Norbert Eas
Mozart Scilgí d un gni
Taducción e Mrt Fenánez-Vlnv Jné y Oe Snk
Erik Satie
EDCIONS PÍULA BARCELN bibliotecaeriksatie.blogspot.com.ar
© 1991 by Norber Elias Stichn. zat: Zur Sozologie enes G e Edición de Michael Schrer CONTEIDO
Quedan rirosamene prohibidas sin la auorización esáita de los ilares del <{copyigh>, bajo las sanciones esblecidas en las leyes la reproduéción oal o paral de esa obra por cualquier medio o procedimieno, comprendidos la reproraña y el raamieno inrmico, y la disribución de ejemplares de ella mediane alquiler o prsamo públicos así como la exporación e impoación de esos ejemplares para su disribución en vena era del mbio de !a Unión Europea La primera e dición caseana de esta obra fe publicada en la colección Pennsu la/Ideas en 1991 Primera edición en esa colección dicie mbre de o © de la raducción: ararunk Fende-Vllanueva Jan y Olier 1991 © de esa edición Ediciones Pennsula sa Peu de la Creu 4 08001-Barcelona email correu@rup62com inee htp//wwwpen insulaedicom Foocompueso en Compe & Ass sl Roer de Flor 40 0805-Barcelona Impres en iberdple Consitució 19 08014Barcelona DEPÓSITO LEGAL: B.437-00. ; 84-8088
Nota a la edición Refexiones sociológias sobre Mozart
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Se abandonó a su suerte 7 Músicos urgueses en a sociedad cortesana 26 El paso de Mozar hacia el «artista libre» 51 Arte de artesano y arte de artista 70 8 El arsta en el ser humano La génesis de un genio La juventud de Mozart. Entre dos mundos sociales 30 La rebelión de Mzart
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De Salzburgo a Viena Emanciación total: el matrimonio de Mozart
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Preto y dos notas
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Esquema del drama vital de Mozart Dos notas
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7
NOTA A LA EDICIÓN
orbert Elias murió el 1 de agosto de 1990 No pudo seguir ni superisar la realzación del presente volumen Pero todavía pudo aprobar mi propesta de hacer un libro sobre Mozart (sin tener en enta al ao Mozart 1991); el títlo lo rmuló él mismo, lo cual es una prueba de qe aceptaría la edición como obra suya. La noticia extendida por la prensa de que Elias trabajaba en est libro cuando le llegó la muerte es, natralmente, una leyenda del po «las últimas palabras> De hecho, al contrario que en otros casos, nunca expresó la intención de volver a ocuparse de Mozart. Los textos qu se han impreso, de cuya selección y versión nal soy responsable, surgieron en el marco de un proyecto de mayor envergadura que se reejó, entre otras cosas, en el repedo anunc io de la publicación de un títlo Der bürgeriche Künstler in der hfchen Gesescha (El artista burgués en la sociedad cortesana ), que había de ser el volumen 12 de edition hrkamp. Neue Fo/ge. Elias trabajó en él por etapas alrededor de los aüos S. En su ar chivo se ha conserva do el siguiente material sobre esto: I Manuscrito mecanograf iado, sin título (lave : «Mozart>, de 8 páginas en parte con crreccines y aña9
a reestructurado y a los epígafs 3 y 4 se les ha añadido algunos pasajes de los apuntes no desarrollados, pero ha requerido menos taajo de condensación.Sólo se haneliminado agunos pasajes para evitar redundancias respecto a la primera parte, sien'pre y cuando se pudiera hacer sin menoscao de ontexto El Proyecto fnal, que transmite una idea de la posible disposiión del libro tal como durante un tiempo se lo imaginó el autor, se ha abreviado ligeramente Que los tres textos impresos giren en gran parte en too al mismo tema se ha aeptado como un mal
guar sobre la que quizás algún día m extenderé con ma yor detalle Paulatinamente se darolló un proceso en el que yo, como editor, tenía la isión de sacar de l os manuscritos en bruto, de los agmentos e incluso de los pensamientos aislados del autor, la na de un texto fluido o de un libro acabado Esta rma de omunidad exigía por mi parte una gran dosis de comprensión, capaciad de juzgar, erza de composición y empatía, y naturalmente tambiéna renuncia a cualquier añadido concepal o supresión y, allí donde parecía que se prestaba o que se d e-
menor puesto que en cada caso varía el nivel de síntesis
seaba la disposición a sintonizar directanente Por parte
Hasta aquí el infrme del editor.
de Elias, estoió alimplicaba sobreatodo una singular conanza que crec conVencerse través de numerosas prue bas en detalle de que yo estaa preparado para realizar un trabajo semejante a su gsto Se podría resumir lo que sucedió diciend que Elias delegó e mí una parte de su hiperestricta conciencia y de su comprobación de la realidad algo despreocupada. Yo personalmente me dejé utilizar de
Quiero acaba con unas palabras personales: desde 19 83 he publicado al año, d e promedio, un volumen con casi simre obras inéditas de Norbert Elias, ya era como editor, traductor o con una unción menos frmal. Este proyecto de edición con el e Elias se consagró como autor contemporáneo en Alemania se remonta a una inicia-
tiva mía ue he podido realizar gracias a la implicación · personal y la inestimable ayuda de otros, especialmente de Friedhelm Herbort (Editorial Suhrkamp) y Hermann Korte (Universidad del Ruhr, Bochum) T ítulo a título, he consegido superar la terrible ambivalencia de Elias con respecto a la publicación Sólo quien haya conocido algu
na vez a este autor cno lector, redactor o editor puede intuir cuánto tacto y energía tenaz, cuánto entusiasno y cariño personal han sido necesarios en esta tarea.
Los volúmene_s que así han llegado a la imprenta tam bién han surgido en su esencia de una colaboración sin 12
esta manera tan íntima (no sin resistencia) porque me ha
bía trazado el objetivo de rescatar para su lengua matea a un gran autor judío que todavía estaba en el exlio Surgieron libros que eran tota_ lmente de Elias, pero también <nuestros>> , tal como el autor l o expresó repetidan1ente
Todo esto no tiene nada que ver con la lología o la mo ral editorial corriente, más bien al contario, con el po-
eso real de producción de libros en una urdimbre de hombres vivos Norbert Elias se embarcó en este proceso conscientemente y eso será sienpre una de las experien cias n1ás ricas de ni vida, porque este proceso se correspondía en su interior exactamente con su propia imagen
del ser humano 13
He traajado enMozart como si tras la muerte del autor no hubiera cambiado nada. Ahora pienso que se trató de n intento de negar la muerte del querido anciano. ero posteriormente ha quedado claro que mi labor editorial asta la eca habí� ido unida a la relación personal y que no s e puede transfrir al trabajo de edición de los verdaderos escritos inéditos de su legado póstumo. Por ello habrá que enconar ahora otro marco insticional y quizá también metodológico La presente aportación a «La sociologí de un genio», que habla de na frma tan conmovedora de la relación padrehijo y del entrecruzamiento conflictivo deepitafo la necesidad de ambos llenar suy vida de sentido, es el que dedico a midemaestro amigo venerado. MICHAEL SCHÜTER
Brl, 7 d maro d 99 I
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REFLEXIONES SOCIOÓGICAS SOBRE MZRT
Se abandonó a su suere
. Wolgang murió 79 edad de teinta y cincoAmadeus años; loMozart enterraron enen una fosaa la común el 6 de diciembre. Sea cual ere la grave enrmedad qu e lo llevó a una muerte tan temrana lo cierto es que en el peíodo que la precedió, Mozart estuvo con fecuencia al borde de la desesperación Poco a poco empezaba a sen tirse como un hombre derrotado por la vida Las deudas se amontonaban La fmilia cambiaba una y otra vez de alojamiento. El éito en Vena al que atribuía quizá mayor importancia que a calquier otro que pudiera obtener no se produjo. La buena sociedad vienesa le daba la espalda El rápido proceso de su enrmedad mortal seguramente dependió en buena parte de que para él la vida ha ba perdido su valor. AJ parecer murió con el sentimiento del acaso de su existencia social y por lo tanto para ulizar una metá fora , murió porque su vida se vació de sentdo porque perdió por completo la f en la posibili dad de que se realizara aquello que en el fndo de su corazón deseaba por encima de todo Las dos enes de su voluntad de seguir vviendo que alimentaban la concien 1
ca de su valor y su sentdo, estaan a punto de agotarse: para sí msmo e amor de una mujer en la que podía conr y para su músca el amor del públco vens. Durante una época había ds utado de ambos; los dos ocupaban el lugar más alto en la esala de sus deseos. Hay muchos <cos que revelan que durante los úlmos años de su vda sentía cada vez con mayor ntensdad que los estaba per dendo. Ésta es la trageda de este hombre y la nuestra, la de la humandad. Hoy en día, cuando el mero nombre de Mo zart se a convertdo para muchos en el símbolo de la creacón mu-
productos de su arte muskal Pero no era la clase de persona que ante la lta de acogda su ora que se dejaba notar e n los últmos as de s\�da, es pealmente en su cuad de adopcón, Vena, se consolara con el presentento de la repercusó qu encontraría en generacones turas. Le mportaba poco, comparatvamente, a glora póstna y, en cambo, el reconocnüento contemporáneo lo era todo. Por él había luchado conscente de todo su va lor. Necestaba, c01no suele pasar con ecuenca, que otras personas, especalmente las de su estrecho círculo de amstades y conocdos, le conrmaran constantemente su
scal másparezca agracada que conce nuestro mundo, fácl que nos ncomprensble que aquel hombreesque poseía tal erza creadora mágca murera probablemente demasado pronto a causa de ella y quén sabe qué pe zasmuscales todavía no escrtas se llevaría a la tmba porue el vor y el acto denegados por otras personas habían recdecdo ss dudas sobre el valor y el sentdo de su vda. Esto es certo sobre todo cuando uno se nteresa sólo por su obra y, en cambo, muy poco por la persona que la ha creado. Pero al reexonar sobre tales crcunstancas se debe evtar la tentacón de medr la realzacón de los deseos o la pérdda de ellos de otro ser humano a partr de aquello que uno msmo juzgaría como una exs tenca llena de sentdo o carene de él. Hay qe preguntarse qué es Jo que el otro entendía por realzacón o por pérdda de sentdo de su existenca. El propo Mozart era muy conscente de su nusal don y lo había dfnddo tanto co mo pdo. Gran parte de su vda la había pasado trabajando ntgablemente. Sería arresgado armar que él no vo el valor perdurable de los
valor. nal, tambén e abandonado por la mayoría de personas que había ecuentado anterormente. No era úncamente culpa de ellos , la hstora no es tan senclla. Pero sn duda, estaba cada vez más soo. Es posble que al nal smplemente se abandonara a su suerte y se dejara morr.
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v , , x aposteior. 1
)
Además, está perfectamente atestgado que a Mozar le atormentaban cada vez más las dudas sobre el acto e n 1 Wolfgang Hidehcmer: ozart. Fankfrt a M 977 p. 365 (rad. epañoa !lozart, Javer Vergara Eor Bueno Ares, 82) j
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de ella, algo apocados (seepishes l palabra inglesa intraducible que mejor lo describe) en el caso del joven de vei ticuatro años en e retrato miliar de Johann Nepomuk della Croe' segrs de sí mismos, pero todavía pícaros y soñadores en posteriores etratos. Los uadros muestran algo de esa parte de Mozart que se preere dejar d e lado en la selección de sus obras determina\a por el gsto de público amante de los conciertos y que sin em bargo, merece ser mencionada cuando se quiere acali zar a Mozart al hombre. Se trata del bromista el payaso que salta por encima de las mesas y las sillas, el que da vol
sión del acaso profsional y la miseria miliar. Fue entonces cuando surgió l a discrepania que actualente nos llama la atención al estdia a art: la discrepancia en tre su existencia objetiva o, para decirlo con ayor precisión desde la perspectiva de tercera prsona una existen� cia eminentemente social y plena de sentido y la existencia con un sinsentido creciente para su propio pareer es decir, desde la perspectiva del yo que él tenía Al principio, las cosas le iban cada vez mejor durante un buen número de años. La dura educación que su padre le había impuesto rindió ss futos Se transrm en au
teretas juegos de palabras natralmente, tas. Noysehace uede comprender totalmente a Mozart de si senool vida que hay rincones prondamente escondidos en su persona que como mejor se pueden caracterizar es a través de la posterior «risotada de payaso» o a través del recuerdo del engañado y despreciado Petruschka. Su mujer relató después de su muerte que sentía «compsión» por el ozart «engañado».4 Es uy im probable que ella no le «engañara» (si es que el término es en modo alguo adecuado y que él no lo supiera igal de improbable que su total renuncia a tener rela ciones ocasionales con otras mujeres. Pero esto se reere a sus últimos años cuando se extinguían lentnente
todisciplina en lalos capacidad de eliminar su trabajoen o impuro de todos sueños consos quecon borbotaban el joven transrmá ndolos en música pública sin perde r la espontaneidad o la riqueza imaginativa. Sin embargo, Mozart tuvo que pagar un precio muy alto por el provecho que ·obtvo de su capacidad d e objetivar sus fntas ías personales. Para entender a un ser humano hay que saber cuáles son los deseos dominantes que anhela realizar. Que su ida tenga o no sentido para él mismo depende de si puede realizarlos y en qué medida lo consigue Pero estos deseos no se instalan en él antes que cualquier experiencia. Se van congrando desde la niñez gracias a la convivenc ia con
las luces de su vida, cuando la in1presió ndepresiva de n o sersiempre amado y de acasar, es decir, la inclinación presente subía con más erza a la super icie bajo la pre
otras personas y enen el una transcurso de los aos se van fjano paulatinamente rma que determinará el modo de vivir aunque a veces también pueden surgir de repen te en relación con una eperiencia especialmente decisiva. Sin duda las personas a menudo son conscientes de esos deseos dominantes que rigen sus decisiones. Tampo no depende nunca exclusivamente de ellas que los deseos
3 Véae la reproducción en Hildeshemer,A1ozart, op. ct., p 08 + Heheer p. 2 5422
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do se tuiera por un perdedor y que por eo se condenara a convertirse realmente en eso.
L trágico de ozart que en parte es de esta naturaleza queda encubierto para el oyente posterior con de masiaa celeridad or'la magia de su msica. Este enurimiento r�duce la intensida de la compasión Es muy probable que no se proceda con justicia al separar por completo al ser humano del artsta cuando se estuia su gra Sin embargo quizá sea dicil amar el arte de Mozart sin amar también un poco al ser humano ue lo creó.
so de hecho dl desarrollo de la sociedad. Cualquier persona conocida por la grandeza de sus aportaciones es adjudicadaentonces gstosamente Úa u otra época como u máximo exponente Obserando las cosas con mayor precisión sin ebargo se ve a menudo que las grandes aportaciones se acumulan precisannte en las épocas que J
usando tales conceptos de periodización estadística se pueden designar en el mejor de los casos com o fses d transición Con otras palabras brotan siempre de la dinámica de los conictos entre los cánones des antigos stratos en retirada y los nevos en ascenso. Sin
Músicos burgueses en la sociedad ortesana
3. Laf gra humana de Mozart aparece en el recuerdo de
orma ás vívida cuando se aprecian su deses en el con-
texto de su época Su vida constituye el caso modélico de una situación cuya peculiaridad se nos escapa hoy e-
cuenten1ente porque estanos aostubrados a trabajar con conceptos estadísticos. ¿Era Mozart en lo musical un
representante dl rococó o ya del estilo burgués del siglo x x? ¿Fue su obra la ltima man istación de la música «objetiva> prerron1ántca o muestra ya indicios del<«subjetiisno naciente? La dicultad estriba en que con semejantes categorías no se va a nguna parte. Son abstracciones acadénicas
que no se ajustan al carácter procesal de los hechos sociales observables a los que se referen En ellas subace la idea de que l a limpia diisión en épocas usual en l a arti culación de materiales históricos que se practica en los libros de historia se corresponde perfctamente con el cur 26
No
duda éste es el la caso de Mozart.de sus sedeseos puedey entender correctamente orientación los motivos por los que, al nal de su vida totalmente en contra del juicio de la posteridad se sena como un acasado y un perdedor, mientras no se tenga presente este conicto de cánones. Porque el concto no tiene lugar exclusivamente en un ánbito social nplio entre los cánones cortesanos y aristocráticos y los de las capas burguesas; las cosas no son tan áciles. Sobre todo se aniesta en nuchas personas aisladas, ente las que se cuenta Mozart cno un conflicto de cánones que penetra toda su existencia social.
La vida de Mozart ilustra de r;a sobrecogedora la situación de los grupos burgeses que pertenecían a una economía dominada por la nobleza cortesana como ele-
mentos margnales dependientes concretamente en una
época en que el estamento cortesano aventajaba todavía ucho a la burguesía en cuanto a poder pero ya no tanto como para atajar por completo las manistaciones de protesta por lo menos las del ámbito cultural política
mene menos pelgrosas Moza como elemeno margnal burés al serco de la core, lbró con un coraje sorprendene una dura aalla por su lberad conra sus paronos arsócraas y los que le encargaban sus obras. o hzo por su cuena, po su d1dad personal y por su rabajo con la úsca Y perdó baalla; se podría añadr con la arroganca de las generacones poserores: al como era prevsble Pero esa arroganca alera aquí como en oros casos, la vsón e la esruc ura de lo que hoy se ha vendo en llamar l a «hsora» y al msmo empo mpde comprender el sentdo que enía el curso de los aconec-
esrucrade las socedades europeas ambén el carácer socal de ams grupos se ransrm smuleamene de una frma especíca durane los 6e u ocho sglos de lucha queenconró su érmno en el sglo x x con el ascenso de dos clases económcas y con la desnconalzacón de la nobleza como esameno socal Las dfrencas y los concos de cánones, aunque ambén las adapacones las sones de los cánnes de los grpos brgeses y nobles, se pueden obserar a lo largo de o do el período de luchas de los esamenos noble y burgés. Era la erra értl en la que crecería el absoluismo de la nobleza de r-
menos de una época aneror para sus propos epresen anes humanos En oro coneo ya he hablado sobre la esrucura del conflco de cánones enre los grupos arsocrácocoresanos y los burgueses.5 Inené poner de releve que en la segunda mad del sglo v los concepos de cvlzacón>
ma smlardías a como el absolusmo burg és yesos prolearo nuesros ha surgdo de las luchas enre dos n-d veles económcos Pero no sólo carecemos hasa ahora de una nvesgacón de conjuno del ranscurso y la escura del largo conco enre el esameno de la nobleza y el de la burgesía en las socedades europeas (o en otras) ambén flan nvesgacones sobre muchos aspecos aslados de las ensones socales que enconranos aquí. ·no de ellos se manfesa en la vda de Mozar de manera cas paradgmáca: el desino de un burés al serco de la core a fnales del período e n el e en cas oda uropa la eséca de la nobleza coresana era deermnane por su poder sobre los creadores arísicos de cualquer orgen socal Eso vale sobre odo para l a msa y la arquecura.
5 Norbert Elis: Über den Proe der Zivili ion,vol Frnkr { 976 c. I (Trd. espol:Elproceso dela civilizaión , Fondo de Culr Eonómi, Mdrid r982.
6 VéaseNorber Elis Die h'sh Geselhaf, euwied/Berlín 169; r nkfr M 83 (La soiedad cortesana Fondo de Culra Eonómic, Mdrid 86)
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4 En los ámbitos de la lite atua y la flosoía en lemania duante la segunda itad dl siglo xv e posible libease del canon de gusto aistocáticocotesano as pesonas que desaollaan su labo en estos sectoes podían llega a su públio a través delos libos; y puesto que en lemana, en la segunda mitad del siglo xv, habí un público de lectoes bugueses bastante amplio y cada vez más numeroso se udieron desarrollar elativaente tempano mas cutuales específcas de cietas capas sociales, que se coespondían al canon estético de los gupos bugueses y no cotesanos, cuya autoconciencia Ce-
za su objetivo siguiendo el amino que pasaba po un puesto jo en la cote, peeiblemete en una cote ica y stuosa. n los Estados potsantes, un úsico podía aspia además al puesto de oganista de iglesia o de Kpellmeister(maesto de capilla en una de las gandes ciu dades semiautónomas que, po lo eneal, estaban gobenadas po un gupo d e paticios Peo también en estos casos, tal como lo uesta una ida como la de Telem:nn, ea ventajosapaa la colocación como úsico poesional habe desempeüado anteiomente un cago de músico cotesano
ciente se expresaba fente a los estan1entos aristocráticocortesanos doninantes. En cuanto a la música, la sitación en esta misma épo
que designamos como cote del píncipe ysisiendo en el ndo la administración del ea hoga del guióLo píncipe. En este gan hoga los músicos ean tan absolutamente necesaios co los conteos, los cocineos o los ayudantes de cámaa y solían tene en Ia jeaquía cotesana el mismo ango que éstos. Ean, tal cono se dice despectivamente, «cotesanos seviles»La ayoía de los músicos se contentaban con la manutención, exactaente igual que las demás pesonas de oige n bugués de la cote Ente los que no lo haían se contaba el pade d e Mozat Peo él también se adaptaba, aunque con epugnancia, a las cicunstancias de las que no podía esca pa Éste ea el ígido contexto, el entramado en el que se desplegaba cualquie talento musical individual Es pácticamente imposible entende el tipo de música de esa época, su «estilo», tal como se designa con ecuencia, si no se tienen pesentes con toda claidad estas condiciones. olveemos a ellas más adelante. El destino individual de Mozat, su destino com se humano nico y tabién como atista único, estaba inui
ca ea todavía muy distinta, pincipalmente en Austia y su capital, Viena, ue ea la sede de la cote del empea dc, peo en geneal también en los pequeños estados alemanes En lemani, al igual que en Fancia, las pesonas que desaollaban su actividad e este ámbito todavía dependían en gan medida del fvo, del mecenazgo , po tanto, también del gusto de los cículos aistocáticocotesanos (y de los paticiados bugueses de las ciudades oientados hacia estos cículos) En efcto, incluso hasta la geneación de Mozat, un músico que quisiea se econocido sociahente coo un artista serio y al miso empo quisea pode alimentase él y a su fmilia, tenía que enconta una posición en el entaado de las instituciones aistocáticocotesanas y sus adlátees No tenía ota elección Si sena en su inteio la vocación de ealiza taeas extaodinaias, bien co intépet bien como com posito, ea casi evidente que sólo podía alan 30
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do asta límtes nsospechados por s stuacón socal, por la dependenca, propa del músco de s tem po, de la arstocraca cortesana. Aqí se apreca lo dl qe es hacer comprensbles para eneracones posterores ls probleas itales de n ndvdo, por nolvdable qe sea su persona o s obra, en la rma de na bograa, por ejemplo, s no se domna el oco del socólogo Para tal n hay qe poder esbozar na magen clara de las presones socales qe se ejercían sobre él No se trata de crear na narracón hstórca, sno de elaorar n modelo teórco contrastable de la f gracón qe consttuye una persona en el caso
las casas de nyentes señoras señore de la nobleza y qe al nal regresó a Salzbrgo contras volnta y dececonado para colocarse de Konzeteisermaestro de con certos) y organsta de la corte. Pero el scado de esta experenca para la evolcón personal de zart y con elo, naturalmente, para su desarrollo como mso o, dcho de otra nanra, para la evolcón de s 1úsca no se pede determnar de rma convncente y de acerdo con la realdad, s se descrbe el destno de la persona aslada sn al msmo tempo oecer un modelo de las estrctras socales de su época, especalmente candoéstas son el nda-
XVI-, presente, uncon artsta sglosocales a casa de s nterdependenca otrasdel gras de s época Es de sobra conocdo qe Mozart, a los ventún años, pdó al príncpe obspo de Salzburgo qe lo dspensara e ss servcos en el año 7 7 (tras haberle sdo denegado n permso), qe despés se drgó lz, varaz y lleno de esperanzas en bsca de un pesto a la corte de nch, a los patrcos e Agsbrgo, a Mannem y a París, donde nuctuosamente y cada vez más amargado hzo antesala en
mento de las dvergencas poder Sólo a partr delque marco tal se pede de reconocer lo qe alguen esden modelo tabaestrechamente undo a esta socedad podía acer como nddo y lo que él no podía hacer por fuerte, grande o extraordnaro qe era Sólo entonce�, resmendo se pede comprender qé presones netables se ejercían sobre na persona y cómo se comportaba ésta con respecto a estas presones; s se doblegaba ante ellas, y por tanto tambén en s creacón nuscal, qedaba marcada por ellas o s ntentabaescapar o tal vez ncluso ressrse a ellas. La trageda de Mozart se basa en gran parte en el ntento de transgredr por sí mso como persona, pero tambén en s creacón, los lütes de la estrctura de poder de s socedad, a cuya tradcón estétca se sentí a todavía my vnculado no sólo por s propa fntasía mscal, sno tabén por su concenca mscal; y además es determnante qe lo hcera en na se de desarrollo de la socedad en la qe las relacones de poder tradconales todavía estaban práctcamente ntactas
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7 Por lo general se concibe la sociología como una ciencia reductora y destructiva Yo no comparto esta concepción. Para mí la so ciologí es una cienia que nos ha de ayudar a explicar y a comprender mejor lo incomprensible de nuestra vida social En este sentido he es cogido el subtítulo aparentemente paradójico Sociología de un ge nio» Mi objetvo por tanto, no es destruir o reducir al genio, sino ha cer comprensible su situación humaa y quizá también ofecer una modesta aportación para dilucidaral cuestión de qué habría que hacer para evitar un destino como el de Moart. Cuando se epone su tragedia tal como yo lo intento hacer y esto sólo es un e_emplo de un problema más amplio quiá se pueda rerar laconciencia del ser hu mano de que ha de ser más cauto con respecto a lo más nuevo )
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5. La mayoría de las personas que iniciaan la carrera e músio no eran d e srcenocial noble sino burgés, segn nuesra erminología Si acían carrera en el seno de l a sociedad coresana, es decir, si querían enconrar las posibilidades de despleg su aleno como inérprees o músicos creadors, enían que adapar, de acuerdo con su baja posición, no sólo su eséica usical, sino ambién su vesimena, la oalidad d e su carácer humano a l canon coresano de comoamieno y sensibilidad Hoy en día, el hcho e que s personas socialme ne dependienes se adaen a un grupo dominane, de acuerdo con la disribución del poder, es algo que se considera relaivamene normal Los empleados de una deerminada mulnacional o de unos grandes almacenes aprenden por lo general con basane ceeriad a ajusar su comporamieno al canon de su esablihment, especialmene cuando se eserzan por conseguir un ascnso En odo caso, en s sociedades, en las que hay un mercado de ora y demanda relaivamene libre y en algunos ámbios ambién para ocupar posiciones profsionales, el desnivel de poder enre los esamenos económicos doninanes y los grupos marginados del poder es considerablemene menor que el que exisía enre los príncipes absoluisas o sus consejeros y sus músicoscoresanos, a pesar de que los arisas que se hacían mosos en la sociedad coresana y esaban mode poan omarse algunas liberades. El moso Gluck, de srcen pequeñoburgués, que se había apropiado con gran ensiasmo de las suilezas del canon dominane inroduciéndolas ano en su eséica n1usical como en su c0nporamieno personal, se podía permiir, como cualquier oro coresano, basanes cosas, hasa inperinen 34
cias. Por ano, no sólo eistía una nobleza coresana, sino ambién una burguesía coresan�. Hasa ciero puno, el pe de Mozar perenecía a esa clase. Era un enpleado, más concreamene: ormaba pare del sericio del arzobispo de Salzburgo que, naralmene, era el príncipe gobeane enaquellaépoca, aunque sólo era de un pequeño Esado. Como odos los soberanos de la época, aunque a pequeña escala, el arzobispo enía oda la organización de ncionarios que correspondía a la disposición de una core absolusa, enre la que ambién guraba una orquesa Leoold Mozar era el segndo Kpellmeser y se remuneraban Esoslos empleos cubrían más o menos como puesossede empleados de una empresa privada en el siglo Sólo que los signos de sumisión que se esperaban del personal de sericio de la coreeran probablemene más osenosos en correspondencia con el myor desequilibrio de poder, del mismo modo que los gesos de superioridad de los soberanos eran más acenados8 Quizás habría que añadir que las relaciones enre el soberano y el sericio ambién de rango inermedio, al que pereecía Leopold Mozar eran mucho más personales, incluso en la core del emperador n Vena y cieramene con nayor razón en la pequea core del arzobispo en Salzburgo, que las que exisen enre el direcor y el empleado medio en una gran empresa de nuesros días. Por lo general, los propios príncip_es decidían quién ocu 8. A este contexto pertenece tambén el hecho de que las tareas a cumplr eran menos especialzadas: cuando Bac h ocupó n el año I 708 el cargo de organsta en la corte del extremadamente padoso duque lhelmErnst en Wemar,tambén tena que tocar el volín en la pqueña orquesta de cámara vestido con el unfrme militar
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paría u puesto en su oquesta a istancia social era increíblemente grane, pero la istania física la espacial eran n1ínimas Se estaba siempre my cerca, e señor estaba siempre allí Aunque la posicin social más ecuente e un músico en los iempos e Mozart era la e un servior en la corte, one estaba sometio a las órenes e un hobre poeroso, socialmente ms elevao también había en e seno e esta sociea algunas excepciones Aislaamente, algunos músicos, ya ran virtosos o compositores, poían gustar tanto al público cortesano por u especial ta-
los círculos aristocráticos y cortesanos, cuya aiión estética había aoptao one se eperaa e él un comportamiento aecuao al cano rtesano Po otro lao representaba un tipo especíco e lo que nosotros vendríamos a llamr, con una categoría excesivamente bura, «pequeñoburgués» e su época Pertenecía al círculo e los empleaos e la corte e categoría intermeia por lo tanto al muno que en Inglaterra esignan con la expresión below stairs aproximaamente: «en el sótano>) º En Inglaterra se extrapoló el canon el comportamiento e la sensibilia e una rma mu y característica y muy ex-
allá lentoeque las onteras llegaban aeisutar la corte e local ma en lay e queprestigio estaban emmás pleaos, alcanzano círculos superiores o incluso e máximo prestigio En casos semejantes un núsico burgués era tratao por los nobles cortesanos casi como un igal Se le invitaba a las iversas cortes e los poerosos como era el caso e Mozart paa proucir allí su música, y el emperaor y los reyes expresaban abiertamente el placr que su arte les eparaba y la airación que sentían por sus obras Se le permitía comer en su mesa la mayoría e las veces a cambio e una ex hibición al piano y urante sus viajes a nenuo se alojaba en sus casas; por con siguiente estaba miliarizao hasta lo más íntimo con su estio e via y sus gstos Era carterístico e un gran artista burgués cortesano que en cierta forna viviera en os munos sociales La totalia e la via y la creación e Mozart esvieron marcaas por esta ivergencia.9 Por un l�o se novía en
(tensa casi naie al personal poría e rivalizar las granes con unmansiones mayoromo aristocráticas inglés a la vieja usanza en conocimientos el canon el genleman, a lo sumo el portero e un hotel inteacional) Por lo que sabemos, en la Austria e los Habsburgo esto era irente El canon usual e comportamiento en el círculo e re
9.
Cietamente, esta diegencia no esslo caacteística de Mo
1
zat;' también se encenta así como ss efectos, en el cacte pesonal e otos atistas e intelectales bgeses de la sociedad cotesana Un conocido ejemplo es el de Voltaie qe se qiso bati en delo con n noble de eleada posición al sentise injiado po él; e l noble lo hio mole a palos en la calle po no de ss lacayos paa mosta qe semeante exigencia e n bgés le paecía na mesta dearogancia El hecho de qe pesonas de la bgesía qe se disting ían po n talen to atístico o intelectual singla ean consideadas como igales en los salones paisinos o inclso po algnos nobles italianos y alemanes en ss casas pede hacenos olida fácilmente qe las pesonas de oi gen bgés ean consideadas y tatadas como sees de nda clase, gse de ango inio po los sobeanos y los gobeantes alo lago de todo el siglo xv y en algnos lgaes de Eopa hasta el año 9 18 . Esta !fe below stairsma el tema de mchas comedias en In glatea y de innidad de chistes
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laciones de los padres de Mozart se difrenciaba muco del cotesao y sobeao co veeos más tade. eopold Mozart, servidor del príncipe y ciudadano cortesano, educó al joven Wolgang no sólo de acuerdo con el canon de la esética musical de la corte sino que se esfrzó tanbin para que su omportamiento y su sensibilidad se ajustaran al canon cortesano. Por l que se re ere a la tradición musical que Mozart adopó, se puede deir que cnsigió lo ue se había prouesto. Pero res pecto al comportamiento y la sensibilidad personal, su intento de hacer d e Mozart un hombre d e mundo facasó por completo. Quería enseñarle algo del arte de la diplomacia cortesana, del saber congraciarse con los poderosos ediante hábiles circunloquios y consiguió lo contario. Wolgang Mozart mantvo su manera de actar directa y anca; del miso modo qe en su música disponía de una sa esotaedad de setrneto tambén e sus
relaciones personales era extraordinariamente directo Le resultaba dicil esconder o insinuar indirectamente lo que sentí y en el fndo odiaba el trato con personas que le oblgaban a usa esos ccunloquos es dec tene quea-
darse con rodeos. A pesar de que creció en los aledaños d una pequeña corte y después viajó de una corte a otra, nunca llegó a hacer syas las especiales maneras cortesaas; ua llegó a covetse e un hombe de mdo un homme u monde un gentlemanen el sentido del si-
glo v. A pesar de los eserzos de su pa dre conservó a lo largo de toda su vida la marca personal e un auténtico ciudadano burgués. Su actitd no era en modo al gno inqebrantable. No se puede decir que haya sido insensible a la superioridad
que las maneas cortesanas otorgan a la persona cierta mente no era libre del deseo de mostrarse cono un gentman como un honnéte homme, c hombre de onor. De · hecho habla con fecencia de su «onor» Mozart a ía introducido este concepto central del canon aristocráticocortesano en su propia imagen. Aunque no lo utilizaba el todo en el sentido del model o del hombre d e la corte; con él quería expresa su aspiración a la i galdad co los cotsaos. Y, con10 o caecía de vena teaal a
traente intentaa atar com ellos. Aprendió de pequeño a vestirse a la manera cortesana incluyendo el uso de la peluca, también aprendió a andar de l a manera o rrecta y acer cumplidos. Pero se podría creer que el pilluelo que había en su interior pronto empezó a mofrse de los modales actados y de los aspavientos. 6 e ha escrito bastante sobre el papel que ha jugado n la obra de Mozart su animosidad contra la nobleza corte saa. Peo co especto a esto, o se pede dec ada seguo s n o se exaa cómo se veía el pop o Mozat e
relación a las capas sociales dominantes de su tiempo. Su siación era muy especial: dependía socialmente estaba subodado a uos astócatas cotesaos fente a los cuales se setía al smo tiempo gual s o supeo po se consciente de su extaodnao talento uscal; ea e una palaba u <geno» ua pesoa excepco-
nalmente creadora y dotada que había nacido en una so ciedad que todavía desconoc ía el concepto del genio romántico y cyo canon social todaía no oecía al artista genial (altamente indiidualista) un lgar legítimo en su seno. Uno se pregnta en qué sentido afctaba todo esto 39
a Mozart y a su desarrolo desde una perspectiva umana Ciertamente sobre esto sólo se puede hacer conjetras; caecemos de datos (aunque !o del todo). Pero sólo si se tiene presente esta situación extraorinaria y en ierta fr-
ma única se consigu· una clave indispensable para en �ener a Mozrt Sin realizar una reconsrucción de este tpo
sin tener una sensibilidad especial para coÚprender la
esucturade su sitacin social n genio anterior a laGeníezeit- uno nunca tendrá acceso a él La reacción del propio Mozart ante esta sitación fe múltiple. No nos podemos acercar a las tensiones y a los conictos de los que aquí se trata con concptos que p tan las cosas en blanco o negro ni con téninos como
<amistad> o «enemistad». Mozart experin1entó una ambivalencia ndamental, propia del artista burgés en una socieda cortesana que se puede reducir a la fórmula dencacn con la nobleza cortesana y su estétca resentimiento por las aentas recibidas Hay en primer lugar lo ms evidente: su creciente
animosidad contra los aristócratas cortesanos que lo trataban como a un subalteo Debió de estar gestándose en su interior desde hacía mucho tiempo l niüo prodigio de srcen relativamente humilde tampoco se le debió de ahorrar del todo el trato despectivo la humillación del burgués, que pertenecía al repertorio habitual de las relacio nes sociale de casi toda la nobleza cortesana. El prondo enojo de Mozart por la rma en que la nobleza le maltrataba queda expresado con tot al clariad
en sus cartas de la época parisina 'Tiene que ir a sus casas y tiene que hacer de todo para ganarse su vor, porque está buscando una colocación y necesita sus recomenda
iones Si no ncuentra un puesto e este viaje, tendrí que volver a Salzburgo, con su ilia, con su padre que a nanciado la mayor part' del viaje, con el prín ipe obispo que le puede orden r qu é tipo de música ha d e escribir y ha de tocar Para él, las condiiones de vida de allí son como un cautiverio Así que hace antecámara en ls casas de damas y cballeros de elevada posiión que lo tratan como lo que realmente es: un seridor aunque quizá
no lo hagan con tanta aspereza como con el cochero_ por que, desde luego, sab e tocar muy bien. Mozart es cons-
ciente sin embargo, de que l a mayoría aunque no todos a los que solicita su vor, apenas entiende su música y desde luego no comprende nada de su extraordinario talento, un talento del que él ya debió de ser consciente en su época de niño prodigio La conciencia de la singlaridad e su ntasía musical debió de irse aguando paulatina-
mente desde entonces aunque no estuviera exenta de todo tipo de dudas Y ahora é, que a sus ojos nunca ha dejado
de ser un niño prodigio tiene que i r mendigando una co locación de una corte a otra Es astante seguro que no se lo había imaginado así Sus carta s reejan algo de su decepción y de su enojo Desde el viaje a París parece que en él se rtaleció la
impresión de que no eran estos o aquellos aristócratas los que le humillaban rma exasperante, quemal el mun do social en el quedevivía de alguna rmasino estaba organizado Pero no hay que entenderlo erróneamente Por lo que se puede apreciar, Mozart no estaba interesado en ideales políticos o humanitarios relativamente abstractos y generales Su protesta social se expresaba en todo caso
en pensamientos como: «los anügos mejores y verdaderos 41
son los pores ¡los rcos no saen lo qe es la amstad!»." parecí que el trato rebdo era nusto, se sublevaba y se oponí a su manera. Pero en todo momen to era una batalla persoal en estos térmnos se mantvo sempre Y ése e uno de los motvos por los qu tuvo que perderla A esto se añade, como ya se ha 1nenonado, que entre ls rdes personales de Mozart apenas se encontraba la eeganca ndolente n el rit la lgereza de las escaramuzas verbales, con las que en los círculos cortesanos se gaba la propa nave por acanilados esconddos y bancos
buena part e hast a qué punto éstas ntercederían por al gue que solctaba un pueso lén caecía cas po copleto del arte específco de cocer la natraleza humana el cual permte al ortesan casfcar según una sere de crteros personales en un abrr y cerrar de oos tanto a los gales de su clase como a los ntrusos, para adecuar de nmedato tda su conducta M ozart, buscando una colocacón en París es un epsodo que no puede oldarse áclmente. Se sntió enojado y herdo por el trato recbdo y en el ndo, no sabía qué era l o que sucedía. Se ba preparando lentame nte la
de arena asta legar a buen puerto Es dcl decdr s no quería hacer suyo el canon cortesano de comportamento sensbldad, cuya encarnacón era en sus crcunstancas cuando menos tan Íportante con0las calcacones 1u scales a la hora de encontrar un puesto o s es que sencllamente no sabía hacerlo Puede que nuyeran las dos cosas, ndgnacón e ncapacdad Pero, sea como uera nos encontramos aquí con el sínta de un concto de cánones que se desarro lla tanto en el nteror de su persona como en su rebelón contra otros Mozart aoraba ves tr elegantemente según el canon cortesano. Sn embargo no domnaba especalmente ben el arte del comportamento cortesano, con el que uno podía ganarse las sm
rebelón ndvdual de Mozart, su ntento de romper con una stuacón de presón en l a que co1o subordnado tambén a través de su músca dependía de algún arstócrata y de su poder de decsón.
patías de las prsonas de este círculo y del que dependía en
transmtera alcon holasusesperanza conocmentos habldades artesano quzá de queyelsus ho algún día lde e superara en el domno del ofco Se gramente se obtiene una magen más completa y acabada de la peculardad
VéseHldesheimer, A1ozart, p.ct, p 95 y ss. La cta se encuentra en una carta del 7 de agosto de 77 8: U, p 4 73 (as indicaciones dadas así se referen aquí y a continuación al volumen y a la páginade Mozrt, Brif undAueichnungn. Edición preparada y comentada por \lhelmA. Bauer y Otto Erich Deutsch [yJoseph Heinz Eibl] vol77, KasselBasel/London/Nw York 19621975). I
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7 Pero al parecer este nvel de su reuelta personal estaba ndeectblemente undo a otro, a su reblón contra el padre Leopold Mozart había preparad a su ho para hacer carrera con0 1núsco en la socedad cortesana :Hay que tener presente lo próxma que quedaba todavía esta acttud, contemplada desde una perspectva socológca de la vea tradcón de los artesanos Dentro de este contexto, era corrente que el padre, omo s era el maestro
12. Esta tradición explica por qué son tan fe cuentes en Alemania las milas de artistas, como los Mozart o tambén los Bach
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de la radiión musical -tano eclesiásica como coresa
nade los siglos xv y xv, si se tiene en cue nta que todava conservaba en gran medida el carácter artesanal que, sobre todo en el ámbito cortesano, estab marcado por una desigaldad social especialmente dura entr los productores de las obras de arte los que hbían de encargarlas eopold Mozartstaba todavíaprondamente enraizado en esta tradición.ducó a su hijo siguiendo este ca-
non. Su non1bran1ieno coo músico en la core foaba
parte de ello Que la costosa búsqueda decolocación de su hijo en París, enre oros siios, acasara por compleo
supuso una amarga decepción para él. De todas frmas, consiguió convener al príncipe obispo de Salzburgo para ue, en reconocimiento de sus brillantes dotes, empleara de nuevo al facasado rebelde como concertista y organista de la corte. Así que, a principios de 779, Wolgang Mozart se encontraba nuevamente en su ciudad natal, bajo el control directo de su padre y sometido al dominio de su aniguo señor, que al nÍsmo iempo anbién lo era de
Leopold Mozart. En esta segunda etapa salzburguesa escribió la que por el momento sería la última de sus óperas , una ópera se al estilo tradicional coresano, su ldomeneo ria, cuyo exo, de acuerdo con el canon d e la ópera abso
lutista cortesana, alababa cumplidamente a un prncipe por su bondad y generosidad. En 178 1, un par de meses después del estreno de Ido� meneo, ozart rompió con el príncipe obispo y a duras penas consiguió el despido que había solicitado con el moso puntapié. Esto e la culminación de su rebeldía personal contra la obligada adaptación social a una posi 44
ción subordinada al seicio personal de un sberano asoluto. El padre de Mozart todav �a un urgués cortesano en casi odos los aspecos ·na core principesca enía
como estrucra social un orden rígidamente jerarquizado en frma de pirámide esc arpada. Leopold Mozart se adaptó en este orden, probablem ente con pesr y co n la vulnerabilidad del elemento marginado del poder. Pero la obligación de fngir e para é l inevitable Saba cuál e ra su lugar, se consagraba a él en cuerpo y alma, po r decirlo de algún modo, y esperaba e su hijo hiciera lo mismo
Esperaba mucho de éluna en unalacorte, posiblechmayor que la de Salzburgo, como bávaraa ser de Muni o incluso la de París; ésta era la máxima ambición del padre El hijo no la hizo realidad Su facaso en las cortes alemanas o con los patricios de Aug sburgo, a n de cuentas, todavía era soportable. Pero entonces Wolgang Mozart se despidió del sericio de su patrono. Desde el punto de vis ta del padre, se trataba de un paso totalmente incomprensible. Su hijo, así lo debió entender, dañaba de esta fra irremediablemente su carrera, toda perspectiva de tro como músico coresano ¿De qué iba a ivir?
Se aprecia así que la rebel ión de Mozart también iba dirigida contra su padre, contra el burgués cortesano y contra el arzobispo, el aristócrata que gobeaba la corte De nevo, con la arroganci rerospeciva de los que vivios en una época poserior, podenos decir que no ha
bía muchas posibilidades de que la rebelión personal de Mozart lo llevara al destino deseado dadas la s relaciones de poder, es decir, las correspondientes a la estructura de la sociedad austríaca de la época en general y a la pro 45
Esta conguración era la condiión indisensabl para la existencia d e la gran antidad de músicos rofes ionales que por aquel entones había tanto en emania como en Italia y al mismo tiempo también e un ctor que rtakió la osi�ión de los músios y sus oportunidades de haerse con ciertas parelas de poder ente a sus señores Cando un artista asalariado del rey anés djaba sus servicios, sólo le quedaba la posibilidad de ganarse e sustento en una corte no anesa lo que casi sigicaba una degradación a ojos de la mayoría de los artistas anceses En lemania y en Italia e ra disti nto Aquí de hecho, se enuentra uno conyartistasartesanos queuna aaban con el príncipe se escapan de él de rpeleándose ma u otra yéndose a otra región Cuando surgió un enentamiento entre Miel Ángel y el papa el pintor se e a Florencia cuando los esbirros del papa pretendieron conducirlo de regreso, les dijo que no tenía intención de acompañarlos Cuando Bah se enemistó on su patno, el duque de Weimar le pidió el despido porque ya tenía gracias a sus relaiones, la perspetiva de una olocación en otra corte El duque encolerizado, ordenó que lo encerraran en prisión or su rebeldía pero él se nantuvo en sus trece y al nal consiguió el despido. Preismente en este último ejemplo la sinilid on Mozart salta a la vista. Pero estos casos no son importantes únicamente para los biógras y el destino del músio individual Sólo se entienden realmente si se reuerda que posibldades de rasvase La sumisón polítcaysocial de las personas de extracción burguesa f ente ala nobleza, especalmene fentea la nobleza cortesana era mucho más estricta y pronuncadaque en Inglaterra.
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son característicos de la rmación y delive dl poder de la soiead ortesana Elpaso d Mozart hacial «artista lbre»
9 La decisión de Mozart de dejar de servir en Salzburgo signiaba resumidamente que en lugar de ganarse la vi da omo empleado jo de un patrono quería hacerl o omo «artista libre» i vendiendo su destreza cno nsico y sus obras en el mercado público el siglo xvliteraria había una especieendeelmercado paraEn la produción también contextolibre qe rmaban los múltiples Estados Ya existía una primera conración del mundo editorial es deir, empresas omerciales más o menos especializadas que se cuidaban de la impresión la distribuión y l a venta de la s oras literarias S e estaba rmando un públio burgués culto que se interesaba por la literara alemana, en gr an parte en oposiión onsciente a la nobleza cortesana interesada prinipalmente en esta époa en las letra s ancesas De esta manera surgió ya en e l siglo xv en este ánbito a ra soial del artista libre», aunque sólo de rma incipiente pues según paree todavía resultaba muy dicil que u na 1
persona a su fmilia las gananciasadulta de susalimentara libros vendidos en elúniamente mercado eson decir sin la ayuda de un mecenas de a nobleza El destino de Lessing es un buen ejemplo de o Pero de todas rmas existía un merado libre; había un público la bur esía culta extendido por toda lemania que disponía de ingresos sucientes para comprar libros y que, aemás, es 51
taa deseosa de hacerlo El carácter y la frma del movimiento literario alemán de la segunda mitad del siglo xv responden a esta conguración soial El desarrollo en el ámbito de la música, comparado con el anterior, iba a I¡ zaga, pero on mucho retaso La decisin d Mozar de establecerse como «artista libre» tuvo lugar en una épca en la que para un músico de ele vada categoría no existía en la estructura social un puesto semejante La rmación de un mercao musical y de las instiucions pertinentes estaba todavía en sus comienzos; la organización de conciertos para un público numeroso y la actividad de los editores vendieran las obraslos de hoconocidos compositores queue para ello adelantaran norarios eran en el mejor de los casos, perspectivas que sóo comenzaan a abrirse Todavía ltaban en gran parte las instituciones que cilitaran un mercado interloca redominaan los conciertos y, en especial, las óperas (cuya composición interesaba por encima de todo a Mozart), organizados y nanciados, tanto en ustria como en muchas de las regiones alemanas, por los aristócratas cortesanos (o los patrcios de las ciudades) para un público invitado Es dudoso que se encuenre en esta época otro 1
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El 1 5 \ozarto termió la versió para iaoedsu música para
músico altamente cualica do que se aya querido independiza de esta misma rm a de ecenazgo cortes ano, de la situación segura al servici 'd la corte Así que Mozart aceptó corrr un riesgo extraordinario, consciente o inconscientemente, al ronper con su señor Puso en uego su ida, toda su existencia social Seguramente no tenía una idea muy precisa de lo que el turo le podía deparar La situación e Salzburgo se había vuelto insoportable para él Tenía muy clao lo negativo, y recordar có1no s senía no es un acto inúil para l a comprensión de su persona y d e su sitación Su señor le prescribía cuándo qué y dónde dar un concierto , a menudo, también teníatenía que que compone Esto era algo usual Probablemente se trataba d e una siuación prevista en cualquier contrato de servicio de la época En aquella época todos los músicos proes ionales co empleo j v vían con una serie de obligaciones propias de la condició de su gremio, exactamente igual que los orebres cortesanos o los pintores; pero eran unas obligaciones que Mozart ya no pudo soportar. Algunos de ellos, como Couperin o Johann Sebastian Bach, habían logrado cosas importantes. Es posible que Mozart era a d ar con un señor intransigente, pero tampoco se trata de esto Lo decisivo es que en sus deseos y obeivos personales, en lo que con-
rapto desealoco la sufciete celeridad, y dos editores sacaro la pie-
za al mercado sin pagarle i u cétimo No había protecció legal algua Por cada ua de sus óperas recibió u solo hoorario y, e todo caso, algo más cada vez que las diriga 6 El desarrollo de la rma de los cociertos pasó por tres ses: cociertos para ivitados por suscripció y ialmete para u público descoocido que pagaba su etrada E la época de Mozart todava o se haba alcazado la tercera se, por lo meos e Vea. l riesgo que 52
importante e insignicante, anticipóEn la acitud lasideraba sensibilidad de un ipo de artista posterior su épocay todavía dominaba la institución cortesana del arista n comportaba su cocierto deba correrlo él mismo, de ah la ecesidad de ua aportació previa, ua suscripció, que mostraba el iters de sufcietes persoas como par a que la empresa o arrojara pérdidas
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cionario, el artista que rmaa parte el servicio. Por la estctra e su personalia sin embargo, era algien que prerí por encima e too eiarse a sus propias fntasías. En otras palabra?, Mozart representaba al arsta libre que confaba en gran eia en sus otes iniviuales en un tiempo en el que la interpretación y la composición e la músia al menos aquella que gozaba e una elevaa consieración social� estaba exclusivamente en manos e müsicosartesanos empleaos en puestos fjos en parte en las cortes, en parte en ls iglesias e las ciuaes. La istribución social el poer que se expresaba en esta frma e
Durante algunos años alcanzó el éxito que abí perseguio. El 3 e marzo e 78 4ozart escribió a su pare para contarle que arí tres onciertos por suscripción los tres últimos miércoles e cuaresma para los cuales yacontaba con cien aonaos, a los que quizá se sumarían 30 más. Aparte e esto, esta ba proyectano os «acaenias, y para too ell o necesitaba «cosas nuevas . Por las mañanas aba clases e piano y por la noche tocaba casi iariamente en casa e al gnos nobles. Sus sus criptores poseemos en parte la sta e ellas eran igualmente nobles. El e julio e 1 7 89, en· cambio
proucción musical se también mantení, engeneral intacta.e Pro Mozart tenía ciertas perspectivas turo, a pesar e toa su temeria. Sus esperanzas se irigían hacia aquells que quizá se puea caracterizar como a buena sociea vienesa. También en ella los grupos que marcaban la pauta eran fmias e la nobleza cortesana, entre las que tenían amigos y conocios. Primeramente quería intentar ganarse el sustento ano clases e música y conciertos, para lo cual las amas y los caballeros e elevaa posición le invitarían a sus casas o le organizarían estas activiaes. Tenía previsto ofecer <acaemias onciertos cuyos ingresos iban irectamente al bolsillo el intérprete y tenía puesta la esperanza en las sus-
confa al comerciante Michaelhabía Puchbe rg queporque una nuev suscripción para un concierto acasao sóloa se había inscrito un interesao en la lista: el señor Van Swieten, un viejo onocio e Mozart. ' La sociea ienesa con el emperaor a la cabea, e había aparao e él.' En esto se pue en reconocer las particulariae s el mercao al que Mozart tenía acceso. En el fno también como «artista libre» epenía, al igal que cualquier artistaartesano, e un limitao círclo e receptores locales. Este círculo era bastante cerrao y tenía una erte cohesión intea. Si en él se propagaba que el emp eraor no
cripciones aralalassociea partituras ipresas e susbastante composiciones. Sabía que ienesa le tenía apreio. Agunos e los miembros e esos círculos ya le habían prometio su apoyo. Además, gozaba e una reputación y e una fma consierables era e ena. Pero no cabe ua e que anhelaba con toa su alma tener éxito en la capital austríaca. 54
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7. p JO Y S 8 IV p 92 19 El giro se produjo muy probabemente con Las bodas d Fí garo, cuyo tema �escogido por el ropio Mozart fe considerado du doso políticamente desde la posición absolutista Un noble escribiópor aquela época en su diario que había isto la ópera y que es había yien (]ildesheimer:Mozat,op ct.p 199) que no quiere decir aburrido como se hatraducido algunas veces, sino <enojado;> 55
de la perspecva de la rimera persoa, desde el yo No es iecuete, como e pricipio uede parecerlo, que alguie depeda emocioalmete co especial itesidad de la aprobació del círculo de sus amistades y coocidos más róximos, de la aloació y del aplauso de la ciudad e la que vive y que el éxito e cualquier otra parte del mudo pueda compesar la carecia de éxito o icluso la lta de rcoocimieto de su ciudad del estrecho círculo al que está uido lgo de todo esto se ecueae la ida de Mozart Si se sigue esta pista se descubre de imediato que la postura y a situacó de Mozart e realidad o se puede compreder adecuadamete s se toma su actitud hacia a sociedad cortesaa como ua postra simplemete egativa, u rechazo del tipo que se da co ececia e la literatura burgesa alemaa de la seguda mitad del siglo XVIII." Su rebelió persoal cotra la humllació y las limitacio 2 2 No es superuo en absoluto señalar esta difrencia Porque si uno refleiona por un momento verá ue pertenece alas características más sorprendentes de esos años setenta y ochenta del siglo xv ale mán el que los dos mundos en los que vivía Moart el burgés corte sano y el aristócratacortesano no fueron afctados de ningún modo por la gran ola del movimiento losóco literario alemán contempo ráneo En los años setenta cuando muchos jóvenes alemanes se entre gaban alas emocionesdelSurm 1d Drang -el GOz de Goethe (1 773) el u und Dngde Klinger (1774), el Hofnisr(1 776) y Los slados
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778 de L�n Mozartcontenía xito especialmen te en Italiay os después tambinelenjoven Alemania las óperas de estilo tra dicional sro En 78 año de la aparición de la Crítica d a razón de Kant se estrenó en Munich elIomno,ópera escrita por encargo de la corte bávara y una de las más imaginativas y bellas de ozart si giendo totalmente el gusto cortesano pero al mismo tiempo siendo algo nico dentro del desarrollo de la antigua tradición.
es a las que estuvo expuesto e los cículos cortesaos, era al buscar ua colocació era calidad e empead, tiee a primera vista mch� e' comn· co la protesta que se reejó e las letras umaistas orietadas acia coceptos coo educació> y «culra», por lo meos elas regioes o austríacas del Imperio emá de aquella época Igual que los adalides burgueses de este ovimieto losófco literario Mozart isistió e la digidad humaa que le correspodía idepedietemete de su srce social y de su posició Al cotrario que su pare, e su ero itero uca aceptó su posició de persoa de que de categoría se resigó uca al hec ho tratara aieri él y aor su No música desde arriba sele Pero para la irritació y la amargura cotra lo s aristócratas que le hacía setir qu e a de cuetas él o e ra más que u subordiado, ua clase de etreteimieto más elevado, Mozart sólo ecotró ua jsticació de rma muy argial e pricipios geerales; o ivocó coo apoyo ua ideología humaa uiversal Este desiterés por ideales de este tipo tambié lo distigue de Beethove o sólo e el setido idividual, sio tambié e tato direcia geeracioal El setimieto de igualdad y la pretesió de ser tratado como tal, se daba sobre todo por lo que parece, e su msica , por tato, e sus obras y su capacidad Fue cosciete desde muy proto del valor de éstas y por ello de s u propio valor Su e gativa sesibilizació y s rebelió cotra los ar istóratas que lo trataba co meosprecio e ra sólo ua car a de la moeda. No se pede eteder la ida y l a obra de Mozart correctamete mietras o se tega claro lo ambigua que e su relació co la sociedad cortesaa 59
Hasta cierto punto esta ambivalencia se maniesta también on respecto a su padre ero en esta relación, la necesidad de liberarse a esar de todas las rearmacio nes de su obediencia de s lealtad, venció claramente l comortamiento e Mozart sugiere que los componen tes negavos de sus sentimientos hacia epadre se eron acentando palatinamente a pesar de que su conciencia no le prmitía abandonar nunca del todo el papel de hijo sniso En la relación de ozart con las clases dominantes, con las que tenía que tratar como persona de origen burgués, y por tanto inrior, probablemente se mantuvo el aspecto positivo de su sensibilidad ambivalente con más erza que en la relación con su padre Esto no es raro en el marco de una relación de marginación establecida,' y aquí es ése el caso; tabién desde esta perspectiva, el caso individual tiene un cierto sentido paradigmático Mozart, al igal que muchas personas en una posición marginal, padecía las degradacines que le inia la no bleza cortesana y se enojaba contra ella. Pero estas reacciones de animadversión contra la clase socialmente elevada iban de la mano de sentimientos positivos mu acusados: precisamente entre esta gente era donde querí encontrar el reconocimiento, precisamente quería ser apreciado por ellos y quería ser tratado como una persona con el msmo valor gracias su capacidad musical Esta ambivalencia se maniesta, entre otras cosas, en la enérgica ruptura con su señor cortesano y en su anhelo siul 3
2 3. Sore unateoía deesas relaciones, véaseNbert Eliasy John L Scoson; Etabliee undAsseeter, Frankf a M 1990 60
táneo de ganarse como independiente, como «artista libre», el vor de público vinés, predominantemente aristocráico y cortesano a clase de sensibiidad y de actitud que encuentra uno aquí es un ejemplo de la conguración que se pued observar con ecuencia en un cierto tipo de relaciones marginales establecidas Las personas que adoptan una posición marginal respecto a determinados grupos privilegiados, pero que se consideran iguales o incluso mejres que ellos por su disposición personal o a veces por una alta autoestima, se defenden de la degradación a la que están gra; expuestas mediante la amar también es posibleasque tener evidencia de las debilidades human de l quieran grupo privilegiado Pero mientras l a supremacía del po der de lo s acomodados se mantenga inamovible, es posible que ellos y su canon de comportamiento y sensibilidad sigan manteniendo una gran erza de atracción sobre los marginados A 1nenudo su más ardiente deseo es ser reco nocidos como iguales por los grupos dominantes especí cos que los observan y tratan con tanta anqueza como superioridad La jación característica de la dirección de los deseos de las personas con una posición marginal ha ca el reconocimiento y la aceptación por parte de su clase dirigente les lleva entonces a que orienten toda su conducta hacia este objetivo que para ellas representa darse sentido a sí mismas No ha ninguna otra valoración, ningún otro éxito que tenga tanto peso para su anhelo de sen tido como la valoración positiva de un círculo, en el que son considerados inriores, marginados y como el éxito dentro de suesablishmentlocal Precisamente, el éxito que al nal se le estuvo negando a ozart.
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Puesto que el éito de su música en ena signifcaba tanto para él, su acaso posterior allí le hirió especial mente. Su músia todavía encontró eco durate los úlimos años de su ida en otras ciudades del ImperioAlemán, pero paree qe esto'no podía compensar lo que sentía por la lta d repercusión en ena que se hacía cada vez más patene. La compresión de su música por parte de la so ciedad vienesa era a tdas luces especialmente importante para él otorgaba sentdo a su eistencia; la incompren sión por parte de estos mismos círculos unida a la pérdida de mchos contactos personales (a a que seguramente él
organizando conciertos, directores de orquesta y de pera, necesitan de otras personas eas correspondientes nciones para que un público an1lio tenga aceso a sus composiciones. También hay que tener presente esta ne cesidad de cooperació, con todos los conflictos y tensiones que implica, para apreciar qé posibilidades profsionales y económicas tenía Moart cuando abandonó la seguridad de su empleo cortesano. El desarrollo del mercado para la música de calidad tiene, en denitia, la mis.a orientación y estrucura·; el miso orden jerárquico que el d e los mercados d e otro
tambiéndecontribuyó) signicaba la consiguiente erte pérdida sentido Esta eperiencia adó de frma decisiva a crear ese sentimiento de sinsentido y la desesperacin que s apoderó de él en las postrimerías de su vida, que le asedió amargamente y al nal le arrebató el ánimo para seguir esfrzándose y luchar contra la enrmedad que le invadía
tipo Actualmente ha n mdeercado inte para las composiciones musicales ozart, peroacional también para
n
algnas obras de compositores contemporáneos qe han tenido que luchar duramente para accede r a las salas d e conciertos de las grandes metrópolis del mundo y a la disión radiofnica y televisiva de sus obras. El ercado otencial de Mozart, co n el que podía contar tras cambiar su carrera de n1úsico cortes ano por la de arsta relativa-
El hecho de que Mozart abandonara la siación rela tivamente segura al servicio de la pequeña corte del príncipe obispo de Salzburgo para ganarse la vida en ena, no implica en absoluto que planeara crearse una posición
mente independiente, era, coo ya se ha dicho, mucho más reducido Las instituciones que podí an representar óperas, ballet y obras para grandes orquestas todavía se encontraban sobre todo en las ciudades que eran sedes de
como <«artista libre», aunque sólo era en el sentido res-
la corte de un príncipe, es decir, en sitios como Munich,
tringido en el que podían hacerlo Beethoven y otros mú sicos moos del si glo x x . E general, los músicos que a la vez sn ompositores siempre han estado obligados colaborar con otras personas en mayor medida que los representantes de otras artes como la literatura y la pintra, si quieren publicar sus obras y ganar con ello algún dinero. Si ellos mismos no pueden atar como empresarios
Mannhim, Berlín o Praga. ena, la sede de la corte imperial, disutaba en la época de Mozart de una sitación privilegiada ente a las demás, mientras que los movi-
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ientos culturales que florecían en otras regiones alema
nas, sobre todo literarios y losócos, y que estaban desinados a un pblico burgués no cortesano, enconraron
en Vena terreno baldío La sociedad aristocráticocorte
sana, el púlico de la msica elitista de la época, como la que escribía Mozart seguía teniendo un papel determinante Que Mozart dejara el sericio cortesano qe aborrecía no quiere decir ue era independiente del público aristocráticocortesano Too lo contrario: eron miembros de la sociedad aristocrática de Viena como el prínci pe Gallitzin o la milia T hun quienes lo alentaron en la idea de que podría ganarse la ida en Viena por su cuenta sin un señor ni un suedo fjo, es decir en el mercado musical local. Puede ser que también contara con los encar-
eplendor del econocimiento y de la admiración que había disfutado por espacio de algú tiempo durante su niñez él sabía perfctamee que en su ida posterior se lo merecería de la nisma ora Nnca se infavaloró, ni a sí mismo ni a su úsica; pocas eces dejó de traajar du rnente por su arte: la preparación temprana también ayudó a qe adquiriera la capacidad para crear su s fntasías usicales libre1ente dentro de la estética de su época, es decir, segn el canon de las cl ases sociales domin antes En el fndo todaía era corriente, por lo que se refere
gos de laalmilia imperial de launa quecolocación más tardeen delahecho, gos o recibió incluso con corte imperal que hasta cierto punto más tarde también alcanzó; porqe cirtamente no sentía animadersión por cualquier empleo fjo, sino que en realidad se pasó toda la ida buscando uno Mozart no e a dar sencillamente con la situaión del «artista libre» porque ésta er a su deseo su objetivo, sino porque no podía sOportar más serir en la corte de Salzburgo Por otro lado, la imagen soñada de un artista independiente que, como hombre fmoso, iaja pr distintos países de corte en corte, a la había tenido en mente su pa dre. Y coo Mozart ya habí conocido de niño esa ida libre sin señores jos, con sus penas y sus alegrías, cuando él con su padre su hemana iban de una «buena sociedad a otra por Europa, sería sorprendente que más tarde esta posibiliad no le hubiera quedado en la memoria como un deseo y una alternatia al sericio del píncipe llena de sentido La marcada inflencia de esa época en el carácter de Mozart es eidente Siempre olía a asprar al
aellagusto núsica que el artsta se orientara enLa susestructra obras segn del público de mayor categoría de poder que daba a la nobleza cortesana la preeminencia so cal por encima de otros estamentos detern1inaba al mismo tiempo qué po de msica podía hacer un burgués en loscírculos cortesanos y hasta qué punto podía introducir innoaciones Aunque era un «artista libre>> , Mozart dependía de esta estructra 2 Mozart siemp re soñó con componer con li bertad y poder seir su oz interior sin preocuparse de la clientela'4 n Salzbrgo ya había escrito sus obras mayores para alguien al que hacía u vor al dar rienda suelta a su fntasía También en Viena creyó tener esta posibilidad Pero 2+ Sus frmas de sublmacón eran mupeculiares. Cuando componía una ópera, es decir cuando sólo senta la oblgacón del libreto (que,por tra parte, escogía con g cuidado y según su s necesidades), entonces al parecer el tet o libeaba las ataduras de su fntasa ue flua espontáneamente magnicando las palabras con la magia de la música No ocura exactamente lo mismo con otas piezas musicales
allí se le obligó igualmente a entrar en compromisos Tomemos, por ejempl alnos conciertos para piano que compuso a mediads de los años ocenta en os que e na necesidad vital pa él acertar el gusto del público, ya que de elo ependín los benefcios de sus «academias» El de diciembre de 784 terminó un concierto en mayor (K 59) con tabores y trompetas en el Tutti que e interpretado ajo su dirección seis años después con motivo de la coronación del emperador Leopoldo II en Frankrt Era una obr a orientada en gran medida hacia el gusto del público ostentosa, pensada para exhibir el us
virtosismo Pero dos neses después conp o un concierto para piano totalmente distinto el concierto e re menor (KV 66), como si estuviera harto de someter su erza creadora a las más elevadas instancias, como si se ebelara En parte es de una gran vehemencia dramáca Se tiene la impresión de que aqí le es totalmente indierente lo que la gente piense Escribe la música tal como la siente, qizá también con la inención consciente o inconsciente de escandalizar épater la noblese. Con esto no se ganaba el or del público aunque necesitar� l dinero Por otro lado, éste e el único concierto en conocido de él en el siglo x x Pero Mozart no connuó sin más la ·dirección tomada con esta obra. Entre el iierno 6 compuso tres nuevos conde 785 y a pr imaver a de 178 Einstein escribió en su inteAfed que ciertos, sobre los ligente obra:' Irk. 3a ed. Züz 5 Alfred Einstein: lozart - Sein Charakte Sein rich/Sttgart, 1 9 5 3, p. 3 55 ·
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Ls s s [ KV42 La K4] ssa u ura s u a" s su u s )Sss u u rsass s <sa aas s sas s u s s u sg a a as s asa En 789 ozart se trasladó a Berlín donde el re que tocaba el ioloncelo, le encargó seis cuartetos de cuerda y seis sonatas ligeras para su hija que tocaba el piano Por tanto, se puede decir que no le fltaban encargos Pero al s
mismo tiempo también apreciarpara queelozart consciente de tener equpuede e simplicar rey lo qera ue my oía y entonces deó de interesarle No quería simplicars voz interior y transmitir la en absoluto Quería seguir u esa oz Y así únicamente terminó tres de los cuartetos para la corte de Brandenburgo y sólo una de las sonatas para piano Cada vez adquiría mayor importancia el componer para sí mis1o que hoy es característico deun mú sco. Beethoen nació en 770 casi quince años después de ozart Consiguió con mucho menos eserzo, anqe no sin él, lo q ue Mozart persigió inútilmente: liberarse hasta cierto puo de la dependencia de un mecenas aristoráticocortesano de manera que le e posible seg uir en sus composiciones más su propia oz o más exacta mente, la consecuencia lógica e inmanente de s s oces que el g usto convencional de sus clientes Beethoven tvo una oportnidad considerablemente mayor de imponer su gusto al público musical A ifrencia de ozart, consi gió sustraerse a la obligación scial de tener que produ
está ablando aa sido n cambio positivo para las per sonas ero esto no qiere decir en asolo qe también lo hbiera sido para ss oras En el crso de la modifca ción de las relaciones entre aquellos qe prodcen arte aqellos qe lo necesitan y lo compran, se transfrma la estrctura del arte, pero no s valor Ya qe la rebelión de Mozart en el ámbito de la música, signicaba n avance en el camino del empleado a artista «libre», no empleado, n es del todo sperflo considerar no otro aspeto del cambio qe hatraído consi go este proceso inesperado dentro de la posición del ar-
de est últino se canaliza estrictamente seún e canon estético del estamento dominante qe encarg a ls oras En la se del arte artístico, los �adores están sitados en n plano de igaldad por lo qe se reere a s siacin social general con respecto al público qe compra y admira el arte y en el caso de s élite, el establihmen de especialistas rmado por los artistas de n país, están por encüna de s público en canto a poder, como jeces estéticos y pioneros del arte A través de modelos innova dores peden encazar en otra dirección el cano establecido de la prodcción artística y qizás el gran público
tista yesenimaginando la estrctraal de s arte mejorcomo se ped hacer arsta y al Coo comprador fg ras qe están sobre sendos platillos en na balanza, como si eran dos pesos Con ello se qiere decir qe las relaciones entre artistas y compradores, por larga qe sea la cadena de intermediarios qe haya entre ellos, se caracteriza po n eqilirio especíco de poer Con la transi ción del arte artesanal al arte del artista e eqilirio cambia En la s del arte artesanal el canon esttco del qe encargaba la obra prevalecía coo marco de rerencia de la rmación artística por encima de la ntasía artística personal de calqier creador la imaginación individal
aprenda lentamente a ver y a escchar por ss ojos y ss oídos. La dirección de este cabio en las relaciones entre el podctor artístico y el consmidor y parí pa.cu en la estrcra del arte no e s independiente. Es n o de los aspectos de la evolción más general de las nidades socia les qe, por s parte constituyen l marco de ref"rencia de la creación artístca; y sólo se lo pede obsear cando la evolción de la sociedad de reerencia apnta en la dirección correspondiente, esdecir, por ejen1plo, en nión con na direnciación y na individalización creciente de mchas otras nciones sociales o con el desplaza miento del público aristocráticocortesano por n públi-
2 7 N'atralmene, se observa ambién a menudo que precisamene los produos de un maesro aresano realizados por puro deseo o bajo la presin de un gran sufimieno, sin pensar en el gso del público ni en su alor moneario, son los que la poseridad ha onsiderado ¡nejores. Por ejemplolas pinuras deVeneervan Del queho se ie nen por las más imporanes son obras que el arisa dejó en herenia: 10 se vendieron durane su vida y que ampoco habría logrado ender
manera, co brgés se conierte qe ormaenn receptor estamento y comprador sperior de obras de esta de arte Por otro lado, na tendencia de cambio de estas características, en relación con los prodctores y lo s con1 pradores de arte, no va estrechamente nida con el o rden de los acontecimientos en Eropa Tan1bién se encntra, por ejemplo, en la transfrmación del arte artesanal de las
y,
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tris aicanas a acanzar n nivel elevado de integración en e qe las unidades tribales antiguas se convierten en ndades estatales. Tmbién aquí se desliga lentamente la producción aresanal, por ejeplo una gura ancestral o una máscara de su 'dependecia de un cnprador dete-
minado o de una ocasión especíca en el propio poblado se ansrma en la producción para un mercado de per" snas anónüas on10 el mercado turístico o el mercado nternacional a travs de comerciantes de arte.
En cualqir lugar donde tengan cabida os procesos sociles del tipo que se acaba de esbozar se pueden reon ocer l os cambi os específc os en el can on de la creacción artístia y, por consigiente, en la calidad de la obra
de arte; n todas pates están relacionados con una trans-
rmació social de las personas unidas entre sí por sus nciones de producción o consumo de arte. Sin descubrir esta relación, sólo podrán ser descritos supercialmente,
pero en ningn caso se consegirá hacerlos comprensibles y eplicarlos. / El destino de Mozart es una muestra coovedora de los problemas de un hombre que como músi�e un talento extraordinario e a parar al remolino de 'te proceso socia no planifcado Aunque incurrió en esta sitación tambén por causa de una decisión eminentemente
personal; porque sin duda, fe por propia decisión que abandon su cargo que le ofeca unos ingresos modestos pero relativaente seguros para buscar orna en Vena cono «artista libre> Pero su ruptura con el píncipe a
cuyo sericio estaba no llegó por casualidad, a pesar de que no exista penas un pecedente ente los n1úscos. Es muy
improbable que Mozart no hbiera llegado a percibir 74
nada de los vientos de protesta burgeses contra las aspraciones dominantes de la privieiada nobleza cortesana en París o incluso en las ciude alemanas. Mientras que
su adre se sometió nalente aunqe contra sus dea su des tino social, por que a su generaión no le quedaba ningún camino abierto era del orden de las cosas aristocráticocortesanas el hijo fmaba parte de una generación en la que ya no er a completamente vana la esperanza de encontrar una salida ni er a tan di clment e realizable el deseo de ganarse el sustento por sus propios medios como músico sin una relación de ser io ja. Las oportunidades de los artistas libres» se había ampliado un tanto, aunque el salto a la «libertad nalmente n o aportaba otra cosa que una dependencia alg o más istendida del público aristocráticocortesano; y como ese púseos
blico era mu variable, el riesg o que entrañaba n er a poco.
Ciertamente e decisión de Mozart dejar de seri en
la corte y atreverse a dar el gran paso Pero en el fndo inclso semeantes decisiones individuales siguen siendo impenetrables si n o se tenen en cuenta los corresp ondientes aspectos de los procesos sociales no planeados, en cuyo marco se toman y cuya dinámica los condiciona en gran manera. La reconstrucción de lo que si ifca la vasg
tyalos transr relación entiencia re losyproduct ores receptmación ores de de artelapara la xper la siación de los primeros y asimismo para la calidad f rativa de g
ss obras, eleva y prondiza el entendimiento sobre un arista aislado que, como Mozart, con g randes esferzos da un paso en dirección a este proceso.
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4 Para aclarar el proceso hay que imaginarse dos posi ciones diametralmente opuestas, dos niveles de la transrmación estructural bien alejados entre spor los que aavesó la relación social ene productor y consumidor d arte. En e primer ·caso, en el que un artsta poducto atesanal trabaa para un compraor determinado que co noce, el producto por lo general también se crea con una fnalidad especíca socialmente prefjada Ésta puede ser una celebración pública o un rital privado; es a lo que ere, una constante es que la producción de un objeto artís tco exige la subordinación de la ntasía persona de roductor a u caon social derado producción artístca sacra lizado or la tradición y aseg por el poder de los receptores del arte. Por lo tanto, aquí la con gración de la obra de arte, de acurdo con la estuctra del equilibrio de pode,está marcada en menor medida por su nción para el productor individual y en mayor medida por su nción para el comprador y usuario. Además, estos ltmos no tienen aquí la r de un conjunto de consumidores de arte individuales, de ls cua les cada uno está bastante individualizado y al Ío tiempo encaa, aislado de los demás, el instrumento de la repercusión de la obra de arte. Más bien podría decirse que el arte está pensado para aquellos receptores que r man un grupo más o menos cohesionado incluso con in
dependencia de la ocasión en la que se les oecen las obras de arte, y para los que éstas adquieren su lugar y su nción cuando están relaionadas con sus encuentros habi tuales cno ocurre en un estreno operístico y, du rante éstos, con su autorrepresentación con10 grupo por
un lado y coo individuos integrantes del grupo por el
otro. El instrumento decisivo de la repercusión está rmao no tanto or personas aisladas por sí mismas cada no a solas con sus sentin1ientos�;_sino por muchas per-
sonas aisladas integradas en gpos cuyos sentimientos se ovilizan y s van confgrando en e l encuentro mutuo Las ocasiones sociales para las que se producen obras de arte,en este nivel primero, no están destinadas principalente al disfute artístico, 0o en nuestros días. Las
obras del hombre de épocas anteriores tenían una nción menos especializada en un contexto social más ampo, por ejemplo, coo imágenes de los dioses en los templos, adoos nerarios los reyes o aemúsica para«arte bailardeo la para comida. El arte primero para acomañar uso> , ante que «arte».
Si se desplazan roesivamente los pesos especícos de los productores y consumidores de arte en relación con el empuje deocratizador amplio y la ampliación corres pondiente del mercado del arte a vor de los primeros, se llega nalmente a una sitación como la que se puede ob serar en algunos ámbitos del arte del siglo x x especialmente en la pintra, pero también en la música elitsta e incluso en la popular . El canon artístico social dominante está congrado de tal manera en este caso, que el artista individual dispone de un espacio muchísimo mayor para crear y experimentar individualmente y bajo su pro pio control. Al trabajar con las gur as simbólicas de su arte ene más posibilidades que el artista artesanl de dar rienda suelta a su propia comrensión de la lógica intea y la erza expresiva de estas fgras, y también a su propia sensibilidad y gusto, comparativamente muy indivdualizados De este modo toda obra de arte se basa, en an me 77
did en tointerrogión de un únic person respecto lo que le grd personlmente de sus fntsís ye xperimentos mterilizdos y en l posibilidd de despertr ntes o después un� repercusión en os persons con yd de su confgurción simbóic. El peso de l co erción colectiv de l trdición y d l vid socil locl estrechente interrelciond es menor en l producción de l obr de rte; l utocoerón de l concienci rtístic de un solo credor e rte gn en importnci Esto mismo se puede decir por nlogí de l repercusión: ls ocsiones en ls que ls obrs de rte ( como l e
e
sic órgno los s ricios o los cuen grupos dros quepr don los nplcios) se dirigreligiosos, de persons que se reúnen por otros motivos se velven menos ecuentes en disciplins como l pintur l músic y l litrtur L obr de rte se dirige en este estdio en myor medid que nteriormente un público de persons islds por ejemplo l multiplicidd poco integrd de los que cuden conciertos en ls grndes ciuddes o l ms de isitantes de un museo que vn individulmente o lo sumo, en prejs que s vez se ísln del r eso, yendo de cudro en cudro. Excluyéndose mutm ente protegid fente otrs quí cd person se pregnt sí mism sobre l repercusi9n de l obr de rte e n ell se pregunt si perse le gust qué es lo que ell 28 En el ámbito de la arquitectura todavía dominan con mayor erza con inuencia también sobre la escultura, aunque ejemplos comoLe Corbusier o la arquitectura de la Ba uhaus muestran queen de terminadas fses del desarrollo de la arquitectura los especialistas innovadores también pueden tener una gran importancia para establecer pautas del gusto del público
misma siente e su contemplación. Tanto en la prodc-
ción como en l recepción de rtejueg un ppel nd-
mental no sólo una gran individalización del sentimien-
to sino tmbién un to grd de utoobserción. Abos son pruebs de un elevdo nivel de utoconcienci En l ns obrs de rte, por ejemplo en ls vriciones de Picsso sobre el cudro de Vlázquez Las Meninas, el problem de l utoconcienci d esemboc sin mbivlenci
algna en la confgración. Correspondientemente in-
tens será entonces l concienci de los receptore s de rte sobre el hecho de que l repercusión de los propios sentie e e mientos de rte. constituye un sp cto relevnte d culqui r obr 4
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En est fse de l evolución d el rte los rtists isldos Picsso, Schnberg) o tmbién los reducidos grpos rtí sticos (expresionistas músic tonl) dqui eren un grn sigicción co1o mestros acuñdores del gusto rtístico. Cd cierto ti empo lgunos rt ist s trnsgreden el cnon del entendimiento rtístico en sus ámbitos, sin fcsr pesr de tods ls difcultde s de r e 29. A este contexto pertenece también el desarrollo al que se alu de con los términos objetivo>> y <subjetivo» caracterizadores de diversos estlos musicales. Parte de dos premisas: a) una transrencia d parte del poder a fvor de los artistas que lespermite utilizar su mús en gran medida como un medio'de expresión de los sentimientos indi ica viduales; b) una transfrmación de la estructura del público afcionado a la músicahacia una creiente individualización También los recepto res de la música <
� a que la música expresara sus sentimienos más personales, que quizás incluso dejara sonar sus sentimientos reprimidos.
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cepió. Se ha divulgao que los artistas acen cosas «sa-
innovaores superen la puea dl ensao repedo por va
vajes> o por lo menos nusiadas que crean uevas for
rias generaciones
mas que público al principio no las percib como tales y de ahí que no las oprenda; esto casi rma parte de su trabao. Es cierto que con ecuencia es muy difcil dierenciar de entada las innovaciones artísticas logradas de las que han facasado. El ámbito de acción para invenciones indi viduals, tentadorament amplio, abre de par en par las puertas a experimentos llidos y a ntasías infrmes. Para decirlo en pocas palabras las sociedades difrencia das y relativamente evolucionadas desarrollado com paravamene una gra oleranca;han respeco a nas altamente individualizadas de la progresión ulterior de canon arísco exisene que cilia la experünenación
Una de las cuestiones por e'olver más interesantes de nuestros das consiste en descubrir qué calidad de on guración permite que los productos de una persona determinada superen el proceso de selección de una serie de generaciones y se introduzcan progresi vamene en el c a non de las obras de arte reconocidas socialmente, mientras que los productos de otras persona s se huden en el olvido. E artita e el ser humano
I 5. Mozart está entre los artistas cuyas obras han supera-
l rpra de onvenciones rutinarias y así puede seir al enriquecimiento del placer artístico en las dimensiones visales y auditivas Aunque no sin un precio y un riesgo. La uptura de la rutina también puede convertirse por su
prueba a lo largo de generaciones. Aunque hubo alguna que otra excepción. Muchas de sus obras de inncia o de uventud han sido olvidadas en la actualidad o, por lo me
pare en una rí �da conención Sn embargo en general
nos encuenran una nenor resonanca La rayeora de
se toleran ahora eor las diicultades de comunicación que comportan las iaiones artsticas. Pueden conjurar conictos pero hay instancias sociales (historiadores del are, periodistas, críticos, ensayistas) que intentan ten de un punte, esfrzándose en amortiguar el choque de as proezas en los ámbitos artísticos y allanando el camino que conduce a una meor percepción y audición de conguraciones inslias. Aunque muchos experimenos arís icos se revelen a coro o largo plazo como meras pro puesas o_ equivocaciones, la experin1enación misna sigue
teniendo su valor aunque ólo una cantidad limitada de So
do una y ora vez muy convince1enene la mencionada
su existencia social: el niño prodigio mimado por los gran des soberanos europeos la fma esquiva de us laboriosos veine reina y pocos años la la de éxio esencial mene en Vena la miseria creiene y el aislanieno de sus úlimos ienpos después l a ascensión no oaln1ene
rectilínea, de su fma póstuma todo esto es sufciente mente conocido y no necesita ser discutdo aqu en detalle. Lo que quizá resulte sorprendente es que Mozart obreviviera a la peli¡osa se de niño prodigio sin que se marchitara su talento No es inecuene enconrarse con la concepción de Sr
que la 1adurez de un <talento geial> es un proceso «interno espontáneo, que se copleta progresivament con independencia de destino personal e individuo en cuestión Está relacionado on la otr conepción según la cual l creación de g�andes obras de arte sería independiente de la existencia social de su creador, por tanto de su proceso de realización su vivencia co ser humano entre seres humanos. Po onsiguiente los biógras de Mozart suponen con fecuencia que se puede entender ?I artista que había en Mozart e igualmente a su arte, sepaándolo de la comprensión de Mozart como persona. Esta separación es artificial, conduce a error y essininnecesaria l estado actual de nuestro conocimiento, embargo, todavía no permite poner al descubierto las relaiones entre la existencia social y las obras de n artista; pero sí peden tantearse.' º
30. Enre las curiosidades en los estudios mozartianos hay inclu so la de un autor que salió comosan Jorge a matar l dragón del culto idealizante al genio y a hacer asequible pura y honestamente a lahuma nidad el tesoro dorado, se·enció en el fndo precisamente cono un idólara Raramente ha sido d�ndid 1concepción de un ser humano que se desarrolla independientemente de su destino entre las personas, por tanto, enteramente desde su<interior, por uno de los biógrafs de Mozart a un nivel de reexión tan eleado como el de W Hildesheier es según mi parecer, a causa del mismo malentendido respecto a la «grandeza huna\> que élfagmento discute de otras biograas. Tómese breve ejemplo el sigiente p. 54): (Mozar, op. Ciertamente la evolución de Mozart como músico no se puede reducir a su "deseza cada vez mayor, pues algi al que en cualquier otro gran artista e trata de la exploración y la conquista progresia sujeta a una ley interna de su undo potencial; tanto más en Mo 82
La transguraión del se creto e n el genio puee satiscer una necesidad muy extendi prondamente senda en el esadio de la ciiizi actual. Al mismo tiepo epresenta una de las muchas frmas de a divinización de las «grandes» prsonalidades, cuyo reverso es el menosprecio de las personas c orrientes De esta manera elvando unas personas por encina de la media humana s e rebaja a las otras. a comprensión de los logros de un ar tista y el disfute de sus obras no se minimiza, más bien al contrario se frtalece y se ahonda co el intento de comprenderla srelacionesdessob rasconsu destinoen la sociedad deenlos El talento comoqueseuna le llamaba la hombres. época de Mozart, el especia «genioo,algo persona no es, pues solamente lo pued e poseer, también frma parte de los elementos especícos de su destino social y en este sentido e s un fctr social exactamente igual que el talento sencillo de una persoa no genial En el caso de Mozart a dierencia de Beethoven la relación entre la «persona» y el «artista» e para mu zart porque toda su experiencia se verta exclusivamente en su obra, pero no en la frmación de su personalidad en un proceso de nadura ción, en una sabidura expresada verbalmente o en una concepción de mundo particular» Pobre Mozart! Su música puede madurarsin que la persona de Mozart haya pasado por un proceso de maduración Una personalidad sólo maniesta su frmacón cuando pronuncia palabras sabias, sólo cuado simultneamente a óperas y fntasías también desarrolla una amplia visión losófca del mundo no se pregnta si esto no es un poc esrecho de miras ¡Qué dureza intelectual tan inhumana qué lta de comprensión de simpata hacia una persona no intelectual se desprende de estas palabras
de ivilización Hay grupos enteros de personas o inividuos, que han elaborado frmas extremas de reglación de sus ipulsos animaes y que tienden a reprimirlos y que combaten con odos sus insintos a las personas que no acen lo mismo:mién hay otros que por el cntrario elaboran controles para sus impulsos extrenadament re-
deslige entalente con tanta fcilidad del contexto humano sobre todo en la rma copleja, altamente espe-
cializada, que se desarrolla en las' �ciedades dierenciadas. Su repercusión no está limitada evidentemente a los miembros contemporáneos de aquella sociedad, a la que su creado pertenece. Uno de los rasgos más signicativos de los productos del ser humano, qe llamamos «obras de
ljado y que intentan seguir sus emociones insintvas con impaciencia. En1 canon de pensamiento, todavía se puede reconocer algo e la sperreacción civilizadora del primer tipo cuyos representantes están dispuestos a dividi concepalmente al ser humano en dos partes, precisa-
arte», es que tienen una relativa autonomía . en elación con su creador y con la sociedad de la que surgen. Con bastane fecencia, hoy se revela una obra de arte como na obr a maestra a ojos de otr as personas cuando puede
mente mediante ese1as como «naturaleza» y «cultura> o
hallar buena acogida en gener aciones osteriores más allá deuna la del creador ¿Qué calidades fgurativas de una
mo por la relación entre los hechos a los que se reeren estos términos Esto mismo se puede decir de la tenden-
cia a trazar una precisa línea divisoria, conceptual entre el artista y la persona el genio y «el ser corriente; es válido
también para los que se inclinan a·¡ratar el arte como algo que como quien dice, fota en el �ire ajeno e independiente de la convivencia social de larsonas. Sin duda hay elementos característicos de las artes, es-
obr a de arte, qué características estructurales de la exis-
tencia social y de la sociedad de su creador conducen a que sea reconocida su «grandeza por posteriores generaciones, en algunos casos a pesar de la flta de repercusión enre sus contemporáneos? Esto es por ahora todaví un
problema sin resolver que se disaza con f ecuencia de eterno secreto.
pecialmente de la música, que vorecen esta concepción
Pero la relativa autonomía d la obra de arte y las dicultades del complejo de preguntas que se abr e con t odo
animalidad en las creaciones musicales, sin perder necesariamente su dinámica elemental, su ímpet y su ferza o,
ello no eximen de la tarea de seguir investigando la relación que subsiste ent re la experiencia y e l destino de la persona creadora de arte en su sociedad, y por lo tant o ambién la relación entre est a misma sociedad las obras
En prier lugar están los procesos sublimatorios mediante los cuales las ntasías humanas se despojan de su según el caso la imagen de la dulzura de la realización Muchas obras de Mozart son testimonio de a extraordinaria erza transfrmadora de este tipo. 'davía hay una segunda característica de la música y de las artes en general que también contribye a que se la 86
creadas por é
6. La relevancia del problema sugerido anteriormente es mayor de lo que pueda parecer a primera vista No se
limita a la música ni tampoco al arte na dilcidación de
las relaciones etre la experiecia vivida de un arista y su obra también es iportane para con1prendernos a noso-
tros mismos como seres humaos E hecho conocido por toos de que los omres hace música y q ue disutan con ella e todas as écas de la evolució humaa desde las más sencillas a las más complejas, pierde con ello algo de s u trivialidad y de s miliaridad. En lugar de esto se plantea una cuestión más amplia de deate: la que hace reerencia a la peuliariad de quellos seres que tiee todas las características de los animales my evolcionados que al mismo tiempo, puede crear imágees má Giovann i gicas piezaso ss prodigiosas de música como el Do niuir de Mozart tres últimas sinfnías y dejarse por ellos El problema de la capacidad de sublimación de ser
humano, a pesar de su alcance sociológico, ha sido un ta
to desatendido en comparación con el de la represión u cuando no se pueda desligar se eeta uo aquí inevitablemente con él / · Al hablar de Mozart es á6il que a uno l e salgan palabTas como «genio innato» o '; pero esto es na rma de expresión irreflexi
va uando se dice qe las propiedades estrucural es de una persona son innatas, se supone que éstas han sido he
redadas determinadas biológicamente en el mismo setido que el clor del cabello o de los ojos Si embargo, está asolutamente descartado que una persoa pudiera tener trazado naturalmente, es ecir, arraiga n l gene,
algo tan articial como la música de Mozart. Au ates de cumplir los veinte años, \ozart escribió un buen número de piezas musicales en ese estiJo caracerístico que por
aquea época estaba de moda en las cortes europeas 88
Compoí precisamente con la filidad que le abía ech moso como niño prodigio en tre sus contemporneos exactamente l tipo de mús ue abí desarrolla do a causa de su evolución especíca en su sociedad y sólo en ella, es decir, sonatas, serenatas sinfnías y nisas. anto esta cultad como la del manejo de los complejos instrmentos musicales de su época el padre de Mozart uenta con qué cilida d apredía l niño a los siete años l técnica del órgano" no podín haber sido habilidades naturales Está era de toda duda que la imaginación de Mozart se vertióq e en recuerda guras musicales con unanatral espontaneidad una erza un nómeno Pero siyaquí aí un fómeno atral, segramente se trataba de una erza menos especíca que aquella que se maniestaba en sus fecuentes ocurrencias con un lengaje totalmene es-
pecíco Que Mozart poseía una extraordinaria fcilidad para la composición y la iterpretación de la música que se correspondía al caon musical y social de sus días sólo se puede explicar como expresión de unos process subli matorios de las eergs naturales y no com expresión de energías natrales o innatas de por sí Si había una dis posición biológica e s u talento especial ésta sólo pu ede ser una aptitud extrenadanente general, no específca, para la que acalnente no tenemos ni siquiera térünos
adecados Por ejemplo, es concebible que las direncias biológicas tabién itervengan e las divergencias de capacidad sublimatoria. Así uno se puede imagiar que Mozart 31 . Carta del I de junio de 16 3: 1, p 7
poseía a capaidad inata, condicioada por s costitció, para sperar e gra medida las difcltades de s más tiea incia, cota las qe ha lc ado calqier ersona, sblimádolas ajo la frma e tasías msicales e grado poco abital per inlso esto sería a sposició 'arriesgada Apeas se sabe por qé e el desa rrollo hmao de a persoa e cocreto se privilegian
de sblimació, es decir, qe cilita la sblimació cando la persoa perteece a la segda o tercera geeració El padre de Mozart era mbre con na marcada iclinació pedagógica. ra úsico más o meos dotado o del odo desconocido etre ss cotemporáeos msicales como ator de método de violí Hijo de
determinados mecanismos de proección, epresión,
erza ya desde su prin1ea niñez na transforn1acón su-
e asceder, había llega do bastate lejos co s cargo de director de orqesta e la corte de Salzbrgo, pero o lo sucietemete lejos para ss propias aspiracioes Por ello, todo s ahelo de llear de setido s existecia so
blimatoria las eergías a otros mecaismos Ade rmándolo o seistiivas merma ejto absolto la gradeza y la imporacia de Mozart, o el placer qe prodcen
cial secya cocetraba ss hijos, sobre todo s hijodevarón, edcacióemsical se impso poreecima calqier otra tarea, iclida s prosión N o se co oce
sus obras, al contrario, así se encuentra aquí un puente que
exactaente las relaciones de Mozart con su madre; pero
pasa por los tales abismos qe se abre cado se ienta separar al Mozart artistel Mart persoa ara eteder esta idy qe dar atralmete todavía algos pasos más No srá mchos, porqe los problemas de sblimació ciertamete ha sido ivestigados bastate poco. tre las circstacias qe tiee ecto claro e los procesos sblimatorios se ceta la orietació y el alcace de la sblimació e los padres de iñ o o e los demás adltos co los qe está e estrecho cotacto en ss primeros añs. Tmbié más tarde, a lo largo de s vida,
esta situació de padremúsico co a vea pedagó gia my erte qe itenta satiscer s imperiosa ecesidad de llear vacío d e sentido a través de s hijo, ya es e todo caso na coytura bie vorable p ara asimilar los coflictos de ss primeros años sblimád olos Y así saldó Leopold Mozart co lágrimas en los ojos los primeros itetos de composició del peqeño Wolgang Srgiero os ertes lazos activos etre él y s hijo qe recompesaba a éste por cada redimieto msical co elevado premio activo; de esta rma se vorecía el desarrollo del iño e la dirección deseada por el pa dre Más adelate se añadirá algo a estas relacioes
s persalidad. Además, co fececia se tiee la impresió de qe la posició de a persoa en la cadea geeracioal jega papel especíco en las oportidades
7 Qizá también sea útil etrar co mayor detalle e la capacidad especíca de Mozart qe se tiee presente cando se le designa con10 genio»·. Seguramente sería
idetifcació o tamié de sblimació. Na die ddará realmee de qe e Mozart se maniestara co especial
otros modelos sublimatorios como por ejemlo, maestros adecuados, pueden ejercer na inuencia decisiva con
artesano, con una amplia culra, inteligente, con ganas
91
mejo aandona este concepto romántico. L ue signi fca no es en absoluto dicil de determinar Quiere dcir ue Mozart podía hacer algo que a la mayoría de las personas no les era dado acer y superaba su capacidad de imaginación: Mozart odía dar rienda suelta a su fntasía
que verió e� un orrene de fgras musicales que, cuan
do ·se interpretaba para otras personas, conmovía sus
sentimientos de las fras más variadas Aqí lo decisivo
e que su fntasía se expresara en combinaciones orma-
les que se manenían, sin embargo, denro del canon nusical social aprendido, aunque en su interior trascendían
las sentimienos c0binaciones anerioreney la expresión de Es esa capacidad ésas conenían. queconocidas de poder crear innovaciones en el ámbio de las guras musicales con un mensaje ponial o acal para oras personas con la posibilidad de la re percusión obenida en ellas lo que inenamos aprehender CJOncepos como «creación» o con rspéo a la música y mutatis mutands con respeco al are en general
Cuando se ulizan ales érminos no se percibe con fecuencia que la mayoría de las prsonas son capaces de
producir fnasías innovadoras Muchos sueños son de esa
naturaleza. «¡Qué hisoria an sorprendene he soñado
hoy! se dice a veces Parece como si era una perso na oalmene ajena a mí quien lo hubiera soñado» Así lo dijo una muacha <porque no sé có1ose ne ocurren esas cosas». Lo que aquí se quiere debatir no iene nada que ver co la inerpreación del conenido de los sueños No se ocará la obra pionera que elaboraron en ese senido Freud y sus discípulos Aquí nos ineresa la pare creaiva de la elaboración de los sueños En los sueños se mani92
esan relciones oalmene nuevas incluso asane incomprensibles para uno mismo." Pero las fnasías onicas inovadoras de los durmienes, y ambién los correspondines sueños diurnos de los esados de vigilia, se dierencian especícamene de las nasías que se convieren en obras de are Son casi siempre caóicas o por lo menos, desorganizadas consas y aunque para el que seña sean a enudo muy ineresanes, para las deás personas son de un inerés limiado o sencillamene insignicanes. Lo especíco de las nasías innovadoras que se manifesan como obras de are es que se raa personas. de nasías que surgen de un maerial accesible a muchas Resumiéndolo brevemene: raa de nasías desprivaizadas Quizá suene demase siado sencillo, pero la diclad global de la creación arísica se manifesa cuando algie�1 inena cruzar ese puene el puene da desprivaización; ambién podría llamarse el de la sublimaión. Para dar un paso semejane las personas han de ser capaces de someer la capacidad de nasear, al cmo aparece en sus sueños personales nocurnos o diurnos, a las leyes propias del maerial y con ello depurar sus producciones de las impurezas relacionadas exclusivamene con el yo En una palabra tienen que darle juno a la relevanciadel yo, una del ú del él, del no 32 La corriente de la libido fluye por las céulas de nuestra me moria y manipula as frmas y los acontecimientos amacenados como un hábil director teatal convirtiéndolos en nuevas escenas. ¿Quién dis pone los escenarios de nuestros sueños? Una parte semiautomática de nosotros mismos, directory actor al mismo tiempo, transrma el material de nuestos recuerdos, construye algo nuevo con él y lo combina hasta rmar escenas que jamás hemos vivido
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llan durante un tiemp por sí mismas, como los sueos de los urmientes, y quizá dejan as de sí huellas más o me nos perfctas en el almacén que llanam os «emoria> , de manera que el artista puee conontarse on sus propias ocurrencias, como u espectadorante la obra d_ otra persona; la puede examinar dese la distancia, por así decirlo, puede seguir trabajando con ellas y mejorarlas o, si su conciencia artística acasa, empeorarlas Sin embargo, a dierenia de las ocurrencias oníricas, las ocurrencias del artista están relacionadas social y materialmente Constityen una rma especíca de la comunicación, están des
ni siquiera Mozart El extraordinari o nivel de sión de s u corriente de ntasí con las leyes iane ntes de s u mate ria!, la asombrosa cilidad co durante mucho tiem p su conciencia percibía corrientes de g ras tonales cuya abundancia de ocurrencias innovadoras se conectaba como por sí misma con la sucesión lógica pro pia d su calidad gurativa, no dispensó en todos los casos a Mozart de la tiga de los retoques examinadores bajo la mirada de su conciencia De todas rmas, dicen que al fnal de su vida obseró una vez que para él era más cil componer · que no hacerlo. Ésta es una manistación reveladora y
a sera provocar aclamadasel aagrado tener ouna repercusión, positiva otinadas negativa, el enojo, el aplauso o e abucheo, el amor o l odio Además, la simultaneidad de la refreni material y social, cuya relación puede que no se aprea primera s ta, es todo 1enos casual Todo mateIaracterístico para cada campo del arte siempre se regirá por sus leyes inma nentes y resistirá en consecuenca ante la arbitrariedad del creador Para que surja una obra de arte, la corriente de fntasía ha de transrmarse de tal manera que se pueda representar a través de esos materiales. Sólo cuando el creador de arte en una sión espontánea pueda superar también las tensiones siempre recurrentes entre ntasías y nterial, sólo entonces la fntasía tnará orma, se conerrá en parte integral d e una obra y, al mismo tiempo, podrá ser comunicada , por tanto, objeto de una posible repercusión en los otros, cuando no necesariamente de los contemporáneos del artista Sin embargo, esto también quiere decir que no hay artistas que creen obras de arte sin ningún tipo de eserzo,
hay muchos quelaapuntan es protegido auténtcade A primera vista elementos puede parecer máximaqe de un los dioses Sólo obserándola con mayor detenimiento se descubre que se está ante l a muy dolorosa manifstación de una persona que sufe:35
1
4 Carta de setiembre de 179 a Da Ponte (se ha dudado de su au tenticidad): Hildesheimerlvozr, op.cit. , p 203 5. Mozart con sus egencias afctivas insatisfchas sufía mucho y tan pronto sobrellevaba su dolor con creaciones ligeras y graciosas como con creaciones prondamente conmovedoras Que el xito que buscaba con ello no llegara, no tenía su srcen tampoco en su tan estricta conciencia Mozart sentía ese talento del que era tan conscien te como un deber y tampoco habría ltado a él si esto le hubiera hecho la vida más fcil Seguramente no ue del todo decisión suya En parte era una bligación en s misma lo que le impulsaba, pero también se tra taba de una decisión Y porque sin reflexionar demasiado sobre sí mismo seguíasu conciencia artística sobrepasando el punto a partir del ual disminuía su xito, es decir dejaba de recibir los aplausos y el afcto del público que tanto necesitaba precisament por eso ene otras cosas se merece como hombre que e tambin un artista, la admiración y la gratitud de las generaciones turas 99
Quizás esta ree ausió a a estructras de la perso alidad que se encuentran en la obra de una persona tan exaordinaria cno ozar aunque no sólo_ en su ora
contribuya modestamente a eliminar algo de a perogru adadel discurso habial sobre la persona y el artistaMozar como si se tratara de do personajes distintos Antes
se quería idealizar la persona de Mozart para que encajara en la imagen idea reconcebida del genio Hoy se tiende en ocasiones a tratar al Mozart artista como a un su
perhombre y al Mozart persona con un cierto tono despecto. Ésta es una aloración que no se merece No se basa en última instancia la representación nada anteriormente de que en su capacidad musical mencioera un do innato que no tiera relación algna con su personalidad restante. Recordar que su extenso co6cimiento musical y su cnciencia extremadamente �rollada par ticipaban inseparablemente en la creación musical puede ayudar a corregir tales imágenes Muchas de las arma ciones estereotipadas que se encuentran en este contexto fases como «ozart no poda equivocarse>, vorecen
esta idea de que la conciencia artística frma parte de las
nciones innatas de una persona en este caso, de Mozar. Pero la coniencia sea cual sea su orma específca, no es
innata en nadie En todo caso, el potencia de frmación de la conciencia estaría preconfgurado en a constitución de una persona Este potencial se activa y se consti tuye según una imagen especíca en y durante la conivencia de esta persona con otras. La conciencia indiidual es especícamente social Se puede ver en la conciencia 1usical de Mozart en su adecuación a una 1úsica tan ca-
racterística como la de la sociedad cortesana.
La génesis de un genio
9. Nadie puede wmprometerse h�y a resover la cuestón sobre el surgimiento de un talento tan extraordinario como e que poseía Mozart. Pero se puede esbozar esa
misma cuesón de rma algo más precisa y señalar las di recciones en las que quizá se puedan encontrar respuestas.
A este respecto el caso individual también tiene un senti-
do paradigmáco. El problea sobre cómo se oigina una capacidad creativa singar atñe un poco a todas a per sonas.
tuvo una infncia muy inusual. Lo conocemos hastMozart a nuestros días como el «niño prodigio» por excelen cia. A los catro años de edad ya era capaz de aprender y tocar obras usicales bastante compicadas en un brevsi mo espacio de tiempo bajo a dirección de su padre. los cinco años empezó a componer. ntes de cumplir los seis el padre emprendió a primera gira de conciertos con él y con su hermana a Munch, donde ambos niños tocaron ante el príncipe elector bávaro Maximiliano III. Más tar de en otoño de 762 os tres Mozart se er on a Viena donde tocaron en la corte del emperador además de en otros sitios Wolfgang Mozart era un niño enrmizo y deicado de saud per o en todas par tes era abado y admi rado por sus ext raordinarias habilidades musicaes. enorme éxito alcanzado en V ena por Leopold Mozar lt con a exhibición de sus nios, especialmente de su hijo pequeño, propició que organizara una «gira mundial» por as cortes y castillos de Europa.
Contemplados desde un punto de vista socioógico,
los viajes de conciertos de la milia ;ozart revelan su ca
IOI
racterística sitación anal asta cierto pnto casi úni-
ca De la estrechez de la vida en Salzurgo el trompetista y el pastelero de la corte rman parte de su más próximo cículo de amistades se trasladan de golpe a las más altas esras de la ociedad, por primera vez con el via je a ena El 16 de octubr de 1762, el padre cuenta de regreso a casa desde Viena que el joven conde Pal habí esccado a Mozart cando éste tenía seis afos en el concierto de Linz A avés de éste, la noticia de la estancia del niño llegó a la emperatriz y de ahí surgió el reqerimiento de un concierto en la corte. Leopold Mozart escribe al respecto:
Aora tiempo ya no deja decir con demasiado ap·esuramiento que hemos sido recibidos por sus majesta�s de una frma tan extraordinariamente benigna quuao lo cuente se ¡Y ! f la emperati para abrazarla y recibir un casto besuqueo En resumen, estuvimos ahí desde las 3 hasta las 6 y el propio emperador salió de la otra habitación y vino a buscarme para que oyera a la infnta tocar el violín. El día5 la emperatriz en vió por medio de un discreto administrador, que llegó ante nuestra casa en carruaje de gala, dos vestidos: uno para el chiquillo y otro para la muchacha Tan pronto como llegara la orden, tenían que presentarse en la corte, el misterioso administrado los recoería Hoy, a las dos y media han de ir a casa de os dos archiduques más jóvenes, a las cuatro a casadel con d Pal, canciller húngaro Ayer esvimos en casa del conde Caunit y anteayer en casa de la duquesa Küntgin y después, I
I02
as día tras día La emperatri le hace legar a través de s aministrador dcados; ua sola «academi a> po
porciona seis ducados, algnas damas y caballero s de alta posición en cuyas casas habían tocado los niños, dan al nal sólo dos El padre ení a el I 9 de octbre 20 ducados a un amigo comerciante para que los invierta en papel segro; una parte del dinero, sin embargo, ha de emplearse para con1prar un coche de viaje, '
mayor comodidad a mis hijos» Para el niño de seis años esto, como todas las giras posteriore s, es un trabajo duro y tigoso Enerma de escarlatina y los conciertos tienen que ser sspendidos durante un tiempo. Puede quedarse en cama y descansar. Eso es una pequeña muestra de a vida que llevó la milia Mozart, especialmente el padre y el hijo con algnas interrupciones, hasta que Wolgang cumplió los 37
36
36 !, p 5 z y S.
más tarde, en casa del conde Von Ulefld Vamos con dos días de retraso
veintiún años.
sí que cuando Mozart contaba siete años, su padre se lo llevó junto co n su mujer y su hija a la gran g ira europea La fmilia estuvo era más de tres años. Donde quiera que actban , los dos niños casaban sensació n, especial
mente el «chiquillo». Tocaba el piano como un adulto, realizaba todas las proezas que le edían, tocaba con el teclado cubierto o con solo dedo Constantemente estaba en estrecho contacto con los «grandes» del mundo. En París y en Londres, toa la milia e invitada a la cor· 7· !, p 4
Se podrí designar el períod comprendido e. ntre 7 56 17 77 como los añ s de aprend izaje de Mozart Si se observan con mayor atención, desaparece la idea enunciada anteriormente de que el «genio» ya estaa ahí con inependencia de la experiencias de la juventd que llegaba al fal a su madurez sgiendo únicamente sus leyes internas, en obras como el Don Govanni o la Sinfnía Júpiter Es entonces cuando se hace más evidente que la singularidad de su inncia y sus años de aprendizaje están relacionadas de frma totalmente inseparable con la sinlaridad de la persona Mozart a la que se reere el con cepto de genio 20 ¿Qué imagen podemos hacernos de/ joven Mozart? Entre los primeros testimonios que P"�emos hay un nrme sobre la extraordinaria sensiidad aura! y la necesidad afctiva esecialmente erte y vulnerable del niño Un amigo de la fmilia, Schachtner, ompetista de la corte de Salzburgo cuenta: 8
... inclus las chiquiladas y lsjuegs para que le resultaran in teresantes, tenan que ir acompañados demúsica; cuando nsotros él y llevábams los instruments de una habitación a otra para jugar cada vez tenía que cantar y adems tocar una marcha o tcar el violín aquel de nosotros que fera de vací. Y: Hata casi cumplir ls diez añs tv un mied incn 38 Mozart Die Dokuente eines Lebens.Reoplaón y notas e Otto Erh Deutsch Bsle/Lonres/Nuev York 1961 , pp 395 397. Vase tamiénErh Shen: Moart, ein Leben - eine Wl, 2a. ed Vena/Munih 975 pp 485 ro6
rolable a la rompea ano si se la ocaba sla sin otra úsica co si únicaente se la pnían delae, era casi tanto cmo
ponerle una pistola cargada en el .
También la exigencia de acto tan sensible es descrita por
esta isn ente:39 Coo o pasaba mucho iempo con él me había cgido un aco an grande que a menud me llegaba a pregnar diez eces ;l día si yo le quería y si yo alguna vez lo negaba aque sól fera de broma, en segida se le llenaban ls ojos de lá-
grimas.
Ya en sus primeros años, por lo visto se sentía insegro en cuanto a sus necesidades afctivas. La sensación de no ser querido encontró conrmación repeidamente a lo lar go de los años a tr avés de experiencias diversas y la in tensidad d esta necesidad insatisfcha de ser amado que se puede percibir como deseo dominante a lo largo de t oda la vi da de Mozart, determinó en gran medid a lo q ue habría de ll e nar de sentido su vida o despojarla de él De pequeño, por tanto, necesitaba constantemente que le a seguraran que le querían y expresaba abiertamente su tristeza y su desesperación cuando su necesidad no se veía satisecha. Su especial sensibilidad su su sceptibilidad ante la experiencia de no ser querido quedan de manifesto e n los recuerdos de Schachtner. Segramente no sabía cómo protegerse de
ellas De mayor apenas fe menos sensible o menos vulne39· Op. c pp 39 5 y
abe L búsqueda de pruebas d amor, de afcto y de amstad, detrás de ual se advna un poco de odo contra sí msmo, el sentnento de no ser dgno d e ser ana do, es uno de los trazos domnantes de su carácter La car ta en la que anuna a su padre el próxmo enlace con Constan�ze Weber, la tenna con la fase: <.. y me que re de todo corazón> quzá sn adverto con un nterrogante, 4º y en otra arta a su n1ujer cta una línea de su Flauta mágica:«a muerte y la desespeacón eron su recompensa», es der, la del hombre que confó en las ujeres.4 Durante sus últnos años, Mozart se esfrzó por ocultar su vulnerabldad Se protegía con un h!mor groseroy a menudo oscuro, pero sobre todo con l olvdo, el no atender, con una nderenca manfestor las derrotas Y tambén, naturalmente, le quedaa su msca, especalmente la composcón Es posble que la músca le ayuda ra a superar su desamparo ya desde muy temprano. Durante largos períodos, certamente, recbó a través de ella amor y admracón Cuando la sensacón de soledad por no ser querdo se apoderaba de él en demasía, la músca le ofeía cobjo y consuelo. Pero al nal ya no podía segr cerrando los ojos; el facaso, la flta de atencón a sus exgencas afctvas, la pérdda d e sentdo de su da, llegaron a ser nmensas Se abandonó a su suerte y muró, apa rentemen sn éxto, cuando en realdad el éxito y la fma ya le estaban esperando a la vuelta de la esquna. 1
40 15 de diciembre de 178 1: I, p 18 1 VéaseHildeshimer:iIozart, op.ct., p. 23. 41 1 1 de junio de 79 rv p 36 Ve Hildeseimer, p 33
08
2 El pare de Mozart, también músio, enseñó a tocar el pian a su hijo, posiblement e c�ndo éste tení tan sólo
tres años. arece que muy ron'despertó en él una leve esperanza de consegur ascendr socalnente a través de · su hjo, pues por sus propas erzas sólo l había conse gdo muy modestan1ente en relaón con sus aspracio nes. Sn duda destnó al muchaho a algo más que lo acostumbrado. Leopold Mozaft tomó posesión de su h ijo y
llevó como padre del nño prodg o la vda ue le había sido negad hasta ese momento Durante veinte años, de hecho hasta el viaje a París con su madre, Jozart vivió
y vaj áctcamente sempre con e Ésteyes taba siempreprcon él, manteniéndolo bajosusupadr vigilancia su proteccón Evdentemente no e a escuela alguna; toda su educación, tant o su primera práctia musical como sus conocimientos de idiomas y todo el esto de la frmación los adquirió sigiendo los preceptos y con la a yda de su
padre
Por tanto, hay buenas razones para decr que Leopold
Mozart quería alcanzar la realización de lo que llenaría su vida de sentido, no conseguida hasta ese mon1ento, a tra vés de su hijo. No tiene sentido pregntarse si tenía derecho a ello. Cuando se trata de llenar de sentido la propia
exstenca, a enudo las personas no tenen reparos. Du
ante veinte años el padre ormó a su hijo, casi como un
escultor que da frma a su obra: al «nño prodgo» que os, con toda su bondad, le habí a dado, tal como declaraba con ecuena, y que quzá, sn su ncansable traba j, no habría llegado a serlo. En septembre de I 777 t uvo ue dejar que su hijo se alejara por primera vez sin poder
compañarlo porque en ese caso habría perddo su pues
to con el nuevo prínipe obispo; este viaje a París que él nanció era por otro lado asolutamente necesario para sus propias expectativas de turo Así que, prisionero de sus obligaciones envió por l menos a la madre con él y se quedó tal cmo él mismo escribe abatido en lo más prondo con síntomas ermizos y con una erte deresión Una d las fgras más corrientes de la escena psi coterapéutica de nustros días es la madre posesiva. enos ecuente es, sin embargo en el estado actual de las investigaciones el padre posesivo Leopold Mozart podríser vir quizá de ejemplo
sico cortesano en Salzburgo y a segundo Kelmeiste Fue posiblemente también a sus js un aso adelante, pero no un gran paso considerblente meno de lo que · habí esperado de sí mismo Habí escrito un compendio de lecciones para violín que halló una buena acogida y dio a conocer su nombre además escr ibió una serie de c omposiciones que por lo que se sabe no eran ni mejoes ni peores que 1nuchísimas otras. En cierto odo estaba con tento con serr en la corte d e Salzburgo bajo el régimen indolente del viejo príncipe obispo a pesar de que antes del nacimiento de su hijo quizá con la ayuda del méto-
nuevo hay de quelosañadir que¿\ién esta armación es un meroDediagnóstico hechos puede presumir de juez en estas cosas Se trata de entder mejor a la gran persona que e Wolgang AmadeusXozart a quien la humanidad le ha de agradecer grandes br as. Si n sus progenitores y en este caso especialmente sin su padre esto no sería posible. Recapitulemos brevemene: Leopold Mozart procedía de una fmilia de artesanos Su padre, al igual que su hermano eran encuadeadores en Augsburgo. Quizá se tenga una idea de la posición social de la milia si se tie ne conocimiento de que cuando el joven Mozart se detuvo en Augsburgo de camino hacia París ye recibido por un patricio de elevada posición el hermano de Leopold tuvo que quedarse en la puerta y esperar era a que su sobrino volviera a aparecer.4l No es necesario contar aquí de qué orn consiguió Leopold Mozart ascender del artesanado al rango de mú
do de violn pareceenhaber puesto1nayor las miras en opulenta una colocación más elevada una corte y más Encontraba opresivo el régimen estricto del conde Colloredo y en realidad imposible de soprtar. Pero ¿qué podía hacer? En el ndo era un hombre orgulloso. Era totalmente consciente de su superioridad intelectual respecto a la mayoría de los cortesanos aduladores se interesaba por los acontecimientos políticos internacionales de su época y poseía, tal como lo demuestran s us cartas, una asombrosacapacidad de obseración y de comprensión de lo qu e ocurría en las cortes del mundo. Su hijo olgang le escribió de camino a París que odiaba la adulaciónJ Y de hecho éste es uno de los rasgos ás marcados de Mozart: por mucho que se moviera en los círculos aristocrático cortesanos, nunca rondaba li sonjeaba ni adula a Seguramene Leopold ozart no era
42. arta de Mozart del 1 4 de octubre de 77 : , p 54 I IO
4 3 Cata de 10 de diciembre de 777 : I p 79; respuesta del pare: II p 1 9 Ve tambiénlas de las semana de la emancipación del padre y del príncipe obispo (mayo/jnio de 78 ) I pp 5, 7 I
menos orgulloso Pero no le quedaa otro reedio que seguir e papel de cortesano, si no querí volver a ocio encontrarse en la calle y cómo lo representa se puede ver a a perección en su retrato de 765, con los labios bastante apretados y lo ojos recelosos44 Tenía que hacerre verencias y someterse tenía qe lisonjear y adular a pesar de que ante su ijo rechaza este reproche Po cierto que en ocasiones lo hac tan exageradanente que se notaba la obligación que abía detrás Con seguridad el padre de Mozart sabía adaptarse mejor a las costmbres cortesanas que su hijo, pero éstas no le llegaron a la médula ni se con virtieron en unaque segunda naturaleza La persona s nos sale al encuentro en sus"as un hombre con una posición b rguesa espeíca; su astcia y su buen juicio se contraponían a menudo con su amargura sus oscuras depresiones, s terror pánico y su mala conciencia No era un hombre sencillo Se fmiliaizó con las doctrinas de la Ilustración e inmediatamente espués del restablecimiento de su ija, tras una grave enfrmedad encargó una serie de misas en diversas iglesias de Salzburgo misas qe seguramente durante su temor a la enermedad haía prometido a los santos. Era un racionalista en el sentido que se le daba en su época y al mismo tiempo tenía cierta inclinación haca las creencias mila grosas de la Iglesia a la que se mantuvo el El proyecto de reaizar na gira de conciertos con sus dos hijos ol justicó con la ndicación elícitamente antiilustrada de que él estaba obligado a 44. Reproducd pr Hildesheimer: Mozar, op.ct., p 208 II2
n D h hh n Sz Y � Ds, s á s: y so deM;convencer al mundo de este
hecho emmlagroso en algún mome�to ;s ecialmente ahora, por
que en estos tipos todo lo que recba el nombre de mlagro se rdcuza y se ntenta rebar todo lo que sea un mlao. 45
Con respecto a su hijo parece que también estaba en conficto consigo mismo, acosado por los sentimientos de cul-
pabilidad y vacilando con fecuencia ene el deber esco
gido por él y lleno de sentido de hacer de su ijo algo
y«grande» la compasión a trvés pordeellaniño educación de la que y elnotrabajo carecía.implacable Un fag
mento de otra carta lo explicita:4
6
Ds, D s s h
yo, ha dado a mi hijo un talento tan extrardnaro que, sn s sí
n n C vh á Y g z h v v s. U s s h á : á s n s ·
há s h s á n h W 45 · Carta del 30 de julio de 17 68: I, p. 2 7 y ss Véase Schenk: ]\;ozart, op. ct., p. 5+ 46 e noviembre de 1766; I, p 2 32 Vse Wlhem Zentner: Derjunge ]Vfozart. Altüting, 1946 p 67. r r3
De repente se da cuenta de que no sólo quiere ser el padre sino también el mejor amigo de su hijo Al mismo tiempo sin embargo lo inducí con el arte superior de su retórica a hacer siempre lo que él cosideraba mejor El pro pio Leopold ozart e a la escuela de los jesuitas. Hasta cierto punto se regía por este modelo que le había marcado su propia educación en la rma e llevar a sus hijos. Coo ombre ilustrado no les pegaba La dureza del palo que les ahorraba la sust uyó por la dureza intelectual no 47
menos eectiva ni menos dolorosa, comq medio de disci-
plina. Resumiendo tenía la singularida� muchos racionalistasdeldotados paraalalapedagogía de frza lasumisión personal educando voluntad del edcador mediante la fía lógica de los arguentos imperonales y el amplio conocimiento propio En esta escuela creció Mozart ligado a su padre para el que el éxito social de su hijo y con él el fnanciero en los años de su inncia y su incipiente juventu eran la única oportunidad de salir de ua posición odiada y encontrar todaía la frma de llenar su vida de sentdo 22. La necesidad del padre de encontrar un sentido a su vida e en cierta frma al encuentro de las necesidades del hijo mientras e pequeño Las esperanzas de conse guir a través del chico lo que no había alcanzado por sí mismo repercutieron en la erte necesidad activa del niño al que los estímulos musicales propuestos por el padre le deparaban un placer manifesto. Que la sensibilidad aura! de las personas varíe segú 0
47. Crta del 20 de julio de 177 8: I, p 41 3.
sudisposición es muy posible aunque no esté probado en este caso que ozar estuviera dota ya de nacimiento de una sensibilidad musical exainariamente elevada. o que sí se puede probar y con ello hacer más accesible la comprensión del nómeno es la relación entre la constelación personal ropia en la que transcurrió la inncia y la juventud de Mozart y el desarrollo de su talento especal así coo todo lo que par a él se convirtió en importante y que daría sentido a s u vida o s e lo quitaría La intensa necesidad del padre acosado con fecuencia por sentimientos de culpabidad y depresiones de llenar su vidadmanda de sentdo de sudelhijo y laca-intensa de por amormedio y cariño niñopequeño inseguro rente de afcto ya de pequeño se alimentaban mutuamente.
No sabeos con exactitud qué papel se le asi gó a la adre en este contexto; los docu1ntosno d an suciente inrmación. Al parecer era una mujer afctuosa, vivaz
y paciente bastante interesada por la música hija de una milia igualmente procedente del artesanado Por lo que se puede apreciar, se sometía a la autoridad de su marido sincuestionarla y sin grandes dicultades coo era habital en las mujeres de su círculo Wolgang ozart proedía de lo que hoy vendría a llamarse un matrimonio fliza la ieja usanza: el hombre tomaba todas las decisiones y la mujer lo seguía conando absolutamente en su conucta su afcto hacia ella y la superioridad de su inteliencia Vsiblemente la madre se identifcaba or comleto con su f1ilia; en sus cartas decía a veces <nosotros onde se podía esperar que dijera «yo» Que un niño desarrolle muy marcadamente las capa
todo caso lo que si está documentado es que asistió pre cozmente a las clases de piano que su padre daa diarianente a su ermana ayor Nannerl Pronto l ermano pequeño quiso probar rtuna él mismo con el pian La rialidad entre hermanos es uno de los impulsos más ertes de la primera infncia. El pe queño Mozart, como tantos oros niños en esta isma situación, seguramente estaba tratando de granjearse una parte del amor y la atención que su pdre deparaba a su henanaival, imitándola , por tantÓenpezando a to car el teclado El padre se dio cuenta de•rematro inte "
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rés por los sonidos deylaaespineta, abién el pla cer de tocar el violín partir dedespués ese momento dirigió también hacia él, bajo la rma de las clases periódicas de música, el an1or y la atención que hasta entonces, a ojos del niño, sólo había otorgado a s hermana. El hecho de que el hijo reaccionara a todos los eserzos pedagógicos aprendiendo la materia musical en un tiempo yde una r ma extraordinaria que superaba con mucho cualquier esperanza del padre, debió de aumentar la simpatía por su retoño Y el cariño creciente de su padre aguijoneó al niño a conseguir mejores resultados. Primero el padre se sorprendió y maravilló ante la veloz e inaudita capacidad de aprendizaje de su hijo a cuyo esarrollo había contribuido decisivamente sin ser consciente de ello La extraordinaria sensibilidad y memoria musical del joven Wolgang, así como la seguridad de su interpretación musical, le parecía con toda sinceridad una especie de milagro. Las clases sistemáticas que le impaió a partir de los tres años rerzaron esta impresión. Se ataba de clases muy estrictas, con ejercicios regulares si 120
guiendo un libro de notas que el propio adre habí recopilado. Se a conservado el man�writo Se compone de 135 piezas, la mayoría minue ordenados metódicamente de menor a mayor dicutad Tmién nos han e-
gado algnos de los primeros intentos de composición del niño que arrancaron del padre ágrimas de alegría y ad niraciów·> Asuto y prudente como era, Leopold Mozart reco
noció as posibiidades que se arían para é y su miia
Como padre, amigo, Íasro y agente, dedicó a partir de
entonces toda su ida a su hijo Una muesra de estas ac tividade eraeriorment a arga serie demayor viajes ydetae conciertos que se an descritosant e con 24. Mozart vo un aprendizaje muy duro ¿Qué e apor tó est a dura escuea? E e ado positivo de balance se encuentra a exraordinaria riqueza de os esímuos musicaes que recibió en su casa y en as giras Su padre intentó ormar su con ciencia musica sobre todo en e sentido de a tradición musica de a época. Se orientaba en a recopiación de os conoci1ientos musicaes de entonces que se había convertido en un canon Est o se correspondía t anto con su propio g usto como con e de púico, de cuyo vor dependía especiamente e éxito de sus giras de conciertos. N'o se quería escuchar nada que era extravagante, ninga combinación tona a a que e oído todavía tuviera que acos mbrarse. Se quería oír obras musicaes de estio fmiiar, quizás en su útima versión, n1oderna pero no 5 I. Mozrt Die Dkunente eines Lebe ns, op cit p . 396.
dicil, nada que ea excesivamente indiidualizado, nada igoso. En resumen, se esperaba de los jóvenes artistas una música agradable y complaciente. Sólo podía ser dicil técnicamente, nunca por su calidad rmal Se admiraa a los virtuosos Mozart recibió de su padre a rmación tradicional muy completa. De los tres a los seis años se le dieron a conocer las composiiones de la mayoría de los músicos conocidos de Austria y d sur de Alemania robablemente también de algunos de los compositores del �orte de Alemania. En sus viajes adquirió además, amios conoci-
cualquier parte del mundo si uno se lo ropone En la época de Mozart eran muy pocos los jnes que podían dis utar de una rmación musical tan completa como la e él, completa en relación a su tiempo Se plantea la cuestión de si también Mozart, a pesar de todo su talento al igal que su padre, se habría estancado en el lenguaje musical tradicional de su época si hubiera pasado toda su inncia exclusivamente en Salzburgo (y si más tarde no hubiera sido capaz de desprenderse de Salburgo). Con toda probabilidad, la varieda d de experien-
mientos sobredelaLully, vida musical de su tiempo. En°'s ció las obras Philidor,J ohann Schober y deconootros
ciasalentó musicales con las quea se había coontado en sus viay a buscar jes su inclinación experimentar nuevas
eminentes representantes de la escuela fancesa; en Lon-
dres las de Hndel, Johann hristian Bach y las de otro discípulo de Bach, Karl Friedrich Abe! En Vena escuchó composiciones de Georg Christoph Wagenseil y de Georg Reutter, uno de los maestros de Haydn. En Italia se encontró con el Padre Martini, el maestro indiscutible dl contrapunto en aquella época Escuchó las más recientes óperas de su tiempo y conoció personalmente a gran número de sus compositores También se contaban entre sus
amistades representantes de la escuela de Mannheim Jo se Haydn le impresionó profundaente; aprendió mu cho de éste que, por su parte, prosaba una gran admiración haca el oven Mozart y lo manifestaba sin ambages Muchos de los nombres acabados de mencinar no dicen nada al público musical de hoy Pero si uno quiere entender lo que signicaron para Mozart y su desarrollo los iajes que hizo con su padre, entonces tiene que nom-
brarlos aunque sólo sea por su diversidad Hoy es cil 122
coseguir acceder a las creaciones musicales actuales de
síntesis de diversos estilos y escuelas de su época Puede que éstas hayan contribuido a crear esa capacidad espeíca suya para dar rienda suelta a sus seños de vigilia, sin llegar a perder el control sobre ellos. Por otro lado, se puede rastrear cómo Mozart elaboró primeramente por imitación lo que había tomado de otros, proceso en el que le fue de gran auda su extraordinaria memoria musical Sólo paulatinamente, al hacerse mayor, estuvo en situación de ndir en el torrente de su propia ntasía el saber aprendido y hacer de ello algo nuevo, algo inaudito hasta entonces. Un cuaderno de notas de la época lndinense muestra cómo el niño de ocho o nueve años intentaba relacionar las impresiones que llegaban hasta él de una rma todavía bastante impercta. La síntesis, el desarrollo de un canon establecido hacia un lenguaje musical individualiza do era un largo proceso que exigía muchos eserzos y trabao y que dependía en ex tremo de sus circunstancias vitales. 123
dustriales complejas También por eso vale la pena observar el proceso de génesis y desarrollo de personas que t ieron una educación artísticoartesanal durante los primros años de su vida que en el proceso de convertirse en adultos resuaron' ser personas extraordinariamente dotadas y creaivas. En el caso de Mozart además el investigador dispone de una documentaión my abundante de la época aunque ciertamente no carezca de lagas. A través de ella se tiene la viva impresión de que no se'uee deshacer la relación entre la especialización artísticade la primera infncia de Mozart su desarrollo hu�no más general Primero sin sery consciente de ell y después con una conciencia cada vez mayor, el padre dirigió los impulsos el niño y con ello una uena parte de sus ntasías hacia una vía que le conducía a dedicarse a la música. La rmación intensiva que proporcionó a su hijo incluía también a gnas otras cosas. Pero la música, a preparación para
llegar a ser un irtoso estaba en el centro de ella; la esicta actidad proesional del msico que tvo que aceptar Mozart durane su infncia ytambién posteriormente impulsó su evolución en el mismo sentido Y sin lugar a dudas también contriuyó a su especialización musical el hecho de que ésta aportaba un sentido a la vida de Mozart
teneido a miemros de s propia fmilia A os siete años, el niño comía en la mesa de los res de Francia en acts públicos. El rey de Inglaterra habí conversado con él coralmente tras un conierto, se encontró a í s
giente por casualidad con la milia Mozart que paseaa por Londres; pasó co su carroza a su ado se asomó y saludó al pequeño ante too el mundo. El papa le concedió una orden que comportaba la dignidad de caballero; con llo hizo partícipe al niño de un honor que el gran Gluck sólo alcazó de adulto (por otra parte, Mozart no usó casi nunca el títlo) La gente se arremolinaba a su alrededor Se compusieron poemas alabándolo Como el que sigue a contnuación:53 Aufden kleinen sechjhrige denn Clavieristn aus Salzburg /en, 25 Dezember 762 .. Bewund'rungwertes Ki nd dessF rtigkeit anpreist Und Dich den kleinsten doch den grten Spieler heisst Die Tnkunhat r Dich nicht weiter iel eschwerden: Du kannt in kur Zeit der te Meter werden; Nur wünschich dass Dein Leib der Seele rat aussteh '. Und nicht wie Lbecks Kin d zu üh zu Grabe geh
porque, aunque en ocasones era un trabajo desalentador
en otras le poporcionaba un gran placer. Mozart, de niño no pudo ser insensible al aplauso, al afcto la amistad y la cordialidad de las personas que conocó en sus vajes La emperatrz María Teresa le envó, ta c0o se ha menconado antes ) a él y a su hern1ana unos
vestidos cortesanos elegantes y fstuosos que habían per 26
25 [ldepequeño diciembre pianista de 1762 de ..seis / adorable años dechiquillo Salzburgocuya Viena habi lidad se elogia / y se te llama el más pequeño y a la vez el más grande de los inté rpretes / el arte de la música para ti no tiene secretos: / puedes llegar a ser el más grande en 53. Schenk: Mozr,op. it, p 74 127
poco tiempo; yo sólo te deseo que tu cuerpo soporte la erza de t alma / y que o te lle a la tumba ta pro to como al hijo de Lüeck.]
llo Es muy probabl que l a recompesa d e esta sesació le hiciera más cil de soportar ls limitacioes y el peso de su existecia social de iño' rodigio y sus cocietos ambulates. Puede que le icitara a trabajar hasta coer-
Ésta o e la úica oz cotemporáea que se alzó para expresar el temor de que la ida de u iño prodigio e ra demasiado peligrosa. Y1 se había visto el caso de otros iños prodigio que abía surg do eloces y brillates como uegos artifiales y q co al rapidez se habí cosumido Tambié e rlac a Mozart se había pla teado la cuestió de si se tratab� de a or de iverade-
altamete cualifcado e su campo. La tempraa ació procurada po el padre domiado a su vez po ua cociecia despótica y que corregía co bastate dureza todos los errores musicales de sus hos lleó como suele
ro La sospecha de que codemasiada celeridad a un iño as ysedehabíJ q sucultado taleto o podía durar mucho tena su dameto y o estaba del todo ijusticada Mozart esuo sometido a ua uctíra, auque tambié mu estricta, disciplia por parte de su padre du-
suceder, constitución ·de unaque concienia en el chico que o eraa lameos perccioisa la del padre auque al mismo tiempo era de sigo bastate disto. El padre era u perccioista de la pedagogía, exigía lo mejor de sus alumos y de sí mismo coo maestro El hijo era
rante los pimeros veinte años de su vida. Que estos años
un perfccionista d e la música, s conciencia artística le permiía saisfcer sus aspiraciones de perección, prime ro coo virtoso después como compositor, nediante
de apredizaje ta especializado lo capacitara para uos resultados isólits e su ámbto específco, quizá sor preda meos que el hecho de que o suier por ello unos daños nayores en su evolución general como per sona
Es posible que los elogios, la admiració y los regalos que recibió a cambio de las diciles tareas que tuvo que realizar desde iño rtaleciera su capacidad de resisteca. Puede que la proda iseguridad sobre si le quería o no, que no lo abandonó en toda s vida, se viera sensi-
blemete suavizada por esta experiecia de setir el amor de orma sin1bólica gracias a su arte. La conciencia re
ciete de su alor artístco le otorgó ua mayor seguidad e el trascurso de los años y aazó igualmete su orgu 128
irse en un n1aestro d su arte.
Es compresible que est tpo de educació y de carre-
ra convrtieran a Mozart ya en su niñez en un especialista r
la mezcla y la recociliació co ua corriete de tasía depurada de todo coteido prohbido Pero Mozat hubo de pagar u alto precio por el pro ceso de evoució o plaeado e el seo de la milia e el que se basaba el aspecto sublimatorio de su socializació musical Collevó cietas particularidades de su persoa que a meudo se cotempla como algo extraño Hay que
empezar por aquí para entender que una persona no es en ocasiones sólo artista y en otras sólo persona
Lajuventu deMozart. Entre dos mundos sociales
26 Tl como se dicho, el pdre de Moz1t estb lleno de contdiccione; Se veí con bsolut cndidez como un home ilustrado y, ;1 misn0 tiempo como un opnente de l Ilustrción. e cosbn los sentimientos de culpbilidd, ls depresiones y un concienci utoritri er un intelectl nque no e un Kptde
ocultar que deseaba salir e esta estrecez social; los viajes con su hijo son una prueba de ello Éstos no debieron
haber disminuido el resentimi� e algno de sus cole-
gas contra algien que aparenteete se sentí muy por encima del puesto que ocupaba
'npoco se ganó un especial aprecio entre los seño-
mientos políticos que se p�ucín su lrededor, por to-
res e levada posición en la corte de Salzburgo por sus giras de conciertos. Para ellos él era un seridor del que se esperaba que se comportara de acuerdo con su rango inrior Incluso a él no le quedó otro remedi que some terse a esas exigencias Est e es el estilo con el cual tenía
das las cosas dignas de visitase en sus viajes, con un hoi-
que dirigirse a su señor, el arzobispo:54
excesivotalento. A un
vivd interés por todos los aconteci-
zonte intelectl que es muy probble que llegr más lejos que los de l myorí de sus colegs más cercnos en l orquest de l corte de Slzburgo, unió un desprecio secreto hci los señores de elevd posición de l pequeñ corte del obispo en l que se tení que emulr con medios insufcientes l pomp de un grn corte y, por lo tnto pgr tmbién un orquest propia cuy usenci er impensble en el gobieo cortesno. Quien quier imginrse l situción de un person
Para que llegue a su alteza uestra merced, e1 príncipe, mi humilde petición no sólo para cobrar la mensualidad pasada sino también para recibir su especial merced e dar la misericordiosa orden de que se me desembolse lo retenido. Cuanto mayor sea su gracia tanto más me esfrzaré en corresponderla y pe dirle a Dios que mi noble señor goce de salud; on esto yo y mis hijos nos despedimos humildemente de su alteza clemen s1ma.
con talento de procedencia no aristocrática en una socie
Su Alteza: Vuestra Merced mi clemenísimo príncipe y señor, su servidor sumiso y obediente
dd domind por los ristócrts cortesnos, no puede hcer csi nd mejor que leer ls crts de Leopold Mo zrt bordind Trnsmiten sin escptori un mgnífc del personl imgendedeservicio l posición burgés suen ese mundo Precismente porque el pdre de Mozrt tvo que vivir en un de ls cortes más pequeñs por tant con una disposición económica más bien escasa se
destc en él con myor clridd ls crgs que soportbn ls persons de su condición. Segurmente no podí 130
Sg Kpellmeist L Mzr.
Este escrit data del 8 de marzo de 769. La fmilia Mo-
zart habí a pasado el año anterior en Vena para que el jo5+ I 29 I3I
ven Wolgang uvera la oporida de exhibir su habilidad como virtuoso; po eso se había suspendido el sueldo de eopold Mozar en abril de 1768 Él mismo comprendía que era del odo jusicado y que ciliaba su próximo vije previs? a Ialia ero como en Vena se vio al parecer en apuros econmicos fnlmene solició a pesar de odo el pago de su sueldo Su peición sólo lee concedida en una mínima pare. Leopold Mozar se encuera ane un dilema La gira de concieros por Ialia con s hijo sólo es posible si sus ingresos superan los gasos. si eso será así, sólo el cielo lo Por oro lado por ienemás la\�mpo: nsación de que el viaje ya nosabe se puede posponer 55
. o quizá debería quedarme sentado en Salzburgo: entre espe ranzas vanas, suspirando por mejor rtuna, y Wolfgang: que se haga mayor y que nos tomen el pelo a mí y a mis hijos hasta que empiece a entrar enaños cuando ya no·pueda emprender un via je, hasta que Wolfgang tengala edad en que sus méritos dejen de llamar la atención
De ello se desprende que esaba basane convencido e que el virtuosismo de Mozar, al hacerse mayor, dejaría de ener un aracivo especial para las cores europeas Si él quería escapar a la larga de la esrechez de la core de Salzburgo, sólo enía una oporunidad: enía que conseir un pueso para su hijo en ora core, mayor y mejor siuada. Ése era el objeivo de la gira ialiana, así como el objei vo de los poseriores viajes.
Continuamente aparecen diseminadas por sus cartas alusiones a este plan. Incluso algun's a1os espués, lamadre que acompa1ó a su h ijo en su mer viaje sin el padre,
scribió desde Mannheim:
6
. sólo deseo que pronto ·wo!fgang tenga rtuna en París para que tú y N'annel podáis seguirnos en segida.
La cuesión es siempre cóno se puede nanciar sin ncu rriren deudas, la búsqueda de na colocación para el ni0 prodigio que empieza a crece y e cuyo éxio depende la en suere Salzburgo de la ilia, y, no enlaúlima liberación insancia, del padre el propio de su uuro siuación de Mozar. El padr e que se ha quedado en Salzburgo hace hincapié en eso en una cara al hijo del 5 e ocubre de 1777 allí tenéis la ventaja, que no es poca, de que no tenéis que pagar nada por la comida y la bebida, pues las cuentas de alojamiento también vacían la bolsa Ahora me has entendidoÉsas son las
disposiciones que son las más importantes; las que aañen al interés: todos los demás cumplidos, visitas, etc,son solamente cosas secundaias, si pueden ser fáciles, sin descuidar la Uestión princi pal que es laque produce. Todos los esferzos han de ir destinados a peribirdinero, y toda prudencia a gastar lo menosposible si no es así no se puede viajar con honor; ectivamente, de lo contrario uno se queda ahí y empieza a tener deudas 56. Posdaa de la carta e Mozart del 22 de fbrero de 77 8: I , p
55 Cara del 1 1 de mayo de 1768 , p 264-
132
292.
57 · II p 59 133
Retrospectivamente parece, desde luego, que el plan del padre de Mozart de encontrar una colocación adecuada para él un regio para su milia mediante el talento extraordinaio de su hijo no tenía grandes perspectivas de realizarse En todas las 'cortes había una dura competen cia entre los músicos locales po los puestos que quedaan vacantes Es cierto que los príncipes y sus consejeros in tentaban atraer a conocidos o osos músicos de era
para sus orquestas, teatros o iglesias Y las giras de conciertos para presentar las prop/as capacidades frmaban parte de las vías normales con as que los músicos podían divisar nuevas �ero precisamente la circunstancia por colocaciones. la cual el jove Mozart había sido tan admirado en sus giras, l hecho de que era tan joven re
ción fja Parece que Leopold Mozart no calculó con mu cho realiso las condiciones elementales del éxito de su hijo Los miembros de la sociedad ortesana europea, los príncipes en primer lugar se aburrían con fcilidad. Tnían ciertas obligaciones que a eces las cumplían escrupulosamente y a veces no Pero no se trataba d; obligaciones en el sentido de un trabajo prosional. Este en sí era para ellos una característica de los estamentos más ba jos, es decir, de la burguesía y d la masa del pueblo. Coo
percutía en su contra cuando se trataba de una coloca
estanento dedicado al ocio, la aristocracia cortesana ne-
cesitaba un programa complto de distracciones diversas Entre éstas se contaba la ópera y los conciertos de los núsicos empleados en la corte, así como las exhibiciones de virtuosos en gira y, por tanto, eventalmente tanbién
algún niño prodigio. La habilidad virtuosista de Mozart 1 34
sore todo su eleaa capacidad de improisación, era sin duda una atracción más entre otr s
una gran atac-
ció eso sí en el programa de dacciones diersas de l corte Allí donde tocara, sorprení y fscinaba al pú blico por su sensibilidad y pericia al piano al violín y al órgano n estas sociedades cortesanas (cuyos n1ien1brosaristócrtas vivían de los ingresos heredados prncipalmente de los rendimientos de una propiedad agrícola miliar o de los emolumentos de los altos cargos en la corte el stado o la Iglesia) lo que denominanos «arte» en general
en particular, tenía una muy disnta la núsica consiguiente, otro carácter quefnción en las sociedades en y,enpor las que casi todo el mundo se ganaba la vida con un trabajo proesional regular El consenso de los poderosos dic taba el canon estétco en las artes. La úsica, con0 se ha dicho, no tenía en prin1er térninosu raón de ser en la ex
presión de los sentimientos dolores y alegrías personales de un individuo que dependía exclusiamente de sí mismo o incluso apelaba a ellos; su nción primaria era en a yor medida agradar a las damas elegantes y a los caballeros de las clases dominantes Esto no quiere decir que necesariamente careciera de aquellos rasgos que nosotros formulan1os con los conceptos de seriedad» o profun-
didad» sino únicamente que estaba ajustada a la rma de ida de los grupos establecidos en el poder en aquella época Iba n1uy unida a un canon social, a un «estilo, como convenimos en llamarlo y el espacio para la individualización de este canon era más reducido que el de la n1úsica compuesta ara las capas sociales profsionalmente actias 135
Po el amor de Dios, si os habéis ·quedado ano iemo en M ues de nich donde nohaía esperanzasde ingresar ni un cruzado, cr casi res semanas, entonces llegaréis ejos.
La intención del hijo 'de escribir a Nápoles es aprobada a vuelta de correo. Pero no puede privarse de añadir: «Por lo demás, ya había pensado en ello hacía tiempo» Y lo repite de nuevo el 5 de ocubre «Lo que t scribiste sobre la ópera en Nápols, es una idea que ya había teni do yo» / Uno puede imaginse la escena: la madre haciendo 63
64
las padre leno de preocupaciones el acasomaletas, y por laelpresión ecÓ{ómica no consigue por pensar en otra cosa Fuera de la msia todavía no le concede nin gna independencia a su hijo. Para el padre hay demasiadas cosas que dependen de que el joven tome el camino adecuado. Y ést vive en sus sueños. No se puede cona en sus planes. Cuando propone algo razonable, es que el padre ya había tenido esa misma idea antes Quizá lo a bría desmentido, pero está claro: para él su hijo es todaa un niño que ha de ser guiado por entero, que lepertene ce. Y el hijo se somete a ello. Como casi siempre, es muy directo e ingenuo en sus nanifstaciones: «Si papá ne convence con sus explicacionesde que no tengo razón, entonces obedeceré» Junto a esto, en la carta del Mozart de veintiún años se encuentra una armación sobre sí mismo que seguirá siendo válida hasta el nal de su vida: «Me encuentro muy 63 II, p 5 1 . 64. II, p 5 7
bien cuando tengo que componer», ymás adelante «Sólo con oír hablar de una ópera u í afar los instrmentos en el teatro, siento que se me arre�ta el corazón» La totalidad de la existencia social de Mozart ya se ha centrado en esa edad relativamente temprana con toa su pasión e intensidad en el escuchar y crear música Él lo llama su «única alegría y pasión». Esto es probablemente algo sorprendente en un hombre tan joven que al mismo empo tiene un interés tan vivo por las mujeres y que as seguirá en el turo Pero quizás experimenta con la música enos decepciones. En este sentido escrbe poco antes de su nuerte, en una situación siguiente ase «Sigo trabajando porque e desesperada, l componer melaprodu ce menos cansancio que el reposar>> 65 28 . a en I 777 también lo sabemos a través de la misma carta aparece en su imaginación an ticipadanente aquella decisión que años más tarde Mozart convertiría en ralidad. Tras su decepción por los intentos llidos de conseguir unos ingresos relativan ente seguros con un a colocación en la corte de algún príncipe, sueña con la po sibilidad de ganarse la vida a través de encargos ocasionales, por tanto, más o n1enos cno un «artista lire del siglo XX o xx Con ello cree que podrá hacerse un gran nombre. Y sólo cuando hubiera convncido al mundo entero de sus capacidades con su virtuosismo y sus compo siciones, especialmente las óperas, entonces no le lt arían oportunidades para ingresar dinero, ya era al servicio de un prínc ipe, ya era en el «ercado libre> 65 . Véasela nota 34,
zos, ni dominaba el arte de la diplomacia cotdiana, de la anticipación al efcto de las propias palabras y los gestos sobre el interlocutor del momento, costumbre que era consustancial a las relaciones sociales e los cortesanos Podía disimlar, sevirse de vez en cuando de las pequeñas mentiras de la vida, pero no era muy hábil en el Se sentía mucho nejor con gente en cua presenia podí comportarse a su aire En algnos períodos de s evolución tvo una necesidad casi imperiosa de decir cosas groseras soeces tal com(_le venían a la n1ente, una necesidad de la que habl¡Íos más adelante Pueso que enel ndo artedominantes delletrato era totalente personal, talajeno como desagradable en los círculos y se esperaba queoseincluso sepracticaba sigiera, nnca se lle-el gó a aclinatar al mundo aristocrático cortesano. Para este mundo siempre e un elemento extraño, con n antagonsmo creciente y un espritu de rebeldíaque después se expresó entre otras cosas en la elección de la sensacional comedia parisina de Beaumarchais Las boda de Fígaro con10 texto de una de sus óperas o en el marcadamente antiaristocrátco Don Giovanni Leopold Mozart tenía cierta habilidad para el trato con las personas de posición social más elevada de la aristocracia cortesana Es dicil distinguir hasta dónde lleg, hasta qué punto tenía la capacidad de presentarse como igual ente esos círculos sus largos viajes con susiguales hijos en después sólo condurante Wolgang Su situación no era ácil Precisamente en las cortes más pequeñas, comparativamente más pobres del Imperio Alenán, ea corriente hacerles notar a las personas de condición social inerior su posición subordinada, a 44
cerles conscientes de ello , y esposible que un poco de esta acttud haya arra igado en la tradicn alemana En la je -
r�rquí de Salzburgo, la fmilia Mozart ocupaba un lugar
relavaente bajo y había, si duda, sufcientes ocasio-
nes en las que se lo hicieron notar En las cortes mayores, por el c ontr ario, los ar istócratas eran con ecuencia
s�nsiblemente más conciliador es en el extranjero, especalment e en las cor tes italianas tan a mant es de l a mú-
sica, par ece que la recepción del niño prodi gio y de su padre e mucho más cálida y libre de los prejicios por
la diferencia de clase Leopold Mozart , y de hecho tda
su milia, ocupaba una posición especialme nte ambieran suyos Eludir sus peligros era todo menos na tarea áci La contradicción entre la fma eciene de los M zart en el ancho nundo su baja posición social en su ciu dad puede entreverse con gran claridad en una escena que explica el padre en una carta: se representa en Munich a ópera de Mozart La fnta giardiniera. Después del estreno el príncipe obispo de Salzburgo, el conde Colloredo, se� ñor tanto de Lepold como de Wolgang Mozart, va a la corte bávara tene que «escuchar ante todos los príncipes electores y la totalidad de la nobleza los elogios de la ga en Salzburgo por los tri unfs de su hijo q ue también
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y alestá ópera» tar a su segndo El condeKpelmeiter Colloredo que hijoacostmbrado de éste con altvez a tracomo seridores, evidentemente no se encuentra en un sitaión agradable ante ese coro de alaanzas y da la impresión, por lo que describe Leopold Mozart, de estar 66 18 d enro d 177 : I, p 51 7.
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desconcertado Se apreia una posiión equívoca que cre resenimientos en ambas partes. Mientras que e padre quizá pudo adaptars al trato con los aristócratas cortesnos, el hijo no lo llegó a consegir nnca del todo a lo largo de su vida. Este rasgo del carácte de Mozart uizá se puede entender algo mejor si se tene presente su estricta educación, contra la cual no se pudo deender durante uco tiempo Es muy probable que algo de su enojo cona !a se expresara veladamente en su rebeldía contel orden dominante de su época, al que eopold Mozart se sometió en mayor o meno grado 9 Durante muchos años, todos los ontac tos de Moz art con otras persas en sus ras de conciertos er on prepaados por l pdr y se realzaron bjo su supervsó S podemos arnos de las cartas, que son en esencia y a nenudo las únicas entes de que disponemos, parece que cuando Mozart tenía unos quince años más o menos su ió una singular transrmación que, aunque era revisible e esta edad, tuvo en cierta manera un desenlace inesperado La limitación de los contactos con otras personas a los preparados por el padre conllevó una ciera soledad, un reerzo de su dependencia de la fntasa 2
H 2 1771 J67 H; , , ,
Mozart tiene casi dieciséis años. No uede ir a la ópera, no puede salir de casa bajo ningún conpto por que el padr e no l hace. El brote de la soledad, 'que comporta esta vida en constante vgilancia, lo superó replegándose en su fntasía musical. E interpr etaba mentalmente l óper a de l
que tenía que mantenerse aejado. Durante su estancia en Milán, escribió entr e otras co-
sas la serenata teatral Asni in Alba,que se representó el 17 de ocubre para l a boda del archduque Ferdinan d a y otra vez se planteaba el problema de consegir una co-
locación que para su padre tenía prioridad sobre todo lo demás. Pero su intento de introducir a su hijo en la co rte milanesa por n1edio de su ópera facasó. Naturalmente Leopold Mozart no poía sospechar ue la emperatriz Maía Tresa había advertido expresamente al archiduque d no tomar u evco a gente tan ntil como el joven compositor de Salzburgo: 68
, ü corte.
Un año más tarde padre e hijo volvieron a Milán, esta vez scritray así on la el intención prefrente atendercomo unacompositor elevar renombre del jovendemaestro de ópera. Mozart tena nucho trabajo con su nueva óper seria, el Lucio Silla.Vvía bajo una presión considerable y su 68. Carta de a emperatriz del 12 de diciembre de Die Dokurente seínes Lebens op. c,p 124-
771: Mozart.
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Qe los ataqes contra la clase dominante de s época estaban presentes en la condcta de Mozar t y qe és tos con graban n aspecto bastante determinante de la estrctura de s personalidad, se pede osevar a lo largo de toda s traec�oria vita posterior. Sólo hay qe pensa en s u org1llo en _su epugnancia por el «arrastarse qe menciona en s'cartas el padre. También s frme negativa a lleva el títul9 nobiliario otorgado por el papa y a presentarse como «aballero de Mozar> como hacía Glk, qe se izo !Umar en vida «caballero d lck» por una distinción papal menor, son n síntoma de esa lta de identicación estamento ticocortesano. Es cierto que con estaelnegativa eraaristocráambivalente. Acompañaba, tal como se ha ilstrado anteriormente, a na erte necesidad de ser reconocido en los cculos aristocráticocortesanos de ser aceptado cno un igual, naturalmente por su producción n1sical y no por n títlo Y como este econocimiento se le negó ya
lidad como n canon niversal permanente de toda la hmanidad . Para ser jsto, se necesi una idea lara del proceso de la civilización en cyo rsO s e transfona de una
manera especíca el canon social e comportamiento y de sensibilidad. En la sociedad de Mozart, en l a fse del proceso social de civiliz ación en el q e vivió, el tabú d el empleo de palabras chocantes, como las qe se encentran en
sus cartas no era ni mucho me:os tan terrible ni duro en tre el círculo de sus relaiones como lo es en nuestros días. 1
tra la sociedad dominante. No sería extraño qe en s apego a las rerencias verbales de las unciones animales se llegaran a manistar tales agresiones reprimidas. En el
Las alusiones directas a las nciones de secrec ión anal del ser hmano frmaban parte de los divertimentos normales de la vida social entre la gente con la qe ba; y probablemente también entrejoven los mayoes. Notrataestaban prohibidas en absolto , en todo caso ta n levemente reprimidas qe la transgr esión en común del ta bú verbal deparaba gran diversión a chicos y chicas y daba pie a bronas y sonrsas. Dos ejemplos más peden aclarar mejor la difrencia entre las costmbres de entonces y las de ahora. Entre los conocidos más apreciados por la fmilia Mozart estaba una amig a de la hermana de Wolgang, llam ada Rosalie Joly Era la hija d el maestro confiero del príncipe, l pastelero de la corte de arzobispo, y serv ía como doncella de cámara en la casa del conde co; Leopo!d Mozart la
prensible. contexto general del transcrso de s vida sería my coPero na vez se ha dicho todo esto, hay qe añadir de inmediato qe el icio sobre la coprolia verbal de Mo-
lamenciona «doncellaenRosaliaJoli, na carta della criadita 3 de agosto [literalmen de 76te:3lacomo "gatita de cámara] de s excelencia la condesa de Arco».5 Ella y e l joven Mozart eran benos amigos Se escribían,
durante sus prineros eserzos por conseguir una colo
cación, se desarrollaron en Mozart con toda segridad
una serie de sentimientos negativos muy marcados con-
zart anda necesariamente desencaninado si se le aplican
las reglas cviizatorias de la situación actual y con ello se conempla involuntariamente el propio canon de sensibi 1 54
componiendo poe1nas de circunstancias. Uno de estos 7 5 · !, p. 87.
155
Rl Jl ó l l M ó l l 2 3 1 77 l l l4 l l l l M l v l l ó 6
ó ú l l l l ó l O M l 1 v 1 77 v l «» vl l l ú óv y:
Mi quido amigoWang, de /ant hoy es el día por eso a ti, el mor de loschicos,Ú desearía que tengas todo lo que desees y que merezcan tus bajos,
, Johannes Chrisostomus Aadeus Vgang Sigismundus ozart me decaro cupabe de que aer y anteayer y también en arias ocasiones no egué a casa hasta as de a noche
felz has qdeueser todaahora tu vida, que no teelcoman loshaescarab ajos, la suerte hasta siempre ulo te enseñado te sea ahora, que estás los, doblemente otorgada, esto te lo deseo de todo corazón, lo juro por mi alma de ser posiblete la daría en lugar de dese rtela en una carta dile atu madre a quien tanto venero, que la queré siemprey que a menudo vera anhelo, que nmigo su amitad antotie!po mantenga como el culo por la mitad dividido lo tenga salud, querido amio, con aleras y divertidos enedos y de vez en cuandÜ escribe también un pequeñodueto con pedos.
de que desde as diez hasta a hora citada estue en casa de Ca nabich, n presencia compaía de anabich, su esposa e hija os señores tesorero Raam y Lang, con ecuencia sin dicutad, con una gran fciidad he estado haciendo rimas; todas eas de cochinadas es decir de mierdacagar y amer e co pe só de pensamiento paabra no de oba Pero o no me habría comportado tan impíamente si instigadora es decir a amada Lise [Eisabeth Canabich] no me hubiera animado y azuza do tanto a eo; y he de reconocer que me diertí extremadamente haciéndoo Yo coneso todos estos mis pecados y e condeno sinceramente n a esperanza de pode consaos con más ecuencia procedo con energía a mejorar cada ez más mi ida pecadora a empezada; para eo, pido a dispensa santa
RosALIE]OLY
ló l ó l M v l l v l l l l v l 76 I, p So.
I2
)
sicontinuará puede seren cimente todo caso.si no me da o mismo, porque e jueg D v M ó l l ó l 7 II, p. 123ys
1 57
se valoraban entre los seridores burgueses de la corte de posición más baja gupo al qe pertenecín los músicos, y aun así sólo entre los conocidos más apreciados y que en los círculos más elevados estaban totalmente era de lugar78 Como a he me�ionado, desde su infncia, Mozrt se movía en dos mundos sociales: en el círculo de elaco nes no cortesanas de susadres a quienes se podrí denominar con nuestra temilogía algo inadecuada com , en"e los aristócratas cortesanos que sentían su superiorida de poder todavía bien ase rada en territorio alemán e 1italiano en la época en que Vvió Mozart, pesar de los primeros relampagueos y la des-la carga lejanaade la primera gran tormenta que supuso Reolución Francesa ambién se hizo notar la escisión de su existencia social e la estrctura de su personalidad Toda la actividad musical de Mzart, la totalidad de su rmación de vir tuoso y compositor, llevaba el sello del canon msical de las sociedades cortesanas hegemónicas de Europa Sus creaciones estaban en buena parte caracterizadas por la sintoní con los círculos aristocráticocortesanos y eso no sólo por la concordancia consciente y arbitraria de ss obras con el emperador, los reyes y otros señores de elevada osición que eran sus clientes sino en gran medida tabién artística con rrespecto la anonización a esa tradición buscadamusical por suEse conciencia vínculo 7 s. En otro ugar he analizado esa difrenca omo un desniVl enre e rmalsmoy a inrmaida: véeNorber Eias Studien iber die Dutschen. lVahtk pfHsenikung i und 20 Jahr hundert, ed por Mchael Shrüer Frankr a. M, 1989 PP· 3 8-44
con s conciencia le oecía un espaio satisctorio para desarrollar de rma totalmente pesonal la tradición cortesana, sin que llegara a transgrdir nunca los lites de su caon Pero en mucos cass los lló con su ntasí individual mcho más allá del entendimiento del pblico aristocráticocortesano Al mismo tiempo por la estructura e su personalidad especialmente en lo que respecta a sus rmas de con ducta sigió siendo, ante todo una persona de los círculos «pequeñoburgueses» este térino, no en el sentid que le damos ahora, sino en el de la época de Mozart donde uno acogía alLaprójimo connoafcto o lo rechazaba cn mayor anqueza conducta cortesana en sus apariciones públicas estaba en relación paradójica con su obra Y con toda seguridad esta paradoja contribuyó notable mente a su cao social al gal que a la marcha trunfl póstuna de su 1nsica 3 Es ácil imaginarse que las relaciones de Mzart con las mujeres estuvieron marcadas de frma decisiva por esta existencia en dos mundos sociales Por un lado, vivió en estrecho contacto con nujeres como su madre su hermana y las amigas d e ésta, para quienes las bromas soeces y manifestas, sin duda estaban permitidasdentro de unos límitesy se contaban entreeran los juegos males de la que juventud. Los límites estric eróticos tos Es ponorco probable que en el círculo de amistades de Mozart emergieran a la superfcie pensamientos como el de experien cias prematrimoniales, por no hablar de la práctca Cuando se casó su hermana Mozart le envió para su boda n breve poema muy serio en el que le decía con toda an 59
eza79 «Aora va a vivi gran parte de lo que hata el momento e e había ocltado en gran medida E poible qe no iemre vaya todo ore rueda Lo hombre on a vece rioo Pero iena qe ello mandan de día y la njere de noce> Ademá, Mozart había tenido contacto dede peque ño con mjere de otro tipo___con lo enbro emenino dela nobleza corteana Se im!one la ceión de qé cro habría eguido u evolció' i na de la experimentada dama corteana e hbÍera intereado por el muchacho adolecente o por el! hombre joven y hbiera entablado é l tipo una relación de laeran clae que nnca llegó a tener; qecon ete de unione batante habitale lo demuetra el cao de Roueau Pero Mozart tenía en u contra la doble vigilancia, la de u padre y la de concienca Era iempre igió iendo muy enible hacia odo aquello qe e podría defnir como el aura de la minidad. Se cuenta que e enamoró de cada una de u alumna Mucha de ella, i no la mayoría, pertenecían a lo círculo de la nbleza epecialmente en la época de Viena. Eran inacceible para él S anhelo, deeo con repecto a ella egramente e orientaron hacia lo qe llamamo eróico». Soñaba con ella y no e my improbable qe n vetigio de u elegancia y encanto e 80
marimonio, a vece qizá no con mucha ecuena rgín ocaione para una rela�ió en la cual el apecto exual predominaba fent i a erótico, incluo impo niéndoe del todo. lgo de eto papele tan direnciado de ambo tip de mjere en la vida de Mozat e pede reconocer en la carta que ecibió a integrante de no y otro tipo He ecogido como ejemplo na carta a loiia Webe la hemana de ta epoa que má tarde llegó a er na célebre cantante de ópera y ota dirigida a u prima qu premiblemente e primea anante: 81
s s s s s s s s Y s s Ds s s n n a s s s s ss s s s s s . s s s ]· s s s s s s s s s
'
introdujera vece en múica un ecofente de atriteza ante u inaceibilidad y de cow rebeldía u detino En el trato con mujere de propia clae ante de 79.
1 60
C 18 184= 321 , VéaseIMOzart, op.cit, 8.
si-
8 1 En pasajepertenecen se nterrumpe manuscrito las dos cartas guientes queeste se citan a unael recopilaión de tocopias transcripciones de la correspondencia de Mozart que propio Elias se hizo. En ella no hay otra car a Aloisia \Veber. En conjunto de las cartas a �-Bs!e» hay también copiada una carta del 3 de noviembre de 777, pero la de l 2 3 de diciembre de 1 77 8 está en arios ejemplares Los correspondientes fagmentos han sdo escogdos po eitor
(N de/E. 16
Adiós,qerida amiga estoy terrilemente desasosegado por s carta, por fvor no me haga esperrla demasiado ni ansiarla drante largo tiempo Espero saber prontode sted, le eso las manos la abraz de tod corazóny qedo de sted para siem pr s verdadero y leal amgo
Con mchísimas prisas le·escribo� le doyl noticiade qema ñana parto para Mnich; mi qeria prima, no se asstecomo los conejitos. Le aseguro qe me staría mcho estar en Ags brgo sólo qe el señor Reichs, el prelado no me deja Qiir zá vaya en na escapada deMnich a Agsbrgo; pero no es my segro; si a sted le da tanto gsto verme como a mí de verla a sted, venga a Mnicha esa digna cidad procre estar allí ants de ñ nev sp qe vnga segurode lo contrario ser na mierda; entonces le haré los cmplidos en propia persona le besqearé el clo, besaré ss manos,dispararé salvas por el an, la contemplaré pordelante y por detrás y si le deboalgo se lo paaré todo hasta el último clavoy haré sonar n pedo va liente y qizá dejaré caer algo por el mismo lgar Y ahora adiós mi ángel mi corazón La espero con el corazón doliente . Escríame en seguidaa Mnichpose rante Vote sincre W A. 83
8 30 de julo de 1778: II p 42 ; en italano en el orginal 83. 3 de dicembe de 1778 II, p 53y s 162
LA REBELIÓN DE MOZART
De Salzburgo a Vena I. En mayo de 1781 la tensión entre Mozart el joven músico descontento, y su no 1nenos enojado patrón y se ñor, el conde Collordo, arzobispo de Salzburgo se convirtió en un conlicto público Desde el principio había sido una relación difícil y e l choque era irremediable. Y a en sus años de juventud Mozart s e habí hecho un nom bre como virtoso y compositor gracias a s u inusual talento entre la aristocra cia amante de la música de las cor tes europeas Pero en el propio Salzbrgo tenía una posición que rmalmente no se direnciaba mucho de la de un cocinero o de un ayudante de cá1nara. Así ue en su tierra natal en el pequeño Estado absolutista qe gober naba el conde Colloredo Mozart era n ca so anómalo. Después del intento inctuoso de busar una colocación en otras cortes volvió al servicio de la corte de Sazburgo pesto que a f n de cuentas no le queda ba otra alternativa Tvo suerte. El anterior organista de la corte ?cababa de n1orir,así que había una vacante Mozart o con toda probabilidad su padre en s lugar solicitó el puesto de inmediato; en el estilo de la época (que revela con toda
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conde Colloredo, de rango inrio. Así que calló con cedió un permiso de seis_ senanas sin decir nada por mu cho que po dentro se irritara pues a fn de uentas era él quien pagaba a Mozart Tal como se ha dicho, una mala relación. Mozart po su parte, era un joen orgulloso que con cía su alor; tenía que ozarse a mostrar una actitud sui sa que en Salzburgo, el cipe y muchos de los nobles cortesanos, si no todos eigí�n de él y que su padre inten tó inculcarle. En ese mometo (desde principios de no viembre de 780), sin embgo, se encontraba en Municl y trabajabaporencompleto sulomeneo. Adoraba eleste tipo dey trabajo absobía Sobrepasó permiso corrió elle riesgo. En el ndo le habría importado bien poco que el arzobispo o hubiea despedido. En la corte báara los gandes señores le tratabancomo a un igal por lo menos supercialmente. Con fecuencia toó esta actud co moneda contante y sonante y seguramente la entendió no un signo de que tras el éxto de su ópera tenía asegu rado un puesto si no en Munich, en cualquier oo lugar. Estaba harto de Salzburgo l eceder el permiso estaba desaando al arzobispo El 6 de diciembre le tazó a su padre un esbozo de la situación desde su perspectia: 3
aa , y a a a a ? a a a , a y .., a, D , a a aa aa a decto,, 3. Ill, p 6o y s
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, s a, s a sa a a aa a, aaa a ya a. s a n a Z a a t aa a a rt a r, a s at a} aa a a r a aa a D , saa s a s a a s a aa Ut a a a a a aa ay aa s s aa Ha· d aa .. En ealidad, Mozat no tenía gandes posibilidades de encontrar un lugar en l a corte báara. Era terco por l o que se reee a su músia. A ees se oponía a las deisions incluso del inuyente director del teatro. Los grandes se ñores estaban poco acosmbrados a que les contradijeran sus subordinados y todavía menos un hombre tan joen. Cuando algo no era de su gusto en una ópea lo decían y esperaban el cambio correspondiente A sus ojos no había duda al g na de que las personas de su mismo rango que se encargaban del teatro ean mejores jueces del buen gusto que un úsico burgués Pero en cuestiones de nú sica tenía ozartmuchas a menudo no peia intromisiones 'raAsíjo en ilusiones y no conocía el nundo que le dejaban hacer. n de cuentas no era tan impor tante. Pero para alguien que buscaba una colocación du radera esta persistencia en su propia concepción de la 1ú sica no era muy recomendable. Así que sigió un tiempo en Munich a pesar de que su
El 13 de ener o de 78 se ensayó po primera ez el tercer acto del lomneo. os coos de Salzurgo lle gaon a unich para asistir a !{representación de la ópera de Mozart El 26 de enero llegaron el pare y la hermana El 7 de enero, el día en que Mozart cumplía einticinco años, tuo lugar el ensayo geneal el 29 el estreno. Fue un gran éxito. El arzobispo seía sin dar se ñales de ida todaí Estaba ocupado con otras cuestio nes, entre ellas, sobre todo, la grae enfrmedad d su padre. Vajó a ena con su cortejo para isitar al enrmo Desde allí recibió Mozart fnalmente el de marzo la or
permiso a acaado y esta ez su padre estaba totalmente de su parte él le contrariaa Sazburgo tanto como a su hijo; sólo que no se atreía a mosarlo y tampoco podía permitíselo A su hijo le escribió4 que ya abían ll gdo a Salzurgo los elogios de su nuea ópera, de la que incluso se abían escuchado algnos agmentos antes del estreno También le dijo resecto a la infacción dl per miso, que sencillamente se ha� el tonto. Si se le pregn taba en la corte respondería qe había entenido que el permiso se rería a que Mozar¡podía permanecer en Munic seis ·semanas tras acaar a composición, pues le ne cesitaban para los ensayos y todas las preparaciones del estreno ¿O acas o vuestra principesca merced es de la opinión de que una ópea semejante se puede componer, es cribir y ensayar en seis semanas? Leopo ld Mozart sabía peamete que el arzobipo etaba atado de pie y manos Ordenar que Mozart oliera a Salzburgo o incluso despedirlo mientras trabajaba por orden del príncipe elector báaro en una ópera para su deleite durante el caaal, hubiera sido una afenta contra este último. Pero quizás el padre no contaba con la posibilidad de que el arzobispo, aunque estuera inmoilizado temporalmente, se era enojando cada z más por la ausencia de su seridor A Mozart le importaba su ópera (y las perspec-
no de inmediato y e alojado, siguiendo las disposiciones del arzobispo, en el palacio de éste. Hubo arias escenas en las que Colloredo le reprendió duramente; quería demotrar al joen de una ez por tods que l era el amo en su casa y le llamó desergon zado y otras cosas por el estilo. Sobre lo que sucedió a continuación sólo disponemos del relato de Mozart y es posible que sea parcial. Quizás el arzobispo no uera persona para tales escenas. Era un señor retraído, algo peculiar, que no podía soporta la i sión de la sangre. E l padre de Mozart lo había conta do en una de las cartas que enió a Muni h: Hacía poco, el ar-
tias de to alesperanzadoras que creía que le estaban prometiendo) arzobispo en cambio le importaban las defciencias del sericio que estaba pagando y la insuborinación de uno de sus súbditos. Se trataba de una clara lucha de poder como las que acontecen a menudo
zobispo, mienras coa se hizo accidentalmente n cor te en el dedo, al manar la sangre, se leantó , hizo un gran eserzo por no desmayarse delante de todo el mundo, se ue a la habitación de al lado y se desplomó Una persona rara A principios de mayo dispuso, de repente, que
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4- 2 5 de diciembre de 1780: I, pp 69-7 I .
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den de parir para reunirse con su señor. Se puso en cami-
5 30 de dciembe de 1780; I , p. 7 5
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que abandonar e teatro a la mtad dl prmer ato Tam bén al dí s gente se sntó enrmo guardó ama tomó aga de tamarndo para calmarse. El 2 de mayo Mzart volvó a escrbr a su padre y le reptó que estaba asolutamente decddo a abandonar su cargo ara sempre. Después de que el arzobspo le había rebajao de esa rma h?Ía mancllado su honor, no le quedaba otra alteatva l\mejor era que el padre no se manstara respeto al sucso s tenía algún areco por su hj o' Algunas horas d<pués ya se habí a calmado un poco y le en una segnda carta. En ella se esrzó en explcar que su decsón era del todo razonable, cluso contemplándola con total aldad. La grave ofnsa que había sudo sólo era la gota qe colmaa el vaso Salzburgo no le ofecía otra cosa que estrechez, aí carecía tanto de es tmulos omo dstmaón. En ena erbíaya dsponía de una cantidad consderable de buenas y provechosas relacones. Se le nvtaba, se le trataba con todo respeto y encma se le pagaba El padre no tenía por qué preouparse, tampoco por su propa poscón. Seguramente el ar zobsp no podía ser tan mezquno como para arrebatarle el cargo a su padre por el hecho de haber tendo una dsputa con el hjo Leopold Mozart tea sus ddas al respecto. De heo, para la stuacón era extremadamente precara ch obraba con gran prdenca, como lo había heho antes a menudo, aunque de una forma un tanto ambigua. Aun oy
es dc de determnar s u compotamento estaba drgdo a cudar del turo de su hjo oa preocuparse por 7. III; pp 2- 1 24 L segunda cart: III, p 1 4 y s.
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suyo propo. E cualquer caso, nssó en que el onor de su hjo exgía arreglar a cuest9� ' '1o en ena, sno en Salzburgo. Por tanto Mozart tn que regresar esto era absolutamente mprescndble s quería salr con dgndad de este caso. A msmo tempo sospechaba que el deseo de su hjo de quedarse en ena se debí prncpalm ente a sus ganas de dvertrse. a renovada relacón, como suarrendado, con la mla Weber, la recbó con gran descoanza; no sn razón, c on10 p oco después se demosó Que ozart se hubera enamorado perddamene en Mannhem de una de las hjas de esa mla, l e pesaba en el corazón sn poder remedar lo. Sabía que todaa había dos hermanas más, sospechaba lo peor y puso to da su autordad en juego para llevarse al chco de vueta a Salzburgo Pero, al msmo tempo, temía seguramente que el arzobspo le hara sentr damnt la más mma aparenca de haber aoyado al hjo en su desobedenca y e n su plan de abandonar el seco Así que le escrbó en el acto una carta al conde rco en la que le ase graba que no aprobaba en modo algno la conducta de su hjo A contraro, le había ordenado que regresara de nmedato a Salzburgo A hjo le escrbó en el msmo setido y con el msmo tono. Mozar t se sntó muy doldo con la car ta de su padre Pero entonces,con puesalcanzar to que latambén rebelóna contra el arzobspo amenazaba la autordad del padre, se demostró de repente la se grdad la ndependenca co la que por aquel entonces ya toaba sus decsones Vo muy claramente que no habí posbldad algna de realzarse en la estrechez de Salzbgo, n para él n para su n1úsca. A contraro de su padre, recon ocó 1
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que ls miserables ficcines tensiones en las que se veí comliado en la corte de Saburgo se repetirían eternamente a ial que las vejaciones y ajetreos a cuya mer ced estaba si era lo ufcientemente dbil como para re gresar o que no vio con sufciente claridad sin embargo al contrario que su adre, eron las dicultades que se le presentarían tras al�¡rse de Salzburgo. El conde rco, a quien tras el prime razo entregó una segunda y nalmente una tercera scitd de despido, en la úlma ocasión le abía mostrao de ra bastante explícita lo que le esperaba un joven músicofja. queLequisiera ganarse(que la vida en iena sina una colocación dijo a Mozart se lo transmitió a su padre en una carta): 8
ra, aq s ja st slrar asia a a a rsa ra a [ a r s r s s, s aa a s s r, r ¿r ? a s ss s ss r r a r a Esta conversación tvo lugar a principios de junio. Como se puede apreciar la controversia entre Mozarty su señor se alargó durante aln tiempo. El arzobispo no estaba dispuesto tozuo, a utorizar el despido de su servidor no menos entregó na solicitd tras otraMozart en orna de instancias a travs del intendente nayor de cocina. Presumiblemente el conde rco se negó a seguir tramitándolas. Para acer entrar en razón al joven, llegó a contarle 8. 2 de junio de 7 8 : I, p. 14-
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que l mismo abí tenido que encaja con fecuencia s malas palabras del arzobispo Mo replicó encogindose de ombros ndrá uste s motivos para soportarlo. Yo tengo los s para n hacerlo»9 Pero el tira aoja todavía no abía llegado a su fn y la petición de Mart segía sin ser aceptada La sociedad vienesa aplaudía una istoria ta entretenida. Simpatizantes de ambos bandos intercambiaban armentos. El arzobispo llamó a Mozar «arrogante»; Mozart replicó que si se le trataba con arrogancia, lógicanente ta1bin l se volvía arrogante. La decisión se tomó unos días más 9 tarde haciaal elconde 8 o elrco. de uando junio de insist 78 I. Mozart se dirigió de nevo de repente en la concesión de su solicitud de dejar el sericio del arzobispo, el conde perdió nalmente la paciencia y ecó al tozudo joven de un puntapié Mozart estaba rioso. Y al mismo tiempo sentía evidentemente una cierta satiscción por aber llegado tan lejos ora podía armar, con toda la razón, que la corte de Salzburgo le abía dado l despido. Aora tena la opornidad de quedarse en Viena. Puede ser que creyera que un puntapi no era un precio tan alto. Pero, natu ralmente, la afenta repetida del arzobispo y sus cortesanos nobles abía spuesto una dura prueba para la capacidad de autocontrol del orgulloso joven 3 A lo largo de su carrera de niño prodigio, Mozart a bía desarroado comprensiblemente n sentido muy erte de su propio valor y de su tarea omo compositor y vir 9· [bid.
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tuoso. ste prácticamente no cuadraba con su psicin scial de súbdito y seidor Se puede ineri que para é e absolutamente imposible doblegarse volver a Salzburgo como un perro apalead o. ll habría perdido la salud y la tranquilidad de espritu, dijo en su primera carta el 1 2 de mao de 1781. Incluso aunque tuviera que mendigar, se habría ido tras esa aenta, <pues ¿quién puede dearse atemoiar?». Sólo q ue la gran mayoía de los súbditos de Salzurgo no tenían ninguna elección en este sentido. Co \alquier «genio Mozat era una excepción en su socie�ad, un ser anómalo y un poco rebelde en su compotaminto De todas frmas en e momento de la ptura ya tenía una idea del esuerzo que comportaría iir en Vena sin una colocación Pero nunca cesó en su esperanza de que el emperador (o n todo ao un rey de rngo pareci do) acabaría premiando tarde o temprano un talento como el suyo, tomándolo a su seicio eanentenente, y en su interior posía la certez de la persona que cree en s misn1a y creía que entretanto encontrar los medios y ls vías para nantenerse a flote. A sus veinticinco aos se JO
10. Su juventd difcultó el reconocmento de ese vaor en ree· ias ocasones Ioart le cuentaa su padre en una caa del3 de oc tubre(II, le p primera vsitareprimr a una audcn de la orquesta de ann hem 94:u< no puedo la risa cuano me presentan a a gente Algnos que me conocan por mima ha sdo muy corteses leno de consideración Otros, sin embargo que no aban nada de mí, me an mirado con los oos bien abiertos, pero desde luego sonrendo, pues creen qe yo porque sy peqeño y oen no puedo albergar algo ade y maduro en m terior; pronto se enteraán> 1. 12 de mao de 78 (segunda carta) II p. 1 5
había gnado inequívocamente la fcultad de decidir el ca mino que le parecía más lleno de seno a uzgar por sus necesidades y sus dones. Y tuvo la za de llevar a cabo su decisión aun en contra de todo el undo, incluso de su padre. Lo seguro que estaba de s mismo se revela en cada una de las lneas de aquella cart a dirigida a su padr e que al igual que e n el pasado, intentó impedir con todos los esuerzos d e su inteligente retórica un paso que é l entendía como un error irreparable Es evidente que Leopold Mozart reprochó a su hijo haber olidado sus deberes con repecto al prncipe y a su padre. Pero el joven se le iba de las anos. La clara agudeza de la negativa e Mozart haca su padre no era en modo algno inrior a la a gdeza de la argumentación paterna; era quizá todaa ms ectiva porque exteriormente no dañaba las normas tradiionales de la relación padrehio. A la alusión admonitoria sobre los deberes iales, Mozart contrapuso el recuerdo de los deberes paternos. As, por ejemplo, le escribió el 9 de mayo de 181:" é ú ¡H z z ! ,
12 III, p y 179
Con u deisión, Mozart haa evocado el riesgo de que su padre pudiera perder u cargo en la corte de Salzburgo. Aplacó u inquietd Pero tal como era u naraleza, también aquí dej volar uantasía Aí, por ejemplo, le explic que en cao de qe ourrier� lo peor, tanto él com u ermana deberían trasladare a su casa en Viena que él coneguiría acerse cargo de todo. ' Hay que reconocer la dimenión de u dilea: hata ese momento la fmilia Mozart iempre aía luhadnida por su supervivencia. El padre iempre haía eta
si uno quiere poner en claro ara í y los deás que la evoº lución de un artita e la evolución dna persona Los e ecilitas en múica pueden entnder mucho de múica y poco de ere hunano y, así constrir un títereartita autónomo, un «genio» que e ha desarrollado de frma inmanente. Pero de eta manera e vorece una conc ep ción fla de la múica Durante casi veinte años, Mozart había vivio estrechamente unido a u padre A lo largo de todo ee tiem po, u padre l e había guiado Había ido u maetro, u agente, su amigo, su médico, su guía de viajes y el inter nediario con otras personas gran partedede sus estarelaciones se tan decisiva de su vida Adurante veces se habla de lo rasgo infntiles que Mozart conser ó hata su muerte De hecho, lo tenía Tampoco es de extrañar teniendo en cuenta la duadra depedenia de u padre que, en el ndo, lintó a la actividad muica y compoitora su oportnidad de independizarse ozart fe un agudo oberador de lo que ocurría en too uyo, de los detalles y las pequeñas cosa; pero u ca pacidad de comprenión de la realidad era rest ringida, se veía considerablemente mermadapor sus deseo y u fn tasía uando llegaba a una nueva corte durante uno de su viajes, i el príncipe le dirigía palabras llenas de cor-
tiempo a eparación de Mozart de su padre fe un hecho srprendente, si se obsera ·con nyor deteniiento. Ocupare un poco de este aspecto de su proceso de maduración, de su proceo civilizaor personal e inevitable
dialidad o una detenía u obras era acogida condgre que andesuaplauso, en seguida la certeza abo!uta sueño de conseguir un cargo estable y digno etaba a punto de hacere realidad Así e durante toda su vida Sólo muy tardíamente, bajo el peo creciente de sus deuda, tenía una conciencia ná clara de que esta esperanza podía er vana y por eo el choque con la realidad contribuyó tanto
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3 19 d mayo de 178: I, p 9. 180
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camente, la posibilidad de participar de muc ms rica vida musical de Vena con su público ( comparativamente) mucho más abierto? N se puede esperar una respuesta inequívoca a esta prgunta Pero es muy probable que si Mozart se hubiera decidido a bedecer las órdenes del arzobispo por mor de su sustento y a utlzar la mayor part de sus energías de trabajo tal como dseaba su señor, su creación habría estao mucho más unida a las rmas tradicionales de la música y habría tenido mucho menos espacio para aquella frmación continuada de la radición 1nusial cortesana que �\característica de sus obras de la
época de ena y posterionente de su ma de «genio» Mozart no lo rmuló Jon palabras omunes; pero lo que dijo e hizo durante te momento de crisis deja entrever lo erte que era e l la sensación de que no se reala si no tenía la lbtad d seg las tasías musi cales que surgían de él y precisamente a menudo sin que mandara sobre ellas Quería escribir una música tal como se la ofecía su voz y no como se la daba un hombre que hería su honor, que envilecía el sentdo de su autoestiación Éste era el núceo del conito con el arzobispo: una disputa por su personalidad especialmnte por su integridad artísca y por su autonomía. El concto se abía ido preparando paulatinamente ysi g se aldesvel primera en la lucha decontraabiertamente el príncipe y por después en lavezemancipación de la gía de su padre A partir de ese momento Mozart estuvo sie1npre perseguido por él con inerrupciones más
largas o más brees, omo se era perseguido por las Ernias en el mundo clásico griego Sólo que allí era la nece sidad de un destno determinado por los dioses lo que ha
bía llev ado a los hombres inocentes al mismo tempo culpables a un conicto Aquí en ambio, se trataba simple y llanamente de una necesi surgida de la conviven cia humana y de sus potencialidades desiguales de poder se trataba pues de un conficto social Prinero transcurra
entre un prncipe soerano yun servidor que poseía un talento extraordinario que por ello exigía segir sus propias oces, su propia conciencia artística, su propio senti1nien-
to para el acierto inmanente de la sucesión tonal que surgía de su interior como a otros les nacen las palabras Pero, l mismo tiempo, se trataba de algo más que de dos personas se trataba dos concepciones de la nción social del músico, de ladecuales una estaba frmemente establecida, nientras que para la otra aún no eistía un lugar concreto; y también se tratab de dos tipos de música de las cuales un a, la cortes ana artes an al se correspondía por completo con el orden social dominante mientras que la otra la del «artista libre» se oponía a la prinera.
La posición del músico en esta sociedad era en el ndo la de un artesano empleado o al sericio de la corte o se direnciaba mucho de un talldor de madera un pintor un cocinero o un joyero que, sigiendo las órdenes de
disnguidas damas y caballeros, tenía que crear productos elegantes de buen gusto o según las circunst ancias, en cierta nedida excitants para su gozo y entretenimiento, para elevar la calidad de su vida Sin duda, Mozart sabía que s u arte, tal coo l lo entendía, se agostaía s tena qu
producirlo bajo las órdenes de personas a las que no quería ocluso odaba, a quienes tena que complaer, independentemente de su propio estado anímico de su sintonía con lo deseado A pesar de su juvend, notaba percta 18 5
mente qe se erderí s energía creadora si ésta tení qe agotarse, en la estrechez de la corte de Salzbgo, conlas tareas qe allí se le encomendaban, especialment cando allí no había ni na óperani na orqesta mediana El ar zobispo, por s parte, saba sin dda qe el joven Mozart oseí n talento insal y qe amentaría el renomre de
su corte si tena a su sericio a n hombre como aquél. Es taba dispuesto a prestal a otras cortes si era necesario.
Pero, a fn de centas, espeaba qe Mozartcmpliera con ss obligaciones y qe realizara aqello para l cal s le pagaba, como calqier oto artesano o servidor En na
lución de otros aspeCtos de su persona, en est e caso preci-
samente la capacidad de reconocer qµé trayectoria vital, inlso qé lgar de residencia er más ctíro para la realización de s talento. La idea de qe el «genio artístico» se peda desplegar igalmente en n vacío social por decirlo de algna manera y por tanto independiente-
mente de cómo le fuera al «genio» coo persona entre personas, puede parecer convincente mientras las explica· ones se realicen a un nivel n1áximo de abstracción. Pero cuando no recueda casos prototípicos con sus corrspondientes detalles, la concepción de n desarrollo ató-
gos así coo por las ferzas coercitivas que tenan a su dis-
nomo del artista en el ser hmano pierde casi toda plasi bilidad La rebelión de Mozart contra el príncipe y contra s padre es no de estos casos prototípicos Uno pede imaginarse ácilmenteel hmor del joven de veincinco años si hbiera tenido qe acabar por resolverse a segir las órdenes de s señor y volver a s cidad patea. Mchos músicos de s época y de s edad segramente lo habrían hecho. Pero Mozart habría viido en Salzbrgo con toda probabilidad como n pájaro con las alas cortadas; la ne cesidad de esta decisión le habría afctado en lo más prondo de s energía creativa y de s deseo de vivir le habría despojado del sentimiento de tener na labor qe le
timo término, qe separa decidió el resto por de estasualternativa no ú po cisión detern1ante vida y noy en
llenab y de qe s vida podía tener n sentido. 5 Con todo la decisión qe tomó Mozart era en las cir-
palabra, esperaba qe Mozt marchas sonatas sacras, nisa) oprodjera cualquierdivertimentos otra pieza a la moda siempre que se necesitran.
Así era el conlicto, n onflicto entre dos personas, cramente, pero se traaba de dos personas cya relación estaba marcada en gran medida por la dierencia de ran-
posición. En ese estado de cosas, Mozart tomó la decisión de ese momento. Hay qe tener my presente el inherente desnivel de poder para apreciar la erza de los mpl sos qe le epjaron a ello. El recerdo de qe Mozart estvo en cierto momento en tal encrcijada qe se vio obligado a tomar na dela otra permite ver con mayor claridad qe la separa ción conceptal entre el <artista»y la persona> es erró: nea Aqí se manifesta con todo detalle qe el desarrollo
musical de Mozart lo extraordinario de su génesis como
compositor simplemente no se pede desligar de la evo 86
cunstancias sociales de su época, una decisión extraordinariamente inusual para u músico de su categoría. Una generación antes hbiera sido totalmenteimpensable que un núsico cortesano dejara su cargo al sericio de la cor
te si haer ecotrado otro Por aquel etoces o abía perspectiva aa de otras alterativas e ese espacio social Mozart había uscado posibilidades de trabajo du rante su estancia en Ven, en parte con la ayuda de cono-
cidas fmilias de la obleza cortesaa Las esperazas que le había dado desempeñaro u importate papel e su decisió de dejar de servir e Salzburgo Podía dedicarse pleamete a su cesida de llear su vida de setido y establecerse co ua speie de artista libre> e Viea, porque sus relacioes e la capital austríaca se había ampliado tato que le oecía ua oportidad de supervi vencia \ Otra cuestión es s i su ecisió e realista Qizá t-
viero razó las persoas ayores que le advirtiero e la inseguridad extrena de �na existencia social en Vena
como mo si colocacó fa y si sueldo costate y que ieron su resolción coo un indicio de su insesatez juveil, de su descoocimieto del mudo Sucedía a veces por aquella época y sucede tambié ho, auque raras vecesque el impulso de ua persoa por realizars y el impulso por asegurar su e:stecia aputa hacia una misma dirección Sin e1nbargo, elisMozart o dudó e absoluto de cuál teía que ser su decisió A sus propios ojos, el regreso a Salzburgohubiera sido ua pérdida de stido e su vida; ietras que el pla de romper co Salzburgo yquedarse e Viea era totalmete oportuo E Viea podía respirar libremete, au cuado le costara cosiderables eserzos gaarse el pa Aquí o teía señor alguo que tuviera el derecho a ma darle a su capricho. Es cierto que aquí tambié depedía de otras perso 188
as. Pero se traaa de ua depedeia más rlajada (e i segura). Cuado aú viví e el pal� del arzobispo y te ía que someterse al papel de sedor, juto co el tropel de los músicos de la casa, había reavivado sus ateriores relacioesco la alta aristocracia vieesa La codesa Wilhelmie Thu, el vicecaciller, caciller de la corte y del Estado, y el code o obezl había invitado al jove músico de extraordiario taleto Había empezado a mirar si ecotraba algua aluma de piao, al parecer co éxito a e mayo de 78 , por tato, ates del putapié que codujo a su despedida de Salzburgo, le había cotag c pc p r do trataba a su padre o de ua seis soatas> Se de alpiezas para<sus piaori y ió violía adedicadas a ua aluma, Josepha vo Aerhammr, y que apareciero 1
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impresas a fnales de noviembre de ese misno año. Viena
le ecataba y le estimulaba. ras la ptra co el arzobispo, al parecer esvo allí durate u tiempo e u estado de efria Como siempre veía detrás de cada esquia la posibilidad de ua colocació diga y, como siempre, se demostraba que era castillos e el aire E todo caso, para las clases de piao podía teer tatas alumas disti gidas como quisiera Sólo que, e realidad, o le gustaba eseñar itetaba reducirlo al míimo Pero cotaba co los igresos adicioales de los cociertos dados e casa de alguos de los cociertos públicos por sus-s cripció y de lasobles, suscripcioes para l as partituras de su composiciones
Y, sobre todo, aduraba ecargo de ua ópera, co el apoyo del emperador El 30 de julio de 1781 u diestro y r 5 . 19 de mayo d 1781: III, p n8.
los insrumnos en una lazar las oces humanas loassodecavó la posición privilegiaspecie de diálogo on ell o em po, iporunó a la da de los ananes. Y, al sópera, esb umbrada sociedad coresana que, n lauanas y noa accos l n o a denicars con las voes e si Mozar posbilasó sqimul l a e u qu táneas de la orquesa Aí lo no lo oyó Sólo oyó depúb e , o lg a a djer orquesa masiadas notas».
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ción total: el ' trimonio de Mozart Emancipa U',
aquí , l a ruptura 6 Los aconecmenos)xpudeesoMsohzaasa abandonar su d r són con el arzobispo, la de se en Vena coemo iudad paea esablecer s pass en el cam«inaroisquea l-le bre», eron sól ls primerdre. L a sguene se eanc1 llevaba a separarse de s p a de Mozar de casarse paora fe la deermnacón padre an asto coo LeoSe puede pensar que un se l noica de que su pold Mozar habría poddo oíaar como _algo la�gahijo de veinicnco años querpuecs,ascaronseran dad, s1 no ene esperado; omársel, sible y por mqul ivos t o con alegría Pero no le en péloodiaba esar al sercbioasdetan-la e comprensbles. T ambé o i ore salzbguesa C omo segundo Kse unnadpo cu s- a ní e , d o a elev ene aba de un sueldo especlm
original se interrumpe; el si1 7 En ese punto el manuscrto nda parte del acto IV» del segu la como o ñald se guente epígrafe está y es sólo un fragmento. na�>) e n drama vital mozartiano («Mozart e ( del E.)
sión soc al relaivamene aja que no se coespondí en modo algun o con sus cualdades lecuales y esaba expueso a un rao vejaoo co aane ecuenca. Pero a die enca de Moza, se sometía a lo nevable; sopoaba la humllacón con un rechnar de dienes, p ero se doblegaba S u únca posbilidad de sal r de esa nsopo rable siuacón se caba en q ue su hj o consg uiera un cag o elevado y ben e mun erado S ie mpre había soado al gual que su esposa, h asa que muró en P arís que enonces pod ría seg urlo , y Mozar n o dejó nunca de lmenar e sas esperanzas a lo lago de sus aos de vajes aprendz aje du rane l os cu ale s económc amene de su pad re
a cab o dependía al Ennel ycí rlcul o mil ar se daba po hecho que seguiían vvendo junos cuando el chco e nconaa nalmene su gan col ocacón. Ahoa Mza enía vencnc años e nv olunamene seg uía onservando e sa de a que le era an m ilar cuando se alejó de S alzburgo. Con el an de anqulza a su p adre le escbó que le daría la mad de ss ngresos an pono como uvea una c olocacón segua Le promeió a su hemana que los sacaría a ella y a su promedo secreo de Salzb urgo, donde al parecer no se les pemtía casarse, n o se sae por qué' T ras los duros eproches que el pade le hacía a su hijo al de cdirse or Vena l os intensos esf er zos p ara apa tarl e de al reso lucón, se enconraba el emor del p reso que ve desaparece sus esperanzas de escap a algún día de s u c autverio La mayoría de las caras de en onces se han perdido Pero en las res 18
18 Carta del 15 de d cembre de 178 1: III p. 1 82 19 19 de se tiemre de 78 : III, p 8 y s 193
r v r u u s s� u s . r s s ss s s s s , u s s s s mbos entablaban también discusiones técnicas sobre la ópera El adre advertí que las palabras que Stephanie había puesto\en boca de smin eran demasiado toscas y que como veros no eran demasiado buenos y el ijo contestaba que ertamente tenía razón, pero que así la poesa al carácter de OPrecisanente, smin, que justamente un se tipoadec{ba rudo, malvado y necio. gracias era a s aspereza y tosquedad, los versos se adaptaban perctamente a las ideas musicales que ya antes se «habían paseado» por s u mene Por lo visto Mozart estaba satischo con el texto le inspiraba, se correspondía con su idea de que en la ópera la poesía debía estar al servicio de la música Éste era el motvo, según él de que la ópera cómica italiana tuviera tanto éxito puesto que la música dominaba por encima de las palabras esde luego, Mozart no vivía entonces cono un anacoreta Amaba a las mujeres y sin duda encontró en na más mujer a su gusto a las cuales, por su parte, g taba recido, pero también lenoeldejoven vivacidad, músicointeligencia de !co noe increíble muy votalento No sabemos hasta dónde llegaron estas aventuras Pero seguran1ente vale la pena mencionar una de ellas que, como una pequeña comedia, concuerda a la
24. 13 de octbr de 178 : II, p. 167
perccón con los acontecmentos damátco s de aqu e lla época tre las damas de elevada scón que se nteresaron por Mozat se destacaba la baronesa Von Waldsttten Estaba separada de su mado y tena ma de ser una muer un tanto ívola Por lo que se puede apreciar el ínculo on ella, pertenecera al género que per teneciera, fe la única relación de Mozat que si gió el conocido modelo aristócratacortesano de enredo ene una muer mayor con experiencia, un joven relatvamente inexperto L baronesa Von Waldsttten cuyo nombre de mla era Von Schr, nació en74 era por tanto quinc e añoslamcoayor que él. Una atractva cuaentona, cuando Mozart noció fue para 'él durante una cierta época madre, niga y protectora a la vez El 3 de novembre de 78 , le contaba a su padre, no sin cierto orgullo, ue después de realizar sus oraciones y cuando se disponía a escribirle a él precisamente recibió la visita de gran cantidad de gente que quería liciarle por su onomástica Después al mediodía se e a Leopoldstadt a casa de la baronesa Von Waldsttten, donde pasó el día d e su santo. Por la nohe, a las tenía la intención ya de desvestirse e irse a la cama se aostaron sei s n1úsicos en el pato y le tocaron una pequeña serenata su propia serenata de ento en mi bemol mayor (KV 75) Nos podríamos imaginar la escena tal como se encontraría 3 en una de sus óp eras: a é l escuchando desde el balcón los instrumentos de viento contratados evientemente por la baronesa, dándoes las gracas y retrándose. Algo más tarde, 5 de diciembre, le comunicó a su pa 25 lll, p 171.
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dre que había resuelto casarse con una de las hijas Weber, co Constanze, y le pedía que lo entendiera y que dier a su consentimiento Reconocía qe se había demor ado en escribir esa carta porque preveía su reacción Sin duda, el padre dir ía q�e cómo pdía pensar al gien en casarse sin tener unos ingresos estables Peo su decisión estaba bien ndada: la natraleza hablaba con tanta erza en su interior co en cualqier otro y, añadía,
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PROYECTO DS NOTAS
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ella a él y puestopa qélélera necesitaba algo segro en el amor, el matrimonio lo más adecuado Para el padre, esta decisión de su hijo signicaba el n de toda esperanza. Intentó disuadirlo de su propósito; lo amenazó y le negó su aprobación Esto se puede consltar en cualquier biograía de Mozar Al nal e la baronesa Von Waldsttte la que arregló la boda de la pareja Leo pold ozartno llegó a reponerse nunca de este golpe
26 I, p. 18 0 27 En primer lugar porque no quería a Constnzecomo novia y esposa de su hijo. Ea cuando se casó con Mozart una muchachita sin educaión que podía ser muy aegre en su estrecho círculo de amistades que sabí coquear Sus esferzos por predisponer más vorble mente a los ndigndos parientes sobre todo a la hermana de Mozrt a través de las posdatas a las cartas de éste reveln unas rmas casi insoportablemente fectds (en una situación maniestamente delicada) que probablemente conseguín lo contrro de lo buscdo Tanto más sorprendentes son desués as cartas de su vejez, ponderadas, compe tentes y en nda actadas, cuando ya había enviudado por segunda vez.
ESQU DELDRAMA VT A L DEMOZRT ADVERTENCIAS PRELIMINARES
El problema sociológico: transición de un arte artesa nal a un arte arstico
a
A artsanal ( con sus derivaciones csana o a/srvi ci d la administración pública): producción arstica por en
cargo de a lgien conocido personalmente que ocupa una posición social mucho más elevada que el productor de arte (esnivel de poder muy acentuado) Subordinación de la fntasía del productor artístico al canon d e la estética del que encarga la obra Arte n o especializado, sino con na nción para otras actividades sociales del consumidor en su mayoría, como parte dl uo y de la competencia de las ( posiciones sociales). Producto artístico de carácter marcadamente social y sólo en menor medida individual que se simboliza a través de lo que llamamos «estilo» Art artístic creación artística para un mercao de compraores anónimos a través de instancias mediado ras como, por ejemplo, comeriantes e arte, editores mu 1 99
sicales, empresarios, et Cambio en el equilibrio de po der a vor de los productores de arte, siempre que puedan roducir un consenso sobre su talento en el público Mayor independencia del artista ente a la estética de la sociedad, consieración socil equiparable entre el artsta y l comprador de arte (democratización). roblemas: ¿Cuálesson las causas del cambio en la situación social del art? Ascensión social de grupos numero sos e prosionales; los compradores de arte suelen ser las clases media·�caudaladas o las autoridades estatales o ciu dadanas De n'omento todavía es una excepcón que, por
e¡mente 'emploobras/de en I{g!aterra unnversón sindicato compre sistemática arte como
/
'
.
·Qué tra�sormaiones de lafa del arte se deben a estos camos en la siuación social del artistaFuerte individuali-
aió de la oba de e mayor libertad para la ntasía artística individual, mayor libertad para salir de la norma, de aí que aumente lo kich, puesto que el canon estricto estético de una capa social superior a perdido en gran parte su nción de instancia de control coercitiva de la tasía atística individual La transición del arte artesa nal al artístico es por tanto característica de un ápido avance de la civilización:mayor independencia del creador artístico con respecto a las obligaciones autoimpuestas en los controles y a canalización de su ntasía artística
quéánoneamente se realiaen eltodos pasolosdelámbitos are artesanal ar tístico¿Por simult l artealOarte en to-
dos los lugares del mundo? Ejemplo de desigualdades en el desarrollo del arte en direntes sociedades: el arte artesanal aicano se mantu vo hasta hace poco simultáneamente con el arte artístio 200
europeo. Ahora se está transrmando paulatinamente en arte artísco.
jemplo de desigualdades temporales en el paso dl
arte artesanal al artístco en dversos ámbtos artísticos: en la lterara alemana se realzó esta transcón con certa
anterioridad a la de a música alemana. Una de las expli caciones claves es: el desarrollo de la literatura alemana dependadel incremento de un público lector de clase me dia en el ámbito de habl alemana Por el contrario el desarrollo de la música en la épca de Mozart fe determi nado decisivamente por el gusto cortesano El que el sustento de Mozart dependiera de la aristocracia cortesa na nentras que su anera de hacer personal ya se correspondía co la del «artista libre» qu e primeramente intentaba seguir la corriente de su propia ntasía y la obli gacón autoüpuesta de su propa concenca artístca, fe
la causa principal de la tragedia de su vida b)
El problema psicológico
Ciertamente el problema psicológico no se puede tratar separándolo del sociológico. Aquí se trata de un proceso ue apenas ha sido analizado por los psicólogos académicos y al que incluso los psicólogos psicoanalíticos le han dedcadoderelatvamenteYapoca atencón, que nos una refermos al proceso de las ca sublimación. he insinuado
racterístcas especícas del arsta «lbre>, no cortesano,
es la relación de una ntasía que Huye libremente con la capacidad de reenala mediante la obligación individual
autoünpuesta, es decr, una concenca altaentedesarro-
llada. Para ser más precisos: las corientes de ntasía y los 20I
impulsos de la conciencia no sólo están reconciliados entre sí en e arco de una actiidad artística, sino que legan a ndirse Esto es el núcleo de lo que desiamos cncep ualmente como «genio arístico» la corriente de las fntasís y los sueños no sólo se despoja de as tendencias animales arraigadas que son inacetables para las corrientes de la conciencia, sino que descarga su dinámica precisa-
e) a incomparable rmación musical de Mozart Rlación con todos los músios concios y amados de su época ohan hristian Bach, Gluck, Haydn,Johann AdolHasse, Padre Martini, ene otros) Todo esto además de la ejercitación inten siva que le impone su padre
mete en consonanca conel canon sÜcal sn menoscabo
de su espontanidad Sin la puricación llevada a cabo por la conencia art$tica, la corriente de ls sueños y las ntasías sería anárqicay caótica para todas las personas me nos para la que s producen La corriente de ntasías de la libido sólo sl llena de sentido para los demás, es decir, se puee comunicar, cuando se ha socializao mediante la usión con el cano y con ello al mismo tiempo, se dinamiza enddualiza el canon o la ncienia. Lo que a menud se calica de «seguridad sonámbula» con laque grandes artistas, como Mozart, cong·ans material ntástico de tal frma que uno siente que las relaciones de congración no podrín haber sido oas, es una expresión de esa mezcla de la corriente de ntasía con la concienia artística
Acto II: septiembre de I 777 - 8 dejunio de r 7 8 I a) Elprimer viaje sin su padre Inicio de su emancib)
erotsmo
) d
Acto I: 2 7 de enero de I 75 6 - setiembre de I 777
Inncia y juvend de un niño prodigio Padre e hijo El desarrollo de su relación. La inctuosa búsqueda de colocación en las cor-
a) b)
tes europeas. d)
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Cambio anímico (en Nápoles)y creciente presión del dominio paterno
pación y de sus dicultades la conciencia. Su pimera amante (conocida): Bsle, la mujer inerior de Mozart Su primer granamor (conocido): loisia Weber, la mujer elevada de Mozart Sexo y La primera gran disputa (conocida) con su padre. El humor cal de Mozart. Problema ¿qué es ca racterísco de canon de su sociedad en este humor y qué es mozartiano y, por tanto individual y especíco? ner en cuenta la problemática ciilizadora del humor como una uga individual de ideas conexión constante de ntasías ecales y orales. Ccter perentoro que, sn embargo, se
e)
puede controlar Creciente conciencia de su valo
f Crecente concenca de su vocacn de cnpos-
to, especianente de óperas Las pimeras óperas al prcpo nás n1tatias (entre ellas: La nta semplice, 768; Mitridate 1779 Lucio Silla 772 La fnta giardinera 1775) 203
Un gra número de oras instrumentales: cuar tetos de cerda divertimentos; la prinera sin-
nía en sol menor ( 77 3), concietos para io lín (77 5)
Regres a Salzburgo al servicio de la corte salzburgusa como maestro concertista y organista de la corte (1 5 de enero de 1779) Ese mismo año: I genia en Táuride de Goethe (l.' versión); la ópera fgenia en �uride e Gluck; Na tan, sabio de Lessing.
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Representaci�n de su última ópera seria (hasa ese momt), fene (Munich 17801781). Opera al estilo tradicional, que ya desarrollada de una manera fertemente individualizada Sobre la ed ucación de la humanidad de Lessing Oberon de Weland Muete de la emperatriz Marí Teresa.
Ruptra con el príncipe
Acto : 8 dejunio de 78 m ayo de 1788
La liberación de la ntasía artística la individualización del canon. Música cortesana bajo una frma singular muy individualizada Citando sólo óperas: 6 de julio de 782 del serrallo («demasiadas notas» dijo el estreno del Rapto emperador) Estreno de Los bandidos de Schiller de mayo de 786 Las bos de Fígaro; acogida crítica Siete de mayo de 78 8 Don Giovanni. Medidas de ahorro en Viena por la 1
gerra contra los turcos.
Acto IV 788 - 5 de diciembre de 9 .
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a creciente soledad el acas creciente. Si se quiere representar este acto de form dramática se mostrarí a Mozart en el escenario y cón10 le van abandonando, una tras otra todas las personas que ha conocido anterior-
mete. S u mujer está la mayor parte del tiempo en balnea rios las alumnas de la nobleza o del patriciado que había tenido (la condesa Rumbeke, la condesa T hun, Joseha Auernhammer T heresa von Tracknern etc han desaparecido. Las preocupaciones económicas y las deudas se acrecientan Las suscripciones para concertos que anun
cia son un acaso total Don Giovanni es recibida en ena con ialdad aunque en Praga tenga una acogida más cordial. Sus cartas le 1uestran en una creciente desesperación en parte por su niseria econóica en prte por s soledad psíquica La sociedad aristocráticocortesana se aparta de él con el Fígaro que probablemente se entendió como algo demasiado levantisco b) Sus obras son cada vez más diciles de comprender por el público e) Creciente actividad compositora para sí 1nisno si-
guiendo de suson fntasí a. Las sin tresencargo grandes sinfoníaselyimpulso otras obras creadas
como artista libre. Pero las insttciones de n mercado libre de obras musicales son casi inexis
tentes
DOS NOTAS'
No hay que olvida el quinteto de cuerda e n so l menor (KV 516): a la tensión t!rulenta, casi trágica le sigue de rma bastante arupta un tema casi rivial, medio jocoso, como si la agoní y el dolor no p'dieran persistir, como si tviera que someterlos a una melodía burlesca o ligera y algo plana Naturalmente vuelve al tema trbulento y trá gico pero no v�elve a tener el efcto tan abrupto e impetuoso del pripio cuando irrumpe de repente en el oyente. Wittgenstein dijI «De lo que no se puede hablar, mejor es callarse». Yo creo que se podría decir con el mismo derecho «De lo que no se puede hablar, hay que investigar»
. En el srcinal la pimea de estas notas está en inglés Por el lugar en el que fgua enl hoj, en la que está escita la segnda nota, se relaciona con el mateial del poyecto Mozart ( del ') 206