OPINAR AR EL LÓGOS ESCUCHAR , COMPRENDER , OPIN LÓGOS. DIST DISTIN INTO TOSS NIVE NIVELE LESS DE CONO CONOCI CIMI MIEN ENTO TO EN ALGU LGUNOS NOS FRAG FRAGM MENTOS TOS DE HERÁ HERÁC CLITO LITO DE ÉFES FESO1 Esteban Bieda
UBA-UNSAM-CONICET-MAEC/AECID No enrolles presuroso sobre tu ombligo el libro de Heráclito el Efesio. En verdad es un sendero de muy arduo acceso. Hay oscuridad y tiniebla sin luz. Pero si algún iniciado te introduce, será más luminoso que el sol resplandeciente. (Diógenes Laercio, Vitae IX.16) Es el oscuro porque piensa preguntando en dirección al despejamiento.
(M. Heidegger, “Aletheia”)
En los fragmentos de Heráclito de Éfeso que nos han llegado abundan las referencias a distintas capacidades humanas vinculadas con el conocer o, más en general, con los diversos modos en que los seres humanos se vuelven hacia el mundo circundante. Hallamos, en primer lugar, aptitudes clásicamente cercanas a las facultades intelectuales ‘superiores’ (comprender, pensar, inteligir); por otro lado, otras, tam ________________ __________________ __ 1 Este trabajo fue elaborado en el marco de un curso de doctorado titulado “El Lógos de Heráclito”, dictado por el Prof. Dr. José Solana Dueso en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, España, gracias a una beca otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (MAEC-AECID), entre diciembre de 2008 y febrero de 2009. Agradezco los valiosos comentarios de los Profesores José Solana Dueso, Ángel Castello y Lucas Soares, así como también los aportes de los evaluadores anónimos de Ordia Prima. ORDIA PRIMA
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bién intelectuales, pero ‘inferiores’ (opinar, creer); en tercer lugar, encontramos facultades vinculadas con lo sensible y con los sentidos (oído, vista). Asimismo, junto a estos tres tipos de conocimiento, los fragmentos del Efesio aportan, en cuarto lugar, algo característico: es también a través de los sentidos, pero de un uso específico de ellos no equivalente al habitual, que es posible captar o conocer la verdadera estructura del mundo, su sentido y razón profundos. En el presente trabajo nos proponemos indagar en estos distintos tipos epistemológicos con la intención de hallar, si es que los hubiere, los criterios sobre los que descansan los principios heraclíteos del conocer. No pretendemos, desde ya, abordar el pensamiento de Heráclito en toda su extensión ni agotar los diversos problemas que supone nuestro tema de estudio. Nuestro objetivo es, si se quiere, más modesto: ensayar una aproximación a lo que puede haber sido su propuesta epistemológica respecto de los distintos modos de acceso al “ Lógos”.
I. OÍR DORM DORMID IDOS OS , ESCUCH ESCUCHAR AR DESPIE DESPIERTO RTOSS: DOS ASPE ASPECT CTOS OS DE LA SENS SENSIB IBIILIDA LIDAD D EN 22 DK B1 El fragmento 1 de Heráclito es de una riqueza tal que abre diversos caminos que permiten reconstruir, si no todo, al menos gran parte de su pensamiento. En lo que hace a nuestros intereses aquí, también se enuncian distinciones fundamentales: Pero los hombres resultan incapaces-de-comprender ( axýnetoi) este lógos –este que existe siempre– tanto antes de escuchar como tras haber escuchado por primera vez [...]. (B1, 1-4) 2
Destaquemos, Destaquemos, en primer lugar, que el lógos no es algo que sólo puede ser escuchado. El escuchar es, evidentemente, el modo de accesso que inmediatamente se vincula a una instancia tan cercana al ámbito ________________ __________________ __ 2 Las traducciones de los fragmentos son nuestras; hemos tenido especialmente en cuenta las traducciones castellanas de Cornavaca (2008) y Eggers Lan (1981). Con respecto al término griego “ lógos”, hemos optado por no traducirlo dada la inmensa cantidad de acepciones y sentidos que podría tener –incluso en la filoso-
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del lenguaje y de la palabra. Pero no debemos olvidar que, aun contra la advertencia de Robinson de que el lógos es aquí indefectiblemente algo que uno oye, los hombres devienen incapaces de comprenderlo no sólo tras haberlo oído sino también antes de oírlo ( prósthen è akoûsai). Así pues, no estamos, como pretende Robinson, ante un mero discurso –o “account ”, ”, según su traducción del término– sino ante algo lo suficientemente complejo como para permitir tanto lo que llamaremos (I) una “captación sensible simple” –esto es: la captación directa caraccarac terística de “los hombres” comunes quienes, de hecho, pueden oírlo aunque no lo comprendan– como lo que llamaremos (II) una “captación sensible compleja” –esto es: la capacidad de ciertos hombres, especialmente atentos a la dinámica cósmica, de dirigir su ‘audición’ hacia la estructura y sentido profundos del mundo, a la naturaleza que “ama ocultarse”–. Ahora bien, según lo dicho, a estas dos capacidades epistemológicas habría que agregar al menos una tercera; caso contrario, ¿cómo sería posible aprehender el lógos “antes de escucharlo”? escucharlo”? No parece, al menos no a primera vista, tratarse de una capacidad sensi ble sin más dado que opera antes de que el lógos haya sido puesto 3
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__________________ fía heraclítea–; Guthrie (1962: pp. 396-400) encuentra al menos once sentidos; para una extensa justificación de diversos significados y traducciones posibles cf. Eggers Lan (1981: p. 353, n. 57), Kirk-Raven-Schofield –de aquí en más KRS– (1987: p. 274), Marcovich (1978: esp. pp. 8ss.), Kahn (1979: pp. 29, 97 y 102), Robinson (1987: ad loc.) y Rodríguez Adrados (1975); para la contraposición entre lógos y épos , cf. Mondolfo (1971: pp. 156-165). Tampoco nos detendremos en la antigua polémica en torno al referente del adverbio “aeí ”, ”, polémica iniciada por Aristóteles (cf. Retórica 1407b); Eggers Lan, Cornavaca y Robinson lo adscriben –y lo mismo hacemos nosotros– al participio éontos , mientras que Mondolfo y Marcovich lo asocian con axýnetoi gínontai; Kahn, por último, considera que está en común con ambos. Para “toûde” atributivo y no predicativo cf. Marcovich (1978: p. 9). 3 Con respecto a esta captación ‘sensible’, Marcovich afirma que “il Logos è una Verità obiettiva o Legge universale, operante e perceptible nel mondo della esperienza quotidiana” (1978: p. 3). 4 “No hay evidencia convincente de que lógos signifique ‘principio racional’ para Heráclito. Para Heráclito el lógos (de los fragmentos 1 y 50) es algo que uno ‘oye’ o falla en su intento por oír; uno no ‘oye’ ratios (sic), proporciones o estructuras con patrones” (Robinson 1987: ad loc.; nuestra traducción). Contra esta inter-
pretación, cf. el denso análisis de Mondolfo (1971: pp. 156-165) y de Kahn (1979: p. 97).
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al alcance de nuestros oídos. 5 En palabras de Kahn: “el lógos no puede ser aquí sólo lo que Heráclito dice, las meras palabras que pronuncia o incluso el significado de lo que tiene para decir [...]. El lógos puede ser su significado pero sólo en sentido objetivo: la estructura que sus palabras mientan o a la que apuntan, la estructura del mundo mismo pensa mientoo acerca del mundo). (y no la estructura intencional de su pensamient Sólo una estructura objetiva tal puede estar ‘por siempre’ disponible para la comprensión antes de que cualquier palabra sea proferida”. 6 Pero sigamos, por el momento, con el fragmento 1: [...] En efecto, aun cuando todas las cosas resultan conforme a este lógos [...]. (B1, 4)
Nótese que no estamos solamente ante un discurso proferido sino ante una instancia que es también de otra índole, dado que es conforme a ella que todas las cosas existen o cobran existencia ( ginoménon). Y decimos “no solamente” porque no hay que perder de vista lo siguiente: el lógos del que aquí se habla es también un discurso proferido, es decir, es también el discurso de Heráclito: 7 __________________ 5 Podría pensarse, no obstante, en la visión: “Los ojos son testigos más exactos que los oídos” (B101a). Si suponemos auténtico el fragmento (cf. Eggers Lan 1981: p. 363, n. 76, Marcovich 1978: p. 19 y Heródoto I.8.2), se vuelve preciso parafrasear las palabras citadas de Robinson: uno no puede ver ni oír proporciones o razones, pero sí puede pensarlas. Y es el pensamiento, como es sabido, una actividad simbólicamente muy ligada a la visión y al ‘ojo del alma’. A título ilustrativo, cabe recordar la etimología de uno de los verbos centrales para dar cuenta del saber intelectual: “ oîda”, pretérito perfecto de eído (cf., en Heráclito, su uso ambiguo entre “ver” y “saber” en B56), término de la misma raíz que “idéa” y “eîdos”; por otra parte, en esta misma línea, el sustantivo “ theoría” y el verbo “ theoreîn” remiten, como es sabido, a la imagen de la “contemplación” y del “contemplar”. Este sentido del verbo “ oîda” como “saber” está atestiguado desde Homero (cf. Ilíada II, 485) hasta Aristóteles (cf. esp. Met. A,1). Contra este modo de d e interpretar el privilegio de la vista, cf. infra n. 8 y lo dicho allí a propósito del verbo “ akoúo”. 6 Kahn (1979: p. 98; nuestra trad.). 7 “ Nel fr. 1 ho lógos sembra voler dire in primo luogo affermazione o discorso, nel significato di ‘ insegnamento insegnamento orale’ [...] perché l’espressione ‘ hoûtos hoûtos ho lógos’ nella prosa arcaica vale, di solito, ‘affermazione, esposizione, prova’. Dal momento che gli uomini da soli possono ricavare la conoscenza del Logos direttamente dal mondo che li circonda,
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No tras escucharme a mí, sino tras escuchar al lógos , es sabio con venir (homologeîn) que todas las cosas son una sola cosa.8 (B50)
Hay quien afirma que no puede haber aquí un contraste entre Heráclito y su lógos , por lo cual estaríamos sólo ante una referencia a los los “patrones” o “estructura” del mundo. A propósito de esta interpretación, Robinson (1982: ad loc.) señala que no es posible escuchar patrones o estructuras sino mediante las palabras que dan cuenta de ellos. Estamos de acuerdo con Robinson en el hecho de que, si se tratara simplemente de “escuchar” en sentido lato –aquello que más arriba hemos denominado (I)–, el objeto no podría ser otro que algo audible, propiedad que, por cierto, no tienen las proporciones o las razones. Ahora bien, suponiendo que Robinson estuviese en lo cierto, uno podría preguntar a su vez: “¿y quién le pronunció a Heráclito mismo el lógos que ahora él está transmitiendo?”. Esto es: si sólo se puede ‘escuchar’ un lógos al que se entiende como discurso o explicación audible , entonces no queda otra alternativa más que pensar que Heráclito tam bién lo ha oído. oído. Y si alguien alguien nos diese el nombre del maestro del Efesio, con todo le podríamos preguntar por la persona de la cual aquél de la pregunta ad infinitum , deberíamos llegar, en algún momento, a un 9
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__________________ senza l’aiuto di Eraclito, ho lógos ai fr. 1 deve voler dire, nello stesso tempo , anche ‘veri”, Marcovich (1978, pp. 8-9; destacado nuestro). Cf. también Kahn tà obiettiva’ ”, (1979): “lógos es aquí tanto el discurso de Heráclito como algo más, algo universal, incluso eterno y divino” (p. 97; nuestra trad.). 8 Literalmente, “homologéo” significa “afirmar-el-mismo-lógos”, lo cual da cuenta de la presencia del término “lógos” en el verbo; se podría mantener dicha presencia mediante el verbo castellano “homo-logar”, pero en su significado actual se pierde aquel sentido (cf. Marcovich, 1978: pp. 78-79 y Kahn, 1979: p. 130). Cabe destacar los significados posibles de “akoúo” –al margen del principal “escuchar”–: “prestar oído a” (LSJ, s.v. II.1), “obedecer” (LSJ, II.2) y, más interesante para nosotros aquí, “comprender” (LSJ, II.3). 9 Cf. Kirk, G.S. (1954: ad loc.). 10 Cosa, con todo, discutible: “traducimos ‘lógos’ por ‘razón’ no en el sentido de ‘facultad racional’ sino en el de ratio , ‘proporción’, y también palabra que expresa dicha proporción; preferimos ‘razón’ y no ‘palabra’ porque lo principal es comprenderla , aunque a menudo debamos entenderla como ‘Lógos parlante’” (Eggers Lan, 1981, p. 353, n. 57; destacados originales). Aun siendo una ratio se trata, pues, de un ‘lógos que habla’ y que, por lo tanto, puede ser escuchado.
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lo habría oído a su vez, y así sucesivamente. Para desterrar el fantasma hombre conocedor del lógos (y capaz de transmitirlo) pero no por haberlo escuchado de otro: este hombre sería, pues, poseedor de una facultad capaz de captar el lógos por vía, paradójicamente, no dia-lógica sino alternativa y, evidentemente, individual: “el sentido técnico de lógos en Heráclito está probablemente relacionado con el significado general de ‘medida’, ‘cálculo’, ‘proporción’ y no se puede referir simplemente a su propia ‘versión’ –carecería de sentido, en ese caso, la distinción entre emoû y toû lógou en B50–, aunque el Lógos se le reveló en ella y coincide con ella hasta cierto punto”. En una línea similar: “ È chiaro dall’opposizione contenuta nell’espressione «ouk emoû allà toû lógou» che il Logos ha una esistenza obiettiva, che non dipende da Eraclito [...] Naturalmente, la la contrapposizione fra Io e Logos non è assoluta; l’insegnamento di Eraclito si basa anche sul Logos. Due sono i modi per apprenderlo: coglierlo indipendentemente dal mondo circostante, o riceverne l’insegnamento da Eraclito”. No obstante, quizá no tengamos que especular con los supuestos maestros de Heráclito, quizá la respuesta al modo de acceder a este Lógos se halle en los fragmentos mismos: 11
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Me investigué a mí mismo. (B101)
Una vez más llegamos a la necesidad de postular la existencia de cierta capacidad cognoscitiva diferente de la simple sensibilidad primaria. El objeto de esta investigación que capta al Lógos en su verdadera profundidad y densidad no es –al menos no en sentido lato– sensible; podría más bien tratarse del alma misma del hombre. Según KRS (1987: p. 308), “la máxima expresada en B101 conduce, pues –podría inferirse–, al descubrimiento de que el alma ordena la propia exterioridad de cada hombre”. 14
__________________ 11 Cosa de por sí dudosa: “éste no fue alumno de ninguno de los filósofos sino que aprendió con naturaleza sumada a estudio” ( Suda = 22 A 1a). 12 KRS (1987: p. 274). 13 Marcovich (1978: p. 77). 14 Si bien Marcovich (1978: p. 39) señala que el pronombre reflexivo “ emeoutón” no significa lo mismo que “ psykhé ” (cosa que, lamentablemente, no justifica con
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En palabras del Efesio: No descubrirías, caminando recorriendo cualquier camino, los límites del alma; así de profundo tiene lógos.15 (B45)
A partir de aquí se puede sugerir que el investigar ( dízesthai) de B101 tiene como meta el descubrir ( exeurískein) de B45.16 Vemos, pues, que la búsqueda que involucra la autoinvestigación es fatigosa y, evidentemente, interminable, pero no imposible ni reservada sólo a una ‘elite’.17 Es tal la profundidad del Lógos (que, como sugestivamente interpreta Eggers Lan, podría entenderse aquí como “fundamento del alma”) que sus límites son, tanto horizontal ( hodós) como verticalmente (bathýs), infinitos. 18 Ahora bien, así como la conciencia de la propia ignorancia no habría de ser óbice para que Sócrates buscara el conocimiento –más bien sería __________________ textos), sí seguimos su propuesta de no entender B101 en referencia a la máxima délfica –i.e. como una especie de búsqueda de ‘autoconciencia’ o cosa similar– sino más bien a una búsqueda que el hombre emprende en sí mismo con el objetivo de hallar la solución al “enigma del Lógos”; de allí su traducción: “ Interrogai me stesso” (cf. contra esta traducción e interpretación Kahn, 1979: p. 116 y n. 84). 15 Interpretamos “ pâsan hodón” como objeto directo tanto del participio iòn como del participio epiporeuómenos; sustentan esto no sólo razones semánticas sino lo que ya Wilamowitz ( Hermes 1926) había conjeturado: que “epiporeuómenos” es una glosa de “iòn”; por este motivo, en su edición reemplaza “ iòn” por “epiporeuómenos” –conjetura que DK aceptan, a pesar de no modificar “ epiporeuómenos”–. En cuanto a las negaciones correlativas agregadas por nosotros, se justifican por el valor concesivo que damos a los sintagmas de participio; literalmente: “no descubrirías, aun caminando... aun recorriendo...”. 16 Interpreta como nosotros Kahn (1979): “investigándose a sí mismo (B101) Heráclito puede hallar la identidad del universo, pues el lógos del alma es tan profundo que coincide con el lógos que estructura todo en el mundo (B45)” (p. 130; nuestra trad.); contra esta interpretación, cf. Marcovich (1978: p. 258). 17 “Todos los hombres participan del conocerse a sí mismos y del ser sensatos” (B116); cf. también B113 y Diógenes Laercio, Vitae IX.16. 18 Para las dimensiones horizontales y verticales del alma, cf. Marcovich (1978: p. 257). Kahn (1979: p. 130) entiende que este lógos del que se habla en B45 es el lógos al que habría que escuchar –y no a Heráclito mismo– para poder convenir que todas las cosas son una (B50). Puede ser interesante comparar este fragmento con B123 y con el 117 de Demócrito: “En realidad nada sabemos, pues la verdad se halla en lo profundo (en bythôi)”.
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esa conciencia lo que habría de incitar la búsqueda–, podría pensarse que la conciencia de la infinita profundidad del alma es lo que movió a Heráclito mismo a sumergirse en sus intersticios en busca del Lógos , el fundamento cósmico que también la habita. La “ psykhé ” de la que habla Heráclito –cuyo lógos se acrecienta a sí mismo (B115)– no sólo es, pues, el principio biológico de vida o de las emociones sino un principio cognitivo. ¿De dónde se infiere esto? 19
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Malos testigos son para los hombres los ojos y los oídos de quienes tienen almas bárbaras. (B107)
Este fragmento es útil para nuestros intereses aquí en dos sentidos: en primer lugar, da cuenta de que son las almas bárbaras las que hacen que los sentidos de quienes las poseen –sentidos que están siendo pensados como herramientas cognoscitivas– sean malos testigos. Esto es: un alma que no habla el idioma del Lógos , un alma que balbucea, un alma “bárbara”, en definitiva, y por ello casi literalmente atrofiada, entra en contacto con el mundo mediante sentidos viciados y deformados por una lengua inapropiada; así como el dormido cree estar despierto y, mientras duerme, se enfrenta a un mundo que cree verdadero, el alma bárbara cree percibir y conocer el mundo de manera adecuada cuando en realidad lo está haciendo de modo deficiente. Más adelante retomaremos esto. En segundo lugar, B107 nos permite confirmar la distinción que hemos hecho más arriba entre (I) un uso “simple” de los sentidos y (II) un uso “complejo”: quien tiene un alma bárbara ciertamente oye, pero no escucha; oye superficialmente dado que no habla el ‘lenguaje del mundo’ –que es el del Lógos–. Por el contrario, aquel cuya alma a lma sí habla dicho lenguaje escucha la realidad en su auténtica simpleza, escucha el __________________ 19 Para distintas alternativas en torno a cómo interpretar “ psykhé ” en este fragmento –si se trata del ‘alma ‘ alma cósmica del todo’ o del alma individual en su relación con el lógos universal (como creemos nosotros)–, cf. Mondolfo (1971: pp. 285-287). 20 Lo primero es interpretado por Eggers Lan (“en el caso presente los ‘límites del alma’ son sin duda su nacimiento y su muerte”, 1981: ad loc.); lo segundo por KRS (1987: p. 298) y especialmente defendido y argumentado por Kahn (1979: p. 127), quien llega a decir que Heráclito es el “primero” en concebir una psykhé de esta índole. Esto mismo afirman Kahn y Marcovich respecto del “alma” de B107.
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conflicto de opuestos que subyace y organiza el mundo, escucha ya no los materiales que se funden en el fuego sino el principio que los unifica: el fuego mismo. Es sugestiva la traducción de Marcovich de B107: “ Cattivi testimoni sono occhi ed orecchi per gli uomini, se questi hanno anime che non ne comprendono il linguaggio”. Al considerar la cláusula “ barbárous psykhàs ekhónton ekhónton” no como complemento especificativo de “ ophthalmoì kaì ôta” sino como sintagma de genitivo absoluto –al que Marcovich da
un matiz adverbial condicional–, queda bien claro que los hombres no necesariamente tienen almas bárbaras y que, por esto mismo, los ojos y orejas son malos testigos sól sóloo si ello ello ocurre ocurre. Hay, por lo tanto, dos usos posibles de los sentidos según la naturaleza del alma de quien se trate. En esta misma línea interpretativa, Robinson afirma que “sin el conocimiento del lenguaje < sc. en el que se asienta el lógos de lo real>, el alma nunca será capaz de interpretar con precisión visiones y sonidos, sin importar cuán extensa o detalladamente se presenten a los sentidos. Poseyendo dicho conocimiento, el alma estará equipada para interpretarlos y el camino estará abierto para la comprensión (insight ) dentro de lo real”. Algo similar afirman KRS (1987: p. 275, n. 2): “la expresión expresión ‘almas bárbaras’ se refiere a quienes no son capaces de entender el lenguaje de los sentidos o que no pueden interpretarlo correctamente, sino que se dejan engañar por las manifestaciones superficiales”. Volvamos a B1: 21
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[...] En efecto, aun cuando todas las cosas surgen conforme a este lógos , parecen inexpertos (apeíroisin), aun cuando tienen-experiencia ( peirómenoi) tanto de palabras como de obras tales cuales yo expongo-en-detalle ( diegeûmai) cuando divido cada cosa conforme a su naturaleza y declaro ( phrázon) cómo es [...].24 (B1, 4-7) __________________ 21 “De este modo Heráclito desarrolla el doble aspecto del lógos indicado en el proemio : las palabras habladas y un patrón universal de experiencia; el orden del mundo habla a los hombres como cierto lenguaje que ellos deben aprender a comprender”, Kahn (1979: p. 107; nuestra trad.). 22 Robinson (1987: ad loc.; nuestra traducción). 23 Cf. en esta misma línea Cornavaca (2008: nota ad loc.). 24 Marcovich no interpreta el participio “ peirómenoi” con matiz concesivo sino frecuentativo: “[...] gli uomini si comportano come ignoranti ogni volta che intraprendono fatti o discorso [...]”.
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Decíamos que estamos también ante el discurso de Heráclito, cosa que, además de en B50, hallamos también en B1: el Efesio está detallando (diegeîsthai) palabras y obras dividiéndolas en conformidad con la naturaleza misma y declarándolas ( phrázein phrázein), por lo tanto, tal como son. Si bien existe una diferencia conceptual entre el mero “hablar” ( légein) por un lado, y el “decir” o “declarar” ( phrázein phrázein) por el otro,25 en B1 se los pone a la misma altura equiparando tres niveles: (i) el lógos de Heráclito (pasible de ser oído sin más, lo cual no implica que se lo escuche, comprenda e interprete adecuadamente); (ii) el Lógos , , en conformidad con el cual todo cobra existencia; (iii) la naturaleza de las cosas y su ‘cómo’. Así, del mismo modo que la la naturaleza naturaleza es afecta afecta al ocultam ocultamiento iento (B123), (B123), lo mismo ocurre con el Lógos. El lógos de Heráclito, por el contrario, no permanece materialmente oculto dado que bastaría con estar ante él para poder oírlo. No obstante, si bien no oculto materialmente sí lo está semánticamente: al igual que la naturaleza y que la estructura profunda de la realidad, el sentido de las palabras oraculares se oculta tras el velo de sus simbologías y braquilogías. No se debe descuidar, al leer los fragmentos, aquel que probablemente sea la clave de bóveda para descifrar el misterio que ocultan: El Señor, cuyo oráculo es el de Delfos, ni revela ni oculta, sino que da signos. (B93)
Si bien Apolo no “revela” ( légei) el Lógos cósmico y absoluto, tampoco lo “oculta” (krýptei);26 más bien lo insinúa mediante el “ semáinein”, esto es: “dar signos ( sémata )”, “significar”, “señalar”, “indicar”, “hablar alegóricamente”, “aludir”. El discurso de Heráclito, al igual que el de Apolo, tiene, por un lado, un aspecto visible que los oídos bárbaros captan sin más pero que no contiene referencias explícitas y literales a la realidad. Por otro lado, también tiene una cara oculta, una cara que convive con la verdadera phýsis conforme a la cual todo es dividido y organizado (diaireîn),27 pero cuyo sentido, a diferencia de la punta del __________________ 25 Cf. LSJ s.v. “ phrázo” I.2. 26 Para la traducción de “ légo” en este contexto, cf. Marcovich (1978: p. 34). Por otro lado, no es casual que el verbo “ krýpto” sea el mismo con el que se dice –aunque en voz media– que “la naturaleza ama ocultarse ( krýptesthai)” (B123). 27 Para la “ phýsis” como criterio de sabiduría, cf. B112.
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iceberg que se muestra, no puede ser captado ‘de oídas’ sino que requiere una escucha atenta. En palabras de Solana Dueso: “el dar signos se sitúa entre el decir y el ocultar y abre el camino a la necesidad de la interpretación. Las palabras de la Pitia no son por sí mismas una revelación de la verdad ni tampoco mera engañifa”. Se puede haber oído y, con todo, no n o entender: 28
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Incapaces-de-comprender (axýnetoi (axýnetoi)) aun tras haber oído, parecen sordos; el dicho atestigua acerca de ellos: ‘presentes, están ausentes’.30 (B34)
Acerca de B34, Kahn afirma que “parece haber una audiencia allí, hombres escuchando, pero ninguna comunicación es posible, nada llega”. A esto parece referirse otro fragmento que contribuye a nuestra distinción entre dos tipos de sensibilidad: 31
Los hombres han sido engañados, afirma , en relación con el conocimiento de las cosas manifiestas (tèn (tèn gnôsin tôn phanerôn), rôn), de modo semejante a Homero, quien llegó a ser el más sabio de todos los griegos. En efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron diciendo: ‘cuanto vimos y atrapamos, lo abandonamos; pero cuanto ni vimos ni atrapamos, lo llevamos’. (B56)
Las “cosas manifiestas” son stricto sensu aquellas captables a simple vista, visibles visibles sin necesidad de mayores esfuerzos esfuerzos que ponerlas frente al órgano receptor. Es evidente que el ‘acertijo’ que plantea el fragmento 32
__________________ 28 Es en este sentido que Kahn (1979: pp. 87-95) habla de “densidad lingüística” y “resonancia entre términos” en los fragmentos de Heráclito. 29 Solana Dueso (2003: p. 35). Cf. Marcovich: “ come Apollo non rivela tutto (100%), né cela tutto (0%), ma lascia trapelare una parte della verità (50%), cosí anche Logos all’interno delle cose non è inaccessibile alla conoscenza umana (0%) né di per sé evidente (100%), ma richiede da parte degli uomini uno sforzo intellettuale, cioè intuizione ovvero facoltà di interpretare correttamente i segni che Logos trasmette ai sensi, ovvero una «ou bárbaros psykhé»” (1978: pp. 34-35; destacados originales). 30 Tanto Robinson (1987) como Marcovich (1978) y Kahn (1979) consideran, como nosotros, que el sujeto de la oración no es “ axýnetoi” sino ‘la mayoría de los hombres’, ‘los no instruidos’. 31 Kahn (1979: p. 101; nuestra trad.). 32 Cf. LSJ s.v. “ phanerós” A.1 y los numerosos ejemplos allí citados.
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no se refiere a los piojos –insectos que no son precisamente “ phaneroí ”–; ”–; Heráclito no puede estar afirmando que los hombres han sido engañados en relación con lo evidente utilizando, a modo de ejemplo, lo que no es de suyo evidente: los piojos. Lo ‘manifiesto’ y lo ‘oculto’ en virtud de lo cual se engaña a los hombres reside en la ambigüedad ínsita en las palabras, en la ambigüedad del lógos de estos niños que, al igual que el lógos de Heráclito, no revela ni oculta, sino que da signos: el enigma de los piojos es, para un hombre ciego como Homero, equivalente al enigma del oráculo que Edipo, un hombre que duda de su filiación, recibe en Delfos a propósito del parricidio y del incesto: tan invisibles son los piojos para un hombre ciego como lo es el propio padre para quien ha recibido la noticia de que va a asesinarlo. 33 Sin forzar demasiado el texto, podríamos decir que Heráclito está dando cuenta del poder engañador de la palabra, de aquello que comentábamos más arri ba a propósito de la punta del iceberg y de lo oculto, mayor en cantidad y cualidad.34 No casualmente son niños quienes engañan a Homero (el más sabio de todos los griegos) dado que en ellos se deposita la simple pero absoluta capacidad de captar el mundo en su primaria y verdadera dimensión: son las almas de los niños las que (¿aún?) no han sido corrompidas por el mundo, barbarizadas y deformadas.35 En los niños se halla la simple verdad del Lógos que Homero no sabe escuchar: El tiempo-de-vida es un niño que juega, que mueve-laspiezas-del-juego; el reinado es algo propio de un niño. 36 (B52) __________________ 33 Cf. distintas interpretaciones del enigma de los piojos en Kahn (1979: pp. 111-112). De lo que se trata, a nuestro entender, es de que cuantos piojos fueron vistos y atrapados, esos fueron eliminados, mientras que cuantos no fueron ni vistos ni atrapados, a esos los llevamos con nosotros, i.e. en nuestras cabezas. 34 El tema del “engaño” (apáte) en las palabras –poéticas específicamente– puede remontarse cuando menos hasta Hesíodo (Teogonía 27-28). Cf. también Parménides, DK B8, 52; Píndaro, Ol. I 28-33, Nem. VII 23-24 y el sofista Gorgias B23. Sobre el lenguaje “poético” de Heráclito, cf. Suda s.v. (= 22 A 1a): “escribió muchas cosas poéticamente ( poietikôs)”. 35 Cf. B107 citado y comentado supra; cf. también, en esta misma línea, Robinson (1987: ad loc.). 36 Traducimos “aiòn” por “tiempo-de-vida” para dar cuenta de que no se trata del “tiempo” sin más sino de la “vida de un hombre” (cf. Marcovich, 1978: p. 341 y Kahn, 1979: p. 228).
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Toda vez que un hombre está borracho es conducido, a los tumbos, por un niño imberbe, sin percibir por dónde camina, por tener el alma húmeda.37 (B117)
Retomando el hilo del presente apartado, la parte final de B1 reza: [...] pero a los demás hombres pasan inadvertidas cuantas cosas hacen una vez despiertos, tal como olvidan cuantas cosas hacen mientras están durmiendo. (B1, 7-9)38
Este final de B1 –en el que se contraponen al tiempo que se ponen en paralelo dos estados: el estado de quien duerme y el de quien está despierto – nos sirve para retomar lo dicho unas líneas antes en el mismo fragmento: “[...] parecen inexpertos, aun cuando 39
tienen-experiencia tanto de palabras como de obras tales cuales yo expon go-en-detalle [...]”. La aparente contradicción entre hombres inexpertos
que, con todo, tienen experiencia de las palabras de Heráclito se explica, una vez más, acudiendo a los distintos tipos de percepción sensible que hemos definido en el presente apartado. No resulta paradójico que estos hombres “parezcan” inexpertos, dado que, si bien oyen el lógos (de Heráclito), no escuchan al Lógos que allí se oculta, Lógos que les pasa inadvertido como si estuviesen en un sueño. Ahora bien, ¿por qué “parecen” (eoíkasi) inexpertos pero no lo son? Los que yacen dormidos son trabajadores y colaboradores (ergátas kaì synergoús) de las cosas que ocurren en el mundo. (B75)
No hay que creer, pues, que quienes duermen están aislados de lo que __________________ 37 El participio “epaíon” refiere, en tiempos de Heráclito, al “percibir” y al “sentir”, pero más adelante también referirá, sugestivamente, al “comprender” o “entender” (cf. LSJ s.v. “epaío” A.3 y 4). Cf. B112 donde se hace referencia a un ‘buen’ percibir ( epáio), contrario al del borracho. Dejamos de lado, por razones de espacio, un comentario respecto de la “humedad” del alma: cf. no obstante B36 y KRS (1987: pp. 297-299). 38 Con respecto a la traducción e interpretación de este segmento de B1, agradecemos el valioso y minucioso aporte de uno de los evaluadores anónimos de Ordia Prima. El texto griego reza: τοὺς δὲ ἄλλους ἀνθρώπους λανθάνει ὁκόσα ἐγερθέντες ποιοῦσιν, ὅκωσπερ ὁκόσα εὕδοντες ἐπιλανθάνονται. 39 Por razones de espacio, no nos extenderemos más en el tema del par despiertos-dormidos; cf., no obstante, B26, B73 y KRS, pp. 299-301.
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ocurre en el kósmos. El juego etimológico entre “ ergátas ” y “syn-ergoús” –difícil de verter al castellano– da cuenta de que quienes duermen son, aun a pesar suyo, “obreros” aislados de lo que ocurre en el mundo y auténticos colaboradores, compañeros tanto entre ellos como de los “despiertos” en la tarea de realizar –o, mejor, de ser realizados por– el Lógos. No son , así, “inexpertos” de las cosas que afirma Heráclito sino que sólo lo parecen; por supuesto, no son ‘conscientes’ de ello. Todos participamos del mundo, todos contribuimos al plan del Lógos que lo regula; algunos, despiertos, son ‘conscientes’ de dicha condición; otros, dormidos, no. Ya hemos citado B34: “[...] aun estando presentes, están ausentes”. No se trata, como se ve, de una ausencia absoluta o, si se nos permite, ‘objetiva’: desde su punto de vista ‘subjetivo’ en tanto hombres que duermen, están ausentes; mas desde el punto de vista ‘objetivo’ de la dinámica cósmica regulada por el Lógos , están presentes, al igual que todas las cosas. No hay ausencia verdadera que sea posible dado que nada ocurre por fuera del Lógos. La alternativa no es, por lo tanto, entre presente o ausente sino entre la ‘conciencia’ que se puede tener o no de dicha condición. No casualmente, en definitiva, estamos ante algo similar a lo que ocurre con los sueños: si bien todo ser humano participa del soñar, algunos, una vez despiertos, pueden recuperar lo soñado mientras que otros no. Así, la “experiencia” e “inexperiencia” de la que se habla en B1 debe entenderse en términos de la experiencia que significa el sueño (falsa pero llamativamente real hasta el momento de despertarse) frente a la real experiencia que significa la vigilia. Antes de avanzar con las facultades intelectuales mentadas en los fragmentos, cabe decir, a modo de transición, alguna palabra más sobre (II), esto es, sobre la “captación sensible compleja” a la que nos hemos referido antes. Decimos “a modo de transición” porque, según hemos intentado cuando menos insinuar en el presente apartado, la escucha y la visión auténticas –aquellas que involucran el ojo del alma– no se hallan demasiado alejadas de la intelección: escuchar verdaderamente al Lógos es sinónimo de “comprenderlo”; ver, escuchar o incluso oler de modo auténtico es sinónimo de comprender: Si todas las cosas-existentes (tà ónta) se volviesen humo, las narices discernirían (diagnoîen). (B7)
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Nótese el uso del verbo “ diagignósko” atribuido al olfato, capacidad sensible. No sólo cabe destacar, pues, el hecho de que uno de los sentidos, bien utilizado, sea capaz de discernir, de discriminar, de dia-gnosticar, sino también el hecho de que pueda tener por objeto no sólo olores sino a los “entes” mismos: los sentidos, bien utilizados, pueden “pensar”, pueden “discernir” el mundo: “para Heráclito hay parcelas de la experiencia sensible que pueden adquirir un valor capital, pero si y solamente si son interpretadas correctamente, es decir, en el sentido de la filosofía”. Avancemos, ahora sí, a los tipos de conocimiento intelectual que aparecen en los fragmentos. 40
II. COMPR OMPREN ENDE DER R Y OPIN OPINAR AR En el apartado anterior hemos esbozado dos posibles modos de entender la percepción sensible: por un lado, encontramos el oír que se detiene en lo audible sin más, sin examinarlo y calar en ello; por el otro, la escucha atenta y profunda que detecta al Lógos que rige y signa la realidad toda. Según vimos en B1, los hombres devienen incapaces de comprender (axýnetoi) este Lógos después de que lo han oído pero también antes de oírlo. ¿Es posible, por lo tanto, entrar en contacto con el Lógos antes de que éste se presente a los sentidos? Evidentemente sí, caso contrario no tendría sentido denunciar a los hombres que no lo comprenden antes de oírlo. Nos proponemos en lo que sigue dar cuenta de dos aspectos de la intelección que, según intentaremos mostrar, resultan equivalentes mutatis mutandis a los comentados en relación con la percepción sensible. __________________ 40 Mansfeld (1999: p. 341; nuestra trad.). Algo similar, quizás, pueda inferirse de B98: “ Las almas, en el Hades, huelen ”: si el Hades es el lugar donde tradicionalmente habita la “sombra” (skiá) de lo que fue un hombre (cf. Odisea X, esp. v. 495) y, más adelante en el tiempo, acabaría siendo el lugar donde van a parar las almas una vez despojadas de los cuerpos, resulta sugestivo sugesti vo que Heráclito afirme que las psykhaí tienen olfato en el Hades: podría inferirse, pues, que el olfato no es privativo de la nariz sino que un alma bien dispuesta puede utilizarlo para “discernir”. Para la relación de estos fragmentos con el “fuego” –tema que no trataremos aquí–, cf. Marcovich (1978: pp. 274-275 y 292-293).
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Continuando con lo comentado a propósito de B1: En efecto, la mayoría , cuantos se cruzan , no piensan cosas tales, ni las conocen tras aprenderlas sino que les parece . 41 (B17)
Nótense, ante todo, los cuatro verbos pertenecientes al ámbito del conocimiento: “ phroneîn”, “ gignóskein”, “manthánein” y “dokeîn”. Si bien podría defenderse la posibilidad de conocer y aprender ( gignóskein y manthánein respectivamente) mediante los sentidos, difícilmente pueda decirse lo mismo del pensar ( phroneîn) y del opinar ( dokeîn), lo cual nos lleva a suponer que estamos aquí ante distintos modos posibles de referirse intelectualmente al mundo: (A) opinar, creer; (B) pensar, comprender. A propósito de esto, Marcovich comenta (1978: p. 3): “invece di riconoscere una Verità obiettiva ed universale (il Logos), gli uomini in generale e i filosofi in particolare hanno solo una dóxa , individuale e inganevole, fondata sull’immaginazione o sulla congetura ”. Algunos (v.g. Kahn, 1979) traducen el participio “ mathóntes” por “experimentar” vinculándolo explícitamente con la sensibilidad. Si bien el verbo presenta esta ambigüedad, también es e s cierto que su valor principal refiere al aprender y, puntualmente en pretérito aoristo (tiempo del participio “mathóntes” de B17), como dicen textualmente LSJ, a “haber aprendido, i.e. comprender, saber”. Justificamos, pues, nuestra 42
__________________ 41 El texto griego reza: οὐ γὰρ φρονέουσι τοιαῦτα πολλοί, ὁκόσοι ἐγκυρεῦσιν, οὐδὲ μαθόντες γινώσκουσιν, ἑωυτοῖσι δὲ δοκέουσι. Si bien seguimos la edición griega de DK, remitimos a las distintas variantes en aparato crítico –a modo de ejemplo, Eggers Lan toma “ hokósois” (Wilamowitz) y Marcovich “hokoíois” (Bergk) en lugar de “hokósoi” (cód. L, DK)–. Para la supuesta crítica a Arquíloco (frag. 132 West = 68 Diehl) y a Hesíodo (Trabajos y días 216-218), cf. Marcovich (1978: p. 14) y Kahn (1979: p. 103) y, en contra, Robinson (1987: ad loc.). 42 Si bien Heráclito se refiere a distintos modos en que el hombre se vuelve al mundo, esto no debe suponer que en el mundo mismo haya una ambigüedad equivalente. Esto es: si bien nos encontramos ante dos tipos de conocimiento intelectual, ello no implica la afirmación de que en el mundo hay algo así como “apariencias”, por un lado, y una “real realidad” por el otro. Este tipo de distinciones no se encuentran en los fragmentos heraclíteos que nos han llegado y posiblemente sea una invención platónica. Debemos esta observación al Prof. José Solana Dueso. Para una interpretación contraria a ésta, cf. la alusión a Vlastos en KRS (1987: p. 289, n. 1).
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traducción por “aprender” en un sentido intelectual basándonos en esto pero también en el contexto del fragmento que, como se ve, adjunta al verbo “ manthánein” dos formas indudablemente referidas al conocimiento intelectual (“ phroneîn” y “dokeîn”). Con respecto a “ gignóskein”, es el mismo Kahn quien afirma que “Heráclito se ha apoderado de este verbo –con sus sustantivos cognados ‘ gnóme gnóme’ y ‘ gnôsis gnôsis’– como su propio término para ‘cognición’ en un sentido privilegiado, para la comprensión (insight ) de la que los hombres carecen y que su propio discurso intenta comunicar”. Téngase especialmente en cuenta esta traducción de “manthánein” y su justificación para lo que diremos a propósito del sustantivo “ máthesis” más adelante en la “Conclusión”. Quizás encontremos, pues, lo necesario para completar nuestra interpretación de B1: quienes no son capaces de comprender el Lógos aun después de haberlo oído son quienes, en B17, ni piensan ni conocen inclusive cuando han sido instruidos al respecto. De modo similar a B1, encontramos aquí una clara distinción entre la falla cognoscitiva de los hombres tanto antes de ser instruidos como después. En B1 se hablaba de que los hombres devienen axýnetoi “tanto antes de escucharlo como tras haberlo escuchado por primera vez (kaì prósthen ề akoûsai kaì akoúsantes tò prỗton)”; en B17 se dice que “ muchos, cuantos se cruzan con ellas, no piensan cosas tales, ni las conocen tras aprenderlas (ou phronéousi toiaûta polloí, hokósoi enkyreûsin, oudè mathóntes ginóskousin )”. En ambos casos, como se ve, se utiliza un participio de aoristo (“ akoúsantes” en B1 y “mathóntes” en B17) para dejar en claro que los hom bres no llegan a comprender ni son capaces de conocer aun después de escuchar las palabras de Heráclito (B1) o, lo que es equivalente, después de ser instruidos (B17). En conclusión: así como en B1 se detecta una falla cognoscitiva en el plano sensible (un oído que no sabe escuchar), en B17 encontramos la falla intelectual de quien, aun habiendo aprendido, aun habiendo sido enseñado, no conoce (un pensamiento que no sabe pensar sino opinar). Los hombres no comprenden, no piensan; sin embargo, creen comprender y pensar. Estamos, pues, ante una inci43
__________________ 43 Kahn (1979: p. 104; nuestra trad.; cf. también p. 170). Nótese, en este sentido, la ocurrencia de “ gnóme” en B41, difícilmente vinculable con lo sensible, tal como la interpretamos infra en n. 52.
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piente distinción entre un pensar auténtico y verdadero, por un lado, y otro falaz e inestable por el otro. Por lo cual es necesario seguir a lo común [...]; pero, aun siendo el lógos común, la mayoría vive como si tuviesen un pensamiento propio.44 (B2)
Nótese cómo se explicita la diferencia entre dos modos distintos de “pensar” y, de allí, de manejarse en la vida. 45 Estos dos modos son mentados mediante la oposición entre los adjetivos “común” ( xynós) y “propio / particular” ( ídios). Retomando lo dicho en B17, puede decirse que el pensamiento propio es el de aquellos que “creen ” u “opinan” (dokeîn). Quienes siguen a lo común, lo piensan y lo comprenden, se hallan en la senda del Lógos , mientras que quienes creen que lo conocen –cuando en realidad no es así– son, precisamente, quienes tienen una phrónesis particular y privada, quienes se apartan de lo común: “la última cláusula de B17 apunta a una conexión entre la descripción del error de B2 y un antiguo, semi-técnico concepto de ‘apariencia’ u ‘opinión’, expresado por los cognados de dokeîn”.46 Retomando B2, esta idía phrónesis no es, como ya vimos a propósito de B75, realmente tal; esto es: quienes se apartan de lo “común” viven como si tuvieran un pensamiento propio –cosa irreal ya que, de hecho, no lo tienen– cuando en verdad, aun a pesar suyo, participan de lo “común”.47 Como ya adelantamos en nuestro comentario a B50, alejarse de la diversidad que conlleva lo particular y lo privado es una de las formas de lo que Heráclito llama “lo sabio”, uno de los nombres del Lógos: __________________ 44 Suprimimos, con todos los editores y traductores consultados, lo que actualmente se considera una glosa del propio Sexto Empírico, quien trae el fragmento. 45 Se debe tener en cuenta, como señala Robinson (1987: ad loc.), que el verbo “hépesthai” –que traducimos “seguir”– tiene aquí el sentido de “obedecer” –de allí su matiz moral y la clara referencia, que no comentaremos aquí por razones de espacio, a B114–; asimismo, en este contexto el término “ phrónesis” también haría referencia, según Marcovich, Robinson y Cornavaca, a la acción. 46 Kahn (1979: p. 102; nuestra trad.). La aclaración de que el concepto de ‘opinión’ es “semi-técnico” resulta fundamental para no atribuir a Heráclito conceptos posteriores a su tiempo (mayormente socrático-platónicos). 47 Según Marcovich (1978: p. 66) es lícito interpretar la cláusula “ hos ékhontes” como equivalente a “ hos àn eîkhon”; de allí el matiz de irrealidad de nuestra traducción.
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se decía allí que “es sabio decir-en-común que todas las cosas son una sola cosa”, lo cual es equivalente, en el presente contexto, a afirmar que el único y verdadero pensar se da en “lo común”, no en lo privado-particular. “Común”, “uno” y “sabio” son diversas formas de decir el Lógos. Si bien es cierto que el pensar es común a todos (B113), también es cierto que no todos de hecho lo hacen. Algunos creen poseer una phrónesis particular y apartarse, de ese modo, de la norma ‘divina’ que es el Lógos: Para el dios todas las cosas son bellas, buenas y justas; pero los hom bres han interpretado a las unas como injustas y a las otras como justas.48 (B102)
En palabras de Cornavaca (2008: ad loc.): “ asumen, toman, suponen, es decir, tienen una especie de representación ‘subjetiva’ de la realidad, y por eso predomina en ellos la ‘diferencia’”. No hay lo ‘justo’ y lo ‘injusto’ sino que “es sabio decir-en-común que todas las cosas son una sola cosa” (B50). Pero hay quienes, aun creyendo que piensan, aun creyendo que comprenden, insisten en afirmar un pensamiento particular que, equivocadamente, introduce diferencias allí donde no las hay, allí donde en realidad hay unidad armónica de tensiones discordantes pero complementarias: “ solo Dio coglie l’ ordinaordinamento del mondo come un tutto, e solo lui sa che bellezza e giustizia sono essenziali ed universali, mentre gli accidenti non giusti sono solo dettagli che non contano. In tal modo il detto verrebbe ad accentuare la fondamentale differenza che intercorre fra l’intuizione divina che si rende conto del kállos kaì díke nel kósmos , essenziali ma non di per sé evidenti, e l’incapacità umana di cogliere questo ordine ultimo”.49
No hay, pues, verdadera injusticia dado que aquellas acciones que al ojo “particular” (ídios) parecen injustas más bien están contribuyendo __________________ 48 Para la traducción de “hypolambáno” por “interpretar”, cf. LSJ s.v. A.3. Marcovich (1978: pp. 333-334) considera, sin embargo, que el sentido en este contexto es “suponer”, “asumir” (cf. LSJ s.v. III.1). No abordaremos, por razones de espacio, el extenso y complejo tema de la divinidad. 49 Marcovich (1978: p. 335; destacados originales). Cf. en esta línea Kahn (1979: p. 184).
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al funcionamiento armónico de un kósmos que es siempre justo pero cuyo equilibrio se compone de pareceres diversos y, por momentos, contradictorios. Hay que tener, como ya hemos repetido bastante, el ojo y el alma lo suficient suficientemente emente entrenados entrenados como para detectar detectar que, si si bien las aguas fluyen, otras y otras, el río, donde no hay contradicciones ni otredades ni alternancias, permanece el mismo sosteniendo el cambio: “la gente yerra, afirma Heráclito, precisamente por fallar en su intento por tener en cuenta el contexto más amplio: mientras que en algún sentido débil del término ‘justo’ las acciones que tienden a promover la armonía de la pólis pueden ser descriptas como ‘justas’ y viceversa, en un sentido más fuerte el término ‘justo’ puede y debe ser aplicado a todas las situaciones, eventos o estados de cosas en el cosmos, en el sentido de que todas y cada una es vista por la visión sinóptica de ‘lo sabio’”. Esta referencia al carácter único y unívoco de la verdadera sabiduría –carácter que lo diferencia de la mera creencia (dokeîn) característicamente múltiple por ser particular ( ídios)– es común en Heráclito: 50
La erudición no enseña a tener inteligencia (nóon), pues se habría enseñado a Hesíodo y a Pitágoras, y, a su vez, a Jenófanes y también a Hecateo.51 (B40)
Esto nos permite completar la caracterización adelantada más arriba: (A) opinar, creer, saber-muchas-cosas (connotaciones cuantitativas); (B) pensar, tener-inteligencia, comprender que todas las cosas son una (connotaciones cualitativas). El noûs es, pues, una facultad facultad intelectual caracterizada positivamente. Como contrapartida hallamos la polymathíe: el “haber-aprendido-muchas-cosas “haber-aprendido-muchas-cosas”, ”, esto esto es: la acumulación acumulación de múltiples opiniones particulares y discordantes entre sí, opiniones sostenidas sólo por quienes las profieren pero que nada dicen acerca de la __________________ 50 Robinson (1987: ad loc. B102, pp. 148-149; nuestra traducción; destacados originales). 51 Tomamos la versión de DK con el infinitivo “ ékhein” (que no trae Diógenes Laercio). Dejamos de lado por razones de espacio el problema de los personajes históricos a quienes Heráclito critica; Diógenes Laercio ( Vitae IX.1) da cuenta de esto justo antes de citar este fragmento al referirse a él como “arrogante” (megalóphron) y “despectivo” (hyperóptes).
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unidad del mundo. El componente “ poly” de “ polymathíe” se contrapone al “hén” de B50 y a “tò sophón” de B41: Pues una sola cosa es lo sabio: conocer el juicio ( gnóme) que dirige todas las cosas a través de todas las cosas.52 (B41)
Es esta gnóme lo único que cabe conocer, lo único considerado verdaderamente sabio; el resto son las aguas a guas que fluyen o, más apropiado en este contexto, los nombres y doctrinas de filósofos y pensadores que se suceden en el tiempo y que el tiempo mismo se encarga de revelar equi vocados. vocados. La unicidad de la gnóme permite que la multiplicidad de cosas sean dirigidas tanto en conformidad con ella como en conformidad con las cosas mismas. Entendemos la cláusula “a través de todas las cosas” en un sentido tanto locativo como adverbial-causal: el “juicio” gobierna todas las cosas tanto entrecruzándolas con ellas mismas –dando cuenta así de que “todas las cosas son una sola cosa” (B50)– (B50) – como a causa de ellas mismas, esto es, sirviéndose de ellas mismas para gobernarlas. No se trata, pues, de que la gnóme o el Lógos sean algo ‘separado’ o ‘independiente’ de la realidad; se trata, más bien, de la norma misma del kósmos , , norma que no es im-puesta desde fuera sino que le es inherente. Retomemos el tema de la crítica a los múltiples saberes frente a lo único sabio: 53
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__________________ 52 Para diversos problemas textuales (como por ejemplo la alternativa entre el aoristo “ekybérnese” –que, con Cornavaca, traducimos en presente por entenderlo gnómico– o el infinitivo “ kybernêsai”), cf. esp. Marcovich (1978: p. 310) y Robinson (1987: ad loc.). Como complemento de este fragmento se puede ver B78: “En efecto, el carácter humano no sostiene juicios ( gnómas ), mientras que el divino sí”. Traducimos aquí también “ gnóme” por “juicio” en tanto facultad racional ( i.e. como cuando se dice: “tal perdió el juicio”) para diferenciarlo de “ phrónesis” y de “noûs”; cf. el comentario de Kahn citado supra acerca del término. Para “ ékho” como “sostener”, cf. LSJ s.v. A.II. 53 Ambigüedad que se da en griego con la preposición “diá” más caso genitivo. 54 Para la equivalencia entre “ gnóme” y “lógos” en este fragmento, cf. Robinson (1987: ad loc.). 55 Para evitar la contradicción con B108 seguimos la edición de este último de Cornavaca quien coloca una coma después de “ esti”: “De cuantos he escuchado discursos, ninguno llega a esto: conocer lo que es sabio, separado de todas las cosas” (B108).
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Pitágoras, hijo de Mnesarco, ejercitó la investigación más que todos los hombres y, tras recoger estos escritos, se fabricó una sabiduría propia, erudición ( polymathíen), artificio malicioso (kakotekhníen).56 (B129)
Saber muchas cosas no es, pues, sinónimo de inteligencia, de noûs. A criterio de Heráclito, los poetas y pensadores del pasado han cometido el error de confundir ambas cosas: una cosa es, pues, opinar (y, en consecuencia, oír a quienes opinan) y otra comprender (y, en consecuencia, escuchar a quien sabe): “podemos suponer razonablemente que lo que hace a la empresa de Pitágoras ‘artificiosa’ a los ojos de Heráclito es el hecho de que carece de un conocimiento básico acerca de cómo investigar lo real: en lugar de escuchar al lógos ‘común’ y de mirar cuidadosamente al mundo, Pitágoras prefirió compilar una sabiduría o filosofía ‘privada’ a partir de las opiniones de otros”. 57 Esta alabanza de (B) como el verdadero pensar y comprender –estrechamente vincula __________________ 56 Queda pendiente la cuestión de cómo entender esta crítica a la polymathíe frente a B35: “Es muy altamente necesario que quienes-aman-el-saber ( philosóphous) sean investigadores (hístoras) de muchas cosas” (tomamos “eû mála” con “ khrế ”, ”, siguiendo a Robinson). Nos quedamos con las interpretaciones de Marcovich (“ la percezione sensibile e l’esperienza rimangono la condizione basilare per l’apprendimento l’appr endimento del Logos onnipresente; ma questa non è la sola condizione: altre ne sono richieste, fra cui l’intelligenza, cioè la facoltà di interpretare correttamente i dati dell’esperienza, e l’intuizione sono le piú importante. Senza tali condizioni l’uomo non può raggiungere il Logos né ottenere la sapienza, rimanendo ad uno stadio di sterile polymathíe”, 1978: p. 22; cf. p. 48 s.v. “historíe”), Robinson (“... la mera acumulación de hechos no produce automáticamente comprensión (nóos); pero una investigación seria, paciente y sin prejuicios (open minded) es por supuesto una absoluta condición sine qua non para la adqui-
sición final de dicha comprensión”, 1987: comentario a B40; nuestra trad.), y Kahn (“Heráclito no dice que la polymathíe es una pérdida de tiempo, sino sólo que no es suficiente”, 1979: p. 108; nuestra trad.). Para “ kakotekhníe”, cf. B81 y B28 (este último citado infra). De este modo, si bien la polymathíe no produce nóos , sí constituye parte de lo necesario para adquirirlo. 57 Robinson (1987: ad loc.; nuestra trad.). Cf. B104: “¿Cuál es, en efecto, su intelecto o su mente? Obedecen a los aedos de los pueblos y usan a la muchedumbre de maestro sin saber que ‘los muchos, malos, unos pocos, en cambio, buenos’”. Los aedos mismos, los poetas cantados y los pueblos que recorren son todos múltiples y diversos. No tienen, por lo tanto, inteligencia ni mente; son pura opinión sin fundamento.
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dos, ambos, con la unidad de “lo sabio” y, de este modo, con el Lógos– debería venir acompañada, si nuestra distinción entre dos tipos de conocimiento intelectual es correcta, por cierta desvalorización de (A) el creer y el opinar. Existen al menos tres fragmentos que dan cuenta de esto último: llamaba a la creencia (oíesis) ‘enfermedad sagrada’ y a la vista ‘engañarse’.58 (B46)
La acción de creer es considerada, aquí, un tipo de enfermedad. El carácter “sagrado” de dicha enfermedad apunta a que es algo cuya profundidad afecta al núcleo mismo de la persona, que afecta su carácter, pudiendo hacer del hombre un amante no de lo sabio sino de la opinión y de la aparente mudanza perpetua del mundo. Transformarse en un ser tal es algo cuyas connotaciones van más allá de la salud en términos corporales dado que afecta a la higiene misma del alma: un hombre afecto a la creencia es un hombre corrompido y moralmente devaluado. De allí que: El más reputado conoce las cosas que parecen , sostiene; [...] Díke condenará a quienes fabrican y atestiguan falsedades.59 (B28a-b)
Como ya hemos dicho supra en nuestro comentario a B56, Heráclito parece haber identificado el poder engañador de la palabra y, ante ello, optó por la condena: quien goza de mayor renombre, quien tiene una mejor dóxa , esto es: el “ dokimótatos” entre los hombres, vive la contradicción adelantada en B17: cree conocer algo que no es sino __________________ 58 Algunos, como Eggers Lan, Marcovich (1978: p. 393) y Kahn (1979), consiconsideran que este fragmento es apócrifo. Para Robinson (1987: ad loc.), en cambio, su tono es propio de Heráclito. Por nuestra parte, si bien las razones de Marcovich parecen suficientes para excluirlo, lo tendremos en cuenta siguiendo a Robinson y a DK. Para la visión como un “engañarse”, remitimos al comentario supra de B107 y B101a. 59 Consideramos con DK, Eggers Lan y Cornavaca que B28a-b constituye un único fragmento; lo dividen en dos Robinson, Marcovich y Kahn. Excluimos, con todos ellos, la expresión “ kaì méntoi kaí ”. ”. Para “katalépsetai” como “condenar” o “declarar culpable”, cf. LSJ s.v. V.5; para “ phylásso” como “sostener una opinión”, cf. LSJ s.v. D.3 y 6.
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mero parecer, mera opinión ( dokéonta). Marcovich, quien interpreta de este mismo modo, traduce “ dokéonta” por “ fantasie (o: false opinioni)” y Kahn “ mere seeming or imagining ”. ”. En B17 se decía de estos hombres que ni piensan ( phronéousi) ni conocen ( ginóskousi) sino que parecen (dokéousi) conocer y pensar. Dado que el participio “ dokéonta” (B28) se construye sobre la base del verbo “ dokeîn” (B17), uniendo el sentido de ambos fragmentos podemos afirmar lo siguiente: quien tiene una buena reputación (dókimos)60 parece (dokeîn) conocer cosas que, dado que sólo parece conocerlas cuando en realidad no las conoce, son meros pareceres u opiniones (< tà> dokéonta).61 Existe la paradoja de que alguien “con una buena reputación” ( i.e. un “dókimos”) sostiene meras opiniones (dokéonta). No obstante, la paradoja puede ser atenuada del siguiente modo: la “reputación” del “ dókimos” es parte de los dokéonta que sostiene; i.e. su supuesta ‘fama’ es una fantasía tal como todas aquellas cosas que lo sostienen como famoso. Heráclito parece denunciar que la reputación de ‘los hombres’ no forma parte del ámbito de (B) el comprender, el pensar, sino de (A) el opinar, el creer, el parecer. 62 Pero no quedarán indemnes quienes vivan en este mundo de pareceres, mentiras y falsedades ( pseúde)63 ya que que serán capturados capturados por por la diosa diosa Justicia, Justicia, parámetro último (y unívoco) unívoco) que anula la diversidad diversidad que implican las falsedades. Recuérdese, en este sentido, B102: para el dios no hay ‘justo’ e ‘injusto’; se trata de categorías humanas. La acción de Díke consiste, pues, en reunificar aquello que los hombres han diversificado, en dar cuenta de que todas las cosas son una sola cosa y de que eso, __________________ 60 Adjetivo construido también sobre la base de la raíz dok-: el “dókimos” (cuyo superlativo “dokimótatos” hallamos en B28) es quien tiene buena dóxa (“fama”, “reputación”); en LSJ s.v. “dokéo” II.5 se ejemplifica este significado con este fragmento de Heráclito. 61 Cf. Marcovich (1978: p. 54): “dokéonta sembra vicino ad una sfera concettuale analoga a heoutoîsi dè dokéousi (ginóskein scil. ánthropoi) ”. 62 Cf. las interpretaciones de Wilamowitz (“incluso eso que el más digno de fe conoce y sostiene es sólo un dokoûn , una opinión propia propia o de otros”) y de Burnet (“el más reputado de ellos no conoce otra cosa que fantasía”) citadas por Marcovich (1978: p. 54; traducciones nuestras). 63 Quizás estos “fabricantes y testigos de falsedades” sean hombres como Pitágoras, condenados por Heráclito por acumular cantidad de opiniones sin reconocer la unidad del Lógos (cf. B129).
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y sólo eso, es lo sabio. Se trata, en definitiva, definitiva, de desenmascarar desenmascarar la opinión mostrando que quienes creen saber en realidad no saben (B17). 64 Veamos, por último, B14: [...] Las cosas consideradas (tà nomizómena) misterios entre los hombres se celebran impíamente.65 (B14)
Lo fundamental para nuestros intereses aquí es el uso del participio “nomizómena”, el cual nos conduce, una vez más, al ámbito de la opinión.66 No se trata, pues, de una descalificación de los misterios qua misterios sino de los misterios tal como son considerados por los hom bres: “el fragmento no parece descalificar a los ‘misterios’ en sí, sino a los que los hombres acostumbran (nótese el uso de nomizómena) cele brar. El texto sugiere que hay otro tipo de misterios a los que no cabría despreciar como sacrílegos”.67 Dejamos planteadas, así, las dos concepciones de la intelección que encontramos en los fragmentos y la valoración concomitante de Heráclito, concepciones y valoraciones análogas, mutatis mutandis , a lo analizado a propósito de la percepción sensible. __________________ 64 El fragmento 131 es considerado apócrifo por todos los editores y traductores consultados (desde DK en adelante). No obstante, es tan pertinente para lo que venimos diciendo que vale la pena citarlo: “Heráclito llamaba a la creencia (oíesin) estorbo del progreso”. Tanto “ enkopé ” como “ prokopé ” son términos tardíos; de allí el carácter apócrifo del fragmento. 65 Tomamos como fragmento sólo este segmento s egmento con Marcovich (1978: p. 322324) y Kahn (1979). A su vez, tomamos de KRS (1987: p. 305) la alternativa de considerar a “tà nomizómena kat’ anthrópous mystéria ” no como acusativo interno del verbo “myoûntai” (cosa que hacen Marcovich y LSJ; cf. s.v. “myéo”, A.I.) sino como sujeto del verbo. 66 La raíz nom- / nem- se relaciona con los verbos “ némesthai” –que, en su uso impersonal, es “repartirse, distribuirse o dispensarse”– y, el que hallamos aquí, “nomízesthai” –que refiere a lo que “se considera correcto o se da por bueno”–; también la encontramos, desde ya, en el sustantivo “ nómos” (término que Clemente, quien trae el fragmento, vincula explícitamente con “nomizómena”). En todos los casos, estamos ante un uso que apela a la convención. No nos extenderemos, por estrictas razones de espacio, en la evidente relación existente entre B14 y B114 (donde se dice que los “nómoi” humanos deben alimentarse del divino). 67 Cornavaca (2008: ad loc.). Cf. en esta misma línea Kahn (1979: p. 263) y KRS (1987: pp. 305-306); contra esta interpretación, cf. Marcovich (1978: pp. 324-325).
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III. CONCLUSIÓN: SO SOBRE BRE LA POSI POSIBI BILI LIDA DAD D DEL DE L PROG PROGRE RESO SO COGN COGNIT ITIV IVO O Para mí, un solo hombre vale por treinta mil e incontables equivalen a nadie... (Diógenes Laercio, Vitae IX.16)
Cabría preguntarse, a modo de conclusión, si es posible que quien vive en un mundo de pareceres particulares acceda al conocimiento que tiene por objeto al Lógos , esto es: si es posible ir desde (A) opinar, creer, saber-muchas-cosas hasta (B) pensar, tener-inteligencia, comprender que todas las cosas son una. Y es aquí donde se hace necesario retomar B50: No tras escucharme a mí, sino tras escuchar al lógos , es sabio con venir que todas las cosas son una sola cosa. (B50)
La convención implicada por el verbo “ homologeîn”, el acuerdo, la “homología”, presenta dos aspectos mentados mediante la negación “ou” y el coordinante “ allá” (“no esto, sino esto otro”). El “convenir” puede ser algo negativo, puede revertir en meros pareceres ( dokéonta) que hagan que los hombres tengan un pensamiento particular producto de la acumulación de una multiplicidad de opiniones ajenas (B129). Eso ocurriría, denuncia Heráclito, si se lo escuchara a él y no al Lógos: tanto la percepción sensible (el oído) como la intelectual (la homolo gía) resultarían malas; escuchando un lógos individual o, mejor, escuchando lo que de particular, material y superficial tienen tien en las palabras de Heráclito qua hombre individual, accederíamos a (I) una “captación sensible simple” y a (A) opinar, creer, saber-muchas-cosas-en-cantidad. Pero (allá) si escuchamos al Lógos –que, como el verdadero sentido de los oráculos, se esconde en las palabras de “ ho skoteinós”–, entonces obtendremos una percepción sensible y una percepción percepci ón intelectual buenas , esto es: una (II) “captación sensible compleja” y (B) pensar, tenerinteligencia, comprender que todas las cosas son una. No sólo encontramos, pues, dos niveles de captación sensible y dos niveles de captación intelectual, sino también, a nuestro entender, la posibilidad de ‘hacer el tránsito’ de uno a otro a condición de poner a disposición del
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mundo que se nos presenta una sensibilidad y una atención comprometidas y profundas. Se trata de renunciar al saber de oídas, de renunciar a una fama banal y a la acumulación de saberes vanos y artificiosos en pos de una homología real, carente, paradójicamente, de convencionalismos, en la que se refleje la realidad cósmica de modo fiel, en la que se refleje el Lógos como patrón que todo lo rige y, de ese modo, nos n os permita escucharlo y comprenderlo de modo auténtico. Esto nos permite concluir que no encontramos en los fragmentos una devaluación incondicional de los sentidos sino, más bien, de un cierto uso precario y superficial de los mismos. Si estamos en lo cierto, entonces será lícito afirmar que Heráclito habría estimado por igual la percepción sensible y el pensamiento, siempre y cuando el objeto de ambos fuese el Lógos: De cuantas cosas visión audición aprendizaje (ópsis akoè máthesis), esas yo prefiero. 68 (B55)
Los términos “ópsis” y “akoè” remiten, desde ya, al ámbito del conocimiento sensible, mientras que “ máthesis” remite, proponemos, a un aprendizaje de tipo más bien intelectual. 69 Justificamos esto en el uso del participio “ máthontes” tal como lo traducimos y comentamos supra a propósito de B17, es decir: como formando parte del léxico del cono __________________ 68 Resulta interesante señalar que, contra lo que diremos de d e inmediato, Hipólito –quien cita el fragmento– glosa la tríada “ópsis akoè máthesis” aclarando “esto es, los órgana” (Hipólito, Refut. omn. haeres. IX, 10). “Órganon” debe entenderse, en este contexto, como “órgano sensible” (cf. LSJ s.v. A.2). 69 En cuanto a la polémica acerca de cómo traducir “ máthesis”, cf. Mansfeld (1999: §3) quien, finalmente, concluye: “aquello que puede representar un ‘aprendizaje’ o una ‘experiencia’ fuera del dominio de la vista y del oído, pero que sin embargo tendría el mismo status que ellos, es un misterio [...]. Por otra parte, si hemos de ver que la ‘instrucción’ significa una actividad intelectual distinta de la percepción mediante los dos sentidos de la vista y el oído, el problema planteado por el hecho de que todas las cosas vistas y todas las cosas oídas serían ‘preferibles’ permanece hasta hoy sin resolver” (pp. 336 y 337; nuestra trad.; destacados originales). Para evitar el supuesto ‘conflicto’ entre los sentidos y el entendimiento, Mansfeld traduce B55 del siguiente modo: “tout dont la vue et l’audition est un apprentissage, voilà ce que je préfère”. Con esta traducción –que no coloca al mismo nivel los tres sustantivos– justifica el estudio de su exclusivo tema de interés: la percepción sensible.
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cimiento intelectual. De este modo, según decíamos, no estamos ante una devaluación sin más de los sentidos en pos del intelecto sino, más bien, ante la crítica crí tica a un uso incorrecto de cualquiera de las dos facultades cognoscitivas. Quizás sea una de las imágenes más famosas del Efesio la que mejor refleje la encrucijada epistemológica en la que vive el hombre: el bañista se enfrenta a una realidad en la que las aguas fluyen, otras y otras; pero lo hace parado, aunque le cueste percibirlo con los sentidos o comprenderlo intelectalmente, sobre un lecho que, oculto en la profundidad oscura, bajo la arena y los camalotes que el río turbio arrastra, no sólo permanece el mismo sino que opera como sostén de las aguas y del propio bañista... 70
BIBLIOGRAFÍA
(FUENTES UENTES PRIMA PRIMARIA RIASS , TRADUC TRADUCCIO CIONES NES Y BIBLIO BIBLIOGRA GRAFÍA FÍA SECUN SECUNDAR DARIA IA )
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__________________ 70 Uso incorrecto que podría consistir, quizás, en lo siguiente: “No conjeturemos al azar (eikêi) acerca de las cosas más importantes” (B47). Lo contrario a este conjeturar (symbállesthai) azaroso es lo que Heráclito “prefiere” ( protiméo , en B55). 71 Dada la vastedad de la bibliografía sobre Heráclito, nos remitimos a citar aquí sólo la efectivamente consultada y/o citada.
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C o p y r i g h t o f O r d i a P r i m a i s t h e p r o p e r t y o f O r d i a P r i m a a n d i t s c o n t e n t m a y n o t b e c o p i e d o r e m a i l e d t o m u l t i p l e s i t e s o r p o s t e d t o a l i s t s e r v w i t h o u t t h e c o p y r i g h t h o l d e r ' s e x p r e s s w r i t t e n p e r m i s s i o n . H o w e v e r , u s e r s m a y p r i n t , d o w n l o a d , o r e m a i l a r t i c l e s f o r i n d i v i d u a l u s e .