INFORME DE UNA MATANZA
PROLOGO “Dígale a Milton que lo busca Tilo”, le dijo el hombre con voz firme y no muy buena cara a la recepcionista recepcionista del 13-16, la sede central central del FMLN en San Salvador. Era la mañana del miércoles 27 de agosto de 2008 La recepcionista miró al hombre con alguna reserva, pues era evidente que estaba muy molesto. Era delgado y fibroso, vestía de manera humilde y tendría unos 53 años, “Fíjese que el ahorita esta bien ocupado porque estamos preparando el evento de la afiliación de Mauricio Fúnes al partido”, dijo la recepcionista. Eso a mi no me interesa, señorita, usted vaya decirle a Milton que lo busca Tilo, que quiere hablar con el y que es urgente”, insistió el hombre. La recepcionista vacilo “¿y de parte de quien viene usted, y cual es motivo de su visita?”, pregunto. “Dígale a Milton que vengo de parte de mis cuatro hermanos muertos en la guerrilla, guerrilla, pero principalmen principalmente te de mi Lucas,
y el motivo motivo el lo sabe
muy bien. Eso dígale nada mas”. Respondió el hombre. Ella entro a la oficina del secretario general del partido FMLN. Medardo González (comandante Milton Meléndez de la FPL durante la guerra civil). Mientras tanto un grupo de guarda espaldas de los dirigentes del FMLN. Comenzaron a desplazarse disimuladamente entrono al hombre que de inmediato detento el maniobra y, sin inmutarse les dijo. “A mi no van asustar con esos juguetitos. No les tengo miedo. Yo Combatí tanto ò mas que cualquiera de ustedes durante la guerra. La recepcionista regreso y dijo: “Dice Milton que en este momento no puede atenderlo, que le deje su teléfono que el va a comunicarse después”. El hombre ya no pudo contenerse y casi grito: Entonces dígale a Milton que el y Salvador
Sánchez Ceren son unos cobardes y que coman mierda. Dígale que me de la cara, y que me explique por que las FPL. Mataron a mi hermano Lucas, combatiente de las Fuerzas Especiales Selectas de la guerrilla allá en San Vicente”.
Semanas después, el hombre leyó en un periódico un editorial titulado; “Usted debe responder señor Sánchez Ceren”, en el que el autor de estas líneas aludía a varias de la ejecuciones sumarias realizadas por las FPL, en contra de sus propios combatiente, en el frente para central. Ethel Pocasangre Campos, (Crucita), y su hermana Isis Dagma, (Sonia), se integraron a las FPL en los años sesenta Ethel era Psicóloga y trabajaba en ala UCA, Isis era doctora en medicina, Tenia cabellos castaños y ojos claros, ambas fueron enviadas a la zona guerrillera de San Vicente. Los colegas alumnos y compañeros de militancia de Ethel la consideraban un ángel por su delicada belleza, su dulzura y su entrega a la lucha revolucionaria. Isis, por por su part parte, e, expo exponí nía a su vida vida en las líne líneas as de fuego uego para ara salv salvar ar la de los los combatientes heridos, Ethel fue acusada de traición por el mando den las FPL. En el frente para central, El 22 de septiembre de 1986, en un punto ubicado en el cantón San Bartolo, cerca del cerro Buena Vista, en la jurisdicción de san Vicente, propios jefes guerrilleros la amarraron y la tumbaron semidesnuda sobre un lodazal. Durante Durante varias horas la torturaron, golpeándola golpeándola con un garrote con un garrote de guayabo, mientras exigían que confesara y entregara a sus presuntos cómplices. Después fue ejecutada y enterrada en una fosa conjunto a otros quince combatientes acecinados de la misma manera ese mismo día. Isis se detecto quiste en las mamas estando en este mismo frente pero sus jefes le dijeron que se trataba mas bien de un problema ideológico, y que en realidad lo que tenía era miedo. Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente, y solo entonces la enviaron a cuba. El cáncer estaba ya demasiado avanzado y fue desahuciada. Murió en 1991. Antes la madre de ambas, dona Clelia campos de Pocasangre, tuvo noticias del asesinato de Ethel, y en 1987, le envió una carta al máximo comandante de las FPL. Salvador Sánchez Cerén, pidiéndoles una explicación y que entregara los restos de su hija. Hasta la fecha, Salvador Sánchez Cerén no le ha respondido. Isis tenia un hijo hijo que en el momento de su muerte, había cumplido tres años. Ese mucha muchach cho, o, que que ahora ahora estu estudi dia a ingen ingenier iería ía no conoc conoció ió a su padre padre Abrahá Abrahán n
Villalobos, (capitán Walter de las FPL), que murió en la guerra, ni tampoco a dos hermanos de Abrahán, Carlos y ramón también guerrilleros que fueron ejecutados por sus propios jefes de la misma manera que Ethel. Ese muchacho me ha conto como su abuela ya octogenaria, doña Clelia, ha sobrellevado en silencio dolor durante todos estos años, y que no quisiera morirse sin saber al menos donde poner una cruz para su hija Ethel. ¿Sera mucho pedirle a Salvador Sánchez Ceren, que ya si anteriormente no quiso dale explicación a esa madre, al menos le de ahora el consuelo de indicarle el sitio donde poner su cruz. Ese gesto humanitario es lo menos que se podría esperar de un candidato a la vicepresidencia de la República ¿O lo que habrá que esperar es que diga que, por escribir sobre este tema, yo también trabajo para la inteligencia enemiga y por tanto como traidor a la revolución en la cual milite, merezco el mismo castigo infligido a Ethel y a todos los infiltrados del frente para central? La historia de la la muerte de Ethel, y de muchos compañeros acecinados en las mismas circunstancias, esta registrada en testimonios, grabados en audio y videos de testigos protagonistas directos de aquellos acontecimientos. Cuando esa historia sea publicada pronto en forma de libro, por Centroamérica 21, esas grabaciones serán entregadas a Benjamín Cuellar, Director del Instituto de Derechos humanos de UCA. A Tilo se le nublaron los ojos y le temblaron las manos. Respiro hondo intento dominar el ebullición de sus sentimientos y volvió a leer varias veces el editorial en cuestión. Después. Tomo nota de la dirección electrónica que aparecía bajo mi nombre, y sin pensarlo mucho camino hasta el ciber café más cercano. Donde me escribió el siguiente correo: Busco Justicia, Estimado Giovanni, te saludo deseándote que te encuentres muy bien. Yo era obrero en la fabrica CORINCA, CORINCA, y en 1977, me organice organice en la FPL, junto con mis cuatro hermanos, todos combatientes. Tres de ellos murieron con las armas en las manos (Jorge, William y Samuel), pero te quiero de mi hermano menor, que tenia el seudónimo de Luca, que fue entrenado en Vietnam y fue uno de los fundadores de la Fuerzas Especiales Selectas, de la FPL.
Lucas se especializo como hombre rana, participo como buzo en la voladura del puente de oro. Pero lo que te quiero decir es que a mi hermano Lucas, como otros cientos de guerrilleros fueron acecinados por la dirección de las FPL, lo mataron junto a otros compañero de seudónimo Liebre allá en el frente Paracentral. De mi parte he tratado de buscar a Leonel ( Salvador Sánchez Creen), A Milton (Medardo rdo Gonzál nzále ez), a la Rebecona ona (Lor (Loren ena a Peña), a), a Dougl uglas Santamaría(Eduardo Linares), para que todos estos me den una explicación ò por lo menos que me diga en que lugar enterraron a mi hermano Lucas. Mi madre y yo, necesitamos una explicación concreta de donde lo enterraron para ver si podemos trasladar los restos si es que todavía existe, o ponerle una cruz en el lugar que fue acecinado. acecinado. Hoy es tiempo tiempo de que todos los que están implicados implicados en esos cobardes asesinatos le den la cara a todos los familiares de los compañeros acecinados. Mira Mira Giovan Giovanni ni yo fue combat combatien iente te estuve estuve en cuba especi especiali alizán zándom dome, e, fui instructor de la escuela militar que las FPL tenían en Managua, laguán Méndez, yo no les tengo miedo miedo y no boy a descansar ni un minuto hasta hasta que mendigan mendigan porque mataron a mi hermano Lucas y donde lo enterraron. Si podes ayudarme en la averiguación te lo boyé a agradecer. Mi seudónimo siempre fue Tilo, mi nombre legal es Mario Daniel Romero, y el de Lucas era José Amílcar Romero.
II Berné Ayala y yo teníamos ya casi tres meses de ver iniciado una exhausta investigación periodística sobre la matanza de guerrilleros, a manos de sus mismo Jefes, en el Frente Para central de las FPL, Berné fue guerrillero guerrillero en filas del partido comunistas, yo fui militante del ejercito revolucionario del pueblo. Un año antes, ambos ambos nos nos avia aviamo moss emba embarca rcado do a la avent aventura ura de edit editar ar un peri periódi ódico co digi digita tal,l, Centroamerica21, cuyo corazón seria y es, una sección de crónicas titulada partes de guerra. Nos apasionaba la idea de relatar sistemáticamente todo lo vivido, visto, oído, y sent sentid ido o por por nosot nosotros ros mism mismo o duran durante te el confl conflic icto to,, pero pero tamb tambié ién, n, sobre sobre todo, todo,
investigar investigar y ahondar en la experiencia experiencia de muchos de nuestros otros compañeros de las diferentes organizaciones que constituyeron el FMLN. Así fuimos reportando crón crónic icas as y repo report rtaj ajes es espe especi cial ales es sobr sobre e una gran gran div diversi ersida dad d de hech hechos os y protagonistas de la guerra civil. Así fuimos relatando batallas heroicas y perfiles de jefes y combatientes excepcionales por su humanismo y arrojo combativo. Pero también relatamos pasajes sórdidos vergonzantes en ls que se expreso a plenitud el lado oscura y la miseria humana que también tuvieron lugar en la guerrillas. En el curso de estas investigaciones fuimos descubriendo nombres, lugares, y hechos hechos inédit inéditos, os, y encont encontramo ramoss así mismo mismo una gran gran cantid cantidad ad de Mitifi Mitificaci cacione oness distorsiones distorsiones ocultamiento ocultamiento y llanas llanas mentiras mentiras en la narrativa de la historia “·Oficial” “·Oficial” de la guerrilla Salvadoreña. El primer y mas sobresaliente aspecto sentido la interesada sobre valoración del papel jugado por varios comandantes, en sentido inverso al ocultamiento ocultamiento ò indiferencia indiferencia ante las gestas reales protagonizadas protagonizadas por combatientes, combatientes, rasos, cuyos nombres y hechos han quedado en el olvido. Sobre Sobre todo todo eso eso fuim fuimos os hilva hilvanan nando do nuest nuestras ras crón crónica icass hasta hasta que que casi casi por por casualidad nos topamos con una pista inesperadas: entre 1986 y 1991, al interior mismo de las FPL, sin duda la mas grande y poderosa de ls organizaciones del FMLN, había tenido lugar un espantosa matanza de ser “Infiltrados del enemigo”. Vagam Vagament ente e comenz comenzam amos os a escu escucha charr de cien ciento toss de ejecu ejecuta tados dos po lapi lapidac dació ión, n, degollamiento ò garrotazos. Lo espeluznante de esas primeras informaciones nos puso en guardia de inmediato, pues sospechamos que se trataba, por lo menos, de una exageración. Sin Sin
emba embarg rgo, o, deci decidi dimo moss
inve invest stig igar ar esos esos hech hechos os..
Prov Provid iden enci cial alme ment nte e
enco encont ntra ramo moss algu alguno noss cont contac acttos que que nos pusi pusier eron on en rela relaci ción ón con con vario arioss combati combatient entes es y jefes jefes de las FPL relaci relaciona onados dos al frente frente paracen paracentra tral.l. Finalm Finalment ente e viajamos a la zona muchos veces, y ahí en el terreno, en los modestos ranchos campesinos de los antiguos guerreros del paracentral. Hoy olvidados y despreciados por la actual dirigencia del FMLN, escuchamos en palabras sencillas y directas los testimonios mas desgarradores que hubiéramos podido imaginar. A esos veteranos nadie les conto nada: ellos estuvieron en el lugar de los hechos, ellos vieron las ejecuciones, ellos conocen los nombres de las victimas y de
los asesinos. Sus testimonios apuntan irremediablemente a Salvador Sánchez Ceren como máximo responsable y autor intelectual de esas muertes. Es gente, que comenzó y termino la guerra, muchos de ellos militantes de las FPL desde inicios y mediados de los años setenta, habían guardado silencio durante todo este tiempo, y el solo recuerdo de aquella espantosa matanza de sus compañeros les quiebra la voz y les pone un brillo de dolor en sus ojos. Poco tiempo después de la firma de los acuerdo de Paz, Salvador Sánchez Cerén se atrevió atrevió a llegar a la Sabana, uno de los territorios territorios del para central. central. Allí se reunió lo que quedaba de las FPL en la zona. Cuando quiso tomar la palabra, un campesino ya maduro lo interrumpió y con voz firme dijo: _Antes que nada yo quiero pedirle una explicación, señor. Quiero que me diga por que mataron ustedes a nuestros hijos combatientes. Tilo Tilo,, un guerr guerrililler lero o del del parac paracent entra rall que que comba combatitió ó casi casi toda toda la guerr guerra a en Chalatenango, y que ahora dirige junto a otros veteranos una de las asociaciones mas importantes de lisiados de guerra, estaba junto a ese campesino, y nos cuenta: _Ese _Ese mome moment nto o fue fue impa impact ctant ante e para para los los que que está estábam bamos os allí allí,, porqu porque e ese ese hombre dijo en verdad lo que todos nosotros teníamos en la mente. Yo el nombre de ese compa no lo se, pero si me recuerdo que estaba bien encachimbado, y fue terminando de decir eso meneó el corvo contra los ladrillos. Al oír el chirrin-chirrin del corvo, la seguridad de Sánchez Cerén lo rodeo rápido y ahí nomas lo metieron al carro y se fueron. Ni una sola palabra lo dejaron decir esa vez. Allí también estuvo el capitán guerrillero Juan Patojo, quien nos confirmo esos hechos:
-Si esa vez estuvo perra la cosa. Si no se llevan a Sánchez Cerén a saber que hubiera pasado, porque la verdad es que toda esa gente estaba bien adolorida, si la cosa no paso a mas fue porque el comandante Giovanni y yo medio calmamos a la gente a como pudimos. Pero a otros que querían aplacar la cólera de la gente con paja s yo les dije: No jodan, hombre, si este problema no va a term termin inar ar
nunca nunca,, si no son perros perros los los que que estos estos hiju hijuepu eputa tass mata mataron ron.. Y andar andar..
Queriendo aplacar la rabia de esta gente con paja política es como quiere sanar un cáncer con una curita.
III Cuando recibí el correo electrónico de Tilo se me hizo un nudo en el corazón, porque precisamente uno de los testimonios más dramáticos que habían recogido un compa de labios del artillero Guayón, y del mísilero Edwin, era el del asesinato de Lucas, esta es la versión de Guayón: _Es que de repente empezaron a deshijar las unidades. Al pelotón de fuerzas especiales especiales le mataron la mitad. A un tal Lucas, que había sido jefe de seguridad del mando del estado mayor allá en Chalatenango, Chalatenango, conocido conocido de todos los comandantes comandantes de la FPL, mataron también. _ ¿Usted vio como lo mataron? _Es que yo llegue a donde lo tenían amarrado porque me mandaron a hacer una diligencia. diligencia. Y me ve Lucas y me dice: mira hermano como me tienen…le habían quebrado las dos patas y a puros garrotazos. A mi me dieron ganas de llorar al ver aquello. Guayón suspira fermente y sigue contando: Ya no tenia ni dinero el Lucas, todo lo habían desgraciado y les dice el: Si creen que soy enemigo mejor mátenme ya
CAPITULO UNO FERMÍN: “A GARROTAZO LOS FUERON A MATANDO” José María María Hernánd Hernández ez “(Fermí “(Fermín), n), un campesi campesino no oriundo oriundo del cantón cantón palo palo grande de Zacatecoluca, había ingresado a las FPL en 1978, y pertenecía al equipo de mando del destacamento destacamento numero tres del Batallón Batallón Guerrillero “Ernesto “Ernesto Morales”, Morales”, Basificado en tres calles, Usulután. A eso de las diez de la mañana del 22 septiembre de 1986, en uno de los campamentos insurgentes del cerro de la campana, en departamento de san Vicente el y tres de sus hombres (Juancito, Foxi y Raúl), fueron repentinamente capturados, desamados y amarrados por un grupo de sus propios compañeros dirigidos por Carlos, uno de los lugartenient lugartenientes es del comandante Mayo Sabrían Sabrían Jefe político-milita político-militar r del frente Para central de la FPL. “Todos ustedes están bajo investigación les dijo Carlos” y los condujo a un lugar solitario arbolado y rocoso del cantos San Bartolo. En el camino, Juanito le dijo a Fermín que quizá los iban a matar. _¿Por qué tuvo ese presentimiento Juancito don Fermín? _Porque ya estaban matando compañeros unos de los primeros fueron seis raditas que bajaron del Volcán Chichontepec a por el mes de julio. Y ya luego se comentaba en los campamentos que habían matado a fulano y a zutano y que decían que eran infiltrados del enemigo nos contaron que de un pelotón miliciano, unos treinta treinta hombres, hombres, solo siete siete se habían salvado. salvado. De allí allí a los días fue que que se llevaron a un compa de la unidad de nosotros, Wilber pico fino y lo mataron también. _¿Que paso entonces con ustedes? _Pues que llegamos a ese lugar que les digo, y allí fue que vimos que el capitán capitán Elmer, otros del grupo de mando de Mayo tenia amarrada amarrada a una compañera que se llamaba crucita. Estaba tirada en el suelo casi desnuda solo con un fustancito y el brasier, que me recuerdo que era negro y la estaban interrogando y golpeando con un gran garrote de guayabo, le decían que era infiltrada y que confesaran quienes serán sus cómplices dentro del frente. Ella les decía que eso no era cierto,
que ella era revolucionaria, y les suplicaba que ya no la maltrataran, pero entonces le pegaban mas duro. ¿Había mas gente en ese lugar? _Los que estábamos amarrados en éramos ocho, pero es que iban llevando a la gente por grupos. Además de nosotros cuatro, estaban crucita, chabela, y dos muchachas que eran hermana, hija de una tal marta, que era la mujer de un compañero que ya después de la guerra fue alcalde del Pisana. A ellas ya las habían torturado. _ ¿Y el problema con ustedes cual era? _El Mismo que decían de los infiltrados. Entonces agarraron a Juancito, y le dijeron que chabela, había confesado que también nosotros éramos del enemigo. Lo amarraron a un árbol a Juancito y comenzaron a interrogarlo le pegaban en todo el cuerpo con el garrote. Le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza y se la socaban con una pita por el pescuezo. pescuezo. El compa se ahogaba y ya cuando pataleaba todo morado, por la falta de aire le aflojaban la pita. Fermín se caya, toma aire y mira hacia otro lado para buscar mas en su memori memoria, a, y porque porque su pudor de viejo viejo guerrer guerrero o no permite permite que esos recuerdos recuerdos le quiebre la vos y se le conviertan en lagrimas. El no sabia entonces entonces crucita crucita se llamaba Ethel Pocasangre; que ella por 1979, habí había a sido sido miem miembr bro o de la comi comisi sión ón de naci nacion onal al de prop propag agan anda da del del BPR, BPR, la organización de mesas de las FPL; Psicóloga y había sido docente en la UCA, y que sus colegas, alumnos y compañeros de militancia la consideraban un ángel por delicada belleza, su dulzura y su entrega a la lucha revolucionaria. Su hermana la Doctora Isis Dagman (Conocida como Sonia Medico en la Guerrilla), Guerrilla), se detecto detecto quistes quistes en las mamas estando en ese mismo frente de guerra. Comunico Comunico la situación situación a los comandante comandante de la zona y estos le respondieron respondieron que eso era mas bien ideológico, que lo que en realidad miedo. Cuando el deterioro de sus salud era ya critico fue enviada a cuba para ser tratada clínicamente, pero ya la Metástasis cancerosa estaba demasiada avanzada y fue desahuciada. Isis Dagma, regreso a el Salvador y murió 1991.
Antes, la madre de ambas Doña Clelia Campos, supo vagamente cómo y en que circ circuns unsta tanci ncias as habí había a muert muerto o Ethe Ethel,l, y decid decidió ió envi enviar ar una una cart carta a a Salv Salvad ador or Sánchez Cerén (Comandante (Comandante Leonel González, González, Jefe máximo máximo de la FPL), pidiéndole pidiéndole una explicación y que por lo menos, le entregara los resto de su hija. Eso fue en 1987. Doña Clelia no había no había recibido ninguna respuesta hasta la fecha, y todavía ignora de lo restos de Ethel están enterrados, junto a los de sus otros compañeros, en una fosa común del ubicada en un Punto del cantón San Bartolo, cerca del cerro Buena Vista en la jurisdicción de San Vicente. “Cuando termine la guerra este pueblo va necesitar miles de psicólogos por tanto trauma que deja la violencia, ahí voy a tener otra tarea revolucionaria”, le dijo una vez Ethel a una amiga, que fue su alumna y que ahora trabaja en el instituto de Derec Derechos hos human humanos os de la UCA. UCA. Ethe Ethell se había había sumado sumado a las las FPL, FPL, junt junto o a su hermana, hermana, Isis Dagma. Ambas eran blancas blancas de cabellos cabellos castaños y de ojo claros. claros. Fermín continúa de pronto: _Cada ves que Juancito Juancito les decía que el no era enemigo y que no sabia nada de eso, mas le pegaban. Después lo amarraron juntándole las manos y las canias por detrás y lo colgaron en hacia de un palo de amate. Lo siguieron garroteando, quebrándole los brazos y las canias, y el compa clamaba a Dios y a su madre y cada golpe que le daban. Unos dieciocho años tenia Juancito, de ahí era de la misma zona de nosotros y era un buen combatiente. Fermín vuelve a hundirse en el silencio un largo rato antes de recomenzar: _Después agarraron a Foxi y lo empezaron a torturar le hicieron lo mismo que a Juancito y el tampoco que era enemigo. Ahí mismo lo mataron. Entonces llamaron a Raúl y el Capitán Elmer le dijo Ahí esta Foxi muerto, míralo bien, si no quieres estar así nos vas a decir todo, si confiesas te vamos a dejar ir del frente, así mismo con la Mayra. La Chávela dice que ella misma tedio un dinero, le dijo. Pero eso de la Mayra era una gran mentira. La verdad es que ya la había torturado y matado también. A mi nadie me dado dinero, le dijo el. Y ya le pusieron la capucha. _También lo mataron ahí.
_ No, como le dijeron que lo iban a dejar ir si confesaba, el dijo que si, que era cierto que la chávela le había dado cuatrocientos colones. Pero eso era mentira, porque chávela decía que trescientos le había dado. Entonces ya no lo golpearon y solamente lo dejaron ahí, y ya la cosa fue con migo: Aja Fermín, me dijo el capitán Elmer, me vas a entregar el correo que la chávela chávela te dio. A mi no me a dado ningún correo, le dije yo. Si acuérdese que se lo di, dijo la chávela. Elmer me dijo: deci la verdad, Fermín no te queremos quebrar las patas. Ya me habían amarrado al árbol yo. Sentía Sentía que me ahoga ahoga cuando cuando me apretaban apretaban la pita. pita. En una de esas que me quitaron la bolsa de la cabeza le digo a chávela: ¿Cuándo fue que me diste ese correo?, a principios principios de febrero dijo ella. ella. Eso me salvo. Ahí estaba estaba Carlos y le digo: Carlos, usted es testigo que yo me he pasado todo el mes de febrero allá en el volcán. Carlos se acordó que era cierto y entonces se fue contra la chávela: vos nos estas mintiendo hijeputa, le dijo, y empezó a torturarla. _ ¿Lo dejaron libre a usted? _No, yo seguí amarrado pero ya no al árbol, solo de mis manos. Pero ya estaba empezando a oscurecerse y comenzaron a amarrar en fila a los que avían estado golpeando golpeando la crucita crucita Juancito, Juancito, Chávela, las dos que eran hermanas y asta al mismo Raúl. A Foxi, ya lo habían matado. _ ¿Para donde se los llevaron? _ Es que cuando estaba torturando a la gente, estaba otro grupo retirado coma a media cuadra que estaba abriendo la zanja de la sepultura. Para a ya se lo llevaron y ahí a garrotazos los fueron matando. _ ¿Qué paso entonces con usted? _Pues estaba amarrado, y llega carlós y me dice vos no se, pero tu mujer si trabaja para el enemigo. Todas estas viejas putas que salen y entra al frente son informantes. Yo no creo que ella sea eso, le dije yo. Pues en cuando venga otra vez al frente la voy a mandar a traer, y vos mismo la vas amatar, yo le respondí que no iba hacer semejante semejante barbaridad barbaridad y ya se fue, ahí en el lodazal lodazal me acosté acosté a dormir sin plásticos plásticos ni nada, nada, amarr amarrad ado o amarrados.
a buen buena a maña mañana na llegaro llegaron n con con otros otros cuatr cuatro o comp compañ añero eross
_ ¿Combatientes también? _Si. Ahí venían Saúl, que le decíamos murciélago y Nelson. De los otros dos no me acuerdo los nombres. Ahí los fueron a golpear al mismo matadero. Ya bien noche los regresaron bastante maltratados y los tiraron en el mismo lodazal donde yo estaba. Al ratito llego la china, un compa del pelotón que nos estaba cuidando, y le dijo a Saúl: ¿Decime si es cierto que también el Marcial esta involucrado con el enemigo? enemigo? Y entonces entonces fue que Saúl dijo: No china, si yo dije ese montón de mierdas porque yo no aguanto, mi han hecho mi cuerpo, mira como me han han dejado, china, le dijo dijo y otra otra muchacha muchacha que también también habían habían torturado torturado dijo dijo lo mismo, mismo, Vanesa Vanesa se llamaba ella y era mujer de un compañero al que también ejecutaron de esa misma manera. A esos cuatro que les digo los mataron el día siguiente. _ ¿usted seguía amarrado, don Fermín lo volvieron a golpear? _No. El capitán Elmer llego y me dijo: Disculpa por lo que se te ha hecho, pero entendé aquí la cosa esta jodida con el enemigo. Vos ándate para el puesto de mando y ahí espera a que nos reorganicemos. Pero el problema es que me salió con lo mismo que Carlos me había dicho de mi mujer. Ose que si la iban a matar. _ ¿Mataron a otros por eso días? _Si, solo en esos que yo estuve en el puesto de mando mataron a otra señora que era de área de servicios, Maribel se llamaba ella. Es que a diario mandaban. Uno de esos días me dijo Elmer que a León, que era el jefe Político de mi destacamento, ya lo habían matado allá en la zona de la Ángela Montano, en el lado de Usulután, A chamba y a Rogelio, que eran jefes de destacamento del batallón “Andrés Torres”, también también los mataron. mataron. La muerte de chamba fue triste: triste: lo quebraron quebraron todo de los brazos y las piernas, y así lo dejaron amarrado hasta se agusanó el compa. No tuvieron la piedad de matarlo ellos lo dejaron sufriendo hasta que se murió solito _ ¿Esa vez que estuvo usted ahí amarraron a cuanto mataron? _Los de esa noche y los del día siguiente fueron como quince, pero solo en ese lugar, porque por otros lados estaban matando otro montón de gente. _ ¿Y que hizo usted ante todo eso, don Fermín?
_ Es que no era correcto lo que estaban haciendo. Toda esa gente que mataban no eran enemigos, eran compañeros revolucionarios. Entonces fue que decidí irme e la guerrilla. Cabal la noche del 9 de octubre hice la lista de todos los gastos y del dinero que todavía tenia, que eran 1,645 colones, bien me acuerdo. Ahí en la hamaca deje el papel con las cuentas y el dinero, deje el fusil y todo mi equipo, solo una lamparita que era mía me lleve. Me fui monteando toda la noche y hasta ya en la madrugada Salí a la carretera carretera Panamericana. Panamericana. Ese día, 10 de octubre, hubo un temblor bien fuerte, quizá por eso es que los retenes del ejercito que estaban en la carretera pararon la camioneta en la que me monte, y así logre llegar hasta mi casa. En esos momentos don Fermín no sabia que la matanza apenas había comenzado, que duraría casi cinco años mas, que seria avalada por la la jefatura de las FPL, y que cobraría mas de mil victimas, como lo establecen los testimonios de otros testigos y protagonistas directos de esos hechos. Chabela fue obligada a declarar en contra de sus propios compañeros a fuerza de torturas. Ella, al igual que muchos otros se vuelve una victima que termina asesinada. Su seudónimo era Aidé y su nombre Santos Isabel Pineda. Era originaria de Santa Gertrudis, San Vicente. Para los días de su muerte, ella y su madre, Vivian en el cantón Cutumango, al norte de Tecoluca, donde cumplía una misión junto a su madre: su casa era un lugar para ocultar personas y pertrechos de guerra, un lugar que jamás cayo en manos del ejercito, a pesar de haber acusado a ella de trabajar como infiltrada. Tres hijos de Fermín fueron guerrilleros: Yesenia, fundadora de las Unidades de Vanguardia; José Navidad (Wilson), cayo en combate en diciembre de 1981, y Alirio Navidad (Omar), ametralladorista. Este último también fue ejecutado por el mando de las FPL, en Chalatenango en 1988, bajo la acusación de ser infiltrado.
CHA CHAYITO YITO:: ERA ERAN VEI VEINTI TISI SIET ETE E, LOS LOS TI TIR RARON RON BOCA BOCA ABAJO Y AHÍ LOS MATARON. Chayito es para muchos una de las madres del frente para central. A principios de los años setenta vivía en el cantón la esperanza, jurisdicción de Tecoluca. Viuda a temprana edad y con cinco hijos, tuvo dedicarse al jornal en la siembra de caña de azúcar. En aquella época sembraban caña por un colon con setenta y cinco centavos diarios, para las mujeres, el horario de trabajo se extendía hasta las hora de la tarde, pues además les destinadas tareas como el desmonte de los cercos o la limpia de los sembradíos. Los hombres, en cambio, solo trabajaban hasta las doce del día y ganaban dos colones con cincuenta centavos. Un día, mientras ella trabajaba en su jornal, el administrador de la hacienda la sorprendió por la espalda, realizando tocamientos impúdicos. Chayito se volteo y con toda su furia, lo golpeo en el pecho con una de las cañas que llevaba consigo, y le reclamo por el abuso. El hombre se marcho con la cola entre las patas. Ahí comenzó a nacer la leyenda de una mujer humilde humilde que se convirtió en líder de las incontables incontables jornadas de lucha. Esa misma misma noche, noche, pensand pensando o en el aconte acontecim cimien iento to en cuestió cuestión, n, Chayit Chayito, o, termino por convencerse de que no era justo que las mujeres trabajaran más que los homb hombre res, s, que que gana ganara ran n meno menoss y que que adem además ás fues fuesen en abus abusad adas as a la meno menor r oportunidad. oportunidad. Al día siguiente siguiente comunico esa idea a sus compañeras de trabajo, y las convenció de insubordinarse juntas. Subieron Subieron a los tractores y no dejaron que los hombres trabajaran, además se resistieron a sembrar la caña y demandaron igualdad de trato frente a los hombres, idéntico salario por la misma jornada de trabajo. Después de arduas discusiones con los representantes de los patronos, el dueño de la hacienda preocupado por el peligro que la caña
en todos los frentes, pero no puede ser tanta gente. Porque los muertos fueron bastantes, esos que les he dicho son solo los de mi raza. Las ejecuciones sumarias en Nicaragua constituyen uno de los puntos mas oscuro oscuross de esta esta hist histori oria, a, sobre sobre todo todo para para la cola colabo borac ració ión n de organ organis ismo moss de segurid seguridad ad cubanos cubanos y sandin sandinist istas. as. Allá Allá tambié también n fueron fueron asesin asesinados ados Santos Santos Elías Elías Clímaco Clímaco Majano (Claudio), (Claudio), y Víctor Manuel Osorio Osorio (David Papita), Papita), originario originario de La Cayeta Cayetana. na. El Diablo Diablo y Mauricio Mauricio el Coludo, Coludo, de quiénes quiénes no tenemos tenemos sus nombres nombres legales. Ramiro Murillo, que fue un destacado jefe político del paracentral, logro escapar de Nicaragua Nicaragua prácticam prácticamente ente en el momento momento en que iban a proceder proceder a su ejecución; ahora vive en el exilio. ¿Entonces, Juan, usted si admite que hubo infiltrado? Eso esta claro, en toda guerra hay infiltrados. Pero estos se fueron al extremo y mataron a todo mundo. Juan Patojo recuerda entonces que las historias de grupos de muchachos que llegaban de los refugios de Colomoncagua y San Antonio, ubicados en Honduras, y que también fueron ejecutados, comenzaron a inundar los campamentos: Decían que los mataban por una media indisciplina. La cosa era de repente a esas gentes ya no las airábamos, desaparecían. En
esos esos
grup grupos os
lleg llegab aban an
mucho uchoss
adol adoles esce cent ntes es,,
much muchac acho hoss
acostumbrados a un modo de vida mas liberal, su comportamiento no solo estaba rela relaci cion onad ado o son son sus sus edad edades es sino sino tamb tambié ién n con con esas esas ciud ciudad adel elas as repl replet etas as de promiscuidad en que suelen convertirse los campamentos de refugiados. En los que digo, una persona que tiene quince años reacciona de cualquier manera, son informales por cosas de edad que tienen, pero los que los mataron no mataban en cuenta eso__, dice Juan con verdadero pesar y agrega: __Una vez yo vine de oriente voy viendo a un cipote que estaba amarrado de un palo grueso. Y le pregunto a un tal Rutiló porque tenían amarrado al cipote. Es que anduvo tocando a las compas, me dujo. Bueno, cabrón, le digo yo, y vos que nunca fuiste cipote: Soltalo, Soltalo, le dije yo. Si era un niñito, así como hijo, que a esa edad comienza a soltar la curiosidad.
__ ¿Por que esos métodos tan crueles, de garrotazos y otras torturas, Juan?. __Supuestamente para sacarles la verdad. Pero eran métodos como los de los escuadrones de la muerte. Hay una compañera que se llamaba Galia, que fue secretaria de Cayetano Carpio. Ella les decía: mátenme mátenme perros, de todos modos así como me tienen, péguenme un tiro mejor. Bien garroteada estaba ya… Y yo le voy a decir algo, en la guerra pasan cosas, así es, uno se puede equivocar con uno o dos, pero con cientos eso ya no. __ ¿pero por que tanta crueldad? __ ¿Es que no se, yo tampoco tampoco lo se, estoy en lo mismo mismo que ustedes, ustedes, no lo se. Lo que les puedo decir es que los de arriba consintieron todo eso y muchos jefes tontos aplicaban las órdenes. A mi prima, la mama de Agustín la Liebre le mataron todos los hijos, solo uno le mato el ejercito. Esa llaga no se cura, las viejitas ahí están que no tienen quien les lleve un vaso con agua y los hijos sin padre, porque se los mataron. Y el responsable de todas esas muertes es Salvador Sánchez
Cerén porque era la cabeza de las FPL. Ya lo he dicho y si me muero por eso no me importa porque estoy diciendo la verdad. No tengo miedo, es que estoy definido porque he visto las cosas como son. __ ¿Porque responsabiliza usted, a Sánchez Ceren? __ Esque aquí venia la comisión Política, se reunían con Mayo, ¿y que no pararon eso? Bueno como yo le digo, a mi sobrino, José Campos Esquivel, que ya le faltaba un brazo, lo mataron allá en Nicaragua, ¿y como yo voy a aceptar que Mayo fue, así allá no estaba mayo? Eran montones de gente que mataron allá en Nicaragua. Cuando los de la Comisión Política vienen y matan a Mayo, ahí es que se lavan las manos. __ ¿Quien era Mario Sibrián entonces? __ Era uno de los hombres mas fieles de la organización. Cuando yo vi. que las cosas estaban color de hormiga le dije ¿ y por que no te vas mejor? Y no se fue… ese hombre al que le dicen David Gaviria, era peor que Mayo, igual que el cuto Nelson, Raúl Barbon, esos cuando alguien se les paraba mal lo mataban. Yo he tenido el mal que no he tenido el miedo de morirme, y una vez íbamos a una
operación, ese Raúl Barbon iba allí y yo le digo: es que vos te vas cagando las patas, hombre, hasele guevo para que seas ejemplo de tu gente. __ Juan, usted, tuvo familiares muertos y su esposa también, cuando conversan sobre estas cosa ¿que fue lo que paso ahí? __ Es que para nosotros esta claro, fue la comisión Política de las FPL. como les digo. Yo por eso, discúlpenme si los molesto con esto. Pero cuando oigo hablar a Sánchez Ceren yo me siento bien. __ ¿que piensa usted? __ Que no amerita estar ahí por tantas cosas que pasaron, El es el de todos los problemas esos. __ De toda la gente con la que hemos hablado, usted es el único que muestra respeto por Mayo Sibrián. __ La culpa no fue solo de Mayo, lo que paso es que aquí la gente la ideó logizaron demasiado los encargados de sub. Zonas. Ellos mismos elaboraban las list listas as de los los sosp sospech echoso osos, s, a sea sea que que daban daban la informa informaci ción ón y ya mandab mandaban an la propuesta propuesta concreta de matarlos. matarlos. A Mayo lo que tocaba era firmar firmar porque ya venia todo concluido, y el no podía decir que no, Los argumentos que le daban eran grandes y a el no le quedaba nomás que decir que si. Así es que funcionaron aquí esas barbaridades. Yo miraba esos argumentos y sentía que aquello era injusto. Así fue que aquí se hicieron cosas sin nombre. Uno se siente mal por eso que paso, y de alguna manera uno se siente involucrado también. Juan mismo tuvo que sortear una experiencia muy dura: __ Una vez fueron a traer a una señora de unos treinta años de por aquí del cantón el cordoncillo, allí por los cerros pegado a Berlín. Toda mojadita llego la pobre. Si estamos luchando contra lo injusto, lo que están haciendo estos babosos no es justo, dije yo entre mi. Y la miro a la mujer que hasta venia echando leche de las chiches porque estaba recién parida. Yo me sentí mal de ver aquello, y le pregunte de que la acusaban. Yo no he hecho nada, me dijo ella toda asustada. Yo en ese tiempo era jefe de un destacamento de tres pelotones. Váyase, le dije yo a la señora, y la mande a su casa… Pues por eso me quitaron el fusil y me trataron de lo peor.
Eso fue en el puesto de mando de Mayo Sibrián. A Juan, ya desarmado lo sentaron en una piedra y lo rodearon. __ Descompuesto, prepotente sobrevalorado, te gusta hacer las cosas a tu antojo, antojo, me dijeron. dijeron. Saben que, les respondí, respondí, yo aquí me he metido metido por lo injusto del gobierno, pero si me equivoque aquí esta mi vida. A mi no me golpearon, pero ya después de eso quede con algo de miedo. Y ahí estaba mayo entre ellos esa vez. Entonces fue que yo dije, Estos andan equivocados. Pero, ya les digo, no era tanto Mayo si no que la mayoría de los mandos. A Mayo no es que lo descomponen, es que según el estaba haciendo lo correcto, y por eso el le mandaba a Sánchez
Cerén toda la información de lo que estaba haciendo. Todos los días mandaba los mensajes, y cada trimestre mandaba un paquetón de informes. No era nada oculto lo que se hacia aquí, no. Era toda la Comisión Política de las FPL influenciada por el FMLN. __ La gente a quienes quienes hemos entrevistado entrevistado aquí en la zona hablan de más mil ejecutados por las FPL, ¿que piensa usted de esa cantidad? __ Solo de los que yo conocí me sale una cuenta de no menos de trescientas trescientas gentes. Si van a hablar con Loncho Moreno, a el le mataron a su hija, que se llamaba Brenda, que era sobrina de David Gavidia; también le mataron al marido de la otra hija, Idalia, el se llamaba Remberto. Al otro lado del rio viven los hermanos de Anacl Anaclet eto, o, la fami famililia a Flor Flores. es. Tamb Tambié ién n mata mataron ron a Atil Atilio io,, que que era jefe jefe de pelo pelotó tón, n, hermano de Anacleto. Yo viví una experiencia: cuando termino la guerra, que me treja a la gente de la costa, pero cuando llegaba a sus casas la gente no me decía pase adelante. Una vez, la hermana de Anacleto dijo: Péguenle una patada a esos perros, y ella estaba consiente que yo había estado en oriente y que no tenia que ver con la mataron, pero era normal no rmal su resentimiento por los familiares ¨ajusticiados¨. __ ¿Conoció usted a Gilberto Villalobos, que le decían Ramón? __ Si a el lo fusilaron, y también a su mujer, Verónica, que era de la Noria, aquí por tierra Blanca. Ramón era un gran hombre y lo mataron. Ella dejo niñas huérfanas, que eran hijas de Adeliz, que también lo fusilaron. Ramón era un hombre moreno y alto, no se parecía a su hermano, que es el comandante Giovanni. Para esa época tenia más de cuarenta años. Cuando David Gavidia hizo que se pasaba al
ERP fue por cargos de conciencia, conciencia, porque el no puede ni ver a su familia, familia, porque el mato mato a sus mismos mismos sobrin sobrinos, os, y los hijos hijos de ellos le han dicho que si llega llega a sus casas lo van a matar. Ellos eran combatientes del Zamorano, allá por Jiquilisco. __ ¿Conoció a Andrés, un comandante que deserto en San Vicente? __ Si, pero no conviví en la zona de el. Pero le digo una cosa, si ami me hubiera llegado el soplo de que me iban a matar mis propios compañeros, también me hubiera desertado como el. __ ¿Conoció a Lucas. Un muchacho de Fuerzas Especiales, entrenado en Vietnam, que fue uno de los comandos que volaron el puente de Oro? __ Si lo conocí, era un cipotón grandote, bien galán era el muchacho. De primero era de una unidad logística y nosotros coordinábamos con el jefe de el. Después vino a Montecristo ya con el comando de hombre rana, que se metían a sacar la experiencia experiencia al mar. Cuatro a cinco horas nadaban de entrenamiento. entrenamiento. Como a mi siempre me toco al sur, a la orilla orilla del mar, me mandaron mandaron allá por Jucuarán, Jucuarán, al golfo, y allá lo volví a ver, pero para ese entonces ele Lucas ya había perdido un ojo en una batalla. Depuse de eso ya no supe de el. __ No, eso no lo sabía… Que desgracia, por la gran puta.
CAPITULO DOS EL PRESTIGIO DE LOS FUNDADORES FUNDADORES El primero de abril de 1970, no mas de doce hombre se reunieron en secreto, en algún lugar de San Salvador, para fundar la que con el correr de los años llegaría a se la guerrilla salvadoreña mas grande y poderosa, pero también la mas dogmática y sectaria: las Fuerzas Populares de Liberación FPL. Por esa misma fecha, un grupo de jóvenes universitarios, formados en su mayoría en la corriente social cristiana, ya se había lanzado a la lucha armada clan clandes destitina na,, form formand ando o el núcl núcleo eo inic inicia iall de lo que que se conv convert ertirí iría a en el Ejerc Ejercitito o Revolucionario del Pueblo, ERP. Los fundadores de las FPL provenían de otra tradición ideológica. El 30 de marzo, apenas un día antes de su conclave clandestino, habían renunciado a su
militancia en el partido Comunista, del cual uno de ellos, Salvador Cayetano Carpio, había sido Secretario General en los últimos seis años. Carpio, un panadero de cincuenta años de edad por entonces, se había enrolado en las luchas sindicales desde 1943, y por ello había sido perseguido y encadenado en varias ocasiones. A finales de los años cuarenta se integro al Partido Comunista; Comunista; en 1953 cayo preso de nuevo y torturado por la policía. policía. Cuando salió de la cárcel, después de veintiún días de mantenerse en huelga de hambre, sus camaradas camaradas lo enviaron enviaron a Moscú para realizar estudios de marxismo-feminis marxismo-feminismo mo en la Escuela Superior de Cuadros del Partido Comunista de la Unión Soviética. Después de cuatro años concluyó su preparación, y luego de una estancia de meses en la china maoísta regreso a El Salvador, en 1957. Siete años depuse, en 1964, fue elegido Secretario General del Partido Comunista. Carpio no solo era un obre obrero ro el mism mismo o si no que que tamb tambié ién n era era prof profun unda dame ment nte e obre obreri rist sta. a. Todo Todo su pensamiento y su actividad tenían por base afirmación marxista de que la clase obrera es la fuerza motriz de la revolución y es, además; depositaria natural de los más altos valores humanos. Su radicalismo ideológico, en es punto, generaba un permanente conflicto con los diri dirige gent ntes es comun comunis ista tass prove proveni nient entes es de la clas clase e medi media a y aun aun de estr estrat atos os económicos altos, intelectuales en su mayoría. Al asumir la dirección del Partido Comunista, Carpio se concentró en el trabajo de organización obrera, inyectando en los sindicatos un elevado nivel de combatividad que culminó, hacia finales de los años sesenta, con intensas jornadas de protestas y huelgas. El panadero e st s t u vo v o p er er so s o na n a lm l m en en te t e a l f re re nt nt e d e e sa sa s l uc u c ha ha s, s , m os os tr tr an an do do u na na t en e n ac a c id id ad a d e xt x t ra r a or o r di d i na na ri r i a y u n t em em pl pl e c om o m ba ba tit i vo v o e xp x p re r e sa s a do do e n s u capacidad de resistencia ante la persecución, la cárcel y la tortura. Su g es e s ta ta c om o m en e n za z a ba ba a s er e r l eg eg en e n da d a ri r i a e n l os os c ír í r cu c u lo l o s d e l a i zq z q ui u i er e r da da salvadoreña.
El plan de Carpio consistía en desatar la violencia insurreccional de las masas. Pero esa voluntad, al menos según su propia percepción, se enfrentaba a la oposición de un bloque de derecha enquistado en la dirigenc diri gencia ia comunist comu nista, a, y cuyo dirigent dirigente e más represent repre sentati ativo vo era Schafik Schafik Hándal. Ese bloque se inclinaba hacia las formas legales de la lucha política, principalmente hacia la construcción de alianzas electorales con sectores que Carpio consideraba pequeñoburgueses. pequeñoburgues es. D es e s at a t ad ad a l a p ug u g na n a i de de ol o l óg ó g ic ic a e nt n t re r e e sa s a s d os o s c or o r ri r i en e n te t e s, s , l as as posiciones de Carpio fueron finalmente derrotadas en Los órganos de dirección partidaria. Aislados, Carpio y sus seguidores más cercanos o pt p t ar ar on o n p or o r l a r en en un u n ci c i a y p or o r e l c om o m pr p r om o m is is o d e f un u n da d a r u na n a n ue u e va va organización cuyo principal esfuerzo, en esa fase inicial, se centraría en el aspecto militar. Carpio y sus compañeros se clandestinizaron y a los pocos días c om o m en e n za z a ro r o n a e je j e cu c u ta t a r s us us p ri r i me me ra r a s a cc c c io io ne n e s, s , q ue u e b ás á s ic i c am a m en e n te te consistieron en asaltar a policías y vigilantes nocturnos para quitarles l as a s p is i s to t o la l a s. s . E n L os o s m ed e d io i o s o br b r er e r os o s , d on o n de d e e ra r a n m uy u y c on o n oc o c id i d os os , comenzaron a preguntar por ellos, y pronto comenzó a rumorearse de que estaban formando forma ndo una guerrill guerrilla. a. Al parecer parecer no eran pocos poco s los que querían sumarse a ese nuevo esfuerzo, pero ello implicaba una grave amenaza de desprendimientos dentro del Partido Comunista. P a ra ra c on o n j ur ur a r e s e r i es e s go g o , l a d ir i r i ge ge n ci c i a c o mu mu n is is t a c o me me n zó zó a propalar un rumor, según el cual quienes habían abandonado el partido e ra r a n p ro r o vo v o ca c a do do re r e s a l s er e r vi v i ci ci o d el e l e ne n e mi m i go go , y c on o n cr c r et e t am a m en en te te e ra ra n i n st s t ru r u m en en t os o s d e l a A ge g e n ci c i a C e nt nt r al a l d e I nt n t el e l i ge ge n ci c i a d e L os o s E s ta ta d os os U n id id o s, s , s e gú gú n l o d en e n u nc n c ia i a r ía ía d e sp sp u és é s e n v a ri r i os o s e s cr c r i to to s e l p r op o p io io Carpio.
Esa acusación, o más bien la tendencia a considerar como traición todo desacuerdo político, habría de marcar el aspecto más negativo de la izquierda salvadoreña en su conjunto, y sería la base directa de al menos tres de los hechos más dramáticos que marcan su historia: el asesinato de Roque Dalton en 1975, por parte del ERP; el asesinato de la comandante Ana María (segunda al mando de las FPL), ejecutada en 1 98 9 8 3 m ed e d ia ia nt n t e m ás á s d e o ch c h en e n ta t a p uñ u ñ al a l ad a d as a s p or o r ó rd r d en e n es e s d el e l m is i s mo mo C ar a r pi p i o, o , s eg e g ún ú n l a p os o s ic i c ió i ó n o fif i ci c i al al d e e sa s a m is is ma m a o rg rg an a n iz i z ac a c ió ió n; n; y l a sanguinaria purga masiva realizada en el frente paracentral entre 1986 y 1989 por las FPL. En una entrevista concedida al Servicio Informativo Ecuménico Popular, SIEP, en julio de 2008, José Domingo Santacruz, un antiguo militante que actualmente es miembro del tribunal de ética del FMLN, relata un detalle sumamente interesante relativo a la ruptura de Carpio con el Partido Comunista. Santacruz había realizado realizado un viaje a la ex Unión Soviética en esa é po p o ca c a . A s u r eg e g re r e so so a S an an S al a l va va do d o r s e e nt n t re r e vi v i st s t ó e n u na n a r eu e u ni n i ón ón privada con Carpio, quién le explicó las razones por las que renunciaría al partido, partido , y lo invitó a que lo acompaña acompañara ra a fundar fundar otra organizac organización. ión. Santacruz no aceptó, y dice: —EL 30 de marzo (de 1970) Carpio presenta su renuncia, y es aceptada. Entonces él devolvió bienes, entregó documentos y se le facilitaron fondos, por algún tiempo se le facilitó vehiculo y chofer, que era Mayo Cibrián, que era el chofer de Carpio. N o e s d i fí fí c ilil d e du du c ir i r e n to to n ce c e s q u e, e , m u y p r ob ob a bl bl e me me n te te , M ay ay o Cibrián fue uno de los fundadores de las FPL; es decir, miembro del
p ri r i me me r y c as a s i m ít ít ic ic o C om o m a nd n d o C en en tr t r al al , e l m áx á x im im o o rg rg an a n is i s mo mo d e dirección de esa naciente organización. C on o n t ra ra l a s “ d es es v ia i a ci c i o ne ne s p e qu qu e ño ño b ur ur g ue ue s as as ” d e l E R P y o t ro ro s grupos insurgentes, las FPL se autodefinía como garante exclusiva de los genuinos genuino s interese interesess proletar proletarios, ios, y por lo mismo mismo como la vanguardi vanguardia a indiscutible del movimiento revolucionario salvadoreño. Su estrategia político-militar, definida como Guerra Popular Prolongada, GPP, partía de una certeza: luego de que el movimiento revolucionario derrotara al enemigo local (La oligarquía terrateniente y el ejército), tendría que enfrentar
in evita b le me nte
una
invasión
del
imperialismo
norteamericano. Por ello era preciso preparar al pueblo para una larga y sangrienta guerra
(“una
revolución
an tio li gá rq u ic a,
a n ti cap ita lis ta
y
antiimperialista”), mediante la combinación de todas las formas y los medios de lucha, con un principio orientador físico: avanzar siempre bajo la guía del marxismo leninismo que, se decía en sus documentos, por ser un pensamiento científico científi co era impugnable. Había también otro principio básico: el odio incesante, implacable y consciente al enemigo. Ese odio se expresaba con toda claridad en las dos consignas históricas de las FPL: “Porque el color de la sangre jamás se olvida, los masacrados serán v en e n ga ga do d o s” s ” , “ No No n eg e g oc o c ia i a re r e mo m o s j am am ás á s s ob ob re r e l a s an a n gr g r e d e n ue u e st s t ro ro s muertos”. En sus primeros primeros tres años de existencia, existencia, las FPL en su conjunto conjunto eran una extensión refleja de las virtudes y de los defectos personales de su fundador y máximo dirigente, Cayetano Carpio. Sus combatientes e ra ra n
t en en ac ac es es ,
s ev e v e ro r o s, s,
a b ne n e ga ga do do s
h as a s ta ta
el
s ac a c ri ri fifi ci ci o
e xt x t r em e m o, o,
dogmático y sectario. Todos, independientemente de su origen de clase, h a b ían
pasado
por
un
duro
proceso
de
pr o le ta riz a ción
en
su
pensamiento y en su estilo de vida. Dirigentes Dirigentes y militantes militantes vivían con suma austeridad en los mesones m ás á s b ar a r at a t os o s d e l os o s b ar a r ri r i os o s p ob o b re r e s, s , c om o m o s i d e a qu q u el e l lo lo s p ri r i me me ro ro s c ri r i st s t ia ia no n o s d e l as a s c at a t ac a c um u m ba ba s s e t ra ra ta t a ra r a , y c om om o a qu q u el e l lo lo s m is is mo mo s practicaban un estricto ritual disciplinario que, en lugar de Dios, tenía p o r c e nt nt ro r o e l i d ea ea l p ro r o l et et a ri ri o , c u ya ya v iv i v a e n ca ca m ac ac i ón ón e r a C a ye ye t an an o Carpio. E n 1 9 73 73 , u n c om om a nd n d o d e l a s F P L , e n e l q u e p ar a r t i c ip ip ab ab an an directamente los fundadores y el mismo Carpio, realizó una arriesgada operación que consistió en el asalto, toma y destrucción del Consejo Central de Elecciones. En el refuego, uno de los guerrilleros del equipo de choque cayó herido ya en el interior del edificio, que para ese momento era devorado por las llamas. Sus compañeros lo creyeron m u e r t o y s e r e t i r a r o n d e l l u g a r . E l h o m b r e , s i n e m ba r g o , s e a r r a s t r ó entre el fuego y pudo salir de la zona, aunque quedó lisiado en una silla de ruedas durante un buen tiempo. Ese combatiente combatiente era Mayo Sibrián, y ese episodio pasó a formar parte de la “gesta gloriosa” de las FPL. Con todo, eL marxismo que Carpio había estudiado en Moscú, en los años cincuenta, cincuenta, era una doctrina simplificada y bastante superficial, c o nd nd e ns n s a da da e n a q ue u e l lo lo s t ri r i s te te m en en te t e c é le le b re r e s m an a n u al a l e s h e ch ch o s a l a m e di di d a d e l a p e qu qu e ña ñ a e s ta ta tu t u r a i n te te l ec ec t ua ua l d e J o sé s é S ta t a lil i n . P or o r o tr tr a parte, la pureza ideológica propugnada por Carpio había hecho posible l a m ís í s tit i ca c a c om o m ba b a tit i va v a d e l os o s p ri r i me me ro r o s d ir i r ig i g en e n te t e s d e l as a s F PL P L , p er er o dogmatizaba y sectarizaba a la organización. organización.
En ese contexto cont exto,, los militan militantes tes de las FPL veían en Carpio Carp io y los demás fundadores a los impolutos modelos y guardianes de la moral proletaria, dispuestos a combatir en todo momento y hasta la muerte, con odio implacable, no solo al enemigo de clase sino también las desviaci desv iaciones ones pequeñobu pequeñoburgues rguesas as que pudieran pudieran germinar germinar dentro dentro de la misma organización. No fue casual entonces que, en 1983, según la versión oficial de las F PL PL , C ar ar pi p i o c on o n si s i de de ra ra ra r a u na na i nf n f i ltlt ra ra da da a s u s eg eg un un da da a l m an an do do , comandante Ana María, y le ordenara al jefe de segundad interna de las FPL, comandante Marcelo, que la ejecutara. La orden fue cumplida en Managua Managua mediante mediante más de ochenta ochenta puñalada puñaladas.. s.... ¿de qué otra manera merece morir un traidor?, habrán pensado los ejecutores.
CAIDA EN UN CONTACTO CLANDESTINO La primera estancia de Mayo Sibrián en el frente paracentral duró hasta principios de 1984, cuando le fue asignada otra misión en la ciudad capital. Unos meses después, a las diez de la mañana del día 16 julio 1984, Mayo Sibrián caminaba por las cercanías del cine Jardín, en el m un u n ic ic ip i p io i o d e M ej e j ic ic an an os os , a l n or or te te d e S an an S al al va va do do r. r . E n d ir i r ec e c ci c i ón ón contraria, en la misma acera y a unos veinte metros, se aproximaba Arnoldo Bernal. Los dos hombres se vieron a la distancia y detuvieron la m a rc rc ha ha
s i m u la la n do do
no
c on on o ce ce rs rs e .
Ambo s
e ch c h a ro ro n
u na na
o je je ad ad a
escrutadora al entorno. Se trataba del chequeo y contra chequeo típico de un contacto clandestino. E L r áp á p id i d o a pr p r ec e c ia ia do d o d e l a s iti t ua u a ci c i ón ó n l es e s i nd nd ic i c ó q ue ue n o h ab a b ía ía problemas. El encuentro tenía por objetivo un cruce de informaciones sobre una operación, de considerable importancia, que ya estaba en
curso en su fase preliminar: preliminar: Las FPL se tomarían de manera simultánea simultánea dieciséi diec iséiss emisoras emisoras radiales radi ales para difundi difundirr un comunica comu nicado do rebelde. rebelde. Una unidad guerrillera bajaría del volcán de San Salvador, al día siguiente, para apoyar esa acción. Concluida la misma, Mayo Sibrián partiría con dicha unidad rumbo a Chalatenango, Chalatenango, pues su situación de seguridad en la capital se había complicado en las últimas semanas. Los dos hombres decidieron realizar el contacto y continuaron caminando. Ninguno de ellos estaba armado. Repentinamente, cuando ya estaban a menos de cinco metros de distancia, un auto grande se detuvo junto a Mayo Sibrián, y cuatro hombres fornidos descendieron y se le fueron encima a golpes. Arnoldo Bernal se paró en seco, y supo de inmediato que él no estaba en el radar de los agresores. El cuadro era claro: alguien había delatado el contacto clandestino, o al menos el movimiento de Mayo S ib ib ri ri á n e n e sa sa z o na na y a e s a h or o r a p re re ci ci sa sa . P o co co d e sp sp ué ué s h u bo bo sospechas de un infiltrado en Chalatenango. A rn rn ol o l do do B er er na na l v io io q ue ue s u c om om pa pa ñe ñe ro ro c om om en en zó z ó a b at a t i rs rs e a puñetazos y patadas como una fiera. Entonces, sin mucho pensarlo, c o r r i ó y s e s u m ó a l a p e l e a , p e r o o t r o s c u a t r o h o m br e s l e c a y e r o n r ep e p en en titi na na me me nt nt e
p or or
d et et rá r á s. s.
L as as
f u er e r za za s
e ra ra n
a br b r um um ad ad or o r am am en en te te
desiguales y los dos guerrilleros fueron reducidos en pocos momentos. L ue u e g o l o s s u bi bi e ro ro n e n d o s a ut ut o s y s e l o s l l e va va ro ro n e sp sp os o s a d os os , encapuchados. Arnoldo Bemal fue conducido de inmediato al cuartel general de la Policía Nacional, donde comenzaron a interrogarlo y torturarlo. A Mayo Sibrián lo llevaron al mismo lugar pero muchas horas después, ya en la n oc o c he he . “ Ya Y a i ba ba b as a s ta t a nt n t e m al a l tr tr at a t ad ad o, o , l o h ab a b ía ía n e st s t ad ad o t or o r tu tu ra r a nd nd o
brutalme brut almente” nte”,, recuerda recuerda Arnoldo Arnoldo Bernal. Bernal. Ese tratamie tratamiento nto se prolongó prolongó durante más de dos meses, en los que tanto Mayo Sibrián como Arnoldo Bernal estuvieron en calidad de “desaparecidos” en las celdas de la Policía Nacional. Poco antes de la caída de los dos guerrilleros, el ERP había herido y capturado a un capitán del ejército nacional, Napoleón Medina G ar ar ay a y , e n u n c om o m ba ba te te e n N ue u e vo v o E dé dé n d e S a n J ua u a n, n, a l n or o r te te d el el departamento de San Miguel. Ese capitán estaba acusado de haber perpetrado una masacre de civiles en 1981, en el cantón el Junquillo del departamento de Morazán. A pesar de ello, el ERP decidió canjear al m i lili ta t a r y a o t ro ro s o fif i c ia ia l es e s i gu g u a lm lm e nt nt e c ap a p t ur ur a do d o s p o r l a g ue u e r ri r i lll l a , a cambio
de
la
li ber ta d
de
cuatro
dirigentes
rebeldes
y
de
un
salvoconducto para la salida, con la intermediación de la Cruz Roja Internacional, de un contingente de combatientes que se encontraban gravemente heridos en diferentes frentes de guerra. El canje se concretó el 27 de septiembre de 1984, fecha en que los guerrilleros liberados y los heridos abordaron un avión que, luego de algunas escalas, llegó a Suecia. Mayo Sibrián estuvo muy poco tiempo e n e se s e p a ís ís , p ue u e s p ar a r titi ó a C u ba b a a s eg eg ui ui r u n t ra ra ta ta mi m i en en to t o c líl í ni ni co co especial. E n l a H ab a b an a n a, a , y d es e s pu p u és é s e n M an a n ag ag ua u a , M ay a y o S ib i b ri r i án án c on on tó tó a muchos de sus compañeros la crueldad con la que había sido torturado, pero no solo eso. También expresaba su estupor ante la cantidad de información información que tenía la policía sobre las estructuras clandestinas de la guerrilla: nombres, casas, rutas, redes, planes, en fin, información que sus interrogadores habían manejado ante él en fallidos intentos por sonsacarle lo que sabía, aseguraba. Y, claro, todo eso se corroboraba con el hecho de que él mismo hubiese sido delatado. La infiltración
enemiga, por tanto, era un hecho y era muy grande. De eso no le cabía ninguna duda. Por ese tiempo, y mientras estuvo en el exterior del país en recuperación, principalmente principalmente entre la Habana y Managua, Mayo Sibrián s e a fif i ci c i on on ó a l a l ec e c tu tu ra r a d e l ib ib ro ro s y m an a n ua u a le l e s r el e l ac a c io io na n a do d o s c on on l as as t éc é c ni n i ca c a s d e i nt nt el e l ig ig en e n ci c i a y c on on tr t r ai a i nt n t el e l ig ig en e n ci c i a. a . A lg l g un u n os o s d e l os os q ue ue conversaron con él en ese periodo recuerdan que, entre esos materiales de consulta, dos lo habían impresionado particularmente y los releía, citaba y recomendaba con frecuencia: El Documento Filipino, que era b ás á s ic i c am a m en e n te t e u n r ec e c ue ue nt n t o d e c óm ó m o l a C IA I A h ab a b rí r í a d es e s ar a r tit i cu c u la la do do l a guerrilla Filipina Filipina a partir de un sofisticado proceso de infiltración de sus estructuras clandestinas. clandestinas. La otra fuente de consulta era, extrañamente, una novela de espionaje. Se trataba del best seller titulado “La Clave está en Rebeca”, de Ken Follet, una historia sobre las peripecias de las redes de espionaje durante la Segunda Guerra Mundial. La particularidad argumental de e se se l ib ib ro ro c on on si si st st e e n q u e l os os p ro ro t a g on on is is ta ta s , p o co co a p o co co , v a n t r an a n s fo fo r ma ma n do d o s us u s m is i s io i o n es e s o fif i c ia ia l es es e n o b se s e s io io n es e s p er e r s on o n al a l e s, s, y terminan desplegando sus actividades, entre las consabidas aventuras de amor y crimen, prácticamente en ese único plano.
UNA VASTA OPERACIÓN DE CONTRAINTELIGENCIA En la historia de las luchas revolucionarias, revolucionarias , no es infrecuente que q u ie ie n es e s s o n c ap a p t ur ur a do d o s y t o rt r t ur u r a do d o s t er e r m in in e n c o la la b or or a nd nd o c on on s u s enemigos, en el sentido de suministrarles la información que poseen. Pero también hay casos de quienes han logrado soportar el martirio, hasta hast a la muerte, muerte, sin doblegars doblegarse. e. En teoría, teoría, un cuadro cuad ro consoli cons olidado, dado, un
j ef e f e, e , e st s t á m ás á s c ap a p ac a c iti t ad ad o y d is i s pu p u es e s to to p ar ar a l a r es e s is i s te t e nc n c ia ia q ue ue u n militante militante raso. Sin embargo, la realidad registra casos de combatientes combatientes que han resistido y de jefes que han traicionado. E n E l S al a l va va do d o r, r, a l o L ar a r go go d el e l c on on flf l ic ic to to , s e d ie i e ro ro n a mb mb as as circunsta circunstancias ncias.. Al menos tres comandant comandantes es guerrill guerrilleros, eros, de nivel nivel de Dirección Nacional, terminaron terminaro n siendo colaboradores colaboradores del ejército, según lo afirmaron en su momento sus respectivas organizaciones: Moisés Areola, de la Resistencia Nacional; Arquímedes Cañada, del ERP, y Miguel Castellanos, de las FPL. Hay que decir también que otros comandantes guerrilleros con igual o superior jerarquía soportaron la tortura sin doblegarse: Salvador C ay a y et et an a n o C ar a r pi p i o, o , L ili l M ili l ag a g ro r o R am a m ír ír ez e z , A na n a G ua ua da d a lu l u pe p e M ar ar tí t í ne ne z, z, Je an et te Sa mo ur , Amér Améric ico o Arau Araujo jo,, Facu Facund ndo o Guar Guarda dado do y Clau Claudi dio o Armi Armijo jo entr entre e otros. En todo caso, al salir de prisión, sea por un escape o por un canje, el militante tiene que someterse a un control o filtro especial por parte de los encargados de contrainteligencia de su organización. Con toda probabilidad este fue el caso de Mayo Sibrián, que ya en la Habana debió rendir informes informes y ser evaluado. evaluado. Los hechos indican indican que pudo persuadir persuadir a sus compañeros de haber mantenido una actitud integra durante su cautiverio, puesto que que solo solo fue fue rein reinte tegr grad ado o a la mili milita tanc ncia ia sino sino que, que, adem además ás,, fue fue prom promov ovid ido o a resp respon onsa sabi bililida dade dess supe superi rior ores es a las las que que hast hasta a ese ese mome moment nto o habí había a ejer ejerci cido do concretamente la jefatura general de todo un frente de guerra. Esto permite suponer que la jefatura máxima de las FPL no solo vio en Mayo Sibrián un dirigente integro (lo que el lenguaje tradicional de esa organización se conocía como un cuadro consolidado, por haber superado todas las pruebas posibles en la trayectoria de lucha) sino que también valido las conclusiones que el habría sacad sacado o respe respect cto o a la magnit magnitud ud de la infi infiltltra raci ción ón
enemi enemiga ga en las las estruc estructu tura rass
clandestinas clandestinas de la guerrilla. Habría Habría entonces que actuar en consecuencia, consecuencia, es decir:
detectar y castigar ejemplarmente a los espías y colaboradores que el enemigo hubiera introducido en la organización. Pero hay algo todavía más complejo en estos casos. Una vez producida la captura, la que muchas veces es seguida de una desaparición que implica no reportar la misma a ninguna ninguna autoridad administrativa o judicial, como suele ser natural en un estado de guerra, comienza las desconfianzas de quienes son compañeros de armas del apresado. Una vez comprobada la captura se produce un despliegue de las estructuras clandestinas para evitar que cualquier información que brinde el capturado sirva para golpear a las unidades guerrilleras. Pero el hecho de que no se reporte ninguna otra captura o desmantelamiento de bases, como resultado de la primera, no es motivo para suponer que no ha pasado nada, es por ello que las medidas de seguridad tomadas en contra contra de aquellos aquellos que una vez quedan libres han han de volver a las filas, filas, son drásticas. En un nivel un tanto tanto burdo, una una vez producida producida la captura captura del guerrillero, guerrillero, se puede provocar un descalabro, lo que de inmediato delata al capturado. Pero puede ser que que se trat trate e de un trab trabaj ajo o más más fino, fino, que que impl impliq ique ue una una cola colabo borac ració ión n mas mas permanente con el ejercito oficial, esta es la parte mas delicada pues ella es donde podemos hablar de un verdadero trabajo de inteligencia, lograr que jefes guerrilleros sigan trabajando en el máximo secreto con la Fuerza Armada. En 1993, un ano antes de la captura de Mayo Sibrián, el ejercito salvadoreño había montado en San Vicente, corazón del frente para central, central, un proyecto modelo denomin denominado ado Bienest Bienestar ar para para San Vicent Vicente, e, integra integrado do al plan plan nacional nacional de guerra guerra conocid conocido o como como CONARA CONARA,, Comisión Comisión Nacional Nacional de Restaurac Restauración ión replicaba replicaba las operaciones operaciones de pacificación pacificación de areas areas especificas especificas
de Áreas, que realizadas realizadas por por los
norteam norteameric ericanos anos en Vietnam Vietnam.. Hacia Hacia 1992, 1992, la sociólo socióloga ga marxist marxista a chilena chilena Marta Marta Hanecker publico el libro titulado: “Con la mirada en alto, historia de la FPL”, basado en entrevistas con varios de los dirigentes de esa organización. Ahí, Salvador Sánchez Ceren, por entonces comandante Leonel González, se refiere a ese proyecto del ejército en los siguientes términos:
“Ocupaban las aéreas de población civil para llevar a cabo su plan de acción cívica que consistía en llevarles profesores, abrir las escuelas, realizar algunas obras de infraestructuras, instalar chorros, letrinas, llevar diversión a los barrios, a los cantones, asistencia medica, donación de ropa y víveres. Todo eso se llevo a cabo mientras mientras realizaban la operación operación de exterminio exterminio contra las fuerzas fuerzas guerrilleras. guerrilleras. Y eso se iba completa mentando con todo un trabajo de inteligencia que, en aquella época no descubrimos, sino solo mucho después(…)Como el poder local que representaba al gobierno había sido destruido por nosotros, ellos tuvieron que empezar a construir una una nuev nueva a form forma a de cont contro rol,l, sobr sobre e la base base de crea crearr rede redess clan clande dest stin inas as de información. Una vez terminada la acción cívica, esas redes quedaban en contacto con la Fuerza Aérea y con la Brigada”. Es imperioso referir que esa tendencia a ponderar un trabajo de inteligencia de nivel desproporcionado fue uno de los grandes errores de análisis estratégicos del mando de la FPL. De ahí que la cura resulto ser peor que la supuesta enfermedad. Veamos: los planes del ejercito que estaban encaminados a ganar la mente y corazón de la masas, eran mas bien diseños político de guerra que buscaban arrebatar territorios controlados por la guerrilla y su influencia política en las masas. Además, las operaciones militares son en cualquier caso una respuesta a la extraordinaria extraordinaria capacidad capacidad de combate combate de la guerrilla de ese periodo. periodo. Como lo hemos dicho en otros apartados de esta investigación, la pequeñez del territorio, la densidad poblacional y la altísima movilidad de la guerra llevo a ambos ejércitos a estar mezclados cotidianamente con la misma población civil y mucho de lo que uno u otro hacia en el terreno de combate siempre era conocido. Ese rasgo de nuestra guerra tiene vetas de luz por donde quiera de lo que observemos. La misma guerrilla tenía mucha información de los movimientos del ejercito, pero esas informaciones no llegaban necesariamente por el conducto típico de una unidad de inteligencia o de infiltración, era la misma población la que contaba que había visto a tantos hombres armados por equis lugar. El que recibía la información era quien debía corroborar con sus propias unidades si eran fuerzas enemigas u hostiles. Pero eso no es modo alguno un plan
tan tan bien bien arti articul culad ado, o, como como se quie quiere re segui seguirr argum argumen enta tand ndo o para para just justifific icar ar las las barbaridades cometidas. Un principio de todo ejercito es contar con información de campo al momento de sus movimientos, para ello no requiere de ningún plan Maquiavelo, mas que moverse y tomar todo aquello que encuentra a su paso. La mejor información con la que cuenta es la que encuentra en el terreno. El análisis hecho por Sánchez Cerén en aquel entonces bien pudo haber buscado descalificar el programa de acción cívica que siempre han implementado los norteamericanos en sus guerras de intervención, y nada mejor que acusar a los ingenieros, doctores, maestros, alcaldes, lideres comunales, de ser una red de trabajo de la inteligencia enemiga; el problema es que una vez hecho el análisis, torpe y simplista por cierto, se transmite a las jefaturas y militancias y lo que debió ser un estudio mas serio, mas bien sociológico, del estado de guerra y la vinculación de las masas, se vuelve un foco de ataque repleto de fantasma que, unido a la doctr doctrin ina a puris purista ta de esa organ organiz izaci ación ón,, pudo pudo provoc provocar ar los los resul resulta tado doss que que hoy conocemos con mas detalles. Esto prueba que, en la jefatura de la FPL y particularmente en su máximo comandante, Salvador Sánchez Cerén, existía la convicción de que en el frente para central estaba en curso una vasta operación de infiltración de informantes (“redes enemigas enemigas”) ”) en la periferi periferia a y al interior interior mismo mismo de ese frente. frente. Tomand Tomando o esto en cuenta, cuenta, y asocián asociándol dolo o a la ya descrit descrita a obsesión obsesión que que Mayo Sibr Sibrián ián comenz comenzó ó a experimentar experimentar en relación relación al tema de la infiltración infiltración enemiga, enemiga, no es muy aventurado aventurado imaginar que, en el momento de evaluar la situación del frente para central, la Comis Comisió ión n Polí Polítitica ca de las las FPL, FPL, a la cual cual perte pertene necí cía a Mayo Mayo Sibr Sibriá ián, n, llega llegara ra a la conclusión de que era imperativo enfrentar con la mayor firmeza el problema en cuestión. Precisamente Precisamente por esos mismos mismos días, finales finales de 1984 y principios principios de 1985, habí había a teni tenido do luga lugarr un inc inciden idente te en el para para cent centra ral. l. Pabl Pablo o Para Parad da Andi Andino no,, (Coma (Comand ndan ante te Goyo) Goyo),j,jef efe e mili milita tarr de ese ese frent frente e por ento entonce nces, s, habí había a dete detect ctad ado o probl problem emas as de disci discipl plin ina a y mora morall en en los los comba combatitient entes es del del Bata Batallllón ón “Ern “Ernest esto o Morales”.
Habiendo nacido, crecido y formado como combatiente y mando en esa misma zona, Goyo conocía perfectamente la idiosincrasia de sus hombres. Sabia que la mayoría de ellos venían combatiendo en las guerrillas desde principios, mediados mediados o finales finales de los anos setenta, enmontañados enmontañados y alejados de sus familias, familias, y que en esas condicion condiciones es era compresib compresible le que se dieran dieran period periodo o de cansanci cansancio oy desmoralización. Sobre todo porque a esas alturas ya era evidente que la guerra, en lugar de tener un desenlace rápido, como se había presupuestado en la ofensiva general guerrillera de 1981, se prolongaría indefinidamente. En esas circunstancias circunstancias,, Goyo y sus jefes tomaron una decisión poco usual, o en todo caso heterodoxa en relación al manual o la doctrina de las FPL, que contemplaba el máximo rigor contra el relajamiento disciplinario o el ablandamiento de la moral combativa de sus militantes: reunió al batallón en cuestión, les explico el problema y les dijo que embuzonaran las armas y que se tomaran todos un mes de licencia para descansar y estar con sus familias. Goyo sabia que existía el riesgo de que algunos ya no regresaran, pero su calculo mental fue el siguiente: “Los que regresen son los auténticos combatientes, y con ellos aunque sean pocos, si será posible llevar adelante una guerra cada vez mas dura”. La historia demostraría después, trágicamente que, lo que para el comandante Goyo era comprensible comprensible cansancio del combatiente, combatiente, en ultima ultima instancia instancia un problema problema relaci relacion onad ado o a los los cicl ciclos os de ascens ascenso o y desce descenso nso del del entu entusi sias asmo mo,, prop propio io de la condición humana en general, para Mayo Sibrián, Salvador Sánchez Cerén, y
para la mayoría de los miembros de la máxima jefatura de las FPL, era un signo evidente del trabajo de infiltración enemiga. Todo descrito anteriormente, permite suponer que Mayo Sibrián regreso al frente para central con una misión especifica de contrainteligencia: detectar y aniquilar “las redes enemigas” infiltradas.
CAPITULO TRES EL LUGAR DE LOS HECHOS Durante la guerra los alzados salvadoreños replegaron sus unidades militares en varios frentes de guerra a nivel nacional: frente occidental Feliciano Ama, frente central central Modest Modesto o Ramírez Ramírez.. Frente Frente para central central Anastas Anastasio io Aquino, Aquino, frente frente orient oriental al Francisco Sánchez. El frente para central es una de las cunas guerrilleras mas admirables en la historia de la guerra civil Salvadoreña. Al norte de la carretera Panamericana, en el departamento de San Vicente, enclavados entre cerros pelados que solo el invierno puede cubrir de follaje y yerbas, hay un pequeño grupo de poblados; uno de ellos es San Esteban Catarina. Más allá de sus angostas angostas y empedradas empedradas callecitas callecitas nace un camino vecinal vecinal que conduce a un viejo caserío de nombre religioso y mítico: Cerros de san Pedro. Esa es la entrada al que fuera conocido como el frente para central. Ese caserío cumplía en la guerra el papel de garantizar la comunicación entre los frentes guerrilleros del oriente con los del centro y occidente del país. Dos o tres kilómetros hacia el sur de San Esteban Catarina, esta el desvío que conduce a la Ciudad de San Vicente, donde decenas de mujeres suben y bajan de los autobuses de pasajeros, corren tras los autos y ofrecen con cantos coloridos pinchos con fritanga fritangass de cerdo y res con tortillas tortillas de maíz. Una tradición tradición tan vieja vieja como el paisaje que luce sus estribaciones entre espigas de maíz, frijoles, cana de azúcar, sembradíos de hortalizas, potreros de ganado y fincas de café. Desde Desde la carre carrete tera ra pana paname meric rican ana a se ve el valle valle de Jibo Jiboa a con con su verde verde inmaculado, movido por la lejanía de un cielo azul que por ratos se abraza a las nubes plegadas a los cerros más altos. La ciudad de San Vicente, la mayor del Departamento, se ve al fondo, al pie de los cerros. Al sur oeste se levanta imponente, con sus dos tetas puntudas, el volcán Chichontepec, cuyas estribaciones llegan a enraizarse en el departamento vecino de La Paz, y que despliega su posición de ventaja bélica sobre la ciudad de Zacatecoluca.
El Chichontepec, como le llaman muchos, fue un importante territorio de la guerrilla, conocido como Jaragua, lugar donde el agua se imprime en la tierra, volviéndola un recurso escaso y difícil para librar la guerra. La presencia guerrillera se extendía con bastante seguridad hasta el poblado de Santa María Ostuma y los llam llamado adoss terri territo tori rios os de los nonua nonualc lcos os;; mas mas allá allá están están los los cant canton ones es paz, paz, opico opico,, coyolito, San Rafael, San Diego, león de piedra, perical, la Cayetana, importantes puntos del escenario de guerra. A partir de la carretera que une a la Ciudad de San Vicente con tecoluca, se habrá un predio de cerros menores cuyas faldas termina en las riberas del Rio Lempa. Ahí se ubico la zona guerrillera conocida como gavidia, en los caseríos el socorro, el palomar, San Fernando, San Bartolo, la Soledad, San Juan Buenavista, el cerro buena vista y otros. Fue allí precisamente donde el comandante Mayo Sibrián instalo su puesto de mando en los últimos cuatro anos de la guerra. Al otro lado del río lempa ya en el Departamento de Usulután, se encontraba los campamentos de otras zona guerrillera conocida como Ángela Montano, donde son artos conocidos los cantones y caseríos la quesera, San Marcos Lempa, tres ceibas, las piletas, Nombre de dios; y ciudades como Berlín, San Francisco Javier, y San Agust Agustín ín.. Esto Esto lugar lugares es sobre sobresal salie ieron ron en la guerr guerra a por por la gran gran canti cantida dad d de operaciones guerrilleras y por la la constante actividad bélica de ejercito. ejercito. El mar percibido en la lejanía desde la sima de los cerros, se confunde con el azul del cielo al sur de los departamentos de: San Vicente, La Paz, y Usulután desde las planicies surcadas por la carretera del litoral hasta la playa del Pacifico, se encontraba la quinta subzona guerrillera del para central : La Costa; caserío como azacualpa, las anonas, el despoblado, San Nicolás Lempa, La bocana, la canoa, el estero de Jaltepeque, Jaltepeque, surcados por laberintos laberintos de agua, pantanos, pantanos, pequeñas islas, y las desembocadura del rio lempa en el Océano Pacifico, eran los territorios naturales de esa guerrilla altamente ofensiva y de sangre caliente. Una vez extendido el mapa y surcado el territorio unos de los mitos mayores de la guerri guerrilla lla salvador salvadoreña eña parece parece romperse. romperse. Durant Durante e los anos de la guerra se conoc conoció ió que las las dos dos retagu retaguar ardi dias, as, y por por consi consigui guien ente te,, los los mayo mayores res terri territo torio rioss guerrilleros bajo control, fueron el norte de Morazán y Chalatenango.
Pero una vez observada la complejidad de los territorios del frente para central, su extensión, su variedad geográfica, los departamentos incluidos, el origen de los conflict conflictos os sociales sociales
y políticos, políticos, la la altísima altísima capacida capacidad d organizativa organizativa mostrab mostraba a
ante los mismos, la cantidad de tropa guerrillera que allí se formo al calor del combate pero especialmente especialmente en los territorios territorios de planicie planicie y fangales fangales ubicados al sur de la carretera del litoral, la historia se rescribe por si sola y la verdad se devela haciendo añicos los mitos. Ningún otro frente guerrillero presento una variedad tan extensa de territorios, cerros y lomas, riberas de los ríos, territorios volcánicos, serranías, largas y extensas plani planici cies es,, ensen ensenada adas, s, pant pantano anos, s, este estero ross y playa playass y el mism mismo o mar mar adyac adyacen ente te,, territorios en la guerria se desplazaba a pie, pie, en autobuses, lanchas y avionetas para transportar pertrechos de guerra desde Nicaragua, y para combatir a sus enemigos.
ESOS EXTRAORDINARIOS GUERREROS La gent gente e del del fren frente te para parace cent ntra rall resp respon onde de en comú común n a esa esa situ situac ació ión n geográfica , que es a la vez situación económica y social, muy especial política, y excepcionalmente psicológica. Hombres curtidos por la pobreza y el Sol, despojados de tierra, hambrientos, como los que deambulan en las paginas de la novela Jaragua , de Napoleón Rodríguez Ruiz; hombres de machete en mano y botas de hule; de penetrante voz y larga herencia de lucha. No fue casual que la zona de las planicies de la Paz, San Vicente y Usulután, donde existían enormes haciendas y grandes cantidades de mano de obra agraria, donde para muchos se encuentran las mejores tierra tierra para el cultivo cultivo y el pastoreo de nuestro país, haya sido afectada muy de cerca por uno de los procesos políticos y económi económicos cos más influyen influyentes tes de la vida vida de los salvadoreñ salvadoreños: os: la reforma reforma agraria agraria llevada a cabo con la intención de detener la crisis social y política que amenazaba con desbordar la paz social, y que fue iniciada en su primera fase por el coronel Arturo Armando Molina, quien gobernó entre los años 1972 y 1977. Y no es que esa reforma haya despojado a muchos hacendados de esos lugares, no, el temor mismo a perder las tierras fue lo que desencadenó una
violencia sin precedentes en contra de los trabajadores agrícolas. Muchas de esas haciendas fueron abandonadas por sus propietarios, otros se resistieron con lo que tenían a mano. Sus armas. Esa Esa viol violenc encia ia ya estab estaba a expre expresa sada da a nive nivell econ económ ómic ico o pues pues la situ situac ació ión n cotidiana de esos trabajadores rayaba con el abuso de los patronos. Las tareas eran dobladas, los pagos incompletos, los tratos deplorables. Y cuando los primeros jornaleros se atrevieron a reclamar, recibieron palo o bala. Esa injusticia laboral provocó una respuesta masiva de altísima organización y combatividad. Organizaciones como la Unión de trabajadores del Campo (UTC), que aglutinó a decenas de miles de3 trabajadores trabajadores agrícolas, agrícolas, tuvieron sus asentamientos asentamientos en esas zonas, donde mujeres y hombres se organizaron en cientos de caseríos bajo una misma bandera. Sus movimientos del campo hacia la ciudad, para alzar su voz de protesta, resulto ejemplar para el resto de movimientos civiles. De hecho, la UTC nació con el nombre de unión de trabajadores del Campo Vicentina, Vicentina, UTCV, pero debido a su poder de convocatoria convocatoria y de su organización, organización, que se mostraba en las marchas de protesta en San Salvador, es que paso a asumir un nombre de carácter nacional. UTC llega ser tan poderosa que termina aliándose con otra organización Campesi Campesina, na, FECCAS FECCAS,, Federac Federación ión Cristi Cristiana ana de Campesi Campesinos nos Salvad Salvadoreñ oreños, os, muy vinculada a los movimientos cristianos influenciados por teología de la liberación. La alianza de esas dos organizaciones organizaciones dio nacimiento nacimiento a la Federación de Trabajadores Trabajadores del Campo, FTC, que fue, en los términos marxistas de aquellos años “ un ejército de masas” . La gente del paracentral tuvo experiencias distintas a los del norte, donde se asen asenta taro ron n las las dos dos gran grande dess reta retagu guar ardi dias as ofic oficia iale less de la guer guerri rilllla, a, Mora Morazá zán n y Chalatenango. En el norte, el aire fresco de la montaña, la psicología de sus habitantes y su condición de propietarios pequeños, marcaron una diferencia en la forma de enfrentar la guerra. La mani maniobr obra a de camp campo o abie abiert rto, o, el domi domini nio o de las las altu alturas ras,, el cont control rol de territorios, se volvió la condición propia de los dos frentes del norte. El combate a distancia, menos frontal, la frescura del mando guerrillero al observar la carta y dirigir
la batalla con suficiente tiempo, moldeó un tipo de visión táctica no solo de los jefes sino también de la tropa. En el nort orte de Chal halaten atenan ango go y Mora Morazá zán n no se expr expres esó ó de maner anera a gene genera raliliza zada da la luch lucha a orga organi niza zada da entr entre e los los jorn jornal aler eros os y los los patr patron onos os de las las haciendas, sencillamente porque no había haciendas. Las mejores tierras para el cultivo y la ganadería estaban en las planicies donde no había una estructura de subordinación como la de los colonos en las fincas de café. café. El calor de la costa o la planicie es un marcador no sólo de la temperatura temperatura en el ambiente y la sangre, sino también de la temperatura en ambiente y la sangre, sino también de la mentalidad y ala actitud, que induce a la capacidad capacidad de respuesta respuesta más ágil ante las adversidades. Los más viejos veteranos de esa guerrilla se incorporaron a principios de los años setentas a esas organizaciones de masas. Fue ahí donde se foguearon en march marchas, as, toma tomass de haci hacien endas das,, finc fincas, as, carre carrete teras ras,, y apren aprendi diero eron n el arte arte de la clan clandes destitini nidad dad,, no sin sin dejar dejar en esa escuel escuela a tend tendal alad adas as de cadáv cadáver eres es de sus sus compañeros. Eran en su mayoría agricultores, jornaleros y pescadores. Sus primeros pasos en la organización organización militar tuvieron mucho que ver con las demandas salariales y de tierra. Ahí es donde se formaron los primeros grupos milicianos vinculados con la doctrina de la teología de liberación y a las células clandestinas clandestinas de las FPL. Este hecho muestra que la guerrilla guerrilla salvadoreña salvadoreña no estuvo constituida en su mayoría por obreros sino por campesinos y que, por tanto, su mentalidad no estaba relacionada con esquemas totalitarios marxistas-leninistas, pues su visión del mundo estaba estaba más conectada conectada con los valores cristianos cristianos y con la libertad que representa el campo y sus colores. Las milicias y la guerrilla de las FPL eran alimentadas por enormes cantidades de organizaciones organizaciones de masa campesina. campesina. Ese es el otro mito quebrado por la historia. A pesar de que la doctrina ideológica de las FPL ponderaba al obrero como clase vanguardia, y sostenía que el campesino debía incorporarse en alianza con aquél en una especie de subordinación, lo cierto es que fueron miles de campesinos los que llegaron hasta el final en los frentes de3 guerra y no los obreros.
Es muy difícil encontrar un sindicalista que haya sido jefe de destacamento o de batallón en esa organización organización de la guerrilla. En cambio, los nombres de hombres y mujeres de origen campesino son abundantes al momento de capitular las grandes batallas de los alzados. El comandante Goyo recuerda que en una reunión del paracentral, donde inclusive estaba Lorena Peña (comandante Rebeca Palacios), el debate era el papel del obrero. Entonces Goyo dijo: “Eso de los obreros es paja, que levante la mano el que en este mando sea obrero”. Sólo el Cuto Nelson dijo que hacía muchos años había trabajado en una fábrica, pero la verdad es que había sido cabo en el ejército. -Ahí terminó el debate, no había ningún obrero, sólo hombres de campo, incluyendo a los que éramos jefes-,dice Goyo. Miguel Uvé es uno de esos jefes, cuyo nombre expresa no sólo un origen y destino sino la fuerza del guerrero. Observe el lector que no era Uve sino Uvé, como le llamaron sus compañeros compañeros de combate. combate. Y eso tiene que ver con el génesis de esa guerrilla. Las prime primeras ras unid unidade adess selec selecta tass de comb combat ate e de las las FPL, FPL, fuero fueron n llam llamas as Unidades de Vanguardia, UV. Con los primeros pelotones de esas fuerzas se fueron formando destacamentos militares, cuya cantidad de hombres es equivalente al de una una com compañí pañía a de cie cien homb hombre res, s, apro aproxximad imadam amen entte. Más adel adelan ante te esos esos destacamentos destacamentos,, fogueados en los primeros primeros meses de la guerra civil, comienzan comienzan a organizarse en batallones, cuyo número de efectivos ronda entre los trescientos cincuenta y los cuatrocientos. Luego, con cuatro de esos batallones, más de mil cuatrocientos hombres, se conforma la brigada Felipe Peña Mendoza, en la que se incluyen los batallones X-21 ó “Juan “Juan Ménde Méndez” z”,, S-20 S-20 o “ André Andréss torre torres”, s”, K-93 K-93 o “ Alej Alejan andro dro Solano Solano”, ”, A-7 o “ Ernesto Morales” Morales” . Esta sería sería Considerada Considerada la fuerza de élite élite de las FPL, sin incluir incluir las dos compañías compañías de fuerzas especiales, especiales, además de las unidades unidades de J-28(Fuerzas J-28(Fuerzas especiales de cada frente), además de las Fuerzas Regionales conocidas como columnas guerrilleras, las milicias, unidades de apoyo o aseguramiento.
Miguel Uvé, es fundador y jefe de sobrada condición militar. Es originario de un cantón ubicado en las faldas del Chinchontepec, Chinchontepec, León de Piedra, un nombre que pesa por su historia, vecino de la Cayetana. Después de pasar pasar por las mismas mismas tribulaciones tribulaciones que las gentes gentes de los años setentas, llega a la jefatura, en el año 1983 del batallón “Andrés Torres”. Basificado en el volcán de San Vicente. Dicha unidad fue conocida por su extraordinaria capacidad de combate y la agresividad de sus tropas. Algo similar sucedía con el batallón “Ernesto Morales”, que en esa época era comandado por Walter, hermano del comandante Giovani, unidad que también fue comandada, en otro momento, por el comandante Goyo. El frente paracentral no sólo está marcado por su heroísmo y una historia poco explorada, sino por una serie de tragedias. Una de ellas es la muerte temprana, en combate, de su primer jefe militar, militar, José Roberto Sibrián, Sibrián, comandante Celso, que murió el mes de mayo de 1980, cuando se estaban conformando los primeros campamentos guerrilleros. En el marco de los combates relacionados con la primera ofensiva de la guerrilla salvadoreña, el 24 de enero de 1981, cae peleando todo el puesto de mando del frente paracentral, conformado conformado por ocho mujeres y veintidós veintidós hombres, dentro de ellos los jefes Juan Recinos, conocido como Netón y Juan Méndez, conocido como Juanón, es por este jefe que el batallón X-21 adquiere su nombre. En esos primeros dos años de la guerra, esas unidades ya habían ejecutado una gran cantidad de operaciones militares de gran envergadura, como la voladura del Puente de Oro, el aniquilamiento de posición de Siete Joyas, golpeando en el terr terren eno o a las las trop tropas as élit élites es del del bata batallllón ón Aton Atonal al y otra otrass fuer fuerza zass de infa infant nter ería ía,, aniquilando posiciones de la Guardia Nacional en Tecoluca, o a batallones de la Quinta Brigada de Infantería en maniobras de campo abierto, barrido posiciones militares de poblados circundantes a la carretera del Litoral. Cuando en diciembre de 1983 se produjo el ataque al cuartel de la Cuarta Brigada de Infantería, ubicado en el Paraíso, Chalatenango, poco se supo de la cuota de aporte del frente paracentral. Los batallones “Andrés Torres” y “ Ernesto Mora Morale les” s” estu estuvi vier eron on en esa esa gran gran mani maniob obra ra milit ilitar ar,, al igua iguall que que las las Fuer Fuerza zass
Especiales, que estaban conformadas con una gran cantidad de combatientes del paracentral. El X-21 que entró a la primera línea, también tenía en sus filas a muchos oriundos de aquella zona. Posteriormente en el invierno del 1984 se dio el ataque y toma de las posiciones de la prensa Hidroeléctrica Cerrón Grande. En esta operación, la mayor victoria de campo la obtuvo el batallón “ Ernesto Morales” comandado por el capitán Walter y Goyo. Aniquilaron una unidad entera al emboscar varios camiones militares, donde donde recuper recuperaro aron n un mortero mortero 120 mm., mm., hecho sucedido sucedido entre entre los poblados poblados de Ilobasco y Sensuntepeque. Ese mismo batallón aniquiló al año siguiente una unidad militar en el lugar conocido conocido como El Salto, donde la hazaña del jefe de pelotón. Tito, se cuenta por los sobrevivientes. Ese jefe se lanzó con dos granadas sin seguro sobre la vaguada y, mientras apretaba la espoleta, grito en medio de los soldados que en masa corrían despavoridos: “¡O se rinden todos o nos morimos todos ¡“ Ahí se marco una parte de la victoria. El bata batallllón ón K-93, K-93, que que part partic icip ipó ó en la batal batalla la de Cerr Cerrón ón Grand Grande, e, esta estaba ba basificada en la zona de Radiola, que era comandada por Ramón Torres, también originario originario del paracentral. paracentral. Pero también había un considerable considerable número de guerreros de esa zona en el resto de unidades especiales y regulares de las FPL. Combatir en el sur es otra dimensión. En no pocas ocasiones, cuando en el parac paracent entral ral se recib recibió ió la visi visita ta de algún algún cont conting ingen ente te guerr guerrilille lero ro veni venido do desde desde Chal Chalat aten enang ango, o, al cami caminar nar noche nochess ente enteras ras por por aquel aquella lass plan planic icie iess enorm enormes, es, al adentrarse al las tierras pantanosas, preguntaban por un cerro. Los guerrilleros originarios del lugar respondían que no se preocuparan en buscarlo pues no había ninguno. Luego preguntaban por piedras para parapetarse, tampoco había, “aquí peleamos parados”, les respondían. En las guerras las elevaciones del terreno son puntos de apoyo para el avance militar, son ejes psicológicos para las jefaturas y las tropas. Tomar una elevación permite permite asumir un control control visual sobre el terreno más lejano, lejano, permite permite un estado de dominio, muy básico al momento del combate. Las comunicaciones operativas se sirven de las alturas para que el mando no pierda control de sus unidades. Avanzar
sobre una elevación, cuando en la misma está basificada basificada el enemigo, es una de las mayores desventajas tácticas, si el enemigo domina una elevación se tiene que buscar el dominio de otra. No tener bajo control ninguna altura produce un estado de indefensión. Ese Carácter geográfico es a la vez una conexión del hombre y su entorno. “El salvador es una tierra de lagos y volcanes”, no es una metáfora, la pequeñez del territorio lo sitúa en una membrana de volcanes, cerros y lomas, por donde quiera que se transite. Las planicies del paracentral, son en relación al resto del país, una excepción que puesta como escenario para la guerra modificó drásticamente la concepción táctica de quienes la libraron ahí No uno si no varios jefes guerrilleros del norte hicieron el comentario que en ambient ambiente e tan cerrad cerrado o y poco poco probable probable para la maniobra maniobra como como el de la costa, costa, se hubiesen desertado. Algunos de los jefes militares que pelearon en esas zonas, como Juan Patojo o Goyo, advierten que ante un terreno tan plano surcado por ríos y pantanos, la maniobra más segura era pegarse al cinturón del enemigo. El ataque frontal era la mayor defensa. En todo caso, la maniobra de retiradas siempre debía ser más audaz que en terrenos con elevaciones, la respuesta debía ejecutarse con mayor rapidez, los minutos y los segundos contaban como en ningún otro lugar. Mientras en la elevación el jefe se deleita observando el territorio que tiene a sus alrededores, marca marca con con tran tranqu quililida idad d los los punt puntos os de avan avance, ce, de reti retirad rada a o mayo mayorr resis resiste tenci ncia a enemiga , en el terreno que no se puede ver desde las alturas, las cosas se resulten a cada paso que se da. Es por ello que la agilidad mental y física del guerrillero en esa zona fue su mejor arma, su condición natural, por consiguiente de permanente ofensiva. Cuando avanzaban por las noches, de pronto podían encontrarse con una zona inundad inundada a o pantanosa. pantanosa. Por ello ello fue costumbre costumbre de los habitant habitantes es de esos lugar lugares es derr derriba ibarr palos palos de coco coco para para camin caminar ar sobr sobre e ello ellos. s. Los guerr guerrilille leros ros que que aprendieron a poner sus pies en terrenos como esos, desarrollaron una especial agilidad agilidad para apresurar apresurar los pasos, sin perder el equilibrio, equilibrio, aún de noche y sin luz de lámpara. En cambio aquellos que llegaban llegaban del norte, mientras mientras lograban adaptarse a
esas condicion condiciones, es, debían debían darse darse unos unos cuantos cuantos chapuzo chapuzones nes o revolc revolcarse arse en los lodazales. Muchos de los campamentos que se construyen en la costa nos estaban puest puestos os sobr sobre e tierr tierra a firm firme, e, entr entre e unos unos y otro otro no habí había a ni cami caminos nos.. Casas Casas de campa campaña ña,, piso pisoss y camin caminos os,, eran eran const constru ruid idos os con con made madera ra encl enclav avad ada a sobre sobre las las infinitas raíces de los manglares. Cuando la marea bajaba era posible caminar sobre ellos, aprendiendo aprendiendo a doblar el cuerpo para no chocar con el resto de ramas y raíces. Cuando la la marea subía debían subir sus sus aperos o tapescos tapescos y dormir dormir en hamacas hamacas pues todo lo que quedaba bajo sus pies era agua salada del mar. En esos ambientes los ataques de artillería o los ametrallamientos y cañoneos desde las lanchas Piraña del ejército eran cotidianos, sin que para ello hubiese ninguna piedra o árbol grueso donde defenderse. No en pocas ocasiones guerrilleros y soldados soldados se encontraban encontraban frente a frente, frente, a bordo de pequeñas pequeñas lanchas, atrapados en angostos senderos, rodeados de esas mismas e infranqueables palazones tupida de raíces. Y al verse tan cerca y sabiendo sabiendo que si disparaban era poco probable que alguien alguien sobreviviera, sobreviviera, pues si no morían por las balas morían morían ahogados, ahogados, sin dejar de apuntarse y en el silencio se retiraban por el mismo lugar donde habían llegado. Estos testimonios los hemos obtenido tanto de guerrilleros como de oficiales de la Infantería Marina que pelearon en dichas zonas. Esas Esas son las las creden credenci cial ales es de la mayor mayoría ía de las las víct víctim imas as que que sufri sufrier eron on atro atrope pellllos os por por part parte e del del mand mando o supr suprem emo o de las las FPL, FPL, de nues nuestr tros os test testig igos os,, poseedor poseedores es de una historia historia que no puede ser contada contada a cabalida cabalidad, d, pues uno de ellos es una historia, uno o muchos libros.
CAPITULO CUATRO Mayo Sibrián regresó al paracentral en mayo de 1986, ya en calidad de comandante en jefe del frente. A Goyo se le asigno una misión especial fuera del país los dos comandantes se encontraron en Cerros de San Pedro, el uno saliendo y el otro llegando. Mayo Sibrián acompañado acompañado de un grupo de combatientes, combatientes, había realizado una larga caminata desde la zona de Radiola, del departamento de Cabañas y sostuvo una conferencia de coordinación con Goyo. Ahí salió a luz un tema en apariencia irrelevante: Mayo Sibrián contó que un mucho universitario y miope, que venía con él en la marcha, se le había perdido en el camino. -Es lo que pasa con los pequeño burgueses urbanos, no aguantan ni el menor esfuerzo y son los primeros que se quiebran y traicionan -, dijo. Goyo supo después que el muchacho en cuestiones había extraviado en efecto durante la marcha; había esperado escondido todo un día en un montarral para continu continuar ar el camino camino durante durante la noche hasta hasta llegar a Cerros de San Pedro. Pedro. En el frente fue destinado destinado a los talleres talleres de explosivos y , en poco tiempo debido a su nivel académico académico y a su simpatía simpatía personal, se ganó el cariñoso cariñoso sobre nombre de Oscar, el Maestro. La sorpresa para Goyo, cuando a finales de 1987 regresó al paracentral, fue que Oscar, el Maestro había sido ejecutado por el mando de las FPL en la zona. El se llamaba Carlos Danilo Flores, estudiante de filosofía y maestro de una escuela de Ciudad Delgado. Era Hermano de crianza de Consuelo Roque, que por entonces fungía como jefa de la facultad de Humanidades de la Universidad del Salvador. Otras de las víctimas, con el mismo perfil de Carlos Danilo Flores, además de la ya mencionada psicóloga Ethel Pocasangre Campos, había Sido René Oviedo, Oviedo, de Pseudónimo Octavio, estudiante de economía de la UCA y dirigente del FUR-30, uno de los frentes universitarios de las FPL; así como el doctor Blas, Carlos Alberto Peña Hernández que estuvo como médico de guerra el la zona Ángela Montano del paracentral.
No hace mucho, la madre de René Oviedo se acercó al Instituto de Derechos Humanos de la UCA, para pedir que le ayudaran, por lo menos, a gestionar que Salvador Sánchez Cerén o Medardo Gonzáles, antiguos jefes de la FPL y ahora dirigentes máximos de l FMLN, le indicaran el lugar en que su hijo fue sepultado. Hasta la fecha ambos líderes han guardado silencio.
ANDRÉS, LA DESERCIÓN DE UN JEFE GUERRILLERO. Andrés era un joven guerrillero guerrillero campesino, fiero en combate pero vivaracho vivaracho y alegre en la cotidianida cotidianidad, d, amante de la charla amena y pícara, de la música, música, el baile y la belleza femenina. Era el jefe del destacamento número uno del batallón “Andrés Torre Torres” s”,, cuyo cuyo coma comand ndant ante e era era Migu Miguel el Uv Uvé. é. Cuando Cuando este este últi último mo sali salió ó rumbo rumbo a Chalatenango en 1983, Andrés asumió el mando de esa unidad militar de casi cuatrocientos hombres. Cuando Mayo Sibrián asumió la jefatura general del frente, en 1986, desde el primer momento desaprobó el estilo de trabajo de Andrés, por considerarlo liberal e incompatible con el manual, la doctrina y la mística de las FPL. Para Mayo Sibrián, cualquier indicio de relajamiento en la vida cotidiana debía ser tratado con la máxima sever severid idad ad pues, pues, según según él, él, detrás detrás de ello ello esta esta impl implant antada ada la desc descom ompo posi sici ción ón ideológica, caldo de cultivo para la infiltración enemiga. Un día entre julio y agosto de 1986, Andrés fue requerido para que se presentara presentara en el puesto de mando de Mayo Sibrián. Sibrián. El joven comandante comandante respondió afirmativamente y salió de su campamento, pero con otro rumbo. Hasta la fecha nadie lo ha vuelto a ver ni tiene la menor idea dónde se encuentra. El comandante Goyo recuerda a Andrés como un hombre especialmente listo: -Lo que paso es que no hubo química entre Mayo y él, y empezaron a salir mal las operaciones. operaciones. Pero en lugar de buscar en su interior interior o en su equipo equipo el motivo motivo de los problemas, Mayo comenzó a sospechar de todos, y del primero que sospechó fue del jefe del batallón. Pero Andrés era un zorro muy difícil de cazar, seguro que detecto esa sospecha, y como ya conocía los métodos de Mayo, quizá pensó que morir así no valía la pena, y mejor decidió desertarse.
El capitán guerrillero Juan Patojo, por su parte, nos ha dicho que si en algún momento momento hubiera detectado, como lo hizo Andrés, que lo querían querían matar sus propios compañeros, también el se hubiese desertado. Trine, viejo viejo guerrillero guerrillero y uno de los primeros militante militantess de la FPL en la zona, tien tiene e una una visi visión ón part partic icul ular ar sobr sobre e el caso caso de Andr Andrés és.. El dice dice que que Andr Andrés és era era indisciplinad indisciplinado o pero no un infiltrado. infiltrado. Un asunto asunto de particular atención, atención, viniendo de un viejo militante de origen campesino, que aunque no se explica los hechos con fundamentos teóricos, expresa a su modo una realidad de la vida y la formación ideológica, religiosa en todo caso, de esos hombres: -Andrés se había descompuesto, se había descompuesto se había hecho relajo, andaba bailando por todos lados y metiéndose con las cipotas. Por eso fue que se desertó. O sea que se había indisciplinado demasiado, Mayo sí era bien estricto en esas cosas-,dice Trine. No hay prueba alguna de que Andrés haya sido un infiltrado del enemigo. Además los que le conocieron sabían bien de su persona, de su tiempo tiempo en la guerra y su arrojo combativo. Pero hay otra cosa que para muchos de los veteranos de aquellos sucesos resulta de sentido común: si el jefe de un batallón guerrillero hubiera combatido con tanta fiereza, ni logrado tantas victorias en operaciones de altísimo riesgo, y ni siquiera hubiera sobrevivido como unidad. En cualquier caso, la deserción de Andrés es clave, pues desde entonces el mand mando o de las las FPL FPL en el para parace cent ntra rall come comenz nzó ó la mata matanz nza a de sus sus mejo mejore ress combatientes, comenzando por los capitanes y tenientes jefes de destacamentos: Walter, Walter, Chamba, Rogelio, Rogelio, Anacleto, con todos sus grupos de mando y, en no pocos casos, escuadras y pelotones en pleno. Una vez escapado escapado Andrés, la primera primera decisión que timó el mando de las FPL fue capturar al equipo de mando del batallón “Andrés Torres”, pues su conclusión era que, si el jefe era un infiltrado, infiltrado, los demás que estaban estaban subordinados a él también también lo eran. Se trataba de poco más de diez personas, entre operadores de radio de comunicación, escoltas, y personal de intercepción de comunicaciones enemigas. Hasta el momento solo hemos podido establecer pseudónimos de cuatro de ellos, todos originarios de la zona: el Chivo, marina( prima de Walterón), Hugo y Vladimir,
que son algunos radistas asesinados a los que se refiere Fermín en el primer capítulo de este libro. (Entre ellos también fue capturado y torturado un combatiente combatiente que vio morir a sus compañeros y que, aún amarrado y golpeado, logró escapar de los verdugos. Hemos hablado con él, aceptó la realidad de los hechos y nos dijo que ni siquiera teníamos de la gravedad de los mismos. Sin embargo, a pesar de lo visto y vivido, se negó a rendir su testimonio ante nosotros con el siguiente argumento: “Yo les voy a contar todo, todito, con nombres y apellidos de los muertos y de los asesinos, pero no ahora en tiempo electora. Al nomás que pasen las elecciones vienen y me preguntan y les digo todo”). Con estos casos comenzó a gestarse un método que luego se generalizó; int interro erroga garr bajo bajo tort tortur ura a a los sosp sospec echo hoso soss ant antes de ejec ejecut utar arlo los. s. Con ese ese procedimiento, el mando de las FPL en el paracentral, lograba “sacar confesiones” que involuc involucraba raban n a otros otros combatie combatiente ntes, s, que a su vez corrían corrían la misma misma suerte e involucraban a otros, formando una cadena cada vez más numerosa de sospechosos y ejecutados. -Al final, para que ya dejaran de torturarlos tan cruelmente, los compas decían que que sí, sí, que que ello elloss eran eran infi infiltltra rado doss y tamb tambié ién n lo eran eran los los otro otross por por quie quiene ness le preguntaban-, dice Goyo.-
TRINE: “YO TAMBIÉN LA VI CERCA, PERO ME SALVE” Trine es aún más veterano veterano que Juan Patojo. Patojo. Se integró a las FPL (“la Felipa” Felipa” como el prefiere decir), el 19 de julio de 1972 e una reunión clandestina celebrada en el cant cantón ón Caye Cayeta tana na.. El Hombr Hombre e conoc conoce e cada cada arroy arroyue uelo, lo, mato matojo jo,, roca, roca, loma loma,, quebrada quebrada,, cerro, valle valle o caserío caserío del paracentra paracentrall pues ahí nació creció creció y libró la guerra hasta el final. Los ancianos de la zona dicen que Trine ya era Trine desde antes del conflicto, inmejorable con el machete y la temeridad a la hora de pelear, una característica que le acompañó durante toda la guerra. Mencionar su nombre es decir mucho en estos lugares.
Una de las experiencias más difíciles del viejo Trine fue in uno de los combates posteriores a la ofensiva general guerrillera de 1981. batalla se dio prácticamente cara a cara, pero eran los tiempos en que la guerrilla acampaba y se movía junto alas masa de pobladores civiles, colaboradores y familiares. En esa ocasión el mismo Trine tenía a su lado a su mujer y a dos de sus hijos más chicos, uno de brazos que ella llevaba consigo y uno pequeña de dos años. Al momento del ataque del ejército hubo un enorme desparpajo, y ya en el fragor de la batalla su mujer se extravió con el bebé que llevaba en brazos. Trine, que se había hecho de una de las manitas de su niña de dos años, terminó por perde perderla rla cuando cuando se revo revolc lcab aba a en el suel suelo o evadi evadien endo do las las ráfag ráfagas as y disp dispar aros os y disparando. Días después de esa batalla apareció su mujer, que había estado perdida en los montes sin comer, llevando en brazos a su pequeño, medio muerta de hambre pero con el crío a salvo. Cuando ella pregunto pregunto por la niña él no supo qué responder. Cuando Trine cuenta esa historia respira de manera entrecortada y mira para otro lado. Esta reviviendo en su memoria aquel instante en que su mujer se derrumbó junto a él: Años después. Ya finalizada la guerra, supo que su hija había sido adoptada por un militar que estaba a salvo. Goyo estaba presente cuando se produje ese encuentro entre Trine y su mujer, y nos dice: -Trine es lo que todos sabemos: completo y de pelo en pecho, y tenía una esposa a su medida. Yo estaba ahí, cuando ella le preguntó por Clarita, su hija. Nunca el Chele Trine reaccionó tan abatido, como en esa ocasión, no lo hizo ni cuando se enfrentó a compañías enteras del ejército, solo esa vez. Trine trabajó muy de cerca de Mayo Sibrián y de uno de los jefes principales del paracentral, el Cuto Nelson, encargado de la zona del volcán Chinchontepec. Lo prime primero ro que que recue recuerda rda de Mayo Mayo Sibr Sibriá ián n es un deta detalllle e posi posititivo vo que que muest muestra ra la complejidad de la condición humana: -Recién -Recién llegado llegado al frente frente pregun preguntó tó cuándo cuándo se gastaba gastaba a diario diario por cada comba combatitien ente te.. Un peso peso con con trei treint nta a cent centav avos, os, le diji dijimo mos. s. Pregun Preguntó tó cómo cómo estab estaba a diseñado diseñado ese gasto, y le respondimos que dos cigarros, una porcioncita porcioncita de azúcar y
así le explicamos hasta completar el uno treinta. Pues no, dijo él tiene que ser dos cincuenta por combatiente, pero eso sí, dijo, quiero un reporte diario, semanal, quincenal quincenal y mensual mensual de ese gasto. Y no hay que estar poniendo solo frijoles, dijo, ni solo arroz, hay que comer carne un día, otro día pescado, otro día queso con crema. Y siempre que salíamos a misiones le daba un pistillo a los compas para que compraran cualquier cosita. Cuando Mayo Sibrián tomo el mando del paracentral, Trine estaba operando con unidades militares de ese frente en la campaña de Chalatenango. Como era costu costumb mbre, re, las las mejo mejores res unid unidad ades es del del parac paracen entr tral al,, Trine Trine estaba estaba oper operan ando do con con unida unidade dess mili milita tares res de ese ese fren frente te en la camp campañ aña a de Chal Chalat atena enang ngo. o. Como Como era era costumbre, las mejores unidades del paracentral brindaban apoyo al frente norte del as FPL, con importantes contingentes de tropa. A su regreso, fue designado a una unidad de expansión en los alrededores de Zacatecoluca: -Yo venía una vez al mes al puesto de mando a dar mi informe. Ya desde el principio se oía decir que había una depuración. En esa depuración murieron varios conocidos y amigos míos, familiares familiares también. también. Ahí quedo una tal rosa, hermana de la mujer mía-, cuenta Trine. Y agrega: -Pero esa cuestión era difícil determinar cómo estaba la situación, porque pues estábamos en guerra y uno no podía andar averiguando esas cosas que eran bien delicadas. Lo que sí es cierto es que a la gente la iban cuadrando por algunas indisciplinas, por incumplimiento de tareas. Por esas razones los iban cuadrando,y cuando ya les hacían el llamado y no lo acataban, ahí era que los fusilaban. No tengo idea de cuántos fueron los muertos, pero sí fueron bastantes. Según Trine, en Mayo Sibrián había una actitud obsesiva en los factores ideológicos al momento de valorar a los guerrilleros. Aquel que no cuadraba con el presupuesto generalmente aceptado era amonestado severamente, luego pasaba al nivel de observación, que en tales condiciones significaba estar en curso de ser fusilado por una pequeña muestra de inconformidad con esos métodos.
En esas reuniones, además de recibir las orientaciones del mando, se realizaban procesos internos de evaluación, aplicando el viejo modelo leninista de crítica y autocrítica. El punto es que este mecanismo era utilizado por Mayo Sibrián y su gru grupo de mando para ara enfrent entar a sus pro propios hombres, es, consci sciente o inconsc inconscien ientem tement ente. e. Los señala señalamie miento ntoss lanzado lanzadoss contra contra unos y otros, otros, luego luego del debate y cierre de las reuniones, podían pasar de meras amonestaciones, sanciones disciplinarias, traslado a otras unidades, o el famoso estado de observación previo, al fusilamiento mismo. En una de esas reuniones, Mayo Sibrián explicó que Walter (Abraham Villalobos), jefe del batallón “ Ernesto Morales”, que estaba basificado en la sub zona Ángela Montano, había sido degradada a nivel de combatiente raso por indisciplinas. Entonces Mayo puso la ley de que el que incumpliera, de ahí para allá iba a tener consecuencias, porque la disciplina de la Felipa es rigurosa. Aquí quedan claros, nos dijo a todos, recuerda Trine. (Fabio Balmore Villalobos, comandante Giovani, hermano de Walter, cree cree ahora ahora que este no murió murió en combat combate, e, como fue report reportad ado, o, sino que fue ejecutado sumariamente, al igual que otros dos de sus hermanos: Carlos y Ramón). El mismo Trin rine se vio en aprietos. os. En una de esas famosas sas evaluaciones, realizada en el Chinchontepec, el mando le criticó fuertemente su estilo de trabajo, la, conducta de sus hombres, las tácticas utilizadas para realizar los movimientos en las zonas de expansión, y concluyeron que él incumplía las norma de la organización organización y los acuerdos que se tomaban en el mando. La reunión fue dura debido a los graves señalamientos que pesaban en contra de Trine: - Te vas a quedar aquí para ver qué se decide con vos, me dijeron . Puta, dije yo, me van a matar estos hijos de puta. Pero yo tenía mi AK-47, y había decidido no dar mi cuero así por así- recuerda Trine. Después de unas horas, que Trine sintió larguísimas, el mando tomó una decisión sobre su caso: -Me dijeron que le entregara mi radio de comunicaciones a Sebastián, mi arma de equipo a Osmín y que entregara todo el trabajo de los milicianos los
contactos, contactos, y le designaron designaron otro jefe a mi unidad. Ese procedimiento procedimiento era el peligroso peligroso pues era el que aplicaban entes de las ejecuciones. El final de la situación fue inusual: que uno está de acuerdo con la consigna revolución o muerte, y otra cosa es cumplirla... Ahí me encabronó yo y les dije: Ah no, a mí de cobarde no me va a acusar nadie, y mucho menos ustedes que me conocen bien, les dije ya decidido a todo. Y me dicen ellos: Ya lo sabemos, cabrón, que a vos te retruecan los güevos, si el problema con vos no es ese no jodás... Y así quedó esa cosa. Esa vez si la sentí cerca. Sentía yo que había hecho algo que no le perdonaron a nadie, pe ro me sa lv e.
-Aqu -Aquíí se tra trata ta de de pone ponerr en orde orden n las las cosa cosas, s, ¿us ¿uste tede dess está están n de
acuerdo en la consigna consigna de revolución revolución o muerte?, muerte?, nos preguntaron. preguntaron. Yo sí, sí, dije yo y también los otros. Es que ustedes han sido gente del batallón “Andrés Torres”, nos dijeron, porque ya solo nosotros quedábamos de lo que había sido aquél batallón. Una cosa, siguieron diciendo, es decir
PEDRO CAFÉ “POR ACCIÓN U OMISIÓN TODOS FUIMOS CÓMPLICES” Pedro Café fue sanitario de la guerrilla. Usa lentes redondos y cabello largo recogido en una coleta. Es muy expresivo cuando relata la guerra. Puede subir a una banca, tirarse al suelo, dar vueltas, simular u n a va va nc n c e n oc o c tu tu rn r n o e n p os o s ic i c ió ió n v ie ie tn t n am a m iti t a o l a p ic i c ad a d ur u r a d e u na na serpiente. Es un histrión completo cuando quiere contar una aventura de guerra o de amor. Pero es al mismo tiempo un hombre seco, parco, que parece simular confusión en sus recuerdos cuando se trata de la matanza de sus compañeros. Y no es porque no quiera hablar de ello, es porque en su alma anida un dolor ahogado en todos estos años de silencio, un g ri r i to to p au a u sa s a do do q ue ue s e a ga g a za z a pa pa e n s u p ec e c ho ho , c om o m o e sp sp er e r an an do do e l
momento de salir, un grito de rabia y de vergüenza. Cuando finalmente decide hablar del tema reflexiona tan crudamente que es imposible no creerle. creerle. Una de sus primeras primeras reflexio reflexiones nes comparti compartidas das con nosotros nosotros es contundente: —Por acción u omisión, todos los que estuvimos en el paracentral somos cómplices. Yo me siento culpable porque no dije ni pío. Los a se s e si s i na n a do d o s e ra ra n g en e n te te b ue u e na n a , g en e n te t e q ue u e s e e nt n t re re gó g ó d e l le le no no a l a revolución, dio lo mejor de su vida y no les importaba haber muerto combatiendo frente al enemigo. Pero no se imaginaron morir a manos de sus mismos compañeros, acusados en esa forma, pues el sentido común dice que al menos había que darles el beneficio de la duda. Porque alguno o algunos puede que hayan sido infiltrados, pero no esa cantidad. Es que si todos Los asesinados hubieran sido infiltrados, en una sola noche le hubieran dado vuelta al frente.
Pedro es licenciado en filosofía y veterano de dos guerras: la sandinis sand inista ta y la salvador salvadoreña. eña. Peleó en ambas amba s como oficial ofici al de sanidad. sanidad. Aunque ese término suene suave o hasta contradictorio, lo cierto es que estuvo en ataques en plena línea de fuego con fuerzas especiales y u ni n i da da de de s r eg e g ul u l ar ar es e s d e é lili te te , e n e mb mb os o s ca ca da d a s, s , g ol ol pe pe s d e m an an o y maniobras de campo abierto. Vivió sus años de infancia y juventud en las barriadas del norte de San Salvador, y como muchos de los jóvenes solteros, como él mismo lo señala, pasó de un existencialismo difuso a una vida con los ojos puestos en la revolución. En la búsqueda de sí mismo y del sentido de la vida, como solía decirse por entonces, un día decidió echarse a la carretera y comenzar un viaje de mochilero que lo llevó por varios países. Cuando entre 1978 y 1979 estalló la insurrección insurrección popular contra
la dictadura somocista en Nicaragua, Pedro estaba allí, por casualidad, casualidad, y no vaciló en sumarse a la rebelión. Después del triunfo se integró al Ejército Sandinista, en el cual ganó el grado grad o de tenient teniente e combati combatiendo endo en las montañas montañ as a las fuerzas fuerza s c on o n tr tr ar a r re r e vo vo lu l u ci c i on on ar a r ia i a s. s.
A hí hí
t a mb m b ié ié n
se
e sp sp ec e c ia ia lil i zó zó
en
t éc é c ni ni ca ca
odontológica. A mediados de los años ochenta entró en contacto con m ie i e mb mb ro ro s d e l as a s F PL PL q ue ue e s ta ta ba ba n d es e s ta ta ca c a do do s e n M a na n a gu gu a, a, y a p ri r i nc nc ip i p io io s d e 1 98 98 7 a ce c e pt p t ó l a p ro r o pu pu es e s ta ta d e v en e n ir ir a c om o m b at at i r a E l Salvador. Pero antes tuvo que pasar por una fase de entrenamiento en la escuela militar “Juan Méndez”, que las FPL tenían en la carretera sur de M an an ag ag ua u a . U n d ía ía o yó y ó d ec e c ir ir q ue ue u n s up up er er c ua ua dr d r o d e l a g ue ue rr r r ilil la la salvadoreña llegaría a impartir un curso intensivo de explosivos. El hombre en cuestión, “frío y muy serio”, era un comandante que no se identificó con nombre alguno, pero al que el resto de dirigentes le rendían un evidente respeto. Durante una de sus clases, Pedro cometió una imprudencia, al preguntarle al comandante si podía fumar. El hombre lo miró con dureza y le dijo: “¿Compañero, cómo se le ocurre pensar siquiera en encender un cigarro en una clase de explosivos?’. Pedro recuerda que la actitud siempre fría de ese hombre ponía nerviosos a todos sus compañeros, al p u n t o q u e , d u r a n t e u n a p r u e b a d e l a n z a m i e n t o d e b o mb a s m o l o t o v , ninguno de ellos acertó a estallar los artefactos, pues por la tensión los lanzaron sin la fuerza debida. El comandante, sin decir nada, recogió todas las bombas y las fue estallando él mismo una a una sin fallar en ningún caso.
F i na n a lm l m e nt nt e , t er e r mi m i n ad ad o e l e n tr tr e na n a mi m i e nt nt o q u e s e p r ol o l o ng ng ó p o r v a ri r i os os m e se se s , P e dr dr o i ng n g r es e s ó a l a s z on o n a s g u er e r r ilil le l e r as a s s a lv lv a do do r eñ eñ a s p o r e l frente occidental, por el lado de Metapán, y ya desde ahí comenzó a sentir el asedio de los ataques aéreos y artilleros. Semanas después caminó hasta Chalatenango. Ahí Salvador Sánchez Cerén le dio las i ns n s tr tr uc u c ci c i on on es e s p re r e ci c i sa sa s d e l a m is i s ió ió n q ue ue i r íía a a c um u m p lil i r a l f re re nt nt e paracentral. Al salir de Chalatenango pasó por la zona guerrillera de Radiola, y fue ahí donde comenzó a escuchar el nombre de Mayo Sibrián, asociado a v ag a g as a s h is i s to to ri r i as a s d e “ se s e ri r i os o s p ro r o bl b l em e m as a s d e i nf n f ilil tr tr ac a c ió ió n e ne n e mi m i ga g a ”. ”. También ahí conoció a un joven radista con el que trabó amistad, y que también estaba en ruta hacia el paracentral, al que finalmente finalmente entraron, en el mes de octubre octubr e de 1987, 1987, por Cerros Cerros de San Pedro hasta hasta llegar a la zona de Gavidia. Cuando él y su compañero se presentaron ante el comandante del frente, se encontró con un hombre frío, no muy alto y de mirada dura al que ya conocía, pues era el mismo que le había dado el curso de explosivos en Managua. El saludo entre ambos fue parco. Un par de meses después, Pedro envió una carta a su amigo radista, que había s id i d o e nv n v ia ia do d o a o tr tr a s ub u b z on o n a. a . E n l a c ar a r ta t a l e c on o n ta t a ba ba q ue ue e st s t ab ab a a lfl f ab a b et e t iz iz an a n do d o y t ra ra ba b a ja ja nd n d o e n e l h os o s pi pi ta t a l,l , “ un u n j ar a r dí dí n r od o d ea e a do do d e h er e r mo m o sa sa s f lo lo re r e s” s ” , d ec e c ía ía e n a lu l u si s i ón ó n a l as a s c om o m pa pa ñe ñ e ra r a s q ue ue a hí hí s e desempeñaban. No recibió respuesta y pasó un tiempo en el que no volvió a ver a su amigo. —Pero en un viaje que hicimos para traer abastecimientos, me lo encontré y lo note muy cambiado, muy evasivo, ya no era el mismo. Al c or o r re re r d e l o s d ía í a s, s , a hí h í p or or d ic i c ie ie mb m b re r e , v in in ie i e ro ro n u na na s f ue u e rz r z as as d e Chalatenango y se rompieron muchos esquemas que había en la tropa
del paracentral, incluso se hizo una fiesta en el campamento. Los de C h al a l a te te p u si si e ro ro n u n c a se se te t e d e l os o s C r ed ed e nc nc e , y l os o s d e l p a ra r a c en en tr tr a l estaban todos asombrados por ese tipo de música. Ninguna compañera q u er e r ía í a b a ilil a r u n a m ús ú s ic i c a t a n r a ra ra . E n to to n ce ce s , p ar a r a r o mp mp e r e l h i el el o , comencé a bailar solo, haciendo pasos medio psicodélicos, y los de Chalate se sumaron al deschongue. El comandante Mayo Sibrián lo mandó a llamar al siguiente día: Lo primero que hizo fue mostrarme la cartita que yo le había e nv n v ia ia do d o a m i a mi m i go go . ¿ Qu Qu é s ig ig ni n i fif i ca c a e st s t o? o ? , m e d iji j o b ie ie n s er e r io io . L e expliqué que ese mensaje era simplemente un gesto de cortesía y de amistad amistad hacia un compañer compañero, o, y agregué agregué que ambos ambos éramos éramos solteros solteros y que por eso había escrito lo de las flores hermosas. No es correcto escribir esas cosas, me dijo, y me reclamó lo de La fiesta: Ni esa música ni esa manera de bailar son de un revolucionario; usted también tambié n anda hablando cosas que vio en otros países, y tampoco eso está bien, a la tropa no le ande contando babosadas. Usted tiene pensamiento p e qu eñ ob u r gu é s , por lo tant tanto o ya no pued puede e seguir seguir alfab alfabeti etizan zando do a los compa compañer ñeros, os, porque los puede influir influir con esa mentalidad pequeñoburguesa, me dijo. Y continúa. __Ahí mismo me degradó, me quito la condición de militante del partido que me habían dado en Managua. Entonces pasé como seis meses sin fusil, porque Mayo me dijo cara a cara que tenía que ganarme la militancia, el fusil y la categoría de combatiente. Esos seis meses me lo pasé como sancionado prácticamente, moliendo maíz y acarreando todas las noches los abastos, cargando bultos por esos cerros y sin fusil. Pedro da un salto de memoria y de pronto evoca a un compañero por el que llegó a sentir afecto y admiración: __Nunca supe su nombre legal, solo le decíamos el Maestro. Era universitario y jefe de taller de explosivos. Una persona muy especial por sus conocimientos, su talento técnico y su generosidad. A él lo ejecutaron en Cerros de San Pedro.
(Se trata, evidentemente, del ya mencionado Carlos Danilo Flores). __El jefe de Cerros de San Pedro era Carlos, y a él mismo le mataron después a la mujer y a dos hermanas de ella__, continúa Pedro__, yo no sé, no les puedo decir en verdad cuántos fueron los muertos, pero con uno que haya sido matado de esa forma como lo hacían… A otros les reventaron la cabeza con grandes piedras los mismos compañeros. Eso no es de revolucionarios… Si nosotros nos metimos a esta mierda precisamente por combatir esos métodos. Pedro no vio, pero le contaron otros compañeros, la ejecución en masa de los miembros de un pelotón de veteranos. Por el mismo motivo de la sospecha fueron colgados de las piernas en los árboles. Los ejecutores les comenzaron a pegar garrotazos en las cabezas, cumplieron la rutina en varias rondas. En cada ronda iban muriendo algunos, con la masa gris a flor de piel, otros fueron desangrándose y muriendo en la ronda siguiente, hasta que no quedó ninguno con vida.
CAPITULO CINCO GOYO: “¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL PARACENTRAL, ME PREGUNTARON?” PREGUNTARON?” No había valle o serranía, playa o volcán, camino o recoveco del frente para paraccent entral ral en el que que Goyo oyo no fuera uera con conocid ocido o y resp respet etad ado o por por los los jefes efes y combatientes guerrilleros, lo mismo que por sus familias. Había nacido en esa zona. Allí se había incorporado a la lucha como un joven organizador campesino allá por 1977. Allí se había sumado a las FPL por esas mismas fechas, y había ido ganando progresivament progresivamente, e, en combate, las jefaturas jefaturas de escuadra, pelotón, columna, destacamento, batallón, operaciones y Estado Mayor, hasta convertirse en el comandante Goyo, jefe militar del frente paracentral. En abril de 1986 se le informó que tendría que cumplir una misión especial fuera del país. Unas semanas después llegaba llegaba a Cerros de San Pedro el hombre al que la máxima jefatura de las FPL había elegido para sustituirlo: el comandante Mayo Sibrián. Después de entregar el mando, y tras la ya mencionada conferencia de coordinación con Mayo Sibrián, se puso en camino. Su ruta de salida, con escalas de descanso y coordinaciones, pasaba por la zona guerrillera conocida como Radiola, el cerro de Guazapa y el cerro Bonete. Antes de llegar a este último punto, se detuvo algunos días en la comunidad Tres Ceibas, en el norte de la ciudad de Apopa. Habían transcurrido unos dos meses desde que saliera de Cerros de San Pedro. Una noche, en Tres Ceibas, recibió la visita de un grupo de familiares de guerrilleros de esa zona que habían sido enviados al frente paracentral. Le contaron angustiados que se estaba rumoreando que algunos de sus parientes habían sido acusa acusados dos de traic traició ión, n, y los los habí habían an tort tortura urado do y mata matado do sus sus mism mismos os jefes jefes.. Esa Esa información información desconcertó desconcertó a Goyo, pero era demasiado imprecisa como para tomarla tomarla como una certeza. Al día siguiente reemprendió la ruta que finalmente lo llevaría hasta Cuba.
Un par de meses después de su llegada a La Habana, Goyo, recibio la visita de tres miembros de la comandancia de las FPL. Querían saber cómo evaluaba él las condiciones de seguridad del frente paracentral. Estaban preocupados porque habían recibido informes sobre una vasta red de infiltración enemiga, tanto en las bases de apoyo en la población civil como entre las mismas tropas guerrilleras. Goyo les dijo que esa aseveración aseveración le parecía parecía incoherente, incoherente, que una infiltraci infiltración ón de esa magnitud era imposible. Durante años él había realizado en ese frente, con la mism misma a trop tropa a oper operaci acione oness mili milita tares res pequ pequeña eñas, s, media medianas nas y grand grandes, es, accio accione ness logí logíst stic icas as a gran gran esca escala la entr entre e la pobl poblaci ación ón civi civill y bajo bajo estr estric icta tass medi medida dass de clandestinidad, y todo lo que él había observado durante esas experiencias estaba contemplado dentro de la normalidad de un estado de guerra. Los tres comandantes comandantes quedaron indecisos. indecisos. No podían dudar de la evaluación de un cuadro con la experiencia política y militar de Goyo, pero le pusieron un ejemplo ejemplo de lo que Mayo Sibrián Sibrián había reportado como un signo de la infiltración. infiltración. Se trataba de una operación en la que un grupo comando, teniendo a tiro a la unidad enemiga, había lanzado las granadas sin lograr pegar en el objetivo. Goyo pidió más detalles sobre ese incidente, incidente, y luego les presento su consideración al respecto. __E __Ess una una típi típica ca acci acción ón en medi medio o de un oper operat ativ ivo o enem enemig igo. o. En esas esas circunstancias la exploración se hace sobre la marcha, los compás se echan las cargas al lomo y si hay tiro lo hacen sin más. Pero Pero igual si andan cansados cansados o están con hambre, y les toca efectuar el golpe de mano a las diez de la noche, un cusuco o una tataltuza que salta por ahí en el monte los puede confundir y así se provoca un erro error. r. De esas esas expe experi rien enci cias as les les pued puedo o cont contar ar cien ciento tos_ s__, _, conc conclu luyó yó Goyo Goyo,, ya adivinando y deplorando la suerte que los muchachos comandos habrían corrido. Uno de los tres comandantes, el legendario dimas Rodríguez, era el más escéptico respecto al informe de la “vasta infiltración enemiga”, y el más interesado en poner las cosas en claro, de acuerdo a Goyo. Fue él quien le preguntó comó se explicaba entonces que Mario Sibrián cometiera un error de apreciación tan grave. La respuesta de Goyo fue directa y contundente: __Mayo asumió, en el frente paracentral, el mando de dos batallones de élite, más más de cinc cinco o colu column mnas as Guerr Guerrilille leras ras,, un gran gran núme número ro de perso persona nall asig asigna nado do a
milicias, milicias, talleres talleres y logísticas, logísticas, o sea, casi la mitad del total de las fuerzas fuerzas de las FPL; es decir que le asignaron una responsabilidad sobre una gran cantidad de territorio y tropa, lo que superó sus capacidades tácticas, estratégicas y hasta psicológicas. Uste Ustede dess lo sabe saben n bien bien,, lo más más que que Mayo Mayo habí había a llev llevad ado o a coma comand ndar ar era era
un
destacamento, y de pronto le pusieron en las manos toda esa fuerza, cualquiera puede tener problemas en esa situación__, finalizó Goyo.
MIGUEL UVE, LA MUERTE DE LOS AMIGOS Nicolás García, el comandante Miguel Uvé es originario de San Vicente. Se incorporó a la guerrilla en 1974. Su seudónimo Uvé deriva del hecho de haber sido uno de los fundadores fundadores de las Unidades de Vanguardia de las FPL. En el paracentral estuvo al mando del Batallón “ Andrés Torres”, asta 1983, ese ano fue enviado a Chal Chalat aten enan ango go dond donde e junt junto o a otro otross coma comand ndan ante tess tamb tambié ién n prov proven enie ient ntes es del del paracentral, Goyo, Ramón Torres, Giovanni y Walter, participo en la conducción de batallas que ahora son casi legendarias, como la del ataque a la Cuarta Brigada de Infantería. Ya casi al final de a guerra, en abril de 1991, viajaba en un vehículo junto al comandante Antonio Cardenal (Jesús Rojas) y un grupo de combatiente, en una zona que consideraban segura en el Norte de Chalatenango. Sin embargo, fueron sorprendidos por una emboscada montada por una unidad especial del ejército. Jesús Rojas fue impactado mortalmente por una de las primeras ráfagas, a las que sucedió el ametrallamiento a mansalva y el lanzamiento de ráfagas de mano. La mayoría de guerrilleros caen abatidos, y solo quedan cuatro sobrevivientes heridos que tratan escapar arrastrándose y disparando sus armas. Uno de ellos es el comandante Miguel Uvé, que alcanza a parapetarse detrás detrás de una una piedr piedra. a. Migu Miguel el intu intuía ía que que Jesú Jesúss Roja Rojas, s, miem miembro bro de la máxim máxima a dirección de la FPL. Estaba muerto, y le preocupaba que en su mochila cargaba no solo una gran cantidad de dinero sino, también, las claves de las comunicaciones e
impo import rtan ante tess docu docume ment ntos os inte interno rnos. s. En esa esa mism misma a embo embosc scada ada murie muriero ron n varios varios guerrilleros del frente paracentral: Nando, Alirio, Manolón y otros más. Muy cerca de ahí, a ambos lados de la calle, acampaban varias unidades guerrilleras que ya habrían ante la balacera, y estarían por llegar al sitio. Miguel y sus compañeros compañeros decidieron entonces seguir disparando ante la balacera, y estarían estarían por llegar al sitio. Miguel y sus compañeros decidieron entonces seguir disparando, con el objeto de proteger la mochila de Jesús Rojas mientras llegaban los refuerzos. La unidad del ejército también sabía de la cercanía de los otros guerrilleros, y tuvieron que abandonar la posición ante la resistencia de los heridos y la inminencia del contraataque guerrillero. Pero mucho antes de eso, en 1986, pocos meses después de la llegada de Mayo Sibrián al frente paracentral, Miguel comenzó a recibir correos de sus amigos y comp compañ añer eros os de aque aquell fren frente te de guer guerra ra.. Las Las noti notici cias as que que le envi enviab aban an eran eran desconcertantes. Algunos de los jefes de destacamento del batallón que él había comandado años atrás, el “Andrés Torres’’, le contaban que la situación era grave, que sentían temor de morir a manos de sus mismos mand mandos os,, pues pues se habí había a caíd caído o en una una ext extraña raña sit situac uación ión de desc descon onffianz ianza a generalizada. Dos de esos jefes de destacamento, Chamba y Rogelio, le confiaron que temían que de un momento a otro se les acusara de traición injustamente, como a tantos otros compañeros a los que ya habían matado. El comandante Miguel Uvé se consternó por semejantes noticias, pues conocía a fondo a esos guerrilleros con quienes quienes había había combat combatido ido hombro hombro durante durante varios varios años, años, y por cuya lealtad lealtad podía poner las manos al fuego. Muy poco tiempo después, Miguel recibió el informe de que, en efecto, Chamba y Rogelio habían sido ejecutados ‘’por infiltrados’’. Al igual que Fermín, por los mismo días, tampoco Miguel Uvé imaginaba que la matanza del paracentral, apenas comenzado.
MELO, PRIMERAS ALARMAS EN LA COMANDANCIA GENERAL. Lino Lino Caba Caballller ero, o, el coma comand ndan ante te Melo Melo del del ERP, ERP, estab estaba a dest destac acad ado o en las las cercanías de Nuevo Edén de San Juan, al norte de San Miguel. A principios de 1987, llegaron despavoridos a su campamento unos diecisiete combatientes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRTC). Habían salido huyendo de Cerros de San Pedro, porque, aseguraron, el mando de las FPL los acusaba de ser infiltrados y los querían matar, como ya lo habían hecho con muchos otros compañeros. Melo informó del incidente la jefatura del ERP y asiló en su campamento a los prófugos. Unos mese después, en mayo, fue enviado a Usulután, donde el ERP tenía afincada una fuerza considerable a cargo de los comandante Carmelo, Mariana y Federico. Ellos tenían su puesto de mando en Tres Calles, y solo el río Lempa los separaba de los territorio controlados por las FPL en San Vicente. Además en el mismo departamento de Usulután, hacia el norte, estaba la zona Ángela Montano, donde se encontraba basificada otra fuerza de la FPL, dirigida por David Gavidia pero sometida al mando central de Mayo Sibrián. En agosto de 1986, el mando de las FPL del frente paracentral y el ERP del frente suroriental, celebraron una reunión de coordinación e intercambio en Tres Calles. Melo recuerda que Mayo Sibrián comentó que había descubierto una vasta red de infiltración infiltración enemiga enemiga entre la población civil civil y la tropa guerrillera guerrillera de su zona, pero que ya había comenzado a tomar medidas al respecto. A manera de ejemplo, relata Melo, Mayo Sibrián contó algunos casos en que, ‘’a puros vergazos’’, le había sacado la verdad a los infiltrados, quienes habían terminado confesando y entregando a sus cómplices. Cuando los comandantes del ERP le pidieron más detalles, Mayo Sibrián explico que una de las pruebas de la infiltración era la precisión con que el enemigo atacaba con fuego aéreo y artillero sus campamentos, por más que él los cambiaba de ubicación constantemente.
_Es claro que la información le está llegando al enemigo desde adentro del frente __, le dijo. enemigo desde adentro del frente__, les dijo. Los comandantes del ERP le explicaron que también a ellos les habían comenzado a ubicar sus puestos de mando, pero que habían descubierto que el problema se debía a la a la detección goniométrica de las comunicaciones: cuatro grand grandes es ant antena enass en en todo todo el país país,, ubi ubica cadas das en el robl roblar, ar, el Pa ca ya l, el Te co na l y e l C ac a c ah a h ua ua tit i qu q u e, e , m ás á s u n a vi v i ón ón e sp s p ía í a y u n b ar a r co c o n or o r te t e am a m er e r ic i c an an o ubicado en la costa pacífica, realizaban el cruce y cuadriculaban los lugares desde donde se emitían las señales radiales guerrilleras. Mayo S ib i b ri r i án á n d es e s es e s tit i mó mó e se s e p la l a nt n t ea e a mi m i en e n to to e i ns n s is i s titi ó e n e l t em em a d e l a infiltración. E n e s a r e un u n i ón ón t a mb mb ié i é n e s tu tu v o p r es e s e nt nt e e l c o ma ma n da da n te te R aú aú l Mijango del ERP. En su libro autobiográfico Mi guerra, refiere el hecho de la siguiente manera:Carmelo me pidió que le acompañara a una reunión que sostendría con Mayo Sibrián. Aquel tipo, que no se quitó en ningún momento la mochila ni el equipo y mantuvo en todo momento el fusil sobre las piernas, a cada rato se chupaba con los labios un ralo bigote, se frotaba constantemente constantement e la cara con las manos y mantenía un imparable movimiento de dedos cuando platicaba. Nos contó en detalle sobre un formidable plan de inteligencia enemiga que había infiltrado las estructuras guerrilleras y creado una amplia base de apoyo en la población civil, que eran familiares de los misinos infiltrados que se hacían pasar por combatientes. Pero además nos contó corno él había descubierto la operación y estaba llevando adelante la acción que podía considerarse el golpe más estratégico al aparato de inteligencia enemiga. Finalmente nos alertó a que estuviéramos buzos, porque en sus estructuras en esa zona ya había detectado presencia de infiltrados, y que por eso él andaba allí.
No nos dio datos de cuántos supuestos enemigos había aniquilado ya. T er e r mi m i na n a da d a l a r eu e u ni n i ón ó n , C ar ar me m e lo l o m e p re r e gu g u nt nt ó q ué u é m e p ar a r ec e c ía ía t od od o aquello. Ese tipo está loco o está cagado, es un paranoico, le respondí. P a ra ra l o s c o ma ma n da d a n te te s d el e l E R P e l c u ad ad r o p l an an t ea ea d o p o r M a yo yo S i br b r iá i á n r e su su l tó tó p o co c o v e ro ro s ím ím ili l , p ue u e s s a bí bí a n p e rf r f ec e c ta t a m en e n te t e q u e, e, p o r definición, La infiltración en las filas enemigas nunca es masiva sino puntual, a menos que se esté hablando por confusión de fenómenos diferent diferentes. es. Uno de ellos, que no quiere ser citado citado por su nombre, nos explica: —Si eso es así, es decir, si las FPL confundieron confundieron problemas como la indisciplina o la desmoralización desmoralización con la infiltración, infiltración, eso explicaría explicaría La g ra ra n
c an a n titi da da d
de
v ic ic tit i ma ma s
i n oc o c en en te t e s. s.
La
d es e s mo mo ra r a lili za z a ci ci ó n
y
La
i nd n d is i s ci c i pl p l in in a s on o n c om om un u n es e s e n l a g ue u e rr r r a, a , y s e a ce c e nt n t úa ú a n e n p er e r io io do do s particularmente particularmente problemáticos problemáticos en que la correlación de fuerzas no te es f a vo vo r ab a b le l e , o c u an an d o s e d a e s ca c a s ez e z d e a lil i m en en to t o s , b a la la s , z ap a p a to to s y equipo en general. Pero ese tipo de problemas requieren un tratamiento tratamient o que ciertamente no es el fusilamiento de tus propios compañeros. Eso e s a bs b s u rd r d o .. .. . R e cu cu e rd rd o q ue u e d e sp sp u és é s d e e sa s a r e un u n i ón ón c o n M ay ay o , m i c on o n cl c l us u s ió i ó n f ue ue q ue u e e ra r a a é l a q ui u i en e n l e h ab a b ía ía n L og o g ra r a do d o i nf n f ilil tr tr ar ar l a cabeza, haciéndolo ver fantasmas por todos lados. P oc oc o d es es pu p u és és d e e se se e nc n c ue u e nt nt ro ro s e d ie ie ro r o n a lg lg un un os o s h ec ec ho ho s signifi sign ificati cativos vos en el lapso de un par de semanas. semanas . Un funcionario funcionario de La Cruz Roja Internacional, que en varias ocasiones había mediado para la liberación de soldados y oficiales del ejército capturados por el ERP le manifestó al jefe de esa organización y miembro de la comandancia general del FMLN, Joaquín Villalobos, su preocupación porque, en San Vicente, las FPL había matado a garrotazos a una señora embarazada, a la que acusaban de ser colaboradora del ejército.
Además, Mayo Sibrián había capturado a Eulogio Villalta, Villalta, un líder agrario de Usulután que colaboraba en secreto con el ERP La acusación era La usual: trabajar para el enemigo. El enlace clandestino clandestino de Eulogio V i llll a ltlt a e r a p r ec e c is i s a me me n te te e l c om o m a nd nd a nt nt e M el e l o , q u ie ie n d e i n me me d ia ia to to informó a Joaquín Villalobos. Villalobos Villalob os se comunicó con el jefe máximo de las FPL, Salvador Sánchez Cerén, y le exigió la liberación inmediata inmediat a de Eulogio Villalta. Mayo Sibrián no tuvo más alternativa que soltar al hombre.
Por esos misinos misinos días, Mayo Sibrián Sibrián le comunicó comunicó a Camilo Camilo Turcios, el comandante del PRTC en Cerros de San Pedro, que había detectado q ue u e u n p el el ot ot ón ón e nt nt er er o d e l as as
f u er e r za za s
b aj aj o
su
m an an do do
e st s t ab ab a
trabajando para el enemigo, y le pidió que los capturara, los desarmara y se los enviara. Camilo Turcios conocía muy bien a sus hombres y decidió decidió pasar por alto la solicitu solicitud, d, pero informó informó de la situación situación al jefe del PRTC, Roberto Roca. R ob o b er e r to t o R oc o c a, a , q ue u e t am a m bi b i én é n e ra r a m ie i e mb mb ro r o d e l a C om om an a n da d a nc n c ia ia G en en er e r al al d el e l F ML ML N, N , e st s t a ba ba e nt n t o nc n c es es e n e l n or or te te d e M or or az a z án án , e n territorio bajo control del ERP, y decidió consultar el caso con Joaquín Villalobos. Villalobos. “No es posible que todo mundo sea infiltrado en ese frente”, le dijo Villalobos, y le sugirió que trasladara a la fuerza en cuestión hacia Morazán, para poner a sus miembros en observación. A los pocos días llegó a Morazán no un pelotón sino toda una columna del PRTC, unos setenta hombres. Todos ellos manifestaron sentirse temerosos temeroso s por l as p ur ga s qu e la s F PL es taba n lle va n do a ca bo en e l fr e nte paracentral.
Roberto Roca llevó el tema a discusión en la
Comandancia
G en e n er e r al a l d el e l F ML ML N, N, e n d on on de de e l r ep ep re re se s e nt n t an a n te te d e l as a s F PL PL e ra ra Salvador Sánchez Cerén, y amenazó con renunciar a ese organismo si no se le ponía un alto a las ejecuciones de combatientes en el paracentral. Salvador Sánchez Cerén se comprometió a investigar el asunto.
GOYO, LA INVESTIGACIÓN Y EL INFORME A su regreso de Cuba, el comandante Goyo fue destacado al f r en e n te t e n or o r t e d e C ha h a l at at en e n a ng ng o . P o r e s os o s d ía í a s l a s n o titi ci c i a s s o br br e l as as ejecuciones sumarias realizadas realizada s en el frente paracentral habían llegado a un nivel crítico. Al final del invierno de 1987, Salvador Sánchez Cerén l o m an an dó dó a l la la ma ma r y l e a si s i gn gn ó u na na m is is ió ió n s um u m am am en en te te d el e l ic ic ad ad a y confidencial: confidencial: que fuera al paracentral y hablara con Mayo Sibrián y con la tropa, averiguara lo que allí estaba sucediendo y le presentara un informe. —Cuando llegué a la zona de Gavidia, lo primero que Mayo me dijo fue que todo lo que estaba pasando en el frente era mi culpa, que yo se lo había dejado repleto de infiltrados. Y agregó que por ahí le habían dicho que a lo mejor también yo estaba en esa jugada—, cuenta Goyo—, claro, lo que sucedía es que él ya había matado a todos los jefes y a una gran cantidad de combatientes con los que yo había operado. En ese momento Goyo hizo un calculo mental: si a él mismo, que había habí a tenido tenido todos todo s los mandos posibles, posible s, desde desd e cuadro cuadro de masas, masas, jefe jefe de milicias, de guerrillas, de pelotón, destacamento, batallón, jefe de operaciones y jefe militar del frente, se le emplazaba de una manera tan t o rp r p e y p e lili gr gr os o s a , ¿ c ó mo mo n o s e p od o d r ía ía a ct c t u ar ar c o n l o s j ó ve ve n e s guerrilleros que recién llegaban y que no tenían ninguna trayectoria, ni mayores conocimientos y responsabilidades, ni respaldos de mando? P a ra ra c o me me nz n z a r s u i n ve ve s titi ga g a c ió ió n , G o yo yo p id i d i ó u na n a r e un un i ón ón c o n t r ei e i n ta ta
de
los
p ri r i n c ip ip al al e s
m an an d os os
de l
f r en en t e
p ar ar ac ac e nt nt r al al ,
s e is is
representantes por cada una de las cinco sub zonas. Lo primero que
percibió era que existían dos corrientes de pensamiento entre esos jefes: la mayoría de ellos opinaban que tanto las ejecuciones como los métodos empleados para realizarlas estaban dentro de lo correcto. El otro grupo era el que se oponía, pero eran muy pocos. Sin embargo, pidieron con vehemencia a Goyo que solicitara a la máxima autoridad de la organización organización terminar con todo aquello. Después, Goyo habló con el grueso de la tropa en varias jornadas. En
la
primera
de
esas
jornadas
sucedió
algo
d r amá tic o:
los
combatientes habían sido concentrados en un campamento, sin que se les hubiese comunicado el motivo de ello; cuando vieron llegar a Goyo, a co c o mp m p añ añ ad a d o p or o r v ar a r io i o s e le l e me me nt n t os o s d el e l e qu q u ip i p o d e m an an do d o d e M ay ay o Sibrián,
e n tr a ro n
en
pánico
y
algunos
ha s ta
temblaban
incontroladamente: —Ellos pensaron que llegábamos para fusilarlos a todos—, dice Goyo—, los calmé y hablé con ellos, pero en medio de esa tensión era comprensible comprensible que no me dijeran mucho, pues sabían que cuando yo me fuera con su informe, ellos se quedarían solos frente a su realidad. Obv ia men te ,
la s
condiciones
en
que
Goyo
realizaba
su
i n ve ve s titi g ac a c ió i ó n n o e r an a n l a s m ás á s s e gu gu r as a s , p o rq rq u e é l m is i s m o s e s e nt n t ía ía v ig i g ili l ad a d o, o , a un u n qu q u e s ab a b ia i a q ue u e , p or o r s u j er e r ar a r qu q u ía í a , M ay ay o S ib i b ri r i án án n o s e atreverí atre vería a a tocarlo. tocarlo. Sin embargo, embargo, ese comandan comandante te tampoco tampoco ocultó sus p r oc o c ed e d i mi mi e nt nt o s n i p a ró r ó s u s a c titi vi v i d ad ad e s r e pr pr e si s i va v a s c on o n t ra r a s u p r op o p ia ia tropa. A h í e n s u p r o p i o c a m p a m e n t o t e n í a a m a r r a d o s a u n g ru p o d e a do d o le le sc s c en en te te s q ue ue h ac a c ía ía p oc o c o h ab ab ía ía n l le le ga g a do do d e l os o s r ef ef ug u g io io s d e Honduras para integrarse a la guerrilla. le habían parecido sospechosos por indisciplinados, y para él eso era un signo evidente del trabajo enemigo, según le explicó a Goyo.
—Pero a saber desde cuando los tenés ahí sin darles ni comida ni agua; esos cipotes se están muriendo ya—, le dijo Goyo, y sin más ordenó que soltaran a los muchachos y les dieran de beber y comer. Mayo Sibrián guardó silencio.
Goyo permaneció en el frente paracentraL aproximadamente un mes, durante el cual fue enviando a Salvador Sánchez Cerén, por radio, avances de lo observado. Mayo Sibrián exigía conocer antes esos mensajes, mensajes, y pedía pedía que se les hicieran hicieran algunas correccion correc ciones, es, algo a lo que Goyo no se opuso, pues sabia que de todos modos regresaría pronto a Chalatenango para dar su informe completo personalmente. E n l a m ed e d id id a q ue ue e nt n t r ev e v is is ta ta ba b a m ás á s g ue ue rr r r ili l le le ro r o s, s , G oy oy o f ue ue descubriendo una madeja de horror. —Todos los miembros del pelotón uno, del primer destacamento del batallón “Andrés Torres”, habían sido capturados, puestos en fila, amarrados y colgados de los pies. Luego comenzaron a golpearlos con garrotes uno a uno hasta matarlos—, le informaron. Y a s í f u e d oc oc u me me nt nt a nd n d o c a so so t r as as c a so so . U n o d e e llll o s e r a significativo, y confirmaba que Mayo Sibrián también sospechaba de Goyo: habían torturado y matado a una guerrillera llamada Magdalena, que en otros tiempos había sido su compañera sentimental. sentimental. Su martirio se debió a que le informaron a Mayo Sibrián que, en una ocasión, bastante tiempo atrás, Goyo había realizado un movimiento a la zona de la costa, y en ese viaje compró un pantalón que le regaló a Magdalena. E s e d e ta ta lll l e f u e e l m o titi v o p a ra r a a r gu gu m en en ta t a r q u e M a gd gd a le le n a e ra r a u na na infiltrada infiltrada que recibía regalías por ser informante. informante.
Pero Goyo no sólo fue develand deve lando o una realidad realid ad sangrant sangrante e para la organización en la que creció, se desarrolló y peleó, sino que comenzó a tener malas noticias de personas cuya cercanía con su propia vida estaba esta ba marcada marcada por momento momentoss especiale especialess de La guerra guerra en ese frente. Eso iba más allá de los protocol protocolos os o los actos oficiale ofic iales, s, se trataba trataba de h om o m br b r es e s y m uj u j er e r es e s q ue ue h ab a b ía ía n c re r e ci c i do d o y c om o m ba b a tit i do do a s u l ad a d o, o, s e trataba de su gente más querida. Uno de ellos era Anacleto, un guerrillero experimentado y dotado d e u na na h um um an a n id id ad a d q ue u e G oy o y o r ec e c on on oc oc e m ás á s a lll l á d e l as a s p al a l ab ab ra r a s. s. A n ac a c le l e t o h a bí bí a s i do do j e fe fe d e u n d e st s t a ca ca m en en t o d e l b a ta t a lll l ón ó n “ E rn rn e st st o Morales”, y fue ejecutado sin ninguna prueba en su contra. Es muy difícil no estremecerse con sus palabras: —Yo vi a mis jefes de destacamento pelear, a quienes La palabra maravill maravilla a de hombres hombres les queda qued a chiquit chiq uita, a, humanos, humanos, excelent excelentes es para mantener a la tropa con ánimos y cohesionada. Anacleto era uno de esos que no media las circunstancias circunstanci as adversas para trabarse a balazos con el enemigo... Y que después los torturen y los cuelguen como mierda a esos compañeros... Es que esos mandos fueron con los que yo me hice hombre, con los que yo me hice de prestigio, me hice de conceptos, y me doy cuenta ahí en el terreno que los han colgado y matado como si fueran animales. Anacleto tiene viva su familia. Cuando Goyo ha ido de visita, la hermana mayor del guerrillero ejecutado se pone a llorar y le dice: —Goyo, usted conoció bien a mi hermano, usted sabe que él no era un traidor, dígame entonces por qué fue que lo mataron.
Cuando Goyo pidió las cifras y los datos de los ejecutados, ejecutados, fue el m is i s mo mo e qu q u ip ip o d e a po p o yo y o d e M ay a y o S ib ib ri r i án á n , c on o n l a a ut u t or o r iz i z ac a c ió ió n d el el c om o m an a n da da nt n t e, e, e l q ue u e l e e nt nt re r e gó g ó l as as l is i s ta ta s c on o n l os o s s eu e u dó d ó ni n i mo m o s, s , l os os nombres legales y los lugares de origen de los asesinados. Todo lo tenían registrado al detalle. No hubo ocultación de esa información en ningún ning ún momento, momento, sencill senc illamen amente te porque porq ue ellos ello s creían creían firmement firmemente e que habían hecho lo correcto dentro de una operación de contrainteligencia. Las listas en cuestión establecían, a esa fecha, octubre de 1987, l as a s e je j e cu c u ci c i on o n es e s d e t re r e sc s c ie i e nt n t os o s c om o m ba b a tit i en e n te t e s, s , i nc n c lu l u ye y e nd n d o j ef e f es es d e e sc s c u ad ad ra ra ,
p e l ot ot ó n
y
d e st st a ca ca me me n to to ,
y
t r es e s c i e nt nt o s
s e is is
c iv iv i l es es ,
colaboradores de la guerrilla, familiares famil iares de combatient combatientes es y milici milicianos anos de la zona. P er er o a de de má m á s, s , e n e l t ra ra ns n s cu cu rs r s o d e s u i nv nv es e s titi ga g a ci c i ón ón . G oy oy o descubrió un dato muy grave: que también en otros frentes de guerra, e i nc nc l u si si v e
f u er er a
de l
t e rr rr itit o r io io
s a l va va do d o r eñ eñ o, o,
se
e s t a ba ba
m a t a nd nd o
combatientes. Mayo Sibrián enviaba, al mando superior de las FPL, listas de nombres de guerrilleros sospechosos que antes habían estado en el frente paracentral, y ese mando ordenaba las ejecuciones en otros l u ga ga r es e s , i n cl cl u si si v e e n N ic i c a ra ra g ua u a . A s í c o me me n zó z ó G o yo yo a d e sc s c u br br i r e l v er e r da d a de d e ro r o m ec e c an a n is i s mo mo d e l a m at at an a n za z a . E nc n c on on tr t r ó e vi v i de de nc n c ia ia s d e q ue ue a lg lg u no no s c om om b a t i e nt nt e s, s, a l o s q ue ue s e l e s d i j o q u e i b an an a r ec e c i b ir ir entrenamiento especial en La Habana, en realidad fueron capturados y enviados con engaños hasta Managua, donde fueron ejecutados.
Todo Lo que estaba sucediendo era avalado por la má xima dirección de las FPL. Del frente paracentral salían las listas de nombres para Radiola, para Managua, para otras zonas.
Terminado su trabajo, Goyo regresó a la zona 2 del frente norte de Chalaten Chalatenango, ango, ubicado ubic ado en las montañas montañ as aledañas aledañas a los cantones canton es y caseríos de La jurisdicción de Dulce Nombre de María. Ahí, desde horas
rindió ó su informe tempranas de la mañana hasta bien entrada la tarde, rindi detallado y sus conclusi conclusiones ones a Salvado Salvadorr Sánchez Cerén, sin ocultar su inconformidad por lo que estaba sucediendo, y su petición de que se pusiera final a esa historia. S al a l v ad a d or or S á nc n c he h e z C er er én é n e sc s c uc u c hó h ó e n s il i l e nc n c io i o , s in i n h ac a c er er ninguna sola pregunta a todo lo largo de la exposición de Goyo. Solo al final, le dijo: —Mayo es un fundador de las FPL, es miembro de nuestra Comisión Política, es un hombre de prestigio y es mi amigo. Goyo Goy o conf confirm irmó ó en ese momento que Sal Salvado vadorr Sánc Sánchez hez Cer Cerén én no era solo un cómplice, sino el mayor autor intele ctual de los crímenes. Hasta esos días Goyo era el asesor personal de asuntos militar mil itares es de Sal Salvado vadorr Sánc Sánchez hez Ceré Cerén. n. Desp Después ués de esa reun reunión ión fue removido de su cargo a otras tareas, habiendo pasad o a operar junto al comandante German, como segundo al mando en la zona 2 del frente norte de Chalatenango.
CAPITULO SEIS LOS CIEN MUCHACHOS DE CHALATENANGO E n n o vi v i em e m b re r e d e 1 98 9 8 9 , e l F ML M L N h a bí b í a d e ci c i d id id o c on o n c en en t ra ra r l a totalid tot alidad ad de sus fuerzas y sus medios en una nueva ofensiva ofensiv a general, gene ral, mediante la cual se proponía hacer colapsar al ejército nacional y tomar el poder. El ataque principal se dirigiría hacia la capital, San Salvador, pero también incursionarían en otras importantes ciudades del interior d e l p a ís í s , c o mo mo S an a n M ig i g u el e l , U ssu u l ut ut án á n , Z a ca ca te t e c ol o l u ca ca , m an a n i ob ob r as as d e h o st s t ig i g a mi mi en e n t o a l a C ua u a r ta t a B r ig ig ad a d a d e I nf n f a nt n t er e r í a y a l D e st st a ca ca m en en t o M i lili ta t a r n ú me me r o u n o d e C h al al a te te n an an g o, o , e i n cu cu r si s i o ne ne s m en e n o re re s e n L a ciudad de Santa Ana y Apopa, entre otras. P or o r e so so s d ía í a s, s , t re re s d e L os o s p ri r i nc n c ip i p al a l es e s j ef e f es e s m ilil iti t ar ar es es d e L a r e ta ta g ua ua r di d i a d e l a s F P L e s ta ta b an a n e n C ha h a l at at en e n a ng ng o : G io i o v an an i , G o yo yo y Miguel Uvé. Dentro del plan general de la ofensiva, la comandancia de l a s F P L h a b í a c o n t e m p l a d o q u e G o y o , a l f r e n t e d e u na c o l u m n a , s e moviera hacia el paracentral para reforzar las acciones que en aquel p u nt n t o e s ta ta r ía ía n c on o n c en en t ra ra d as a s e n c o nt nt r a d e l a s f ue u e r za za s m ili l i ta ta r es es d e Zacatecoluca. Pero casi toda La fuerza disponible estaba asignada al ataque sobre San Salvador y las ciudades que le rodean. Miguel Uvé estaba destinado a asumir el mando de todas las tropas de Chalatenango, así como de las comunicaciones militares, y de c om o m an a n da da r l os o s a ta ta qu q u es e s d e h os o s tit i ga ga mi m i en e n to t o a L a C ua u a rt r t a B ri r i ga g a da da y L a ciudad de Chalatenango. Chalatenango. Goyo debía salir con un contingente contingente de tropa conformada por una c ol o l um um na n a d e r ef e f ue u e rz r z o c on o n l os os g ru r u po p o s m ili l ic i c ia ia no n o s d e C ha h a la la te te na n a ng n g o, o, originarios de Arcatao, San Antonio Los Ranchos, Guarjila, Las Flores y otros poblados aledaños. El ochenta por ciento de esa tropa era de San
Fernando, Dulce Nombre de María y La Laguna. El problema era que e s os o s m ili l i ci ci a no no s e r an a n j ó ve v e ne n e s c a mp mp e si s i no n o s q u e, e , s i b ie i e n a p oy o y a ba ba n u n cierto tipo de acciones guerrilleras, aún vivían en sus aldeas y bajo el dominio de sus padres. Goyo y Miguel visitaron visitaron los cantones aledaños a Guarjila y Arcatao para hablar con las familias, pero éstas se mostraban r en e n ue u e nt n t es e s a q ue ue s us u s m uc u c ha h a ch c h os o s f ue ue ra r a n a c om o m ba b a titi r a o tr tr as a s z on on as as desconocidas para ellos. P e ro ro h ab ab í a u n h o mb mb re re q u e s e h a bí b í a g an an a do do e l c a ri ri ñ o y l a confianza de la gente de todos esos lugares, por haber convivido y compartido con ellos las penurias de la guerra: el padre jesuita Jon C o rt r t in i n a , q u ie ie n d e sd sd e l a p e rs r s p ec e c tit i v a d e l a t eo e o l og o g ía í a d e l a l ib ib e ra r a c ió ió n avalaba avalaba el alzamien alzamiento to guerrill guer rillero, ero, y concient conc ientizab izaba a a los campesin camp esinos os para que se sumaran sumaran de una u otra forma a la lucha. lucha. Goyo y Miguel Miguel le pidieron ayuda, le explicaron la magnitud del esfuerzo que la ofensiva implicaría, y también la convicción, o al menos la esperanza, de que con ella se alcanzar alcanzaría ía la Victoria Victoria final. final . El padre Cortina habló con las f am a m ilil ia ia s, s,
l as as
c ua u a le le s f in in al a l me me nt nt e a cc c c ed e d ie i e ro ro n a
d ej e j ar ar
p ar ar titi r a
lo s
muchachos, que eran aproximadamente unos cien. El entrenamiento militar, la condición física y la formación política d e u n m ili l ic i c ia i a n o s o n n o rm r m al a l m en en te t e i n fe fe r io io r es e s a l a s d e u n g u er e r r ilil le le r o s om o m et e t id id o a l a d is i s ci c i pl p l in i n a d e u n c am a m pa pa me m e nt n t o y a l e st s t ad ad o d e g ue u e rr rr a permanente del frente militar. El primer desafío de esos milicianos fue seguirle seguirle el paso al comandant comandante e Goyo en la larga caminata, caminata, a marchas marchas forzadas, iniciada en los primeros días de noviembre de 1989 desde Chalatenango Chalatenango rumbo al frente paracentral. paracentral. Goyo cuenta que algunos de los muchachos y muchachas tuvieron que seguir caminando aún con los pies totalmente llagados.
— E ra ra n j ó ve ve n es e s q ue u e n o c o no no c ie ie r on o n f ís í s ic i c a me me n te te u na n a c iu i u d ad ad , n i cafetales, ni planicies, unos ni autobuses conocían, y mucho menos sabían de un combate. Y sabían que iban a regresar en un mes, a lo sumo—, dice Goyo. A ú n c o n e sa s a s d ifi f ic i c u ltlt ad a d e s l og o g r ar ar o n l le l e g ar a r . A pe p e n as a s d e sp sp u és és d e unos pocos días de descanso, se sumaron al ataque principal de las f u er e r z as as
d el el
p a r ac ac en en t r al al
s o br br e
la
c iu iu da da d
de
Z a ca ca te te co co lu lu ca ca .
L as as
operaciones de la insurgencia sobre las posiciones militares de esa c iu i u da d a d, d , f ue ue ro r o n a po p o ya ya da d a s p or or d iv i v er e r si s i da da d d e u ni n i da d a de d e s g ue ue rr r r ili l le le ra r a s, s, llegadas del sur de Usulután, al mando del capitán Juan Patojo; del este de Berlín, al mando de Ramón, y esas mismas tropas de Chalatenango comandadas por Goyo. Estas Estas unidades unidades y las fuerzas fuerza s permanent permanentes es de la zona del volcán volcán de San Vicente y otros lugares de ese frente, conformaron conformaron las líneas de a t aq a q ue u e . E l a s ed ed i o m an a n t en e n id i d o p o r d i ch ch a s u n id id a de de s e n c o nt nt ra r a d e l as as fuerzas del gobierno es quizá el mejor logrado en esa ofensiva nacional e n u na na c iu iu da d a d c ab a b e ce c e ra ra . A ún ún d es e s pu pu és é s q ue ue l as a s g ue ue rr r r ilil la la s h ab a b ía ía n abandonado sus posiciones en la mayoría de centros urbanos del país, ellos seguían rodeando el cuartel militar de Zacatecoluca, es a juicio de muchos la ciudad que en verdad estuvo a punto de caer totalmente en manos de la guerrilla. Goyo reconoce que cinco de esos muchachos, que llegaron junto a él desde Chalatenango, murieron en esos combates en los que él mismo resultó herido de bala, saliendo lesionado de uno de sus ojos. Sin embargo, el comandante Miguel Uvé nos dice que, de los cien m ili l i ci c i an an os os
r ec e c lu lu ta ta do do s
en
el
n or or te te
de
C h al a l at a t e na na ng n g o, o,
s ol ol o
t r ec ec e
r e gr g r e sa sa r on o n c o n v id i d a a s us u s l u ga ga r es e s d e o ri r i g en en , d u ra ra n te te l o s p r im im e ro ro s meses de 1990. Todos los otros fueron torturados y ejecutados por el
mando mand o de las FPL en el paracentral paracen tral.. Miguel Uvé relata que, cuando lo supo, lo conversó con el padre Cortina, y que este manifestó su estupor y su enorme pesar por esos hechos que consideró inexplicables.
GUAYÓN Y EDWIN, UN VIAJE al INFIERNO Se trataba de la misión más importante y peligrosa que habían asumido. Eran ocho guerrilleros que habiendo concluido un curso militar en La Habana, se concentr concentraron aron en Managua Managua para introduc intr oducir ir desde ahí h as a s ta ta
l as as
m on on ta ta ña ña s
s al al va va do d o re re ña ñ a s, s,
en
d os os
v ue ue lo lo s
c la la nd nd es e s titi no n o s, s,
cincuenta misiles tierra-aire y un buen número de piezas artilleras con la respectiva munición. En El Salvador, mientras tanto, el FMLN había desplegado desde hacia dos semanas la mayor ofensiva militar general en los casi diez años de conflicto. La comandancia guerrillera guerriller a confiaba en que el uso de los misiles sería el elemento estratégico que finalmente definiría la guerra a su favor. Esa era la responsabilidad que aquellos ocho hombres habían asumido. Si lograban llegar a su destino y aterrizar en las pistas que s us u s c om o m pa pa ñe ñ e ro r o s e n t ie ie rr r r a l es es h ab a b ía í a n p re r e pa p a ra r a do d o , g ar a r an a n tit i za z a rí r í an an l a v ic i c to to ri r i a, a, l es e s d iji j er e r on o n . P er e r o s i c aí a í an a n e n m an a n os o s d el e l e jé j é rc r c itit o c on o n e se se cargamento, el FMLN no los reconocería como sus militantes, y ellos t e nd n d r ía ía n q ue u e i d en en tit i fif i ca c a r se s e c o mo mo v u lg lg a re r e s t ra r a f ic ic an a n t es e s d e a r ma ma s q u e operaban por su propia cuenta. Eso era lo hablado y lo entendido. Eran dos equipos entre los que había había especial espe cialista istass en el uso de misiles y armas de artillería. Unos pertenecían al ERP y otros a las FPL. El piloto del ERP se llamaba Walter Alfaro Aguiñada y le decían el
Chaparrito; el de las FPL se llamaba Arnoldo Bernal (el mismo que había sido capturado junto a Mayo Sibrián en 1984), y su seudónimo era Arturo Granadeño. Casi al amanecer del día sábado 25 de noviembre de 1989, las dos avionetas Cessna partieron de una base militar sandinista de Managua, con poco tiempo de diferencia. Ap r oxim ad a me n te
a
las
seis
de
la
mañana,
ya
en
cielo
salvadoreño, la avioneta del ERP falló y se precipitó a tierra sin control a l gu gu n o, o , e s tr tr e llll á nd nd o se s e e n tr tr e l la l a m as as e n u n p o tr tr e ro r o d e l c a nt nt ón ó n P ie ie d ra ra P ac a c ha h a , j ur ur is i s di di cc c c ió ió n d e e l T rá rá ns n s i to to , S an an M ig ig ue u e l,l, m u y c er e r ca ca d e l a carretera del Litoral. Tres guerrilleros fallecieron en el acto. El piloto q u ed ed ó g r av a v e me me n te te h e ri r i do d o y d e ci ci d ió ió s u ic ic i da da r se se c o n u n b a la la z o e n l a cabeza. No muy lejos de esa zona, una media hora después y sin saber lo ocurrido con la otra nave, Amoldo Bernal sobrevolaba el lugar donde supuestamente sus compañeros habían preparado el terreno para el aterrizaje en la Hacienda el Nilo, cerca de Santa Cruz Porrillos, en San Vicente. Dio vueltas y vueltas y no encontró las señales del sitio. L a p is i s ta ta h ab a b ía ía e st s t ad ad o l is i s ta t a e n e l l ug u g ar a r c on o n ve v e ni n i do do p er er o e n l a mañana anterior. El equipo de recepción la había preparado en regla con todo un sistema de señales luminosas, pero había esperado en vano la avioneta. Julio Hernández, jefe de ese equipo, supo después que el desfase desfase se debió debió a un error en el mensaje mensaje cifrado cifrado que contenía contení a las instrucciones. De pronto, Arnoldo Bernal les dijo a sus tres compañeros de viaje (Edwin, (Edwin, Guayón y Jorjón), Jorjón), que ya se le estaba estaba agotando agotando la reserva reserva de combustible.
—Si no encontramos el sitio en está vuelta lo más seguro es que nos matemos—, les dijo, mientras comenzaba otra evolución ya sin muchas esperanzas. —Ya estábamos estábam os todos todos resignad resignados os cuando cuando de repente repente voy viendo vien do ahí al ladito de un gran pantano, entre los charrales, un medio caminito pelón y unas dos fogatas. ahí está la pista, le grité al piloto—, nos cuenta años después Guayón, el artillero. Arnoldo Bernal maniobró en picada, pero aquello no era realmente una pista sino una media brecha irregular, improvisada a machete, tan breve que de inmediato le quedó corta y se fue de largo. —Cabal íbamos directo a destriparnos contra un gran palo de zorra que estaba estaba enfrente. enfrente. Zámpele freno a está babosada babosada a como dé lugar—, le gritó el misilero Edwin al piloto. La avioneta se detuvo a unos pocos metros de un árbol. Los hombres bajaron de la nave, y junto a la unidad guerrillera que los esperaba descargaron y ordenaron rápidamente el armamento. Habían c aí a í d o e n u na na p la la ni n i ci ci e p an an ta ta no n o sa s a e n u n l u ga ga r c on on oc o c id id o c om om o e l Despoblado, cerca del río el Pajarito, al sur de la carretera del Litoral, en la zona costera del departamento departamento de La Paz. Al advertir el desfase en la coordinación, uno de los comandantes de la zona, Gustavo, tomó la iniciativa de improvisar de cualquier modo aquella brecha, ya casi con la avioneta sobre la cabeza. “PréndanIe fuego a la avioneta y sálganse de ahí de inmediato. El enemigo ya los detectó y avanza hacia ustedes”, les informaron por radio. Cargaron con todo y caminaro caminaron n hasta hasta salir salir del área crítica crítica para esconders esconderse e en unos matorrales, con el agua y el lodo del pantano hasta La cintura.
— P ri r i me m e r o v i mo mo s d os o s h el e l i có có p te te r os o s e xp x p l or or a do do r es es d e l o s q u e l e s d ec e c im im os o s a vi v i sp s p iti t as as , y a l r at a t o t od o d o e l c ie i e lo l o s e p us u s o n eg e g ro r o d e t an an to to h e lili c óp óp te t e r o. o . S in in m o ve ve m os o s m u ch ch o a ga g a r ra r a m os o s p o si s i ci c i ó n d e c o mb mb a te te , porque creímos que se nos venía aquel gran desembarco de tropa y que ahí nos harían pedazos a todos—, dice Guayón. Sin embargo, el dispositivo aéreo se fue de largo. Guayón cree ahora que lo que andaban buscando era la otra avioneta, que se había estrellado a pocos kilómetros de distancia de ahí. Pero eso no lo sabían en aquel momento. Ahí en el charral se quedaron escondidos el resto del día, esperando el ataque enemigo de un momento a otro. No hubo ataque y al caer las sombras agarraron camino mientras no muy lejos, en la ciudad de Zacatecoluca las fuerzas del paracentral, r e fo f o r za za d as as p o r l a c o lu lu m na na s l le l e g ad a d as a s d e C h al al a te te n an an g o y U ssu u lu l u t án án , m a nt n t en e n í an an i n te te n so so s c o mb mb a te te s c o nt nt r a e l e jé j é r ci c i to t o . M a rc r c h ar ar o n t od od a l a noche sin pausa con el pesado cargamento en las espaldas. Salieron d e l p a nt n t an an o , c r uz u z a ro ro n l a c a rr r r e te te r a l iti t or o r a l,l, a va v a n za za r on o n p or o r u n e s te te r o, o, giraron hacia un llano y después comenzaron a subir la cuesta del Chinchontepec, que les pareció infinita. A media falda del volcán iban deshidrat deshidratados ados y ya no daban daba n más. Descansaron Descansaron un rato rato y continua cont inuaron ron subiendo. Cuando por fin llegaron al puesto de mando apenas los dejaron descansar descansar unas horas. hora s. Guayón, Guayón, Edwin y Jorjón Jorj ón bajaron bajaron de nuevo nuev o para sumarse al ataque a Zacatecoluca. Guayón entró a las líneas de fuego con su inseparable ametralladora ametralladora punto 50, en tanto que Edwin y Jorjón dispararon al menos siete misiles, que resultaron fallidos por problemas técnicos, según lo reconocieron después. Al parecer el fallo se debió a un dispositivo de fabricación coreana.
La batalla en esa ciudad fue cediendo al igual que en los otros puntos puntos del país, país , y la retirada retirada hacia haci a las zonas de retaguard retaguardia ia se volvió volv ió i nm n m in in en en te te . L a o fe fe ns n s i va va
d el el
F ML ML N, N , a nu n u nc nc ia ia da da
c om om o f in in al al , h ab a b ía ía
fracasado. al regresar al volcán Chinchontepec, Chinchontepec, Edwin, Guayón y Jorjón conocerían el infierno: el comandante Mayo Sibrián y su Estado Mayor comenzarían la evaluación de la batalla y de las tropas y los mandos, la primera gran acusación en contra de esos experimentados guerrilleros fue que eran agentes de la CIA.
GUAYÓN: “A LUCAS LE HABÍAN QUEBRADO LAS DOS PATAS A GARROTAZOS” —Yo soy del cantón Guadalupe, de Suchitoto. La ofensiva de 1981 me La eché en Guazapa y Cinquera como jefe de una escuadra de artillería. Desde entonces ya andaba con mi ametralladora punto 50—, cuenta Guayón. E n 1 9 8 4 , e n u n c o m b a t e p a r t i c u l a r m e n t e c r u e n t o e n el c e r r o e l Coyote, en Tejutepeque, una bala le destrozó La pierna izquierda: —Llegué herido a Chalatenango y ahí estuve en un hospitalito de campaña sanando a puro milagro. Fue hasta 1987 que me lograron s ac a c ar ar p ar ar a q ue ue m e o pe p e ra ra ra ra n e n M éx é x ic ic o. o. D e a hí h í , c ua ua nd n d o y a p ud ud e caminar, me mandaron a Cuba para Un Curso de artillería. Ahí me capacité capacité para manejar manejar cañones y baterías baterías antiaéreas, antiaéreas, cañones cañone s de dos bocas, tres bocas, punto 20 y La ametralladora punto 50 que ya la conocía bien. C ua ua nd n d o r eg e g re r e sa s a ro r o n a l C hi h i nc n c ho h o nt n t ep e p ec ec , d es e s pu p u és é s d el e l a ta ta qu qu e a Zacatecoluca, Guayón y los dos misileros, Edwin y Jorjón, no tenían la
menor idea de lo que estaba sucediendo en el paracentral. A las pocas s em e m an an as as , a G ua ua yó yó n l e e xt x t r añ a ñ ó q ue ue a a lg lg un un os o s c om om ba ba tit i en en te te s d e C h al a l a te te n an an g o q u e s e h ab a b í a e n co c o nt n t r ad ad o d u ra ra n te te l os o s c o mb mb a te te s d e l a ofensiva, ya no los volvió a ver: —Entonces fue que un día le pregunté a Mayo por un tal Galileo, un cipotón bueno para pelear. El no era de Chalate pero había llegado allí a apoyamos en 1983 en la toma del cuartel del Paraíso… ¿Y por qué preguntás por él?, me dijo Mayo; es que nos conocimos allá en Chalate, le dije yo. Ya lo matamos porque era enemigo, me dijo él... Puta, dije yo entre mí, pero si lo vi a ese cipote pelear en Chalate y ahí en la ofensiva y nunca le vi ningún defecto o algo raro.
A los días Mayo Sibrián mandó a llamar a Guayón a una reunión: —Mirá, aquí no andés preguntando más de la cuenta. Vos no sabés cómo está la situación de este frente, me dijo. Bueno, pasó eso y después, como a los quince días nos venimos para la zona Gavidia con el equipo de mando de Mayo, ahí venia él. al nomás llegar ya vi algunas injusticias con la gente. Unas unidades que habían venido de Chalate, que el Goyo las había traído como apoyo a la ofensiva, un pelotón que iba ahí, chas le salieron en el camino una unidad de fuerzas especiales especial es de Mayo y les dijeron: les vamos a quitar las armas, pongan las manos atrás y ya los amarraron. Yo vi eso y me dije cuál será el problema. Pero ahí ya fue cosa de irlos a matar a todos esos muchachos. Después de eso, Guayón volvió a preguntarle a Mayo por un compañero que era jefe de taller de armería y que lo había estado instruyendo allí en Chalatenango:
—Bueno, me dijo Mayo, ¿y vos por qué preguntás tanto, pués? A ese ya lo matamos también, y ya te dije que no andés preguntando, me dijo... ahí si ya me puse algo nervioso yo. La matazón comenzó de nuevo a tomar curso. Unidades enteras de guerrilleros fueron llevadas a lugares solitarios para torturarlos y luego asesinar a garrotazos a sus integrantes., una práctica que se generalizó, “para no gastar munición en los traidores”. Guayón continúa: — Es E s q ue u e d e r ep e p en en te t e e mp m p ez e z ar a r on o n a d es e s hi h i ja j a r l as as u ni n i da d a de d e s. s. a l pelotón de fuerzas especiales le mataron la mitad. A un tal Lucas, que h ab a b ía ía s id id o j ef e f e d e s eg e g ur u r id i d ad a d d el e l m an a n do d o d el e l E st s t ad a d o M ay a y or o r a llll á e n C ha h a la l a te te na n a ng n g o, o , c on o n oc o c id i d o d e t od od os o s l os os c om o m an an da d a nt n t es e s d e l as as F PL PL , l o mataron también. — ¿Usted vio como lo mataron? — E s q u e y o l le le gu gu é a d on on de de l o t e n ía ía n a L u ca ca s, s, p o rq rq ue ue m e mandaron a hacer una diligencia. Y me ve Lucas y me dice: Mirá, hermano, cómo me tienen. Le habían quebrado las dos patas a puro garrotazo... A mí me dieron ganas de llorar al ver aquello. Guayón suspira fuerte y sigue contando: —Ya no tenia tenia ni dientes el Lucas, Lucas, todo lo habían desgraciado, desgraciado, y les dice él: Si creen que soy enemigo mejor mátenme ya... No, es que tenés que confesar, le dijeron... Mire, me dijo Lucas a mi, dame aunque sea meados que me estoy estoy muriendo muriend o de la sequía. sequía . Le di la pichinga pichinga de agua. Se me quedaron viendo esos cerotes que lo estaban golpeando, pero no me dijeron nada. A Lucas, cuando ya se lo terminaron a golpes, l o a ho ho rc r c ar ar on on . A t od od a e sa s a g en en te te q ue ue m at at ab a b a n a sí s í e n l as a s m is is ma ma s trincher trincheras as la enterraba enterraban.. n.... O sea que era una doctrina doctrina supuestamen supuest amente te
impuesta por Mayo, pero aparte de eso la Comisión Política de las FPL sabía lo que se estaba haciendo aquí. Y aquí nadie podía oponerse, no se podía, no había modo. A la gente la tenían intimidada.
EDWIN: “TE SOLTARÍA, MI AMOR, PERO YA ESTAS QUEBRADA DE LAS PIERNAS” Edwin es originario de Chalatenango, se integró a las FPL en 1978 y llegó a tener el grado de teniente en los primeros tres años de la guerra. Fue jefe de un pelotón, en el segundo destacamento del batallón K-93 de las FPL. Alguien que por haber sentido el olor quemante de la pólvora, haber visto morir a muchos en el fragor de la batalla, correr a o tr t r os os , y s oñ oñ ar ar a m uc u c h os o s , s ab ab e b ie ie n c uá u á le le s s on on l o s m ie ie do do s y l os os momentos más álgidos de un guerrillero, y cuál es la diferencia entre esas cosas y un trabajo enemigo de infiltración. —El 31 de marzo de 1984, en un ataque que hicimos en el puente Las Guaras, sobre la calle nueva, entre San Martín y Suchitoto, me mataron a mi esposa, Lilian, que era la radista del mando del batallón. Unas horas después a mí me quebraron una pierna con un rafagazo. A lll l á e n C ha h a la la te te e st s t uv uv e l is i s ia ia do d o e n l os os c am a m pa pa me m e nt n t os o s u n m on o n tó tó n d e t ie i e mp m p o, o , c on on l os os s ob o b ac a c os os p el e l ad a d os o s p or o r a nd nd ar a r g ui u i nd nd ea e a nd n d o p or or e sa sa s montañas con unas muletas—, recuerda Edwin. F in in al a l me me nt n t e l o s ac a c ar a r on o n d el e l p aí a í s p ar ar a q ue ue r ec e c ib i b ie i e ra r a a te t e nc n c ió ió n médica, y fue operado en Francia. Ya restablecido viajó a Nicaragua, donde durante algún tiempo fue asistente personal de Salvador Sánchez Cerén, luego del comandante Jesús Rojas y, finalmente, de Salvador Samayoa, que por entonces era el delegado de las FPL en la Comisión P ol o l ít í t ic i c o D ip i p lo l o má má tit i ca c a d el e l F ML M L N. N . D es e s pu p u és é s f ue ue a C ub ub a p ar a r a r ec e c ib i b ir ir entrenamientos entrenamientos en el uso de misiles. Luego entró de nuevo a la guerra, en 1989, en el vuelo clandestino que ya hemos relatado.
—El primer encuentro que Jorjón y yo tuvimos con Mayo, después del ataque a Zacatecoluca, fue terrible. Así de entrada nos dijo que nosotros éramos de la CIA, porque cómo era eso que no habíamos podido podido pegar con los misiles. misiles. Yo aquí a los infiltrad infil trados os los mando mand o para Cerros de San Pedro, nos dijo, pero con eso significaba no que iríamos a esa zona sino que nos iba a matar... Era cierto que habíamos fallado todos los tiros que hicimos, pero fue porque los ojos de los misiles, que son los que persiguen al objetivo siguiendo el calor de las turbinas del avión, eran coreanos y tenían una falla, no perseguían, venían directos. D ur ur an an te te e se s e p ri r i me me r e nc n c ue ue nt n t ro ro , M ay ay o S iib b ri r i án án t en en ia i a a v ar a r io io s guerrilleros amarrados, listos para ser fusilados. Llevó a Edwin donde tenía amarrada a una compañera, para que la viera y se intimidara con aquel cuadro. —A la compa ya le habían quebrado los pies y las manos, estaba amarrada a un árbol, y me dijo Mayo: Esto es lo que les pasa a los traidores. Yo le dije: Está bueno, hermano, pero a mí no me venga con esas cosas, porque yo no soy traidor. Edwin y Jorjón argumentaron el problema técnico de los misiles e hicieron una propuesta: realizar un disparo con un misil de otro bote, cuyo ojo no fuera coreano, con la esperanza que pegarían y quedaría demostrado el fallo técnico: —Si ya ni con ese pegamos, entonces yo le pongo mi vida a su disposición, le dije al hombre. Mayo aceptó y Jorjón fue enviado a Chalatenango Chalatenango a probar allá su disparo, pero debió esperar hasta finales de 1990 para poder realizar el ensayo.
—Cabal, allá en Chalate, por el lado de la Laguna, al primer disparo disparo que hizo Jorjón Jorjón se bajó un avión avión C-47... C-47... Y cuando cuando ya supimos supi mos de eso, todavía Llega Mayo y me dice: Pegó aquél hijueputa, por ahora te salvaste. A un un qu qu e M ay ay o S iib b ri r i án án l o m an an tu t u vo v o s ie ie mp m p re re b aj aj o s os o s pe p e ch ch a y s an an c i on on ad ad o, o, E d w i n s e s al al vó vó e n e fe fe ct c t o , p er e r o v i o m o r ir ir a o tr tr os os compañeros: —No sé por qué los torturaban tanto con esos garrotes. Claro, c u an an d o u n c o mp mp a ñe ñe r o y a s e s e nt n t ía ía c o n L o s b r az az o s q u e b ra r a d os o s , l as as piernas quebradas, decía si, soy infiltrado, pero ya no me peguen. Eso a mí me chocaba, chocaba, incluso incluso le dije al comandant comandante e Gustavo: Gustavo: No estoy esto y de acuerdo con eso que están haciendo, no se sabe si esos compas son enemigos, aquí los enemigos pueden ser ustedes más bien, le dije. Y él me respondió: Estamos haciendo una gran investigación, investigación, y no matamos a nadie de por gusto. Y me dio un libro que se llamaba el Documento Filipino, donde supuestamente una gran infiltración enemiga acabó con e l m ov o v i mi mi en e n t o r e vo v o lu l u c io io n ar a r io i o .. . . . Y o n o t en e n g o n e ce c e s id id a d d e l ee ee r e s a mierda, le dije a Gustavo. Poco tiempo después, Gustavo envió a Edwin a realizar la captura de una guerrillera acusada de infiltración: —Ustedes me van a capturar a fulana de tal y me la van a matar. Entonces yo le dije: En ese juego no me meto, porque yo aquí ya no sé quién es contra ni quién es compañero. E d wi wi n r e cu cu e rd r d a q u e, e , p or o r e s os o s m is i s mo m o s d ía í a s , v i o q u e l le l e v ab ab a n amarrados a un grupo de unos veinte guerrilleros:
—Los ubicaron cerca de un río, los acostaron en el suelo boca abajo y le pegaron un balazo a cada uno. U n c om o m b at a t ie i e nt n t e l la la m ad ad o A g us u s t ín ín , a m et et r al al la l a d or o r i st st a , q u e E dw d w in in conocía y que había llegado desde Chalatenango para apoyar en la operación de la ofensiva de 1989, también fue ejecutado. Lo supo una o ca c a si s i ón ó n q ue u e f ue ue a v is i s itit ar a r lo l o a s u c am a m pa pa me m e nt n t o y y a e st s t ab a b a m ue u e rt r t o. o. También mataron a una muchacha que era la novia de Edwin y se llamaba Verónica. Ella Ella era la operadora del radio de uno de los jefes de p el e l ot ot ón ón q ue ue l e s a co c o mp mp añ añ ar a r on on l a v ez ez q ue ue l le le ga g a ro ro n e n e l v ue ue lo lo d e Nicaragua. También recuerda la muerte de Lucas y de quince hombres de su unidad, todos ejecutados después de ser sometidos a torturas: —Agarraban las piedras más grandes y se las dejaban caer sobre la cabeza a los compas, bien horrible aquello... Se pueden imaginar ustedes ver una escena de esas, saber que son sus compañeros, que pelearon contra el enemigo, y que vinieran a terminar así. O sea, para mí eso no cabía en mi mente, eso no cabía en ninguna parte de la historia. Imagínese, íbamos caminando y venía una compa morena, no me acuerdo cómo se Llamaba, y de pronto dos compañeros le pasaron el cuchillo por la garganta, allí mismo cayó muerta. Y así igualmente vi a m u c h o s c o m p a ñ e r o s q u e e r a n a m a r r a d o s a l o s á r b o l es , q u e e r a n fractura fracturados dos de cada garrotazo garrotazo en las manos y en los pies para que se hicieran cargo de que si eran contras. Edwin está convencido de que, silo hubieran torturado de esa manera, él también hubiera aceptado que era infiltrado aunque fuese falso. Una guerrillera llamada Ana fue capturada y torturada. En una ocasión le ordenaron a Edwin que se quedara cuidándola. La muchacha
tenía quebradas las piernas y los brazos debido a los golpes recibidos. En horas de la madrugada le habló y le dijo que ella no era infiltrada y que la soltara, que le ayudara a escapar: —Yo le dije, mirá mi amor, si vos caminaras yo te soltaría, pero no podés, si ya bien quebrada estás. Ahí me puse a llorar con ella. La muchacha murió debido a las torturas. Edwin calcula que sólo en la zona Gavidia, después de la ofensiva de 1989, vio asesinar a no menos de ciento cincuenta combatientes. —Es que eran pelotones enteros Los que capturaban, eran quince, veinte, eran veinticinco los que se llevaban de un solo. — ¿Cómo logró salvarse usted en medio de todo aquello? —Fíjense que una vez me sancionaron y me mandaron a un lugar que se llama Carrizo. Tenia que trabajar todas las noches metiendo maíz, frijol, botas, todas las cosas que necesitaban aquí en la Gavidia. Todas las noches cargaba cosas para acá. Eso como sanción, unos dos meses estuve estu ve así. Después Después me manda mand a a traer de regreso regreso Mayo, como quien dice ya lo tengo un poco más amansado a éste, y me lleva a una reunión donde había un montón de compañeros. Mayo me dijo: Te he llamado para que me des tu opinión de qué pensás del trabajo enemigo, por qué se desarrolla el trabajo del enemigo. Edwin vio ahí la oportunidad de decir algo que le rondaba la cabeza desde que había llegado al paracentral: —Pata mí el trabajo enemigo, si es que de verdad hay trabajo e ne n e mi m i go g o e n e st s t e f re re nt n t e, e, s e d es e s ar ar ro r o lll l a p or o r l os o s m al a l os o s m ét ét od od os o s q ue ue implementa implementa usted y todo el mando que lo acompaña. Todo lo que usted hace está al revés, desde que yo he venido, la primera vez que se
reunió conmigo y con los otros compañeros que vinimos, en vez de darnos las gracias porque venimos, nos dijo que éramos de la CIA, que éramos contrarrevolucionarios, ¿cómo cree que uno se va a sentir? —. Y siguió: —Por otra parte, usted quizás cree que a mí me parió una burra. No señor, a mí me parió una mujer, y a todos los compañeros que están aquí los parió una mujer. está gente tiene papá, tiene mamá y tiene familia, pero usted y todo su mando nunca se han acercado a alguien de nosotros nosotros para pregunta preguntarnos rnos qué tal la famili familia, a, qué pasó con su padre, padre , qué pasó con su madre, qué pasó con sus hermanos o sus hijos... ¿Cree usted que eso es de un revolucionario? Yo no estoy de acuerdo c on on e s o, o, y c re re o q ue ue p o r e so so s m a lo lo s m é t o do do s e s q u e s e p u ed ed e desarrollar el trabajo del enemigo. Mayo Sibrián lo escuchó y después preguntó a los presentes si estaban de acuerdo con lo dicho por Edwin. Todos dijeron que no: — ¿Cómo quedaba yo en ese momento, para dónde me hacía yo? Nada, solo quedarme callado. Yo le decía después a Gonzalo, que era jefe de uno de los pelotones que más ejecutaba compañeros: Mire, hermano, me avergüenza que usted sea chalateco, Gonzalo, mire la pendejada pendejada que anda haciendo, haciendo, matando matand o a tanta tanta gente gent e inocente inocente de por gusto... Bueno, al final lo que hizo Mayo fue que una vez, en la mañana, mandó a Laura, su mujer, para que me entregara cinco pesos para que yo me fuera del frente porque no quería matarme. Yo le dije a Laura: Dígale al comandante que se limpie el culo con esos cinco pesos, porque porque no es él quien quien me ha traído, traído, fui yo el que vine y cuando cuando yo me quiera ir no le voy a pedir permiso a él. — ¿Qué hizo Mayo entonces?
—Me mandó a llamar: ¿Por qué me mandás a decir eso?, me dijo. ¿Y usted por qué me manda cinco pesos para que me vaya, por qué no me mata mejor?, le dije. Ya después de todo eso me dio una gran fiebre tifoidea, y yo me imagino que de esa fiebre me dependió la epilepsia que ahora tengo, creo que fue de la presión de ver tanto compañero destripado a puras pedradas y garrotazos, de tanta masacre impulsada por Mayo y su gente, porque ahí no hubo ningún mando que dijera que no estaba de acuerdo con esas cosas. Edwin cree ahora que si a él no lo mataron, a pesar de las discusiones que tuvo con el mando y con el mismo Mayo Sibrián, fue porque la misión de los misiles se la había asignado personalmente el comandante Ricardo Gutiérrez, quien frecuentemente frecuenteme nte preguntaba por él por el radio: —Yo creo que fue por eso que no me mataron—, dice.
PEDRO CAFÉ “NO SE SABÍA SI AL DÍA SIGUIENTE LO IBAN A MATAR A UNO” — ¿Cuántos fueron los muertos, Pedro? —Cifras exactas no puedo dar. Pero cuando yo vine a este frente, en 1987, entró por Cerros de San Pedro y encontró un montón de gente allí, en talleres, puestos médicos, tropas, varios pelotones, cuadros de expansión. No te puedo decir qué cantidad, pero si recuerdo que era b a st st a nt nt e g e nt n t e. e . C ua u a n do d o m e t r as a s la l a d o p a ra r a l a z o na na G av a v i di di a , t am a m bi bi é n había montón de gente aquí. Hubo un momento que me trasladaron a la Á ng n g el e l a M on on ta t a no n o , e n U ssu u lu lu tá t á n, n , y t am a m bi b i én én a hí h í h ab a b ía í a u na n a c an an tit i da da d considerable de tropa, había talleres, campamento de mando, varios
pelotones, cuadros de expansión. Y cuando antes de la ofensiva de 1989 fui a una tarea a la costa, a traer unos tiros para AK, también había una buena cantidad de fuerzas. — ¿Y después de la ofensiva? —D De e sp s p ué ué s q ue u e p as as ó l a o fe fe ns n s iv iv a s e r ed ed uj uj o e no n o rm r m em e m e nt nt e l a cantidad de combatientes. Cuando Cuand o me trasladan trasladan a mí del volcán para la Gavidia, voy encontrando que sólo había un pelotón de pioneros, el pelotón de las Fuerzas Especiales, el mando, y un pelotón de un tal Herman, después de haber visto un montón de gente... Recuerdo que iba con un compañero pasando por un campamento donde había habido zanjas de comunicación, trincheras, y las veo rellenas, cubiertas. Y le pregunto: ¿Qué pasó con las zanjas, trincheras, fosos de tiradores? Callate, no preguntés, me dijo el compa. — ¿Y qué era lo que había pasado? — To T o da d a s e st s t ab ab an a n c ub ub ie i e rt r t as a s p or o r qu q u e a lll l í h ab a b ía í a n e nt n t er e r ra r a do do a l a gente... No, yo no les puedo decir una cifra exacta, pero mi apreciación es que para la ofensiva yo vi un montón de gente, y después de la ofensiva había un poquito nada más... Yo digo que si el ejército se hubiera dado cuenta de que ya estábamos sólo unos cuantos pelones, nos hubiera aniquilado, si el frente estaba prácticamente aniquilado en combatientes, combatientes, y por eso es que empezaron a reclutar sólo cipotes. — ¿Usted personalmente no tuvo mayores problemas? —No, fuera de aquel primer regaño de Mayo, nunca me acusaron de nada, mucho menos me torturaron o me capturaron. Quizás era por m i f un u n ci ci ón ón d e s an a n iti t ar ar io i o y p or o r qu qu e p as a s ab ab a l ej e j o s d e l as a s d ec e c is i s io io ne ne s
militares o de mando. Por eso yo no me vi involucrado en todos esos acontecimientos. Claro que oía los rumores y veía la disminución de gente, gente con la que habíamos estado platicando, así como nosotros e n e st s t os os m om om en en to t o s, s , a l d ía ía s ig ig ui u i en en te te y a n o s e m ir ir ab a b an an , y s i u no no preguntaba por ellos le decían calláte, no preguntés, y eso era de casi todos los días. No había semana que no desaparecieran combatientes. — ¿No habla ninguna explicación? —A nivel de conversatorio, en el hospital, si conocías que estaba pasando algo. Por ejemplo, con René Médico nos identificamos mucho y hacíamos comentarios, comentarios, pero nada más cuando estábamos solos los dos. Comentábamos de lo que medio presenciábamos y no encontrábamos n in i n gu g u na n a e xp x p lil i ca c a ci c i ón ó n . a l m en en os o s a m i,i, p er e r so s o na n a lm lm en e n te te , t od od o e so so m e extrañaba, porque nos decían que a los que ya no veíamos resultaba que eran infiltres, que era trabajo enemigo. Yo me cuestionaba que c óm ó m o e ra r a p os o s ib i b le le q ue u e l a i nf n f ili l tr tr ac a c ió ió n y e l t ra r a ba b a jo j o e ne ne mi m i go g o h ub u b ie i e ra ra a ba b a rc r c ad ad o a t an an ta t a t ro ro pa p a . S i,i, c om o m o l es es h e d ic i c ho h o , c on o n t od o d os o s l os o s q ue ue murieron, y si realmente hubieran sido trabajo enemigo, en una noche le hubieran dado vuelta al mando, en una noche hubieran acabado con toda la estructura político-militar político-militar del frente y hubieran tomado posesión ellos. Pero claro, estas son reflexiones de ahora, en aquellos... —Había miedo... —Claro que sí, uno no sabía si al día siguiente lo iban a amarrar a uno, silo iban a acusar de traidor. Uno se empezaba a cuestionar ¿qué he hecho de malo o qué habré dicho de antirrevolucionario antirrevolucionar io para que me c ap a p tu tu re r e n y m e m at a t en en ? P er e r so s o na n a lm lm en e n te te y o s en e n tí t í a e sa s a g ra r a n p re r e si s i ón ón psicológica. Igual que el médico que les digo, René, y otros.
—Ha dicho que usted no fue testigo presencial de ninguno de los crímenes, ¿pero le tocó algún caso cercano? —Si. Había un compa al que le decíamos el Tigre, y que se llamaba Agustín, al igual que la Liebre. Este Agustín había ido a recibir una capacitación de artillero a Cuba. Para la ofensiva a él le encargaron una ametrall amet rallador adora a punto punto 50 y lamentab lamentableme lemente nte la muy cabrona cabrona sólo tiraba tiro a tiro, y él nunca la pudo componer, no sé qué problema tenía esa ametralladora ametralladora que nunca tiró ráfaga. Terminó la ofensiva, ofensiva , a mí me dejan e n e l v ol ol cá cá n p or or qu qu e a llll í e st s t a ba b a n t o do d o s l os os h er e r id id os o s d el e l a ta ta qu qu e a Zacatecoluca. Me dejaron reforzando el hospital para atender a todo ese montón de heridos. Con el Tigre platicábamos porque él estaba en el mando y yo en el hospital, pero ambos en el área de aseguramiento, y una noche me dice: Te acordás de Pacita, (una compa que era bien h er e r mo m o sa sa , c he h e lo l o na n a y p ol o l lo l o na n a ), ) , a ye y e r l a c ap a p tu tu ra r a ro r o n, n , l e q ue u e br b r ar a r on o n l os os brazos, le quebraron las piernas, y ella gritando que por qué le hacían eso si ella ella era guerriller guerri llera, a, que mejor mejor la mataran. mataran. Pero el colmo de los colmos fue que le metieron un tizón en la vagina. — ¿Usted vio eso? —No, el Tigre me lo estaba contando, y yo estoy convencido de que esa muchacha no era trabajo enemigo. Bueno Bueno el caso es que yo me fui a acostar, él se fue a acostar, y puta, al día siguiente lo estaban capturand capturando o a él y a su mujer. mujer. A mí me mandaron a hacer posta, como de aquí a ahí cerca, y alcanzaba a oír unos ruidos más o menos fuertes, c u an an d o o i go go q u e l a c o mp mp a ñe ñe r a d el e l T i gr gr e e m pi pi e za z a a g r iti t ar a r . C u an an d o r e gr g r e sé sé d e h a ce c e r p os o s t a, a, a l T ig ig r e y a s u m uj u j e r s e l o s h a b ía í a n l le l e v ad ad o . Hasta la fecha nunca más los volví a ver. — ¿De qué los acusaron?
—Un amigo me dijo que la muerte de él fue que nunca les dispara en ráfaga la ametralladora, y sospecharon que él mismo la había jodido. Imagínense Imagínense como se sentía uno en esa atmósfera, sobre todo que esas f ec e c ha ha s s e c ae a e e l m ur ur o d e B er er lílí n y t o do do e l b lo l o qu qu e c om om un u n is i s ta ta , l o s sandinistas
p ie r d en
el
poder,
y
Cu ba
en tr a
en
el
periodo
de
rectificación, y aquí nosotros viendo eso que estaba pasando en el frente... frente... No sé cómo es que no estoy loco, o con problemas de epilepsia como Edwin y Guayón. Yo hasta cierto punto les doy la razón de que t o da da e s tá tá t e ns n s i ón ón v i v id id a f u e u n d e to to na na nt nt e q ue ue l e s p ro ro vo v o có có s u enfermedad. —Usted conoció a muchos de los asesinados que usted sabía que no eran infiltrados... —Si. Miren, vinieron alrededor de ciento cincuenta combatientes del norte de Usulután, reclutados para la ofensiva, la mitad mujeres, la mitad hombres. Cuando terminó la ofensiva ya no vi a ninguna de esas gentes. Preguntaba y a todos los habían ejecutado. Les hablé ya del Maestro. Él era el responsable del taller, tenía una gran creatividad para inventar, innovar y repartir cosas. Lo vi la primera vez cuando llegué a Cerros de San Pedro en 1987. Cuando llegué la segunda vez al mismo sitio, ya no estaba, también lo habían matado. Tenia más o menos mi edad, unos 36 años. — ¿Supo de otros casos? —Carlos, que era el responsable militar y político de esa zona tenia una mujer, yo se la conocí cuando llegué la primera vez. Esa m u je je r t e ni ni a d o s h e rm rm a na na s q u e e r an a n c h el e l iti t as a s , b i en en g u ap a p a s. s . C u an a n do do llegué la segunda vez ellas ya no estaban. A las tres las habían matado a l eg eg a nd nd o q ue u e e r an a n i n fifi ltl t re r e s .. .. . A q uí uí , e n l a Á ng n g e la la M o nt n t an a n o , c u an an do do llegué, hijueputa, ya sólo dos pelotones quedaban, después de haber visto un montón de gente.
EDWIN: “EL AMIGUISMO ES SIGNO DE TRABAJO ENEMIGO, DECÍAN” —Cuando ya se puso perra aquí la situación, a los compas los m at at ab ab an an
p or or
c ua u a lq lq ui u i er er t on on te te ra r a , p or o r qu qu e s i a lg l g u ie ie n c om om pa pa rt r t íía a
un
f r e s q u i t o p , u n c i g a r r o , a z ú c a r , o b r o m e a b a c o n o t r o, c o m e n z a b a n a sospechar, y le decían: ¿Quién es tu amigo?, y ya lo agarraban como que era tambor de guerra al pobre, entonces el compa decía: Fulano de tal es mi amigo, y entonces capturaban a ese otro y empezaban a sacarle música de los brazos y de las piernas con los garrotes y le decían: decían: ¿Quién ¿Quié n es tu amigo?, amigo?, y así iba la cadena, cadena, pero no era porque eran contras, contras, sino porque porque eran amigos amigo s y de esa manera manera se formaba formaba el trabajo enemigo, decían, por medio del amiguismo. Así es como se fueron
acabando
es te
frente
esos
cabrones,
que
se
decían
revolucionarios. — ¿Usted alcanzó a ver operar a los batallones del paracentral? —No, yo solo los oí mentar. mentar. Cuando Cuand o yo vine vine en 1989 aquí lo que había eran unos cuantos pelotones nada más. En toda la zona de arriba casi no había tropa. Eran unos poquitos, eran niños más que todo, p o r q u e l a m a y o r í a d e g e n t e a d u l t a y a l a h a b í a n m a t ad o , y a c a s i n o h a bí b í an an c o mb mb a titi en e n t es e s , p o r e s o e s q u e m an a n d ab ab a n a t r ae ae r f ue u e r za za s d e Chalate, de Usulután, de los refugios y de otras partes. Cuando yo vine ya no existía nada de esos batallones, y lo poco que había quedado se lo terminaron después de la ofensiva. — ¿Qué sentido tenia todo eso? —Es que, al final, final, Mayo decía que todo el que pasaba pasaba de quince quin ce años ya estaba maleado de su mente y no podía ser revolucionario.
Decía que se tenía que comenzar a formar un ejército revolucionario de doce hasta catorce años. Esa era la idea que él tenía, formar un nuevo ejército que trajera una nueva mentalidad que no fuera la mentalidad que nosotros teníamos.
CAPITULO SIETE MIGUEL UVÉ: “EJECÚTENLOS, RESPONDÍA SALVADOR SÁNCHEZ CERÉN” La
g ue ue rr r r i llll a
s al a l v a d or or eñ eñ a
u titi l i z ó
en
su s
c om om u ni ni ca ca c io io ne ne s
estratégicas un radio que por fabricación transmite en la banda de c u ar ar e nt nt a m e tr tr o s. s . E s u n a p ar ar a to to d e c o ns n s o la la c o no no c id id o p o pu pu l ar ar m en en t e como “radio naranja”, por su color. Este tipo de radio fue exclusivo de los puestos de Estado Mayor de la guerrilla, su uso estaba destinado a la comunicación entre los frentes de guerra y los Estados Mayores ubicados en Nicaragua. El radio fue modificado de tres canales a otros más, en la banda de treinta metros. Las claves que se utilizaban eran de números, letras y signos matemáticos. Las pequeñas claves de números eran fabricadas con el sistema lógico de la informática, muchas de ellas elaboradas en la ex Unión Soviética, Alemania y otros países. Para los días en los que el comandante Miguel Uvé recibió el mando del frente de Chalatenango, poco antes de la ofensiva de 1989, toma control de esas comunicaciones como máximo jefe en esa zona. La abundancia en las comunicaciones de ese nivel, especialmente con la comandancia general instalada en Managua, se volvió típica en esos momentos. Los mensajes de radio estaban concentrados mayoritariamente mayoritariament e en l a s itit ua u a ci c i ón ón m ili l itit ar a r , s um u m am a m en en te te c om o m pl p l ej e j a, a , p er e r o h ab a b ía ía o tr tr o t ip ip o d e mensajes más cotidianos. Miguel debía descifrar todos esos mensajes con un tipo de clave para luego codificarlos en otro más sofisticado y
enviarlo al mando central de las FPL, donde estaba Salvador Sánchez Cerén, en Managua. —Yo tenía acceso a Leer todos los mensajes que llegaban de todos los frentes y de ahí los enviaba para Managua, pero también todos todo s los mensajes mensaj es que venían venían de Managua Managua hacia los frentes. frentes. Por eso digo yo que la mayor responsabilidad de todo eso fue de Sánchez Cerén —, señala Miguel Uvé. Muchos de esos mensajes eran informes, consultas o peticiones de autorización al más alto nivel sobre decisiones que debían tomarse e n l o s f r en e n te te s d e g ue ue rr r r a. a . P er er o a nt n t e s d e l a o fe fe ns n s iv i v a d e 1 98 98 9, 9, y especialmente especialmente después, Miguel comenzó a leer un tipo de mensajes del puesto de mando del paracentral. En ellos Mayo Sibrián presentaba largas Listas de supuestos infiltrados, algunos ya muertos y otros en proceso de ser ejecutados. ejecutados.
Mayo Sibrián solicitaba solicitaba la autorizaci autorización ón de Sánchez Cerén para continuar con el procedimiento, y recibía la autorización. Lo que produ pro duce ce un est estup upor or en Mi Migue guell son la lass re respu spuest estas as qu quee Sán Sánche chezz Cerén enviaba: —Cuando Mayo le decía: Tenemos cuarenta capturados de las redes red es ene enemi migas gas.. Poc Poco o des despu pués és ll llega egaba ba la re respu spuest estaa de Sán Sánche chezz Cerén y siempre era la misma: Ejecútenlos. Y las listas eran grandes — , r ec e c ue u e rd r d a e l c om o m an an da d a nt n t e M ig ig ue u e l.l. L os o s e fe f e ct c t os o s p ro r o du d u ci c i do do s e n s u c on o n ci c i en e n ci c i a d eb e b id id o a l a l ec e c tu t u ra r a d e e se se t ip ip o d e m en e n sa s a je j e s, s , f ue ue m uy uy i mp m p ac a c ta t a nt n t e, e , p ue u e s e st s t ab ab a o bl b l ig ig ad a d o a r ee e e nv n v ia i a r l as as p et e t ic ic io i o ne n e s y l as as respuestas del mando superior. El término “matates” se volvió usual al momento de referirse a los supuestos infiltrados. infiltrados. En el fondo es un lenguaje coloquial de la guerra
que expresa la interpretación política de la situación que se vivía, es d ec e c ir ir a l c on o n cl c l ui ui r q ue u e t od o d as a s l as a s c on o n du d u ct c t as a s c on o n si s i de de ra r a da d a s c om om o n o adecuadas por la concepción de las FPL, eran expresión de las “redes del trabajo enemigo”, y la red, para quien no es salvadoreño, es un matate, además de una conjugación del verbo matar cuando se sugiere a la tercera persona, el suicidio. Nos dice Miguel: —Si Sánchez Cerén hubiese dicho, por lo menos, busquen otra manera de resolver el problema, suéltenlos, reedúquenlos, envíenlos con sus familiares, o investiguen más, no hubiera sucedido toda esa barbaridad. Pero los mensajes eran contundentes. Los informes y las órdenes recibidas eran claras: Ejecútenlos. Ejecútenlos. Miguel Miguel se había habí a quedado quedado con un grupo grup o de mujeres comandantes comanda ntes de las FPL en esos días, María Chichilco, Violeta Menjívar y Ángela Zamora Zamo ra (hermana (hermana del doctor doctor Rubén Rubé n Zamora). Zamora). Con ellas ellas intercam intercambiab biaba a comentarios, Les mostraba los mensajes. Ninguno de ellos podía hacer n ad a d a a l r es e s pe p e ct c t o , n o t e ní n í an an e l p od od er er d e d ec e c id id ir i r s ob ob re re a qu qu el el la la s abrumadoras noticias que lejos de abonar al estado de guerra sólo servían como debilitador de la postura ofensiva de la guerrilla. —Yo las Llamaba a ellas y les decía: Miren está cosa. Ellas también se dieron cuenta. Por eso yo afirmo que la responsabilidad no es solo de Mayo. El caso es que el subalterno informa a su jefe y su jefe le ordena. Mayo le pide autorización y Sánchez Cerén le avalaba. Era la línea de mando que existía. Pero el asunto es todavía más grave. Muchos de los nombres que ahí comienzan a mencionarse les dejan mudos, pues ni la cantidad ni la calidad de la gente asesinada merecía credibilidad acerca de lo que
sucedía. En todo caso, el comandante comandante Miguel, al igual que Goyo, y que los que sufrieron ese episodio, y que sobrevivieron, están seguros de que Salvador Salvado r Sánchez Sánchez Cerén no solo no evitó evitó que eso sucedier sucediera, a, sino que lo autorizó con sus omisiones y con sus órdenes expresas. Hay una clara actuación de la cadena de mando en la aplicación de esa doctrina de autodestrucción. Miguel se resiste a creer que el comandante Dimas Rodríguez, segundo al mando en las FPL, haya estado de acuerdo en esas cosas. Él mismo hizo una visita al paracentral, nos cuenta, pero ese tipo de decisiones se continuaron tomando los meses siguientes a la ofensiva, cuando Dimas Rodríguez ya había caído en combate: — E n l a s F P L h a b í a g e n t e q u e n o d e b e r í a d e h a b e r s e mu e r t o , como Jesús Rojas y Dimas Rodríguez. Los conocí y era gente humana, que a pesar de que tenían un alto grado partidario, se sentaban a escuchar los problemas de la gente. Dimas Dimas Rodríguez Rodrígue z murió murió en los combates combates de la ofensiva ofensiva de 1989, con él se fue, a criterio de esos dos comandantes, Goyo y Miguel, la mente más capaz y experimentada del nivel político y militar de las FPL,
e l v er e r da da de d e ro ro h om om br b r e n úm úm er e r o u no no , a un u n qu qu e e l q ue ue t om o m ab a b a l as as d ec e c is i s io i o ne n e s a n iv iv el e l o fi f i ci c i al a l d es e s de d e l a C om o m an a n da d a nc n c ia i a G en e n er e r al a l e ra ra Sánchez Cerén. Pero no sólo lo relatado sobre los mensajes de radio es evidencia de la responsabilidad de Salvador Sánchez Cerén. Para el comandante Miguel Uvé es claro que la Comisión Política tenía conocimiento de todo lo que sucedía en el paracentral, hasta el punto de que evaluaban c on o n ju ju nt n t am a m en e n te te c on o n l os o s m an a n do d o s d e e se s e f re r e nt n t e l os o s p ro r o ce c e di d i mi mi en en to to s aplicados: “Del paracentral se trasladaban Los mandos a Chalatenango, Chalatenango,
para conversar convers ar con la comandanc comandancia ia de las FPL, que generalm gene ralmente ente era cuando cuan do llegaba llegaba Sánchez Cerén y otros otro s dirigent dirigentes. es. Ahí se informab informaba a lo que estaba sucediendo”. Había Había un sentimie sentimiento nto de superiori superioridad dad moral por lo que se hacia, hacia, como si había un programa piloto de “limpieza” y purificación de la organización. Había Había una idea generalizada generalizada en los mandos de que había que aprender de esos procesos e implementarlos implementarlos en otros frentes: — A lg lg u no n o s l le l e g ab ab a n d i ci c i en e n d o q u e e n S a n V i ce ce n te te s i s e e s ta ta b a c o ns ns t ru ru y en en d o e l v e rd rd a de de r o p a rt r t id i d o y q ue u e e n C h al al a te te n an an g o e r a b ie ie n desordenada la vida—, relata Miguel.
NUEVAS SEÑALES EN LA COMANDANCIA GENERAL E l c o ma ma n da da n te te F e de de r ic ic o , d e l E R P, P, e s ta ta b a p r eo e o cu c u p ad a d o. o . H a bí bí a observado que el fracaso de la ofensiva de 1989 estaba impactando de manera cada vez más notable la moral combativa de la fuerza que, bajo su mando, operaba en Usulután. Eso se comenzaba a expresar en un peligroso relajamiento disciplinario. En una ocasión, con el objeto de e st s t i mu mu l a r a s u t r op op a, a, o rg rg an an iz iz ó u n b a ilil e c on on l a i d ea ea d e q u e l o s combatientes combatientes interactuaran con la población civil y salieran de la rutina. P er e r o r ec e c ié ié n e mp m p ez e z ad ad a l a f ie i e st s t a é l r ec e c ib i b ió ió u n m en e n sa s a je j e y t uv uv o q ue ue ausentarse. Cuando regresó, después de varías horas, la escena que encontró Le paró los pelos: sus combatientes, incluido el ejecutivo militar de la unidad, estaban totalmente perdidos de borrachos. Asustado por ese nivel de irresponsabilidad, tomó las medidas disciplinarías del caso y
comenzó a sondear la situación en los demás frentes de guerra. En todos estaba sucediendo lo mismo. Entonces sucedió algo inesperado. David Gavidia, miembro miembro del Estado Mayor de Mayo Sibrián y jefe de las fuerzas de las FPL que operaban en la zona Ángela Montano, llegó ll egó a su campamento para comunicarle que él y toda su fuerza habían decidido integrarse en masa al ERP El punto era que Mayo Sibrián había torturado y matado a Ramón, que era un líder natural de los campesinos de la zona, un cuadro político-militar que garantizaba el área de aseguramiento de la guerrilla. Ramón era un hombre de máxima confianza de David Gavidia, y por lo tanto era previsible que el círculo de la sospecha se extendería hacia él mismo y sus hombres. Federico, que ya tenía alguna noción de los problemas internos de las FPL, asoció la situación situación al tema de la desmoralización desmoralización generalizada entre las fuerzas guerrilleras, pero quiso cerciorarse. Le dijo a Melo que cruzara el Lempa y sondeara lo que estaba pasando en la zona bajo el control de las FPL. Melo regresó con un informe que no dejaba ninguna duda de lo grave de la situación en relación a las ejecuciones masivas. Federico montó en cólera y le envió al comandante Joaquín Villalobos un mensaje: O paran ustedes a ese hijo de puta asesino que es Mayo
Sibrián, o yo mismo cruzo el Lempa y lo paro a balazos . Joaquín Villalobos consultó el asunto con los otros comandantes del ERP destacados en Usulután, que ya tenían antecedentes de los problemas en aquella zona. Casi dos años atrás, en el puesto de mando del ERP en Tres Calles, se había planificado la voladura de las piletas d el e l p ue ue nt nt e F EN EN A AD DE ES S AL AL . P ar a r a a po po ya y a r a l c om o m an an do do e sp s p ec e c ia ia l q ue ue realizaría la misión, el ERP le había pedido a las FPL que “le prestara” a dos de sus combatientes especializados en operaciones subacuaticas.
Los enviados fueron Lucas y Agustín la Liebre. El proyecto se fue p o st st e rg rg a nd nd o p o r d iv i v e rs rs a s r a zo zo n es es , y l os o s d o s c o ma ma n do d o s d e l as as F P L estuvieron en el puesto de mando del ERP durante casi un año. Uno de esos comandantes recuerda: —Llegué a conocer muy bien a esos dos muchachos. Eran buenos r e vo v o lu l u c io io n ar a r i os o s y l e s t o mé mé c o nf n f ia ia n za z a y a fe f e c to to . E s tu tu v ie ie r on o n t od od o e s e tiempo en nuestro campamento. Finalmente Finalme nte la operación en la que ellos iban a participar se nos frustró del todo cuando, en una aproximación al puente, la corriente nos arrastró las cargas de explosivo. Entonces les regresamos a las FPL a esos dos muchachos, que fueron enviados al campamento de Mayo Sibrián. Después supe que ahí mismo los habían matado. Y continúa: — N o e s p o si si b le le q u e e s os o s c o mp mp a ñe ñe r os o s f u er er a n i n fifi ltlt r ad a d o s. s. L o s signos de un trabajo del enemigo entre tus filas se manifiestan y se detectan de inmediato de una u otra manera, puesto que la información que se fuga se traduce en impactos en tu entorno. Sin embargo, y en nuestro puesto de mando en Tres Calles, nunca pasó algo sospechoso en todo el tiempo que esos dos muchachos estuvieron con nosotros. Y eso es que ahí estábamos tres miembros de la comandancia del ERR Mínimo nos hubieran matado, pues ellos dormían casi al lado de nuestra campa. Ese comandante le dijo a Joaquín Villalobos que, a su juicio, el cuadro que se había configurado configurado en el frente paracentral era realmente grave y podía podía llegar llegar a afectar afectar al FMLN en su conjunto. conjunto. Las relacio rela ciones nes e nt n t re re e l E RP R P y l as a s F PL PL , l as a s d os o s o rg r g an a n iz i z ac a c io io ne n e s m ás á s n um u m er er os o s as as y militar militarment mente e más fuertes fuer tes del FMLN, FMLN , fueron fueron siempre siempre bastante bastante tensas tensas
desde el surgimiento casi simultáneo de las mismas, a principios de los a ñ os o s s e te te n ta ta . L a s F P L, L, q ue u e h ac a c í an an g al a l a d e s u o rt r t o do d o x ia ia m a rx rx i sstt aal en e n in i n is i s ta ta y d e s u p ur u r ez e z a i de de ol o l óg óg ic i c a e n e se s e s en e n tit i do d o , d es e s co co nf n f ia i a ba ba n p ro r o fu fu nd nd am a m en en te te
d el el
p ro ro gr g r es e s iv iv o d ec e c an an ta ta mi m i en en to to
d el el
E RP RP
h ac a c ia ia
un
pensamiento más aún a la socialdemocracia. —En ese momento, por encima de cualquier problema interno, lo estratégico era la unidad del FMLN. No dudo que Federico hubiera cumplido su intención intención de parar a balazos a Mayo Sibrián, pero entonces habrían comenzado los tiros entre nosotros y las FPL, se rompe el FMLN y ahí mismo perdemos la guerra—, nos dice Joaquín Villalobos.
Sin embargo, Villalobos habló con Salvador Sánchez Cerén muy seriamente y le exigió que encontrara una solución al problema del frente paracentr paracentral. al.
GIOVANI: “SI FUERAN REVOLUCIONARIOS ENTREGARIAN LOS RESTOS DE LAS VÍCTIMAS” Ramón se Llamaba en realidad Gilberto Villalobos, Villalobos, y era hermano de Fabio Balmore Villalobos, el comandante Giovani de las FPL. —Mi papá, mi mamá y siete hermanos míos fueron asesinados durante la guerra. Todos éramos de las FPL y de ahí de San Vicente. A mi mamá la capturaron capturaron y la desaparecier desaparecieron on en 1982. 1982. Mi papá y cuatro cuat ro de mis hermanos murieron combatiendo, los otros son Carlos, Walter y Ramón —, dice Giovani. — ¿Qué pasó con ellos?
—Walter fue jefe del batallón “Ernesto Morales” en el paracentral y estuvo al mando de esa fuerza en el ataque al cuartel de la Cuarta B r i g a d a e n C h a l a t e n a n g o . E n e s a m i s m a o p e r a c i ó n p a rt i c i p ó e l o t r o batallón del paracentral, el “Andrés Torres”, bajo el mando de Miguel Uvé. Y ahí estuvimos Goyo y yo, que también somos de allá. Cuando Walter regresó a San Vicente, después de un tiempo de capacitación en Cuba, Mayo Sibrián lo degradó casi al nomás Llegar y lo mandó con c ua u a tr tr o h om o m br b r es e s a u na n a z on o n a d e e xp x p an a n si s i ón ó n , a llll á p or o r l a z on o n a d e l os os nonualcos, por Chinameca. Eso fue en 1987. Dicen que ahí fue que Walter cayó en combate, pero yo tengo mis dudas y mis sospechas. — ¿Por qué? —Porque en ese combate que dicen solo él cayó, y a los otros tres no les pasó nada. A veces pienso que Mayo lo mandó a matar. Igual que a Carlos. — ¿Y Ramón? —El era el hermano mayor y lo reconocíamos como el papá de nosotros. Éramos nueve hermanos hermanos de papá y mamá, y dos solo de papá Ramón Ramó n era un hombre hombre ejemplar ejemplar de la revolución, revoluc ión, y Mayo lo ejecutó ejecutó en 1990. — ¿Cómo lo supo usted? —Yo
estaba
en
Chalatenango
y
te n ía
acceso
a
la s
c om o m un u n ic i c ac a c io io ne n e s d e l a d ir i r ec e c ci c i ón ó n d e l as a s F PL PL , l as a s c om om un u n ic i c ac a c io i o ne ne s e st s t r at a t ég ég ic i c as a s y l as as i nt nt er e r na n a s, s , p or o r qu qu e e n l a o rg rg an a n iz i z ac a c ió ió n y o e ra ra e l encargado de la elaboración de las claves, como un trabajo relacionado a las operaciones militares. Tenia que revisar los mensajes para hacer
los informes a la dirección. Entonces revisando los mensajes encontré u no n o q ue u e d ec e c ía ía : R am a m ón ón , h er e r ma m a no n o d e G io i o va v a ni n i , f us u s ili l ad ad o p or o r s er e r r ed ed e ne n e mi mi ga ga . E n e so s o s m om om en en to to s y o s ab a b ía ía y a q ue ue e st st ab ab an an m at at an an do do compañeros en el paracentral, pero no sabía lo de mí hermano Ramón. — ¿Qué hizo usted en ese momento? —Pues me indignó y le fui a reclamar bien fuerte a Douglas Santamaría Santamarí a (Eduardo Linares) y a Milton (Medardo González). Gonzál ez). Recuerdo que les dije que si Ramón era red enemiga entonces yo era de la CIA, y les tiré en la cama el cuaderno de los informes. Ellos me dijeron que me calmara, que iba a llegar llegar a Chalate Chal atenango nango un compañer compañero o a explicar explicar esas cosas. Yo solo pensé que s i eso se lo habían hecho a un combatiente como Ramón, cómo les voy a creer que los otros fusilados i nfiltrados. Todo ese tiempo me lo pasó muy indignado. Casi todos los días les decía que fueran fueran a ver qué estaba estaba pasando, pasand o, no se queden así parados sin hacer nada, si son compañeros a los que están matando, no jodan, les decía yo. —Es difícil entender lo que sucedió en el paracentral, ¿según usted qué fue lo que pasó? —EL culpable no fue Mayo. Eso lo puede entender cualquiera que tenga un dedo de frente. Mayo fue un hombre muy inteligente que se c om o m en e n zó zó a p er er de d e r, r, a v er e r t o do do n eg e g at a t i vo vo y a c om om et et er e r t od od as a s e sa sa s barbarida barba ridades, des, pero el caso es que nadie nadie en la jefatura jefatura le puso paro, y ustedes bien saben que en la guerra nadie se manda solo. Ese es el problema: si él pudo matar a tanta gente buena fue porque los jefes se lo permitieron.
—Nos han dicho que la dirección de las FPL creía que Mayo estaba desarrollando un gran trabajo de contrainteligencia... —A esa cosa burda no se le puede Llamar contrainteligencia. Lo que sucedía es que te agarraban y tenías que decir un par de nombres s i t e querías salvar, el pobre sujeto en su mente lo único que pensaba era d ec e c ir ir e se se p ar ar d e n om om br br es e s p ar ar a v er e r s i s e s al a l va va ba b a , e so s o e ra r a t od od o. o. E n to to n ce c e s d e cí cí a P ep e p e y J u an an , y d e sp sp u és é s m a ta ta b an an a P ep e p e y a J u an an . Agarrabas a los otros dos, y así se iba haciendo grande la lista. — ¿Tiene usted idea de cuantos fueron los ejecutados? —Aquí hemos hablado con los compañeros de está zona, y la cifra e x a c t a n a d i e l a p u e d e d a r , p e r o t o d o s c r e e n q u e f u er o n m á s d e m i l . Pero miren, diez que hubieran sido ya sería muy grave. El problema ha sido no atender a la gente que sufrió todo aquello, porque esa situación está aquí viva todavía. El problema es que en el FMLN todavía se vive h ab a b la la nd n d o d e t ra r a ic i c io i o ne n e s y d e e sa s a s t on o n te te rí r í as as . S on on m ec e c an a n is i s mo m o s q ue ue desgraciadamente
siguen
vivos
en
el
pa r ti do ...
Si
ellos,
los
responsables, tuvieran de verdad conciencia revolucionaría, deberían de aclararlo todo y entregar los restos de la gente asesinada, inclusive los restos de Mayo, si es que se busca que la gente quede tranquila, porque el daño ya está hecho y ya no se puede reparar.
LA NOCHE DE JULIO HERNANDEZ ¿ Me M e v o y o n o m e v o y ? S e p r eg eg u nt n t ab a b a J u lili o H e rn rn á nd nd e z, z, q u e n o logró dormir toda aquella noche de enero de 1990. Había pasado ya un par de meses después de la ofensiva guerrillera de noviembre de 1989. No era difícil difícil marcharse del campamento, dejar el fusil por ahí, avanzar por entre quebradas y barrancas, llegar a la carretera y jugárselas para
tomar un bus hasta San Salvador. Ahí tenía contactos contactos que le facilitarían la salida del país. Pero irse, en sus circunstan circun stancias cias y pese a todas todas las atenuantes que sin faltar a la verdad podía alegar, era técnicamente una deserción. Se había integrado integ rado a las FPL muy joven, joven, en 1978, 1978 , y después después de muchas pruebas de fuego había llegado a ser jefe de operaciones de todo un frente de guerra. Luego había cumplido una misión política en los Estados Unidos durante tres años. En 1988 le ordenaron regresar a e l S al a l va v a do d o r, r , p er e r o a nt n t es e s d eb e b ía í a r ea e a lil i za za r a lg l g un u n as a s c oo o o rd r d in i n ac a c io io ne ne s e n Managua, en donde se entrevistó con varios de los jefes máximos de las FPL, que ya adelantaban la planificación de la ofensiva general de 1989. Al comentar sobre el estado de la guerra, y particularmente del frente al que él estaba destinado, el paracentral, le manifestaron que allí había una situación especial, pues el comandante Mayo Sibrián había descubierto una vasta red de infiltración enemiga, pero que ya estaba solucionando el problema. — M e d i j e ro ro n q ue ue M a yo yo h a bí b í a d e s cu cu bi bi e rt rt o l a t r am am a d e l a infiltración al detectar a una agente de la CIA, una mujer rubia y muy guapa, que utilizaba esos atributos para su trabajo. Mi percepción es que consideraban un héroe a Mayo por haber salvado al frente de un p os o s ib i b le l e c ol o l ap a p so s o p or o r e se s e t ra r a ba b a jo j o d e i nf nf ili l tr tr ac a c ió ió n— n — , r ec e c ue u e rd r d a J ul u l io io Hernández. Sobre esa mujer “rubia y guapa” julio no tiene mayores pistas, pero es probable que se trate de Ethel Pocasangre Campos (Crucita). (Crucita) . Cuando Julio llegó al frente paracentral, Mayo Sibrián le dijo que s e gu ra me n te
la
vida
en
Nueva
York
lo
había
contaminado
ideológicamente, y que tenía que volver a ganarse la confianza del mando mand o en calidad calida d de combatient combat iente e raso. Eso fue lo que Julio hizo y en
poco tiempo estuvo al mando de una pequeña unidad guerrillera guerrillera en una zona de expansión en la zona de la costa. Esa unidad fue creciendo, se volvió clave en la recepción y aseguramiento de los cargamentos de armas que llegaban clandestinamente por el mar, y en la ofensiva de 1989 jugó un papel importante en varías batallas, sobre todo en el ataque a Zacatecoluca. El guía de Julio, Rafael Coludo, conocía palmo a palmo la zona de la costa, y era ese conocimiento el que en gran medida permitía que e sa s a u ni n i da d a d d e e xp x p an a n si s i ón ón n o s ol o l o s ob ob re r e vi v i vi v i er e r a s in in o q ue u e , t am am bi b i én én , Lograra cumplir exitosamente las misiones asignadas. Mayo Sibrián, personalmente, le había dado la misión de asistir a Julio en esa tarea. Un día sin embargo, Julio recibió por radio un mensaje de Mayo Sibrián, en el que le advertía que Rafael Coludo trabajaba para el enemigo, y que lo enviara al puesto de mando. Julio sabía que aquel hombre, que había combatido a su lado, no podía ser un agente enemigo. Habló con él y le contó la situación. Rafael Coludo se mostró sorprendido, pero dijo que no tenía nada que t em e m er e r , q ue u e s e p re r e se s e nt n t ar a r ía í a a l p ue u e st s t o d e m an a n do do y l es es h ar a r ía í a v er er s u inocencia. —De todos modos te van a matar, deja el fusil por ahí y andate hoy mismo del frente—, le dijo Julio. Pero varías horas antes de la noche de insomnio en cuestión, había llegado al campamento de Julio un lugarteniente de Mayo Sibrián para decirle que habían descubierto que su radista, que además era su compañera de vida, era una infiltrada del enemigo. Eso significaba que se la llevarían para el puesto de mando, que la torturarían para que confesara y delatara a sus presuntos cómplices, y luego la matarían. Y
Julio sabía lo que pasaría después, pues ese procedimiento procedimiento ya se había vuelto típico en ese frente: vendrían por él y luego por cada uno de los hombres de su unidad. —E xa c ta me n te es o es l o que v a a su ce d er — , le d ij o el comandante Goyo, que había resultado herido de bala en la batalla de Zacatecoluca, y que iba para Cuba a recibir atención médica. Goyo habló con el Lugarteniente Lugarteniente de Mayo Sibrián e intercedió por la radista: —Decile a Mayo que yo pongo mis manos en el fuego por está compañera—, le dijo. Mayo Sibrián habló por radio urgiendo que se cumpliera su orden. —Hay
un
p ro b le ma ,
Goyo
se
opone—,
le
respondió
el
Lugarteniente. —Goyo no tiene mando aquí, vos cumplí mi orden—, dijo Mayo Sibrián. Pero aun sin mando formal en esa zona, la palabra de Goyo p es e s ab ab a, a , y e l L ug ug ar a r te te ni n i en en te te r es e s ol o l vi vi ó e sp s p er er ar ar a q ue ue l as a s c os o s as as s e aclararan. Antes del anochecer, Goyo Le dijo a Julio: —De todos modos, si ya la marcaron en el puesto de mando, la van a matar. La única posibilidad es que está misma noche deserten los dos.
Julio se debatió en la incertidumbre incertidumbre aquella noche, y ya casi en la madrugada tomó una decisión: —Váyase usted, yo me quedo—, le dijo a su compañera. Julio sabía que ya eran demasiados los combatientes que en ese frente habían sido ejecutados. El mismo había presenciado, impotente, cuatro ejecuciones sumarías. “Esto tiene que pararse de algún modo”, se dijo a si mismo. Al poco tiempo llegó otro enviado del puesto de mando: —Dice Mayo que vos no tenés experiencia en, el combate a las r ed e d es e s e ne ne mi mi ga g a s, s , y m e m an an da da a a po p o ya y a rt r t e e n e so so , e nt nt re re ga ga me me l as as comunicaciones, las claves y las redes de colaboradores—, le dijo. Ya me van a matar, pensó Julio. Providencialmente, justo por esos días, y por motivos que nada tenían que ver con la situación planteada, Julio Hernández Logró hablar con el comandante Jesús Rojas que, al igual que Mayo Sibrián, era miembro de la Comisión Política de las FPL. Julio le relató con detalle todo lo que estaba sucediendo. Jesús Rojas tomó el radio, tuvo algunas aclaraciones con Mayo Sibrián y envió un informe a Managua.
TERCERA PARTE
CAPÍTULO OCHO CONTEXTO MILITAR DE LOS HECHOS Ningún ejército puede mantener un estado de guerra de forma i na n a mo m o vi v i bl bl e, e , p or or v ic i c to t o ri r i os o s as a s q ue u e s ea e a n s us u s c am a m pa pa ña ñ a s. s . S i n o p ue u e de de d er e r ro r o ta ta r a s u e ne ne mi m i go g o , t ar ar de d e o t em em pr p r an a n o d eb e b er e r á a su s u mi m i r u n v ir i r aj aj e estratégico. estratégico. Esas victorias contundentes contundentes del FMLN durante los primeros c ua u a tr tr o a ño ñ o s d e l a g ue u e rr r r a c iv i v ili l p ro r o pi p i ci c i ar ar on o n u n g ir ir o p ro r o fu fu nd nd o e n l a guerrilla salvadoreña y en la Fuerza Armada. El contexto militar en el que Mayo Sibrián asume el mando del f re re nt nt e P a ra r a ce c e nt n t r al al , e n e l a ño ño 1 98 98 6, 6 , t ie ie ne ne u na na p ar ar titi cu c u la l a ri r i da da d: d: e l a c el el e ra ra do d o y g e ne ne r al a l iz i z a do do d e sg s g a st st e d e l a s e s tr tr u ct c t ur u r a s m ili l iti t a re re s d e l FMLN debido a la superación de la fase regular de la guerra y a la implementación de la guerra de guerrillas. Una experiencia reconocida por cualquier Combatiente del FMLN que haya estado en los frentes desde 1985 hasta el final de la guerra. EL despliegue de unidades irregulares en el territorio nacional s i gn gn i fifi c ó a l m en e n o s d o s g r an an d es es r e to to s p a ra r a l a g ue u e r ri r i lll l a : s o po po r ta ta r e l enfrentamiento con unidades enemigas mejor equipadas y con mayor número de hombres, y resistir la capacidad de infiltración en sus filas. P a ra ra s u pe pe r ar a r e l p r im i m er e r p r ob o b le l e m a, a , s e r e da d a c ta ta r on o n m an a n u al al e s d e t á ct ct ic i c a , s e t ra r a s la la d ar a r on o n e x pe pe r ie i e n ci c i a s c o mo mo l a v i et et n am am iti t a y l a t eo e o r ía ía guevarista
de
la
guerra
de
guerrillas.
Pero
ninguna
de
esas
experiencias fue similar a la salvadoreña, poco sirvieron al momento de escurrirse en los territorios pelados de el Salvador, donde el guerrillero
no se tuvo más que a sí mismo y al que tenía a su lado, y al matojo que medio le cubría del sol y los aviones. Situaciones Situaciones que no fueron previstas por la guerrilla, no al menos a cabalidad: que el ejército iba a implementar un accionar táctico irregular paralelo al de las unidades regulares, dotado de un componente militar o ri r i en en ta ta do do a g ol o l pe pe ar a r a l as as f ue u e rz r z as a s g ue ue rr r r ilil le le ra ra s p or or m ed ed io io d e s u descomposición; pero la guerrilla tampoco previó el efecto psicológico en sus tropas. No es lo mismo pelear al lado de cien hombres que junto a cuatro pelones. Todo desequilibrio desequilibrio en la moral de la tropa o pérdida de capacidad de combate, se adjudicó al factor ideológico. Los análisis de los jefes militares no asumían como real el quiebre psicológico psicológico de sus tropas como resultado de pelear en desventaja, no al menos en la mayoría de casos. Es ahí donde entran a operar las redes de informantes de la Fuerza Armada. En algunos casos de manera muy casual debido a la situación concreta del terreno y de la población civil, y en otros a la particularidad particularidad de los jefes militares que comandaban las diversas zonas m ili l i ta ta re r e s. s.
E ssa a
s iti t u ac a c ió ió n p ro ro du d u jo jo
u na na
e xc x c es e s iv iv a s os o s pe p e ch ch a e n l as as
estructuras militares de la guerrilla. Sin embargo, a pesar de la sospecha latente en las filas de la guerrilla, algunos jefes militares militares de la Fuerza Armada en aquella Época, reconocen hoy día que la inteligencia militar fue un terrible dolor de cabeza, que muchas de las informaciones informaciones de terreno estaban dispersas, y que es ilógico que se hubiese realizado una operación de infiltración masiva en el frente paracentral, como se ha querido hacer creer.
Es lo que asegura el general Juan Orlando Zepeda, quien fuera Vice Ministro de Defensa durante la guerra civil. El mando de las FPL,
Liderado por Salvador Sánchez Cerén Cometió un gravísimo error al confundir una estrategia de política de guerra de la Fuerza Armada con operaciones generalizadas de inteligencia. Asegura el general Zepeda, en su Libro Perfiles de la Guerra en el Salvador; l a siguiente fórmula: “Si la estrategia general revolucionaría
afirmaba que la población civil era para la guerrilla como el agua para el pez, nuestra contra estrategia sería ganar la mente y el corazón de las masas”. Esas operaciones son contempladas en lo que se conoce como Acción Cívica Militar, que eran ejecutadas por las unidades de tropa con a p oy o y o d e l d e pa pa r ta ta m en e n to t o d e O pe p e r ac a c io i o n es es P si s i c ol o l óg ó g i ca ca s . L o s g r up up o s estaban estaban apoyados apoyados por psicólog psicólogos, os, médicos, médicos, ingenier inge nieros, os, enfermer enfe rmeras, as, odontólogos, que se involucraban con la población civil. La presencia de p er e r so so na na l n or o r te te am am er e r ic i c an an o e n l as as
m is i s ma ma s e ra ra
p úb ú b lili ca ca , l a g ue u e rr rr a
psicológica jugaba un papel muy importante en la estrategia pues se trataba de evitar que más gente se sumara a la causa de la guerrilla. Es así como la estrategia se consolida y se conforma la Comisión Nacional de Restauración de Áreas, CONARA. Dicha entidad comenzó a t r ab a b a ja ja r e n l a s z o na na s p o bl bl a da da s d e m a yo yo r i n flfl ue u e n ci c i a d e l a g u er e r r ili l la la , d on o n de de s e e je j e cu c u ta ta ba b a n e so s o s p ro r o ye y e ct c t os o s d e a cc c c ió ió n c ív ív ic ic a. a. B aj aj o e se se componente político político de la guerra de respuesta de la Fuerza Armada, se ejecutan operaciones como Bienestar para San Vicente, Bienestar para Usulután y la Operación Fénix en el departamento de San Salvador y la zona especial del cerro de Guazapa.
E n t o da da s e s as a s o pe p e r ac a c io i o n es e s m e nc n c io i o n ad a d as a s s e i mp m p l em em e nt nt a ro ro n y combinaron los mismos procedimientos militares militar es y políticos. políticos. Pero, en el caso de San Vicente, el mando de las FPL hace una interpretación diferente al resto de las zonas de guerra, argumentando argumentando que se trataba de una gran operación de inteligencia en la que se observaba una infiltración masiva contra la guerrilla. No es que no hubo un componente de inteligencia inteligenci a en el plan, pero no existen operaciones de inteligencia inteligencia de infiltración infiltración masiva. El general Z e pe pe d a, a , q u ie ie n e s tu tu v o c e rc rc a d e e sa s a s a c titi vi v i d ad ad e s d u ra ra n te te l a g u er er r a, a, asegura que jamás se tuvo tanta penetración en la guerrilla, salvo lo que se supone debe ejecutar cualquier ejército ejércit o que pretende ganar una g u er e r r a. a. A u nq nq u e p o da da m os os s os o s p ec e c ha h a r q ue u e e l g e ne ne r al a l n o s o c ul u l te te a lg lg o debido a la naturaleza del caso, los datos no revelados no apuntarían a factores cuantitativos, evidentemente. Otro elemento vinculante a está historia es el surgimiento de las Patrullas de Reconocimiento de Alcance Largo, por sus siglas PRAL, q ue u e f ue ue u no no d e l os o s p ri r i me me ro r o s e xp x p er e r im im en en to to s m ilil i ta ta re r e s d e c ar a r ác á c te te r irregular irregular.. Su objetiv obje tivo o no era provocar provocar y menos meno s consolid cons olidar ar un contacto contacto frontal con la guerrilla Su actividad militar estaba orientada, como su nombre lo indica, a reconocer a profundidad las posiciones guerrilleras, guerrilleras, ubicar sus puntos de retaguardia, sus rutas de desplazamiento, sus campament campamentos, os, de preferenc preferencia ia los de sus mandos, para golpearl golpearlos os con ataques
de
ar ti lle r ía,
aviación
y/o
desembarco
de
tropas
aerotransportadas. La
zona
del
frente
p a ra ce n tr a l,
en
lo
re la c io n a do
a
los
departamentos departamentos de la Paz y San Vicente, era de influencia de las tropas de la Fuerza Aérea, de ahí que la coordinación de las unidades PRAL y las tropas de dicha guarnición militar eran cualificadas, y que con la
implemen implementaci tación ón de dichas dich as tácticas tácticas de guerra guerra irregula irregularr se obtuvier obtu vieron on importantes victorias a favor del ejército. EL capitán Herard von Santos, veterano del ejército salvadoreño y escritor de historia militar, refiere en su libro Unidades de Élite en Centroamérica y México, que “Uno de estos éxitos se dio en el marco de
la operación operació n Bienesta Bienestarr para San Vicente, Vicente, en junio junio de 1983, en la cual las patrullas de reconocimiento desempeñaron un papel muy importante, d e te t e c ta ta nd n d o c a mp mp a me me n to to s g ue u e r ri r i lll l e ro ro s e n l a r e ta ta g ua ua r di d i a d e l a z o na na e ne n e mi m i ga g a , y d ir i r ig i g ie i e ro r o n e l f ue ue go g o d e l a a rt r t ili l le le rí r í a s ob o b re r e e st s t os o s p un un to t o s, s, obteniendo resultados exitosos. exitoso s. Una de sus misiones de fuego significó el lanzamiento de 100 granadas de 105 mm sobre una concentración enemiga”. Estos movimientos del ejército se fueron cualificando en los años s ig ig ui u i en en te te s y p ar ar a 1 98 9 8 6, 6, a ño ño e n e l q ue u e s e u bi b i ca ca e l i n ic i c io io d e l as as ejecuciones de guerrilleros en el frente paracentral, la guerrilla estaba en crisis, entonces ya se hablaba de las tropas RECONDO y de los g ru r u po p o s H ac a c ha h a d el e l e jé j é rc r c iti t o, o, q ue u e r ea e a lil i za z a ba b a n o pe p e ra r a ci c i ón ó n s ec e c re r e ta ta s d e infiltración para ejecutar golpes de mano y emboscadas, estas mismas llegarían a consolidar lo más cualificado de las fuerzas especiales de la Fuerza Armada, los Grupos de Operaciones Especiales, GOE. Debido a la movilidad de la guerrilla en los sitios de alta densidad p ob o b la l a ci c i on o n al a l , t an a n to to l os o s r eb e b el e l de de s c om o m o l as a s u ni n i da da de d e s i rr rr eg e g ul u l ar a r es es d e reconocimiento del ejército, comenzaron a realizar una alta movilidad en medio de la población civil. Es aquí donde se produce ese sentido permanente de la sospecha que habrá de llevar a la guerrilla a provocar una gran cantidad de bajas en sus filas por efecto de su propia mano.
Los elementos de la PRAL, que en sus inicios han operado bajo el esquema típico de unidad irregular ordinaria, con uniforme de fatiga y armamento, comienzan comienz an a mezclarse Con la población civil, de la misma m an a n er e r a q ue u e l a g ue u e rr r r ili l la la . E so so s t re re s a ge g e nt n t es e s d el e l c on o n flf l ic i c to to a rm r m ad ad o c o nv n v i ve ve n e n c a se s e r ío ío s y c a nt nt o ne ne s , v e st st id i d o s d e c iv i v i ll,, a l gu gu n as a s v e ce ce s usando usan do armas arma s cortas, cortas, visitan visitando do y contacta cont actando ndo en muchas much as ocasione ocasioness a los mismos aldeanos, en sus casas o lugares de trabajo. Es entonces que comienza a producirse un impresionante flujo fluj o de información, que tiende a ser desordenada y no siempre confiable. Las u ni n i da d a de d e s m ili l itit ar a r es e s d e a mb m b os o s b an a n do d o s r eq e q ui u i er e r en e n i nf nf or o r ma m a ci c i ón ón , y l a o bt b t ie i e ne n e n d e s u m ás á s c er e r ca c a no n o : l a p ob o b la l a ci c i ón ó n c iv i v ilil . E sa s a m is i s ma ma g en e n te te oriunda informa ala guerrilla de los soldados del gobierno o a aquéllos de éstos, muchas veces haciendo un uso naturalmente psicológico de la mentira para salvaguardar sus propias vidas de cualquiera de los dos bandos. Ambos contendientes necesitan esa información, la buscan, la solicitan, la exigen. Es imposible decir en qué momento exacto ese desordenado mar de contactos, de fuentes, de informes, de noticias, de caminos, de números, números, de rutas, rutas, comenzaron comenza ron a tener tene r un espacio espacio decisivo decisi vo y definido definido dentro de un esquema de inteligencia militar de dimensión estratégica, sobre todo porque altos jefes militares de la Fuerza Armada, niegan que hayan tenido un plan como el que se supone se articuló en contra de la guerrilla basificada en el frente paracentral. De cualquier manera, en está dinámica, el ejército parece que fue el mayor ganador de la partida, al lograr penetrar de forma clandestina, co mo nunc a antes , a zonas Guerr uerriiller lleras as,, com como sol solo lo habí había a hecho echo con con el anuncio de sus aviones, piezas de artillerías y las enormes columnas de soldados de
sus brigadas y batallones, y la infiltración mayor que logro fue la de su propio fantasma en la cabeza del mando guerrillero. El ejercito aprende a infiltrarse de una forma que rebaso su misma capacidad para administrar la información que acumulaba, ya no digamos para darle un uso efectivo, no solo debido a sus posibilidades de comprobación de la información sino al de su capacidad de instalación en medios. Las inexpugnables inexpugnables retaguardia retaguardiass de la guerrilla se vuelven vuelven vulnerables, vulnerables, asi mismo mismo todos los demás frentes de guerra, muchos de los cuales son altamente inestables, como: Radiola, Radiola, Guazapa, el volcán de San Salvador. Salvador. En esa misma época, algunas unidades guerrilleras habían sido penetradas por combatientes que antes de ser reclutados por la guerrilla en sus propios caseríos de origen, trabajaban con el ejercito como informantes, un dato que no tiene valor decisivo y que en todo caso es aislado. Este factor, aunque no es masivo, adquiere una relativa importancia. 1986, quinto año de la guerra, mucho de los hombres que pelearon en las de resistencia del año 1981, que en 1982 comenzaron a aniquilar las posiciones fijas del ejercito que estaban en los alrededores de la zona guerrilleras, y que habían formado los los bat batallo allone ness y brig brigad adas as insur nsurge gent ntes es,, real realiz izan ando do gran grande dess manio aniobr bras as de aniquilamiento, están muertos, heridos, desertados, y muchos de los que siguen en los frentes de la guerra sufren una acumulada tención y cansancio. Esos hombres y los que se han incorporado mas recientemente comienzan a formar pequeños grupos que se diseminan en todo el territorio. El sentido de aislamiento, de desventaja numérica, de cansancio, de movimientos inseguros en territorios donde no hay posibilidad de aplicar los campos minados, son situaciones que quiebran la moral de los jóvenes guerrilleros. El reto mayor para los mandos estriba en poder comprender a cabalidad que es lo que sucede con sus hombres, con su estado de animo. Un tropa sometida a largas jornadas de tensión en ambientes inhóspitos y de mucha desventaja militar, tiende a voltear su actitud hacia las indisciplinas, a la relajación en los breves espacios que se le permiten el ambiente de las pequeñas retaguardias, o de os periodos de ausencia del ejercito. El desvelo por los constantes ataques artilleros quiebra los nervios.
Las concl conclusi usione oness que pudi pudier eron on ser obten obtenid idas as luego luego de asumi asumirr un mand mando o en situaciones similares, y la manera como se abordo esa problemática, es lo que marco la diferencia con la corriente de pensamiento que tuvo el poder de efectuar de manera drástica al frente para central. Una pequeña unidad, formada por cuatro hombres se disfraza en un pequeño matojo, observa el filo de las lomas, los cultivos de frijol o de maíz, si es invierno, o nada mas se queda con el aire caliente caliente en la garganta cuando el sonido carrasposo del viento y la yerba seca se arrastran por la cuesta. No hay con quien hablar, además nada se puede hacer salvo que sea en susurros, los enemigos pueden estar muy cerca y que sean cien no es casual. Un volumen de fuego de ese tamaño aniquila a esa unidad guerrillera en poco tiempo. Pero el pequeño grupo lleva meses en esa situación, en el camino han muerto varios, por lo que se ha ido renovando constantemente la tropa. Se acabaron los días de cambates frontales y de maniobras, ahora esos guerrilleros solo deben esperar, escondidos como animales, a que la noche se haga sobre sus cabezas para salir a andar. No deben preguntar que es lo que sucede, solo obedecer. La mayor invención que tienen a mano es lograr no morir ese día. Cuanto puede soportar un muchacho de dieciséis o diecisiete años dormir cada noche del invierno con la ropa mojada, con el estomago vacio, envuelto en un viejo plástico negro, con el cuerpo enterrado en un charco donde muy cerca cantan las ranas. No hay ninguna voz que aliente, ni siquiera la de algún locutor de la radio, ni aquella voz amorosa de mama, ni la risa escandalosa de la hermana. La noticia de una nueva deserción, de alguien caído a la orilla del camino, de una casa que entrego al guerrillero al momento de comprar, es una imagen cotidiana. Que clase de hombres pueden lograr sobrevivir a una experiencia similar, sin quebrar los principios de la vida, si dejarse atraer por la fuerza de la seducción de matar al que no soporte la presión de lo que se supone es sargado. El enemigo se vuelve cada vez más difuso, puede estar agazapado entre las huertas de banana, o mirar desde un cuerpo vestido de civil. Es lo mismo que los soldados han vivido durante años. Hoy los guerrilleros saben lo que significa conversar con un aldeano sin estar seguro de que es lo que se puede esperar de el.
Caminar Caminar cada noche en busca de una noticia, noticia, de una medicina, medicina, de un par de botas, de un pequeño correo que viene en la crema de un tubo de dentífrico, en una bola de jab jabón ón.. A eso eso se dedic edica a hoy hoy el jefe efe que que ant antes tenia enia bajo ajo su mand mando o a casi casi cuatrocientos hombres, hoy son apenas doce, no le queda mas que endurecer, acoplar la mente, exagerar si es posible, para que nadie note que ya no es el mismo. Sabe bien que no le espera otra cosa que muerte. Es lo único que puede ser cierto cuando espera con los cuatro pelones que le acompañan acompañan la noticia noticia del mes pasado, en el periódico que esta a favor del gobierno gobierno que el quiere derrotar. Y la maldita avioneta fumigando propaganda, donde e ofrecen mil colones por tu fusil y un salvoconducto y el recordatorio de que tus comandantes están comiendo sabroso en un hotel del extranjero, mientras tu esperas como animal acorralado a que te llegue la hora final en un barranco lodoso. Esa situación situación de volvió generalizad generalizada a en los frentes de guerra, pues debido debido a la desventaja numérica y al deficitario poder de fuego de las pequeñas unidades guerrilleras, el ejercito capturo a muchos combatientes y jefes. Algunos de ellos fueron asesinados, asesinados, otros enviados a la cárcel y otros terminaron terminaron colaborando con el ejército. Es importante tomar en cuenta que este rasgo que adquiere la guerra en ese momento no es el resultado de un trabajo de inteligencia, o de un plan general y muy bien delineado, fue mas bien un efecto del resultado de las operaciones ofensivas del ejercito en el campo de batalla, y de de los efectos que esto produjo en la la espiritualidad de los guerrilleros. guerrilleros.
Lo que la fuerza armada tenia era información información dispersa, dispersa, que
muchas veces no era ni siquiera compartida entre las diversas unidades militares, ya no digamos a nivel de Estado Mayor, la gran cantidad de información que el ejercito fue fue acum acumul uland ando o acerc acerca a de su enem enemig igo, o, del del pers persona onal,l, campa campame ment ntos os,, rutas rutas de abastecimiento y movimientos de otra naturaleza, fue de considerable importancia. Eso Eso llev llevo o a la guer guerrrill illa a sost sosten ener erse se con con mucha ucha movi ovilid lidad
en los
campamentos y ha vivir en una constante intriga. Todo aquel que ejercía algún tipo de mando debía cumplir una misión: la constante observación a los hombres y mujeres bajo su mando, estar en permanencia revisión de las medidas d seguridad y
del estado de la disciplina de la gente, para detectar a tiempo cualquier indicio de infiltración o relajamiento que pusiera en peligro al resto de la gente. A todo esto había que agregar la sistemática operativilidad de los medios aéreos y la altísima capacidad de despliegue de las unidades helitransportadas, que en pocos minutos caían sobre los campamentos guerrilleros, provocando con ello retiradas desorganizadas que no tenían otra finalidad que no fuera poner a salvo el pellejo. Esa era la guerrilla de entonces, ahí corrían por igual valientes y miedosos, comunistas comunistas o social demócratas. demócratas. Ideologiz Ideologizados ados o anarquistas, anarquistas, revolucionari revolucionarios os o aventureros, jefes o subordinados, veteranos o novatos. Todos por igual sentían miedo miedo cuando cuando escucha escuchaban ban el zumbid zumbido o metáli metálico co de esas avispit avispitas as (helic (helicópt ópteros eros Hughe Hughess 500), 500), los los roqu roquet etero eross (heli (helicó cópt ptero eross UH-1M UH-1M), ), las las avione avioneta tass los los avio aviones nes Hércules. Y eso se repetía una y otra vez, semana a semana. Había jefes que al nomas escuchar a lo lejos el zumbido de los helicópteros perdían toda compostura y elegancia y se desbarrancaban en picada aerodinámica.
LA CONTRA INTELIGENCIA Este descalabro provoco que las organizaciones guerrilleras se debilitaran internamente internamente en un nivel alto de control y observación. observación. Y esa actitud actitud en el fondo era necesaria, su gran valor fue que podía salvar la vida de muchos guerrilleros. La cont contra rain inte telilige genc ncia ia no es para para mata matarr a la gent gente e de las las mism mismas as fila filas, s, es para para protegerlas. La contrainteligencia es la rama de la inteligencia militar orientada a conocer a tu enemigo no hacia afuera sino lo que este pueda estar haciendo, planeando o pueda hacerte a ti en el futuro, desde adentro de tus mismas estructuras, no en el arte de matar. Esa ha sido la estupidez de muchos dictadores y de mecánicos de gente enferma, o en todo caso ignorante; la contrainteligencia, si se aprecia de tal, es saber distinguir las “anomalías” que presenta cualquier estado de guerra; los flancos débiles que presente la indisciplina, baja la moral combativa, el miedo extremo, los
descuid descuidos os y la diferenci diferencia a que esto esto tiene tiene con un trabajo trabajo de infilt infiltraci ración ón enemiga enemiga,, administrar todo con sabiduría. La aspiración mayor de la contrainteligencia no es matar al infiltrado, si no averiguar averiguar a quien la informa y, sin que se de cuenta o convencido de ello, comience a dart darte e a ti la info inform rmac ació ión n del del otro otro que que espe espera ra la tuya tuya y a envi envidi diar arle le dato datoss manipulados e irreales. Los flancos de la indisciplina, indisciplina, el descuido descuido craso, el miedo extremo, extremo, la falta falta de planeación, puede servir a la inteligencia militar enemiga, no hay duda de ello, pero no necesariamente por la vía de infiltración. De ahí que si todo aquello que sugiere desventaja o golpe a las fuerzas propias se asume como infiltración, eso lo que muestra es un estado primitivo del mando para valorar la situación de guerra. La infiltración, como objeto, puede ser para el arte de la contrainteligencia militar lo que para la ciencia forense es la confesión. Todo ante moderno requiere de un ramaje de mecanismos para conocer una zona de la realidad. Ante una confesión judicial siempre valdrá mas un peritaje genético, eso para el derecho; en el arte de la guerra, ante un infiltrado que vive revuelto con tus enemigos, que no siempre se sabe hasta donde se puede decir la verdad, valdrá mas una fotografía de satélite, una exploración o profundidad por una unidad especial de las filas propias, que se sabe donde duermen y donde viven; un reconocimiento aéreo, la aplicación de la trig trigon onom omet etrí ría a en las las comu comuni nica caci cion ones es para para capt captar ar seña señale less de radi radio o y ubic ubicar ar posiciones fijas y unidades enemigas en movimiento. Pero aun así, la inteligencia militar seria parte de cualquier información, venga del satélite, del radar del avión, de la antena de detección de comunicaciones, del descifrado descifrado de mensaje, mensaje, de lo dicho por la fuente permanente permanente o por el testigo testigo casual. Eso todo lo demás, ponderado, procesado, analizado y comprobado en el campo de las operaciones militares; es lo que puede llegar a ser considerada en su todo un trabajo de inteligencia y contrainteligencia. Reducirlo a la infiltración, y peor aun al nivel invasivo, que además no es típico, es caer en la tentación de virar el fusil de la dirección de tu enemigo de campo y ponerlo en el pecho de tu compañero de al lado. Como lo dice muy claro el veterano de guerra Nelson vietnamita, que citamos aquí
pues su claridad supera los argumentos artificiales de los responsables intelectuales de las ejecuciones de combatientes en el para central: -
Si nosotros, los de las fuerzas especiales, a los que mataron, como
Lucas y Agustín la liebre, y a los que nos amenazaron con fusilarnos, hubiéramos sido infiltrados, bajo facial hubiéramos matado a todos los jefes, porque éramos nosotros los que los cuidábamos, hasta al mismo Salvador Sánchez Ceren estuviera muert muerto, o, porqu porque e cuand cuando o lleg llegaba aba a Chala Chalate tena nang ngo o éram éramos os nosot nosotros ros los los que que le hacíamos guardia.
CUARTA PARTE
CAPITULO NUEVE LA DEGRADACION DEGRADACION Poco después del reclamo de Joaquín Villalobos, y del informe que Jesús Rojas envió a Managua sobre la situación del Para central, la dirección de las FPL inició otra investigación sobre el caso. La primera que vino fue Rosario, la esposa del Comandante Ricardo Gutiérrez. Lo mandaron de Nicaragua para que verificara la situación. Como ella sabia que yo tenia alguna cercanía con su marido, fui uno de los primeros con los que hablo. Pero yo ya desc descon onfifiab aba a de todo todo y todo todos, s, y no quer quería ía deci decirl rle e nada nada de lo que que me preguntaba. preguntaba. pero ella me insistió insistió y me dijo que no tuviera miedo, miedo, que ella venia venia a investigar para que las cosas se arreglaran en el frente-recuerda Edwin. Pero finalmente hablo usted con ella El caso que yo tenía que ir con unos compañeros a traer un abastecimiento, bajar desde cerros hasta la litoral, y luego subir la gran cuesta durante toda la noche con la carga en la espalda. Y me que la Rosario iba ir con migo y que yo tenia que darle seguridad… ya cuando veníamos de regreso, ahí al pie de la cuesta le digo a la Rosario: mire compañera, mayo dice que aquí, el que es revolucionario, tiene que cargar cincuenta libras de maíz, su mochila y el fusil. Así que aquí esta su carga y empiece a caminar. A ver como siente de aqui para arriba, y si no aguanta entonces no es revolucionaria. Edwin había comenzado responder responder en forma irónica irónica y concreta concreta las preguntas de Rosario: Como a las doce de la noche esa mujer iba pujando y casi llorando: Edwin, ya no aguanto, me decía, Hágale fuerza, mamacita, que aquí al revolucionario así le toca. Esta es la política del Comandante Mayo Sibrián, y si usted no aguanta pues la van a matar mañana por infiltrada. Así que aguante, camine, le voy a dar cinco minutos para que descanse pero después seguimos subiendo.
En ese sarcasmo de Edwin se esconde un mensaje profundo. De alguna manera alguien de arriba debe sentir el significado de una presión de esas, de una caminata de esas, de una amenaza similar, y así esa persona es la adecuada, pronto alguien arriba sabrá que hay cosas que no debieron ocurrir jamás. Continúa Edwin: Yo creo que a esa mujer se le pelo hasta el negocio de atrás. Toda la noche cami camina narr con con esa esa carg carga, a, imag imagín ínen ense se.. Pero Pero rato ratoss ayud ayudán ándo dole le yo y rato ratoss ella ella aguantando, logro llegar hasta el campamento, pero la pobre quedo de muerte una semana. Claro ella nunca había cargado así, la mochila, el fusil y las cincuenta libras, y alguien que la fuera observando y diciéndole camine, camine, hágale guevos, los revolucionarios no somos maricones. Me imagino que al final ella le ha de haber avisado a su marido como estaba la cosa. Las investigaciones continuaron. Sin embargo, todavía durante todo el año de 1990 Mayo Sibrían y su equipo de mando siguieron matando combatientes por conside considerarl rarlos os infilt infiltrad rados. os. Nuevas Nuevas comisi comisione oness de invest investiga igació ción n llegaro llegaron, n, la mas importante de todas fue la conformada por los Comandantes Ricardo Gutiérrez, Douglas Santamaría y Ramón Torres. Después de ese largo proceso de consultas llevadas a cabo con los mismos combatientes y mandos menores del frente para central, finalmente, entre finales de 1990 y principios de 1991, se decidió la degradación del comandante Mayo Sibrian. No podemos ser ingenuos ingenuos en este este asunto asunto asunto de la degradación. degradación. Tomando Tomando en cuenta los acontecimientos tan dramáticos dentro de las filas de las FPL acaecidos durante varios años, en donde jamás se escucho la opinión opinión de los combatientes combatientes por parte de las máximas autoridades autoridades de dicha organización, organización, es poco probable probable que una decisión como la apuntada haya tenido su cuna en las bases. Con toda seguridad una decisión tan tardía y oscura como esa solo podría venir de un acuerdo superior cuya motivación motivación debió estar relacionada con el avance en las negociaciones de paz, donde el FMLN se precio de levantar la bandera del
respeto de los derechos humanos, situación que tuvo sus crisis internas en las presiones de, al menos en el inicio, dos de los miembros de la Comandancia General de la guerrilla, Roberto Roca y Joaquín Villalobos. Es decir que la decisión tomada por el mando supremo de las FPL no atiende a una situación
de ju justi stici ciaa o de co consi nside dera raci ción ón hu huma mana na,, o re revo volu luci cion onar aria ia,, si no ma mass bi bien en política. Edwin recuerda: __ Cuando vino Ricado Gutiérrez me dijo: No te preocupes, ya vamos a reglar esta mierda. Allá al tiempo, un día se me acerca Mario y me dice: Ya no soy comandante, hoy voy a ir traer maíz con vos allá abajo. Esta bueno, le dije yo, ahí le voy zampar la cincuenta libras en el lomo para que me demuestre en la cuesta que usted es revolucionario, hijo de la gran puta, le dije. Guayon también recuerda esos días: __ Como ya habían acabado con todos los dirigentes del frente, me pusieron a mí ahí de jefe de taller. Pero cuando vinieron los de la comisión política a investigar, vier vieron on que que aquí aquí la cosa cosa ya no se podí podía a sol solucio uciona nar, r, ni que cam cambiar biaran an otro otro comandante como otra política, porque si a usted le matan un hermano ¿Cómo van a llegar a decirle que lo mataron por esto y esto, y usted sabiendo porque lo mataron de verdad? Y por eso lo que hicieron fue echarle toda la culpa a Mayo. __ ¿Usted también comparte la idea de que la responsabilidad no fue solo de Mayo Sabrían? __ Es que solo Mayo tenia tenia la culpa, ahí ahí entra toda la comisión comisión política política de la FPL, esa es la verdad. Todos los sobre vivientes que han dado su testimonio, que estuvieron en esos momentos en la zona, y que participaron en las consultas referidas, coinciden en que había comenzado a darse un notable relajamiento disciplinario, pues la gente estaba no solo cansada de una guerra de casi doce años, sino de las matanzas de sus mismos compañeros, que ya llevaba casi cinco años. Guayon dice al respecto: __ La gente aquí había cambiado, cambiado, o sea que ya a los jefes y a los mismos de la comisión política les habían perdido el respeto al ver lo que habían hecho. Ya la tropa hacia lo que quería, chupaban guaro y ya todo les valía un carajo. En una de esas reuniones de consulta se decidió la degradación de Mayo Sabrían, en medio de discusiones y acusaciones mutuas entre los mandos locales y entre Mayo Sabrían y los delegados de la Comisión Política. Guayon estuvo ahí y
recuerda que Mayo Sabrían dijo que todas las ejecuciones habían sido autorizadas por la Comisión Política, y que el único que se había opuesto era comandante Dimas Rodríguez. Eso se los restregó en la mera cara a Douglas Santamaría y a Ricardo Gutiérrez, que eran de dichosa Comisión Política, dice Guayon, Por esas mismas mismas fechas, Juan Patojo Patojo regreso de Jucuaran Jucuaran a la zona Gaviria, al mando de ciento ochenta hombres y cargando consigo dos morteros de 81 mm. Su gran sorpresa fue encontrarse con que Mario Sabrían ya no era comandante: __ Lo encontré moliendo y cargando maíz al viejo, y hasta lastima me dio. ¿Qué te paso, Mario?, le dije yo. No, hombre, me dijo, esto es por las tonteras aquellas que pasaron, que venían los informes y había que firmarlos… Mira, Mario, ¿Por qué mejor no te vas?, le dije… No, Juan, me contesto, yo me metí a esto fe en la revolución, y si me voy es una vergüenza. Yo ya se que me van a matar, y si no lo han hecho todavía es por que ahí tengo enterrado un montón de dinero que no les he entregado; yo se los voy a dar y en entonces me van fusilar, me dijo. Todos los testigos son unánime al reconocer que Mayo Sabrían, a pesar de haber quedado degradado, pero no encarcelado, pues siguió libre en el campamento, inclusive con su arma, nunca intento desertar. Esta actitud pue estar explicada en una excesiva confianza en su amigo Salvador Sánchez Ceren, y en aquellos de la Comisión Política que apoyaron sus procedimientos pero además en el convencimiento que ese era un procedimiento acordado por el consenso en las estructuras del mando al mas alto nivel de las FPL, y que por tanto estaba en lo correcto. Los daños causados a las filas guerrilleras y a la moral de los sobre vivientes fueron desbastadores. Juan Patojo, aunque no estuvo en San Vicente en los años mas intensos de la matanza, lo pudo comprobar de primera mano: ___Cuando vine de Jucuarán, aquí en San Vicente ya no había gente, solo monte había. Casi todo se habían pasado del otro lado del Lempa, para Usulután huyendo de la matazón. Entonces a mí me mandaron a jalar gente para acá ahí es donde me convencí que la gente estaba bien resentida con las FPL. Cuando llegaba a sus ranchos me decían cosas feas de la organización en mi propia cara. ___¿ Que cosas feas eran esas?
___Los reclamos por sus familiares ejecutados, pues. En una de esas me topo con mi propio hermano , el papa de Amadito Esquivel , ósea el que que les les cont conté é que que habí había a mata matado do los los mism mismos os comp compás ás,, y eso eso yo lo sabi sabia a perfectamente. Solo quiero que me expliques por que mataron los compás a mi hijo, me dijo mi hermano. Puta, y yo que podía decirle al hombre, pues, si el mismo y sus cinco hijos estaban en la guerrilla, y toditos murieron, todos los cinco, pero a cuatro los mato el ejercito peleando, y a Amadito la misma guerrilla de nosotros. Y continúa Juan: ____Pero yo tenia que cumplir mi misión de convencerlos de que se vinieran para San Vicente otra vez. Y logre traerme un buen grupo a pesar de todo. Y toda esa gente aquí estaba todavía, en la sabana, en San Carlos, el Pacun, Santa Marta, San Bartolo, Bartolo, El Porvenir, Porvenir, Las Anonas. Dentro Dentro de ellos la mayoría perdieron familiares familiares en esa matazón. Esas familias eran los viveros de combatientes de confianza, de ahí se reclutaban. Ósea que la confianza venia de que eran familiares de guerrilleros antiguos. Esa gente no se nos deserta. Pero los que reclutábamos por no eran de confianza porque, a las dos o tres licencias que tenían, las mismas familias les decían que desertaran y ya no volvían. Los otros no, eran los de confianza pero fueron los que mas perecieron en esa matanza. La solución parase estar dada con esa degradación. Sin embargo para cualquiera que tenga dos de dos de frente le será fácil comprender que con la destrucción de los mandos del frente para central que operaron de manera conjunta con su comandante, no se llegaría a la solución verdadera, y por tanto se debía evitar que un testigo de la calidad de Mayo Sabrían quedara vivo y pudiera un dia contar como es que se mataron las decisiones estratégicas para llevar a cabo los asesinatos del frente para central. Por eso, bajo la justificación oficial de que el era el único responsable, también había determinado con su vida.
EL FUSILAMIENTO. A Mayo Sabrían lo fusilaron pocos días después de que, efecto, entrego voluntariamente el dinero que tenia enterrado, según Juan Patojo. Para entonces el comandante degradado estaba trabajando como ayudante de Guayon en el taller: ___T ___Tod odo o el santo santo se chin chinga ga el viej viejo o carg cargand ando o bult bultos, os, y no rezo rezonga ngaba ba.. Entonces ahí cerca del taller no cayo una bomba de 500 libras que por suerte no estalló, que si no ahí mismo nos hubiera rostizado a todos. El caso es que ahí quedo ente enterr rrad ada a la babo babosa sada da esa. esa. Como Como yo sabi sabia a desa desact ctiv ivar ar esas esas bomb bombas as reso resolv lvíí desenterrarla. Valla, le dije a Mayo, agarra pico y pala y empeza a escobar. Pedro Café recuerda que, por esos días, lo mandaron a llevar el almuerzo al personal del taller: ___De pronto empecé oír unas fuertes campanadas que se prolongaban por el eco de los cerros, extraño se oía aquello, y yo me Preguntaba que esta pasando. Y cuando llego al taller voy viendo a Mayo y a Guayon encaramados en la bomba. Guayon estaba con una gran almádana dándole al fulminante. Puta, se me aflojaron las canillas, se necesita bien grandote los de abajo para hacer algo así. Yo les dije ahí les dejo la comida y Salí de ahí lo mas rápido que pude. En esas estaba Guayon cuando recibió un mensaje del puesto de mando, donde le informan que ya iba a capturar a mayo Sabrían, que se aseguraba de mantenerlo entretenido y que no se le perdiera de vista : ___Ya cuando llego la escuadra a amarrarlo, Mayo no se jalo ni intento agarrar su fusil ni escapar. Bueno, al fin me llego mi día, fue todo lo que dijo. Y ya cuando se lo llevaron a fusilarlo me dijeron que yo fuera testigo. Se dirigieron a un punto ubicado en el cantón la Soledad, ubicado al este del cerro Buena Vista, en la jurisdicción de San Vicente, muy cerca del rió Lempa, en las inmediaciones de donde estaban los principales campamentos y el puesto de mando de la zona Gavidia. Ahí estaba estaba ya esperan esperando do los comand comandant antes es Dougla Douglass Santam Santamarí aría, a, Ricardo Ricardo Gutiérrez, Ramón Torres. También el pelotón de fusilamiento integrado por alguno de
los habí habían an sufr sufrid ido o veja vejaci cion ones es por por part parte e Mayo Mayo Sabr Sabría ían n y adem además ás un grupo grupo de combatientes llevados como testigos. Entre estos últimos estaban, entre otros, Pedro Café, Edwin Pinocho, Guayon, Rudy y Tancho, una de las cocineras del puesto de mando. Ricardo Gutiérrez pronuncio un largo discurso explicando los motivos por los que la Comisión Política las FPL ha Habí Había a deci decidi dido do ejec ejecut utar ar a Mayo Mayo Sabrí Sabrían an.. Ning Ningun uno o de los los test testig igos os entrev entrevis ista tados dos coinc coincid ide e en los los deta detalllles es de lo que que dijo dijo,, prob probabl ablem ement ente e por por que que prestaron poca atención a ese palabrerío, que en realidad estaba de mas, por que todos los ahí presente habían vivido la tragedia de ese frente y no necesitaban que esos tres comandantes extraños se los explicaran. Ese momento debió ser definido para muchos de esos combatientes. No importa lo que Ricardo Gutiérrez o Douglas Santamaría dijeran, ambos pertenecían a la Comisión Política, y ellos sabían que ese organismo había tenido conocimiento de los hechos desde el primer momento, El mensaje que esos combatientes extraían de la situación era claro: Habían estado luchando bajo el mando de una jefatura que mataba a su misma para ocultar sus propios errores. Años después, en el rostro de Guayón en sus palabras sencillas de hombre forjado en el campo de batalla, se percibe el derrumbe de un gran amor experimentado a plenitud de sacrificios y permanente riesgo de muerte: ___E ___Ent ntonc onces es yo ahí camb cambie ie tota totalm lment ente e mi ment mental alid idad ad de lo que que era un revolucionario revolucionario.. No, dije yo, si así hacen todos los hijos de la gran puta, en que voy a parar yo. Y creo que eso fue lo que me llevo a la crisis de mi enfermedad de epilepsia que tengo ahora, como mis compadres Edwin, es que eso fue un golpe muy duro para nosotros. “ Después, Mayo Sabrían pidió la palabra. Pedro Café recuerda el momento: ___Dijo que estaba convencido que había hecho lo correcto, que no se arrepentiría, y que el le había pedido a las las FPL que, por sus años de militancia y por todo lo que le había dado la revolución que no lo mataran, que lo degradaran, que lo expulsaran, pero que le dieran la oportunidad, por su experiencia, de ir a otro movimiento, a otra revolución en otro país.
Guayon afirma que Mayo Sabrían estaba sin temblores ni agitaciones, muy sereno: ___Ahí les volvió a restregar en la cara que la Comisión Política solo sabia todo, que el había cumplido ordenes, y que solo lo estaban usando para limpiarse las manos.
Cuan Cu ando do te term rmin ino o de ha habl blar ar,, Ma Mayo yo Sa Sabr bría ían n pi pidi dió ó do doss co cosa sas: s: Qu Quee le entregaran una carta a su familia y que lo dejaran fumarse el último cigarro. ___Ya luego de eso lo amarraron a un árbol. Mayo no quiso que le vendarán los ojos y siguió sereno mirando de frente al pelotón de fusilamiento. Ricardo Gutiérrez dio la voz de fuego, trono la descarga, ahí se acabo Mayo__, dice Guayon. Después todos los testigos firmaron un acta y se marcharon en silencio. Edwin afirma que Mayo Sibrián fue enterrado muy cerca del lugar del fusilamiento. Alguno no recuerdan haber firmado el acta, lo cierto es que la muerte si se produjo de la manera expuesta, expuesta, lo otro es mas bien sentido de complementación complementación inevitable inevitable de los hechos a partir de los acuerdos dolorosos de esa gente. Juan Patojo que estaba cerca del lugar de la ejecutacion, no había querido hacer acto de presencia, pero escucho los disparos. Momento mas tarde, uno de sus sobrinos, que había formado parte del pelotón del fusilamiento y venia con otros de sus compañeros, se le acerco: Hoy si matamos ese perro, me dijo mi sobrino. Hay hijo de puta pendejo, no entienden ustedes esta mierda, les dijo yo bien encachinbado. A Mayo lo habían matado para limpiarse las manos, les dije, porque la culpa no es solo de el, les dije yo.
LAS CENIZAS DE UN FRENTE DE GUERRA Y SU ÚLTIMO COMBATE. Lo que sin duda fue la cuna de las mejores tropas guerrilleras de las FPL, cantera cantera y motor durante durante los años mas gloriosa gloriosa de esa organiz organizaci ación, ón, conoció conoció el ocaso como en la cruda historia de la guerra, como solían escribirse por los clásicos. El ciclo aparecía cerrarse de una forma muy simbólica, superior a la de cualquier fisión. Ricardo Gutiérrez, Gutiérrez, Douglas Santamaría y Ramón Torres asumieron el mando de lo que te daba del paracentral. Pero no cualquiera puede asumir el control de un frente guerrillero golpeado tan cruelmente por su mismo mando metido en un mundo de sentimientos, sospechas y temores, especialmente cuando las tropas han dejado de tener confianza siega en sus máximas autoridades. La gente ya no era ingenua sabia de sobra de todo lo sucedido tenia responsables allá arriba y que de alguna manera también esos que hoy estaban ahí aunque no lo eran se mostraran tormente como salvadores. Es comprensible suponer que al menos para Ricardo Gutiérrez y Douglas Santamaría, lo mejor era volver cuanto antes a Chalatenango alejado de esa sórdida situación donde el día menos pensado uno de esos combatientes agobiados por el pesar y la confusión pudiese entrar a champa y meterles un chorro de balas. En los campamentos seguía vivo el recuerdo de casi cinco años de tortura y asesinatos, y quedaban problemas pendientes por resolver. Uno de ellos, el principal, era que todos sabían que mayo Sabrían era uno de los asesinos, pues en la matanza había participado todo su equipo de mando, y todo ellos están impunes allí mismo. El otro problema grave era que, ante lo sucedido, los combatientes habían perdido confianza confianza y respeto respeto por los jefes, lo que suponía una crisis disciplinarí disciplinarías as sin precedentes, y anulaba todo capacidad ofensiva y hasta defensiva del frente. Para super superar ar esa esa crisi crisiss se requer requería ía de mand mandos os con con auto autori rida dad d moral moral,, que que logra lograran ran recuperar la confianza de la tropa. Pero Ricardo Gutiérrez y Douglas Santamaría pertenecían a la Comisión Política de las FPL, misma a los que los combatientes consideraban responsable de la tragedia.
En tal situación se realizo otra ronda de consultas para buscar una solución. El resultado fue un clamor unánime de los combatientes: __Todos los del grupo de mando de Mayo torturan y mataron compañeros, queremos que todos se vayan a la mierda. En esa exigencia iba una lección de nobleza por parte de los combatientes: Aunque conocían conocían los crímenes crímenes cometidos por cada uno de ellos, no pidieron que se les fusilara sino solo que se fueran. Y eso incluía a Ricardo Gutiérrez y Douglas Santamaría. En contra partida exigieron que la jefatura del frente fuese asumida por Goyo, Miguel Uve, Giovanni y Ramón Torres, todos ellos nacidos y crecidos como hombres, combatientes y jefes, en los territorios del frente para central. Ramón Torres ya estaba en la zona. Los otros tres comandantes llegaron después del verano de 1991 cuenta Goyo: __Cuando asumimos el mando, toda la gente que había no llegaba ni a cien, y la capacidad combativa era nula. La situación era tan critica que Giovanni, que fue asignado a la jefatura del volcán, no entro allá ni un solo combatiente, y solo contaba con doce hombres que el mismo había llevado. En cerros de san Pedro lo único que quedo fue una escuadra. En ese frente no quedaba ni masas, como en aquellos años de auge rebelde, y los pocos que podían rodear el frente de guerra estaban demasiado doloridos y resent resentid idos os con con las las FPL. FPL. El coma comand ndant ante e Giova Giovann nnii recu recuerd erda a esa esa situ situaci ación ón a su manera: Regrese al para central allí por Julio de 1991, y aquello era un caos de indisciplina, los combatientes ya ni siquiera hacían formaciones. Me enviaron al Chenchontec con unos pocos jovencitos que no querían ir y tuve que convencerlos, porque en todo el frente no había quien no estuviera estuviera afectado por esas ejecuciones. ejecuciones. La mayoría tenia un pariente muerto de esa forma. Incluso a alguno les había tocado capturar algún familiar por ordenes superiores. Lo que yo hice fue apaciguar, decirles ya paso, hoy concentrémonos en defendernos por que el enemigo no va a preguntar quien ese el afectado y quien no, a qui nos van a matar igual por que la guerra todavía no se a terminado. Y así fue como popo a poco fuimos restableciendo la disciplina y la moral, y lo logramos sostener hasta que se acabo la guerra.
Esta nueva situación de guerra esta vinculada como en todos los frentes al proceso de las negociaciones de paz, que cada vez fue dando nuevos y decisivos resultados y que de alguna manera coloca a todos los mandos en la disyuntiva de ponderar la flexibilidad en la disciplina y la exigencia para continuar la guerra. Es sin duda el periodo mas critica para mantener la capacidad ofensiva de la tropa, es el crepúsculo, no se sabe si del amanecer o del anochecer. La flex flexib ibililid idad ad en los los mand mandos os que que habr habrán án de term termin inar ar la guer guerra ra en el paracentral no esta relacionada solamente con los hechos ocurridos en los cuatro años de ejecuciones sumarias, si no con ese inminente final de la guerra. A un así, tanto Miguel Uve como Goyo, aseguran que en esos últimos meses de la guerra, que abarca todo el invierno de 1991 hasta Diciembre del mismo año, lograron devolverle la esperanza de lucha a muchos de esos guerrilleros valientes que optaron optaron por seguir peleando peleando la prueba mayor, mayor, es que no pocos de esos cien cien hombres y mujeres que ellos encontraron en el frente paracentral y6 otros que se incorporaron incorporaron siguen vivos en esos cantones cantones y caseríos caseríos que hicieron hicieron posible que esa guerrilla viviera como una de las mas gloriosas de todo el mundo, a pesar de los golpes. La historia presenta en ocasiones algunas simetrías sorprendentes que muy bien podrían elevarse a nivel de lo simbólico. Desde que se fundo la guerrilla salv salvad ador oreñ eña a en 1970 1970,, la prim primer era a masa masacr cre e de camp campes esin inos os orga organi niza zado doss y en resistencia, realizada por los gobiernos militares, tubo lugar en los territorios de lo que después llego hacer el frente paracentral, en el cantón la Cayetana de San Vicente, en Noviembre de 1974. El ultimo combate de la guerrilla civil se libro en el mismo territorio, en la comunidad paz opico, muy cerca de la Cayetana, el 11 de Enero de 1992, a las tres de la tarde, a solo cuatro días de que se firmara la paz. Ese día, el comandante Giovanni bajo del volcán Chinchontepec con sus hombres, y llego a paz opico donde estaba otra unidad guerrillera. Las fuerzas del FMLN FMLN en plen pleno o esta estaba ban n ya en movi movimi mien ento to Asia Asia las las área áreass pact pactad adas as para para su concentración y posterior des movilización. El cese de fuego había comenzado el primero de Enero, pero en realidad ya no se registraban combates desde la ultima semana de Diciembre de 1991. El
comandante Giovanni recuerda que el día en cuestión, faltando unos quince minutos para las tres de las tarde , dio orden de salida a la unidad que se uniría a la concentración guerrillera de la zona Gavidia, quedándose en el sitio únicamente con quince hombres. Paz opico, según lo pactado, estaba dentro la zona guerrillera, y las fuerzas del ejercito no podían penetrar en ella. Giovanni Giovanni estaba con sus dos radistas, radistas, Lupita y su esposo cuando de pronto, a pocos metros, apareció una unidad del ejercito y comenzó el fuego. Los tres guerrilleros se tendieron, se arrastraron entre el fuego nutrido hasta lograr pararse precariamente y responder al ataque. En el revuelo, Giovanni había dejado tirada su mochila con las claves, cla ves, los documentos y una cantidad de dinero. La unid unidad ad que que Giova Giovann nnii habí había a despac despacha hado, do, minut minutos os antes, antes, regre regreso so al escuchar los disparos. Giovanni les explico la situación y su preocupación de que su mochila, que había quedado en un punto equidistante entre las posiciones de los dos bandos, cayeran en manos del ejercito: ___Los muchachos me dijeron que estaban dispuestos a romper topar hasta recuperar la mochila. En otra situación eso es lo había que hacer, pero ahí yo pensé y les dije que no, que lo que había en la mochila era importante, pero que era mas valiosa la vida de cualquiera de ellos. No le vi sentido que ya faltando unos días para firmar la paz se sacrificaran otras vidas. Entonces ordene la retirada. Vamonos, desdije Aquino no se va morir nadie mas … Y les voy a decir algo, esa tropa que estuvo dispuesta dispuesta a morirse hasta el ultimo ultimo minuto, eran los pocos sobrevivientes sobrevivientes de la unidad de Fuerzas Fuerzas Especiales, porque porque la mayoría mayoría de los miembros de esa unidad habían sido ejecutados por nuestra misma organización. Cuando se termine de escribir una historia como esta, tan llena de heroísmo, tragedia tragedia y tradiciones, tradiciones, se llega al final. Como cansado, cansado, aturdido aturdido por la cantidad de preguntas, por la complejidad de los hechos mismos. Ser sobreviviente de esas dos guerras unidas en un mismo territorio, la de los enemigos que confabularon en el silencio de la tormenta para arrancar lo mejor de su
semillero, es un merito extraordinario, es ser portador de una tragedia que merece todo respeto y recuerdo, en el mas hondo sentimiento del humanismo.
LA ÚLTIMA ASAMBLEA En 1992 se puso final a la guerra civil, civil, los fusiles callaron por fin su crepitar y al menos desde los dos grupos conocidos en flagrante enfrentamiento, la sangre dejaría de correr paulatinamente. Pero las heridas, que siguen entronizando los recuerdos y las posiciones sobre el valor de traerlas a la mesa de las discusiones o dejarlas en el archivo del reciclaje, o del olvido que es mejor para algunos, propondrían un escenario difícil de superar, aun hasta nuestros días. Es obvi obvio o pres presum umir ir que que las las presi presion ones es en la Coma Comand ndanc ancia ia Gene General ral de la guerrilla salvadoreña hicieran posible que el llamado “caso Mayo Sabrían”, puesto que ese comandante solo fue uno de los protagonistas de los hechos aquí descritos, tuviera un final acelerado, para evitar que sus manchas de sangre llegaran a la misma mesa de la negociación, Es muy probable que eso haya sido así, que las FPL haya tenido un equipo negociador con alta capacidad con el que logro sacar de las listas de los crímenes de guerra aquel hecho, que por estar sembrado en el seno de la izquierda tenia un horizonte mucho mas complejo que el de los atribuidos al ejercito nacional. Con una presión quirúrgica en el caso del frente paracentral no fue incluido en los inform informes es de la comisi comisión ón de la verdad. verdad.
La confes confesión ión unilat unilatera erall de Joaquín Joaquín
Villalobos sobre la ejecución de los alcaldes, reconociendo la responsabilidad del ERP en trece de esas muertes, muertes, en una medida que fue tomada por la Comandancia Comandancia General del FMLN en pleno, mostro una tremenda ingenuidad política del líder guerrillero, pues lo llevo a una condena tan temprana, que en un par de anos terminaría por sacarlo de la vida publica salvadoreña y a ser tratado como traidor dentro del mismo FMLN, a pesar de haber sido quizás, el mas calificado de los estrategas militares de la guerrilla salvadoreña. Contrario a ese gesto de confesión, Salvador Sánchez Ceren, su compañero de comandancia de la guerrilla salvadoreña,
con quien compartió esas y otras decisiones, no parecía mencionado, por todos los asesinatos del frente para central. La astucia política y la manipulación de la historia evidencian nuevamente como las Comisiones de la Verdad son instrumentos políticos de un periodo critico de las sociedades que, al no contarlo contarlo todo, o despreciar despreciar unos hechos y ponderar ponderar otros, inclinan la balanza hacia una dirección políticamente calculada, la que de alguna manera avalan los comisionados, pues al igual que los “Juzgados” se identifican con un conjunto de valores e ideales determinados determinados,, que respecto respecto de unos se alejan y de otros se acercan, volviendo por tanto sus decisiones esencialmente parciales. Lo que el seno de la comisión comisión de la Comandancia Comandancia de la Verdad iba a suceder meses después de la firma de la paz, estaba vinculado de manera directa con lo que se discutiría en abril de 1992 en el seno de las FPL. Las organizaciones de izquierda comenzaron a realizar reuniones abiertas con gran número de miembros de su militancia, aquellos que habían estado en los frentes frentes de guerra y otros que volvían del exilio. exilio. El mismo mismo Partido Partido Comunista celebro su congreso en el asentamiento guerrillero ubicado en la ciudadela Guillermo Manuel Ungo, de Suchitoto. Esas reuniones no eran gratuitas, en realidad lo que se estaba preparando eran las condiciones para enfrentar el nuevo reto de partido político de izquierda legalmente constituido. Las FPL realizaron una reunión muy importante en la iglesia de Las Vueltas, en Chalatenango, en abril de 1992. Hablar del futuro político de la organización mas poderosa del FMLN, era uno de los temas, especialmente cuando comenzaban a verse los planteamientos políticos muy distantes del marxismo-leninismo. En esa misma reunión, un grupo de mas de diez cuadros de las FPL lanzo un tema ines inespe pera rado do,, que que con con toda toda segu seguri rida dad d es el mas mas oscu oscuro ro en la hist histor oria ia de esa esa organización: la matanza del frente paracentral. La petición era clara y sin embages: debían investigar lo sucedido en el frente paracentral hasta el mas hondo de los recovecos, buscar los hilos en la escala de mando, y lo mas duro de la propuesta: sancionar moralmente a los responsables para que no pudieran optar a cargos públicos de elección popular.
Miembros prominentes de su Comisión Política y de su estado Mayor estaban incluidos, inclu idos, inclusive inclusive el representante representante de la organización organización ante la Comandancia Comandancia General del FMLN, Salvador Sánchez Ceren. La petición no estaba redactada con diplomacia, era clara Sánchez Ceren no debía aspirar a cargos públicos por su responsabilidad en aquellos hechos, al igual que otros miembros de la Comisión Política . Una propuesta de semejante contenido político produjo una discusión tan fuert fuerte, e, que que si se hubi hubies ese e prod produci ucido do en la guerr guerra a con con toda toda segur segurida idad d hubi hubier era a provocado una nueva masacre. Por suerte la paz estaba firmada. Hoy, vista a distancia, se percibe la altísima visión de futuro que el grupo de la propuesta tuvo frente a la política nacional, especialmente por haberse defendido en un momento que la lna de miel de la guerrilla imposibilitaba la autocritica. Los abanderados principales de esa propuesta eran goyo y miguel Uve, pero dentro del grupo también estaban María Chichilco, Raúl, David, Ángela Zamora y Julio Hernández. Una de las personas que mas se oponía a las propuestas era Lorena Peña (Comandante Rebeca Palacios), que había alzado mucho la voz, según lo recuerda Miguel Uve. La discusión se fue alargando y caldeando los ánimos. En un momento se ordeno llamar a un aldeano de San Antonio Los Ranchos, a quien se le había ejecuta injustamente a uno de sus hijos en el frente Paracentral, un muchacho que llego en la Unidad que Comandaba Goyo la vez que fueron halla para apoyar los ataques de Zacatecoluca, para la ofensiva de 1989. El hombre llego a la reunión y lo hicieron testificar como el padre de un cordero, como en la historia bíblica en la que los dioses piden la sangre del hijo amado, aunque en este caso, el daño era irreparable. El hombre dijo que aunque la revolución le había quitado la vida de su hijo no sentía ningún resentimiento. Una manipulación que pretendía justificar un hecho de más de mil asesinados con lo dicho por una persona. Los máximos jefes políticos y militares de esa organización, dentro de los que se enco encont ntra raba ban n los los resp respon onsa sabl bles es inte intele lect ctua uale less de lo suce sucedi dido do en el fren frente te paracentral, sintieron que el testimonio de un solo hombre les daba luz verde, pues
ellos seguían considerándose la viva encarnación de la revolución. Es ahí donde vuelven a confundirse los papeles y las victimas son destinadas al olvido. La discusión llego hasta avanzadas horas de la madrugada del día siguiente, poco a poco se iban perdiendo votos a favor de la propuesta hasta que, al final, esta fue derrotada. A partir de ahí muchos de esos jefes guerrilleros y cuadros de muchos años, comenzaron a salir de esa organización y hacer tratados como traidores por intentar sacar del olvido a sus compañeros ejecutados injustamente. Poco tiempo después de esa asamblea, Salvador Sánchez Ceren, se atrevió a llegar lle gar a la Sab Sabana ana,, uno de los territ territori orios os del Paracent Paracentral ral.. Allí se reunió lo que quedaba de las FPL en la zona. zona. Cuando Cuando Salvador Salvador Sánchez Ceren Ceren quiso tomar tomar la palabra, un campesino ya maduro lo interrumpió y con voz firme dijo:
Antes que nada yo quiero pedirle a usted una explicación, Señor. Quiero que me diga porque mataron ustedes a nuestros nuest ros hijos combatientes. Dilo Dilo,, un guerr guerrililler lero o del del parac paracen entr tral al que que comb combat atió ió casi casi toda toda la guerra guerra en Chalatenango, y que ahora dirige junto a otros veteranos, una de las Asociaciones mas importantes de lisiados de guerra, estaba junto a ese campesino, y nos cuenta: Ese momento fue impactante para los que estábamos ahí, porque ese hombre dijo en verdad lo que nosotros teníamos teníamos en la mente. Yo el nombre de se compa no lo se, pero si me recuerdo bien que estaba estaba bien encachimbado, y fue terminado de
decir eso menio el corvo contra una piedra. Al oír el chirrin-chirrin del corvo, la seguridad de Sánchez Ceren lo rodeo rápido y ahí nomas lo metieron al carro y se fueron. Ni una sola palabra lo dejaron decir esa vez. Allí también estuvo Juan Patojo, quien nos confirmo esos hechos: Si esa vez estuvo perra la cosa. Si no se llevan a Sánchez Ceren a saber que
hubiera pasado, porque la verdad es que toda esa gente estaba bien resentida, como les he dicho. Miren, si la cosa no paso a mas fue porque Giovanni y yo medio calmamos a la gente a como pudimos. Pero a otros que querían aplacar la cólera de la gente con pajas yo les dije: no jodan, hombre, si este problema no va ha terminar terminar nunca, si no son perros los que estos hijueputas hijueputas mataron y andar queriendo aplacar la rabia de esta gente con pajas políticas es como querer sanar un cáncer con una curita. Entre los que quedaron en el alegato posterior a la salida abrupta de Sánchez
Ceren, salieron a relucir otros nombres de combatientes asesinados por las FPL, como Pablo el Comanche, Walter, Mardo y Rafael en Chalatenango. Es interesante en reparar que la mayoría de las personas que construyeron las propuestas para investigar los hechos del paracentral y sancionar moralmente a la diri dirige genc ncia, ia, salie salieron ron paul paulat atin inam ament ente e del del FMLN FMLN,, se vinc vincul ularo aron n al movi movimi mien ento to renovador de la izquierda y a otros grupos de igual naturaleza, en posturas muy cercanas a la social democracia. Mas de dieciséis años después de esa reunión de las vueltas y veintidós de que los crímenes se comenzaran a dar en el frente Paracentral, los veteranos sobreviviente sobrevivientess encontraron encontraron la posibilidad posibilidad de recordar a los suyos y traerlos traerlos a cuenta en esta esta pequ pequeña eña cróni crónica ca,, algu algunos nos con con sus nomb nombres res y apell apellid idos, os, otro otross por por su seudónimo, muchos todavía incluidos solamente en las cifras espeluznantes de los asesinados, la historia apenas comienza.
EPÍLOGO UN EPILOGO PARA COMENZAR UNA HISTORIA LA ACUSACIÓN. Después de haber visto todo esos rostros y escuchando sus voces, no solo de testigos vivos si no de aquellos indignados que fueron asesinados tan cruelmente, cuyos gestos gestos se asoman en nuestra conciencia, conciencia, listos listos para declarar declarar en el estrado, estoy aun mas convencido del significado humanista que hay en el contar sobre sus vidas y su tragedia. No sabemos hasta donde lo hemos logrado en esta primera entrega, pero hay una verdad suprema: nosotros que en un inicio dudamos, hoy estamos absolutamente convencidos de que esta historia es tan cierta como justo en seguirla ahondando. Antes de llegar llegar a mayores reflexione reflexioness debo pedir perdón perdón a las victimas victimas por haber dudado en un primer momento de que su historia llegaba hasta tan lejos, ante todo a su memoria irascible. irascible. Callar silenciar, cuando cuando tienes el privilegio privilegio de la pluma, es volverte una especie de cómplice, de la historia, de la muerte, de la verdadera traición. Escribí una primera valoración acerca de estos hechos, obviamente sin haber comen comenza zado do la inve invest stig igac ació ión n y sin sin habe haberr conoc conocid ido o a los los sobre sobrevi vivie vient ntes es de esta esta historia. En la misma le dije a mi amigo Giovanni Gáleas, que me parecía exagerado hablar de mil muertos, muertos, que a lo sumo podrían podrían ser unos doscientos, doscientos, aunque aunque debo decir que desde un primer momento momento que conversamos sobre la idea de investigar investigar el hech hecho, o, asum asumíí como como cier ciertta la hist istori oria y en ello llo hem hemos coinc oinciidido dido con con los sobrevivientes, que también son victimas: la cantidad no es lo determinante si no las causas y los métodos con los que fueron fueron asesinados asesinados esos guerrilleros guerrilleros y pobladores pobladores civiles. La primera noticia que tuvo de los hechos sucedidos en ese frente fue hace muchos años, durante la guerra. La versión oficial de la guerrilla era un tanto confusa. Sin tener las fuentes de origen era muy difícil saber otra cosa que lo que nos dijeran los comandantes. Inclusive, muchos de ellos no supieron que fue lo que
sucedió realmente. Se decía que en el frente Paracentral había tenido un enorme operativo de trabajo de infiltración enemiga, y que debido a ello se había “ajusticiado” una gran cantidad de combatientes. Como el lector observara, desde entonces no se ha negado que había muchas muertes por ejecución. La guerra es una situación complicada para la gente que milita dentro de los ejérc ejércititos os que que la libra libran, n, las las deci decisi sion ones, es, las orden ordenes es que se deben deben cump cumplilir, r, los los métodos de control implementados en las organizaciones, la disciplina, la ideología, la moral, son mecanismos que atrapan a los hombres, no importa que lugar ocupen en la cadena de mando. Desde Desde el mas alto hasta el mas bajo en graduación graduación pueden verse constreñidos por las circunstancia. Muchas decisiones no eran conocidas ni por todos los que habitábamos en un mismo campamento, ya no digamos de otro campamento, otro frente y más aun otras estructuras y organizaciones. Pero como digo, la acusación de infiltrados fue la manera superficial de justificar la parte esencial de los hechos que no se podrían ocultar, los muertos. Esa acusación no solo pretende liberar a los mandos superiores de sus responsabilidad en la muertes, que para mi es esencialmente moral, convoca al resto de la militancia y a los simpatizantes a convalidar el juicio de valor aplicado, pues sabido es que en una guerra, “la traición”, especialmente la que pende de los infiltrados, los comprobados y los no supuestos, los que informan al enemigo de la situación situación propia, es quizás el hecho mas difícil de perdonar. En un estado de guerra es mas fácil admitir el perdón de un enemigo capturado en combate que el de un espia. Dicha apreciación es aplicable a cualquier ejército y en cualquier guerra o territorio del mundo. Es precisamente en esa acusación, donde se encuentra el lado mas oscuro de la justificaciones. Sabemos que al igual que en aquellos años, como ahora, no pueden negar que se asesino a tanta gente, por ello los responsables intelectuales seguirán seguirán esgrimiend esgrimiendo o el argumen argumento to de la acusaci acusación ón de infilt infiltraci ración. ón. Es en esta esta primera entrega de la investigación sobre los hechos del paracentral, hemos probado sobra sobradam damen ente te que que los los muert muertos os fuero fueron n una una colon colonia ia enorm enorme e de extr extraor aordi dina nari rios os guerrilleros, con nombre y hazañas de guerra ejecutadas a lo largo de muchos años, que son las mismas hazañas que hicieron posible que los dirigentes del FMLN de
hoy puedan ocupar un lugar importante en el poder político salvadoreño, pues ese partido tiene un origen suigeneris: la guerrilla. Es a ese utilitarismo político al que me refiero cuando digo que las muertes y el sostenimiento de la burda acusación de infiltrados, es esencialmente inmoral, porqu porque e cuan cuando do los los dirige dirigent ntes es de ese ese part partid ido o reiv reivind indic ican an su hist histor oria ia de lucha, lucha, especialmente las que hizo de esas cuatro letras una de las guerrillas mas poderosas del mundo, y luego el partido que hoy es, se refieren a muchas de las batallas estrat estratégi égica cass que que se libr librar aron on cont contra ra el ejerc ejercitito o salva salvador doreñ eño, o, como como part parte e de su patrimonio político, las que paradójicamente fueron llevadas a buen éxito por esos mismos hombres y mujeres que ellos asesinaron. Pero no solo eso, los que lograron escapar siguen siendo traidores, por el hecho de no compartir las ideas de los dirigentes y sus métodos, como si en una democracia, de la que tanto nos hablan, estuviésemos obligados a pensar todos por igual, como maquinas tragamonedas. Esa es la otra transferencia cultural de esta historia, la verdad y la justicia para las vict victim imas as.. Pala Palabr bras as que que no puede pueden n separ separars arse e porq porque ue su senti sentido do advi adviert erte e y connota realidades humanas muy diversas, que aquellos que se precian de ser lideres de un país, no pueden obviar. Todo aquel que se asuma como amante de la democracia debe admitir que hechos como los aquí narrados, deben ser investigados, contados, y que, en todo caso, se debe asumir un respeto por las victimas, esa seria la actitud de un verdadero estadista, de lo contrario, no habría diferencia con aquellos mismos que se condenaron por haber torturado y asesinado a gente inocente. El sentido de este trabajo no estaba orientado hacia los victimarios, no al menos fundamentalmente, si no a las victimas, son las que importan, pero, de cualquier manera, aquellos caerán inevitablemente sobre el campo marchito como las frutas podridas que tarde o temprano se comerán los buitres.
LOS MUERTOS Y LA FOTOGRAFÍA PENDIENTE El respeto por los muertos es tan antiguo como sagrado. No importa si se trata de nuestros enemigos. O mero trajo hasta nuestro tiempo ese sentimiento ancestral, cuando Aquiles, que ha arrastrado el cuerpo de Héctor hasta su casa de campaña, después de haberlo vencido en combate, acepta de volverlo a su padre, el anciano Príamo, cuando este le recuerda que tanto el rey como el hombre común, tienen derecho a velar a sus seres queridos, no importa, le dice con endemoniada verdad, que hayan sido sus enemigos vencidos. Al igual que Tilo o doña Clelia, Clelia, o cualquiera cualquiera de los familiares familiares de los torturas torturas y asesinados en el paracentral, la única manera de elaborar el duelo, es saber donde se encuentran los restos de sus seres queridos, para ir, como ellos mismos mismos dicen, a poner la cruz que ha de despedirlos y reencontrarlos para siempre. Me resisto a pensar que los guerreros de hace miles de años pudieran haber tenido un humanismo mayor que el de los hombres de estos tiempos. La verdad parece demostrar que así fue. Digo esto pues una vez comenzaron a surgir las
noticias sobre esta investigación, el señor Salvador Sánchez Ceren, máximo Comandante de las FPL durante la guerra al ser emplazados por la prensa, responde sobre el tema aduciendo que esas personas fueron fusiladas con las leyes de las FPL porque eran infiltrados. No hay menor remordimiento en sus palabras, no al menos que lo sepamos. Pareciera que para el decir FPL es como nombrar un planeta lejano donde nadie tiene que ver, donde las leyes son intocables y la vida preciada de las personas esta en las manos de cualquiera, y el calificativo infiltrado es el propio de un tirano que no requiere de mas pruebas que la de su voz, las de su mente, para condenar a muerte a cualquier ser humano. He tratado de interiorizar dentro de mi el principio de la duda razonable, he tratado de elabora elaborarr la idea idea de que es probable probable que Salvad Salvador or Sánchez Sánchez Ceren no conocier conociera a todos. los detalles de lo sucedido, por ejemplo en los asesinatos del maestro Carlos Danilo Flores, la psicóloga Ethel Pocasangre Campos, el estudiante de economía René Oviedo y el doctor Carlos Alberto Peña Hernández. Pero de ser cierta la
hipótesis, el máximo jefe de la FPL sale peor parado pues, si así fuese, que desconoció desconoció los detalles, detalles, cómo se atreve a decir que eran infiltrados, infiltrados, si no conoció ni su vida, ni sus dolores y sufrimientos. Pero a demás un jefe de si investidura no podía haber dejado pasar tantos años sin conocer lo sucedido. Ese sólo hecho, de ser cierto, en cualquiera de los casos, advierte una grave comisión. Es inevitable preguntarnos cómo es que alguien que dice defender la justicia y la vida reflexione de esa manera sin importarle que a esos muertos les sobreviven familias, madres, hermanos, viudas, hijos, que son pocos, y a cuya memoria es imperioso recurrir con un mínimo de decencia y respeto. El agravio es todavía mayor pues a lo largo de nuestra investigación han surgido evidencias contundentes reflexiones magistrales de jefes y combatientes guerrilleros, y las nuestras, pues también conocimos las entrañas de la guerra, que nos llevan a la conclusión de que esos hombres y esas mujeres, muchos de ellos aún menores de edad, no entraban en ninguna categoría de “infiltrados enemigos”, Más bien su actitud actitud y su psicología psicología respondieron a un estado de guerra sumamente complejo en donde los seres humanos debieron ser comprendidos en toda pluralidad de emoc emocio ione ness y con conduct ductas as por por aque aquellllos os que que se arro arroga gaba ban n al derec erecho ho de comandarlos hacia la muerte desde el mas alto nivel. Si a estas alturas de la vida, de nuestra historia, el señor Salvador Sánchez Cerén sigue creyendo tan groseramente que esas personas fueron traidoras, menos nos extraña que haya avalado o autorizado sus muertes en tiempos en los que no era posible tener divergencias sobre estas cosas dentro de los frentes de guerra, por que de inmediato inmediato te mataban. El tiempo del odio y el desprecio hacia la vida parece no haber superado la mente de algunos, aunque cotidianamente se recurre a los acuerdos de paz. No nos extraña, y es mi hipótesis, que la psicóloga de la UCA, Crucita, cuyo trato con los combatientes es relatado como especial y de un contenido humano extraor extraordin dinari ario, o, debido debido a su formac formación ión religi religiosa osa y revoluci revolucionar onaria, ia, haya mostrad mostrado o disconformidades ante los atropellos sufridos por los combatientes, y que ese haya sido el motivo por el que fue asesinada. asesinada. De igual manera debió morir el Maestro, un hombre educado para formar en las escuelas, cuya comprensión de la naturaleza
humana debió entrar en contradicción con los esquemas avalados por el mando supremo de las FPL. No debemos olvidar que la prueba de tu servicio para con el bando contrario, si no la amenaza de que tu inteligencia y tu humanismo chocaban con los esquemas imperantes, porque simplemente eras diferente. Toda Toda situ situaci ación ón de guerr guerra a es sumam sumamen ente te dura, dura, adver adversa sa.. Para Para lidi lidiar ar con con aquellos pormenores que tiene que ver con la disciplina de las tropas, la fidelidad a la causa que se esgrime, el valor al momento del combate o la decisión y efectividad en las misiones asignadas, cualquiera que estas sean, se requiere de una atención cuidadosa, de una mentalidad lúcida y responsable, flexible; es la característica de los grandes jefes militares, lo que ganaron batallas e inclusive guerras. El viejo Pioter es un gran amigo, puedo decir un hermano mayor. Durante la guerra fue uno de loa mas experimentados jefes militares, se graduó de ingeniero en la ex Unión Soviética y a demás obtuvo entrenamiento en una academia militar, y se graduó de la misma como oficial. oficial. En el frente de guerra debió enfrentar enfrentar a toda clase de combatientes, temerarios, cuidadosos, cuidadosos, detallistas, valeverguistas, miedosos, con iniciativa, de los que son buenos sólo si están juntos al jefe o a otro que lo impulsa. Esa diversidad de la tropa requiere de una consideración militar que parte de un hecho humano al que metafóricamente le podemos llamar zoológico. A pablo el Pelón nunca lo dejé solo, era muy bueno y valiente, lo quería mucho por su fidelidad, pero no funcionaba solo. Hay otros, como Drácula, que Podía irse un kilómetro adelante, y no había problemas-, me dice Pioter, que conocía cada una de las virtudes y desaciertos de sus hombres, que con verle a los ojos sabia si estaban tristes, moralizados, cansados ò confundidos. Pero a demás, ese viejo oficial de la guerrilla se ganó el respeto de sus hombres no aplicando correctivos si no peleando a su lado. Es por ello que en las historias de los buenos jefes es común encontrar episodios en donde el subordinado esta dispuesto a dar la vida por el, como lo haría un hijo por su padre, pero esto es así por que al igual el padre ha estado dispuesto a hacer lo mismo por el hijo. Esta fue la característ característica ica de los buenos jefes, no solo de nuestra nuestra guerra si no de cualquiera. Matar Matar a los mismos compañeros compañeros de tropa por no comprender comprender uno tan sólo de esos detalles de la vida diaria, expresa una ignorancia crasa, peligrosas pues
por medio de ella se mató a mucha gente sin que se reparara en el error y en las pérdidas irreparables. El batallón de la Brigada Rafael Arce Zablah, del ERP, que el comandante Cirilo llevó consigo al frente occidental Feliciano Ama, estaba integrado por toda clase de guerreros, muchos de ellos indisciplinados, algunos fumaban marihuana a hurtadilla, pero no recuerdo que el viejo haya puesto el fusil encima de ellos para matarlos por esos motivos. El sabía que en el fondo con esos hombres, y no con otros, era con los que podía ganar la guerra, o al menos peleara con ventaja mientras hubiera algo que tener en las manos. Digo entonces, que los muertos son los que nos interesan, no los acusados, al menos en mi caso. Estoy alejado de pensar en que se acuse legalmente a alguien, he vivido lo suficiente para saber que es lo que puede hacer en casos como éste y la aspiración judicial no es la objetiva. Una investigación como ésta debe llevar a un gran final: traer a casa a los muertos, no importa si en trocitos de huesos, de cenizas, o en recuerdos marchitos y dolorosos, pero en todo caso, devueltos a los suyos. El filme de lo que fuimos y de lo que no pudimos ser, de lo que nos espera el triunfo.
MIS HERMANOS. Hernán fue un amigo entrañable de la guerra. Era militante de las FPL, él y Camilo eran dos de mis mejores amigos en esa organización, aunque ya se sabe que yo era del Partido Comunista, Comunista, cosa que para mi no tuvo ninguna trascendencia trascendencia,, al momento de trabar amistad con los compas, menos ahora que ya no soy un jovencito. Cuando compartimos campamentos en el frente occidental Feliciano Ama, pasamos largos meses de nuestra vida, arrancándonos las caspas en unos cerros pelados y quemados, sin agua y con hambre, esperando que llegara el enemigo y nos descuartizara. Entonces el tendría unos dieciséis años. O quizás menos, era juguetón, y le gustaba cantar la canción La isla bonita, de Madonna. Cuando salí de este frente a recibir curación en Cuba, no volví a verlo, al igual que a muchos otros. Aun recuerdo la despedida en el cantón Potrero Sula de Nueva Concepción, donde nos abrazamos con Camilo y nos vimos la cara como locos.
Años Años desp después ués,, ya final finaliz izada ada la guer guerra, ra, en una plaza plaza de San San Salv Salvad ador, or, enco encont ntré ré a Cami Camilo lo,, nos nos abra abraza zamo moss y reco record rdam amos os aque aquellllos os años años de nues nuestr tra a adolescencia, cuando pasando colgados de las ramas de los palos viendo por dónde nos iban a matar los soldados. Ahí recordamos a Hernán y su explicación no pudo ser más cruel: “ Lo fusilaron porque dijeron que era enemigo”, me dijo y agachó el rostro. A ambos se nos salieron las lagrimas, pues lo conocíamos y habíamos expuesto expuesto nuestra nuestra ingenuas ingenuas vidas por esa que le llamaban revolución, revolución, nos habíamos habíamos reído, visto la cara del miedo y del hambre en un remoto lugar donde el olvido suele jug jugar ar,, y sabe saben, n, lo más más bell bello o de todo todo es que que no quer quería íamo moss nada nada a camb cambio io,, absolutamente nada. La versión de la muerte de nuestro hermano no era nueva para mí. Alguien me lo comentó no sé dónde, pero conociendo lo chismoso que somos, lo deje pasar por alto. Hay algo adentro de mi esqueleto, en un lugar oscuro siniestro, que me dice que Hernán fue una de esas víctimas de la torpeza, que jamás traicionó a nadie que no fuera la ignorancia. Era mi amigo, mi hermano de riesgo y jamás, por mucho que me lo digan, aceptaré esa versión versión maldita de que era un infiltrado. infiltrado. He vivido vivido demasiado demasiado esas miserias para tragarme su muerte con un argumento tan vulgar, él es uno de esos seres que uno está seguro se va a llevar en sus archivos mentales cuando llegue la hora definitiva. A finale naless del año año 2007 2007 reci recibí bí una una llama lamada da tele telefó fóni nica ca de un núm número ero desconocido, al contestarlo, una voz ronca me respondió: “ Berne, soy Alfredo, el Negro Alfredo del frente occidental”. Fue una enorme sorpresa saber de el después de muchísimos años. Nos conocimos durante la guerra cuando él era un cuadro de dirección de la FPL en ese frente de guerra, un personaje alto y moreno, elegante y bromista, liberal por cierto. Habíamos estado jun junto toss much muchas as vece vecess en los los camp campam amen ento toss del del mand mando o y en otra otrass unid unidad ades es guerrilleras, por ratos corriendo como venados perseguidos. Después de un par de palabras acordamos conversar personalmente. Nos reunimos en una cafetería de la capital para recordar aquellos tiempos terribles. No en una ocasión apagamos la voz al recordar a tanta gente muerta. Hablamos Hablamos de libros, libros, él estaba interesado interesado en que yo le compartiera compartiera mis experiencias experiencias
como escritor pues él está escribiendo sus memorias, que espero con ansias. Pero el tema de los “ajusticiados” no esperó tanto tiempo. Es como si una energía superior a nuestras vidas hubiese provocado vernos y hablar de esos asuntos tan oscuros. -Mira hermano, eso fue duro. En las reuniones del mando yo les decía: Compas, se nos está pasando la mano, estamos matando compañeros inocentes, son muy muy jóve jóvenes nes para para compre comprend nder er lo que nosot nosotros ros pensa pensamo mos, s, tenem tenemos os otra otrass medidas disciplinarias. Entonces me dijeron que yo era muy blando y que si no podía participar en as decisiones para limpiar las fuerzas de tanto infiltrado mejor que pidiera salir a otra tarea. Alfredo comentó esas cosas con su compañera, que era una internacionalista, junto tomaron la decisión de pedir otra tarea en el extranjero: “ Si no me salgo, hermano, me matan a mi y mi compañera”, me dijo. En esos días no habíamos pensado hacer una investigació investigación n y menos escribir un libro como éste, pero los escritores solemos tener una mente neurótica que captura las cosas y las registra y sin pensarlo pensarlo anticipa el tiempo como el campesino campesino la tormenta. La idea fue de Geovani Galeas. Déjeme en mi diario imaginario aquel encuentro y los recuerdos con el viejo guerrillero, Alfredo. Hoy tengo la seguridad nuestro encuentro estaba marcado por un destino común: nombrar a esos espíritus olvidados y traerlos a casa, comenzando por contar su historia. Esto explica de alguna manera cómo la espiral de lo que sucedía en el frente parac paracent entral ral,, arras arrastr tro o las ment mentes es cale calent nturi urient entas as hacia hacia la reprod reproduc ucci ción ón de esos esos métodos de falsa pureza hacia otros frentes de guerra, e inclusive en el exterior, como nicaragua, donde también jugó la complicidad de los aparatos represivos de los sandinistas. Hoy sabemos que allá también hay tumbas de gente que jamás volvió a casa. Esos procedimientos no solo nos recuerda la experiencias de la ex Unión Soviética si no la de la misma Edad Media, donde la ficción de la pureza llevó a la muerte a miles de inocentes. Lo nuestro no es un hecho menor, es idéntico en cuanto a su calidad, la diferencia es cuantativa, donde hay millones, donde hay miles matas miles, donde hay cientos mata cientos…
EL ARTIFICIO DE LA COMISION DE LA VERDAD. Suponer que las víctimas de una historia de veinte años de conflicto sociales, en el que la guerra se vuelve central, quedan reducidas a un documento político como el informe de la Comisión de la Verdad, es partir de una maliciosa superchería, de un maquillaje que, por su naturaleza no puede responder a cabalidad con la historia, más que como instrumento que muestra a penas una zona de lo que aquí sucedió, el final de la guerra. No hay peor argumento que el de simplificar el drama de miles de salvadoreño en un acuerdo de paz, en una investigación tan manipulada por los actores de la misma, con justas razones o sin ellas, poco importa. El informe de la Comisión de la Verdad no tiene el poder, ni legal ni moral de cerrar toda la posibilidad de que las victima del conflicto armado, sea cual haya sido su situación o quién haya sido su victimario, puedan ser reivindicadas como tales. No existe modo de evitar que la verdad fluya paulatinamente con el paso de los años, porque es precisamente la lejanía de nuestro tiempo con los hechos lo que hace que hoy hagamos hablar, porque el recuerdo recuerdo como criatura criatura supurante de la memoria, es un ser vivo, hijo de la cultura de los años bélicos. Para lo que sienta la tentación de pensar que el contar sobre estas muertes es como anular lo que a otros sucedió en otros lugares, como es el caso de las victimas de las las fuer fuerza zass gube guberna rname ment ntal ales, es, le deci decimo moss que que ver ver este este trab trabajo ajo desd desde e esa perspectiva es un tremendo error. Ninguna víctima está por encima de otra, ningún dolor o sufrimiento es menor que otro, lo que si es cierto es que no todo se puede contar de una vez, que la resacas de las guerra van saliendo poco a poco, hay guerra cuyo final se remonta a más de setenta años y todavía se sigue descubriendo secreto de la misma. Ese es lugar que debemos dar a esta crónica: el de los nuevos descu descubri brimi mien ento toss que que deben deben ser ser puest puesto o por por encim encima a de las las ideo ideolo logí gías as y de los los postulados políticos partidarios. Recordar y a hondar en nuestro pasado es ya un patrimonio del salvadoreño, de la humanidad. Por igual los afecta la masacre de el Mozote cometida por unidades del ejércit ejército, o, así como como muchas muchas otras otras llevada llevadass acabos acabos contra contra humild humildes es campesi campesinos nos
mujeres y niños, de la cuales hay abundante investigaciones, monografías, libros publicados, proceso judiciales abierto, como es el mismo caso del genocidio de los sacerdote jesuitas. Nuestro trabajo no es en modo alguno una competencia por lo que que ya se han han hech hecho o en otro otross esce escena nari rios os y con otro otross resp respon onsa sabl bles es,, est esta investigación se viene a sumar a toda las ya realizadas con la intención de que el panorama que afectó la vida de miles de salvadoreños durante la guerra civil vaya teniendo un archivo cada vez mayor, es la única manera de que en el futuro podamos formarlos una idea más clara de lo que sucedió en nuestro país. No hablar de esos muertos es un acto cobarde, también ellos, al igual que a los otros, merecen que se les recuerde por lo que fueron, víctimas de decisiones torpes torpes e irrespo irresponsa nsables bles que acabaro acabaron n con sus vidas, vidas, sufrid sufridas, as, acalora acaloradam dament ente e sangrada por las circunstancia de cuando fueron perseguidas por los escuadrones de la muerte en sus ranchos y lugares de trabajo, por el hambre y la miseria de que fuero fueron n objet objeto o por sist sistema emass de expl explot otac ació ión n execra execrable bles, s, por la perse persecuc cució ión n que que sufrieron por parte de las autoridades militares, por lo sacrificio de la guerra y el trato absurdo de sus mismo compañeros que estaban al mando de ellos, por haber vuelto, los que sobrevivieron, al mismo lugar de origen, como en la espiral nauseabunda de una una vida vida que que pare parece ce no habe haberl rle e obse obsequ quia iado do nada nada que que no haya haya sido sido dolo dolorr y desencanto. Esta investigación supera cualquier momento electoral, cualquier gobierno o partido político porque representa una porción de la fotografía del ser salvadoreño, de su condición humana en una época cuya oscuridad nos sigue escalando hondo, nos sigue cortando la voz, y que brando en sentido del futuro. De la misma manera que la víctimas de los hechos cometido por la fuerzas del gobierno en aquellas épocas merecen credibilidad y respeto, lo aquí contado debe estar en el mismo sitio, el de la reflexión de nuestro pasado reciente.
LOS SOBREVIVIENTES Después de hacer un recorrido por esta historia, no sabíamos cómo llamar a este este libro, libro, el nombre nombre no es sólo sólo un asunto asunto de portada, portada, es también también un reflejo reflejo del mundo que subyace entre las páginas que se contienen en el mismo. Lo cierto es que es muy difícil obviar la situación actual de los sobreviviente sobrevivientes, s, de sus vidas descartadas de la manera en que se hace con los objetos que ya no sirven, que han dejado de tener utilidad. Esa es la mayor de las conclusiones que nos muestra este trabajo, digno, en relación a los vivos. No solo lograron escapar a esa matanza, si no por el hecho de condenarla, por lo obvio de su desproporción para con la realidad, con los hombres no gratos, no admitidos en la fila de esas marionetas de la historia, y no es que ellos quieran estar ahí, no, el modo alguno es ese el asunto, se trata de ver cómo aquellos que nos hablan de justicia, y de libertad, y de democracia, son capaces de abrir las puertas a personajes oscuros del poder económico y desprecian a las mujeres y hombres sencillos que lo dieron todo por lo que ellos son hoy. Dos kilómetros hacia el sur de la ciudad de tecoluca, en el departamento de San Vicente, hay un pequeño caserío llamado Las pampas, que hoy es habitado por veteranos de la guerrilla. La historia del poblado se remonta a la época en que gobernaba gobernaba en el país el coronel Arturo Armando Armando Molina, Molina, aunque las personas que hoy lo habitan no sean las mismas de aquel entonces. Una vez iniciada la primera fase de reforma agraria, en dicho lugar fueron construidas viviendas de sistema mixt mixto, o, cada cada una con con su resp respect ectiv ivo o lote lote para para plan planta taci cion ones es de huert huertos os casero caseros, s, además a cada familia le fue asignada una parcela para trabajar en la agricultura más allá del caserío. Es en este lugar donde hoy viven muchos de los sobrevivientes de aquella tragedia, también se perpetraron masacres por parte de las fuerzas del gobierno de aquel entonces. Después de haber caminado por la comunidad de las Pampas, en Tecoluca, de visitar a Juan Patojo en La Sabana, en el sur de San Vicente y Tecoluca, en los caseríos de las riberas del río Lempa, de poner los pies en sus angostas y lodosas calle calles, s, de irrum irrumpi pirr como como intr intruso usoss en sus sus choza chozas, s, de haber haber esgri esgrimi mido do el sabor sabor
calcinante de la palabra durante noches enteras con el estimado Pedro Café, de haber estado a punto de quebrarnos con los testimonios de Guayòn y Edwin, de habernos maravillados con la vida de Chayito y de su hijo Nelson el Vietnamita, de sorprendernos sorprendernos por la sequedad y franqueza de Goyo y Miguel Uvé y por el aura aún juvenil juvenil y las perdidas irreparables irreparables de Gionani, Gionani, y de tantos otros guerreros, podemos decir que al final de este primer recorrido ya no somos los mismos, aunque así lo quisiéramos sería imposible. Cuando escuchamos escuchamos las primeras primeras versiones de esta historia, historia, de la voz de los que la vivieron, regresamos atormentados y confundidos. No una si no que muchas noches, hemos tenidos pesadillas, en ella hemos visto a esa gente hablarnos con fantasmas, sentimos el olor de su sangre, la incomprensión misma por la que debieron pasar al ser tratados como lo fueron, sin saber entender cómo era posible que se estuviese desarrollando semejante acontecimientos. Esta variable parte de un hecho que no podemos ocultar, nuestra condición de militantes y de veteranos de guerra. Como Como croni cronist stas, as, como como inve invest stig igad adore ores, s, fuim fuimos os tocad tocados, os, y ese ese rasgo rasgo que que adquirió nuestra investigación, nuestra postura, no atenta contra la veracidad de la historia, por el contrario sirve a su causa y fin. La mayor desventaja de los responsables de estas muertes es que aquellas personas que sufrieron los agravios, tantos los muertos como los sobrevivientes, pero también los periodistas que hicieron las del artesano en la reconstrucción de los testimonios, fuimos educados para despreciar ese tipo de acciones, fuimos formados para no tolerar las mentiras que se esconde del ropaje de la historia oficial, nada puede hoy detener la palabra de las victimas, por mucho que lo queramos. Después de haber conocido esta historia no volveremos hacer los mismo, como dicho está, de la misma manera que no lo fuimos cuando recogimos aquella cabec cabecitita a mugr mugrie ient nta a de nues nuestr tro o comp compañe añeri rito to del del terc tercer er cicl ciclo o del del IMFR IMFRAM AMEN EN,, asesinados por los escuadrones de la muerte, no volveremos hacer los mismo porque en el fondo, en nuestra condición humana, comenzamos a replicar todos aquellos males por lo que un día la gente erigió su bandera y sus brazos, y esa es la mayor de la lecciones, que la vida debe defenderse desde donde quiera que se este,
y la vida, aunque su reflejo esté diseminado en una pila clandestina de cadáveres no pierde su sentido universal, sigue latiendo, aunque haya quien piense que no es posible subir al cerro y preguntarnos frente al viento por quién es que hoy doblan las campanas. Berné Ayalá San Salvador, octubre de 2008.