EL PAN EN COLOMBIA
La situación actual del pan en nuestro país es peculiar yatraviesa una crisis que depende de varios factores. EnColombia el pan es el acompañante ideal para la comida.Sin embargo, se debe aclarar que también son acompañantes la arepa, el arroz, la yuca, el plátano y demásharinas las cuales sirven para complementarcierto complementarcierto tipo de platos. El colombiano promedio utiliza el pancomo complemento esencial del desayuno yen el resto de las comidas no entra a competir como un serio adversario, es por eso quela mañana es el campo de batalla en el cualel pan se tiene que batir con elementos tanfamosos y prestigiosos como la arepa. Tan esasí esta situación, que las últimas cifras indican que el 94,2% de los colombianos consume pan para el desayuno y cada colombianoconsume 24 kilos de pan al año mientras que en países comochile se consumen 96 kilos en promedio. DÓNDE SE COME PAN
Las zonas del país en las que más secome pan es en el altiplano cundiboyacense y en la capital del país con un 80% de con-sumo diario. El colombiano promedio prefiere el pan de panadería, el fresco, el reciénsalido del horno y mucho mejor si es de cienpesos. No obstante, las marcas van ganandoterreno en estas luchas; cada vez las principales marcas de pan tienen mas recordación entre el público ya que entraron al mercadopegando duro y con altas inversiones. Sinembargo, la lucha del pan de cada día esta enel segmento de las panaderías de barrio. Así, el pan es sinónimo de desayuno másno de acompañante como en los otros paísesy esto se debe a que para el colombiano lacompañía por excelencia es el arroz con un92,3 % que se consume a diario como complemento de las comidas diarias. Entonces, la lucha diaria de los panaderosse traslada a no acabar tradiciones como elpan de cien o la ñapa que algunas panaderíasdan a sus clientes, pero se encuentran confactores que los golpean directamente: si noes el dólar el que sube el precio de la harinade trigo, son la margarina y los lácteos que lohacen, por esto el panadero está día a día enla búsqueda de soluciones a los difíciles retosque le exige el diario vivir. Y es que pese a que las tradiciones eneste sector siguen muy arraigadas, existenotras causas que también determinan seriosproblemas y es el caso de los impuestos, yaque la harina está siendo gravada con el10 % y este porcentaje siempre es reflejadoen el producto final, el pan. El gremio se sien-te desprotegido en materia de apoyo estatal ycomo el resto del país depende de lo que pase con el T.L.C. para poder tomar decisiones defondo. Debe recordarse que el 98% del trigo quese consume a nivel nacional es importado (esde mejor calidad y tiene más contenido.
EL CONSUMO DE PAN EN COLOMBIA NO LEVANTA CABEZA. POR ESO, AHORA LA INDUSTRIA PANIFICADORA BUSCA ALTERNATIVAS PARA MEJORAR EL POSICIONAMIENTO DEL PRODUCTO Y VENDER MÁS. ES TIEMPO DE UNIR ESFUERZOS. "Desde que me conozco, he sido testigo de un montón de iniciativas para buscar que la gente coma más pan, pero nunca se ha podido hacer nada", afirma con desilusión Alberto Jiménez, un panadero que lleva alrededor de 30 años en el negocio. Su preocupación es la misma de toda la industria panificadora, la cual viene padeciendo desde hace casi 20 años el bajo nivel de consumo per cápita que registra este producto en Colombia. La comparación es elocuente. Mientras según Fedemol a quí cada habitante come en promedio 25,9 kilos de pan al año estaba en 23,2 pero subió por efecto estadístico del reciente censo del Dane, en Venezuela consumen 28 por persona; en Perú 31,5; en Uruguay 54; en Argentina 83, y en Chile 97. Y ni qué decir de países europeos donde este indicador alcanza y supera los 120 kilos anuales per cápita. El pan tiene un inmenso terreno por ganar en nuestro mercado, pero la falta de un líder para aglutinar a todo el sector en torno a esa estrategia común ha impedido que sus ventas salgan de su estado vegetativo. "La industria proveedora de las panaderías y los líderes de la categoría están en mora de lanzar una cruzada para poner el pan de moda", advertía hace más de un año el director económico de Fenalco Bogotá, Rafael España, en su estudio Las nuevas realidades del sector panadero. Sin duda, el camino es reposicionar de manera conjunta y coordinada el producto. Tradicionalmente, el consumo del pan ha sido en el desayuno, pero las nuevas tendencias alimentarias han venido transformando poco a poco ese menú en beneficio de alimentos sustitutos. "La población está cada vez más preocupada por el balance, la nutrición y los productos saludables en la alimentación diaria", afirma Audrey Lian, gerente de marketing de cereales para el desayuno de Nestlé. Por eso, hay dos creencias populares que le han hecho mucho daño al pan en Colombia: que engorda y que no nutre. Al pan, pan Ahora el reto es darle al producto un posicionamiento justo. "El pan es una gran fuente de fibra, vitaminas y minerales su harina viene fortificada con vitaminas B1, B2, B3, hierro y ácido fólico y sobre todo, no engorda, siempre y cuando se ingiera en cantidades adecuadas", afirma José Luis Sánchez, gerente general para la región andina de Danisco (productora de enzimas y emulsificantes para la industria panadera). Además, el sector le viene apostando desde hace varios años a la innovación. "Se trata de producir líneas saludables, con panes integrales, bajos en grasa, light, de sabores, caseros o para usos comerciales específicos", agrega Sánchez.
Un punto de referencia indiscutible en el sector son las panaderías PanPa'Ya!, que fueron pioneras en el modelo de distribución de masa congelada, el cual revolucionó el mercado y le permitió a la empresa atender clientes como cafés, restaurantes, hoteles, etc., no solo en el país sino especialmente en el exterior (Estados Unidos, Europa y Japón). De igual forma, su diversificación de la oferta, con opciones de pizza, mucho servicio y valor agregado, le han dado resultados positivos. Casos exitosos como este muestran el potencial del negocio y los avances de la industria. Y más ahora, que la coyuntura es favorable. "El TLC será positivo para el sector panadero porque permitirá una disminución en los costos de su materia prima, la harina de trigo, de entre 2% y 6%", afirma Jaime Jiménez, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Molineros de Trigo (Fedemol). Por eso, ahora serán mayores las
oportunidades en estratos altos, con productos de mayor va lor agregado, y entre quienes siguen siendo sus consumidores por excelencia, los estratos bajos. "Hay que llegarles con productos que estén al alcance de esa gran masa, pero que sean beneficiosos para su salud", asegura Carlos Posada, gerente general de la Panadería Perman, de Medellín. Pero sin unir esfuerzos será imposible para la industria lograr la reivindicación del pan y su consecuente despegue comercial en el mercado colombiano. La tarea es compleja por lo atomizado y heterogéneo del sector, el cual lleva 5 años con precios a la baja y costos al alza. Pero el producto lo merece.
COLOMBIANOS, LOS MENORES CONSUMIDORES DE PAN DE AMÉRICA LATINA
Las panaderías en el país no pasan por su mejor momento. No sólo se ha estancado el consumo de pan, sino que cada día crece la competencia con otros alimentos para participar en el desayuno. (VER CUADRO: MERCADO DEL PAN EN COLOMBIA) Las panaderías en el país no pasan por su mejor momento. No sólo se ha estancado el consumo de pan, sino que cada día crece la competencia con otros alimentos para participar en el desayuno. (VER CUADRO: MERCADO DEL PAN EN COLOMBIA). Mientras en Colombia el consumo per cápita de pan al año alcanza los 24 kilos, en países como Chile esta cifra llega a ser cuatro veces superior. Además, en los últimos cuatro años las importaciones de trigo han tenido poca dinámica.Según Fenalco, lo colombianos son los menores consumidores del producto el Latinoamérica, mientras Chile llega a consumir 96 kilos al año, Argentina 30 y Perú 28, respectivamente. En el escenario internacional, países como Alemania consumen 120 kilos de pan al año. Rafael España, director económico de la a gremiación, argumenta que el poco consumo del alimento es por desconocimiento de la gente y en ello influye el concepto de los médicos."Hay desconocimiento por parte del público acerca del pan. Los médicos muchas veces no aconsejan su consumo a sus pacientes, cuando es un alimento que posee elementos nutritivos como ácido fólico, vitamina A, hierro, niacina, riboflavina e incluso fibra en el caso del pan integral" explicó. En la industria panificadora del país hay dos grandes hitos que han sacudido en años recientes el mercado por la entrada de grandes competidores internacionales en la escena del sector panadero.Uno es el arribo de la mexicana Bimbo, que significó para los productores de pan empacado en el país el buscar mayor eficiencia en sus procesos e incluso se llegó a una baja en los precios del producto.El otro factor importante ha sido el ingreso de Carrefour, que dentro de la estrategia de mercadeo que implantó a su llegada, utiliza su sección de panadería como gancho para el resto de los productos que vende. "Puede no ser rentable, pero atrae clientela", indicó España. No obstante esas grandes inversiones, el 80 por ciento del mercado se sigue moviendo en los pequeños comercios.Cifras de Fenalco señalan que la distribución del mercado del pan en Bogotá se divide en 40 por ciento para las tiendas de barrio, 40 por ciento para las panaderías tradicionales y 20 por ciento en los autoservicios, dato que incluye a los supermercados.Respecto de las típicas panaderías de barrio, estas son en su mayoría empresas familiares. Algunas incluso son informales, pues en su manejo no llevan contabilidad.
"La tercera parte de estos negocios tiene alrededor de 2 años de constituido, lo que significa una alta mortandad, que guarda relación directa con la que se da en las tiendas de barrio. El reto de estos pequeños comercios es esmerarse en el servicio al cliente y diversificarse en servicios y productos" según Fenalco. Por su parte, los molineros consideran que el consumo del trigo, principal insumo de la industria panadera, se ha mantenido estable. Manuel Riaño, de Fedemol, indicó que el consumo del cereal per cápita en el país está entre 18 y 22 kilos al año. Por su parte, "el mercado ha tenido una demanda pareja en los últimos 4 años, que representa 1,2 millones de toneladas de trigo al año. En 2001 se paralizó el crecimiento". El 70 por ciento del trigo en el país se vende a las panaderías, mientras el porcentaje restante se va a la industria de alimentos para animales, según datos de Fedemol.El trigo que se consume en Colombia proviene en su mayoría de Estados Unidos, Canadá y este año también de Argentina, gracias a los convenios que se firmaron con el Mercosur. La importación del producto es de 98 por ciento, contra un 2 por ciento de la producción nacional.Frente al dato, Riaño explicó que es mejor "el trigo que se produce en países con estaciones por su alto contenido de proteínas, lo que le da consistencia a la harina. En cambio el grano nacional es más denso y es mejor en la elaboración de galletas". "En 2004 se importaron 1.153.732 toneladas de trigo, de las que 56 por ciento fueron traídas de E.U., mientras el resto se importó de Canadá. Este año, Argentina logró una participación de 7 por ciento en el mercado, mientras que se divide en partes iguales la de los dos países norteamericanos", aseguró. Se estima que la producción nacional está por las 42.000 toneladas de trigo. El sector molinero se encuentra igualmente a la expectativa frente a lo que pudiera suceder en la negociación del TLC con Estados Unidos, pues "en caso de que se firmara representaría una evidente disminución de costos". -El mercado está estancado, dicen los panaderos:.Con 19 años en el mercado, Pan Pa Ya cuenta con 33 puntos de distribución de sus productos en Bogotá pero cada vez está viendo menores sus posibilidades de crecer.Bernardo Estrada, gerente de la compañía, considera que "el consumo de pan en Colombia está estancado. El consumo per cápita no es muy grande". El empresario se mostró preocupado por la serie de gravámenes que han terminado por afectar la rentabilidad del negocio. "Los negocios cambiaron el panorama", manifestó. "Los locales de nuestros puntos de venta propios son en arriendo y nos aplicaron 10 por ciento más por impuestos. Así mismo se gravó el pan también con 10 por ciento y la pizza con 16 por ciento. Eso encareció todo", señaló.
La situación es tal que Estrada advirtió que si los arrendadores con los que se negocian los contratos por los locales piden incremento superior al IPC "tendremos que cerrar los puntos de venta y abrir en otros con condiciones similares, buscando estar en el mismo sector". Exportar tampoco ha sido una buena salida para la compañía. "Actualmente lo estamos haciendo a pérdida. En Estados Unidos fijamos unos contratos con el distribuidor con precios fijos y lo que se había planeado que tuviera una utilidad de 25 por ciento se lo comió la revaluación" indicó. En la operación que se realiza en España, "las exportaciones son poco representativas, a pesar de que los precios son en euros. (...) Una almojábana se vende en Madrid en 4.200 pesos al cambio, los distribuidores tienen poca visión", dijo. La empresa obtuvo ganancias el año pasado por 22.223 millones de pesos y aun no se ha recuperado en nivel de utilidades de 2002. "La rentabilidad no es color de rosa" reveló. La estrategia es seguir optimizando la operación y bajar costos. "No hemos abierto nuevos puntos y no es fácil continuar si no hay apoyo" concluyó Estrada.