Quiero comenzar con una pregunta ¿Qué nos lleva elegir ser terapeutas? Es una respuesta muy complicada si se quiere responder con trasparencia absoluta. La respuesta más común que he escuchado a esta pregunta es que quiero ayudar a las personas. Sin embargo, quien reconoce que su elección pudo ser producto de la experiencia vivida de su propia enfermedad o
para
encontrar
respuestas
a
las
interrogantes
de
su
enfermedad. Es complicado aceptarlo y más encima divulgarlo, ya que el miedo justificado o no, que emerge al aceptar la condición de enfermo a alguien que intenta promover la salud lo puede o
es
la
invalidar frente a la sociedad. Lo puede invalidar fantasía,
miedo
que
un
terapeuta
puede
tener
al
aceptar su enfermedad.
Borja
(1997)
señala:
“Los
terapeutas
deben
comenzar
reconociendo su enfermedad”. (p.12)
El
contenido
impresionante
de
para
esta
un
frase
terapeuta
puede
llegar
convencido
que
a
ser
él
es
tan el
encargado de ayudar a los enfermos, que lo puede llevar a la negación total de su enfermedad por miedo al colapso o a la desestructuración. Pero que es mejor mentirse o reconocer; Lo uno o lo otro; difícil decisión sobre todo para quien recién está
empezando
a
conocer
su
faceta
de
terapeuta
y
analizándolo mejor es más difícil para el terapeuta que tiene
1
años
de
experiencia,
hacernos
cuestionar
porque
nuestro
aceptarse proceder
como
de
enfermo
años
de
puede
ejercicio
terapéutico.
Existen estos dos camino negarlo y aceptarlo. El primero conlleva
a
que
nunca
vamos
a
poder
tener
un
conocimiento
profundo de sí mismo, y por ende, menos del paciente, ya que siempre se va intentar no tocar ciertos puntos sensibles que conducen a la enfermedad, por miedo de perder el control que se tiene al no enfrentar la enfermedad. Al trabajar con un paciente vamos estar enfrentando con él su enfermedad, pero como
le
pide
un
terapeuta
a
su
paciente
que
enfrente
su
enfermedad, si él mismo no fue capaz de enfrentarla como lo menciona
Borja
(1997):
“ No
habrá
posibilidad
de
confianza
porque uno no puede hacer creer a los demás lo que uno no cree”. (p.12)
También negarlo conlleva a no poder enfrentarlo, como un terapeuta
puede
desafiar
a
su
enfermedad
si
no
la
conoce,
porque para combatirla tiene conocerla y para conocerla tiene que aceptar su existencia.
El
segundo
terapeuta
tiene
terapeuta
es
camino que
persona
es
ser al
aceptarla, capaz
igual
de que
para
esto
entender el
primero
el
antes
de
como
lo
que
paciente
y
indica Borja: “la diferencia entre ter apeuta y paciente es
2
que
el
primero
reconoce
su
enfermedad,
seguirá
estando
enfermo y no se opondrá a este continuo caminar, mientras el segundo
se
fantasía
niega,
es
se
realizar
quiere el
quitar
tratamiento
la
enfermedad
para
no
ser
y
su
más
un
enfermo”. (p. 15)
Otro
punto
importante
de
desarrollar
es
el
narcisismo
que emerge en el terapeuta, que le impide ser terapeuta. El terapeuta en función de su omnipotencia le cuesta reconocer sus
limitaciones
situaciones,
con
todopoderoso
ante
frente el el
a
determinadas
miedo
de
paciente,
perder
pero
esto
temáticas
su
estatus
implica
como
o de lo
expone Borja (1997): “Cuando dos ignorantes se encuentran, lo mejor
es
callarse,
pregunta
como
como
señalo
se
del
reconocer que
no
la
tiene
anteriormente
ignorancia, la
por
tanto
respuesta”. mantener
el
del
(p.18 ) estatus
que Pero el
terapeuta sigue hablando a pesar de su ignorancia y nace la pregunta ¿Qué es más gratificante para el terapeuta mantener su estatus o ayudar realmente al paciente? La respuesta ideal sería
la
segunda
alternativa,
pero
que
pasa
cuando
la
respuesta verdadera es la primera alternativa; lo que sucede es fácil de predecir dos ciegos seguirán avanzando por los caminos de la terapia haciéndose daño y sin llegar nueva al final de este camino.
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¿Qué paciente
es o
satisfacción paciente.
primordial del del
Pero
en
la
terapeuta? terapeuta
muchas
terapia
Lo
el
satisfacción
primordial
surgiera
veces
la
de
la
terapeuta
seria
del
que
la
satisfacción
del
se
centra
en
su
propia satisfacción, a que terapeuta no le ha sucedido que siente que la terapia fue un éxito rotundo y queda muy feliz con su labor; pero para el paciente no se ha significado el mismo
éxito,
porque
si
bien
se
han
aliviado
los
síntomas,
pero no el problema de base porque el terapeuta con miedo a que
el
enfermo
se
enferme
aun
más
no
trabaja
lo
que
se
encuentra en sus pantanos inconscientes, si no los síntomas más visibles los mas fácil de funcionar porque la lógica es que el paciente en terapia pase de
ser una persona enferma a
una persona sana com o lo manifiesta Borja (1997): “A ningún enfermo se le permite que se enferme y que ése sea un estado deseado por él”. (p. 17)
Los profesores son profesores porque tiene alumnos, las madres son madres porque tienen hijos y los terapeutas son terapeutas porque tienen pacientes ; sin embargo “el miedo a no tener pacientes es el de la persona”. (Borja, 1997, p. 19)
Por
tal
razón
como
muchos terapeutas no les
lo
indica
Borja
(1997) :
“por
esto
gusta confrontar a sus pacientes”.
(p.19) Dado lo anterior que está dispuesto hacer un terapeuta
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para mantener a su paciente, mentirle, omitirse información o decirles simplemente lo real, porque en la aceptación de lo real y de la verdad se encuentra muchas veces la superación de un problema que nos deja vivir libremente. Pr ende siempre el terapeuta tiene que tener presente la importancia de ser honestos con el paciente, dando a conocer desde el principio lo que podemos y no podemos lograr en el proceso con el fin de no alimentar sus fantasías.
Borja psicoterapia
(1997) no
expresa:”los son
más
que
di stintos
tipos
de
diferentes
tipos
de
psicopatología”. (p.33)
Existen distintos tipos de psicoterapias orientadas al trabajo
de
la
emoción,
acción
y
su
pensamiento.
Cada
psicoterapeuta toma un tipo de psicoterapia con la cual se identifica, al igual que el paciente, con la que se siente a gusto o la que le hace más sentido. Pero la elección de un tipo
de
terapia
para
un
terapeuta
va
mas
allá
del
simple
hecho de sentirse cómodo o que le haga algún tipo de sentido, para que un terapeuta elija un tipo de terapia con cierta orientación haberle
tiene
ayudado
enfermedad,
a
porque
que
probar
superar para
su
alguna que
el
efectividad, problemática terapeuta
o
tiene su
logre
que
propia que
el
paciente crea en la terapia, primero el tiene que creer en la
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terapia, y para que el crea en la terapia; la terapia tiene que
haberle
ayudado.
A
la
vez
es
importante
que
los
terapeutas hayan recorrido los tres caminos, las tres sendas de la psicoterapia, que hayan trabajado su emoción, su acción y
su
pensamiento.
Ese
es
el
trabajo
que
uno
tiene
que
adelantar para ser terapeuta y para ser persona, tiene que alcanzar
un
desarrollo
congruente
de
los
tres
centros.
(Borja, 1997, p. 32)
Algunos terapeutas se consideran buenos, porque tienen posgrados,
doctorados
y
un
amplio
conocimiento
de
la
literatura; sin embargo lo que hace un verdadero terapeuta es la práctica, la experiencia que vas adquiriendo en el trabajo con personas y de la vida. Los libros, las exposiciones de los diversos docentes que se tiene en la formación académica te dan cierto conocimiento teórico de lo que es un proceso terapéutico; sin embargo, la experiencia en la labor es la fuente
que
te
entrega
el
mayor
conocimiento,
saberes
y
te
brida la confianza en sí mismo para poder llevar a cabo un proceso
terapéutico,
porque
es
muy
distinto
leer
la
problemática de un paciente en un libro, que tener enfrente al paciente con una problemática.
A diferencia de muchos profesionales el terapeuta tiene que tener la capacidad de crear nuevos procedimientos en su
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labor;
por
ejemplo
un
doctor
tiene
un
procedimiento
estructurado para operar o un ingeniero para construir todos sus
edificios,
en
cambio
un
terapeuta
no
puede
tener
un
procedimiento tan estructurado, porque tiene que considerar que todas las personas son diferentes, que aunque tengan la misma
patología,
su
características
individuales
pueden
variar y se tiene que realizar un procedimiento diferente de al de la otra persona con la misma problemática, por ende un terapeuta
tiene
que
ser
flexible
y
enriquecerse
de
los
saberes que le entrega la experiencia de vida. Como escribe Borja
(1997): “Uno no se prepara en cinco años, uno no se
prepara
con
un
doctorado,
porque
ha
si
solo
ha
adquirido
conocimientos académicos, los cuales no son la curación. La verdadera preparación es el camino, y el camino es la vida misma. (p. 34)
Como estudiante
generalmente le da gran importancia a
la técnica y se enfoca en aprender de sus maestros la técnica y tratar reproducirla lo mejor posible. Sin embargo, cuando en el libro de Borja llamado locura lo cura se lee la frase; (…)”la técnica no cura, quien cura es la persona” (p. 35)
Esta frase tan sencilla te lleva a la reflexión, a lo largo de la formación académica se aprenden diversas técnicas o se intentan aprender, dándole gran énfasis, ya que creemos que
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estas van a ser nuestras herramientas de trabajo, imitamos lo mejor posible a nuestros formadores para lograr o que creemos la
perfección
proceso somos
nos
nosotros
que
reproducirla;
cuesta
herramienta esto
al
de
nos
ver
que
mismos, trabajo;
olvidamos
lo
sin que
porque nos
embargo, tenemos
de
la
que
nosotros
preocupamos
durante
fortalecer
somos
tanto
importancia
de
este
nuestra
de
aprender
cuidarnos
a
nosotros mismo, de sanarnos nosotros mismos para poder ayudar de verdad a un paciente enfermo.
Otro
punto
relevante
que
nace
la
lectura
es
la
responsabilidad compartida del proceso terapéutico entre el terapeuta
y
el
paciente.
El
terapeuta
al
igual
que
el
paciente es una persona y lo que se establece entre los dos es una relación, una relación creada por ambos donde los dos comparten
un
objetivo,
donde
ambos
trabajan
para
lograrlo,
donde ambos son responsables de los resultados de la relación que crearon, como lo señala Borja (1997): “la labor es mutua y la curación también”. (p. 45)
De
la
relación
entre
pacientes
y
terapeutas,
nace
la
interrogante como nos mostramos, hasta que punto dejamos que nuestros pacientes nos conozcan. Es sabido que él que va a contar
su
problema
es
el
paciente,
al
que
se
tiene
que
conocer es al paciente, pero anteriormente se dijo que es una
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relación entre dos personas y para surja una relación entre personas tiene que haber un conocimiento mutuo, ya que dentro de
la
relación
bienestar
de
embargo,
entre
ambos
esta
dos
para
personas que
relación
es
el
eje
central
es
esta
relación
funcione.
más
compleja
que
el Sin
cualquier
relación, ya que la mayoría de las corrientes o escuelas de psicologías como lo indica Borja
tienen la norma implícita
de no dar información al paciente o de no abrir la puerta para que vea nuestra vida y también dice que esto es negativo (…) la distancia es innecesaria, es miedo, es negar algo que queremos ocultar, lo cual no es muy terapéutico. (p.46) Esta visión me hace sentido, pero también me hace sentido la de corrientes psicológicas que dicen lo contrario, ya que en un proceso lo importante es el paciente e información de nuestra vida puede interferir o desviarnos del eje central. Según mi opinión
ambos
negativos,
y
pacientes
me
perspectivas espero
que
logre
la
tienen
sus
aspectos
experiencia
decidir
hasta
que que
positivos
tenga punto
con
y
mis
entrego
información de mí, porque ambas tienen sus fundamentos, pero ahora es mejor quedarse con el conocimiento de ambas, hasta que a a través de mis propias experiencia pueda ver cuál es la que más se acomoda a mi persona.
La crisis es vista algunas veces como algo nefasto para el
paciente
o
para
el
mismo
terapeuta,
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algo
que
hay
que
detener; sin embargo pocas veces se le ve la utilidad para el proceso terapéutico. Borja (1997) al respecto señala: “Si la crisis
se
presenta,
irresuelto
en
es
el
momento
nosotros.
Una
de
darle
crisis
la
cara
moviliza
a
toda
lo la
personalidad y tiene la fuerza e intensidad necesarias para profundizar, porque todo está a flor de piel”. (p. 54 ) Pero es
difícil
darle
la
connotación
positiva
debido
al
sufrimiento y dolor que le causa a la persona, menos cuando ni
siquiera
como
persona,
ni
como
terapeuta
se
conoce,
ni
vislumbra su gran valor para el proceso terapéutico.
El terapeuta como se ha mencionado a en estas páginas es una persona al igual que el paciente, una persona que para lograr ser terapeuta tiene que haber aceptado su enfermedad; sin embargo este aspecto no es fácil de alcanzar. Cuando un psicólogo no lo ha logrado podría atentar contra el proceso terapéutico de su paciente, ya que le pondría límites, pero limites
que
provienen
de
sus
miedos
y
de
su
enfermedad,
atentando con la libertad y los logros que podría alcanzar el paciente. Al cometer este acto se estaría atentando no solo con los derechos humanos al privar a la persona sino también corromperíamos el propio código de ética donde lo privaríamos aparte
de
su
libertad
de
su
autonomía.
En
ocasiones,
el
terapeuta como señala Borja (1997): “impiden dejar que los pacientes
toquen
fondo.
Se
intenta
10
no
conflictuar
más
al
paciente y sacarlo de su sufrimiento. Esto es my negativo. Hay
que
quiere
tocar huir”.
terapeuta
fondo. (p.
quiere
Hay
60)
que
Pero
impedir
ir
hacia
el
lugar
donde
se
lo
anterior
sucede
porque
el
el
paciente
sufra,
pero
la
que
a
vez, puede querer impedir su propio sufrimiento, ya que si conduce
al
problema llegar
paciente
para
al
al
fondo
enfrentarlo,
final
de
su
del
puede
propio
abismo
donde
correr
abismo
el
y
habita
riesgo
verse
el
de
él
obligado
a
enfrentar su propio problema, por ende, promover que el que el
paciente
evada
puede
ser
producto
no
querer
aceptar
y
enfrentar su propio problema, su propia enfermedad.
¿Por qué intentar ocultar? La respuesta es muy sencilla, ya
que
queremos
consideramos
ocultar
que
es
lo
malo,
que
o
lo
no que
nos nos
gusta, puede
lo
que
dejar
en
evidencia. Sin embargo, que sucede cuando el terapeuta no se quiere
mostrar
siguiente:
por
completo,
“No
es
contratransferenciado”. manifieste
todo
lo
que
Borja
al
respecto
posible (p.78)
ocultar,
(…)
“Permitir
honestamente
curativo que negarlo”. (p.82)
señala
te
ocurra,
lo
saldrá que es
se mas
Al ocultarse se estará siendo
poco honesto con el paciente, por ende, es imposible pedirle al paciente que sea honestos, ya que no se puede pedir lo que uno no es capaz de hacer, por lo cual los paciente se verán estancados
en
sus
procesos.
Al
11
no
ser
honestos
con
los
pacientes; no somos honestos con nosotros mismos, pasando así a llevar el derecho básico de todo paciente, y toda persona, el derecho a la verdad, dañando el proceso terapéutico porque no van a existir resultados verdaderos, si trabajamos sobre mentiras y nos quedaremos atrapados en lo irreal por el miedo de lo que significa mostrar lo real.
En terapia como se ha señalado anteriormente la curación se encuentra en aceptar lo que esta, no se puede negar hasta el punto de reprimir, ya que se estaría alejando más de lo profundo. Por ende como señala Borja (1997): “el trabajo del terapeuta
no
es
cambiar
a
alguien,
sino
lograr
que
los
pacientes se reconozcan como son”. (p. 105) Pero como yo como terapeuta puedo lograr esto si no soy capaz de aceptarme a mí mismo, si estoy lleno de prejuicios que no me dejan actuar ni pensar
con
libertad.
reflexionar, prejuicios
a
Es
como
puedo
mi
parecer
una
difícil
liberarme son
tarea
de
producto
mis de
que
te
lleva
prejuicios; nuestra
a
los
propia
represión de mi incapacidad de aceptar o enfrentar algo que le tengo miedo, ya que no me siento capaz de enfrentarlo o simplemente asumirlo.
En las páginas de este libro no pude dejar de pensar ¿Cuál es mi enfermedad? No lo sé, o mejor dicho lo sé pero no lo quiero aceptar; él porque me da miedo, es una paradoja.
12
Entonces de
la
como puedo lograr ser un buen terapeuta, antes
lectura
de
estas
páginas
pensaba
que
aprendiendo
técnicas, haciendo posgrados en general recursos académicos. Pero nunca me detuve a pensar la importancia de llevar a cabo mi propio proceso de curación, ya que simplemente pensaba que los recursos eran externos a mi no me veía como un recurso en sí. Generalmente
en muchos aspectos de mi vida no solo como
futura
pensaba
terapeuta
externo,
no
importando
que en
tenía lo
que
mínimo
mantener lo
lindo
interno
lo
aunque
estuviera cayéndose en pedazos, pero nunca me había detenido a pensar o ver como estas ruinas internas se reflejaban de tosas maneras en lo externo.
Al no reconocer ruinas internas o mi enfermedad, nunca podría ocultar
llegar mis
a
ser
un
debilidades
buen
terapeuta,
como
terapeuta
ya
que
que
siempre
nacen
de
al mi
enfermedad estaría atentando contra la terapia y libertad del paciente.
Por ende, antes de reconocer mis competencias tengo que conocer
y
aceptar
mis
incompetencias
y
nace
mi
¿Cuándo voy a ser capaz de enfrentar mi enfermedad?
pregunta Porque
siento que se cual es, pero no lo digo, porque siento que todavía no soy capaz de enfrentarla, todavía no soy capaz de tocar fondo; entonces como le pido a mis pacientes que toquen
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fondo, si a mí me da miedo. Hasta que no lo logre no podre decir
que
soy
una
persona
completa,
ni
mucho
menos
un
terapeuta. Espero encontrar y voy a buscar la respuesta de la pregunta como logro ser terapeuta, en mi experiencia en mi interactuar con el otro, en como lo señala Borja no seguir navegando
en
la
orilla,
si
no
profundas.
14
llegar
a
las
aguas
mas