El proceso de autoexilio en Henri Simon Leprince de Roberto Bolaño
Miguel Zárate Ulloa Nivel 4 Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación
Introducción
El escritor Roberto Bolaño (1953-2003) ha dado frutos tardíos; mediante un gran número de publicaciones póstumas, su bibliografía ha crecido exponencialmente durante la última década. Reconocido, principalmente, por sus obras Los detectives salvajes (publicada en 1998, galardonada con el premio Herralde de novela el mismo año y con el premio Rómulo Gallegos en 1999) y 2666 (publicada, póstumamente, en 2004). Tanto por los premios, como por la imponente cantidad de páginas que cada una de las novelas presenta, la atención mediática ha recaído en ellas. Sin embargo, la mayor parte de estudios académicos sobre la obra del autor no ha seguido este principio, pues su faceta como cuentista es la que provoca mayor cantidad de reflexiones. La vida secular de Roberto Bolaño aporta mucho a su imagen mediática. S iempre fue partidario de las opiniones controversiales y del pleito, además de optar por destruir las convenciones que se tenían, hace un par de décadas, relacionadas a la literatura y el arte. Cuestionó, firmemente, el oficio de escritor y el sentimiento de pertenencia que este puede tener con un país. Por lo tanto, es mu y difícil ubicar a Bolaño dentro de una nación. El mismo hecho de darle una procedencia política-territorial ha creado opiniones divididas entre amigos, familiares, lectores y críticos. Su figura se ha formado a partir de esta extrañeza; el hombre que no tiene límites territoriales y que se alimenta de todas las cosas que observa. Por este motivo, las reflexiones críticas de su obra son a partir de su faceta de cuentista, pues en estos es donde Roberto Bolaño refleja, en mayor parte, el ir y venir de personajes sin límites territoriales, lo que, se infiere, es su pensamiento más profundo. Este vaivén de los personajes (o del personaje) en busca de ser representado, aceptado y/o reconocido es la gran idea del libro de cuentos Llamadas Telefónicas. Sin embargo, en el cuento que este ensayo se propone analizar: “Henri Simon Leprince”, la problemática se reduce al ámbito del oficio de escritor, en donde el protagonista intenta ingresar en un círculo de escritores considerados por las editoriales, por la crítica y por los lectores. Ante la respuesta negativa de este círculo, el protagonista se resigna a la posibilidad de ser parte constitutiva de los escritores exitosos. Frente a esta problemática, el símbolo de la resignación y posterior marginación, no es más que otra forma de autoexilio por parte del protagonista. Ceder ante la negativa del círculo central de escritores no le permite, a su vez,
entrar en ese círculo. Tal vez, si cediera en la resignación de imitarles o ser discípulo de aquellos escritores, podría darse el fenómeno de que, quien se encuentra marginado, sea integrado. En este caso ocurre lo opuesto; a través de la resignación, el protagonista se autoexilia hacia un lugar de infinito fracaso. En los siguientes apartados, se expondrán filosofías y estudios críticos que desarrollan las ideas centrales de esta hipótesis. Tesis, ideas y conceptos ligados al posestructuralismo. Agregando material, también se presentará una lista de publicaciones que contextualizan y evidencian las reflexiones académicas que se han realizado sobre la obra de Roberto Bolaño y la temática del autoexilio en la narrativa. Posterior a los estudios postulados, se comprobará la hipótesis en la narración del cuento “Henri Simon Leprince”. Sin dejar excluida la posibilidad de que dicha hipótesis puede ser aplicada dentro de otros cuentos en Llamadas telefónicas. Sobre la exposición de material teórico, en los postulados de la escuela crítica del posestructuralismo, se considerará, principalmente, a Michel Foucault (Vigilar y Castigar / Defender la sociedad ) y Gilles Deleuze y Félix Guattari ( Kafka por una literatura menor ). Esto para comprender el comportamiento de centro y periferia, diagramado en una relación de poder y resistencia, como también la posterior marginación que d evendrá en el autoexilio. Cabe destacar que, debido a los escasos estudios y análisis de la obra de Roberto Bolaño, cuentos como el que propone este ensayo son invisibilizados. Por lo tanto, la motivación central del análisis es aportar a la visión de una narración común entre los distintos textos de Bolaño, excluyendo a aquellos que gozan de cierta popularidad .
1. El panoptismo de Michel Foucault
El cuento “Henri Simón Leprince” narra una historia compleja. El tratamiento de personajes en medio de conflictos bélicos significa transmitir profundas desgracias; casi en todos los casos, hablar de la Segunda Guerra Mundial evoca, en la literatura, dolor, miseria, abandono, sufrimiento, tristeza, por nombrar algunas desolaciones. Sin embargo, estas no parecen ser las únicas temáticas posibles, es decir, no es necesario recurrir a las mismas imágenes viscerales comunes, tales como cuerpos desmembrados, masacres, armas, explosiones o hambrunas. Pues parece existir todo un sufrimiento reservado que no había visto la luz. Desde el paradigma abordado por Bolaño en “Henri Simón Leprince”, el sufrimiento tiene imágenes mucho más sobrias y estoicas (sobre dicho paradigma se profundizará más adelante). Pero, para poder entender cómo es que estas imágenes son posibles, antes se debe comprender la forma en que la sociedad narrada se comportaba. Desde un punto de vista socio-político, la narración es explicable mediante los postulados de Michel Foucault, tanto la anatomía política del poder , como la analogía del panóptico permiten dilucidar la lucha de poderes presente en los personajes. No obstante, es este último el que resulta más útil para este ensayo, pues desde ella se pueden ex plicar ambas nociones. En primer lugar, para comprender la analogía del panóptico foucaultiano, es de suma importancia dejar claro a qué se refiere el autor con poder . En el curso Defender la sociedad , Foucault define el poder de la siguiente forma: “[...] el poder es esencialmente lo que reprime. Es lo que reprime la naturaleza, los instintos, una clase, individuos” (Foucault, 2000, p. 28). Incluso, más adelante afirmaría que hablar de poder es, indefectiblemente, hablar de mecanismos de represión. Se puede inferir, en base a esta afirmación, que el poder es prohibitivo y que su función primordial es el control. Para Foucault (2000) el poder es, por naturaleza, un mecanismo de control eficaz para lograr la disciplina. Entendiendo la disciplina, en su rasgo más general, como una homogeneidad dentro de la población controlada. De esta forma, se tiene una concepción funcional del poder. Habiendo entendido la función, es necesario caracterizar al poder, es decir, de qué manera este es aplicado. Se afirmó que el poder es un mecanismo de control cuyo fin es la disciplina, pues bien, dicha disciplina se caracteriza por factores individualizadores, que se irán desarrollando a lo largo de esta conceptualización. En su libroVigilar y Castigar , Michel
Foucault postula ensayos magistrales acerca del compo rtamiento de las sociedades a lo largo de la historia. Como el cuento, motivo de análisis de este ensayo, “Henri Simon Leprince” se desarrolla en uno de los clímax más álgidos de nuestra sociedad contemporánea (la década de 1940, en plena Segunda guerra mundial), se puede prescindir por ahora del comportamiento de sociedades monárquicas o anteriores al S. XIX (e incluso XVIII). Con respecto a la contemporánea del cuento, es denominada por Foucault (2002)como: “sociedad disciplinaria” (p.193). Esta sociedad disciplinaria es explicada por el autor en analogía con la estructura arquitectónica del panóptico de Bentham. Para Foucault, este panóptico sería el referente adecuado para demostrar la aplicación del poder. Lo componen las siguientes estructuras arquitectónicas: [...] en la periferia, una construcción en forma de anillo; en el centro, una torre, ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción periférica está dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construcción (p.184). De esta forma, el centro configura el lugar donde se ubica el poder. El mecanismo de represión, pues en la periferia están los cuerpos reprimidos. De ahora en adelante, se puede comprender, al mencionar centro y periferia, que hace relación al sistema de represión mediante el cual el centro controla a la periferia. Este dinamismo de centro y periferia es un flujo constante, es decir, el poder no es poseído únicamente por un sector o un sujeto. El mismo Foucault (2002) afirma que lo efectivo de la arquitectura del panóptico es que no debe estar presente un guardia, pues la torre central siempre hará sentir a los cuerpos de la periferia vigilados. Por lo tanto, como última característica del poder es que este no se puede poseer, sólo aplicar.
2. Literatura menor según Deleuze y Guattari
Siguiendo la secuencia de la escuela crítica del posestructuralismo, la relación entre centro y periferia supone una lucha de poderes que determina lo que es llamado literatura menor . Dichos conceptos son planteados por Gilles Deleuze y Félix Guattari en su libro Kafka por una literatura menor . Para este ensayo la prioridad es la tercera característica de la literatura menor, sin embargo, es importante conocer a qué denominan con ese concepto los autores. Para Deleuze y Guattari (1978) la literatura menor: “no es la literatura de un idioma menor, sino la literatura que una minoría hace dentro de una lengua mayor [...] en ese
caso, el idioma se ve afectado por un fuerte coeficiente de desterritorialización” (p.28). En contraste con lo postulado por Michel Foucault, esta lengua mayor se configura como el centro y, dentro de ella, la literatura menor se presenta en la periferia, representando a una minoría que se resiste. Dentro de las características de esta literatura menor, la tercera expresa que en ella: “[...] todo adquiere un valor colectivo. En efecto, precisamente porque en una literatura menor no abunda el talento, por eso no se dan las condiciones para una enunciación individualizada, que sería la enunciación de tal o cual ‘maestro’ [...]” (Deleuze y Guattari, 1978, p.30). Es importante esta acepción de la literatura menor sobre la colectividad y la falta de talento, pues esta característica la que el poder central define como incorrecto o fracasado dentro del cuento “Henri Simon Leprince” y lo que, posteriormente, devendrá en el autoexilio.
Crítica precedente
Respecto a las ambiciones de este ensa yo, los análisis existentes de la obra de Roberto Bolaño son un complemento necesario de mencionar, específicamente aquella centrada en libro Llamadas telefónicas, donde se encuentra el cuento “Henri Simon Leprince”. De esta forma, se procederá a mencionar aquellas reflexiones académicas que existen en torno a la obra de Bolaño, con respecto a la temática del exilio en la literatura.
1. Exilio y marginalidad en “Henri Simon Leprince”
Con respecto a la temática de exilio y marginalidad en la obra “Henri Simon Leprince” hay dos acepciones que hacer, y que luego devendrán en dos referentes teóricos. La primera de ellas es el concepto de exilio; a lo largo de la obra Llamadas telefónicas (libro de cuentos donde se encuentra “Henri Simon Leprince”) se abordan temas símiles, como por ejemplo, la presencia de exiliados políticos. Personajes hispanoamericanos que reflejan la pérdida de la patria, de identidad y pertenencia. Sin embargo, “Henri Simon Leprince” plantea un exilio distinto, uno interior más que político-geográfico. Según Figueroa (2006) “Henri Simon Leprince” es: [...] un relato sobre un escritor de baja categoría, este se exilia de la propia literatura, es decir, [...] la condición marginada del escritor no a nivel económico y social, como generalmente se nos presenta, sino a nivel de la tierra y de la historia: [...] está fuera de ella. Y esa es la condición más extrema del exilio, en la lengua y en la vida (p.94). De este modo, el exilio no es político, sino literario. Este exilio literario se produce en la relación del protagonista con otros escritores. En este sentido, el exilio es un sinónimo del concepto de marginación y no de expulsión. Como afirma López (2013): “El Le prince de Henri Simón Leprince aparece en una posición marginal, entre aquellos que optaron por mantenerse al margen y los que beligeraron en el mundo de las letras ante la invasión de Francia por parte de los nazis” (p.43). Esta idea aporta a la hipótesis principal de este ensayo, y es que el protagonista sufre un autoexilio, que se refiere también a una automarginación. A continuación se analizará, en base a marcas discursivas, la presencia de este autoexilio en el cuento “Henri Simon Leprince”.
Análisis
A continuación, luego de haber hecho las explicaciones correspondientes sobre las escuelas críticas y los teóricos sobre el tema, se procederá a identificar textualmente los marcadores discursivos que apoyan, y permiten, la existencia de la hipótesis planteada en un principio: el protagonista realiza un autoexilio en su propia literatura.
1. El proceso de autoexilio de Henri Simon Leprince
Como se ha mencionado a lo largo de este ensayo, hay toda una forma de teorizar el exilio, sobre todo en la literatura. La visión más común, y que surgió a partir de los exilios políticos de Hispanoamérica, es aquella en donde los sujetos abandonan sus tierras por obligación, para llegar a lugares en donde son desconocidos y no forman parte. A este proceso,
como
se
señaló
con
Deleuze
y
Guattari
(1978),
se
le
denomina
“desterritorialización” (p.28), y destaca por privar al sujeto de un sentido de pertenencia e identidad con el territorio geográfico (y, por supuesto, la cultura situada en ese contexto territorial). Sin embargo, la propuesta de este ensayo estriba en un concepto un tanto más problemático, porque si el exilio es obligado e impuesto por el poder central, el autoexilio es una decisión tomada por el mismo sujeto, quien efectúa el poder sobre sí mismo. Por lo tanto, en el proceso de autoexilio el poder es aplicado por el mismo cuerpo exiliado. Esto quedará mucho mejor explicado con marcas del texto. En el cuento de Bolaño, “Henri Simon Leprince” se aprecia desde el inicio donde se ubica el poder central. Dicho poder, en la literatura, es representado por el narrador y el inicio del cuento no es una excepción. El narrador comienza afirmando: “El protagonista se llama Leprince [...] y es escritor fracasado” (Bolaño, 2010, p.34). En este sentido, se puede afirmar que desde el poder central comienzan a denominarse cuáles son los bandos aceptados y no. Más adelante, se reafirma esta postura que se tiene sobre Henri Simon Leprince: “Nunca hasta entonces había tenido noción de su papel tan bajo en la pirámide de la literatura” (Bolaño, 2010, p.35). Hasta ahí, el proceso de marginación es efectuado por el poder central hacia el protagonista. Sin embargo, la propuesta ahora es que el personaje Henri Simon Leprince, por su propia cuenta, al no ser aceptado en este círculo de escritores se autoexilia. “[...] Leprince ha estado durante muchos años en el purgatorio de las publi caciones pobres o canallas y saben que de ahí no se salva persona o animal [...]” (Bolaño, 2010, p.37).
En el siguiente fragmento se aprecia el momento en que Leprince considera, por su propia cuenta, tomar un bando, apoderándose así del poder. Que, si bien no puede ser manipulado, lo aplica de todos modos. “En su corazón, Leprince ha aceptado por fin su condición de mal escritor pero también ha comprendido y aceptado que los buenos escritores necesitan a los malos escritores aunque sólo sea como lectores o como escuderos” (Bolaño, 2010, p.39). De esta forma, la marginación es consecuencia de la respuesta negativa por parte del círculo central de escritores, pero no se efectúa hasta que el propio protagonista decide asumir su postura.
Conclusión
En las propuestas que involucran el exilio en la literatura, la marginación territorial es una idea repetitiva. No obstante, hay otra forma de ex ilio, más bien simbólico, que se produce cuando aquellos cuerpos o personajes que se encuentran en el centro, aplican hacia la periferia el poder para homogeneizar. Cuando aquél personaje que se encuentra en la periferia, como es el caso del cuento analizado en este ensayo “Henri Simon Leprince”, se resiste a ser parte de esta homogeneidad; pues, Leprince, perfectamente, pu do convertirse en un seguidor, imitador o discípulo de aquellos escritores consagrados que se encuentran en el centro, el centro no acepta al protagonista. En este caso, Leprince queda en un “purgatorio”, como señala Bolaño. Basado en lo expuesto por la escuela posestructuralista, específicamente, con Deleuze y Guattari, dicha posición es la del desterritorializado. Ante tal situación de estar en tierra de nadie, el personaje asume su realidad, su fracaso y se autoexilia a los sectores de la poesía canalla. Para concluir esta idea, es innegable que la temática del exilio y personajes autoexiliados es un tópico repetitivo en el libro Llamadas telefónicas de Roberto Bolaño. Por lo tanto, esta propuesta ensayística es sólo una pequeña parte, un aporte minúsculo, a la propuesta mayor de que hay una narración común en Llamadas telefónicas. Lo cual puede ser, perfectamente, trabajado por futuros análisis académicos.
Referencias Bolaño, R. (2010). Llamadas telefónicas. Barcelona, España: Anagrama. Figueroa, J. (2006). "Estar sin hogar": exilio, ajenidad, escritura en Llamadas telefónicas de Roberto Bolaño. Taller de Letras N°39 ISSN 0716-0798, 89-99. Foucault, M. (2000). Defender la Sociedad. Curso en el Collège de France. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica de Argentina. Foucault, M. (2002). Vigilar y Catigar. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. Guattari, G. D. (1978). Kafka por una literatura menor. México D.F: Ediciones Era S.A. López, J. (2013). Ironía y desestimación en Llamadas teléfonicas, de Roberto Bolaño. Alfinge 25 ISSN 023-1854, 35-56.