Los sueños: El mundo por de dentro. Francisco de Quevedo Villegas.
La obra está escrita en lengua vulgar y en prosa.
El texto tiene una primera edición que está incompleta y luego una añadidura.
Es un claro ejemplo de la literatura de ideas: se adopta una organización propia de la ficción que facilita la absorción de ideas.
En cuanto a la estructura del texto, se pueden diferenciar tres partes:
La dedicatoria a Don Pedro Girón, Duque de Osuna.
Prólogo en el que afirma que no se sabe nada. Dicha afirmación la apoya en una autoridad que es el médico y filósofo Francisco Sánchez. Durante el breve prólogo distingue a cuatro tipos de personas: los que no saben nada y estudian para saber, los que no saben nada y no estudian porque piensan que lo saben todo, los que no saben nada y lo dicen porque en el fondo creen que saben algo y los que no saben nada ni quieren hacerlo.
"Dios te libre, lector, de prólogos largos y malos epítetos".
Por último se encuentra el discurso en el que se ve figura de maestro (joven) que le abre los ojos a su discípulo (joven) ante la realidad del mundo. El viejo se llama Desengaño > personificación de un sentimiento. Lleva al joven a la calle mayor (Hipocresía) para enseñarle el mundo.
El personaje pasa de la supuesta realidad al ultramundo, mundo alegórico propio de los sueños (la mención de soñar aparece únicamente al final). En ningún momento queda claro si se trata del mundo real o no.
De este género de sueños encontramos antecedentes tanto en la literatura antigua como en la medieval. Es un género que se seguirá cultivando y que en la Ilustración será explotado. Ejemplo: cuando Diderot quiere hacer una reivindicación del mundo, pone a soñar a uno de sus compañeros enciclopedistas. También encontramos ejemplos de época contemporánea.
Esta obra puede recordar al paseo de Dante con Virgilio de la Divina Comedia. En este caso, en vez de tener a Virgilio como guía, contaba con este anciano.
Caracterización del anciano:
Se llama Desengaño y viste harapos, es viejo y pobre. Con el nombre se nos empieza a orientar hacia el carácter alegórico. Se dice que es un tipo digno de respeto.
En el comienzo realiza una serie de discursos morales que se pueden llegar a asociar con el sermón de un predicador.
En la parte añadida la escenificación es distinta. La escena parece una especie de representación pública.
Existen dos partes estructuralmente marcadas. El viejo en la segunda parte emana autoridad. Se nos da una serie de referencias físicas que poco tienen que ver con la imagen de dignidad > se degrada su imagen. Resulta mucho más destructivo, se busca la risa de manera más acentuada. Podríamos asociarlo con un personaje del teatrillo esperpéntico.
Si se analiza el lenguaje de las dos partes, en la segunda Quevedo resulta mucho más enrevesado, llegando a recordar al Quevedo de El buscón.
La primera parte es la más larga y se parece más al resto de sueños de la colección. No comienza en seguida a analizar a la gente que pasa; hay una parte previa que habla del paso del tiempo y de la muerte en un tono de ascetismo bastante marcado. El paso del tiempo no nos deja tiempo. La única certeza es la muerte > la vida como una vela > según se enciende se comienza a consumir. "Cuerdo es solo el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir".
La angustia e incertidumbre frente al tiempo marca totalmente la literatura barroca.
Antes de las escenas hay una parrafada sobre nombres: a las putas se las llama damass y demás ejemplos similares.
Después aparece una parrafada donde el desengaño va señalando gente que va viendo hasta que llegan a la calle de la Hipocresía donde aparecen más desarrolladas las escenas.
Tras esto comienzan los encuentros en los que la estructura es siempre la misma: apariencia engañosa y el viejo muestra la realidad, aunque la forma de desarrollar los encuentros no es siempre la misma.
A través de las señalaciones que realiza el viejo ("ves a aquel que aparenta ser gran caballero y sin embargo es hidalgo") Quevedo refleja uno de los principales elementos de preocupación de la época que era la movilidad social. La apariencia puede despistar, atenta contra el orden social y eso no se puede tolerar porque el orden social proviene de Dios. Por mucho que se le intentase poner freno a esta movilidad social, seguía existiendo.
La problemática del honor también aparece de manera indirecta.
Frente a la idea humanista de que el hombre con su razón llega a conocer el orden del universo, en el barroco se piensa que el hombre no puede comprenderlo, aunque Dios sí. El universo es inestable y el desastre siempre está amenazando. La única certeza es la muerte.
Con los distintos encuentros que se producen Quevedo no refleja la sociedad del momento, sino que son estereotipos. Una vez más, el autor muestra cómo el mundo está inundado de apariencias que no corresponden a la realidad > encontramos la escena del entierro, la viuda con sus amigas (ya busca a alguien que se encargue de ella), los alguaciles que solo quieren lucirse y la mujer joven y hermosa (critica de la apariencia).
En el resto de sueños el repertorio de personajes es más o menos similar. En ningún momento se muestra alguna escena cuyo personaje pertenezca a un estamento elevado. Obviamente esto resultaría peligroso por su poder. Tendremos que llegar a la Ilustración con Las joyas indiscretas de Diderot para ver disfrazado de rey oriental a Luis XV aunque no recuerde del todo a él.
En cuanto al lenguaje, en todo momento se mantiene el tono de conversación. Para el desarrollo del discurso se utilizan alegorías e imágenes de tipo poético. Se nos envía a los más característico de la poética barroca, el concepto (concetto, pointe…) > se trata de expresarse por conceptos a la hora de hablar de algo en vez de hacerlo en un tono racional y buscando lo natural, sino que hay que hacerlo mediante imagen o asociación de términos aunque sea inusual. Un ejemplo realmente significativo es el de "las manos nevaban el manto" para expresar la blancura de sus extremidades superiores.
Se busca que el lector se quede atónito, que esa asociación de conceptos mueva emocionalmente.
El conceptismo es la técnica literaria del barroco. Hay una especie de conceptismo que es el cultismo > hacer literatura para los más cultivados (remitiéndose a antecedentes antiguos de manera continua). El grado de dificultad era tan alto que el movimiento cultista recibió críticas feroces y la búsqueda de la culta dificultad fue asociada con culteranismo por sus enemigos > asociación con el luteranismo > son vistos como herejes.