ETICA PROFESIONAL Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional para que así pueda definir la lealtad que le debe a su trabajo, a su profesión, a su empresa y compañeros de trabajo. Villarini (1994) describe que “la ética de una profesión es un conjunto de normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas una práctica y relaciones profesionales. El bien se refiere aquí a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad: la prestación de un servicio”. También, puede decirse decirse que la ética profesional es la ciencia normativa normativa que estudia los deberes y los derechos profesio profesional nales es de cada profesión. profesión. Cabe resalta resaltarr que al decir decir profesional no solo solo se refiere a que la ética ética es solo para quienes tienen tienen un titulo o son profe profesio sional nales, es, sino sino que que ésta ésta en espec especia iall ti tiene ene como como obj objet etiv ivoo crear crear conci concien encia cia de responsabilidad, en todos y cada uno de los que ejercen una profesión u oficio. Es imp import ortant antee no confu confundi ndirr deonto deontolog logía ía profes profesion ional al con étic éticaa profes profesio ional nal.. Cabe Cabe distinguir distinguir que la ética profesional es la disciplina disciplina que estudia los contenidos normativos de un colectivo colectivo profesional, es decir, su objeto de estudio es la deontología deontología profesional, mientras que, tal como se apuntaba al comienzo del artículo, la deontología profesional es el conjunto de normas vinculantes para un colectivo profesional. Estos dos términos suelen usarse como sinónimos, pero no lo son. Es importante destacar las principales diferencias entre ellos: Deontología Profesional
Ética profesional
Orientada al deber
Orientada al bien, a lo bueno
Recogida en normas "deontológicos"
y
No No se encu encuen entr traa reco recogi gida da en norm normas as ni en códigos códigos deontológicos, está relacionada con lo que piensa piensa el propio propio indiv individu iduoo (conc (concien iencia cia individual/profesional)
Esas normas y códigos son mínimos y No No es exig exigib ible le a los los prof profes esio iona nale less de un aprobados por los profesionales de un determin determinado ado colecti colectivo vo (periodis (periodistas, tas, médicos, médicos, dete determ rmin inad adoo cole colect ctiv ivoo prof profes esio iona nall abogados,...) (periodistas, (periodistas, médicos, abogados,...) Se ubic bica ent entre la mor moraal y el der dereecho
Part Partee de la ética aplicada
Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta
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una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos deontológicos. De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión.
Según José María Barrio, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid: En un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer –perfectum officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental– constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos hablar de la existencia de una ética y de una deontología determinada. La primera se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada profesión y la deontología, por su parte, se centraría en definir cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad. Pero en la práctica, durante relaciones cotidianas de unos individuos con otros en su trabajo, surgen constantemente problemas cuya solución no sólo afecta a la persona que los crea, sino también a otra u otras personas que sufrirán las consecuencias. Esto crea situaciones que se complican en problemas que desmoralizan la imagen personal y profesional del individuo. Algunos de estos problemas éticos son los siguientes: 1. Abuso de poder - utilizar el puesto para “pisotear” a unos o para favorecer a otros. 2. Conflicto de intereses - emitir normas en su ámbito de trabajo que redundarán en su propio beneficio, como lo es el participar en el proceso de reclutamiento cuando uno de los candidatos es miembro de su propia familia. 3. Nepotismo - reclutar muchos miembros de una misma familia en una institución. 4. Soborno - aceptar dádivas, obsequios o regalías a cambio de dar un trato especial o favor a alguien como retribución por actos inherentes a sus funciones. 5. Lealtad excesiva - mentir para encubrir la conducta impropia del supervisor o hacer todo lo que éste le diga, aun en contra de sus principios morales. 6. Falta de dedicación y compromiso - perder el tiempo, hacerse “de la vista larga” y no dar el máximo de su esfuerzo en el trabajo. 2
7. Abuso de confianza - tomar materiales de la institución para su uso personal o hacer uso indebido de los recursos disponibles en la misma. 8. Encubrimiento - callar para no denunciar a un traidor, movido por su amistad o por temor. 9. Egoísmo - buscar el bienestar propio en detrimento del beneficio de los demás. 10. Incompetencia - El conocido Principio de Peter (1977) estipula que en “toda jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia.” Complementa, además, que “para todo puesto de trabajo que existe en el mundo, hay alguien, en algún lugar, que no puede desempeñarlo. Dado un período de tiempo suficiente y suficientes ascensos, llegará finalmente a ese puesto de trabajo y permanecerá en él, desempeñándolo chapuceramente, frustrando a sus compañeros y erosionando la eficiencia de la organización” (Peter, 28). Para poder poner solución a problemas de esta magnitud se requieren la acción enérgica y concertada del profesional para desarrollar una nueva ética. Como es sabido, en todas las profesiones surgen estos tipos de problemas. Es a través de cursos, cuya finalidad sea la formación ética profesional, que se logra desarrollar “en el futuro profesional el conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para que cuando actúe lo haga a nombre de los intereses de la comunidad profesional de la que es parte, de la comunidad que le une a sus clientes y del pueblo o humanidad de la que es miembro”. Toda persona que cuente con una ética moral bien establecida es necesario contar con una serie de valores.“Una decisión en la que está envuelto el comportamiento ético de una persona, siempre va a estar enmarcada en uno de los principios y valores aquí señalados” (Conética, 4 - adaptados). 1. Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia. 2. Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios. 3. Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un incumplimiento o rehuir una responsabilidad. 4. Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés. 5. Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado. 6. Dedicación - Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con los demás con atención, cortesía y servicio. 7. Respeto - Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre determinación. 8. Responsabilidad ciudadana - Respetar, obedecer las leyes y tener conciencia social. 9. Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con responsabilidad y eficacia. 10. Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al defender la verdad ante todo.
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11. Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y ética irreprochable.
Conclusión
Considero que para evitar en gran medida los problemas de tipo ético-moral que surgen en el ejercicio de una profesión o de un oficio, es importante poner en práctica principios éticos que establezcan las reglas que formen el comportamiento que una persona puede o no exhibir en determinado momento. No es difícil poner estos principios en práctica, pero el omitirlos redundará en perjuicio propio y en el de las personas con quienes se interviene o se interactúa. La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que se quiere lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos desarrollar al máximo el juicio práctico y profesional para activar el pensamiento ético, reconocer qué es lo correcto de lo incorrecto y contar con el compromiso personal para mantener el honor y el deber. Esto se lograra con esfuerzo y dedicación que cada persona ponga para tratar de cambiar la situación que actualmente se vive llena de corrupción y una total falta de ética profesional desde los altos mandos del gobierno hasta el más humilde trabajador. Al fin de cuentas, el ser humano es responsable de actuar inteligente y libremente y es el único que puede responder por la bondad o malicia de sus actos ante su propia conciencia y ante la sociedad.
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