FISCHER CONTRA SPASSKY
POR EL GRAN MAESTR O
1 NTER NACIONAL SVETOZAR GLIGORIC
EL AC ONTECIMIENTO CULMINANTE de la milenaria historia del ajedrez anotado por el más respetado analista del mundo: el Gran Maestro Interna cional yugoslavo S vetozar Gligoric, quien ha jugado con ambos conten dores y vencido a Fischer en más de una oportunidad. Jugada a jugada, y en permanente
diálogo con Gligoric, podrá el aficio nado integrarse a este histórico torneo de la inteligencia y la voluntad. Robert J. Fischer, de 29 años, el rey
sin corona del ajedrez, campeón de los Estados Unidos a los 14 años y Gran Maestro a los 15, desafía y de rrota a Boris Spassky, el Gran M aes tro de Leningrado, quien luchaba por defender el honor de cuatro millones de ajedrecistas rusos y la supremacía de su nación que duró veinticinco años imbatida.
EDITORIA L
POMAIR E
Santiago de Chil e México
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Buenos Aires
Barcelona
SVETOZAR GLIGORIC
FISCHER CONTRA SPASSKY
Título original FISCHER vs. SPASSKY Edición original THE CHESS PLAYER / NOTTINGHAM / 1972 Traducción DOMINGO SANTOS Y LUIS VIGIL Supervisión técnica CARLO FRABETTI Diseñó la cubierta ENRICH Dibujos de Fischer y Spassky SHEILA S. WHITE Fotografías de Fischer y Spassky DAVID N. L. LEVY
SVETOZAR GLIGORIC
FISCHER CONTRA
SPASSKY
1 EDITORIAL POMAIRE SANTIAGO DE CHILE / BUENOS AIRES MÉXICO / BARCELONA
Nota de los Editores: A excepc1on de las biografías de Fisc:her y de Spassky, la totalidad de esta obra ha sido escrita por Svetozar Gligoric.
Agradecimiento: Editorial Pomaire desea expresar aquí su reconocimiento a Mr. An Player, por su eficaz colaboración en la
thony J. Gillam, Director de The Chess
realización de la presente edición en castellano.
© 1972 by The Chess Player © 1972 by Editorial Pomaire S.A. Avda. Infanta Carlota, 100 / Barcelona / España
Printed in Spain Depósito Legal: B. 40697 1972
Gráficas Diamante Zamora, 83 / Barcelona 5 -
1NDICE
Explicación de los símbolos
8
In traducción
9
Historial de juego de Spassky
21
Historial de juego de Fischer
25
Encuentros previos
27
La escena en Reykjavik
37
.
41 51 53 61 69 77 85 93 99 105 113 119 127 137 145 153 163 173 183 193 201
Perfil de un genio .
209
¿El último de una dinastía?
233
Anteriores campeonatos mundiales
248
En retrospectiva
251
Partida uno Partida dos Partida tres Partida cuatro . Partida cinco Partida seis Partida siete Partida ocho Partida nueve Partida diez Partida once Partida doce Partida trece Partida catorce . Partida quince . Partida dieciséis Partida diecisiete Partida dieciocho Partida diecinueve . Partida veinte . Partida veintiuna
EXPLICACION DE LOS SIMBOLOS
+
Jaque.
0-0-0
Enroque largo.
0-0
Enroque corto. Un movimiento fuerte (a veces usado por Gligoric al comienzo de la partida para mostrar una importante elección de movimiento de apertura).
!!
Un movimiento muy fuerte, que suele conducir a una rápida victoria.
? ??
Un mal movimiento. Un error, que habitualmente produce la derrota in mediata.
!?
Un movimiento sorprendente o interesante.
?!
Un movimiento dudoso.
INTRODUCCION
Una escena filmada por un director cinematográfico yu goslavo en Bled, en 1959, permanecerá como un impresionante documento del ajedrez mundial en la segunda mitad del si glo xx. Tal alzó sus grandes ojos negros, miró a Fischer, y lanzó una sonrisa abiertamente despectiva hacia el muchacho de dieciséis años de edad. La forma en que contemplaba a su rival (las reglas de buena educación piden que la concentra ción se dirija hacia el tablero) sólo podía estar fundamentada en el especial placer que sentía Tal al enfrentarse y superar psicológicamente a su joven rival que, absorto en los proble mas del juego, no se daba cuenta evidentemente de lo que sucedía a su alrededor. En el banquete final del acontecimiento (el Torneo de Can didatos), Fischer se lamentó al autor de este texto de que había perdido cuatro posiciones superiores en contra de Tal.
La queja de Fischer fue en vano. Tal había triunfado en el torneo, y poco después triunfaba de nuevo en su primer match con Botvinnik, alcanzando así su corto pero impresionante reinado como Campeón Mundial. f:ste fue probablemente el momento en que comenzó la indignación de Fischer hacia los jugadores de ajedrez soviéticos y su autoproclamada supe rioridad. Cuando aún era un niño, Fischer creyó que su misión era convertirse en el mejor jugador del mundo. Luego declararía : «La gente no intenta, la mayor parte de las veces, hacer todo lo que puede. No tiene un espíritu tenaz, un espíritu de vic toria. Y, una vez uno ha conseguido un buen puesto, tiene que conservar su reputación... empezar cada día como un
9
desconocido para probar su valía . Por eso yo no hago el pa yaso. No creo que se deba perder el tiempo. Mi obj etivo es ganar el Campeonato Mundial de Aj edrez ; vencer a los rusos (así es como Fischer se expresa siempre cuando habla de los grandes maestros soviéticos , aunque, por ejemplo, Petrosian sea armenio y Keres estoniano). Me lo tomo muy en serio . » E s cierto. Fischer s e h a tomado esta tarea más en serio que cualquier otra persona en toda la historia del aj edrez . Fue su hermana, que l uego se casó y trasladó a California, la que le inició en las reglas del j uego . Desde la edad de los seis años , sólo ha pensado en el ajedrez . Después dejó la es cuela, y luego abandonó el piso de su madre en B rooklyn, y más tarde dej ó también su casa de Los Angeles y se convirtió en un vagabundo que vive en hoteles y dej a atrás su equipaj e . Pero no su ajedrez de viaj e, hecho en madera . « Mire esas piezas , suaves y ligeras . No tienen aristas cortantes . Están maravillosamente tallada s . E s el mej or j uego que j amás he visto . ¡ Tome, palpe este caballo! » Tras lograr finalmente las calificaciones necesarias para enfrentarse con Spassky, Fischer dij o : « Al guien tiene que de tener los (a los soviéticos ) , yo he sido e l elegido. Pienso ense ñarles a tener un poco de humildad » . Dándose cuenta de la exageración de sus declaracione s , Fischer admite en privado que no sabe por qué razón dice ocasionalmente cosas como ésas , pero que « tales estados de áni mo le llegan de vez en cuando » . Ha estado siguiendo la prensa soviética durante años , y lo que ha escrito acerca de é l . ¿ Por qué este interés por las opiniones de un país a millares de kilómetros de distan cia, opiniones que a pocos otros estadounidenses les interesan o les importan ? « Me repugna su hipocresía», dice Fischer, « como cuando derroté a Petrosian . Apenas si hubo una pequeña nota en sus periódicos acerca de ello. Pero luego hubo un campeonato l ocal, y le dedicaron grandes titulare s . Si Petrosian me hu biera derrotado a mí, en tonces sí que hubiera habido grandes titulares » . 10
El renombre ( siempre) y el j uego límpio ( desde el Torneo de Candidatos en Curac;ao en 1 962) no han sido los únicos motivos de l a indignación de Fischer con los soviéticos. Tam bién lo está a causa del dinero . C ree que ha sido sistemática mente excluido de ganar dinero, dado que el Gobierno sovié tico paga a sus j ugadores y los envía a los torneos « gratuita mente » ( o sea, sin pedir una retribución por intervención ), mientras que él insiste en percibir retribuciones extra, l o cual , lógicamente, ha suscitado opiniones desfavorables e n todo e l mundo. « Envían a los mej ores j ugadores rusos p o r todo e l mundo a j ugar gratis e n lugares en los que y o estaba pidien do miles de dólare s . Bueno, finalmente he logrado acabar con esto ( su conspiración contra él), pero durante un año y ocho meses , entre 1 969 y 1 970, me sentí muy descorazonado. Rehusé j ugar contra los rusos, y ellos tienen a la mayor parte de los mej ore s j ugadores del mundo. Durante un tiempo estuve pen sando en abandonar el aj edrez internacional . Pero luego pen sé : ¿ qué otra cosa puedo hace r ? La respuesta fue : nada . » Fischer está muy i rritado porque, según dice, h a sido el mej or j ugador del mundo desde que tenía dieciocho años , y no se le ha reconocido. En particular, está i rritado porque no se ha hecho rico como merece un campeón . . . como, de he cho, merece el mej or j ugador del mundo de todos los tiempos ( según el sistema d e calificaciones empleado por la F . I .D . E . ) . Parte de e s t e descontento recae sobre los Estados Unidos : « Hasta se me postergó en mi propio país . Los estadouniden ses no saben mucho de aj edrez. Así que e scucharon a otra gente . Pero creo que cuando derrote a Spassky, los estadouni denses sentirán mayor interés por el aj edrez . A los estado unidenses les gustan los ganadores . . . Los E stados Unidos no es un país culto. A l a gente de aquí le gusta ser divertida. No quieren trabaj ar mentalmente, y el aj edrez es una práctica altamente intelectua l . A los estadounidenses les gusta apol tronarse frente a un televisor y n o tener que abrir un libro . . . Pero ahora el presidente Nixon me acaba de enviar una carta diciendo que Estados Unidos m e apoya. » 11
Así, para Fischer, este enfrentamiento con Spassky es el enfrentamiento de su vida contra el ajedrez soviétic . No hay muchas razones para que Fischer esté i rritado personalmente con Spassky. Su oponente, que tiene seis años de edad más que él , siempre l o ha tratado de una forma amistosa y simpá tica . ( Spassky me dij o en una ocasión, ea privado, y con cierta ironía dirigida contra sí mismo, que le gustaría más viaj ar por el mundo y, como un filósofo, i r estudiando las relacio nes humanas . ) Si advierte sencillez y sinceridad en los derrás, Fischer s e queda desarmado . P o r e s o parece que ( inconscientemente) l e moleste recordar, antes del gran encuentro, l o s momentos de amistad que vivió con Spassky en Santa Mónica, en 1966, y en otros lugare s . Esto sólo podría abrir b rechas en la arm a dura psicológica con que se ha revestido contra su p rincipal oponente . Pero Fischer tiene amigos . Quinteros, un j oven maestro de Argentina, exclamó en Buenos Aires durante el encuentro Fis cher-Petrosian : « Los periodistas siempre han hablado mal de Fischer. Le gusta enormemente el ajedrez, y es un maravilloso amigo » . Lo abierto que se muestra Fischer con aquellos que le evidencian sus buenas intenciones contrasta con su hos quedad con todo el mundo, y especialmente con el círculo de aj edrecistas soviéticos . No puedo dej ar de recordar un detalle en especial. Cuando tuve una entrevista intercontinental con ambos para Radio Belgrado, Fischer inició su conversación en tono irritado, di c iendo que Spassky había estado llevando a cabo preparativos para enfrentarse con él durante tres años, mientras que él sólo había tenido dos meses ( que era e l tiempo t ranscurrido desde su encuentro con Petrosian) para p repararse. No obs tante, cuando le dije que Spassky también deseaba que el encuentro se realizase lo más tarde posible , se sintió desagra dablemente sorprendido, en lugar de satisfecho . En sus nego ciaciones previas, había adquirido el hábito de seguir la regla, más por instinto que por raciocinio , de que «todo lo que el 12
rival no desea tiene que ser bueno para mí». Pero ahora se encontraba desconcertado, al coincidir sus deseos con los de su oponente. Su primera reacción fue tratar de evitar com prometerse con cualquier declaración . Unas negociaciones exhaustivas estaban en concordancia con la aureola de trucu lencia que el estadounidense había montado alrededor de su aj edrez, lo cual no podría decirse de un fácil acuerdo . Spassky, por su parte , ante mi sugerencia en una conver sación telefónica, se inclinaba a apoyar l a idea de ir a l a cen tral de la F . l .D . E . para hablar acerca del lugar y momento del encuentro . Bobby se mostraba menos entusiasta acerca de la posibilidad de entrevistarse -co n su rival antes del encuen tro . «Nada de amistad » , parece ser el ansioso lema oculto de Fischer. No obstante, los acontecim ientos tomaron el camino opuesto . Por miedo de perder su mej or oferta financiera, Fis cher fue a Amsterdam ( el plan personal de Fischer durante el primer año de la nueva era de su vida, dado su diferente status en la mercantilista sociedad estadounidense, era lograr cien mil dólares anuale s ) . En Amsterdam fue Spassky el que estaba ausente. El Campeón Mundial deseaba hacer más pre sión y obligar a aceptar su elección de un lugar en el que tuviera unas condiciones climatológicas y de otro tipo más favorables para sí. El lado soviético tenía sus propias razones para no llegar a un compromiso. Fischer había j ugado todos sus torneos en el lado americano del Atlántico. Creían haber favorecido ya bastante a su j oven rival. E l Campeón Mundial tenía sus propios derechos y no iba a ir al terreno de Fischer como habían hecho todos los demás . Y tampoco pensaba j ugar en el sur de Europa, con un calor veraniego al que no estaba acostumbrado. Había llegado el momento en que Fischer de bía hacer concesiones. Fueron elegidas ocho localidades posibles, para ser some tidas a una consideración seria, y una lista de diecisiete ofer tas. Entonces llegó el primer movimiento sorprendente. El orden de preferencias soviético se limitaba a cuatro lugares : 1 , Reyj avi k ; 2, Amsterdam; 3, Dortmund ; 4, Parí s . Las otras 13
cuatro proposiciones fueron rechazadas por intermedio de la embaj ada soviética en los Países B aj os, que proclamó que eran « inaceptables para Spassky». Ahora era el turn o del re presentante de Fischer, E d Edmondson (el direcor ej ecutivo de la U.S.C.F.), de hacer el movimient o adecuado . Fischer en persona, mientras estaba en Amsterdam, sólo musitó tres pa labras a los periodistas holandeses: « No lo sé», cuando le preguntaron si aceptaría jugar en los Países Baj o s . Una sola repetición en l a lista americana de cualquier lugar que apa reciese en la lista soviética representaría que el presidente de la F.1.D . E . , doctor Euwe, señalara aquel lugar como « la única elección posible según acuerdo de ambos rivales». Pero tal acuerdo habría reducido a la m itad los ingresos de Fischer por el encuentro para e l que se había estado preparando du rante toda su vida. Tras varias horas de reflexión, la decisión de Edmondson en este j uego diplomático de adivinanzas fue infalible : eligió las ciudades de Europa del sur, que no es tarían ciertamente en la lista de Spassky ( es decir, dos ciuda des de Yugoslavia: 1, Belgrado ; 2 , Saraj evo), y las dos ciu dades transatlánticas (3, B uenos Aire s ; 4, Montreal), que tam poco interesaban a los soviéticos . Así que ninguna ciudad es taba en ambas listas. La p rime ra parte de este torneo acabó en tablas . A Fischer, en realidad, le gustaba especialmente Bue nos Aires, pero había ofrecido una suma garantizada insufi ciente, lo cual impedía que la colocase en el primer lugar de su lista. Un nuevo intento de acuerdo se produj o cuando Edmond son visitó Moscú, pero sin resultado. Aunque Reykj avi k no era una mala elección (ciento veinticinco mil dólares para el p re mio en lugar de los ciento cincuenta y dos mil ofrecidos por Belgrado), Fischer, en Nueva York , siguió su sagrada regla de no aceptar, en p rincipio , las sugerencias d e su rival. Cuando quedó claro que el desacuerdo tomaba el aspecto de un nudo gordiano, e l doctor Euwe l o cortó al estilo de Alej andro Mag no, y decidió d ividir el encuen t ro en dos partes : doce parti dos en Belgrado, y el resto, hasta un máximo de doce, en 14
Reyj avik . No era la solución ideal, pero tenía su precedente: en 1948, Botvinnik ganó el títul o en un torneo que tuvo lugar mitad en l os Países B aj os y m itad en la Unión Soviética . Y, después de todo, ¿ qué otra cosa podía hacer el doctor Euwe , si deseaba ser imparcial ante los ojo s de los miem bros de la F . l .D .E . ? La franqueza agresiva está más de moda que la llamada consideración caballeresca . Ni Spassky ni Fis cher habían demostrado ninguna especial consideración por los deseos de su rival . Fischer no había ocultado su aspira ción de hacer atravesar el océano a su oponente (« Los rusos j uegan peor aquí » ) , ni Spassky su deseo de j u gar muy al norte, porque « I slandia me recuerda mucho al clima de mi Lenin grado nativa » . L a Federación Soviética de Aj edrez presentó una dura pro testa contra la solución de Euwe: « Spassky no puede aceptar el verano de Belgrado, aunque respetamos las condiciones ofrecidas». La revista estadounidense Time dij o que la deci sión había sido tomada del Rey Salomón . Fischer tampoco deseaba felicitar a Euwe por su decisión : . «Es u n error. Tendrán el doble de problemas . La gente va a estar confundida, yendo de u n sitio a otro, y parecerá un es pectáculo de feria . ¡No me gusta! » De hecho , Bobby no esta ba verdaderamente irritado. Reykj avik era únicamente acepta ble para él a causa de razones tácticas, y fue el primero de los dos en aceptar la división del torneo. Sus declaraciones a la F . l .D.E .: « Prefiero todas las partidas e n Belgrado, empe zando el 25 de j unio, pero aceptaré su decisión de empezar entre el 21 y el 25 de j unio repartiéndolas entre Belgrado y Reykj avik». Y sus declaraciones para el público estadouni dense: « Todo acabará en un p ar de meses, y entonces yo seré el Campeón » . Para Spassky, l a aceptación era u n proceso más difícil. De nuevo le parecía, al menos hasta cierto punto, que las deman das de Fischer h abían sido aceptadas en mayor grado que las suyas . La razón se encontraba parcialmente en el hecho de que las fechas de comienzo por el lado soviético e ran menos 15
elásticas. Pero, en cualquier caso, la decisión del doctor Euwe no se mantuvo mucho . A principios de abril, la « gran compe tición» fue inesperadamente puesta e n cuestión . Fischer, que admite él mismo ser « impredecible», repentinamente no deseó jugar baj o las condiciones del acuerdo aceptado en su nom bre, tanto como en el de Spassky, en Amsterdam . B aj o la impresión equivocada de que sus intereses estaban siendo desdeñados por l a F . l .D . E . y los organizadores, y de que la Federación Estadounidense estaba « llegando a demasiados compromisos por miedo a que l a Federació n Soviética pu diera cancelar el encuentro», Fischer decidió no emplear nin gún representante y tomar tod o el asunto en sus propias manos. Esto supuso que, tras largas exposiciones de argumentos y discusiones, efectuadas princip almente mediante llamadas telefónicas y telegramas intercontinentales, el presidente de la F . l .D . E . se viera obligado a presentar un ultimátum al as pirante: ¿ él, o Petrosian ? Pues, frente a nuevas peticiones financieras de Fischer, el organizador de Belgrado había can celado su oferta, y la Federación Soviética rehusó enérgica mente nuevas propuestas de localidad, pidiendo que el ofre cimiento de I slandia fuera respetado según los acuerdos pre viamente alcanzados. En el último momento, cuando el mundo del aj edrez no sabía si iba a realizarse un encuentro S pessky-Fischer en Reykjavik o un Spassky-Petrosian en Moscú, Fischer aceptó las condiciones a través de un nuevo abogado. El gran en cuentro había sido salvado . . . Pero sólo aparentemente . Cuando Fischer debía encontrar se en I slandia para comenzar la competición, se hallaba en Nueva York, reiterando su petición de un treinta por ciento de la recaudación de las taquillas para cada uno de los juga dores. Por razones financieras, esta demanda no podía ser aceptada por los organizadore s . Hasta Spassky, que se encontraba en Reykj avik desde ha cía un par de semanas antes de que debiera comenzar el en16
cuentro, creía que ya no había ninguna posibilidad de que el torneo se celebrase. Fischer no estaba p resente en la gran ceremonia de aper tura en la noche del sábado primero de j ulio, ni al día si guiente cuando debía haberse j ugado la p rimera partida. Pro bablemente, Fischer, aún en Nueva York en esa ultimísima hora, tenía la misma opinión pesimista que Spassky. ¿ Aca so estaría diciéndose que Clay nunca aceptaría que se le pri vase de su porcentaj e de la recaudación de las taquillas ? (¿ Po r qué iban a ser tratados los campeones de ajedrez peor que los boxeadores ? ) Quizá Fischer hubiera perdido instin tivamente el deseo de j ugar con Spassky en el momento en que el poseedor del título se hallase aún en su plenitud, y fue esto lo que le impulsó a permanecer alej ado. Nunca lo sabremos . Para lograr sacar de su consternación a los organizadores islandeses ( que habían invertido mucho dinero en l a prepara ción del torneo), y para saivar los intereses del aj edrez mun dial , el doctor Euwe , presidente de la F . I .D . E . , corrió el riesgo de tomar la decisión ( quizá j u rídicamente errónea) de retrasar la primera partida por dos días . Esta decisión inesperada le daba un poco más de tiempo a Fischer con la esperanza de que « recuperase su buen sentido». Pero esto no habría ayuda do mucho si, en el mismo día, no hubiera aparecido un deus ex mach ina en la persona del mecenas del ajedrez británico Jim Slater, que simplemente añadió cincuenta mil libras al premio islandés de ciento veinticinco mil dólare s . Su mensaj e a Fischer fue : « Si el problema es el dinero, aquí está. ¡ Ahora sal y j uega! » Robert Fischer llegó al campo islandés a p rimeras horas de la mañana del martes 4 de julio, antes de la hora tope del mediodía marcada por el doctor Euwe . Pero de nuevo fue re trasada la primera partida, porque el campeón no aceptó que se sorteasen las partidas hasta que Fischer presentase excusas por « haber violado las reglas » con su tardía llegada . La atmósfera era tal que la mayoría señalaba a Fischer 17 2.
-
F!SCHER CONTRA SPASSY.Y
como favorito del encuentro . En una encuesta entre los parti cipantes y expertos en Hastings en enero , sólo un maestro internacional había d icho : « No sé cómo puede j ugar Fischer contra el peón de l a reina de Spassky. Fi scher no tiene una buena defensa » . Pero casi todos los demás predijeron que Fis cher ganaría fácilmente, y el más voluble fue Naj dorf, que había p resenciado el j uego de Fi scher contra Petrosian en Buenos Aires . Los notables resultados de Spassky en sus encuentro s , y su habilidad camaleónica de adaptarse a cualquier rival, ha bían sido o lvidados . Spassky , observador excepcionalmente inteligente de las personas , es un rival astuto y peligroso. Re c ordemo s , por ejemplo, cómo esperó que Larsen comenzase a j ugar negligentemente en su encuentro en Malmoe . En cam bio, Fischer, contra el m i smo rival, e l año pasado en Denver, s i gu i ó una línea recta , tratando de j ugar mej or en general. Spassky ha derrotado a algunos por pura paciencia ( Korchnoy, t ras perder la final de los Candidatos en 1 968, dij o : « Spassky me ha enseñado a no empujar demasiado lej os los peones » ); derrotó a Geller con ataques de mate, a Tal con un j uego agresivo sin contar las pérdidas materiales ( que es lo que hace Tal ), a Petrosian (el más difícil) mediante una súbita explosión de energía en la última parte del encuentro , cuan do Petrosian dejó de porfiar, creyendo que ya iba a ganar la lucha . El final de ese encuentro debió de parecerle a Petro sian como despertar de una corta y fea pesadilla. Todo esto ha tendido a ser olvidado frente a los impre sionantes resultados de Fischer y al poco ambicioso j uego de Spassky en los encuentros recientes ( Donner ha dicho: « Spas s ky es más fuerte, pero me temo que, inconscientemente, desea per d er la competición » ) . Fischer h a dicho del j uego d e Spassky e n Gotenburgo ( agosto de 1 97 1): « T iene el título, y no le interesa mucho más » . L a intensidad creativa d e Fischer e n sus partidas s e halla s iempre al mismo nivel, mientras que Spassky oscila y se comporta de una forma mucho más casual a ese respecto. 18
Tal vez sea ésa la causa de que en las j ugadas de Fischer se produzcan menos errores que en las de Spassky. ¿ Hasta qué grado había logrado Spassky armarse p sicoló· gicamente para la competición contra el ambicioso aspiran te? La obligación de defender su reconocido imperio del aje drez contra los asaltos y la destrucción es una gran responsa bilidad y estímulo , pero tamb ién puede ser una terrible carga . No obstante, cuando comience la lucha, se defenderá. Antes de su segundo encuent ro con Petrosian , d i j o en privado : « Esta vez lucharemos sin compasión. Debemos dej ar a un lado la amistad » . Spassky puede sentir respeto, pero n o es impresionable. Del j uego de Petrosian en la segunda mitad de la competición de Buenos Aires, dij o: « ¡ Como un niño ! » . Y hablando de la experiencia de su segundo encuentro con Petrosian dice: « La regla que indica que un tanteo de doce a doce dej a el título en manos del campeón es un handicap para el aspirante . Por otra parte, esta regla lleva al campeón a adoptar tácticas más cautelosas para no perder. Estas tácticas son, en la práctica, arriesgadas contra un rival que se aventura a algo . . . Las tácti cas de Petrosian eran demasiado pasiva s , demasiado cautelo sas, y ést a fue la p rincipal razón de s u derrota. Yo, por mi parte, aprovecharé la lección, y nunca u t ilizaré tales tácticas . » Spassky y a s e h a preparado contra Fischer en o t ra oca sión, en p revi sión del encuent ro entre la Unión Soviética y el resto del mundo en Belgrado en 1 970. Él y Botvinnik decidie ron que el estilo de Fi scher era « demasiado s imple » , y que era muy fácil p rever el objetivo de Fischer en una partida. Pero , hablando del abortado encuent ro n o oficial entre Fis cher y Botvinnik planeado para los Países Baj o s , Spassky dij o: « Botvinn i k era un optimista. Es divertido. Para mí, es muy divertido. Creo que este encuentro sería muy difíci l para Bot vinni k . » Dando una ojeada a l o s veinte años de carrera de Spassky, puede verse que la mayor parte de sus éxitos han tenido lugar en campo p ropio, en terrible competición con los p rincipales 19
grandes maestros soviéticos . Esto le da una experiencia prácti ca que Fischer nunca pudo tener. Pero, como compensación , Fischer parece haber supera do a Spassky y a l o s grandes maestros soviéticos en general en su actitud tremendamente profesional hacia el aj edrez . Contestando a un periodista de Life acerca d e su manera de prepararse para el encuentro, Fischer no supo qué decirle: « Daré paseos como siempre . Mi raré el aj edrez . . . » De hecho , mientras que para Spassky la preparación significa una forma de vida excepcional (y por eso prefirió que el encuentro se realizase más tarde, un punto que Fischer no pudo comprender en seguida), para Fischer no significa n ingún cambio en su rutina cotidiana. En esto tiene una importante ventaj a: « SU motor de j ugador está siem pre en marcha » . Era bastante natural que Fischer s e mostrase más optimis ta en una entrevista para Radio Belgrado. Cuando le pregunté si la competición llegaría al máximo de veinticuatro partidas , respondió que no. mientras que Spassky, que es muy distinto, d ij o que sabría la respuesta « sólo cuando acabe mis prepara tivos en m ayo » . Mientras paseaba conmigo en una ocasión, Spassky, que ya era Campeón del Mundo, me confesó que desearía olvidar · todo lo que sabía, como s i fuera una carga superflua, y co menzar a pensar desde el principio en el aj edrez. ¡Qué enor me ambición creativa en un hombre que ha sido llamado ca sual por algunos! En la práctica , Fischer ha evidenciado más a menudo un t ratamient o impecable de varias posiciones, especialmente en la apertura. De hecho, sólo queda pendiente una cuestión: ¿quién sabe más de aj edrez, Spassky o Fischer ? Quizás el aspirante tenga razón cuando dice: « Probable mente será el acontecimiento deportivo mayor de toda la h is to ria. Aún mayor que la pelea Frazier-Alí . . . »
20
HISTORIAL DE JUEGO DE SPASSKY TORNEOS
1952 1 953 1954 1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
Campeonato de Leningrado Campeonato de Bucarest Torneo Jóvenes Maestros Semifinal Campeonato U.R.S.S. 22.º Campeonato de la U .R.S .S. Campeonato Mundial Junior de Amberes Interzonal de Gotenburgo Olimpíada Estudiantil de Lyon 23 .º Campeonato de la U.R.S.S. Desempate Campeonato de la UR.S.S. Torneo Candidatos Ams terdam Semifinal Campeonato de la U.R.S.S. 24.º Campeonato de la U .R.S.S. Olimp:ada Estudiantil de Reykjavik Campeonato Equipo Europeo de Ham burgo Semifinal Campeonato de la U .R.S.S. 25 .º Campeonato de la U.R.S.S. Olimpíada Estudiantil de Varna Semifinal Campeonato de la U.R.S.S. 26.º Campeonato de l a U .R.S.S. Campeonato del Club Ajedrez Central de Moscú Campeonato de Leningrado Semifinal Campeonato de la U .R.S.S. Spartakiad ( Campeonato de Equipos de la U.R.S.S.) Riga 27.º Campeonato de la U .R.S . S . M a r d e l Plata Olimpíada E studiantil de Leningrado Campeonato Equipo de la U.R.S.S. Campeonato del Sindicato Trud Semifinal del Campeonato de la U .R.S.S. 28.º Campeonato de la U .R.S.S.
Clasific.
G
T
p
2.º 4 .º - s.· l .º 4 .º 3 .º - 4 .º l .º 8 .0 - 9.º
6 8 10 6 7 13 7 7 o 3 7 7 5
7 8 5 12 9 2 8 1 9 1 13 9 12 4
o 3 o 2 3 1 5 o 1 3 2 3 2 o
3 11 7 5 6 9
o 1
l .º - 2 .º 2 .º - 3 .º
2 7 7 4 7 8
l .º - 3 .º l .º l .º - 2 .º
4 11 9
6
1 o 1
4 10 5 12 o 3 8 8
4
7
l .º - 3 .º 3 .º 3 .º - 8 .0 l .º - S .º 4 .º - S .º
l .º - 2.º S .º - 6.º
l .º 9 .º - 1 0.º l .º - 2 .º
l .º l .º S .º - 6 .°
7
6 5
3 10 3 2 5 7 8 8
4 o 2 2
o o
4 o 1
o o 1 4
21
Campeonato de Leningrado
29.º Campeonato de la U.R.S.S. 1962
Olimpíada Estudiantil de Marienbad Campeonato de La Habana
C las i fi c.
G
T
p
l .º 2.º l .º
8 10
10
o 1
6 2.0- 3.0
11 8 4
3 10
-
Campeonato de Varna Campeonato de Equipos de la U.R.S.S.
30.º 1 963 1 964
1965
1 966
1 967
1 968 1969 1970
1971
Campeonato de la U.R.S.S.
Semifinal Ca m p eo na to de la U. R.S.S.
3 1 .º Campeonato de la U.R.S.S. Desempate del Camp eo n ato de la U.R.S.S. Torneo Zonal de Moscú Interzonal de Amsterdam Sochi Bel gr ado Olimp!ada de Tel-Aviv Spartakiad de los Sindicatos Sochi Hastings Santa Mónica Campeonato de Equipos de la U.R.S.S. Sochi Olimpíada de La Habana Beverwij k Campeonato de R.S.F.S.R. Moscú Spartakiad Sochi Winnipeg Olimpíada de Lugano Palma San Juan Palma U.R.S.S. contra el resto del mundo ( Tablero 1 contra Larsen) Leiden Amsterdam Olimpíada de Siegen Gotenburgo Campeonato de Equipos de la U.R.S.S. Moscú
5 .º 2 .º l .º - 3.° 2 .º l .° l .º 4.º 4.º l .º -
l .º - 2 .º l .º - 2.º l .° 5.°- 6.° l .º l .º - 2 .º 6.º - 8 .º l .º - 5 .° 3.º - 4.º 2 .º - 3 .0 l .º 5 .º
l .º l .º - 2.º 3 .º 6.º - 7 .º
Total : 43 1 ganadas, 496 tablas, 64 perdidas
22
=
9
6 5 1 4 13 5
9
o
4 7
o
9
8 3 6 6 5 o 6 5 7 6 4 3 5 2 6 10 8 3 1 2 8 7 5 3 4
10 7 5 6 1 11
68,5 %
o
6
14 2 6 8 9 8 6 4 9 3 13 9 7 10 8 5 11 5 10 7 8 6 7 14
9
o
1
3 o o 1 2 2 1 o o o o o o 1
1 o o o 2 o o o o 1 o o 1 o o o o o 2
PARTIDAS 1965
Keres Geller Tal 1966 Petrosian 1968 Geller Larsen Korchnoy 1969 Petrosian
ganó ganó ganó perdió ganó ganó ganó ganó
Total : 3 1 ganadas , 5 7 tablas, 13 perdidas
=
4
3 4
3 3 4 4 6
4 5 5
2
17
4
5 5
o 1 1
13
4
3
o 1
58,9 %
23
HISTORIAL DE JUEGO DE FISCHER TORNEOS 1956 1957/8 1 958 1 958/9 1 959
1959/60 1960
1960/1
1961 1962
1 962/3 1 963/4 1 965 1 965/6 1 966 1966/7 1 967
1 968 1970
Trofeo Rosenwald Campeonato de los Estados Unidos lnterzonal de Portoroz Campeonato de los Estados Unidos Mar del Plata Santiago Zurich Torneo de Candidatos ( Yugoslavia ) Campeonato de los E stados Unidos Mar del Plata Buenos Aire s Reikj avik Olimpíada de Leipzig Campeonato de los Estados Unidos Bled Interzonal de E stocolmo Torneo de Candidatos de Curac;:ao Olimpíada de Varna Campeonato de los E stados Unidos Campeonato de los Estados Unidos La Habana ( Por telex ) Campeonato de los Estados Unidos Santa Mónic a Olimpíada de La Habana Campeonato de los E stados Unidos Mónaco Scopj e lnterzonal Sousse ( se retiró cuando iba primero ) Ne tan ya Vinkovc i U.R.S.S. contra el resto del mundo (Tablero 2 contra Petrosian ) Rovinj /Zagreb Buenos Aires
Clasific .
G
T
p
8.· l .º 0 5 . - 6.0 l .º 3 .º - 4.º 4 .º - 7.• 3.0 - 4.• 5 .· - 6 .º l .º l .º - 2.º 1 3 .° l .º
2 8 6 6 8 7 8 8 7 13 2 3 10 7 8 13 8 8 6 11 12 8
5 5 12 5 4
4 o 2 o 2 4 2 11 o
l .º 2.° l .º 4.° l .º l .º 2 .° - 4.° l .º 2 .º l .º l .º l .º
l .º l .º l .' l .º
1
5 9
14 8 6 12
4 1 11 1 6 4 11 9 12 6 4 o 6 1 8 2 3 2 3
7 10 9 2 10 13
3 3 4 2 6 4
7
1
5 o 2 o o o 7 3 1 o 3 2
3 1 o 1 2
o o o o 1 o
25
Olimpíada de Siegen Interzonal de Palma
Clasific.
G
T
l .º
8 15
4 7
Total : 290 ganadas 173 tablas, 59 perdidas
=
p
72 9b
PARTIDAS
1961 197 1
Reshevsky Taimanov Lar sen Petrosian
Total : 19 ganadas, 10 tablas, 3 perdidas
26
2 6 6 5
inconclusa ganó ganó ganó =
75 9b
7 o o
2
3
1
o o
ENCUENTROS PREVIOS
Aunque Fischer y Spass ky son dos de los jóvenes «Ve tera nos» del circui to de encuen tros internacionales, únicamente se habían encontrado cinco veces en los tableros antes de esta compe tición. Son esas cinco partidas las que han añadido tan to interés a la compe tición, no a causa de las part idas en
sí,
sino a consecuencia de los resultados. ¡La simple realidad es que Fischer nunca había derrotado a Spassky! El americano tiene un puntaje posi tivo contra la mayor parte de los j ugadores internacionales, pero no había logrado una sola victoria contra el ruso. Así, aunque casi todos los que habían hecho predicciones señalaban a Fischer como vencedor para Reikjavik, la mayor parte de ellos aco taron sus afirmaciones. Damos a continua ción, con b reves notas, las cinco razones de esas aco tacianes. Blancas: Spassk7
7.
C3D
CxP
Negras : Fischer
8.
AxP
A2C
Mar del Plata, 1 960 Gambito de Rey l.
P4R
P4R
2.
P4AR
PxP
:S.
C3AR
P4CR
Tras este juego, Fischer escri bió un famoso artícul o : «El Gam bito de Rey está aniquilado•, en el que recomendaba 3 . . . P3D como la defensa correcta. PSC
4.
P4TR
5.
CSR
C3AR
6.
P4D
P3D
27
9.
C3A?
Es mejor 9. P3A 9.
cxc
1 0.
PxC
P4AD
11.
A2R
PXP
1 2.
0-0
C3A
13.
A x PC
0-0
H.
AxA
TxA
1 5.
D4C
P4A
La sugerencia de Fischer 15 . . . . Rl T es más segura . 16.
D3C
PxP
1'1.
TDlR!
Rl T
23.
• . •
D5C?
Lo cocrecto es : 23 . . . D6C ! ; 24. DxD, T x D ( amenazando . . . T x C seguido por . . . P7A), y las blan cas están en mala posición .
18.
24.
T2A
25.
T4R
25.
. . .
A2R
RlT?
Fischer p refirió la captura in mediata. 1 8 . A x P, por ejemplo : 1 8 . . . TlCR; 1 9 . CSR! 18.
TlCR
19.
A X P!
Al A!
20.
A5R +
21.
DxC+
CxA T2C !
ganando el PTR 22.
TxP
Si 22. T4A ?, A3D o 22. PST, D4C. DxP+
22. 23.
RlC
( Ve r diagrama.)
28
D4C?
Las negras pueden forzar tablas por repetición : 25 . . . D8D + ; 26. T lR, DSC ; 27. T4R, D8D + , etc. - Fischer. 26.
D4D!
Tl AR?
26. . . A l A es suficiente para unas tablas. Por ejemplo : 27. D x PT, A4A ; 28. C x A, D x C ; 29. T8R + , T l C o 27. CSR, A4A! ; 28. C7A + , RlC.
2'7. O 27 . . .
T5R!
TlD
D3C; 28. TxA ganando .
28.
D4R
D5T
29.
T4.A
abandona.
13.
P4A
C4T
14.
A3D
P4A
15.
TlD
P3C
1 6.
D2A
P X PD
1 '7 .
Ax P
Ax A
18.
PXA
A2C
19.
C3C
D2A
20.
P5D!
Dej ando al descubierto el rey de F i scher .
Blancas: Spassky Negras: Fischer
Segunda Copa de Piatigorsky Santa Mónica, 1966 Defensa Grunfeld l.
P4D
2.
P4AD
P3CR
3.
C3AD
P4D
4.
PxP
CxP
5.
P4R
CxC
6.
PxC
A2C
'7.
A4AD
P4AD
8.
C2R
C3A
9.
A3R
0-8
C3AR
10.
0-0
D2A
11.
TlA
TlD
12.
DlR
P3R
12 .. . D4T ! es más fuerte, y si 13. P X P o 13. PSD, entonces 13 . . C4R!. Spassky. .
-
20.
...
PA X P
21.
PxP
D x PR
22.
P5A
D2A
No 22 . . . P x P;
23. C x PA, D3AR, porque con 24. D3R las blancas t ien en un ataque arrollador.
29
23.
AXP
TxT
24.
TXT
TlAR!
no 24 . . . A x A; 25. C x A, D x PA ; 2 6 . C6A + , R2C ; 2 7 . T7D + , R x C ; 28. D4T + , de nuevo con un ata que vencedor. y
25.
AlC
D3A
26.
D2A
RlT
27.
PXP
PxP
28.
D2D
R2C
29.
TlAR
D2R
30.
D4D +
T3A
33 .
• • .
Tx T+?
Spassky elogió la conducción de la defens a de Fischer hasta ese momento, pero aquí sugiere 33 . . . P x D con buenas posibilidades de unas tablas. Por ejemplo : 34. T x T, R x T ; 35. P4TR, C5A; 36. R2A, C3D, o 34. TlA, P5A ; 35. T3A, T3R; 36. A3A, R3A; 37. R2A, P4C . 34.
RxT
PxD
35.
P4TR
C5A
36.
R2R
C4R
37.
R3R
R3A
38.
R4A
C2A
39.
R3R
xe
31.
C4R
A
32.
AXA
D4A
33.
DxD
39. ASD hubiera sido más acerta do, ya que ahora las negras pue den jugar : 39. . . C3D cuando es difícil forzar la victoria. P4C?
39.
30
C3T
40.
P5T
41.
R3D
R4R
42.
A8T
R3D
43.
R4A
P5C
44.
P4T
ClC
45.
P5T
C3T
46.
A4R
P6C
47.
R5C
ClC
48.
AlC
C3T
49.
R6T
R3A
50.
A2T
abandona.
9.
PxP
10.
CxP
cxc
11.
TxC
P3AD
12.
P3C
C3A
13.
P4D
A3D
14.
TlR
A5CR
1 5.
D3D
CxP
1 5 . P3A, A4AR; 1 6 . ASC, P4A tam bién da a las negras compensa ción por el peón.
Blancas: Fischer N egras : Spassky
Segunda Copa de Piatigorsky Santa Mónica, 1 966 Ruy López l.
P4R
P4R
2.
C3AR
C3AD
3.
A5C
P3TD
4.
A4T
C3A
5.
0-0
A2R
1 5.
6.
TlR
P4CD
16.
PxP
A x PA
7.
A3C
0-0
17.
DXD
TD x D
8.
P3A
P4D
18.
A4AR
P3T
19.
C3T
P4C
20.
A3R
P4A
31
Si 20. ASR, T7D y si entonce s 2 1 . A x C?, A x P + ganando. 20 .
. ..
Ax A
2I.
TxA
T7D
34.
R2R
35.
RIA
T7C +
Tablas aceptadas.
Blancas: Fischer Negras : Spassky
TIR
22.
C2A
23.
TxT+
CxT
24.
C3R
A6A
25.
A2A
C3D
26.
P3C
RIA
27.
P4TD
C5R
28.
AxC
AxA
29.
PxP
PxP
30.
P4CD
T7C
Olimpíada de La H abana, 1 966 Ruy López I.
P4R
2.
C3AR
C3AD
3.
A5C
P3TD
P4R
4.
A4T
C3A
5.
0-0
A2R
6.
TIR
P4CD
7.
A3C
0-0
8.
P3A
P3D
9.
P3TR
P3T
1 0.
P4D
TlR
11.
CD2D
Al A A2D
I2.
ClA
1 3.
C3C
C4TD
14.
A2A
P4A
15.
P3C
PA x P
Spassky prefiere el juego de b lan cas después de 15 C3A; 1 6 . PSD. . . .
32
3I.
P4C
R2C
32.
RIA
R3A
33.
T5T
T8C +
( Ve r diagrama.)
28.
TDlD
C2TR
29.
A2T
30.
cxc
C4C P x .c
31.
PxP
PxP
Si 3 1 . . . e X PR; 32. CSD resulta ría más peligrosa. 32.
C5D
C2R
Si 3 2... CSD ( que fue sugerido por muchos de los mirones ) ; 33. D2D, C3R ; 34. P3C seguido por R2C, T1 TR y P 4T R con un ata que peligroso. 1 6.
PxP
C3A
33.
c x c+
TxC
17.
A2C
P3C
34.
D2D
A3AR
35.
D6D
R2C
36.
D x PT?
18.
D2D
A2C
19.
TDID
D3C
20.
ClA
21. 22.
C3R
TDlD DlC
AlC
D2C
23.
TlAD
R2T
Si 23 ... PxP; 24. C x P, C x P; 25. A x C, T x A; 26. C x C, A x C; 27. A X A, R x A; 28. D 3 A + ,
ganando
una pieza.
36. T3R ! es mucho más fuerte, defendiendo el alfil antes de ir tras el PTD negro. Ahora, Spass ky gana piezas.
Al AD
36.
...
3'7.
T6D
TlAD !
Si 37. A lT, A3R ; 38. A x A, T x A; 39. DST, A l D y las blancas pue c:len abandonar.
24.
P3T
25.
A3A
A2D
26.
D2C
DlC
37.
2'7.
P4CD !
RlC
38.
Tx A T x A ( 6A)
A3R!
33 3.
-
FISCHER CONTRA SPASSKY
39.
TxA
40.
TlD
40.
..
•
PxT
D2C?
error por problemas de tiemmovimiento antes del control cronométrico. 40... DlAR! dejaría a las negras Un
po en el último
con
una
posición
vencedora
a
causa de la creciente presión sobre el rey blanco.
Nerras: Flscher Olimpíada de Siegen, 1970 Defensa Grunfeld
41.
DxD
TxD
42.
AX P
T X PTD
l.
P4D
C3AK
43.
R2T
TST
2.
P4AD
P3CR
44.
TICD
T2AD
3.
C3AD
P4D
45.
P3A
T3T
4.
PXP
CxP
46.
A3C
T6T
s.
P4R
cxc
4'7.
T2C
T8T
6.
PxC
A2C
48.
R3C
R3A
'7.
A4AD
P4AD
49.
R4C
T6A
8.
C2R
C3A
so.
ASD
T ( 8T ) 6T
9.
A3R
0-0
51.
P4T
PxP
10.
0-0
D2A
52.
RX P
T8T
11.
TIA
TID
53.
T2D
T ( 8T ) 6T
1 2.
P3TR
54.
R4C
T6D
55.
T2R
T ( 6T ) 6A
56.
T2T
T6T
5'7.
T2C
Tablas aceptadas.
34
Blancas: Spassky
A diferencia de la 1 2 . D l R de la primera partida de Santa Mónica. La idea es privar a las negras del uso de su cuadro SCR y apoyar el posible avance P4CR.
DXA
1 9.
12 .
..
P3C
13.
P4A
P3R
14.
DlR
C4T
15.
A3D
P4A
16.
P4C
P x PR
17.
AXP
A2C
18.
C3C
C5A
20.
A2A
D3A
21.
D2R
PxP
22.
PXP
P4CD
23.
C4R
23•
AxP
• • .
Debilitando
los
cuadros
�
neg os
alrededor de su rey al camb iar . _ su alfil protector. Hubiera sido ·
me1or 23... TlR seguida por · · · . . TDlD, consolidando la posición de las negras en el centro.
24.
ese
Ax A+
25.
TxA
T3D
26.
Tl R
D3C
2'7.
C4R
T5D
28.
C6A +
KIT
28_. . R2C, 1 9.
aunque aparentemente
más débil, no hubiera sido tan
AxA
insegura.
Si 19. A2AR, AxA; 20. DxA, C7D; 21. Dx PR + , RlT; 22. TRlD,
29.
DxP
T3D
C6A+; 23. RlT , CST! ; con un ex celente j uego para las negras, amenazan ya sea . . . TlR.
. . . Dx p
�ue
o bien
(Ver diagrama.)
35
33.
TxT
34.
D4D
TlD
35.
CSD+
RlC
36.
T2A
CSA
3'7.
T2R
T3D
38.
T8R+
RZA
39.
T8AR+ !
abandona.
CXT
A causa de 39 ... RxT; 40. D8T+ seguida
CxD.
29.
T3D
29 ... T8D, el movimiento que to dos los espectadores habían es tado esperando, falla al 30. D7A,
TxT+; 31. R2C, D3A+; 32. R3C, T6R+; �3: R4T, TxP+; 34. RxT, D8T+; 35. T2T, D8AR+; 36. R4T
y
las negras quedan encajonadas.
36
30.
D4R
TlAR
31.
PSC
T'1D
32.
T(l ) lAR
D2A
por
41.
DxP+
y
42.
LA ESCENA EN REYKJAVIK
El torneo de Reykj avik es el primer Campeonato Mun dial de Aj edrez que se celebra fuera de Moscú desde que Botvinnik ganó el título en 1 948 . Desde 1 948 a 1 969 se han celebrado en la capital soviética diez torneos por el título, de manera que los rusos han consolidado una fórmula para la organización de dichos acontecimientos . Las partidas se j ugaban habitualmente en el escenario de un gran teatro, con capacidad para varios millares de especta dores. Sobre el estrado se encontraba l a mesa con el tablero, así como las sillas para los contendientes . E n un lado había otra mesa a la que se sentaban el Arbitro Jefe y su ayudante (entre los que ha habido un checo, un inglés y un belga ) . En la parte trasera del escenario había un gigantesco tablero de demostraciones que permitía a los espectador�s ver la posi ción en cada momento de la partida, y t ambién el tiempo empleado por ambos jugadores. Durante algunos de los encuentros, l os espectadores de la sala dispusieron de unos auriculares para oír un comentario sobre la partida que se desarrollaba, efectuado por un emi nente gran maestro ( ¡no hay escasez de ellos en Moscú ! ) . En el vestíbulo del teatro había stands con libros de aj e drez y exhibiciones de simultáneas a cargo de grandes j uga dores (en las que se enfrentaban con veinte, treinta o quizá más oponentes al mismo tiempo ) . En el exterior, aquellos que no podían entrar ( se rumorea que siempre hubo un mercado negro de e ntradas) podían contemplar el desarrollo de la par tida en un segundo tablero de demostración aún mayor que el del escenario . 37
Los torneos de Moscú eran fielmente seguidos por la ra dio y la televisión rusas, y se informaba acerc a de las par tidas en todos los periódicos soviéticos, con comentarios de expertos. Pero, exceptuando a los entusiastas del ajedrez, se prestaba bien poca atención a esos torneos en el mundo «exterior » . Sin embargo, e l Campeonato Mundial d e Aj edrez y a n o es a sunto interno que interese únicamente a los ruso s . Hay un «nuevo poder » , y la hegemonía soviética se ve seriamente amenazada. Esta vez, el mundo exterior ha permanecido muy atento. ¿ Qué disposiciones se habían tomado en Reykj avi k? A gran des rasgos , los i slandeses siguieron la pauta soviética. Natural mente, no tenían grandes maestros locales a los que recurrir (hay únicamente un gran maestro islandés, Fridik Olafsson ) , pero algunos j ugadores visitantes di�ron demostraciones de simultáneas . Había una gran colonia de periodistas de paso (la mayor parte de ellos no j ugadores), y muchísimos turistas espectadores , algo bastante raro en los días de Moscú. ¡ Pero el mayor cambio era la presencia de un estadounidense en el estrado! Los islandeses lograron dar al marco de la competición un aspecto más actualizado que los rusos al introducir televisión de circuito cerrado. Por todo el auditorio se distribuyeron monitores que mostraban a los j ugadores sentados frente al tablero . En lo alto, delante del escenari o , se hallaba una gran pantalla que mostraba la imagen de una segunda cámara, continuamente enfocada en el tablero, y así el auditorio veía una gigantesca reproducción de las mismas piezas utilizadas en lugar de un tablero de demostración como el usado en las competiciones de Moscú . El programa del torneo preveí a tres partidas por semana, que debían ser j ugadas los domingos, martes y jueves, de las cinco de la tarde a las diez, hora local . Cualquier partida no terminada debía ser aplazada , y sería continuada a las cuatro de la tarde del siguiente día. E l sábado, el sabbath de Fischer, 38
era el día de descans o . A cada jugado r se le concedía un máxi mo de t res posposiciones motivadas por enfermedad . Así que cada partida tenía una primera sesión p revista de cinco horas . Cada jugador tenía un reloj que marcaba su t iem po de reflexión . Cuando había hecho su movimiento, detenía su propio reloj y , automáticamente, ponía en marcha el de su oponente. Cada reloj e staba provisto de una señal que caería al final de su margen de tiemp o . Si no había efectuado cua renta movimientos cuando cayese la señal, entonces la partida sería ganada por su oponente . Cada j ugador podía usar su tiempo como quisiera, pero si gastaba mucho en la p rimera parte de la partida, entonces se encontraría con « problemas de tiemp o » , y entonces tendría que apresurarse en sus últimos movimientos . Si un j ugador estaba muy corto de tiempo, tendrí a lugar una « Carrera de tiempo » . Si l a partida n o había terminado después d e cinco horas de j uego , entonces el j ugador al que le tocaba mover tenía que « sellar» su siguiente movimiento. Esto s ignificaba que cuando hubiera decidido el movimiento, lo escribiría en un trozo de papel, que sería cerrado dentro de un sobre y entre ga d o al árbitro . Se trata del « movimiento secreto » , que no le sería comunicado al otro j ugador hasta el día siguiente, cuan do se continuase la partida y se abriese el sobre . Este extraño p rocedimiento e s adoptado por una razón de mucho peso : ambos j ugadores pasan habitualmente muchas horas estudiando lo que van a j ugar cuando se reanude la par tida. El sistema de sellar un movimiento garantiza que nin guno de los jugadores pueda estar seguro de la posición que presentará el tablero cuando le toque mover. Así se hallan en una situación aproximadamente igual . Esto es mucho más equi tativo que detener simplemente la partida cuando el j ugador al que le toca mover tendrá todo un día para meditar su si guiente movimiento, con la consiguiente ventaj a . Para asistirle en su estudio de l a s partidas n o terminadas, cada j ugador tenía uno o varios lugarteniente s . Spassky llegó 39
I slandia con los grandes maes tros Geller y Krogius, y el maestro internacional Nei, mientras que a Fischer le ayudaba el gran maes tro William Lombardy, un ex-campeón j unior del mundo , ahora sacerdote j esuita. El resto de los acompañantes es tadoun idenses eran el abogado de Fischer, Paul Marshall, y un representante de la Federación de Ajedrez de los Estados Unido s , Fre d Cramer. A estos dos últimos se los podría clasi ficar como personas encargadas de resolver los problemas . Cada j ugador recibía u n punto por una partida ganada, y medio por unas tablas . Fischer necesitaba doce puntos y medio para ganar el título, mientras que Spassky sólo doce para conservarlo, aunque doce y medio para ganar el primer premio. a
40
1 Nueve largos días de expectació n han precedido a esta partida, que debería haberse jugado el domingo 2 de julio. Mientras tan to, ha parecido como si la competición nunca fuera a tener lugar. Por primera vez en la historia, el aje drez ocupó las cabeceras de las primeras páginas de la prensa mundial, llenando el doble de espacio que cualquier tema po lítico impo rtante, como el de Vie t Nam. Para el martes 11 de julio, ambos contendien tes se habían, aparen temen te, calmado. El aplazamiento por parte de Euwe de la prime ra partida había sido un indulto para Fischer, y significaba que el aspirante podía sentirse, después de todo lo que había pasado, muy contento. No sólo se le daba otra oportunidad de jugar la competición, sino además con el do ble de premio. Su moral estaba tan alta, después de su pri mera buena noche de descanso en Reikjavik, que ni siquiera le importó leer personalmen te para la televisión estadouniden se su carta de a rrepentimiento a Spassky. La sinceridad casi infantil de Bobby h izo que mucha gente se mostrase menos crítica respecto a su previa « Conducta descortés». Habiendo recibido excusas tanto de Fische r como del doctor Euwe, y tras haber pasado u n día o dos de pesca·, Spassky también recuperó el estado de ánimo confiado con que había llegado a Islandia. En el sorteo, Fischer señaló la mano derecha de Spassky, en la que ocultaba un peón negro. Surgió la excitada pre gunta acerca de qué movimiento escogería Spassky para la primera partida. Si bien no comparte la devoción del aspi ran te por el l . P4R, éste sigue siendo e l movimiento que más le gusta, y lo usó como a rma principal con t ra Petrosian en 1 969. Sin embargo, con tra Fischer, e l campeón había preferi41
do 1 . P4D en aquellas raras ocasiones en que se habían en fren tado en los últimos años. ¿ Buscará de nuevo Spassky las debilidades de su oponen te en el juego cerrado, o, tras ocho meses de dura preparación, cambiará de actitud y atacará a su rival más peligroso con el peón del rey, expresando su disposición a discu tir las inci sivas líneas de a.taque que Fischer ha analizado duran te años ?
42
Blancas: Spassky
4.
Negras: Fischer
Defensa Nimzoindia. Spassky entró en el área ilumi nada de la gran sala de torneos un minuto antes de las cinco de la tarde, hora de I slandia. Fis cher no estaba allí. Así que el aplauso inicial de millares de es pectadores ( también se pudo ver allí al embajador soviético) fue para el detentador del título. El árbitro islandés conectó el reloj . (El Arbitro Principal, el gran maestro Lothar Schmid, regresó más tarde de su casa de Alema nia, a donde había acudido para visitar a su hijo, que había su frido un leve accidente.) El si lencio se produjo automáticamen te, y Spassky, tras una pequeña pausa ( quizás esperando a que apareciese su oponente ), hizo su primer movimiento. l.
P4D
Se creó una cierta atmósfera de tensión, y pasaron nueve minu tos antes de que finalmente lle gase Fischer, estrechase la mano del campeón, e hiciese su movi miento, sin demasiada reflexión. l.
...
C3AR
2.
P4AD
P3R
Un planteamiento bastante sóli do y cauto de la primera par tida de la competición. 3.
C3AR
3.
• . •
P4D
A5C
5.
P3R
Sólo ahora las blancas aceptan pasar a una posición de la de fensa Nimzoindia. ¿ Qué es lo que se busca ? Las blancas han evitado, con el diferente orden de movim ientos , las líneas más incisivas tras l. P4D, C3AR ; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, ASC ; 4 . P3R, por ejemplo, 4 . . . P3CD o 4 . . . P4A. Las alternativas S . D4T + y S . ASC serían una elección menos clási ca y menos clara, mientras que S. P x P p odría llevar a simplifi caciones en una etapa demasia do inicial del juego. 5. 6.
Lo mismo puede decirse de Spassky, que hace una invitación para la Defensa India de l a rei na, pero en vano . . .
C3A
ofreciendo la posibilidad, de nue vo, de una defensa Nimzoin dia. El movimiento efectuado es más agresivo, y por consiguiente quizá más agradable a Fischer, que el modesto 4 . . . A2R . El maes tro americano acostumbraba a j ugar 4 . . . P4A, pero Spassky de mostró la estrategia correct a contra e s t e movimiento en l a quinta partida de su competición con Petrosian en 1 969 : S. PA x P, C x P ; 6. P4R, C x C ; 7. P x C, P x P ; 8. P x P, ASC + ; 9 . A2D, A x A + ; 10 . D x A, O.O ; 1 1 . A4A, C3A; 1 2 . 0-0, P3CD; 1 3 . TDlD , A2C ; 1 4 . TRlR, T l A; 1 5 . PSD ! , y el PD de las blancas ganó la partida.
0-0 A3D
P4A
7.
0-0
C3A
8.
P3TD
Parece que esta posición, bien conocida, era adecuada a los pre parativos de ambos jugadores .
43
8.
• • •
A4T
Que no se reconoce como la me j or, y por consiguiente fue una pequeña sorpresa para Spassky, que, entonces , comenzó a pensar por primera vez en la partida. El movimiento intermedio de Larsen 8 .. . PD x P o el clásico 8 . . . A x C se realizan más fre cuentemente.
9.
C2R
El •libro roj o » (la colección de trescientas cincuenta y cinco par tidas de Spassky editadas por el doctor Wildhagen de Hamburgo ) , que , según los periódicos estado unidenses, estaba en las manos de Fischer continuamente duran te sus preparativos para la com petición , y hasta durante las co midas, cumple con su cometido. Spassky, probablemente no de masiado conocedor de las varia ciones cruciales, repite una con tinuación poco pretenciosa de hace catorce años . El j uicio psi cológico del aspirante es muy atrevido, pues sigue una partida entre Spassky y Krogius . . . Kro gius era ahora miembro del equi-
44
po del campeón en Reikj a v i k . En mi opinión, u n intento más ambicioso seria no malgastar un movimiento en una pieza desarro llada para evitar la presión del AR negro, sino luchar por el par de alfiles y el centro con 9. PA x P, PR x P ; 10. P x P, A x C ; 1 1 . P x A, por ejemplo 1 1 . . . A5C ; 12. P4A, P5D ! ? ; 13. T I C ! con ven· taja para las blancas . Gligoric· Szabo, Beverwijk, 1 967. El movimiento efectuado se es capa de las rutas teóricas, ela boradas, y amenaza 1 0. PD x P, pero primero las negras tienen opción a simplificar. ¿ Se podía culpar a Spassky por esa elec· ción ? Fischer nunca ha prolJado antes esta línea, que ha apare cido únicamente algunas veces en la praxis de los torneos en los últimos años. ¿ Quién podía , sin preparación alguna, predecir lo que guardaba Fischer en la manga ? PD x P
9.
menos de doble filo que 9 . . . PA x P ; 10. PR x P, P x P ; 1 1 . A x PA, P3TR; 1 2 . A2T ( o 12. A4A, P3T ; 13. TIA, C2R ; 14. A2T , A2D ; 1 5 . A5R, C(2)4D, con un buen j uego. Petrosian - Tolush , U.R.S.S., 1 95 1 ) ; 12 . . . A2A ; 13. C3A, C2R ; 14. T I R , P3CD. Hodos-Kro gius , 30 Campeonato U .R.S .S., 1960. 1 0.
A x PA
A3C
defendiendo al peón y quitando el 2Jfil de un cuadro expuesto. 11.
PXP
De otra manera, las blancas se habrían quedado con un peón
aislado en el centro. Las negras aprovechan ahora la oportunidad de plantear un final de partida igualado, pues no tienen debili dades en su posición. 11.
. . .
DXD
más radical ahora que luego . La partida Spassky-Krogius se desarrolló : 1 1 . . . A x P ; 12. P4CD, D x D (es más débil 1 2 . . . A3D ; 1 3 . A2C, P4R; 14. C3C, D2R; 1 5 . D2A ! , ASC ; 16. T D l D , P3CR; 1 7 . A2 R , T D l A ; 1 8 . D l C cuando l a s blancas t ienen clara ventaj a . Gasztonyi-Dely, Hungría, 1966 ) ; 13. T x D, A2R, transponiéndonos de regreso a la partida actual. 12.
TxD
AxP
13.
P4CD
A2R
14.
A2C
A2D
La mejora preparada ( ? ) y el pe queño truco muestran que las negras no t ienen difi cultades para completar su desarrollo ( 1 5 . A x C ? , A x A; 16. T x A ? ? , A x T ) . Probablemente l a s blancas recor daban y esperaban sacar algún provecho al final de esta partida : 14. . . P3CD ? ! ; 1 5 . C4A, A2C; 16. ese. C l D ; 1 7 . TDlA, P3TR ? ; 1 8 .
C( S ) x PR ! , P x C ; 19. C x P, T I A ; 20. A 3 C , C2A; 2 1 . C x T , R x C ; 22. T x T + , A x T ; 23. T I AD, C3D; 24. P3A, C( 3A ) 1 R ; 25. P4R, A4C ; 26. P4A ! , A x P ; 27. T I A, P4CR; 28. P3C, A6T ; 29. T2A, C x P ; 30. T2R, C7D ; 3 1 . P X A, C x A; 32. T3R, y las blancas ganaban en cincuenta movimientos ( Spassky Krogius , 25 Campeonato U.R.S.S., Riga, 1 958 ) . 1 5.
TDl A
1 5 . C( 2)4D parece ser más pre ciso . 1 5.
.. .
16.
C ( 2 ) 40
TRlD
Este caballo resultaba pasivo en 2R, y por consiguiente las blan cas ofrecen cambiarlo. 16. C3A evitaría la simplificación, pero, a1 mismo tiempo, las blancas no lograrían mucho llevando el ca ballo de vuelta a donde estaba, con una pérdida de ritmo. 16.
•
1'7 .
cxc
.
.
cxc
Tras 1 7 . C x A, AST, las blancas no serían capaces de cubrir la diagonal TD4 1 D , pero 17. T x C también era j ugable. Ahora el j uego entra en un puerto tran quilo, pero ninguno de los juga dores se arriesgó a ofrecer ta blas debido a su propio pres tigio. 1 7.
...
A5T
usando el hueco en el lado de la reina blanca para activar más rápidamente sus piezas. 1 8.
A3C
AxA
1 8 . . . T x C ? ; 19. A x A no sirve para nada. E l intercambio de los alfiles de cuadros blancos favo-
45
recería a las negras, pues las blancas son un tanto débiles en los cuadros blancos del lado de la reina, y sus peones están algo expuestos. I 9.
CxA
TxT+
Una pequeña ganancia de tiem po para las negras, pues las blancas han movido ya ambas torres con el fin de tener sólo una en 1 0 . 20.
TxT
TIAD
Ya que la fila AD es más valio sa para la torre blanca que la fila D, donde todos los cuadros de posible penetración están pro tegidos por las negras. 2I.
RI A
Llegando al rey más cerca del aérea potencial de peligro. 2I.
.. .
RIA
Las negras también ponen en ac tividad su rey. 21 . . . T7A no cons tituye amenaza a causa de 22. T2D . 22.
R2R
C5R
La primera amenaza seria de la partida : 23 T7A + y gana. Las b lancas no pueden hacer nada mejor que su siguiente movi miento :
23.
TI AD
24.
AxT
TxT
mejor que 24 . e X T, pues así las blancas también tienen la posibi lidad de una eventual CST. 24.
con el cuadro ataque caballo 25.
• .
.
P3A
propósito de proteger el defensivo 30 de cualquier del alfi l blanco contra el negro. C 5T
C3D
Las negras no deben debilitar la estructura de sus peones, pues quedarían expuestos a nuevos ataques del caballo blanco sin que hubiera ninguna posibilidad de defenderlos bien. 26.
R3D
AlD
Alejando la pieza más activa de su oponente sin realizar mo vimientos comprometedores tle peón. 27.
C4A
A2A
Activando al mismo tiempo el alfil. 28.
cxc
29.
P5C
Axe
. . .
46
quitando los peones de los cua dros negros y, por consiguiente,
dej ando atrás todas sus preocu paciones. 29 •
• • •
A X PTR?
Una cita del libro de Norman Mailer Caníbales y cristianos, re ferente a Scranton en su inten to por alcanzar la presidencia : «A uno le parecía que lo habían malcriado de niño por falta de si tuaciones difíciles. No es que le faltase coraj e, era que le ha bía faltado toda oportunidad de ser valiente durante demasiado tiempo, y ahora estaba más in miscuido en un rito de pubertad que en una seria lucha política . » ¿Fue la falta d e seria resistencia que había encontrado Fischer en sus partidos previos de califica ción lo que hizo que el aspirante se sintiese demasiado confiado y maduro en ese momento como para cometer el peor . error de toda su carrera ajedrecística {si es que había realizado alguno an tes ) ? ¿ Fue un vano deseo de de mostrar a su oponente que no podía obtener medio punto tan fácilmente, o simplemente el pre juicio de que con la captura de un peón las negras estaban co ronando su ( inexistente ) « inicia tiva » ? El movimiento efectuado consti tuye un descuido casi increíble en una posición totalmente equi librada, añadiendo un tono dra mático a un inicio de l a compe tición tranquilo y bastante mo nótono . Sorprendentemente, las negras se tomaron muy poco tiempo para decidir acerca de una continuación tan peligrosa.
Si Fischer hubiera pensado algu nos minutos más, estudiando un movimiento más allá, fácilmente se habría dado cuenta de que después de 30. P3C, P4TR; 3 1 . R2R, PST; 32. R3A, P6T ; 33. R4C, ASC ; 34 . R x P , A x P, las blancas t ienen el movimiento 35. A2D, cerrando finalmente la trampa sobre la pieza negra. 30.
P3C
P4TR
31.
R2R
P5T
32.
R3A
Un impulso causado por la im paciencia y volubilidad de las ne gras, no compatible con el ver dadero carácter aj edrecístico de Fischer, le hizo creer probable mente por un tiempo que aquí las blancas estaban forzadas a aceptar una estructura de peo nes peor con 32. P x P. 32.
• . .
R2R
No le llevó mucho a Fischer dar se cuenta de su terrible equivo cación, pero se mantuvo tranqui lo. El movimiento efectuado pa recía la mejor posibilidad de contrataque. Sin embargo, la ex traña continuación 32 . . . P4C ; 33. R2C, PSC ; 34. R x A, P6T también podría haber sido una interesan te posibilidad práctica. 33.
R2C
PxP
34.
PxP
AXP
35.
RXA
R3D
¿ Hay alguna posibilidad, gracias al activo rey negro, de salvar la partida teniendo únicamente dos peones a cambio de la pieza in necesariamente perdida? 36.
P4TD
Lo mejor. Las b lancas tenían que
47
evitar quedarse con el peón TD; por ejemplo : 36. P4R, R4A ; 37. A3R + , R x P ; 38. A x P, RSA, con posibilidades de unas tablas por que el PT de la dama está en un cuadro inasequible para el al fil : 39. R3A, R6D, amenazando P4R y P4C o se + . 36. R4C, P3CR ; 37. A2C, P4R tampoco era intere sante para las blancas. 36.
• .
•
R4D
mej or que 36 . . . R4A ; 37. A3T + . Ahora las negras tienen abierta la posibilidad de que su rey vaya a cualquiera de los dos lados. 37.
A3T
RSR
Parece ser una ventaj a impor tante para las negras tener su rey en este cuadro central, do minante, y las b lancas no tenían tiempo de impedirlo. E n caso de 37 . . . P3TD o 37 . . . P3CD las blan cas pueden operar muy bien con la amenazada ASA en el momen to adecuado, abriendo el acceso del rey blanco a los peones ne gros . 38.
ASA
P3TD
No 38 . . P3CD ; 39. A x P ! , P x A ; 40. PST y gana. .
39.
P6C !
Las blancas han de mantener tantos peones sobre el tablero como le sea posible, con el fin de disminuir las oportunidades de que su adversario obtenga ta blas. 39.
.. .
P4A
Si 39. . . P4R ; 40. R4C ,P3 C ; 4 1 . A7R, R x P ; 42. A x P , PSR; 43. RSC, R6D ; 44. R x P, RSA; 45. RSA, la posición sería similar a la que
48
existía en la partida tras el apla zamiento. 40.
R4T
PSA?
Esto destruye la última posibili dad de unas tablas, haciendo que sus propios peones sean menos peligrosos. Después de 40 . . . R4D ; 4 1 . A4D, P4R ; 42 . A3A, RSR; 43. RSC, PSA; 44. P x P, P x P, o 4 1 . A7R, RSR; 42. ASC, P4R y PSA, el rey negro correrá al lado de la reina salvando la partida . Con el movimiento efectuado , las ne gras sólo apartan temporalmen te al rey de su oponente en el j uego, no logrando , por consi guiente, nada. Las blancas decidieron aplazar la partida, retrasar su obvio movi miento 4 1 .º y sacrificar cerca de veinticinco m inutos de su reloj a causa de que no se habían com pletado cinco horas de juego en aquel momento. E l camino a la victoria iba a ser hallado, con toda seguridad, en los análisis realizados en el tiempo de des canso. 41.
PxP
RXP
42.
49.
R5T
Este es el método correcto : las blancas tratan de acercarse más al lado de la reina, y decidir allí la partida. La 42. A6 D + , P4R; 43. P5T ? estaría muy equivocada, porque las negras alcanzarían una posición de tablas dirigien do su rey a 1 T D o lAD según se le permitiese uno u otro movi miento. 42.
• . .
R4A
Las negras impi de n que el rey de las blancas entre en j ueg o , pues con 42 . . . P4C ; 43. R6C , P5C ; 44. R6A, P4R; 45 . A6 D , gan arí an fá cilmente. 43.
A3R
44.
A2A
R5R
44.
• . •
nuevo una 45.
50.
R5A
Naturalmente, cada
ca del .centro y dama. 50.
vez más
.cer
en el lado de la
...
P4T
50 . . . R5A; 5 1 . R x P , R5 C ; 52. RSD , R x P ; 53. R6 D gana. Así, las ne gras hacen su último intento de ganar
tiempo
para
la posterior
carrera en el lado de la reina.
51.
A2A
continuando
insistiendo
en
el
czugzwang • establecido.
51. l�
única
. . •
P4C
arma que queda para
distraer al rey b lanco del área
¡ La clave ! Las blancas mantienen el alfil en la mej or diagonal, don de protege su posibilidad de vic toria, el peón CD , y controla el avance de ambos peones negros adelantados. De
R4D
R5C
Las negras no tienen otra posi bilidad.
R4A
crucial.
52.
R x PC
R5A
Ahora o nunca.
53.
R5A
54.
RxP
RxP
55.
R5D
R4C
56.
R6D
R5C
jugada necesaria.
A4T!
obligando a las negras a mover un peón y buscando crear una posición «Zugzwang». P4R
45. 46.
A5C
4'7.
A3R
P5R
regresando a la mej or diagonal tras haber completado la prime ra tarea. Ahora las negras no tie nen ningún movimiento útil, y deben permitir que el rey de su oponente salga de su prisión tem poral .
R3A
4'7. 48.
R4C
R4R
Las negras aba n don a n . El rey de a 7AD y decide la p a rt ida. El puntaj e : 1 -0 a favor de Spass ky. las blancas va
49 4.
-
FISC H E R CONTRA SPASSKY
2 ¿ Le recordaban a Fische r las cámaras ocultas de televisión unos ojos humanos, que lo miraban con t inuamente y dis traían su atención del tablero de ajedrez ? Fuera cual fuese la razón, la elección «O las cámaras o yo », presen tada po r Fischer en la víspera de la segunda partida, produjo la más absolu ta incredulidad entre los o rganizadores islandeses y la empresa estadounidense del señor Ches ter Fox ( que había com prado todos los derechos de filmación ) . ¿ Acaso n o había sido e l gran maes t ro es tadoun idense el que había luchado testarudamente duran te varios meses so bre el derecho de Spassky y suyo a recibir el t reinta po r cien to de los beneficios obtenidos por la televisión ? ¿Acaso de seaba tirar a la basura todo ese dinero ? ( los organizadores desde luego no lo deseaban, pues hab ían gas tado sesenta mil dólares en los prepara tivos del torneo) , y no sólo eso, sino una excelente parte de los doscien tos cincuenta mil dólares del premio si dejaba sin terminar la compe tición ? El sentido común decía: « no, no es posible ». ¿ Puede un « an tojo » ser más precioso que un par de cen tenares de millares de dó lares ? La cámaras se quedaron ( estaba en el con t ra to, aceptado por los jugadores ) , y tamb ién Bob by, pero en su habitación del h otel. Vein ticinco minutos antes de la declaración de pér dida por incomparecencia, el señor Fox, desesperado, envió un mensaje por teléfono desde la sala de compe tición dicien do que las cámaras serían re tiradas si Fische r aceptaba venir a jugar. Entonces, el aspiran te pidió también que se re trasase treinta y cinco m inu tos su reloj. Pero hay unas reglas de jue go. Así que esto sólo hubiera podido ser hecho si el tiempo 51
mismo hubiera pod ido ser retrasado. Nadie lo podía hacer, ni siq u iera para qu e s iguiera el torneo. Fischer perdió por incom�arecencia al no presen tarse du rante la primera hora de juego. De hecho, no apareció en todo el día, pe rma neciendo encerrado en su habitación, con el telé fono desconectado. Puntaje: 2 a O a favor de Spassky.
52
3 ¿Se había terminado la competición, o proseguía ? A las ocho de la mañana, Fischer personalmente entregó su carta de protesta al árbitro, Lothar Schmid, tal como había hecho con la carta a Spassky antes de que comenzase la competi ción. El gran maestro alemán, sorprendido en su habitación y aún en pijama, se dio un golpe en la cabeza contra la lám para, que colgaba baja. Dándose cuenta de que su inesperada presencia era el motivo de esto, Bobby dijo: « ¡Lo lamento mucho, muchísimo! » Se mostró amable y m uy correcto. Pero la pro testa escrita contra la pérdida por incomparecencia no lo era tanto. ¿Iba a retirarse Fischer tal como lo h izo, por ra zones similares, durante la Interzon al de Souse en 1 967? El comité del torneo no aceptó la protesta. Además, sus miembros inspeccionaron la sala y comprobaron « que las con diciones de juego estaban conformes en todos los aspectos a las Reglas de Competición, y que todas las posibles fuentes de distracción estaóan muy bien con troladas ». Mientras tanto, Spassky se fue a pescar salmones, para alejarse de todo el lío. Muy pocas personas esperaban que Fische r apareciese aquel domingo en la sa?a del torneo y continuase el mismo. Proba blemente ni siquiera Spassky. Si el razonamiento de Fischer hubiera sido racional y no emo tivo, hubiera tomado la única decisión correcta en lugar de arriesgar no sólo todo el dinero, sino también su reputación. Pero, puesto que no había apare cido el jueves, entregando por consiguiente un punto sin nin guna lucha sobre el tablero, ¿ actuaría de forma difere nte tres días más tarde, estando en una situación aún más compro metida en el torneo? Se rumoreaba que Fischer había reservado un billete de avión de Reikjavik a Groenlandia, pero resultó ser un turista 53
alemán del mismo apellido. Sin embargo, fue cierto que había reservado un billete para Nueva York el día de la tercera par tida ( Fischer la llamaba la segunda ) . Dos horas antes de que debiera comenzar és ta, el abogado de Fischer, Paul Marshall, y su lugarteniente William Lombardi, llamaron al árbitro y le pidieron, de parte de Fische r, el favor de que la partida fuera jugada en una habitación de detrás del escenario. Esta llama da dio una posibilidad de comprom iso. Schmid llamó a Spass ky, y el campeón aceptó generosamente. Pero luego, Spassky casi cambió de idea y deseó jugar en la sala principal cuando el aspirante, en lugar de sen tarse a la mesa y comenzar el juego, empezó a hablar acerca de la cámara que se encendía y apagaba. El mismo Schmid detuvo el reloj y salvó la situa ción durante u n retraso sin preceden tes de ocho minu tos. Una cámara de circuito cerrado ( la única que no moles taba al aspirante) reprodujo la partida en una gran pantalla de la sala principal. En lugar de la partida en sí, los especta dores contemplaron una excitante réplica muda. Fischer dudó de dar su réplica a la l . P4D de Spassky. De vez en cuando se volvía con su sillón giratorio negro ( del mis mo tipo que había usado en Buenos Aires) hacia el árbitro, y se quejaba de algo ( ¿ sería el color de las piezas lo que deno taba que la segunda partida se daba por irrevocablemente pasada ? ) . Pasaron cinco minu tos an tes de que Fische r se de cidiera a hacer su primer m ovimiento. No pudo oír el aplauso de la sala principal, que significaba que una sensación de ali vio había recorrido la multitud. De nuevo se había salvado el « mayor de los acontecimientos deportivos ».
54
Blancas : Spassky Negras : Fischer
Benoni Moderno. l.
P4D
C3AR
2.
P4AD
P3R
3.
C3AR
P4A
Esto es mucho más agudo que 3 . . . P4D como había j ugado en la primera partida del campeo nato. 4.
P5D
El campeón acepta el reto a una lucha abierta. ¿ Fue un error tác tico ? Quizá Spassky decidiese que como su oponente no había aban donado la competición, iba a tra tar de eliminarlo de ella tan pronto como le fuera posible. ¿ O acaso la llegada, de nuevo inesperada, de Fischer, produj o otro cambio psicológico ventajo so para el adversario de Spassky? 4.
PxP
5.
PxP
P3D
6.
C3A
P3CR
7.
C2D
La llamada semi-Benoni no po día constituir una sorpresa para Spassky ,y en sus prepartivos probablemente había descubierto alguna razón para este movimien to en lugar del más habitual 7. P4R. 7.
.
.
.
CD2D
estando dispuesto a enfrentarse con l a amenaza de posición 8 . C4A y 9 . A4A c o n 8 . . . C3C. Por ejemplo : 8 . C4A, C3C; 9 . P4R, C x C ; 10. A x e, A2C ; 1 1 . 0-0, 0-0 ; 12. A4A, P3TD ; 1 3 . P4TD, C4T ! con iguales posibilidades. Gligo ric-Trifunovic, Campeonato Yu goslavo, 1 957. 8. P3CR también
lleva a una partida igualada : 8 . . . A2C ; 9 . A2C, 0-0 ; 10. 0-0, D2R ; 1 1 . C4A, C4R; 1 2 . C x C, D x C . Gligoric-Petrosian, Zurich , 1953. A2C
8.
P4R
9.
A2R
0-0
0-0
TlR
1 0.
trasponiendo a una posición bien conocida . El orden específico de movimientos elegido por las blan cas impedía a su oponente la posibilidad de j ugar una de las otras lineas, por ejemplo con CD3T o A5CR, si es que alguna \ ez lo había pensado. 11.
D2A
¿ Una nueva j ugada preparada ? Tiene la buena intención de ga nar tiempo para el desarrollo de las blancas, pero al mismo tiem po aparta en alguna manera a la dama de la defensa del costado del rey. Otra posibilidad es 1 1 . P4TD ( más débil e s 1 1 . P3A, P3TD ; 1 2 . P4TD, D2A; 1 3 . D3C ? ! , CAR ; 14. P5T, T l C ; 1 5 . c m , C4T ; 1 6 . C4A, P4A ; 1 7 . P x P, A x P ! ; 1 8 . P 4 C , C x C ; 1 9 . A x C , P4CD ; 20. P x P, T x PC ; 2 1 . D2T, ASD + ; 22. R2C, D2CR ! , con ventaj a para las negras. Tukmakov-Tal, 37 Campeonato de la U .R.S.S., 1 969 ). Y ahora : 1 ) 1 1 . . . P3TD : l a ) 1 2 . P4A ! ( 1 2 . P3A se traspon dría a la Tukmakov-Tal citada arriba ). 12 . . . P5A ! ; 1 3 . P5R ! , P x P ; 14. e X P, C3C; 1 5 . P x P, C5C ! ; 16. C6D ! , A x P ; 17. C x T, A x P + ? ( 1 7 . . . D5T! lleva a complicacio nes interesantes ) ; 18. RlT, D5T; 1 9 . ASCR ! , D x A; 20. A x C y las
55
blancas ganaron. Gligoric-Nicevs ki, Rovinj , 1 970; lb)
12 .
PST,
CxPC;
P4CD;
14. P3A , D2A ;
13 .
bos bandos. Gligoric-Tatai, Vene cia, 1971 .
PxP,
15 . C4A,
CR2D; 16. A2D, CxC; 17. AxC , 18. P3C, con una partida igualada. Gligoric-Minic, Rovinj ,
C3C;
1 970; l e ) 12. D2A , P3C ( o 12 . . . T IC. Purdy-Hartoch, Siegen, 1 970 ); 13 . P4A, T IC; 14. T IC ( mejor 14. R l T ), PSA !;
15 . RlT , P4CD;
16.
con un fuerte con trataque. Fernández-Velimirovic, La Habana, 1 97 1;
PxP, PxP ,
ld)
12 . TlR, T IC; 13. A lA , C4R;
14. P4A ?
( 1 4. P3T ), C ( 4 )5C;
15.
C3A ( 15 . P3T, CxPD ! ). PSA !; 16. 17. PSR ( Donner-Veli mirovic, La Habana, 1971 ) y las negras se perdieron una victoria PST, D2A;
con 1 7 . . . PxP; 18. PxP , A lA !;
o 2 ) 11 . . . C4R; 12. D2A , P4CR; 2a)
13 . C3A , CxC+;
14. Ax e,
( Gligoric-Fischer, Palma de Mallorca, 1 970 ), pero la forma más sencilla de igualar era : 14 . ..
P3TR
C2D;
15 .
A4C,
• •
•
12.
Axe
16.
Ax A ,
CxC;
14.
Ax e ,
13.
e4A
T3T ,
14.
e3R
PXA
12.
13.
C4A ,
CSC;
15.
D2R ;
1 7 . T3CR ! , P3T;
D x P;
C2R ! , P3TD;
1 9 . A3D,
DSC;
16.
1 8 . P4A ! , 20.
Px P ,
P x P; 2 1 . A x PC , D x PC; 22 . Dx D ,
T4A,
e4T!
¿Qué otra cosa cabía hacer ? 12 . PJCR, C4R o 12 . C4A, C4R n o lleva a las blancas a ninguna par te, y 12 . P4A abriría peligrosa mente la posición del rey blanco.
C4R;
TxA; 2b )
11.
Explotando la ausencia de la dama blanca de la diagonal lDSTR, las negras se aprovechan de su mejor posibilidad de con trataque activo.
e4B
adquiriendo mayor control sobre un hueco en SA R. 14.
...
D5T!
T6R
( Naj dorf-Ree, Wij k aan Zee, 1 97 1 ). y las blan cas perdieron la victoria con 24.
creando desagradables amenazas alrededor del rey de su oponente.
T(4 )3A ! , Tx T ; 25 . Px T, C4R; 26 .
mejorando su desarrollo, y espe rando que las negras declaren sus intenciones.
A x D; 2 3 .
A6A + ,
R IA;
27. A7T ,
R l R;
28.
TSC + , R2D; 29. ASA + , R2A; 30.
15.
A8D + , R lC; 3 1 . A6CD; 2c) C4T,
56
1 3. P3CD ! ,
PSC !;
15.
14.
A2C ,
con posibilidades para am-
A2D
. • .
ese
Una solución estrictamente posi cional. También se podía jugar :
15 . . . A2D, pero 15 . . . C6A + ? ! n o era lo bastante sólida : 1 6 . P x C , A4R; 1 7 . T R I A , creando un ca mino de escape para el rey vía lAR. 16.
CxC
PxC
corrigiendo de nuevo la forma ción de los peones. 1'7.
MA
No hay nada mej or que tomar esta importante diagonal. No obstante, las blancas tuvieron que gastar dos movimientos para llevar el alfil a este cuadro. 1'7.
• • •
D3A!
un go ría de
plan claro : p rcs10n a lo lar de la fila del R, y una mayo flexible de peones en el lado la dama. 20.
TRl R
P3TD
Una obvia confirmación de que la mayoría de peones negros en el lado de la dama tiene más valor que la preponderancia blan ca sobre el ala opuesta. 21.
T2R
buscando su mejor posibilidad para abrirse paso con P5R, si esto resulta posible. 21.
. . •
22.
TDlR
P4C
22. P x P, P x P; 23. T x T , T x T ; 24. P5R, TST + ; 25. R2C, P x P ; 2 6 . T x P, P 5 C ; 2 7 . C4R, D3TD n o sería agradable para l a s b lancas . 22.
• .
.
D3C
enfrentándose con la amenaza de P5R y colocando la dama en su cuadro ideal. 23.
Cuantas más piezas en el table ro, más fácil es para las negras realizar muchos contrataques. En cambio, 1 7 . . . A4R le daría a las blancas una partida fácil. 18.
P3CR
Una decisión importante, que convierte en una debilidad du radera su PR. Las blancas te nían que intentar : 1 8 . A3C ( 18 . . . P4TR; 1 9 . P3A). .
18.
•
19.
P4TD
•
P3C
Las negras son más fuertes en el lado de la dama, así que las b lancas pretenden no abrir la po sición en esa área, pero, de al guna manera, bloquear la forma ción de peones negros. 23.
.
. •
T2R
Las negras tienen más j uego en esta posición.
A2D P3C !
dej ando intacta la cadena de peones . Ahora las negras tienen
( Ve r diagrama. )
57
29.
T ( 3 ) 2R
Las blancas no tienen mejor op ción que esperar y dejar a su oponente que muestre lo que pueden hacer las negras. 29.
.
.
.
R2T
Las negras ponen a prueba la pa ciencia de su oponente y dudan un tanto en tomar su propia de cisión.
24.
D3D
25.
PXP
TIC
Las blancas tienen que pensar en la a menaza PSA. 25.
...
26.
P4C
PXP
Los peones negros tenían que ser bloqueados, de lo contrario se guirán : 2 6 . . . PSC y 27 . . . A4 C . 26.
...
30.
T3R
31.
T ( 3 ) 2R
Rl C
La repetición de movimientos le iba muy bien a las blancas, pues tenía menos tiempo hasta el con trol de tiempo. No viendo otra forma en que abrirse camino, las negras deciden cambiar alfil por caballo con el fin de ganar un peón.
P5 A
Las negras cambian el bloqueo del lado de la dama por la ven taj a estratégica de un peón ade lantado. Tienen buena razón para ello, p orque si 26. . P x P; 2 7 . C2T, T l AD ; 28. C x P, TSA; 29. C6A, las blancas se podrían man tener bastante bien. .
27.
D2D
T ( l ) lR
La crisis de la partida se aproxi
ma a su clímax. ¿ Son capaces de defenderse las blanca s ? No con 28. ASC ? a causa de 2 8 . . .
32.
DXA
TxP
A x e.
33.
TxT
TXT
34.
TxT
28.
T3R
P4T
31.
Axe
dándole una escapatoria adicio
Este intercambio hace
nal al rey. 28 . . A x C; 29. D x A, T x P; 30. T x T, Tx T ; 31 . T x T , D x T no ofrecería nada, debido a 32. D6A! , A4A; 33. DSC + , A3C; 3 4 . A2D.
dama negra se haga más pode
.
58
que la
rosa. No obstante, 34. T l T, T l R tampoco era atractivo ( 35. T6T ?, D8C + ; 36. R2C, T8R; 37. T8T + , AlR), y las negras podían tratar
de jugar el fin de partida c on un eventual D6D. 34. 35.
DXT A6T
No 35. A x P?, D x P; 36. D6A, D8D + ; 37. R2C , A3A + , y gana. 35.
D3C
36.
Al A
37.
Rl A
D8C
deseando salir de la j aula. Las blancas están atadas, y por con siguiente el ataque de las negras en los cuadros blancos es más fuerte que cualquier contrataque de las blancas en los cuadros negros. A4A
3'7.
38.
R2R
DSR +
40.
. . .
D6C
presenta un aspecto terrible para las blancas, pero aún 4 1 . R l R po dría ofrecer re s istecia. Au n que llegaba el momento en que se tenía que aplazar la partida, las blancas se apresura ron con su movimiento, intentando hacer que Fischer cerrara el tiempo. 41.
D4D?
Resultado de prematura desespe ra c ión, visto que 4 1 . A2C, D6A + ; 42. R l R , DST + ; 43. R2R, A6D + , pierde inmediatamente. Esto hizo las cosas fácil e s para las negras, que tardaron poco tiempo en en contrar la jugada fatal y meter la en el sobre. ¿ Y si 41 . . . A6D + ; 42. R3R, DSD ?
Las negras fuerzan a la dama blanca a abandonar l a diagonal larga . Sería muy equivocado el jugar 38. . . ASR ; 39. A2C, A6A + ; 40. R2D ! , DSD + ; 4 1 . R3R, D7R + ; 42. R4A, D5R + ; 43. R5C, D x P + ; 4 4. R6T, RlA; 45. DST + , R2R ; 4 6 . A6A + , R3R; 4 7 . R7C ! , y l a dama blanca está dispuesta para numerosos e inevitables j aques. 39.
D3R
D7A +
39 . . . D x P ? ; 40. D5C + , sería ta
bla. 40.
D2D ?
p agando la deuda a su oponente, el cual también cometió P.I error decisivo, con problemas de tiem po, en el 40.º movimiento de la pdmera partida de la competi c i ón . Tras 40. R l R , l a s blancas a ú n tendrían esperanzas de so b r evivir.
A6D + !
41. I.as
blancas
abandonan
( al siguiente día tras haber visto el mejor movimiento sellado ). ¡ E ra l a primera victoria sobre Spassky en la carrera ajedrecís tica de Fischer !
59
Fischer llegó un cuarto de hora tarde a la sesión aplazada e n la sala de torneos y s e perdió el ser felicitado por el campeón, que encontró incómodo el espe-
60
rar demasiado tiempo con el re loj detenido. El puntaj e : 2 a 1 a favor de Spassky.
4 Tras el aplazamiento de la tercera partida, Spassky no efectuó protesta alguna, sólo una simple declaración de que no jugaría de nuevo en la habitación trasera. Los árbitros es tuvieron de acuerdo con el campeón. Al ser construida, aquella espaciosa habitación había sido prevista para pin-pong. Du ran te aquellas cinco horas jugando al ajedrez allí, se descu brió que se podía oír toda clase de sonidos exteriores: tráfico en la calle, coches en el aparcamien to, niños jugando en los campos cercanos. ¿Y qué opinaba Fischer? Un amigo señaló : « l!se era el tipo de sonidos adecuado, no como el de las cámaras ». Esto tiene sentido. ¡En algunos países que están menos influenciados por la civilización occidenta-Z, la gen te no acepta ser fotogra fiada! Fischer no estaba actuando. Su disgusto hacia la cá mara es congénito, genuino. Hubo años de su solitaria vida en que la prensa no podía hallar ni una sola foto reciente de Bobby. El comité de competición usó instrumentos para medir el ruido en la sala principal de juego. No había ninguno. Sin embargo, si Fische r no podía oír las cámaras, las podía notar. El aspirante prefería un aislamiento de las cámaras y el pú blico a un aislamiento de los sonidos de la calle. Así que dejó que su representante escribiese una carta señalando que la conclusión del comité acerca de que « todas las fuentes de mo lestias en la sala principal estaban b ien controladas» no era correcta. Los miembros del comité se fijaron, con satisfacción, en que la carta no estaba firmada por el mismo Fischer. De acuerdo con las reglas del torneo, esto les daba derecho a no hacer caso de la misma. Pero un temor oculto surgió entre los funcionarios. ¿ Qué sucedería aquella tarde, cuando deb ían encontrarse los juga61
dores en la sala principal para jugar la cuarta partida ? ¿ In sistiría de nuevo Fischer en pasar a la sala tras el escenario, arruinando así, posiblemente, el torneo? ¡No, el aspirante permaneció callado! Después de todo, la habitación de a t rás tenía también una cámara de circuito cerrado para reproducir el juego en una gran pan talla para los espectadores de la gran sala. A esta cámara Fischer nunca le había puest o objeciones. Pero q uizá recordó la insostenible situación de antes de la tercera partida, que originó el re traso de ocho minutos. Mientras mos traba el desarrollo de la parti da en un diagrama a mpliado e iluminado, la cámara iba pa sando, de tiempo en tiempo, de un jugador a otro. Fischer quería saber cuándo estaba apagada y cuándo es taba captándoles, pero la lente de la pared de la sala de pin pong siempre tenía el m ismo aspecto y no se lo indicaba. La única forma de saberlo e ra que el equipo de la cámara gritase cuando la apagaba y cuando la encendía, en orden a indicar a los jugadores como debían comportarse. No sólo Fischer, sino tamb ién Spassky rehusó aceptar esta sugerencia. Quizás el gran maestro estadounidense fue influenciado por la avalancha de telegramas de apoyo o rganizada en un chorro continuo por los amigos del ajedrez de los Es tados Unidos, que estaban t ratando de persuadir/e de que jugase durante la crisis de an tes del t e rcer par tido. ¿O sería la lla mada de larga dis tancia de Kissinger desde Washington, efec tuada más o menos al m ismo tiempo, lo que h izo que Bobby tomase o t ra actitud ? (Algunas personas has ta sugirieron que una retirada prematura de Fischer podría provocar un m ovi miento interno en Islandia destinado a forzar a los estado unidenses a abandonar la base militar que allí tienen. ) Bueno . . . De cualquier forma, en la cuarta partida no hubo ninguna de las habituales complicaciones. Aquel martes por la noche, t ras la partida, cuando cenaba en su ho tel, el paciente árbi t ro, el gran maestro Lothar Schmid, fue visto de buen humor por primera vez. ¿ Habían terminado las reuniones de comité ? 62
Blancas : Fischer Negras: Spassky
Defensa Siciliana. l.
P4R
P4AD!
Una sorpresa. En momentos de gran responsabilidad, Spassky siempre acostumbraba a ceiiirse al clásico l . . . P4R, tal como hizo contra Fischer en la segunda copa Piatagorsky en Santa Móni ca, y en la Olimpíada de La Ha bana en 1 966. 2.
C3AR
P3D
3.
P4D
PxP
4.
CxP
C3AR
5.
C3AD
C3A
6.
A4AD
El arma, «buena para todo », de Fischer contra la Defensa Sici liana. Spassky debía habérsela esperado. 6.
. . .
7.
A3C
Fischer intentó la poco clara con tinuación 9. D2R y 10. 0-0-0 con tra Geller ( Skopje, 1 967 ) y Lar sen ( Palma de Mallorca, 1 970 ), sin ningún éxito. Hubiera sido prematuro : 9 . P4A, C x C ; 1 0 . A x e . P4CD ! ; 1 1 . P5R, P X P ; 12. P x P, C2D ; 1 3 . 0-0, P3TD (o 13 . . . A4A ! ; 1 4 . A x A, C x A; 1 5 . D x D, TR x D ; 16. C x P, A3T ; 1 7 . A4A, T D l C ; 1 8 . P4TD, e X P ! , con igualdad. Fischer-Geller, Curac;ao, 1 962 ) ; 1 4 . C4R, A2C ; 1 5 . D4C (o 1 5 . C6D, A x C ; 1 6 . P x A, D4C ; 1 7 . D 2 R , T D l D ; 1 8 . TDlD, P4R ; 1 9 . A3R, D 3 C , c o n contraataque ) ; 1 5 . . . A x C ; 16. D x A, C4A, con mej or juego para las negras . Klovski-Shamkovich, U. R. S. S., 1 97 1 .
P3R
eliminando el peligro de las ne gras . . . e X p seguido por . . . P4D . 7.
• • •
8.
A3R
A2R
evitando 8. 0-0, e X C ; 9. D X c . 0- 0 ; 10. P4A, P3CD ; 1 1 . R l T , A3T ! ; 12. T3A, P4D ; 1 3 . P x P , A4A ; 1 4 . D4T, A2C ; 1 5 . A 3 R , P x P ; 1 6 . A4D ( Fis.cher-Geller, Curac;ao, 1 962 ), cuando 16. . . P3TD hubiera ofre cido buenas posibilidades para las negras. 8.
. . .
0-0
Es más débil 8 . . . P3TD ; 9. P4A, D2A; 1 0. 0-0, C4TD; 1 1 . D3A, 0-0; 12. P5A, P4R ; 13. C(4 )2R, C x A; 14. PT x C, P4CD; 1 5 . P4CR, P5C; 16. P5C ! , Fischer-Hamann, Na tanya, 1 968. 9.
0-0
9•
.
. .
P3TD
Tras ocho meses de preparación, Spassky tenía que saber lo que estaba haciendo, pues Fischer ha j ugado más de veinte partidas de torneo siguiendo esta línea, y ha aplastado a muchos oponen tes. Por ejemplo : 1 ) 9 . . . C4TD; 1 0 . P4A, P3CD ; 1 1 . P5R, C l R ; 1 2 . P5A, P D x P ; 1 3.
63
P x P, C x A; 14. C6A , D3D; 1 5 . D x A, A x D ; 1 6 . PT x C, A x P ; 1 7 . C x PT, con el mejor final de partida. Fischer-Korchnoi, Cura c;:ao, 1 962 ; 2 ) 9 . . . A2D ; 10. P4A, C x C (es interesante : 1 0 . . . D lA. Fischer Larsen, S.• partida de competi ción, Denver, 1 97 1 ) ; 1 1 . A x C, A3A; 1 2 . D2R, P4CD ; 1 3 . C x P, y ahora : 2a ) 1 3 . . . A x P ; 1 4 . C x PT , P4R ; 1 5 . P x P , P x P ; 1 6 . A3R, D l C ; 1 7 . CSC, A3A ; 1 8 . C3A, con una ven taja material. Fischer-Saidy, East Orange, 1957; 2b ) 1 3 . . . A x C ; 14. D x A, C x P; 1 5 . PSA, A3A ; 1 6 . D3D, P4D ; 1 7 . A x A, C x A; 1 8 . P4A, PD x P; 1 9 . D x D, TR x D; 2 0 . A x P, c o n el mejor fin de partida. Fischer Weinstein, Campeonato de los E s tados Unidos, 1 958/9. 3) 9 . . . C x C ; 1 0. A x e, P4CD ! ? ; 1 1 . C x PC, A3T; 1 2 . P4AD, A x C ; 1 3 . P x A, C x P ; 1 4 . D4C , C3A; 1 5 . D2R, C2D ( Fi scher-Kortchnoi, Ro vinj , 1 970), y entonces las blan cas se perdieron la mejor conti nuación : 1 6 . TDlA. 10.
P4A
CxC
Es pasiva la j ugada : 1 0. . . A2D ; 1 1 . PSA ! , D l A ? ; 1 2 . P x P, A X P ; 1 3. C x A, P x C ; 1 4 . C4T ! ( Fischer Larsen, tercer partido de compe tición, Denver, 1 97 1 ). 11.
Axe
12.
P3m
P4CD
O 12. D3A, A2C ; 1 3 . P3TD, P4TD ! ; 14. TD l R , PSC ; 1 5 . P x P, P x P ; 1 6 . C l C , P4D ; 1 7 . P x P, A x P ; 1 8 . A x A, P x A ; 1 9 . P3A, CSR ; 20. T l D, P4A, con ventaja para las
64
negras. Radulov-Bobotzov, Bulga ria, 1 967. 12.
. . •
13.
D3D
A2C
Un tipo de posición bien conoci do. En la partida Nicolayevsky Geller, Campeonato de la U.R.S.S., 1 959, las negras , en una situa ción muy similar, hicieron la ju gada pasiva : D2A.
13 .
. • .
P4TD!!
Una ventaj a p reparada. Las ne gras están dispuestas a enfren tarse con la amenaza posicional 1 4 . PSA con 14 . . . PSC, seguida de . . . P4R después de que el caba llo blanco haya sido alej ado del centro. De hecho, las negras de ben continuar con su acción en el lado de la dama sin ninguna pérdida de tiempo. 14.
P5R
Las blancas casi se ven obliga das a alterar su estrategia. Qui tando el peón del cuadro ataca do, las blancas ponen a prueba la corrección del sacrificio del peón negro ofrecido. 14.
. . •
PxP
15.
PxP
C2D
1 6.
CxP
C4A
Obviamente, ésta debía de ser una posición analizada por el equipo soviético previamente. 17.
Axe
No perdiendo tiempo en cual quier retirada de la dama y man teniendo el alfil de los cuadros blancos sobre el tablero, pues esto da mayor protección al flan co de la dama blanca. Asimismo, tras el inevitable 1 7 . . . e X A, las tendrían dificultades blancas para sobreponerse a varias ame nazas tácticas. 17.
...
18.
RlT
A x A+
¿ E s suficiente compensación por un peón ? Tras haber gastado sólo cinco minutos en toda la apertura ( Fischer usó media hora ), Spassky empezó ahora a pensar durante largo rato.
peones blancos ) ; 1 9 . P x D, A3T ; 20. C7A, T2T ; 2 1 . C x A, T x C ; 22. A4A, T2T, aunque podría ser suficiente para Spassky el repar tir puntos teniendo en cuenta su liderato en la competición . 19.
D4C
Un movimiento ambicioso que da al partido más animación que un simple y aburrido luchar por unas tablas tras 18 . . . D x D (par tiendo en dos la formación de
TDlD
19. 20.
TDID
21.
TxT
TxT
Signo de que las negras se ha bían creado nuevos problemas eran los tiempos en el reloj . En este momento, Spassky había pa sado más tiempo en sus movi mientos que Fischer. 21.
.
. .
P4T!
La posibilidad mejor de las ne gras, con mucho, es actuar con tra el rey de su oponente. Po dría haber sido hecho con igual eficiencia mediante 2 1 . . . A6R ! ; 22. C6D, A3A; 23. C4A, ASA; 24. R l C, PSTD ; 25. A2T, P4T, o 22. C4D, D x PR; 23. C3A, DSA, de j ando a las blancas en una si tuación sin esperanzas. Las negras no tenían nada que hacer en la fila D : 2 1 . . . T l D ? ; 2 2 . C6D. 22.
18.
D2R
Una alternativa más segura era 19. D3C, pero las blancas prefie ren tener su dama centrada sub valorando los peligros de esta posición.
C6D
AlT
Con el intercambio de un par de torres, las negras han dej ado este cuadro libre para el alfil, y disminuido la presión de las blancas a lo largo de la fila AR. 23.
A4A
65 5.
-
FISC H ER CONTRA SPASSKY
Las blancas aún siguen confia das y juegan fríamente y con bastante rapidez, preparando l a centralización d e su alfil pasivo, ·y abriendo camino libre para su peón CD. 23.
P5TR
. • .
Probablemente sólo ahora se die ron cuenta las blancas de que es taban expuestas a un severo ata que, y Fischer empezó a pensar. ¡ Toda la serie de Spassky no ha bía sido simplemente un bluff ! 24.
P3T
Debía detener 24 . . . P6T.
metida, y la amenaza mortal 2S . D6C tenía que ser prevenida. . .
25.
amenaza
de
D X P?
26.
D X PT
26. C x P ? ! no era correcta a cau sa de 26 . . . R x C ! , y el rey negro alcanzaría la seguridad ya fuera en 2R o en l TR 26.
la
.. .
Perdiéndose una oportunidad ma ravillosa : 2S. . . D x D ; 26. P x D, ASA; 27. T l R, P6T ; 28. AlA, P3A; 29. C4A, P x P, y si 30. C x PT ? , A6C ; 3 1 . T l D , T x A + , etc.
• • •
P4C
Luchando duramente por el cua dro lD para su torre, y 6CR para su dama. También se podría ju gar : 26. . . A4C . 2 '7 .
D4C
Previniendo 27 . . . D6C y 28 . . . ASA.
24.
• • •
A6R
¡ Las negras juegan buscando una victoria ! La otra posibilidad era : 24 . . . D6C ; 2S . C4R ( no 2S. T3D ? a causa de 2S. . . A x P + ! ; 26. D x A, D8R + ; 27. R2T , D x P + ; 28. R l T , D8R + ; 29. R2T, A x e + ; 30 . T x A, D4R + , ganando la torre ) ; 2S . . . D x PR ; 26. C x A, D x C, estableciendo igualdad ma terial. 25.
D4C
2S. T3D, ASA, dejaría las piezas b lancas en una posición compro-
66
2'7.
• • •
A4A
Las negras se dieron cuenta de que 27 . . . T l D no podía ganar a causa de 28. C x P ! , T x T + ; 29. D x T, DSR ( o 29. . . D6C ; 30. C6T + !, R2C ; 3 1 . D7D + , con j a que perpetuo ) ; 30. Al A, R x C ; 3 1 . D7D + , R3A ; 3 2 . D8D + , R4R ; 33. D 7A + , y el rey negro n o puede escapar a l o s j aques.
28.
31.
ese
Aunque esto elimina temporal mente a una pieza del campo de batalla, era la única forma ade cuada para que escapase el ca ballo. 28.
• •
•
R2 e
tratando de decidir la partida con la maniobra T l TST. 29.
C4D
Llegando al rescate en el último momento. Spassky tenía ahora un problema bastante agudo de tiempo.
DXA
Obligadamente : 3 1 . P x A ?, TST. 31.
•
• •
A3D
3 1 . . . TST ; 32. AlA, A3D, daban mejores posibilidades para lu char hasta una victoria en el fi nal de partida que se aproxi maba. 32
D3A!
De nuevo el único movimiento posible, probablemente no pre visto por su oponente. 32. RlC, TST, haría sentirse muy mal a las blancas . 32.
33.
. .
•
PxD
DxD A4R
Las negras tienen el mejor final, pero su ventaj a no es decisiva porque los alfiles son de distinto color. 33 . . . A x P ; 34. TlT hubie ra simplificado la partida. 34.
T7D!
R3A
Previniendo 35. A x P. 35.
Rle
AxP
No 35. . . T l AD debido a 36. A2R con la amenaza de AST. 36. TlT? !
29.
Teniendo problemas de tiempo, las negras omiten el movimien to vencedor intermedio 29 . . . T l D ! ; 30. P3A ( no 30. CSA + , R3A ! ! ) , y sólo ahora 30 . . . T l T ! ! ( 30 . . . . . . A3D n o l leva a ninguna parte después de 3 1 . R l C ! ) , con la continuación de ataque como en el j uego, pero dejando a las blancas sin el cuadro 3AD para su salvación ( mediante el inter cambio de damas ) : 3 1 . R l C , D6R + , o 3 1 . C3A, A x C ; 3 2 . D x A, A3D. 30.
C3A
A2R
Las blancas se han defendido muy bien y las tablas están a la vista.
Axe
67
A4R
36. 3'1.
RI A
T I AD T2A
38.
A5T
39.
TxT
AxT
40.
P4TD
R2R P4A
41.
R2R
42.
R3D
A4R
43.
P4A
R3D
44.
A'1A
A6C
45.
P5A +
tablas aceptadas.
68
Las primeras tablas de la competición y el resultado que más le gustó al árbitro Schmid : « ¡ Pondrá a ambos j ugadores en el estado de ánimo adecuado para la competición ! » El puntaj e : 2 1 /2 a 1 1 /2 a favor de Spassky.
5 Como bien se sabe, cuando Fische r se enfrentó a Petrosian en las finales de los Candidatos en Buenos Aires, Fischer ganó la primera partida pero perdió la segunda. Esto fue seguido por tres tablas. Luego se supo que Fischer sufría un resfriado y tomaba medicinas para combatirlo. Se man tuvo increíble mente silencioso durante la primera semana. Luego comenzó a quejarse: acerca de su habitación de ho tel, acerca de la co mida, acerca de las condiciones de juego. Sus admiradores, que habían estado preocupados, se animaron: esto significaba que Bobby volvía a estar en forma. Pasó a ganar las cuatro partidas siguientes de un tirón . . . período duran te el cual Pe trosian, alegando una extenuación nerviosa, se tomó dos días de descanso bajo recomendación médica. Pero esto no afectó al pun taje final. Antes de la quinta partida con Spassky, corrió el rumor de que Fische r había hecho catorce ( ! ) nuevas peticiones a la Federación Islandesa de Ajedrez. Quería cambiar de habita ción. Pidió tener únicamente que firmar las facturas adonde quiera que fuese. Deseaba más dine ro de bolsillo que los diez dólares diarios que se le entregaban, un nuevo coche Mercedes ( el que le habían facilitado tenía dos años de antigüedad ) , la opción a cambiar la sala de juego, un suministro mayor de periódicos y revistas estadounidenses, con trol personal de la filmación (su propio botón para abrir y cerrar las cámaras ) , u n tablero de ajedrez con los cuadros t res m ilímetros más pequeños, el uso de una cancha de tenis cub ierta, el uso exclu sivo de la piscina del hotel, e tc. Los islandeses mantuvieron silencio acerca de es tas peti ciones, y nadie supo hasta qué pun tos habían sido exagerados los rumores. La piscina del hotel se cerraba a las diez de la
69
noche, y se le concedió a Fischer el derecho a usarla él solo después de esa hora. Se sen tía contento en la piscina y sauna durante las dos o tres horas, físicamente exhaus tivas, que pa saba allí desde las once en adelante. Pero lo que importaba era saber si estaba en forma de nuevo, y la cuarta partida había originado algunas dudas. Pero los días de pánico por la reserva de un vuelo de re greso por parte de Fische r ya habían pasado. El mejor signo de que todo iba b ien fue la llegada del experimen tado y vete rano gran maes tro Miguel Najdo rf desde Buenos Aires. No había querido arriesgarse a incurrir en los gas tos del viaje has ta que creyó seguro que iba a jugarse el torneo has ta el ftnal. Para la quinta partida, el torneo se había convertido en algo ru t inario, con Spassky llegando a la hora en punto y Fischer con unos m inu tos de retraso. Spassky gastó mucho tiempo y energías en la apertura, y halló un ingenioso décimoprimer movimien to. Sin embargo, tras la modesta (pero maravillosamen te simple ) réplica de Fis cher, Spassky se halló luchando con tra una pared de ladrillo. La posición de las negras era impenetrable, y cada movimiento activo de Spassky sólo incrementaba sus problemas para lle gar a unas tablas. Los infructuosos esfuerzos del campeón fueron coronados por el peor error de su carrera, en un mo mento en que de nuevo se hallaba preocupado por la amenaza de los problemas de tiempo. Mientras tanto, Fischer había estado jugando con t ranqui lidad, gas tando relativamen te poco tiempo en sus fuertes mo vimien tos. ¿ Cómo era que el aspirante siempre sabía lo que estaba haciendo ? Según Najdorf, el secreto se hallaba en la naturaleza y el trabajo ajedrecís tico de Fischer. El gran maes tro es tadounidense nunca se ha preocupado demasiado acerca de los movimien tos iniciales. Ha estudiado los diferen tes tipos de posiciones, m illares de ellos, hasta del pasado más olvida do, e inves tigado y memorizado las razones de la derrota de un jugador. Es ta forma de actuar, junto con su habilidad para 70
el juego, hacen que posea una experiencia y conocimiento personal sin paralelo en la historia del ajedrez. Surja la posi ción que surja, con muy pocas excepciones ( po r ejemplo, la cuarta partida ) , sabe donde cc hace daño ». Así es como Fischer se orientó de una forma tan excelente mien tras Spassky vaci laba en la quinta partida. Aquella m isma noche, para celebrar su victoria, Fischer pasó más de dos horas en la piscina del hotel. Mien tras tan to, Spassky jugaba a tenis con su ayudante, el maestro interna cional Nei, en la cancha cercana a su ho tel, hasta que oscu reció allá a las once. Para en tonces, estaba físicamente exhaus to de una manera saludable, y e ra capaz de olvidar su fallo y recobrarse rápidamente para la siguiente partida.
71
Se necesita el caballo para la de densa del costado del rey.
Blancas: Spassky Negras: Fiscber
Defensa Nimzoindia.
1 0.
l.
P4D
C3AR
2.
P4AD
P3R
3.
C3AD
La primera vez que Spassky ha permitido la Nimzoindia sin re trasos. La razón puede ser que esta vez hay un abanico de elec ciones más amplio para las b lan cas si Fischer intenta de nuevo el Benoni Moderno con 3 . . . P4A. 3.
...
4.
C3A
A5C
E s más popular 4 . P3R, pero a Spassky le gusta mantener la op ción de desarrollo de su alfil de dama hasta se si esto es posi ble. Con su siguiente movimien to, Fischer lo impide : 4.
P4A
5.
P3R
6.
A3D
Axe+
7.
PXA
P3D
C3A
La línea favorita del j oven gran maestro alemán Huebner. Difí cilmente podía ser evitada una vez que las blancas habían desa rrollado su caballo de rey en la primera parte de la partida . 8.
P4R
9.
P5D
P4R
Spassky reflexionaba demasiado tiempo cada uno de sus movi mientos. ¿ Se sentía sorprendido por aquella variación específica ? 9 P x PA, P x P ; 10. D2A, A3R ! ; 1 1 . C2D, C4TD, n o permite que las blancas jueguen su pretendi da maniobra C 1 A-3R-SD . 9.
72
.
.
.
C2R
C4T
Se considera que es la continua ción más activa ( 1 0 . . . C3C ; 1 1 . CSA! ) , pero otra cuestión e s si realmente es la mejor, pues en muchos casos produce demasia das simplificaciones. 1 0.
.. .
P3TR
Todas jugadas antes. Las negras intentan 1 1 . . . P4CR, impidiendo por consiguiente el avance del peón AR blanco. Ambos lados es taban luchando para conseguir más espacio en la crucial ala del rey, en donde la posición podía convertirse en abierta. 11.
P4A ! ?
Como un rayo caído del cielo. Spassky s e tomó mucho tiempo para esta nueva idea, lo que re veló lo muy imaginativa que era . Fue mala suerte para él que este movimiento de ataque no pudie ra hacer ningún daño a su opo nente. La continuación normal es : 1 1 . P3A, P4CR; 12. C5A, A x C ; 1 3 . P x A, D4T, por ejemplo : 1 ) 1 4 . A2D, 0-0-0; 1 5 . P4C, T D I R ; 1 6 . R2A, PSR ! ; 1 7 . P x P, P4TR ; 1 8 . P x P, T x P ; 1 9 . D3A, T( l R ) l T ; 20. P3TR, con iguales posibilida des. Donner-Damj anovic, Berl:n , 1 97 1 . 2 ) 1 4 . D2A ! , 0-0-0 ; 1 5 . P4TR, P5R; 1 6 . A x PR ( 1 6. P x PR es aún más fuerte, Donner); 1 6 . . . . , C x A ; 1 7 . P x C, TD l R ; 1 8 . R2A, P3� 1 9 . A3R, R l C ; 2 0 . P5R ! ! , y la posición de las blancas era arrolladora. Donner-Damj anovic, Cienfuegos , 1 972.
defender fácilmente sus puntos débiles, mientras que los de las blancas no han disminuido en número. H.
A3R? !
Las blancas comienzan a equivo carse un poco ( las negras tienen que jugar, de todas maneras, P3C ). Tras 1 4 . ,
. • .
C3C!
Una gran réplica de un gran ju gador. Este movimiento, de as pecto modesto, es con mucho el mejor. E l caballo blanco es la pieza que mej or añade un tono dinámico a su posición, y ahora tiene que ser eliminado del ta blero ( 12. C5A, A x C ; 1 3 . P x A, C x PA). Muy peligroso sería : 1 1 . . .. , P x P; 12. A x P, P4CR; 1 3 . P5R ! , C5C; 14. P6R ( no 1 4 . P x P, P x A; 15. P x C, D x P + ; 16. D2R, C6R ) 14. . . . , C3AR; 1 5 . A3C, con un ata que muy fuerte, como las negras pronto se dieron cuenta. PxC I2. C x C Ahora las blancas ya no tienen la posibilidad de ejercer presión a lo largo de la fila AR. Su s i guiente movimiento podría haber esperado, pero sin ninguna re compensa especial por haberlo hecho : 13.
PXP
PXP
H.
P3C
I 5.
0-0
I6.
P4TD
0-8
Las blancas desean lograr una acción donde no la hay, y sólo crean una debilidad que no está suficientemente compensada por la que surge de la réplica de las negras. I 6.
. • •
P4TD!
Jugando sin dudas, lo cual ilus tra el preciso juicio de Fischer. La posición completamente blo queada no le va bien al par de alfiles blancos, y el de los cua dros blancos está condenado a la pasividad durante toda la par tida. 17.
TIC
La mejor posibilidad de mante ner atareadas a las negras. 17.
• • •
A2D
Haciendo lo mismo al débil peón TD blanco. IS.
T2C
TI C
La posición está bloqueada, y las
blancas simplemente no han lo grado nada. Las negras pueden
73
19.
T ( 2 ) 2AR?
Una decisión importante, apar tando su presión del lado de la reina. Pero, sin sus p iezas pesa das, las blancas tienen menos oportunidades de molestar a su oponente. D2R
19.
No 1 9 . A x PT . 20.
D2A ?, debido a 20. A2A
Defendiendo el peón TD, y acep tando las próximas simplificacio nes. Tras 20. P3T, P4CR, el mo vimiento . . . PSC sería una ame naza poco agradable. 20.
.
.
•
P4CR
Las negras tienen mayores am biciones que lograr unas simples tablas eventuales mediante. . . ese. 21.
A2D
Apartando el alfil de un cuadro expuesto. Los signos ligeramente equívocos de la iniciativa ( inexis tente ) de Spassky, ya han desa parecido. En el final de partida, las blancas tendrán un mayor nú mero de peones débiles ( todos ellos en la cuarta hilera ) que las negras. 21.
. . •
DIR
Enfatizando la posición incómoda de las piezas blancas, que no tie nen otra cosa que hacer que tra tar de defender sus peones. 22.
Al R
El mejor contraataque sería l le var el alfil, si fuera posihle, a 3CR, y atacar el vital peón R negro. D3C
22. 23.
74
A la dama también le gustaría ir a 3CR.
D3D
23.
.
• •
C4T!
Más pronto o más tarde las ne gras tenían que intercambiar to rres y probar suerte con las pie zas restantes. 24.
TxT+
TxT
25.
TxT+
RxT
26.
AlD
Tratando de llevar a la dama a lCD. 26.
...
C5A
En el caso de 26. . . . , C3A (en « movimiento estratégico » ), las blancas tendrían una excelente posibilidad de activar sus p iezas con 27 . A3CR ! . Ahora el caballo negro no puede ser alejado de su punto fuerte sin debilitar de ma nera seria la posición de las blancas. 27.
D2A??
Amenazado por problemas de tiempo y quizá recordando sus omisiones en la partida anterior, cuando se hallaba en esta situa ción, Spassky pierde la paciencia y comete un terrible error. Las
blancas deberían haber intentado 27. D I C , aunque hubieran queda do con dificultades permanentes (el rey negro va a 2AD y todas las piezas negras se combinan para organizar una presión con tra el PR blanco ). 2'7.
• • •
A x P!
Un rayo caído del cielo, pero sobre el bando opuesto. La com binación es simple : 28. D x A, D x P, con la doble amenaza de mate (29. R2A, C6D + , etc . ) ; o 28. D I C , A x A, y 29 . . . . , D x P. Las blancas abandonan.
¡ Fischer había igualado el punta je : 2 1 /2 a 2 1 /2 !
75
6 Después de todo, lo que realmente importa es cómo uno juega al ajedrez. El aspirante se mostró más dispuesto a dis cutir el problema de las cámaras durante un par de horas de su tiempo libre. ¿ Podían ser retirados los cameramans de forma que ningún ser vivo contemplase a los jugadores a tra vés de los ins tru men tos ? ¡Imposible! Entonces, ¿ podían ser cubiertas las cámaras con algo oscuro ? Esto tampoco funcio nó. No había solución, pero había esperanzas. Se ordenó que el equipo de televisión estuviera dispuesto. Al m ismo tiempo, los periodistas ( algunos de los cuales nunca habían oído ha blar antes de ajedrez, y que fueron enviados sin previo aviso a Reikjavik porque « el ajedrez es importante ahora » ) se sen tían conten tos de tener o t ro tema del que hablar. « El es pectáculo debe con tinuar. » Las nubes colgaban bajas sobre Reikjavik y, según parecía, nunca iban a disiparse. Durante semanas hubo una especie de crepúsculo que duraba veinti cuatro horas en la isla, y uno no podía evitar la impresión de estar viviendo en alguna época del lejano futuro en la que nuestro sol estuviese muriendo pero la vida aún fuera posible a una escala reducida. La rueda de la fortuna había dado increíbles vueltas en sie te días. El domingo anterior parecía que Fischer estaba condenado. ¿ Quién iba a esperar que el aspirante continuase en el torneo bajo aquellas extrañas y, por en tonces, tan des favorables circunstancias (O a 2, y una de las derro tas por in comparecencia, por primera vez en la h istoria de los cam peona tos mundiales ) ? En la víspera de la tercera partida, Bobby tenía una tez muy pálida y parecía cercano al colapso nervioso. Pero su apariencia e ra equívoca. Recuerdo la expresión 77
ausente de su rostro antes de que comenzase, tras sus die ciocho meses de ausencia de las compe ticiones, a derro tar a Petrosian en la Partida del Siglo en Belgrado, en 1 970. « Cuan do comienza a jugar al ajedrez, se convierte en otro hombre. ¡Se vuelve de acero! » Así es como lo define el maes tro de ajedrez de Fische r, Jack Collins, aunque no muchos otros su pieran esto. Cierto, Fischer dudó an tes de hacer su primer movimiento en la tercera partida, pero no cometió ningún error tras el m ismo. Spassky no creía que hubiera razón alguna por la que evi tar una lucha abierta. Najdorf preguntó excitado: '' Por qué no jugó la cau ta: 4. P3R en esa partida ? El campeón se había preparado muy duramente durante ocho meses, y descu bierto «Serias debilidades en el juego de Fischer». La cuarta partida le dio más motivos para creer esto, pero perdió sus opo rtu nidades de t riunfar. Al m ismo tiempo, Spassky tam bién tenía « serias debilidades », y era asomb rosa la forma en que Fisch er sabía cómo señalarlas con el dedo, en una forma diferente, en cada partida. ¿ Cuánto tiempo iba a poder mantener esto el aspiran te ? La sexta partida vio e l primer Gamb ito de Dama ( con Fischer en las blancas ) de su carrera de ajedrez. Aunque Spassky jamás había perdido con la línea Tartakower en sus muchas partidas de compet ición, esta vez no pudo ejercer una resistencia adecuada. Fische r parecía preparado para casi cual quier cosa. Repitió una mejora de una compe tición soviét ica, y aunque el perdedor en aquella ocasión fue Geller, e! lugar teniente de Spassky probablemente omitió instru ir al cam peón acerca de los peligros del décimocuarto movimien to de las blancas. No cab e asombra rse ante ello, pues ¿ qu ién ha bría predicho un Gam bito de Dama con Fische r en las b lancas ?
78
Blancas : R. J. Fiscber
Negras: B. Spassk :y
Gambito de Dama Rechazado. Defensa Ortodoxa. ( Deseando estar más relaj ado, Spassky, por primera vez, dio un largo paseo hasta la sala del tor neo en lugar de ser llevado en coche. Como de costumbre, Fis cher, llegando en coche, se retra só varios minutos de la hora pre vista para el comienzo . ) l.
P4AD!
¡ Una sorpresa! ¿Acaso la cuarta partida hizo perder temporalmen te a Fischer la confianza en su tradicional : l. P4R, o fue pla neado mucho antes para buscar en una mayor escala las defi c iencias en el repertorio de aper turas del campeón? Fischer había probado este mo vimiento solamente en una oca s ión con anterioridad, en la In terzonal de Palma de Mallorca, 1 970, y fue contra Polugaevsky (el cual, en las negras, gusta de la Siciliana ). La partida se desarro lló : l . P4AD , C3AR ; 2. P3CR, P3A; 3. A2C, P4D. Fischer también abrió : l . P4AD contra Panno en la última ronda del mismo tor neo, pero Panno abandonó la par tida sin replicar. l.
• • .
P3R
Una táctica cauta . Más ambicio sa sería : l . . . P4R, como Spassky acostumbraba a j ugar, pero esto produciría una Siciliana con los colores invertidos , y eso no era en absoluto lo que podían desear las negras. 2.
C3AR
P4D
3.
P4D
Otra sorpresa. Jamás juega el Gambito de Dama con las blan cas, y uno esperaría más un sis tema Reti, más reservado, como segunda elección . ¿ Qué es lo que tenía en mente Fischer? ¿ Debían las negras intentar la defensa Tarrasch, o simplemente la Or todoxa ? Bueno, la segunda elec ción parecía más segura, pues Spassky j amás había perdido una partida con esa línea. 3.
C3AR
4.
C 3A
A2R
5.
ASC
0-0
6.
P3R
P3TR
7.
A4T
P3CD
La variante de Tartakower era la elección favorita de Spassky en muchos torneos. Aquí tenía una razón más para j ugarla : las blan cas han desarrollado su CR muy pronto, y por tanto han perdi do la posibilidad de cualquier presión peligrosa contra el PD negro con A2R-3A y CR2R, como en la Portisch-Ivkov, Wij k aan zee, 1 972. 8.
PXP
CXP
Se puede j ugar el v1eJ O : 8 . . . . P x P , pero en l a praxis moder na no es muy popular. .
9.
AxA
1 0.
cxc
DxA
Creando « peones colgados» en el centro para las negras. La alter nativa es : 10. T lA, A2C ; 1 1 . c X C, tratando de evitar la posición más activa del alfil negro en 3R, pero entonces las negras podrían contestar : 1 1 . . A X c , sin su. . •
79
frir debilidad de peones en el centro. I O.
. . .
PxC
11.
TIA
A3R
La fila CD puede quedar abierta más tarde y, por consiguiente , se considera preferible no tener el alfil en 2C, donde podría mo lestar la actividad de las piezas pesadas negras . I2.
D4T
P4AD
1 3.
D3T
TIA
Todo conocido por los libros. Después de : 14. A2R, C2D, l a praxis d e torneos ha demostra do que las blancas no ganan nada. 14.
ASC!
¿ Es esto nuevo ? ¿ Una mej ora de Fischer ? No; fue jugada en l a partida Furman-Geller, Competi ción del equipo soviético, 1 970, pero el aspirante se apresuró a fijarse en el valor de la idea de Furman. La intención es inter cambiar el alfil por el caballo negro, y por consiguiente expo ner el peón AD negro a una pre sión más severa por parte de las piezas blancas.
I4 .
P3TD
. . •
Esta acción dej a descubierto el peón TD negro de forma poco agradable. Pero, ¿ de qué otra manera eliminar al intruso que no permite que las negras com pleten en paz su desarrollo? I5.
PxP
PxP
No : 1 5 . . . T x P ; 1 6 . 0-0 ! I 6.
0-0
T2T
¡ Fischer y su concepto ! ¡ Es ex traño cómo una línea de las ne gras muy reconocida, parece re pentinamente no valer la pena de ser jugad a ! Las negras colo can su torre en un cuadro p ro tegido pero inconveniente, y pro siguen las dificultades acerca de cómo desarrollar su caballo ( ade más del débil peón negro AD, necesita protección el PTD ). Geller sugería : 1 6 . D2C ; 17. A2R ( pero ¿qué pasaría si : 1 7 . A4T ?), C2D. . .
I7.
A2R
El alfil no debería ser apartado demasiado del lado R, m ientras la dama negra esté cerca y la dama blanca ocupada en el otro lado. La « pérdida » de un tiem po con el alfil resultó, de hecho, una ventaj a. Las negras tienen un PTD débil y un costado de la dama no desarrollado. I7.
. . •
C2D
Esto permite que el caballo b lan co entre muy efectivamente en acción, pero ¿ qué otra posibili dad había? Después de : 17 . . P4TD ; 1 8 . T3A ( 1 8. T2A, PST; 1 9 . ASC ! es probablemente aún me jor), C2D ; 1 9 . TRlA, T l R ; 20. ASC, las blancas estaban en una po.
80
sición claramente superior. Fur man-Geler, 1 970, continuaron : 20 . . . ASC ; 2 1 . C2D, PSD ; 22. P x P, P x P ; 23. D x D, T x D ; 24. T8A + , R2T ; 25. C3C, C4R; 26. TSD, T(T )2A ; 27. T x T, T x T ; 28. P4A, A2D; 29. P x C , A x A ; 30. C x PD, TSA + ; 3 1 . R2A, TSD ; 32. T6D, y las negras abandonaron. 18.
C4D
Produciendo un incremento de las amenazas sobre los peones colgados de las negras. 1 8.
...
DIA?
A las negras no les gustaba : 1 8 . . . . , C3A; 1 9 . C3C, PSA ( 1 9. . . . , C2D; 20. T3A); 20. D x D, T x D ; 2 1 . C4D, con un fin de partida inferior; pero el .contexto hará que las cosas se pongan aún más difíciles para ellas hacia la mitad de la partida. 1 9.
CxA
20.
P x 4R!
PxC
Golpeando en el corazón de la posición de las negras. Tras : 20. A4C, las negras podían defender se, pero tras el movimiento cla ve de la partida, probab lemente las negras no podían escapar a una sensación de hallarse en pe ligro de una repentina e inme diata derrota.
20.
. . .
PSD
Estando en serias dificultades, las negras escogen una respues ta tajante en busca de contrapo sibilidades , pero esto debilita sus cuadros blancos . Otros movimien tos no eran mu.cho más atracti vos : 20 . . . . , P x P; 2 1 . T4A, y los peones negros están todos ellos debilitados y condenados; o : 20. . . . , C3A; 2 1 . PSR, C2D ( 2 1 . . . . , CSR; 22. P3A ) ; 22. P4A. 21.
P4A
Controlando el cuadro SR y ame nazando A4A con mayor efecti vidad. 21.
...
D2R
Las negras están pagando por su pérdida de tiempo. 22.
PSR!
Considerando la debilidad de 6R. 22. P4CD, P4R, daría a las negras algo de contraj uego . 22.
( Ver diagrama. )
.
.
•
TIC
Enfrentándose con la amenaza inmediata : 23. P4CD; pero todo está colgando de un hilo en la posición de las negras. En el caso de : 22. . . . , C3C (impidien do A4A ) ; 23. D3CD ! , C4D ; 24.
81 6.
-
FI SCHER CONTRA SPASSKY
PSA ! , y el ataque seguiría sien do fuerte. 23.
A4A
El alfil se convierte en una pie za todopoderosa, pues las blan cas no tienen miedo de : 23. C3C, teniendo la réplica : 24. D3CD ! 23.
. ..
RIT
En el caso de : 23. . . . , C l A ; 24 . PSA, las negras tendrían que en frentarse con la amenaza P6A. 24.
D3T
CIA
Desde ahora en adelante, las ne gras se ven limitadas a una to tal pasividad hasta el fin de la partida, pero 24. . . . , T x P ; 25. A x P, no era mej or. Por un lar go tiempo las negras han estado perdidas posicionalmente. 25.
P3CD
P4TD
27.
TxP
28.
T ( l ) lA
C2T
l levando las últimas reservas al ataque. No 28. T7A ?, C4C ! 28.
...
DID
Las negras están inermes ante la acción combinada de todas las piezas activas blancas. 29.
D3C
Preparando amenazas conj uga das y la centralización de la dama. Todos los movimientos de las blancas son simples y muy fuertes . 29.
. ..
T2R
Tratando de cubrir la segunda fila. No hay mucho más que pue dan hacer las negras. Con su si guiente movimiento, las blancas toman el último cuadro útil del caballo negro, y entonces proce den a una lenta ej ecución. 30.
P4TR
31 .
P6R
T ( 1 ) 2C
Echando el oj o sobre el peón A negro. Ahora hay demasiadas amenazas , entre las cuales se cuenta : 32. DSR. Las negras no pueden intentar : 3 1 . . . . , P6D, a causa de : 32. TSD. 31. 32. 26.
PSA
Ahora es el momento de abrir l a fila A R , para penetrar c o n l a s piezas pesadas alrededor d e l rey contrario, y al mismo tiempo te ner un peligroso PR, tanto para la mitad de la partida como para el final de la misma. 26.
82
. ..
PxP
T ( 2C ) 2A DSR
DIR
32. . . ., P6D ; 33. T(5 )3A, daría como resultado un fin de parti da sin esperanzas . 33.
P4T!
( Ve r diagrama.)
34.
T ( 1 ) 2A
DlR
35.
T ( 2 ) 3A
DlD
36.
A3D
DlR
37.
D4R!
Lo mismo seguiría tras : 36. . .. , T3A. La amenaza de 38. T8A + obliga a las negras a permitir el sacrificio técnico del cambio, tras el cual no hay defensa con tra el ataque conjugado. C3A
37.
Colocando a su oponente en una especie de «Zugzwang». Las ne gras deben esperar, pues 33. . . . , C3A; 34. T x C ! , P x T ; 35. T x P ! , dej an a su rey sin protección . 33.
...
DlD
No hay otra cosa que jugar : 33. . . . , R I C ; 34. T7A, pierde inme diatamente. Con sus dos movi mientos bastante neutros, las blancas dan a su oponente la op ción de abandonar.
38.
T X C!
PxT
39.
TXP
RlC
40.
A4A
La amenaza es : 4 1 . T7A. 40.
.
.
.
RlT
41 .D4A
Uno de los varios movimientos de victoria ( 4 1 . T7A ! ) : 4 1 . . . . , R I C ; 42. D x PT o 42. D3C + , RIT; 43. DSR ! . Las nerras abandonan.
El aspirante tomó la delantera por primera vez : ¡3 1 /2 a 2 1 /2 a favor de Fischer!
83
7 Con millares de espectadores aplaudiendo la victoria de estilo clásico en la sexta partida, Spassky hizo lo mismo, ten diendo a con tinuación su mano al aspirante. Para no ser afec tado por el amable comportamiento de su adversario, « tuve que irme », les dijo Fischer después a sus amigos. Sin embar go, no hubo sentimientos amables en la séptima partida, sino una cruel lucha, en la que ambas partes demos traron la mis ma resolución. Spassky no se sin tió afectado por su mal ini cio. El hecho de que jugara por debajo de su capacidad real al principio no quería decir que tuviera que seguir así du rante toda la compe tición. Y, por consiguiente, de nuevo esta ba dispuesto a una lucha abierta, quizá más que nunca. Fis cher también estaba dispuesto. Dispuesto a t ratar de aplastar los restos de la confianza en sí m ismo del campeón. Ahora parecía ser el momento más adecuado para hacerlo. De hecho, Fischer se sentía feliz aquella misma tarde, des pués de que, por primera vez, se había situado en cabeza. Hubo una reunión informal para la cena, y en ella Bobby de mos t ró que no se preocupaba ya demasiado por la compe ti ción, aunque necesitaba nada menos que nueve pun tos más para lograr la victoria. Se comportó como si el duelo de Reik javik hubiera finalizado, y se interrogó sobre la posib ilidad de conservar el título mundial durante los próximos treinta años, para cuando tendría casi sesenta. Los dictadores acos tum braban a soñar en un imperio de un millar de años, pero un jugador de ajedrez no puede atreverse a esperar por un período superior al que tarde en llegar a una edad en la que ya no esté físicamente capacitado para la tarea. De cualquier forma, si su sueño se hiciera realidad, superaría el récord del 85
doctor Emanuel Lasker, que se sentó en el trono del ajedrez duran te vein tisiete años. Con esta visión his tórica, Fischer se fue a jugar a los bolos hasta las cinco de la mañana; Spassky no parecía estar de acuerdo con las intenciones del aspirante. En réplica a una cau ta pregun ta acerca de cómo se sentía el campeón, un miem b ro de su equipo dijo, sin excitarse: «Nichevo ( nada ) . Durmió muy b ien ». Y eso fue todo. ¿ Fue un signo simbólico el que a Spassky, antes de la sépti ma partida, le fuera entregado u n sillón de ejecu tivo ? Gira, rueda, y se mece suavemente como el de Fischer. A algún fan de Fischer no le gus tó la idea. «Robó » el nuevo sillón, y lo apartó del escenario, de forma que el árbitro Schmid tuvo que buscarlo, y afo rtunadamente logró traerlo justo an tes de que comenzase la partida. Spassky, sentado por primera vez en su sillón, ricamente tapizado en vinilo negro imitación cue ro y con un grueso chasis de acero cromado ( su precio de venta al público es de 470 dólares, y fue enviado desde Nueva York por el « Valor publicitario » ) , copió la táctica de Fischer en la partida previa y, ab ruptamen te, cambió su repertorio con las piezas blancas. Tras un intervalo de doce años, Spassky ab rió de nuevo con tra Fischer con 1. P4R. Fue como un guante lanzado con t ra el ros tro de su opo nente. A Fischer no le importó, y aceptó el reto. Adoptó su línea favorita, de dos filos, que Spassky había evitado duran te tan to tiempo. El noveno movimiento de las blancas mostró que Spassky no deseaba repetir nada que Bobby hubiera expe rimentado en su praxis de torneos. Sin embargo, nadie podía sorprender a Fischer en esta posición. El ataque de Spassky, aparentemente peligroso, se evaporó tras algunos movimien tos, y dio como resultado un inferior final de partida, con un peón menos. ¡Spassky estaba perdido de nuevo! Fischer lo sabía, y se relajó demasiado pronto. Jugando deprisa, se le escaparon lí neas fuertes en varias ocasiones. Tras ello, Spassky se man tuvo heroicamen te e hizo el mejor movimiento igualatorio en 86
la jugada cuaren ta, cuando le quedaban sólo un par de minu tos. El verdadero problema llegó cuando tuvo que sellar el movimiento cuaren ta y uno. Pasó cuarenta y cinco minu tos en ello, y encontró una solución milagrosa que mostraba que aún tenia energías y capacidad de lucha. Al día siguiente, tras la part ida, Fischer hizo una amarga declaración acerca de su « mal juego antes del aplazamien to ». Esperaba no volver a re petirlo nunca.
87
Blancas: Spassky
Su última victoria con ella fue contra Parma en Rovinj/Zagreb , 1 970.
Negras: Fischer
Defensa Siciliana. :E.sta fue el arma favorita de Spassky en su lucha con Petro sian en 1 969, cuando se hizo con el título, pero contra Fischer no la había usado desde Mar del Plata, en 1 960. Encontrándose por detrás en la clasificación de pun tos, por p rimera vez, el campeón creyó que había llegado el mo mento de dej ar de evitar la lí nea favorita de Fischer. l.
P4R!
l.
...
P4AD !
Aceptando el reto con el deseo de continuar su « guerra relám pago » en la competición, median te la cual había ganado tres pun tos y medio en las cuatro parti das precedentes. 2.
C3AR
P3D
3.
P4D
PXP
4.
CxP
C3AR
5.
C3AD
P3TD !
¡ La línea de Najdorf, en la cual Fischer ha sido el mayor exper to mundial desde 1 958 ! 6.
A5CR!
La línea más incisiva, y la más analizada a lo largo de los años, aunque sin ninguna conclusión final. P3R
6.
7.
P4A
D3C!
Más ambiciosa que : 7 . . . . A2R. la partida toma ahora una tra yectoria muy interesante. .
8.
D2D
C3C!
9.
•
.
•
D6T!
Más flexible que la antigua : 9 . . . . . C 3 A que esperaba u n a prema tura 1 0 . P3TD ?, C4TD ! . Más pron to o más tarde, la dama negra tiene que ser puesta a seguro. Haciéndolo en seguida, las ne gras mantienen abierto un ma yor abanico de posibilidades. 1 0.
A3D
Las b lancas tienen el mejor de sarrollo a cambio del peón sacri ficado, pero necesitarán abrir la posición con el fin de ser capa ces de utilizarlo. La al ternativa era 1 0. A x C , P x A ; 1 1 . A3D (o 1 1 . A2R, como en la onceava par tida ), pero las b lancas prefieren mantener más piezas sobre el ta blero para el ataque que está destinado a debilitar la estructu ra de peones de las negras. 1 0.
. . .
A2R
La ventaja del noveno movimien to de las negras es que puede asegurar el lado del rey más pronto y mejor. 11.
0-0
DxP
La variación del « Peón Envene nado », la mejor arma de Fischer.
88
9.
Nadie había intentado esta con tinuación, pocas veces jugada , contra Fischer. La amenaza es : P3TD y T2T, con la captura de la dama negra. Es más habitual : 9. T l CD .
( Ve r diagrama. )
P3TR
las b lancas ofrecen otro peón, es perando obtener más del mismo, gracias al temporalmente despla zado AR negro . 12.
CxP
1 3.
CxC
14.
P5A
AxA
Las blancas no tienen tiempo de contar sus piezas. Las blancas deben abrir tantas filas como le sea posible y tra tar de penetrar con sus piezas. 14.
Aprovechando la oportunidad de li berarse del poco agradable al fil blanco. 1 1 . . . . , CD2D no será nuevo, sien do conocido desde el encuentro Giterman-Saj arov, Spartaquiad de la U.R.S .S., 1967, que se de sarrolló : 12. TD IR, P3T ; 13. A4T, D5C ( si 1 3 . . . . , C x P ; 1 4 . T x C, A x A; 1 5 . T4T, D7C ; 1 6 . T I C ) ; 1 4 . AlA, c o n u n a excelente compen sación posicional por el peón, y Strekalovski-Shamkovich, Unión Soviética, 1 968 , que continuó : 12. A5C ! ?, 0-0 (el analista ruso Mat sukevich sugiere en cambio : 12 . . . . , P x A ! ; 1 3 . C x P, D5T, con una posición no muy clara ) ; 1 3 . A x C(7D), A x A ; 14. P5R, P x P ; 1 5 . P x P, C4D ; 1 6 . C x C, P x C ; 1 7 . T3A, A x A ; 1 8 . D x A, P3T ; 1 9 . D2D, D2R; 20. T l R , y l a s blancas tienen una buena compensación por su peón . 12.
A4T
Una de dos continuaciones poco claras, pero 12. A x C, A x A; 1 3 . P5R, P x P ; 14. C4R, era aún me nos atractiva para Spassky en ese momento. Por consiguiente,
15.
. . .
PxP
A5C + !
La única posibilidad. Con 15 . D4A, AlR o 1 5 . D3A, 0-0, las blan cas no consiguen nada. Ofrecien do la pieza, las blancas mantie nen al rey negro en el centro y, por consiguiente, pueden con tinuar el ataque.
15.
P x A!
La otra posibilidad : 1 5 . . . . , R2R; 16. A4A; sería poco agradable para las negras. 16. C x P + RIA No 16. . . . , R2R ? ; 17. C x P( 5C), D3T (de otra manera seguiría : 1 8 . D6D + ) ; 1 8 . D4C + ! , con un ataque victorioso.
89
17.
CxA
C3A!
¡ Una maravillosa comprensión del j uego por parte de Fischer ! Las negras j ugaban rápido a pe sar de tener una posición muy complicada, y va quedando de mostrado que el ataque de las blancas se está evaporando. 18.
C6D
Las blancas deciden mansamen te luchar por unas tablas. La posición de las negras es más es table de lo que parece : 18. D7D, P3CR ! ; 19. D x PC, D3T, es bueno para las negras . 1 8.
...
19.
C x P ( 5C )
TlD
Las blancas podrían haber con tado con : 19 . . . . , T x D ; 20. C x D, T4D ; 2 1 . C4A, P3CR ; 22. TDID, T x T ; 23. T x T, R2R ; 24. CSA, con sufic iente contrajuego en el final de partida. Pero . . . 19.
D2R!
20.
D4A
21 .
P4TD
P3CR
El ataque ha terminado. Las ne gras tienen ventajas de posición y material ( los caballos blancos están desplazados ). ¿Otra victo ria para Fischer?
90
21 •
. .
.
A4C
Un movimiento agudo, pero no había nada malo en el simple 2 1 . . . . , R2C, con una posición fá cilmente ganada y haciendo más difícil que las blancas metieran una torre en la fila del R. 22.
D4A
A6R +
23.
RlT
P5A
La actividad de las piezas blan cas está ahora muy limitada. 24.
P3C
Tratando desesperadamente de abrir filas y activar sus piezas. 24.
...
P4C
25.
TDlR
D5C
Buscando un final de partida su perior. No 25. . . . , TSD ? ; 26. C( S ) x T, DSR + ; 27. T3A. 26.
DXD
CxD
27.
T2R
R2C
27 . . . . , C3A ! habría privado a las blancas de cualquier continua ción activa. Ahora, Spassky prue ba con su única posibilidad : 28.
C5T
P3C
29.
C4A
C4D
30.
C ( 4 ) 6D
A4A
Más eficaz era : 30 . . . . , R3C ! ; 3 1 . P4A, C3A.
31
C7C
TlAD?
¡ Increíble ! 3 1 . C6R ! seguía s iendo una clara victoria. 32.
P4A!
Un intento esencial de romper la cadena de los peones negros . C6R
32. 33.
T3A
34.
PxP
35.
T3D!
CxP P5C
Dominando ambas filas centra les, las blancas conservan las me jores posibilidades para un con trajuego. 35.
. . •
36.
P3T
P4T
Luchando para conseguir más es pacio en el lado del rey. 36.
.
. •
C4T
Obligando al poco grato caballo blanco a tomar una decisión. 37.
C ( 7 ) 6D !
Ax e
Buscando liberar la fila para su· torre, pero las blancas ganan un tiempo para el viaje de su caba llo al lado del rey. 38.
CxA
T8A +
39.
R2C
C5A
El caballo blanco era demasiado fuerte. 40.
C8R + !
41.
P4T ! !
R3C
U n movimiento clave. L a s blan cas disminuyen las posibilidades del rey oponente sin comprome ter prematuramente sus piezas a una acción. Tras el obvio 4 1 . T5D?, P3A; 42. P4T, T6A! ( 42 . . . . , T7A tampoco es malo, por ejem plo : 43. T x T, C6R + ; 44. R2A, e X T(4D )), las negras ganarían, porque la torre blanca dejó la tercera línea demasiado pronto
( la amenaza negra sería C6R + ). ¡ Las blancas no gastaron en vano cuarenta y cinco minu tos en este movimiento sellado ! 41.
• .
.
P3A
Tras 4 1 . . . . , R4A; 42. C7C + , las negras tendrían que repetir mo vimientos ( 42. . . . , R x P ? ? ; 43. T4D, mate ). 4 1 . . . . , TlA era una posibilidad interesante . 42.
T6R!
Ahora todo está en su punto. 42.
. ..
T7A +
42 . . . . , R4A; 43. C7C + , no inte resa a las negras. 43.
RlC
No 43. R3C ?, TIA; 44. T5D, T6A + ! , llegando a la sexta línea sin perder tiempo. 43.
. . .
R4A
Tras 43. . . . , T l A ; 44. T5D, las blancas tienen un excelente con trajuego. Por ejemplo : 44. . . . , R2A; 45. P5A, T x C; 46. T7D + , con unas tablas. Mejor era : 43 . . . . , T x C ! ; 44. T x T , C7D ! , pero después de : 45. T2R, C6A + ; 46. R2A, T5A ; 47. T x C , P x T ; 48. R xP, T x PT; 49. T2CD, el final de partida, aunque con un peón menos, sería unas tablas fáciles de obtener para las blancas. 44.
C7C +
RxP
45.
T4D +
R6C
El último intento : 45. . . . , R6A; 46. T3D + , es tablas . 46.
C5A +
R6A
E sperando lograr algo con : 47. T3D + , R5A, ganando un tiempo vital mediante un ataque al ca ballo. No 46. . . . , R6T ? ? ; 47. T3D + , con mate.
91
47.
T ( 6 ) 4R!
49.
RlC
Todos estos movimientos fueron hechos por las blancas en dos minutos. Al tomar tanto tiempo para su movimiento sellado, le quedaban sólo veinte minutos para los siguientes quince movi mientos hasta el control de tiem po. Ningún lado puede ahora es capar al j aque perpetuo. Las blancas también tienen amena zas conjugadas sobre 4AR o 3R s i las negras mueven su torre o caballo a cualquier parte. 47.
. . •
T8A +
48.
R2T
T7A +
Las negras no tienen otra cosa : 48 . . . . , P6C + ; 49. C x P, no sirve de nada. Las piezas negras no colaboran tan bien como las de su oponente.
92
Aceptadas tablas
Las segundas tablas del campeo nato. El puntaj e : 4 a 3 a favor de Fischer .
8 A través de los siglos de su larga historia, el ajedrez ha siáo el juego de una pequeña minoría de la humanidad. Aho ra, extrañas cosas han sucedido en pocas semanas. Esta in creíble competición, y el aún más increíble Fischer, han hecho que todo el mundo se interese por el ajedrez. «0 está loco, o es muy astuto al pedir tanto dinero de más », escribió el corresponsal en Washington del p e riódico francés Le Figaro. Al mismo tiempo, el corresponsal en Moscú del mismo influ yente diario parisino dijo que « en la Unión Soviética parecía como si se tratase de una lucha entre el bien y el mal, en la que Spass ky tuviera el papel de San Jorge luchando con tra el dragón ». Mien tras tanto, el espectáculo proseguía. Fischer envió otra carta al árbitro pidiendo, en un lenguaje extremadamente ela borado, que el tablero de mármol fuera sustituido por uno de madera ( aquél en que se había jugado la tercera partida en la habitación de atrás ) . Bobby decía que una mala combina ción de colores en la piedra daba la impresión de que los cuadros blancos fueran mayores que los negros. Schmid in formó a Spassky, y el campeón, ten iendo mayores problemas con su pobre rendim iento, estuvo inmedia tamente de acuer do. La séptima partida fue jugada en el tablero de madera. Spass ky salvó medio punto. Pero an tes de la octava partida Fischer reclamó de nuevo el tablero de mármol, y acusó al árbitro de haber vulnerado las reglas. Schmid se sintió muy asombrado, pues Fischer te n ía razón. En las reglas ( artículo 1 8 ) , se dice que el mismo equipo de juego, escogido por los jugadores al inicio de la competición, debe ser usado a lo largo de toda ella. Schmid no logró encon trar a Spassky a tiempo, y el ta93
hiero de madera siguió en su sitio para la octava partida. Esta vez no le sirvió de nada a Spassky. Contrariamente a lo que cuenta la leyenda, en la vida real el dragón fue más fuerte que el san to. Spassky, obviamente impresionado por la mejor comprensión de las posiciones en las partidas cinco, seis y siete que había mostrado su oponente, jugó como si estuviera e n un trance hipnótico y empleó hora y media en hallar un plan válido tras las innovaciones, no demasiado peligrosas, de Fischer en los movimientos diez y once. Luego, bastan te ines peradamente, desgas tado por la fatiga e irritado por la pre sión del tiempo, Spassky cometió, uno tras otro, dos errores de principiante, y salió perdedor del intercambio, sin ninguna compensación. En un centenar de años de Campeonatos del Mundo de Ajedrez, sólo hubo o t ra partida que se pareciese a ésta. Fue la pérdida por incomparecencia de Fischer.
94
9.
Blancas: Fischer Negras: Spassky
Apertura Inglesa. l.
P4AD !
¡ De nuevo ! Había dado mejores resultados en la sexta partida que la favorita de Fischer : l. P4R, en la cuarta. l.
• . .
P4AD!
Al mismo Fischer le gusta opo
nerse a la Inglesa de esta ma nera , jugando en el centro. En la sexta partida, Spassky jugó : l . . . . , P3R, pero no tenía moti vos para elegirla ahora. 2.
C3AD
C3AD
3.
C3A
C3A
Le llevó un largo rato a las ne gras el decidir este movimien to. Las alternativas eran : 3 . . . . , P3R o 3. . . . , P3CR. 4.
P3CR
P3CR
5.
A2C
A2C
6.
0-0
0-0
7.
P4D
PXP
Poniendo sus esperanzas en la actividad de sus piezas menores a cambio de la ven taj a del es pacio ahora entregado a las blan cas. Hubiera es tado más de acuerdo con los gustos clásicos la 7 . . . . , P3D que transpondría a la Variante Yugoslava de la De fensa India de Rey, en la que las negras tratan de tener mejor protección en el centro. 8.
CxP
CxC
El sacrificio del peón con 8 . P3D ; 9. C x C , P x C ; 10. A x P, no sería sen sato, y 8 . . . . , CSCR o 8 . . . . , D3C; 9. C2A ( o 9. C3C ) sería de un valor muy dudoso para las negras.
DxC
P3D
Ésta es la línea que el lugarte niente de Spassky, Geller, acos tumbraba a j ugar en diversos campeonatos. 1 0.
ASC !
¡ Aunque los sistemas cerrados nunca han sido la especialidad de Fischer antes de este torneo, ahora demuestra su habilidad para presentar novedades en cualquier lugar! Fuera o no el mejor movimiento posible, pro dujo un shock psicológico en su adversario que había comenza do ya a respetar el excelente jui c i o mostrado por Fischer en las partidas previas ( l l . . ., C3C ! en la partida cinco, y 14. A5C ! en la partida seis ). La idea recuer da la estrategia de la partida Horp-Unzicker, Venecia, 1969, que se desarrolló : 10. 030, C2D; l l . D2A, C4A; 1 2 . A5C ! , P3TR ; 13. A3R, A4A ; 14. 020, R2T ; 15. A4D , A x A ; 1 6 . D x A, con mej or jue go para las blancas. El movimiento : 10. 030 ha dado buenos resultados en \'arias oca siones ( ¡ pero ahora no sería una novedad ! ) . Por ejemplo : 10. 030 , P3TD ( o 1 0 . . . . , C2D ; l l . P3C ! , C4A; 1 2 . 020, A2D ; 1 3 . A2C , P4TD; 14. e s o , A X A; 1 5 . D X A, A3A ; 1 6 . T D l D , A x C ; 17 . T x A, D3C ; 1 8 . T I C ! , TRIA; 1 9 . P4TR, D l D ; 20. P4R ! , con fuerte pre sión. Gufeld-Damj anovic . Scopje , 197 1 ) ; 1 1 . A3R, A4A ( o 1 1 . . . . , C5C; 12. A4D , C4R ; 1 3 . D I O , con la mejor partida, Furman-Stein, U.R.S.S., 197 1 ) ; 12. 020, 020 ; 1 3 . A4D ! , T D I A ; 14. A x C ! , P x A ; 1 5 . .
95
CSD, con ventaja para las blan cas. Smej kal-Stein, Tallin, 1 97 1 . L a idea del movimiento e n l a partida e s provocar e l debilita miento de las negras : . . . , P3TR, y entonces aplicar una estrategia similar a la de las partidas men cionadas. No 10. D4T, D4T, con un exce lente contrajuego para las negras en el lado de la dama . 1 0.
. ..
A3R
Las negras no aceptan la invita ción a : 10 . . . . , P3TR ; 1 1 . A2D y 1 2 . D3D, como se j ugó . en mu chas partidas de campeonato. La amenaza es : 1 1 . . . . , C4D. 11.
D4A!
ha encontrado otro cuadro ac tivo. 11.
...
D4T
Una idea conocida para aumen tar la presión sobre el lado de la dama y equilibrar la ventaj a en espacio de las blancas. Tras 1 1 . . . . , D2D; 12. TRlD, TDlA; 1 3 . P3C, l a presión d e las blancas a lo largo de la fila de la dama se ría poco agradable ; pero 1 1 . . . . , C2D amenazando 1 2 . . . . , P3A era otra j ugada posible. 1 2.
TDI A
Defendiendo el caballo y prepa rándose para proteger el peón AD con P3C. Las negras tienen que preocuparse por su peón CD, que durante un tiempo fue tabú ( 1 2. A x P?, TD l C ; 13 . . . . , T X P ) . 12.
...
TDIC
Defendiendo el peón y preparán dose para un contrataque con : . . . , P3TD y : . . . , P4CD. 1 3.
P3C
Llegado este momento, Fischer había empleado media hora, y Spassky hora y media. 13.
¡ Otro movimiento inusitado y sorpresivo ! ¡ El shock era ahora completo, y Spassky tardó cerca de una hora en hallar un plan válido ! Las b lancas han retirado su dama de un cuadro expuesto, impidiendo : . . . , P3TR. Ahora las blancas pueden ej ercer presión sobre la diagonal SCR8D, y a lo largo de la fila de la dama con su torre , debido a que su dama
96
...
TRI A
A las negras le quedaba algo me nos de una hora para los res tantes veintisiete movimientos hasta el control de tiempo, pero al menos habían resuelto el pro blema de cómo desarrollar su j uego. 14.
D2D
Otro cambio de actitud inespe rado. Aunque incurriendo en al gunas pérdidas d e tiempo, las blancas podían permitírselo con el fin de reforzar su posición en el centro. Quizá las negras se
asombraran por el hecho de que pudieran obtener ninguna ventaja de esto. no
14.
• . •
15.
A3R
P3TD
Volviendo su atención hacia el lado d e la dama, y preparando la centralización de su AD a 4D. Al mismo tiempo, hay una ame naza en A7T.
19.
TRlD
C2D??
¡ Otra vez, y qué gran error! In fluenciadas por su error en el quinceavo movimiento, las ne gras están ciegas y no ven algo de lo que en su estado mental normal deberían haberse dado cuenta hasta en una partida rá pida. Lo normal era : 19 . . . . , R lA, con esperanzas de luchar por unas tablas . 20.
C5D
21.
C x P+
DXD
¡ Naturalmente ! Las n egras están perdidas, con un cambio desven tajoso y sin ninguna compensa ción por el mismo. RlA
21.
1 5.
...
P4CD?
Cansancio y la simple imprevi sión de la pérdida en el cambio, quizá causada por l a influencia del lento maniobrar de las blan cas. Bien fundamentada hubiera sido : 15. . . . , T2A ; 16. T R l D , T( l ) l AD, c o n una partida igua lada. 16.
A7T
P x P?
Las negras están aleladas, y j ue gan rápidamente. Mejor posibi lidad tenía : 16 . . . . , T l T ; 1 7 . A x T , T x A ; 1 8 . A4D , P x P, con cierto control de los cuadros centrales y la posibilidad de avanzar sus peones. 17.
AxT
TxA
18.
PxP
AXP
22.
TxD
RxC
23.
TxA
T8C +
24.
AlA
25.
R2C
C4A P4TD
Intentando su única posibilidad de capturar el peón TD blanco. 26.
P4R
Destinada a socavar la posición del caballo negro También 26. P3R, PST; 27. A3D, T8TD; 28. A4R , P6T ; 29. ASD, era bastante buena. 26.
...
A8T
Tratando de detener PSR median te : . . . , P3A. Pero, de todas ma neras , su posición es desesp� rada. 27.
P4A
P3A
28.
T2R
R3R
Enfrentándose con la amenaza de PSR. 29.
T ( 2 ) 2AD
A7C
Impidiendo T I A.
97 7.
-
FISC H E R CONTRA SPASSKY
P4T?
30.
A2R
31.
T2D
A6T
32.
P5A +
PxP
33.
PxP+
R4R
34.
T ( 4 ) 4D
RxP
35.
T5D +
R3R
36.
T x PD +
R2R
37.
T6AD
Las negras abandonan.
Puntaj e : ¡ el aspirante incremen ta su ventaj a a 5 a 3 !
98
9 J erry W eintraub (antiguo promotor de El vis Pres ley) y Sid Bernstein ( en otro tiempo manager de los Beatles) estaban en la ciudad. La poco conocida personalidad de Robert Fis cher había actuado como una varita mágica, atrayendo la dis tinguida presencia de gente procedente del más lucrativo mun do de la música pop. W ein traub admitió, y ciertamente sabe de lo que habla, que en toda su carrera jamás había sido tes tigo de una ascensión más rápida de una nueva estrella. En cues tión de semanas Bobby Fischer se había convertido en una superestrella, el hombre del año. Con una distinta visión del problema de una estrella de ajedrez, Wein traub comprobó las reacciones de la sala de tor neos y averiguó que el alto y bien parecido Fischer tenía una definida atracción para las chicas. Pero, desgraciadamente, Bobby llegó a la conclusión, hace m ucho, de que « el ajedrez es mucho más interesan t e » . Al mismo tiempo, el abogado de Fischer, Paul Marshall, predijo que un mes después de la com pe tición Robert Fischer sería un verdadero millonario estado unidense, ¡el primero de los anales del ajedrez! Muchos gran des maestros del pasado han vivido en la pobreza, pero hay que reconocer que los méritos de Fische r son enormes. « ¿ Qué hay de nuevo ? » es la manera en que se dicen « B ue nos días » los periodistas de Reikjavik. B ueno, «Se había al canzado al fin un acuerdo », y las cámaras de la cadena ABC estaban en la sala para la octava partida. Pero Fischer « no sabía acerca de es to » cuando estaba jugando, y después ame nazó con irs�. Se convocó una reunión urgente. Spassky no tenía nada que opinar acerca de este asunto y, m ien tras tanto, tuvo que ser conten tado con un sillón de lujo del mismo mo delo que el de Fischer. 99
¿ Se ha terminado la verdadera lucha ? Tras la incompare cencia, Spassky sólo ha logrado dos tablas en seis par tidas. El campeón atravesaba una profunda crisis, y su única posibili dad psicológica e ra el haber llegado ya al fondo y, por consi guiente, no caber otra cosa que remon tarse. La octava partida fue la peor de la compe tición hasta aquel momen to, casi un desastre para el poseedor del título. No es que Fischer hubiera jugado demasiado bien aquella partida; por el contrario, fue su actuación menos impresionante. Pero, tras haber experimen tado el excelente juicio de Fischer en la quinta, sexta y séptima partida, parec;ió que Spassky se sentía paralizado ante cualquier novedad introducida por el aspiran te. ¿Fue esto lo que le impedía jugar como un campeón, y sería así hasta el final, o se trataba sólo de un episodio pa sajero ? Antes de tener que hallar la respuesta por sí mismo, Spass ky pospuso la novena partida, prevista para el domingo, 30 de julio. Aunque un miembro de su grupo había dicho la tarde anterior que Spassky deseaba jugar ( para no repetir las que jas de «alta presión sanguínea » o « extenuación nerviosa » he chas por Larsen y Pe trosian, los oponentes de Fische r en los torneos de cualificación ) , el doctor descub rió el domingo por la mañana que Spassky estaba resfriado y tenía la garganta irritada. « ¿ Qué les parece eso ? », fue el b reve comen tario de una estación de radio estadounidense. Fred Cramer, funcionario de la Federación Estadounidense de Ajedrez, pidió ver el cer tificado médico, añadiendo quizás un grano de arena más a la tortura psicológica del campeón. El gran maes tro Lombardy explicó que Fische r deseaba señalar lo poco adecuado de la regla que dice que un jugador sólo puede posponer en tres ocasiones el juego en caso de enfermedad. « S e ría mucho me jor dar el derecho de posposición cada vez que un jugador no se sintiese dispuesto », dijo el lugarteniente de Fischer. Lo que decía tenía mucho sentido. No podían por menos que darse por b ien empleados otros 1 00
dos días de descanso si ello iba a devolver a su curso natural el campeonato. Mientras tanto, hubo falsos rumores de que el lugarteniente de Spassky, Geller, había volado a Moscú, sin previo aviso, para « informar acerca de la situación crítica de el campeonato», y, dos días más tarde, radio Islandia infor mó, incorrectamente, q ue Larissa, la esposa de Spassky, lle gaba a Reikjavik. Estas atemorizadas noticias eran una exageración. Spassky jugó y perdió su habitual partido de tenis con 6-3, 6-1, 6-1. Como su compatrio ta estoniano Paul Keres, Nei, el oponente de Spassky, es un jugador experimen tado, y Spassky se mos tró complacido con el resultado: «Podía haber sido peor ». En la novena partida todo sucedió según la rutina estable cida. Spassky llegó pun tual al escenario, Fischer con casi diez minu tos de retraso. Un amigo ajedrecista estadounidense ex plicó que quizá no sólo fuera un arma psicológica, sino simple mente la vacilación de Bobby a enfrentars e con la « molesta » situación de estar sentado allí sin nada que hacer an tes de que se pusiera en marcha el reloj. Esta vez, Spassky no pudo permanecer mucho rato sentado en su sillón. Tras cada una de sus movidas, se ponía en pie y se marchaba. Con el noveno movimiento se produjo o tra. de las nove dades de Fische r. Pero, ahora, las novedades eran ya parte de la rutina. Esta vez Spassky no se dejó amilanar. La par tida en sí misma fue muy gris, aunque la nueva apertura de Fischer podía tener una importancia duradera para la lí nea favorita de Spassky. Por motivos de prestigio se aceptó las tablas varios movimientos más tarde de lo necesario. Fis cher se comportó amablemente, y fue el primero en susurrar la palabra esperada.
101
Blancas : Spassky Negras: Fischer
Defensa Semi Tarrasch l.
P4D
¡ De regreso a su estrategia pla neada antes del torneo ! Las par tidas primera, tercera y quinta t ambién fueron abiertas de esta manera por el poseedor del títu lo, pero ¿ se va a discutir de nue vo la línea del « peón envene nado » ? l.
...
C3AR
2.
P4AD
P3R
La actitud de Fischer ante esta táctica es muy cautelosa. ¿ No jugará nunca : 2 . . . . , P3CR? 3.
C3AR
como en la primera y tercera partida. 3.
. . .
P4D
Es más incisiva : 3 . . . . , P4A ( ter cera partida), pero ahora no hay necesidad de ella. 4.
C3A
P4A!
¡ Algo distinto! En la primera par tida, las negras j ugaron : 4. . . . , A5C. Este movimiento es tam bién una especie de reto, pues Spassky es experto en cualquier forma de la Defensa Tarrasch, j ugando tanto con blancas como con negras. 5.
PA X P
6.
P4R!
CxP
A partir de este movimiento, Spassky desarrolló una nueva es trategia para las blancas y obtu vo una excelente victoria contra Petrosian en 1 969. ¿Qué es lo que tiene Fischer oculto en la manga para entrar deliberada-
1 02
mente en esta peligrosa variante? Una buena alternativa es : 6. P3R, pero se convirtió en menos po pular cuando Spassky mostró una forma en que hacer buen uso de todo el centro de peones. cxc 6. 7.
PxC
PxP
8.
PxP
C3A!
Todo el mundo j ugaba : 8. . . . , A5C + , durante los últimos años, y lo pasaba muy mal. No obs tante, el movimiento efectuado no es demasiado nuevo, y fue j ugado en la partida Platonov Krogius ( otro miembro del equi po de Spassky en Reikj avik ) en Leningrado, en 197 1 , pero enton ces sólo dio como resultado un diferente orden de movimientos. Tras 8 . . . . , A5C + 9. A2D, A x A + ( 9 . . . . , D4T 10. T l C D ! ) ; 10. D x A, 0-0; 1 1 . A4A, C2D; 12. 0-0, P3CD; 13. TDlD, A2C ; 14. TR lR, TIA; 1 5 . A3C, C3A ; 16. P5D ! , P x P ; 17. P x P, T4A; 18. P6D, A4D ; 19. D4A, C4T ; 20. D4D, C3A; 2 1 . D4AR, C4T ; 22. D4D, C3A; 23. T5R ! , A x C ; 24. P x A, T x T ; 25. D x T, T l R ; 26. D4A, TIA; 27. A4T, D l C ; 2 8 . D5R, T lD; 2 9 . D7R, l a s blan cas estaban mucho mejor. Olafs son-Unzicker, Lugano, 1 970. 9.
A4AD
El cuadro más activo para el al fil, desde donde apoya la irrup ción : P5D.
(Ver diagrama. )
R l C ; 25. P6R ! , con un fuerte ata que. Polugaevsky - Tal, Moscú, 1970 ) ; 1 5 . PSD, P x P; 16. A x P, C4T ; 17. D4A , D2A; 18. DSA, A x A; 1 9 . P x A, las blancas tienen la ventaj a . Spassky-Petrosion , S.• partido del campeonato de 1969. 1 0.
A3D
No 1 0 . A x PC?, D4T + . Con 1 0. A3C, el alfil estaría expuesto al . . , C4T de las negras; pero 10. A2R era una a lternativa seria con el fin de dar mejor apoyo a un eventual peón SD. .
9.
P4CD!
¡ �sta es la nueva idea de Fis cher! Las negras obligan al alfil blanco a retirarse de la fuerte diagonal , y ganan tiempo y es pacio para el desarrollo activo de las piezas del lado de la dama. Tras : 9 . . . . , ASC + ; 10. A2D , A x A + (o 10 . . . . , D4T ; 1 1 . PSD ! , A X A + ; 12. D X A , D X D + ; 13. R x D, C4T ; 1 4 . T D l AD ! , R2R; 1 5 . R3R, T l D ; 16. T R l D , P3A; 1 7 . ASC, c o n u n final superior para las blancas. Platonov-Krogius, Leningrado, 1971 ) ; 1 1 . D x A, 0-0 ; 12. 0-0, P3CD ( 1 2 . . . . , D4T ? ! ; 1 3 . D2R, D4T ; 14. T D l C , P3CD ; 1 5 . TRIA, A2C ; 16. A6T ! . Hort-Plato nov, Wij k aan Cee, 1 970 ) ; 1 3 . T D l D ! ( ésta e s l a forma correcta en que desarrollar las torres de bido a que las posibilidades blan cas se hallan en el lado del rey ), A2C ; 1 4 . TR I R ! , TlA ( o 1 4 . . . . , C4T ; 1 5 . A3 D, T l A ; 16. PSD ! , P x P ; 17. PSR, CSA; 1 8 . D4A, C7C ; 19. A x P + ! , R x A ; 20. ese + , R3C ; 2 1 . P4TR ! , TSA; 22. PST + , R3T ; 23. C x P + , R2T ; 24. DSA + ,
1 0.
.. .
A5C +
Ahora es el momento adecuado para este movi miento. Las ne gras deberían reducir el número de piezas en el tablero mientras las blancas tienen un centro de peones completo. 11.
A2D
Ax A +
12.
DxA
P3TD
1 3.
P4TD ! ?
Tratando de desorganizar el lado de la dama de las negras, pero pierde un movi miento y retrasa el desarrollo de las blancas. No obstante, es difícil aprovecharse de la debilidad en SAD a causa
103
de la . . . , D3C de las negras y su presión sobre el inestable peón de dama. 1 3.
.
•
.
0-0!
Dispuesto a enfrentarse P x P con 14 . . . . , C x P ! 14.
D3A
a
14.
A2C
Las negras no tienen miedo a : 1 5 . P x P, P x P ; 16. T x T, D x T ; 17. A x P, C2T ! , o : 1 6 . A x P, T x T + ; 1 7 . D x T, D3C, con de masiada iniciativa para un peón ( temporalmente) sacrificado. 15.
PXP
PxP
16.
0-0
D3C ! ?
Ahora parece inevitable que la partida termine en tablas, pero este movimiento es una impreci sión que no fue castigada. Era primero necesario : 1 6 . . . . , T x T ! ; 1 7. T x T , y entonces : 1 7 . . . . , D3C, de forma que : 18. PSD, PSC ; 1 9 . T l C, P x P ; 2 0 . P x P, P x D ; 2 1 . T x D, C I D ; 22 . P6D, no funcio nase debido a : 22. . A X c ; 23. P x A, C3R. No 16 . . . . , PSC; 17. DSA, cuando la dama blanca tiene una posi ción dominante . . . •
17.
TDl C !
P5C
18.
D2D
Daría más posibilidades : 1 8 . PSD , P x P ; 1 9 . P x P, P x D (si 1 9 . . . . , D I D ; 20. D2A ! , D x P ; 2 1 . A x P + , R l T ; 22. A4R, y las negras tie nen dificultades ) ; 20. T x D, C I D ; 2 1 . A4A ! (este movimiento n o se ría posible si se hubieran inter cambiado torres en el 16.° movi miento debido a : 2 1 . . . . , P7A ) . 18.
• . •
CxP
¡ Naturalmente ! De otro modo, las blancas hubieran amenazado con PSD. 1 9.
CxC
DXC
20.
TXP
D2D
20. . . . , T7T era también bastan te buena : 2 1 . D x T, D x T ; 22. T l C , DSD. 21.
D3R
TRlD
2 1 . . . . , T6T sería contrarrestado por 22. T4D. 22.
TRl C
El más simple, liberando el cua dro seguro para una eventual re tirada del alfil. 22.
. . •
DxA
No 22 . . . . , A x P ? ? ; D8D + ; 24. D l R.
23.
A x A,
TXD
23.
DxD
24.
TxA
P4C
25.
T8C +
TxT
26.
T x T+
R2C
27.
P3A
T7D
28.
P4T
P3T
29.
PxP
PXP
Aceptadas tablas
El puntaje : 5 1 /2 a 3 1 /2 a favor de Fischer.
1 04
10 Tras un mal tiempo casi incesan te, el sol comenzó a brillar el 2 de agosto. Había sido el peor julio de Islandia duran te 1 7 años. Tamb ién era el peor julio para Spassky. La aceptación por Bobby de discu tir la posibilidad de eli minar a los cameramans o cubrir las cámaras con algo negro fue malin terpre tada como un signo de que el aspirante cam b iaría de actitud tan pronto como las cosas me¡orasen para él en el torneo. Fischer se sin tió furioso cuando se enteró de que la octava partida había sido filmada. Su abogado, que había firmado el acuerdo, voló de vuelta a casa, y tamb ién lo h izo el equipo de televisión, pues la American B roadcasting Company ya no veía n inguna posibilidad. Los allegados de Bobby empezaron a pregun tarse si real mente le importaba tanto el dinero, a pesar de lo mucho que hablaba del mismo. Incluso daba la impresión de que no sabía realmente la diferencia que había entre diez y cien mil dóla res. Jugaba con las can tidades como con juguetes, y lo que realmente le importaba era su ajedrez y su pres tigio social. El que no se llevase a cabo la filmación privó a los orga n izadores de unos ingresos de quizá cien mil dólares. A Fischer no le preocupó esto, n i tampoco la pérdida financiera que r'epresen taba para él o para Spassky. Es te último se man tuvo alejado de la cuestión, por tener prob lemas personales más profundos. Las cosas no eran trágicas para la Federación Is landesa de Ajedrez, ya que el gobierno se declaró dispuesto a cubrir el déficit del presupuesto del campeonato. Se estaba preparando una e< guerra pesquera » para el o toño, cuando Is landia proclamase la extensión de sus aguas territoriales al límite de cincuenta millas, y no sería malo tener, gracias al torneo, tan ta publicidad previa para el país. 1 05
Con las cámaras de televisión definitivamente eliminadas, Fischer ya no tenía más motivos para excitarse y excitar a los demás, y el único problema que quedaba era suministrarle, aparte de leche y jugo de naranjas, una can tidad suficiente de agua potable (come arenques salados durante el juego ) . El agua es aquí excelen te, como lo era e n otros países hace algunos cen tenares de años. Islandia es un punto aislado, aún no estropeado por la polución, y existe la interesante posibili dad comercial de exportar agua potable natural de primera calidad a es tados indus triales menos afortunados. Así es la civilización. Spassky tenía buen aspecto, pero su débil voz t raicionaba su extenuación nerviosa. En el primer día libre soleado, dio un largo paseo y se sentó en una roca a la o rilla del mar, re flexionando solitario sobre cómo volver a sus fueros en la competición. Por un momento sin tió no tener la energía sufi ciente para o tro intento arriesgado. Así que decidió con tinuar con una acti tud cautelosa, para man tener el statu quo hasta que pudiera recuperar sus deseos de luchar salvajemen te. Pero sin resultado. La décima partida fue la primera del campeonato en la que ambos jugadores emplearon una línea que los dos podían predecir antes del torneo, y para la que se habían preparado consecuentemente. La creencia general de Spassky en la firmeza de la Variante B reyer, compartida por muchos grandes maestros soviéticos, fue enfren tada por el profundo análisis de Fischer de las posibilidades en este tipo de posición. De nuevo, las negras tuvieron problemas que resolver, y se produjo otra vez la acumulación de tiempo. Spassky cometió algunos pequeños errores, y el impecable juego de Fischer hizo el resto.
106
Blancas : Fischer Nell'U: Spassky
Ruy López. l.
Se
P4R!
habían terminado las sorpre
sas psicológicas. Así que de vuel· ta al movimiento habitual y fa vorito. l.
.
.
.
P4R!
Nada de Siciliana esta vez. Spassky necesitaba tiempo para recuperarse, y no deseaba empe0rar su posición en el torneo. 2.
C3AR
C3AD
3.
ASC
P3TD
4.
A4T
5.
0-0
C3A A2R
6.
TlR
P4CD
'1.
A3C
P3D
En Santa Mónica, en 1 966, Spass ky jugó la Marshall contra Fis cher con : 7 . . . . , 0-0 ; 8. P3A, P4D ! ?, pero los tiempos habían cambiado, y aquella arriesgada línea había sido más analizada entretanto. 8.
P3A
9.
P3TR
O.O
Al fin, se llegaba a una posición que había sido esperada desde antes del inicio de la prueba. 9.
...
oponente. Su partida con Barc zay en Sousse, en 1 967, tuvo la continuación : 1 1 . C4T, P x P ; 12. P x P, C 3 C ; 1 3 . C3AR ! , con ventaj as en el centro, pero tam bién hay otras posibilidas para l as negras, como : 1 1 . C4T, TlR; 1 2. CSA AlA, o : 1 1 : C4T, C3C; 12. C2D, P4A ; 13 . P x PA; P x P; 14. CSA, A x C ; 15. P x A. Fischer Benko, Campeon ato de Es ta dos Unidos, 1 965 . La línea sutil es : 1 1 . P4A, P3A; 1 2. PSA, D2A; 13. PA x P, A x P; 14. ASC , P x P ; 1 5 . A x C, P x A; 16. D x P, C4R ; 17. CD2D, TlD; 18. D3R, C6D; 1 9 . D6T , ASA! ; 20. D x PA, T3D; 2 1 . D3A, C x T ; 22. T x C, D l D ; 23. T2R, con posibi lidades para ambos lados. Fis cher-Portisch, 2.' Copa Piatigors ki, Santa Mónica, 1966. ,
11.
. ..
12.
A2A
A2C
Esto da mejor cobertura al PR, y prepara una anexión de espa cio al lado de la dama por avan ce de peones. 12.
.. .
13.
P4CD
TlR
ClC
La línea Breyer, una de las fa
voritas de Spassky. Las negras conectan mejor los peones ex puestos en el lado de la dama, y p reparan una colocación más fle xible de sus piezas menores. 1 0.
P4D
11.
CD2D
CD2D
Fischer acostumbraba a jugar : 1 1 . C4T, así que esto no habría sido ninguna sorpresa para su
1 07
Spassky contra Unzicker, Santa Mónica, 1 966, llevó a cabo : 1 3 . C l A, A l AR ; 14. C3C, P3C ; 1 5 . ASC, P3T ; 16. A2D, A2C, obteniendo bien poco. El movimiento en la partida tra ta de impedir el P4AD de las negras, y así enfatizar una debi l idad estratégica en la línea de Breyer, que pospone esta manio bra durante demasiado tiempo. Pero, en comparación con la par tida Fischer-Stein, Sousse, 1 967, que se desarrolló : 9. P3TR, A2C ; 10. P4D, C4TD; 1 1 . A2A, C5A; 1 2 . P3CD, C 3 C ; 1 3 . CD2D, C(3C )2 D ; 14. P4CD ! , s o n las negras l a s que llevan aquí un movimiento de adelanto. 1 3. . . . Al AR La réplica necesaria. 13 . . . . , P4TD; 1 3 . . . . , P X P, y 1 3 . . . . , P4D, pare cen menos sólidas : a ) 1 3 . . . . , P4TD ; 14. C3C, PT x P; 1 5 . PA x P, T I C ; 16. C5T, P3A. Suetin-Trin gov, Titovo-Uzice, 1 966, y ahora : 17. C x A, T x C ; 1 8 . A3C, le ha bría dado a las blancas el mejor j uego ; b) 1 3 . . . . , P x P ; 14. P x P, P4T D ; 15. P x P, P4A; 16. A2C, D x P ; 17. P4TD, P5C ; 18. C4A, D2A ; 19. P5R, PD x P; 20. P x PR, C4D; 21. CR2D, C(2D )3C. Ciric Robatsch, Beverwij k, 1 967, y aho ra : 22. P6R ! le da una clara ven taj a a las blancas . 14. P4TD Parma contra Unzicker, Berlín, 197 1 , intentó un plan diferente : 1 4 . A2C, C3C; 1 5 . P3T, amenazan do P4AD. Una idea similar fue también jugada en Ciric-Kuij pers, Beverwijk, 1 957 : 14. A2C, P3C; 1 5 .
1 08
P3T, A2C ; 1 6 . P5D, C3C ; 1 7 . P4A, P x P; 1 8 . P4TD, P3A; 19. P x P, A x P ; 20. P5T, C lA; 2 1 . C x PA, con el mejor j uego. 14. . . . C3C Esto parece muy sólido. Las ne gras invitan a su oponente a mostrar lo que quieren hacer en el lado de la dama . En la parti da Balshov-Podgaets, Moscú, 1 966, fue jugada la poco clara continuación : 14 . . . . , P4A ; 1 5 . PC x P, PR x P (o 15 . . . . , PD x P ; 1 6 . P x PR, CD x P ; 17. C x C, T x C ; 1 8 . P4AR, con ventaj a ) ; 16. P(3A ) x P, PD x P. Pero es intere sante : 14 . . . . , P4TD ! ; 1 5 . PT x P, PT x P; 16. A2C, PC x P ; 1 7 . A x P, P3A; tablas. Kavalek-Porti:ich, Wij k aan Cee, 1 969. 15. P5T 15. P x P, P x P no le ofrece nada a las blancas. En esta posición fueron aceptadas tablas en la partida Minic-Petrosian, Rovinj Zagreb , 1 970. 15. . . . C ( 3 C ) 2D Estableciendo la situación previa para las negras sin haberse com prometido con ninguna debilidad de peones.
1 6.
A2C
El único buen movimiento de desarrollo a disposición de las blancas . Después de : 16. PSD, P3A; 17. P4A, PC x P ; 18. P x P, A x P ; 1 9 . C x PA, D2A, las negras tendrían un muy buen contra juego. 16.
...
DIC
Las negras tienen una posición sólida, pero es difícil hallar un plan apropiado. Con el movimien to efectuado, las negras dan una protección adicional a su peón R (a lo largo de la diagonal 1 CD4R , y están dispuestas de nuevo para : 17. PSD?, P3A ; 1 8 . P4A , PC x P ; 19. P x P , A x P ; 20. C x PA, D x P, pero la maniobra de dama es, de alguna manera, artificial. 17.
TI C !
Repentinamente, l a s negras t ie nen dificultades. ¿ Qué van a ha cer ante la amenaza posicional 18. P4A ? El último movimiento de las b lancas protege su AD y su PCD, y crea una presión a lo largo de la fila CD, después de P4AD . 17.
.. .
P4A
17 . . . . , D2T ; 1 8 . P4A ! , PR x P ; 1 9 . A x P, n o resultaría b i e n para las negras. Por consiguien te, prue ban su única posibilidad para realizar un j uego activo. 1 8.
PC x P
PD x P
1 8 . , PR x P ; 1 9 . P(3A) x P , P x P ; 20. PSR, abre diagonales hacia el rey negro . .
Las negras intentan su mejor po sibilidad : la amenaza a lo lar go de la fila D.
. .
22.
Axe
Buscando ganar un peón u obte ner alguna ventaj a posicional en el lado de la dama. Es también necesario disminuir la presión del oponente en las filas cen trales. 22.
. . .
DxA
22 . . . . , P x A; 23. P X P, TDlD; 24. T3R, sería favorable para las blancas. 23.
PxP
Con la posibilidad de usar el cua dro 4AD para el caballo. 23.
. . .
TRID
¿ Por qué no la otra torre? Bue no, 23 . . . . , T D l D ; 24. D l A, D6AD ; 25. A4T ! , pondría a las negras en dificultades a causa de que la torre en l R quedaría colgada. 24.
DlA
Sacando a la dama de la poco agradable posición. No 24. PSR?, D4C, ganando .
1 9.
P x PR
C ( 2D ) x P
20.
cxc
DxC
24.
21.
P4AD
DSA
25.
D6AD C3A
1 09
Llevando las piezas hacia el lado del rey negro, poco protegido. 25.
...
D x P?
Poco clara era la 2S . . . . , PSA; 26. P x P, A x PT ; 27. PSR. Pero en lugar del movimiento efectuado, que dej a el lado del rey poco protegido, había una mej or posi bilidad en : 2S . . . . , P x P ; 26. T x P , A3T.
D x D; 32. C x D, T x T ; 33. T x T, A X P; 34. ese, con buenas posi bilidades de triunfo para las blan cas. Ahora, las blancas tienen la fila de la dama para su combina ción, que daría como resultado una ganancia de piezas. 30.
AxP+
TxA
31.
DxT+
DxD
32.
CxD
AxP
Mejor que : 32 . . . . , R x C ; 33. 170 + , que dejaría a las negras sin ninguna compensación mate rial por el cambio. 33.
TxA
33. C6T + perdería un tiempo precioso en bloquear los peones negros pasados : 33. . . . , P X C; 34. T x A, PSA ! . RxC
33.
26.
A3C !
Después de la 26. P x P, las ne gras podían defenderse. Con el movimiento efectuado, las blan cas salvan un tiempo para el ata que, y las negras, repentinamen te, están en una situación crítica. 26.
.. .
PxP
27.
D4AR
T2D
34.
T7D +
35.
T7C
R3A
La mej or forma en que detener los peones y mantener activas las torres.
La única defensa. Después de 27 . . . . , PSA; 28. A x P, P x A; 29. T x A, D4T ; 30. P4C ! , D x PT ; 3 1 . ese, las negras estarían rápidamente perdidas.
No 31. La 30.
28.
C5R
D2A
29.
TDI D !
T2R
29 . . . . , T x T ? ; 30. A x P + , R l T ; C6C + , P x C ; 3 2 . D4T, mate. alternativa era : 29 . . . . , TDl D ; A x P + , T x A; 3 1 . D x T + ,
1 10
35 .
.. .
T8T + ?
Baj o presión de tiempo, las ne gras desperdician la mej or opor tunidad : 3S. . . . , PSC; 36. R lA, T l A ! ; 37. T4AD, T l R ! ( no 37 . . . . ,
R3R; 38. T( 7 ) x PCD ), y las b lan cas se encontrarían enfrentadas con dificultades para hacer efec tiva su ventaja material. 36.
R2T
37.
P3C
P5C
38.
R2C
P4T
A3D +
38. . . . , A4R podría haber sido mejor, pero después de 39. P4A, ASD; 40. P4C, aún seguiría sien do difícil para las negras. 39.
T6C
40.
R3A?
T8D
40. P4A era el movomiento co rrec to.
La amenaza estriba en la posi bilidad de efectuar una especie de czugzwang» con 44 . . . , R3A ; 45. T6T, R2A; 46. PSC, y luego coronarla con T7D. Por consi guiente, las negras luchan deses peradamente con su siguiente movimiento para conseguir ma yor espacio y movilidad para su alfil. .
44.
. ..
P4C
La mejor posibilidad de las ne gras para potenciar su alfil, y lograr cierto contraj uego, en lu gar de ser estranguladas lenta mente. 45.
P5A
Tras 45. P x P, A4R ! , las negras se podrían sentir mej or porque los peones blancos estarían me nos seguros . 45.
• . .
A4R
46.
T6C !
R3A
Las negras no tienen una buena a lternativa. 47.
40 .
.
.
.
R2A?
De nuevo 40. P4C ! haría me nos pel igrosa la formación de peones b lancos, e incrementaría así las posibilidades de unas ta blas. Ahora , la posición aplazada es desesperada para las negras. 41.
R2R
42.
P4A
T4D
¡ Naturalmente ! Evita A4R, y ac tiva su mayoría de peones en el l ado del rey. P3C
42. 43.
P4C
44.
PXP
PxP
T(4) X P
A5D
Buscando desesperadamente otra posibilidad; 47. . . . , P x T ; 48. T x T, P6C ; 49. T x A ! , R x T ; SO. R3D, vencería fácilmente en el fi nal de partida de peones . 48.
T6C +
49.
R3A
R4R
Amenazando mate con la torre en 6R, y evi tanda el R5A de las negras. 49.
.. .
50.
T8C
TlD
No dejando que la torre negra tome la fila TR. 50.
.
.
.
T2D
SO . . . . , P x T; S l . T x T, P6C; 52.
111
TSCD, P7C ; 53. T5C + ; y 54. R4R gana con facilidad. 51.
T ( 4 ) 7C
T3D
52.
T6C
T2D
53.
T6C
Decisiva. 53.
R4D
54.
TxP
A4R
55.
P x 6A
R5D
56.
TIC
Las negras abandon an.
( 56 . . , A x P; 57. T l D + ) . Fischer ganando 6 1 / 2 a 3 1 /2. . .
1 12
11 Parecía q u e el ocaso del gran imperio soviético del aje drez estaba tomando la forma de una silenciosa, tranquila y llana muerte. Un locutor de la radio argen tina fue inf ar mado desde Moscú acerca de « la tristeza de m illones de aficionados soviéticos, y de la disminución del prestigio lo cal del campeó n » . Exteriormen te, Spassky parecía resignado a su suerte mientras contemplaba la partida nocturna de bridge en el salón de su ho tel. Los periodistas aún seguían tratando de averiguar detalles de la vida y anécdotas huma nas de los dos compe tidores, y quejándose de que ningún otro acon tecimiento deportivo del que tuvieran experiencia había estado tan velado por e l secreto y el m is terio, pregun tándose en qué día de agosto podrían regresar a casa y dis frutar un poco los restos de un verano en el sur. El cielo sobre Reykjavik estaba ahora bas tan te claro, y el mismo aspecto parecía presentar el resultado del torneo, aun que oficialmente aún no hubiera llegado a la mitad. Sin em bargo, el domingo, a cinco dólares la entrada, la sala del tor neo estaba repleta por millares de espectadores. Las ejecucio n es son altamente atractivas, y siempre había la posibilidad de que ocurriera lo imprevis to. El primer movimiento de Spassky tuvo un efecto algo electrizante. Era el peón del rey, el movimiento que había evitado contra Fischer duran te doce años, no deseando pasar por el infierno de las incisivas líneas exhaustivamente analiza das de Fischer. Pero ahora el infierno estaba también en cual quier o tro lugar. Significase lo que significase el movimiento, no indicaba una carencia de espíritu de lucha. Ciertamente, Spassky también había abierto de aquella ma nera en la séptima partida, pero había sido en el momento 1 13 8.
-
FISCHER CONTRA SPASSKY
en que había que hacer un intento desesperado para lograr igualar el pun taje de la competición. Luego, estuvo perdido, y regresó a su peón de reina en la novena partida. Ahora el peón de rey no era el mismo, pues Spassky tenía que saber, esta vez, en lo que se estaba metiendo. Más que por el pun taje, el detentador del título estaba bajo la presión de su impo tencia creativa en todas las partidas preceden tes. Tenía que hacer algo para justificar su carrera ajedrecística. Como es bastante natural, se repitió la línea usada en la séptima partida, aunque menos frecuen temente jugada en los torneos, Spassky no tenía nada que esperar en n ingún otro lugar. Para Fische r tam bién era su segunda partida con esta con tinuación específica. En el décimo movimien to, Spassky introdujo una varian te, pero t ras trece movimientos su posi ción seguía siendo de un t ipo conocido. En tonces Spassky se tomó treinta minu tos para decidir qué hacer a con t inuación. Es difícil adivinar si su siguiente movimiento estaba preparado o no. Spassky dice que no. Pro bablemente no estaba preparado, pues las b lancas no hub ie ran esperado tan to, sino que habrían jugado la misma varian te en la séptima o novena partida. La paradójica manio b ra de las blancas, el fru to de una repentina inspiración, acosó de nuevo a la atrevida dama ne gra, y amenazó con su captura. Fischer no pudo llevar a cabo una resis tencia adecuada, y con sorprenden te rapidez se en contró perdido. Hab ía algo dramático en el logro de Spassky, ob tenido justo en el momento en que la even tual pérdida del campeona to amenazaba transformarse en una derrota muy severa, que sería una tragedia personal para un hombre de su talla. Spassky no estaba en el escenario cuando Fischer detuvo el reloj y esperó en vano para estrecharle la mano, antes de irse. Cuando Spassky apareció solo, entre las corti nas, y entró en el escenario para firmar las actas de resulta dos, hizo con tinuamente signos con las manos, tratando de acallar los frenéticos aplausos.
1 14
con un desagradable dilema tras 10. A3D, A2R ; 1 1 . 0-0, P3T ! . No obstante, el movimiento efectua do ya había sido j ugado antes .
Blancas: Spassky Negras : Fischer
Defensa Siciliana. l.
P4R!
¡ E sto refleja el es tado de ammo combativo del campeón, que se halla en desventaj a de puntos ! l.
. . .
P4AD!
Acep tando el reto, como en la séptima p.trtida, con el deseo de aplastar, tan rápidamente como le sea posible, las esperanzas del hombre que va perdiendo en el duelo. 2.
C3AR
P3D
3.
P4D
PxP
4.
CxP
C3AR
5.
C3AD
P3TD
6.
A5CR!
Entrando la misma variante que en la séptima partida. 6.
. . .
P3R
7.
P4A
D3C!
Las negras también están dis puestas para ese tipo de lucha. 8.
D2D
9.
C3C
DXP
Es natural que Spassky busque su posibilidad en esta rara con tinuación, en la que Fischer tie ne menos experiencia, a pesar de su gran práctica con la variante Naj dorf. 9.
. . .
D6T
La mejora de Fischer, que dej a a las negras una más flexible elección de planes . La dama ne gra parece estar ahora a salvo. 1 0.
A X C!
Las blancas se perdieron esta posibilidad de debilitar la estruc tura de peones negros en la sép tima partida, pero se enfrentaron
1 0.
. ..
11.
A2R!
PxA
Esto también es diferente de la séptima partida. Las blancas mant ienen abierta la fila de la dama para hacer presión sobre el PD negro, y obliga a las ne gras a malgastar un movimiento para evi tar 12. A5T. 11.
• . •
P4TR
Esto es nuevo. 1 1 . . . . , C3A era conocido como bueno para las blancas : 12. 0-0, y entonces : a ) 1 2 . . . . , A2D ; 1 3 . R l T , A2R ; 14. A5T, T l AR; 15. D3R, C4T; 16. P5A, C x C ; 1 7 . PA x C ! , 0-0-0 ; 1 8 . C5D, P x C ; 1 9 . P x P, A4C ( 1 9 . . . . , T D l R ; 20. D7T ! ) ; 20. TR I A + , R l C ; 2 1 . D x A, y las blancas es tán claramente mejor. Angantys son-Ogaard, Dinamarca, 1 968; b ) 1 2 . . . . , A2C ; 1 3 . T3A, A2D ( 1 3 . . . . , 0-0 ? ! ; 1 4 . P5A, P3T; 1 5 . TDlAR, R2T ; 16. T3T, les da a las blan cas un ataque decisivo. Balas hov-Schauffelberger, Vilna, 1 967 ) ; 14. P5A, T l AD; 1 5 . T3C ! , T l CR; 16. T l AR, con una clara venta j a . Minic-Bulj ovcic, Yugoslavia , 1 966. 12.
0-0
C3A
12. . . . , DSC; 1 3 . D3R, C2D, era una in teresante posibilidad para permitir que la dama escapase . 1 3.
RlT
Esta precaución es una pérdida de tiempo en este momento. La continuación correcta es : 1 3 . C l C ! , inmediatamente.
1 15
13.
•
.
•
A2D?
Las negras se preparan a colo car a recaudo su rey en el lado de la dama, y no se dan cuenta de los peligros. Lo correcto era : 13 . . . . , C4T, evitando el principal problema de la continuación de la partida.
pri mera vez en la competición, Fischer emp leó más tiempo que Spassky, en su búsqueda de una soluc ión . 14.
. . .
D5C
No 14 . . . . . D7C ? ; 15. P4TD! ( 1 5 . P3TD, T I A ! ; 16. C3A, C4T ), y 1 6 . C3T ! , con la doble amenaza C4A v T R l CD. Pero 14 . . . . . D5T era � na alternativa; en caso de 1 5 . D3R, C2R, y l a s negras pueden escapar con la reina hasta 3AD ; pero 1 5 . P4A podía construir una nueva presión en el centro. 15.
D3R
Cortando de nuevo todos los ca minos de huida de l a dama ne gra.
14.
ClC!!
La maniobra T3A ha s ido i n ten· tada en una si tuac ión ligeramen te diferente, pero ésta es una idea bastante inesperada en este tipo de posición . Este movimien to paradój ico, que parece dete ner el desarrollo adecuado, es muy fuerte y coloca de nuevo en peligro a la reina negra. ¿ Fue sugerido por teléfono desde los círculos ajedrecíst icos de Moscú, inventado en los pasados d:as en el apartamento de Spassky en el hotel Saga o hallado sobre el tablero en aquellos treinta m i nutos , como afirmaron las blan cas? Fuera lo que fuese, causó bastante impresión a un oponen te que nunca había tenido pro blemas con esta línea en toda su carrera aj edrecística. Por casi
1 16
15.
. . .
P4D?
Las negras devuelven un peón con la esperanza de activar sus piezas, pero es una solución po sicional sin fundamento, pues las blancas harán demasiada presión en el centro. La al ternativa era : 1 5 . . . . , C2R, para liberar el cua dro 3AD para la huida de la dama, pero tras 16. C( 1 )2D ( no 16. P4TD, P4A; 1 7 . C( l )2D, P x P ; 1 8 . P3A, debido a . . C4D ! ), no . .
resulta muy claro que la posi ción de las negras merezca tanto optimismo. ¿ Se trata, pues, de una refutación de la línea «peón envenenado » ? 16.
PxP
17.
P4A!
C2R
Incrementando la pres1on en el centro. 17. P x P, P x P, ofrecería mucha actividad a las piezas ne gras. 1 7.
. . .
A3T . A l mismo tiempo, e l caba llo negro, su mejor pieza, estA bajo una creciente presión. 1 9.
. • .
20.
C ( 1 ) 2D
C3D
20. P x P, P x P ; 2 1 . D6C + ; R2R! , no sería efectivo. Las negras es tán ahora inermes frente a la creciente presión de las piezas blancas.
C4A
La mejor y casi la umca buena pieza que tienen las negras. 18.
D3D!
E l cuadro más activo. La dama ej erce presión contra el fuerte caballo negro : 18 . . . . , P x P; 1 9 . P x P, A4C ? ; 2 0 . D x C , A x A ; 2 1 . C( 1 )2D, A x T ; 22. T x A , daria a las blancas una victoria estraté gica . El material está igualado, y las únicas dificul tades de las negras estriban en no tener un lugar seguro para e l rey, y en el prob lema de cómo completar satisfactoriamente su desarrollo . Las blancas presentan un claro plan de trasladar nuevas fuerzas al campo de batalla, y obv ia mente su si tuación es mucho me jor. 18.
...
P5T?
Esto apresura la decisión, pero es difícil culpar a las negras por su falta de paciencia ante una posición estratégicamente per dida . 1 9.
A4C
Las negras es taban amenazando con : 1 9 . . . . , C6C + ; 20. P x C , P x P + ; 2 1 . R l C , A4A + ; pero ahora hay una respuesta en : 2 1 .
20.
P4A?
Pierde, pero ¿ qué otra cosa ha cer? 21.
P3TD !
La dama está ahora en terribles problemas. 21.
. ..
D3C
No hay otro movimiento. 2 1 . DST ; 22. CSA. 22.
P5A!
D4C
de nuevo forzada . 23.
D3AD !
La amenaza 24. P4TD es ahora mortífera . La dama negra no tiene una buena retirada, y su TR está s iendo también atacada.
( Ve r diagrama. )
1 17
El último intento desesperado. . . , D7R; 25. TD l R, gana la dama y mantiene el ataque si multáneo sobre el caballo y la torre negros .
24.
.
PxP+
25.
PXD
26.
RxP
T6T
2'7.
D6A!
C4A
27 . . . . , A2R; 28. D7C, sería igual
mente desesperado.
23.
23 .
PxA
. . , T l CR ; 24. P4T, A2C; 25. C4D ! , también gana con facili dad. .
24.
1 18
P4TD!
P6T
28.
P6A!
Al A
29.
PD X P
PA x P
30.
TRlR
A2R
31.
T x PR
Las negras abandonan.
¡ La ventaj a de Fischer quedaba reducida a dos puntos : 6 1 /2 a 4 1/2!
12 Bobby Fischer se había calmado, estaba decidido a jugar al ajedrez, y sus quejas al árbitro, de vez en cuando, acerca de que « hay muchos susurros en esta sala », eran el único signo que quedaba de que no estaba falto de forma. Lothar Sch mid adm itió en una ocasión que siempre había cc un fondo de verdad » en las peticiones de Fischer, por mucha « tortura » q u e pudieran significar para otra gente. N o había nada de malo en que Fische r pi.diera las condiciones perfectas, así que el gran maestro alemán h izo lo que podía, apretando el b o tón para encender el gran letrero con la pala b ra « silencio ». No podía impedir que un uno por cie n to de los espectadores susu rra ra un poco, pero el aspirante tenía un pequeño con suelo. En el pasadizo situado de trás del escenario había un carrito, traído desde su hotel, con t res clases de pescado, car ne, queso, y una selección de b e b idas. Spassky se limitaba a los muy normales zumos de fruta. Bobby deseaba convertir la decimosegunda partida en otra fies ta, pero Spassky no que ría perder su posición, ahora hono rable, en el torneo. El campeón escogió cuidadosamente una vieja línea de los años 20 y 30, esperando que Fischer no estu viera muy versado en sus secretos semiolvidados, para poder tener así un día fácil antes de hacer un nuevo intento con las piezas b lancas en la siguiente part ida. Fische r se tomó más t iempo del habitual (se dice que nun ca juega el Gambito de Reina ) , pero enco n t ró los mejores movimien tos. Ob tuvo la ven taja del par de alfiles, pero la posición estaba demasiado simplificada para que pudiera sa car mucho provecho de ella. Spassky sabía cómo defenderse, y ahora e ra un hombre confiado. Así que la idea de Spassky era desilusionar a Fischer de 1 19
sus esperanzas de obtener un final de «guerra relámpago » para el torneo, con lo que llegaría el momento en que podría aprovecharse de las oportunidades más abundan tes ofrecidas por un oponente desilusionado. B ien planeado o no, la a tmós fera era ahora diferente, y uno tenía la sensación de que iba a producirse una larga y exhaustiva lucha por el título. Esto no duró mucho.
1 20
Blancas: Fischer Negras: Spassky
Gambito de Reina rechazado. Defensa Ortodoxa. l.
P4AD !
¡Alternando de nuevo ! Así que no era simplemente un arma psi cológica para dos partidas . l.
...
P3R
Al igual que Fischer, Spassky co menzó a actuar de una forma más casual. Como siempre, Fis cher llegó siete minutos tarde, Spassky a la hora ; pero desapa reció por algún lugar y regresó al estrado con varios minutos perdidos también en su reloj . ¿Un nuevo estilo en todo ? No exactamente. E l movimiento de la partida indica precaución y paciencia. 2.
C3AR
P4D
3.
P4D
C3AR
4.
C3A
A2R
5.
A5C
P3TR
6.
A4T
0-0
7.
P3R
CD2D!
Hasta aquí ambos contrincantes j ugaron rápidamente, pero aho ra Spassky no deseó repetir la línea Tartakower, que le había ocasionado la derrota en la sexta partida. 8.
TIA
9.
A3D
PxP
AxP
P4CD
1 0.
P3A
Con los movimientos interpola dos S . . . . , P3TR y 6. A4T, no era ya un buen momento para la ma niobra de Capablanca 10 . . . . , C4D, debido a 1 1 . A3C R ! , que evitaba la simplificación . 11.
A3D
P3T
Preparando 12. . . . , P4A y libe rando el j uego de las negras. 12. . . . , PSC ? malgastaría un movi miento y permitiría 1 3 . A x C! y 14. C4R. En lo que se puede recordar, es la primera vez que Spassky haya usado esta variante del Gambito de Dama, pero también es la pri mera vez que Fischer ha tenido que luchar contra el desarrollo lateral del AD negro. Spassky te nía la ventaja de ser capaz de elegir por adelantado la línea, por lo que Fischer pasó más tiempo decidiendo sus planes.
12.
P4TD !
Aunque en terreno poco conoci do, Fischer no se pierde su me j or movimiento. Tras 12. 0-0, P4AD ( no 12 . . . . , A2C ? ; 1 3 . A x C ! , CxA ; 1 4 . C4R ), las negras igua larían fácilmente. 12.
...
P x P!
También el mejor, obligando a las blancas a gastar un movi miento en recapturar el peón , mientras que después de 12. . . . , PSC ? ; 1 3 . A x C ! , y 14. C4R, el PAD estaría en problemas.
121
13.
CxP
14.
C2D
D4T +
Tratando de mantener el control sobre el importante cuadro 5AD. 14.
..
A5C
Impidiendo que las blancas en roquen y amenacen : 1 5 . A x e + . E s m á s débil : 1 4. A2e ; 1 5 . 0-0, T D l A ? ; 1 6 . e4R ! , y las blancas ganaron rápidamen te la partida ( que se presentó con un diferente orden de movi mientos ). Taimanov-Jiménez, Pal ma de Mallorca, 1 970, que quizá sea la única partida con esta mis ma l ínea en los últimos siete años. 15.
C3A
Las blancas estaban obligadas a disminuir un tanto su presión en el cuadro crucial 5AD. 15.
.. .
P4A
Sin este movimiento de texto, las negras nunca podrían conse guir una partida razonablemen te buena. La teoría considera que todo esto es el mejor juego para ambos lados . 16.
C3C
DlD
Defend iendo de nuevo el lado del rey ; pero son las b lancas quines ahora ga nan tiempo, pues el AR negro está mal colocado . Fue difícil hallar un buen cua d ro para la dama negra : 1 6 . . . . , DST ! ? ; 1 7 . P x P , e x P ; 1 8 . e x e , D x D + ; 1 9 . R x D ! , A x e ; 20. A x e , P x A ; 2 1 . eSD ! , o 1 6 D7T ; 1 7 . 0-0, D x P ; 1 8 . e4T ; o 1 6 . . . . , D3e ; 1 7 . P x P. .
1 22
1'7.
0-0
PxP
1 8.
CxP
A2C
. . . •
19.
A4R!
Luchando para obtener el cuadro 6AD para un caballo blanco, y amenazando debilitar el lado del rey negro. Las negras van retra sadas en desarrollo y se enfren tan con dificultades . 1 9.
. ..
DlC!
Las negras tenían que hacer algo para romper la penetración en la diagonal l DSTR y defender al mismo tiempo el alfil . Tras 1 9 . . . . , D3e ? ; 2 0 . e4T, D2T ; 2 1 . T7A, las negras estarían en peli gro de perder. El movimiento de la par tida parece la elección más más razonab le. 20.
A3C
La alternat iva era : 20. e6A, A X e ; 2 1 . A x A, T2T ; 22. A3e. 20.
. . .
D21"
20 . . . . , P4R crearía debilidades. 21 .
C6A
A ( 2C )
22.
AxA
TDl A
xC
Las blancas tienen la ventaja del par de alfiles, pero esto no es siempre decisivo en una posición simple.
lo largo de la fila AD tras ha ber forzado al oponente a inter cambiar una torre. 25 •
• • •
TxT
26.
AxT
TlAD
l!sta es una fila más sensible para las negras, y es una buena defensa el oponerse en ella. La ventaj a de las blancas es mínima. 27.
A3A
D3T!
Tomando una importante diago nal, y activando la dama. 23.
C4T
Defendiendo la posición fuerte en 6AD, y manteniendo así algu na presión a lo largo de las filas abiertas. También se podía ju gar : 23. D3A .
23.
. • •
TRlD
23 . . . . , C4A; 24. C x C, T x A ?, no
iría bien debido a 25 . C4R ! , T x T ; 26. C X C + , debilitando seriamen te la línea del rey negro. 24.
28.
P3T
D4C
29.
A2R
D3A
30.
A3A
D4C
31 .
P3C!
Las piezas pesadas negras se muestran más activas, y esto iguala las posibilidades ; pero las b lancas no están satisfechas con unas tablas por repetición de movimientos, y así tratan de me j orar la posición de su caballo.
A3A
Las blancas desean intercambiar una de las torres con obj eto de poder penetrar más fácilmente a lo largo de una de las filas abier tas, pero esta maniobra es lenta. 24. D3A era una alternativa me jor para el mismo propósito. 24.
. . •
P4TD !
Reforzando la posición del alfil, y dando más espacio a la dama. No 24 . . . ., C4R ? ; 25. A x C , T x D; 26. T x T + , con una decisiva ven taj a material. 25.
T6A
l!sta es una consecuencia lógica del 24 .º movimiento, pero es una vana esperanza el intentar hacer más vulnerables a las negras a
31.
.. .
A2R
Ej erciendo presión sobre el peón CD blanco. 32.
A2R
D5C
33.
A6T
T3A
34.
A3D
C4A!
Este caballo también era pasivo,
1 23
y es útil eliminar el caballo blan co que controla cuadros sensi bles en la fila AD. 35.
D3A!
La única forma en que preocu par a su oponente. 35.
. ..
TIA
También se podía j ugar : 35. . . . , C(4 )5R. 36.
exe
No 36 . . . . , T x C ? ; 37. D8T + , A l A ; 3 8 . D8T + , AlA; 3 9 . C x T , D8A + , o 39. A6D, T8A + ; 40. R2T, D x A. 36.
. . .
Axe
No 36 . . . . . T x C ? ; 37. D8T + , A l A ; 38. A6D, y 36 . . . . . D x C ; 37. D7C, que también sería poco agrada ble. 37.
TIA
TID
37 . . . . , D x P ? ; 38. T x A, T x T ; 39. D8T + , era demasiado obvio. 38.
A4AD
Las blancas tenían que denfen der el PCD de esta manera : 38. D l D , C5R ! . Ahora las negras no deben jugar : 38. . . . , P5T ? ; 39. P x P, D x P; 40. A x P. 38.
D7D TIA
A5e
40.
A7A
T2D
4I.
D6AD
39.
El movimiento sellado.
4I.
. .
D7A
Las negras llegan a tiempo de detener la amenaza b lanca de P4R5R . 42.
A5R
T7D
Una defensa activa. Las negras tuvieron que aceptar un ligero debilitamiento en el lado del rey. 43.
D8T +
44.
Axe
PX A
45.
D3A
P4A
46.
P4e
D5R
R2T
Las negras no tenían tiempo para : 46 . . . . , P5T ; 47. P x PA, PT x P ; 48. P x P, D x A; 49. D x P + , RlT; 50. T l T, TlD; 5 1 . D6A + , y gana . 47.
R2e
No hay mucho que hacer para las blancas en el final de parti da. Pero, como siempre, la lucha continúa. 47.
.. .
48.
TIA
R3e !
Esperando A5C y T7A. 48.
( Ve r diagrama. )
1 24
49.
A6T TlTD
No 49. T3A?, A7C . 49. 50.
A5C TlAD
A2R!
Una pequeña j ugada de presti gio. Ahora las negras no quie ren tablas. Son las negras las que están más activas, y la ame naza es : SO . . . . , AST. 51.
PxP+
52.
TlR
PxP
Dispuestas a defender la segun da hilera con 53. T2R, y permi tiendo la siguiente pequeña com binación con un final de partida en
tablas.
52.
TxP+
53.
RxT
A5T +
54.
R2R
DxD+
55.
RxD
AxT
Aceptadas tablas
El puntaj e : 7 a 5 a favor de Fischer.
1 25
13 La novedad no duró mucho. Bobby deseaba con todas sus fuerzas recuperar la ven taja obtenida después de la décima partida. No podía ser disuadido por nada. Centenares de car tas que decían que e ra « una desgracia para el pueblo estado unidense » o que era « muy atractivo y distinguido » tampoco le afectaron. Según la revista Life, comen tó, parpadeando con una expresión extrañamente similar a la de una cría de le chuza: « Es realmente sorprendente lo que la gen te piensa de m í » . Eso fue todo. Fischer deseaba estar en forma, y lo estaba. Habiendo he cho que quitasen las tres primeras filas de asien tos, y luego dos más, pidió que eliminasen o t ras siete. Pero e n tonces, ¿ dón de poner a los espectadores ? Tam b ién pidió que se prohib iese la entrada a la sala a los n iños con caramelos, por el ruido que hacían al desempapelarlos. El árbitro Schmid se sentía algo exhausto, señalándole al representante de Fischer, Fred Cramer, que el bando estadounidense había efec tuado ya siete pro tes tas, mientras que el soviético ninguna. Cramer no se inmutó: «Mi tarea es q uejarme, no aprobar». A un periodista británico esto le pareció « e l t rabajo más fácil del mundo ». Fische r no se puso nervioso por la decimoprimera partida. En la decimo t e rcera cam b ió a la Defensa Alekhine. Cosa extra ña, de nuevo Spassky no estaba preparado, aunque debiera haber conocido la partida de Fische r efectuada en la misma línea dos años an tes. Spassky estuvo improvisando sobre el table ro, y lo hizo mal. Tras únicamente doce movimientos, es taba, con las blancas, en situación crítica. Fischer se sintió demasiado confiado acerca de su posi ción. Aunque tenía un peón menos, Spassky logró recuperarse; pero, mientras contemplaba el reloj, parecía no encontrar 1 27
una jugada decisiva. La posicwn aplazada parecía irremedia ble. S in embargo, tras veinticinco minutos de reflexión, selló el mejor movimiento. A Fische r no le gustó ver la salvación de su oponen te, y se pasó una noche sin dormir, analizando la posición, inesperadamente complicada. Según el lugartenien te de Fischer, el gran maes tro Lombardy, (< nunca an tes Fis cher había puesto tan tas energías en un final de partida ». Finalmente, Fischer fue metido a la fuerza en la cama por sus amigos a las ocho de la mañana, y llegó a la prosecución, a primeras horas de la tarde, con casi media hora de retraso. La sesión aplazada fue la más dramática de todo el torneo. El análisis realizado duran te la noche se desarrolló durante unos dieciséis movimientos, y Spassky salió con éxito de su segundo período de apuros de tiempo. En lugar de una «fácil victoria », Fische r tuvo que entregar una pieza por tres peones con el fin de mantener unas inciertas posibilidades de victo ria. Spassky estaba alcanzando una posición de tablas cuando la presión de tiempo, que llegaba por tercera vez en la parti da, produjo su efecto. Fue un terrible golpe para el poseedor del título, cuyas res tan tes esperanzas estaban desvaneciéndose.
1 28
Blancas : Spassky Negra� : Fischer
Defensa Alekhine . l.
P4R!
¡ Repitiendo la nueva arma utili zada en la décimoprimera par tida ! l.
. . .
• •
C3AR!
Nada de Defensa Siciliana esta vez. Bueno, Fischer había j uga do últimamente la Defensa Ale khine, y Spassky quizá no. 2.
PSR
C4D
3.
P4D
P3D
4.
C3AR
La l ínea más aguda es : 4. P4AD, e3e ; S. P4A . 4.
• . .
P3CR
Es más fuerte que 4 . . . . , Ase . Larsen acostumbraba a j ugar : 4 . . . . , P x P ! ? ; S . e x P, P3eR. 5.
A4AD
En la partida Browne-Fischer, Rovinj-Zagreb , 1 970, se j ugó : S. A2R, Ale ; 6. P4AD, e3e ; 7 . P x P, PA x P ; 8 . e3A, (}.(); 9. (}.(), e3A; 10. A3R, ASe ; 1 1 . P3eD, P4D ! . s . ese estuvo d e moda durante un tiempo, pero podría ser pre matura debido a : S . . . . , P3AR ! , o : S . . . . , P x P ; 6 . P x P, A2e ; 7 . A4AD, P3AD . Vasyukov-Larsen, Moscú, 1 9S9. 5.
. . .
C3C
En varias partidas de campeo nato se j ugó : S. . . . , P3AD, pero es más pasiva y quita a las ne gras oportunidades de devolver el golpe en el centro : 6. (}.(), A2C ; 1. P x P, D x P ; 8. P3TR, 0-0. Ka valek - Kupka, Checoslovaquia, 1 968. 6.
A3C
A2C
7.
CD2D? !
Tras una larga reflexión , Spassky encuentra algo nuevo, pero no es una solución feliz, pues hay una cierta artificiosidad en la forma en que las b lancas refuerzan su avanzadilla en SR. Keres acos tumbraba a j ugar aquí : 7. P4TD, o 7 . (}.(), 0-0 ; 8 . P4TD, P4TD; 9 . P3TR, C 3 A ; 10. D 2 R , P4D ! ? ; 1 1 . C3A, A3R ; 1 2 . A4AR. Keres-Kup ka, Kapfenberg, 1970. Son interesantes : 7 . CSC y : 8. P4AR, que aseguran mejor con trol del espacio. 7.
•
8.
P3TR?
• •
0-0
Defendiendo aún mejor el peón de rey, pero antes de que fuera atacado. Cuesta tiempo, y uno de los dos movimientos , el sépti mo o el octavo, era superfluo. 8.
. . .
P4TD !
Atacando al activo, pero expues to alfil, las negras quieren pro vocar un debilitamiento del lado de la dama blanca, y obtener así algunos cuadros adicionales para sus piezas menores. 9.
P4TD?
1 29 9.
-
FISC H ER CONTRA SPASSKY
Las blancas luchan en Ja oscu ridad y no se dan cuenta del peligro en que están mientras se enfrentan, enérgicamente, con la amenaza : 9 . , PST. E l movi m iento efectuado, con el caballo blanco en 20, crea una seria de bilidad. Las blancas deberían ha ber intentado algo más modesto como : 9. P3A, A4A ; 1 0. 0-0, PST; 1 1 . A2A, A X A; 1 2 . D x A, C3A ; 13. T l R, P x P ; 1 4 . C x P. 9. PxP . . .
.
1 0.
.
•
PxP
C3T!
Subrayando Ja futilidad de la es trategia de las blancas en el sép timo movimiento, cuando se de fendieron antes de ser atacadas. El AR blanco se enfrenta con la poco agradable amenaza 1 1 . . , C4A, y el PTD blanco aún está en mayor peligro. Las negras tie nen ahora una ventaj a, pues, ade más , las blancas están retrasadas en su desarrollo. . .
11.
0-0
¿Qué otra cosa cabe ? 1 1 . C4R, D x D + ; 12. R x D, A4A ; 13. C3C, A 2D; no parece prometedor. 11.
.
..
C4A
12 .
D2R
DlR!
¡ Buscando ganar el peón en seguida ! 13.
C4R
C (3) x P
14.
Axe
CxA
15.
TlR
Muestra típica de las reacciones de Spassky. A las blancas no les gusta el j uego inferior que ten drían si tratasen de establecer igualdad de piezas mediante : 1 5 . , D4A, A 2D; 1 6 . D x PAD ; o : 1 5 P4CD; 1 6 . D x PAD , A4A; aunque .
1 30
. . .
hubiera sido una mejor posibi lidad para unas tablas que la preferencia de las blancas por el ataque, con eventuales réplicas ventaj osas para las negras. 15.
.. .
C3C
Devolviéndole al caballo su se guridad , y manteniendo su ven taja en piezas. 16.
A2D
17.
A5C
P5T
Tratando de utilizar su única po sibjlidad de organizar una pre sión, pues 17. A4C, C4D no servía. 17.
.
P3T
. •
Enfatizando la poca potencia que había en el último movimiento de las blancas. 18.
ACT
No hay otra forma en que inten tar mostrarse activo. 18.
A4A!!
. • •
Las negras desperdician la mejor alternativa : 18 . . . . , A2D ! , amenazando con : 19 . , A4C, y : 20 . . . . , CSA, y las blancas se encon trarían con problemas inmedia tos. La amenaza de las negras de jugar. . . P4AR también sería muy efectiva . .
. .
19.
26.
P4CR
Las b lancas aceptan la invita ción a comenzar un ataque, pues no hay nada mejor que puedan hacer. 1 9.
A3R?
R2T
Las blancas son demasiado len tas. La presión de tiempo que se aproxima hace notar su in fluencia. C2D
26.
Más segura era : 19 . . . . , A x C ; 20. D x A, P3AD, y también : 1 9 . . . . , A2D, con la amenaza : 20 . . . . , P4AR. Ahora, las blancas consi guen la oportunidad de centrar un caballo sin tener que pagar nada por ello. 20.
C4D!
21.
D2D
ASA
Debió de ser desalentador para las negras el que las blancas no estuvieran perdidas aquí . Por el contrario, tienen contrajuego, pues : 2 1 . . . . , A x P ; 22. P x D , A2C (o bien : 23. CSC ) ; 23. D3R, C4D ; 24. D2D, no sería demasiado agra dable para las negras. 21.
•
22.
TDl D
• •
D2D
TRl R
23.
P4A!
A4D
24.
CSAD
DlA
25.
D3A! ?
. ..
P4AD!
2R.
ese
D3A
29.
C6D
DxC
29 . . . . , TR l C ; 30. D2D, P4CD, era otra posibilidad. 30.
PXD
AxD
31.
PxA
P3A
32.
PSC!
Haciendo todo lo que puede en la lucha por los cuadros negros. 32.
25. P6R ! era fuerte y más peli grosa. Probablemente a las blan cas no les gustaría 25 . . . . , C5A, pero tras 26. D l A tendrían un buen cont raj uego frente a ellas. 25.
C3D?
27.
El j uego descuidado de las ne gras ha dado posibilidades a su oponente. El PR blanco es tabú y ej erce presión contra el lado del rey negro. 22.
27.
27. ese era una mejor posibili dad. Ahora, las negras se apresu ran a obtener espacio para sus piezas.
P3R!
Deteniendo el peligroso PR blan co.
PT x P
33.
PxP
P4A
34.
A3C
R2A
35.
CSR +
CxC
36.
Axe
La mej or posibilidad de las blan cas es j ugar su inferior final de partida con los alfiles de colores opuestos.
1 31
36.
. . .
3 '7.
TlAR
P4C TlT!
La amenaza T4A-4 T R es poco agradab le, y las negras t i enen que detenerla. 38.
A6A!
No ,·ale Ja pena aceptar el cam bio. E l alfil es una pieza fuerte, y puede man tener atareadas a ambas torres negras. 38.
. .
.
P6T
Naturalmente, las negras quieren mantener a las torres b lancas ocupadas con su peón pasado. 39.
T4A
40.
P4A
P'7T
En este momento Spassky incli nó la cabeza hacia el reloj por pri mera vez para comprobar su tiempo. Esta importante decisión fue tomada baj o una tremenda presión de tiempo. 40 . T1 TO era Ja otra elección para Juchar con vistas a obtener unas tablas.
zan con : 4 3 . T4TR, T x T; 44 . R x T, y en tonces capturar a la otra torre negra promocionando el PD. 42.
.. .
43.
P3A
No 43. R2A, T( 6 ) x P ! ; 44. P8D( D ) . T x D ; 45. A x T, P4R ! , recuperan do la torre. 43.
. . .
T ( l ) lT!
La torre pasiva se convierte en una pieza activa. 44.
T4TR!
P4R!
consiguiendo espacio para el rey y evitando un j aque perpetuo. R3R
45.
T'7T +
46.
T'7R +
R3D
4'1.
TxP
TxP+
48.
R2A
T'1A +
49.
RlR
Todo era forzoso y era lo me j or para ambos lados.
AxP
40. 41.
P '7D
42.
R3C !
A4D
49.
El movimiento sellado y el me jor de todos (como en la sépti ma partida ). Las blancas amena-
1 32
T6T +
Rx P
50.
T(5) x A +
R3A
51.
T6D +
B.2C
5 1 . . . . , R2A; 52. A5R ! , sería peli groso. Las negras han iniciado una atrevida continuación , gra cias a su excelente juicio de que
tres
peones son aún mejores que
la pieza
52.
blanca. T7D +
52. T6R podría ser enfrentado por 52 . . . . , T l AD. Era interesan te jugar : 52. T ( 6 )2D inmediata mente. 52.
.. .
R3T
No dando la oportunidad para : 53. A8D + . 53.
T ( 7 ) 2D
TxT
54.
RxT
P5C
55.
P4T!
La única posibilidad : 55. R2A, R4C ; 56. R2C, P5AD ; 57. R l T , P6A, sería desesperada. 55 .
.. .
R4C
56.
P5T
P5AD!
Tratando de ganar un tiempo j u gando en ambos lados . 57.
T l TD
obligatorio debido a la amena za : 58 . . . . , P6A + , y P8T( D ) . Por ejemplo : 57. P6T , P6A + ; 58. R3D, P8T( D ) ; 59. T x D, T x T ; 60 . P7T , T8D + ! ; 6 1 . R2A, T8TR; 62. P8T( D ) , T x D ; 63. A x T, R5A, y las negras ganan con tres peones pasados en dos lados . 57.
. ..
58.
P6C
PXP
Este peón intenta privar de toda actividad a la torre negra.
58.
.
.
•
P5 T
Las negras pensaban aquí en una interesante posibilidad de mantener activa la torre con : 58 . . . . , T6T ; 59. P7C , T6CR; 60. T x P, P6A + ; 6 1 . R2R, P6C ; 62 . T8T, pero no está nada claro para las negras. 59 .
P7C
59. A x P, T l CR favorecería a las negras . 59.
.
60.
A7R
•
•
P6T
TlCR
Necesario para prevenir la corir nación del peón blanco. 61.
ASA
6 1 . A6A también era posible : 6 1 . . . . , P7T ; 62. R2A, R3A; 63. R2C , R3D; 64. T l T ! , R3R; 65. A4D, R4D ; 66. A6A, con tablas. 61.
.
•
•
P7T
Si 6 1 . . . . , P6A + ; 62. R3D ! . 62.
R2A
R3A
El rey tiene que ir al otro lado, o no hay posibilidad de ganar. ( Ve r diagrama. )
63.
TID
1 33
No perm itiendo al rey que cruce la fila de la dama. 63 .
.. .
64.
R3A?
P6C +
64. R2C era más precisa
:
64 .
P5A; 65. T6D + , R2A; 66. T l D ! , P6AR; 67. R3A, P7A; 68. R2C ! , con unas
tablas
fáciles.
O:
64 .
. . . , P8TR( D ) ; 65. T x D, R4D ; 66. T l D + , RSR; 67. T I R + !, R6D; 68. T I D + , R7R; 69. T IAD, tam bién
con tablas. 64 .
• . .
P8TR ( D ) !
Aquí está . l a fuerza de Fischer. Las negras hicieron este movi miento rápidamente, con l a cla ra visión de que era la única po sibilidad para luchar por la vic toria. Tras 64 . . . . , PSA; 65. T6D + ! , R2A; 66. T l D ! , los peones negros del lado del rey estarían dema siado lejos del apoyo de su rey. 65.
TXD
66.
R2C
R4D
Las blancas tienen que malgas tar un movimiento ahora, debido a su error en el movimiento 64 . 66.
PSA
67.
TID +
RSR
68.
TIAD
R6D
Las blancas estaban ahora apu radas de tiempo y les quedaban unos cuatro minutos para cua tro movimientos.
(Ver diagrama. )
134
69.
TID + ? ?
E l último y decisivo error. Tras 69. T3A + , RSD ; 70. T3A, P6A + ; 7 1 . R l T , P7A; 72. T x PA + , R6A ; 73. T3A + , R7D; 74. A3T ! , las blancas salvarían fácilmente me dio punto. 69.
. ..
7 0.
TIAD
R7R!
Las blancas han perdido ya dos tiempos, y no pueden seguir de fendiéndose. 7 0.
. . .
71.
ASA
P6AR
Un intento desesperado. La torre negra logra su libertad, y esto es decisivo. 71.
.
•
TxP
72.
TxP
T2D !
•
De nuevo las negras se apresu raron a tomar su decisión co rrecta. No 72 . . . . , P7A; 73. A x P, R x A; 74. T4A + ! , con posibilida des de unas tablas. La amenaza : . . . , TSD ( o : . . . , T7D + , ante s ) es mortífera.
73.
T4R +
R8A
74.
A4D
P7A
Las blancas abandonan.
También hay la amenaza de : 75. , T x A. El puntaj e : ¡ 8 a 5 a favor de Fische r ! . . .
1 35
14 Fischer abandonó el estrado, pero Spassky, tras haber aban donado en la décimotercera partida, permaneció sen tado. «Es muy extraño », dijo (como hipno tizado ) . Y trató de recons truir la posición de algunos movimientos antes. « ¿ Cómo puede uno perder con la única torre de su con trario to talmente en cerrada en CJR ? » E l shock fue doble: l e daba a Fischer l o que quizás era una ventaja decisiva en la competición, y el domingo 13 de agosto, Spassky, según las declaraciones del doctor, no se en contraba b ien, y se aplazó la décimocuarta partida. Hubo ru mores de que a Fischer no le gustó esto, e incluso de que pro testó a la F.l.D.E. de Ams terdam. Cierto o no, Bobby no podía hacer nada contra el derecho del campeón a posponer las par tidas en tres ocasiones durante el torneo. Si lo creía necesa rio, Spassky podía posponer aún una vez más. Así que no hubo torneo durante tres días, y en su lugar se tuvo que pasar a las d(!most raciones de ajedrez. Algo estaba sucediendo « en tre bas tidores ». Aparte de la episódica protesta ( no firmada por Fischer) del señor Cramer al presidente de la F.I.D.E. en Amsterdam, acerca de la «arrogancia e incom petencia » del árbitro, el abogado de Fischer, Paul Marshall, solicitó que el importe de la parte del p remio correspondiente al perdedor ( que e ra lo mínimo que su representante podía ganar) fuera depositado por adelan tado en el Aeropuerto Ken nedy. Cuando esto fue rehusado, Marshall trató de llegar a una solución de compromiso sugiriendo la embajada estado unidense en Reykjavik como alternativa. Un portavoz de la Federación Islandesa de Ajedrez comen tó: « Estamos dispues tos a considerar cualquier petición razo1 37
nable, pero debemos saber por qué nos han pedido esto aho ra ¡A la mitad del torneo! » Podían haber varios « por qué »: Barry Frederiks, que había negociado los derechos exclusivos de filmación para Ches ter Fox, voló a Islandia a discu tir el punto muerto. No se le per mitió que tuviese una entrevis ta con Fischer, pero discu tió con un abogado islandés las posibilidades de presen tar una demanda con t ra Fische r según las leyes islandesas. Dijo que tra taría de que fuera intervenida la parte de la bolsa corres pondiente a Fischer hasta que se llegase a algún acuerdo. Paul Marshall, el abogado de Fischer, se rió de esta posi b ilidad diciendo que Frederiks « tendría que usar toda su ima ginación en es te caso », pero no olvidó añadir antes de su par tida que Fischer aún deseaba que se filmase el encuentro, pero no median te equipos de operadores en la sala de compe tición. Bobby deseaba que se ins talasen en la sala un cierto número de cámaras de televisión manejadas desde el exterior por con trol remoto. « Esto no es un partido de fútbol con la gente corriendo de un lado a o tro. No necesitan tener técnicos allí den tro », fue la explicación de Marshall. Para probar la seriedad de las intenciones de Fischer, dijo que había hablado con él hasta las seis de la madrugada, «filo sofando acerca de las mujeres y discutiendo ofertas financie ras. Una compañía cienma tográfica de California le ha ofreci do a Bobby una can tidad de seis cifras para actuar como ase sor en una película de misterio y espionaje basada en el aje drez ». Mientras tanto, Ches ter Fox filmó a un periodista yu goslavo que tenía el talento de caricaturizar a Boris y Bobby en la mesa de juego. En lugar del domingo día 1 3 ( un número poco afortunado para Spass ky) , la partida fue jugada el martes 15 de agosto. Mien tras tanto, llegó de Moscú Larissa, la esposa de Spassky, como también las esposas de los o t ros miembros del equipo de Spassky: Geller, Krogius y Nei. Las señoras se quedaron en la embajada soviética, y no inten taron interferir en el torneo. . . .
1 38
Bo ris abrió modestamente, esperando que Fischer golpease el primero. Bobby lo hizo, desviándose de las anteriores par tidas de Gambito de Reina, a pesar de su exitoso juego en di chas partidas. A Spassky le gustaba la posición, y fue una de las raras ocasiones en que supo, mejor que Bobby, como tra tarla. Dándose cuenta de sus repentinas dificultades, Fischer se apresuró a jugar una con tinuación simplificante y se equi vocó, perdiendo un peón. Spassky aún tenía más motivo para estar tenso interiormente y, al igual que su rival, perdió por error un peón algunos momen tos más tarde. Cuando Bob by, instan táneamente, cogió el peón negro, Spassky se vvlvió abruptamente sobre su silla gira toria y, dándole la espalda a todo el mundo, miró a la lejana pared con una sensación de absoluto disgusto para consigo mismo. Y así fue que se llegó a unas tablas, despreciadas olímpicamente por los expertos, pero apreciadas por los espectadores por su « toque humano ».
1 39
Blancas : Fischer Negras: Spassky
Gambito de Reina rechazado. l.
P4AD
¡ El aspirante ha jugado este mo vimiento en la competición con mayor frecuencia que su favori to : l . P4R ! l.
P3R
2.
C3AR
P4D
3.
P4D
C3AR
4.
C3A
A2R
5.
A4A!
Desviándose de las dos partidas anteriores, en las que las blan cas jugaron : 5 . ASC, entrando en las líneas de la Defensa Orto doxa . El movimiento de esta par tida se ha puesto de m oda en los últimos años. 5.
.
. •
0-0
La alternativa es : 5 . . . . , P4A ; 6. PD x P, C3T ( o : 6 . . . . , D4T ; 7. C2D ! ); 7 . A6D ! ( más débil sería : 7 . P3R, C x P ; 8. P x P, P x P ; 9 . A2R, 0-0 ; 10. 0-0, A3R ; 1 1 . ASR , T l A; 12. T l A , P3TD; 1 3 . P3TR, P4CD ; 1 4 .A3D ?, PSD ! , ganando el intercambio. Petrosian-Spassky, 8 partida de campeonato, 1 969 ) ; 7 . . . . , C x P (o : 7 . . . . , P x P ; 8 . D4D ! , 0-0; 9 . P4R, C2D ; 1 0 . A x P , C ( 3 ) x P ; 1 1 . T l D , A x A ; 1 2 . D x A, con el mejor j uego. Portisch-Iv kov, Praga, 1970 ) ; 8. A x A, D x A ; 9. P x P, P x P ; 10. P3R, 0-0; 1 1 . A2R, C(4)5R; 12. D4D, con algu nas ventaj as. Portisch-Bobotzov, Amsterdam, 1 97 1 .
menos fuerza allí al no estar su AD en SCR. E s interesante : 6 . . . . , P3CD, o : 6 . . . . , CD2D ; 7 . P3TD, P3A; 8. P3T, P3T D ; 9 . PSA, P3CD ! ; 10. P4CD , P4TD; 1 1 . A3D, A3T, con una par tida igualada. Larsen-Spassky, Palma de Mallorca, 1 968 . 7.
PD x P
C3A
Más flexible que : 7 . . . . , A x P; 8. D2A, C3A; 9. P3TD, D4T ; 10. T l D , A2R ; 1 1 . C2D, P4R ; 1 2 . ASC, PSD; 13. C3C, y las negras tuvieron que correr un albur ofreciendo peo nes. Portisch-Spassky, La Haba na, 1 966; o : 7 . . . . , D4T ; 8. T lA, A x P ; 9 . C2D, A2R; 10. A2R, C3A; 1 1 . 0-0 , D l D ; 12. P X P, C X P ; 1 3 . e X e, p X C ; 14. C3C, con mejo res posibilidades para las b lan cas. Larsen-Lombardy, Montecar lo, 1 967. 8.
PxP
PxP
9.
A2R
AXP
0-0
A3R
•
6.
P3R
P4A
La lógica contrapartida en el cen tro, dado que las blancas tienen
1 40
10.
10 . . . . , PSD sería contrarrestado por 1 1 . C4TD. 11.
TIA
T ratando de hacer que el AR ne-
gro se encuentre poco cómodo en su cuadro activo. 11.
TIA
12.
P3TD
1 3.
A3C
P3TR
Aún no : 1 3 . C x P, D x C ; 14. D x D, C x D ; 1 5 . T x A, C x A; 16. P x C , debido a : 16 . . . . , CSD ! ; 1 7 . TSR, C x A + ; 18. T x C, ASA, ganando en el cambio. E l movimiento efectuado también introduce la posibilidad de clavar con A4T . 1 3.
•
..
A3C!
Quitando el alfil del cuadro ex puesto. Ahora la amenaza es : 1 3 . . . . , PSD. En caso de : 14. C4TD, las negras podrían replicar en el centro con : 14 . . . . , CSR.
14.
.. .
C2R!
En caso de 1 4 . . . . , PSD; 15. C x C, T x C ; 16. P x P, A x P ; 1 7 . A3A, podría ser poco agradable. Ahora la idea es un eventual : . . . , C4A. 1 5.
C4T
No dejando en paz al alfil negro sobre su fuerte diagonal. 15.
• . •
C5R
La reacción natural en el cen tro a la maniobra lateral blanca. 16.
TXT
1 '7 .
C3AR
AxT
1 7 . A4T , A2A; 1 8 . C3AR, A2D, se ría otra posible j ugada para las negras . Con el movimiento efec tuado, las blancas incrementan su control del cuadro de bloqueo 4D, y quitan el caballo de un lugar expuesto e ineficiente. 1'7 .
• • •
A2D
En caso de : 17 . . . . , A2A ; 1 8 . A x A, D x A, las negras no podrían aprovecharse de la posición del caballo b lanco en el ala, debido a : 19. D l A ! . Con el movimiento de la partida, las negras tratan de ser las primeras en llegar a la fila AD .
14.
C5R
Esperando disminuir el efecto de la posible ruptura : . . . , PSD, re duciendo el número de p iezas sobre el tablero. El peón aislado da juego libre a las piezas negras , pero con menor número de p ie zas sus debilidades se harían más evidentes. Por consiguiente, las negras evitan el cambio de ca ballos con su siguiente movi miento.
141
18.
ASR?
18. C x A, D x C ; 19. ASR, era una buena solución, manteniendo al guna ventaj a. 1 8.
...
A x C!
19.
DxA
C3AD
Las negras se sienten ahora có modas, y son más activas . Las blancas han jugueteado con sus piezas j uzgando mal el resultado de la maniobra malgastadora de tiempo que fue el movimiento 1 8 . 20.
A4AR
23.
20. A4D, e X A; 2 1 . e X e, D3A, da ría a las negras una partida fácil. 20.
.
D3A
. •
Este lógico movimiento incre menta la presión a lo largo de dos diagonales negras intersecta das. ¡ Ahora las negras tienen la iniciativa ! 21.
ASCD?
Las blancas, con su rápida per cepción, se han dado cuenta de los peligros, pero aquí cometen un descuido en su deseo de sim plificar con innecesaria rapidez. No obstante en cierta manera , el instinto de Fischer demostró ser tremendo. Tras la normal : 2 1 . D2A, l a 2 1 . . . , P4C ; 22. A3C, P4TR podría haber sido muy poco agradable. .
. . .
D
22.
AXC
C6A!
La equivocación en el cálculo de las blancas .
1 42
23.
.. .
DXD
24.
PxD
PxA
24 . . . . , C7R + ; 25. R l T , C x A; 26. A x PC , no ofrecería nada. La me jor esperanza de las blancas , con un peón menos, es controlar la movilidad de los peones negros. 25.
ASR
C4C
26.
TIA
TIA? !
Menos precisa que : 26. ganando un tiempo. 27.
P3A,
C4D
Las blancas intentan entrar en un final de partida de torre con excelentes posibilidades de ta blas.
xP
21.
( Ve r diagrama. )
D4C
No 23. ASR, C x D ; 24. A x D , P x A ! , y las negras tendrían una mayoría de peones más móvil de lo que t ienen en este momento.
rápido
( Ve r diagrama. )
27 •
• . .
28.
AxP
TXP
31.
P3A?!
A su vez, un terrible error, y la posición ahora es de tablas. Tras 27 . . . . , C x C ( o A x C ) ; 28. A x e (o respectivamente A x A); 28 . . . . , P3A ( las negras tendrían también que mantener una pieza menor en el tablero, pues después de 28 . . . . , A x A; 29. P x A, T I C ; 30. RIA, T x P ; 3 1 . T x P , T x P; 32. T6T, las blancas podrían salvar unas tablas en el final de parti da de torre, teniendo únicament e un peón menos ); y 29 . . . . , R2A, las negras tendrían una larga pero quizá positiva lucha por una vic toria.
32.
TXP
33.
T 6T
TxP
R2A
34.
TxP+
R3A
35.
T7D
P4T
36.
R2B
P4 C
37.
R3R
T5R +
38.
R3D
R3R
39.
T7CR
B3A
40.
T7D
R3R
Aceptadas tablas
El puntaje seguía intacto : 8 1 / 2 5 1 /2 a favor de Fischer .
a
AXC
28 p X A; 29 . e X e, no ofrece nada a las negras . .
. . . •
29.
Ax A
Cx A
30.
PxC
TIC
31.
RIA
Éste es el correcto orden de mo vimientos. 3 1 . T x P sería un poco peligroso debido a : 3 1 . . . . , P4TD !
1 43
15 Al fin, Ches ter Fox anunció l a can t idad d e di ne r o que no iba a ganar a causa de la actitud con t ra la fi lmac i ón po r parte de Fischer: ¡un m illón doscien tos cincuenta mil dólares! ¿Y q u é ? Aunque le pusiera pleito a Fische r, ¿ cómo iba a con s egui r pagarlo ? Bueno, otra era cósmica se ha abierto ante los grandes maest ros del ajedrez. El abogado de Fischer trajo mejores noticias de los Es tados Unidos: con unas pocas firmas, Bobby podía hacer un m illón doscientos mil en sólo tres semanas después d e l torneo. Pero, ¿ firmaría ? Uno recuerda un episo dio privado después del campeonato de Fischer con tra Pe trosian. Robert James Fische r fue ten tado con una cantidad de seis cifras para que h iciera publicidad a una loción capi lar. Tras algunas dudas, rechazó la oferta con un argumento de demoledor efecto: « No puedo hacerlo. ¡Después de todo, ja más la uso! >> Un lec to r de la revista Time escribió al director de la mis ma: «A algunas personas, Bobby Fischer les parece desvergon zado, arrogan te, egoísta, y algo infantil. Probablemente tienen razón, pero ¿ saben que tiene que s er cla sifica do como uno de los más brillantes maestros de ajedrez de todos los t iempos ? ¿ Saben que él solo ha c o ns egu ido probablemente, más di nero en premios y mejores condiciones de juego para el aje drez de campeonatos que todos los grandes reunidos ? » Fischer permaneció i mp ert u r b able ante todo, y siguió su propio camino. Comenzó a pro testar acerca del acondiciona miento de aire, los cazadores de autógrafos y el « excesivo ruido de los espectadores », y pidió que la decimoquin ta part ida fuera jugada en la habitación de a t rás. ¡Otra vez, no! De nuevo acudieron horribles recuerdos del pasado olvida,
1 45 10.
-
F I SC H E R COSTRA SP�SSKY
do y de la tercera partida del torneo. Conociendo las re glas y cuál sería ahora la reacción de Spassky, Lothar Schmid dirigió unas b reves y sensatas palabras al público antes de poner en marcha el reloj del escenario, rezando para sí por que Bobby tuviera una buena reacción. Aquella noche, el ár bitro Sch mid, mien t ras se hallaba sentado silenciosamente en la mesa a la hora de cenar, h izo su habitual declaración a la prensa en su acos tumbrada voz cansada: « no puedo mover me . . . estoy acabado ». Aquello continuaba así desde hacía dos meses, pero todo el mundo había sob revivido, incluyendo a los jugadores, hasta llega r al infierno de la decimoquin ta partida. Boris, del que an tes se rumoreaba que estaba sufriendo una sensación de derrota, encontró un nuevo es tado de de terminación: « La pri mera parte de este campeonato no ha sido muy interesan te pa ra m í. La segunda lo será ». Desde luego, esta vez tam bién se mostró como un oponente más duro en la apertura, y fue Fischer quien empleó más tiempo en el inicio de la partida. Cuando Fischer, con algunos retrasos, aceptó el reto de jugar otra Defensa Siciliana, Spass ky aplicó el método más reciente de determ inación rápida con tra la disposición habi tual de Fischer en la Va riante Najdorf. Algo tomó a Fischer por so rpresa, y tuvo que entregar un peón. Pero logró colocar sus piezas menores en sus cuadros ideales. Pensando que el tener w 1 peón de más era de mayor valor que este logro de las negras, Spass ky evitó unas tablas por repe tición de movi m ien tos, y en tonces se halló casi al borde del desas tre. Fis cl1er juga ba rápido. Nadie sabía si era la inspiración del genio o la impaciencia de estar tan cerca del objetivo de toda su 1·ida. Spassky encon tró réplicas milagrosas mien tras estaba sometido a presión de tiempo, y, al día siguiente, Fischer no pudo hacer nada mejor que repe tir movimien tos. Uno podía h a b e r predicho este resultado al anochecer después de la pri m e ra nsión, cuando el lugarteneinte de Fischer, Lombardy, fue \ 'is to inesperadamen te en su ho tel buscando un compa il e ro p a ra jugar al ping-pong.
1 46
Blancas: Spassk;y Negras : Fischer
Defensa Siciliana. l.
P4R
Estando tres puntos por detrás de su oponente, el poseedor del título no tenía ahora mejor arma que el peón del rey, en orden a poner bajo un serio examen las líneas de doble filo de Fischer. 1.
.. .
P4AD !
En la 1 3 .' part ida, las negras no habían inten tado su defensa fa vorita.
1 1 . A x e , C x A ; 1 2 . PSR, A2C ; 1 3 . D 3 C ( 1 3 . P x C, A x D ; 1 4 . A x A, A x P ; 15. A x T , A x C ; 16. T x A , P4D ; 1 7 . A x P, P x A ; 1 8 . T I R + , R I A, mant iene para las negras ) ; 1 3 . . . . , P x P ; 1 4 . P x P ( Velimiro vic-Bronstein, Vinkovci , 1970 ) , cuando con 1 4 . . . . , C2D, l a s ne gras hubieran mantenido igua la das las posibilidades. La 10. P4C R se j uega frecuentemente, pero Fischer se h a encont rado con este movimiento muchas veces en su praxis de torneos, y no po día ser sorprendido en esa línea.
2.
C3AR
P3D
3.
P4D
PXP
1 0.
. ..
4.
CxP
C3AR
11.
TRl R
5.
C3AD
P3TD !
La fortuna protege a los auda ces. 6.
ASCR!
Ahora ha quedado completado el reto de Spassky. 6.
...
P3R
7.
P4A
A2R!
Las negras fueron las primeras en desviarse de la 1 1 . partida, no expresando ningún deseo de utilizar la arriesgada línea del «peón envenenado » (7 . . . . , D3C ). •
8.
D3A
D2A
9.
0-0-0
CD2D
El dar un apoyo adicional al CR negro : 9 . . . ., P4C ?, sería prema turo, debido a : 10. A x C , A x A ; 1 1 . A x P + ! , P x A ; 1 2 . C( 4 ) x PC, con un ataque devastador. 10.
P4C
La idea es llevar todas sus fuer zas al j uego lo más rápidamente posible, y abrir even tualmente la fila del rey. 11.
. . .
A2C
1 1 . . . . , PSC ha sido también j u gada, y puede ser más fuerte. Por ej emplo : 1 2 . C ( 3 A )2R, C4A, con un j uego igualado, Mi kenas Aronin , 24.º Campeonato de la U . R . S . S . ; o 1 2 . CSD, P x C; 1 3 . P x P , q u e no es muy claro se gún Pachman , pero que proba blemente no sea demasiado bue no en vistas a la partida Velimi rovic-Lj uboj evic, que se mencio na después .
A3D!
El método más recientemente descubierto para las blancas, que van directamente al ataque a lo largo de las filas centrales . No es muy clara la : 10. A2R, P4C ;
( Ve r diagrama. )
1 47
fila C R. Las blancas realizaron todos esos movimientos con ra pidez, y obviamente estaban dis puestas para esta línea. Por el contrario, Fischer tuvo que de dicar más tiempo a sus réplicas. 12.
12.
D3C!
No desconocida, pero aún se tra ta de una idea nueva. En esta posición, el sacrificio : 12. C5D ! ? ha atraído la atención de compe tidores agresivos. En la partida Jiménez-Mecking, Interzonal de Palma, 1 970, tras : 1 2. C5D, P x C ; 1 3 . C5A, A l A ( es mucho más in teresante : 13 . . . . , R I A ) , las blan cas se perdieron una posibilidad de destruir a su oponente con : 14. P5R ! , P x P; 1 5 . P x P, C x P ; 16. C x P + ! , A x C ; 1 7 . A x e . En la partida Velimi rovic-Lj u bojevic, arriba mencionada, el j uego continuó : 12. C5D ? , C x C ; 13. P x C, A x A; 14. T x P + , P x T; 1 5 . e X PR, y ahora, con : 1 5 . . . . . D3C ! , las negras podrían haber dejado a su oponente con una compensación insuficiente por las piezas sacrificadas , y consolida do su posición tras algunos mo vimientos. Con el movimiento efectuado, las blancas no se obligan a sacrifi cios materiales, pero mejoran la posición de su dama, que ahora ej erce presión a lo largo de la
1 48
0-0-0
Llevando a su rey a lugar segu ro. Tras 12. . . . , P5C, se podría j ugar : 13. C5D ! , con aún mayor efecto, debido a la mej orada po sición de la dama blanca y a su presión a lo largo de la línea CR. La idea del sacrificio del caba llo es abrir la fila del rey y ata car directamente. Pero ahora, el rey negro ha escapado . 13.
Ax e
La consecuencia lógica del 1 2 .º movimiento de las blancas, j u gando con el fin de aprovechar la presión a lo largo de la fila CR. Las blancas pasaron mucho tiempo para realizar su 1 3 .º mo vimiento, sorprendidas de que las negras pudieran hacer el enro que largo. 1 3.
...
CxA
Las negras no tenían mejor res puesta. En 13 . . . . , A x A ; 14. A x P ! , P x A ( 14 . . . . , A x C ; 1 5 . A x C + ) ; 1 5 . C( 4 ) x PC, y 16. C x P + , segui ría con una partida ganada; y tras 1 3 . . . . , P x A; 14. D7C ( 14. P5A también se puede jugar ) , T D l A ; 1 5 . C x PR ! , las blancas ga narian de nuevo piezas. Con el movimiento efectuado en la partida, las negras podían es perar alguna réplica como com pensación por el peón perdido. 14.
DxP
TDlA
D x PA,
Enfrentándose con la amenaza de : 18 . . . . , D4T ; 19. P3CD , C4A.
La dama tenía que ser devuelta a lugar seguro.
Ambos jugadores son previsores. S i 18 . . . . , C4A ; 19. C x C, P x C ( 1 9 . . . . , D x C es jugable, pero no ofrecería nada sustancial ) ; 20. C3A, D x P ( si 20 . . . . , PSA; 2 1 . A l A, D x P ; 22. A x P ; o : 2 1 . . . . , P6A ; 22. D7T ! ); 2 1 . D2R ! , las ne gras recuperarán igualdad mate rial, pero con una mala posición a causa de sus debilidades en los cuadros blancos .
No
14.
TD I A ;
15.
. . . TRlC; 16. D x P + . ,
15.
1 8.
D3C
P5C
1 5.
Usando esta posibil idad para un intento de romper la colabora ción de las piezas blancas. 1 6.
C4T
La única réplica acti\'a. Las ne gras tienen aún que probar si tie nen suficiente compensación por esta des\·entaj a material . TRlC
1 6. 17.
D2A
19.
.
. •
RlC !
P3A!
Deseando abrir la fila AD y de j ando libre el cuadro 2AD para su alfil . 19.
. •
.
C4A
19 . . . . , P x P ; 20. TlAD no sería atractivo para las negras. 20.
A2A
PXP
No 20 . . . . , C x C ; 2 1 . A x C , P x P; 22. T l AD, D4T ; 23. A6A ! , P x P; 24. D x P ! . 21.
Tras 17. D3A, P4D; 18. PSR , CSR; 19. A x C , P x A , las negras gana rían un tiempo. 17.
. ..
C2D '
Fischer conoce muchas posicio nes, pero ésta la conoce especial mente bien. Las negras protegen los cuadros del lado de la dama y amenazan con 1 8 . . . , C4A. Las negras tratan de utilizar la posi ción lateral del CD blanco, y ésta es su mejor posibi lidad. .
18.
RlC !
C x PA
A3AR
Se ha presentado una extraña posición . Las negras han coloca do sus piezas menores en las po siciones ideales para la variante Najdorf, pero al mismo tiempo tienen un peón menos. ¿ E stán perdidas, o tienen iguales posibi lidade s ? E s difícil de decir, has ta para un experto. 22.
P3CR
P4TR
Insistiendo en hacer de la TR negra una pieza activa. Ahora, las blancas deciden romper el contacto, no teniendo otra posi bilidad para desarrollar una acti vidad inmediata.
1 49
A x C ; 28. D x A, A x P, sería lento ahora, pues las negras tienen la fila D. 27. 28.
• . .
AxP
DxP
N o 28. C x PA, T lAR. 28.
23.
P5R!?
Parece atractiva, pero realmente tiene un doble filo. ¿ Qué otra cosa podían hacer las blancas para probar su superioridad ? Quizá 23. T lAD. 23.
. . .
PxP
24.
PXP
AlTR!
. ..
T2D
Lo mejor que las blancas pue den hacer ahora es repetir movi mientos con : 29. D8R + , T l D ( o de otra manera : 30. C X P ) ; 30. D7A, pero n o se sienten satisfe chas con tal resultado, y corren un terrible riesgo. 28. . . . , A x P ; 2 9 . P X A, D X P, también funcio naría, pues se produciría : 30. T l D , D x C, con una partida igua lada.
Una solución original, mantenien do la presión sobre el déb il PR blanco, que no podía ser captu rado en seguida por 24 . . . . , A x P, a causa de 25. C(4 )5C ! , P x C ; 26. C x P, D3C ( no 26 . . . . , A x PCR; 27. P x A, D3C ; 28. D4A + , R l T ; 29 . C7A + , R2T ; 3 0 . T3R ) ; 27. T x A, con una gran ventaj a . 25.
C3A
TlD
25 . . . . , A x C ; 26. D x A, A x P ; 27. C4T, dejaría más abierto al rey negro. Las blancas estaban ame nazando con 26. C4R, y una par t ida ganada posicionalmente, así que con su último movimiento las negras tenían que luchar por la fila central. 26.
TxT+
27.
C5CR
TXT
Esto no ofrece mucho, pero ¿ hay otra cosa que hacer ? : 27. D2R,
1 50
29.
D x PT?!
Axe
Usando esta posibilidad para de bilitar la posición del rey blan co, mientras las otras piezas blancas están lej os. 30.
PxA
31.
RIA
D3C +
3 1 . . . . , RlT sería más seguro si fuera posible, pero entonces : se guiría : 3 1 . . . . , T7D, con amena zas muy poco halagüeñas.
31.
. ..
32.
D8T +
D4T
No 32. C x P ? ? , C6D + ( o C6C + ), ganando la dama. 32.
• .
.
R2T
Las negras tienen un ataque muy fuerte, y los dos peones menos no cuentan. 33.
P4TD
Ahora eran las b lancas las que tenían apuros de tiempo. 3 3 . R2C, T7D, sería muy poco agradable, y 33. D5R, T4D, tampoco servía. E l ataque negro es extremadamente peligroso.
llo en 5CR. Las blancas hacen el único movimiento que defien de parte de su posición : 35.
36.
33 •
•
•
.
C6D +
Buscando la solución más sim ple, limpiando una pieza que de fiende el rey blanco. Poco claro sería : 33. . . . , C X P ; 34. A x C, D x A ; 35. D5R, y no hay mate, pues las negras necesitan un mo vimiento o dos para prepararlo, y su propio rey estaría mientras tanto irremediablemente expues to a j aques. 34.
Axe
TXA
Todo está colgando ahora en la posición de las blancas. Dos peo nes alrededor del rey y el caba-
R2A
T4D
Después de 35 . . . . , T l D ; 36. D5R, D x P + ; 37. R I A , se llega a idén tica posición que la que se hu biera logrado si las negras hu bieran j ugado : 33. . . . , C X P; 34. A X C , D x A ; 35. D5R. Quizás ésta seguía siendo la mejor posibili dad de ganar después de : 37. . . . , D8T + ; 38. R2A, D7T + ( 38 . . . . , A5R + no daría un resultado de fini tivo ) ; 39. R I A, D7D + ; 40. R l C , T4D ; 4 1 . D3R + , D x D ; 42. T x D , T x C ; 43. T x P, T4AR, y la presencia de las torres sobre el tablero podría, eventualmente, hacer que el resultado de la par tida fuera diferente del final con tendencias al empate ( alfil de color contrario para el peón de torre negro ). T4R!
Como en varias situaciones difí ciles anteriores, Spassky halla un recurso maravi lloso. Este movi miento es el único que le ofrece alguna posibilidad de salvar me dio punto. 36.
.. .
TID
Con 36. . . . , T x C, seguiría 37. D4D + , y, tras el intercambio de damas, las blancas tendrían tam bién un PTD y un rey más acti vo que en la posición que podría haber surgido de los movimien tos 33 y 3 5 . 37.
D7C
� s t a es la mej or pos1c10n que las blancas podían alcanzar. 37.
• . •
D4AR
151
Esta clavada parece más peligro sa que la de las blancas. 37 . . . . , D4D no ganaría debido a 38. T4D. 38.
R3C
Intentando otro recurso.
4 1 . . . . , DBA + , pero también re
sulta que no es efectiva. 40.
T4CD
D8A +
La partida fue aplazada aquí, y las blancas sellaron el movimien to obvio. 41.
T2C
D8T +
42.
T2T
D8A +
En el caso de 42 . . . . , DBD; 43. T2CD, T2D; 44. DSR ! , las negras no pueden hacer mucho, pues su alfil está retenido por la ame naza de mate de las blancas so bre BCD. 43.
T2C
D8T +
¡Tablas! 38.
D4D +
Tratando de acercar más sus pie zas al rey de Spassky, pero no produce nada decisivo. Una po sibilidad poco clara era : 38. . . . , R l T ; 39. DSR, A x T ; 40. D x A + , D4D + ! ; 4 1 . D x D + , P x D, o 4 1 . P4A , D x D ; 42. C x D , P4R ! , pero la verdadera continuación debe ría haber sido : 38 . . . . , TBD ! ; 39. P4TR, D7A ! , llevando las piezas pesadas detrás del rey blanco. 39.
R3T
D7D
Con la idea de : 40. . . . , T2D, y
1 52
La continuación de la partida no llevó más de dos minutos, pero los espectadores estuvieron agra decidos hasta por tan poco tiem po, y aplaudieron estruendosa mente. Naturalmente, los jugado res podían haber acordado unas tablas por teléfono, pero Fischer probablemente tenía sus razones propias para no hacerlo . La ventaj a seguía intacta : 9 a 6 a favor de Fischer. ¿ Cuán cerca del título estab a ?
16 P o r fin los periodistas se pusieron con tentos: oyeron q u e Fischer tenía u n a c i t a c o n u n a dama. Pero se trataba d e una broma pesada, dado que la dama era un juez del Tribunal Superior de Nueva York, que deseaba congelar las ganancias de Fische r hasta que hubiera sido resuelto legalmente su caso con Ches ter Fox. El amable y sonrien te señor Fox, que corre teaba por la sala de compe t iciones, se mos traba absolutamente serio. Gracias a Bobby tenía mucho tiempo libre y, por consi guiente, incluso examinó la posibilidad de poner un pleito a Fischer no sólo en Nueva York, sino tam b ién en Reykjavik. Cuando fueron semb radas «Semillas de sospecha», hacien do parece r que la Federación Islandesa de Ajedrez también estaba envuelta en el caso, los anfitriones presentaron una declaración. Su indignación era tan grande como la lis ta de firmas en la declaración de que (< la Federación Islandesa de Ajedrez no t iene, ni nunca ha tenido, la menor intención de demandar al señor Fobert Fisch e r » . No sólo el presidente, sino el vicepresiden te, el secre tario, el tesorero, y otro miembro de la Federación, h icieron una declaración conjunta al res pecto. Así que sólo era Chester Fox quien estaba poniéndole un pleito al aspirante (( por grandes can tidades ». ¿ Era la publici dad lo q ue complacía al director cinema tográfico ? Pues pare cía demasiado feliz para ser un h o m b re que estaba perdiendo tan to dinero. ¿ Es taba ahora Fischer preocupado por los be neficios en los Es tados Unidos de sus dos lib ros ? Pero, ¡si nunca firma nada! La vida no es el ajedrez, y Bobby nece sitaba mucho tiempo para pensarse las cosas. Si es que podía llegar a una decisión. Otros se apresuraban a firmar por él con tratos de cuyo contenido nunca hab ía estado muy seguro, 1 53
así que ¿ cómo podía aceptarlo ? Y acostumbraban a traicio narle. Como con esas promesas de «progresos tecnológicos » y cámaras invisibles. Y, en cambio, ¿ qué es lo que había visto ? Había dos grandes torres con cámaras (( ocultas » en el esce nario, al mismísimo comienzo de la compe tición. El propio Chester Fax, antiguo ganador de un premio de documen tales cinematográficas, grabó en cinta de celuloide, para la pos teridad, el aso m b ro de Fische r al ver las extrañas construcciones de madera a cada lado de la mesa de ajedrez. ¡Seguramente el caballo griego de Troya debió de tener mucho mejor aspecto! Pero s i Fax no tenía verdaderos motivos para estar irritado con Fischer, Spassky sí. Ello resultó evidente en el final de esta partida, cuando Boris tenía un peón de ven taja y prolongó una posición irre mediablemente de tablas durante una hora o dos y o tros vein ticinco movimien tos, por lo cual Bobby, t ras haber rub ricado el inevitable resultado en una hoja de actas, abandonó el es trado como llevado por el viento. ¿ Fue esto en venganza del día an terior, cuando Bobby hizo acudir a Spassky a la sala únicamente para estar sen tado allí durante dos minu tos y aceptar unas eviden tes tablas en la posición aplazada ? ¿ O acaso Spassky decidió dar una lección de finales clásicos a los varios m illares de aten tos especta dores ? Fuera lo que fuese, pareció (( como si Spassky se mostrase rudo con Fischer», sentimiento expresado por el sorprendido luga rteniente de Fische r, el gran maestro Lombardy. Fischer, por aquel en tonces, podría sentirse moles to hasta por la habi tual «actitud demasiado silenciosa » ( ! ) de Spassky, mientras que él (( quedaba solo, luchando por unas mejores condiciones de juego ». ¡Por ejemplo, esas toses! Fischer protestó en dos ocasiones duran te la partida, pidió que los jugadores se t ras ladasen al cuartito de atrás, pero en vano. El aspirante hasta señaló una protesta escrita que llevaba en el bolsillo, pero no se decidió a mostrársela al árbitro, esperando una mejor opor tunidad cualquier o tro día. S u única amarga declaración acer1 54
ca de las toses: « ¡deberían ir al hospital y no al torneo por el campeonato mundial! » . L a décimosexta partida ilus t ró l a habilidad, recién hallada por Spassky, de mantener a Fischer a una cierta distancia. Quizá las blancas hasta pasaron por alto el sacrificio temporal de la torre y, por consiguiente, desearon convertir en tablas la partida tan pronto como les fuera posible. Pero Spassky no extendió la mano para un armisticio en el momento ade cuado, y usó su simbólica ven taja material para llevar a cabo una pequeña tortura psicológica.
1 55
ta manera la estructura de peo nes negros y revivido la amena za contra el PR negro.
Blancas : F ischer
Spassky López.
Negra s :
Ruy
l.
5.
P4R
décima partida, Fi scher no había abierto con su PR fa vorito. Desde la
l.
. . .
P4 R
es una apertura diferen la misma tác tica cautelosa por las negras en la 1 4.•
Aunque
te,
es
usada
partida.
2.
C3AR
C3AD
3.
ASC
P 3TD
Axe su táctica de no repetir dos veces l a misma línea. Esto d i f i e re de la décima partida, en l a que se jugó : 4. A4T. Fischer s o r p r e n d i ó al mundo con la Va r i a n t e d e Cambio en la Olimpía da de La Habana de 1 966, y ob tuvo excelentes resultados con e l l a a l l í . Pero ahora no podía ser una sorpresa para Spassky. PD x P 4. . .
4.
Fiel
a
.
5.
0-0
Este movimiento pone en más problemas a las negras l k lo que haría un inmediato : 5. P4D, y Nimzovich demuestra, una vez más, tener razón en su afirma ción de que la amenaza es más fuerte que la ej ecución . Aunque las blancas han dado un fuerte alfil por un caballo, un alfil que habitualmente es el principal pr0blema estratégico de las negras en muchas variaciones del López, aquí no hay un error básico de la táctica de las blancas. Han ganado un tiempo para el de sarrollo, echado a perder en cier-
1 56
.. .
P3A
E n la partida Andersson-Portisch, Las Palmas , 1 962, las negras in tentaron la menos habitual : 5 . . . , D 3 D , y después : 6. P4D ( j u gable como 6. P3D, o 6. P3CD ), P x P ; 7. C x P, A2D ; 8. C3AD, 0-0-0; 9. A3R, C3T; 10. P3TR, P4CR; 1 1 . D5T, P5C ; 1 2 . C5A, C x C ; 1 3. P x C , P x P ; 14. T D l D , DSC ; 15. A5C, A2R ; 1 6 . P3TD, D4A; 1 7 . A x A, D x A ; 1 8 . TRlR, P7T + ; 1 9 . R x P, D4A; 2 0 . D x PA, D x P(7A), encontraba una fuerte respuesta. .
6.
P4D
Las blancas cambiaron el par de alfiles esperando tener una ma yoría de peones en el lado del rey en el final de partida. 6.
• . •
ASCR
Una réplica activa. La alternati va es : 6 . . . . , P x P; 7. C x P ! (7. D x P, D x D ; 8 . C x D, P4AD res tarían a las blancas la ganancia de tiempo con la torre en lD, como en la partida Fischer-Por tisch ci tada más adelante ), con algunas ventaj as para las blan cas : 1 ) 7 . . . . , P4AD ; 8. C3C, D x D; 9. T x D, A3D ; 10. C5T ! , P4CD; 1 1 . P4AD (es más débil : 1 1 . P4TD, C2R; 12. C3A, T l CD, Pérez-Spass ky, La Habana, 1 962 ), C2R; 12. A3R, P4A ; 13. C3A, P5A; 14. P5R ! , A x P; 1 5 . A x PAD, A x C ; 16. P x A, C3C ; 1 7 . C6A, con un mejor final de partida. Fischer-Portisch, La Habana, 1 966. 2) 7 . . . . , A3D ; 8. DST + , P3CR; 9.
D3A, A x P + ; 10. R x A, D x C ; 1 1 . T l D , DSA; 12. A4A, D2A ; 1 3 . D3CD ! , D x D ; 14. PT x D, A3R; 15. A x P , con un final de partida superior. Hecht-Gligoric , Teessi de, 1 972. 3 ) 7 . . . . , C2R ; 8 . A3R, C3C; 9 . C2D ! , A3D ; 1 0 . C4A, 0-0 ; 1 1 . D3D, C4R ; 1 2 . C x C , A x C; 13. P4AR, A3D ; 14. P5A ! , D2R; 1 5 . A4A, A x A ; 16. T x A, A2D ; 17. T l R , D4A; 1 8 . P3A, TD l R ; 1 9 . P4CR, D3D; 20. D3C, T2R ; 2 1 . C3A, con una gran ventaj a posicional a causa de la amenaza P5R. Fis cher-Unzicker, Siegen, 1970. 7.
PXP
Esto puede conducir a un final de partida seco. Se puede j ugar : 7. P3A, A3D (es más débil : 7 . . . . , P x P ; 8 . P x P, D2D ; 9 . P3TR, A3R -o 9 . . . . , A4T ; 10. C5R, A x D ; 1 1 . C x D, R x C ; 12. T x A, T l R ; 1 3 . P3A, C2R ; 14. C3A, R l A ; 1 5 . A3R, P4AR; 1 6 . T D l A, P x P ; 17. P x P. Fischer-Jiménez, La Ha bana, 1 966-- ; 1 0 . C3A, 0-0-0; 1 1 . A4A ! , C2R; 1 2 . T l A, C3C ; 1 3 . A3C, A3D; 14. C4TD ! , A x A ? ; 15. P x A , R l C ; 1 6 . C5A, D3D; 1 7 . D4T, R2T ? ; 1 8 . e X PT ! , y l a s blancas gana ron. Fischer-Gligoric, La H abana , 1966 ) ; 8. A3R, C3T ! , pretendiendo 9. .. . , C2A, como en la partida Hort-Gligoric, Sousse, 1 967. 7.
• • •
DxD
8.
TXD
PXP
También es j ugable : 8 . . . . . A X e ( también tratando de desbaratar la formación de peones blanco s ) ; 9. P x A, P x P; 1 ) 10. P4AR, C3A ! ; 1 1 . P x P , C x P ; 12. A3R, A4A ; 1 3 . C2D,
C x C ; 1 4 . A x A, 0-0-0, y las ne gras ganaron el final, ejerciendo presión sobre las filas centrales y teniendo la posibilidad de blo quear los peones centrales blan cos. Lee-Gligoric, Hastings, 19651 966; 2) 10. A3R, A3D ; 1 1 . C2D , C2R ; 1 2 . C4A, 0-0-0 ; 1 3 . T3D, P4CD; 14. C5T, A5C ; 1 5 . C3C , T x T ; 1 6 . P x T , C3C ; 1 7 . R l A , T l A ; 1 8 . R2R , C5A + ; 1 9 . A x e , T x A ; 20. T l CR, T5T ; 2 1 . T x P, T x P ; 22. P3T, A3D; 23. P4A ! , P x P ; 24. P4D, R l D ; 25. C5T, P4A ; 26. P5R, AlA; 27. C6A + , RlR; 28. T x PA, y las negras abandonaron. Fischer-Ru binetti, Buenos Aires , 1970. 9.
T3D
Evitando así el debilitamiento de la estructura de peones. También fue j ugada en la partida Fischer Smyslov, Montecarlo, 1967.
9.
.
.
A3D !
•
Es una mejora conocida. Des pués de 9 . . . , A x C ; 10. T x A , C3A ; 1 1 . C3A, A5C; 12. ASC , A x C ; 1 3 . P x A ! ( ¡ idea d e Fischer ! ) , T l AR ( 13 . . . ' e X P; 14. T l R , con un final de partida superior ) ; 14. .
.
1 57
A x C , T x T ; 1 5 . T x T, P x T ; 1 6 . T l D , R2R; 1 7 . T 3 D , y l a s negras tienen dificultades en el final de partida, porque la mayoría de peones blancos en el lado del rey era más peligrosa que la de las negras en el ala opuesta. Fis cher-Smyslov, Montecarlo, 1 967. 1 0.
CD2D
C3A
11.
C4A
CxP
12.
C (4 ) x P
Esto es mejor que 12. C ( 3 ) x P, A3R, con una partida satisfacto Berlín, Hecht-Matanovic, ria. 1 97 1 . A x C ( 3A )
12.
Sin perder tiempo en tratar de conservar la pareja de alfiles . 1 2 . . . . , A4AR; 1 3 . P4CR, no serviría, de todas formas, a causa de la amenaza de las blancas sobre T3R. 13.
CxA
0-0
Las negras tienen un cómodo de sarrollo, y la única ventaj a de las blarn:: a s se encuentra en la posibilidad de activar su mayo ría de peones en el lado del rey. Por el momento, este objetivo está muy lejano.
1 5.
15.
A3R
P4CD!
Usando los peones negros para obtener, cuando menos, más es pacio en el lado de l a dama, y luego, eventualmente, amenazar a los peones blancos retrasados que se hallan allí.
1 58
•
.
.
I ncrementando la avanzado peón CD. 16.
TlAD
m1c
fuerza
del
PxP
No hay esperanza de hacer nada con los peones AD doblados, y en lugar de esperar hasta que la posición se congele en el lado D, las negras abren la fila de allí. Las blancas deseaban lo opuesto, una situación bloqueada en el lado D, para luego volver su atención hacia el ala del rey, donde se sienten más fuertes . 17.
14.
P4A! ?
Enfrentándose con la acción de las negras , y deseando bloquear sus peones. La idea estratégica es correcta, pero su ej ecución es algo prematura. Se podía haber j ugado también : 1 5 . T lAD.
T4D
Necesaria. Naturalmente, no se debía jugar : 1 7 . T x P ? , T x P ; 1 8 . T x C ? ?, TSC + . 17.
.
•
.
TRI R
Manteniedo el caballo en su fuerte posición en el centro. Por consiguiente, las blancas obligan
al cambio de una pieza con su siguiente movimiento. 1 8.
C2D
1 9.
TxC
CxC
Ahora, las torres blancas se pue den mover mej or y tratar de pro teger los peones en el lado de la dama. E l problema crucial es si las negras, con su iniciativa temporal, pueden impedir que las blancas consoliden su lado de la dama . De otra forma, las de bilidades de los peones negros podrían constituir una desventa ja peligrosa. 1 9.
. ..
TSR!
La continuación consecuente tras el cambio de caballos. La torre ocupa el mismo cuadro. 19. . . . , A4R ; 20. T x P, . T x P ( o A x P ) ; 2 1 . T x T, A x T ; 22. T x P, sería favorable para las blancas. Las negras tienen que vender su peón SAD a un mej or precio . 20.
...
R2A
22.
R2C
T x P!
Un repentino avance táctico. E l punto es que si 23. T7D + , l a s ne gras tienen ahora una respuesta en R3R, atacando a la torre y manteniendo el equilibrio de las piezas. Lo bueno del movimien to de las negras es que dismi nuye también el número de peo nes blancos sin tener que jugar 22. P6A ; 23. P x P, permitiendo así a las blancas una formación de peones más favorable.
P3CR
20. RlA no era posible a causa de 20 . . , A x P! ( sería una captu ra de diferente especie a la que vimos en la primera partida de la competición, pues s i 2 1 . P3CR, entonces 2 1 . , A x P). E l movi miento efectuado también arre bata el cuadro SAR al alfil ne gro, y acaba con las amenazas de mate en la hilera posterior de las blancas. .
21.
Poniendo en actividad al rey, y preparando una pequeña combi nación. Las b lancas hacen lo mis mo con su rey, confiando en la poco agradable amenaza : 23. R3A.
.
. . .
A4R
20.
Si t:l rey blanco se acerca al cen tro, este movimiento no sería po sible más tarde. 21.
T ( 1 ) 2A
Defendiendo· testarudamente los peones del lado de la dama.
2:l.
La 23. las de
R3A
mejor solución . Después de : T x T , P6A; 24. T7D + , R3R, blancas estarían en peligro perder. 23.
.. .
P6A
Liberando la quinta hilera para la torre . Ahora son inevitables las simplificaciones . 24.
RxT
PxT
1 59
25.
T x PD
Todas obligadas . 25.
...
T4 C
Sin torres , las blancas se senti rían mej or con su buen control de los cuadros blancos. Las blan cas recapturan el peón con su s i guiente movimiento. 26.
T2A
A3D
27.
TxP
T4TD
Manteniendo más activa a l a torre . P o r consiguiente, las blan cas deciden entrar en un final de partida de t ablas con su si guiente oferta de intercambiar alfiles. 28.
A4A
T5T +
29.
R3A
T6T +
29. . . . , A x A; 30 . P x A, no cambiaría en lo más mínimo la situación. 30.
R4R
T X PT
31.
AXA
PxA
32.
T x PD
TXP
33.
TXP
TxP
Las negras tienen un peón más, pero es una situación de tablas teórica, conocida incluso en los libros de enseñanza. Dos peones contra uno en el mismo lado no pueden ganar en el final de par tida de torre con un juego co rrec to.
( Ve r diagrama. )
1 60
34.
R3A
evitando el peligro de que el rey blanco quedase aislado de los peones . E l resto de la partida es innecesario, y su único interés es su inusitada duración. T7D
34. 35.
T7T +
R3A
36.
T6T +
R2R
37.
T7T +
T2D
38.
T2T
R3R
39.
R2C
T2R
40.
R3T
R3A
41.
T6T +
T3R
42.
T5T
P3T
43.
T2T
R4A
44.
T2A +
R4C
45.
T7A
P3C
46.
T4A
P4T
47.
T3A
T3AR
48.
T3T
T3R
49.
T3AR
T5R
50.
T3T
R3T T4R
51.
T6T
52.
R4T
T5R +
53.
R3T
T2R
54.
R4T
T4R
55.
T6C
R2C
56.
T4C
R3T
57.
T6C
T8R
58.
T3R
TST +
59.
R2C
T ST
60.
R3T
T5T
¡Aceptadas tablas !
Llegados a este punto, habían transcurrido cinco horas de j ue go. El estadounidense había man tenido intacta su ven taj a por ter cera vez : 9 1 / 2 a 6 1 / 2 a favor de Fischer.
161 11.
-
F I SC H E R CO:\TRI SPASSKY
17 Cada pa r t ida re s1 1 l t ó d iferen t e , y la décimosept ima no fue una excepción. Los exper t os comen:.aron a disf ru t a_r, más que m mca, de la 1•ersa t ilidad d e a m bos ril'ales en la rica 1•ariedad de sis t emas d e ap e rt 1 1 ra, y los t ían fe lic e s
con
a /ic ion cul os al ajedrez se sen est e t o meo daba a su ama
la publicidad que
do j11ego.
Y no o bs t a n t e , los periodis tas seg 1 1 ía n preocupados. Por todo el m 1 1 ndo, m illones de lectores e s t a b a n s igu ie ndo las no ticias de ajedrez, pero muchos de ellos lo hacían por vez pri mera. No se les podía e n t re t e n e r única m e n t e con una descrip ción de lo que ocu rría en el ta ble ro . De t ra t a rse de la filma ción de una pel í cula, la rece ta hub iera sido simple: la act r i z
y el actor prin c ipales, du ra n t e el rodaje de la película, se ha llan tan maravillosos el u n o al o t ro que, después, no pueden
evitar el enamora rse. Pero nada de es t o podía ser aplicado al torneo de ajedrez. Y los pe riodis tas estaban asust ados por el hecho ele que los i m m m e ra b les m o l fros ele q 1 1 e ja ele Fis
c/1er
-
porc e n t a j e s , c:cí mc1ras, 1 1 i f1 0 s , ru ido, lw b i t ac:ión ele
a t rci s,
filas ele asie n t os ele espec: t culo res- llegaron a ago t a rse. Pe ro 110 h a b ía ele c¡11é p reo c upa rse . U n elelic:ioso malen t en
dielo s 1 1 r;.: ió en t re los e/os rivales, miadie1 1clo, ext e riormen t e , s a l a l a sile 1 1ciosa 11 1c:lra en el t ablero. Ca usado a n t e l a serie
ele ta blas, Fisclrer creia q 1 1 e e l compor t a m ie n t o est rictamen t e r e t ra í do e i ndi fe rem e de Spa ss ky hacia t ocio l o que oc1 1 rr ía a lrecleclor ele la m esa de j11ego
era 1111 ges t o
poco a m is t oso
luu:ia el aspira n t e, q u e inces a n t em e n t e se p r eo c 1 1 p a l1 a por lo ;.: ra r 1 1 1 1 a s
« Co n d ic i one s perfectas ».
Al m ismo t iempo, el lado
sol 'iét ic:o, h a r t o ele las pet ic:iones ele F i s c lw r , que se suc e dían a pe s a r ele s 1 1
1·
e 1 1 t a j a en p1 1 n t os, ale gó que el aspira n t e había
im •en t culo 1 1 n a r t ificio p si c ológ ico para « dese q 1 1 ilibra r » a su oponente.
1 63
Mien t ras va rios policías de uniforme pa t ru lla ban la sala
j11ego
de
pa ra obliga r a mantener el silencio, t ras una ame
na:a de ret irarse efect uada por Fischer a quella maiiana, se hacía ptíblica u na decla ración escrita en inglés )' ruso ) f ir '
mada por el luga r t e n ien t e del campeón, el gran
maes t ro E/ im
Geller: « El To rneo del Ca mpeona to Mu ndial de Ajedre:., que aho ra t iene luga r en Reykjavik, despie rt a g ra n i n t e rés en todas pa rtes del
1111111do,
inclu idos los Estados
Un idos. El señor
B. Spassky, los o t ros miem b ros ele nues t ra delegación, y yo m ismo, hemos recib ido numerosas cartas ele d fr e rsos pa íses. Un gran n ú m e ro de las ca r t as aluden a algo desconocido a n teriormen t e en la h is t o ria del a jedre z : la posib ilidad del uso de medios no a jedrecís t icos para in/ luencia r a mio de los par t icipan t es. »Se dice que los numerosos "an t ojos " del señor R. Fisclz er, sus pet iciones a los organizadores, sus constantes ret rasos en los com ien z os de las part idas, sus demandas de juga r en la habitación cerrada, sus pro t e s tas soterradas, etc., han estado deliberadamen t e d i rigidas a ejercer presión sobre su oponen t e, desequ ilib ra ndo a l seíior B. Spass k y y haciéndole perder su espír i t u ele lucha. »Co 1 1siclero que el compo r t a m ie n t o del se1ior R. Fisclz er es ccm t ra rio al Acuerdo ele A m s t e r e la m , que solicita
1111
compor
t a 1 1 1 i e11 t o caballe resco por pa r t e ele los compet ielores. Creo que los árbit ros t ienen ya suficie n t es m o t fros como pa ra pedir que el sefw r R. Fisclr er cu m pla con las n:glas ele la compet ición a este respec t o. Además, es t o debe se r lle t ·ado a ca bo i m n e dia
tamen t e, ahora que la lucha se aproxima a
s11
estadio decisivo.
»Hemos recibido cartas sug ir i e n do que podían lzaber sido usculos alg u nos aparat os elec t r ó n ico s o su bsta ncia s químicas en la sala ele juegos para i 1 1 /lu e 1 1 cia r al seiior B. Spass ky. Las ca r t as cher, y la
111en cim1l1 1 1 , e11 especial, la silla del seiior R. Fis i11/ / 1 1e 11ci a de la i/1 1 1 1 1 i1 1ación es pecial sobre el es
t rado , que fue i 1 1 s t a la cla a pet ición del lado es tadou n iden s e. » Tocio es t o p11ecle parecer fa n tást ico, pero alg u nos fact ores
1 64
subjetivos relacionados con ello nos hacen tomar en conside ración tales suposiciones aparentemente fan tásticas. »¿Por qué, por ejemplo, protesta tan enérgicamente el se ñor Fischer contra la filmación, aun a pesar de que sufre pérdidas financieras ? Una de sus razones podría ser que está ansioso por eliminar un control constan te del objetivo sobre el comportamiento y estado físico de los participan tes. Po dría suponerse lo mismo si tenemos en cuenta sus repetidas peticiones de que las par tidas se realicen a puerta cerrada y que se eliminen los espectadores de las siete primeras filas. »Es sorprendente el que se encuen t re a los es tadounidenses en la sala de juego aun cuando no se están llevando a cabo las partidas, e incluso de noche. Y la petición del señor F. Cra mer de que se le diera al señor R. Fische r "su " sillón especial, aunque ambos sillones parezcan idén ticos y estén hechos por la misma empresa norteamericana. » También me gustaría señalar que, habiendo conocido al señor B. Spass ky durante muchos años, es la primera vez que observo en él una pérdida tan inusitada de la concentración, y unas mues t ras de comportamiento impulsivo en su juego, cosas que no puedo atribuir exclusivamente al impresionante juego del señor R. Fischer. Por el con t rario, en algunas parti das el aspirante cometió errores técnicos, y en un cierto nú mero de ellas no captó la situación. »En relación con lo an tedicho, nues tra delegación ha en tregado una declaración a este efecto al Arbitro Jefe y a los Organizadores del Torneo, en la que se expresa la petición u rgente de que la sala de juego y todo lo que contiene sea examinado con ayuda de expertos competentes, y que se exclu ya la posib ilidad de que cualquier persona extraña se halle presente en el lugar dedicado a los jugadores. E . GELLER 22 de agosto de 1 972. » Gracias a Fischer, la atmósfera del campeonato era ya bastan te extraña, pero ahora, tras la declaración soviética, se 1 65
había t ra nsfo rmado en algo parecido a una película de Ja mes Bond. Se dice que Fisclz e r se echó a reír al leer la decla ración. Su biógrafo, Fra n k B rady, se1ialó que e ra la excusa mcis retor cida que ja más se h a b ía oído a n t es de perder un torneo de ajedrez, y que « los rusos han aceptado u nas t eo rías fa u tás t i cas. No es mula inusi tado desea 1· tener la silla propia de wzo. Es como pedir la p ropia ca ma; es donde estci a gus t o el cuer po de 1 1 1 1 0 ». Un obsermdor neu t ra l, u n jo1•en abogado rlwdesia no, se sill lió asom b rado: _« ¡Pa t é t ico! Es exac t a m e n t e la cosa que hu biera esperado que dijese Fisclz e r » . ( El alio a n t erior, en Ar gem ina, Fisclze r había duda do a u t es de acept a r u n viaje en un al 'ión prfrado, diciendo: « ¿ Y s i los rusos h icieran algo en el m o t o r ? . . . La gen t e no se da cu e n t a de lo mucho que les gus ta ría q u i t a r m e de en medio » . ) Tras la pa r t ida, el árb i t ro jefe Lo t lrar Sch m id dijo que trata ría la pet ición sovié t ica « con toda seriedad, como he he cho con todas las p ro t es tas es tadoun idenses ». A 1iadiú que so naba a algo fa n tást ico, pero q u e lw bía algo de 1·erclad en ello, dado que el comport a m ie n t o de Fisclz e r n o h a b ía sido siempre « caballeroso », y q u e su ayuda n t e h a b ía in t e rferido en el es t rado en cie r t o m í m e ro de ocasiones. El pacie u t ísimo ti rb i t ro reaccio nó inmedia t a m e n t e a la ob jeción sol'iét ica de que el cír e a de ju ego de la sala estaba abierta a los ext rmios. Una r,mz rdia de vein t icua t ro lw ras fue colocada en la sala, )' la pa r t e t ra s e ra del escenario fue cerra da a cualquiera que n o fueran los dos jugadores. El edificio donde se cele b raba la compe t encia pareció más impresiona n t e que m mca, c o n u n a incremen tada m u l t i t u d d e elega n te s poli cías islandeses rodeándolo. Ta m b ién la pa r t ida fu e excit a n t e. Fiscl1er jugó la Defensa Pire por primera 1•ez en su ca rrera , pero Spassky dio rcípidas respu estas, y no pareció sorprendido. Fue c reando una s i t l ta ción agres it•a, y Fisch e r se encon t ró bien pro n t o con com pli cac:iones. Spassky e n t regó u n peón, pero lle1•ó a ca bo 1 1 1 1 a t a-
1 66
que terrible. Realizando un cambio, Fisclzer salió ele los pri11· c:ipales apuros. La partida fue pospuesta con 1·en1etjas en pie zas para las blancas, pero las negras tenían basrnntes proba bilidades ele obtener tablas. Después ele que Geller citara el habitual retraso del aspi rante como 1111 ejemplo de su conducta poco deportfra, Scl1111icl su¡;licú a su l11glirte11iente, el re1•erendo William Lombardy, que lu llernse a11te e! tablero a la hora en pu1110. Por priine ra 1·e.: en tocio el torneo, Fisclzer llegó puntual para la con timuzc:ión ele la cléci111osepti111a partida. sos complacidos
al
entrar,
Fiscl1er
Recibido por aplau
part:ció
im1si1adame111e
airoso. E.sa fue qui�.tís una de las últimas oportunidades de Spassky para romper Ja fir111e 1•e111aja de tres pu111os de Fischer, y esperaba que lle1•ase a cabo
ww
el punto. En lugar de esto, si_�uiú
se
larga lucha para co11s.:guir ww
repericiún de posicio
nes, y Fischer se apresuró a solicitar wblas. Quedó el i111erro ga111e acerca de si Spassky, no l'ienclo ninguna posibilidad de lograr una victoria, lzabía aceptado lo inel'irable, o si simple mente se lzabía ofridado de Ja repetición (tal co1110 Petrosian lzi:o en una ocasiú11, en posición ele superioriclacl, co111ra Fis cl1er en Buenos Aires), desperclicicmclo así su opon 1111iclacl. De cualquier for111a, se ciio la 1101·eclael ele que en
ww
ocasión el
campeón atisbó suspica.:111e111e a las luces ames de ele1·ofrer su cuención a la partida.
167
Blancas : Spassky Negras : F ischer
.
Defen sa Pire . l.
P4R
Este movimiento se ha converti Evitando el peligro de que e l rey do en un arma habitual del cam peón en la parte final del torneo. l.
. . .
P3D!
Fischer nunca ha j ugado así an tes. Según sus tácticas actuales, no usa la misma línea dos veces en el campeonato. 2.
P4D
P3CR
Más flexible y a veces más com plicada que la directa : 2 . . . . , e3AR ; 3. e3AD, P3eR. 3.
C3AD
Tomando mejor con trol del cua dro SD, y dejando la posibilidad de jugar P4AR para más tarde. Las blancas también tienen que cuidarse del contrataque negro en el centro ( . . . , P4AD ), y el mo vimiento de desarrollo cubre la diagonal l RSTD en donde l a dama negra ( tras un eventual : . . . , P4AD ) podría, de otra forma, alcanzar un j aque. 3.
.. .
C3AR
Volviendo a un juego ya cono cido. 4.
P4AR
El intento más enérgico de con trolar más espacio y el cuadro SR. La alternativa : 4. e3A es me nos incisiva . 4.
. . .
5.
C3A
A2C
Éste es el método favorito de Fischer cuan d o juega con las blancas. 5.
1 68
. . .
La continuación habitual es : S. . . , �O ; 6 . A3D, e3A; pero no era fácil que sorprendiera a Spassky. Por consiguiente, Fischer escoge una continuación menos clara, fa vorita de Benko, y menos explo rada en la praxis.
P4A
6.
PxP
Interesante, pero probablemente p rematura, sería : 6. PSR, eR2D; 7 A4A, � ( e s crucial : 1 . . . , PA x P ! ) ; 8. P6R, e3e ? ! ; 9. P x P + , R l T ; 1 0 . P4TR ! ! , con un ataque muy fuerte ( Velimirovic-Raj ko vic, Skopje, 1 97 1 ) . La alternativa : 6. ASe + , A2D ; 7 . PSR, ese; 8 . P6R ( o : 8 . ese. A x A ; 9 . D x e, E strin-Shashin, U.R.S.S., 1 967 ), A x A; 9 . P x P + , R2D; 10. e x A, D4T + ; 1 1 . e3A, P x P ; 12. e x P, A x e ; 1 3 . D x A, e3A, no ofrece nada a las blan cas. Zuckerman-Benko , Nueva York, 1 967. .
6.
. . .
D4T
Necesaria, pues después de : 6. P x P ; 7. D x D + , R x D ; 8. PSR, las negras no serían muy felices en tal final de partida. 7.
A3D
7. p x P?, sería enfrenta do por 1. . . , e x P, y 7 . D3D, D x P ; 8 . A3R, D4TD; 9 . e2D, � ! ; 10. e3e, D4T ; 1 1 . A2R, AS e ; 1 2 . P3TR, e3A, no preocuparía tampoco a las ne gras. Klovan-Vitolinsh, U.R.S.S., 1 97 1 . .
D x PA
7. 8.
D2R
0-0
9.
A3R
D4TD
Se podría j ugar : 9 . . . . , D2A; 1 0 . �. eD2D ; 1 1 . P3TR, PJTD; 1 2 . P4TD, P3e ; 1 3 . D2A, A2e ; 1 4 .
D4T, C4A ( o : 14 . . . . , A3A ) ; 1 5 . P5A, P4CD. Tal-Gufeld, U.R.S.S., 1970. 10.
0-0
A5C !
Sugerida por Frid Stein en su li bro sobre la Defen sa Pire. Pa rece más natural que los otros movimientos : 1 ) 10 . . . . , C3A; 1 1 . P3TR ! , A2D ; 12. P3TD ! , T R I A ; 1 3 . D2A, A l R (o : 1 3 . . . . , P3R, también con jue go inferior. Velimirovic-Tringov, Skopj e, 1 97 1 ) ; 14. P5A ! , con pre sión sobre las blancas. Olafsson Benko, Wij k aan Zee, 1 969. 2 ) 1 0 . . . . , CD2D; 1 1 . P3TR ( 1 1 . D l R ! ) , P3TD; 1 2 . D2A, P4R ; 1 3 . P x P , P x P ; 1 4 . D4T, P4C D ; 1 5 . A6TR, A2C, con posibi lidades para ambos bandos. Ree-Benko, Wij k aan Zee , 1 967. 11.
TDl D
12.
A4A!
C3A
Repentinamente, con su habili dad peculiar, Spassky transfor ma su posición en una disposi ción agresiva, colocando el alfil en una diagonal fuerte. La alter nativa ordinaria era : 1 2 . P3TR.
Ahora le tocaba a Fischer demos trar su habilidad para hallar al guna manera de llevar a cabo un contraatque inmediato. La posi ción se hace muy delicada y con posibilidades para ambos ban dos. Mientras atacan, las blancas tienen que pensar en su lado de la dama a causa de la amenaza de las negras : . . . , AR x C. 13.
A3C
Era necesario asegurar el alfil en su diagonal activa. Las blancas ofrecen un peón, poniendo sus esperanzas en las debilidades del lado del rey de las negras. La continuación : 1 3 . T5D, D2A; 14. T5CR ! ? no podría funcionar bien después de : 14. . . . , C3A, y la torre quedaría bastante despla zada . 1 3.
. ..
AR X C
Acep tando el reto. De hecho , era la única posibilidad lógica de man tener alternativas eficaces antes de que las blancas incre mentaran aún más su presión. 14.
PxA
15.
P5A!
D x PA
E s te movimiento abre las diago nales y filas hacia la sensible po sición del rey negro, que ya no tiene la protección de su buen alfil de los cuadros negros. 15.
1 2.
C4T!
. ..
C3A!
E s la consecuencia natural del 1 3 .º movimiento de las negras , restableciendo la previa posición cent rada de sus piezas, cubrien do la fila AR , atacando el peón del rey blanco y amenazando también con llevar la dama a 4R.
1 69
La alternativa era : 1 5 . . . . , C4R, y si : 16. A4D ? ( lo correcto es : 1 6 . P x P, PT x P ; 1 7 . D2A ) ; 16 . . . . , C5AR, pero no : 1 5 . . . . , P x P; 1 6 . P x P, A x P, y las blancas ten drían varias formas atractivas en que continuar su ataque contra el rey negro, insuficientemente protegido.
18.
T3D
D2A
No 18 . . . . , D4R, a causa de 1 9 . A5D, y la dama negra se encon traría en apuros. 19.
A6T
La mejor elección, ahora, es ir a buscar ventaj as en piezas, dado que 19. A5D no resulta muy clara. La continuación de la par tida ofrece a las blancas la po sibilidad de corregir su estruc tura de peones en el lado de la dama. 19.
CxA
20.
PA x C
21.
RlT?
D4A +
Jugado automáticamente. Lo co rrecto era : 2 1 . T3R, y si 2 1 . TRlA; 22 . P4CR, ganando un tiempo en el ataque. 16.
P3TR
Las blancas no podían activar sus piezas sin eliminar la cla vada. 16.
.
17.
DxA
. •
Axe
Defiende el peón de rey durante un tiempo ,y lo que es más im portante, busca llevar la dama blanca más cerca del rey ·opues to. Una posible maniobra sería : D4A6T. 17.
.
. •
C4TD
Las negras se defienden muy as tutamente en una posición peli grosa, deseando eliminar uno de les muy molestos alfiles blancos. 17 . . , C4R es taría equivocada, a causa de 1 8 . D4A, y 1 7 . . . , D4R, produciría lo mismo a causa de 18. ASD ! . . .
.
1 70
21.
• • •
D4R? !
Las negras permanecen fieles a su idea de ofrecer un cambio para obtener una posición muy sólida, y algunas compensaciones estratégicas . Pero tras el 2 1 .º mo vimiento de las blancas, las ne gras podían jugar muy bien : 2 1 . . . . , TRlA; 22. P x P , PA x P ; 23.
P4CR ( 23 . TSD, D6A ), D4R , a t a cando el PR b lanco. 22.
AxT
23.
T3R
TxA
J:.sta es la pérdida de un t i e m po menc ionada en el mO\· i m ien to 2 1 . Pero ahora, t r•1 s u n i n ter cambio, aún l lega a t i e m po .
23.
...
TIA
E s esenci•t l para las negras e l p o
AD e n el momento adecuado. Las posi b i l idades de ganar de las blancas son ahora muy pequeñas.
d e r tomar la abierta f ila
24.
PxP
Quizá 24. D4A era mejor, s i n te mor de 24 . . . . , D x D; 25 . T x D,
P4C R ; 26. T2A. 24.
...
25.
D4A
PT x P
La
dama negra es de ma s ia do fuerte en el cen t ro , y las blancas n o t ienen mejor posib i l i dad que e n t ra r e n e l f i n a l de part ida.
T ( AR ) 2R
32.
R3C
R2C
33.
T ( A ) 2D
T8AR
34.
T2AR
T8R
35.
T < A > 2R
T8AR
36.
T3R
Las blancas no desean llegar a unas tablas por repetición de mo vimien tos.
25.
. ..
DxD
36.
26.
TxD
C2D
37.
T3AD
38.
T4A
I m p i d i endo 27. PSR, �- u m1 poco fa\·orable apert ura de las f i l a s p a ra l •1 s neg ras. 27.
T2A
28.
R2T
T8A!
29.
T < 3 > 2R
C3A
C-IR
Cerr�mdo la fila para las t orres b l ancas. 30.
T2A
( Ver cliag ruma. )
P3T T8R
Las blancas han mejorado li gera mente l a posición de su torre en 4A, pero, con t res peones b lancos a i slados es d i fícil ac t i \"a r adecuadamente las p iez a s blancas. 38. . . , C4R sería malo a .
causa de
T8R
Las m.'gras t i enen que m a n t ener su torre •u: 1 h·•1 en e l t a bler o , y consernir ocu p•1das a s í las torres blancas con l a defensa de sus peo nes déb i les .
T8TD
31.
39. T7A. T8AR
38. 39.
T ( 2 ) 2AD
T8TD
40.
T2A
T8R
( Ver clia¡.:rama. )
171
a d ro 3CR para el c aba l lo . d e s p u é s de 42. T2C, T ST D 43. P4C , R3A; 44 . PSC , P x P ; 45. T x P , T x P ; 4 6 . T x PC D , C4R ; 47. T(4 )7A , C3C, se r í a mucho m á s ob\'io, porquc es útil el 4 1 .º mo rar el
cu
I gu a l m e n t e ,
\'i m i e n t o de
las negras.
42.
TI A
T7R
43.
T ( 1 ) 2A
T8R
44.
TIA
T7R
45.
T < 0 2A
Se pospuso la par t ida y l as blan cas sellaron e l 4 1 .º movimiento. ,
41.
T < 2 > 2A
También era interesante : 4 1 . T2C, intentando, con P4CDSC abrir la fila CD para una torre , y t ra t a r de penetrar con las pie zas pesadas en la séptima hilera. 4I.
.
. •
P4CR!
parece algo misterioso y pero es un movi m i c n t o n a t u ra l que gana c s p a c i o y , t r;.1 s un e\·c n t u a l sa c r i f i c i o Esto
s o r p rc n dc n t c ,
b l a nco
cn
6AD com·e n i ría en m á s
cfe1: 1 i \ o s l o s p e o n e s a d e l a n t a d o s
ce n t ra l e s ncgros. La o t r a razón dcl m o \ i m i e n t o efect u ad o e s libc·
1 72
Tablas.
neg ras anunc iaron que po dían crcar una po s i ció n i d é n t i c a a su 4 1 . 43 y 45 mo\· i m ic n t o , j u
Las
gando
45
.
. . .
, T8R. El p u n t a j c c s
de 1 0 a 7 favorab le a F i scher.
18 A n tes de la d éc i m o se p t im a pa r t ida , Fischer amena:ó con aban dona r el campeona t o a me no s de que se tomaran medi das inmediatas para mejora r las condiciones, « que iban em peorando » , en el audi torio de dos mil q u i n ie n t a s plazas. « Con sideraré sumariamente terminado el torneo '.\' no seguiré jugan do bajo n inguna condición », fueron las ptda b ras de amenaza de Fischer en su ca rta a Sclm1id. Una ca n a adju n t a de Fred Cramer decía que la pa rt ida del dominf!.O ( la décimosexta ) l1a b ía sido tan ruidosa como « llll pa rt ido de pelot a en Milwau kee » (allí es donde t'Íl'e el portavoz de Fischer ) . Se/unid com•ocó u n a reunión ( u na d e tan tas ) de r e sponsa bles americanos e islandeses. Tras dos h o ras de com•ersacio nes, la Federación Is landes a de Ajedrez aceptó someterse di ciendo que las condiciones en la sala e ra n « 1 1 0 rmales, y hasta buenas ». Entonces, el árbit ro su¡.:irió a F is c her que pidiese un a posposición de dus días pur mut fros m édicos , da ndo t iem po para cele b ra r cum·e1·saci o 1 1 es, pe ro Cra m er dijo que el as piran t e « jamds se '1a /J ía se 1 1 1 idu mejor en t oda su dda ». L a Federación /slw.u lesa de Ajedre:., se some t ió a las con diciones de Fisclwr pa ra juga r en el esce11a riu )' eliminó un semicírculo de asie 1 1 t os en la pa r t e f ro1 1 1 al del auditorio. Alzora , había wws t reima 11ze1r os de dis ta ncia lzas ta la mesa de juego, pero las filas res t a l l t es fueron apre ta das pa ra m a 1 1 te11er la capa c ida d de p Ía :as. Los orga1 1 i:.adores, que ya ha bían perdido los beneficios fílmicos, 1 1 0 deseaba11 s11frir o t ras pérdidas f immcieras. Desde hacía t iempo, el acm 1 t ec:i 1 1 1 ie 1 1 1 0 de Reyk ja \ ' i k co 1 1 s taba de dos pa rtes: la /.! rm 1 co1 1 1 pe t icid 1 1 e 1 1 el t a blero de a je dre:., y la ¡.: rcm actlwcw 1 1 fue ra de d. S pass ky j11.� aba s11 pa pel en la primera parte, peru casi nu lwcía mula en la se
-
1 73
gu nda. Po r t a n t o , todos los t i t ula res y la a t encwn i b a n hacia
F is c h e r y sus co ns t a n t e s pe t iciones, m ie n t ra s que e l ca m peón perma n e c i a e n la som b ra , y cor r í a pe ! i g ro de s u f ri r 1 1 1 1 com plejo de in fe r i o ridad. La sensacional decla ra c ión de p r e 1 1sa so viét ica buscaba cambiar a q u ello. U n gru po de c ie n t í f ic:os islan deses in ició 11na in v es t igació n haciendo una p ru eba de m a n chas de los dos sillones para de t e r m i n a r si pod r í a h a b e r en t rado v e n e n o en el cuerpo del campeón a t ravés de ese m edio, pues és t a e ra una de las h ip ó t es is suge rida po r los soviét icos pa ra explica r la « i n 1 1 s i t ada falta de conce n t ración y m u e s / ras de im pu lsividad » de Spassky. Los expe r t os des mon t a ro n las cien t o cinco placas de cris t a l del g ran techo lu m inoso s i t uado s o b re el esce na rio, y e ncon t raro n dos m oscas mue rtas. Toma ron fo t ografías pa ra compa rarlas con o t ras efect uad a s a n t es del ca m pe o n a t o .
Finalmen te, efec t u a ro n dieciocho radiogra
fías de cada silla po r si algú n a r t efac t o diab ólico h a b ía sido i n t roducido e n t re los cromados o la piel. Al u lt i m á t u m de Fisch e r del día a n t e r i o r, C e l / e r, el lu g a r t en ien t e de S pa s s ky, a iiadió su p r i m e ra ca r t a of i c i a l a Lo t h a r
Schm id. Era c o r t a , y decía q u e el lado s o l ' i é t ico 1 10 h a b ía s ido consultado ace rca de la re t i rada de las fi l as dela 1 1 t e ra s de es pec tadores, y p ro t es t a ba con t ra cualquier a l t e ra c i ó 1 1 de la dis posición de los asien t os. El árbitro Se/u n id pasó u n día m u y ocu pa d o, l ' iéndose a lw ra ob ligado a con t e s t a r a pro t e s t a s de a m bos ba ndos. Los soviét icos t e n ía n razón e n lo que decía n y, m ie n t ra s Fisc/1 e r estaba d1 1 r m i e n do, como siem pre hacía de día, y 1 1 0 podia se r co n t ac t ado, la s f i la s dela n te ras de a s ie n t os fu e ro n l ' uel t a s a coloca r en
s 1 1 s i t io. A q u e l la m is m a t a rde los o rg a n i<.adores
t ra t a ro n de lle g a r a una solución de com p ro m i s o in t e n t a ndo
q 1 1 e no se s e n tas e nadie e n ellas a m e n os que n o h u b iera mcis rem edio. Afo r t u na da m e n t e , Fisc h e r n o d e sea b a fija rs e en el as pec t o del a u d i t o r io . A q u ella m isma t a rde, Sc/1 1 1 1 icl s e s i1 1 t ió a l i l ' ia cl o al o i r q u e Fisch e r l e felic i t a b a p o r q u e « las co 1 1 dicio1 1 e s e s t a b a n m ej o ra n do » . « Sólo me pidió, d u ra n t e la p ri rt ida , q u e m a n -
1 74
dase salir a alguien que creía que estaba roncando, pero no pude hallarlo. No es tan fácil encontrar a un hombre entre tantos », añadió el feliz árbitro. Sin embargo, Schmid se sin tió cansado an tes de la cena y, como siempre, se quejó de « do lores de estómago ». Tras la descripción hecha por Geller de la tardanza habi tual de Fischer como «poco caballerosa », el aspirante consi guió llegar a la hora en pun to para la con tinuación de la décimoseptima partida, y luego volvió a su forma de vida habitual. Fischer llegó ocho minutos tarde para esta partida, que abrió con su favorito peón de rey. Esto podía significar q u e se había cansado de la lucha igualada de la segunda parte de la competición, y deseaba una decisión rápida. Estando tr�s puntos por detrás, Spassky estaba también cansado de su lento progreso, y se mostraba menos cauto con las n egras que nunca. La décimoctava partida fue una dura lucha, con muchas maniobras engañosas y posibilidades para a m b os lados. Spassky fue el primero que perdió la paciencia y ab rió la posición en su desven taja. «Ahora, podemos hacer las male tas para volver a casa », dijo un periodista ( que ya llevaba en Islandia dos meses ) . Pero Fisclz e r jugó rápido y, de alguna forma, perdió su camino. Sp as sky se recuperó inmediatamen te, hizo los mejo res movim ien tos y, tras el aplazamien to, los expertos se die ron cuen ta, con asomb ro, de que la situación había cambiado b rnsca nz e n te, y las negras no estaban peor. Al día siguiente, t ras algunas dudas por pa rte de Fische r, los movimien tos fue r:m rápidamente repe tidos, la forma más convenien te de llegar a unas tablas en esta compe tición, evitando la necesidad ae lz a ce r « Ofertas humillantes » .
175
Blancas: Fischer
taj a. Holmov-Taimanov, Leningra do, 1967.
Negras: Spassky
Defensa Siciliana. l.
1 0.
P4R
11.
Al fin, ambos j ugadores la con sideraban la mej or arma. l.
...
P4AD
Esto no significaba un estado de ánimo pacífico. 2.
C3AR
P3D
3.
C3A
C3AD
4.
P4D
PXP
5.
CxP
C3A
6.
A5CR!
El primer Ataque Rauzer en la carrera de Fischer. La regla de Fischre en este tor neo era no repet i r nunca la mis ma línea. Ahora, esto signifi caba abandonar su línea Sozin favorita con 6. A4AD, tal como había jugado en la cuarta parti da del torneo. 6.
...
P3R
7.
D2D
P3TD
Popular, pero una línea más mo desta es Ja 7 . . . . , A2R ; 8. 0-0-0, 0-0. 8.
0-0-0
A2D
A causa de la amenaza : C( 4 )5C, el séptimo movimiento de las ne gras era la preparación necesaria de este movimiento, que propor ciona un más rápido contraata que en el lado de la dama. 9.
P4A
1 0.
C3A
P4C
1 1 . P5R, P5C ! ; 12. P x C ( poco cla ra parece : 12. P x P ? ! , P x C; 1 3 . D x P, AlAR.; 14. P5A, D4T ; 15. A x e, P x A ; 16. P x P, P x P ; 17. D x P, T l CR ; 1 8 . A4A, A2C. Bur ger-Mednis, E E . UU., 1 970 ) ; 12 . . . . , P x C ; 1 3 . D x PA, P x P ; 14. A4T, P4TD ( 14 . . . . , P4D ; 1 5 . R l C , C5C ? ! ; 1 6 : C4D, T l AD; 1 7 . D3CD ! , D4T ; 1 8 . AlR, A5T ; 1 9 . D3TD ! , con ven taja decisiva para las blanca s . Matanovic-Jansa, Olimp:ada de Lugano, 1 968 ) ; 1 5 . R l C , C5C ; 1 6 . P3TD, T l AD ; 1 7 . D 2 D , C4D ; 1 8 . P4A, C3C ; ofrece réplica a l a s negras. Jiménez-Taimanov, La Ha bana, 1 967. 11.
. • .
PXA
E s interesante, pero poco claro, el sacrificio de peón : 1 1 . . . . , A x A ! ? ( con el fin de no estro pear su estructura de peone s ) ; 1 2 . D x P, A2R ( e s m á s débil : 1 2 . . . . , P 5 C ; 1 3 . C4TD, T2T ; 14. D5A! , D l C ; 1 5 . D3R, con mejores posi bilidades. S. Garda-Polugaevsky, La Habana, 1967 ) ; 1 3 . D2D, P5C ; 14. C2R, T2T ; 1 5 . C ( 2 )4D, D3C ; 1 6 . C x C , A x C ; 17. A3D, 0-0 ; 1 8 . C 5 R , A4CD; 1 9 . R l C , T l A. Schmid R. Byrne, San Juan, 1 969.
A2R
Amenazando : 1 1 . P5R. La intere sante alternativa es : 1 0 . D2R, o 1 0. P5A, T l AD ; 1 1 . P x P , P x P ; 1 2. A4AD, C x C ; 1 3 . D x C , D4T ; 14. A x C , P x A ; 1 5 . A3C, con ven-
1 76
. • •
Axe
( Ver diagrama. )
14.
C2R
D4AD
Activando la dama y dejando vía libre al PTD negro. 15.
P5A
El método normal de ejercitar presión sobre la debilitada for mación de peones negros en el centro. 15.
12.
A3D!
movimiento normal de de sarrollo es la innovación de Fis cher! Se desvía de las anteriores ¡ Este
partidas de torneo, en las que se
la idea de desarrollar el alfil del rey blan co hacia 3T). 1) 12 . . . . , D4T; 13. RlC, 0-0-0 (o 13. . .. , P4T; 14. P3CR, C4R; 1 5 . C x C, PA x C ; 16. A3T ! , c o n ven taja. Basjukov-Partos, Bucarest, 1967 ) ; 14. P3CR, RlC; 15. A3T, AlAD (o 1 5 . . . . , T lAD ; 16. P x P, A x P [ 16 . . . . , P x P, 17. C5D ! ] ; 17. ASA, T2A; 1 8 . C5D, con una ven taj a de posición. Bihovski-Aver bah, U.R.S.S., 1967 ) ; 16. TRlR, P4T; 17. D3R, A2D ; 1 8 . C2R, C4R ; 19. C4A, con presión para las blancas. Tal-R. Byrne, La Haba na, Olimpíada de 1 966. 2 ) 12 . . . . , D3C ! ; 1 3 . R l C , 0-0-0; 14. P3CR, RlC; 15. A3T, P5C ; 1 6 . C2R, P4R; 17. P4A, C4T ! ; 18. P3C, A3A ! ; 19. D3D, C2C ; 20. C2D, AlA; 2 1 . D3AR, A3 T ; 22. TR lR, tablas. Bo leslavsky-Taimanov, URSS, 1970.
jugaba : 12. P.5A (con
12. 13.
D4T RlC
P4TD
La posible réplica negra es in crementar la presión en el lado de la dama, donde tiene más es pacio.
P5C
16.
C4A
PST
Ambos j uga dores desarrollai. su iniciativa
en
sus
respectivas
Las negras tie nen un par de alfiles, pero tam bién tienen probl emas originados por una sensible formación de peones en el centro y una even tual obligación de mantener allí su rey.
áreas del tablero.
17.
TlAD
Prepará ndose para enfrentarse con el a t aque negro con un in te n t o de abrir la fila AD median te P3A , ob teniendo así más espa cio "'n el lado de la dama. 17.
• •
.
TlCD
Dt•spués de 17 . . . . , P6T ; 18. P3CD, D6A ( o de lo contrario 19. P3A ) ; 19. D x D, P x D ; 20. A4A, l a s ne gras estarían peor. 18.
P3A
P6C
Abriendo la fila AD, las blancas habrían mejorado. 19.
P3TD
De esta manera, las blancas evi tan el ataque a su rey, y tienen las manos libres en los demás lugares , aunque siguen estando
1 77 12.
-
FISC H ER CONTRA SPASSKY
faltas de espacio en el lado de la dama. 19.
. • •
C4R
T R l R , las blancas serían más ca paces de controlar las filas cen trales ( 22 . . , P x P ? ; 23. C4D ! ), pero el movimiento efectuado en la partida tiene otra intención : ejercer presión a lo largo de la fila AR. . .
Aprovechando la posibilidad de disminuir la presión de las p ie zas blancas sobre el PR negro, que no puede moverse ( 19 . . . . , P4R?; 20. CSD ) .
22.
...
RID!
E ncontrando la única forma se gura de conectar sus torres y apartar su rey de la fila R. La alternativa : 22 . . . , P4R; 23. CSD, A3A; 24. T3R, A x C ; 25. D x A, D x D ; 26 P x D, favorecería a las blancas ( debido a la maniobra C2D4R) . .
.
20.
TRIA
Introduciendo en el juego una nueva pieza tras una larga re flexión . 20. e X e, PA X e, incre mentaría el poder de los alfiles y peones centrales negros, y 20. C4D, C x A, produciría algo simi lar a la continuación de la par tida. 20.
• • •
21.
Axe
C5A
De otra manera, las blancas t en drían que contar con un sacrifi cio de caballo en 6T, y las negras tendrían unos peligrosos peones adelantados frente a su rey opo nente. Ahora, la dama negra será una pieza muy fuerte en su nue vo cuadro. 21. 22.
Jugado
1 78
DxA
Tras
RlT
23.
22.
T4C
24.
C4D
25.
C3D
T4T
Buscando ir a 4CD, y enfrentán dose can la amenaza de : , P4R. Ahora, ambos bandos tienen posibilidades. . . .
25. 26.
T ( AD ) lR
rápidamente.
23.
Apartando al rey de la diagonal l CDSAR
•
•
.
R 2A
C4C
Ambos b andos han mejorado las posiciones de sus piezas.
26 •
• • •
P4T
Ahora que las blancas han con solidado su control sobre los cua dros centrales, las negras tienen que enfrentarse con l a amenaza : 27. D6T . 27.
P3C
Manteniendo la tensión . 27 .
. . .
T4R
28.
C3D
TlCD!?
Las negras no tratan de ofrecer la repetición de movimientos con 28. . . . , T4T. En lugar de esto ofrecen el cambio. 29.
D2R
Apun tando a la fuerte dama ne gra . Tras 29. P x P, P x P; 30. C x T, PD x C ; 3 1 . C3A, las negras ten drían un contraataque con su par dl' alfiles activados ( 3 1 . . . . , A4C ! ). T4T
29. 30.
PxP
31.
T2A
PxP
Sacando la torre de la diagonal 1AR6TD. La posición es poco cla ra, y las negras tienen buenas posibilidades, pero ahora se im pacientan .
31 .
. ..
P4R
Este movimiento es satisfactorio, aunque también podía jugarse : 3 1 . . . . , R2C, como preparación para la ruptura en el centro. La 3 1 . . . . , P4D sería contestada con 32. P5R. 32.
CSAR
Axe
33.
TxA
P4D
Las negras ponen sus esperanzas en este movimiento, pero en vano 34.
PxP
D x PD?
Sólo ahora, probablemente, se dieron cuenta las negras de que no podían j ugar 34 . . . . , T x P, y tener una réplica activa debi do al golpe táctico 35. C4A (35. . . . , D x D ? ; 36. C x T + ), ganando p ieza s . Sin embargo, el movi miento efectuado en la partida es un error, y la continuación correcta era : 34. . . . , T l D ! ; 35. C4A, D x D ; 36. T x D, R3D ! ( 36. . . . , P x C ? ; 37. T x A + ) ; 37. C x P, T x P; 38. T l R, R3R; 39. T( 5 ) 1A, T7D, y las negras pueden ob te ner unas tablas cuando lo de seen .
1 79
35.
C4C
Las b lancas j uegan rápido, según sus impulsos. Una posibilidad in· teresante e ra : 35. C4A ! ( para evi tar que las piezas pesadas negras ocuparan la fila D ) ; 35 . . . . , D2A ( de lo contrario, la dama blanca puede hacer j aque en 4A ) ; 36. T x PT, amenazando con 37. D4R, a lo que seguiría un a taque irre sistible. 35.
.. .
D2D
Y no 35 . . . . , A x C , inmediatamen
te, porque seguiría 36 . . . . , PA x A, y las blancas serían las primeras
en conseguir las filas abiertas . 3 5 . . . . , D3R ; 3 6 . T4A ! , llevaría rá pidamente la torre blanca al ata que. 36.
bido a la primera hilera, mal protegida. 40.
• • •
R3C
41.
T7T
T5D!
Un excelente movimiento inter medio que obliga a huir a la dama blanca de su posición do minante en el centro. 42.
D6C
El rey blanco es demasiado p a sivo para el fin de partida, y por consiguiente prefiere mante ner las damas sobre el tablero. Aquí fue aplazada la partida, y las negras sellaron su movimien to.
T x .PT
Capturando un peón, pero apar tando la torre de las filas cen trales. Por consiguiente, era más efectiva : 36. T3A ! , A x C ; 37. PA x A, y las negras tendrían más problemas para salvaguardar su rey. 36 .
•
37.
PA X P
.
•
A x C! T4D
Ahora, las negras pueden sentir se mej or. Tienen una fila cen tral, y su rey ha escapado. 38.
TI A +
R2C
No hay otro lugar al que ir : 38. . . . , R l D ; 39. T8T + , o 38 . . . . , R3C; 39. D2A + . 39.
D4R
TIAD!
Saliendo rápidamente de apuros, gracias a sus amenazas de mate en la octava hilera. 40.
TICD
Necesario pero infortunado, de-
1 80
42.
•
. •
D3A
Obvio y bueno, manteniendo al rey bien cubierto. 43.
T7AR
En caso de 43. D7C , T2A; las ne gras se sentirían seguras en el fin de partida a causa de su rey más activo. 43.
• . •
44.
D6T
T3D
44. P4TR, D7A, no le p roporcio na nada a las blancas. 44.
• • •
D6AR
Impidiendo 45. D3R + .
45.
D7T
D3A
Df' vuelta a la seguridad. La ame naza es : 46. . . , T2A, buscando intercambiar aquellas piezas blan cas que son activas . .
46.
D6T
D6AR
47.
D7T
D3A
Tablas aceptadas.
El puntaje es de 10 1 /2 a 7 1 /2 a favor de Fischer.
181
19 Durante el día que precedió a la décimonona partida, Fis che r se mantuvo recluido, cumpliendo e l sab bath de su Igle sia de Dios, y su ayudan te dijo que a media tarde ya se había ido a dormir. Richard S tein entregó los papeles legales ( del pleito iniciado por el cineasta Chester Fox ) al representante personal de Fischer, Fred Cramer, mien t ras éste cruzaba por el vestíbulo de su ho tel. « ¿ Se cree que lo vamos a despertar por esto ? », dijo. (El pleito era por un millón setecien tos cin cuenta mil dólares. ) Fox no tenía ningún acuerdo escrito con Fischer ( ¿ y quién lo tenía ? ) , cuyas objeciones impidieron la filmación excepto en la primera y octava partida. Pero Ches ter Fox pre tende que Fischer, exclusivamente, ha des truido un con.trato po ten cialmente lucrativo con la Federación Islandesa de Ajedrez, que había concedido los derechos exclusiyos de filmación para los Estados Unidos. Los papeles requerían que Fischer o un representante apareciese den t ro del plazo de veinte días ante la juez Cons tance Baker Mo tley en un tribunal de la ciudad de Nueva York. Era parte de un ataque legal triple planeado por S tein para congelar las ganancias de Fischer en los Es ta dos Unidos, Islandia y Gran Bretaña, mientras se llegaba a un arreglo de las diferencias con Fox. « Estamos aproximándo nos al fin, y no deseo que este dinero acabe en un banco sui zo », dijo S tein. Tras llevar a cabo conferencias con representan tes de la Federación Islandesa de Ajedrez durante todo el día, S tein dijo que había aceptado no presen tar una demanda según las leyes islandesas. A cam b io, la Federación Islandesa ( « Son unas personas tan buenas y honestas », dijo el abogado, encan tado ) cedió a Fox su derecho al vein te por ciento de cualquie r be1 83
neficio eventual de la filmación del torneo. El presiden te de la Federación Islandesa, Gudmundur Tho ra rinsson, dijo a los periodis tas: «No deseamos terminar el encuentro del siglo con un cubo de agua fría, entregándoles a los jugadores sobres vacíos m ien tras pende sobre sus cabezas una acción legal » . « Fox seguía teniendo esperanzas de filmar las partidas res tantes », dijo S tein. Tho rarinsson admitió que la Federación Is landesa se enfrentaba con pérdidas de más de cinco millones de coronas ( unos sesenta m il dólares) hasta el momento. Si la bolsa de premio islandesa, de ciento vein ticinco mil dóla res, permanecía asegurada, la parte britdnica no estaba afecta da por este acuerdo. El abogado Stein pensaba ir a Gran B re taña en la siguiente semana, para presentar una demanda que congelase las cincuenta mil libras aportadas a la bolsa por el financiero b ritdnico James Slater. Según S tein, el caso podría dura r desde tres a cinco años. Esto no parecía impre sionar lo bas tan te a Fischer para hacerle cambiar su idea acer ca de las cámaras cinematográficas. En el último enfrentamiento fuera del tablero, el campeón americano pidió de nuevo que las filas delanteras del auditorio de dos m il q uinientas personas fueran dejadas vacías para pro tegerle, pues no puede soportar los ruidos mientras está pen sando. Los organizadores del torneo, que tenían un gran inte rés en este asunto, pero que apoyaban abiertamen te al lado soviético, rechazaron la petición. El resultado fue que un día inusitadrimente cálido y soleado ( el único en largo tiempo ) atrajo al aire libre a los islandeses. Hasta muchos fanáticos del ajedrez no aparecieron por la sala. La esp ! rada multitud del domingo no se materializó. Fue por consiguiente posible mantener en su lugar las filas delanteras de asientos (para complacer a Spassky) , pero dejándolas vacías (para complacer a Fischer) , que se limitó únicamente a una queja personal sobre el ruido tras el decimotercer movimiento, y todo se de sarrolló normalmente según la rutina aceptada de o t ras com pe ticiones de ajedrez. Casi no hubo problemas con Fischer en aquel. momento, 1 84
pero sí con su representante. Schmid estudió una punzante carta iniciada: << Querido Fred », en réplica a los alegatos de favoritismo hacia Spassky h echos por Cramer. Schmid decía que la carta de Cramer era bas tante errónea en su contenido, y que el americano había errado al firmarla como represen tan te de la F.I.D.E. ( Cramer es uno de sus vicepresidentes) en lugar de como representante personal de Fischer. El árbi tro escribió acerca de « la absoluta necesidad de tomar mis propias decisiones sin ninguna interferencia de fuentes exte riores ». Schmid tam bién le dijo a Cramer que no inten taría decirle cómo tenía que hacer su trabajo, « tal como tú no tie nes el derecho de darme consejos oficiales ». Cramer a rgüía que deseaba que Schmid tratase a Fischer tan equitativamente como a los rusos. Parecía como si el « show Cramer-Schmid », como humorís ticamente lo denominaba el ár bitro, debido a su correspondencia casi diaria, fuera a acabar dejándoles un sabor amargo. Las sospechas soviéticas acerca del posible uso de apara tos electrónicos y productos químicos contra Spassky fue seguida por una investigación científica, que no halló nada. El domin go por la mañana, los dos jugadores, según los periódicos, se estrecharon las manos cordialmen te. Spassky, ves tido con traje y chaleco, abandonó el estrado tras hacer su primer movimien to. Fischer, ataviado con un traje azul-blanco nuevo, llegó úni camente con dos minu tos de re traso, algo excepcionalmente puntual para él. Como tenía cos tumbre, Spassky regresó en tonces al tablero, y se sen taron para jugar. Tras sus amargas experiencias con el 1. P4D en la primera mitad de la compe tición, Spassky regresó a su favorita: l. P4R, con b uenos resultados. Cuando m enos, estaba causándole a su oponente más prob lemas con esta jugada. Es ta vez, la parti da fue una Defensa Alekhine, aquélla con que Fischer había lo grado un éxito en la 13: partida. Naturalmen te, Fischer nunca repite la misma línea en este torneo y, por consiguiente, se desvió en un es tadio inicial de la partida. Pero Spassky no se echó atrás, y pronto se hizo con la iniciativa. Cuando apare1 85
cieron sobre el tablero alfiles de color opuesto, hubo predic ciones de expertos acerca de que sería « una partida aburrida ». Pero unos momen tos más tarde Spassky ofreció el sacrificio de una pieza. « Se está animando », dijo el lugarteniente de Fischer, el gran maes tro Bill Lombardy. De cualquier modo, el campeón c reía que era el momento adecuado. Esperaba lograr un ataque irresis tible, que uno o dos movimien tos más tarde se había desvanecido. El campeón no podía ocultar su disgusto, y se m ordió el labio mientras estaba sirviéndose café duran te una ausencia de Fische r. Fischer, por el contra rio, se sen tía relajado, y se apresuraba a ir una y o t ra vez a buscar sus propios suminis t ros de comida y bebida tras el escenario. Las sextas tablas seguidas parecían inevitables, y con ellas la desaparición de las últimas esperanzas que tenía Spassky de cam b iar el curso de los acon tecimientos. El ruso seguía aún a tres puntos de dis tancia, y únicame n te volvería a tener en dos ocasiones las piezas blancas, en el caso de que la com petición llegara a su límite.
1 86
Blanca s : Spassky Negra s : Fischer
Defe n s a A l e k h i n e .
l.
P4R
C 3AR
2.
P5R
C4D
3.
P4D
P3D
4.
C3AR
Era de esperar que, tarde o t e m p r a n o , F i s.c her r e p l i c a r a de nue vo con l a defe n s a con la que ha bía t r i u n f a d o e n la d e c i m oterce ra p a r t i d a del c a m p e o n a t o . La línea m á s i n c i s i v a e s :
C3C ; 5.
4. P4AD,
P4A , pero obv i a m e n t e a
S p a s s k y no le i m porta e n t r a r de nuevo
en
la
l ín e a j u gada
d e c i m o t e rcera
partida,
en
la
estando
m á s d i s p u e s t o e s t a vez a enfren tarse con e l l a .
4.
.
•
A5C!
•
La t á c t i c a normal de Fischer, que no repite dos veces l a m i s m a l í n e a . En la dec i m o tercera p a r t i d a rep l icó :
5.
4 . . . . , P3CR. P3R
A2R
S. 6. P x P , PA x P ; 7. 0-0 , P3R ; 8. P3TR, A4T ; 9. P4 A , C3C ; 1 0 . C D 2D ! , A 2R ; 1 1 . P 3 C D , 0-0 ; 1 2 . A2C P4D ; 1 3 . PSA, C2D ; 14. P3T, A3A ; 15. P4CD, P3T D ; 16. T l R , T l R ; 1 7 . D3C ! , y Esto parece
. . .
más
flexible que
, C3AD, p o r e j e m p l o :
las
en
ventaj a
de
.
a
las
b l ancas
la
ventaj a .
Yugo s l a v i a , E revan ,
1 97 1 .
E l movi m i e n t o d e l a partida t ra ta de i n t e r p o l a r
P3TR
s i n pérdi
das de t i e m p o .
7. P4A
C3C
9.
C3A
0-0
1 0.
A3R
P4D ! ?
M a t u l ovic-J a n o s e v i c , Yu
goslav i a , 1 970.
0-0
7.
P3TR
A2R
A4T
L a s negras
n o el igen entrar en
la c o n t i n uación :
10 . . . . , C3A; 1 1 . a 12. PSD ! ,
P x P, P x P,
debido
c o n ventaj a
para l a s blancas.
El
( Ve r diagrama. )
Gips
l i s-Marovic, c o m p e t i c ión U . R . S .S .
8.
6.
las
7 . P4A, C3C ; 8 C3A, 0-0 ( s i 8 . . . , C( 1 C )2D; 9. P x P, P x P ; 1 0. P3CD, 0-0; 1 1 . P3TR, A4T ; 1 2 . P4TD, C3A; 13. PST, C2D ; 1 4 . P6T, P3CD; 1 5 . A3T, P4D ; 1 6 . T l R, o : 8 . . . . , C3A; 9. P x P, P x P ; 10. PSD, P x P [ 1 0 . . . . , C4T ; 1 1 . P x P , A x P ; 12. CSD ! ] ; 1 1 . P x P, A x C ; 1 2 . P x A ! con ven taj a para l a s b l a nca s ) . 9. A3R, C3A; 1 0. P x P, P x P; 1 1 . PSD, P x P; 12. C x P, C x C ; 13. D x C, D2A; 1 4 . TD l D ! , ta mbién les da
a
SR.
están
l i geramente
a n t e riores p a r t i d a s :
causa de su buen c o n trol d e l cua d ro
blancas
Desviándose
movi m i e n t o
cher fue
j ugado
i n t e n tado en
por
Fis
la segun-
1 87
da y cuarta partida de la com petición por el campeonato mun dial femenino entre Nona Ga prindashvili y Alla Kushnir, Ti flis, 1 969. La idea es construir una formación de peones similar a la de la Defensa Francesa, pero con la favorable diferencia de que el AD negro está activamen te desarrollado . Pero aquí las blancas también tienen alguna ventaj a posicional en compara ción con la Defensa Francesa. Tienen más espacio en el lado de la dama gracias al PAD acti vado. 11.
P5A
1 1 . P3CD parece también juga ble, siguiendo la idea de privar al caballo negro de algunos cua dros, y mantener la tensión en el centro con sus peones. 11.
• .
.
1 2.
. . .
C5A
Alla Kushnir j ugó la más pasi va : 12 . . . . , C l A. 13.
P3CD!
La única forma de mantener la iniciativa. 1 3 . A l A, P3CR, frena ría el desarrollo de las blanca s , y daría excelen tes posibilidades a su oponente. 13 .
. . .
CxA
14.
PxC
P3CD ! ?
A pesar de l o s alfiles de colores
opuestos, las blancas t ienen al gunas ventaj as en desarrollo y espacios. Por consiguiente, con este movimiento puede que las negras se estén pasando un poco de la raya.
Axe
Es útil destruir el caballo blan co que controla los importantes cuadros 4D y SR. Las negras no deberían jugar : 1 1 . . . . , CSA, de bido a que se produciría : 1 2 . A X e, p X A; 1 3 . D2R, capturan do el peón . 12.
AXA
Una con tinuación de tablas se ría : 12. P x C , A x A ; 1 3 . P x PA, A x D; 14. P x D(D), T x D; 15. T R x A , pero l a s blancas n o pue den quedar satisfechas con una línea de este tipo. La campeona femenina mundial Gaprindashvili intentó en una partida ( con los movimientos P3TR y A4T inter polado s ) el dudoso P x A ? ! para las blancas.
1 88
1 5.
P4R!
Forzando a las negras a tomar una acti tud más pasiva en el lado de la dama. La apertura de la posición ha sido favorable a las blancas, pues están mejor de sarrolladas . 15.
. ..
P3AD
Las negras están obligadas a ce rrar la diagonal larga . 16.
P4CD
16. PR x P, PA x P ; 17. P4CD, C3A,
da a las negras un desarrollo fa vorable en el lado de la dama. 16. 17.
PC X P PC x P
D4T
tado esperando el sacrificio de las blancas. :e.stas no tienen re tirada para su caballo, y se ha presentado una extraña situación con muchas posibilidades tácti cas para ambos bandos. Con 1 8 . . . . , PR x C, las negras se mete rían en dificultades : 1 9 . P x P, P x P ; 20. A x P, C2D; 2 1 . T x P ! . 19.
Un movimiento agudo . Fischer es fiel a su estilo emprendedor, y no le gusta la continuación pasi va : 1 7 . . . . , C2D, debido a : 1 8 . D4T, aunque se podría aún j u gar : 1 8 . . . . , D2A, que seguiría siendo seguro. Por ejemplo, se guiría : 1 9 . P x P, PR x P ; 20. C x P, P x C; 2 1 . A X P, T D l D , y las ne gras habrían eliminado el sacri ficio del caballo en su 4D y to das las amenazas asociadas . 18.
C X P!?
Parece impresionante, pero qui zá 18. D l R fuera más eficaz, man teniendo la amenaza contra la avanzadilla 4D de las negras . Ciertamente, en caso d e 1 8 . . . . , A4C ; 10. P x P, PA x P ; 20. C x P , D x D ; 2 1 . TD x D , P x C ; 22 . A x P , C3T ! ; 23. T x P, T x T ; 24. A x TD , RlA, l a s blancas no tendrían nada claro a su favor. 18.
. . .
AST ! ?
Gastando un movimiento para forzar a las negras a aceptar el sacrificio. S i 19. D3C, o 19. D3D, las negras tendrían una excelen te réplica después de 19. C3T ! ( pero n o 1 9 . . .. , TlD; 20. AST, P3C ; 2 1 . D3AR, o 19. . . . , PR x C ; 20. P x P, C2D; 2 1 . P x P, C x PR ; 22. P x C , D x P + ; 23 . R l T , D x PR ; 2 4 . ASD, y l a s blancas tendrían mejor j uego por largo tiempo ) . 1 9.
. . .
PA X C !
Liberando el cuadro 3AD para el caballo negro. N o 19 . . . . , P3C ; 20. C6A + , A x C ; 2 1 . P x A, con un ataque irresistible . 20.
AxP+
20. T x P hubiera sido seguido simplemente por 20. . . . , C3A. 20.
•
.
.
TXA
Ganando un tiempo para el con trataque. 21.
TXT
Las negras no puede contestar : 2 1 . R x T, debido a : 22. DST + . 21.
•
•
.
D7D!
A4C!
Jugado ins tantáneamente, y mos trando que las negras hab ían es-
( Ve r diagrama. ) 1 89
Acabando con el ataque de las blancas, porque el PD blanco col gado hace imposible para las blancas el mantener l a dama. Muestra que las blancas han mal gastado sus posibilidades con su 19.º movimiento. Podrían haber j ugado para algo más que unas tablas después de 2 1 . . . . , C3A. 22.
DxD
AXD
23.
TDI AR
C3A
Los movimientos de ambos lados son ahora obvios.
29.
TlR
TxP
30.
T6D
R2A
Sería dudoso : 30. . . . , T x T; 3 1 . P X T, R2A; 32 . T l A ! . Tras el mo vimiento efectuado en l a parti da, las negras introducen un fi nal de torre de tablas. La ven taj a de un peón no tiene valor para las blancas, a causa del ac tivo rey negro. 31.
TxC
32.
TxA
R3A
TXT
24.
PxP
PXP
33.
TSD
R3R
25.
T7D
A6R +
34.
TST
P3TR
26.
RlT
AxP
27.
P6R
A4R
E s más seguro quitarle a la torre blanca la posibilidad tle ocupar el cuadro 60 que j ugar la conti nuación : 27 . . . . , T l R ; 28. T6D, C2R ; 29. T l A. No 27 . . , A x P ? ; 2 8 . T7AD . .
28.
T X PD
( Ve r diagrama. )
1 90
TlR
28.
.
35.
R2T
T3T
36.
P6A
T X PA
No 36 . . . . , T x PT ? ; 37. TSAD ! , o 36 . . . . , R3D ; 37. TSAR, con la ame naza de 38. T7A. Como siempre, los j ugadores están arrastrando el aburrido final hasta el control de tiempo. 3'7.
T5m
P3T
38.
R3C
R3A
39.
R3A
T6A +
40.
R2A
T'7A + Aceptadas tablas.
El puntaj e : 1 1 a 8 a favor de Fischer.
191
20 Obviamente, la compe tición se acercaba a su fin. No había noticias. En otras palab ras, no hubo protes tas an tes de la vi gésima partida. Sin embargo, el juego del ajedrez, gracias a Fischer, nunca volverá a ser igual. El año pasado unos pocos millares de dó lares eran un buen premio en las mejores compe ticiones inter nacionales, y en cambio ahora corría el rumor bien funda mentado de que exis t ía una oferta de Las Vegas para que se dispu tara o tro torneo con Fischer allí el año próximo, con una bolsa de un millón de dólares. El abogado de Fischer, Paul Marshall, llegó o t ra vez de Nueva York, diciendo que tenía muchas ofertas para Bob by, consisten tes en apariciones de una noche como personalidad del mundo del espectáculo, y que ninguna de esas ofertas e ra de menos de seis cifras. ¿ Qué tendría que hacer Bobby por un mínimo de cien mil dólares cada vez? Nada especial: jugar unas pocas partidas frente a su auditorio, o simplemente char lar un poquito cada noche, fue la respuesta. Sí, la compe tición estaba finalizando, pues el presidente de la F.I.D.E. , doc tor Max Euwe, llegó a Reykjavik para asis tir a la ceremonia final, y el tercer miem b ro del equipo de Spassky, el Maest ro lvo Ney, salió el mismo día para la Unión Sovié tica, debido a que comenzaba la temporada escolar. Mientras el acompañamiento de Spassky disminuía en número, el de Fischer aumen taba. Su amigo, el Maes tro argen tino Quintero, llegó desde Buenos Aires, y Bobby le cedió su casa para que viviera en ella, mien tras que él, el futuro campeón, prefería seguir en el ho tel. Por o tra parte, Spassky comenzó a pasar la mayor parte de su tiempo con su esposa Larissa en una casita de la ciudad, disfru tando más de la atmósfera doméstica. 193 13.
-
F I S C H E R CO'.\TRA SPASSKY
Un estudio hecho por orden del Ministerio de Finanzas re veló que el dinero del premio del campeonato mundial de aje drez estaba sujeto a impues tos gubernamen tales y locales so b re los ben eficios. En vista a la especial natu raleza del dinero del premio, el gobierno de Islandia decidió, duran te la siguiente sesión del parla m e n t o islandés, autorizar una exención de impues tos del dinero del prem io, y por su parte, las autoridades locales aceptaro n hacer lo mismo. « La decisión de no cobra r impues tos sobre el dinero del premio es tomada en la confianza de que no será sujeto a impuestos en lo..s países de origen de los conten dien tes », dijo el anuncio oficial del día, durante la vigé sima pa rt ida. Durante algún tiempo, desde la 14: partida, Fischer había tenido escaso éxito en lograr una inicia tiva. Spassky estaba im pon iendo su elección de líneas, y Fischer no podía hallar nada sustancial en con t ra de ellas. Algo similar ocurrió en esta par t ida. Al final, Fischer se apresuró a introducir un final de tablas, pero en dos ocasiones Spassky evitó repe tir movimien tos. Logró algunas ven tajas posicionales hasta el momento de la posposición, pero eso fue todo. La con tinuación fue única mente una simple formalidad.
1 94
Blancas : Fischer Negras : Spassky
Defensa Siciliana. l.
P4R
Al final de la competición, am bos jugadores confesaron que é s te era el movimiento que más les gustaba. l.
. .
.
P4AD
Las negras desean tambien una lucha enconada. 2.
C3AR
C3AD
Una forma más directa de j ugar la línea que 2 . . . . , P3D, como en las anteriores partidas de Spass ky. ¿Temía un movimiento de ta blas 3. ASC + ? PxP
3.
P4D
4.
CxP
C3A
5.
C3AD
P3D
6.
A5CR
¡ No hay una vuelta a l Sozin ! El movimiento repite la línea Rau zer j ugada en la 1 8 .º partida. P3R
6. 7.
D2D
P3TD
8.
0-0-0
A2D
9.
P4A
A2R
También las negras e stán dis puestas a seguir e l camino de la 1 8 .º partida, pero . . . 1 0.
A2R
Esto parece un movimiento to talmente nuevo, pero ha sido j u gado antes en algunas partidas, primero por Darga en 1964, y luego por Kavalek en 1 967, y tam bién
por
Robert
Byrne
contra
en el campeonato de los E stados Unidos. Obviamente el aspirante no se sentía complaci do con nada de lo que la teoría del ajedrez podía ofrecerle a las blancas, y tenía que encontrar a l go que no se halla en los li bros, aunque se pareciese a un normal movimiento de desarro llo. E n la 1 8 .º partida, Fischer repli có con la continuación más fre cuente : 1 0 . C3A, pero el resulta do no pudo complacerle. 10. PSA hubiera sido otra e lección habi tual e n los torneos, pero poco afortunada.
Mednis
1 0.
. . .
0-0
Sería prematuro : 10 . . . . , P3T ; 1 1 . A4T, C x P ; 1 2 . C( 3 ) x C , A x A ; 1 3 . e X p + . E n lugar de ir a buscar acción en el lado de la dama con P4CD , las negras cambian de idea y enrocan. Esto podría recordar l e s a los j ugadores la otra línea con : 7. . . . , A2R ; 8. 0-0-0, 0-0 ; 9. P4A, pero aquí no hay un ejem plo similar, pues en este orden de movimientos 9 . . . . , P3TD lle garía demasiado tarde a causa d e 1 0 . A x C , A x A; 1 1 . C x C, P x C ; 1 2 . D x P. En l a partida Kavalek-Brasket, Chicago, 1 968, fue j ugado : 1 0 . . . . , D2A; 1 1 . A3A, T DlA. Tras el mo v i miento de Spassky, las b lancas
1 95
se enfrentan con una decisión importante : ¿ qué clase de plan deben adoptar en esta nueva ver sión de la línea Rauzer ? 11.
A3A
Mej orando la actividad del alfil, y controlando mejor e l centro,
haciendo más difícil para las ne gras el jugar P4CD. Este 1 1 .º mo vimiento es l a consecuencia ló gica del 1 0 .º. 11.
.. .
P3T
En la partida Kavalek-Barden de 1969, se jugó primero : 1 1 . . . . , T l A, y luego : 1 2 . T R l R , P3T ; 1 3 . A4T, e X P, y l a s b lancas se en contraron un tanto apurada s . I2.
A4T
Una alternativa poco clara sería : 12. P4TR, pero las b l ancas no buscan ahora estas cosas. 1 2 . A x C , A x A ; 1 3 . C x C , AD x C ; 1 4 . D x P, A x C, n o ofrecería n a d a a l a s blancas. I2 .
.
. .
C x P!
I 3.
. ..
CxD
De lo contrario, las negras se quedarían con una pieza menos. 14.
AxD
C(7) X A
De nuevo forzada, con vistas a mantener el equilibrio de p iezas. 1 4 . . . . , C x C ; 15. A7R ! , sería una peligrosa aventura para las ne gras. I5.
C x C ( 3AR > TR x A
I6.
TXP
Comienza a parecer un final de tablas. Esto no tendría que pre ocupar a las b lancas . I6.
.. .
RIA
1 6 . . . . , A l R e r a también simple, pero las negras desean mantener más piezas sobre el tablero. I 7.
TRID
Impidiendo que las negras esca pen a los cambios. I7. I 8.
.. .
R2R
C4TD
Desarrollando una actividad pro p i a ; pero las negras pueden pro teger con bastante facilidad los cuadros oscuros. AIR
I 8. I 9.
TxT
20.
C5A
TxT
Buscando un poco más, pues 20. T x T no podría preocupar a las negras , que tienen su rey cerca del lado de la dama . 20.
...
TIC
U sando l a oportunidad de bus car una lucha más compleja en e l final de partida. 20 . . . , T x T + ; 2 1 . R x T , C l D , sólo serviría para conducir a unas tablas. .
Buscando simplificaciones de un tipo conocido. I3.
AxA
1 3 . C( 3 ) x C , A x A; 1 4 . C x P, tam b i én podía jugarse .
1 96
21.
T3D
Con la in tención de « Castigar» a su ambicioso oponente, y dar
más significado a la posición del caballo blanco en SAD . 21.
. ..
P4TD
Sacando el peón del cuadro ata cado con el fin de que su peón CD se libere . 22.
T3C
P4CD
partido a su mayoría de peones en el lado del rey . 28.
P3CR
No dej ando que la estructura de peones negros se haga fuerte. 28.
...
29.
CSA
R3D PSCR
Otra búsqueda de actividad que t iene el inconveniente de conso lidar el control del oponente so bre los cuadros oscuros. 30.
C4R +
R2R
31.
ClR
TlD
32.
C 3D
Si 32 . . . . , CSD; 33. T7A + , T2D ; 34. TSA, y las blancas tendrían la amenaza : 35. C x P. 32.
A las negras no les gustaba la posibilidad de tablas : 22. P3CD ; 23. C6T, T2C ; 24. CSA. 23.
P3TD
23. T3A sería contrarrestado por el poco agradable 23 . . . . , ese, que amenazaría con 24. . . . , C x PT + . 23.
. . .
TSD
33.
C ( 4 ) 2A
P4T
34.
TSA
T4D
La torre blanca es demasiado ac tiva. Las negras están buscando un final de partida con piezas menores en el que tengan mayor espacio.
PST
A las negras no les i mporta un cierto debili tamiento d e sus cua dros oscuros, debido a que sus peones avanzados restan eficacia a la mayoría de peones blancos. 24.
T3A
TlD
25.
C3D
26.
TSA
P3A TlC
27.
T3A
P4C
Como en la 22.º j ugada, las ne gras no se sienten complacidas con ofrecer una repetición de movimientos mediante 27. . . . , T l D , sino que tratan de sacar
35.
T3A
Después de 35. T x T, P x T, las piezas negras serían más activas, pero esto no podría tener un efecto decisivo.
1 97
35.
...
36.
T7A +
C5D
E scapando a la amenaza de 36. C7R + . 36.
...
T2D
Las negras ganan un tiempo echando al caballo blanco de 4R. Las negras están mejor debido a que al fin se les presenta la po sibilidad de tener un peón de rey pasado, mientras que las b lancas se ven obligadas a de· fenderse. 37.
TxT+
AXT
La libertad de movimientos ne· gra se incremen ta con la desapa rición de las torres, pero tam· bién son buenas las posibilidades blancas de bloquear el avance ne gro con sus caballos. 38.
CIR
Enfrentándose con la amenaza : 38. C6A. 38.
P4R
39.
P x PR
PxP
40.
R2D
A4A
Tomando baj o control e l cuadro SR, y manteniendo e l PAD blan co bajo presión . 41.
CID!
Apuntando al cuadro de bloqueo 3R. 41.
. ..
R3D
El movimiento sellado. Cabía es· perar que las negras buscaran primero mejorar la posición de su rey, y luego tratar de hallar en casa el mejor plan.
( Ver diagrama. ) 1 98
42.
C3R
A3R
43.
R3D
A2A
E stando dispuesto R4R ? ? , A3C + . 44.
R3A
45.
R3D
para :
44.
R3A
Las blancas deben esperar, pero el otro bando no demuestra que haya mucho que hacer. 45.
. ..
R4A
I nvitando a su oponente a ir a 4R, y jugar eventualmente para un cambio de caballos. 46.
R4R
Fischer nunca resiste tales ten taciones de mostrarse activo. 46.
. ..
R3D
46 . . . . , C3A, sería seguido por 47. C3D + . 47.
R3D
47. CSA + , C x C ; 48. R x C, R4D, sería peligroso para las blancas debido a que su rey estaría ale j ado del verdadero centro. Aho ra se da una posición idéntica a la que existió tras cuarenta y tres movimientos, pero con las negras, y no las blancas, movien do. ¿Tiene esto algún significa do aquí ?
47.
A3C +
51.
• •
•
R4A?
48.
R3A
R4A
La única posibilidad que queda
49.
C3D +
R3D
ba era : 5 1 . . . . , P5R ! , y 52. . . . , C6A, y las b lancas tendrían aún prob lemas.
49 . . . . , A x C ; 50. R x A, C6A ; 5 1 . R4R, n o sería peligroso para las blancas. 50.
CIR
R3A
50 . . . . , C6A ; 5 1 . C x C , P x C ; 52. R2D, y con 5 3 . P3A no habría ningún cuadro al que su oponen te se pudiera aproximar. 51.
R2D
esperando de nuevo.
52.
C 3D +
R3D
5L
CIR
C3R
54.
R3A
C5D
Bajo l a equivocada impresión de que podía pedir tablar mediante la tercera repetición de posición, Fischer invitó a l árbitro a exa minarla. Spassky, cansado de va nos esfuerzos y maniobras, fir mó la hoj a de acta antes de que el árbitro pudiera investigar s i e r a correcta l a aseveración d e las blancas. ¡Tablas!
Por séptima vez se mantiene in tacta la ventaj a de Fischer : 1 1 1 /2 a 8 1 /2 .
1 99
21 El ajedrez ha entrado en las altas esferas políticas. El consejero del presidente de los Es tados Unidos, Henry Kissin ger, anunció en púb lico que había llamado a Bobby Fischer a mediados de julio, duran te la crisis antes de la tercera parti da, cuando aún no se sabía si continuaría o no la compe tición. Kissinger dijo que el presidente Nixon no le había sugerido aquella llamada, pero que se mostró encan tado cuando se la refirió. El doctor Max Euwe, presidente de la Federación Mundial de Ajedrez, dijo en Reykjavik que creía que Fischer era favo rable a dar a Spassky una revancha antes de un año si és te ganaba el título ruso. El doctor Euwe dijo que apoyaría esta idea. Fischer había dicho que le gus taría defender la corona más a menudo, quizá cada año en lugar de cada t res años, como se hace en el actual ciclo de compe ticiones de eliminación de la F.I.D.E. ( Fischer había dicho de los campeones soviéticos: «Se hacen con el título, y luego se ocultan durante t res años » ) . Pero los ayudan tes d e Fischer negaron, por e l momento, que hub iera expresado algún comen tario acerca de volver a enfren tarse con Spassky. Los que le rodeaban decían que Fischer estaba impaciente después de siete tablas consecu tivas, la serie más larga no sólo de su impresionante carrera, sino de todos los torneos por el campeonato de la postguerra, siendo el anterior récord de seis tablas seguidas en los enfren tamientos B otvinnik-Petro sian de 1 963, y Petrosian-Spass ky de 1 966. Pero, ¿ qué había de Spassky, l{Ue llevaba tres pun tos de desven taja, y que sólo había logrado dos victorias en el ta blero, ambas con las blancas ? Tenía las mismas piezas en la 201
partida vigési mop r i mer a, y sólo po d í a permitirle unas tablas a su rival en las restantes cuatro partidas, si es que iba a durar tanto la competición. Nadie lo e s pera ba, incluyendo a Henry Kissinger, que se complació en hacer su declaración an tes de que se terminase el campeonato.
De h e ch o , a Bobby no le importaban las tablas tanto como Boris, que veía cómo se desvanecía su título, y Fischer, que se sen tía en un estado de euforia al notar la proximidad de la victoria, no tenía tiempo de pensar en deficiencias recién aparecidas en su repertorio. Simplemen te, resis tía a la pre sión, m ientras se aproximaba poco a poco al objetivo de su vida. Este parecía ser ahora el des tino de Fischer, pues hasta se le escaparon las victorias de las par tidas quince y dieciocho, cuando Spassky se mostraba impacien te y estaba sob repasan do sus posib ilidades. Pero en la vigésimoprimera partida, Fische r, tras un ccrto período de rela tivo fracaso creativo, mostró de nuevo la idea original de un profundo pensador. ¡Con su varita mágica, trans formó la Defensa S iciliana en el final de partida de la Aper tura Es c o c e sa ! Spassky no po d ía dar crédito a sus ojos cuan do se dio cuenta en qué trampa había caído, aplicando una
a
apertura que jamás había pensado, ni siquiera en sueños. No
podía ocultar el disgus to que se reflejaba en su ros tro a causa de la posición de tablas que ya no podía evitar. Intentó un sacrificio c on cam b io, pero entonces tuvo que luchar por unas tablas. Quizá no hubie ra sido trágico para él si no se hubiera suicidado en el 30.º movimiento, d e ja n do que su oponente lo grase pasar un peón que i ba a decidir la partida. Entonces, ésta fue pospuesta hasta el día siguiente. ¡El torneo había acabado! Robert Fischer era el primer estadounidense que, en la historia del ajedrez, ganaba el más alto título. La compe tición en sí abría una nueva era en el mundo ajedrecístico. ¿ Qué vendría después ?
202
B l ancas : Spassky N egras : Fischer
1:
Defensa Siciliana. l.
P4R
P4AD
La Sicil iana fue una sorpresa, hasta viniendo de un Fischer ' a estas alturas del torneo . 2.
C3AR
P3R
De nuevo Fischer cambia. Ante riormente había jugado : 2 . . . . , P3D. 3.
P4D
PxP
4.
CxP
P3TD
Esta versión de la l ínea Paulsen fue jugada por Petrosian contra Fischer en la séptima partida de su enfrentamiento en Buenos Aires, en donde e l Gran Maestro soviético fue aplastado. 5.
C 3AD
Contra Petrosian, Fischer jugó Ja más flexible : S. A3D, y después : S . . . . , e3AD ; 6. e x e, Pe x e ; 7 . 0-0, P4D ; 8 . P4AD, e3A ; 9 . P A x P, PA x P ; 1 0 . P x P, P x P ; 1 1 . C3A, A2R ; 12. D4T + !, sobrepasando en juego a su oponente. Pero Spass k � t iene un paladar diferente, y F1scher lo sabía. 5.
.
. .
C3AD
Lo habitual es : S . . . . , D2A, pero Fischer prefiere apartarse de la reciente praxis de torneos. E l or den específico de movimientos en esta partida es el favorito de Taimanov. 6.
7 . A2e, A2D, tran spone a la l ínea Scheveningen, Formanek-Kavalek E E . UU., 1 97 1 ) ; 7 . C ( 4 )2R ( o C3e, e4T ; 8 . DST , e X e; 9. PT X e, e3A; 1 0 . ASeR, A2R ; 1 1 . A x A, D x A ; 1 2 . A2e , 0-0, Timann-Ra dev, Tiflis, 197 1 ); 7. . . . , e3e; 8 . A2e , A4A ; 9 . 0-0, P4e ; 10. e4A, A2e, con buen contraj uego. Ka pengut - Taimanov, Leningrado 1 97 1 . Es interesante : 6. A4AR, P3D ; 7. A3e, P4R; 8 . e3e, C3A; 9 . A4AD, A2R ; 10. 0-0, 0-0; 1 1 . P4TD, P3eD ; 1 2 . D2R, A2e ; 1 3 . TR I O , D2A ; 14. A4T, eseo ; 1 5 . A x e , A x A ; 16. eso. con una duradera ventaj a posicional. Janosevic - Hartoch ' Amsterdam, 1 97 1 . •
6.
.
. .
C3A
Las negras evitan perder un tiem po en la acostumbrada D2A, y se hallan así dispuestas para actuar en el centro. 7.
A3D
P4D!
Este movimiento es bastante inesperado, y está destinado a neutralizar la acostumbrada for mación de ataque de Spassky ( con 8 . P4A ) con las blancas, se gún la l ínea Paulsen.
A3R
La 6. e X e . Pe X e; 7 . A3D, P4D ; es más débil, dando a las negras un fuerte centro. Janosevic-Trin gov, Scopje , 1 970. Se ha jugado más frecuentemen te el 6. P3eR, eR2R (6 . . , P3D; .
.
203
8.
PxP
P x P!
Otra sorpresa más. Parece más cauta : 8. . . . , C x P, evitando el peón aislado en el centro, pero después de 9 . C ( 4 ) x C (9. C ( 3 ) x C, D X C, es fácil para las negra s ) ; 9 . . . . , P x C ( 9 . . . . , C x A ? ; 1 0 . C x D, C x D; 11. T x C, R x C; 12. A x PT + ) ; 1 0 . A4D, l a s blancas estarían mej or. Esta nueva organización de las negras debe de haber sido ana l izada por Fischer con anterio ridad. 9.
0-0
A3D
Hay una amenaza : 1 0. . . . , C5CR. E l AR b lanco no está en l a me j or posición contra el peón ais lado negro, que da j uego libre a las piezas negras y limita la actividad del CD blanco. 1 0. c x c Las blancas no ven n inguna otra forma de activar la parej a de al files, pero esto refuerza el cen tro de peones negros. 1 0.
. ..
PxC
11.
A4D
0-0
Naturalmente, no : 1 1 . . . . , P4A ?, pues : 12. A X C , y el PD negro quedaría colgado. 12.
D3A
La mi sma estrategia, como en una posición similar que apare ce en la jugada escocesa ( ver nota al movimiento 1 5 ) , pero que no ofrece más que un final de partida igualado.
( Ve r diagrama. ) 204
12.
A3R
Defendiendo mejor el PD. Sería prematuro : 1 2 . . . . , C5C; 13. P3TR, C7T ? ( o : 1 3 . . . . , DST ; 14. TR l R ) ; 1 4 . DST, P3C ; 1 5 . D6T, ganando un tiempo con una amenaza de mate. No : 1 2 . . . . , A5CR ? ? ; 1 3 . A x e. 1 3.
TRlR
Las blancas se tomaron un largo tiempo para efectuar este movi miento, pues no les gustaba nada un final de partida abocado a unas tablas. Sin embargo, no tie nen una mejor elección. P4A
13. 14.
Axe
DxA
DxD PxD E s t a pos ición muestra la idea de las b lancas . Pero las negras no tienen problemas, pues esta po sición es casi idéntica a la que surge del j uego escocés después de l. P4R, P4R ; 2. C3AR , C3AD ; 3. C3A, C3A ; 4. P4D, P x P; 5 . C x P , A5C ; 6 . C x C , PC x C ; 7. A3D, P4D ; 8. P x P, P x P ; 9 . 0-0, 0-0 ; 1 0 . A5CR, P3A; 1 1 . D3A, A3D ; 12. TD l R ( o también 12 . . . . , A4R ), P3TR ; 1 3 . A x e, D x A ; 1 4 . D x D , 15.
P x D. Las diferencias aquí son que el PTD negro ha avanzado un cuadro y no su PTR, y que las blancas tienen su TR en I R e n lugar d e s u TD. 16.
TRlD
TDID
E s extraño cómo una apertura sem icerrada bastante diferente l legó a una posición y final de partida casi idénticos a los que se conocen para un sistema abier to como es el del Juego Escocés. E s seguro que las blancas nunca habían inten tado l legar a esta po sición al hacer su primer movi miento.
cambio parece correcto, y las blancas esperan conseguir posi bilidades de final de partida vic torioso cuando capturen los peo nes negros del lado de la dama. Pero hay peligros ocultos en esa posición. 19.
• • •
Axe
20.
TxA
A x P+
Si primero 20. . . . , P x P, negro quedaría colgado. 21.
RxA
TxT
22.
AxP
T7D!
¡ E l ataque es siempre la mejor forma de defensa !
23.
17.
A2 R
Tratando de hacer presión sobre el P D negro. 17.
.
18.
P3CD
.
.
TD l C
El P D ne gro
A x C;
1 8.
es tabú : 1 8 . C x P ? , T x A, A x P + .
19.
. .
imposi b l e mantener
PSA
.
, ASCD hace para las b lancas el su presión sobre el PD
La a m e n a z a :
19 .
. . .
negro. 19.
C x P?
Una sorpresa. El sacrificio del
el PTD
A x PT
T X PAD
Las negras tienen que disminuir el número de peones pasados en el lado de la dama. 24.
T2R
De otra manera, la ventaj a de p iezas estaría claramente del lado de las negras. 24.
.
..
TxT
La mejor. La otra torre vendrá a la séptima hilera. 25.
AxT
26.
P4T
TID
La mejor posibilidad. 26.
.
. •
T7D
205
27.
A4A
T7T
37•
27 . . , T x P?; 28. PST, T7T ; 29. P6T, RlA; 30. P4CD, TST ; 3 1 . PSC, T x A; 32. P7T, TSTD ; 33. P6C, y las blancas ganan. No
.
.
28.
R3C
RIA
29.
R3A
R2R
. •
.
T8CD!
Las negras buscan una victoria. 38.
A6R
T7C
38. . . . , RSC, las blancas po drían replicar con 39. A8C, pues las negras no podrían sacar el peón a causa de 40. A 7T + . Con e l movimiento de la partida las negras apartan la torre de un cuadro expuesto. Si
39.
A4A
T7T
Tampoco esta vez 39. . . . , R x P, a causa de 40. PST , T7T; 4 1 . P6T , como se mencionaba en la nota al movimiento 27. 40.
A6R
P4T
Pospuesta. Las b lancas sellan.
30.
P4CR?
Una terrible equivocación . P3C era más segura. 30.
. . .
P4A
31.
PxP
P3A
30.
Las negras tienen ahora un peón pasado, y es lo más que podían esperar con esos peones dobla dos . 32.
ASC
Era mejor 32. R4C. P3T
32. 33.
R3C
R3D
34.
R3A
T8T
35.
R2C
La amenaza era 35. . . . , T8CR, para separar el rey b lanco del peón negro pasado. 35.
R4R
36.
A6R
37.
A7D
R5A
Las b lancas tienen problemas para evitar el zugzwang.
206
E l 40.º movimiento de las negras no era el más preciso. Deberían haber jugado : 40. . . . , RSC ! pri mero, y luego 4 1 . . . . , P4T, toman do con trol de todos los cuadros frente al rey b lanco. Si las blan cas no sellaban 4 1 . R3T, en ton ces el orden incorrecto de movi miento de las negras no impor taría . Por ejemplo : 4 1 . R3T, R4C ( 4 1 . . . . , T x PA está equivocado a causa de 42. PST, T7T D ; 43. P6T , T x PT -la amenaza era 44. A4A
y P4C-; 44. R4T, con tablas ) ; 42. P3A, R5A ; 43. A7A, R x P(4A ) ; 44. A x P, R5A; 45. A8R, T7CD, y las negras ganan ; pero 43. A5D, R x P ; 44. R3C era una posibili dad de seguir la lucha 41.
A7D?
Era el movimiento sellado, ano tado tras una corta reflexión . Probablemente, Spassky perdió momentáneamente su ímpetu. Ahora, 4 1 . . . . , R5C vuelve a arre glar las cosas para las negras : 42. A6A (de otra manera viene
P5T6T con un ataque de mate ) . 4 2 . . . . , P5T ; 43. A3A + , R x P ; 44. A6A, R5C; 45. A3A + ( necesaria), R5A ; 46. A6A, T7A, y 47 . . . . , T6A, impidiendo que las blancas con trolen los cuadros blancos, lo cual decide el resultado. ¡ Las blancas abandoban!
El puntaj e final es de 12 1 /2 a 8 1 /2 a favor de Robert Fischer,
el nuevo campeón mundial de aj edrez.
207
PERFIL DE UN GENIO DAVID LEVY
Bobby Fischer es probablemente el genio más incompren dido del mundo. Por cierto, es el deportista de más talento en un país en que el deporte significa habitual mente tenis o beisbol , en el que se ganan grandes premios en dinero lo grando un pun taj e de 65 en un partido de golf o dej ando sin sentido a otro hombre en un ring de boxeo . Las actuaciones de Fischer, tanto frente al tablero como lej os de él, han lle vado este j uego desde las profundidades de los suplementos dominicales hasta las primeras páginas de casi todos los pe riódicos mundiale s . b l solo ha elevado el interés por el aje drez de tal forma que la venta de j uegos se cuadruplicó en los Estados Unidos durante un reciente período de seis meses . ¿ Qué otro individuo ha hecho antes tanto para popularizar un deporte? Robert James Fischer, nacido en Chicago en marzo de 1 943 , fue bien pronto el resultado de un hogar destruido . Sus pa dres se divorciaron cuando él tenía únicamente dos años, y nunca notó la influencia de su padre , fí sico alemán . Su madre , nacida en Suiza , se trasladó de Chicago a California, luego a Arizona y finalmente al barrio de Brooklyn, en Nueva York, donde Fischer creció . Aprendió a j ugar aj edrez con su her mana Joan cuando aún no había cumplido seis años . Ella com praba a menudo j uegos en la tienda de dulces del vecindario, y un día vino con un j uego de ajedrez . bste era el j uego que él deseaba, porque era el más difícil de todos . Cuando tenía siete años, la madre de Bobby lo llevó a ju gar en una exhibición simultánea contra Max Pavey, que había 209 14.
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FISC H E R C O N T R A SPASSKY
sido campeón de Escocia. El chico logró durar quince minu tos . Uno de los espectadores de la exhibición era el presidente del club de aj edrez de B rooklyn , y a poco Bobby se convirtió en miembro del mismo. Durante los siguientes tres años, su habilidad se desarrolló rápidamente . Para mediados de 1 95 5 , estaba preparado para j ugar en torneos de más importancia : el Campeonato Amateur y el Junior de los Estados Unidos . Su primera aparición en el Campeonato Junior no fue muy hala güeña, pero al siguiente año j ugó de nuevo, y �sta vez consi guió el título y el primer premio (una máquina de escribir portátil ). Luego, en noviembre de 1 956, el nombre de Fischer apareció por primera vez en las más prom i nentes rev istas mundiales, cuando derrotó a Donald Byrne ( ahora Maestro Internacional) en una partida de gran profundidad y brill an tez . Hans Kmoch , en Chess Review, la llamó « l a partida del siglo » , y escribió : « un asombroso y maestro juego combi nado ejecutado por un chico de trece años contra un formi dable oponente, que se compara con l o mej or que recuerda la historia de los prodigios del ajedrez . . . » . Pero l a visión soviética d e la brillantez d e Fi scher mos traba una actitud que iba a convertirse en su peor enemiga : · « . mostraron la partida y dijeron : Bien, es muy bueno, un jugador d e talento, pero toda esta publicidad que está consi guiendo hará daño a su carácter. Y entonces , desde luego , ya no dejaron de atacar mi carácter. Nunca me habían visto ni sabían nada de mí. Y esta actitud realmente me indispuso con ellos » . Durante 1 95 7 , B obby j ugó c o n nuevo ímpetu y confianza . Ganó el Campeonato Junior de los Estados Unidos por segun da vez (y otra máquina de escribir), y quedó empatado en el primer lugar en el Torneo Abierto de los E E . U U . A finales de aquel año estaba dispuesto para la mayor p rueba que podía ofrecerle su país : el Torneo Cerrado de los Estados U n i d o s , un acontecimento al q u e eran invtados c a t orce compet idore s . El campeonato de 1 95 7 tenía u n doble significado porque los tres primeros clasificados se calificaban automáticamente • . •
. .
210
para el Campeonato Interzonal del torneo mundia l . Fischer ganó con facilidad . No fue derrotado en ninguna de las trece parti d as y terminó con un punto de ventaj a sobre su rival más cercano, Samuel Reshevsky, que a su vez había sido un niño prodigio hacía unos cuarenta años . Desde aquel torneo , Fischer ha ganado el Campeonato de los Estados Unidos en cada una de las ocho ocasiones en que ha participado , en una ocasión con un puntaj e sin precedentes del cien por cien . E l t riunfo de Fischer al calificarse para l a I nterzonal le proporconó el título de Maestro Internacional . No iba a pasar mucho antes de que pudiera p robar que , a los quince años, no sólo era bastante bueno para j ugar con los p rincipales expertos del mundo, sino que también podía derrotar a mu chos de ellos . En la Interzonal de Portoroz, Yugoslavia, fina l izó empatado en el quinto lugar. Esto le dio derecho a com petir con otros siete en el Torneo de Candidatos del año si guiente , cuyo triunfador se enfrentaría con B otvinnik para el título que había conse g uido casi continuamente desde 1 94 8 . Con su lugar en el Torneo de Candidato s , Fischer ganó el títu lo de Gran Maestro Internaciona l . Lograrlo a los quince años era, y sigue siendo, un récord . En 1 959 Fischer regresó a Yugoslavia, con la intención de ganar el Torneo de Candidatos. Pero le esperaba una gran desilusión : aún había algunos j ugadores mej ores que él. En ciertas ocasiones , durante este torneo , lloraba después de per der una partida y se encerraba en la habitación de su hotel durante horas para planear s u revancha . Pero en aquel tiem p o aún no estaba preparado para lograrlo. El torneo fue ga nado por un brillante letón llamado Mij ail Tal, que iba a arrancar espectacularmente el título a Botvinnik, perderlo un año más tarde, y al fin quedar un poco por detrás del nivel más alto de j ugadores , como consecuencia de una enferme dad renal . Era más o menos durante el tiempo del Torneo de Candi datos de 1 959 cuando Fischer dej ó los estudios . « Quería j ugar aj edrez a j ornada completa . Me iban llegando todas esas in21 1
vitaciones para viaj ar y hacer dinero . E ran suficien te s , y n o me gustaba demasiado la escuela . Realmente, n o aprendía mucho , y c reí que podía seguir aprendiendo por mí mis mo. Esta rebelión contra l a e scuela, le produj o un gran pro blema con su madre . « E s una anticuada. No dej a de dec i rme que estoy demasiado interesado en el ajedrez, que debería hacer amigos fuera del aj edrez, que uno no puede ganarse la vida con el ajedrez, que debía terminar mis estudios y dej ar esas tonterías . » Así que B obby se « libró » de su madre . Ella s e fue a vivir con una amistad en el Bronx , mientras él se quedaba en s u apartamento de B rooklyn . Pero aun deseaba ayudar a s u hij o en l o que le fuera posible . Cuando el equ ipo olímpico estadoun idense estaba tratando de conseguir di nero para i r al Torneo Bienal de equipos de 1 960 en Leipzig, l a se ñora Fischer se manifestó frente a la Casa Blanca para de mostrar dramáticamente la necesidad de fondo s . Hacia 1 960, Fischer comenzó a cuidarse mucho d e su apa riencia . S e compró zapatos hechos a mano y acudió al mismo sastre que vestía a J ohn Kennedy para que le cortase sus tra j e s . En cierta ocasión me dijo que deseaba mucho visitar Lon d res, « porque de ahí salen los mej ores tej idos » . En Yugos lavia su sastre le trabaj a gratis, contentándose con la publi cidad que le proporciona. En 1 96 1 , Fischer tuvo un enfrentamiento con su compatrio ta y archirrival Reshevsky. El torneo , planeado para el ven cedor de ciesiséis partida s , estaba patrocinado por Jacqueline Piatigorsky, que a menudo ha hecho generosos donativos a diversas causas aj edrecísticas estadounidenses . Tras once par tidas , el puntaj e seguía igualado : cinco y medio cada uno . Entonces empezaron los problemas . La décimosegunda parti da, originalmente prevista para ser j ugada la noche del sába do, de las nueve a las dos de la madrugada ( evitando así vul nerar el sab bath de Reshevsky ) , fue retrasada a la una y media de la tarde del domingo, una hora mucho más civilizada para j ugar. Pero entonces la señora Piatigorsky pidió que se ini212
ciase antes la partida para poderla ver y luego ir a escuchar a su esposo en un concierto aquella tarde. Con secuentemente, la partida fue adelantada para las once. Fischer se enteró por primera vez de este cambio el j ueves anterior, y protestó de inmediato por la temprana hora de j uego , rehusando categóricamente aparecer a las once . A pesar d e que había un plazo de t res días entre l a protesta de Fis cher y el momento en que debía jugarse la partida el árbitro no creyó necesario llegar a un compromiso, disponiendo la parti d a a otra hora que fuese adecuada para ambos conten dientes. Cuando llegó el domingo por la mañana, se efectuaron intentos para persuadir a Fischer de que cambiase de idea. A las once se puso en marcha el reloj de Fischer, y una hora más tarde el árbitro declaró que la partida había sido ganada por Reshevsky. Baj o la sombra de esta derrota por incom parecencia, Fischer, naturalmente, se abstuvo de aparecer en el hotel Henry Hudson de Nueva York , en donde debían ju garse la décimotercera y subsiguientes partida s . El comité del torneo prometi ó que la victoria por abandono sería reconsi derada si Fischer continuaba el campeonato. Le garantizaron que se llegaría a una decisión antes de que se iniciase la dé cimosext a partida, pero naturalmente esto le habría causado un terrible handicap psicológico , aún cuando la eventual deci sión del comité fuer a que se j ugase la décimosegunda parti da. A la hora y a determinada, el reloj de Fischer fue puesto en marcha en la décimotercera partida. Una hora más tarde, el torneo había terminado : Fischer había perdido por incom parecencia por segunda vez, y se declaró a Reshevsky ganador de la competenc ia. La opinión pública estaba muy a favor de Fischer, pero la opinión públ ica nunca ha decidido a qu ién se le concede el dinero del premio. Así, Fischcr había llevado a cabo el primero de sus dos notorios abandonos. ¿ Quién podía echarle la culpa ? Desde lue go, Reshevsky no presentó obj eciones mientras se llevaba el p rem i o . A menudo s e ha criticado a Fischer d e tener u n a persona ,
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213
lidad demasiado estrecha, sin intereses fuera del aj edrez . E s t o no es totalmente cierto. Ocasionalmente h a demos trado cierta afición por la música pop . E n una oportunidad, durante un torneo en Yugoslavia, l legó hasta cantar canc iones pop en un night-club local : « Mi principal talento no es el ajedrez , sino l a música. H e escrito esto en algún sitio de mi diario » , dij o cuando regresaba a su mesa. « El Gran Maestro Smyslov, que si quisiera podría ser cantante de ópera , admitió que yo tenía una voz adecuada, y además tengo sentido del ritmo . Algunos can t ;.i n sin tener condiciones para ello . . . es una verdadera es tupidez . » ( Este desprecio por todos los que no sean los me j ores es aún más notable en su actitud hacia l�s j ugadores de ajedrez : a menudo se refiere a los otros Grandes Maestros como « j ugadores débiles » . ) últimamente, h a ampliado algo s u s i ntereses, leyendo m á s y dedicándose a u n a amplia variedad de deportes ( natación, tenis , bolo s ) . « Pero es un problema, porque uno se aparta algo de la verdadera vida : ser un jugador de ajedrez , no tener que t rabaj ar y enfrentarse con gente del mismo nive l . » E n 1 962, estaba de regreso a l arduo camino que e s el ciclo calificatorio para el Campeonato Mundial. El Torneo Zonal (el Campeonato de los Estados Unidos de 1 960/61 ) no le había dado problemas. E n la Interzonal de Estocolmo enfat izó su clara superioridad sobre todos sus rivales venciendo el torneo con el gran m argen de dos puntos y medio. Pero en el estadio final, el Torneo d e Candidatos en Cura<;ao , el cont ingente so viético « le tendió una t rampa » . Cuando regresó a casa escri bió un artículo en el que alegaba que los rusos habían arre glado la situación en su contra . « Había u n a clara colusión entre l o s jugadores rusos . Ac or daron antes de tiempo hacer tablas en las partidas que juga ban entre ello s . Cada vez que lo hacían , se entregaban el uno al otro medio punto. E l campeón del torneo, Petrosian , obtu vo 5 1 /2 de sus 1 7 1 /2 puntos de esa manera . Se consultaban durante las partidas . Si yo estaba enfrentándome con un ruso, los otros contemplaban mis j ugadas , y las comentaban ante 214
m í . Luego , r i d i c u l izaban mis protestas ante los directivo s . Tra
baj aban como u n equ i p o . U n a de las ventaj as de los rusos al hacer tablas en sus part idas mutuas es que no tenían que es forzarse en esas part i d a s , y por consiguiente estaban compara t ivamente frescos cuando j ugaban conm igo . Yo por el con t rario, sufría el cansancio acumulado, consecuencia de luchar muy duro en cada una de las partidas . » E l artículo d e Fischer seguía describiendo cómo Geller y Petrosian habían hecho tablas en tres de sus partidas, en 2 1 , 1 8 y 1 8 movimientos. Cómo Keres y Petrosian l o habían hecho en 1 7 , 2 1 , 22 y 1 4 ; y cómo la cuarta de esas partidas hubiera sido ganada por Petrosian si los j ugadores no hubieran hecho tablas tan rápidamente . En el caso de Geller y Keres , sus cua tro tablas duraron 27, 1 7 , 22 y 1 5 movimientos . Fischer contó cómo, durante el torneo, todos los jugadores fueron a la isla de San Martín para cinco días de descanso y que allí corrieron rumores de que, cuando se reanudase el j uego en Cu �ac;:ao, uno de los rusos comenzaría a perder con los demás . Y desde luego, Kotchnoy perdió tres partidas en rápida sucesión , primero con Geller, luego con Petrosian y, fi nalmente, con Kere s . En el último cuarto del torneo, Kortch noy hizo tablas con Geller y Keres y perdió con Petrosian . « Todos podían sacar sus propias conclusiones de esta se cuencia de acontecimientos, pero , de todas maneras, revelaba la ventaj a que el equipo ruso tenía sobre los j ugadores indivi duales de Occidente . Algunas vece s , tras sus rápidas tablas mutuas, los rusos no regresaban a la piscina. Abiertamente , se dedicaban a analizar m i partida mientras yo aún la estaba j ugand o . Si yo estaba enfrentándome contra un ruso, y uno de esos debates se llevaba a cabo frente a nosotros, mi oponente se alzaba y se unía a la discusión después de haber hecho su movimiento . » Después d e Curac;:ao, Fischer afinnó que j amás vo l vería a participar en un ciclo calificador, a menos que las reglas fue ran cambiadas de fonna que el aspirante fuera seleccionado por j uego de competición y n o de t orne o . De esta manera, no 215
podía haber ninguna colusión por muchos rusos que estuvie ran participando. Desde luego, el sistema ha cambiado . En lugar de enfrentarse en un torneo de cuatro rondas en el que todos se enfrentan con todos, los ocho candidatos se enfren tan en una serie de partidas de eliminación . Los cuartos de final y la semifinal se efectúan tomando las mej ores de diez partidas , y la final de doce. A la edad de d iecinueve años, Fischer ya creía que era e l m á s formidable j ugador d e l mundo . P o r consiguiente, estaba tremendamente irritado de que las « trampas » de Curac;ao le hubieran impedido retar a Botvinnik para el campeonato del mundo. Sus puntos de vista recibieron mucha publicidad y, cuando llegó la Olimpíada (esta vez en Varna, Bulgaria ), el mundo del aj edrez esperaba ansiosamente el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la U .R . S . S . , que haría que Fischer y Botvinn i k peleasen por primera vez . Rápidamente, Fischer alcanzó una posición ventaj osa tras producir algunos « nuevos ,. movimientos en una variante de apertura en la que el cam peón mundial era un experto. Pero al final fue la experiencia de Botvinnik , ayudada por un par de incorrectos movimien tos de su oponente , lo que decidió la partida. Fueron tablas . En este estadio de su carrera, la confianza en sí mismo de Fischer n o conocía límite s . Sentía tal desprecio por las j u gadoras femeninas que en 1 96 1 había declarado : « Todas las muj eres son débiles. Son estúpidas en comparación con los hombres. ¿ Sabe ? N o deberían j ugar al aj edrez . Pierden cada partida en que se enfrentan con un hombre . No hay una sola jugadora en el mundo a l a que no pudiera darle los caballos de ventaj a, y a pesar de esto ganarla » . La fanfarronada de Fischer contenía algunos elementos de verdad . Las muj eres , en general , son mucho más débiles en el ajedrez que los hom bres, y a todas ellas , excepto unas pocas, podría él p robable mente darles un handicap de caballos y ganarlas . Pero los rusos siempre han tenido las mej ores j ugadoras, y en la Olim piada de 1 962, tras oír la declaración d e Fischer, los dirigentes aj edrecísticos soviéticos le retaron a enfrentarse con la nueva 216
campeona mundial Nora Gaprindashvi li ( que sigue siendo cam peona diez años más tarde) . Fi scher aceptó el enfren tamiento siempre que pudiera obtenerse una bolsa de tres mil dólares. Afortunadamente para é l , nunca se llevó a cabo este enfrenta miento. Como Mijail Tal dij o : « ¡ Fischer es Fischer, pero un caballo es un caballo ! " El j uego de Fischer en Varna es tuvo más que señalado por los rasgos del gen io . El día antes de que se enfrentara contra el Gran Maestro argenti no Migj el Naj d o rf ( uno de los mayo res j ugadores mundiale s ) , Bobby anunció que ganaría en vein ticinco movimientos . Al día siguiente , N aj dorf jugó la variante Naj dorf de la Defensa Siciliana , y perdió : ¡ en veinticuatro mo vimientos ! Otros Gran Maestros en Varna l o t rataron con el mayor de los respetos, mientras que él se comportó un tanto despe c ti vame n te con algunos de ellos . En su part ida contra el fuerte Gran Maestro de Alemania del Este, Wolfgang Uhlmann , se llegó a una posición de tablas , pero en aquello s días había una regla, de la que Fischer había sido grandemente re spon sab l e, al efecto de que sólo se permitían las tablas por debaj o de los treinta movimientos con l a aprobación del árbitro . Así que el remedio tradicional era repetir la posición tres veces, consiguiendo así las tablas baj o una regla distinta. Fischer y Uhlmann repitieron una vez la posición , y Fischer dij o : « ¿ Ta blas ? » Uhlmann le replicó que la repetición no se habí a pro ducido aún tres vece s . « 0 acepta las tablas cuando le digo -contestó Bobby-, o seguiré j ugando y le ganaré . » Apresu radamente, Uhlmann firmó las acta s . Al enterarse de e s t a flagrante ruptura de la regla de los treinta movimientos, el árbitro (el Gran Maestro soviético Galo Flohr) le advirtió a Fischer que no lo repitiera . « Esas reglas -replicó Fischer- son para los tramposos comunistas, no para mí . • A l final d e 1 963, Fischer ganó e l Campeonato d e los Esta dos Unidos por sexta vez . Logró un puntaj e del cien por cien, u n resultado increíble ante tan fuerte oposición . Y de nuevo 217
se encontró en las cabeceras de los periódicos (Life publicó una biografía suya ) . Su j uego en aquel campeonato había al canzado nuevas dimensione s . Enfrentándose con Robert Byrne con las piezas negras, l levó a cabo una partida que fue consi derada de inmediato como una de las mej o res del sigl o . « La combinación culminante es de tal profundidad -escribió Byr ne- que, aún en el mismo momento en que abandoné, los dos grandes maestros que estaban comentando el j uego para los espectadores en otra sala creyeron que era yo quien había ganado la partida . » Pero mientras estaba e n e l punto álgido, Fischer abando nó las competencias internacionales, boicoteando l a Interzonal de 1 964 en Amsterdam porque aún seguía insatisfecho con el sistema de candidatos en el que se le había « hecho trampas » dos años ante s . Su regreso se produj o en 1 96 5 , cuando fue in vitado a j ugar en el t orneo en memoria de Capab lanca en La Habana. Las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba eran tales, que el Departamento de Estado estaudounidense le rehu só el permiso de viaj ar a La Habana, pero Fischer es taba tan decidido a competir de nuevo, que j ugó desde Nueva York, siendo transmitidos sus movimientos por telex. Este poco flexible p roceso añadió unas dos horas a cada partida, con e l resultado de que se cansó, y fue incapaz de terminar en un puesto mej or que en empate para el segundo lugar. En 1 96 5 , Boris Spassky hizo su p rimer intento para lograr el Campeonato Mundial, pero fue derrotado por Petrosian , que lo había arrebatado a Botvinnik t res años antes . No obstante, e ra Spassky y no su compatriota quien estaba atrayendo la atención de los aficionados al aj edrez de todas partes . Spassky era más j oven que Petrosian , apuesto, amable y, sobre todo, su ajedrez tenía un estilo más b rillante que e l dei sutil cam peón a rmenio, el cual era bien conocido por su profiláctico j uego . Spassky y Fischer ya se habían enfrentado en una oca sión, en la ciudad veraniega argentina de Mar del Plata, en 1960 . Ganaron conjuntamente e l torneo, pero Fi scher había 218
perdido su partida jugada contra Spassky, a pesar de tener una posición mucho mej or : « Mientras estaba tratando de ima ginarme lo que sucedía en la cabeza de Spassky, me equivoqué y perdí la partida » . El torneo d e J a Copa Piatigorsky e n Los Ángeles iba a ser e l primer cam po de batalla para Fi scher y Spassky. Un acon tecimiento de dos rondas con diez de los mej ores j ugadores del mundo, e l torneo suministraba a Fischer una excelente oportun i dad para p robar todas las afirmaci0Pes que había es tado hac i e n d o durante los pasados cuatro años . ¿ E ra en realidad mej or que todos los demás ? Al principio, el j uego de Fi scher estuvo muy por debaj o de la media. La primera mitad del acontecimiento fue un d e sastre total para él : Era uno de los que iban en último lugar. Luego , como i rritado con su propia incompetencia, Fischer tomó al asalto las últimas partidas y, después de siete de éstas , estaba empa tado en el p rimer lugar con Spassky. E n el penúltimo encuen tro, se iban a enfrentar. La sala de j uego estaba repleta de es pectadore s . Pero los admiradores de Fischer se sintieron de fraudados cuando no logró derrotar a Spassky, no pudiendo tomar revancha por su derrota en la p rimera mitad del tor neo, y poder seguir compitiendo por el primer premio. En l a última partida, Fischer tenía la desven taj a de j ugar c o n las piezas negras contra el hombre más difícil del mundo , el cam peón mundial Petrosian . Por el cont rari o , Spassky j ugab a con las b lancas contra el colista, Jan Hein Bonner, un gigante de metro ochenta de Holanda y , como se esperaba, Spassky ganó , mientras Fischer y Petrosian hacían tablas . El re sul tado fue Spassky primero y Fischer segundo, a medio punto de dis tancia . Poco después, Fischer y Spassky se encon traron de nueYo , esta vez en la Olimpíada de La Habana . Su partida terminó en tablas . De nuevo Fischer no había logrado derrotar al hom bre que ya consideraba como su primer oponente . Pero por lo demás, Fischer no contaba con ningún oponente seri o . Su j uego era más mortífero que el de cualquier otro Gran Maes219
t ro, y parecía un candidato seguro para la medalla de oro, que era el p remio para el mej or resultado en el p rimer table ro. ún icamente le p rivó de llegar a ello su p ropia determina ción de t ratar de ganar todas las partidas , cualquiera que fuera el costo . En su partida con el Gran Maestro rumano Florín Gheorghiu, Fischer l legó a una posición inferior, y cuan do Gheorghiu le ofreció cautamente unas tablas, sabiendo que si aceptaba Fischer se aseguraba la ansiada medalla, éste le replicó : « Naturalmente que no » , tras lo cual siguió j ugando , y perdió la p artida. Desde entonces, los Grandes Maestros sa bían que no debían ofrecer tablas a Fischer. Es él quien hace la oferta, y sólo después de que se le hayan evaporado todas las posibilidades de victoria. En el verano de 1 967 se celebró un torneo en el Principado de Mónaco . El príncipe Rainiero invitó a la Federación de Aj edrez de los Estados Unidos a enviar a dos Grandes Maes t ros , estipulando que uno de ellos debía ser Bobby Fischer. Por aquel entonces Fischer comenzó a quej a rse vehemente mente cuand o las condiciones de j uego de un torneo estaban por debaj o del alto nivel que él requería . En Mónaco, sus peticiones lo hicieron tan impopular, que cuando se estaba organizando e l siguiente torneo, el príncipe Rainiero pidió a la Federación de los Estados Unidos que le enviara a dos Grandes Maestros, y que ninguno de ellos fuera Fischer. Pero las p rotestas tenían cierta base. Aún hoy, a pesar de todos los esfuerzos de Fischer, muchos torneos internacionales se cele bran baj o , condiciones que son muy poco apropiadas par a cinco horas de continua e intensa concentración . El ruido de los espectadores mientras se mueven de uno a otro lugar en la sala de torneos (a menudo murmurando acerca de una j u gada interesante ) ha sido una de las cosas que más han irri tado a Fischer. Luego está la cuestión de la luz : en el lla mado enfrentamiento del siglo, en Belgrado en 1 970, se em plearon ciento cuarenta mil pesetas en instalar unas luces que estuvieran de acuerd o con las peticiones de Fischer. También obj etaba que los espectadores se hallaban a veces a un palmo 220
o así de los j ugadore s . En conj unto, tenía una lista de veinti cuatro « condiciones » que tenían que ser cumplidas para que él j ugase en un torneo, pero debe decirse que ninguna de ellos buscaba otro fin que mej orar el ambiente de j uego de los competidores. Las obj eciones de Bobby para competir en e l ciclo califi catorio del Campeonato Mundial habían sido e liminadas por la F . I .D . E . cuando ésta decidió aceptar el s istema que Bobby había propugnado para el Torneo de Candidatos, o sea, que e l aspirante al título debía ser decidido por una serie de en frentamientos el iminatorios en lugar de por un torneo en el que los rusos, a causa de su número , podían tener una ven taj a poco equi tativa. Su siguiente posibilidad de compe t i r para el título mun dial se p roduj o en Sousse, Túnez, en el o toño de 1 967. La I nterzonal de Sousse fue muy fuerte, pero ya en la sép tima partida Fi scher estaba muy por delante de los mej ores del campo . Entonces se produj o el que iba a convertirse en e l más controvertido de los dos abandonos del estadouniden se. Debido a su creencia religiosa (el Gran Maestro medio j udío se había hecho miembro de una secta americana, la Iglesia de Dios, que también observa el sabbath j udaico), una de sus partidas había sido pospuesta, de form a que no tu viera que j ugar en su sabba th. Debido al sorteo se veía en tonces obligado a j ugar cuatro partidas difíciles ( incluyendo la pospuesta) en días sucesivo s . Fischer arguyó que esto lo colocaba en una desventaj a poco equitativa, y requirió un reaj uste de esas partidas , de forma que le diera algún des canso durante esa difícil serie . Su petición fue denegada sin concesiones . Entonces decidió retirarse del torneo . Al no pre sentarse en su siguiente partida ( contra el Gran Maestro sovié tico Gipslis), se le declaró perdedor por incomparecencia, y salió inmediatamente hacia Túnez . Dos días más tarde, los directivos del torneo fueron a Túnez y persuadieron a Fischer a regresar al torneo, a pesar de que había perdido una partida por incomparecencia . Fi scher regresó a toda prisa a Sousse, ,
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llegando ante el tablero sólo siete minutos antes de que fuera a perder con Reshevsky debido a la regla que requería que los j ugadores llegasen como mucho con una hora de retraso . Por consiguien te, cuando Fischer inició aquella partida, te nía únicamente noventa y siete minutos en que llevar a cabo sus p rimeros cuarenta movimientos, mientras que Reshevsky tenía completos sus ciento cincuenta minutos. ¡ Reshevsky fue aniquilado ! Entonces Fischer j ugó otras dos partidas, peo és tas estaban destinadas a ser las últimas que compitiese en aquella ocasión . Fue mal aconsej ado por un amigo a que in sistiese en que se le permitiera j ugar la partida que había sido concedida a Gipsl i s . Naturalmente, el j ugador soviético rehusó, y su decisión fue apoyada por el comité del torneo. Fischer se retiró de nuevo, sufriendo una segunda pérdida por incomparecencia, y marchándose a Túnez . Mientras espe raba un avión que lo llevase de vuelta a casa, recibió una lla mada telefónica de Ed Edmondson, el presidente ej ecutivo de la Federación de Aj edrez de los Estados Unidos, aconsej ándole que continuase a pesar de las dos pérdidas por incomparecen cia. Fischer aceptó e insinuó su deseo de volver a Sousse al director del torneo . Se celebró una reunión de todos los de más j ugadores, y se tomó la decisión de permitir que Fischer volviera a j ugar, pero, por desgracia, el comunicado enviado a Fischer fue entregado el sábado por la mañana ( su sabbath), y no lo leyó ni actuó al respecto hasta el final del sabbath, a las siete treinta de aquella tarde. Por aquel entonces había sido puesto en marcha su reloj y, aunque deseaba desesperada mente j ugar, le resultaba imposible llegar a Sousse antes de que se le acabase el tiempo. Perdió por tercera vez una parti da por incomparecencia, y finalmente se le excluyó del torneo . Es debido a este acontecimiento, y a su enfrentamiento abor tado con Reshevsky, por lo que Fischer ha adquirido la repu tación de ser « el chico malo de Brooklyn » , el j ugador que « siempre » abandona. Fischer no j ugó otro torneo duran te los próximos seis me ses. Después , tras vencer en I s rael y Yugoslavia, llegó a Suiza 222
para la Olimpíada de 1 968, que se celebraba en Lugano . Antes de que se iniciase el torneo, Fischer inspeccionó las condicio nes de j uego y decidió que no eran las adecuadas para él. La luz era muy débil. Los j ugadores estarían sentados demasiado j untos los unos a los otros, y demasiado cerca de los especta dore s . La atmósfera en la pequeña y repleta sala sería bas tante insoportable . Le petición de Fischer de que se le permi tiera j ugar sus partidas en una sala p rivada fue rápidamente rechazada por los organizadores suizos y, ante estas circuns tancias, hizo lo que se esperaba de él : rehusar jugar. A me nudo se le acusa de ser excesivamente exigente en sus deman das de mej ores condiciones de j uego . No obstante, quienes hayan j ugado en torneos internacionales de ajedrez estarán invari a blemente de acuerdo en que las condiciones son, nor malmente, muy inferiores a las ideale s . Éste era el caso en Luga no : las condiciones fueron severamente criticadas por muchos de los t rescientos dieciocho j ugadore s . Tras Lugano , Fischer abandonó la escena aj edrecística in ternacional durante unos dieciocho meses . « No planeé dej arlo correr durante año y medio. Simplemente pasó que no había ningún acontecimiento en el que desease j ugar . . . Los premios eran muy pequeños, y las condiciones de j uego no eran las que yo quería , así que decidí que no iba a j ugar hasta que lograse condiciones decentes . Pero al final volví a hacerlo, porque había ese acontecimien t o que me caía muy bien : el enfren tamiento del siglo en Belgrado . » Desde luego, e l enfrentamiento del siglo era una buena cosa. Como una muestra de respeto a las proezas y dominio del j uego de los soviéticos , la Federación Aj edrecística Yugos lava preparó un torneo entre la U .R . S . S . y el resto del mundo. Cada equipo comprendía diez j ugadores y dos reservas . Los j ugadores de cada bando recibían una buena paga por lo que únicamente iban a ser unos pocos días de t rabaj o . Las condi ciones de j uego e iluminación eran ideales . Hasta Fischer es taba satisfecho , pero, poco antes de que fuera a comenzar el acontecimientos, sus resultados corrieron peligro . 223
Naturalmente, se había escogido a Fischer para dirigir el equipo del resto del mundo, pero el Gran Maestro danés Bent Larsen argumentó que él y no Fischer debía jugar en e l pri mer tablero . Después de todo, él había estado ganando una serie de encuentros de p rimera fila, m ientras Fischer permane cía inactivo en la costa oeste de los Es tados Unidos . Tanto Fischer como Larsen insistieron en sus derechos . ¡ Tablas ! En tonces , el día antes del primer encuentro , Fischer decidió que Larsen tenía razón . Aunque el danés no era un j ugador tan fuerte, sus recientes resultados j u s t ificaban su petición del primer tablero . Fischer cedió , y el torneo se salvó . Al final, l a U . R . S . S . ganó por e l más pequeño margen posible. Fischer derrotó a Petrosian por el convincente resulado de t res a uno (dos victorias y dos tablas ) , y algunos escépticos sovié ticos señalaron que habían ganado la competencia sólo porque Pe trosian había logrado arrancar un punto a Fischer en las cua t ro partidas . Durante el torneo, Bobby estuvo muy relaj ado , y deseoso como s iempre de hablar de aj edrez. Recuerdo que hablamos de una variante del Ataque Marshall en l a Apertura Española, que yo había analizado recientemente en la revista Chess. Anal izamos la línea sin tablero. Le dije a Bobby : « Empezare mos con la posición en la que las blancas j uegan normal mente . . » , y , natural mente, él sabía con exactitud a qué posi ción me refería . Analizamos la línea mientras un grupo de Grandes Maes tros y Maestros es taban sentados a nuestro alrededor, mirán donos asombrados y preguntándose qué era lo que sucedía. Eventualmente, Bobby dij o que creía que la l ínea era intere sante, pero que nadie había j ugado el Ataque Marshall contra él, y por consiguiente no sé si realmente considera que < mues tra » l ínea vale la pena . Tras el encuentro del siglo, Bobby j ugó en un torneo de aj edrez relámpago también en Yugoslavia que , con alguna j us tificación, fue anunciado como el campeonato mundial de aj e drez relámpago . Jugando en un torneo doble contra diez de .
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los mej ores Grandes Maestros del mundo, además d e otro ju gador yugoslavo, logró el fantástico resultado de d iecinueve puntos de un total de veintidós . ¡ Representaban cuatro p un tos y medio más que el ex campeón mundial Tal, que iba . segundo ! Desde allí, fue a j ugar un torneo mundial en Zagreb, lo grando un confortable primer puesto con sólo una derrota. Bobby había surgido de s u « retiro » tan sólo dos meses antes, pero el mundo del aj edrez ya se había transformado en un lugar distinto. En otoño de 1 970, j ugaba de n uevo . Esta vez era en Buenos Aires, una de sus ciudades favoritas, porque tiene « los bistecs mej ores y más baratos » . El torneo no era tan fuerte como el de Zagreb, pero ya lo era bastante para la m ayor parte de los j ugadores. No obstante , Bobby se abrió camino a través de l a oposición, para ganar con un fantástico total de quince puntos de un máximo de diecisiete. Por aquel entonces, hasta los rusos admitían que el Fischer de 1 970 era , definitivamen te, mucho más formidable que el de 1 968 . No había malgas tado aquel período de alej amiento del tablero . La Olimpíada de 1 970 en Siegen , Alemani a Occidental, hizo que Fischer y Spassky se enfrentaran por quinta vez . Su en cuentro individual iba a decidi r el d es t ino del premio que sería entregado al que hubiera realizado la mej or actuación en el p rimer tablt!ro y , como respetando la admiración de Fischer por las p:rendas elegantes, los alemanes habían deci dido entregar un traj e como primer premio. Pero aunque Fis c;her consiguió ventaj as en la apertura contra Spassky, las medidas d e l traje tuvieron que ser alteradas al final, porque el americano quiso abarcar más de lo que podía. « Spassky t uvo suerte . ¡ Esperen a la próxima vez ! » El día siguiente al de su partida en Siegen, se les ofreció tanto a Fischer como a Spassky sesenta y cinco mil pesetas para ir a j ugar a las par tidas de exhibición en un club holandés que estaba celebrando su centenario. « ¿ Por qué voy a arriesgar mi reputación contra 225
él en una competición a dos partidas ? » , replicó Fischer. « No está en m i categoría. » En Siegen, Fischer decidió finalmente que Spassky no se le escaparía por mucho más tiempo . Aunque n o había toma do parte en el último campeonato de los Es tados Unidos, pi dió que se le permi tiese j ugar en la I nterzonal, que debía ce lebrarse en Mallorca dos meses después . Los miembros de la F . l . D . E . (la Federación Internacional de Aj edrez ) , se mostra ron naturalmente encantados ante la idea de un encuentro Spassky-Fischer, y se abrió el camino para que la Federación Estadounidense reemplazase a uno d e sus calificados en su campeonato por el inquieto geni o . En Palma, Fi scher excedió las esperanzas más alocadas de todo el mundo . Ganó el torneo a tres puntos y medio por delante de sus rivales más cerca nos, perdiendo sólo en una ocasión, ante Larsen , en las vein titrés partidas. En l a primera ronda del Torneo de Candidatos, a Fischer le tocó j ugar con el Gran Maestro soviético Mark Taimanov, que aparte su experiencia ante el tablero es además un pia nista de conciertos de cierto renombre en su país . Fue en cierta manera irónico que Taimanov tuviera l a mala suerte de en frentarse en la primera etapa, porque habían corrido rumores que sugerían que había logrado llegar a la competición de los Candidatos sobornando a su oponente ( Matulovic) en la última ronda de la Interzonal . Fischer y Taimanov j ugaron en Van couver. Tras un corto desacuerdo acerca de las condiciones de la sala de j uego s , se halló un edificio sati sfactorio y se previó que se iniciase el torneo . En la ceremonia del sorteo de piezas que iba a decidir quién tendría las blancas en la primera par tida, Taimanov tomó el sobre que contenía la palabra « blan cas » . Para estar seguro de que no se le hubiera hecho tram pas , Fischer examinó el papel en el otro sobre . Cuando comenzó el j uego , Fischer continuó con l a racha que había iniciado al ganar sus últimas seis partidas en la Interzonal . Taimanov fue totalmente destruido . Su derrota por seis a cero en un torneo que debía ser resuelto por las mej ores 226
de diez partidas lo señalaba como un elemento déb i l . Pero el puntaj e es en cierta manera engañoso, pues Fischer se vio en muy serias dificultades en más de una ocasión . Taimanov tuvo también mala suerte en las partidas pos puestas . ( S i una partida no se ha acabado después de cinco horas de j uego, se aplaza éste, escribiendo uno de los j uga dores su movimiento y colocándolo en un sobre que es enton ces sellado . Al siguiente día se abre el sobre, se j uega el movi miento secreto, y se reinicia la partida . ) Una de sus partidas fue pospuesta en una posición completamente de tabl as, tanto que el periódico deportivo ruso Sovie tsky Sport declaró que era poco cortés por parte de Fischer no aceptar las tablas . ¡ Pero cuando j ugaron a la siguiente mañana, Taimanov come tió un enorme error, y perdió ! En otra partida pospuesta, Taimanov tuvo a t res lugartenientes para ayudarle a analizar la posición durante la noche . Se fue a dormir, dej ando que sus co l egas trabaj asen la posición . Por la mañana, durante el desayuno, le mostraban variación t ras variación, idea tras idea . Luego, de nuevo, en la sala de j uegos, e n los cinco minutos que quedaban antes de que se reiniciase e l j uego, los lugarte nientes de Taimanov le mostraron todas las variantes impor tante s . ¡ La confusión resultante le hizo cometer un error tan sólo dos movimientos después, y se vio obligado a abandonar de inmediato ! Taimanov regresó a su patria en desgracia. E l público so viético pensó que había algo malo en este hombre . Boicotearon sus conciertos. Y desde entonces, no se le ha permitido volver a j ugar fuera del país . I ncidentalmente, debe decirse que Fischer nunca ha desea do demasiado tene.r u n lugarteniente. En el Torneo de Candi datos de 1 959, Larsen fue e l lugarteniente de Fischer, y le leía relatos de Tarzán cuando se lo pedía, pero desde entonces ha trabaj ado habitualmente solo. Recientemente, ha l legado a in sistir en trabaj ar solo de forma que sus t riunfos sean consi derados suyos y no compartidos con nadie. E n el enfrenta miento del siglo en 1 970, el Gran Maestro Larry Evans fue 227
enviado por la Federación Estadounidense como su lugarte niente . Cuando Fischer tuvo una partida pospuesta con Petro sina, t rabaj ó en e l l a durante toda la noche en su habitación . Sólo cuando hubo calculado todas las variantes llamó a Evans, a las cuatro de la madrugada, simplemente para comprobar su aná lisis . En e l enfrentamiento con Petrosian e n Buenos Aire s , Evans fue de nuevo empleado por la Federación de Aj e drez de los E E . UU. para ayudar a Fischer, pero hacia la mitad del torneo regresó a casa, sintiéndose inútil . « Nadie tiene más i nfluencia sobre Hobby que yo -dij o-, y no tengo ninguna . » E l siguiente peldaño e n l a escalera subida por Fischer hacia el título mundial fue su encuentro con Ben Larsen en Denver. Larsen es un Gran Maestro más fuerte que Taimanov . Por cons iguien te, estaba fuera de cuestión un seis a cero . Pero Fischer ganó por seis a cero , un éxito similar a que un equi po gane la l iga de fútbol t riunfando en todos los partidos . Lar sen tenía una posición ventaj osa en una partida, pero no logró hallar la cont inuación correcta. Estaba en posiciones fácilmen t e de tablas en las dos últimas partidas del torneo , pero por entonces se mos t raba in teresado en ganar y nada más . La razón de su derrota fue , según él, que estaba sufriendo de una alta presión sanguínea a consecuencia de la altitud de Den ver. Tras el torneo, Hobby estaba de muy buen humor. Ha bló con los periodistas durante casi dos horas en un cóctel, fi rmó autógrafos a quien se los pedía, y permitió que lo foto grafi asen algunas vece s . Has ta me i nvitó a j ugar c o n él u n a partida a cinco se gundos por movimiento. « No comprendo por qué se está re s i s t iendo tanto » , me dij o cuando llegamos a un tinal de ta b las y entonces ganó con mucha rapidez l a partida. En una cena dada en su honor y el de los Larsen en Boul der, Colorado, j usto después de que terminase el enfrenta m i e n t o , me di por primera vez cuenta de la afinidad que sen tía Hobby por los animale s . Pasó parte de la noche j ugando con el rat ó n blanco que tenía uno de los niños de la casa. . . .
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Luego dedicó su tiempo a Solomon , su gato, corriendo a bus carl o cada vez que desaparecía en otra habitación . Algunas se manas después , cuando Bobby estaba invitado en el show de Dick Cavitt, Solomon oyó su voz por la televi sió n , entró co rriendo en la habitación, y se quedó sentado, con la vista fij a en la pantalla. Así, a finales de 1 97 1 , Fischer fue a Buenos Aires a en fren tarse con el ex campeón mundial Tigran Petrosian , el hom bre más difícil de derrotar de todo el mundo . El mismo Fis cher me dijo durante el enfrentamiento del siglo en 1 970 que creía que Petrosian era un oponente más duro que Spassky, pero antes de la competición en Argentina se mostraba muy confiado : « . . . Cuando me haya ocupado de él, i ré a j ugar con Spassky » . La primera partida del campeonato fue ganada por Fis cher con un ataque vencedor en l a 1 9 .' j ugada, pero en la se gunda partida j ugó como un niño : la magia de Fischer había desaparecido durante la noche . Sólo después descubrimos la verdad : que Fi scher tenía un constipado, pero como su reli gión « no cree en las enfermedades » , insistió en j ugar a pesar de este handicap . Duran te las siguien tes t res partidas Fischer se contentó con llegar a tablas en pocas jugadas, una conce sión rara para él, pero que venía dictada por su estado de salud . En la sexta y séptima partida, volvió a comenzar a apli car p resión; y después de estas dos sucesivas vict orias, el Gran Maestro soviético Galo Flohr, escribió : « Petrosian sólo pier de dos partidas seguidas una vez por siglo » . Cuando Fischer hubo dominado el enfrentamiento al ganar las últ imas c u a t ro partidas seguidas, probablemente el público aj edrec ístico so viético pensó que el mundo había sido víctima de una in fer nal máquina del tiempo que había permitido remontar los siglos . Repentinamente, e n la Unión Soviética surgió u n a atmós fera de terror. Después de todo, el ajedrez era su j uego . Sus Grandes Maestros habían poseído el campeonato mundial indi vidual desde 1 948, su equipo había ganado la Olimpíada de 229
Aj edrez cada vez que había c ompetido desde que terminó la guerra . ¿ Cómo e ra que ahora su supremacía estaba siendo amenazada por un invasor de Occidente ? ¿ Cómo era que ese objeto inamovible que era Petrosian no había logrado detener a Fischer en su camino hacia la cúspide ? Los charlatanes tra taron de devolver la confianza al público. Aquellos Grandes Maestros que habían perdido cincuenta o cien rublos apostan do a favor d e Petrosian estaban seguros de que los recupera rían con creces cuando apostasen por Spassky. La gente no tenía nada que temer. Fischer sería detenido . Cuando fue entrevistado por James Burke en enero d e 1 972 para la televisión de la BBC, Fischer no se mostró en absoluto preocupado por l a idea de que, cuando ganase el título, se p roduciría una especie de anticlímax : « Cuando tenga el título, todo va a ser mucho más fácil. Y a sé que es una forma peli grosa d e pensar, pero podré estar un poco más tranquilo . » « ¿ Hay alguien que c re a que pueda quitárselo después ? » , le p reguntó Burke . « Quizás, algún día. Hay muchos j ugadores de talento en occidente. Pero creo que si uno se mantiene en buena forma física, y continúa con amor por el j uego y sigue estudiando, puede seguir siendo un j ugador de p rimera hasta llegar a los sesenta años . »
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;. EL ULTIMO DE UNA DINASTIA ?
¿ Cómo reaccionaría el púb lico estadounidense si un equipo francés ganara el campeonato mundial de baseball ? ¿ Qué pen sarían los b rasileños si I s rael ganase l a copa mundial de fút bol ? ¡ Desastre ! ¡ Escándalo ! ¡ Calamidad ! :e.sta es la clase de sensación que ha estado sintiéndose en la Unión Soviética des de 1 970, cuando Bobby Fischer inició su intento de lograr una p ropiedad que los rusos habían creído que era suya a perpe tuidad . Cuando Mij ail Tchigorin estableció la « escuela rusa de ajedrez » en la segunda mitad del siglo XIX, estaba poniendo los cimientos que el sistema podría utilizar luego para pro ducir una raza especial de j ugadores de aj edrez. El ajedrez tiene profundas raíces en la cultura rusa. Los p rimitivos poe mas acerca de Sadko e I lya Muromets mencionan este j uego , y han sido descubiertas piezas de ajedrez en las excavaciones arqueológicas hechas en Novgorod, Kiev y los lugares de otras poblaciones antiguas . Los primeros escritos de aj edrez apare cen en una carta de Polonia fechada en 1 5 8 1 que nos dice que « los rusos o moscovitas j uegan al aj edrez ingeniosamente y con gran diligencia , y su habil idad con este j uego es tal que , en mi opinión , otras naciones no pueden igualarlos con fa cilidad » . Gracias a l o s esfuerzos de Tchigorin, el j uego ganó u n in menso prestigio en Rusia. Realizó numerosos viaj es de demos tración y conferencias, escribió artículos para los periódicos y revistas, y hasta contribuyó con parte de sus escasos fondos a ayudar al periódico aj edrecístico Sha k h ma tny Lis to k . Luchó contra el dogmatismo que había rodeado el pensamiento aj e d recístico. Arguyó a favor del pensamiento creativo en lugar de la técnica estereotipada . En su libro La escu ela soviética 233
de aj e drez, Kotov y Yudovitch resumieron así la contribución de Tchigorin a este j uego : « Presentó una nueva comprensión del ajedrez . La imaginación creativa del campeón ruso, su actitud crítica hacia las declaraciones de las autoridades reco nocidas , su búsqueda de novedades, y finalmente su p rofunda fe en las ilimitadas posibilidades creativas del aj edrez , hicie ron que sus investigaciones fueran una contribución principal a la teoría » . Quizá l a mej or manera d e describir cómo s e desarrolló el ajedrez en la Unión Soviética desde los días de Tchigorin hasta mediados del siglo xx sea citar de nuevo a La e s cu e l a sovié t i ca de ajedrez, esta vez su introducción : « El aj edrez se ha convertido en un deporte nacional en l a Unión Soviética. Es jugado por millones de hombres, muj eres y niños . En las fá b ricas, oficinas, escuelas y granj as colectivas se llevan a cabo regularmente torneos en gran escala . »La ascensión de la escuela soviética hasta la cumbre del ajedrez mundial es un resultado lógico del desarrollo cultural socialista. Los j ugadores soviéticos han heredado las mej ores tradiciones de los grandes maestros rusos de las décadas an teriores, y sobrepasado considerablemente sus éxitos. Están renovando y enriqueciendo la teoría y práctica del aj edrez. »El estilo soviético de j uego se caracteriza por su p royec ción creativa, su atrevimiento, y su energía en el ataque, j unto con una tenacidad y gran número de recursos en la defensa. Está fundado en métodos científicos de estudio de la teoría y entrenamiento para las competiciones » ( l a cursiva es mía, D. L.). Es grac ias a estos fundamentos que la Unión Soviética ha producido una serie de campeones mundiales de ajedrez : Bot vinnik, Smyslov, Tal, Petrosian y Spassky. La circunstancia de que la línea haya sido rota, ¿ sugiere que la escuela ya no es el mej or terreno de crianza para campeones mundiales ? ¿ Es Boris Spassky el último de la dinastía, o la ruptura es sólo temporal ? Creo que un estudio de la carrera de Spassky puede ayudarnos a responder a esta pregunta. 234
Boris Vasilievich Spassky nació en Leningrado e l 30 de ene ro de 1 93 7 . Cuando tenía sólo cuatro años de edad, los ale manes invadieron Leningrado, y Boris fue evacuado a los Ura les . Allí aprendió a jugar al aj edrez . Cuando, después de la guerra , los Spassky volvieron a Leningrado, el interés de Boris por el j uego creció, visitando frecuentemente el pabellón de aj edrez del parque central, en donde contemplaba las partidas durante doce horas diarias . Los duros años de postguerra fue ron difíciles para Boris, su madre, hermana y hermano . Sus padres se habían divorciado en 1 944, y su madre, que era la que tenía el carácter más voluntarioso de la p arej a, se había hecho cargo de los niños . En 1 947, Boris entró en el Palacio de Jóvenes Pioneros de Leningrado . Un estudio de las carreras de los p rincipales juga dores soviéticos de la era de la postguerra muestra que casi todos ellos fueron, en algún momento, miembros de sus clubs locales de j óvenes pioneros . Esos terrenos de entrenamiento dan a los j óvenes jugadores de ajedrez la oportunidad de de sarrollar sus talentos y aprender de los maestros locales. Por su parte, los maestros pueden localizar a un futuro genio y asistirle a alcanzar su lugar merecido en la escuela soviética . El entrenador j efe del Palacio de Leningrado era Vladimir Zak, un Maestro Candidato . Spassky tuvo una gran admi ración y respeto por Zak, con el que estudió durante unos cinco años . El desarrollo como j ugador de Spassky en esa temprana edad fue aún más impresionante que el de Fischer. Cuando sólo tenía once años , una edad a la que nadie había oído ha blar de Bobby Fischer, Spassky ya era un Maestro Candidato soviético. Su carácter también mostraba una madurez muy por encima de lo que es normal para un muchacho de sus años : recordando su partida en el Campeonato Junior de la U .R.S . S . , en 1 947, en la que Spassky le ofreció unas tablas cuando tenía ventaj a en e l final , Krogius escribe : « Le pre gunté por qué, y me dio esta tajante respuesta : "ya había pla neado unas tablas en esta partida cuando estaba estudiando 235
la situación general del torneo " . ¡ Como pueden ver, era la respuesta de una persona experi mentada y no l a de un chico de diez año s ! » . D e j oven , Spassky nunca s e mostró demasiado entusias mado acerca de su habilidad o resultados. Quedó segundo en e l Campeonato de Len ingrado de 1 952, t ras Taimanov, pero por delante de j ugadores tan renombrados como Korchnoy y Leven fish . Por aquel entonces sus talentos estaban siendo ala bados por Botvinnik que, además de ser campeón mundial, tenía una posición influyente en la Federación Soviética de Aj edrez, y el siguiente año Boris fue seleccionado para parti cipar en un duro torneo internac ional a celebrar en Bucarest. Entre los otros j ugadores soviéticos en Bucarest se incluían S myslov ( que al año siguiente iba a competir con Botvinnik por el título ) y Tolush, un brillante Gran Maestro que había tomado el puesto de Zak como entrenador de Spassky. En la primera ron da del torneo, a Spassky le tocó j ugar contra Smyslov. Empleando una variación que había sido estudiada y analizada por Zak, Boris aplastó en el tablero a su oponente con fac ilidad y , repentinamente, el mundo aj edrecístico supo que en aquel muchacho de dieciséis años había l a promesa de un nuevo Alekhine o Botvinnik. Por finalizar empatado en cuarto lugar en Bucarest, a Spassky le fue concedido el título de Maestro Internacional. Fischer ya era Gran Maestro a los quince, pero no hay nin guna evidenci a que sugiera que a una edad similar Spassky es taba por
al siguiente año . Comparando la carrera de Spassky como can didato al Campeonato Mundial con la de Fischer, uno se da cuenta de que, aunque Fischer se calificó por primera vez en la I nterzonal cuando sólo tenía quince años ( Spassky tenía dieciocho), sus primeras dos apariciones en el Torneo de Can didatos no fueron tan brillantes ( 5 .º-6 .º en 1 959, y 4 .º en 1 962) como el empate en el tercer lugar obtenido por Spassky en Amsterdam . Pero , a pesar de su actuación en Amsterdam, Spassky aún no pensaba en s í mismo como un candidato serio para los mayores honores : « Creo que j amás consideré esa posibilidad . Acostumbraba a j ugar torneo tras torneo y par tida tras partida. Mi idea acerca de todo ello cambió mucho más tarde » . E n el campeonato soviético d e 1 957, Spassky finalizó e m patado en el cuarto lugar. Algunos lectores creerán , sin duda, que un tal resultado es malo comparado con ganar el título de los Estados Unidos, pero el campeonato soviético es reñido generalmente por tal grupo de Grandes Maestros y Maestros Internacionales que finalizar en cuarto lugar es muy honroso . Por paradój ico que parezca, es esta misma abundancia de j u gadores fuertes en la cúspide del ajedrez soviético lo que causó el primer retroceso verdadero en el camino de Spassky hacia el título. El campeonato soviético de 1 95 8 , celebrado en Riga, era también un torneo zonal , y los j ugadores mej or colocados se cualificaban para el interzonal de Portoroz, en donde Bobby Fischer logró su título de Gran Maestro . Si Spassky hubiera competido en cualquier otro zonal, no cabe duda de que hu biera ganado su billete para Portoroz, y desde allí hubiera as cendido a alturas superiores, posiblemente hasta a la misma competición por el título mundial . Pero en el último round del torneo de Riga, Spassky j ugaba con Tal , el campeón que además era letón (y que así tenía el apoyo de su público de casa). Tal necesitaba ganar la partida para retener el título de campeón soviético, que había ganado el año anterior. Spassky necesitaba ganar para clasificarse para la I n terzonal. En una 237
entrevista con Leonard Barden , Spassky describió la última parte de la partida : « Se pospuso la partida, y tenía una buena posición , pero estaba cansado de tanto análisis, y fui a reanu darla a la siguiente mañana sin afeitarme. Antes de j ugar par tidas importantes, habitualmente intentaba bañarme, ponerme un buen traj e y camisa, y en general adquirir un aspecto correcto . Pero en esa ocasión había estado analizando sin des canso, y l legué ante el tablero muy desmej orado y fatigado. Entonces me mostré como una mula testaruda . Recuerdo que Tal me ofreció tablas , pero rehusé. Entonces noté como se desvanecían mis fuerzas , y perdí el hilo de la partida. Se de terioró mi posición . Propuse unas tablas, pero Tal las rehusó. Cuando abandoné, hubo un aplauso atronador, pero yo estaba atontado y apenas si comprendía l o que estaba sucediendo . Estaba seguro de que el mundo se había hundido, notaba que había algo terriblemente equivocado . Tras esa partida salí a la calle , y lloré como un niño » . Si Spassky hubiera ganado esa partida, l a historia del cam peonato mundial quizás hubiera sido muy diferente. Él y Tal hubieran j ugado en Portoroz, y nadie puede saber qué resul tados se hubieran p roducido en el Torneo de Candidatos de 1 959. Cuando uno e s el igual d e muchas grandes figuras , es realmente difícil realizar p rogreso s . Cuando uno es la única estrella deslumbrante, l a vida es mucho más fácil . A Spassky le resultó bastante difícil adecuarse a Tolush . Su entrenador tenía un estilo cortante y una personalidad agre siva que se manifes taba en sus frecuentes críticas del j uego de Bori s . Sería falso sugeri r que Tolush no tuvo una influen cia benéfica en el estilo de Spassky, pues en los seis años en que t rabaj aron j untos el estilo j oven , sólido y estratégico de Spassky se enriqueció con muchas ideas dinámicas. En 1 960, Spassky se divorció de s u primera esposa. Se habían conver tido, como el mismo Spassky dij o , en algo así « como alfiles de colores opuestos » . Durante los difíciles meses antes de que s e les concediera el divorcio, la moral de Spassky era baj a, y decidió que también tenía que acabar sus relaciones con To238
lush. Fue entonces cuando comenzó a t rabaj ar con lgor Bon darevsky, el G ran Maestro que iba a ser su entrenador has ta después de que le hubiera arrebatado el título de Campeón Mundial a Petrosian . El estilo de j uego de Bondarevsky, en otro tiempo agresiva mente brillante, se había moderado, y era « bastante aburrido » cuando Spassky le invitó a que fuera su entrenador. « Pero cuando llegué a conocerlo bien, me sentí atraído por él, sentí un gran respeto hacia su persona, y me di cuenta de que era un hombre muy interesan te . » Cuando Spassky comenzó a tra baj ar con Bondarevs ky , había decidido ya dedicar su vida al aj edrez . Boris había asistido en un tiempo a la universidad, primero como estudiante de matemáticas y luego como perio dista en ciernes (el cambio de carrera le daba más tiempo para j ugar en los torneos ) . Y aunque tiene un grado en periodis mo, pocas veces escrib e , n i siquiera sobre ajedrez. Escribía una sección ajedrecística para un periódico de Leningrado, pero l a abandonó, probablemente por holgazanería (un fallo que reconoce él mismo ) . Así que su relación con Bondarevsky puede haber sido vista como el inicio de una ambición que, en 1 960, probablemente era únicamente subconsciente. Aún admitía tener aspiraciones al título de campeón mundial , pero ciertamente estaba trabaj ando según las líneas tradicionales para lograr tal obj etivo . Los años 1 960 y 1 96 1 t raj eron a Spassky aún más proble mas que sus divorcios con su esposa y con Tolush . Jugando como favorito del equipo soviético en e l Campeonato Mundial Estudiantil de 1 960 (en realidad Spassky ya no era estudiante e n ese momento, pero l a Federación Soviética de Aj edrez nunca ha dej ado que esos detalles pequeños y técnicos afecten la composición de sus equipos estudiantile s ) , Spassky perdió su partida ind ividual con Lombardy, el favorito estadounidense, en una competición que fue ganada por los estadounidenses, y que les ayudó a hacerse con el campeonato . E l resultado obtenido por Boris no tuvo mucha aceptación por parte de la Federac ión Soviética, especialmente dado que el torneo ha239
bía sido celebrado en Leningrado. Se le acusó de no prepa rarse adecuadamente, y de no tomarse en serio las sesiones de entrenamient o . Como sucede en algunas ocasiones cuando un j ugador soviético n o logra agradar a su generación , n o se permitió que B o ris saliera al extranj ero durante casi dos años . Desde entonces, en otras dos ocasiones ha sufrido un destino similar, en una ocasión por el c rimen de enamorarse durante la celebrac ión de un acontecimiento internacional ( su puntaj e en la compet ición de dicho torneo fue de más del 80 % ) . Sus relac iones con la Federación Soviética también han sufrido, según se dice, por haber hablado en contra de la invasión de Checoslovaquia en 1 96 8 . En conjunto, Spassky es un individualista. Es t o d o l o opuesto al miembro d e l partido confirmado cuyas referencias a l aj edrez soviético siempre contienen alguna mención a la « escuela soviétic a » . E s debido a esta individualidad por lo que a menudo me p regunto s i , de haber vivido en los Estados Uni dos o en Yugo slavia, o hasta en un país que no sea uno de los grandes poderes del aj edrez mundial, Spassky n o habría sido u n campeón mundial aún más grande . Es difícil j uzgar si el mismo si stema que asegura el descubrimiento del talento en una edad tan temprana n o puede, debido a sus métodos de entrenamiento bastante regimentados y a su supresión de la indiYidualidad , retardar e l desarrollo de aquellos que son elegidos para l legar a ser Maestros cuando aún l levan panta lón corto . Tras los p roblemáticos años 1 960-6 1 , Boris j ugó bien en 1 96 2 , cons iguiendo buenos re sultados en el Campeonato Es tudiantil Mundial de Mariembad y en la Olimpíada de Barna . También fue bastante impresionante su actuación en el Tor neo Memorial Capab lanca de La Habana, en el que terminó tercero con once victorias, diez tablas y ninguna derrota. Mi primer recue rdo de una fotografía de Spassky es una portada del núme ro de j unio de 1 962 de Ch ess : Spassky está j ugando con de Grieff en ese to rneo de La Habana, mientras Ché Gue rnra se halla j u n t o al tablero, contemplando la partida. 240
La semifinal del campeonato soviético de 1 963 fue, en rea d li ad, el primer peldaño de la escalera que había de subir Boris para llegar a su p rimera lucha por el título con Petrosian, tres años más tarde . Esta escalera era muy alta. Quince parti das en la semifinal de 1 963 . D iecinueve en la final . Cuatro en el desempate por los dos primeros lugare s . Doce en el « Torneo Zonal de los Siete » de 1 964, para el que el campeonato de 1 963 había sido un acontecimiento cualificativ o . Luego , la Inter zonal de Amsterdam, de otras veintitrés partidas. Para cuando logró calificarse para la competición de los Candidatos, Boris había jugado setenta y t res partidas para alcanzar esta alta pl ataforma. Entonces, en la misma competición, tuvo que enfrentarse con las parej as más duras : primero con Keres, luego con Geller y finalmente con Tal. Pero Spassky estaba luchando con tal energía que no podía ser detenido : « De hecho, Spassky, de todos los competidores, era el que tenía un panorama más duro . Y, sin embargo, logró el iminar a sus poderosos rivales en menos partidas de las que cabía imaginar, considerando sus mayores reputacione s . Algo ext ra ño sucedió a todos los oponentes de Spassky. Estuvieran o no en excelente forma antes de la partida decisiva, todos ellos : Keres , Geller y Tal, estaban claramente por debaj o de su nivel habitual cuando se enfrentaron con el j oven Bori s . En opi nión de este comentarista, el poder secreto de Spassky es su colosal habilidad para adaptarse a los diferentes estilo s de cada oponente. Sólo Alekhine, y quizá Lasker, mostraron antes tal habilidad » (Gligoric, en Chess Review) . Uno podría pensar que, tras haber luchado ciento u n a par tidas para llegar a la competición por el título en 1 966, Spassky se hundiría cuando no logró derrumbar la inamovilidad de Petrosian . Pero cuando Barden le preguntó, antes de esta com petición, cómo se sentiría si no la ganaba, Spassky replicó : « Para mí, personalmente, no importa mucho si pierdo; si soy derrotado en esta competición, aún tendré esperanzas de en frentarme con Petrosian de nuevo » . Se suponía correctamente, antes de la competición de 1 966, que, desde un punto de vista 24 1 16.
-
FISC H E R CONTRA SPASSKY
teórico, el resultado dependería principalmente de si Spassky podía atravesar la Defensa Caro Kann , favorita de Petrosian . Spassky mismo sentía deseos d e luchar contra la Caro Kann, pero cuando Petrosian la j ugó, al p rincipio el aspirante pare ció impotente ante ella, y no fue sino hasta que Petrosian la empleó por quinta vez cuando Spassky halló una falla en la defensa y obligó al campeón a buscar otra cosa. Pero , para entonces, ya era demasiado tarde . Petrosian había estado j u gando confiadamente con las blancas, y cuidadosamente con las negras , para conseguir una ventaj a de dos puntos . Cuando finalmente triunfó contra la Caro Kann, Spassky estaba exhaus to, tanto por el esfuerzo de la competición como por el efecto de la tremenda cantidad de energía gastada para lograr llegar a ella . Al entrar en la segunda mitad del torneo, Petrosian llevaba buen camino hacia la victoria, y Spassky ofreció poca resistencia . Se ha dicho en los últimos años que los campeones del mundo parecen producir resultados poco halagüeños cuando ya están en el trono . Esto e s en realidad un eufemismo para decir que Petrosian y Spassky no se han superado a sí mis mos como cabría haber esperado de ello s . Ciertamente Petro sian, una vez hubo capturado el título de Botvinnik, no logró impresionar al mundo ajedrecístico con sus resultados en los torneos. Lo mismo podía decirse t ras haber vencido a Spassky . El primer acontecimiento en que se hallaron de nuevo ambos fue la segunda Copa Piatigorsky en Santa Mónica . La señora Jacqueline Piatigorsky, esposa del renombrado violencelista, se ocupó meticulosamente de las preparaciones del torneo que hoy se ha convertido en legendario, que ella y su esposo pa t rocinaban . Los diez grandes Maestros competidores eran un grupo tan exquisito como j amás haya sido victo en un torneo desde antes de la guerra . Desde la Unión Soviética llegaron Petrosian y Spassky, de Estados Unidos Fischer y Reshevsky . Para completar la lista estaban seis de los principales juga dores del mund o . Ha sido una verdadera pérdida para el aj e drez mundial el que los Piatigorsky no hayan continuado con 242
su magnífica idea y realizado torneos similares con el mismo intervalo de tres años que separó los dos primeros. Como ya se ha mencionado en otro lugar de este libro , en Santa Mónica tuvo lugar una pelea entre Fischer y Spassky ( Petrosian terminó empatado en el sexto lugar) . Spassky ganó la lucha por medio punto, a pesar de un colosal esfuerzo por parte de Fischer en la segunda mitad del torneo. El resultado, unido a las actuaciones relativamente insípidas de Petrosian durante los torneos de los siguientes años , convirtió a Spassky en un firme favorito en su segunda lucha por el título en 1 969. Las series de los Candidatos de 1 968 no habían representad.o un excesivo esfuerzo para Spassky. No se le había hecho par ticipar en ellas hasta el estadio final del ciclo calificativo de bido a haber sido el perdedor de la Competición en 1 966. Por consiguiente, no fue necesario que gastase todas sus energías en una serie ridículamente larga de torneos calificativos , y cuando llegó a enfrentarse con Petrosian se sentía aún fresco. Antes de la competición de 1 969 tenía las energías bastantes como para prepararse concienzudamente . Cuando se inició la competición, era un completo j ugador de aj edrez . Tenía la base de la sólida estrategia de su j uventud , el olfato estraté gico que le habían dado Zak y Tolush, la influencia modera dora de Bondarevsky, la experiencia de diecisiete años de com peticiones con los mej ores Grandes Maestros soviéticos y ex t ranjeros y, lo más reciente, el beneficio de tres meses de estudio de las aperturas y partidas de Petrosian . Aunque el puntaj e era ocho a ocho cuando el torneo llevaba transcurridas dos terceras partes , había sido Spassky quien había estado dominando las partidas , y el campeón había es tado luchando para mantenerse a nivel . Cuando los nervios de Petrosian se rompieron en la 1 7 : partida, Spassky tomó ven taj a por tercera vez en la competición, la incrementó dos par tidas más tarde, y después de una semana más ya era el nuevo campeón . El primer torneo de Spassky como campeón fue un acon tecimiento de moderada importancia en San Juan, capital de 243
Puerto Rico, -que ganó . .Pe ro en el t radicional torneo de Pal ma de Mallorca, celebrado algo después aquel mismo año , su ac tuación estuvo muy por debaj o del nivel de u n cam peón mundial . ¿ Po r qué esa actuación tan pobre ? No podía decirse que Spassky hubiera j ugado demasiado durante su año de campeonato : incluyendo éste, había j ugado tan sólo cincuenta y cinco partida s . Sin embargo, 1 970 traj o una se ñalada mej ora. T ras el Torneo del Siglo en Belgrado, en donde derrotó a Larsen en una sensacional b reve partida de diecisiete movimientos, y en e l que sin embargo únicamen te logró empatar en el total del encuentro de t res partidas, Spassky fue a Holanda, donde ganó u n torneo de cuatro rondas, superando a Donner, Botvinnik y Larsen. Este tor neo a cuatro sirvió como sustituto para el abortado enfren tamiento Fischer-Botvinnik, que no pudo ser realizado debi do a la petición de Fischer de que seis victorias resultasen decisivas , en lugar de los resultados de dieciocho part idas . El siguiente torneo de Spassky fue también en Holanda, e l anual trofeo de la IBM para Grandes Maestro s , en donde empató en el primer lugar con su compatriota Polugaev s ky . Luego , en la Olimpíada de S iegen, Alemania Occidental, se l levó el p ri mer premio sin perder una sola partida, derrotando a Fischer en el proceso . Con los éxi tos de 1 970 tras él, no había razón para esperar que Spassky n o cont inuaría j u s t ificando su título durante el próximo año . Sin embargo , los acontecimientos de los siguien tes doce meses l levaban en sí una amenaza que hablaba de peores cosas que aún habían de suceder. Tan pronto como Fi scher tomó el largo camino hacia la pelea por el título, pa reció como si Spassky es tuviese siendo hipnotizado . Durante los diez meses siguientes a l a Olimpíada de Siegen, no j ugó ni una sola partida seria. Luego , vino una serie de pobres actua ciones : tercero en Gotenburgo, empate en el primer lugar en el campeonato Open canadiense, empate para el tercer ( ! ) lu gar en un torneo de fin de semana en Toronto . Claramente , los increíbles éxitos de Fischer e staban afectando al estado 244
psicológico de Spassky. Cuando se estaba planeando el inmen samente duro torneo en memoria de Alekhine, a celebrar en Moscú en diciembre de 1 97 1 , se rumoreó que Spassky no que ría j ugar en él. No era extraño . Fischer ya se había calificado para enfrentarse con él al siguiente año, y el campeón mun dial debería haber comenzado a entrenarse para este encuen tro en lugar de j ugar en un torneo en el que no se atrevería a mostrar ningún nuevo análisis que pudiera ser útil para su temido rival . Pero se hizo que Boris j ugase en Moscú , en donde quedó empatado en el sexto lugar. f.ste fue su último torneo antes de la pelea con Fischer. ¿ Qué otra cosa podía hacer el resultado que socavar aún más su ya maltrecho ego ? En el momento en que estoy escribiendo esto, no se sabe si fueron empleados algunos métodos especiales de entrena miento de Spassky para su p rimera defensa del título. Un ausente notable en su campo de entrenamiento fue el Gran Maestro Bondarevsky, que había sido su lugartenient e en los dos encuen t ros con Petrosian . « No fue nada personal . . . » , dij o Spassky acerca de su separación. « No estábamos de acuerdo en la estrategia ajedrecística » . Así, Spassky h a perdido s u tron o . ¿ Ha sido víctima del mismo sistema que lo convirtió en c ampeón mundial ? Sus entrenadores, desde luego , han t ratado de darle una visión amplia y equilibrada . Su j uego no es exclusivamente brillante, como el de Tal, n i conservadoramente defe n sivo como el de Petrosian ; pero tampoco l o es el de Fischer. ¿ Tenemos alguna razón para dudar de que Spassky hubiera desa rrollado ese es tilo universal en Nueva York , tal como lo hizo en Leningrado o Moscú ? La única sombra de tal duda puede ser debida a su holgazanería, y en los Estados Unidos, la holgazanería en el ajedrez significa llevar una vida como fracasado. O, en el mej or de los casos, como un maestro de segundo grado. A favor de la « máquina de campeones » soviética está el que suminis tra una fuerte oposición , una seguridad financiera en el éxito para aquellos que alcanzan el nivel de Maestro ( aunque esto pueda l levar a la complacencia en sí mismo ) , y la asistencia 245
de aquellos de quienes se necesita. Pero , en el otro lado, existe la mot ivación económica , una sociedad en la que no sirve de nada el haber sido bueno en o t ro tiempo, y la oportunidad de desarrollar el carácter y la personalidad.
246
ANTERIORES CAMPEONATOS MU N D IALES
Año
Lugar
Ganador
Nacionalidad
Edad
Perdedor
Nacionalidad Edad
1 866 1 872 1 876 1 886 1 889 1 890/9 1 1 892 1 894 1 896/7 1 907 1908 1 909 1910 1910 1 92 1 1 927 1 929 1 934 1 935 1 937
Em La s ker
Austria Au s t r i a Austria Aus t r i a Aus t r i a Austria Aus t r i a A le m an i a
M oscú
Em Lasker
Alemania
EE. UU. Dusseldorf París Vi en a Berlín L a Habana Buenos Aires A le m a ni a A l e m a ni a Holanda Holanda
E m La sker
Nueva York Londres Londres San Luis La Habana Nueva York La Habana Nueva York
Steinitz Steinitz S t e i n i tz
Steinitz Steinitz
Steinitz Steinitz
Em Lasker
Ale m a n i a Alemania Alemania Alemania
E m Lasker
Alemania
Capablanca
Cuba
Em Em
La sker Lasker
Alekhine
Franc i a
Alekhine
Francia
Alekhine
Franc i a
E uwe
Holanda
A l e khine
Francia
30 36
Andersson
Alemania
Zukertort
Polonia
40
B l ac kburne
I n g l a t e r ra
so 53 54 56 26 28 39
Zukertort
I n g l a terra*
44
Tchigorin
Rusia
Marshall
EE. UU.
40
Tarrasch
Alemania
41 42 42 33 35 37 42 34 45
Janows k i
Francia
Schlec hter
Au st r i a
39 36 42 58 60 30 46 41 36 42 53 39 40 45 43 36
Gunsberg
I n g l a terra
Tchigorin
Rusia
S te i n i t z
Austria
Steinitz
Austria
Janow s k i
Francia
Em Lasker
Alemania
Capa b l a nca
Cuba
Bogolyubov
U.R.S.S.
Bogolyubov
U.R.S.S.
Alekhine
Franc i a
Euwe
Holanda
E l Campeón Mundial Alexander A l e k h i n e murió en Portugal en
48 30 35
1946.
Pu n taje del ganador G p T
8
6 4
7 7
10 10 6 10 10 10 8 8 7 1 8 4 6 11 8 9 11
5 6 4 8 5 2 3
3 5 3 8 6
5 1 9 5 4 5 7 5 2 8 3 10 25 9 15 13 13
Torneo competición de 5 j ugadores ( t odos juegan con todos 5 veces ) 1 948
La Haya Moscú l .º Botvinnik 2 .º Smyslov 3 .ºJ4.º Keres Reshevsky 5 .· Euwe
1951 1 954 1 957 1 958 1 960 196 1 1 963 1 966 1 969
Moscú
Moscú Moscú Moscú Moscú Moscú Moscú Moscú Moscú
*
Botvinn i k Botvinnik S m y slo v Botvinnik Tal Botvinnik Petrosian Petrosian Spassky
U.R.S.S. U.R.S .S. U.R.S.S. EE. UU. Holanda
U.R.S.S. U.R.S.S. U.R.S.S. U.R.S .S. U.R.S .S. U.R.S .S. U.R.S.S. U.R.S .S. U.R.S.S.
3 6 años
=
+ 10
-2
=8
4 puntos 40 43 36 47 23 50 34 37 32
Bronstein Sm y s l ov Botvinn i k Sm y slov Botvinnik Tal Botvinn ik Spassky Petrosian
Zukertort se convirtió en ciudadano bri tánico en 1 878 .
Signos convencionales : + ( partidas ganadas ) - ( partidas perdidas ) ( tablas ) .
14 puntos 1 1 pun tos 10 1 /2 puntos
U .R.S.S. U . R .S.S. U .R.S.S. U .R.S.S. U.R.S.S. U.R.S.S. U .R.S.S. U.R.S.S. U.R.S.S.
27 33 46 37 49 24 52 29 40
5 7 6 7 6 10 5 4 6
5 7 3 5 2 5 2 3 4
14 10 15 11 13 6 15 17 13
EN RETROSPECTIVA
Boris Spassky se ha distinguido entre los campeones mun diales de después de la guerra . Durante un período relativa mente corto de cinco años, ha salido victorioso de duelos per sonales con un grupo muy exquisito de grandes maestros con temporáneos : Keres, Geller, Tal, Larsen, Kortchnoi y Petro sian. Ningún otro campeón mundial puede vanagloriarse de una lista de triunfos tan impresionante. Al mismo tiempo, Robert Fischer estaba creciendo parale lamente hasta convertirse en otro gigante del aj edrez que, con sus resultados generales y altos porcentaj es, sobrepasaba los logros no sólo de sus contemporáneos sino de cualquier otro individuo en toda la historia del ajedrez mundial . Tuvieron que pasar años y superarse muchas dificultades antes de que se hiciera realidad el enfrentamiento entre esos dos jugadores, el enfrentamiento que todo entusiasta del aj e drez consideraba como el acontecimiento aj edrecístico más importante de nuestro sigl o . Por una feliz coincidencia, t ras un cuarto de siglo de supremacía de un país, también e ra el primer encuentro en l a cúspide, según el espíritu de una salu dable rivalidad deportiva, ent re los mej ores representantes de dos partes opuestas del mundo . Todo esto nos explica la inesperada fiebre aj edrecística que inundó los continentes durante esos dos meses en Reik j avi k . El torneo abrió un nuevo e imprevisible capítulo en la historia de este noble j uego, que ha exi stido modestamen te durante más de un millar de años, y que sólo ahora ha sido descubierto por una buena parte de la humanidad como el mej or deporte j amás inventado por la mente humana . Sin embargo , l a actitud peculiar d e l aspirante casi llevó a la cancelación del enfrentamiento. Tuvieron que ocurrir si25 1
multáneamente varios m ilagros, como en un cuento de ha das, para s alvar el torneo y los intereses del mundo del aj e d rez. El presidente de la F . l .D . E . y ex campeón mundial , doc tor Max Euwe, y el gran maestro alemán Lothar Schmid como á rbitro, tuvieron la repentina idea de aprobar un aplaza miento de dos días , simplemente para ganar tiempo en una forma legal pero i rregular. E l campeón, Spassky, se mostró generoso al no estar en desacuerdo. Los o rganizadores islan deses fueron extremadament e pacientes, y otro patrocinador de otro país : el señor Jim Slater, ofreció doblar la bolsa del premio . Todo esto pasó, sin previo arreglo, en menos de cua renta y ocho horas, y finalmente Robert Fischer apareció en la sala . Un campeonato muy atractivo para unos pocos millones d e aficionados al ajedrez se transformó en una sensación in creíble para centenares de millones d e lectores no j ugadores de todo el mundo Cuando se acabó el campeonato mundial e n Reykj avik , muchos millones de ellos ya j ugaban . Los méritos de Fischer y Spassky e ran enorme s . Sin tomar en cuenta los pocos momentos de debilidad , comprensibles bajo tales tensione s , el que se jugó en el campeonato fue aj e drez de la más alta clase profesiona l . Muchos sistemas y líneas de apertura , reconocidos y aplicados durante años en las más importantes competiciones internacionales por los principales grandes maestros del mundo tendrán que ser completamente reestudiados después de sólo veintiuna partidas j ugadas en I s landia. Este torneo influenciará el desarrollo de las i deas en la futura praxis de los campeonatos . Aparte d e s u aspecto aj edrecístico, había una extraña si tua ción psicológica de la que surgió una gran controversia en la opinión pública . El portavoz de Fischer explicó en una de sus muchas cartas al árbitro Schmid la frecuencia de las peticio nes estadounidenses diciendo que e ra conocida « cuanto le i n teresa al aspirante la perfección de condiciones de j uego para el aj edrez de los grandes maestros » . Y también es cierto , como dij o un lector de la revista Time, que « Fischer por sí solo ha 252
conseguido p robablemente más dinero en premios y mej ores condiciones de j uego para el aj edrez de torneo que todos los grandes combinados » y , como otro lector también dij o, que « por p rimera vez en l a historia del aj edrez ha aparecido al guien que ha elevado el aj edrez a la categoría de una compe tición en la que los premios deben ser proporcionales a la habilidad de los contendientes » . A l mismo tiempo, l a incansable insistencia d e Fischer tanto en los asuntos de importancia como en los pequeños detalles, creó una atmósfera de confusión que fácilmente podría haber i nfluenciado en la calma necesaria a su oponente. Parece que Spassky trató de contratacar con algunas protestas de un tipo similar, cuando el torneo estaba acercándose a su fin . Pero sigue existiendo la duda d e que l a actitud de Fischer era un « Sutil truco para destruir el espíritu de lucha del cam peón » o simplemente la defensa de sus principios y la conti nuación de su lucha de toda una vida para obtener unas « Con diciones perfectas » . Spassky s e mostró magnánimo y aparentemente confiado al inicio del torneo . Se notaba bien preparado y lo estaba, excepto en un área l imitada : aquellas líneas que Fischer nunca había j ugado ante s . El aspirante captó excelentemente l a situa ción, y evitó cualquier cosa que pudiera esperar su oponente, pasando de una sorpresa a otra . En las negras, no j ugó la Defensa India del Rey o la Gruenfeld, y con las blancas hasta se contuvo durante un tiempo de usar el peón de rey, su fa vorito primer movimiento de toda la vida . Spassky resultó sorprendido por el conocimiento completo del Gran Maestro es tadounidense, y tras diez partidas, estaba al borde de una catástrofe . Sólo entonces se dio cuenta el poseedor del título que la dirección tomada en sus preparativos había sido equivocada. H abía tratado tercamente de superar al aspirante en sistemas en los que Fischer tenía más conocimientos y experiencia. En l a segun da mitad, Spassky volvió a sus mej ores armas de otras competiciones, estando entonces dispuesto a t o m a r s u parte 253
de riesgos en las líneas de doble filo de F ischer. Era ahora e l duelo de unos rivales en un similar y alto nivel , pero ya nada podía cambiar la gran diferencia en puntos existente s . También hubo algunos momentos excitantes en el mismísi mo final del campeonato , pero Spassky, anonadado por las rápidas reacciones de Fischer en posiciones muy complicadas (se puede describir esta velocidad como una cualidad super humana del nuevo rey del aj edrez ) , una y otra vez echó a per der sus mej ores oportunidades, como también hizo el mi smo Fischer. En general, Fi scher dio la impresión de encontrar con más facilidad los movimientos adecuados, mientras Spass ky gastó más tiempo en el mismo propósito . Cuando se le preguntó a Fi scher por qué casi nunca permitía que le aco sase la presión de tiempo, replicó : ·< Entonces, ya no es aje drez » . E l nuevo campeón está a favor de una visión altamente profesional del j uego , y crea nuevos niveles para los gran des maestro s , que se verán obligados a superarse en las com petencias internacionale s . Por consiguiente, Robert Fischer goza del respeto del mundo del aj e d rez.
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De próxima a p a rición : BOBBY F I SC H E R ENSEAA AJEDREZ Un l ibro que revol ucion ará la ense ñ anza del ajedrez. El genio de Fis ch er se une a las más modernas técni cas
pedagógicas
de
l os
psicólogos
Dr. S tuart M argulies y Dr. Donn Mo senfel der para crear un sistema que guía tanto al novato como al jugador a vezado h a sta el nivel de ca mpeona tos. El ajedrez se propaga a h ora por todo el mundo debido a l a trascendencia que a l canzó el h istórico torneo de Fische r contra Spa ssky. Los millares y m illares de n uevos aficion ados encon trarán en Bobby F i scher enseña aje
d rez un m étodo progra m a do que desa rrollará su h a bilidad para reconocer y explotar la s infinitas variantes y es tra tegias de este noble y milenario deporte. Profusa y científica mente i 1 ustrado, Bobby Fischer enseña ajedrez trans forma el a prendiza je y el perfeccio n a miento de este deporte en una acti vida d in tensa y a pasion an te, que el jugador puede llevar a ca bo por sí m ismo, guiado por Fisch er y condu cido por un a profun da y comprobada psicol ogía peda gógica. E DI T ORIA L
P O M AIR E
S an tiago de C hile M éxico
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Buenos Aires
Barcelon a
i EL MATCH DEL SIGLO!
FISCHER CONTRA SPASSKY por el
GRAN MAESTRO INTERNACIONAL
SVETOZAR GLIGORIC FRR