¿Es posible una educación sin autoridad?: una mirada sobre el problema de la autoridad en la educación escolar de adolescentes y jóvenes Escrito por: Gabriela Diker “Las constantes alusiones a la indiferencia de los alumnos, la falta de disciplina y, en su ve vers rsió ión n má más s ex extr trem ema, a, a lo los s fe fenó nóme meno nos s de vi viol olen enci cia a en la es escu cuel ela a secundaria, remiten de manera máás o menos directa, a la llamada “crisis de auto au tori rida dad” d” en la las s in inst stit ituci ucion ones es ed educ ucat ativ ivas as a la las s qu que e as asist isten en ad adol oles escen cente tes s y jóvenes” Las constantes alusiones alusiones a la indiferencia indiferencia de los alumnos, la falt falta a de disciplina y, en su ve vers rsió ión n má más s ex extr trem ema, a, a lo los s fe fenó nóme meno nos s de vi viol olen enci cia a en la es escu cuel ela a secundaria, remiten de manera más o menos directa, a la llamada “crisis de autoridad” en las instituciones educativas a las que asisten adolescentes y jóvenes. Esta crisis se reconoce en la escuela bajo dos perspectivas que constituyen dos aspectos aspect os del mismo problema. problema. Por un lado, encont encontramos ramos que la llama llamada da crisis de autoridad en la escuela, y, en particular, la crisis de la autoridad docente, se expresa básicamente en trminos de “falta de respeto a la autoridad”, la cual se manifestar!a a travs de las trans"resiones a las normas, la desobediencia, la indiferencia, la a"resión, etc. En esta perspectiva, se suele atribuir la llamada falta de re resp spet eto o a la au auto tori ridad dad ex excl clus usiv ivam ament ente e a lo los s al alum umno nos s y se la as asoc ocia ia co con n compone comp onente ntes s ind indivi ividual duales es #fa #falta lta de mad madura uración ción,, “ca “caráct rácter”, er”, etc etc.$, .$, con fac factor tores es sociales y culturales y%o con situaciones familiares. En contraposición con esta mirada mir ada que res respons ponsabil abili&a i&a a los est estudi udiant antes, es, enc encont ontram ramos os en la esc escuel uela a otr otra a
perspectiva que centra el problema en los profesores, puntuali&ando no la falta de respeto a la autoridad, sino más bien la “falta de autoridad” o la falta de le"itimidad para ejercer la autoridad.
'e una perspectiva o de otra, parece evidente que las bases de ejercicio de la autoridad docente están siendo conmovidas, sea porque los alumnos “no los respetan” sea porque los mismos docentes no la ejercen. ( la ve&, las modificaciones en los sistemas disciplinarios introducidas en los )ltimos a*os, alteran los procedimientos coercitivos tradicionales en la escuela media y la eficacia de la sanción como recurso disponible para poner en jue"o en las situaciones en las que la autoridad encuentra su l!mite +.
(ora bien, si la autoridad de los profesores de las escuelas a las que asisten adolescentes y jóvenes se ve conmovida, si los mecanismos de coerción y disciplina tradicionales están desle"itimados y además, las nuevas estrate"ias de convivencia son percibidas como ineficaces para instalar unas condiciones institucionales en las que el trabajo educativo sea posible, cabe pre"untarse- es posible una educación sin autoridad o asistimos a una reconfi"uración de las bases que sustentan el ejercicio de la autoridad en la escuela/ en qu casos, bajo qu condiciones los estudiantes reconocen autoridad en sus docentes/
Autoridad no es coerción La definición del concepto de autoridad a sido y es objeto de extensos y complejos debates en el campo de la teor!a pol!tica y la sociolo"!a. En primer trmino cabe se*alar que el concepto de autoridad aparece "eneralmente asociado al de poder. (unque al"unas veces se los a utili&ado como sinónimos 0en cuyo caso la cuestión de la relación entre uno y otro no constituye un problema0, por lo "eneral, se a considerado a la autoridad como un modo particular de ejercicio del poder. Esta perspectiva, que es propia de la esfera de la ciencia de la administración, considera a la autoridad como una relación de poder establecido e institucionali&ado, en cuyo marco “el sujeto pasivo de la relación de poder adopta como criterio de su propio comportamiento el mandato o la orientación del sujeto activo, sin evaluar por su parte el contenido” #1toppino, 2345-224$. La autoridad provocar!a obediencia incondicional siempre que el mandato se reciba de cierta fuente, sin importar cuál es el fundamento de la autoridad, que en esta perspectiva puede radicar en la le"itimidad del poder, tanto como en la violencia.
En relación con el )ltimo punto, Etienne 6assin a se*alado de manera terminante que la utili&ación del recurso a la fuer&a es la prueba de que la autoridad a fracasado- “)nicamente un punto de vista expl!citamente o impl!citamente funcionalista podrá confundir la autoridad con el poder o con la violencia- de la similitud observable de la 7función8 #la obediencia$, se deduce el modus operandi #el mando coercitivo$. 9o ay, en efecto, autoridad sin obediencia. Pero lo contrario no es cierto. 6ambin obedecemos a instancias que, sin embar"o, carecen de autoridad. : si obedecemos incluso a la fuer&a, esta obediencia no confiere a aqulla autoridad al"una.#;$ (s! enunciada, la autoridad no sólo excluye todo recurso a los medios de coerción, sino que tambin se anula por el uso de la violencia. Por eso se opone a toda forma de autoritarismo.
1ólo aquel que por s! mismo no posee autoridad recurre a los medios de coerción” #6assin, +<<+-2=403$. En este sentido (rendt a se*alado que la autoridad implica una obediencia en la que los ombres conservan su libertad.
Los alumnos entrevistados en nuestra investi"ación, en "eneral distin"uen autoridad de coerción, más allá de que el efecto de ambos tipos de v!nculo sea el mismo. 'e eco, la mayor parte de los entrevistados se*ala que los profesores que les merecen mayor respeto no suelen recurrir a sancionesCon la de biología por ejemplo no aplica sanción, pero igual le hacemos caso, y a la de físico-uímica tambi!n "alumno #$ a%o EG&' ( uno que por nada pon"a sanción yo no lo respeto #alumno 4> a*o E?@$ 1i el respeto a la autoridad no es resultado de la aplicación de mecanismos de coerción, si, como dicen al"unos alumnos, el uso indiscriminado de modalidades coercitivas puede "enerar eventualmente obediencia pero no respeto, cabe pre"untarse qu es lo que ace que los alumnos acepten la orientación de al"unos profesores y no la de otros. 1i la autoridad no procede “obli"ando” al otro a acer al"o #recordemos que se")n (rendt, la autoridad supone una obediencia en la que se conserva la libertad$, será que procede persuadindolo/
Autoridad no es persuasión 1i"uiendo con (rendt, lo contrario de la coerción, es decir el uso de la persuasión o incluso la ar"umentación 0recurso cada ve& más utili&ado en las escuelas en el marco de los re"!menes de convivencia0, tampoco supone ejercicio de la autoridad. Esto explicar!a que cuando se les pre"untó a los alumnos si les parec!a necesario que un
profesor discuta con ellos las normas que establece #de comportamiento en clase o vinculadas con la asi"natura que dicta$ o incluso si cre!an que era conveniente que les explicara su sentido, la mayor parte responde que no. (o, porue estamos en la escuela y hay ue respetar lo ue dicen los profesores "alumno, )$ a%o EG&' E-preferir!as que los profesores discutan este tipo de normas con los alumnos/ (- 9o, ba, si los alumnos tienen al")n problema que se lo di"an, pero que no les pre"unten a los alumnos por qu. E: Por qu/ (- Porque cuando empie&an a acer eso, los alumnos se empie&an a quejar por cualquier cosaA empie&an a tirar #sic$ para acer cada ve& menos, terminan aciendo poco y se aprende menos. #alumno +> a*o Polimodal$
En principio las respuestas dadas por adolescentes que asisten a la escuela media resultan sorprendentes y no coinciden con la impresión "enerali&ada que circula actualmente acerca de su relación con las normas y con los adultos. 1in embar"o, lo que parece estar en jue"o aqu!, es el reconocimiento de autoridad a los adultos que act)an como tales, que establecen unas normas, unas re"las de jue"o que, aunque no se comprendan ni se cono&ca su sentido, estar!an destinadas Bpor definición0 a producir al")n efecto beneficioso sobre los menores. En trminos conceptualespodr!amos sostener que los estudiantes reca&an las prácticas ar"umentativas o persuasivas, dado que “la autoridad es incompatible con la persuasión, que presupone la i"ualdad y opera por un proceso de ar"umentación. Cuando se recurre a ar"umentos, la autoridad está suspendida” #(rendt, 23D+, citado en 6assin, +<<+-2=4$.
eca&ar las prácticas ar"umentativas, supone entonces tambin el reca&o de la instalación de una suerte de “orden i"ualitario” en el que aparecen borradas las marcas de la asimetr!a que atraviesa toda relación peda"ó"ica. En relación con este punto los alumnos advierten que cuando un profesor se pone en pie de i"ualdad con los alumnos no ay reconocimiento de autoridad y, por lo tanto, tampoco respeto. Fasta aqu!, tenemos entonces que la autoridad supone siempre una asimetr!a, una estructura comunitaria jerarqui&ada y un respeto incondicional acia la instancia reconocida como superior que no se basa ni en la coerción ni en el consenso. Lo que faltar!a establecer es cuáles son las bases de ejercicio de la autoridad, o, dico de otro modo, qu es lo que provoca el “respeto incondicional” cuando lo que se pone en jue"o no es ni la violencia ni la persuasión.
Las bases de la autoridad en la escuela desde la perspectiva de los alumnos La respuesta a la pre"unta por el fundamento de la autoridad no puede buscarse )nicamente en los atributos que posee o que rodean a aqul que la ejerce, dado que la autoridad se “reali&a” en el encuentro entre estos atributos y aqul que los reconoce como le"!timos. 'ico de otro modo, la autoridad “no es tal sino cuando se la reconoce como tal. El respeto es la condición efectiva de una autoridad que es, a causa de su respetabilidad, la )nica ra&ón de ser de toda obediencia respetuosa” #6assin, +<<5-2G<$.En este sentido es que se afirma que “la autoridad parece siempre un poco tautoló"ica” #(ntelo, +<<5-++$. Los alumnos entrevistados expresan as! esa tautolo"!a *: +me da como ue ella sabe ue la tienen ue respetar sin obligarlos E: cómo sabe ella, por u!. *: porue ella sabe ue es la mayor autoridad en el curso "alumno /$ a%o EG&' He merec!a respeto porque era una autoridad y ten!a las cosas bien claras #alumna 5> a*o Polimodal$ La dimensión relacional de la autoridad queda expresada elocuentemente en estas citas- estamos en presencia de al"uien que abla o act)a con autoridad cuando ay otro que respeta esa autoridad. 'ico de otro modo, la autoridad es le"!tima y efica& cuando los otros implicados en la relación la consideran le"!tima y efica&. 'esde esta perspectiva, no ay autoridad si no ay respeto por la autoridad #la expresión entonces “falta de respeto a la autoridad”, tan usual en los ámbitos escolares, no tiene sentido en este marco, dado que presupone que la autoridad puede existir con independencia de que se crea en ella y se la respete$. (bordar el problema de la autoridad docente implica entonces abordar la cuestión del reconocimiento y la valoración de aquello que está en la base de su ejercicio funcionando como “potencia de ori"en” 5 #la valide& de su universo de saberes de referencia, la le"itimidad del Estado, la eficacia de la institución escolar$ y tambin de sus posibilidades de producir al")n desarrollo personal y social I. 0orue obedecer es, digamos, hacerle caso al profesor, y respetar es ue pens1s ue lo ue !l dice est1 bien2 o sea ue cre!s en lo ue !l te est1 diciendo: si te dice ue algo est1 mejor, es porue seguro est1 mejor "alumno /$ a%o 0olimodal' Cuál es la valoración que acen los alumnos/ qu reconocen como fundamento de ejercicio de la autoridad docente/ Jnacate"ori&ación de las respuestas obtenidas en las entrevistas, muestra que en la perspectiva de los alumnos, lo que opera como fundamento de la autoridad es- a$ el saber del profesorA b$ la confian&aA c$ la voluntad y el deseo de que los alumnos aprendanA d$ el lu"ar que
ocupan como interlocutores adultosA e$ el respeto de las normas y de los otros. 'esde ya, nin"una de estas cuestiones da fundamento, aisladamente, al reconocimiento de la autoridad. 'e eco, una nota caracter!stica del discurso de los estudiantes, es que en todos los casos aparecen combinados varios o todos los elementos que acabamos de enumerar, en una demanda insistente de equilibrio- “ni tanto ni tan poco”.
(l"unos de los elementos expuestos aqu! presentan, desde nuestra perspectiva, dos tipos de novedades respecto de las formas tradicionales de ejercicio de la autoridad docente- por un lado, aparecen puntualmente elementos nuevos. Entre ellos, la demanda de interlocución adulta, que puede vincularse con la crisis de las familias y, su contracara, las nuevas formas de subjetividad adolescenteA o la demanda de que los profesores respeten a las normas y a los otros, cuestión sta que, en otras pocas, formaba parte de los atributos morales propios del docente. Por otro lado, constituye una novedad el eco de que los fundamentos de la autoridad deban ser, en la perspectiva de los alumnos, cada ve&, demostrados. 1i tradicionalmente era sobre todo la posición y lue"o la titulación lo que "aranti&aba y le"itimaba el ejercicio de la autoridad del docente, actualmente estos constituyen apenas un punto de partida. El t!tulo no "aranti&a saber, la posición no "aranti&a autoridad.
9o se trata entonces de que no ay autoridad en la escuela. Huco menos, como emos se*alado, que lo que aya sea “falta de respeto a la autoridad”. Hás bien se trata de la aparición de nuevas formas de ejercicio de la autoridad docente que suponen su puesta a prueba permanenteA la puesta a prueba de sus conocimientos, de su capacidad para orientar a los jóvenes en su crecimiento, para acompa*arlos, para respetar las normas y a los otrosA supone tambin, recordemos, la puesta a prueba permanente de su deseo de que los cicos y cicas aprendan y de su capacidad para dar y tener confian&a.
El punto es que se trata de una puesta a prueba permanente en el marco de instituciones que, en conjunto, están perdiendo eficacia simbólica. 'e eco, la llamada “crisis de autoridad docente”, aparece asociada en los discursos actuales a una crisis más "eneral que atraviesa a la escuela. Es en este marco que la autoridad se pone a prueba. Es en este marco que los docentes se enfrentan con la dif!cil tarea de reconstruir y resi"nificar sus v!nculos profesionales y personales con los alumnosA es en este marco que se impone la necesidad de reinventar nuestro modo de acompa*ar a los alumnos en su aprendi&aje y en su crecimiento.
Pero ay al"unas ventajas- los alumnos no piden respuestas, piden escucaA los alumnos no piden resultados, piden oportunidadA los alumnos reconocen el deseo y la voluntad en sus profesores, y los respetan por ello. Notas: 2 Este art!culo retoma al"unos resultados de una investi"ación sobre el tema que se está desarrollando en la J9?1. + Esto no si"nifica, claro está, que no se utilicen estrate"ias coercitivas en el marco de los re"!menes de convivencia #de eco, el recurso mismo a la norma tiene un componente coercitivo$. El punto es que en tanto estas estrate"ias pierden le"itimidad #y eficacia$ se tornan más visibles los problemas vinculados con el ejercicio de la autoridad. 5 ecordemos que el trmino autoridad proviene del lat!n, auctoritas y si"nifica “el poder de un auctor”, el poder de un autor, es decir, de aquel que crea, que abla o act)a en el punto de ori"en. I El trmino autoridad tambin se asocia al verbo au"ere, que si"nifica acrecentar, aumentar. Es decir que la autoridad no sólo tiene que ver con el ori"en, sino tambin con que aquello que se "esta, pueda crecer y desarrollarse. Fuente: www.1ntes.com !iblio"ra#$a: K (ntelo, E. #+<<5$. “Lo que queda del maestro”. En- (ntelo, E. y otros. Lo que queda de la escuela. Laborde Ed. K osario. 1topppino, H. #2345$. “(utoridad”. En- @obbio y otros. 'iccionario de Pol!tica. 1i"lo M. Hxico. K 6assin, E. #+<<+$. “Poder, autoridad, violencia y acción pol!tica #la cr!tica arendtiana de la dominación$”. En- Nri"erio, ?. #comp.$. Educar- ras"os filosóficos para una identidad. 1antillana. @uenos (ires.