EL
NAZISMO:
PÉRDIDA
CONTEMPORÁNEA DE LA PRIMERA AUTONOMÍA
Y
MEDIÁTICO DE MASAS.
Autoría: Eva García Gómez Curso: 2014-2015 Asignatura: Teoría del Arte I Carrera: Grado de Historia del Arte
CONTROL
INDICE 1.- Justificación del trabajo 2.- Paulatina autonomía. La Autonomía Ilustrada y la autonomía del individuo 2.1. Las primeras ideas sobre la autonomía. Kant, Moritz 3.- El fascismo alemán 3.1. La pérdida de la autonomía 4.- La estética nazi 4.1. El arte desinteresado de Kant Vs. el arte interesado de Hitler 4.2. La reproducibilidad técnica según Walter Benjamin 5.- La propaganda nazi en el celuloide 5.1. Arte nazi y arte de la antigüedad clásica. Acoplamiento propagandístico 6.- Conclusiones 7.- Bibliografía
1.- JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO Este trabajo tiene dos partes diferenciadas y sin embargo relacionadas entre sí a lo largo de la historia. Partiremos tratando de relacionar el empoderamiento paulatino de la autonomía y heautonomía por parte parte del individuo ilustrado ilustrado que logró salir salir triunfante triunfante del Despotismo o absolutismo ilustrado inmediatamente anterior durante el Siglo XVIII y la pérdida de la misma en los fascismos del Siglo XX, haciendo referencia, en este caso, al fascismo alemán. Acudiendo a los grandes filósofos del Siglo XVIII, Immanuel Kant y Karl Philipp Moritz, estableceremos una línea conductiva entre lo que para ellos suponía la esfera pública/privada del u so de la razón r azón y la jerarquía de estados de utilidad, bondad, nobleza y belleza y la situación acontecida a partir del año 1933 con la subida al poder de Adolf Hitler y la instauración de la nacionalsocialismo como único partido político de la Alemania posterior a la Primera Guerra Mundial. Además esas premisas anteriormente comentadas se entrelazaron con el deterioro en el progreso autónomo del individuo a raíz de la insurgencia del nazismo, siendo este individuo principalmente los judíos, comunistas, gitanos, homosexuales y enfermos, así como las masas alemanas, tal y como se verá con posterioridad. Seguidamente y con Kant como referente haciendo uso de su Crítica del Juicio, desarrollaremos la inevitable relación entre el arte desinteresado definido por el Gran Filósofo y el supuesto arte interesado del Gran Dictador. Por último y como cúlmen de los punto desarrollados anteriormente este arte interesado y desacoplado sincrónicamente con el mundo contemporáneo (así como acoplado con el arte de la antigüedad clásica) adquiere un poder de control y de exposición sin precedentes utilizando el poderoso concepto de reproducibilidad técnica estudiado por el pensador contemporáneo Walter Benjamín, a través del cine (máximo concepto de reproducibilidad) de la mano de Leni Riefenstahl.
2.- PAULATINA AUTONOMÌA. LA AUTONOMÌA ILUSTRADA Y LA AUTONOMÍA DEL INDIVIDUO Todos los reinos europeos, salvo Gran Bretaña y los Países Bajos, sufrieron experiencias absolutistas que evolucionaron en el siglo XVIII hacia formas más ilustradas pero aún despóticas. En el siglo XVII y XVIII parece que hubo una única forma de producir conocimiento, y era la destilada a través del Despotismo francés, ya que hacen equivaler la Naturaleza, la Razón y el Estado, teniendo t eniendo un control tot al de este último y una ausencia de poderes alternativos alternativos al que reclama para sí el derecho ilimitado ilimitado a gobernar y a su vez centralizan el poder financiero, administrativo y militar. El estado absolutista (ilustrado) creó el significado de su propia arquitectura, jardinería, música, etc; eso es la que valía. y contra las instituciones sociales y políticas de ese Ancien Régime fue que se desencadenaron las subsiguientes revoluciones liberales que introdujeron límites al poder a través de las constituciones, apareciendo poco a poco el concepto de individuo autónomo. No obstante y a modo de intento de relación entre las premisas despóticas y las totalitarias en esta primera parte, es necesario dejar claro que a pesar de haber una equivalencia entre la situación de los individuos en el totalitarismo y en el absolutismo ilustrado, en este último y a diferencia de lo que ocurría con el primero, el poder no se ejerce de manera arbitrada o injustificada como medio para exterminar y atemorizar sino que está fundamentado teóricamente por razones teológicas o racionalistas. Por lo tanto podemos asumir que el Totalitarismo atenta de manera demoledora utilizando entre otros medios, el terror, contra los individuos en función de su pertenencia a un grupo social muy definido, adentrándose en el caso del fascismo alemán en un grupo racial.
2.1. Las primeras ideas sobre la autonomía. Kant, Moritz Podríamos partir este primer apartado mencionando la concepción Aristotélica que entiende la naturaleza como organismo autónomo compuesto de seres autónomos cada uno de los cuales tiene sus propias finalidades que no deben estar sujetas a ningún fin externo y/o extraño a ellos. Esto supondría el germen de lo que más tarde, en el Siglo XVIII Karl Philipp Moritz denominaría estado de utilidad que lo veremos en las próximas líneas. En su ensayo Sobre la imitación firmante de lo bello Moritz atiende a la distinción de los
términos «bueno, útil, bello y noble» poniendo el término útil, como vislumbramos en el párrafo anterior en el primer escalón para llegar a una plena autonomía. Lo útil hace referencia a una situación ajena por completo al individuo, la heteronomía (por contraposición a la kantiana heautonomía) lo que crea extrañamiento e interés ajeno y que carece por completo de interés para sí mismo. Lo bueno inicia el camino hacia la autonomía y ya lo noble y bello es heautónomo en sí mismo. Es decir: bueno para algo (lo útil) cuando place sólo como medio. En su más alto grado de autonomía dice que lo bello atrae atra e hacia sí sí nuestra contemplación y de este modo nos olvidamos de nosotros mismos y enfocamos nuestra atención en el objeto bello siendo en este olvido en donde encontramos el más puro goce desinteresado. Propone pues, una oportunidad para escabullirnos de nuestra cotidianidad, sea ésta de la manera que sea. En este sentido es importante indicar que las masas y juventudes hitlerianas no pretendían escabullirse de su vida rutinaria ya que para ellas, el nacionalsocialismo era algo necesario, como veremos posteriormente. Immanuel Kant, también el en Siglo XVIII defendía que el ámbito de la autonomía y del gusto estaba despojado de cualquier fin e interés ajeno o extraño. A este estado, por así decirlo, Noble y Bello, en palabras e ideas de Motitz, se accede de manera independiente de la clase social ya que depende de una capacidad universal de comunicación. Este pensamiento, defendido y secundado por Moritz y más tarde por Habermas y Locke atenta claramente contra el aparato totalitarista y centralista de cualquier fascismo, en nuestro caso, el fascismo alemán, tal y como veremos en el apartado dedicado a éste. En un ensayo que Kant publicó en 1784 en la Berlinische Monatschrift Monatschrif t : respondía a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, relacionándola con la autonomía intelectual y el uso público y libre de la razón. En contraposición distingue ésta de su uso privado. Es decir, dec ir, la esfera pública estaba destinada al intelectual, al individuo o grupo de individuos que ejecutaban las acciones, los que piensan, los dirigentes y los que opinan. Restringe por contra, el uso privado de esa misma razón a los súbditos, los individuos que deben obedecer de forma maquinal en cualquiera que sea el puesto y nivel en que se encuentren, los que actúan de manera pasiva y en cierto modo, los sometidos. En este sentido este uso de razón privada puede relacionarse con la obediencia. o bediencia. Dicho en palabras pa labras de Federico el Grande de
Prusia: “Razonad cuanto queráis, pero obedeced ”. Para Kant, el ser humano, el individuo, al ser dotado de razón y voluntad libre, es un fin en sí mismo capaz de discernir entre lo justo y lo injusto y de obrar a partir de principios morales. Aquí deja de nuevo patente el hecho de que el valor del individuo no entraña la conveniencia ni la utilidad y que ha de ser tratado como fin y no como medio. En una de las fórmulas generales del su imperativo categórico, Kant expresará la siguiente afirmación “Obra
de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio” Dicho equilibrio entre el uso público de la razón (acción y restricción) es lo que caracterizó al Despotismo Ilustrado y de manera muy similar al totalitarismo del fascismo nazi, a través de las cabezas pensantes, urdientes y ejecutadoras de las sucesivas invasiones, control de masas, sometimiento despiadado de los judíos y demás etnias y culturas distintas a la aria .
3. EL FASCISMO ALEMÀN Tras la primera primera guerra mundial, mundial, el gobierno parlamentario de Weimar Weimar existente en ese momento se debilitó sobremanera y el fuerte sentimiento antisemita existente en Alemania (entre otros países) ya desde el final del Siglo XIX supuso el escenario perfecto para la aparición y ascensión a scensión por p or mayoría absoluta abso luta del de l movimiento totalitario y dictatorial de partido único nacionalsocialista en Alemania en el año 1933 por mayoría parlamentaria, no por golpe de estado, que descansaba y dependía del apoyo de las masas. Se declararon ilegales todos los partidos, partidos, Hitler obtuvo plenos poderes y sólo él pudo promulgar las leyes. El Estado, la Razón y la Naturaleza se centralizaron en una única persona, a semejanza de lo acontecido en el Despotismo ilustrado. Los judíos habían mantenido sus posiciones decisivas en el sector financiero durante más de 100 años, aunque a lo largo de los siglos los judíos habían ido perdiendo paulatinamente su poder, privilegios y funciones públicas, aunque mantenido su fortuna. Esta situación situación vivida por los los judíos de Europa occidental y central constituía la atmósfera en la cual los siguientes acontecimientos pudieron desarrollarse. Puede que todo ese odio y violencia nazi surgiera como respuesta al poder que durante centurias disfrutaron los judíos. Las masas alemanas de la época se alimentaron los alimentaron los prejuicios y el odio primero de la población medieval quien vio en los judíos la personificación del asesinato de Jesucristo y después de las masas alemanas de la postguerra educadas para el rigor, la obediencia y la represión de los sentimientos. De esta manera los volvían a culpar de las penurias económicas por las que estaba atravesando Alemania. Este odio no permitido se legitimaba ahora con la subida al poder del Nacionalsocialismo. Este odio reprimido en la infancia se convirtió con la edad en un odio asesino que los líderes disfrazan de ideología. El antisemitismo totalitario hizo uso (inadecuado) de la falacia de historia de los llamados «Protocolos de los Sabios de Sión» y que los nazis supieron utilizar como el libro justificativo de su propaganda antisemítica y su conquista mundial.
3.1. La pérdida de la autonomía En este contexto, los judíos, así como los homosexuales, gitanos, comunistas, enfermos y cualquier otro individuo ajeno a la denominada raza aria, estaban completamente excluidos. y no se les consideraba aptos para la vida social. Comenzó la
eliminación de todo derecho político y civil por lo que dejan de ser personas. No hay matrimonio entre alemanes y judíos. El concepto de ciudadano protesto por Habermas en tanto en cuanto de acceso universal, aquí desaparece para los judíos Si la Declaración de los Derechos del Hombre a finales del siglo XVlII fue un momento decisivo en la Historia. por el cual a partir de entonces la fuente de la Ley debería hallarse en el interior del Hombre señalando su emancipación de toda tutela, la completa involución de esta premisa vio su completo desarrollo con la instauración del terror nazi del Siglo XX.
A partir del ensayo de Walter Benjamin La obra de arte en la
época de su reproducibilidad técnica de cuya interpretación realizada por el filósofo y
politólogo Anibal Romero de la Universidad Simón Bolivar de Venezuela hablaremos en apartados posteriores, este último sustrajo que La intención del movimiento nacionalsocialista fue crear un nuevo tipo de ser humano del cual surgiría una nueva moral, un nuevo sistema social y eventualmente un nuevo orden internacional, un nuevo sistema social dominado por la raza superior, y un orden internacional sometido al poder alemán y todo ello impulsado por la idea estético-narcisista en la cual cua l la vida e incluso la muerte pasaba a ser un asunto estético. (Romero, 2004, p.9). La vida tenía que ser bella, no justa ni buena, sino bella. He aquí la gran diferencia entre la jerarquía de valores hacia al autonomía tal y como la entendía Moritz, para quien lo bello está en lo más alto del para sí.
Dado que los movimientos totalitarios existen dentro de un mundo no totalitario, el mejor instrumento para relacionarse, coaccionar, hacer patente su ideología y llegar a las masas es a través de la propaganda en las cuales hay altas dosis de mentiras, tal y como el Führer acostumbraba a hacer con sus invitados para llevarlos a su terreno. Pero la verdadera esencia del gobierno nacionalsocialista fue la utilización del terror como "guerra psicológica" hacia una población sometida. El dominio del terror fue expresado en los campos de concentración y en este contexto, la propaganda desaparece porque ya no es útil. Incluso quedó prohibida en toda la Alemania nazi.
4.- LA ESTETICA NAZI. Todo aquello que para Hitler no encajaba en su concepto cultural era condenado a ser eliminado. Sólo las actividades culturales y las prácticas artísticas enfocadas y dedicadas a engrandecer la patria y la raza alemana, la figura del Führer y los supuestos orígenes clasicistas e imperialistas tenían cabida y eran mostrados con orgullo. El Hitler de este libro es un hombre para quien la cultura no fue sólo un fin al que debe aspirar el poder, también es el medio para conseguirlo y conservarlo. (Frederic Spotts, 2011, p. 12)
4.1. El arte desinteresado de Kant Vs. el arte interesado de Hitler Atendiendo a la tercera crítica de Kant, la crítica del juicio, nos encontramos con varia premisas e ideas my interesantes que podemos enlazar y relacionar con el llamado arte nazi, mayormente propagandístico, desde los símbolos y esculturas hasta los monumentos. Vayamos por partes: Dice Kant en su Crítica del Juicio, que la base para lo bello no es objetivo, y que los juicios de gusto han de ser necesariamente desinteresados, es decir, con ausencia conflicto de intereses ni un fin o utilidad. Lo contrario, dice Kant, sería lo agradable, que nos deleita y despierta una sensación patológica que encierra un interés y por lo tanto un fin y una utilidad. Volviendo la vista a apartados anteriores, denominábamos útil út il (Moritz). Kant va más allá y dictamina que el carácter de los juicios es universal, válido para todos y por lo tanto no tiene ninguna condición privada que individualice el gusto. Y además el fin no determina el placer que experimentamos al ver un objeto y por tanto no determina que lo consideremos bello. Sigue diciendo que sólo aquello que se hace libre y deliberadamente puede considerarse arte. El arte que se realiza como oficio no deja de ser trabajo, es decir, un medio hacia un fin. fin. Algo así como un mecanismo… (Arte mecánico Vs. arte estético). Si
bien es cierto que todo artista tiene una u na intención al realizar un obra o bra de arte, esta intención no debería hacerse notar. Volvemos a lo mismo: no debería entrañar un fin o una utilidad. Enfocando ahora la atención en el llamado arte nazi nos encontramos con una serie de circunstancias que podríamos contrastar con lo estipulado con Kant. Puede decirse que este arte fascista entrañaba un fin ya que fue utilizado como modo de atraer y someter a las masas, ensalzar la figura única del Dictador y atizar la viva llama fanática de la población?. Este tipo de arte, desde luego utilizaba el poder del impacto visual de los colores, los modelos humanos que utilizaban y su intención queda patente tanto si no referimos a las esculturas creadas por Arno Breker como la arquitectura monumental que pretendían recrear las proporciones, formas y modelos grecorromanos por considerarse éstas puras y libres de la influencia judía. En este último aspecto cabe destacar la maqueta que Albert Speer creó para la proyección de la renovación de Berlín a cargo de Adolf Hitler, llamada Welthauptstadt Germania en la cual se ingresaría por una avenida central que pasaba por debajo del arco de triunfo de Hitler (mayor en promociones al Arco de Triunfo de Napoleón en París), seguía junto al Estadio de Germania y la Cancillería del Reich. Puede este arte considerarse libre y desinteresado? Crea éste un sentimiento de placer y satisfacción al ser observado? Se puede decir que esté libre libre de conflicto de intereses? Posiblemente la satisfacción podría ser experimentada por un cierto número de individuos pero al responder a un arte propagandístico totalitario dentro de un mundo no totalitario podríamos concluir que No genera un juicio universal y que además es un arte desacoplado dentro de su entorno y contexto sociopolítico de la época. Los nazis prohibieron cualquier tipo de crítica artístia y negaron el modernismo como forma de arte. El denominado Arte Degenerado hacía alusión a todo el arte moderno (expresionismo, cubismo, constructivismo, futurismo) y fue concebido como monstruoso, retorcido y violento contra el virtuosismo clásico que el Führer tanto anhelaba implantar, hasta que éste lo logró, inaugurando en 1937 la casa de arte alemana, museo en el que se expusieron cuadros previamente aprobados por él en el que se representaban tanto la vida rural alemana como las virtudes militares que enaltecían la pureza de la raza, el realismo heroico y el canon de la belleza clásica. Es un arte que hunde sus raíces en el pasado
clásico. En ese mismo año, confiscaron prácticamente todas las obras modernas de los museos alemanes y presentaron una selección de 650 obras en la exposición titulada Entartete Kunst (Arte degenerado, 1937) para dejar constancia con ello de la naturaleza
depravada de este tipo de arte.
4.2. La reproducibilidad técnica según Walter Benjamin Una idea subsumida en la obra de Walter Benjamin, La obra de arte en la era de la reproducibilidad técnica, es que en la era totalitaria existió una poderosa relación entre
estética y violencia. Describió al arte fascista como la autopromoción y el narcisismo del modernismo en el cual la destrucción y exterminio de todo un pueblo se enmascara como creación, vislumbrando de este modo que tanto la vida como la muerte tiene una estética. Aníbal Romero, haciendo un brillante desarrollo de la obra de Benjamín sintetizó esta idea de la siguiente manera: Elevaron la sublimación del deseo en la contemplación estética a nuevas cimas. Convirtieron la autodestrucción de la humanidad en una grandiosa y grotesca exhibición estética. (Romero, 2004, p.6) Esta estética de la muerte formaba parte del gran colectivo de masas alemanas que sabían perfectamente lo que sucedía ya que una reciente publicación de los informes secretos sobre la opinión pública pú blica alemana durante la guerra (desde 1939 a 1944), realizados por el Servicio de Seguridad de las SS (Meldungen aus dem Reich. Auswahl aus den Geheimen Lageberichten des Sicherheitdienster der SS 1939-1944, editada por Heinz Boberach, Neuwied y Berlin, 1965), resulta muy reveladora ya que muestra, en primer lugar, que la población se hallaba notablemente bien informada sobre los llamados secretos las — las
matanzas de judíos en Polonia, la preparación de un ataque a Rusia y esto no debilitó
en modo alguno al Régimen de Hitler con lo cual se prueba que el apoyo de las masas al totalitarismo no procede ni de la ignorancia ni del lavado de cerebro. También la concepción monumental de la política como espectáculo estaba intrínseco en esta estética de muerte. En términos de Benjamin el nazismo, con Hitler a la cabeza, estetizó la política
como bastión del control total de las masas, incondicionales. Es decir, utilizó obras de arte enteramente reproducibles, de modo que la modernización técnica e industrial potenciaba el uso político del arte y esto llevado al campo político, social y cultural sirvió para potenciar los puntos fuertes de un pueblo conquistador. Es un arma poderosa ya que al poder multiplicar las reproducciones, lo irrepetible, el aura de la obra del arte desaparece y ésta se vuelve masiva. Anibal Romero prosigue el análisis del artículo de Benjamin de la siguiente manera: El fascismo busca la salvación dando a las masas no sus derechos sino la oportunidad de expresarse. (Romero, 2014, p.5) La condición tradicional kantiana del arte como objeto de goce estético quedaba subordinada a su papel como herramienta de comunicación, de propaganda y por lo tanto también de manipulación. El arte propagandístico es arte mecánico o estético? cabría preguntarnos después de este discurso. Kant establece que el arte es mecánico cuando siendo
“adecuado
al
conocimiento de un objeto posible, ejecuta los actos que se exigen para hacerlo real”. En cambio hablaba de arte estético si éste “tiene como intención inmediata el sentimiento del placer ”. La mecanización de lo artístico, es decir, la reproducibilidad técnica como vía hacia la apropiación del arte por las masas nos da la respuesta de que efectivamente, este goce estetico del que hablábamos anteriormente, esa pérdida de áurea y esencia irrepetible podría posicionar al arte nazi en la esfera del atrae mecánico Paralelamente, Adorno señaló que este arte no aureático y reproducible podría degenerar fácilmente en la mimesis, como ocurriría con los monumentos clasicistas de corte imperialista y nostalgias grecolatinas y que tendría grandes riesgos al sacrificar el arte aureático por el popular y mecánico.
5. LA PROPAGANDA NAZI EN EL CELULOIDE Las relación entre cine e ideología siempre ha sido una realidad y las producciones cinematrográficas existen mayoritariamente bajo la contextualización histórica bajo la cual fueron gestadas. Uno de los mejores ejemplos fueron los dos grandes documentales propagandísticos realizados por la cineasta alemana Leni Riefensthal para glorificar la ideología del partido nacional-socialista. Así pues, los mítines a viva voz muy cuidadosamente ensayados y desarrollados y las artes visuales a base de símbolos no eran suficientes para llegar a las masas e imponer con este tipo de propaganda la ideología nazi. Había otra arma más poderosa que había nacido en el seno de esta reproducibilidad técnica a la que hizo alusión Walter Benjamín: El cine. La propaganda y el espíritu duradero, clásico, ario y apolíneo a través del cine se hizo patente de manera muy significativa a través de los documentales que el propio Hitler encargó a Leni Riefenstahl, como son “El triunfo de la Voluntad ” y “Olimpya”
5.1. Arte nazi y arte de la antigüedad clásica. Acoplamiento propagandístico En la revista Observaciones filosóficas, el Profesor Simón Royo Hernández de la UNED, exponía la identidad y el acoplamiento estético e ideológico del nazismo y la antigüedad clásica utilizando el medio más eficaz de propaganda, el cine documental de Leni Riefensthal: Olympia, de la siguiente manera: El film comienza con imágenes y esculturas de la antigua Grecia, acompañadas de una música wagneriana compuesta por Herbert Windt e interpretada por la filarmónica de Berlín, creándose junto a la belleza apolínea de las columnas del Partenón el deseo de renacimiento de esplendor greco-romano. Figuras como el Discóbolo de Mirón cobran vida en los atletas alemanes. La antorcha olímpica viaja en manos de un atleta desde la antigua Grecia hasta la moderan Alemania, hasta llegar al gran estadio presidido por Adolf Hitler. Los ecos de toda la tradición del Romanticismo que buscaba hasta la exageración suscitar la idea de que Alemania era la heredera de Grecia por excelencia (Royo Hernández, 2010, p. 5)
En su obra El triunfo de la voluntad , la genial realizadora alemana discípula del gran Fritz Lang (curiosamente de origen judío) se centra sobre todo, en la figura del Dictador, en sus mítines como si de un e mperador romano se tratara, de los desfiles y formaciones militares y de la entrada triunfal de Führer en Nuremberg a modo de las entradas triunfantes de los emperadores en las ciudades. Hitler, al igual que aquéllos, era vitoreado y laureado por las masas que no cuestionaban. Atendiendo a la idea de Oscar Ortego Martínez, los dos documentales citados anteriormente, reflejan aspectos clave de la ideología nacional-socialista. Uno de ellos es la idea de una sociedad basada en la jerarquía en la cual el Estado pasa de ser un mero agente político a ser la representación representac ión de la esencia ese ncia nacional y de este modo su líder se convertía automáticamente en la propia nación: El triunfo de la voluntad es la materialización de esta idea y para ello su directora utilizó dos recursos narrativos de gran contundencia: el primero y más evidente es la caracterización mesiánica del líder, Adolf Hitler, que desde las nubes desciende a la tierra para inaugurar el primer congreso del partido nazi en la ciudad de Nuremberg. Se convierte en el nuevo Mesías wagneriano cuya misión es la de salvar a la nación alemana de los peligros del liberalismo y el marxismo por medio del retorno a una supuesta pureza rural alemana (Ortego Martídez, 2012, p. 159 - 166).
El resultado convierte a las masas asistentes al congreso en una perfecta coreografía, atendiendo a una suerte de fusión sociedad-geometría, la síntesis perfecta de una sociedad jerarquizada y militarizada, muy del estilo del Imperio romano. El arte nazi, según estos dos documentales propagandísticos dejan ver, estaría acoplado en la cultura de un pasado clásico y una idealización del arte puro alemán, con Wagner como referente musical. En El triunfo de la voluntad , el despliegue de marchas militares, los planos en picado de la figura del Führer (en su afán de engrandecerla). En el filme aparecen desfiles interminables, bellamente iluminados y encuadrados de modo que Hitler se ve alto y fuerte, la acentuación de la belleza y virilidad de los hombres del partido nazis. La exaltación de los mitos nazis y un culto a la hombría, salud y pureza arias, a modo del culto de los antiguos clásicos grecorromanos. Todos los mensajes son de sumisión por
parte del público y de los dirigentes hacia una única persona. En dicho documental, la historia se vuelve teatro. Un teatro reproducible, técnicamente maleable en pos de los intereses de la ideología nazi que tiene como buen ejemplo la anécdota en la que varios metros de cinta que mostraban a ciertos dirigentes del partido en la tribuna desde la que se lanzaban los discursos, se estropearon y el propio Hitler ordenó que se repitieran semanas después en otra localización pero con decorado creado por Albert Speer en el que, sin público, dichos dirigentes volvían a rendir pleitesía de la misma manera histriónica que hicieran en el momento del rodaje.
6.- CONCLUSIONES Cuando el ser humano creyó haber superado el control que de su propia autonomía y libertad hacían los gobernantes de los antiguos regímenes, a comienzos del siglo XX, dos siglos después del fin del Despotismo Ilustrado, aparece una nueva manera de controlar a las masas privándolas de capacidad de decisión y lo que es peor, decidiendo de manera unilateral quién vive y quién muere. Las premisas en las que se basaron filósofos ilustrados como Kant o Moritz quedan completamente arrasadas con el terror impuesto por los fascismos, en nuestro caso por el nazismo, a través de un dictador que usa la antilibertad y el odio acumulado durante años para proclamar y exaltar el poder de un pueblo sin contar con el pueblo, un dictador que vive un momento de desacople estructural con respecto al mundo y el momento histórico que lo rodeaba pero a la vez acoplado en el pasado grecolatino imperialista y basándose en un medio potente y eficaz como es la imagen y dentro de ella, el cine de propaganda que muestra estas ideas de la mano de la cineasta Leni Riefensthal. A través de este artículo he intentado tocar estos temas y entrelazarlos para tratar de comprender hasta dónde se llegó en el nazismo mezclando todos estos componentes. Terror, destrucción, jerarquía, control de masas, privación de libertad y privación de autonomía.
7.- BIBLIOGRAFIA ORTEGO MARTINEZ, Oscar, La imagen cinematográfica al servicio de la ideología del triunfo de la la voluntad a las las brigadas del espacio, UCII, 2012, Madrid CLARAMONTE, Jordi, República de los Fines, Cendac, 2010, Murcia HARENDT, Hannah, Los orígenes del totalitarismo, Taurus, 1998, Madrid BENJAMIN, Walter, La obra de arte en la era de la reproducibilidad técnica, Itaca, 2003, México KANT, Immanuel, La crítica del juicio, El E l Cardo, 2003, Madrid ROYO HERNANDEZ, Simón, Revista Observaciones Filosóficas, UNED, 2010, Madrid ROMERO, Anibal, Benjamín: estética y nazismo, Panapo, 2004, Venezuela