El Rosario Sacerdotal

EL ROSARIO SACERDOTAL gozos, dolores y glorias del sacerdocio INTRODUCCIÓN ¿Para qu es es!e li"ro# $%&$' Para ayudarme yo y ayudar a mis hermanos los sacerdotes, publico hoy estas notas sobre el modo de rezar y meditar sacerdotalmente sacerdotalmente el rosario. Como el rosario de de mi Madre tiene sus misterios, así así mi sacerdocio sacerdocio también tiene los los suyos y, y, al igual que aquél, son gozosos los unos, como son los misterios de la grandeza y de la fecundidad de su maternidad divina y de mi poder sacerdotal. Dolorosos los otros, como es casi siempre la paga que el mundo nos da a es!s, a su Madre y a sus sacerdotes. " gloriosos, por !ltimo, como los misterios de la generosidad y largueza de la paga de Dios a su #i$o, a su Madre y a sus sacerdotes. Por qu el rosario es sacerdo!al $%&(' %o hay m&s sacerdocio que el de es!s' sacerdocio eterno seg!n el orden de Melquisedech. (l es Cabeza de Cabeza de todos los sacerdotes y Mana y  Manantial  ntial  de  de todos sus e)celsos poderes, y el pan y el vino del sacrificio es la Carne y la *angre de es!s. María es el cuello y cuello y nosotros el cuerpo unido cuerpo unido a la Cabeza por ese cuello.   María canal  de  de esos poderes y de las gracias que contienen, nosotros distribuidores. +l +spíri +spíritu tu *anto *anto toma toma de María la carne carne y la sangre sangre de es!s es!s y que es!s es!ssa sace cerdo rdote te y los sacerdotes sacerdotes de es!s ofrecer&n en sacrificio perenne. $%&%' María, sin ser en el sentido estricto sacerdote, posee la virtud, los poderes y la dignidad del sacerdocio de modo eminente. María no predic-, predic-, ni bautiz-, bautiz-, ni perdon- pecados, pecados, ni orden-, ni consagr-, ni di$o Misa, como como los sacerdotes. sacerdotes. Pero la gracia que confieren los sacerdotes por medio de esos ministerios y sacramentos, es obtenida de es!s por mediaci-n de +lla. " la Carne y la *angre consagradas y ofrecidas en sacrificio, de +lla fueron y en presencia de +lla, y en uni-n perfecta de alma y coraz-n con +lla, fueron sacrificadas en la cruz. +n $usticia yo yo no puedo meditar meditar el rosario de gozos, gozos, dolores dolores y glorias de María, eina, Madre Madre y Maestra de los sacerdotes, sin meditar en los gozos, dolores y glorias del es!s de los sacerdotes y de los sacerdotes de es!s. )i rosario *e +a de serir$%&.' /0 Para obsequiar a mi Madre 1nmaculada con las rosas de  Padrenue  Padrenuestro stros, s, Ave Marías y Glorias que Glorias que son las s!plicas que m&s gratamente suenan en sus oídos y con el aroma de la meditaci-n de los misterios que m&s enaltecen enaltecen y, por medio de +lla, para glorificar a su Padre Dios, a su #i$o Dios y a su +sposo Dios. 20 Para honrar honrar y enriquecer enriquecer mi sacerdocio sacerdocio atrayendo sobre sobre él lo que pide la 1glesia en su oraci-n oraci-n lit!rgica del rosario' 3a imitaci-n de los modelos y e$emplos que en sus misterios se proponen y la consecuci-n o posesi-n de las promesas que contienen. $%&/' 3os quince misterios del rosario comprenden la realidad de toda t oda la vida sacerdotal de es!s y de su Madre y, como en profecía y en espe$o, la de nosotros los sacerdotes de es!s y de María.

Penetrar Penetrar en ellos, ellos, cuanto cuanto nos es es dado, dado, con el au)ilio au)ilio de la s!plica s!plica consta constante, nte, de la refle) refle)i-n i-n  profunda  profunda y de la imitaci imitaci-n -n lo m&s apro)ima apro)imada, da, es es transfor transformarn marnos os cada cada vez vez m&s m&s en en es!s, es!s, es ser ser cada cada  sacerdote-Jesús e-Jesús.. vez menos sacerdote de sacerdote  de es!s  es!s para ser cada vez m&s  sacerdot Como no hago hago aquí m&s m&s que auntes, auntes, me abstengo abstengo de citar citar autoridades en en favor del rosario rosario de los sacerdotes. Por todos nombro al *anto cura de 4rs. 5Con rosario y aire libre de campo, decía, resuelvo todos mis problemas y curo todas mis enfermedades5.  sacerdotes-Jesú es-Jesús, s, iré $%&0' Con el deseo deseo m&s ardient ardientee de multipl multiplica icarr los  sacerdot  iré mostrando lo m&s sintéticamente posible, misterio por misterio, sacerdotalmente considerado, el tesoro inagotable del rosario, contenido en l6os gozo l6os  gozos, s, en los los dolore doloress y en los los triunfo triunfoss del sacerd sacerdocio ocio en  en es!s, en María y en nosotros los sacerdotes. %o pretendo presentar una meditaci-n para cada misterio, sino diversos  puntos  puntos de vista vista para que que desde desde el que m&s m&s agrade agrade a la devocidevoci-nn de cada cada uno se vaya vaya contem contemplan plando do aquél mientras se rezan las oraciones. Concédanos la Madre 1nmaculada que pasando attende ac devote cuentas del rosario por nuestros dedos, seamos sacerdotes cada dia m&s enterados y empapados de nuestro sacerdocio y con fe m&s viva en él.

)ISTERIOS 1O2OSOS los gozos del sacerdocio Preludio $%&3' +l coraz-n del sacerdote se goza meditando en estos misterios' en el primero, el origen e)celso de su sacerdocio. +n el segundo, la fuerza que mueve su sacerdocio, que es el celo. " en el tercero, cuarto y quinto, todo el desarrollo de su acci-n sacerdotal. P1M+ M1*7+18 98:8*8

LA ENCARNACIÓN DEL 4ER5O 6 LA ANUNCIACIÓN ANUNCIACIÓN DE NUESTRA SE7ORA  Saborea  Saborearé ré el el gozo gozo de mi vocac vocación ión al sacerdocio y de mi m i ordenación

$%&8' +n este misterio se puede considerar suavemente, mientras se reza la decena, alguno de los  puntos  puntos sigui siguiente entes' s' &9 La A:u:ciac;: de :ues!ra Se  "i#písi#a.  "i#písi#a. +l  +l arc&ngel se dirige ad $irgine#, a $irgine#, a la ?irgen por antonomasia, virgen de cabeza y de  gratia plena. plena. %o coraz-n y de cuerpo, dispuesta a perderlo todo antes que su virginidad, y la llama  gratia estaría llena de llena de gracia, si no estuviera vacía de vacía de mancha.  %u#ilde.  %u#ilde. #e  #e aquí la esclava del *e@or... 1

"Atenta y devotamente" (oración de san Agustín).

Generosa. #&gase Generosa. #&gase en mí..., sin condiciones, sin regateos, consciente de cuanto traía apare$ado lo que aceptaba.  &'cil...  &'cil... *eg!n  *eg!n tu palabra... 4l 4nunciaci-n, o vocaci-n de María para Madre de Dios me trae el recuerdo de

  $%$=' $9 )i ocaci;: sacerdo!al' ;C-mo me encontr- el prelado que me llam-< (Pobre y (Pobre y despegado de toda afici-n de los bienes temporales< (!ecogido del (!ecogido del trato y contagio mundano< ("i#pio de intenciones, de afectos, de aspiraciones, de procederes< (%u#ilde, reconociéndome (%u#ilde, reconociéndome sinceram sinceramente ente indigno de tal llamamiento y deseando deseando 5que (l crezca y yo disminuya<5. (Generoso, dando (Generoso, dando sin regateos mi fiat  mi  fiat  a  a los sagrados compromisos de mi ordenaci-n<   (&'cil  para  para servir a mi Madre la 1glesia 5seg!n la voluntad de Dios y de mis superiores5, y no  para ser servido servido 5seg! 5seg!nn mis mis deseos deseos5<. 5<. *i así fue, =con =con qué gozo gozo debo recordar recordar y agradecer agradecer mi seminario seminario y mi vocaci-n> vocaci-n> *i no fue así, =c-mo =c-mo debo gozarme ahora ahora en la misericordia misericordia del *acerdote *acerdote sumo que quiso quiso lucir su misericordia en mi miseria, y c-mo debo gozarme en reparar preparando mi sacerdocio sacerdocio de cada día con las disposiciones con que no preparé mi vida de sacerdote> $%$&' (9 La *a!er:idad dii:a de )ar>a 3o que nacer& de ti ser& ser& llamado llamado #i$o de Dios... Dios... Por la uni-n hipost&tica hipost&tica del ?e ?erbo con la naturaleza naturaleza humana humana en el seno purísimo de la ?irgen, ?irgen, María es Madre de Dios y el #i$o de Dios hi$o de María. $%$$' %9 1e:eraci;: del sacerdocio de Cris!o ...+l +spíritu *anto vendr& sobre ti... +l seno virginal virginal de María es el altar en donde el +spíritu *anto consagra consagra a Cristo, Cristo, *acerdote sumo, sumo, 5y lo que nacer& de ti ser& santo5... +l ?e ?erbo, sin ser ser hombre, hombre, no puede puede ser sacerdote sacerdote ni ofrece ofrecerse rse como como víctima víctima sacrifical sacrifical para redenci-n del hombre. +l sacerdote es ministro y mediador, y Dios no puede ser ministro ni mediador de sí mismo. 3a víctima víctima ha de ser distinta distinta del ofendid ofendidoo a quuien se ofrece ofrece y proporcion proporcionada ada a la ofensa ofensa y al ofensor. +l ?e ?ervo, tomando carne carne y sangre en el seno de la ?irgen ?irgen y haciéndose haciéndose hombre, es sacerdote sacerdote que  puede  puede ofrecer ofrecerse se como como víctim víctimaa de valor valor infinito infinito.. *i es!s es!s es consagr consagrado ado sacerd sacerdote ote en el altar altar de su Madre, Madre, en en él ha comenza comenzado do la Misa que que consumar& en el Calvario. #e aquí que vengo... $%$(' .9 I:iciaci;: de *i * i sacerdocio Como mi mi sacerdocio sacerdocio es el el mismo de Cristo, Cristo, una una prolongac prolongaci-n i-n de él, al ser ser constituíd constituídaa María Madre del *acerdote sumo, lo es a la vez del sacerdocio y de todos los sacerdotes. +n la +ncarnaci-n del ?e ?erbo, rbo, pues, se celebra la generaci-n y la iniciaci-n de mi sacerdocio. *i todo se orden ordenaa en Maria a su su maternida maternidadd y ésta se ordena ordena a formar formar el sacerdo sacerdote te sumo y el sacerdocio, =con qué dulce seguridad puedo contar con todo el poder de mi Madre para ser  sacerdote lo m&s parecido a su #i$o> 1ozos de es!e *is!erio  )l gozo gozo de de Jesús Jesús

$%$%' /0 +l gozo de verse con una naturaleza humana humana con la que podría ser *acerdote eterno de su eterno Padre, y de tener un cuerpo y una vida mortal que ofrecerle como hostia. 20 +l gozo de ser Cabeza de tantos sacerdotes en su 1glesia. A0 +l gozo de tener Madre y talMadre. %o conozco gozo humano como el de tener madre. madre.  )l gozo gozo de de la $irgen irgen Madre Madre

$%$.' /0 +l gozo de verse Madre de Dios. 20 +l gozo de ser ser Madre y en cierto cierto modo modo causa materia materiall del sacerdoc sacerdocio io de Cristo Cristo y de todo sacerdocio. A0 +l gozo de recrearse recrearse en toda toda la gloria que a Dios y a su #i$o #i$o ha de dar el sacerdocio sacerdocio y en el bien que ha de repartir a los hombres por los siglos de los siglos.  Mi gozo gozo /0 +l gozo de estar asociado asociado a lo m&s m&s grande del universo, universo, que es esucristo, esucristo, y a lo m&s grande grande de esucristo, que es su sacrificio por mi sacerdocio. 20 +l gozo gozo de ser ser m&s hi$o de María por sr sacerdote. sacerdote. A0 +l gozo de de ser sacerdote de Cristo por María.  Petici'n  Petici'n

$%$/' Bue el gozo sobre todo gozo de mi vida, capaz de endulzar todas mis amarguras y hacer  llevaderas y hasta alegres todas mis cruces sea esto s-lo' Pensar y saborear que =soy sacerdote> *+9%D8 M1*7+18 98:8*8

LA 4ISITACIÓN DE NUESTRA SE7ORA  Saborea  Saborearé ré el el gozo gozo del del celo celo que que pone pone en acción mi sacerdocio

$%$0' Como el vapor que sale del fuego pone en movimiento la m&quina, así el celo que sale del amor a Dios y al pr-$imo por (l, pone en acci-n perenne, incansable y fecunda al sacerdocio y todos sus e)celsos poderes. 7an 7an esencial es al sacerdocio el celo como el amor. amor. *i el sacerdocio en su origen, en su acci-n y en su ley de vida es fuego de amor llevado hasta el sacrificio de sí y para siempre, el celo es el vapor  que necesariamente desprende. 7an 7an absurdo, tan monstruoso monstruoso es sacrificio sacrificio sin amor amor y amor amor sin celo, como como fuego sin sin vapor que que  pueda  pueda transfo transformars rmarsee en calor, calor, luz y movim movimiento iento.. =Bué bello bello e$emplo e$emplo de celo celo sacerdota sacerdotal,l, de transforma transformaci-n ci-n del fuego fuego del amor amor en calor, calor, luz y movimiento nos ofrece el misterio de la ?isitaci-n. &9 El celo e: la )adre sacerdo!al au#ento de a#or en las #ad #adres. res. 4sí   $%$3'  )l au#ento  4sí como a la mu$er, cuando empieza a ser madre, dilata la providencia sus senos para llen&rselos del néctar suave y dulce que ha de alimentar el cuerpo del hi$o tierno, y ensancha ensancha su coraz-n para henchírselo de amor con que alimentar su alma y hacer frente a los grandes sacrificios que la maternidad impone, así la consumaci-n del misterio de la +ncarnaci-n en María y la iniciaci-n de su vida como Madre de Dios, del sumo *acerdote es!s y

de todos los sacerdotes, debieron coincidir con una dilataci-n de su coraz-n, ya grande, y con una infusi-n de amor, a la par tierno y esforzado, tan sin medida, que s-lo un milagro =uno m&s en aquel c!mulo de milagros de la +ncarnaci-n> de infusi-n de poder de Dios, pudo darle la resistencia necesaria.

$%$8' +l fuego del sol, reforzado por los fuegos de todos los soles de la creaci-n, no llega a ser ni un remedo del fuego de amor acumulado en el coraz-n de la Madre sacerdotal en el primer  momento de su maternidad divina. 4mor de Madre de Dios, ;quién te mide< 4mor de madre del sacerdocio, ;quién se atrever& a contar tus grados< $%(=' A #*s #*s a#or a#or #*s #*s celo+ celo+ #e  #e dicho que el vapor sigue al fuego y el celo al amor =que celo el de aquel amor>  )urgen  )urgens+ s+ ?ed aquí la primera e)plosi-n. Como la burbu$a que se levanta de la vasi$a de agua caliente y como la columna que surge de la caldera que hierve, así se levanta en el Coraz-n de María, sumida aun en el é)tasis de la iniciaci-n de su maternidad divina, el deseo de llevar a es!s... ;a d-nde<  Abiit  =c-mo se anticipa con su e$emplo al gran mandato que su es!s dar& después a sus ap-stoles' 51d, id...5 3a Madre de los ap-stoles ya est& yendo. "a comienza el fuego a convertirse en movimiento.  /n #ontana. #ontana....0 hacia los montes, hacia lo m&s arduo y penoso para su edad, se)o y estado... ;Bué le importan las dificultades con tal de llevar a su es!s< Cu# festinatione...1 =C-mo hemos de agradecer al +spíritu *anto que inspirara al evangelista la  palabra  palabra 5con 5con prisa5 prisa5 que que tan tan al natural natural retra retrata ta la vivacida vivacidadd del vapo vaporr del celo> celo> $%(&' (A 2u3 va María4 4 sacar del fuego de su pecho no s-lo movimiento, sino luz y calor para las almas.  María lleva luz+ con luz+ con su palabra. *-lo cvon su canto Magn canto  Magnificat  ificat , =cu&nto alumbra> +l Magnifica Magnificatt no es s-lo el himno m&s sonoro sonoro,, e)celso e)celso y agradable agradable a Dios cantado cantado por labios labios  puramen  puramente te humano humanos, s, sino que es todo un +vangeli +vangelioo anticipa anticipado do de es!s. es!s. ;Bu ;Buéé har&n har&n los cuatro cuatro evangelistas del #i$o que le suceder&n, sino comentar y e)plicar las palabras de la Madre en su +vangelio de la misericordia divina revelada y de la miseria humana redimida que se contiene en el dulcísimo Magn dulcísimo Magnifica ificat4 t4 =*alve, Madre> Madre> =Primer evangelista evangelista y +vangelio +vangelio vivo de es!s> $%($'  María lleva calor+ calor+ Marí Maríaa entr entraa en casa casa de su prim primaa 1sab 1sabel el y los los mila milagr gros os de transformaciones transformaciones y de elevaciones y de enardecimientos enardecimientos de Pentecostés Pentecostés se anticipan las lenguas se sueltan proféticamente los pecadoes se limpian los goz)os y carismas del +spíritu *anto llueven con la presencia de la Madre de es!s. 5*i todos los frutos de la redenci-n, redenci-n, dice san 4lfonso María María de 3igorio, concedidos concedidos a la casa casa de :acarías, pasaron por las manos de María, habiendo sido +lla el canal por cuyo medio se dio a uan Eautista la gracia, a :acarías el don de profecías y a toda la casa tantos beneficios, que fueron los  primeros  primeros que que sepamo sepamoss haber haber hecho hecho el ?e ?erbo divino, divino, despu después és de su su +ncarna +ncarnaci-n ci-n,, debemos debemos creer creer que que desde entonces constituy- Dios a María acueducto universal, para que por +lla pasen todas las gracias que hasta el fin del mundo tiene determinado comunciar a los hombresF. 2

3



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Levantándose, Levantándose, Lc 1,39

Fue... !.

A #a monta$a... !.

!.

&e'risa y a#egre...

$%((' " san Eernardino de *ena habla así a la *e@ora' 54sí como el sol fue criado para que iluminase toda la tierra, así lo fuisteis ?os para distribuir las divinas misericordias, siendo cosa indudable que desde el momento en que fuisteis constituída Madre del edentor del mundo, adquirísteis para dispensarlas $urisdicci-n suprema5. =Eendito mil y mil veces el celo de la Madre sacerdotal que quiso darnos lecci-n tan soberana y muestra tan brillante en el misterio de la ?isitaci-n> =C-mo se hinche el alma de gozo al ver tanta e)celsitud de María puesta al servicio de las almas  por obra y gracia de su celo> $9 El celo e: el Sacerdo!e ?es@s $%(%'  Pri#era #anifestaci'n+ Como al entrar en el mundo y tomar carne humana ha tenido prisa en ofrecerse a su eterno Padre para hostia del sacerdocio que inauguraba en aquel instante, 5entrando en el #undo di6o+ 7e a2uí 2ue vengo8,  así tenía prisa, aun m&s que su Madre, por ser  infinitamente mayor el celo y el amor de su coraz-n sacerdotal, en comenzar la acci-n de su sacerdocio en las almas. Como en María, apenas es Madre sacerdotal, brota el celo, así en es!s, apenas es *acerdote, e)plota el celo por las almas. " =qué e)plosi-n> Dos rasgos de celo destacados en este misterio quiero principalmente poner a la consideraci-n de mis hermanos los sacerdotes. $%(.' P1M+ 4*98' #aber escogido a su Madre para intermediaria, -rgano y agente de su  primera obra sacerdotal> Paréceme la ?isitaci-n como una posesi'n real y solemne que es!s da a María del e)celso cargo de Madre suya, eina, Modelo y Mediadora de sacerdotes que le había conferido el +spíritu *anto en su +ncarnaci-n. =Bué bien lo demuestra el que por medio de la palabra y de la presencia de María se predicara el  primer +vangelio de es!s, se obrar la primera santificaci-n en el mundo $ustificando a san uan en el seno de su madre, la primera plenitud del +spíritu *anto que concedía a la misma, los primeros dones de profecía que regalaba a :acarías y los frutos de gozo con que inundaba a la familia y a todos los vecinos> $%(/' *+9%D8 4*98' #aber comenzado en este misterio y en su Madre el proceder que seguir& perennemente en su vida de ?erbo *acramentado y de ?erbo predicado de no ir m&s que a donde lo lleven sus sacerdotes... =Bué misterios de humildad, anonadamiento, dignaci-n, generosidad y valentía encierra ese de6arse Jesús llevar  y ese no ir si no lo llevan9 =(l tan abrasado en amor por todas las almas y en el celo por salvarlas a todas encerr&ndose en el co#pro#iso de no alumbrar ni calentar ordinariamente m&s almas que las que le traiga el celo ardiente o apagado de sus ap-stoles y sacerdotes> =4h> =Dichosos los sacerdotes que acaban de enterarse de lo que pesa, honra y obliga ese compromiso de es!s de encerrar su celo, aquí en la tierra, en el celo de su ministro> (9 El celo e: los sacerdo!es $%(0' *acerdote hermano, ;amas a es!s< ;seriamente< ;decididamente< ;totalmente enamorado< ;sientes el ardor del fuego del Coraz-n de es!s en el tuyo<   ;*í< +ntonces sentir&s en las fibras de tu coraz-n, en las ideas de tu cabeza, en la circulaci-n de tu sangre, en los m!sculos y nervios de tu lengua, de tus manos y de tus pies el hervor del celo...   ;%o<

Dé$ame que te diga con pena, que, si no amas, no sirves para nada ni a es!s, ni a las almas, ni a la 1glesia... =como un muerto> )l 2ue no a#a per#anece en la #uerte. =Bué contrariedad para el celo de es!s, que no quieras de$arlo ir a hacer bien a las almas>... =3o que sufrir& (l en los *agrarios de curas sin celo...>

Pe!ici;: $%(3' Madre de es!s, que no haya en tu 1glesia sacerdotes sin celo de es!s. Multiplica los sacerdotes que lleven a es!s sin las malas compa@ías de los celos propios, que lleven a solo es!s y a donde (l quiera, a las almas de los ricos y de los pobres, de los sabios y de los ignorantes, de los grandes y de los peque@uelos, de los que halagan y de los que repugnan... =Bue el !nico tesoro en que confiemos, la !nica carga que nos preciemos de llevar los sacerdotes sea  s'lo Jesús solo. Bue todo nuestro ingenio, nuestro poder, nuestro valer, lo que gaste nuestras fuerzas, nuestro tiempo, nuestra salud, se empleen en llevar a es!s  sie#pre y con la prisa y el gozo que t! lo llevaste y con el gozo que (l se de$- llevar por ti y con el gozo de las almas que sin conocerlo lo esperan, lo llaman, lo necesitan...> $%(8' =Madre sacerdotal, que en la ?isitaci-n llevas a tu es!s con prisa, que la prisa de llevarlo a los que lo necesitan no de$e vivir quietos a tus sacerdotes> 7+C+ M1*7+18 98:8*8

EL NACI)IENTO DEL NI7O DIOS  Saborearé el gozo de mi acción sacerdotal en dar a Jesús a las almas

$%%=' 7oda la acci-n del sacerdote est& contenida en los tres !ltimos misterios gozosos, a saber' /0 Dar a es!s a las almas y darse con (l. 20 8frecer a es!s y ofrecerse con (l a Dios en sacrificio, y A0 #acer a las almas recuperar a es!s perdido y reparar ante Dios por las almas que pierden y no encuentran a es!s +sto es lo que tiene que hacer todo sacerdote, ésa es toda su gran obra. Meditemos en este misterio del nacimiento del %i@o Dios el gozo de la primera parte de la acci-n sacerdotal en es!s sacerdote, en María Madre sacerdotal y en el sacerdote de es!s y de María. &9 El gozo de ?es@s sacerdo!e e: darse a las al*as $%%&' %e a2uí 2ue 7oy nos 7a nacido :alvador. +s muy significativo que el primer título y el primer nombre con que es saludado y dado a conocer el ?erbo encarnado, al poner su planta sobre nuestra tierra, es éste' +l :alvador  y el *alvador de nosotros. " el primer himno con que por voces angélicas es obsequiado no tiene m&s que dos estrofas' la primera para cantar al  glorificador   de Dios y la segunda para cantar al  pacificador  de los hombres de buena voluntad.  ;os 7a nacido un ;i
espacio, de raza, sin reserva alguna. =Para nosotros es el %i- de Eelém> =Para nosotros es el #i$o de Dios y de María>

$%%$' Con cu&nta raz-n pudo gritarse ante el pesebre abandonado en que querido el Padre celestial regalarnos a su #i$o' =ya no hay pobres> =todos ricos> =infinitamente ricos> =es!s, el tesoro de los tesoros, de los tesoros de los cielos y de la tierra, es nuestro, es mío> =es!s #ío desde el  primer instante de vida mortal en Eelén hasta la !ltima hora de vida eucarística sobre la tierra> = Mío eternamente en los cielos> $%%(' &ice san "e'n Papa+ 54madísimos, hoy ha nacido nuestro *alvador' =4legrémonos> %o es lícita la tristeza, cuando nace la ?ida que, destruyendo el terror de la mortalidad, nos infunde la alegría de la eternidad prometida. %adie queda e)cluido de participar de esta alegría. +)iste una raz-n com!n a todos para alegrarnos' que nuestro *e@or, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a ningun libre de reato, ha venido para libertarnos a todos. *alte de gozo el santo, oporque se le acerca la palma. 4légrese el pecador, porque es invitado al perd-n. 4nímese el gentil,  porque se le llama a la vida. Pues el #i$o de Dios, conforme a la plenitud del tiempo que dispuso la alteza del inescrutable conse$o divino, tom-, para reconciliarla con su 4utor, a la naturaleza humana, a fin de que por ésta, que fue vencida por el diablo, quedase vencido el inventor de la muerteF. $%%%'  &ice san =ernardo+ 5+s motivo de sumo gozo que el *alvador nace para nosotros. %o nace  para sí, porque no viene a salvarse a *í mismo. %i nace para los &ngeles, porque no viene a salvarlos, sino nace para los hombres y para mí, porque viene a salvarme. Para mí nace y es circuncidado, y todo cuanto hizo y padeci- para mí es. " lo que pasa en el pesebre todo es para  perdonar mis pecados. Para encenderme en amor de las virtudes y para enriquecerme con aquellos merecimientos. =8h buen es!s> lo que para ?os es materia de dolor, es para mí materia de gozo. 9-zome de que se&is tan bueno que abracéis mis dolores para darme vuestros gozosF. es!s,  %i@o sacerdote, nace para mí... $9 El gozo de la )adre sacerdo!al, da:do a su iBo y

d:dose co: l

$%%.' Con María su Madre. es!s se da a nosotros por medio de su Madre y $untamente con +lla. María, Madre de es!s, no se queda con (l para gozar a solas de su presencia, de sus miradas y del gusto de alimentarlo y servirle y derretirse en é)tasis de amor sin fin ante (l, no. +lla lo guarda para que lo vean y lo agasa$en y se lo regalen los pastores y para que lo adoren y obsequien los reyes. " después, en Can&, +lla estar& con (l para hacerle anticipar su primer milagro en favor de los hombres. +n el Cen&culo, para preparar y agradecer dignamente la primera vez que se da en Comuni-n. " en la 4scensi-n, cuando se queda sin su es!s, +lla permanece con los ap-stoles de (l para que, al nacer de nuevo en la 1glesia el día de Pentecostés y en las Misas que desde ese día y ante su  presencia corporal empezar&n a decirse, y en las comuniones que comenzar&n a repartirse, nos lo vuelva a dar... con la misma carne y sangre que +lla le di-... =*iempre es!s sacerdote se da >con  María su Madre...9 " =nadie lo encontrar& $am&s sin +lla> $%%/'  &ice san Agustín+ 5+va llor-, María se alegr-. +va llev- en su seno l&grimas, María gozo,  porque aquélla dio a luz al pecador y ésta al inocente. 3a madre de nuestro lina$e import- la pena al mundo, la Madre de nuestro *e@or tra$o la salud al mundoF.  &ice san =uenaventura+ 5*in el socorro de María, nadie puede gustar la inefable dulzura de la miel celestial escondida en la colmena del 7abern&culo. Pues, así como por María se nos dio por   primera vez el cuerpo de es!s, así también por sus manos debe ser ofrecido sobre el altar, y de sus manos recibido en la Comuni-nF.

(9 El gozo del sacerdo!e de ?es@s e: dar a ?es@s a las

al*as y darse a ellas co: l

$%%0' :acerdote, co#o el 2ue da cosas sagradas, co#o el 2ue ense $%%3' =Cu&nto debe gozar el coraz-n del sacerdote en vivir s-lo para dar a es!s y darse con (l a las almas> Por la consagraci-n sacerdotal el sacerdote ha de$ado místicamente de ser un hombre  para empezar a ser un es!s. na especie de transubstanciaci-n se ha operado en él' las apariencias son del hombre, la subsancia es de es!s. 7iene lengua, o$os, manos, pies, coraz-n como los dem&s hombres pero, desde que ha sido consagrado, todos esos -rganos e instrumentos no son del hombre, sino de es!s. $%%8' *u lengua es para hacer Carne y *angre de es!s de la substancia del pan y del vino para hacer vivir a es!s en las almas por medio de los sacramentos y de la predicaci-n sagrada. *us o$os son para mirar y compadecer y atraer en lugar y al modo de es!s, que se ha querido quedar oculto y como ciego en el *agrario. *us manos son para dar bendicones a hi$os, direcciones a caminantes, apoyos a débiles, pan a los hambrientos, abrigo a los desnudos, medicinas a los enfermos en nombre y virtud de es!s. *us pies son para ir siempre en seguimiento de ove$as fieles o en busca de las descarriadas. *u coraz-n es para amar y perdonar y agradecer y volverse loco a lo Jesús. *u cabeza para pensar en es!s y con criterio de es!s conocerlo y darlo a conocer cada vez m&s y me$or y, como (l, no aspirar en la tierra m&s que a una corona de espinas... $%.=' ;o tengo planta ni oro... +l sacerdote no es el dominador de las almas por la plata ni el oro... *u riqueza, su poder, su secreto es la virtud del nombre de es!s... +l sacerdote, desde el primer instante de su consagraci-n, es  sol, #anantial, *rbol... *acerdote es!s, ;por qué, habiendo tantos consagrados tuyos, hay tanto frío y tanta tiniebla, tanto sediento y tanto hambriento por el mundo<... Pe!ici;: $%.&' Madre sacerdotal, pide o obtén para tus sacerdotes que sean siempre soles en perpetuo mediodía, manantiales de perennes aguas vivas y &rboles sin gusanos roedores y con frutos que alimenten y sacien a las almas... Madre 1nmaculada, que este sacerdote tuyo, por donde quiera que pase, d3 sie#pre y s'lo a Jesús envuelto en su palabra, en su mirada, en su gesto, hata en su aliento...

C478 M1*7+18 98:8*8

LA PRESENTACIÓN DEL NI7O ?ESS EN EL TE)PLO 6 LA PURIFICACIÓN DE NUESTRA SE7ORA  Saborearé el gozo de mi acción sacerdotal ofreciendo a Jesús y en sacrificio a Dios con Jesús

ofreciéndome

  $%.$' :acerdote es el 2ue da cosas sagradas. 7oda la acci-n del sacerdote est& constituída y e)presada en este verbo' dar... dar a Jesús a las al#as, d&ndose con (l, seg!n se ha meditado en el tercer misterio, el nacimiento, y dar a Jesús a su Padre ofeciemdolo en sacrificio de alabanza, acci-n de gracias, e)piaci-n e impetraci-n y, unido a su sacrificio, ofrecerse con (l. &9 La acci;: sacerdo!al del Ni (sa es la gran obra del sacerdocio, el acto supremo del sacerdote es!s y del sacerdote de es!s> 53a santa Misa, ha dicho san Euenaventura, encierra tantos misterios y tesoros como rayos tiene el sol, gotas de agua la mar, granos de arena la tierra y ho$as los &rboles y aun m&sF. 5+l mismo Dios no puede hacer que se produzca una acci-n m&s grande y m&s santa que la Misa, ha dicho san 4lfonso María de 3igorioF. 57odas las obras reunidas, decía el *anto cura de 4rs, no equivalen al sacrificio de la Misa, porque ésta es la obra de Dios. =3a Misa>, e)clamaba si supiéramos lo que la Misa, moriríamos de gozoF. 5*ería menester una eternidad para prepararse a la Misa, otra eternidad para celebrarla y otra para agradecerla, decía san uan +udesF. $%.%' =Bué pronto estuvo el *acerdote sumo para comenzar la realizaci-n de su grran programa de acci-n sacerdotal> =%ace d&ndose a todos y para siempre> 4provecha el primer acto en que la ely le hace intervenir para e)teriorizar el prop-sito de su Coraz-n, el fin de su vida mortal, la raz-n de ser de su sacerdocio> 5Cumplido el tiempo de la purificaci-n de la Madre, seg!n la ley de Moisés, llevaron al %i@o a erusalén para presentarlo al *e@or, como est& escrito en la ley del *e@or' todo var-n que nace el  primero ser& consagrado al *e@orF. $%..' 7oda la vida de es!s sobre la tierra no fue, con respecto a su +terno Padre, otra cosa que una gran Misa pontifical, de la que todas las dem&s Misas habían de tomar su virtud infinita. $%./' 3a +ncarnaci-n fue el /ntroito de esa gran Misa y la presentaci-n el ?fertorio. " =qué adecuadamente se compenetran y aseme$an la escena de la presentaci-n en el templo y las de los ofertorios de las Misas de nuestras iglesias> 4llí, en el templo de erusalén, se ofrece a Dios en reconocimiento y homena$e de su soberano dominio sobre todo ser y sobre toda vida al primogénito de cada familia, como primicia regalada de la vida. 4quí, en los ofertorios de las Misas de los templos cat-licos, se presenta a Dios el pan y el vino que, por la consagraci-n sacerdotal, han de convertirse en Carne y *angre inmoladas del Primogénito de Dios y de *anta María ?irgen. $%.0' 4llí con el primogénito se ofrece, como símbolo de alabanza, redenci-n, reconocimiento y homena$e, el corderillo o el par de t-rtolas o de palominos. 4quí, en el mismo pan y vino que han de ser consagrados y en las ofrendas de panes, frutos y monedas que la antigua y piadosa tradici-n lit!rgica deposita, como oblata, est&n representados todos los miembros del cuerpo místico de es!s con todos sus anhelos y votos, sus flaquezas y pecados, sus virtudes y elevaciones y todo cuanto debe desaparecer, rescatarse, purificarse, consagrarse, divinizarse. $%.3' 4llí, *ime-n, el vidente de Dios, llama al %i@o presentado, luz de las gentes y gloria del   pueblo de /srael, puesto para la ruina y resurrecci-n de muchos y blanco de la contradicci-n de los hombres5. 4quí, =qué bien se traducen en hermosas realidades las bellas profecías del vidente del templo>' 5#ostia inmaculada, oblaci-n para la *antísima 7rinidad, honor de los santos, redenci-n y

 perd-n de los innumerables pecados, ofensas y negligencias nuestras, alabanza y gloria de Dios y utilidad de toda la 1glesiaF. 4llí y aquí, en la presentaci-n del templo de erusalén y en el ofertorio de las Misas cristianas, no hay m&s camino abierto ni m&s orientaci-n recibida que los e)presados por estas dos palabras de la liturgia cat-lica' ?fertorio, oblata... +sto es, por aquí se va al Calvario.

$%.8' *acerdote %i@o, =qué prisa tienes por celebrar tu Misa pontifical> =Bué prisa por ser oblata de tu sacrificio y aurora de rescate para los pobres esclavos de innumerables pecados, ofensas y negligencias>... $9 La )adre sacerdo!al e: la Prese:!aci;: e: el !e*Glo $%/=' *i prisa tenía el #i$o *acerdote en celebrar su Misa, no la tenía menos en manifestar la parte y el lugar que en ella ocupaba su Madre. *i es!s se presenta en el templo como oblata de su gran sacrificio, las manos y los brazos de María son la riquísima patena de esa oblata. +n =qué consideraciones tan $ugosas y deleitables se sumerge el alma ante esa patena, m&s rica que de oro, porque es de vida de María, o me$or dicho, porque es de carne y alma de María> Deteng&monos, siquiera unos momentos, en dos que son las dos grandes orientaciones de la acci-n sacrificial del sacerdote. /G María para ofrecer oficialmente al +terno Padre su #i$o, siendo purísima, m&s que los &ngeles m&s puros, se purifica+ he aquí la primera ley de la acci-n sacrificial, la m&s perfecta adhesi-n del sacrificador con el sacrificado por la pureza de alma y de vida. 2G +l anciano *ime-n tiene para María munas palabras, no s-lo de gran enaltecimiento, sino de direcci-n precisa para su gran ministerio de Madre sacerdotal y coofrecedora del gran sacrificio... 5na espada traspasar& tu alma5. $%/&' =Bué a las claras se ve que el honor de María sacrifica dora no estaba en ser s-lo patena o manos que ofrecen, sino cuerpo, alma, cabeza y coraz-n que se de$an atravesar por los mismos clavos y las mismas espinas que el sacrificado de la Cruz>  &ice san =ernardo+ 5#oy es presentado al *e@or el fruto sublime de la tierra' hoy es ofrecido en el templo, por las virginales manos de la Madre, la víctima pacífica y agradable a Dios' es llevada  por sus padres, y la est&n aguardando los ancianos. 8frecen osé y María el sacrificio de alabanza, el sacrificio de la ma@ana' *ime-n y ana lo reciben... 8freced vuestro #i$o, ?irgen sagrada, y presentad al *e@or el fruto bendito de vuestro seno virginal. 8freced para nuestra reconciliaci-n, la víctima santa y agradable a Dios. Por todos modos aceptar& Dios Padre la nueva ofrenda y preciosísima víctima, de la cual dice (l mismo' (ste es mi #i$o muy amado en quien tengo todas mis complacencias. $%/$' Pero esta ofrenda, hermanos míos, parece bastante delicada, puesto que solamente es  presentado el %i@o al *e@or, después es redimido con algunas aves, y luego se lo llevan. 7iempo vendr& en que no ser& ofrecido en el templo, ni entre los brazos de *ime-n, sino fuera de la ciudad, y entre los brazos de la cruz. $%/(' ?endr& tiempo en que no ser& redimido con lo a$eno, sino que redimir& a otros con su propia sangre, porque Dios Padre le ha enviado para redenci-n de su pueblo. 4quél ser& sacrificio de la tarde, éste es de la ma@ana. (ste es m&s gustoso, pero aquél ser& m&s lleno. (ste en el tiempo de su nacimiento, aquél en la plenitud de la edad. *in embargo, de uno y otro puedes entender lo que  predi$o el profeta' Hue ofrecido porque (l quiso. Pues a!n ahora fue ofrecido, no porque tenía necesidad, no porque estaba ba$o el edicto de la ley, sino porque quiso. " en la cruz igualmente fue ofrecido, no porque lo mereci-, no porque los $udíos lo maquinaron, sino porque (l mismo quiso.

5"o os ofreceré voluntariamente un sacrificio, *e@or, porque voluntariamente fuisteis ofrecido por  mi salud, no por vuestra necesidad5.

(9 El sacerdo!e de ?es@s e: la Prese:!aci;: del !e*Glo $%/%' 7res puntos de e)amen pr&ctico sobre nuestra acci-n sacerdotal con relaci-n a Dios. /0 (!eservo #i #ayor prisa, la única prisa de mi vida sacerdotal para ofrecerme como oblata con el pan y el vino ofrecidos en mi Misa< 8 en otra forma' ;doy a mis actos, planes, deseos y aspiraciones esta sola direcci-n, la patena de #i Misa4 *i yo, como sacerdote, debo hacer mío el #uero un poco cada día de san Pablo, muriéndome a mí mismo en la consagraci-n de mi Misa, ;me pongo yo y todo lo mío, lo bueno y lo malo, sobre la  patena de mi Misa ofreciéndome gustoso a la muerte< $%/.' 20 Mi Madre sacerdotal, sin necesitarlo, se purifica para ofrecer a su #i$o. Mi madre la 1glesia, después de introducirme al altar con la m&)ima limpieza que predican la liturgia de la abluci-n de las manos antes de la Misa y los actos de contrici-n del principio, me vuelve a mandar  nueva purificaci-n en el lavabo por si, tocando mis dedos la oblata del pueblo, se han manchado con alguna molécula de tierra. ;+s ley de mi acci-n sacerdotal esa #*i#a li#pieza de todas las horas y en todas las ocasiones< $%//' A0 *i por la Misa que he dicho, mi carne y mi alma y mi actividad toda han sido ofrecidas en sacrificio con es!s inmolado y, si por la Misa que voy a decir ma@ana mi carne, mi alma y mi actividad toda han de volver a ser oblata y 7ostia del sacrificio de es!s, ;me miro y me tengo m&s  por 7ostia del cop'n o de la patena  que por persona independiente que tiene el e#pleo de ocupar  #edia 7ora diciendo Misa< Pe!ici;: $%/0' Madre 1nmaculada, que este hi$o tuyo sacerdote sea oblata de patena y hostia de cop-n siempre, pero e#pleado de altar  =$am&s> y negociante de carne de es!s =nunca> =nunca> B1%78 M1*7+18 98:8*8

EL ENCUENTRO DEL NI7O ?ESS EN EL TE)PLO  Saborearé el gozo de mi acción sacerdotal porque Jesús sea recuperado y reparado

  $%/3' *i el mayor gozo del sacerdocio, tanto para el *umo sacerdote y para la Madre sacerdotal, como para nosotros los sacerdotes, es dar a Jesús, y la mayor pena y m&s dolorosa contrariedad es ver a las almas con es!s perdido, el devolverles a Jesús, o hacer que lo vuelvan a encontrar, debe ser, sin duda, tan gran gozo como el de dar a es!s, si no es que en ocasiones supere aquél a éste. 3a gran acci-n sacerdotal, la !nica acci-n sacerdotal, es dar a Jesús sacrificado a su Padre Dios  por medio de la Misa y a las almas por la predicaci-n del e$emplo y de la palabra, por la infusi-n de la gracia de los sacramentos y por la administraci-n de la santa +ucaristía. Complemento de la acci-n sacerdotal tan generosa de dar a Jesús, salud, vida y resurrecci-n de las almas y de los pueblos, es la de devolver a Jesús, perdido por el pecado u oculto y como perdido  para prueba de almas escogidas.

&9 ¿C;*o se deBa e:co:!rar ?es@s Sacerdo!e#   $%/8' =Bué misterios de ternura descubre este aspecto del sacerdocio de es!s> Dios de Dios, sacerdote sumo y ?íctima augusta, pudo ofrecerse una sola vez a Dios por las almas, y todas las deudas hubieran sido pagadas y todos los bienes del cielo hubiesen llovido sobre los hombres. Pero no se content- con darse una sola vez, sino que invent- designios de sabiduría y misericordia infinitas para darse m&s de una vez, muchas veces, todas las que fueran menester para que cada alma que lo perdiera lo recuperase. =" pierden las almas tantas veces a es!s> $%0=' Paladead estos misterios de ternura. @ Jesús tiene voluntad decidida de de6arse encontrar por todo el 2ue lo pierda y cuantas veces lo  pierda. 3o profetiza la +scritura' +l es a quien veía el profeta todos los días etendiendo las #anos al   pueblo no creyente y 2ue se contradice... 3o cuenta el +vangelio' 5;Cu&ntas veces pecar& mi hermano contra mí y lo perdoanré< ;por  ventura siete veces<... =*etenta veces siete>F, es la medida que da el Maestro... +s decir, tantas veces me busquen mis enemigos, otras tantas me encontrar&n propicio para perdonarlos. 5$enid a Mí todos los 2ue est*is cansados y agobiados8... 5uien tenga se, 2ue venga a Mí y beba8. =Bué invitaciones tan amplias, tan encarecidas> $%0&' 20 es!s se de$a encontrar eterior#ente por medio de la instituci-n de su mismo sacerdocio universal y de su sacrificio perenne. +n cada sacerdote cat-lico, en cada Misa, en cada *agrario, en cada confesonario est& es!s *acerdote haciéndose el encontradizo con todos los que lo perdieron, o esperando con paciencia infinita que lo vuelvan a encontrar tantas cuantas veces lo perdieron. $%0$' A0 es!s se de$a encontrar interior#ente+ 5*iempre vivo para interceder por nosotros5, por  su perenne intercesi-n y reparaci-n ante su Padre celestial, ante el que clama con  ge#ido v*lido que siempre es oído y se traduce en inspiraciones, mociones, remordimientos y en un sin n!mero de gracias actuales con que el +spíritu *anto responde a su gemido. " $%0(' I0 +s cierto que en el doble camino del hombre en busca de es!s perdido y de es!s haciéndose encontrar del hombre que lo perdi-, es siempre es!s quien lleva la delantera'  Pri#ero nos a#' Bl... $9 ¿C;*o e:cue:!ra y +ace e:co:!rar a ?es@s Gerdido la

)adre sacerdo!al#

$%0%' 7ambién a María se le pierde es!s, sin pecado ninguno, sin culpa ninguna. 4lmas acongo$adas porque habéis de$ado de sentir a es!s en los ratos de vuestras conversaciones con (l, de vuestros sacrificios por (l, de vuestras luchas por no de$ar de ser de (l, que tan a oscuras y tan sin vida os qued&is cuando lo sentís ausente, consolaos con el e$emplo de vuestra Madre que también pas- por la pena de no saber un tiempo de su vida en d-nde estaba su es!s. 3a que goztanto de su presencia también pas- por el dolor de su ausencia. 4lmas que por vuestras infidelidades y los abusos de las gracias de Dios, os habéis quedado sin es!s y sin la paz, sin la luz, sin la vida de es!s, también vosotras tenéis que aprender de la Madre que pierde al #i$o sin culpa a recuperar a es!s perdido. $%0.' María encuentra a es!s perdido' @ =usc*ndolo por todas partes y preguntando por (l a los parientes y conocidos. @ "lor*ndolo... 57e busc&bamos con dolorF' =C-mo se gozaría y regoci$aría el Padre celestial en aquel interés por encontrar a su #i$o, por saber de (l, por dar con (l, y en aquellas l&grimas de quien lo echaba de menos>...

A0 =Bué bien aprendi- la Madre sacerdotal en aquellos tres días de angustias de muerte, su dulcísimo oficio de recuperadora y reparadora  moviendo a su es!s en busca de los que lo  perdieron y revolviendo a los privados de es!s en deseos y ansias de ir a (l, ablandando con s!plicas y l&grimas la infle)ibilidad de la $usticia de Dios o la obstinaci-n de la malicia de los hombres> Madre buena, ;quién no te ha encontrado en su camino de vuelta a es!s< Me$or a!n, ;quién ha vuelto a (l sin ti<

(9 ¿C;*o +ace: e:co:!rar a ?es@s sus sacerdo!es# $%0/' 7odo en el sacerdote tiene misi-n y gracia, no s-lo para dar a es!s a quien nunca lo tuvo, sino para volverlo a dar a quienes lo tuvieron y perdieron muchas veces. " singularmente' /0 Por su oraci'n sacerdotal, o sea, su Misa y su 8ficio divino, que es siempre e)piatoria e impetratoria y con la que cumple su gran misi-n' 5+ntre el vestíbulo y el altar, imploraban los sacerdotes, ministros de Dios' *e@or, perdona a tu pueblo...5 Pedir, gemir por los que no piden, llorar por los que no lloran sus pecados y para que los lloren, reparar con reparaci-n digna, ésa es la oraci-n perenne del sacerdote. 20 Por sus #inisterios, que en mayor o menor grado son siempre de reparaci-n y reconciliaci-n, no s-lo por el confesonario, que es el que pudiera llamarse lugar oficial para encontrarse es!s con las almas que lo perdieron, sino por todos los actos y conversaciones del sacerdote, que siempre debe serlo, es!s busca y se de$a encontrar. $%00' =Cu&ntas veces la presencia del sacerdote en su confesonario solitario, aun sin penitentes, ha atraído pecadores empedernidos al beso de es!s> =Cu&ntas y cu&ntas la actitud devota del sacerdote celebrando los santos misterios, orando o rezando su breviario ante el *agrario, la visita al enfermo, la conversaci-n espiritual en un paseo, en un via$e, en una visita la peque@a limosna, el buen gesto, la cara amable, la predicaci-n sencilla, hablada o escrita, han sido vehículos de las almas a es!s y de es!s a las almas> #asta la sola vista de un sacerdote que hable, obre y proceda como sacerdote, =cu&ntas veces ha sido la chispa de luz que ha hecho ver a muchos ciegos voluntarios, al es!s perdido de su primera Comuni-n> ;" si no quieren ver ni volver< $%03' +l buen sacerdote sabe muy bien que, mientras le queden o$os para llorar, manos con que mortificarse y cuerpo que afligir, no tiene derecho a decir que ha hecho todo lo que tenía que hacer   por las almas que le est&n confiadas. Pe!ici;: $%08' Madre 1nmaculada de es!s *acerdote y de los sacerdotes de es!s, que como los caminos  por donde t! buscabas a tu es!s perdido se mo$aron con l&grimas de tus o$os, los que andemos para que se encuentren y abracen las almas sin es!s y es!s sin las almas, estén empapados en gotas de l&grimas, de sudor y de sangre de sacerdotes...

)ISTERIOS DOLOROSOS los dolores del sacerdocio Preludio

$%3=' epresentante el sacerdote de es!s, Dios y #ombre verdadero, diríase que en los misterios gozosos aparece m&s como representante de es!sDios y en los misterios dolorosos m&s como de es!s#ombre. +n los misterios gozosos hay traba$os, y muy duros, y humillaciones y dolores, pero aureolado todo con e)altaciones y esplendores y poderes y fecundidades de divinidad. +l altísimo origen del sacerdocio en la +ncarnaci-n del ?erbo. 3a inundaci-n de maravillas y  prodigios de la casa de :acarías por el celo desplegado en la ?isitaci-n. +l poder nobilísimo del sacerdote que se admira en los otros tres misterios de dar a es!s a los hombres, de ofrecerlo a Dios y de hacerlo recuperar cuando aquéllos lo pierden. =Cu&nta grandeza> =Cu&nta e)celsitud> =Bué apro)imaci-n, o me$or, qué identificaci-n del hombre sacerdote con el sacerdote Dios>   $%3&' Por eso, pese a las ocultaciones y traba$os de %azaret, a las molestias del caminar a través de las monta@as de udea, a las privaciones y desprecios de Eelén, a las purificaciones del templo y a las l&grimas del camino de vuelta de erusalén, esos misterios se llaman y son gozosos. Como es gozoso para el alma del sacerdote, que tiene fe viva en su ministerio, el cansancio corporal de  bautizar miles de infieles, a lo san Hrancisco avier. Euscar y oír en confesi-n y devolver al redil a cientos y cientos de pecadores, a lo beato Diego osé de C&diz. *udar y enronquecer y enfermar   predicando la palabra de Dios, a lo san uan de Jvila. Celebrar el santo sacrificio y distribuir miles de comuniones y dirigir largos acto de culto, como todos los celosos sacerdotes... *í, en todos esos cansancios y decaimientos el =ay> del cuerpo fatigado queda apagado y envuelto en el =gracias a Dios> del alma alborozada y agradecida... =*iente el sacerdote tan cerca a Dios y se siente tan lleno de su poder y grandeza en esos ministerios> $%3$' +n los misterios dolorosos, en cambio, Dios se oculta y a veces, m&s que ocultarse, parece que abandona a su flaqueza y limitaci-n a la humana naturaleza tanto en es!s como en el sacerdote. " si a esa ocultaci-n de Dios, se une el peso de la ingratitud con que la mayor parte de los hombres paga la acci-n sacerdotal, el dolor se trueca en misterio que abruma y espanta. $%3(' +sos dolores misteriosos son cinco grandes sacrificios. /. )l sacrificio del coraz'n, que culmina en 9etsemaní. 2. )l sacrificio de la sensibilidad, que tiene su m&s horrorosa manifestaci-n en la flagelaci-n. A. )l sacrificio de la 7onra, en el ludibrio sumo de la coronaci-n de espinas. I. )l sacrificio de todo consuelo y auilio 7u#ano, que hace m&s amarga la calle de la amargura. K. )l sacrificio de la vida, que se consuma en el Calvario. +sos son los misterios doloroso de es!s, de María y de sus sacerdotes. $%3%' " advirtamos, sin embargo, que esos cinco sacrificios que se hacen tan ostensibles en esas cinco escenas de la Pasi-n de es!s, no son s-lo sacrificios de esa hora, no que 5si toda la vida de es!s fue cruz y martirioF, como dice 7om&s de Lempis, toda su vidas sacerdotal fue sacrificio y  preparaci-n para el sacrificio supremo de la Cruz. 7oda la vida del sacerdote sumo, es!s, fue Misa en la fueron patena, las manos inmaculadas y el coraz-n purísimo de su Madre. corporales, los pa@os de la t!nica por +lla labrada en los que caían las l&grimas de es!s llorando sobre el amigo muerto y la ciudad santa moribunda. " las gotas de sudor de tanto caminar en busca de ove$as perdidas. " la sangre de 9etsemaní y de la flagelaci-n. " corporales, son también, los manteles de la !ltima Cena. " altar, las piedras de los caminos, las losas del pretorio, las rocas del Calvario y el le@o de la Cruz.

$%3.' =3a Cruz> (sa es la sombra gigantesca que se proyectaba sobre todos los pasos, caminos, conversaciones, oraciones, $uegos de ni@o y traba$os de adolescente, gozos y dolores de es!s y de su Madre. =3a Cruz> +lla es también la que con el e)tremo que toca la tierra, va trazando el surco del sacrificio diario a cada sacerdote de es!s. Con el que mira al cielo, le muestra su destino glorioso. " con sus brazos abiertos, lo llama a su puesto de honor, a su altar, que es el centro de la cruz. =*iempre en Misa como su es!s> $%3/' Dolor sacerdotal, =qué misterios encierras de $usticia y misericordia de Dios, de amor herido y de acerbidades del Coraz-n y de la carne y de la sensibilidad de es!s, y de angustias sacerdotales calladas y no conocidas ni pagadas en la tierra> Misterios dolorosos del sumo *acerdote es!s, =c-mo ungís, fortalecéis, fecund&is, y me hacéis esperar sin miedo y padecer en paz los imprescindibles y necesarios misterios dolorosos de mi sacerdocio> Pe!ici;: ge:eral $%30' Madre sacerdotal y, por serlo, testigo principal y participante primera y mayor de los dolores de tu #i$o sacerdote, sigue siendo el sostén, el consuelo, la alentadora en los misterios dolorosos de los sacerdotes de tu es!s. Madre sacerdotal y reina ungida del dolor, como acompa@aste a tu #i$o en los cinco grandes sacrificios de su vía dolorosa, no de$es solos a tus sacerdotes, obligados por su ministerio de redenci-n por la cruz y por la perpetua ingratitud de los hombres a repetir los mismos sacrificios... P1M+ M1*7+18 D8388*8

LA ORACIÓN DEL UERTO Quiero unirme al sacrificio de tu Corazón, pontfice mo

  $%33' =Dé$ame, +spíritu *anto, entrar en el interior del Coraz-n sacerdotal, en la hora de su gran sacrificio> =Cu&nto he de aprender y ganar> &9 El Coraz;: sacerdo!al de ?es@s $%38' ;Buién podría medir la longitud, la altura y la profundidad, de este Coraz-n< 3a funci-n propia del coraz-n es amar y el acto m&s propio del amor es dar, dar mucho, dar todo, hata a sí mismo. 8 sea, darse. +l amor perfecto se da todo. Pero ese amante, hambriento de dar y de darse, s-lo se sacia o se alimenta con el pan de la correspondencia, y se enferma y hasta llega a morirse de =hambre>, cuando éste escasea o falta. Cuando el amor es del todo limpio, recto y grande, no e)ige propiamente la correspondencia como paga, que por ser perfecto se da de balde, sino como ali#ento a su fuego, como condici'n necesaria para amar m&s y darse m&s. ;C-mo va a dar y darse a quien se obstina en no recibir< $%8=' %ing!n coraz-n tan limpio, recto y grande como el de es!s. %inguno tan hecho para amar  y tan bien hecho, como por el +spíritu *anto a ese solo fin, para amar y dar y darse. %inguno tan hambriento y tan necesitado de correspondencia y tan sensible, tan e)puesto, si posible fuera, a enfermar y a morir de hambre por falta de ella como el Coraz-n de es!s.

*i su largura, anchura y profundidad no pueden ser medidas con instrumentos ni c&lculos humanos, por lo que ha dado y est& dispuesto a dar hasta la consumaci-n de los siglos, puede columbrarse. ;Bué da el Coraz-n sacerdotal de es!s<... (l sí que es rigurosa y espléndidamente el >:acerdote o el 2ue da cosas sagradas9 Da' *u palabra de vida. *u doctrina de cielo. *us e$emplos de hombre cabal. *us sudores de Pastor bueno. *us virtudes e)celsas. sus merecimientos infinitos. *u gracia divinizadora. *u *angre y su Carne en sacrificio por nuestros pecados y en alimento de vida divina. *u Madre, con su omnipotencia suplicante. %uestra madre la 1glesia con su sacerdocio $er&rquico, su Misa y sus sacramentos...

  $%8&' ;Buién podr& medir la longitud, la altura y la profundidad...4 " todas esas aguas de generosidades del 4mor, manaban del Coraz-n de es!s desde el primer  instante de su +ncarnaci-n, pero, como si rompieran los diques, brotaron y se desbordaron al iniciar  su Pasi-n, para formar los mares sin fondos ni riveras de sus generosidades para con los hombres de todas las razas, de todos los pueblos, de todas las edades... $9 El sacriHicio del Coraz;: del Sacerdo!e su*o $%8$' " mientras su Coraz-n se de$aba desbordar, su pensamiento, atravesando las distancias de los siglos y las barreras de lo futuro, le representaba correspondencias finas, espléndidas, valiosas, es verdad, pero en los menos. +n los m&s de los hombres, en cambio, encontraba series inacabables' De oídos herméticamente cerrados a su palabra, que no podían o no querían oír. De cabezas obstinadas en tergiversar, deformar, oscurecer y mancillar, su doctrina. De corazones podridos y corruptores encubiertos con piel de ove$as o con pellicas de pastores  buenos. De almas de piedra sobre las que resbalan y se frustran torrentes de gracias... " su *angre cayendo sobre el mundo, ;c-mo iba a ser recibida< " su Carne, ;c-mo y por quién iba a ser comida< " sus Misas, ;c-mo iban a ser celebradas< $%8(' =C-mo produce el escalofrío del terror el cuadro trazado por la pluma del ?enerable maestro Hray 3uis de 9ranada con que responde a la !ltima de esas preguntas>' 5*i este beneficio concediera el *e@or a solos inocentes y limpios, aun fuera una d&diva inestimable. Mas ;qué diré, que por el mesmo caso que quiso comunicar a éstos, se oblig- a pasar   por las manos de muchos malos ministros, cuyas &nimas son morada de satan&s, cuyos cuerpos son vasos de corrupci-n, cuya vida se gasta en torpezas y vicios< " con todo esto por visitar y consolar  a sus amigos, consiente en ser tratado con sus manos sucias, y recibido en sus bocas sacrílegas, y sepultado en sus cuerpos hediondos. na sola vez fue vendido su cuerpo, mas millares de veces lo es en este sacramento. na vez fue escarnecido y menospreciado en su pasi-n. Mas mil veces lo es de los malos en la mesa del altar. na vez se vi- puesto entre dos ladrones. " mil veces se ve aquí envuelto en manos de pecadoresF... $%8%' " las madres que nos daba, la madre María y la madre 1glesia, ;qué y cu&ntos hi$os iban a encontrar en la tierra< esponda el desfile de los sacrílegos iconoclastas profanadores de las im&genes de su Madre y nuestra Madre =ay> c-mo duelen los o$os de haberlos visto en nuestros mismos días>N. " de las masas inn!meras de cism&ticos, de profanadores de templos, de fiestas, y de

cosas santas de pecadores p!blicos y escandalizadores de los ni@os de piadosos dormidos, engreídos o e)traviados... 7odas estas series y desfiles de incontables horrores y monstruosidades de ingratitud, las veía el  pensamiento de es!s con claridad de medio día, repetirse con tes-n aplastante de siglo en siglo, de regi-n en regi-n, como tormentas nunca seguidas de serenidad, como tempestades nunca mezcladas con calma, como lluvia incesante de plomo derretido que achicharra, pesa y aplasta...

$%8.' =Bué contraste entre lo que salía del Coraz-n y lo que entraba por la visi-n del  pensamiento> =Bué espantable, qué horriblemente angustiosa desproporci-n entre lo que daba y lo que recibía> =Bué bien lo dan a entender el e#pez' a te#er y a tener tenido el triste est* #i al#a 7asta la #uerte el pase de #í este c*liz, y el sudor de *angre>... =Bué admirablemente est& ahí descrito lo que cuesta a es!s el gran sacrificio de su Coraz-n, de a#ar a lo &ios, sin esperar amor de los hombres, de darlo todo a los que ama, sin esperar nada>... =Bué bien e)presa la consumaci-n del gran sacrificio de su Coraz-n con el no lo 2ue yo 2uiero, sino lo 2ue 2uieres Dú, y el no se 7aga #i voluntad sino la tuya. =Con qué autoridad puede presentarse a todos sus sacerdotes y mandarles'  %aced sie#pre el bien  sin esperar... (9 El sacriHicio del Coraz;: de la )adre sacerdo!al $%8/' ;7uvo 9etsemaní la Madre de los sacerdotes< ;Buién lo duda< " no un 9etsemaní, sino muchos o uno tan largo que equivaldría a muchos. /0 ;Buién puede dudar que, dada la perfecta compenetraci-n de espíritu y coraz-n que e)iste siempre entre las madres buenas y los hi$os buenos y de modo e)celentísimo entre aquella Madre y aquel #i$o, la escena de 9etsemaní tenía dos escenarios' el huerto en donde el #i$o sudaba gotas de sangre, y la morada rec-ndita en que la Madre lloraba gotas del coraz-n y que el sacrificio que de su coraz-n y de su cari@o hacia el #i$o, tenía como eco el sacrificio del coraz-n y del cari@o de la Madre< $%80' 20 Desde la profecía de *ime-n 5una espada de dolor traspasar& tu almaF y ser& 5signo de contradicci-nF, ;qué otra cosa ha sido la vida de la Madre del *acerdote sumo que un perpetuo 9etsemaní agrandado y agravado con las que$as y profecías de su #i$o y con las muestras de envidia, de crueldad, de ambici-n de enemigos y de ignorancia atrevida, de cari@os interesados, de interpretaciones groseras, de abandonos y de ingratitud de amigos que +lla va descubriendo en medio de las manifestaciones de admiraci-n, s!plica, sumisi-n y adoraci-n que por doquier tributan a es!s< $%83' =C-mo ve y prueba y devora en el silencio de su oraci-n y de sus coloquios con Dios y su #i$o el presentimiento cierto de que su es!s ser& para muchos, incontables hombres de todos los tiempos, el es!s desconocido en su religi-n y doctrina el es!s del *agrario abandonado el es!s en su 1glesia y en las almas escogidas perpetuamente escarnecido, azotado, escupido y condenado a muerte en el tribunal de las pasiones>... +se presentimiento y amargura de la in$usticia creciente de los hombres para con su es!s, le oprimía el coraz-n. *u palabra, sin embargo, dicha sin alterar la serenidad de su semblante, era la misma de la +ncarnaci-n' Fia!, Hia!, sirviendo de antífona y de eco al salmo divino de 9etsemaní... no se 7aga #i voluntad, sino la tuya... $%88' sacrificio del coraz-n de la Madre sacerdotal en estar dispuesta a amar como Madre hasta a los que odian a su #i$o y a derramar l&grimas por su salvaci-n y aun en de$arse llamar Madre por  ellos... =yo te venero rendido> %9 El sacriHicio del coraz;: del sacerdo!e

$.==' *i es cierto que la unci-n consacratoria no llega materialmente m&s que a las manos del sacerdote, es también cierto que espiritualmente llega y consagra su cabeza y su coraz-n. +l ungido conoce m&s y me$or a sus ove$as y las ama m&s fina y generosamente. ;Cu&ntas dilataciones pone en el coraz-n del sacerdote su ordenaci-n> Pues bien, sacerdote hermano, que sales del altar de tu primera Misa, con el coraz-n henchido de amor y de deseos de sacrificio por las almas... sí, tus al#as, porque la madre 1glesia te las confía  para que las lleves al cielo =desde la tierra> =desde los abismos de cieno y de tinieblas de la tierra>..., como tu Maestro es!s, antes de echarte a la pasi-n por las almas, ve a 9etsemaní... =7endr&s que ir  tantas veces en el decurso de tu vida ministerial> " allí mira, piensa lo que vas a dar y lo que vas a recibir... 7!, tu cari@o limpio, recto, sin tasa, tu traba$o, tu palabra, tu ingenio, tu sudor, tu dinero, tu comodidad, todo lo tuyo... t! mismo todo t!> $.=&' ;3a correspondencia< n pusillus gre de almas fieles, generosas, leales..., ero pocas..., muy contadas...   ;4lrededor<... 3os mismos que alrededor del Maestro'  =uenos que se cansan pronto y se duermen, o que se asustan m&s pronto y huyen.  A#igos que venden o niegan... 4lrededor de éstos, o mezclados con ellos, los envidiosos,   los a#biciosos,   los Pilatos, que no amparan al in$ustamente perseguido, los que escupen, azotan y calumnian. " después, o en medio de todo, =la cruz> " para llevarla y hacer frente a todos =unos hombres flacos, una carne rebelde y un coraz-n de  barro>... *acerdote hermano, ;tiemblas< ;vacilas< ;desfalleces< ;agonizas< Pe!ici;: $.=$' +n el primer 9etsemaní al agonizante de angustias lo conforta un &ngel. en nuestro 9etsemaní =qué alegría>, no un &ngel, es es!s mismo y su Madre de los Dolores los que se  presentan y dicen mostrando sus Corazones coronados de espinas y traspasados por honda llaga' 5Hiat, fiatF... 5Como 7! quieras...F Madre sacerdotal, da al coraz-n de tus sacerdotes, en sus ratos de 9etsemaní, fuerzas para a#ar  #uc7o y dar #uc7o >sin esperar nada9 >Con el coraz'n sacrificado9 *+9%D8 M1*7+18 D8388*8

LA FLA1ELACIÓN DE ?ESS Quiero unirme al sacrificio de tu sensibilidad, pontfice mo

  $.=(' *anto 7om&s ha demostrado científicamente que la Pasi-n de es!s es el mayor de todos los dolores. &9 ?es@s azo!ado ...E ser* flagelado... =Con qué serena tristeza va subiendo es!s el camino de eric- a erusalén  profetizando a sus ap-stoles lo que le esperaba como remate y corona de toda aquella vida de Pastor   buscando ove$as descarriadas de la casa de 1srael> =3a traici-n, la flagelaci-n, el vilipendio, la burla, la condenaci-n a muerte>... *e detiene el alma contemplativa ante el espect&culo que descubre cada una de esas palabras, y no acierta a se@alar cu&l es el mayor dolor, y se angustia al sentir agotados los torrentes de su compasi-n al pasar de la contemplaci-n de cada uno de ellos al siguiente.

$.=%' Después de la amargura e indignaci-n contra los culpables, y angustia de agonía por el inocente Cordero que invaden el alma ante el sacrificio del Coraz-n de es!s orante y traicionado en el #uerto, ;d-nde encontrar amargura e indignaci-n nuevas contra las manos sacrílegas que abofetean la cara augusta y azotan y ensangrientan las carnes purísimas del m&s bueno de los hi$os de los hombres< %oche del primer ueves *anto del palacio de Caif&s y ma@ana del primer ?iernes *anto del  pretorio de Pilato, =qué escenas de ensa@amiento de la crueldad, de la ba$eza y de la degradaci-n humanas, y de dolores los m&s atroces padecidos por el cuerpo m&s sensible de todos los cuerpos humanos> 4hondemos s-lo en este misterio en el dolor físico y de$emos para otro el dolor #oral   de las humillaciones que aquél envolvía. $.=.' =3o que duele una bofetada dada en un rostro tierno y delicado por una manaza de adulador  acostumbrada a darlas a inocentes e indefensos> =3o que duele un azote dado a ciegas, a locas, por profesionales de ese tormento> =n azote y dos y tres y veinte y ciento, no por una mano que se canse, sino por muchas que se renuevan, que se estimulan a dar m&s fuerte, con crueldad y locura crecientes por la embriaguez de la sangre y del vino... sobre las espaldas, sobre el pecho, sobre las piernas, sobre los brazos, sobre la cara... sobre donde cayera>... =4unque aquel mismo lugar o parte del cuerpo estuviese amoratada, despelle$ada, en carne viva, manando sangre>... =4unque el cuerpo desfallecido rodara por el suelo y se encharcara en su propia sangre>... $.=/' *i el azote se acorta o la mano no llega, los pies de aquellos fatídicos vendimiadores  pisotearían las llagas y los $irones ensangrentados de piel, y levantarían una vez y muchas veces, el venerado cuerpo para que pueda recibir m&s golpes, y pueda derrramar m&s sangre... =" todo ese negro drama sin alumbrarse ni con una chispa de compasi-n, una palabra, un gesto de l&stima, un intento de alivio>... =" ese cuerpo es el cuerpo de nuestro *e@or esucristo>... =+l cuerpo formado, por el mismo +spíritu *anto, de la carne y sangre purísimas de María ?irgen y a fuer de tal, el me$or formado, el de sensibilidad m&s e)quisita de todos los cuerpos humanos>...

$.=0' Cierto que el dolor físico no era impresi-n nueva en el cuerpo de es!s. ;Por qué molestia no pas- desde las tablas duras y frías de Eelén hasta la crucifi)i-n del Calvario< Hatigas, del mucho andar y hablar. Cansancios y ahogos de muchedumbres que orpimían. *ed y hambre, por falta m&s que de medios, de tiempo. %oches sin dormir, orando en los montes y de mal dormir al raso o en desmanteladas y mal olientes posadas. Hríos y escarchas del invierno, calores asfi)iantes del verano... ;qué dolor físico no ha tocado y lastimado la e)quisita sensibilidad del cuerpo de es!s< $.=3' Pero el dolor de la flagelaci-n sobrepas- todos los dolores y a todos e)cedi- en acerbidad, intensidad, acumulaci-n y fiereza. =Como que, sin un milagro del poder de su Padre, no hubiera sobrevivido ni a la cantidad de dolor sufrido, ni a la abundancia de sangre vertida> =Con qué raz-n, lastimado es!s mío, has podido anunciarte por medio de tu profeta' 57odo el día estaba flagelado5, el azotado todo el día de tu vida mortal> =+l azotado, aun m&s sa@udamente, toda tu vida eucarística> =+l escupido y pisoteado y apu@alado de tantos *agrarios>   =+l perpetua#ente azotado9 =Bué pocas cosas duras han pasado y pasan $unto a 7i que no te hayan lastimado y te sigan lastimando> $9 La Hlagelaci;: del sacerdo!e $.=8' sacerdote de es!s, no olvides que si eres heredero de las glorias y egregios poderes de su sacerdocio, lo eres también de los azotes de su sacrificio. *obre tu cuerpo, desde que lo presentas a la consagraci-n sacerdotal, se alzan l&tigos y azotes de forma tan variada como adecuada a hacer de ti durante tu sacerdocio, el diaria#ente azotado. 3a cama dura, la habitaci-n estrecha, la mesa escasa y pobre, las noches a la cabecera de los agonizantes, los días de comienzo muy temprano para abrir la iglesia antes que se abra la taberna del pueblo y esperar, acompa@ando a es!s solo, a las samaritanas pecadoras y a los samaritanos heridos y robados en el camino de la vida. $.&=' 3as horas repletas de traba$os y fatigas, de dar y de darse por es!s a quienes quiz& por lo  pronto paguen con salivazos, con pedradas, con incendios de la iglesia y de la casa, con bofetadas y amenazas de muerte inminente, con destierros y despo$os... (sa y otras varias son las formas del que, por imitar a nuestro modelo y llevar su sacerdocio cabal, podemos llamar nuestro inseparable compa@ero, el azote. (9 El aG;s!ol azo!ado $.&&' ecordad, hermanos sacerdotes, aquella bella p&gina de san Pablo en la que se retrata en su arduo oficio sacerdotal de tota die flagellatus+ 52A' *on ministros de Cristo< aunque me e)pongo a pasar por imprudenteN diré que yo lo soy m&s que ellos' pues #e 7e visto en muchísimos m&s traba$os, m&s en las c&rceles, en azotes sin medida, en riesgos de muerte frecuentemente. 52I' Cinco veces recibí de los $udíos cuarenta azotes, menos uno. 52K' 7res veces fui azotado con varas, una vez apedreado, tres veces naufragué, estuve una noche y un día como hundido en alta mar a punto de sumergirme. 52O' Me he hallado en penosos via$es muchas veces, en peligros de ríos, peligros de ladrones,  peligros de los de mi naci-n, peligros de los gentiles, peligros en poblado, peligros en despoblado,  peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos. 52' +n toda suerte de traba$os y miserias, en muchas vigilias y desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y desnudez.

52Q' Huera de estas cosas o males e)teriores, cargan sobre mí las ocurrencias de cada día, por la solicitud y cuidado de todas las 1glesias. 52R' ;Buién enferma, que no enferme yo con él< ;Buién es escandalizado o cae en pecado, que yo no me requeme< 5AS' *i es preciso gloriarse de alguna cosa, me gloriaré de aquellas que son propias de mi flaqueza5.

%9 )adre de los azo!ados $.&$' Bue, sin ver la flagelaci-n de tu es!s, la acompa@aste y la aliviaste con tu compasi-n por la que sentías tu coraz-n tan dolorido como es!s su cuerpo, asegurando san er-nimo que 5cada herida que daban a esucristo en el cuerpo, era una lanzada que atravesaba tu coraz-n cada  bofetada, cada azote, cada llaguita que hacían a esucristo, tantas pu@aladas eran para tu coraz-n de Madre5 y que sigues e$erciendo esa misma compasi-n cerca de tus hi$os los sacerdotes azotados, gr&banos en la memoria y en el coraz-n el modo de hacer de nuestros azotes instrumentos de nuestro apostolado, y que lleguemos a mirarlos con el mismo cari@o con que miramos el c&liz de nuestra Misa. $.&(' Bué bien lo ense@a el mismo san Pablo en su epístola segunda a los Corintios>' 5%osotros, empero, no demos a nadie motivo alguno de esc&ndalo para que no sea vituperado nuestro ministerio. 4ntes bien portémonos en todas las cosas como deben portarse los ministros de Dios, con mucha paciencia en medio de las tribulaciones, de necesidades, de angustias, de azotes, de c&rceles, de sediciones, de traba$os, de vigilias, de ayunos. Con pureza, con doctrina, con longanimidad, con mansedumbre, con unci-n del +spíritu *anto, con caridad sincera, con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas de la $usticia para combatir a la diestra y a la siniestra. +l amor, =oh corintios> hace que mi boca se abra tan francamente y se ensanche mi coraz-n. %o est&n mis entra@as cerradas para vosotros, las vuestras sí lo est&n para mí. ?olvedme,  pues, amor por amor. 8s hablo como a hi$os míos. +nsanchad también para mí vuestro coraz-nF O. Pe!ici;: $.&%' Madre querida, t! sola nos puedes obtener este favor imposible para nuestra naturaleza' =a m&s golpes de azote o de l&tigo sobre las espaldas de tus sacerdotes, m&s brotes de amor de sus corazones para tu es!s y las almas> =Mientras m&s doloridos m&s amantes> 7+C+ M1*7+18 D8388*8

LA CORONACIÓN DE ESPINAS Quiero unirme al sacrificio de tu !onra, pontfice mo

  $.&.' es!s que había huido de ser proclamado rey, en su Pasi-n acepta corona... de espinas y cetro de ca@a... &9' Lo que ale la +o:ra de ?es@s Después de Dios no hay nada ni en la tierra ni en los cielos, que valga tanto como la honra o gloria de Dios. =*e identifica con (l> 

2 or , 3*13

+l conocimiento gozoso que Dios tiene de *í mismo y de sus infinitas perfecciones y, a la vez, el derecho que le pertenece, por ser Dios, de recibir de todas sus criaturas, seg!n la condici-n de cada una, el testimonio de ese mismo gustoso conocimiento, ésa es la honra o gloria de Dios. " es tan propia de (l, tan e)clusiva de (l solo, que en frase del +spíritu *anto, 5no se la dar& a nadieF.

$.&/' Dios, tan generoso, tan pr-digo en dar tanta infinita variedad de ricos dones, y aun su vida divina, no se desprende ni de un &tomo de su honra. =7anto vale y tan incomunicable y propiamente divina es> 7an prendado est& de su gloria, que por ella, por darse gloria, sac- de la nada los mundos de la naturaleza y de la sobrenaturaleza, los cielos, los hombres, las aves del aire, los peces del mar y hasta el hisopo escondido en la oquedad de la pe@a... 7odo, todo, lo de arriba y lo de aba$o no tiene m&s fin que dar gloria a Dios' 7odo, todo, no tiene otra ocupaci-n necesaria que glorificar a Dios' 53os cielos proclaman la gloria de Dios5. $.&0' *i nada vale tanto, después de Dios, como su honra, nada vale tanto, después de es!s, como la honra de es!s, como #i$o de Dios e #i$o perfecto de María. 3a nieve m&s blanca de los montes es negra en comparaci-n de su blancura. 3as flores y los b&lsamos y las esencias de m&s e)quisito perfume, apestan en presencia de su buen olor. 3as construcciones m&s s-lidas y de fundamentos m&s inconmovibles son castillos de naipes enfrente de la solidez de la honra de es!s. " los tesoros m&s ricos, formando monta@as de tesoros y de riquezas, son pa$a comparados con los tesoros de los tesoros de la honra de es!s. es!s sabio, es!s maestro, es!s bueno, es!s profeta, es!s rey, es!s santísimo, es!s #i$o de Dios... =qué sillares tan firmes y s-lidos para cimentar la honra de es!s> ;Bué m&s que (l< ;Buién como (l< $9 El sacriHicio de la +o:ra de ?es@s $.&3' 5"o no busco mi gloria. #ay quien busque y $uzgueF. Palabra profunda en su sentido, y larga, infinitamente larga en su alcance> =Como que sin pasar Dios el puente gigantesco de la +ncarnaci-n, no hubiera podido proferirla>... =Dios no puede renunciar a su gloria> #a hecho falta que Dios se haga hombre para que con una boca de carne, pueda renunciar a la gloria, como a hombre el m&s perfecto de todos, le corresponde. $.&8' " =con qué generoso tes-n va realizando es!s por sus caminos del mundo el sacrificio de su honra> Desde que nace, ;quién puede adivinar en las pa$as del pesebre y telara@as de la cueva de Eelén atributos de realeza< *i se de$a llamar hi$o del carpintero, y (l a *í mismo se llama #i$o del hombre, ;quién adivinar& en (l al #i$o de Dios< *e le e)ige el tributo, y (l paga como un ciudadano cualquiera. *e le tienden insidias y lazos para cogerlo en sus palabras y delatarlo como embaucador, y (l responde con serena sencillez y como si no se diera cuenta de la malicia de sus interlocutores. *e le llama samaritano, endemoniado por unos, seductor y embustero por otros, y hasta sus mismos parientes recelan de (l, y en las brevísimas palabras que a veces dice en su defensa, no altera el tono habitual de su conversaci-n, ni se muestra preocupado, porque no le crean... $.$=' =Bué maneras de sacrificar su honra> Pero en donde este sacrificio se consuma es en la escena de la coronaci-n de espinas... ey con un cetro de ca@a, con corona de espinas, con un harapo de p!rpura por manto, con goterones de sangre por $oyas, con lacayos, salpicados de la sangre inocente que estaban haciendo

derramar, por vasallos, con palabrotas soeces y de escarnios sacrílegos por saludos y homena$es. ;Buién podría adivinarte, rey inmortal de *i-n<

$.$&' ;Buién podría adivinar que aquel loco, vestido con bufa vestidura blanca, era la :abiduría de Dios< ;" que aquel cuerpo desnudo de sus vestidos y vestido de su propia sangre, que rodaba  por entre los pies de los lacayunos sicarios de Caif&s, era el poder  y la 7er#osura de Dios< ;" que aquel loco, mudo delante del l!brico #erodes, era la  Palabra de Dios< ;" que aquel #ombre, casi sin aspecto de hombre a fuerza de cardenales, magullamientos, heridas bordeadas de sangre seca ennegrecida, que se presenta por Pilato para arrancar la conmiseraci-n del pueblo, era #i$o de Dios y el m&s bueno de los hi$os de los hombres< (9 La +o:ra del sacerdo!e $.$$' *i, como dice el libro de la *abiduría, 5el buen nombre vale m&s que muchos tesoros5, el  buen nombre del sacerdote vale e interesa m&s que todos los tesoros. 5Para que no sea deshonrado vuestro ministerioF. =Cu&ntas veces y ba$o cu&ntas formas da ese encargo el ap-stol san Padreo a los ministros de es!s> 5Bue no siga nada que no sea grave, serio y lleno de espíritu religiosoF, manda que muestren el Concilio de 7rento a todos los sacerdotes. %9 El sacriHicio de la +o:ra sacerdo!al $.$(' Con todo ese respeto a la propia dignidad sacerdotal en p!blico y en privado, puesto que el sacerdote no es sacerdote por horas, sino por toda la vida y en todas partes, sin embargo, como dice san Hrancisco de sales, 5hay que de$arse colocar la corona de espinas y que tomar hasta la !ltima gota del c&liz con buena cara, porque Dios lo quiere y es!s lo hizo5. $.$%' #ay que dar pan a los pobres y pasar por avaro. " poner buena cara a los que tienen mal coraz-n y contar con que nos tomen por cobardes y débiles. #ay que tratar cari@osamente a los de aba$o y acarrearse la enemistad de los de arriba. #ay que tratar con respeto y gratitud a los de arriba y ganarse los recelos de los de aba$o. #ay que hacerse ni@o con los ni@os y sencillo con los sencillos y pasar por tonto. #ay que hacerse todo para todos y esperar que todos, o casi todos, murmuren de las intenciones, de los procedimientos, de los resultados... de todo lo que hagamos. $.$.' *i nada tan necesario al sacerdote, después de la gracia de Dios, como su honra, nada tan atacado o en peligro constante de ser atacado por malos, regulares y buenos, por enemigos y amigos, como esa misma honra. Bueramos o no, hemos de vivir los sacerdotes en el mundo como san Pablo' 5+n medio de honras y de deshonras de infamia y de buena fama tenidos por  embaucadores o impostores, siendo verídicos por desconocidos aunque muy conocidos como moribundos, siendo así que vivimos como castigados, mas no muertos como melanc-licos, estando siempre alegres como menesterosos, siendo así que enriquecemos a muchos como que nada tenemos, y todo lo poseemosF . $.$/' *acerdote hermano, perple$o y afligido hartas veces entre la obligaci-n de mirar por tu honra y la necesidad de ofrecerla a Dios sacrificada por las almas, reza meditando nuestro  tercer  misterio doloroso, que quiz& sea el misterio de dolor m&s sacerdotal, por lo frecuentemente que nos aflige, y aprender&s el secreto, el gran secreto del es!s de los ap-stoles y de los ap-stoles de es!s, a saber, atraer, dirigir y gobernar a las almas coronadas de espinas, ofreciendo a Dios con la sonrisa en la cara el sacrificio de la honra... +

2 or 

El sacerdo!e coro:ado de esGi:as $.$0' =Bué admirablemente lo describe san Pablo> 4 las murmuraciones levantadas contra él por  sus vanidosos e inquietos hi$os de Corinto, que se lo debían todo en el orden espiritual, escribe, no sin cierta caritativa ironía' 5Pues yo tengo para mí que Dios a nosotros los ap-stoles nos trata como a los !ltimos y m&s viles hombres, como a los condenados a muerte. #aciéndonos servir de espect&culo al mundo, a los &ngeles y a los hombres. %osotros somos reputados co#o unos necios por amor de Cristo, mas vosotros, vosotros sois los prudentes en Cristo. %osotros flacos, vosotros fuertes. ?osotros sois honrados, nosotros viles y despreciados. #asta la hora presente andamos sufriendo el hambre, la sed, la desnudez, los malos tratamientos, y no tenemos donde fi$ar nuestro domicilio. " nos afanamos traba$ando con nuestras propias manos. %os maldicen, y bendecimos. $.$3' Padecemos persecuci-n, y la sufrimos con paciencia. %os ultra$an y retornamos s!plicas. *omos, en fin, tratados, hasta el presente, como la basura y las 7eces del mundo, como la escoria de todos. %o os escribo estas cosas, orque quiera sonro$aros, sino que os amonesto como a hi$os míos muy queridos. Porque aun cuando tengais millares de ayos o #aestros en esucristo, no tenéis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en esucristo por medio del +vangelio. Por  tanto, os ruego que seais imitadores míos, como yo lo soy de CristoF Q. Pe!ici;: $.$8' Madre querida de los coronados de espinas, que no olvidemos que la mayor y m&s recia obra del dominio y soberanía la realiz- tu #i$o es!s ce@ido, no con corona de oro y piedras  preciosas, sino con corona de espinas y con cetro de ca@a, por mofa, en las manos... =4sí se hizo la redenci-n del género humano y así sigue recibiendo honores de rey en nuestros altares y presidiendo nuestras Misas, es!s, ey inmortal de los siglos> =Bue no lo olvidemos, Madre sacerdotal> C478 M1*7+18 D8388*8

NUESTRO SE7OR ?ESUCRISTO CON LA CRU2 A CUESTAS Quiero unirme a tu sacrificio de todo alivio !umano, pontfice mo

  $.(=' =Cruz a cuestas, cruz sobre mi coraz-n, sobre mi cabeza, sobre mi sensibilidad, sobre mi sacerdocio de la tierra> &9 La cruz a cues!as es!s casi e)angTe, debilitadísimo, lastimado en toda su carne, transido su Coraz-n por las penas y angustias m&s acerbas que han pasado por coraz-n humano, es obligado a llevar sobre sus destrozados hombros el enorme peso de la cruz de su cadalso. 3os o$os y el coraz-n vuelven a detenerse acongo$ados a la orilla de un mar sin fondo ni riveras de dolores. ;Buién contar& ni medir& las palpitaciones de aquel Coraz-n anhelante, las gotas de sudor  

1 or , 9*1

del rostro y cuerpo angustiosamente ba$ando, subiendo y cayendo por aquella calle de la 4margura y las trepidaciones de aquellas manos sin fuerzas y de aquellos pies vacilantes<   =1mposible> Deteng&monos, sin embargo, en la contemplaci-n de una circunstancia que, si el dolor y el sacrificio de es!s admitiera aumentos, ella se los daría centuplicados.  "os pocos alivios de la vida de Jesús

  $.(&' =Bué dura fue la vida terrena de es!s> *in austeridades que alarmaran y asustaran a los que con (l vivían y hasta asistiendo a banquetes de amigos y de pecadores p!blicos, sin desfallecimientos y demacraciones de grandes penitencias y largos ayunos, a e)cepci-n del que abre su vida p!blica, la vida mortal de es!s, sobre todo la p!blica, estuvo por dem&s e)enta de regalo y de alivio. *e observa en el +vangelio que fue tan sacerdote, tan buscador de almas que, con tal de atraerlas y adoctrinarlas, comía su pan y tomaba su descanso, no cuando lo necesitaba, sino cuando lo de$aban. " hasta se privaba de hablar con su propia Madre que para tratar con (l había de esperar a que se disolvieran las turbas que lo buscaban y lo oprimían. $.($' %ada se dice en el +vangelio de c-mo se defendía en el invierno de los rigores del frío y en el verano de los del calor. " en cambio llevaba la misma vida de predicaci-n al aire libre, de pueblo en pueblo y de opresiones fatigosas de turbas en verano como en invierno. +s cierto que asistía a banquetes, pero siempre como sacerdote, buscando almas y siempre austero y sencillo, sin reclamar b&lsamos para ungir sus pies y cabeza, ni primeros puestos. *e le pregunta por su casa y responde que 5las zorras tienen sus madrigueras y las aves del cielo nidos donde poner sus polluelos, mas el #i$o del #ombre no tiene sobre qué reclinar su cabeza...F. Privaci-n del rinconcito del hogar propio, =cu&nto cuestas> 7iene amigos, es verdad, leales y sencillos, pero con sus testarudeces, sus ambicioncillas, sus ignorancias y sus cobardías le daban m&s sufrimiento que alivio' 5;7ambién vosotros est&is sin entendimiento< ;#asta cu&ndo os he de sufrir ;Bué alivio humano tuviste en tu vida, sacerdote es!s< ;Bué día, qué hora de tu vida sacerdotal terrena pudiste descansar del todo sobre alguno de esos alivios honestos, limpios, legítimos con que 7! sueles regalar y ayudar a tus siervos y sacerdotes< De todos los días y de todas las horas de tu vida sacerdotal, tanto mortal como eucarística, puedes decir y que$arte como proféticamente decía y se que$aba David' 5*ustinui qui... consolaretur et non inveniF. =Euscaste y no hallaste consolador> La re:u:cia a !odo aliio $.(%' Pero en la calle de la amargura quisiste con un acto de tu voluntad, ebria o loca de padecer y sacrificarte m&s, enmendar la que$a, o me$or aun, suprimir la que$a. =?inieron a consolarme, y "o no quise que me consolaran> es!s, es!s, ;con qué nombre se llama, con qué ad$etivo se califica esa renuncia de alivio, ese dolorosísimo modo de sacrificarte de nuevo< Cercado y oprimido por un odio tan in$usto como ensa@ado, un grupo de mu$eres compasivas =bendita flor de la compasi-n brotada de entre las piedras del suelo de la calle de la amargura>, te ha

querido acompa@ar y aliviar con el homena$e de sus l&grimas... 7!, atravesando aquella muralla de caras rabiosas, las has mirado con gratitud. =Bué bien pagadas quedaban aquellas l&grimas> Pero no has querido quitarle a tu sufrimiento ni un &tomo de peso, ni a tus heridas una gota de sangre con esas l&grimas... 7u Coraz-n anhelante se ha asomado a tus o$os, ha bendecido aquellos consuelos y los ha devuelto... 5%o lloréis por Mí llorad por vosotras mismas y por vuestros hi$osF.

$.(.' " así sube es!s, el sacerdote sumo, al Calvario, al altar de su sacrificio, =solo con todo su dolor> Cae del peso de la cruz y no se que$a. 3e ponen al Cirineo y cae todavía dos veces m&s... $9 El sacerdo!e co: su cruz a cues!as $.(/' 1nvisiblemente es!s llev- la cruz de su sacrificio todos los días y todas las horas de su vida mortal. ?isiblemente, el tiempo transcurrido desde el Pretorio al Calvario. *acerdote de es!s, ;me acuerdo muchas veces de que mi sacerdocio es sacerdocio de cuz visible o invisible, pero perenne4 ;4prendo del Maestro a no descansar de mi cruz sacerdotal diaria en alivios humanos que aminoren, neutralicen o envenenen la virtud de mi sacerdocio< ;Me ha seducido alguna vez la ilusi-n de ser sacerdote de es!s sin cruz a cuestas o con tales alivios o almohadillas, que la cruz de$e de ser cruz y la calle por donde paso, calle de la amargura< =C-mo alientan a llevar la cruz perenne hasta con alegría, las instrucciones antes practicadas que ense@adas, de nuestros padres en la fe y en el sacerdocio>  &ice san Pablo

$.(0' en su segunda carta a los Corintios, I' 5Q' %os vemos acosados de toda suerte de tribulaciones, epro no por eso perdemos el &nimo. %os hallamos en grandes apuros, mas no desesperados. R' *omos perseguidos, mas no abandonados. 4batidos, mas no enteramente perdidos. /S' 7raemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes, la mortificaci-n de es!s, a fin de que la vida de es!s se manifieste también en nuestros cuerpos. /I' +stemos ciertos de que quien resucit- a es!s, nos resucitar& también a nosotros con es!s, y nos colocar& con vosotros en su gloria8. Pe!ici;: $.(3' Madre sacerdotal, cuando comparo una cruz tan pesada como la del sacerdocio con unos hombros tan débiles como los míos y una calle de amargura perpetua con unos pies vacilantes como los míos, siento miedo y pavor y gimo' 5=Pase de mí...>F. Pero cuando, avivando mi fe y mi memoria, veo que la cruz pesada es cruz ungida con sudor y sangre de nuestro es!s, y que las losas duras de mi calle de amargura, est&n regadas con l&grimas de mi Madre 1nmaculada, la eina de los Dolores, que de cuando en cuando sale al encuentro de los cargados con la cruz, y que toda la calle est& perfumada con el buen olor de Cristo y con el aroma de la 1glesia militante y de los santos sacerdotes que por ella pasaron y pasan, camino del cielo, te  pido alientos para renunciar a todo alivio humano y cantar con el coraz-n henchido de gozo' 5=%o se haga mi voluntad, sino la tuya>F. B1%78 M1*7+18 D8388*8

LA CRUCIFIIÓN DE NUESTRO SE7OR ?ESUCRISTO

Quiero unirme al sacrificio de tu vida, pontfice mo y "ostia ma

  $.(8' >*i conocieras el don de Dios> es!s mío, dame a conocer y a amar la cruz, que es tu gran don. &9 La Cruz, so*"ra de ?es@s Sacerdo!e   $.%=' +l cuerpo de es!s, a m&s de la sombra que naturalmente debía proyectar, visto con los o$os de la fe, siempre debi- proyectar como sombra una cruz. 3o mismo cuando ni@o que cuando hombre, ora cuando alargaba sus bracitos para rodear y estrechar el cuello de su Madre cuando $ugaba con los ni@os vecinos o cuando mane$aba las herramientas del taller de su padre legal. 8ra cuando levantaba sus manos para bendecir  muchedumbres o para dar gracias a su Padre celestial, como cuando las ba$aba sobre las cabecitas de los ni@os que le ofrecían o sobre las cabezas de los leprosos, los o$os de los ciegos o las manos de los tullidos. *iempre la fe veía detr&s del cuerpo de es!s, una gran sombra en forma de cruz. +s que es!s no solamente muri- en cruz, sino que naci- y vivi- en ella. Cada paso que daba, fuera por tierra llana como por montes pedregosos, era un escal-n que subía, para su cadalso, a los o$os del mundo para su altar, a los o$os de Dios. $9 La Cruz, luz de ?es@s Sacerdo!e $.%&' =Bué uniformidad, m&s aun, qué unidad da a la vida mortal y eucarística de es!s la Cruz> *iendo es!s y la Cruz dos misterios insondables, se descifran mutuamente. 3a sombra de cruz que sigue a es!s en todos sus actos, es la luz que los e)plica. +l inmenso, el perenne contraste de grandeza y peque@ez, de omnipotencia y debilidad, de esplendor y oscuridad que forma el misterio de es!s, de$a de serlo cuando a esos dos elementos se da forma de cruz. *obre lo grande, lo omnipotente y lo esplendoroso de es!s se pone el palo m&s largo, vertical, del cielo a la tierra. *obre lo peque@o, lo débil y lo oscuro de (l se pone el m&s corto cruzado sobre aquél, y los dos palos se amarran con las letras de esta palabra' sacrificio. $.%$' +l amor del Coraz-n de es!s llevado hasta el sacrificio hace f&cil lo difícil, lo imposible luminoso y refulgente lo oscuro. +l misterio de los contrastes de es!s queda, mirado al través de su sacrificio, sumergido en una catarata de luz. (9 La Cruz, resu*e: y coro:a de ?es@s Sacerdo!e $.%(' *i toda la vida de es!s es sacrificio, la crucifi)i-n es la coronaci-n de él. Consu#aci'n y reproducci'n intensiva de todos los dolores de su vida. =Bué bien demuestra santo 7om&s de 4quino en su *uma 7eol-gica que la Pasi-n de es!s es el mayor de todos los dolores> Por la cantidad y calidad de ellos por la sensibilidad y delicadeza de la naturaleza que los sufría por la claridad de entendimiento de es!s, que veía no s-lo la mano que le hería, sino la intenci-n y sa@a que la movían la firmeza de voluntad con que aceptaba libremente todo el dolor de cada uno de los tormentos y rehuía todo alivio interior o e)terior que pudiera  paliarlos =el mayor de los dolores> %9 La Cruz, co:de:saci;: de la ida de sacriHicio de ?es@s

Sacerdo!e

$.%%' *í, =c-mo se condensa con intensidades inconmensurables en aquellas tres !ltimas horas de e)istencia mortal de es!s todo dolor9 y =todo sacrificio>

 )l sacrificio del coraz'n llega a un límite incalculable en aquella sensaci'n de abandono de su  Padre, que arranca a la augusta ?íctima la que$a m&s triste y dolida de todas las de su vida' 5;Por  qué me has abandonado<5.  )l sacrificio de la sensibilidad  no puede pasar m&s all& con aquella crucifi)i-n a martillazos, aquella postura inverosímil, colgado de clavos, y aquel  sitio tan angustioso, f-rmula del supremo dolor físico.  )l sacrificio de la 7onra multiplicado en intensidad con aquella muerte en patíbulo entre dos ladrones, con aquella desnudez tan vergonzosa y aquellas blasfemias y befas burl&ndose de su divinidad, de su doctrina, de su veracidad, de sus angustias de muerte.  )l sacrificio de todo alivio 7u#ano =hasta qué grado llega> 5" aunque lo gustase, ni lo quiso  beber...F, no quiere el narc-tico que puede aplacar los dolores de su cuerpo no quiere probar el  placer de la venganza, pidiendo a su Padre se la tomara de aquellos malvados sacrílegos no le detiene para hablar mansamente, generosamente, el temor a que fuera interpretado por debilidad o cobardía...

$.%.' %o se toma ning!n alivio... Da perd-n al ladr-n convertido que se lo pide... 5#oy estar&s conmigo en el paraísoF. Da perd-n y e)cusa a los que no se lo piden' 5Padre, perd-nales porque no saben lo que hacenF. enuncia hasta el purísimo alivio de llamar Madre a su Madre y de despedirse de +lla... 3a da también a nosotros, los pecadores, los crucificadores de su #i$o... 5#e ahí a tu Madre... #e ahí a tu hi$oF. .9 La Cruz, sacriHicio de la ida de ?es@s Sacerdo!e $.%/' >)l sacrificio de la vida9 Pero es!s agonizante, ;qué le queda ya a tu vida que no hayas  puesto sobre el ara del sacrificio< =*i apenas queda sangre en tus venas, ni alientos en tu garganta> =7e queda el alma> >Padre, en tus #anos enco#iendo #i espíritu. +l alma en manos del Padre es el m&s e)quisito aroma de aquella inmolaci-n de Carne y *angre divinas... 57odo est& consumadoF. =am&s boca humana ha hablado con m&s $usticia que la de es!s diciendo a su eterno Padre' 5#e consumado la obra que me confiasteF.=7oda la obra> =redenci-n del hombre y reparaci-n de Dios> /9 El sacerdo!e e: cruz $.%0' 7odo mi sacerdocio gira en torno del sacrificio de la Cruz. 3a moral que predico, el dogma que creo y propongo a la fe de los dem&s, la liturgia y mi sacerdocio con los que doy culto digno a Dios y santifico a las almas, todo viene del Calvario, vuelve y lleva a él. +l sacrificio de la vida de es!s es para la moral modelo supremo y fuente inagotable de gracia y fuerza. Para el dogma, es sello de autenticidad infalible, raz-n, fin, medio o e)plicaci-n de todos los misterios. Para la liturgia, su centro vital. Para el sacerdocio, su origen y raz-n de ser. $.%3' "o, sacerdote, tengo por principal y esencial ocupaci-n repetir la oblaci-n real de ese sacrificio y, mediante él, dar a Dios la m&)ima gloria y a las almas la m&)ima gracia. "o que, como cristiano, estoy incorporado al Cuerpo de es!s, que es Cuerpo inmolado, y soy miembro de su Cuerpo místico que es la 1glesia, que est& también inmolada, como sacerdote, en el altar, soy voz de es!s y de la 1glesia y cada vez que digo en nombre de (l' 5(ste es mi Cuerpo5, convierto el pan que tengo en mis manos en cuerpo físico inmolado de Cristo y lo ofrezco en sacrificio al +terno Padre, a la vez que en nombre de la 1glesia y en uni-n de este sacrificio, ofrezco el Cuerpo místico inmolado y me ofrezco a mí mismo. *oy cosacrificador y covíctima con es!s. 09 ¿4io e: *i cruz# $.%8' na pregunta en vista de ese mi e)celso oficio cuotidiano que debía encender en fuegos de santidad todos los pasos de mi vida' ;?ivo, después de mi Misa, como cosacrificador y covíctima

con es!s< +s decir, ;uso de los miembros y sentidos de mi cuerpo y de las potencias y actividades de mi alma, como de cosa que no es mía, sino que est& ofrecida en sacrificio a Dios muchas, muchas veces< *i en el 4ntiguo 7estamento el descuidado #elí y sus sacrílegos hi$os, fueron tan horriblemente castigados porque se apropiaban las carnes que iban a ser sacrificadas, ;qué pena caer& en el %uevo 7estamento, sobre los sacerdotes que se apropian y usan para fines profanos y hasta reprobados de cosas que, no s-lo se destinan al m&s augusto de los sacrificios, sino que han sido ya ofrecidas, aceptadas y consagradas<

Pe!ici;: $..=' Madre del Crucificado, como a esa pregunta no corresponde sobrenaturalmente y hasta honradamente m&s respuesta que la de san Pablo en multitud de veces y formas' 5Huera de mí gloriarme sino en la Cruz de nuestro *e@or esucristoF 5Cristo que est&s en la CruzF, quita a tus sacerdotes el miedo a la diaria crucifii'n y concédeles el dar y darse a las almas, traba$ar y sufrir   por ellas y estar entre ellas sin desclavarse de la cruz de su Misa de cada día... Pero, =estando t!, Madre de los sacerdotes y reina de los dolores,  6unto a la cruz de nuestro  perpetuo calvario, como en el Calvario de tu #i$o>... 3a cruz contigo, m&s que patíbulo de la tierra es antesala del paraíso.

)ISTERIOS 1LORIOSOS las glorias del sacerdocio Preludio   $..&' 3a contemplaci-n de los misterios gloriosos, completa la de la vida sacerdotal de es!s, de María y del sacerdote de es!s por María. +n los gozosos de es!s, el sacerdote ve los gozos de su sacerdocio. +n los dolorosos, sus dolores. " en los gloriosos sus glorias. +n los gozosos est& lo que el sacerdote da a Dios y al mundo. +n los dolorosos, la paga del mundo. " en los gloriosos, la paga de Dios. +n los gozosos est& toda la acci'n sacerdotal . +n los dolorosos la pasi'n sacerdotal. " en los gloriosos, la glorificaci'n sacerdotal.   $..$' +l sacerdote glorifica a Dios, se salva y santifica a las almas. +n los primeros 7aciendo. +n los segundos, padeciendo. " en los terceros de6ando 7acer a &ios. *i toda la vida de es!s en la tierra es una gran Misa pontifical que tiene su introito en la +ncarnaci-n, su ofertorio en la Presentaci-n del templo su principio del canon en 9etsemaní y su consagraci-n y consumaci-n en el Calvario, en los misterios gloriosos tiene su acci-n de gracias' =*u gran acci'n de gracias despu3s de la Misa. =Digna del Dios Padre que la recibía y del #i$o Dios y #ombre, que la ofrecía> $..(' 3a esurrecci-n y la 4scensi-n, son la acci-n de gracias que da el Padre Dios a su #i$o #ombre por haberle ofrecido en sacrificio su Cuerpo y su *angre. 3a venida del +spíritu *anto, es la acci-n de gracias por anticipado del Padre y del #i$o y del +spíritu *anto a sus sacerdotes por ofrecerles diariamente el Cuerpo inmolado físico y místico de es!s y ofrecerse ellos mismos como miembros de este Cuerpo. 3a 4sunci-n y la Coronaci-n de la ?irgen, es la acci-n de gracias que la 7rinidad augusta, entre c&nticos de alabanza y de acatamiento de los &ngeles y de los santos, dan a su #i$a, Madre y +sposa.

$..%' =Bué gran pagador es Dios> *i es dogma fundamental de nuestra fe que premia a los buenos y castiga a los malos, es dogma de nuestra esperanza que, por ser Padre de unos y de otros, es m&s largo en premiar a los buenos que en castigar a los malos. " como nada ha habido, hay ni habr& tan agradable a los o$os y al coraz-n de Dios y tan bueno como el sacrificio de es!s, nada ni nadie, ni en el cielo ni en la tierra, ha habido, hay ni habr& que merezca la remuneraci-n m&s espléndida y, si vale decirlo así, todo el ru#bo de Dios, como la acci-n de su #i$o de ba$arse a la tierra, hacerse hombre en ella, para poder ofrecerle su vida, su Cuerpo y su *angre de hombre en sacrificio de alabanza, acci-n de gracias, e)piaci-n e impetraci-n. $...' Cuando comparo en espíritu de fe los oprobios y derrotas, las desolaciones y negruras de los misterios de dolor con las claridades y elevaciones, las e)celsitudes y e)uberancias de los misterios de gloria y ver c-mo los que allí cayeron aquí subren y los que allí subieron aquí caen en ignominia sempiterna, no puedo menos de gritar en el desbordamiento de $!bilo de mi coraz-n' >Paso al  ru#bo de &ios re#unerador9 El Gre*io $../' Dice san Eernardo' 53lénense de pavor los que le negaron, los que di$eron'  ;o tene#os #*s rey 2ue el C3sar. 3lénense de pavor los que profirieron'  ;o 2uere#os 2ue 3ste reine sobre nosotros.  (l vuelve, habiendo tomado su reino, y har& que los malos perezcan miserablemente. ;Buieres saber, c-mo vuelve recobrado ya su reino< :e #e 7a dado, dice, toda potestad en el cielo y en la tierra. +l Padre le dice también en el salmo' Píde#e y te dar3 todas las gentes por 7erencia tuya, y por posesi'n tuya los t3r#inos de la tierra. &igno es el Cordero 2ue fue #uerto de recibir la fortaleza. %o dicen los ancianos, de perder la mansedumbre, sino de recibir la fortaleza, para que permanezca cordero y sea también le-n. ............................................................

$..0' Pero no llores m&s uan santo. " t! también, María, no llores m&s. ?aya le$os todo llanto, y disípese la niebla de la tristeza. 9ozaos en el se@or, y llenaos de alegría, todos los que sois $ustos, y  publicad con c&nticos su gloria, todos los que tenéis un coraz-n recto5. Perseguidores, echad al sacerdote es!s, al sacerdote Pedro, después de escupirles la cara, de reducirlos a la miseria y de hacerlos pasar por todos los Pretorios y por la calle de muchas amarguras. Pero sabed que el sacerdote volver&... vosotros, no volveréis... Para él, después de los misterios dolorosos, siempre vienen los gloriosos... P1M+ M1*7+18 93818*8

LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SE7OR ?ESUCRISTO   $..3' Me gloriaré en la esurrecci-n que es la acci-n de gracias del Padre al #i$o sacrificado o su estipendio de la tierra. &9 La aceG!aci;: del sacriHicio de ?es@s

  $..8' #e dicho antes y repito ahora, que los misterios gloriosos saben a acci'n de gracias del Padre celestial por la Misa de su #i$o. *i la inmolaci-n termina en la Cruz, en ella comienza la otra  parte esencial del sacrificio, que es la aceptaci-n del mismo por parte de Dios. 3a esurrecci-n y la 4scensi-n de es!s evidentemente son la aceptaci-n p!blica y solemne del sacrificio de la Cruz y como la paga de Dios Padre a su #i$o #ombre *acerdote. $./=' Cuando se va rezando el oficio de Maitines del *&bado *anto =c-mo la tristeza y desolaci-n que embargan el &nimo ante es!s muerto y sepultado, se resuelven en una paz suave y e una esperanza insinuante ante el triunfo grande, inmenso que se presiente, que se va venir> =C-mo confortan y levantan al alma abatida por la visi-n de tantos dolores y befas y derrotas, el 5mi carne descansa en pazF, y el 5no permitir&s a tu *anto conocer la corrupci-nF, y aquella invocaci-n de las puertas eternales ante las mismas puertas de un sepulcro recién ocupado por un reo a$usticiado' 5=4brid las puertas de la eternidasd, y entrar& el ey de la gloria>F. $./&' =ey de gloria> +n verdad que llamar así aquellas carnes desbaratadas a fuerza de bofetadas, latigazos y desgarraduras de espinas y de clavos, o es un sarcasmo tan cruel como sacrílego, o una  profecía tan dulce como gloriosa. *í, sí, que se abran de par en par las puertas eternales, que el Cristo pontífice de los bienes futuros, después de habernos ganado no por la sangre de los becerros, sino por su propia *angreN, la eterna redenci-n, va a entrar por ellas. $9 El es!iGe:dio del sacriHicio de ?es@s $./$' +l *acerdote#ostia, *acerdote que lleg- hasta el anonadamiento y #ostia de obediencia hasta la muerte y muerte de cruz, va a recibir su paga de manos de su Padre, que no de$ar& en la corrupci-n su cuerpo inmolado, sino que lo resucitar& y glorificar& y e)altar& su nombre sobre todo nombre, para que 5en el nombre de es!s se doble toda rodillas de los que viven en el cielo, en la tierra y en los infiernosF. Cuando nosotros los sacerdotes acabamos de celebrar nuestra Misa, nuestros labios y nuestro coraz-n prorrumpen en el bellísimo himno 5bendecid al :e /0 +)altando su Cuerpo con su esurrecci-n gloriosa, causa y modelo de todas las resurrecciones y espiritualiz&ndolo con las dotes del cuerpo glorioso. 20 Perpetuando en la tierra el honor y la e)altaci-n a la santa humanidad de su #i$o con la  perpetua adoraci-n en todos los lugares del mundo de su +ucaristía, que es su Carne y su *angre inmolada y gloriosa, man$ar, vida, modelo de toda virtud y fuente de toda delicia de las almas. A0 #aciendo del sacerdocio de su #i$o, principio y raz-n de todo sacerdocio y causa principal e instrumento el m&s e)celso y eficaz de la glorificaci-n suya, de la redenci-n, $ustificaci-n y santificaci-n de las almas y de la luz y paz del mundo. I0 3evantando el nombre de es!s sobre todo nombre, ante el que, de grado o por fuerza, ha de doblarse toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos.

K0 3lenando los o$os y el coraz-n de la Madre sacerdotal, después de dilat&rselos con e)pansiones  prodigiosas, casi infinitas, del gozo sobre todo gozo, de la visi-n y posesi-n de su #i$o triunfante  para siempre de la muerte y del dolor. O0 +nsanchando el coraz-n de los sacerdotes de su es!s con el optimismo y los alientos de la m&s s-lida esperanza en su ministerio de redenci-n por el dolor, de e)altaci-n por la ignominia, de vida  por la muerte... 0 Dando por la muerte y la resurrecci-n de su #i$o a sacerdotes y fieles, a los redimidos todos, la lecci-n m&s completa y fecunda de doctrina celestial, de verdad y de vida.

$./.' Cedo a san Eernardo el e)presarla con precisi-n y maestría e)imias.  &ice san =ernardo+ 5+n el madero de la Cruz, la feria se)ta, redimi- es!s al hombre, el día mismo en que había hecho al hombre en el principio del mundo. +l segundo día descans- en el monumento, habiendo consumado la obra que había tomado sobre sí. +n el tercero, que es el primero de los días, apareci-, como primicias de los que duermen, el vencedor de la muerte, el hombre nuevo. 4 este modo nosotros que seguimos a nuestra Cabeza en todo este día en que fuimos formados y redimidos, no cesemos de hacer penitencia, no cesemos de llevar la cruz, perseverando en ella como (l persever-, hasta que diga el +spíritu *anto que descansemos de nuestros traba$os. 4 ninguno demos oídos, hermanos. %o a la carne y sangre, no a cualquier espíritu que nos persuada que ba$emos de la cruz. Perseveremos en la cruz, muramos en la cruz. " de ella nos quiten las manos de otros, no nuestra inconstancia. 4 nuestra Cabeza ba$aron de la cruz los varones $ustos, a nosotros nos ba$en por su dignaci-n los &ngeles santos. Para que consumado varonilmente el día de la cruz, en el segundo, que es después de la muerte, descansemos dulcemente, durmamos felizmente en los sepulcros, aguardando la bienaventurada esperanza, y la venida de la gloria del gran Dios, quien resucitar& nuestros cuerpos finalmente en el tercer día, haciéndolos seme$antes a su cuerpo gloriosoF R. Pe!ici;:   $.//' Madre sacerdotal, que tus hi$os, tus sacerdotes, pasando por los pretorios y las calles de la amargura y subiendo a los calvarios de la tierra, ni un momento olviden el  secreto de la gloria de su  pontífice' 5;4caso no convenía que Cristo padeciese y así entrase en su gloria =4 la gloria por la ignominia> =4 la vida por la muerte> *+9%D8 M1*7+18 93818*8

LA ASCENSIÓN DEL SE7OR    $./0' Consideraré la acci-n de gracias del Padre al #i$o sacrificado o el estipendio del cielo. &9 El sacriHicio e!er:o   $./3' 3a gran Misa pontifical del sumo *acerdote es!s, comienza en la tierra en el seno purísimo de la Madre 1nmaculada y termina en el cielo a la derecha del Padre, y me$or dicho, no termina, es eterno. +l sacrificio activo de es!s en la tierra dur- propia mente unas horas, las de su oblaci-n voluntaria para la Pasi-n y la muerte y las de su inmolaci-n por manos de los $udíos. Pero el sacrificio pasivo de es!s comenz- cuando comenz- el activo y no terminar& eternamente. 9

-an ernardo, -ermón 'rimero en e# santo día de /ascua

es!s no ser& m&s inmolado, no padecer& m&s, ni recibir& m&s muerte 5ya no morir&F, 5la muerte no tendr& dominio sobre (lF, pero siempre, siempre, eternamente ante el cielo y la tierra y los abismos, ser& el in#olado, el Cordero sie#pre in#olado F el pontífice de la gloria suprema de Dios, la #ostia de la redenci-n universal y el altar de la m&s grata propiciaci-n. +n el cielo, la luz que despiden las sagradas cicatrices del Cordero inmolado, es la luz que quita las noches de los días de la eternidad e inunda de claridades y bienandanzas los &mbitos todos de la gloria. *í, el sacrificio de es!s ser& eterno' /0 Porque eterna es la aceptaci-n que del mismo hace el +terno Padre y eterno el gusto con que se recrea en él. " 20 Porque eterna es la alabanza, la acci-n de gracias, la propiciaci-n y la impetraci-n que por el sacrificio de su #i$o recibe.

$9 1ra!i!ud e!er:a del Padre $./8' *iendo eterno el sacrificio del #i$o, sacerdote#ostia, recreémonos en estas dulcísimas consecuencias' /G +terna ser& la gratitud del Padre a su #i$o sacrificado y eterna la paga de gloria y e)altaci-n que le dar& a su humanidad y a su nombre. 2G +ternamente en virtud de esa gratitud, el Padre no dar& m&s beneficios naturales y sobrenaturales, sino por medio y por los méritos de su #i$o es!s crucificado. AG +ternamente estar& en lo m&s alto del cielo 5sobre el monte de *i-nF el Cordero, recibiendo el c&ntico de la alabanza y de la gratitud por su sacrificio, de los &ngeles y de los santos' 5Digno es el Cordero, que fue sacrificado, de recibir el poder, y la divinidad, y la sabiduría, y la fortaleza, y el honor, y la gloria y la bendici-nF. IG +ternamente no habr& m&s raz-n para entrar y morar en el cielo, en torno del Cordero, que la de ser im&genes vivas de es!s crucificado, reproducciones del Cordero sacrificado y de la #ostia viva y callada del altar =+l cielo es la patria de las hostias> $.0=' =Bué bellamente y qué gr&ficamente est&n e)presadas todas esas e)altaciones con que el Padre acepta y agradece y paga el sacrificio de su #i$o sacerdote en las palabras de nuestro símbolo' 5...subi- a los cielos y est& sentado a la derecha de Dios Padre todopoderosoF. =*ubi-> Midamos, si podemos, hasta d-nde descendi- y calcularemos hasta d-nde subi-> =*ubi-> Desde las profundidades de los abismos, no obsta te el peso de la losa del sepulcro, a  pesar de los clavos con que lo su$etaron a la cruz, desde el fondo del mar de ignominias y calumnias... Cuando lleg- la hora de subir, subi- por su propia virtud, a la vista de los suyos, serenamente, ma$estuosamente... $.0&' " 5est& sentado a la derecha de Dios Padre...F. 5*entadoF esto es, no de prestado, no de  paso, no para recibir un premio, un homena$e y seguir o volver... 5*entado a la derechaF, esto es, en igual gloria que su Padre en cuanto Dios, y en cuanto #ombre 5en mayor que otro algunoF, como ense@a el catecismo. Dice san 3e-n Papa' 53os bienaventurados ap-stoles y todos los discípulos, que estaban atemorizados por el resultado de la cruz, y vacilantes en la fe de la resurrecci-n, de tal manera fueron fortalecidos con la evidencia de la verdad, que no s-lo no se habían de entristecer viendo al *e@or remont&ndose a lo m&s alto de los cielos, sino que se llenarían de un grande gozo... $.0$' 3a 4scensi-n de Cristo es nuestra e)altaci-n. " a donde precedi- la gloria de la Cabeza, allí est& llamada también la esperanza del cuerpo. egoci$émonos, amadísimos, con gozos dignos y 10

ordero siem're inmo#ado.

alegrémonos con piadosas acciones de gracias, porque hoy, no s-lo hemos sido asegurados como  poseedores del paraíso, sino que, en Cristo, hemos penetrado en lo m&s alto de los cielos, ganando,  por la inefable gracia de Cristo, mucho m&s que habíamos perdido por la envidia del diablo, pues los que el infernal enemigo derrib- de la felicidad de la primera mansi-n, el #i$o de Dios, incorpor&ndolos a sí, los ha colocado a la derecha de su Padre5.

Pe!ici;: $.0(' Madre sacerdotal de es!s *acerdote, ense@a a tus hi$os los sacerdotes de es!s /0 3as leyes de esa mec&nica divina de subir ba$ando y ba$ar subiendo que a todos los hombres, y de modo singular a los sacerdotes, ha mostrado es!s. =*on tantas y tan largas las horas del descenso> =*on tantos y tan recios los poderes enemigos que nos empu$an a mal ba$ar y a peor subir> =%os hace tanta falta no perder de vista que nuestro ministerio es ministerio de ba$arnos mucho  para que otros suban, ministerio de e)altaciones de es!s y de las almas, a costa de humillaciones nuestras> $.0%' Madre querida, que aprendamos tus sacerdotes esa lecci-n, la !nica necesaria para ser de verdad maestros y padres de las almas y sacerdotes a gusto y a estilo de tu es!s. =Bue sacerdotes y fieles entendamos el misterio de la e)altaci-n por la humillaci-n. " $.0.' 20 Bue si el cielo es la patria de las hostias, la estaci-n !nica de partida es el altar en que tus sacerdotes se hacen cada día m&s hostias en uni-n con el sacerdote#ostia es!s, y en el se consagran y reparten el alimento que ha de convertir las almas de los hombres en hostias vivas y gloriosas de es!s y dar a sus cuerpos la semilla de la resurrecci-n. *í, ensé@anos, Madre querida, a tener en cuenta que esos brazos que ahora abrimos en el altar para adaptarnos y abrazarnos a la cruz de nuestro pontífice es!s, se trocar&n un día en las alas de nuestra ascensi-n... 7+C+ M1*7+18 93818*8

LA 4ENIDA DEL ESPJRITU SANTO SO5RE EL COLE1IO APOSTÓLICO $.0/' Me gloriaré en la anticipada acci-n de gracias del Padre celestial a sus sacerdotes. &9 El gra: es!iGe:dio de :ues!ras )isas $.00. *i la esurrecci-n y la 4scensi-n, decía antes, son la acci-n de gracias del Padre por el sacrificio de su #i$o, el *acerdote sumo, Pentecostés es la acci-n de gracias anticipada del mismo Padre celestial por las Misas que hasta la consumaci-n de los siglos, se le han de ofrecer en la tierra  por los sacerdotes, representantes y participantes del sacerdocio de su #i$o y repetidores del sacrificio por (l ofrecido en el altar de la Cruz. *i nada hay que dé tanta gloria a Dios como una Misa, nada hay que (l agradezca tanto. " =qué espléndida acci-n de gracias> =Bué regalo tan de Dios agradecido> =Como que el regalo es nada menos que el mismo +spíritu *anto, el 5Don de Dios 4ltísimo5, 5=y quedaron todos llenos del +spíritu *anto>F. $9 E: qu co:sis!e

$.03' Pentecostés no es s-lo el día del +spíritu *anto, sino el día de la gracia. +ntre las innumerables gracias que los ap-stoles y discípulos reciben en este día del +spíritu *anto, creo que la principal y la que las contiene a todas es ésta'  "a gracia de darse cuenta de la  gracia de su sacerdocio. +l Maestro había dicho a sus amigos' 5Cuando viniere el Par&clito, (l os ense@ar& todas las cosas...F 5(l os ense@ar& todo cuanto yo os he dichoF. Pero, Maestro querido, si ya 7! lo has dicho todo y lo has revelado todo, ;c-mo dices que el +spíritu, que 7! enviar&s, nos ense@ar& y dir&...< =Bué bien se descubre la respuesta a la pregunta anterior en lo que hace el +spíritu *anto en el Cen&culo y en lo que seguir& haciendo en la 1glesia> $.08' +n la Ultima Cena los ap-stoles habían sido consagrados sacerdotes y obispos y habían recibido la potestad para consagrar el Cuerpo y la *angre de es!s, y en otras ocasiones para  predicar a toda criatura, para perdonar todos los pecados. *im-n Pedro había sido constituido piedra y cabeza visible de la 1glesia... ;*e dieron cuenta del c!mulo de honores y poderes que les regalaba el Maestro< 3o mismo que ante los repetidos anuncios de su Pasi-n y muerte, no entendieron nada. $.3=' 4 pesar de todos esos e)imios poderes, a la par que urgentes ministerios, a la muerte de es!s, los ap-stoles vuelven a sus redes y todo el reducido grupo de amigos suyos, andan dudosos, ocultos, recelosos y como desorientados. =Bué gr&ficamente e)presan ese estado de &nimo y ese estado del colegio apost-lico, las palabras de los dos discípulos de +ma!s a es!s disfrazado de peregrino' 5...nosotros esper&bamos..., pero ya hoy es el tercer día y...F. " aun m&s claramente las !ltimas palabras con que es!s se despide de los suyos para el cielo' 5increp&ndolos por su incredulidad y dureza de coraz-nF. Diríase que la 1glesia fundada por es!s y los e)celsos poderes conferidos para establecerla y e)tenderla, corrían la suerte de la semilla en invierno, como muerta y sepultada deba$o de escarchas y nieves. (9 1ra: do: $.3&'  3lega Pentecostés. Con ruido de viento impetuoso y en forma de lenguas de fuego desciende el +spíritu *anto sobre cada uno y los llena de sus dones y, entonces, como al embate de aquel viento impetuoso y de aquellas llamas de fuego, desaparecen de los o$os y de los corazones de los ap-stoles los tupidos velos que les impedían ver y sentir y darse cuenta de lo que eran y podían  por instituci-n de su Maestro. "o creo que el principal y m&s rico don del +spíritu *anto a los ap-stoles de es!s, fue el donde darse cuenta e íntimamente persuadirse de que eran  sacerdotes de Jesús. 7odos los dem&s dones y carismas de lenguas, curaciones, profecías y valor hasta el desprecio de la vida de aquel día memorable de desbordamientos de regalos del Padre celestial a los amigos de su #i$o, estaban contenidos y representados en aquel m&)imo don. $.3$' ;Buién podría medir, calcular, olfatear las emociones y transformaciones operadas en aquellas cabezas, corazones y hasta nervios al de$arse invadir del convencimiento, de la persuasi-n, de la luz y del fuego con que el +spíritu santo les hacía saber que eran sacerdotes y que obraban como tales< +mociones del primer día de nuestro sacerdocio y de nuestra primera Misa, =c-mo record&is las  primeras emociones de nuestros padres en la fe y en el sacerdocio> " que el don de enterarse de su sacerdocio fue el gran don de Pentecostés y la gran acci-n de gracias del Padre celestial, lo demuestra muy a las claras la acci-n que allí inician los ap-stoles para

no cesar en ella $am&s, la acci-n sacerdotal $er&rquica y, a fuer de tal, triunfante, transformadora y de una fecundidad casi infinita.

$.3(' Dice santo 7om&s' 53os ap-stoles, recibiendo el +spíritu *anto, recibieron todo el caudal que habían menester para llenar su ministerio, porque Dios nuestro *e@or da tanta gracia a cada uno, cuanta es menester para que cumpla enteramente con el ministerio y oficio que le encarga y con el estado para que le llamaF. %9 Los !res !esoros del sacerdo!e $.3%' +n tres cosas principalmente aparece y luce con brillo refulgente esa acci-n sacerdotal apost-lica, a saber' en la estima y en el uso que hacen de los tres tesoros que les de$- el sacerdote sumo es!s' /0 el de la +ucaristía de es!s, 20 el del +vangelio de es!s, y A0 el de la 9racia de es!s. $.3.' /0 +n el Cen&culo comienzan los primeros sacerdotes a decir su Misa y a dar comuniones a los fieles. +n la !ltima Cena se co#i' la +ucaristía. +n el día de Pentecostés se e#pez' a saborear... Misas y comuniones de los ap-stoles, preparadas por el mismo +spíritu *anto, participadas y agradecidas por la Madre de es!s en persona, =c-mo renovasteis la faz del mundo> Por eso, para conmemorar y agradecer solemnemente la +ucaristía, dice santo 7om&s, eligi- la 1glesia los días que siguen a la octava de Pentecostés en memoria de que en ellos comenz- a ser  consagrada y comida. $.3/' 20 ;Buién podría reconocer en aquellos tímidos y escondidos y acobardados amigos de es!s mortal, estos intrépidos predicadores de su +vangelio ante gentes de todas las naciones y ante los mismos tribunales que acaban de condenar a muerte a es!s< ;Buién podría medir la luz irradiada del +vangelio por la palabra austera y sencilla de los ap-stoles sobre el mundo< " $.30' A0 ;Buién podría contar la multitud de prodigios en los cuerpos y en las almas 2ue se 7acían por el poder de los ap'stoles, los enfermos curados, los pecadores arrepentidos y  perdonados, los bautizados recibiendo los dones y carismas del +spíritu *anto, los ricos despreciando los bienes terrenos en beneficio de los hermanos pobres, los corazones encendidos y transformados por la caridad y unidos como si fueran uno solo, el nuevo pueblo de Dios que surgía gallardo y hermoso entre el pueblo de cerviz dura y coraz-n de piedra perfumado con tanto y tanto  prodigio obrado por 5las instrucciones de los ap-stoles y en la comunicaci-n de la fracci-n del Pan y en la oraci-n =(se es el oro y la plata con que se han enriquecido a sí mismos y al mundo de luz, de verdad, de bien, de paz, de salud, de gracia y de gloria> =+l nombre de es!s> *aber y gustar de todos los modos que se puede saber y gustar, quién es es!s y qué es ser sacerdote de es!s, ése es el gran secreto, el gran tesoro con que el Padre regala y da gracias por anticipado a los sacerdotes de su #i$o. $.38' es!s +ucaristía, es!s +vangelio, es!s 9racia ahora y 9loria después, =ésa es mi herencia sacerdotal> =Para mí y para todos los que yo quiera darles parte> *i santo 7om&s de 4quino pudo responder al *e@or cuando le preguntaba por la recompensa que le pedía por haber escrito tan bien de (l, que no quería m&s recompensa que (l mismo, ;qué me$or  respuesta podría dar el sacerdote a quien le preguntara el Padre celestial por la recompensa deseada

 por sus Misas y sus ministerios y por las gotas de sudor, de l&grimas y aun de sangre, con que se las haya ofrecido<

$.8=' =*er sacerdote de es!s> ;Bué me importan pobrezas ni riquezas materiales, c&rceles ni tronos, odios ni e)altaciones de los hombres, si nada de eso puede quitarme ni mi sacerdocio de es!s ni al es!s de mi sacerdocio< Pe!ici;: $.8&' Madre sacerdotal, consigue del +spíritu *anto que todos tus hi$os los sacerdotes desalentados, vacilantes, perseguidos, despo$ados de sus bienes  sepan saborear su sacerdocio y contentarse con 3l. C478 M1*7+18 93818*8

LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SE7ORA EN CUERPO 6 AL)A A LOS CIELOS   $.8$' Me gloriaré en la acci-n de gracias del Padre a la Madre sacerdotal. &9 El es!iGe:dio de la !ierra $.8(' Mientras m&s medito que los misterios gloriosos son el estipendio del Padre celestial por la Misa pontifical de su santísimo #i$o, m&s luz recibo y con m&s gozo me recreo sobre ellos. 3a 4sunci-n de María a los cielos, no es ni m&s ni menos que una porci-n de ese espléndido estipendio, de esa derroc7adora acci-n de gracias. Para recoger y reconcentrar en un solo foco todos los esplendores de esa e)plosi-n de la bondad de Dios, que se llama la 4sunci-n, y para que de alg!n modo la puedan mirar, sin cegarse ni ofuscarse nuestros o$os, os propongo meditar ese sublime misterio al través de estas palabras del Maestro sacerdote' 5Dad y se os dar&F. $.8%' #a querido la bondad de Dios fundar las relaciones de los hombres con (l y con ellos mismos sobre un principio de generosidad reproductiva'  &ad... a la tierra un grano de semilla, y ella os dar& una espiga cargada de granos. Dad l&grimas sobre corazones de piedra, y los corazones de piedra se ablandar&n. Dad una moneda o un pedazo de pan a la mano del indigente, y el Padre de los pobres os dar& el ciento por uno y la gloria eterna. Dad dolores y humillaciones por Dios a vuestra vida, y se os dar&n gozos y e)altaciones... Dad, dad lo que teng&is y pod&is, y se os dar& medida llena, rebosante... $.8.' *i no sembr&is generosidades, no esperéis cosechas de bienes de Dios ni de los hombres. 53o que cada uno siembra recogeF, ha dicho, e)plicando este plan de Dios san Pablo' 5+l que siembra poco, poco recoger&F. 4l través de este gran principio de la economía de Dios, mirad, meditad y saboread el misterio de la 4sunci-n. $9 ¿Ku da )ar>a al Padre Dios y al iBo Dios#

$.8/' Da su cuerpo y su alma que, después del cuerpo y del alma de es!s, son las obras m&s  perfectas de Dios, y los da por el motivo m&s puro, del modo m&s generoso y con el fin m&s divino que pura criatura ha dado algo a Dios. Da su cuerpo y su alma, o me$or, se da toda a Dios desde el primer instante de su ser hasta la eternidad, porque (l lo quiere y se lo pide. *e da toda entera en cada instante de su vida sin regateos ni vacilaciones, antes bien, con generosidad indefinidamente creciente, y se da para s-lo la glorificaci-n de Dios sin reservarse nada. $.80' ?ale tanto el don de María a Dios que, supuesto el plan de redimir al hombre por otro #ombre, puede decirse que Dios lo necesitaba+ %ecesitaba su carne para que su #i$o se hiciera hombre y, como hombre, fuera sacerdote y ?íctima a la par. %ecesitaba su alma pura e inmaculada y a fuer de tal, perfectamente libre, para que su #i$o entrara y fuera recibido digna y decorosamente en el mundo como #i$o del hombre. *i el #i$o de Dios y de María ha podido redimir y sigue redimiendo al mundo, es por el sacrificio de su Carne y de su *angre que (l, como *acerdote sumo, ofreci- una vez en el Calvario y ofrece  perpetuamente por medio de sus sacerdotes. +se sacrificio es la mayor gloria de Dios y el m&)imo bien de los hombres... $.83' 4hora bien, el cuerpo de María dio para ese sacrificio' /0 3a carne del *acerdote sacrificador. 20 3a carne de la ?íctima. A0 *u seno virginal en donde comenz- el sacrificio. IG 3as manos con que por primera vez fue presentado a su Padre celestial. " K0 su coraz-n con el que  padecía, moría, redimía y se sacrificaba con su #i$o. (9 ¿Ku se da a )ar>a# $.88' Bue busquen los te-logos razones del e)celso misterio de la 4sunci-n de nuestra *e@ora en cuerpo y alma a los cielos. 4 mí me basta saber' /0 Bue si a la carne del #i$o sacerdote se ha dado toda e)altaci-n y toda gloria,  por2ue se in#ol', a la carne de la Madre sacerdotal se debe toda e)altaci-n y toda gloria después de la de su #i$o. 20 Bue, si la carne que para ser carne de sacrificio, consinti- en ser escupida, golpeada, azotada y atravesada, y se transform- al tercer día de muerta en carne gloriosa, refulgente, &gil y sutil, a la carne m&s unida a esa carne en su ser, en su obrar, en su padecer y en su merecer, corresponde una resurrecci-n y una 4sunci-n gloriosas, lo m&s parecidas a la esurrecci-n y 4scensi-n de la carne de es!s. $/==' 5Dad y se os dar&5 vuelvo a decir' ;Buién ha tenido m&s parte en el sacerdocio y en el sacrificio de es!s, que su Madre< ;Buién merece, pues, recibir m&s parte del sacrificio de es!s y de la acci-n de gracias del Padre celestial que la Madre sacerdotal< *i al #i$o sacerdote, porque se anonad- en su sacrificio de cruz, el Padre lo e)alt- con la glorificaci-n de su carne y la de su nombre, ;c-mo no ha de glorificar y e)altar a la Madre del sacerdote y de la #ostia del Calvario y de todos los sacerdotes y #ostias de todos los altares cristianos, sacerdote +lla también por medio de su es!s y de los sacerdotes de es!s y víctima a la vez en donde quiera que se ofrezca la Carne inmolada de su es!s< $/=&' +n una de mis catequesis tuvo la peregrina y feliz ocurrencia una chiquita de preguntar' ;%o hay +ucaristía de la ?irgen< *e le di$o que no y la ni@a se qued- con pena... Pero si la Carne y la *angre de la +ucaristía la tom- es!s de María, ;no se le podía haber  contestado que sí, que la +ucaristía de la ?irgen es la misma de es!s< Pe!ici;:

$/=$' Madre gloriosa, =que mi alma de sacerdote se derrita de gozo al unir en la contemplaci-n de la #ostia de mi sacrificio, la adoraci-n a la carne gloriosa de tu es!s con la veneraci-n de la tuya inundada y saturada de la misma gloria> B1%78 M1*7+18 93818*8

LA CORONACIÓN DE NUESTRA SE7ORA POR REINA DE CIELOS 6 TIERRA   $/=(' Me gloriaré en el gran estipendio celestial para la Madre sacerdotal. Dos puntos de vista  para meditar esa gran paga que da Dios a su #i$a, +sposa y Madre María por lo bien que ayud' la  Misa de es!s *acerdote. &9 C;*o e:!ra e: el *u:do :ues!ra )adre y c;*o sale de l $/=%' =Bué armonía entre todos los actos de la vida de María santísima, y singularmente entre su entrada y su salida del mundo visible> +ntra por la puerta del privilegio de la inmunidad del pecado en virtud de la anticipada aplicaci-n de la edenci-n, y sale por la puerta de otro gran privilegio, el de la resurrecci-n y glorificaci-n anticipada de su cuerpo por los méritos de la misma edenci-n. =C-mo se completa el misterio de la Concepci-n 1nmaculada con el misterio de la 4sunci-n gloriosa> no y otro son misterios de preservaci-n. +s el primero la preservaci-n de la corrupci-n de la culpa. +l segundo es la preservaci-n de la corrupci-n del sepulcro, que es uno de los frutos de la culpa. $/=.' +n el primero, la sangre del #i$o, antes de ser derramada, envuelve al alma de la Madre  para que no la toque el h&lito emponzo@ado del pecado. +n el segundo, la sangre ya derramada en sacrificio y glorificada, ba@a y penetra el cuerpo puro y el alma inmaculada de su Madre y les presta sus mismos dotes de gloria, la impasibilidad, la claridad, la agilidad y la sutileza. +n la Concepci-n los méritos previstos del edentor, impiden la entrada de toda mancha en el alma de su Madre, pero no del dolor y de la muerte en su cuerpo. +n la 4sunci-n los méritos ya adquiridos por el #i$o edentor, se vuelcan sobre el alma de la Madre corredentora y hacen de +lla la redi#ida perfecta, la totalmente redimida. $/=/' =Bué alegría> *i es!s resucitado, en frase de san Pablo, es 5la primicia de los que duermenF // en la paz de Dios, María resucitada y llevada al cielo en cuerpo y alma gloriosos por la virtud de su #i$o, es la primicia de los redimidos por (l, de modo tan singular como glorioso. =edimida de la posibilidad  del cautiverio del demonio, del pecado y de la corrupci-n> " entre esa entrada limpia y salida gloriosa del mundo =qué proceso tan honroso para nuestra Madre y tan consolador y aleccionador para nosotros sus hi$os, singularmente los sacerdotes> Deteng&monos en considerar' $9 Lo que da )ar>a y lo que reci"e $/=0' 5Dad y se os dar&F /2. 11

12

1 or 1%,20

Lc ,3

*i esa es ley de gracia y de naturaleza y, si Dios, primer dador de todo bien, ha llevado la dignaci-n de su bondad hasta recibir y pagar agradecido dones de sus criaturas, como el aroma del incienso y de las flores, los trinos y las armonías de las gargantas de carne, las alabanzas de las lenguas humanas, las l&grimas y los gemidos de peticiones y lamentos, ;con qué pagar& Dios a la ?irgen María cuanto de +lla ha recibido< @ María da su vida

$/=3' ;Con qué pagar& Dios el fiat  honroso para +lla, es verdad, pero tan doloroso como honroso de la +ncarnaci-n y de la redenci-n, las l&grimas y la pobreza de Eelén, las angustias de la huída a +gipto, las privaciones y los traba$os de %azaret, los soles y las escarchas, los desamparos y los desprecios, los sobresaltos y las humnillaciones del seguimiento de la vida p!blica de es!s< ;" la generosidad tan gustosa y la pureza de intenci-n tan perfecta, y la uni-n con (l tan íntima con que todo aquello es ofrecido< $/=8' ;Buién ha dado a Dios m&s que María< +lla le ha dado albergue en su seno para que se vista de nuestra carne humana la leche de sus pechos y el pan de su mesa para que se alimentara el calor de sus besos y de su hogar para que se calentara la vestidura incons!til, por +lla misma te$ida,  para que se cubriera la defensa y el recreo de sus o$os, la protecci-n de sus manos... @ María da su carne y su sangre

$/&=' 5Dad y se os dar&F. María dio, como hemos meditado en el cuarto misterio glorioso, para la obra m&s grande de los cielos y de la tierra, el sacrificio de la Cruz y del altar, su carne y su sangre con toda la generosidad de inmolaci-n posible en una pura criatura, y Dios le da la glorificaci-n de su carne mediante una anticipada resurrecci-n del sepulcro y de una espléndida asunci-n a los cielos. Pero con esa glorificaci-n de la carne virginal y sacerdotal de María, no termina la acci-n de gracias o el estipendio de Dios por su participaci-n en el gran sacrificio. @ María da su al#a

$/&&' 5Dad se os dar&F, vuelvo a decir derritiéndoseme el alma de gozo al ver a la Madre de mi sacerdocio dando, no s-lo su cuerpo y su sangre para el *acerdocio y el sacrificio de es!s, sino dando su al#a con todas las intenciones de su pensamiento, con toda la intensidad de los afectos de su voluntad y con toda la energía de sus actividades para ser siempre y en cada instante esclava y Madre de Dios. +sta entrega del alma es tan valiosa que sin ella la de la carne, poco hubiese valido, seg!n el mismo #i$o ha dicho en repetidas manifestaciones de su +vangelio. 0@ María da su 7onra

$/&$' :u 7onra. *í, yo creo que una de las aportaciones m&s valiosas que María llev- al sacrificio redentor, fue la del peligro de su 7onra. +n tres casos singularmente veo yo la heroicidad de la ofrenda que de su honra hace nuestra Madre' /0 ante su propio esposo san osé, call&ndole el gran misterio de la +ncarnaci-n del ?erbo en sus entra@as por obrar del +spíritu *anto, de$ando a Dios que saliera por +lla revel&ndoselo al acongo$ado y perple$o esposo, 20 ante los sacerdotes del templo present&ndose a la purificaci-n como una de tantas mu$eres manchadas y rescatando a su %i6o >el !edentor9 " A0 ante los $ueces de su pueblo y la opini-n p!blica subiendo al Calvario y permaneciendo en él como madre de un reo de muerte, postergado al facineroso Earrab&s y a$usticiado entre dos ladrones...

;Buién podr& apreciar el valor del sacrificio de la honra, m&s valiosa que todos los tesoros, que engarza la Madre en la corona de ey del divino sacrificado< 1@ María da su confor#idad al sacrificio 2ue Jesús se i#pone de privarla de #anifestaciones eteriores de  su cari
$/&(' %o en una p&gina sola del +vangelio, sino en todas ellas se adivinan y se aspiran los aromas de ese gran holocausto del coraz-n con que el #i$o pide a su Madre, que le siga e imite en el inmenso sacrificio del suyo. es!s, el #i$o perfecto de Dios y de María, y a fuer de tal amantísimo de su Madre, m&s veces aparece en el +vangelio honrando a su Madre con sus obras de obediencia, que halag&ndola con sus  palabras. Hrente al les estaba su#iso de %azaret y la conversi-n del agua en vino de Can& a petici-n de su Madre, el trato en p!blico de es!s con +lla es siempre al parecer despegado y seco, como cuando la llama Mu$er y no Madre, como en el encuentro en el templo, en las bodas de can&, en la casa donde le dicen que su Madre lo llama al lado afuera, y en otras ocasiones en las que las palabras del #i$o parecen sonar m&s a reproche o desvío que a consuelo y honra. =Cu&nto debi- costar este sacrificio al #i$o y a la Madre> @ María se da dos veces co#o Madre de Jesús

$/&%' María es no s-lo la Madre del es!s físico del +vangelio, sino también del es!s místico, que es la 1glesia. =3os cuidados, desvelos y sacrificios de todo orden envueltos en el m&s recatado silencio con que la e)celsa Madre del es!s físico del +vangelio ha criado, sostenido, ayudado, alimentado y defendido al es!s místico de la 1glesia ni@a, siempre pobre, perseguida siempre en la tierra>... =Bué misterios de bellezas, qué abismos de abnegaciones, qué mares de caridad, qué $ardines de virtudes, qué inmensidad de vida y de acci-n sobrenatural nos descubrir& en el cielo la historia, hasta ahora cerrada, del ;azaret  de la 1glesia ni@a> =C-mo se de$aría la 1glesia naciente formar por el cari@o, los e$emplos, la oraci-n de la por dos veces Madre sacerdotal> $/&.' *i san Pablo podía gloriarse, hablando a la 1glesia adolescente de Corinto, de haber sido su  padre diciendo' 57enéis muchos maestros en Cristo, pero no muchos padres, pues yo soy quien os ha engendrado en Cristo es!sF, María puede gloriarse de ser la Madre del es!s que naci- en Eelén y del que le naci- en los dolores del Calvario, y cri- a sus pechos en el Cen&culo, en erusalén y llev- de la mano en 9alilea y en (feso... H@ "a reco#pensa divina

$/&/' Preguntaba 7obías el padre a su hi$o 7obías qué merced daría al generoso 4zarías por los valiosos bienes que a su casa tra$o /A y convinieron padre e hi$o en ofrecerle la mitad de las riquezas  por su gesti-n recuperadas. ;Bué merced, se diría la *antísima 7rinidad a la !ltima hora terrena de María, qué merced daremos a la m&s piadosa de las hi$as, a la m&s generosa de las madres y a la m&s fiel de las esposas<... ;Bué lugar ha de ocupar en el cielo la #i$a, Madre y +sposa de Dios< 3a respuesta nos la da es!s en el santo +vangelio. *i est& decretado dar al 2ue d3, ;qué se dar& a la pura criatura que a la 7rinidad augusta ha dado m&s gloria y ha obtenido para el cielo y para la tierra, m&s bienes que todas las puras criaturas  $untas< 13

r. o! 12

$/&0' "a #*i#a reco#pensa. *i est& prometido por la ?erdad indefectible dar e)altaciones en proporci-n de las humillaciones /I, ;qué e)altaciones se dar&n a la que tantas humillaciones gust- en la tierra< $/&3' "a #*i#a ealtaci'n. *i est& anunciado/K dar la vida a los que entregaron y despreciaron su vida temporal por +l, ;qué vida y qué grados de vida se dar& a la que ni un solo instante vivi- para sí< $/&8' "a plenitud de la vida eterna. *i es!s, *acerdote sumo, dispuso que en donde (l estuviera estaría su ministro /O, ;en d-nde ha de estar su Madre y a la par m&s ministro suyo y m&s íntimo y grato que ning!n otro< 3o m&s alto, lo m&s rico, lo m&s glorioso del cielo, después del trono de la *antísima 7rinidad, lo m&s cerca de es!s, lo m&s lleno de gloria, de su visi-n, de su posesi-n y de su poder, después del Padre y del +spíritu *anto, ése es el lugar del descanso de María, ésa es la acci-n eterna de gracias de Dios Padre y Dios #i$o y Dios +spíritu *anto por la participaci-n en la eterna Misa pontifical de su es!s, ésa es la gran cosec7a celestial  de María y ésa es la coronaci-n de nuestra *e@ora por  eina de cielos y tierra. Sacerdo!es de ?es@s e +iBos de )ar>a $/$=' *i en vuestras horas duras y largas de siembra en las almas y de sacrificios an-nimos y casi nunca agradecidos por ellas, tenéis que representar alguna vez el 5al ir iban llorando, llevando la semillaF/, levantad vuestros o$os al cielo, mirad a la Madre y eina de los sacerdotes orladas sus sienes con corona de perlas, que antes fueron l&grimas de muchas y muy amargas ingratitudes y de muchos y muy acerbos dolores, y proseguid en paz vuestras siembras con l&grimas cantando el salmo' 54l volver vuelven cantando trayendo sus gavillasF. Después de la siembra por Dios, vendr& la cosecha con alegría, con colmo, =a lo Dios> =+stad ciertos> Pe!ici;: $/$&' Coronada Madre sacerdotal, si toda la vida de tu es!s fue una  Misa con su preparaci-n en los misterios gozosos, su celebraci-n en los dolorosos y su acci-n de gracias en los gloriosos, y si toda tu gloria en la tierra y en el cielo es ayudar  m&s y me$or que nadie esa Misa, consigue, para tus sacerdotes, conocer, estimar y vivir su Misa y dedicarse a que toda su vida sacerdotal con sus gozos, dolores y glorias, su hacer, padecer y triunfar en y por las almas, sea preparaci-n, celebraci-n y acci-n de gracias de su Misa... $/$$' Madre gloriosa, por tu santísimo rosario te pido para epitafio de mi cuerpo muerto y para sentencia de mi alma en el $uicio, estas dos palabras' Cele"r; "ie:,  esto es, di$o bien, hizo bien, aprovech- bien su Misa...

1

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Lc 1,1

n 12,2%

n 12,2

-a# 12%,+

EL PADRENUESTRO 6 EL A4E)ARJA DE NUESTROS ROSARIOS  #l $adrenuestro y el %vemara son las m&s sacerdotales de todas nuestras oraciones

$/$(' 3os ap-stoles, pidieron, obtuvieron y propagaron, la primera y, para revelar, celebrar y agradecer la Maternidad divina de María que la constituye  Madre sacerdotal, esto es, del sacerdocio y de los sacerdotes, se compuso la segunda. Por eso oficial, lit!rgica y obligatoriamente son las oraciones, no s-lo de cada uno de nuestros días, sino de cada una de las horas de nuestros días. +l  Padrenuestro es la oraci-n culminante de nuestras Misas ella y el 4vemaría, son el saludo y la preparaci-n de nuestras horas can-nicas con ellas est&n engarzados casi todos nuestros ministerios sacramentales y e)trasacramentales. " por ser eminentemente sacerdotales estas oraciones, =qué valor de alabanza e intercesi-n tienen  proferidas por labios, lenguas y almas de consagrados> =3o que da a la gloria de Dios, al honor de su Madre y al bien de las almas, un solo  Padrenuestro, o una sola Ave#aría bien rezados por un sacerdote> $/$%' " si en vez de un Padrenuestro, son los cinco o lo quince del rosario y, en vez de un 4vemaría, son las cincuenta o las ciento cincuenta del salterio mariano, perfumados y adornados unos y otras con la meditaci-n de los sacrosantos misterios, ;quién puede medir y contar lo que da al cielo, a la tierra y al purgatorio, el rosario bien rezado de un sacerdote< Buedaría incompleto este librito, si no dedicara unas líneas siquiera a recordar lo que todos los sacerdotes saben de su Padrenuestro y de su Ave#aría. "o quisiera para llenar a conciencia y satisfacci-n ese deseo, trasladar a estas p&ginas lo mucho y  bueno que sobre esas oraciones nos han de$ado escrito los santos Padres y Doctores. =Bué maravillas descubrieron y nos descubren en cada palabra> $/$.' +l piísimo cardenal ?ives, de santa memoria, aquel incansable buscador y coleccionador de margaritas para te$er coronas a es!s, a la ?irgen 1nmaculada y a los sacerdotes, escribi- un libro apreciabilísimo con cinco e)posiciones del  Padrenuestro de santo 7om&s de 4quino, seis de san Euenaventura, dos de san Eernardo y tres del beato Dionisio Cartusiano. " sobre el  Ave#aría dos de santo 7om&s, dos de san Euenaventura, dos de san Eernardo y otra del beato Dionisio Cartusiano/Q. *éame permitido al menos, invitar a mis hermanos sacerdotes a que lean y saboreen en su :u#a D7eologica, que todos tendr&n, el artículos 5acaso sea conveniente asignar siete peticiones a la oraci-n del PadrenuestroF 2.2.q.QA,a.RN, y ver&n qué concisa, contundente y rica e)posici-n y defensa hace el 4ngélico doctor de la oraci-n dominical, singularmente en las respuestas a las ob$eciones de aquél.

EA)EN PRCTICO SO5RE )I PADRENUESTRO $/$/' *i el Padrenuestro es en cierto modo el  progra#a de es!s, ;no lo debe ser de sus sacerdotes< =Bué provechoso ser& de tiempo en tiempo, someter a ea#en de comparaci-n con ese divino progra#a su oraci-n y acci-n sacerdotales> /R. 1

"&octorum ange#ici, me#i#ui, e4tatici in orationen dominicam et sa#utationem ange#icum e4'ositiones". Fr.

..ard. 5ives, 6.7.a'., 8omae.* y'is artiicum a -. ose'o.* 1902

Padre $/$0' +l #i$o de Dios, esucristo, *alvador y Maestro, ha ba$ado a la tierra, haciéndose nuestro hermano como #i$o del hombre, para hacer a los hi$os de los hombres, hi$os de Dios. Me ha ense@ado y autorizado a llamar Padre al Padre suyo y a darle el trato que como hi$o bueno debo dar  a mi Padre Dios. Por el sacramento del Eautismo, he quedado hecho hi$o adoptivo de Dios. Por mi sacerdocio, me ha dado el poder de crear y alimentar hi$os de Dios. ;4mo y pido a Dios como a Padre con todo mi coraz-n y mis fuerzas como (l me manda, y tiene mi alma para con (l sentimientos de hi$o que confía en el cari@o y el poder de su Padre, procurando agradarle en todo< ;1mito a mi divino hermano es!s en su trato de #i$o con nuestro Padre celestial, que me ense@a en el +vangelio< ;%o es quiz& duro, seco, desconfiado mi trato con (l, como si fuera un e)tra@o< ;7engo celo en darle hi$os< Nues!ro $/$3' *i es!s es #i$o natural de Dios y los cristianos somos hi$os adoptivos de Dios, todos somos hermanos de es!s y también hermanos unos de otros. Por eso nuestro Padre nos manda amarnos mutuamente y nuestro hermano mayor nos ense@a la forma de este amor diciéndonos' 54maos los unos a los otros como yo os amo a vosotros5. +l modelo de mi amor a mis hermanos es, pues, el amor con que me ama mi hermano esucristo. (l pide y se sacrifica por mí para que yo pida y me sacrifique con (l y por mis hermanos. =Bué valor da esta compa@ía a mis sacrificios> =Cu&nto vale mi Padrenuestro por rezarlo conmigo mi hermano es!s y todos los hermanos santos y $ustos> ;Practico de coraz-n y de obras este mandato de Mi Padre y esta imitaci-n de mi divino hermano y modelo< ;4mo a mis hermanos buenos y malos, simp&ticos y antip&ticos, delicados y groseros, agradecidos e ingratos< Kue es!s e: los cielos   $/$8' ;D-nde est& nuestro Padre, lleno de bondad y misericordia para con sus hi$os< ;4 d-nde llevaré mi atenci-n para encontrarlo< (l est& en todas partes, dando el ser a todo, pero de modo singular en tres cielos. +n el cielo empíreo, siendo la gloria de los bienaventurados que lo ven cara a cara. De un modo especial por su gracia en el alma limpia, que es el segundo cielo, este cielo peque@o de nuestra alma, a donde, como dice el santo +vangelio, debo entrar cuando oro, hasta lo m&s escondido de ella y cerrada la puerta, esto es, los sentidos y distracciones e)teriores, orar a mi Padre en secreto. " el tercero en el *antísimo *acramento, pues que est& en él real y verdaderamente su #i$o *acramentado y siendo uno con su Padre y su +spíritu *anto no pueden separarse. $/(=' ;Me doy cuenta de que mi Padre vive y est* en el cielo, cuidando con amor de sus hi$os de la tierra, esperando mi correspondencia< ;Me miro como peregrino y desterrado en el mundo y considero como mi verdadera patria el cielo en donde me esperan mi Padre y toda mi inmensa y santa familia y a donde subi- es!s a prepararme una morada< ;Puedo decir siempre como esucristo' "o no soy del mundo. "o voy a mi Padre<... ;4compa@o o abandono de alg!n modo a Dios nuestro *e@or oculto en el cielo de mi alma y en el *acramento del amor< Sa:!iHicado sea !u :o*"re

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:n mi #i!ro;
de# evange#io. r. ''. +++*91 de# tomo  de estas 68A- 67/L:A-. tomo 'rimero.

$/(&' Para santificar el nombre de Dios o sea, para darle la m&)ima gloria posible, he sido creado así como todas las criaturas espirituales, racionales, animales e inanimadas. "o doy gracias a Dios si con mi entendimiento lo conozco y reconozco como mi !nico Dios y *e@or a quien todo lo debo y a quien pertenecen mi ser y sus actos si con mi voluntad lo amo sobre todas las cosas y si con mis obras le sirvo prefiriendo antes su voluntad que la mía. *-lo para esto estoy en el mundo, es el !nico negocio al que tengo que atender y al cual todo debe referirse. $/($' 3a glorificaci-n de mi Padre Dios por medio de mi uni-n con (l en mi hermano es!s, es el fin de mi vida, al que va misericordiosamente unida por Dios mi felicidad eterna. como la gloria de Dios es lo !nico necesario, todo lo que nos manda pedir y hacer va dirigido a ella. 3a 1glesia da a Dios esta gloria principalmente por medio del sacrificio de la Misa. "o, como sacerdote de es!s, ;me ofrezco en la Misa con es!s, y me uno así a esucristo para glorificar a Dios< ;Pronuncio con devoci-n el santo nombre de Dios y las palabras de mis oraciones< ;Me santiguo lentamente< ;+stoy con respeto en el templo y trato con veneraci-n las cosas santas< $/((' ;Doy yo siempre a Dios toda gloria y honor evitando el pecado mortal, venial y las imperfecciones que pueden romper o disminuir mi uni-n con es!s, por la cual glorifico al Padre Dios< ;Bué debo evitar o hacer para aumentar su gloria en mí y en mi r-$imo, o sea, para que sea m&s y me$or conocido, amado y servido< ;Me intereso en ense@ar catecismo y propagar buenas lecturas, impedir las malas, fomentar o dar misiones< 4e:ga a :oso!ros !u rei:o $/(%' Con esto pido al Padre Dios el #odo #e6or y #*s agradable de glorificarle a (l, o sea, que me conserve siempre en la vida sobrenatural de la gracia, que me gan- su divino #i$o en la cruz, por  la cual todos mis actos buenos son meritorios de gloria eterna y que viviendo en su gracia llegue a una uni-n tan íntima con (l, que por ella mi alma sea transformada en Dios y sea movida en todo  por la 7rinidad *antísima, que reinar& en mí sin encontrar resistencia. +l alma hecha templo santo de Dios y transformada en (l, que ya no vive ella sino es!s en ella, es la que posee su reino y la que pede darle la perfecta gloria y alabanza y a ella le comunica Dios todos sus bienes que la hacen feliz en este mundo y en el otro. $/(.' ;Me doy cuenta y agradezco el regalo que mi hermano es!s me ofrece con su gracia y me manda pedir para facilitar la glorificaci-n de Dios y mi felicidad< ;Desprecio todo lo que se opone y estorba al reino de Dios en mi alma< ;Buién reina ahora en mi alma, en mi pensamiento, en mi amor< ;7raba$o con mi predicaci-n y mis ministerios por el reinado de es!s< gase !u olu:!ad e: la !ierra co*o e: el cielo $/(/' (ste es el #edio para glorificar a Dios y que venga a nosotros su reino, hacer su voluntad aquí en la tierra como se hace en el cielo. *i en la segunda petici-n pedimos el me$or #odo de glorificar al Padre celestial, o sea, vivir en gracia y ser transformados en (l, en esta tercera pedimos el #edio o camino m&s seguro, para llegar a ese fin, que es el cumplimiento de su voluntad tan entera y prontamente como los &ngeles. +sta voluntad que debo cumplir o este camino que debo andar, me lo manifiesta Dios en los diez mandamientos de su ley, en los mandamientos de la santa 1glesia y en los deberes de mi estado. Pero Dios no s-lo manifiesta sus voluntades absolutas, obligatorias ba$o pena de pecado, sino que se digna también hacerme conocer sus deseos. (stos son sus conse$os revelados en el +vangelio. $/(0' ;Puedo yo decir como mi modelo es!s' Eo 7ago sie#pre lo 2ue agrada a #i Padre4 ;Eusco siempre ante todo, el cumplimiento de su voluntad< ;*oy fiel a todos mis deberes generales y particulares< ;4 las -rdenes y deseos de mi prelado< ;*oy fiel a lo que Dios me pide

especialmente<... ;4cepto la voluntad divina en cualquier forma que se me presente, triste o alegre, diciendo como es!s y María' %*gase4, y ;siempre<

Da:os +oy :ues!ro Ga: de cada d>a $/(3' +n esta petici-n se e)presa todo lo que debe servirme de  sustento para andar sin desfallecer   por el camino de la voluntad de Dios. *e pide el pan del alma y el del cuerpo, pero s-lo para hoy. +s que nuestro Padre Dios quiere obligarnos a que seamos como ni@os que viven de la confianza en su Padre y gusta de que cada día tengamos, aun por nuestra conveniencia, una necesidad, un motivo y una ocasi-n para que nos acordemos de acudir a nuestro Padre, e)poniéndole nuestra necesidad de alma o cuerpo y pidiéndole la remedie, para así tener (l también cada día el gusto de manifestarnos su amor y e$ercer en nosotros su misericordia y de vernos descansar en la solicitud de su  providencia. $/(8' ;?oy cada día a mi Padre y le manifiesto, con humildad y confianza, mis necesidades esperando con fe en su amor y poder, que me las remediar&< ;ecibo con recto deseo y gratitud el  pan que me ofrece cada día, espiritual y material, sobre todo la sagrada Comuni-n y la lectura espiritual< ;Procuro aprovecharme de todo lo que (l da de sustento a mi alma y cuerpo para me$or  cumplir su voluntad divina...< ;4bandono mis ministerios buscando el pan en cosas a$enas a ellos< Perd;:a:os :ues!ras oHe:sas as> co*o :oso!ros Gerdo:a*os a los que :os oHe:de: $/%=' Conozco el fin, el camino y los medios, ;qué me resta pedir< Bue desaparezcan los obst*culos. #ay tres obst*culos que se oponen al fin, al camino y a los medios respectivamente. +l  primero, esencial y radical, es el pecado. %o hay ning!n impedimento mayor para la gloria de Dios y mi felicidad por la uni-n con (l, de quien !nicamente el pecado me puede apartar. Por esto, ante todo, pido perd-n y limpieza de él y de sus frutos y raíces. ", como para probar si le pedimos el  perd-n sinceramente y si de verdad aborrecemos el pecado, su$eta nuestra petici-n a la condici-n de que hayamos perdonado a nuestros ofensores. $/%&' +ste es!s que manda orar y proceder de este modo, es el mismo Dios remunerador, el que levanta del pecado y el que premia o castiga. Por tanto, si nos dice que pidamos perd-n, perdonando nosotros, es porque podemos esperar seguros la correspondencia entre el perd-n y el amor nuestro a nuestros enemigos y el perd-n y el amor de (l a nosotros. *i Dios nos ha amado y perdonado cuando éramos sus enemigos, ;c-mo no ha de querer que nos amemos y perdonemos mutuamente como (l nos ha ense@ado< *eremos perdonados por Dios, en la misma medida que perdonemos. *i no perdonamos de coraz-n, no seremos perdonados. =Bué f&cil nos ha hecho Dios alcanzar el perd-n>... $/%$' ;8dio de veras el pecado< ;Pido perd-n a Dios y a quienes haya ofendido con verdadero arrepentimiento y prop-sito de la enmienda< ;7engo perdonados de coraz-n a los que me han ofendido, sin guardarles rencor< ;4mo a mis ofensores y perdono generosamente c-mo y del mismo modo que quiero que Dios me perdone a mí< ;Me de$o llevar de la rutina en mis confesiones y no procuro el arrepentimiento y la enmienda de los pecados y faltas de que me confieso< No :os deBes caer e: la !e:!aci;: $/%(' Después del pecado, el obst&culo m&s grave es el  peligro de caer  en el pecado. 3a tentaci-n es el obst&culo que intenta desviarme del camino de la voluntad divina y por eso pido a Dios que me

libre de caer en ella, porque mis tres enemigos, el mundo, el demonio y la carne, continuamente est&n procurando hacerme caer en el pecado con sus atractivos, sugestiones y enga@os. es!s me ense@a a combatirlos con la vigilancia y la oraci-n. ;ecurro prontamente a Dios cuando me vienen tentaciones< ;3e pido con humildad y confianza que me libre de sucumbir en ellas< ;Me aprovecho de las tentaciones para unirme m&s a es!s y a María, mis defensores, en vez de de$arme llevar de la turbaci-n y el desaliento< ;Procuro huir de las ocasiones de tentaci-n< ;Me de$o dominar de la tristeza por la que suele entrar el diablo< ;+vito la tentaci-n en mí y en los dem&s, huyendo de tra$es, diversiones y compa@ías tentadoras<

6 l>"ra:os del *al $/%%' 8bst&culos, adem&s del pecado y del peligro de caer en él por la tentaci-n, son los otros #ales del al#a y del cuerpo que me privan de los medios necesarios para mi adelanta miento. Pido, pues, se ale$en, pero !nicamente en la medida en que pueden menoscabar la gloria de Dios y mi verdadera felicidad, pues cuando el *e@or permite los males, es para sacar de ellos mayores y m&s s-lidos bienes. =Cu&n grande es la delicadeza de nuestro Padre celestial y del Coraz-n de nuestro hermano es!s> *-lo permite suframos lo indispensable para nuestra salud verdadera. ;Me doy cuenta de los innumerables males de que sabiéndolo yo, y sin saberlo, el *e@or me ha librado, y se lo agradezco< ;7engo fe viva y seguridad de que quiere y puede librarme de ellos y de que, cuando me de$a en alg!n sufrimiento es para mayor bien mío y porque me ama< A*: $/%.' +l a#3n con que nuestro *e@or esucristo cierra su oraci-n, tiene un doble sentido' de ratificaci-n y de acpetaci-n anticipada. +s como decir' *e@or, me he dado cuenta de lo que te he  pedido y te ruego y espero que sea como te he dicho. +s adem&s, una !ltima recomendaci-n de nuestras peticiones y un acto de confianza en que así ser&. ;Digo con generosidad el a#3n a la cruz del día de hoy, a las e)igencias de mis ministerios, a lo que piden hoy es!s, mi prelado y las almas< EL A4E)ARJA $/%/' +l 4vemaría, o salutaci-n angélica, llamada así por el saludo que el arc&ngel san 9abriel dirig- a la *antísima ?irgen cuando le anunci- el inefable misterio de su divina maternidad y de la +ncarnaci-n del #i$o de Dios en sus purísimas entra@as, forma con el  Padrenuestro, la oraci-n m&s hermosa del pueblo cristiano. Maravillosamente enlazadas las salutaciones del arc&ngel y la de santa 1sabel, se ha formado esta  preciosa alabanza en honor de nuestra Madre 1nmaculada, la *antísima virgen, alabanza que repiten con la m&s dulce complacencia, todas las almas amantes de María. Haltaba !nicamente agregar a las dos salutaciones los dos santísimos nombres de  Jesús y de  María, puesto que el &ngel comienza diciendo'  Ave, gratia plenaF , y santa 1sabel termina con estas  palabras' )t benedictus fructus ventris tui . $/%0' *e dice que el Papa rbano 1? /2O//2OIN fue quien introdu$o el nombre de es!s en el te)to del 4vemaría.

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&ios te sa#ve, ##eva de gracia

= !endito e# ruto de tu vientre

Desde muy antiguo figuraban estas dos salutaciones unidas en los misales, para la liturgia de la Misa. M&s tarde se incluyeron también en el 8ficio parvo de nuestra *e@ora, compuesto gracias a la iniciativa de san Pedro Damiano, y que se hizo popular hacia fines del siglo V1. 3a repetici-n de la salutaci-n angélica en el 8ficio y la belleza que sus palabras encierran, dieron lugar a que se recitase con fervor por los fieles y a que se hiciese de ella una pieza aislada. *ucedía esto después del siglo V1, ba$o la influencia del cardenal Dami&n. 7eniendo en cuenta los cristianos la significaci-n de la palabra  Ave, solían acompa@ar la recitaci-n de esta oraci-n con una genufle)i-n o inclinaci-n, pudiéndose decir que verdaderamente saludaban al recitarla.

$/%3' Durante varios siglos formaron el Ave#aría las dos salutaciones unidas de san 9abriel y de santa 1sabel. pero hacia el siglo V11 se encuentra un esbozo de la segunda parte en un himno atribuído a 9ottschal6, capell&n del emperador +nrique 1?. +n el siglo V?, san Eernardino de *ena W/IIIN conocía una segunda parte que consistía solamente en las siguienes palabras' 5*anta María, ruega por nosotros pecadores5. finalmente, san Pío ? fue quien adopt- para el breviario romano la f-rmula que todos conocemos y rezamos con tan filial confianza y amor. $/%8' Puede, por tanto, afirmarse que la primera parte del Ave#aría es, en sus elementos, revelada o divina y que la segunda es obra de la 1glesia. 4mbas son igualmente admirables en su sencillez, pero cada una tiene su nota peculiar. 3a  primera es una preciosa salutaci-n y alabanza a María con palabras del +spíritu santo, bendiciendo también a es!s, fruto bendito de su vientre. la segunda implora su poderosa intercesi-n maternal. =Bué admiraci-n para la Madre de es!s, Madre de Dios> =" qué s!plica tan tierna y tan humilde> El Ae*ar>a del sacerdo!e $/.=' Para el sacerdote el 4vemaría tiene motivos especiales para ser  su oraci-n predilecta en uni-n del Padrenuestro' a saber, uno lit!rgico' su casi no interrumpida uni-n con la oraci-n dominical con el 8ficio y en multitud de actos lit!rgicos, y otro teol-gico' el 4vemaría es la alabanza, divinamente inspirada, a María, no s-lo por ser Madre de Dios, sino por haber sido constituida Madre sacerdotal. " el :anta María la e$ecuci-n perenne de su maternal sacerdocio... =rogar, rogar por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte, con intercesi-n omnipotente. " ;no es ése el oficio principal de nosotros los sacerdotes< = entre el vestíbulo y el altar... perdona, :e =4penas si acertamos a hablar con Dios y con los fieles sin ella> Su e!i*olog>a 3a palabra doología, en su sentido etimol-gico, quiere decir palabra de alabanza. +n lengua$e lit!rgico, doología se dice de una f-rmula de alabanza dirigida a las tres Personas de la *antísima 7rinidad.  )l Gloria Patri se llama com!nmente la pe2ue
Su orige:

$/.$' +ste canto era conocido desde los primeros tiempos en la 1glesia. +n un papiro cristiano de +gipto, escrito hacia el a@o ASS, se contiene este himno lit!rgico para el tiempo de %avidad. 5#emos visto en el cielo la se@al de 4quél que naci- en Eelén, que fue alimentado en %azaret y que habit- en 9alilea. 4 la aparici-n del astro, se maravillaron los pastores que velaban en los campos durante la noche y, cayendo de rodillas decían' 9loria al Padre, aleluya' gloria al #i$o y al +spíritu *anto, aleluya, aleluya, aleluyaF. Durante el transcurso del siglo 1?, adoptaron las 1glesias de 8riente el uso de cantar el Gloria  Patri al fin de los salmos. *e conocía una doble f-rmula. 3a m&s antigua, que comienza el 5De decet laus , y era' Gloria Patri per Iiliu# in :piritu :ancto. Mas habiendo abusado los arrianos de esta f-rmula, los ortodo)os hicieron prevalecer la otra, que e)presa me$or la igualdad de las divinas Personas' Gloria Patri, et Iilio, el :piritu :ancto. $/.(' +l sicut erat, menos antiguo que el Gloria Patri, se le a@adi- en el siglo ?. +l segundo Concilio de ?ais-n, al adoptarlo, e)plica su origen diciendo' 5%o solamente en la *ede 4post-lica omaN, sino en todo 8riente y en toda Jfrica e 1talia, a causa de la astucia de los here$es, que blasfeman del #i$o de Dios, diciendo que no había e)istido siempre con el Padre, sino que había comenzado a e)istir en el tiempo, en todos los finales después del 9loria, se dice' :icut erat in principio. Por lo cual también nosotros hemos decidido que se diga de la misma manera en todas nuestras 1glesiasF. Concilio ?asense, 11, c.KN. Lo elogia sa: A*"rosio $/.%' *an 4mbrosio terminaba sus himnos por una do)ología, que cantaba todo el pueblo en coro. +n su 5Discurso contra 4u)encioF, san 4mbrosio nos ense@a la popularidad de este canto con las siguientes palabras' 5+llos dicen que el pueblo est& seducido por los cantos de mis himnos y yo no lo niego. +s un canto verdaderamente sublime, nada m&s potente. ;Bué puede haber m&s potente, en efecto, que la confesi-n de la *antísima 7rinidad, que cada día brota de la boca de todo un pueblo< 4 porfía se ponen todos a confesar su fe así aprenden a cantar en verso al Padre y al #i$o y al +spíritu *antoF. La doMolog>a y la Giedad cris!ia:a $/..' +s necesario rezar, es necesario cantar con piedad, la do)ología. 3a regla de san Eenito  prescribe' 5+l que canta dice Gloria y desde que empieza a cantarlo, todos se levantan de sus asientos en honor y reverencia de la *antísima 7rinidadF. ezando y cantando la do)ología, hay que adorar a esta 7rinidad que nosotros confesamos. conocer a Dios y adorarlo es el principio de la vidas del espíritu. confesar a la *antísima 7rinidad, este misterio íntimo de la vida de Dios, es la iniciaci-n en la vida sobrenatural. Progresar en la confesi-n, reverencia y adoraci-n de este misterio, es el progreso en esta vida. Predicarlo y aplicar  su virtd soberana a las almas, es el misterio sacerdotal y apost-lico. Contemplar al Padre, al #i$o y al +spíritu *anto, debe ser su consumaci-n inefable. El gra: e:e*igo de :ues!ra oraci;:La ru!i:a $/./' n gran remedio' 3a renovaci-n frecuente de la  presencia afectuosa de es!s, que ora con nosotros a la santísima 7rinidad, santigu*ndonos y repitiendo el Gloria al Padre le:!a*e:!e' Ter*i:o reGi!ie:do 22

"A i te conviene #a a#a!an>a" y era; "?#oria a# /adre, 'or e# @io en e# :s'íritu -anto".