Estética – Benedetto Croce
ESTÉTICA COMO CIENCIA DE LA EXPRESIÓN Y LINGÜÍSTICA GENERAL1
BENEDETTO CROCE
I.
La in intuición y la expresión
El conocimiento tiene dos formas. Es, o conocimiento intuitivo o conocimiento lógico; conocimiento por la fantasía o conocimiento por el intelecto; conocimiento de lo individual o conocimiento conocimiento de lo universal, universal, de las cosas particulares particulares o de sus relaciones. relaciones. Es, en síntesis, síntesis, o productor de imágenes, o productor de conceptos. (5)
Una obra de arte puede estar llena de conceptos filosóficos, puede contenerlos en mayor escala y con mayor profundidad que una disertación filosófica, que puede ser, a su vez, rica y rebosante de descripc descripciones iones e intuiciones intuiciones.. Pero, Pero, a pesar de todos aquellos aquellos conceptos, conceptos, el resultado resultado de una obra de arte arte es una intuició intuición n; y, a pesar pesar de todas aquellas aquellas intuicio intuiciones nes,, el result resultado ado de la disertación disertación filosófica es un concepto. concepto . (6)
iertamente, la percepción es intuición; las percepciones de la !abitación en que escribo, del tintero y de la cuartilla que ten"o delante de m#, de la pluma que utilizo, de los ob$etos que toco y uso como instrumentos instrumentos de mi persona, la cual, si escribe, escribe, e%iste, son, todas ellas, ellas,
intuicione intuiciones. s. Pero es
$ustamente intuición la ima"en que a!ora cruza por mi cabeza de un yo que escribe en otra !abitación, en otra ciudad, con pluma, cuartillas cuartillas y tintero tintero distintos. distintos. &o que quiere decir decir que la distinción distinción entre realidad realidad y no realidad realidad es extraña extraña a la índole privativa privativa de la intuición, intuición, y secundaria secundaria (') &a intuición es la unidad no diferenciada de la percepción de lo real y de la simple ima"en de lo posible. n la intuición, no nos contraponemos como seres emp#ricos a la realidad e%terna, sino que ob$etivamos simplemente nuestras impresiones, cualesquiera que sean. (*+)
Lo ue se intuye en una obra de arte no es espacio ni tiempo, sino carácter o fisonomía individual. (+) individual. (+)
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CROCE, B. (1971). Estética, Centro editor de América Latina, Buenos Aires, Argentina
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ay un modo se"uro para distin"uir la intuición verdadera, la verdadera representación, de lo que le es inferior- aquel acto espiritual del !ec!o mecnico, pasivo, natural. !oda verdadera intuición o representación es, al propio tiempo, expresión. &o que no se ob$etiva en una e%presión no es intuición o representación, sino sensación y naturalidad. l esp#ritu no intuye, sino !aciendo, formando, e%presando. /uien separa intuición de e%presión, no lle"a $ams a li"arlas. (01)
El pintor es pintor porque ve lo que otro únicamente sabe sentir o entrevé, pero no ve. (02)
3 las variantes verbales a que !icimos referencia al principio, con las que se desi"na el conocimiento intuitivo, podemos entonces a4adir esta otra- el conocimiento intuitivo es el conocimiento expresivo. ndependiente y autónoma respecto de la función intelectual, indiferente a las discriminaciones posteriores de lo real y de lo irreal, y a las formaciones y apercepciones tambin posteriores del espacio y del tiempo, la intuición o representación se distin"ue de lo que se siente o e%perimenta, de la onda o flu$o sensitivo, de la materia ps#quica, como forma; esta forma, esta toma de posesión, es la e%presión. Intuir es expresar, no otra cosa "nada más pero nada menos# ue expresar. (05)
II.
La intuición y el arte
!oda la diferencia $entre la intuición com%n y la intuición artística&, pues, es cuantitativa, y, como tal, indiferente a la filosofía, scientia qualitatium. 'nos tienen más aptitud ue otros, más frecuente disposición ue otros para expresar plenamente ciertos comple(os estados del ánimo. ) estos se los llama artistas en el lengua(e corriente; algunas expresiones *arto complicadas y difíciles aciertan a manifestarse con excelencia y se les llama obras de arte. Los límites de las expresiones + intuiciones ue se denominan arte, con relación a las ue se califican de no arte son empíricos y es imposible definirlos. (0)
3s# como nadie se maravilla cuando aprende en la fisiolo"#a que toda clula es or"anismo y que todo or"anismo es clula o s#ntesis de clulas; as# como nadie se e%tra4a de !allar en una alta monta4a los mismo elementos qu#micos que constituyen una piedrecilla o fra"mento; as# como no !ay una filosof#a de los animales peque4os y otra de los "randes, una qu#mica para piedras y otra de las monta4as, as# tampoco puede !aber una ciencia de las "randes intuiciones y otra de las peque4as, una de la intuición com7n y otra de la intuición art#stica, sino una sola esttica, ciencia del conocimiento intuitivo o e%presivo, que es el !ec!o esttico o art#stico. sta esttica se corresponde perfectamente con la ló"ica, que abraza, como cosas de la misma naturaleza, la formación del concepto ms peque4o y ordinario y la construcción del ms complicado sistema cient#fico y filosófico. (0+)
2
Por !aber !ec!o de la diferencia cuantitativa diferencia cualitativa, se !a dado lu"ar al culto y a la superstición del genio, olvidando que la "enialidad no es al"o ba$ado del cielo, sino la !umanidad misma. l !ombre "enial que se sit7a ms all de lo !umano !alla su casti"o en encontrarse o aparecer a ratos rid#culo. 8al el "enio del per#odo romntico; as# tambin, el super!ombre de nuestros tiempos (0+*09)
n el acto esttico, la actividad e%presiva no se a4ade al !ec!o de la impresión, sino que las impresiones brotan de la e%presión elaboradas y formadas. :eaparecen, por decirlo as#, en la e%presión como el a"ua que se filtra, y reaparece la misma y a la vez distinta del otro lado del filtro. El acto est-tico es, por lo tanto, forma, y nada más ue forma. (09)
/u- sería una pintura para un *ombre *ipot-tico ue, privado de todos o de casi todos los sentidos, aduiriese de pronto %nicamente el órgano de la vista0 El cuadro ue tenemos delante, y ue se nos anto(a mirar solamente con los o(os, no sería para -l sino algo así como la sucia paleta de un pintor. (11)
&a impresión esttica es s#ntesis en la que no es posible distin"uir lo directo de lo indirecto. 8odas las impresiones estn i"ualadas en ella desde el momento en que se estetizan. /uien recibe la ima"en de un cuadro o de una poes#a no considera a esta ima"en como una serie de impresiones, al"unas de las cuales tienen una prerro"ativa o una antelación sobre las dems. e lo que sucede antes de !aberla recibido no se sabe nada. &as distinciones que se !acen a continuación, refle%ionando, no tienen nada que ver con el arte en cuanto tal. (11*1<)
1tro corolario de la concepción de la expresión como actividad es la indivisibilidad de la obra de arte. 2ada expresión es una %nica expresión. La actividad est-tica es fusión de las impresiones en un todo orgánico. (1<)
Elaborando las impresiones, el *ombre se libera de ellas. 1b(etivándolas, las destaca de sí y se *ace superior a ellas. La función liberadora y purificadora del arte constituye otro aspecto y otra fórmula de su carácter de actividad. La actividad es liberadora porue arro(a la pasividad al exterior. (12*15)
III. El arte y la filosofía
3
=/u es el conocimiento por conceptos> s conocimiento de relaciones de cosas, y las cosas son intuiciones. ?in las intuiciones no son posibles los conceptos, como sin la materia de las impresiones no es posible la intuición misma. &as intuiciones son- este r#o, este la"o, este arroyo, esta lluvia, este vaso de a"ua. l concepto es el a"ua, no esta o aquella aparición, este o aquel caso particular, sino el a"ua en "eneral, ya se realice en este o en aquel tiempo o lu"ar; materia de intuiciones infinitas, pero de un concepto solo y constante. 3!ora bien, el concepto, lo universal, si por un lado no es intuición, por el otro es, y no puede no ser, intuición. (16)
Las manifestaciones más altas, las cimas desde le(os resplandecientes del conocimiento intuitivo y del conocimiento intelectual, se llaman, como ya sabemos )rte y 2iencia. )rte y 2iencia son, pues, diversos, y al mismo tiempo aliados; coinciden por un lado, ue es el lado est-tico. !oda obra de ciencia es a la ve3 obra de arte. (19)
4uera de estas dos formas $conocimiento intuitivo y conocimiento intelectual&, no tiene otras el espíritu cognoscitivo. Intuición y concepto lo agotan completamente. En el pasa(e de la expresión al concepto, en el retorno del concepto a la expresión gira toda la vida teórica del *ombre. ne%actamente se !a considerado como tercera forma teórica a la !istoricidad. sta no es forma, sino contenido; como forma no puede ser ms que intuición o !ec!o esttico. &a !istoria no investi"a leyes ni for$a conceptos; ni induce, ni deduce; se diri"e ad narrandum, non ad demostrandum ; no construye
universales
y
abstracciones, sino
que
pone
intuiciones. l
individuum
omnimode
determinatum es el dominio de la !istoria como es el dominio del arte. La *istoria se reduce, por esto, al concepto general del arte. (<@*<0)
El mundo de lo sucedido, de lo concreto, de lo *istórico, es lo ue se llama el mundo de la realidad y de la naturale3a y comprende lo mismo la realidad física ue la ue se llama espiritual o *umana. !odo este mundo es intuición. Intuición *istórica, si lo presenta como es realísticamente; intuición fantástica o artística en sentido restringido, si lo presenta ba(o el aspecto de lo posible, es decir, de lo imaginable. La ciencia, la verdadera ciencia, ue no es intuición sino concepto, no individualidad, sino universalidad, no puede ser más ue ciencia del espíritu, de lo ue la realidad tiene de universal5 4ilosofía. (<2)
8ales datos !istóricos e intuitivos, no eliminables de las disciplinas naturales, e%plican, adems, no solamente cómo con el pro"reso del saber pasa a cate"or#a de creencias mitoló"icas y de ilusiones fantsticas lo que un tiempo se consideraba como verdadero, sino tambin cómo entre los naturalistas
se encuentran de aquellos que llaman !ec!os m#ticos, e%pedientes verbales, convenciones, a todo lo que en sus disciplinas es como el fun damento de todo razonamiento. (<5)
2on estas explicaciones ueda afirmado ue son dos las formas puras o fundamentales del conocimiento5 la intuición y el concepto; el )rte, y la 2iencia o 4ilosofía; resolviendo en ellas la 6istoria, ue es como el resultante de la intuición puesta en contacto con el concepto, esto es, del arte ue al recibir en sí las distinciones filosóficas mantiene a%n su concreción e individualidad. !odas las demás ciencias "naturales, matemáticas# son formas impuras, me3cla de elementos extraños y de origen práctico. La intuición nos da el mundo, el fenómeno; el concepto nos da el no%meno, el Espíritu. (<5)
I7.
6istoricismo e intelectualismo en la Est-tica
ACrítica de la AlegoríaB ontinuando en la corrección de estos errores o en el esclarecimiento de equ#vocos, notaremos que al"una vez se !a considerado esencia del arte al símbolo. 3!ora bien, si el s#mbolo es concebido como inseparable de la intuición art#stica, entonces es sinónimo de la intuición misma, que tiene siempre carcter ideal. Co !ay en el arte un doble fondo, sino un fondo solo, y todo en l es simbólico, porque todo es ideal. ?i el s#mbolo es concebido separable, si se puede e%presar por una parte el s#mbolo y por otra la cosa simbolizada, se torna a caer en el error intelectualista. l supuesto s#mbolo es la e%posición de un concepto abstracto, es una ale"or#a, es ciencia o arte que remeda la ciencia. Pero !ay que ser $ustos con lo ale"órico. &o ale"órico es, en ciertos casos, inocuo. e la Jerusalén libertada se puede e%traer cualquier ale"or#a; del Adonis, de Darino, el poeta de la lascivia insinuó que tend#a a demostrar Ecómo el placer desmesurado terminaba en el dolorF; ante una estatua de una mu$er !ermosa, el escultor pondr, al pie que la estatua representa la lemencia o la Gondad. sta ale"or#a, que se !ace post festum, cuando se !a concluido la obra, no altera la obra de arte. /ues entonces la alegoría0 Es una expresión añadida extrínsecamente a otra expresión . 3l poema de Jerusalén se a4ade una p"ina de prosa que e%presa otro pensamiento del poeta; al Adonis, un verso o una estrofa que e%presa lo que el poeta quisiera dar a entender a su p7blico; a la estatua, no ms que una de estas dos palabras- clemencia o bondad . (<+*<9)
2uando pensamos el concepto de vida dom-stica, caballería, idilio, crueldad o un concepto cuantitativo cualuiera, *emos abandonado el *ec*o expresivo individual del cual *emos tomado el impulso. 8e *ombres est-ticos nos *emos cambiado en *ombres lógicos; de contempladores de expresiones, en raciocinadotes. 9 nada se podrá ob(etar a seme(ante proceder. 2ómo podría nacer si no la ciencia, ue si tiene como supuesto previo las expresiones est-ticas, tiene como fin propio el ir más allá de ellas0 La forma lógica o científica, en cuanto tal excluye la forma est-tica. /uien se pone a pensar científicamente, *a cesado de contemplar est-ticamente, aunue su pensamiento tome necesariamente "como ya se *a dic*o y sería superfluo repetir# forma est-tica.
!
l error empieza cuando del concepto quiere deducirse la e%presión o en el !ec!o sustituyente encontrar las leyes del !ec!o sustituido; cuando no se percibe la diferencia entre el se"undo "rado y el primero y, por consi"uiente, !allndose en el se"undo creemos estar en el primero. 8oma este error el nombre de teoría de los géneros artísticos o literarios. (<9*2@)
7.
Errores análogos en la 6istoria y en la Lógica
Ds porque la silo"#stica es el arte de e%poner y de polemizar, su teor#a no puede ocupar el primer lu"ar en una ló"ica filosófica, usurpando el que corresponde a la doctrina del concepto, que es la doctrina central y dominante, en la que todo lo que !ay de ló"ico en la silo"#stica se reduce sin residuo al"uno (relaciones de concepto, subordinación, coordinación, identificación, etc.) s preciso no olvidar $ams que concepto y $uicio (ló"ico) y silo"ismo no estn en la misma l#nea. ?olamente el primero es el verdadero acto ló"ico; el se"undo y el tercero son las formas ba$o las que aquel se manifiesta, las cuales, en cuanto formas, no pueden e%aminarse ms que estticamente ("ramaticalmente), y en cuanto tienen contenido ló"ico, ms que olvidando las formas mismas y pasando a la doctrina del concepto. (2+)
La Lógica, reformada de tal suerte, será siempre Lógica formal; estudiará la verdadera forma o actividad del pensamiento, el concepto, prescindiendo de los conceptos singulares y particulares. ) la antigua se la llama impropiamente Lógica formal, y me(or debiera llamarse verbal y formalista.
La Lógica formal expulsará a la formalista. :ara este fin no será
necesario recurrir, como *an *ec*o otros, a una Lógica real o material, ue no es ciencia del pensamiento, sino pensamiento en acto; no Lógica exclusivamente, sino el comple(o y la unidad de la filosofía en ue está incluida tambi-n la Lógica. La ciencia del pensamiento "Lógica# es la del concepto, como la ciencia de la fantasía "Est-tica# es la de la expresión. En seguir exactamente y en cada particular, la distinción entre los dos dominios, estriba la salvación de una y otra ciencia. (29*5@)
7I.
La actividad teórica y la actividad práctica
El *ec*o est-tico se agota todo en la elaboración expresiva de las impresiones. 2uando *emos conuistado la palabra interior, concebido nítida y viviente una figura o una estatua, encontrado un motivo musical, *a nacido la expresión, y ella es completa5 no tiene necesidad de cosa alguna. /ue lue"o abramos o queramos abrir la boca para !ablar o la "ar"anta para contar; que di"amos en voz alta o cantando lo que ya nos !emos dic!o y cantado a nosotros mismos; que e%tendamos o queramos e%tender las manos para tocar las teclas del piano, para mane$ar los pinceles o el escalpelo, e$ecutando, por decirlo as#, en "rande aquellos movimientos que antes realizamos en peque4o, rpidamente y traducindolos en una materia que de$e !uellas ms o menos duraderas- es
"
este un !ec!o superpuesto, que obedece a leyes distintas que el primero y del que no debemos ocuparnos a!ora, aunque reconozcamos, desde lue"o, que es producción de cosas y !ec!o práctico o de voluntad . (52)
&a imposibilidad de la selección del contenido realiza el teorema de la independencia del arte ; y tambin es la 7nica si"nificación le"#tima del lema- el arte por el arte. El arte es independiente lo mismo de la ciencia ue de lo %til y de la moral . Co se abri"ue el temor de que con esto se lle"a a $ustificar el arte fr#volo y fr#o, porque lo que es verdaderamente fr#o y fr#volo lo es porque no !a sabido elevarse a e%presión; o, en otros trminos- la frivolidad y la frialdad nacen siempre de la forma de la elaboración esttica, de la posesión de un contenido y no de las cualidades materiales del contenido mismo. (56)
7II. )nalogía entre lo teórico y lo práctico
l doble "rado, esttico y ló"ico, de la actividad teórica tropieza con un importante escollo, !asta a!ora no puesto de relieve como debiera, en la actividad prctica. 8ambin la actividad prctica se reparte en un primero y en un se"undo "rado, implicando este a aquel. l primer "rado prctico es la actividad meramente útil o económica; el se"undo, la actividad moral . &a conom#a es como la sttica de la vida prctica; la Doral, como la &ó"ica. (59)
/uerer económicamente es querer un fin; querer moralmente es querer el fin racional. Pero precisamente quien quiere y obra moralmente no puede de$ar de querer y obrar 7tilmente (económicamente). =ómo podr#a querer el fin racional, si no lo quisiera, al mismo tiempo, como fin suyo particular> &a proposición rec#proca no es verdadera; como no es verdad, en la ciencia esttica, que el !ec!o e%presivo est unido necesariamente al !ec!o ló"ico. ?e puede querer económicamente sin querer moralmente; y es posible conducirse con perfecta co !erencia económica, si"uiendo un fin ob$etivamente irracional (inmoral) o, ms bien, que sea $uz"ado com o tal en un "rado superior de la conciencia. (60)
)sí como la intuición est-tica conoce el fenómeno o la naturale3a, y el concepto filosófico el nóumeno o el espíritu, así tambi-n la actividad económica uiere el fenómeno o la naturale3a, y la moral, el nóumeno o el espíritu. El espíritu ue uiere a sí mismo, al verdadero sí mismo, a lo universal ue *ay en -l espíritu empírico y finito5 *e auí la fórmula ue más propiamente acaso define el concepto de la moralidad. Esta volición del verdadero sí mismo es la absoluta libertad . (62)
7
7III. Exclusión de otras formas espirituales
En este esbo3o ue *emos dado de toda la filosofía del espíritu en sus momentos fundamentales, es concebido, entonces, el espíritu como recorriendo cuatro momentos o grados, dispuestos de modo ue la actividad teórica sea a la práctica como el primer grado teórico al segundo grado teórico, como el primer grado práctico al segundo grado práctico. Los cuatro momentos se implican regresivamente por su concreción; el concepto no puede existir sin la expresión; lo %til, sin la expresión y sin el concepto; la moralidad, sin los tres grados ue preceden. i %nicamente el *ec*o est-tico es, en cierto sentido, independiente, y los otros son más o menos dependientes, lo menos pertenece al pensamiento lógico y lo más a la voluntad moral. La intención moral act%a sobre determinadas bases teóricas, de las ue no puede prescindir, salvo que se admita el absurdo prctico que es la $esu#tica dirección de intención, en que uno se fin"e a s# mismo no saber lo que sabe perfectamente bien. (65)
Puede parecer que conviene !acer un $uicio distinto de la actividad reli"iosa. Pero la reli"ión, en verdad, es conocimiento y no se distin"ue de las restantes formas y subformas de este, porque de cuando en cuando es e%presión de aspiraciones e ideales prcticos (ideales reli"iosos), o narración !istórica (leyenda), o ciencia por conceptos (do"mtica). Por eso, lo mismo puede sostenerse que la reli"ión queda destruida con el pro"reso del conocimiento !umano o que persistir siempre con este. :eli"ión era todo el patrimonio de conocimiento de los pueblos primitivos; nuestro patrimonio de conocimientos es nuestra reli"ión. l contenido !a cambiado, me$orado, afinado; cambiar, me$orar y afinar en lo sucesivo, pero la forma es siempre la misma. &os que al lado de la actividad teórica del !ombre, al lado de su arte, de su cr#tica, de su filosof#a, quieren conservar una reli"ión, no sabemos para qu quieren conservarla. s imposible conservar un conocimiento imperfecto e inferior, como es el reli"ioso, al lado del que lo !a superado. l catolicismo, siempre co!erente, no tolera una ciencia, una !istoria, una tica en contradicción con sus concepciones y doctrinas; menos co!erentes, los racionalistas se disponen a de$ar un poco de lu"ar en su esp#ritu para una reli"ión que est en contradicción con todo su mundo teórico. (6)
La filosofía uita toda ra3ón de ser a la religión porue la sustituye. 2omo ciencia del espíritu, la filosofía mira a la religión como a un fenómeno, a un *ec*o *istórico y transitorio, a un estado psíuico superable. 9 si divide el reino del conocimiento con las disciplinas naturales, con la *istoria y con el arte, de(ando a auellos el contar, el medir, el clasificar, a la *istoria el representar lo individual acaecido, y al arte, lo posible, no ueda nada para la religión. :or la misma ra3ón, la filosofía, como ciencia del espíritu, no puede ser filosofía del dato intuitivo. :or lo tanto, como ya *emos visto, no puede ser ni filosofía de la historia ni filosofía de la naturaleza. :or ello no puede darse ciencia filosófica de lo ue no es forma y universal, sino materia y particular. Lo ue torna a afirmar de nuevo la imposibilidad de la Metafísica.
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3 la filosof#a de la !istoria !a sucedido la metodolo"#a o ló"ica de la !istoria; a la de la naturaleza, una "noseolo"#a de los conceptos que se emplean en las ciencias naturales. &o que la filosof#a puede estudiar de la !istoria es el modo como se construye (intuición, percepción, documento, probabilidad, etc.); lo que puede estudiar de las ciencias naturales son las formas de conceptos que en ellas aparecen (espacio, tiempo, movimiento, n7mero, tipos, clases, etc.). &a filosof#a que se convierte en metaf#sica con el sentido ms arriba indicado pretender#a, por el contrario, competir con la !istoria y con las ciencias naturales, las 7nicas le"#timas y capaces en su campo; competencia que es, de !ec!o, labor de c!apuceros. n este sentido nos declaramos antimetafísicos, declarndonos me$or ultrametafísicos, siempre que se quiera, con esta palabra reivindicar y afirmar el oficio de la filosof#a como autoconciencia del esp#ritu, distinta de la función meramente emp#rica y clasificadora de las ciencias naturales. (6+)
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