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A menos que se indique lo contrario, y con la excepción de los pasajes citados en algunas de las lecturas de Consulta de Otras Fuentes , todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, copyright © 1999 Por la Sociedad Bíblica Internacional
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Introducción al Proceso de Aprendizaje El Proceso de Sabiduria te
envuelve a ti en un proceso creativo de aprendizaje. Discutirás los temas con otra gente para descubrir y aprender no sólo conocimiento, sino sabiduría acerca de cómo vivir para Dios. Combinando lo mejor del conocimiento clásico con investigación más reciente acerca de estilos de aprendizaje para el adulto, hemos desarrollado un planteamiento fresco. Y aunque es fresco, no es único o nuevo, sino que está fundado sobre formas de aprendizaje antiguas utilizadas en diferentes culturas. Muchos han encontrado que este enfoque les ha dado la mejor experiencia de aprendizaje de sus vidas. Posiblemente descubrirás que el proceso parece estar basado en el sentido común, porque lo está. Dios nos diseñó a Su imagen para que podamos descubrir y aprender acerca de Su creación y voluntad. Todos nosotros aprendemos todo el tiempo durante el transcurso de nuestras vidas. Somos confrontados por problemas, y los resolvemos. Afrontamos situaciones que requieren de decisiones. Abordamos preguntas para las cuales debemos proveer respuestas. El proceso de aprendizaje que seguirás en este modo te preparará para pensar sabiamente acerca de cualquier asunto en tu vida. Aprenderás un proceso que te ayudará a pensar bíblicamente en cuanto a las situaciones difíciles que tengas que afrontar.
El Proceso de Sabiduria Comprensión del Tema
Paso Uno:
Estudio de las Escrituras
Paso Dos:
Consulta de Otras Fuentes
Paso Tres:
Formulación de Respuestas
Paso Cuatro:
Paso Cinco:
Paso Seis:
Discusión del Tema
Pasos de Obediencia
Nota importante: El Proceso de Sabiduria tiene su origen en "El Centro de Entrenamiento Basado en la Iglesia". CCBT es reconocido como un excelente recurso para los líderes de la iglesia local en las áreas de entrenamiento para el discipulado y desarrollo de liderazgo a través de conferencias, y seminarios regionales impartidos en las iglesias locales y a través través de los recursos recursos de capacitación “basados en la iglesia”. Para más información, visite CCBT en línea: www.ccbt.org o llame por los teléfonos 520-971-8850, 888-422-2896.
ARTICULO 1
Nosotros creemos:
Comprensión del Tema Articulo1 Que las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son la Palabra inspirada de Dios, si error en los manuscritos origínales, que son la revelación completa de su voluntad para la salvación del hombre, y que son la autoridad divina y final para toda la vida y fe cristiana.
Estudio de la Escritura I Pedro 1:21 II Tim. 3:16 Salmo 12:6 Proverbios 30:5 Salmo 119:89,96 Num. 23:19 Tito 1:2 Matt. 24:35
Consulta de Otras Fuentes Lean los capitulos 1 al 3 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Lean las páginas 193 – 206 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO NUEVE
El primer artículo es básico para todo lo demás. Todo lo que sigue se debe examinar cuidadosamente a la luz de la declaración de las Escrituras. Pablo fue muy cuidadoso al señalar que el evangelio que él predicaba era un mensaje sobre la muerte, sepultura, y resurrección de Jesucristo, pero aun esto había sido “conforme a las Escrituras” (1Corintios 15). La razón y autoridad para los conceptos establecidos en los siguientes artículos deben estar de acuerdo con la Palabra de Dios expuesta en esta declaración de apertura para que se constituyan en la revelación completa de Su voluntad para la salvación de los hombres. En la iglesia donde mi familia adora a Dios se presentaron tres artísticos vitrales de colores y se colocaron detrás del presbiterio del santuario. El vitral central muestra en la parte superior una mano abierta, simbolizando la providencia de Dios en dar Sus bendiciones. Justo debajo de la mano se puede ver uno de los conocidos símbolos de Cristo -(Xp)- mostrando que Dios no retiene nada al darnos a Cristo. En la parte inferior se ve una paloma que desciende, simbolizando el Espíritu Santo, quien vino para hacer evidente esta dádiva a la humanidad. El tercer vitral tiene la tan conocida cruz y corona, recordando a los observadores del hecho que los problemas de la vida no debieran venir como sorpresa -hay una cruz para llevar; pero también tenemos la promesa de una corona cuando abandonamos la cruz. Sin embargo, todo esto no tendría significado si no fuera por el libro abierto en el primer vitral. Ese es el origen de todo lo que sigue. Es dudoso que nuestros antepasados supiesen a cabalidad la importancia de lo que se incluía en el primer artículo. Cada afirmación es una declaración positiva en respuesta a un ataque especí fico hecho hoy en contra de la Biblia. Aunque el cambio de las tácticas del liberalismo no se anticipó y la neo-ortodoxia era una palabra todavía desconocida, ambos son contestados simple, directa, y definitivamente: 1-1
- LA BIBLIA ES INSPIRADA - LA BIBLIA NO TIENE ERROR - LA BIBLIA ES LA REVELACION COMPLETA - LA BIBLIA ES LA AUTORIDAD FINAL Cada declaración responde a un ataque especí fico que se hace en la teología contemporánea.
* LA BIBLIA ES INSPIRADA * Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia (2Timoteo 3:16) Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2Pedro 1:20,21)
Aunque no declaran especí ficamente el hecho, quienes compusieron este artículo creían en la inspiración verbal de la Biblia. ¡Cada palabra fue inspirada! Algunos pueden poner esto en tela de juicio. Si nuestros pioneros estaban comprometiendo la iglesia a una creencia en la inspiración verbal, ¿por qué no lo dijeron? La respuesta debe ser obvia para quienes estudian las circunstancias. La fe en la Biblia -el Antiguo y Nuevo Testamentos- como Palabra de Dios, era aceptada en aquel tiempo, con esto decía tácitamente que cada palabra de las Escrituras era inspirada. Puede encontrarse un estudio más completo de otros conceptos sobre la inspiración en los muchos volúmenes escritos a cerca del tema. Sin embargo, algunos de estos conceptos están resumidos brevemente para indicar lo que no queremos decir por inspiración de las Escrituras.
1. INSPIRACION PARCIAL Este concepto declara que sólo ciertas porciones de la Bbilia son inspiradas. La Biblia contiene la Palabra de Dios, pero no es Palabra de Dios en su totalidad. Este concepto deja al individuo el asunto de determinar qué parte es y qué parte no es Palabra de Dios. Primero, se puede decir, “Mi razón me dice que lo que es o lo que no es inspirado”. De allí el estudiante continúa hacia la experiencia, “Mi experiencia y la experiencia de otros (tradición) me dice lo que es o lo que no es Palabra de Dios.” Finalmente, su deseo interpreta la Palabra. El acepta lo que desea; por tanto, la Biblia no es la autoridad final. Nosotros creemos, no en la parcial, sino en la total inspiración: cada palabra, el Libro entero es inspirado.
2. INSPIRACION MECANICA Este concepto sostiene que, mientras los escritores pueden haber sido inspirados verbalmente, fueron también inspirados mecánicamente. Esto se opone al concepto de que los hombres de Dios fueron “llevados” por el Espíritu Santo aunque dentro del límite de sus propios vocabularios, cultura, y estilos de expresión. Aunque los “santos hombres de Dios” frecuentemente escribieron cosas que ellos mismos no pudieron haber entendido a cabalidad, utilizaron un vocabulario que ellos solían emplear. Y fue hecho así a fin de tener variedad y mantener el interés. A esto se le llama también doble paternidad literaria ya que la Palabra de Dios provino de El, pero fue transcrito por los hombres. Esto tiene su contraparte en la encarnación de Cristo, como bien lo resumió la pluma del difunto Dr. Donald Grey Barnhouse en uno de los últimos artículos ( Eternity, noviembre, 1960): Hace muchos años me dí cuenta que hay una analogía entre el nacimiento del Señor Jesús y la venida de la Biblia. El Espíritu Santo cubrió a María a fin de que aquello santo que tendría en el vientre fuera llamado “el Hijo de Dios” (Lucas 1:35). Cristo fue judío, no nórdico, ni negro, ni chino, ni ningún otro, sino israelita. Y aunque El fue reconocido e identificado como un hombre, El fue también Dios Todopoderoso. Justamente como el Espíritu Santo vino sobre la vírgen María para que ella concibiera el Jesús humano en su matriz, así también el Espíritu Santo vino sobre las células cerebrales de Moisés, David, los profetas, los evangelistas, y Pablo, y produjo las Escrituras que forman la Biblia. Estas Escrituras llevan el sello de la personalidad humana, podemos discernir la individualidad y vocabulario de cada escritor. Pero los toques humanos no imprimen en las Escrituras las debilidades humanas más que lo que las características judaicas de Jesús aminorarían Su absoluta divinidad.
3. INSPIRACION SUBJETIVA Esta teoría es popular ahora en los círculos neo-ortodoxos y bartianos. La Biblia es inspirada sólo en cuanto a lo que llega al lector; esto es, la inspiración subjetiva a través de las experiencias. Nuestros padres creyeron que la Biblia era objetivamente la verdad fuese ella aceptada o no. De otra manera, la Biblia es meramente un libro para ser examinado como cualquier otra literatura, sujeta a las inferencias, conclusiones y aplicaciones de la razón humana corrupta -aquella del hombre 1-2
natural. Así la Biblia se convierte en un libro humano inspirado por Dios (como cualquier otra pieza de literatura puede ser inspirada) y no un libro divino grabado por los hombres. También en esta actitud hacia la Biblia el propósito principal de las Escrituras es tomado para revelar a Cristo. Esto lo aceptamos, pero no seguimos de acuerdo con ellos cuando declaran que cualquier porción de las Escrituras que no dan fe de El puede ser ignorada o aun rechazada. Los primeros capítulos de Génesis se vuelven mitos. El relato de la creación, de Caín y Abel, de Noé y el diluvio no son necesariamente la verdad histórica, sino que son verdades a manera de ilustraciones de lo que ocurrió. Están allí para explicarnos las razones de la mala yerba en el jardín, del dolor del parto, y del porqué las culebras se arrastran sobre sus vientres. Los expositores sostenían que si Adán y Eva realmente vivieron en el Jardín de Edén no tenía importancia alguna. Estos son mitos y no hechos históricos. El hecho de que Jesucristo aceptara la autoría mosaica del Pentateuco parece no debilitar su convicción. La Biblia es inspirada sólo en cuanto hable a los individuos. Quienes sostienen este punto de vista han encontrado recientemente un nuevo portavoz en la persona del Obispo James A. Pike de la Iglesia Episcopal. En una declaración reciente, a la que se hizo referencia en la prensa secular, (febrero 12, 1961). Declaró que el mito religioso es una de las avenidas de la fe y “tiene un lugar importante en la comunicación del evangelio”. Se refirió al mito del Jardín de Edén y el valor que tiene para explicar la naturaleza del hombre. Este era -dijo él- el uso del mito, para explicar una verdad complicada. El ha ocasionado quejas de algunos de su propia comunión al declarar, “No conozco a ningún miembro de la comunión anglicana -obispo, presbítero, diácono, o laico- que creyera literalmente este relato. Describió el parto virginal de María como un mito que los miembros de una iglesia estaban en libertad de creer o rechazar. También declaró, “Yo sé que los míos (conceptos teológicos) están dentro de los límites de la ortodoxia doctrinal permitidos en nuestra comunión. El Agnosticismo es una parte importante de la religión verdadera”. Aquellos que dieron forma al primer artículo de la declaración doctrinal no pueden haber previsto esta tendencia en la teología, pero la declaración concisa de que la Biblia entera es la inspirada Palabra de Dios es oportuna para enfrentar cualquier cambio de actitud hacia las Escrituras.
4. INSPIRACION DE LA IDEA Este punto de vista sostiene que el pensamiento -aunque no las palabras usadas para expresar la idea- es lo inspirado. La importancia y legalidad de un documento secular no sólo depende de la idea expresada, sino de la redacción real del documento. Las Escrituras pusieron mucho énfasis sobre las palabras usadas. Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. (1Corintios 2:13) El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63) Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de tí, y han creído que tú me enviaste. (Juan 17:8)
Ciertamente no puede haber nada más explícito en este respecto que la declaración concerniente a los Diez Mandamientos, “Y habló Dios todas estas palabras diciendo...” (Exodo 20:1) La declaración doctrinal acepta las Escrituras no sólo como el pensamiento de Dios, sino especí ficamente como “la Palabra de Dios”. Un estudio de los pocos sermones, exposiciones bíblicas, y artículos de los pioneros que tenemos a nuestra disposición, revelan cómo ellos pusieron gran énfasis sobre cada palabra del texto.
* LA BIBLIA NO TIENE ERROR * Debe notarse que esto sigue y no antecede a la declaración respecto a la inspiración de la Biblia. Nosotros creemos que las Escrituras son inspiradas y por tanto no tienen error. ¡No creemos en la divina inspiración de la Palabra porque previamente hayamos sido convencidos de su infalibilidad! Durante estos años recientes hemos presenciado un ciclo interesante. El crecimiento de la alta crítica puso a la defensiva a los creyentes en la Biblia. Los críticos hallaron gran placer en hacer resaltar los errores de la Biblia: la escritura no existía en los tiempos de Moisés; los hechos históricos pueden probarse como falsos; Jonás no fue tragado por una ballena; hay dos Isaías; el cuarto evangelio no fue escrito en el primer siglo sino en el tercer siglo, y así sucesivamente. Muchos sinceros creyentes en la Biblia sintieron que debían defender la fe (como si la verdad necesitase defensa). Muchos esfuerzos, muchos libros, centenares de sermones fueron predicados para probar la exactitud de la Biblia, como si la supervivencia de las Escrituras 1-3
dependiera de ello. Hasta hoy en día, muchos están todavía peleando la batalla defensiva, sin saber que la alta crítica no es más que un fantasma. Cada año trae consigo nuevos descubrimientos que prueban la infalibilidad de la Biblia. Los enemigos del Libro no siguen más relamiéndose sobre los “errores”, porque las inexactitudes de hoy pueden ser refutadas por los titulares de mañana. La nueva estrategia es atacar a la Biblia como revelación especial y autoridad final. Pero antes de seguir en esto sería bueno comentar sobre la calificación “sin error en los manuscristos originales” que de las Escrituras establecemos en nuestra declaración. Pocos de los pioneros supieron hebreo y griego. Además, no teníamos ningún “manuscrito original” ya que muchos de los manuscritos más antiguos se encontraron después de la publicación de la Versión Autorizada de la Biblia. Nuestros padres, sin embargo, podían leer la Biblia en dos lenguas por lo menos. Algunas de las versiones escandinavas tuvieron el bene ficio de manuscritos y porciones no disponibles a los revisores del Rey Santiago (King James). El hecho de que las traducciones noruegas y suecas estuviesen entre las mejores era providencial porque los pioneros prestaron poca atención al problema de las traducciones. Ellos veían con frecuencia una frase con un significado que el Espíritu Santo ni siquiera había usado. Vieron sus versiones no como traducciones sino como originales. El hecho de que el artículo incluya la expresión “manuscritos originales” revela que el entendimiento de las Escrituras había progresado. La referencia a los escritos originales también indica que la Iglesia Evangélica Libre no acepta ninguna traducción o versión como oficial. Esto nunca ha sido un problema puesto que muchos de los primeros miembros podían leer la Palabra en dos idiomas por lo menos, y sabían que cada versión sacaba a la luz interesantes matices del signi ficado en ciertos pasajes. La iglesia tampoco ha condenado versión alguna a pesar de las ocasionales presiones para hacerlo. Mientras cada individuo tenga opiniones personales sobre los méritos relativos de cada traducción, la declaración sobre escritos originales es la única posición tomada como denominación. Esto contrasta con el concepto de algunos grupos que reconocen una u otra versión como o ficial. Una denominación grande, por ejemplo, sigue sólo una versión. Recientemente varios han votado por reemplazar la Versión Autorizada (Authorized Version) con la Versión Estandard Revisada (Revised Standard Version) en las lecciones bíblicas y liturgia. Sin embargo, no se debe concluir que aquellos consideran necesariamente que una es más fiel que la otra. La razón principal ha sido tener amenidad y uniformidad. Un ejemplo de los extremos a los que un grupo puede llegar si no salvaguardan, con una clausula similar a la del Artículo I sobre “los manuscritos originales”, se ilustra con un artículo en la declaración doctrinal de un grupo: Nosotros creemos en la inspiración verbal y divina del Antiguo y Nuevo Testamentos y en la supremacía, infalibilidad y eficacia absolutas de la Versión Autorizada de la Biblia en todos los asuntos de fe y práctica. Uno se pregunta lo que un misionero haría con semejante concepto. La traducción que habría de ser usada en el Congo, por ejemplo, ¡sería automáticamente inferior, falible e ineficiente!. Nuestros antepasados reconocieron la posibilidad de errores no en las Escrituras tal cual fueron inspiradas, sino en las copias o traducciones. Sin embargo, esto no se debe enfatizar demasiado ni debe llevarnos a una falta de confianza en la Biblia como la tenemos hoy en día. El presidente del Comité Americano de Revisores escribió con respecto a esto, Esta multitud de textos griegos no tiene por qué confundir o alarmar al cristiano. Es resultado natural de la gran riqueza de nuestros recursos documentarios; es un testimonio de la tr emenda importancia del Nuevo Testamento; no afecta, más bien asegura la integridad del texto; y es un estímulo para estudiar. Sólo cerca de 400 de las 100,000 ó 150,000 variaciones afectan materialmente el sentido. De éstas, otra vez, no más de 50 son realmente importantes por una u otra razón; y aun de estas cincuenta, ni siquiera una afecta un artículo de fe o un precepto del deber que no esté sostenida profusamente con otros pasajes indudables o por el tenor entero de las enseñanzas de las Escrituras. El Textus Receptus de Stephans, Beza, y Elzenir, y el de nuestra Versión Inglesa (English Version), enseñan precisamente el mismo Cristianismo que los manuscritos sinaíticos y vaticanos, las versiones más antiguas, y la Revisión Anglo-Americana. (Dr. Philip Schaff en Companion to the New Testament ). Esto es lo que creemos -que las Escrituras no tienen error, porque creemos primeramente que ellas son la Palabra inspirada de Dios. Hay muchas cosas que todavía no comprendemos. Puede haber cosas con apariencia de errores, pero éstas no mueven nuestra fe ni son causa de alarmas. Nos unimos al Obispo Ryle de Liverpool cuando declara, “Dadme las di ficultades en vez de las dudas. Yo acepto la teoría verbal y total de la inspiración bíblica con todas sus dificultades y humildemente espero su solución. Pero mientras espero me afirmo en la roca de la declaración, ‘Escrito está’”. No necesitamos sino aceptar el relato escrito como relato escrito de Dios. ¿Entonces, cómo puede contener errores? 1-4
Por Su Espíritu, Dios ha declarado que “Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5), “Las palabras de Jehová son palabras limpias” (Salmos 12:6).
* LA BIBLIA ES LA REVELACION COMPLETA * Este es el nuevo campo de batalla. ¿Es la Biblia una revelación especial, completa en sí misma? ¿Hay nuevas revelaciones desde que el canon se cerró? Para apreciar el significado de esta declaración debemos considerar unos cuantos métodos de revelación.
1. REVELACION POR MEDIO DE LA NATURALEZA Dios se ha revelado y sigue revelándose a Sí mismo en la naturaleza. Esto se saca a relucir en varios lugares de las Escrituras. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; y éste, como esposo que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor. (Salmos 19:1-6)
Pero esta revelación no está completa. Se puede caminar por la selva y no encontrarse con Dios, escuchar la canción de los pájaros y no conocer la armonía del alma, llegar hasta la luna y no lograr encontrarse con el trono de gracia. Esto se enfatiza en el pasaje siguiente: Porque lo que de Dios se conoce les es mani fiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glori ficaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. (Romanos 1:19-23)
2. REVELACION POR MEDIO DE LA HISTORIA Aun las Escrituras revelan a Dios por medio de la historia de una nación, Israel. Pero las lecciones de la historia no tienen sentido sin la interpretación divina. Hasta la historia de Israel es inadecuada como medio de revelación, sin los antecedentes de la actividad de Dios en y por medio de ella. Las leyes de retribución contra una nación que se olvida de Dios pueden hacerse evidentes en la historia, pero los medios del perdón divino no están allí.
3. REVELACION POR MEDIO DE LA EXPERIENCIA PERSONAL Se puede estar conciente de la existencia de Dios por la experiencia, pero las variedades de experiencia que están emergiendo de muchos trasfondos culturales, no darán una revelación segura de El. ¿Si Dios existe, dónde puedo encontrarlo? ¿Cómo puedo llegar a El? ¿Hay perdón del pecado? ¿Cómo podré encontrar tranquilidad para mi ánimo?
4. LA BIBLIA COMO ESPECIAL Y COMPLETA El artículo declara el área de plenitud -”la revelación completa de Su voluntad para la salvación de los hombres”. Nuevos capítulos se agregan constantemente a la historia del universo a medida que los satélites envían sus mensajes. Nuevos capítulos se agregan a los libros de historia a medida que las tumbas de las naciones entregan sus secretos. Nuevos capítulos de victoria sobre las enfermedades se escriben a medida que los cientí ficos siguen trabajando en el laboratorio. Pero no hay nuevos capítulos en el plan de salvación de Dios. La Biblia es una revelación completa.
* LA BIBLIA ES LA AUTORIDAD FINAL * Note el área -en credo y conducta; fe y vida. Esta no es la tradición de la iglesia. Esta autoridad final y revelación completa son los puntos focales de ataque de aquellos cuya mayor ambición es crear una gran superiglesia y así (aunque puede ser que no se den cuenta) preparar el camino para la llegada del Anticristo. La autoridad de las Escrituras tiene que ser socabada y la doctrina degradada si el ecumenismo quiere lograr sus esperanzas. W. Stanley Mooneyham, editor del United Evangelical Action, narra sus observaciones en la asamblea trienal del Consejo Nacional de Iglesias en San Francisco (diciembre, 1960): No pude encontrar una sola declaración en ningún discurso o reporte que diera énfasis a la ultimidad de las Escrituras. Por cierto, parecería que le han quitado importancia. En su muy divulgado sermón sobre la unión eclesiástica, uno de 1-5
los líderes dijo que, “mientras se requiera la expresión sola scriptura, no puede haber puente alguno entre lo católico y lo evangélico”; pero ahora, dice él, las conversaciones ecuménicas revelan que “los protestantes generalmente han llegado a reconocer el lugar correcto de la tradición”. ¿Está él listo para renunciar al principio que solamente la Biblia es la autoridad para la fe y vida, el histórico principio protestante, y poner de lado las tradiciones humanas? Parecería que sí. Y si esto fuera así, no habrá manera de evitar tampoco la aceptación de las tradiciones de Roma y las declaraciones del pontí fice romano respecto a su propia infalibilidad. Otro orador delaró que la Biblia era un “libro sin límites fi jos” y aunque él nunca determinó claramente lo que quiso decir, citó en el mismo contexto a un profesor de teología que dijo recientemente en un discurso inaugural que el tener en cuenta la tradición sería la próxima gran tarea de la teología. Pero la vida y fuerza de la iglesia no descansa en la tradición ni en la unidad organizacional. Es una obediencia nueva a la autoridad de la Palabra de Dios, revelado en el evangelio. Esta fue la dinámica de la iglesia durante los primeros siglos; éste fue su poder en los dias de la Inquisición, y cualquier fuerza que hubiere quedado en la Iglesia de Jesucristo se debe a esto.
Tenemos que considerar frecuentemente la declaración del primer artículo y repetirlo con convicción. Que sea siempre una expresión de confianza sin reserva así como de una confesión de fé. Que podamos unirnos a nuestros antepasados en la grande y constante preocupación, “¿Qué dice el Señor?”
Formación de Respuestas 1. Explique sus puntos de vista acerca del signi ficado de las palabras “revelación” “inspiración” e “iluminación”________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ 2. ¿Qué es lo que entiende por “inerrante” cuando se usa con respecto a las Escrituras? Hay alguna diferencia entre “inerrante e infalible?________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ 3. ¿Cómo es que tu convicción acerca de la inerrancia de la Escrituras afecta tu estudio, predicación tu enseñanza y el uso de esta en consejería? _________________________________________________________ _______________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ 4. Explica tu entendimiento del desarrollo del Canon Cristiano de la Escrituras._________________________ ______________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________________ 5. Detalla cualquier otra convicción personal relacionada con esta sección de la declaración doctrinal________ _______________________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________________
Discusión del Tema en grupo Paso de Obediencia 1. Hay que escribir tu tesis sobre el articulo 1. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
1-6
ARTICULO 2
Nosotros creemos:
En un solo Dios, creador de todas las cosas, infinitamente perfecto y eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Articulo2
En un solo Dios, creador de todas las cosas, infinitamente perfecto y eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que son tres personas distintas en un solo Dios verdadero.
Isaías 40:25
Mateo 5:48
Deuteronomio 6:5
Mateo 28:19
Génesis 1:1
Isaías 63:9
Juan 1:3
Génesis 11:7
Isaías 57:15
Génesis 3:22
Génesis 1:26
Mateo 28:19
Juan 5:26
Juan 16:13-15
Capitulos 4 al 7 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 207 al 215 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 10
El primer artículo de nuestra declaración doctrinal determina todo lo que está por delante aunque, aun con una declaración de fe en la Biblia como la Palabra de Dios, la única autoridad y revelación final, debe hacerse alguna declaración respecto a los detalles. Aún el Credo de los Apóstoles, aceptable como es, omite algunos puntos importantes que abrieron la puerta a ciertas herejías y llevó a la convocatoria del concilio en Nicea. Durante los días en que el asunto de la adopción de un credo era discutido, se solía hacer la sugerencia, "¿Por qué no sencillamente endosar el credo de los Apóstoles?" Un pastor escribió " ¿Por qué deberíamos adoptar un credo cuando ya tenemos uno en el cual todos nosotros creemos? Me refiero al Credo de los Apóstoles -un credo que memorizamos en la infancia. No hay nada en este credo que nosotros, como Iglesia Libre, no podemos cordialmente suscribir. ¡No tiene derecho de autor, y seguramente podríamos adoptarla sin perder nuestra identidad!". En el segundo artículo nosotros vamos mucho más allá de lo que hizo el credo arriba mencionado. Sería posible citar el Credo de los Apóstoles y aún ser un Unitario. Cristo y el Espíritu Santo, por aparecer segundo y tercero, podrían, sin la presencia de una cláusula aclaratoria o calificativa, ser aceptados como inferiores al Padre. 2-1
El segundo artículo incorpora en una sola oración la declaración del Credo de los Apóstoles que Dios es el Padre y "creador del cielo y la tierra" y sigue para incluir el énfasis principal del Credo de Nicea que Jesucristo es "el mismísimo Dios"; engendrado, no creado; siendo de una sustancia con el Padre." Esto es cubierto en las Palabras, "infinitamente perfecto y eternamente existente en tres personas". Luego, también incluye el énfasis principal del Credo de Atanasio en cuanto a la Trinidad. El Credo Apostólico, mientras nombra el Padre, Hijo, y Espíritu Santo, no da la relación del uno con el otro y permite una variedad de interpretaciones. Esto entonces, es lo que creemos acerca de Dios: - CREEMOS EN LA UNIDAD DE DIOS. - CREEMOS EN DIOS COMO LA FUENTE UNICA. - CREEMOS EN EL TRINO DIOS.
* CREEMOS EN LA UNIDAD DE DIOS * "Creemos en un solo Dios".
Esto contrasta con el politeísmo de los paganos, por una parte, y los intentos de hacer de la idea de la Trinidad una de tristísimo. No es nuestro propósito presentar los muchos argumentos a favor de la creencia en la existencia de Dios. La aceptación del primer artículo, el cual confiesa fe en las Escrituras como la Palabra inspirada de Dios y la revelación de Su voluntad, debiera ser suficiente. Ni siquiera la Biblia trata de probar la existencia de Dios; simplemente asume que es un hecho. Sin embargo, es esencial que justamente la primera declaración de un credo basado en la Biblia declare la fe en la realidad de Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
Además, creer en la Trinidad no debería dar como resultado la idea de que hay más de un Dios. El Credo Atanasiano declara esto más enfáticamente en frases como: "adoramos a un Dios en Trinidad, y la Trinidad en Unidad"; "no son tres Eternos; sino un Eterno"; "no hay tres Todopoderosos; sino un Todopoderoso", "no hay tres Señores; sino un Señor". El versículo de la Escritura usado más comúnmente es Deuteronomio 6:4, Oye, Israel: Jehová nuestro -Dios, Jehová uno es.
La segunda parte de esta declaración, por desgracia, se omite casi siempre al presentarla como prueba de la unidad de Dios. Esta llama a la unidad de propósito y dedicación a la luz de esta unidad de Dios, Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6:5)
* CREEMOS EN DIOS COMO LA FUENTE UNICA * "Creador de todas las cosas"
Dios es la fuente de "todas las cosas", que es otra manera de decir, "Hacedor del cielo y la tierra" (Credo de Apostólico), "de todas las cosas visibles e invisibles" (Credo Niceno). Esto llegó a convertirse en una declaración de primordial importancia durante las primeras décadas de este siglo, cuando se negó la existencia del universo como resultado de un acto creativo de Dios. Durante aquellos días, la evolución trató de reemplazar la fe en Dios como "el creador de todas las cosas". Un escritor declaró en aquel tiempo, "La evolución puede, en efecto, explicar la supervivencia de los mejor dotados, pero es totalmente incapaz de explicar la llegada de los mejor dotados".
* CREEMOS EN EL TRINO DIOS * Fue el fracaso de un segmento del Congregacionalismo de Nueva Inglaterra, en mantenerse firme a este dogma de la fe, lo que condujo al Unitarismo, que no es más que el renacimiento de la vieja herejía arriana. Se tendrá que admitir que la Trinidad no es un término escritural, aunque implicado en muchas maneras. 2-2
La declaración hace constar, "Un solo Dios infinitamente perfecto y eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo". Esto, sin usar la expresión "el Dios Trino" o "Trinidad" como lo hace la mayoría de los credos, declara con énfasis la creencia en la Divinidad existente en tres personas, mas no como tres dioses. Este concepto ha sido sostenido por la iglesia de Cristo desde los primeros días y es la única conclusión natural en vista de las declaraciones directas e inferencias de la Palabra de Dios. Tratar de explicar la Trinidad sería una locura. Hasta ahora, nadie ha podido presentar una explicación que pueda satisfacer completamente las mentes finitas. Un sermón predicado por el Dr. Isaac Barrow (Inglaterra, 1663) un domingo de la Trinidad, contiene un párrafo ilustrando lo que sucede cuando se trata de explicar en detalle la Trinidad: La sagrada Trinidad puede considerarse simplemente como es, envuelta en pliegues inexplicables de misterio o como ella se ha descubierto a sí misma operando en métodos maravillosos de gracia hacia nosotros. Como es en sí misma, 'es un objeto demasiado brillante y deslumbrante para que nuestros débiles ojos puedan fijarse en ella, un abismo demasiado profundo para que nuestra limitada razón la sondée; sólo puedo decir que estamos tan obligados a guiarnos por ella como a ejercer nuestra fe, y expresar nuestra humildad, a creer voluntariamente, a adorar sumisamente aquellos grandes misterios que están revelados en los sagrados oráculos concernientes a ella por el Espíritu mismo que sondea la profundidad de Dios... Que hay una Naturaleza o Esencia Divina, común a tres Personas, unidas de modo incomprensible, y distinguidas inefablemente -unidas en atributos esenciales, distinguidas por lenguajes y relaciones peculiares; todas igualmente infinitas en cada perfección divina, cada una diferente de la otra en orden y manera de subsistencia; que hay una inexistencia mutua de una en todas, y todas en una; una comunicación sin privación o disminución alguna en la comunicación; una generación eterna, una procesión eterna, sin precedencia o sucesión, sin causalidad propia o dependencia, un Padre impartiéndose a sí mismo, y el Hijo recibiendo la vida de su Padre, y un Espíritu proviniendo de ambos, sin división o multiplicación alguna de esenciaestas son nociones que bien pueden dejar perpleja nuestra razón al concebir cómo concuerdan éstas, pero no debería asombrar nuestra fe el aceptar que sean ciertas; sobre los cuales nosotros deberíamos meditar, no con la esperanza de comprender, sino con disposición de admirar, velando nuestras caras en la presencia, y prostrando nuestra razón a los pies de la Sabiduría que transciende más allá de nuestros propios límites. Algunos podrían argumentar que la declaración doctrinal simplifica demasiado la complicada doctrina de la Trinidad. Ir en más detalle sería frustrar el mismo propósito del credo -un resumen simple de lo que creemos sin presentar necesariamente las muchas razones por qué lo creemos. A mi juicio, uno de los mejores resúmenes sobre la posición evangélica en cuanto al tema de la Trinidad se encuentra en la Confesión Belga (1561). Este es el resumen seguido por la Iglesia Reformada. Dios es único en esencia, aunque distinguido en tres personas. Según esta verdad y esta Palabra de Dios, creemos en un único Dios, quien es una sola esencia en la cual hay tres personas, real, verdadera, y eternamente distintas, según sus propiedades incomunicables; a saber, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre es la causa, origen y principio de todas las cosas, visibles e invisibles; el Hijo es la Palabra, Sabiduría e imagen del Padre; el Espíritu Santo es el eterno poder y fuerza, procedente del Padre y del Hijo. No obstante, Dios no está dividido en tres por esta distinción, puesto que las Sagradas Escrituras nos enseñan que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo tienen cada uno su personalidad, se distinguen por sus propiedades; pero de tal manera que estas tres personas así distinguidas no están dividas ni entremezcladas; porque el Padre no ha tomado carne, ni el Espíritu Santo, sino sólo el Hijo. El Padre nunca ha estado sin su Hijo, o sin su Santo Espíritu. Porque ellos son todos co-eternos y co-esenciales. No hay ni primero ni último; porque ellos son a la vez tres en uno, en verdad, en poder, en bondad y en misericordia. (Artículo VIII) La prueba del artículo precedente de la Trinidad de Personas en un Dios. Todo esto sabemos, tanto de los testimonios de las Sagradas Escrituras como de sus operaciones y principalmente de aquellos que sentimos en nosotros mismos. Los testimonios de las Sagradas Escrituras, que nos enseñan a creer en esta Trinidad Sagrada, están grabados en muchos lugares de Antiguo Testamento, y no son tan necesarios enumerar sino escogerlos con discreción y juicio. En Génesis 1:26-27, Dios dice, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó." Y Génesis 3:22: "He aquí el hombre es como uno de nosotros" Por estas palabras "Hagamos al hombre a nuestra imagen," se deduce que hay más de una en la Divinidad; y cuando dice, "Dios creó", esto significa la unidad. 2-3
Es verdad que no nos dice cuantas personas más hay, pero aquello que aparece ante nosotros medio oscuro en el Antiguo Testamento se hace muy claro en el Nuevo. Porque cuando nuestro Señor fue bautizado en el Jordán, se oyó la voz de Dios, diciendo, "Este es mi Hijo amado", el Hijo fue visto en el agua; y el Espíritu Santo apareció en forma de una paloma. Esta forma está instituida también por Cristo en el bautismo de todo creyente. "Haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo." En el Evangelio según Lucas el ángel Gabriel se dirigió así a María, madre de nuestro Señor: "El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios." (Lucas 1:35) De igual manera dice: "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros" (2Corintios 13:14). Y, "Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno" (1Juan 5:7). En todos estos lugares nos enseñan claramente que hay tres personas en una sola esencia divina. Y aunque esta doctrina sobrepasa enormemente nuestro entendimiento humano, no obstante, ahora la creemos por medio de la Palabra de Dios; pero esperamos que en el futuro allá en el cielo, gozaremos del perfecto conocimiento y beneficio de esta verdad. Además, debemos observar los oficios particulares y operaciones de estas tres personas hacia nosotros. El Padre es llamado nuestro Creador por su poder; el Hijo es nuestro Salvador y Redentor por su sangre; el Espíritu Santo es nuestro Santificador por morar en nuestros corazones. La doctrina de la Sagrada Trinidad siempre ha sido defendida y mantenida por la iglesia verdadera desde los tiempos de los apóstoles hasta hoy, contra los judíos, mahometanos, y algunos falsos cristianos y herejes, como Marción, Manes, Praseas, Sabellius, Samosatenus, Arius, y otros, quienes han sido condenados debidamente por los padres ortodoxos. Por consiguiente, en este punto, nosotros recibimos voluntariamente los tres credos, es decir, el de los Apóstoles, de Nicea, y de Atanasio; así como aquél al cual, conforme a ello, estaban de acuerdo los antiguos padres. (Artículo IX) La Confesión de Fe de Westminster discute aún con más detalle al citar pasajes de las Escrituras para tal concepto. No hay sino un solo Dios (Dt.6:4, 1Co.8:4,6) viviente y verdadero (1Ts.1:9; Jer.10:10), quien es infinito en su ser y perfección (Job 11:7-9; 22:14) un espíritu purísimo (Jn.4:24), invisible (1Ti.1:17), sin cuerpo, partes (Dt.4:15,16; Jn.4:24; Lc.24:39), o pasiones (Hch.14:11,15), inmutable (St.1:17; Mal.3:6), inmenso (1R.8:27; Jer.23:23,24), eterno (Sal.90:2; 1Ti.1:17) incomprensible (Sal.145:3), todopoderoso (Gn.17:1; Ap.4:8), sapientísimo (Ro.16:27), santísimo (Is.6:3; Ap.4:8), grande (Sal.145:3), absoluto (Ex.3:14), obrando en todas las cosas según el consejo de su propia voluntad inmutable y justa (Ef.1:11); para su propia gloria (Pr.16:4; Ro.11:36; Ap.4:11), amante (1Jn.4:8,16), gracioso, misericordioso, benigno, abundante en bondad y verdad, que perdona iniquidad, transgresión, y pecado (Ex.34:6,7); el galardonador de los que le buscan solícitamente (He.11:6); y con todo, justo y terrible en sus juicios (Neh.9:32,33); que odia todo pecado (Sal.5:5,6), y quien de ninguna manera justificará a los culpables (Nah.1:2,3; Ex.34:7). (Capítulo II, Párrafo 1). En la unidad de la divinidad hay tres personas, de una substancia, poder, y eternidad: Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo (1Jn.5:7; Mt.3:16,17; 28:19; 2Co.13:14). El Padre no es por alguno engendrado ni procedente; el Hijo es engendrado eternamente del Padre (Jn.1:14,18); el Espíritu Santo procedente eternamente del Padre y del Hijo (Jn.15:26; Gal.4:6). (Capítulo II, Párrafo 3). Uno podría seguir y seguir, pero el hecho importante permanece -nosotros creemos en la Trinidad de la Divinidad. Esto es básico en la fe cristiana. Ninguna doctrina de la iglesia es más trascendental que ésta. El no reconocerla dará como resultado una herejía, especialmente respecto a la persona y obra de Cristo o del Espíritu Santo. El rechazar la doctrina de la Trinidad es deshonrar a Cristo, al Espíritu Santo, y a la misma Palabra de Dios. Esto deshonra a Cristo, porque la exclusión de la doctrina de la Trinidad automáticamente excluye la deidad del Hijo de Dios. De igual manera, deshonra al Espíritu de Dios. Deshonra las Escrituras, ya que invalida la Palabra de Dios y así todo lo que la Biblia enseña es puesto en duda. Además, todo el plan de la redención se construye sobre la verdad de la Trinidad. ¿Qué valor podría haber en la muerte de Cristo si él fuera sólo un hombre? ¿Qué poder transformador podría haber en el Espíritu Santo si fuera sólo la influencia del hombre, Cristo Jesús?
Nosotros creemos en la Trinidad de la Divinidad. 2-4
1. ¿Qué se entiende cuando se dice que Dios es el creador y porque esto es importante? ____________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________________ 2. Explique su punto de vista con respecto a la declaración “infinito perfecto” ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ 3. Explique su entendimiento de Dios y de la doctrina de la Trinidad. Asegúrese de proveer citas bíblicas para la formación de esta doctrina. Asegúrese de incluir una explicación de su entendimiento de los atributos de Dios ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ 4. ¿Por qué es importante para los pastores, iglesias y gente tener un claro entendimiento de la enseñanza de la Trinidad? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ 5. ¿Cómo es que la enseñanza acerca de la naturaleza trinitaria de Dios se relaciona con otras doctrinas? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ 6. Explique que entiende por “modalismo” y como este se encuentra en conflicto con un entendimiento correcto d lo que es la naturaleza trinitaria de Dios ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ 7. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 2. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
2-5
ARTICULO 3
Nosotros creemos:
.Que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre: que fue engendrado por el Espíritu y nació de la Virgen María. Él murió en la cruz como sacrificio por nuestros pecados según las escrituras, además él resucitó corporalmente de entre los muertos, ascendió al cielo donde está a la diestra de la majestad en las alturas y es ahora nuestro sumo sacerdote e intercesor.
Articulo3 Que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre: que fue engendrado por el Espíritu y nació de la Virgen María. Él murió en la cruz como sacrificio por nuestros pecados según las escrituras, además él resucitó corporalmente de entre los muertos, ascendió al cielo donde está a la diestra de la majestad en las alturas y es ahora nuestro sumo sacerdote e intercesor.
Juan 1:14-18 Juan 1:1-5, 14, 17-18 Isaías 7:14 Col. 1:16-17 Matt. 1:43 Marcos 2:1-12 1 Corintios 15:1-3 Juan 5:22, 27 Marcos 10:45 Apocalipsis 19:13 Romanos 1:4 Juan 20:28 Efesios 1:18-21 Rom. 9:5 Lucas 24:36-43
Tit. 2:13
Matt. 1:20-23
Heb. 1:8
Lucas 1:30-35
Capítulos 14 al 16 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 217 al 229 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 11
El Cristianismo liberal y el evangélico llegan al punto en donde sus caminos se dividen en el Artículo I al hablar sobre la inspiración y autoridad de las Escrituras o en el Artículo III al tratar sobre la persona y obra de Jesucristo. Varios grupos denominacionales, evangélicos en fe, estarán y deben estar de acuerdo sobre estos dos puntos; aunque se dividan usualmente en los asuntos de ordenanzas y organización. El tercer artículo es el más largo de los doce, y si algún significado puede ponerse sobre el mero número de palabras, habrá que concluir que la declaración en cuanto a la persona y obra de Jesucristo es de primerísima importancia y con mucha razón.
3-2
La declaración afirma que creemos en: - LA ENCARNACION DE CRISTO. - LA EXPIACION DE CRISTO. - LA RESURRECCION DE CRISTO. - LA ASCENCION DE CRISTO. - LA ABOGACIA DE CRISTO.
* LA ENCARNACION DE CRISTO * La expresión "concebido del Espíritu Santo y nacido de la Virgen María" se tomó directamente del credo de los Apóstoles. Las palabras "verdadero Dios y verdadero hombre" pueden ser rastreadas hasta los Credos Niceno y Atanasiano y nos recuerda otra vez el hecho de que el Credo de los Apóstoles no detalla específicamente la deidad de Cristo. Al mencionar el Credo Niceno en cuanto a que declara la humanidad y deidad -la naturaleza doble de Cristo- se debe señalar que no fue sino hasta que el credo ampliado fue adoptado en 451 D.C. que tuvimos una declaración bien definida sobre este asunto. El Credo Niceno como inicialmente fue formulado, y se ha discutido en otro capítulo, fue la respuesta al Arrianismo que había hecho de Cristo un Dios de "segunda clase". Este estableció la Divinidad eterna y pre-existente. Pero otros dos conceptos adicionales Nestorianismo y Eutiquianismo- también tenían que contestarse. El primero separaba las dos naturalezas a tal extremo que ninguno tenía alguna relación directa con la otra; mientras el último confundió tanto las dos naturalezas que no se podía hacer en absoluto una distinción, y negó cualquier conexión entre el hombre y Cristo como el Hijo del Hombre.
* LA EXPIACION DE CRISTO * En el principio de nuestra obra hubo bastante división sobre el asunto de la expiación, si ésta era sustitutoria o ejemplar. Esto fue especialmente cierto entre quienes habían emigrado de Suecia y habían sido influenciados por P. Waldenstrom, uno de los principales teólogos de la Iglesia Libre en Suecia durante los dias tempranos del movimiento congregacional allá, y primer proponente del concepto ejemplar. Tanto se ha escrito y dicho sobre sus conceptos doctrinales de propiciación, que ello ha ensombrecido su gran influencia en otras áreas de doctrina eclesiástica e historia de la iglesia libre. Como ministro de la Iglesia del Estado, fundador de la Iglesia Libre, editor del Pietisten, miembro del Parlamento, y muchas veces delegado en convenciones eclesiásticas internacionales, ejerció gran influencia. Es por ello natural que su posición sobre la expiación tuviera tanto peso. Esto dio como resultado una gran lucha teológica en Suecia, especialmente entre los luteranos y teólogos de la Iglesia Libre, cuyos ecos fueron oídos en América. Desde la posición ventajosa que nos da el tiempo, uno se pregunta si esta diferencia no sería más un asunto de énfasis y no una diferencia real. La Iglesia Luterana hizo énfasis sobre la ira de Dios expresada en la muerte de Cristo, que Dios estaba en enemistad con el hombre y tuvo que ser reconciliado por la muerte de Cristo sobre la cruz. Waldenstrom tomó el concepto de que era el hombre quien tuvo que ser reconciliado con Dios. Arguyó que la actitud de Dios hacia el hombre no había cambiado. Era el hombre el que necesitaba un cambio de actitud, necesitaba una expiación para quitar su pecado y que el sufrimiento de Cristo movió al hombre a volverse a Dios. Este concepto, en su mayor parte, se basó en 2Co.5:18-21: Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Por tanto, se eliminó la idea de una sustitución. La Iglesia del Estado consideró esto como herejía abierta. La división, ya en marcha, llegó a ser completa. Sin embargo, la teoría de Waldenstrom que separó a la gente de la Iglesia Libre de la Iglesia del Estado en Escandinavia, separó a la gente de la Iglesia Libre de la gente de la Iglesia Libre en América. El Prof. Princell fue un elocuente campeón del concepto y tuvo la asistencia del Chicago-Bladet que estuvo destinado eventualmente a volverse el periódico oficial de la Iglesia Evangélica Libre Sueca. El alejamiento de la teoría fue gradual durante los años. El Prof. 3-3
Princell notó el cambio aún durante el curso de su vida. Expresó su pesar porque durante los años más recientes un número tanto de la Misión del Pacto como de la Iglesia Libre, a la cual perteneció, había empezado a apartarse de estas claras declaraciones de la Palabra de Dios especialmente en lo referente a la expiación y estaban predicando la expiación vicaria de Cristo por Su sufrimiento y, aún más, que este sufrimiento era un castigo por el pecado. El dijo que esto era como un cáncer en expansión. Aunque no tenemos ninguna declaración directa de Princell en la cual rechaza tal doctrina, sus escritos posteriores y sermones no contienen ninguna referencia a ello. Quienes estudiaron con él y que aún viven, opinan que él guardó silencio no por un cambio de concepto sino por la presión abrumadora de parte del resto de los líderes de la Iglesia Libre favor de la otra posición. A pesar de su personalidad enérgica y que estaba acostumbrado a que le siguieran, él descubrió que ésta era un área donde su influencia no prevaleció. Su viuda declaró en su biografía que aún hasta su muerte, no tuvo ningún pesar por haber tomado la posición que dió como resultado su destitución del cuerpo luterano de pastores ordenados. El concepto tal como se expresa en la declaración: "Jesucristo murió en la cruz en sacrificio por nuestros pecados" se cristalizó temprano en la historia del movimiento. Se nota poca discusión o división después de 1890. El Dr. E. A. Halleen, en un discurso a los estudiantes en el seminario hace muchos años alegó: "No todos los líderes tempranos eran seguidores de Waldenstrom. Durante el curso de los años se ha continuado un curso más conservador. La enseñanza de hoy sería clasificada como una creencia en la teoría sustitutoria de la expiación." Esta posición se tomó mucho antes que la declaración doctrinal fuera escrita. De hecho, mucha de la discusión apareció en el Chicago-Bladet durante los años 1870 antes de la primera conferencia de la Iglesia Libre en 1884. En 1914 se publicó un libro titulado "Ekon fron Helgedomen" ("Ecos desde el Santuario") que contenía sermones de 69 pastores de la Iglesia Libre, ninguno de los cuales siquiera aludió a la tendencia de la posición de Waldenstrom. Nadie activo en el pastorado o en la enseñanza en las escuelas, durante la redacción de este escrito, es conocido como seguidor de algún concepto que no sea aquél de la expiación vicaria o sustitutoria de Cristo. Esto también está de acuerdo con la declaración de la Asociación Nacional de Evangélicos la cual la Iglesia Libre ha suscrito como denominación mimbra, "Creemos en la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en sus milagros, en su muerte vicaria y expiatoria a través de su sangre derramada..." El Dr. R. A. Jernberg fue acusado de seguir la teoría de Waldenstrom y contestó con una declaración breve en tercera persona (1895). "El editor ha sido acusado de tirar por la borda la doctrina de la expiación sustitutoria. Nunca ha sostenido cualquier otro concepto que aquél de la expiación vicaria y por ende nunca ha desechado esta enseñanza en sus disertaciones."
* LA RESURRECCION DE CRISTO * Otra vez, la declaración en el Artículo 3 es de lo más explícito. "Resucitó corporalmente de la muerte". Su resurrección no fue algo simbólico ni un asunto del espíritu o inspiración de Jesús que se renovaba en los corazones de un grupo de discípulos desanimados, aturdidos y derrotados. La resurrección corporal de Cristo es uno de los tres hechos cardinales en el mensaje del Evangelio: Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; (1Corintios 15:3,4)
Además, para enfatizar el hecho de Su resurrección corporal, el apóstol sigue su declaración diciendo que El fue visto realmente por una cantidad de testigos. Y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. (1Corintios 15:5-8)
En nuestra declaración, vamos más lejos que el Credo de los Apóstoles el cual al declarar, "Resucitó de la muerte", dejaba abierta la puerta para que ingresaran una variedad de conceptos sobre lo que sería realmente el significado de Su resurrección. El hecho de la resurrección corporal es lo que hace único al Cristianismo. Se ha dicho, "El mejor argumento jamás escrito sobre la realidad de la religión cristiana, fue escrito por la mano invisible del poder eterno sobre las rocas del sepulcro de nuestro Salvador". 3-4
Yo he visitado muchas sepulturas alrededor del mundo, sepulturas de nuestros misioneros que cayeron en los frentes de batalla por Cristo, así como tumbas de hombres famosos en la historia. Todos estos son importantes, no por el diseño de la tumba ni por la ubicación de la sepultura, sino por quién está allí -todos los sepulcros están ocupados. Pero, al visitar el jardín de la tumba en Jerusalén el sepulcro estaba vacío. Sólo el Cristianismo tiene una tumba vacía. Esto no sólo es la gran prueba de la resurrección de Cristo, sino también la seguridad de nuestra propia resurrección. A causa de aquella sepultura vacía en Jerusalén, todos los sepulcros actualmente ocupados por aquellos que están "dormidos en Cristo", también estarán vacíos. Ningún evento en la historia se ha atacado tanto y ni ha sido atestiguado tan completamente como éste. predicación de "Jesús y la resurrección" fue causa de controversia y oposición en el mismo comienzo del Cristianismo.
La
Sin entrar en un análisis detallado de todas las evidencias de la resurrección, una lista de ella puede animar al estudiante a un estudio más minucioso. Los datos siguientes se presentan con frecuencia como razones para creer en la resurrección corporal de Jesucristo: 1. El hecho de la tumba vacía. 2. El cambio extraordinario de la actitud de los discípulos -de seguidores encogiéndose de miedo, escondiéndose tras puertas cerradas a evangelistas apasionados saliendo con el mensaje de la resurrección. 3. La existencia de la Iglesia Cristiana fundada en el hecho de la resurrección ¿Podría tal institución, que había experimentado olas de persecución desde afuera y desde adentro, haber existido dos mil años basados en una falsedad? 4. La existencia del Nuevo Testamento. Después de todos estos años sigue siendo el que más se vende. ¿Podría haber permanecido así si su mayor premisa fuera una mentira? 5. El cambio del Sábado Judío al primer día de la semana como es observado por toda la cristiandad. Pero estos no fueron los argumentos más importantes para los pioneros. Para ellos, la resurrección corporal fue más que una doctrina -fue una experiencia personal. Pocos se preocupaban por las pruebas -conocían a la persona. Para ellos, la resurrección de Cristo fue mucho más un asunto del corazón que de la mente. Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (Romanos 10:9, 10)
El incluir en la declaración doctrinal una cláusula específica respecto a la resurrección corporal, es de importancia suprema. Pero mantenerla sólo como una doctrina de la iglesia es parar en seco ante la experiencia gloriosa. Fue temprano en un domingo después de pascua que hice solo una visita a la tumba vacía. El domingo anterior había predicado dos mensajes sobre la resurrección a mi congregación en Minneapolis. El sábado siguiente me llevaron a un tour del jardín y tumba, pero, puesto que el hotel estaba cerca al jardín me fui solo, temprano por la mañana, "al amanecer del primer día de la semana". Sentándome en la tumba leí muchos pasajes de las Escrituras tocantes a la resurrección y aquellos que revelaban el efecto que tuvo sobre la vida de aquellos que la habían aceptado. Me arrodillé al lado de lo que se dice que es el bloque de piedra sobre el cual se había puesto el cuerpo (por lo menos era similar y simbólico de aquél), vacié mi corazón en acción de gracias a Dios no sólo por la muerte y resurrección de mi Señor y Salvador; no sólo porque pude declarar, como lo había hecho la semana anterior, positivamente una fe en el hecho de la resurrección; no sólo porque la tumba estaba vacía; sino porque por sobre todo lo demás, podía hablar al Cristo viviente, sentir una respuesta y creer en Su perdurable presencia. Nada de esto necesitaba un viaje a la tumba en Palestina. Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. (Salmos 145:18)
* LA ASCENSION DE CRISTO * No se puede aceptar las Escrituras como la "Palabra inspirada de Dios" sin creer en el hecho de la ascensión. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos (Hechos 1:9)
Estando con un pequeño grupo en la cima de lo que tiene fama de ser la colina de la cual El ascendió, escuché al guía explicar: "Los discípulos estaban cansados y aturdidos, así que decidieron apartarse del gentío y escogieron este lugar al parecerles un sitio para meditar con tranquilidad. Mientras estaban sentados aquí, una nube baja cubrió la parte más alta, y pensaron ver el contorno de un ser humano -a quien tomaron como a Cristo- en medio de todo. Después, cuando llegó el sol 3-5
la nube se disipó y también la imagen. De aquí se dispersó por todo el mundo, durante estos dos mil años, la leyenda de que Cristo apareció a Sus discípulos después de su muerte y ascendió de aquí al cielo". Semejante explicación puede parecer plausible, a no ser por la abundante evidencia que en su contra se halla en las Escrituras. Creer en la ascensión tiene que ser consecuencia de creer en la resurrección corporal de Cristo, porque si Cristo apareció a sus discípulos en cuerpo y las Escrituras declaran que El "se presentó vivo con muchas pruebas indubitables", ¿cómo hizo El para desaparecer realmente de este escenario terrenal? Entonces, también es la única explicación razonable para la tumba vacía. Los pioneros estaban tan seguros de la ascensión como lo estaban de la resurrección. ¿De qué otra manera pudieron hablar con él? ¿De qué otra manera se pudiera haber hecho provisión para la presencia universal de Cristo en Escandinavia donde le conocieron por primera vez y ahora en Norteamérica donde ellos se encontraron con El con frecuencia. Al creer en una iglesia universal ellos tuvieron que creer en un Salvador ascendido.
* LA ABOGACIA DE CRISTO * "A la diestra de la Majestad en las alturas es ahora nuestro Sumo Sacerdote y Abogado". Estas palabras son muy similares a las del Credo de los Apóstoles, pero añaden la declaración respecto a lo que se cree que Cristo está haciendo allá "sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso." Sin embargo, es lamentable que al redactar este artículo olvidamos incluir la palabra "sentado" como aparece en el Credo de los Apóstoles porque esa palabra tiene mucho que decir. Ella nos habla del cumplimiento de una tarea. En el Tabernáculo del Antiguo Testamento había una mesa, un altar, un candelabro, el arca del pacto, pero ningún asiento. El sacerdote ofrecía sacrificios continuamente y el Sumo Sacerdote entraba en el Lugar Santístimo anualmente, mas no había un lugar para sentarse. Pero una vez que Cristo hubo hecho el sacrificio, éste fue aceptado como pago total. Ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo , habiendo obtenido eterna redención. (Hebreos 9:10-12)
Se puede argumentar que aunque en el artículo se omite la palabra que implica el cumplimiento de nuestra redención, sin embargo, al expresar fe en Cristo como Sumo Sacerdote y Abogado, reconoce no sólo el cumplimiento de la redención en Cristo como Sumo Sacerdote sino también el ministerio continúo de Cristo por nosotros como Abogado. W. Graham Scroggie, citado con bastante frecuencia por algunos de los predicadores más tempranos de la Iglesia Libre, sugiere varias lecciones en conexión con la presencia de Cristo en el trono. Fue descrito representativamente en la historia de José cuando fue librado de la cárcel y puesto sobre el trono en Egipto. Fue declarado proféticamente en Salmo 110:1, "Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies." Fue históricamente confirmado en Marcos 16:19, "Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios." Pedro, Esteban, Pablo, y el autor de Hebreos también refieren a Cristo como quien está a la diestra de Dios. Se expone doctrinalmente en pasajes como Filipenses 2:9-10, "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla", y otra vez en Hebreos 10:12-13, "Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies". Aparte de la expiación de Cristo, ninguna verdad ha traído y trae tanto consuelo al corazón del creyente como el hecho de su Abogacía. Los pioneros especialmente (¡Ojalá y las nuevas generaciones se vieran igualmente afectadas!) estaban profundamente concientes del pecado. Pueden haber pasado demasiado tiempo en las cosas externas, pero ellos tenían un miedo santo de cualquier cosa que, para ellos, fuera de este mundo. La presencia de un abogado en el trono de Dios no era sólo una doctrina, sino una verdad vital para el bienestar espiritual del individuo. Es reconfortante tener la certeza de que Aquél, que nos amó tanto como para morir por nosotros, también está protegiendo Su inversión en nosotros, defendiendo nuestra causa. La convicción de que El también responderá a nuestro llamado de auxilio nos da valor. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:15-16)
3-6
Sí, la persona y obra de Cristo son la figura y tema centrales del Cristianismo. Estos también han de ser centrales en cualquier confesión. Esto es lo que creemos. Sin embargo, tenemos que ir más allá. El tiene que ser también el centro en la fe, experiencia y vida del individuo. No es suficiente decir qué es lo que cree la Iglesia Libre acerca de Jesucristo, lo cual en su versión inglesa se ha resumido en sesenta y seis palabras. Más bien, la pregunta vital es: ¿Qué cree Ud. con respecto a Jesucristo? Es importante saber qué dicen los hombres acerca de Jesucristo, El mismo preguntó "¿Quién dicen los hombres que soy?", pero también preguntó "¿Quién decís vosotros que soy?" Su respuesta a esta pregunta determinará su destino eterno. Esto es lo que creemos.
1. Explique su entendimiento acerca de la unión de la naturaleza divina y naturaleza humana en la persona de Cristo. ¿Cómo es que esta enseñanza es relevante a la obra de Cristo?
2. Explique su entendimiento acerca de la concepción virginal, el nacimiento de Cristo y su importancia
3. Explique su entendimiento de la naturaleza y necesidad de la muerte de Cristo. ¿Cuáles fueron los resultados y para quién?
4. Explique su entendimiento acerca de la resurrección corporal de Cristo
5. ¿Cuál es el significado de la asencion de Cristo y que ahora está sentado en la derecha del trono del Padre?
6. ¿Cuál es la importancia del trabajo actual de Cristo como Sumo Sacerdote y Abogado?
7. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 3. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTICULO 4
Nosotros creemos:
Articulo 4 Que el ministerio del Espíritu Santo es el de glorificar al Señor Jesucristo, y durante la presente época, convencer al hombre de pecado, regenerar al pecador que cree, morar en el creyente para guiarlo, instruirlo y darle poder para la vida piadosa y el servicios efectivo.
1 Cor. 12
Rom. 12:6-8,
Hechos 1:4-5
1 Cor. 12:4-11
Juan 16:13-16
Eph. 4:11,
Eph. 5:18-20
1 Pedro 4:10-11
Capítulos 8 al 10, 29, 30 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 231 al 256 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue)
Parece extraño que ninguno de los tres credos antiguos hace referencia al ministerio del Espíritu Santo. Ello muestra que la tendencia de ignorar la importancia de la tercera persona de la divinidad no es de origen reciente. Aunque los evangélicos están de acuerdo sobre la deidad del Espíritu Santo, sin embargo, hay una amplia diferencia en cuanto al énfasis que se pone a Su presencia y la necesidad de Su poder. La falta de este énfasis y la enseñanza debida sobre el asunto ha conducido a mucha confusión y división en la iglesia durante los últimos cincuenta años. Como los discípulos de Juan el Bautista muchos pueden decir hoy, "Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo." (Hechos 19:2). La falta de entendimiento sobre este asunto ha creado cismas en la iglesia y ha robado al creyente mucho de lo que es tan esencial a una vida de gozo duradero y victoria continua. Los primeros días del movimiento de la Iglesia Libre en Europa así como en América estuvieron marcados por un gran énfasis sobre la persona y obra del Espíritu Santo. Es difícil determinar si ésta fue la causa o fue resultado de los grandes avivamientos en Inglaterra y los Estados Unidos en los años 1860 y 1870 y más tarde en Escandinavia. No obstante, el movimiento de la Iglesia Libre fue esencialmente espiritual. Con poco de tradición en el camino para unirles, y menos todavía en el camino para instruirles, cada hombre parecía tener una "revelación especial" del Señor. Algunos de los conceptos prácticos de la gente de la Iglesia Libre durante las primeras dos décadas escandalizarían a muchos creyentes sinceros y espirituales de la Iglesia Libre de hoy. Ellos eran los radicales de aquel día. Esta declaración no debe llevarnos a conclusiones erróneas. Ocasionalmente tenemos noticias de ciertas prácticas aisladas como evidencia de su aceptación en otros días. Algunos, en extremo emocionales, alegan, "estamos sencillamente volviendo a las prácticas de la Iglesia Libre primitiva". La deducción, si no la acusación abierta que se hace, es que nos hemos movido demasiado en el asunto de las "manifestaciones espirituales". Aunque muchas cosas extrañas ocurrieron, no fueron necesariamente olvidadas. Dos buenas ilustraciones de la actitud que asumieron los líderes tempranos frente a estos extremos ponen en relieve este hecho. El uno revela las luchas de un hombre con una educación formal, pero con un deseo profundo de saber y seguir la voluntad de Dios en todos los asuntos. Si esto podría decirse de cualquier pionero, podría decirse del Rev. Nils Carlson, "El fue a la escuela del Espíritu Santo". Nacido en 1852, convertido en 1880, sirvió como evangelista y pastor por más de medio siglo. Escribe de su experiencia en 1904 ( Liv og Virksomhet i Herrens Vingaard , p.165): 4-1
Durante aquel año un movimiento llegó a Dakota del Sur el cual ya había conocido yo en Minneapolis y otros lugares de Minnesota. Algunos caían al piso, agitaban sus brazos, y recibían papeles para escribir palabras que ni ellos ni otros podían entender. Ellos insistían en que era un lenguaje oriental. Observé en una actitud de oración, pero me tomó buen tiempo para darme cuenta de la diferencia entre libertad y relajación. La diferencia era realmente grande y mucho de lo que se hace bajo el nombre de libertad no es más que relajación. Hay algo de verdad en las palabras usadas en forma burlona: "La Iglesia Libre es como un mar en el cual desembocan arroyos inmundos". Personalmente, desde mi conversión siempre he sostenido la opinión que no se podría recibir demasiado del Espíritu Santo. Una vez, viendo el comportamiento escandaloso de varios muchachos de 13 a 19 años de edad como evidencia de haber sido bautizados por el Espíritu, llegué a la conclusión de que si los mayores podían practicar la hipocresía, también lo harían sus hijos. Déjenme decir enfáticamente que para mí es aparente que esta forma de actuar no es sólo un acto -es un espíritu el que produce esa conducta. La pregunta se torna entonces en: ¿Es éste el Espíritu de Dios? Juan nos amonesta a "probar los espíritus". Después de observar estos fenómenos por un período de seis años llegué a un punto donde sentí un imperioso deseo de llegar a alguna conclusión respecto de este movimiento. No pude compartir mis dudas con otros. Empecé a notar que el espíritu, que parecía venir sobre esta gente, no lo hacía cuando se enseñaba la Palabra de Dios sino más bien cuando un orador u oradores empezaban a criticar a otros cristianos. Si por ejemplo, alguien ocasionalmente ridiculizaba al predicador, "burlándose" públicamente mientras también echaba barbaridades sobre aquellos que le seguían, entonces este espíritu venía sobre ellos de inmediato. Algunos de los servicios se degradaron ya que jóvenes de ambos sexos rodaban por el suelo de una manera indecente. Si se preguntaba: "¿Puede ser esto de Dios?" se recibía la respuesta: "Este es el bautismo del Espíritu; ya que aun en el día de pentecostés hombres y mujeres actuaron como si estuvieran llenos de vino nuevo". Ellos buscaban grupos de creyentes nuevos y se concentraban en los convertidos jóvenes entre quienes creaban división. ¿El Espíritu de Dios divide a los hijos de Dios? ¡NO! los une, la Palabra de Dios así lo dice. Tampoco podían tener confraternidad con otros creyentes porque se enfadaban si alguien fuera de su círculo, aun de una manera amistosa, escudriñaba sus conceptos. Ellos hacían callar al orador gritando o cantando. Esto me sucedió a mí y a otros. ¿Es éste el Espíritu de Dios? También noté que dondequiera que se iban estos en un campo misionero, habían de aprender el idioma aunque sostenían que el escrito producido en el éxtasis estaba en idioma de algún pueblo extranjero. En nuestro vecindario, por ejemplo, una misionera veterana se entusiasmó con el movimiento y comenzó a participar en los servicios. A fin de averiguar cuál era el idioma que se estaba usando, ella envió copia de una declaración a un intérprete. La respuesta se hizo a manera de un artículo en un periódico en el cual declaraba que ése no era ningún idioma conocido y que se necesitaría un Daniel para obtener su traducción. Aquello terminó con la práctica de poner las "palabras" por escrito; ese método ya no se usa. Pero al pesar los asuntos en oración ante el rostro de Dios, llegué a la conclusión que el espíritu que estaba creando toda esta división no era del Señor, y decidí que no podía aceptar esas enseñanzas y prácticas aunque al tomar tal posición, tuve que estar solo. Hubo, por supuesto, muchas almas sinceras que se habían extraviado... Estoy seguro de esto ya que yo conocí a muchos de ellos personalmente y les contaba entre mis amigos. Estamos preocupados y tristes por el hecho de que estos amados hermanos se hubiesen extraviado así. De este modo no sólo han sufrido dolor y pérdida personal sino que han hecho daño a la causa de Cristo entre otros creyentes e incrédulos. Este es el testimonio de un hombre que también podía hablar de la llenura personal del Espíritu Santo como el secreto de una vida más profunda y victoriosa. El era un candidato para todo lo que Dios pudiera darle por el Espíritu Santo, pero insistió en "probar los espíritus". La segunda ilustración viene de un incidente en Chicago que condujo a una declaración hecha por el Prof. Princell sobre el tema del emocionalismo extremo. En contraste a la experiencia y educación limitada del Sr. Carlson, su entrenamiento era de lo mejor, su experiencia amplia y diversa. Pero ambos llegaron a la misma conclusión. Sus memorias narran:
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Pero este espíritu hermoso, verdadero y genuino no siempre ni en todas partes prevalecía entre nosotros. Hubo a veces no pocos excesos en el movimiento. La gente era bendecida y reanimada en las campañas, y así los ministros. Esto fue bueno, pero cuando tales sentimientos se hicieron violentos, con gritería y caídas al piso como resultado, hubo burla por parte de los incrédulos que se mofaban de quienes caían tirados al piso y rodaban de un lado a otro llorando y riendo juntos. Había ministros que empezaron a insistir que la verdadera espiritualidad debe estar acompañada de semejantes reuniones tormentosas. Por supuesto, ellos también tenían celo por lo bueno y recto, por ej. la separación del mundo y su maldad. Entre otras cosas, creían que un cristiano no debía seguir la moda mundana en la ropa, que debía moderarse en el comer y el beber, en la vida de hogar, etc. Sin embargo, a veces se vieron conceptos extremistas con respecto a cosas, por ej.: era pecado tener cortinas en las ventanas, alfombras sobre el piso, pinturas en la pared, etc. Que la ropa de uno debía ser sencilla y no copia del mundo estaba bien y los cristianos de hoy en día debían tomar esto más en cuenta. Pero en los días tempranos de la "misión libre", ellos fueron demasiado lejos en su celo en este sentido, hasta consideraron pecado llevar una sortija en el dedo; era prohibido llevar reloj con cadena; era vanidad llevar corbata y cadena en el cuello para un hombre. No era correcto poner dinero en el banco. De este modo se ató las tiernas conciencias de muchos. En relación con este movimiento entre nuestra gente, Princell tomó la posición de intermediario. En una asamblea de la misión en Chicago en octubre, 1886, emergió el asunto después de una ruidosa reunión devocional. Después del sermón hubo muchos que pidieron oraciones, cristianos e incrédulos sentían necesidad de más gozo y paz en Dios. Durante este tiempo después de la reunión, hubo varios que empezaron a vociferar y gritar de manera que muchos se asustaron con el ruidoso desorden. En la reunión de discusión de la mañana siguiente se presentó la pregunta: "¿Cómo debían, ministros y creyentes en general, llevar su obra cristiana -tanto en sus predicaciones individuales como en sus presentaciones públicas para que la unidad y amor fraternal entre los hijos de Dios se pudiera promover y pudiéramos prevenir extremos que podrían causar la amenazadora división?" Realmente, esta pregunta tenía que discutirse porque ya había indicios de diferencias serias. Algunos calificaban tales tendencias -sin limitación- como perversas. Otros las consideraban como obra del Espíritu. Mientras que algunos otros no estaban seguros de quién provendrían. Princell presentó la discusión del tema, y en una disertación que provocó a la reflexión, enfocó la atención en los peligros de un tipo de doctrina que extinguía el amor entre los hijos de Dios y establecía un partido sacrificando la unidad de los hermanos. "Uno se puede llegar a estar tan enamorado de los extremos y excesos que hace de ellos un dogma, suponiendo que cualquiera que no es así no tiene el Espíritu", dijo el orador. "El ruido indecoroso en servicios públicos no es nada nuevo. Cuando era estudiante en Chicago hace veinticuatro años, vivía cerca a una iglesia alemana donde se hablaba tanto alemán como inglés y donde a veces se ponían tan ruidosos que apagaban las luces, y tomándose de las manos unos a otros se daban vueltas bailando. ¡Sin duda esta forma de expresión de gozo no era obra del Espíritu Santo! Entre nosotros los suecos tales reuniones ruidosas son algo más reciente. Dichas reuniones no son necesariamente un pecado y pueden verse como algo que no haría daño. Pero a la vez, podría causar daño real por cuanto puede conducir a la necedad total. El alma y el cuerpo son débiles y es posible perder la cordura por causa de los excesos emocionales. Por mi parte, quiero mantener una relación amistosa y fraternal con todos los hijos de Dios aun con estos hermanos cuyas demostraciones turbulentas hemos atestiguado aquí. Aconsejaría, sin embargo, no juzgar demasiado a la ligera, sino tomar en consideración a dónde llevan estos extremos, si son con la mira de crear un nuevo partido, o si son de naturaleza temporales. Es posible tener tanto miedo de toda expresión de vida en una reunión -cuando se evita la rutina acostumbrada- que uno rechace todo lo que parezca de este tipo y lo califique como pecado. Esto tampoco es bueno... Ud. no diría que es incorrecto que un pecador, agobiado por su pecado, grite. Sin embargo, es otra cosa, si los hijos de Dios siguen -como lo hicieron anoche- buscando entrar gradualmente en un estado de frenesí. No podía sentirme bien en un medio ambiente así, y pude notar un enfriamiento de aquel calor y profundidad espiritual que había caracterizado la primera parte de la reunión. Aconsejaría moderación, buen sentido, y la acción de evitar todo lo que pudiera hacer daño... Hemos escuchado de diferentes dones del Espíritu y diferentes grados de la llenura interior del Espíritu. Mi consejo a los hermanos que consideran haber recibido una medida mayor del Espíritu que otros, es que no se hagan demasiado seguros de sí mismos. Uno podría considerarse tan rico que llega a ser como aquellos que obtienen riquezas de una naturaleza material -no quieren tener nada que ver con los pobres... En cuanto al éxtasis se refiere, las Escrituras hablan de personas individuales que han tenido semejantes experiencias, pero nunca de una congregación. Jesús nunca instó a nada así, tampoco los Apóstoles. Ellos lo experimentaron, pero nunca lo consideraron como uno de los dones mayores. Debemos recordar que todos nos necesitamos unos a los otros. Si por un lado está el peligro de 4-3
volverse rancio, por otro también está el peligro de los excesos. Los hijos de Dios necesitan tener entre ellos ambos tipos de dones: los calmados y los despertadores. ¡Que todos los miembros del cuerpo se sirvan unos a otros! ( Levnadsminnen p.176, 178-180) El Dr. L. J. Pedersen, un líder entre los pioneros, citó -en una de las observaciones más recientes (1931)- algunos de los peligros de esos días. Entre aquellos se hallaban incluidos el materialismo, la interpretación descuidada de las Escrituras, el énfasis equivocado en la educación, y lo que él llamó, "super-espiritualidad". La experiencia cristiana general de la salvación del pecado y el gozo de la comunión con Dios es, según algunas personas, insuficiente. Ellos se esfuerzan por conseguir algo más grande, como un bautismo en el Espíritu Santo, el don de sanidad, erradicación de la vieja naturaleza, don de lenguas, etc., pero rara vez les vemos buscando el mayor de todos los dones, el cual se nos manda procurar: el amor (1Corintios 12:31). Parece que se olvidan que sin aquel don en particular todos los otros dones son entera o finalmente en vano. El espíritu que está tras todas estas cosas se evidencia por sus frutos. Lucha, crítica, falta de amabilidad, orgullo, caracterizan estos movimientos, aunque desfilan con lo que ellos llaman las señales de una vida espiritual más profunda. Estas cosas no atraen mayormente ni influencian sobre gente inconversa sino sobre algunos cristianos sinceros que desean más vida y más poder. En estos movimientos religiosos se enfatiza siempre el emocionalismo y las experiencias sentimentales en lugar de la fe y la Palabra de Dios. Por ende, el "poder" en una reunión es usualmente grande, pero insignificante o nulo en la vida diaria donde más se le necesita. Puesto que a los cristianos en nuestras iglesias se les exhorta a vivir vidas consagradas a Dios, a veces ellos piensan que esta es la manera correcta de vivir tal vida y en consecuencia están engañados. (The Evangelical Free Churches, p.19-20) Al oír relatos de los extremistas durante la adolescencia de la denominación, hay que tener cuidado de no confundir lo anormal con la norma. En una congregación en donde el individuo tiene el derecho de llegar a sus propias conclusiones de su estudio de la Palabra de Dios -un privilegio a notable diferencia de las limitaciones de las iglesias del Estado- se puede esperar una variedad de interpretaciones. Para determinar la posición oficial de la iglesia debemos estudiar la declaración doctrinal y actitud de quienes están en posición de responsabilidad. Estos son los criterios por los cuales se creía y practicaba en asuntos pertenecientes al Espíritu Santo así como todo lo demás. Se han dicho y escrito muchas cosas acerca de nosotros, cosas que se basan en algún incidente aislado en vez de un estudio concienzudo de nuestras iglesias. Pero nosotros no somos los únicos que han sido entendidos mal y tergiversados por la actitud y comportamiento de una minoría pequeña. Satanás se vuelve extraordinariamente activo cuando los santos están por dar al Espíritu Santo el lugar que le corresponde en la iglesia y en la vida. Los extremos de unos pocos no deben tomarse como opinión de todos. Debe reconocerse por lo que es: la excepción que prueba la regla. Recientemente, un líder en el movimiento pentecostal escribió: "Nosotros los pentecostales tenemos tanto, si no más, error infiltrándose dentro de nuestros campos como cualquier otro grupo de creyentes. La única explicación que tenemos es que dondequiera que se mueva el Espíritu de Dios, Satanás introduce medidas contrarias con tácticas de engaño y doctrina falsa. Nuestros campos han sido diezmados por sus fuerzas. (Jack Chinn en Christianity Today , julio 17, 1961). Nuestras experiencias han sido muy similares. Lo que salvó al movimiento del fanatismo completo tanto en Europa como en Norteamérica fue el siempre presente énfasis en la Palabra de Dios -el Espíritu y las Escrituras. Los líderes tempranos eran estudiantes de la Biblia y estaban sujetos al Espíritu Santo. De esto provino la declaración sobre la Persona y Obra del Espíritu Santo como aparece en el Artículo IV. - EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES CONTEMPORANEO. - EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES COMPLEMENTARIO. - EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES CONVENCER. - EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES CONVERTIR. - EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES CONTRIBUIR. Todas estas aéreas del ministerio del Espíritu se declaran en un solo párrafo breve.
* EL MINISTERIO DEL ESPIRITU ES CONTEMPORANEO * 4-4
La época en la que vivimos muchas veces es denominada como la época del Espíritu -la dispensación del Espíritu Santo. Nosotros reconocemos nuestra dependencia absoluta en la Persona, la presencia, y el poder del Espíritu. La necesidad no es menor ahora que lo fue en el día de Pentecostés. El poder a nuestro alcance no ha disminuido.
* EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO ES COMPLEMENTARIO * La primera frase revela hasta dónde hemos llegado en comprender la obra del Espíritu Santo. "Creemos que el ministerio del Espíritu Santo es glorificar al Señor Jesucristo." Justo allí está el secreto del adecuado reconocimiento de la presencia del Espíritu. Temprano en nuestra historia se puso mucho énfasis sobre las experiencias personales, algunas espirituales y muchas otras puramente carnales. La competencia fue grande. Cada quien trató de exceder las experiencias personales del otro, y éste llegó a ser el criterio de todos los demás. Luego hubo quienes pensaron que la espiritualidad se determinaba por el número de veces que uno mencionaba o exaltaba al Espíritu Santo. No es extraño que hubieran malos entendidos. Experiencias decepcionantes y un estudio más profundo de la Palabra condujeron a los líderes a la posición de que no era el ministerio del Espíritu Santo glorificarse a sí mismo sino glorificar a Jesucristo. Aquello que volvió la atención del público en una experiencia, la tan mentada espiritualidad, no fue necesariamente obra del Espíritu Santo. Y por ello, antes de hacer cualquier declaración respecto a los detalles del ministerio del Espíritu, anunciamos el hecho básico: "El glorifica a Jesucristo". Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:13-14)
Esta debe ser la prueba final de todo lo que tenga que ver con el ministerio del Espíritu Santo o sostenga provenir del Espíritu. ¿Trata de glorificar al hombre y su experiencia, al Espíritu Santo como persona, o al Señor Jesucristo? Parece ser que el Espíritu de Dios tiene pasión por el anonimato.
* EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO ES CONVENCER * "El ministerio del Espíritu Santo es el de convencer a los hombres". Esta es la promesa de Cristo referente a la obra del Espíritu. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. (Juan 16:7-11)
Nota que el ministerio del Espíritu a este respecto habla en tres áreas distintas -de pecado, de justicia, y de juicio. Algunos de los pioneros, mientras mantenían la convicción que sólo el Espíritu Santo -fuera mediante la lectura de la Biblia, la estimulación de la conciencia, o la predicación de la Palabra- podría convencer a los hombres de pecado, a veces se confundieron con respecto a qué pecado se trataría. Sustituyeron la palabra pecados por pecado y algunos de los sermones tempranos fueron ataques contra ciertas prácticas, algunas de las cuales eran realmente contrarias a la Biblia pero otras contrarias meramente a la costumbre local. El pecado del cual habla Jesús es el pecado de incredulidad. La tendencia de enfatizar los puntos menores y negar la mayor barrera en el acercamiento del pecador a Dios causó mucha confusión. Poseer un automóvil, que las mujeres usen las enaguas con alambres para el vuelo de sus vestidos, que se hagan moños en el cabello, usen plumas en su sombrero, pintarse, ir a la feria del condado, ponerse corbata, tener teléfono, o más tarde una radio, tener un seguro de vida, escribir o leer ciencia ficción (cuando uno de nuestros propios escritores de ficción destacados habló en una conferencia general, dos de nuestros pastores salieron airados en protesta), todo ello eclipsó el pecado de falta de fe. Una vez oi a uno de nuestros evangelistas condenar el uso de medias de nylon por ser un estorbo en la plegaria -no permitían a las mujeres arrodillarse. No se debe confundir libertad con libertinaje, pero tampoco se debe confundir el pecado de incredulidad con los pecados del creyente carnal. No llevó mucho tiempo a los pioneros descubrir que estaban confundiendo el orden al reaccionar contra las inconsistencias de los de la Iglesia del Estado. Mientras el cristiano debe buscar la guía del Espíritu Santo para vivir según la voluntad de Dios, el pecado que el no-cristiano tiene que enfrentar es el de incredulidad. El ministerio de convencimiento del Espíritu Santo no es señalar en el pecador los muchos errores de su camino sino mostrarle la 4-5
pecaminosidad de su ser al no aceptar a Jesucristo. El hecho de que algunas de las iglesias tempranas abordaran el problema en esas dos formas se hizo muy evidente por la diferencia de sus resultados. En aquellas áreas donde los pecados, a manera de catálogos locales, eran condenados constantemente, se desarrolló un tipo de iglesia poco profundo, super-crítico y aislado. No sólo estaban continuamente condenando al mundo, sino que finalmente se vieron condenándose unos a otros. Hubo poco crecimiento, ningún desarrollo espiritual real y duradero a pesar de sus conmociones espirituales y reuniones de confesión repetidas muchas veces. Por otro lado, donde Cristo fue exaltado en el poder del Espíritu Santo, y por este énfasis la gente vio su pecado de incredulidad, se desarrolló una congregación vibrante, sana, y profundamente espiritual. Se podría citar casos específicos, pero serían mal entendidos como si se quisiera proyectar una sombra sobre ciertos hombres y grupos. La declaración de que el Espíritu de Dios condena el pecado no está basada sólo en el entendimiento de la Biblia, sino en la conclusión de una larga experiencia. El ministerio condenatorio del Espíritu también incluye justicia -"de justicia por cuanto voy al Padre" (Juan 16:10). Se ha dicho muchas veces que el pecado le puso a Cristo sobre la cruz y la justicia le puso sobre el trono. En consecuencia, la justicia atribuida al pecador creyente no la recibe éste por haber obedecido órdenes o seguido ordenanzas de la iglesia. No es un asunto de ser aceptado a la membrecía eclesiástica, sino más bien porque Cristo fue aceptado en gloria luego del sacrificio en la cruz. Aunque esta verdad puede declararse repetidamente, sin embargo puede no tener explicación, ya que es sólo cuando el Espíritu Santo convence a la persona de esta gran verdad que recién se le quita el velo. El ministerio persuasivo del Espíritu Santo, en tercer lugar, incluye juicio. "Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado." (Juan 16:11). Esta fue una revelación para aquellos que se separaron de las iglesias del Estado. Para ellos, la amenaza de juicio estaba presente constantemente a pesar de haber sido bautizados, aceptados en la iglesia y ser fieles atendiendo a los servicios de comunión. Uno nunca podía saber si era salvo o no. Hacía falta seguridad. El Espíritu Santo, por la Palabra, convence del hecho que el juicio ya no es cosa del futuro. Es un asunto del pasado. Esto ocurrió cuando el príncipe de este mundo fue juzgado. Así, llegó a esta gente una esperanza y certeza nuevas, las cuales se apresuraron a compartir con otros.
* EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO ES CONVERTIR * La palabra usada en el Artículo V es "regeneración" y es usada apropiadamente. El Espíritu Santo realiza el milagro de gracia que hace del pecador creyente un hijo de Dios. Esto se menciona otra vez en Artículo VIII y por eso esta sección tratará principalmente con otro aspecto de la regeneración. La palabra "convertir" o "conversión" se usa frecuentemente en conexión con el Cristianismo, y a veces, se vuelve un sustituto para la palabra salvación. Las Escrituras sugieren tres aspectos de la conversión: primero, uno en el cual el individuo es el participante activo; segundo, uno en el cual otra persona es el promotor activo; y tercero, aquel cambio en el cual el individuo es pasivo. Conversión significa literalmente voltear o cambiar de dirección. Esto es algo que el hombre puede hacer. Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. (1Ts. 1:9-10)
También se puede lograr conversión por la influencia de uno sobre otro. Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados. (Santiago 5:1920)
Pero uno puede convertirse a una idea, a un ideal, o a una manera de vivir sin haber sido transformado interiormente. Esta transformación necesita el poder del Espíritu. Varios versículos de las Escrituras, al mencionar la conversión, lo hacen con el beneficiario como el socio pasivo. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. (Salmos 19:7) Y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 18:3) 4-6
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por tí, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. (Lucas 22:31,32)
La palabra conversión fue popular durante la II Guerra Mundial cuando fábrica tras fábrica eran convertidas en sus usos, de tiempo de paz a tiempo de guerra. Una planta que manufacturaba máquinas de coser se convirtió en manufacturera de armas, etc. Al terminar la guerra tuvo que haber otra conversión -volverse a los usos que en tiempos de paz habían tenido. El creyente pasa por una conversión similar. Por obra del Espíritu Santo, el que produjo frutos de pecado fue convertido a la producción del fruto del Espíritu. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en todo: bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. (Efesios 5:5-10)
* EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO ES CONTRIBUIR * El contribuye a la dirección, iluminación, instrucción , y vida victoriosa del "pecador que cree". La declaración, al resumir la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente, empieza con la morada permanente del Espíritu Santo en el corazón y alma del creyente. Esta morada del Espíritu Santo es parte de una experiencia total. Su ministerio es "regenerar al pecador que cree, morar, guiar, instruir y facultar al creyente". En ninguna parte la declaración supone que esta morada sea parte de una experiencia posterior o más profunda. La morada es una experiencia continua y no aislada. Además, es una morada en el creyente, no un adorno externo. Este no es un asunto de exhibición, sino una presencia interior que se revela a sí misma en la vida y servicio. La declaración no hace referencia al bautismo del Espíritu Santo. El momento de esta experiencia no fue causa de controversia en los días tempranos. Parece que se había entendido claramente que el bautismo del Espíritu Santo era parte de la experiencia regeneradora, que Su morada ocurría en el momento mismo de la conversión. A esto se refiere cuando en el Artículo VIII dice que la verdadera iglesia se compone de aquellos que "han sido regenerados por el Espíritu Santo y unidos conjuntamente en el cuerpo de Cristo". Esto implica que no puede haber tal cosa como un cristiano que no tenga la morada del Espíritu Santo en su ser. Hubo, sin embargo, una marcada diferencia de opinión en cuanto a la posibilidad de una "segunda experiencia espiritual". Esta diferencia no fue tanto entre el hecho de una segunda experiencia y una única experiencia sino más bien entre una segunda y muchas más experiencias espirituales. Fue fundamentalmente un asunto de semántica antes que de sistemas de interpretación. Palabras como bautismo, llenuras interiores, sellos, unciones, experiencias más profundas, santificación, moradas significaban lo mismo para muchas personas. Se volvió bastante confuso para aquellos que clasificaban todas estas palabras en tiempo de experiencia, grado de espiritualidad y definición escritural. Nada se dice en cuanto a lenguas. Frecuentemente se hace la pregunta "¿Qué cree la Iglesia Libre sobre este tema?" En todas las instancias donde la declaración doctrinal guarda silencio sobre detalles, uno debe volver al primer artículo el cual acepta la Biblia como la revelación de la voluntad de Dios. Creer, como ciertamente creemos, en la presencia y poder del Espíritu Santo nos debe llevar a aceptar la posibilidad y probabilidad de las manifestaciones espirituales. Pero todas y cada una de estas deben estar de acuerdo con la Palabra de Dios, sean lenguas, renovaciones, avivamientos, o llenuras interiores. Negar la posibilidad de que el Espíritu Santo pueda hablar por medio de un creyente en una "lengua desconocida" sería limitar el poder de la tercera Persona de la Divinidad. Hay, sin embargo, una limitación que se debe poner sobre todo lo que pretende ser manifestación espiritual: ¿Es esa evidencia según las Escrituras? La Palabra de Dios, como indica el Dr. Lewis Sperry Chafer en su obra de Systematic Theology, da siete guías en cuanto al uso de lenguas: 1. Las lenguas deben dirigirse a Dios (1Corintios 14:2,28) 2. La manifestación debe ser en oración (1Corintios 14:14) 3. El elemento de la acción de gracias debe estar presente (1Corintios 14:15-17). 4-7
4. Las lenguas pueden entenderse sólo por interpretación (1Corintios 14:2,5-6). 5. Se debe interpretar -el don complementario- si va haber cualquier uso del don de lenguas (1Corintios 14:28). 6. Sólo dos -por lo mucho- pueden ejercer el don en un servicio (1Corintios 14:27) 7. Las mujeres han de guardar silencio en la iglesia (1Corintios .14:34). Mientras esta idea general nunca ha recibido sanción oficial, resume las referencias escriturales, y se usó varias veces cuando se levantaron controversias en cuanto al uso de lenguas. En segundo lugar, el Espíritu Santo dirige al creyente. Esperar consejo en el Señor era, y todavía se considera, no sólo propio sino necesario. Puedo recordar con gratitud a Dios la escena de creyentes arrodillados y el sonido de sus súplicas mientras buscaban consejo divino para sus vidas así como para la iglesia. Este es el clamor de los siglos. Somos creados de tal manera que no podemos guiarnos nosotros mismos. La oración pidiendo guía se ve a menudo a través de las páginas de la Biblia: Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. (Jeremías 10:23) Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en tí he esperado todo el día. (Salmos 25:5) Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. (Salmos 27:11) Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. (Salmos 31:3) Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. (Salmos 139:23,24)
La guía del Espíritu Santo se enfatiza repetidamente en el Nuevo Testamento. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. (Romanos 8:14) Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. (Gálatas 5:18)
Los pioneros estaban ansiosos por la guía del Espíritu, pero a veces el clamor por guía divina condujo a la paradoja de conceptos opuestos sobre el mismo tema. A menudo era un caso de "Me parece que el Espíritu Santo estaría de acuerdo, y yo también" en vez de "El Espíritu Santo y nosotros". Esto, aunque propio en la vida personal del creyente, se volvió un problema en la vida colectiva de la iglesia. Entonces, también estaba el asunto de pensar que el Espíritu Santo daba revelaciones especiales adicionales a las Escrituras, otras que se habían de poner sobre las Escrituras y aun otras que habían de ir más allá de lo que estaba escrito en la Palabra de Dios. El primer artículo de la declaración doctrinal debe estar siempre delante de nosotros; a saber, que la Biblia es "la revelación completa de Su voluntad para la salvación de los hombres y autoridad Divina y final para toda la fe y vida cristianas". Por otra parte, creemos que Dios ciertamente habla a través de Su Espíritu en la vida del individuo así como en la confraternidad de creyentes. No sólo deberíamos estar concientes de la necesidad de esa guía, buscarla por medio de oración y lectura de la Palabra, sino que deberíamos estar alertas a los dictados del Espíritu Santo. Esto debería aplicarse en todas las áreas de la vida.
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Hablando por larga distancia con uno de los congresistas más conocidos de la nación, antes de la convención política nacional en la cual él iba a dar el discurso de apertura, le pregunté cómo seguía en la preparación de su discurso. Me respondió que había que cubrir tanto que su problema no era qué decir sino qué omitir. Traté de animarle con la certeza de que la experiencia me había enseñado que las cosas finalmente hallarían su lugar. El dijo, "Yo sé que tendré la guía divina en el tiempo oportuno". En tercer lugar, el Espíritu Santo instruye al creyente. Hay inteligencia que va más allá del conocimiento adquirido en los textos o al lado de los maestros. Hay sabiduría que comienza con el temor del Señor y se ensancha en el andar con Dios. El énfasis en esta verdad durante el comienzo de la obra, ha llevado a algunos la equivocada impresión de que los fundadores de la obra eran "hombres sin educación". Es verdad, como se ha dicho en otra parte, que el espíritu de urgencia en vista del pronto retorno de Cristo llevó a muchos líderes tempranos a evadir el entrenamiento minucioso a fin de "llegar a los campos, sembrar la semilla, y llevar a cabo la siega antes de que el Señor volviera". Por otro lado, el entrenamiento de los líderes tempranos en ambos grupos se compararía favorablemente con lo mejor que muchos líderes actuales tienen. Ellos buscaron instrucción divina no como sustituto para la educación sino como necesidad absoluta, para que la educación no fuera incompleta. La Palabra de Dios no puede entenderse sin la iluminación personal del Espíritu Santo. El Dr. Lewis Sperry Chafer, en su Systematic Theology declara: Una evidencia de la llenura interior del Espíritu -aquello que El hace cuando está libre para obrar eficazmente si existe la menor posibilidad de ello- es el llevar a aquél en quien mora a un entendimiento cada vez más pleno de las Escrituras con todo el poder de santificación que ella tiene (Juan 17:17). En consecuencia, la necesidad imperativa de sostener una relación correcta con el Espíritu Santo se convierte en clave única para la adquisición de conocimiento de la Palabra de Dios, en sí una ley pedagógica que no aparece en el entrenamiento académico general es sugerida por la necesidad imperativa de sostener una relación correcta con el Espíritu Santo por quien Su ministerio de enseñanza avance sin estorbos OJO. El estudiante que no está en relación correcta con Dios, no puede esperar progresar en el estudio de la verdad espiritual. Es realmente deplorable que, en tantas instancias, se ofrezcan cursos enteros en doctrina bíblica sin siquiera una palabra de advertencia o instrucción en cuanto a esta característica fundamental y más vital de toda la pedagogía cristiana. Parece ser que en las Escrituras se ha dicho o dado a entender muy poco sobre este tema, antes del Discurso del Aposento Alto. Es entonces que Cristo presentó por primera vez esta gran verdad en términos no inciertos. En este discurso El dijo: "Aun tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará, porque tomará de lomío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:12-15) Este principio fue reconocido en nuestra obra desde el principio. En el movimiento "lasare" (lectores de la Biblia) en Europa, los creyentes tuvieron un conocimiento de las cosas de Dios como se revelaba en las Escrituras, lo cual iba mucho más allá de lo que podía llegar el predicador de la Iglesia del Estado. Cuando se lee los pocos mensajes que hay disponibles de los líderes de aquellos años tempranos, uno no puede menos que maravillarse cómo estos hombres se levantaron a la ocasión y fueron "más allá de sus propias capacidades". El secreto está en la instrucción dada por el Espíritu Santo. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oido oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. (1Corintios 2:9-16)
Finalmente, el Espíritu Santo habilita "al creyente para la vida y servicio piadosos". Note que el poder del que le "faculta" está en dos áreas específicas. El Espíritu Santo provee poder para vivir victoriosamente y para servir con buen éxito. Uno es el poder para vencer el mal; el otro, el poder para hacer el bien.
4-9
El poder para vencer el mal fue malentendido en el comienzo. Como tantos de los descubrimientos nuevos, ello motivó al estudiante a inclinarse a los extremos antes de comprender el significado completo de la doctrina. Hubo todo un grupo que mantuvo la teoría de la erradicación -es decir, que una segunda experiencia espiritual sacaba del creyente la tendencia o capacidad de pecar. Si la naturaleza vieja (la naturaleza de Adán, la naturaleza pecaminosa) no era completamente erradicada, al menos lo era en parte. El Dr. E. A. Halleen informa acerca de esta fase del tema: Ellos creyeron, y con razón, que la sangre de Jesucristo limpiaba del pecado, entonces ningún pecado quedaba en el creyente, y si era así, no se podría pecar más. La deducción de esta preciosa promesa era de que si la sangre de Jesucristo había limpiado del pecado, entonces no había pecado qque permaneciere en el creyente, y en consecuencia, no había más pecado que podía cometerse. Se admitió que la enseñanza traía gozo al creyente pero también desesperación cuando parecía no se podía probar esa verdad en la experiencia. El asunto de la erradicación y las diferencias de opinión en cuanto al tiempo y alcance de la santificación causó más discusión y confusión que cualquier asunto que se consideró en los días tempranos de la obra. También dio a la poco amistosa oposición la oportunidad de darnos el apodo "synd frie" (libres de pecado), un apodo por el cual nos llamaron por años en algunos círculos. Ello produjo cierta auto-exaltación y asunción de santidad. Mucha de nuestra gente no pudo entender el engaño y por eso siguieron de buena gana cegados por una temporada. Sin embargo, nuestra obra se enriqueció. En verdad, todo obra para bien. El bien al cual se refiere, fue el fuerte énfasis sobre el poder del Espíritu Santo en la vida del creyente, que le ponía en condición de poder vivir una vida piadosa en medio de un ambiente impío. La declaración reconoce el hecho que la morada interior, guía e instrucción del Espíritu Santo conduce a la comprensión de Su poder en la vida victoriosa. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:15-23)
Además, el Espíritu Santo da la autoridad para el servicio. Tan esencial es este hecho, que Jesucristo mandó a los discípulos que esperaran hasta que el Espíritu viniera sobre ellos con poder antes de llevar a cabo la tarea de ser Sus testigos. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. (Hch. 1:4) Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
Harold Paul Sloan en 1930 escribió algo que es tan aplicable como hoy: Creo en el Espíritu Santo. No hay nada que hoy necesitemos más que una dependencia nueva en este misterioso Asistente interno de nuestras almas. Jesús amonestó a Su primera iglesia, mucho antes de su inicio, que no se comprometieran a hacer nada hasta después que hubieren sido iluminados "cuando", como dijo "haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Ellos tenían la verdad, porque El, la personificación de la verdad, había vivido así entre ellos. Ellos necesitaban la verdad ardiente, la verdad en toda aquella certidumbre candente la cual sólo el Espíritu Santo podría darles. Permíteme ponerlo así: El mundo sin la realidad de Cristo sería un paganismo oscuro; pero sin la iluminación del Espíritu sería un formalismo sin vida. La sola verdad no salvará al mundo; necesita verdad en llamas, verdad que arda vibrante y que queme en las almas de los hombres. Esta es la verdad que salvará. Dar el lugar que le correspondía a la persona y obra del Espíritu Santo trajo avivamiento en el principio de la obra. ¡La obra será avivada sólo en la medida que este énfasis sea avivado!
¡Esto es lo que creemos! 4-10
1. ¿Cómo es que entiende la enseñanza del bautismo del Espíritu Santo”?
2. ¿Qué es lo que se entiende que como la llenura del Espíritu Santo en el creyente? Explique lo que entiende por los dones del Espíritu Santo e incluya su entendimiento con respecto al uso de dones tales como el don de sanidad, lenguas y profecía. Incluya en su respuesta su entendimiento sobre el propósito de estos dones, como es que enseña con respecto a los dones del espíritu y como ministraría con alguien que sostiene una posición diferente a la suya con respecto a los dones.
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 4. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
4-11
ARTICULO 5
Nosotros creemos:
Que el hombre fue creado a la imagen de Dios pero cayó en pecado y por lo consiguiente, está perdido y solamente con la regeneración por el Espíritu Santo puede obtener la salvación y la vida espiritual.
Artículo 5 Que el hombre fue creado a la imagen de Dios pero cayó en pecado y por lo consiguiente, está perdido y solamente con la regeneración por el Espíritu Santo puede obtener la salvación y la vida espiritual.
Gen. 1:26 Eph 2:1-3
Rom 3:9-23
Capítulos 11 al 13 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 257 al 265 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 13
Esta declaración hace cuatro afirmaciones generales acerca del hombre: - EL ES UN SER CREADO. - EL ES UN SER CAIDO. - EL ES UN SER DESAMPARADO. - EL NO ES UN SER SIN ESPERANZA. Otra vez debemos volver al primer artículo. Si creemos que la Biblia es la revelación completa entonces tenemos que aceptar la explicación que da ella sobre cómo llegó a existir el hombre. La conclusión de que el hombre es un ser creado es de suma importancia. La misma naturaleza del hombre, su responsabilidad, capacidad y destino han de ser determinados por la veracidad o falsedad de esta declaración. Habiendo aceptado la Biblia como nuestra autoridad final, no necesitamos entrar en la teoría de la evolución en cuanto al origen del hombre.
* EL HOMBRE ES UN SER CREADO * Siendo creado por Dios, el hombre tiene ciertas responsabilidades para con ese Creador. Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)
Hace años, una tira cómica que representaba las ideas y dichos de los niños mostraba un chico con un recogedor lleno de polvo- en su mano explicando a su hermanita, "De esto estamos hechos tú y yo -polvo. Dios ciertamente hizo una buen trabajo con lo que tenía para trabajar, ¿no es verdad?" La Palabra de Dios es muy enfática al hacer constar tres veces que el hombre es creado a imagen de Dios (Génesis 1:27). El hombre empezó a existir no sólo por un acto creativo sino como resultado de una decisión definitiva de parte del trino Dios. 5-1
Entonces Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. (Génesis 1:26)
Además, él fue creado a imagen y semejanza de Dios, algo que no se dice de ninguna otra criatura. Aun sin una explicación satisfactoria en cuanto a qué implica esta imagen, hay que concluir que el hombre ocupa una posición exaltada. El es "la imagen y gloria de Dios" (1Corintios 11:7). La declaración en la Epístola a los Hebreos, aunque enfocada directamente a Cristo, sugiere la posición gloriosa del hombre. Pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. (He. 2:6-8)
Uno podría trabajar hacia atrás tratando de determinar precisamente qué significa la imagen y semejanza de Dios. ¿Qué hay en los hombres que no se encuentra en las criaturas? ¿Qué hay respecto a los hombres que es diferente de las bestias de la tierra, el ganado, y todo lo que se arrastra sobre la tierra? En la respuesta a esta pregunta podemos encontrar el significado de "la imagen de Dios". El Dr. A. H. Strong en su Systematic Theology enumera ocho formas en las cuales el hombre está sobre los animales: Los animales son conscientes, pero no son conscientes de sí mismos. Ellos no pueden distinguir la diferencia entre ellos mismos y sus sensaciones. Ellos perciben las cosas, pero les falta conciencia. Los animales tienen representación mental de lo que perciben, pero no tienen conceptos. Ellos pueden recordar cosas, gente, y lugares, pero no pensamientos o ideas abstractas. Los animales hacen sonidos, pero les falta un idioma. El idioma es el vehículo del pensamiento; las palabras, las expresiones de ideas. Los animales reaccionan ante los eventos, pero no pueden expresar juicio. Son incapaces de asociar y ponderar las ideas en su relación unos con otros. Los animales reaccionan a las órdenes, pero no tienen ningún poder racional. No pueden determinar la relación entre antecedentes y consecuencias. Aunque puede haber una asociación de ideas no hay evidencia alguna de razonamiento. Los animales no tienen ningún concepto de espacio, tiempo, sustancia, el bien o el mal. Por tanto no hay progreso. El castor construye la casa de este año exactamente como la del año pasado. El animal puede ver las páginas impresas de un libro, pero no puede comprender el significado real de esas páginas. Los animales tienen determinación, pero no determinación propia. No hay evidencia de planificación consciente o movimiento. Las reacciones se deben enteramente a la herencia y medio ambiente. Los animales no tienen una naturaleza religiosa. Un animal puede temblar de miedo a la presencia del peligro, pero no revelan reverencia alguna por el Todopoderoso. El hombre es distinto de los demás. El es imagen de Dios. Esta es la próxima pregunta. ¿Entonces a qué se parece Dios? Se dan tres hechos en los pasajes siguientes: Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:48) Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. (Lucas 6:36) Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; (1Pedro 1:15,16)
5-2
Se ha sugerido también que hay un punto de distinción entre las palabras "semejanza" e "imagen" aunque ambas se usan en Génesis 1:26. Algunos dicen que semejanza se refiere a la personalidad, e imagen a los aspectos morales de su persona. Sea como fuere, estos dos hechos son indiscutibles. El hombre fue creado como ser glorioso y Dios es un creador perfecto, misericordioso, y santo. Si el hombre fue creado a Su imagen y semejanza, él debería tener las mismas características, y cuando fue creado, las tuvo. Pero algo sucedió.
* EL HOMBRE ES UN SER CAIDO * Cualquier perfección, misericordia y santidad que él pudiera haber tenido ya no se ve en el hombre natural; lo cual no es difícil probar hoy. Hace unas pocas décadas, hubiera sido más difícil. Durante los años 20, los liberales enseñaban que el hombre estaba lejos de ser una criatura caída. Si él cayó, era simplemente "un tropezón en su caída hacia arriba". Mas, después de dos guerras mundiales, después que las comunicaciones modernas y métodos para viajar han enlazado tanto el mundo como para hacer a todos conscientes, de modo creciente, de lo que el hombre está haciendo, se puede concluir que lejos de caer hacia arriba, realmente ha caído a las profundidades de la perversión. Sin embargo, este no es un hecho reciente para el creyente en el Biblia. La raza humana cayó en el pecado mucho antes de la guerra mundial. El hombre es una criatura perdida porque cayó, no está cayendo, en el pecado. La semejanza a Dios está perdiéndose. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. (Génesis 6:5) Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones. (Eclesiastés 7:20,29) ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. (Isaías 1:4-6) Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. (Marcos 7:15,20-23)
Se podría citar muchos otros versículos. Es un recorrido largo desde la perfección, misericordia, y santidad mencionada antes. El hombre es una criatura caída. Pocas verdades son refrendadas tan completamente en la Escritura. Pocos hechos son tan enteramente probados por la historia y experiencia personal. Esta es la diferencia entre el pensamiento evangélico y el liberal. Para el evangélico el hombre es colocado primero en el pedestal más alto posible como alguien creado por decisión divina, por propósito divino y a imagen divina; y de allí el hombre cae al lugar más bajo posible de la depravación absoluta. El Liberalismo toma un "concepto más bajo del hombre antes de la caída y un concepto más alto del hombre caído".
* EL HOMBRE ES UN SER DESAMPARADO * La declaración doctrinal implica este hecho al declarar que cualquier cambio requiere, desde una fuente exterior, el poder regenerador. Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. (Romanos 3:20) En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. (Efesios 2:12)
Esta es una verdad que conmovió los corazones de los pioneros por el poder de convencimiento del Espíritu Santo. Habían sido guiados a creer que el bautismo y la comunión resolverían el problema de la relación del hombre con Dios. Ellos vieron que los hombres no eran ni perfectos, ni misericordiosos, ni santos a pesar de su obediencia a las leyes de la iglesia. Como la mujer en el tiempo de Cristo, "y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había 5-3
aprovechado, antes le iba peor" (Marcos 5:26). Hasta que la luz gloriosa del Evangelio se abrió paso en un pueblo condenado hubo tinieblas a través de la tierra. Pero la buena nueva -el mensaje de esperanza- penetró gradualmente buscando corazones a medida que hombres y mujeres escudriñaban las Escrituras.
* EL HOMBRE NO ES UN SER SIN ESPERANZA * El "puede obtener salvación y vida espiritual", los detalles sobre cómo se puede realizar esto se discuten en el próximo capítulo. Al usar la expresión "salvación y vida espiritual" aquellos que escribieron la declaración doctrinal tuvieron en cuenta los dos hechos inherentes en la salvación. Por un lado, ello involucra el ser salvado del estado perdido, mientras que por otro, involucra el ser llevado a un estado salvado -vida espiritual. Somos salvos no únicamente de algo sino para algo -de morir en infracciones y pecados para una vida nueva en Jesucristo. En este marco, sin embargo, regresaríamos a los versículos ya citados que Dios es perfecto, que Dios es misericordioso, que Dios es santo. Había también el reto de que el hombre debía ser igual. Ciertamente no se hubieran hecho los mandatos del Nuevo Testamento de no existir la posibilidad de obedecerlos. Como uno de los grandes himnos escandinavos lo expresa, "El demanda mucho, pero El da lo que demanda". Por medio de la experiencia de regeneración, el hombre experimenta no sólo salvación de las consecuencias del pecado, sino restauración a una vida espiritual. Algo de la imagen misma de Dios, perdida en la caída, es restaurada. Por ejemplo, justicia, verdadera santidad y conocimiento se ponen a nuestro alcance. Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:24) Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. (Colosenses 3:10)
Por tanto la situación del hombre no queda sin esperanza. A pesar de nuestro reconocimiento del hecho de la depravación total del hombre, debemos notar que Dios consideró al hombre digno de salvación; Jesucristo pensó que éste era merecedor de Su propia muerte; y el Espíritu Santo le creyó digno de ser regenerado.
¡Esto es lo que creemos!
1. ¿Qué es lo que se entiende como la imagen de Dios? 2. ¿Cómo es que entiende la enseñanza bíblica de la caída de la humanidad y sus efectos? 3. ¿Qué se entiende por salvación? 4. ¿Qué es la regeneración y como es que una persona es regenerada? 5. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 5. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
5-4
ARTICULO 6
Que la sangre derramada de Jesucristo y su resurrección proveen la única base para la justificación y la salvación de todo aquel que cree y solamente los que aceptan a Jesucristo son nacidos del Espíritu Santo y así llegan a ser hijos de Dios.
Artículo 6 Que la sangre derramada de Jesucristo y su resurrección proveen la única base para la justificación y la salvación de todo aquel que cree y solamente los que aceptan a Jesucristo son nacidos del Espíritu Santo y así llegan a ser hijos de Dios.
Juan 3:16, Heb. 9:6-15 1 Juan 2:2, 4:10 Rom. 3:25 Heb. 2:17 Rom. 5:1
Rom. 8:1; 1 Cor. 1:2, 6:11 Heb. 10:10 1 Cor. 15:1-3 Eph. 2:8-9
Capítulos 17 al 24 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 267 al 277 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 14
La palabra soteriología, usada generalmente para incluir todos los asuntos pertenecientes al tema de la salvación, es en sí misma interesante. interesante. Esta proviene de dos palabras griegas, griegas, una que significa significa salud y la otra el "estudio" "estudio" o "ciencia de". Dos aspectos de la redención se mencionan en la declaración, declaración, -justificación y salvación. El primero cubre la situación situación delante de Dios mientras el segundo trata de la experiencia el rescate del estado perdido. Es importante notar cómo la palabra justificación viene viene primero aunque en la experiencia experiencia del creyente la salvación salvación es de primer interés. interés. La comprensión de la necesidad y posibilidad posibilidad de justificación viene mientras se crece en gracia y conocimiento. En este momento, es suficiente mencionar meramente que el plan de redención satisface ambas situaciones: la necesidad humana de salvación del pecado y una base para aproximarse al Dios Santo. Los siguientes puntos se incluyen como los hechos principales sobre el tema de la redención: - LA SANGRE DE CRISTO ES EL PRECIO DE LA REDENCION. - LA RESURRECCION DE CRISTO ES LA PRUEBA DE LA REDENCION. - LA ACEPTACION DE CRISTO ES EL REQUISITO PREVIO A LA EXPERIENCIA DE LA REDENCION. - EL ESPIRITU SANTO ES EL PODER DE LA REDENCION.
* LA SANGRE DE CRISTO ES EL PRECIO DE LA REDENCION * Observe que habla de la sangre como "la sangre derramada de Jesucristo". Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. (Hebreos 9:22)
6-1
Los pioneros pusieron pusieron gran énfasis en el significado significado de la sangre derramada derramada por Cristo. De hecho, algunos de los predicadores de las iglesias establecidas por las denominaciones históricas también usaron esto como argumento contra los primeros. "Profetas de la la religión del del matadero" era era el nombre nombre frecuentemente usado como burla. La oposición oposición religiosa, durante los servicios que bajo tiendas de campaña en el sur del Estado de Minnesota se realizaron y cuyo resultado fue un gran avivamiento espiritual, bajo el liderato de un evangelizador que insistió todas las noches en el poder de la sangre de Cristo, puso una noche un pequeño cochino muerto en un palo para ridiculizar este tipo de predicación. Mientras más escudriñaban los pioneros pioneros las Escrituras, más se daban cuenta del énfasis en la sangre. Encontraron que la Biblia era un libro de sangre. sangre. Vieron claramente que la la sangre de Cristo, no las ceremonias ceremonias ni rituales de la iglesia, iglesia, era el precio real de la redención. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. (1Pedro 1:19,20)
El derramamiento derramamiento de sangre era símbolo símbolo de la vida vertida vertida o dada en sacrificio a favor favor o en lugar de otros. otros. El principio fundamental fundamental se introdujo temprano temprano en la Biblia tanto en tipo como en declaraciones directas. Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. (Levítico 17:11)
Los sacrificios del Antiguo Testamento, la rociadura de la sangre en el tabernáculo, las muchas referencias al derramamiento derramamiento de sangre, todo apuntó hacia la cruz de Cristo donde el Hijo de Dios derramó Su sangre "incorruptible". Más Dios muestra su amor por por nosotros, en que siendo siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. (Romanos 5:8,9)
El Rev. Didrik Anderson, por varios años un eminente maestro de la Biblia en ambos lados del Oceáno Atlántico, recogió muy bien lo que que se podría considerar el lugar lugar de la sangre en el pensamiento pensamiento y predicación de los pioneros. pioneros. En un sermón publicado publicado en 1917, traza las razones por las cuales es preciosa la sangre de Cristo: Primero, porque es el medio de redención. Segundo, porque es el único medio de purificarse del pecado. Tercero, porque es la base de la paz con Dios (Colosenses 1:20). Cuarto, porque da libertad (Hebreos 10:19) para aproximarse al trono de Dios.
* LA RESURRECCION DE CRISTO ES LA PRUEBA DE NUESTRA REDENCION * Si Cristo se hubiese quedado en el sepulcro, Su sangre no habría tenido más valor que la sangre de cualquier ser humano. El hecho de la resurrección de Cristo no sólo garantiza nuestra resurrección resurrección sino que suministra la promesa promesa que el precio pagado por la redención del hombre en el calvario fue aceptado por Dios. Se ha dicho bien que mientras Jesús exclamó en la cruz: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu", Dios el Padre lo hizo oficial y exclamó "Amén" resucitando a Jesús de los muertos. Además, la resurrección de Cristo, Cristo, quien derramó Su sangre, le hace posible "proteger "proteger Su inversión". No sólo Dios le ha exaltado sino que El vivirá por siempre jamás para interceder por nosotros.
* LA ACEPTACION DE CRISTO ES EL REQUISITO PREVIO A LA EXPERIENCIA DE LA REDENCION * La declaración implica que no guarda una expiación limitada (limitada a los elegidos) a la vez que también declara que la salvación universal universal asequible a todos es efectiva efectiva solamente en las vidas de aquellos aquellos que reciben a Cristo. Esta es para "todos los que creen". 6-2
El redescubrimiento de la posibilidad de salvación personal por fe en Jesucristo, vino como una brisa refrescante a todos los que habían tratado sinceramente de encontrar la paz de la mente siguiendo las ordenanzas de la iglesia y obedeciendo en lo posible, posible, los diez mandamientos. mandamientos. Sin embargo, no se halló halló paz así. La conciencia conciencia se afligió más y más. más. Hicieron lo mejor que pudieron, pudieron, pero de algún modo se dieron cuenta que no era suficiente. Entonces desviándose desviándose de las tradiciones de la iglesia y las enseñanzas de las Escrituras ¡ellos descubrieron que el acto de creer era todo lo que el pecador podía hacer para ser salvo! Encontraron una abundancia de de Escrituras que apoyaban el descubrimiento. descubrimiento. Se conmovieron conmovieron tanto con la buena nueva que intentaron compartirlo con otros, recibiendo así el nombre de amigos de la misión. Fue el evangelismo personal, antes que un interés en misiones mundiales que empezó la práctica de usar aquel nombre, el cual todavía usan los grupos de la Iglesia Libre en Escandinavia. El mensaje de salvación, como fue predicado en el Libro de Hechos, siempre exhortó a las gentes a volverse a Cristo. Los convertidos se hicieron cristianos por la fe en Cristo. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8,9)
La declaración usa dos palabras, palabras, "creen" y "reciben" sugiriendo que fe incluye incluye tanto un acto como una actitud. actitud. El apóstol escribió: Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. (2Timoteo 1:12)
Haberse entregado a Cristo -haberle recibido- es un acto tan definido de la mente que no se puede formar el concepto de que se haga inconscientemente inconscientemente.. Algunas veces este este hecho condujo condujo a abusos y equivocaciones. equivocaciones. El Dr. E. A. Halleen, en uno de sus discursos a los estudiantes, dijo: Nuestros pioneros sabían que se habían salvado porque estaban allí cuando ocurrió. Ese fue un slogan que se repetía constantemente en reuniones de testimonio. "Bendita promesa, mío mío es Jesús" se cantó con fervor. Aunque la seguridad fluctuaba de cuando en cuando, hubo siempre una manera de volver. Ello iba desde las alturas hasta las profundidades de la desesperación y nadie sabía cuando empezaban los testimonios, quién estaría en las nubes del cielo o en el cenagal de la desesperación. El origen no es difícil de ubicar. Fue el resultado de la separación de la Iglesia del Estado la cual asumió que nadie podía saber en esta vida si era salvo o no. Para estos pioneros la memoria de un acto de compromiso era en sí mismo una experiencia celestial. Ya que estos inmigrantes cristianos dejaron atrás sus playas hogareñas, tuvieron esta nueva experiencia guardada en sus corazones lista para florecer en los avivamientos de los años siguientes. La parte experimental de salvación se acentuó excesivamente. La salvación es básicamente un hecho, no una experiencia. Es una combinación combinación de fe humana y acción divina, no obstante, la comprensión del hecho trajo una experiencia que fue bendecida e infundió confianza. Didrik Anderson, Anderson, tratando de guiar a creyentes a una sólida base para la seguridad, escribió: Hay muchos a quienes les falta la seguridad de salvación. Ellos han orado por el perdón de los pecados y quieren, por encima de todas las cosas, pertenecer a Dios, ¡pero no saben si hayan pasado de la muerte a la vida! Un día es brillante y empiezan a creer que pertenecen al Señor. Después viene un día oscuro y desaparece la seguridad. Es la voluntad de Dios que nosotros tengamos la seguridad de nuestra salvación mientras estemos sobre la tierra ¿Por qué la incertidumbre? ¿Cómo puede uno saber si es un hijo de Dios? Estoy convencido que hay gran cantidad de conceptos erróneos en cuanto a este tema. Puede haber varias razones para esta incertidumbre, pero creo que entre las principales razones está el fracaso de presentar un mensaje claro en cuanto a lo que se refiere a la relación entre el creyente y Dios. Hemos fracasado al dibujar líneas claras. Ciertamente uno no puede ser un hijo de Dios y de Satanás simultáneamente. "Ninguno puede servir a dos señores". O uno es convertido, e hijo de Dios; o es inconverso, e hijo de Satanás. (Jn.8:44; Mt.12:30; Jn.8:42; 1Jn.3:9-10; Jn.1:12) Entonces sigue para preguntar si los primeros convertidos al Cristianismo tuvieron la seguridad de que eran hijos de Dios y contesta la pregunta con varias citas de la Biblia.
6-3
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gálatas 4:6,7) Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1Pedro 1:23) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. (1Juan 3:2) Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. (1Juan 5:13)
Concluye que los apóstoles y los creyentes de aquellos tiempos tuvieron la seguridad y testificaron vigorosamente que eran hijos de Dios, y, además, que no era la voluntad de Dios que hubiera tal incertidumbre en cuanto a la salvación. Otra vez esto nos hace volver a la declaración doctrinal. Ello involucra un acto definido de recibir a Cristo. Los pioneros tenían razón cuando decían que estaban allí cuando ocurrió, pero la certidumbre llegó a ellos cuando comprendieron que la salvación es un asunto de creencia, no sentimiento. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. (1Juan 5:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Juan 1:12)
La seguridad no debe descansar en el acto de recibir sino en el hecho que "Jesús derramó Su sangre y fue resucitado de los muertos". Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. (Gálatas 4:4) Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. (2Corintios 5:21) Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1) Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. (Romanos 4:5)
* EL ESPIRITU SANTO ES EL PODER DE LA REDENCION * "Solamente quienes reciben a Jesucristo son nacidos del Espíritu Santo y así convertidos en hijos de Dios". La redención es por poder así como por el pago de un precio. El Espíritu Santo ha venido para aplicar los beneficios de la "sangre derramada y la resurrección" a aquellos que "creen y reciben". Esto también, era y es una verdad básica. El hombre no es un hijo de Dios en el sentido simple de una declaración que dice ser él la criatura creada más alta sobre la tierra. Para poder llamar a Dios Padre Celestial así como Creador, uno debe nacer de nuevo. Cristo pone esto claro en Su conversación con Nicodemo, quien, a pesar de sus aparentes altos principios morales, conocimiento de la religión y sinceridad, no había escuchado ni experimentado el impartimiento de una vida nueva. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que no es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. (Juan 3:5-8)
La convicción de que no todos los que fueron bautizados, confirmados y miembros de la iglesia eran hijos de Dios fue uno de los factores que contribuyó a que aquellos que fundaron el movimiento de la Iglesia Libre se retiraran de la Iglesia Estatal. Uno de los pasajes escriturales frecuentemente citado era Juan 1:12-13: Mas a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:12,13) 6-4
Aquí se enfatiza la naturaleza pasiva del nacimiento nuevo en cuanto a lo que al creyente le concierne. La vida cristiana no se podía heredar ("no son engendrados de sangre"); no podía ser creada por el creyente a través de alguna actividad hecha a su favor ("voluntad de carne"); ni podía ser impartida por algún acto de parte de un clérigo o algún otro ("voluntad de varón"). ¡Esto aún creemos! La regeneración es, por su misma naturaleza de ser, obra de Dios. En la declaración doctrinal ésta se le atribuye al Espíritu Santo como las Escrituras lo declaran.
**** Esto concluye una serie de bosquejos breves sobre los primeros seis artículos de la declaración doctrinal. En general, todos los evangélicos están de acuerdo con estos seis puntos como aparecen expresados. De hecho, son los puntos básicos de una fe evangélica. Ellos ofrecen el menor denominador común para los evangélicos sin hacer caso de afiliaciones denominacionales o de iglesias locales. (Ver Capítulo 8 - "Los Credos Contemporáneos"). Los artículos restantes resumen aquellos conceptos que se pueden considerar como distintivos de la Iglesia Evangélica Libre. Aunque ciertamente, no se pretende monopolio alguno sobre una o más de estas posiciones doctrinales, la combinación de conceptos aquí expresada junto con la posición evangélica resumida en las seis primeras declaraciones, contribuye a una cierta unidad y justifica, creemos, nuestra existencia como confraternidad de iglesias. Debe recordarse que los evangélicos no están tan divididos como quienes proponen un ecumenismo sin credo pretenden hacernos creer. Ellos están unidos sobre los grandes temas de Cristo como la única cabeza de la iglesia, la inspiración y autoridad de las Escrituras, la salvación por medio de una fe personal en Jesucristo como Salvador y Señor. Los temas en los cuales no están de acuerdo no se relacionan, gracias a Dios, con la salvación del alma. Las tres áreas de desacuerdo son: las ordenanzas, la organización, y el orden de los eventos finales. A veces alguna persona o grupo puede magnificar uno de estos y así perder la proporción. Un buen ejemplo de esto es la controversia que se levantó entre Lutero y Zwingli sobre la presencia real o simbólica de Cristo en los elementos de la comunión. Pero estas doctrinas, aunque esenciales en un sentido, pueden clasificarse como no esenciales en su efecto sobre la salvación humana y la recepción de la vida espiritual. Cuando el lector se aproxime a la próxima sección de bosquejos, ¡debe hacerlo con la mente abierta!
1. ¿De qué manera la muerte y resurrección de Cristo traen salvación al hombre? 2. ¿Qué entiende por los términos propiciación, y expiación cuando se usan con relación a la obra de Cristo? 3. ¿Cómo entiende la enseñanza bíblica de la justificación ante Dios? 4. ¿Cómo entiende la doctrina de la santificación? 5. ¿Cuál es la naturaleza de la fe que trae salvación? ¿Qué es lo que significa arrepentimiento y cual es su lugar en el proceso de salvación? 6. ¿Cuáles son tus puntos de vista con respecto a la salvación final de un a persona o a la seguridad eterna? Díganos como es que contrasta de punto de vista con la de otros 7. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 6. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
6-5
ARTICULO 7
Nosotros creemos:
Artículo 7 Que el bautismo por agua y la cena del Señor, son las ordenanzas que debe practicar la Iglesia durante este tiempo de Gracia; sin embargo no deben considerarse como medios de salvación.
Acts 2:41,42 I Corinthians 11:23-34 Matthew 28:19
Acts 8:36-39 Romans 6:4
Capítulos 27 al 28 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 279 al 306 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 15
BAUTISMO La declaración sobre el bautismo da una particularidad a la Iglesia Evangélica Libre. Es en este punto de vista que se distingue el credo de la mayoría de los demás. La Iglesia Evangélica Libre, en cuanto se refiere al tema del bautismo, no sigue ni las tradiciones luteranas, ni reformadas, ni bautistas, sino más bien aquellas del Congregacionalismo. El comité elegido para redactar la declaración doctrinal hizo frente a su más difícil tarea al escribir este artículo. Aunque al lector casual le parezca breve y simple, éste representa uno de los mejores esfuerzos del comité. Tuvo que escribirse una declaración en presencia de ambas: la tendencia actual y la tradición antigua -la primera, que propugna que el bautismo debe ser eliminado completamente y la segunda, que dice que había mérito en el acto como medio de gracia. Ambas fueron contradichas al declarar que el bautismo ha de ser celebrado en esta época y que no es un medio de salvación. Además, el comité tuvo que redactar una declaración que permitiera libertad de conciencia en cuanto al tiempo y modo de bautismo. Esto lo hizo omitiendo cualquier referencia a párvulos o adultos, rociadura o inmersión. A menos que uno entienda completamente la posición tomada en la declaración y el trasfondo de tal conclusión, no se podrá entender el carácter del movimiento de la Iglesia Libre en Europa o Norteamérica.
EL BAUTISMO A LA LUZ DE LAS TENDENCIAS Y TRADICIONES Aunque la Iglesia Evangélica Libre mantiene una interpretación dispensacional de las Escrituras (ver Artículo XI) no se le debe considerar ultradispensacional (a veces conocido como Bullingerismo, O'Hairismo o el Movimiento de Gracia). Aunque hubo una pequeña minoría que sostuvo este concepto hasta el punto de omitir lo referente al bautismo en la declaración doctrinal adoptada en 1947 (ver Capítulo 7), eventualmente prevaleció el concepto de la gran mayoría. Los más ultra-dispensacionalistas insistirán que el bautismo -de cualquier tipo- en agua pertenece a otra dispensación y que cualquier referencia al bautismo en la época de gracia ha de tomarse como espiritual. La declaración es muy explícita en este respecto es "bautismo con agua" y para la época actual. El temor que nuestros padres habían tenido siempre es que nos volveríamos atrás a la posición de la Iglesia Estatal: que había regeneración en cualquier forma de bautismo con agua. Aquellos que no han tenido contacto con las iglesias de Europa no pueden apreciar plenamente estos temores ni las controversias que condujeron a una declaración que lo incluyera 7-1
todo. Hablando en forma general, la Iglesia Católica Romana sostiene la regeneración en el bautismo de infantes, excluyendo del cielo a los niños que en su infancia mueren sin bautizo y confinándoles a un lugar al borde del infierno. Calvino sostuvo que los infantes sin bautizar posiblemente pudieran salvarse, pero restringió esto a los elegidos. Sin embargo, da la impresión que para él todos los niños que mueren en la infancia son de los elegidos. La iglesia luterana mantiene que mientras la salvación de un infante sin bautizar aunque puede no ser imposible, es improbable. El concepto anglicano se inclina hacia la posición que todos los infantes bautizados son salvos; pero que el destino de aquellos que mueren en la infancia sin bautizarse es una cuestión pendiente. Los bautistas, por otro lado, aunque difieren en cuanto al tiempo y modo, están de acuerdo en que éste no tiene poder regenerador. Por esto se puede concluir que en Europa la gran mayoría sostiene el concepto de que había regeneración en el rito. Nosotros no creemos esto.
EL BAUTISMO A LA LUZ DE LAS DIFERENCIAS DE OPINION EN CUANTO AL MODO Aquí otra vez debemos tratar de comprender el trasfondo histórico de este pueblo. La mayoría de ellos vinieron de Iglesias Estatales de Europa donde el bautismo de párvulos -como medio de gracia- era aceptado por todos. El conflicto de nuestros padres con la Iglesia Estatal, en el comienzo, no fue tanto por herejías doctrinales sino por prácticas corruptas de parte de un sacerdocio que rendía cuentas no a Dios y Su Palabra sino al rey. En realidad, ellos aún no habían decidido separarse de la iglesia. Fieles en su asistencia a la misa matinal dominical, se reunían los domingos por la tarde en casas de oración para leer y estudiar la Palabra de Dios. Las tradiciones que venían de siglos fueron dejadas paulatinamente y a menudo con dolor a medida que el Espíritu Santo abrió sus ojos espirituales. Ellos reconocieron que la salvación no estaba en el bautismo, que el perdón no estaba en la Cena del Señor. Descubrieron también que los niños pertenecían a Cristo, bautizados o no. Si era así, ¿Por qué no bautizarles como acto de dedicación al Señor -no como medio de regeneración. Todos los adultos se habían bautizado cuando eran niños y aunque ahora habían llegado a un conocimiento salvador del Señor Jesucristo, realmente habían pertenecido al Señor en su niñez. Por qué bautizarse otra vez? Al ser abordados por amigos bautistas que les condenaban por bautizar niños que ni podían creer ni confesar a Cristo, ellos no vieron mayor diferencia entre lo que ellos practicaban y el bautismo de niños de 5 ó 6 años que practicaban algunos de los bautistas. Otro factor que influenciaba la actitud hacia la inmersión de creyentes fue el adoctrinamiento por el Luteranismo contra los anabautistas -quienes propusieron el bautismo de creyentes- en el tiempo de Lutero. Estos fueron considerados como herejes. Lutero, Calvino, y Zwingli se unieron en su decisión de acabar con ellos. El espectáculo de persecución y derramamiento de sangre en este conflicto es una de las páginas más negras del Protestantismo. Sin embargo, la presentación unilateral de la historia había causado un impacto perdurable en aquellos que dejaron la Iglesia Estatal. Con el correr del tiempo, se alejaron más y más de las enseñanzas de la Iglesia Estatal y vieron más fácil separarse de la tradición del bautismo de infantes. ¿Entonces, por qué no unirse a los bautistas? La contestación fue inmediata. Su confraternidad había sido con aquellos de convicciones, luchas y aun sufrimientos semejantes. Ellos habían descubierto un vínculo de unidad no basado en la forma ni tiempo del bautismo, sino en una nueva vida a través de la fe en el Señor Jesucristo. Si habían de buscar confraternidad sólo con aquellos que practicaban el bautismo para adultos, ¿con qué modo de bautismo sería? ¿Debían tener comunión con aquellos que practicaban la inmersión bocabajo o los que lo hacían bocarriba? ¿Debían seguir a aquellos que sumergían una sola vez en el nombre de Cristo o tres veces en el nombre del Trino Dios? ¿O debían buscar confraternidad con los menonitas que practicaban la rociadura en los adultos? En verdad encontraron creyentes sinceros en cada grupo. ¿Acaso no había algún punto de encuentro en toda esta confusión? ¿Era necesario dividir un pueblo libre en células pequeñas por este asunto? ¿No había algún modo por el cual todos estos pudieran, en amor cristiano, adorar y trabajar juntos? Quizás entonces en un estudio común de la Palabra todos podrían aprender a conocer más y mejor la voluntad de Dios. ¿Debería este asunto, el cual dividió por siglos a prominentes eruditos evangélicos, ser resuelto por legislatura eclesiástica o dogma de la iglesia? ¿Podría alguien gozar de confraternidad en una práctica adoptada a favor de una unión exterior en vez de una convicción interior? ¿Debería un cristiano, necesitado de confraternidad e instrucción, estar aislado porque no ha visto todavía la necesidad de dejar a un lado sus enseñanzas tempranas? ¿Cómo entonces podrá un día aprender la "verdad"? ¿Acaso no era salvo el creyente aparte del bautismo? Entonces, ¿deben robarle a uno la confraternidad con otros creyentes las diferencias de conocimiento en cuanto al tiempo y modo? Fue en respuesta a estas preguntas y otras similares que se fundaron las Iglesias Libres. Ellos creyeron en la posibilidad de que los creyentes podían adorar y trabajar juntos, aun con un acuerdo aparte sobre este asunto. Podían respetar los diferentes conceptos. Sentían que la conciencia de la persona, iluminada por su entendimiento de la Palabra en un momento dado de su proceso de madurez, no debía ser despreciada. 7-2
Debido a que el grupo noruego-danés anterior tenía una declaración que permitía "libertad de conciencia en cuanto a tiempo y modo", muchos todavía tienen la impresión de que esta libertad se introdujo como "algo nuevo y hasta ahora no aceptado entre nosotros" (el grupo sueco) dentro de la declaración doctrinal adoptada en el momento de la fusión. Sin embargo, ése no fue el caso. Los archivos indican que esta libertad en cuanto al bautismo era un principio básico en ambos grupos aunque en cada uno la gran mayoría se atenía al bautismo del creyente. El Dr. E. A. Halleen escribió en su libro Sunshine and Shadow: En el asunto del bautismo con agua la Iglesia Libre ha practicado, desde su comienzo, la inmersión para el creyente. En esto ha habido menos división que en la mayoría de los otros puntos de doctrina. Sin embargo, se ha otorgado la misma libertad de pensamiento y práctica aquí como en otros asuntos de enseñanza. Han habido unos cuantos practicantes de la rociadura de los niños entre nosotros. El Rev. Irving Hallen en un artículo publicado en el Evangelical Beacon en 1951, cuando él llamó la atención al hecho de que para entonces él había servido 51 años como pastor en una Iglesia Libre, dando fé así a la evidencia de que la Iglesia Libre Sueca anterior sostenía un concepto idéntico a aquél del grupo noruego sobre este tema, escribe: La ordenanza del bautismo nunca ha sido aceptado en forma unánime en cuanto a su modo, tiempo, o propósito. Varios de nuestros líderes tempranos creían y practicaban el bautismo de niños, y puede ser que algunos lo hagan aun hoy en día. En los años tempranos algunos hermanos bautizaron niños, no por convicción sino por conveniencia. Yo podría dar prueba de esto pero no creo que sería aconsejable... La libertad ejercida en este sentido nunca estorbó o perjudicó seriamente la obra de la Iglesia Libre. Allá en 1935, el Dr. E. A. Hallen en su sermón en una conferencia enfatizó lo mismo. La Iglesia Libre ha creído y ciertamente cree en el bautismo con agua. Hay algunos, quizás, que piensan que no corresponde a esta dispensación, pero son pocos en número. La gran mayoría ha creído en el bautismo con agua. Nos hemos separado en cuanto al modo de bautismo. Algunos han practicado la rociadura de niños, pero la gran mayoría ha creído en el bautismo de adultos por inmersión. No hemos expulsado a quienes no creyeron como nosotros. Nos hemos unido en las cosas grandes y dado oportunidad a cada uno para decidir por sí mismo y practicar de acuerdo a esto, porque el bautismo en agua no nos salva de nuestros pecados, ni es una puerta a la iglesia. Por ende, hemos confraternizado con aquellos que han discrepado con nosotros en cuanto a modos de administrar el bautismo. Eso sostenemos ahora y pienso que continuaremos sosteniéndolo. Al informar sobre la supresión del famoso Artículo X, citado anteriormente, el editor dice, "Puesto que el bautismo nunca ha sido considerado como condición para la salvación o para la membrecía en la iglesia, la mayoría de los ministros sintieron que el artículo podía sacrificarse en interés de la unidad" Otros del mismo grupo al expresar oposición al artículo hicieron declaraciones similares. El Rev. Arthur E. Anderson escribió (ver p.75), "En cuanto a nuestro Artículo X propuesto, siento que debe ser omitido porque pertenece al grupo de los no-esenciales según la práctica que hemos seguido en la Iglesia Libre en el pasado". El Rev. Elmer Johnson agregó su comentario en el Beacon (mayo 27, 1947), "En el final Artículo X, estoy personalmente de acuerdo con los que se oponen. Creo en el bautismo de los creyentes con agua. Creo en la inmersión como el modo a seguir. Pero me rehúso atar a un hermano a mis propias creencias en este asunto porque no lo veo como un asunto esencial". Esto es básico en el movimiento de la Iglesia Libre en todas partes del mundo. Es una cláusula vital en la posición doctrinal de la Federación Internacional de Iglesias Evangélicas Libres. Cada denominación se ha puesto de acuerdo para dar libertad de conciencia en cuanto al tiempo y modo del bautismo. Por ejemplo, en las Iglesias Evangélicas Libres de Alemania casi todo el mundo adopta el bautismo de creyentes con agua, mientras en Holanda las Iglesias Evangélicas Libres mantienen casi unánimes el bautismo de niños. En cualquier caso, sin embargo, la puerta ha de quedar abierta a los demás creyentes. El movimiento de Iglesias Libres en un país durante una asamblea anual adoptó una enmienda llamando al bautismo de adultos sólo por inmersión. Para poder hacer esto tuvieron que hacer salir de las posiciones principales de liderato a los hombres de inclinación hacia el pensamiento de la Iglesia Libre. En caso de que finalmente se adopte esta enmienda, la denominación será retirada de la membrecía de la Federación Internacional. Esta posición de libertad se ha preservado cuidadosamente a pesar de muchas presiones. Mientras que cada uno de nosotros debe tener sus propias convicciones, debe reconocer también la verdadera base de nuestra confraternidad. Algunas iglesias enmiendan la declaración doctrinal a fin de leer: "el bautismo con agua por inmersión " ha de celebrarse en esta época. Si bien es privilegio de una iglesia local hacer tal enmienda -siempre que el bautismo no sea un requisito para la membrecía7-3
ésta ha perdido la importancia al añadírsele tal declaración. Algunos pastores me han dicho que han guardado silencio sobre el hecho de que algunos en la congregación sostienen el bautismo de niños como un rito de dedicación para no "ofender a los bautistas de la congregación". Aquí otra vez perdemos lo que es el gran desafío de la Iglesia Libre y su peculiar posición en círculos evangélicos en esta época de apostasía. Si bien no juzgamos o condenamos a otros grupos, hay situaciones locales donde hay gente que se ha visto en la necesidad de separarse de la iglesia de su infancia. Esto no ha ocurrido por el asunto del bautismo, sino más bien, por los asuntos esenciales de la inspiración verbal de las Escrituras, la deidad de Cristo, y la membrecía eclesiástica regenerada. Porque se debe recordar que una persona sin el corazón regenerado puede ser bautizado como rito para la membrecía eclesiástica. El puede aceptar una u otra forma de bautismo y negar al mismo Cristo en cuyo nombre el rito fue administrado. ¿Han de quedar abiertas las puertas de la Iglesia Evangélica Libre sólo a aquellos que vienen de iglesias bautistas? ¿No tienen también aquellos que vienen de iglesias presbiterianas, episcopales, y metodistas, por ejemplo, el derecho de confraternidad cristiana basado en una fe similar en las Escrituras aunque sostengan otro modo y tiempo para el bautismo? Algunos de nuestros mejores miembros han salido de ciertos grupos menonitas. ¿Se les ha de negar la confraternidad aunque, mientras creen en el bautismo de adultos, pueden creer en la rociadura? ¿Hemos de ser una iglesia compuesta sólo de quienes fueron bautistas? ¿Por qué no ser meramente otra iglesia bautista? ¿Qué de los congregacionalistas, quienes aunque sostienen el punto de vista congregacional tradicional, no pueden aceptar el liberalismo y aun el Unitarismo de su iglesia local particular? ¿Habrá de serle negada la membresía en la que realmente se supone que es una iglesia congregacional porque es posible que él aun no sabe la doctrina del bautismo por inmersión? ¿Qué de un luterano, quien a pesar de la doctrina ortodoxa de su iglesia -y todos estos grupos son ortodoxos "en papel"- siente que le gustaría tener membrecía entre nosotros? ¿Ha de volverse "bautista" antes de poder ser un miembro de la Iglesia Libre? ¿Qué de la iglesia independiente que ya tiene dentro de sus artículos de fe una declaración permitiendo libertad en este aspecto? ¿Debe volverse una "iglesia bautista" o una "iglesia luterana" antes de poder volverse una Iglesia Libre? Aunque se debe reconocer que la gran mayoría de nuestros pastores y gente mantienen el concepto de que el bautismo ha de ser administrado a creyentes y por inmersión, el principio de libertad no sólo debe ser declarado sino mantenido. El escritor no está arguyendo por los méritos relativos de uno u otro, sino por el principio tan vital para la misma continuación de este grupo como Iglesia Evangélica Libre. Otra influencia importante al determinar la peculiar actitud hacia el bautismo fue la reacción de parte de convertidos nuevos para con la membrecía no regenerada en las Iglesias Estatales y el servicio indiscriminado de la Cena del Señor. El "Luteranismo bautizado" llegó a ser un objeto de burla en Alemania y Escandinavia. Creer en el bautismo infantil como medio de gracia y en la confirmación como el momento en que uno refirmaba personalmente los votos tomados por otros en su lugar en la infancia, como sostenía la Iglesia Estatal otorgaba a todos el derecho a la mesa del Señor. Profundamente conmovidos en contra de esta práctica de considerar toda "alma bautizada" como verdadero miembro de la iglesia, los nuevos convertidos se volvieron, no tanto en contra de la práctica de bautismo sino en contra de aceptar este bautismo como una base para la membrecía eclesiástica. Sabiendo ahora que no había regeneración en el bautismo, ellos no podían aceptarlo como base para la comunión en la iglesia. Ni podían aceptar tal bautismo como base para la participación en la Cena del Señor. No obstante, ellos creían en la iglesia cristiana y la importancia de la membrecía en una congregación local. Lo suyo, sin embargo, era una confraternidad de creyentes, no de personas bautizadas. La Cena del Señor era para creyentes, no para aquellos que habían completado un "curso de confirmación". Así, sin minimizar la importancia del bautismo, las Iglesias Libres creían que la gente era cristiana por fe en Cristo, no por el rito del bautismo. Así, fe y no bautismo era la base para la membrecía eclesiástica. Diferencias de opinión en cuanto al tiempo y modo del bautismo, por ende, no deberían dividir a los creyentes ni robarles esta unidad en Cristo. Semejante concepto puede ser difícil de entender para los estudiantes de la Biblia no enterados de esta historia, pero el no conocer los antecedentes dará como resultado una incapacidad para comprender la posición poco común de las Iglesias Evangélicas Libres, especialmente en Europa. Esta actitud no ha cambiado a través de los años como indican las declaraciones de los líderes actuales en Europa. W. Wohrle de la Unión de Iglesias Evangélicas Libres en Alemania escribe: Nuestras congregaciones son fieles al ideal de ser iglesias compuestas de cristianos creyentes en la Biblia quienes en sus corazones tienen fe en Jesucristo como el crucificado y resucitado Salvador, seguros de que ellos mismos han sido salvados y de haber tenido perdón de sus pecados. En consecuencia, pueden volverse miembros sólo aquellos que han experimentado definitivamente una conversión a Jesucristo y cuya vida y acciones no contradicen su confesión. Un miembro que sigue una vida descuidada será disciplinado de acuerdo con las enseñanzas del Nuevo 7-4
Testamento, siendo la expulsión el último recurso. Los hijos de los miembros son entregados con plegarias a las benditas manos del Señor y después se les dan las verdades bíblicas de salvación. Al ir creciendo se les recuerda que suya es la responsabilidad de hacer una decisión personal por Cristo. Sólo cuando ellos, por una fe viviente, han comprendido y experimentado salvación en Cristo, habrán de ser aceptados como miembros de la iglesia. Note que el bautismo no está listado como requisito previo para aquella membrecía. El informe continúa: La Cena del Señor es celebrada una o varias veces por mes en los días domingos, o en conexión con los servicios principales o en reuniones especiales. Cualquiera de los hijos de Dios puede participar, siempre que se haya avisado de antemano. El asunto del bautismo es dejado al individuo según su concepto y conciencia. El bautismo de adultos es más común, el bautismo de niños es muy raro. (Nota: las citas de los líderes en Europa aunque expresados a mí personalmente en un número de ocasiones se tomaron del libro, "Covenanters in Europe and America" -ver Bibliografía- ATO). Los conceptos de movimiento de la Iglesia Libre en Checoslovaquia, la Unión de Hermanos Checos son especialmente significativos puesto que es uno de los más antiguos en Europa, su origen se puede remontar a Juan Huss y ha celebrado recientemente su 500 aniversario. Este grupo encontró una solución interesante a la posición de los hijos de los creyentes en un tiempo cuando los calvinistas creían que los "hijos del elegido" tenían derecho al bautismo y afiliación en la iglesia. Ella insistió en que los hijos de los miembros debían cumplir los mismos requisitos espirituales que las demás personas si querían ser recibidos como miembros de la congregación. Si ellos, después de llegar a la edad de 18 años no profesaban fe en Cristo como el Salvador, eran removidos de la lista de miembros. Los que estaban entre el tiempo del bautismo infantil hasta la edad de 18 eran designados oficialmente como "miembros en espera". El bautismo es "libre bíblicamente, así que, el bautismo de niños y el bautismo de adultos son iguales". Otra vez notamos que no era la base de la comunión La Iglesia Evangélica del Pacto de América, la cual es también miembro de la Federación Internacional de Iglesias Evangélicas Libres y reconoce este principio, declara en el preámbulo de su constitución: Se ha acariciado especialmente la piadosa reafirmación de la doctrina de la justificación por fe como básica en su tarea doble de evangelismo y educación cristiana, el Nuevo Testamento enfatiza la fe personal en Jesucristo como Salvador y Señor, la realidad de una comunión de creyentes que reconoce, y trasciende las diferencias doctrinales, y la creencia en el bautismo y la Cena del Señor como sacramentos de la iglesia divinamente ordenados. Si bien la denominación no ha practicado tradicionalmente el bautismo de niños, en conformidad con su principio de libertad ha dado lugar a conceptos divergentes. El Dr. Gosta Nicklasson, Presidente de la Misión del Pacto de Suecia, escribe: Las congregaciones se ven como una confraternidad viviente alrededor de Cristo. Según el principio fundamental que la vida en comunión con Cristo es el requisito para la membrecía, hay lugar para la diferencia de opiniones sobre el asunto del bautismo. Tanto aquellos que creen en el bautismo de niños, como aquellos que dicen que sólo el bautismo de creyentes es correcto, tienen lugar en sus congregaciones dentro de las cuales se realizan tales prácticas. Esto ocurre con la argumentación que todo el que vive en comunión con Cristo tendrá un lugar en su iglesia. Todos están invitados a la mesa de la comunión, cualquiera que sea la iglesia a la que pertenezcan, aunque no tuvieran membrecía eclesiástica. El fundador de la Iglesia Libre en Skien, Noruega (1856), Gustav Lammers, insistió en que los miembros deberían estar libres para consultar sus propias conciencias respecto al bautismo. Daniel Brandeland, director recientemente retirado del grupo en Noruega, al resumir los principios del movimiento actual, declara que "su esfuerzo es el de promover un acuerdo práctico entre todos los que han aceptado a Jesucristo como Salvador personal, adhiriéndose a la unidad en los puntos esenciales, libertad en los no-esenciales, y caridad en todas las cosas". El Sr. Brandeland en respuesta al pedido de un resumen de la posición de la Iglesia Libre sobre el asunto que aquí se discute, escribió recientemente la declaración siguiente: Casi todas las iglesias en la Federación Internacional de Iglesias Evangélicas Libres son hijas espirituales del Siglo XIX. Esa centuria fue testigo de la aurora de una confraternidad internacional de cristianos evangélicos basada en las Escrituras. La organización se llamó Alianza Evangélica y fue fundada como una organización internacional de cristianos individuales que creían en el n uevo nacimiento por aceptar a Jesucristo como Salvador personal y Señor y 7-5
aceptaban la Biblia como la Palabra de Dios infalible. Estos principios marcaron una profunda impresión en los padres espirituales del movimiento de la Iglesia Libre en Noruega. Nosotros, sin embargo, vemos aún antes de los movimientos evangélicos del Siglo XIX. Tratamos de volver al comienzo del Cristianismo y seguir el modelo original de la iglesia de Cristo como se estableciera en el Nuevo Testamento. Deseamos ser tan fieles a ese modelo como nos sea posible. En cuanto a los requisitos para la membrecía eclesiástica, creemos que Dios acepta en Su iglesia, como Sus hijos, a todos los que reciban a Jesucristo (Juan 1:12,13). Dios no acepta a nadie que no crea en Jesucristo como Salvador. Por ello, deberíamos aceptar dentro de la membrecía de nuestras congregaciones a todos los que Dios ha recibido en Su iglesia universal. Nuestras iglesias no son más santas ni más dignas que la misma iglesia de Dios, y no queremos agregar nada a Sus propios requisitos para la membrecía. Por otro lado, queremos ser fieles a Su norma absoluta de membrecía. Admitimos nuestras deficiencias con respecto a esto, ya que todo lo que hace el hombre es imperfecto. No podemos recibir a todos los que Dios ha recibido, y así saludamos cordialmente a todos los que han nacido de nuevo como hermanos en Cristo sin tomar en cuenta su afiliación eclesiástica. También admitimos que habrán personas que pudieran entrar en nuestras congregaciones no siendo hijos de Dios; gentes, por ejemplo, que puedan ser religiosas más no nacidas del Espíritu Santo. Pero en lo que el hombre juzga, queremos ser fieles a los principios de Dios. Hay un sólo requisito para la membrecía eclesiástica, y ése es absoluto. En cuanto al credo de la iglesia, todos están atados a las verdades reveladas en el Nuevo Testamento a través de Jesucristo y Sus discípulos. La Biblia, las Escrituras totales son nuestra sola regla infalible para la fe y vida. Es nuestro deber el atestiguar de Jesucristo, Su persona y Sus obras, sin retener nada de los propósitos de Dios (Hechos 20:27). Nuestras iglesias han de tener Biblias abiertas y juntos, como creyentes, escudriñaremos las Escrituras para encontrar la voluntad de Dios en todos los asuntos. No en el aislamiento, sino en la unión es que encontremos, como hijos de Dios, esa voluntad que rogamos nos ilumine Su Espíritu. Hay una fe común para todos en la Iglesia de Cristo (Efesios 4:5); ésta es una fe salvadora. Tenemos diferentes conceptos, sin embargo, en cuanto a ciertos asuntos. Creemos que es la voluntad de Dios que el entendimiento de nuestra fe común en Cristo sea cada vez mayor. A tales asuntos pertenecen el bautismo, la santa comunión y la doctrina de los acontecimientos finales. Estos son todos importantes, pero no son esenciales para la salvación. Es posible no estar de acuerdo sobre estos asuntos y seguir siendo cristianos verdaderos. La única verdad -la fe salvadora- es el gran asunto esencial. E. Rosto, líder del grupo en Dinamarca (recibió su entrenamiento en el Seminario de la Iglesia Evangélica Libre en Minneapolis), declara respecto a los conceptos de la iglesia en ese país: Creemos, según las Escrituras, en la regeneración del hombre por medio de una experiencia personal de salvación por fe en Cristo y sólo eso es necesario para llegar a ser miembro de la iglesia local. Por esta razón, la confesión de fe solamente es necesaria cuando alguien se une a la iglesia local. El modo de bautismo es dejado a la conciencia individual. La inmersión del creyente es la práctica general, aunque no se rechaza la rociadura. La Cena del Señor se celebra en recuerdo de Cristo, y el servicio de la Comunión está abierto a todos los creyentes. (Ver Apéndice, para una declaración adicional). La Iglesia Libre (idioma finlandés) de Finlandia, aunque generalmente adopta el dogma del bautismo adulto de creyentes, da libertad a los que en las congregaciones sostienen el otro concepto. Su declaración doctrinal revela el mismo énfasis en la fe antes que los ritos como la base para la confraternidad. "A fin de llevar a cabo la unidad y confraternidad cristiana que nos enseña el Nuevo Testamento, no pedimos nada más para la membrecía eclesiástica excepto una fe viviente en Jesucristo, el Hijo de Dios, y la profesión de esa fe ante el hombre". (Artículo 3) El que en vida fue, Hans Hoglund, presentaba una interesante perspectiva sobre lo que sucede cuando uno de los lados trata de forzar su concepto como si fuera el único aceptable sobre el tema de bautismo. Esta controversia en la Iglesia Libre de habla sueca en Finlandia hizo mucho daño. Una controversia similar empezó recientemente en la sección de habla finlandés. El Pastor Hoglund informó: Durante la primera parte de los años 30, ocurrieron cismas internos que condujeron a una división; sus resultados fueron realmente graves, ya que, tanto pastores como gente se apartaron. El tema del bautismo fue un asunto divisivo, dado que líderes de nuevas corrientes querían condicionar la membrecía en el bautismo adulto. Esto significó que la libertad -que fue la razón real de su existencia- sería abolida en la Iglesia Libre y se volvería una asociación bautista o pentecostal. Así la doctrina del bautismo cerraría las puertas de congregaciones cristianas a aquellos que no tenían la misma convicción. La brecha y separación fueron muy dolorosas, porque el espíritu de comunidad había sido rico y la obra evangélica había sido exitosa antes de ocurrir el cisma. 7-6
Gradualmente han empezado a curarse las heridas de aquel período infeliz y hay posibilidades para el progreso si sólo dejamos que Dios nos mantenga en humildad y tenemos voluntad para sacrificarnos nosotros mismos enteramente en la obra que Dios ha puesto en nuestras manos. Creemos más firmemente que nunca que los puntos conflictivos en asuntos de doctrina no deberían dividir el cuerpo de Cristo, la congregación de los creyentes, sino que el que vive en Dios tendrá derecho a la membrecía en las congregaciones cristianas si así lo deseara. Mientras todas estas declaraciones deben estudiarse en conexión con la Declaración Doctrinal de la Iglesia Evangélica Libre sobre membrecía en la iglesia local (Artículo IX), la luz que ellas dieron sobre la importancia de la fe y la menor importancia que estos y otros grupos evangélicos libres en Europa le dan al bautismo no debe ignorarse. Habría de notarse que nadie rechaza el bautismo, pero tampoco nadie lo considera como base para la membrecía eclesiástica puesto que no es un medio de regeneración. Por ello es posible para todos los creyentes gozar juntos de confraternidad en una iglesia local aunque sostengan conceptos divergentes sobre el tema. El Dr. Lewis Sperry Chafer, en su Systematic Theology (Vol.IV, p.147), presenta este concepto mejor de lo que los mismos líderes de la Iglesia Libre lo han hecho hasta ahora. Al discutir sobre la iglesia y la doctrina de ella y las referencias que existen aun entre calvinistas, declara, Pero los calvinistas están divididos sobre la cantidad de agua en el bautismo, en el canto de salmos, o de himnos escritos por hombres, todo lo cual, a pesar de que enfatiza un espíritu sectarista, no debería permitir romper la confraternidad de creyentes. Los que promueven tales divisiones cometen el pecado sectarista de dividir el Cuerpo de Cristo. La enormidad de ese pecado se hará evidente cuando los creyentes sean reunidos en un cuerpo ante la presencia del Señor donde no se pensará en tales divisiones y sólo se concentrarán en las cosas eternas. El excluir a un creyente porque no está debidamente bautizado o porque no limita su alabanza a los Salmos de David, es excluir al ladrón que estuvo en la cruz, y, así en lo que se refiere al bautismo, excluir a los doce apóstoles del Cordero. No será placentero descubrir que mientras tratamos de filtrar el mosquito en los asuntos de menos importancia en la doctrina, hemos tragado el camello; en otras palabras, mientras descubrimos la pelusa en el ojo de al •ún hermano con respecto al modo de llevar a cabo una ordenanza, hemos fracasado al no sacar la viga del ojo propio, lo cual, en espíritu, niega a Cristo la respuesta a Su plegaria, "Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en tí, que también ellos sean uno en nosotros (Juan 17:21).
COMUNION Por más extraño que parezca a los conocedores del conflicto en el Protestantismo sobre el asunto del bautismo y la organización eclesiástica, la ruptura real entre la Iglesia del Estado y el pueblo libre-pensador finalmente se efectuó sobre el tema latente por tanto tiempo: la Cena del Señor. Este fue el punto focal. Era práctico; algo que podían entender. Los grandes temas teológicos sobre la perseverancia final de los santos, sucesión apostólica, y elección no preocuparon mucho al hombre de la calle. Pero el creyente ciertamente notaba que tanto creyentes como incrédulos, al ser miembros de la Iglesia Estatal, recibían igualmente la comunión. El veía que gente impía recibía perdón de pecados por medio de un sacerdote de la Iglesia Estatal que pudo haber sido visto frecuentemente ebrio, sólo para reanudar sus prácticas inmorales una vez terminada la comunión. El sabía de los muchos casos donde el alma de un hombre cuya vida se había caracterizado por la iniquidad, luego de morir, era declarado estar en el cielo porque se le había administrado la comunión en sus momentos de muerte. Como alguien declaró: "El sacerdote corrió a la cabecera del pecador moribundo para servirle la comunión -sólo para despertar unos pocos momentos después en el infierno con el sabor de la comunión en los labios". Los dos grandes temas que se desarrollaron, a medida que más y más personas así como algunos líderes dentro de la iglesia vieron que había una congregación dentro y aun más allá de la iglesia organizada, fueron: ¿Quién debería participar en la Cena del Señor y quién debería administrarla? ¿Cuál es el significado de la Cena del Señor?
¿QUIEN DEBERIA PARTICIPAR EN LA CENA DEL SEÑORY QUIEN DEBERIA ADMINISTRARLA? La Iglesia Estatal declaraba que todos los que en virtud de ser bautizados y confirmados, eran miembros de la iglesia, tenían derecho y debían participar en el servicio de la comunión y sólo el sacerdote estaba debidamente autorizado para servir la Cena del Señor. Los creyentes dentro de la iglesia estaban convencidos que sólo los creyentes debían participar en la comunión. Ellos vieron esto claramente en las Escrituras: 7-7
De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí (1Corintios 11:27-29).
Pequeños grupos de creyentes empezaron la práctica de reunirse, aparte de la iglesia y en secreto, con el propósito de celebrar la Cena del Señor servida por algún sacerdote de la Iglesia Estatal de quien tuvieron la seguridad que también era creyente. La práctica fue satisfactoria donde se pudo encontrar un sacerdote que estuviera dispuesto a correr el riesgo de la excomunión. ¿Pero qué de los muchos que no podían encontrar tal sacerdote para administrar? ¿Qué podrían hacer ante las normas de la iglesia? Los grupos buscaron permiso de las autoridades para legalizar tales celebraciones -lo cual fue negado. Cuando no había ningún sacerdote disponible, empezaron con la práctica de que uno de su propio grupo oficiara la celebración. Esto fue en abierto desafío a las autoridades eclesiásticas. Sin embargo, en ese momento, ellos no pensaban en separase de la Iglesia Estatal; era cosa del derecho a seguir las Escrituras en el asunto de recordar a Cristo en Su muerte. Fue este tema el que hizo que el conflicto entre Waldenstrom y la Iglesia Estatal llegara a su punto decisivo. Sus diferencias con la iglesia se hicieron evidentes ante todos en el ahora famoso sermón del domingo de Trinidad en 1872 en el cual bosquejó sus conceptos sobre la expiación. Estos fueron considerados diametralmente opuestos a los de la iglesia. El debate se desencadenó en los periódicos y en encuentros personales. La pregunta de Waldenstrom repetida muchísimas veces: "¿Dónde está escrito?" llegó a ser conocidísima. La gente se hizo cada vez más conocedora de los temas. La Iglesia Estatal tuvo dificultades en contestar al brillante teólogo y encontrar la manera de callarle. Y se añadió más combustible al fuego mientras él desarrollaba sus conceptos sobre la justificación los cuales fueron considerados tan heréticos como aquellos sobre la expiación. Pero fue, como ocurre tan a menudo, un aislado asunto local sobre un servicio de comunión lo que causó la ruptura final. Mientras la controversia sobre teología arreciaba al descubierto, los creyentes se levantaban contra la tenaz resistencia en lo referente a sociedades de comunión. Ellos llegaron hasta el punto de solicitar al rey el derecho de organizar Sociedades Santas de Comunión libre (independiente de la iglesia), pero en vano. El conflicto alcanzó su punto culminante en una asamblea anual de la Sociedad Misionera en Uppsala, Suecia. La Sociedad pidió y recibió permiso para celebrar un servicio de comunión en la catedral de la Iglesia Estatal. Waldenstrom, ya que era sacerdote ordenado, aceptó la invitación del grupo para oficiar. Mientras tanto, el arzobispo negó permiso de usar la catedral. Waldenstrom, al negársele el privilegio de seguir la norma de que la comunión se debía servir en la iglesia y por una persona autorizada, contravino a las autoridades eclesiásticas en varios cargos y sirvió la Cena del Señor en el edificio de la misión. Fue citado ante las autoridades para explicar su comportamiento y después de una serie de maniobras legales fue declarado culpable de violar ciertas reglas de la iglesia. Esto dió como resultado una amonestación y una multa "simbólica" que Waldenstrom rehusó pagar. Las noticias de esta acción se extendieron como un incendio en las praderas sobre toda Escandinavia tanto en círculos políticos como religiosos. Esto condujo al retiro de Waldenstrom del ministerio en la Iglesia Estatal. Una situación similar se desarrolló en América, revelando otra vez el rol que la controversia sobre la Cena del Señor jugó en el principio del movimiento de la Iglesia Libre. En tanto que el Prof. Princell fue despedido del cuerpo de ministros ordenados del Sínodo Augustana principalmente por motivo de rechazar la posición luterana en el tema de la expiación, su dificultad en la Iglesia Gustav-Adolph en Nueva York, que eventualmente condujo a su renuncia, se centró en el servicio de la comunión. Las noticias de los eventos en Uppsala llegaron pronto a Nueva York e hicieron que los creyentes fueran dándose cuenta de modo creciente de una situación similar en su propia iglesia. Aquí, también, había una congregación dentro de la iglesia. Los creyentes empezaron su retiro celebrando reuniones de oración aparte del horario regular de servicios eclesiásticos y fuera del edificio de la iglesia. Princell, en un sermón, declaró: Estar aquí y decir muchas veces que los miembros de una iglesia deben ser cristianos y que nadie sino creyentes verdaderos deben participar en la Cena del Señor pero no hacer nada para hacer lo que se debe, es negligencia, y aun hipocresía. Aun cuando el ministro esté ante el altar y advierta a los incrédulos e impenitentes participantes de la Cena del Señor, no obstante, él es nada menos que un participante del pecado de la iglesia -si la iglesia permite al no7-8
creyente participar de privilegios que son sólo para creyentes verdaderos- si él permite que esto continúe y se niega a actuar según los dictados de su conciencia ( Levnadsminnen , p.40). Si bien la destitución del cuerpo de ministros ordenados no le quitó automáticamente su púlpito, esa decisión y la posición que acabamos de citar volvieron a muchos de la congregación local en su contra. El propuso un sistema -como medio para limitar la comunión a creyentes- por el cual el pastor interrogaría a aquellos que quisieran participar. Este fue rechazado. La cuestión de un servicio de comunión limitado a creyentes llegó a ser el asunto más importante. El 2 de octubre de 1878, once miembros en una nota formal pidieron permiso para usar la iglesia -a una hora cuando la congregación no la usaba- para celebrar la Cena del Señor según las Escrituras. Esta petición fue encarpetada aunque apoyada por el pastor. Sin embargo, el tema de la comunión estaba entre los asuntos a tratar en el consejo de administración y reuniones congregacionales. En la navidad de 1878, los creyentes, en lo que condujo a la explosión final, celebraron un servicio de comunión en secreto en un hogar privado en el cual ofició el pastor. En una asamblea anual que siguió un poco después, una petición firmada por treinta y dos personas solicitó que el pastor Princell sea destituido como pastor de la congregación con motivo de que sus enseñanzas no estaban en armonía con la confesión luterana, que sus reformas sugeridas no sólo causaban disensión lo cual contradecía a la Palabra de Dios (Romanos 16:17-18) sino que eran en sí mismas contrarias a la constitución de la iglesia, y que él había promovido servicios de comunión separados los cuales habían dañado el gozo y unidad de la iglesia. Aunque la acción fue encarpetada hasta que el pastor tuviera una oportunidad de preparar su respuesta por escrito, ella produjo el resultado deseado. El dimitió un mes después. Estos dos incidentes se han reportado ampliamente para apoyar la declaración hecha anteriormente, que la disputa más tangible sobre la Cena del Señor y no los debates teológicos e ideológicos fueron los que condujeron a la ruptura abierta entre los libre-pensadores y la Iglesia Estatal. El hecho de que sólo luteranos ordenados pudieran ocupar el púlpito luterano, sólo luteranos ordenados pudieran servir la comunión y sólo a luteranos, se arraigó profundamente en la gente. Las viejas tradiciones son difíciles de dejar. El pensamiento de que había una virtud especial en quien oficiaba tardó mucho en desvanecerse, aun después de la abierta ruptura. Puedo recordar mi sorpresa por la actitud de algunos de mis diáconos en una congregación. Había un gentío tan grande en el servicio de comunión que se necesitaban más copas que bandejas habían para servir. Estas se llenaban y alistaban en un cuarto cerca del frente del santuario. ¡Después de cargar la bandeja el diácono se me acercó y me pidió que rezara una segunda vez sobre la segunda bandeja! Aun después de años de separación de la Iglesia Estatal, permaneció el sentimiento de que la "bendición del pastor ordenado" sobre el vino llevaba algún significado especial. Por otro lado, la nueva reverencia por la Mesa del Señor, como Su mesa, instituido por El para Sus seguidores, caló mucho más profundamente que lo hace en muchas instancias hoy en día. Yo no era tan consciente de este sentimiento tan profundamente arraigado como lo estoy hoy en día. Por ende, no apreciaba cabalmente la actitud de los líderes hacia la Cena del Señor en mi primera iglesia. Estos, como Princell y sus compañeros creyentes en una Iglesia Luterana Augustana, había enfrentado este asunto, pero en una Iglesia Luterana Noruega. Un diácono, al llegar al tema de su vida impía mientras todavía era miembro e invitado a la mesa de la comunión en su iglesia, decía: "Supongo que cuando oiga esto, pastor, no me dejará servir la comunión el próximo domingo". También, cuando uno de los ancianos hacía o decía algo que no estaba de acuerdo con la aprobación general, él decía, "Espero que esto no me negará un lugar en la mesa del Señor". Sí, había un gran temor de "comer y beber indignamente", lo cual no se debió a una falta de entendimiento en cuanto a la gracia de Dios, sino a sus antecedentes. Ellos habían visto a los muchos que participaban indignamente y ahora que ellos estaban en una mesa, abierta solamente a creyentes, no fue más que natural que ellos tomasen medidas extremas en su reverencia por ella. ¿O se exageró demasiado? Pero el hecho permanece. Nosotros creemos que la Cena del Señor ha de ser celebrada por la iglesia. También creemos que la verdadera iglesia se compone de todos los creyentes. Que hay un lugar en la mesa del Señor para todos los creyentes, pero que los lugares están limitados sólo a aquellos que son creyentes es un dogma precioso de nuestra fe trasmitido a nosotros después de mucha lucha y aun persecución. ¡Ojalá que pudiésemos acercarnos a esa mesa no sólo en fe sencilla sino con profunda reverencia! Una ilustración interesante del hecho que limitamos la Cena del Señor a creyentes es una experiencia que tuve al visitar una de las más primitivas de nuestras iglesias lejos en el interior de Venezuela. Acompañado por el pastor nacional de una de las iglesias de las ciudades más grandes, yo iba a esta congregación nueva para una visita de dos días. El local, hecho 7-9
de barro y lo suficientemente grande como para acomodar cerca de veinte personas tenía un piso de tierra, ningún banco para los fieles, ninguna luz. La obra estaba tan nueva que éste era sólo el segundo servicio de comunión. Unas pocas semanas antes el grupo había celebrado su primer servicio de Navidad. El líder del grupo que era laico sugirió al pastor nacional que además de presidir, también pasara el pan y la copa. El rehusó hacerlo. Pensando que él pudiera haber rehusado porque no me había invitado a mí, le animé hacer el servicio. "No puedo", me contestó, "Yo no conozco a esta gente, no sé quién es creyente y quién no lo es". ¡Cómo se repite la historia! Por otro lado, a la vez que sólo está abierto a creyentes, la Iglesia Libre difiere de la vieja Iglesia Estatal en otra manera. Está abierto a todos los creyentes. La membrecía eclesiástica no es un requisito previo. En este punto también diferimos de esos grupos bautistas que niegan un lugar en la mesa a quienes no han sido bautizados (y por inmersión). La invitación que debiera preceder a todo servicio de comunión no es meramente una formalidad. Este es un principio básico, por el cual se luchó durante años y se repite no sólo como recordatorio sino como renovación: "Invitamos a todos los que crean en el Señor Jesucristo como su Salvador personal, pertenezcan o no a esta congregación, omitiendo los ritos de la iglesia por los cuales haya pasado, a unirse con nosotros a la Mesa del Señor".
¿CUAL ES EL SIGNIFICADO DE LA CENA DEL SEÑOR? Hay dos preguntas bajo este encabezamiento. Una data del comienzo del movimiento de la Iglesia Libre y la otra, todo el camino a la Reforma. La primera pregunta es ésta: "¿Es la Cena del Señor un medio de gracia?" Aquí uno debe definir los términos. En un sentido muchas de las dádivas de Dios pueden considerarse medios de gracia. Teológicamente, el bautismo y la comunión se llaman medios de gracia en lo que supone hay mérito. Quizás sería mejor preguntar, "¿Es el bautismo un medio de salvación y la comunión un medio de expiación? Fue éste último concepto de comunión el que condujo a tantos abusos. La comunión para la gente de la Iglesia Libre era para quienes ya habían sido perdonados. Era un tiempo de exámen de conciencia y confesión personal al Padre y de súplica de perdón en base a la sangre de Cristo, no por tomar el pan o la copa. La segunda pregunta tiene que ver con los elementos en sí mismos. "¿Están presentes real o simbólicamente el cuerpo y la sangre de Cristo?" Aquí llegamos al gran conflicto entre Zwingli y Lutero. Zwingli declaró: "Cristo, quien sufrió El mismo por una vez en la cruz es el sacrificio suficiente y perpetuo por los pecados de todos los creyentes. Por ende, la misa no es un sacrificio sino una conmemoración del único sacrificio en la cruz y un sello de la redención por Cristo". Lutero se inclinó al concepto romano, que la Cena del Señor era un repetición de la expiación. El insistió en la presencia corporal en los elementos. Un historiador llama a la controversia sacramental "la más violenta, molesta, e infructuosa en la historia de la Reforma" (Schaff, Creeds of Christendom, Vol.1 p.471). Calvino buscó un área entre los dos extremos. Opinaba que era un compromiso entre el realismo de Lutero y el espiritualismo de Zwingli. El enseñaba que si bien un creyente recibía elementos visibles los cuales eran pan y vino tanto antes como después de la asimilación, él también, por fe, recibía realidades espirituales. Para probar que había algún elemento de realidad espiritual citó al incrédulo que al participar recibía solamente pan y vino -nada más. La declaración doctrinal, en tanto que pone en claro que la Cena del Señor, como el bautismo, no es un medio de salvación, deja abierto el asunto del significado de la fiesta. Esta deja la misma libertad aquí como en el bautismo. Se puede decir, sin embargo, que el concepto de la iglesia se adhiere, en general, al concepto de Zwingli en contraste con Lutero -que es una conmemoración en vez de una repetición de expiación. Además, la historia de la lucha sobre el tema de la Cena del Señor sugeriría la convicción de que la presencia espiritual del Señor es muy real. Uno puede pasar a través de la historia hacia la experiencia. Cualquier creyente que se acerque a la Mesa del Señor como la Palabra de Dios le instruye hoy, atestiguará que por fé, él siente la presencia del Señor de una manera extraordinaria aunque no pueda explicarlo. A pesar de lo mucho o poco que vemos en la Cena del Señor, estamos de acuerdo en que es un tiempo de conmemoración, examen de conciencia, segunda dedicación, así como una renovación de la espera de Su llegada.
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1. ¿Cuál es tu punto de vista con respecto a la necesidad de la práctica del bautismo? 2. ¿Cómo es que usted entiende la Cena del Señor? 3. ¿Qué tan importante es la observancia de las ordenanzas para el pueblo de Dios? Y ¿Por qué? 4. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 7. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTICULO 8
Nosotros creemos:
Artículo 8 Que la verdadera Iglesia se compone de los que por la fe salvadora en Jesucristo han sido regenerados por el Espíritu Santo, y unidos conjuntamente en el cuerpo de Cristo, del cual Él es la cabeza.
1 Cor. 11-14 Ef. 1-3
Ef. 5:22-33;
Capítulo 26 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 307 al 330 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 16
Uno bien puede preguntarse por qué, en sólo doce breves párrafos, que comprimen una declaración de fe, la cuarta parte de ellos se ocupa de la iglesia. Esto es más resaltante en vista de la reacción en contra de la iglesia organizada de la cual los fundadores del movimiento de la Iglesia Libre salieron voluntariamente o fueron expulsados. El hecho de que se dedique tanto espacio a declaraciones respecto a la iglesia es en sí evidencia de esta reacción. Aun cuando ellos reconocieron la iglesia universal y lentamente volvieron a la posición que había de haber una congregación local, la cual, en su momento, debe ser parte de una confraternidad de iglesias, estaban decididos a evitar una membrecía eclesiástica no regenerada, y el posible regreso a una dictadura denominacional. Así, los tres artículos buscan cubrir las tres áreas -primero que todos los creyentes (sean de la Iglesia Estatal o no, que estén bautizados, confirmados o no) son miembros del cuerpo de Cristo; segundo, que la membrecía en la iglesia local debe estar basada en una fe personal en Cristo; tercero, que la autonomía de la iglesia local debe estar asegurada y salvaguardada. En los días tempranos, en los que el péndulo había oscilado muy a la izquierda, los pioneros desaprobaban cualquier apariencia de organización aun a nivel local. Tan preocupados estaban ellos de que el grupo local debiera mantenerse puro y protegido contra la posibilidad de tener miembros que habían pasado meramente por algún rito, que hasta evitaron la organización y una lista de miembros. Naturalmente, esto condujo a confusión. Aquello que ellos trataron de evitar fue estimulado puesto que todos en la comunidad pudieron participar en los asuntos de la iglesia. Además, en tanto que el grupo local escapaba de la dominación de líderes de afuera se hizo víctima de los dictadores que adentro se nombraron a sí mismos. Uno de los pioneros tempranos, el Rev. Nils C. Carlson, en su autobiografía hace repetidas referencias a la oposición que él encontró al sugerir una organización que incluyera membrecía. El Sr. Carlson ocupó un lugar único en la historia y su informe lleva un significado especial puesto que sirvió como evangelizador primero en la Iglesia Libre Sueca y luego en la Iglesia Libre Noruego-Danesa en un tiempo cuando los dos grupos tuvieron poco contacto directo uno con el otro, si es que hubo alguno. El hecho interesante es que él encontró los mismos problemas en ambos grupos. El escribe de un grupo en Dakota del Sur: Ellos no creían en ninguna membrecía formal puesto que ésa era una forma del mundo. Creían que Dios llevaba su lista de membrecía. Con el correr del tiempo, muchos fueron convertidos y pidieron ser aceptados como miembros y permiso para participar en la obra, pero muchos de estos eventualmente se apartaron. Además, él escribe de su visita a Iglesias Libres Suecas en Iowa: 8-1
En todos estos lugares las congregaciones eran pequeñas. Ninguna de estas recibía miembros de una manera formal. Tampoco llevaban un registro de adherentes. Hasta donde pude descubrir, todos eran considerados miembros. La responsabilidad llegó a ser colectiva en vez de personal. En aquellos días la gente temía tanto la responsabilidad personal como temía al mismo Satanás. Mientras que duró el avivamiento todo marchó bien. La gente era ferviente en espíritu. Pero cuando vinieron las dificultades, como en los días de los apóstoles, quedaban perplejos e indecisos. Las epístolas, ciertamente, fueron dadas a nosotros para nuestra enseñanza, no sólo para revelar las dificultades que existían en el tiempo que fueron escritas. De ellas podemos aprender cómo debe organizarse una congregación, quién está calificado para el liderazgo espiritual, quién debe ser admitido, quién debe ser rechazado. Aprendemos quién debería ser bienvenido como predicador y cómo evitar los profetas falsos. Oh, ¡cuántos lugares pequeños habían donde vivían un avivamiento, la gente estaba viviendo con Dios! Pero entonces vino el profeta falso que se presentó como "predicador libre" sólo para ser descubierto más tarde como impostor, ladrón, maestro del error. Se halló a quienes, pretendiendo estar llenos del Espíritu Santo, crearon nada menos que disensión y división final entre esos grupos sencillamente organizados. Uno se entristece al notar cuántas almas sinceras entre los creyentes se han desviado por ello y cuánto trabajo parece haber sido en vano, y cuánta influencia para bien se ha invalidado porque hemos fallado al no considerar la enseñanza de la Palabra de Dios en conexión con la organización de la iglesia. También encontró la misma oposición cuando trató de reunir grupos en una confraternidad más grande. En 1903 trató de organizar una "sociedad misionera" en Dakota del Sur. La membrecía había de ser abierta a aquellas personas que eran conocidas como creyentes sinceros y honestos que no tratarían de destruir ninguna congregación por cisma o herejía. El objetivo era impedir a los que siempre parecían seguir los avivamientos para crear una secta para sus propios fines. La oposición fue variada pero siempre estuvo presente, especialmente entre los hermanos más viejos. Ellos creían que el Señor era capaz de cuidar de lo que era Suyo. El Sr. Carlson y quienes estaban con él insistieron en que aun los apóstoles servían como superintendentes y que todavía la iglesia los necesitaba. La oposición insistió en que el organizar les haría iguales a las "iglesias del mundo". En otro lugar la oposición acusó al Sr. Carlson y sus colegas de falta de santidad porque no practicaban el rito del lavado de pies, no usaban corbatas, y creían en la organización. Cuando se explicó que era necesario tener alguna forma de organización para cumplir con las leyes estatales y locales, contestaron con, "ustedes son iguales al mundo". El Sr. Carlson contestó que había notado que ellos se ponían ropa que era "igual al mundo". Pero, como siempre, los abogados de la anarquía reunieron un pequeño séquito y procedieron a dividir la obra. La apreciación más completa de este temor a la organización y razones para ello, aparece en una introducción al capítulo sobre los "pioneros" de la Iglesia Libre Sueca en el Minneskrift (p.55-57). Escrito en 1914, trata de dar biografías de aquellos que todavía estaban en el grupo y que jugaron un importante papel en la obra antes de 1890. Entre aquellos que componían el pequeño grupo había tanto similitudes como diferencias, y de tal naturaleza que podían verse y oírse. "Hombres indoctos e ignorantes", como eran la mayoría de ellos, sin embargo, nacieron y se criaron en diversas denominaciones que representaban diferencias grandes en sus concepciones de las doctrinas cardinales de la fe cristiana, así como en los asuntos menores de la doctrina bíblica. En materia de su apariencia externa y comportamiento hubo frecuentemente contrastes sorprendentes. Pero a pesar de estas diferencias había un vínculo fuerte de confraternidad y unidad. Todos profesaban haber sido renacidos por la Palabra viviente de Dios, la cual permanece para siempre. Los temas principales de sus enseñanzas fueron Cristo, el nuevo nacimiento por la fe, los dones del Espíritu Santo, la importancia de una vida separada, y el inminente regreso del Señor Jesús y el reino milenial. Además de esto, todos estaban unidos en su aborrecimiento de cualquier cosa que tuviera sabor a "espíritu partidarista" o sectarismo. Debido a esto, algunos hasta se opusieron a la organización de las iglesias locales o de formar cualquier asociación para llevar a cabo propósitos cristianos. Ellos temían que esto pudiera conducir a la formación de un nuevo "partido". Todos creían en la unidad espiritual de todos los creyentes verdaderos y tenían vivos deseos de preservar esa unidad. Tanto fue así, que de hecho, entregaban a sus nuevos convertidos a iglesias de sectas y denominaciones existentes en vez de formar congregaciones nuevas y libres. A este respecto, los predicadores "libres" fueron como el Rey Karl XII quien como poderoso guerrero hizo grandes conquistas pero se olvidó de consolidar y mantener lo que había ganado. Con los años, naturalmente, su poder de discernimiento ha crecido en esto y otros asuntos, pero siguen sosteniendo los principios enunciados en la resolución redactada por aquellos que asistieron y participaron en la reunión anual en Boone en 1884. 8-2
Por tanto, se experimentó oposición real y amenazaron peligros cuando uno tras otro empezó a insistir en la necesidad urgente de organizar una obra libre. El progreso en este sentido fue en verdad lento. No pudo llevarse a cabo hasta que se llegó al acuerdo general de que una organización misionera, con incorporación a las leyes de un estado, se formara sin privar a una congregación o un creyente de "la libertad con la cual Cristo nos ha hecho libres". No fue sino hasta entonces cuando se hizo posible formar la sociedad misionera llamada primero La Misión Evangélica Libre Sueca, llamada más tarde La Iglesia Evangélica Libre Sueca. Pero estos viejos pioneros también creían que cada creyente tenía derecho de leer la Biblia por sí mismo, y que era deber de todo creyente respetar las interpretaciones y convicciones de otros respecto a la Palabra de Dios y sus enseñanzas, en tanto que la persona misma viva una vida verdaderamente cristiana, y en tanto que sea evidente que no esté, por razones egoístas propagando alguna enseñanza falsa. Por estas razones la lectura de la Biblia, el estudio de la Biblia y la discusión de la Biblia han sido características predominantes de la obra libre sueca en este país. Aún otro rasgo caracterizó a estos pioneros -y que todavía poseen los que han quedado con nosotros, todavía poseen un entusiasmo llameante por la salvación de los perdidos. Con respecto a esto, por supuesto, es natural que haya diferencias entre ellos. Muchos, por razón de sus dones, son casi exclusivamente maestros. Pero en el caso de aquellos que son menos talentosos en ganar almas, ellos se aseguran que quienes tengan el don de evangelista sean enviados a la cosecha. Que esto no se trate de mera habladuría o hipocresía se evidencia por el hecho de que Dios ha puesto Su sello sobre este ministerio ya que dondequiera que hayan ido estos evangelizadores han venido avivamientos espirituales. Tan violenta fue la reacción contra la organización que incluso la palabra "iglesia" fue evitada a veces. Y esto todavía es así en algunas áreas de Europa y Canadá aunque en América la palabra se usa ahora para designar un edificio, una congregación, una denominación, o el cuerpo entero de Cristo. En Europa, sin embargo, la gente de la Iglesia Libre vacila en usarla ya que en sus mentes es aplicable a la Iglesia Estatal y a todos los pecados que aún se asocian con ella. Los escandinavos se refieren a la congregación como un "forsamling"; los alemanes como un "gemeinden". Los edificios para el culto se llaman lugares de reunión. En algunos países es ilegal usar el nombre de iglesia para cualquier edificio de culto excepto que sea una Iglesia Estatal. La reacción es patente también en algunas secciones de Canadá donde se usan los nombres tabernáculo, misión, sala evangélica, etc. para denotar lugares de reunión. Aún hay leyes locales en la parte oriental de Canadá prohibiendo el uso del nombre iglesia, pero permitiendo el uso del nombre templo. Preparándome para mi primera serie de conferencias en Escandinavia, fui advertido por quienes me ayudaban en la traducción de los manuscritos contra el uso de la palabra "kirke" (iglesia) al referirse a la congregación o al edificio. Para uno, criado en la tradición americana, la tarea de buscar otras palabras que no fuesen ésas tan libremente aplicadas a mucha gente, lugares, y cosas, no fue nada fácil. Aún hoy en día no se puede encontrar a la Iglesia Libre inscrita en la sección clasificada de las guías telefónicas en algunas ciudades en el extranjero. Sólo las Iglesias Estatales están inscritas así. Con todo esto como antecedente, se puede comprender más fácilmente por qué aún hoy las iglesias demoren tanto en recibir miembros y por qué reaccionan tan rápido y a veces con cierta violencia a cualquier cosa que pueda considerarse denominacionalismo tradicional. La necesidad de una organización local con listas de miembros y oficiales debidamente elegidos se realizó eventualmente. Sin embargo, la necesidad de una confraternidad más grande de iglesias no fue tan rápidamente reconocida o aceptada. Esta rebelión contra la organización está bien descrita en una charla del Dr. E. A. Halleen: Cada iglesia era libre e independiente. La iglesia local era una unidad en sí misma. Por ende, se gobernaba a sí misma y pensaba, por lo menos, estar acreditada divinamente como una Iglesia de Cristo sobre la tierra. No se hallaba autoridad más alta en parte alguna. Esta autoridad central fue establecida en la iglesia local. Por ende, ninguna contribución de iglesias independientes libres similares o cualquiera con algún grupo denominacional de iglesias podía añadirle autoridad o hacerla más segura y servible. A pesar del hecho que la organización era constituida sencillamente, muchas veces aun sin archivos financieros, la iglesia local ordenaba ministros, llamaban pastores y los enviaban. Es de lamentar la falta de alguna organización. Muchas no tenían presidente, tesorero, o secretario. Todos lo que asistían a las reuniones tenían derecho a votar. No había membrecía. Algunos hasta nombraban personas para probar el espíritu del orador que había venido. Un predicador, en aquellos tiempos, era un 8-3
siervo de la iglesia, no su pastor o ministro. Las excepciones -aquellos que tuvieron al pastor como dádiva de Dios a la iglesia- fueron las iglesias que progresaron. Como líder denominacional, el Dr. Halleen admitió que la independencia de la iglesia local era algo que frustraba a veces a alguien que quería llevar algo a cabo. En un sermón a una conferencia general hace ya más de 25 años, declaró: Nuestra política se puede resumir en una palabra, y esa es independencia, lo cual no siempre me ha gustado. A veces he sentido que deberíamos tener un mejor control sobre nuestra gente, pero ha sido un poco difícil de lograrlo. Nuestra gente encontraba su "autoridad" cuando se miraba al espejo. No veo ninguna utilidad en tratar de corregir esto. Por cincuenta años hemos sido independientes y no nos atrevemos a usar la palabra "afiliada" en nuestras constituciones. Las iglesias independientes locales meramente "cooperan" en nuestras empresas unidas. Eventualmente los pioneros llegaron a la convicción ya mantenida por los movimientos congregacionales en Inglaterra y Nueva Inglaterra, a saber, que el cuerpo no sólo tiene a Cristo como la cabeza, sino que se sostiene sobre dos piernas -autonomía local o independencia y la confraternidad de iglesias. Ambas se necesitan, pero si una de ellas se vuelve más importante, el cuerpo estará cojo. La Iglesia Libre como movimiento congregacional progresará sólo cuando estos dos hechos básicos se enfoquen como es debido. Como Philip Schaff lo resume en su History of the Creeds of Christendom, (p. 826) El Congregacionalismo Anglo-Americano tiene sus raíces principales, independencia y confraternidad, en base a la fe puritana o calvinista. Tiene éxito en la medida de su habilidad para ajustarlas y armonizarlas. Moriría sin libertad, y no podría vivir sin autoridad. Independencia sin confraternidad es atomismo; confraternidad sin independencia termina en episcopado. Los líderes del movimiento de la Iglesia Libre se dieron cuenta de esto temprano. Habiendo superado el temor que el organizar una iglesia local no era retroceder, ellos procedieron a estudiar la relación que estas iglesias habrían de tener unas con otras. El reconocimiento de vínculos comunes juntó a líderes de varios de estos grupos locales. La primera conferencia trató mayormente sobre temas proféticos. Estos grupos se convocaron ante todo para la oración, estudio bíblico, y exhortación. No hubo membrecía formal, ni un esquema específico para la organización. Hubo aparentemente un cambio de actitud en el transcurso del tiempo como se ve por los temas discutidos. En tanto que la conferencia de abril 1881, discutió temas como "La Importancia de las Doctrinas de Escatología", conferencias subsecuentes consideraban asuntos pertenecientes a la iglesia. Una conferencia de febrero 1883, consideró la pregunta: "¿Cómo Pueden los Hijos de Dios Unirse o Asociarse en una Obra Evangélica?". Finalmente, la histórica conferencia, convocaba en octubre de 1883, la cual preparó el camino para la reunión del año siguiente en Boone, Iowa, discutió en detalle asuntos como "¿Qué es la Iglesia de Cristo?", "¿Cómo se Establece una Congregación Local?", "Condiciones para la Membrecía en la Iglesia", "La Naturaleza de la Iglesia", "La Unidad de la Iglesia", "Cómo Evitar el Sectarismo", "La Relación de los Miembros Eclesiásticos Unos con Otros", "¿Qué de Unir las Iglesias con el Fin de Llevar a Cabo la Obra de Dios?". Es evidente que la confraternidad de congregaciones nació como resultado de un sentido de necesidad. Esto sigue el modelo bíblico; como la iglesia en el libro de los Hechos creció, se dieron ciertos pasos organizacionales para satisfacer la necesidad. Los primeros diáconos fueron escogidos bajo tales circunstancias. Nuestras iglesias se dieron cuenta, muy temprano en su existencia, que la autonomía sola no era la respuesta. Habría de haber una confraternidad de iglesias a pesar de lo que pudiera llamársele, para "promover confraternidad mutua y armonía entre las iglesias y unirlas para actividades comunes que fueran más allá del alcance y la habilidad de una congregación local, pero sin tener ningún poder dominante sobre los asuntos internos de tales congregaciones". (Constitución de la Iglesia Evangélica Libre de América) Si los hermanos no hubieran tenido tanto temor del "denominacionalismo" como resultado de su lucha con las iglesias estatales de Europa, habrían llegado a la conclusión más temprano y con una convicción mucho más fuerte de que una iglesia enteramente independiente no es bíblica. Las congregaciones locales de los tiempos del Nuevo Testamento estaban ligadas unas a otras no sólo por una fe común en Jesucristo como Salvador y lealtad a El como Señor, sino también por ciertos otros vínculos: - ESTABAN LIGADAS POR PERSONAJES. - ESTABAN LIGADAS POR CORRESPONDENCIA. - ESTABAN LIGADAS POR PROYECTOS ESPECIALES. 8-4
- ESTABAN LIGADAS POR POLITICAS COMUNES
* ESTABAN LIGADAS POR PERSONAJES * El Apóstol Pablo, por ejemplo, y los que viajaban con él, no fueron sólo instrumentos en las manos del Espíritu Santo para ganar convertidos a Cristo. Ellos establecieron iglesias, volvieron a visitar congregaciones para animar a los creyentes, ordenaron ancianos, dieron asistencia para corregir errores doctrinales, establecieron pautas para la disciplina. A falta de una publicación inter-iglesia, ellos llevaban las noticias de personas e iglesias así como los saludos de una congregación a otra. La historia de los últimos setenta y cinco años en el movimiento de la Iglesia Libre no es más que una extensión de este programa. Es, desde luego, un registro de los muchos milagros de intervención y gracia divina. Es también, el historial de hombres y mujeres que fueron usados por Dios para llevar la Palabra de Dios a lugares aislados y también la palabra de las congregaciones hermanas. Aun los evangelizadores itinerantes, aunque no llamados formalmente por el grupo de congregaciones, ayudaron a llevar a cabo este programa. Desde entonces, hombres escogidos por las iglesias han seguido visitando las congregaciones con el interés de la obra mutua, poniendo el consejo a su disposición, compartiendo las cosas buenas de la Palabra de Dios, y compartiendo las noticias con las iglesias.
* ESTABAN LIGADAS POR CORRESPONDENCIA * El intercambio de comunicación entre iglesias, entre líderes y la congregación así como entre gente dentro de esas congregaciones no terminó con el cierre del canon del Nuevo Testamento. Si bien sólo las epístolas del Nuevo Testamento se aceptan como la Palabra inspirada de Dios, las epístolas a las iglesias de nuestro día ciertamente llevan autoridad por estar basadas en las Escrituras. Las muchas cartas dirigidas a las iglesias y recibidas de ellas durante los años proveen una visión de los problemas y principios de las iglesias y son en sí mismas amplias pruebas de que se ha seguido la práctica establecida en las iglesias tempranas de conectar las congregaciones a través de la correspondencia. Algunos pueden pasar por alto el hecho de que aun Pablo enviaba comunicaciones, las cuales, aunque eran de autoridad, no aparecen en el canon del Nuevo Testamento. Las áreas cubiertas por las epístolas y otra correspondencia proveen los precedentes y modelos que el liderazgo de la Iglesia Libre busca seguir hasta este día. Hay un precedente para la recomendación de hombres a la iglesia en Colosos: Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle (Colosenses 4:10)
Nótese la referencia a "mandamientos". Estos no están mencionados y apoyan la declaración anterior de que no toda la correspondencia de Pablo a las iglesias está en el canon. De nuevo, el Apóstol enviaba consejo a la iglesia sobre asuntos de disciplina, aunque tenía cuidado de indicar que ésta era la responsabilidad de las congregaciones locales. El no vacilaba en exponer el error del individuo y de la congregación entera: Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1Co. 5:3-5)
Hubo también cartas de consejo, estímulo e instrucción a los líderes de la iglesia. Nótese las cartas a Timoteo y Tito, donde el apóstol trata no sólo los problemas de la iglesia sino también los problemas personales del obrero. El también escribió a otros, como se evidencia por su epístola a Filemón. Además de la correspondencia entre líderes y congregaciones, hubo lo mismo entre las congregaciones; existía una relación entre ellas. Cuando Apolos quiso salir de Éfeso para visitar las iglesias por todo Acaya, "los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen" (Hechos 18:27). Mientras las iglesias aparentemente querían consejo de estos líderes y lo aceptaban, hubo entonces -como hoy en díalos que se rebelaban contra cualquier consejo de alguien, especialmente de aquellos fuera del grupo local. La experiencia del Apóstol Juan ofrece un ejemplo excelente: 8-5
Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia. (3Juan 9-10)
Uno puede casi oír a Diótrefes afuera de la iglesia después del culto matinal en el que se había leido la carta del amado Apóstol. "Tengan cuidado con Juan", dice él. "¿Qué derecho tiene de entrometerse con los asuntos de nuestra iglesia? Sólo está tratando de aumentar su poder y la autoridad de la denominación". Hay veces en que la sinceridad de los que protestan contra los líderes de una confraternidad más amplia puede ponerse en duda. A menudo no proviene tanto del temor al denominacionalismo como del temor a que el liderazgo de la confraternidad ayude al grupo local a romper la garra dictatorial que un individuo, camarilla, o familia tenga sobre el grupo local. Semejante control local es tan dañino y no escritural cómo aquél de una jerarquía denominacional. Por otro lado, un liderazgo denominacional benigno ha sido a menudo un medio de ayuda a la congregación local para romper el control local, así como asegurar la libertad de gobernar sus propios asuntos. El único recurso en tiempos en los que se confrontan amenazas desde dentro de la iglesia, de dictadores desde el púlpito o en las bancas -lo cual es tan contrario al espíritu y letra del congregacionalismo como lo es el control denominacional sobre una iglesia local- ha sido la influencia de líderes de la iglesia. A veces una congregación al tratar de ser una iglesia verdaderamente independiente, termina sin remedio, como una iglesia dominada. Nuevamente, se debe señalar la importancia de la premisa de que la iglesia libre descansa sobre dos piernas: autonomía y confraternidad. Uno de los líderes tempranos del Congregacionalismo en Nueva Inglaterra advirtió: "Asociación conduce al Consorcio, Consocio al Presbiterio, Presbiterio al Episcopado; Episcopado al Catolicismo Romano; y el Catolicismo Romano es un hecho extremo". Esto lo declaró para enseñar que había ciertos peligros en la organización denominacional, aun en la asociación de iglesias independientes. El Dr. Schaff, al comentar sobre la declaración, arguye: "Pero habría igual fuerza en el razonamiento opuesto, de la independencia a la anarquía, y de la anarquía a la disolución. Los independientes tienen derecho de protestar contra la tiranía, sea ésta ejercida por obispos o presbíteros; pero hay Señores Hermanos así como Señores Obispos, y la tiranía de una congregación sobre un ministro, o de una mayoría sobre una minoría, es tan funesta como cualquier otro tipo de tiranía". Aun en los tiempos del Nuevo Testamento, las mismas congregaciones locales, mientras buscaron la ayuda de Pablo y otros, tardaron mucho en asumir la responsabilidad por sí mismas. Esta actitud todavía prevalece como parte de ese temor a que los líderes de una confraternidad mayor reciban demasiado reconocimiento. La preocupación por un líder, en los tiempos de Pablo, parecía ser la excepción en vez de la regla. En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener en abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. (Filipenses 4:10-18)
A pesar de esta preocupación y cuidado de parte de la congregación en Filipos, aparentemente el Apóstol no recibió suficiente apoyo. La gratitud de las iglesias, si existía, no se reveló en el auxilio financiero, por lo cual le fue necesario quitar tiempo a su urgente tarea para ganarse la vida ejerciendo su oficio -la confección de tiendas. Si bien esto es digno de elogio como forma de evitar la sospecha de parte de los enemigos del evangelio que Pablo tenía motivos egoístas o monetarios en su ministerio, uno no puede dejar de admirarse de los muchos lugares que él podría haber visitado, almas que podría haber ganado, iglesias que podría haber fundado, creyentes que podría haber fortalecido durante el tiempo en que se vio en la necesidad de ganarse la vida por su cuenta.
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* ESTABAN LIGADAS POR PROYECTOS * Las iglesias no sólo estaban unidas por personalidades y correspondencia, sino por proyectos de interés común. Las únicas instrucciones detalladas dadas a la iglesia con respecto a la mayordomía y administración de fondos tuvieron que ver con el proyecto por el cual las iglesias de Europa estuvieron levantando fondos para ayudar a los santos en Jerusalén durante la época de hambruna y persecución (Nótese 2Corintios 8 y 9). Aquí se encuentra una prueba clara del hecho que las iglesias trabajaban conjuntamente. Aun escogieron un secretario de finanzas para que viajara con el Apóstol y manejara los fondos. Y enviamos juntamente con él al hermano (Tito) cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias; y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad (2Corintios 8:18,19).
"Este donativo" refiere a las dádivas monetarias para Jerusalén. Noten también que todos estos líderes fueron considerados, no como hombres completamente aparte de la iglesia local, sino más bien como representantes de las iglesias. En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo. (2Corintios 8:23)
Los proyectos de preocupación común siguen uniendo las congregaciones. Es en esta tradición que las iglesias que comprenden la confraternidad de Iglesias Evangélicas Libres adoptaron la siguiente declaración de propósito: La Iglesia Evangélica Libre de América será una Asociación y Confraternidad de congregaciones independientes de fe y práctica concordantes con los objetivos siguientes: 1. Obrar para la salvación de almas y para la edificación de los creyentes en fe, esperanza, y caridad. 2. Organizar iglesias y escuelas dominicales y establecer y mantener obras misioneras cristianas en los Estados Unidos y en otros países. 3. Promover confraternidad mutua y armonía entre las iglesias y unirlas para actividades mutuas que vayan más allá del alcance y habilidad de una congregación local, pero sin tener ningún poder de control sobre los asuntos internos de tales congregaciones. 4. Organizar, edificar, administrar y mantener escuelas y seminarios teológicos. 5. Educar y ordenar ministros y misioneros cuando fuere necesario, y asignar misioneros para la tarea, también traerlos de vuelta cuando fuere necesario. 6. Edificar y mantener instituciones de caridad y benéficas. 7. Publicar y distribuir literatura cristiana. 8. Comprar o recibir, por donación u otorgamiento, título de terrenos o propiedades que pueden ser considerados necesarios para la construcción y mantenimiento de dichas iglesias, escuelas, e instituciones de caridad y benéficas. (Artículo II, la Constitución) Mientras trabajemos juntos en estas áreas seguiremos el propósito por el cual las congregaciones fueron unidas.
* ESTABAN LIGADAS POR POLITICAS * Cuando una congregación tenía alguna dificultad debido a la complejidad de su membrecía como resultado de los diversos antecedentes -judíos ortodoxos, helenistas, y gentiles paganos-podían pedir ayuda a la confraternidad mayor. Se enviaban representantes a Jerusalén en busca de consejo. Así nació el mismo primer concilio y la adopción de una política que fue recomendada, pero no forzada sobre la iglesia de Antioquía. Las minutas de esta reunión aparecen en Hechos 15 y ofrecen un modelo muy interesante para las reuniones de concilios. Nuestra preocupación principal aquí, sin embargo, es la relación de las iglesias unidas por políticas comunes. Varias cosas deben notarse en este respecto: Por el camino de Antioquía a Jerusalén, los representantes go zaron de la hospitalidad de las otras congregaciones que estaban por la ruta (v.2).
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El éxito del Evangelio en otros lugares fue materia de preocupación para estas congregaciones y "causaban gran gozo a todos los hermanos" (v.3). La decisión en cuanto a política se hizo de acuerdo al principio congregacional - "entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia..." (v.22,23). Personalidades y correspondencia se usaron para llevar las decisiones con respecto a la política a la iglesia en Antioquía (v.23) Aun cuando adoptada unánimemente por los hermanos en Jerusalén, la decisión no fue forzada a la iglesia en Antioquía. Al recibir la carta y reunirse con los mensajeros, la multitud reunida se regocijó por la consolación. Lo importante en esta fase de la discusión es notar que por haber una confraternidad mayor, la iglesia local tuvo a dónde dirigirse en busca de consejo. Los planes de acción fueron resueltos por hombres dedicados bajo la guía del Espíritu Santo y aceptados voluntariamente. A pesar de todo el espacio dado a la discusión respecto al lugar de la confraternidad mayor, este capítulo todavía no ha tocado los tres artículos que se ocupan de la iglesia. Hasta aquí nos hemos esforzado en dar la historia. Aunque parezca extraño, no hay nada en las tres declaraciones con respecto a la denominación o confraternidad mayor. Ellos tratan casi totalmente sobre la iglesia local, su membrecía, autoridad, y relación con la iglesia universal. No ha de suponerse por esto que la denominación fue ignorada o pasada por alto. La declaración doctrinal es en sí misma el producto de la confraternidad mayor y no de la congregación local. Ella trae consigo las garantías que el grupo mayor da a las congregaciones locales como consecuencia de su afiliación con la denominación. Habiendo presentado en el Capítulo 7 las luchas que condujeron a la adopción de la declaración, y hasta aquí en este capítulo, los pasos graduales en la actitud de los pioneros en cuanto al pensamiento de una iglesia local organizada y una confraternidad de iglesias, estamos listos para poner por escrito los detalles específicos.
I. HAY UNA IGLESIA UNIVERSAL
La verdadera Iglesia se compone de los que por la fe salvadora en Jesucristo han sido regenerados por el Espíritu Santo, y unidos conjuntamente en el cuerpo de Cristo, del cual Él es la cabeza. Artículo 8
A. HAY UNA IGLESIA QUE ES VERDADERA Y UNA QUE NO LO ES Esto otra vez muestra la rebelión contra la Iglesia del Estado la cual, en las mentes de los pioneros, no era la verdadera iglesia. Ningún grupo que abrigara miembros no regenerados podría ser la iglesia verdadera. Tampoco podría la iglesia nacional de un país considerarse a sí misma como la única verdadera iglesia. Habían auténticos cristianos en la Iglesia Estatal y habían otros, igualmente auténticos, fuera de la iglesia nacional. Además, había cristianos en otros países, hablando en otros idiomas, y de otros colores de piel. No podría haber sino una conclusión -que hay una iglesia que sobrepasa las limitaciones de raza, color, o credo. Esta era la verdadera iglesia. Ninguna congregación local, a pesar de las precauciones, podría pretender ser la verdadera iglesia. Estas congregaciones sólo podrían pretender que había miembros en el grupo local que eran parte de la verdadera iglesia. Esta prudencia se revela a sí misma con más claridad en la declaración doctrinal más antigua que se conoce de un movimiento moderno de la Iglesia Evangélica Libre. El artículo siguiente aparece en la "Confesión de la Iglesia Libre de Ginebra" (1848): Nosotros creemos que las iglesias individuales, establecidas en distintos lugares, compuestas más o menos de personas convertidas y no-convertidas, debieran darse a conocer al mundo por la confesión de su esperanza, los actos de su culto, y las obras de su caridad. Pero también creemos que, por sobre todas estas iglesias individuales las cuales han sido, son, y serán, existe ante Dios una iglesia universal santa, compuesta de todos los redimidos, formando un cuerpo invisible del cual Jesucristo es la cabeza, y cuyos miembros serán enteramente conocidos sólo en el día final (Artículo XV). El Concilio de Savoy en Inglaterra adoptó en 1658 una declaración de fe y orden que llegó a ser la base para la política de las iglesias congregacionales en Inglaterra y Nueva Inglaterra e influenció en las declaraciones de los movimientos de la Iglesia Libre en Europa y América.
8-8
La iglesia católica o universal, la cual es invisible, consiste del número total de los elegidos, que han sido, son, o serán unidos en uno bajo Cristo, la Cabeza de la misma; y es el esposo, el cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo (Artículo XXVI, Párrafo 1). Las iglesias más puras bajo el cielo están sujetas tanto a la mezcla como al error, y algunas se han degenerado tanto como para no ser mas iglesias de Cristo sino sinagogas de Satanás. Sin embargo, Cristo siempre ha tenido y siempre tendrá un reino visible en este mundo hasta el fin del mismo, compuesto por quienes creen en él y hacen profesión de su nombre (Artículo XXVI, Párrafo 3).
B. HAY UN MEDIO DOBLE PARA HACERSE MIEMBRO DE LA "IGLESIA VERDADERA". La parte del hombre implica una fe salvadora y la parte de Dios, el acto de la regeneración. Esto muestra un gran contraste con los requisitos para la membrecía en algunas iglesias locales. En unas piden sólo el requisito doctrinal; a saber, que la membrecía se efectúa suscribiendo cierta serie de doctrinas seguidas por aquella iglesia. En otros casos simplemente se requiere una experiencia emocional, el individuo no tiene que saber nada sobre la enseñanza de la iglesia ni la vida cristiana; haber repetido una fórmula bajo la emoción del momento y seguir la declaración de un sincero pero a veces poco instruido ayudante será suficiente. Aun otros simplemente adoptan un patrón ético estando de acuerdo con vivir bajo cierta serie de reglas propuestas por la iglesia. La Biblia, por otro lado, pide un compromiso total con Cristo. Una fe salvadora en Jesucristo va más allá que sólo la fe en la existencia de Dios. Esta admite la necesidad personal de salvación y el volverse a Cristo por esa salvación. Dios, a su vez, transforma la vida. Esto automáticamente le hace a uno miembro de la iglesia invisible o "iglesia verdadera". No requiere el rito del bautismo ni la aceptación formal en la membrecía de una iglesia local.
C. LA UNION ES ORGANICA. Uno se hace miembro de la iglesia verdadera por medio del Espíritu Santo. Aunque esta declaración nos parezca simple y clara, fue el gran centro de controversia en el comienzo del movimiento de la Iglesia Libre en Europa. Declarar que la Iglesia Estatal no era la iglesia verdadera e insistir que uno se hace miembro de la iglesia verdadera sin tomar en cuenta acto alguno del sacerdote o ministro o cualquier ceremonia de la iglesia era revolucionario.
1. ¿Qué es lo que entiendes por la Iglesia? 2. ¿Qué es lo que significa cuando la Biblia menciona que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo? 3. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 8. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTICULO 9
Nosotros creemos:
Artículo 9 Que únicamente los que son así miembros de la verdadera Iglesia son elegibles a la membrecía de la Iglesia local.
1 Cor. 11-14 Ef. 1-3
Ef. 5:22-33
Páginas 330 al 338 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 16
Esta declaración resume lo que se ha discutido ya. Se volvió a la idea de una congregación local con una nómina de miembros. Aquí, de nuevo fallamos al no ver la importancia de la declaración. La rebelión contra la membrecía no regenerada de la Iglesia Estatal fue tan grande que hasta el día de hoy, hay unas pocas instancias donde congregaciones locales aun no tienen una nómina de miembros por temor a que ésta pudiera contener algunos que no hayan sido regenerados por el Espíritu Santo por medio de la fe salvadora. La impresión de que la membrecía eclesiástica era de origen reciente en vez de escritural fue muy común en los días tempranos del movimiento. No llevó mucho tiempo a los pioneros el darse cuenta que "examinándolo todo" ellos debían "retener lo bueno" y algunas de las cosas que habían sido descartadas en protesta contra la iglesia organizada como ellos la conocían, hubieron de ser recuperadas. Así, una membrecía basada en una confesión de fe en Jesús como Salvador y Señor llegó a ser el ideal buscado por todas las congregaciones aunque todavía hubieron problemas. El Dr. L. J. Pedersen, del grupo noruego, en su folleto titulado "Tú y Tu Iglesia" escribe sobre el tipo de iglesia a la cual un creyente debiera incorporarse: Debe ser una iglesia que crea y practique la membrecía cristiana. Imperfecciones aparecerán muy pronto, aun cuando sólo cristianos que profesen su fe hayan sido admitidos a la membrecía. El hacer indistintamente iglesias de gente no regenerada y llamarla una Iglesia de Dios o de Cristo, es en nuestra época uno de los mayores obstáculos para el verdadero avivamiento en la vida espiritual. Que un cristiano se afilie a semejante iglesia es contrario a la Palabra de Dios, y le pone en gran peligro de perder su vida espiritual. Los pocos cristianos verdaderos que se hallan en tales iglesias constituyen casi siempre una pequeña minoría, y como el justo Lot, habrán de ser afligidos día tras día con sus obras ilícitas (2Pedro 2:8) y aun sentirse incapaces de no hacer nada. Muchas almas de buen corazón y fervientes en fe, luego de un tiempo en semejante atmósfera espiritual, han perdido su vida verdadera aunque ellos pueden haber retenido sus costumbres y formas exteriores. Por tanto yo digo, especialmente a los cristianos jóvenes, que desconfíen de las iglesias mundanas. Poco se puede llevar a cabo en semejante afiliación, y el riesgo es demasiado grande. Que los creyentes son bienvenidos es evidente. Por supuesto son personas buenas y rectas y por regla general los mejores trabajadores. La adulación e invitaciones a puestos prominentes son usadas frecuentemente como seducción para unirse a ellas. El lema del mundo siempre ha sido: "Entrad" pero la Biblia dice: "Salid". "Salid de en medio de 9-1
ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2Corintios 6:17-18). Un ejército no permitirá que sus enemigos se unan a ellos en tiempo de guerra. Casas de comercio no emplearán personas que trabajen en contra de sus intereses. La iglesia es la única organización en el mundo que acepta miembros que se oponen a ella en espíritu y en práctica. Después que la iglesia recibe a tales personas, se les considera buenos cristianos, y se califica a la iglesia como Iglesia de Jesucristo. Y en oposición a Su Palabra se espera que el Señor añada Su bendición a esta mescolanza. Pero, como Billy Sunday siempre decía: "El hecho de que un hombre vaya a la iglesia no lo convierte en cristiano así como tampoco su entrada a un garaje lo convierte en automóvil". En otro folleto, "Las Iglesias Evangélicas Libres" p.12, él escribe: Las Iglesias Evangélicas Libres sostienen una membrecía regenerada. Nosotros creemos en la organización de las iglesias, y consideramos de gran importancia que los cristianos, tanto por sí mismos como por su trabajo, se unan a tal confraternidad. Creemos en el llamado e instalación de pastores que puedan instruir y guiar a la gente en su vida cristiana. Todos los movimientos libres que se han opuesto a tal orden han fracasado. Por otro lado, no creemos que sea correcto organizar iglesias de todo tipo de material. Nuestro principio es que una persona no debiera afiliarse a la iglesia simplemente porque suscriba el artículo de fe de aquella iglesia o denominación, sino porque sea un convertido, tenga un testimonio personal y una confesión de fe en Jesucristo como su Salvador. Esta regla para la membrecía puede tener sus dificultades, pero nadie puede negar que es lo ideal y lo bíblico. No pienso decir que todos los miembros de nuestra iglesia son como deban ser o aun que todos sean cristianos vivientes. Puede que algunos sean en el fondo pecadores reincidentes y otros no hayan sido en realidad convertidos, pero han sido recibidos en la iglesia por su propia confesión de fe; y si no llevan una vida cristiana es en contra de nuestros principios retenerlos como miembros, a menos que se arrepientan. Las dificultades a las cuales refiere el escritor no eran peculiares al grupo noruego-danés. El Dr. E. A. Halleen se refiere al mismo problema en las iglesias suecas en el sermón predicado en una conferencia en 1935. En cuanto se refiere a la membrecía en la iglesia, hemos creído y enseñado que la iglesia debiera componerse sólo de creyentes. Por supuesto hemos visto en parte y profetizado en parte. Algunas veces hemos filtrado mosquitos y tragado camellos. Pero en cuanto se refiere a nuestra enseñanza, hemos practicado que nadie que no haya confesado a Cristo como su salvador personal tiene derecho a la membrecía en la Iglesia Libre. Nos hemos esmerado en ejercer disciplina en este sentido, y cuando hemos encontrado a un miembro que ha andado de otra manera, lo hemos excluido de nuestra membrecía. En nuestras iglesias, hay lugar suficiente para todos los creyentes pero no hay cabida para los que no lo son. Sin embargo, por la misma naturaleza del asunto, debe dejarse al aspirante determinar si es nacido de nuevo o no. Ocurrirán errores e inconsecuencias; a veces dejaremos entrar a quienes deberíamos excluir y viceversa. Algunas veces se pone más énfasis en el minuto, hora, día, mes, y año de conversión que en una fe personal en Cristo. Las dos referencias a la membrecía eclesiástica en la declaración proveen una respuesta a los dos extremos -que la membrecía en el cuerpo invisible es todo lo que se pide o que la membrecía en una iglesia local implica membrecía en la primera. Aunque algunos pueden arguir que la Escritura no da ningún apoyo a la idea de membrecía en una iglesia local, aquellos que formaron las declaraciones doctrinales estaban convencidos que habían dos registros distintos de membrecía. El primero, es el "libro de la vida del Cordero"; el segundo, es el registro en la iglesia local. Todo creyente está registrado en el primero y debe estar en el segundo. Nadie está registrado como se debe en el segundo si no está registrado en el primero: Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun lo s demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. (Lucas 10:17-20) Y ví un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de 9-2
fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:11-15)
Se admite el hecho de que hay gente que puede tener sus nombres inscritos en los registros de membrecía sin haberse registrado en el cielo. Uno de los errores del Cristianismo es que la membrecía en la iglesia local se considera sinónimo de salvación. El ejemplo de Judas debería ser suficiente para mostrar la falacia de este concepto. Su nombre fue registrado entre aquellos que siguieron a Jesús. Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. (Hechos 1:16,17)
Por otro lado, la idea de que la Biblia de ninguna manera apoya la membresía en la congregación local, es igualmente falsa. La iglesia primitiva ciertamente llevaba registros de aquellos que eran miembros del grupo y se encargaban de los negocios de la iglesia local. En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número)...
Nótese que en el pasaje se hace referencia dos veces a personas: "los reunidos eran" o "contado con nosotros". La misma idea se da en el versículo 26 del mismo capítulo: Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
La palabra traducida "contado" en el versículo 17 ocurre sólo una vez en el Nuevo Testamento y es muy significativo. Literalmente, significa ser contado con o "contado entre un grupo". Una de las traducciones más recientes lo traduce "contado entre nosotros". El que sustituyó a Judas (Matías) fue elegido para ser "contado con los apóstoles". Alford, en el Greek New Testament (Nuevo Testamento Griego) explica, "Ahora puesto que Matías fue escogido por suerte, él pudo ser "contado" (elegido) para formar parte de la membrecía. Porque la suerte era considerada como muestra de la preferencia divina, los votos de la asamblea eran unánimes para el candidato así escogido, y así fue aprobado por votación para entrar en el grupo de los once Apóstoles". El Amplified New Testament (Nuevo Testamento Ampliado) declara, "El fue añadido al grupo de los once Apóstoles y contado con ellos". Y otra traducción: "El fue enrolado con los once". También es importante notar que en el caso de los ciento veinte (Hechos 1:15) ellos son reportados como "ciento veinte nombres" (Versión Ampliada). Esto no fue una mera estadística. La traducción literal sería "multitud de nombres". Ciertamente se debe asumir alguna forma de registro para tantos nombres. Otro pasaje más, que apoya la idea de un registro de membrecía, se halla en Hechos 6. Para hacer frente a cierto problema administrativo, los apóstoles convocaron a "la multitud de discípulos" y les avisaron que escogiesen, de entre ellos mismos, a siete hombres. Y su sugerencia fue aprobada por la multitud. Ellos convocaron a "todos los discípulos de Jerusalén". Haciendo caso omiso de cómo determinaron ellos a quiénes se les contaba con los discípulos y quiénes no, ciertamente la elección de los diáconos se limitó a quienes actualmente eran contados con el grupo de creyentes. El orden de las declaraciones en los Artículo VIII y IX es también importante. Declara, primero, el requisito para la membrecía en la "verdadera iglesia" y luego la creencia que "sólo quienes así sean miembros de la iglesia verdadera serán miembros de la congregación local". Primero, el nombre ha de ser registrado en el libro de la vida y luego en el libro de la iglesia local. Justin Martyr, 150 D.C., aconsejó que la iglesia mantuviera un registro muy cuidadoso de membrecía "nombre por nombre". La razón para tal registro no era principalmente proveer estadísticas, anotar el progreso, o ganar algún concurso sino para mantener la disciplina en la iglesia. ¿Cómo se puede expulsar a alguien que aún no está registrado en la iglesia? Actualmente, lo que debe causar más preocupación es cualquier intento de modificar los requisitos para la membrecía como se ha establecido en Artículo I a fin de satisfacer condiciones locales o pasajeras. La presión para bajar las normas aumentará. ¿Qué en cuanto a los hijos de los miembros de la iglesia? ¿Qué de la esposa o marido de un miembro de la iglesia? ¿Qué de la congregación tipo comunidad? ¿Cómo negar la membrecía a quien quiere servir? ¿Qué hay de "estas ideas un poco cerradas" que ahuyentan a la gente? Estas son las preguntas que a gritos piden respuestas. ¿Habremos de 9-3
permanecer fieles a las convicciones que dieron a luz al movimiento de la Iglesia Libre o volveremos a la vieja posición que dice que la membrecía en la iglesia ha de decidirse por el acto del hombre u hombres? Esta modificación fue en gran medida la razón del decaimiento de la temperatura espiritual y pérdida de pureza doctrinal en las iglesias de Nueva Inglaterra. Los padres peregrinos, enfrentaron el desprecio que la segunda generación mostraba por aquellos principios que les habían conducido a América, y con la esperanza de reforzar sus registros de membrecía, adoptaron en Massachusetts en el año 1662 lo que llegó a ser conocida como el "pacto a medio camino". Esa resolución modificó la necesidad de conversión como requisito de la membrecía en la iglesia, y aceptó dentro de la confraternidad de la iglesia a los que nunca había experimentado la regeneración. Esto se llamó también "membrecía por derecho natural". Transigir con la membrecía eclesiástica es una tentación siempre presente. Siempre debemos recordar que Dios tiene muchos hijos, ¡pero no tiene nietos! Esto, sin embargo, no debería llevar a los creyentes a evitar unirse a la iglesia. Las razones prácticas para unirse a una iglesia local han sido resumidas en nuestro folleto "Tú y Tu Iglesia" publicado por Free Church Publications. 1. Pertenezco a la iglesia por expresión de gratitud. Las bendiciones que han llegado a nosotros a través de la iglesia son inconmensurables. 2. Pertenezco a la iglesia por confesión de fe. 3. Pertenezco a la iglesia por expresión de necesidad. 4. Pertenezco a la iglesia por dedicación a una tarea. Se puede tratar de probar que uno puede ser cristiano sin unirse a una iglesia. La respuesta es ésta: Uno puede ser un mejor cristiano identificándose con la parte visible y local del cuerpo de Cristo sobre la tierra. El Nuevo Testamento se refiere a los que son columnas de la iglesia (Gálatas 2:9). Además, en Apocalipsis 3:12 el ser un pilar se ofrece como galardón por la victoria. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Una columna habla de fuerza y estabilidad. Algunos rehúsan ser columnas pero sirven de cuando en cuando, como puntales. Esto habla de apoyo provisional. ¿Cómo puede uno esperar que sea una columna en el templo del cielo alguien que nunca ha conocido la satisfacción profunda de ser una columna de la iglesia sobre tierra?
1. ¿Por qué esta declaración es importante? 2. ¿Cómo es que esta declaración afecta el funcionamiento de los ministros de la Iglesia? 3. ¿Cómo es que esta declaración es importante con respecto al procedimiento para membrecía en la Iglesia local? 4. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 9. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTICULO 10
Nosotros creemos:
Que Jesucristo es el Señor y cabeza de la Iglesia, y cada Iglesia local tiene el derecho, bajo Cristo de decidir y gobernar sus propios asuntos.
Artículo 10 Que Jesucristo es el Señor y cabeza de la Iglesia, y cada Iglesia local tiene el derecho, bajo Cristo de decidir y gobernar sus propios asuntos.
1 Tim 3 Titus 3 1 Peter 5:1-11 Matt 18:1-20
Páginas 338 al 343 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) CAPITULO 16
III. LA IGLESIA LOCAL ES AUTONOMA
Creemos Que Jesucristo es el Señor y cabeza de la Iglesia, y cada Iglesia local tiene el derecho, bajo Cristo de decidir y gobernar sus propios asuntos. Artículo 10 El movimiento general de la Iglesia Libre se remonta antes de la Reforma, y puede ser rastreado hasta los tiempos del Nuevo Testamento. La Iglesia Libre, como se conoce hoy en día, nació no tanto como resultado de la Reforma sino como restitución, un sincero intento en todos los paises donde existe, de restaurar los principios y prácticas primitivas de la iglesia temprana. Es aquí donde la reforma y sus líderes fracasaron. Como un historiador (Franklin Hamlin Littel -The Free Church) declara: La Restitución era tan distinta a los planes de los reformadores como lo fue aquella sección de la cristiandad que se quedó obediente al Obispo de Roma... La venida de la Reforma no trajo, en resumen, ninguna declinación inmediata del concepto del Cristianismo corporativo, aunque introdujo en éste más divisiones abiertas. Tanto Lutero como Calvino pensaron en términos de instituciones religiosas y territoriales complementarias entre sí, y ambos se opusieron severamente a cualquier pluralismo o comunidades religiosas dentro de un territorio dado. El problema de asegurar la libertad de predicación, mantenimiento del orden en la iglesia, de provisión de un sistema de inspección, tuvo variadas respuestas de parte de los reformadores. Pero finalmente, todos ellos llegaron a la conclusión que la disciplina que se había de ejercer debía efectuarse de la antigua forma medieval a través de los magistrados, y no de algún modo "nuevo" prestado de la iglesia primitiva. Sin duda la iglesia en Jerusalén perturbaba a los reformadores. Zwingli y Calvino se inspiraron en la visión de la iglesia temprana, pero no se atrevieron a tomar los pasos hacia la Restitución radical... Un reformador tras otro, aunque tentado, tuvo que volver a la lógica del orden radical del Nuevo Testamento. Seguramente es incorrecto atribuir a cualquiera de ellos una actitud de voluntariedad religiosa. Difícilmente se les puede citar como partidarios de la libertad religiosa; y se horrorizaron por lo que implicaba la posición de la Iglesia Libre. (p.17-18) Fue en contra de las iglesias de la Reforma, fuertemente atrincheradas como Iglesias del Estado, que la mayoría de los movimientos de la Iglesia Libre moderna hicieron sus protestas. Se desarrolló una clase clerical muy similar a la clase sacerdotal del Romanismo. El ideal de una forma congregacional de gobierno eclesiástico no se realizó como resultado inmediato de la Reforma. 10-1
Una carta de un profesor de teología en Alemania en 1956, dicha y citada en las notas de pie de página de Littel: Yo descubrí que mi impresión previa era justificada, que todo el sufrimiento del Protestantismo alemán estaba arraigado en el mismo hecho de que desde el mismo inicio de la Reforma las iglesias se convirtieron en nada más que iglesias de los pastores. La misma iglesia que descubrió el sacerdocio de todos los creyentes nunca ha comprendido, hasta el día de hoy, cómo desarrollar un real sentido de responsabilidad en el laicado cristiano con colaboradores espontáneos en las iglesias locales. La autonomía de la iglesia ha sido por décadas el grito de guerra del movimiento de la Iglesia Libre. Pero muchos pasan por alto las dos limitaciones puestas en la iglesia local por la misma declaración que garantiza la libertad. Primero, Jesucristo ha de ser cabeza de la iglesia local. Como se ha mencionado ya, algunos de los que se quejan con más fuerza y por más tiempo sobre el peligro de interferencia de parte de los líderes denominacionales en los asuntos internos de la iglesia local, se oponen también, aunque no en forma tan abierta, a la autoridad de Cristo en la iglesia y en el individuo. Mucha de la desventura dentro de la iglesia no ha sido causada por la interferencia externa, sino por la indiferencia interna a los clamores de Cristo. No habría ningún cisma en el cuerpo si todos se dedicaran sin reserva a Cristo. La segunda limitación está en las palabras "decidir y gobernar sus propios asuntos". Esto debería incluir el llamado de pastores y otros obreros, el manejo de fondos, la aceptación, exclusión, y disciplina de los miembros. Pero todo esto cae en la categoría de "sus propios asuntos". Cuando llegamos a los asuntos pertenecientes a la confraternidad mayor, debemos obrar de acuerdo con las reglas de la mayoría de las iglesias. En el logro de los objetivos reportados anteriormente, las congregaciones se han puesto de acuerdo en trabajar juntas. Ninguna congregación tiene el poder del veto sobre las decisiones de la conferencia en estos asuntos. Si bien, bajo el sistema congregacional, ninguna acción de la conferencia es legalmente válida sobre una congregación local, sin embargo, es moralmente válida en tanto esté dentro de las áreas prescritas, a saber: entrenamiento y envío de obreros, establecimiento de escuelas, fundación de iglesias, publicación de literatura, y mantenimiento de instituciones benéficas. Esto nos retrae a la premisa original; a saber, que para que el movimiento de la Iglesia Libre tenga éxito ha de ser capaz de armonizar, mantener en debido equilibrio, la autonomía de la iglesia local por un lado y las responsabilidades para con la confraternidad mayor por el otro. Se buscó este equilibrio en todas las declaraciones tempranas de los concilios congregacionales. La declaración de Savoy contiene dos párrafos significativos que tienen que ver con la relación entre las iglesias: Así como todas las iglesias y sus miembros están comprometidos a orar contínuamente por el bien y prosperidad de todas las iglesias de Cristo en todo lugar y promoverlas en toda ocasión (Cada una dentro de los límites de sus Lugares y Llamados, en el ejercicio de sus Dones y Gracias), así las mismas Iglesias (cuando han sido sembradas por la providencia de Dios para que tengan oportunidad y ventaja para ello) deben tener comunión entre sí para su propia paz, aumento de amor, y edificación mutua. (Artículo XXV) En Casos de Dificultades o Diferencias ya sea en puntos de Doctrina o Administración, en donde a las iglesias en general o a una sola iglesia les concierna por su paz, unión, y edificación; o cualquier miembro o miembros de cualquier iglesia sean perjudicados en o por cualquier procedimiento de censura no conforme con la verdad y orden, es conforme a la mente de Cristo, que muchas iglesias que tengan comunión juntas se reunan por medio de sus mensajeros en un sínodo o concilio para considerar y dar su consejo en o acerca del asunto de diferencia, para ser reportado a todas las iglesias concernidas. Sea como fuere, estos sínodos así convocados no están investidos de ningún poder eclesiástico, propiamente hablando, ni de ninguna jurisdicción sobre las iglesias en sí mismas, ni de ejercer censura alguna sobre cualesquier iglesias o personas, ni de imponer su resolución sobre la iglesia u oficiales. (Artículo XXVI)
Esto sigue el patrón de Hechos 15 donde, aunque los representantes tomaban las decisiones, estos tuvieron que ser recomendados a la iglesia en Antioquía. La Declaración de la Unión Congregacional de Inglaterra y Gales en 1833 hace una manifestación similar:
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Ellos creen que es deber de las iglesias cristianas mantener la comunión unas con otras, abrigar un gran afecto unas a otras como miembros del mismo cuerpo, y cooperar para la promoción de la causa cristiana; pero que ninguna iglesia, ni unión de iglesias, tiene derecho o poder alguno para intervenir en la fe o disciplina de alguna otra iglesia, sino más bien deben alejarse de las iglesias que, en fe o práctica, se desvíen del evangelio de Cristo. (Artículo X) El Concilio de Iglesias Congregacionales formado en Oberlin, Ohio, en 1871 expresó la misma convicción. Ellos están de acuerdo en creer que el derecho de gobierno reside en las iglesias locales, o congregaciones de creyentes, quienes son directamente responsables al Señor Jesucristo, la Cabeza de la Iglesia universal; pero que todas las iglesias, estando en comunión unas con otras como partes de la Iglesia católica de Cristo, tienen deberes mutuos que subsisten en las obligaciones de confraternidad. Las iglesias, por ende, a la vez que establecen este Concilio Nacional (Iglesias Congregacionales en América) para la promoción de los intereses y obras comunes de todas las iglesias, ciertamente mantienen el derecho bíblico e inalienable de cada iglesia: su gobierno y administración propios; y este concilio nunca ejercerá autoridad legislativa o judicial, ni aceptará actuar como concilio regulador. Así, vemos que la independencia de la iglesia local y las obligaciones a la confraternidad, tal y como se proclaman en nuestra propia declaración, siguen una histórica tradición. Nuestros antepasados sacrificaron mucho para promover este principio. Este no puede mantenerse con la sola repetición de la declaración. Hay que creerlo de corazón y cultivarlo constantemente.
Esto es lo que creemos.
1. Explica lo que entiende con respecto al gobierno congregaciónal de la Iglesia 2. ¿Cómo es que tu entendimiento del gobierno congregacional afecta su práctica en el ministerio? 3. ¿Cuál es tu punto de vista de la relación entre la Iglesia funcionando como el Cuerpo de Cristo y el la organización gubernamental de cualquier congregación? 4. ¿Cómo es que Jesús ejercita su papel como Señor y Cabeza de la Iglesia? 5. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 10. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTICULO 11
Artículo 11 En la segunda venida personal, premilenial e inminente de nuestro Señor Jesucristo y esta "Esperanza Bienaventurada" tiene una influencia vital en la vida personal y en el servicio del creyente.
II Samuel 7:14 Isaías 2, 11, 65:17-25 Zacarías 14
Apócalypsis19, 20:1-6 1 Tesalonicences 4 1 Tesalonicences 5:2
Capítulo 31-34 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 345 al 372 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue) LA VENIDA DE CRISTO La idea de la venida de Cristo no era novedad para los pioneros. La verdad se había enseñado en la Iglesia Estatal. Cada
quien tuvo que aprender de memoria el credo apostólico en preparación para su confirmación. "Creo que Jesucristo ascendió al cielo, de allí ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos" no era sino otra declaración de una serie de vanas repeticiones. La posibilidad que semejante suceso ocurriera pronto era remota. Tampoco era algo para alegrarse de antemano -después de todo, si Cristo regresaba, sería para juzgar a los vivos y a los muertos. Esta era una verdad que uno debía temer en vez de favorecer. Sin embargo, aun en el país natal, una pequeña llama de esperanza se fue encendiendo en los corazones de estos futuros inmigrantes a nuestras playas a medida que empezaron a estudiar la Biblia. La venida de Cristo no sería sólo para juzgar; para el cristiano era una esperanza, una esperanza bendita, un evento muy deseado. De este modo, a los puntos principales de discusión -la forma y seguridad de salvación, el secreto de una vida victoriosa, la verdadera membrecía y propósito de la iglesia- en los grupos de oración y estudio bíblico, se agregó otra pregunta: ¿Qué es lo que nos enseña la Escritura sobre los eventos finales y la venida del Señor? Predicadores laicos se volvieron apasionados profetas que prevenían al pecador y reincidente, y exhortaban al santo a que se prepararan para el seguro y pronto retorno de Cristo. El asunto se encendió. Y, como incendio en la pradera, el nuevo interés por la escatología pasó con furor por los Estados Unidos y Canadá. Conferencias proféticas y campañas de avivamiento eran gemelos inseparables en el programa de la iglesia local y los esfuerzos unidos. Así nacieron nuestras iglesias en medio de este avivado interés por la doctrina de los eventos finales. Aun así, durante los días tempranos los detalles de la verdad dispensacional no estaban muy claros si entendidos después de todo. Esto se aprecia por las declaraciones doctrinales más tempranas. Nosotros creemos que Jesucristo, quien ascendió al cielo, vendrá otra vez en gran poder y gloria. Si bien los líderes más jóvenes en años más recientes se quejaban que tal declaración estaba incompleta, ella representaba un cambio tremendo de lo que se les había enseñado a los pioneros. Cristo no estaba regresando solamente para "juzgar a los vivos y muertos" sino con "poder y gloria". Aun cuando no existe ningún indicio en cuanto a cómo iba suceder la venida de Cristo, casi se puede sentir la seguridad y urgencia cuando uno considera los antecedentes y entonces lee la historia. El nuevo descubrimiento del retorno inminente eclipsaba cualquier consideración de detalles doctrinales. Pero mientras más estudiaban, más discutían; mientras más predicaban, más vieron en la Palabra de Dios respecto a los acontecimientos que conducirían a la segunda venida de Cristo. Hubo varios factores que eventualmente condujeron al 11-1
concepto dispensacional modificado (no confundirse con ultra dispensacionlismo) como se expresa en la declaración doctrinal que ahora se acepta. Primero, está el hecho de que los colonizadores y fundadores tempranos de nuestra obra salieron de los "lasare bevagelsen" (movimiento de lectores) los cuales pusieron gran énfasis en la lectura y estudio de la Biblia por cada cristiano. Ya no se satisfacían con un discurso cada domingo por la mañana sobre el texto del día como lo habían escogido los jefes de la Iglesia Estatal. En realidad, ellos se fueron con frecuencia desde el "hoi-messe" directamente a alguna casa o lugar de oración para pasar el resto del día del Señor escudriñando las Escrituras. Es sencillamente natural que les fuera arrojada luz sobre esta verdad así como de todas las demás. Segundo, en América hubo un despertar del interés por aquellas verdades vislumbradas por los grandes evangelistas usados por Dios en los avivamientos del siglo pasado. Tercero, la personalidad y persuasión de Fredrik Franson tuvieron mucho que ver con la actitud de nuestro pueblo. Sus conferencias misioneras eran también conferencias proféticas. La gran preocupación de su llamado a misioneros voluntarios era la urgencia de la hora. No sólo eran almas agonizantes, sino que el Señor venía. No se podía desperdiciar el tiempo yendo a la escuela para tener entrenamiento -un curso bíblico breve habría de ser suficiente ya que los "negocios del Rey exigían mucha prisa". El Evangelio había de predicarse hasta los extremos de la tierra. Cuarto, un libro en noruego por el Dr. Ludvig J. Pedersen, quien era presidente del seminario del grupo noruegodanés, portavoz destacado del grupo en ese campo, y mi propio "padre en la fe" ejerció mucha influencia. El libro "Visions of Patmos", una exposición del libro de Apocalipsis, fue puesto a la disposición de los noruegos y daneses en un tiempo cuando el material de lectura era muy limitado sobre el asunto. Quinto, en aquellos días los grandes hombres dedicados a la oratoria sagrada eran especialistas en la verdad profética. Gigantes tales como el Rev. N. W. Nelson, Prof. L. J. Pedersen, Rev. Gust F. Johnson, y el Dr. E. A. Halleen (por treinta años presidente de la Iglesia Evangélica Libre) atraían multitudes dondequiera que iban, especialmente cuando se anunciaba un tema profético. El énfasis total estaba tan íntimamente encadenado al avivamiento que sería difícil determinar si era la exposición de la Palabra y lo que ella enseñaba sobre los tiempos finales o el énfasis evangélico en los mensajes a los impíos lo que el Espíritu Santo usó más para incitar los corazones al arrepentimiento. Sexto, los eventos del día reforzaban la seguridad de los creyentes. Lo mismo daba si eran aceptados como cumplimientos actuales de profecía o evidencias de la probabilidad de su cumplimiento. Muchas veces se ha contado de cómo Fredrik Franson corrió por la calle a medio vestir para detener a un chico que repartía periódicos gritando, "¡Extra!." El quería ver si el nuevo titular era otro cumplimiento de una profecía. Sétimo, la publicación de un nuevo tipo de Biblia, con comentario y notas a la vez también tuvo su influencia. La Biblia Scofield, dado a conocer primero en 1909; siguió la interpretación dispensacional. El lector de la Palabra tenía constantemente las referencias cruzadas y sus notas consigo. Aun cuando se publicaban muchas Biblias con referencias cruzadas para guiar al lector en cuanto a encontrar el significado del texto, esta Biblia también presentaba una interpretación de su significado. Esto no se debería tomar como si quisiéramos decir que los líderes tempranos seguían la Biblia Scofield en todo detalle más o menos de lo que hacemos hoy. Uno de nuestros líderes declaró de modo terminante en contestación a un hombre que había dicho que la Iglesia Libre simplemente sigue a Scofield antes que a la Biblia en escatología: "mi querido hermano, el pueblo de la Iglesia Libre creía en tales cosas antes que existiera una Biblia Scofield." El que nuestros líderes pusieran una interpretación sobre las Escrituras sería contrario a todo el espíritu del movimiento. Sin embargo, ciertamente dio pie a muchos conceptos ya aceptados y, sin lugar a dudas, influenció mucho en la terminología específica adoptada para hablar o escribir sobre los eventos finales. Octavo, el factor final y principal fue la obra del Espíritu Santo dando luz a los corazones y mentes de los hombres. Esto es lo que creemos. Fue la convicción de los pioneros tempranos, y aquella convicción es igualmente positiva en los corazones de muchos hoy en día, que en estos últimos días Dios ha levantado heraldos de Su venida cuya tarea es pregonar por todas partes, "¡Viene el novio!". En muchas, sino en la mayoría de ocasiones, Dios ha tenido que usar a individuos y grupos que se han separado de aquellas secciones de los antiguos credos que pudieran haberles encadenado respecto a la pronta venida de Cristo. Algunos están tan ocupados con lo que los teólogos tuvieron que decir respecto a los eventos de sus días y la verdad eterna en relación a éstas, que se ciegan ante los eventos de nuestros días los cuales en sí debieran inspirar una re-evaluación de los credos antiguos en lo que estos tienen que ver con la escatología. En el proceso de limitar los credos y 11-2
retornar a la supremacía absoluta y suficiencia de las Escrituras, nuestros fundadores, y aquellos que vinieron después estaban propensos a las enseñanzas del Espíritu Santo en asuntos tocantes a nuestros tiempo -verdades que parecen haber sido o pasadas por alto o escondidas por siglos. Habiendo tratado de analizar los antecedentes, ahora procedemos a resumir los puntos de vista doctrinales sobre el retorno de Cristo. Se hace cuatro declaraciones positivas: - LA VENIDA DE CRISTO HA DE SER PERSONAL. - LA VENIDA DE CRISTO HA DE SER PREMILENIAL. - LA VENIDA DE CRISTO ES INMINENTE. - LA VERDAD DE LA VENIDA DE CRISTO ES UNA INFLUENCIA POSITIVA HOY. * LA VENIDA DE CRISTO HA DE SER PERSONAL *
Hay muchos que concordarían en que Cristo ha de retornar, de hecho ya está aquí. Las evidencias dadas son los tractores en las granjas, las lavadoras en los hogares, el día de trabajo de ocho horas, la semana laboral de cinco días, el movimiento hacia la no- segregación. La idea es que el espíritu de un gran hombre tiene influencia hoy al punto de motivar a la gente para buscar la paz mundial, ayudar a los no privilegiados, alfabetizar a las masas, y alimentar y dar atención médica adecuada a todo el pueblo. Aunque nuestro pueblo está consciente de las necesidades de la humanidad y ciertamente acepta la responsabilidad social, no lo consideran como señales del retorno ya realizado de Cristo. Para ellos, el retorno será en persona visible. Las palabras de los mensajeros celestiales que siguen inmediatamente después de la ascensión de Cristo son citadas frecuentemente en apoyo de este punto de vista. Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1:11)
* LA VENIDA DE CRISTO HA DE SER PREMILENIAL *
Algunos lectores desearían saber sobre qué se basa la modificación dispensacional, puesto que la palabra dispensación no aparece en el Artículo XI. Se basa, primero, sobre la tradición generalmente aceptada como se declara muchas veces en distintos escritos, pero además sobre la palabra premilenial la cual es parte de la interpretación dispensacional. Hay tres conceptos prevalecientes respecto al milenio: 1. El concepto pos-milenial sería sostenido en general por los liberales quienes creen que es tarea de la iglesia el "introducir el Reino" fomentando la rectitud cívica y paz mundial. La conclusión es que Cristo estará aquí de verdad cuando todo esto se haya cumplido. 2. El concepto amilenial sostiene que no existe algo como un período de paz de mil años en las Escrituras. Los que toman esta posición suscriben luego el primer artículo de nuestro credo relativo a la Biblia como "la revelación y autoridad final" de Dios, mas opinan que estas Escrituras al relacionarlas con los eventos finales habrían de ser tomadas espiritualmente y no literalmente. Este concepto está en armonía con el de los antiguos credos, a saber, como se ha anotado ya, el "Señor vendrá a juzgar a los vivos y los muertos". 3. El concepto pre-milenial acepta la interpretación literal de las Escrituras y mantiene que Cristo vendrá al final de un período de gran tribulación en la tierra para juzgar a las naciones, atar a Satanás, y establecer un reino terrenal por un período de mil años después del cual habrá un cielo nuevo y una tierra nueva. En este punto convendría recordar otra vez al lector que el propósito de esta presentación no es probar la validez de alguno de estos pronunciamientos, sino más bien, dejar constancia de lo que quieren decir y por qué fueron adoptados. Aunque hay una gran flexibilidad en ciertas áreas del pronunciamiento doctrinal, no hay cabida para diferencias sobre este punto. ¡Esto es lo que creemos! * LA VENIDA DE CRISTO ES INMINENTE *
No hubo ninguna disputa en los días tempranos en cuanto a lo que esto significaba. La inminencia del retorno de Cristo era sinónimo del retorno antes de la tribulación. Muchos preguntan, "¿Si los líderes tempranos mantuvieron el concepto pre-tribulacionista, por qué no lo dijeron?" Otra vez, es necesario volver al pasado y buscar aprender de las circunstancias bajo las cuales los conceptos fueron primero expresados. En aquel tiempo no había ninguna controversia sobre este punto. Prevalecía un concepto y no era necesario nombrarlo, el retorno inminente significaba el retorno antes de la 11-3
tribulación. De hecho, es sólo en décadas recientes, con la publicación de ciertos libros y un énfasis en ciertos seminarios, que se ha desafiado seriamente este concepto. Hay tres conceptos que se discuten hoy: 1. El concepto pre-tribulacionista sostiene que Cristo vendrá al comienzo de un período de siete años de gran tribulación sobre la tierra. Este será un arrebatamiento y no una revelación. Los creyentes vivos serán trasladados y los muertos en Cristo resucitarán y juntos se encontrarán con el Señor en el aire. Ellos serán eximidos de las tribulaciones que inundarán el mundo incrédulo. 2. El concepto mid-tribulacionista opina que el arrebatamiento ocurrirá en medio de los siete años. 3. El concepto pos-tribulacionista afirma que la iglesia pasará por la tribulación. Uno podría preguntar por qué podría haber alguna controversia. ¿Acaso no aceptan los tres las Escrituras? ¿No son evangélicos los tres grupos? Entonces, ¿por qué hacer rodeos sobre los detalles, especialmente cuando la declaración de la Iglesia Libre no menciona ninguno de ellas? La respuesta está en la declaración. Todo lo que suprime la inminencia del retorno de Cristo y la "incidencia vital" que esta verdad tiene en "la vida personal y servicio del creyente" contradice la declaración doctrinal. Esta esperanza, como nuestro pueblo la ve, es una "esperanza bienaventurada". No se espera el comienzo de una tribulación o fecha que tres años y medio desde ahora marcaría Su retorno o aun una aparición que dista, cuando menos, siete años todavía. Para ellos la llegada del Señor está a la puerta. Si estuvo a la puerta cuando se escribió el Nuevo Testamento, todavía más lo es hoy en día. La declaración más clara que apoya el concepto pre-tribulacionista fue hecha por el Prof. J. G. Princell en un sermón predicado a la Conferencia Profética Internacional celebrada en Chicago en 1886. Como director de la Escuela de la Iglesia Libre, él influenció en escatología a muchos, sino a todos los hombres que llegaron a ser los líderes del movimiento en los años más tempranos. En su mensaje, Esperando, Observando, y Obrando basado en Lucas 12:3-37, él introdujo su tema bosquejando su sermón. El texto -explicó él- sugiere (1) Espera paciente de la llegada del Señor, (2) Espera anhelante de Su retorno, y (3) Servicio fiel mientras llega el momento. Las observaciones del primer punto son tan importantes para determinar lo que pensaron y creyeron los pioneros que aparecen aquí por completo. Yo empezaré llamando la atención en la espera. La palabra "espera" para la cual hay varias palabras distintas en el hebreo y en el griego, es usada en la Biblia en el mismo sentido que se usa en el lenguaje común tal como "esperando lluvia", "esperando a un amigo", "esperando este o aquel cambio". Ahora, habiendo aludido lo que es "espera", preguntaré 'Según la Biblia, ¿qué hemos de esperar? No hemos de esperar la muerte. No hay en el Nuevo Testamento una sola exhortación para esperar o estar buscando la muerte. Muy al contrario, la muerte se considera siempre como una enemiga, como quien será destruida después que Cristo haya llegado. Verdaderamente, la muerte no puede hacer daño al verdadero creyente en Cristo, pero aún es un destructor, quien nos separa, y corta los nexos más tiernos. Cristo es el que une lo que propiamente debe estar junto. Algunos escritores exaltan la muerte; los escritores bíblicos se regocijan sobre la muerte: "Oh muerte ¿dónde está tu victoria?" Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?... A Dios gracias que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo". No hay nada inspirador en torno a la muerte; por cierto la muerte es una expiración, no una inspiración. Por otra parte, no hemos de esperar la conversión de todo el mundo a Cristo, ni siquiera la predicación total del evangelio por todo el mundo antes de la venida de Cristo. Esta idea, abrigada generalmente por la mayoría, esta basada en una lectura errónea de Mateo 24:14, "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" Seguro es que esto sucederá, pero Cristo vendrá antes que venga el fin, como se prueba claramente en 1Corintios 15:23-28. Entonces y no antes de eso, vendrá el fin. Para ese tiempo, por cierto "el evangelio del reino" habrá sido predicado a todo el mundo. Para ese tiempo se habrá cumplido la gran comisión: "Id y haced discípulos a todas las naciones". Para ese tiempo la gran promesa hecha a Abraham se habrá convertido en un hecho literal: "y serán benditas en tí todas las familias de la tierra". Estas y toda otra promesa y declaraciones similares de Dios serán ciertamente cumplidas; pero la dulce promesa de Cristo a sus acongojados discípulos precederá y antecederá a aquellas en su cumplimiento: "Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo". 11-4
Entonces, nuevamente, no hemos de esperar grandes trastornos o catástrofes en la naturaleza , señales extraordinarias y maravillas en el cielo, en el sol, luna, y estrellas; ni por sucesos excepcionalmente calamitosos en la tierra. Aunque tales cosas son pronosticadas por la maravillosa Palabra, y aunque, sin duda y sin falta, ocurrirán, no precederán a la venida del Señor con el propósito de reunir y tomar a Sí mismo Su propio pueblo para su protección y seguridad eterna. Escucha la palabra del Señor acerca de esto. En Isaías 26, después que el Señor ha hablado de la resurrección de los muertos de Su pueblo, El dice: "Anda, pueblo mío, y entra en tus aposentos, cierra tras tí tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él." De este escape del pueblo de Dios antes que uno sólo de estos golpes predichos haya de darse a esta vieja creación, testifican tanto Cristo (en Lucas 21:23) como Pablo (en 1Tesalonicenses 5:16-17). Además, no hemos de esperar una total reunión de Israel en su propia tierra, ni la caída del poder turco o mahometano, ni la reconstrucción del viejo Imperio Romano, ni, de hecho, ningún cambio político grande. Por lo menos la mayor parte de estos cambios pertenece a un tiempo subsecuente a la venida del mismo Cristo. Otra vez, no hemos de esperar la ascensión del Anticristo, con sus palabras mentirosas y maravillas. Ese personaje extraño y perverso, el mismo hombre de pecado, no se atreverá a levantar la cabeza mientras "la unción del Santo" esté aquí, según (1Juan 2:18-22), porque a través de esta unción los creyentes verdaderos "conocéis todas las cosas" concernientes a ese individuo execrable. Finalmente, no hemos de esperar aquella grande y general apostasía de la cual hablaron Cristo y Pablo (Mateo 24; 2Tesalonicenses 2), ni por aquella persecución espantosa y aquella tribulación horrible las cuales especialmente Jeremías, Daniel, nuestro mismo Señor, y Juan han pintado en colores tan sangrientos... La verdadera iglesia de Cristo especialmente aquella parte que viva sobre la tierra en el tiempo de la venida de Cristo, tiene la especial promesa de estar exenta de aquellas tremendas calamidades. Esta tiene la promesa del escape a todas estas cosas ya que serán "arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire". Ha de ser "guardado de la hora de prueba"; ha de tener "descanso" (no tribulación) cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de Su poder. Si fuésemos a esperar cosas tan terribles antes de la llegada de nuestro Señor, ¿Cómo podríamos "confortarnos unos a otros" con las palabras, "porque el Señor mismo con voz de mando descenderá del cielo"? ¿No debiéramos más bien desear dormir, morirnos, antes que suceda aquel evento terrible a fin de ser eximidos de entrar en aquel tenebroso remolino de desastres posibles a nosotros mismos y a otros? **** Así vemos por qué, o mejor, a quién hemos de esperar. Es a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el Novio de nuestras almas, nuestro hermano Mayor celestial, nuestro amigo más querido, el benefactor del mundo entero, el legítimo Rey de toda la tierra, el que pone fin a toda injusticia, pecado y miseria, el gran restaurador de toda la creación al orden, belleza y encanto ideales. Es a El mismo a quien hemos de esperar cada día y noche, y anhelar que llegue en cualquier momento. Verdaderamente hay una bendición rica y hermosa sobre todos los que aguardan sinceramente al Señor: "Bienaventurados todos los que confían en él" (Isaías 30:18). Algunas de las condiciones o requisitos previos más importantes de la verdadera espera son: (1) Conocimiento de Jesucristo y fe personal en El. (2) Conocimiento y fe real en lo que El y Sus testigos autorizados han dicho respecto de Su retorno. (3) Deseo y esperanza de este retorno. (4) Intenso amor a Dios como Salvador personal y Amigo. (5) Libertad de enredos con el mundo: sus caminos perversos, pensamientos, sociedades, sus negocios deshonestos, su religión egoista, farisaica y laodicense, y su política corrupta. Entre las razones para esperar la llegada de Cristo, se puede manifestar las siguientes: (1) Su propia palabra y las palabras de Sus testigos inspirados. (2) Lo que El ha hecho por el mundo, y por cada uno de nosotros personalmente, lo cual llegará a su madurez plena, perfecta, y perdurable sólo cuando El vuelva. (3) Su amor por nosotros y nuestro amor por El. Es bueno para nosotros que El esté con nosotros donde vivimos, y mientras vivamos, pero será mejor para nosotros estar con El donde El vive y mientras El viva lo cual es por siempre jamás. (4) Lo que El hará por nosotros y el mundo entero cuando El vuelva ¡Qué herencia recibirán y ocuparán entonces "los herederos de Dios y coherederos de Cristo"! ¡Que mejoramiento de todas las condiciones, todas las clases, todo lo social, religioso, político, material en toda la creación habrá entonces! Los buenos tiempos que los profetas presagiaron, y los poetas cantaron, entonces vendrá de veras.
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En su catálogo de las cosas que no estamos esperando, el Prof. Princell pone claramente que el retorno inminente de Cristo incluía un arrebatamiento pre-tribulacionista. En otro sermón predicado en una conferencia profética cinco años antes (esto sería antes de que cualquiera de los dos grupos de la Iglesia Libre naciera) el Prof. Princell en su mensaje Cristo, el Alfa y Omega, concluye con una clara declaración sobre el concepto pre-tribulacionista. Un asunto de muchísima importancia es si la venida de Cristo para recibir a Su novia será el mismo evento que Su venida con Sus santos. Si éste fuera el caso, debemos esperar primero la gran tribulación, el oscurecimiento del sol, la caída de las estrellas del cielo, y el estremecimiento de los poderes del cielo, antes que podamos esperar a Jesús porque dice, que brevemente después de la tribulación, dichas cosas ocurrirán y "Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria" (Mateo 24:30). Entonces los creyentes vivos pasarán por la perturbación anti-cristiana, entonces debemos esperar primero al Anticristo, el cumplimiento de la profecía incumplida, la predicación del Evangelio a todos los pueblos, y estas señales notables antes de poder esperar a Cristo en persona. ¿Pero tenemos razón de pensar así, según la Palabra de Dios? Tenemos que contestar, "¡No!" Las Escrituras dicen que las señales son para la venida de Cristo en poder y gran gloria, para Su venida con Sus santos; mas para nuestra reunión con El no se habla de ninguna señal. El mismo Señor descenderá con la voz de arcángel y la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero, entonces nosotros que estamos vivos y quedamos ascenderemos junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Esta es la reunión de los santos que tiene que ocurrir antes que el Señor venga con ellos. Después de esto viene la tribulación, señales, y la revelación del Señor, cuando será muerto el Anticristo. En Apocalipsis 19 y 20 se muestra una diferencia muy clara, y combinar la reunión de los santos cuando el Señor ni siquiera desciende a tierra, con la revelación, cuando todos los espíritus de la tierra gemirán, y cuando el Señor pondrá Sus pies en el Monte de los Olivos, y el juicio de los muertos, que se dice indudablemente ha de ocurrir mil años después de la primera resurrección -combinar todos estos es torcer e ignorar la Palabra de Dios. Se sostiene que prestar atención a la Palabra profética daña. Por supuesto que lo hace, si la venida de Cristo se toma para implicar muerte, o si todos estos eventos son presentados como recurrentes todos a la vez, o de manera que vuelva los ojos sobre la tierra, con la cual no tenemos nada que ver hasta que nuestro Señor y Salvador haya tomado posesión de ella. Pero hacer caso de "la palabra segura de profecía" como enseña las Escrituras no daña a nadie; no, al contrario, es el mismísimo medio por el cual nosotros seremos preservados a través de los tiempos peligrosos y cambiantes. Pero, para entender correctamente la profecía, es necesario comprender la clave de ella. Y esta clave yace en la iglesia. La iglesia es la compañía separada, separada del mundo, fuera del mundo, ciudadanos del cielo. Arrastrarla a tierra es separarla de la Cabeza y arrastrarla por la inmundicia que será desechada. La iglesia será en la tierra como era Jesús; mas ella está inscrita, escrita, en el cielo; está ubicada como co-heredera en el cielo; no esperará tener un lugar de prominencia, sino será como Jesús, en debilidad, despreciada, odiada, perseguida, calumniada, y blasfemada. Ella estará siempre vigilando y esperando, y rogando para poder escapar, ser arrebatada de lo que vendrá; y su esperanza es celestial. Apoderarse del "misterio" de la iglesia es apoderarse de la clave de la profecía. Cuán importante es pertenecer a esta iglesia, a la cual el Señor llama Su novia, la cual ha recibido la promesa de compartir la gloria con el Hijo de Dios. Y si Jesús viniera en las primeras horas de la noche o en la noche, tantos como pertenecieran a Su iglesia serían alzados inmediatamente más altos y recibirían sus derechos como su novia. Oh, amigo mío mantén esa esperanza, purificate tú de toda contaminación de la carne y del espíritu, así como Jesús es puro. Y tú que no tienes esta esperanza, huye de estos peligros y corre a la cruz -¡el observatorio del cristiano! Ven a Cristo, que fue crucificado y resucitó por tí. Y si vienes a El, no importa cuán débil estés, podrás levantar la cabeza con coraje y contemplar el futuro. Y si El viniese esta noche, podrás cambiar tus sandalias y pondrás tus pies sobre calles de oro, con una palma en tu mano. Cambiarás la espada por la corona de la victoria, la fe por la vista, el traje de viajero por la túnica blanca; lo corruptible por lo incorruptible, tus pesares por el gozo sempiterno. Oh, ¡hermano, hermana, ponte este yelmo de bienaventuranza porque recibirás poder para confesar el nombre de Cristo a una generación impía. ¡Levanta tu cabeza! No les queda bien a los cristianos ir cabisbajos porque viene un gran día para ellos. Después de todo, ¿para qué sirve nuestra Biblia si no conocemos su contenido? 11-6
El Dr. L. J. Pedersen, presidente de la Escuela de la Iglesia Libre Noruega, expresa un concepto similar en su libro Syner fra Patmos (Visiones de Patmos) en su introducción a una exposición de Apocalipsis 4. Aquellos que sostienen la interpretación histórica, a saber, que esto es historia y ya ha ocurrido, creen que los eventos registrados desde Capítulo 4 y continúan por el libro de Apocalipsis ocurrieron un poco después de la ascensión de Cristo. Ellos quieren decir que el simbolismo del libro meramente ilustra lo que ocurrió en el comienzo de la época de gracia. Pero tener este entendimiento no es mejor que no entender nada en absoluto puesto que no responde a las preguntas que se presentarán aquí. Los que sostenemos una interpretación profética queremos decir que esto es profecía -que los eventos registrados esperan su cumplimiento. Hasta aquí en nuestro estudio de los primeros tres capítulos, vemos las grandes escenas que pertenecen a esta época. Estos son historia. La iglesia, simbolizada por la siete congregaciones pertenecen al escenario terrenal y el Hijo del Hombre es el Hijo de Dios caminando en medio de la iglesia sobre la tierra. Pero ahora la escena cambia, se mueve desde la tierra al cielo. El Apóstol Juan ve una puerta abierta en el cielo y oye la invitación "Sube acá", y pronto es transportado en el Espíritu. Este arrebatamiento trajo como resultado nuevas revelaciones y así comienza una sección nueva del libro cubriendo "las cosas que han de suceder después de éstas". Estas serán en el futuro. El arrebatamiento de Juan parece servir como una ilustración del arrebatamiento de los creyentes. Juan simboliza a la iglesia que es arrebatada en el cielo en el momento de la venida de Cristo. Hablamos frecuentemente de este evento y promesa preciosa en 1Tesalonicenses 4:17-18 -Luego nosotros los que vivimos, lo que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Una prueba de la exactitud de tal consideración se encuentra en el uso de la palabra "iglesia". Se menciona veinte veces en los primeros tres capítulos. Pero desde allí hasta el final del capítulo 19 no se menciona una sola vez. Durante el período entero cubierto por estos capítulos (4 al 19) la iglesia parece haber desaparecido y nosotros creemos que ella está protegida en el cielo, habiendo sido arrebatada por "una puerta abierta en el cielo". Los creyentes no son un pueblo avanzando adelante con sus ojos sobre el sepulcro, ellos miran hacia arriba esperando la apertura de esa puerta en el cielo. Y aun si fuera que, como dice el Dr. A. J. Gordon, al caminar mirando lo sublime tropezáramos con un sepulcro abierto, gritaremos en triunfo: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?"
El Dr. E. A. Halleen expresó un concepto muy parecido en un artículo que aparece en el Beacon-Evangelist (enero 2, 1951). Este evento glorioso (el arrebatamiento) acontecerá antes de la tribulación (1Tes.1:9-10) "...Y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera." Esta ira está aguardando a todos los que no están listos para la venida del Señor. Es la ira de Dios sobre todos los que rechazan a Jesucristo en la dispensación de la gracia. El creyente está a salvo de la ira. "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo". Aquí salvación se refiere a la salvación completa; por ejemplo, la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23), y es por la venida del Señor Jesús. Por tanto, el verdadero creyente está alejado completamente de la presencia del pecado y de la esfera en la cual la ira de la tribulación será derramada, a saber, sobre todos los habitantes de la tierra. El alcance de la ira culminante de Dios, en lo que concierne a la tierra, es descrito por el amado Apóstol (Apocalipsis 19:15) con estas palabras, "De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Otro líder prominente, el Dr. Gustav Edwards, quien sirvió por muchos años como presidente del Instituto Bíblico de la Iglesia Libre y Seminario en Chicago, apoyó el concepto pre-tribulacionista como señala en su folleto "Christ Meeting the Church in the Air" (La Reunión de Cristo y la Iglesia en el Aire). El breve capítulo titulado "¿Es el Día de Venganza de Dios para la Virgen Pura o Escapará la Iglesia?" revela su punto de vista.
Hay sucesos en la historia de la humanidad que proyectan sus sombras sobre los eventos finales. Esas consumaciones finales son especialmente la aparición regia del Rey en poder y gloria. Cristo habla de estos sucesos 11-7
y los llama "principio de dolores" (Mateo 24:8). Pueden llamarse las señales de los tiempos como una indicación de lo que el futuro de un cierto período tiene en reserva. Cristo mencionó también "la gran tribulación" (Mateo 24:21), la cual es parecida a la venganza de Dios, o Su indignación. Esta vendrá sobre todas las naciones que estarán reunidas para la gran batalla de Armagedón (Isaías 34:2-8) donde también se le llama "la venganza de Jehová". Su indignación será hacia Sus enemigos (Isaías 66:14); Su ira hará temblar la tierra, y las naciones no podrán esconderse de Su indignación (Jeremías 10:10). Sin embargo, durante este período un remanente de Israel será salvo (Isaías 26:20). En Apocalipsis 12 se refiere a Israel como una mujer que escapará de la ira del dragón a un lugar preparado por Dios (v.6,14); por ejemplo, las cámaras, por mil docientos sesenta días o tres años y medio. Los ángeles reunirán a los escogidos del Señor (Mateo 24:31). La venida de Cristo por la virgen pura, la verdadera Iglesia, es para llevársela alejándola así de la ira. El día de venganza no puede comenzar hasta que Su amada sea llevada a casa. La limpieza, purificación, "limpieza de la casa", de Dios es pospuesta hasta que la Iglesia esté en gloria. Sus modos y métodos de purificar Su Iglesia ahora no son mediante la ira, venganza o indignación. Los creyentes verdaderos son purificados por la sangre de Jesús, el Espíritu Santo, la Palabra de Dios y la corrección. La purificación y corrección son usadas por Dios para que podamos ser participantes de su santidad (Hebreos 12:10). No ha de confundírsele con la venganza de Dios. Además de los testimonios del Antiguo Testamento de cómo Dios ha salvado remanentes fieles de cuando en cuando, hay varios pasajes en el Nuevo Testamento que atestiguan el mismo hecho que Dios va a salvar a la Iglesia de la ira venidera. Lean y estudien cuidadosamente los pasajes bíblicos siguientes: Juan 3:18, 5:25; Romanos 2:5, 5:9, 8:1; Efesios 2:3; Filemón 3:20; 1Tesalonicenses 1:10; 5:9; 2Tesalonicenses 1:7-9; Judas 14,15; Apocalipsis 3:10, etc. Estos claros, fuertes y poderosos pasajes de la Palabra de Dios deben significar algo y nosotros haremos bien en respetarlos, escucharlos y creer en Su Palabra. El ha dicho y eso no puede ser cambiado, "para siempre, oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos". Es evidente según estos sermones y artículos que los líderes de ambos grupos no sólo siguieron una interpretación dispensacional de las Escrituras en lo que se relacionan con la doctrina de los eventos finales, sino que creyeron en el retorno pre-tribulacionista de Cristo. Se debe admitir que es posible sostener el concepto pos-tribulacionista y todavía creer en la inminencia del retorno de Cristo dado que no se puede determinar exactamente cuando empiezan los siete años de tribulación. Ellos dirían: "Podríamos estar ahora mismo en la tribulación y nadie sabría cuándo comenzó y ¿cómo puede él conocer el momento exacto del arrebatamiento?" Sin embargo, así como los estudiosos de la profecía en la generación anterior estaban prestos a señalar a cualquier dictador como el posible Anticristo, bien puede redundarse en similar especulación en lo que se refiere al inicio de la tribulación. Sin tratar de ser dogmático donde la declaración doctrinal no lo es (como en el caso de pre-milenialismo) se debería reiterar: 1. Que los líderes y el pueblo de la Iglesia Libre han mantenido a través de estos más de setenta años que la inminencia del retorno de Cristo era un evento incierto bajo una posición pre-tribulacionista. 2. Que cualquier concepto, fuere aceptado o no en la Iglesia Libre, que elimine la urgencia -la posibilidad del retorno de Cristo hoy y la convicción de que sea no sólo posible sino probable- es contrario a la posición de la Iglesia Libre sobre la escatología. ¡Esto es lo que creemos! * LA VENIDA DE CRISTOES UNA INFLUENCIA POSITIVA HOY *
Esta tiene "una incidencia vital en la vida personal y servicio del creyente". La fe en el seguro y pronto retorno de Cristo no fue considerada como una suerte de símbolo de posición. Nadie tomó la posición de que había llegado a mayores profundidades de espiritualidad o mayores alturas de conocimiento espiritual simplemente por tener este concepto. Pero tuvo y ciertamente tiene una relación directa con la pureza de vida y urge ncia de servicio. No ha de ser causa de división o base para controversia. No es simplemente un asunto de registro sino un modo de vida. 11-8
Este concepto encuentra en el retorno inminente de Cristo uno de sus estímulos para la ética cristiana. Ve en cada promesa de la venida de Cristo una responsabilidad correspondiente. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. (1Juan 3:2-3)
Este concepto también provee un espíritu de urgencia en el servicio. Por supuesto, el motivo es el amor a Cristo; el poder está en la perdurable presencia del Espíritu Santo. Pero la urgencia radica en la verdad que Cristo puede venir hoy. No se debe dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. ****
Hay una pregunta final que debiera contestarse antes de completar la discusión de este artículo. "Si la Iglesia Evangélica Libre permite diferencias de opinión en áreas tales como la predestinación, bautismo, etc., ¿por qué es tan dogmática en el tema de la segunda venida?" Se debe tomar en cuenta dos razones. Mientras que en las áreas arriba mencionadas ha habido una diferencia entre los teólogos a través de los siglos, esta posición escatológica es de tiempos recientes. Es verdad que ha habido siempre una clara expresión en cuanto a la creencia en el retorno de Cristo. Sin embargo, éstas eran generales y no incluían ninguna referencia a asuntos concernientes a la profecía y los detalles de las "últimas cosas". Las declaraciones de los primeros credos no dejan de repetir la declaración del credo apostólico. También ellas (las iglesias) enseñan que, en la consumación del mundo (el último día), Cristo aparecerá para juzgar, y resucitará a todos los muertos, y dará vida eterna y gozo sempiterno a los piadosos y elegidos, pero condenará a tormento perpetuo a los impíos y a los demonios. Ellas condenan a los anabaptistas quienes piensan que la condenación de los hombres y los demonios será el fin de los tormentos. Condenan también a otros, quienes ahora difunden opiniones judaicas, que antes de la resurrección de los muertos, los piadosos ocuparán el reinado del mundo, y los impíos serán eliminados por todas partes. Sólo los santos, los piadosos tendrán un Reino terrenal y exterminarán a todos los impíos. (Confesión de Augsburgo, 1530 D.C.) Dios ha señalado un día en el cual él juzgará al mundo en justicia por Jesucristo, a quien todo poder y juicio es dado del Padre. En aquel día, no sólo los ángeles caídos serán juzgados, sino que asimismo todas las personas que hayan vivido sobre la tierra aparecerán ante el tribunal de Cristo, para rendir cuentas de sus pensamientos, palabras, y hechos; y para recibir según lo que hayan hecho en el cuerpo, sea bueno o malo ( Confesión de Westminster , Capítulo 33, párrafo I) El propósito de Dios de señalar este día es para la manifestación de la gloria de su misericordia en la salvación eterna del elegido; y de su justicia en la condenación del reprobado, quien es perverso y desobediente. Porque entonces el justo irá a vida eterna y recibirá aquella plenitud de júbilo y frescor que vendrá de la presencia del Señor; mas el impío quien no conoce a Dios, y no obedece el evangelio de Jesucristo será arrojado al tormento eterno, y será castigado con destitución eterna de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (Capítulo 33, párrafo II). Como Cristo nos tuviera bien persuadidos que habrá un día de juicio, tanto para disuadir a todos los hombres del pecado como para la mayor consolación del piadoso en su adversidad, así él hará de aquél un día desconocido para los hombres, a fin de que se quiten la seguridad carnal y estén siempre alertas, porque desconocen a qué hora vendrá el Señor; y puedan estar siempre preparados para decir, Ven, Señor Jesús, ven pronto. Amén. (Capítulo 33, párrafo III) Ellos creen que Cristo finalmente vendrá para juzgar a toda la raza humana según sus obras; entonces los cuerpos de los muertos resucitarán; y que, como Juez Supremo, separará al justo del impío, recibirá al justo para "vida sempiterna", pero enviará al impío al "castigo eterno". (Unión Congregacional de Inglaterra & Gales, 1833 D.C.) Las declaraciones bautistas más antiguas siguieron en su mayoría la Confesión de Westminster en este respecto: Nosotros creemos que el fin del mundo está cercano, que en el día final Cristo descenderá del cielo, y resucitará a los muertos de sus sepulcros para la retribución final; que entonces sucederá una separación solemne; que los impíos serán adjudicados al castigo interminable, y los rectos al gozo interminable; y que este juicio fijará por siempre jamás el estado de los hombres en el cielo o infierno, sobre principios de rectitud". ( La Confesión Bautista de New Hampshire, 1833, párrafo XVIII). 11-9
Nosotros esperamos del cielo a nuestro Salvador Jesucristo, quien cambiará nuestro cuerpo de humillación y lo conformará a su propio cuerpo de gloria; y creemos que en aquel día, los muertos que estén en Cristo, saliendo de sus sepulcros en obediencia a su voz, y los fieles vivientes sobre la tierra, todos transformados por su poder, serán arrebatados en las nubes para unirse a él, y así estaremos siempre con el Salvador. ( Confesión de la Iglesia Evangélica Libre de Ginebra, 1848, párrafo XIII) Es interesante notar que la declaración previamente citada es una de las pocas que se aproxima a nuestro presente concepto sobre el asunto del arrebatamiento. Cristo ciertamente resucitó de entre los muertos, y tomó otra vez su cuerpo, con carne, huesos, y todo lo perteneciente a la perfección de la naturaleza del Hombre; con lo cual ascendió al cielo, y allí se ha sentado, hasta que vuelva para juzgar a todos los Hombres en el día final. (Treintinueve Artículos de la Iglesia de Inglaterra, Revisión Americana, 1801, Artículo IV). La mayoría de los credos siguen el mismo modelo general. Aparentemente no había ningún ningún interés en la posibilidad posibilidad del renacimiento y restauración de Israel en Palestina y otras señales tales que pudieran indicar que el retorno de Cristo estuviera más cercano que nunca. Aun cuando existiera un interés interés en la posibilidad de un reino terrenal (milenio) (milenio) la Confesión de Augsburgo prácticamente la descarta como propaganda judaica. Es solamente durante durante los años recientes que el grito grito renovado, "He aquí, El viene", viene", se ha oido en la tierra. Por consiguiente, consiguiente, no cae dentro de la misma categoría tradicional como el resto. La Iglesia Libre nació en medio de este avivado avivado interés y certeza. Está convencida de que estos estos son los últimos días y que fue dada a luz "para un tiempo como éste". El concepto refleja el tiempo en el cual ella se inició y las actitudes actitudes de los líderes evangélicos durante durante los años de su existencia. Aun cuando voces nuevas exijan un evangelismo nuevo y revaloración de la enseñanza perteneciente a la escatología, escatología, la declaración de la Iglesia Evangélica Libre continuará hasta no reflejar más el concepto de la mayoría. mayoría. ¡Esto es lo que creemos! creemos! El hecho de que el concepto dispensacional de la Escritura, especialmente en lo que se relaciona con los últimos días, no sea el concepto histórico de la Iglesia Iglesia a través de los siglos no desacredita la interpretación. interpretación. La primera pregunta, basada en esta instancia en el Artículo Artículo I, no es "¿Es histórica?" sino más más bien, "¿Es bíblica?" La prueba histórica crearía crearía problemas en muchas áreas. Por ejemplo si el carácter carácter histórico hubiera hubiera de determinar la validez doctrinal, habríamos habríamos de creer en la regeneración bautismal puesto que, como ya se ha dicho, aquél era el concepto ampliamente sostenido durante las pasadas centurias. Recientemente el concepto dispensacional ha recibido ataques severos y hay muchos estudiantes sinceros considerando considerando una re-evaluación de sus conceptos. conceptos. Un argumento propone propone que éste no se halla en tiempos pos-apostólicos. pos-apostólicos. Con eso el dispensacionalista debe estar conforme, pero, ¿Por qué no retroceder a los tiempos apostólicos, esto es, antes de los tiempos pos-apostólicos? pos-apostólicos? Si bien no necesariamente presente presente en el segundo siglo, se cree que la enseñanza ha de encontrarse encontrarse en el Nuevo Testamento. Testamento. La doctrina, aunque aunque basada en la Escritura, se desarrolla desarrolla (ver Capítulo 3 - "La Defensa de los Credos") a través de los siglos, y ciertas verdades han sido observadas por otros énfasis y controversias presentes en el tiempo. Ya se ha admitido en la discusión sobre el contraste entre la estrechez aparente en este artículo comparada con la inclusión del artículo sobre el bautismo y comunión, que este sistema de interpretación es de origen reciente y que coincide con la historia de los movimientos de la Iglesia Libre. Asimismo debe notarse que la Iglesia Evangélica Libre parece haber venido al mundo para "un tiempo tal como éste". Eso es lo que creían los pioneros. Aunque la iglesia temprana creía en el retorno de Cristo e incluso -como está indicado en unos cuantos de los escritos más tempranos- guardaban alguna forma de sistema dispensacional, el interés renovado e inspirado en la Palabra profética y los muchos eventos durante estas generaciones se han combinado para impartir nueva luz sobre esta parte de las Escrituras. Los ataques sobre sobre el carácter histórico histórico del sistema pueden ser ser aplicados bien a otros otros dogmas de la fe. En otras palabras, ¿ha de ser descartado este concepto porque no es el concepto tradicional tradicional de la iglesia? Este mismo ataque podía hacerse contra el énfasis de Martín Lutero sobre "justificación por fe" y la enseñanza anabaptista del bautismo de creyentes. El pueblo de la Iglesia Libre había examinado examinado los conceptos "recibidos "recibidos por tradición de sus ancianos". Estaban listos a aceptar todo lo que podía ser probado por las Escrituras, sea que fuera el concepto histórico de la iglesia o uno de reciente origen o renovación. No pudieron hallar hallar ningún desacuerdo desacuerdo grande en este tema como en el caso de otros otros asuntos y así 11-10
aceptaron el concepto en la forma que se ha resumido en la breve declaración sin ceder mucho espacio para diferencias de opinión. Hubo un tiempo, sin embargo, en el que nuestro pueblo se preocupaba mucho más acerca de la inminencia del retorno de Cristo que acerca de los hechos respecto aquel aquel retorno. Sería trágico que el estudio de la profecía hubiera hubiera de volverse una arena de debate interminable en vez de incentivo para la pureza de vida, unidad de los creyentes y urgencia de servicio. Visitando a uno de los líderes nacionales pioneros en el Congo, me enteré de cuán lejos podemos andar del propósito original de la declaración; es decir, que era un incentivo para servir, etc. Su nombre es Prendo y es uno de los primeros convertidos del campo de la Iglesia Iglesia Libre en el rincón noroeste de lo que es ahora la República del Congo. Ahora un veterano en la obra, él continúa como líder y portavoz. Presentando al visitante visitante a la congregación en Libenge inmediatamente inmediatamente después de su llegada, Prendo explicó que le había preguntado al primer misionero en el campo cuando vendría "el jefe" del país lejano para inspeccionar inspeccionar la obra. A él le habían informado que que vendría un día. día. Entonces Prendo Prendo enumeró una lista lista de nombre de de personas prominentes que habían visitado el campo, incluyendo al director de una denominación hermana, un importante hombre de negocios, y el Secretario de Misiones en el Extranjero. Extranjero. Después cada uno, él dijo, "Pero él no era el jefe!" Entonces continuó, "Pero ahora el jefe ha llegado finalmente y nos queda esperar una sola cosa: la llegada de nuestro Señor". En una conferencia con este mismo hombre dije, dije, "Prendo, he oído mucho sobre Ud. y es un placer conocerlo". El replicó, "Y yo he oido muchas muchas cosas sobre Ud., Ud., y ahora tengo el gozo de ver su rostro. rostro. He oído muchas cosas cosas acerca de Jesús también, y pronto todos tendremos el júbilo de ver Su rostro". Aquí estaba un hombre de apenas una generación fuera del paganismo ¡con una fe viviente y expectante en el pronto retorno de Cristo! Ello me hizo volver a mi niñez y la memoria de los pioneros que no sólo tuvieron fuertes convicciones convicciones en cuanto a la verdad profética sino que estaban estaban anhelando y esperando Su llegada. llegada. ¿Podría ser que el nativo congolés tuviera tuviera ese corazón ardiente que habían perdido aquellos que les habían enviado el Evangelio por medio de los misioneros?
1. Explique su posición con respecto a la segunda venida de Cristo 2. Explique su posición con respecto al premilenialismo. Contraste este punto de vista con otras perspectivas con respecto al futuro 3. Explique sus puntos de vista con respecto a la Tribulación, y el rapto de la Iglesia. Contraste su punto de vista con otras perspectivas del tema 4. ¿Cómo es que entiende la “inminencia” en relación con la escatología bíblica? 5. ¿Cómo es que los puntos de vista acerca de las cosas futuras afecta la forma de vida de los que creen en Jesucristo? 6. Describa alguna otra cosa con respecto a sus convicciones personales relacionadas con esta doctrina
1. Hay que escribir tu tesis sobre el artículo 11. 2. Hay que enseñar Bienvenido a la familia a la iglesia.
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ARTIC ULO 1 2
N osotros creemos: creemos:
En la resurrección corporal de los muertos. Los creyentes gozarán de gloria eterna con Cristo, y los incrédulos serán condenados al castigo consciente del fuego eterno
Artículo 12 En la resurrección corporal de los muertos los creyentes gozarán de gloria eterna con Cristo, y los incrédulos serán condenados al castigo consciente del fuego eterno.
Rev 21:8
Capítulo 25 de “Doctrina Bíblica” de Wayne Grudem Páginas 372 al 386 de “Esto es lo que Creemos” de Arnold T. Olson (lo que sigue)
LA RESURRECCION Creemos que En la resurrección corporal de los muertos los creyentes gozarán de gloria eterna con Cristo, y los incrédulos serán condenados al castigo consciente del fuego eterno. Artículo 12 La declaración doctrinal en cuanto a escatología se refiere involucra dos secciones -la venida del Señor Jesucristo y los eventos directamente relacionados con eso y el futuro del hombre. En cuanto al futuro del hombre se incluyen tres hechos: - LOS CUERPOS DE TODOS SERAN RESUCITADOS. - EL CREYENTE ES DESTINADO AL GOZO ETERNO. - EL NO CREYENTE ES DESTINADO AL CASTIGO ETERNO. Creer en la resurrección futura del cuerpo ciertamente no es nuevo. En los credos más antiguos aparece, "Yo creo en la resurrección del cuerpo". El Credo Niceno no es tan específico, "Y espero la resurrección de los muertos". La declaración atanasiana, sin embargo, reitera la declaración del credo de los apóstoles, "A cuya venida todos los hombres se levantarán nuevamente con sus cuerpos". Es la creencia no sólo en la inmortalidad del alma sino en la resurrección real del cuerpo que hace único el Cristianismo. La convicción de que el alma continúa viviendo más allá de la muerte existía mucho antes del Cristianismo. La humanidad, incluyendo a los paganos, siempre ha creído en la continuidad de la vida después de la muerte del cuerpo. Los filósofos, Platón y Aristóteles, afirmaban que el alma del hombre existía más allá del sepulcro. Hay un deseo universal de existencia eterna en el corazón del hombre. Esta esperanza y fe se revelan aun en las tumbas de los antiguos paganos porque estas contienen no sólo los restos de un cuerpo sino utensilios y aun comida que pudieran ser usados en algún estado futuro. Era la creencia de los que vivieron en Egipto y Mesopotamia mucho antes que Abraham o Moisés. En los mismos escritos más antiguos disponibles a nosotros, lo encontramos como el dogma cardinal de las filosofías del Oriente. Los teólogos liberales pueden negar creer en el nacimiento virginal de Cristo, la resurrección de Su cuerpo y Su ascensión, pero persisten en la creencia de la inmortalidad del espíritu del hombre. Mas, aquí llegamos a la bifurcación de los caminos. Nosotros creemos no solamente en la indestructibilidad del alma humana sino también en la resurrección del cuerpo. Resurrección e inmortalidad, aunque relacionadas, son dos hechos separados. El concepto pagano del muerto es aquel de espíritus invisibles vagabundos moviéndose en un mundo de sombras. La creencia en la resurrección del cuerpo no proviene del razonamiento basado en el hecho de un anhelo universal o en las conclusiones de los filósofos sino más bien en la revelación divina. La verdad como fue proclamada por los apóstoles escandalizó a los que la oyeron por primera vez.
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Por cuando ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. (Hechos 17:31,32)
Aun los santos del Antiguo Testamento revelan que ellos creían en la resurrección venidera del cuerpo. Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. (Job 19:25,26) Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. (Isaías 26:19)
Jesucristo probó que esta fe no era en vano, primero por lo que El dijo y, segundo, por lo que El hizo. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz. (Juan 5:28)
Por actos de resurrección como en el caso de Lázaro, Cristo reveló Su poder y autoridad sobre la muerte. Sin embargo, fue por Su propia resurrección de entre los muertos que tenemos el supremo argumento para la creencia en una resurrección corporal. La tumba estaba vacía. El cuerpo, así como el espíritu, se había ido. El Cristo después de la muerte no fue simplemente un espíritu, una personalidad, sino un cuerpo resucitado. Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos. (Lucas 24:36-43)
El tratado más completo sobre la resurrección del cuerpo aparece en la primera carta de Pablo a la iglesia en Corinto, capítulo 15. En ella él arguye basándose en dos hechos básicos: la resurrección de Cristo y la evidencia de la naturaleza misma. El primero ya lo hemos mencionado. En la segunda fase del argumento él utiliza la ilustración de la semilla. Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente a de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. (1Corintios 15:35-44) De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. (Juan 5:25-29) Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. (1Corintios 15:20-24) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y 12-2
santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (Apocalipsis 20:4-6)
La declaración continúa para decir brevemente que el futuro para el creyente es brillante. Es un estado de gloria y gozo y su duración será eterna. Sobre todo, durará en la presencia del Señor. El Rev. N. W. Nelson, por muchos años uno de los predicadores prominentes de nuestra obra, solía decir, "¡Dejen que su imaginación se desenfrene cuando piensa en el cielo. No hay peligro de irse demasiado lejos!" La declaración total concluye en una nota sombría. "Creemos en la resurrección corporal... y del incrédulo, para juicio y castigo consciente y eterno". Si yo tengo algún pesar respecto al arreglo y redacción de los doce artículos tal y como han sido escritos o editados por el comité, es el hecho de que esta declaración gloriosa de fe termina con una nota de juicio. Siempre deseé que los dos destinos podrían haberse acomodado en otro orden a fin de terminar con una nota de triunfo -"gozo en el Señor". Pero entonces, aun el capítulo final de la Biblia, después de presentar las glorias del cielo, termina con una advertencia: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro. Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. (Apocalipsis 22:18-20a)
Uno debe declarar toda la verdad de Dios, y esto no puede hacerse sin una advertencia en cuanto a los juicios venideros, aun cuando el tema no sea popular. Aun aparte de la Biblia hay evidencias de juicio. Estas son la ley de la memoria, la ley del carácter y la ley de la conciencia. Muchas veces se cuenta cómo la memoria ha traido a uno el recuerdo de sus actos impíos en un momento de peligro mortal. El pecado deja su marca indeleble sobre la mente y alma del transgresor. La conciencia condena. Alguien ha notado que en la Biblia, mientras se refiere al amor de Cristo 28 veces, la indignación y cólera de Dios son mencionadas 61 veces. En el Nuevo Testamento aproximadamente un versículo de cada veinticinco trata de una u otra manera de la venida de Cristo, y en cada instancia se hace alguna referencia al juicio. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo. (Juan 5:22) Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. (Juan 5:26,27) Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. (Hechos 17:31)
No hay necesidad de dudar del fallo a pronunciarse. No ha de ser dejado a un jurado movido por la oratoria de un abogado o el sentimiento de algunos de sus miembros. La declaración basada en las Escrituras lo resume, "castigo conciente y eterno". No se llegó a esta conclusión sin tener discusiones en el comienzo. El Prof. J. G. Princell sostenía el concepto de que los impíos eventualmente serían destruidos por completo. Hubo algunos que estaban de acuerdo con él. Una carta dirigida al Evangelical Beacon , escrito por un laico y uno de sus amigos íntimos revela algo de esta actitud. Fue publicado en 1947: Mi objeción va a la frase, "juicio y castigo conciente y eterno", a la que se refieren a veces como tormento eterno. Puede haber algunos de nuestros pastores más antiguos que aún recuerden la dificultad en la asamblea anual de la asociación ministerial en Rockford hace muchos años, cuando el Prof. Princell fue atacado por su convicción sobre este tema. Yo no estaba presente, por ser laico, pero otros me contaron sobre las dificultades que casi obligaron a este gran hombre a salir de la Iglesia Libre. Mi opinión es que el alma que peque morirá, que la paga del pecado es muerte, no tormento eterno, aun cuando hay lugares en las Escrituras que contradicen aparentemente este concepto. De algún modo prefiero el primero y atribuyo los lugares que parecen contradecir este concepto a mi falta de conocimiento de los idiomas originales. El maravilloso versículo, Juan 3:16, me hace pensar que quienquiera que no cree, perecerá. 12-3
Me es muy difícil creer que Dios sería menos misericordioso que Hitler o Hirohito y sus seguidores. Hay una canción muy popular, "El amor de Dios", y las Escrituras hablan de Su amor como algo más grande que el de mi madre o padre. ¿Condenaría un padre amante a sus hijos, por más pecaminosos que fuesen, al tormento eterno? Yo creo en la justicia de Dios y que el pecado tiene que ser castigado, pero no tan brutalmente como pretenden algunos evangelistas bien conocidos. El castigo más severo del hombre es la muerte y nuestros jueces han tratado de hacer esa muerte tan rápida e indolora como sea posible. ¿Es Dios peor que los jueces humanos? Espero que semejante párrafo al cual me he referido sea eliminado de la declaración doctrinal en caso de que la Iglesia Libre adoptase un credo. El registro indica que a pesar de los conceptos del Prof. Princell sobre el tema, la Iglesia Libre de su día se oponía fuertemente a la doctrina. Dos incidentes son suficientes para revelar tal actitud. El primero fue una investigación de la cual informaron a la conferencia anual en Denver, 1905. Un rumor había divulgado por todos los comités que el Prof. Princell estaba enseñando la doctrina de aniquilación en el Instituto Bíblico. Los estudiantes presentes en la conferencia negaron con unanimidad el rumor. Su única referencia al tema había sido en respuesta a la pregunta sobre su convicción personal sobre el tema. Chicago-Bladet relató más tarde que un joven pastor de Nebraska había comunicado que el Estado entero rehusaría apoyar al Instituto Bíblico mientras que a los estudiantes se les estuviera enseñando la herejía. Tales rumores, cargos, tergiversaciones produjeron más tristeza en el corazón del profesor de lo que él quiso admitir. Después de su muerte se encontró entre sus papeles un artículo titulado "Expresión de Impresiones" que nunca fue publicado hasta que fue incluido en sus memorias ( Levnadsminnen, p.235-236). Después de dar sus impresiones de la ciudad de Denver y la iglesia local, él procede a informar acerca de la conferencia misma. Los negocios de la conferencia misma consistieron en informes, discusiones basadas en ellos, y resoluciones que salieron de ellos. Tanto las sesiones matutinas como las vespertinas empezaban con un buen período de oración y una breve lectura sobre algún tema que había sido sugerido -todo de una manera reverente y digna sin esfuerzo alguno de parte de aquellos que concurrían para "impresionar". Las primeras horas nocturnas y los domingos fueron dedicados exclusivamente a mensajes devocionales y de avivamiento espiritual, precedidas por media hora de canto, música y oración... Los sermones eran enérgicos y fervorosos, en su mayoría buenos, poderosos e inspirados por el Espíritu. Hay siempre algunas cosas extrañas y contradictorias que parecen suceder en las asambleas de nuestra Iglesia Libre Sueca, aun en las sesiones devocionales, como si la idea "libre" hubiera de ser enfatizada e ilustrada de esta manera. Un pastor predicó sobre "el infierno" en forma seria y humorística a la vez, lo cual demostró que ni él ni la audiencia que lo aprobó entendieron lo que implicaba. Otro habló sobre "evitar toda apariencia de pecado". Algo tan sensato y solemne como señalar el pecado de hacer chistes y burlarse de alguien fueron presentados de una manera jocosa y ridícula. Aquí están algunas de mis impresiones acerca de los informes, discusión y procedimientos similares. Los informes de los funcionarios, comités y secciones de la obra fueron bastante buenos, "a favor de la obra que fue representada" pero los contenidos no tuvieron nada de interés especial. Se usa mucho tiempo en estas asambleas -en realidad demasiado- discutiendo cosas triviales y ésta no fue una excepción. Algunos de los oradores repitieron una y otra vez sus intervenciones cuando tomaron parte en la discusión. Si ellos tuvieron algo que decir, no lo sé yo, y quizás nadie más lo sepa, lo cual me recuerda una de las anécdotas de Lincoln en los días cuando él ayudaba a operar las embarcaciones de los canales. Cada vez que uno de estos buques de vapor que iban y venían por el río Ohio (allá por años 1830) silbaba -y eso ocurría con frecuencia- perdía vapor; por tanto iba despacio y no podía llevar sino muy poca carga. La aplicación: ¡Silba menos y empuja más y llegarás más rápido! Esa es la impresión que frecuentemente recibo bajo circunstancias similares. El segundo incidente que revela la oposición a la doctrina de la aniquilación fue una resolución que se oponía al cargo que habían hecho a la Iglesia Libre diciendo que ella sostenía este concepto. Esta fue adoptada como sigue en una asamblea anual de la Asociación Ministerial. Nosotros, los miembros de la Asociación Ministerial de la Misión Evangélica Libre Sueca, convocados para nuestra asamblea anual en Minneapolis, Minn. Junio 29-30, 1908, deseamos presentar una protesta enérgica contra la acusación de herejía que aparece en el libro del pastor C. V. Bowman, "Los Amigos de la Misión en América" acerca de la Misión Libre. El autor dice en pg.264 de este libro: "Dentro del Pacto la creencia en el castigo eterno es del todo general. Dentro de la Misión Libre, por otro lado, la creencia en la aniquilación de los impíos es 12-4
generalmente difundida." Con el conocimiento que nosotros tenemos de nuestro campo y la gente con quienes trabajamos, nos consideramos a nosotros mismos más competentes y calificados para juzgar lo que generalmente se cree y lo que no se cree entre nuestros ministros y en nuestras congregaciones que alguien fuera de nuestra obra posiblemente pudiera ser. Según nuestra opinión decir que la creencia en la aniquilación de los impíos es diseminada en la Misión Libre porque ha habido discusiones animadas de estas enseñanzas entre nosotros sería también afirmar que el universalismo de Ekman es difundido en la Misión del Pacto en Suecia y aquí en nuestro país por haber pasado a ser conocido y discutido mediante varios libros y folletos. En general la doctrina de la aniquilación es considerada como una herejía entre nosotros. Una conferencia general de la Misión Libre se ha expresado a sí misma en contra de la doctrina y ha rechazado cualquier responsabilidad por tales enseñanzas. Semejantes enseñanzas son refutadas y nuestro pueblo es puesto en guardia respecto a ellas con tanta seriedad como se hace entre otros grupos. En vista de esto, nosotros consideramos que el autor nos ha tergiversado y ofendido groseramente. Reconocemos al autor como un hermano honesto y temeroso de Dios, por lo cual, confiamos en que él considerará que es su deber hacer la corrección necesaria. Esto revela un antecedente de lo más interesante a la adopción de la expresión "castigo conciente y eterno". Fue tomada de la declaración (Artículo 8) de la Asociación Ministerial (Sueca). El grupo noruego utilizó la expresión, "condenación eterna para quienes mueren en impenitencia e incredulidad." Actualmente no hay diferencia entre las dos pero aquella declaración revela la influencia tremenda del Prof. Princell. El murió en 1915 y aún, en 1947, inconcientemente o no, fue redactada una declaración que se opuso específicamente a su concepto. Por otro lado, esto también evidencia la firmeza con la cual el grupo mantuvo una creencia en el hecho del castigo eterno. A pesar de la brillantez del hombre y el hecho de que él dominara la forma de pensar de sus estudiantes en un grado mayor que la mayoría de los maestros, su concepto sobre el asunto no fue aceptado. De hecho, tan fuerte fue la otra convicción que realmente él acordó guardar su concepto para sí mismo. Aun cuando todas las declaraciones, como se ha enfatizado repetidamente en estos capítulos, han de basarse sobre las Escrituras, el concepto como se ha expresado aquí es también apoyado de otras maneras. El Dr. Wernher Von Braun, uno de los primeros científicos del mundo y líder en el programa de proyectiles y cohetes de América, hizo una observación informativa al "New York Herald Tribune". La supervivencia -la tuya y la mía y la de nuestros hijos- depende de nuestra adhesión a principios éticos. Sólo la ética decidirá si la energía atómica será una bendición terrenal o la causa de la destrucción total de la humanidad. ¿De dónde viene el deseo para la acción ética? ¿Qué es lo que nos hace querer tener ética? Yo creo que hay dos fuerzas que nos mueven. Una es la creencia en un Juicio Final cuando cada cual tendrá que rendir cuentas de lo que ha hecho sobre la tierra con el gran regalo de Dios, el de la vida. La otra es la creencia en un alma inmortal, un alma que acariciará el premio o sufrirá el castigo decretado en un juicio final. La creencia en Dios y en la inmortalidad, por lo tanto nos dan la fortaleza moral y la guía ética que necesitamos para virtualmente toda acción durante nuestras vidas diarias. En nuestro mundo moderno parece ser que la gente siente que la ciencia de algún modo ha hecho parecer extemporáneo o fuera de moda tales "ideas religiosas". Pero pienso que la ciencia tiene una auténtica sorpresa para los escépticos. La ciencia, por ejemplo, nos dice que nada en la naturaleza, ni aun la partícula más minúscula puede desaparecer sin dejar un vestigio. Piense en eso por un momento. Una vez que lo haga, sus pensamientos acerca de la vida nunca serán los mismos. La ciencia ha encontrado que nada puede desaparecer sin dejar un rastro. La naturaleza no conoce la extinción. ¡Todo lo que ella conoce es la transformación! Ahora, si Dios aplica este principio fundamental a las partes más minúsculas e insignificantes de Su universo, ¿No tiene sentido asumir que El lo aplica también a la obra maestra de Su creación -el alma humana? Yo creo que sí. Y todo lo que la ciencia me ha enseñado -y continúa enseñándome- fortalece mi creencia en la continuidad de nuestra existencia espiritual después de la muerte. Nada desaparece sin dejar un vestigio. 12-5