“El mundo andino en Valparaíso: Cosmovisión, empatía e identidad” Patricia López Pereira
En el transcurso de la historia, el ser humano ha establecido múltiples formas de organizarse y relacionarse. El arte, en este sentido, entendido como la expresión humana que muestra sus sentires subjetios generando empat!a, actúa como un elemento cohesionador, desde el cual podemos eidenciar un discurso de fondo que se enmarca en los diersos contextos sociales en el tiempo. La música, la danza, la pintura, escultura, el cine, el dise"o, la fotograf!a, literatura, se han uelto herramientas capaces de unir a las personas a tra#s de sentimientos, modos de ida y de comprender el mundo. $e esta manera, al escuchar el sonido que emana de una cultura, podemos conocer e incluso, empatizar, con la forma en que aquel pueblo construye su memoria, se ie y reconoce% el arte es parte del proceso de formación identitaria& indiidual y colectia. ' ra!z de lo mismo, cabe preguntarse preguntarse qu# moimientos moimientos son los que est(n generando esa identidad en nuestra propia localidad, a modo de comprender un momento histórico en el cual es eidente que ha habido un creciente rechazo al modo en que se est( construyendo el proyecto pa!s de parte del Estado de )hile. *especto a esto eidenciamos que, hoy en d!a, en la ciudad de +alpara!so y en la zona central, en general, se ha propagado de forma cada ez m(s r(pida el arte tanto musical como corporal que presenta el folclore andino, entendido desde nuestra perspectia- como las manifestaciones art!sticas y culturales transmitidas oralmente o en la pr(ctica- a tra#s de generaciones por los pueblos habitantes de Los 'ndes en la zona sur de oliia, Perú y el norte de )hile y 'rgentina. /nstancias /nstancias como carnaales, tambos, pe"as y fiestas se han llenado del sonido de quenas, zampo"as, y bombos, estableciendo un peque"o mundo en que jóenes de diersos estratos y sectores se unen por una razón 0)u(l es #sta razón1 0Por qu# la est#tica andina resulta tan atractia para los jóenes de la zona central, si estamos tan lejos del origen de aquellas culturas como la quechua y aymara entre otras-1 0' qu# se debe la multiplicación de agrupaciones que practican danzas y ritmos propios de la zona andina1 *esu *esulta lta dif!ci dif!cill y compr comprom omete etedor dor abarc abarcar ar este este tema. tema. Prime Primero, ro, porq porque ue a niel niel histórico es complejo analizar un proceso de corta duración, o que se est# dando contempor(neamente, sobre todo cuando a niel personal, se est( inmerso en el lugar lugar del del cual cual se est( est( relat relatand ando o 2% hacer hacer la dista distanc ncia ia 3obje 3objeti tia4 a4 que algun algunos os historia historiadore dores s exigen exigen al momento momento de inesti inestigar gar cualqui cualquier er tem(tic tem(tica. a. 5egundo, 5egundo, porque para entenderlo, debemos relacionar la cosmoisión de una cultura lejana, con la propia, la de una juentud que en este momento y de forma creciente, 1 La autora del ensayo participa en una u na de las agrupaciones andinas de la zona, Caporales Reales Reales Brillantes Valparaíso, Valparaíso, hace 4 años como bailarina.
rechaza el modelo económico impuesto en nuestro pa!s. Esto implica definir en parte un grupo de personas que quiz(s no tiene algún objetio común, pero que, por alguna razón, se ha isto enuelto en la formación de códigos y manifestaciones comunes. Por último, nos resulta complejo definir en un ensayo si las manifestaciones andinas son arte o folclore% recalcamos esto pues hace muy poco tuimos una conersación con una mujer aymara residente en la zona de 6uilpu# que manifestaba su rechazo a que se tilde de folclore el arte de su pueblo. En este sentido no quisi#ramos contrariar su postura, sino m(s bien explicar porqu# hemos decidido hablar de folclore como una palabra que no es descalificatia. )omo se mencionó anteriormente, el folclore es para nosotros un fenómeno din(mico que se centra en el acto de transmitir& posee un rol socializador que no siempre est( presente en el arte, el cual puede quedar para el propio indiiduo. 'dem(s bien sabemos, el arte en s! es muy complejo de definir y pudi#ramos decir sin problemas que para todos el arte es algo diferente, por lo que no es el tema en el que quisi#ramos centrarnos en este acercamiento a la cuestión% nuestro objetio es entender la propagación de la cultura andina en +alpara!so, a tra#s de la danza y la música. Por lo mismo, se pide la comprensión del lector en este intento de acercarnos, quiz(s por primera ez, a un fenómeno cultural que probablemente nos muestre nueas ra!ces en la siguiente d#cada% se busca generar una primera relación, una fuente, con la que la gente logre acercarse a un mundo que d!a a d!a conecta a m(s personas alrededor de la cultura de Los 'ndes. )laramente, el objetio es dejar abierta una nuea (rea de inestigación, y dejar testimonio de que, en un sistema que forma indiiduos, hay quienes en la pr(ctica fortalecen los colectios. 7uestra propuesta consiste entonces, en definir a grandes rasgos la cosmoisión andina, puesto que a partir de aquello, se hace mucho m(s f(cil comprender la org(nica que poseen las organizaciones que practican estas danzas% el folclore es un lenguaje que crea mundos y que est( form(ndolos lejos de su lugar de origen. Los moimientos y grupos sociales que han decidido practicar este arte, en la zona central de )hile, especialmente +alpara!so, constituyen una fuerza creciente que no podemos ignorar, y que quiere decirnos algo. Cosmovisión Andina: propuesta social y folclore
Para poder comprender un sonido es necesario saber a qu# lógica responde su mensaje, su est#tica. 6uien siente gusto por un tipo de música, se compromete en parte a su discurso% todos tenemos una banda sonora que habla de cómo somos, pensamos y sentimos. $e esta misma manera, los colectios y moimientos pol!ticos tambi#n se caracterizan por generar una identidad musical propia. En palabras de 8aime 9ormigos y 'ntonio )abello&
“La música es un medio para percibir el mundo, un instrumento de conocimiento que incita a descifrar una forma sonora del saber. Una aproximación al estudio de la música debe intentar comprender la producción y reproducción de ésta en
relación con el proceso de desarrollo social, para ello debemos prestar especial interés al espíritu de la época.” 2 ' ra!z de lo mismo, es que interesa conocer el contexto en que ha proliferado el folclore de origen boliiano que se representa a tra#s de distintas danzas, entre las cuales encontramos como m(s comunes y que han llegado hasta la zona de +alpara!so& la :orenada, el )aporal, la ;oba y el ;inruro, hoy puede ser ista, en menor escala, en los carnaales organizados en la comuna de +alpara!so. ?n ejemplo de aquello es que en el a"o @A2B, el )arnaal de :il ;ambores pasó a darle una posición especial dentro del recorrido a los grupos de corte andino, mostrando as! que ya se consideran una categor!a dentro de las manifestaciones art!sticas de la zona. 5in embargo, como bien sabemos, el folclore est( dotado de contenido, y #ste es cambiante en espacios y tiempos. En este sentido, Eeline 5igl describe la danza de los caporales boliianos como clubes exclusios para gente alta y 3blancoide4 que posee el capital suficiente para pagar los ostentosos trajes eniados a hacer a
!ormigos, "aime y Cabello, #ntonio. La construcción de la identidad juvenil a través de la música. $adrid% &ni'ersidad Rey "uan Carlos, ((4% p. )(. *
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Con el +n de ue el lector pueda entender a modo general a u- danzas y estilos musicales nos reerimos, de/aremos un peueño glosario basado en el conocimiento propio ue tenemos respecto a lo señalado, y tambi-n en el libro de 0'eline igl% No se baila así no más. Tomo II: Danzas autóctonas y ol!lóricas de "olivia. La 2az% .3., (1. $orenada% anza nacional de Boli'ia ue representa el paso de los escla'os negros de la colonia, uienes debieron caminar hacia la ciudad de 2otosí arrastrando cadenas, representadas con el sonido de matracas. Caporal% anza de origen boli'iano, ue representa a los capataces mestizos en la etapa de la colonia, tanto para moarse de los mismos, como para mostrar superioridad y elegancia. 6oba% 2ersoni+caci7n de indígenas guerreros, ue hoy es conocida popularmente por la representaci7n del pueblo de los 6obas, el cual resisti7 la colonizaci7n 8nca. 6in9u% anza inspirada en el encuentro ritual nor5potosino de los 6in9us, en ue se pelea hasta ue la sangre sea derramada en la tierra: act;a como agradecimiento a la misma y posee un trasondo agrícola. La9itas%
mano por bordadores profesionales B. 5in embargo, en el caso de la zona central, la danza del caporal posee una significación diferente, en la que se e el personaje del caporal como una mofa a los capataces mestizos de la colonia significado primario de la danza C-. )omo podemos er en este caso, la significación muta según el lugar en que se ejecuta la danza. 7os atreemos a decir al respecto que esto ocurre porque el componente humano que se interesa por la danza posee motios diferentes en oliia y en +alpara!so. Pero en esto profundizaremos m(s adelante. )entr(ndonos en lo netamente 3andino4 06u# contexto pol!tico y espiritual enmarca el folclore boliiano1 Para iniciar la reflexión, resulta interesante detenernos en torno a la nuea )onstitución del Estado Plurinacional de oliia, del a"o @AAD, la cual declara en su art!culo segundo que dada la existencia
precolonial de naciones y pueblos indíena oriinario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se aranti!a su libre determinación en el marco de la unidad del "stado# . oliia es el primer Estado Latinoamericano en ser gobernado por una persona de origen ind!gena Eo :orales-, y poner en alor expl!citamente las ra!ces ind!genas de su territorio, estableciendo un modelo estatal no hegemónico, que reconoce la existencia de múltiples naciones en el Estado, que poseen su lengua, medicina, cosmoisión y cultura propias. ' partir del mismo 3piso4 legal, es que parece lógico que el folclore en sus distintas manifestaciones tenga respaldo social para poder ser mostrado y crecer en cantidad de agrupaciones y participantes. 8osef Estermann declara al respecto que en la )onstitución boliiana se expresa la cosmoisión andina espec!ficamente aymara y quechua- en su declaración de principios, la cual propone la concepción de un 3iir bien4&
“La $$%ida&& en la concepción andina tiene muc'o que %er con la relacionalidad, el equilibrio y la armonía. "l ideal de suma qama(a)allin *a+say est- determinado por el ideal de la usticia $$cósmica&& seún la cual todos)as y cada uno)a tienen su $$luar&& o su función, y de donde sure la preocupación y el esfuer!o por la conser%ación del equilibrio pac'asófico entre arriba y abao, i!quierda y derec'a, 4 igl, 0'eline. No se baila así no más. Tomo II: Danzas #utóctonas y ol!lóricas de "olivia. La 2az% .3., (1% pp. 4154. =íbid, pp. 4(54: 0n el mismo libro de 0'eline igl, la autora describe ue en un primer momento la danza del caporal representa al capataz de los escla'os en tierras boli'ianas >b?sicamente@, pero ue con el paso de los años, uienes han participado de la danza en Boli'ia han tendido a 'ol'erla propia de una elite, y Ablanuearla. ) 3ue'a Constituci7n 2olítica del 0stado 2lurinacional de Boli'ia, art. , p. =. Concepto de A'i'ir bien en lengua aymara y uechua respecti'amente.
pasado y presente, lo masculino y lo femenino. /sí, el $$%i%ir bien&& en el sentido andino 0en contraste a la “buena %ida” occidental1 no puede ser separado de las dimensiones de espiritualidad, reliión, ecoloía, economía, política, ética y ritualidad 01 3ara el sentimiento andino, la $$%ida&& 4y por tanto el “%i%ir bien”4 no puede ser interpretada y transformada a tra%és de la autodeterminación indi%idual y autónoma. "l %erdadero $$sueto&& portador de la $$%ida&& es la comunidad 0ayllu1” 5 . El indiiduo, desde la perspectia de las naciones ind!genas de oliia, pasa a un segundo plano, puesto que la realización de un 3iir bien4 es colectio. dentro de esa colectiidad no solo est( el ser humano, sino tambi#n la naturaleza en general. )laro est(, que no podemos generalizar como si todo el pueblo boliiano pensara de #sta manera, pero el arte emanado de aquel territorio posee simbolismos que si podr!an interpretarse bajo aquella isión del mundo y de las relaciones humanas. 5i obseramos las danzas altipl(nicas, #stas se realizan en su mayor!a organizadas por bloques de danzantes que al comp(s del bombo ejecutan los mismos moimientos, cantando y animando al público presente% no se pone en sobre alor la destreza indiidual, sino lo que como grupo pueda realizarse y coordinarse. Esto genera lazos de amistad y fraternidad, los cuales hacen de las comparsas no sólo agrupaciones de baile, sino en profundidad, 3familias4 complejas y diersas, que bajo un mismo objetio se organizan para mostrar la danza escogida, y difundir el folclore andino. )omo concluye Eeline 5igl en su art!culo 6onde tubérculos y platas bailan7
“"n cuanto a la dan!a y la resistencia indíena contra el dominio 0post1 colonial 'abría que pensar en dos aspectos7 por un lado el 'ec'o de que a pesar de tantos silos de coloni!ación 0y neo4coloni!ación por las din-micas de la lobali!ación1 aún existan idiomas indíenas, dan!as y ritos que aparentemente se basan en la cosmo%isión andina sí me parece ser una muestra de resistencia a la aculturación total.” 8 $e esta manera y a partir del ejemplo reci#n mencionado, nos aenturamos a decir que la lógica que actúa de telón de fondo para el folclore andino es totalmente diferente a aquella que impera hoy en d!a en )hile a niel pol!tico y económico-. 5in eitar la subjetiidad propia, no podemos negar que la lógica que ha sido impuesta en nuestro pa!s es absolutamente indiidualista& hoy se alora al ser por sus competencias y capacidad de encer a otro en lo personal y profesional. Los est(ndares de realización impulsados por el curr!culum educatio buscan formar personas dedicadas a absorber conocimiento, especializarse y escalar sobre los dem(s. El conocimiento, al mismo tiempo, se e mermado por D 0stermann, "ose. $%ivir bien& como uto'ía 'olítica. La conce'ción andina del
$vivir bien& (suma )ama*a+allin !a,say- y su a'licación en el socialismo democrático en "olivia. La 2az% EE8V Reuni7n #nual de 0tnología, (1(% p. =1. F igl, 0'eline. Donde tubérculos y 'lantas bailan: danza ertilidad y reli/ión en el alti'lano boliviano. La 2az% EE88 Reuni7n anual de etnología, ((F% p. D=.
pruebas estandarizadas que no permiten a las personas en conjunto construir un aprendizaje colectio% desde el aula la costumbre se posa en una sociedad poco solidaria. )ulturalmente, se ha impuesto el idioma ingl#s para ser ense"ado en aula, sin alidar el legado ind!gena de las naciones precolombinas del territorio chileno. a diferencia nuestra, sin intentar sacralizar a oliia, este pa!s a partir de su lógica, ha leantado en las escuelas el conocimiento de las lenguas propias de los diersos departamentos que componen el Estado boliiano. ;omando este contraste en la forma de posicionarnos como sociedades ante el mundo, resulta eidente que quiz(s el trasfondo que tiene el folclore andino resulta muy atractio para aquellos que no persiguen la misma lógica impuesta por el Estado de )hile. Empatía: organizaciones de folclore andino en la zona central.
$espu#s de esta reisión de la cosmoisión andina, y sobre su lógica inmersa en la danza y en la música, olemos a encontrarnos con la pregunta 0por qu# han proliferado agrupaciones de danza y música andina en la zona central, especialmente en +alpara!so1 )omo hemos mencionado, un punto importante para lograr comprender esta cuestión es que la espiritualidad que est( inmersa en el folclore de origen boliiano se enmarca en una isión comunitaria, y no indiidual, de iir bien. 'hora claro, ser!a importante decir que esta reflexión no siempre es patente para el bailar!n y el músico que forman parte de este tipo de agrupaciones, ya que todos entran por distintos intereses en un principio a participar de actiidades de este car(cter, sin embargo, a niel organizacional, el esquema si es cumplido ya que la mayor parte si no todas las organizaciones de folclore andino-, poseen una din(mica basada en la decisión y realización de la comunidad por sobre el indiiduo. ' niel testimonial, y con la fuente que sólo puede dar ser parte de la experiencia de la que estamos hablando, podemos decir que en la última d#cada han crecido estas agrupaciones, las cuales oscilan en cantidad de integrantes existen organizaciones de 2C a 2CA socios-, tipos de danza y grupos etarios. 5i bien, como podemos resoler, existe una amplia diersidad al momento de hablar de agrupaciones folclóricas andinas en la proincia de +alpara!so, podemos generalizar respecto a la forma en que se organizan las mismas% en la mayor!a son personas jóenes entre 2C a BA a"os- quienes forman el grueso de la agrupación, y #stas se organizan a partir de directias, las cuales representan una asamblea que toma las decisiones respecto al modo de operar para cada actiidad o problem(tica. 's! mismo, existe una relación estrecha entre los diferentes grupos, formando y organizando eentos para gestionar presentaciones o carnaales, o simplemente, para compartir el folclore andino y estrechar lazos. )omo explican Francisca Fern(ndez y Francisca López&
“La dan!a es ante todo en el mundo andino un espacio ritual, festi%o, un uni%erso simbólico en el que se construye un sentido de pertenencia y apropiación de una realidad cultural, plasmando %isiones de mundo, aspiraciones rupales, formas de
%i%ir la cotidianeidad y a su %e! lo sarado, una manera de pararse ante el mundo”.9: La música en este sentido, actúa como elemento aglutinador y significador, desarrollando una identidad en quien comienza a ser parte de este 3mundo4% en palabras de Gurchars
una persona y se lle%a a cabo por medio de una acción que intenta despertar en otros, idénticas emociones. 99 La danza y la música, es este caso, son generadoras de empat!a, ya que el bailar!n y el músico conocen lo que representa su baile o su tradición instrumental, y a partir de lo mismo, se comprometen en mayor o menor medida, a difundir aquello, desarrollando as! lo central para mantener io el folclore& su transmisión. Los gustos musicales se condicionan socialmente creando grupos de ideolog!a concreta 2@. 'hora bien, existen posturas que critican el hecho de que una persona que no es parte de un pueblo cuya cultura haya creado una representación art!sticaHfolclórica, represente aquello estando lejos tanto #tnicamente, como geogr(ficamente del contexto propio de la danza o música. *amón :. 8aúregui al respecto afirma que existe una ruptura entre el folclore y lo folclórico porque&
“;ientras que el fol*lore se define como el estudio de lo que es propio de las clases populares, lo fol*lórico pasa a ser entendido como aquello que puede ser $$abstraído&& o $$separado&& del pueblo, para ser mostrado, por profesionales, como una atracción a los turistas, espect-culo que al producir dinero, no para el pueblo quien pertenece el fol*lore, sino para quienes montan el espect-culo, se le da el nombre de fol*lórico y es fomentado m-s como fuente de dinero que como alo del pueblo y al 'acer esto le est-n robando a ese pueblo su cultura y su palabra y lo dean $$inculto&&” 9< 'sumir que el dinero es el único objetio que podr!a moilizar a un grupo de personas a hacer representaciones folclóricas impropias de su (rea geogr(fica, es generalizar respecto a una problem(tica que posee muchas aristas. La espiritualidad se enriquece a tra#s del arte, y la empat!a que se genera a partir de 1( Gern?ndez, Grancisca y L7pez, Grancisca. T0u)uri 1ar!a: un 'ueblo danzante. Las danzas andinas en 2antia/o de 30ile. 0n 2antia/o 4ac0a 1ar!a. Compañía de in'estigaci7n y anzas #ndinas 6aypi #ru. antiago de Chile% Huimant;, (11% p. 1*. 11 Iurchars9i, R. La música ve0ículo de e5'resión cultural. $adrid% $inisterio de cultura, ((D% p. . 1 !ormigos, "aime y Cabello, #ntonio. Jp. Cit.% p. )*. 1* "a;regui, Ram7n. 3ultura 6tica y 7ol!lore. $-rida% Germentum, (((% p. 4.
aquel proceso debe ser alidada en un mundo altamente globalizado y aproblemado por el choque de dos discursos al menos en >ccidente- totalmente opuestos, en los que el ser debe elegir si seguir la lógica capitalista, buscar alguna alternatia a la amenazante deshumanización de la econom!a mundial, o simplemente, intentar ignorar el acontecer de los últimos siglos. )reemos que si el folclore es una alternatia para que los jóenes logren salir de la lógica indiidualista, y puedan experimentar la experiencia de organizarse en comunidades, es absolutamente (lida y respetable su difusión, transmisión, y prolongación en el tiempo, sin poner sobre ello lógicas nacionalistas que promuean la rigidez de la cultura, que como bien sabemos, es constantemente cambiante y con tendencia al sincretismo. 7o es menos cierto que si bien, existen muchos grupos que lucran a partir de la danza y la música folclórica, ese no debiese ser motio para opacar el esfuerzo de quienes intentan construir cosas diferentes a partir de la organización comunitaria.
“/nte esta situación en la que la música 'a sido absorbida por criterios estrictamente comerciales, todos aquellos estilos minoritarios, al apartarse de la corriente principal, se con%ierten, paradóicamente, en elementos importantes de donde arrancan criterios de identidad, especialmente en el público u%enil.” 9= 5umado a todo lo anteriormente expuesto, tambi#n podemos sumar dos fenómenos culturales que enmarcan la proliferación del folclore andino en la zona central. Por un lado, tenemos el antecedente de que en los a"os IAJy KAJdel último siglo, el moimiento conocido como 7uea )anción )hilena hace uso de los instrumentos propios del folclore andino, resignific(ndolos bajo consignas pol!ticas contrarias al autoritarismo de la dictadura, por lo que se tiende a relacionar este tipo de música con un color pol!tico determinado% l a música andina se con%ierte en un espacio de rei%indicación identitaria 9> . Por otro lado, desde el punto de ista musical, +alpara!so como ciudad uniersitaria agrupa a muchos jóenes que estudian la carrera de interpretación musical o pedagog!a en música, por lo que la cantidad de agrupaciones musicales de toda !ndole en la zona son comunes, incluyendo en esto el caso de la música andina. *efiri#ndose al caso de la ciudad de 5antiago de )hile, Francisca Fern(ndez y Francisca López concluyen que&
“"n la actualidad la eecución de un conunto de dan!as andinas en ?antiao se inserta en la reapropiación de pr-cticas culturales andinas, como el ayni 0la reciprocidad1, el taypi 0equilibrio1, el tin*u 0unión, encuentro de lo opuesto, lo di%erso1, el respeto a la pac'amama 0madre tierra1. Las arupaciones se 'an con%ertido en comunidades, ayllus, no transitorias como los conuntos folclóricos, sino como comunidades de sentido, desde la reelaboración de la solidaridad y fraternidad a tra%és del mo%imiento, el cuerpo.” 9#
14 !ormigos, "aime y Cabello, #ntonio. Jp. Cit.% p. )=. 1= Gern?ndez, Grancisca y L7pez, Grancisca. Jp. Cit.% p. 114.
Por lo tanto, pertenecer a una agrupación, ejecutar un baile o un instrumento, no sólo es eso, sino que en lo profundo genera ra!ces comunitarias con quienes se acompa"an en el proceso de aprendizaje y difusión del folclore. La expresión art!stica masia que estos grupos llean a cabo genera en el ser la sensación de pertenencia, de compa"!a, que se concreta cuando, en conjunto, es posible dar una muestra al resto de la población de lo que se ha preparado para la misma. efle!iones finales
Para concluir, quisi#ramos recalcar que el fin de este ensayo, adem(s de abrir un espacio para la cr!tica y la inestigación tan necesarias sobre lo local, busca tambi#n ser fuente sobre los procesos que est(n ocurriendo a niel cultural en +alpara!so. 7uestra ciudad, al igual que todo )hile, ha pasado por fuertes procesos de imposición de la cultura oficial emanada por el Estado, el cual reconoce en su )onstitución que nuestro territorio posee una única nación y un baile oficial, la cueca, dejando fuera todos aquellos aportes propios de las naciones ind!genas que residieron y aún residen en el pa!s. 5i bien, la danza y música andina en la región no posee militancia, creemos que es un acto sumamente pol!tico, entendiendo la pol!tica como el acto de participación del indiiduo y la comunidad. Leantar agrupaciones, las cuales construyen una org(nica de organización, y que se basan en la transmisión no sólo del arte, sino de alores y de formas de comprender el mundo, constituye un medio para iir la ida bajo una lógica distinta a la que estamos sometidos d!a a d!a, y es por esto que nos atreemos a afirmar desde la experiencia, que el folclore andino ha proliferado con tanta fuerza en +alpara!so y en toda la zona centro incluso m(s al sur-. Esperamos que siga creciendo y que m(s personas se impregnen de la bella experiencia de generar lazos comunitarios, no sólo a tra#s del folclore, sino tambi#n en la escuela, en el trabajo, la familia, la uniersidad, el barrio, y todo aquello que nos inita a conocernos y a crecer en conjunto.
1) íbid% p. 1F.
eferencias:
H
Estermann, 8osef. “@i%ir bien” como utopía política. La concepción andina
del “%i%ir bien” 0suma qama(a)allin *a+say1 y su aplicación en el socialismo democr-tico en Aoli%ia. La Paz& /+ *eunión 'nual de Etnolog!a, @A2A. H
Fern(ndez, Francisca y López, Francisca. B'uquri ;ar*a7 un pueblo dan!ante. Las dan!as andinas en ?antiao de C'ile. En ?antiao Dac'a ;ar*a. )ompa"!a de inestigación y $anzas 'ndinas ;aypi 'ru. 5antiago de )hile& 6uimantú, @A22.
H
9ormigos, 8aime y )abello, 'ntonio. La construcción de la identidad u%enil a tra%és de la música. :adrid& ?niersidad *ey 8uan )arlos, @AAB.
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8aúregui, *amón. Cultura, Etica y Fol*lore. :#rida& Fermentum, @AAA.
H
Gurchars
H
5igl, Eeline. 6onde tubérculos y plantas bailan7 dan!a, fertilidad y reliión en el altiplano boli%iano. La Paz& // *eunión anual de etnolog!a, @AAD.
H
5igl, Eeline. Go se baila así no m-s. Bomo HH7 6an!as autóctonas y fol*lóricas de Aoli%ia. La Paz& 5.7., @A2@.