al a l despertar despertar d e el Cristo interior durmiente. No existe una una forma única adecuada para toda la gente. Finalmente cada persona debe encontrar la forma que se ajuste a su conciencia en particular. particular. Todos los los métodos hacen un llamado a ese sentido profundo de humildad que sabe: "Nada puedo yo por mí mismo". La meditación satisfactoria requiere del abandono del ser personal con sus pretensiones egoístas de poseer una sabiduría propia, de modo que el Poder que llamamos el Padre interior, pueda hacerse cargo. Este Poder está dentro de nosotros; no dentro de nuestro cuerpo, sino dentro de nuestra conciencia; y es a través de la meditación que Le permitimos escapar del interior para que pueda actuar en lo externo y volverse el salvador de nuestra experiencia. El contemplar a Dios pudiera ser la etapa inicial de la meditación: la belleza del del universo de Dios, la ley ley de Dios Dios y la actividad de de Dios. Nuestra vida se convierte en aquello que se contempla, contemplando la gloria de Dios en todo -en el verde césped, en la suave brisa, en la turbulencia del océano y en la calma calma de la noche. noche. En este estado contemplativo del ser ser no no podemos contemplar nada en este mundo sin reconocer al mismo tiempo su causa, la invisible actividad espiritual que lo produce. Jamás Jamá s debiéramos mirar la salida o la puesta del sol sin reconocer instantáneamente la naturaleza espiritual de aquello que lo trajo a expresión -Dios, el Principio creativo de las montañas, los cielos y los mares; Dios, el Principio creativo de aquello que llena el aire con aves y que surte con peces a los mares. Si vivimos en la contemplación continua de la Presencia y el Poder invisibles que subyace en todo, el mismo lugar en donde estemos parados tierra santa será. Cuando consideramos la gloria de Dios al contemplar Sus maravillas, nuestra mente se posa en Dios. Dios. Es entonces cuando cada vez menos y menos pensamientos extraños irrumpen en nuestra conciencia. Es cuando somos capaces de permanecer sentados por varios minutos, en ocasiones hasta por una hora, encontrándonos en paz en nuestra contemplación de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Dios y de la belleza del universo espiritual. La contemplación eleva nuestra conciencia hacia una atmósfera de receptividad, hacia una conciencia donde los milagros ocurren. Entonces la mente pensante consciente llega a detenerse, y la Presencia y el Poder invisibles tienen la oportunidad de funcionar. En tanto que no se le permita operar en la conciencia a ese Ello, Ello, a ese Ser invisible, a esa Presencia y Poder invisibles, tan sólo estaremos funcionando en el nivel mental. La mente humana no puede ser la vía para la actividad del Alma - una Conciencia superior tiene que ser alcanzada. Por medio de esa Conciencia superior, a través de esa mente que estuvo en Cristo Jesús, el Alma Se revela a Sí Misma y a Su actividad, como nuestra experiencia individual. Aquello que se imparte a sí mismo desde la Conciencia interna, es poder; no los pensamientos que pensamos ni nuestras declaraciones o creencias; y aquello que se revela en el interior, en el plano interno, es el poder al que le siguen las señales. Esta Conciencia interna no tiene límites, y al elevarla a un nivel superior nos damos cuenta de aquello que yace más allá de nuestro conocimiento conocimie nto inmediato. Esta Conciencia superior es ilimitada y nos imparte Su sabiduría, infinita y eternamente. eternamente . Es ese lugar aislado dentro de de nuestro propio ser donde la actividad incesante del mundo exterior no se entremete. Si somos fieles a la práctica de la contemplación y a las formas más simples de meditación, dicha práctica nos conducirá de una forma de meditación a otra, hasta que lleguemos a la verdadera experiencia de escuchar la vocecita callada y suave, a recibir la guía divina interior y a ser divinamente conducidos en cada paso del camino. Comiencen sentándose sentánd ose en una posición cómoda. Algunos prefieren una silla rígida, inclusive una dura, con la que se obligan a permanecer en una posición erguida; en tanto que otros se encuentran más a gusto en un sillón. Pongan los pies apoyados en el suelo; mantengan el cuerpo erguido, las manos sobre el regazo. regazo. En esta posición posición natural, relajada pero alerta, comiencen su meditación con algún pasaje de las Escrituras que llegue a su pensamiento, o si lo prefieren pueden abrir su Biblia o algún libro de sabiduría espiritual, y leer un poco. poco. Pudieran leer sólo un párrafo o quizá quizá necesiten leer diez páginas, antes de que algún pensamiento atraiga su atención en particular. Cuando eso ocurra cierren su libro y lleven dicho EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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pensamiento pensamien to a su meditación. Considérenlo; manténganlo frente a ustedes; repítanlo. Pregúntense: ¿Por qué me llegó esta cita en particular? ¿Tiene algún significado interno? ¿Qué significa esto para mí en este momento? Al continuar meditando, otra declaración pudiera llamar su atención. Consideren Considere n ambos pensamientos: pensamiento s: ¿Hay alguna relación entre ellos? ¿Hay alguna coherencia? ¿Por qué se presentó la segunda cita luego de la primera? Para ese entonces quizá una una tercera idea y hasta una una cuarta pudieran presentarse, y todos estos pensamientos habrán surgido de su consciente, de su conciencia. En ese breve período de de meditación que que quizá habrá tenido sólo un minuto de duración, habrán experimentado a Dios revelándoSE; revelándoS E; se se habrán abierto a la Inteligencia y al Amor divinos. Este es el Verbo de Dios que es vital, profundo y poderoso. Haber recibido una declaración de verdad desde las profundidades de nuestro propio ser es evidencia de que hemos tenido un cierto grado de concientización de Dios; descienden sobre nosotros la paz y la calma; un sentido de bien-estar y seguridad, segurida d, mana desde nosotros. Si es practicada fielmente esta forma de meditación, abrirá nuestra conciencia para permitir a Dios actuar en nuestra vida; permitirá al Cristo vivir nuestra vida -pero tiene que ser practicada. Por ello es necesario regresar a nuestra meditación en la primera oportunidad, y repetir el proceso a medio día y de nuevo al anochecer. Pudiera ser ser que no no seamos capaces de dormir de corrido toda la noche. A media noche pudiera llegar el mandato: "¡Medita!" Estos períodos de silencio, reflexión, introspección, meditación y finalmente finalme nte comunión, nos preparan para para recibir la gracia interior. No nos desanimemos porque pareciera que no estamos haciendo progresos en estos períodos de tres o cuatro minutos de meditación durante el día o la noche; no nos desanimemos aunque pareciera que no sentimos la respuesta, pues no tenemos forma de medir los resultados de nuestros esfuerzos en términos de un solo período de meditación o incluso luego de una semana o un mes mes de práctica. Esperar resultados inmediatos de la meditación sería lo lo mismo que esperar tocar a Bach o a Beethoven luego de la primera lección de música. ¿No sería absurdo que luego de las primeras seis horas de practicar las escalas musicales, las abandonáramos desesperados porque no alcanzamos la habilidad inmediata en el arte que requiere un alto grado de habilidad técnica? Si somos serios en nuestro deseo de señorear ese arte, reconoceremos desde el instante en que comencemos a practicar el arte de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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nuestras escalas musicales, que algo ocurre tanto en la mente como en los músculos. Quizá se requiera de todo un año de práctica antes de que alguna habilidad sea alcanzada. La habilidad final no puede medirse en horas, días, o inclusive meses, de práctica. Lo mismo sucede con con la meditación. Hemos hecho un comienzo desde el primer instante en que cerramos nuestros ojos y reconocimos: Estoy buscando la gracia de Dios; estoy buscando el Verbo o la Palabra que procede de la boca de Dios. No sé por qué orar, así que no oro por algo de este mundo. Escucho por Tu voz. Espero por Tu Palabra. Esta forma de meditación, repetida una docena de veces al día, cambiaría gradualmente toda nuestra vida, y es posible que los cambios sean evidentes al mes. Cada vez que nos volvamos volvam os a ese centro interior estaremos reconociendo que nosotros, por nosotros mismos, nada podemos; estaremos buscando el reino interior. Esta es humildad verdadera, oración verdadera; es un reconocimiento de la nada de la sabiduría, el poder poder y la fuerza, humanas. Es el reconocimiento de que la sabiduría, el poder poder y la fuerza vienen de lo Invisible Invisible Infinito. Infinito. Sin que lo lo sepamos o sin tener conciencia de ello, estos períodos de silencio crean una atmósfera de Espíritu en la cual la actividad del mismo Espíritu va delante de nosotros para hacer florecer el desierto como una rosa. He aquí un ejemplo de una forma sencilla de meditación en la cual comenzamos con una idea, tema o cita central, y lo consideramos hasta que su significado interior nos sea revelado: "Yo nada puedo por mí mismo... El Padre que mora en mí, Él hace las obras". El significado de la primera parte es inmediatamente evidente; pero, ¿qué significa la declaración de que: "el Padre que mora en mí hace las obras"? ¿Qué es el Padre dentro de mí? ¿Quién es este Padre dentro de mí? Sabemos que cuando Jesús hizo esa declaración se estaba refiriendo a Dios. Entonces debe significar que Dios, dentro de mí, hace las obras. Jesús habló de su Padre y de mi Padre, así que pareciera estarnos diciendo que hay un poder-Dios -algo adentro que hace las obras. El mismo Padre que estaba en Cristo Jesús, también está en mí. Este Padre dentro de mí, este Ello, es mayor que el que está en el mundo, mayor que los problemas del mundo. La EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Vida, Inteligencia y Sabiduría que están dentro de mí, son mayores que aquello que está en el mundo; son mayores que mis enemigos, mayores que mis enfermedades, mayores que mi ignorancia, mayores que mis temores, mayores que mis dudas, incluso mayores que mis pecados. "Yo todo lo puedo por medio de Cristo que me fortalece". Este Cristo es el Padre dentro de mí, el Poder divino interior del que Jesús dijera: "Jamás te dejaré ni te abandonaré". El Padre interior, el Cristo que me fortalece, jamás me dejará ni me abandonará. Antes que Abraham fuera, este Padre ya estaba dentro de mí y estará conmigo incluso hasta el fin del mundo. Es una Presencia y Poder que han estado conmigo desde el principio de los tiempos, incluso cuando yo no sabía que Ello estaba ahí, y que Ello estaría conmigo por toda la eternidad. Estará conmigo sin importar donde esté yo: Si hiciera mi lecho en el infierno,. si caminara por el valle de sombra de muerte,. este Padre estaría siempre conmigo. Es una Presencia que jamás me deja, un Poder que siempre me fortalece, que va delante de mí para enderezar lo torcido y para suavizar lo áspero. Siento Su mano en la mía. Lo sé. Yo sé que hay un Poder que todo lo puede. Yo sé que hay una Presencia que puede vivir mi vida por mí, tomar mis decisiones, y mostrarme el camino de la vida. Todo el reino de Dios está dentro de mí. Tú jamás me dejarás ni me abandonarás; yo jamás podría dudar de Tu Presencia. Todo esto Tú me lo has revelado dentro de mí mismo. Te doy gracias a Ti, Padre, ya que Tú has escondido esto de los sabios y prudentes, y me lo has revelado, siendo un bebé en la verdad, un principiante en la senda espiritual. Esta práctica de considerar una cita de las Escrituras no es demasiado difícil para un un principiante ni muy simple para un estudiante avanzado. Tal como en el ejemplo anterior, utiliza un pensamiento o cita central con la intención de comprender su significado interior y recibir luz con ello, para jamás jam ás ser utilizado utiliza do de nuevo como un cliché o cita, metafísicos metaf ísicos.. Estas formas elementales de meditación debieran entenderse y practicarse antes de intentar las formas superiores y más complejas. Recordemos que nuestro objetivo es desplegar un estado de receptividad hacia la vocecita callada y suave. En la meditación no pensemos en nuestro problema; volvámonos al interior y esperemos, EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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esperemos y esperemos. esperemo s. Esperemos por tres, cuatro o cinco minutos. Si luego de ese tiempo no hemos sentido una respuesta dentro de nosotros, levantémonos y llevemos a cabo nuestros deberes cotidianos. Después de una o dos horas, meditemos de nuevo esperando silenciosamente esperando esperand o hasta hasta que la la voz de Dios Dios Se escuche dentro de nosotros. Que los los pensamientos que surjan por medio de nuestra mente no nos importen; no estemos interesados en ellos. Permanezcamos esperando esperand o hasta que sintamos la actividad de el Cristo moverse dentro de nosotros. Si no sentimos el toque de el Cristo en tres o cuatro minutos, volvamos a nuestras actividades diarias; pero luego de dos o tres horas meditemos de nuevo. Si fuese necesario, continuemos con esta práctica por años; pero si persistimos, llegará el día cuando habrá una respuesta interior que nos dará la certeza que dentro de nosotros está aquello que el Maestro llamara "el Padre", y que Pablo conoció como "el Cristo". El principiante debiera meditar tres veces al día, o si eso no fuera posible, al menos dos; por la mañana y por por la la noche. No hay nadie que halle esto demasiado difícil de hacer, porque todo mundo se levanta y todo mundo se acuesta. Todo mundo puede dedicar unos cuantos minutos extras por la mañana y por la noche, incluso si no pudiera encontrar otro momento para para este propósito durante las las veinticuatro veinticuatr o horas del día. Sin embargo, para los estudiantes serios siempre habrá otros intervalos en algún otro momento del día. Estos períodos de meditación gradualmente gradual mente se volverán parte regular de nuestra existencia y estaremos meditando en otro o en todo momento u hora del día o de la noche; en ocasiones sólo por medio segundo o durante varios minutos; incluso al manejar o asear el hogar. Aprendamos Apren damos a abrir abrir la conciencia aunque sea por por un segundo para encontrarnos en un estado de receptividad. Tomemos Tomem os cualquier aspecto o faceta de la verdad espiritual. Pudiera ser el concepto "luz". Innumerables personas fueron llamadas: "la luz del mundo". Jesús fue la luz, luz, tal como lo fueron Elías, Pablo y Juan. Pero, ¿qué implica la frase "la "la luz del mundo"? Volvámonos Volvám onos al Padre Padre y preguntémosLE preguntém osLE para que nos aclare el concepto "luz". Al desplegar el oído que escucha, obtendremos el sentido espiritual o la interpretación de algún escritor metafísico a dicha palabra, más que el significado literal tal como lo da el diccionario. Así tendremos tendrem os nuestra propia propia comprensión comprens ión dada dada por por Dios Dios en relación con el concepto "luz". EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Tal vez el significado de de la palabra "Alma" no nos nos sea claro. claro. Muy pocos saben lo que Alma verdaderamente significa; es uno del los misterios más profundos de la sabiduría espiritual. Para comprenderlo, comprend erlo, volvámonos volvámo nos al Padre para la revelación acerca del tema de Alma. Tarde o temprano, tempr ano, al mantener un estado de receptividad, comenzaremos a recibir impartición sobre la naturaleza de Alma. De esta forma es como aprendemos a llevar a nuestra conciencia, cualquier palabra o tema acerca del cual estemos buscando comprensión, esperando, en un estado de expectación, por la luz que brille sobre aquello, y que nos revele su significado. La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el pasaje: "Sea Mi gracia suficiente para para ti". Conocemos las palabras, pero a menos que su significado interior sea revelado por medio de la meditación, tendrán poco o ningún significado en nuestras vidas. Sólo entonces es cuando estas palabras viven para nosotros y se convierten en El Verbo o El Palabra. Cuando despertemos por las mañanas debiéramos recordar conscientemente la declaración de que "la gracia de Dios es nuestra suficiencia en todo". No la la repitamos una y otra vez como una repetición o afirmación vana, sino más bien llevémosla a la conciencia y moremos en ella: Tu gracia es mi suficiencia -Tu gracia -sí, la gracia del Padre dentro de mí. El Padre está dentro de mí, y es la gracia del Padre la que es mi suficiencia en todo. Ahora sé de quién es la gracia; pero, ¿qué es la gracia? ¿Qué queremos decir por gracia? ¿Qué es? Puede llevarnos cerca de dos o tres minutos el percibir que "Tu gracia" no está está lejos, sino que está dentro. Por el momento eso pudiera llegar a ser ser toda la revelación. Sin embargo dos o tres horas horas después llevemos llevemos de nuevo esta declaración a un recuerdo consciente. Esta vez pudiéramos recordar que estábamos considerando considera ndo la palabra "gracia". No pasará mucho tiempo antes que comencemos a darnos cuenta que hemos oído que gracia se describe como un don de Dios; como aquello que procede de Dios sin habérnoslo ganado, merecido o trabajado por ello; algo que llega sin esfuerzo personal. Por eso esta gracia que que es es nuestra suficiencia en todo, es una actividad de Dios dentro de nosotros. Al meditar en el significado de la palabra gracia, su significado pudiera ser revelado de cierta forma para algunos de nosotros, y en forma EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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completamente distinta para otros; pero para ambos puede llegar con tal fuerza, como para abrir las ventanas de los cielos y verter "una bendición para la cual no haya suficiente espacio para para ser recibida". Para cada uno se desplegará algo distinto de aquello que se revele para otro. Si somos sinceros tomaremos en conciencia muchas veces durante el día la declaración: "Mi gracia es suficiente para ti". Si moramos en esa declaración de la verdad, la estaremos meditando y cumpliremos así una de las más importantes enseñanzas que se haya dado jamás a la raza humana: "Si moráis en Mí, y si Mis palabras morasen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho". Si mantenemos el Verbo Verb o o Palabra vivo en nuestra conciencia, morando en él cuatro, cinco, ocho, diez o doce veces al día, incluso también cuando despertemos a media noche, encontraremos que estaremos meditando. Estaremos dejando que el Verbo Verb o more de verdad en nosotros y que el Cristo se convierta en la actividad de nuestra conciencia. ¿Qué es el Cristo? Si verdaderamente verdadera mente desean saber lo que el Cristo es, comiencen con este reconocimiento verdaderamente humilde: "Padre, yo sé muy poco acerca de el Cristo; ayúdame a entender a el Cristo". Luego cierren sus ojos y mantengan su atención en la la idea de el Cristo. Cada vez que la mente trate de vagar, regrésenla gentilmente. gentilmente . Mantengan su atención centrada en el Cristo. Cristo. Finalmente captarán captarán la visión del verdadero verdade ro significado de el Cristo, un significado que ustedes jamás serán suficientemente capaces de explicarle a ningún otro; pero ustedes, ustedes mismos, lo sabrán. El Cristo será una presencia real en su conciencia; Ello será un poder, poder, una una influencia, un ser. Y aun así, será algo que no podrán definir. No importa lo que puedan decir decir acerca de el Cristo, Ello Ello no será aquello. Sin embargo, si persisten en esta meditación, un día el Cristo estará vivo en su corazón y entonces escucharán: Yo nunca te dejaré. Como Yo estuve con Moisés, así Yo así Yo estaré contigo. Dondequiera que vayas, Yo iré; Yo estaré justo contigo. Sólo acuérdate de buscarME, de esperarME. No busques ninguna señal; no busques nada exterior. Sólo mira hacia Mí. Si sólo miras hacia Mí, un día, cuando creas que necesitas agua, ésta brotará de una roca; o cuando creas que necesitas alimento, éste caerá del cielo -pero jamás busques. Ése es el pecado EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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buscarlo. Búscame sólo a Mí. Yo estoy esperando a tu lado. Yo estoy sentado dentro de ti. Yo estoy descansando en tu corazón. Yo estoy en tu mente, en tu conciencia. Yo estoy justo aquí, entre tus brazos; abajo, en las puntas de tus dedos. ¿ME sientes? Yo estoy contigo. Yo voy delante de ti para enderezar lo torcido. Yo nunca te dejaré. Mira hacia Mí y sé salvo. BúscaME mientras Yo pueda ser hallado, y todo esto te será añadido. ¡BúscaME! Desde el instante en que el reconocimiento sea nuestro, habremos demostrado la declaración de Pablo: "Vivo Yo, pero no yo, sino Cristo vive en mí". Entonces esa atmósfera del Cristo permanecerá para siempre con nosotros, y nuestra misma presencia física se volverá una bendición para todos aquéllos con quienes entremos en contacto. ¿Porque estamos ahí? ¡No!, porque el Cristo está ahí como la luz luz de nuestro ser. El camino es: orar sin cesar. Conscientemente Conscientem ente nos abrimos al reconocimiento reconocimie nto de el Cristo hasta que llegue el momento cuando ustedes y yo ya no tengamos que hacerlo conscientemente porque ya no habrá más un 'ustedes' o un 'yo' para hacerlo. BúsquenME, al Cristo, y sean salvos.
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CAPÍTULO IV LA UNIÓN INDISOLUBLE
M uy poco progreso podrá hacerse en la senda espiritual de la vida, en tanto no hayamos captado algo de la visión de lo que Dios es, de lo que nuestra relación con Dios es, y de lo que la actividad de Dios es en nuestra vida. Esto no puede ser una experiencia indirecta; tiene que ser individual y debe ser alcanzada de una manera completamente complet amente relajada. Debemos rehusarnos a aceptar cualquier forma de autoridad que no sea nuestra propia revelación interior. interior. Por ello es que que nos nos preguntamos acerca acerca de Dios, y eso nos nos conduce a meditar en Dios: ¿Qué es Dios? ¿Qué significa Dios Dios para mí? ¿Cuál es el lugar y función de Dios en mi vida? ¿Cuánta gente ha tenido una experiencia de Dios? ¿Cuántos han sentido el soplo del Espíritu en en sus mentes, en en sus almas, en sus cuerpos? El número es pequeño, sólo unos cuantos cientos o cuando muchos unos cuantos miles en una generación; y sin embargo Dios está disponible para todo hombre, mujer y niño. Dios requiere todo nuestro amor y devoción. Debemos entregarnos a Él para que pueda revelar la dádiva eterna de Sí Mismo para nosotros. Debemos amar a Dios supremame supre mamente nte con todo nuestro corazón, mente y alma; amar a Dios en forma tal, que nuestra única oración sea: "Debo sentir a Dios; debo dejar que Dios llene mi alma, mi corazón, mi mente, mi ser, mi cuerpo verdadero". Hablamos de Dios como Inteligencia, Mente y Principio, impersonales, pero Dios Dios también tambi én es personal. La relación entre un individuo y Dios Dios es más más cercana que la relación de éste con su propia madre. Es como estirarse y sentir una presencia siempre ahí: gentil y tranquilizadora en su verdadero sosiego; es gozo, paz paz y calor. En el momento en que tenemos una experiencia de Dios, hallamos que esa gentileza está ahí, esa paz está ahí, ese calor está ahí; y con ello llega un amor hacia todo en este mundo, una sensación de compañía y un gozo de unos por otros. El concepto normal de Dios es el de un Dios separado y alejado de nosotros que tiene dentro de Sí Mismo todo el bien, pero que nos lo está negando. negando . El orar a Dios por por lo regular se hace con el propósito propósit o de buscar u obtener obtener algo de Dios Dios -sal -s alud ud,, provisión, provisión, oportunidad, compañía. La mayoría EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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de nosotros cree que Dios posee ese bien, pero que por alguna razón inexplicable nos lo niega, por lo que oramos a Dios para que nos otorgue aunque sea un poco de ello. En ocasiones, cuando nuestras oraciones no no son respondidas con suficiente rapidez, hacemos toda clase de promesas en un intento inútil de negociar con Dios -promesas que a menudo no tienen la menor intención de ser cumplidas. A menudo nos culpamos en un esfuerzo vano por reconciliar a un supuesto Dios amoroso con un Dios de oídos sordos a nuestras súplicas, creyendo que algún acto malo cometido u omitido, es la causa por la que Dios nos niega el bien. bien. Algunos médicos sostienen que la mayoría de las las enfermedades en el mundo, tanto mentales como físicas, son el resultado de los complejos de de culpa. Incontables gentes viven en un estado de atormentada auto-culpa, consumidas por ese sentido de culpa; en ocasiones debido a una seria ofensa cometida en su pasado, pero más a menudo por algún hecho pequeño o que no no tuvo la menor importancia. Si creemos que que vamos a ser castigados por un Dios vengador, nuestro concepto de Dios es por completo erróneo, porque Dios no tiene memoria de nuestras faltas y fallas; Dios es demasiado puro para ver el mal; Dios no ha castigado ni castiga a los los pecadores. El pecador es castigado por su propio pecado, pecado, pero no por Dios. Aún el pecador empedernido empede rnido sabe que hay ciertas leyes leyes de Dios que no deben ser violadas. Sabe que si las viola se hace merecedor al castigo, pero lo que no sabe es que este castigo no es infligido por Dios, sino que es auto-infligido. Dios no es un Dios de venganza; Dios no es un Dios que retenga; pero tampoco tampo co es un un Dios que que otorgue. Dios es Amor y Él no retiene ni castiga; no hay amor en en retener ni hay amor en en castigar. Si Dios esperara que fuéramos fuéramo s buenos o merecedores, si Él esperara que encontrásemos las palabras adecuadas con las cuales Lo apaciguáramos, si esperara que utilizáramos una forma de meditación o un método de tratamiento con los cuales fuéramos gratos a Sus ojos antes de que estuviera dispuesto a otorgarnos Sus bendiciones, sería un Dios Dios cruel cruel y caprichoso. Dios jamás dará más de lo lo que ya está dándonos ahora. Dios siempre está siendo Dios: Dios está siendo vida; Dios está siendo amor; y Dios está expresando por siempre Su vida y Su amor. Santiago dice: "Pedís y no no recibís, porque pedís mal". Cada vez que nos nos volvemos a Dios Dios por por algo esperando obtenerlo de Él, Él, pedimos mal. mal. Nadie EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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tiene que decirle a Dios que haga verde el pasto o rojas las rosas; nadie tiene que decirle a Dios cuándo hacer que brillen las estrellas o cuándo cambiar las mareas. ¿Debiéramos ¿Debiéra mos entonces atrevernos a decirle a Dios que tenemos necesidad de algo? Dios es la Inteligencia infinita de este universo. Si nuestro Dios sabe cómo producir las perlas en una ostra, o petróleo en la tierra, si nuestro Dios sabe cómo dirigir a las aves en su vuelo y cómo cubrir la tierra con Su maravilla y gloria, ¿no será capaz esta misma Inteligencia infinita de ser la influencia gobernante y guiadora en nuestra experiencia, sin necesidad alguna de que Le demos consejos, información o sugerencias? La base de toda meditación y oración debe ser una comprensión de la naturaleza de Dios y de nuestra relación con Dios. Dios. Dios es Vida eterna, Inteligencia infinita, Amor divino, pero "Yo y mi Padre uno somos. Y aquél que me me ha visto, ha visto al al que me me envió". Es Dios, el Padre; y Dios, Dios, el Hijo; eternamente eternam ente uno. Cuando descansamos descansam os en tal comprensión, compren sión, Ello Ello se hace cargo y actúa armoniosa, gozosa y abundantemente. abundantem ente. Sin embargo en el instante en que nos volvemos a Dios con algún sentido de obtener, desear o incluso esperar, impedimos la acción de Dios en nuestra experiencia porque estamos incluyendo nuestros conceptos y expectativas finitos, que interfieren con el flujo de Dios. Cuando nos nos rehusamos a aceptar algún concepto de lo que la voluntad de Dios debiera ser; cuando estamos ante la Presencia divina puros de corazón, sin voluntad finita, sin deseos, esperanzas ni ambiciones personales; entonces es que vamos a Dios con manos limpias y con corazón puro, y podemos decir con convicción y confianza: "Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. cielo. Yo soy Tuyo; Tú eres eres mío. Yo estoy en Ti, y Tú estás en mí. Hágase Tu voluntad en mí". Demasiadas personas en el mundo dudan del amor de Dios; de lo contrario no pasarían tanto tiempo orando por la prodigalidad de Dios. Si realmente creyeran que Dios es la Inteligencia y el Amor divinos, ¿por qué sería necesario tratar de aconsejar o influenciar a Dios? Dios es. ¿Qué mayor oración hay que esas dos palabras? ¿Qué otra cosa podría conducirnos mejor al interior del reino de nuestro propio ser? La meditación satisfactoria surge de la convicción absoluta de que Dios es: que Dios es Inteligencia y Amor; que no hay otro poder aparte de Dios; y ningún poder opuesto a Dios. No hay hay nada nada que interfiera con la expresión del amor de Dios Dios por por Sus hijos. hijos. 'Tu gracia es mi mi suficiencia en todo', todo' , es el reconocimiento de la presencia, la sabiduría, el amor y el poder de Dios en EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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nuestra experiencia. Observen lo que sucede cuando comenzamos comenza mos a aceptar esta clase de Dios sin desear algo fuera de nosotros mismos, sino simplemente estar en el ser, en silencio, para poder decir: "Dios es". Dios es: un estado de Ser, un estado de Inteligencia infinita y de Amor siempre siempr e presente. La vida de Dios no puede ser ni alargada ni acortada; la vida de Dios no puede envejecer ni puede cambiar: Dios es: un estado de Ser eterno, inmortal e infinito. infinito. " . D i o s es luz, luz, y en Él no hay obscuridad a lg u na . Y Dios es capaz de hacer que toda gracia abunde en vosotros; para que teniendo siempre toda suficiencia en todo, podáis abundar en toda buena obra". Esa debiera ser ser nuestra actitud al entrar entrar en meditación. El reconocimiento de la gracia divina es meditación. Es un reconocimiento reconocimie nto de la naturaleza de Dios Dios y de nuestra relación con Dios. Dios. Esa relación es unicidad. Somos los hijos hijos de Dios, Dios, co-existentes con con Dios: "Y si hijos, entonces herederos; herederos de Dios, y co-herederos con Cristo.". Nuestro Padre celestial conoce nuestras necesidades, pero en ocasiones oramos como si fuésemos pobres criaturas insignificantes que debieran postrarse ante algún ser deifico, grande y terrible, que tiene nuestro destino en sus sus manos, no siendo muy tierno en ello. ello. En otras ocasiones definimos la forma en la cual nuestras necesidades debieran ser satisfechas, creyendo que podemos influir en Dios para que actúe de acuerdo a nuestros deseos. Lo que debemos hacer es reconocer a Dios, reconocer la omnisciencia de la Sabiduría infinita, el amoroso Amor que todo lo abarca, el poder total de aquello que no conoce otro poder que Su propia naturaleza y ser infinitos pero no pidamos que esto sea trasladado traslad ado hacia hacia formas humana. Dejemos que nuestra meditación sea el reconocimiento de Dios Mismo, y encontremos que eso basta. Dios es uno: un Poder, una Ley, una Substan Sub stancia, cia, una Causa. Esta enseñanza de unicidad es sin duda alguna la enseñanza espiritual más alta jamás jam ás dada al mundo. Todo Tod o el ministerio minis terio del Maestro, Maestr o, de Cristo Jesús, Jes ús, estuvo basado en la antigua enseñanza hebrea de la idea de Dios como uno: "Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es". De acuerdo a Génesis, en el principio creó Dios el mundo y todo lo que en él hay. Cualquier cosa que Dios no creara no fue creada, no fue hecha. A la luz luz de esta verdad hay sólo una Substancia y debido a que hay sólo una Substancia, no hay substancia que pueda ser destruida, sanada o mejorada. Hay una sola Ley y por consiguiente no podemos usar la ley de Dios para destruir otra EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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ley o sus efectos. Cuando entendamos a Dios como Vida, sabremos que hay hay una sola Vida y jamás tendremos una vida que salvar, una vida que sanar o una vida que redimir; hay sólo una Vida. Ahora que sabemos todo esto de Dios, mirémoslo como puntos de referencia en el camino que hemos estado recorriendo, pero puntos de referencia que hemos recorrido desde tiempo atrás; y olvidémoslos por completo. Nadie va a encontrar a Dios hasta hasta que haya sido desnudado de todos los conceptos de Dios, hasta que haya dejado atrás todos los sinónimos para Dios que haya escuchado, y se embarque hacia lo desconocido para descubrir al Incognoscible. No hay hay algo así como un pensamiento acerca de Dios o un concepto de Dios que sea correcto, puesto que un concepto siempre permanecerá como concepto. ¿Entonces cómo vamos a llegar a la comprensión de lo que Dios es? Luego que nos hayamos establecido bien en la letra de la verdad, llegará un momento en el cual deberemos estar dispuestos a admitir que todo nuestro conocimiento acerca de Dios ha sido en el reino del intelecto, y que nada que conozcamos con la la mente es absolutamente absoluta mente cierto. cierto. Nada que podamos pensar acerca de Dios, es verdad; nada que podamos leer en un libro sobre Dios, es verdad; porque éstas representan simples opiniones humanas limitadas acerca de Dios. Para Juan, Dios Dios fue revelado como Amor; pero no podemos aceptar eso como verdad, ya que no conocemos el sentido que Juan tuvo acerca acerca del del amor ni cómo aplicó dicho término. términ o. Para Jesús, Dios era el Padre, porque el significado más profundo de esa palabra fue revelado dentro de la conciencia de Jesús. La comprensión comprens ión de Dios tiene que llegar como una revelación individual para cada aspirante en la senda espiritual. Durante los años de mi propio despliegue fue necesario que yo renunciara, uno por uno, a esos esos sinónimos comúnmente comúnme nte aceptados para Dios, puesto que no era posible que yo supiera lo que quisieron decir con su uso, aquéllos a quienes les les fueron revelados. Cuando cada concepto fue ignorado, me quedé con el término "lo Invisible Infinito". ¿Por qué lo "Invisible Infinito"? Porque lo Invisible Invisible Infinito Infinito no significaba algo que yo pudiera entender. Ni ustedes ni yo podemos captar lo Infinito; Infinito; ni ni ustedes ni yo podemos ver lo Invisible. Invisible. Lo Invisible Infinito Infinito es un término térmi no que que denota algo que no puede ser comprendido comprend ido por por la mente finita. Sin embargo, esto no quiere decir decir que lo Invisible Infinito sea el término térmi no correcto para Dios. Dios. Es correcto para mí, porque me proporciona un término que mi mente no EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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puede abarcar. Eso me satisface. Si yo pudiera captar el significado de lo Invisible Infinito, sería dentro del ámbito de la comprensión humana, y no quiero esa clase de Dios. Dios no puede ser conocido con la mente humana; pero si escuchamos y estamos en silencio, en ese silencio Dios Se revelará a Sí Mismo. Justo donde estamos se encuentra Dios. "... "... ¿A ¿A dónde huiré de Tu presencia?... Si hiciere mi lecho en el infierno, contemplaría que Tú estás ahí". La presencia de Dios Dios está dentro de nuestra conciencia. No tenemos que esforzarnos esforzarno s por por llegar a Dios, ni siquiera mentalmente; ni buscarLO como si estuviese lejos o fuera algo difícil de alcanzar. Muchos encontraron encontraro n que cuando abandonaron su búsqueda frenética por Dios, aprendiendo a estar en silencio; dejando de repetir como loros palabras y frases sin significado alguno, un día llegó un despertar, y descubrieron que Dios había estado justo a su lado todo el tiempo, murmurando en silencio: "Espera -¿por qué no te detienes y Me dejas que diga algo?" Si estuviéramos estuviéramo s perdidos en un desierto, sin ninguna manera de encontrar ayuda humana, y sin los medios para que ésta nos encontrara, ¿cómo podría ese Me hablarnos en un momento de impotencia? impotenci a? Cuando escuchamos, escuchamos , oímos Sus palabras murmurando: El lugar donde Yo estoy, tierra santa es. ¿A dónde huiré yo de Tu Espíritu? "Sí, aunque ande a través de valle de sombra de muerte, yo no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo". Solo, aunque no solo; sin ayuda, pero no sin ayuda; la ayuda divina siempre está aquí donde yo estoy, y no tiene que encontrarme, y yo no tengo que encontrarla. Dios está donde yo estoy. El reino de Dios está dentro de mí, porque porque Yo y el Padre uno somos. Dios no está perdido, yo estoy seguro que Dios no me ha perdido. Si yo estoy aquí, Dios también está aquí. Esta es una meditación poderosa. No hemos pedido, suplicado suplicad o ni rogado rogad o por nada. Hemos re-conocido la verdad conocida por Jesús, Juan, Pablo, Moisés y Elías; la verdad revelada a cada uno de ellos de que, donde yo estoy, Dios está. Es una una enseñanza universal conocida por por todo señor y maestro espirituales de todas las épocas, pero ha sido perdida debido a la adoración a un Dios lejano, y por la creencia de que Dios y Su Hijo amado son seres separados. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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En esta meditación nos damos cuenta que Dios está dentro de nuestro propio ser, pero no confinado dentro de los límites de nuestra carne. Ningún cirujano podría operar y encontrar a Dios; pero aun así, Dios está dentro de nuestra propia conciencia; más cerca que la respiración, las manos y los pies. Si alguna vez estuviéramos estuviéra mos en un un lugar discordante, discordante , no olvidemos nunca que nuestra salvación, está más cerca que la respiración, puesto que Yo y el Padre uno somos. Miremos la declaración: "Yo y mi Padre Padre uno somos". somos" . Visualicen una figura y vean contenida en ella al Padre, Padre, al Hijo Hijo y al Espíritu Santo. Esa sola figura es Dios, el invisible Principio creativo; esa figura única es el Hijo, apareciendo como la única figura; esa figura única es el Espíritu Santo invisible, que mantiene y sostiene al Hijo Hijo por por toda la eternidad. La figura única jamás se vuelve dos; nunca se convierte en nada menos que uno, porque hay algo inherente en ella que mantiene su unicidad. Del mismo modo cada persona es una con Dios. Esa unicidad incluye a Dios, el Padre; al Hijo, la identidad individual; y al Espíritu Santo, la actividad de Dios que mantiene y sostiene esa unicidad: la identidad individual llamada Rut, Roberto o Joel. Lo que vemos no es todo lo que constituye a Rut, a Roberto ni a Joel; hay más que lo que los ojos contemplan, porque justo jus to donde la forma form a aparece, apar ece, está el Principio creativo, creati vo, la Activi Act ividad dad sostenedora. sostenedor a. Hay una identidad individual llamada Roberto: Roberto, el Hijo; más Roberto, el Padre; más el Espíritu Santo -Dios, el Padre; Dios, el Hijo; Dios, el Espíritu Espíritu Santo. Esto derriba todo sentido de separación separa ción de Dios. La actividad de Dios mantiene a cada identidad individual hasta hasta la eternidad: la sostiene, la alimenta, la sustenta y le confiere Su abundancia, éxito y gracia. Acallémonos Acallém onos y seamos alimentados, alimentado s, mantenidos, sustentados y dirigidos por esta Fuerza invisible cuya función es, ser el Mesías. El propósito de esta meditación es llegar al significado verdadero de la unicidad, al significado interno de la declaración: "Yo y mi Padre uno somos". Centremos nuestra atención en esta declaración. En ocasiones pudiéramos encontrar difícil el mantener por algún tiempo una sola línea de pensamiento, pero si la perdiéramos podemos regresar gentilmente, de la siguiente manera:
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"Yo y mi Padre uno somos". Tal como la ola es una con el océano, así yo soy uno con Dios; tal como el rayo de sol es una emanación del mismo sol, así yo soy uno con Dios. Por ello nunca puedo estar extraviado; jamás puedo estar solo. La presencia de Dios está aquí donde yo estoy, en este mismo lugar donde me encuentro, aunque lo llamare infierno. En el valle de sombra de muerte no he de temer, porque Dios está conmigo. Yo nunca te dejaré ni te abandonaré. Antes que Abraham fuese Yo soy. Antes que Abraham fuese Yo estaba contigo, y estaré contigo hasta el fin del mundo. Yo en medio de ti, Soy poderoso; Yo en ti y tú en mí, y somos uno. Dondequiera que vayas Yo iré; dondequiera que vayas -al este u oeste, al norte o al sur, arriba al cielo o abajo en el mar -dondequiera que vayas, Yo iré. Yo jamás te dejaré ni te abandonaré. Si caminaras sobre las aguas no te ahogarás, porque Yo estoy contigo. Si pasaras por el horno ardiente, las flamas no te quemarán, porque Yo estoy contigo. La naturaleza de Dios es el Yo. Silenciosa y humildemente, date cuenta que ese Yo de quien has pensado que eras tú, ese Yo de quien has pensado que tiene problemas, es Dios. ¿Entonces cómo puedes tú -ese Yo -tener problemas o conocer la limitación? Si crees que que Dios Dios es tu Padre y mi Padre, y que ese Padre está dentro de ti, ¿cuán lejos tendrías que ir por guía, protección o provisión? Cuando te des cuenta de la naturaleza de Dios como siendo Yo -a partir de entonces, Yo no tendrá problemas. No es probable que cualquiera de nosotros encare la situación poco común de sentirse perdido en el desierto, pero jamás dudemos ni por un instante, que en algún momento pudiéramos encontrarnos en algún tipo de páramo, sólo para descubrir que Dios Se aparece a nosotros como maná del cielo, como agua de una roca, o como la apertura de un mar. Desde Génesis hasta Revelación (Apocalipsis), la Biblia es la historia tanto de su vida como de la la mía. En cierto grado lo que le le aconteció a Moisés, nos nos acontecerá a nosotros; lo que le aconteció a Elías, Jesús, Juan o Pablo, ocurrirá en cierta medida en nuestra experiencia. Estaremos en cierta clase de desierto sólo para aprender que dondequiera que estemos, Dios está; que la tierra donde estamos, tierra santa es. La voz del Señor nos nos dirigirá en la forma en que debamos andar. Si creyéramos que la voz de Dios estuvo reservada sólo para Jesús, Isaías, Elías o Moisés, hace doscientos o trescientos mil años, no EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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escucharíamos escucharíam os esa dirección. Si podemos aceptar a Dios Dios como uno; Dios, el Padre universal; y Dios, el Hijo, seremos capaces de escucharLO. A menos que nos demos cuenta de que lo que es cierto de Dios, es cierto de nosotros, como el ser individual infinito, toda meditación sobre Dios resultará inútil. inútil. Sólo cuando establezcamos establezcamo s esta naturaleza infinita del del ser de Dios como la naturaleza del ser individual, es que completaremos la conciencia que traerá armonía a nuestra experiencia. La naturaleza de Dios es el Yo: ese Yo que mora en medio de nosotros, ese Yo que reconocemos individualizado individualiza do como nuestro propio ser. Ese Yo no es el cuerpo que vemos con nuestros ojos; no es el "yo" egotista que cree que un ser humano tiene todo el poder o que el ser humano es Dios; sino que es ese gentil Yo que mira desde el centro de nuestro ser. El "yo" humano egocéntrico debe "morir a diario" para que el Yo divino pueda nacer de nuevo en nosotros, y sea revelada nuestra divina relación. Dios es ser individual. individua l. Dios es tu ser; Dios es mi ser; Dios es el ser de toda forma de vida -hum -h uman ana, a, animal, vegetal, mineral. mineral. Dios Dios es ser individual. Dios es la ley, la vida, el alma, la substancia del ser individual, y por ello todo lo que Dios es, yo soy: "Todo cuanto el Padre tiene es mío". Esta cita es hermosa, pero carece de valor práctico a menos que nos convirtamos en incorporaciones vivientes de dicho principio. Dios es mi ser individual; Dios constituye mi ser; Dios es la vida, el alma de mi ser, el Espíritu. Dios es la verdadera substancia con la cual mi cuerpo está formado. Dios es la única ley que me gobierna -no leyes de escasez o limitación; no leyes de alimentos, clima o digestión; no leyes de creencias médicas o teológicas -Dios es la única ley. La ley de Dios es una ley de inmortalidad, eternidad y perfección; se auto-mantiene y auto-sustenta. En una forma u otra podría llegarnos la tentación de creer que contamos con un ser separado separ ado y aparte, de Dios. La tentación tentació n pudiera llegar llegar con alguna llamada por curación. Nuestra primera respuesta pudiera ser: "¡Oh, no tengo suficiente comprensión!" comprensión! " Si estamos alertas para reconocer la verdad de Dios como ser individual, nos daremos cuenta que: ¡Claro!, yo no tengo suficiente comprensión y jamás tendré suficiente comprensión como para sanar algo o a alguien. La salud no viene por medio EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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de 'mi' 'mi ' comprensión. Esta salud debe llegar como la actividad de el Cristo; no debido a 'mi' comprensión -no debido a lo que yo sé o a lo que no sé. Yo soy un instrumento dispuesto, Padre. Yo estoy dispuesto a callar; yo estoy dispuesto a dejar que la actividad de Tu ser sea mi ser, y que Tu gracia sea la suficiencia para este individuo o para esta situación. "Yo nada puedo hacer por mí mismo..." Yo, el Hijo, soy sólo el instrumento para el Yo, el Padre. Sólo Dios es el origen y la fuente de todo cuanto es: de toda provisión, de toda salud y de toda relación. Si utilizamos nuestro dinero como si saliera de nuestro propio almacén, encontraremos que éste disminuye en igual proporción, a menos que nos hayamos hecho conscientes de que este dinero en realidad no nos pertenece -le pertenece a Dios porque "la tierra es del Señor, y de Él es su totalidad". Toda provisión está en, y viene de, Dios. Dios. Así que cuando gastemos, gastemos como si la abundancia de Dios fuera lo que usáramos y no la nuestra. De esa forma encontraremos encontra remos que no tenemos menos - a l contrario, habrá doce cestas más. más. Ese fue el principio que el Maestro ejemplificó cuando multiplicó los panes y los peces. La Biblia enseña que la tierra y su totalidad pertenecen al Señor. Sin embargo, aun cuando repitamos dichas palabras, muchos de nosotros todavía creemos que la abundancia de Dios es algo separado y aparte de nosotros, y que de un momento a otro se hará una transferencia para que, aquello que le pertenece a Dios, se vuelva nuestro. Ese es un pensamiento tan del todo ridículo, como el pensar que las hermosas flores que crecen en nuestro jardín nos pertenecen. Toda la naturaleza se reiría ante tal idea. Dios es el origen de toda flor que crece en un jardín. Dios es el origen de todo. ¿Cuál es la diferencia si la totalidad del Señor florece como una flor o como dinero? No hay manera de transferir aquello que está en Dios y aquello que está en nosotros. Todo cuanto está en Dios ya está en nosotros en este preciso momento, porque "Yo y mi Padre uno somos" -Dios, el Padre, el invisible Principio creativo; Dios, el Hijo, lo visible; y Dios, el invisible Espíritu Santo, la influencia sustentadora y sostenedora. Ésta es la enseñanza del Maestro: "Niégate a ti mismo" o "Muere a diario". Esta es la enseñanza de Pablo: Abandona Aband ona la mortalidad para que puedas ser revestido de inmortalidad, y Dios pueda ser revelado en toda Su gloria, como ser individual. Mientras haya un "yo" personal intentando conseguir algo, llevar a cabo algo, obtener algo, habrá una personalidad EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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luchando por mantenerse a sí misma, separada y apartada de Dios. Es posible morir a diario; es posible negar el yo; porque lo único que se niega del yo, es la negación de que: yo por mí mismo puedo ser o tener algo; que: yo por mí mismo puedo ser bueno; que: yo por mí mismo puedo ser espiritual; que: yo por mí mismo puedo tener poderes espirituales; que: yo por mí mismo puedo tener salud; o que: yo por mí mismo puedo tener riquezas. Esa es es la única negación del ser que hay, hay, y eso, es morir a diario. Es dejar dejar de tratar de obtener algo por por nosotros mismos. La lección en sí misma es sencilla: no deseemos añadir a nuestras redes más peces, peces más grandes o mejores peces. Neguemos el que tengamos tenga mos alguna necesidad de peces, porque todos los peces del mar pertenecen a Dios, y todo lo que pertenece a Dios nos pertenece a nosotros. Al negar el sentido personal del ser, glorificamos glorificamo s al Ser que realmente somos - e l Ser-Dios. El Ser-Dios es nuestro ser verdadero, y la medida de nuestra Individualidad es infinitud. Al reconocer a Dios como ser individual, estamos reconociendo la infinitud en el centro de nuestro propio ser, una infinitud que podemos permitir que fluya desde nosotros hacia el mundo. Sin embargo, embarg o, en el instante en que nos llega un pensamiento de: tener, adquirir, demostrar o alcanzar algo, bloqueamos o impedimos que que esta infinitud escape. Pero cuando reconocemos que: somos sólo el instrumento para Su entrada a la conciencia humana, entonces llevamos con nosotros la atmósfera santa y espiritual de la totalidad de Dios dentro de nuestro verdadero verdader o ser. Sin un solo trazo de egotismo, sin ningún deseo de gloria o beneficio personales, reconocemos que quienquiera que sinceramente llegue a nosotros en busca de la gracia de Dios, dondequiera dondequie ra podrá recibirla. recibirla. La gracia de Dios es la suficiencia para la situación -no nuestro conocimiento o nuestras posesiones. Entonces en paz y en silencio, el flujo comenzará a manar desde nosotros, como calidez, como liberación, como gozo. El ser ser capaces de acallarnos y saber que el "Yo" de nosotros es Dios, que ese Dios es nuestro ser individual -individualidad, naturaleza, carácter y cualidad internas -y que todo cuanto Dios es, está manado desde nosotros hacia manifestación y expresión visibles como nosotros, automáticamente nos libera. Cuando nuestra relación con Dios esté establecida, podremos viajar por el mundo sin dinero ni itinerario. Podremos comenzar cada día día y todos los los días de nuevo, sin nada, y en poco tiempo hallar nuestra verdadera EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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necesidad satisfecha. Humanamente Humanam ente podríamos no desear tenerla o adquirirla, pero estaremos viviendo el Principio: Dios es mi ser individual. Todo cuanto el Padre es, Yo soy; todo cuanto el Padre tiene, está incorporado dentro de mi conciencia. No viene a mí; yo soy sólo el instrumento por medio del cual Ello fluye hacia aquéllos que no están conscientes todavía de esta gran verdad de su relación con Dios. ¡Dondequiera que haya necesidad, ahí estará la satisfacción de la misma! La satisfacción existe en la conciencia, como la conciencia del ser individual; y esa conciencia es: Dios. La satisfacción satisfacció n implica: una transición transici ón en la conciencia. Puede requerir de día, semanas o meses de meditación antes de que nos demos cuenta que Dios es: ser individual, y que el lugar donde estamos, tierra santa es. Jamás volverá a haber necesidad o deseo sin que sea instantáneamente satisfecho desde dentro, como el cumplimiento cumplimie nto de la conciencia. Dios es nuestra conciencia; Dios Se satisface a Sí Mismo a diario y cada hora, en toda forma necesaria. La base de esta comprensión es: Dios, como ser individual. Puesto que Dios es: conciencia individual, podemos, con fidelidad, persistencia y perseverancia, alcanzar el reino de Dios dentro de nosotros, y manifestarlo en nuestra experiencia para que se haga cargo de toda nuestra vida. Esta conciencia-Dios puede satisfacerse satisfacers e a Sí Misma sólo en la medida en que que nulificamos el el sentido personal del "yo". Ir a Dios sin un solo deseo elimina el "yo" en buena medida, porque es sólo el "yo" personal quien puede anhelar, desear o tener, voluntad volunta d alguna. Nos volvemos volvem os a Dios Dios para recibir bendición espiritual, mas nadie sabe cuál será la naturaleza de esa bendición espiritual particular. particular. "Ojo no ha visto ni oído ha escuchado, ni ni ha llegado al corazón del hombre, lo que Dios ha preparado para aquéllos que Lo aman. Pero Dios Dios nos nos lo ha revelado por medio de Su Espíritu". Cuando el Dedo de Dios nos toque, podría colocarnos en una vida completamente complet amente distinta - s i ese fuera Su destino para nosotros. Para cada uno de nosotros hay un destino; no todos estamos destinados a la misma clase de actividad: Ahora hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo... Y hay diversidad de acciones; pero es el mismo Dios quien obra todo en todo. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Porque a unos les es dado por el Espíritu, la palabra de sabiduría; a otros la palabra de conocimiento, por el mismo Espíritu; A otros el obrar milagros; a otros profecía; a otros discernimiento de espíritus; a otros diversas clases de lenguas; a otros la interpretación de lenguas. Pero todo esto obra el único y mismo Espíritu, dividiendo a todo hombre por separado según Su voluntad. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese único cuerpo, siendo muchos, son un sólo cuerpo, así también es Cristo.
Dios obra como constructores de puentes, como mineros de carbón, maestros, vendedores, abogados, artistas, ministros; y es Dios, la Inteligencia infinita, en el centro de nuestro ser, Aquello que determina nuestra forma particular de expresión. Para conocer cuál es Su destino para nosotros, debemos tocar, en meditación, este centro dentro de nosotros. El grado de cumplimiento experimentado estará en proporción directa al grado de revelación de la conciencia. Dondequiera que estemos en este momento en la vida, este momento representa el grado de vida-Dios desplegada en expresión consciente; pero podemos cambiar esa expresión abriendo nuestra conciencia a un flujo mayor. Aquéllos que se abren a Dios a través de de la la meditación, se se hacen hacen uno uno con lo lo Invisible Infinito. Dios usa la mente, alma y cuerpo como instrumentos para Su actividad y revelación; y la gracia de Dios que fluye por medio de ellos es una bendición para el mundo: "Sea Mi gracia suficiente para ti". Tu gracia no sólo es mi suficiencia, sino que Tu gracia es la suficiencia para todos aquéllos que entran al ámbito de mi pensamiento. Padre, yo soy un instrumento por medio del cual la bendición invisible puede aparecer en el mundo, para aquéllos que Te buscan. El reino de Dios está dentro de mí, el reino de la justicia; es Tu reino, Tu poder y Tu gracia. Tu gracia es una bendición para todos aquéllos que están en el mundo. Es mi gozo que esta bendición -esta bendición de Dios, esta gracia de Dios -pueda fluir de igual manera para amigos o enemigos, cercanos o lejanos, que pueda fluir a aquéllos de cualquier nacionalidad, raza o fe, que eleven sus corazones a Dios. Es mi gozo que todos aquéllos que honestamente eleven su pensamiento o voz hacia Dios, puedan hallar su bendición por medio de Tu gracia que fluye a través de mí. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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CAPÍTULO V LAS DIFICULTADES
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practicamos las meditaciones siguientes con fidelidad, sin duda alguna que surgirán en cierto momento muchas preguntas relacionadas con los procedimientos para meditar. ¿Qué hay de los los superfluos pensamientos pensam ientos que surgen por por medio de la mente? ¿Debiéramos ¿Debiéram os esperar tener visiones? visiones ? ¿Hay un tiempo definido para cada meditación? ¿Cuánto entendimiento entendim iento se necesita? ¿Tiene la dieta algún impacto en la efectividad de la meditación? ¿Se requiere o aconseja alguna postura en particular? Consideremos Considerem os primero la pregunta acerca de la postura. postura. La meditación se practica con mayor facilidad cuando no estamos conscientes del cuerpo. Si nos sentamos en una silla recta con los pies asentados sobre el piso; la espalda derecha, como normalmente debiera ser; el mentón hacia abajo, y ambas manos reposando en el regazo; entonces el cuerpo no se inmiscuirá en nuestros pensamientos. Esta posición normal y natural debiera ser mantenida por cerca de cinco, diez o veinte minutos, sin dirigir la atención hacia el cuerpo. No hay hay nada misterioso en esta esta postura. En el Oriente poca gente se sienta sobre sillas; por tanto les resulta natural meditar sentados sobre el suelo con las las piernas entrecruzadas. entrecruzadas . En esa posición se sienten a gusto; pero nosotros en Occidente, no sólo encontramos difícil alcanzar dicha postura, sino que para la mayoría de nosotros resultaría incómoda de mantener. Si se recuerda que en la meditación toda nuestra atención debiera estar enfocada en Dios y en los asuntos de Dios, se entenderá rápidamente que al meditar es sabio que el cuerpo esté en una posición cómoda y natural para que la atención no no sea atraída hacia hacia él. él. La única razón para para tomar alguna postura en particular, es el facilitar que la atención se centre en Dios y se haga receptiva a Su poder infinito. Cuando se medita, se observa un cambio en el organismo. organismo . La columna vertebral está recta; el pecho en alto; la respiración se hace más lenta; y los pensamientos en la mente se desaceleran cada vez más hasta que finalmente se detienen. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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La meditación es una experiencia consciente. Como se recomendó con anterioridad, ayuda mucho el comenzar a meditar considerando alguna pregunta, pensamiento o idea específica, sobre los que deseemos iluminación. Comencemos Comencem os con la idea de recibir una revelación de Dios. Si nos damos cuenta que la meditación es una actividad consciente de nuestra Alma, no habrá riesgo riesgo alguno de quedarnos dormidos o adormilados. adormilad os. Dos o tres minutos de meditación debieran ser suficientes para eliminar la fatiga que en ocasiones uno uno siente al final de un extenuante día de trabajo. No podemos irnos a dormir con la mente abierta, esperando recibir una impartición. Aquéllos que se quedan dormidos durante la meditación fracasan al tratar de hacerla una experiencia consciente. En un momento dado de la meditación pudiera llegar el sueño, pero tal sueño no es caer en la inconsciencia. La actividad de la conciencia continuará durante el sueño. La meditación no es sólo recargarse perezosamente y decir: "Está bien Dios, ¡adelante!" Por el contrario, es una alerta vivificante e incluso es: esa esa "paz que sobrepasa el entendimiento". Asegurémonos de que esa paz esté ahí. Debiéramos asegurarnos que no haya haya tensión en relación con la meditación. meditación. No vamos a tomar el reino de Dios Dios por por la fuerza -po -p o r medio del poder mental o el físico. Cuando la meditación comience a ser un esfuerzo, detengámosla; de lo contrario nuestro propósito pudiera frustrarse. No es necesario meditar durante cierto tiempo. Si la meditación durara sólo un minuto, sintámonos sintámon os satisfechos, porque si hemos estado manteniendo nuestra mente en Dios por medio minuto, habremos iniciado el flujo. La meditación es un arte difícil de señorear. Si no fuera tan difícil, desde antaño todo el mundo habría ya dominado su técnica. En mi experiencia personal necesité ocho meses, con cinco a diez meditaciones diarias antes de recibir mi primer verdadero "clic" o sentimiento de la Presencia interior -o ch o meses meditando de día y de noche. noche. Es más, yo no sabía que eso de hacer contacto con Dios fuera posible, o que se lograría cualquier cosa una una vez que se alcanzara. Sin embargo había había una convicción inquebrantable muy dentro de mí de que era posible tocar algo mayor que yo mismo, fundirme con un poder superior. Nadie que yo conociera había recorrido antes ese camino; nadie preparó el camino para mí. Sólo tenía esa convicción interior de que si podía tocar a Dios en el centro de mi ser, Ello se haría cargo de mi vida, mi trabajo, mi práctica y mis pacientes. pacientes. Al cabo de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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ocho meses fui capaz de alcanzar una conciencia de un segundo -quizá no duró ni un segundo. Yo no sé cómo medir el tiempo cuando algo ocurre en menos de un segundo, pero en verdad fue menos de un segundo de conciencia. Una semana después despu és tuve otra y luego de varios días llegó la tercera. Pasó toda una semana antes que el cuarto momento de conciencia se alcanzara; después ocurría dos dos veces al día. día. Finalmente llegó el día en que la conciencia pareció durar una eternidad, y esa eternidad en verdad duró mucho menos de un segundo. Luego de de quizá quizá tres años aprendí que si me levantaba a las cuatro de la mañana, en ocasiones entre las cuatro y las ocho, sentiría ese "clic" o conciencia de que Dios estaba disponible. En ocasiones el "clic" llegaba a los cinco minutos y otras veces tardaba las cuatro horas completas, pero a partir de ahí, jamás me fui a la oficina hasta que la Presencia fue concientizada. Ahora bien, jamás consagren menos de nueve o diez horas de las veinticuatro que tenemos, para meditar -pero no seguidas; sino por períodos de cinco, diez, veinte o treinta minutos. No hay hay horario regular: en ocasiones me voy a la cama a las ocho de la noche; me levanto a las diez y media de la noche y medito hasta las tres de la mañana; luego me vuelo a acostar hasta las cuatro o cuatro y media de la mañana; me levanto y vuelvo a meditar hasta el medio día. Es más, cuando alguien viene a visitarme, visitarme , luego de que lo dejo hablar por unos cinco minutos, ambos meditamos. Esta es la forma -meditación constante, constante, un constante volvernos hacia el interior para que el impulso interior se mantenga fresco. Conforme avanzamos en este trabajo, si permitimos que se nos prive de nuestros períodos de contemplación por la presión de las actividades o las demandas de mayores responsabilidades, perderemos el camino. Una vez que el centro de el Cristo ha sido tocado, pudiera ser que las actividades externas aumentaran a tal grado, que invadieran el tiempo que debiéramos dedicar a la meditación. Demasiada indulgencia con las cosas del mundo pronto nos privarían del don espiritual que es infinitamente más valioso que cualquier cosa material que pudiéramos sacrificar. El Maestro se apartaba de la multitud para comulgar a solas, en el desierto y en lo alto de la montaña. montaña. También nosotros debemos apartarnos de nuestras familias, amigos y obligaciones humanas durante dichos períodos, para la comunión necesaria para nuestro desarrollo y revelación interior. Una o dos horas de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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meditación o comunión sin ningún propósito o deseo particular, nos traerá la experiencia de Dios en medida más profunda. A menudo surge la pregunta en relación con la dieta y la meditación. ¿Hay alguna dieta especial que si se sigue aumente la capacidad espiritual de uno? ¿Debe el aspirante en el camino espiritual evitar ciertos alimentos? alimentos ? ¿Debiera uno abstenerse de comer carne? En cada etapa de nuestro despliegue somos tentados a creer que algo que hagamos o pensemos en el reino humano nos ayudará en el desarrollo de nuestra conciencia espiritual. Eso es una premisa falsa. Por el contrario, el desarrollo de nuestra conciencia espiritual es lo que cambia nuestros hábitos cotidianos y nuestra forma de vida. Conforme el aspirante progresa en el camino espiritual, hallará que come menos y menos carne hasta que finalmente finalme nte alcanza el punto donde no puede volver a comer carne. Sin embargo no creamos que haya alguna virtud en algún acto de omisión o comisión, o que alguna forma de sacrificio material pueda aumentar nuestra espiritualidad. La espiritualidad espiritual idad se desarrolla: por medio de la lectura de literatura espiritual, del escuchar sabiduría espiritual, de la asociación con aquéllos que están en el camino espiritual y por medio de la práctica de la meditación. El reino de Dios es encontrado por medio del reconocimiento interior. La trasformación externa en nuestros hábitos de comer es el resultado directo de una gracia espiritual interior; es el resultado del proceso espiritual que está ocurriendo en la conciencia. Abstenerse Abste nerse de de ingerir carne no es el medio para desarrollar la gracia interior espiritual; pero el desarrollo de esa gracia interior espiritual conduce a la renuncia de aquello que está en el plano externo. Surge otra otra pregunta en relación con las visiones psíquicas. ¿Son dichas dichas manifestaciones deseables o parte necesaria de la experiencia de la meditación? Las visiones psíquicas, tales como ver colores o ser confrontados con apariciones de carácter sobrenatural, pudieran tener cierta importancia para nuestra experiencia humana, pero recuerden esto: pertenecen por completo al nivel psíquico o reino mental de la conciencia. En la literatura espiritual estas visiones jamás se relacionan con, ni se consideran como, experiencias espirituales. La experiencia psíquica no tiene nada que que ver con el mundo del Espíritu. El mundo psíquico de ver visiones, visiones , colores o algo semejante, queda atrás en la comprensión de que aquí y ahora somos seres espirituales, la manifestación de todo cuanto Dios es. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Por esa razón no nos asociemos con el reino psíquico, sino elevémonos sobre él hacia la atmósfera pura del Espíritu. En muchas ocasiones alcanzamos en la meditación una sensación de paz o armonía - l a conciencia de la presencia de el Cristo. Éstas son experiencias inspiradoras, pero debemos estar dispuestos a renunciar hasta esa paz profunda, con objeto de elevarnos al siguiente nivel de conciencia en el cual carece de significado o importancia el haber alcanzado dicha paz. Habiendo realizado la presencia eterna de el Cristo, ¿necesitamos tener alguna clase de reacción emocional? emociona l? El sentirnos emocionalmente emocion almente satisfechos o emocionalmente hambrientos, no afecta en nada, puesto que habremos comprendido que la actividad de el Espíritu es algo eterno, siempre con nosotros. Una de las grandes dificultades al meditar es el temor a no tener suficiente entendimiento con el cual cual comenzar esta práctica. práctica. El Salmista se hizo cargo para siempre del temor y la duda cuando, en el Salmo 147, su corazón y labios cantaron alabanzas a Dios: "Grande es nuestro Señor y de mucho poder; Su entendimiento es infinito". Lo que importa es Su entendimiento, no el nuestro. Abandonem Aband onemos os todas esas tonterías acerca de que no tenemos suficiente entendimiento o de que lo tenemos en gran medida. Debemos recordar que es Su comprensión. comprensió n. Por tanto, en quietud y confianza, volvámonos al interior para permitir que la verdad se revele. No habrá límites para la comprensión, si nuestra dependencia se basa en la comprensión compren sión de Dios, y no en la nuestra. No hay ninguna persona que lea este libro que no tenga el suficiente entendimiento para comenzar la práctica de la meditación y con ello entrar al reino de Dios. Dios. Por gracia, aun el ladrón en la cruz fue capaz de entrar al paraíso "este día"; y nosotros, también por gracia, podemos entrar por las puertas del cielo en este preciso instante. Por supuesto que la mayor dificultad en relación con la meditación, es la falta de habilidad para sostener el pensamiento en una sola dirección. No es culpa de ustedes ni mía, sino que en parte es resultado del tiempo acelerado de la vida moderna. Al niño se le da una sonaja, y en cuanto crece, se le da otro juguete. juguet e. Toda su atención, desde la infancia hasta la adolescencia y la madurez, está centrada en la gente y las cosas, por lo que cuando se encuentra a solas se sobrecoge sobrecog e de temor. La mayoría de la gente jamás jam ás ha aprendi apr endido do cómo sentar sen tarse se y estar en silencio; sile ncio; incluso inclus o algunos algun os jamás jam ás EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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han aprendido cómo estar lo suficientemente tranquilos como para leer un libro. Nuestra cultura ha enfocado su atención en las cosas del mundo a tal grado, que hemos perdido la capacidad para sentarnos en silencio y considerar una idea. Cuando cerramos nuestros ojos con la intención de meditar, nos asombramos asombra mos al descubrir una fábrica de calderas dentro de nosotros. Toda clase de pensamientos relampaguean en nuestra mente; cosas simples como: ¿Desconecté ¿Descon ecté la plancha? ¿Conecté el refrigerador? ¿Saqué al gato? otros pensamientos se presentan; no tan simples o sin importancia pensamientos de temor o duda. No nos espantemos espantemo s por estos pensamientos; son pensamientos del mundo. Somos como antenas recogiendo todas las trasmisiones trasmis iones del mundo. Si las ignoramos, en unos cuantos días o semanas se morirán por por falta de alimento. Sólo cuando las aceptamos como nuestras, es que las alimentamos. Aunque nuestra meta es alcanzar quietud y receptividad, jamás debemos tratar de silenciar la mente humana; jamás tratemos de detener el pensamiento pensamien to o de vaciarlo. No se puede. Cuando comencemos comencem os a meditar y lleguen pensamientos difíciles de controlar, debiéramos recordar que pertenecen al mundo y no a nosotros. Dejemos que entren. Sentémonos Sentémo nos tras ellos y observémoslos, observém oslos, mirándolos impersonalmente imperso nalmente.. Gradualmente Gradual mente se detendrán, y quedaremos quedarem os en paz. Cada vez que que nuestro pensamiento vague durante la meditación, regresemos gentilmente y sin impaciencia, al tema de nuestra meditación. Habiendo continuado con esta práctica, llegará el día cuando esos extraños pensamientos ya no impacten nuestra conciencia. Los habremos destruido al ignorarlos. Nos habremos vuelto tan ajenos ajenos a ellos al no haberlos atacado, que no volverán a fastidiarnos. Pero si los atacamos, permanecerán con nosotros eternamente. Al meditar debemos ser muy pacientes en nuestro esfuerzo de conquistar cualquier sensación sensac ión de desasosiego. desasosieg o. Ninguna verdad que no conozcamos ya, se nos va a dar desde el exterior; pero la luz presentada para dicha verdad desde dentro de nuestra propia Alma, se aplicará a nuestra experiencia. La verdad que llegue del exterior exterior será una mera sombra de la verdad; la verdad que venga desde dentro de nuestra conciencia personal, será la verdad que se vuelva "la luz del mundo" para todos aquéllos que entren en su rango. "Yo, si Yo fuere elevado de la tierra, atraeré a todos los los hombres a Mí". La meditación nos elevará al punto punto donde aprenderemos aprendere mos el el EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Verbo de verdad, en su significado interior. El ritmo del universo se posesionará de nosotros. No nos moveremos; movere mos; no pensaremos; pensarem os; pero sentiremos que estamos sintonizados, que hay un ritmo de vida, que hay una armonía del ser. Esto será más que paz mental; es la paz paz espiritual que sobrepasa el entendimiento. Para entrar a la vida mística debemos señorear la habilidad de permanecer en el silencio, sin pensar. Esta es la parte más difícil difícil de toda la práctica espiritual. De ningún modo es detener o reprimir el pensamiento, tampoco un esfuerzo en dicha dirección; por el contrario, es una comunión tan profunda con Dios, que el pensamiento se detiene por su propia voluntad. En ese momento de silencio es que comenzamos a entender que la Mente divina o la Conciencia cósmica es una Inteligencia infinita imbuida con amor, y actúa como nuestro ser cuando el pensamiento consciente se ha silenciado. En nuestra vida diaria pudiéramos tener un plan en mente y la Mente cósmica pudiera tener otro, pero jamás sabremos Su plan mientras estemos ocupados en pensar, planear o reaccionar ante las actividades y distracciones del mundo. Para recibir la gracia divina de la Mente cósmica tiene que haber períodos cuando la mente humana se encuentre en un estado de quietud. El individuo que sea dueño de su destino habrá alcanzado el estado de conciencia donde nada de este mundo tenga importancia para él. Lo único que le importará será aquello que ocurre cuando se ha elevado por encima del mar de pensamientos. pensamientos . En ese plano elevado se revelan el pensamiento pensamien to divino y la actividad divina de la Conciencia. Esto no quiere decir que nuestra mente deba volverse o se vuelva una hoja en blanco, sino que durante el día y la noche debiéramos tener varios períodos en los cuales no haya otro deseo que el gozo de estar en comunión con Dios. Es en esa quietud y descanso totales del pensamiento, cuando el Padre Se hace cargo de nuestra experiencia. Antes de que podamos entrar a la vida mística, el hábito de pensar y hablar continuamente debe ser transformado por el hábito de escuchar continuamente. Nuestro Maestro pasaba mucho de su tiempo en silenciosa meditación y comunión, y con toda seguridad que no era pidiéndole a Dios nada de naturaleza material. No se la pasaba hablando, sino escuchando. Escuchaba la dirección y las instrucciones, así como la guía y soporte, de Dios. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Al desarrollar las habilidades de escuchar y de estar receptivos, es que la mente humana se aquieta y se calla a tal grado, que se convierte en una avenida o instrumento por medio del del cual Dios Dios Se manifiesta y expresa. Esta mente humana, este razonamiento, esta mente pensante, no se va a destruir ni a desechar. Tiene su lugar. No es conciencia, sino una faceta de la conciencia, es una vía de reconocimiento por medio de la cual recibimos conocimiento y sabiduría de la Conciencia. El pensar es un paso inicial que inicial que nos lleva a la meditación. Supongamos Supong amos que no hemos avanzado al lugar donde vivimos en un estado constante de receptividad. En verdad Dios siempre está profiriendo Su voz, pero nosotros no siempre escuchamos. El pensamiento puede ser usado para ayudarnos a alcanzar ese estado exaltado de escuchar a escuchar a la Conciencia, y en la meditación ningún pensamiento debiera ser usado en el sentido de afirmar o negar. Supongamos que deseamos meditar, pero la mente humana está en tal inquietud que no nos hallamos de inmediato en el estado de quietud y paz. En lugar de intentar poner en blanco la mente y bloquear esos inquietantes pensamientos, utilicemos la mente y volvámonos, por inspiración, hacia las Escrituras o hacia hacia algún otro libro. Veamos cómo actúa actúa esto al usar citas como: "Callad y sabed que Yo soy Dios". Dios". El estudiante que que ha aprendido aprendid o a confiar en las afirmaciones, repetiría incesantemente: "Callad y sabed que Yo soy Dios. Dios. Callad y sabed que Yo soy Dios. Dios. Callad y sabed que Yo soy Dios", hasta que alcanzara un punto de auto-hipnosis, y en ese estado, resultaría que la mente se acalla temporalmente. Repetir constantemente: "Callad y sabed que Yo soy Dios", no es más que terapia sugestiva; nada sino el afirmar y el negar negar con la intención de de hipnotizarnos. No es ni práctica espiritual ni poder espiritual. Alguna gente se ha hipnotizado tanto por por el uso de tales afirmaciones, que en verdad creen que ellos, como seres humanos, son Dios. Tomemos ahora esa misma declaración, pero en lugar de utilizarla como una 'afirmación' descubramos su verdadero significado a través de la meditación: "Callad y sabed que Yo soy Dios". ¿Qué significa eso? Claro, 'fulanito', tú sabes que no eres Dios. Así que, ¿qué es lo que quiere decir? Dice: "Yo soy Dios", y no dice que 'fulanito' sea Dios. ¡Qué diferencia! Yo, sí, "Yo y mi Padre somos uno". Dios en medio de mí es poderoso... Yo y el Padre uno EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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somos". Sí, 'fulanito' y Yo, el Padre, uno somos. El Padre y 'fulanito' son uno; justo donde yo estoy, Dios está -más cerca que la respiración, más cerca que las manos o los pies. Calla, 'fulanito', 'ful anito', porque el Yo en ti, es Dios. No tienes que buscar protección, ayuda o curación en otro lado. Yo estoy contigo. Calla y sabe que ese Yo es tu protección, tu salvación, tu seguridad. Al contemplar esa cita de las Escrituras, se despliega la paz, y entramos en descanso a una quietud divina. Pocos en el camino espiritual alcanzan esta quietud rápida y fácilmente, y para la mayoría el Camino es largo y difícil. difícil. Sin embargo que ninguno de nosotros nos jactemos de lo rápido de nuestro progreso ni menospreciamos su lentitud, sino continuemos por el Camino con propósito perseverante e inquebrantable. inquebrantable . La mayoría tenemos períodos de progreso gradual, interrumpidos por interludios de desolación donde sentimos que hemos perdido el Camino y vagamos vagamo s en un laberinto de conflicto y contradicción. A menudo encontraremos que luego de estas experiencias áridas, avanzamos hacia nuevas alturas donde vistas inesperadas se despliegan ante nosotros. Hay algunos individuos dotados quienes debido a experiencias previas han sido tan bien preparados, que su camino parece ser más sencillo que el de otros. La pureza de conciencia que han desplegado desplega do hace hace de la ascensión hacia la Conciencia espiritual, una jornada hermosa, gradual y armoniosa, con muy pocos problemas. Pero para la mayoría de nosotros el Camino es hacia arriba y hacia abajo; mas al cabo de un año o dos, en general llega un sentimiento de que hemos avanzado un buen trecho en relación a donde estábamos el año anterior. El requisito previo para escuchar la vocecita callada y suave, para la verdadera experiencia del Cristo, es prepararnos con: estudio, meditación, y por el relacionarnos con otros que estén también en la senda espiritual. Cuando escuchemos la voz callada y suave dentro de nosotros, habremos recibido la gracia de Dios, y el propósito de la meditación se habrá alcanzado. No estemos satisfechos con nada menos que con la experiencia del Mismo Dios - e s la perla de gran precio. precio. A cada uno uno de nosotros nos corresponde decidir cuánto tiempo y esfuerzo le vamos a dedicar a la meditación; determinar si le vamos a dedicar unos cuantos minutos de vez en cuando o si vamos a arreglar nuestras vidas de modo que nos permitan EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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períodos prolongados de quietud ininterrumpida, en los cuales contactar la Presencia y el Poder interiores. Los años necesarios para el estudio y la práctica de la meditación no son años de sacrificio para el aspirante; más bien son años de devoción a Aquello Aquell o que es el objetivo en su vida. Se requiere de paciencia, resistencia y determinación; pero si la concientización de Dios es la fuerza motivante en nuestras vidas, lo que el mundo llama un sacrificio de tiempo o esfuerzo, no será un sacrificio en sí, sino el gozo más profundo.
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PRÓLOGO LA MEDITACIÓN DE MI CORAZÓN
QUE LAS PALABRAS DE MI BOCA Y LA MEDITACIÓN DE MI CORAZÓN SEAN ACEPTABLES A TU VISTA, OH SEÑOR, MI FORTALEZA Y MI REDENTOR. SALMOS 19:14
La meditación es una experiencia, y dado que es una experiencia individual, jamás puede ser confinada dentro de los límites de algún patrón predeterminado. Mediten; oren; moren en el lugar secreto del Altísimo en silencio y paz, y descubrirán que la Verdad que están buscando ya mora dentro de ustedes. Cristo, la gran Luz, está dentro de ustedes. Cristo es el sanador; Cristo es el multiplicador de panes y peces; Cristo es aquello que sostiene, mantiene y sustenta; pero Ello ya está dentro de ustedes. Jamás encontrarán salud, provisión o compañía, buscándolos. Ya se encuentran incorporados dentro de ustedes, y se desplegarán desde su interioridad a medida que aprendan a comulgar con el Padre. Pueden extraer de su naturaleza-Cristo, todo; y fluirá al exterior desde ustedes, hasta el grado de su comprensión de esta verdad. Ustedes son auto-completos en Dios. Cristo es su verdadera identidad, y en Cristo ustedes están plenos en toda su compleción. En esta auto-compleción en Dios, sólo hay una sola cosa por la cual orar; sólo hay una sola cosa necesaria -la iluminación espiritual. Toquen, y la puerta se abrirá para ustedes. Pidan iluminación espiritual, por el don de el Espíritu, y Dios Se revelará a Sí Mismo como plenitud. En los momentos de conciencia elevada, la meditación resultante se revela desde el interior, revelando los dones del Espíritu. Estas meditaciones no responden a patrones preestablecidos ni prescritos, sino que cada una es una expresión del Impulso espiritual fluyendo dentro de la forma. No tienen que obedecerse a ciegas ni deben ser utilizadas como una fórmula. Su único propósito es servir como inspiración, de manera que ustedes puedan captar la EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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belleza y el gozo de esta experiencia, y sean animados a emprender la disciplina requerida para descubrir la insondable profundidad de su propia interioridad, para que al hacerlo así, se lancen hacia experiencias cada vez más profundas de conciencia. La meditación es un canto continuo de gratitud de que Dios es amor, de que Dios está aquí, y de que Dios es ahora. Es descansar en el seno de Dios, tomados de la mano de Dios y sintiendo la divina Presencia. Descansen en la contemplación del amor y la presencia del Padre. Entonces serán capaces de decir: "Dulce será mi meditación de Él; me regocijaré en el Señor".
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CAPÍTULO VI LA TIERRA ES DEL SEÑOR
DEL SEÑOR ES LA TIERRA, Y SU PLENITUD; EL MUNDO, Y LOS QUE EN ÉL HABITAN. SALMOS 24:1 CUANDO VEO TUS CIELOS, OBRA DE TUS DEDOS, LA LUNA Y LAS ESTRELLAS QUE TÚ FORMASTE; DIGO: ¿QUÉ ES EL HOMBRE, PARA QUE TE ACUERDES DE ÉL, Y EL HIJO DEL HOMBRE, PARA QUE LO VISITES? PORQUE LE HAS HECHO POCO MENOR QUE LOS ÁNGELES, Y LE HAZ CORONADO CON GLORIA Y HONRA. LE HICISTE SEÑOREAR SOBRE LAS OBRAS DE TUS MANOS; TODO LO PUSISTE DEBAJO DE SUS PIES. SALMOS 8: 3-6
En la contemplación del universo de Dios, la mente se centra en Dios. Cuando silenciosa, gentil y pacíficamente observamos a Dios en acción, tanto en la tierra como en el cielo, estamos testificando de la gloria de Dios. Practicar esta forma de meditación o contemplación día tras día, nos traerá a un estado de conciencia donde el pensamiento errante disminuye y finalmente finalme nte se detiene. Uno de esos días, días, cuando estemos ocupados en esta actividad espiritual de observar a Dios en acción, tendrá lugar un instante de silencio en el cual cual no habrá pensamiento alguno. En esa fracción de segundo la actividad o presencia de Dios Dios Se hará hará evidente para nosotros. Desde ese instante sabremos que Dios está más cerca que la respiración, más cercano que las manos y los pies, y que el reino de Dios está dentro de nosotros. Fuera del vacío y la oscuridad, fuera de la quietud de nuestra conciencia, el Espíritu de Dios se mueve para crear para nosotros nuestro mundo de formas: He venido a esta hora de quietud para contemplar a Dios y las cosas de Dios. Toda bendición sobre esta tierra es una emanación o expresión de Dios EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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y de la ley de Dios: el sol que nos calienta y la lluvia que alimenta nuestras plantas y árboles. Todas las estrellas, las mareas y la luna cumplen con la acción de Dios, y sin embargo aparecen como una bendición para el hombre. No pudo haber sido accidente el que Dios pusiera el sol arriba en el cielo a millones de kilómetros de la tierra; lo suficientemente lejos como para darnos el calor y la frescura, adecuados. Verdaderamente Dios es la inteligencia de este universo -una Inteligencia plena de amor y sabiduría. El sol, la luna y las estrellas se mueven en sus respectivas órbitas de acuerdo a un plan divino que hace que la luna y las estrellas sean visibles de noche, y que la luz del sol nos sea dada durante el día. Dios es el origen de todo cuanto es. El amor de Dios se hace evidente en el hecho de que antes que el hombre apareciera en la tierra, todo lo necesario ya estaba aquí para su desarrollo, para su crecimiento y para su bienestar. Incluso los minerales en la tierra fueron dados para el uso de los hombres. El proceso de la naturaleza que formó el acero, el petróleo, el oro, el uranio -todos estos procesos, son de Dios. Dios tuvo que haber conocido hace millones de años que estos minerales serían necesarios en esta era de industrialización y de automatización, porque desde hace tiempo se extraen de la tierra. Hace millones de años Dios tuvo que haber previsto los billones de gentes que iban a poblar la tierra, porque Él creó la tierra fértil en la cual crecerían árboles, arbustos, flores, frutos y vegetales: Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.
Dios llenó los océanos con peces y elementos que aún no se extraen del mar, que quizá algún día vayan a sustentar a todas las naciones: Que las aguas produzcan abundantemente criaturas que se muevan y tengan vida. Y Dios las bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas de los mares.
Todo esto es el don de Dios para el hombre. Este don es gracia, Dios dándose a Sí Mismo para mí. Esa gracia me basta en todo; la gracia que creó galaxias de estrellas: un sistema solar con sol, luna y planetas; que llenó las montañas con árboles; los valles con EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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granos; las aguas con peces; los aires con aves. Todo este bien, plantado en la tierra incluso antes que la necesidad de ello fuese aparente, es la evidencia de la gracia de Dios. El Amor y la Sabiduría divinos que han previsto para toda necesidad de esta tierra, es mi suficiencia. ¿Puedo pedir algo más que saber que la Inteligencia que gobierna este universo está gobernando mis asuntos individuales? ¿Debiera pedir algo más que la comprensión de que el amor demostrado en la creación y conservación de este universo está gobernando mi vida, mi mundo, mis negocios y mi hogar? Tu gracia basta para llenar la tierra; basta para toda mi necesidad. Contemplo a Dios en todo, y especialmente contemplo a Dios en Su ley y en Su amor. Dios ama los peces en el mar y los provee de su alimento y propagación. Dios ama las aves en los aires y Se ocupa de ellos. Dios provee la suave brisa y las aguas frescas. Dios me ama y ha manifestado ese amor al encarnar Su propio ser, Su propia vida, Su propia sabiduría y Su propio amor, como yo. Sólo necesito obedecer la ley -la ley de un solo poder, y la ley del amor -y entonces, todo esto será añadido. Son los dones de Dios; sin precio alguno. Lo de Dios es mío, otorgado libremente en la medida de mi rere conocimiento de Dios como su origen. Dios es el gran dador del universo, el gran dador de Sí Mismo a este universo, dando Su amor, inteligencia, sabiduría, dirección y fuerza, a todo. Cuando contemplamos las glorias de Dios que ya existen, estamos reconociendo a Dios y dando testimonio de Su gracia que ha provisto todo este bien sin que lo hubiéramos pedido, sin que hubiéramos rogado, sin que hubiéramos suplicado. Nos volvemos testigos de la actividad de Dios sobre la tierra. De noche, mirando hacia el cielo estrellado, ninguno está jamás ansioso acerca del del sol de mañana. Ninguno de nosotros se sentará esta noche para orar de manera que el sol salga mañana. Dios no necesita de súplicas, información ni consejos de nuestra parte, relacionados al gobierno de Su universo; e inclusive no oraríamos la noche entera con la intención de cambiar la hora de la salida del sol; no hay duda alguna que el sol saldrá mañana a la hora hora prevista. Mañana por por la noche noche la luna luna y las estrellas continuarán moviéndose en sus órbitas; las mareas se elevarán y descenderán descenderá n dos dos veces cada veinticuatro horas. Orar a Dios, pedir a Dios o EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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suplicar supli car a Dios, no cambiará camb iará la ley de Dios. La obra de Dios está hecha; la ley de Dios está en operación. Al contemplar las maravillas del universo de Dios trascendemos el deseo de informar o pedir algo a Dios. Dios. Tal contemplación contempla ción nos eleva a las alturas alturas de la visión del del Salmista de que la tierra tierra es del Señor y su plenitud. En nuestra soledad, paseando tranquila y silenciosamente por el parque, a la orilla del mar, de un lago o río, captamos dicha visión. Miramos hacia hacia las las colinas, hacia las montañas, hacia las alturas de la conciencia, y contemplamos sólo aquello que Dios contempla, y conocemos sólo lo lo que que Dios Dios conoce. Todo lo que nos eleve en conciencia por sobre el clamor de los sentidos y por sobre el ruido de este mundo, servirá para llevarnos a la presencia de Dios. Cuando alcanzamos las las alturas divinas de la inspiración, encontramos a Dios. Dios. Dios, es un silencio profundo; Dios, es una quietud, la quietud de todo lo que es humano. Se me concedió la soledad. Ya fuera en la calle Obispo al medio día, O en Kalakaua; Sobre Waikiki en el crepúsculo, Sobre la arena en Kailua Antes del amanecer, Yo estoy solo. Camino solo entre la multitud Y siento el Ser solitario A la luz de la luna sobre la playa. Se me concedió la Soledad. Para caminar con los hombres, Para volar por los cielos, Y para navegar por los mares, Dondequiera que el corazón se eleve a Él Yo camino a solas. Al calor del día, O en el frescor del anochecer, En la ribera o en las calles de la ciudad, El Ama anhelante recibe mi Soledad. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Los enfermos son sanados; Los inquietos son perdonados. Solo, aunque en el corazón De aquéllos que anhelan paz, Los intranquilos sienten mi Soledad; Los hambrientos la comen; Los sedientos la beben; Lava las mentes impuras De aquéllos que no conocen, Tocando la mente con Luz. Se me concedió la Soledad, Me siento a solas tras las paredes de la prisión; A solas recorro el cuarto del enfermo; Cualquier daño que amenace, Su encanto rompe mi soledad; Donde la miseria ansía compañía, Mi Soledad pueden ellos compartir. A solas, Yo despierto, camino y duermo A solas, Yo me siento o me levanto. A solas, Yo recorro mares y cielos. A solas, Yo camino y platico con los hombres O paseo por la vía sombreada. Se me concedió la Soledad Dondequiera que Yo esté. Cuando por medio de la percepción espiritual vemos a través de las apariencias, todo cuanto contemplamos en este mundo es la expresión de la gloria de Dios; la obra de Dios, la ley de Dios y el amor de Dios por Sus hijos. Los cielos y la tierra fueron hechos para nosotros; se nos dio dominio sobre ellos: "Los hiciste para tener dominio sobre las obras de Tus manos; todo lo pusiste pusiste bajo sus pi e s . " Somos la la mayor mayor creación de Dios Dios -Dio -D ios, s, el Alma de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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este universo, está manifestándose a Sí Mismo y emitiéndose a Sí Mismo en expresión individual como ustedes y como yo.
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CAPÍTULO VII PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE ÉL LE DIO A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO AQUEL QUE CREA EN ÉL NO PEREZCA, SINO TENGA VIDA ETERNA. JUAN 3:16 MIRAD CUÁL AMOR EL PADRE NOS HA CONFERIDO, PARA QUE SEAMOS LLAMADOS HIJOS DE DIOS. I JUAN 3:1
El secreto de la belleza y de la gloria de la santidad es Dios manifestado, Dios encarnado en la carne. Dios amó de tal manera al mundo que Se dio dio a Sí Mismo a este mundo, apareciendo visiblemente como el Hijo de Dios, el cual de acuerdo a Su Su promesa, pro mesa, soy yo y son ustedes. Dios es mi ser ser y Dios Dios es su ser: Dios es nuestra verdadera identidad. Espiritualmente comprendida, comprendida , esta tierra es el cielo. cielo. El cielo y la tierra son uno, porque Dios Dios Se ha manifestado a Sí Mismo sobre la tierra. tierra. Dios ha dado a Sí Mismo este universo formado de estrellas, sol, luna y planetas. Dios ha creado para Su gloria este peldaño que llamamos tierra. Todo esto lo ha desarrollado Dios Dios desde dentro de Sí Mismo y para para Su gloria. Dios, en en Su propia gran gloria, es manifestado manifesta do como ser individual. No estamos separados ni apartados de Dios, sino que somos la esencia verdadera de Dios, la verdadera naturaleza de Dios desplegada, revelada y traída a expresión activa como ser individual. Todo en los cielos y en la tierra nos es dado debido a esta relación de filiación divina. Todo cuanto existe, existe para nuestro propósito. Como co-herederos con Cristo en Dios, esta tierra es nuestra. Desde siempre siempr e y para siempre somos plenos. Dios ha ordenado la ley ley que gobierna gobiern a la unión de Sí Mismo con Su amado Hijo, proveyéndolo con todo cuanto pertenece al Padre, y atrayendo hacia el Hijo todo cuanto el Padre ha establecido para el Hijo desde antes de la fundación del mundo:
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"Yo he venido para que puedan tener vida, y para que puedan tenerla con mayor abundancia". Yo he venido para que puedan tener vida - M i vida, - M i vida, su vida individual. Mi vida es la vida del ser individual que no conoce edad, ni cambios, ni deterioro alguno de su estado-Dios. Pero deben vivir y moverse y tener su ser en esta conciencia de nuestra unicidad. Yo nunca los voy a dejar ni a abandonar, pero ustedes deben morar en Mi Palabra, y deben dejar que Mi Palabra more en ustedes. Ustedes deben buscarME y ser salvos. Hay una gloria glori a del Padre preparada prepa rada para el Hijo. Hay una paz -Mi paz la paz que sobrepasa sobrepas a todo entendimiento. Esta paz está incorporada en el Alma del hombre: jamás depende de ninguna condición externa; existe como el don de Dios en medio de nosotros. Nuestro error error ha sido buscar la paz en los demás, creyendo que otros tienen el poder de dar o de retener, la paz, o en depender de otros para para nuestra armonía. En esta dependencia de gente y de circunstancias externas, ha estado nuestro error y el error del mundo. Sólo en Dios Dios puede ser encontrad enco ntradaa la paz. Dios nos nos ha ha dado a cada uno de nosotros Su paz infinita, Su dominio eterno y Su amor que todo lo abarca. Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor, y de una mente sana, porque Dios es la verdadera mente de nuestro ser. No tenemos mente aparte de Dios. Nuestra ignorancia, nuestro temor y nuestra locura han estado en la creencia de una mente aparte de Dios; en la creencia de un alma separada separa da de Dios, Dios, un alma que puede pecar. pecar. El Ser de Dios es ser individual, y cuando miramos a través de la visión espiritual, sólo las cualidades y la naturaleza de Dios abarcan el ser individual. "Yo y mi Padre Padre uno uno somos. . A q u é l que me ha ha visto, visto, ha visto visto Al que me envió. . Y o estoy en el Padre, y el Padre en mí". El discernimiento espiritual revela a Dios como el Padre, y a Dios Dios como el Hijo. En la comprensión de esta unidad están nuestra compleción y nuestra perfección. No puede haber paz, seguridad seguri dad o gozo, separados ni apartes apartes de Dios. Dios. La paz, la seguridad y el gozo son inherentes en Dios y por esta razón deben ser innatos en nosotros por medio de la comprensión de Dios como nuestro propio ser. El gran secreto de las Escrituras es: En el principio -Dio -D ios. s. En el el principio todo cuanto había, era Dios; ahora y para siempre, todo cuanto es, es Dios. Dios está apareciendo como la infinitud, la gloria y la fuerza de Su propio Ser. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Lo que aparece exteriormente, como el ser de ustedes y el mío, no es ni su ser ni mi ser, sino que es Su Ser infinito -yo en Él, y Él en Él en mí; y este único Ser, siendo espiritual, infinito, perfecto, armonioso, armonio so, total y completo. Su Ser es perfecto; Su comprensión compren sión es infinita. Su fuerza nos capacita para remontarnos como el águila. Su gozo desborda nuestra copa. Reconozcamos Su gozo, Su salud, Su entendimiento, Su paz, Su armonía, Su pureza y Su integridad. Abandonemo Aband onemoss el "mi" esto o el "mi" aquello, así así como el "tu" esto o el "tu" aquello. Su Ser, expresado como gracia, es nuestra suficiencia en todo. Su gracia - S u presencia, Su gozo, Su amor, Su totalidad -es nuestra suficiencia. Su amor fluye como nuestro amor, pero no pretendamos que se trata del amor de ustedes o del mío. Este amor está fluyendo tal como el sol está brillando: libremente sobre todos. El sol sol brilla brilla sin favoritismo favorit ismo alguno, jamás cuestionando cuestionand o si si el receptor lo merece o es es digno de su calor y su luz. El sol brilla; Dios Dios ama. El amor de Dios Dios fluye libremente y del mismo modo, sobre el justo y el injusto; sobre quien lo merece y sobre quien no lo merece; sobre el santo y el pecador. El amor de de Dios se vierte en este universo, dando vida a la semilla, fuerza a las plantas que crecen, protección a la vida animal, vegetal y mineral. El amor de Dios Dios es la la influencia que sostiene y anima toda la creación, porque toda la creación es el Mismo Amor, fluyendo libremente. Todo cuanto es, es en, y de, Dios; Dios; no hay excepciones. No debiera haber etiquetas de crítica, de juicio ni de condenación. Pero sobre todo no debemos juzgar según el el testimonio testimo nio de de los ojos ni de de los oídos. Dios es demasiado puro para ver la iniquidad, y cuando reconozcamos nuestra verdadera identidad como: Dios en expresión, veremos de la misma forma que Dios ve. Al contemplarnos espiritualmente espiritua lmente dotados, nos nos volveremos volver emos espectadores de Dios apareciendo apareciend o en todo y por medio de todo. Pero sólo lo lograremos cuando renunciemos a aquellos juicios que nos llegan por medio de la vista del ojo y la audición del oído. Su comprensión comprens ión infinita se vuelve nuestro entendimiento. Su amor infinito se convierte en nuestro amor. Las bendiciones de Dios no son nuestras, debido a que ustedes sean ustedes o yo sea yo. Son las las bendiciones de Dios hacia Dios -las bendiciones de Dios fluyendo hacia Su propio Ser como el Hijo: el Padre otorgando otorgan do Su todo como el Hijo. Hijo. Se trata del Padre dando, del Hijo recibiendo; y sin embargo, siendo uno, sólo uno EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Padre e Hijo. Hijo. Nuestra fuerza está en la unicidad, en la la consciente unión con Dios; en la consciente unión con Dios está nuestra provisión; en la consciente unión con Dios está nuestra paz, gozo, poder, dominio y toda nuestra bendición. Si Dios es la naturaleza infinita de nuestro ser, ¿qué necesidad hay de tener envidia, celos, odio o ambición? Cuando sabemos que Dios es la fuente de nuestra satisfacción interna, ¿cómo podemos anhelar algo externo a nuestro propio ser? En esta esta relación, las las bendiciones de Dios Dios se revelan como nuestra experiencia. Nuestro Padre Padre Se ha transmitido transm itido a Sí Mismo, a nosotros. En el el reconocimiento de nuestra identidad real, participamos del Cuerpo verdadero de Dios: eso es comer el Cuerpo y beber la Sangre. "'Yo tengo carne que comer, de la que vosotros no sabéis'. Yo puedo darles vida aguas que brotan hacia vida eterna -aguas invisibles, vino invisible, carne invisible". Esto, es es participar del Dios vivo o de la Palabra viva, y observar al Verbo, volverse carne y morar entre nosotros -Dios encarnado en la carne.
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CAPÍTULO VIII VOSOTROS SOIS EL TEMPLO ¿ N O SABÉIS SABÉIS QUE VOSOTROS SOIS EL TEMPLO DE D I O S , QUE VUESTRO CUERPO CUERPO ES EL TEMPLO. DEL DIOS VIVIENTE?" I CORINTIOS 16:19
El cuerpo es el templo del Dios vivo, un templo no hecho con manos ni concebido mortalmente, sino eterno en los cielos; es decir, eterno en tiempo y espacio; eterno en vida; eterno en Espíritu, en Alma y en substancia. Dios hizo todo cuanto fue hecho, y todo lo que Dios hizo fue hecho de Dios, participando de la verdadera naturaleza de Dios que es: eternidad, inmortalidad inmortali dad y perfección. Dios hizo el cuerpo en Su propia imagen y semejanza. Dios es vida. La actividad de de Dios, Dios, operando en una una semilla, manifiesta un niño con todas las potencialidades de la naturaleza del adulto, incorporadas en una forma pequeñita -no sólo un trozo de materia, sino una inteligencia y un alma acompañando ese cuerpo. El Espíritu de Dios hace esto, pero el hombre en su vanidad se ha arrogado el rol de 'creador'. Hombres y mujeres han asumido que 'debido a que fueron padres y madres, fueron los creadores', en lugar de reconocer que son el instrumento por medio del cual Dios actúa para expresarSE -no para perpetuarnos a ustedes o a mí, ni a mis hijos o a sus hijos. Dios opera en nuestra conciencia como amor, para producir Su propia imagen y semejanza. semejan za. A esta expresión de Dios la hemos llamado 'el hijo' de ustedes y el mío, olvidando que éste es el hijo de Dios, y no una creación personal ni una posesión personal. Oramos a Dios para mantener y sustentar a nuestros hijos; pero ellos no son nuestros hijos; ellos son los hijos de Dios. No es necesario orar a Dios para que mantenga y sustente sustent e a Sus propios hijos. hijos. Es el el privilegio de de Dios Dios el el crear, mantener y sustentar, Su propia imagen y semejanza. Dios es el creador creado r de todo lo que es. Por ello, Dios es el creador del del cuerpo del hombre. "¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es el templo del Dios vivo?" Llamamos a este cuerpo, su cuerpo y el mío, pero no es nuestro. Es: el cuerpo de Dios, creado por Él para Su complacencia, hecho en Su EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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imagen y semejanza, gobernado por Su ley y creado para manifestar Su gloria. En nuestros árboles de navidad hay luces de todos colores -rojas, azules, moradas. La electricidad trasmite trasmi te su luz por medio de estos focos multicolores de todas formas y tamaños. tamaños . Los focos, en, y por por sí, mismos, no son el origen de la luz; son sólo los simples instrumentos instrumento s por medio de los los cuales la luz luz brilla. Así que cuando miramos la vida humana, animal o vegetal, confundimos la vida que los anima y que es la la substancia de dicha forma, con su forma visible. Dios es la vida y la substancia de toda forma, el principio creativo de todo cuanto es. Dios es la actividad gobernante gober nante de las funciones y los órganos del del cuerpo. Es Dios lo que que anima a los hombres y mujeres. Dios es la sabiduría, la integridad y la pureza del Alma del hombre. Dios es la fuerza del hombre. No seamos engañados por las apariencias, ni siquiera por las buenas apariencias. No llamemos 'fuerte a una persona, y a otra 'hermosa'. Debemos mirar tras las apariencias, hacia la Vida invisible que hace posible toda esta belleza o forma. Entonces es que podremos disfrutar disfrutar de todo aspecto de la creación, toda apariencia, ya sea el cuerpo humano, las especies animales, o las plantas. Ésas son formas de vida, pero pero si no entendemos esa Vida que vitaliza dichas formas, podrían aparecer como buenas o malas, jóvenes o viejas, enfermas o sanas, ricas o pobres. El sentido humano limitado de la vida se basa en valores cambiantes e invierte las formas que la vida asume, como teniendo poder para bien o para mal; mas un sentido espiritual de vida disfruta de la forma al reconocer a lo Invisible Infinito Infinito como la la esencia de esa forma. Si apartamos nuestros ojos lo suficiente de la forma, como para mirar tras ella hacia lo Invisible y ver a Dios como el principio de toda vida, comprenderemos la diferencia entre la vida material y la vida espiritual. La verdad admitida en nuestra conciencia es la ley de la vida, de la armonía y de la resurrección para nuestro cuerpo. Dios hizo esta forma, mi forma divina e infinita, para expresar mi verdadera identidad. Mi cuerpo es una manifestación, la imagen del Yo que yo soy. Mi cuerpo es una expresión de vida expresando todo lo que yo soy, porque mi cuerpo es el Yo soy lo que Yo soy' formado, y formado espiritual, eterna e inmortalmente. Yo soy verdadera identidad -identidad eterna -y mi cuerpo es el templo, el instrumento de mi actividad y de mi vivir. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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La forma que veo en el espejo está en contra de esta verdad espiritual; he ahí las expresiones de la naturaleza, tales como árboles, flores, vegetales y fruta. Eso no son seres espirituales, ni cuerpo; son sólo los conceptos que se aceptan humanamente, del ser y del cuerpo. Si miro en el espejo, podría verme joven o viejo, enfermo o sano, grueso o delgado, pero no estaría del todo viendo mí ser; estaría viendo mi cuerpo. Eso es mi cuerpo, pero Yo, soy invisible. Incluso este cuerpo que yo veo con mis ojos no es más que un concepto limitado y finito de cuerpo. Por eso es que el cuerpo 'parece' 'pare ce' estar cambiando. Mas en realidad el cuerpo jamás cambia; sólo el concepto que yo acepto acerca de cuerpo es lo que cambia. ¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo? ¿Dónde estoy yo? Miremos hacia nuestros pies y preguntémonos: ¿Es esto lo que yo soy? ¿Soy yo estos pies, o son míos estos pies? ¿Estoy yo en los pies, o poseo yo estos pies? Subamos ahora hasta las rodillas. ¿Estoy en las piernas, o son mías estas piernas? Si se lastimaran, ¿estaría yo herido?; ¿o acaso serían mis piernas las que estarían heridas? ¿No hay un yo, una identidad que no sea las piernas? Subamos hacia la cintura, al pecho, al cuello y finalmente a la cabeza. ¿Estoy yo en algunas de estas partes, o son mías estas partes del cuerpo? ¿Existe un yo separado y aparte del cuerpo, un yo que posea al cuerpo? El cuerpo es un instrumento para mi actividad y mis movimientos, tan mío como mi automóvil. ¿Estoy yo en los oídos, en los ojos, en la boca, en la lengua, en la garganta, o son ellos míos? ¿Estoy yo en este cuerpo; soy yo este cuerpo; o es este cuerpo mío? ¿Acaso este cuerpo no es un templo, un instrumento que me fue dado para mi uso? Miro mis manos. ¿Pueden ellas por sí mismas, dar o retener; o debo yo dar o retener usando las manos como un instrumento en cada caso? ¿Pueden mis manos ser generosas o miserables? ¿Tienen mis manos el poder de dar o el poder de retener; o reside todo el poder en mí? ¿Existe algo llamado "yo" que dé a través de estas manos o que en ocasiones pueda retener por medio de estas mismas manos? ¿Pueden las manos moverse hacia arriba o hacia abajo, a la derecha o a la izquierda? ¿Me da el corazón permiso para vivir o retiene el corazón la vida? Si mis manos no dan ni pueden retener, ¿cómo puede el corazón dar o retener la l a vida? Si mis manos no actúan por sí mismas, ¿cómo pueden mi corazón, hígado, pulmones o riñones actuar por sí mismos? Como órganos materiales, ¿pueden mis ojos ver o mis oídos oír? ¿Pueden los órganos de este cuerpo moverse por su EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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propia voluntad? ¿No hay algo llamado "Yo" que actúe a través de este cuerpo? ¿No existe algo llamado "Yo" que camine por las calles a través de estas piernas o por medio de estas piernas? ¿No hay un "Yo" que actúe por medio del instrumento de este cuerpo? Yo soy ser; mi ser no depende del cuerpo: mi cuerpo depende de mi ser. El Yo que yo soy gobierna mi cuerpo. Mi cuerpo no tiene voluntad propia, ni inteligencia ni acción, propias. Mi cuerpo me responde; está gobernado por mí. Mi cuerpo es la imagen y semejanza mías; mi cuerpo es mi manifestación, el yo que Yo soy. Hay un Espíritu en mí; el aliento del Todopoderoso me dio vida. La actividad de Dios en mí gobierna mis funciones corpóreas, órganos y músculos. Un Espíritu invisible actúa sobre cada órgano y función de mi cuerpo para mantenerlo y sustentarlo hasta la la eternidad. Nada de fuera puede penetrar este templo del Dios viviente para engañarlo o hacerlo mentir. Todo cuanto es de Dios, Dios lo mantiene y sustenta. Todo lo que sea un concepto mortal de mi cuerpo, pasará; pero la verdad acerca de mi cuerpo vivirá por siempre, porque mi cuerpo es el templo del Dios vivo. Todo poder es en Dios actuando como la ley de mi cuerpo. Dios es la única ley, tal como Dios es el único dador de la ley. Toda ley, por lo tanto, es espiritual; y mi cuerpo está gobernado por la ley espiritual. La ley espiritual no vence ni nulifica la ley material, porque la ley espiritual revela que el sentido material de la ley no tiene efecto. "Callad y ved la salvación del Señor... no por fuerza ni por poder, sino por Mi Espíritu". Este cuerpo es el templo de Dios. No necesito luchar; no necesito buscar curación. La batalla no es mía, sino de Dios, y correctamente entendida, no es una batalla. Es una revelación de que este cuerpo es el templo del Dios vivo y está gobernado por la ley espiritual. Todo concepto mortal o material que he aceptado acerca del cuerpo, se disuelve en el re-conocimiento de que mi cuerpo es el templo del Dios vivo: sin edad, sin tiempo, sin enfermedad, sin muerte. Dios el es tema central de mi ser; Dios es el tema central de mi cuerpo. Dios es la substancia y la fuerza de mi cuerpo. "Yo todo lo puedo por medio de Cristo que me fortalece... El Señor es mi fuerza y mi canto... Dios es mi fuerza y poder; y Él hace perfecto mi camino... el Señor es la fuerza de mi vida; ¿de quién temeré?" Si busco fuerza en mi cuerpo, encuentro enfermedad, muerte y debilidad. Si acepto que Cristo es mi fuerza, que mi EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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filiación divina es mi fuerza, que el mundo de Dios en medio de mí es mi fuerza, mi juventud, mi vitalidad, mi todo en todo, encuentro vida eterna. "Yo soy el pan de vida: el que a Mí viene jamás tendrá hambre; y aquél que crea en Mí jamás tendrá sed". Yo tengo agua. Si ustedes Me piden, Yo puedo darles agua; un agua que brota para vida eterna. Yo no vivo sólo de pan. Toda Palabra de Dios que viene a mi conciencia es pan, vino, agua y carne para mi Alma, mi Espíritu, mi ser y mi cuerpo. Toda Palabra de verdad que yo permito que llene mi conciencia, es la carne que el mundo no conoce. Toda Palabra de verdad que yo mantengo en mi conciencia, es la fuente de agua que brota para vida eterna. Cuando me encuentro vacío de la Palabra o del Verbo de Dios, estoy vacío de sustento. El alimento más paladeable es muy semejante al aserrín -simple masa en mi sistema -a menos que el Verbo de Dios lo acompañe para que actúe como la ley de digestión, asimilación y eliminación. Yo soy el vino, la inspiración, la sabiduría espiritual. Yo soy aquello que ilumina y eleva. Dios es aquello que ilumina y eleva; Dios es aquello que inspira; Dios es aquello que ilumina. Yo puedo saber todo por medio de Cristo que es mi sabiduría: el Hijo de Dios en mí es mi sabiduría. El Verbo de Dios en mí es el pan, el vino y el agua. El mundo no lo conoce; yo lo mantengo escondido en secreto dentro de mí, porque si el mundo lo conociera, no lo comprendería. El Verbo de Dios en medio de mí es poderoso, revelando el templo perfecto de Dios -mi cuerpo, el cuerpo no hecho de manos, eterno en los cielos. En esta clase de meditación nos deshacemos de toda forma, y vamos más allá allá de lo visible hacia lo Invisible. Invisible. Entonces es que vemos a lo Invisible manteniendo lo visible. Debemos vivir, movernos y tener nuestro ser en la conciencia-Dios. Vivamos, Vivam os, moremos en el lugar secreto del Altísimo. Entonces veremos al cuerpo como realmente es: El templo no hecho de manos, eterno, en los los cielos. "Mirad, el tabernáculo tabern áculo de Dios está con con los los hombres, y Él morará con ellos, y de ninguna manera entrará en el cuerpo algo que engañe ni ningún tipo de abominación o mentira alguna".
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CAPÍTULO IX MÍA ES LA PLATA MÍA ES LA PLATA, Y MÍO ES EL ORO; DICE EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. LA GLORIA DE ESTA ÚLTIMA CASA SERÁ MAYOR QUE LA DE LA ANTERIOR, DICE EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS. HAGEO
2: 8, 9
A MENOS QUE EL SEÑOR EDIFIQUE LA CASA, EN VANO TRABAJAN LOS QUE LA EDIFICAN. SALMOS 127:1
"A menos que el Señor edifique la casa", a menos que Dios sea entendido como el origen de nuestra provisión, no habrá provisión permanente. Esta "casa" es nuestra conciencia individual. Cuando la conciencia es una conciencia humana no iluminada, es una conciencia estéril: carece de la substancia espiritual de la cual fluye la provisión. "Habéis sembrado mucho y cosechado poco; coméis pero no estáis satisfechos; bebéis, pero no os saciáis con la bebida; os vestís, pero no sentís calor; y aquél que trabaja por un sueldo, devenga un sueldo que pone en una bolsa agujerada". Todo esto es cierto de ustedes - d e "vosotros", "vosotr os", la conciencia no iluminada. Como seres humanos todos hemos sembrado sembr ado mucho y cosechado poco; hemos trabajado arduo, y las más de las veces no hemos logrado nada; hemos devengado un sueldo, y a menudo nada nos queda; debido a que todo esto proviene de una conciencia no enriquecida y estéril. De la esterilidad de de la conciencia humana, sin importar lo que construyamos, nuestros esfuerzos no son permanentes ni duraderos. Comemos, y de nuevo tenemos hambre; bebemos, y de nuevo estamos sedientos; nos comprometemos en todas las actividades de la vida humana, pero nada dura. "En vano e s , levantarse levantarse temprano, acostarse tarde", tratando de demostrar provisión. Entonces se nos dice: "Esto dice el Señor de los Ejércitos: considera tus caminos". Con esta amonestación llega la indicación de subir a la montaña; de subir a un estado superior de conciencia; de ir a los lugares altos, y de ahí EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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"traed madera, y construid la casa". Cada vez que meditamos o nos llenamos con "la carne que vosotros no conocéis", o con el agua y el vino de vida, o el pan de vida, queriendo decir la substancia y alimento espirituales, estamos edificando la casa de la conciencia espiritual, una conciencia de verdad. Cuando esa casa ha sido edificada, el Señor dice: "Yo Me complaceré en ella, y Yo la glorificaré". Ahora hablemos del Yo: Yo: Ahora esfuérzate, oh Zorobabel, dice el Señor; y esfuérzate tú también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo pueblos todos de la tierra, dice el Señor, y trabajad; porque Yo estoy con vosotros, dice el Señor de los Ejércitos. Porque así dice el Señor de los Ejércitos: Sin embargo de aquí a poco Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el deseo de todas las naciones; y Yo llenaré con gloria esta casa, ha dicho el Señor de los Ejércitos. Mía es la plata, y Mío es el oro, dice el Señor de los Ejércitos. La gloria de esta última casa será mayor que la de la anterior, ha dicho el Señor de los Ejércitos; y Yo daré paz a este lugar, dice el Señor de los Ejércitos. HAGEO 2: 4, 6-9
Antes de esto, todo era "vosotros"; era 'nuestro', y sin importar cuánto teníamos, teníamos , se volvía poco. poco. Ahora volvámonos y reconozcamos reconozcamo s que del Señor es la plata y del Señor el poder. Comencemos Comencem os a entender que la tierra es del Señor y su plenitud. plenitud. El Yo, dentro de nosotros, está multiplicando, de de los los recursos invisibles del Espíritu, -sin quitar nada de nadie, sin dividir aquello que ya está en el mundo, y sin utilizar los recursos visibles de la tierra. Ahora la provisión está multiplicada dentro de nosotros. Ahora estamos sacando de la bodega invisible de nuestro ser. Nuestra conciencia espiritual es la bodega de la revelación espiritual infinita. infinita. En el momento en que empezamos a sacar de este almacén inextinguible, el cual jamás lleva recuento de aquello que está en el mundo visible, dejamos de estar preocupados de si tenemos poco o mucho, o de si la economía mundial actual es de de prosperidad o de de depresión. Dios nos ha dado abundancia infinita; y es ilimitada en su expresión, en tanto reconozcamos que del Señor es la tierra; que del Señor es la plata; y que del Señor es el el oro. oro. Estamos limitados sólo cuando estamos tratando de obtener 'nuestra' parte de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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aquellos bienes del mundo, creyendo que la tierra, la plata y el oro son posesiones personales que le pertenecen a los los seres humanos. Ahí se desliza un sentido de finitud, e independientemente del monto o del número de posesiones personales adquiridas, a menudo nada queda. Al comprender que la plata es Mía y que el oro es Mío, extraemos de una fuente tan infinita, que cuento más más usamos, más queda. Cuando tenemos tenemo s a Dios, tenemos la infinitud de la provisión. Experimentamos carencias o abundancia, de acuerdo a nuestro estado de conciencia. Lo que tenga que aparecer en nuestra vida, deberá aparecer como resultado de la actividad de la verdad en nuestra conciencia. Si mañana mantenemos la misma conciencia que tenemos hoy, no podremos esperar tener resultados distintos para el día de mañana. Para disfrutar mañana de una experiencia más satisfactoria, debe haber una actividad expandida de la verdad, en nuestra conciencia actual. Cuando comencemos a entender que Dios es nuestra conciencia individual, y que Dios es infinito, percibiremos la verdadera naturaleza de provisión como aquello que es: invisible; ya no juzgaremos más por las apariencias en cuanto al monto de nuestra provisión, ni llegaremos al punto donde haya ausencia de provisión. Un individuo con una conciencia de de provisión, jamás jamá s podrá carecer de las formas de provisión. Durante las guerras o ante depresiones súbitas, o durante periodos de estrés y presión, tal como la que experimentaron los hebreos en su viaje de Egipto a la Tierra Prometida, pudiera haber una ausencia temporal de las formas de provisión, mas con la visión de que la provisión es: lo Invisible Infinito apareciendo como forma, "los años de la langosta" se restablecerán rápidamente, y la provisión se revelará como omnipresente y abundante. Podemos extraer todo de nuestra naturaleza-Cristo; todo de todo, hasta el grado de nuestra comprensión compren sión de esta verdad. Pudiera haber una multitud clamando ser alimentada y ningún almacén o bodega de los cuales sacar alimento -s ó l o unos cuantos panes y peces. ¿Cómo podrían ellos ser alimentados? alimenta dos? Como seres humanos no hay alternativa, excepto la inanición; pero como seres-Cristo nos volvemos al Padre interior, y extraemos de las profundidades de la infinitud de nuestro propio ser, abundante provisión, de comida o de aquello que sea necesario. De nuestra naturaleza-Cristo, naturaleza-Cris to, la naturaleza infinita de nuestro ser, pueden fluir millones de palabras, millones de ideas, y ¿por qué no?, millones en dinero. ¿Cuál es la EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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diferencia? La fuente es la misma; la substancia es la misma: En el principio Dios, y Dios es Espíritu; todo lo que llega, viene del Padre, del Espíritu. Dios es; la infinitud es; el bien infinito ya es. La abundancia infinita está llenando todo el espacio, sólo esperando mi reconocimiento. Todo cuanto es necesario para mi despliegue ya está establecido en este preciso momento en mi conciencia. El Alma invisible de mí, es la substancia de toda forma. Nunca jamás pueda yo volver a depender de persona alguna; nunca jamás pueda estar a merced de mi propia fuerza o de mis recursos financieros. Hay un Algo más allá de mi propia sabiduría y de mi propio poder. Hay un soporte del cual puedo depender en completa fe y confianza, y del cual recibo todo aquello necesario para mi satisfacción. La presencia de ese Espíritu en mí, aparece como agua cundo la necesito; o como pan. Ese Espíritu es la substancia de todo lo que debe ser manifestado; es una ley invisible operando como una ley de multiplicación y como una ley de atracción. Me relajo en confianza y en seguridad dentro de lo íntimo del Cristo. "Mía es la plata; Mío el oro". Dios es el almacén eterno de todo bien. Me vuelvo al interior, a ese almacén infinito, y permito que el bien de Dios fluya en expresión. No me importa cómo fluya ni trato de dirigir su flujo, porque mi Padre celestial sabe todo aquello de lo que tengo necesidad antes que Le pida. Es Su placer proveerme de todo bien. Extraigo mi provisión de las arcas infinitas dentro de mi propio ser; Yo, dentro de mí, está multiplicando de los recursos invisibles del Espíritu. Dios es Ser infinito; e infinito en expresión, vertiéndoSE a través de mí como provisión ilimitada. El bien está aquí y ahora, donde yo estoy. No vivo del maná de ayer. La carencia o la abundancia del maná de ayer no determinan el monto de mi provisión para este día. Tampoco vivo del maná del mañana. En la conciencia de la presencia eterna de Dios, no hay mañanas; ni tiempo ni espacio; sólo existen el eterno ahora y la tierra santa de la infinitud de Dios. En este momento y en este lugar el maná cae abundantemente. Todo el bien fluye desde el centro de mi ser, supliendo todas mis necesidades, llenándome con las aguas vivas, con el pan de vida y con la carne que no perece.
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Es necesario comer y beber de esta verdad; digerirla y asimilarla, y hacerla parte de nuestro verdadero ser, hasta que después de un día, una semana, un mes o un año, comencemos a ver su fruto en la disminución de la duda y en la medida de la paz que se establezca internamente. Una vez que hayamos captado la visión de la gran verdad de que el Verbo que procede de la boca de Dios es la substancia de nuestra vida, nuestra agua, nuestro vino, nuestro pan y nuestra carne, la vida se volverá del todo diferente. Comencemos Comencem os a ver que aquello que está afuera y tangible, no es más que el el efecto de Aquello Aquel lo que que es invisible. Nunca jamás jamá s volvamos a juzgar nuestra provisión por el dinero que poseamos, sino por cuánto comprendemos de Dios. "Mía es la plata, y Mío el oro. . E n Tu presencia hay plenitud de vida", y por lo tanto nos volvemos al interior para obtener un reconocimiento de esa Presencia.
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CAPÍTULO X EL LUGAR DONDE TÚ ESTÁS PARADO EL LUGAR DONDE TÚ ESTÁS PARADO, TIERRA SANTA ES. ÉXODO 3:5 PORQUE DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO LOS HOMBRES NO HAN OÍDO NI PERCIBIDO CON EL OÍDO, NI LOS OJOS HAN VISTO, OH DIOS, A TU LADO, LO QUE TÚ HAS PREPARADO PARA AQUÉLLOS QUE ESPERAN EN TI. ISAÍAS 64:4 ME MOSTRARÁS LA SENDA DE LA VIDA: EN TU PRESENCIA HAY PLENITUD DE GOZO; DELICIAS A TU DIESTRA PARA SIEMPRE. SALMOS 16:11
Dondequiera que nos encontremos en este momento, tierra santa es. En esta comprensión podemos descansar y dejar que el Padre revele Su plan para nosotros. Dios, el Padre, es infinito; y esa infinitud se se manifiesta por medio de nosotros como nuestra actividad, ya sea como ministros, médicos, abogados, enfermeros, maestros, sanadores, amas de casa, hombres de negocios o mecánicos. El trabajo trabaj o asignado para para nosotros nosotros hoy, pudiera no no ser de nuestra elección; pero si en lugar de patear el aguijón, recordáramos que Dios está expresando Su plan sobre la tierra y que nosotros estamos aquí sólo para demostrar la gloria del Padre, no habría nada limitado, confinado o finito acerca de nuestra vida o actividad. El Padre, siendo infinito, Se manifiesta infinitamente. No tenemos derecho alguno a interferir con el plan divino; nuestra responsabilidad es comenzar donde estemos, confiados en que dondequiera que estemos, tierra santa es. El lugar pudiera ser una prisión, un hospital o un puesto encumbrado; pero sin embargo, alto o bajo, ese lugar es tierra santa. Ahí llevaremos a cabo aquello que nos fue asignado. Ahí permaneceremos permanecer emos hasta que Dios Dios nos mueva. Interferimos con el plan divino cuando dejamos que el 'yo' pequeño decida dónde debiera estar, en lugar de estar satisfechos al dejar que el Cristo determine nuestra actividad. Nada manifestará tal abundante sentido de vida, como el reconocimiento de nuestra auto-compleción en Dios; no compleción en EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Juana, en Juan o en Joel, sino auto-compleción en Dios. Esta autocompleción en Dios se hace manifiesta como la armonía y abundancia de Juana, de Juan o de Joel; pero ni aun así se trata del logro personal de ustedes, en cuanto a abundancia, éxito, inteligencia o amor. La sabiduría del Padre Se manifiesta y expresa por medio de toda persona que permite que Dios Dios actúe en su experiencia, al reconocer su unicidad con el Padre. Padre. No es demasiado difícil ser aquello que el mundo llama un 'triunfador', obteniendo una posición importante y de influencia, glorificando y magnificando con ello el sentido personal del yo. Es mucho más difícil esperar a que el mundo venga a nosotros; pero si de una vez por todas nos damos cuenta que el Cristo es la verdadera mente de nuestro ser, la verdadera alma, la verdadera sabiduría, el verdadero amor, entonces encontraremos que todo y todos gravitarán hacia ese Cristo, y nuestra actividad divina será traída a nuestra misma puerta. Si por otro lado, en nuestro egotismo creemos que nuestro éxito depende de, o es el resultado de, nuestros esfuerzos y cualidades personales, hallaremos dicho éxito éxito vacío y volátil. "Buscáis mucho, y he he aquí, encontráis poco; y cuando lo trajisteis a casa Yo lo evaporé. ¿Por qué?, dice el Señor de los Ejércitos. Porque Mi casa está desierta y cada uno uno corréis a vuestra propia casa" -a vuestro propio intelecto, a vuestro propio sentido de sabiduría, a vuestra propia espiritualidad, en lugar de ir hacia Dios, lo Invisible Infinito, el origen y la fuente de nuestro ser. Al ir al interior, no nos volvemos a nuestra propia espiritualidad, nuestra propia bondad, nuestra propia fuerza o a nuestro propio conocimiento, sino que nos volvemos hacia el interior, a liberar lo Invisible Infinito. La única única permanencia permanen cia está en esa compleción que viene a través de Dios, a través de la comprensión de la naturaleza espiritual de nuestro ser, y en la habilidad para dejar que se manifieste y exprese en cualquier dirección que pudiera tomar. En esta quietud, cuando tocamos la visión de nuestra unicidad con el Padre, Dios Dios vierte Su bien bien infinito por medio de nosotros. Encontraremos que sin lucha ni tensión, las hojas se desplegarán, los botoncillos florecerán, y al permanecer en silencio y activos en la obra que se nos da para hacer cada día, los los frutos se añadirán. Cada uno de nosotros tiene cierta clase de trabajo que hacer hoy. Si lo hacemos hoy, sin considerar el mañana en la comprensión de que Dios por medio del Cristo invisible de nuestro ser está EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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siempre inundando Su esencia, substancia y prodigalidad hacia nosotros, al siguiente día algo más se nos dará para hacer. Mañana pudiera haber otra misión, otro trabajo u otra actividad para nosotros. Nada puede impedir nuestro trabajo. Cuando el Cristo ha sido reconocido, Su actividad jamás puede ser dañada, impedida, dilatada u ocultada. Dios tiene una forma de borrar todo obstáculo. Nada puede evitar que el fruto aparezca en nuestra vida cuando su tiempo ha llegado. Cuando ese momento llegue, la fuerza de Dios lo empujará a expresión tan inevitablemente, como el niño no nacido es expulsado del vientre cuando su momento llega para aparecer en escena. El gobierno está sobre Sus hombros. Cuando escuchamos a ese Yo que está en lo profundo de nuestro propio ser, somos conducidos por el Espíritu. Contemplamos la mano de Dios llegando a través de nosotros, en nosotros, saliendo a manifestar y a colocar Su gloria en nuestra experiencia, como nuestra actividad. Testificamos Testifica mos la mano de Dios Dios dentro de nosotros ya que nos ofrece Su bien; nuestro bien llegándonos desde dentro, no de afuera, sino desde el reino de Dios que está dentro de nosotros; no desde el hombre cuyo aliento está en su nariz, no desde el hombre que daría o retendría, o que pudiera dar o retener. La mano de Dios Dios no retiene; la mano de Dios no limita. Paso a paso el Cristo infinito nos nos guía de una actividad a otra. Nos pudiera llevar del mundo de los negocios hacia el de la música, o desde el de los deberes familiares hacia el de la ministración de la curación o la enseñanza. El Cristo puede hacer de nosotros cualquier cosa que elija. No tiene actividad favorita; ninguna actividad es más espiritual que otra, en tanto sea de una naturaleza constructiva. Todo es igual a la vista de Dios; todo es la actividad de la gracia apareciendo en forma y variedad infinitas. La vida por gracia es vivida por la comprensión de que el mañana no es de nuestra incumbencia, incumbenci a, sino de Dios. Dios. La gracia de Dios no confiere éxito o felicidad parciales, ni demanda aquello que no puede hacerse. Dios nos trae la tarea, pero la gracia también provee la comprensión, la fuerza y la sabiduría para cumplirla. Todo lo necesario para para llevar llevar a cabo cabo esa tarea, trátese de transporte, recursos económicos, libros, gente, maestros o enseñanza, está apareciendo siempre. Todo lo que llega por gracia llega como cumplimiento. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Debido a que tenemos más, más se espera de nosotros. Podemos cumplir cualquiera y toda demanda que se nos haga, siempre que nos demos cuenta que la demanda no es hecha sobre 'nosotros', sino sobre Aquél que nos envió. "Nada puedo por mí mismo", pero el Padre Padre que que mora en en mí es igual en toda demanda. La gracia divina nos capacita para llevar a cabo todo lo necesario, y a su debido tiempo nos libera de cargas excesivas a través del reconocimiento de que: Dios lleva la carga. Cuando Dios satisface una obligación, Él tiene una forma de satisfacerla eternamente, por lo que ya no es una obligación recurrente o continua. Vertamos nuestros dones del Espíritu a las multitudes; pero jamás busquemos las multitudes. Nosotros no no vamos de arriba para abajo, incluso ni en nuestras familias, tratando de encontrar alguien sobre el cual imponer este don; porque si dilapidamos el don del Espíritu sobre el pensamiento que no esté preparado, nos nos encontraremos encontrarem os empobrecidos. Esperamos a que las multitudes vengan venga n a nosotros. Si la multitud consistiera de una sola persona, a esa esperaríamos esperaríam os que viniera a nosotros. Nos sentamos sentamo s en silencio en casa, en nuestro negocio u oficina, con nuestro dedo puesto sobre nuestros labios, guardando nuestro tesoro oculto para el mundo. Aquéllos que estén receptivos, responderán a la luz dentro de nosotros y reconocerán el brillo en nuestros ojos o la sonrisa en nuestro rostro. Conforme lleguen, uno por uno, aceptemos a cada uno como la multitud. Vienen a nosotros por pan, el cual les damos; y también por agua fresca y agua templada. templad a. Les damos lo que están buscando. Se los damos con gentileza; se los damos gradualmente; se los damos con amor, gozo y con el poder de la autoridad. Nosotros podemos verter la la infinitud de de nuestro ser, y todo fluirá: palabras de verdad, compasión, amor, curación, gracia, finanzas, comida, agua, bebida, protección, cuidado, compañía -todo esto fluirá desde el Cristo dentro de nosotros. Renazcamos en el reconocimiento espiritual de la naturaleza infinita de nuestro propio ser y de la totalidad de nuestro Ser. Que nuestra oración sea: Gracias, Padre; Yo soy. Aquello que yo he estado buscando, Yo ya lo soy. Todo está incorporado dentro de mi propio ser, y sólo es necesario que yo lo deje fluir en manifestación. Nada me puede ser añadido; nada me puede ser quitado. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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"Yo puedo hacer todo por medio de Cristo que me fortalece... Vivo Yo, aunque no yo"; en verdad es Dios viviendo en mí y como yo. Dios hace aquello que me es dado hacer. Yo soy ese centro del ser-Dios por medio del cual Dios vierte Su bien infinito a este universo; Dios me usa como Su instrumento. Mi único propósito en la tierra es dar testimonio de la gloria de Dios, de la grandeza de Dios y de la infinitud de Dios: mostrar la obra de las manos de Dios. Dios es mis padres; Dios es mi ambiente; y Dios es mi herencia. Este Yo que yo soy, no está limitado por ningún sentido personal de conciencia, subconciencia o supra-conciencia. Sólo está limitado a cualquier limitación que se imponga a Dios; y puesto que Dios es infinito, no hay limitación alguna. Todo cuanto la conciencia universal es, Se vierte en mí. Dejo que Dios me inunde, a través de mí, y hacia afuera, hacia este vasto mundo. Yo he venido para que podáis ser plenos. Yo voy a preparar un lugar para ustedes. Yo voy: ese Yo de mi ser, ese Ego divino, prepara el camino. Mi Padre celestial sabe yo que tengo necesidad de 'esto', y Le place dármelo -no para inquietarme, no para pelear, no para luchar o trabajar, ni para suplicar o implorar por 'esto'. Mi bien es mío por derecho de herencia divina. Me despierto en las mañanas con confianza, regocijándome en cualquier labor que se me haya asignado. Cualquiera que sea esa tarea, yo la hago; no para ganar el sustento ni con la intención de hacerla para ser remunerado; sino con gozo y alegría dejo que 'se revele' tal tarea, como la 'actividad de Dios', expresándose 'a través de mí'. Al permanecer mirando al Cristo como el origen y fuente de nuestro bien, así fluirá. Cuando ponemos toda nuestra confianza en la Presencia interior divina, nos convertimos en ese punto por medio del cual Dios brilla al mundo; y nosotros aceptamos voluntariamente nuestro papel como un canal por medio del cual el bien encuentra una salida hacia el mundo; en lugar de mirar al mundo esperando esperand o que el bien fluya de él hacia nosotros. Toda la Divinidad fluye desde nosotros hacia aquéllos que todavía no conocen su unión consciente con Dios. El hombre espiritual descansa en su unión consciente con Dios y deja que la infinitud del bien se manifieste: jamás busca, desea o quiere; él permanece y sirve. Cuanta mayor transparencia transpar encia seamos para el Cristo, tanto más siervos nos volveremos. volvere mos. Servimos como un EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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instrumento instrumen to a través del cual el Padre alimenta a Su rebaño. Nos convertimos en la vía por medio de la cual, el infinito bien espiritual del Origen divino, se vierte en expresión visible.
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CAPÍTULO XI PORQUE EL AMOR ES DE DIOS AMADOS: AMÉMONOS UNOS A OTROS, PORQUE EL AMOR ES DE DIOS. I JUAN 4:7 PARA QUE TODOS ELLOS PUEDAN SER UNO: COMO TÚ ERES EN MÍ Y YO EN Ti, PADRE; QUE TAMBIÉN ELLOS PUEDAN SER UNO EN NOSOTROS. JUAN 17:21
Vivir, movernos y tener nuestro ser en la conciencia continua de Dios, revela el secreto de vivir con otra gente. ¿Y cuál es el secreto de nuestra relación con las otras gentes? ¿Cómo alcanzamos la armonía en nuestras relaciones interpersonales? Desde un punto de vista humano, las relaciones satisfactorias entre grupos de gente y entre individuos, depende de la calidad de la comunicación. También Tambié n con frecuencia frecuenc ia los intentos de comunicación comunicaci ón terminan termina n en malos entendidos y en "una confusión más más confundida". A menudo estos tristes efectos se deben a la creencia prevalente de que hay muchas mentes con intereses diversos: de que podemos obtener algo de otros, o de que otros puede obtener algo de nosotros. Sin embargo, EL Camino Infinito enfoca este problema desde un punto de vista completamente distinto. Nuestro secreto yace en un concepto nuevo de relaciones humanas: Es una relación basada en la unicidad, fruto de una convicción de que no somos seres separados y alejados unos de otros; sino que: nuestra unicidad con Dios constituye nuestra unicidad de unos con otros. Dios es mente infinita; la mente de Dios en mí le habla a la mente de Dios en ti. La única Inteligencia infinita, actuando a través de mí, se comunica con la única Inteligencia infinita que actúa por medio de ti. 'Una' Inteligencia es la que habla;'una' Inteligencia es la que escucha; somos 'uno'. Estamos de acuerdo, no debido a que lo estamos unos con otros, sino debido a que Dios está de acuerdo con Sí Mismo. Dios es la 'única mente'; así que EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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en esta 'mente única' no puede haber malos entendidos. Dios le habla a Dios. La Vida se revela a la Vida. El Alma le habla al Alma. Yo soy simple instrumento por medio del cual la Inteligencia infinita y el Amor divino están siendo revelados a la Inteligencia infinita y al Amor divino de aquéllos que vienen al rango de mi conciencia. En ese flujo de Amor de ti para mí, y de mí para ti, no hay separación alguna. Las presiones del mundo no sólo nos separarían de Dios, sino también separarían al hombre del hombre, al marido de la esposa, a los padres de los hijos, al amigo del amigo, a los empleados de sus empleadores. empleadore s. El mundo nos ha hecho enemigos naturales unos de otros. Un animal se alimenta de otro; y el animal mayor, el hombre, se alimenta de todos los otros animales. La norma del mundo es: separación; separació n; la de Cristo es: unicidad. unicidad. Isaías captó esta visión de unicidad cuando dijo: "El lobo también morará con el cordero, y el leopardo yacerá junto al cabrito; y el becerro, el león joven y la bestia doméstica, andarán juntos. . N o dañarán ni destruirán en todo Mi santo monte". El ingrediente esencial de toda relación satisfactoria es: el amor. Nuestro amor por Dios se hace manifiesto en: nuestro amor por el hombre. No sólo somos uno con Dios, sino somos uno con los hijos de Dios: con nuestras familias y familiares; con los miembros de nuestra iglesia; con nuestros asociados; con nuestros amigos. Cuando reconocemos a Dios Dios como: nuestro prójimo, nos volvemos miembros de la casa de Dios, santos en el reino espiritual; hay una total sumisión del yo dentro del Mar infinito del Espíritu. El bien de Dios Dios fluye a nosotros por medio de: todos los que se vuelven parte de nuestro universo. Para aquéllos que viven en comunión con Dios, sirviendo a Dios a través de su prójimo, la promesa se cumple literalmente: Todo cuanto Yo tengo, es tuyo. Ya no existe más una necesidad o un deseo por: por: algo o alguien. Toda cosa y toda persona se vuelven: parte de nuestro ser. A lo que renunciamos, lo tenemos; a lo que nos apegamos para poseerlo, lo perdemos. Todo aquello que liberamos, lo atraemos a nosotros; todo lo que perdemos, lo tenemos; todo lo que dejamos libre, lo atamos a nosotros para siempre. "Libéralo y déjalo ir". Dejemos que todos sean liberados en Cristo. Confiamos a todos al Dios de su propio ser. No retenemos a nadie en esclavitud por deudas de de amor, odio, temor o duda. Ni siquiera le exigimos EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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amor a alguien. Estamos de acuerdo en que ningún hombre nos debe nada. nada. Sólo cuando no sentimos la deuda por obligación, y sólo cuando no retenemos a nadie por deuda de obligación, es que somos: libres y ponemos a nuestro mundo en libertad. Si mantenemos conscientemente reconocida nuestra relación de unicidad con Dios, siempre estarán aquéllos en nuestra experiencia quienes, como instrumentos de Dios, compartirán con nosotros a la vez que nosotros compartimos compartimo s con ellos, atrayendo atrayend o la misma ilimitable Unicidad. Si esperamos amor de otro, obstruimos y limitamos su flujo hacia nosotros. Pero si mantenemos nuestra unión consciente con Dios, por medio de: un reconocimiento constante de que Yo y el Padre uno somos, entonces abrimos la vía para que la actividad de Dios fluya a nosotros, a través de, y a todo aquél, receptivo para responder al impulso de Dios. Dios. Nuestro contacto con Dios es: nuestro contacto con toda persona o lugar que pueda, en cualquier forma, jugar una parte en la revelación de nuestra experiencia diaria, incluyendo no sólo personas y lugares dentro del rango de nuestro entorno inmediato, sino en todo el universo. Dondequiera que haya bien para nosotros en el mundo, éste hallará su camino hacia nosotros. Nuestro bien llega llega por por medio medio de la gracia. gracia. Esta gracia aparecerá como caminos o canales normales y cotidianos, siempre siempr e y cuando no interfiramos con su operación al planear cómo debiera ser expresada. Comprendiendo Compren diendo a Dios como siendo el dador de todo bien, no miramos a los otros ni siguiera por aquello que constituya nuestro derecho humano o legal. En circunstancias que justifiquen acción legal, naturalmente daríamos los pasos humanos necesarios para obtener asesoría legal competente y para presentar nuestro caso de la mejor manera posible. Sin embargo nuestra fe y confianza no van a descansar en los tecnicismos del procedimiento legal, sino en Dios como la fuente de toda justicia. El juicio, jurado, abogados y testigos serán considerados como: instrumentos que expresen la justicia de Dios.
La actitud de otros hacia nosotros, es estrictamente su propia demostración. demostració n. Si actuaran de de acuerdo al bien, así será para ellos; si por el contrario sus acciones fueran opuestas al bien, la cosecha de la discordia será así también para ellos. Sólo en la medida en que busquemos a otros para bien cabe la posibilidad de que no nos hagan mal. Nadie puede hacernos bien ni mal, puesto que nos hemos sometido al gobierno y control EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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de Dios. Buscamos sólo al Padre interior, así que los pensamientos y las obras del hombre jamás podrán tocarnos. Somos responsables sólo: de nuestra propia conducta hacia todos, y esa conducta debe estar de acuerdo al gran mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo; ama a tus enemigos; enemigo s; perdona setenta veces siete; ora por por los que te ultrajan. Jamás temas ni odies a aquéllos que actúan en contra de la ley divina del Ser único; pero regocíjate en aquéllos que dejan que Dios los use como instrumentos para bien. Somos confrontados con la humanidad en muchos niveles: algunos buenos, otros malos, y otros más, intolerables. Como humanidad, el género humano se clasifica y cae dentro de varios estados de conciencia. La vida para algunos se vuelve una lucha sin esperanza contra insuperables misterios -mala salud, ingresos magros, impuestos altos, al vivirla sólo como seres humanos, sin explotar los recursos internos; ignorantes de la verdadera identidad. Para encubrir sus fallas y el sentido de inadecuación, algunas personas asumen bravuconadas o aparentan una exuberante alegría exterior tratando de ocultar su desilusión y frustración. Pero el hecho es que esa gente, como toda la gente, se muere de hambre de amor. ¿Y cómo quieren ser amados? Tal como nosotros: primero, siendo comprendidos. comprendid os. Muchos de nosotros estamos convencidos de que ninguno nos comprende; si nuestros amigos y familiares nos comprendieran verdaderamente, nos perdonarían más. Siempre que tengamos tenga mos contacto con diferentes grados de humanidad, nuestra actitud debiera ser: la misma del Maestro: "Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen"; no han sido despertados a su naturaleza-Cristo. La vara de medir siempre siempr e debiera ser: sin importar las apariencias, Dios es su verdadero ser; Dios es la única ley que los gobierna; y sus únicas cualidades son conferidas por Dios. Sólo hay hay un Uno -úni -ú nica came mente nte un Ser infinito. Sólo hay hay una Persona, puesto que Dios es uno y Dios Dios es infinito. Tal como sólo hay una sola vida, la vida-Dios inundando nuestro jardín, aunque dicha vida pudiera aparecer en doce especies diferentes; así es que a pesar de que nuestros amigos y conocidos pudieran contarse por cientos, hay sólo una vida manifestada en expresión individual. Jamás debiéramos temer a una persona si recordáramos que: Dios es uno, que hay un solo Uno, y que ese Ser único es Dios. En esa unicidad no puede haber discordia, desarmonía o injusticia para nadie. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Nuestro sentido de perdón es: un reconocimiento de que nadie puede dañarnos, puesto que la gracia de Dios mantiene y sostiene nuestra relación de unicidad con el Padre, Padre, bajo cualquiera y bajo toda circunstancia. Hay un lazo invisible uniéndonos a todos, juntos; juntos ; ese lazo es: el Cristo. Si estuviéramos unidos unos con otros por lazos materiales de cualquier clase, esos lazos pronto se volverían volverí an una una carga. Ya sea que el lazo lazo sea la membrecía de una organización, alguna forma de obligación humana, o un lazo de sangre o matrimonio; en tanto sea de naturaleza material, se desgastará. Sólo cuando el amor tras estos lazos materiales es tan puro como para carecer de toda consideración egoísta, es que la relación es: satisfactoria, permanente y de beneficio mutuo. No puede haber en ninguna relación amor real y duradero, en la cual no entre Dios. Dios. No hay milagros de de amor en ningún ningún matrimonio, a menos que: Dios sea la piedra fundamental. fundamen tal. Si conocemos el amor de Dios, conoceremos conoceremo s el amor del hombre. Ese amor por por Dios es: una una sumisión total en la unión mística del Padre y el Hijo: Dios, todo cuanto yo tengo es Tuyo, tal como todo lo que Tú tienes es mío. mío. Mi tiempo, tiempo , mis manos y mi vida están a Tu servicio. Si hombres y mujeres han experimentado experim entado una sumisión completa a Dios, si se han vuelto uno con Dios, entonces, cuando el tiempo llegue para el matrimonio humano, entrarán en esa misma clase de relación la una con el otro, y las palabras de la ceremonia nupcial se harán realidad los dos se volverán uno. El hogar es: la expresión de la conciencia de los individuos que componen compone n la casa. El hogar hogar considera: la atmósfera de la conciencia de aquéllos que que la la conforman. En una una casa, como tal, no hay amor ni odio, pecado ni pureza, enfermedad ni salud; pero si los miembros de ese hogar permiten que su conciencia se llene con pensamientos de pecado, enfermedad, carencia, escasez, sospechas o temor, entonces la discordia, la desarmonía desarmon ía y el empobrecimiento empobrecimie nto reinarán en tal casa. Por otro lado, lado, si la conciencia de aquéllos que conforman el hogar expresa: amor, comprensión, fe, coraje, esperanza y seguridad, el hogar se vuelve un santuario. La visión de la Nueva Jerusalén es edificada en tal hogar -una ciudad santa gobernada por el amor. Es cierto que muchos de nosotros no podemos llevar a todos los miembros de nuestro hogar dentro del reino de los cielos. Pudiéramos no tener éxito en hacer de nuestro hogar esa ciudad santa, pero sí podemos EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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decidirnos a permanecer firmes en nuestro reconocimiento de la identidadCristo de cada persona en nuestro hogar -no exteriormente, expresando o predicándolo en una multitud de palabras sin sentido, sino manteniendo en silencio nuestra integridad espiritual, dejando que nuestra vida dé un testimonio viviente de la verdad concientizada. El Maestro hizo su demostración para sí mismo y para sus seguidores, dentro del silencio de su propio ser. No dudó en retirarse de la multitud que lo apretaba para pasar días en soledad. También Tambi én nosotros podemos hallar hallar nuestros silenciosos períodos de quietud y renovación, temprano por la mañana, tarde en la noche, a media noche, o en breves momentos durante el día, aprovechando breves respiros de las demandas de la vida familiar. Nuestro reconocimiento de la verdad se exterioriza en: la armonía y paz de nuestro hogar; el Verbo se hace carne. A menos que durante estos períodos de silencio, Dios entre en nuestra relación con nuestra familia, todos nuestros esfuerzos y trabajos para edificar un hogar, se volverán volverá n nada. El agua, el pan pan y el vino materiales que podamos darles a los miembros de la familia -el servicio -no satisfacen, y al día siguiente volverán a estar hambrientos y sedientos de nuevo. Sólo en la medida de nuestro reconocimiento de nuestra naturaleza-Cristo y de la verdadera identidad de los miembros de nuestra casa, es que seremos capaces de dar el agua de vida: "Quien beba del agua que Yo le daré, jamás tendrá sed". Entonces Dios Se satisfará a través nuestro, al cumplir nosotros con nuestra parte al traer paz a la conciencia individual. Cuando estamos conscientemente conscientes de nuestra unión con Dios, volviéndonos al Padre interior como la fuente de todo bien, las relaciones de unos con otros se harán: puras y totalmente libres de querer obtener, tener o poseer, algo o alguien, que otro más más tenga. Una relación espiritual es: una en la la cual se da, se comparte y se co-opera. Es como dar regalos a nuestros niños, maridos, esposas, hermanos, hermanas o amigos: no con la intención de recibir algo a cambio; no por alguna razón; no porque se lo hayan ganado o lo merezcan; sino sólo por el gozo de expresar amor. Cuando nuestra relación con otros se base no en lo que merecemos o nos hayamos ganado el uno del otro, sino en que yace dentro de nuestros corazones el dar o compartir unos con otros -no sólo dinero, sino todos los favores de la vida: co-operación, perdón, comprensión, mutualidad, confianza y utilidad -entonces y sólo entonces, esa relación se hará EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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permanente; un don puro de el Espíritu, una ofrenda pura de nosotros mismos. "Porque el amor es de Dios".
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CAPÍTULO XII PORQUE ÉL ES VUESTRA VIDA PORQUE YO NO ME COMPLAZCO EN LA MUERTE DEL QUE MUERE, DICE EL SEÑOR DIOS; ASÍ QUE CONVERTÍOS PUES, Y VIVID. EZEQUIEL 18:32 .PORQUE ÉL ES VUESTRA VIDA, Y PROLONGACIÓN DE VUESTROS DÍAS. DEUTERONOMIO
30:20
EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS; SI NO FUERA ASÍ YO OS LO HABRÍA DICHO. JUAN 14:2 AQUÉL QUE CREE EN MÍ TIENE VIDA ETERNA. JUAN 6:47 Y ÉSTA ES LA VOLUNTAD DE AQUÉL QUE ME ENVIÓ: QUE TODO AQUÉL QUE VEA AL HIJO Y CREA EN ÉL, PUEDA TENER VIDA ETERNA. JUAN 6:40
La inmortalidad es: el reconocimiento de nuestra identidad verdadera como ser-Dios, una identidad sin principio y sin fin, eterna y duradera; es un reconocimiento de Dios como Padre, y de y de Dios como Hijo. Para aquéllos aquéll os en la senda espiritual, ésta no no es una idea nueva. Es la piedra piedra fundamental fundamen tal sobre la cual descansa toda gran enseñanza espiritual conocida por el hombre. Pero la esencia de esta enseñanza ha sido enterrada en en los conceptos prevalecientes de la inmortalidad como: una existencia superior a la de Matusalén en este mundo, o como una existencia de dicha eterna después de la muerte. La primera es una simple noción dorada de 'longevidad'. 'longevid ad'. La segunda está basada sobre la premisa errónea de que la muerte es parte de la creación de Dios, en tanto que el Maestro declaró claramente: "El postrer enemigo que deberá vencerse es la muerte".
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Es cierto que en un momento u otro todos desapareceremos de la vista humana. Cada uno, a su tiempo dejará: este plano de conciencia. Aquéllos que no tengan conocimiento de Dios y de su relación con Dios, serán forzados fuera de sus cuerpos por: enfermedad, accidentes o vejez; pero aquéllos que tengan un entendimiento correcto de Dios harán la transición sin esfuerzo, dolor ni padecimiento. Todos, Todos , gradualmente, gradual mente, dejaremos este plano. "En la casa de mi Padre hay muchas moradas". Pasamos de la infancia a la niñez; de la niñez a la adolescencia; y de la adolescencia a la madurez cada estado de conciencia es una de las muchas moradas de Dios. Aquéllos que acepten la transición de un estado de conciencia a otro como: una actividad de Dios, sin mirar atrás con la vana intención de mantener los estados de conciencia que debieran haberse quedado atrás, no experimentarán experim entarán las dolencias de la vejez. El resistirse al avance de los años como si fuera algo que debiera temerse, es lo que produce muchas de las discordancias relacionadas con la edad. El aceptar el cambio normal y natural que acompaña la transición de un estado de vida a otro, nos capacitará para mirar adelante, hacia las experiencias de la madurez y de la edad avanzada, con gozo y confianza, más que con temor y pavor. No hay diferencia alguna entre el flujo de Dios en este instante, y el de aquí a cien cien años. De hecho la vida de Dios jamás envejecerá ni terminará. Dios tiene un trabajo espiritual para cada uno de nosotros y Él nos ha dado Sus habilidades con las las cuales llevarlo llevarlo a cabo. Mientras haya haya trabajo trabaj o para nosotros que hacer, en lo que se llama este plano de existencia, Dios nos mantendrá con vitalidad, fuerza, juventud, juven tud, salud y totalidad. En tal seguridad ya no confundiremos la longevidad con la inmortalidad. La longevidad no es sinónimo de inmortalidad: la longevidad es una simple continuidad del del sentido físico de la existencia existencia presente. No estemos prepreocupados por el lapso de años visibles sobre la tierra, sino ocupados más bien con la demostración de nuestra eterna Individualidad; ocupados siempre en los negocios del Padre. Toda transición es para la gloria de Dios y para el desarrollo de nuestra Alma individual. Aquéllos de nosotros que nos estemos acercando a la madurez y más allá de la madurez, debiéramos aprender a preguntarle al Padre: "¿Qué tienes para mí que haga yo ahora?" Entonces, así como las flores florecen, se marchitan y luego vuelven a florecer, del mismo modo las EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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viejas experiencias dan lugar a las las nuevas. nuevas. Pasamos a través de muchas experiencias de transición, pero la muerte jamás es parte de alguna de ellas. Todos, en el sendero espiritual, más tarde o temprano, alcanzan ese lugar del desarrollo donde se dan cuenta que: tal como un estado de conciencia es un cambio por otro, en el progresar desde el nacimiento a la muerte, así la experiencia de lo que se llama 'muerte' no es más que otra transición en la continuidad de la vida. La muerte no es más que nuestra interpretación de lo que estamos contemplando; pero aquéllos que han captado el primer débil resplandor de Dios, comprenden que Dios es vida eterna; vida sin principio y sin fin, "porque Él es tu vida, y la prolongación de tus días". Esta visión sólo puede llegar a aquéllos que se han elevado por encima del deseo egoísta de esclavizase a sí mismos y a otros, dentro de una forma familiar. El gusano debe salir de su capullo para convertirse en mariposa. Todos y todo, pasamos por estados de transición; pero por medio de la evolución y el desarrollo espirituales, cada uno nos encontraremos finalmente, sentados a los pies del Trono de Dios; de regreso en la Casa del Padre.
Esto no significa la inmortalidad del Alma y la muerte del cuerpo, tal como a menudo es interpretado. El cuerpo muere a diario: las las uñas uñas de de los los dedos y el cabello, son cortados y vuelven a crecer; la piel se muda; las células del cuerpo cambian constantemente; y así, a pesar de estos cambios, la conciencia, la cual es nuestra verdadera identidad, permanece. Nuestro entrenamiento desde la infancia nos ha inculcado la idea que el cuerpo que vemos en el espejo o del cual estamos conscientes, es el 'yo'. 'yo'. Hemos identificado al cuerpo con nosotros; en tanto que el cuerpo es un instrumento para nuestro uso, tal como un automóvil es un un vehículo que utilizamos para para transportarnos transpo rtarnos de un lugar lugar a otro. otro. En ningún momento nos nos identificamos con, con, o como, nuestro automóvil. Siempre Siempr e estamos separados y apartados del automóvil, aunque lo utilizamos como: un medio de locomoción. El automóvil no es más "yo" que el cuerpo como "yo", porque el "Yo" es: conciencia. En algún momento de nuestra experiencia deberemos renunciar a nuestro concepto de cuerpo como conformando la suma total de nuestro ser, y aceptar la verdad de nuestra identidad espiritual, como: conciencia. Llegará el momento para que dejemos de vivir como seres humanos. Esto no quiere decir que debamos morir o desaparecer para obtener nuestro EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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estado espiritual. Esa no es la muerte del cuerpo, sino la transición que tienen lugar: en la conciencia, a lo que Pablo se refirió como 'morir a diario para ser renacidos del Espíritu'. Cada día debemos separarnos conscientemente de las leyes que gobiernan la experiencia humana y reconocer la gracia de Dios en el re-conocimiento consciente de que estamos viviendo en lo Invisible, dentro de lo Invisible, y debido a lo Invisible. En esta confianza en lo Invisible, es que morimos a diario hasta que un día muramos completamente y seamos renacidos en el Espíritu. A partir de ahí la vida se vivirá en un nivel completamente distinto en el cual no estaremos sujetos a las leyes de lo físico, sino que viviremos: bajo la gracia divina. La transición no es principalmente física, sino que es: un acto de conciencia. El gusano es es transformad transf ormado, o, en la metamorfosis de la oruga, en una mariposa. El estado de conciencia de oruga abandona su ser-capullo y se eleva hacia su ser-mariposa. ser-mar iposa. La transformaci transf ormación ón tiene lugar: en la conciencia y se exterioriza: como forma. Cuando comencemos comencem os a entender esta idea nueva y asombrosa, entonces percibiremos que este Yo que yo soy, es permanente y eterno: En el principio, Dios: la naturaleza de Dios, Conciencia, es un estado continuo del ser eterno; y Dios Se manifiesta como tú y como yo. Dios mantiene la continuidad de Su propia existencia en Su forma infinita e individual, por siempre y para siempre. Todos aquéllos que existieron en el principio, existen ahora; y aquéllos que existen ahora existirán por siempre. El cuerpo es el templo de la vida. Este templo es la misma vida formada, el Espíritu formado. Tal como el cerebro es la vía por la que se manifiesta la inteligencia, así el cuerpo es la vía por la cual se manifiesta la vida. ¿Puede la vida estar separada de su templo? La vida es: la substancia de la cual está formado el cuerpo; por ello el cuerpo es: tan indestructible y perenne como la vida. Dentro de mí está la fuerza de la vida espiritual, la cual está funcionando desde el interior hacia el exterior. Yo no tengo una fuerza de la vida; Yo soy la fuerza de la vida. Esa fuerza de la vida constituye mi ser verdadero, y fluye en forma armoniosa e infinita. La conciencia es la ley y la actividad para el cuerpo. Nada puede detener jamás al ser que Yo soy, porque Yo existo independientemente de lo que el mundo llama materia, reclusión o incorporación. La naturaleza de mi ser es: eternidad. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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La actividad invisible de la Verdad, actuando en mi conciencia, está renovándome física, mental, moral y financieramente. Día tras día esta Individualidad interior, que es mi ser invisible, está produciendo 'todo' lo necesario para el cumplimiento de mi experiencia en la tierra. Podría mirar el cuerpo pasar desde la infancia hacia la adolescencia; de la adolescencia hacia la edad adulta; de la edad adulta hacia la madurez; y de la madurez hacia la edad avanzada; pero a través de todo cambio del cuerpo, el Yo permanece como un observador, "inalcanzable, irrebatible, sano y salvo; intocable". A los nueve, diecinueve o noventa, Yo estaré observando cada cambio del cuerpo, cada cambio de expresión. Yo jamás me dejaré ni me abandonaré. Yo no puedo dejarme ni abandonarme, porque Yo soy Yo. Yo siempre me gobernaré y protegeré. El único momento en que Yo puedo saber, es en este instante. El instante pasado no tiene existencia; el instante por venir no tendrá existencia. Para Mí, el pasado, el presente y el futuro es: 'ahora'; es este ahora en el cual Yo estoy viviendo; es ahora que Yo he estado viviendo siempre; y es este ahora en el que Yo siempre viviré. Carece de propósito y de utilidad el mirar hacia adelante a una vida que está a cien o doscientos años de distancia. El único tiempo que yo puedo vivir es: ahora; y ahora, en este momento, Dios, la única Vida, está expresándoSE. Yo no expreso la vida; la Vida se expresa a Sí Misma como mi ser infinito, individual e indestructible. "Sí, aunque yo ande a través del valle de sombra de muerte", Tú estás ahí. La muerte no es aniquilación; la muerte no es más que una sombra que 'parece' muerte. Incluso a través del valle de sombra, Yo estaré ahí observándome pasar a través de él, porque Yo no puedo estar separado del Yo: /Yo no puedo morir jamás!
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CAPÍTULO XIII NO TEMÁIS No TEMÁIS, PORQUE YO ESTOY CON VOSOTROS; NO DESMAYÉIS, PORQUE YO SOY VUESTRO DI OS. YO OS FORTALECERÉ; SÍ, SÍ, YO OS SOSTENDRÉ CON LA DIESTRA DIESTRA DE MI JUSTICIA. ISAÍAS 41:10
No temáis: "Queda, un descanso para la gente de Dios"; un descanso de los pensamientos ansiosos, un descanso del temor, un descanso de la duda y la la pre- ocupación. En este estado de descanso desciende el poder de la gracia, y la presencia de Dios fluye dentro a expresión inmediata como nuestra experiencia. Reciban el don de Dios sin trabajo, lucha o presión. En silencio y confianza, en un estado de descanso de la ansiedad y el temor, dejemos que Dios Se revele. Permitamos que Dios Se exprese. Permitamos que Dios viva nuestras nuestras vidas. Que ya no no haya más un "yo" o un "tú" separado y apartado del Padre, sino dejemos que el Padre sea nuestra vida. En unión consciente con Dios, Dios, la mente mente descansa. La mente mente humana ya no está más interesada en los problemas de hoy o mañana, porque la unión del Alma con Dios -el re-conocimiento consciente de Dios -revela a Dios como el cumplimiento de toda necesidad antes que la necesidad sea aparente. La pre-ocupación, el temor y la duda se desvanecen en medio del del cumplimiento; el significado verdadero de las palabras: "No temáis", es revelado. En unión consciente con Dios, Dios, la mente de Dios funciona como nuestra mente, como nuestra experiencia y como nuestra vida. Entonces la mente humana descansa y lleva a cabo su propia función, como una vía para lo consciente. Este estado de descanso es una paz interna que no se alcanza de ninguna manera en el reino reino del efecto. Incluso un pensamiento pensamien to o una declaración de verdad, es un efecto; y esa es la razón por la que usar la mente para repetir declaraciones estereotipadas acerca de Dios, a menudo no induce la paz. La oración respondida no se debe a los pensamientos acerca de Dios. El pensar acerca de Dios no es el principio creativo del
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universo: Dios, en Sí Mismo, es el principio creativo, y Dios es conocido sólo cuando la mente humana está en descanso. Dios es: la conciencia del ser individual; por ello la infinitud es la medida de ese ser. Nada puede ser añadido a ustedes; nada les les puede ser quitado. Ningún bien les puede llegar; ningún mal los puede tocar: ustedes abarcan dentro de su propio ser la infinitud del bien. "Hijo, tú estás siempre Conmigo, y todo lo que Yo tengo es tuyo". Todo cuanto Dios Dios es, ya está establecido dentro de ustedes. Ustedes son ese lugar en la conciencia por por medio del cual cual la naturaleza infinita de Dios Se está revelando. Por ello el bien no puede fluir hacia ustedes: el bien se expresa desde dentro, y se vierte hacia todo lo que llega dentro del rango del reconocimiento consciente de esta verdad. Tan sólo es necesario evitar los pensamientos, pensamientos , renunciando a todo pensamiento ansioso de temor -'callad un poco'. "Callad un poco y sabed;, En quietud y en confianza está tu fuerza", tu paz, permanencia y seguridad -no en refugios antiaéreos, no en cuentas de banco, sino en Tu reino, en Tu paz. En esa quietud y confianza hay descanso, protección, cuidado, co-operación. En quietud y en confianza no temáis. ¡No temáis!: temáis! : Yo estoy contigo, y Yo estaré contigo hasta el fin del mundo. Suelta tus cargas a Mis Mis pies; suelta tus cargas con la seguridad de que todo bien está incorporado y abarcado dentro de tu ser. Yo nunca Te dejaré ni Te abandonaré. Si hicieras tu cama en el Seol, ahí estaré Yo contigo. Si caminaras por el valle de sombra de muerte, Yo estaré contigo -sólo camina en quietud, en confianza y en seguridad; 'camina sin buscar'. No hay paz; no hay descanso para aquéllos que están buscando fuera de su propio ser. El reino de Dios está dentro. Acepta Mi reino y queda en paz. Acepta Mi promesa: Ahora sois los hijos de Dios. Ahora sois Mi herederos, co-herederos con Cristo; y todas las riquezas celestiales son vuestras ahora ahora, no mañana; ahora, no ayer. No hay nada que obtener mañana; no hay arrepentimientos por el ayer; sólo existe este ahora viviente, este momento de descanso en Mí, de confianza en Mí. Todo poder está establecido dentro de ustedes. No busquen al hombre cuyo aliento está en su nariz; no pongan su fe o confianza en príncipes, no importa cuán grandes o poderosos parecieran. No hay poder externo a EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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ustedes. Jamás teman ningún efecto; jamás teman aquello que es creado: confíen en el Creador. Para ustedes, ¿lo creado significa más, que su Creador? ¿Aman más aquello que ha sido creado, que a su Creador? ¿Temen aquello que Dios Dios ha creado? ¿Hay otro creador aparte de Dios? Dios? ¿Existe otra creación, una creación separada de Dios? "He aquí, sólo esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto; pero ellos buscaron muchas perversiones". No teman lo que el hombre pueda pensar, decir decir o hacer. hacer. No teman las mentiras o maquinaciones de la mente humana. El pensamiento del hombre no es poder. "Porque Mis pensamientos no son vuestros pens pe nsam amie iento ntos. s. dice el Señor". Jamás esperen una bendición ni teman una maldición, del pensamiento del hombre. hombre. El mal mal que que los hombres hacen, no se eleva más más allá de ellos mismos. Todo mal mal es: es: auto-destructivo. auto-destructivo . Destruye sólo a aquéllos que lo idean, pero jamás jamá s a aquéllos hacia quienes es dirigido. El mal es es poder sólo para aquéllos que le confieren poder. Cualquier cosa que acepten como un poder, aparte de Dios, puede dañarlos; pero en sí mismo no tiene más poder que una sombra sobre la pared. Si creen que otro puede puede dañarlos o que ustedes pueden dañar a otro, entonces sufrirán; no por lo que alguien más haya hecho, o por lo que ustedes hayan hecho, sino por su creencia de que hay un poder 'aparte de su propia conciencia'. El daño llega, no no por por medio de otro, sino a través de ustedes, por su desviación de la verdad. Ustedes deben salir y ser apartados de la creencia de que el mal o el bien pueda llegar a ustedes. No teman ningún pensamiento o acción malos que se dirija contra ustedes o contra alguien más. más. No teman a ninguna persona, y sobre todo, no se ofendan ni la odien; de lo contrario la atan a ustedes con las repugnantes cadenas del del odio. Deben entender que el mal sólo puede tocar a la persona que lo acepta: por ello jamás teman al mal; nunca lo odien; jamás jam ás se ofendan; ofen dan; sino responda resp ondan n siempre, siem pre, con compasió comp asión. n. De su bien podría "hablarse mal"; incluso se podría considerar debilidad; pero no dejen que eso los importune. No tienen la responsabilidad de probar nada, y nada tienen que probar. Dejen que el mundo acepte sus propios conceptos de Dios y del hombre, de la religión y de la oración. "Bendecid a los los que os maldicen, haced bien a los los que que os odian, y orad por los los que os ultrajan y os persiguen". Oren por su despertar; ¡pero jamás les teman; y nunca se ofendan! EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Ningún bien puede llegar a ustedes, porque ustedes ya están establecidos en el bien; ningún mal puede perturbarles, porque Dios es la medida de su bien. Dios es la infinitud de su conciencia; Dios es la pureza de su Alma. ¡ Nada existe fuera de su propia conciencia! Si no hay mal en su conciencia, no habrá mal actuando en el mundo. ¿Cómo pueden determinar si el mal está operando o no en su conciencia? ¿Aceptan o reconocen una presencia o un poder aparte de Dios? Si así es, entonces el mal mal existe para ustedes. ¿Ven algo que odiar, temer o resentir? Entonces están viendo una imagen que han creado dentro de ustedes. El odio, el resentimiento y el temor no son más que el producto del pensamiento, el resultado de una imagen auto-creada, y por ende, sin poder, presencia ni realidad. Dios es: la fábrica, la substancia y la ley de su conciencia. El mal no es más más que una sugestión sugesti ón o tentación tentació n para aceptar aceptar un un creador aparte de Dios. Deben manejar esta sugestión dentro de ustedes, hasta que lleguen a ese lugar de descanso en donde el Verbo de Dios more en ustedes, y ustedes moren en esa conciencia de verdad. Moren en la verdad de que Dios es el único poder, y descubrirán que toda bendición emana de esta verdad mantenida en su conciencia. conciencia. Moren en la verdad del reino de Dios establecido en la tierra. Moren en la verdad de que Yo estoy más cerca que su respiración, y más cerca que las manos y los pies. Moren en en la verdad de que sus nombres están escritos en los los cielos, de que ustedes son el Hijo Crístico de Dios -la imagen y semejanza de Su Ser divino, la manifestación de Su gloria. "Yo he venido para que ellos tengan vida, y para que la tengan abundantemente". Que su oración sea un descanso de palabras, un descanso de pensamientos, un descanso de deseos. No acepten pensamientos de angustia. El Espíritu Espíritu de Verdad, Verdad , el Consolador, Consolado r, jamás jamá s los dejará, aunque toda vía vía o canal de bien estuviera cerrado. El Consolador es: una una actividad de Dios dentro de su propia conciencia. Como tal, es en mucho, una parte integrante de su ser; tal como lo es su propia integridad, lealtad y fidelidad. El Consolador está dentro de ustedes; es el "Paz, aquiétate" para toda tormenta exterior y para toda perturbación interior. Abran las puertas de su conciencia y permitan que el Consolador hable; permitan que el Consolador sea su seguridad; permitan que el Consolador sea su provisión, su salud, la armonía de su hogar y la paz de su vida interior. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Vivir la vida espiritual significa vivir: en una atmósfera de total seguridad, a pesar de pesar de las circunstancias. "Sé fuerte y ten valor; no no temas ni desmayes: porque el Señor tu Dios es quien va contigo; Él no te fallará ni te aban ab ando dona nará rá,, Es el Soy Yo, no temas". Esta Esta es la verdad sanadora más más grande revelada a la conciencia humana. Para los discípulos, una tormenta tormen ta representaba muerte y desastres, pero el Maestro vio sólo otra oportunidad más de asegurarles, con aquellas palabras de consuelo: "Soy Yo, no temáis". Esa misma confianza capacitó a Jesús para pararse ante Pilatos y decir: "No tendrías poder alguno contra mí, a menos que te hubiera sido dado de lo alto". Fue este mismo poder poder en José el que dijo a los hermanos: "No fuisteis vosotros los los que me enviasteis acá, sino Dios. . D i o s me envió por delante de vosotros para preservaros la vida". Las circunstancias que los confrontan pudieran parecer terribles, y el desastre inminente, pero el Cristo dice: "Soy Yo; no temáis". temáis ". Dios tiene raros caminos de atraerlos a Sí Mismo. En ocasiones lo que pareciera como un desastre, y la disolución de aquello que ustedes consideran más preciado, es el medio verdadero de despertarlos a la vida espiritual. Jamás miren las discordias temporales, la falta de demostración ni la ausencia de visión y comprensión comprens ión espirituales, como fracasos. No fue falta de visión espiritual lo que condujo a Moisés y a los hebreos dentro del desierto de la experiencia; fue Dios conduciéndolos hacia un sentido superior de bien. No fue falta de entendimiento entendim iento lo que envió a Elías Elías al desierto para estar tan hambriento que los cuervos tuvieron que traerle comida: fue Dios probándole a Elías que aún había siete mil que no habían doblado sus rodillas ante Baal, y que incluso en el desierto, 'ahí estoy Yo contigo y Soy capaz siempre de poner mesa delante de ti, en presencia de tus enemigos'. No fue fracaso lo que llevó a Jesús a lo alto del monte para ser tentado ahí por el mal, o lo que lo llevó al desierto sin alimento: fue la forma en que Dios le revelara que no buscara demostración en las cosas; que el hombre no vive sólo de pan sino de toda palabra que procede de la boca de Dios. Dios. No fue un fracaso lo que puso al Maestro en la cruz; lo que encerró a Pedro y a Silas en la prisión; lo que sujetó una víbora a la la mano de Pablo. No; éstas fueron las oportunidades aportadas por Dios para probar la nada de aquello que el mundo llama: un poder del mal, incluso un poder mortal. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Jamás miren las discordias y desarmonías de su vida como si representaran representa ran una falta de entendimiento entendim iento o demostración. demostració n. Consideren Considere n esas infortunadas circunstancias como oportunidades que serán disueltas cuando ya no sirvan como espuelas para su despliegue espiritual. Tengan el coraje para mirar de frente a toda persona y circunstancia que consideren considere n peligrosa o destructiva. En silencio, enfrenten la situación sin temor; enfrenten la condición o a la persona, y descubrirán que ello -o él - es una imagen de su propio pensamiento; y que por eso no hay causa, jurisd jur isdicci icción ón o ley que q ue lo sostenga sost enga.. Re-conozca Re-co nozcan n a Dios como el Alma Alm a de toda persona, y a Dios como la actividad en toda situación. No teman lo que el pensamiento mortal pueda pensar o hacer, puesto que el pensamiento pensamie nto mortal es: auto-destructivo. auto-destructiv o. No teman los pensamientos o acciones del del hombre cuyo aliento está en su nariz. Ustedes son el templo de Dios, y Dios está en Su santo templo, ahora. Ustedes son el templo del Dios vivo; su cuerpo es el templo del Dios vivo; su vida, su alma, su mente son el lugar donde mora la Verdad; y si ustedes moran en esta Verdad y dejan que esta verdad more en ustedes, ningún mal llegará cerca de su morada. No teman; teman ; descansen en fe y confianza en el reino de Dios. Dios. Yo jamás te dejaré ni te abandonaré. ¿Por qué toda esta lucha? Yo estoy justo en medio de ti, más cerca que el aliento, más cerca que las manos y pies. ¿Por qué luchas como si tuvieras que buscarME y procurarME? ¿Por qué luchas como si tuvieras que aferrarte a Mí? Yo jamás te dejaré; Yo estoy contigo siempre. Yo te daré de beber. Yo te daré agua; Yo te la daré, así que no luches por el agua; no te afanes -sólo aquiétate. DéjaME alimentarte. No trates de vivir de pan; al menos no sólo de pan; vive de toda palabra, de toda promesa de las Escrituras cumplidas en ti. Como Yo estuve con Moisés, así Yo estaré contigo. Sólo cree, y Yo te daré del maná escondido que es invisible al mundo: incompatible con el sentido común e incomprensible para el entendimiento humano; escondido en las profundidades de tu propio ser. Yo tengo carne que el mundo no conoce. Si tú Me pides, Yo te daré agua. Abandona la dependencia y la fe en la gente, circunstancias y condiciones. Muy dentro de ti, hay una carne que el mundo no conoce; hay corrientes de agua y maná, ocultos: todo esto está embebido e incorporado dentro de tu propio ser. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Tu Padre celestial sabe que tienes necesidad de todo esto; Le place dártelo -no para que luches y te afanes por ello, sino para dártelo a través de la gracia. Siempre que una apariencia de discordia se avecine sobre tu horizonte, relájate, descansa, quédate en paz en la seguridad de Mi presencia dentro de ti. EscúchaME, la vocecita callada al centro de tu ser: Yo jamás te dejaré; Yo jamás te abandonaré. Incluso en el valle de sombra de muerte Yo estaré contigo. Tú jamás conocerás la muerte; tú jamás morirás. Yo te doy agua de vida que brota hacia vida eterna. Si escuchas Mi vocecita callada, si descansas en los brazos eternos, si te relajas en Mí, si dejas que todas Mis palabras te alimenten y sean tu pan de vida y tu báculo, jamás morirás. Mi Espíritu está contigo; Mi presencia va delante de ti; Yo voy a preparar un lugar para ti. Para de temer; para de dudar. Descansa en Mi pecho; descansa en Mis brazos; descansa en Mi amor y apacíguate. Confía en el Yo en el centro de tu ser. Cree que Yo puedo hacer esto. Cree que hay una Presencia en el centro de tu ser cuya única función es bendecir; ser una bendición y un instrumento de Mi gracia. Confía en Mí; cree sólo en Mí; ¡no temas!
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CAPÍTULO XIV EL TABERNÁCUL O DE DIOS ¡CUÁ N AMABLES SON TUS MORADAS, OH SEÑOR DE LOS LOS EJÉRCITOS!
MI ALMA ANHELA Y AUN
ARDIENTEMENTE DESEA LOS ATRIOS DEL SEÑOR; MI CORAZÓN Y MI CARNE CLAMAN POR EL DIOS VIVO. SALMOS
84:1,2
UNA COSA HE DESEADO DEL SEÑOR, ÉSTA BUSCARÉ: QUE PUEDA YO ESTAR EN LA CASA DEL SEÑO R TODO S LOS DÍAS DE MI VIDA, PARA CONTEMPLAR LA HERMOSURA DEL SEÑ OR, Y PARA INQUIRIR EN SU TEMPLO. SALMOS
27:4
SEÑOR, ¿QUI ÉN HABITARÁ HABITARÁ EN TU TABERNÁC ULO? ¿Q UI ÉN MORARÁ EN TU MONTE SAN TO?. .. EL QUE TENGA MANOS LIMPIAS Y UN CORAZÓN PURO. SALMOS SALMOS
15 :1 ; 24 :4
La gente con creencias distintas tiene su lugar sagrado de adoración -un templo, una mezquita o una iglesia -donde el buscador sincero puede morar con su Dios. Dios. La estructura en sí misma y los objetos de devoción dentro del santuario, fueron designados para conducir el alma a Dios; pero en realidad el encontrarse cara a cara con Dios, no depende de la adoración en algún lugar en particular ni de la adherencia a un un ritual ritual prescrito. Los ritos practicados no son más que los símbolos externos de una búsqueda interior de Dios, y cada cada símbolo tiene su propia importancia y significado profundos. La adoración en el tabernáculo del Señor, como está descrita detalladamente en el Antiguo Testamento, es un ejemplo de esta búsqueda de Dios: repleta de simbología. El templo de los hebreos o tabernáculo tenía la forma de un paralelogramo, con sus lados apuntando al norte y al sur, y sus puntas hacia el este y el oeste. Consistía de tres partes: el patio exterior, el lugar sagrado, y el Lugar Santísimo. El patio estaba abierto para todos, para que adoraran. En este patio exterior se encontraba un brasero ardiente que era un gran altar ardiente, localizado cerca de la entrada, donde eran quemadas las ofrendas traídas voluntariame volunta riamente nte por por la gente. Entre el brasero y la puerta del templo había EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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una fuente hecha de bronce donde los sacerdotes del templo se lavaban sus manos y pies, antes de ofrecer sacrificios o antes de entrar al templo. El lugar sagrado sagra do tenía acceso sólo para los sacerdotes. En su lado norte había una mesa de madera. Esta era la mesa del pan de la proposición, sobre la cual ponían doce hogazas de pan sin levadura, divididas en dos montones separados. Este pan era la muestra de la abundancia y la gracia de Dios, y cada semana era puesta sobre la mesa una provisión fresca. La palabra "pan de proposición" significa "pan de la Presencia", y es interpretada por algunos de los estudiosos bíblicos como el símbolo de la presencia de Dios. En el lado opuesto del templo, templo , al otro lado lado de la mesa del pan de la proposición, estaba el candelero de oro; un pie de metal con tres ramas a cada lado, sobresaliendo tres copas en forma de flor de almendro, las cuales formaban los receptáculos para las siete lamparillas. En estas estas lamparillas se quemaba de continuo aceite de oliva. Cerca de de la la entrada al Lugar Santísimo, y similar en construcción al altar de bronce en el patio, había un altar dorado en el cual el sacerdote principal quemaba por la mañana y por por la tarde, incienso consagrado consagr ado para este propósito. El punto más sagrado en todo el tabernáculo era el Lugar Santísimo, localizado justo delante del lugar lugar sagrado. En este recinto eran depositados los símbolos del más alto valor y significado para el ritual, y sólo una vez al año se les les permitía a los sacerdotes entrar en este este sagrado recinto. Ahí reposaba el arca de la alianza: un arcón de madera de acacia cubierto de oro. Se creía que ahí, la verdadera presencia de Dios podía ser hallada; pero sólo aquéllos con manos limpias y corazón puro podían tener acceso a esta Presencia. Ahora bien, por medio de la meditación, intentemos comprender el significado espiritual del simbolismo de este templo de adoración. Comencemos Comencemo s con el patio. En el altar altar de bronce que que saludaba saludab a a todo el que entraba, dejaban su sacrificio aquellos que que adoraban. En esos esos primeros días, el sacrificio consistía normalmente en consignar al fuego, algún objeto material de valor intrínseco, probando con ello la sinceridad de la devoción de uno, uno, así así como la voluntad volunta d de renunciar a todo por por alcanzar a Dios. El buscador tenía que liberarse de todo aquello que se interponía como una barrera, en su comunión con Dios; y tenía que estar dispuesto a lanzar al fuego ardiente todo aquello que impidiera su progreso. Esta práctica simbolizaba el sacrificio del sentido personal, porque nadie puede acercarse EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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a la presencia de Dios sin antes haber renunciado a su fe y confianza en las dependencias humanas. Pudiera ser que algunos de nosotros jamás hayamos entrado a un templo, iglesia o lugar sagrado; no obstante si verdaderamente deseamos llegar a Dios, se requiere, de todos nosotros, un sacrificio. ¿Y cuál es el sacrificio que se exige de nosotros en este mundo moderno, si es que vamos a llegar llegar al Lugar Santísimo? Santísi mo? ¿Cuál es la la barrera que que se nos presenta? ¿Qué está obstruyendo obstruye ndo nuestro progreso? -¿Acaso -¿Acas o no son principalmente todas las prácticas antiguas de adorar 'otros' dioses, olvidando el primer mandamiento: "No tendrás dioses ajenos delante de Mí"? Los dioses que hoy en día adoramos no son imágenes grabadas, como antaño. No; en su lugar están las las imágenes idolatradas: fama, fortuna y posición. Continuamente Continuam ente estamos buscando alguien o algo para la satisfacción, esperando amor y gratitud de la gente, en lugar de buscar a Dios como el origen; o creyendo que nuestra provisión depende de inversiones, cuentas de banco y empleos. Esta dependencia dependen cia en medios humanos -esto es el sacrificio que se nos pide, algo que no es ofrecido en público, sino que es entregado en la santidad y en el secreto de nuestro ser. No podemos llegar a la presencia de Dios abrumados por nuestras cargas. Incluso el deseo de influir en Dios Dios para que interceda en nuestros asuntos humanos debe ser abandonado. Recordemos, el arca de la alianza Dios -está hasta el otro extremo del templo; pero antes que Dios pueda ser alcanzado, toda barrera debe ser removida. Así comenzamos a sacrificar, echando en el altar ardiente en forma figurada, todas las dependencias mundanas. Debemos renunciar a nuestro sentido mortal y material de riqueza y salud; y sin embargo no renunciamos a ellas. ellas. Por el contrario, cuando estos conceptos humanos ceden a la total dependencia de Dios, pueden presentarse en mayor abundancia y armonía. No malinterpretemos malinterprete mos la naturaleza del sacrificio. No se nos pide que renunciemos o abandonemos nuestras posesiones personales; lo que debe ser sacrificado es la creencia de que la riqueza material constituye la provisión. A menos que esta creencia sea descartada, no podremos llegar al reconocimiento de nuestra auto-compleción en Dios, en la cual la provisión ya está establecida en nosotros por toda la eternidad. La carencia y la limitación se experimentan sólo en la medida de la aceptación del concepto materialista de que el dinero es sinónimo de provisión o que el dinero es la EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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fuente de la provisión. Lo opuesto es la verdad: la provisión es la la fuente del dinero; la la provisión es la substancia substan cia de la cual se forma el dinero. La provisión es: la conciencia de la verdad, la conciencia de nuestra relación con Dios. Una vez que esta relación, este re-conocimiento re-conocim iento de la verdadera identidad se hace parte y realidad en nuestra conciencia, jamás volveremos a sufrir de limitación o carencias, ya que este entendimiento es la substancia de nuestra provisión. La misma sabiduría o comprensión espirituales que forman la substancia de nuestra provisión, es también la substancia de nuestra salud. La visión de salud generalmente aceptada es: la de un corazón que late normalmente, un hígado que secreta la cantidad adecuada de bilis, unos pulmones que inhalan y exhalan rítmicamente, un tracto digestivo que asimila y elimina satisfactoriamente, y varios otros órganos y partes del cuerpo llevando a cabo sus funciones naturales. Este concepto de que estos estos órganos y funciones saludables constituyan nuestra salud, debe ser sacrificado. La salud es: el re-conocimiento re-conocimien to de Dios Dios como la fuente de toda actividad y la substancia de toda forma; el re-conocimiento de Dios como la ley para Su creación. Esta sabiduría espiritual aparecerá como salud. Los conceptos materiales de salud y de riqueza son sólo dos, entre muchos otros conceptos erróneos, que deben ser sacrificados. Comencemos Comencemo s en conciencia donde nos encontremos en este momento. En lo más profundo de nuestras mentes y corazones, sabemos lo que estamos aceptando como mortal, material, limitado o de naturaleza finita -trátese de riqueza, salud, amistades, familia, posición social, poder o fama. Renunciemos a nuestros conceptos humanos para aceptar a cambio, un sentido espiritual superior de ser; sacrifiquemos lo que tiene menos valor para recibir recibir aquello que es: divinamente real. Aquéllos que han buscado a Dios por interés propio han errado el camino: Dios puede ser alcanzado sólo por la renuncia completa a todo deseo, excepto el deseo de deleitarse en Su amor y gracia. Comencemos Comencem os a sacrificar en esta esta meditación: Yo me rindo; entrego todo obstáculo material, todo obstáculo mortal y humano, y todo aquello que se interponga entre Dios y yo. En Tu Presencia hay plenitud de vida. Renuncio a cualquier deseo que alguna vez haya tenido. Entrego todo deseo, menos uno: todo cuanto busco eres Tú. Permíteme estar en Tu Presencia. Tu gracia es suficiente para mí -no Tu EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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gracia, la salud o las riquezas; sino sólo Tu gracia. Renuncio a todo deseo por gente, lugar, cosas, circunstancias o condiciones -incluso mi esperanza del cielo. Entrego todo deseo por reconocimiento, recompensa, gratitud, amor o comprensión. Yo estoy satisfecho con Tu gracia. Si tan sólo pudiera sentarme aquí y tomarme de Tu mano, jamás pediría ni siquiera el desayuno de mañana; ayunaría el resto de mis días. Tan sólo déjame tomarme de Tu mano, y jamás volveré a sentir hambre; jamás volveré a sentir sed. Sólo déjame tomarme de Tu mano; permíteme estar en Tu Presencia. Habiéndonos despojado de las dependencias humanas y materiales, al haberlas arrojado al altar ardiente, estamos listos para el siguiente paso. Cerca del fuego seductor hay un gran receptáculo redondo lleno de agua. Este es el lavatorio o baño en donde se lleva a cabo el rito de purificación. Aquí el que adoraba tenía la oportunidad de limpiarse tanto externa como internamente. Sin embargo, embarg o, el proceso de limpieza en el lavatorio ya no es una acción física, como tampoco lo es el arrojar nuestro sacrificio al fuego. Ahora, al estar frente al lavatorio, tenemos nuestra oportunidad de limpiarnos por dentro y por por fuera. Nadie necesita que que se le diga lo que lleva en su propia mente, de lo que quisiera purificarse, porque cada persona conoce su propio ser interno más que cualquier otro. Todo el procedimiento se reduce a una limpieza simbólica interna y externa, en la cual ocurre una purificación completa de nuestro sentido humano del bien. El sacrificio y la purificación del sentido humano de los valores, nos prepara para entrar al lugar sagrado. Ahí nos paramos delante de de la mesa del pan de la proposición, el cual siempre es mantenido fresco y abundante, no con el propósito de agasajarnos, sino como evidencia de la omnipresencia de la provisión y de todo bien. bien. Al contemplar esta mesa surge dentro de de nosotros un reconocimiento silencioso de que, tal como este pan de la proposición está siempre presente en el santo templo, de igual manera el pan de vida y todo lo que representa la auto-compleción, está presente aquí en este instante. ¿Y dónde es 'aquí? Donde yo estoy. Justo donde yo estoy, está el pan de la proposición. Justo donde yo estoy, está la omnipresencia de la substancia de la vida, el báculo de la vida, la armonía y el bien - to d o esto, como el don de Dios. Este don de de Dios Dios es omnipresente e infinito porque es de Dios; la substancia infinita de toda vida. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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El sacrificio, la purificación y la contemplación de la abundancia de bien, sirven como preparación para la apertura de la conciencia a la presencia eternamente perdurable de la Luz espiritual, la cual está representada por el candelero de siete brazos, localizado a la izquierda del del lugar santo. Los Los sacerdotes del templo utilizaban siete lámparas, porque el siete expresa compleción. Al estar estar en la presencia de este símbolo de luz espiritual, la inextinguible luz del Cristo comienza a impregnar la conciencia. Ahora, esta condición séptupla, esta compleción de iluminación espiritual, infunde nuestro ser; y gradual o repentinamente, la conciencia despierta a la verdad de que justo donde estamos ahora, en meditación, se encuentra la omnipresencia, la totalidad de la sabiduría espiritual, la comprensión espiritual y la vida espiritual. Si la manifestación de esta compleción espiritual es visible o no, poco poco importa. La totalidad totalida d de la luz de Dios, Dios, la iluminación espiritual completa, es total dentro de nosotros ahora, aún cuando no sea aparente. Parados en meditación delante de este candelabro de siete brazos, llenándonos con el recuerdo de nuestra auto-compleción en Dios, y creyendo que ya es, dejamos que esta luz salga a expresión visible. Paso a paso vamos labrando nuestra senda hacia el Lugar Santísimo, la verdadera presencia de Dios. Cada acto de consagración nos acerca a la meta. Sólo se requiere una una cosa más más - u n a prueba final de devoción. Así que nos volvemos en agradecimiento a nuestro lugar de adoración simbolizado por el incensario, y ahí ofrecemos nuestra alabanza y gratitud por las innumerables innumera bles bendiciones bendiciones de Dios. Aquí, en este lugar sagrado, delante del incienso ardiendo, frente al santuario, traemos a la memoria, conscientemente, nuestro progreso desde que entramos al patio exterior. Todo cuanto hasta aquí hemos encontrado en el templo ha sido una revelación de aquello que ya está establecido dentro de nuestro propio ser. Por nada de esto es que estamos orando o buscando. Nuestra autocompleción en Dios, es, y por ello damos alabanza, gracias, devoción, culto y adoración. Cada rito de consagración juega su propio papel peculiar en nuestro despliegue espiritual -el sacrificio interior lanzado al brasero ardiente, la purificación del yo en el lavatorio, la contemplación de la bondad de Dios ante la mesa del pan de la proposición, el reconocimiento de la eterna luz interior simbolizada por el candelero encendido, y la ofrenda de gracias y alabanza frente al altar altar de oro. Si cada uno de estos estos ritos ha sido llevado a EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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cabo fielmente, estaremos justo detrás del altar del incienso, frente al velo a semejanza semeja nza de niebla, el cual cual finalmente será descorrido, revelando el arca arca de la alianza. Si nuestra meditación ha sido gentil y serena trayéndonos a esa comprensión espiritual de nuestro ser-Dios; si nuestros ojos están abiertos a la realidad espiritual; contemplaremos el gran misterio: la niebla desaparecerá; el velo será descorrido; y nos hallaremos ante la presencia de Dios. Ya no habrá más oscuridad mental ni más oscuridad espiritual. La presencia de Dios Se anunciará a Sí Misma, recordándonos: Yo siempre estoy contigo. Yo estaba contigo cuando comenzaste tu búsqueda, pero la niebla delante de tus ojos disminuyó tu visión a tal grado que no pudiste verME. Estabas tan embotado con los conceptos materiales que tu Conciencia se opacó. La niebla no podía ser disipada hasta que fuese removido aquello que la provocó. Después, y sólo entonces, tú pudiste encontrarME, escuchar Mi voz y sentir Mi Presencia. En cualquier estado o nivel de conciencia que se encuentre el buscador, ya sea sacerdote o neófito, hay un Camino para él -un Camino que lo conducirá finalmente a la la verdadera verdade ra presencia de Dios. Este Camino puede ser totalmente único para el individuo, o puede tomar alguna de las formas establecidas de adoración religiosa, tales como la travesía desde el patio exterior hasta el Lugar Santísimo en el templo hebreo; como el poner una flor ante una estatua del Buda; como el peregrinar hacia la Meca; como el bañarse en las aguas sagradas del Ganges; como considerar el koan enigmático; o como el arrodillarse en una catedral en sagrada comunión, bebiendo del vino simbólico y comiendo el pan sagrado. Ahora bien, cualquier simbología que se utilice estará muerta y resultará infructuosa, a menos que el significado interior de la forma sea discernido. La meditación, semejante a la que nos hemos comprometido, reviste el símbolo con con vida y verdad. El sacrificio, la purificación y la devoción deben ser llevados a cabo, por todos y cada uno de los aspirantes, no como una ceremonia requerida por alguna norma externa, sino como el dictado del corazón. Sólo cuando el corazón ha cedido y el Alma le ha rendido homenaje a Dios, es que podemos llegar a la Presencia. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Nadie puede entrar a la Presencia, excepto en santidad. Desde antaño sólo los sacerdotes eran considerados lo suficientemente valiosos como para ganarse su admisión al Lugar Santísimo; pero hoy en día, a la luz de nuestra iluminación, cualquier hombre o mujer espiritualizados que tenga una comprensión de su verdadera identidad, será un sacerdote, y puede hallar su Camino al santuario interior. Todo aquél aquél que obtenga cierto grado de conciencia de Dios, es es un sacerdote. Tal persona no sólo sirve a Dios, sino que es mantenida por Dios. El pan pan de vida divino lo alimenta, el el manto invisible lo provee, y la luz de la verdad lo ilumina, haciéndolo la luz del mundo: la vía a través de la cual la sabiduría, el amor, la vida y la verdad espirituales, fluyen a todos aquéllos que no conocen el origen de su bien. Tú me mostrarás la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a Tu diestra para siempre. SALMOS
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CAPÍTULO XV LA HERMOSURA DE LA SANTIDAD DAD AL SEÑO R LA GLORIA DEBIDA DEBIDA A SU N O M B R E. ; OH , ADORAD AL SEÑOR EN LA HERMOSURA DE LA SANTIDAD. SALMOS 96: 8,9 HE AQUÍ: EL CIELO, Y EL CIELO DE LOS CIELOS SON DEL SEÑOR TU DIOS; TAMBIÉN LA TIERRA CON TODO LO QUE EN ELLA HAY. DEUTERONOMIO
10:14
Los CIELOS DECLARAN LA GLORIA DE DIOS; Y EL FIRMAMENTO MUESTRA LA OBRA DE SUS MANOS. SALMOS
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La meditación no es un fin en sí misma. Aquello Aquell o que estamos buscando es un reconocimiento consciente de la presencia de Dios, pero en la conciencia de esa Presencia, antes de experimentar la iluminación completa y total, pudiera haber dos de nosotros -Dios y yo. No queremos a Dios y a y a mí; queremos solamente a Dios. Ese es el paso final en el Sendero espiritual. Dios es desconocido desconoci do e incognoscible incognos cible para los sentidos humanos. Sin embargo, una forma de salvar la distancia inmensurable entre la materialidad y la espiritualidad, es dejar que el pensamiento se aparte de la atención y los problemas del del mundo hacia la la obra de las las manos de de Dios. En el entorno de todos siempre hay algún objeto hermoso: una pintura, una escultura, una una planta, un lago, lago, una montaña o un árbol. En la meditación pensamos en algunos de ellos, considerando la idea de Dios, lo Invisible, expresándoSE a través de la naturaleza o por medio de la mente de un artista o artesano. La presencia y el poder de lo Invisible es aquello que se hace manifiesto para nosotros nosotros como lo visible; lo uno inseparable inseparab le de lo otro. Incluso un poco de comprensión acerca de Dios, nos capacita para discernir en cierta medida, la vida, el amor y el gozo de Dios incorporados en el hombre y el universo. En esta comprensión, compre nsión, nuestra vida y amor se expanden y se hacen EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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más puros, gozosos y libres, llevándonos a una dimensión superior de vida. Comenzamos a vivir ya no tanto en el mundo del efecto, sino en el mundo de la causa; descubrimos nuestro bien en la Causa de todo cuanto existe, en lugar de descubrirlo en el efecto - e n las cosas, personas o lugares. Cuanto más entendamos que tenemos como Causa a Dios, mayor será nuestro disfrute de todas las personas y cosas. Sólo penetrando en el reino de lo Invisible, en esta dimensión superior o cuarta dimensión de vida, es que comenzamos a percibir la ley del amor en acción. Para entrar a la la cuarta dimensión, la cual no puede ser entendida por medio de los sentidos físicos, visualizamos las fuerzas invisibles de la naturaleza, las cuales actúan para traer a manifestación formas tales como las plantas o las flores. Con los los ojos parcialmente cerrados miramos una planta, sus hojas, sus capullos y flores. ¿Qué milagro de actividad invisible es el que ha transformado la semilla seca, un puñado de tierra y un poco de agua, en una flor? La vida invisible, actuando por medio de la humedad de la tierra, tocó la semilla, la rompió para abrirla, e hizo que pequeños brotes enraizaran. Esta misma fuerza invisible extrajo de los elementos de la tierra el sustento necesario para desarrollar estos brotes en un sistema de raíces que finalmente apareció sobre la tierra como una planta. ¡Qué maravilla, qué grandeza, qué milagro esta revelación, frente a nuestros propios ojos, de lo Invisible, lo Desconocido, lo lo Inexplicable! Sólo Dios, el Invisible Invisible Infinito, pudo producir tal belleza y gracia. Todo lo que aparece no es más que la forma y actividad de Aquello que es invisible; lo visible no es más que la aparición en la forma, de Aquello que lo causó y le le dio dio vida y belleza. Debido a que la forma es inseparable e indivisible de su origen, incluso la forma, es eterna. Re-conocer y comprender el origen de los símbolos externos de la creación, es amarlos y disfrutarlos más más profundamente. La actividad de la naturaleza no es algo separado separad o y aparte de la planta. La vida invisible de la planta toma forma como su color, gracia y belleza. De la misma manera el alma, la mente y la habilidad de un artista, se fusionan en una pieza de piedra o marfil para formar una obra de arte, en la cual, las cualidades del artista, son inseparables de la figura creada. creada. Sobre la la mesa, delante de nosotros, está una diminuta representación en marfil del Buda. Tratemos de visualizar al artista sentado frente a la pieza de marfil, la cual él seleccionó minuciosamente por su belleza y pureza de color. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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¿Pueden imaginar cuán amorosamente acarició esta masa inerte hasta que su forma definitiva comenzó a delinearse en su mente? ¿Pueden ver más allá del hombre mismo, y discernir la belleza del alma, la pureza de la mente, la inteligencia divina que lo guió y le dio la destreza a sus dedos? Recuerden, él no estaba creando simplemente la figura de un hombre; el Buda representa: iluminación, un estado de conciencia divino, aquello que el occidente llaman el Espíritu de Dios en el hombre, el Cristo o el Hijo espiritual. En la mente del artista está el deseo de compartir compartir con otros su concepción de este espíritu de Dios en el hombre. Al comprender el amor del escultor por su obra, se despierta en nosotros un aprecio más profundo por el tema y por el arte expresado en esta figura. Tal como el artista se ha expresado por medio de esta figurita o tal como la naturaleza se ha expresado como la hermosa flor, del mismo modo nosotros vivimos por por la gracia de de una una Presencia y Poder Poder invisibles, el cual está expresándose a Sí Mismo como creación. En esta esta forma de meditación no sólo nos deleitamos en atardeceres espectaculares, en montañas imponentes, o en cielos estrellados; sino que viéndolos, vemos más allá de ellos hacia el amor, la habilidad y la integridad de lo Invisible, manifestado como la obra obra de las manos de Dios. La actividad incesante del Amor divino garantiza la continuidad de esta creación magnífica llamada: hombre y el universo. Meditando en la actividad de Dios apareciendo como fenómenos naturales o como cualquier otra forma de belleza, se nos enseñará a mirar a través del hombre hacia su origen divino, sin considerar sus errores ni sus éxitos. Dios Se ha expresado; Sus propias cualidades aparecen como todo hombre, mujer y niño. Todas estas fuerzas de lo Invisible están unidas para formar la expresión visible de la la inteligencia, la vida, el amor y el gozo. Esto no se aprecia a través de la observación superficial de superficial de una persona, así como tampoco la causa invisible de una planta o de una obra de arte se aprecia con los sentidos. Sólo mirando a través de la apariencia, hacia lo Invisible, es que Su esencia es discernida. A la luz de dicha percepción, todo individuo es re-conocido como una expresión del del divino Ser infinito, expresándoSE expresá ndoSE en manifestación. La crítica y la condenación son transformadas en un amor profundo por este universo y su gente. Con esta transformac transf ormación ión llegará la compasión compasi ón por por aquéllos que EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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no conocen su verdadera identidad, por aquéllos a quienes hemos considerados los hombres y las mujeres 'malos' del mundo. Sólo en el grado en que entendamos la naturaleza de Dios es que podremos comprender la naturaleza del ser individual. Al pensar en nosotros, así como en otros, debemos captar algún destello interior de la naturaleza y actividad de Dios, el Principio creativo, el cual nos trajo a expresión. Dios Se ha encarnado encarnad o como la verdadera verdader a mente, alma, substancia y vida de nuestro ser -incluso como la substancia de nuestro cuerpo. El Verbo se ha hecho carne como el tú y el yo individuales. La meditación debe tener siempre a Dios como su sujeto, y a Dios como su objeto; porque el sujeto y el objeto son uno, no dos. La meditación debiera llevarnos fuera de esta vida tridimensional, de lo visible hacia lo Invisible, lo cual es conocido como la cuarta dimensión. Aquéllos que viven en un mundo tridimensional viven sólo en un mundo de altura, anchura y profundidad; es decir, viven en un mundo de forma, separados por completo de la esencia de Aquello Aquell o que aparece exteriormente exterior mente como forma. En la cuarta dimensión, en la cual Dios es la causa, substancia y realidad de la vida, todo efecto, apareciendo como cosa u hombre, es revelado como: la manifestación del Ser infinito, Dios. Todo ser individual, toda forma individual, tanto de animal, vegetal o mineral, es el Dios invisible apareciéndoSE en expresión, incorporando Sus cualidades, naturaleza y carácter infinitos. Todo cuanto hay en la tierra es del Señor y también Su plenitud: Dios apareciendo como universo y como hombre. Todo esto es inmortal; eterno, nuestro: "Hijo, todo cuanto Yo tengo es tuyo", y Yo estoy siempre siempr e contigo. "Yo y mi Padre Padre uno somos". ¿Cómo podríamos estar separados de Dios? "Quien me ha visto, ha visto al Padre que me envió". ¿Puede el amor del artista estar estar alguna vez separado separa do y apartado de aquello que ha creado? Vemos la figura de marfil; vemos el estado de conciencia que lo expresó. ¿Cómo puede la grandeza de de la invisible fuerza de vida de la naturaleza estar separada de su forma? forma ? Si vemos la planta, vemos la fuerza de la vida divina que la formó -son uno, inseparables e indivisibles. En el mundo de la cuarta dimensión, causa y efecto, sujeto y objeto, son uno. Gradualmente vamos más, y más hacia lo profundo, hasta encontrarnos centrados en Dios. Ya no estamos pensando más; los pensamientos son pensados para nosotros, las ideas están siendo cristalizadas por medio de EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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nosotros, las imparticiones del Alma se hacen claras a nuestra Conciencia. Entonces hallamos a Dios revelándose a Sí Mismo expresando el Verbo, el cual es veloz, afilado y más poderoso que una espada de dos filos: ese Verbo de Dios que separa el Mar Rojo cuando es necesario, y que produce la nube de día y la columna de fuego durante la noche -los milagros en nuestra experiencia. Esta meditación es una revelación del Invisible Infinito declarándose a Sí Mismo, dentro de nuestro propio ser. La meditación es: el arte de la apreciación divina, a través de la cual aprendemos a valorar correctamente al hombre, sus logros y el universo. Nuestro aprecio por las formas exteriores crece, porque la meditación nos da una comprensión del Amor divino que produjo la forma. Cuando entendemos la mente y el alma que ha producido cualquier forma de bien, podemos apreciar mejor al propio bien. Conocer al Conocer al autor de un libro hace al libro más significativo; conocer al compositor de una pieza musical hace la música más disfrutable. Si sólo pudiéramos conocer a Dios, si pudiéramos sólo gustar o tocar una gota de Dios, la creación aparecería en toda su maravilla y gloria. La meditación desarrolla la visión que nos lleva del objeto hacia su principio creativo, y entonces, con esta nueva visión, el mundo es revelado, como realmente es. Por medio de la meditación, una nueva dimensión de vida es desplegada. Ya no estamos limitados más al tiempo o al espacio, a la altura, anchura o profundidad; porque la mente brincará instantáneamente de la forma tridimensional a la cuarta dimensión, la cual es su procedencia, causa y origen. En esta dimensión superior ya no dependemos de las cosas que aparecen, ya sea persona, lugar o cosa: ya no las amamos en demasía, ni las odiamos o tememos, porque si vemos a través de ellas, percibiremos en todo momento que Dios, es el origen. Cuando escuchemos las palabras: "Yo nunca te dejaré ni te abandonaré", abandon aré", recordemos la figurita de marfil. El amor, maestría, habilidades y devoción del artista, jamás pueden ser removidos de esa figura. Lo mismo ocurre con nosotros. Aquello que nos formó jamás jamá s nos dejará ni nos nos abandonará. Su esencia es nuestro ser real. La meditación acerca de la obra de las manos de Dios, es una forma de traer las facultades del Alma hacia expresión activa, así como de comprender la sabiduría superior. Debemos aprender a ver no sólo los atardeceres, jardine jar diness o cualquier cualqu ier apariencia apari encia hermosa, hermo sa, sino tambié tam bién n a contemplar más contemplar más allá, EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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y captar un destello de Aquello que lo trajo a expresión. Entonces siempre tendremos formas permanentes de belleza y de armonía, porque tendremos la Esencia divina y perfecta que está por siempre formándoSE de nuevo. Si tratamos de ver perfección en la forma, la perderemos. Los sentidos materiales ven la forma y la disfrutan; el sentido espiritual ve la substancia subyacente y la realidad de la forma. Entonces la forma es siempre perfecta, completa y total. El objeto de nuestro trabajo es elevarnos hacia esa aprehensión divina donde vemos a Dios apareciendo en toda la gloria de Dios -no en la gloria del hombre, sino en la gloria de Dios como la gloria del hombre demostrando demost rando la perfección infinita infinita de la obra de las manos de de Dios. Somos elevados a un estado de iluminación divina en el cual contemplamos el mundo de Dios ya perfecto y completo; contemplamos a Dios manifestándoSE en toda Su gloria. "Los cielos declaran la gloria de Dios" y la tierra expresa la obra de Sus manos. Y ahora "mi meditación en Él es dulce, y yo me complazco en el Señor".
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TERCERA
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PARTE
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CAPÍTULO XVI LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU
E n la vida de todo buscador de Dios, llega el momento en que siente la Presencia y se hace consciente, de una manera u otra, de una verdadera Presencia y Poder trascendentales. trascende ntales. Es entonces cuando habrá terminado termin ado con la lectura de libros acerca de la experiencia de Dios o con el asistir a escuchar a gente hablar de Dios. No sabemos en qué forma nos llegará esa experiencia. Para cada uno llega en forma diferente, pero esto es es bien cierto: Cuando llega, y el Espíritu del Señor es una Presencia consciente, "ahí hay libertad" -una libertad y liberación de los pensamientos y cosas de este mundo: sus temores, temores , dudas, preocupaciones y problemas. En el mismo instante en que el Espíritu del Señor toca a una persona, ésta es transformada. transform ada. Comienza a comprender comprend er el significado significa do de renacimiento renacimie nto o de ser "nacido de nuevo". Siente una diferencia dentro de sí y sabe que ya no es la misma persona que era ayer o la semana pasada. El grado de transformación pudiera no ser aparente de inmediato en el reino visible, pero poco a poco se vuelve evidente para el mundo exterior. En ocasiones, justo al principio, pudiera hacerse evidente como apariencias 'negativas'. A menudo la pérdida precede la ganancia: "Aquél que halle su vida, la perderá; y aquél que la perdiere por Mi causa, la hallará". El sentido actual de vida debe ser sacrificado para que el sentido espiritual de vida pueda ser ganado. Antes que la conciencia total y completa de esta nueva vida haya ocurrido, puede aparecer el resquebrajamiento de viejas formas, como ciertos problemas, ya sea económicos, económicos , emocionales o físicos. Hay un sentido de pérdida, de renuncia o de sacrificio de de algo. Pero en verdad esto no es cierto. Una vez que el Espíritu del Señor ha tocado realmente a una persona, ésta no es perturbada ni afectada por las apariencias externas, ya que las reconoce como parte de una experiencia transitoria. Los primeros mártires Cristianos que se volvieron de los los dioses paganos hacia el único Dios, no pensaban en términos de un sentido humano de vida. La persecución que fueron obligados a soportar, fue como la nada en comparación con la plenitud de su misión espiritual. Para el no iniciado no EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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tenía sentido que los hombres justos fueran apedreados, lanzados a los leones o quemados en la hoguera. Desde el punto de vista humano esto jamás tendrá sentido; pero cuando el Espíritu de Dios ha tocado a uno, éste entiende que en realidad a nada se ha renunciado, nada se ha perdido ni sacrificado. Representa martirio sólo para aquéllos que no entienden. Para el iluminado espiritualmente, es el cumplimiento de su destino y experiencia espirituales, y aquello que es ganado, compensa con creces aquello que el mundo considera como pérdida. Hoy en día la actitud del hombre del mundo es similar a la de aquellos paganos de hace mil novecientos años. Contempla con asombro asomb ro y desconfianza a todo aquél quien, deliberadamente, elige dedicar su tiempo y dinero al desarrollo de su naturaleza espiritual, más que en perseguir placeres, fama y fortuna -lo -l o s 'dioses' de este este mundo. Tal elección, a los los ojos del materialista, se asemeja al sacrificio de los mártires Cristianos; pero para la persona que incluso sólo haya vislumbrado la naturaleza de la senda espiritual, y especialmente para quien ya haya experimentado al Cristo, lo ganado compensa en creces aquello que ha sido abandonado. En esta vida todo son subidas y bajadas -todo son montañas y valles. Algunos días vemos al mundo desde la cima de una hermosa montañita y el mundo entero parece gentil y bondadoso; pero antes que nos demos cuenta hemos descendido al valle. Hay otros días días cuando vamos cuesta arriba a la cumbre de la montaña más alta, sólo para encontrarnos al siguiente día, con que le dimos paso a la desilusión y a la desesperanza. desesperan za. Estos períodos no tienen importancia alguna y son de poca valía; forman parte del ciclo rítmico de la vida humana. Las experiencias del valle no son más que una preparación para las experiencias en la montaña. Siempre Siempr e hay un valle entre dos montañas; uno no puede ascender la siguiente montaña sin primero haber cruzado por el valle que yace en medio. En términos bíblicos, ningún hombre puede hallar su vida hasta que la pierde. Es en el valle donde uno suelta las cargas del yo humano con sus deseos, necesidades y anhelos. Así, liberado de cargas, se está libre para subir la siguiente montaña más alta. Conforme Conform e continúa el viaje, las experiencias de la montaña serán de mayor duración, en tanto que las del valle se acortarán. Esto continúa año tras año hasta que se alcanza un punto de transición donde las alturas se vuelven la morada permanente. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Hoy puede Hoy puede ser ese día de de transición transició n para para nosotros. Si recordamos este día como el momento cuando tomamos la decisión de olvidar "aquello que queda atrás y [extendernos] hacia lo que está delante, [prosiguiendo] hacia la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús", al cabo de un año no podríamos sino admitir que está en marcha una transformación de nuestra vida. El sentido humano de la vida jamás volverá a tocarnos tan profundamente: jamás volveremos a ser capaces de odiar o amar con la intensidad de antaño; tampoco nos enojaremos ni nos regocijaremos con la misma intensidad de la emoción humana. La profundidad de nuestra visión continuará trayendo mayor luz espiritual, sabiduría y guía, por lo que cada día será un día de discernimiento más profundo, un día de mayor vida que el día anterior, en la atmósfera de Dios. Esta experiencia servirá como fundamento sobre el cual podremos edificar el templo de nuestro cuerpo y hogar, el templo de nuestra experiencia individual -un templo no hecho con manos, eterno, en los cielos. En este trabajo estaremos en ese lugar de la conciencia donde el Cristo debe ser experimentado. Por años hemos hablado y escuchado acerca de la belleza de el Cristo, del poder de el Cristo y de la influencia sanadora de el Cristo - e s e Espíritu del Señor dentro de nosotros. Muchos de nosotros también hemos sido bendecidos por medio de los logros de otros, de este Espíritu de de Dios. Dios. Ahora el tiempo ha llegado llegado cuando ya no deberemos depender más de charlas o de la iluminación de otros. Nosotros mismos debemos tener la experiencia para poder estar en este mundo, más no ser de él; para caminar este mundo de aquí para allá y ni así ser parte de él; entrar y salir de las discordias y desarmonías, así como de los placeres y armonías, de este mundo, y con todo ello mantener nuestra integridad espiritual. Perderemos todo sentido de 'tener' que que hacer algo, hacer algo, o 'tener' que saber algo, o 'tener' que entender algo. Hay una liberación de la responsabilidad personal, y descansaremos en silencio y en quietud en la conciencia de que que donde el Espíritu del Señor esté, ahí hay libertad. Seamos espectadores observando a Dios en acción en Su universo, re.conociendo al Ser trascendental cuando lleva a cabo Su labor por medio de nuestra conciencia. Algunas personas han tenido una experiencia de Dios, sin la consecuente transformació transfo rmación n exterior. Ellos Ellos han han vivido tan sólo de ese recuerdo, porque no sabían lo que significaba; no supieron cómo se alcanzó EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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ni cómo mantenerla. Sin embargo, el el estudiante que ha dedicado su vida al estudio de la sabiduría espiritual y a y a la práctica de la meditación, encuentra que no es impactado cuando llega la experiencia de Dios, porque entiende su significado. Aunque Aunqu e acepta la experiencia con gozo como una una evidencia de la gracia, sabe que al mismo tiempo ha sido alcanzada debido al tiempo y el esfuerzo dedicados. Por lo tanto no vive de recuerdos inútiles, pues a medida que aumenta la receptividad por medio de la meditación continua, la experiencia de Dios se hará más frecuente, hasta que llegue el día cuando pueda ser obtenida a voluntad. Esta Presencia y Poder espirituales, este Cristo, que se hace cargo por nosotros de las funciones de la vida, es: invisible; pero no es menos real debido a Su invisibilidad. Se hace hace cargo de de las las funciones del cuerpo, cuerpo, por lo que se vuelve innecesario afanarse por las actividades corpóreas. El Espíritu Espíritu interior, el Cristo, lleva a cabo aquello que nos sea encomendado o que le sea encomendado a nuestro cuerpo. Gradualmente, Gradualm ente, conforme el Cristo vive nuestra vida, la conciencia de un cuerpo físico o de sus actividades como tal, es eliminada. Si fuera necesario afanarse por dirigir la circulación de la sangre o del tracto digestivo, entonces estaríamos viviendo por 'medios humanos' en lugar de 'vivir por toda palabra que sale de la boca de Dios'. No, el funcionamiento del cuerpo, sin la necesidad o la ayuda de algún pensamiento, de hecho sin ningún conocimiento concreto de la operación de la corriente sanguínea o del sistema digestivo, es evidencia directa del Cristo en acción. La salud es de Dios, y bajo esa premisa no se trata de mi salud mi salud o de tu salud. Si aceptamos esto literalmente, veremos milagros ocurriendo. El bien no es personal; ni tratándose tratán dose de de salud ni de riqueza. La salud es es en realidad una cualidad y una actividad de Dios; la esencia y substancia de Dios. Hablar de "mi" salud y de "tu" salud, indicaría que existen grados de de salud; salud buena y salud mala. En el camino espiritual de de vida esto no es posible; es una imposibilidad total: sólo hay una sola salud y ésta, es Dios. Con Dios como salud -y Dios "es la salud de mi semblante" -la salud resulta infinita, no debido a que se trate de 'nuestra' salud, sino porque es la salud de Dios. Una vez que aprendemos aprendem os a renunciar al sentido de de posesión personal como lo indican las palabras: "yo", "me", "mío", comenzamos a encontrar el verdadero significado del vivir espiritual -el vivir universal, impersonal y armonioso. Dios expresa Su armonía por medio de nuestro EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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ser. Cada fase de armonía, trátese de bondad o de buena salud, es una cualidad, una actividad y una ley de Dios. Cuando reconocemos a Dios como la esencia de todo bien, nos convertimos en instrumentos para la expresión de un sentido universal de bien. Con el sentido espiritual de salud llega el descubrimiento de que la salud no depende de la digestión, la eliminación ni del funcionamiento de algún órgano del cuerpo. La salud depende sólo de Dios; es una cualidad y una actividad de Dios. Todo lo que sea necesario para para el gobierno gobier no del cuerpo, se lleva a cabo como una actividad de Dios. Recordemos esto en relación con todo el alimento que ingerimos: "El alimento que yo como no tiene valor nutricional, substancia ni poder, para sustentar o mantener la vida; pero Yo, el Alma mía, la conciencia mía, es quien le imparte su substancia, substancia , valor y nutrimento". nutrimento" . Si hacemos de esto un re.conocimiento re.conocimien to consciente, hallaremos que el alimento tendrá un efecto completamente distinto sobre nuestros cuerpos del que había tenido hasta aquí. aquí. "Él hace aquello que me es dado hacer", y por ello la actividad del cuerpo es llevada a cabo por ese Ello que está está dentro de nosotros. No tenemos que afanarnos por ello; Ello lo hace. Ello perfecciona aquello que nos corresponde. Seamos observadores de Dios, apareciendo como nuestra salud, nuestra riqueza, nuestra fuerza y nuestra vida. Lo mismo sucede con todas las fases de nuestra experiencia humana. Si hay un sentido de justicia acerca de la vida -si las palabras correctas son habladas en el momento correcto, si los hechos correctos se llevan a cabo en el momento correcto, si la armonía prevalece en nuestra experiencia entonces sentiremos, veremos y reconoceremos que toda fase de esa experiencia es el resultado directo de la actividad del Cristo. Nosotros no la hacemos; nosotros no nos afanamos: Ello, el Cristo, lo hace todo; aún antes de que tengamos tengam os alguna conciencia conciencia de lo que está ocurriendo. Ello, el Cristo, es: la actividad del cuerpo, de la cartera y de las relaciones de unos con otros. La Presencia va delante de nosotros para: enderezar los lugares torcidos y para preparar un lugar lugar para nosotros. La Presencia hace todo por nosotros, y vivimos en este plano de existencia como testigos -espectadores. Hay innumerables pasajes bíblicos que revelan la importancia de "esperar en el el Señor", de ser espectadores de la vida. Esto no quiere decir decir sentarse ociosamente sin hacer nada. Por el contrario, cuanto más se EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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espera en el Señor, tanto más se es un espectador de Dios trabajando: en, por medio de, y como, uno mismo; y tanto más activo se es. Si somos espectadores, haremos aquello que requiera nuestra atención, y que esté más a la mano. Si tenemos que atender un hogar, lo atendemos; atendemo s; si estamos comprometidos en manejar un negocio, lo manejamos; si tenemos llamadas que hacer, las hacemos; pero mientras estamos ocupados en estas actividades, lo hacemos con esta actitud: "Espero en el Señor; contemplo lo que el Padre me da qué hacer". Siempre nos mantenemos en en tal estado de receptividad, de estar listos y dispuestos, a la menor indicación, menor indicación, para cambiar cualquier plan que hayamos hecho con el fin de seguir el plan divino. Cada día de nuestras vidas tenemos deberes y obligaciones que cumplir. Aquello que se nos ha dado hacer, debe llevarse a cabo; pero siendo un espectador, descubrimos que hay una dirección divina, un poder divino que nos guía. Este es el estado de conciencia alcanzado por por Pablo: Pablo: "Vivo Yo, pero no yo, sino que Cristo vive en en mí". Es como si el hombre, Pablo, Pablo, estuviera haciéndose a un lado, diciendo: "El Cristo está en acción; el Cristo está actuando en mí, por medio de mí, y como yo. Cristo vive mi vida por por mí". Esa es la actitud a mantener como espectadores, es casi como si estuviéramos estuviéram os diciendo: "Yo no estoy realmente viviendo mi vida. Yo estoy observando al Padre vivir Su Vida por medio mío". Esta es la forma ideal de vivir; esta es la forma espiritual de vida, la forma en la cual encontramos los menores obstáculos, la menor oposición, menor oposición, el menor número menor número de malos entendidos. Siempre hay una Presencia, lo Invisible Infinito, que va delante de nosotros para: enderezar los caminos torcidos, y para hacer hacer perfecto cada detalle de nuestra experiencia. Es sólo cuando el "yo" hace, dice y piensa, que el resultado puede estar incorrecto. Toda nuestra experiencia de frustración llega debido a nuestra renuencia a esperar lo esperar lo suficiente para que Ello Se haga cargo. La mayoría de nosotros no estamos dispuestos a esperar hasta el instante en el cual una decisión sea necesaria; insistimos en saber la respuesta de antemano, un día antes, una semana antes o un mes antes. Queremos saber lo que sucede a la vuelta de la esquina; queremos saber hoy lo que va a suceder la próxima semana o el mes entrante, e incluso qué decisión debiera tomarse para el próximo año, en lugar de esperar hasta el mismo instante cuando la decisión sea requerida, y entonces permitir a Dios EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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poner las palabras en nuestra boca y revelar cuál acción debiera debiera tomarse. El maná cae día tras día; día tras día nos son dadas la sabiduría, guía y dirección necesarias para ese día. Por lo regular Dios no nos avisa con una semana sem ana de anticipación; recibimos la dirección cuando la necesitamos. Hemos adquirido el hábito de impacientarnos, y el resultado es que en lugar de esperar para que sea manifestada la decisión de Dios, dejamos que el miedo se deslice y después, asustados por los posibles efectos infortunados de la indecisión, nos precipitamos y actuamos sobre la base de 'nuestro mejor juicio jui cio humano'. En el vivir espiritual no dependemos de nuestras evaluaciones 'humanas' 'humana s' correctas de la situación. Sin importar cuán buenos puedan parecer nuestros juicios, nos apartamos de ellos y vamos al Padre: "Padre, muéstrame cuándo moverme; muéstrame si debo o no dar el siguiente paso, y cuándo darlo". Con paciencia y práctica desarrollamos la conciencia de un espectador, de esperar en el Señor, la cual nos conduce al milagro de la vida en la que descubrimos no sólo que hay un Dios, sino que Ello se ha convertido en el factor gobernante en nuestra vida: Ello se ha hecho cargo de nuestra experiencia. Al no esperar hemos impedido la actividad y operación de Dios en nuestros asuntos, al no ser espectadores, al no sentarnos, por así decirlo, apartados de nosotros hasta sentir que el Padre Se está haciendo cargo. Si tan sólo hiciéramos eso, eso, hallaríamos el milagro de una Presencia divina yendo delante de nosotros para hacer, todas las cosas, nuevas. Cuando nosotros tomamos una decisión, a menudo encontramos obstáculos infranqueables en el camino; pero cuando Dios toma la decisión, Dios va delante de nosotros y remueve todo obstáculo. Todo lo necesario para facilitar la tarea, es provisto. Hagamos del ser espectadores, una práctica diaria: Padre, este es Tu día, el día que Tú has hecho. Me alegraré y regocijaré en él. Revélame la labor de este día; muéstrame Tus decisiones; no las mías, sino las Tuyas. Permite que únicamente Tu voluntad sea el principio motivador y activador de mi vida. Estemos dispuestos a esperar hasta el último instante antes que una decisión deba tomarse; incluso si se trata de un minuto después de lo necesario, esperemos y esperemos. Seamos pacientes, muy pacientes. Ello EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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vendrá; y una vez que hayamos tenido esta experiencia, habremos testificado el milagro de observar a Dios actuando en nuestros asuntos. Cuando esta conciencia se haya vuelto una experiencia verdadera, jamás volveremos a saber lo que es estar sin la conciencia del gobierno de Dios, porque habremos descubierto que Dios responde, que Dios Se hace cargo. En el Salmo 23 leemos que tenemos que morar en la casa del Señor todos los días de nuestra vida, todos los días: Por siempre y para siempre moraré en este reconocimiento de la sabiduría de Dios Dios y del gobierno de de Dios. Dios. Una vez que hayamos tenido el sentimiento claro de ser conducidos por Dios, del Cristo impulsándonos a actuar, nunca más estaremos satisfechos con tomar decisiones sin recurrir a la guía espiritual. Mucha de la gente exitosa testifica acerca de la importancia de los períodos de quietud en los cuales extraer, de los recursos interiores, inspiración y orientación. Ellos han descubierto que el poner orden a sus días para tener pequeños, pero frecuentes intervalos de descanso y relajación de los afanes del mundo, los libera de un sentido de presión, les recarga sus reservas y continúan con vigor e interés renovados. Hay un límite para lo que la mente y el cuerpo humanos pueden llevar a cabo en veinticuatro veinticuatr o horas. Sin embargo las personas en la senda espiritual, que han aprendido a abrirse a la actividad del Cristo a través de la meditación, no conocen la limitación. No hay límites para lo que el Cristo puede llevar a cabo a través de un ser humano en veinticuatro horas. El Cristo no no mide Su actividad en términos de capacidad individual. El Cristo opera por medio de Su propia capacidad, de la cual no somos más que los instrumentos. No hay nada que no pueda ser expresado desde la profundidad de nuestro propio ser interno, porque Dios es la mente del hombre individual. Todos contamos con la capacidad total de la Divinidad, y en proporción a la quietud y tranquilidad de la mente pensante y racional, es que lo Infinito fluye en expresión. Tanto la mente como el cuerpo son instrumentos de Dios. Tal como usamos el el brazo y la mano para escribir, así así Dios usa nuestras mentes y cuerpos para hacerSE visible y tangible en la experiencia humana. Al revelarnos Dios Su armonía, la mente y el cuerpo sirven como instrumentos para traer la armonía de Dios en expresión y forma visibles. Cualquier inspiración recibida de Dios lleva consigo: cumplimiento. Por ejemplo, si un inventor se da cuenta que su trabajo es la actividad de Dios, todo cuanto sea necesario para el cumplimiento de la idea incorporada en su EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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invento estará disponible -el financiamiento, la publicidad, la compra y la venta. Esto es cierto de toda idea creada por Dios. La fuente de su inspiración es la misma actividad que la trae a su total cristalización. Resulta imposible continuar practicando la meditación honestamente, tal como se presenta en este libro, durante algún tiempo, sin notar un cambio radical de naturaleza espiritual. Desde el momento en que ocurre un alejarnos de las dependencias materiales hacia una forma de vida invisible y humanamente desconocida, es inevitable que dicho cambio se presente. "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, mansedum bre, templanza: templa nza: contra tales no hay ley". Tales frutos no llegan a quienes aún no han aprendido a valorar al Cristo -Su presencia, poder y jurisdic juri sdicción ción.. La cosecha cosec ha de estos frutos fruto s debe estar precedida por años de consagración y devoción en los cuales uno, en cierta medida, ha dejado todo por Cristo. Pero cuando llega ese tiempo, jamás volvemos a estar solos; jamás volvemos a temer. Pudiéramos pasar por el valle de sombra de muerte, pero incluso ahí, la Presencia está con nosotros. Descansamos en el centro de nuestro ser en tanto la tormenta pasa por encima. Somos espectadores de Dios, guiando, manteniendo y sustentando lo Suyo. Dios cumpliéndoSE como ser individual. Entonces "lo vemos a Él como Él es" y Dios aparece como la totalidad, la abundancia, la armonía, la paz y el gozo de nuestra experiencia.
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CAPÍTULO XVII ILUMINACIÓN, COMUNIÓN Y UNIÓN
La meditación nos lleva a esa iluminación, que primero se vuelve comunión con Dios, y finalmente, unión. La iluminación es una experiencia individual. De ninguna manera está relacionada con la observancia externa de alguna forma de adoración; depende completamente de la conciencia de nuestra relación con Dios. Es una experiencia que tiene lugar dentro de nosotros mismos, separados y apartados de todos los demás. No puede ser compartida con nadie -esposa, esposo, hijo o amigo de confianza. No puede ser buscada en la compañía de otros. Tampoco dos personas la pueden buscar juntas. Cada una tiene que retirarse al santuario interior de su propio ser y ahí encontrar su su experiencia de Dios. Dios. En cierta medida es posible compartir nuestra revelación con otros que ya estén iluminados o que estén en el camino de la iluminación, pero recordemos siempre que: la experiencia de Dios, es individual. Si nos llegara en medio de miles de gentes, seguiría siendo una experiencia solitaria. No puede haber asociaciones en esta experiencia. Podemos compartir la verdad desplegada que pueda conducir a otros a experimentarla, y si tenemos un grado de iluminación suficiente, podemos ayudarlos a elevarse al punto donde también puedan experimentar experimenta r a Dios. Dios. Más allá de esto no podemos ir; la experiencia en sí, debe tener lugar dentro de ellos. Nadie debiera intentar enseñar o compartir la verdad que le haya sido revelada, hasta que la haya establecido dentro de su propia conciencia, y haya por lo tanto, alcanzado cierta medida de luz. Después de eso será conducido al cómo, cuándo, dónde y bajo qué circunstancias, pudiera compartir esta revelación. Dios le hará hará saber el papel que le corresponde correspo nde y la forma en la cual, deberá actuar. En proporción a la intensidad de nuestro deseo por la iluminación, ella es posible para todo individuo; pero mientras estemos esforzándonos en hacer el contacto con Dios, bien haríamos en mantener esa primera chispa escondida del mundo hasta que se haya encendido en flama. Luego de las primeras chispas de iluminación, el estudiante sabio mantiene a este Cristo recién nacido, cerca de su pecho: en secreto para el mundo. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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Figurativamente hablando, uno va a Egipto para esconder al esconder al Cristo Niño. No habla de Ello; en ninguna forma Lo revela al mundo, porque el mundo en su ignorancia y falta de consideración, puede intentar dañarLO. El mundo podría desenraizarLO; incluso podría destruir nuestra propia confianza y seguridad segurida d en Su presencia y Su poder. Por esta fe, decididamente el mundo podría crucificarnos. El mundo siempre busca destruir al Cristo. Las profecías, desde las primeras escrituras conocidas por el hombre por todas las eras, indican que: siempre que el Mesías llegue, será sacrificado. Hay algo en la naturaleza humana que no desea ser destruido, y sabe que el único Poder que puede aniquilar la maldad, la arrogancia y el egotismo humanos, es la presencia y el poder de el Cristo reconocido. Es necesario que mantengamos mantengam os el secreto. 'Esto es lo único que no debemos atrevernos a contarle al mundo'. En el instante en que que el mundo perciba en alguna persona una devoción pura hacia el Cristo, hablará resueltamente mal de ella e intentará apartarla de de sus amarras. El Anticristo Anticrist o o sugestión suges tión de un 'yo' apartado de Dios Dios se infiltra infiltra con la sutileza de una serpiente para levantar levantar la duda y minar la fe. Por lo tanto debe mantenerse en secreto, hasta que llegue el tiempo cuando la conciencia-Cristo esté tan desarrollada, que Se haya enraizado y cimentado en la conciencia como la verdadera verdader a actividad de la vida diaria. Entonces es que podremos pararnos ante el mundo y revelarLO sin estar pre-ocupados ni ser afectados por alguno de los abusos o dudas que el mundo pueda lanzarnos. Es sólo cuando nosotros presentamos el Cristo al mundo, que nosotros mismos estamos en peligro de perderLo; pero cuando el Cristo Se ha hecho cargo lo suficiente, Se presenta a Sí Mismo al mundo, silenciosa, secreta, gentil y tan tranquilamente, que nadie en el mundo reconocerá o sabrá Lo que sucede, aunque todos sientan Su influencia. Luego del primer chispazo de iluminación nos acosarán muchas tentaciones. tentaciones . Incluso Jesús fue encarado con la la tentación tentaci ón de carencia, la tentación de fama y la tentación de poder personal. Todo esto él lo resistió y venció. Estas mismas tentaciones nos llegarán a todos nosotros, pero cualquier tentación que el ser humano haya tenido alguna vez, será multiplicada tan pronto como obtenga incluso cierto grado de iluminación espiritual. Sin embargo, en la medida en que prosiga hacia una mayor iluminación, estas tentaciones caerán una por una, hasta que quede sólo una tentación -el egotismo, la tentación de creer que "yo", por mí mismo, puedo EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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hacer algo o ser algo. Esa también tendrá que ceder, finalmente, ante el Cristo resucitado. No hay límites para la profundidad de la naturaleza-Cristo. naturaleza- Cristo. La iluminación conduce a la comunión, en la cual se da un intercambio recíproco; algo fluyendo desde Dios hacia nuestra conciencia, y retornando de nuevo desde nuestra conciencia hacia Dios. Se trata de una meditación llevada a un grado más profundo de la que se haya experimentado hasta aquí, pero nosotros no somos quienes la llevamos -Dios es quien la lleva. No puede hacerse gracias a algún esfuerzo de nuestra parte; no puede ser forzada. Sólo podemos ser pacientes y esperar por Ello, y después hallar que Ello Se hace cargo; y habrá un intercambio pacífico y gozoso en el cual sentiremos el amor de Dios tocándonos, y nuestro amor por Dios retornando a Dios. En la comunión, la actividad del Cristo se convierte en una experiencia continua -una experiencia re.conocida no sólo en raros intervalos, sino siempre presente. Gradualmente Gradualm ente es alcanzado un punto de transición transi ción en el cual se da un cambio radical. Ya no vivimos más nuestra propia vida; Cristo vive nuestra vida por nosotros por nosotros y a través de nosotros; nos convertimos nada más y nada menos, que en un instrumento para esta Actividad divina: ya no tenemos voluntad personal; ya no tenemos deseos propios; vamos cuándo y dónde, somos enviados; ya no tenemos provisión propia; ni siquiera ni siquiera tenemos salud propia. Dios está viviendo Su Vida como nosotros. Cuando Dios vive nuestra vida, el manto del Espíritu nos envuelve. Entonces, cuando alguna vez alguien toque nuestra conciencia, tocará el manto del Cristo, y aunque sólo el borde del manto sea tocado, habrá curación y redención. Envueltos en este manto, resulta innecesario el ir a algún lado para llevar el mensajeCristo al mundo; el mundo llegará hacia Ello dondequiera que estemos -pero debemos estar revestidos con la conciencia de el Cristo. La comunión, llevada a su última instancia, tiene como resultado la relación final, la cual es: unión con Dios. Dios. En la comunión se alcanza tal altura de conciencia, que resulta posible volverse al interior en cualquier momento del día o de la noche, y sentir senti r la presencia del Señor. Es como si Ello estuviera diciendo: "Yo estoy caminando a tu lado"; y de nuevo Ello podría decir: "Hasta aquí Yo he caminado a tu lado, pero ahora Yo estoy dentro de ti". Pero finalmente escucharemos que Ello dice: "Hasta aquí Yo he estado dentro de ti, pero ahora Yo soy tú -Yo pienso como tú; Yo hablo como tú; Yo EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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actúo como tú; tu conciencia y Mi Conciencia son una y lo mismo, porque ahora permanece sólo Mi Conciencia". Mi Conciencia". Cuando se alcanza ese estado, ya no hay más comunión, debido a que ya no hay dos. Hay sólo un uno, y ese uno es: Dios expresándoSE, revelándoSE, revelándoS E, cumpliéndoSE. cumpliéndoSE . Se trata del matrimonio místico en el cual nos observamos siendo desposados con el Cristo -nos convertimos en aquello que Dios ha unido, en la unión indisoluble que ha existido desde el principio. "Yo y el Padre uno somos" -esa es la unión divina. En esta unión mística, todas las barreras son disueltas e incluso nuestras opiniones intelectuales se diluyen dentro de la sabiduría universal. Hay una entrega total del ser dentro del Uno universal: Todo cuanto yo tengo es Tuyo, Mis manos son Tuyas, Mi cuerpo verdadero. No tengo más más necesidad de persona, lugar o cosa alguna; Conmigo está el pan, el agua, el vino. Sólo tengo complacencia. Esto es el clímax en la experiencia espiritual. En el el Cantar de Salomón ésta es la experiencia que está descrita casi como si fuera una historia de amor humano, aunque es claro que no lo es del todo. Al principio principio siempre están los dos. Es en el estado de comunión cuando son dos quienes se aman el uno al otro - e l Padre y el Hijo. Jesús dijo: "Tal como el Padre me ha ha amado, así yo os he amado". amado" . En esta relación de comunión sentimos nuestro amor fluyendo hacia Dios, y el amor de Dios fluyendo hacia nosotros, tal como el amor de una madre envuelve a su amado hijo. Todo esto termina en la unión. Cuando la unión tiene lugar, ya no hay más un "yo". Sólo hay Dios, y al mirar hacia al mundo, vemos sólo lo que Dios ve; sentimos sólo lo que Dios siente, porque no hay otra Individualidad. No hay un tú; no hay un yo; sólo hay Dios siendo. Estos momentos de unión son invaluables. Son pocos, pero son preciosos, porque revelan el mundo tal como es. Si es posible experimentar esta unión por unos cuantos días o incluso por una hora, entonces es posible experimentarla por siempre. Sólo hay un requisito: quitarnos del camino. El día llegará cuando la tierra estará tan llena de la presencia del Señor, que no quedará más sentido mortal ni material de la existencia. La iluminación habrá disuelto toda sombra lanzada por el individuo que se haya interpuesto entre el sol y su rayo de luz. Cuando la iluminación llega, ya no necesitamos nada que pueda ser hallado en el mundo exterior. Todo y todos se vuelven parte de nuestro ser. Ya no es necesario afanarse más, porque ahora Dios vive nuestra vida. La EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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conciencia de una Presencia es continua; Ello canta dentro de nosotros por siempre. Yo nunca te dejaré ni te abandonaré. abandonaré . Ello vive nuestra vida y nosotros nos convertimos en espectadores de Ello, observando al Ello desplegarse desplegar se como nuestra nuestra experiencia verdadera. Ahí está Ello Ello dentro, que extrae para nosotros todo lo que se requiere para nuestro cumplimiento. El poder creativo de Dios se presenta en el silencio de nuestra conciencia. Cuando sentimos esa respuesta contestada, no sólo somos uno con Dios, sino que somos uno con todo ser espiritual en el universo. Dondequiera o lo que sea de bien para nosotros en el universo, encontrará su camino hacia nosotros. Es la bondad de Dios lo que se vierte a través de nosotros para el mundo. Ya no poseemos nada en lo personal. Quita de nosotros todo sentido de posesión personal, de adquisición personal, de poder personal, y en su lugar nos confiere Totalidad, la abundancia de Dios en Su infinita plenitud. Toda la gloria de Dios es revelada dentro de, y como, nuestra vida: como la armonía de nuestras relaciones, como la abundancia y satisfacción hallada en nuestros asuntos, como el resplandor de nuestro semblante, como la solidez y la fuerza de nuestro cuerpo, como la verdadera vestimenta con la cual somos revestidos. Todo el gozo y el cumplimiento que surgen por medio de nuestro ser, son un testimonio silencioso de que: Yo en medio de ti, Soy poderoso.
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CAPÍTULO XVIII UN CÍRCULO DE NATURALEZ A - CRISTO
¿ E s razonable esperar que pueda haber en los tiempos modernos todo un grupo de gente tan dedicado a la vida-Cristo, que sea capaz de vivir por el verdadero contacto espiritual? ¿Es concebible que un cuerpo de estudiantes o de sinceros aspirantes en la senda espiritual se desarrolle y acepten seriamente, la hipótesis de que ellos por sí mismos nada son, sino que Dios es todo? ¿Entra dentro del reino de las posibilidades el que un grupo de gente aparezca sobre esta tierra, que haya llegado a ese punto en la conciencia donde la vida sea vivida por el por el Espíritu? Tal grupo establecería un modelo para el mundo entero. Siempre han existido individuos aislados que han alcanzado la naturaleza-Cristo por gracia, pero en ninguna época dentro de la historia del mundo, esto ha sido re.conocido ni ni afirmado por por grupo alguno. Ninguno ha ha sido capaz de impartir la naturaleza-Cristo a un grupo, porque hasta este momento no se ha encontrado ninguna forma de transmitir la concienciaCristo a las multitudes -al menos, ninguna que haya sido efectiva. Fue impartida por Jesús a los doce discípulos, de los doce sólo tres o cuatro fueron capaces de sostenerla; fue enseñada por Buda a muchos estudiantes, pero sólo dos de ellos la comprendieron; y de los discípulos de Lao-Tze, sólo uno fue capaz de mantenerla. Hoy en día la sabiduría de todas las épocas está llegando de nuevo a luz a la conciencia humana: "Escucha, oh Israel: El Señor, nuestro Dios, es un solo Señor". Esta enseñanza de unicidad es el secreto ancestral de los místicos revelada por todo los tiempos por cada una de las grandes luces espirituales del del mundo. Todo gran maestro religioso ha captado esta visión de unicidad. Esto es lo que nos capacita para unirnos en ese mismísimo reconocimiento de que si: yo soy en el Padre, y el Padre es en mí, entonces tú eres en mí, y yo soy en ti; y todos somos uno en el Padre, unidos en una conciencia. A pesar de las diversas formas de adoración y enseñanza religiosas existentes hoy en día, los hombres y mujeres de cualquier creencia debieran ser capaces de unirse en esta sabiduría ancestral de unicidad. La enseñanza de unicidad es universal, y en ninguna forma interfiere con la práctica EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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continua de nuestra forma actual de adoración. En realidad no hay divisiones entre "tu" enseñanza y "mi" enseñanza. Hay un solo Espíritu y ese Espíritu es Dios, inundando la conciencia humana dondequiera que ésta esté receptiva. Este Espíritu de Dios trabaja a través de mí para tu bendición, y a través de ti para mi bendición, puesto que somos uno en Cristo Jesús. El mundo ha hecho grandes progresos hacia las enseñanzas religiosas y metafísicas desde aquellos primeros días de Jesús, Buda y Lao-Tze; pero demasiado de estas enseñanzas ha quedado como simple especulación en el reino del intelecto. De alguna manera y en algún lugar, debe surgir, en expresión activa, un grupo conocido por sus frutos: un grupo que verdaderamente viva la vida de el Cristo. Deberán mantener sus dedos sobre sus labios, sin hablar de la verdad, sin enseñar la verdad, sino viviendo la verdad; demostrando, con cada uno de sus actos, la presencia y el poder de Dios. Cuando la discordia o la desarmonía relampagueen relampag ueen a través del del horizonte, ellos resistirán la tentación de afirmar la verdad, y en vez de eso se volverán a ese centro donde el Cristo está entronizado y dejarán que Ello enderece los lugares torcidos. Ello, no ellos, será la bendición. La respuesta, la solución a todos los problemas, es el Cristo re.conocido; llamémosLO: llamémosL O: el Cristo Resucitado. El Cristo enterrado en la tumba de la mente no se manifestará ni hará maravillas; pero el Cristo resucitado en nuestra conciencia, el Cristo levantado de la tumba por medio de la meditación y la comunión -Ello será el Trabajador milagroso de las épocas. Ello puede comenzar con nosotros y expresarSE en el mejoramiento de nuestra salud, provisión y entorno. Entonces, cuando el Cristo se active en nuestra conciencia para bien de aquéllos que estén receptivos a Ello, Ello comenzará a ser una influencia en su experiencia. Así, yendo de uno uno a otro, tocando a unos cuantos aquí y a otros más allá, eventualmente Ello circundará todo el globo. Cada persona que se haya preparado a sí misma para el despertar del Cristo, puede volverse volvers e parte integral de este círculo de luz. luz. Sin embargo embarg o en este momento no es una experiencia posible para todas las personas, tal como no es posible que todos obtengan un título en ingeniería o leyes, sin los estudios preliminares requeridos. Muchos de aquéllos que están interesados en las cosas profundas del Espíritu, querrán incluir a sus familiares y amigos como sus compañeros en el Camino; esto no siempre es EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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factible. A menudo miembros de una misma familia u otros íntimamente relacionados por lazos de amistad, amor o asociación, son los que se oponen más a la verdad. Ellos son la tierra rocosa o yerma a la que se refirió el Maestro. No le corresponde a nadie juzgar o saber quién está listo para la revelación del Alma. Eso es algo entre cada persona y su Dios. Gradualmente toda rodilla se doblará, y finalmente todos llegarán a su herencia espiritual. El despliegue o revelación espiritual debe comenzar con uno -siempre uno. Tiene que comenzar en la conciencia de una persona. Esa conciencia bien pudiera ser la de ustedes; esa conciencia bien pudiera ser también la mía. Todo depende del grado en el cual lleguemos al re.conocimiento de el Cristo. El Cristo re.conocido y resucitado, activo en una persona, se convierte en una fuerza potente para el mundo entero. En determinado determi nado momento pudiera haber una persona receptiva en algún hospital, en la celda de una prisión, en un campo de batalla, en un alto puesto político, o en un puesto político bajo; alguien en algún lugar del mundo, clamando: "Oh Dios, ¿puedes ayudarme? ayudarm e? ¿Hay un Dios que pueda ayudarme?" ayudar me?" Dondequiera y cuandoquiera que haya un llamado a Dios, ahí está el Cristo re.conocido, en Su totalidad. Nadie puede captar captar completamente complet amente el efecto generalizado genera lizado de el Cristo concientizado cuando Ello es liberado en el mundo. No hay forma de saber cuántas personas han tenido curaciones -mentales, físicas, morales y financieras -por el simple acto de clamar al clamar al Desconocido, y con ello, tocar a este Cristo verdadero que ha sido liberado en meditación por ustedes o por mí. Es por esta razón por la que les he estado pidiendo a nuestros estudiantes en El Camino Infinito, dedicar un período de meditación cada día, sólo a Dios -no por ellos ni por sus familias, negocios, pacientes o estudiantes, sino sólo para Dios. Es decir, reservemos un período de meditación en el cual vayamos a Dios con las manos limpias: Padre, no busco nada. Vengo a Ti en el mismo espíritu en el que iría a mi madre si estuviera disponible; por comulgar, sólo por amor. Tú eres el Padre y la Madre de mi ser. Tú eres el Origen de mi vida. Tú eres el Alma de mí, el Espíritu de mí. No tengo ningún favor que pedir de Ti. Vengo a Ti por el gozo de la comunión, por sentir la seguridad de Tu mano en la mía, el toque de Tus dedos sobre mi hombro -sólo para estar en Tu Presencia. EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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La presencia de Dios, re.conocida y demostrada, es el Salvador del mundo. Ya pasó la época para cualquier individuo, de establecerse como el único representante del Espíritu de Dios sobre la tierra. Toda persona debe mostrar ese mismo Espíritu. Espíritu. Si este libro puede traer a unos cuantos la experiencia del Espíritu del Señor, entonces ellos, a cambio, serán capaces de salir y ayudar a otros a alcanzar esta misma experiencia. El Salvador es el Espíritu del Señor -no un hombre ni una mujer. El Salvador es: el Espíritu del Señor, y el Espíritu del Señor debe ser concientizado por ustedes y por mí, individualmente. Lo más que alguna enseñanza o libro espiritual puede llevar a cabo, es el guiar al guiar al estudiante al re.conocimiento de que hay un reino de Dios dentro de él, y después inspirarlo con el deseo de alcanzarlo. Lo más que un maestro espiritual puede hacer, es el abrir la conciencia de aquellos individuos quienes lo buscan, para que ellos puedan obtener la conciencia del Espíritu del del Señor. Pero un solo maestro, como hemos hemos visto en en el caso de Cristo Jesús, no podrá hacer esto por el mundo entero -ni siquiera por sus propios discípulos; excepto por esos cuantos que fueron receptivos y respondieron. Judas es un ejemplo de aquél que no respondió al Cristo. Sólo aquéllos con una profunda hambre espiritual pueden ser elevados por un maestro espiritual, hacia la experiencia-Dios. En todas las épocas, todo místico ha tenido éxito en abrir la conciencia de estudiantes a la experiencia del Espíritu del Señor. En algunos casos cientos la la recibieron a través de su maestro. Pero el mundo siguió con con su campante forma de destrucción, porque aquéllos que alcanzaron este estado elevado de conciencia, establecieron una adoración hacia 'el maestro' en lugar de hacer de la enseñanza, una práctica. Cada uno, que por medio de esta obra sea tocado por el por el Cristo, debería dedicarse a abrir la conciencia de otros de la misma forma en que fue hecho para él. Esto puede hacerlo siendo testigo de la actividad del Cristo en su propia conciencia, demostrando al mundo que cualquiera con suficiente interés y devoción, puede ser llevado a la misma experiencia. Dondequiera que haya una conciencia-Dios re.conocida, se convertirá en instrumento por medio de la cual, Dios actuará en la conciencia humana. La actividad del Cristo puede funcionar por medio de mi conciencia, EL ARTE DE LA MEDITACIÓN POR JOE L S. GOLDSMIT H
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alcanzando y tocando tocan do la la de ustedes, para iluminar, sanar y proveer. De la misma manera, al estar sintonizados ustedes en meditación a lo Invisible Infinito, el Cristo encuentra una salida a través de sus conciencias: toca las vidas de otros, despierta sus conciencias y trae lo que el mundo llama curación, a sus cuerpos cuerpos y asuntos. La actividad del Cristo, sin la intervención humana, fluye hacia cualquier conciencia humana que se esté abriendo a la gracia de Dios. Llegará el día cuando habrá una cinta, un círculo de sabiduría espiritual, alrededor de todo el globo. La estructura de este círculo estará formada forma da por todo el mundo, por la conciencia-Cristo re.conocida por maestros y estudiantes. Cuando este círculo haya sido desarrollado lo suficiente, entonces todo aquél que busque luz espiritual será capaz de llegar y tocar la conciencia-Cristo re.conocida de cualquiera que esté en esta cinta de Almas iluminadas. Entonces el mundo será elevado, no uno por uno, sino por miles. Cuando esta Conciencia sea liberada a través de la conciencia individual en meditación y comunión, Ella ya no podrá ser localizada ni en el tiempo ni en el espacio, y cualquiera en el mundo que La toque, La podrá obtener en cierta medida. LA ILUMINACIÓN DISUELVE TODAS LAS ATADURA MATERIALES Y UNE A LOS HOMBRES CON LAS CADENAS DORADAS DE LA COMPRENSIÓN E SPIRITUAL;
RECONOCE SÓLO LA GUÍA DEL CRI STO ;
NO TIENE
RITOS NI NORMAS , SINO AM OR DIVINO, IMPERSONAL Y UNIVER SAL; NINGUNA ADORAC IÓN, MÁS QUE LA DE LA FLAMA INTERIOR QUE BRILLA BRILLA SIEMPRE EN EL ALTAR DEL ESPÍRITU. LIBRE DE LA HERMAND AD ESPIRITUA L.
ESTA UNIÓN ES EL ESTADO
LA ÚNICA RESTRICCIÓN ES LA DISCIPLINA DEL AL MA , POR ELLO
CONOCEMOS LA LIBERTAD SIN PERMISO; SOMOS UN UNIVERSO UNIDO SIN LÍMITES FÍSICOS; UN SERVICIO DIVINO A DI OS SIN SIN CEREMONIAS NI CREDOS. EL ILUMINADO CAMINA SIN TEMOR TEMOR -P OR GR ACI A. *
*Tomado de El Camino Infinito, por el mismo autor.
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