FEMINICIDIO EN BUENAVENTURA, MÁS ALLÁ DE UN “SIMPLE” CRIMEN

Facultad de Ciencias Sociales y Económicas DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES-Programa de Sociología

Cali, 19 de junio del 2015. Primer semestre. Universidad del Valle. Sara Vásquez Rodríguez.

SOCIOLOGÍA DE LOS PROBLEMAS COLOMBIANOS FEMINICIDIO EN BUENAVENTURA, MÁS ALLÁ DE UN “SIMPLE” CRIMEN Justificación

género), para así dar cuenta de un estudio

El feminicidio es la expresión extrema de

de los fenómenos colectivos producidos

violencia hacia la mujer donde se causa la

por la actividad social de los seres

muerte

es

humanos, dentro del contexto histórico-

importante aclarar que no toda violencia

cultural en el que se encuentran inmersos.

de

ésta,

sin

embargo,

que ocasiona la muerte a una mujer es considerada como feminicidio, sólo se da

Objetivos del artículo

cuando la mujer es asesinada por motivos sexistas y misóginos (Russell, 2001;



Objetivo general

Lagarde, 2006), no obstante muchos de

La siguiente investigación tiene como

las investigaciones desarrolladas por

propósito desarrollar una reflexión sobre

criminalistas

categoría

el feminicidio partiendo de la realización

género como un “dato más” y no la tienen

de lecturas sobre el contexto y los hechos

en cuenta a modo de variable que podría

que se viene presentado sobre el tema de

afectar las tasas de homicidio; es por lo

la

anterior que se requiere de la realización

específicamente en el municipio de

de investigaciones sobre el feminicidio

Buenaventura, Valle del Cauca.

catalogan

la

violencia

hacia

la

mujer,

desde una mirada de las ciencias sociales (específicamente desde la

sociología)

donde la violencia de género se entiende como la consecuencia de cierta cultura que justifique su ejercicio sobre otros (ya



Objetivos específicos

sea por su condición social, etnia o

1


Dar

a

conocer

porqué

el

feminicidio es un fenómeno social, que

Sumario: 1. Introducción;

no sólo corresponde a la persona que

estado del arte; 3. Enfoque del artículo; 4.

comete dicha acción sino que es parte de

Contexto de Buenaventura; 5. La mujer y

un contexto que se ha reproducido de

la violencia Colombia y Buenaventura,

generación en generación gracias a las

entre relatos y casos; 6. Análisis; 7. A

lógicas de un sistema patriarcal, machista

manera de conclusión; 8. Referencias

y misógino.

Bibliográficas.

2.

Breve

Identificar como el componente étnico (afro) da muestra de una doble discriminación hacia la mujer. Romper con la tendencia de justificar ciertas muertes violentas sobre todo las ocurridas en el ámbito privado, ligadas pasionales

simplemente que

tiene

a

crímenes

un

contenido

discriminatorio y generador de prejuicios contra las víctimas.

Palabras claves: Colonialidad del poder, patriarcalismo, misoginia, feminicidio.

1. Introducción

2


El siguiente artículo propone el desarrollo de una reflexión sobre el feminicidio a partir de una lectura sobre los hechos que se viene presentado en el municipio de Buenaventura, Valle del Cauca. En esa medida se realiza una aproximación teórica de determinados conceptos para entender por qué el feminicidio es un fenómeno social que abarca todas las esferas del ser humano y nace con la desigualdad de género, siendo la violencia de género y el feminicidio resultado de una masculinidad trastocada por la consolidación del ser mujer sobre sí misma. Se identificará a las instituciones sociales como parte estructural del problema que ya son los encargados de la reproducción de valores patriarcales y la preservación de dicho orden. En ese sentido se analizan las leyes e instituciones que aunque construidas no logran ser una medida eficaz para superar este problema, todo esto sin olvidar la complejidad de la realidad social, la cultura patriarcal y misógina. A continuación, se examinará el contexto de Buenaventura, permitiendo comprender cómo se construyen las realidades sociales, culturales, económicas y políticas puesto que en éste escenario en donde se configuran una serie de espacios que ayudan a perpetuar la imposición y reproducción de una cultura patriarcal y misógina que sigue denigrando, maltratando, torturando y asesinando a la mujer, poniéndola en una posición de botín o víctima de la guerra y el conflicto armado que se vive en este territorio en el cual se podría decir que el Estado no ha puesto su mirada e inversión más que para ver su puerto en sentido de favorabilidad económica, olvidando y marginando a sus habitantes, su cultura y su territorio. Teniendo en cuenta la conceptualización de feminicidio y el contexto de Buenaventura se abordará el tema de manera más estructurada para continuar así con el análisis de los estudios que se han realizado sobre éste fenómeno; se utilizarán estadísticas y enfoques aportados desde las instituciones y/o fundaciones para la mujer, las cuales han sido quienes más se han preocupado por la defensa y el cumplimiento de los derechos de las mujeres; en ésta medida se presentarán testimonios y casos de mujeres que han sido víctimas de violencia, lo anterior es de gran importancia debido a que detrás de todo esto se encuentran mujeres de diferentes estrados socioeconómicos, niveles de educación, donde una ideología machista

las

domina

y

maltrata

a

diario

3


2. Breve estado del arte A lo largo de la historia la mujer ha sido percibida y atribuida al “sexo débil” promoviendo una visión del género femenino relacionado con la sumisión y vulnerabilidad; lo anterior ha conllevado a la legitimidad de hechos atroces como lo es la violencia hacia la mujer. En el mundo actual el poder ha estado regido por las relaciones de clasificación social determinadas bajo el sistema binario hombre-mujer derivado de las relaciones de inequidad de género (Quijano, 2000), cabe aclarar que el término género, expresado por Quijano (2000) corresponde a “un constructo mental fundado en las diferencias sexuales, que expresa las relaciones patriarcales de dominación y que sirve para legitimarlas” (p.3) De

igual manera Lucumí (2012) muestra “que los géneros son una de las formas de clasificar a los seres humanos más universales en las culturas (…) que incluso antes de nacer somos seres humanos pertenecientes a un género, no somos sólo seres humanos en abstracto. Por tanto, el género atraviesa las diferentes esferas de la vida de las personas y hace parte de la construcción subjetiva que realizan los individuos sobre sí mismos (Lagarde, 1992)” (p. 16). Quijano (2000) da a conocer la colonialidad del poder como un criterio básico de clasificación social basado en las estructura eurocéntrica dando origen al mundo capitalista, todo lo anterior nace con el colonialismo eurpeo reproducido en todo el continente Latinoamericano, es decir que la colonialidad del poder se entiende como la interrelación entre formas modernas de explotación y dominación, donde la relación entre sujetos se da de manera vertical y la superioridad es asignada de acuerdo al sexo-género y color-raza, es así como se identifica la desigualdad de género fundamentada en estructuras de poder y control que se han mantenido a lo largo de la historia gracias a un sistema machista, androcéntrico y patriarcal. Lagarde (2008) define que la cultura es la base de una y mil maneras de reproducir la violencia hacia la mujer como algo natural, ya que hay un refuerzo permanente de enfoques y explicaciones que legitiman la violencia, es decir que es una violencia ilegal, pero legitimada donde la violencia de género atraviesa el conjunto de la sociedad y refleja las condiciones de transformación social. Así que el incremento de la violencia hacia las mujeres en diferentes espacios, se da porque los hombres acostumbrados a una perspectiva basada en roles androcéntricos buscan re-establecer el viejo orden

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(Arteaga & Valdés, 2010); como se ha dicho anteriormente la violencia hacia la mujer dada por la desigualdad de género es producto de la colonialidad del poder; dentro de la violencia hacia la mujer se encuentra el feminicidio como expresión última de la violencia de género. Russell (2001) muestra cómo la palabra homicidio relacionado al término hom=hombre=macho es un sinónimo de la desigualdad de género (sexismo), donde el

hombre=macho siempre ha sido el configurador de las bases de poder, es por lo anterior que desde la crítica feminista se da origen al término femicidio, sin embargo, éste es sólo un homólogo al homicidio; por lo anterior, la socióloga Russell (2001) reconfigura éste término y da origen a un nuevo significado siendo éste el feminicidio como “el asesinato de mujeres por hombres por ser mujeres” (p. 76); Lagarde (2008) al igual que Russell y otras

académicas (Lucumí, 2012) comparten que los feminicidios son la muerte de una mujer por el sólo hecho de ser mujer sin embargo la antropóloga feminista Marcela Lagarde (2008) añade que se da también por “un conjunto de violaciones a los Derechos Humanos de las mujeres (…) sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados violentos contra la salud, integridad y vida de la mujer” (p. 216).

Se ha identificado que el origen étnico-racial también afecta las relaciones de poder y por lo tanto las tasas de feminicidios (Quijano, 2000; Russell 2001; Lagarde 2008; Lucumí 2012). Russell (2001) da un claro ejemplo en EE.UU para los años 70‟s y que aún se aplica en la

actualidad, ella descubre que la tasa de feminicidios de mujeres hispanas son menores a las tasas de feminicidios de mujeres afroamericanas, del mismo modo Lagarde (2008), Arteaga & Valdés (2010) y Lucumí (2012), identifican otros factores no sólo raciales, sino que corresponden al estrato social, el auge del narcotráfico, la pobreza entre otros aspectos ubicados en la base de la estructura social, lo anterior comprueba lo dicho por Quijano (2000) tanto la idea de raza y género son constructos sociales producto de una colonialidad del

poder,

dando

así

una

clasificación

entre

dominación/explotación

=

superioridad/inferioridad. El Estado ha sido partícipe de las violencias de género, siendo este parte estructural del problema por su signo patriarcal y la preservación de dicho orden (Lagarde, 2008) por lo

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tanto el feminicidio es un crimen de Estado; lo anterior da cuenta de un tipo de feminicidio llamado feminicidio social o encubierto (Russell, 2001), éste se da cuando las instituciones sociales misóginas lo provocan como por ejemplo: “Un lugar donde no se reconozca el

derecho a ser madre y miles de mujeres mueren al año producto de abortos mal practicado” (p. 84). Indirectamente en EE.UU hay “una pena de muerte”, los sistemas patriarcales que

privan a las mujeres del control de sus propios cuerpos las conducen a la realización de abortos ilegales, se estima que mueren entre 2 a 5 mil mujeres por año (Russell, 2001). El feminicidio se consolida en la desigualdad estructural entre mujeres y hombres, así como en la dominación de los hombres sobre las mujeres, de ahí surgen condiciones culturales como el ambiente ideológico y social de machismo y misoginia (Lagarde, 2008). El género de las víctimas en los procesos criminalísticos sólo se toma un “un dato más”, sin un contenido

social ni de poder opresivo, o si es el caso se toma como un prejuicio y para señalar la evidente culpabilidad de la víctima (Lagarde, 2008), el asesinato de mujeres corresponde al cambio sustancial en las formas de construcción como sujetas, situado en un escenario de crisis social generalizada y corresponden al contexto de entramados sociales (Arteaga & Valdés, 2010).

3. Enfoque del artículo La siguiente investigación es de carácter feminista puesto que atribuye a las mujeres como sujetas reflexivas que han tenido que pasar grandes situaciones históricas ligadas a un contexto hegemónico, conservador y patriarcal. Éste feminismo se nutre de otras epistemologías recogidas no sólo desde la academia sino desde saberes populares y comunitarios; afirma que no se puede entender la opresión de la mujer sólo desde la perspectiva de género, sino también de raza y clase. Para ello se identifica el concepto de colonialidad del poder (Quijano, 2000) como un elemento fundamental en la identificación del actual patrón de poder desde una relación patriarcal donde las categorías raza y género dan cuenta de un criterio básico de clasificación social. El concepto dado por Quijano (2000) es la base para entender la legitimidad de la violencia de género y de la mujer. De igual modo al leer a las sociólogas Russell (2001), Arteaga & Valdés (2010), Lucumí (2012) y la antropóloga Lagarde (2008)

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se identifica una teoría de la estructuración donde las instituciones sociales juegan un papel esencial en la reproducción de un sistema hegemónico patriarcal como parte del sistema social.

4. Contexto de Buenaventura Para abordar el fenómeno del feminicidio en el municipio de Buenaventura es pertinente analizar el contexto, puesto que ayuda al marco socio cultural, de esta manera se podrá ver cómo se construyen y permean las relaciones que incluyen a mujeres, hombres y jóvenes. En el estudio realizado por el DANE en el año 2005 (Boletín general censo) en el municipio de Buenaventura se encuentra que a lo largo de la historia éste ha sido considerado como el municipio del Valle del Cauca que más índices de pobreza presenta, el porcentaje de la población con necesidades insatisfechas es tres veces mayor a diferencia de los demás municipios del departamento del Valle y Colombia. La ciudad de Buenaventura es reconocida por su multiculturalidad y pluralidad étnica; está ubicada en los límites marítimos del departamento del Valle del Cauca, Colombia, por lo anterior es considerada capital del Litoral Pacífico, siendo así, el puerto más importante ubicado sobre el Océano Pacifico. Su población total hasta el 2010 es de 362.625 habitantes, de los cuales el 90,4% habita el casco urbano y el 9,6% la zona rural, 187.839 habitantes pertenecen a la población femenina y 174.786 a la población masculina, siendo así mayor el porcentaje de población femenina con el 51,8% y menor el masculino con 48,2%. El 35,85% de la población declara poseer necesidades básicas insatisfechas. De los temas de mayor preocupación que se presentan en Colombia son las grandes diferencias socioeconómicas que existe entre los habitantes de los municipios de la periferia y los del interior, esto se ve reflejado en la cantidad de pobreza y casos de vulnerabilidad que se presentan en las zonas aledañas a los límites marítimos es decir las ciudades costeras, donde se hace notorio el total olvido por parte de los organismos estatales cuya importancia en estos puertos la ven en el negocio de la importación y exportación, logrando así que el presupuesto a invertir sea en la infraestructura del puerto y no en los problemas sociales que viven diariamente las poblaciones costeras. Por lo anterior la ciudad de Buenaventura es afectada por altos niveles de pobreza y violencia donde el tráfico de

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drogas hace que sea una zona disputada por bandas delincuenciales cuyos mandatarios son los narcotraficantes los cuales luchan por apoderarse de una de las principales rutas del tráfico de estupefacientes. Durante los últimos años los índices de violencia han incrementado de manera alarmante, debido al conflicto armado, sobre todo a las guerras que entablan las bandas en los barrios populares por obtener y poseer el mercado de cocaína cobrando así la vida de miles de civiles que no pertenecen a estas bandas delincuenciales, en este caso la peor parte la llevan las mujeres, las cuales son vistas por los integrantes de estas bandas como un objeto de uso y desecho, amenazando a las mujeres de las cuales se “enamoran” para que estén con ellos; en una conferencia realizada por el diario EL ESPECTADOR el 12 de Marzo del 2012 la personera de Buenaventura, Zully Andrea Rentería, expresó: “Si alguno de esas bandas se enamora de una mujer o alguna le gusta, ella tiene que acceder para que no las maten o las violen. Si las ven con alguien de otra pandilla las amenazan y las torturan”. En el peor de

los casos las mujeres son utilizadas como botín de guerra, también se utilizan para montar inteligencia y perseguir o conquistar a integrantes de la banda contraria con el fin de emboscarlos, torturarlos y matarlos, luego de usar a la mujer para estos fines, estos entienden que ya tienen demasiada información sobre la banda delincuencial y asumen que tienen el control incluso sobre su vida, así que es hora de “desecharlas” es decir asesinarlas entendiendo que ellas podrían delatarlos y por lo tanto los delincuentes y/o criminales corren el riesgo. No se puede negar que las personas que viven en Buenaventura están anegadas en un contexto de guerra continuo que involucra actores armados irregulares como frentes guerrilleros y paramilitares, los cuales representan intereses personales que buscan mantenerse e imponerse como una autoridad, donde por lo tanto controlan el territorio en el que

habitan

con

acciones

e

imaginarios

basados

en

estrategias

violentas:

descuartizamientos, desapariciones, violaciones, intimidación, reclutamiento de jóvenes para la guerra, bandas criminales, sicariato, o las famosas casas de pique en las que las victimas quedas irreconocibles. Pareciera ser que esta guerra ha normalizado y naturalizado

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la violencia haciéndola ver desde un simple crimen pasional y cuando se menciona genera el amarillismo y el sensacionalismo en la sociedad. Este contexto da pie a que la sociedad, permeada por estos casos de violencia se acostumbren a una cultura violenta donde el hecho de escuchar un descuartizamiento o incluso un asesinato a una mujer, sea o no por un crimen pasional, se convierta en “algo normal”, en la cotidianidad del día a día, lo cual permite criar niños y niñas que tomen como ejemplo las vidas criminales debido a que es algo normalmente visto por la sociedad, incluso los índices de pobreza, educación y salud llevan a que la mayoría de los jóvenes piensen que no tienen una salida diferente a la guerra y la violencia.

5. La mujer y la violencia Colombia y Buenaventura, entre relatos y casos. Mostrar algunas cifras de violencia hacia la mujer permite un panorama que aterriza y presenta la realidad de la situación de las mujeres desde la violencia cotidiana como sexual, maltrato, víctimas del conflicto armado y feminicidio. La corporación Sisma mujer para el año 2013 presentó un estudio de cifras de violencia a la mujer, éstas cifras provienen del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML y CF) donde se caracterizan los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres colombianas. Según el estudio ejecutado a 17.512 mujeres las cuales se realizaron exámenes médicolegales asociados a presuntos delitos sexuales en el 2013, se obtiene lo siguiente: Bogotá cuenta con la cifra más alta en casos de violencia sexual (3.554), seguida de Antioquia (2.608) y Valle del Cauca (1.791). (Ver Gráfica No.1)

Gráfica No. 1. Violencia sexual por casos

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Fuente: Encuesta

realizada por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias

Forenses en el año 2013. Tomado de la Corporación Sisma Mujer, http://www.noescasualidad.com/realidad-en-cifras-3/violencias-cotidianas-en-contra-delas-mujeres/

Aunque el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML y CF) no cuantifica en sus informes los feminicidios, la Corporación Sisma Mujer toma la información de Medicina Legal para realizar una aproximación a las cifras de este tipo de homicidios cuya motivación radica en la condición de mujeres de las víctimas: Feminicidios a) De acuerdo a la información de Presunto autor 

 

89 mujeres fueron asesinadas por su pareja o ex-pareja 1 mujer cada 4 días 7 mujeres cada mes

b) De acuerdo a la información de circunstancias asociadas  

7 mujeres fueron asesinadas en circunstancias asociadas al delito sexual 97 mujeres fueron asesinadas en circunstancias asociadas a la violencia de pareja.

Según el informe, en general, los homicidios en Colombia para 2013 no registran información sobre el presunto agresor en un 70% de los casos, ni circunstancias del hecho en un 74%. La Corporación Sisma Mujer, de igual manera retoma la información del INML y CF para realizar una aproximación a la violencia sexual en el marco de la violencia sociopolítica, para ello lo hace a partir de dos variables:

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a) De acuerdo a la información de presunto autor: Con un total de 97 mujeres identificaron como presunto agresor a un miembro de un grupo armado, donde el l 36,08% lo atribuyó a grupos narcotraficantes y paramilitares, el 31% lo atribuyó a la fuerza pública, el 19,58% lo atribuyó a miembros de grupos guerrilleros y el 13,4% a grupos de seguridad privada. (Ver Gráfico No.2)

Gráfico No. 2. Presunto agresor por casos de Violencia sexual dentro del marco de la Violencia Sociopolítica

Encuesta F uente:

realizada por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias

Forenses en el año 2013. Tomada de la Corporación Sisma Mujer, http://www.noescasualidad.com/realidad-en-cifras-3/violencias-generadas-por-elconflicto-armado/

b) De acuerdo a la información de circunstancias asociadas: Con un total de 64 mujeres que fueron víctimas de violencia sexual en contextos asociados a la violencia sociopolítica en 2013. Estos estudios reflejan además de la realidad, la impunidad de la que han sido víctimas las mujeres durante los últimos años no importan cuántas sean, o con qué frecuencia; toda esta violencia y atropello no hace más que confirmar que estamos envueltos en un callejón donde el Estado no hace más que perpetuar la violencia machista y patriarcal del sistema, donde si no se inicia en la construcción de una salida al parecer se está dejando a las mujeres solas y sin ninguna protección, tal y como lo dice Lagarde (2008): “La violencia contra la mujer persiste en todos los países del mundo, como una violación generalizada de

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los Derechos Humanos y uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género” (p.230), por lo anterior es necesario la construcción de condiciones sociales. Estos

crímenes se ensañan en contra de quienes no tienen más opciones ni oportunidades de exiliarse de salir de este mundo, marcadas por un estructura socio económica que las oprime y expone a toda clase de riesgos. A continuación se mencionarán algunos casos de feminicidios en el territorio de Buenaventura, recogidos de la prensa (periódico El País ), el cuál es el único medio donde salen a la luz pública estos hechos atroces, ya que no hay una entidad que se encargue de la realización de un trabajo de investigación acerca de la tasa de feminicidios en este municipio, donde el factor socioeconómico y racial afecta enormemente a la mujeres: “Tenía ocho puñaladas marcadas en la piel. El rostro lucía casi desfigurado. Vestía

una blusa negra, un jean y unas sandalias que luego sus padres no reconocieron. Así apareció el cuerpo de la joven de 19 años. Como un bulto tirado en el patio del Colegio Gerardo Valencia Cano de Buenaventura.” (Septiembre 18 del 2011, Laura M. Hincapié) “ La noticia corrió por las calles del barrio Los Pinos. Fue el 1 de julio de este año.

Los vecinos comentaban que la hija de don Biko Bantú había desaparecido la noche anterior. Empezaba la tragedia para la familia Torres Garcés.” (Ibídem) “Tres meses antes, en el barrio Alfonso López Michelsen, el hallazgo fue aún más

aterrador. Mónica, de 17 años, y su prima Lina, de 18, habían quedado solas en la casa. Sus padres salieron a un velorio para despedir a uno de los tantos muertos que a diario se reportan en el municipio.” (Ibídem) “Pasadas las 11:00 p.m., las adolescentes fueron sorprendidas con la visita de varios

hombres. Se rumora que eran miembros de grupos armados ilegales. Al regresar, los padres de Mónica y Lina encontraron una escena espantosa: charcos de sangre regados en toda la casa, objetos tirados en el suelo como si un terremoto hubiera

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ocurrido sólo allí. Las dos fueron violadas y torturadas. Una de ellas aún respiraba con dificultad. La otra fue degollada. A Lina, la que había sobrevivido a la noche de terror, las fuerzas se le agotaron. A los catorce días falleció en un hospital.” (Ibídem) El Proceso de Comunidades Negras (PCN) del pacífico, en uno de sus comunicados realizados el 17 de noviembre del 2012 comenta lo siguiente: „‟El patrón para asesinar a las mujeres en los últimos tres años en Buenaventura

consiste en la perpetuación de prácticas de tortura y sevicia; descuartizar vivas a las mujeres, arrancar una a una las extremidades de su cuerpo, degollarlas, arrancar sus senos y glúteos y luego exhibirlas o dejarlas en una bolsa para basura, violarlas y dejarles en las vaginas pedazos de palos”. En todos los casos además de la crueldad con la que se da muerte a la mujer y las condiciones en las que se encuentran sus cadáveres se traspasa la dignidad y el cumplimiento de los derechos humanos. Incluso creada una ley que protege a la mujer y una ruta de atención en caso de violencia esto sólo se queda en palabras porque el cumplimiento y hasta conocimiento de esta se queda corto, según la Ley 1257/2008, las mujeres víctimas de la violencia tienen derecho a recibir asistencia médica, psicológica, jurídica y legal de carácter gratuito, desde el momento en que el hecho de violencia se da a conocer a las autoridades. Sin embargo esto no se convierte en un mecanismo eficiente, ni siquiera las instituciones que están obligadas a cumplir estas funciones como fiscalías, comisarías de familia, medicina legal, policía, o el ministerio público logran atender de manera oportuna estos casos. A continuación se mencionan algunos casos de feminicidio en Buenaventura. Es importante aclarar que el 2 de junio del presente año (2014), se aprobó la Ley de Feminicidios; la Ley Rosa Elvira Celis que tipifica y condena los feminicidios con penas de 20 a 50 años de prisión sin derecho a rebaja de condenas. Con 104 votos a favor y 3 en contra la ley, cuyo nombre conmemora a una víctima de violencia de género, define el feminicidio como la muerte violenta a una mujer por su condición de ser mujer, ya sea en el

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ámbito público o privado y lo tipifica como delito autónomo, sin embargo para que entre en vigor solo hace falta la firma del Presidente Juan Manuel Santos. Aunque ésta ley constituye un avance fundamenta ya que le muestra a la sociedad colombiana que no se puede permitir que a la mujer se le siga agrediendo y asesinando, es claro que se trata de relaciones de poder en las que los hombres consideran a la mujer como su propiedad hasta el punto de asesinarlas.

6. Análisis Estos casos que se presentan en Buenaventura muestran una vez más la barbarie que se vive día a día en una ciudad azotada por la delincuencia y el conflicto armado, donde la vida no es valorada y tiene el mismo precio de un engaño, un territorio, una información, de la venganza y en el peor de las situaciones del miedo, casos como estos no son contados por las entidades gubernamentales debido que pueden dañar la imagen de la ciudad, manchar su nombre y el del gobernante, una sociedad marcada por el “qué dirán”, por la competencia, donde se engrandece el alcalde que asume el poder de manera “adecuada” y muestra “excelentes” resultados, tapando crímenes bárbaros, asesinatos monstruosos con el nombre de “crímenes pasionales”, con la simple frase de “la mataron por que engaño a su pareja o él la vio con otro”, dejando de lado una realidad evidente que envuelve a esta ciudad portuaria

donde las bandas delincuenciales y el crimen armado asesinan a diestra y siniestra a sus víctimas por el simple y llano hecho de ser mujer, y catalogar a la mujer como “el sexo débil”, un objeto de uso y usufructo. Algunos crímenes que como ya lo he mostrado a lo largo del trabajo siguen en la impunidad, las mujeres que han quedado vivas deciden no denunciar por falta de garantías de seguridad y de efectividad. Aunque sobre Buenaventura y su contexto de violencia se dan varios diagnósticos faltan más soluciones por parte del Estado, pues el apoyo de visibilización sólo se han hecho cargo organizaciones y fundaciones como lo son La Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro (mujeres de zonas urbanas y rurales de Buenaventura), Ruta Pacifica de Mujeres, Conexión de mujeres y Proceso de Comunidades Negras, estas lideres defensoras de la vida y el género quienes no se rinden luchan a diario,

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y se unen para combatir esta violencia, son estas mujeres quienes se encargan hacer denuncia pública de alerta a movimientos, plantones y redes de apoyo para víctimas y sobrevivientes de este dominio patriarcal, racista y misógino.

7. A manera de conclusión 

Analizar la categoría de feminicidio ha permitido ubicar actores, sujetos y sujetas, contexto socio culturales, tipos y escenarios que generan la disociación de esta práctica para entender la aproximación teórica que se ha trabajado, además de esto admite el reconocimiento de que no solo el feminicidio se da en al ámbito privado si no que es consecuencia también de influencias públicas que corresponden a una estructura de poder y subordinación a la mujer en la cual se comprenden desde castigos brutales hasta la muerte por diversas causas que no solo hacen parte de un simple crimen pasional.



No se puede negar que las personas que viven en Buenaventura están anegadas en un contexto de guerra continuo que involucra actores armados irregulares como frentes guerrilleros, paramilitares, quienes representan intereses personales que buscan mantener e imponerse como una autoridad y controlan el territorio en el que habitan con acciones e imaginarios basados en estrategias violentas como descuartizamientos, desapariciones, violaciones, intimidación, reclutamiento de jóvenes para la guerra, bandas criminales, sicariato, o las famosas casas de pique en las que las victimas quedas irreconocibles.



Es claro que las instituciones sociales son parte estructural del problema ya que son las encargadas de la reproducción de valores patriarcales y la preservación de dicho orden. En ese sentido las leyes e instituciones que han sido constituidas no logran ser una medida eficaz para superar este problema puesto que se debe de entender la complejidad de la realidad social, la cultura patriarcal y misógena instalada en las relaciones de poder dadas desde la colonia siendo así causantes del mundo moderno, capitalista-patriarcal. Por lo anterior el único método eficaz es lograr a

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largo plazo una transformación sociocultural donde los y las jóvenes somos responsables de encaminar a las futuras generaciones a desligar los estereotipos sociales implantados desde hace miles de años.

8. Referencias bibliográficas -Arteaga, N., y Valdés, J. (2010). Contextos socioculturales en el Estado de México: nuevas subjetividades femeninas. Revista mexicana de sociología, 72(1), 5-35. -Corporación Sisma Mujer. (2013). Estudio sobre la realidad de las mujeres en cifras. Junio 2, 2015, de noescasualidad.com Sitio web: http://www.noescasualidad.com/realidad-encifras-3 - El Espectador. (Marzo 12, 2014). Mujeres, el principal objetivo de la violencia en Buenaventura.

Junio

2

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Antropología, Donostia-San Sebastián. -Lucumí, E. (2012). Mujeres víctimas de violencia sexual en el contexto de Buenaventura: una mirada a las formas de subjetivación (Tesis de Maestría). CINDE - Universidad de

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16


noviembre.

Mayo

30

del

2015,

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http://feministasafrodiasporicas.blogspot.com/2013/11/ni-una-mas-por-una-vida-librede.html -Quijano, A. (2000). ¡Qué tal raza! Debate Etnicidades e identificaciones, 8,141-152. -Quintero, A., & Otero, J. (Junio 5, 2015). Se aprobó la ley de feminicidios, un logro del movimiento de mujeres. Mayo 30, 2015, de Colombia Informa Sitio web: http://www.colombiainforma.info/mov-sociales/generos/2426-se-aprobo-la-ley-defeminicidios-un-logro-del-movimiento-de-mujeres -Russell, D. (2001). Definición de feminicidio y conceptos relacionados. En Feminicidio: una perspectiva global (pp. 73-96). México: Centro de Investigaciones Interdisciplinarias

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FEMINICIDIO EN BUENAVENTURA, MÁS ALLÁ DE UN “SIMPLE” CRIMEN

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