EL ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE PARTIDO POLITICO La aparición de los partidos políticos, stricto sensu, es un fenómeno reciente, que se registra en Inglaterra a partir del primer tercio del siglo XIX, como consecuencia de las transformaciones políticas derivadas de la modernidad. Los partidos políticos surgen, cuando la política deja de ser asunto en el que solo interviene una pequeña minoría, para constituirse en las organizaciones que mediaran entre el poder para constituirse en las organizaciones que mediaran entre el poder político (el Estado) y las masas de un “publico ampliado” que paulatinamente tendrá que qu e ser tenido en cuenta por los dirigentes políticos. De esta forma, a medida que el sufragio fue extendiéndose, se generalizo la aparición del fenómeno de los partidos políticos en casi todos los sistemas políticos occidentales. Los enfoques teóricos que han desarrollado el origen de los partidos políticos pueden clasificar según La PALOMBARA y WEINER 1, en torno a tres grupos:
a) Las teorías institucionales Que parten del desarrollo de los parlamentos. Los partidos surgieron de la necesidad que sintieron los miembros de los parlamentos de actuar con sino frente a la ampliación del sufragio, para lo que constituyeron los grupos parlamentarios, los comités electorales y vínculos permanentes entre
ambos.
Habrían
surgido
ante
la
necesidad
de
atraer
electoralmente a las masas, para lo que esos grupos y comités se habrían desarrollado tanto en el nivel local como el nacional, dando lugar a organizaciones cada vez más amplias y más estables.
b) Las teorías de la situación histórica histórica Que ponen el acento en las crisis sistémicas vinculadas al proceso de construcción de los Estados nacionales. Los partidos habrían surgido producto de la crisis (fundamentalmente de legitimidad, de integración y
1
participación) que los sistemas políticos atravesaron en el proceso de formación de los Estado-Nación. Los partidos surgen en torno al desarrollo y resolución de una serie de cleaveges o divisiones sociales con las que se enfrenta la formación de los Estado-Nación, adoptando una forma u otra en función de su actitud hacia un componente nacionalista – centrista o periférico; cleavege Iglesia-Estado, en torno al cual surgen partidos de carácter confesional o laico; cleavege sector primario – sector secundario, del que han nacido los partidos campesinos; y, por último, el cleavage trabajo asalariado – capital, también conocido como cleavage clase social, el más extendido y en torno al cual se ha articulado mayor número de partidos.
c) Las teorías del desarrollo Que vinculan la aparición de los partidos con el proceso de modernización. El surgimiento de los partidos se habrían producido como
consecuencia
del
proceso
de
modernización
y
de
los
consiguientes cambios socioeconómicos (nuevas clases de empresarios y comerciantes, mayor movilidad social, incremento de los niveles de información y de los medios de comunicación, secularización). Con respecto a la evolución el Dr. Fidel Ramírez Prado y Jorge Herrero Pons 2 también se pronuncian y dicen:
Ha sido Max Weber quien ha encontrado una excelente tipificación de las etapas que históricamente ha recorrido el partido político en su versión europea:
En la primera fueron las “familias aristocráticas” que nucleadas por intereses comunes, participes de las mismas glorias del pasado y creerse depositarias de los valores patrios (recordemos la etimología de la palabra “patricios”), se agrupan en defensa del
2
Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Manual de Ciencia Política. Ediciones Jurídicas. Lima. pág. 194
poder que inmemorialmente les pertenece. La historia está llena de estas rivalidades político -
familiares (Orsini y Colonna en
Roma; Montescos y Capuletos en Verona; o bien de la transmisión del poder político generación tras generación, como en el caso de los Médici en Florencia). A veces, surgía un “traidor” que se pasaba al bando opuesto como cuando Julio Cesar deja las preferencias de su familia (la genJulia), para convertirse en caudillo de los plebeyos.
En una segunda tapa aparecieron los partidos de notables que ya hemos analizado.
Finalmente, aparecen los partidos democrático -
plebiscitarios,
que en líneas generales coinciden con los que Doverger llamada “partidos de masas”. Para Weber sus principales características son:
Existencia de asambleas que eligen a los candidatos.
Existencia de “políticos profesionales” que se clasifican en dos categorías: Los que actúan desde afuera del partido como
empresarios
o
promotores
de
determinada
candidatura.
Los que actúan adentro del partido que perciben una remuneración fija y constituyen la llamada burocracia partidaria o “maquina” que en la práctica es la que gobierna el partido por encima de la voluntad de los afiliados. Según el autor alemán quien lidera la “maquina”, lidera el partido.
Los
que
actúan
adentro
del
partido
que
perciben
una
remuneración fija y constituyen la llamada burocracia partidaria o “maquina” que en la práctica es la que gobierna el partido por encima de la voluntad de los afiliados. Según el autor alemán quien lidera la “maquina”, lidera el partido.
Este último aspecto, suscita permanentemente reflexiones acerca de la compatibilidad de esas estructuras oficinescas con la democracia interna que debe existir en los partidos de masas. Cuando analizamos las propuestas de nuevos sistemas electorales dijimos que la intención (manifiesta o no), era la de neutralizar a la “maquinas” en todo lo que fuera posible. No obstante, algunos autores como Robert Michels, han considerado que el “hecho de la dirección” es una exigencia ineludible de toda asociación de personas toda vez que hay razones técnicas. Y mecánicas que impiden que grandes multitudes se reúnan para discutir todo, y mucho menos que tomen decisiones. Quien tiene experiencias en asambleas, aun en las más pacíficas, sabe que la única manera de sacar algo en limpio es a través de ´propuestas muy simples y comprensibles, presentadas en pocas alternativas. Además, cualquier tipo de organización cuando tiene un número importante de adherentes presenta problemas financieros y administrativos inabordables sin el concurso de un conjunto de especialistas a los cuales, obviamente, hay que remunerar para que le dediquen tiempo y ganas. Solo los idóneos pueden manejar balances, máquinas de calcular (en tiempos de Michels no se habían generalizado las computadoras), idiomas, etc. La dirección, pues, es un hecho indiscutible, y ella está siempre en manos de una minoría. Por otra parte, esa dirección es prácticamente imbatible pues maneja y tres elementos esenciales de los cuales carecen los meros afiliados:
Las finanzas que usan y manejan los recursos de la organización lo cual les facilita movilidad, medios técnicos, servicios, y un conjunto de elementos materiales que, llegado el momento, son puestos a las órdenes de la dirección si se la intentara desplazar. Las remuneraciones de estos dirigentes alcanzan a veces niveles insospechados ya que están por encima de lo que gana cualquier afiliado. El argumento imbatible para justificas semejantes erogaciones es que si no estuvieran bien pagados podrían ser menos fieles a la organización a bien pagados podrían ser menos fieles a la organización a la cual responden. Obviamente, el contra argumento es que una vez que el dirigente percibe el alto valor de
sus ingresos, defiende con uñas y dientes el cargo perpetuándose todo lo posible.
La propaganda: El manejo de las finanzas de la maquina permite contratar propaganda y publicidad que no solo defiende a la organización, sino también a la propia dirigencia. En la práctica, es muy difícil distinguir una cosa de la otra.
El uso de la coacción: La dirigencia tiene la posibilidad de repartir premios y castigos. Estos últimos no siempre se manifiestan en sanciones
importantes,
sino
en
pequeñas
mortificaciones,
postergaciones, “olvidos”, demoras y otras actitudes para castigar al disidente; a diferencia del adicto que merece toda clase de atenciones y benevolencias.
No obstante debe reconocerse que, desde un punto de vista jurídico, los elementos formales pueden resultar indispensables como lo veremos más adelante.3 El partido político es un fenómeno relativamente reciente; en realidad no se asienta en la vida política de los Estados, sino hasta bien entrado el siglo XIX. Sus raíces más antiguas las encontramos en la Inglaterra del siglo XVII del Spoils System en Estados Unidos durante el siglo pasado, véase “The políticos” de Matthew Josephson. La confrontación entre el Parlamento y la Corona dio lugar a las formas partidistas embrionarias. Simplificando, podemos decir que en torno al Parlamento y en defensa de la capacidad de este para defender los intereses de la burguesía emergente, se formó el grupo de los Whigs que pugnaban por la tolerancia en materia religiosa y por un incremento en la participación política. En favor de los privilegios reales se organizaron los Tories, integrantes, en general, de la aristocracia tradicional y beneficiarios de la autoridad indisputada del Rey. 3
Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Op. Cit. Pág. 125.
La Revolución Gloriosa (1688), traslado el centro de poder de la Corona al Parlamento y este se convirtió, en el campo de batalla entre Tories y Whigs, que empezaron a actuar como formaciones partidarias. A partir de entonces el sistema ingles ha sido tradicionalmente bipartidista. Su funcionamiento se asentó en la aceptación y tolerancia reciprocas y en consenso generalizado en cuanto a las bases de la actuación gubernamental, Hume hacía referencia a este fundamento consensual definiendo a un Tory como amante de la monarquía, aunque sin abandonar la libertad, y a un Whig como amante de la libertad, pero sin renunciar a la monarquía. El surgimiento de los partidos como actores en el escenario político, está íntimamente vinculado con el desarrollo del parlamentarismo como forma de gobierno. En las primeras asambleas parlamentarias se inició la formación de grupos de diputados unidos por su afinidad ideológica; como cada uno de ellos contaba con simpatizantes y activistas que actuaban en sus respectivas circunscripciones electorales, se produjo la unificación de los comités de campaña en concordancia con la reunión de los diputados en grupos parlamentarios, así, al aglutinamiento de un determinado número de miembros de la asamblea, correspondía el agrupamiento de sus respectivos seguidores, que empezaron a formar organizaciones a formar organizaciones políticas estables.4 En los primeros tiempos de la democracia representativa, no era muy bien visto el espíritu partidista. David Hume (1711-1776) decía al respecto: “ Así como a los legisladores y fundadores de Estados habría que honrarlos y respetarlos, “habría que detestar y odiar a los fundadores de partidos, es la dificultad de extirpar esta mala hierba una vez que han echado raíces en un Estado”5 Sobre este tema, es clásica la opinión de Madison, que suscribía en El Correo de Nueva York, en 1787: “Por facción entiendo cierto número de ciudadanos, estén en mayoría o minoría, que actúan movidos por el impulso de una pasión común o por un interés adverso a los derechos de los demás ciudadanos o a los intereses permanentes de la comunidad considerados en 4 5
Duverger, Maurice. Los Partidos Políticos. Fondo de Cultura Económica. México 1980. Pág. 16. Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Op. Cit. Pág. 127.
conjunto. Hay dos maneras de evitar los males del espíritu de partido: consiste una en suprimir sus causas, la otra en reprimir sus efectos. Hay también dos métodos para hacer desaparecer las causas del espíritu de partido: destruir la libertad esencial a su existencia, o dar a cada ciudadano las mismas opiniones, las mismas pasiones y los mismos intereses”. 6 No obstante este tipo de prevenciones, los partidos irrumpieron en la vida política y se instalaron como un fenómeno característico del estado occidental industrializado, que de allí fue exportado al resto de los Estados del mundo.
Teorías sobre el origen de los partidos Es necesario distinguir entre el surgimiento histórico del partido político como una forma institucionalizada de decisiones en el seno de los parlamentos, de rigen especifico de cada partido político en particular. Duverger hace una distinción entre los partidos políticos e origen electoral y parlamentario y los de “origen exterior”, queriendo significar con esta expresión que se forman fura del sistema parlamentario. Esta clasificación parece poco útil y su autor reconoce que no es rigurosa y que resulta difícil distinguir con precisión entre unos y otros. Esto se debe a la confusión que se establece entre la aparición de los partidos en el marco de los sistemas políticos, que es simultánea al desarrollo del parlamentarismo y que ya antes hemos descrito brevemente, con la génesis especifica distintas organizaciones políticas partidistas. Generalmente los partidos se constituyen a partir de formas de agrupación previa, que pueden ser de diversa índole: sindicatos, agrupaciones agrícolas, grupos estudiantiles y universitarios, logias masónicas, sectas religiosas, grupos de comerciantes o industriales, etc.). Independientemente de los orígenes organizacionales de los partidos, algunos autores han realizado las causas sociales que generan condiciones para la formación de partidos políticos. Para algunos, los partidos surgen con ocasión de los procesos de modernización de los Estados, que incorporan a las masas a la vida política 6
Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Op. Cit. Pág. 128.
haciendo a esta más compleja- en estas condiciones, quienes desean llegar al poder o mantenerlo, deben asegurarse un determinado grado de apoyo popular. Pantoja Moran, refiriéndose a la opinión de La Palombara acerca de esta necesidad de apoyo público, indica que el autor mencionado en último término “señala dos condiciones para que esto ocurra:
Debe haber un cambio tal en las actitudes de los individuos frente a la autoridad, que prevalezca la creencia en el derecho que aquellos tienen de influir en el ejercicio del poder político.
Una porción importante de la elite política dominante o una elite aspirante, debe tratar de ganar el apoyo o mantenerse en el, aunque la gran mayoría no participe en la vida política”.7 Algunos sociólogos de la política acentúan la importancia que tienen las
crisis sociales en la formación de los partidos políticos. Dowse y Hughes analizan la crisis de legitimidad, de participación y de integración como causas de la formación de los partidos. La crisis de legitimidad supone la necesidad de allegarse apoyos populares para justificas una posición contestataria del orden vigente. Así, por ejemplo, los revolucionarios franceses del siglo XVIII buscaban legitimarse mediante el apoyo de grupos que hasta entonces no habían tenido participación política, tales como los campesinos, los artesanos y la burguesía. En el mismo caso se encuentran, en opinión de estos autores, los movimientos nacionalistas que luchan contra regímenes coloniales que buscan legitimar su acción mediante un apoyo masivo de la población autóctona. La crisis de participación aparece cuando nuevos grupos sociales formulan demandas que no suficientemente atendidas, provocándose así la necesidad de crear organizaciones políticas partidistas. La crisis de integración se manifiesta cuando minorías étnicas asentadas en un territorio específico, sienten la necesidad de organizarse políticamente. Tal es el caso de los francocanadienses en Quebec.8 El enfoque antes expuesto merece algunas observaciones. En primer lugar, debe destacarse que los tres tipos de crisis a los que se refieren los 7 8
Pantoja Moran, David. “El régimen constitucional de los partidos políticos”. México 1975. Pág. 51. Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Op. Cit. Pág. 130.
autores pueden resumirse en una sola: la de participación, con diferentes matices en cada caso. La llamada crisis de legitimidad supone un proceso de participación iniciada con la formación de pequeños grupos de teóricos o intelectuales que, a partir de una interpretación de necesidades colectivas, asumen la tarea de conducir y organizar a las masas. En la crisis de participación se plantea un proceso inverso que, a partir de un movimiento social de masas, va creando la organización
necesaria
para
su
actuación
política
institucionalizada
y
permanente. La calificada como crisis de integración se refiere a una forma concreta de exigencia participativa fundada en las condiciones específicas de un grupo étnico, cultural o religioso que se organiza para intervenir en la vida política. En los tres casos se trata de necesidades sociales de participación la que da origen a los partidos políticos. Podríamos hablar además, de la necesidad de segregación. La necesidad de participar implica un intento de integrarse en la vida política y tomar parte en ella y puede asumir las formas ya explicadas. La necesidad de estructuración que da origen a un partido político, se presenta cuando un régimen se constituye a partir de un movimiento nacionalista o revolucionario, que llega al poder después de una lucha armada y se encuentra ante la necesidad de organizar a las fuerzas sociales triunfantes. Como ejemplo podríamos citar al Partido Republicano del Pueblo creado en Turquía por Kemal Ataturk en 1923, y el Partido Revolucionario Institucional, creado en 1929 en México, con el nombre original de Partido Nacional Revolucionario. La necesidad de segregación supone un sentimiento colectivo que propugna la separación territorial de una determinada comunidad. No se trata en este caso de un propósito de participar sino, por el contrario, de escindirse. Esta tendencia puede identificarse en movimientos como el de los republicanos irlandeses o el partido separatista de Quebec que, en realidad, buscan una segregación y no una integración, como mencionan Dowse y Hughes.
Función actual de los partidos Abstracción hecha de sus orígenes históricos o sociológicos, los partidos políticos son una realidad en los sistemas políticos contemporáneos, tanto que no concebimos la organización estatal de nuestra época sin su presencia, ya sea con carácter exclusivo en un función organizadora de la sociedad al estilo de los sistemas comunistas o como entidades competitivas que se disputan el poder mediante las más variadas técnicas en los estados pluralistas occidentales. Almond y Powell explican la presencia universal de los partidos en función de las necesidades que tiene el Estado moderno de contar con un amplio apoyo para sus actividades políticas, de crear nuevas bases de legitimidad no tradicionales, de proveer nuevos esquemas de valores para iniciar y mantener la modernización económica. Los políticos de realizar, a través de ellos, diversas funciones: “las sociedades totalitarias, utilizan los partidos como medio para movilizar apoyo; las sociedades democráticas, como un canal para articular e integrar demandas; y las sociedades en transición, como agencias para crear y estructurar nuevas normas de conducta”. La evolución, desarrollo y fortalecimiento de los partidos en la vida política los ha colocado en un lugar preeminente con relación a la toma de decisiones, al grado que se afirma que el centro verdadero de poder de las estructuras estatales de la época actual se ha desplazado hacia las direcciones de los partidos. Este fenómeno es denominado por algunos autores partitocracia, Lorenzo Caboara la define como la “democracia degenerada en el poder oligárquico de uno o más partidos políticos; el Estado partidocrático es aquel en que el poder resulta monopolizado, más o menos legítimamente, por un partido o por una pluralidad de partidos aliados”. El desplazamiento de los poderes institucionales del Estado a los partidos que, a nuestro juicio, debería denominarse en español partidocracia 9 puede producir, según el citado autor, dos consecuencias: la sustitución de los
9
El termino partidocracia se ha tomado del italiano partitocrazia, derivado del sustantivo partito que en español es partido.
partidos en el papel del Estado o la desintegración de este. El primer caso presenta las siguientes características:
Perdida de la independencia de los diputados.
Sacrificio de la capacidad de los representantes en busca de una mayor disciplina de partido.
Transferencia de la voluntad popular a la voluntad partidista.
Deshumanización del diputado que se convierte en un mero instrumento de votación para el partido.
Devaluación política de la asamblea legislativa.
Desarrollo del proceso real de legislación fuera del parlamento.
Falta de control real sobre el gobierno.
Confusión de los poderes del Estado.
Perdida de funciones reales del parlamento.
Deterioro de la vida política local por la imposición de criterios partidistas.
Monopolización de la actividad política que impide la creación de nuevos partidos.
Consolidación monolítica de la administración del Estado que impide el pluralismo efectivo.
En el otro extremo, caracterizado por un pluripartidismo desquiciante en el que no se logra una coalición mayoritaria, el resultado es la paralización de la acción del gobierno, el vado de poder, la carencia de un proyecto definido y un proceso legislativo fragmentado y caótico. Entonces, dice Fernández de Mora, los partidos no sustituyen al Estado en el ejercicio de la soberanía, sino que, al disputárselo, lo invalidan o lo descuartizan”. A este fenómeno, afirma, debería llamársele, con propiedad, partitocaos.10 La aparición de los partidos políticos es un fenómeno relativamente reciente de la política. En los comienzos del sistemas liberal, en el seno de los parlamentos se estructuraron los grupos parlamentarios (los Whigs o populares y los Tories o aristócratas, en la Cámara de los Comunes inglesa), que posteriormente se
10
Ramírez Prado, Fidel-Herrero Pons, Jorge. Op. Cit. Pág. 134.
convertirán en partidos políticos. Estos surgieron en el siglo XIX como consecuencia de las nuevas condiciones históricas ya señaladas. 11
Planteamientos y discusiones En mi opinión los partidos políticos deberían de ofrecer a las personas, dentro de sus posibilidades, programas y servicios de salud, bienestar y recreación, y apoyar los que surjan de su propia iniciativa y esfuerzo. Y así mismo cumplir con sus propuestas hechas Asimismo, atender con preferencia la necesidad de libros y materiales de estudio de los profesores y estudiantes mediante procedimientos y condiciones que faciliten su uso o adquisición.
Conclusiones
En esta revisión rápida de la historia de los partidos en el Perú republicano se observa diversos intentos de grupos con grandes proyectos políticos que pudieron aportar al desarrollo no sólo económico, sino también reivindicaciones a peruanos excluidos, con el objetivo de unir a esas clases marginadas para forjar la nación (objetivo principal que permitiría mejorar las relaciones entre los peruanos y por inercia a estar mejor tanto en la economía, cultura, sociedad, política, etc.). La unidad es la columna vertebral del desarrollo de un país para convertirse en una verdadera nación. Unir el Perú Profundo, el Perú Real, aquel Perú representado por los indígenas. Aquel Perú que pudo ser revalorado por la generación del 900 de Riva Agüero, García Calderón, Belaunde y Tello. La ambición de otros grupos de poder no permitió que se materialice ese ideal del 900. Aunque se hace algo de ucronía, se puede afirmar con total convicción, de que el grupo de Riva Agüero, al menos tenían las condiciones para gobernar el país (proyecto nacionalista e indigenista) cumpliendo con el mejor requisito: conocer el Perú. Ellos se plantearon revalorar e incorporar a los indígenas a la vida nacional.
CONCLUSION Los partidos políticos han presentado una gran i nfluencia en la sociedad peruanaa lo largo de su historia determinándose así diferente ideales políticas queconforman el estado.Los partidos políticos surgen cuando se agrupan voluntariamente individuos quecomparten una misma ideología o un fin para fortalecer el desarrollo del país.Los distintos representantes (presidente, congresista.ect) son elegidos medianteslos procesos electorales por la sociedad y buscan defender y beneficiar con lasleyes en bien de la sociedad.Se ha señalado la debilidad histórica de los Partidos Políticos Y el sistema queellos conforman, derivado-en parte-de la falta de continuidad democrática delsistema político, así como del carácter elitista de su configuraciónLos partidos políticos que se han presentados desde 2000 – 2010 han tratado demejorar el estado del país pero siempre influenciado por los países extranjerospara su beneficios de propios 11
Enciclopedia Autodidactica Océano, pág. 2078, Editorial Océano, Barcelona (España), Edición 1994
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/lpartidospoliticos/lpartidospoliticos 2.shtml#ixzz3IuDq04cr Finalizando este trabajo puedo afirmar que los Partidos Políticos son asociaciones de ciudadanos reunidos por ideas políticas comunes para acceder al gobierno o realizar una política eficaz de acuerdo a esas ideas. La existencia de estos esta relacionada con la dimensión social de la persona que se interesa por la organización política de su comunidad, manifestando diversos intereses por la organización política de su comunidad, inquietudes referidas a los objetivos que deben perseguirse desde el gobierno, modos de ejercer el poder y administrar los recursos en las distintas áreas como la salud, el
trabajo,
la
educación,
etc.
El accionar de los Partidos Políticos en el sistema de gobierno democrático, que se caracteriza por el respeto de las libertades y los derechos fundamentales del hombre entre los cuales se destaca la libertad de expresión, constituye el ámbito natural donde se canalizan las diferentes expresiones y tendencias políticas que gravitan en la sociedad. La democracia permite que convivan en su interior distintas expresiones políticas, lo que garantiza que se exprese el disenso o el acuerdo con respecto al accionar del Partido Político que
esta
al
mando
del
gobierno.
En cuanto a los defectos y virtudes de los Partidos Políticos se puede ver que los defectos tienen mayor peso que las virtudes y la alternativa para revertir esto es mejorar la calidad de la política contribuyendo a mejorar la calidad de sus dirigentes para que de esta manera las decisiones y la acción pública vuelva a encontrarse dentro del marco de los valores éticos democráticos. La formación y capacitación política se constituye así en un valioso instrumento que llevará al logro de que los Partidos Políticos posean más virtudes que defectos. En cuanto a la cuestión de que los Partidos Políticos no representan la voluntad del pueblo esto se da por la crisis de representatividad pero también se puede afirmar que nosotros como miembros de una sociedad no sabemos lo que nos pasa.
El problema real no reside en la sustitución de los políticos por independientes o de los partidos por movimientos mesiánicos. Tampoco reside en adoptar sistemas electorales que supuestamente “acercan al elector al elegido”, de fácil burla por el partido dominante. Tampoco se trata de la desburocratización de los partidos, como si ello fuera posible. El problema reside en que el tener poder corrompe es decir que el ejercicio del poder mostrará al hombre tal cual es, por ello es necesario que el ejercicio político se tome como una oportunidad para demostrar las virtudes del hombre que asume las responsabilidades políticas sin dejar de tener en cuenta que la responsabilidad cívica de cada ciudadano es la que permitirá distinguir a los políticos buenos de los malos sin que ello suponga la descalificación de los Partidos Políticos ya que son esenciales para alcanzar el bien común en la forma de gobierno democrática. CONCLUSIONES
* Los partidos no se limitan a tratar de influir en el proceso de toma de decisiones, sino que desarrollan el papel último y fundamental a la hora de tomar
la
decisión
concreta.
* La organización y el modo como toman la democracia los partidos diversos políticos es esencial para que con ello puedan llegar a ocupar un cargo ya que la población se deja llevar por ello, viendo quien tendrá un gobierno que no ocasione
temor
a
la
sociedad
* Los diferentes partidos políticos que han llegado a aparecer en nuestro país, se
ve
la
realidad
de
que
somos
un
país
multipartidista.
* El prevalecer como partido político depende de la simpatía del pueblo, por ello algunos partidos han sido fugaces en la historia y otros aun permanecen.
* El pueblo debe tomar conocimiento de cada partido político por el cual desea que lo represente y ver pros y contras y así decidir lo mejor para el país y no dejarse llevar por el simple hecho de ser un partido tradicional.
Los Partidos Políticos de México se dividen según el espectro políticotradicional en Derecha, Centro e Izquierda, existiendo en cada uno deestos apartados uno de los tres grandes partidos, aunque algunos hanfluctuado entre la derecha y el centro según la etapa histórica de la queestemos hablando.También los podemos dividir según su historia y su importancia política entres sectores, que serían los tres grandes partidos históricos, que se disputanlas preferencias electorales y que los tres ocupan gubernaturas estatales.Los partidos medianos, de más reciente formación, y con presencia en elCongreso de la Unión y en gobiernos municipales, y finalmente lo partidospequeños de reciente formación.Los partidos actuales contribuyen de manera importante a la socializaciónde la política, a la formación de la opinión pública y al mantenimiento deun sistema de partidos, que permite a la ciudadanía diferentes opcionesde proyectos y programas políticos.Si bien nuestro en nuestro país han existido varios centenares de partidospolíticos, aquí presentamos a unos cuantos que dan muestra de ladiversidad de pensamientos y de las necesidades políticas del momento.